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ESCUELA DE POSTGRADO
CICLO : II
1.- Como se configura el principio Pro-Actione, concebido en el tercer artículo del Título Preliminar de la Nueva
Ley Procesal del Trabajo, la cual debe ser desarrollado teniendo en cuenta las sentencias casatorias emitidas
por la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de la República a través de la Sentencia N°
9310-2013- Cusco y 1747-2017- La Libertad.
El Recurso de Casación en la Nueva Ley Procesal del Trabajo La NLPT, legisla sobre el recurso de casación en
los artículos 34º al 41º de su texto. No se define la casación, tampoco precisa cuáles son sus fines. Sólo Citado
por Sagástegui Urteaga, Pedro "La Casación Civil en el Perú Actual”, Revista de Derecho Procesal Civil, lima,
Universidad San Martín de Porres, 1995, p. 183. considera las causales, los requisitos de procedencia, el trámite
del recurso, los efectos del recurso, las consecuencias del recurso fundado, el carácter vinculante de los fallos
de la Corte Suprema y la publicación de las sentencias de casación. 1.- Causales del recurso de casación. La
Ley 26636, en su artículo 56º señalaba las siguientes causales del recurso de casación: a) La aplicación indebida
de una norma de derecho material; b) La interpretación errónea de una norma de derecho material; c) La
inaplicación de una norma de derecho material; y d) La contradicción con otras resoluciones expedidas por la
Corte Suprema de Justicia o las Cortes Superiores, pronunciadas en casos objetivamente similares, siempre que
dicha contradicción esté referida a una de las causales anteriores. Como se puede apreciar, se trata de una
enumeración taxativa que le da cierta precisión a las causales. En cambio, la NLPT introduce una modificación
en este criterio, al haber establecido una especie de envoltura, cuya clarificación corresponderá al juzgador en
cada caso. En efecto, el artículo 34º de la NLPT, que se refiere a las causales del recurso de casación establece
lo siguiente: “El recurso de casación se sustenta en la infracción normativa que incida directamente sobre la
decisión contenida en la resolución impugnada o en el apartamiento de los precedentes vinculantes dictados por
el Tribunal Constitucional o la Corte Suprema de Justicia de la República”. Es claro que la NLPT dispone que el
órgano competente tenga que resolver en cada caso, la infracción normativa, que en la ley derogada estaba
precisada y que podía consistir en la aplicación indebida, la interpretación errónea o la inaplicación del derecho
material, precisión que en la ley vigente no existe. Por otra parte, el juzgador tendrá que determinar si los
alcances de la infracción inciden directamente sobre el sentido de la decisión contenida en la resolución
impugnada. El artículo 34º de la NLPT, también se refiere al apartamiento de los precedentes vinculantes
dictados por el Tribunal Constitucional o la Corte Suprema de Justicia de la República, como causal del recurso
de casación. Consideramos que la ley ha hecho bien en reconocer al Tribunal Constitucional como creador de
precedentes vinculantes, como lo ha venido haciendo, sobre todo en los temas previsionales. Ya la Ley Orgánica
del Tribunal Constitucional (LOTC), en su Primera Disposición General dispone lo siguiente: “Los Jueces y
Tribunales interpretan y aplican las leyes o toda norma con rango de ley y los reglamentos según los preceptos
y principios constitucionales, conforme a la interpretación de los mismos que resulte de las resoluciones dictadas
por el Tribunal Constitucional en todo tipo de procesos.” Lo dicho revela que hay un interés por definir cuáles
serán los criterios de interpretación acuñados por el Tribunal Constitucional que habrán de constituirse en
“precedentes vinculantes” para casos similares y, en definitiva, los criterios rectores de la política laboral en el
marco de la Constitución Política. En adelante, tendrán que comenzar a señalarse cuáles serán los precedentes
vinculantes que se vayan implantando 2.- Efectos del recurso de casación. La NLPT en su artículo 38º
introduce un cambio fundamental en relación con la Ley 26636 y el CPC. Estos últimos suspenden la ejecución
de la sentencia impugnada en tanto se resuelve el recurso de casación, mientras que la nueva ley establece lo
contrario, al sostener que la interposición del recurso de casación no suspende la ejecución de la sentencia.
Excepcionalmente, sólo cuando se trate de dar obligaciones de dar sumas de dinero, a pedido de parte y previo
depósito a nombre del juzgado de origen o carta fianza renovable por el importe total reconocido, el juez de la
demanda suspende la ejecución en resolución fundamentada e inimpugnable. El depósito o la carta garantía, a
que se refiere el punto anterior, debe incluir el capital, los intereses del capital a la fecha de interposición del
recurso, los costos y costas, así como los intereses estimados que, por dichos conceptos, se devenguen hasta
dentro de un (1) año de interpuesto el recurso. La liquidación del importe total reconocido es efectuada por un
perito contable. El mismo dispositivo dispone que si el demandante tuviese trabada a su favor una medida
cautelar, debe notificársele a fin de que, en el plazo de cinco (5) días hábiles, elija entre conservar la medida
cautelar trabada o sustituirla por el depósito o la carta fianza ofrecidos. Si el demandante no señala su elección
en el plazo concedido, se entiende que sustituye la medida cautelar por el depósito o la carta fianza. En
cualquiera de estos casos, el juez de la demanda dispone la suspensión de la ejecución. Este tema tiene que
ver con el efecto suspensivo del recurso de casación. Se trata de establecer si la interposición del citado recurso
origina la suspensión de la ejecución de la resolución impugnada hasta tanto no se pronuncie el órgano de
casación. Como ya dijimos, la Ley 26636 suspendía la ejecución de la sentencia impugnada. Por su parte, el
CPC en su artículo 393º dispone con toda claridad que la interposición del recurso de casación suspende la
ejecución de la sentencia impugnada. Sin embargo, la NLPT plantea la no suspensión de la ejecución,
incorporando una situación nueva en la legislación peruana. Desde el punto de vista del derecho laboral,
consideramos que la innovación es aceptable, si se tiene en cuenta la jerarquía que le otorga la legislación del
trabajo a los créditos laborales, de ser créditos preferentes, a cualquier otro, por su carácter alimenticio que se
le atribuye a dichos créditos.
Artículo III.- “Fundamentos del proceso laboral En todo proceso laboral los jueces deben evitar que la
desigualdad entre las partes afecte el desarrollo o resultado del proceso, para cuyo efecto procuran alcanzar la
igualdad real de las partes, privilegian el fondo sobre la forma, intepretan los requisitos y presupuestos procesales
en sentido favorable a la continuidad del proceso, observan el debido proceso, la tutela jurisdiccional y el principio
de razonabilidad. En particular, acentúan estos deberes frente a la madre gestante, el menor de edad y la
persona con discapacidad. Los jueces laborales tienen un rol protagónico en el desarrollo e impulso del proceso.
Impiden y sancionan la inconducta con traria a los deberes de veracidad, probidad, lealtad y buena fe de las
partes, sus representantes, sus abogados y terceros. El proceso laboral es gratuito para el prestador de servicios,
en todas las instancias, cuando el monto total de las pretensiones reclamadas no supere las setenta (70)
Unidades de Referencia Procesal (URP)”.
Al respecto sobre este artículo se pone de vista el impacto procesal de la naturaleza tuitiva del derecho laboral,
cuando se dice aquello de “evitar que la desigualdad entre las partes afecte el desarrollo o resultado del proceso”.
Ello es lógico, en tanto en el derecho laboral se parte de la premisa que el trabajador es la parte débil y aquella
que puede sufrir los perjuicios propios de ser parte de una relación asimétrica. El empleador se presupone la
parte con mayores recursos y aquél que está en aptitud de tomar ventaja de ellos al concurrir al proceso.
Partiendo de esta lógica, se impone al juez el deber de evitar que los mayores recursos del empleador tengan
impacto en el desarrollo o resultado del proceso. El juez tiene el deber de procurar la “igualdad real de las partes”
o lo que es lo mismo garantizar la igualdad de armas.
Es muy interesante aquello de “privilegiar el fondo sobre la forma” pues puede compatibilizarse con la mención
al principio de razonabilidad.
RECURSO DE CASACION: Viene a conocimiento de esta Sala Suprema, el recurso de casación interpuesto por
la demandada Universidad Privada Antenor Orrego - UPAO, de fecha cinco de noviembre de dos mil trece,
obrante a fojas quinientos cincuenta y nueve, contra la sentencia de vista de fecha veintidós de octubre de dos
mil trece, obrante a fojas cuatrocientos cincuenta y cinco, que confirma la sentencia apelada expedida el cinco
de marzo de dos mil trece, a fojas cuatrocientos once, que declara fundada en parte la demanda incoada, en
consecuencia se ordena que la emplazada pague al actor la suma de veintiuno mil sesenta y cinco con noventa
y uno / cien nuevos soles (S/. 21,065.91), por vacaciones no gozadas, más intereses legales y costas, a
liquidarse en ejecución de sentencia; se confirma en lo demás que contiene; en los seguidos por don Carlos
Enrique Castillo Diestra contra la Universidad Privada Antenor Orrego - UPAO, sobre Desnaturalización de
Contrato y Pago de Vacaciones y otros. 2. CAUSALES DEL RECURSO: Mediante el auto calificatorio del recurso,
emitido el treinta de mayo de dos mil catorce, obrante a fojas ciento nueve del cuadernillo de casación formado
por esta Sala Suprema, este Tribunal Supremo declaró procedente el recurso extraordinario interpuesto, por las
siguientes causales: a) Infracción normativa de los artículos 44, 46, 47 y 54 del Capítulo V de la Ley 23733, la
adecuada aplicación del artículo 139 incisos 3) y 5) de la Constitución Política del Estado, así como el artículo
VII del Título Preliminar y artículos 121 y 122 inciso 4) del Código Procesal Civil. b) Infracción normativa de los
artículos 10, 21 y 23 del Decreto Legislativo 713, la adecuada aplicación del artículo 139 incisos 3) y 5) de
la Constitución Política del Estado, así como el artículo VII del Título Preliminar y artículos 121 y 122 inciso 4)
del Código Procesal Civil. 3. CONSIDERANDO: Primero.- En relación con la infracción normativa declarada
procedente por este Supremo Tribunal, anótese que el derecho al debido proceso no sólo es un principio de
quienes ejercen la función jurisdiccional y que está contemplado como tal en el inciso 3) del artículo 139 de
la Constitución Política del Estado, sino que también es concebido como aquel derecho fundamental que posee
toda persona -peruana o extranjera, natural o jurídica- y que, en tal medida, es exigible por éstas (dimensión
subjetiva); debiendo ser respetado por todos, ya que lleva implícito los fines sociales y colectivos de justicia
(dimensión objetiva)7. De otro lado, el debido proceso comprende un conjunto de garantías constitucionales que
se pueden identificar tanto en el inicio del proceso, en la defensa, prueba y sentencia, entre los que se señalan:
i) el de obtener una resolución fundada en derecho de los jueces y tribunales, y exige que las sentencias
expliquen en forma suficiente las razones de sus fallos, esto es, en concordancia con el artículo 139 inciso 5) de
la Carta Magna, que se encuentren suficientemente motivadas con la mención expresa de los elementos fácticos
y jurídicos que sustentan las decisiones, lo que viene preceptuado además en los artículos 122 inciso 3) del
Código Procesal Civil y 12 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial; ii) el derecho de los
litigantes de participar en un proceso público, que garantice la defensa de éstos mediante herramientas
procesales eficientes y eficaces; iii) el derecho de ofrecer las pruebas pertinentes que acrediten sus afirmaciones,
la misma que deberá -según sea el caso-, ser admitida, actuada y valorada; iv) la institución procesal de la cosa
juzgada; v) derecho al juez ordinario; vi) derecho a la asistencia de letrado, entre otros. Segundo.- A nivel
jurisprudencial constitucional, es aceptado que el debido proceso tiene dos dimensiones: la formal y la material.
En su dimensión adjetiva o formal, el debido proceso está comprendido por determinados elementos procesales
mínimos que son necesarios e imprescindibles para el establecimiento de un proceso justo, tales como
el derecho de defensa, el derecho a probar, el derecho a impugnar, ser escuchado, entre otros. A su vez, estos
elementos impiden que la libertad y los derechos de los individuos se afecten ante la ausencia o insuficiencia de
un proceso. El debido proceso sustantivo exige, por su parte, que los actos tanto del legislador, del juez y de la
administración sean razonables y respetuosos de los derechos fundamentales, a tal punto que su inobservancia
debe ser sancionada con la inaplicación de aquel acto o con su invalidez; en tal sentido, se afirma que el debido
proceso sustancial tiene por fin asegurar la razonabilidad de lo decidido en un proceso. Es importante resaltar lo
dispuesto por el Tribunal Constitucional en cuanto a esta doble dimensión del debido proceso, al respecto ha
establecido: “El debido proceso está concebido como aquél en el que se respetan sus dos expresiones, tanto
formal como sustantiva; en la de carácter formal, los principios y reglas que lo integran tienen que ver con las
formalidades estatuidas, tales como las que establecen el juez natural, el procedimiento preestablecido,
el derecho de defensa y la motivación; y en su expresión sustantiva, están relacionados los estándares de
razonabilidad y proporcionalidad que toda decisión judicial debe suponer”8. Tercero.- De otro lado, el segundo
párrafo del inciso 3) del artículo 139 de la Constitución Política del Estado también consagra el derecho a no ser
desviado de la jurisdicción predeterminada por la ley. Dicho atributo es una manifestación del derecho al “debido
proceso legal” o lo que con más propiedad se denomina “tutela procesal efectiva”. Por su parte, el artículo 8.1º
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos establece que “toda persona tiene derecho a ser oída,
con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley (...)”. De la definición establecida en la norma internacional, se
puede evidenciar que, la tutela procesal efectiva tiene como una de sus manifestaciones que el órgano
jurisdiccional que resuelva el conflicto sea el “competente” para avocarse a dicha causa, bajo la observancia de
reglas procesales preestablecidas para la tramitación de un determinado tipo de proceso. También conocido
como el derecho a un juez natural, esta garantía presenta dos alcances: por un lado, la imposibilidad de ser
sometido a un proceso ante la autoridad de quien no es juez o que carece de competencia para resolver una
determinada controversia; y por otro, que la competencia de los jueces y tribunales se encuentre previamente
establecida por la ley. Cuarto.- Entonces, el contenido de este derecho (tutela jurisdiccional efectiva) plantea dos
exigencias muy concretas: en primer lugar, que quien juzgue sea un juez u órgano con potestad jurisdiccional,
garantizándose así la interdicción de ser enjuiciado por un juez excepcional o por una comisión especial creada
exprofesamente para desarrollar funciones jurisdiccionales o que dicho juzgamiento pueda realizarse por
comisión o delegación, o que cualquiera de los poderes públicos pueda avocarse al conocimiento de un asunto
que debe ser ventilado ante un órgano jurisdiccional; y, en segundo lugar, que la jurisdicción y competencia del
juez sean predeterminadas por la ley, lo que comporta que dicha asignación debe haberse realizado con
anterioridad al inicio del proceso y que tales reglas estén previstas en una ley orgánica, conforme se desprende
de una interpretación sistemática de los artículos 139º inciso 3 y 106º de la Constitución Política del Estado9.
Quinto.- En la Sexta Disposición Transitoria de la Nueva Ley Procesal de Trabajo Nº 29497, se previó que: “El
Poder Judicial dispone el desdoblamiento de las salas laborales en tribunales unipersonales que resuelvan en
segunda y última instancia las causas cuya cuantía de la sentencia recurrida no supere las setenta (70) Unidades
de Referencia Procesal (URP).”, siendo que, dicho dispositivo fue efectivizado mediante la Resolución
Administrativa Nº 182-2010-CE-PJ del veinte de mayo de dos mil diez, en la que, ratificando el mandato anterior,
el titular del Poder Judicial dispuso que aquellas causas cuya cuantía no supere las setenta unidades de
referencia procesal, debían ser conocidas por cada uno de los Jueces que conforman el Colegiado de las Salas
Laborales, quienes respectos de aquellas asumirían el rol de Juez Unipersonal de segunda y última instancia;
sentencias que, para cuya validez únicamente requerían la conformidad -a través de la rúbrica- de quien asume
la titularidad de dicho Juzgado. Sexto.- De una lectura del articulado antes glosado, se puede colegir en principio
que, la decisión sobre el desdoblamiento del Colegiado Superior que conoce en segunda instancia el confl icto,
obedece principalmente a políticas administrativas e institucionales que hagan viable la resolución de la
controversia de una manera más pronta y eficaz; y, en segundo término, porque, al poner como tope de cuantía
las setenta Unidades de Referencia Procesal, la norma procesal permite inferir que las pretensiones discutas en
dichos procesos son cuantificables y en modo alguno implican un pronunciamiento sobre conflictos no pasibles
de cuantificación. Precisamente, partiendo de esta interpretación, es que en el II Pleno Jurisdiccional Supremo
en materia laboral, cuya publicación en el Diario Oficial El Peruano es de fecha cuatro de julio de dos mil catorce,
se acordó que “La Sexta Disposición Transitoria de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley 29497, establece
la competencia de los tribunales unipersonales, señalando que éstos pueden conocer de los recursos de
apelación en causas cuya cuantía reconocida en la sentencia no supere las setenta (70) Unidades de Referencia
Procesal (URP); aun cuando exista también reconocimiento de una pretensión no cuantificable”; precisando entre
sus fundamentos en el Informe respectivo, publicado en la página web del Poder Judicial10, -respecto de la
pretensión no cuantificable- que, “las pretensiones cuantificables (p.e. pago de beneficios sociales) que tuvieran
una causa petendi que implique el análisis de cuestiones como, por ejemplo, la desnaturalización de un contrato
modal o la desnaturalización de una relación de prestación de servicios, no pueden entenderse
como acumulación de pretensiones cuantificables y no cuantificables, porque la causa petendi no es una
pretensión sino solo el fundamento de aquélla.” (sic) Séptimo.- En este orden de ideas, en el presente caso, el
conflicto gira en torno no sólo a determinar la existencia de pago de beneficios sociales (vacaciones
específicamente), sino que también orienta la actividad jurisdiccional principalmente a evaluar una pretensión
principal no cuantificable, cual es, si en el presente caso existió desnaturalización de los contratos de servicios
modales a los que estuvo sujeto el demandante; por consiguiente, es evidente que el Tribunal Unipersonal se ha
pronunciado de manera indebida ya que conforme se advierte del petitorio de la demanda, ésta contiene una
pretensión no cuantificable correspondiendo por tanto a la Sala Superior conocer del recurso de apelación,
obrante a fojas cuatrocientos veintitrés interpuesto por la demandada contra la sentencia del A-quo, habida
cuenta que en su calificación debía tenerse en cuenta lo previsto en la Sexta Disposición Transitoria de la Nueva
Ley Procesal del Trabajo Nº 29497 y la Resolución Administrativa Nº 182-2010-CE-PJ, las mismas que disponen
el desdoblamiento de Salas Laborales en Tribunales Unipersonales que resuelven en última instancia
únicamente las causas cuya cuantía de la sentencia recurrida no supere las setenta Unidades de Referencia
Procesal, entendiendo por ello, aquellos petitorios que contengan pretensiones cuantificables; supuesto que no
es el del presente caso, al contener en el petitorio -como se reitera- una pretensión no cuantificable. Octavo.- En
consecuencia, corresponde declarar fundada la infracción normativa del artículo 139 incisos 3 y 5 de
la Constitución Política del Estado, en tanto se ha verificado que al establecer la competencia, se ha designado
a un órgano jurisdiccional que no correspondía conocer de la causa en apelación; en tal sentido, carece de objeto
emitir pronunciamiento con respecto a las demás causales declaradas procedentes. 4. DECISION: Por dichas
consideraciones, MI VOTO es porque se declare: FUNDADO el recurso de casación interpuesto por la
demandada Universidad Privada Antenor Orrego - UPAO, de fecha cinco de noviembre de dos mil trece, obrante
a folios quinientos cincuenta y nueve; en consecuencia, NULA LA SENTENCIA de vista de fecha veintidós de
octubre de dos mil trece, obrante a folios cuatrocientos cincuenta y cinco, expedida por el Tercer Tribunal
Unipersonal de la Primera Sala Especializada Laboral de la Corte Superior de Justicia de La Libertad; se
ORDENE la emisión de un nuevo pronunciamiento, debidamente fundamentado con arreglo a ley, por el órgano
Colegiado integrado por tres miembros; en los seguidos por don Carlos Enrique Castillo Diestra contra la
Universidad Privada Antenor Orrego - UPAO sobre Desnaturalización de Contrato y otros; se ORDENE publicar
la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano conforme al artículo 41 de la Nueva Ley Procesal del
Trabajo Nº 29497; y se devuelva.- Vocal Ponente: Acevedo Mena.- SS. ACEVEDO MENA
Ley 29497 - Nueva Ley Procesal del Trabajo Artículo 39.- Consecuencias del recurso de casación declarado
fundado Si el recurso de casación es declarado fundado, la Sala Suprema casa la resolución recurrida y resuelve
el conflicto sin devolver el proceso a la instancia inferior. El pronunciamiento se limita al ámbito del derecho
conculcado y no abarca, si los hubiere, los aspectos de cuantía económica, los cuales deben ser liquidados por
el juzgado de origen. En caso de que la infracción normativa estuviera referida a algún elemento de la tutela
jurisdiccional o el debido proceso, la Sala Suprema dispone la nulidad de la misma y, en ese caso, ordena que
la sala laboral emita un nuevo fallo, de acuerdo a los criterios previstos en la resolución casatoria; o
declara nulo todo lo actuado hasta la etapa en que la infracción se cometió.
2 Constitución Política del Estado Peruano Artículo 139.- Son principios y derechos de la función jurisdiccional:
(...) 3. La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional. Ninguna persona puede ser desviada de
la jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida a procedimiento distinto de los previamente establecidos,
ni juzgada por órganos jurisdiccionales de excepción ni por comisiones especiales creadas al efecto, cualquiera
sea su denominación.
3 “El amplio alcance de la intangibilidad del debido proceso se aplica no solo ratione materiae sino también
ratione personae sin discriminación alguna (...) Tal como ya ha señalado este Tribunal, el debido proceso legal
se refiere al conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales a efectos de que las
personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier [...] acto del Estado
que pueda afectarlos. Es decir, cualquier actuación u omisión de los órganos estatales dentro de un proceso,
sea administrativo sancionatorio o jurisdiccional, debe respetar el debido proceso legal (...) Asimismo, la Corte
ha indicado que el elenco de garantías mínimas del debido proceso legal se aplica en la determinación de
derechos y obligaciones de orden “civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter”. Esto revela que el debido
proceso incide sobre todos estos órdenes y no sólo sobre el penal...”. OPINION CONSULTIVA OC-18/03 DE 17
DE SEPTIEMBRE DE 2003, emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos Párrafos 122, 123, 124.
4 Convención americana sobre derechos humanos Artículo 8. Garantías Judiciales.-1. Toda persona tiene
derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación
penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal
o de cualquier otro carácter. (...) [Enfasis agregado] Aprobada por Decreto Ley 22231, de 11 de julio de 1978.
Instrumento de Ratificación de 12 de julio de 1978. Depositado el 28 de julio de 1978. Entrada en vigencia el 28
de julio de 1978
5 “Este derecho, reconocido en el inciso 3 del artículo 139 de la Constitución, garantiza que una persona sea
juzgada bajo reglas procedimentales previamente establecidas. Pero ello no significa que tengan que respetarse
todas y cada una de estas reglas pues, de ser así, bastaría un mínimo vicio en el proceso para que se produzca
la violación de este derecho. De las reglas previamente determinadas derivan las exigencias de que una persona
no pueda ser juzgada por reglas procesales dictadas en atención a determinados sujetos, ni el proceso pueda
ser alterado cuando una norma que se aplicó es modificada con posterioridad. La aplicación inmediata de la ley,
que supone la abrogación de la ley anterior, lleva la convicción de que la nueva ley es mejor que la derogada.
La fecha en la que se inicia el procedimiento constituye el momento que marca la legislación aplicable en el
caso.” Landa, César (2012) El derecho al debido proceso en la Jurisprudencia. Volumen 1. Lima, Fondo Editorial
Academia de la Magistratura Pp. 27
6 Convención americana sobre derechos humanos Artículo 8. Garantías Judiciales.-1. Toda persona tiene
derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación
penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal
o de cualquier otro carácter. (...) [Enfasis agregado] Aprobada por Decreto Ley 22231, de 11 de julio de 1978.
Instrumento de Ratificación de 12 de julio de 1978. Depositado el 28 de julio de 1978. Entrada en vigencia el 28
de julio de 1978
Por el presente artículo y aplicando a las casaciones antes citadas; se pone de vista el
impacto procesal de la naturaleza tuitiva del derecho laboral, cuando se dice aquello de ”
evitar que la desigualdad entre las partes afecte el desarrollo o resultado del proceso”.
Ello es lógico, en tanto en el derecho laboral se parte de la premisa que el trabajador es
la parte débil y aquella que puede sufrir los perjuicios propios de ser parte de una relación
asimétrica. El empleador se presupone la parte con mayores recursos y aquél que está
en aptitud de tomar ventaja de ellos al concurrir al proceso.
Partiendo de esta lógica, se impone al juez el deber de evitar que los mayores recursos
del empleador tengan impacto en el desarrollo o resultado del proceso. El juez tiene el
deber de procurar la “igualdad real de las partes” o lo que es lo mismo garantizar la
igualdad de armas.
Es muy interesante aquello de “privilegiar el fondo sobre la forma” pues puede
compatibilizarse con la mención al principio de razonabilidad.
Como es bien sabido en el Perú aún convivimos con legislación procesal hiperformalista
y que tiene como máximo exponente al Código Procesal Civil de 1993. Aún, en muchos
aspectos de la Nueva Ley Procesal del Trabajo es posible constatar influencias del
mencionado Código.Lo interesante es que se establece claramente en el título preliminar
que el Juez Laboral tiene el deber de velar por la efectivización de los derechos
sustanciales y no por ser un guardián de los formalismos como su colega civil que se
deleita en declarar inadmisibles las demandas. El Juez tiene el deber de aplicar la
Constitución como norma jurídica. Es absolutamente claro que el hiperformalismo es
contrario a la constitución y a la tutela jurisdiccional efectiva.