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PRESENTACIÓN
EJES TEMÁTICOS
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ANEXOS
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Departamento de Educación
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Presentaci ó n
El Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey y la Galeria Fortes Vilaça presentan la
exposición La lengua de Ernesto. Retrospectiva 1987-2011 , que rinde homenaje al
trabajo del aclamado artista brasileño Ernesto Neto, una seductora producción que
invita a la experimentación sensorial y al redimensionamiento de la relación entre
el arte, el público y el espacio de exhibición. La exposición presentada en MARCO
es la primera retrospectiva del trabajo de Ernesto Neto, cuyos temas profundizan en
la exploración de las propiedades formarles de la escultura y sus posibilidades,
así como en la reflexión sobre la economía del arte-objeto. La muestra —que incluye
escultura, fotografía y video— traza el desarrollo del trabajo de Neto desde sus
primeros trabajos experimentales realizados a finales de la década de 1980 y
principios de 1990, hasta la actualidad. A las instalaciones y esculturas las
acompañará una muestra de dibujos elaborados con distintas técnicas, como tinta
sobre papel; bolígrafo de plata y tinta sobre papel; grafito sobre papel; cera e
hilo sobre papel; yeso sobre papel, y cera, cuerda y grafito sobre papel.
Adicionalmente, el Patio de las Esculturas albergará a Mitodengo (2009), estructura
de acero que asemeja una enorme creatura abstracta que alza del suelo. Finalmente,
una sala dedicada a actividades educativas complementará la muestra.
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Tambor, 2010. Crochet, piedra de lava, piano, tambores Afro-Brasileños y tambor
militar pequeño 380 x 1200 x 1300 cm. Everton Ballardin.1
Si bien los críticos suelen identificar a Ernesto Neto como heredero inmediato de
la generación de artistas brasileños de medio siglo XX, es necesario retroceder
todavía unas décadas más, hacia 1928, para encontrar en el concepto antropofagia,
propuesto por el escritor Oswald de Andrade, una noción, compartida por Neto en
varios puntos, de la cultura brasileña en su cualidad de devorar, digerir u
transformar todas las influencias externas y de crear con ellas su propio
significado y su propia visión:2
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Cortesía Museu de Arte Moderna de São Paulo. Sullivan, Edward. Arte Latinoamericano
del siglo XX. Madrid: Editorial Nerea, 1996, p. 202.
La reflexión sobre esta corriente me recuerda el interés antropológico de mis
esfuerzos, porque, como antropólogo amateur, yo trabajo con seres humanos, y porque
vivo en Brasil, que es una sociedad distinta de los Estados Unidos, o de Francia, o
de Europa.3
De esta manera, las vanguardias históricas dieron forma al ideario del concretismo
brasileño, que representado por el Grupo Frente en Río de Janeiro, y el Grupo
Ruptura en São Paolo, defendía el acercamiento entre el trabajo artístico y el
industrial, al apartar toda connotación simbólica en el producto artístico,
repudiar la figuración, y privilegiar el tratamiento formalista del color y la
composición geométrica. No obstante, entre 1956 y 1957 divergencias entre los
grupos de Río y São Paulo condujeron a una ruptura sellada el 22 de marzo 1959 con
la publicación en el Jornal do Brasil del Manifiesto Neoconcreto, firmado por los
artistas Amílcar de Castro (1920-2002), Ferreira Gullar (1930), Franz Weissmann
(1911-2005), Lygia Clark (1920-1988), Lygia Pape (1927-2004), Reynaldo Jardim
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(1926) y Theon Spanudis (1915),5 que indicaba:
Una toma de posición frente al arte no-figurativo «geométrico (neoplasticismo,
constructivismo, suprematismo, escuela de Ulm) y particularmente frente al arte
concreto llevado a una peligrosa exacerbación racionalista (…) Lo neoconcreto,
nacido por una necesidad de expresar la compleja realidad del hombre moderno dentro
del lenguaje de la nueva plástica, niega la validez de las actitudes cientificistas
y positivistas en el arte y replantea el problema de la expresión».6
Para la década de 1980, época en la cual Neto inicia sus estudios universitarios,
se respira un espíritu distinto: el último gobierno militar da paso a una
presidencia elegida en forma democrática y, con ello, un nuevo fomento a la
actividad cultural brasileña. También se reactiva el estudio a la pintura académica
brasileña del siglo XIX, los modernistas de la década de 1920, las vanguardias
constructivistas de 1950, y tiene lugar el redescubrimiento a la obra producida
entre 1960 y 1970 por Hélio Oiticica y Lygia Clark, figuras del neoconcretismo.
Neto encontró una referencia fundamental en esta última corriente:
Para mí la década de 1980 fue el tiempo en que Brasil intentó enfocarse en lo que
estaba pasando en la pintura a nivel internacional, en Alemania y Estados Unidos.
Recuerdo a artistas como Adriana (Varejão) y Beatriz (Milhazes) trabajando al final
de los ochenta en búsqueda de algo «más brasileño», mientras que, a través de Nuno
Ramos y Tunga, otros propusieron el barroco como un modelo para el arte
contemporáneo brasileño.
«Neoconcretismo», Enciclopedia Itaú Cultural de Artes Visuales. Actualizado el 20
de agosto de 2009
http://www.itaucultural.org.br/aplicexternas/enciclopedia_ic/index.cfm?
fuseaction=termos_texto_esp&cd_verbete=9457 6 Ferreira Gullar. Manifiesto
Neoconcreto. Traducido de Jornal do Brasil, 22 de marzo de 1959, Río de Janeiro.
http://arturoborra.blogspot.com/2008/10/manifiesto-neoconcreto-por-ferreira.html 7
Neto, Ernesto. «Here and there, the body as mediator of brazilian cultura».
Intimacy. 8 Wilson, Samantha Elizabeth. «O corpo do Brasil: The role of the
Brazilian body in the art of Ernesto Neto» Tesis presentada a la Graduate School of
Arts and Sciences de la Washington University, mayo de 2010.
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Aunque me habían invitado a tomar parte en numerosas exposiciones con temas
alusivos al barroco y al arte contemporáneo brasileño, me negué a participar.
Estaba mucho más interesado en el movimiento neoconcreto, porque estaba más
relacionado con la escultura. Le di la espalda a la generación de los 80 porque
todo tenía que ver con la pintura. Estaba interesado en los 50, 60 y 70 porque
desarrollaron más la escultura.9
Aunque esta fase continúa desarrollándose hasta la primera mitad de 1990, un cambio
importante se produce en 1988, cuando Neto convierte a la tela de media de
poliamida en un tópico central de su investigación formal. Ya sea colgada del techo
o dispuesta en el suelo, al rellenarla con esferas de plomo, Neto explora el peso
del metal, la plasticidad proporcionada por las pequeñas esferas y la aparente
fragilidad de la tela. A decir verdad, la utilización de medias de poliamida es uno
de los hitos en la trayectoria del artista, que
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influenciado por las proposiciones del art povera abandona gradualmente los
elementos constructivos más rígidos y se compromete con la búsqueda de materiales
más flexibles y cotidianos. Para Marcia Fortes, al frente de la Galeria Fortes
Vilaça en São Paulo, obras como Peso, 1988, o Copulônia, 1989, son determinantes
para la comprensión de toda obra posterior de Neto:
La primera vez que vi la obra de Neto en 1989 fue en una pequeña galería de Río.
Todos los elementos que definen el futuro cuerpo de su obra ya estaban ahí: la
forma orgánica preeminente combinada con una geometría precisa, el concepto de la
obra de arte como un ser viviente, el uso de la gravedad, la preocupación por el
balance y la suavidad y la predilección por los materiales ordinarios.12
Art Povera Grupo de artistas italianos que a partir de 1960 intentó derribar la
dicotomía entre el arte y la vida a través de la creación de happenings y
esculturas hechas de materiales cotidianos. Se caracteriza por la llamativa
yuxtaposición de objetos sin aparente relación.
Horch, Dan. «In the studio: Ernesto Neto». Art+Auction, 2008. Wilson, Samantha
Elizabeth. «O corpo do Brasil: The role of the Brazilian body in the art of Ernesto
Neto». Tesis presentada a la Graduate School of Arts and Sciences de la Washington
University, mayo de 2010.
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Mitodengo, 2009. Acero. 479.3 x 270.3 x 532.3 cm. Vista de instalación en Galpão
Fortes Vilaça, Sao Paulo, 2009. Fotografía: Eduardo Ortega
En el siglo XXI, Neto emprende nuevos trabajos en los que revela la voluntad de
capturar el cuerpo humano en el interior de las esculturas, como ocurre con
Humanoides, 2001, en las que el espectador «viste» la escultura y recibe a cambio
una sensación de confort y acogimiento. En trabajos realizados 2002 y 2003, la
materia prima para la creación es básicamente la luz y distintos productos
textiles, como el nailon y el crochet, que además de ser recipientes para los
pigmentos y especias se convierten en materia y color. Es también durante estos
años que la obra de Neto llega a ser conocida internacionalmente con exhibiciones
en la ciudad de México y Houston entre 1998 y 1999; en el Institute for
Contemporary Art de Londres y en una exposición conjunta con Andy Golsworthy en
Santa Fe en el año 2000; como representante de Brasil en las Bienales de São Paulo
y Venecia en 1998 y 2001, respectivamente; en la Kunsthalle Bassel en 2002, en el
MOCA de Los Ángeles en 2003 y el Domaine de Kerguéhennec Contemporary Art Center en
Bignan, Francia, en 2005.
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Estas costureras han estado con Neto durante años y saben bien qué es lo que espera
obtener de su trabajo. Vienen de las favelas de Río de Janeiro, ubicadas en la
periferia de la ciudad, y pocas de ellas cuentan con educación formal. Una era
servidumbre cuando le pidió trabajo a Neto y él, en cambio, la enseñó a usar la
aguja y el hilo:
«Es la realidad de Brasil», dice Neto, «la mayoría de las personas tienen poca o
ninguna clase de instrucción, pero son creativas, porque nadie les ha enseñado a
hacer alguna cosa, así que tienen que arreglárselas solas de alguna forma, y tienen
que aprender a usar su imaginación». Tras permanecer durante largas residencias en
Europa, Neto aprendió que los artesanos de esta región saben hacer bien su trabajo,
pero se ponen nerviosos cuando se les pide que hagan algo inusual: «en Brasil la
gente solamente hace las cosas, si no sabe cómo hacerlo, busca a alguien que sepa
cómo hacerlo. Incluso con el caos que reina aquí, encuentro más sencillo terminar
mi trabajo en Río que en cualquier otra ciudad del mundo. »La primera vez que veo
una obra terminada es cuando finalizan las tareas de instalación en el espacio de
exhibición. No hay ensayos. Y como siempre trabajo a último minuto, algunas veces
incluso media hora antes de la apertura de la muestra, el aspecto final de la pieza
es una sorpresa para mí, como lo es para el público. Mis rodillas tiemblan, el
desastre está al alcance de la mano. Siempre tengo un plan, pero es un poco como un
plan de vuelo. Una vez que estás en el camino, modificas cosas. Si no lo haces, si
terminas justo con aquello que planeaste desde un inicio, entonces no has creado
arte».
EJES TEMÁTICOS
A. Escultura e instalación
Existe una relación arquitectónica entre la practicidad de cómo una pieza es
construida en una forma casi artesanal, aún cuando yo empleo tecnología para
generar todos los archivos y hacer los cortes en estos textiles. Esto me interesa
porque soy un escultor, y los escultores reflexionan sobre el peso y la estructura
que mantiene en pie a una obra. Ernesto N eto
Russeth, Andrew. «Hanging around with Ernesto Neto: A Q&A». ArtInfo International
Edition, 25 mayo de 2010 http://www.artinfo.com/news/story/34739/hanging-around-
with-ernesto-neto-a-qa/?page=1 20 Malbr án, Florencia. «Is it day or is it night».
Intimacy. Astrup Fearnley Museum of Modern Art http://neto.afmuseet.no/malbran-en/
21 Ferreira Gullar. Manifiesto Neoconcreto. Traducido de Jornal do Brasil, 22 de
marzo de 1959, Río de Janeiro.
Piff, Paff, Puff…Puff, Poff Puff, Piff…Piff, Paff, 1997. Tubo de poliamida ,
cúrcuma, clavo, achiote y flor. Fotografía: George Neffky. Tanya Bonakdar Gallery,
Nueva York
Neto concibe al cuerpo como una entidad unitaria, en la que «cuerpo y mente son una
cosa, siempre unidos. Ni siquiera creo que sean una dualidad complementaria, pues
son completamente una cosa». Esta postura filosófica respecto al cuerpo, en la cual
la percepción material y «carnal» del objeto artístico no puede estar separada de
una intelección pura, es vital para llegar a comprender el tipo de producción
artística y la relación con el público a la que aspira Neto:
Imagino al cuerpo como construcción arquitectónica y a la vez como paisaje,
planteándome el espacio corporal como un sitio de placer, como una meditación
sensorial. Creo en un cuerpo sensual, y es a través del movimiento de dichos
cuerpos-mentes que conectamos las cosas en este mundo, en la vida, la manera en que
tocamos, la manera en que sentimos, la manera en que pensamos y la manera en que
damos solución a los problemas de la existencia. 26
…un organismo con una especie de sistema circulatorio entre dos habitaciones, cada
una con una atmósfera distinta. Esto es parte de un proyecto mayor que en mi mente
llamo, al menos hasta el día de hoy, «cuerpo total» (…) Trabajo alrededor del
espacio del cuerpo, así que hago arte como continuidad de mi propio cuerpo de
productor de la obra. No quiero hacer obras que representen un cuerpo sensual.
Quiero ser un cuerpo, existir como un cuerpo, lo más cercano que sea posible.28
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Ernesto Neto culmina en el encuentro entre la obra de arte hecha cuerpo «vivo», y
el cuerpo de quien la experimenta. Interpretada a través de procesos biológicos,
esta conjunción exige al visitante penetrar las piezas o ser devorado por ellas, y
tras fluir en el interior de su laberinto de membranas transparentes, emulando
procesos digestivos o reproductivos, ser devuelto al exterior, tal como en todo
proceso orgánico, ya transformado en algo distinto. El deseo de recuperar las
reacciones físicas entre dos cuerpos vivos es explicado por Neto al traducir las
sensaciones del visitante a los términos de una seducción:
¿Comprendes la palabra ‘sacanagem’? Es una palabra portuguesa intraducible, que
expresa aquello que va más allá del coqueteo. Se ubica en un momento posterior,
cuando el rostro de ambos amantes cambia a un gesto extraño, porque la carga
erótica es tan grande cuando ambos cuerpos se mueven uno hacia el otro. Yo quiero
que mi obra manifieste sacanagem, sin tener que ponerlo en palabras…
C. Arte y comunidad
Cuando pienso en tu pieza (…) la manera en que la gente interactúa entre sí y
conmigo al visitarla, la manera en que pierden constantemente el equilibrio cuando
entran en ella (una mujer me dijo que había que ser humildes para entrar, porque no
puedes caminar derecho en su interior), rostros inexpresivos que se transforman en
sonrisas, personas trayendo a otras personas porque quieren compartir la
experiencia... Tom Devaney. Cartas a Ernesto Neto, 2001
Una de las cualidades más atractivas, continuamente citada por los críticos y
reseñistas de Ernesto Neto, es la naturaleza integradora de su obra: la capacidad
de concebir la escultura como algo participativo, que puede ser tocado, olido,
escuchado, observado, usado y disfrutado como propio y de todos.29 Igualmente, a
nadie pasa desapercibida la identificación de Neto con el ideal neoconcreto de
«exigir una participación inmediata del espectador, pues el espectador debe ser
lanzado en la obra». De que el artista, más que fabricante de objetos, sea
«propulsor de costumbres», como lo definió en alguna ocasión Hélio Oiticica.30
«Gente a mi alrededor, jugando, charlando, tomándose un trago», explica Neto, «este
es el ambiente que quiero crear en los museos y galerías, un lugar donde la gente
pueda tener una relación sensorial con su ambiente, donde pueda interactuar
socialmente».31 Lo que pocos alcanzan a vislumbrar es el guiño conceptual escondido
en la expresión de Neto de que sus obras pueden ser esencialmente disfrutadas sin
conocimiento previo de la historia del arte y de las ideas personales del artista,
porque el propio Neto desconoce el significado de sus piezas: «Es la gente que las
experimenta la que me dice de qué se tratan… pareciera que estoy cediendo mucho
control físico y social sobre la pieza, incluso mi autoría, pero la idea de que la
audiencia hace la obra implica ese sacrificio, de alguna forma».32
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Una sentencia que, al recuperar la reflexión teórica de Michel Foucault sobre el
binomio autor-autoridad33 y el concepto de obra abierta de Umberto Eco —ambas
teorías publicadas en la década de 1960 pero popularizadas en América Latina hasta
después de 1980—, tiene en mente una producción que invita al intérprete a una
colaboración creativa que la enriquezca:
La pieza existe por sí misma como una escultura que puede ser simplemente
contemplada como cualquier escultura tradicional, pero es en la interacción con la
gente que muestra otros niveles de sí misma. La interacción provee una relación más
íntima entre la obra y el espectador. Cuando la gente se mete a las piezas por
primera vez, veo nacer nuevos aspectos de la pieza. También, cuando alguien decide
entrar a la pieza, tiene un nuevo nivel de experiencia a través de la atmósfera
creada por estos cuerpos inesperadamente orgánicos.34
Obra abierta
Concepto postulado en la obra Opera Aperta (1962) del teórico italiano Umberto Eco.
Es la obra que ofrece un mensaje abierto a diferentes interpretaciones, pero regido
siempre por leyes estructurales que de algún modo imponen vínculos y directrices a
la lectura. Es abierta aquella obra que suscita una relación dialéctica entre ella
misma y el intérprete. Una obra abierta es una obra por acabar.
D. Juego
El juego ocupa un lugar importante en la vida del hombre. Dado que tiene lugar
fuera de las condiciones existenciales reales, para jugar es preciso abstraerse de
la profana realidad cotidiana y acercarse a la expresión libre. A pesar de lo
anterior, el juego no deja de ser un modelo de la realidad, y por lo tanto,
representa uno de los medio fundamentales para el alcance de conocimiento y dominio
de situaciones vitales. El juego enseña a vivir «lo real», al mismo tiempo que nos
invita a olvidarlo momentáneamente.37 Es precisamente esa última cualidad la que
facilita emparentar arte y juego, en cuya relación subyace la premisa de que ambas
actividades se ejercitan por el puro placer en el juego y en la creación, como
satisfacciones en sí mismas.38 Es también el núcleo conceptual que le interesa
explotar a Ernesto Neto a través de su producción:
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Divagar P á Num Machucar a Luz Que Pinta o Meu Acesso, 2004. Tul de poliamida,
esferas de poliestireno, cuentas de vidrio, orégano y lavanda. 342 x 590 x 2,40 cm.
Instalación en Museu de Arte da Pampulha. Eduardo Eckenfels. Galeria Fortes Vilaça
y Tanya Bonakdar Gallery
E. Sensorialidad
No hay duda que el arte occidental, especialmente en Europa desde el Renacimiento
hasta el siglo XIX, ha privilegiado la creencia de que el estudio directo de la
naturaleza por medio de la facultad de la vista era esencial si se querían
comprender las reglas que subyacen bajo la estructura del mundo. Una perspectiva
que con el desarrollo del arte moderno intensificó la atención de la teoría y la
práctica del arte en la geometría de la visión y la física del color.41 No
obstante, con la ansiedad postmoderna por el enriquecimiento de la experiencia en
la diversidad de percepciones subjetivas se ha vuelto necesario para los artistas
contemporáneos conducir a sus audiencias a la integración de todos los órganos
perceptivos del ser humano. Así lo previeron los artistas neoconcretos en 1959 al
denunciar que:
Ocultándose de la creación intuitiva, reduciéndose a un cuerpo objetivo en un
espacio objetivo, el artista concreto racionalista, con sus cuadros, solamente
aspira, de sí mismo y del espectador, una reacción de estímulo y reflejo: habla al
ojo como un instrumento y no al ojo como un modo humano de tener el mundo y de
darse a él; habla al ojo-máquina y no al ojocuerpo. 42
Pérez Bergliaffa, Mercedes. «La potencia del arte como juego. Mercedes Pérez
Bergliaffa». El Clarín, 2011. Arning, Bill. Ernesto Neto. BOMB Magazine No. 70,
2000 http://bombsite.com/issues/70/articles/2274 41 Kemp, Martin. La ciencia del
arte: la óptica en el arte occidental, de Brunelleschi a Seurat. p. 17. 42 Ferreira
Gullar. Manifiesto Neoconcreto. Traducido de Jornal do Brasil, 22 de marzo de 1959,
Río de Janeiro.
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interpretada en el marco de esta teoría de la apreciación multisensorial. Por
supuesto, esto no implica el desdén de este artista por lo visual, como demuestra
el papel central del dibujo en la planeación de sus obras y la persistencia del
cálculo geométrico en la disposición final de sus instalaciones tridimensionales.
No obstante, se sobrepone el objetivo de convertir esas consideraciones en
auténticas experiencias sensoriales y existenciales, en actos que «hay que vivir»,
como un ir y venir perceptivo entre artista y espectador. Es la necesidad de
promover ese intercambio inusitado a través del extrañamiento de la percepción la
que lleva a Neto a insistir en los sentidos del tacto y el olfato, reservados en
numerosos contextos culturales al círculo de interacción privada y en el ambiente
público de las instituciones artísticas, como la galería o el museo, incluso
censurados:
Es en la superficie de contacto, en la frontera, donde tiene lugar la felicidad, el
campo de eventos donde la relación entre la individualidad del hombre y su mundo
ocurre, física, psicológica y mentalmente. Las imágenes son buenas para transportar
ideas, pero yo trabajo con realidad —masa, cuerpo, desnudez—, no con la imagen. Es
más importante comprender la experiencia en sí que la pieza que la produce.
Olfato
Históricamente el olfato ha sido considerado como el «último de los sentidos», y en
algunos casos parte suplementaria del sentido del gusto. No obstante, a diferencia
de la vista (que se basa en la percepción de tres colores básicos) y el gusto (con
cuatro sabores elementales), la gama de «tonalidades» olfativas es casi ilimitada.
Además, como la vista y el oído, puede dar la sensación de las cosas a cierta
distancia, provocar emociones, despertar deseos y recuerdos. En las instalaciones
de Ernesto Neto te encontrarás con los aromas de la manzanilla, el clavo, la
lavanda, el achiote, la cúrcuma y el comino.
Humanoides (2001)
Humanoides es el nombre de un grupo de esculturas de tamaño variado, de color
blanco y consistencia suave, que invitan al espectador a “vestirlas”. Cuentan con
agujeros para meter la cabeza, los brazos y las piernas. Luego, con la escultura
puesta, el usuario puede caminar, recostarse o fundirse con esa forma redonda y
acogedora. Además, cada una de estas esculturas cuenta con una identidad de género
definida, pues a través de un agujero en la espalda se puede distinguir la forma
abstracta de los órganos reproductores masculinos o femeninos.
Aunque para muchos esta penetración en la escultura pueda parecer demasiado íntima,
Neto desea enfatizar el proceso subyacente del primer contacto entre su público y
las piezas. Esto tiene lugar en distintas fases, en las cuales el visitante primero
aprecia la obra a distancia, luego observa a alguien integrarse a ella, y
finalmente decide hacerlo por sí mismo. En este sentido, la serie de Neto está
conectada con su coterráneo y fuente de inspiración, Helio Oiticica, que en 1965
creó obras denominadas parangolés, consistentes en textiles de colores vivos que
debían ser usados por alguien para producir una experiencia completa.
Caetano Veloso utilizando una capa Parangolé de Hélio Oiticica en 1968. © Projeto
Hélio Oiticica. Andreas Valentim
Mitodengo (2009)
Recientemente Neto ha creado una serie de esculturas en hierro y madera, inspiradas
en en una marca de juguetes de construcción para niños de la década de 1960. Le
fascina la idea de construir una estructura sin clavos o pegamento de ningún tipo,
y sostener la estructura solamente con pesos y balance. Las posibilidades han
demostrado ser infinitas, y cada proyecto sienta las bases para nuevos proyectos.
Neto está preocupado con cómo los problemas relacionados a la escultura están en
constante cambio. Estudia los materiales brutos usados en obras de arte antiguas;
egipcia, griega, olmeca pre-colombina y también las esculturas aztecas le inspiran.
Pone el material antiguo en contextos no-tradicionales. Su voluntad de experimentar
y de investigar formas aparentemente ordinarias lo relacionan con la artista
brasileña Lygia Clark, quien en la década de 1960 creó una serie de trabajos
llamados Bichos, con
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La piel de la escultura
En los últimos años el artista brasileño Ernesto Neto ha creado obras basadas en
una topología sensual en la cual el espacio corporal se traslapa con el espacio
escultórico. A través de la tensión y manipulación de suaves materiales, como la
licra, la poliamida y el nailon, Neto crea un mundo situado en la frontera de lo
interior y lo exterior; un mundo membranoso hecho de «piel» que al mismo tiempo
oculta y revela, definiendo un límite y un pasaje entre espacios. Es esta noción de
piel, este pliegue de espacio sensual y orgánico, y la inclusión de la experiencia
corporal del observador, las que son características de la obra de Neto. Esta forma
de trabajar en las fronteras de lo interior y lo exterior remite a una declaración
de Gilles Deleuze: «El exterior no es un límite rígido, sino un elemento cambiante
animado por movimientos peristálticos, que se pliega hacia arriba y hacia dentro:
no es otra cosa que el exterior, pero, precisamente el interior del exterior». Neto
trabaja, literalmente, en esa materia que impulsa hacia arriba y al exterior, para
crear objetos y ambientes que duplican e incluyen al espacio corporal y su relación
con las cosas. Los trabajos más recientes de Neto pueden incluirse en dos
categorías generales: las series de instalación llamadas Naves y las esculturas
contempladas dentro de las series Ovaloide y Humanoide. En el primero caso, las
Naves, con títulos poéticos como The slow pace of the body that skin is, Utoro
capella o Bicho, son instalaciones que ocupan habitaciones enteras a las que el
visitante comúnmente penetra a través de un umbral membranoso hecho de «piel»
textil. Estos espacios inmersivos recuerdan, a su vez, a espacios orgánicos,
ambientes microfísicos o astrofísicos que, a pesar de la escala referencial, dan la
impresión de ser el interior de un exterior. Estos curiosos espacios interiores son
multisensoriales en el sentido de que invitan al tacto y, en algunas ocasiones, al
olfato (a través del uso de especias aromáticas), adicionales a la contemplación
visual. Aunque no existe ofrecimiento explícito a tocar las piezas, la superficie
suave y curvilínea de las formas que proliferan en las instalaciones de Neto incita
al visitante a hacerlo. Esta participación táctil particular es llevada un paso
adelante en las series escultóricas Ovaloide y Humanoide. Las piezas de Ovaloides
consisten en esculturas de cuerpos amorfos de tela elástica con orificios
sugestivos que invitan a la exploración sensitiva del interior maleable y relleno
de esferas de poliestireno. Por su parte, las esculturas de Humanoides son formas
horadadas en el centro que requieren que el espectador inserte su cuerpo en ellas,
ser literalmente «usadas», para activar por completo sus posibilidades conceptuales
y estéticas, y
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llegar a ser un humanoide. En ambos casos, el encuentro con el cuerpo del
espectador, ya sea a través de una extremidad o del cuerpo entero, modifica la
forma de la pieza y la relación entre el objeto escultórico y el sujeto
participante. En las esculturas e instalaciones de Naves, el objetivo es claramente
transformar el vínculo entre el espectador y las obras, que el primero se acerque
al segundo a través de un compromiso físico directo. De hecho, aquí la obra hace
mucho más que una referencia metafórica al cuerpo; a decir verdad, adquiere una
presencia física por sí misma que sobrepasa los límites epidérmicos y altera la
percepción de «favor de no tocar». Estos ambientes sensibles, sensuales, sexuales,
involucran al espectador en una relación dual con el objeto de arte. Primero, en
estos ambientes a gran escala, con connotaciones simbólicas amplias, el visitante
se convierte, en cierto sentido, en el exterior que es contenido en el interior de
un espacio semejante a un órgano que «devora» al sujeto que observa la pieza. Por
lo tanto, el cuerpo del espectador es incluido en la piel del objeto escultural y
se encuentra a sí mismo en el «interior del exterior». En segundo lugar, al tocar,
apretar, modelar y otras manipulaciones táctiles directas al material escultural
blando, el visitante cambia la forma de la instalación desde el interior, y por lo
tanto, se convierte en parte de la obra. En este sentido, Neto claramente sigue las
huellas de su predecesora y compatriota adscrita al neoconcretismo Lygia Clark, a
través de sus estrategias destinadas a conseguir el involucramiento del espectador
de la pieza y su enfoque centrado en el cuerpo. Empero, las obras de Neto no buscan
separarse de la noción de objeto de arte como tal. En lugar de ello, lo afirma
positivamente al crear espacios utópicos e íntimos que requieren la presencia
corporal del visitante para ser activados, al tiempo que los espacios permanecen
autónomos en su presencia material y estética. Al jugar con la ambigüedad de los
límites de lo interior y lo exterior, lo cercano y lo lejano, lo corporal y lo
escultórico, las obras de Neto trascienden su atracción epidérmica, sin desaparecer
las barreras que hacen imposible la fusión absoluta entre el sujeto y el objeto.
Los espacios de Neto aprovechan la naturaleza paradójica de la topología interior-
exterior en la que cada espacio interior está acompañado de cierta exterioridad que
es extrañamente similar, incluso casi idéntica, remota y a la vez se encuentra al
alcance de la mano.
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El cuerpo sin órganos 45
Un puro fluido en estado libre y sin cortes, resbalando sobre un cuerpo lleno.
Las máquinas deseantes nos forman un organismo; pero en el seno de esta producción,
en su producción misma, el cuerpo sufre por ser organizado de este modo, por no
tener otra organización, o por no tener ninguna organización (…) «Ni boca. Ni
lengua. Ni dientes. Ni laringe. Ni esófago. Ni vientre. Ni ano». Los autómatas se
detienen y dejan subir la masa inorganizada que articulaban. El cuerpo lleno sin
órganos es lo improductivo, lo estéril, lo engendrado, lo inconsumible (…) Instinto
de muerte, este es su nombre, y la muerte no carece de modelo. Entre las máquinas
deseantes y el cuerpo sin órganos se levanta un conflicto aparente. Cada conexión
de máquinas, cada producción de máquina, cada ruido de máquina, se vuelve
insoportable para el cuerpo sin órganos. «El cuerpo es el cuerpo / está solo / y no
necesita órganos / el cuerpo nunca es un organismo / los organismos son los
enemigos del cuerpo». Tantos clavos en su carne, tantos suplicios. A las máquinas-
órganos, el cuerpo sin órganos nos opone su superficie resbaladiza, opaca y blanda.
A los flujos ligados, conectados, y recordados, opone su fluido amorfo
diferenciado. A las palabras fonéticas, opone soplos y gritos que son como bloques
inarticulados.
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Querido Neto Son las 5.05 pm. Estoy sentado en el extremo derecho de tu amiba (…)
Antes de decidirme a escribir, vigilar tu pieza todo el día me daba sueño. A veces
me permitía pasar un tiempo con ella, lo que me daba una sensación de lujo y
relajación, aunque no tan relajante, pues seguramente la dueña de la galería no
estaría tan complacida si me encontrara echado sobre la pieza en lugar de hacer mi
trabajo. De cualquier forma, estaba pensando en tu apellido, Neto, y en el tipo de
tejido en red (net) y el nailon con los cuales trabajas. Tu nombre me complace en
la misma forma en que lo hace el nombre de ciertos personajes de Charles Dickens,
pues hay algo sugestivo en ellos o en el tema de las obras. Hasta pronto, Tom
Devaney.
5.40 pm. Querido Ernesto
E, Me pregunto qué tan cierto es lo que he leído sobre que tu pieza logra romper
barreras sociales. Ciertamente, la obra parece capaz de suspenderlos
momentáneamente. Los visitantes hablan entre sí como si se conocieran cuando están
dentro de ella. Muchos parecen hacerse amigos, y he visto a algunos otros que
intercambian números telefónicos o hacen planes de la próxima vez que se encuentren
en Italia, por ejemplo. Tal vez es porque has sido capaz de transportar algo que he
leído en el ensayo del catálogo de tu exposición, acerca del encuentro de «tener
una conversación a través del mostrador, o con la persona al otro lado del barra
del bar» directamente a la obra. ¿Acaso alguien te ha entrevistado alguna vez
dentro de esta instalación, o dentro de alguna de tus piezas?
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Devaney, T. Letters to Ernesto Neto. Editorial desing Nicole Michels. Nueva York:
Pointed Press, 2004.
Departamento de Educación
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