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ENSAYO

La Región Piura ha iniciado el proceso de reconstrucción después de haber sido

afectada por lluvias intensas y el desborde del río que provocaron daños en su

infraestructura básica, en viviendas, carreteras y colegios. En este proceso de

“reconstrucción con cambios”, como lo han denominado las autoridades, se

necesita del concurso de los mejores profesionales del país y especialmente de la

Región, para que las obras a realizar sean de calidad y garanticen la seguridad de

los piuranos ante futuros eventos climáticos. El poblador piurano no quiere que se

repitan errores del pasado, donde campearon la corrupción e incompetencia que

dejaron a las ciudades expuestas a diversos peligros.

¿Qué tipo de profesional necesitamos para lograr el propósito de llevar adelante

una reconstrucción de calidad?

Para algunos seguramente bastará con que los profesionales en mención,

ingenieros, arquitectos, administradores, abogados, contadores, etc.; cuenten con

alta capacidad técnica y hayan sido formados en universidades de prestigio.

Sin embargo, para otros, la experiencia vivida en el pasado, nos obliga a recurrir a

profesionales con alto sentido ético además de su probada capacidad técnica. Es

decir, además de la competencia profesional importa también la calidad de persona

y los valores que guían a estos profesionales en sus actos.

Habrá finalmente quienes también se inclinen porque estos profesionales sean los

más calificados y al mismo tiempo oriundos de la Región, partiendo del supuesto


conocimiento que ellos poseen de la realidad regional y su amor a la tierra que los

vio nacer.

Nos inclinamos por la segunda posición que pone de manifiesto la importancia de

que los profesionales cuenten con un alto sentido ético en su actuar, aunado a su

probada capacidad técnica.

Cruz, J. (2011) nos dice que “La carencia de valores éticos suele pagarse muy caro.

No basta la necesaria «competencia técnica» para lograr eficacia. Es necesaria

también la «competencia personal», una de cuyas dimensiones decisivas es la

«competencia ética”

La Ética a la que se hace referencia busca descubrir, clarificar y comprender las

relaciones que se establecen entre el actuar humano, los valores y las normas

morales que se desarrollan en la vida social. Desde que el hombre se agrupa en

sociedades tuvo la necesidad de desarrollar una serie de reglas que le permitieran

regular su conducta frente a los otros miembros de la comunidad. De manera que

la moral es una constante de la vida humana. Los hombres no pueden vivir sin

normas y valores.

La conducta o comportamiento ético aludidos incluye el respeto y la aplicación

permanente de algunos principios morales fundamentales, incluidos los derechos

de otras personas, la honestidad, la equidad, la igualdad, la diversidad, el honor y

dignidad. Un ejemplo de profesional que debe contar con este perfil es el contador, un

contador debe apegarse a los valores de Honestidad, igualdad, empatía. Un contador

consta de una “Actividad personal, el servicio a los demás, estabilidad profesional,


beneficio personal, honradez profesional, respeto a la dignidad personal, la vocación”.

(Cadavid, 1996, p. 166).

Se trata de responder o reaccionar de manera confiable, con lo que la sociedad y la

persona cree que son los valores, en esencia, comportamiento ético significa hacer

las cosas en forma correcta en cualquier circunstancia. En el caso de un profesional

dicho comportamiento consiste en ejercer bien la profesión que escogió, en poner

en práctica los deberes y normas inculcados por el colectivo o colegio profesional.

Ser un profesional competente y responsable no consiste exclusivamente en ser un

individuo racional y libre, que posee habilidades y consta con numerosos

conocimientos, sino que posee también, sentido de compromiso social en el

desempeño de su profesión y sobre todo posee una conducta ética.

El comportamiento basado en la ética asegura que el profesional actúe en función

del bienestar común y no por intereses particulares o personales. En el caso piurano

nos da la seguridad que se utilizarán bien los recursos y las obras a ejecutarse

beneficiarán a la mayor cantidad de personas, de manera que estas puedan vivir en

mejores condiciones y alcanzar su pleno desarrollo social. Si todos los profesionales

actuasen bajo ese impulso ético seguramente el producto de su trabajo traería

mucha felicidad para la gente, especialmente la más necesitada. Tomando como

ejemplo la carrera de contador, se haría realidad lo que dice Marco Antonio

Machado sobre ella “La contabilidad debe ser concebida como una disciplina al

servicio de la humanidad”.
Esa misma actitud ética nos permite aseverar que no será una persona proclive a

la corrupción. El Plan Nacional de lucha contra la corrupción define a esta como el

“uso indebido del poder para la obtención de un beneficio irregular, de carácter

económico o no económico, a través de la violación de un deber de cumplimiento,

en desmedro de la legitimidad de la autoridad y de los derechos fundamentales de

la persona”. En la parte medular de esta definición se distingue que la corrupción

ocurre mediante la violación de un deber por parte de la persona. Solamente una

sólida formación ética evitará que esto ocurra.

Este componente ético del perfil profesional es reconocido por las mismas

Universidades en sus documentos de admisión. Por ejemplo, la Universidad de

Piura, cuando se refiere a la carrera de Contabilidad y Auditoría menciona que “El

rol del contador es clave en la toma de decisiones empresariales, esto requiere de

una rectitud de criterio y una ética que direccione su comportamiento”. Asimismo,

en el perfil del alumno señala “confiables, competentes, honestos y con vocación de

servicio”.

El actuar ético asegura la efectividad y el éxito en la obra emprendida.

Entendiéndose por efectividad el hecho de utilizar al máximo posible las

posibilidades existentes para beneficiar sobre todo al destinatario de la actividad

profesional. La ética profesional se relaciona con la efectividad en el trabajo, pues

no debe olvidarse que ser ético en el trabajo no es únicamente cumplir normas, sino

que se relaciona con la innovación y el cambio radical, con la ejecución de un

pensamiento propio y con la capacidad de ser creativo en la responsabilidad

encomendada para satisfacer del mejor modo posible una demanda en pos del

bienestar de la población. De hecho, los nuevos perfiles profesionales han


introducido la creatividad e innovación como requisitos indispensables. Siguiendo

con el ejemplo de la carrera de Contabilidad, Jorge Amaya Luna Director Académico

de la Licenciatura en Contaduría y Finanzas, de la Universidad Intercontinental

(Méjico) afirma que “La profesión contable ha evolucionado a la par de las

organizaciones. Los nuevos perfiles que se requieren para el profesional de esta

área va más allá de la imagen tradicional que nos hemos formado del contador. Se

requiere un nuevo perfil basado en la innovación y la creatividad constantes.”

Belén
http://mitecnologico.com/igestion/Main/Signifi
cadoYSentidoDelComportamientoEtico
Significado Y Sentido Del Comportamiento
Etico

1.1. Significado y sentido de un comportamiento ético

¿Cree usted que la sociedad actual parece estar más fuera de contacto con los principios
vitales de la integridad y la justicia?

Pues bien, la sociedad de hoy ha convertido todo a acerca de la violencia, la corrupción y


la agresión.

Por desgracia, el sentido y el verdadero significado de la conducta ética parece haberse


extraviado a lo largo del sistema.
La conducta ética incluye el respeto y la aplicación de algunos principios morales
fundamentales, incluidos los derechos de otras personas, la honestidad, la equidad, la
igualdad, la diversidad, el honor y dignidad.

Se trata de responder o reaccionar de maneras confiables, con lo que la sociedad y la


persona cree que son los buenos valores.

En esencia, comportamiento ético significa hacer las cosas en forma correcta en cualquier
circunstancia.

Cada cosa que hacemos es por nuestra elección.

Por lo tanto, el comportamiento ético es seleccionar bien lo que hay que hacer,
independientemente de cuál sea la situación.

No hay duda de que la línea entre lo correcto y lo incorrecto pueden ser muy imprecisa en
algunas circunstancias, por lo tanto, en un significado más amplio, con cada norma
aclarada debera parecer estar en orden.

Por lo tanto, el comportamiento ético comprende apegarse a estos valores, que son
generalmente establecidas para ser bueno,

• Equidad.-Esta es la calidad, que comprende tratar a todos como se merecen ser


tratados.

La forma en que se comporta con o tratar a alguien, si usted es justo ha de revelar cómo
ese individuo en particular lo ha tratado, así como el comportamiento de la persona hacia
los demás en general.

Esencialmente, esto significa que uno no debe hacer discriminación en relación con
cualquier persona y tratarlos según únicamente sobre la base de sus acciones.

• Honestidad, honradez fundamentalmente significa ser sincero siempre, sin embargo,


también abarca otros aspectos como la sencillez y la integridad.

El significado y el sentido de la conducta social no es más que incompleta carenvia de la


honestidad.

Confucio describe los diversos niveles de honestidad que van desde sincero y de poca
profundidad.
El nivel inicial incluye ser honesto para su propio beneficio personal, mientras que el
siguiente nivel se basa en el concepto de ser más honesto que le importancia de como
otros le tratan o ella.

El último nivel consiste en ser el más sincero con el sentimiento de simpatía hacia cada
uno de ellos independientemente de su credo o color de la raza.

• La igualdad.- ocupa un lugar importante en el significado y el sentido de un


comportamiento ético.

Es esencial entender que la igualdad es una de las cosas más comunes, que la mayoría
de nosotros no cumplen en la sociedad moderna de hoy.

Nosotros a veces somos subjetivos y nuestra relación con alguien puede ser diferente
debido a nuestro juicio.

Puede ser muy difícil de tratar a todos con la misma medida.

Uno no debe sesgar hacia cualquier persona y esto es la base de la igualdad.

• Empatía.- Esta cualidad de actuar con la preocupación por los demás, con la capacidad
de pensar desde la perspectiva de diferentes personas consiste en ponerse en algún
papel que entienda sus sentimientos.

Si uno puede hacer esto, él o ella tal vez se comprometera a tratar a todos los demás de
manera honesta y justa.

• Comportarse conciencientemente.- Significa que uno debe ser muy cauteloso en la


forma en que él o ella selecciona a defender lo que él o ella cree.

En otras palabras, él o ella deben hacer las cosas de corazón.

No se acepta hacer las cosas a medias.

Retrata a la falta de individualidad, si uno no defiende lo que él o ella cree y más


esencialmente, si no se entiende claramente lo que él o ella realmente le debería
importar.

Numerosas personas sólo saben que ellos deben ser parte de su código moral.

Ellos realmente no entienden la necesidad y la importancia del comportamiento ético.


Se van como tal.

Muchas personas no piensan en profundidad acerca de la ética.

Ellos no sienten pasión por ella.

Respetando la diversidad de todos los demás es otro aspecto importante de entender.

Si uno entiende que cada persona es única a su manera, entonces se puede respetar la
diversidad de él o ella.

Esto no es cosa fácil como parece.

Definitivamente, hay varios otros conceptos, que pueden ser utilizados para comprender
el verdadero sentido y significado de la conducta ética.

Sin embargo, lo que discutimos aquí son algunos de los aspectos importantes que le
ayudarán a entender el verdadero significado de un comportamiento ético y su
importancia.

El comportamiento ético está muy asociada a la escuela y al punto donde el niño


comienza a entender la diferencia entre bien y mal.

Saludos y suerte prof lauro soto

http://www.marcoteorico.com/curso/8/taller-de-
etica/128/significado-y-sentido-del-
comportamiento-etico-
Significado y sentido del comportamiento ético.
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Subtemas
 3.1.1En el ámbito personal y social.
 3.1.2En el ámbito académico.
 3.1.3En el ejercicio de la ciudadanía.
El significado y sentido del comportamiento ético, para formar el principio de ellos es la ética y
comportamiento, a continuación se dará un significado:

Ética. Es la capacidad de actuar de acuerdo a ciertos valores morales, costumbres y prácticas


profesionales, acatando las reglas organizacionales.
Comportamiento. Forma de portarse una persona u organización en su entorno según ciertas
circunstancias que lo afecte.
El significado y sentido del comportamiento ético se basa en obrar de forma congruente en
base a buenos principios en la vida privada, profesional y laboral.

Características con alto grado de comportamiento que un profesional puede tener dentro de
una organización son las siguientes:

Estructura la visión, misión, valores y estrategias de la organización basándose en valores,


costumbres y prácticas organizacionales.

Dispone de marco de trabajo para sí mismo y para la organización japoyaso con el respeto de
políticas, valores y principios morales organizacionales.

Apoya en toda la organización los principios éticos, él lo que respecta al ambiente y ámbito de
la sociedad y la familia.

Predilección a valores y buenas costumbres, sobre los intereses propios y organizacionales,


sus relaciones laborales son basados por sus principios y el respeto.

Es unos modelos en la comunidad donde actúa por su comportamiento ético tanto laboral y su
vida.

El término Ética, etimológicamente, deriva de la palabra griega "ethos", que significa


"costumbre".
La ética es la parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones que rigen el
comportamiento del hombre en la sociedad. Aristóteles dio la primera versión sistemática de la
ética. Es el compromiso efectivo del hombre que lo debe llevar a su perfeccionamiento
personal. Es el compromiso que se adquiere con uno mismo de ser siempre más persona. Se
refiere a una decisión interna y libre que no representa una simple aceptación de lo que otros
piensan, dicen y hacen.

La Ética, por lo tanto, busca descubrir, clarificar y comprender las relaciones que se
establecen entre el actuar humano, los valores y las normas morales que se gestan y
desarrollan en la vida social. Desde que el hombre se agrupa en sociedades tuvo la necesidad
de desarrollar una serie de reglas que le permitieran regular su conducta frente a los otros
miembros de la comunidad. De manera que la moral es una constante de la vida humana. Los
hombres no pueden vivir sin normas y valores.

Es por esto que se ha caracterizado al hombre como un "animal ético". Sólo el hombre puede
dirigirse hacia el futuro. Sólo él puede formarse una idea de un estado de cosas más deseable
y poner luego los medios necesarios para llevarlo a la realidad. El hombre puede protestar, ir
al paro, manifestarse o sublevarse, con una visión de un estado de cosas que 'debiera ser'. La
Ética nos ilustra acerca del porqué de la conducta moral.
Los problemas que la Ética estudia son aquellos que se suscitan todos los días, en la vida
cotidiana, en la vida escolar, en la actividad profesional, etc. Problemas como: ¿qué
comportamiento es bueno y cuál malo?, ¿se es libre para realizar tal o cual acción?, ¿quién
nos obliga a realizar esta acción?, entre estas dos acciones, ¿cuál se debe elegir?, etc.
Acorde a lo anterior podemos apreciar que la importancia de la Ética nace por su
preocupación principal, que nos atañe directamente: la actividad humana, en tanto actividad
regida por principios ajenos a la determinación y necesidad que existe en el resto de los seres
que pueblan la tierra. Principios que hemos de denominar valores morales.

Concepto de moral
El término Moral, etimológicamente, proviene de la palabra latina "mores", que significa
costumbres. En el habla corriente, ética y moral se manejan de manera ambivalente, es decir,
con igual significado. Sin embargo, analizados los dos términos en un plano intelectual, no
significan lo mismo, pues mientras que "la moral tiende a ser particular, por la concreción de
sus objetos, la ética tiende a ser universal, por la abstracción de sus principios". No es
equivocado, de manera alguna, interpretar la ética como la moralidad de la conciencia.

Un código ético es un código de ciertas restricciones que la persona sigue para mejorar la
forma de comportarse en la vida. No se puede imponer un código ético, no es algo para
imponer, sino que es una conducta de "lujo". Una persona se conduce de acuerdo a un código
de ética porque así lo desea o porque se siente lo bastante orgullosa, decente o civilizada
para conducirse de esa forma. En términos prácticos, podemos aceptar que la ética es la
disciplina que se ocupa de la moral, de algo que compete a los actos humanos
exclusivamente, y que los califica como buenos o malos, a condición de que ellos sean libres,
voluntarios, conscientes.

Asimismo, puede entenderse como el cumplimiento del deber. Vale decir, relacionarse con lo
que uno debe o no debe hacer. La moral debe definirse como el código de buena conducta
dictado por la experiencia de la raza para servir como patrón uniforme de la conducta de los
individuos y los grupos. La conducta ética incluye atenerse a los códigos morales de la
sociedad en que vivimos.

ÉTICA DE LAS PROFESIONES

LOS OBSTÁCULOS ESTRUCTURALES A LA RESPONSABILIDAD


PROFESIONAL

I.- ÉTICA Y PROFESIONES


Siguiendo las reflexiones de Augusto Hortal en su libro “Ética General de
las profesiones”, podemos afirmar que hablar hoy de profesiones y de
ética profesional es problemático. No termina de ser persona ética aquella que en
todo es intachable menos a la hora de desempeñar sus responsabilidades
profesionales.

La mayoría de profesionales suelen ser trabajadores por cuenta ajena que


desempeñan sus tareas en empresas, instituciones y organismos en los que se les
asigna lo que tienen que hacer.

En la medida que exista un cierto margen para la responsabilidad del


profesional es necesario reflexionar sobre ella. Los complejos problemas que tiene
planteados nuestra sociedad difícilmente podrán encontrar solución sin la
aportación profesionalizada de médicos, ingenieros, arquitectos, sicólogos,
profesores, enfermeras…

Hoy la profesionalidad suele justificarse más por lo que tiene de


especialización cognoscitiva (competencias) que por lo que tiene de compromiso
ético. Pero la competencia profesional no basta. La ética a la vez que supone unas
garantías en la prestación de los servicios profesionales contribuye a la
consolidación de una profesión.

Una ética de las profesiones que pretenda estar a la altura de la


conciencia moral alcanzada por nuestra época ha de ser un discurso coherente y
capaz de orientar la acción interesadas en ser buenos profesionales, técnicamente
capaces y moralmente íntegros en el desempeño de su labor profesional.

Ser un profesional competente y responsable no consiste exclusivamente


en ser un individuo racional y libre, que posee habilidades, sino que posee también
modos de hacer, sentido de pertenencia a un colectivo profesional, y compromiso
social en el desempeño de su profesión.

La ética de cualquier profesión ha de partir del reconocimiento y apego a


los valores de convivencia que componen la ética cívica compartida: valores como
la libertad, la igualdad, la solidaridad, el respeto, diálogo…

En la ponencia de Emilio Martinez Navarro ”Ética de la profesión:


proyecto personal y compromiso de ciudadanía”, la pregunta ética radical la platea
en los siguientes términos: ¿Qué estoy haciendo con mi vida? Y la respuesta tiene
que ver con cuestiones que afectan a la propia vida como es la dedicación
profesional. Pero esa parte de la vida está conectada con la vida social, puesto que
la profesión es una institución social que pretender ofrecer un servicio a la
comunidad. En este sentido, pensar las profesiones a estas alturas nos conduce a
plantear la relación entre profesión y ciudadanía.

Hortal distingue entre ética profesional y deontología profesional. La ética


profesional se plantea la profesión en términos de conciencia y de bienes: qué es
ser un buen profesional, en qué consiste hacer bien el ejercicio profesional. La
deontología son los deberes y normas definidos por el colectivo o colegio
profesional.

-1-

II.- DEFINICIÓN DE PROFESIÓN

Es difícil fijar los perfiles y límites entre lo que es y no es una profesión


mediante la enumeración de varias características necesarias.

Si se atendiese sólo a las voces de los profesionales, a lo que ellos dicen


de sí mismos, la esencia de su profesión consiste en el servicio desinteresado a la
humanidad. Un profesional es una persona consagrada a su profesión y a quienes
necesitan sus servicios.

Hortal apunta las siguientes características: Profesiones son aquellas


actividades ocupacionales:

a) en las que de forma institucionalizada se presta un servicio específico a


la sociedad,

b) por parte de un conjunto de personas (los profesionales) que se dedican


a ellas de manera estable, obteniendo de ellas su medio de vida,

c) formando con los otros profesionales (colegas) un colectivo que obtiene


o trata de obtener el control monopolístico sobre el ejercicio de la
profesión,

d) y acceden a ella tras un largo proceso de capacitación teórica y


práctica, de la cual depende la acreditación o licencia para ejercer dicha
profesión.
III.- OBSTÁCULOS ESTRUCTURALES DE LA RESPONSABILIDAD
PROFESIONAL

En la sociedad actual el trabajo además de una permanente fuente de


frustraciones y amenazas, de alienación y explotación, es elemento
estructurante de la identidad personal (somos lo que hacemos), de la ciudadanía
responsable y de la identidad del laico cristiano.

Las pretensiones de tener una responsabilidad autónoma por parte de los


profesionales no se corresponde con la situación cada vez más mediatizada en que
se lleva a cabo el trabajo profesional en las condiciones y contextos actuales.

Cada profesión tiene sus propios contextos y cada ética profesional habrá
de tomarlos en consideración. En términos generales todas o casi todas las
profesiones se ven expuestas a tres mediatizaciones fundamentales:

- la mediatización técnica

- la mediatización económica.

- La mediatización organizativa o institucional.

La creciente complejidad y tecnificación del trabajo hace de los


profesionales

más bien servidores de una maquinaria que sujetos que actúan autónomamente.
Hoy los profesionales trabajan en empresas, organismos, instituciones que les
asignan su cometido en el reparto funcional de tareas y competencias; no tienen
otra cosa que hacer que lo que les toca hacer; haciéndolo cumplen con su deber.

Además de ser asalariados hay otros condicionantes económicos que se


plantean a su trabajo profesional. Si trabajan en un servicio público tienen que
atenerse a las limitaciones presupuestarias y a los recursos asignados; si trabajan
en empresas, su trabajo está sometido al imperativo de la viabilidad y rentabilidad
económica.
¿Queda margen para la responsabilidad profesional?

-2-

A.- LA MEDIATIZACIÓN TECNOLÓGICA DE LAS


PROFESIONES

La técnica configura casi todos los aspectos de la vida actual. Ningún


ejercicio profesional está a la altura de las posibilidades y exigencias que hoy se
plantean sin el uso de los medios técnicos.

La técnica potencia las actividades profesionales. En principio las


innovaciones tecnológicas se introducen para proporcionar mayor eficacia y
precisión en la obtención de resultados, ahorrando esfuerzos.

La tecnificación, al ampliar las capacidades profesionales, trae consigo una


primera y básica consecuencia ética para los profesionales: ser competentes
técnicamente es una condición necesaria, aunque no suficiente, para ser
moralmente responsables en el ejercicio profesional.

Un buen profesional tiene que estar al día en la forma de plantear los


problemas de su profesión y en las soluciones que aporta, lo que hace necesario
capacitarse continuamente en la utilización de las técnicas que se van renovando.
El profesional tiene que ser un buen técnico para ser un buen profesional.

Pero lo que empieza siendo una innovación al servicio de la mejor


obtención de los mismos fines, acaba pervirtiendo este orden, y terminan siendo
los medios los que determinan los fines.

La difusión de la mentalidad técnica tiende a inhibir las capacidades de


respuesta y responsabilización éticas de los sujetos éticos. En el ámbito tecnificado
la responsabilidad se diluye, se llega a echar la culpa a la máquina o al “sistema”
del mal funcionamiento de las instituciones y personas.

El ejercicio profesional al tecnificarse , hace que se diluyan los aspectos


éticos de la profesión. El profesional pasa a ser un técnico instrumentalizado por
el proceso. La única virtud que se le exige es la habilidad, poseer las capacidades
técnicas necesarias para obtener los resultados que otros desean. La tecnificación
hace aumentar la alienación y hace crecer las dificultades para que el hombre
encuentre una identidad coherente y con sentido. La mayoría de los que intervienen
en procesos tecnificados complejos no se siente responsable de lo que en ellos se
hace.

La tecnificación convierte al profesional en una pieza de un proceso en el


que cada cual desempeña su función de forma más o menos mecánica. En la vida
profesional tecnificada los roles y funciones están previamente definidos; esto hace
que el profesional sea una pieza sustituible. Plantear cuestiones éticas resulta
disfuncional para el sistema, por eso el que plantea los temas éticos tiende a ser
sustituido por otro que se limite a cumplir con “su” cometido.

Esto hace que impere el conformismo. La mayoría vive con cierto fatalismo
el acontecer social. Esto no se debe sólo a la técnica, pero la tecnificación
contribuye a ello. El ejercicio profesional, una vez superados los primeros
idealismos, se vive con cierto sentido fatalista de sometimiento al “sistema”

La técnica entra en la escena de las profesiones para potenciarlas y facilitar


su ejercicio, pero con frecuencia termina suponiendo una amenaza para la ética
profesional. A veces se piensa y se reacciona pensando que la solución está en
huir de la técnica, o en reducir la tecnificación al mínimo. Se corre el peligro de
caer en una ética estoica y en un maniqueísmo social: todo lo interpersonal es
bueno, todo lo tecnificado es malo.

Frente a esta tendencia hay que intentar conciliar ética y técnica: y para
ello hay que empezar por precaverse frene a la tentación tecnocrática, lo que nos
lleva a creer que para todo problema humano hay una solución técnica.

-3-

El enfoque tecnocrático no consiste sólo en decir abiertamente que sean los


técnicos los protagonistas de los procesos sociales, sino también en reducir los
problemas éticos a problemas técnicos. No hay que esperar que los problemas que
crea la tecnología se resuelvan con sólo medios tecnológicos.

No hay que esperar soluciones exclusivamente técnicas de los problemas


éticos.

En resumen, la tecnificación tiende a instrumentalizar al individuo, porque:

1) invierte la jerarquía entre medios y fines: sólo se plantean aquellos


temas para los que hay técnicas disponibles.
2) Si algo es posible termina por hacerse necesario

3) Induce a la tecnificación de las relaciones sociales: marketing,


relaciones públicas, técnicas de persuasión..

4) Diluye la responsabilidad: “problemas técnicos”

5) Aumenta la pasividad y el conformismo: consumimos no sólo objetos,


sino también puestos de trabajo, modos de proceder, modas, opiniones,
diversiones.

6) Aumenta la distancia jerárquica entre expertos y legos.

7) Relega al silencio los temas éticos.

B.- LÍMITES Y CONDICIONAMIENTOS ECONÓMICOS DEL

TRABAJO PROFESIONAL

Hoy los profesionales ejercen su profesión como asalariados, contratados


por alguna empresa o como funcionarios de algún organismo público.

La mediatización económica del trabajo profesional tiene una doble


vertiente: la primera afecta al mismo profesional que tiene en el trabajo su medio
de vida, la segunda vertiente afecta a la misma actividad profesional.

El profesional al ser un trabajador por cuenta ajena, no es dueño de marcar


sus finalidades; las tareas le vienen asignadas; por ellas le pagan; y ése es su medio
de vida. Por tanto está mediatizado por las necesidades vitales propias y de su
familia, y esto supone una fuerte mediatización.

Por otra parte el profesional tiene que aprender a trabajar con recursos
limitados y dentro de unos márgenes que garanticen la viabilidad económica. La
viabilidad económica se convierte en obsesión dominante en forma de la
maximización de la rentabilidad o del beneficio.

Es normal que el profesional que trabaja por cuenta ajena necesita de la


empresa en la que tiene su trabajo y ayuda a que la empresa sea viable y rentable
económicamente. Pero aún siendo esto así, el profesional debe actuar de modo
que no se descuiden facetas menos rentables, pero exigibles en términos de
responsabilidad social.
De los profesionales se espera, según Parsons, que en el ejercicio de su
profesión no sean guiados por el ánimo de lucro, sino por cierto altruismo, por una
orientación al servicio de la colectividad.

La realidad no parece ir por esos caminos. Hay una mercantilización de


la sociedad y una mercantilización de las profesiones. Pero lo que es, no es
nunca el último criterio de lo que debe ser.

En la evolución más reciente del sistema económico hay elementos y


planteamientos que constituyen un obstáculo para la responsabilidad profesional
e incluso para la mima consolidación de la identidad profesional: “el capitalismo
flexible”

-4-

Richard Sennent llama “capitalismo flexible” a la etapa más reciente del


capitalismo en la que productividad viene asociada a una incesante movilidad
laboral exigida por la introducción de las nuevas tecnologías y adaptación a las
condiciones de competitividad internacional. Ello conlleva la inestabilidad y
precariedad en el empleo y contribuye a lo que Richard Sennent ha llamado
“corrosión del carácter”. La falta de estabilidad laboral representa una amenaza
para el profesionalismo, pues obliga a trabajar en lo que sea y como sea

M. Castells afirma que en la sociedad de la información o sociedad red


la división de las clases sociales pasa por la diferencia fundamental entre
trabajadores insustituibles y trabajadores inespecíficos. Todo profesional que
quiera y pueda hacer valer su profesionalidad irá haciendo valer su compromiso
personal con los valores intrínsecos de su profesión.

Algunos sociólogos llevan años viendo indicios de que el sueldo y los


niveles de consumo y status no lo son todo. Empiezan a hablar de la prevalencia de
“valores postmaterialistas”: clima organizativo, mayor estabilidad en el empleo,
participación e identificación con la empresa a cambio de una estabilidad que es
positiva tanto para la empresa (fidelización) como para el profesional, la
corresponsabilización, la participación en riesgos y beneficios, la capacidad de
innovación.

C.- EL MARCO INSTITUCIONAL Y ORGANIZATIVO


. Cada nuevo profesional se encuentra con la profesión ya funcionando,
tipificada, institucionalizada, disponible para ser llevada a cabo por cualquiera que
esté en condiciones de hacerlo.

El profesional no se inventa su profesión. En la mayor parte de los


casos actúa dentro de cauces institucionales que marcan las pautas de lo que tiene
que hacer y de lo que cabe esperar de él. Ningún profesional, tanto si trabaja en
una empresa privada como si es funcionario público, ejerce su profesión
inventándosela a cada instante sin ningún tipo de cortapisas ni límites. El medio
social y la cultura compartida ofrecen un marco contextual que posibilita a la vez
que impone límites y mediatiza el ejercicio de la profesión.

Una visión completa de la ética tiene que prestar atención no sólo a lo que
cada uno, como persona y como profesional, hace y promueve, sino también a lo
que la organización en la que trabaja puede y debe contribuir a proporcionar bienes
y servicios, a respetar y hacer que se respete a las personas y a cumplir los deberes
de justicia. No basta que haya que haya una actuación ética por parte del
profesional y de cada persona que trabaja en la organización, es necesario que
exista una ética de la organización (Lozano, 1999)

De cómo sea la ética de las organizaciones va depender que el profesional


encuentre facilidades o dificultades a la hora de asumir sus responsabilidades de
profesional en ellas, aunque no hay que dar por supuesto que el profesional será
el que quiera actuar éticamente y que será la organización la que se lo impida.

1) Habrá empresas y organismos corruptos que terminen por corromper a


los profesionales que empezaron queriendo ser honestos.

2) Habrá profesionales deshonestos y corruptos que generen, mantengan y


promuevan una cultura de corrupción allí donde trabajen.

-5-

3) Habrá empresas y organismos que tengan una cultura moral aceptable,


que faciliten y promuevan actuaciones morales aceptables en los
profesionales que trabajan en ellas.

4) Habrá profesionales que además de honestos, sean competentes, hábiles


y prudentes, y contribuyan a mejorar la cultura moral de las
organizaciones en las que trabajan.
Dentro de las organizaciones en las que trabaja el profesional cabe
distinguir

entre las empresas privadas y los organismos públicos. Estos contextos conllevan
formas diferentes de mediatizar, facilitar u obstaculizar el ejercicio de la
responsabilidad el profesional que trabaja en ellos.

En la empresa privada el profesional ejerce su oficio en base contractual

poniendo sus conocimientos, capacidades y habilidades al servicio de la


organización o empresa, y donde el poder lo ejercen determinadas personas, que
tienen capacidad para iniciar procesos, marcar objetivos, distribuir tareas y
controlar el cumplimiento de las tares asignadas y los objetivos establecidos. En
la empresa privada el profesional tiene una forma de dependencia más directa.

En el sector público el profesional, funcionario o contratado, las cosas son


en parte más fáciles y en parte más difíciles. Lo normal es que el puesto de trabajo
que se ocupa en la administración pública ya tenga un perfil claro que delimita lo
que se espera del profesional en ese puesto. El ámbito de competencias y el modo
de ejercerlas está burocráticamente establecido. Los conflictos tienen cauces
administrativos y jurídicos para ser resueltos. El poder es más o menos anónimo y
burocrático.

El puesto del profesional en la administración pública es más orgánico,


hay un reparto burocrático de competencias. Lo que no cabe es muy difícil que se
pueda hacer como no sea por la vía de los cambios normativos.

La burocratización empieza intentando ser una forma de racionalización


de las relaciones sociales formales para obtener cierta forma de igualdad y trae
consigo problemas para el ejercicio responsable del propio trabajo y profesión:

1) el procedimiento se absolutiza hasta desvincularse de lo que con él se


pretendía conseguir; tiende a convertirse en rutina inevitable.

2) Promueve relaciones sociales segmentadas y formales.

3) Fragmenta la responsabilidad: cada uno cumple con su “deber” y nadie


es responsable de un resultado conjunto catastrófico.
4) El individuo se define por su función.

5) Aumenta la pasividad y el conformismo.

Aún así queda espacio para hacer las cosas bien y para hacerlas mal para
esmerarse en solucionar los temas o para dejarlos sin resolver e irse a tomar un
café. En definitiva, se nota si un profesional aprovecha los espacios y las
posibilidades que permiten compatibilizar el propio compromiso profesional con
el carácter de servicio público que conlleva el puesto de trabajo en la
administración.

Estos contextos mencionados mediatizan de forma diversa el ejercicio de


las responsabilidades profesionales que habría que concretar en cada caso y en
cada profesión.

El profesional en el ejercicio de su práctica institucionalizada tendrá que


intentar armonizar sus obligaciones profesionales institucionalizadas con las de
las instituciones en las cuales se enmarca su actividad profesional y también con
sus obligaciones no institucionales.

-6-

IV.- INDIVIDUO Y ORGANIZACIÓN COMO SUJETOS DE LA ÉTICA

PROFESIONAL

Todos estos factores contribuyen a la sensación de impotencia generalizada


y la responsabilidad profesional se debate entre el voluntarismo y el fatalismo.

Tras esta reflexión habrá que formular cómo se relaciona la responsabilidad


moral del profesional con la responsabilidad moral de la empresa, institución u
organismo en el que trabaja. Según J.M. Lozano (1999) la ética en las
organizaciones y la ética de las organizaciones no deben ser dos lógicas
antagónicas, sino complementarias.

El contexto organizativo o institucional posibilita, configura y a la vez acota,


restringe el campo de la responsabilidad del profesional y sobretodo le mete en un
entramado de fuerzas, de poderes y contrapoderes en el que no puede proceder sólo
desde sí mismo, desde sus capacidades y convicciones
Perspectivas posibles y complementarias de la cultura moral de una
organización:

1) Es un producto que han hecho, hacen, mantienen y modifican las


personas que han trabajado y trabajan en ella.

2) La cultura moral de una organización es a la vez una realidad objetiva,


institucionalizada y disponible para cualquiera que entra a formar parte de
ella.

3) Los nuevos miembros de dicha organización que se incorporan para


trabajar en ella están configurados en sus actuaciones por esa cultura moral
objetivada en sus usos, costumbres y legitimaciones

¿Qué responsabilidad tienen los profesionales de actuar éticamente


contando

unas veces y para unos asuntos con una cultura organizativa que favorece, facilita,
pide y refuerza ese modo de actuar, pero que en otras ocasiones pondrá trabas,
dificultades y obstáculos?

Cuando un profesional trabaja en una organización que le contrata, la


responsabilidad moral tiene que poder compatibilizar las exigencias del rol
profesional con las exigencias de lo que se espera de quien trabaja en una
organización y para ella.

A veces se alude al contexto para descargarse de responsabilidades. Otras,


se pretende asumir responsabilidades sin tener en cuenta los contextos en los que
hay que ejercerlas.

Es verdad que hay contextos que están tan marcados por la corrupción
que impiden llevar a cabo en ellos un proyecto compartido de humanización de
la vida. Pero también es cierto que los contextos ofrecen oportunidades además de
obstáculos, y que solo podemos ser responsables de lo factible, dando pasos
concretos en la dirección correcta antes que soñar mundos alternativos de espaldas
a la realidad.
No deberíamos quedarnos con la impresión de que los profesionales son
meras víctimas o colaboradores ingenuos e irresponsables de un entramado de
poder en el que ellos no son nadie.

Siempre es posible hacer algo con la actividad y responsabilidad


profesional. Decir lo contrario es caer en las trampas de las
mediatizaciones analizadas (tecnocracia, economicismo, burocracia). Es
necesario ejercer la responsabilidad en el entramado de interdependencias que
imponen los contextos.

-7-

No conviene estar en un discurso moralizante que sólo habla acerca de


cómo tendrían que ser las cosas, pues esto llevaría al desánimo, al sentimiento de
impotencia.

¿Cómo podemos vivir esa realidad que no nos gusta sin dejarla del todo
como está, tratando de mejorarla y acercarla al ideal deseable cuanto sea posible?

La descripción de lo que hay no cierra la cuestión de lo que puede hacerse;


la descripción de una situación no dice nunca la última palabra acerca de
nuestras posibilidades de actuación en ella.

Los profesionales de nuestro tiempo tenemos el doble reto de ser excelentes


profesionales para ser buenos ciudadanos y de ser excelentes ciudadanos para ser
buenos profesionales. (Martinez Navarro)

BIBLIOGAFÍA CONSULTADA:

- Hortal, A. (2002),”Ética general de las profesiones” capítulo 1 (p.23.32), capítulo


3

(p.55-86). Desclée dB. Bilbao


- Hortal, A. (2007), “La profesión, lugar cotidiano del compromiso cristiano”
Ponencia

dictada en la VII Asamblea de Profesionales Cristianos. Loeches (Madrid), junio


de

2007.

- Martinez Navarro, E. (2006), “Ética de la profesión: proyecto personal y


compromiso

de ciudadanía” en Revista VERITAS (Valparaíso, Chile) nº 14 p.121-139.

http://www.uic.edu.mx/la-profesion-contable-la-tradicion-la-creatividad/

La profesión contable: de la
tradición a la creatividad
Por Jorge Amaya Luna|
Director Académico de la Licenciatura en Contaduría y Finanzas

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