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Recopilación de Antecedentes sobre Manejo de


Conducta en Sala de Clases

I. Manejo de Conductas en el Aula


pág. 1

II. Orientaciones generales para el manejo de conductas problemáticas


pág. 2

III. Estrategias de disciplina en el salón


pág. 4

El Árbol Confundido (cuento terapéutico) pág. 5


Autoestima- Valoración Personal- Reconocimiento de las propias virtudes.

IV. Pautas de Control Conducta en el Aula


pág. 6

Técnicas- Cuestionario Factores de Riesgo- Ejemplos de Aplicación


Práctica

MANEJO DE CONDUCTAS EN
EL AULA

El manejo de la conducta en el aula de clases es un tema que interesa y


preocupa a todos los que nos dedicamos a la docencia. En todo salón de clases
existen niños o niñas que causan disturbios o que son difíciles de manejar y no
por ello se debe sacar a estos niños causantes de disturbios fuera de la clase o
cambiarlos a otros grupos, ya que con esto se le trasladaría el problema a otro
docente o funcionario del establecimiento. Un procedimiento de este tipo
favorecerá que se agraven los problemas y no ayudará al niño o niña a
superarlas, aún así se debe intentar brindar ayuda o solicitarla a otros
maestros especialistas en dichos problemas, al servicio de psicología,
psicopedagogía, orientación o trabajo social según sea el caso.

No hay niños problemas, sino niños con problemas, por lo que hay que
orientarnos a procurar su pronta recuperación y reinserción en las clases.

Es preciso que los maestros estén en condición de valorar, de acuerdo a su


formación profesional y en forma general, la gravedad de la conducta de los
niños con quienes se trabaja. Cuando exista sospecha de un problema latente
debe ser comunicado al psicólogo / psicopedagogo de la institución y evitar
problemas a futuro.
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Se pueden considerar como problemas de conducta en el aula a aquellos


comportamientos del niño que interfieren en la consecución de metas
académicas, perturbando la adquisición y desarrollo de habilidades escolares
básicas del propio niño y en ocasiones de sus compañeros

Hay dos grandes grupos de problemas de conducta:

Problemas por “exceso”, que vendrían a ser aquellos comportamientos que


por su sola presencia, su alta frecuencia o intensidad causan algún disturbio,
son los que más se observan y llaman la atención. Dentro de este tipo de
problemas tenemos: la hiperactividad, la agresión, los comportamientos
disruptivos como llamar la atención, la desobediencia, la discriminación, el
ausentismo escolar, fraude, copias entre otros. También aquí se consideran
conductas de ansiedad, fobias y consumo de drogas.

Problemas por “déficit” o defecto que vendrían a ser aquellos


comportamientos que por su ausencia y/o baja frecuencia o intensidad causan
algún disturbio, en muchas ocasiones pasan desapercibidos porque son
alumnos que “hacen poco ruido” y no molestan tanto. Dentro de este tipo de
problemas tenemos: retraimiento social, mutismo o dificultad para comunicar,
falta de motivación, la apatía y depresión.

Orientaciones generales para el manejo de las conductas


problemáticas de los alumnos en el aula:

La primera consideración es centrarnos en sus problemas de conducta, no en


su persona, y en conseguir mejorar su actitud dentro y fuera del aula. Para ello
es importante y necesaria la colaboración entre la escuela y la familia a fin de
conseguir resultados rápidos y positivos.

Aspectos a tener en cuenta:

1.- Recordar en todo momento que los alumnos imitan el comportamiento de


los adultos, por lo que para conseguir un comportamiento adecuado, nosotros
debemos ser un ejemplo para él.

2.- Concretar el comportamiento: resumir lo que el alumno debería de hacer


preferentemente en términos positivos: “Céntrate en tu trabajo, acaba tus
deberes y permanece en tu sitio”. Dando estas instrucciones con voz firme y
sosegada, poniendo un “punto final” al concluir la frase.

3.- Enseñar soluciones alternativas a los conflictos: trabajar distintos tipos de


pensamiento (ponerse en el lugar del otro, consecuencias y causas de una
conducta,…), manteniendo charlas individuales con el alumno, conversando
tranquilamente y sobretodo tratando de establecer una relación cordial sin
intimidación (hora de tutoría, plan de acción tutorial).
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4.- Elogiar por sus avances de manera concreta, adecuada e inmediata. Esto
aumentará la probabilidad de que esta conducta se interiorice y generalice.

5.- En caso de dar consecuencias / castigos a las conductas se deberá tener


en cuenta que:

• Los castigos / consecuencias a que nos referimos aquí se tratan de las


pérdidas de refuerzos, como la pérdida del recreo, de gratificaciones, de
actividades preferidas… y es necesario tener en cuenta que:

• Si se usa el castigo demasiado a menudo, el alumno se habitúa y este deja


de ser eficaz.

* La consecuencia debe darse tan pronto como sea posible después de la mala
conducta.

* No hay que amenazar con castigarlo y luego no seguir adelante, pues la


próxima vez no nos tomará en serio.

* La falta de consistencia y las amenazas en vano conducen / refuerzan la


mala conducta y se convierten finalmente en una dificultad mayor y en una
resistencia al cambio.

6.- Entre los reforzadores que podemos utilizar están los sociales (elogios,
reconocimientos, palmear un hombro, dar una pequeño abrazo o un cariño en
la cabeza,…); los materiales (juguetes, calcomanías, golosinas…); las
actividades (más tiempo para entregar un trabajo, para hacer deporte o
regresar del recreo). El refuerzo puede emplearse con el resto de la clase, para
afianzar conductas y actitudes que se estén trabajando con el alumno.

7.- Tener en cuenta que el prestar atención a un alumno/a puede convertirse


en un fuerte reforzador. Debemos tener cuidado en el uso involuntario de
algunos reforzadores, como las reprimendas o castigos, ya que, al prestar
atención por mucho tiempo al alumno que presenta la conducta problema
puede venir a reforzar ese comportamiento disruptivo.

8.- Un modo eficaz de eliminar comportamientos específicos (malas miradas,


hablar sin permiso,…) es simplemente ignorarlos. Ignorar el comportamiento
consiste en no hacer ni un mínimo caso a conductas que desagradan y al
mismo tiempo prestar atención y hacer comentarios de las conductas positivas
que agradan, sobre todo en compañeros cercanos al transgresor. Por ejemplo,
si el niño/a habla sin permiso en una clase, se le ignora totalmente y nos
dirigimos a alguien cercano a él diciéndole: “me gusta, Gonzalo, que estés en
silencio cuando Ángel nos explica sus ideas,…”

9.-Tener en cuenta la importancia de un ambiente relajado y tranquilo, ya que


los entornos tensos, alborotados y desestructurados aumentan la tensión del
alumno. Se sugiere reflexionar sobre qué podemos hacer para tener un entorno
de aula tranquilo y relajado.
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Comenzar la clase a tiempo, estructurarla señalando los objetivos que se


abordarán….

Estas orientaciones son para tener en cuenta tanto en el centro escolar como
en el ambiente familiar. Es importante la coordinación y el diálogo entre ambos
para que se alcancen rápidamente los objetivos trazados y mejore la
convivencia entre alumno – profesor – familia.

Juana Pacheco

Licenciada en Psicología Clínica. Especialidad en Técnicas Cognitivo


Conductuales

http://www.tangram.edu.pe/boletines/manejo-de-conductas-en-el-aula

Estrategias de disciplina en el salón

Hoy en día oímos muchas situaciones que surgen en el salón de clases. Los
maestros son las personas que más tiempo pasan con los estudiantes.
Definitivamente que no es tarea fácil en estos tiempo ser maestro. A
continuación algunas estrategias para promover la disciplina en el salón:
1.Sea amigable, pero firme
2.Establezcas normas claras
3.Mantenga la clase motivada
4.Utilice las técnicas de modificación de conducta (refuerzo positivo y refuerzo
negativo)
5 Tengas charlas privadas con los padres
6 Ignore la conducta negativa y establezca refuerzo de inmediato
7 Averigüe las razones por las cuales el niño pueda ser inquieto.
8. Utilice el castigo como último recurso.

Recomendaciones para prevenir problemas de conducta


En muchos hogares los padres enseñan a sus hijos de forma accidental a
portarse mal. De igual forma muchos niños enseñan a sus padres a ser
regañones. Lo irónico es que en muchas familias los padres sin darse cuenta
premian las conductas indeseables de sus hijos e ignorar las apropiadas. En
otras ocasiones es el medio que provoca el problema Para evitar lo anterior
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presentamos una serie de recomendaciones que pueden servir para prevenir la


aparición de problemas de conducta:

Elabore un calendario u horario de actividades, organice la actividad del niño,


mantenga a su niño bajo observación constante. Para controlar la conducta del
niño no utilice el castigo, al contrario debe usted premiar al niño cuando se
comporte apropiadamente y cobrarle de alguna manera cuando se comporte
inapropiadamente.

http://problemasdeconductaenelsalondeclase.blogspot.com/

MOTIVACION EN LA DISCIPLINA
A través de los años como educadora he aprendido mucho sobre la conducta y
disciplina de los niños. Un factor que entiendo que es determinante es la
motivación. Los niños, y también los adultos, responden a los estímulos
positivos. Cuando un niño es motivado, desarrolla mayor interés en la clase.
Eso va a resultar positivo, ya que desarrolla empatía y pertenencia de grupo y
su disciplina puede mejorar. Educar y disciplinar a un niño es una tarea difícil,
pero llena de grandes satisfacciones.

http://zuseri.blogspot.com/2006/03/motivacion-en-la-disciplina.html

EL ÁRBOL CONFUNDIDO (Cuento Terapéutico)


Autoestima- Valoración Personal- Reconocimiento de las propias virtudes y
valoración personal

Había una vez -en algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo
que podría ser cualquier tiempo-, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos,
perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.
Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste.
El pobre tenía un problema: "No sabía quién era"...
Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano, - Si realmente lo
intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas-. -¿Ves qué fácil es?-
-No lo escuches...-, exigía el rosal. -Es más sencillo tener rosas. - ¿Ves qué
bellas son? Y el árbol, desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como
no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.
Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la
desesperación del árbol, le dijo: -No te preocupes, tu problema no es tan grave,
es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución-:
-¡No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tú mismo,
conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior!-.
Y dicho esto, el búho desapareció.
-¿Mi voz interior?... ¿Ser yo mismo?... ¿Conocerme?... - Se preguntaba el árbol,
desesperado,... ¡CUANDO DE PRONTO, COMPRENDIÓ!
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Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz
interior diciéndole: -Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni
florecerás cada primavera, porque no eres un rosal-.
-¡Eres un roble!-. -Y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las
aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes una misión: ¡Cúmplela!
Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo, y se dispuso a ser todo aquello
para lo cual estaba destinado.
Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo
entonces el jardín fue completamente feliz.
Yo me pregunto, al ver a mi alrededor, -¿Cuántos serán robles que no se
permiten a sí mismos crecer?.... ¿Cuántos serán rosales que, por miedo al reto,
sólo dan espinas?.... ¿Cuántos, naranjos que no saben florecer?
En la vida, todos tenemos un destino que cumplir, un espacio que llenar. No
permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa
esencia de nuestro ser.
¡NUNCA LO OLVIDES!

PAUTAS CONTROL CONDUCTA EN EL AULA

http://www.psicodiagnosis.es/areaescolar/pautascontrolconductaaula/i
ndex.php

1- Introducción

2- Por dónde empezar:

A) IDENTIFICAR
B) CONOCER
Cuestionario Factores de riesgo
Análisis de los factores

C) ACTUAR
Los diferentes trastornos y técnicas de elección

1- Introducción

Las orientaciones generales que aportamos a continuación están dirigidas a los


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diferentes profesionales de la enseñanza y tratan de aportar algunas pistas que


sean de utilidad en el control y modificación de conducta en el ámbito escolar.

Consideramos que los maestros o educadores no tienen por qué hacer de


psicólogos. No obstante, sí que pueden aprovechar algunos de sus principios
aplicados para desempeñar su labor con mayor eficiencia y capacidad. El
objetivo es poder minimizar las conductas disruptivas que suponen para el
maestro un gran desgaste y para la clase una alteración del rendimiento.

Con cierta frecuencia asistimos a grandes propuestas teóricas acerca de cómo


debe ser o no la Educación o la Enseñanza, sin embargo, olvidamos un aspecto
esencial: dotar de instrumentos aplicados, orientados en el aquí y ahora, en el
contexto diario del aula, donde maestros y educadores tratan de trabajar con
un grupo cada vez más heterogéneo e inmerso en una sociedad en constante
cambio.

2- Por dónde empezar:

A) IDENTIFICAR: Se trata de identificar a los niños o


componentes de los grupos problemáticos.
B) CONOCER: Analizar de qué tipo de niño o grupo se
trata.
C) ACTUAR: Elegir las técnicas y estrategias de
intervención adecuadas.

A) IDENTIFICAR

El primer paso que planteamos para afrontar las conductas disruptivas en el


aula supone la identificación de los agentes disruptivos.

Cuando se trata de sujetos individuales la identificación es relativamente fácil.


No obstante, con frecuencia, estas conductas aparecen sostenidas por
dinámicas de grupo que no resultan tan obvias.

En este último caso se hace necesario el análisis de sus diferentes


componentes. ¿Se trata de individuos que comparten similitudes (cultura, raza,
etnia...) o es un grupo heterogéneo? ¿Qué beneficios pueden comportarles las
mencionadas conductas: reafirmación ante el grupo, desgaste y manipulación
del maestro, no realizar ciertas actividades..? Si desciframos algunas de estas
claves podremos actuar con mayor eficacia.

B) CONOCER
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Sabemos que la conducta inapropiada, también en clase, obedece a causas


multifactoriales. No es nuestra intención presentar aquí un amplio debate
acerca del tema (las personas interesadas pueden ir a nuestra página:
Problemas de Conducta, para conocer con mayor detalle estos aspectos a nivel
general). Sí, pero, se hace necesario a nivel de las personas que desean aplicar
técnicas conductuales conocer delante qué tipo de niño o grupo nos
encontramos. No se trata de efectuar una evaluación a fondo, cosa más propia
de los psicólogos, sino de revisar la información de que disponemos para
obtener datos relevantes y ayudarnos a comprender como debemos actuar.

A nivel informativo (para el caso de sujetos individuales) adjuntamos un breve


cuestionario en el que se contemplan los diferentes factores de riesgo que son
susceptibles de provocar y mantener conductas disruptivas en la escuela, tanto
a nivel de Enseñanza ordinaria como en Centros de Educación Especial.

Se han introducido factores genéticos, ambientales, de temperamento y


afectivos. El cuestionario aporta una puntuación total de riesgo pero también
permite un análisis del peso específico de cada factor para conocer más a
fondo al niño y tomar las decisiones más adecuadas.

Cuestionario Factores de Riesgo

A mayor puntuación obtenida en este cuestionario, mayor es la probabilidad de


la presencia de episodios conflictivos y peor pronóstico en su evolución y
corrección.

Los diferentes ítems se puntúan con 0 (respuesta negativa a la pregunta) o 1


(respuesta afirmativa). El resultado sólo pretende aportar una aproximación
para evaluar el peso total de los diferentes factores que influyen en la génesis
y mantenimiento del problema. No tiene ningún otro cometido ni valor
diagnóstico. Sin embargo, de su análisis, podemos obtener algunos datos para
orientar mejor nuestra actuación.

Ítem Pregunta SI=1;


Nº NO=0.
1- ¿Hay antecedentes familiares de problemas de conducta o
salud mental?
2- ¿Vive en un entorno marginal con alto riesgo social?
3- ¿Pertenece a una familia desestructurada (separación de los
padres), crianza con otras figuras familiares (abuelos, tios...)?
4- ¿Se conocen malos tratos hacia el niño (físicos o psíquicos),
abandono, negligencia o incumplimiento de los cuidados
básicos del mismo (comida, higiene, escolarización, etc..)?
5- ¿Las primeras conductas disruptivas se manifestaron antes de
los 5 años?
6- ¿Estas conductas son persistentes y permanecen a lo largo del
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tiempo a pesar de sufrir fluctuaciones en su frecuencia e


intensidad?
7- ¿Disfruta de actividades que suponen riesgo físico para él
mismo u otros?
8- ¿Existen paralelamente a las conductas disruptivas un retraso
significativo en el aprendizaje escolar?
9- En niños mayores: ¿hay conductas de riesgo como ingesta
regular de alcohol o sustancias?
10- ¿Es temido o rehusado por una parte significativa de sus
compañeros en el colegio?
11- ¿Sus padres o tutores no se muestran colaboradores y no
suelen asistir regularmente a las reuniones en el colegio?
12- ¿Tiene el niño un patrón de comportamiento caracterizado por
dos o más de las siguientes características?: Hiperactividad;
Impulsividad, Déficit Atencional, Baja tolerancia a la
frustración.

Interpretación resultados:

Puntuación total Valoración


De 0 a 4 puntos El niño presenta ningún o pocos factores de
riesgo y, por tanto, su evolución debería ser
positiva. Si aparecen conductas disruptivas
pueden deberse a circunstancias temporales.
De 5 a 8 puntos Se sitúa en una zona media o media-alta de
riesgo para presentar episodios disruptivos
frecuentes y de cierta intensidad. Su evolución
dependerá del control de los diferentes factores
de riesgo y el seguimiento por parte de los
diferentes profesionales de la salud.
De 9 a 12 puntos En esta franja se sitúan los niños con peor
pronóstico al presentar casi todos los factores de
riesgo. En este grupo se incluirían los casos más
patológicos con necesidades atencionales
especiales.

Independientemente de la puntuación total obtenida por un niño determinado,


es interesante comprobar si existe predominio de alguno de los factores de
riesgo. En la siguiente tabla se han agrupado los diferentes ítems según al
factor al que pertenecen.

Ítems nº Tipo de Factor


1 Genético
5, 6, 7, 12 Temperamento/Personalidad
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2, 3, 8, 9 Ambiental
4, 10, 11 Afectivo

Análisis de los factores:

-Predominio de los factores genéticos, temperamento o personalidad:

Los niños en los que predominan estos factores presentan conductas


persistentes, con mayor dificultad para su extinción o control. Suelen precisar
medicación para optimizar los resultados. En la escuela, las mejores técnicas
para su control son los procedimientos operantes. No soportan que se les lleve
la contraria y presentan muy baja tolerancia a la frustración. Tampoco que se
les levante la voz o se les amenace con castigos o consecuencias negativas
debidas a su conducta.

Entablar discusiones acaloradas con ellos supone entrar en su terreno y


podemos propiciar una mayor activación. Todo ello no quiere decir que
debemos ser tolerantes ante sus conductas o no castigarles sino que cuando lo
hagamos sea con firmeza, con seguridad, pero sin estridencias.

El niño debe saber que deseamos ayudarle pero que hay ciertos límites que no
pueden sobrepasarse.

-Predominio de los factores ambientales:

Se trata también de factores que ejercen una notable influencia sobre la


conducta. En combinación con los anteriores pueden agravar los problemas
significativamente. Cuando hay un predominio de estos factores resulta muy
útil combinar los procedimientos operantes con la práctica de habilidades
sociales y también las pautas educativas de prevención de riesgos.

Los niños que provienen de entornos marginales pueden haber observado y


aprendido modelos de interacción con los otros basados en la amenaza, la ley
del más fuerte o en valores que se apartan de las normas sociales básicas.
Muchos de ellos presentarán un retraso significativo en los diferentes
aprendizajes debido a que han crecido en un ambiente poco estimulante y
propicio.

En la adolescencia configuran una población de alto riesgo para consolidar


conductas violentas o adictivas. Parte de la interacción con ellos debe basarse,
pues, en ofrecerles modelos alternativos. Probablemente no podremos cambiar
su entorno pero sí intentar darles una perspectiva diferente siempre desde el
respeto a sus orígenes y creencias.

-Predominio de los factores emocionales o afectivos:

Configuran una población heterogénea en la que se incluyen todos los niños


que durante su infancia han sufrido abusos, malos tratos físicos o psíquicos,
negligencia o abandono por parte de los padres o pérdida de alguno de los
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progenitores. También pueden incluirse aquellos niños que, pese a pertenecer


a familias de clase media sin problemas aparentes, han padecido algún tipo de
restricción afectiva (vínculo apego mal establecido, niño no deseado, niño
sobreprotegido, etc.).

Cuando predominan estos factores en un niño que presenta conductas


disruptivas en el aula, es posible que lo haga para llamar la atención del
maestro. Frecuentemente puede interpretarse como una demanda de ayuda
desadaptada a pesar de que el niño no sea capaz de identificar con claridad
qué le ocurre. Muchos niños viven con cierta "normalidad" sufrir malos tratos
por parte de personas allegadas dado que no han conocido otra cosa.

Destacar que, en general, los niños que han sufrido importantes carencias
afectivas, dependiendo de la presencia de otros factores de riesgo, pueden
desarrollar tanto conductas externalizantes (conductas disruptivas,
agresivas, violencia...) como internalizantes (depresión, retraimiento, etc.),
también una mezcla de ambas.

El trato con este colectivo debe basarse en encontrar un equilibrio entre


marcar los límites y proporcionar un apoyo afectivo que les permita
desenvolverse con mayor seguridad en el entorno escolar. Es un juego de
equilibrios no siempre fácil de poder regular en nuestro medio.

C) ACTUAR

En este apartado vamos a tratar de orientar la actuación según la información


recogida hasta ahora.
En un primer momento se ha procedido a la identificación del individuo o grupo
problemático, posteriormente hemos aportado pistas acerca de las
características generales de la actuación dependiendo del tipo de factores de
riesgo predominantes en un individuo concreto. Ahora es necesario elegir cuál
es el plan de actuación o estrategia a seguir.
Ello va a depender de si queremos modificar la conducta en un grupo o la
intervención va a dirigirse a un individuo.

En general, las estrategias que se exponen en estas páginas son susceptibles


de ser aplicadas tanto individualmente como a nivel de grupo, siempre que
seamos capaces de adaptarlas debidamente teniendo en cuenta la edad de los
niños y las circunstancias de la escuela (Ordinaria, Educación Especial) o nivel
del aula.

Las diferentes técnicas son complementarias, es decir, no deben entenderse


como un único sistema de intervención, sino como diferentes herramientas
susceptibles de combinarse entre ellas para ajustarse a nuestras necesidades.
De la creatividad y preparación de cada persona dependerá el obtener unos
resultados óptimos.

A continuación se expone, a modo de sugerencia, una tabla para orientar la


elección en función de los diferentes trastornos.
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Algunos trastornos y técnicas de elección

-Hiperactividad, Déficit Atención, Impulsividad

En niños hiperactivos o con sintomatología T.D.A.H. las técnicas habituales de


elección son la economía de fichas y las restantes técnicas operantes. Las
estrategias paradójicas pueden utilizarse puntualmente (en caso de rabietas u
otras conductas disruptivas) y como parte de un sistema más completo de
actuación. En niños a partir de 8 o 9 años y con suficiente nivel cognitivo puede
también utilizarse el Principio de Premack.

-Niños desobedientes

La economía de fichas puede tener en este colectivo un rendimiento irregular


dependiendo de la severidad de la desobediencia. En general, a mayor
intensidad y frecuencia de estas conductas su eficacia disminuye, dado que el
niño enseguida percibe que no alcanzará el objetivo marcado como premio.

Por su parte los diferentes procedimientos operantes pueden ser de gran


ayuda si se utilizan adecuadamente.
Para situaciones concretas pueden también aplicarse algunas de las
estrategias paradójicas.

-Los oposicionistas – desafiantes

Sin duda conforman uno de los grupos con mayor riesgo de presentar
conductas disruptivas persistentes y de difícil tratamiento. En general se
caracterizan por un bajo nivel de tolerancia a la frustración y cualquier
pequeño incidente puede convertirse en el estímulo que desencadene un
episodio de violencia verbal o física.

En cualquier intervención conductual con este tipo de niños deberemos tener


en cuenta de no caer en la trampa de abrir una discusión abierta acerca de sus
razones. Ellos se encuentran en su terreno cuando son recriminados en voz
alta, en especial, si el educador o maestro pierde los nervios ya que ello puede
agravar el episodio. Dentro de lo posible es recomendable que el niño perciba
seguridad en el adulto que le impone las medidas correctoras con un tono
firme pero no amenazante.

En algunas situaciones concretas pueden utilizarse estrategias paradójicas


para cambiar el orden de las contingencias y crear un nuevo espacio de
actuación. No obstante, las técnicas más utilizadas son las operantes en
algunas de sus variantes y según el caso.

-Alumnos poco motivados


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Recomendamos en niños mayores de 8 o 9 años la utilización del Principio de


Premack con algunos componentes de las técnicas operantes, en especial, la
Economía de Fichas (en el caso de los más pequeños).

-Alumnos con Retraso Mental, T.G.D. o espectro autista en Educación


Especial

En estos ámbitos las técnicas más utilizadas son los procedimientos operantes.
En particular el Refuerzo positivo y negativo, el Modelado, el Tiempo Fuera, la
Retirada de Atención o el castigo en algunas de sus variantes.

ESTRATEGIA PARADÓJICA EN LA ESCUELA

http://www.psicodiagnosis.es/areaescolar/tecnicasmodificacionconduc
taaula/estrategiaparadojicaenescuela/index.php

1- Resumen de la técnica
2- Fundamentos teóricos
3- Descripción
4- Su funcionamiento
5- Limitaciones y precauciones en su uso
6- Casos prácticos

1- Resumen de la técnica:

Ámbito de aplicación: Estas técnicas se suelen utilizar puntualmente en


casos concretos y especialmente cuando otros
recursos más habituales no han funcionado. Puede
utilizarse para contrarestar conductas disruptivas de
desobediencia, negativismo o de tipo desafiante-
oposicionista. Principalmente cuando estas conductas
suponen además intentos para acaparar la atención
de los demás sean compañeros o maestros.
Edad: Puede utilizarse a cualquier edad con los ajustes
pertinentes. En alumnos de escuela ordinaria y de
educación especial que tengan el nivel cognitivo
suficiente.
Puntos fuertes: Supone un recurso alternativo cuando otras
estrategias más convencionales no han acabado de
funcionar. Introducen elementos nuevos no
esperados en las consecuencias de las conductas
disruptivas y provocan en los niños o jóvenes un
cortocircuito en el círculo habitual acción-reacción.
Limitaciones: No hay patrones fijos a seguir. Depende de la
creatividad de la persona que lo utiliza y la elección
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del momento y la situación. Puede provocar, si no se


utiliza adecuadamente, un efecto reforzador de la
conducta que intentamos controlar. Una vez utilizada
una estrategia determinada ésta deja de ser
sorprendente y no tendrá un efecto tan contundente
como cuando se utilizó por primera vez.

2- Fundamentos teóricos

Las estrategias que vamos a plantear en esta página suponen una adaptación
de algunos de los principios de la llamada Intención Paradójica expuesta
originalmente por el Dr. Victor Frankl en 1.936 y 1.946. Desde entonces han
sido aplicados en diferentes contextos y situaciones dentro de la Modificación
de Conducta.

3- Descripción

Esta técnica recibió la denominación de “paradójica” dado que los


procedimientos se construyen para sorprender. Son contrarios a las
expectativas de los pacientes, a sus propias expectativas de lo que se espera
de ellos y, en definitiva, ocurre un cambio drástico en la forma de sentir y
afrontar el problema.

En general, las técnicas paradójicas en psicología, implican pedir al paciente


que haga o aumente la frecuencia precisamente de lo que se quiere evitar.
Los mejores resultados se dieron en personas en las que asociados al problema
que había de tratarse, presentaban ansiedad anticipatoria. Por ejemplo, a un
niño que no podía dormir (insomnio), se le pedió que preparara su habitación
para no dormir durante toda la noche. Así el niño disponía sus juguetes
preferidos para entretenerse y eliminaba la tensión que le producía el hecho de
pensar que se acercaba la noche y no podría conciliar el sueño. El resultado es
que se quedaba dormido.

Pero lo que nos interesa aquí de la técnica es su efecto sorprendente,


novedoso, no esperado.
Muchas conductas disruptivas, tanto en casa como en el colegio, tienden a
cronificarse. Los mismos hechos se repiten una y otra vez en un círculo vicioso
en el que los diferentes protagonistas ya conocen el final. Existe una especie
de “acomodación” a los hechos y circunstancias pese a que sean dolorosas
para todos. Estos episodios cíclicos pueden intentar romperse precisamente
con estrategias paradójicas, aprovechando su poder para cambiar las
contingencias habituales y esperadas.

4- Su funcionamiento
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Luis era un niño de 10 años que presentaba numerosas conductas disruptivas.


Sus padres estaban especialmente preocupados por la actitud del niño que
cada vez que se enfadaba se subía a un armario. Dentro de un programa más
estructurado en el que se incorporó la economía de fichas, se le dijo al niño
que si se subía al armario debería permanecer allí un determinado tiempo, en
caso contrario perdería puntos.

Por qué funciona:

1º- Las instrucciones resultan paradójicas (no esperadas para el niño). Se le


pide que haga justo lo que él está acostumbrado a hacer para llamar la
atención y provocar el enfado de los padres. Ello supone un cambio de
contingencias en la situación.

2º- Si el niño está acostumbrado a ser desobediente, le provocamos una


situación de perplejidad, dado que ahora la desobediencia sólo se puede dar en
sentido contrario, es decir para desobedecer a sus padres debería bajar
inmediatamente del armario.

3º- Por otra parte, el hecho de subirse al armario se convierte en aversivo ya


que si efectúa la conducta ya no se le obliga a bajar (no hay enfado de los
padres) y además tiene que estar un tiempo allí si no quiere perder puntos.

En resumen, el poder de la técnica se basa en su capacidad de sorprender y


cambiar las contingencias de las situaciones, en especial, aquellas que se han
cronificado.

5- Limitaciones y precauciones en su uso

Como limitaciones hay que señalar que no se trata de una técnica estructurada
sino de un principio teórico basado en la intención de crear un cambio de
perspectiva. Por tanto, cada intervención depende mucho de la persona que lo
aplica, su creatividad, idoneidad en el momento y el tiempo preciso para que
ejerza efectos positivos.

El uso de estas técnicas es más adecuado cuando los métodos tradicionales ya


se han agotado o nos encontramos ante una situación complicada o imprevista
y tenemos que buscar un elemento novedoso para salir de la situación lo mejor
posible.

Imaginemos una clase con 25 adolescentes y un joven que se muestra muy


desafiante y se niega a abandonar el aula tras ser expulsado por el maestro. La
situación es tensa y el joven puede explotar si es obligado a salir. Por otra
parte el maestro no cuenta, en ese momento de ayudas externas. El joven
sigue afirmando que no va a salir del aula bajo ningún concepto y va a
permanecer en ella pase lo que pase. La autoridad del maestro está siendo
puesta en evidencia.
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¿Cómo pueden ayudarnos aquí las estrategias paradójicas?

En esta situación, necesitamos urgentemente hacer un requiebro, lanzar una


bola de humo y cambiar el guión de las contingencias esperadas. El joven
probablemente espera entrar de lleno en el conflicto. Es su decisión frente a la
del maestro. Sin embargo, esto va a cambiar. El maestro decide aceptar la
decisión del joven de quedarse en el aula a toda costa, pero a la vez, mantiene
que éste debe seguir separado del grupo por lo que maestro y resto de
alumnos abandonan el aula y van a dar la clase a otro recinto.

Evidentemente esta actuación depende de las posibilidades del colegio y, en


todo caso, no exime al alumno agresivo de recibir posteriormente las
consecuencias correspondientes previstas por la dirección del Centro. Lo que
nos interesa es que maestro y compañeros han salvado la situación de la mejor
manera posible ante un hecho imprevisto. Pese a que se puede pensar que el
alumno desafiante puede entonces reaccionar siguiendo a los alumnos en su
salida de clase, esto ocurre raramente ya que, de entrada, el primer efecto
suele ser la perplejidad por el cambio de las contingencias habituales.

Otra de las limitaciones de las estrategias paradójicas es que a medida que las
utilizamos pueden ir perdiendo su capacidad “sorpresiva” y las situaciones se
vuelven de nuevo a ser previsibles. Por tanto, es importante la creatividad e ir
introduciendo factores novedosos en función del caso.

6- Casos prácticos

Ejemplo 1

P. es un adolescente de 14 años que asiste regularmente al colegio pero no


muestra ningún interés por aprender. Pertenece a un grupo étnico y social de
riesgo con carencias económicas. A ello se le une la pérdida por enfermedad
de la figura paterna. En la escuela se niega sistemáticamente a trabajar
creando un problema a los maestros en el aula. Con frecuencia desatiende sus
instrucciones no siguiendo las actividades correspondientes.

Como parte de la estrategia de intervención, se aconsejó a los maestros de P.


utilizar estrategias paradójicas en el aula. Se le dio permiso al joven para no
hacer nada durante toda la jornada. Quedaba exento de efectuar cualquier
actividad, sólo debía permanecer callado y quieto en su sitio. Al mismo tiempo
se le recordaba que no debía hacer nada en el caso de intentar sumarse a
cualquier actividad por su cuenta. La idea era tenerlo muerto de aburrimiento y
que fuera el niño quien tuviera la necesidad de solicitar incorporarse al trabajo
en el aula.

Ahora las contingencias habían cambiado. P. se daba cuenta que era peor
(menos reforzante) no hacer nada, que ir efectuando las actividades, a pesar
de que algunas de ellas no le gustaban. No se le imponía trabajar sino que era
él mismo quien lo decidía como mal menor.
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Ejemplo 2

Rafa es un niño de 7 años que tiene algunos problemas de conducta,


especialmente, con su madre. Con frecuencia al salir del colegio y cuando lo
viene a buscar se niega a subir al coche y comienza todo un repertorio
desafiante. El niño se niega a ir a casa. La madre intenta convencerle con todo
tipo de promesas, mientras que el niño sigue ignorándola..........Diferentes
adultos que están cerca del niño intentando convencerle de que obedezca a la
madre lo que no hace sino incrementar su rebeldía al sentirse el centro de la
atención. Definitivamente el niño no obedece a razones de nadie.

En este caso, la maestra que observó la situación, lo que hizo fue dirigirse a la
madre invitándola a que no prestara atención al niño. Acto seguido ambas se
dirigieron, tranquilamente y hablando entre ellas, al coche de la madre situado
a unos 30 metros de donde estaba el niño. Subieron al mismo y cerraron las
puertas mientras seguían sin prestarle atención. El niño perplejo lo miraba
desde lejos pero no comprendía qué pasaba y por qué ya nadie le decía nada.
La siguiente instrucción de la maestra fue que pusiera en marcha el motor e
hiciera la intención de arrancar. El niño no tardó en subir al coche
voluntariamente pero con cierta desorientación acerca de lo que había ocurrido
dado que el guión cotidiano se había roto.

El hecho de que su madre y la maestra le dejaran de prestar atención ante su


mal comportamiento y se subieran al coche sin obligarle a él, creó en el niño
una descolocación total al ser elementos novedosos y que no obedecían a la
secuencia habitual.
Evidentemente no se trata de hacer cada día un número.

Muchos pueden pensar que al niño se le puede sorprender sólo una vez. No
obstante, este tipo de recursos, ante situaciones puntuales, creados con
imaginación, y formando parte de un tratamiento más estructurado, pueden
contribuir a su éxito ya que ayudan a romper los círculos viciosos.

*Bibliografía

Al comienzo o final de cada artículo aparece el vínculo web


específico desde el cual se obtuvo la información.
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Gloria Herrera
Psicóloga Mención Clínica

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