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Escena 1. Prólogo.

(Música elevadoresca)

Buenas noches. La razón por la que estamos convocados aquí el día de hoy es porque un amigo me
contó una historia. La historia de Lilith, la primera mujer de la tierra, la primera mujer de Adán.
Esta mujer fue exiliada del paraíso… no, perdón, corrijo: esta mujer abandonó el paraíso por no
querer someterse al Adan según lo que dictaba el pacto que este tenía con Dios. Y bueno, cuando
mi amigo me cuenta esta historia a mi causa cierto impacto (pausa de ¿y qué hice al respecto?) y
yo llamo a Rafa, a Jessi a Wero y nos ponemos a pensar… intercambiar inquietudes al respecto.
(pausa de y a esto llegamos) Nos dimos cuenta de que en algún momento la mujer fue (escoge la
palabra) dividida: Por un lado Lilith, la mujer rebelde, sensual, apasionada fue condenada a la
oscuridad y los infiernos, representa el mal, pues. Mientras que Eva, la mujer mansa (con mucho
desprecio), la mujer sensata, fue consagrada como la mujer oficial y elevada a los cielos. Y nos
preguntamos ¿Porqué la mujer es dividida de esta manera? ¿Porqué sobre el cuerpo de la mujer
se hace esta intervención , este diseño? A la mujer se le relega a un segundo plano en la pintura
(cierto misterio alquímico, macabro). Dios y el hombre la miran como su creación, como si fuera
de una especie diferente, un animal diferente.

Pues sí, lo femenino es un género de segunda y no es necesario pensarlo tanto, solo hace falta
mirar en la historia. No tenemos mujeres eminentes.

Ninguna gran pensadora, algo así como una Platona o Aristótela. O una gran conquistadora, no
existieron.

O bueno, a lo mejor si existieron, pero el punto es que la historia no las reconoció y pues así no
cuenta.

O bueno pues, a lo mejor sí hay alguna que otra reconocida, si. Tipo (ejemplos piteros) la Reina
Isabel, o Cleopatra pero si nos ponemos a pensar, a ver, por ejemplo la Reina (características que
se me están ocurriendo en el momento) Isabel era una reina ruda, que tuvo que ponerse
pantalones para reinar. Tenía muchos amantes, le gustaba la guerra, era una reina machorra pues.
Y por otro lado, está Cleopatra, que era una reinita, estaba sabrosa, era una reina sexi que
conquistaba al conquistador y por medio de él obtenía poder. Pero entonces qué, tenemos dos
opciones: o imitar a los hombres o ser un objeto de deseo para los hombres, un fetiche, o sea son
los dos caminos que nos quedan. La eminencia de lo femenino está directamente relacionada con
la manera en la que reaccionan o representan a lo masculino. Díganme si sí o si no eso es ser un
género de segunda.
Ok, ustedes me podrán decir, estos temas feministas están muy superados, no hay un “eterno
femenino”, no hay una tensión particular entre lo masculino y lo femenino por el poder; hoy yo
hago lo que quiero, me caso, me divorcio, trabajo, aborto… (pausa de preguntarme cómo pongo
esta idea sobre la mesa) pero es un hecho, una realidad, que los hombres o mejor dicho, lo
masculino sigue detentando cierto poder.

Yo no se si a ustedes les ha pasado pero a veces hay como cierta energía, que siento como por
aquí. Esta energía crece y se calienta y explota. Una energía caótica Lilitesca, rebelde. Rebelde
incluso con respecto a mí misma, se escapa de mi control, cuando esta energía explota me mete
en pedos (de verdad me arruina la vida, es serio, no de risa), me echa a perder todos los planes y
entonces una piensa… si esta energía es tan incontrolable que ni yo, por mi propio bien la puedo
controlar, entonces nadie la puede controlar ¿no? Pues no, y ese es el asunto, resulta que hay
quienes llevan siglos aprendiendo a modularla, prenderla, apagarla como si fuera una pinche
estufa. Y mientras seamos tan susceptibles a la mano del masculina, al comentario críticos, a su
cuidado, o peor, mientras sigamos renunciando a esta fuerza (bajarle a la grandilocuencia),
apagando esta fuerza y aspirando en su lugar a tener la pinche fortaleza fría, culera y egoísta de lo
masculino estamos fregadas.

Pero bueno, pues les decía ¿no?, teníamos esta duda, en qué momento fue que ocurrió esto, en
qué momento el género femenino se volvió un género segundón, y así fue que llegó este libro a
nosotros. Es un libro muy interesante, es una especie de compendio de ensayos de varios autores
y también varios temas, tiene un poco de antropología, de sociología, religión poesía. Es la biblia,
¿la conocen? ¿la han leído? Encontramos nuestra respuesta en el primer capítulo lo cual fue muy
afortunado porque se nos venía el estreno encima y con la semana santa y las vacaciones, pues
teníamos muy poquito tiempo para la investigación.

Entonces decidimos compartir este primer capítulo con ustedes.

Escena 2: Biblia.

(Sonido de iglesia??)

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas
estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios aleteaba sobre la faz de las aguas.

Y dijo Dios: sea la luz, y fue la luz.

Y vio Dios que la luz era buena y separó Dios la luz de las tinieblas.
Y llamó Dios a la luz día y a las tinieblas llamó Noche.

Y fue la tarde y la mañana de un día.

Luego dijo Dios: haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.

E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión de las aguas que
estaban sobre la expansión y fue así.

Y llamó Dios a la expansión cielos, y fue la tarde y la mañana del día segundo.

Dijo también Dios: júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar y descúbrase lo
seco. Y fue así. El tercer día.

Después dijo dios: produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla, árboles de fruto que den
fruto según su género, que su semilla esté en él y fue en la tierra hierba verde, que dió semilla y
árbol que da fruto... (pasando hojas) sean lumbreras en la expansión de los cielos, produzcan las
aguas seres vivientes, monstruos marinos, peces, ganado y… sí, aquí está…

Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra imagen y semejanza; y señoree en los
peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se
arrastra sobre la tierra.

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

Entonces Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso ahí al hombre que había formado.

Y mandó Dios al hombre diciendo: de todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la
ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Dios había hecho; la cual
dijo a la mujer ¿Conque Dios os ha dicho: no comáis de todo árbol del huerto?

Y la mujer respondió a la serpiente: del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del
fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios, no comeréis de él, ni le tocareis, para que
no muráis.

Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él
serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios; sabiendo el bien y el mal.

Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable
para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió,
así como ella.
Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos, y cosieron hojas
de higuera, y se hicieron unos taparrabos.

Y oyeron la voz de Dios que daba un paseo por el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se
escondieron de la presencia de Dios, entre los árboles del huerto.

Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?

Y él respondió: oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo, y me escondí.

Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estás desnudo? ¿Has comido del árbol del que yo te mandé
no comieses?

Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.

Entonces Dios dijo a la mujer: ¡¿Qué es lo que has hecho?!

Y dijo la mujer: A ver, espérense, la serpiente me engañó, y fue así como comí.

Y Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre
todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás y polvo comerás todos los días de tu vida.

Y a la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz a
los hijos; y tu deseo será para tu marido; y él se enseñoreará de ti.

Pues si, ahí está. Bueno, es reconfortante saber que la respuesta no era tan complicada. ¿verdad?
Es bastante simple en realidad: ¿por qué lo femenino quedó en segundo lugar con respecto a lo
masculino? ¡por mandato divino! Ya, no nos compliquemos más: Eva cometió un error ante Dios y
lo va a pagar el resto de su existencia. Dios guía la existencia de los hombres en la tierra, Dios dijo
que la mujer quedaba sometida al hombre de una vez y para siempre, de tal manera que
desobedecer al hombre es desobedecer a Dios, quien por cierto, también es un hombre ¿no? Es
un señor robusto con barbas… ¿no?... Pues ya, esa es la razón, podemos irnos en paz, ya estamos
tranquilos. Esto es un decreto cósmico y no hay mucho que podamos hacer, así que, pues bueno,
se me ocurrió que más bien podríamos volver esta obra de teatro un foro de discusión sobre el
papel de la mujer como víctima del hombre, no se, no se si alguna de ustedes quiera comentar
cómo la han tratado mal, o si alguien tiene una pregunta sobre el episodio bíblico…

Escena 3: Mito.

Jers: Pregunta.

Carla: Sí, Jessi.


Jers: Se supone que Dios está en todo. Se supone que Dios ES todo ¿no?

Carla: Si, algo así.

Jers: Bueno, si es así, ¿de dónde venía la serpiente? ¿cómo podía actuar por fuera de la conciencia
de Dios? ¿Por qué actuó en contra de la voluntad de Dios?

Carla: Ah claro, bueno, es una pregunta muy importante, (al público) ninguno de ustedes había
preguntado eso. Si, bueno. Fíjate, la respuesta a esa pregunta es justamente, la historia que me
contó mi amigo.

¿Pusiste atención al relato?

Jers: Sí.

Carla: ¿Notaste que hay dos versiones de la creación de la mujer que se contradicen? Una fue
creada al mismo tiempo de Adán, pasa el tiempo y luego otra fue creada de la costilla.

Jers: No.

Carla: Ok. En la primera parte dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Que varón
y hembra los creó de la tierra, no de una costilla.

Jers: Sí.

Carla: Esta primera mujer, creada en igualdad de condiciones con Adán, es Lilith. Y su historia, es
ese pedazo que fue retirado de los libros oficiales de la Biblia.

(Música de cuento)

Adán y Lilith, fueron puestos en el paraíso, ahí se les encomendó enseñoreárselo. Pasaban los días
conociendo cosas y nombrando animales, plantas, árboles.
Sin embargo, Adán, estaba convencido de que el pacto de Dios con la humanidad, le concernía
solo a él, de manera que cuando Lilith quería tomar una decisión, él no la dejaba. Así que aquellos
dos siempre andaban de pleito.

El colmo del conflicto sucedió en la intimidad. Se había hecho la costumbre de que Adán siempre
iría arriba, haciendo oídos sordos a las peticiones democratizantes de Lilith.

Como ustedes sabrán, es un asunto biológico el que viene a cuento, simplemente abajo, no se
siente como arriba.

Un día, Lilith, harta de no poder disfrutar como el hombre, decidió ponerse arriba aunque el
hombre no quisiera.

A lo que el hombre respondió ofendido, acudiendo a Dios. Le dijo:

Dios, estoy harto de la mujer que me diste, no obedece, no respeta, siempre quiere hacer las cosas
diferentes a como yo lo dispongo, me desafía, me somete, me viola, debes hacer algo.

Y Dios le hizo caso. Una noche en la que ambos estaban dormidos, Dios tomó una costilla de Adan
y con ella creó a Eva, la mujer hecha para el hombre, la mujer perfecta.

Cuando Lilith despertó, buscó a Adán, y lo encontró yaciendo con Eva de su manera preferida.
Lilith se sintió traicionada. Maldijo a Adán, al culero de Dios, y al puto de Adán y el pacto que
habían creado.

En aquellos tiempos decirle culero a Dios tenía consecuencias muy graves, así que cuando Lilith lo
hizo, unas inmensas alas le aparecieron en la espalda.

Con ellas emprendió el vuelo y abandonó el Edén.

Fuera del paraíso encontró un mundo exuberante. Un mundo que Dios jamás pudo haber
imaginado. El mundo que se encuentra fuera de la conciencia de Dios.

Ahí comió de los frutos más jugosos, se bañó en los ríos más frescos y nadó hasta el fondo de los
océanos, y conoció a un Demonio; que se convirtió en su maestro en el arte del goce y el disfrute
de la libertad.

Escena 4: Demonio.

(Música poscoital)
Demonio: ¿Vas a regresar?

Lilith: ¿A dónde?

Demonio: Al paraíso.

Lilith: No.

Demonio: ¿Cuánto tiempo vas a estar aquí?

Lilith: No se. No se cuanto tiempo.

Quieres que me vaya.

¿Quieres que me vaya?

Si quieres que me vaya solo tienes que decirlo.

No hay problema.

Demonio: ¿Qué estás haciendo aquí?

Lilith: Nada.

Demonio: ¿Por qué?

Lilith: No hay nada que hacer.

Demonio: ¡Nada que hacer!

Lilith:

Hay una cosa que me preocupa.

Más bien me da risa.

Uno sale de la casa. Uno escapa con el novio. Un demonio

Se aleja del ojo que vigila.

Con alguien que te acompaña.

Y te promete cero vigilancia.

Dos segundos después tu cómplice se vuelve el ojo que vigila.

¿Así será siempre entre un hombre y una mujer?


Demonio: Tu eres la primera mujer.

Lilith: Aún así se siente tan antiguo. Todos los hombres son un papá. Son el ojo que vigila. Siempre
saben más, siempre actúan mejor.

Demonio: Uno sale del paraíso. Y se va al lugar en el que se puede hacer todo.

Y uno no hace nada.

Uno cree que el placer es el fin, que el placer es la meta.

Y uno vive diferentes formas del placer.

Diferentes caras de la libertad.

En el lugar en el que se puede hacer todo.

Se escoge hacer siempre lo mismo.

Lilith: Tus parábolas me aburren.

Son tu parte aburrida.

Papá.

Demonio: Tú no eres un demonio.

Eres humana.

Se nota en ti lo peor de la humanidad.

Lilith: Me voy.

Demonio: Soy la creación de Dios.

Y el pacto de Dios con Adán no me favorece.

Así que salgo de la conciencia de Dios.

Salgo del territorio de Dios.

Pero el pacto permanece.

¿Tú conoces a Eva?

Lilith: La vi, de lejos.


Demonio: ¿Ella te ha visto a ti? ¿Sabe de ti? ¿Sabe quién eres?

Lilith: No.

Demonio: Ella es una mujer, como tú. Cuando hablas, hablas por ella también.

Lilith: Sí.

Demonio: Desconfía de Dios

Desconfía de su obra máxima. Desconfía del hombre.

Dios le dio la tierra al hombre, dime ¿qué hará el hombre con la tierra?

Después de ti Dios le dio una mujer al hombre.

¿Qué hará el hombre con la mujer?

Tu eres la mujer que salió de la conciencia de Dios.

La que desafío el pacto de Dios con el hombre.

Una mancha en el mundo perfecto de Dios y el hombre.

Un poro.

Un error.

La bestia.

El caos. De

Ciega por el caos.

Tu crees que eres el caos.

Que el caos te pertenece.

Lilith: El caos comenzó conmigo.

Demonio: ¿Y va a terminar contigo?

Todavía hay mujeres en el paraíso.

Tu hablas por todas las mujeres.

Tu sabes como vive Eva.


Lilith: Esa gente no me interesa.

Demonio: El caos aquí, no es nada.

Aquí es repetición.

Es lo cotidiano.

Debes ir al mundo.

A sembrarlo.

Tu no sabes como vive Eva en el Paraíso.

Escena 5: Eva Freak.

Audio:

Frío. Suena el despertador. Hay que levantarse. Soy la primera en pararme. Hacer el desayuno.
Cuatro licuados de plátano, chocolate y huevo crudo. No suena apetitoso. Parece mierda. Pero
como todo se licúa, listo. A mis dos hijos mayores, los lleva mi esposo a la escuela. A la chiquita, la
peor, la llevo yo. Cuando regresó, el perro ya se cagó en la sala. Yo siempre dije que no trajeran al
perro. Pero todos quisieron. Y yo limpio. Carajo. Después me aseo. Rápido. Tengo que ir al banco.
A la tintorería y a recoger unos materiales de construcción. Porque estamos haciendo
ampliaciones. Un cuarto atrás, por el pasillo. Para el mayorcito de mis críos. Me detengo en la
tienda. Pongo las intermitentes de la camioneta. Entro por los dos sacos de cal. Mientras pago la
cuenta, un puerco policia detiene su patrulla justo enfrente. Que no me puedo detener ahí. Que es
una vía de circulación rápida. Me asomo y no pasa ni un coche. Le doy mi licencia, la tarjeta de
circulación.

Sí, disculpe oficial. Mi multa. Justo antes de entregármela, junto con la licencia y la tarjeta, sale el
muchachito dependiente con mis sacos de cal. El oficial me mira fijamente y sé que el muchacho
se acerca. Me siento perdida. Me desmayo. Es el sol. Estoy en el piso. El muchacho me tiene
agarrada de los sobacos. Que pena. Otro señor me acerca una coca. El policía me perdona la
multa. Me recomienda descansar antes de manejar. ¡Pero tengo que ir a recoger a mis hijos!
Insiste en escoltarme. Me subo a de, las mochilas, las ventanas. En mi destino está escrito, algún
día, sin que pueda hacer nada al respecto, lo tendré que limpiar. Los idiotas de mis hijos, con su
vida diminuta de niños-adolescentes me miran como si fuera mi culpa. Les incomoda mancharse
de cal a los muy príncipes. Súbanse todos y bajen los vidrios de las ventanas. Voy a casa de mi
suegra. Ahí se quedan toda la tarde. Paso rápido y después de comer, me lavo el cabello. Porque
tengo que entrar a trabajar a las tres. Soy la gerente de un local de libros de segunda mano.
Y pienso en mis papás. ¡Qué razón tenían! Qué maldita razón para decirme que terminara la
carrera. Empecé literatura, pero ya no la acabé.

Por lo demás me gusta mi trabajo. Y es cierto que la paga es una mierda. Alcanza para la gasolina y
de vez en cuando para unos cigarritos. A mi esposo no le gusta que fume. Él recoge a mis hijos en
casa de su mamá y todos juntos cenan. Lo cual me queda muy a gusto porque así ya no tengo que
preparar nada. Ni cenar con ellos, los idiotas de mi familia. Yo siempre ceno yogur con fruta. Lavo
los trastes. Que son bastantes. No sé cómo se las ingenian para ensuciar y ensuciar. Entro al baño
y mi chiquita está tosiendo. Me detengo en su cuarto, la abrazo y ahí me acuesto. Me quedo
dormida. Pienso. Mañana iré a la farmacia, a comprar una pruebita, porque ya me retrasé dos
semanas. Pienso: si yo fuera Eva, si esto fuera el paraíso, si yo fuera la mujer del hombre. Me lo
repito en el metro. Atendiendo a un cliente. Mientras baño a mis hijos. La misma pregunta.

¿Dónde, en este puto mundo de mierda, está la puta manzana? para puta madre, morderla de
una vez.

Escena 6: Madres.

Carla:

¿Es, de verdad, TAN importante tener novio?

No tener esposo.

Ser una quedada.

Que tus prioridades sean otras.

El trabajo. El estudio.

¿Es una necesidad biológica?

¿Nos pasa algo malo si no lo hacemos?

Si no tenemos ondas, novios, dramas, aventuras.

Si no tenemos nada que contar cuando todas cuentan algo.

Contar lo que sea, aunque sea algo humillante, patético.

¿Es de verdad necesario tener a un hombre al lado?

Si es así, ¿qué hay de mi?

¿Qué va a ser de mi?

Yo, que no duro más de tres meses con un hombre.


Yo que me canso, yo que no aguanto.

Los hombres, ¿una necesidad biológica?

Los cabrones de los hombres.

Los hijos de puta de los hombres.

Así.

No me da miedo decirlo

Así son.

Apenas ven un resquicio de dependencia, de debilidad, de atención.

Apenas uno da crédito a lo que dicen. Respeta lo que dicen. Escucha.

Y no pueden refrenar sus ganas de despedazarl, de chingar de una manera tan…, wey, ¿de verdad
es necesario prometer tanto y hacer tan poco?

Ufanarse tanto de lo que se puede hacer.

Y no hacer nada.

Hacer tan poco.

Ser tan como todos.

Les encanta fallar.

Les encanta decepcionar.

Les encanta oprimir. Humillar.

Se cagan de la risa.

Se mean.

Hay un punto, determinado punto en el que, de verdad, todos los hombres son iguales.

¿O soy yo la del problema?

A lo mejor es eso.

A lo mejor yo soy la del problema.

A lo mejor sí estoy loca, me pongo histérica.

Soy yo, la que no entiende.

No entiendo.

Me falta calma.
Me falta tomar las cosas con filosofía.

Entender, comprender, tolerar. En realidad el hombre, bueno, lleva tanto tiempo aquí.

En “la batalla”.

Ya conquistó todo.

Está agotado.

Nos toca a nosotras entender.

Abrazar el estado actual de hombre.

En realidad no importa.

Alguna censura, alguna burla de su parte.

Alguna burla socarrona sobre nuestras aspiraciones.

Es una broma.

Algún comentario.

¿Vas a salir vestida así a la calle?

Te pones metas muy altas para sufrir por no alcanzarlas.

Por una vez en la vida deja de pensar en ti y piensa en los demás, piensa en mí, en todo lo que
tengo que aguantarte.

Esa amiga tuya… que pinche zorra, ¿no?

Así has de ser tu con ella.

No son nada.

Comentarios.

¿Tolerar todo?, ¿permitir todo?, ¿lo que sea? ¿Hasta lo más infame?

De un wey, un chavo.

Igual o más pendejo que yo.

¿Por qué?

¿Por qué se acaba así tan fácil?

Tolerando comentarios pendejos.

¡Que fácil!, ¡es bien fácil!

Primero pequeñas tolerancias.


Y después pendejadas monumentales.

Madrazos, insultos, sexo horrible.

Sexo a fuerzas.

Por un pendejo.

Un idiota.

Por no estar sola.

El problema es que yo me salí de casa, yo soy De Léon y me fui a la capital del país sola y muy
joven.

Me fui al DF, como irse a Bogotá.

Ese es el problema.

He desarrollado una incompatibilidad con el hombre capitalino.

A lo mejor yo pertenezco a León.

A lo mejor yo debí quedarme en León.

Estaría en la universidad, haciendo una maestría.

En algo que no me interesara gran cosa.

Me iría a la Ibero León en coche, me levantaría tarde los sábados y domingos, siempre con comida
caliente servida en la mesa.

Salidas el fin de semana.

Los mismos lugares año tras año.

Las mismas personas de hueva.

Hija de familia con sus pros y sus contras.

O casada, con Luis Fernando

Ama de casa.

Hijos, autos.

Asados los sábados.

Los lunes en la mañana, soledad, asco.

Mi mama: feliz. Dichosa. Mi mamá, feliz.

Mi mamá: la que no puede ver el desorden de mi departamento.

La que no puede ver mi ropa arrugada.


La que no puede verme en chinga, apenas durmiendo.

Mi mama feliz; yo, casada con Luis Fernando.

El hombre perfecto, según mi mamá.

Un hombre muy controlable. Según mi mamá.

Un hombre al que puedes controlar.

Y hacerle sentir que él tiene el control.

Para mi mamá Luis Fernando es el hombre perfecto.

Jers:

Tu mamá es una hija de puta.

La de todos.

La tuya.

La tuya.

Las madres y su puto doctorado en nunca dejarte ir.

Su puta maestría en: nunca estarás mejor por ti misma.

Su especialidad en Dependencia emocional.

Hacen de sus hijos unos basofios, unos peneques.

Incapaces de asumir ningún riesgo, de tomar una decisión por sí mismos.

Para no quedarse solas.

Para que no sea en balde que dedicaron los mejores años de su vida.

Aquellos momentos en los que eran capaces de todo.

A cuidar de un chamaco llorón. Un ridículo pedazo de humanidad.

No se por que se ufanan en generarnos una adicción a su cobijo.

A su protección.

A su seguridad.

No se por qué les gusta vernos tan desvalidos.


No se por qué les cuesta tanto trabajo dejar ir.

Dejarnos ser.

Es decir: son sus críos, no sus creaciones.

No son suyos.

Carla:

Pero habla de lo que hacen específicamente con sus hijas.

Jers:

Les hacen la vida un infierno.

En el presente, viviendo con ellas.

Y en el futuro, en la mente.

Siempre en la mente las palabras del perfeccionamiento.

Del riguroso diseño de la persona, del habla, del caminar, del vestir.

De la limpieza de la casa. De la sanidad de las relaciones.

Siempre tienen la puta razón, siempre saben cuándo vas a fracasar, cuándo lo que tienes no va a
ser suficiente.

Y siempre tienen que venir a cantártelo en la oreja, la canción de tu fracaso, el himno a tristeza, a
la sinrazón, al sinsentido.

Te tienden una mano.

Te pasan el brazo por la espalda.

Y te susurran “te dije que ibas a fracasar”.

Carla:

Pero habla de cómo nos hacen sentir culpables.

Jers:

Las madres son unas hijas de puta.

Pero andan por la vida como santas.


Y exigen santidad de todos.

El puto ambiente que generan las madres.

De amor, de cordialidad.

Un país entero de sonrisas falsas en todos lados.

Y de gente que no puede escuchar un mal comentario sobre su persona porque se ofende.

No soportamos la crítica por culpa de nuestras madres.

Y su puta necesidad de cordializar todo.

Todos los ambientes.

Con buenas maneras.

Con amabilidad.

Los peores comentarios con amabilidad.

Los peores deseos con cordialidad.

Con una sonrisa diabólica.

Un amor diabólico.

Faustico.

Palabras buenas, las buenas palabras.

Nunca se habla de cogidas, de putazos, de pendejadas.

De lo que es la vida, con una chingada.

Carla:

El problema se vuelve profundo

Se vuelve casi trascendental.

Cuando uno piensa:

¿El problema es MI madre?

¿Ahí empezó el problema?

Sería muy fácil.

No señor.

No puede ser.
Ella tuvo una madre.

Y ella una madre.

Y ella una madre.

Y todas las madres en su momento despedazaron ímpetus, emocionalidades.

Ellas tuvieron madre y ellas tuvieron madre y de ahí al infinito de la miseria.

Al pozo sin fondo de la miseria.

Mi abuela se ufana de cómo le quito a mi madre el hábito de aplaudir cuando se reía.

Se ufana.

Dice: ese gesto tan feo yo se lo quité.

Una puta carajada, libre, limpia, de esas con las que se enseña la dentadura completa.

Mi abuela se la quitó a mi madre.

Y se ufana.

Ella le mató la carcajada.

La hizo atragantarse.

Mi abuela a mi madre.

Mi madre a mi.

Y yo, ya le estoy preparando una a mis hijos.

Una que van a recordar para el restos de sus vidas.

Los muy cabrones.

****Abuela y mamá****

Jers:

¿El problema es mi madre? No señor.

El problema no se acaba si yo acabo con ella.

No se acaba por una razón que me hace estremecer.

Una cosa es tener uno o dos hijos.

Y volverse la dictadora de un par de vidas otrora alegres.

¿Qué hay de las mujeres que nunca tuvieron hijos?

Ni uno solo.
Ni medio.

¿Renuncian a ser madres? No.

¿Se quedan con las manos cruzadas? Nunca.

Se autoproclaman la madre de toda la humanidad, la madre de civilizaciones enteras. La puta


Madre teresa de Calcuta, mujer horrible, “cordializando” el mundo entero. Ufanándose de la
dependencia emocional no de dos o tres.

De 4 o 5 millones.

¿Se imaginan el tamaño de hijodeputez?

¿Se imaginan los huevotes?, ¿la pinche sangre fría para censurar a 5 millones?

Para decirles cómo actuar, cómo asumir esta lluvia de madrazos que es la vida.

(Improvisación, imitación de la una por la otra)

Escena 7: Beauvoir.

Jers: Quiero hacer una pausa, por favor no me lo tomen a mal. Es que, estoy viendo lo que
estamos haciendo y la verdad creo que nos precipitamos presentar la obra.

Carla: ¿Cómo?

Jers: Sí, creo que debemos parar, hacer otra cosa, aprovechar el tiempo mejor, no está pasando
nada con este planteamiento de la obra. ¿Sabes lo que está pasando allá afuera? ¿Sabes que
están matando mujeres mientras hablamos? ¿Qué hacemos al respecto?

Carla: wey no sé, pero no puedes parar una función Jessica. Eso no se hace, ¿y la gente que trabaja
contigo? ¿y los espectadores?

Jers: No importa la obra. No importa el teatro. ¿De qué ayuda esta obra a la realidad que tenemos
en frente?

Carla: No sé, pero la neta es que ahorita no me interesa.

Jers: ¿No te interesa?

Carla: Obvio sí, pero como algo adyacente, ahorita es Lilith, la obra de teatro, esto es lo que me
interesa.

Jers: ¿Sabes dónde empieza todo? En la indiferencia, salgo a la calle y me gritan vulgaridades, tú
has visto ¿no? Y sé que no me pasa sólo a mí, les pasa a todas y nadie se defiende nadie les dice
“grítale eso a tu madre pendejo” lo que tenemos que hacer es accionar, defendernos, dejar de
aguantar este machismo que nos mata.
Carla: Pues es accionar lo que intentamos con esta obra de teatro, no mames Jessi, es lo que
sabemos hacer, empecemos por esto, el arte como trinchera ¿no?.

Jers: Siento que no termina de quedar claro lo que queremos decir.

Mira, escucha esto que escribió UNA MUJER Simone de Beauvoir: (Leyendo subrayados en varias
páginas del libro) La mujer se conforma fácilmente con un éxito mediocre; a menudo el hecho de
ganarse la vida por sí misma le parece ya un mérito bastante grande. Le parece que ha hecho
bastante desde el momento en que ha optado por trabajar. ¿Esto es emancipación?, esto es
interiorización. Si originalmente eran veinte hombres diciéndote qué hacer, ahora, ahora eres tú
sola. “Vivir sola ya es la emancipación, yo trabajo, podría ser una mantenida como cualquiera,
pero como no lo soy, la emancipación ya triunfó” ¡Por favor!

Carla: A ver, Jessica ya estuvo, ¿quieres hablar de emancipación?, primero la emancipación


intelectual. La toma de conciencia. Soy mujer. Después la emancipación económica, la “libertad”
en la estructura de producción: me basto por mi misma, no necesito a ningún hombre para darle
sentido a mis acciones. No entiendo porqué tú vienes a decirme a mi que sigo sometida a los
hombres. ¿Cómo?

Jers: Vale, sí, tienes razón… debo empezar por mí pues… pero todas debemos empezar y
radicalizar nuestra defensa. Escucha: La mujer todavía está asombrada y halagada por haber sido
admitida en el mundo del arte, que es un mundo masculino: se mantiene en el mismo con toda
modestia; no se atreve a molestar, explorar, apuesta sobre los seguros valores del conformismo
no hay que contar con ella para que se aventure por caminos inéditos.

No existe el arte de las mujeres, no existen todavía las mujeres. Esas mascotas de los hombres
apenas se están atreviendo a ser como los hombres, a hablar el lenguaje de los hombres; a pintar
como los hombres, a legislar como los hombres. Si son aceptadas, si se ponen al nivel, si logran
representar la calidad “artística” o “política” de los hombres ya “la hicieron”.

Pero el hombre no es el referente. Eso es a lo que me refiero. El mundo masculino, la modernidad,


este ambiente tecnológico, individual, competitivo, el de la cabeza, el del futuro, el que da la
espalda a la tierra, al grupo, no son el referente. Este mundo es una mierda porque se hizo bajo
patrones masculinos. Y todos le seguimos la pauta, extenuados, con lo último de nuestras
energías, pero aferrados, como perros detrás de la liebre. Lo que queda de femenino en hombres
y mujeres, es una potencia no necesaria… urgente. Pero no para tener más presidentas, o más
artistas, sino para abolir la presidencia, y acabar de una vez por todas con el arte. Eso es Lilith.

Hay mucho por hacer.

Escena 8. EL GARROTE.

(Se destruye la manzana)

Escena 9.- Ebriedad.

Jers:

Las zonas del sexo:


El sexo. El cuello. Las nalgas. Los senos. La boca. Las manos. Las piernas. La espalda. Los pies.

Carla:

Yo tuve mi primer orgasmo a los 10-11 años.

Lo provoque con ayuda de mi almohada.

Recuerdo la sorpresa y lua culpabilidad. La enorme culpabilidad.

Fue tanta la culpabilidad que nunca más tuve otro como ese.

Tenia que ser inesperado para sentirse así.

Ahora, que ya nada es inesperado estoy libre de culpa.

Y estoy libre de orgasmos.

Tengo bien presente que no fornicarás es un mandamiento.

Fornicar es un pecado mortal.

Yo, de niña, no podía ver a mis papas besarse sin pensar en la condena.

En el infierno. En castigos.

Jers:

¿Es cierto eso de que muchas señoras de determinada edad…

nunca realizaron el acto sexual por placer?

Es una duda que tengo.

Para nosotros es una costumbre. Se los puedo asegurar.

Si se lo quieren imaginar…

Es muy parecido a como pasa en las películas:

Si las circunstancias se dan, hay un jugueteo por encima de la ropa.

Se tocan las partes íntimas, con frenesí.

Se tocan los senos, se aprietan las nalgas, se busca el miembro y se aprieta.

Se juega desnudo y se hace sexo oral. Los hombres a las mujeres y las mujeres a los hombres
también.
Por gusto. Ya es muy raro que alguien lo haga por obligación.

Sexo oral.

Ustedes, ¿de verdad, nunca?

Es una pregunta que siempre me he hecho. Es un misterio.

La sexualidad de las madres. La sexualidad de las abuelas.

Carla:

La obsesión de los hombres con el orgasmo es una inmundicia.

Son tantas las veces que preguntan, al final del coito: ¿Te DI un orgasmo?

¿Qué quieren decir?

Siempre esa pregunta al final. Con una cara miserable.

Cara de roedor.

No les importa dar. Les importa lo que reciben.

¿Cómo lo logran? No se. Pero al dar reciben.

No después, no con otra acción, una posterior.

Al darlo obtienen.

Así las cosas:

¿Alguna sola vez, desde que ejerzo mi sexualidad, habré experimentado un tipo de placer del que
el hombre no obtenga nada?

¿Lo habré hecho por mi una vez en la vida?

Jers:

La sola palabra orgasmo es asquerosa.

Designa algo que podría ser hermoso, pero que no lo será en muchos milenios.

Por eso se llama así, un nombre que espantaría a cualquiera.

Sobre todo a las mamás.

Mamá tuve un orgasmo.

Hija qué horrible.

Cuando se llame de otra manera será otra cosa.


En contraparte con el placer masculino

Pienso que el femenino se ubica en el sentirse llena y vacía al mismo tiempo.

En contraparte al placer masculino:

Mental: Territorio del placer físico. Ejercicio de comprobación de teorías.

Un asunto de efectividad. De perfectividad. De asertividad. De exactitud a toda prueba.

En contraparte con ese placer, el masculino.

El femenino nos plantea una posibilidad interesante:

La de relacionar el placer con las contracciones. El placer y los espasmos. El placer y la respiración
profunda. El placer y el último aliento. El placer femenino como la experiencia de la extinción.

Carla:

La mujer antes no trabajaba.

La primera mujer que trabajó, trabajo de puta.

El sexo es un negocio.

Si el sexo es un negocio.

¿Quién es el productor? ¿Cuál es el capital?

¿Cuál es la mercancía?¿Quién es el consumidor?

¿Cuál es el sobreconsumo?¿Cuál es el equilibrio entre la oferta y la demanda?

¿Cuál es el excedente? ¿Cómo se elimina el excedente?

Jers:

Hasta en la prostitución.

La suerte es ser bonita o fea.

Es increíble lo que se juega en una combinación de rasgos físicos favorables. Una casualidad
genética.

Nada que ver con la raza. En todas las razas hay belleza.

Medio centímetro más de ceja. Los pómulos adentro, un milímetro, y la suerte está contigo o
contra ti.

Un asunto de milímetros.
La grasa acomodada de una manera particular, en la cadera, en las nalgas, en los senos.

Un cuello 2 centímetros más delgado y más largo.

Son suficientes para desarrollar un espíritu de sensualidad liberada. De sensualidad desatada.

Un espíritu que reinventa la sensualidad.

Que la desata como se desata una maldición.

Sobre los hombres.

Sobre las que no poseen la belleza. Las que son normales.

Sobre las que venden miserias, las que venden baratijas.

Al precio menos malo.

Sus nalgas caídas al precio menos malo posible.

No es lo mismo atender a clientes en las peores zonas de las peores ciudades.

Cargadores de la merced. Albañiles. Gente insana. En cuartos siniestros.

Penetraciones de a 50 pesos sin lubricación.

Con un cuerpo que no reacciona bien a la lubricación artificial.

No es lo mismo que paseos en Mónaco.

Viajes a Valparaíso. A Rio. A Roma.

Putas de clase alta.

Las modelos.

Las mujeres más bellas del planeta.

Reinventar la belleza.

Poseer la belleza.

Acostarte con Bar Rafaelli. Desvestir a Bar Rafaelli.

Cogerte a Beyonce, por atrás.

Beyonce negra, hermosa, con sus portentosas nalgas.

Tomándola de la cintura.

Jalándola del cabello

Sometiéndola.

Con el vestuario del superbowl.


Con el short de Crazy in love.

¿Te imaginas?

Britney Spears mamándotela.

Con el vestuario de I’m a slave for you?

Carla:

Con respecto al término producción y reproducción.

Y al concepto de belleza femenina.

Si mi físico es mi primer territorio.

La imagen que produzco:

¿Es una producción?¿O una reproducción?

¿Produzco una imagen?¿Reproduzco la imagen de otras?

¿Cómo estamos relacionadas yo, la mujer de la revista Maxim, y la sociedad del espectáculo?

¿Hay sobrevivencias en la imagen que reproduzco de eso a lo que llamo lo obsceno?

Lo obsceno de las revistas. Lo obsceno de la tv. Lo obsceno de la pornografía.

¿Hay sobrevivencias en mí de prácticas pornográficas?

Jers:

Octavio Paz dice que las imágenes que proyectan las revistas eróticas no tienen nada que ver con
el erotismo.

Que no hay nada erótico en la comercialización del sexo. En la espectacularización del cuerpo
femenino.

Él andaba, a sus 70 años con Mari Jo. Una mujer que se operaba la cara para verse más joven.

Podía andar con cualquiera. ¿Por qué andaba con una operada?

¿Cuál es el color de la mujer?

No sé si es el rosa.

Todo lo femenino es rosa en occidente.

Las cobijas, los accesorios.

La lencería.

Yo creo que las lesbianas tienen algo hermoso.


Dicen que hay algo muy particular en el toque de una mujer.

¿Se imaginan?, el roce de lo suave con lo suave.

No sé si las lesbianas sean más felices.

Seguro no tanto.

Carla:

La mujer y la sensibilidad.

La mujer y la delicadeza.

Es un clishé. ¿No?

La vulnerabilidad emocional de la mujer. La ruptura, el descontrol.

Uno no puede confiarle a la mujer cosas importantes porque son emocionalmente vulnerables.

Hay veces que lloro todo el día, cuando estoy sola.

Voy a trabajar, veo a mis conocidos y tengo el llanto adentro.

En cuanto estoy sola, lloro, solamente por hacerlo.

Se siente rico.

La mujer y el llanto. La irresponsabilidad emocional. La falta de integridad emocional. El descontrol


emocional. La derrota emocional.

La verdad es que me dan miedo los golpes.

Me da miedo la violencia física, pegarle a la gente, ser golpeada, el dolor físico.

La intensificación de las sensaciones durante el dolor físico.

Una vez en el metro. Típico. Me toquetearon.

Yo me encabroné tanto que quise soltarle un madrazo al pendejo ese.

Quería darle el peor de los madrazos. Esa era mi intención.

Pero no pude.

Le pegué, como suele decirse, como niña. No pude.

Los hombres SI te vulneran.

No está bien.
Jers:

Carla:

Juchitán es famoso por su matriarcado.

Ellas sostienen la casa, consiguen las cosas.

Se dice que esto ha beneficiado mucho a los hombres.

Los ha aliviado de muchas responsabilidades.

Dicen por ahí. ¿Para qué trabaja la teca? Es decir, la Juchiteca.

Para que el teco se lo gaste.

Aún así. Conozco a pocas mujeres más admirables que ellas. Las istmeñas.

Las que sostienen la casa. Las que se echan la casa encima.

La casa con todos sus pedos. Con todos sus infiernos. En los hombros de una mujer.

Me recuerdan a mi abuela, a mi mamá. Muy intensas, muy amorosas.

Con la energía de Lilith a flor de piel.

Se dan, se “ponen” para desatar el caos.

Me gusta cómo bailan porque mantienen la parte de arriba muy recta al bailar.

Mi abuela fue una especie de Lilith.

Desde cierto punto de vista.

Desató el caos en todos lados. Lo dejó ser. Más allá de sí misma.

El caos que produjeron sus acciones fueron una realidad para la gente más importante de su vida.

No un cuento que se contó para quedar bien.

De tal manera que, ahora, 50 años después.

Todavía me llegan las consecuencias de sus actos.

De su insubordinación. Así de grande.

Buscamos las consecuencias de nuestros actos.

Estamos cansados de los actos sin consecuencias.

Eso es Lilith.
Hace unos años iba llegando a la Ciudad de México.

Venía de visitar a mi papá en León que estaba muy enfermo.

Y de pronto sentí una ganas intensas de regresarme a León.

Pero no podía, algo me detenía ahí.

Me quedé inmóvil, por un buen rato, mientras la gente pasaba, en metro Pantitlán.

No podía dejar de pensar en una cosa.

¿Qué hago aquí?

¿Qué hago con esto del teatro?

Cuando me salí de mi casa pensaba que esto era la rebeldía.

Venirme, sobrellevar sola mis impulsos.

Y llevo aquí ya doce años.

Me quedo fuera aunque las cosas se pongan muy difíciles.

Me quedo fuera en lugar de estar con mi papá en sus últimos momentos.

Mientras estaba inmóvil pensaba que aún en ese momento, a mis treinta años, me habría sido
más fácil dejarlo todo y regresarme a León, si él hubiera venido por mi.

Me sentí como la niña que no se puede mover de un lugar hasta que su papá venga a recogerla.

Esta realidad feminista de la independencia es dura.

Ahora, después de lo de mi papá. Después de ver lo que está pasando con el mundo, con mi país…
Con el teatro.

La manera en que todos nuestros intentos parecen de cartón, de triplay.

Hace unos días mataron a un amigo líder indígena en México, un hombre que defendió su tierra y
que no merecía morir así, y yo estoy aquí haciendo esto.

Me cuestiona todo…

El anhelo teatral de la independencia, de la autodeterminación. Del camino propio y personal.

Me pregunto si es cierto…

Cuando se habla de teatro, de revolución, de juventud y de independencia.

Si, como dicen. La libertad está al alcance, debe tener un precio.


Y ese precio es la soledad.

****NO TE SALVES****

No te quedes inmóvil

al borde del camino

no congeles el júbilo

no quieras con desgana

no te salves ahora

ni nunca

no te salves

no te llenes de calma

no reserves del mundo

sólo un rincón tranquilo

no dejes caer los párpados

pesados como juicios

no te quedes sin labios

no te duermas sin sueño

no te pienses sin sangre

no te juzgues sin tiempo

pero si

pese a todo

no puedes evitarlo

y congelas el júbilo

y quieres con desgana

y te salvas ahora

y te llenas de calma

y reservas del mundo

sólo un rincón tranquilo

y dejas caer los párpados


pesados como juicios

y te secas sin labios

y te duermes sin sueño

y te piensas sin sangre

y te juzgas sin tiempo

y te quedas inmóvil

al borde del camino

y te salvas

entonces

no te quedes conmigo.

ACCIÓN, BUSCAR EN PERIÓDICO EL DIA DE LA FUNCIÓN, ARTÍCULO EN PERIÓDICO DE CASO DE


MUJER ASESINADA O VIOLENTADA.

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