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Sentencia de Corte Suprema de Justicia - Primera Sala Penal Transitoria de 7 de Mayo de 2012 (Expediente: 003227-
2011)

Procedimiento: RECURSO DE NULIDAD

Materia: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO

Fecha de Resolución: 7 de Mayo de 2012

Expediente: 003227-2011

Emisor: Primera Sala Penal Transitoria

RESUMEN
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Habiéndose ubicado la sanción impuesta en la sentencia recurrida dentro de los indicados márgenes de la conminación punitiva para el delito de robo agravado-lo que se
condice con la naturaleza y gravedad de la afectación sobre los bienes jurídicos involucrados en la conducta delictiva perpetrada-, acorde con los principios de proporcionalidad
y racionalidad jurídica, corresponde mantener inalterable la pena impuesta por la recurrida.

CONTENIDO

Lima, siete de mayo de dos mil doce.

VISTOS; los recursos de nulidad interpuestos

por los procesados JORGE Luis VELÁSQUEZ CHÁVEZ, EDUARDO ESCOBAR TELLO, ROGER URBANO DE LA CRUZ PALOMINO y por la Fiscal Adjunta Superior contra la
sentencia de fojas mil doscientos diecisiete, del diez de agosto de dos mil once, que condena a JORGE LUIS VELÁSQUEZ CHÁVEZ y EDUARDO ESCOBAR TELLO, por el delito
contra el Patrimonio -robo agravado- en perjuicio de Víctor Hugo Chávez Cuenca, Ítalo André Pacheco Chávez y Diego Alonso Sandoval Chávez, a ROGER URBANO DE LA CRUZ
PALOMINO por delito contra el Patrimonio -robo agravado- en agravio de Luis Alberto Huillca Quispe y Rosalía Segovia Quispe, a doce años de pena privativa de la libertad para
cada uno de los antes citados, así como al pago de treinta mil nuevos soles por concepto de reparación civil; interviniendo como ponente la Jueza Suprema Inés Villa Bonilla, de
conformidad en parte con lo opinado por el señor Fiscal Supremo en lo Penal; y

CONSIDERANDO

Primero

Que el encausado JORGE LUIS VELÁSQUEZ CHÁVEZ, en su recurso fundamentado a fojas mil doscientos cuarenta, alega: i) que, la sentencia condenatoria dictada en su contra
carece de una real y objetiva valoración de las pruebas actuadas, pues no responde a lo que obra en el expediente, habiéndosele involucrado en el delito instruido sin existir
ninguna relación o conexión de causalidad; ii) que, frente al ilegal reconocimiento, en aras del debido proceso, se le debió notificar y emplazar válidamente para hacer sus
descargos y ejercer en forma efectiva su derecho a la defensa; iii) que, los reconocimientos por ficha de RENIEC actuados a nivel policial carecen de objetividad ya que ninguno de
los tres actos resultan coherentes ni ratificatorios, en la medida que las características físicas que brindan los agraviados en sus respectivas manifestaciones policiales difieren
completamente con las de su persona, sin embargo, en la diligencia de reconocimiento no dudan en sindicarlo como uno de los autores del ilícito penal en su agravio: iv) que, al
actuarse nuevamente los reconocimientos efectuados a troves de las fichas del RENIEC en el juicio oral, con las garantías legales y con la finalidad de corroborar la prueba actuada
a nivel policial, el agraviado ítalo André Pacheco Chávez, no lo identificó, Victor Hugo Chavez Cuenca indica que no es ninguno de los procesados presentes y Diego Alonso
Sandoval Chavez manifestó que uno de los sujetos era alto, medio sacalagua y otro tenía como huecos en la cara, de tipo acholado, reconociendo en la audiencia a Escobar Tello y,
a la repregunta, red& indica que también me reconoce, agregando que tenia diente de oro, por lo que en el peor de los casos se ha generado una Buda razonable; v) que, no se ha
considerado su calidad de primario, por tanto no es proclive a cometer delitos bajo la modalidad denunciada; que además se encuentra acreditado que desarrolla una actividad
laboral licita durante muchos alias como encargado del taller de la llantería del Grifo "La Chira" en el distrito de Chorrillos y que tiene cuatro homónimos con nombres y apellidos
completamente iguales como "Jorge Luis Velásquez Chavez". Por su parte, el acusado EDUARDO ESCOBAR TELLO en su recurso que se anexa a fojas mil doscientos treinta y
dos, cuestiona: a) que, si bien el agraviado ítalo André Pacheco Chavez a nivel policial lo reconoce a troves de una fotografía como uno de los asaltantes, cierto es que en el juicio
oral, al igual que los demos agraviados no lo identifican a excepción de Diego Alonso Sandoval Chavez, quien refirió no estar muy seguro en cuanto a Su persona, además usa
anteojos, y padece de miopía; por otro lado, en ese momento se encontraba sin estos y era de noche, por lo que no pudo tener una visualización correcta, siendo su relato dudoso,
lo que favorece al reo; b) que, se debía individualizar cada hecho, para evitar confusiones al momento de citar a los agraviados, destacando que Luis Bravo Ames lo sindica como el
Meta que le dispara y le causa lesiones sin percatarse b Sala como el Ministerio Público, que dicha persona no es agraviado del hecho que se le investiga; c) que, no existe prueba
alguna que lo vincule al delito que se le imputa siendo sólo simples sindicaciones a nivel policial y que en la etapa de juicio oral ningún agraviado lo identifica plenamente, no
conociendo a sus coacusados ni ellos a él. Mientras que, el procesado ROGER URBANO DE LA CRUZ PALOMINO en su recurso de nulidad que corre a fojas mil doscientos
cincuenta y seis y mil doscientos cincuenta y ocho, señala: I) que el marco probatorio que sustenta la sentencia que se impugna es la imputación realizada por los agraviados a
través de la ficha RENIEC, sin tener en cuenta que esa foto fue tomada hace muchos años atrás cuando estaba en el Ejército y llevaba el cabello de corte militar, características
distinta a la fecha en que ocurrió el hecho investigado, esto es, el veinticinco de febrero de dos mil nueve; más aún si el agraviado Luis Alberto Huillca Quispe al rendir su preventiva
refiere que vio a un sujeto con esta característica y que creyó reconocer a su persona, pero cuando lo pusieron de frente no lo identificó; II) que, la sentencia cita el acta de hallazgo
y recojo de folios cuarenta y nueve y cincuenta, en la que se consigna la aparición de dos revólveres marca SMITH WESSON, cañón corto, calibre treinta y ocho, desabastecidos,
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atribuido a su persona, ya que incluso las versiones de los agraviados lo exoneran de responsabilidad. El representante del Ministerio Público en su escrito de fojas mil doscientos
cincuenta y tres, sostiene que, de acuerdo al modo y circunstancias de la ejecución del delito, se advierte que los sentenciados han obrado con dolo y han tenido el dominio del
hecho con división de roles existiendo la sustracción del patrimonio, así mismo han puesto en peligro la vida y la seguridad física de los agraviados, por lo que cabe imponerse la
sanción solicitada en la acusación fiscal y no la pena mínima impuesta en la sentencia impugnada.

Segundo

Que de la acusación fiscal de fojas ochocientos veinticuatro, subsanada a fojas ochocientos setenta y sois, trasciende como sustento de imputación contra los procesados
recurrentes, los siguientes eventos: i) el ocurrido el veinticinco de febrero de dos mil nueve a las veinte horas con treinta minutos aproximadamente, en que el agraviado Victor Hugo
Chavez Cuenca, fue sorprendido por tres sujetos armados quienes ingresaron a su inmueble ubicado en el Asentamiento Humano Buenos Aires de Villa, manzana veintisiete, lote
ocho del distrito de Chorrillos, empleando amenaza y violencia física, obligándolo a colocarse debajo de la coma, mientras que a su sobrino ítalo André Pacheco Chavez -de
diecisiete años de edad-, lo hicieron permanecer en la sala luego de haberlo golpeado en la cabeza, a Diego Alonso Sandoval Chavez -de dieciséis años-, le tiraron un golpe de
rodilla en el muslo derecho, provocando su caída, sin lograr quitarle sus pertenencias, el mismo que aprovecho un descuido de los delincuentes, para escaparse de la vivienda y
pedir ayuda, acción de la que luego estos se percataron, optando por huir con lo robado -cuatro televisores, dos equipos de sonido, una billetera conteniendo cuatrocientos
cincuenta nuevos soles, un teléfono celular (fojas once)- a bordo de un vehículo marca Yaris, color guinda; ii) el acaecido el veinticinco de febrero de dos mil nueve, a las veinte
horas con treinta y cinco minutos, en perjuicio de Luis Alberto Huillca Quispe y su conviviente Rosalía Segovia Quispe, personas que fueron sorprendidas por cuatro sujetos
armados, los que ingresaron a su domicilio ubicado en el Asentamiento Humano Buenos Aires de Villa, manzana cuarenta y siete, lote tres, distrito de Chorrillos, robándole dinero
en efectivo, documentos personales, un equipo de telefonía móvil, uno de sonido y dos parlantes.

Tercero

Que, la singularidad de la sindicación del testigo-víctima no constituye un supuesto de invalidez o insuficiencia probatoria carente de virtualidad para fundar una condena penal; por
el contrario, acorde con los alcances del Acuerdo Plenario número dos - dos mil cinco / CJ - ciento dieciséis, para atribuirle prerrogativa incriminatoria, corresponde someter dicha
sindicación a los parámetros de certidumbre especificados -ausencia de incredibilidad subjetiva, verosimilitud y persistencia-. En efecto, las garantías de certeza se encuentran
desarrolladas en el citado acuerdo plenario, bajo el siguiente tenor: "Ausencia de incredibilidad subjetiva. Es decir, que no existan relaciones entre agraviado e imputado basadas en
el odio, resentimientos, enemistad u otras que puedan incidir en la parcialidad de la deposición, que por ende le nieguen aptitud para generar certeza; Verosimilitud, que no sólo
incide en la coherencia y solidez de la propia declaración, sino que debe estar rodeada de ciertas corroboraciones periféricas, de carácter objetivo que la doten de aptitud
probatoria; Persistencia en la incriminación".

Cuarto

Que, para tal efecto, conviene precisar que las imputaciones formuladas en el presente proceso se encuentran constituidas por dos hechos acaecidos el mismo día pero en lugares
y horas distintas, uno de ellos el veinticinco de febrero de dos mil nueve a las veinte horas con treinta minutos aproximadamente, en perjuicio de Víctor Hugo Chávez Cuenca, Ítalo
André Pacheco Chávez y Diego Alonso Sandoval Chávez -imputado a los recurrentes Jorge Luis Velásquez Chávez y Eduardo Escobar Tello- y el otro materializado en la misma
fecha a horas veinte con treinta y cinco minutos en agravio de Luis Alberto Huillca Quispe y Rosalía Segovia Quispe -atribuido a Roger Urbano De La Cruz Palomino y al reo
contumaz Luis Alberto Nieves Arias-.

Quinto

- En lo relativo al robo agravado en detrimento de Víctor Hugo Chávez Cuenca, Ítalo André Pacheco Chávez y Diego Alonso Sandoval Chávez, se tiene que la forma y
circunstancias de la comisión de los hechos se encuentran descritos en las manifestaciones policiales de los agraviados antes citados, quienes refieren que fueron víctimas de dicho
ilícito por acción de tres personas, que ingresaron al interior de su domicilio ubicado en el Asentamiento Humano Buenos Aires de Villa, manzana veintisiete, lote ocho del distrito de
Chorrillos, el veinticinco de febrero de dos mil nueve a las veinte horas con treinta minutos aproximadamente -fojas sesenta y siete, setenta y tres y ciento diecisiete-; al respecto,
los procesados Jorge Luis Velásquez Chávez y Eduardo Escobar Tello niegan los cargos formulados en su contra, aseverando en sus respectivas declaraciones prestadas a nivel
judicial que no se conocen -fojas novecientos sesenta y uno y mil trece, respectivamente-. Que en el presente ilícito corresponde distinguir el análisis por cada encausado, siendo
pertinente indicar: i) En lo que concierne a Jorge Luis

Velásquez Chávez: Se evidencia: a) RESPECTO A LA AUSENCIA DE INCREDIBILIDAD SUBJETIVA: no existe ningún elemento de prueba que permita establecer que las
imputaciones formuladas convergentemente por los agraviados Víctor Hugo Chavez Cuenca, Ítalo André Pacheco Chávez y Diego Alonso Sandoval Chávez se encuentren
motivadas por el odio o rencor concebido precedentemente a los hechos sub-materia, pues no existe en autos ningún dato que permita concluir que se hayan conocido con
precedencia al evento denunciado. b) EN LO ATINENTE A LA VEROSIMILITUD DE LAS DECLARACIONES: Se aprecia precisión, firmeza y coherencia en el relato de las citadas
víctimas, detallando haber sido objeto de robo por acción de tres sujetos que ingresaron a su domicilio, provistos de armas de fuego, los que actuando con suma violencia se
apoderaron de diversos bienes que habían en la vivienda, lo que es complementado con las incriminaciones formuladas en las actas de reconocimiento -fojas ciento veinte, ciento
veintidós y ciento veinticuatro-, actuadas a nivel policial en presencia de representante del Ministerio Público -y como tal con pleno valor probatorio a tenor del artículo sesenta y dos
del Código de Procedimientos

Penares-, ratificadas a nivel judicial tanto en el sumario -fojas cuatrocientos- como en el plenario -fojas mil catorce y mil dieciséis-; c) EN CUANTO A LA PERSISTENCIA EN LA
INCRIMINACIÓN: se tiene que en el caso del agraviado Diego Alonso Sandoval Chávez, éste desde su primer reconocimiento efectuado a nivel preliminar -ver fojas ciento
veintidós- mantiene incólume su postura incriminatoria dirigida contra el encausado Jorge Luis Velásquez Chávez, lo que reitera en su declaración prestada ante el plenario -véase
fojas mil diecisiete vuelta- interrogado: ¿a quiénes reconoce de los frez acusados presentes? Dijo: Reconoce al señor de negro que estaba manejando el carro (se deja constancia
que el agraviado señala al acusado Escobar Tello).- ¿y a los Otros? Dijo: reconoce al acusado Velásquez Chávez y al otro De La Cruz Palomino no lo conoce"-; mientras que Victor
Hugo Chavez Cuenca e Ítalo André Pacheco Chavez quienes inicialmente los identificaron a nivel preliminar, según consta a fojas ciento veinte y fojas ciento veinticuatro-, aun
cuando en el acto oral -fojas mil catorce y fojas mil dieciséis- no Ilegan a reconocer a ninguno de los procesados puestos a la vista preguntado Victor Hugo Chavez Cuenca: "¿usted
se ratifica del acta de reconocimiento fotográfico? Dijo: Si.- (?) ¿usted reconoce algunos de (...) los sujetos que Intervinieron entre los acusados presentes? Dijo; No es ninguno"-,
ambos se ratifican expresamente en sus primigenios reconocimientos, manifestando el segundo de los agraviados su normal estado de nerviosismo y temor dada as circunstancias
en que acaecieron los hechos, la violencia empleada y la irrupción en su propio domicilio -interrogado: ¿usted realizó, un acta de reconocimiento? Dijo: Si- ¿se ratifica en ese
reconocimiento? Dijo: Si- (...) ¿alguna de las personas que están presentes lo ponen nervioso? Dijo: La verdad es que me siento nervioso por to que me ha pasado.-
¿concretamente to has ratificado en la declaración y has Identificado a la persona de la Reniec? Dijo: En ese momento si, pero ahora no, porque yo prefiero dejarlo así ya que soy
una persona común.- (...) Se deja constancia que el agraviado ítalo André Pacheco Chavez refiere que en cuanto a este proceso tiene temor que le pose algo a su familia a él ya
que quiere tener una vida normal"-, no soslayándose la inmediatez y espontaneidad del reconocimiento preliminar, frente a la actuación en el plenario realizado dos anos después
de la perpetración del evento investigado, no sucediendo lo propio con el reconocimiento inicial que mantuvo en su declaración preventiva Ítalo André Pacheco Chavez -fojas
cuatrocientos y siguientes- diligencia

en la que indica: "Que, (...) a la persona que se me muestra a la vista [en] una ficha de RENIEC (...) fojas ciento treinta (SE DEJA CONSTANCIA QUE SE TRATA DEL
PROCESADO JORGE LUIS VELASQUEZ CHAVEZ) (...) si lo reconozco, dado que este es el sujeto de estatura baja que me apunta con un arma de fuego y tenía el diente con
corona de oro; (./": detallando: "Que, la participación (...) del segundo sujeto era (...) subir al segundo piso, con un arma y amenazarme, (...)"-. ii) En lo pertinente al encausado
Eduardo Escobar Tello: No existe ningún elemento de prueba que permita determinar que las incriminaciones de las víctimas, en este caso de ítalo André Pacheco Chavez y Diego
Alonso Sandoval Chavez, se encuentren motivadas por el odio o rencor concebido antes del evento sub-materia, no constando en autos ninguna circunstancia que motive que esto
hayan albergado animadversión contra el acusado Escobar Tello (AUSENCIA DE INCREDIBILIDAD SUBJETIVA); por otro lado, emerge de autos precisión, firmeza y coherencia en
el relato de las indicadas víctimas, las que han manifestado haber sido agredidos físicamente por los asaltantes (VEROSIMILITUD DE LA INCRIMINACIÓN); por lo demás fluye
también que en el caso de Ítalo André Pacheco Chávez a nivel preliminar -fojas ciento veinticuatro, diligencia con la participación del Fiscal- reconoció plenamente al encausado
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Eduardo Escobar Tello como uno de los sujetos que ingresaron a su casa a robar provistos de armas de fuego -así: reconozco plenamente mediante FICHA RENIEC fotográfico a
colores a los sujetos (...) al tercer[o] Eduardo ESCOBAR TELLO (?), como los delincuentes que participaron directamente en el asalto y robo con arma de fuego en el interior de mi
cosa, siendo la participación de cada uno de éstos: (...) el tercer sujeto lo identifico por haberl[e] visto plenamente su cara, mientras que el segundo (...), me tenia sujetado de mi
cuello, luego me hacía que avanzara, por lo que logré ver detenidamente su rostro del tercer sujeto, cuando logré voltear (?) siendo el mismo que se encontraba recostado en el
carro"-; sosteniendo dicha sindicación en su preventiva prestada a nivel judicial -fojas cuatrocientos-: "(...) a la persona que se me muestra a la visto de fojas ciento veintinueve (SE
DEJA CONSTANCIA QUE SE TRATA DEL PROCESADO ESCOBAR TELLO EDUARDO) (...) sí lo puedo reconocer, dado que él era el sujeto de estatura baja, que cuidaba el carro
y que le quitó el celular a mi amigo Diego": acotando: "Que, la participación del primer sujeto era la de cuidar el caño, y robarle el celular a mi amigo Cristian Gamboa, (...)"-; no
obstante que en el juicio oral -fojas mil catorce-, manifiesta que no podría reconocer a los delincuentes, justifica dicha imposibilidad en el hecho de que ha tratado de olvidar la
situación; sumándose a lo ya expuesto, el estado de nerviosismo y temor reflejado en su persona -en el acta de sesión de fojas mil quince vuelta- "el agraviado ítalo André Pacheco
Chávez refiere que en cuanto a este proceso tiene temor que le pase algo a su familia a él ya que quiere tener una vida normal"-, lo que resulta entendible teniendo en
consideración las circunstancias de la perpetración del hecho ocurrido en su perjuicio, pese a lo cual confirma su versión registrada en el acta de reconocimiento, explicando que sí
lo pudo individualizar porque su memoria "estaba fresca" -interrogado: ¿usted realizó un acto de reconocimiento? Dijo: Sí.- ¿se ratifica en ese reconocimiento? Dijo: Si -véase fojas
mil catorce vuelto-; sobre el extremo, no puede dejar de considerarse que el primer reconocimiento fue practicado de manera espontanea e inmediata a la comisión delictiva; por su
parte, la victima Diego Alonso Sandoval Chavez logra reconocerlo físicamente a nivel judicial -según consta en el acta de sesión de audiencia de fojas mil dieciséis vuelta y
siguientes- "¿Se le pone a la vista el acta de reconocimiento fotográfico diga si usted se ratifica? Dijo: Si.- (...) ¿a quienes reconoce de los tres acusados presentes? Dijo: (...) al
señor de negro que estaba manejando el carro (se deja constancia que el agraviado señala al acusado Escobar Tello).- ¿y a los otros? Dijo: reconoce también al acusado Velásquez
Chavez y al otro De La Cruz Palomino no (...)"- (PERSISTENCIA INCRIMINATORIA).

Sexto

- En lo atinente al robo agravado, en perjuicio de Luis Alberto Huillca Quispe y Rosalía Segovia Quispe atribuido a Luis Alberto Nieves Arias y Roger Urbano De La Cruz Palomino,
se tiene que los hechos se encuentran descritos por los agraviados, en sus respectivas manifestaciones policiales -fojas setenta y setenta y ocho respectivamente-, diligencias en
las que relatan que fueron victimas del ilícito denunciado por acción de varios sujetos, quienes ingresaron a su domicilio provistos de armas de fuego despojándolos de sus bienes
de manera violenta; descripción que se complementa con las pesquisas policiales consignadas en el Acta de Reconocimiento Fotográfico de la Ficha RENIEC, en la que Huillca
Quispe -a fojas ciento treinta y ocho- identifica al encausado Roger Urbano De La Cruz Palomino como uno de los que ingresaron a su vivienda a robar provistos de armas de
fuego, sin embargo, a pesar de existir esta imputación, posteriormente, en su preventiva en sede judicial -fojas quinientos setenta y uno-, sostiene que no lo reconoce ante la
muestra actualizada de los procesados, anotando que cuando le fueron puestas las fichas de la RENIEC, creyó reconocer al procesado Roger Urbano De La Cruz Palomino, como
uno de los asaltantes por sus características físicas, pero al serle puesto de frente para que lo individualice, no era dicha persona -(...) si me ratifico en el reconocimiento físico que
en este acto se me pone a la vista, pero quiero indicar que un primer momento cuando me ensenan unas fichas de RENIEC yo creo reconocer a (...) Roger Urbano como uno de los
participes (...) por las características físicas, pero cuando me los ponen de frente (...) no era la persona que yo había visto el día de los hechos en mi casa, en consecuencia no
reconozco a ninguno de los sujetos participes del hecho delictivo-: lo que reitera en su declaración prestada en el plenario -ver fojas mil dieciocho y siguientes- "¿(?) recuerda la
cara de la persona que reconoció? Dijo: sí pero la persona que identificó es una (...) de un metro setenta, pero cuando me lo muestran (...) no era, y ahora no está presenta- ¿(...)
reconoció a De La Cruz Palomino? Dijo: si pero cuando lo trajeron en persona vi que no era?; rectificación exculpatoria que resulta coherente con la no sindicación de su conviviente
Rosalía Segovia Quispe, quien a nivel policial no lo identificó como uno de los sujetos que participaron en el evento -ver actas de fojas ciento veintiséis y ciento cuarenta y siete-,
habiendo individualizado sólo a Luis Ángel Cabrera Segundo y a Luis Alberto Nieves Arias -reo contumaz-; lo que se acentúa aún más en su declaración rendida en sede judicial -
preventiva de fojas trescientos treinta y nueve-, en la que explica que vio directamente a la cara a los asaltantes, pero que cuando practica el reconocimiento a través de las
muestras fotográficas de las fichas de RENIEC, únicamente sindicó a los ya citados; falta de identificación que mantiene en el acto oral -ver fojas mil treinta y dos-, puntualizando
que no reconoce a ninguno de los procesados. Por lo que, la imputación efectuada por un solo agraviado -en este caso, Luis Alberto Huillca Quispe- en un acto preliminar -fojas
ciento treinta y ocho-, contrastada con la de Rosalía Segovia Quispe a nivel policial -fojas setenta- y en sede judicial -fojas mil treinta y dos- no es coherente, destacándose que la
incriminación incluso es objeto de expresa rectificación por Luis Alberto Huillca Quispe a nivel del sumario -preventiva de fojas quinientos setenta y uno- y de manera reiterativa en
el acto oral -fojas mil dieciocho-, consecuentemente, no constituyendo un elemento de prueba suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia que a éste le asiste, conforme lo
prevé el artículo dos, inciso veinticuatro, parágrafo "e" de la Constitución (https://vlex.com.pe/vid/constitucion-politica-peru-42814763) Política del Estado, es de aplicación a su caso
lo regulado por el artículo doscientos ochenta y cuatro del Código de Procedimientos Penales, procediendo su absolución.

Sétimo

En lo relativo a la alegación del procesado Jorge Luis Velásquez Chávez, en el sentido de que no tiene un diente de oro lo que desvirtúa la incriminación formulada en su contra
dicho aspecto físico es recogido -en el juicio oral-, en la declaración del menor Diego Alonso Sandoval Chavez (véase fojas mil diecisiete vuelta), mientras que ítalo André. Pacheco
Chavez lo sostuvo en su preventiva -fojas cuatrocientos-, lo que no descarta el contenido convergente de sus relatos incriminatorios, a los que se suma lo sostenido por la otra
victima Victor Hugo Chavez Cuenca; cube relievar además que el juicio oral -en el que se deja constancia de que el acusado Velásquez Chavez no tiene diente de oro-, se ha
producido luego de transcurrido dos años de cometidos los hechos, por lo que tampoco constituyen merito suficiente las muestras fotográficas -fojas cuatrocientos treinta a
cuatrocientos treinta y dos- que dan cuenta de que éste carece de dicha particularidad, tanto más si no existe fecha cierta de dichas tomas. En cuanto a la falta de emplazamiento
para hacer sus descargos luego de practicarse reconocimiento a nivel policial en ejercicio de su derecho de defensa carece de asidero, teniéndose en cuenta que tal situación no ha
sido Sostenida oportunamente, previo al procesamiento judicial, donde se le ha brindado y la ha ejercido de manera irrestricta, tanto en el sumario como en el plenario, etapas en
las que se le ha garantizado su derecho con pleno respeta a la contradicción e inmediación.

Octavo

En lo que atañe a la condición de primario de Jorge Luis Velásquez Chavez, Éste es un elemento que habrá de valorarse en la dosificación punitiva, en tanto comporta la
apreciación de una de las circunstancias modificativas que recoge el artículo cuarenta y seis del Código Penal; en tanto que en lo concerniente a la existencia de cuatro homónimos,
esto no resulta pertinente teniéndose en cuenta que el reconocimiento practicado sobre las tomas fotográficas de la ficha de RENIEC fue específicamente sobre su persona,
plenamente individualizada -tal como consta en las actas de fojas ciento veinte, ciento veintidós y ciento veinticuatro-, descartándose cualquier confusión generada por la identidad
en-tos nombres que ahora se alega como supuesto de homonimia.

Noveno

En lo relativo a la falta de individualización de cada hecho, esto ha sido verificado con la subsanación de la acusación fiscal que obra a folios ochocientos setenta y seis, dictamen
en el que se hace la disgregación de cada evento por cada procesado; lo cual también ha sido observado en el análisis valorativo realizado por este Supremo Colegiado en la
presente Ejecutoria.

Décimo

En lo atinente al quantum de la sanción impuesta a los procesados, la pena abstracta por el delito de robo agravado se encuentra predeterminada legalmente entre los márgenes
cuantitativos de diez y veinte años de pena privativa de libertad -articulo ciento ochenta y nueve, incisos primero, segundo, tercero y cuarto del Código Penal, según la modificatoria
contenida en la Ley número veintiocho mil novecientos ochenta y dos, vigente al momento de los hechos-. Así, la individualización de la pena concreta aplicable a los encausados
JORGE LUIS VELÁSQUEZ CHÁVEZ y EDUARDO ESCOBAR TELLO están en función a los citados márgenes legales, dentro de cuya fluctuación resulta menester tener en
Consideración las circunstancias modificativas genéricas que prevé el artículo cuarenta y seis del catálogo punitivo, cuyos parámetros permiten dosificar ésta, pero dentro de los
extremos de la sanción conminada, así, se aprecio sus carencias de antecedentes penales -véase los certificados de fojas trescientos veintiséis y trescientos treinta y dos-, que dan
cuenta de la personalidad de los agentes delictivos -en este caso, de los procesados Jorge Luis Velásquez Chávez y Eduardo Escobar Tello-, conforme lo prevé el inciso décimo
primero del citado numeral. En tal virtud, habiéndose ubicado la sanción impuesta en la sentencia recurrida dentro de los indicados márgenes de la conminación punitiva -lo que se
condice con la naturaleza y gravedad de la afectación sobre los bienes jurídicos involucrados en la conducta delictiva perpetrada-, acorde con los principios de proporcionalidad y
racionalidad jurídica, corresponde
y de tercerosmantenerla
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Finalmente, en lo relacionado a la determinación cuantitativa de la reparación civil fijada -en treinta mil nuevos soles-, ello se condice con la afectación tanto física, psicológica sobre
ENTRAR 
el substrato corporal de las víctimas, así como de contenido patrimonial: por lo que, corresponde mantenerla invariable. Por estos fundamentos: declararon: I. NO HABER NULIDAD
en la sentencia de fojas mil doscientos diecisiete, del diez de agosto de dos mil once, que condena a JORGE LUIS VELASQUEZ CHAVEZ y EDUARDO ESCOBAR TELLO, como
autores del delito contra el Patrimonio -robo agravado- en perjuicio de Victor Hugo Chavez Cuenca, ítalo André Pacheco Chavez y Diego Alonso Sandoval Chavez; II. NO HABER
NULIDAD en cuanto se les impone a cada uno de los citados procesados, doce &los de privación de la libertad; III. HABER NULIDAD en el extremo que condena a ROGER
URBANO DE LA CRUZ PALOMINO por delito contra el Patrimonio -robo agravado- en agravio de Luis Alberto Huillca Quispe y Rosalía Segovia Quispe, a doce años de pena
privativa de la libertad; y reformándola lo absolvieron de la acusación fiscal por el citado delito y agraviados; en consecuencia: ORDENARON se anulen los antecedentes policiales y
judiciales relativos al referido encausado generados por estos hechos; DISPUSIERON su inmediata libertad siempre y cuando no exista en su contra mandato de detención
emanado de autoridad competente oficiándose vía fax para tal efecto a la Cuarta Sala Especializada en lo Penal para Procesos con Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia
de Lima, con lo dem& que contiene y es materia del recurso; y los devolvieron. Interviniendo el señor Juez Supremo Morales Parraguez por licencia del señor Juez Supremo Prado
Saldarriaga.-

SS.

LECAROS CORNEJO

BARRIOS ALVARADO

PRINCIPE TRUJILLO

VILLA BONILLA

MORALES PARRAGUEZ

SALA PENAL TRANSITORIA

R. N. N° 3227 - 2011

LIMA

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