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V.

LAS ACTUACIONES JUDICIALES

1.- GENERALIDADES DE LAS ACTUACIONES JUDICIALES:

Estos actos se encuentran regulados en el Título VII del Libro I del Código de
Procedimiento Civil, denominado “De las actuaciones judiciales”, en los artículos 59 y
siguientes.

* CONCEPTO DE ACTOS PROCESALES:

Existen diversas acepciones sobre lo que debemos entender por actos procesales.
Entre ellas nos quedaremos con la del profesor Eduardo Couture, para quien “acto
procesal es un acto jurídico emanado de las partes, de los agentes de la jurisdicción
o aún de terceros ligados al proceso susceptibles de crear, modificar o extinguir
efectos procesales”.

* CLASIFICACIÓN DE LOS ACTOS PROCESALES:

Atendiendo al sujeto de la cual el acto emana, tenemos: 1) Actos procesales


provenientes de las partes; 2) Actos procesales provenientes de los órganos
jurisdiccionales o de sus auxiliares; y 3) Actos procesales emanados de terceros.

1. Actos procesales provenientes de las partes: Aquí se incluye a los escritos, que es
una especie de actuación que tienen por finalidad general hacer o formular solicitudes
a los tribunales, que pueden ser de fondo o para dar curso progresivo al proceso.
Ejemplos: la presentación y contestación de la demanda, la confesión, la formulación
de una tercería, etc.

2. Actos procesales provenientes de los órganos jurisdiccionales o de sus


auxiliares: Consiste en todas las diligencias que realice el tribunal y cualquiera de los
auxiliares de la administración de justicia, y de la cual debe dejarse constancia en el
proceso.
Ejemplos: la dictación de las distintas resoluciones judiciales, que son actos que
solamente pueden emanar de los tribunales; o las notificaciones que deben ser
practicadas por ministros de fe (receptores judiciales, secretarios de tribunal, etc.).

3. Actos procesales emanados de terceros que no son parte del juicio: Estos son
actos de terceros que también pueden cumplir ciertas diligencias en un proceso.
Ejemplo: la declaración que prestan testigos en juicio, los informes emanados por
peritos, etc.

* REQUISITOS DE VALIDEZ DE LOS ACTOS PROCESALES:

Los requisitos de los actos procesales son ciertas condiciones que establecidas en
la ley para que el acto pueda producir sus efectos, esto es, para que el acto sea válido; si
no se cumplen, estas actuaciones carecerán de valor. Los requisitos de validez, comunes
a todo acto procesal, son los siguientes: 1) Deben ser practicados por el funcionario que
indica la ley; 2) Deben practicarse en días y horas hábiles, y algunos en lugares hábiles; 3)
De toda actuación debe dejarse testimonio escrito en el proceso; y 4) Deben ser
autorizados por el funcionario que indica la ley.

(1) LAS ACTUACIONES JUDICIALES DEBEN SER PRACTICADAS POR EL


FUNCIONARIO QUE INDICA LA LEY: Aquí se aplica el artículo 70 del Código de
Procedimiento Civil, que señala que “todas las actuaciones necesarias para la
formación del proceso se practicarán por el tribunal que conozca de la causa, salvo
los casos en que se encomienden expresamente por la ley a los secretarios y otros
ministros de fe, o en que se permita al tribunal delegar sus funciones, o en que las
actuaciones hayan de practicarse fuera del lugar en que se siga el juicio”.

En consecuencia, la regla general es que las actuaciones judiciales deben ser


practicadas por el tribunal que conoce la causa. Sin embargo, esta regla general
admite excepciones y ello ocurre en los siguientes casos:
 Cuando la propia ley le encomiende la práctica de la diligencia al secretario o a
otro funcionario. Por ejemplo, en materia de notificaciones la ley encarga ejecutar
estas actuaciones al secretario del tribunal o a los receptores judiciales.

 Cuando la ley permite al tribunal delegar sus funciones. Por ejemplo, en ciertos
casos la ley faculta al juez para delegar la atribución de la tasación de las costas
procesales (artículo 140, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).

 En aquellas actuaciones que tengan que cumplirse o hayan de practicarse fuera


del lugar en que se siga el juicio o en un territorio jurisdiccional distinto. En este
caso, por el principio de la territorialidad, el juez no podría practicar actuaciones en
un territorio jurisdiccional distinto, y para esto es necesario delegar competencia y
esto se produce por los llamados exhortos; es decir, a través de una comunicación
escrita en que el juez solicita a un tribunal de un territorio jurisdiccional distinto que
practica una determinada actuación.

(2) LAS ACTUACIONES JUDICIALES DEBEN SER PRACTICARSE EN DÍAS Y


HORAS HÁBILES, Y ALGUNAS ACTUACIONES ESPECIALES EN CIERTOS
LUGARES HÁBILES: La regla general es que las actuaciones judiciales deben
practicarse en días y horas hábiles (artículo 59, inciso 1º, Código de Procedimiento
Civil), y algunas actuaciones especiales deben practicarse en ciertos lugares hábiles
(por ejemplo, las notificaciones personales). Para estos efectos se considerarán días
hábiles los no feriados, y son horas hábiles las que median entre las ocho y las veinte
horas (artículo 59, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).

Aquí le corresponde al legislador establecer cuáles son los días feriados; pero
en general se dice que son feriados los días domingos y festivos. En esta materia, hay
diversas leyes que se refieren a lo anterior, entre ellas la Ley Nº 2.977, de 1° de
febrero de 1915, que señala precisamente cuáles son los días feriados.
Sin perjuicio de esta regla general, existen ciertos casos de excepción en que
las actuaciones judiciales pueden llevarse a efecto en días y horas que habitualmente
serían inhábiles. Estos casos de excepción son los siguientes:
 Cuando haya causa urgente que lo exija, los tribunales pueden, a solicitud de
parte, habilitar para la práctica de actuaciones judiciales días u horas inhábiles
(artículo 60, Código de Procedimiento Civil). Se estimarán urgentes para este
caso: 1) las actuaciones cuya dilación pueda causar grave perjuicio a los
interesados, 2) las actuaciones cuya dilación pueda causar grave perjuicio a la
buena administración de justicia, 3) las actuaciones cuya dilación pueda hacer
ilusoria una providencia judicial. El tribunal apreciará la urgencia de la causa y
resolverá sin ulterior recurso.

 Cuando deba practicarse la notificación personal, ya que dependiendo del lugar en


que se realice la ley permite que se practiquen en cualquier día y hora.

 Tratándose de actuaciones penales o criminales, en conformidad al artículo 14 del


Código Procesal Penal, “todos los días y horas serán hábiles para las actuaciones
del procedimiento penal y no se suspenderán los plazos por la interposición de
días feriados”.

El artículo 60 del Código de Procedimiento Civil hay que complementarlo con el


artículo 314 del Código Orgánico de Tribunales. Este último precepto establece lo que
se denomina “feriado de vacaciones” que tiene lugar durante el mes de febrero de
todos los años (desde el 1º de febrero hasta el primer día hábil del mes de marzo).
Este período es feriado y no, por ende, se podrían practicar actuaciones judiciales en
materia civil; sin embargo, la propia norma señala que ciertas y determinadas
actuaciones se pueden practicar en este período, como, por ejemplo, en los actos
judiciales no contenciosos, en los juicios posesorios, en los juicios de alimentos, etc.

(3) DE TODA ACTUACIÓN JUDICIAL DEBE DEJARSE TESTIMONIO O CONSTANCIA


ESCRITA EN EL PROCESO: De toda actuación deberá dejarse testimonio escrito en
el proceso (artículo 61, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil). Esta constancia
escrita debe hacerse cumpliéndose los requisitos y formalidades que en ella se
indican, es decir:
- Debe contener expresión del lugar, día, mes y año en que se verifique, y en
algunos casos la hora, cuando la ley lo exige.

- Debe dejarse testimonio también de las formalidades con que se haya procedido.

- Finalmente deben señalarse las demás indicaciones que la ley o el tribunal


dispongan.

A continuación, luego de cumplirse con estas formalidades, y previa lectura,


firmarán todas las personas que hayan intervenido; y si alguna no sabe o se niega a
hacerlo, se expresará esta circunstancia. De esta norma se desprende que la
constancia de la diligencia debe ser completa y circunstanciada.
En el nuevo procesal penal la situación es relativamente distinta. En efecto, de
acuerdo al artículo 39 del Código Procesal Penal, de las actuaciones realizadas por o
ante el juez de garantía, el tribunal de juicio oral en lo penal, las Cortes de
Apelaciones y la Corte Suprema se levantará un registro que se efectuará por
cualquier medio apto para producir fe, que permita garantizar la conservación y la
reproducción de su contenido. Dicho registro se hará por cualquier medio que asegure
su fidelidad, tal como audio digital, video u otro soporte tecnológico equivalente.

(4) LAS ACTUACIONES JUDICIALES DEBEN SER AUTORIZADAS POR EL


FUNCIONARIO QUE INDICA LA LEY: La autorización del funcionario a quien
corresponda dar fe o certificado del acto es esencial para la validez de la actuación.
Autorizar la diligencia significa que el funcionario a quien corresponde dar fe del acto
debe firmar la autorización.

En materia civil, este funcionario es variable, depende de lo que la ley señale en cada
caso, pero normalmente corresponde al secretario del tribunal y, por excepción, a
otros funcionarios, como los receptores judiciales. En materia penal, en tanto, de
acuerdo al artículo 389 G del Código Orgánico de Tribunales, corresponderá al jefe de
la unidad administrativa que tenga a su cargo la administración de causas del
respectivo juzgado o tribunal autorizar el mandato judicial y efectuar las certificaciones
que la ley señale expresamente.

Además de lo anteriormente señalado, hay ciertos requisitos que podrían exigirse


para determinadas actuaciones que están determinadas expresamente en la ley (artículos
62 y 63, Código de Procedimiento Civil). Ejemplo: cuando es necesario tomar o prestar
juramento a alguno de los concurrentes, o en aquellas actuaciones en que se interrogue
un intérprete.

* FORMAS EN QUE PUEDEN DECRETARSE LAS ACTUACIONES JUDICIALES:

Esto es importante porque dependiendo de la forma en que la actuación se ordene,


esa actuación o diligencia se va a llevar a efecto ya sea inmediatamente o después de
transcurrido cierto caso. Al respecto, existen tres formas en que las actuaciones judiciales
pueden ordenarse o decretarse, y que son las siguientes: a) Diligencia con conocimiento
de la parte contraria; b) Diligencia con citación de la parte contraria; y c) Diligencia con
audiencia de la parte contraria.

a) Diligencia con conocimiento de la parte contraria: Es aquella que se puede llevar


a efecto tan pronto como se notifique a la parte contraria la resolución que ordena
dicha diligencia (artículo 69, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil), de manera que
en este caso el conocimiento es sinónimo de notificación judicial. De manera que se
cumple tan pronto como se practica dicha notificación.

b) Diligencia con citación de la parte contraria: Es aquella que se puede llevar a


efecto después de transcurridos tres días fatales luego que se ha notificado a la parte
contraria de la resolución que se ordenó. Es preciso, en este caso, esperar tres días
para que, dentro de dicho plazo, la parte contraria pueda oponerse o deducir
observaciones, suspendiéndose en tal caso la diligencia hasta que se resuelva el
incidente.
De acuerdo a lo anterior, después de la respectiva notificación existen dos
posibilidades que se pueden presentar: 1) Que la parte no se oponga una vez
transcurridos los tres días; y 2) Que la parte se oponga dentro de el mencionado
plazo.

- Si no hay oposición de la parte contraria transcurrido el plazo de tres días, se


cumplirá o llevará a efecto la diligencia respectiva.

- Si hay oposición de la parte contraria dentro del plazo de citación, esto es, que
formule observaciones u oposiciones a la diligencia, se formará un incidente, que
debe tramitarse y que el juez deberá fallar, y sólo una vez que el tribunal resuelva
este incidente, y en la medida que el fallo de este incidente sea favorable a la
parte que solicitó la diligencia, ésta se cumplirá. A la inversa, si el incidente es
desfavorable, esta diligencia no podrá practicarse.

c) Diligencia con audiencia de la parte contraria: Es aquella que no pueden llevarse


a efecto sin que antes se oiga a la parte contraria, esto significa que cuando se pide
la diligencia el juez tiene que “conferirle traslado” a la parte contraria y para cuyo
efecto tiene un plazo de tres días para exponer lo que estime conveniente.
Estas diligencias dan origen de inmediato a un incidente, sea que la parte
contraria conteste o no el traslado conferido. Si este incidente se resuelve
favorablemente a la parte que solicitó la diligencia, se cumplirá la actuación
solicitada. Al contrario, si el juez la rechaza, en ese caso se entiende que no puede
llevarse a cabo la diligencia.

Por ejemplo, el artículo 336, inciso 1º, del Código de Procedimiento Civil, que
está referido a ciertas actuaciones en el período o término probatorio, donde se
puede pedir aumento de este período probatorio. En este caso, la prueba puede
rendirse en Chile o en el extranjero: 1) Si la prueba se rinde dentro del territorio de la
República, se otorgará con previa citación de la parte contraria; y 2) si la prueba se
rinde fuera del país (en el extranjero), se decretará con audiencia de la parte
contraria.
De estas tres formas la regla general es que sea diligencia con conocimiento, o sea,
que se realice tan pronto como se notifique la resolución que acoge la petición de parte
para realizar la actuación.
3.- LOS EXHORTOS:

En conformidad al artículo 7º del Código Orgánico de Tribunales, “los tribunales


sólo podrán ejercer su potestad en los negocios y dentro del territorio que la ley les
hubiere respectivamente asignado”. Sin embargo, la misma norma agrega que lo anterior
“no impide que en los negocios de que conocen puedan dictar providencias que hayan de
llevarse a efecto en otro territorio”.
El Exhorto se define como “aquella comunicación escrita que envía un tribunal
que conoce de un proceso a otro tribunal de distinto territorio jurisdiccional y por
medio de la cual se solicita a este último practicar una o más diligencias
determinadas que han de practicarse en ese otro territorio jurisdiccional”.
De acuerdo a lo anterior, en todo exhorto se distinguen dos tribunales: 1) el tribunal
exhortante, que es el que dirige la comunicación; y 2) el tribunal exhortado, que es el que
la recibe e imparte la orden de que se cumpla.
Los requisitos o condiciones necesarias para que procedan los exhortos son los
siguientes:

- Que se trate de practicar diligencias fuera del territorio jurisdiccional del juez que
conoce la causa.

- Que el juez que conoce del proceso ordene expresamente delegar atribución
mediante resolución judicial.

- Que se encomiende una o más diligencias concretas o determinadas, pero no puede


referirse en ningún caso a la dictación de la sentencia.

En cuanto al contenido del exhorto, en general es necesario acompañar a él todos


los escritos, resoluciones o actuaciones necesarias para que se pueda cumplir
adecuadamente la diligencia, sin perjuicio de que el “oficio” o la comunicación contenga
todas las explicaciones y facultades necesarias. Siempre esto es a petición de parte.
Frente al exhorto hay que analizar el contenido del exhorto y cómo se va a
diligenciar en el otro tribunal.
1. Contenido del exhorto: Toda la información hay que proporcionarla al juez, a través
del contenido del exhorto. En este sentido, todo exhorto debe contener: 1) los
escritos, decretos y explicaciones necesarias para que el tribunal exhortado pueda
practicar las diligencias encomendadas adecuadamente; y 2) la firma del juez y del
secretario del tribunal que conoce la causa, y si el tribunal es colegiado deberá ser
firmado por su presidente y secretario.

2. Diligenciamiento del exhorto: Quien debe diligenciar el exhorto es precisamente la


parte interesada que solicitó esa comunicación; por tanto, el diligenciamiento es de
de responsabilidad del solicitante. El exhorto, en principio, lo puede diligenciar el
mismo representante o mandatario judicial de la parte que lo pide ante el tribunal
exhortado, a menos que el exhorto señale expresamente que lo puede diligenciar
cualquier persona que tenga capacidad para actuar ante los tribunales, es decir, debe
tener ius postulandi. En esta materia se aplican las reglas de comparecencia en
juicio.

Una vez que es recepcionado el exhorto, el juez exhortado debe practicar las
diligencias específicas encomendadas, sin que pueda practicar otras gestiones que las
necesarias a fin de darle curso y habilitar al juez de la causa para que resuelva lo
conveniente (artículo 71, inciso 3º, Código de Procedimiento Civil).
Los exhortos, finalmente, son susceptibles de clasificarse en dos grandes grupos: 1)
exhortos nacionales, y 2) exhortos internacionales.

(1) EXHORTOS NACIONALES: Los exhortos nacionales, tal como lo indica su nombre,
son aquellas comunicaciones entre tribunales chilenos, dentro del territorio de la
República. Los exhortos nacionales pueden, a su vez, subclasificarse en simples
exhortos y exhortos ambulantes o circulatorios.
La forma de remitir el exhorto es a través o por conducto de Correos de Chile.
Sin perjuicio que el tribunal exhortante, en casos especiales o calificados, disponga
que el exhorto se le entregue a la parte que lo haya solicitado para que gestione su
cumplimiento, es decir, que sea llevado por mano.

(2) EXHORTO INTERNACIONAL: Es aquel que debe ser cumplido por una autoridad
judicial extranjera y en territorio extranjero. En este caso, se dirige la comunicación
por conducto de la Corte Suprema en Chile y ésta, según la ley, debe enviar el
exhorto al Ministerio de Relaciones Exteriores para que sea éste el que lo despache o
le dé curso de la forma en que esté establecido en los tratados internacionales
celebrados con el respectivo país o en la forma que señale el gobierno.
A través de esta misma vía o mecanismo se reciben los exhortos de los
tribunales extranjeros que deben cumplirse en Chile.

4.- PLAZOS O TÉRMINOS:

Esta materia se encuentra regulada en los artículos 64 y siguientes del Código de


Procedimiento Civil, y 48, 49 y 50 del Código Civil.
El concepto de plazo no lo encontramos en la ley procesal, pero sí en las normas
sustantivas civiles. Desde este punto de vista, el plazo se puede definir como “el hecho
futuro y cierto del cual depende el ejercicio o la extinción de un derecho”.
Si vamos al campo procesal, diremos que plazo “es el tiempo que concede la ley,
juez o parte para la ejecución de un acto determinado dentro del proceso, o el
período dentro del cual se permite realizar una determinada materia en el proceso”.
Estos plazos son susceptibles de clasificarse según los distintos puntos de vista o
criterios que se considere.

(1) Considerando el origen del plazo en materia procesal, distinguimos entre plazo
legal, plazo judicial y plazo convencional.
o Plazo legal: Es aquel que fija el legislador, y que constituye la regla general.
Ejemplo: el plazo de contestación de la demanda previsto en el artículo 259 del
Código de Procedimiento Civil.

o Plazo judicial: Es aquel que es fiado por el juez, siempre y cuando esté facultado
por la propia ley para establecerlo. Ejemplo: los jueces tienen atribuciones para
fijar plazos especiales de prueba, de acuerdo al artículo 340, inciso 2º, del Código
de Procedimiento Civil.

o Plazo convencional: Es el que emana del convenio de las partes. Ejemplo: las
partes pueden restringir el número de días que dure el término probatorio (artículo
328, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).

(2) Considerando el momento en que el plazo se va a iniciar, se distingue entre plazo


individual y plazo común.

o Plazo individual: Es aquel que comienza a correr para cada parte desde el
momento mismo en que se notifica la resolución correspondiente (artículo 65,
inciso 1º, Código de Procedimiento Civil). Esta es la regla general. Ejemplo: el
plazo para apelar es individual, el demandante podrá apelar cuando se le notifica,
y podrían ser fechas distintas (artículo 189, inciso 1º, Código de Procedimiento
Civil).

o Plazo común: Es aquel que corre conjuntamente para todas las partes desde el
momento en que se practica la última notificación. Ejemplo: el término probatorio
corre desde que es notificado el último (artículo 327, inciso 1º, Código de
Procedimiento Civil).
(3) Considerando el momento en que precluye el derecho que debe ejercerse, se
clasifica el plazo en fatal y no fatal.

o Plazo fatal: Es aquel con cuyo vencimiento se extingue o precluye el derecho para
ejercer una determinada actividad procesal. Ejemplos: el plazo de contestación de
la demanda o para oponerse a la ejecución.

o Plazo no fatal: Es aquel a cuyo vencimiento aún es posible realizar la actividad


procesal a menos que el trámite se dé por cumplido en rebeldía; de manera que
mientras la parte contraria no acuse la rebeldía, se puede ejercer el derecho.

La regla general dentro de nuestro sistema procesal es que los plazos sean
fatales. Así lo señala el artículo 64 del Código de Procedimiento Civil, que dice en el
encabezado que “los plazos que señala este Código son fatales”, cualquiera sea la
forma en que se exprese.

(4) Considerando las unidades de tiempo del plazo, se habla de plazos de días,
plazos de meses y plazos de años (en algunos casos, incluso, se habla de plazos de
horas, pero son excepcionales).

o Plazos de días: Constituye la regla general dentro del procedimiento. Ejemplos: el


plazo para rendir prueba será de veinte días en el juicio ordinario (artículo 328,
inciso 1º, Código de Procedimiento Civil); el plazo para interponer la apelación
será de cinco días (artículo 189, Código de Procedimiento Civil).

o Plazos de meses: Son excepcionales y se establecen para los efectos del


abandono del procedimiento (artículo 152, Código de Procedimiento Civil).

o Plazos de años: Son aun más excepcionales y están establecidos para los efectos
de la prescripción. Ejemplo: la prescripción de la acción ejecutiva (artículo 442,
Código de Procedimiento Civil).
Esta es una clasificación que tiene importancia para efectos del cómputo del
plazo. Aquí se aplica el artículo 66 del Código de Procedimiento Civil que debe
complementarse con el artículo 50 del Código Civil. En esta materia, todos los plazos
son completos y corren hasta el último día inclusive.

En el caso de los plazos de días, la ley establece que estos se entienden


suspendidos durante los días feriados.
En cuanto a los plazos de meses y años se cuentan ininterrumpidamente; estos
son plazos seguidos, salvo que la ley exprese otra cosa. Ejemplo: el artículo 152 del
Código de Procedimiento Civil, que establece que el procedimiento se entiende
abandonado cuando las partes han cesado en su prosecución durante seis meses;
este plazo se cuenta incluyendo el mes de febrero, que corresponde al feriado de
verano para el Poder Judicial.

(5) Considerando la posibilidad que el plazo se extienda más allá de su duración,


distinguimos entre plazo prorrogable e improrrogable.

o Plazos prorrogables: Son todos aquellos que podrían durar más allá del tiempo
que la ley señala como duración. Ejemplo: el término probatorio extraordinario.

o Plazos improrrogables: Son aquellos que no permiten ser ampliados más allá de la
duración de su plazo.

La ley dice que solamente son prorrogables los plazos judiciales bajo ciertas
condiciones: a) Que se solicite la ampliación antes del vencimiento del plazo; y b) Que
se alegue justa causa, es decir, que se esgrima algún fundamento plausible, la cual
será calificada por el juez prudencialmente.
5.- LA REBELDÍA:

Esta es una institución propia del derecho procesal que se regula en los artículos 78
a 81 del Código de Procedimiento Civil.
La rebeldía en términos generales consiste en “la declaración en forma expresa
que hace un tribunal acerca de la pérdida o extinción de un derecho luego de
expirado un plazo no fatal y, en consecuencia, el trámite debe darse por cumplido
en ausencia de la parte”, esto con la finalidad que el proceso tenga que seguir
avanzando.
La rebeldía no opera para los plazos fatales que indica el Código de Procedimiento
Civil, los cuales se extinguen por el solo ministerio de la ley; y el Código lo establece para
los plazos judiciales.
Mediante la declaración de rebeldía el tribunal declara cumplido el trámite procesal
de que se trate y resolverá el juez lo que convenga para la continuación del juicio sin
certificado previo del secretario.
La rebeldía tiene efectos distintos según si se produce en primera o segunda
instancia.

1. Rebeldía en primera instancia: Si el litigante está rebelde, éste no puede ser


olvidado del juicio por la parte contraria, hay que seguir notificándolo de las
resoluciones que se dicten o que recaigan en el juicio. Respecto de cada trámite por
separado y a medida que se vayan aconteciendo, deberá irse declarando la rebeldía
de la parte contraria y teniéndosele por evacuado. La rebeldía en primera instancia
tiene, por tanto, efectos particulares, y se refiere a un trámite específico.

2. Rebeldía en segunda instancia: Esto produce consecuencias distintas para las


partes. Si el apelante no comparece oportunamente, el recurso se extingue y se
declara desierta la apelación; y si es el apelado es el que no comparece, el recurso se
puede tramitar en su rebeldía sin necesidad de notificarle las resoluciones que se
dicten, las cuales producirán sus efectos respecto del apelado rebelde desde que se
pronuncie. Como puede observarse, la rebeldía en segunda instancia produce efectos
absolutos y generales.
6.- LAS RESOLUCIONES JUDICIALES:

La ley no entrega un concepto de lo que debemos entender por resoluciones


judiciales, por ello hay que ajustarse a lo señale la doctrina. Según Casarino, “es todo
acto que emana del tribunal, destinado a sustanciar o fallar la controversia material
del juicio”.
Las resoluciones judiciales son pronunciamientos de parte de los órganos
jurisdiccionales, que cumplen las siguientes finalidades:

a) Sirven para sustanciar y tramitar el proceso, lo cual significa que el juez puede
disponer u ordenar las diligencias o actuación que se pronuncien en el proceso.

b) Permiten pronunciarse respecto de solicitudes que hacen valer las partes, a través de
los escritos respectivos.

c) Los jueces fallan la controversia a través de una resolución especial que es la


sentencia definitiva, y que es la resolución más importante, tanto para el tribunal
como para las partes, pues es la que resuelve el conflicto jurídico.

Las resoluciones judiciales admiten ser clasificadas desde diversos puntos de vista
o criterios a considerara. A saber:

(1) ATENDIENDO A SU CONTENIDO, las resoluciones judiciales se clasifican en: a)


sentencias definitivas, b) sentencias interlocutorias, c) autos y d) decretos. Esta
clasificación se encuentra contemplada en el artículo 158 del Código de
Procedimiento Civil.

(2) ATENDIENDO A LA CLASE DE TRIBUNAL QUE LO PRONUNCIE, se clasifican en:


a) resoluciones emanadas de los tribunales ordinarios, b) resoluciones emanadas de
los tribunales especiales, y c) resoluciones emanadas de los tribunales arbitrales.
(3) CONSIDERANDO EL GRADO JURISDICCIONAL O LA INSTANCIA EN QUE
PUEDEN PRONUNCIARSE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES, tenemos: a)
resoluciones de única instancia, b) resoluciones de primera instancia, y c)
resoluciones de segunda instancia, las que se subclasifican, a su vez, en sentencias
confirmatorias, revocatorias y modificatorias.

(4) ATENDIENDO A LA NACIONALIDAD DE LOS TRIBUNALES QUE DICTA LAS


RESOLUCIONES, éstas se clasifican en: a) resoluciones dictadas por tribunales
nacionales, y b) resoluciones dictadas por tribunales extranjeros.

* CLASIFICACIÓN DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES EN CONFORMIDAD AL


ARTÍCULO 158 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL:

Como señalamos anteriormente, atendiendo a su contenido las resoluciones


judiciales se clasifican en sentencias definitivas, sentencias interlocutorias, autos y
decretos (artículo 158, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil).
De todas las clasificaciones que señalamos previamente, la del artículo 158 del
Código de Procedimiento Civil es la más relevante, principalmente por las siguientes
razones que pasamos a enunciar:

 Dependiendo de la clase de resolución, distintos serán sus requisitos que se


exigen, tanto de forma como de fondo.

 Dependiendo de la clase de resolución de que se trate, diferentes serán los


recursos procesales que pueden hacerse valer en su contra.

 Dependiendo de la naturaleza de estas resoluciones, distintos serán los efectos que


producen cada una de ellas. Esto es particularmente importante respecto de la cosa
juzgada.
 En relación a las notificaciones, dependiendo de qué resolución se trate, distinta
será la forma de notificar unas y otras.

 En relación con los tribunales colegiados, será distinto el número de ministros que
deben intervenir en la dictación de la resolución.

 También tiene importancia para determinar en cada caso la forma en que los
tribunales superiores van a conocer de ciertos recursos, particularmente si se
conocen en cuenta o previa vista de la causa.

1. DECRETOS, PROVIDENCIAS O PROVEÍDOS: De acuerdo al artículo 158, inciso 5º,


del Código de Procedimiento Civil, “se llama decreto, providencia o proveído el que,
sin fallar sobre incidentes o sobre trámites que sirvan de base para el
pronunciamiento de una sentencia, tiene sólo por objeto determinar o arreglar la
substanciación del proceso”. Esta norma debe concordarse o debe relacionarse con el
artículo 70, inciso 3º, del Código Orgánico de Tribunales, que señala que “se
entienden por providencias de mera sustanciación las que tienen por objeto dar curso
progresivo a los autos, sin decidir ni prejuzgar ninguna cuestión debatida entre
partes”.
De acuerdo a lo anterior, podemos sostener que este tipo de resoluciones
judiciales tiene como características los siguientes dos aspectos: 1) A través de ellos
los tribunales no pueden fallar ninguna cuestión de fondo debatida entre las partes; y
2) Tienen por finalidad esencial darle curso progresivo a los autos.
Ejemplos: la resolución que recae sobre el escrito de demanda en donde se le
da curso a ella; la resolución que ordena dar cuenta; etc.
2. AUTOS: El artículo 158, inciso 4º, del Código de Procedimiento Civil dice que “se
llama auto la resolución que recae en un incidente no comprendido en el inciso
anterior”. En consecuencia, auto “es una resolución judicial que falla un incidente sin
establecer derechos permanentes a favor de las partes”.
Estos derechos permanentes no están definidos; esto, en consecuencia, se
trata de una cuestión de hecho. La doctrina ha dicho que derecho permanente es
aquel que después de adquirirlo, al fallarse por el tribunal, subsiste en el tiempo,
incorporándose al patrimonio del sujeto, y subsiste una vez que ha terminado el
proceso.
Ejemplo: en un juicio de alimentos, se pueden solicitar alimentos provisorios y
se resuelve a través de un auto, porque no resuelve derechos permanentes, de
manera que para que ello ocurra habrá que esperar la dictación de la sentencia
definitiva.

3. SENTENCIAS INTERLOCUTORIAS: Según el artículo 158, inciso 3º, del Código de


Procedimiento Civil, “es sentencia interlocutoria la que falla un incidente del juicio,
estableciendo derechos permanentes a favor de las partes, o resuelve sobre algún
trámite que debe servir de base en el pronunciamiento de una sentencia definitiva o
interlocutoria”.
En base a lo anteriormente señalado, se desprende que esta sentencia tiene
dos funciones distintas o es de dos clases: 1) Aquellas que fallan un incidente
estableciendo derechos permanentes a favor de las partes; y 2) Aquellas que
resuelven sobre trámites que deben servir de base en el pronunciamiento de una
posterior sentencia.

a) La sentencia interlocutoria que falla un incidente del juicio, estableciendo derechos


permanentes a favor de las partes: Ejemplos: la sentencia que resuelve el
desistimiento de la demanda; la que declara el abandono del procedimiento por
inactividad de las partes; la sentencia que declara desierto un recurso de
apelación; la que resuelve una excepción dilatoria; etc.
b) La sentencia interlocutoria que resuelve sobre algún trámite que debe servir de
base en el pronunciamiento de una sentencia definitiva o interlocutoria: Ejemplos:
la resolución que recibe la causa a prueba, que sirve de base para dictar la
sentencia definitiva; la que cita a las partes a oír sentencia, ya que si no se cumple
con esto la sentencia posterior es nula; la que ordena se despache mandamiento
de ejecución y embargo, en el juicio ejecutivo; etc.

Las sentencias interlocutorias es posible clasificarlas de otra forma para


determinar la procedencia del recurso de casación. En consecuencia, según sea
procedente o improcedente el recurso de casación, las sentencias interlocutorias se
clasifican en: 1) Interlocutorias que ponen término al juicio o hacen imposible su
continuación, y 2) Interlocutorias que no ponen término al juicio o no hacen imposible
su continuación. Dentro de las primeras encontramos, por ejemplo, la resolución que
acepta el desistimiento de la demanda o la que declara abandonada el procedimiento;
y dentro de las segundas, la resolución que recibe la causa a prueba.
El recurso de casación procede solamente respecto de aquellas sentencias
interlocutorias que ponen término al juicio o hacen imposible su continuación.

4. SENTENCIAS DEFINITIVAS: En conformidad al artículo 158, inciso 2º, del Código de


Procedimiento Civil, “es sentencia definitiva la que pone fin a la instancia,
resolviendo la cuestión o asunto que ha sido objeto del juicio”.
De manera que para que la sentencia sea calificada de definitiva, deben
cumplirse dos requisitos: 1) Que la resolución ponga fin o término a la instancia de
que se trate; y 2) Que resuelva la cuestión o asunto que ha sido objeto del juicio.
La “instancia”, para estos efectos, es cada uno de los grados jurisdiccionales
fijados por la ley a los diversos asuntos que se entregan a los tribunales de justicia
para su conocimiento y fallo.

Las sentencias definitivas, dependiendo de la instancia en que se pronuncie la


sentencia por los tribunales, se pueden clasificar en: A) Sentencias de única instancia;
B) Sentencias de primera instancia; y C) Sentencias de segunda instancia.
A su vez, las sentencias definitivas de segunda instancia se pueden
subclasificar en: confirmatorias, modificatorias y revocatorias, según lo que vaya a
hacer esa sentencia de segunda instancia en relación a la primera instancia (según
que mantenga, modifique o revoque lo resuelto en primera instancia).

 Sentencias confirmatorias: Son aquellas que mantienen en todas sus partes la


sentencia de primera instancia.

 Sentencias modificatorias: Son aquellas que le hacen algunas alteraciones a


la sentencia dictada en primera instancia, pero sin cambiarla totalmente.

 Sentencias revocatorias: Son aquellas que resuelven en sentido opuesto o


contrario al fallo de primera instancia.

Las sentencias de casación, tanto las que rechazan el recurso como las que lo
acogen, no son propiamente sentencias definitivas porque, como sabemos, la
casación no constituye instancia.
Además de esta clasificación, existe otra que nos entrega la doctrina. En este
sentido, considerando el contenido de la sentencia, tenemos sentencias definitivas de
condena, declarativa y constitutiva.

o Sentencia definitiva de condena: Es aquella que impone una determinada


prestación y que, por este motivo, permite exigir su cumplimiento forzado.

o Sentencia definitiva declarativa: Es aquella que se limita a un determinado


pronunciamiento acerca de una sentencia y sin que esto permita obtener el
cumplimiento forzado de dicha decisión.

o Sentencia definitiva constitutiva: Es aquella que crea estados jurídicos


nuevos y producen efecto absoluto. Ejemplo: la sentencia de divorcio, que crea
un estado civil nuevo.
-O- SENTENCIA DE TÉRMINO:

El Código de Procedimiento Civil en algunas de sus disposiciones establece las


llamadas “sentencias de término”. Se utiliza esa expresión, por ejemplo, en el artículo 98
del Código de Procedimiento Civil, cuando dice que la acumulación de autos “se podrá
pedir en cualquier estado del juicio antes de la sentencia de término”.
Sin embargo, nuestro Código no señala qué debemos entenderse por sentencia de
término. De manera que debemos recurrir a la doctrina de los autores, quienes han
entendido por sentencia de término como “aquella sentencia, tanto definitiva como
interlocutoria, que pone término o que recae en la última instancia del juicio”.

De este modo, si un juicio se falla en única instancia, la sentencia que recae en esa
única instancia tendrá la calidad de sentencia de término. Asimismo, si el juicio se sigue
tanto en primera como en segunda instancia, será sentencia de término la que recae en la
segunda instancia.

-O- SENTENCIA FIRME O EJECUTORIADA:

Esta materia se encuentra tratada en el artículo 174 del Código de Procedimiento


Civil, que señala precisamente cuándo debe entenderse que la resolución está firme o
ejecutoriada.

De acuerdo a esta norma, “se entenderá firme o ejecutoriada una resolución desde
que se haya notificado a las partes, si no procede recurso alguno en contra de ella; y, en
caso contrario, desde que se notifique el decreto que la mande cumplir, una vez que
terminen los recursos deducidos, o desde que transcurran todos los plazos que la ley
concede para la interposición de dichos recursos, sin que se hayan hecho valer por las
partes. En este último caso, tratándose de sentencias definitivas, certificará el hecho el
secretario del tribunal a continuación del fallo, el cual se considerará firme desde este
momento, sin más trámites”.
En consecuencia, para determinar cuando una sentencia se encuentra firme o
ejecutoriada hay que distinguir si proceden o no recursos en su contra:
1) Si no procede recurso alguno en contra de la resolución, es decir, cuando la ley
no contempla recurso impugnable en su contra, se entenderá firme o ejecutoriada
desde que la resolución se notifica legalmente a las partes.

2) Si proceden recursos en su contra, hay que subdistinguir si estos recursos fueron


interpuestos o no:

- Si procediendo recursos, ellos fueron interpuestos y han sido fallados, se


entenderá firme o ejecutoriada desde que se notifique el decreto que lo manda a
cumplir una vez terminados los recursos (cuando ordena el cúmplase de la
sentencia).

- Si procediendo recursos, ellos no fueron interpuestos, se entenderá firme o


ejecutoriada la resolución desde que se agotan todos los plazos que la ley
establece para interponer tales recursos, sin que estos se hayan hecho valer. En
este caso, la ley agrega que si se trata de sentencia definitiva el secretario del
tribunal debe certificar el hecho de que transcurrieron los plazos y no se hizo valer
el recurso a continuación del fallo, y desde este instante se entiende firme o
ejecutoriada, sin más trámites.

-O- SENTENCIAS QUE CAUSAN EJECUTORIA:

Hay otra clase de sentencias que, sin estar ejecutoriadas, se pueden cumplir no
obstante que existan o puedan existir recursos pendientes en su contra. Estas son las
sentencias que causan ejecutoria. Se entienden por tales “aquellas que pueden hacerse
cumplir no obstante existir recursos pendientes en su contra”.
Ejemplos: cuando se concede un recurso de apelación en el sólo efecto devolutivo;
o las sentencias definitivas de segunda instancia, no obstante, hallarse pendiente recurso
de casación en el fondo, toda vez que aquel no suspende el cumplimiento de la sentencia
recurrida.
* REQUISITOS DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES:

En los requisitos de las resoluciones judiciales se distinguen: 1) los requisitos de


carácter general, aplicables o comunes a todas las resoluciones; y 2) los requisitos de
carácter especial, establecidos para cada resolución en particular.

1) REQUISITOS DE CARÁCTER GENERAL:

Estos son requisitos formales a que debe sujetarse toda resolución judicial, y están
indicados en los artículos 61 y 169 del Código de Procedimiento Civil, y son los siguientes:

- 1º.- Debe expresar en letras la fecha y lugar en que se expida. Ejemplo: en


Concepción, a ocho de octubre de dos mil uno.

- 2º.- Debe llevar al pie la firma del juez o jueces que la dicten o intervengan en el
acuerdo. Pero, cuando después de acordada una resolución y siendo varios los
jueces se imposibilite alguno de ellos para firmarla, bastará que se exprese esta
circunstancia en el mismo fallo.

- 3º.- Debe contener la autorización del secretario del mismo tribunal que pronunció la
resolución y, tratándose de las resoluciones pronunciadas por los juzgados de
garantía o tribunales de juicio oral en lo penal, su autorización, será efectuada por el
jefe de la unidad administrativa que tenga a su cargo la administración de causas.

2) REQUISITOS ESPECIALES:

Estos requisitos especiales dependen de la resolución de que se trate. De esta


manera se distinguen: A) los requisitos especiales de los decretos; B) los requisitos
especiales de los autos y sentencias interlocutorias; C) los requisitos especiales de las
sentencias definitivas; y D) los requisitos especiales que debe contener la primera
resolución que se dicta en el proceso.
A. Requisitos especiales de los decretos: Atendiendo a su naturaleza, los decretos,
providencias o proveídos deberán indicar cual es la diligencia o trámite que se ordena
para dar curso al proceso, sin perjuicio de que el decreto deba cumplir con los
requisitos comunes a toda resolución judicial.

B. Requisitos especiales de los autos y sentencias interlocutorias: De acuerdo al


artículo 171 del Código de Procedimiento Civil, en los autos y las sentencias
interlocutorias se expresarán las siguientes menciones:

 1º.- Las consideraciones de hecho o de derecho que sirven de fundamento a la


resolución, en cuanto la naturaleza del negocio lo permita.

 2º.- La enunciación de las leyes, y en su defecto de los principios de equidad, con


arreglo a los cuales se pronuncia el fallo, también en cuanto la naturaleza del
negocio lo permita.

 3º.- La decisión del asunto controvertido, porque tanto la sentencia interlocutoria


como los autos resuelven incidentes.

 4º.- El pronunciamiento expreso de las costas, si proceden, ello aunque no lo exija


el artículo 170 del Código de Procedimiento Civil (artículo 144, inciso 1º, Código de
Procedimiento Civil).

Los dos primeros requisitos no tienen carácter imperativo, ya que dependen de


la naturaleza del asunto.
C. Requisitos especiales de las sentencias definitivas: Las sentencias definitivas, por
su importancia, están sujetas a requisitos de forma más complejos que las demás
resoluciones. Para examinar estos requisitos debemos distinguir si se trata de
sentencias definitivas de única, primera o segunda instancia.
a) Requisitos especiales de las sentencias definitivas de única y de primera
instancia: Las sentencias definitivas de única instancia y primera instancia deben
cumplir con los requisitos especiales que señala el artículo 170 del Código de
Procedimiento Civil y además con los requisitos especiales que contempla el auto
acordado de la Corte Suprema sobre la forma de las sentencias de 30 de
septiembre de 1920. Además beben contener pronunciamiento sobre el pago de
las costas.
De esta manera, las sentencias definitivas de única y primera instancia
deben cumplir con los siguientes requisitos:

 1º.- La designación precisa de las partes litigantes, su domicilio y profesión u


oficio.

 2º.- La enunciación breve de las peticiones o acciones deducidas por el


demandante y de sus fundamentos.

 3º.- Igual enunciación de las excepciones o defensas alegadas por el


demandado.

 4º.- Las consideraciones de hecho o de derecho que sirven de fundamento a la


sentencia.

 5º.- La enunciación de las leyes, y en su defecto de los principios de equidad,


con arreglo a los cuales se pronuncia el fallo.

 6º.- La decisión del asunto controvertido. Esta decisión deberá comprender


todas las acciones y excepciones que se hayan hecho valer en el juicio; pero
podrá omitirse la resolución de aquellas que sean incompatibles con las
aceptadas.
Los tres primeros requisitos (numerandos 1º, 2º y 3º del artículo 170 del
Código de Procedimiento Civil) constituyen la parte expositiva de la sentencia. Los
requisitos de los numerandos 4º y 5º del artículo 170 del Código de Procedimiento
Civil constituyen la parte considerativa de la sentencia, que es la parte
fundamental, y que se refieren a la necesidad que los fallos de los tribunales de
justicia estén fundados. Finalmente, la exigencia del numerando 6º del artículo 170
del Código de Procedimiento Civil se refiere a la parte resolutiva o dispositiva de la
sentencia.
En consecuencia, una sentencia definitiva de única o primera instancia
cuenta con tres partes claramente determinadas: 1) Parte expositiva de la
sentencia; 2) Parte considerativa de la sentencia; y 3) Parte resolutiva de la
sentencia.
Esta distinción entre las partes expositiva, considerativa y resolutiva tiene
importancia en los siguientes aspectos:

- Para los efectos del recurso de casación en el fondo, que tiene por objeto
invalidar una sentencia dictada con infracción de la ley y que tiene influencia en
lo dispositivo del fallo, porque se aplicó mal la ley.

- Otra anomalía que puede presentar un fallo es que existan diferencias entre la
parte considerativa y resolutiva, ya que no puede se fundamentar algo y luego
resolver otra cosa. En el caso que existiere tal contradicción debe estimarse que
esa sentencia carece de considerandos o parte considerativa, y por consiguiente
el fallo que se hubiere dictado en esas condiciones es susceptible de anularse a
través de un recurso de casación en la forma.

- Si los considerandos del fallo fuesen insuficientes o erróneos, en este caso la


sentencia no es anulable, porque cumple con las condiciones, pero existe la
posibilidad de enmendar los errores a través del recurso de apelación.
Esta resolución de la sentencia debe ser completa, lo cual significa que el
juez tiene que pronunciarse respecto de todas las acciones y excepciones
formuladas por las partes, pero se puede omitir en esta decisión la resolución de
pretensión o defensas incompatibles con las que fueron aceptadas.
También hay que considerar que el juez en la sentencia tiene que
pronunciarse por aquellas acciones o excepciones que se deduzcan
oportunamente en el juicio (ya que hay plazos corridos y fatales). Si de hecho se
hacen valer acciones o excepciones con posterioridad, extemporáneamente, ellas
no deben ser consideradas por el juez.
Otra limitación que tiene el tribunal es que debe pronunciarse sobre las
mismas acciones y excepciones que se han hecho valer posteriormente, no de
otras, y si no se cumple estaría fallando la decisión y la sentencia sería anulable.
Por excepción, el juez en el fallo puede hacer otros pronunciamientos que no
hayan sido emitidas por las partes, como cuando la ley le permite actuar de oficio
(artículo 160, Código de Procedimiento Civil). Ejemplo: la declaración de
incompetencia absoluta del tribunal.
El autoacordado de la Corte Suprema sobre la forma de las sentencias, de
30 de septiembre de 1920, contiene las mismas menciones del artículo 170 del
Código de Procedimiento Civil, pero además agrega otras:

 Si ha sido o no recibida la causa a prueba.

 Si las partes fueron citadas para sentencia o no lo fueron en los casos previstos
por la ley.

 Si se suscitare cuestión acerca de la procedencia de la prueba producida, la


exposición de los fundamentos que deben servir para aceptarla y rechazarla,
sin perjuicio del establecimiento de los hechos en la forma ya expuesta.

Los números 1º al 4º del autoacordado constituyen la parte expositiva; los


números 5º al 12º se refieren a la parte considerativa; y los numerales 11º al 16º
constituyen la parte resolutiva.
¿Qué importancia tiene que un requisito esté previsto en el artículo 170 del
Código de Procedimiento Civil o en el autoacordado de la Corte Suprema sobre
forma de las sentencias?. Esto tiene vital importancia en el caso de omisión por
parte del juez, porque son distintas las consecuencias que se siguen por estas
omisiones. En efecto, si se omite alguno de los requisitos legales la sentencia
puede ser recurrida de casación; en cambio, si se omite algún requisito del
autoacordado no es posible deducir el recurso de casación en contra del fallo,
salvo que lo contemple le ley. El juez que infringe el autoacordado se podría hacer
merecedor de sanción disciplinaria, pero no puede invalidar la sentencia.

Finalmente, las sentencias definitivas de única o primera instancia, al igual


que los autos y sentencias interlocutorias, deben pronunciarse acerca de las
costas del juicio (artículo 144, Código de Procedimiento Civil). Esto no es
obligatorio para el juez, pues éste puede eximir de ellas a alguna de las partes
cuando aparezca que ha tenido motivos plausibles para litigar, sobre lo cual hará
declaración expresa en la resolución”.

b) Requisitos especiales de las sentencias definitivas de segunda instancia:


Aquí hay que distinguir de que clase de sentencia de segunda instancia se habla:
si es modificatoria, reformatoria o confirmatoria, toda vez que los requisitos de una
y otra son diferentes.

 Sentencia de segunda instancia confirmatoria: Es aquella sentencia de segunda


instancia que no introduce variación a la sentencia de primera instancia, es
decir, mantiene la decisión del tribunal anterior tal cual, por este motivo la
sentencia no cumple con ningún requisito especial y no contiene parte
expositiva ni tampoco considerativa. La sentencia debe cumplir simplemente
con los requisitos comunes a toda resolución y que se confirma la decisión de
primera instancia.
Sin embargo, hay casos en que la sentencia confirmatoria debe cumplir
con ciertos requisitos, esto se refiere al caso en que la sentencia de primera
instancia adolezca de defecto, o sea, que la sentencia de primera instancia no
cumpla con los requisitos del artículo 170 del Código de Procedimiento Civil. En
tal caso, la sentencia de segunda instancia deberá reunir todos o algunos de los
requisitos omitidos o que adolezcan de vicios.

Podría ocurrir que en esta situación la sentencia de primera instancia


adolezca de un vicio importante, como por ejemplo, que adolezca de falta de
decisión o la falta del fallo de alguna acción o excepción, en este caso el
tribunal de segunda instancia tiene dos posibilidades: 1) Anular de oficio la
sentencia de primera instancia (casarla de oficio); o 2) Ordenar al inferior que
complete la sentencia y entre tanto suspender el fallo del recurso.

 Sentencia de segunda instancia modificatoria o revocatoria: Son las que


modifican o revocan, respectivamente, en su parte dispositiva la pronunciada
por tribunales inferiores. La modificatoria altera en parte y la reformatoria
totalmente la decisión.

Estas sentencias tienen que contener los mismos requisitos del artículo
170 del Código de Procedimiento Civil. No obstante esto, si el fallo de primera
instancia reúne todos los requisitos del artículo 170 del Código de
Procedimiento Civil, la sentencia revocatoria o modificatoria no necesita
contener los números 1º, 2º y 3º del artículo citado (parte expositiva del fallo),
bastaría simplemente con hacer una referencia de ellos.
En la parte de la decisión esta sentencia modificatoria o revocatoria debe
señalar en qué consiste esa nueva decisión.

Hay casos en que la sentencia definitiva de segunda instancia puede


contener ciertos pronunciamientos que se deben hacer por primera vez en el
juicio. Ejemplos: la situación de los artículos 208, 310 y 692 del Código de
Procedimiento Civil y los casos en que la ley permite la declaración de oficio de
los tribunales.
D. Requisitos especiales que debe cumplir la primera resolución que se dicta en un
proceso: Esta primera resolución, fuera de las exigencias generales, debe cumplir
con un requisito especial, el cual consiste en que se debe señalar el número de rol que
va a tener el proceso durante toda la tramitación y tiene mucha importancia para los
efectos de notificación por el estado diario. Esta exigencia se da, por regla general, en
la primera resolución que se dicte en el proceso.
7.- LAS NOTIFICACIONES:

Para estudiar las notificaciones es necesario analizar las resoluciones judiciales


(tienen directa relación con las resoluciones judiciales, no se concibe por sí sola), porque
el artículo 38 de Código de Procedimiento Civil dice que “las resoluciones judiciales
sólo producen efecto en virtud de notificación hecha con arreglo a la ley, salvo los
casos expresamente exceptuados por ella”. Entonces, sin la notificación esa resolución
no producirá ningún efecto.

De esta regla del Código de Procedimiento Civil se concluye que no basta con que
los tribunales pronuncien las resoluciones judiciales, sino que además se requiere un acto
posterior, que es la notificación. La resolución judicial y la notificación vienen a ser actos
complementarios.
Además, la notificación debe hacerse “con arreglo a la ley”, es decir, no basta
cualquier forma de notificar.
Por consiguiente, para que una resolución judicial produzca todos los efectos que le
son propios, es necesario: 1) Que la resolución judicial haya sido notificada; y 2) Que la
notificación haya sido practicada en conformidad a la ley.
El fundamento de estos actos de comunicación es que en todo proceso intervienen
y actúan como sujetos procesales el juez y las partes. Tanto el juez como estas partes
realizan dentro del proceso actos íntimamente relacionados y vinculados entre sí, y por
ello deben tener la debida comunicación.

Notificar las resoluciones judiciales constituye la regla general para que ellas
produzcan sus efectos, salvo excepciones expresamente establecidos en la ley, como por
ejemplo, en materia de apelaciones, cuando no comparece el apelado no será necesario
notificarle las resoluciones que se dicten, las cuales producirán sus efectos respecto del
apelado rebelde desde que se pronuncien (artículo 202, inciso 1º, Código de
Procedimiento Civil); o en materia de medidas precautorias, se podrán llevar a efecto
dichas medidas antes de notificarse a la persona contra quien se dictan, siempre que
existan razones graves para ello y el tribunal así lo ordene (artículo 302, inciso 2º, Código
de Procedimiento Civil).
* CONCEPTO DE NOTIFICACIÓN:

En cuanto al concepto restringido de notificación, debemos señalar que no existe


una definición legal en el Código de Procedimiento Civil, por lo tanto, debemos recurrir a la
doctrina, donde encontramos numerosas definiciones de notificación, entre ellas
destacamos la de Hugo Alsina, para quien la notificación “es el acto por el cual se
pone en conocimiento de las partes una resolución judicial”.

Como puede observarse, el concepto restringido de notificación es una idea de


comunicación a las partes o a un tercero, sin importar el contenido de la resolución.

Por otro lado, el concepto amplio de la notificación significa que ésta puede tener un
contenido variado que en cada caso hay que precisar para que la parte sepa a que
atenerse. Desde esta perspectiva, la notificación constituye el acto conforme al cual el
tribunal pone en conocimiento de una persona, sea o no parte en el proceso, una
resolución judicial, con el objeto de dársela a conocer simplemente, o de hacerla
comparecer en resguardo de sus intereses, o bien de hacerla comparecer a alguna
actuación procesal, o incluso con la finalidad de que cumpla con una determinada
prestación, bajo apercibimiento legal.

Desde este punto de vista, hay que analizar en cada caso si la notificación lleva
consigo: 1) la citación de la parte; 2) el emplazamiento, o 3) el requerimiento.

1. CITACIÓN: Es un acto de intimación mediante el cual la persona que es notificada


debe comparecer obligatoriamente y en forma personal al tribunal a una audiencia. La
comparecencia se debe realizar en un tiempo o momento determinado, generalmente
en un hora y día específico, y que la persona debe cumplir. Ejemplo: los testigos, que
son notificados y citados para que presten declaración.
2. EMPLAZAMIENTO: Es el llamamiento que hace el tribunal a la parte para que
comparezca dentro de un plazo determinado, variable en cada caso, con el objeto de
hacer valer sus derechos, fundamentalmente de defensa; todo ello, dentro de un
plazo determinado y bajo apercibimiento legal. Ejemplo: la notificación de la demanda,
que lleva implícita el emplazamiento del demandado.

3. REQUERIMIENTO: Es el acto por el cual el tribunal ordena a las partes o a terceros


hacer o no hacer algo específico, pero que no consiste en una comparecencia ni
citación ante él, según lo que le señale el tribunal para lo cual puede haber o no un
plazo. Ejemplo: en el juicio ejecutivo, se debe requerir de pago al deudor para que
adopte una conducta determinada.

Entre estos tres conceptos estudiados recién y las notificaciones existen


algunas diferencias y semejanzas.

(a) Diferencia entre estos conceptos y las notificaciones: En el caso de la notificación, es


un acto de comunicación, porque su finalidad es poner en conocimiento de las partes
una resolución o una diligencia determinada; en principio en la notificación no importa
el contenido de la comunicación. En cambio, cuando una resolución se comunica
para que la parte adopte una conducta determinada, más que un acto de
comunicación se estará en presencia de un acto de intimación, como lo es la citación,
el requerimiento o emplazamiento; por lo tanto, debe necesariamente analizarse el
contenido de la comunicación.

(b) Semejanza entre estos conceptos y las notificaciones: La notificación y los tres
conceptos anteriormente detallados son una comunicación judicial, a través de los
cuales se pone en conocimiento de las partes lo que el juez ha resuelto para que
produzcan sus efectos legales.
* REGLAMENTACIÓN LEGAL DE LAS NOTIFICACIONES:

Las notificaciones constituyen verdaderas actuaciones procesales, de ahí que las


reglas aplicables a ellas son las siguientes:

 Las normas contenidas en el Título VI del Libro I del Código de Procedimiento Civil,
que abarca los artículos 38 al 58 del mismo cuerpo legal, que contiene las reglas
que deben aplicarse en forma particularizada.

 Las reglas comunes a todas las actuaciones judiciales, contenidas en el Título VII
del Libro I del Código de Procedimiento Civil, en los artículos 59 a 77, referentes a
las actuaciones procesales en general y que son supletorias de las anteriores.

* REGLAS COMUNES A TODA CLASE DE NOTIFICACIONES:

El Código de Procedimiento Civil establece ciertas reglas comunes a todas las


notificaciones, cualquiera sean éstas. Estas reglas generales o comunes son las
siguientes:

1. Para la validez de la notificación no se requiere el consentimiento del


notificado (artículo 39, Código de Procedimiento Civil). Las notificaciones son
verdaderos actos de autoridad y, por ende, no interesa la voluntad del notificado.

2. Las diligencias de notificación que se estampen en los procesos, no


contendrán declaración alguna del notificado, salvo que la resolución ordene o,
por su naturaleza, requiera esa declaración (artículo 57, Código de Procedimiento
Civil).

3. Las notificaciones deben cumplir con los requisitos generales de las


actuaciones judiciales. Esto significa que deben reunir los siguientes requisitos: 1)
Deben ser practicadas por el funcionario competente que indica la ley, que es
variable, pues dependerá de la clase de notificación de que se trate;
2) Se deben practicar en horas, días y en algunos casos en lugares hábiles;
3) De ellas se debe dejar constancia escrita en el proceso, con los pormenores que
la ley exige; y
4) A diferencia de las actuaciones judiciales, no deben ser autorizadas por el ministro
de fe que la practicó.

* CLASES DE NOTIFICACIONES EN NUESTRO SISTEMA PROCESAL:

Considerando la forma y requisitos con que deben efectuarse y los casos en que
proceden las notificaciones se clasifican de la siguiente manera:

Notificación personal propiamente tal


 Notificación Personal
Notificación especial del artículo 44 del Código de
Procedimiento Civil

 NOTIFICACIÓN POR CÉDULA.

 NOTIFICACIÓN POR EL ESTADO DIARIO.

 NOTIFICACIÓN POR AVISOS.

 NOTIFICACIÓN FICTA O PRESUNTA LEGAL.

 NOTIFICACIÓN TÁCITA

 NOTIFICACIONES ESPECIALES.
I) NOTIFICACION PERSONAL:

La notificación personal es aquella que se hace a la persona misma del notificado,


entregándosele copia integra de la resolución judicial y de la solicitud en que haya recaído,
cuando sea escrita (artículo 40, Código de Procedimiento Civil).
La notificación personal es la forma más perfecta, efectiva o segura de notificar las
resoluciones judiciales, principalmente por dos razones:

 Porque se realiza a la persona misma del notificado, ya que el funcionario que la


practica entra en contacto directo e inmediato con esta persona.

 Por el contenido de la misma, ya que es necesario que se entregue copia íntegra de


la resolución y de la solicitud respectiva.

Todo esto da seguridad en la práctica, lo que no ocurre con otras formas de


notificación, particularmente con la notificación por el estado diario. Por ello la ley, según
veremos, permite que cualquier resolución sea notificada personalmente.

-o- Forma en que se practica la notificación personal:

La notificación personal propiamente tal se practica haciendo entrega


personalmente al notificado de: 1) Copia íntegra de la resolución que se notifica; y 2)
Copia íntegra de la solicitud en que haya recaído dicha resolución, si fuere escrita.
Para estos efectos, es necesario que junto con cada escrito se acompañen tantas
copias cuantas sean las partes a notificar la resolución que recaiga en ese escrito (artículo
31, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil). Si estas copias no se entregan, o son
insuficientes en relación al número de partes, o si las copias son disconformes con el
escrito original, a la parte contraria no le corre plazo; esto es, sin perjuicio que el tribunal
imponga una multa a la parte que no acompañó con copias el escrito, y ordenará que se
acompañen las copias dentro de tercero día bajo apercibimiento de tenerse por no
presentado.
Practicada la notificación debe dejarse constancia en el proceso. Esta constancia la
subscribirán el notificado y el ministro de fe, y si el primero no puede o no quiere firmar,
simplemente se dejará testimonio de este hecho en la misma diligencia.
Esta constancia de la notificación personal en el proceso, además, debe indicar las
siguientes menciones:

 La fecha, hora y lugar donde se realizó la notificación.


 El medio con que el ministro de fe comprobó la identidad del notificado.

La finalidad de esta constancia es que en la causa quede una prueba fehaciente de


haberse procedido en todo conforme a las disposiciones legales.

-o- Funcionario competente para practicar la notificación personal:

Este funcionario es variable, y pueden ser: 1) el secretario del tribunal, 2) el oficial


primero de la secretaría, 3) el receptor judicial, 4) el notario público u oficial del Registro
Civil que existan en la localidad, y 5) por un ministro de fe ad-hoc.

1. EL SECRETARIO DEL TRIBUNAL: En primer lugar, es competente para practicar la


notificación personal el secretario del tribunal (artículo 380, nº 2, Código Orgánico de
Tribunales; artículo 41, inciso 4º, Código de Procedimiento Civil). Este funcionario
solamente puede practicar la notificación personal en su oficio; no puede practicar
esta diligencia en el domicilio del notificado o en otro lugar que no sea su oficina. Por
esta razón, no es habitual que los secretarios practiquen notificaciones personales,
porque eso supone que la persona del notificado acepte voluntariamente acudir a su
oficio para ser notificado.

2. EL OFICIAL PRIMERO DE SECRETARÍA: También puede notificar válidamente el


oficial primero del tribunal, legalmente autorizado y bajo responsabilidad del secretario
(artículo 58, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil). Al igual que en el caso de los
secretarios, sólo puede practicar notificaciones personales en la oficina de la
secretaría del tribunal correspondiente.
3. EL RECEPTOR JUDICIAL: Este funcionario es el que constituye la regla general en
materia de notificaciones personales -y notificaciones en general- porque es quien
está autorizado para llevarlas a efecto fuera de las oficinas de los secretarios (artículo
390, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales). Los receptores pueden practicar
notificaciones en cualquier lugar habilitado para tal efecto, siempre que no sea la
secretaría del tribunal.

4. EL NOTARIO PÚBLICO U OFICIAL DEL REGISTRO CIVIL, EN SU CASO, QUE


EXISTAN EN LA LOCALIDAD: Estos dos funcionarios solamente pueden practicar
notificaciones personales en aquellos lugares en que no exista receptor judicial
(artículo 58, inciso 2º, primera parte, Código de Procedimiento Civil), en cualquier
lugar siempre que no sean las oficinas de la secretaría.

5. UN MINISTRO DE FE AD-HOC: Podría practicar esta diligencia un ministro de fe ad-


hoc, que debe ser un empleado del tribunal, nombrado por el juez, para el solo efecto
de practicar esta notificación personal (artículo 58, inciso 2º, parte final, Código de
Procedimiento Civil). En este caso, también, el ministro de fe puede practicarla en
cualquier lugar que no sea la oficina del secretario.

-o- Lugares, días y horas en que se puede practicar la notificación personal:

Aquí hay que partir de la regla general y básica en materia de notificaciones -como
actuación judicial que es-, y que consiste en que ellas se deben practicar en días y horas
hábiles (artículo 59, Código de Procedimiento Civil). Ahora, tratándose de una notificación
personal, hay ciertas reglas particulares y que dependen de los lugares en que se realiza
dicha diligencia.
La notificación personal sólo puede realizarse válidamente en alguno de los lugares
siguientes:
(a) En los lugares y recintos de libre acceso al público: En este caso la notificación se
podrá efectuar en cualquier día y a cualquier hora, con la sola limitación de procurar
causar la menor molestia al notificado. Excepción a esta regla tiene lugar tratándose
de los juicios ejecutivos, en donde el requerimiento de pago no podrá hacerse en
publico.

(b) En la morada o lugar en que pernocta el notificado: Esta regla denota más bien el
lugar que sirve de alojamiento de la persona, por transitorio que él sea; es decir, no se
aplica al concepto de domicilio que reglamenta el Código Civil. En estos lugares la
diligencia se puede realizar en cualquier día, entre las seis y las veintidós horas.

(c) En el lugar donde el notificado ordinariamente ejerce su industria, profesión o


empleo: La palabra “lugar” quiere significar con toda amplitud el recinto abierto o
cerrado, grande o pequeño en que el notificado realiza su actividad. La notificación, al
igual que en el caso anterior, se realiza o efectúa en cualquier día entre las seis y las
veintidós horas.

(d) En cualquier recinto privado en que el notificado se encuentre y al cual se


permita el acceso del ministro de fe: Se puede también notificar personalmente en
cualquier recinto privado distinto de los anteriores, pero en los que se permita el
ingreso al ministro de fe encargado de practicarla. En este caso, la notificación
igualmente se puede practicar entre las seis y las veintidós horas.

(e) En el oficio del secretario del tribunal: En este lugar la notificación personal sólo
puede practicarla el secretario del respectivo tribunal o, en su defecto, por el oficial
primero de secretaría. Tratándose de este caso, se aplica la regla general del artículo
59 del Código de Procedimiento Civil, es decir, la actuación debe practicarse en días y
horas hábiles, entre las ocho y las veinte horas.

(f) En la oficina o despacho del receptor o del ministro de fe que practica la


notificación: Aquí también se aplica la regla del artículo 59 del Código de
Procedimiento Civil, esto es, en días y horas hábiles, entre las ocho y las veinte horas.
(g) En la casa que sirva para despacho del tribunal: Aquí se distingue a la secretaría
del tribunal de las otras dependencias, porque en la secretaría sólo puede notificar el
secretario o el oficial primero, en cambio, en los otros lugares del inmueble pueden
notificar los demás ministros de fe. Sin embargo, existe una excepción que determina
que los jueces no pueden ser notificados en el local en que desempeñan sus
funciones; se prohíbe, en consecuencia, notificar al juez mientras está desempeñando
sus funciones en el tribunal.

Con todo, hay casos en que el tribunal puede habilitar otros sitios para la
notificación personal (artículo 42, Código de Procedimiento Civil). En esta norma, la ley
concede al juez la facultad de permitir que la diligencia sea practicada en un lugar inhábil.
Para que pueda disponerse la habilitación del lugar se requiere de las siguientes
condiciones: 1) Que el notificado carezca de habitación conocida en el lugar en que ha de
ser notificada; y 2) Que el ministro de fe certifique haber hecho todas las indagaciones
posibles para averiguar la habitación del notificado sin lograr éxito, de las cuales dejará
testimonio detallado en la respectiva diligencia.
El juez con el mérito de esa certificación dicta una resolución habilitando lugar. Sin
embargo, hay que señalar que esta norma es facultativa para el juez.
En los casos en que la persona a notificar no es habida después de haber sido
buscada, la ley contempla una forma especial de practicar la notificación personal, que es
la forma que contempla el artículo 44 del Código de Procedimiento Civil, que analizaremos
más adelante.
-O- CASOS DE PROCEDENCIA DE LA NOTIFICACIÓN PERSONAL:

En primer lugar, hay que tener presente que este tipo de notificación no constituye
la regla general (que lo es la notificación por el estado diario). La notificación personal es
excepcional, aun cuando se puede practicar siempre, debido a su seguridad.
Los casos expresamente contemplados en la ley en que procede la notificación
personal son los siguientes:

a. La primera notificación a las partes o personas a quienes hayan de afectar sus


resultados en toda gestión judicial: Cuando la ley emplea la palabra “gestión
judicial” debe interpretarse ampliamente, es decir, está referida tanto a los asuntos
contenciosos como los no contenciosos, con la salvedad de que tratándose de los
contenciosos no hay demandado, sólo existe la parte interesada a la que se notifica
por el estado diario. Lo que se ordena realizar personalmente es la primera
notificación, de tal suerte que no siempre la demanda se va a notificar personalmente,
y sólo se hará de esta forma cuando sea la primera notificación; no será así cuando el
juicio se inicie, por ejemplo, por una medida prejudicial.

b. Siempre que la ley disponga que se notifique a alguna persona para la validez
de ciertos actos: Así sucede, por ejemplo, tratándose de la cesión de un crédito,
cuando se refiere a la cesión de un crédito nominativo para su validez requiere
notificación personal.

c. Cuando los tribunales lo ordenen expresamente, de acuerdo al artículo 47, inciso


1º, del Código de Procedimiento Civil.

d. Puede usarse en todo caso: Esto significa que siempre se puede practicar la
notificación personal, en el amplio sentido de la palabra.

e. Si transcurren seis meses sin que se dicte resolución alguna en el proceso. En


este caso, no se considerarán como notificaciones válidas las anotaciones en el
estado diario mientras no se haga una nueva notificación personalmente o por cédula.
f. Cuando debe notificarse a terceros que no sean parte en juicio, o a quienes no
afecten sus resultados. Aquí se habla de terceros extraños a la litis y, en este caso,
la notificación deberá hacerse personalmente o por cédula.

g. Cuando la ley expresamente lo exige. Esto requiere de una norma legal expresa
que así lo contemple.

+ NOTIFICACION DEL ARTÍCULO 44

Hay que tener presente que, tratándose de la notificación personal, hay dos formas
de practicar la notificación:

- La notificación personal propiamente tal, que, como vimos, es aquella que se hace a
la persona misma del notificado, entregándosele copia integra de la resolución judicial
y de la solicitud en que haya recaído, cuando sea escrita.

- La notificación que dispone el artículo 44 del Código de Procedimiento Civil, que es


otra forma de practicar la notificación personal.

Esta última clase de notificación es un caso excepcional y, aunque el Código de


Procedimiento Civil no le entrega ninguna denominación, posee varias denominaciones
doctrinarias, no obstante que jurídicamente es la misma forma de realizar la notificación
personal y produce los mismos efectos. Así, por ejemplo, la doctrina conoce a este tipo de
notificación como “notificación sustitutiva de la personal”, o “notificación especial del
artículo 44”, o “notificación personal subsidiaria”, entre otras denominaciones.
-O- REQUISITOS PARA QUE OPERE LA NOTIFICACIÓN DEL ARTÍCULO 44:

Estos requisitos o condiciones para que tenga lugar esta forma especial de
notificación son las siguientes:

a) Que la resolución a notificar deba hacerse personalmente. Tenemos que estar


en presencia de una resolución judicial que es necesario notificar personalmente. De
manera que esta forma de notificación no se aplica a otra clase de notificación que
no sea la notificación personal.

b) Que buscada en dos días distintos en su habitación, o en el lugar donde


habitualmente ejerce su industria, profesión o empleo, no es habida la persona
a quien debe notificarse. El ministro de fe tiene que haber buscado a la persona a
notificar y sin que esta persona sea habida; este hecho tiene que certificarse en el
proceso por el ministro de fe. Esta búsqueda se tiene que realizar en dos días
distintos, y hay que hacerla en lugares determinados que la ley indica, que son: 1) la
habitación de la persona a notificar, o 2) el lugar donde habitualmente ejerce su
industria, profesión o empleo. Además, se requiere como condición que el sujeto a
notificar no sea habido.
Naturalmente, de todas estas actuaciones debe dejarse testimonio escrito en
el proceso. El ministro de fe tendrá que certificar en el proceso que buscó a la
persona durante dos días distintos en alguno de los lugares señalados sin ser
habido.

c) Que se acredite que la persona a notificar se encuentra en el lugar del juicio y


cuál es su morada o lugar de trabajo. Estas dos circunstancias se acreditan con
una certificación del ministro de fe (antiguamente esto se comprobaba con testigos).

d) Que, cumplido lo anterior, la parte interesada en que la notificación se


practique lo solicite al juez por escrito. No basta la sola certificación del ministro
de fe, sino que además se requiere que la parte interesada solicite al juez que
ordene la realización de este tipo de notificación.
e) Que el tribunal dicte una resolución judicial que ordene expresamente
practicar esta notificación en la forma del artículo 44 del Código de
Procedimiento Civil. El juez ordenará esta forma de notificación en la medida que
estén acreditados todos los supuestos anteriormente señalados.

Cumplidas todas estas condiciones preliminares, se estaría en condiciones de


poder efectuar la notificación del artículo 44 del Código de Procedimiento Civil.

-O- CÓMO SE PRACTICA LA NOTIFICACIÓN DEL ARTÍCULO 44:

Establecidos los supuestos para practicar este tipo de notificación, el tribunal


ordenará que la notificación se haga entregando las copias a que se refiere el artículo 40
de Procedimiento Civil a cualquiera persona adulta que se encuentre en la morada o en el
lugar donde la persona que se va a notificar ejerce su industria, profesión o empleo.
Podría ocurrir que en estos lugares mencionados no haya nadie, o bien que no
haya ningún adulto presente. Al respecto, la ley dice que si nadie hay allí, o si por
cualquiera otra causa no es posible entregar dichas copias a las personas que se
encuentren en esos lugares, se fijará en la puerta un aviso que dé noticia de la demanda,
con especificación exacta de: 1) las partes, 2) la materia de la causa, 3) el juez que
conoce en ella, y 4) las resoluciones que se notifican. Esta situación no debe interpretarse
tan estrictamente, porque bien puede ocurrir que el inmueble no tenga puerta, como
ocurre, por ejemplo, en un sitio.
Finalmente, en caso que la morada o el lugar donde pernocta o el lugar donde
habitualmente ejerce su industria, profesión o empleo, se encuentre en un edificio o recinto
al que no se permite libre acceso, el aviso y las copias se entregarán al portero o
encargado del edificio o recinto, dejándose testimonio expreso de esta circunstancia.
-O- FORMALIDADES POSTERIORES A LA NOTIFICACIÓN:

Luego que se ha practicado la notificación en la forma indicada anteriormente, tiene


lugar una exigencia posterior, la que consiste en que el ministro de fe deberá dar aviso de
ella al notificado, dirigiéndole con tal objeto una carta certificada por correo, en el plazo de
dos días contado desde la fecha que se practicó la notificación o desde que se reabran las
oficinas de correo, si la notificación se hubiere efectuado en domingo o festivo.
La carta podrá consistir en una tarjeta abierta que llevará impreso el nombre y
domicilio del receptor y deberá indicar el tribunal, el número de ingreso de la causa y el
nombre de las partes. En el testimonio de la notificación deberá expresarse, además, el
hecho del envío, la fecha, la oficina de correo donde se hizo y el número de comprobante
emitido por dicha oficina. Este comprobante deberá ser pegado al expediente a
continuación del testimonio o la certificación.

El artículo 46 del Código de Procedimiento Civil añade, en su parte final, que la


omisión en el envío de la carta certificada no invalidará la notificación, pero hará
responsable al infractor de los daños y perjuicios que se originen (estamos en presencia
de un vicio procesal, porque se está omitiendo una formalidad, pero no obstante la ley dice
que el acto no es inválido). El tribunal, previa audiencia del afectado, deberá imponerle
alguna de las sanciones o medidas señaladas en los numerales 2º, 3º y 4º del artículo 532
del Código Orgánico de Tribunales.
La consecuencia de la práctica de la notificación del artículo 44 es que la persona a
notificar queda igualmente notificada en forma personal, obviamente en la medida que se
cumplan todas las condiciones antes reseñadas.
II) NOTIFICACION POR CEDULA:

Esta es una notificación es aquella que se practica materialmente entregando en el


domicilio de la persona a notificar una cédula que debe contener copia íntegra de la
resolución judicial y los datos necesarios para su acertada inteligencia (artículo 48, inciso
1º, Código de Procedimiento Civil).
¿Qué se entiende por “datos necesarios para su acertada inteligencia”?. Esta
exigencia la hace el legislador porque, tratándose de la notificación por cédula, no se
entrega copia íntegra de la solicitud. Los datos necesarios para su acertada inteligencia
vienen a reemplazar a la copia íntegra de las notificaciones anteriores y serían todas
aquellas menciones o antecedentes mínimos que debe contar la cédula para que el
notificado pueda comprender qué es lo que se le está notificando.

-O- FORMA DE PRACTICAR LA NOTIFICACIÓN POR CÉDULA:

Estas cédulas se entregarán por un ministro de fe en el domicilio del notificado, en


la forma establecida en el inciso 2° del artículo 44 del Código de Procedimiento Civil, es
decir, la cédula se le debe entregar a cualquier persona adulta que se encuentre en el
domicilio del notificado; y si no hay nadie o no es posible entregar la cédula, se fijará ésta
en la puerta.
Como puede verse, esta notificación es similar a la notificación del artículo 44, pero
sólo en cuanto a la forma en que se entrega, pero no en cuanto al contenido.
En consecuencia, esta notificación por cédula se puede practicar de la siguiente
forma: 1) Entregándole materialmente a cualquier persona adulta que se encuentre en el
domicilio del notificado; o 2) En el caso que no haya nadie o no sea posible entregar la
cédula, la notificación se practica fijándose en la puerta del domicilio la cédula que se debe
entregar.
En esta clase de notificación no es necesario el envío de la carta certificada por
parte del ministro de fe.
El ministro de fe encargado de la notificación deberá dejar en los autos testimonio
de la notificación con expresión del día y lugar, del nombre, edad, profesión y domicilio de
la persona a quien se haga la entrega.
-O- FUNCIONARIO COMPETENTE PARA PRACTICAR LA NOTIFICACIÓN POR
CÉDULA:

En esta materia hay diferencias importantes con la notificación personal, puesto que
la notificación por cédula no la puede practicar el secretario del tribunal ni tampoco el
oficial primero, porque éstos solamente están habilitados para notificar en las oficinas de
las secretaría, es decir, no pueden salir del recinto.
El funcionario habilitado para practicar la notificación por cédula es el receptor
judicial, y si en el lugar no hay receptor judicial se aplican las reglas que vimos
anteriormente respecto de la notificación personal, es decir, si en el lugar no hay receptor,
la notificación puede ser hecha por el notario público u oficial del Registro Civil que exista
en la localidad, y en todo caso, el juez siempre podrá designar como ministro de fe ad hoc
a un empleado del tribunal, para el solo efecto de practicar la notificación.

-O- DÍAS, HORAS Y LUGARES HÁBILES PARA PRACTICAR LA NOTIFICACIÓN


POR CÉDULA:

En relación a los días y horas para practicar la notificación por cédula, también hay
claras diferencias con la notificación personal, porque aquí la ley no establece reglas
especiales, de manera que se aplican las reglas generales de las actuaciones judiciales, lo
que significa que deberán practicarse en días y horas hábiles, es decir, los días no
feriados entre las ocho y las veinte horas.

Respecto al lugar hábil para practicar esta notificación, es el domicilio del notificado.
Para estos efectos, el domicilio no es otro que aquel que haya sido designado por la parte
en la primera gestión que haya realizado ante el tribunal.

Para estos efectos, las partes litigantes tienen la obligación de señalar, en su


primera gestión judicial, un domicilio conocido, con el cual figurarán en el curso del
proceso. Esta designación del domicilio es una carga procesal, es una obligación, un
deber que tiene que cumplirse, porque si la parte no lo hace sufrirá ciertas consecuencias
procesales. Si se incumple esta designación -ya sea que el domicilio se señale o forma
incorrecta, o bien, que no se señale (ejemplo: en rebeldía)-, significa que aquellas
resoluciones que de acuerdo con el artículo 48 debían notificarse por cédula se le van a
notificar por el estado diario. Esta es una sanción transitoria, porque ésta se aplica
mientras el litigante no cumpla con la obligación.

El domicilio que designa cada parte en su primera presentación debe ser conocido
dentro de los límites urbanos del lugar en que funcione el tribunal respectivo, y esta
designación se considerará subsistente mientras no haga otra la parte interesada, aun
cuando de hecho cambie su morada.
En los juicios seguidos ante los tribunales inferiores el domicilio deberá fijarse en un
lugar conocido dentro de la jurisdicción del tribunal correspondiente, pero si el lugar
designado se halla a considerable distancia de aquel en que funciona el juzgado, podrá
éste ordenar, sin más trámites y sin ulterior recurso, que se designe otro dentro de límites
más próximos (artículo 49, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).

-O- CASOS DE PROCEDENCIA DE LA NOTIFICACIÓN POR CÉDULA:

Los casos en que procede esta notificación por cédula están señalados
principalmente en el artículo 48 del Código de Procedimiento Civil:

a. LAS SENTENCIAS DEFINITIVAS: Aquí la ley no distingue, pero cabe concluir que
deben notificarse por cédula las sentencias definitivas de única y de primera
instancia, y no las sentencias definitivas de segunda instancia, ya que ellas se
notifican por el estado diario, según el artículo 221 del Código de Procedimiento Civil.

b. Las resoluciones en que se reciba a prueba la causa: La resolución que recibe la


causa a prueba es la que da comienzo al término probatorio, fijando los hechos
sustanciales, pertinentes y controvertidos en el juicio y que deben probarse.

c. Las resoluciones que ordenen la comparencia personal de las partes: Ejemplo:


la resolución que cita a las partes a una audiencia de conciliación.
d. En todos los casos que el tribunal expresamente lo ordene: En este caso, el
tribunal tiene que disponer en forma expresa que una resolución se notifique por
cédula.

e. Cuando deba notificarse resoluciones a terceros que no sean parte en juicio, o


a quienes no afecten sus resultados, se harán personalmente o por cédula.
Ejemplo: la notificación a testigos o peritos para que comparezcan al tribunal.

f. Si transcurren seis meses sin que se dicte resolución alguna en el proceso, la


primera resolución posterior debe notificarse personalmente o por cédula.

g. En los casos que la ley lo ordene expresamente. Ejemplo: la resolución que


ordena el cumplimiento de una sentencia con citación de la persona en contra de
quien se pide.

-O- DIFERENCIAS ENTRE LA NOTIFICACIÓN POR CÉDULA Y LA NOTIFICACIÓN


PERSONAL:

Entre la notificación por cédula y la notificación personal propiamente tal, existen


algunas diferencias. A saber:

 En cuanto al contenido de lo notificado: En la notificación personal se entrega


copia íntegra de la resolución judicial y de la solicitud sobre la que ha recaído; en
cambio, en la notificación por cédula se entrega copia íntegra de la resolución
judicial y los datos acertados para su acertada inteligencia.

 En relación a los lugares en que se practica una y otra. La notificación personal


se practica en diversos lugares habilitados; la notificación por cédula, en tanto,
solamente se puede practicar en el domicilio del notificado, en la medida que se
designe concretamente.
 En cuanto a la entrega de las copias. En la notificación personal es necesario
para su validez que se entregue la copia a la persona misma a notificar; en cambio,
en la notificación por cédula las copias se entregan a cualquier persona adulta
distinta del notificado, e incluso las copias podrían no ser entregadas a persona
alguna.

 En cuanto al funcionario competente para practicar una y otra. Entre los


funcionarios competentes para practicar la notificación personal están el secretario
y el oficial primero; en la notificación por cédula, no es posible que estos
funcionarios puedan practicarla.

-O- DIFERENCIAS ENTRE LA NOTIFICACIÓN POR CÉDULA Y LA NOTIFICACIÓN


DEL ARTÍCULO 44:

La notificación por cédula y la del artículo 44 del Código de Procedimiento Civil


también difieren en diversos aspectos:

 La notificación del artículo 44 es una forma de suplir a la notificación personal


propiamente tal, pero judicialmente sigue siendo personal; en cambio, la notificación
por cédula no es personal. Por lo mismo, en la primera de ellas lo que se entrega es
copia íntegra de la resolución y de la solicitud sobre la que ha recaído; en la
notificación por cédula, en cambio, sólo se entrega copia íntegra de la resolución y
los datos necesarios para su acertada inteligencia.

 La notificación del artículo 44 requiere para ser practicada de una resolución judicial
(que el juez lo ordene expresamente); mientras que, tratándose de la notificación
por cédula, la regla es que sea la ley la que ordena que sea practicada.
III) NOTIFICACION POR EL ESTADO DIARIO:

Esta es una forma muy particular de practicar notificaciones, porque, en este caso,
ocurre una verdadera ficción legal en que el notificado se presume que toma conocimiento
de la resolución aunque no la conozca, por el sólo hecho de incluirse en una nómina, que
se denomina “estado”, la circunstancia de haberse dictado resolución en un proceso
(artículo 50, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil).

La notificación por el estado diario “es aquella que se practica mediante la inclusión,
con las formalidades legales, en un estado que se forma en cada tribunal diariamente del
número de resoluciones que se forman en el proceso dicho día”.
Esta es la regla general en materia de notificaciones en el procedimiento chileno, a
menos que la ley disponga otra cosa.
Por el solo hecho de indicarse en este estado diario, se supone de derecho que las
partes han tomado conocimiento de las resoluciones; tales resoluciones han sido
legalmente notificadas a las partes. De la simple lectura de la parte, evidentemente no es
posible saber el contenido de las resoluciones, para lo cual deberá verla en el expediente.

-O- CASOS DE PROCEDENCIA DE LA NOTIFICACIÓN POR EL ESTADO DIARIO:

Como señalamos, esta forma de notificación constituye la regla general, y se aplica


respecto a todas las notificaciones que deben practicarse, personales o por cédula, las
que son excepcionales; en consecuencia, la notificación por el estado procede siempre
que la ley no disponga otra forma de notificación.
Respecto del litigante que no hubiera señalado su domicilio, que se debe señalar
respecto de la notificación por cédula, la notificación se hará por el estado diario mientras
no se fije domicilio. Esta notificación se hará sin necesidad de petición de parte y sin
previa orden del tribunal (artículo 53, Código de Procedimiento Civil).
-O- FORMA DE PRACTICAR LA NOTIFICACIÓN POR EL ESTADIO DIARIO:

Esta forma de notificación se practica siguiendo varios pasos, y que son los que a
continuación se enumeran: 1) La confección del estadio diario; 2) La constancia en el
proceso de haberse practicado la notificación; y 3) El cumplimiento de las formalidades
posteriores.

1. La confección del estadio diario: La confección material del estado diario es una
función que le corresponde al secretario del tribunal o al oficial primero por
delegación. La formación del estado diario en los juzgados de garantía y tribunales
de juicio oral en lo penal, en tanto, corresponde al jefe de la unidad encargada de la
administración de causas.
El estado diario es una nómina o lista que se hace diariamente en un
formulario en el que se señalan todas las causas en las cuales se han dictado
resoluciones en un día determinado en un tribunal determinado (este día es el mismo
en que el estado se confecciona), de manera que lo primero que tiene que ocurrir es
que el juez dicte la resolución pertinente.
Este estado debe contener las menciones que señala el artículo 50, inciso 2º,
del Código de Procedimiento Civil, que son esenciales, de manera que no se pueden
omitir o señalar erróneamente, y si así ocurre la notificación es nula. Estas
menciones son las siguientes:

- Se encabezará con la fecha del día en que se forme, que corresponde a la fecha
de la emisión del estado.

- Se deben indicar todas las causas en que en ese día se hayan dictado
resoluciones judiciales, las que se individualizan por el número de orden que les
corresponda en el rol general, expresado en cifras y en letras.

- Se deben indicar los apellidos del demandante y del demandado o de los


primeros que figuren con dicho carácter si son varios.
- El número de resoluciones o providencias dictadas en cada uno de los procesos
que allí se mencionan.

- Se agregará el sello y firma del secretario o del oficial primero, según quien
corresponda.

2. La constancia en el proceso de haberse practicado la notificación: Como las


notificaciones por el estado constituyen verdaderos actos procesales, de ellas deberá
dejarse testimonio escrito de que se practicó la diligencia en el proceso. Esta
constancia debe hacerla el secretario del tribunal correspondiente, y en su defecto el
oficial primero.
Si no se deja constancia de haberse practicado, la notificación es nula. No
obstante, la ley dice que los errores u omisiones en dicho testimonio no invalidarán la
notificación y sólo serán sancionados con multa de media a una unidad tributaria
mensual, a petición de parte o de oficio.

3. El cumplimiento de las formalidades posteriores: Los estados deben fijarse en la


secretaría del tribunal y se mantendrán durante tres días en un lugar visible y
accesible al público, cubiertos con vidrios o en otra forma que impida hacer
alteraciones en ellos. Posteriormente, y encuadernados por orden rigoroso o estricto
de fechas, se archivarán mensualmente.

IV) NOTIFICACION POR AVISOS:

La notificación por avisos es aquella que se hace previa orden del juez, mediante la
publicación de avisos en los diarios o periódicos que la ley señala, incluyéndose en ellos
los mismos datos que se exigen para la notificación personal, salvo que el tribunal
disponga que la publicación se haga en extracto, y que tiene lugar en aquellos casos en
que la persona a notificar o su residencia sea difícil de determinar, o que por su número
dificulten considerablemente la práctica de la diligencia (artículo 54, Código de
Procedimiento Civil).
Esta notificación se hará en “diarios o periódicos del lugar donde se sigue la causa”.
Para definir que se entiende por periódicos, hay que recurrir a la Ley Nº 18.776 en relación
con la Ley Nº 16.643, que señala que “es toda publicación periódica que se edita a lo
menos cuatro veces a la semana”.
Esta notificación es excepcional y supletoria. Es excepcional, porque este tipo de
notificación es de escasa aplicación o recurrencia; y es supletoria, porque no tiene vida
propia, ya que como dice el artículo 54 del Código de Procedimiento Civil se aplica en los
casos en que a la persona que haya de notificar personalmente o por cédula sea difícil de
determinar.
La ley exige ciertos presupuestos para cumplir esta notificación por avisos, y que
son las siguientes:

 Es necesario que en el proceso se haya dictado alguna resolución que deba


notificarse personalmente o por cédula, pero jamás de la notificación por el
estado diario.

 Debe tratarse de alguno de los casos de urgencia que la ley indica. Estos
casos son los siguientes: 1) Cuando deba notificarse a personas cuya individualidad
sea difícil de determinar; 2) Cuando deba notificarse a personas cuya residencia
sea difícil determinar; y 3) Cuando deba notificarse a personas que, por el número
de ellas, dificulten considerablemente la práctica de la diligencia.

-O- FORMA EN QUE SE PRACTICA LA NOTIFICACIÓN POR AVISOS:

Cumpliendo los presupuestos básicos, la notificación se debe realizar de acuerdo


con los requisitos que la ley señala (artículo 54, Código de Procedimiento Civil):

a. La notificación se debe realizar por medio de avisos publicados en los diarios o


periódicos del lugar donde se sigue la causa, y si en esa comuna no hay diario debe
hacerse en los diarios de la cabecera de la provincia, o a falta de ellos en los de la
capital regional.
b. Estos avisos deben contener los mismos datos que se exigen para la notificación
personal; pero si la publicación en esta forma es muy dispendiosa o costosa,
atendida la cuantía del negocio, podrá disponer el tribunal que se haga en extracto
redactado por el secretario.

c. El tribunal debe decretar expresamente que la notificación se efectúe mediante


avisos. Esta resolución que el juez dicta debe señalar:

 La autorización de la sustitución de la notificación.

 Los diarios en que haya de hacerse la publicación.

 La cantidad o el número de veces que deba repetirse la publicación, que en


ningún caso puede bajar o ser inferior a tres.

 Si la notificación hecha por este medio sea la primera de una gestión judicial, será
necesario, además, para su validez, que se inserte el aviso en los números del
Diario Oficial correspondientes a los días primero o quince de cualquier mes, o al
día siguiente, si no se ha publicado en las fechas indicadas.

En este caso, el Tribunal procederá con conocimiento de causa, lo que


significa que debe proceder con el mérito de ciertos antecedentes.

d. De esta notificación también debe dejarse constancia en el proceso, labor que es


cumplida por el secretario del tribunal. Para hacer esta constancia, la parte
interesada debe llevarle los respectivos diarios en que se publicó las notificaciones;
en la práctica se acostumbra pegar el recorte del aviso publicado en el proceso,
certificando el secretario que dicho aviso fue publicado en el diario que indica y las
fechas en que ello ocurrió.
V) NOTIFICACION TÁCITA O PRESUNTA:

A esta forma de notificación se refiere o la regula el artículo 55 del Código de


Procedimiento Civil, conforme al cual “aunque no se haya verificado notificación alguna o
se haya efectuado en otra forma que la legal, se tendrá por notificada una resolución
desde que la parte a quien afecte haga en el juicio cualquiera gestión que suponga
conocimiento de dicha resolución, sin haber antes reclamado la falta o nulidad de la
notificación”.
Aquí estamos en presencia de una situación especial porque en realidad, de
acuerdo al artículo 55 del Código de Procedimiento Civil, podría ocurrir que la resolución
no haya sido notificada, no obstante la resolución podría llegar a producir efectos válidos.
Se denomina notificación tácita porque ocurrida ciertas circunstancias la ley presume
notificada a una persona en forma legal.
Para que estemos en presencia ante esta forma de notificación es preciso que se
den los siguientes supuestos:

 Que la resolución judicial no haya sido notificada en forma alguna.


 Que la resolución haya sido notificada en una forma distinta a la que la ley señala.

Reunidos los supuestos anteriormente señalados (cualquiera de los dos), se va a


entender notificada la resolución desde el momento en que la parte realice en el juicio
cualquier gestión que supone conocimiento de la resolución. Además de lo anterior, es
necesario que esta gestión que realice la parte, se haga antes que se reclame la nulidad o
falta de notificación.
-O- NOTIFICACIÓN TÁCITA EN EL INCIDENTE DE NULIDAD DE UNA
NOTIFICACIÓN:

También es un caso de notificación presunta en que, cumplida ciertas condiciones,


se entiende notificada legalmente y se refiere a cuando alguna de las partes pide al juez la
nulidad de la notificación (artículo 55, inciso 2°, Código de Procedimiento Civil). Aquí se
parte del supuesto que la resolución ha sido mal notificada. Ejemplo: si la resolución debía
ser notificada por cédula y ha sido notificada por el estado diario.

En este caso, la parte afectada debe solicitar al juez que se declare nula la
notificación pertinente, lo que da origen a un incidente que hay que tramitar y todo
incidente debe ser resuelto por el juez. Si el tribunal da lugar a esta nulidad, es decir,
declara nula esta notificación, en este caso, por disposición legal (por el solo
ministerio de la ley) o automáticamente se tiene por notificada a la parte de la
resolución cuya notificación se declara nula, desde el momento mismo en que se le
notifique la resolución que declara la nulidad. Ejemplo: el demandado solicita la
nulidad de la notificación de la demanda; esa resolución que acoge la nulidad al notificarse
produce el efecto de haber notificado a la otra.

Esto es importante porque hasta un tiempo atrás, cuando se declaraba nula una
notificación había que volver a practicarla, lo que era un contrasentido, porque la parte ya
había tomado conocimiento de la resolución.
En este mismo caso, si la nulidad la declara un tribunal superior, la notificación se
tendrá por efectuada cuando se le notifique a la parte el “cúmplase” de dicha
resolución.
VI) OTROS CASOS DE NOTIFICACIONES ESPECIALES:

Lo que se ha dicho en materia de notificaciones son los casos más importantes,


aplicables a todos los procedimientos, pero tratándose de ciertos procedimientos
especiales, la ley establece formas distintas de practicar notificaciones. En estos casos,
como se trata de normas especiales, prevalecen a las normas del Código de
Procedimiento Civil.
Esto ocurre en los siguientes casos:

(a) En los juicios seguidos ante los tribunales de familia: En ellos las sentencias
definitivas y las resoluciones en que se ordene la comparecencia personal de las
partes que no hayan sido expedidas en el curso de alguna de las audiencias, serán
notificadas por carta certificada, salvo que se trate de la primera resolución, la que
deberá notificarse personalmente (artículo 23, incisos 1º y 3º, Ley Nº 19.968). Las
“notificaciones por carta certificada” se entenderán practicadas desde el tercer día
siguiente a aquél en que fueron expedidas (artículo 23, inciso 4º, Ley Nº 19.968).

(b) En materia de procedimiento penal: Se contempla la llamada “notificación en


persona” al imputado mismo, que se encuentra privado de libertad, la que se hará en
el establecimiento o recinto en que permaneciere, aunque éste se hallare fuera del
territorio jurisdiccional del tribunal, mediante la entrega, por un funcionario del
establecimiento y bajo la responsabilidad del jefe del mismo, del texto de la resolución
respectiva (artículo 29, Código Procesal Penal).
De igual forma, en el procedimiento penal se podrán realizar otras formas de
notificación, si el tribunal estima que resultan suficientemente eficaces y no causaren
indefensión a las partes (artículo 31, Código Procesal Penal). Ejemplo: notificación por
correo electrónico.

(c) En el procedimiento penal militar: El tribunal podrá ordenar que se practique una
“notificación especial por carta certificada”, la que debe contener los pormenores del
juicio que se sigue, como por ejemplo, la designación de la causa en que se hace la
notificación, la indicación del tribunal que conoce de ella y la de su secretario, etc.
La carta certificada deberá ser dirigida por el secretario al domicilio que la persona
hubiere señalado en autos (artículo 115, Código de Justicia Militar).

(d) En los juicios arbitrales: Las notificaciones se harán personalmente o por cédula,
salvo que las partes unánimemente acuerden otra forma de notificación (artículo 629,
Código de Procedimiento Civil).

8.- LOS EFECTOS DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES:

Normalmente los efectos de las resoluciones judiciales se producen después de


notificadas, y algunas después de quedar firmes y ejecutoriadas; en este último caso, no
es suficiente la sola notificación de la resolución, sino que además es menester que la
resolución se encuentre firme y ejecutoriada, al menos para el caso de la cosa juzgada.
Respecto a los principales efectos que producen estas resoluciones son los
siguientes: 1) el desasimiento del tribunal; y 2) el efecto de cosa juzgada, a través de dos
variantes: la acción y la excepción de cosa juzgada.
* EL DESASIMIENTO DEL TRIBUNAL:

El desasimiento del tribunal es un efecto que producen las sentencias, tantos las
definitivas como las interlocutorias, en virtud del cual una vez que han sido notificadas a
alguna de las partes, el tribunal que la dictó no podrá alterarlas o modificarlas en manera
alguna (artículo 182, inciso 1º, primera parte, Código de Procedimiento Civil).
La razón que se impida al juez de que altere o modifique su sentencia radica en que
en el sistema chileno impera el principio de la doble instancia, lo que significa que será el
superior jerárquico el que tiene atribuciones para modificar la sentencia, en el entendido
de que ésta se haya apelado.
Los requisitos para que se produzca el desasimiento se encuentran establecidos en
el artículo 182 del Código de Procedimiento Civil, y son los siguientes:

- Que en el juicio se haya dictado una sentencia, ya sea definitiva o interlocutoria; es


decir, no opera respecto de los autos y los decretos.

- Que la sentencia haya sido notificada legalmente a alguna de las partes.

Existen casos excepcionales en que, no obstante que una sentencia haya sido
notificada a alguna de las partes, podría ser modificada por el mismo tribunal que la
pronunció. Estas excepciones en las que no opera esta institución son las siguientes:

a) El recurso de aclaración, agregación o rectificación: Este recurso, que establece


el mismo artículo 182 del Código de Procedimiento Civil, consiste en que cualquiera
de las partes puede solicitar al mismo tribunal que pronunció la sentencia que aclare
los puntos obscuros o dudosos de la sentencia, salvar las omisiones y rectificar los
errores de copia, de referencia o de cálculos numéricos que aparezcan de manifiesto
en la misma sentencia (artículo 182, inciso 1º, parte final, Código de Procedimiento
Civil). En este caso, a través de este recurso, el mismo tribunal que pronunció la
sentencia puede hacer estas rectificaciones.
Este recurso se puede hacer valer a petición de parte o de oficio por el
tribunal, en cuyo caso el juez podrá dentro de los cinco días siguientes a la primera
notificación de la sentencia, hacer las rectificaciones a los errores cometidos.

b) Las sentencias interlocutorias susceptibles de reposición: Ciertas sentencias


interlocutorias pueden ser modificadas o dejadas sin efecto por el mismo tribunal que
las pronunció, a través del llamado “recurso de reposición”, y no obstante que esté
notificada alguna de las partes; en este caso, se requiere de texto legal expreso que
permita el recurso de reposición. Ejemplo: la resolución que recibe la causa a prueba.
Este recurso no procede en contra de todas las sentencias interlocutorias sino
solamente contra aquellas respecto de las cuales la ley expresamente contempla
este recurso (la regla general es que el recurso de reposición proceda únicamente en
contra de los autos y los decretos).

c) El caso del incidente de nulidad procesal de lo obrado por falta de


emplazamiento: Este es un incidente que puede ser planteado por el demandado
rebelde ante el mismo juez que haya pronunciado la sentencia definitiva o
interlocutoria. En este caso puede reclamar el rebelde aunque la sentencia haya sido
notificada a alguna de las partes.

-O- LOS AUTOS Y DECRETOS EN RELACIÓN AL DESASIMIENTO:

Recién señalamos que el desasimiento se produce únicamente respecto de las


sentencias, sean éstas definitivas o interlocutorias. Los autos y decretos no producen el
efecto del desasimiento, por cuanto éstos pueden ser siempre modificados por el mismo
tribunal que los dicta, a través de un recurso de reposición.
En principio las sentencias no pueden ser modificadas por el mismo tribunal. Para
que el auto o decreto pueda ser modificado por el mismo tribunal, la parte debe hacer
valer el recurso de reposición (artículo 181, Código de Procedimiento Civil).
* EL EFECTO DE COSA JUZGADA:

La cosa juzgada permite exigir el cumplimiento en el caso de las sentencias


condenatorias e impedir que se vuelva a discutir del mismo asunto.
Esto da origen a dos efectos prácticos: Un efecto negativo, que se traduce en que
no se puede discutir del mismo asunto en el mismo tribunal o en otro (la parte condenada
no puede en un nuevo juicio discutir la cuestión ya decidida); y un efecto positivo, en
donde la parte respecto de la cual se ha reconocido un derecho puede exigir que se
cumpla ese derecho y sin que ningún tribunal le pueda negar el cumplimiento del mismo.
El fundamento de la cosa juzgada es el mantenimiento del orden social. A la
sociedad le interesa que los litigios tengan un fin.

-O- CARACTERÍSTICAS DE LA COSA JUZGADA:

La doctrina señala que, dado los dos aspectos que reviste, la cosa juzgada tiene
dos características: el ser coercitiva e inmutable.

a) ES COERCITIVA: Esto significa que la parte que perdió en el proceso está obligada
a cumplir la prestación que le impone la sentencia, y si no lo hace voluntariamente
puede ser obligado por medios compulsivos, valiéndose de la fuerza.

b) ES INMUTABLE: Significa que las partes del juicio tienen que respetar lo fallado tal
cual como se indica en la sentencia, por lo tanto, no se puede volver a discutir lo
fallado. Esta resolución no se puede modificar, después de vencidos todos los
recursos y todos los plazos.

-O- CONCEPTO DE COSA JUZGADA:

La ley no la define, sólo se limita a reglamentar sus efectos o los requisitos en


diversas disposiciones. La doctrina dice que la cosa juzgada es “la presunción que lo
fallado por el juez es la verdad”. También se dice que “es el efecto que la ley atribuye a las
sentencias firmes y ejecutoriadas por considerarlas como expresión de la verdad”.
Que sea una presunción de verdad no quiere decir que sea una verdad absoluta,
porque puede ocurrir que esa verdad planteada en el juicio no sea el fiel reflejo de la
realidad; pero, una vez agotadas las prueba, no queda nada por discutir.

-O- CLASIFICACIÓN DE LA COSA JUZGADA:

En la doctrina se suele clasificar a la cosa juzgada en: 1) cosa juzgada formal, y 2)


cosa juzgada material.

(1) Cosa juzgada formal: Es el efecto que solamente permite el cumplimiento de la


sentencia en forma provisional, y que, a la vez, impide renovar la discusión en el
mismo proceso en que la sentencia se dicta, pero que, al mismo tiempo, establece la
posibilidad de volver a plantear el mismo asunto debatido en un juicio ordinario
posterior distinto. Ejemplos: la reserva de derechos en el contrato de arrendamiento,
la reserva de acciones y derechos en el juicio ejecutivo, la reserva en los interdictos
posesorios, etc.

(2) Cosa juzgada material o sustancial: Es aquella que autoriza cumplir la sentencia
sin ninguna restricción o limitación, e impide que lo resuelto en ese juicio se pueda
volver a discutir en el mismo juicio o en otro posterior. Esta es la regla general en
cuanto a los efectos de las resoluciones y constituye el verdadero efecto de cosa
juzgada.

-O- EFECTOS DE LA COSA JUZGADA:

Estos efectos son las consecuencias jurídicas que surgen de la institución de la


cosa juzgada. Estos efectos son los siguientes: 1) La acción de cosa juzgada, y 2) La
excepción de cosa juzgada.
-O- LA ACCIÓN DE COSA JUZGADA:

Es el efecto que produce una resolución judicial que se encuentra firme o


ejecutoriada, o bien aquella que causa ejecutoria, para obtener el cumplimiento de lo
resuelto o para la ejecución del fallo. Este cumplimiento siempre se obtiene a petición de
parte y los tribunales, en general, jamás pueden ordenar de oficio el cumplimiento de la
sentencia.

· TITULAR DE LA ACCIÓN DE COSA JUZGADA:

Según el artículo 176 del Código de Procedimiento Civil, la acción de cosa juzgada
corresponde a la persona a cuyo favor se ha declarado un derecho en el juicio, y ella es
aquella parte que obtuvo la resolución favorable, ya sea el demandante o demandado.
La acción puede corresponderle incluso a los herederos de la parte vencedora. Del
mismo modo, la acción puede ser dirigida en contra de quien resulte condenado por esa
resolución o en contra sus herederos o sucesores.

· REQUISITOS DE PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN DE COSA JUZGADA:

Los requisitos o condiciones para que proceda esta acción de cosa juzgada, son los
siguientes: 1) Que exista una resolución judicial condenatoria que se encuentre firme o
ejecutoriada, o que cause ejecutoria; 2) Que la parte que ha obtenido en el juicio solicite
expresamente el cumplimiento de la resolución judicial; 3) Que la prestación que impone
esa resolución sea actualmente exigible; y 4) Que la acción no esté prescrita.

1. Que exista una resolución judicial condenatoria que se encuentre firme o


ejecutoriada, o que cause ejecutoria: Significa que la sentencia imponga una
prestación determinada, es decir, una obligación que consista en dar, hacer o no
hacer algo.
Esta resolución judicial será una sentencia definitiva o interlocutoria, toda vez que el
artículo 175 del Código de Procedimiento Civil señala expresamente que “las
sentencias definitivas o interlocutorias firmes producen la acción o la excepción de
cosa juzgada”; sin embargo, hay que tener en cuenta que los autos y decretos firmes
también producen la acción de cosa juzgada.

2. Que la parte que ha obtenido en el juicio solicite expresamente el cumplimiento de la


resolución judicial: El litigante en cuyo favor se declaró un derecho por resolución
judicial debe presentar un escrito al tribunal en que pida el cumplimiento de lo
resuelto, de acuerdo a lo que se desprende del artículo 233, inciso 1º, del Código de
Procedimiento Civil, y del principio de pasividad de los tribunales.

3. Que la prestación que impone esa resolución sea actualmente exigible: Esto significa
que la prestación no debe estar afecta a ninguna modalidad que impida llevar a
efecto o exigir dicha prestación.

4. Que la acción no esté prescrita: La prescripción, si existe, operaría como un modo de


extinguir la acción. En el caso de la acción ejecutiva, prescribe por regla general en
tres años (si no se ejerce en ese plazo, la acción prescribe y no se puede exigir su
cumplimiento).

· PROCEDIMIENTO PARA HACER EFECTIVO EL CUMPLIMIENTO DE UNA


RESOLUCIÓN JUDICIAL:

Esta materia se encuentra regulada en el Título XIX del Libro I del Código de
Procedimiento Civil, título que abarca los artículos 231 a 251, ambos inclusive, del mismo
cuerpo legal. Aquí es necesario distinguir dos materias:

- Procedimiento para hacer cumplir las resoluciones dictadas por tribunales chilenos,
regulado en el párrafo 1º del Título XIX del Libro I del Código de Procedimiento Civil
(artículos 231 a 241).
- Procedimiento para hacer cumplir las resoluciones pronunciadas por tribunales
extranjeros, tratado en el párrafo 2º del Título XIX del Libro I del Código de
Procedimiento Civil (artículos 242 a 251).

En cuanto al primero, la ejecución de las resoluciones corresponde a los tribunales


que las hayan pronunciado en primera o en única instancia, y se procederá a ellas cuando
las resoluciones queden ejecutoriadas o causen ejecutoria en conformidad a la ley.
En el caso que la ejecución de origen a un nuevo juicio, en ese caso existen dos
tribunales competentes: el que la pronunció en primera o en única instancia, o bien el que
resulte competente de acuerdo a las reglas de competencia.

-O- LA EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA:

La excepción de cosa juzgada es un efecto de las resoluciones judiciales que la ley


reconoce de las sentencias firmes o ejecutoriadas, y en virtud del cual no puede volver a
discutirse entre las mismas partes una misma materia e invocando razones análogas, en
atención a que ello ha sido resuelto en una sentencia anterior.
Este efecto emana exclusivamente de las sentencias definitivas e interlocutorias
firmes, tengan el carácter de condenatorias o absolutorias. Los autos y decretos no
producen excepción de cosa juzgada, toda vez que por medio del recurso de reposición
pueden ser dejados sin efecto o modificados en cualquier momento.

· TITULAR DE LA EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA:

La persona que puede invocar la excepción de cosa juzgada, según el artículo 177
del Código de Procedimiento Civil, puede ser: 1) El litigante que haya obtenido en el juicio;
o 2) todos aquellos que según la ley aproveche el fallo.
De este modo, la excepción de cosa juzgada puede hacerla valer tanto el litigante
que gana como el que pierde en el juicio, en este último caso para evitar una condena más
perjudicial o desfavorable, o para ser evitar ser condenado de nuevo a lo mismo.
· CARACTERÍSTICAS DE LA EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA:

Esta excepción de cosa juzgada presenta algunas características o


particularidades. Estas son las siguientes:

(a) Es renunciable: Estos significa que la excepción necesariamente debe ser alegada
en un nuevo juicio, en forma oportuna, y si no se alega se entiende renunciada. Por
esto la ley señala como causal de casación en la forma el “haber sido dada la
sentencia contra otra pasada en autoridad de cosa juzgada, siempre que ésta se
haya alegado oportunamente en el juicio”.

(b) Es relativa: La cosa juzgada sólo puede beneficiar a los que han intervenido en el
pleito o a sus herederos. Excepcionalmente, hay algunas sentencias que producen
efectos generales y absolutos, y por lo tanto, esos efectos no pueden ser discutidos
por nadie y afectos a todos (producen efectos “erga omnes”). Ejemplo: lo relativo al
estado civil de las personas, etc.

(c) Es irrevocable: No puede ser alterado lo resuelto por una sentencia judicial una vez
firme o ejecutoriada, por ninguna autoridad del país. Esta es la regla general
establecida en el artículo 9º, inciso 2º, del Código Civil. Sin embargo, hay casos de
excepción donde ciertas sentencias producen cosa juzgada formal, y en ese caso la
sentencia puede ser modificada posteriormente en otro juicio posterior.

(d) Es imprescriptible: Lo que significa que puede alegarse la excepción de cosa


juzgada en cualquier tiempo.
· REQUISITOS DE PROCEDENCIA DE LA EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA:

Esto se traduce en la llamada “triple identidad” y se requiere que entre el juicio ya


resuelto y aquel que se pretende iniciar o que ya se promovió, exista la triple identidad que
indica el artículo 177 del Código de Procedimiento Civil. Esta triple identidad debe ser
copulativa, de manera tal que, faltando uno de estos requisitos, no puede alegarse en el
segundo juicio la excepción de cosa juzgada.
El artículo 177 del Código de Procedimiento Civil se refiere a: 1) La identidad
legal de personas; 2) La identidad de la cosa pedida; y 3) La identidad de la causa a pedir.
El juez en el segundo juicio debe analizar la sentencia que fue dictada en el primer
juicio en relación con la nueva demanda que se plantea. Así se desprende del artículo 177
del Código de Procedimiento Civil.

a) Identidad legal de personas: Significa que en ambos juicios, tanto el demandante


como el demandado deben ser jurídicamente las mismas personas; deben figurar en
ambos juicios con la misma calidad jurídica, aunque físicamente sean distintas.
Ejemplo: En un primer juicio aparece como demandante Pedro y demandado Pablo;
en el segundo juicio puede ser demandante Pedro y demandado Diego en
representación de Pablo.

b) Identidad de la cosa pedida: Se refiere al “objeto del juicio”, o sea, el beneficio


jurídico inmediato que se reclama debe ser el mismo, tanto en el primer juicio como
en el segundo, como por ejemplo, se discute la calidad de dueño o poseedor de un
inmueble. Este objeto o beneficio jurídico hay que buscarlo en la parte petitoria de la
demanda, y se trata del beneficio jurídico reclamado y no a la cosa física pedida.

c) Identidad de la causa de pedir: El artículo 177, inciso final, del Código de


Procedimiento Civil señala que “se entiende por causa de pedir el fundamento
inmediato del derecho deducido en juicio”. Así como la cosa pedida es el beneficio
jurídico que se reclama, la causa de pedir es el fundamento legal de esa petición.
· FORMA Y OPORTUNIDAD DE HACER VALER LA EXCEPCIÓN DE COSA
JUZGADA:

La ley procesal establece distintos medios para hacer valer la excepción de cosa
juzgada y distintas oportunidades dentro del proceso. En consecuencia, es posible que
pueda ser alegada la excepción de cosa juzgada de las siguientes formas y
oportunidades:

- Como excepción perentoria: La cosa juzgada es de naturaleza perentoria (de fondo) y


se podría alegar al contestar la demanda en el segundo juicio.

- Como excepción dilatoria: Por la gravedad que reviste, la ley permite que se alegue
con el carácter de mixta, o sea, como dilatoria siendo perentoria. Así, puede ser
alegada dentro del término del emplazamiento y antes de que se conteste la
demanda.

- Como fundamento de un recurso de apelación.

- Como fundamento de un recurso de casación (artículo 768, Código de Procedimiento


Civil).

- Como fundamento de un recurso de revisión (artículo 810, nº 4, Código de


Procedimiento Civil).

-O- PARALELO ENTRE LA ACCIÓN Y EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA:

Entre la acción y excepción de cosa juzgada existen diversos aspectos que los
diferencian. A saber:

a. En cuanto a las resoluciones judiciales que produce el efecto, la acción de cosa


juzgada nace solamente de sentencias condenatorias, en cambio, la excepción de
cosa juzgada nace tanto de la sentencia condenatoria como de la absolutoria.
b. En cuanto al titular de una y otra, la acción de cosa juzgada la puede hacer valer
aquella persona en cuyo favor se ha declarado un derecho en el juicio; la excepción
de cosa juzgada, en cambio, la puede alegar aquel que la ha obtenido en el juicio y
por todos aquellos que según la ley aprovecha el fallo.

c. En cuanto a la forma que se hace valer, la acción de cosa juzgada se hace valer
por una demanda por tratarse de una acción; la excepción de cosa juzgada, en tanto,
tiene diversas oportunidades para hacerla valer, como por ejemplo, a través de las
alegaciones, recursos procesales, etc.

d. En cuanto a la prescripción, la acción de cosa juzgada prescribe, de acuerdo con


las reglas generales, en tres años la acción ejecutiva y en cinco la acción ordinaria; la
excepción de cosa juzgada, en tanto, por su naturaleza, es imprescriptible.

e. En cuanto a las resoluciones que producen una y otra, la acción de cosa juzgada
emana de sentencias definitivas e interlocutorias firmes o ejecutoriadas, así como de
aquellas que causan ejecutoria y que tengan el carácter de condenatoria; la excepción
de cosa juzgada, por su lado, sólo proviene de las sentencias definitivas e
interlocutorias firmes o ejecutoriadas, y no aquellas que causen ejecutoria.

* OTROS EFECTOS DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES:

Al margen de estos efectos del desasimiento y la autoridad de cosa juzgada, en


doctrina se señalan otros efectos de las resoluciones judiciales. Entre ellos podemos
mencionar: 1) la declaración del derecho que hace la sentencia,
2) el efecto retroactivo que contiene la sentencia declarativa.

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