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Métodos Y Reglas De Interpretación Constitucional.

La interpretación de la Constitución, es decir, el proceso mediante el cual se indaga el


sentido de una norma constitucional con el fin de aplicarla, es un tema de interés
relativamente reciente en la doctrina jurídica. Nada se dijo sobre ella durante siglo y
medio de desarrollo del Derecho Constitucional. Como nos recuerda el profesor Pérez
Royo, en los tratados de Derecho Constitucional del siglo XIX y de las primeras décadas
del XX, no constaba un apartado, mucho menos una lección, dedicados a la
interpretación de la Constitución. En definitiva: Se trataba de una cuestión inexistente.
Sólo a partir de los años cincuenta del siglo pasa do el tema cobra importancia y
empieza a configurarse lo que sería una teoría de la interpretación constitucional.
¿Quiere decir esto que en la actualidad, iniciado ya el siglo XXI, se le otorga la debida
importancia al estudio de la interpretación constitucional y existe claridad sobre ella?
No necesariamente. Aun hoy en muchos países: Uno de los te mas quizás menos
estudiados por quienes se dedican al derecho público, es el de la interpretación de la
Constitución. Es una materia que casi no se menciona en los cursos regulares.

En el Ecuador el derecho constitucional ha ocurrido y ocurre igual. La mayor parte de


quienes han teorizado sobre el Derecho Constitucional tampoco ha reservado un
espacio adecuado para el tratamiento de la interpretación de la Constitución y, como
nos dice el doctor Pérez Loose, la singularidad del tema no ha sido lo suficientemente
apreciada por los operadores jurídicos, incluyendo al Tribunal Constitucional. Esto,
como es fácil deducir, ha traído negativas consecuencias para la práctica y el desarrollo
del Derecho, sobre todo en el campo del control de la constitucionalidad, máxime
cuando: El problema de la interpretación constitucional es la esencia del control
constitucional. En efecto, la expulsión del ordenamiento jurídico de una ley o una
norma de inferior jerarquía, producto del control constitucional, dependen de la
interpretación de dicha ley o norma inferior según la Constitución y, en último
término, de la interpretación de la propia Constitución.

Interpretación Teleológica

Teleológico es un adjetivo que refiere a aquello que está vinculado a la teleología.


Según define el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la teleología es la
doctrina centrada en las llamadas causas finales (es decir, los fines).

Las reflexiones siguientes quieren ceñirse a la interpretación finalista o teleológica de


la Constitución, que tantas veces nos orienta sobre el verdadero sentido de un
precepto cuando, perplejos ante su dicción literal, sus antecedentes históricos y su
inserción sistemática en un capítulo o un título de la norma suprema, nos preguntamos
qué es lo que en realidad se pretende con tal precepto. No se trata tanto, aunque
también, de las clásicas preguntas sobre la voluntas constitutionis (voluntad
constitucional) o la voluntas constituentis, (voluntad del fin) sino, más radicalmente,
cuál es el cometido o función de tal precepto en el conjunto normativo en el que se
instala o en la institución que contribuye a regular jurídicamente.

Por lo que a este trabajo importa, esa interpretación sistemática, en su sentido más
pleno, incluye los otros tres modelos savignyanos y el elemento teleológico, pues los
fines, los valores y las opciones políticas también forman parte de la Constitución,
están en su articulado, informan sus preceptos: «La Constitución —dice su supremo
intérprete— incorpora un sistema de valores cuya observancia requiere una
interpretación finalista de la Norma fundamental» , que busque, además, la
proporcionalidad entre los actos y sus consecuencias. Por otra parte, uno de los
principios tácitos antes aludidos en el epígrafe anterior, pero casi omnipresente en la
Constitución es este de la interpretación finalista de los preceptos, o, al menos, de
algunos de ellos.

De manera que, según estamos comprobando, la interpretación finalista se impone en


determinadas ocasiones. Pero es igualmente exigible dicha interpretación en los
demás sectores del Ordenamiento constitucional, habiendo como hay muchas
competencias compartidas por el poder central y los autónomos, debe buscarse la
finalidad de cada precepto pertinente para identificar al titular de la facultad concreta
controvertida. “A la postre, la interpretación teleológica de las normas constitucionales
exige que, junto a la finalidad de la norma, se busque el telos de la propia Constitución,
que no es otro que la creación y mantenimiento de un orden abierto a todas las
posibilidades respetuosas de la dignidad humana y de la libertad, y que no impida la
alternativa política” (F. RUBIO LLORENTE). A ese todo normativo, presidido por unos
valores que le confieren unidad de sentido, se deben acomodar todas las demás piezas
del Ordenamiento.

La interpretación teleológica, desde el punto de vista semántico, consiste en la


realización de los fines que persigue todo texto normativo; es preciso recalcar, que el
intérprete tiene que obligatoriamente recurrir a las disposiciones normativas que la
constitución determina en su contenido garantista y que permita la consecución del fin
último: el buen vivir o Sumak Kawsay.

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