ACCESO VASCULAR
Charles S, Turner, MD
El acceso vascular en lactantes y nifios es uno de los
aspectos més frustrantes y exasperantes de la cirugia
pedidtrica, Lo que sdlo es un procedimiento quirérgico
auxiliar en los adultos, puede convertirse en una tarea
esencial en nifios y llevar tanto tiempo como la operacién
misma, Muchas veces el médico con menos experiencia
es el encargado de iniciar el acceso intravenoso (IV)
En ninguna situacién este aspecto es més importan-
te que durante los intentos de reanimacién de un nif.
En un estudio de 66 paros cardiacos en el departamen-
to de urgencias infantiles, el acceso intravascular re-
quirié 10 minutos o mas en el 24% de los casos.’ De
hecho, en 6% de las reanimaciones nunca se establecié
el acceso, Cuando la reanimacién tuvo éxito, la via in-
travenosa se habia establecido mucho antes en compa-
racién con los casos en que fracasaban los intentos de
reanimaci6n. La colocacién de un catéter intravenoso
result6 un procedimiento més prolongado en nifios
menores de dos afios de edad.
En 1986 se realiz6 un estudio prospectivo para d
terminar la efectividad de un protocolo que se diseié
para normar la via y el sitio de acceso intravenoso pe-
didtrico en una sifuacién de urgencia* Este estudio
encontré que las reanimaciones que empleaban el pro-
tocolo legraban el acceso intravasculer con més rapi-
dez (en promedio 4.5 minutos), respecto de aquellos
que se desviaban del protocolo {promedio, 10 minu-
tos) (fig. 8-1). Por lo tanto, los cirujanos deben desarro-
lar y mantener un alto grado de experiencia en el ac-
ceso vascular en lactantes y nifios. Més allé de la nec:
sidad inmediata de un acceso intravascular para los
esfuerzos de reanimaci6n, el cirujano debe establece:
con mayor frecuencia lineas de acceso arterial para vi
gilancia y vias de acceso venoso central para hemodié-
lisis, nutricién parenteral, quimioterapia y vigilencia
durante cuidados delicados.
Este capitulo revisa las opciones disponibles de ac-
ceso vascular para que pueda mejorarse este aspecto
de la atencién quindrgica pedistrica.
O Acceso venoso periférico
Casi siempre el acceso venoso periférico en lactan-
tes y nifios se logra utilizando las venas de la mano y el
14
antebrazo, la parte distal de la pierna y ei pie y el cuero
cabelludo (cuadro 8-1). Es obligatorio un conocimien-
to minucioso de la anatomfa para fener éxito en el ac-
ceso vascular
En lactantes se seleccionan con més frecuencia las
venas superficiales del dorso de la mano. Estas venas
son rectas y planas y discurren sobre los metacarpia-
nos. Son tributarias de la vena més grande, la rama
dorsal de la vena cefélica distal, la cual también se es-
tabiliza sin dificultad para el acceso. La rama lateral de
Ja vena cefdlica distal es dificil de estabilizar y es me-
nos accesible para la puncién venosa y la colocacion
de un catéter.
Las venas tributarias de la mediana, que se localizan
en la superficie ventral de la mufeca, son accesibles
pero pequefas y con 4ngulos agudos. Por consiguiente,
Ace
0 para reanimacién de urgencl
Catéter IV peritérico
Infructuoso
Farmacos Liguidos y
porta cénula |) férmacos por
endotraqueal Intusién intradsea
y
+ Catéter en la vena femoral
= Percutineo o por diseccién
+ Diseccién de la vena safena
Fig, 8-1. Acceso para reanimacién de urgencia (ejemplo de protoco-
To). IV, intravenoso.Cuadeo 8-1. Prioridad de acceso a venas periféricas
en lactantes y nifios
1. Venas dorsales de las manos
2. Venas antecubitales de los brazos
3. Vona safona en el tobillo
4. Venas dorsales del pie
5. Tributaria de la vena mediana en la mufeca
6. Venas yugulares externas
7. Cuero cabelluda
requieren un catéter pequeiio, que se avanza con difi-
cultad dentro de la vena. Estas tributarias pueden usar-
se durante una operacién, pero no son confiables en el
paciente despierto. Las venas cefélica y basflica de la
fosa antecubital son accesibles, aunque el avance de la
cénula puede ser dificil debido a la angulacién de los
vasos a través de la fosa.
En la extremidad inferior son dtiles las tributarias
de la vena del arco venoso dorsal sobre la cara dorsal
del pie. La vena confiable mas grande es la safena, jus-
to por delante y lateral al maleolo medial. Esta vena es
visible algunas veces, si bien siempre es palpable. Pue-
de introducirse un caléter mayor.
Aunque es posible observar la vena yugular externa,
Ja aplicacién de una canula es dificil. Una vez que el
catéter est en el plano, sirve bien durante la eneste
Sin embargo, la vena yugular infunde muy poco cuan-
do el nifo despierta debido a que, con el movimiento,
el angulo agudo de la yugular externa deniro de la ven:
subclavia hace que la propiedad de la infusién se rela-
one con la “postura”. También es dificil estabilizar el
ter en la vena yugular externa y es facil su desalojo.
SITUACION DE URGENCIA
El siguiente paso, después que el acceso venoso pe-
riférico percutaneo falla, depende de la rapidez con |
que se requiera la via intravenosa. En una situacién
urgente? cuando el acceso venoso dificil se debe a un.
paro cardiaco o hipovolemia, las opciones son la insti-
Jacién traqueal, infusign intraésea,’ venodiseccién** y
acceso venoso centrai.*
Los sitios para la infusién intradsea en lactantes y
nifios pequefios son la tibia, cresta iliaca y fémur. El
acceso puede lograrse con una aguja de aspiracién de
médula 6sea o una aguja de mariposa de calibre 16 0
19. La aguja se introduce en el fémur en direccién ce-
félica, 3 cm proximal a los céndilos. La introducci6n
en la tibiaes de 1.23 cm distal a la tuberosidad tibial y
Ja aguja se coloca en direccion distal. La mayorfa de los
farmacos, soluciones cristaloides y productos sangui-
neos puede stuministrarse por medio de infusién intra-
ésee en caso de apremio. La absorcién es tan rdpida
como la que se logra por las vias intravenosas. Los va~
sos intramedulares no se colapsan en el paciente con
“choque” hipovolémico.*
En el pasado, la venodisecci6n era la piedra angular
para el acceso venoso dificil para el cirujano pediatra.
estudio de la American Pediatric Surgical Associa-
stré que cada cirujano pediatra realizaba en
\da aito.* El tiempo necesa-
tion
promedio 56 disecciones
rio para practicarlas en recién nacidos y nifios meno-
res y mayores de cinco afios fue de 11, ocho y seis
minutos, respectivamente. Se preferia la vena safena
(79%) sobre las venas braquial y yugular externa (21%).
Sin embargo, el tismpo requerido, incluso por parte de
Jos cirujanos con més experiencia en el procedimiento,
hicieron que en una situacién de urgencia la diseccién
fuera complementaria, en el mejor de los casos. Deben
establecerse vias alternas para aplicar medicamentos
(instilacién endotraqueal) y Iiquidos (infusion inter-
|, mientras se preparan las disecciones.*
SITUACIONES NO URGENTES
En circunstancias menos urgentes: ison necesarias
las venodisecciones periféricas? La opcién es la catete-
rizacién venosa central, pero existen dos contraindica
ciones especificas para el ingreso en una vena central:
una coagulopatia no corregida y una anomalfa cardia
ca considerable sin definir. De otra manera, se prefie-
ren las I{neas venosas centrales percuténeas cuando las
vias periféricas no estén disponibles o se requiere un
acceso a largo plazo.
Se llevé a cabo un estudio que comparé la cateteri-
zacién perculénea en una vena central con las disec-
ciones venosas periféricas en nifios de un dfaa 17 aiios
de edad. Dentro de los grupos de edad, los sujetos te-
nian tallas y pesos similares. Se observaron colocacio-
nes mas exitosas, menos complicaciones y estados fun-
cionales ms prolongados en los pacientes con caté
res venosos contrales, en comparacién con las venodi-
secciones periféricas.® Las disecciones quirdrgicas ta
bién implican un riesgo mucho mayor de complicacio-
nes infecciosas respecto de las caleterizaciones percu-
taneas.’ En consecuencia, la cateterizacién percuténea
de una vena central es el método de eleccion cuando
se requiere un acceso venoso que no sea ana linea in-
travenosa periférica de rutina.
En la actualidad se usan las agujas de mariposa para
introducir pequefos catéteres de silastic por via percu-
tanea en los recién nacidos.” Esta eguja permite obte-
ner un acceso venoso central en lactantes muy peque-
ios sin una diseccin. El catéter es una manguera de
silastic de graduacién médica (0.012 mm de diémetro
interno y 0.025 mm de diémetro externo)? (fig. 8-2). El
caléter se inserta en una vena periférica (cuero cabe-
Iludo, cuello o brazo) a través de una aguja de calibre
19 en una vena del cuero cabelludo o de un angioca-
téter de calibre 20." Ei catéter se avanza en sentido
central,
En virtud del pequefio tamafo de la sonda, el ritmo
de flujo se limita a 25 ml/h. Puede existir un mayor
riesgo de precipitacién del fosfato de calcio, si se admi-
nistran emulsiones de lipidos de manera simulténea
con la nutricién parenteral.” Para el uso a corto plazo
en un recién nacido que pesa menos de 6 kg, estos
catéteres de didmetro pequeio que se introducen porFig. 8-2. Angiocatéter de mariposa para separar con catéter de silastic,
via percuténea ofrecen una buena alternative a las If-
de diémetro mayor que ameritan disecci6n o in-
sercién subclavia. No obstante, es cierto que el ciruja-
no debe perfeccionar la técnica de diseccién venosa
y usar los catéteres de silastic mas recientes,
n menos (rombos que los
anteriores de polietilens.
Ci Acceso venoso central
El acceso a las venas centrales del t6rax ha alterado
el resultado de muchos problemas quirdrgicos pedi
tricos. Con esta via puede vigilarse en forma precisa la
hemoditfamia en un nifo con enfermedad grave. Los
pacientes con problemas como sindrome de intestino
doobstruccién intestinal y gastrosquisis, pue-
den mantenerse con vida empleando nutricién paren-
teral central, La sobrevida entre los lactantes con pre-
madurez extrema aument6 debido a la capacidad para
proporcionarles calorias adecuadas, protefnas y grasas
a través de catéteres venosos centrales (fig. 8
Los sujetos pediatricos oncolégicos requieren un
acceso venoso central, no slo para la administracién
confiable de agentes quimioterdpicos, sino también para
apoyo nutricional. El acceso a una vena central tam-
bién permiti6 que se colocaran catéteres para la hemo:
didlisis de corto y largo plazos y para la plasmaféresis
en el tratamiento de ciertos trastornos metabélicos.
TIPO DE CATETER
La primera
minado en partic
asideracién es el tipo de catéter, deter-
lar por el empleo que se pretende y
Vena yugu
lar interna
(0D) Vena facial
Vena femoral eee
(Pod)
ie
—— Vena yu-
“\—Vena subclavia
Supraclavicular
Subeiavicular
(0)
Vena cetfalica
(PoD)
Vena braquial
(Pob)
Fig, 6-3. Sitios mas frocuontes para el acceso venoso central. P, per
‘cutdnen; D, diseecién
el tamaiio dei individuo. La duracién, obediencia del
lactante y capacidad para cuidar el catéter también son
factores en el proceso selectivo. Para los periodos cor-
tos en una situacién de urgencia o de cuidados impor-
tantes se dispone de catéteres de polietileno de una a
tes luces. Estos pueden insertarse por via percuténea
en la yugular interna, subclavia o venas femorales me-
diante la técnica de Selinger
Para la aplicacién a largo plazo en la nutricién pa-
renteral o en problemas oncoldgicos se prefieren los
téteres de silicén debido a su flexibilidad y menor
capaciclad para ocasionar trombos."* Los catéteres de
Broviac o Hickman se fabrican de silicén con un man
guillo de dacrén alrededor de la parte no vascular del
catéter. Estos instrumentos pueden colocarse por via
percuténea en las venas subclavia, yugular interna o
femoral, utilizando la técnica de Seldinger y los intro-
ductores de “despegamiento’
La punta se avanza hacia la unién de la vena cava y
la auricula bajo control fluoroscépico. La parte extra-
vascular con su manguillo de dacrén se extrae a través
de un tiinel subcuténeo largo hacia la pared tordcica
anterior o la pared abdominal, si se opta por el método
femoral. E] manguillo de dacrén debe estar a a mitad,
entre la piel y la entrada a la vena,” Otras venas sus
ceptibles para la técnica de diseccién incluyen la yu-
gular externa, facial comin, tiroidea inferior, safona y
epigastrica inferior. Cuando se agotan esas alternati-
vas, la vena cigos puede usarse para la canulacion a
través de las venas intercostales del lado derecho, aun-
que esto requiere una toracotomia o toracoscopia. Tam-
bién existen casos en los que se accedié a la vena cava
inferior empleando un método translumbar percuténeo
para la colocacién de un catéter venoso central.”
Los instrumentos de acceso implantables consisten
en un reservorio de inyeccién que se cons aun ca-
téter de silicén (fig. 8-4). La entrada o reservorio se
coloca en un saco subcuténeo en la pared anterior del
trax. El catéter se avanza por un tinel bajo la piel
hacia el sitio de entrada a la vena. Puede accederse a laFig. 8-4. Instrumente implantable para acceso vascular con aguja
de ingreso y
vena con una técnica percuténea de Seldinger 0 una
\écnica de diseccién. Los reservorios subcutaneos tie:
nen un diafragma de silastic, el cual puede puncionar-
se con una aguja de orificio lateral (Huber), sin que se
tome un centro de silastic con la entrada de la aguja.
Las paredes posterior y lateral del reservorio son
melélicas para saber cudndo se insert la aguja por
completo. Este tipo de instrumento permite el acceso
al sistema venoso central sin necesidad de cuidar un
caléter externo. Los reservorios implantables también
estan disponibles como tipos de doble y triple luz, asi
como los tipos para lactantes. La facilidad de su cuida-
do, la ausencia de tubos que protruyan y la compatit
lidad con las actividades normales son sus ventajas
principales.* El indice de complicaciones del acceso
venoso central no aumenta con su uso;*** de hecho, la
es menor." Para personas que re-
‘0 venoso central intermitente, pero a lar-
quieren acce
go plazo (como para el tratamiento del céncer, fibrosis
quistica y hemofilia),” un sistema implantable parece
apropiado. La cuestion de si una necesidad continua,
como la nutricién parenteral crénica on el hogar, sé
satisface con un instrumento implantable o un catéter
externo, atin no se ha aclarado.
Los catéteres especiales para hemodiélisis permiten
el empleo de una técnica con aguja tinica de didlisis
Estos catéteres (Cook, Inc., Bloomington, IN), que tie
nen vias de entrada y salida de compensacién, se fabri-
can de poliuretano* (fig. 8-5). Pueden introducirse en
forma percutanea mediante una técnica de catéter de
despegamiento; también tienen manguillos de dacrén
er para hemodislisis (derecha) con equipo introduc
tor de Seldinger (i2quierda),
que se sumergen, como se describi6 para los catéteres
de Broviac."* Es posible utilizarlos en nifios que pesan
tan sdlo 7 kg.
‘También se han empleado los catéteres de Hickman
(Bvermed) con colocacién central para la hemodidlisis,
con técnica de aguja tinica de diélisis. Los diversos ta
maiios, segin la talla del paciente, proporcionan he
modidlisis adecuada en lactantes muy pequeiios de tan
sdlo 7.7 kg.* Estos catéteres se adaplan mejor para la
hemodidlisis aguda en niftos con insuficiencia renal
aguda sin disponibilidad de diélisis peritoneal, en su-
je(os con peritonitis que requieren el retiro temporal
de un catéter de didlisis peritoneal y en lactantes con
resultados fallidos de la didlisis peritoneal, que espe:
ran un trasplante renal. Estos caléteres se usan asimis-
mo para didlisis a largo plazo,"" aunque se piensa que
Ja mejor didlisis a largo plazo para los nifios es la peri-
toneal
Si se requiere hemodidlisis a largo plazo por perito-
nitis crénica y falta de un donador apropiado para e}
trasplante, es posible una fistula arteriovenosa de
Brescia-Cimino en nifios que pesan menos de 15 kg.
El sitio de la insercién de un catéter venoso central
en un nifio depende en buena medida de la experien-
cia y adiestramienta del cirujano. La via percuténea
hacia la vena subclavia es confiable, incluso en lactan
tes muy pequefios.**** Como se mencion6 antes, se co-
Jocan lineas largas desde la fosa antecubital por medio
de una técnica de diseccién o percutanea en lactantes
que pesan tan s6lo 0.5 kg?
COMPLICACIONES
Se habia pensado que la via femoral para la coloca-
cidn de una linea central estaba relacionada con mayorincidencia de tromboflebitis de la pierna ipsolateral ¢
infeccién de la herida, a causa de la proximidad de la
ingle.**** También se ha informado de gangrena en la
extremidad inferior," artritis séptica de la cadera,® fis-
tule arteriovenosa,” penetracién de una viscera en una
hernia femoral no reconocida e infusién de Ifquido en
a pared abdominal,” como complicaciones de la canu-
laciOn de la vena femoral. Sin embargo, debido a que
el método femoral ha sido la via elegida para la catete-
rizacién cardiaca,”” el método femoral para la coloc
cién del catéter venoso central se ha aceptado también
para su uso en pacientes pedidtricos.****** Las venta-
jas que se mencionan son la anatomfa, la hemostasia
obtenida y la distancia hasta otros sitios de maniobras
que pueden salvar la vida en um sujeto con lesiones
miiltiples.
Por consiguiente, en caso de necesidad de un acceso
venoso central répido a causa de paro cardiaco, hipo-
tensi6n, paro respiratorio y traumatismo miltiple, la
via de eleccién es la vena femoral, con técnica percuté
nea o por diseccién. En los recién nacidos, lactantes y
nifios que requieren Imeas venosas centrales a largo
plazo, el método femoral es aceptable y esté disponible
con el sitio de salida o el reservorio localizados en la
parte inferior de la pared abdominal.
Salvo por las complicaciones que se mencionaron
antes, las de los catéteres venosos centrales se vincu-
lan sobre todo con la colocacién percuténea del catéter
en las venas subclavia o yugular interna, Las complica-
ciones agudas incluyen localizacién aberrante del ca-
téter; perforacién de la vena o arteria con hemot6rax
resultante, hidrotérax 0 extravasacién de liquido hac
Jos tejidos periféricos; perforacién del pulmén con neu-
motérax; y perforacién del corazén con taponamiento
pericérdico resultante.**® La colocacién errénea de la
punta del catéter dentro de una pequefia tributaria
puede causar flebitis cuando se infunden soluciones
hipert6nicas. La fluoroscopia y las radiograffas inme-
diatas después de la insercién permiten la colocacién
correcta del catéter y la deteccién temprana de estas
complicaciones.
Las dificultades a largo plazo incluyen infeccién del
tunel, sepsis, trombosis venosa, obstruccién de la vena
cava superior, trombosis de la punta del catéter y em-
bolia séptica.'°+ Se dispone de una revisién de las
infecciones de catéteres venosos centrales.” Cualquie-
ra que trabaje con pacientes que ameriten un acceso
vascular debe estudiarla.
El indice total de infecciones sépticas en los catéte-
res venosos centrales es de 1.7 casos por 1 000 dias de
uso del catéter, Esta tasa es variable, sea que el pacien-
te se someta a nutricién parenteral total, que también
reciba quimioterapia y que se emplee mas de una luz
(que no sélo estén en posicién). Se considera el diag-
néstico de sepsis relacionada con el catéter en cual-
quier caso con fiebre. Los cultivos sanguineos cuanti-
tativos que se obtienen en la regién central y peri
y que muestran una proporcién de 5:1 0 mayor de
lonias por mililitro sugieren que el catéter es la fuente
més probable.
Fl tratamiento inicial debe ser el retiro del catéter, si
el paciente puede permanecer sin él. Si atin lo necesi-
ta, pueden suministrarse antibisticos a través del caté:
ter. Se agrega un agente trombolitico, cuando se obser-
va un trombo en la ecocardiografia, 0 si el flujo se r
tringe.” Si no se reconoce mejoria clinica en 48 horas,
0 si el estado del individuo se deteriora con rapidez,
debe extraerse el catéter. Aunque las infecciones bacte-
rianas pueden curarse sin retirar el catéter, es poco
probable que se resuelvan las infecciones por Candida.”
TRATAMIENTO DE LA INFECCION
E] mejor tratamiento para la infeccién es la profi-
laxis. La técnica aséptica estricta al momento de la in-
sercién, asf como el seguimiento de los protocolos de
cuidado aséptico meticuloso del catéter, son esencia-
les, Este cuidado incluye los ungitentos de yodoformo
(los mas efectivos contra Candida y bacilos gramnega-
tivos) en el sitio de entrada y en la gasa y vendajes"”
adhesivos semipermeables transparentes, los cuales
deben cambiarse cada 48 a 72 horas.”
La trombosis del catéter de silastic puede sugerirse
antes de la oclusi6n completa por la dificultad del flu-
jo, incapacidad para extraer sangre y medicién de au-
mento de la resistencia al flujo.* Cuando ocurre una
oclusién parcial o total, puede administrarse urocinasa
a razén de 5 000 Ul/ml."*4° El volumen de este medica-
mento depende del tamafo del catéter (p. ej., 1.8 2 2.0
ml para catéteres de Hickman y 0.8 ml para los d
Broviac). Después de 30 a 60 minutos se aspira el caté-
ter y luego se infunde con solucién salina hepariniza-
da, La administracién regular de heparina diluida ate-
nia la formacién de trombos y también puede ocasio-
nar menos complicaciones sépticas."**" Un trombo in-
tracardiaco en la punta del catéter puede infectarse.**
La presencia de un trombo como éste casi siempre in-
duce sintomas (sépticos, respiratorios, insuficiencia
cardiaca 0 disfuncién del catéter).” La deteccién se
confirma por medio de la ecocardiografia.
Diversos modos terapéuticos incluyen agentes trom-
boliticos {infusién de urocinasa de 2.000 a 10 000 U/
kg/h durante uno a ocho dias) y heparina, con o sin
extraccién del catéter; extraccion del catéter tinicamen-
te; observacién sola;” un régimen de aspirina, dipiri-
damol y antibiéticos#” y auriculotomfa.” Con base en
los informes publicados, el tratamiento trombolitico a
través del catéter, con adicién de antibidticos en caso
de sepsis, debe ser la primera linea de tratamiento. La
auriculotomifa se reserva para la sepsis que va en de!
rioro por el compromiso cardiaco secundario a la pre-
sencia mecénica del trombo.
C Acceso arterial
Los catéteres intraarteriales en lactantes se usan con
frecuencia para vigilar la presién sanguinea y propor-
jonar un acceso a la sangre arterial y para obtener
determinaciones de gases sanguineos y otras pruebas
de laboratorio, lo cual elimina la necesidad de puncio-nes arteriales intermitentes.*** Los sitios arteriales para
aplicacién de cdnulas incluyen las arterias umbilica-
les,**** radial,®”® femoral, tibial posterior y tempo-
ral** (fig. 8-6).
ARTERIA UMBILICAL
La arteria umbilical casi siempre se constrifie minu-
tos después del nacimiento, aunque esta constriccion
se retrasa por la hipoxia y la acidosis. Casi siempre
puede introducirse un catéter en esta arteria en los pri-
meros dos a cuatro dias de vida, habitualmente en el
mufién umbilical mismo, aunque la arteria umbilical
puede penetrarse a través de una minilaparotomia."*
Las ventajas de la cateterizaci6n de la arteria umbilical
son la facilidad de acceso, la mayor vida funcional de
Jos catéteres umbilicales que los colocados en arterias
periféricas y la capacidad para infundir Ifquidos, glu-
cosa, electrOlitos y farmacos a través de una linea di-
recta,’ Su uso también permite estudios de gases san-
guineos posductales, los cuales son utiles para deter-
miner el grado de cortocircwito de derecha a izquierda
enrecién nacidos con circulacién fetal persistente. Tam-
bién se usa la arteria umbilical como acceso en la cate-
terizaci6n cardiaca."*
Las complicaciones de los catéteres en la arteria
umbilical incluyen trombosis, embolia distal, vasospas-
mo, perforacién vascular con hemoperitoneo, hemo-
rragia por la desconexién del catéter y después del re-
tiro de éste, infarto visceral, paraplejfa, hipertensién y
sepsis.***#* Todas estas situaciones requieren retiro
inmediato del catéter. demas, la trombosis de la aorta
puede ameritar tratamiento trombolitico o quirargico.
Existen informes de aneurismas aérticos miltiples en
un recién nacido después de la insercion de un catéter
en Ja arteria umbilical." En 5 a 10% de ios paciente:
no puede aplicarse el catéter en esta arteria ni tampoco
después del periodo neonatal. Las complicaciones por
la presencia de un catéter en la arteria umbilical puede
requerir su retiro prematuro. En estos casos pueden
instalarse catéteres de calibres 22 a 24 por medio de la
Arteria femoral
(Po)
|. Arteria
Arteria tibial
posterior (Po D) umbilical (0)
Arteta tibial anterior GS
(Pod) S
Atria radial (P 0 D)
ios para acceso arterial. P, percuténeo; D, diseccién,
técnica percuténea o une dis
feéricas
ccién en las arterias peri-
ARTERIA RADIAL
La arteria periférica que se usa més a menudo es la
radial, que conlleva un riesgo bajo de infeccién (12%
para los catéteres que permanecen en su sitio mas de
48 horas) y trombosis. E] catéter permite la determina-
cién de gases preductales, si se encuentra en la arteria
radial derecha. La incidencia totel de complicaciones
por la presencia de catéteres arteriales periféricos se
aproxima a 7%, en comparacidn con 27% de catéteres
en Ja arteria umbilical.“* Los catéteres arteriales son de
tefl6n y calibre 22 a 24. Pueden colocerse por medio de
nica percuténea o por diseccién. En este dltimo caso,
el catéter puede insertarse a través de la piel y luego,
bajo visualizacién directa, hacia la arteria sin ligarla.**
Casi siempre se obtiene un pulso palpable de tres a
cinco dias después de la extraccién de un catéter en la
arteria radial.”
Las complicaciones de los catéteres en le arteria ra-
dial incluyen isquemia cuténea, obstruccién de la arte-
ria radial e incapacidad para obtener sangre a través
del catéter. En pacientes que exigen la insercién por
medio de una técnica de disecci6n, el intervalo para la
recanalizacién después del retiro del catéter es mayor
que en los lactantes en quienes se us6 la técnica percu-
ténea." El catéter de la arteria radial debe infundirse
en forma continua con heparina, 1 U/ml de solucién
salina, ya que asi duran més que aquéllos con infusiéa
intermitente,* ademés de que el flujo lento y continuo
evita una posible complicacién catastréfica de emboli-
zaci6n retrégrada de un codgulo y aire hacia la circu-
Jacién cerebral.*” Si se comprueba la permeabilidad de
a arteria cubital antes de la colocacién de un catéter
en la arteria radial, y se infunde en forma continua,
sobrevienen pocas complicaciones importantes por la
cateterizacién de esta arteria.”®
ARTERIA TEMPORAL
Se sugiere la cateterizacion de la arteria temporal
para laciantes cuyas arterias radiales ya no son per
meables.* Aunque este método es técnicamente posi-
ble, los informes de hemiperesia e infarto cerebral (con-
firmados por tomografia computadorizada en el mismo
lado del catéter de la arteria temporal) han abatido el
entusiasmo inicial por él. Aunque esta complicacion
es rara (1 en 600 pacientes cuando se infunde heparina
de manera continua y el catéter no se irriga"), la posi-
bilidad de una complicacién tan catastr6fica Contrain-
dica este método.
Por Gltimo, deben revalorarse constantemente las
indicaciones para el acceso arterial. Con los sistemas
de vigilancia no invasivos cada vez mas depurados,
muchas veces el acceso arterial no es obligatorio."* Les
necesidades del individuo, y no la conveniencia para
el médico, deben determiner la aplicacién de este mé-
todo,