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ABRAHAM

Dios llamó a Abram a que dejara no solamente la nación idólatra a la que


pertenecían sus antepasados, sino también a su familia y a la casa de su
padre. Debía dirigirse a una tierra que Dios le mostraría. El vivía en Ur de los
Caldeos, estaba casado con Saraí.

Al llamado de Dios, Abram obedeció parcialmente, partió para Haran con su


padre y su sobrino Lot y permaneció varios años allí hasta que murió su padre.
Después de eso, nuevamente Dios le hace el llamado otra vez en Haran, pero
otra vez, su obediencia no fue total, pues se llevó consigo a Lot. Hasta su
separación con Lot es que Abram empieza a recibir las promesas de Dios.

Como podemos ver, el llamado de Abram no estuvo exento de titubeos y


tropiezos, si confrontamos Génesis 11:31, 12:1 y Hechos 7:2-4 podemos ver
una verdad muy importante en el comienzo de su llamado, los lazos familiares
le impidieron que Abram respondiera completamente a ese llamado de Dios,
pues en vez de ir directamente a Canaán se quedó en Haran, que es un punto
intermedio. A pesar de eso, Dios no le abandonó y le trajo hasta Canaán, allí
es donde obtiene su herencia.

Sin embargo, apenas Abram entró en Canaán su fe fue probada, la tierra no


estaba en condiciones de ser disfrutada a discreción, porque allí habitaba el
cananeo (Gen. 12:6). Todo esto pudo hacerle dudar momentáneamente del
llamado de Dios, sin embargo la fe se fortaleció en él y se renueva la promesa.
En ese momento es cuando Dios le cambia el nombre a Abraham, que quiere
decir “padre de multitudes”.

Abraham siendo un hombre de gran fe y en obediencia a lo que Dios le


demandaba, se caracterizó por cumplir siempre lo que como siervo, Dios le
demandaba:

PENSÓ MÁS EN OTROS QUE EN ÉL MISMO: Abraham nunca fue egoísta,


siempre pensó en su prójimo antes que en él. Un ejemplo de esto lo podemos
ver cuando le dijo a Lot que escogiera la tierra que quería habitar (Gén. 13:9) y
Lot escogió lo mejor, pero Dios al ver la actitud de Abraham le hizo prosperar
su tierra grandemente.

ACTÚO COMO MAYORDOMO, NO COMO DUEÑO: Abraham desde antes de


su llamado siempre tuvo muchas posesiones, pero él nunca de aferró a ellas,
mucho menos después de su llamado. Como cabeza patriarcal nunca permitió
idolatría en su familia y les enseño a guardar todo para el Señor. Dio buen uso
a todas las posesiones que Dios les dio y las hizo prosperar. Otra demostración
de su mayordomía fue cuando le entregó los diezmos a Melquisedec.

PENSÓ EN SU TRABAJO, NO EN LO QUE OTROS HACEN: Abraham


siempre estuvo enfocado en agradar y obedecer a Dios, todo lo que Dios le
demandaba lo hacía creyéndole. No tuvo con quien comparar su trabajo,
porque él era el Lider llamado por Dios.
BASÓ SU IDENTIDAD EN DIOS: A partir de su llamado y de cumplir a
cabalidad el mandato de Dios, la identidad de Abraham siempre estuvo puesta
en Dios, su mente giraba alrededor de lo que Dios le demandaba. Esto lo
podemos ver cuando Dios le cambió el nombre de Abram a Abraham, pues
aquí Dios le estaba dando una identidad nueva y una gran promesa para él y
su pueblo. Así también la circuncisión era la señal física del pacto de Dios con
Abraham y ésta era la señal mediante la cual Abraham le estaba mostrando a
Dios que le era fiel y obediente a Él.

Abraham al tener su identidad basada en Dios, comenzó a adorarle, a


través de la edificación de tres altares, los cuales señalan los 3 puntos más
importantes de la vida en la Tierra Prometida, los cuales son:

 El primer altar lo edificó en Siquem (Gen. 12:7) que significa “hombro” que
es el lugar de mayor fuerza del hombre. Canaán es el lugar de la victoria de
Dios, donde los enemigos son echados definitivamente.

 El segundo altar lo edificio en Bet-el (Gen. 12:8, 13:4) que significa “Casa
de Dios”.

 El tercer altar lo edificio en Hebron (Gen. 13:18) que significa “una unión” o
“comunión”

Esto demuestra que Abraham siempre estuvo en constante comunión con Dios,
adorándole con fe.

VIO SU LLAMADO COMO UNA OPORTUNIDAD, NO COMO UNA CARGA:


Abraham desde la primera vez que Dios le llamó, él creyó fielmente en él, a
pesar de haber vivido en un lugar idólatra, nunca dudo de que Dios, el creador
de los cielos y la tierra era quien le estaba hablando. Para Abraham, seguir el
mandato de Dios nunca fue una carga, siempre mantuvo la fe de que lo que
estaba haciendo era la voluntad de Dios.

EL MINISTERIO DE ABRAHAM FUE EL DE LIDERAR AL PUEBLO EN FE,


TRANSMITIENDOLES TODO LO QUE DIOS LE HABLABA DIRECTAMENTE
A ÉL.

EL PUESTO QUE ABRAHAM OCUPA EN LA HISTORIA BIBLICA ES ÚNICO,


JEHOVÁ SE REVELÓ A MOISÉS COMO “EL DIOS DE ABRAHAM” Y ESTA
EXPRESION SE USA EN LAS ESCRITURAS DESDE ISAAC EN ADELANTE.
TODO ESTO DEMUESTRA QUE ABRAHAM FUE UN SIERVO OBEDIENTE A
DIOS.

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