Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
;^ 2 -
tTSÄiC«-
9*A4^
>K u t : . # ’“
Ù
A T A
V -C
X .X - X X .X .X X > r^ î i r : < 3K* X X X X X X X
^?ft'^' wfls' w
ÍKÍR w
“ *w
JR af
JR 3v 5R
M
^ )H )K
)IC ^ )l^ ¥ m
'! * 5 '--’5 Â Ï * V * * » ’^ i * Â * À W
\ 5(? SIC * * ^ 3^ ¥ V ¥ V W st W
- % '¥ ie î t sp '4fc' y.' * sK ^w ^a¿ » * ii¿
i ;
'^?9 Q Q Q 9 ^ ^ Q q 4 ^ X Ñ ^ ^ ^
iä » S|É W ÎP 4S W a i u¿ Ä i»¿ 5K «
^ i* ÿ » # x * :* K * ï» i* A * K 4 i* § <
?^. * ' î K' ?ê ' V «C' sti’* V îK
\ .HÍ .K ÎK ^ )Î^ )K ^ m 5K ?K M ^ ÎK )l? 3K S O ^
^ 5fi )K ?K 3( )l^ ^ îl^ 3-C 5<C 3Pv ^iT )«
^C * • *7»^^ iK
^ ^* u )K
r u ÏK¿ ’)KWS? wÄ w)K u )K
f w]•« w)I-Cw5ÍÍw )K^ ÎK
w 3«
w
• . ?K ^ 7R 7* ” Ä 3? 5*s HÇ ?1s “ 7R 7K ils ?R 3?
J f >fn ÎIC ^ 5« )K SK ^ * ï i )K ^ 5K a i ^
^ >. ac 56 ^ ^ ?K « ïl$ ^ ^ )K ÎK !« ïn: ?li
% • ’ >/
^ ~' ^jr
ÏC -:'
LOS EUSKAROS
KK
♦ *
S EUSKAROS
ÁLAVA, G U IP Ú Z C O A Y VIZCAYA,
p r s O tílG O ia » HISTORIA, m y G V Á y l e t e r ,
COSTl'ilBÜZS Y TRADICIOKER
POft
BABCEWKA'
IMPRCNTÁ DE OLIViniKS A CAJtüO DE Xl'UETRA,
í, «aüe ^ Sv'» MadrcAa, 7,
X8 *7 0 .
S'
'
•Í
♦ *,
.•■ Í
/ •>
. '.
.'«f f
PRÒLOGO.
1.
y y
CAPITULO I.
r .A E D A lí D E LA P lE D J tA EN A l . A YA.
y
1X>8 EUSEAIMW. IJ
ftcaubre d« Puorto de V itoria, se emprendió hace algunos
anos la e&plotacion agrícola ile un terreno llam ado la De
hesa de San Kartolomé-
F o n n a u n valle estrocho y bastante accidentado qu©
(jorre de Este á Oeste, elevado á m as de trescientos piés
sobre la lla a u ra en que se asienta la ciudad de V itoria, y
|jeríene<^ á la serie de terrenos do la época cuaternaria ‘
N ada nos dice la historia del país, ni siquiera la tradi
ción , soIm^ aquel d(«pohlado, aunque en su c*?ntro se ha
encontrado utja pila bautism al y u n a cruz de piedra, lo
que indica la existencia de poblacion, 6 a l tnetjoa de una
erm ita, de donde sin duda arítuioa rti uombro de San
Bartolomé. N i ruinas n i otros vestigios, manifiestan la
estancia del hom bre civilizado en aquellos panges.
Al año de emprendidas la s labor<*s de esta esplotacion
agrícola, im portante con relaoion á las restantes del jiaís,
asom aron iiu dia a i surco de loe fuertes y penetrantes
arados de ro tu ra r, dos lirazaletee de metal.
Recofiü(ñdos, result<’> eran do oro de veinte quilates d
u no, y diez y nueve el o tro , con peso de diez y nueve
ou¿as , dos ochavos y tres adarm es, y su valor de cinco
m il ochocientos líoveniíi y siete reales. Su tosfa y por
m ás sencilla m anufactura indicaban la infancia del arte.
No dando im portancia á e«te descubrimiento que í*e
pivsento iíomo a l acaso, sin sepulcro, caverna, ru in as ni
otros vestigios que lo sancionaran, se deshicieron los bra^
zaletes.
No liabia trascurrido un a ñ o , cuando en punto no le
jan o á aquel en que aparecieron los brazaletes, aunque
al^^ m as elevado y ¿ niayor profundidad, al a b rir zan
ja s de desagüe mostrárcmse sucesivamente, no reunidas y
sí á distancia unas de o tra s , varias hachas de ^ e d ra , en
teras las u n a s, rotas la s o tra s, cuchillos de sílex, alguno
casi t'oujpleto, y trozos de o tro s; v inas tai'de en aquel y
14 Î.Oe JÜSKABCW.
otros sitios, esparram adas puntas de flechas, He lanzas,
alisadorí^, cufias de sílex ó piodra» y dientes díí aninja-
les desconocidos.
Las haehas rlt> pi^íra que conservo e oleras son tros. La
ro<« (Î6 que w tá n form adas dos, es l a diorita y creo Ja
teicera anfibolítica.
Los trozos resta ates de haí*has y cuñas pertí-nocen á las
m ism as especies.
Trn cuchiJlc) entero de sílex con tre s caras ó facetas,
fo7 in antb un prism a m uy aplastado |io r im ladn y plano
por el otro; fnibWaJo'Uft l i ^ r o velo ó cajía blanquecina
que no encufniit) }ioy t*n inarvAla.
V arias pau tas de \an/n y de fleohas de silex. raspado
re s, cufia« y finalnientí^ muchos trozos de sücx y piedra,
ref^tf>fc de cuchilios, )iacl»a-'^ y jm a ta á de la/ií'a ó Jlecha ro
to s o comei(?:ados ú labrar.
Guardo xres m uelas fósil iüiïiilaa, aunque e« m ayor el
nuniero de la s encontradas. Pei'sona con4)e*a‘ntó las h a
cíasifiucido, perteneciendo una a l Biparion, Prosí^H-
muí. fúsil de la épocá, te rciaria, y ix>r c o n á ^ e n t e ante
rio r al lionibrc, y las otras dos a l Á'quvs /ÓHlú d é la
euarta.
1aí> rocíis de qne están formadas las lía^'lias, cue)i!llos
y detTiàs oi^jetos no «on de esta comarca y dehieron ve tiir
de otros países. ( 1 )
Todos instrum entos que airvierork á los hombres
prebUtórií'Os uuteriores al deanibrimieDÍc de los n»etalcs,
que íie tenido ocasion de ver en las Exposiciones, los Mu-
J lO N r M E H 'I iO S C E LTA S.
■nFf-w jta a -
m
LC)R T r íK A R Í ) ? . 11^
r W M E 'R O S r O B L A D y C E S I liJ ü ü O S ,
CAPITULO IV
CELTAS.
IjUfìano en su l ’arsalia:
a )LONTAS IBERAS,
CAPITULO VI.
FENICIOS.
«^RIE<?íOS.
CABTAGl>*£8£g,
E O & L iN O S .
CAPITULO X.
<0 ^
Celtas alkandonaro» U ijairia einigrcUiílg á lejanos p«ai«es,
n-ituralmoaLrt los que m as cercí^nos a l paí< Fu^Karo Tie-
ron on él m\ i*cfuj^¡o co»tia los invíi?ioivH, m aoc^ieroii á
a'juel últíiJK) asilo de la i nd impendenoia.
Los rfif)fiumeiito» C+*lta« qui> conocemos y heuu« descri
ta), se hallan (“olocados fuera del re<‘inio de las greLdt*n
m ontañas que forman el Itfiluarto dcl país enclavado ru in '
e llíis, y son por chia parte los jalones que scüalan c*l íéi'-
Hiino de la m as a va tirada de las esoiirsionos del pueblo
ins'a.soT*. Ante el inosi>u^al>le m uro de montañí«'^ une so
o fred a á su v is ia , se detuviercm; ningún vestigio do su
estancia co registra e n el interior del país.
E:^ta es la oportunidad de nien(úon^r un tíhju.j monta
e stra ñ o , colocado e a lo mas dmiriw del paísilCussii:'?'<), y
A el que se )ia jirctendido d a r un <aráfHer Céliico.
Inm ediata á la viJia do M aiquina en Viw^iya, y en sa
Ante-iglesia de Jem ein, existe una ermil'«. llamad". Kan
Miguel de Arrechiná|<a. F u su centro se elevan so^re el
jvfcvimeni ) natural de piedra cali/»a, trj*R e'ioruies r.xMS
de c u a r/o , »Hipando un espacio de IIO pi¿.i de ci' cunfe-
rcncia. i¿l gropo quo forinau es irregular y tione la apa
riencia de esas obras prim itivas que tantD se aw m ejan »
l<xs caprioJios de la na tu ral ‘Mide la rc»ca colocada a]
N orte, 18 pies de altu ra y 01 de circunferencia: 14 de alto
y «10 de Hivuufeivneia ia del Sud-iiste y 2^) y nn'.lio de
elf'va'don la dcl Sud-Oests**, deseaf>Haitdo todas con m ’j c b a
desiguaWail sobre la base ú sucio. Su agrnjiafion lia.
mado trAs á m<auora de n id io s, en los erales se Iialb »
esiablccidos otros tantos altaa's.
IIo examinado con dercnoion osti^ m onum ento, y aun
que sin poder fíjar cl doslino y los l'om bres qu« se ot^upa-
run en ejecutar fan c:clo¡)co y prim itivo trabajo, dosdc
luego creo term inan te nunue no fueran lo i Ctll*is.
Dando por supuesto que sea o lra de lo? homl r e s , y no
82 LCK? KT'fiKAKOS.
GUEKB> CANTÍBKICA.
Y m as adelante dice:
«Posteriorm ente (e n tiempo de Suintila) so rebelaron
»l06 Vasoonca, les dom ó, y no les conc**dió la paz sino
>á condicion de edificar á sus espensas una plaza d©
»arm as en un pueblo llam ado O lito , b o y OUt^ en Na-
> varra, pkw) va hukka !>a la c o rd ille ra ph montbs k¡ve
>U)S VaSCONE^ REPIirAJJAN POR SU BARRK.R4 DEFENSIVA; ÚQ
>man 0T*a que así coiti o I>eov¡gildo odífloó á ViUniaco en
♦ÁJava p a ra contener á los Vasíwnee por el N orocsw ,
»asi tam bién S uíntüa á Olite para refieoarlos por el Me-
»diodia. »
líe copiado esprofeso todo lo <iue aquel au to r llegó á
condcnsAr on aiK)yo de su idea preconcebida do doini-
nacion y avasallam iento del país Euskaro ; y apesar del
desenfado y resoludon w ti que asienta sus aventura
das opiniones, vetnos ouán vacilante y confuso se j»iv-
senta en este punto. Y ro s detenemos en ello , porque se
guram ente es el hom bre que coa m as intención y su ti-
líwa I>a rebuscíido cuanto á ol país pudiera rebajai*, sin
que nadio le b a y a superado en esta in ju sta è in g rata
tarea.
P a ra comprender bion síjs aseveraciones» es preciso te
n e r en cuenta que, según Llórente, las Provincias Vascon
gadas lio Iw ia n p arte de Ja C an táb ria , y llam a Vasco-
nos Ù sus habitantes confundiéndolos oon los N avarros y
part<^ de la Rioja : de aquí que al torcer la opinion de las
hiatoriadores y geógrafos anticuo«, ro«ultan contradice
o.iones en su relato. Estoy sin eml^argo (conforme cotí
cuantos hechas vordadcram ente histórioDa c ita , ma« no
así con las gratuitas consecuencias que de ellos des
prende.
Que 1*60vigildo se apoderó de Á m a p d y capital de los
M ui^obos (provincia de B iinfos), y de la ciuda^l do Can
tab ria (provincia do Logroño).
Que Su in til a hizo la g u e rra à los Vascones verdaderos»
esto es los N a v arro s, edilicando una piaza de arm as Otòo,
h o y Olite en aquella p rovincia, son sucesos que la histo
r ia consigna.
M«« proWemáttco es lo de la édification de la Hudwl (io
Vitoriaoo en  lav», qae supone V ito ria , ó V itoriaao. No
Aibífrios dónde colovirla, puos es im hecho h ís tó iw in-
(tciestinnahle que V itoria se futido alg^unos si^^los despues,
OQ 1181, por don Sanoho de N a v a ira , eti el pTintoenque
e tis tia uu j)equeáo lu g a r llamado Oazieiz, que entónoís
cambió su nom bre por el de Vitoria.
Re^pootü á la aldea de Vitoriano á tros leguas a l Po
niente de V ito ria, colocada en un paiR pobrísim o, sin im-
|K>rtancia topográficsa, carecieTïdo do m in a s 6 v estid o s
que nos h açan sospccJiar fuera o tm oosa on l^^janos ilias,
sin tradición alguna lú aun confusa de tan noble o rig eti,
no alcanzamos á figuram os pudiera ser ol Vitoriaco que
supono Lloroníie, á ineiir)H quo todo se funde on Ja seme
jan za de nombre.
Y aun uiiando esta suposición futura exacta, venilria á
probar m ás y m is im a situación idéntica á la que en to
dos tiem pos, y c d frente de todas las invasiones, C elias,
Rom anas ó Crodas, tu ro el pais liuskaix:), y le stra ü a ooitv*
cidencia! situación que el mismo I.lorento viene à <x)uCr
in ar y sancionar, cuando al liablar de estas fundaoiones
dice; «poro y a fuera do la cordillera de niontee que los
»Vasoos reputaban p o r su barrera defensis'a.»
El rey godo W anib» realizó una espedicion contra los
Vasconcs que se hahian rebelado. Mas estos Vasconos de
que habla la h isto ria , no son los E u sc aro s, y si los Na
varros , cuyo país letiia y a este nombre.
1-os siete dias que díce le bastaron p ara st^etarlo s, nos
indican que la rebeKoa no tenia g ran cu erp o , ni el país
que la pron>ovia, estension ni grandes accidentes de mon
tanas ó asperezas.
L a g ran confusion que rein ó entre los antiguos histo
riadores y get')grá1*o« al deslindar el país Cántabro desde
su s orígenes, aum enta si cabe, en este últim o período.
reffíon salvaje de la m o n U ñ a , el país ñmáe se aco
gieron los IbPTos por no »liarse <«n los Celtas, que no
tuvo ncc.cúdfid de defenderse de los Fenk ios y Cartagine
ses que la respetaron , alwroaha varias cȒmarcas al apa^
rw e r ios lk>mnn<>s. Comprendía Alta Na\'?^rra de h o y ,
p arte de la Iliqja y 1ü provincia do S a n ta n d er, aprisio
nando en este m e ¿ o círculo las tre s ^H^5viI^cias ile Á líiva,
Guipiizooa y Vizcaya, y las vertientes orientales del P iri
noo francés opuestas á Guipúzí'oa y N avarra.
A mftflida qae las arm as rom anas avanzaljan, la fron
te ra de los C anta):«« se retiraba m ás y m ¿ s , y An^^isto
y sus ití^ í* e s A n tistío , IXirio y A^^ripaeonsiguieronde»-
])ues de sus vu Lorias e r VelUca, Ariu^niiim, el montí»
Medulio y finalmente eu uoa llanura deseonoeida, redu
cir la O antábria, el país in m u n e, á su liltitna esprewon:
la m ontaña de Santander, V izcaya, íiui¡>úzeoa y laparU^
de Álava que comprendía la prolongaeion del Pirineo en
su se^Tiimiento Iiaatn A sturias. (1 ) Este era cl Jimitado
territ/)rio de la Cantabria al term in ar la ^nerríi, de los
siMe a ü o s, el m ismo que conservó durante el Imperio.
Los países desprendidos de la- prim itiva C an tab ria, se
unieron a las eom aim s Tecinas, ó form aron varios te rri
torios ooino sucedió con la Va^^jiiia.
U) A d fio ia del n o m b re ^nn^ra] «lo ('a n lá lrria ro n gu» ru:« contím utba de-
rCfi^on » Ucvabao c ú ^ n a s d« cua c’jmsri'atñ loe d e CuWs2¿4,
Vdr^lct f } j Átt t ri ^ones, qu‘' n>rfr*p«»n«lí»n en p s r te A I&a
• c tm lv ; y ro v ú c lM <ki A Ja t» , 0 u jp Q sc c * 7 V íz c sts, E strA bca eJ icíialu rlo s
po*bloa que h«bitab4r) la »^IroiuidAd d e t s lÍ>?ríA te{^Lcntrion«l, d ice « k «
OaJjúcoa, los AAiores, )(;>e CáAtabKw y )<>» VajjcTinM> C om o s e v é , ••ntr«*
!w C ánlalm ie y los VaioonCT no w1fK'4pnt'Wt> 6 f«)TT>«rc*. olgon* p o r o«t»r
f’ raíprtm didoi loa C atlnU oi, V ííd tío « j A u trig o R ti e n la d c n o n Ja ^ tío n
Juiio (/¿«AT d k e que son CánUtbio« t«;»doe lo8 quD totiH aa d<*«té
el Pirlnuo ¿ AattjrlM , y 1a to » d e qne se tmIo par* sefialoc el píds «I«' k«
( 'á n tilm « , fts 1a J o r^tar con la Ar|rií(Auia. I’iinio cl M a/o r colü-
■CAI» m ina de hierro Trlauo 6 B'xnorroatro en 1& Canttí^tift.
L a palabra Vassooiiia es una voz de origen vascongado
de basco contraí^cion do Iíoísoco, ^ue Hignifica «del monte»
ó m ontañés, y de aquí los latinos formaron según la
índole de su lengua el sustantivo Vasconia.
E l nom bre de Vasconia no es conocido entre los escri
tores que precedieron á Augusto.
Estrabon en su libro m dá alg^una luz sobre la situa
ción de loa Vascones.
«Desde Tarraco por los montos dichos h asta l<w últi-
>mos Vascones, que habitan el Occéano círca de P o m p ^
»Ic^ é Idam isa, ciudades situadas en el m ism o m ar, hay
>un cam ino de 2400 estadios que acaba en los lim ites de
»A<iuitanla y Es|iaña.» Y poco desjrues: «Sobre la lace-
> tania, hacia el Septentrión, habitan los Vascones, en los
»fiuales está la ciudad do Pompolon.*
Si Idamisa 6 Ocaso, en el prom ontorio de .Taizquibel y
cabo líaiffuer, estaba cerca del m ar, no asi Pcmptlon, el
Paniplona de hoy, lo cual prueba lo poco que se sabia d&
nueí^tra geografía en aquellos dias.
Tolomoo después de i5ontar oomo pueblos m editerrá
neos de la Vasconia á Tiurisa, Pomptl^ny BUuris, A n d ^
luá, Nenu/Tiiim$a, Vurnonimn, Jacca, Oroj'urris, Cál<t‘
fforim, Cascantum, Brgatia, Tarrago, Muscaria, Seña
. y Á lavona, coloca en la níari na do esta r ^ i o n la boca
del l io Menlasco y la ciudaíl de Oeaso como lím ite con los
Várdulos» resultando según el geógrafo Alejandrino, que
la Vavsconia confinaba por 0 . oon los A utrigones, Caris-
tío s , y V árdulos, por S, con los Celtíberos, por E. con
los lle r ^ te s y por N . con Francia.
l'erteneció la Vasoonia á la fliancU lería ó Convento
jurídioo do Taragoza, según Plinio, y tuvo tre s Casas do
moneda en tiem po de los Romanos y fueron CalagunHSj
Gracurris y CaseaníuM.
Un hom bre em inente, D. Joaquín de T ra jia , a quien á
principios de este siglo cupo el estadio de estas cuestiona
en ei Dicyiotiario üeográlioo-IIístórico d e ,U Academia,
«ooduyo sus observaciones de esta n ianera: «Be lo dicho
>hasta aquí debe conclnirse que los \'ascos autfe de Au-
>g!Lsto fueron comprendidos b ^ o el nombra de Cántabros,
>dc cuya Federación parece fueron por entonces to
ados loü habitadore« del Pirineo hasta la s fuentes dclKbro
»y m ar Oatitábrico. Que m ^ o r cotiooido« posteriormente
»los térm inos de la Vasco ni a , fueron estos por N. desde
»Fuenterrabía liasta los origetie» JaI G állelo en el valle
>d<^ T enia, en las m ontañas de Jaca. Que esta vía que cor-
»re prim erainenie de N. á S. y después tuerce contra O.
»antes de salir de los m ouiee, fuó cl lím ite oriental y
»parte del austral hasta la.s inmediaciones del lu^^Ar de la
»Pefia y que de allí bajando en busca del E bro y atrave-
♦sátidolo por m as arrib a de Zarago/a continuaba sin des-
»viarse muoíio de él el lím ite austral hasta A g red a, des-
»do dcmde repasando el Ebro y comprendiendo á Calahorra
»se^fuia por ol conñn de Alava y N av arra en b u * « dft
»Guipúzcoa y Oí^céano, cerrándola por osla linca por O.
>Que Jestruido el Imperio llom ano por los líárbaros, ha-
»biendo resistido obstinadamente los Vascos á su dotiii-
»nacion ¡>or lo menos hasta cl reinado de W 'aniba, la
»Vasconia oomúnico su nosnbre á las naciones V án lu la,
»Carista y A utrígona. Que arruinados los Godos i»or la
»venida de los A rabes, los Vascos estendiei'on su nombre
»por l l a n d a , A ragón y C atalu ñ a, sin perder absoluta-
»mente el que habian comunicado á los Vánlnlos y na-
»ciones vedna.s del Occiíletite, Qus poco a ^»oco desde nii-
»tad ó fines dol siglo viii la dominaoion n a v arra con)eci;ió
ȇ obscurecer el antiguo nombre de los ^'ascones en su
»país u ativ o , y borrado enteram ente on él, quwlaron sus
»rastros on las Provincias Vascongadas de Kspaña, y en
>la Gascuña y Vascos de Francia, l ’inalm ente, que aun-
Î22 IX« EirsKAna"*.
>(109 estás alteraciones constan oon siiúcionto claridad, f«
»¡ndüdahle quc,on los tíemjjos obwun»s una m isina re-
»g^oo eolia llam arse, y a ood A tío;nbre ^er>éri(M) de \'a s -
»conia, y a (h>ü el partícíjlar que la distinguia dentro de
»la nnsm a Kwíeracion, y (^dp á veces se confandtenm los
»nombres de ('ánlnbrcw? y Vasíy^n.»
L a V»<>coûiâ no et* conocida b<<5ta el tiempo del einpe^
rad o r A agesto; desde entonoes ea posible señaliit* sus li
mites. Priricipiaba en ia costa dol m ar Ooo-ano p n m m a
el prom ontorio Oea.^o. {\ OÍ6a7'so, y oorria á el Medio
día por la cum bre M PlTÍneo liasta Jaca ineJasive, de
acfQí b ^ a b a hacia el Üceidoiiie b asta las coirienteH dftJ
Ebro pasando p o r C alahoriu, ei Moneayo y oí>mórcas de
Tarazona. C o m p rad la puos> un cortísimo Lreíílh>en la cos
t a áf‘1 Ow’éano Cantábrico, todo ei antiguo roino do N a
varra, p arte <lel de A ragón y aljfo de la Kioja* ba^ta el
Ebro y 811'? com entos,
La ¡»aj-te quo on la Guipúzcoa de hoy la ])Artenei‘iú se
g ú n las fAtas do Plinio, xMela y ToloniíHí, eoxnpívndia los
rio s Mfín^asco y Magrado j la ciudad designada alterna
tivam ente con los nombres á& B oío ó O c^so, OhnrsOy è
Idam im y Odeamis^c, y el prom ontorio del mismo t»oin-
bre. T a ciuflad de Easo que bailaba el rio Ma^rrado, se-
írun M ela, tiebe sor Fuenten'abia; y el prom ontorio
ülearso el xiionte Jaixquibii oon su rvtnate en el oabo Hi-
í.'uer. L)e eonsij^uiente à la Vasconia solo podía (^t-ívs-
lM)uder en Guipúa^>a el espacio que media desde el rio
Vidasoa h^L a el canal de Pasagvs, ó sea el territo rio do
Fúciitórrabía, I r u u , O yarzun, R en tería, Lozo y el P.asa-
^ de Íalíand» Oriental. (Véase Mapa a l íinal de 3a obra).
Plinio a l d««'ribrir Ja costa m arítim a cita las ciudades
de Menoscw » \ ’e s ^ r le s , y el puerto áct Jos Ármnos:
AU/tr Flaxití-Brifia Colonúi, despues del Olearse de los
Vúscíjuw.
D uraate la oscura y revuelta época de la invasión de
los pueblos del Norte, roaparcoe la C antabria con m as es-
tensas com arcas, liabiendo sin duda rKx>bra/io paurte de
los put4>If>s q»e lo8 Romanos desmembraran. Asi es que
LeovigUdo prrtende Tcnoor à los Cántabros #^ti Anuria,
capital de los Murpi^lx« (provinrtla df» B u rg o s), y encon
tram os n n a ciudad llama«la Caniébria, inmediat* á I />
groño-
üifícü si no imposible señalar oon precisi;on los li
mites dr lianiiula Cantabria en las tres épocas citadas,
moviéndose sns fronteras a l compás de los r u <v « o s , y se
ñaladas sus divwsus pueblos por autores que escribían
desde lejos, miiohos años despues, é ignorando casi siem
pre sus verdaderos n o m b ra ó desfip^uràndolos lastim osa-
m entí.
No« Jiablan tam hien del Ducwlo de C antab ria, quo com-
jNMiian los países mene ion ados con m uy variable« dcmar-
caetonos. Pero ol poder do osíkw duques, delegados ó feu-
<los de loR re y e s, no alcanzó sino nom inalm ente á el país
Ruskaro. B uena prueba de ello es que el últinio rey
don R odrigo, ape«ar de sti inerola, se b a lla ta ocupado
personalmente en los últim os dias de su reinado, traliin-
do do sugetar á los sietiipi« rebeides C ántabros; y hubo
de abandonar su empresa apresuradam ente al tener not¿-
íáa dol desembarco de los A rabea en T arifa.
El ultimo aeto de los Godos e ra una expedición tíontra
los Eusi:arc>s; no indit'A esto ni sujeción n i avasalla-
luionto.
Ni una trad ició n , n i u n vestigio sèriam ente histórico
re g istram o s, que señale la dominación Goda en el recin
to iuinune; las oleadas de todas la s invasiones v w ia n ¿
estrellarse y m o rir a l pié de aquellas yocás.
L lég a la en tan to la g ran catástrofe, llegaba el dia qii©
alum brara a l despuntar la a u ro ra u n a M onarquía que
contaba y a tro« siglos, una civilización adelantadla, «n
pueblo í?rande y rt^oiuT^rado ; y al lle g a r el sol à su oca
so , M<MiarqnIa y Nación )iabian desaparecido.
£1 últim o rey godo don llodrigo m ori» ahogado en
rio Guadaloto» on cuyas orillas acababa de perder un
trono.
L a n ailon »o sabeníos dónde encontrarla: solo vemos
gentes que liuyen fn tropel, y á lo lejos sobro las roras
de A sturias y C antabria, alf^unos guerreros y sacerdotes
que so salvaron do la derrota y del pánico, organizando
á los Astures p ara resistir á el torrente invasor,
De u n g ran Im perio solo quedan dos reducidas oo-
marcas-
L a nube de guerreros procedentes de las frías región
del N o rte, que cual el alud de la m ontaña atropelló y
b arrió á su paso el Imperio K om ano, los Godos u n a de
sus ra m a s , al imponerse brutalm ente á n u e stra E spaña,
DO encontraron seria resistencia en u n pueblo cuyo espí
ritu de nacionalidad parecía m uerto desde la dominación
R om ana.
B%jo la ru d a y hasta feroz cortej-A de aquellos guerre
ro s, se ocultaban dotes de gobierno y aílm inistracion. Kn
cuanto dojaron un momento cl arnés del soldado dando
tre g u a á los combates» el poderoso infln,jo del cUma y de
o tra s costumbres m as suaves, modificó el <“a rá o te r de lf)s
hom bres del N orte, y los resplandores de la civilizacioti
R om ana en su ocaso, los im presionaron ta n vivam ente,
que reanudaron la tradícúon del progreso y adelanto que
parecían m uertos en liuropa.
Pero sus esfuerzos no bastaron á asim ilarse los Espa
ñoles , que u n a serie de dominaciones estrangeras había
hecho indiferentes á todo; y cuando 1 1 ^ la h o ra supre
m a en que les f n é preciso acu d ir á el paia p ara que los
s a lv a ra , salvándose á la veK, no encontraron una bande-
r a que m c^trarle. pues la suya no e ra la de la NacioQ
en que m a n d ab a n , y ésU habla o k id ad o la propia des
pués de tantos siglos do tenerla plegada.
A todas estas causas debemos a trib u ir la estraordlnaria
catástrofe de u n a n adon vencida y subyugada en u n a
sola liatalla, sin oMdaj* la degeneración de lo» ( r o t o ,
que en los últim os tiempos ae entr*^aron á la molicie y
placeres» oU idando sus toscos, pero m arciales hábitos.
126 LOS ÜLSKAROS.
CAPITULO XIV.
ÁUAÜES.
«o
v a n sig;nos qu6 caraoterizan la religión y au n 1& fecha de
los tiempos en quo se labraron.
Ju n to á las Iglosias do A i ^ í n e t a , C aseta y M iota, que
pertwiftofn a l distrito niunií*ípal de E lorrio en V ia » y a ,
existían varios sepulcros colocíulo?; á flor de t ie r r a , 6 y a
m ás soteiTadüs. Con olgeto sin duda do conservarlos me
jo r, fueron trasladados hasta el núm ero do velrto y tr e s ,
¿ una oolina inm ediata a l N orte do Klorrio, sobre la que
so asienta u n a erniita.
Form an u n sarcófago abierto en una sola piedra are-
nisíca, con su oorrespondiente tapa., y tienen nueve pies
de l a i ^ j)or uno y medio de alto sin contar la ou-
bierta.
E stá labrado el hueco |ia ra la colcxacion del t'íuiáver,
seüalándoRO cl punto dcmde descansara la ofd w ^, ensan
chándose en los hom bros y caja del cuerpo, y angostán
dose por los piés. Ta cubierta os de la m ism a piedra, for
m ando caballete. ,
Conserváronse tam bién cuatro discos de la m ism a pie
d ra , que clavados antes en el suelo á a lguna distancia do
la s tu m b as, parecían cút;uirlas y form ar el recinto m or
tuorio. De estos discos labrados, tienen dos loscAmente
esculpidos im a eepocic do so l, en que con mucha razón,
apesar de su visible deterioro, h a creido descubrir el en
tendido S r. Anuwlor de ios Rios; <El sagrado
>de Cristo circundado del nimbo flairveaílo 6 radiado, ca-
>ractcriatico de a^iuella edad y de la s siguientes en todo
»gfGQero de .Monumentos Eclesiásticos* y que señalare
m os íanibien en otros del país.
Y si toilo esto no b a stá ra , el testim onio de (laribay,
llenao y O tá lo ra , escritores antiguos Vas<x)ng:ado8, vie
nen á ponerlo fuera de duda. E stas sepulturas tenian orn
ees de a¡/a y ornega en sus bra:^os de en medio, y la letra
T el T a u , signo que los cristianos esculpian p ara demos-
ir$T SU aversi«} á el arríani^m o ; lo deleznable de la pi&*
d r a , el poco cuidado y los ai5os, soq oausa de haber des
aparecido.
Los Tnismc« aiitoires nos h a n conaen’ado algunas ins
cripción«« que pudieron descifrar en d io s ; dos sobre todo
en que no oahia duda y dicen :
1 .* AW rieies de I h ^ k t X V I C K alend A u g u sti.
E ra DXDXXr.
2.* In d fÁ n ó in in e M u m u s iiK o r p > r e v i f t n s fe c it /»
em D C C C C X X X l fíic Dormii.
E n ambas apareda la Oruz dominica, ü c todo ello con
cluye el distinguido arqueólogo y a dtado, en si:s oatudios
nionumenUües y arqueológicos de las Provincias Vascon-
3o<
< û
LOa TIÜRK-VROB. 1*®
Vision Kdeflíástioa <le las Dióoosis, y fugitivos sus pasto
re s , la K e c o n q u i^ que se emprendió bígo la bandera y
a l ^ t o de p atria y re lig ió n , ocupóse desde sus jaim eroa
dias de proveer al pasto espiritual de los fieles. Y esto
í^ra ta r to m as necesario, fiimnto g ra n pai*te del pais que
la servia de cuna, no estaba nniy adelantada en m ateri*
relij'iosa.
Así corno no hemos encontrado M ártires, ni S a n to s,
n i templos en el país Euskaro anteriores á la invasión,
tamj)(KX> sabt‘rtios á qué Diócesis ó Divisiones E desiásti-
cafi de la época Goda corresp<u)dian estas comarcan. No
hallam os mencionados In» t»'rritoi*ios Eusltaros en la de-
sigQaoion de los que formaban l¿is l)ic>cesis de Calabtn r a ,
Pam plona ó B ayona, á que podían corre«ix)ndor, y sin
c m b a i ^ os presumible que aunque noininalmonte perte*
necif^ran á alguna.
E ra aquella u n a época de transición y duda ¡jara estos
pueblos; de 3ucha entre sus instintos que los apartaban
de toda Qovodad que los hiciera sollJarios de otros hom
bres ú o rg an iw ÍD n es, contrai'estaJos vivam ente por los
T'e^landores de la liiz divina que alum braba y a sus
montíifiaa, donde ta n intensa y biillante debia c¿>nsei>
varse.
1a ¡irimera auténtica m em oria de la sujeción del país
á uua autoridad Eclesiá-stioa, la tpnemos en la fundación
del Obispado de A rm cntia sobre el año de y justan
mentó el que se cree su p rim er Prelado, fs cl Hiñere, de
que hicim os mención a l liablar de la notable escritura do
donacion de la fam ilia Arroncio.
A rm en tia, tam bién nombrada. Armente y Armentey,
«s una pequeña aldea situada á dos kilóm etros al Oesto
del que fue Ga^toiz y hoy V itoria. Al seguii* rl trazado de
la Via rom ana de A stor^a ¿ B urdeos, hemos dicho que
■SU cmpIa/Amiento corresponde exactamente con el de la
140 LOR EirSKATiOS.
m ansión ó fuerte rom ano llamailo Suisado. V arios auto
res dan ^Tandísima im portancia aquellos d ias, á esto
h o y reduoidÍHÍino lugar» y sin t^ner por averiguadas la«
noticias que nos su m in i5 ¿ an , desile lueg^ os m uy prcsu-
n iitle se fo n n a ra en aquel punto un centro ó aíjrupainien-
to im ¡»rtante de refugiados, á que su situación les oon-
TÍdara. N’i obstáculo á ello la (are nei a de ru in as y
grandes vpkLigios de aquel pasado» toda vez que los quo
la repoblaron debian considerarla c»mo una etapa y un
asilo para ft>rtoa días. Siempre el emigrado so h a hecho
laH mism as ilusiones, y en tal concepto las «instruccio
nes que levantaran, serian ta n ligeras y provisionales,
quo los siglos y la agricultura las han heoho dosaparcoor
fáoilttietile.
L a ediílo.’vúon de un tem plo im po rtan te, el prim ero
qui>;¿s en estos países, y su erwx'ioti como cabeza de una
estensa Dicweais, confirman aquellas relaciones que hoy
nos parfìoen exageradas.
Atribuyendo la construcción de la Baaílica do Armen
tía á los i-efugiados Españoles ántes dcl año 8 7 1 , fue res
ta u ra d a por el Obispo do C alahorra, D- Rodrigo de Cas-
o a n te , por los años 1 Ut5 a l 1190, y ñnalmontc en ol de
1775 sufrió o tra nueva y fatal restaura<don.
E l templo guarda las señales de las trasformaciones
que ha es|>eri mentado » y afortunarlamonte a l re a liz a rla
ú ltim a , conservaron sus autore« en lo que tioy e«pórtico,
preíííosos fragm entos de los relieves que en su prim era
oonstruox’ion y r^staui-acion la adornaban, aunque etn p o
trados sin orden y en confusion on ol m uro.
A un a«[ form an \ina p á g in a , tm a auténtica de su pasa
do, m ostrándonos el sollo de las postrim erías del a rte la
tino-bizantino.
Nótase el divino m onogram a de Cristo nimbado cual
en lo s sepuleiY)» de Klorrio ó A r^uineta. A el ta n ta s ve-
o
Ô
>•
5 ®
r
oes nombrado S r. Amador de los Rios debemos u n a d<s-
m p c io n coücieüzuda de esta antigua B asilioa, y á ella
pueden acudir los que deseen m as detalles sobre este Mo
numento.
Hace pocos anos, en la pradera inm ediata á la Ij^lesia
so descubrieron algunos sepulcros do piedra arenisca,
cual los de E lorrio, ]>ero sin insí^ripdones ó labra«. Tino
de elloa m oonscrva entero aunque sin ta p a ; l a e ^ a ó
hueco interior está abierto con igualdad y solo en el pun
to donde descansara la cabeza form a un relieve. Mido
siete pies y dos pulgadas de largo por dos pies y cuatro
pulgadas de aticho.
L a instalación de un Obispado en A rm entía, obeilecia
¿ l a » circunstancias, como xucedia cou los de Oviedo,
Valpuest^i, Zam ora y N ág era, erigidos á medida que las
arm a* de loa cristiai)oa avanzaban, l eemplazando los de
('a la h o rra , í)sn\a, Falencia y Tarazón», ocupados por
los moros.
Recobradas á su vez estas comarcas, desapar«!Íeron su
cesivamente ei de V alpuesta, N ágera y Zamora. E l de
A rm eutia quedó estinguido en 1087 agreí^ándoso á los de
C alahorra, Pamjilona y Bayona los territorios de la Dió-
<«.sis; á esta últim a se agr egó la parte estrem a y reduci
da de Guipúzcoa que u n dia hizo p arte de la V asconia»
resuoiláüdose así el recuertlo de u n a división tíeísi.pared-
d a , hasta que eti el año de 1524 toda Cjuipi'i/ooa quedó
comprendida en la de Pari^piona.
Así c esó la anorm al jurisíliccion de un Obispo estran-
je ro en nuestro teiTÍtorio, aunque pudiera quizás alegar
a]4,'utios m otivos á e lla ; en la oi-acion ¡aim era de la m isa
de la festivid.íd de { ^n T^eon, Obispo de B ayona, se dice
que [)0V su interce.sioii y doctrina, se convir tió ¿ la fó
católica la tie rra de los Vascongados.
Nos lieitios dotenído en ia fundación del Obispado de
A rm entia y sn B asilica, por ser la ve» prim ora qae en^
oontramos señaJadaa ooti alguna precisión las comarcas
E u sta ra s e a u n a división (íclesiástifía, y ijorque estimap-
mos 1(» restos de 1h prim itiva Basílica de A rm eotia, co
m o los priroeros alai’iles del a rte er» nuestro país- A la
idea religiosa debiéronse efectivamente todos los prim ero»
y m ás antiguos Monninetit^is que .«Jeñalan la Daeiente cl-
viliiwcion y ¡ e g r e s o de ]<« Ruskaros, como lo indican
otros que pasatnos á tjiencionar.
A dos leguas a l iistc de la dirdiul de Vit^irla, sobre una
colina que ae enseñorea dominando una estensa y pinto-
rosca eanipiña salpicada de aideñuclas y N isípjes, encon
tram os el llam ado Santuario de K stivaliz, voz Vasconga
da de miel, y TítHz , si fuera.
A unque ignoram os cuándo se construyó, sabemos esis
ti» en el año de 1074 por un doeumento en que Alvaro
González dona al Monavsterio de S«n Millan de la Cogulla
el a lta r de la derecha del citado Santuario.
La anterior gu erra civil dejó im presa su triste huella
en aqií ellos luj^ares, quedando m al parado entre in^íendio
y abandono, el venerable Santuario- l'ra tó se de rehabili
ta rlo , y bien lo m erecía, eonio Moniimento y recuerdo
histórico y forai.
Iglesia de ^^ant» M aría de C enarruza en Viz«ti*ya,
se dice fundada por los principales caballeros Viz<vüiios
en 9 0 8 , y otros en 1 0 8 i; en el aQo de 1H80 e ra elevada
á Colegiata.
Más nom brada, aunque sin poder determ inar üjam on
te la época de su fundación, es San Pedro de T abira en
D uran g o , que muchos creen la prim era Basílica consa-
jfrada eti Vizcaya á la religión cristiana- 1.a tradición,
un tan to ooní\i«a, pretende rem ontarla á la segunda mi
tad del siglo rx.
Rn Guipjízcoa y juriadíocion do D eva, contem plam os
AaVR*:TH c 4 ) â v a ) .— i*obti cü d e la i g i r s u .
R reU >sdc! k l i i r h n i t i v u B tiS ilic a . IX.
#
A iìm b st ia — P ü ailC O d b la lu L E ^Iv.
S e p u l c r o d e l O b ia p o D . I l o d r i g o d e C uscai^U ; i^ lR lo x i i ) .
t
y
o
•0 ^
.\V
L O H B U S K A fiO S . 1 «
CAPITULO XV.
J
Al a v a ,
(\ '
i Aproverh»rr4« »ta dtii purii tributAr el O M f respeluoto t^vtiiaomo
d« 1'OQQidcrftrÍon y crrüo, á oipairiuv« dol p&in VaBCcnj^ado Iüzodo. sefior
D. Pedro de Egafta.
CAPITULO XVII.
GUIPOZCOA-
VIZCAYA.
SEÑORES DE VIZCAYA.
«Sbrenísimo SbSor :
«SßSüR.
«Don Pedro de S alinas, Don Tomas de Saiazar caballe-
*ros de el orden de Santiago, Don Benito do Bcrastegui,
LOe EÜSKAIK«, S!í
»cabaîîorô de la orden de C aU traba, y l>on D i e ^ de Mon-
»toya, todas cuatro Diputados de la M . N. y M. L. Pro-
>vincia de Alaba con Don Pedro Gonzalez de Ecbàvarri
•secroUrio de ella p a ra prestar su obediencia en juariûsde
*V- A. al Señor Rey cristianísim o que Dio» conserve, en
•oonsecuencia de lo que V. A. sc sirbio probenirlee y or-
»denarles, despues de lia verles aim U ido ben mente el
>aoto de su reherente snjôcion, proponen á la generosa y
>Noblo piedad de V. A. que la d id ia Provincia desde su
»primera erección se m antabo siempre lib re , {^bernan-
»dos© por s i, sin conocer supí*rior en lo teiD iw ral, en la
»liera de mil üw ientos y setenta afios, en que boîunta-
»riamente se unió à la Real corona de Castilla, entregan-
»dose á el Seuor R ey Don Alfonso, el onceno, d e b ^ o de
« ie rto s pactos, y con la m ism a lib eiiad , fueros, usos, y
Kostnmbrcs on qne se gobernaron, y los Señores Reyes
»Católicos la han m antenido cada uno en su tiempo, aña-
»diendo su g ra n justificación, otros diversos privilegios
»confirmados y jurados por los Señores Reyeí^ sus subce-
*sores, y últim am ente por el Señor Fhftlipe Q uinto, con
»el espocialisimo de la s en treg as, de que dim anan sus ma«
»yores franquezas y exefnpciones, Inconcusamente obsor-
»vadas y g u ard ad as, sin cosa en contrario, como todas
»las demas leyes del Quadomo oon que la dicha Provincia
*se gobierna, lo que los dichos coitiisarios on sn represen-
»tacion suplican rendidamente al Señor R ey Cristianísimo
»y á V. A. en su real nombre se sirva declarar competer-
»les. Y que la obediencia prestada en m anos de V. A- debe
»entenderse por su soberana piedad, debajo de la eetiTia-
»ble condicion de guardarla y hacerla guardar en todos
»tiempos y acontecimientos, todos sus fueros, leyes, pri-
»vD í^os, usos y costum bres, en la m ism a conformidad
»que los h a n sido observadas, guardadas, y practicadas
»hasta su u ltim a conürm acion, y ju ra m e n to , como tam -
»tien ¿\ S12 ciudad villas y lugar&s los demas boüore«,
g ra c ia s p articu lares, privilegios, franquezas, y liberta-
»dea, m ercedes, establedm ientos, costum bres, facultades
*y a rbitrios que ^oxaii p ara su gobierno y consistencia,
»en qu6 esperan que Y. A. lee dispense ol desac^o y pro-
*vtdoufüA qae solicitan p ara que la ProTÍncift quede
?rada en ei honor y en la ccínpiacenaift de que en lo fu-
>turo tam bién le observaran los fu ero s, franquezas, y
»privilegios: Así de su N atiba libertad como de ios que le
»ban concedido la benignidad do los Señoree Reyes.-—
>Pi*üponen á V. A. que el terreno de dicha P rovincia, es
»y ha sido tau eeteril que no goza de otros frutos qn© da
»uim w rta cosecha de granos t«n escasa que a^^enas alean-.
•za á la m an utención de s« s N a tu ra le s , y que con la Td-
»dustria do el com ercio en que la necesidad la á p u esto , y
»le lio fiurilitado la situación de la s A duanas de sn te rrito -
» rio , con la to ta l lib e rta d de n o c o n trib u ir con derechos
» fU ^ n o s de todo q u an to necesitan sus N atu rales y habi«
»tadores, conduciéndolo de q u aleeq u ler p u erto s M arítim os
»y otfos pan^K s, á podido s u b á ^ i r y a tra e r dependencias
»y géneros que necesita p a ra su consCTbaüion, en c u y a
»postíftioü iab ariah lo dori liada de el citíd o jtñvilegio de la s
»eotreg&Sr sea maüt<iDido, y esperan p a ra q u e no se disipe
»y aniquile en teram en te: aoado sc rb ir V. A. d e p r e f e iir ia
»form a q u e le asegunden e¡ goze do la referid afran q n aza.
PropoQwi á V. A. tttíübien que los Señores catolicos
»Reytó en atención á la libertad y nobleza áe esU dicha
»Provincia nunca la han pensionado, con alojamientos de
»tavipas, y et» todos tiempos y ocasiones que los señores
»comisarios do Quorra dol R á han conducido algunos p<Hr
»el te<*ritorio de dicha Provinoia, antee de e n tra r en ella,
»y oon terínino'ooinpetíintelian díalo aviso á su diputado
♦General como M aestre de campo y comisario General qu©
»es. do e lla , p a ra que uom bre oomistíLiios y salgan á roci-
> U t dichas tropas á quienes las e n tr ^ a n los del Rey para
*quG las hayan conducicndo p o r los 'ti'aasítosinas comodos
»á fin de ohítar deeonlenes y hacer que so p r e l ) « ^ todo
»lo que neoeelten y de que han dado satÍ9fai)ion á los mas
i;jastoe y moderados precios, sin que poi* la l ^ v l n c i a se
»les a y a dado nia^ que el cuU crto como sea exeflat«do
»siempre, y practtco e n el año de m ü setecientos y cuatro
»cuando pasaron p o r dicha ProTincia las auxiliaree^ tro j» s
>de F ra n c ia , « i consideración de los dichos privilegios y
»de la pobreza de sus N aturales, y ninguna disposición
»que a y « i ]o&Pueblos de su recinto paf»dl(varlos, y m u-
icho menos para poderlo «xeootar sobre esperar los referi-
»doscOínisariosespeTímentar los sohre salicntos efectos do
»la soberana oonmiseracioa de V. A. Así k> esperan de la
»noble propensicm de so. M ajestad cristianísim a y do que
we d i ñ a r a 8u Real benignidad de Intorpccer sus Rí*aJes
»oficios con los Sres. Aliados, y eepedalmeíite oon el R ey
»do la g;Tdn B retaña á fin do que se sirban conceder sn
»protección en todo lo que ba expresado eo esté memorial
Momo se lo prometen de los favorables y eáleaces influjos
*de V. A. y io firm an en la ciudad de Bayooa i veinte y
»nuebe dias del me« de Agosto de m il setecietitos y diez y
»nuebe.—D. Pedro de Salinas.— D. Tom as Francisco de
» S a la ^ r.—D, Benito de B e r a s t ^ i . — Landazuri.— B. B ^
»go de M<»toya por la M- N . y M. L. Provincia de Alaba
Sa secretario D. Pedro Gocis^ez de Echavarri,»
VIZCAYA.
80 .\nte«?Iesia8.
20 Villas.
11 « itre Conc^'os y Valles.
1 Ciudad.
ÁLAVA.
E X E N C iO .'It;! ? , 0 B I J G A C I 0 > * 1 « , Y B T ^ B E K l^ D E 7 .A S n tO V lU C T A S
V A P C (T K ü A D A S CO?T E L S L S O R Y L A P A T H IA .
F I N D E L A P R IM E R A P A B T E ,
SEGUNDA PAR
a' «
■•» u
f" ..
.•Í • >'
^
J"
CAPITULO I.
V A R O N E S iL U b T K E S D F .I. S O L A R Y A S C O T T G A nO .
VIZCAYA.
Au w a .
GUIPÚZCOA.
til
j
r.os KUSKAJtoe. a??
CaPITULO II.
c An t a u r o s .
L O S 5 T T S S A R 0 S R O K 1 .0 6 I R E R O R — L A U l N G L 'A D E L O S E t'S K A B O S
E S L A i l b J O ü P K C E B A I> E 8 Ü 8 O R Í G E N E S .
Los nom bres que las prlm lti7as getites cllcroa á los
puáblos, río s y l i o ates de la Kspaúa, y lian llegado haá-
t a aoBOlvoSy so a en s ü l a ^ y o r p arte V ascongados, y la
p ru e b a m ás gi'ancle y evideote dû que esta fué la lengua
de los Iberos.
Debemos paes a g ru p a r aquellos quo conocomos, y es
tá n recoaocidos generalm ente oomo indudables, descar-
tan d o los que s^iu de origen dudoso.
Siguiendo nuestro propòsito, no nos emponaremos en
esplicar los medios do que se h a n valido p a ra tra e r ei
nom bre á su raíz v ascongada, contentándonos con asen
t a r el rd s id t^ o dd investigaciones de los dtstíDguá-
dos filólogos que h&Q o s tu d i^ o eetaá etimologías coa
g r a n detenim iento.
Vasco. Vasconia, líe hasoa, hasma, Ijosque, mon^
ta ñ a , p o r coa tracción haséco.
E c sk a ra . De ev4-e^raf len g u aje, Tnanera de ha
b la r. E scM una^, esiualdun, el hombre ó pueblo, oí
quo tie n e , que posee, 6 habla el vasouenoe.
Vizcaya (Bisc.ua). Según H uinboldt de diz y caya,
tie rra o cosa, d© w lin a , de la m o n ta ñ a ; según .^starioa
do difsa y caya, balu'a do ospuma.
España (H jsp4nia). No encuentro u n a etim ología
satisíactoria de esta palabra. i\sta rlo a , L arram endí y
demás aut^jres vasooogadoH, la hacen deriv ar de EzpOr
m , extremidad de una coaa.
L a España ee coníln del m undo conocido de los anti-
íjuos; debió según el lus, recibir por analogía un nom bre
qno tam bién se adaptaba á su situación.
Indudablemento es la m ás lógica y sencilla sin que
nos a tre ra m o s, no o b stan te, á om itir una opinion re
suelta en ta n difícil cueaíioo, pues el nom bre español,
F s p a M , es una alteración del latino llispania.
Creemos no fué el prim itivo de nuestra p a tria , que so
llam ó Ib eria, y pudo m u y bien alcan zar aquel de las
gcnt«s que vinipn)n despnes, sobre todo apüoado á la
parte m as m eridionoJ, por el n<>mbre de todos ó de algu
no de los puoblos que la habitaban.
Quién la tra e de la palabra Hebrea otros de
la Á rabe Smphfnon, y au n de la C e lta //« p e « , v illa ,
orígenes todos m uy violflntos.
Mas discutible nos parece que e sto s, la de Spania,
que se supone dada p o r los F enicios, do Span, escon
d id o , p o r hallarse este país oculto ó escondido p a ra
ellos.
O tra sígnifcaeioo de la palabra Span, es conejo, y
no h a faltado quienes la tomen de este an im allto , corro
borando su opinion con la s m edallas de A d rian o , qne
rcpresí‘n lan u n a m atrona con un fìon<^jo á sus p ié s, cual
sím bolo ó em blem a de la E spaña.
I b e r jí . Aquí laa etimologías vascongadas son m as
num erosas y precisas.
L a común creencia es que trac su origen del Ebro.
la rra m e n d l da m eti m olería de dos maneras. Dice
puede v en ir de útu y />^o, btroa, cosa calien te, tú
eres caliento, ó de iUaì-òcrOy rio califHite, ó de urhero,
a^fiia caliente.
Los quo habitaron los países m ontañosos, que <m<?au-
zan este r io , encontraban sus aguas templarlas en com
paración oon U s de sus peñascos.
A starloa la hace derivar de iòni, ih/iija, rio, y ero,
e m 'i, ampolloso, fluctuoso, encontrando cl his tori adc**
la fu e n te m ás n a tu ra l este origen.
NOMBRES DE OOMARCAS.
NO^ÍBRES DE lUOS.
APELLIDOS VASCONGADOS.
3." OcLaviano
Mundvco jauna
L^co Hdi
Tircaicoa.
4.® IchasotaMc
Kta le&rrti
Imini detcscu
Afolsoa.
8. ♦ Soiac gogorrac
Badirituis
Natr% hitlosfi
Sur boa.
AÎ.TABÏZCARCO CANTUA.
EL CANTO DE ALTABIZKAIl ( l )-
caniaizate ^ g ^ a
Non othe h is ^ a n ta t^ n ?
A spáldian á ír e bot¿ic
N i ^r á ia t e n t zuten
Ez orenic ez morentic
ËZ d ia t igaraitea
N on cbizaítaQ,
C hori, c an ta ri eigerra
C anta ecac ez lite
M aleronsic m un díala
Ez tu sorthu n i baici
Adioni erran gabo
P h artitu n iz }>imü
X igarrez a rin is bettii.
C A N C IO N E S VAfiCONGAJ>AB,
• ■
í.M arichu ñora zuaz
Eder í^alant orí ?
Itu rrira Bartolo
N ay “b aílezu etorri
Itu rría n an d a j^
Ardocho churria
Rioc edang^ d^g;u
X ay deg^un
« «
Alta San Antonio
Lrqiiiolacoa
Aeooren biyotzeco
Santo devotua
Franco egoj ¡tendió
San Antón ior I .
Kgun b atían Juan
E ta ttóstean etorri.
jL o! (L o! ¡Lo!
« *
Á E L ÁRBOL DE GUERNICA.
1.*
GuernioífcCú arhola
Da Ikerrín catua
Su4liakluoen artean
GuzÜ2 m a íta tu a.
E m aoia zabai nazu
M nnduan frcitu&
Adoratzen zaitngu
Arbol* saatua.
2 .'*
g y i r i 'í
CAPITULO Vil!.
B A IL E S y jt :k g o s .
a i-'
CAPITULO IX.
TR.4JES.
CüSTUMBREvS.
GABON.
50CH F.BÜ EN A -
I.
II.
III.
TRADICIONES Y CONSEJAS.
■ •
• k
•
• ■
«
k k
10 Dol¡co(^fálos.
ü Mesaticéfalos.
'M Braqaioéfaloa ó 9ul>braquicéfalos.
«Los iíraquicéfulos son los m ás num erosos, dice, de«-
>paes vieneu los tlolioocéfalos, y finalm ente los mosatí-
»w falo s, en ú ltim o término.>
Nos es lícito pyes sacar en coosecueocia, que Ja pobla
ción procede do una mezela de dos ra z as, dolicocéíala la
u n a y braquicófala la o tr a , predominando la últim a
m anifiestam ente.
Otro sábio dedicado á los mismos estu d io s, I^r. P ru
n ie r Bey , protestando contra lo dicho por B roca, afir
m a que el cráneo V'asco prosecta el tipo del de los La-
pones.
Tampoco el eminente M r. Q uatrefagcs, está conforme
con la existencia de cráneos verdaderam ente dollcocéía-
lo s, como carácter distintivo de jos Vascos, siquiera ios
de Zaraue presenten esta circunstnnciú, que considera
puram ente local.
Sentimos no conocer el ju icio que soììre e sta cuestión
h a y a form ado, un hom bre m uy conocido en n u estra pà
t r i a , quien por sus estudios, sus aficiones, su Jai^ a per-
inaiiencia en el p a ís, pudiera á no dudarlo ilustrarla,
prestando \jti señalado servicio á la ciencia. Aludimos a
vi D r. D. Pedro Gonxale^ de Velasco que os quien ha
facilitado á B roca, y á la .Sociedad A n tro p o li^iía de >‘a-
p í s , las colecciones de cráneos procedentes de Zarauz
que h a n servido á estos estudios.
No es posible como vem os, desprender un ju icio sèrio
sobre los orígenes de este pueblo, por ios estudios y opi
niones quo la Antropologia nos ha propor ció tiado hasta
ahora.
E n general los estudios practicados no en u n a locali
dad determ inaíla, y sí en d istin ta s, acusan en los E us
karos loscai’acteres braquioéfaloíi. Pero estim o, que par«
concluir aJffo con algún fundam ento, ?on h asta allora
m u y pocas y superficiales las pesquisas y ti*ab£yos Jiechos,
debiendo éstos en prim er té rm in o , düiçiï^e à in v estig ar
los restos de otra« edados y a le ja n a s, remontándonos si
es posible liasta los prim eros tiempos de l a Reconquista,
en que la raza no mezclada a u n , conservaba los caractè
res puros de sns orij^nes.
C E N S O D K 1B67,
cütncc
470,899 331,000
E n r iq u e
B IL 8 A .0
CAPITULO XI.
E X l M E N D E A L O r iT A f i P T IB L IC A C IO N E S KL P ií»
VA SCO NG ADO .
«
> »
» •
■
« ■
1'-
.< lV
CONCLUSIONES.
I.
IL
111.
IV.
V.
VI.
VIL
V IH.
X.
X I.
XU.
X III.
XiV.
XV.
XVI.
XVII.
XIX.
XX.
Los prim oros nom bres conocidos que dieron los hom
bres á îos pneblos y ñ o s de nuestra p a tria , corresponden
á la lengua Euskara.
E sta era común ¿ toda E spaña antes de las invasio
nes de los diversos pueblos que se establecieron en ella.
(P arte I I , cítpítulo IV ).
FIN .
y
¿
-X- 2
- - *. ^ * * * ** /* V .- - S ' .' - *
M a n t e l b n a p o í^ im o r a ia Ojifrra C s n lé b n c a .
PALENCJA O ¡c 20 - '30
E sv a ia t^u L f g a a s p a p a ñ o h s \d e 2 0 , 0 0 0 p ié s
- í- m ------
•• * )
INDICE.
P i» .
rft4>f<oco. . . ................................................................... 6
C irtT T L O I . — L a d e l a p i e d i * c n X i » T a . . ...................................... 11
I I . — M o n u m e n to * . . . . . . . . . . . l&
I I L — P t m j c r o s p o W a d o r e s I b c m s ................................................... 26
I V . — C c lU it.................................................................................................. se
V . — C o lo n ia « I V r « ............................................................................. 48
— F e u id o a . . . . . . . . . . . . . . . . 53
V I I . — Griogi^M.............................................................................................. C2
v n i . — C a rta g in e é C ft................................................................. ...... iT
74
— SitiU M àon d o lo s E u s k a r o s ó C in tA b r o e m i Io # tic in -
p o a d o )o s C « ltw i, F e n i c io « , C a r t a ^ e s « « j B om B -
n o s . S u 8 e o f^ to m b ro « , r t J ig io n y d ^ iJ is a c io n . no
X t . — G u e r r a C & n U b rìcA ...................................................................... 2C
CiPlTCLO X I L — T 'e a d e I& G u e r r a G A n tá b K a v h f te tá Ia f a i d a d e l
Im p e rio B oznano. 105
^ í r r . — l D ? « J o n d o lo s B i r b a r o * . I m p e r i o G o d o , . . , IH
X I V . — X r a b e a ....................................................................................... 12fi
X V . — a íW u c io n d e U a p r o T Í n d w d e Á l a v a , G n lp ú s c c *
y V ü c « $ 'ft « n e l p e r io d o d e l a B e c o n q m s t a b a ttU
m i n c o t£ ) o n id o ii á l a C o r o n a d e C a atillft. . . . U4
X V L — <41a v a ............................................................................................ 16»
X V I I . — <3ui£) ú s c o a ,................................................................................ 1«7
X V T U . — V i 8 « x 4 ...................................................................................... 17 >
X I X . — ( T U i p í « o 4 , .Í U v » y V í « a y f t d e e d e s o rtH }> « tíT a
i o c o r p o n d o o á Ift C o r o n a J o C a s tilla ......................... 195
X X . — F ííe ro a . — S u o r ig e n . — F u o rn e « t í t o , y F a e r o s
p o r lo s ^ e fio re e y R * y ......................................................... 381
X X I . •— G o b ie r n o y <»^*nÍ 2a d o n f o r a l d o V ís n a y a , Gui*
p ü í f ^ a y i l a v a ........................................................................ 24t
X X I I . — E x e a o í o n w , o b li|c a c jo n o s y d c h o rc « d e iñ e F ro*
v in d a « V aB co n g ád as c o n e l S e ñ o r y la P a tr ia .. • 2(í»
• •
I . — V a r t n e e llUBir«fl ilo l s o U r V a ac o u g a< lo . > . . . S8I
I I . — L n n R o e k a r« « 80Q Tb^^roa, . . . . . . . . sâd
l i t . — 1/06 L w k a r o s s o n lo e T b w * a . — 1-* Ic n g o * d e toô
L uB k& t<« c« Ift m e j o r p r a e b A d e a u « o r íg e n e s . . . 85B
I V . — E tiîT itJ u ÿ « d e lo e n o m b r e V»iaoo, E u a k a ro » V i» ^ » -
7 » , £j6p& Ca, I b e r i a , y d e c o r o a r c w , c iu d A d o a y
T io ftd â lü T1 >ct1a q u o li& n lle g a d o h a s t a n o i o t r o s .
V . — L û 8 E u e k a r o e s o n lo a Ib w ro « . — M e d a lla e ó m o n e
d a « a o t^ fU M e a |> a û u la s c v n u i r a c ( 4 r c « ¿ I c tr M d e s
CODOciduA......................... ...... 401
V L — CftiiloB IiBrôicw s V a«con^**ioa 412
V n . — O a c c io u e fl V a^coD gaiIaA . • 43T
V i l l . — B a i l c t y ju ftjfo » .. . . . . . . . . . . . 44«
I X . — E o m e r ia e . — 'X r ^ e e . — T n 4 i c i o n w y « « j o j t a . , 405
X . — O r íg e n e s d e lo« E o tik a r o e c c a r e l a d c « i l a a n t r o
p o l o ( ^ . • - V cc d a ilc iro canijK } p & ra <à « a tn d io d e e s
t a ra z ft. > - E s t a d l s U r a <)o l a l e n g u a E tif lk a r a e n laij
IfC * P r o r i n n a e V aaoonjíftdíi«, . . . . . . . . 474
X I . — I^T A m en d e a ^ n a a puliIi«arion< M s o b r e bl
V a M o n g stli). 491
C 0 ttC L I7 S l» > lK H ............................................................................... ........ R27
■j.Tw
* ♦>*
P ■•Ivvy' ■'■;- ; - ''. 5 , . - **'; . ^ -e *. f , '.^ " '•. 'v ;.- ^ ? :.p , . , •
•<é
_• J’A«
" K ’r .
'/ C ' . >/
Pa*
.k:
p- *>^'^ V?;rV;
. f.-.
■ci' •r,. V
•'W
......
» r - v ''''
'• '\ v r
' ilu - . . . •', , :•
'- '* r
'í;., '.’. <í
(r ' -r'
:•!
»'.^i 'j '¥ <
^ W ' ' ¥ - .sv'í ■
tjÄ-:
K“. ., ' .ÍÜ;i *'•
J k
f t f ; . . y.
ïfe i';'- •d
r « > ‘k.* . j' ■',i
PLANTILLA
PARA LA DOLOCADrON DE I H ÜI I N A S .
Pao.
i . H a r r i a d e p i e d r a . S a n B arto V v m é ( i l a v a ) . T a m a íio n a t u r a l . ( M i
col<*«ícion). — 2 , C u c h illo (lo s Í I b i. S a n B a rto lo iu ú ( Á l a v a ). Ta*
m a ñ o n & tn ra l. — 3 . P o n t a a d o f !« c h a d a p i e d r a , rU o x y liu c« o .
S a n B a r t o l o m é ( A l a v a ) . T a u ia fiu n a t u r a l . . . . . . . . . 18
1 , T T a d ia d e p i o d r a , t a m a ñ o n a t u r a l . S a n B a rtA liim é ( Á U r a ) , (
co)«c>*JoD J . — 2 . P a u t a d e ia n s a , t a m a f ío n a t c r a l . S a c B artc^runA
( i l a v a ) ........................................................................................................................ 14
] . l* c jiU ( l o l a i u a dR M J e x , U m a f lu n a t o r a l . B a n B a r t o lo m é { A la
v a ) . — S. F a s t a d e l n n s a d e s i l e s , ta itia f ío n a t u r a l . S a n B a r t o l n .
D ié ( X la s -a ). — S y 4 . P u n t a « d a la n z a ó f l e c h a d e s í l e x , t a m a ñ o
n a t u r a l . S í d B a r to lo m é ( .4 l a v a ). , ........................................................ 16
Uolm*-»! d o ilg n iJA Z ................................................................................................... 18
íS an M ig u e l d e A T ret'W n ag » . M a r q o in a ( Vi z c a y a ) . . . . . . W
S ep o lcT o a d e t l o r r i o < J A r g n in e t a ( V í í c a y a ) isr»
I j i3 c o c i 'o t p * l d e l c a m p o d e lo a M p o k r o s . — S e p u l c r o .— F J o r r i o ,
A rp d n p ta . ................................................. 158
In s< 'rip clo iiM i — E l o i r l o , A r g n l n e t a .— I d o l o d e M itiu cltU . D o r a r .
g o i V l x r a j * ) ......................., 140
A r m e n t U ( X ja v a ). — P ó r t i c o d e l a I g le s ia . I r o s l a s d n l a p r im itiT a
Ba?1]ic&. S ig lo IX. - - P ó r tlo o d e l a I g l f a í a . S « p o lc r o d t l O b is p o
D , K o d riíto d e C ascA iit« . S ig lo :(ii. — B «eC os d e l a p r i m i t i v a B a -
sfSica........................................................... .......................................... 142
'T H " ’ i ' ' * < ' ' 0 ‘' ^ i ~ * ' ' : ' / s ■» • ' ‘ / . ' i t . , t ì i > '. « « v í / ; i í Í f ^ : ^ V ¿ Î ^ ï.V - -Ÿ iiiiy , , ‘ ;
•ci-l'V
*' ‘*'' -
r
i ^ I :«)éflti:i>*.*■>;' «ií?U •< ¿ . ••»y^¡:{,Vv » - s
''. .-, . ^ , ; . ;■',* V ... . . : _
■''' ¿ .~K‘ÿ^..
• - r \<üt
//
t'
s'S' V?
;A ^ nV
«
> T ;» W 5 » > í V
f ÿ S V - , «•'
.s¿
¡SiSijLS.'SmCa: