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ISSN: 0250-7161
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Pontificia Universidad Católica de Chile
Chile
Revista eure (Vol. XXXII, Nº 96), pp. 146-148. Santiago de Chile, agosto de 2006
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go, el autor se pregunta cómo es ambiente. Así, el autor habla de y los impactos sobre la biota. La
que justamente entre los pueblos un continuum que comienza con visión de la ciudad como un pro-
que practican las religiones orien- el nivel individual, sigue con el blema en sí misma conduce a la
tales se han desarrollado “las local, luego el regional, el nacio- idea de un destino fatal inexora-
hambrunas más espantosas y las nal y finalmente el global. Señala ble, no dejándose entrever formas
expoliaciones más feroces del am- que se trata de una escala basada de desarrollo urbano alternativas,
biente”, mostrándose crítico fren- en sucesivas agregaciones de indi- o bien, las propias ventajas que
te a la explicación de los viduos, con organizaciones cada una organización compleja como
ambientalistas que dicen que ello vez más complejas y que ocupan una ciudad puede llevar a cabo
se debe a la negativa influencia de extensiones de territorio cada vez para abordar eficazmente las difi-
la civilización occidental. Si bien más amplias. Ello “va aumentan- cultades que la aquejan.
después no se vuelve explícita- do su posibilidad de manejo de
mente sobre el tema, el análisis los recursos del ambiente y su ca- Hacia el final del libro, el autor
posterior de lo que se debe enten- pacidad de alterar sus característi- dedica un capítulo completo al
der por desarrollo sostenible en cas originales mediante la degra- “desarrollo sostenible”, el cual abor-
un marco global e integral parece dación, la contaminación y la in- da desde una fuerte posición críti-
entregar una respuesta a esta inte- troducción de nuevos elementos ca, que resulta absolutamente ac-
rrogante. En efecto, más adelante en los ecosistemas”. tual en nuestro medio. Al respec-
se señala que los esfuerzos aislados to, el título del referido capítulo
por lograr un desarrollo sosteni- Sin duda las ciudades se ubi- (IX) ya es revelador: “Desarrollo
ble, por ejemplo a escala local, no can en alguna parte de este Sostenible: ¿una nueva utopía?”.
son suficientes si ello no se replica continuum de creciente compleji- El escepticismo original del autor
a niveles territoriales superiores. dad. Si bien el autor no hace refe- frente al concepto queda claro cuan-
rencia explícita a ellas cuando se do señala que “desarrollo sosteni-
Por cierto, el autor –geógrafo refiere a las escalas, más adelante ble es [...] una meta a alcanzar, una
argentino de vasta trayectoria– no alude al “hábitat concentrado” posibilidad que aparece en el futu-
podía dejar pasar el tema de las cuando analiza el impacto de las ro y que tal vez nunca alcanzare-
escalas. Ellas son analizadas tanto diversas actividades humanas en mos”. Más adelante el lector en-
en su dimensión temporal como el ambiente. “La gradual concen- tiende que el escepticismo del au-
espacial. Así, desde un punto de tración de la población del mun- tor se funda en la contradicción
vista temporal, contrapone las es- do en un hábitat donde los ele- que se manifiesta entre las líneas de
calas que se refieren a la actividad mentos hechos por el hombre son pensamiento económico prevale-
humana versus las que se refieren a predominantes es un hecho rela- cientes en el mundo, enmarcadas
los ciclos de la naturaleza. Sostie- tivamente moderno, pero tal vez en la teoría neoliberal del libre mer-
ne que las reducidas escalas que el que mejor ejemplifica los pro- cado y “el deplorable estado
maneja el hombre en relación con blemas de degradación ambien- socioambiental del mundo [que]
su propia vida o historia no le han tal [...]. La capacidad de impacto se debe justamente a la actividad
permitido comprender las escalas ambiental de la ciudad se explica ‘espontánea’ de individuos o gru-
de su ambiente, llevándolo a su por la propia razón de su existen- pos económicos que no son con-
propia escala y medida sin consi- cia: la proximidad espacial de sus trolados por la sociedad”. Agrega
derar la dinámica y ritmos de los habitantes”. En seguida el autor que “los problemas ambientales
procesos naturales. Esta “ignoran- analiza los distintos tipos de pro- exigen una planificación nacional
cia”, en palabras del autor, lleva “a blemas ambientales que caracteri- y regional, y esta planificación (a la
correr riesgos ambientales que zan a la ciudad, con una mirada que se le puede dar cualquier nom-
podrían ser totalmente previsi- que se centra más en la urbe mis- bre si su nominación original pare-
bles”. En una dimensión espacial, ma que en sus relaciones con otros ce demasiado urticante) no puede
es interesante la referencia a una sistemas. De esta forma, se refiere de ninguna manera ser reemplaza-
escala etnocéntrica, enmarcada en a la contaminación del aire y del da por el llamado ‘libre juego de
la relación entre la sociedad y el agua, la degradación de los suelos los mercados’”.
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Más adelante el autor adopta es menos cierto que la no conside- co, que solamente son respuestas
una postura más positiva frente al ración de las comunidades locales puntuales a problemas coyuntu-
concepto de desarrollo sostenible, puede reforzar disparidades socio- rales y no tratamientos sostenidos
intentando su reedificación sobre territoriales y, según sea el caso, y prolongados que van al fondo y
una racionalidad que permita su atentar –entre otros– contra la di- no a la superficie del tema”.
aplicación operativa. Así, concibe versidad cultural y biológica, por
el desarrollo sostenible en térmi- lo que parece más adecuada una En síntesis, el libro tiene el
nos amplios desde un punto de mirada integral, que posibilite un valor de presentar en forma senci-
vista de la escala territorial a consi- análisis transversal de las distintas lla y sucinta un tema complejo,
derar, es decir, la decisión de utili- escalas territoriales, sin necesidad que se ha mantenido en el ámbito
zar o no un recurso no puede fun- de subordinar unas bajo las otras. del interés público durante al
damentarse sólo en su disponibi- menos los últimos 30 años de
lidad, necesidad de uso o impac- Finalmente, el autor reco- nuestra historia. Si bien el autor
to a nivel local, sino que debe to- mienda que el Estado adopte una no deja de plantear su posición
mar en cuenta un contexto ma- política activa ante los problemas personal frente a cada uno de los
yor, ya sea regional, nacional o glo- ambientales, la cual debiera ser problemas que aborda, entrega los
bal. “La sostenibilidad del desa- fundamentalmente preventiva y, suficientes elementos de análisis
rrollo se basaría en las necesidades por ende, basarse en conocimien- para que el lector asuma su propia
de la sociedad y sus relaciones con tos sólidos acerca de los fenóme- perspectiva frente a ellos, invitán-
el ambiente, definidos ambos en nos y procesos ambientales. Ello dolo a una reflexión crítica que en
términos amplios y no en la significa que tendrá que relacio- muchos casos despertará su inte-
sostenibilidad per se del ambiente narse con universidades y ONGs, rés por seguir profundizando en
y de las comunidades locales”. Si buscando visiones amplias e la temática planteada.
bien esto lleva al autor a señalar interdisciplinarias. “El conoci-
que los Estados no se pueden des- miento de los temas podría gene-
entender de sus responsabilida- rar una política ambiental pro-
des descentralizando todo sin asu- funda y continuada, dejando de
lado las de tipo esporádico y cícli- Claudia Rodríguez Seeger*
mir ninguna responsabilidad, no
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