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6.1. INTRODUCCIÓN
Los cuentes cada vez exigen un mejor servicio por parte de los almacenes. Esta mayor
exigencia se traduce, por ejemplo, en la necesidad de reducir plazos de respuesta y
roturas de stock. En teoría, esto debería ser muy fácil de conseguir, garantizando en todo
momento suficiente nivel de inventario que dé respuesta puntual a los clientes.
No obstante, se debe tratar de ofrecer el mejor servicio posible, tratando de aumentar, a
su vez, la productividad del almacén. Y esto ya no es tan fácil. Para ello, habrá que
dimensionar el stock de tal forma que garantice la máxima rotación y productividad, por
un lado, y un adecuado servicio a los puntos de entrega, por otro.
Además, la globalización de la competencia, la necesidad de segmentación de los
mercados y los cada vez más cambiantes hábitos de los consumidores, obligan a las
empresas a comercializar un mayor número de marcas y modelos, lo que se traduce en
una mayorcantidad de referencias a gestionar en el almacén.
Volviendo con las exigencias de los clientes, éstos tienden a realizar pedidos cada vez más
frecuentes y de menor tamaño, lógicamente, en aras de no hacerse cargo de los costes de
posesión del stock. Esto, además de suponer un mayor número de líneas de pedido a
preparar en el almacén, dificulta sobremanera la optimización de la ocupación de los
camiones, con lo que la gestión del almacén se vuelve más compleja.
Coordinación: el almacén no es un ente aislado del resto de la empresa. En este sentido, la función
de almacenaje debe estar coordinada con las funciones de aprovisionamiento, producción y
distribución, entre otras, adoptando los principios de la logística integral.
• Equilibrio: tal y como se comentó en el Capítulo 2, un almacén debe cuidar esencialmente dos
aspectos primordiales, como son el nivel de servicio y el nivel de inventario. Muchas veces, por
tratar de optimizar una de las variables se perjudica a la otra, por lo que se debe tratar de buscar
un equilibrio.
• Minimizar:
— El espacio empleado: el espacio físico disponible para almacenar los productos debe ser
aprovechado al máximo, de tal forma que la relación productos almacenados/espacio empleado
sea máxima.
— Los riesgos: no hace falta incidir demasiado en recalcar que todo almacén debe prever los
riesgos tanto para su personal como para sus productos e instalaciones.
• Flexibilidad: en el momento de diseñar un almacén, recomendamos siempre tener en cuenta las
posibles necesidades de evolución que vaya a tener en un futuro, para así poder adaptarlo a las
nuevas situaciones que puedan surgir.
• Almacén de fábrica: se trata del almacén cuya ubicación se encuentra en las propias
instalaciones de la fábrica, desde donde recibe los productos y los almacena hasta su despacho.
• Delegación: también conocido con nombres como «almacén distribuidor », «almacén regional»
o «almacén provincial», son almacenes de carácter más local, cuya función consiste en dar servicio
a una zona geográfica concreta.
Como el lector comprenderá perfectamente, cada almacén es único y tiene sus propias
características, si bien es verdad que la inmensa mayoría de los almacenes presentan una serie de
aspectos, funciones y zonas comunes. Con el objetivo de entender y vislumbrar perfectamente la
diferentes zonas que componen la globalidad de un almacén tipo, vamos a ir comentando cada
una de ellas apoyándonos en la Figura 6.1.
Muelles de entrada. Los muelles de entrada son las zonas donde se posicionan los camiones (en el
transporte terrestre por carretera) para proceder a la descarga de la mercancía.
Zona de almacenamiento. Esta zona está destinada a acoger a los productos en espera de que sean
solicitados por los siguientes eslabones de la cadena logística. Normalmente los productos estarán
almacenados en estanterías, aunque no siempre ocurre así.
Zona de embalaje y preparación de pedidos. Una vez que los productos hayan sido solicitados, en
esta zona se procederá a acondicionarlos para su distribución.
Zona de expedición. Esta zona está destinada a las operaciones inmediatamente anteriores al
despacho de los productos.
Muelles de salida. Los muelles de salida son las zonas donde se posicionan los camiones (en el
transporte terrestre por carretera) para proceder a la carga de la mercancía.
Zonas auxiliares. En todo almacén existen zonas que no son puramente logísticas, pero que sin las
cuales la logística no podría funcionar correctamente.
Movientes físicos soportados por los productos en el almacén. Seguidamente se enumeran algunas
de las manipulaciones llevadas a cabo más frecuentemente en un centro logístico:
Descarga de la mercancía.
Paletización.
Desplazamiento a la zona de almacenes.
Almacenaje/Desalmacenaje.
Desplazamiento a la zona de picking.
Picking/Reposición.
Desplazamiento a la zona de preparación.
Embalaje, etiquetaje, pesaje.
Traslado a la zona de expedición.
Agrupamiento de destinos.
Carga de las mercancías.
Expedición.
6.6. IDENTIFICACIÓN AUTOMÁTICA EN E L ALMACÉN
En este ámbito de actuación, si todos los agentes que conforman la cadena de suministro se
pusieran de acuerdo para codificar los artículos de una forma estándar, resultaría posible ahorrar
tiempo y costes, a la vez que evitar errores, en las tareas de identificación de los productos.
6.6.2. RFID
E l REID (Radio Frequency Identification) viene a ser una nueva posibilidad para identificar
productos de forma automática. Son muchos los debates que existen hoy en día acerca de si las
etiquetas RFID o tags (véase Figura 6.4) van a sustituir y hacer desaparecer a los códigos de barras
o, en cambio, los dos sistemas de identificación puedan convivir.
• La información contenida en los tags es variable, por lo que las etiquetas son reutilizables,
mientras que la información en los códigos de barras es estática.
• El RFID permite la lectura de múltiples etiquetas de forma simultanea, mientras que los códigos
de barras deben ser leídos de uno en uno.
• No es necesario que exista contacto visual entre el lector y la etiqueta, aspecto que resulta
imprescindible en la lectura de los có- ^ digos de barras.
CAPÍTULO 7
7.1. INTRODUCCIÓN
Se tratará de describir cada uno de los sistemas y elementos utilizables en los almacenes,
indicando en cada caso las ventajas e inconvenientes que pueda acarrear su utilización.
Almacenamiento con estanterías: Como su propio nombre indica, la característica fundamental del
sistema de almacenamiento basado en estanterías consiste en la utilización de éstas para la
ubicación de las unidades de manipulación (véase F i gura 7.3). A la hora de realizar una primera
clasificación de los diferentes tipos de estanterías utilizables en un almacén, podríamos encontrar
las siguientes: ^
Almacenamiento automático: Una tercera opción de los sistemas de almacenaje es que el proceso
de almacenaje y manipulación de los productos se haga de forma automatizada. Existen multitud
de sistemas automáticos aplicables en la gestión de un almacén, algunos de los cuales se irán
comentando a lo largo de los apartados y capítulos venideros, y que simplemente serán citados en
éste:
Almacenaje ordenado: El almacenaje ordenado, también conocido como almacenaje a hueco fijo,
supone que cada referencia tiene una ubicación fija y predeterminada en el almacén. De esta
forma, la referencia A tendrá su propia dirección en el almacén, y no será ubicada en ningún otro
lugar, así como ninguna otra referencia será almacenada en las ubicaciones correspondientes a la
referencia A.
• E l control de los productos en el almacén será sencillo, ya que cada referencia ocupa en todo
momento una misma ubicación. E l personal del almacén podrá así memorizar la ubicación fija de
cada producto.
• Los huecos del almacén podrán ser adaptados a las características físicas de cada producto
(tamaño, peso...), ya que siempre serán los mismos productos los que las ocupen.
• Los almacenes deben ser diseñados a capacidad máxima, es decir, si cada referencia tiene
asignados una serie de huecos en el almacén, se deberá prever que los huecos asignados a cada
referencia \n un número suficiente como para dar cabida a las mismas cuando se encuentren a su
stock máximo.
• Sin embargo, en la realidad empresarial, resulta muy improbable que todas las referencias de un
almacén se encuentren a su stock máximo en el mismo momento, por lo que diseñando los
almacenes a capacidad máxima, nos encontramos con que en cada mo88 mentó hay muchos
huecos Ubres, que nos están costando dinero, en el almacén, por lo que se podría concluir que el
aprovechamiento del espacio físico del almacén no resulta ser óptimo.
Almacenaje caótico El almacenaje caótico, también conocido como almacenaje a hueco libre,
supone que a cada referencia le será asignada una ubicación variable en cada caso, en función de
los espacios disponibles en cada momento. Así, cada referencia no tiene asignada una ubicación
fija y predeterminada para siempre, sino que ésta puede ir variando en función del estado de
ocupación que presente el almacén en cada momento.
• El almacén puede ser diseñado a capacidad media. Atendiendo a lo comentado con anterioridad,
la experiencia demuestra que en ningún caso se dispondrá en el almacén de todos los stocks a su
nivel máximo. Cuando unas referencias presenten niveles de inventario máximos, otras estarán a
niveles bajos, otras a niveles medios, etc. De esta forma, resulta posible diseñar los almacenes
teniendo en cuenta el nivel de stock promedio disponible en el mismo.
• En consecuencia, resulta obvio que el aprovechamiento del espacio físico del almacén está, en
este caso, mucho más ajustado a la realidad logística de la empresa.
• Por el hecho de que los productos puedan variar constantemente 1 de ubicación dentro del
almacén, parece lógico que el control de los mismos pueda resultar más complejo que en el caso
del almacenaje ordenado o a hueco fijo.
• Por ello, en el caso del almacenaje caótico o a hueco libre, normalmente resulta necesario
disponer de un soporte informático que sea capaz de gestionar la ubicación y garantizar el control
de los productos en el almacén.
Transpaleta manual: La transpaleta manual es uno de los elementos más simples pero a su vez
más utilizados en un almacén (véase Figura 7.9).
Apíladores: Los apiladores constituyen una evolución de las transpaletas. Al igual que en el caso
anterior, se podría diferenciar entre apiladores de conducir a pie y apiladores de conductor
montado, así como entre apiladores lanuales y eléctricos. Su principal aspecto diferencial con
respecto a las anspaletas es su mayor capacidad de elevación
Carretilla retráctil: La característica principal de una carretilla retráctil es que sus horquillas o
«cuernos» se pueden extender o contraer de forma frontal (véase Figura 7.13), lo cual permite,
entre otras cosas, llevar a cabo trabajos delicados con una mayor precisión.
• Mini-loads, cuando manipulan pequeñas cajas o contenedores (véase Figura 7.15, derecha).
Un economista italiano llamado Vilfredo Pareto (1848-1923), en una de las muchas investigaciones
en las que participó, se dio cuenta que la distribución de la riqueza y la renta en la sociedad no era
para nada equitativa. En este sentido, dedujo que aproximadamente el 80% de la riqueza de la
sociedad estaba en manos del 20% de la población, y el restante 20% de la renta se la repartía el
80% de la población.
La clasificación ABC, basada en la Ley de Pareto, resulta muy útil, entre otras cosas, para tomar
decisiones sobre la ubicación de los productos en el almacén. En este sentido, es posible la
aplicación de la clasificación ABC atendiendo a diferentes criterios, como por ejemplo:
1. Ordenar todas las referencias de mayor a menor en función del criterio seleccionado. Es decir, si
se desea calcular un ABC en función del volumen de stock, se deberán clasificar las referencias, de
mayor a menor, atendiendo a este criterio.
2. Atendiendo al criterio seleccionado para la selección ABC, calcular el porcentaje de cada
referencia sobre la suma total.
La clasificación ABC en función de las líneas de pedido recibidas por cada referencia, permite
vislumbrar cuáles son aquellas pocas referencias que soportan un porcentaje elevado de las
manipulaciones (picking, preparación de pedidos) en el almacén, así como cuáles son aquellas
muchas referencias que soportan un porcentaje reducido de las manipulaciones totales.
Capítulo 8
8.1. INTRODUCCION
Una vez que los productos han sido almacenados llegará un momento en el que sean solicitados
por los clientes, distribuidores o delegaciones. En este momento, cuando los productos sean
requeridos por los siguientes eslabones de la cadena de suministro, es cuando comienza la tarea
de preparación de pedidos.
Hasta hace no muchos años, el picking era una actividad que no era muy tomada en consideración
en la gestión del almacén, es decir, era una tarea considerada como poco importante.
Esta postura con respecto a las actividades de picking tenía su razón de ser, ya que en esos
tiempos los pedidos provenientes de los clientes eran habitualmente poco frecuentes y de gran
tamaño. Además, la cantidad de referencias gestionadas por las empresas en sus almacenes era
considerablemente menor que en la actualidad.
al picking de los productos demandados y, en consecuencia reducir los costes de la actividad y los
plazos de entrega a los clientes, se deben tratar de minimizar los recorridos realizados por el
personal del almacén a la hora de extraer los productos de sus lugares de almacenaje. Para ello,
resultará muy útil la ubicación de los productos atendiendo a una clasificación ABC en función de
las líneas de pedido recibidas por cada referencia (véase Apartado 7.5).
Rapidez. E l plazo de entrega de los productos empieza a contar en el mismo momento en que son
recibidos los pedidos de los clientes. En consecuencia, la rapidez con que se lleve a cabo el picking
de las referencias solicitadas en el almacén será un factor con una incidencia directaen el plazo de
entrega comprometido con los clientes.
Control de operaciones. Durante la actividad de picking, resulta primordial controlar el flujo FIFO y
la caducidad u obsolescencia de los productos siempre y cuando resulte necesario. Por otro lado,
se recomienda, siempre que sea posible, informar de las operaciones de picking realizadas a
tiempo real, de tal forma que el almacén pueda mantener un inventario permanente u on-line.
La multitud de sistemas que existen para llevar a cabo la actividad del picking pueden ser
clasificados en dos grandes grupos o familias:
Carrusel horizontal :Los carruseles horizontales consisten en una serie de estanterías, diseñadas
para pequeñas piezas, que giran automática y horizontalmente mediante la acción de motores
eléctricos, de tal forma que las ubicaciones y productos solicitados por los operarios se acercan
hacia los puestos de preparación (véase Figura 8.4).
Las nuevas tecnologías también pueden ser aplicadas a sistemas de picking operario a producto,
de tal forma que se puedan alcanzar los objetivos de la preparación de pedidos de una forma más
rápida, fiable y económica.
Sistema de radiofrecuencia Entre la multitud de usos y aplicaciones posibles, tanto logísticas como
no, de la tecnología de la radiofrecuencia, en este tema nos vamos a centrar en su utilidad para la
mejora de la actividad de picking en un almacén.
Soluciones pick to light: Se trata de un sistema de picking que tampoco utiliza papeles. Su
componente básico consiste en una serie de indicadores luminosos que guían al operario tanto en
términos de ubicaciones de picking (se debe extraer el producto desde las ubicaciones
iluminadas), como en términos de cantidades a recoger (se enciende una luz con un número que
indica la cantidad a picar) (véase Figura 8.7).
Soluciones pick to volee: Se trata de una nueva tecnología para realizar el picking mediante
reconocimiento de voz. E l operario del almacén lleva un pequeño receptor en el cinturón y
también un auricular. De este forma, recibe las indicaciones de forma acústica por el auricular y
confirma sus acciones verbalmente en el micrófono (véase Figura 8.8).