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Sobre verdad y mentira en sentido extra moral: El yo como centro

de la conciencia.

Desde el principio de la humanidad el hombre ha llegado a pensar


que el mundo gira a su alrededor. Acto de egocentrismo y petulancia que,
de alguna manera, está conectado al conocimiento, el cual causa el engaño
de la existencia propia y de la valoración de la comprensión. El desarrollo de
la inteligencia permitió al hombre mentir y engañarse a sí mismo y a los
demás creyendo que, en efecto, poseía toda clase de conocimientos. “Ese
orgullo, ligado al conocimiento y a la sensación, niebla cegadora colocada
sobre los ojos y los sentidos de los hombres, los hace engañarse sobre el
valor de la existencia, puesto que aquél proporciona la más aduladora
valoración sobre el conocimiento del mismo.” (Nietzsche, 1873, pág. 5)

La conciencia es la superficie del conocimiento, algo que conduce al


engaño, regido por el yo como centro de comprensión de la subjetividad. El
mayor engaño que se ha venido produciendo a lo largo de la historia, es el
de crear conceptos fijos en un mundo totalmente ficticio. Como los
científicos y filósofos lo plantean: la ciencia está orientada hacia la verdad;
realidad inventada por el lenguaje que nos hace creer en la existencia de
causas, de sujetos que nos impulsan a creer en el yo. “¿Es el lenguaje la
expresión adecuada de todas las realidades? Solamente mediante el olvido
puede el hombre alguna vez llegar a imaginarse que está en posesión de
una “verdad” en el grado que se acaba de señalar.” (Nietzsche, 1873, pág.
7)
La búsqueda constante de la verdad, de una verdad con poca
credibilidad, ha obligado al hombre incluso hasta mentir y fingir poseer
conocimientos. Pretender que su intelecto es mayor que el del resto.
Nietzsche plantea que al hombre no le interesa la verdad en lo más mínimo,
de hecho, le es indiferente. “En un estado natural de las cosas, el individuo,
utiliza el intelecto y la mayor parte de las veces solamente para fingir, (…)”
(Nietzsche, 1873, pág. 7). Estado que adquiere el hombre para incluirse en
la sociedad, clara representación de egocentrismo, de atraer la atención
hacia ellos; hacia su pseudo conocimiento.

En definitiva, se han creado conceptos para definir a las cosas,


perdiendo detalles de la auténtica ausencia de las mismas. En cuanto a
conducta, el hombre pone sus actos como ser racional bajo el dominio de
las abstracciones. “El que busca tales verdades en el fondo solamente
busca la metamorfosis del mundo en los hombres; aspira a una
comprensión del mundo en tanto que cosa humanizada y consigue, en el
mejor de los casos, el sentimiento de una asimilación.” (Nietzsche, 1873,
pág. 10)

Trabajos citados
Nietzsche, F. (1873). Sobre verdad y mentira en sentido extra moral. Madrid: Tecnos.

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