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Personajes:
1
Prólogo.
TIRESIAS:
te diré de aquellos infortunios? Algo así como: ¡Canta, oh, musa enmascarada, el
O mejor otra cosa, como: “Canta, oh, musa plañidera, las penas del triste Orfeo...”
Así es, mi rabito cachondo... hubo un tiempo en que casi fui feliz... pero no me lo
sonaban a canción de cuna: era Orfeo... así es, conejito cogelón... yo siempre
supe que volvería, un adivino sabe esas cosas: las ves en el cenicero, en la mano
de la baraja, en el humo del tabaco, en la borra del café, en los cristales de una
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Embriagado de amor intermitente
3
PRIMER ACTO
Escena 1.
TIRESIAS:
Soy Tiresias, el famoso adivino de Tebas. Nací hombre, pero la voluntad del Hado
acostumbré. Siendo mujer me enamoré del joven más bello que ha pisado la
tierra; y entonces volví a ser hombre. Lloré mi desgracia mucho tiempo, creyendo
Zeus y Hera discutían sobre quién gozaba más durante el sexo: el hombre o la
decidieron preguntarme, pues yo había gozado como ambos. Tuve que responder
con la verdad: “Si el placer tuviera diez partes” dije “Una sola parte la disfruta el
condenó a la ceguera para siempre. Zeus sintió lástima por mí, y decidió
concederme el don de la profecía, larga vida y un bastón para andar como si mis
ojos vieran.
Pero los dones no han sido un consuelo, si no más bien una carga.
4
MEDEA: (Imitando el tono de Tiresias)
TIRESIAS:
MEDEA:
Tú empezaste.
TIRESIAS:
molestarme.
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
TIRESIAS.
Nada. No le importo.
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
5
No te voy a discutir eso. Pero mejor refréscate un poco, porque tenemos que
hacer cuentas.
TIRESIAS:
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
TIRESIAS:
Ya hablamos de eso.
MEDEA:
Piénsalo bien. Un café-tarot nos sacaría del apuro... ¿has visto el éxito que tienen
esos lugares?...
TIRESIAS:
Ya basta ¿si?
MEDEA:
6
TIRESIAS:
MEDEA.
TIRESIAS:
magia, hechicera de oriente! Tú eres una experta. O venenos, para las esposas
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
¿Ya viste?
TIRESIAS:
No.
MEDEA:
TIRESIAS:
7
Con este ambiente, yo también lo dudaría.
MEDEA:
TIRESIAS:
No me digas que ahora te preocupas por la gente. Déjalo, que se congele. Seguro
es un vago.
MEDEA:
¿Y si es policía?
TIRESIAS:
No seas paranoica.
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
Habrá guerra. Ya lo verás. Ahora está lleno de policías y militares, y nos van a
caer un día.
TIRESIAS:
Por si no te has dado cuenta, los militares son casi los únicos que vienen al bar, y
8
MEDEA:
TIRESIAS:
reconocerlo.
MEDEA:
ORFEO:
No, gracias.
MEDEA:
ORFEO:
MEDEA:
ORFEO:
TIRESIAS:
ORFEO:
9
TIRESIAS:
ORFEO:
TIRESIAS:
¿Y eso qué?
ORFEO:
TIRESIAS:
ORFEO:
TIRESIAS:
No puedo.
ORFEO:
TIRESIAS:
ORFEO:
TIRESIAS:
10
¿No sé quién eres?... Me parece que eres Orfeo, el músico hijo de Eagro y
Calíope, ¡La envidia de Apolo! ¿Cierto? Y me imagino que viniste para pedirme
consejo, para que te diga qué te depara el futuro y cuál es el camino que debes
seguir para evitar la desgracia... pero no, se acabaron los consejos, pues eso solo
trae desdichas y nadie lo aprecia... hasta me han apedreado por decir oráculos
adversos... así que no. Regrésate por donde viniste porque aquí no hay nada para
ti.
ORFEO:
TIRESIAS:
Llévale flores.
ORFEO:
TIRESIAS:
ORFEO:
Debo recuperarla o... no sé... no sé vivir sin ella; no soporto la vida sin Eurídice, si
no puedo recuperarla…
TIRESIAS:
MEDEA:
11
No es para tanto, una muerta más, una menos… consíguete otra… mientras, por
ORFEO:
Usted no entiende...
TIRESIAS:
ORFEO.
TIRESIAS:
ORFEO:
MEDEA:
¿No te compadeces del muchacho? Deberías ayudarlo. Tan lindo que es.
TIRESIAS:
ORFEO:
Se lo suplico...
TIRESIAS:
¡Dije que no! ¡No voy a volver a mirar en los hígados de ningún animal, ni a
escuchar el vuelo de los pájaros, ni a echar las cartas, ni a interrogar los cráneos!
preguntar. ¡Lárgate! ¡Vete de aquí! No me jodas con tus preguntas ñoñas. ¡Vete a
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llorar un río! ¡Mátate! ¡Córtate las venas! ¡Atáscate de pastillas! ¡Tírate a las vías!
MEDEA:
TIRESIAS:
¿Y qué?
MEDEA:
TIRESIAS:
A buena hora llega este efebo. Así me tienta el destino. Así se burlan de mí las
parcas. ¿Será posible tener paz? Estoy cansado. Quisiera olvidarlo todo. Empezar
de nuevo...
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Escena 2.
MEDEA:
Espera. No te vayas.
ORFEO:
MEDEA:
¿No me reconoces?
ORFEO:
No.
MEDEA:
Soy la hechicera que huyó con Jasón, en la expedición de los argonautas. Tú ibas
con ellos.
ORFEO:
MEDEA:
ORFEO:
MEDEA:
Deberías quedarte.
ORFEO:
MEDEA:
14
No seas estúpido.
ORFEO:
MEDEA:
ORFEO:
En realidad no quiero morir. Quiero estar con ella, quiero que regrese. Si muero
MEDEA:
ORFEO:
MEDEA:
¿Era bella?
ORFEO:
MEDEA:
ORFEO:
MEDEA:
Debes aceptarlo, niño. La muerte es para siempre. No hay regreso posible del
Hades.
ORFEO:
15
No es verdad. Sí se puede salir. Un tal Sísifo ya lo hizo una vez.
MEDEA:
agarrar, y lo pusieron a cargar piedras para que no tuviera tiempo de pensar ¿Qué
ORFEO:
MEDEA:
Eso es historia. Pero eran diosas. La tierra se estaba yendo al carajo por el
la muchacha, y aún así ella tiene que volver una temporada con su marido a las
ORFEO:
MEDEA:
ORFEO:
MEDEA:
ORFEO:
Caronte quiso obligarme a beber de las aguas negras, para que olvidara todo,
pero yo canté, y entonces aceptó llevarme del otro lado del río del olvido.
MEDEA:
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Pero al otro lado espera el Cancerbero, guardando la puerta al más allá. ¿Cómo
pasaste?
ORFEO:
Prefiero no hablar de eso. Pude volver, pero no logré traerla conmigo… yo… (No
puede hablar) le fallé… Estuve más allá de todas las fronteras, pero fracasé.
MEDEA:
ORFEO:
¿Cómo?
MEDEA:
Soy nieta del Sol. Princesa de la Cólquide, y la mejor hechicera del orbe.
ORFEO:
MEDEA:
Soy socia. Es una mala racha, nada más. Pero eso puede cambiar.
ORFEO:
MEDEA:
ORFEO:
MEDEA:
Nada imposible. Sólo quédate con nosotros y canta en el bar, por las noches.
ORFEO:
17
No puedo cantar.
MDEA:
ORFEO:
MEDEA:
ORFEO:
MEDEA:
ORFEO:
MEDEA:
ORFEO:
Ya lo hice... cada vez que quiero imaginar una melodía, o cuando rasgo la
guitarra, escucho los gritos de sufrimiento, la agonía eterna de los condenados: las
MEDEA:
Bebe un poco de esto (Le ofrece un frasco) No te servirá para cantar, pero al
menos adormecerá el recuerdo. Yo bebo un poco todos los días, y solo así
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ORFEO:
Gracias.
MEDEA:
Quédate unos días. Relájate un poco y tal vez podamos convencer al viejo de que
adivine. Si pudiste domar al perro del infierno, seguro podrás con un viejo ciego y
amargado.
ORFEO:
MEDEA:
19
Escena 3.
MEDEA:
Es una señal. Tienes que aceptarlo. Él es lo que necesitamos para que el bar
funcione. Imagínate cuánta gente vendrá a oír cantar sus penas al célebre Orfeo,
el que dobla los árboles, el que amansa a las fieras, ¡El que bajó al infierno por
amor! Está un poco trastornado, pero no importa. Hasta sus ojeras le sientan
TIRESIAS:
No.
MEDEA:
Yo lo escuché.
TIRESIAS:
Tú no entiendes.
MEDEA:
Pues explícame.
TIRESIAS:
MEDEA:
TIRESIAS:
20
Pero nunca me escuchas. Alguna vez fui una hermosa mujer Tuve un cuerpo que
carácter... todo era femenino... descubrí que me gustaban los hombres. Son
toscos, son sucios, son simples... odio ser un hombre, pero amaba que me
desearan. Me paseaba con mi peplo de lino al viento cerca de los torneos, y todos
dejaban sus luchas para mirarme. Claro, no faltaba el prosaico que me decía
alguna vulgaridad, pero hasta eso era reconfortante. De vez en cuando me llevaba
uno conmigo y hacíamos cosas que hasta a ti te escandalizarían. Creí que era
feliz, pues nadie me censuraba mi vida disipada. Pero entonces llegó el terrible
lo que es el pudor de una doncella, pero no le había resultado muy bien porque yo,
hermoso, el más hermoso de todos, que al verme se quedó con la boca así de
luego de haber sido tan puta, sentí pudor ante la mirada idiota del muchacho, y
supe que estaba perdida por él... pero O desilusión, al sentir el pudor volví a ser
hombre, ante los ojos perplejos de aquel, que sería mi único amor. Le juré
fidelidad eterna, me puse a sus pies, le ofrecí todo, pero él me despreció, me dijo
cosas horribles... aquel que es la envidia de Apolo... ¡Orfeo! Sí. Ese mocoso de
voz celeste. Nunca pude recuperarme del desengaño. Y ahora viene aquí, a
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MEDEA:
Pues él no te reconoció.
TIRESIAS:
Claro que no. Aquella vez yo no estaba vestido, no estaba maquillado, no era
acuerde!
MEDEA:
No tiene por qué, ni se lo vamos a decir. Pero debe quedarse, es la única manera
TIRESIAS:
MEDEA:
¿El destino?
TIRESIAS:
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
TIRESIAS:
22
Mira quién habla. No me digas que ahora eres optimista. No te queda.
MEDEA:
Tienes razón, no lo soy. Yo creo que de todas maneras todo se va a ir al caño, así
es que prefiero que nos vayamos al caño con Orfeo que sin Orfeo, que es como
decir con dinero que sin dinero, y que si nos vamos a terminar de hundir en la
mierda lo hagamos bien y embarremos un poco a ese guapito que cruzó el infierno
sin ensuciarse las manos y ahora nos viene a pedir ayuda como si fuera el único
TIRESIAS:
MEDEA:
No. Lo que necesitas es usar los huevos que tienes ahí colgando, aunque
reniegues de ellos. Eres una vieja cursi y sentimentaloide: “ay no, no me vaya a
TIRESIAS:
vejez. ¡Ay, cómo quisiera olvidarme de todo! Pero el amor... No, ya superé esa
MEDEA:
23
Pausa.
TIRESIAS:
Está bien. Que se quede. Pero no voy a adivinar para él. Y tú, ya verás que tengo
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Escena 4.
ORFEO:
Allí estaba, el perro negro de tres cabezas; me esperaba chirriando sus fauces y
echando baba, pero canté y la bestia se amansó, y me condujo por los campos del
interrumpían, y los gritos de dolor callaban para escuchar mi música. Así llegué
hasta el trono de Hades, el señor del inframundo, y canté todo lo que me dolía.
Hasta él se conmovió.
Me dijo que regresara por donde había venido, en silencio, sin mirar atrás, y que
aquella que buscaba escucharía la música y me seguiría los pasos hasta el mundo
de los vivos.
Así lo hice... en ese recorrido sentí que me volvería loco, pues los tormentos
con la mente las melodías que callaba... pero casi al final, ante el umbral de la luz
del día, dudé. Pensé que el dios me había engañado y me volví para
cerciorarme... allí estaba ella, la más bella de todas, que me vio un instante y
Coge la guitarra e intenta cantar, pero no puede. Luego de varios intentos desiste. Entra
Tiresias.
25
ORFEO:
No puedo.
TIRESIAS:
¿Qué te pasa?
ORFEO:
TIRESIAS:
ORFEO:
TIRESIAS:
ORFEO:
TIRESIAS:
Eres un pobre diablo vanidoso. Claro que puedes hacer otra cosa, pero crees que
no te debes rebajar. Crees que por ser bonito y talentoso ya no tienes que trabajar
como los demás, sientes que el mundo te debe algo, pero no; estás equivocado.
ORFEO:
Usted es un amargado.
TIRESIAS:
ORFEO:
26
Todavía no.
TIRESIAS:
Dime una cosa: Si no puedes cantar, ¿de qué sirve que te quedes en el bar?
ORFEO:
TIRESIAS:
Yo no te puedo ayudar.
ORFEO:
TIRESIAS:
ORFEO:
TIRESIAS:
A mí me desesperas.
ORFEO:
TIRESIAS:
No te voy a contestar.
ORFEO:
TIRESIAS:
27
No, nunca.
ORFEO:
¿Qué haría usted si supiera que es posible recuperar al amado? ¿No lo intentaría
todo? ¿No se volvería un impertinente? ¿No fatigaría los caminos sin pedir
descanso? Ese soy yo. Llegaré hasta el fin del mundo si es necesario. Solo quiero
saber qué hacer. Necesito que usted me diga, porque se me acaban las opciones.
Su socia ofreció ayudarme ¿por qué usted no lo hace? ¿Por qué se resiste tanto?
TIRESIAS:
¿Medea te ofreció su ayuda? Lo que hay que oír. De verdad estás desesperado si
ORFEO:
Les conviene ayudarme. Yo podría salvar este negocio. Al menos parece que ella
TIRESIAS:
¡Ja! Ella nunca tiene buenas intenciones. ¿Sabes que la buscan en Corinto y
ORFEO:
¿Qué hizo?
TIRESIAS:
hermano, mató a sus hijos, envenenó a La Otra… y cosas por el estilo. Créeme
niño, esa lagartona tiene mucho veneno todavía. Las víboras se inspiraron en ella
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ORFEO:
TIRESIAS:
rasca con sus uñas. Se hace lo que se puede, y punto. No me gusta juzgar a la
gente.
ORFEO:
(Intenta tocar otra vez, pero es inútil) Ayúdeme por favor. (A punto de llorar)
TIRESIAS:
Ay no, por favor, mocos no. Entiéndelo. Tú estás enamorado de una imagen. De
una idea que te hiciste en la cabeza, y esos son los amores más peligrosos,
porque no son reales. Ella es un recuerdo, y los recuerdos son casi nada. El amor
real es burdo, tosco, recurrente, aburrido. Esa pasión que tú tienes es una especie
amor.
ORFEO:
TIRESIAS:
De hecho, no. Solo algunos necios. Los idiotas. Los ingenuos. Pero son pocos.
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Escena 5.
TIRESIAS:
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
Explícame.
TIRESIAS:
MEDEA:
Por favor.
TIRESIAS:
Uso estos guantes para no adivinar por accidente; para no tocar con mi piel
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lengua se hincha, las manos se escaldan. Meter las manos en un animal es
horrible, porque sientes que las tripas te devoran. Luego, lo difícil es ordenar la
cantidad de cosas que llegan a tu mente en ese momento, porque todas son
que tener mucha voluntad para hacer esto. Hay que ser un poco zen. Pero eso
tampoco es lo grave. La parte fea es cuando ves las calamidades que le esperan a
la gente que aguarda con esperanza tu vaticinio. Y créeme, casi siempre son
calamidades y desgracias. ¿Te imaginas tener que decirles siempre que todo lo
que hacen es absurdo porque la mierda que les espera ya está decidida por unos
dioses ojetes que les dieron la vida nada más para cagarse en ellos? Que van a
matar al padre, que se van a coger a la mamá, que los van a traicionar sus
hermanos, que los engaña su mujer, que los desprecian en el trabajo, que nadie
los respeta, que a nadie le importan, que se van a morir viejos y solos, que les va
a dar cáncer en los güevos, que les van a acortar una teta…Y deja tu lo que
sientan ellos. ¿Te imaginas vivir con la certeza de que la vida es una porquería
que no vale la pena vivir? Porque una cosa es el lugar común de decir que todo
esta del carajo y bla bla bla, pero saberlo por voz de los dioses... saber que tu vida
MEDEA:
Me lo imagino.
Pausa.
TIRESIAS:
31
No voy a quitarme los guantes. No puedo.
MEDEA:
Pero el niño bonito no va a cantar a menos que tenga una esperanza. Necesita un
TIRESIAS:
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
TIRESIAS:
Drogas.
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
Vas a adivinar, o por lo menos eso va a creer Orfeo. Tú preparas todo como si lo
fueras a hacer de verdad, pero te pones unos guantes maquillados para que
parezcan tus manos desnudas, y cuando las metes en el animal, como tu “piel
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vidente” está protegida, no ves nada. Pero al sacar las manos le dices a Orfeo que
viste algo... le dices que si quiere recuperar a su amada debe cantar de nuevo,
cantar para ella, y que entonces acudirá a escucharlo, hasta que un día se
TIRESIAS:
con tormentos terribles en el Hades. Y quién sabe qué más me hagan en vida. Ni
se te ocurra insistir.
MEDEA:
Pero yo te puedo ayudar en eso. Tengo una pócima que protege las acciones de
los mortales, y las oculta de los ojos olímpicos. Si bebes un trago bastará para que
TIRESIAS:
MEDEA:
Pausa.
TIRESIAS:
MEDEA:
¿Cuál?
TIRESIAS:
33
Regálame toda la pócima, todo el frasco y todo lo que tengas.
MEDEA:
De acuerdo.
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Escena 6.
ORFEO:
Alguna vez
Sentí tu vientre
Terciopelo a la deriva.
Alguna vez
Besé tu pelo
35
Cada mañana
Cada mañana
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SEGUNDO ACTO.
Escena 1.
TIRESIAS:
¡Ay, conejito travieso! Si todo hubiera terminado así… pero no, el tiempo nunca se
MEDEA:
¡Yo soy Medea! ¿Qué no sabes, pendeja, que si te pones sentimental haces
todos, y el que canta más bonito, y el que toca más bonito, y todo lo hace más
bonito… ¿Cómo me fue a pasar esto a mí? Hace un año que llegó ese infeliz, y
eso… Tiresias estuvo genial. Parecía una verdadera profecía… le dijo algo así
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muerta que te quitaron…” Más o menos, pero en verso. Y luego le dijo: “No
Un año… más o menos… y que se pone a cantar a esa Diridídice, o como sea,
¿por qué se puso a cantar? Calladito y patético estaba mejor… patético… eso es
normal aquí… nadie se hubiera fijado. ¡Pero no! Tenía que cantar, porque así lo
dispuso Medea. Y todas las noches canta, y el bar se llena de gente que quiere
escuchar cuánto quiere a su esa, porque solo le canta a ella y nada más, pero
vienen y vienen y nadie se harta de que no cambie de tema ni siquiera una maldita
vez ¡Y ya no lo soporto! Eso sí, el bar está lleno. Siempre está lleno. Y Tiresias
olvida de su juventud… qué se yo, pero le gustan, y lo mira y lo mira con sus ojos
estómago… porque nadie puede amar así… amar así, a una muerta… es patético,
a embarrar ahí ¿no? ¿Qué no sabes, pendeja, que si te pones sentimental haces
entendido nada? Pero es que ya traté de pensar en otras cosas, pero no puedo,
siempre vuelvo a pensar en él… y es que canta todas las noches… y ya pensé en
irme de aquí, otra vez, irme muy lejos… pero no puedo… no puedo ir más allá de
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dos cuadras y me regreso, porque ya empiezo a sentir que me falta algo. Yo
quisiera que alguien me cantara así… ¿por qué no puede ser? ¿Por qué no le
importo a nadie? ¿Por qué todos me dejan? Yo quiero que Orfeo cante para mí…
patético?
P-a-t-e-t-i-c-o.
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Escena 2.
MEDEA:
Me duele la cabeza.
TIRESIAS:
Estás cruda.
MEDEA:
Necesito tu ayuda.
TIRESIAS:
MEDEA:
Es en serio.
TIRESIAS:
Deberías dejar de beber. Te hace tanto daño. Te ves terrible. Además le das mala
viciosos… ahora tenemos categoría y hay que estar a la altura. No se ve bien que
te emborraches todas las noches viendo cantar a Orfeo. Está bien si lo quieres
ver, pero no así, das lástima. Además ya bastante tuvimos con los soldaditos esos
MEDEA:
40
TIRESIAS:
Debe ser algo muy grave para que Medea la grandiosa, la de vastos recursos,
acuda a este pobre adivino ciego despreciado por los dioses y maltratado por los
hombres.
MEDEA:
Estoy enamorada.
Pausa.
TIRESIAS:
MEDEA:
¿Sabes de quién?
TIRESIAS:
MEDEA:
Orfeo.
TIRESIAS:
Tenía que pasar ¡La desgracia nos alcanza tarde o temprano por más que
intentemos escondernos de ella! ¡Ay, parcas intrigosas! ¡Ay, furias funestas! ¡Oh,
MEDEA:
TIRESIAS:
41
Pobrecilla, estás enamorada. Y por eso te perfumas con vino por las noches.
MEDEA:
Amor desdichado.
TIRESIAS:
MEDEA:
No se me ocurrió, me pasó.
TIRESIAS:
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
¿Y qué? ¿Qué tiene de malo? ¿No dicen que el amor es lo mejor de los
humanos?
TIRESIAS:
Puras mentiras, pero ya lo sabes. Por favor, dime que es puro sexo. Que solo te lo
MEDEA:
TIRESIAS:
¡Calamidad! ¿Pero qué no ves que está obsesionado con la muerta? Los demás
somos como fantasmas para él. Está loco. Enfermo. Se creyó lo de la adivinación
42
y todo. Por eso canta todas las noches, y todas las noches lo hace con pasión.
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
Tú me puedes ayudar.
TIRESIAS:
No.
MEDEA:
Dime qué debo hacer. Dime cuál es el camino. Adivina para mí. Mete las manos
TIRESIAS:
Ya sabes mi respuesta.
MEDEA:
TIRESIAS:
Es igual.
MEDEA:
TIRESIAS:
43
Ya lo sé. Pero no puedo.
MEDEA:
Si no lo haces, les diré a todos que hiciste una falsa profecía. Los dioses te
castigarán. Vendrán las Erinias por ti. No puedes negarte, Tiresias. Nos
conocemos mucho.
Pausa.
TIRESIAS:
No quiero. No me obligues.
MEDEA:
para amores platónicos. Necesito que ese mocoso me ame. Si no logro que me
Pausa.
TIRESIAS:
Está bien. Lo voy a hacer. Solo una vez y porque me obligas. A veces eres tan
Medea se aleja para servirle a Tiresias. Mientras ella no lo ve, el adivino bebe un trago de
la poción que le dio antes la hechicera. Medea regresa con anís para Tiresias y vino para
ella. Beben.
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TIRESIAS:(Se quita los guantes y mete las manos en el pavo) ¡Ay maldito destino!
¡Maldita llama que todo lo devoras y todo lo consumes hasta la ceniza! ¡Maldita
voluntad inexorable!
Tiresias primero se inspira y luego se desploma. Medea se le acerca para levantarlo, pero
él la detiene.
TIRESIAS:
MEDEA:
TIRESIAS:
MEDEA:
¡Dímelo todo!
TIRESIAS:
Es difícil de decir.
MEDEA:
No juegues conmigo, anciano. ¿Qué tengo que hacer para que Orfeo me ame?
TIRESIAS:
MEDEA:
Entonces lo mato.
45
TIRESIAS:
Pero hay una oportunidad. Escúchame. Si logras que aparte su mirada del vacío
que dejó la que ama, y consigues que cante una canción que diga tu nombre,
entonces podrás enamorarlo con tus artes. ¡Y las artes de Medea son muchas!
¿No es cierto?
MEDEA:
¿Eso es todo?
TIRESIAS:
Eso es todo. Vi muchas cosas que fueron pena para mis ojos muertos, pero eso
es todo.
MEDEA:
TIRESIAS:
Eso es solo para impresionar a los ignorantes; entre nosotros hay confianza.
MEDEA:
Entonces conseguiré que cante para mí. Al menos es más fácil que seducirlo.
TIRESIAS:
MEDEA:
46
Escena 3.
ORFEO:
Es como estar parado al borde de un precipicio, donde te han dicho que al fondo
sabes, porque podría ser una mentira, y sin embargo las caricias del vértigo se te
MEDEA:
Ya se fueron todos.
ORFEO:
MEDEA:
ORFEO:
Casi.
MEDEA:
ORFEO:
MEDEA:
ORFEO:
47
MEDEA:
Necesitas descansar. Toma esta pócima, solo unas gotas; te ayudarán a dormir
ORFEO:
También son las voces. Las oigo todo el tiempo. (Rechaza las gotas) No me gusta
MEDEA:
ORFEO:
No me canso de cantar.
MEDEA:
ORFEO:
Sí.
MEDEA:
ORFEO:
MEDEA:
ORFEO:
MEDEA:
48
Mírame. Deja de ver al vacío y mírame a mí. Puedes cantar si quieres. Canta otra
cosa. Una canción que no sea para ella. Piensa en otra cosa.
ORFEO:
No puedo.
MEDEA:
Mírame. Claro que puedes. Todos podemos mirar hacia otro lado. Yo amaba a mi
arrojé sus pedazos al mar, para crear un huracán que detuviera las naves de mi
Acepté la infamia y la persecución. Y más tarde aquel por el que yo había robado
y asesinado a mi familia, el padre de mis hijos, decidió casarse con otra que le
pareció mejor. A ella le puse veneno en el vestido. Maté a nuestros hijos frente a
él. Me volví loca. Creí que ya no podía vivir más. Pero eso fue hace mucho tiempo,
y seguí viviendo. Creí que no había nada más, que sin él todo se hacía borroso.
Todo era él. Todo era dolor. Pero el dolor se fue anestesiando, y las cosas
volvieron a ocupar su lugar. Ahora mis crímenes parecen tan absurdos. Mírame.
Claro que puedes mirar hacia otro lado. Puedes mirarme a mí, que estoy enfrente,
agarrar esa guitarra y hacerme una canción. Una canción que cuente mi dolor.
Una canción que hable de mis viajes. O de mi magia. Mírame. Hazme una canción
Orfeo toma la guitarra e intenta cantar… lo intenta varias veces, pero no puede.
49
MEDEA:
ORFEO:
Yo…
MEDEA:
Todavía soy bella. Y sé cómo hacer honor a tu belleza. Déjate caer. Déjate llevar.
ORFEO:
Eres bella. Eres como un abismo. Eres ardiente y dolorosa. Eres un silbido de
MEDEA:
ORFEO:
MEDEA:
50
Escena 4.
TIRESIAS:
Orfeo.
ORFEO:
TIRESIAS:
Ten cuidado.
ORFEO:
¿Cuidado?
TIRESIAS:
ORFEO:
¿Qué tiene?
TIRESIAS:
ORFEO:
TIRESIAS:
Está enamorada.
ORFEO:
¿…?
51
TIRESIAS:
Más que enamorada está obsesionada, está como loca y no entiende razones…
ORFEO:
Se le va a pasar.
TIREISAS:
en otro planeta pero ya es hora de que te des cuenta. Está enloqueciendo por ti.
No es que estuviera muy sana antes, pero ya se había calmado. Ahora se está
ORFEO:
TIRESIAS:
hasta que logra lo que quiere o lo destruye todo. Y ya está llegando a esa etapa.
ORFEO:
Quería que le hiciera una canción. Pero no pude. Me atrae, pero cuando me le
TIRESIAS:
ORFEO:
La voy a recuperar.
TIRESIAS:
52
El caso es que si no amas a Medea, puede pasar algo grave, que todos
ORFEO:
TIRESIAS:
Pausa.
ORFEO:
Me quiere matar.
TIRESIAS:
Por eso te pido que tengas cuidado. Trátala bien. No la desaires. No la saques de
quicio. Yo trataré que no venga a oírte cantar, porque eso la pone muy mal. Te voy
ORFEO:
TIRESIAS:
No seas egoísta. Tu talento no es solo tuyo ¿Sabes? Nos debes un poco a todos.
que importar.
ORFEO:
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Así podría estar con la que amo. Cada vez esta más cerca… Ya no me importa
nada más, solo espero el momento en que ella venga y se quede para siempre
TIRESIAS:
allá de tus narices. Aunque mires como si no existieran a los que te aplauden allá
consuelo, y no voy a dejar que te hagan daño. ¿Entendiste? Te tienes que cuidar
ORFEO:
Ya es hora. (Sale)
TIRESIAS:
54
Escena 5.
ORFEO:
MEDEA:
ORFEO:
MEDEA:
No es tan simple.
ORFEO:
Yo no te amo.
MEDEA:
Pero me puedes amar. Yo puedo enseñarte. Solo tienes que dejarte llevar. No
pienses en nada.
ORFEO:
MEDEA:
formas. Tal vez yo no pueda alcanzar ese amor del que hablas, pero puedo
ofrecerte otro tipo de amor, más completo, más carnal, más real. Eres Orfeo, estás
55
ORFEO:
MEDEA:
En general dicen que estoy loca. Dicen que soy cruel. Dicen que soy mala. Pero
todo lo malo lo hice por amor. ¿No debería eso de redimirme? ¿No se me
perdonan los pecados? El amor no es solo lo que dicen las novelas rosas ¿sabes?
Tú entre todos los mortales me puedes entender. ¿No harías cualquier cosa por
amor? Porque tú debes sentir igual que yo esa llama que te hierve las entrañas,
ese rayo que te acalambra el cuerpo, ese tumor que te perfora la cabeza y no te
deja pensar, y te duele en algún lugar del pecho, y que se parece a la rabia, o a la
ceguera, o al sofoco, o a… ¿No entiendes que el amor es algo más? Hay algo que
siempre se nos escapa, ¿no lo ves? El amor es cada día distinto, esquivo,
ORFEO:
No.
MEDEA:
Y sin embargo estás tan seguro. ¿De qué estás tan seguro? ¿No ves que todo es
una mierda? Ella está muerta… ¿Por qué sigues aquí? ¿Qué te mantiene vivo?
ORFEO:
La profecía.
MEDEA:
ORFEO:
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MEDEA:
¡No, eso quisiste entender! Te dijeron lo que querías oír. ¡Era falsa! ¡Falsa!
Tiresias hizo una profecía falsa para que cantaras, porque yo se lo pedí. Te
consumió en el infierno! Así que más te vale dejar de cantar para ella. ¿Necesitas
consuelo? Aquí estoy, para ayudarte a olvidar. Aquí estoy para volverte a la vida.
O aquí estoy para mandarte a la muerte de una vez, porque no puedo soportar
ORFEO:
Te equivocas.
MEDEA:
¿En qué?
ORFEO:
MEDEA:
Claro que sí. Yo misma le maquillé los guantes para que metiera las manos en el
bicho sin tener visiones. Yo misma le di la pócima para ocultarlo a la vista de los
ORFEO:
Puede ser, pero he cantado todas las noches canciones para Eurídice, y la
profecía se ha cumplido. Todas las noches, mientras canto, veo que ella se
acerca, invisible para todos excepto para mí, y me escucha como desde muy lejos.
Creo que no puede verme, pero me escucha. Y cada día se acerca un poco más,
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y me busca siguiendo el sonido de las notas y el sentido de las palabras… creo
Medea, que ya está muy alterada, hace ademán de arrojarse sobre Orfeo, pero
este toca la guitarra y la hechicera se detiene. Entra Tiresias sin que los otros lo
adviertan.
MEDEA:
ORFEO:
Mátame, no me importa.
MEDEA:
¡Maldito seas, Orfeo! ¡Te maldigo ante los dioses por tu amor! ¡Te maldigo a morir
por tu amor! ¡Te maldigo a morir por tu belleza! ¡Te maldigo a morir por tu música!
Orfeo deja de tocar. Medea se arroja sobre él y lo hiere con el picahielos. Tiresias se
acerca y golpea a Medea con su bastón, hasta que ella cae al suelo. Tiresias la sigue
TIRESIAS:
¡Cállate víbora ponzoñosa! ¡Déjanos en paz! ¿Por qué tienes que arruinarlo todo?
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Tiresias se calma. Medea yace sin vida.
ORFEO:
¿Está muerta?
TIRESIAS:
ORFEO:
No me duele.
TIRESIAS:
Yo sabía que todo iba a terminar mal. No importa, era una criminal. Esconderé el
ORFEO:
TIRESIAS:
ORFEO:
Era bella.
TIRESIAS:
ORFEO:
59
Escena 6.
Orfeo canta en el bar. Una melodía desgarrada, con guitarra distorsionada y acordes
disonantes.
Alguna vez
Sentí tu vientre
Terciopelo a la deriva.
Alguna vez
Besé tu pelo
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Cada mañana
Cada mañana
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Epílogo.
TIRESIAS:
musa tóxica, perra maldita, puta, ojete, mierda. ¡Cánta piruja de caño, la muerte de
Orfeo el hermoso!
pasar.
Una noche como cualquier otra Orfeo cantó a su amada muerta. El bar estaba a
reventar de putillas resbalosas que alucinaban que les cantaba a ellas. Se sentían
que apareciera. No sé si realmente la vio alguna vez, o si solo alucinaba. Pero esa
acercó al frente, estaba ido, de por sí siempre estaba como ido, pero esta vez
nauseas, como un susto muy largo, y todas ellas, cada una a su tiempo,
las ropas, hasta que una, no sé cuál, saltó al escenario, y detrás de ella las otras,
y se aferraron del hermoso cuerpo de Orfeo y lo descuartizaron ahí mismo, con las
manos, con las uñas, con los dientes… no quedó nada de él… pedazos, carne
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suelta, huesos rotos… tanta hermosura resultó ser solo un saco de vísceras…
consuelo…
Se acabó. Ahora solo quedamos tú y yo, conejito. Y este bar de mierda. Ahora
Pausa.
Por un momento creí que tendría paz, que al fin Orfeo se quedaría conmigo. Me
lo descuartizaban.
OSCURO.
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