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Infinitivos nominales y verbales en español (1)

El interés que ha suscitado el estudio del infinitivo en los trabajos gramaticales


recientes, se ha centrado en dos cuestiones fundamentales: la aparente ambivalencia
respecto a su naturaleza categorial (nombre o verbo) y el estatuto oracional de dicha
forma verbal. En el presente trabajo nos limitaremos al primero de ellos; en concreto,
defenderemos la hipótesis de que los infinitivos en español no son piezas
sincategoremáticas ni contienen variables categoriales en el lexicón, sino que se definen
por estar especificados positivamente para las propiedades o rasgos verbales y
negativamente para las nominales; es decir, son verbos. Será posteriormente en la
sintaxis donde el rasgo nominal negativo del infinitivo podrá sufrir determinadas
variaciones que expliquen su apariencia nominal.

En el modelo de Principios y Parámetros de la Gramática Generativa la categoría


gramatical nombre está definida como [—V+N], en contraposición al verbo,
caracterizado como [+V —N]. Sin embargo, si nos fijamos en los datos de (1) y (2)
observaremos que los infinitivos ilustrados manifiestan una diferencia sintáctica clara,
origen de un problema categorial que
habrá que resolver.

(1)

a. Juan pensó [llegar tarde].


b. Ana lamentó [suspender a los alumnos].
(Ejemplos de Fernández Lagunilla y Anula, 1994.)

(2)

a. Se promulgó una ley contra el beber de los jóvenes.


b. El continuo criticar de Pedro me molesta.
(Ejemplos de Fernández Lagunilla y Anula, 1994.)

Aunque en términos sencillos podemos calificar los infinitivos de (1) como verbales,
frente a los de (2), que serían nominales, en lo que sigue vamos a argumentar a favor de
la siguiente hipótesis:

Tanto los infinitivos de (1) como los de (2) son verbos en el lexicón y el carácter
nominal de los datos de (2) se deriva de un proceso de neutralización categorial que
tiene lugar en el ámbito de la sintaxis.

Desde el punto de vista morfológico, un infinitivo, como cualquier otra pieza léxica,
está sujeto a las reglas de formación de palabras que operan en el lexicón. Admitido este
supuesto, una manera de entender qué es un infinitivo consiste en indagar en el proceso
mismo de su formación léxica. De acuerdo con esto, podemos interpretar los infinitivos
de dos formas: como una palabra simple, como en (3), o como una palabra compleja
formada por una "base" más un "afijo de flexión", como en (4):

(3)
[andar][+V —N]
(4)
[anda[r]][+V —N]

Si optamos por la primera solución, nos tendríamos que enfrentar de inmediato al


problema de cómo hacer compatibles el requisito morfológico de que las palabras
simples estén etiquetadas categorialmente con la ambivalencia categorial ilustrada en
los ejemplos de (1) y (2). Ante la cuestión planteada caben dos análisis: o bien tenemos
una entrada léxica diferente para cada infinitivo en el lexicón, como se recoge en (5), o
bien tenemos una pieza léxica sincategoremática o parcialmente etiquetada en el
componente morfológico, como se ilustra en (6):

(5)

a. [andar][+V —N]
b. [andar][—V +N]

(6)

[andar][?V ?N]

Sin embargo, no podemos aceptar la propuesta de análisis anterior en cualquiera de sus


dos variantes porque origina una serie de inconvenientes más graves que el propio
problema categorial con el que nos enfrentamos. Así, por ejemplo, un análisis
satisfactorio a favor de la hipótesis de (5) debería explicar si todas aquellas piezas que
muestran distintos comportamientos sintácticos deben tener n-duplicada su entrada en el
lexicón. Una respuesta afirmativa, como cabría esperar de la hipótesis mencionada,
implicaría sobrecargar el componente léxico de forma ilimitada y costosa. En el caso de
que optásemos por el análisis de (6), deberíamos determinar qué piezas son las que
carecen de definición categorial en el lexicón y por qué.

Dados los serios problemas planteados por las tesis anteriores, proponemos que la
solución pasa por aceptar la hipótesis ilustrada en (4), esto es, considerar el infinitivo
como una palabra compleja morfológicamente, constituida por una base verbal o tema
más un afijo de flexión, según refleja el esquema de (7):

(7)

Tanto la base verbal como el sufijo flexivo tienen una serie de propiedades, algunas de
las cuales conviene detallar.

En primer lugar, según Scalise (1984), los temas están etiquetados como [TemaX],
donde X es una categoría léxica principal. De acuerdo con esto, la base verbal de (7)
estaría definida como en (8):

(8)
[anda_][+V —N]
En segundo lugar, los morfemas flexivos no cambian la categoría gramatical de la base
en la que se insertan, aun cuando posean información categorial en su estatuto léxico,
como vemos en (9):

(9)
[_r][+V]

En conclusión, toda base verbal a la que se adjunta un morfema flexivo de infinitivo se


interpreta categorialmente en el lexicón de la forma esquematizada en (10), y se inserta
en la sintaxis como un verbo:

(10)

A continuación probaremos las afirmaciones realizadas a propósito de la configuración


léxica del infinitivo a través de distintos procesos que actúan en el componente
morfológico.
El primer proceso que examinaremos tiene que ver con la formación de compuestos
sintácticos constituidos por un verbo y un sustantivo, del tipo de los ilustrados en (11):

(11)

a. Lava[coches]
b. Guarda[costas]
c. Saca[muelas]
d. Corta[cesped]
e. Limpia[botas]

En (11) los compuestos se forman a partir de una base verbal, desprovista de morfemas
flexivos, a la que se le añade el sustantivo en cuestión. No es posible añadir el
sustantivo al infinitivo, como lo demuestran los ejemplos de (12), sino a la base verbal,
en consonancia con otra propiedad de la formación de palabras, como es que las reglas
flexivas sean las últimas en aplicarse, una vez que las reglas derivativas o los procesos
compositivos han tenido lugar:

(12)

a. *Lavar[coches] *Lavaba[coches]
b. *Guardar[costas] *Guardará[costas]
c. *Sacar[muelas] *Sacamos[muelas]
d. *Cortar[cesped] *Cortaré[cesped]
e. *Limpiar[botas] *Limpiaremos[botas]

(11) y (12) son pruebas a favor de la hipótesis de analizar el infinitivo como una palabra
compleja, formada por dos constituyentes: una base verbal y un morfema flexivo.
En (13) y (14) tenemos sustantivos derivados de verbos:

(13)

a. Tolera[ncia]
b. Abunda[ncia]
(14)

a. Juga[dor]
b. Anima[dor]

Al igual que ocurría en (12) con respecto de (11), no es posible añadir los sufijos
derivativos [_ncia] y [_dor] a los infinitivos, como lo demuestran los ejemplos de (15) y
(16), sino tan sólo a la base verbal:

(15)

a. *Tolerar[ncia]
b. *Abundar[ncia]

(16)

a. *Jugar[dor]
b. *Animar[dor]

De nuevo, la formación de palabras a través de la derivación es una prueba a favor de


analizar el infinitivo como una palabra compleja. Pero, además, los ejemplos derivativos
anteriores nos muestran que la rotulación categorial propuesta para la base verbal de los
infinitivos es la adecuada: hemos podido formar los sustantivos de (13) y (14) a partir
de sus respectivas bases verbales porque los morfemas derivativos [_ncia] y [_dor] se
adjuntan a verbos y no a nombres.
Los ejemplos de (11), (13) y (14) demuestran por tanto que no podemos considerar
correcta, para el español, la hipótesis de la inespecificación categorial de los infinitivos
reflejada en (6); por contra, en el lexicón la base verbal contiene una especificación
categorial de acuerdo con el estatuto léxico verbo y, por tal razón, la adición de
morfemas flexivos no cambia la categoría gramatical de la base. Sin embargo, esto no
explica los datos de (17), en donde tenemos claramente infinitivos con propiedades
nominales:

(17)

a. El constante fumar es molesto.


b. El tortuoso respirar del moribundo nos lleno de pavor.
c. Notó que había cesado el monótono mecer de la cuna.

(Ejemplos de Plann, 1981.)

Dejaremos de lado, por el momento, esta cuestión y asumiremos que los infinitivos
tienen la estructura propuesta en (10), con la etiqueta categorial de [+V —N] y
asumiremos, también, que los afijos flexivos del verbo, los que denotan rasgos de
concordancia, tiempo o aspecto, pueden tener el estatuto de primitivos sintácticos, esto
es, pueden concebirse como núcleos de categorías sintácticas. De acuerdo con tales
supuestos, podemos descomponer el sintagma flexión (SFLEX), siguiendo a Chomsky
(1989, 1992) y Pollock (1989), en dos componentes sintagma concordancia (SCONC) y
sintagma tiempo (STPO),
y considerar el morfema —r como núcleo del STPO. En resumen, un infinitivo como
cantar estaría definido categorialmente como verbo, con un nivel flexivo, representado
por el sufijo —r, que daría lugar al núcleo funcional TPO, proyectable en un STPO que
configuraría un SFLEX defectivo, en tanto que carecería del núcleo CONC.
La hipótesis recogida en (10) tiene, como correlato sintáctico (adoptando el formalismo
del movimiento de núcleo a núcleo), la estructura de (18), en donde tenemos una flexión
(identificada con el STPO) caracterizada como [—CONC +TPO]:

(18)

En cuanto al problema categorial de los infinitivos que aquí nos ocupa, de (10) y (18) se
desprende una importante consecuencia: el infinitivo por sí solo es un verbo y, como tal,
no admitirá tratamientos oracionales o nominales (en principio no es equivalente a un
verbo con flexión finita ni a un nombre).
La consecuencia señalada anteriormente establece que un infinitivo por sí mismo debe
ser interpretado en términos de SV y no como un SN, puesto que nuestra hipótesis parte
de la suposición de que los infinitivos no contienen variables categoriales en su estatuto
léxico. Los datos de (19) y (20) apoyarían esta idea:

(19)

a. Cantar bien.
b. Romper cristales.
c. Haber roto un jarrón.
d. Ser visto por la gente.
e. Tener que marcharse.
(20)

a. *Cantar bueno.
b. *Romper de cristales.

En (19) el infinitivo aparece con un adverbio (19a), con objeto directo (19bc), en forma
compuesta (19c), en forma pasiva (19d) o con perífrasis modales (19e); formas todas
ellas acordes con su estatuto léxico [+V -N]. Los sintagmas de (19) pueden aparecer
también en contextos como los de (21)

(21)

a. ¡Cantar bien! ¡Qué disparate!


b. ¡Comer fruta! ¡Qué asco!

Por contra, los infinitivos de (20) no pueden manifestar propiedades nominales y, por
ello, no admiten adjetivos (20a), ni complementos del nombre (20b), y tales sintagmas
no podrían encontrarse en contextos semejantes a los de (21), como vemos en (22):

(22)

a. *¡Cantar bueno! ¡Qué disparate!


b. *¡Comer de fruta! ¡Qué asco!
Los datos anteriores son pruebas en contra de la consideración del infinitivo como una
categoría léxica neutralizada. Sin embargo, es cierto que el infinitivo puede aparecer en
contextos nominales como los de (23) y (24):
(23)

a. El viajar continuo de María.


b. El buen vivir de la gente.
(Ejemplos de Bosque, 1989.)

(24)

a. Su caminar cansado.
b. Este tiritar de frío.
c. Ese telefonear de Pedro.

Nótese que las variantes verbales correspondientes a (23) son también posibles, según
muestran los ejemplos de (25):

(25)

a. El viajar continuamente María.


b. El vivir bien la gente.
(Ejemplo de Bosque, 1989.)

En cambio, no podemos encontrar sintagmas verbales equivalentes a los de (24), como


se ve en (26):

(26)

a. *Su caminar cansadamente.


b. *Este tiritar fríamente.
c. *Ese telefonear Pedro.

La posibilidad de tener infinitivos con propiedades nominales, como los de (2), (23) y
(24), no se debe a la existencia de una variable categorial en su etiqueta léxica, sino a
que tales infinitivos han sufrido un proceso de neutralización del valor negativo del
rasgo nominal que afecta a su definición categorial y a su posterior comportamiento
sintáctico. Dicho proceso, que explicaremos enseguida, tiene lugar en la sintaxis y es
independiente del propio estatuto léxico de los infinitivos.
Lamentablemente, no podemos extendernos en la descripción de los mecanismos
formales que explican el cambio categorial (2) y, por esta razón, aquí nos limitaremos a
esbozar en qué consiste básicamente el proceso de transmutación que sufren los
infinitivos en el componente sintáctico.
Partamos de los siguientes datos, tomados de Bosque (1989):

(27)

El viajar.

(28)
El viajar continuo de María.

A primera vista, podríamos pensar que el infinitivo de (27) y (28) es ahora un nombre y
que ha sufrido un cambio categorial. Sin embargo, este análisis es descartable si nos
fijamos en (29) y (30):

(29)

El viajar continuamente María.


(Ejemplo de Bosque, 1989.)

(30)

*Los viajares continuos de María.

Nótese que, según (29), seguimos teniendo un infinitivo verbal, mientras que en (30), el
supuesto infinitivo nominal de (28) no admite la flexión nominal de número típica de
los nombres.

Una forma de dar cuenta de los datos anteriores sería suponer que existe un proceso de
cotejo de las matrices de rasgos del determinante y del infinitivo cuando constituyen
una proyección o unidad sintagmática de nivel superior y que tal proceso afecta al rasgo
nominal de la matriz categorial del infinitivo del modo que ilustramos en (31).

(31)

Lo que hemos hecho en (31) es legitimar dos tipos de procesos en la proyección de los
rasgos categoriales al ir contrastándose las matrices correspondientes en su ascenso
hasta los constituyentes máximos de que dependen. En primer lugar, la base léxica del
infinitivo ha contrastado sus valores categoriales con el valor especificado en el sufijo
flexivo -r a través de un procedimiento de coindización, cuyo resultado ha sido la
constitución de una nueva estructura de rasgos categoriales, cuya etiqueta es del tipo de
la de (32),

(32)

[[+V] —N]

en donde el rasgo coindizado se ha constituido en núcleo categorial. Posteriormente,


esta nueva matriz de rasgos se ha contrastado con la etiqueta categorial del determinante
y se ha producido una neutralización categorial del rasgo nominal, como se ilustra en
(33):

(33)

[[+V] aN]

En (33) el rasgo nominal neutralizado, anotado mediante el signo "alfa", equivale a


contener la variable exponencial [±]. Por tal razón, infinitivos como el de (27) podrán
interpretarse como nominales, por ejemplo en (28), o como verbales, es el caso de (29),
pero nunca como verdaderos nombres (30), al mismo tiempo que no perderán algunas
de las propiedades intrínsecas a su núcleo categorial [+V], como la de llevar objeto
directo, como vemos en (34):

(34)

a. El continuo dar dinero de María.


b. El dar continuamente dinero María.

En conclusión, un infinitivo neutralizado por un determinante en la sintaxis quedaría


formalizado conforme a (35):

(35) Det Infinitivo SDET.


El viajar El viajar
1 2 3
[+N] [-N [+V] ] [±N [+V] ]

En (35), el rasgo [N] ha sido neutralizado por la asignación de la variable [±] y es la


proyección sintáctica SDET la que contiene esa etiqueta categorial, mientras que el
determinante permanece con su especificación en un nivel jerárquico inferior, al igual
que le sucede al infinitivo, invariable en los dominios de su proyección. Éste es un
proceso de neutralización categorial determinado y producido en la sintaxis.

En general, los ejemplos ilustrados en (36) se explicarían por un proceso equivalente:

(36)

a. Juan criticó [Sdet el [enfervorecido [hacer gimnasia de Pedro]]].


b. Vio [Sdet el [bailar de María]].
c. [Sdet El [triste lamentar de los pastores]] nos entristeció.
d. Observó [Sdet el [elegante caminar de María]].
e. Está orgulloso d[Sdet el [elocuente hablar de su hijo]].
f. Se promulgó una ley contra [Sdet el [excesivo beber de los jóvenes]].

Los infinitivos nominales vistos anteriormente contrastan con los infinitivos verbales de
(37):

(37)

a. Juan pensó [SV llegar tarde]


b. Juan lamentó [SVsuspender a los alumnos]
c. Juan deseó [SV telefonear]

Estos infinitivos no sufren ningún proceso de neutralización categorial y se comportan


plenamente como verbos. Como tales, admiten la presencia de objetos directos,
propiedad esencial de los verbos, así como modificadores adverbiales, perífrasis
aspectuales, modales y formas pasivas propias de los SSVV, según se ejemplifica en
(38):
(38)

a. Juan pensó [cantar la Traviata/la en la ópera].


b. Juan pensó [comprar las acciones/las].
c. Juan pensó [haber cantado perfectamente la Traviata].
d. Juan pensó [estar cantando la Traviata demasiado tiempo].
e. Juan pensó [ser aborrecido por el público de tanto cantarla].
f. Juan pensó [poder cantarla sin problemas].

pero no pueden admitir comportamientos definitorios de los SSNN, como tolerar


adjetivos, según vemos en (39):

(39)

a. *Juan pensó [haber cantado tosco/perfecto la Traviata].


b. *Juan pensó [suspender continuo a los alumnos]
c. *Juan pensó [escribir bueno]
d. *Juan pensó [telefonear correcto]

Igual ocurre con los infinitivos complementos de adjetivos o preposiciones, como


vemos en (40) y (41):

(40)

a. Está orgulloso de [ganar mucho dinero].


b. Es propenso a [cantar en público].
c. Son expertos en [arreglar averías].

(41)

a. María soñó con [robar gallinas].


b. Compró lotería para [ganar el premio].
c. Se empeño en/por [jugar a la bolsa].

Tales infinitivos son SSVV y no pueden interpretarse como SSNN, como vemos en
(42):

(42)

a. *Está orgulloso de [ganar cómodo mucho dinero].


b. *Compró lotería para [ganar de María].

Para terminar, la justificación empírica y teórica que hemos aportado nos permite
concluir recordando que, en efecto, como señalábamos al comienzo de esta exposición,
el infinitivo no es una categoría "mixta", "híbrida" o "neutralizada" en el léxico, no sólo
porque los hechos empíricos analizados así parecen indicarlo, sino también porque no
encontramos ninguna razón para que sean determinadas unidades léxicas del paradigma
verbal (infinitivos, gerundios y participios) las que se neutralicen y no otras.
Asimismo, dado que en las lenguas existen ejemplos de otras clases de palabras o
categorías afectadas de "hibridismo", o comportamiento no unívoco, habría que
preguntarse por qué no decimos que todas las categorías gramaticales están
neutralizadas. Una contestación afirmativa a la cuestión planteada no nos parece muy
probable, ni desde el punto de vista teórico-metodológico ni desde la perspectiva de la
adquisición del lenguaje. En cambio, sí consideramos factible la posibilidad de que las
categorías, si bien no son mixtas "por sí mismas" (esto es, en el léxico), puedan verse
afectadas por algún mecanismo de neutralización de sus rasgos al insertarse en
constituyentes más extensos. De este modo, no es necesario establecer dos o más clases
de infinitivos (nominales y verbales), puesto que tales propiedades se derivarían
independientemente de principios generales que rigen la organización de la estructura
sintagmática o de constituyentes.

Notas.

1.Este trabajo fue discutido en el Seminario "las cláusulas-tze del vasco y el infinitivo
español" organizado por el Dpto. de
Filología Vasca (Universidad del País Vasco, junio de 1994) y en el "XXIII Simposio
de la Sociedad Española de
Lingüística" (Lleida, diciembre de 1994). La versión que aparece ahora coincide en
lo esencial con lo exposición
realizada en aquellas ocasiones, aunque hemos hecho algunas modificaciones que no
alteran la propuesta defendida
entonces. Por otra parte, queremos expresar nuestra gratitud a Joaquín Aguirre por
concedernos la oportunidad de
publicar estas páginas, así como a la D.G.I.C.Y.T. que ha financiado la investigación
que subyace a este trabajo con las
ayudas concedidas al proyecto PS93-0032.

2.Para esta cuestión véase M. Fernández Lagunilla y A. Anula (1994) y (1995).

Referencias Bibliográficas:

Bosque, I. (1989): Las Categorías Gramaticales. Madrid: Síntesis.

Chomsky, N. (1989): "Some Notes on Economy of Derivation and Representation",


MIT Working Papers in
Linguistics, 10, 43-74.

Chomsky, N. (1995): The Minimalist Program. Cambridge (Mass.): MIT Press.

Fernández Lagunilla, M. y A. Anula (1994): "Procesos de filtrado de rasgos


categoriales en la sintaxis. Los infinitivos y la
legitimación del caso nominativo". En V. Demente (ed.). Gramática del Español.
México: El Colegio de México
(monografía de la Nueva Revista de Filología Hispánica). pp.. 471-530.
Fernández Lagunilla, M. y A. Anula (1995). "Observaciones sobre la flexión de los
infinitivos". En P. Goenaga (ed.). De
Grammati
ca Generativa. Gasteiz: Universidad del País Vasco (anejos del Anuario del
Seminario de Filología Vasca "Julio de
Urquijo", XXXVIII). Pp. 185-198.
Plann, S. (1981): "The two el + infinitive constructions in Spanish", Linguistic
Analysis, 7,3, 203-240.
Pollock, J.Y. (1989): "Verb, movement, UG and the Structure of IP", Linguistic
Inquiry, 20, 365-424.
Scalise, S. (1984): Generative Morphology. Dordrecht: Foris.

© Alberto Anula Rebollo y Marina Fernández Lagunilla 1997

El URL de este documento es


"http://www.ucm.es/OTROS/especulo/numero5/a_anula.htm"

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