Salomón: ¿Padre, me mandaste a llamar? David: Si hijo. Tú sabes que he jurado por Yahvé nuestro Dios que tu reinaras después de mi Salomón: Si padre, pero tú sabes que soy un muchacho y tengo miedo, pues Israel es un pueblo numeroso David: (risa) Ven hijo, acércate, y te contare mi historia de cómo Dios me ha ayudado y salvado, escucha a tu viejo padre
David: Por aquellos días llego el profeta Samuel a la tierra de mi padre en
Belén, yo estaba pastoreando el rebaño cuando me mandaron a llamar Jese: Ven date prisa, este es mi hijo más pequeño David Samuel: A este Yahvé ha dicho, levántate y úngelo David: En otra ocasión fui a llevar provisiones a mis hermanos al campo de batalla, en la guerra contra los filisteos cuando un enorme hombre salió a desafiarnos Goliat: ¿para qué salen a combatir? Yo soy filisteo y ustedes unos servidores de Saúl Escojan a un hombre que pelee con migo, si es más fuerte que yo y me mata, nosotros seremos sus esclavos, pero si yo lo mato, entonces ustedes serán nuestros esclavos ¡Vamos israelitas, no sean cobardes! Saquen un hombre para pelear David: ¿Quién es ese filisteo que insulta al batallón del Dios vivo? ¿Qué les pasa?, ¿Nadie lo enfrentará? Eliad: ¿Qué haces aquí, porque has dejado el rebaño? ¿Has venido a ver la batalla? David: ¿Qué he hecho yo? Uno no puede hablar Soldado: ven muchacho, el rey quiere hablar contigo (Pausa) David: Señor, ¡Mi rey! No hay porque tener miedo a ese. Yo tu siervo iré a pelear con ese filisteo Saúl: No puedes pelear contra él, pues tú eres un jovencito y él es un hombre adiestrado para la guerra David: Cuando guardaba el rebaño y venia un león o un oso y se llevaba una oveja del rebaño yo lo perseguía y lo golpeaba, y recuperaba la oveja, yo he matado osos y leones; lo mismo hare con ese filisteo que ha insultado al ejercito de Dios vivo (Pausa pequeña, Saúl se da media vuelta) David: Señor, mi rey, Yahvé me ha liberado de las garras del oso y del león, me librará de las manos de ese filisteo Saúl: Vete y que Yahvé te guarde Voz de David: El rey me hizo poner su armadura pero como era muy pequeño, no podía ni caminar, lo que hice fue que por el camino escogí cinco piedras y con el bastón en la mano fui al encuentro del filisteo Goliat: ¿crees que soy un perro para que vengas a amenazarme con un palo? ¡Que mis dioses te maldigan! Ven acércate para destrozarte David: Tú vienes a pelear con jabalina, lanza y espada, yo en cambio te ataco en nombre de Yahvé el Dios de Israel que has desafiado Y hoy Yahvé te ha entregado en mis manos y sabrán todas las gentes que no se necesita espada o lanza para dar la victoria Goliat: ¡Ven pelea, pelea! Murmullo: ¡Vean lo mato, aleluya! ¡Vamos ataquemos! Filisteos: ¡Huyamos! David: y así nada más que una honda y una piedra derroté al filisteo Salomón: Si padre, fue una gran batalla y se vio manifestada en poder del Dios vivo David: Muy pronto me iré por el camino de todos, para ti ha llegado el momento de ser firme y de portarte como hombre, guardar los mandamientos y consejos que está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxitos en todas tus empresas y no te fallará ningún proyecto Salomón: Si padre, hare cuanto me pidas David: Recuerda hijo la promesa que me hizo Yahvé por medio del profeta Natán; me dijo: cuando hayas acabado tus días y te reúnas con tus padres yo pondré en el trono a tu hijo y afianzaré su poder. Tu descendencia y tu reino estarán presente ante mí, tu trono estará firme hasta la eternidad Narrador: y David reinó en Israel cuarenta años y Salomón subía al trono de su padre.