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ÍNDICE

Introducción………………………………………………………………….………………..3

I. PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO…………………………..……………….4


1.1 Conceptos:………………………………………………………………………………….4
1.2 Naturaleza y fundamento………………………………………………………………….5
II. HISTORIA SOBRE LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO……………..5
2.1 Características de los principios generales de derecho……………………………….8
2.2 Funciones que cumplen los principios generales del derecho…………………………9
III. EL ARTÍCULO VIII DEL TÍTULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO CIVIL:…………...11
IV. PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LA RELACIÓN ENTRE LOS PRINCIPIOS
GENERALES Y EL DERECHO………………………………………………………....12

1.4 Generación de normas a partir del contenido propio de los principios

generales del derecho………………………………………………………………….……15

V. NATURALEZA JURÍDICA DE LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL


DERECHO………………………………………………………………………………....18

5.1 Corriente Filosófica o Iusnaturalista…………………………………..………………..18

5.2 Corriente Historicista o Positivista…………………………………………………...…19

5.3 Corriente racionalista…………………………………………………………………….19


VI. CONSAGRACIÓN DE LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO…….….20
VII. EL ARTÍCULO VIII DEL TÍTULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO CIVIL DE
1984……………………………………………………………………………………….21

7.1 Diferencia existente entre los principios generales del derecho y las reglas,
máximas y apotegmas jurídicos…………………………………………………………….22

VIII. CLASES Y PRELACIÓN DE LOS PRINCIPIOS GENERALES


DEL DERECHO……………………………………………………………………………….23

8.1 Algunos doctrinarios, clasifican a los principios del modo siguiente:………………...24

8.1.1 Principio Ontológico……………………………………………………………24

8.1.2 Principio de Respeto…………………………………………………………..24

XI. LOS PRINCIPIOS Y LA HETEROINTEGRACIÓN

Y LA AUTOINTEGRACIÓN………………………………………….………………………26

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X. CONTENIDO DEL DERECHO CIVIL………………...…………………………………27
10.1 Principio de Personalidad……………………………………………………..28
10.2 Principio de autonomía de la voluntad………………………………………..29
10.3 Principio de la libertad de
estipular negocios jurídicos…………………...…29
10.4 Principio de
la propiedad individual………………………………………..….30
10.5 Principio de la intangibilidad familiar…………………………………………30
10.6 Principio de la legitimidad de herencia y del derecho de testar…………….31
10.7 Principio de la solidaridad social…………………………………..………….31

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INTRODUCCIÓN

Uno de los temas más interesantes para la investigación y enseñanza del Derecho en
el Perú está relacionado con los "Principios Generales del Derecho" entre los países
pertenecientes al sistema y familia Romanística de un lado y los países pertenecientes
al Common Law de otro lado, dos familias que en la actualidad, son las más importantes,
pues las demás con la globalización deben a una de las dos su marcada influencia.

Aquellos que están inmersos en el Common Law o angloparlantes , el tema no es


importante ni necesario, porque no tienen un sistema legal y doctrina universal sino
jurisprudencial e indudablemente individualista a decir de clásicos franceses del
Derecho de gran autoridad académica.

En las fuentes del Derecho se explica que algunos países le otorgan más peso a ciertas
fuentes de Derecho que a otras, y que algunos le ponen más énfasis a las decisiones
judiciales que a otros. Existen dos principales sistemas de Derecho en el mundo y la
mayoría de los países adoptan características de uno u otro para incorporarlas a su
sistema legal. Los países que adoptan el Derecho anglosajón son por lo general
aquellos que formaron parte de sus colonias y protectorados ingleses, incluyendo a los
Estados Unidos. De aquí nuestro interés por abordar dichos sistemas y conocer sus
características, fuentes y de esta manera establecer las diferencias y semejanzas entre
ellos.

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I. PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO
1.1 CONCEPTOS:

Los principios generales del Derecho son los enunciados normativos más generales
que, sin perjuicio de no haber sido integrados al ordenamiento jurídico en virtud de
procedimientos formales, se entienden forman parte de él, porque le sirven de
fundamento a otros enunciados normativos particulares o recogen de manera abstracta
el contenido de un grupo de ellos.

Estos principios son utilizados por los jueces, los legisladores, los creadores de doctrina
y por los juristas en general, sea para integrar lagunas legales o para interpretar normas
jurídicas cuya aplicación resulta dudosa.

Los principios generales del derecho es harto sugestivo y sobre él se han producido en
abundante literatura la filosofía y la dogmática jurídica; como que representa uno de los
más claros y fuertes vínculos de conexión y enlace entre una y otra disciplina.

Los principios generales de derecho en su más alto y comprensivo sentido son materia
propia del filósofo del Derecho; empero hallándose ellos en la raíz misma de las
instituciones jurídicas particulares no pueden ser extraños al jurista profesional y a éste
pertenecen desde luego y a su competencia están, cuando descienden de aquellas
alturas para encarnar en la vida prestando espíritu, color y base a los preceptos de una
legislación positiva. En él tránsito de una u otra esfera lo que ganan en concreción y
acaso en intensidad, lo pierde en amplitud y extensión; al fin ese tránsito representa una
mayor un acomodamiento en que la virtud del principio, antes generalísimo, se infunde
en términos más particulares que a su modo la incitan y disminuyen, dividiendo
principios ya menos generales y más limitados.

Los principios generales de Derecho son el aval de toda disquisición jurídica; ellos
emparan los razonamientos jurídicos aunque estos tomen por base un precepto de ley
o de costumbre, sirviéndoles de altísimo fundamento, cuyo caso son de fuente primaria
difusa de solución jurídica que acompaña a todos los fallos expresa o tácitamente

DEL VECCHIO, estima que los principios generales del Derecho por el legislador son
los de derecho romano o común o de derecho civil positivo rechaza la teoría llamada
derecho libre iliberal a su entender, porque concede al juez un cierto poder legislativo
contra la dogma constitucional de la división de los poderes y vuelve sus ojos aquellos
otros principios altísimos, sumo, que están que están en la base del derecho romano y
común y de él son presupuestos, que se han trasmitido entre los prácticos por

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antiquísima tradición y cuyas huellas se encuentran en los polvorientos tratados de
Derecho natural. De las dos tendencias, filosóficas e historicista, que, respectivamente,
domina las contestaciones A la pregunta cómo hayan de entenderse los principios
generales del Derecho, invocados por el legislador italiano, DEL VECCHIO se sitúa
dentro de la filosofía que describe al Derecho natural esa función supletoria e
integradora de las reglas del Derecho Positivo.

1.2 NATURALEZA Y FUNDAMENTO

Respecto a los principios generales del Derecho se ha desarrollado una polémica acerca
de si ellos son extraños o externos al Derecho positivo, o si son una parte de él.

Según la posición de la escuela del Derecho natural racionalista, hoy ya superada, los
principios generales, serían principios de un Derecho natural entendido como orden
jurídico separado del Derecho positivo.

Según la doctrina positivista, también ya superada, o al menos en vías de superación


en la mayoría de los países, los principios mencionados serían una parte del Derecho
positivo. Sin embargo, nunca podrían imponer una obligación que no fuera sancionada
por el mismo ordenamiento positivo por lo que se entiende que cada ordenamiento
positivo tiene sus particulares principios generales y que no existen principios jurídicos
de carácter universal.

La posición racionalista que escinde el Derecho en dos órdenes jurídicos específicos y


distintos: el natural y el positivo el primero conforme a la razón, y el otro, producto de la
voluntad del sistema político no puede sostenerse. Es evidente que el Derecho, producto
típicamente humano, es una obra de la inteligencia humana: ella es la que descubre,
desarrolla y combina criterios que enuncian un comportamiento entendido como justo;
por esto, el Derecho también es llamado jurisprudencia, es decir, de lo justo, y la
prudencia se entiende como un hábito de la inteligencia. Si bien el Derecho, conjunto de
criterios, es obra de la inteligencia, su efectivo cumplimiento, el comportarse los
hombres de acuerdo a los criterios jurídicos, es obra de la voluntad.

II. HISTORIA SOBRE LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO.

Los primeros antecedentes de los principios generales del derecho se originan en la


ciudad de Grecia, ciudad natal del famoso pensador Aristóteles de Estagira (382 – 322
A.C.), quien al estar estudiando por mucho tiempo el concepto de justicia, imprimió un
conjunto de reflexiones sobre este tema, tales como su preocupación por delimitar la
existencia de una justicia de orden natural y otra de índole legal voluntaria; el sentido
final de la justicia con encontrar la igualdad; y el hecho de que la justicia se cumple

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cuando hay igualdad, y la injusticia se asocia con la desigualdad; entre otros conceptos
que parecen ser, los primeros principios legales que se tienen conocimiento.

Quizá te puedas preguntar, ¿por qué nacen los principios generales del derecho en
Grecia? La respuesta es sencilla, en esta ciudad con un régimen politeísta, se concibió
que los dioses establecieran el derecho como un orden universal.

Ahora bien, por otro lado, también tenemos el antecedente del derecho romano, donde
de acuerdo con Giorgio del Vecchio, “los juristas romanos reconocían abiertamente los
principios generales como fundados sobre el derecho natural o sobre la “naturalis ratio”.”

Origen romano. Se mantiene en la actualidad en los códigos moderno, como el código


civil en Francia, Italia, Austria, España y Latinoamérica. - Los clásicos civilista franceses
en el Art. 4 del código napoleónico al establecer que ante el silencio legal, el juez decide
positivamente acudir a los preceptos de la razón y la equidad por haber incorporado la
norma implícitamente a los principios del derecho natural.

¿Qué es un principio general del derecho?

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha considerado que los principios generales


del derecho “deben ser verdades jurídicas notorias, indiscutibles, de carácter general,
como su mismo nombre lo indica, elaboradas o seleccionadas por la ciencia del derecho,
mediante procedimientos filosófico jurídicos de generalización, de tal manera que el
Juez pueda dar la solución que el mismo legislador hubiere pronunciado si hubiere
estado presente, o habría establecido, si hubiere previsto el caso; siendo condición
también de los aludidos “principios”, que no desarmonicen o estén en contradicción con
el conjunto de normas legales cuyas lagunas u omisiones han de llenarse aplicando
aquéllos; de lo que se concluye que no pueden constituir “principios generales del
derecho”, las opiniones de los autores, en ellas mismas consideradas, por no tener el
carácter de generalidad que exige la ley y porque muchas veces esos autores tratan de
interpretar legislaciones extranjeras, que no contienen las mismas normas que la
nuestra.”

¿Qué son los principios generales del Derecho?

Los principios generales del Derecho son conceptos o proposiciones de naturaleza


axiológica o técnica, que informan la estructura, la forma de operación y el contenido
mismo de las normas, grupos normativos, subconjuntos, conjuntos y del propio Derecho
como totalidad. Pueden estar recogidos o no en la legislación, pero el que no lo esté no
es óbice para su existencia y funcionamiento.

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Los principios pueden ser, en un ámbito, conceptos susceptibles de definición antes que
proposiciones. Tal es el caso de la justicia, la equidad, la libertad, la igualdad, la
democracia, etcétera. En todos estos casos puede haber diferentes versiones según las
convicciones que cada uno tenga sobre ellos, y esas convicciones pueden ser más o
menos distintas según las épocas. Sin embargo, para todos funciona la misma regla:
una vez definidos con acuerdo intersubjetivo básico, rigen como grandes informadores
del funcionamiento del Derecho.

Los principios generales cumplen diversas funciones dentro del Derecho. Algunos
informan la estructura del sistema jurídico. Tal es el caso del principio de
constitucionalidad, del de legalidad, del de la competencia en materia normativa,
etcétera; también pueden regular su forma de operación, como «Primer derecho es
mejor derecho» o el de primacía de la ley especial; otros, finalmente, informan el
contenido mismo de las normas, como por ejemplo el principio democrático, el de
libertad personal, etc.

De otro lado, los principios generales informan al Derecho en diversos niveles.


Podemos encontrar cuatro de ellos;

1. El primero es el de validez general, universal para todo el fenómeno humano y por


ende para el Derecho.

En este sentido, los principios generales son preceptos ideológicos de una sociedad o
de una época determinada que tienen validez en diversos campos de la vida. Tal el caso
de la libertad, la igualdad, la justicia y otros similares. Nótese que no son valores cuya
primacía rige en todo tiempo y lugar pues, muchas veces, ellos son recusados o al
menos recortados. Por ello no les corresponde tener validez universal sino validez
ideológica, es decir, aceptación intersubjetiva en tiempo y lugar determinados.

2. Hay un segundo grupo de principios propios del Derecho, pero que valen para todos
los Derechos establecidos (o cuando menos la generalidad de ellos). Muchos de estos
son de naturaleza técnica (no contradicción del legislador; ley especial prima sobre
general, etcétera) y también de carácter valorativo (primer derecho mejor derecho;
riesgo en el sentido de que quien participa en la ganancia participe también del daño,
etc.).

3. Un tercer grupo de principios rige a un derecho determinado y lo caracteriza frente a


otros (en el sentido de que aun cuando no es el único sistema jurídico que los tiene, no
son principios aceptados generalmente). Desde el punto de vista técnico tenemos
algunos como el de que los funcionarios del Poder Ejecutivo distintos del Presidente

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pueden emitir normas de carácter general (por ejemplo los ministros y aun muchos otros
organismos con atribución normativa), cosa que no ocurre en todos los sistemas de
Derecho. Desde el punto de vista de fondo, tenemos el principio de lo democrático-
representativo, que no es un principio común a todos los sistemas.

4. Un cuarto grupo de principios informan diversos aspectos parciales de un sistema


jurídico determinado. Pueden situarse en un determinado conjunto, subconjunto, grupo
normativo o norma individual. Si pensamos en nuestro derecho constitucional, a nivel
de toda la rama tenemos como principio rector la forma republicana de Estado y ello es
particular a nuestro sistema pues existen otros que tienen formas distintas, por ejemplo,
la monárquica. Dentro de la organización de los poderes (legislativo, ejecutivo y judicial),
que es un subgrupo normativo dentro de la Constitución, tenemos el principio de
estructura mixta, por contraste con el régimen parlamentarista o presidencialista.
Finalmente, la norma de elección presidencial prevé la no reelección por más de dos
periodos consecutivos, que es un principio al nivel de la norma individual. Cada uno de
estos principios, según el lugar del sistema jurídico en el que se halla inserto, colabora
a la determinación de las soluciones jurídicas a darse para los casos tanto de
interpretación como de integración jurídica.

Esto quiere decir que los principios generales pueden obtenerse a partir del estudio de
la ratio de los textos de las normas, grupos, subconjuntos, conjuntos, etcétera, pero que
también pueden ser obtenidos a partir de otros medios, principalmente la doctrina. Esto
hace notar la importancia que, para el adecuado manejo del Derecho, tiene el estudio
constante de sus diversas fuentes, no solo en sus textos, sino también en el sentido y
significados translitérales que pueden obtenerse de ellas en relación a los principios
generales.

2.1 CARACTERÍSTICAS DE LOS PRINCIPIOS GENERALES DE DERECHO

Son enunciados normativos que expresan un juicio deontológico acerca de la conducta


a seguir en cierta situación o sobre otras normas del ordenamiento jurídico. Cada uno
de estos principios generales del Derecho, es un criterio que expresa un deber de
conducta para los individuos, el principio o un estándar para el resto de las normas:

Son las siguientes:

a) Son de naturaleza normativa dado que se encuentran regulados en una


legislación vigente.
b) Su fuente deriva de generalizaciones sucesivas a partir de los preceptos del
sistema en vigor.

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c) Son válidas no por ser verdades supremas, sino por ser de máxima (mas no
absoluta) generalidad y aceptación.
 Son lógicos.
 Son éticos.
 Son racionales.
d) Se usan para solucionar las deficiencias de la ley (lagunas).
e) Constituyen lo abstracto en el ordenamiento jurídico positivo.
f) Se obtienen mediante inducciones sucesivas objetivas o también pueden ser por
deducciones partiendo de los principios racionales.
g) Son fuente inagotable del Derecho.
h) Son también puntos de partida para el juzgador al momento de cumplir con su
obligación de dar resolución a un caso en particular.
i) Son normas derivadas de factores culturales.
j) No deben de estar recogidas en ninguna disposición escrita, pues de lo contrario
equivaldría a aplicar la norma y debemos recordar que están reservados para
situaciones donde no exista legislación aplicable al caso.
k) No deben ir en contra de los preceptos positivos vigentes.
l) No son particulares de cada pueblo o nación, si no perderían su calidad de
generales.
m) Pueden llegar a tener una función constructiva, ya que permiten la
sistematización de la materia jurídica.
n) Indican la dirección en la que está situada la regla que hay que encontrar.
o) Su fundamento se encuentra en la naturaleza humana racional, social y libre.
p) Son reglas de aplicación general.

2.2 FUNCIONES QUE CUMPLEN LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL


DERECHO.

Los principios Generales del Derecho tienen tres funciones que tienen incidencia
importante en las normas del ordenamiento, estas son: la función creativa, la función
interpretativa, y la función integradora.

 La función creativa: establece que antes de promulgar la norma jurídica, el


legislador debe conocer los principios para inspirarse en ellos y poder
positivizarlos.
 La función interpretativa: implica que al interpretar la norma, el operador debe
inspirarse en los principios, para garantizar una cabal interpretación.

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 La función integradora: significa que quien va a colmar un vacío legal, debe
inspirarse en los principios para que el Derecho se convierta en un sistema
hermético.

Estas funciones no actúan independientemente, sino que en la aplicación del Derecho


operan auxiliándose una a otra, así cada interpretación de una norma, basada en los
principios, es una nueva creación. Para colmar una laguna legal es necesario interpretar
el Derecho ya existente según los principios; por último, las lagunas legales en el
derecho positivo no existen debido a la posibilidad que tienen los miembros judiciales
para interpretar una norma ya creada y adaptarla según los principios generales, lo que
garantiza una seguridad jurídica sólida frente a la positivización del Derecho.

¿Cuáles son las funciones de los principios generales del derecho?

Como bien te habrás dado ya cuenta, los principios generales del derecho han sido
obtenidos a través de conductas generales y reiterativas, que dan origen a normas
particulares.

En ese sentido, los principios generales del derecho en muchas ocasiones han dado
origen a derechos humanos y garantías individuales en cada país.

A su vez, algunos principios generales del derecho no sólo han servido de base para el
desarrollo de una constitución federal, sino al desarrollo de normas procesales.

Aunado a ello, y por lo menos en México (situación que estoy casi seguro se reitera en
varios países de Latinoamérica), los principios generales del derecho, se consideran
fuentes del derecho, de ahí nace la importancia de estos principios.

¿Cuáles son los 10 principios generales del derecho que debes conocer?

Sin más preámbulo, vamos a conocer los 10 principios generales (PARTE 2) del derecho
que debes conocer:

1. Se entiende que hace la cosa, aquél a cuyo nombre se hace.


2. Se presume ignorancia si no se prueba ciencia.
3. El primero en tiempo, es primero en derecho.
4. Donde hay la misma razón, es aplicable la misma disposición
5. Es inadmisible toda interpretación que conduzca a lo absurdo
6. La sentencia solo obliga a las partes.
7. Las obligaciones no se presumen, hay que demostrarlas.
8. El que afirma está obligado a probar.
9. El que no hace lo que debe, hace lo que no debe.

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10. El poseedor se presume propietario.

 Una es el inciso 8 del artículo 139 de la Constitución, que establece:

Son principios y derechos de la función jurisdiccional:

El principio de no dejar de administrar justicia por vacío o deficiencia de la ley.

En tal caso, deben aplicarse los principios generales del derecho y el derecho
consuetudinario.

III. EL ARTÍCULO VIII DEL TÍTULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO CIVIL:

Los jueces no pueden dejar de administrar justicia por defecto o deficiencia de la ley. En
tales casos deben aplicar los principios generales del derecho y, preferentemente, los
que inspiran el derecho peruano.

Ambas normas se ponen en el caso de la deficiencia de la ley, lo que alude a


insuficiencia de las normas existentes para regular el caso que se presenta y que
requiere solución por la justicia. Esta deficiencia puede ser más o menos considerable
y, por lo tanto, dar lugar bien a una interpretación extensiva, bien a una situación que
requiere de la integración jurídica. Más claramente aún, se refieren a las lagunas del
Derecho cuando hablan de defecto de la ley, lo que aquí quiere decir que estamos ante
la ausencia de norma para el caso.

«Principios generales del Derecho», como «en especial, de los principios que informan
al Derecho peruano». Esto quiere decir que podemos tener dos tipos de principios
generales: unos referidos a todos los Derechos y, otros, particulares del nuestro.

En su globalidad, el tema de los principios generales del Derecho presenta varias


dificultades, en especial dentro de sistemas pertenecientes a la familia romano-
germánica, en los que la primacía de la fuente legislativa parece no dar lugar a
conceptos de una naturaleza distinta que las normas aprobadas expresamente por los
organismos del Estado de acuerdo a la teoría de las fuentes. Por ello, consideramos útil
hacer una referencia histórica a la relación existente entre los principios generales y el
Derecho. A partir de allí podremos obtener conclusiones iluminadoras de la compleja
relación actual entre ambos.

Los principios generales, en relación a las normas y a los valores, han adquirido gran
importancia para la interpretación jurídica, además de su indispensable aplicación para
fines de integración jurídica.

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IV. PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LA RELACIÓN ENTRE LOS PRINCIPIOS
GENERALES Y EL DERECHO

Hoy daría la impresión de que los principios generales son intrusos en el Derecho, que
solo pueden ser tolerados en defecto o deficiencia de la legislación pero que, en
circunstancias de claridad y propiedad de dichas normas, carecen de importancia en la
aplicación del Derecho. Esto aparece así por una serie de circunstancias históricas que
han llevado finalmente a esta idea.

El Derecho Romano, antecedente fundamental de nuestro sistema, no fue construido


mediante la aprobación de leyes (o textos similares) por el emperador. Los grandes
períodos de creación del Derecho Romano fueron una paciente y creativa construcción
a partir de los casos concretos: casi durante tres siglos el Colegio de Pontífices elaboró
soluciones que se fueron convirtiendo en normas a partir del texto de la Ley de las XII
Tablas. Cuando este conjunto de normas devino obsoleto, el Pretor utilizó sus
atribuciones para introducir sustantivas modificaciones en el Derecho, a fin de adaptarlo
a las nuevas circunstancias, y lo hizo en virtud de los principios generales. Más tarde,
los grandes jurisconsultos hicieron lo propio, y el mismo emperador, mediante los
rescriptos, que eran soluciones a casos concretos sometidos a su decisión, continuó
con esta tarea. Ocho de los aproximadamente diez siglos en los que floreció el Derecho
Romano fueron conducidos por los principios generales. Fue recién en los últimos dos
o tres siglos en los que se empezó la tarea de sistematización y codificación.
Generalmente, la historia considera a este período no como uno de aporte sino de
consolidación y, por tanto, ya no creativo. El punto final fue la codificación del Emperador
Justiniano en el siglo VI después de Cristo, pero, aun en dicha circunstancia, Justiniano
pudo consignar en el texto de la Instituía:

La justicia es la constante y firme voluntad de dar siempre a cada uno lo que es suyo.

La jurisprudencia es el conocimiento de las cosas divinas y humanas con la ciencia de


lo justo y de lo injusto.

Los preceptos del derecho son: «Vivir honestamente, no dañar a nadie y dar a cada uno
lo que es suyo.

En otras palabras, Justiniano reconocía en su obra de codificación la trascendencia de


la justicia y de los grandes principios para el Derecho.

Algo similar ocurre con el Derecho inglés, que tiene una tradición independiente del
Derecho Romano e inspira el desarrollo de la familia anglosajona. El llamado common
law se desarrolló durante casi cuatro siglos, de 1066 a 1485 según la periodificación de

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René David, a partir de decisiones elaboradas para casos concretos por los tribunales
reales llamados Tribunales de Westminster. Hacia fines del siglo XV, la normatividad
acumulada en el common laiv necesitaba ser remozada ante las nuevas circunstancias
que se vivía y entonces el Canciller (alto funcionario del reino) recibió por delegación del
Rey la función de resolver los recursos extraordinarios interpuestos por los súbditos.
Poco a poco, este funcionario fue creando una normatividad nueva mediante sus
resoluciones que, en conjunto, pasaron a formar la equity como algo diferenciado del
common law en el Derecho inglés. Sobre el origen del nombre dice David: «Sus
decisiones, adoptadas en un principio en consideración a ‘la equidad del caso particular,
se hacen cada vez más sistemáticas, dando aplicación a doctrinas ‘de equidad’ que
constituyen aditamentos o correctivos a los principios ‘jurídicos’ aplicados por los
Tribunales Reales». Luego ambos, common law y equity sufrirán un proceso posterior
de integración mediante mecanismos muy particulares del Derecho inglés y, también,
recibirán el influjo de las doctrinas sobre la preeminencia de la ley. Sin embargo, casi
ocho siglos de elaboración del Derecho inglés se fundaron en la aplicación de principios
del Derecho a casos concretos, y aún hoy su influencia es muy importante.

Al estallar la revolución liberal en Europa, los grandes principios políticos que la


inspiraron (libertad, igualdad, propiedad, etcétera) fueron rápidamente incorporados en
los textos legislativos básicos. Uno de los fundamentales es la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano, aprobada a menos de dos meses de
establecerse la Asamblea Nacional francesa en Versalles. La codificación napoleónica,
en especial el Código Civil, operacionalizó estos grandes principios en un sistema
normativo dictado por el Estado, de forma tal que muchos entendieron entonces que,
por primera vez, se había producido la simbiosis entre los grandes principios y las
normas escritas: los principios del Derecho habían sido incorporados al Derecho
positivo.

Esta época coincide con otro desarrollo que tendrá gran importancia para la primacía de
la legislación dentro del Derecho: la revolución liberal significa un paso decisivo en la
conformación del Estado moderno.

Si combinamos entonces necesidad de legitimación con reconocimiento de que los


grandes principios estaban incorporados en la naciente legislación, solo era materia de
tiempo lograr que en los Estados contemporáneos se aceptara la primacía de la
legislación y, muy en especial, entre los que pertenecen a la familia romano germánica
como es nuestro caso. Así, los principios generales, de ser sumamente importantes en
la concepción del Derecho, pasaron a un plano secundario frente a la importancia

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creciente y definitoria de la legislación. La escuela positivista, liderada por Hans Kelsen,
no es sino ya expresión más lograda de este fenómeno que encuentra su explicación
en la historia, sobre todo en su último tramo.

Sin embargo, subordinados como están, los principios generales no han perdido su
fuerza dentro del Derecho y hay ejemplos contemporáneos que demuestran su
importancia, aun dentro del positivismo predominante. Tal vez el caso más claro es el
del juicio de Nuremberg, al final de la Segunda Guerra Mundial, en el cual las potencias
vencedoras decidieron que ningún formalismo podía impedir castigar los crímenes de
lesa humanidad cometidos por el nazismo en el Mundo. Premunidos de tal argumento
pasaron por alto muchas normas de generalizado reconocimiento, tales como que no
hay delito ni pena sin ley previa, o que al acusado debe juzgarlo un tribunal imparcial.
Al contrario: los vencedores juzgaron a los vencidos, los condenaron a diversas penas
(entre otras la horca) y aplicaron figuras delictivas y penas que al momento de
cometerse los hechos no habían estado tipificadas como tales.

La esencia del argumento fue que los criminales de guerra habían cometido atrocidades
de naturaleza tan antihumana, que no podían quedar sin castigo en ninguna
circunstancia. Los principios de humanidad y de justicia, tal como fueron entendidos,
superaron cualquier barrera positivista y fueron el soporte de este proceso.

Es más: en la actualidad asistimos a un renacer de dichos principios en muchos


aspectos del Derecho. Los Derechos Humanos, la paz, el desarme, la democracia, el
desarrollo, etcétera, no son sino materializaciones contemporáneas de los mismos
principios, que han sufrido una metamorfosis permanente a través del tiempo y las
circunstancias, guardando sin embargo una esencial identidad. Por ello, consideramos
válida la afirmación inicial de este capítulo: el recién llegado es el principio positivista;
los principios generales del Derecho siempre tuvieron un lugar preponderante en el
Derecho y hechos recientes demuestran que no lo han perdido, aunque sí es cierto que
han pasado a un segundo plano de efectividad frente a la ley.

¿Cómo operan los principios generales de la integración jurídica?

Los principios generales tienen varias funciones dentro del Derecho. Aun cuando
estamos tratando aquí sobre la integración jurídica, conviene inicialmente distinguir su
manera de operar en ella y en otras circunstancias. No pretendemos hacer una lista
completa, pero las principales son:

1. Los principios generales inspiran al legislador. Al elaborarse las leyes, los


autores usualmente toman en cuenta para el diseño normativo los principios que

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consideran más adecuados y, así, los introducen en el sentido de las normas.
Es por ello que su transliteralidad permite descubrirlos en muchos casos.
2. Los principios generales se utilizan en casos de interpretación para llevar a cabo
el método sistemático por comparación con otras normas, en la medida que la
ratio legis está estrechamente emparentada a los principios. También
intervienen en el método sistemático por ubicación de la norma en el sistema
porque, a través de él, aclaramos el sentido normativo, recurriendo, entre otros
medios, a los principios generales del grupo normativo respectivo.
3. Muchos principios del Derecho están contenidos en los apotegmas jurídicos de
interpretación y, por consiguiente, asumen dicha función.
4. Ciertos principios generales, sobre todo los de contenido valorativo, influyen en
la definición de la posición axiomática de interpretación.

Ya en el campo específico de la integración jurídica, los principios generales operan,


fundamentalmente, de dos maneras: una, generando normas aplicables a las lagunas a
partir de sus contenidos; la otra, la llamada analogía iuris. Tratemos cada una por
separado.

4.1 GENERACIÓN DE NORMAS A PARTIR DEL CONTENIDO PROPIO DE LOS


PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO

Esta forma de operación funciona cuando la laguna del Derecho es de tal naturaleza
que su ocurrencia no está prevista en ninguna otra norma o grupo normativo del sistema,
de manera tal que no podemos recurrir a ninguna clase de interpretación ni de analogía.
En tal caso solo pueden utilizarse dichos principios para elaborar la resolución
normativa.

Hubo en la historia peruana un caso que permite graficar cómo es que ello ocurre. Se
trata de la «huelga parlamentaria» de una de las cámaras legislativas durante el
gobierno del doctor Bustamante y Rivero.

Debido a las fricciones entre las diversas fuerzas políticas representadas en el Congreso
que se eligió e instaló en 1945, un grupo apreciable de senadores decidió no dar quorum
de instalación a su cámara el día 28 de julio de 1947, fecha de iniciación de la legislatura.
La Constitución entonces vigente prohibía que una de las cámaras funcionara en receso
de la otra, por lo que Diputados tampoco pudo instalarse. Desde dicha fecha hasta el 27
de octubre de 1948, día del golpe de Estado que derrocó al gobierno e inició la dictadura
del general Manuel A. Podría, el Congreso de la República no funcionó, al fracasar
reiteradamente las negociaciones políticas llevadas a cabo para solucionar el
entredicho.

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De esta forma, el Estado peruano fue gobernado en situación constitucional anómala,
pues el Congreso es esencial dentro de dicho marco para la aprobación de leyes,
presupuestos y otras medidas y, desde luego, nuestra Carta entonces vigente no había
previsto una situación de receso parlamentario.

El entonces Presidente de la República se vio precisado durante esos meses a asumir,


por estado de necesidad, ciertas funciones legislativas que formalmente no le
correspondían, fundando tal actitud en que la urgencia de mantener el régimen
constitucional forzaba a dicha situación anormal. Sin embargo, transcurrido un año, en
agosto de 1948, ante la irreductibilidad de las posiciones de los grupos parlamentarios,
decidió convocar a una Asamblea Constituyente sui generis, medida no autorizada
expresamente en el texto constitucional pero que el ex Presidente justifica en los
siguientes términos:

Como Jefe del Estado, yo no podía contemplar de brazos cruzados este sombrío
panorama. Debía defender al país de la tormenta que sobre él se cernía. Mirando las
cosas con criterio pragmático i simplista, nada me hubiera sido más sencillo que asumir
la función abandonada por otros, invocando la razón de fuerza mayor, i reunir
llanamente en mis manos las atribuciones de los otros Poderes. Más esto era la
dictadura; y al jurar yo la Constitución, había renunciado a ella. Erame, pues, forzoso, a
falta de pautas escritas, buscar algún arbitrio que, dentro de la desconcertante realidad
a que los hechos nos habían conducido, tendiese a restablecer el orden regular bajo la
inspiración de los principios generales del derecho i de acuerdo, en lo posible, con el
espíritu de la Carta.

La apelación al pueblo bajo la forma de un plebiscito no está contemplada en la


Constitución; una ley expedida al comienzo de mi mandato había declarado
inconstitucional este método de consulta, por más que en ello mediaron consideraciones
políticas antes que doctrinarias, a fin de derogar las reformas plebiscitarias de 1939, que
fueron a todas luces acertadas. La fórmula así adoptada dejaba descartado el peligro
de ver frustrada también la reunión de la Constituyente por inasistencia de más del 45%
de sus miembros (causa reciente del receso), pues daba ingreso en la Asamblea a
aproximadamente un tercio más de nuevos representantes.

Ninguna objeción seria era posible oponer a la convocatoria a la Constituyente. En el


Derecho Constitucional moderno se abre paso cada vez más el concepto de la
existencia inmanente en el Estado de un «Poder Constituyente» que reside en el pueblo,
depositario de la soberanía; Poder que es susceptible de organizarse i de actuar cuando
la vida constitucional del país sufre una quiebra irreparable. Así como en los Estados de

16
nueva formación o cuya creación se está gestando, a nadie se le ocurre objetar la
apelación del pueblo para dictar su primera Constitución, así también resulta inargüible
el llamamiento a la consulta popular cuando, por causas incontrastables, la Constitución
ya dictada se torna inoperable desprovista de su órgano normal de reforma.

El argumento del doctor Bustamante y Rivero, desde su ángulo exclusivamente jurídico


es así: la Constitución prevé un funcionamiento del Estado que incluye al Congreso;
este no puede funcionar al haber entrado en receso de acuerdo a las normas
constitucionales por falta de quorum producida por el ausentismo de una parte de sus
miembros; es preciso terminar el receso del Congreso para que este vuelva a funcionar
y no son aceptables, de acuerdo a los principios de la Constitución, ni convocar a
elecciones para uno nuevo (pues el existente tiene mandato popular hasta 1951), ni
asumir una dictadura del Ejecutivo, porque contraría la visión que, sobre el
funcionamiento de los poderes, tiene la Constitución; no habiendo normatividad que
solucione esta situación, es preciso recurrir a los principios generales y al espíritu de la
propia Constitución (elementos ambos emparentados como hemos visto en el acápite
anterior); un principio de consolidación indiscutible en la teoría del Derecho es el
carácter dirimente y legítimo que tiene el Poder Constituyente del pueblo para solucionar
los problemas graves de su organización política en el Estado; por lo tanto, es legítimo
encontrar como normatividad que resuelva el problema, la convocatoria a una elección
de Asamblea Constituyente que, de un lado, incorpore en su seno a los actuales
congresistas con mandato vigente; de otro, que en representación del pueblo modifique
la Constitución para solucionar el problema de receso presentado y, finalmente, que con
la elección parcial señalada pueda luego reconvertirse a Congreso con un número de
representantes elegidos por voto popular, para permitir que los poderes del Estado sigan
funcionando de manera efectiva hasta terminar su mandato en 1951.

Los ejes de esta argumentación son los siguientes: el pueblo mediante su poder
constituyente tiene legitimidad para solucionar la situación; la representación
democrática elegida es la mejor alternativa; recurriendo a dicho poder; no hay norma
positiva que permita hacerlo, pero sí lo autorizan los principios generales del Derecho
(que para este efecto son lo democrático, lo representativo y el poder constituyente); por
lo tanto, se procede a integrar una normatividad de solución mediante dichos principios
generales.

Es claro, como ejemplo de la manera como se puede solucionar una situación de laguna
del Derecho, mediante la exclusiva recurrencia a los principios generales.
Históricamente, los hechos no dieron tiempo a que el proceso electoral decretado en

17
dicha oportunidad se llevara a cabo pues el golpe de Estado vino antes. Sin embargo,
de ocurrir, hubiera sido una solución técnica y teóricamente impecable desde el punto
de vista jurídico, recurriendo a la integración mediante uso exclusivo de los principios
generales del Derecho.

Contemporáneamente, el Tribunal Constitucional ha desarrollado y aplicado


extensamente los siguientes principios constitucionales:

 Bien común
 Estado democrático
 Estado descentralizado
 Estado representativo
 Estado social Estado unitario
 Orden público
 Separación de poderes
 Solidaridad
 Seguridad Jurídica

V. NATURALEZA JURÍDICA DE LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL


DERECHO.

Estudiar la naturaleza jurídica de los Principios Generales de Derecho, nos induce a


tomar tres corrientes doctrinarias radicalmente disímiles; nos referimos a la filosófica o
iusnaturalista, la historicista o positivista y la racional.

5.1 Corriente Filosófica o Iusnaturalista. Para esta corriente “Los Principios


generales de Derecho”, equivalen a las normas del “Derecho Natural”. Son
normas que no han encontrado formulación positiva, ni sanción estatal, pero que
poseen innegable vigencia, validez y obligatoriedad por formar parte de un
sistema superior e ideal, al de aquella manera se le denomina. No es exacta la
asimilación de los Principios generales del Derecho a los obtenidos mediante
sucesivas abstracciones de las formas singulares de un ordenamiento. La
abstracción será un medio técnico en todo caso para descubrir que principios
han sido inspiradores de tales normas en algunos casos pero no en todos, tanto
porque hay muchas normas que no son más que recursos circunstanciales para
ordenar la convivencia, como por que las normas lo que normalmente reflejan es
un aspecto parcial de los principios generales. Además pueden existir principios
que no hayan agotado su potencialidad normativa por no haber tenido cumplido
desarrollo.

18
5.2 Corriente Historicista o Positivista. Para la corriente historicista o positivista
los Principios generales de Derecho son normas obtenidas mediante un proceso
de abstracción de las propias leyes de manera que de las leyes pueden o no
derivarse. Los Principios Jurídicos Generales son de esta manera “Principios
Sistemáticos”. Según esta idea, los Principios Generales del Derecho, son
“Principios del Ordenamiento Jurídico”, que resultan por vía de sucesivas
abstracciones, del conjunto de normas particulares habrán encontrado
inspiración: Dicho con otros términos son los antecedentes del ordenamiento
positivo, en los cuales el legislador se ha inspirado. Han penetrado en el
ordenamiento jurídico a través de una legislación concreta, pero constituyen, en
aquel, una suerte de muros maestros o de pilares fundamentales de su
estructura.
5.3 Corriente racionalista. La posición racionalista que escinde el Derecho en dos
órdenes jurídicos específicos y distintos: el natural y el positivo el primero
conforme a la razón, y el otro, producto de la voluntad del sistema político no
puede sostenerse. Es evidente que el Derecho, producto típicamente humano,
es una obra de la inteligencia humana: ella es la que descubre, desarrolla y
combina criterios que enuncian un comportamiento entendido como justo; por
esto, el Derecho también es llamado jurisprudencia, es decir, de lo justo, y la
prudencia se entiende como un hábito de la inteligencia 38. Si bien el Derecho,
conjunto de criterios, es obra de la inteligencia, su efectivo cumplimiento, el
comportarse los hombres de acuerdo a los criterios jurídicos, es obra de la
voluntad.

Para conseguir el cumplimiento del derecho, el poder político suele promulgar como
leyes, aseguradas con una sanción, los criterios jurídicos definidos por lo juristas o
prudentes, Pero por el hecho de ser promulgados como leyes, los criterios jurídicos no
cambian de naturaleza, siguen siendo elaboraciones de la inteligencia humana, si bien
presentadas en forma de mandatos del poder político. Se ve entonces que la distinción
entre derecho natural (obra de la razón) y derecho positivo (obra de la voluntad), no
tiene razón de ser: el derecho es siempre obra de razón, aún cuando su cumplimiento
se asegura por la coacción del poder público.

De acuerdo a esa concepción del derecho como jurisprudencia, los principios generales
del derecho, son una parte muy importante, de la ciencia jurídica o jurisprudencia. El
que estén o no incorporados en una legislación determinada, es decir el que estén o no
reconocidos por la voluntad política, no tiene relevancia alguna, así como el que un

19
determinado gobierno desarrolle una política que acepta o rechaza un principio de
economía política, no hace que tal principio sea parte o no de la ciencia económica.

Relacionada con la polémica acerca de si los citados principios son de derecho natural
o de naturaleza estrictamente positiva, se ha planteado la cuestión de que si el método
para conocer tales principios es el deductivo o el inductivo. Para quienes sostienen un
derecho natural; como distinto del derecho positivo, y el método tiene que ser solamente
deductivo a partir del concepto de naturaleza humana; para quienes piensan que el
derecho positivo comprende los principios generales del derecho, el método para
descubrir tales principios es la inducción a partir de las leyes vigentes. Ambas posiciones
son superadas por la concepción del derecho como obra de razón, como jurisprudencia,
para la cual ambos métodos son aptos.

VI. CONSAGRACIÓN DE LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO.

Diez Picazo, advierte que la sustancia de los Principios generales del derecho consiste
en que constituyen normas básicas reveladoras de las creencias y convicciones de la
comunidad respecto de los problemas fundamentales de su organización y convivencia.
Se comprende en seguida que sean Principios Generales del Derecho: La Dignidad y el
respeto de la persona; el deber de indemnizar los daños culposamente causados; el
deber de restituir el enriquecimiento indebido; el ejercicio de los derechos conforme a
su función social, etc.

Para que una norma constituya un auténtico Principio General de Derecho basta su
arraigo como una norma fundamental en la consciencia social. Por otra parte los
Principios generales son informadores del ordenamiento jurídico en mayor o menor
medida, pues si todo el reposa en un sistema de creencias y convicciones del grupo
humano al que afecta, es evidente la interrelación entre principios y ordenamiento. De
allí que ellos pueden estar acogidos de una manera expresa en el texto de las leyes
positivas o implícitas en la normativa concreta de las instituciones.

Los principios son positivos cuando están enmarcados en alguna norma y dentro de
estas tenemos a la norma fundamental, conocida a su vez como norma fundante, tal
cual lo señalaba en su momento el jurista checo Hans Kelsen, nos referimos a la
Constitución, encuentra en normas de menor jerarquía como es el Código Civil. Empero
cabe citar que también los principios son extra positivos cuando no se encuentran
comprendidos en norma alguna.

El carácter del Principio General de Derecho no se lo da la norma que la formula, ni el


rango o categoría del texto que lo haya recogido, en el caso de que lo haya recogido. A

20
los Principios Generales del Derecho, quien les dota de valor es la convicción social,
que es quien los crea y quien en definitiva los mantiene.

La aplicación de la jurisprudencia (ciencia jurídica; actividad de los tribunales), de un


principio general es tarea delicada cuando no están positivizados, tanto por la dificultad
de detectar cuando se está ante un principio que se merezca esa conceptuación, como
por la necesidad de evitar que se produzcan decisiones basadas en puras convicciones
personales de moralidad o justicia o incluso políticas del intérprete o del que aplica el
derecho.

Los Principios Generales del Derecho que están enmarcados en la Constitución tienen
una verdadera función directiva e informadora de la legislación, que ha de acomodarse
a la norma suprema. De ahí que en cuanto resulten vulnerados o desconocidos en las
normas jurídicas, dará lugar a su mantenimiento y defensa por el tribunal Constitucional,
mediante el Proceso de inconstitucionalidad previsto por el numeral 200, inciso 4 de
nuestra Constitución Política del Perú de 1993.

VII. EL ARTÍCULO VIII DEL TÍTULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO CIVIL DE


1984.

Consagra que “Los jueces no pueden dejar de administrar justicia por defecto o
deficiencia de la ley. En tales casos, deben aplicar los principios generales del derecho
y, preferentemente, los que inspiran el derecho peruano”. Asimismo el artículo 139,
inciso 8º de la Constitución Política del Perú de 1993 prescribe lo siguiente “El principio
de no dejar de administrar justicia por vacío o deficiencia de la ley. En tal caso, deben
aplicarse los principios generales del derecho y el derecho consuetudinario”.

Asimismo el artículo 4 del Decreto Legislativo N° 052 (Ley Orgánica del Ministerio
Público), prescribe que "En los casos de deficiencia de la legislación nacional, el
Ministerio Público tendrá en consideración los Principios Generales del Derecho y,
preferentemente los que inspiran el derecho peruano". Cabe acotar lo plasmado en el
artículo 50, inciso 4 del Código Procesal Civil de 1993, consagra que son deberes de
los Jueces en el proceso: Decidir el conflicto de intereses o incertidumbre jurídica incluso
en los casos de vacío o defecto de la ley, situación en la cual aplicarán los principios
generales del derecho, la doctrina y la jurisprudencia. De lo expuesto se infiere que los
Principios actúan como fuente subsidiaria, cumplen una función autónoma de fuente de
Derecho, pueden tener a su vez un significado informador de la ley o de la costumbre.
Por ende de acuerdo con tales directrices, cabe señalar que, en nuestro derecho positivo
actual, los principios cumplen dos funciones un tanto disímiles;

21
1. Una función autónoma de fuente del Derecho, que es subsidiaria y se produce
siempre que un supuesto de hecho que requiera una regulación o un tratamiento
jurídico no se encuentre contemplado o recogido por una norma jurídica de
carácter legal o de carácter consuetudinario;
2. Una función o un significado informador; puesto que los textos que hemos
mencionado refieren indistintamente a las otras fuentes: Ley y Costumbre. Tal
significado informador parece consistir en su posible utilización en la función
interpretativa de las demás normas, así como en su función de criterio de
indicación del carácter y rango que a tales normas se les debe asignar (normas
de derecho común, excepcional, etc.).

Con mayor precisión y agudeza Federico de castro y Bravo señalaba a los


Principios generales del Derecho una triple función:

1. Los Principios generales del derecho constituyen el fundamento de todo


ordenamiento jurídico. Son desde ese punto de vista las bases últimas de todo el
derecho positivo. Son ellos, los que convierten al ordenamiento jurídico de conjunto
inorgánico en unidad vital.

2. Los principios generales de Derecho son normas orientadoras de la función


interpretativa, en cuanto señalan los motivos y los criterios de interpretación de las
demás normas, indicando las fórmulas interpretativas que se deben elegir, una norma
acorde con los Principios generales del Derecho deberá ser objeto de una interpretación
extensiva y amplia mientras la norma concreta aparezca en contradicción con un
principio general su interpretación debe ser restrictiva.

3. Los Principios constituyen un sistema de integración de las lagunas de la ley cuando


no exista ley aplicable a un punto controvertido y no existe tampoco norma
consuetudinaria que permita resolverlo, debe el juez decidir de acuerdo con los
principios generales del Derecho.

7.1 DIFERENCIA EXISTENTE ENTRE LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL


DERECHO Y LAS REGLAS, MÁXIMAS Y APOTEGMAS JURÍDICOS.

Los Principios generales del Derecho no deben confundirse con las llamadas reglas o
máximas jurídicas. Dentro de la expresión reglas del Derecho.(regulae iuris) que tienen
su origen en el derecho romano justinianiano, se comprenden fragmentos de
afirmaciones de antiguos autores, de decisiones judiciales o de formulaciones
doctrinales, que sólo tienen en común su forma concisa y fácil de retener. En el Digesto
se las definía así: Es regla la que describe brevemente como es una cosa. No que el

22
Derecho derive de la regla, Sino que ésta se abstrae del derecho existente. Con una
expresión gráfica podemos decir que las reglas son refranes jurídicos o fórmulas
concisas que comprenden una experiencia jurídica. No tiene valor jurídico propio y son
simples recursos nemotécnicos o pedagógicos. No forman por si mismas parte del
ordenamiento jurídico, sino de la ciencia del Derecho.

VIII. CLASES Y PRELACIÓN DE LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL


DERECHO.

Los principios son generales o bien específicos, también conocidos como especiales.
En tal virtud surge la interrogante cuáles tienen primacía? y la respuesta no es simple,
pues es menester tener en cuenta lo siguiente:

a) El momento de sanción o exteriorización del principio.


b) Su carácter formal o material, así como su jerarquía.
c) Su interpretación de acuerdo a la materia específica (penal, laboral, civil,
etcétera), primando como es obvio la especificidad.
d) La ratio legis, es decir la interpretación de acuerdo con las circunstancias y la
finalidad que se tuvo en cuenta al dictar la norma.
e) La condición de general o de especial, la congruencia o incongruencia, en la
pirámide de los principios y de las fuentes jurídicas y del orden jurídico nacional.
f) La razonabilidad.

Para algunos doctrinarios la prelación adoptaría el siguiente orden: Los principios de


interés individual están infra de los intereses de la colectividad.

Para otros especialistas de la materia, los Principios específicos tienen primacía sobre
los generales, ello si surgiese alguna antinomia, siempre que los dos tengan
prescripción o exteriorización formal o que ambos por igual sean fuentes materiales;
asimismo institucionalmente, prevalece el principio que se exteriorizó respecto al que
no.

Respecto a la antinomia Norberto Bobbio, expresa en Teoría de la norma jurídica: "En


derecho se habla de antinomia para referirse al hecho de que un ordenamiento jurídico
puede estar inspirado en valores contrapuestos (o en ideologías opuestas). Así se
consideran, por ejemplo, el valor de la libertad y el de la seguridad como valores
antinómicos, en el sentido de que la garantía de la libertad va generalmente en perjuicio
de la seguridad, y la garantía de la seguridad tiende a restringir la libertad; por
consiguiente, un ordenamiento que se inspira en ambos valores descansa sobre
principios antinómicos. En tal virtud se puede hablar de antinomias del principio. Las

23
antinomias de principio no son antinomias jurídicas propiamente dichas, empero pueden
dar lugar a normas incompatibles. Es permisible suponer que una fuente de normas
incompatibles puede ser la causa de que el ordenamiento esté inmerso de antinomias
de principio".

8.1 Algunos doctrinarios, clasifican a los principios del modo siguiente:


8.1.1 Principio Ontológico.

La libertad es lo primero: todo lo que no está prohibido está permitido. Denominado


"principio de clausura".

No requiere que esté legislado, es un principio necesario de todo orden jurídico. Pero
sucede que este principio no llena las lagunas normativas, pudiendo haber conductas
que no estén prohibidas ni estén permitidas y que interesan por sus consecuencias
respeto a terceros o a la sociedad y no tienen una solución adecuada en el mundo
normativo, de una sociedad jurídicamente organizada. Recordemos que para Kelsen no
puede haber lagunas en el Derecho y el "principio de clausura" armoniza con la
teoría kelseniana.

Se argumenta: si es permitido no es prohibido, de modo que podría traducirse el


principio del siguiente modo: "Todo lo que no está prohibido, no está prohibido". Se trata
de repetir un mismo pensamiento de distinta manera, esto es una tautología.

8.1.2 Principio de Respeto

Desarrollado por Rudolf Stammler, partidario del neokantismo de la Escuela


de Marburgo.Para Stammler, el Derecho no puede estar vinculado a contenidos
empíricos determinados, pues entonces sus normas carecerían de validez universal.
Ello no significa que el Derecho sea independiente de la sociedad. El derecho ostenta
universalidad y formalidad (el Derecho es la condición lógica de la ciencia social), lo que
se traduce en lo que Stammler denomina "el Derecho justo", esto es, el Derecho que
posee propiedades objetivas no basadas en condiciones históricas dadas o en
propósitos que tiene una comunidad con respecto al futuro. Según, dicha idea del
Derecho es la única que puede hacer posible la unidad jurídica de una comunidad y aun
la visión de todas las comunidades sociales como un todo sometido a normas
objetivamente válidas. Sobre este cimiento, menciona dos principios: el de respeto y el
de solidaridad.

El primero, como principio de un Derecho justo tiene dos facetas:

a) Una voluntad no debe quedar a merced de lo que otro arbitrariamente disponga.

24
b) Toda exigencia jurídica deberá ser de tal modo que en el obligado se siga viendo
al prójimo.

La solidaridad se encuentra dentro del pleno valorativo de Carlos Cossio, ergo es


menester apelar a la axiología jurídica para un mejor entendimiento.

c) Principio de Solidaridad

Enmarca dos reglas:

1) Un individuo jurídicamente vinculado no debe nunca ser excluido de la comunidad


por la arbitrariedad de otro; y

2) Todo poder de disposición otorgado por el Derecho sólo podrá excluir a los demás
del tal modo que en el excluido se siga viendo al prójimo.

d) Principio de Efectividad.

Se refiere al curso del ser, coincidente con el deber ser que la norma expresa.

Toda norma tiene un máximo de cumplimiento en la comunidad (principio de efectividad)


para que sea una norma verdadera.

e) Principio de la inviolabilidad de la persona humana.

No se puede imponer cargas no compensables sin el consentimiento. Es un principio


individualista. Se basa en Immanuel Kant: las personas son fines en sí mismas y no
pueden ser utilizadas como medios para beneficio de otros; los individuos son
separables e independientes, lo que hace que no se puedan tratar los deseos e
intereses de diferentes personas como si fuera los de una misma persona, aunque se
deban sacrificar intereses en beneficio de otros, más importantes. De acuerdo a la
epistemología se entiende que los principios son relativos no absolutos.

f) Principio de la autonomía de la persona humana.

Pertenece a la filosofía liberal. El Estado diseña instituciones y es neutral respecto a los


planes individuales, pero puede facilitar estos planes. La persona tiene el derecho de
realizar actos que no perjudiquen a terceros. La contrapartida es el Estado
intervencionista.

g) Principio de la Dignidad de la Persona.

Una de las formulaciones posibles, las personas deben ser tratadas para ciertos fines,
sobre la base de sus acciones voluntarias y no según otras circunstancias, como raza,
nacionalidad, sexo, clase social, creencias, etcétera.

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La dignidad se describe como calidades merecedoras de respeto, buen concepto,
decoro, excelencia, normas de conducta recta y proba, buena fe y, en suma, un cúmulo
de condiciones y calidades personales.

h) Principio de diferencia.

Según plantea John Rawls en su obra (A theory of justice) Una teoría de Justicia) de
1971:

a) Cada persona debe tener un derecho igual al sistema total más extenso de libertades
básicas (de conciencia, de palabra, contra decisiones arbitrarias, de voto, etcétera), que
sea compatible con un sistema similar de libertades para todos.

b) Las desigualdades sociales y económicas deben ser dispuestas de modo tal que ellas
satisfagan dos condiciones:

Deben ser para el mayor beneficio de los que se encuentren en la posición social menos
aventajada (este es el llamado "principio de diferencia"); idem.

Deben adjudicarse a funciones y posiciones abiertas a todos bajo condiciones de una


equitativa igualdad de oportunidades. Este principio es propio del derecho
angloamericano, empero no se ajusta a nuestra realidad objetiva.

I) Principio de mayor felicidad.

Tiene basamento utilitarista, hedonista, pertenece a una teoría ética normativa que
defiende este solo principio: "La corrección moral de un acto está determinada por la
contribución de sus consecuencias a la felicidad (entendida como suma de placeres, o
satisfacción de deseos, intereses, etcétera), de todos quienes están afectados por tales
consecuencias".

IX. LOS PRINCIPIOS Y LA HETEROINTEGRACIÓN Y LA


AUTOINTEGRACIÓN.

El tema de la heterointegración y auto integración se planteó en la doctrina y la


legislación italiana. Luego se tradujo en legislación y doctrina comparada 48.

En el orden jurídico hay relaciones o situaciones reguladas y otras que siendo


(existentes) de modo real se hallan excluidas de la regulación. Es el legislador quien las
excluye, lo que sucede por diferentes motivos. Hay una zona fronteriza o gris o poco
determinada o incierta, que es atraída por la normatividad que regula.

Si el ordenamiento no es completo hay dos procedimientos, que Francesco Carnelutti


denominaba "de heterointegración" y "de autointegración".

26
El método de heterointegración se efectiviza por medio de dos vías: a) recurriendo a
ordenamientos diversos y b) recurriendo a fuentes distintas de la fuente dominante (ley,
por caso).

El método del auto integración implica que ésta es llevada a cabo por el mismo
ordenamiento, en la misma fuente dominante, oyendo mínimamente a fuentes distintas
de la dominante.

Dada la equivocidad que puede presentar lo expresado, vale aclarar y recalcar que en
la heterointegración se busca la solución en diversos ordenamientos y que en la
autointegración, se obtiene en el mismo ordenamiento, en cualquiera de sus gradas.

El método tradicional de la heterointegración significa apelar a otros ordenamientos


cuando hay lagunas, pero apoyándose en el derecho natural, pues el derecho positivo
es imperfecto por naturaleza y debe basarse en el derecho natural que, se afirma, es
perfecto, en la concepción iusnaturalista.

Por eso, el artículo 7º del Código Civil austríaco de 1811, en caso de duda, el juez debía
recurrir a los principios del derecho natural. En el artículo 17, en caso de silencio de la
ley y mientras no haya prueba en contrario, se tienen en cuenta los derechos naturales
innatos.

El Código Civil Italiano de 1865 sustituyó la expresión "principios del derecho natural"
del Código Civil austriaco por "principios generales del Derecho", es decir, según una
corriente de interpretación, se trataba de los "principios generales del derecho positivo",
y si consideramos que se refería al propio derecho positivo- se pasaba así de la
heterointegración a la autointegración. Giorgio del Vecchio insistía en que se trataba en
todo caso de los "principios del derecho natural" (equivalente a "Principios generales del
Derecho").

X. CONTENIDO DEL DERECHO CIVIL

Ya se dijo, de que el derecho civil afecta a las personas, y por el mismo hecho de que
afecta a las personas, se tendrá que considerar lo siguiente: Que según Aristóteles con
respecto a la naturaleza del hombre mencionó que "el hombre es un ser social por
naturaleza", de dicho enunciado hay que entender, que el hombre - es decir, la persona-
tiende a vivir en sociedad, ya que se encuentra ligado a convivir con otros seres de la
misma especie; así encontramos que de la convivencia con otras personas acontecerán
una serie de resultados, como por ejemplo, de la unión del hombre y la mujer, se
generará el matrimonio, lo cual da paso a la familia y a otras consecuencias de por sí.

27
Fernández Vidal, indica dos contenidos:

El derecho civil objetivo, y los derechos civiles subjetivos.

 El derecho civil objetivo, está conformado por normas jurídico civiles que
componen el Código Civil, y todas las demás que lo complementan. Así, se
regulan los derechos de los individuos, al igual que sus deberes.
 Los derechos civiles subjetivos, están conformados, por la vida en sociedad,
y los resultados de la vida colectiva.

El derecho objetivo regulará los resultados de los derechos civiles objetivos. Podría
concluirse en que uno es la norma y el otro sería el resultado de la relación del hombre.

Asimismo, Torres Vásquez menciona:

Que el contenido del derecho civil tiene 7 principios fundamentales, estos principios
están ligados al derecho civil subjetivo que menciona Fernández Vidal, estos son:

10.1 Principio de Personalidad.

Personalidad:

La personalidad no es más que el patrón de pensamientos, sentimientos y conducta de


presenta una persona y que persiste a lo largo de toda su vida, a través de diferentes
situaciones.

Hasta hoy, Sigmund Freud, es el más influyente teórico de la personalidad, este abrió
una nueva dirección para estudiar el comportamiento humano.

Según Freud, el fundamento de la conducta humana se ha de buscar en varios instintos


inconscientes, llamados también impulsos, y distinguió dos de ellos, los instintos
cocientes y los instintos inconscientes., llamados también, instintos de la vida e instintos
de la muerte.

Los instintos de la vida y los de la muerte forman parte de lo que él llamó ELLO, o ID. Y
el yo, o ego.

 Los instintos de la vida:

En la teoría de freudiana de la personalidad, todos los instintos que intervienen en la


supervivencia del individuo y de la especie, entre ellos el hambre, la auto preservación
y el sexo.

28
 Los instintos de muerte:

En la teoría freudiana, es el grupo de instintos que produce agresividad, destrucción y


muerte.

 El ELLO:

Es la serie de impulsos y deseos inconscientes que sin cesar buscan expresión.

 El yo, o el ego:

Es parte de la personalidad que media entre las exigencias del ambiente (realidad), la
conciencia (superyo) y las necesidades instintivas (ello), en la actualidad se utiliza a
menudo como sinónimo del ego.

10.2 Principio de autonomía de la voluntad.

Como señala ALESSANDRI, "el principio de la autonomía de la voluntad es la aplicación


en materia contractual de las doctrinas liberales e individualistas de la Revolución
Francesa, y que alcanzaron su mayor auge durante el siglo pasado. Si los derechos son
meras facultades que la ley reconoce existir en el individuo y la libertad es la base de
toda actividad humana, es lógico que ella pueda obrar como mejor le plazca, no siendo
naturalmente contra el orden público o las buenas costumbres."

ALESSANDRI define la autonomía de la voluntad como "la libertad de que gozan los
particulares para pactar los contratos que les plazcan, y de determinar su contenido,
efectos y duración", y señala que esta voluntad es soberana, que el contrato nace del
acuerdo de voluntades”.

10.3 Principio de la libertad de estipular negocios jurídicos.

Según Rivera1 el negocio jurídico, obra de la voluntad del hombre, con finalidad jurídica,
aparece como la expresión técnica del reconocimiento de la autonomía privada, como
fuente creadora de efectos jurídicos; el negocio jurídico constituye entonces el medio
fundamental de realización del principio de autonomía de la voluntad. Entre todos los
hechos o actos jurídicos generadores de obligaciones, el contrato es, indudablemente,
aquel en el que la voluntad de los particulares cumple una función más importante ya
que su elemento característico, es el consentimiento, o sea el acuerdo libre de la
voluntad de las partes.

El principio de la libertad de contratar tiene su máxima expresión a partir de la


Revolución Francesa. El Código Civil francés sólo restringe la libertad de contratar por
normas de orden público y por las buenas costumbres. Con el decursar del tiempo, este

29
principio sufre distintas restricciones de diverso grado, según el país de que se trate y
sus concepciones políticas y sociales. De modo que se llega a sistemas de dirigismo
total, en los cuales se anula el principio de la autonomía y la libertad de contratar, y se
establecen en lugar de leyes supletorias, normas imperativas, de forma que las partes
están obligadas a aceptar lo que está predispuesto en la ley y no pueden suscitar efectos
jurídicos diversos.

Idea General Acerca de las Clases de Negocios Jurídicos

Los negocios jurídicos se clasifican en:

Atendiendo a la Previsión Legislativa (Estén o no previstos por las normas)

 Negocios Jurídicos Típicos: Son los que se hallan previstos y regulados por la
ley (ej: compra-venta Art. 1445 CC).
 Negocios Jurídicos Atípicos: Son aquellos que carecen de reconocimiento
legal y de disciplina normativa. (ej: garaje, hospedaje, etc). Éstos se regirán por
las normas generales de las obligaciones y contratos, por las consagradas por
vía jurisprudencial y usual (Art. 1258 CC) y por la de los negocios típicos más
afines. Aunque primero de todo ante la falta de regulación legal se regirán por
las estipulaciones de las partes (Principio de Autonomía de voluntad (Art. 1255
CC)) siempre que no sean contrarias a la ley, la moral y al orden público.

10.4 Principio de la propiedad individual.

El Código Civil define la Propiedad, por su contenido jurídico, como "'El poder jurídico
que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien. Debe; ejercerse en armonía
con el interés social y dentro de los límites de la ley" (Art. 923 del Código Civil).La
propiedad es el derecho civil patrimonial más importante y en el cual reviste una serie
de garantías de su protección y su transferencia, en segundo punto será la materia de
análisis del presente trabajo, en primer lugar la propiedad es un poder jurídico pleno
sobre un bien el cual contiene cuatro atributos clásicos tradicionales o derechos que
confiere la propiedad a su titular: usar, disfrutar disponer y reivindicar.

10.5 Principio de la intangibilidad familiar.

El amparo familiar está destinado a proteger a la institución de la familia, nuestro Código


Civil, expresa su carácter tuitivo, mediante las instituciones de los Alimentos, el
Patrimonio Familiar, la Tutela, la Curatela, el Consejo de Familia.

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10.6 Principio de la legitimidad de herencia y del derecho de testar.

Herencia, en derecho, es el acto jurídico mediante el cual una persona que fallece
transmite sus bienes, derechos y obligaciones (deudas) a otra u otras personas, que se
denominan herederos. Heredero es la persona física o jurídica que tiene derecho al total
o a una parte de los bienes de una herencia. El régimen jurídico que regula las herencias
es el derecho de sucesiones. Las reglas de herencia difieren entre las distintas
sociedades y se ven modificadas por los cambios legislativos viéndose además sujetas
a la correspondiente legislación sobre el impuesto sobre sucesiones y donaciones.

10.7 Principio de la solidaridad social.

La solidaridad como principio, valor, norma y derecho, hace del hombre solidario, un ser
que este inspirado en el deseo e intensión de ser siempre útil a la sociedad en que
este. Sus acciones desinteresadas reitero, solo buscan hacer el bien, no buscan
recompensa alguna; su mayor recompensa se concreta cuando sus acciones tienes
frutos, y aquellos a los que les ha servido manifiestan condiciones de mejoría social y
familiar.

También menciona al derecho civil objetivo, cuando hace referencia a


la codificación del derecho civil.

 División del Derecho Civil:

El derecho civil se divide en:

 Derechos Patrimoniales: Que son valuables en dinero.


 Derechos Extrapatrimoniales: Intransferibles, no susceptibles
a valor pecuniario, porque son derechos originarios, como la vida, la libertad.
 Derechos Mixtos: Que están conformados por derechos patrimoniales y
extrapatrimoniales, como las consecuencias del derecho de familia

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CONCLUSIÓN

1. Los principios generales del Derecho en países como el Perú si han sido y son
tópicos básicos en la enseñanza del Derecho, esto es de su Derecho nacional si
se considera al Derecho peruano como perteneciente al Civil Law.

2. Los principios generales del derecho constituyen para el derecho un tema básico
de los ordenamientos jurídicos.

3. Las, funciones, creativas, interpretativas, integradoras no actúan


independientemente, sino que en la aplicación del derecho, operan auxiliándose
una con otra así dan la interpretación de una norma, basado en los principios.

4. La naturaleza jurídica de los principios generales del derecho, les permite a


éstas, ser considerados como principios fundamentales para la construcción de
cualquier sistema jurídico. Además, cabe resaltar que los principios generales
del derecho, reúnen las características de ser generales, impersonales y
abstractos.

BIBLIOGRAFÍA

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1. Libro. Introducción al Derecho. Marcial Rubio Correa.

2. http://www.monografias.com/trabajos82/pricipios-generales-del-
derecho/pricipios-generales-del-derecho2.shtml

3. SÁNCHEZ DE LA TORRE, Ángel. “Los principios del Derecho como objeto de


investigación jurídica”, en Los principios generales del derecho, Seminario de la
Sección de Filosofía del Derecho de la Real Academia de Jurisprudencia y
Legislación, Madrid, Editorial Actas.

4. http://www.monografias.com/trabajos64/derecho-civil-personas-peru-i/derecho-
civil-personas-peru-i2.shtml

Anexos

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