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¡Oh, gozo cuando tú vienes!

¡Oh, gozo cuando vienes, Hapy!


¡Oh, gozo cuando tú vienes!
Tú que alimentas a los hombres y rebaños
Con el regalo de tus praderas
¡Oh, gozo cuando tú vienes!
¡Oh, gozo cuando vienes, Hapy!
¡Oh, gozo cuando tú vienes!

BIBLIOGRAFÍA: a) Edición y texto: G. Maspero, H ym ne au A S I1912;


E. Bacchi, L'lnno al Alio, Tumi, 1942; W. H dck, D er Text des
Nilbym nus, Wiesbaden, 1972. b) Traducción: Lichtheim, AEL,
I, 204-210; E. Bresciani, Letteratura e poesía dell’Antico Egüto,
Turín, 1969,194-197; J- L. Foster, “Thought couplets in Khety's
'Hymn to the Inundation’”, JNES XXXTV (1975), 1-29; A. Bamcq
y F. Daumas, Hym nes et Priéres d e i’Égypte A ncienne, París,
1980, 493-501. Véase también J. Assmann, “Nfilhymnus*, LA IV
489-496 y J. Baines, Fecundity Figures, 1985 (para Hapy como
divinidad).

COMENTARIO: Los egipcios tuvieron siempre una extraordinaria


conciencia de lo que el Nilo significaba para el mantenimiento
de su sistema de vida y de su sociedad. De hecho la visión
egipcia del universo está presidida por la imagen de un curso
de agua central y ordenador sin el cual no se conciben ni la ci­
vilización ni la vida, Al igual que existe un Nilo terrestre existe
otro celestial por donde navega la barca de Re en su cotidiano
proceso de muerte y renacimiento; y en el mundo subterráneo,
dominio de los difuntos y habitado por criaturas de pesadilla,
discurre otro Nilo que el sol atravesará en su viaje nocturno,
Y sin embargo, el gran rio de Egipto nunca fue identificado con
un dios, o al menos con ninguno de los que ocuparon puestos
importantes en su panteón. Hapy no es propiamente la perso­
nificación divinizada del Nilo; más bien se asocia co n el origen
de sus aguas y concretamente con el fenómeno "cié la crecida?'
Por ello se le asimila a la fertilidad de la tierra, a la prosperidad
del país y a la reproducción animal y humana. Es, por así de­
cirlo, un genio de la fecundidad, que suele ser representado
muy convenientemente com o un personaje andrógino, que
tiene su habitáculo en una caverna de rocas de la que mana el
agua, o como portador universal de ofrendas de alimentos en
las paredes de los templos. Curiosamente Hapy no tuvo tem­
plos a él dedicados, aunque era ciertamente objeto de impor-

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Cacería en las marismas Cfumba núnn. 3 de Bení Masan)

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