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REALISMO:

iEXPERIENCIA SOCL-\LISTA
O ~TURALISMO BUROCRÁTICO(

Gyorgy Lukács

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Así es, de un tíbro me interesa siempre si lo que en él se dice no htl·
hiera sido posible relatarlo de la misma forma en un repl~rtaje, si s¡;;_ plan"
tean cuestiones o se resuelven problemas en un nivel realmente artístico
y no en las dimensiones de la sociología. Respecto a esto soy un conserva-
dor, y exijo que para todo cuanto hay de importante en el arte se cncuen~

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tre una forma correspondiente. Esto es válido desde Homero hasta Kafka.
Del mismo modo, estoy en contra de la forma sin contenido y sin un pro-

Teoría III
blema poéticamente concreto en su interior, y viceversa. Además, existen
otros medios e instrumentos, por ejempln la prensa. Creo que un buen tra-
bajo sociológico es más importante, y tal vez más producti~(~ desde el pun~
tode vista del conocimiento que el Homv Faber de Frise h. Parn que un in-
geniero se dé cttenta de la propia alienación en la sociedad capitalista, no
debe necesariamente tener una relación con su hija. Este es un aditamen-
to poéticamente inorgánico para ellecror moderno. El problenm de la alie-
nación está representado de manera mucho más sugestiva por cualquier
buen sociólogo. La tarea del artista es descubrir; el problema por medio de
la forma artística.

-Y así, poco a poco, de una conversación sobre las impresiones de la vi-


da cotidiana pasamos lentamente a nuestra entrevista. Pero, por el momen-
to, lentamente. En los últimos quince años fue posible obsen,ar un ci~rto des-
pedazamiento de la prensa, una diswrsión de su función más peculiar que tal
vez, bien o mal, debe ser desarrollada a partir de la literatura. ¿No lo piensa \;
también usted! (Hablo de problemas que me interesan directamente. El lwm-
bre viejo que, sin embargo, no muestra ningún rasgo de senilidad, me mira, y
· Entrevista realizad~ por N. J. Uehm. Checoeslovaquia, diciembre de I96:l.
Traducción de Irene L. Cusien.

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entre los dedos tiene el inseparable cigarro que siempre se a¡Jaga y siempre tica. En ella se descubre una determinada situación política y social, i pero
1melve a encender). con qué grandiosos medios artísticos_ p;:tr.f!- _aq_uella época! De _l~ literatu~"a_
d~IJ.emos exigir siempre aquel ~lt9(Í}ivel artísti_~ue existía ·i~~lusive en la
~ Lo que dije es solamente una opinión artístico,filosófica. En la literatura soviética de los añp_s vein,J_e. En los veinte años siguientes, sinem~
práctica podemos observar un movimiento de dos tipos. En Occidente, la b~rgo, se _yCi-iGcó ~;_na innegable decadeñcia dé13hte~~~~~~~Ü~ta, na tu~
alienación continúa y se refleja en la literatura, aún cuando las circunstan~ ralmente ~Cm exceP~iones, ¿;;mo·s-~;cedió-éñtren-oso-ttüs~-por--e]emPlo, con
ciasen que esto sucede son extremadamente complicadas. Decididamente las dos grandes novelas socialistas y los c_uentos de Dér}J.
no se trata de un proceso unitario. Des~~e luego, el arte de Occidente está Esto depende del__hecho de qttc_ el realismo soCiali§_tae~tuvo.red.t~_.-_
lleno de contradicciones. Y esto explica también por qué en su cuestiona~ c~99_ a Jo que yo llamó'';r~aturali;~~-b~I;;~~n~ Áqu[ reside !a razón del
nlieiúo HOse puede asumir una posición exclusivamente negativa o positi- alejamiento que produjo en lós escritores capaces y en los lectores des~
va. Po~ culpa ele la época stalinista nos hemos pasado durmiendo estos cin- piertos, y contemporánea mente, de la confusión de muchos escritores, '
cuenta ai\9~ _q_~_Jesarrollo capitalista, cuando hubiera sido nec~sario anali- quienes con un justo sentido dellx)rror hacia este falso realiStYi.O~--tefi1ü~

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z~~~-~~~~ firmeza sus CüntradictioneS, s~bre la base del método marx~sta~
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,_ -
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leninista. y ahora que las ventanas ya están abiertas; e-s perfectamente lógi~
nan por oponerse al realismo en generaL - - -------------·--·--~

~c;··q~;~ la juventud se lance sobre todo lo occidental. Cometeríamos un co~ ~ Yáque hemos hablado de ello, ¿cuál es según usted la siwacíón del re a~
k~sal error si tratáramos de obstaculizarle el camino. L_? ilimitada y ciega ad~ lismo socialista?
miración por el Occidente es una enfennedad infantil~~~ pu~ae-~~r supe~
/'
rada sólo .si la juventud tiene plena libertad para conocer, aun todo aquello
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\1 ~Todo gran arte, repito, desde Hornero en adelante, es rt:al~stat en
que ~s sólo una moda: Los jóvenes inteligentes pueden aprender a diSün~
guir en dos mlos lo bueno de lo malo. Ante todo debemos estar perfecta~
! ~ c~anto es un reflejo de la real~dad._ Esta es la sei1al infalible de todas las
épocas artísticas, aún si los medios de expresión son evidentemente m~I):
mente informados sobre Occidente. El resto viene por sí solo. diferentes. Sin embargo, cuand~ l~ablar~1os de realismo, debemos ¿¿)nsi~
Sin embargo, es perfectamente cierto que en los pa~~~_::;o~ialis~a~_ a ve~ der;;·-¿~ un modo u otro, el p~ríodó de su sutgii1úei~(f?-.Tie:scrc-csre·p~~lto
ces la literatura debe sustiLtlir a la prensa COtldi8.i1~. P~~~-~n el arte no p~de~ d~ viSta, para mí, el realislno socialista es simple~ente el realismo de la
mos renu~u:iar nunca a los (t1terios artísti2'bs.-El ejemplo de la prensa es váli~ época del Socialismo, derivado de la naturaleza intrfnsec;-d~i so~¡;¡i~-~10.
do, con más frecuencia y más claridad, en el pasado. Esto puede referirse a la Lo g~e yo rechaio decididamente son las receti!S"-~¡obre cómo debe presen-
novela inglesa del siglo XVlll. lomemos el caso de Mol! Flanders, de Defoe¡ tarse este realismo. Lo mismo vale cuando se quiere prever de manera
Sustancialmente es una representación crítica de la situac_iónsocial c;;;;;pí~i~a y detallada la naturaleza de la sociedad socialista y comur1ista.
de la época, pero al mismo tie1npo es gran arte. Me molesta un poco Cuan~ Imagine que después de Swift, Defoe y Fielding, y antes todavía de la crea-
do oigo decir que para mí no existiría nada aparte de los siglos XVIII y XIX, ción de las obras de Balzac, Dostoievsky_y Tolstoi, alguien hubiese queri~
pero quiero afinnarlo una vez más: la críticB:_ marxista debe subrayar siem~ do escríbir sobre la teoría del realismo bu~gUés.
pre que el escritor debe escribir al nivel de Defoe sobre los pro6lemasy Yo creo que nos encontramos en el comienzo de un gran renaci~
acontecim_ie~:no.~_Ql<'is actli<iies. A prOpósito, que quede bien cla~~-·qüe-CO'i1.­ miento del realismo socialista. Sólo que ya Solzenitzyn muestra que esto
esto no me refiero -~I~s_ütOJ .$i'QO al nivel, naturalmente en relación con la será algo muy diferente, porque aun los problemas frente a los que se en~
sociedad actual ysu lit_e~;:}_t_~:ra. No tengo nada que objetar si la literafüf2 ·se, c~I-ª.!L~scrito_~~n.~ 2_t3 ln:t~Dte:sf_i~~~~~~~;.Er~~~Ti~~:no ·surge-si~~pre-d~
libera de tareas sociológicas. Pero tomemos la literatura alemana de antes los problem~s pf~nteados por la vida. iPero atención! No queremos hacer
de 1848 y entre los numerosos ejemplos que ofrece, elijamos Deutschland, de Solzenitzyn un nuevo Sholojov. Dentro de algunos ai1os veremos qué
cin \\?intcnnaerchen, de 1---Ieine. De hecho es una obra exquisitamente polí~ escritor será. Lo que interesa es su manera de presentar los problemas. Por

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experiencia soy extremadamente escéptico respecto a las profecías en lite-
ratura. En este terreno, todo debe ser demostr8do antes. ciún es universal, mientras que el cubismo, de rodJ una serie de postula-¡ f
Aún cuando se refiere a otro aspecto, quisiera prevenir sohre las in- dos de Cézanne, hace suyo sólo uno. Y esto lleva evidentemente a un em-
comprensiones. Cuando hahlo del realismo deriv:1do Je la naturaleza in- pobrecimicmo de! arte. En verdad, nc> existe ninguna expresión <1rtísrica
trínseca del socialismo, no me refiero solamente a los escritores del mun- que no eslé fuertemente influenciad~~ por el subjetivismo, pero un
do socialista. Para mí, Les <~.>oyageurs de l' Impérial, de Aragón, es en este vismo muy mare<n1o lleva inevitJblcrnente a un empobrecimiento ¡_>nsre-
sentido de una gran importancia. Es decir, el autor se ocupa de temas que rior. Y yo estoy en contra de esre empobrecimiento. Por su misma natura~
en sentido general, deberían s~ los temas de una novela burguesa; sólo lcza, el arte es infinitamente pluridimensional. En los últimos ai'ios se ma-
que lo hace partiendo de un pu11to de vista5.1Ue le permite crear algo ex- nifiestan fuertes tendencias hacia una única dimensión. Y yo me opongo.
tremadatnente importante. Lo mismo es válido para la poesía. Tomemos a
Eluard y AttHa József son socialistas y al mismo tiempo versátiles frente a - Omrm ese punw Je 1.1isw, se objeta que los autores de las obras a las
la poesía burguesa. Por esto, cuando cfigo "realismo socialista" me refiero que se refirió, se asemeJ(m a los cienuficos, que efeccúan inv.._"Sligaáones¡uiTcia-
a toda la literatura, en cuanto se trata del punto de vista y no del tema. El les sobre un seccor detenninado, y sujne e~a base pueden ll.;gqr a ww síntesis y a
tema es universal, la literatura refleja el mundo en su totalidad, escritores una concepción universal.
socialistas de Oriente y Occidente tienen algunos rasgos comunes que los
distinguen de los escritores burgueses contemporáneos. Todo esto puede -Comprendo. Sólo que la literatura y el arte son fundamentalmen-
ser comparado con una galería de arte: cuando se pasea por sus salas se te distintos de la ciencia. En el campo dt..• la ciencia, aún un conLximícnto
pueden constatar rasgos comunes en diversos pintores de la misma época parcial puede llevar a un gran descubrimic:nro. El arte, por el conn·ario, o
y de los mismos principios. Y es en este sentido que existe el realismo so~ es universal o no existe del wdo. Es posible que algunos experimentos ar-
da lista, y no en el sentido de cienos libros esr(ipidos. tísticos n1.uy limitados y unidimensionales puedan resultar muy frucríft~ros
y llenos de inspiración para algunos artistas, pero difícilmc:nte son de gran
-Quisiera dar un pequólo J)(!SO hacia atrás. Todo lo que dijo hasta aho- importancia para la humanidad en su romlidad, Además, en arte, una fór-
r~ isi&rnífica que esrá de acuerdo con b conce¡x.·ión de Aragón del "realismo mula no tiene nunca validez universal. En la ciencia, en cambío, una fór-
abierto", o con la de Garmtdy del "Tealismo sin fronteras"! mula correcta tiene esta validez universal. La expresión artística presenta
siempre algo singular, y aún la füm1.a emana de esta singularidad. El expe-
-En general pienso que toda la verdadera y gran literatura es rea~ rimemalismo fom1al en sí es siempre bastante problemático. Si un hnm-
lista. Y aquí no se trata del estilo sino de la áctitud frente a la realidJl~:l. bre viejo como yo lanza una mirada retrospecdva a los últimos sesenta
Aún las cosas más fantásticas pueden ser realistas. El problema reside en ai'los de desarrollo lirerario, ve una serie de fosas. Muchos de aquellos que
ver hasta qué punto se pueden definir como realistas ciertas tendencias en la época de nü juventud prometían tanto, hoy yacen en una fosa sin
modernas. Mis objeciones contra éstas comienzan allí donde la literatura, nombre. En los años de mi juventud tuvieron un rol sensacional; hoy no
con una cierta desorientación, renuncia a su fisonomía universal y pluri~ los conoce casi nadie. Esto no debemos olvidarlo nunca. Los descubri-
dimensional, no sólo en cuanto se refiere al contenido sino también a la mientos formales son importantes, deben ser aplicados, pero d factor deci-
forma. Quisiera dar un ejemplo: la orientación cubista en el arte se basa sivo es siempre el'valor artísticq. Tomemos por ejemplo el gran monólogo
en la máxima de Cézanne de que las cosas aparecen siempre bajo formas interior de Carlota en Wéimar de Thomas Mann, y comparémoslo con el
cubistas. Ahora que las opiniones de Cézanne son conocidas, sabemos monólogo interior de la señora Bloom, de Joyce. La analogía reside en el
que se refería a todos los signos del mundo aparente: los colores, la rela~ hecho de que los dos autores milizan elmísmo procedimic:nto. Sólo que
ción de los objetos entres(, inclusive hasta el olor. En resumen, su concepp mientras Joyce descubrió algo así como la grabación en una •:inta de una
serie de asociaciones, en Thomas Mann recibimos la irnpresión de una li-
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h1e st:nlct\Cb de astlciaciones, ¡·en rcalicbJ el <lll(tlr tenía un objetivo cb- po, sahcr decir que el Kaiser no tiene con qué vestirse, implica grandes ries~
rísiint), concrett 1: :1 tr~vés de esta f()nna qtwrí:l rehrC~r, mnstrar algo, tal vez gos p:ua d J.rtísta y d crútn). Con frecuencia los dos tieil.Cil mucho miedo
las rebelones de (incthe con Schiller. Muchas Co-"<b, que con frecuencia de yuedar atérrados al pasado. Yo no admito esta norma cautelosa. Cual~
se S~ilndan cnmo descubrimientos técnicamente aislados, lum sido parte c¡uiera que se dedique a la lectura, como creador o u linO críticl\ puede e o~
int·cg: ;ulle de 1:'1 expresión artístíca. En And Karenina hav una escena mara~ rrcr el riesgo de un error, del que nadie puede evadirse.
t-·iil\ b<t: !:1 ¡•:lr ti da de i\n:1 (le D:1rja y luego el rNorw 1. Aqt1íTdstoí logra de Pur lo demás, justamente por esto hay entrl' nosotros tantos fren~
una m.anera gcni8l capmr, t'n un perúxh)de tiempo muy breve, los d!)S t~sta · tes falsos. Por una parte, muchos quisiéramos preservarnos de lq nocivo
dos de ríninH• ,k un:1 n1isma tlgup. ,Jc mujer mediante el monólogo intc~ que c;uacterizó a la época stalinista. Otros, en cambio, entre nosotros y
lÍill, ett b i;\tst:11H·i~l :..i !HI en b !Ór~u, es decir, en el contraste siempre plas- a(m en Oct.:ideme, quisieran lanzarse sobre todo lo que es nuevo, dejando
mddt' con b wAlid.aJ ohjetiva que le d~1ba vida, naturalmente en relación de examinar qué es lo durable y qué es sólo lo efímerO. Por cierto no soy
(\ •n t,,~b b nuu..·Ll; wmbién de esta manera surgen nuevas dimensiones ar~ acrítico en el cuestionamiento de nosotros mismt)S y de nuestras detícicn-
tí~tíc1s. Pero si !os medio;:; artísticos y técnicos se convienen en el objetivo cias. Sólo pretendo el mismo sentido crítico en el cucstionamiento de las
en\ nnces se pierde su verdadera import<liKia y se vuelve nueva- dos partes, porque, como ya he dicho, no considero el arte comemporá~
l1K!dc ;1! anc unidimensionaL Durrel! afirma que gradualmente intrndu~ neo de Occidente como un conjunto compacto. Tomemos por ejemplo
( t' e-1 i h 1h \\·ela las cuatro dimensiones de Einstein, es decir, las tres dimen~ un artista como Thomas \VoltC. Al comicn.:o estuvo fuertemente influcn~
5i\ ll1CS ,Jel espacio más el tiempo. De. esto debería surgir un cíclo: siempre ciallo pur Joycc, pero en You can'tgu hume again logró un excelente estilo
un:t dirm.:nsi{m espacial luego de la ntn.l, durante tres veces, y al final la di~ realista rmpio. Lo que quiere decir que las contradicciones no existen só~
mensit1n tiempo. Pt"ro cu<1\quier estudiante secundario debería saber que lo en la literatura en su conjunto sino también en cada escritor en parti~
e-;t<"'IS dinH.'JbÍí mes pueden dar un cuadro universal sólo si se presentan u ni~ e u lar. Esto también es dlido para O' Neill.
d;1~. Su re¡~rcsent;Ki~'¡n sep:::m1da, b altun indepcthlicnte del ancho, tal
ve: nn e<> m:'is qne una ch6chara sin sentido. Tales experimentos son sim~ ~¿y cómo considera a)oyce y Proust? iTt.nnbir.?n Jmra dlus vale la irna~
plemcnte un bluf( pour étlilter le bourgeois. No tienen ningún valor. No me ge¡¡ de la/osa común?
imp~_H·ta si a tnwés de esto st~ puede decir de mí que soy un seguidor de Zda~
nov. Crt:·o que en tales circun:;tancias la crítica tenía el deber de tk~cir: t'l - Sohre todo ]oye e y Proustnoestái~ muertos aún. Son creadores vi~
K:1ise!' no tiene Cü!l qué vestirse. 1l.Klo csro no es vá!idn para Kafka, por· \'iente:s, y la historia no ha decidido cual ser;:l su fosa. Para mf_Prous.t es sin 1
que crcu que es un artista cuya irnportancia seguirá awnentando. Micn~ duda un poeta considerable, aún cuandu prnblematice su torma. Por el
tras que muchos dt• cuantos hoy se tienen como nue\'OS e impurtantes, Cl'lltrarío, creo qua ]oye e es más bien un experimcntadur. En ningún caso
riensoqut> terminad.n en !a fosa común dentro de quince años. pondría un signo de igualdad entre ellos. Sin duda, la int1uencia de Proust
r\n :-upth.~sh • no se trat<l ,Je defender el conservadurismo. Para el ar~ snbre la literatura todavía es muy pronunciada. Sin embargo, es discutible
ÜSL:l, e! contado con el tiempo y con todo iu que eso implica, es un prL)ble~ si <nín en este importante poeta no comenzó, no tomó cuerpo la tenden~
m8 intelectual y moral cxtremad:lmente serio; tiene el deber de tomar posi- cia de la literatura unidimensional.
ción sohre los grandes f~nómenos de su época. Es digno de admiración el
~¿y Beckett?
J hecho de que el vicjn Cioed).e, et~ el aüo de su muerte, advirtiese l1)S va lo~
¡ res de !a ubw de Balzac PeaÍI de Clwgrin, y de Hougc ct Noir, de Stendhal, y
¡ <.:¡!le en cambio rechazar;t Notrc Dame, del Iugo. Esto demuestra una vez ; Mi posición es más o menos negativa. Una Je las tendencias del
\ mús que no se tr~tla de aceptar bs cosas sólu rorque sun nuev;ts, sino de sa- mundo cmiulisr·:l es sin duda la Completa alienación de~ h_Q.l~:t_bt~e, casi qui~
bcrck.L'iL Todavía, conocer todo!,) que es gr~utde y nucvu y, al miSJ1ll) tic m~ sólu que Bcckelt la presenta com¡¡ una len-

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ciencia fundamental de la que no es posíblc defenderse, y sobre este terre- inl1ttenci;l del c;;1pital sobre !3 !tteraturn. Na turalmcnte, el capital nu tie-
no cumple sus experirncmos form8les. Esto me hace <1cordar a la ép()ca de ne la fuerza de inspirar la vida de esta litcrí1tura, de crearla, pero puede rc-
mi juventud, al naturalismo y su sentido de la btalid~Ki, al dcrerrninismo for:.:nr o debilitar las tendencias existentes. Su pape! no es decisivo, pero
del destino humano. Entonces exíst.Í8n aquellos que aislabm• al hombre tndrtvía existe, porque atrae a muchas personas con la perspccti\'il de b.
de todo el resto, ror ejemplo el jnven Maererlinck. Tiendo él creer que el carrera y del éxito. Esta es sin embargo un3 observación marginal, en
joven Maeterlinck podría todavía hoy tener un8 cierta int1uencia. Creo cuanto el acrua] capitaHsmu de consumo nn puede absulutamentc tener
que también él pertenece a la fosa común. en el arte un rol decisivo, en senrido artístico, naturalmente.
Cuando se escribe mud~) sobre algo, con frecuencia el hombre se
ilusiona y nace en él la impresió"n de que justamente por esto se trata de - Quisiera recordar lo tJHe Sarrre dijo en Praga sobre las J>ersJ>eclivas de
algo viviente. (lY no es lo mismo si no se escribiese nada sobre algo? ten- ld novela, es decir, que U.1 gran no1•da dd siglo XX 5ení ww novela ole expt:rien~
go ganas de preguntar). Existe, por ejemplo, una gran literatura inglesa cia socialista.
sobre los contemporáneos de Shakespeare. lPero significa esto que tL)-
dos estos autores pertenecen a la herencia viva, al mismo nivel de Sha- • Es una ¡'dea muy aguda, y en cierto sentido, es cierto. También yo
kespeare? Veinticinco libros sobre Fletcher en la biblioteca no hacen <J. e soy de !a opinión de que una gran síntesis sólo puede ser realizada desde
este isabelino un escritor viviente. Un joven novelista puede escribir un un punto de vista socialista. Compartn la opinión de Sartre sobre la im-
grueso Hbro sobre el joven Maeterlinck, pero esto no cambia en absoluto portancia de la superación de la era stalinista. Puestl) que hablamos de es~
lo que dije. Hoy en día se saca un poco de todo y se lo declara importante, ro, es extremadamente interesante ver có1no esa época acruó sobre los
aún cuando no sea necesario. Por ejemplo, Arcimboldi y sus montajes hombres. Hubo quien se plegó y logró permanecer firme. Ciertamente, to~
manieristas. iEsto es una insensatez de nuestro mundo! Y si alguien po- dos aquellos que hoy en día viven y crean, en aquellos aúos decisivos se en-
ne al Tintoretto al lado de Arcimboldi, yo me pronuncio por Tíntoretto, contraban de una m.anera u otra hajo la in!lucncia de la época. De estos
mientras el otro no me interesa en c1bsoluto. La tarea de un marxista es hechos nacerá sin duda una gran novela o un gran drama.
observ<.1r las cosas desde un punto de vista J:üsrórico. Puede errar, pero en- l·ioy tenemos frente a nosotros un largo período Je pacífica cnexis-
tonces debe decirlo abiertamente, sin dejarse arrastr;~ por la corricnre tcncia. Por esto, naturalmente, no es indiferente de qué manera la litera-
sólo porque esta corriente es muy fuerte. Tanto más cuando que en mu- H!ra de Occidente resolverá sus problema.s. Creo ~we puede servir de ayu-
chos casos no se trara solamente de corrientes espontáneas, sino ram- - da nuevamente respecto a es ro el gran ejen1plo de Thomas Mann. Su Dok~
, bién de corrientes sostenidas por grupos financieros. En los tiempos de ror Fausrus contiene todo el problema del mundo dd fascismo, por eso es-
Marx, la producción de los medios de producción era decisiva para el ca- te libro queda como una de las grandes novelas de nue::;[ra época. Actunl-
pitalisnw. En nuestra época, también la producción de los bienes de con- mente existe en Occidente una literatt¡ra Je moda, que se csfi.terzn por de~
sumo está teniendo un rol de primera importancia. Aún el arte moderno mostrar que todo este mundo alienado, hacia el cual ella se muestra con-
está int1uenciado por ella. Existen poderosas agencias y casas editoras, traria, en el tOndo es interesante desde el punto de vista artístico. Esto es
de las que uno se pregunta en qué medida los íntereses del capital están así, por ejemplo, en Alemania Occidental, donde aparecen escritores que
presentes en las diversas corrientes. Aún en el arte se requieren grandes en una cierta medida se convirtieron en sostenedores no conformistas del
inversiones de capitaL A propósito, quiero relatar una experiencia mía régimen de Adenauer. Al mismo tiempo, también hay escritores que con
de hombre viejo: cuando todavía era joven, fundamos un pequeño tea- ,nucha seriedad toman posición contra este mundo alienado. En su épo~
tro. Bastaron doscientas personas para poner en escena una representa- ca, Sinclair Lewis, con Babln·r, descubrió esta alienación bajo una aguda
ción. Hoy en día, para fundar un teatro en Occidente, es necesario mu- forma satírica. Entonces fue de enorme importancia. A veinte aflos de dis~
cho dinero, así como para fundar una revista. De este modo aumenta la tanci<l no sería posih~e hacerlo de la misma manera. Aparecen obras tragi~

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cómicas (T Wnlfe, O' Neill) que nucvanwntc se inspinn en la lucha ct11l- . Hace pocn Hsrcd dijo,· SO)' viejo, y si mi m Jum.t atuís digo <..jUC ltemos ·vit'i-
tra la alienación y con frecuencia sonK'S restigo~ de ~m~ lucha dramática cL' en 1m fJeríodo muy lnreresante. Era como si hzlf¡iésemos caminado por 1111 tú-
contra ésta. Por ejernplo, Styron muestra en su novela Esw casa en llamas, nd dd que Cot!ocümw..'i la dirección, JJCro en él c¡tte no había luz. Fúwlmenre he~
con ayuda de la dialéctica, que para los ricos b causa de la ;,He nación es la nw·; llegodoa un {nmto ddowl ya se puede ver la luz del otro léulo del tÚJtcl ..
riqueza y para los pobres la pobreza, hasta que no se ilegue a una explosión
a lo Raskolnikov. Esto no podemos olvid::ulo. ~Y hien, sí, un túneL.. Cuando a! final de los ai1os veinte fue claro\'
Un día se tendrá la gran novela socialista, rero todavía hará falta que d socialismo por el momento estaría limitado a la URSS, surgió toda \
tiempo antes de que los escrito~ socialistas se liberen de todos los obs~ una serie de problemas.
táculos y de su censura interna: p<ira esto deben buscar aliados en la gran En el período siguiente ocurrió algo enormemente poútivo: la sal-
literatura del pasado y aún en bs tendencias de la literatura occidental cu~ vaci6n del socialismo frente al ataque del fascismo. El hundimiento de la
yas estructuras mencioné antes; deben ver cómo los mejores luchan con- URSS en la segunda guerra mundial hubiera significado una vuelta atrás
tra la alienación. En último análisis encontramos también entre ellos alia- de 200 aflos en el porvenir del socialismo. En ve;·dad, por es"to hemos debi~
Jos políticos. Quisiera decir que esto no es una objeción al punto de vist<l dn pagar un precio altísimo, es decir, b desilusión de muchos rcspectO.ael
,Je Sartre, sino un complentento, un agregado. socialismo y del marxismo. El XX y XXII Congreso del Partido ComuniSta
La tarea de la literatura es dar un cuadro de la tremenda alienación de la URSS ofrecieron una posíbilidad de remedio.
producida en l:1 época stalinista y ayud<lf a su superación. Al mísmo tiem~ En primer lugar, se plantearon dus grandes t~wc;-¡s. Primero: de.Q.e-
po, en aquella época se había sofocado algo inmensamente nuevo, por mos demostrar al nHmdn cual es la diferencia cm red marxisnHJ y el stali~
ejemplo, lo que había surgido a la luz en el PoemaJ)('dagógicn de tvlakarcn- nbmo. Tanto en Oriente como en Occidente encontramos teóricos comu-
ko. Nuestra tarea es hacerlo resurgir. Y si ef:' cierw que un conflicto mun- t~iq~¡s que no quieren romper con el stalinismo. Porutn) Ltdo, el ala de ex~
dial hoy en día es imposible, estoy convencido (es cierto y lo creo) que in~ trema derecha de O(·J.:idcntc se esfuerza por demostrar que Stalin nD ha
clusi\·c la guerra fría debe desaParecer poCo a pon). En el período de la coe- hecho nada más que continuar cnnsecuentcmentc la tcorb de Lenin.
xistenóa pacífica se tendrá una tlspcra lucha de clases bajo nuevas for- Nuc$tro deber e~ demostrar la continuit.:bJ entre Marx, Engels y Lenin,
mas. Entonces, nuestros aliados serán todos aquellos que en el mundo ca- probar que los tres utilizaron los mísmos mét'--1dos, mientras que St'ali?t~ en
pitalista luchan comra la alienación. No súlo escritores, sino también su- muchos aspectos del método y de su apticacilllt, rompió con d marxismo
ciólogos, como \XIright Milis, muerto prematuramente. Hay sectarios que {p1•r cjempln. en el problema de los sindicatos asumiC1 la misma posiCión
niegan la posibilidad de la coexistencta pacífica, otros en cambio alimen- que Trotskr) y se encaminó por otra vía. Porque en el transcurso del pcr-
tan !a esperanza de que con la coexistencia pacífica cese b lucha de da- fecci\)namiento de lns resultados del XX y del XXII Congreso nosotros es-
ses. Yo .<J.finno sin embargo -y lo afirmaba ya en 1956 (en un artículo apa~ tamos en omdiciones Je aclarar estos rroblemas, yo llamaré a esto, si quic-_
recído en b revista alemana oriental Aufi;aH) que tertiwn datttr: habrá ren, una !u: al otro lado del Hínel.
una nueva forma de lucha de clases. Si queremos entender esto, deben1ós Segundo: el deforme marxismo stalinista no puede Jar ninguna
volver a Len in y oponer! o a Stalin. Ya en 1916,\:\urante la primera guerra respuesta a los problemas actuales planteados ante todo por la juventud,
mundial, enfrentándose a los sectarios, Lenin afirmaba que hay hombres rnkntras que el tn<lrxiSmo genuino puede elaborar estas respuestas. Y no-
que creen en la fOrmación de dos grandes campos contrapuestos. Uno gri- ,;('!lús debernos des::urolbr el método marxista en la investigación de los

ta: iNosotros estamos por el socialismo! El otro: i Nosotros estamos por el ¡n()biemas del momento. Podemos provocar resonanCia sólo si, como
imperialismo! Quien imagina las cosas de este modo, decía Lenin, jatmls m;uxistas, sabemos plantear los problemas y dar las respuestas mejor que
comprenderá la rcvdución. Las cosas son mucho más complcj;-¡s, las ten- lus U[ros. A !a juventud le parece f:mdamentalmcntc ncccsc1ria una reno~
Jendas se entrecruzan,' los frentes cambian_. \·ación del marxismo, purquc los nuevos L>rohlcmas b obligan a ret~.mwr

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al verdadero método marxista, n:üentras considenm y utilizan los rcsul, apolHlcus._ El artista nunca puede evitar la toma de posición; Vel<'izquez y
radas de la nueva técnica y de la nueva investigacir'in científica. Marx y Goya emn pintores de Corte, pero mire cómo a trnvés de sus retratos han i
Engels siempre incorporaron las nnevas conquistas de la ciencia al mar- expresado wdo el desprecio por la Corre de entonces. Tod:wía existen po- /
xismo. Este método cesó después de la muerte Je Lenin. Nl~sotros debe- :,iciCJnes manejadas de mnncra verdaderamente originaL En nmchns paí-
mos renovar este método marxista para que el marxismll sea efecriv<l- ses socialist(lS tenemos una gran cantidad de literatura científico-social,
mente vital. lQué hicieron Marx y Engels con Darwín, por ejemplo? cuyos rasgos sustanciales son purame11te positivistas. Pero si el libro con-
Obviamente hoy en día nadie repetiría literalmente lo que dijo Darwin. tiene un hábil prefacio, con determinadas citas deseadas por cierta auto-
Pero esto concierne a la sustan~a de las cosas, y en este sentido la asimi- ridad del momento, entonces en la prensa y en la crítica no encuentra nin-
lación de Darwin por parte de Marx no es transitoria desde el punto de guna dificultad. Aquellos que satisfacen cit::nas pretensiones exteriores
vista metodológico. Análogamente, hoy en día debemos asimilar todo lo pueden escribir con roda calma, como se escribía cuarenta aúos atrás. En
moderno, todos los elementos progresistas de l<1 ciencia que desde la cambio, aquellos que se e~:Jucrzan por liberar lo:-; problemas del mo1nemo
muerte de Lenin surgieron en Occidente. Sólo cuando hayamos elabo- de las posiciones del momento, chocan a menudo contra 'grandes dificul-
rado todo esto sobre la base de un genuino método marxista, estaremos radcs, aún si piensan como marxistas, o a veces ju1;tamenrc por eso. Creo
en condiciones de ejercitar nuestra influencia sobre la juventud y sobre que en la acrual situación, para superar los métodos stalinistas en el socia-
aquellos intelectuales occidentales de los que hablábamos más arriba. lismo del presente, es esencial que el marxismo no falsificado goce de ple-
Ellos con1prenderán entonces que están en el camino de una investiga- na libertad de expresión.
ción genuina de las respuestas a sus preguntas (a propósito de esto qui~
siera citar una vez más a Wright Mills). Según mi opinión, en este campo, - iYia libertad de la literatura, del arce?
con los decretos no se obtiene nada. Tenemos frente a nosotros un gran
trabajo para desarrollar si queremos superar la era stalinisra. Como usted -En un ciertoperíodoentreell946y 1947 se llevó a cabo en Buda-
ve, estas dos tareas son una sola. pest una conferencia sobre el tema "lAne libre o arte dirigido?" Ya en~
Sin embargo debemos ofrecer a la juventud la posibilidad de efec- ronces, yo afirmaba que el arte es un fenómeno social y poresw no puede
tuar la investigación por sí misma. Hoy en día hay muchas personas que se haber arte absolutamente libre. Toda sociedad pone determinados lími-
esfuerzan por encam.inarse en lo que hablábamos antes. Todos estos pe- tes a st_l libertad, ya sea por la fuerza de las tradiciones o por medio de dis-
queños arroyos se unirán un día en un gran río. La lucha que se libra hoy posiciones. Pero an(e todo poun_edio de lo que a mí me gusta llamar orde-
día es una lucha para decidir si los métodos y los hábitos stalinistas deben namiento social, hecho por la sociedad al arte: a través de tales proble-'
ser conservados, o bien si se debe llegar a un renacimiento del marxismo, mas, tales respuestas de toma de posición, etc., que la sociedad misma (y
un renacimiento no sólo teórico sino también práctico. Estas dos cosas es- en ella las clases) ofrecen al arte. En qué medida estos sostienen o frenan
tán en estrecha relación entre sí. el arte, es un problema que naturalmente no puedo afrontar aquí. En to~
do caso ellos limitan en concreto la libertad abstracto-metafísica. La afir-
- Le ntego que volvamos a los problemas de la lireratura y del arte. ¿Qué macíón según la cual el arte bajo el capitalismo jamás fue libre es una
imJ>ortancia tiene para la literatura y el arre cuanto dijo a propósito del pensa~ mentira (en este sentido tenemos a disposición numerosas pruebas, des~
miento y de la ciencia? de Balzac hasta Karl Kraus). Si alguno se obstina en afirmar que_ tal artis~
taha gozado de plena libertad en una sociedad burguesa, esto significa
-Tengo la impresión de que hoy, en nuestros países, el arte "apolíti~ que supo adaptarse tan bien como para tener la ilusión de una plena li·
co" puede desarrollarse con suficiente tranquilidad (bajo Sralin no exis- bertad. Aún en el socialismo se le pondrán limitaciones al arte. Todo
tía, o por lo menos no aparecía). Pero no existe ninguna literatura y arte Estado socialista deberfa probablemente prohibir siempre la propaganda

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- Y ohora realment<! la última tn-egunfa: ¡¡sred hdbló de ld enonne irn-
contrcwrevolucil)ililria sobre su tcrritorill. Pern en el ámbitn de la crea~
Jl(Hfancia que en d juouo mwniní el camfJo de lo wltura integro, l Porqué?
ciún <lrr_fsrh::;1, que ni' niega <ll ;;!_Ki;l.lismo de ¡nodl'l agresin), y en el marco
de Hnc::tics •: Olh..lidonc;.: de existencia, pienso qnc In:, anistas deberían
~}de parece que en el futuro la importancia sucia: del ucmpo libre
h.1cer y creen b que qmsienm, y b crítica artística u tdeológica debería
debed crecer contmuamcnte con las permanentes reducciones del hora-
::1p:1rcc•:r sol:1mcnte ex f!OSt. El arte dirccttl, así como lo conocíamos en la
ri~) Je trabajo . Si bien en el período sta!inista fue descuidada por decenios
;.talinista, pucJt llcvm s¡\]n al' natur:1\ism0 burncr{HÍCO y al llama~
la investigación económica autónoma de la concreta, legítima dinámica
eh' wmnnticismo re\·olucionario, es decir, a la creación de perspectiv;:~s
del capiralismo contcmponineo 1 que no ha sido suflcicntemcntc elabora-
n1orncnt::\neas y de ilusiones en ~~~~u de la realidad. En efecto, en una si-
da, no obst;~.nte d hecho de que existen tod~wía seguidores ortodoxos de
nwdón consolidada el arte tiene Síempre un lugar mayor que en una si-
bs enseí'iam:as de Stalin, que sustituyen la justa comprensión de los he~
twu:ión de g11crra civil, cuando es un juego innecesario, y nadie tiene
chns con citas sobre el ''empd1recimiento absuluto", ya no es posible dudar
rü~mpn de ncupmse de ciertas cosas, como e! espJcio p;ua el arte y la lite~
de los hechos que prueban la creciente reducción del horario de trabajo.
r;Hnta, pnr ejemplo. En tal sentido, !a {;poca de Stalin se distingue por el
Es llotorio que Marx vio en el tiempo libre las bases del reínode la
heciH-~ de que en um1 situación normal se gobernú con un métl).._io ~1dc~ libertad, Licl dcs~1rr~)llodc la capacidad del h01nbrc, que es en sí mismo el
ullkln rnrn un<t sir u8ciún de guerra civil. Un pan ido ideológicamente
nbjetivo absoluto. De esta manera, independiente de la voluntad y de
m::~dur<). {)hv i:1mente p1 !t'\le rjt~rccr su influencia sobre el arre y los artis- las decisiones de los indi\'lduos, roma cuerpo la esfera del tiempo libre,
tas._ pcrn s,\l¡J en una cierta medida. muy lirnitada. Ante todo porque el
cuyo wJ!umen crece incesantemente, y tal crecimiento forma para la cul~
part id{i, COl\ una jusra dirección idct)lógica, es tri en cnndicit)ncs de hacer
tura un campo de ac tivü.bd siempre mayor, aumenwnJo su peso sociaL
cun:'cienn.'s el !os anistas de bs tare.:~s sociales Jd momento, y en t:;d sen-
tidt) facilitar su oricnwciún hacia la vid<:t y su rdle_jo artístico . Esto no sig~
nifica en <1bs~)!utn prescribir, sino esforzarse pur convencer. Tomemos el
ejcmrlo de la inHuencia de Len in sobre Gorki, que sln duda existk), pero
pensemos tambi6n en lo:; ltmites de esta int1uencia, en las cartas de Le~
nin J GtHli: "Querido ;Jmigo, nn snydc su misma opinión ... En verdad es~
toy en contra de toda concepción partídist<t que se reduce al hecho de
que el arte debe ocuparse de la ilustración de las últimas resoluciones. A
diferencia de b investigación cicntífiGl, donde en hl verificación de los
he-chos (pero no en su interpretación) no puede existir una posición valo-
rativa, para mí en el arte, desde el punto de vista estético, la importancia
de tal pnsición es fundamentaL Desde siempre, toda poesía de amor está
escrita a favor o en contra de una mujer: por lo tanto es poesía tenden-
ciosa. Y justamente todo artista -desde Hmnero hasta Beckett- toma po-
sición sobre prnblem<lS de carácter privado, así como toma posición tam~
bién sol>re prohlemas de carácter social, independientemente de la medi-
da z:n que es consciente de ellos. Nosotros debemos aspir3.f a que en nues-
tro arte la toma de posición socialista surja de la manera más clara posi-
ble. Pero no podemos obtener estO con decretos, sino a través del nivel
ideológico general existente en el país."
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