Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Coordinación de Investigación.
INTRODUCCIÓN
Analizar la historia del Cuerpo de Infantería de la Armada de México2 resulta difícil, sobre
todo porque existe un importante vacío historiográfico en torno a ella, y porque sus orígenes
no los podemos separar de la historia de la infantería de la marina española así como de la
introducción de este cuerpo en la Nueva España con las Milicias y la creación del Ejército
Permanente.
ÉPOCAS.- Más de cinco siglos contempla el desarrollo histórico del Cuerpo de Infantería de
Marina, pudiendo distinguirse en su trayectoria cuatro épocas perfectamente diferenciadas,
siendo las dos primeras sus antecedentes históricos:
1
La infantería de marina puede definirse como “la fuerza integrante de la Armada que esta
especializada para el combate en tierra, que emplea medios de transporte marítimos,
fluviales y actualmente aéreos. Su misión se ha revalorizado al constituir una fuerza de
intervención sobre la que descansa la conquista de cabezas de playa en territorio del
adversario, tras un desembarco anfibio y que permita realizar acciones subsecuentes en
tierra”. Contralmirante Carlos A. Martínez de Anda, Compilador, Diccionario Naval, tomo
II, SEMAR, 2005.
2
El término infantería proviene del latín “infans” que significa “niño, servidor” y del verbo
“for o fari” que significa “hablar”. El infante es el que no habla.
1
PRIMERA ÉPOCA: MÉXICO PREHISPÁNICO Y CONQUISTA
3
El Ejército y fuerza aérea mexicanos. Secretaría de la Defensa Nacional. Tomo I.
México. 1979. pp. 15-104.
2
pero distintas de las anteriores. Llevaba lanzas, dardos, mazo o porro, macana, espadas,
puñales y cuchillos4.
La llegada de Hernán Cortés a México en el año de 1519 marca el inicio del fin del
Imperio Azteca y más concretamente del México prehispánico para dar inicio a un período de
300 años de dominación colonial. El combate definitivo que le dio la victoria Cortés fue el
combate naval que se desarrollo en el lago de Texcoco. La estrategia española fue sitiar en
primer término a Tenochtitlán con el fin de impedir cualquier suministro, ya fueran víveres,
armas y otros efectos que podían recibir los mexicas de los pueblos ribereños que eran
aliados suyos. Con tal objeto, dispuso que entre seis o cinco de sus bergantines navegaran
por la noche cerca de las orillas de los lagos con el fin de apresar las canoas encargadas de
llevar aquellos aprovisionamientos. Una vez debilitada la Ciudad se emprendería el ataque
final desde los bergantines, aplastando a miles de canoas indígenas e incendiando la ciudad.
El enfrentamiento naval hizo utilización de la infantería tanto de un bando como del otro. Los
mexicas para defender su ciudad y los españoles para enfrentar a las canoas y proceder a la
toma de la Ciudad.
4
Ibid.
5
Ibid.
3
SEGUNDA ÉPOCA: COLONIA (1521-1810)
6
Existieron los Tercios del Mar de Nápoles; Tercio de Armada del Mar Océano; Tercio de
Galeras de Sicilia y Tercio Viejo del Mar Océano y de Infantería Napolitana. De ellos, el
primero es el "alma mater" de la Infantería de Marina. Hasta 1704, durante el reinado de
Felipe V, los Tercios se convierten en los Regimientos de Bajeles, Armada, Mar de Nápoles y
de Marina de Sicilia, parte de los cuales pasan posteriormente al Ejército de Tierra y el resto
sigue en la Armada constituyendo el "Cuerpo de Batallones de Marina". Entre las acciones
más destacadas de esta época cabe citar: la expedición de Argel, 1541; la batalla naval de
Lepanto, 1571; la expedición de Túnez, 1573; la conquista de la Terceras y Azores, 1582;
la expedición a Inglaterra, 1599; la expedición a San Salvador, Brasil, 1625.
4
Sin embargo, hacia los finales del siglo XVIII el predominio naval de Gran Bretaña y
la Guerra de los Siete Años obligaron a la Corona española a cambiar su estrategia militar en
la defensa de sus posesiones hispanoamericanas. Hasta 1762 la fortificación de los
principales puertos se había considerado suficiente para proteger sus colonias de cualquier
ataque extranjero, defensa militar que funcionó desde el siglo XVI hasta la primera mitad del
XVIII debido a la ausencia de una amenaza militar más fuerte que la representada por los
ataques de los piratas. La invasión inglesa a La Habana7 puso en tela de juicio tal estrategia
militar y alertó a las autoridades metropolitanas del peligro que se cernía sobre sus
posesiones americanas. Con el asalto de cualquier puerto importante como La Habana en la
zona del Caribe, los ingleses podían invadir, y aun conquistar, las colonias españolas
continentales. Para evitar o repeler todo ataque a sus dominios, Carlos III ordenó organizar
fuerzas armadas en América. Para la Nueva España, el Rey encargó a Francisco de Villalba y
Angulo formar una fuerza militar capaz de rechazar cualquier agresión inglesa. El título que
se le concedió a Villalba en 1764 fue el de Capitán General de las Armas e Inspector General
de todas las tropas Veteranas y de Milicia, de Infantería y Caballería, con instrucciones muy
precisas de establecer un ejército permanente en el virreinato8.
7
El Capitán General de Cuba, Luis de Velasco en 1762 debió hacer frente con 1,600 hombres
de tropa de línea de todas las armas y una pequeña cantidad de milicias al ataque de una
flota inglesa de 25 a 30 buques de guerra y transportes con una fuerza de 15,000. La
invasión de la Habana aceleró la creación y readaptación de toda clase de recursos bélicos
con objeto de oponerlos a una posible invasión enemiga a las costas del Golfo Mexicano y el
Caribe.
8
José Antonio Serrano Ortega, Autoridades civiles, militares y reemplazos del ejército
novohispano en El Contingente de Sangre. Los gobiernos estatales y
departamentales y los métodos de reclutamiento del ejército permanente
mexicano. INAH, México. 1993.
5
Villalba dejó dispuesto que hubiera siete regimientos provinciales de infantería: en
México, Tlaxcala, Puebla, Córdoba, Toluca, Veracruz y Oaxaca. Cabe destacar que desde
1769 por Real Orden se había prevenido que las ordenanzas del Ejército se observaran para
la Marina, en lo que fueran compatibles; y en 1800 a su vez que la de Marina se observara
en el Ejército de igual manera. Es decir, que en ambas instituciones militares debería haber
una misma observancia de las disposiciones, por ello se puede suponer que al haber
modificaciones al Ejército necesariamente las había en la Armada. Al empezar el siglo XIX el
ejército tenía 29,962 hombres de los cuales 6,150 eran de infantería de a pie y caballería y
7,103 de las costas. Por lo que respecta a las referencias a la infantería se puede destacar la
Real Ordenanza Naval para el servicio de los baxales de 1802, específicamente los títulos X,
XI, XII, XIII, XIV, y XV; el primero trataba Del Comandante de Batallón de Tropa
Embarcada; el segundo, De los Sargentos Mayores y Ayudantes de Tropa Embarcada; el
tercero, Del Capitán y Oficiales Subalternos de Tropa Embarcada; el Cuarto, De la Tropa
Embarcada; el quinto, De los Sargentos y Cabos de Escuadra de Infantería de Marina a
Bordo; y el Sexto De las Obligaciones, Peculiares de la Tropa de Infantería a Bordo.
Pasaron casi tres siglos de dominación española para que México se pudiera
independizar. La insurgencia mexicana que se levantó el 15 de septiembre de 1810, se
originó por causas bien conocidas de índole política y económica principalmente. El Ejército
insurgente en su primera etapa (1810-1811) comandado por Miguel Hidalgo y Costilla tuvo
muchas carencias de formación y de organización que influyeron en la muerte de éste y de
sus principales hombres.
Sin embargo, la segunda etapa al frente de José María Morelos y Pavón presenta un
panorama distinto en donde se registran ciertos eventos históricos que dan cuenta de la
necesidad e importancia que representa la infantería de marina. En esta fase, la captura del
puerto de Acapulco fue esencial, pues era el camino que unía al puerto con la Ciudad de
México. El 9 de junio de 1813, las tropas insurgentes llevaron a cabo una acción muy similar
a las que efectúan hoy en día la infantería de marina moderna, ya que un grupo de 80
insurgentes al mando del Coronel Pablo Galeana, pertenecientes a la división “Guadalupe”,
tras una lucha sangrienta, asaltan la isla de la Roqueta desde las playas de Caleta, logrando
un botín consistente en una goleta (que después sería la Guadalupe), dos lanchas y 14
canoas pertenecientes a las fuerzas realistas, que sumadas a las seis que ya tenían,
formaran la primera escuadra insurgente, con la cuál lograron la capitulación del Fuerte de
San Diego el 20 de agosto del mismo año. Con ello, se apoderaban de Acapulco la llave del
6
Pacífico de aquél entonces, fondeadero y terminal de “la nao de China”, proveniente de
Filipinas 9.
9
Enrique Cárdenas de la Peña, Semblanza Marítima del México Independiente y
Revolucionario. SEMAR, 1970. Véase el pasaje de Acapulco y la Roqueta, pp. 10-17.
10
Memoria de Marina, 1823, Imprenta El Águila. P. 10.
7
para este cuerpo. Por ejemplo, durante el proceso de consolidación de la independencia
nacional que originó la disputa por el Castillo de San Juan de Ulúa entre el último reducto
español y el gobierno mexicano (1821-1825), se asigna para el año de 1823 a este cuerpo
así como al de artilleros la cantidad de $95,204,00. Por otra parte, entre las novedades
registradas durante este mismo evento con la ocupación de la Isla de Sacrificios por la
marina mexicana, registran las fuentes el fallecimiento del infante de marina Rufino Alcalá el
27 de septiembre de 1824. Durante la primera intervención francesa en 1838 que
desemboca en el bombardeo a la plaza y al Castillo, existen testimonios documentales de las
listas de heridos y muertos, entre ellos el parte que rindió el capitán de navío Tomás Marín.
En el registro aparecen el marinero de infantería Anastasio Magaña y el cabo José María
González. Asimismo, los soldados de infantería (aunque no sabemos si de Marina o del
Ejército) Toribio Chan; Cipriano Romero; Faustino Rosado; José Luis Solís. Carlos Cámara;
Domingo Hernández; Marcos Chan y Julián Campos, entre una lista más extensa11.
Refiere en su obra el Vicealmirante Lavalle Argudín que para la segunda mitad del
siglo XIX no se cuenta con información para este cuerpo y que para el tiempo de la
Revolución Mexicana había desaparecido. Parece testificar esto, que las acciones navales que
se realizaron en 1914 en Guaymas y Topolobampo en el Pacífico, se efectuaron por la
tripulación de los propios barcos que no eran infantes.
El desarrollo y alcances que para los últimos años de la década de los 30’s se
perfilaba con la Segunda Guerra Mundial, y ante las presiones ejercidas por los Estados
Unidos para que México participara en la defensa hemisférica del Continente Americano,
obligaría al gobierno mexicano a impulsar a la Armada Mexicana. En 1939 se le nombraría
Departamento Autónomo y a finales de 1940 se le elevaba al rango de Secretaría de Estado.
En este contexto de guerra y de la importancia que recobraban las costas para el mundo, el
8 de septiembre de 1941 el Presidente de México, General Manuel Ávila Camacho, decretaba
que en virtud que la Marina Mexicana había sido elevada al rango de Secretaría de Estado y
que con motivo de la creación de unidades de infantería naval se evitaría en lo sucesivo, la
dualidad de acción y de mando entre Ejército y Marina en función de las tareas específicas
que corresponde a cada una de ellas. Efectuando los cambios de las guarniciones en la
medida que fuera posible de acuerdo con el desarrollo de las unidades y de la infantería
navales. Al año siguiente, el 3 de agosto se publicaba en el Diario Oficial la organización de
11
Relación de Heridos y Muertos durante el combate del 27/XI/1838. Docto. 24. Semblanza
Marítima del México Independiente y Revolucionario, Op. Cit.
8
los batallones de Infantería de Marina a lo largo de los dos litorales. Estableciéndose
entonces el primer batallón en la Ciudad de México; el segundo en Puerto Cortés, Baja
California; y el tercero en Icacos, Guerrero. Asimismo, se construían cuarteles de infantería
en Acapulco.
Durante estos años de guerra y a raíz del hundimiento del buque Potrero del Llano
se dispuso que en todas las unidades y dependencias de la Armada se activara la instrucción
militar. Todo el personal, incluyendo los civiles, recibieron la misma instrucción que recibían
los infantes de Marina; a finales del año de 1942 del servicio militar en la Armada salía un
contingente de 2,200 conscriptos. Hasta la fecha la infantería de Marina se ha encargado de
formar los conscriptos que realizan su servicio militar en el área naval. En 1943 se iniciaron
los cursos para los oficiales de infantería en las Escuelas Navales del Pacífico y del Golfo de
México. Y el 2 de diciembre se publicaba en el Diario Oficial el Reglamento del curso de
instrucción de Jefes y Oficiales de Infantería Naval.
9
Especiales y Fuerzas de Reacción Anfibia, integradas por infantes de Marina, con una alta
preparación para el combate, debidamente organizados, equipados y entrenados para prever
y neutralizar cualquier amenaza externa o interna. Al grado que pueden considerarse un
cuerpo de elite.
Entre las tareas que desempeña la infantería son de comando y control (para la
preparación y conducción de operaciones); de asalto anfibio (para ejecutar operaciones
anfibias, como componente de una Fuerza Naval); de incursión aérea (para responder de
manera rápida, mediante operaciones de paracaidista y aerotransportados); de asalto
vertical (para ejecutar operaciones de infiltración en áreas de difícil acceso); de comandos
10
anfibios (para ejecutar operaciones de carácter especial como reconocimiento, incursiones,
combate urbano y otras en apoyo a las operaciones regulares); de apoyo al combate (para
ejecutar operaciones de apoyo de artillería al desarrollo de las operaciones anfibias
y regulares); de reconocimiento (operaciones de obtención de información para apoyo de las
unidades operativas) de respuesta inmediata (para ejecutar operaciones en situaciones de
emergencia, en beneficio de la población civil.
11