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EZEQUIEL MALDONADO.
INTRODUCCiÓN
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campesina, en un modo de producción peculiar en las zo nas indi-
genas, en la caracteri zación de sus condiciones de vida y de
muerte, en la descripción morosa de personalidades taimadas,
vengativas. aprovechadas que no pensarían dos veces en ases i-
nar o aplastar a gente de su propia comunidad, pero también
solidarias y audaces en determinadas cond iciones de su existen-
cia como lo narra Rosario Castellanos.
Castellanos no conoció la caracteri zación colonialismC! tardío,
la hu biese adoptado en sus ensayos. Si intuyó y ren ejó esplén-
didamente el concepto en sus novelas y cuentos. Por desgracia,
los relatos de Ciudad Real no recrean un mundo olvidado, ana-
crónico, si no renejan, aún hoy en 2004, un uni verso vigente: la
eternidad de lo probable. En la parte central del ensayo reali-
zo una sinopsis de cada uno de los relatos y analizo con cierto
detenim iento el titulo Ciudad Real con su variadas aristas y su
calidad de ciudad emblemática en la obra rosariana.
1 tbid., p. 27.
3 César Huerta Ríos, "Análisis genélico. funcional del sistema de cargos en
una etnia en transformación" en Boletín de Al/tropología Americalla, Méx ico,
diciembre de 1994, pp. 70-71 .
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en 1920, los grupos conservadores chiapanecos mantienen la
dirección política de un estado que ha sufrido cambios irreversi-
bles. "Cinco años de administración revolucionaria y guerra civil
habían roto el aislamiento rural y el poder absoluto del hacen-
dado sobre los campesinos y trabajadores. Se había iniciado la
politización en el campo ... " "
El proyecto cultural de la clase dominante se dio a la búsque-
da de la mexicanidad o de lo típicamente mexicano. En ese
ámbito convivieron, entre 1920 y 1940, tres corrientes de pen-
samiento en busca del estereotipo mexicano : el indigenismo, el
hispanismo y el panamericanismo. ' 2 Era sumamente dificil para
los sectores en el poder ignorar la presencia del principal con-
tribuye nte en vidas, sangre y sudor. La retórica oficial identifi-
có al pueblo de México como el protagonisia esencial de la ges-
ta y principal destinatario de sus beneficios. ' 3 Ese discurso
reconoce al indio con plenitud de derechos pero en la realidad
se promueven como estereotipos de la mexicanidad al charro y
a la china poblana, terratenientes vinculados a la clase en el
poder. Artistas, narradores, ensayistas mexicanos señalan la ne-
cesidad de recuperar " lo indígena" en pro de la cultura mexica-
na. Ello implicaba el reconocimiento de las contribuciones in-
dias a la nación. Los medios de difusión de la época, cine y
teatro, tiras cómicas, espectáculos musicales, promocionan la
figura del indio como personaje y, poco a poco, ya convertido
en estereotipo, se le fue identi ficando como parte inherente de
la mexicanidad. Se revaloró sobre todo el indio del pasado
prehispánico frente al olvido del indígena contemporáneo.
CIUDAD REAl
Rosario Castellanos, en sus novelas y cuentos, de corte testimo-
nial , narra las vicisitudes de terratenientes en su convivencia
con indígenas en el estado sureño de Chiapas. Son los años de
gobierno de Lázaro Cárdenas, 1934-1940, quien promueve una
Reforma agraria de corte capitalista que destraba caducas rela-
14 Ibid. , p. 356.
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arrebatar a los indígenas los productos que van a vender a la ciudad y
arrojarles después una monedas que no representan un precio equitativo ni
menos acordado por las dos partes. El de enganchador, que sirve de intenne-
.diario entre quienes solicitan el trabajo de indio y quienes lo prestan y cobra
por sus servicios la parte del león . Hay costumbres que, aunque violen las
leyes, no son nunca castigadas. La del ama de casa que no vacila en recurrir
al rapto cuando precisa de servidumbre; la del dueño de rancho que paga a
sus peones un suelo irrisorio; la del comerciante que defrauda, por todos los
medios a su alcance, a los clientes ignorantes y pobres. La del profesioni sta
que di spensa sus con sejos como si fueran un favor y no un trabajo a veces
retribuido con exceso".30
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