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http://revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/enunc
DOI: http://dx.doi.org/10.14483/udistrital.jour.enunc.2016.2.a04
Control Interno
Artículo de reflexión
Para citar este artículo: Ferrera Vaillant, J.R. (2016). En torno al proceso adaptativo de obras literarias al cine. Enunciación, 21(2)
226-236.
Resumen Abstract
El presente artículo parte de una revisión bibliográ- This article is based on a literature review, which
fica que permitió determinar los principales presu- identified the main theoretical assumptions for the
puestos teóricos para el estudio de las adaptaciones study of the film adaptations of literary texts, in
fílmicas de textos literarios, y así obtener una visión order to obtain a more complete picture of what
más completa de cuáles han sido los enfoques y approaches and perspectives have been the most
perspectivas más recurrentes en el tratamiento brin- frequent in the treatment given to these issues by
dado a estos temas por los estudiosos. scholars.
Palabras clave: literatura, cine, adaptaciones para Keywords: literature, film media, film adaptation.
cine.
1 Docente en la Universidad de La Habana, Cuba. Vicedecano de Investigación, Posgrado y Relaciones Internacionales. Correo electrónico:
juan.rfv@fenhi.uh.cu
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ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 21, No 2 (julio-diciembre 2016). pp. 226-236.
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• Inducción-deducción: establece los razona- de la tendencia que supone una superioridad del
mientos generales y particulares del objeto cine sobre la literatura (variante 3 del proceso
de investigación y el campo de acción. adaptativo). Se trata de verdaderos cinéfilos, co-
mo Gabriel García Márquez (1983) y Jorge Gol-
RESULTADOS Y DISCUSIÓN denberg (citado por Caballero, 1994). Y, más allá
de la frontera de lo puramente neutral, están los
Dentro de la enmarañada maleza de posiciones, que no adoptan posturas claramente definidas en
tendencias y procederes en el campo de la crítica este sentido, a pesar de haber sido protagonistas
relacionada con el tema de las adaptaciones de directos, en muchos casos, del entrecruzamien-
obras literarias al cine, se deslindan tres puntos de to entre ambas artes. Entre estos pudiera mencio-
vista fundamentales que coinciden con el papel narse a: Mario Benedetti (1993), William Faulkner
que desempeñan sus gestores en la realización. (1999), Marguerite Duras (s.a., 1967, pp. 3-4) y
Así, se distinguen tres puntos de vista del escritor, Jorge Semprun (s.a., 1967, pp. 5-6).
2) el del director y 3) el del crítico o investigador Otra de las perspectivas –desde la que ha sido
sobre estas materias. abordado el tema de las adaptaciones de obras
De dichas posturas se deslinda un grupo de literarias al cine– es la de los directores, máximos
tendencias definidas por la estimación, o no (por responsables del filme en todas sus facetas. Para
parte de escritores, críticos o investigadores y di- no pocos de ellos es evidente la independencia
rectores), de posibles jerarquías estético-artísticas de ambas manifestaciones, sin superioridades o
entre la literatura y el cine, expresadas en el pro- dependencias, con criterios orientados hacia lo
ceso adaptativo. Las variantes que se han distin- que requiere cada una de la otra. Aunque sus
guido son: 1) sobrestimación del oficio literario y opiniones sean a veces contrarias y resulte muy
la posibilidad de adaptar al cine la literatura; 2) difícil la tarea de agruparlas según sus puntos
ponderación del oficio literario en detrimento de coincidentes, se ha podido apreciar, en la biblio-
las versiones; 3) sobrevaloración del oficio cine- grafía consultada, que la problemática acerca de
matográfico y la posibilidad de adaptar como cri- si existe o no superioridad estética del cine so-
terio argumental; 4) consideración desmedida de bre la literatura (o viceversa), no es un tema que
la creación original en el cine en detrimento de las revista grandes atractivos para los cineastas. Sus
adaptaciones; 5) desestimación de toda relación criterios siguen tres direcciones principales: 1)
(y, por tanto, de toda jerarquía) entre literatura y existe influencia de la literatura sobre el cine; 2)
cine, negando así la posibilidad de adaptar; y 6) no existe influjo de la literatura sobre el cine; y
desaprobación de todo rango entre literatura y ci- 3) existen influencias mutuas entre el cine y la
ne, valorando su relación, por medio de las trans- literatura.
posiciones, como mutuamente aportativa. En el primer caso, se agrupan varios cineastas
Por lo general, los criterios de los escritores se que, en cualquier momento de su carrera profe-
centran más en las relaciones literatura/cine y no sional, se han planteado la tarea de llevar a imá-
tanto en las adaptaciones específicamente. En- genes una obra literaria; potencialmente creen
tre estos escritores se encuentran Thomas Mann que existe una relación capaz de emparentar a
(1999), Carlos Fuentes (1965), Miguel Delibes ambas artes. Partiendo de esta máxima, excepto
(1986), Heinrich Mann (1999) y Graham Greene algunos importantes directores situados en la se-
(s.a., 1967, pp. 4-5), aunque también es cierto que gunda dirección, la mayoría, a pesar de los mati-
algunos de sus criterios se sustentan en una extra- ces, asume la influencia de la literatura en el cine.
ña ambigüedad. En virtud de ella, algunos escri- En el primer punto estaría como caso paradigmá-
tores, por momentos, parecen partidarios también tico Serguéi Mijáilovich Eisenstein (1977).
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Otros se inclinan por la vertiente diametral- menudo, este procedimiento va unido a procesos
mente opuesta, al negar toda relación entre estas de simplificación como la síntesis del diálogo y del
artes y considerar como un error su búsqueda. Son número de personajes, o la de todo el conflicto so-
ejemplos los casos de Alain Robbe-Grillet (citado cial, político y económico. La segunda posibilidad
por Saad, 2004) y Luis Buñuel (1982), para quien consigue que el cine esté al servicio de la obra li-
simplemente tal relación no existe y es un error teraria al difundir su conocimiento.
buscarla. En la misma línea, pero con el matiz de La tercera opción es lo que el investigador ita-
la imposibilidad de una adaptación dado que son liano denomina la aparcería entre cine y literatura,
lenguajes diferentes y difíciles de conciliar, están en la que el director intenta completar el texto li-
el sueco Ingmar Bergman (1990) y el español Mi- terario con añadidos cinematográficos. La cuarta
guel Picazo (s.a., 1987). posibilidad corresponde a la plena autonomía del
Es preciso acotar que son los críticos y estudio- filme respecto al texto literario, es decir, se estaría
sos sobre temas de literatura y cine quienes más ante aquellos casos en los que el director impone
han aportado al tema de la adaptación, abogando su signo personal al texto literario y consigue su-
lo mismo por una superioridad del séptimo arte, bordinar o distanciar la obra literaria del filme.
en el caso de A. Dovchenko (1987) y A. Marima- El texto escrito solo es el punto de partida. Pa-
yov (1963), como por lo contrario, según el punto ra Baldelli es evidente que la posición del direc-
de vista de Georges Sadoul (1980) y Russel Lee tor cambia caso por caso, la fidelidad no implica
(1969); e incluso por una equivalencia estética, se- necesariamente un minucioso traslado: dependerá
gún las ideas de Galvano Della Volpe (1978) y Pío de la dosis de inercia que lleva a descartar ciertos
Baldelli (1966). De hecho, se ha llegado a desesti- detalles complicados de la narración o a recorrer
mar toda jerarquía (variante 6 del proceso adapta- atajos de recursos fáciles que reducen o conservan
tivo) con criterios como este: demasiado pasivamente el texto original.
El hecho de que las películas puedan ser adap- Por un lado, Baldelli (1966) expone los
tadas de novelas no prueba que en estos filmes pre-
dominen valores literarios, ni tampoco podemos [...] caminos a optar por parte del director en el
asegurar que obras creadas para la pantalla estén proceso de transcripción para acercarse a la litera-
libres de la influencia del teatro o de la novela (Law- tura: [...] limitarse a traducir para la pantalla el texto
son, 1986, p. 295). original, adecuándose pacientemente con el míni-
mo de alteraciones; profundizar el cuadro histórico
Este punto de vista corresponde a una de las que rodea el asunto; o bien comportarse a voluntad,
ideas esenciales expuestas por el estudioso John filmando por ejemplo un nuevo filme (p. 35).
Howard Lawson, quien se ha centrado en las adap-
taciones de novelas, sin llegar a generalidades que Por otro, este autor deja claro el sentido de la
permitan un reconocimiento cabal del proceso. comparación entre literatura y cine:
Más relevante es la teoría de Pío Baldelli, también
muy difundida en los años sesenta, quien propo- Naturalmente, no se trata de que la comparación
ne cuatro posibles relaciones entre una adaptación sirva para establecer la dependencia estética del fil-
cinematográfica y el texto literario que le sirvió de me con respecto al texto literario, ni cortando sobre
base. el primero la medida del segundo, para reprochar al
La primera es lo que él denomina el saqueo de filme por desviarse y no ser como el texto literario;
la obra literaria, de la que se extraen la trama y nos servirá en cambio para controlar, por medio de
los personajes con el objeto de vender más y, a una prueba, la dirección y el sentido del filme (p. 38).
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A los mencionados puede agregarse otros enfo- Otros autores se han referido al proceso adapta-
ques. U. Eco (1981) considera que el punto de par- tivo: Jorge Urrutia (1992), Patrick Cattrysse (1994),
tida de todo pensamiento acerca de la adaptación Sergio Wolf (2001, p. 79), Antoine Jaime (2000, pp.
de un texto literario al cine es el reconocimiento de 109-110) y María Elena Rodríguez Martín (2006).
las divergencias y la autonomía expresiva de cada Sin embargo, esta última ofrece una revisión de
uno de estos lenguajes. Block de Behar, Scruggs y las teorías sobre la adaptación cinematográfica y
Updike (citados por McFarlane, 1996) afirman que alcanza una sistematización al enfatizar en las vías
las mejores adaptaciones de la literatura al cine os- de acceso más recurrentes a este campo de estu-
cilan, cualquiera que sea el texto original, entre el dio: 1) las teorías sobre la fidelidad al original; 2)
descubrimiento de sus convenciones cinematográ- los modelos narratológicos para el estudio de las
ficas y la reflexión sobre las fronteras y posibilida- adaptaciones; y 3) la visión de la adaptación como
des del mismo medio. Mientras, R. Giddings, S. dialogismo intertextual.
Keith y Ch. Wensley (citados por McFarlane, 1996) Con respecto a la primera, varios estudiosos
opinan que no se puede dar una respuesta definiti- han cuestionado y criticado el empleo de este tér-
va que explique el fenómeno adaptativo y el efecto mino para referirse a las versiones de textos lite-
que este pueda tener en la apreciación de la obra rarios al séptimo arte. A los mencionados, cabe
original. agregar, entre otros, a John Howard Lawson, Da-
Joaquín Aguirre Romero (1989), apoyado en niela Berghahn, A. Helman y W. M. Osadnik, Mar-
la narratología, establece una teoría rigurosa y en cela Patricia Restom Pérez, W. Iser, María Lourdes
buena medida exhaustiva que se concreta, bási- Cortés y Robert Stam. Este último, como solución
camente, en la comparación entre el narrador li- y reemplazo del término fidelidad, propone trasla-
terario y cinematográfico, y entre los personajes ción (Stam, 2000, p. 55).
literarios y cinematográficos. Otros criterios com- Estos autores han centrado sus críticas en el
plementarios son la comparación temática y las lenguaje moralista relacionado con la terminolo-
modificaciones espacio-temporales. La reflexión gía que se adhiere al concepto de adaptación –
de este autor sobre la calidad del trabajo de adap- que ha dado pie a términos tales como infidelidad,
tación y de la entidad estética del filme opta por traición, violación, deformación o vulgarización–,
dejar en suspenso el problema de la legitimidad o la cual consideran no ha evolucionado y continúa
del logro estético de las adaptaciones. centrada en la fidelidad.
Mayor interés tienen los análisis teórico-prác- Asimismo, señalan que el tratamiento de este
ticos, es decir, aquellos que sirven en la práctica asunto debe dejar de preocuparse por el criterio de
analítica para elaborar una metodología y una fidelidad al original y prestar más atención a la res-
fundamentación teórica o, por el contrario, en los puesta dialógica; es decir, a las lecturas, críticas y
que se establece un marco teórico que, posterior- reescrituras del material previo. La noción de fide-
mente, se aplica a casos concretos. Por ejemplo, lidad presenta varios inconvenientes: primero, es
Juan Miguel Company (1987) investiga la instan- cuestionable su existencia ya que en la adaptación
cia enunciativa en los relatos naturalistas llevados está implícito un cambio de código y, por consi-
al cine, con el marcado interés de desmitificar la guiente, una diferencia en relación con el original.
transparencia del relato fílmico y hacer ver la vo- Sin embargo, como ha señalado Francisco Pi-
luntad implicadora del espectador en la ficción. neda: “Algunos estudiosos se han ocupado de ana-
Mientras, Jorge Urrutia (1975) analiza las transfor- lizar y criticar la validez del discurso de fidelidad
maciones que tienen lugar en algunos fragmentos y el enfoque centrado en el texto original, pero no
de Pascual Duarte y Nazarín. han formulado ningún método de análisis y estu-
dio alternativo al enfoque mencionado” (Pineda,
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2006, pp. 16-17). El intento de superar estos pun- incluido por Naremore (2000) en su compilación
tos de vista va a ser, por tanto, una constante en de artículos referidos al tema de la intertextualidad
muchos estudios sobre adaptaciones. en el cine. Stam (2000, p. 54-55) realiza una críti-
En este artículo no debe entenderse la fidelidad ca al lenguaje sobre la adaptación fílmica de no-
como reproducción exacta, es un término que fun- velas, y se concentra en el concepto de adaptación
ciona únicamente en la distancia para demarcar como dialogismo intertextual, remitiendo a Genet-
las cercanías y las diferencias entre los dos textos. te. María Lourdes Cortés (1999, p. 29), por su par-
En este sentido, Sergio Wolf (2001) ha precisado te, hace dialogar también los textos literarios con
que la palabra fidelidad podría ser útil si se la en- los cinematográficos, observando la coherencia o
tiende como sinónimo de modo de apropiación, el desfase entre las escrituras de ambos productos,
con respecto al sentido de las operaciones y a los no tanto como un problema moral, sino como un
caminos por los que transitó el cineasta para vin- enfrentamiento de lecturas, es decir, como un vín-
cularse con el material literario. culo hipertextual.
En relación con el segundo campo de estudio, Estos autores apuntan hacia una tendencia do-
María Elena Rodríguez (2006) estima que los jui- minante en estos estudios: el hecho de centrarse
cios en torno a una adaptación deben fundamen- en la adaptación de novelas y olvidar otras mani-
tarse en razones de interés narratológico y cita en festaciones literarias como el cuento. La casi tota-
su trabajo consideraciones de otros estudiosos so- lidad de ellos elude comparar los originales con
bre la transposición en criterios de interés narrativo. transformaciones. Asimismo, señalan que se debe
Son estos: Rifkin, Lotman, McFarlane, I. Whelehan prestar más atención a las lecturas, críticas y re-
y Berghahn. El procedimiento defendido por ellos escrituras del material previo. De manera que, en
consiste en analizar y evaluar las soluciones que la la consideración de Cattrysse (1994), no hay un
película presenta para aquellos aspectos propios método mayoritariamente aceptado para la adap-
del relato escrito que son difíciles de transferir al tación cinematográfica (p. 37). En este sentido,
cine y que, por tanto, constituyen el principal pro- merecen atención un conjunto de tesis doctorales
blema al que se enfrenta toda adaptación. consultadas que, si bien dejan claro la importan-
En general, los modelos para el estudio de las cia de abordar el estudio de las adaptaciones co-
adaptaciones que pueden incluirse en la línea de mo relaciones entre textos, amén de la perspectiva
la narratología ofrecen una metodología aplicable asumida por el investigador, aún son insuficientes
a casos concretos. Como señala acertadamente por cuanto abordan el tema desde la perspectiva
María Elena Rodríguez (2006): “En las opiniones cinematográfica.
de Berghahn y Whelehan hemos visto lo positivo Entre las referidas investigaciones llama la aten-
de los modelos narratológicos, pero también la ne- ción la titulada Hacia una teoría de la adaptación:
cesidad de completar estos análisis con otro tipo cinco modelos narrativos latinoamericanos, de
de consideraciones que vayan más allá de las es- Marcela Patricia Restom Pérez (2006). Para esta au-
trictamente narratológicas” (Rodríguez, 2006). tora, en una adaptación se debe analizar el mane-
Mientras, en el tercer campo de estudio, otros jo y uso de las técnicas de edición, la composición
especialistas de las adaptaciones de obras literarias de los planos, los puntos de vista, la capacidad de
al cine han abogado por el enfoque intertextual. alternancia visual (el manejo de acciones simultá-
Entre ellos se destaca Ángel Vilanova (1986), quien neas en distintos lugares) y cuestiones de la puesta
fue uno de los primeros en llamar la atención, en escena, música, efectos de sonido que consti-
desde el punto de vista teórico, acerca del valor tuyen el sistema enunciativo del filme. Como se
de la transtextualidad genettiana para el estudio observa, aboga por el medio cinematográfico, pa-
de la adaptación. También Robert Stam, quien es ra lo cual centra su análisis en la actuación de los
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actores, la música, los efectos de sonido y las imá- Otros términos que se han utilizado en la bi-
genes, las características del encuadre y la adecua- bliografía para denominar el complejo proceso
ción de la puesta en escena. Restom describe los de un pasaje de un texto escrito al formato ci-
intertextos no literarios que funcionan dentro del nematográfico son: traslación, versión, traduc-
texto fílmico y no sujeta la película únicamente a ción, transposición, trasvase, transfiguración,
los requerimientos de la novela para no continuar reescritura, transmutación, variatio, concreti-
con la subordinación del cine ante la literatura. zación, hipertexto, transmodalización, transco-
De importancia para este trabajo son las con- dificación, transmodificación, transformación,
sideraciones de José Luis Sánchez Noriega en su transficcionalización, apropiación, transición
libro De la literatura al cine. Teoría y análisis de de lenguajes, traspolación, recreación, conden-
la adaptación (2000). Aunque este texto apenas sación, síntesis, transplantación y transcripción.
se menciona en los estudios acerca de las adap- A pesar de que el término adaptación ha me-
taciones de obras literarias al cine, son útiles las recido la crítica de varios intelectuales, ningu-
reflexiones de su autor en torno al proceso adapta- no de los otros utilizados hasta el momento lo
tivo y la noción de fidelidad a la obra original. Hay ha desplazado. Precisamente, Sánchez Norie-
que destacar la definición que ofrece del término ga (2000) ha insistido en señalar la ventaja del
adaptación como: empleo del vocablo adaptación para referirse a
este proceso, por ser el más empleado. Aunque
El proceso por el que un relato, la narración de no niega otras denominaciones. Así, apunta:
una historia, expresado en una forma de texto lite- “Las adaptaciones, trasposiciones, recreacio-
rario, deviene, mediante sucesivas transformaciones nes, versiones, comentarios, variaciones o co-
en la estructura (enunciación, organización y ver- mo quiera que se denominen los procesos por
tebración temporal), en el contenido narrativo y en los que una forma artística deviene otra”. (p.
la puesta en imágenes (supresiones, compresiones, 23).
añadidos, desarrollos, descripciones visuales, dia- Se puede hablar, indistintamente, de adapta-
loguizaciones, sumarios, unificaciones o sustitucio- ciones para denominar el proceso más amplio
nes), en otro relato muy similar expresado en forma de cambio de una obra en otra, que convencio-
de texto fílmico (Sánchez, 2000, p. 47). nalmente puede llamarse adaptación o trans-
posición (adaptada o transpuesta), tal como
El concepto adaptación en su acepción eti- sugiere Sánchez Noriega.
mológica ofrece la idea de “acomodo”, de ajuste Por último, en relación con el empleo de
entre dos cosas, téngase en cuenta que viene del este término, cuando en este trabajo se expli-
prefijo latino ad- que significa “a” y del verbo apta- ca o define lo que es adaptación, se está de-
re que remite a “acomodar”, “ajustar”. Su sentido finiendo, en primera instancia, un fenómeno,
general es “hacer que una cosa forme con otra uni- más que una palabra. Esto quiere decir que el
dad adecuada” (RAE, 2001). En la mayoría de los peso o interés principal está puesto en el refe-
trabajos sobre este aspecto, el término remite es- rente y no en el objeto léxico que le sirve de
pecíficamente al “acomodo” de un texto literario rótulo. De manera que, así como se ha optado
a otro medio artístico: la pantalla. Hay, por tanto, por la palabra adaptación para dar nombre al
un vínculo al menos entre dos textos: el original, fenómeno, se habría podido escoger algún otro
literario, y el adaptado, cinematográfico. Pero no de sus sinónimos sin menoscabo de la noción
ha sido homogénea la terminología empleada en expresada.
relación con las adaptaciones.
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