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fürTechnische ZusammenarbeitTZ)Grnbi-1 Presse, PR und Dokumentation
Dag-Hammarskibld-Wegl
6236 Eschborn 1
kle fon 06196/401-635 und 634
Telex4 is 23-ogtzci

NEUERSCHEINUNG

\iit El Manejo2 .de la Vicuña Silvestr e,


Band 1 1-

GF Herr Dr. Elshorst Zi 1600


GF Herr Merz Zi 1602
GF Herr Dr. Hoeppel Zi 1604
BL 009 Herr Lóbach Zi 1902
ZB 01 Herr Dr. Sinn Zi 1702
RA 011 Herr Dr. Hubert Zi 1703
StL 02 Herr Stróter Zi 1637
StL 03 Frau Pawlowski Zi 1650
StL 04 Frau Freyh Zí 1655
StL 051 Herr von Hardenberg (2x) Zi 1620
StL 052 Herr Dr. von Rümker Zí 1617
StL 06 Herr Dr. Mundt CIM
HAL 1 Herr Dr. Lampe (4x) Zi 1402
HAL 2 Herr Thíemann Zi 2395
¡AL 3 Herr Dr. Eylers Zi 1202
HAL 4 Herr von Hahn Zi 2201
HAL 5 Herr Jeschke Zí 2102
HAL 6 Herr Dr. Karl Zi 1802
HAL 7 Herr Hetzel Zi 1902
BR Frau Christ Zi 1373
21. PVK Herr Vettmering Zi 1352
- 22. Bibliothek Frau Sondermann Zi 20 70
Dokumentation Herr Edelmann Zi 2062
GTZ-Büro/Bonn
GTZ-Büro/Kairo
BMZ Herr Oblánder , Ref. 02
27, BMZ Herr ORR Kugel (1-.7) Ref. 122
BMZ Herr MR Schróder Ref. 201
BMZ Herr MinR. Dr. Treitz Ref. 223
BMZ Frau Jungbluth . Bibliothek
Deutsche Bibliothek, Zeppelínallee 4-8, 6000 Frankfurt/Main.
Hessische Landesbibliothek, Rheinstra8e 55/57, 6200 Wiesbaden
Deutsche Büchereí, Deutscher P/atz, DDR-701 Leipzig

FB 141 Herr Dr. Neidhardt Zi 1458


Al 14 Herr Dr. Sartorius Zi 1466
36. Schreibbüro Silbermann (2x)
Frárzwiesen 35, 6479 Schotten 1
37, Herrn Dr. Alfred Bittner c/o Institut für
wiss. Zusammenarbeit, Landhausstr. 18,
7400 Tübingen
eu, et Rá tújtre
JTD 1I&

El Manejo
de la Vicuña Silvestre
Tomo 1

Rudolf K. Hofmann
Kai-Chr. Otte,
Carlos F. Ponce

BIBLIOTECA P,Iernar,a
cao
›lencri, 2n La

1n11

Eschborn 1983
Publicado en 1983 por la
Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH
- Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ) -
Dag-Hammarskjóld-Weg 1, D-6236 Eschborn/Ts. 1

Fotografías:
Rudolf Hofmann y Kai Otte; Carlos Freire: 195; Andreas Goll: 203; Gerhard Moog: 180,
181; Okapia KG: 201; Monika Stein: 23; Günter Ziesler: 199, 200

. Dibujos Técnicos:
Rudolf Hofmann, Ruth y Max Kühbandner, Kai Chr. Otte

Las personas interesadas en obtener mayor información sobre el manejo de la vicuña,


en especial copias de los planos de construcción y diseños arquitectónicos de los
puestos de vigilancia, referencias bibliográficas o un modelo para el Reglamento del
Servicio para un proyecto de manejo pueden dirigirse a los autores.

Dirección de los autores:


Dr. Rudolf K. Hofmann, Bromenhof, D-8651 Grafengehaig, Alemania; Dr. Kai-Chr. Otte,
Oberadhof, D-8456 Schmidmühlen, Alemania; lng. Carlos F. Ponce, lng. Manuel A. Rios,
Dpto. de Manejo Forestal, Universidad Nacional Agraria, Apartado 456, Lima - Perú

Producción:
Taunusdruck Paul Altenkirch, PF 5606, D-6200 Wiesbaden

ISBN 3-88085-113-1

1/3870/2
VORWORT

Das Vikunja, ein über 4.000 m in den Anden lebendes Wildkamel der neuen Welt gena
zur Zeit des Inkas hdchste Verehrung. Es war dem Sonnengott geweiht und stand unter
dem besonderen Schutz der Herrscher des Inkareiches. Auch nach der Eroberung Perus
durch die Spanier blieb das Vikunja gesetzlich geschützt. Dennoch war infolge der
zunehmenden Wilderei das wegen seiner seidenfeinen Wolle und des kostbaren Felles
sehr geschátzte Tier in jüngster Zeit vom Aussterben bedroht.

Das Vorhaben der bilateralen deutschen Technischen Zusammenarbeit "Rationelle Nut-


zung des Vikunja in Peru" hat in besonders deutlicher Weise aufzeigen kbnnen, daB
Ukonomie und Ukologie, sachgerechte Nutzung und Artenschutz keine Gegensátze sind,
sondern sich gegenseitig ergánzen und bedingen.

überhalb der 4.000 m Grenze in den Zentralanden ist die Vegetation wegen des rauhen
Klimas und der gewaltigen Temperaturschwankungen spárlich und dünn. Mensch und Tier
finden hier nur wenig Mbglichkeiten zum überleben. Hier hat das Vikunja seinen natür-
lichen Lebensraum und kann für das wirtschaftlich unterentwickelte Andenhochland
Arbeitsplátze und Verdienstmdglichkeiten für die einheimische Bevblkerung schaffen.
Die anatomischen und physiologischen Eigenschaften des Vikunja erlauben ihm eine
optimale Aufnahme und Nutzung der kargen, harten Gráser und Kráuter der Halbwüste
des Andenhochlandes. Die Projektarbeiten erstrecken sich auf die Erarbeitung ge-
.
eigneter Bewirtschaftungsmethoden und Umsetzung in die Praxis. Hierzu gehbrte ins-
besondere die Verhinderung des wahllosen Abschusses und die Vernichtung von Eltern-
tieren und des Nachwuchses. Aufgrund dieser hervorragenden Arbeiten in Peru konnte
der Vikunjabestand in kurzer Zeit erheblich vergrbBert und MaBnahmen der wirtschaft-
lichen Nutzung eingeleitet werden.

Diese Arbeiten haben im ganzen südamerikanischen Raum groBe Beachtung gefunden und
dienen als Modell für áhnliche Vorhaben in anderen andinen Lándern.

Mit dieser Broschüre soll aufgezeigt werden, welche technisch-biologischen und


administrativen Kriterien bei der Planung und Vorbereitung derartiger MaBnahmen zu
beachten sind, um insbesondere überweidung zu vermeiden und die traditionelle Nut-
zung von der Wildbewirtschaftung abzugrenzen.

Dr. Werner Treitz


Bundesministerium für
wirtschaftliche Zusammenarbeit -
PROLOGO

La vicuña - un camélido salvaje del nuevo mundo que habita en regiones andinas
superiores a los 4.000 m - era un animal sagrado objeto de la mayor veneración en la
época de los incas. Ella estaba consagrada al Dios Sol y gozaba de la protección
especial del soberano del imperio incaico. Incluso, después de la conquista del Perú
por los españoles la vicuña siguió estando bajo protección legal. No obstante, en
época reciente este apreciado animal estaba amenazado de extinción a consecuencia de
la caza ilícita practicada indiscriminadamente, a fin de aprovechar su finísima lana
y valioso cuero.

El proyecto "Utilización racional de la vicuña en el Perú" - llevado a efecto en el


marco de la Cooperación Técnica germano-peruana - ha podido mostrar de manera parti-
cularmente ostensible que, por una parte los objetivos económicos - por ejemplo, una
utilización racional - y por otra, los ecológicos - como la protección de las
especies - no están, en absoluto, en oposición entre sí, sino que por el contrario,
se complementan y condicionan recíprocamente.

En las regiones de los Andes centrales situadas a más de 4.000 m de altura, la vege-
tación es escasa y dispersa a causa del riguroso clima y de las enormes fluctuaciones
de la temperatura. Al ser humano y a los animales se le presentan pocas posibilidades
de supervivencia. Dichas regiones constituyen el habitat natural de la vicuña, cuya
explotación puede significar la creación de puestos de trabajo y de nuevas posibili-
dades de ingresos para la población que vive en la - económicamente poca desarrollada
puna andina. Las características anatómicas y fisiológicas de la vicuña le permiten
asimilar de manera óptima las duras y escasas plantas forrajeras y hierbas de los
suelos semidesérticos del altiplano. Los trabajos realizados por cuenta del proyecto
comprendieron la elaboración de métodos apropiados de explotación y su consiguiente
puesta en práctica. Estos se dirigían particularmente a impedir la caza indiscrimi-
nada que conlleva la eliminación de animales reproductores y de crías. En virtud de
los excelentes resultados obtenidos se pudo incrementar el número de animales en
forma considerable y en un tiempo breve, al mismo tiempo de introducir las medidas
tendientes a su aprovechamiento económico. Estos trabajos han merecido un gran reco-
nocimiento en todo el ámbito sudamericano, sirviendo igualmente de modelo para pro-
yectos similares en otros países andinos.

Esta publicación tiene el propósito de exponer los criterios de orden técnico-bio-


lógico y administrativo que deben ser considerados al planificar y preparar la ejecu-
ción de proyectos semejantes; con ello, se pretende evitar, en particular, un posible
sobrepastoreo y delimitar la utilización tradicional de la explotación incontrolada.

Dr. Werner Treitz


Ministerio Federal de
Cooperación Económica
de la República Federal de Alemania
CONTENIDO

TOMO I

Página

PRESENTACION

ECOCONSERVACION Y MANEJO DE LA VICUÑA SILVESTRE 3

1.0 Hombre y Fauna Silvestre 3


2.0 Impacto del Hombre sobre Ecosistemas 4
3.0 Ecoconservación 6
4.0 Manejo de Fauna Silvestre 9
5.0 Requisitos para un Proyecto 13
6.0 Consecuencias para la Vicuña 15

HABITAT DE LA VICUÑA

1.0 Ubicación y Topografía 21


2.0 Geología y Suelos 23
3.0 Climatología 24
4.0 Clasificación Botánica 28
4.1 Formaciones Vegetales Regionales 31
4.1.1 Puna del Sur 38
39
4.1.2 Puna del Centro
40
4.1.3 Puna del Norte

5.0 Alteraciones en la Sucesión de la Vegetación 41


6.0 Actividades Humanas Principales 43
6.1 Agricultura 44
6.2 Ganadería 47
6.3 Pesca 49
6.4 Caza 51
6.5 Artesanía 51
6.6 Minería 51

BIOLOGIA DE LA VICUÑA

1.0 Posición Sistemática 55


2.0 Evolución de los Camélidos 57
3.0 Camélidos Sudamericanos y el Hombre Andino 59
3.1 Teoría de Descendencia 59
3•2 Diferentes Etapas de la Domesticación 59
3.3 Utilidad de los Camélidos 60
3.3.1 Antigüedad 60
3.3.2 Importancia Actual 62

4.0 Distribución y Abundancia de la Vicuña 63


4.1 Reseña Histórica 63
4.2 Situación Actual 64
4.3 Factores Limitantes 65
5.0 Características Anatómicas y Fisiológicas de la Vicuña 66
5.1 Esqueleto y Musculatura 66
5.2 Dentición 67
5.3 Aparato Digestivo 67
5.4 Aparato Respiratorio 68
5.5 Piel y Pelaje 69
5.6 Reproducción 69
6.0 -Organización Social 78
6.1 Grupos Familiares 78
6.2 Tropillas de Machos 80
6.3 Significado y Consecuencias de la Organización Social 82
7.0 Ritmo Diario de Actividades 88
8.0 Alteraciones del Comportamiento 89
9.0 Enemigos Naturales 90
9.1 Perro 90
9.2 Zorro 91
9.3 Puma 92
9.4 Cóndor 92

ENFERMEDADES DE LA VICUÑA

1.0 Enfermedades Infecciosas 97


1.1 Fiebre Aftosa 98
1.2 Bacilosis Coli 99
1.3 Fermentación Anomal 100
1.4 Actinomicosis 101
1.5 Sifilis 101
2.0 Enfermedades por Parasitismo 103
2.1 Sacrosporidiosis 103
2.2 Distomatosis 105
2.3 Nematelmintosis 106
2.4 Sarna 107
2.5 Garrapatas 109
2.6 Piojera 110
3.0 Mortalidad en Crías de Vicuña 110
4.0 Diagnosis y Curación 113
5.0 Relaciones entre Enfermedad y Habitat 115
6.0 Autopsia de la Vicuña 117
6.1 Necesidad para la Autopsia 117
6.2 Ejecución de la Autopsia 120
6.3 Instrumentos para la Autopsia 121
6.4 Envío de Material Séptico 122

ANALISIS DEL HABITAT

1.0 Generalidades 127


1.1 La Puna corno Habitat de la Vicuña 128
1.2 Definiciones y Características ecológicas de la Puna 129
1.2.1 Dehesa Natural 129
1.2.2 Bases Biológicas del Pastizal 130
1.2.3 Ciclo de Vida Natural en el Pastizal y el Concepto de CLIMAX 131
2.0 El Sistema "Planta - Herbívoro" 132
2.1 Consideraciones Ecológicas 132

2.2 Correlación entre Planta y Herbívoro 134

2.3 Conclusiones 136

3.0 Levantamiento Ecológico del Habitat 138

3.1 Métodos de Levantamiento 140

3.2 Clasificación Ecológica del Terreno 144

3.3 Inventario Físico 146

3.4 Inventario Florístico 148
153
3.5 Inventario Faunístico
156
3.6 Inventario Socio-económico e Histórico
156
4.0 Análisis de la Condición del Terreno
156
4.1 Generalidades edáficas
157
4.2 Finalidades del Análisis
159
4.3 Metodología Recomendada

4.4 Conclusiones sobre el Análisis del Terreno 160

5.0 Determinación de la Tendencia del Habitat 161

5.1 Consideraciones Generales 161

5.2 Clasificación de la Vegetación 162

5.3 Clasificación del Suelo 162

5.4 Tasación de la Tendencia del Terreno 163

5.5 Consecuencias para el Manejo 164

6.0 Posibilidades para el Manejo de Pastizales Altoandinos 165

6.1 Reflexiones Básicas 165

6.2 Discusión de Métodos Viables 167

6.3 Consideraciones Finales 168

7.0 Organización de Datos 169

CAPACIDAD DE CARGA DEL HABITAT ANDINO



1.0 Definiciones y Conceptos Básicos 173
174
1.1 Variedades y Factores Determinantes de la Capacidad de Carga

1.2 Conceptos Alternativos o Complementarios de la Capacidad de Carga 175

2.0 Principios de Productividad 178
179
2.1 Estimación de la Producción Primaria
180
2.2 Criterio de Biomasa
182
2.2 Bases Fisiológicas de la Capacidad de Carga
184
3.0 Otras Facetas del Problema
185
3.1 Concepto del Nicho Forrajero

3.2 Estrategia del Herbajeo 189
3.3 Consideraciones sobre el Valor Nutritivo, 191

3.4 Problema del Pisoteo 195

3.5 Tasación de la Capacidad de Carga 196

4.0 Opciones para un Manejo de la Capacidad de Carga 200

4.1 Sistemas de Pastoreo 201

4.1.1 Sistemas Tradicionales de Pastoreo 202

4.1.2 Pastoreo Mixto 204

4.1.3 Alimentación Adicional 206

4.2 Posibilidades para un Mejoramiento de Pastizales 207

4.2.1 Uso del Fuego 207

4.2.2 Regadío de Pastizales 208

4.2.3 Establecimiento de Nuevos Forrajes 209

4.3 Algunas Consideraciones sobre la Densidad Animal 210

5.0 Problema del Sobrepastoreo 212
5.1 Repercusiones para el Habitat 213
5.2 Consecuencias para el Animal 214
6.0 Conclusiones 217

LEGISLACION Y ADMINISTRACION

1.0 Consideraciones Generales 221-


2.0 Legislación 226
2.1 Resumen sobre el Desarrollo Histórico y Cronológico de la Legislación sobre la Vicuña 226
2.2 Legislación sobre la Vicuña en Países Vecinos, Convenios Binacionales y Multinacionales 237
2.2.1 Legislación en Países Vecinos y Otros 237
2.2.2 Convenios Binacionales y Multinacionales 238
2.3 Legislación y Organismos Nacionales e Internacionales 252
2.4 Comentarios sobre la Legislación 257
2.5 Consideraciones Teóricas sobre Nueva Legislación 264
3.0 Administración 268
3.1 Elementos Generales de la Administración 269
3.1.1 Planificación 271
3.2.1 Organización 274
3.1.3 Control 276
3.2 Dirección Administrativa 278
3.3 Sistema de Manejo 279
3.4 Deficiencias de la Administración Agraria de la Fauna Silvestre 281
3.5 Proyecciones de Manejo 286
3.5.1 Objetivos 287
3.5.2 Funciones Auxiliares 288
3.5.3 Requerimientos en Infraestructura, Equipo y Personal 295

CONTROL Y VIGILANCIA

1.0 Generalidades 307 -


2.0 Preselección del Personal 308
2.1 Procedencia 309
2.2 Dominio del Idioma Nativo 309
2.3 Ausenciacle Relaciones Familiares a Nivel Local 309
2.4 Aptitud Física 309
2.5 Espíritu de Disciplina 309
2.6 Instrucción 310
2.7 Otras Consideraciones 310
3.0 Cursillo de Capacitación 311
4.0 Uniformes 314
5.0 Armas de Servicio 316
5.1 Justificación del Uso de Armas 316
5.2 Consideraciones Prácticas para el Uso de Armas 316
5.3 Mantenimiento del Arma 320
6.0 Caballos de Servicio 321
7.0 Vehículos de Servicio 324
7.1 Planificación de la Compra 324
7.2 Mantenimiento de los Vehículos 325
8.0 Equipo de Telecomunicación 325
9.0 Caza Furtiva 326
10.0 Patrullas 331
11.0 Lucha contra la Caza Furtiva 333
12.0 Apoyo a los Campesinos 335
13.0 Alternativas de Control 336
13.1 Policía 336
13.2 Vigilancia Comunal 336
13.2.1 Entrega en Custodia 336
13.2.2 Vigilantes ad-honorem 337
13.3 Recome ndacio nes 338
14.0 -- Campañas de Difusión— 340
14.1 Aspectos Generales 340
14.2 Principales Grupos de Receptores 342
14.3 Medios de Difusión 344
14.4 Mensajes 348

UNIDADES DE CONTROL Y VIGILANCIA



1.0 Ubicación de los Puestos de Vigilancia 353

2.0 Consideraciones sobre el Diseño de los Puestos de Vigilancia 358
360
3.0 Construcción
361
3.1 Materiales de Construcción
363
3.2 Secciones de la Construcción
363
3.2.1 Chimenea de Ventilación
363
3.2.2 Instalaciones Sanitarias
363
3.2.3 Calefacción
364
3.2.4 Alumbrado
364
3.2.5 Pisos
365
3.2.6 Pozo de Agua
3.2.7 Letreros y Avisos 366
3.2.8 Refugios 366
367
3.2.9 Asta de Bandera
3.2.10 Estación Meteorológica 367
368
3.3 Avance de la Construcción
372
3.4 Epoca de Construcción
376
3.5 Mantenimiento de la Construcción

TOMO II

TEORIA DEL CENSO

1.0 Introducción 379


2.0 Aspectos Teóricos 380
2.1 Generalidades 380
2.1.1 Consideraciones Generales 381
2.1.2 Definiciones 383
2.1.3 Aspectos Estadísticos 384
2.1.4 Planificación del Censo 386
2.2 Tipos del Censo 388
2.2.1 Censos Directos 388
2.2.2 Censos Indirectos 389

2.3 Métodos de Censo para la Vicuña 391

2.3.1 Censo en Areas Libres 391

2.3.2 Censo en Areas Bajo Manejo 392

2.3.3 Censo en Areas Bajo Utilización (Saca) 394

2.4 Censo por Muestreo 396
2.4.1 Planificación del Censo por Muestreo 396
2.4.2 Evaluación del Censo por Muestreo 400
2.5 Sobre el Observador y su Calibración 402
2.6 Análisis de Resultados 405

PRACTICA DEL CENSO

1.0 Epoca del Censo 411


2.0 Conocimientos Biológicos Básicos 411
2.1 Distinción de Sexo, Edad y Formación Social 411
2.2 Ritmo Circadiario de Actividades 413
2.3 Alteraciones del Comportamiento y sus Causas 413
2.4 Rastros de la Vicuña 414
2.5 Confusión con otros Animales 415
3.0 Selección del Método Adecuado 416
3.1 Censo Completo 416
3.2 Censo por Muestreo 417
3.3 Censo Nocturno 419
3.4 Censo Aéreo 419
4.0 Organización y Logística del Censo 422
4.1 Equipo de Campo 423
4.2 Registro de las Areas 425
4.3 Croquis Sinóptico 425
4.4 Recorridos 427
4.5 Registro de los" Resultados 427
5.0 Censos Iniciales en Areas Nuevas 428

PRINCIPIOS TEORICOS DE LA SACA

1.0 Consideraciones Generales 437


2.0 Teoría de la Saca 437
2.1 Definiciones y Consideraciones Básicas 437
2.2 Apreciaciones Fundamentales sobre una Población Animal 439
2.2.1 La Estructura Poblacional 440
2.2.2 Dinámica Poblacional 448
2.2.3 Relaciones Poblacionales 455
2.2.4 Diversidad versus Estabilidad 457
2.3 Apreciaciones Bioeconómicas 459
2.3.1 Estrategia Natural en Control de Poblaciones 461
2.3.2 Concepto de Uso Racional 464
2.3.3 Diferentes Estrategias de Saca 468
2.3.4 Modelo de Saca para la Vicuña Silvestre 473
3.0 Consideraciones Administrativas, Económicas y Técnicas sobre la Saca 475
3.1 Aspectos Político-Administrativos 476
3.2 Consideraciones Bioeconómicas Complementarias 476
3.3 Aspectos Técnicos 477

PRACTICA DEL BENEFICIO

1.0 Reflexiones Previas 487


1.1 Objetivos y Repercusión 487
1.2 Métodos Alternativos 488
1.3 Aspectos Logísticos 489
1.4 Equipo de Tiradores 490
1.4.1 Armas 490
1.4.2 Balas 491
1.4.3 Miras Telescópicas 492
1.4.4 Largavistas 493
1.5 Precauciones Básicas contra Accidentes 494
1.6 Entrenamiento de los Tiradores 495

1.7 Diferenciación de las Formaciones Sociales 496
1.71 Grupos Familiares 496
1.7.2 Tropillas de Machos 497
1.7.3 Posibilidades de Error 497

2.0 Ejecución del Beneficio 498

2.1 Comportamiento de la Vicuña 498

2.2 Manejo del Arma 498

2.3 Succesión de Tiros 499

2.4 Cuadrilla de Tiradores 500

2.5 Ejecución por Tiradores a Pie 500

2.6 Uso de Vehículos 501

3.0 Consideraciones sobre el Tiro 502

3.1 Efectos de la Bala 502

3.2 Reacción Reflejo del Animal 504

3.3 Animales Heridos 506
3.4 Tiros Errados 522
4.0
Evisceración 522

4.1 Sangría 522
4.2 Alteraciones post-mortem 523

4.3 Ejecución del Trabajo 523

CAPTURA


1.0 Reseña Histórica y Concepto Moderno 529

2.0 Captura Mecánica 530



2.1 Método Pampa Galeras 530

2.2 Encierre de Bebederos 535

2.3 Medidas de Perfeccionamiento 536

2.4 Apoyo de Helicópteros 536

3.0 Otros Sistemas de Captura 537

3.1 Captura Nocturna 537

3.2 Redes Trampa 539

3.3 Inmovilización Química 539

4.0 Traslado 539

4.1 Razones para el Traslado 539

4.2 Exigencias a las Areas de Repoblación 550

4.3 Transporte de los Animales 550
4.4 Parcelas de Adaptación
552

5.0 Reacción Fisiológica del Animal a Captura y Traslado 553


Molina, I: Saggio sulla storia naturale del Chili
2nda ed. Bologna, 1810

2. La Vigogna, Camellus Vicugna, secondo M. di Buffon é il Paco salvatico


lasciato nel suo stato di liberté: ma questo grand'uomo é stato mate informato
in questo punto, come in molo- altri concernenti la storia naturale dell' America.
II Paco detto altrimenti Alpaca, e la Vigogna sono due animali compresi bensi
sotto il medesimo genere, ma di specie differente, e che non si accoppiano
giammai insieme, quantunque soggiornino nelle stesse montagne; mentre é noto
che, oltre Paco domestico si ritrova anche il salvatico in buon numero. La
Vigogna ha presso a poco la medesima corporatura della capra, alta quale somiglia
molto nella forma del dorso, della groppa, e della coda: si distingue peró nel collo
lungo ven ti pollici, nella testa redonda e senza coma, nelle orecchie piccole ritte
e appuntate, nel muso corto e sbartato, e nelle gambe il doppio piú al te. II suo
corpo é coperto di una lana finissima di color di rosa secca, che puó rice ver
benissimo ogni sorta di tinte artifiziali. I Natívi del paese fabbricano con essa de'
fazzoletti da naso e da collo, delle calzette, de' quanti, de' cappelli, ec. Questa
lana é ben cognita in Europa, e al presente stimata e ricercata non meno della
seta, specialmente in Inghllterra, dove entra nella manifattura dei panni sopraffini.
II Paco poi é piú corpulento della Vigogna, ha il muso piú lungo, e la lana meno
fina, benché piú lunga. I Peruani hanno mandre numerosissime di questi animali,
colla lana del quali fanno delle stoffe, che pajoso di mezza seta; ma nel Chili
non vi sono né domestici né salvatici.
Le Vigogne abbondano specialmente nella parte della Cordilliera spettante
alíe Provincie di Coquimbo e di Copiapó, ma d'ordinario non soggiornano che
nelle vette piú ripide di questa montagna; né le nevi né i ghiacci recae loro alcun
danno, anzi sembra che ne riportino vantaggio, perché se vengono trasferite alíe
pianure ben presto dimagrano, si riempiono di una sorta d' impetigine, e muo-
fono: questo é il motivo, per cuí non si é potuto finora transportarle in Europa.
PRESENTACION

En el mundo se experimenta una alarmante explosión demográfica, como resultado de la cual la población
humana, que frisaba en 4,000 millones de habitantes en 1980, se doblará en el año 2,000. Aún si se produ-
jera una disminución de la tasa de crecimiento poblacional en los países en desarrollo, en ellos se debe
buscar día a día el aumento del uso de las tierras para la agricultura y para la ganadería, con el fin de
producir más alimentos.

Las alternativas tradicionales, que se ponen en juego, tales como las costosas obras de irrigación y drenaje,
exigen, como en el caso del Perú, comprometer la mayor parte de los fondos públicos destinados al sector
agrario nacional. Naturalmente, el mantenimiento posterior de esas obras demanda también fuertes inver-
siones, con el fin de asegurar un período de uso rentable.

Ante estas alternativas tan absorbentes, de la programación y dineros del Estado, se presenta la imperiosa
necesidad de aprovechar aquellas tierras, que son consideradas marginales, para la agricultura, ganadería,
pesquería o forestería tradicionales.

En esas tierras marginales es factible la producción animal mediante el manejo de las diferentes especies
de la fauna silvestre. En el caso específico de las planicies altoandinas, la vicuña (Vicugna vicugna) es la
especie clave con mejores posibilidades para proporcionar un óptimo rendimiento que beneficie, en primer
lugar, a las comunidades campesinas, impactando, en consecuencia, el desarrollo económico regional y
nacional.

Esta real alternativa de uso racional de los recursos de la puna, requiere la ejecución de un programa basado
en claros lineamientos de política, sustentados científica y técnicamente, y que cuente con una dirección
bien definida que se traduzca en un sólido y descentralizado aparato administrativo. El desarrollo de este
programa tiene que darse en el marco de una colaboración interdisciplinaria para la ejecución de las inves-
tigaciones básicas, la ciencia aplicada y la administración estatal. Los profesionales forestales, biólogos,
veterinarios y agrónomos tienen que ofrecer lo mejor de sus conocimientos para impulsar la opción, tan
atractiva, que representa el uso de las tierras marginales altoandinas para el aprovechamiento racional de
la vicuña silvestre.

Resulta muy estimulante que una especie legalmente protegida a través de la historia peruana, como es la
vicuña, sea sometida a un manejo que permita doblar, como mínimo, la renta de la tierra, generando pues-
tos de trabajo y promoviendo las actividades económicas colaterales.

En ese manejo, audazmente concebido, debe tenerse especial cuidado de no copiar a rajatabla experiencias
y modelos logrados en otras latitudes, produciendo una extrapolación, la mayoría de las veces contrapro-
ducente. La utilización racional de la vicuña y el desarrollo de orientaciones y acciones deben estar bien
adaptados a la realidad de la puna.

Por otra parte, el aprovechamiento sostenido de la vicuña permite reforzar el concepto y la práctica de ma-
nejo de las áreas naturales protegidas, las mismas que, a la luz de la experiencia mundial, deben contribuir
indirecta o directamente al desarrollo socio-económico de una región o de un país.

En los últimos quince años, se han cumplido en el Perú, en diferentes localidades, intentos de practicar el
manejo de la vicuña, lo cual ha permitido acumular, al respecto, una valiosa experiencia.

De ella, uno de los aspectos más saltantes ha sido, como es público y notorio, constatar que un gran herbí-
voro como la vicuña no puede alcanzar un gran número de ejemplares sin causar una presión sobre los pas-
tos; una razón más para compensar, en la debida forma, a las comunidades campesinas propietarias de la
tierra, aparte de hacerlas beneficiarias directas de los rendimientos producidos de esa especie.
En este punto, hay que señalar que en la actualidad, y por muchas décadas más, la principal tarea de la con-
servación de la vicuña es, y seguirá siendo, la protección efectiva de sus poblaciones en el campo, luchando
contra el tráfico de sus productos. Paralelamente, allí donde sea necesario, deben programarse las opera-
ciones de saca (traslado y beneficio), técnicamente sustentadas y ejecutadas, con el objeto de evitar males
a las poblaciones de vicuña originados por el sobrepastoreo.

Los conocimientos adquiridos sobre la vicuña, después de laboriosos esfuerzos, se han profundizado y pre-
cisado en algunos aspectos, llegando a ser casi exhaustivos, lo que requiere un trabajo de síntesis, tal como
lo demuestran las consultas frecuentes formuladas a los autores del presente libro.

Es por ello que los autores se animaron y emprendieron, con el mayor entusiasmo, la redacción de la pre-
sente obra, con el fin de comunicar valiosas experiencias a los profesionales de diferentes disciplinas de
ciencias naturales aplicadas, que trabajan en proyectos de conservación de fauna silvestre y específicamente
de la vicuña. No estará demás decir que los autores reunen diversos conocimientos en docencia universita-
ria, investigación científica, organización de las actividades de conservación de los recursos vivos a nivel
nacional e internacional, y en el manejo de campo de poblaciones de animales silvestres. De ahí que este
libro pretenda ser una guía de consulta teórico-práctica para el ejercicio de las diferentes actividades, hasta
el momento que los jóvenes profesionales alcancen suficiente experiencia y acumulen sus propias vivencias.

Debe tenerse presente que la tecnología expuesta en el texto ha sido, una y otra vez, experimentada y com-
probada por los autores, los que no pretenden hacer una revisión de todos los métodos disponibles. Los ca-
pítulos "Habitat de la Vicuña" y "Turismo" son contribuciones de Augusto Tovar y Pedro Vázquez.

En la redacción del texto ha primado el propósito de lograr máxima claridad. Se han efectuado, intencio-
nalmente, algunas repeticiones para reforzar el mensaje técnico. Las pequeñas diferencias de estilo, que el
lector pueda percibir, se explican en razón que el texto pertenece a varios profesionales.

Los autores quieren expresar, por un lado, su profundo agradecimiento a los campesinos de la puna, quie-
nes, no obstante sus penurias diarias, son los verdaderos artífices de cualquier proyecto de manejo de la
vicuña y, por el otro, a la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ), institución que auspicia
generosamente esta obra.

Rudolf K. Hofmann, Kai-Chr. Otte, Carlos E Ponce


ECOCONSERVACION Y MANEJO DE LA VICUÑA SILVESTRE

11)
ECOCONSERVACION Y MANEJO DE LA VICUÑA SILVESTRE

Los conceptos "conservación" y "manejo" implican una intervención activa del hombre en el desarrollo
evolutivo de ecosistemas y la composición de sus integrantes. Tal intervención, muchas veces es rechazada
por algunos especialistas, argumentando que se debe dejar a la naturaleza abandonada a sí misma, limitán-
dose a la mera protección.

Sin embargo, en la práctica, la posición de "confiar a la naturaleza" no es ni realista ni sostenible, porque


hoy en día no existe literalmente ningún metro cuadrado sobre nuestro planeta que no haya sido alguna vez
influenciado por el hombre, o aún sigue siéndolo. Actualmente, la especie humana es tan numerosa y po-
see tal capacidad técnica, que si se prescinde de ella no es posible entender el funcionamiento presente de
la mayor parte de los ecosistemas. El hombre, por su explotación del sistema natural, cambia las reglas del
juego por las que se regía el ecosistema primitivo, y esta explotación por un agente externo es un factor
de cambio, en dirección opuesta a la sucesión ecológica. En virtud de este tipo de actividades, los ecosiste-
mas intervenidos por el hombre presentan un gradual empobrecimiento del componente animal y vegetal,
produciéndose en general una disminución de la proporción de los tejidos menos activos. Esta regresión
ecológica no es equivalente a un segmento de sucesión simplemente tomado en sentido inverso, sino que
es siempre más irregular y con frecuencia catastrófico, sin las características de autoorganización que pre-
senta la sucesión natural. La oposición entre explotación y sucesión constituye el meollo de todos los pro-
blemas relacionados con la conservación de la naturaleza.

1.0 Hombre y Fauna Silvestre

El interés del hombre en la fauna silvestre es tan antiguo como la humanidad misma. Durante tiempos píe-
históricos, los animales silvestres eran de suma importancia para el hombre, como enemigos, como compe-
tidores y como su principal fuente de alimentación y vestido.

Este alto valor de los animales para el hombre primitivo se evidencia, entre otros, en las pinturas rupestres
y los cultos de que eran objeto.

Desde los lejanos tiempos, la posición del hombre respecto a los animales silvestres ha variado considerable-
mente, comenzando por el simple concepto de presa y predador, pasando por la visión de Montaigne que
asigna a los animales una moral superior a la del hombre mismo, hasta llegar a la actitud de hablar de fie-
ras, plagas o fuentes de ingresos. Con el crecimiento de los asentamientos humanos, la gente perdió su con-
tacto natural con los animales, lo cual propiciaba el surgimiento de fábulas idealizantes u horrorizantes
sobre la fauna silvestre. Después de muchas generaciones, que fueron influenciadas por las leyendas, por
la visión captada en jardines zoológicos y espectáculos circenses y por diversos instintos humanos, el hom-
bre fue puesto a tanta distancia de la fauna, que hoy en día no es capaz de tener una visión realista de la
naturaleza, como unidad funcional de la cual él mismo forma parte integrante.

Actualmente, se clasifican los valores de la fauna silvestre en éticos, científicos, comerciales y recreativos.
Mientras la importancia recreativa y el valor comercial son fácilmente percibidos por el común de las per-
sonas, se requiere para los demás valores una mayor explicación. El significado de la fauna silvestre reside
en su función como reservorio genético primordial para la agricultura, silvicultura y medicina, como mo-
nitor ecológico muy sensible para cualquier cambio o deterioro en áreas manejadas y como fuente de in-
formación general para la biología y ecología de una región.

La existencia de una ética conservacionista de ninguna manera es contraria al manejo racional de la vida
silvestre, si bien constituye una afirmación del derecho natural de supervivencia para la flora y fauna sil-
vestre. Cuando el hombre manifiesta una positiva actitud hacia la naturaleza permite a los animales sil-
vestres una coexistencia armónica, compartiendo con él los recursos naturales disponibles. Felizmente,

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hoy en día se hace más y más evidente la preocupación por la vida silvestre como un interés humano le-
gítimo y como una responsabilidad creciente de los gobiernos, entendiéndose bajo vida silvestre toda
forma de vida no cultivada y no domesticada. Por suerte, la posición oficial que ha llegado a predominar,
en los países desarrollados más que en los en vías de desarrollo, se caracteriza por una tolerancia benevo-
lente hacia la vida silvestre, combinada con la certeza que en su lugar apropiado y manejada adecuada-
mente, ella puede ser una ventaja económica y estética para cualquier nación.

Esta visión resulta de la comprobación que el manejo de la fauna silvestre representa una forma del uso
de la tierra, que se combina fácilmente con la estructura cultural de muchas sociedades. Mediante la uti-
lización racional de la fauna silvestre y de terrenos naturalmente baldíos, se pueden proporcionar benefi-
cios ecológicos, sociales y financieros sin causar mayores disturbios culturales, lo que muchas otras veces
sucede con la introducción brusca de una nueva tecnología o de variedades vegetales o animales.

2.0 I mpacto del Hombre sobre los Ecosistemas

Los recursos vivos forman parte esencial del ambiente humano. Normalmente los cambios geológicos y
climáticos, por sus impactos sobre ecosistemas, han sido y siguen siendo la fuerza principal que impulsa
la evolución biológica. Pero hoy en día, el hombre es probablemente el agente más importante para los
cambios ecológicos y la evolución, el mismo que une su influencia a las fuerzas físicas más antiguas. Por
su gran número y por su tecnología, el hombre puede dirigir los cambios en los ecosistemas y esta facul-
tad es determinante para un desarrollo favorable o desastroso del futuro de la humanidad.

Muchas personas todavía dependen, a un grado considerable, de los animales y plantas silvestres para su
alimentación y bienestar. Sin embargo, la importancia como fuente de alimentos no se limita a aquello
que es consumido directamente. Los parientes silvestres o semidomésticos de los animales y plantas do-
mesticados, representan el material genético esencial para un mejoramiento agropecuario respecto al ren-
dimiento, valor nutritivo, sabor, durabilidad, resistencia contra enfermedades y adaptabilidad a diferen-
tes suelos y climas. Por otro lado, tal importancia genética en ningún momento debe confundirse con un
valor lúbrico que "obligatoriamente" se presentará en cualquier cruce que se realice.

Los recursos naturales renovables no cuesta "nada" producirlos y se gasta poco en explotarlos; pero, una
vez destruidos, son sumamente difíciles y costosos de reemplazar, perdiéndose muchos de ellos irreparable-
mente. Efectivamente, la degradación y destrucción de ecosistemas y la merma de especies silvestres se
produce con una velocidad y en grado tan alarmante, que la supervivencia y el porvenir de mucha gente
se ven directamente afectados. Esto se produce no obstante la antes referida actitud positiva frente a la
naturaleza, debido a que en muy pocos casos se convierte en una actividad conservacionista efectiva.

El mal uso de los recursos naturales ocasiona los desastres siguientes:

Pérdida de tierras productivas.


Extinción de especies y variedades silvestres.
Sobreexplotación de recursos naturales.
— Cambios irreversibles en el medio ambiente biológico.

Estas alteraciones tienen su origen en dos circunstancias íntimamente relacionadas y que son:

Nivel y grado de demanda sobre los recursos naturales renovables que guardan conexión estrecha con
el tamaño de la población humana y el consumo per capita.

Medios de abastecimientos, que a su vez son determinados por los lugares y tiempo de explotación.

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De eso se desprende, muy claramente, que las actividadey humanas han de ser dirigidas de tal manera, que
ambos, el grado de demanda y el medio de abastecimientos, sean siempre y en cada lugar compatibles con
los recursos disponibles.

Hoy en día, debido a la presión que ocasiona la reciente explosión de la población humana, surgen constan-
temente nuevas demandas, tanto sobre las tierras de cultivo como sobre las tierras silvestres, trayendo con-
sigo nuevos peligros y problemas. En la mayoría de los casos, esas tierras son damnificadas por intentos im-
prudentes de hacerlas producir cultivos no apropiados o soportar una cantidad excesiva de animales domés-
ticos, muchas veces ecológicamente no adaptados. En algunos casos, se requiere simplemente de un período
adecuado de descanso para que los procesos normales de la sucesión biótica reparen estos daños. Pero mu-
cho más frecuentes son los casos donde el deterioro de las tierras es de tal magnitud y peculiaridad, que una
renovación del potencial biológico resulta imposible, incrementándose así las tierras marginales.

Aproximadamente 40% de la superficie terrestre del planeta son terrenos agrícolas, mientras que los montes,
desiertos y glaciales cubren 20% cada uno de ellos. Los límites entre estos diferentes tipos de tierras rara-
mente están bien definidos y, especialmente, en las regiones montañosas y/o desérticas que rodean las tie-
rras agropecuarias, se encuentran grandes extensiones de tierras marginales que aumentan día tras día a un
ritmo acelerado.

La utilización racional de los recursos naturales renovables, en especial de la fauna y flora silvestres, en estos
terrenos delicados, ofrece una posibilidad para estabilizar el avance inconveniente de áreas productivas, con
la ventaja simultánea de hacerlas contribuir a la alimentación humana. Actualmente, sólo en los países del
tercer mundo, donde la situación es rriás crítica, aún existen 2,900 millones de hectáreas de tierras margina-
les, o sea, una superficie doce veces más grande que la del Perú, en espera de un manejo adecuado.

Teóricamente, ya se tienen conocimientos apreciables sobre la fauna silvestre en general o sobre las diferen-
tes técnicas apropiadas para producir animales de caza en zoocriaderos, cotos o bosques. No obstante, la
mayor parte de los conocimientos científicos no son fácilmente traducidos en trabajos de campo y, aún
más, en métodos prácticos de manejo para las tierras marginales.

Para ello, el manejo de la fauna silvestre tiene que integrarse a las demás formas del uso de tierras, aseguran-
do así la supervivencia de los animales silvestres en tales áreas. El manejo de la fauna silvestre debe adecuar-
se a los planes generales para el uso de las tierras, para que sus especies no se conviertan en plagas, sino que
contribuyan en forma positiva al desarrollo rural. De tal manera, la utilización de la fauna silvestre se hace
efectiva no solamente para una producción agro—forestal en tierras anteriormente improductivas, contribu-
yendo así a resolver el problema de alimentar a una población humana exorbitante, sino también, mejoran-
do la situación económica del país, creando divisas mediante el turismo y la exportación de productos del
monte.

Pero una explotación indiscriminada de la fauna silvestre, reforzada por la creciente presión sobre los terre-
nos aún menos intervenidos, o sea, sobre aquellos que constituyen el habitat irreemplazable de los animales
silvestres, pone en peligro de extinción a muchas especies. El criterio de aplicar al máximo los conocimien-
tos científicos al manejo de la fauna silvestre para garantizar su aprovechamiento racional, basado en un
rendimiento naturalmente sostenido, es muchas veces rechazado con el argumento que el hombre sólo tiene
la obligación de proteger a los animales, pero que no le asiste derecho alguno de utilizarlos.

Más adelante, se demuestra que tal actitud de un "proteccionismo puro", y hasta de un "culto de las es-
pecies amenazadas", es totalmente obsoleto y carece de toda justificación lógica. Ello es muy diferente de
la actitud de mucho respeto del pueblo hindú frente a los animales, motivada por creencias religiosas y
que presenta sus propios problemas, que no son tratados aquí debido a que no tienen mayor repercusión
en el Perú.

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Entonces, lo que realmente se necesita, son proyectos razonables y prácticos, que confieran a la conserva-
ción de la vida silvestre la importancia que verdaderamente le corresponde dentro del manejo de recursos
naturales.

Eso es indispensable para que la conservación de la vida silvestre, es decir, la protección efectiva y la utili-
zación racional, pueda encontrar su justificación económica, sin la cual los gobiernos no le otorgan la de-
bida importancia. La falta de acciones de conservación es todavía más grave en las regiones o países sub-
desarrollados, donde la malnutrición, sobrepastoreo y expansión de tierras marginales son alarmantes rea-
lidades y donde la explotación indiscriminada o la caza furtiva se mantienen a la orden del día.

El problema principal, por ende, consiste en encontrar una metodología que concilie la creciente demanda
de una población humana cada día más numerosa con la urgente necesidad de una vida silvestre sana; una
medida que coordine los esfuerzos de la ciencia, economía, educación pública y de la política con los pro-
blemas complejos de la conservación de ecosistemas tanto en sus aspectos técnicos como económicos, so-
ciales y biológicos.

Fig. 1: Los beneficios del manejo de la vicuña son previstos, principalmente, para el mejoramiento de la situación socio—eco-
nómica de las remotas comunidades campesinas de la puna.

3.0 Ecoconservación

La definición más ampliamente aceptada de la conservación es la de una-dirección del uso humano sobre
la biósfera, o sea de sus ecosistemas y de las especies silvestres que los componen, para que puedan ren-
dir el beneficio máximo. En la Estrategia Mundial de Conservación (IUCN, 1980), la conservación se defi-
ne como: la gestión de la utilización de la biósfera por el ser humano, de tal suerte que produzca el mayor

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y sostenido beneficio para las generaciones actuales, pero que mantenga su potencialidad para satisfacer
las necesidades y las aspiraciones de las generaciones futuras. Por lo tanto, la conservación es positiva y
abarca la preservación, el mantenimiento, la utilización sostenida, la restauración y la mejora del entorno
natural. La conservación de los recursos vivos está relacionada específicamente con las plantas, los anima-
les y los microorganismos, así como con los elementos inanimados del medio ambiente de los que depen-
den aquellos.

La ecoconservación proporciona los medios adecuados que permiten no solamente evitar más degrada-
ciones y agotamientos en los ecosistemas, o la reposición de aquellos ya dañados, sino también, de hacer
efectivo el valor total que presentan los recursos naturales renovables, tan importantes e insustituibles.
De tal manera, la conservación trata de regular el impacto humano sobre el medio ambiente, para obtener
un beneficio ecológico, económico, recreativo, ético, cultural, científico e intelectual, que su uso racional
pueda brindar a la humanidad. Por esta razón la ecoconservación tiene que ser una parte integrante del de-
sarrollo armónico de un país. Sin una política de conservación, el desarrollo de cualquier región será de
muy poca duración y originará, más aún, costos excesivos por ser solamente un pseudodesarrollo. A lar-
go plazo, un desarrollo duradero no es posible si no está de acuerdo con las exigencias del medio ambien-
te.

Pero, la simple prevención de una posible extinción de cualquier especie silvestre, planta o animal, como
se entiende la conservación tradicional, o sea la preservación pura, de ninguna manera es suficiente. Más
bien, la meta principal de la conservación modernamente concebida, o sea de la ecoconservación, es el sos-
tenimiento de los procesos y funciones que caracterizan al ecosistema, que consiste en mantener el flujo
previsto de energía y la circulación de materiales en los organismos y su medio ambiente, conservando al
mismo tiempo, a niveles aprovechables, poblaciones por lo menos de las especies con valor actual, sin per-
der de vista a los demás.

Siendo mayor el número de habitats y nichos evolucionados naturalmente dentro de un ecosistema, ma-
yor será la cantidad de especies existentes allí, mayor el flujo bioenergético, y consecuentemente mayor
puede ser la estabilidad del sistema. Por lo tanto, el número y la distribución de las diferentes especies sil-
vestres presentes en un ecosistema, sirve como indicador del estado en que se encuentra. Por el modo en
que la vida silvestre refleja a las condiciones actuales y cambios ecológicos anteriores, juega un papel im-
portante como monitor para la calidad de tierras silvestres.

Cada especie representa una combinación única de informaciones genéticas, por la cual resulta irreemplaza-
ble, siendo su exterminación un proceso irreversible. Si bien, la extinción por sí misma es un acontecimien-
to natural, ocurrido muchísimas veces desde la aparición de la vida sobre el planeta, durante tiempos pasa-
dos siempre ha estado acompañada por la evolución de nuevas formas de vida. En cambio, hoy en día,
cuando la extinción es alarmantemente acelerada por el hombre, ella se convierte en una pérdida por fal-
ta de tiempo para lograr la evolución de especies que reemplacen a otras. Además, debido a la extinción
de especies vitales, ecosistemas completos son perjudicados y hasta destruidos. En vista de ello, todas las
especies merecen protección como fuentes de información científica todavía inexplotadas y como alma-
cenes genéticos insustituibles. Es imprudente hacer juicios arbitrarios sobre la importancia relativa de una
especie, o más aún, condenar a otras como plagas, sin disponer de la información científica necesaria so-
bre sus nichos o potencial biológico. La protección de ecosistemas, tan completos y naturales como sea
posible, se presenta como un deber ético y económico a la vez, para el hombre moderno.

Por otro lado, la conservación de especies y, más aún, de ecosistemas completos, origina gastos tan altos
que un pueblo no los acepta fácilmente en la magnitud necesaria. Donaciones hechas por diferentes perso-
nas o instituciones son una magnífica ayuda para el inicio de cualquier actividad conservacionista, pero en
ningún momento alcanzan para operar todo un proyecto. Por eso, cualquier proyecto para la conservación
de la vida silvestre tiene que tomar en consideración su futuro autofinanciamiento.

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La conservación siempre debe ser una de las aplicaciones prácticas más importantes de la ecología, persi-
guiendo los dos fines principales siguientes:

a) Garantizar la preservación de un medio ambiente valioso, tomando en consideración las necesidades


éticas y recreativas, así como las científicas y económicas del hombre.

Asegurar el abastecimiento continuo y sostenido de plantas y animales útiles mediante un ciclo balan-
ceado de cosecha y renovación.

Para cumplir con estas metas, la conservación involucra tanto al manejo de la fauna silvestre y de su habitat,
como a la manipulación de la recreación. Pero, toda explotación, manipulación e intervención humana en
los ecosistemas debe realizarse sólo hasta el grado necesario, y no hasta el extremo posible, a fin de guardar
sus posibilidades para las generaciones venideras.

Aquí, parece oportuno agregar algunas consideraciones más sobre las bases ecológicas del manejo de la
fauna y flora silvestres, antes de proceder a explicar su uso racional.

El ecosistema, que en sí siempre debe formar la unidad básica de cualquier manejo, es considerado el com-
plejo de todos los organismos presentes en una determinada área, los mismos que se relacionan con su medio
ambiente físico, de tal manera, que el flujo energético que resulta establece una estructura trófica y forma
ciclos de materiales característicos para el propio sistema. Si bien los componentes vivientes e inertes están
funcionalmente conectados, los límites de cualquier ecosistema generalmente son abstractos, y sirven para
facilitar los estudios pertinentes. Lo que realmente importa, es la organización funcional del ecosistema,
por cuanto justamente ésta le confiere las características claves de reacciones previsibles, autoregulación,
elasticidad y, por ende, la posibilidad para su manejo racional. Las actividades humanas, muchas veces, son
propensas a reducir tales características y, cuanto más lo logran, más costosa resulta la mantención del eco-
sistema en cuestión. Según el tipo y el tiempo, cuando los cambios son inducidos por las actividades del
hombre, algunos de los procesos ecológicos, como el flujo de energía o la circulación de materias, serán ace-
lerados o frenados, incrementados o disminuidos, o anulados por completo.

La sucesión ecológica es razonablemente direccional y, por ende, previsible, pero en ningún momento es un
proceso de línea recta o rumbo inalterable. La sucesión, más bien, comprende todo un complejo de proce-
sos que se influyen unos a otros y es controlada por la comunidad, mientras su patrón general está determi-
nado por el ambiente físico, que a la vez domina la tasa de alteración y, muchas veces, también fija el pun-
to hasta donde la sucesión puede llegar. Finalmente, la sucesión culmina en un ecosistema estabilizado,
donde se mantiene un máximo de biomasa y función simbiótica entre los organismos por cada unidad de
flujo energético disponible. Teóricamente, el monto de la biomasa cosechable presente y soportada por la
disponibilidad de la energía flotante, aumenta durante cada sucesión ecológica hacia un máximo posible en
las comunidades clímax. En consecuencia, la producción neta de la comunidad (cosecha posible)- durante
un ciclo anual es grande en las fases iniciales de la sucesión y pequeña y hasta nula en su final. Los ecosis-
temas maduros, a diferencia de aquellos en vía de desarrollo, tienen mayor capacidad de captar y retener
a los nutrientes para una circulación dentro del sistema. Su complejidad orgánica les ayuda a mitigar las
influencias perturbadoras del ambiente. Expresándolo en lenguaje matemático, de las ecuaciones del creci-
miento, en las cuales r significa la tasa intrínseca del aumento natural y k simboliza al máximo equili-
brado del tamaño poblacional, se puede decir, que la selección del tipo r predomina durante las primeras
etapas de la sucesión, mientras la del tipo k se impone cuando más y más especies se agregan al sistema.
Por lo tanto, se puede distinguir entre especies con selección del tipo r o k respectivamente, y también
entre líneas del tipo r o k dentro de la misma especie, según sus apariencias, durante las diferentes eta-
pas de la sucesión ecológica, hablando a veces también de que ésta u otra especie adopta la estrategia r
ok.

Cualquier actividad del hombre en el campo, y especialmente todo tipo de explotación de recursos natura-
les renovables, inevitablemente cambia al rumbo natural de la sucesión ecológica. Este cambio significa, en
la mayoría de los casos, una regresión hacia etapas premaduras, donde el ecosistema todavía está dominado

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por las especies más productivas y más adaptables y especies r— seleccionadas, las cuales, por esta razón,
son más manejables y, por ende, de mayor utilidad directa para el hombre.

El reconocimiento de las bases ecológicas del conflicto inherente entre la tendencia ecológica del ecosiste-
ma a soportar un máximo en biomasa estructural y el deseo del hombre para obtener una cosecha máxima;
conforma la primera etapa para el establecimiento de una política racional para el uso de tierras y es la base
científica para cada uno de sus programas.

En conclusión, se puede constatar, que la ecoconservación debe no solamente incluir la preservación de eco-
sistemas, lo más maduros posibles, sino también una utilización racional y económicamente justificada de
los recursos naturales renovables, basada en profundos conocimientos ecológicos, orientada por las necesi-
dades socioeconómicas del hombre y dorninada por las limitaciones naturales del mismo ecosistema.

4.0 Manejo de Fauna Silvestre

La esencia de cualquier manejo es tomar decisiones y, por eso, también el manejo de la fauna silvestre con-
siste en una serie de objetivos, en una selección de metas y en una constante necesidad de ejecución. Como
hay varias maneras de manejar a una granja o a un bosque, igualmente hay diferentes métodos para el ma-
nejo de poblaciones silvestres, sea de guanacos, ciervos o de vicuñas. Las metas del manejo varían según
la especie o el habitat en cuestión y, seguramente, existen diversos caminos para alcanzarlas, siempre y
cuando se observen las reglas ecológicas ya expuestas.

Uno de los problemas principales del manejo de la vida o de tierras silvestres, tiene su origen en la tendencia
natural de los ecosistemas de alcanzar equilibrios naturales respecto a sus procesos bioenergéticos, bioquí-
micos e interespecíficos. Tal equilibrio dinámico es más conocido bajo el nombre de comunidad cl ímax,
lo que significa que esta comunidad representa el estado más estable que tal ecosistema puede alcanzar, ba-
jo las condiciones dadas. Por ende, el especialista en fauna silvestre debe dominar a los conceptos cuantita-
tivos de la sucesión biótica, porque la manipulación de la ecosucesión es el método más importante para
hacer rendir y mantener las tierras o poblaciones silvestres en un estado deseable.

El manejo de la fauna silvestre se define generalmente como el arte de alcanzar un máximo provecho sos-
tenible de los recursos faunísticos silvestres, donde la palabra "provecho" significa la satisfacción de nece-
sidades humanas respecto a su alimentación, vestimenta, placer recreativo o conocimiento científico. La
semejanza entre esta definición y la dada para la ecoconservación no es algo accidental, sino refleja clara-
mente la estrecha vinculación que caracteriza las relaciones entre ambos.

El intento de evitar cambios excesivos o degradaciones del ecosistema y su mantenimiento en un estado


de producción conveniente, son partes esenciales del manejo de fauna silvestre, basado en conocimien-
tos científicos y orientado hacia las condiciones ecológicas. En esta manera el sistema natural de recursos
podrá tener la capacidad para adecuarse a las cambiantes preferencias humanas y para persistir frente a
modificaciones ambientales. Por lo tanto, todas las decisiones tomadas en el manejo de la fauna silvestre
deben cuidar de no producir cambios irreversibles en los ecosistemas, tomando en cuenta, que se debe
conservar lo más posible y aprovechar solamente lo indispensable. De tal modo, se tiene que decidir en
cada caso, qué parte del valor ecológico de un recurso natural se puede sacrificar para producir un bene-
ficio inmediato, en relación con las necesidades socioeconómicas actuales y qué parte se debe preservar
para las generaciones futuras.

Hasta hoy, el manejo de la fauna silvestre ha sido orientado netamente hacia la biología de las poblaciones
con un enfoque particular a una o dos especies, tomando en consideración solamente la parte de su habi-
tat que se veía afectada en el momento. Así, en gran medida, el manejo de la fauna silvestre no era otra
cosa que una aplicación de la biología poblacional en la práctica y, efectivamente, lo sigue siendo en mu-
chos proyectos en ejecución. De aquí nace también la suposición, que toda especie de fauna silvestre re-

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presenta un recurso natural renovable, en el sentido que se presta para una cosecha continua por el hom-
bre. Sin embargo, en razón del balance energético y mineral, la tasa de una saca constante puede ser mu-
cho menor del que un simple cálculo en base a reproducción, mortalidad o índice de crecimiento de una
especie silvestre puede sugerir. En consecuencia, el manejo moderno de la fauna silvestre debe formar par-
te esencial de la ecoconservación, participando así en el desarrollo rural en áreas marginales.

Volviendo a los aspectos prácticos, cualquier proyecto para el manejo de la fauna silvestre debe basar su
planificación sobre las consideraciones siguientes:

Situación legal de la fauna silvestre y ampliación de sus bases jurídicas, si ello fuera necesario.

Elaboración de métodos adecuados para un sistema efectivo de control y vigilancia, poniendo mayor
énfasis en el patrullaje de campo.

Colaboración con las autoridades judiciales, policiales y aduaneras, para impedir todo tipo de encubri-
miento o comercio ilícito.

Disponibilidad de un habitat adecuado, tomando en cuenta los títulos de propiedad y los usos actua-
les de los predios.

Determinación del potencial biológico y económico de las especies silvestres presentes y selección de
la (s) especie (s) clave (s) para el manejo (target species).

Posibilidades de un manejo subsecuente del habitat de la especie clave, y/o en general de las tierras
silvestres colindantes, poniendo mayor énfasis sobre la capacidad de carga del ambiente.

Investigaciones sobre aspectos comerciales y de mercado, incluyendo tradiciones locales en el uso de


la fauna silvestre y posibilidades para la explotación de sus productos.

Recomendaciones referentes a los diferentes tipos de utilización racional de la fauna silvestre (venta
de animales vivos; caza deportiva; potencial recreativo; saca; transformación de productos).

Sugerencias para la ejecución técnica y administrativa del proyecto (organigrama; reglamento de servi-
cio; planificación; presupuesto).

Análisis de la situación socioeconómica de la región de trabajo y de las repercusiones probables del pro-
yecto sobre éstas (clave para la distribución de beneficios; pago de indemnizaciones para los perjuicios
de caza; yerbaje).

En esta manera, se atribuye al manejo moderno de la fauna silvestre las fases principales siguientes:

Manipulación de poblaciones silvestres para su explotación recreativa y económica de una o más espe-
cies claves, basándose en la ecología poblacional, la medicina veterinaria y la ciencia forestal.

Protección de especies raras o de importancia ecológica y de ecosistemas delicados, controlando las es-
pecies indeseables (control de predadores).

C) Manejo de tierras silvestres (range management) para incrementar o reducir el habitat de las diferentes
especies según las metas del proyecto, utilizando prácticas forestales o métodos agrarios y fuegos u
otros disturbios para dirigir los procesos sucesionales hacia el punto deseable de producción o estabi-
lidad, respectivamente.

lo
D) Actividades administrativas para asegurar el cumplimiento de las leyes existentes, la aplicación de mé-
todos técnicos científicamente fundamentados y el desarrollo socioeconómico integral del área de tra-
bajo.

De lo expuesto, se entiende claramente, que cualquier especie silvestre sólo se puede manejar en forma
ecológicamente sana, si lo hacen junto con, y dentro de su habitat. La meta óptima es el manipular todo
el ecosistema, para evitar que surgan barreras biológicas entre ambas partes. Tal peligro corren los animales
silvestres criados en jardines zoologicós o santuarios especiales, en intentos de "salvar a la especie en peli-
gro de extinción"; éstos evolucionan en una dirección diferente a la que sigue su habitat original. A esta
justificación ecológica, de manejar el animal siempre en conexión con su habitat, se agrega la justificación
económica de incrementar la producción de tierras marginales, donde persisten las especies silvestres.

11
UTILIZACION DE LA
VICUÑA SILVESTRE
según OTTE Y HOFMANN (1977)

rae. e

o
N o
N
VENTA DIRECTA
A
o OCUPACI ON
PEQUEÑAS INDUSTRIAS
ARTES ANIA
EXTENSION

OBRAS DE
INFR AESTRUCTURA

o
A

FONDOS
PROPIOS

Fig. 2: Modelo para la distribución de los beneficios, directos e indirectos, provenientes de un proyecto de manejo de la
fauna silvestre.

12
5.0 Requisitos para un Proyecto

Los requisitos básicos, para cualquier proyecto de manejo de fauna, son la presencia de un área apropiada
(de preferencia tierras marginales, para no competir con la agricultura tradicional), la disponibilidad de una
o más especies claves (que justifiquen su manejo económicamente), la elaboración de la técnica adecuada
y una demanda socioeconómica. Hay que subrayar que estos requisitos deben tenerse presentes para com-
prender la justificación principal para la ejecución práctica de un_proyecto para el_manejo de fauna silves-
tre.

Un ambiente adecuado es de vital necesidad para toda especie, presentándose como una de las tareas prin-
cipales del manejo de fauna silvestre proporcionar a las especies consideradas el habitat imprescindible.

Sin embargo, generalmente, los lugares más productivos son los que ya están ocupados e intensamente tra-
bajados por el hombre. Los terrenos restantes, generalmente son aquellos que se consideran marginales,
que están degradados o son considerados inaptos para la utilización humana. Igualmente, se obtienen ma-
yores rendimientos de las inversiones hechas para el desarrollo agropecuario o forestal, si se utilizan para
tal fin, técnicas, razas o variedades ya conocidas y comprobadas, en vez de tratar de domesticar nuevas es-
pecies o cultivar tierras hasta ahora silvestres. En la mayoría de los casos, tales tierras o especies son todavía
silvestres porque no se prestan fácilmente, por sus características ecológicas y/o biológicas, para la agricul-
tura tradicional. Por otro lado, en terrenos productivos y bajo manejo agropecuario altamente tecnificado,
las especies domesticadas superan en su rendimiento inmediato a las silvestres, en varios órdenes de magni-
tud. Lo contrario sucede con las tierras marginales, donde la flora y fauna silvestres se justifican por las ra-
zones ecológicas y económicas antes expuestas. Así, queda claro que el área más aprOpiada para un progra-
ma de la fauna silvestre, es aquella definida como un área de condiciones marginales.

Antes de seleccionar a una especie clave, adecuada para el manejo, se debe hacer algunos razonamientos
ecológicos. Las especies animales, que dominan en comunidades clímax, son más especializadas, con refe-
rencia a sus demandas ambientales (especies k — seleccionadas), mientras las que predominan en etapas
iniciales de la sucesión ecológica son menos exigentes en sus demandas y, por ende, más adaptables a las
situaciones inestables y transitorias, las que caracterizan a estas fases iniciales de la sucesión. La adaptabi-
lidad de las especies r — seleccionadas se pone de manifiesto por un gran número de sub—especies, razas
o variedades locales, aptas para ocupar todo tipo de nicho ecológico presente y por la magnífica agilidad
con la cual ellas aprovechan de nuevas situaciones ambientales, debido a su alta capacidad de aprendizaje
y disposición para cambios genéticos. Lo expuesto aquí, concuerda bien con la observación que, aquellas
poblaciones de animales silvestres, que naturalmente soportan grandes fluctuaciones en su número sin ma-
yores perjuicios, son las que mejor se prestan para un aprovechamiento por el hombre. Así, se entiende
que la especie apropiada para un manejo definido es una especie del tipo r — selección, por su adaptabili-
dad y alta productividad.

En vista de que muy raras veces se encontrarán condiciones tan óptimas como las señaladas y, que carecen
de los medios necesarios para creárselas, vale la pena analizar las condiciones bajo las cuales se podrá usar
la fauna silvestre en una determinada región como fuente de ingresos, sin que eso implique pérdidas econó-
micas por no utilizar otras opciones. Tales condiciones varían considerablemente, según el habitat y las es-
pecies en cuestión, tal como se describe brevemente a continuación:

Los animales silvestres son, especialmente sobre terrenos marginales, mejores transformadores de bio-
energía que las especies domesticadas, porque usan varios estratos de la vegetación presente.

Debido a su buena adaptación al ambiente específico, sus migraciones a veces más extensas y su distri-
bución más amplia sobre el área disponible, los animales silvestres son menos propensos a originar la
erosión del suelo que los domésticos, que están tan sujetos a los asentamientos humanos y las fuentes
permanentes de agua.

13
Muchas especies silvestres son menos dependientes del agua permanente que los animales de corral,
porque han desarrollado mecanismos metabólicos especiales. Además, son menos susceptibles al estrés
climático o a enfermedades regionales, que los animales exóticos, traídos desde regiones temperadas.

Los productos de la fauna silvestre, especialmente pieles raras o trofeos excepcionales de caza, alcan-
zan mejores precios que los productos domésticos tradicionales.

Los gastos de producción para productos de fauna silvestre son inferiores, debido a la menor exigen-
cia de higiene y a los costos reducidos de saca. Además, los medios de producción, o sea, los animales
y su forraje, resultan prácticamente gratuitos.

f) Mediante un manejo integral, las demás especies, fuera de la especie clave, no exigen desembolsos adi-
cionales, una vez que esté establecida la infraestructura del proyecto "a costo" de la especie clave, la
cual también cubre el presupuesto principal. De tal manera, se podrá aprovechar de especies menores
o de importancia local para satisfacer algunas de las necesidades socioeconómicas, quedando los pro-
ductos silvestres de mayor valor para la exportación y, por ende, para una generación de ingresos pro-
pios más elevada.

La aplicación concreta de estos lineamientos se encuentra detallada, para el caso especial de la vicuña sil-
vestre en la puna seca del Perú, en los diferentes capítulos del presente libro. No obstante que la vicuña
es categorizada como especie de estrategia k , se ofrece como especie clave de un proyecto de manejo de
fauna, gracias al elevado valor de sus productos, especialmente de la fibra y por sus características bioló-
gicas excepcionales, que le permiten una alta productividad aún bajo condiciones tan desfavorables, como
aquellas de la puna seca. La idea básica de tal proyecto es la de aprovechar mejor los pastizales altoandinos.
El concepto fundamental corresponde a un plan de manejo integral para la fauna silvestre altoandina. Una
vez establecida la "parte vicuña" del proyecto, se incluirá al sistema también las otras especies silvestres de
importancia económica. Ellas son el guanaco (Lama guanicoe) y el venado de cola blanca (Odocoileus vir-
gineanus) en las vertientes semidesérticas hacia el Océano Pacífico, la taruca o ciervo andino (Hippocame-
lus antisiensís) en las regiones rocosas por encima del habitat de la vicuña, y especies que coexisten con
ese camélido como la vizcacha (Lagidium peruvianum), la huallata (Chloephaga melanoptera), la kiula
(Tinamotis pentlandi) y la variada avifauna de las lagunas.

Falta analizar las condiciones especiales, que recomiendan el manejo de la fauna silvestre frente a culquier
otra forma de uso de tierras, cuando:

La utilización de la fauna todavía es una actividad tradicional para el área considerada, no habiéndo-
se elaborado otras alternativas de aprovechamiento apropiado, o cuando aquellas resultan ecológi-
camente prohibitivas.

La utilización racional de la fauna se manifiesta como una actividad superior referente a su resultado
económico, social y ecológico que el presente uso de la tierra.

e) Las formas tradicionales del uso ya destruyeron sus características físicas y obligan a abandonar los te-
rrenos, si no fuese por el uso de la fauna silvestre.

d) Las urgentes necesidades de conservación requieren de una fuente especial para aportar los fondos ne-
cesarios para satisfacerlas.

14
Cumplida cualquiera de estas condiciones se propone al manejo de la fauna silvestre como apropiado pa-
ra:

Proporcionar nuevas formas ecológicamente aceptables para el uso de tierras.

Planificar las actividades agroforestales de tal manera que permitirán la debida recuperación de terre-
nos dañados.

Incrementar la diversidad del uso de tierras, aliviando así la carga ecológica sobre los habitats delica-
dos.

6.0 Consecuencias para la Vicuña

Dejando de lado los aspectos científico y cultural, el punto de vista económico puede ser una suficiente
justificación y base de las acciones de conservación de una especie animal silvestre, que constituye para
el hombre una futura fuente de ingresos. Es difícil hablar de proteger a la vicuña a comunidades campe-
sinas que carecen del mínimo indispensable. Sin embargo, sí se puede hablar también en la puna de con-
servar los animales silvestres, cuando se puede demostrar que esta actividad es una fuente mayor de bien-
estar. En el Perú, la fauna representa todavía para mucha gente una fuente importante de ingresos, y con-
secuentemente, la política a seguir es la de buscar la colaboración de las poblaciones rurales, interesándo-
les en el aspecto económico de la conservación.

El supuesto restablecimiento de un auténtico equilibrio del ecosistema en la puna, en el que tanto la vicu-
ña como el hombre con su ganado juegan papeles importantes y complementarios, debe ser la meta prin-
cipal en un proyecto de manejo de esa especie silvestre. Esta tarea, por su envergadura y proyección, es
mayor que el esfuerzo que pueden desarrollar personas particulares o comunidades aisladas. Por lo tanto,
la obligación y responsabilidad del manejo racional de la vicuña corresponde a las esferas oficiales del go-
bierno.

Para cumplir con el objetivo ecológico del proyecto, que consiste en el mantenimiento de un ecosistema
equilibrado, donde el número de consumidores guarde relación estrecha con la biomasa de producción
primaria, es indispensable conocer la producción aérea neta de los pastos naturales.

Si todas las diferentes acciones del manejo de la vicuña, desde la vigilancia en el campo hasta la manufac-
tura de los productos, se relacionan con las comunidades y se proporciona trabajo a sus miembros, se tie-
ne una positiva repercusión en el bienestar de los pobladores y éstos se preocuparán de que no se agote es-
ta fuente de ingresos, sino más bien que se afiance cada día más.

El manejo de la vicuña se diferencia de una simple protección de especies de fauna silvestre en áreas prote-,
gidas, como son los parques nacionales, en donde se confía en la autorregulación del ecosistema. En el área
de trabajo de un proyecto de manejo de la vicuña, los terrenos son generalmente de propiedad de comuni-
dades campesinas y constituyen también los únicos pastizales para su ganado. Cualquier error en el manejo
de la vicuña repercutiría, inmediatamente, en los animales domésticos, que conviven con las especies silves-
tres en un pastoreo mixto.

Es por ello, que se considera conveniente que los propietarios de la tierra participen en los beneficios que
trae la utilización de esta especie silvestre. Unicamente así, se puede despertar el interés y la activa colabo-
ración de los campesinos llegando a resultados tangibles y no quedándose solamente en ideas y promesas.

Los ingresos se generarán por la venta de carne, pieles, fibras, cueros y esqueletos para instituciones cientí-
ficas, otorgamiento de autorizaciones de caza deportiva, indemnización por el traslado de individuos vivos
a otras áreas y venta de especímenes vivos a instituciones de difusión cultural de otros países.

15
DISTRIBUCION DEL
DEFINICION DEL PROBLEMA
BENEFICIO

INVENTARIO FISICO OBTENCION DEL


BENEFICIO

MONITOREO DEL
INVENTARIO BIOTICO
MANEJO

ACTIVIDADES DE
ASIGNACION DE VALORES MANEJO

ESTIMACION DE DEMANDA RELACION COSTO -


BENEFICIO

DETERMINACION DE LA ESTIMACION DEL


-PRODUCCION NATURAL COSTO TOTAL

DESARROLLO DE LA
CALCULO DEL RIESGO MATRIZ DE PRODUCCION

DETERMINACION DEL SELECCION DE METODOS


DEFICIT PARA AUMENTAR PRODUCCION

DETERMINACION METAS DE EVALUACION DE METODOS


MANEJO DISPONIBLES

FLUJO DE ACTIVIDADES EN EL MANEJO DE


FAUNA SILVESTRE
modificado de GILES(19B0)

Fig. 3: Una planificación minuciosa antes de iniciar las actividades e inversiones en un proyecto de manejo es de imperiosa
necesidad.

16
Se entiende que el campesino está más interesado en un ingreso anual calculado de antemano. Sería inco-
rrecto pagar a una sola comunidad los elevados ingresos generados por la venta de un lote de vicuñas a zoo-
lógicos del extranjero, que se haya capturado por casualidad dentro de su territorio común. Es por eso
— y también para facilitar el manejo de los fondos — que todas las comunidades, cooperativas agrarias y
conductores privados de la tierra, deben recibir una suma igual por cada vicuña que se mantiene en sus tie-
rras. Este pago, conocido como "yerbaje", es una práctica vigente en las comunidades desde hace siglos y
por lo tanto les parece aceptable y les es familiar. Para la vicuña, para promover su aceptación, el monto
pagado debe superar unas 2 ó 3 veces al "yerbaje" anual aprobado por llama o alpaca.

La base para este cálculo y la clave para la distribución son los censos anuales de vicuña. Para prevenir cual-
quier caso de desconfianza, cada comunidad tiene el derecho de participar en esta faena en calidad de obser-
vador.

Los ingresos deben ser destinados, en primer lugar, a ejecutar obras de interés común, como son la cons-
trucción de escuelas, de postas médicas, de carreteras, instalaciones de agua y desague, de irrigaciones de
plantas eléctricas, instalaciones para el manejo del ganado, (bañaderos por ejemplo), adquisición de medica-
mentos para uso veterinario, entre otros.

En lo que concierne a las altiplanicies andinas, que muestran el triste espectáculo de sus pastizales sobreex-
plotados y de poca rentabilidad: ¿No sería el manejo de la vicuña silvestre una de las posibles respuestas a
los requerimientos socioeconómicos que se plantean en las chozas y caseríos de la Sierra?. La gran mayoría
de las comunidades campesinas ocupan tierras que en gran medida ameritan el calificativo de marginales.
Por lo general, los sitios más productivos de la región andina se encuentran densamente poblados y explo-
tados con sistemas agropecuarios intensivos. Lo qué resta, la verdadera puna, ha quedado en gran parte im-
productiva por soportar formas de uso inadecuadas. Hasta hoy día, la fuente principal de ingresos para el
pastor andino es una ganadería, con especies a menudo exóticas, que no puede ir más allá que a los sistemas
más primitivos de seminomadismo o de transhumancia, es decir implica continuos cambios de residencia se-
gún las estaciones del año por la diferente disponibilidad de los pastos.

La justificación principal para escoger a la vicuña (Vicugna vicugna, MOLINA, 1782) como especie clave
para un programa de manejo, reside en el alto valor económico de sus productos, especialmente de su fi-
bra, y en el considerable potencial biológico que ofrece esta especie silvestre. Este camélido sudamerica-
no es uno de los herbívoros autóctonos de la puna que reúne una serie de características que no solamente
le facilitan su sobrevivencia exitosa sobre los pastizales altoandinos, sino también le permiten incrementar
considerablemente la producción secundaria de estas tierras. Si bien no es estrictamente una especie de la
estrategia r , su tasa de incremento poblacional en áreas bajo vigilancia es de suficiente tamaño como para
permitir una explotación racional de sus poblaciones que, en combinación con el elevado valor económico
de sus productos, promete beneficios netos palpables para el campesino.

Lo importante en este contexto es que, bajo un manejo adecuado, la competencia de la vicuña con el ga-
nado es reducida, porque la especie silvestre se encuentra en posición de utilizar regiones hasta semidesér-
ticas y de aprovechar plantas y partes de ellas inalcanzables para los animales domésticos. Por lo tanto, el
pastoreo mixto de ambos tipos de herbívoros significa un verdadero incremento en la utilización de la pro-
ducción primaria.

Un manejo efectivo de la vicuña silvestre requiere contar con disposiciones legales y administrativas que pro-
picien la aplicación de los fundamentos científicos de la ecoconservación. Cualquier dispositivo legal al res-
pecto debe considerar la posibilidad de mejorar la situación de la especie y de facilitar su utilización recio-,
nal, estando de acuerdo con las prioridades nacionales y con la capacidad potencial de hacerlo cumplir.
Cumplir y hacer cumplir la ley es de importancia vital para un proyecto de manejo de la vicuña silvestre.
Sin las disposiciones adecuadas para tal fin, los mejores programas y las más sofisticadas investigaciones
científicas carecen de sustento, pues la caza furtiva y la destrucción del habitat extinguirán a la especie,
aún antes que se culminen los estudios.

17
Todas las operaciones razonables de manejo sólo son posibles si el proyecto cuenta con la infraestructura
correspondiente y el personal idóneo, incluyendo planes de operación y reglamentos para el servicio. En el
fondo, se trata de subdividir el plan de manejo en una serie de operaciones bien definidas, con pasos admi-
nistrativos pequeños y sucesivos, para que resulte realizable en el campo. El funcionamiento del órgano
administrativo central en el propio habitat natural de la vicuña, evita decisiones alejadas de la realidad y
establece un estrecho contacto entre los dirigentes y los pobladores rurales.

— Las -condiciones biogeográficas de la región altoandina ofrecen realmente posibilidades ideales para la uti-
lización integral de la fauna silvestre. Empleando el personal y aprovechando la infraestructura de un
"Proyecto de Vicuña", se puede incluir al plan de manejo también a otras numerosas especies de animales
silvestres autóctonos de fa puna. Lo que hasta la fecha se opone a la utilización racional son la matanza
indiscriminada de animales reproductores, el exterminio inescrupuloso de ejemplares jóvenes, la escasez
de los conocimientos biológicos, ecológicos y técnicos indispensables así como la falta de un sistema de
vigilancia eficaz. Todas las maneras tradicionales de utilización, tales como captura y venta de animales
vivos, caza deportiva, foto–turismo o aprovechamiento directo (beneficio) son aplicables tanto a la vicu-
ña como a las demás especies silvestres de interés económico. Sin embargo, a largo plazo, sólo un sistema
de aprovechamiento racional del tipo "saca sostenida" de la especie clave, o sea de la vicuña silvestre,
aportará los ingresos indispensables para mantener todo un proyecto en marcha.

Quiere decir, y vale la pena recalcarlo, que no obstante las condiciones biogeográficas, escénicas y faunís-
ticas para un proyecto de ecoconservación, como aquellas presentes en la puna, sólo la existencia de una
especie clave de importancia económica y ecológica como la vicuña, es garantía de éxito para cualquier
intento de utilizar los recursos naturales renovables de los Andes.

MANEJO INTEGRAL DE LA FAUNA SILVESTRE


DE LA REGION ALTOANDINA

INTRODUCCION DE TRUCHAS GANADERIA EXTENSIVA CON LLAMA , ALPACA,OVINO. ! POR SECTORES GANADERIA CON
• :
: CAPRINOS.

HABITAT DE

TARUCA Y

VIZCACHA

HÁBITAT DEL:
HUAMACO REGION DE LA VICUÑA
REGION DEL
REGION DE LA AVIFAUNA, HUANACO Y DE
ACUÁTICA VIZCACHA

TRADICIONALMEKITE SIN RECIEN EN USO PARCIAL T RADICIONÁLMENT E EN USO CASI SIN USO TRADICIONAL

US O •
PR ODUCCI ON UNICAMENTg SU META ES LA PRO- SU- META ES LA PRODUCCI O N POR EL PASTOREO ' ALTA PRODUCCI ON SECUNDARIA
POR-ANIMALES SILVES- DUCCION POR AVES MIXTO DEL GANADO CON LA VI CUÑA SIN COMPETENCIA ; POR EL MANEJO DEL HUANACO
TRES ACUÁTICAS

Fig. 4: Pisos altitudinales de los Andes con indicación de uso de tierras y posibilidades para un manejo integral de la fauna sil-
vestre.

18
HABITAT DE LA VICUÑA
HABITAT DE LA VICUÑA

1.0 Ubicación y Topografía

De las siete regiones fitogeográficas, en las que puede agruparse a la vegetación mundial, según el criterio
de ENGLER modificado por MATTICK (1964), dos se ubican y reconocen claramente en América. La
Holártica en América del Norte — los Estados Unidos y el Canadá -- y la Neotropical que cubre la América
del Centro y del Sur, con excepción de esta última de una estrecha faja que corresponde a la región antár-
tica. Las tres Américas están longitudinalmente recorridas por cordilleras que se extienden sobre más
de 15,000 kilómetros, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego.

La porción que corresponde a la América del Sur es denominada la Cordillera de los Andes. Debido a las
alturas a las que llega — 6,960 m.s.n.m. en el Nevado Aconcagua y 6,768 en el Nevado Huascarán — da
origen a notables modificaciones verticales de los factores climáticos con las correspondientes diferencias
de cobertura vegetal, vida animal, suelos y agua, que de ellos derivan. Constituye además la divisoria de
aguas continentales.

La Cordillera de los Andes se forma a finales de la era mesozoica en el período cretáceo, el cual se caracte-
rizó precisamente por una intensa actividad orogénica, especialmente en las Américas. Durante el terciario
medio a superior es erosionada hasta altitudes menores que las actuales y, finalmente, al término del ter-
ciario es levantada nuevamente.

En el Perú, según BELLIDO y S I MONS cit. en PEÑAHER R ERA (1969), la parte superior de los Andes "es
una conspicua altiplanicie", rodeada por los ramales occidental y oriental que dan origen a los abruptos ríos
costeños — en la primera de ellas — y que es profundamente disectada por los ríos Vilcanota, Apurimac,
Pampas, Mantaro, Huallaga y Marañón en la segunda de ellas. Por estas divisiones, los Andes del Perú
presentan muy grande variación del relieve que los diferencian de los países andinos vecinos. La Altipla-
nicie peruana es menos extensa que aquella parte andina que corresponde a Bolivia, el norte de Chile y
el norte de la Argentina.

En la región sur, el rumbo de la cordillera es, francamente, noroeste y luego se dirige al nornoroeste, a
partir de los 14° L. S. Asimismo su ancho se va reduciendo en ese mismo sentido, tiene unos 500 kiló-
metros en su región sur y unos 90 kilómetros en su extremo norte. Es posible distinguir cadenas cons-
picuas de montañas que se denominan cordillera occidental, central y oriental. La occidental es el ver-
dadero eje de los Andes, pues en ella ocurre la división de aguas, que van hacia el Pacífíco o hacia el At-
lántico, mientras que las otras ramas son cortadas, principalmente, por los ríos mencionados anterior-
mente.

Estos ramales se unen en algunos puntos denominados nudos y estos pueden servir para subdividir a los
Andes peruanos. Así los Andes del sur aquellos que ingresan por las fronteras del sur y se unen en el nudo
de vilcanota, alrededor de los 14° o 15° L. S. Los del centro nacen en éste y luego se unen en el nudo
de pasco, alrededor de los 11° L. S. y los Andes del norte nacen en este nudo y se unen en el de loja,
en territorio del Ecuador, y alrededor de los 4° L. S. La porción septentrional de estos últimos consti-
tuye la baja de los Andes peruanos, mientras que la porción austral de los mismos — Andes del Norte —
tiene las máximas alturas que ocurren en el Perú.

La antigua meseta andina, sujeta a los procesos erosivos de los ríos ha sido subdividida en sectores menos
amplios, algunos de los cuales son: la meseta del collao, en el Departamento de Puno; la meseta de anta,
en el Departamento de Cuzco; la meseta de parinacochas, en el Departamento de Ayacucho; la meseta
de castrovirreyna, en el Departamento de Huancavelica; la meseta de Bombón, en el Departamento de
Junín y la meseta de conococha, en el Departamento de Ancash.

21
COLOMBIA

Quarro
—.ECUADOR
RIOBAMBA

LOJA
41.

CAJA•

o
o HUA

LIMA
o

o A

ARIC
TA
IQUIQUE
RIJA 1

1._
ANTOFAGASTA JUJUY \\
HABITAT POTENCIAL DE LA
SALTA
VICUÑA
So. MIGUEL
FORMACIONES ECOLOGICAS DE LA PUNA DE TUCUMAN

Escala de. Km. CATAMARCA


VALLENA
700
-------- Limites Internacionales LA RIOJA
ARGENTINA
Páramo muy húmedo subalpino „ CORDOVA
Tundra pluvial alpino • N
So dUA

Páramo húmedo sub alpino MENDOZA


• Tundra muy húmeda alpino SAN TIA

Maleza desértico subolpino


Tundra húmeda alpino
Tundra seca alpino
seg. Cabrera (1957), Tosi (1960), Troll (1959)

Fig. 5

22
Estas mesetas, dado su relieve, albergan lagos y numerosas lagunas. En la del collao, se ubica el Lago Titi-
caca y en la de bombón el Lago Chinchaycocha o de Junín, los más grandes del Perú.

Dada su masa, la cordillera constituye una barrera al movimiento de la masa de aire húmedo, de dirección
sureste — y obliga a la condensación del vapor de agua y a su precipitación.

--Así, las vertientes orientales -- o ceja de selva — son región de elevada precipitación y humedad. Los "bos-
ques nublados" son limítrofes con las formaciones vegetales propias de la altiplanicie andina.

Al cruzar, esta masa de aire, la cordillera y descender, en las vertientes occidentales, tiene un efecto dife-
rente pues constituye una masa de aire seco sedienta de humedad y da paso a los desiertos del occidente
sudamericano.

2.0 Geología y Suelos

La cordillera de los andes forma parte de un largo sistema de montañas de 15,000 kilómetros de largo
que se extiende desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Los andes en sí tienen una longitud de 7,250 kiló-
metros y están restringidos a Sudamérica. Dentro de todo este sistema cordillerano se encuentran una
serie de cadenas montañosas que en algunos casos separan profundos valles interandinos y en otro exten-
sas planicies altas sobre los 3,500 m.s.n.m. Estas planicies o mesetas son denominadas como el altiplano
o por el vocablo quechua puna, que significa tierra elevada. La mayoría de autores restringen el término
de altiplano a la zona de los andes centrales, en el centro y sur de los andes peruanos, al este de Bolivia
y al norte de Chile. En general esta zona es circundante al Lago Titicaca y Lago Poopó sobre los 3,600
m.s.n.m. y es el sentido en que se tomará en el presente trabajo.

Los andes tienen su origen, según WINTERHALDER (1978), en la era paleozoica cuando el lugar que
ahora ocupa la cordillera estaba ocupado por una gran cuenca submarina (Geosindinal preandino). Du-
rante la era mesozoica este geosindinal fué acumulando sedimentos marinos y continentales a la vez
que sufriendo períodos menores de tectonismo y orogénesis y es durante el cretáceo medio cuando el
geosindinal andino sufre elevación, deformación e intrusión de rocas igneas en la zona occidental que más
tarde formaría el batolito andino (cordillera occidental). En la zona oriental, las rocas del geosindinal
fueron comprimidas lateralmente formándose estratos plegados que eventualmente emergieron (cordillera
oriental). Entre estas dos cordilleras queda comprendida una cuenca que continuará acumulando sedimen-
tos hasta el mioceno o el plioceno.

Sin embargo, los andes adoptan su forma actual en términos generales durante el plioceno — pleistoceno
por un plegamiento violento de todo el sistema. Este levantamiento se realiza en las etapas Junín, Chacra
y Canon separadas por períodos de descanso o inactividad.

La cordillera occidental posee zonas altas con volcanes del terciario tardío a edades recientes entre los que
se incluyen grandes volcanes del cuaternario como el Misti y el Coropuna.

El altiplano es una planicie ondulada interrumpida por serranías residuales dispersas resistentes a la ero-
sión del devoniano, cretáceo o terciario. Esta planicie en su parte central está constituida por grandes
acumulaciones de depósitos del cretáceo y material volcánico del terciario.

Según ZAMORA (1973), los suelos que predominan en el altiplano corresponden a la región paramosóli-
ca que se caracteriza por estar constituidos por material volcánico, siendo los más recientes y menos con-
solidados los del terciario superior e inicio del pleistoceno. Estos suelos son del tipo paramosoles, ando-
soles y en menor proporción litosoles, en las zonas inclinadas. En las zonas depresionadas se encuentran
gleysoles y kartanozems en las planicies y valles altos.

23
En general los procesos geológicos recientes como la erosión, deposición, glaciación, las fallas geológicas,
la actividad volcánica y tectónica están aún en actividad y a ellas se debe el modelamiento topográfico
de la zona.

En el altiplano cercano al Lago Titicaca, entre el Perú y Bolivia, se encuentran terrenos llanos con suelos
del tipo gleysoles mólicos y de los tipos solonetz y solonshack en las depresiones. Hacia el norte de esta
-zona se encuentran suelos originados de material volcánico, siendo los suelos dominantes los andosoles,
los gleysoles, los histoles y los cambisoles húmicos.

En Bolivia, en la zona de los grandes llanos salinos, FRESE (1975) nos refiere la existencia predominante
de suelos formados por cenizas volcánicas con capas superiores de andosoles vítricos. Hacia el oeste, don-
de no predominan los materiales volcánicos, aparecen sedimentos lacustres, eólicos y fluviales. Existen
litosoles y xenosoles.

En el altiplano sur occidental, localizado en Chile, los suelos sufren gran influencia por las cenizas volcá-
nicas de edades diversas ahí existentes. Sin embargo, también ocurren otros suelos como yermosoles lú-
bicos caracterizados por tener horizontes arcillosos debajo de la capa superficial.

3.0 Climatología

El clima en la región andina es el resultado de la interacción de los patrones de circulación de las masas
del aire, la posición astronómica de la tierra y factores topográficos como la altitud y exposición. En
esta interacción es determinante la influencia del macizo andino En las zonas cercanas al Ecuador, las
temperaturas tienen un régimen estacional y anual muy uniforme, mientras que las variaciones diurnas
de temperatura son mayores que las correspondientes a las zonas ecuatoriales más bajas. Esta influencia
también es determinante en la distribución de las lluvias variando del muy húmedo ecuatorial, típico de
los flancos orientales de la cordillera en el límite de la selva amazónica, al clima seco de las vertientes
sur occidentales del Perú y Bolivia. Dentro de estos rangos se presentan numerosas combinaciones en
las que intervienen principalmente los procesos de convección y condensación.

La cordillera de los andes, al penetrar con gran altura en la tropósfera, divide severamente las masas de
aire en el hemisferio sur occidental. Hacia el oeste de la cordillera se localiza una zona de alta presión
atmosférica conocida como el anticiclón del pacífico sur, centrado sobre el trópico de capricornio en
los meses de Marzo a Septiembre. Al este de la cordillera se localiza también otra zona de alta presión
conocida como el anticiclón del atlántico sur que se localiza sobre la costa de Brasil a 28° L. S. en los
meses de Septiembre a Marzo.

Debido a su situación, la región andina queda comprendida en la zona de influencia de la circulación at-
mosférica tropical. Esta circulación se caracteriza por los núcleos de alta presión antes mencionados por una
zona de baja presión denominada zona de convergencia intertropical sobre la cuenca del Amazonas y que se
desplaza siguiendo el movimiento aparente del sol con un retraso de 5 a 6 semanas durante las estaciones del
año.

Esta diferencia de presión entre núcleos de alta y baja presión origina un flujo superficial del aire desde
el trópico de capricornio hacia el Ecuador sin embargo, esta corriente se desvía hacia la izquierda por la
rotación de la tierra originándose así los vientos alisios del S.E. en el hemisferio sur.

La posición media fluctúa dentro de ciertos límites de acuerdo a la posicion cenital aparente del sol. FRESE
(1975) indica que este movimiento tiene una amplitud anual de sólo 8° a 10° en Sudamérica mientras que
en Africa, por ejemplo, tiene una amplitud de 20° y más de 30° en Asia.

24
Este movimiento en Sudamérica es similar en la costa pacífica y atlántica así como en la región montañosa.
En Sudamérica alcanza posiciones extremas de aproximación 00 en Febrero y de 70 L.N. en Julio. Esta di-
ferencia aunque es escasa, origina una fuerte influencia en la distribución anual de lluvia en la zona.

Al oriente de la cordillera de los andes, la zona de convergencia o frente intertropical como también se le
conoce, se ensancha a medida que, durante el verano, la l ínea une el Ecuador con aproximación de la boca
--del R ío Amazonas, se asocia con la zona de baja presión localizada en la unión de Perú, Brasil y Bolivia y
genera una zona de presión, similar al propio frente intertropical sobre toda la amazonía. En estas circuns-
tancias los vientos son muy débiles en toda la zona y la precipitación es inestable dibido a la inestabilidad
del aire. Según algunos autores esta zona de presión es distinta a la misma ITCZ; pero según otros, forma
parte integrante de ella.

El resultado es una zona con fuertes lluvias sobre la amazonía. Esta precipitación llega hasta las vertientes
orientales donde los débiles vientos del este causan el ascenso de estas masas de aire saturadas con humedad
y la formación de una intensa precipitación orográfica. Al otro lado de los andes, en la costa occidental,
el clima es muy seco hasta el norte del Perú y sur de Ecuador donde se presentan lluvias por el paso del
frente intertropical. Hacia el norte, los vientos que soplan desde el mar caribe son desviados por la cordi-
llera y se condensan en el borde norte de los andes colombianos causando lluvias todo el año.

Sobre los andes la precipitación depende mucho menos de los flujos de aire exteriores y de la advección
de humedad hasta la región. Gran parte de la humedad contenida en las masas de aire que cruzan la cor-
dillera, precipitan a altitudes menores a los 2,500 m.s.n.m. En las montañas y en los valles interandinos,
la lluvia se debe principalmente a la convección local.

En general el macizo andino presenta carácterísticas pluviales especiales, es decir, precipitaciones normal-
mente inferiores a cualquier otro sitio situado a igual latitud.

En la Reserva Nacional de Pampa Galeras (Ayacucho, Perú) se registra un promedio anual de precipitación
( 1 4 años) de 449 milímetros concentrándose casi el 70% en los meses de verano (Enero — Marzo). Según
se observa en el cuadro siguiente, los volúmenes de precipitación han ido disminuyendo paulatinamente
desde 1 967 en un proceso irregular y no predecible.

25
Precipitación registrada en la Reserva Nacional
de Pampa Galeras (Ayacucho, Perú)
Año Precipitación (mm.)

1967 830
1968 460
1969 405
1970 440
1971 460
1972 735
1973 725
1974 240
1975 275
1976 515
1977 350
1978 220
1979 315
1980 315

Fuente: Estación Meteorológica de Pampa Galeras

26
En el altiplano andino pese a estar en una zona tropical, empieza a notarse diferencias entre los valores
de las temperaturas medias entre las estaciones, cosa que casi no ocurre conforme uno se acerca al Ecuador;
pero sin embargo, las variaciones de la temperatura a lo largo del año no son significativas comparándolas
con la variación a lo largo del día. Esto permite clasificar a la región como una de clima de temperaturas
diurnas. Por ejemplo en la Reserva Nacional de Pampa Galeras la temperatura media anual es de 7,9° C.
pero la variación diaria es del orden de los 33,2° C. en un día (19° C. de máxima absoluta y — 14° C.
mínima absoluta)._

TEMP. PROMEDIO AÑO 7.9°C


PRECIP. PROMEDIO AÑO 463 mm.
T PC)
(mm)
( VII 1966 - VI 1977 : 10
-160

-140

-120

-100

20 -

15 -60

10 -

5 - n -60
2 I I

O- 1::11
/ V.:/ 40
-5 - •
10 - Ç:1

-15 - -20

-20-
O
J A 5 O N D E F M A M

MESES
Fig. 6: , Diagrama climático típico para un sitio de la puna seca en el sur del Perú (Pampa Galeras, Dpto. Ayacucho)

En la cordillera de los andes se presenta un fenómeno nocturno interesante sobre todo desde el punto de
vista del desarrollo de las plantas: las heladas. La helada es la ocurrencia de temperaturas de congelamiento
sobre el suelo. Las heladas pueden ser de dos tipos, tal como nos lo refieren FRESE (1975) y WINTER-
HALDER (1978), las heladas blancas' o estáticas y las heladas negras o dinámicas, más peligrosas que las
primeras, pero menos frecuentes.

Las heladas blancas ocurren por el enfriamiento nocturno de la superficie de radiación de la tierra bajo
cielo despejado y aire en calma. En estas condiciones la superficie del suelo se enfria y absorbe calorías
del aire circundante lo que origina una capa de poco espesor con t° grados menores a los O° C. Este tipo
de heladas son aproximadamente el 80%.

27
« Las heladas negras o dinámicas ocurren debido a la invasión de masas de aire frio que depende del movi-
miento de los frente polares, esto resulta posiblemente durante los meses de Mayo a Octubre debido a la
recesión hacia el norte de la zona de convergencia intertropical y la penetración de los frentes de aire polar
en el cinturón tropical. En estos casos se desciende muy por debajo de los 00 C., afectando al desarrollo
de la vegetación en la zona.

4.0 Clasificación Botánica

Al referirse a esta región, TROLL (1968) anota que ya en "Prolegomenona de Distributione Geographica
Plantarum (1817)" se mencionan los términos Yunca — o Yunga — y puna para designar las altas tierras
de los Andes. Estos términos son propios del habla autóctona.

WEBERBAUER (1945) en su Mundo Vegetal de los Andes Peruanos — nueva edición, revisada y ampliada
de Die Pflanzenwelt der Peruanischen Anden (1911) — define estas tierras altas así: El significado de la
palabra puna no es exactamente el mismo en las comarcas del Perú. Sin embargo en el centro y sur del
país se acostumbra llamar así, aquella región elevada donde la agricultura se hace imposible. Aproximada-
mente idéntica a dicha región es la descrita como puna y que puede llamarse también territorio altoandi-
no. Penetra en Bolivia por el sur y termina entre los grados 8° y 9° en el norte. Incluye las cumbres más
altas de los Andes peruanos. Su límite inferior se encuentra entre los 3,800 y 4,000 metros.

Al describir la distribución general de la vegetación describe a los componentes de las formaciones carac-
terizándolos por ser plantas arrosetadas y almohadilladas, predominando en el césped de puna y en las
turberas de la Distichia muscoides.

Las gram aleas que se reunen en los pajonales, o las formaciones más extensas, son de talla un poco mayor.
Weberbauer establece que para casi toda la puna vale la regla de que las gramíneas mayores crecen a manera
de manojos separados. En la cordillera occidental del sur, se presentan tolares y en general, el piso alto-
andino es muy pobre en leñosas, limitadas a distribución entre rocas y pedregales. Hacia el lado oriental
los manojos de gramíneas forman una cubierta cerrada, cambio similar al que ocurre entre los 80 y 90 L. S.
en los que la puna es sustituida por la jalca, cuya formación característica es un denso pajonal.

CABRERA y WILLINK (1973) al describir el dominio andino-patagónico, de la región neotropical, ubican


a estas tierras altas en dos provincias: la altoandina, que es la más alta, sobre los 4,200 m.s.n.m. — en las
zonas tropicales — y hasta la nieve perpetua y, la provincia puneña, que asimilan estrictamente al altiplano
comprendido entre los 150 y 170 L. S. Describen el clima como seco y frío con grandes contrastes de
temperatura diaria durante todo el año, y lluvias, sólo en verano, que disminuyen de norte a sur y de
este a oeste. La vegetación dominante es la estepa arbustiva formada por matas de 40 a 150 centímetros
de altura, entre las cuales el suelo está desnudo la mayor parte del año.

Son endémicos de esta provincia los géneros: Parastrephia, Lampaya, Chersodoma, Eustephiopsis, Antho-
bryum, Ore ocereus, Chiliotrichiopsis, Lophopappus y Urmenetere.

En la porción septentrional y oriental, donde la precipitación anual supera los 400 milímetros en promedio,
parecen predominar las estepas de tola-Parastrephia spp. Al sur y oeste, en zonas más secas, predomina
Psila boliviensis o aparece una estepa conformada por Fabiana densa, Adesmia horridiuscula, Acnatho-
lippia hastulata y otros arbustos más. En la puna chilena, con menos de 100 milímetros de precipitación
anuales la vegetación es muy escasa, aunque se presentan las mismas especies.

La altiplanicie o puna que CABRERA y WILLINK (1973) consideran sólo hasta los 15° L. S. es prolon-
gada hasta los 8° L.S. y 90 L.S. por otros estudiosos. WEBERBAUER ya fue mencionado y a él deben aña-
dirse MANN (1966), UDVARDY (1975) y HUECK (1978).

28
Según MANN (1966), debido a las condiciones macroclimáticas, el habitat altoandino se organiza en cuatro
sectores diferentes:
Páramo. Con más de 1000 milímetros de lluvia anual promedio, un excedente mínimo sobre la evapo-
transpiración de 750 milímetros. Por una parte se instala este ambiente, en su versión cálida, en latitudes
tropicales, entre 10° L. N. y 18° L. S. y, por otra, al sur de la latitud 10° L. S., en su forma de páramo
frío.

Puna húmeda. Las lluvias anuales totales se encuentran entre 500-1000 milímetros en promedio, permiten
un excedente de 250-750 milímetros de precipitación sobre las demandas de evapotranspiración. Este
habitat se inicia en la latitud 10° L. S., al oeste del páramo cálido, para desplazarse en dirección suroeste
donde finaliza sobre el reborde oriental del altiplano, a los 11° L. S.

Puna seca. Un régimen de 7-9 meses húmedos y 250-500 milímetros de precipitación total anual promedio,
caracterizan a este sector que se instala al este de la puna húmeda, avanzando paralelamente con ella hacia
el sureste para reemplazarla desde los 18° L. S. en el muro oriental de las cordilleras. Su I ímite austral
llega a 38° L. S.

Puna desértica. Es el sector menos favorecido por las precipitaciones, con 250-300 milímetros de lluvia,
con apenas 2-6 meses húmedos. Ocupa el amplio espacio geográfico dé las altas cimas extendidas entre
17° y 30° latitud S., que colindan al este con la puna seca.

UDVARDY (1975) en su clasificación de las provincias biogeográficas del Mundo, llamó a estas tierras
altas: provincia de puna. En una refinación de los límites, propuestos por UDVARDY para el Perú,
DOURO—J EANNI y RIOS (In. prep.) estiman en el extremo norte de esta provincia entre los 8° y 7°
L.S. y una superficie de más de 28 millones de hectáreas, o el 22,3% de la extensión total del Perú.

Al tratar de las regiones sin bosques o pobres en bosques de Sudamérica, HUECK (1978) las denomina
niveles altos de los Andes y los subdivide en punas y páramos. Las primeras en los sectores meridionales
del altiplano — altitudes de 3,600 a 4,200 m.s.n.m. — especialmente secos y ubicados sobre territorios de
Argentina, Bolivia y Perú. Mientras en la parte norte, abundante en neblinas, se ubican los páramos. Con-
sidera también que irradiaciones de la puna alcanzan hacia el sur de la región de los bosques subantárticos.

La vegetación corresponde a pastizales con hierbas más o menos xerof (ticas y duras y a estepas con arbus-
tos bajos, generalmente de compuestas. Ocasionalmente se presentan matorrales aislados de Po/y/epsis. Los
páramos son las altiplanicies situadas, más al norte de los 8° L. S. que por su menor altitud tienen un
clima más húmedo, debido a ésto el pajonal es más vigoroso. En realidad en el Perú, se da una transición
de la puna al páramo que es denominada Jalca y su flora constituye una formación transicional entre
la puna y los páramos del Ecuador y Colombia.

TOSI (1960) llama, a esta jalca, la pradera montano que se ubica, a latitudes hasta 8° L. S., que son tierras
de menor altitud que los Andes al sur de esta latitud. En el sur y centro, las tierras altas quedan involu-
cradas dentro de las zonas de vida natural siguientes: maleza desértica subalpina y tundra húmeda alpina;
páramo húmedo subalpino y la tundra muy húmeda alpina y, el páramo muy húmedo subalpino y la tun-
dra pluvial.

Los dos primeros se encuentran hacia el suroeste de la altiplanicie entre los 14° 30' L.S. y las fron-
teras con Chile y Bolivia, entre los 3,800 y 4,700 m.s.n.m. La maleza desértica ocupa las partes
planas y onduladas, los vallecitos y las depresiones del altiplano; mientras que la tundra húmeda alpina
ocupa las partes más elevadas y las faldas de mayor pendiente.

El tolar, en estas zonas de vida, es una comunidad en la que dominan los arbustos y subarbustos erguidos
o almohadillados, aislados, sobre suelo desnudo. Las gramíneas forman manojos aislados de hojas duras
de los géneros Festuca, Poa, Bromus y Calamagrostis. La precipitación total anual promedio se ubica en

29
el rango de 125 a 250 milímetros y la biotemperatura es menor que 60 C. Así las condiciones de humedad
dan origen a climas subhúmedos en la primera zona de vida y húmedos en la tundra.

El segundo conjunto se encuentra ampliamente distribuido en las tierras altas del Perú rodeando
a la formación más seca — el tolar — y confinado a las vertientes occidentales más elevadas
desde los 80 40' L. S. y hasta la frontera con Chile y Bolivia. Corresponde a regiones con precipitación
total anual promedio que oscila entre 250 milímetros a 500 milímetros y biotemperaturas medias anuales
igualmente menores que-6° C. Las características corresponden entonces a climas húmedo y perhúmedo.
Las formaciones se ubican sobre terrenos de pendiente moderado. Debido a la mayor cantidad de agua
ocurre un desarrollo más extenso y rápido de las turberas de Dístichia muscoides. La vegetación es un
graminal, que Weberbauer llama el pajonal de puna, compuesto de varias especies perennes pero débil-
mente periódicas — aquellas que se amarillan y secan durante la máxima sequía. Los grandes manojos de
gramíneas altas y duras, en especial de Festuca spp., Stipa sp. y Calamagrostis spp., crecen esparcidos y
alcanzan una máxima altura de 85 centímetros. En suelos no erosionados ni litosólicos crecen, entre los
manojos, un césped verdadero u otras gramíneas, hemicriptógamas y geofitas. Las especies más frecuentes
de gramíneas pertenecen a los géneros Poa, Bromus, Agrostis, etc. Los arbustos erguidos y siempre verdes
del "tolar" son escasos o están dispersos e incluyen especies de los géneros Gynoxis, Baccharis, Chuquiraga,
Senecio y Ephedra, además de Lepidophyllum. Pequeños montes abiertos de Polylepsis se encuentran
sobre laderas peñascosas y pedregosas. En las partes más altas, de la tundra muy húmeda, las gramíneas
son mucho más cortas y dispersas. El suelo entre ellas está cubierto por pequeñas gramíneas y herbáceas
almohadilladas y arrosetadas como Werneria, Gentiana, Azore//a y Pycnophyllum.

El tercer conjunto de zonas de vida es más húmedo, tiene una precipitación total anual promedio
ubicada entre 500 milímetros y 1000 milímetros y siempre la biotemperatura media anual está
bajo los 60 C. Son las formaciones altoandinas de mayor productividad y también las más extensas.
Están más cercanas a la ceja de selva. Son tierras de clima per y superhúmedo, con una evapotranspiración
total anual potencial de 350 milímetros. Es decir que el 50 al 80% de la precipitación se escurre. Estas
zonas se ubican sobre terrenos más diversificados en topografía. Es difícil distinguir las formaciones ve-
getales de estas zonas y del conjunto anteriormente descrito — más seco — con prácticamente los mismos
géneros presentes. En las pocas áreas no intervenidas por la ganadería, la vegetación es tupida y alta. Las
matas de arbustos, que alcanzan hasta dos metros de altura, están esparcidas. En la tundra pluvial, la vege-
tación es también tupida y abundan más las hierbas arrosetadas hemicriptógamas y las almohadillas que
las gramíneas. Son muy comunes y forman comunidades de los géneros Draba, Asenaria, Geranium, Plan-
tago y Perezia.

En la nueva aproximación, a las zonas de vida en el Perú, realizada por la Oficina Nacional de Evaluación
de Recursos Naturales, en 1976, los conjuntos de zonas de vida descritos anteriormente, se agrupan bajo
los siguientes nombres: Matorral desértico y Tundra húmeda; Páramo húmedo y Tundra muy húmeda;
Páramo muy húmedo y Tundra pluvial. Una mayor profundización en la delimitación permite la subdi-
visión y aparición de otra zona de vida: el páramo pluvial, cuya descripción es similar a las anteriores.

Según el Mapa de la Vegetación de América del Sur, editado por UNESCO (1978), las formaciones vegeta-
les que pertenecen al habitat de la vicuña corresponden a las Regiones Altoandinas con las siguientes for-
maciones;

• Páramo. Caracterizado por comunidades herbáceas cespitosas andinas. En el Norte del Perú denominado
también Jalca. La 'temperatura media anual es de 00 a 80. Las gramíneas dominantes son Festuca y Cala-
magrostis. Se presentan arbustos como Brachyoton, Ca/ceo/aria, Chuquiraga, Hypericum, Ribes y Senecio.

Puna húmeda. La vegetación es herbácea cespitosa andina. Se desarrolla en Bolivia y Perú. En este último
país comprende de 80 - 160 L. S. Las precipitaciones varían desde 300 a 600 milímetros y la temperatura
media anual oscila entre 00 y 60 C.

30
La vegetación dominante está formada por plantas herbáceas, cespitosas y arbustos de talla muy pequeña,
como Crucíferae: Alpamínía, Caladysía, Englerocharis; Caryophyllaceae: Pycnophyllum, Plettkea; Com-
positae: Culcitium, Werneria; Valerianaceae: Stangea, Aretiastrum y diferentes especies de Ranunculaceae.

Puna seca. Está caracterizada por una vegetación herbácea cespitosa andina de diversas coberturas e inclu-
ye parte de los territorios de Perú, Bolivia, Chile y Argentina.

En el Perú se encuentran al sur, desde los 13°. La precipitación varía entre 125-350 milímetros; la tempe-
ratura media anual de 6° C. Las plantas típicas son la tola Parastrephia lepídophylla, Margyricarpus stric-
tus y Festuca ortiphylla.

4.1 Formaciones Vegetales Regionales

Para formarse una visión de las asociaciones vegetales del habitat de la vicuña se presentan aquí algunos
ejemplos sobre cada una de las tres grandes zonas de puna.

4.1.1 Puna del Sur

La flora de los alrededores del Lago Titicaca es típica para la variante húmeda de la Puna del Sur, con la
presencia de elementos micro- y mesotérmicos. Entre las formaciones, la estepa de gramíneas tiene la
mayor extensión. Sobre una diversidad de hierbas pequeñas, a menudo caracterizadas por tallos echados

Fig. 7: En la puna rechazan los herbívoros los duros tallos del "ichu", formado por diferentes especies de los géneros
Festuca, Stipa y Calamagrostis. Este comportamiento conduce frecuentemente a conclusiones erróneas respecto
a la disponibilidad de pasto y la capacidad de carga.

31
se elevan gramíneas robustas que a veces llegan a 60 centímetros de altura, conocidas con el nombre po-
pular de "ichu". La vegetación de las laderas rocosas es una formación abierta, que se compone de tipos
muy diversos, especialmente hierbas y arbustos, además de algunas bromeliáceas.

Entre las principales plantas herbáceas resaltan las siguientes especies:

Género Calamagrostis, que incluye plantas de porte muy bajo casi al ras del suelo hasta de 60 centí-
metros, la mayoría de sus especies constituyen buenos pastos para el ganado.

Género Festuca, que tiene varias especies de diferentes portes, siendo la más común Festuca dolicho-
phylla, llamada "chillhua", crece en partes más o menos secas y alcanza una altura de 30 a 35 centímetros
teniendo la forma de manojos.

Género Poa, con algunas especies que permanecen siempre verdes formando césped.

Género Stipa, con la especie Stipa ichu, crece formando manojos densos cuya altura alcanza de 40-50
centímetros. Es frecuente encontrar la Cortadeira rudiuscula "jesje" en las orillas de lagos y ríos, que se
caracteriza por tener un eje florífero desarrollado. En la familia de las Compuestas se encuentran varias
especies: Eupatorium azangaroensis "marmaquilla", notoria por sus inflorescencias blancas, Perezia multi-
flora "escorzonera" que siempre crece en las proximidades de las viviendas. Bidens andicola, "cillcao",
se caracteriza porque el fruto está provisto de dos garfios, por lo que fácilmente se adhiere a la lana del
ganado lanar y a la ropa de personas. Entre otras especies vegetales sobresalientes se puede citar a:
Taraxacum ofícinalis, "diente de león", una planta cosmopolita de flores amarillas.
Tagetes multiflora, "chincho", planta que crece cerca de terrenos cultivados o abandonados.
Sonchus oleraceus, "esjena" una planta muy común que sirve como pasto.
Viguiera pflanzií, "pinao", con flores amarillas de tamaño considerable, se utiliza como forraje para el
ganado.
Cajophora cirsiifolia, "Ouca itana", de la familia Loasaceae y que resulta por sus flores rojas, se encuentran
debajo de los cercos o zonas rocosas.
Erodium cícutarum, "auja auja", de la familia Geraniaceae, se cracteriza porque los carpelos tienen una
prolongación en forma de aguja o alfiler.
Rumex peruanus, "potaja", de la familia Polygonaceae, que produce una especie de gelatina entre el tallo
y las hojas basales.
Plantago hirtella, "llantén", una Plantaginaceae, cuyas hojas son bien desarrolladas con las nervaduras
curvas.
Rorimitppa nasturtium-aquaticum, "berro", una crucífera que crece en las orillas de ríos y manantiales.
Bomarea ovata, "culebrapa huaytan", una planta Amarilidacea, de tipo enredadera, con flores llamativas
verde violáceas.
Lupinus pan/culata, "tarhui", es una planta leguminosa, que progresa bien en terrenos secos y también
en suelos rocosos. Es una buena especie nitrificante del suelo.
Astragalus geminiflorus, es otra leguminosa de raíz bien desarrollada, el ganado no la apetece como pasto.
Muehlenbeckia volcanica, "mullaca", una Polygonaceae que tiene la raíz bien desarrollada, crece en terre-
nos rocosos, fruto guinda oscuro comestible.
Ephedra americana, "pinco-pinco", es la única especie de Gymnosperma, es el "pino enano" de los Andes
de hojas pequeñas y escamosas, porte muy pequeño, el cuello bien desarrollado y con raíz varias veces
más largas que el tallo.

32
En el grupo de los arbustos erguidos se presentan las especies siguientes:
Margiricarpus strictus, "canglla", (Rosaceae), es un arbusto pequeño con tronco robusto, ramificado y
espinoso, considerado como buen combustible.
Satureja boliviana, "muña", (Labiatae), es uno de los arbustos más abundantes, se utiliza como preservante
de la papa en los depósitos.
Senecío iodopapus (Compositae), de hojas encrespadas y flores amarillas, mayormente progresa en partes
abrigadas, pedregosas.
Baccharis tricuneata, "taya" (Compositae) con tallo ramificado, hojas pequeñas y resinosas, alcanza hasta
un porte de 30-40 centímetros.
Cassia boliviana, "mutuy" (Leguminosae), alcanza hasta un porte de 1,50 metros de altura. Las hojas son
paripinnadas, las flores amarillas vistosas.

En esta zona existen pocas especies de árboles los que pertenecen a los géneros Polylepsis, Buddleia y
Escallonia.

• El género Polylepsis es un grupo muy importante de árboles y arbustos de la familia Rosaceae, distribui-
dos en la parte boreal y media de los Andes. Las diferentes especies se caracterizan por una ramificación
retorcida muy particular. Las partes cortas de las ramas son densamente envueltas en vainas casi membra-
nosas y alternan con otras partes de ramas considerablemente más largas y sin vainas. Otra característica
es la corteza externa fina como papel, que se desprende en láminas de coloración pardo rojizo.

En el Perú, según WEBERBAUER, prosperan en forma aislada desde los 2,600 m.s.n.m. y generalmente
entre los 3,000 y 4,500 m.s.n.m., pero recientemente se han registrado cerca a 5,000 m.s.n.m. en Huay-
tanayec, Huancavelica y Ancash.

El género Buddleia pertenece a la familia Loganiaceae. La especie Buddleia coriacea, localmente deno-
minada "kolle", es un árbol muy llamativo de tronco corto y nudoso. La copa es siempre verde, densa y
obscura. Las hojas son coriáceas y angostas, asemejandose algo a las del olivo. En su mayoría son ejemplares
cultivados. Pequeños relictos de bosques de "kolle" existen en Puno y Ayacucho.

La especie Escallonia myrtilloides, conocida como "chachas", es un árbol pequeño de 2-3 metros de alto,
que se desarrolla en las partes abrigadas y pedregosas.

Las zonas circundantes al lago son lugares mesotérmicos, debido a que éste se comporta como morigerante
del clima, al irradiar el calor acumulado del día durante la noche. Este fenómeno se asocia también con
la presencia de los cerros y colinas, en su mayoría rocas consolidadas y descompuestas, que retienen el
calor, influyendo también el viento.

Las principales asociaciones vegetales que se han podido observar en las zonas circundantes al lago son las
siguientes:

Asociación de Festuca y Calamagrostis.


Esta asociación, como también la consolación de Festuca dolichophylla (Chillhua), son formaciones casi
puras de gramíneas, que ocupan de preferencia las laderas de las colinas de suelos algo pedregosos. Cre-
cen en forma de manojos.

Asociación de Muña y Pucu-Pucu.


Asociación de Satureja boliviana y Ca/ceo/aria sp., que habitan las laderas y cerros con predominio de la
"muña" Saruteja boliviana. Estas formaciones están acompañadas de otras plantas especialmente herbá-
ceas.

33
Asociación de Marmaquilla y Pinao.
Asociación de Viguiera pflanzii — Eupatorium azangaroense. Esta asociación se encuentra en las partes
bajas de las laderas, siendo la especie dominante la primera, conocida como "marmaquilla". Ambas espe-
cies son compuestas y reverdecen en época de lluvias.

Asociación de Taya y Canglla.


Asociación de Baccharis tricuneata — Margyrícarpus strictus que se presenta en lugares donde se han degra-
dado los pastos, progresan muy bien en terrenos rocosos. La primera especie, la "taya", es un arbusto pe-
queño de tallo ramificado y hojas pequeñas resinosas, que alcanza un porte de 40-60 centímetros. La se-
gunda la "canglIa", es un pequeño arbusto con tronco robusto, tallo muy ramificado y espinas, considerado
como buen combustible. La especie dominante de la asociación es la "canglla". Esta comunidad está acom-
pañada de gramíneas y compuestas herbáceas.

Asociación de Tarhui y Garbancillo.


Asociación de Lupinus paniculata — Astragalus geminif/orus. Se encuentran en las partes más altas de los
cerros y colinas y a veces en los terrenos de cultivo abandonados. El "tarhui" es una planta leguminosa,
que progresa bien en terrenos secos y también en suelos rocosos. Es una buena especie como nitrificante
del suelo. El "garbancillo" es otra leguminosa, con raíz bien desarrollada, que el ganado no apetece como
pasta por su toxicidad. Las dos especies son apropiadas para la recuperación de suelos y la protección de
cuencas en combinación con la silvicultura.

Lista de las especies principales de la Vegetación Natural de la Puna del Sur.


Nombre Científico Nombre Común
Plantas Herbáceas
FAMILIA GRAMINEA.

Calamagrostis ligu lata (H.B.K.) Hitche — Todas las especies de los


Calamagrostis chrysantha (Presl) Stend géneros Calamagrostis,
Calamagrostis ovata (Presl) Stend Stipa y Festuca se cono-
Calamagrostis jamensonii Stend cen con el nombre común
Calamagrostis curvula (Wedd) Pilg. de ichu o paja, salvo indi-
Calamagrostis nitidula Pilger cación expresa.
Calamagrostis antoniana (Griseb) Stend
Calamagrostis intermedia (Pres') Stend
Calamagrostis rigescens (ares') Scribn
Calamagrostis minima Pilger
Calamagrostis heterophylla (Wedd.) Pilg.
Calamagrostis vícunarum Medd.) Pilg.
Calamagrostis amoena (Pilger) Pilger
Calamagrostis macrophylla Pilger
Stipa ichu (R. et P.) Kunth
Festuca ortophylla (Pilger) Pilger
Festuca rigescens (Pres!) Kunth
Festuca humilior Nees Meyen

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Festuca lasiorrhachis Pilger
Festuca weberbaueri Pilger
Festuca distíchoyaginata Pilger
Festuca dolichochylla Presl. "Chillihua"
Poa laetoyírens Fries "Pasto"
Poa gymnantha Pilger "Jehúa"
Poa scaberula Hook f. "Jehúa"
Poa pearsonii Reader "Ichu"
Poa horridula Pilger "Ichu"
Poa candamoana Pilger "Ichu"

FAM I LIA COMPOSITAE.

Eupatorium azangaroense Sch. Bip. "Marmaquilla"


Perezia sublyrata Domke
Perezia multiflora (H. y B.) Less "Escorzonera"
Perezia weberbauerí Hieron
Bidens andícola HBK "Sillcao"
Taraxacum oficinale Weeb. "Diente de león"
Sonchus oleraceus L. "Esjana"
Tagetes multiflora H.B.K. "Chincho"
Víguíera pflanzii Perkins "Pinao"
Gamocha eta spicata ( Lam.) Cabr. "Lengua de Perro"

FAM I LIA URTICACEAE.

Urtica andicola "Hula huanñucho"


Unica urens L. "Yana itana"
Urtica magellanica Poir "Lambra itana"

FAMILIA LOASACEAE.

Cajofora círcifolia Presl. "Puca itana"

FAMILIA CARYOPHYLLACEAE.

Pycnophyllum molle Remy "Tacsana"

FAM I LIA MALVACEAE.

Nototriche sp. "Altea"


Urocarpidlum peruyianum (L.) Krapov "Grupo"

FAM I LIA GERANICEAE.

Erodíum cícutarum (L.) L'Her "Grupo"

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FAMILIA POLIGONACEAE.

Rumex sp.
Rumex peruanus Rech. "Pujata"

FAMILIA VALERANACEAE.

Stangea wañdae Web.

FAMILIA LEGUMINOSAE.

Trifolium sp. "Trebol"

FAMILIA CRUCIFERAE.

Capsella bursa — pastoris (L.) Medic. "Joepa — Senjan"


Lepidium chichicara Desv. "Chichicara"
Brassica campestris L. "Mostaza" (asilvestrada)

Rorippa masturtium aquaticum (L/) Hayek "Berro"

FAMILIA UMBELIFERAE.

Hydrocotyle bonariensis "Matacello"

FAMILIA RANUNCULACEAE.

Ranunculus trichophylla Chaix "Boton de oro"

FAMILIA P LANTAG I NACEAE.

Plantago hírtella H.B.K. "Llanten" "Iscayapi"

FAMILIA OENOTERACEAE (Onagraceae).

Oenothera rosea Ait. "Yahuarsojo"

FAMILIA AMARILIDACEAE.

Bomarea ovata Mirb. "Culebrapa Huaytan"

FAMILIA VERBENACEAE.

Verbena lítoralis H.B.K. "Verbena"

FAMILIA SCROPHULARIACEAE.

Calceolaría sp. (Varias sp.)

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Plantas Sufruticosas o Arbustos Postrados.

FAMILIA LEGUMINOSAE.

Lupinus sp. "Tarhui"


Astragalus geminiflorus Cav.

FAMI LIA POLYGONACEAE.

Muhlenbeckía volcanica (Benth) En di. "Mullaca"

FAMILIA EPHEDRACEAE.

Ephedra americana H. y B. "Pinco — pinco"

ARBUSTOS ERGUIDOS

FAMILIA ROSACEAE.

Margyricarpus strictus Macbr. "Canglla"

FAMILIA LABITAE.

Satureja boliviana Benth. "Muña"

FAM I LIA COMPOSITAE.

Senecio iodopapus Sch. Bip "Maicha"


Baccharis tricuneata ( L.F.) Pers. "Taya"
Chuquiraga jussieui Gmelin "Huamanointa"
Baccharis salicifolia (R. et P.) Pers. "Chilca blanca"
Ambrosia arborescens Mil. "Marco"

FAMILIA LEGUMINOSAE.

Cassia sp. "Mutuy"

FAMILIA SOLANACEAE.

Solanum nigrum L. "Nuchco"


Solanum nitidum R. et P. "Ñuñunga"

FAMILIA POLEMONIACEAE.

Cantua buxifolia Juss. "Cantuta"'

FAMILIA RHAMNACEAE.

Colletia spinosissima Gmel. "Ojechca"

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Arboles Nativos

FAMILIA ROSACEAE.

Polylepsis incana H.B.K. "Ccenua"


Polylepsis coriacea H.B.K. "Jenua"

FAMILIA LOGAN I ACEAE.

Buddleía incana L. "Colli"


Buddleia coriacea Remy "Colli"

FAMI LIA SAX I FRAGACEAE.

Escallonia sp. "Chachacomo"

4.1.1 Puna del Sur

Vegetación del Area de Pampa Galeras.


Como ejemplo de la variante seca de la Puna del Sur se puede considerar la vegetación del área de Pampa
Galeras.

Pampa Galeras está localizada en la provincia de Lucanas del departamento de Ayacucho. Las instalacio-
nes de administración y control se encuentran en las coordenadas 14° 42' latitud sur y 74° 25' longitud
oeste. La altitud varía desde 3,800 hasta 4,250 m.s.n.m.

Fisionómicamente presenta una vegetación dominante arbustiva, en el límite inferior formada esencial-
mente de "chilca" (Baccharis sp.), "checche" (Berberís, sp.) y "pucu — pucu" (Calceolaria !obsta). En
esta zona aún se nota la presencia o permanencia de la vicuña en forma normal.

Tolar.

Luego aparece el "tolar", formando una comunidad junto con algunas especies tales como: "tola" (Paras-
trphia lepidophylla), "huaraju" (Opuntia floccosa), "pinco — pinco" (Ephedra americana), y algunas
especies de gramíneas como Stipa ichu y Festuca, pero muy esporádicas o dispersas.

En forma remanente se puede observar la presencia de gramíneas y otras herbáceas, siendo el suelo apa-
rente para que puedan progresar plantas que constituyen los pastos palatables tanto a la vicuña como al
ganado general. Sin embargo, las comunidades de "tola" han invadido grandes extensiones de terreno,
lo cual es una consecuencia del sobrepastoreo del ganado, especialmente caprino, que es sumamente per-
judicial porque la cabra consume los pastos casi hasta extirparlos y como consecuencia progresan plantas
leñosas con hojas resinosas corno la "tola" que es una especie perenne con raíces sumamente desarrolla-
das, y la Opuntia, que crece formando aglomeraciones. Estas sustituciones van progresando como se verá
más adelante.

A partir de los 3,950 m.s.n.m. en el terreno se modifica en su fisiografía presentándose extensas planicies
denominadas pampas, las que están combinadas o intercaladas con colinas y cerros.

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En los terrenos planos y ondulados la vegetación mayormente está constituida por gram meas formando
pajonales. Estas gramíneas están asociadas con otras plantas en una proporción muy pequeña. Algunas
especies se presentan casi puras, como Festuca dolichophylla y Stipa ichu. Estas mismas especies forman
asociaciones combinadas entre ellas y con otras especies de gram íneas como Stipa brachiphylla, Stipa
depauperata, Poa gymnatha, Calamagrostis vicunarum. Entre los manojos de especies anteriores se encuen-
tran Malvastrum acaule, Astragalus micranthella, Geranium sessiliflorum y Nototriche pinnata.

En los terrenos rocosos y escarpados progresan plantas arbustivas: "parjaiso" (Loricaria graveolens), "papa-
taya" (Baccharis tricuneata), "jani — sirvij" (Chuquiraga rotundifolia), "huiscataya" (Senecto graveolens) y
"ccai ra" (Puya humata).

En las colinas degradadas como sustitución de las especies forrajeras aparecen "canlla" (Margyricarpus
strictus), "tola " (Parastrephia lepidophylla), "h ua rajo" (Opuntia floccosa), "tacsana" (Pycnophyllum
molle y Azore/la diapensioides).

Las turberas en su mayoría están formadas por "champa" (Distichia musco/des) agrupándose en masas
compactas y la "champa estrella" (Plantago rígida) forma almohadillados convexos, junto a estas dos
principales especies se encuentran: Gentiana postrata, Carex sp., Eleocharis albibracteata y en zonas toda-
vía inundadas se encuentran: Ranunculus trychophyllus, Ranunculus flagelliformis.

Plantas que aparecen en las zonas habitadas.


En los alrededores de las estancias y corrales, donde los pastores se instalan en casas rústicas, aparecen
plantas típicas "ruderales" desplazando a muchas especies de la vegetación natural: "garbanzillo" (Astra-
galos garbancillo), "escorzonera" (Perezeia multiflora), "hitana" (Urtica flabellata), "puca — itana" (Cajo-
phora cirsiifolia).

En algunos bosquetes la vegetación arbórea está formada por la "queñua" (Polylepsis subquinquefolia)
y "quisuar" (Buddleia coriacea). Antiguamente existían bosques de grandes extensiones de estas dos espe-
cies que tiene madera bien apreciada. Después de la tala de los troncos rectos se utilizan los árboles res-
tantes como leña.

4.1.2 Puna del Centro

Como ejemplo típico de las formaciones vegetales de la Puna del Centro se puede considerar la flora de
la zona de Junín. En las zonas inundables de poca pendiente las plantas se presentan en unas formaciones
típicas altoandinas, la mayor parte tiene el porte bajo, algunas de ellas con el tallo sumamente reducido
(plantas arrosetadas), otras se presentan formando una especie de protuberancias, a veces tan desarrolladas
que toman casi la forma semiesférica, con los tallos y hojas muy compactas.

Estas formaciones se presentan como resultado de las bajas temperaturas de las noches y relativamente
altas temperaturas del día, existiendo así un amplio rango diario. Además intervienen otros factores como
la altura, presión atmosférica, etc.

Estas zonas en los meses de lluvia se cubren de agua y la mayor parte de las especies vegetales que son
mesofitas, se adaptan a un hidrofilismo temporal. Algunas especies, como Plantago rigida, forman montí-
culos convexos amplios y consistentes.

Las especies más frecuentes son: Calamagrostis vicunarum, de un porte muy bajo; Festuca dolichophylla,
de porte alto, se presenta formando manojos; Dissanthelium mínimum, una especie pequeña; Stipa ichu,
se presenta en manojos; Stipa brachyphylla de porte regular; Bromus lanatus de preferencia se encuentra
en partes húmedas; Poa annua, constituye el césped además existen otras como Muhlenbergia fastigiata,
Geranium sessiliflorum, Erodium cicutarum, Cajophora cirsiffolia, Urtica flabellata, Urtica urens, Perezia
multiflora, Gentianaprostrata, Azore/la diapensioides, Alopecurus practea tus, Aciachne pulvinata, Festuca

39
rigescens, Hordeum muticum, Calandrinia alba, Arenaría tetragyna, Alchemilla pinnata, Castilleja fissifolia,
Bidens andicola, Hypochoeris taraxacoídes.

Las plantas que crecen en las partes altas, colina, cerros, tierras altas, casi no tienen mucha relación e
influencia con el lago. Entre estas plantas resaltan las siguientes especies: Chuquiraga spinosa, un pequeño
arbusto con hojas punzantes, flores amarillo-rojizas; Margyricarpus strictus, arbusto de porte bajo espinoso;
Ephedra americana, que se podría llamar la conífera enana de los andes, tiene las raíces bien desarrolladas;
Baccharis alpina, otro arbusto pequeño de hojas muy pequeñas; Lupinus spp. de porte bajo,-la inflores-
cencia se encuentra cerca al suelo, cubierta por las ramas y hojas, además se encuentran: Senecio adeno-
phylloides, Senecio culcitioides, Perezia multiflora, Astragalus garbancillo, Tephrocac tus floccosus y
Muehlenbeckía volcanica.

La mayor parte de los terrenos cultivados se encuentran en las partes altas y siempre en las faldas de los
cerros o colinas, sólo se puede exceptuar una parte de los terrenos, mas o menos planos, en Carhuamayo
donde siembran la "maca" Lepidium meyenii; casi la totalidad de los cultivos tienen los surcos en la direc-
ción de la pendiente, facilitando así a la erosión hídrica. Las plantas cultivadas son: Solanum tuberosum —
subesp. and igen u m, Ullucus tuberosus, Vida faba, Lepidium meyenii, todas cultivadas en surcos; la Avena
sativa, que se siembra al voleo, y la Brassica oleracea, que llaman col de árbol; Allium cepa, cultivan dentro
de cercos junto a las casas, creándoles así un microclima favorable para su desarrollo. También se encuen-
tran árboles cultivados, Buddleía coriaceae y Polylepsis incana que están ubicados dentro de cercos de
piedras.

Las plantas invasoras o malezas de cultivos crecen en los diferentes terrenos cultivados. Las especies más
saltantes son: Brassica campes tris, Sonchus oleraceus, Capsella bursa pastoris, Lepidium chichicara, Bro-
mus catharticus y Bidens andicola.

4.1.3 Puna del Norte

Como ejemplo típico de estas formaciones vegetales de la puna, antes de su transición a la Jalca, se puede
considerar la flora del Parque Nacional Huascarán. Entre los 3,900 y los 4,000 m.s.n.m., los bosquetes
están formados por "queñales" de Polylepsis racemosa y Polylepsis incana, que incluye ejemplares de tallos
retorcidos hasta tallos con fustes bien desarrollados además de "quisuar" (Buddleia sp.) y "chanchacomo"
(Escallonía sp.), un árbol de madera rojiza. Se registran arbustos, acompañando a los árboles en mención,
como el "chillo" (Baccharius sp., y Gynoxys sp.) que pertenecen a la familia de las compuestas. Como
plantas anfibias que se encuentran en las orillas de las lagunas se puede observar a la "totora" (Scirpus
californicus). A partir de los 4,000 m.s.n.m. de altitud sobresalen las siguientes especies Puya raimondii
conocida como "cuncush", denominada por el naturalista ANTONIO RAI MON DI "planta gigante de la pu-
na". Se caracteriza por tener una inflorescencia bien desarrollada, a manera de un gran tallo, con miles de
flores y millones de semillas. Entre las especies más comunes de las gramíneas se encuentran los géneros
Stipa, Calamagrostis y Festuca.

Para contrarrestar la temperatura baja de las noches, las plantas se han adaptado al medio tanto por su
crecimiento en rosetas como por la ausencia de tallos, como lo manifiestan Nototriche, Lábum bullatum,
Perezía coerulescens y Wernería nubígena.

Las plantas almohadilladas agrupan a los siguientes géneros: Azore/la, Aciachne, Opuntia y Plantago,
entre otras. En los "oconales" — partes muy húmedas y orillas de lagunas — existe la "turbera" (Distichia
muscoídes).

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5.0 Alteraciones en la Sucesión de la Vegetación

La comunidad de plantas de un lugar sufre ciertas alteraciones que se atribuyen a las condiciones naturales
del habitat. La mayoría de las veces estas condiciones ambientales son originadas por la misma vegetación.

A través de largos períodos, la vegetación presenta una serie de etapas sucesivas de diferentes tipos de
comunidades de plantas dentro de una misma área, es decir, que una comunidad de plantas reemplaza a
otra más antigua y de este modo la vegetación se sucede hasta llegar a una etapa final que se llama clímax.

Los orígenes y causas actuales son muchas, siendo las más importantes los cambios climáticos, edáficos,
alteraciones topográficas y los factores biológicos.

En el proceso de la sucesión se presenta la ecesis, que consiste en la adaptación de una planta a su nuevo
habitat.

En una sucesión natural surge la competencia que es una lucha por la existencia entre los individuos que han
pasado por los procesos de la migración, ecesis y agregación.

Nuestra puna se caracteriza por un clima seco y la competencia por el agua es muy marcada, por eso se re-
duce el crecimiento de todas las especies, también interviene la temperatura baja. Pero los animales consti-
tuyen un factor importante y decisivo en la competencia de las comunidades vegetales.

El pastoreo mal conducido llega a producir graves perturbaciones en el desarrollo de los pastos y la vege-
tación en general, a veces hasta ocasionar la destrucción total.

Los daños producidos por el sobrepastoreo repercuten en las siguientes formas:


Eliminación de grandes masas de vegetación
Destrucción de la vegetación por el trajin de los animales.
3. Destrucción selectiva de especies útiles palatables a cambio de un aumento de plantas indeseables o
malas hierbas.

Después del deterioro de los pastos se presenta indefectiblemente la invasión, que es el traslado de una o
más especies de un habitat a otro y el establecimiento definitivo en este último.

En las formaciones de vegetación de las punas del sur, centro y norte del país la sucesión se presenta típi-
camente, por el sobrepastoreo y la utilización inadecuada de los terrenos para pastizales en la agricultura
incipiente.

La fisionomía y la composición florística actual en la cuenca del Lago Titicaca, ha sufrido evoluciones
y transformaciones habiéndose realizado una serie de sucesiones, debido a la introducción del ganado
en general. En la estepa de gramíneas, como consecuencia del sobrepastoreo, están desapareciendo la
mayoría de las especies palatables al ganado y por este efecto se han presentado otras que no son apeteci-
das. Esto sucede especialmente con las gramíneas; posteriormente surge una vegetación más vigorosa con-
sistente en plantas arbustivas.

Por ejemplo, en las comunidades formadas por los géneros Poa + Stipa + Festuca, primeramente desapa-
recen algunas especies de Poa, luego desparecen todas las especies del género; quedan como dominantes
Stipa + Festuca y si continúa la acción del sobrepastoreo desaparecen las especies menos resistentes de los
géneros, evolucionando y superviviendo en su mayoría las especies: Stipa ichu y Festuca dolichophylla.
Finalmente queda como especie, de última dominancia entre gramíneas, Festuca dolichophylla, gramí-
nea de hojas duras y punzantes que forma manojos vigorosos y con un porte de hasta 70 centímetros
y no apetecida por el ganado en general, ni tampoco por los mamíferos de la fauna silvestre.

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Fig. 8: La explotación indiscriminada durante siglos ha transformado los bosques de queuña (Polylepsis spec.) en áreas real-
mente cubiertas de arbustos.

En las zonas erosionadas de excesivo pastoreo donde todavía domina la Festuca aparecen otras plantas
llegando así a la vegetación
para formar la comunidad de Festuca dolichophylla + Margyricarpus strictus,
clímax, en una sucesión provocada por el pastoreo y la intervención del hombre que realiza incendios
cada año.

Como una etapa final de la sucesión, queda solamente en algunas zonas como especie dominante Margy-
ricarpus strictus. En los terrenos abandonados de cultivo y en los lugares donde se establecen los pasto-
res con sus chozas o casas rústicas y corrales desaparece la vegetación, de sucesión natural y surgen otras
Perezia multiflora, "canlla — quichca"
plantas como: "garbancillo" Astragalus garbancillo, "escorzonera"
Senecio spinosus, todas estas especies son plantas que no sirven para pasto y algunas son más bien dañinas.

Las sucesiones, de la vegetación de Pampa Gaieras, son muy similares, variando con la aparición de un
que es un arbusto de 60 centímetros de alto
nuevo elemento que es la "tola" (Parastrephia lepidophylla)
que vive en ambientes secos; sin embargo, permanece verde a través de todo el año, debido a que las ramas
y hojas están cubiertas de una película de sustancia resinosa. Es una planta vigorosa perenne que se pre-
senta en grandes extensiones formando masas casi puras.

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Fig. 9: Después del exterminio de los árboles, las delgadas capas de turba y las bostas del ganado son los únicos combustibles
de la región.

6.0 Actividades Humanas Principales

Las provincias andinas son en términos generales, pobres en cuanto a recursos naturales renovables se re-
fiere. Los pastos naturales en la mayoría de zonas están degradados por los malos manejos, situación agrava-
da por la sequía de los últimos años. La población serrana se caracteriza, en las zonas altas o punas, por el
predominio de un sector agrícola con bajos niveles de productividad. Ocurre un marcado subempleo por
la insuficiencia de centros de trabajo; tiene una elevada tasa de crecimiento vegetativo; sub—nutrición
en gran parte de la población; condiciones deficientes en higiene y salubridad, alto grado de analfabetismo,
débil integración al quehacer económico nacional, agricultura no mecanizada y una industrialización inci-
piente entre otras.

Los problemas que afrontan las poblaciones rurales de la zona andina, son muchos. La vida rural en el
Perú se desenvuelve con particulares caracteres en sus tres regiones geográficas.

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Fig. 10: Línea divisoria entre habitat y actividades humanas. En los profundos valles andinos prosperan agricultura y gana-
dería de los bovinos. Las inmensas altiplanicies de la puna forman el habitat de los camélidos sudamericanos silves-
tres y domésticos.

La Sierra presenta la mayor población rural y desde el punto de vista étnico-cultural, la más distante de
los cambios que significa la penetración de la cultura moderna.

Desde temprano, después de la conquista española, el europeo se avecinó en la Sierra, para cuidar de la
explotación de las minas o del cultivo de sus extensos predios. Corregidores y otros burócratas, en el afán
de enriquecerse, desafiaron la hostilidad de la naturaleza, entre ellos el clima y la altitud.

Siguiendo el rastro de los idiomas nativos, se encuentra en la Sierra central, en los departamentos de Junín,
Pasco y Huánuco, un acentuado bilingüismo quechua-español mezclado con un dialecto como el "huanca"
y un creciente mestizaje étnico. En la sierra norte el fenómeno es distinto: desaparecen las lenguas indí-
genas, pero se mantienen muchos de sus usos, costumbres y creencias, la mayor parte son mestizos.

Las actividades humanas tradicionales que se realizan en la puna se describen más adelante.

6,1 Agricultura

Cuando se habla de la agricultura peruana, se refiere primeramente a las grandes plantaciones de la costa
con sus productos de exportación: algodón, caña de azúcar y después en los cultivos de cereales, de pro-
ductos subtropicales y tropicales como el café, tabaco y arroz; mercancías todas ellas que tienen valores
fácilmente asignables.

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Pero la agricultura serrana altoandina sigue estancada y en la actualidad continúa siendo simplemente un
complemento importante, sobre todo como factor de estabilidad.

Refiriéndonos a los antecedentes, es indudable que hubo una época en que ningún pueblo americano
conociera el cultivo de las plantas y en que la agricultura no jugaba ningún papel importante en su eco-
nomía doméstica.

La domesticación de las plantas en América comenzó hace varios miles de años. La agricultura en el imperio
de los Incas se encontraba en gran estado de desarrollo. Esto llamó la atención a los conquistadores espa-
ñoles, porque las condiciones naturales de la zona eran, a primera vista, muy poco propicias.

En la zona de cordillera, el paisaje y la fisiografía es bastante accidentado con escasos suelos planos. Por
esta razón vemos que la zona que involucraba el imperio incaico, parece ser la región menos adecuada
para formar el asiento de un pueblo esencialmente agrícola, como lo eran los antiguos peruanos.

Los implementos agrícolas incaicos, eran instrumentos de labranza muy rudimentarios como: la "chaqui-
tacIla", consistente en una varilla de madera de "colli", "quinual", "Iloque" y "huaranbuay" con una
punta de metal y un tirapié para impulsar con el pie izquierdo y la ayuda de las dos manos. Este instrumen-
to es de uso generalizado en la sierra del sur. En la del centro se utiliza el "suqui", diferenciándose del
anterior por el mango curvo o angular. Utilizaban también el "allacho" una especie de azada.

Fig. 11: En los valles profundos, por debajo del habitat de la vicuña, con clima templado, prospera la agricultura sobre an-
denes desde hace milenios.

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La agricultura en la sierra, presenta su mayor extensión y desarrollo en las altitudes de 2,000 — 3,600
m.s.n.m., donde se han adaptado la mayor parte de plantas cultivadas, introducidas. En las zonas que co-
inciden con el habitat de la vicuña, a partir de los 3,800 m.s.n.m los terrenos son muy inclinados y hasta
escarpados, el suelo está erosionado; son frecuentes las sequías, el clima es muy frío, la fluctuación de
la temperatura tiene gran amplitud — de día alcanza hasta 240 C y en las noches baja hasta 160 bajo cero,
en los meses de Junio — Agosto — y se producen las famosas heladas.

En consecuencia se realiza una agricultura primitiva en suelos pobres, carentes de suficiente agua, apro-
vechando sólo las lluvias estacionales, son cultivos de secano, lo que determina una magra producción.
Ecológicamente ocupa el nicho máximo superior, por lo que no se ha podido introducir otros cultivos
y solamente se utilizan plantas autóctonas o típicas que se han adaptado o aclimatado.

Los implementos agrícolas de uso actual, casi no difieren con los usados en la época incaica, a los que
se suman el arado, el pico y azada.

Muchos terrenos, inadecuados para la agricultura, han sido abandonados; en otros casos se utiliza uná, fal-
sa rotación de cultivos, más bien constituyen períodos de descanso, después del cultivo durante uno o
dos años, las chacras descansan a veces hasta cuatro años.

La agricultura en estas zonas se circunscribe a pocás áreas en las que algunos factores ecológicos han varia-
do por la presencia de lagos, por ejemplo en los alrededores de los lagos de Junín, Arapa y Titicaca — 3,800
— 4,100 m.s.n.m. — donde se cultivan muy pocas especies que han logrado su adaptación. Entre los prin-
cipales cultivos se tienen: la papa, especialmente la variedad "shiri" (Solanum andigenum) que resiste la
altura y baja temperatura, aunque solamente sirve para preparar el "chuño". Se cultiva también la "ca-
ñihua" (Chenopodium pallidicaule), la "oca" (Oxalis sp.), el "olluco" (Ullucus tuberosus), la "masua"
(Tropaeolum tuberosum), la "quinua" (Chenopodium quinoa). Otro cultivo, que se localiza solamente
en la zona del Lago de Junín, es la "maca" (Lepidium meyenni), de raíz comestible.

Papa, la papa es autóctona de los Andes Sudamericanos. Constituye allí junto con otra especies, la base
de la alimentación humana, no solo en las partes altas sino también en toda la región en general. La espe-
cie de mayor importancia económica es Solanum andigenum Juz. En Perú se estima que el 80% del área
cultivada se presenta como cultivares nativos de bajo rendimiento, algunos por debajo de las 2TM/Ha.,
tardíos, susceptibles a enfermedades y a condiciones climáticas adversas. En el 20% del área cultivada
restante variedades mejoradas producen hasta 30TM/Fla.

Oca (Oxalls tuberosa), es una planta baja de 30 a 40 centímetros de alto, de tallos erectos, suaves y car-
nosos. Las hojas tierién tres foliolos, verdes en la parte superior y morados en la inferior. Flores amarillen-
tas. Las semillas se pueden usar en la multiplicación, pero esta práctica es común sólo en la investigación.
El género Oxalis tiene más de 80 especies en los Andes. La oca es uno de los cultivos más típicos de las
zonas altoandinas, y ocupa el segundo lugar después de la papa. La parte comestible de la planta son los
tubérculos de forma casi esférica hasta cilíndrica, por su sabor agradable y su rendimiento es uno de los
elementos más apreciados en la alimentación andina. La producción en las zonas más altas llega a 2TM/1-1a.,
y en las partes bajas con clones mejorados se han obtenido hasta 36TM/Fla.

011uco (Ullucus tuberosus), es un cultivo típicamente andino, el género tiene una sola especie. La planta
es compacta y baja, de 20 — 30 centímetros. Los tallos son aristados, carnosos, verdes o manchas moradas.
Las hojas acorazonadas y carnosas y las flores amarillas. Los tubérculos constituyen la parte comestible
y son de forma esférica hasta cilíndrica. La producción llega en las zonas altas hasta 2 TM y en las partes
bajas hasta 4TM/Ha.

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Masua (Tropaeolum tuberosum), la masua junto con las especies anteriores constituye otro tubérculo
importante como cultivo andino. La planta tiene el tallo casi rastrero, cilíndrico, carnoso. Las hojas son
peltadas casi circulares de color verde intenso. Las flores son de color amarillo-anaranjado. Los tubérculos
varían de cónicos a cilíndrico, de sabor dulcete, muy suculento. La producción en zonas altas es de
y en las partes bajas de la puna llega hasta 5TM/Ha.

Quinua (Chenopodium quinoa) y Cañihua (Chenopodium pallidícaule), son los dos granos indígenas
más importantes en los Andes del Perú y Bolivia. Son granos estratégicos por la cantidad y la calidad de
sus aminoácidos, que han sido y siguen siendo las principales fuentes de proteínas de las culturas autócto-
nas, son comparables a la proteína animal y superan así a otros granos como el arroz, el maíz, el trigo
y la cebada.

6.2 Ganadería

Después de la incipiente agricultura, la única posibilidad para un aprovechamiento de la tierra en gran esca-
la, es la ganadería extensiva, aprovechando los pastos naturales.

Entre los animales domésticos prosperan solamente las especies adaptadas al medio ambiente, llamas y al-
pacas y el ganado ovino. Su producto principal es la lana. La producción de carne tiene menos importan-
cia. En nuestros días, el valor de la llama como bestia de carga ha disminuido considerablemente. Las lla-
mas y alpacas presentan una variada escala de colores de los vellones, hecho común en todas las especies
domesticadas, pero solamente la alpaca presenta razas con diferencias marcadas. Se debe anotar, que no
se hizo ningún intento de criar razas lecheras de los camélidos, hecho singular en la historia de la domes-
ticación de los animales.

Los camélidos domésticos prefieren los sectores más húmedos de los pastos, conocidos como "bofedales".
Entrando en el agua hasta el vientre, comen frecuentemente las algas de los pozos estancados, que separan
las diferentes almohadas de estos bofedales. Los ovinos se encuentran principalmente en las colinas y
mesetas secas, desde donde tienen que caminar distancias considerables para tomar agua. Este tipo de
ganado lanar, una especie introducida, está adaptada a su nuevo ambiente, pero presenta baja estatura,
crecimiento lento y muy reducida producción de lana.

Existen varias modalidades en la propiedad del ganado, por ejemplo propietarios de 200 — 300 cabezas
de ganado ovino y algunos ejemplares de llamas y alpacas, a éstos se les llama ganaderos, que viven con
toda su familia en las estancias rediles con casitas precarias, y en las otras formas los que están al cuidado
del ganado que son simplemente pastores que viven en las zonas de pastoreo en lugares con corrales y
una choza, una vez que terminan de consumir todo el pasto se trasladan a otros sitios.

Casi todos pastos naturales pertenecen a terrenos comunes que carecen de alguna regulación y manejo,
en otros casos cada poblador de la zona tiene una parcela muy pequeña, a veces menos de una hectárea.

La consecuencia es un marcado sobrepastoreo con todas sus consecuencias negativas.

47
Fig. 12: En los sectores altos de la puna, el ganado introducido llega a su mínimo vital, con ínfimo rendimiento económico.

48
6.3 Pesca

En la región de la sierra y la puna, existen gran cantidad de aguas continentales en forma de ríos, lagos
y lagunas, sin embargo las características limnológicas no son aparentes para el buen desarrollo de una
gran variedad y cantidad de especies.

Para la productividad de los recursos hidrobiológicos, hay que tener en cuenta la variación limnológica
es decir las propiedades físicas del agua: densidad, viscosidad, tension superficial, calor, transparencia,
movimiento de masa y temperatura y las propiedades químicas del agua: oxígeno disuelto, anhídrido car-
bónico, nitrógeno, fósforo, magnesio, fierro, cloro y calcio. Se debe tener en consideración prioritaria
la alcalinidad o acidez del agua.

Los peces que habitan los ríos y lagunas de fauna de la región de la sierra, son muy pocos. Por ley bioló-
gica los organismos planctónicos vivos que flotan en el agua, elementos indispensables para la formación
de la cadena biológica, progresan mejor a mayor temperatura del agua.

En las aguas frías de las serranía hay poco plancton y a consecuencia de esto existen pocas especies típi-
cas de peces, estando circunscritas solamente a dos géneros, Orestias de talla muy pequeña, máximo hasta
15 centímetros y Pygicflum cuyas especies reciben el nombre común de suche y bagre, de tamaño mayor
llegando a 40 centímetros de longitud. Las especies del género Orestias conocidas como "challhua" habi-
Tr)
tan en aguas cercanas a los 5,000 m.s.n.m. En la sierra central (Junín y Cerro de Pasco) se realiza pesca
doméstica y artesanal en muy pequeña escala, vendiéndose en forma de pescado seco al sol y hielo, en
los mercados locales. En la sierra sur se encuentra la mayor cantidad de especies de Ores-tías, tomando
los nombres comunes para el comercio de "boga", "ispi", "karache" y "mauri". La pesca además de do-
méstica llega a comercial alcanzando la cifra de 250 toneladas métricas al año.

Para aprovechar mejor los recursos hídricos continentales, que con sus especies típicas tienen una produc-
tividad pobre, se ha utilizado la "trucha" que es una especie exótica introducida.

Con el nombre genérico de "trucha" se conocen varias especies. En el país tenemos las siguientes: "trucha
de lago" Salve//nos namaycush, "trucha de río" Salve//nos fontínalis, "trucha morena" Salmo trutta y
"trucha arco iris" Salmo gairdneríí, ésta última es a veces llamada por los piscicultores Salmo íridens o
Salmo írídeus.

La trucha "arco iris" es la que ha tenido mejor adaptación y es más abundante, en casi todas las formacio-
nes de agua dulce. Se la conoce en la sierra, central y sur, simplemente como "trucha" y en la sierra del
norte como "lucha". Esta especie como todos los peces, es muy rica en proteínas, de las que generalmente
se carece en la sierra. Su presencia en los ríos y lagunas los transforma en fuentes de producción valiosí-
sima para la región.

En el país, la trucha se ha adaptado en forma admirable, superando tanto en tamaño como en peso a
las de la región de origen.

Como ejemplo de la adaptación se puede mencionar la pesca en el Lago Titicaca, de un ejemplar de 1,20
metros de tamaño, con un peso de 12 kilos y, en la laguna de Marcapomacocha un ejemplar macho de
65 centímetros de longitud con un peso de 4,5 kilos.

La pesca de truchas se realiza a escala artesanal y comercial, hace 10 años existían 3 fábricas envasadoras
de trucha en Chucuito, Puno y en la actualidad la extracción se ha reducido solamente a 20 toneladas
anuales, debido a la sobrepesca, falta de repoblamiento y de control de pesca.

49
En los últimos 15 años se ha implantado el "pejerrey" Basilichthys bonaerensis en las aguas del Lago
Titicaca y los ríos afluentes, habiéndose adaptado perfectamente en estas aguas. La pesca de esta especie
ha llegado a una escala comercial de 40 toneladas métricas al año, con ejemplares hasta de 50 centímetros
de longitud; la carne es de buena calidad y es apreciada.

PESCA EN PUNO PARA CONSUMO FRESCO POR ESPECIE EN TMB


(AÑO 1977 — 1979)

Especies 1977 1978 1979


Boga 55 74 78
Ispi 64 38 13
Karache 146 151 105
Mauri 23 5 —
Pejerrey 17 24 40
Suche 5 1
Trucha — 5 22
TOTAL: 310 303 258

Datos: Anuario Estadístico Pesquero, Ministerio de Pesquería.


TMB = Toneladas Métricas Bruto.

LISTA DE ESPECIES DE PECES PARA CONSUMO EN PUNO

Nombre Científico Nombre Vulgar Familia


Orestias pentlandil Val. Boga Cyprinodontidae
Orestias humboldti Val. Ispi
Orestias a/bus Val. Karache
Orestias multad Val. Mauri
Basllichthys bonaerensis Stei. Pejerrey Athrerinidae
Pygidium rivulatum Val. Suche Pygididae
Salmo gairdnerii Richar. Trucha Salmonidae

50
6.4 Caza

La captura de animales se realiza con diferentes modalidades. Las aves se cazan con armas de fuego, tram-
pas, hondas y voladoras. Se cazan gallinetas, gansos, patos, perdices, zambullidores, etc.

Para cazar mamíferos se utilizan armas de fuego y trampas. Las principales especies de mamíferos que se
cazan son las vizcachas que son cazadas humeando las madrigueras y esperándolas con bolsas, también
se utilizan armas. Otra especie que se caza para utilizar la piel es el zorro.

Para la caza de cuyes se provocan incendios en los totorales o pajonales y luego se les mata a palos. A
eso se agregan las actividades cinegéticas legales e ilícitas de los animales mayores.

6.5 Artesanía

En algunos lugares, de la puna, se dedican a la confección de cerámicas, ollas, tiestos, tinajas y porongos
de barro.

La textilería se realiza con la lana de ovejas, para tejer bayetas, cordellates, tejidos para costales, alforjas,
frazadas y mantas o pullos. Algunos lugares han adquirido cierta fama como San Pedro de Cajas. De la
lana de alpacas se fabrican chompas, chalinas, frazadas, ponchos, etc. De la lana de llamas se preparan
sogas para cargar, que son cuerdas resistentes, y se fabrican también costales, hondas o "huaracas".

La producción, de la artesanía en general, en la zona altoandina va decayendo, en especial a nivel del


campesino, porque se va transformando en una próspera industria que se está trasladando a las ciudades
como Puno, Huancayo, Cuzco, inclusive a la capital del Perú, Lima, en donde se produce a nivel de gran
comercio nacional e incluye exportaciones. Por otro lado en muchos utensilios ha sido sustituida, la cerá-
mica, por el aluminio, loza y plástico.

6.6 Minería

La mayoría de las minas se encuentran en zonas que coinciden con el habitat de la vicuña. La actividad
minera comienza a desarrollarse en la época colonial habiendo sido inutilizadas o perturbadas miles de
hectáreas. Ejemplo de estas minas son: en el norte, las minas de Parcoy, Quiruvilca, Pataz, Milluachaqui y
Buldibuyo; en el centro: Julcani, Huachopalca, San Mateo, Casapalca, Ticlio, Morococha, San Cristóbal,
Yauricocha, Raura, Cerca-Puquio, Cerro de Pasco, Huarón y Santa Bárbara; en el sur: Cailloma, Ananea,
Lampa, numerosas minas en Cuzco, Arequipa, Puno y otros.

Todas las minas en mención se encuentran a mayor altura de los 4,000 m.s.n.m.

Las instalaciones del patio, concentradores, viviendas y aún ciudades como Cerro de Pasco y Huancavelica
que se han fundado por la presencia exclusiva de minas, ocupan grandes extensiones de pastizales. Estos
centros mineros tienen un radio de acción considerable y hoy se puede comprobar la ausencia de la vicuña
en estos lugares. A estas minas se agrega la presencia de fábricas de cemento, como las de Juliaca y Tarma,
que no solamente ocupan los lugares físicamente, sino que contaminan con las partículas en forma de
polvillo, afectando los lugares circundantes.

Para la explotación minera se han construído ferrocarriles como el de Pachacayo a Chaucha para el trang-
porte de los minerales. La fundición de la Oroya, ha afectado grandes extensiones de pastos naturales.

Se han construido también numerosas carreteras para unir diferentes puntos de ciudades, pueblos y minas
que han afectado grandes extensiones de áreas naturales.

51
BIOLOGIA DE LA VICUÑA
BIOLOGIA DE LA VICUÑA

1.0 Posición Sistemática

En el Reino Animal, el subreino de los metazoos abarca la mayoría de los animales existentes en la actua-
lidad. El phylum de los cordados, que es el siguiente nivel jerárquico, comprende al subphylum de los
vertebrados, en el cual los individuos están caracterizados por tener un esqueleto interno, cartilaginoso u
óseo, cuyo eje es la columna vertebral. Estos animales tienen una musculatura estriada que se inserta en
el endoesqueleto, mediante tendones, prestando una simetría bilateral y metamería, una circulación san-
guínea cerrada, sangre provista de globulos rojos con hemoglobina y, excreción mediante los dos riñones.
La clase de los mamíferos, cuya primera característica, única entre los animales, es la presencia de glándu-
las mamarias con las que proporcionan la primera alimentación a sus crías, forma parte de la su perclase de
los tetrápodos (vertebrados terrestres). Otras distinciones de los mamíferos son: diafragma o tabique com-
pleto que separa las cavidades torácica y abdominal; articulación del cráneo con el atlas mediante dos c6n-
dilos; siete vértebras cervicales (excepto bradipódidos y lamantinos); y globulos rojos de la sangre carentes
de núcleos. La clase se divide en tres subclases: prototerios, que son los que ponen huevos; metaterios,
cuyas crías nacen muy prematuramente y completan su desarrollo en el marsupio y los euterios, que son
los verdaderos mamíferos placentados, cuyas crías se desarrollan por completo dentro del aparato geni-
tal femenino. Sus embriones están unidos a la pared interna del útero materno por la placenta.

Uno de los dieciocho órdenes de la subclase de los euterios es el orden artiodáctilos, que se caracteriza por
tener el tercer y cuarto dedos, de sus extremidades, robustos y de igual desarrollo. El eje de las extremi-
dades pasa por entre estos dos dedos, los que están provistos de uñas muy desarrolladas que forman la
pezuña (ungulados). Los huesos metacarpianos y metatarsianos tienden a fundirse en un solo hueso.

En su esqueleto falta siempre la clavícula y los molares presentan pliegues en el esmalte. Este orden está
ampliamente distribuido en el planeta, exceptuando Australia, Nueva Zelandia, algunas islas aisladas y
la Antártida.

Tres subórdenes están comprendidos en los artiodáctilos: a) los suidos, que tienen estómago sencillo;
b) los pecóridos provistos de un estómago rumiante muy complejo; y c) los til6podos, con un estómago
rumiante más simple. El desarrollo de los dedos segundo y quinto es también diferencial en estos subór-
denes.

Los tilópodos son artiodáctilos que poseen el cuello largo con vértebras cervicales muy desarrolladas.
Las patas son también largas, con falanges provistas de almohadillas o callosidades plantares sobre las que
se apoyan durante la marcha, con paso de ambladura. Otras características se refieren a: ausencia de cuer-
nos; dentadura con treintaidos a treintaicuatro piezas; labio superior hendido; y estómago con tres com-
partimentos.

El suborden tiene una sola familia reciente: Camelidae. Las especies que la conforman tienen los huesos
metacarpianos y metatarsianos unidos, formando una "caña", aunque se nota en su parte inferior la proce-
dencia de dos huesos. Los especímenes de esta familia apoyan en el suelo la primera y segunda falanges
(digitígrados), siendo sus pezuñas pequeñas. En el estómago el libro (omasum) es tan pequeño que puede
considerarse como parte integrante del cuajar (abomasum).

Los camélidos difieren de todos los otros mamíferos en la forma de sus glóbulos rojos, que son elípticos
u ovoides. Los camélidos son gregarios, con familias formadas por un macho y varias hembras. Tienen la
facilidad anatómica de escupir parte del contenido de su estómago. Son animales diurnos. El período de
gestación es de 10 — 11 a 12 — 14 meses. Tienen una sola cría, raramente dos.

55
La familia tiene tres géneros y seis especies. Dos de estos géneros: Lama y Vícugna son sudamericanos y
el otro Camelus es de Asia Central. Asimismo, dos de las especies se encuentran hoy en día domesticadas:
dos razas en el Viejo Mundo y dos en el Nuevo Mundo — Lama guanícoe glama y Lama guanicoe pacos.
Dos especies sudamericanas y una asiática se encuentran en estado silvestre: Lama guanícoe, Vícugna ví-
.
cugna y Carne tus bactuanus,

Los géneros Lama y Vícugna tienen en común: cabeza comprimida hacia atrás; hocico puntiagudo; orejas
largas y puntiagudas; ojos grandes; cuello erguido, delgado y largo; extremidades altas y esbeltas; pelaje
largo y lanudo; formas generales aptas para carrera y salto. Las hembras poseen dos mamas y cuatro pezo-
nes. La dentición temporal en los especímenes de ambos géneros es: incisivos 1/3, premolares 3/2, (muy
a menudo falta el primer premolar superior). La dentición permanente es: incisivos 1/3, caninos 1/1,
premolares 2/1 y molares 3/3.

De lo anterior se desprende que sistemáticamente la vicuña se ubica de la siguiente manera:

Subreino: Metazoos
Phylum: Cordados
Subphylum: Vertebrados
Superclase: Tetrápodos
Clase: Mammalía
Subclase: Eutheria
Orden: Artiodactyla
Suborden: Tylopoda
Familia: Camelidae
Género: Vicugna LESSON, 1842
Especie: Vicugna vícugna MOLINA, 1782

Como se aprecia, la vicuña es la única especie del género Vícugna y tiene muchas analogías con el género
Lama, las que han dado pie a cuestionamientos de la clasificación presentada, en el sentido que el género
es únicamente Lama. Aún más, los híbridos entre Lama y Vicugna son fértiles casi siempre. Sin embargo,
Vicugna presenta la particularidad, única entre los rumiantes, de que sus dientes incisivos inferiores tie-
nen la raíz permanentemente abierta. Son, pues, semejantes a los de los roedores, de crecimiento conti-
nuo hasta entrar en la senilidad, con esmalte más grueso en el lado labial que en el lingual. Los de Lama son
cortos, con esmalte en ambos lados y con una raíz cerrada. Otra característica que diferencia a la vicuña de
los otros camélidos es el mechón pectoral. OTTE y VENERO, 1977 (cit. en Venero, 1979), en su trabajo
sobre craneometría diferencial entre la vicuña y la alpaca consideran dos especies de camélidos sudameri-
canos: Vícugna vícugna y Lama guanícoe y dos subespecies: Lama guanicoe pacos y Lama guanícoe Orna.

56
2.0 Evolución de los Camélidos

En el Eoceno medio-superior, hace unos cinco millones de años, aparecen los camélidos en América del
Norte, con Protylopus un animal pequeño de patas cortas con cuatro dedos y los dientes dispuestos en
serie continua; el cual, probablemente, desarrolló a partir de un herbívoro paleocénico: Tetraclaenodon,
75 millones de años atrás. Hacia el oligoceno inferior (40 millones de años atrás) PoehrotherTum, siempre
en América del Norte, continuaba la evolución; en éste se hablan reducido los dedos laterales, quedando
el segundo y el tercero. Presentaba, también, un espacio en la dentadura, entre el primer y el tercer molar.
Los huesos metacarpales y metatarsales fusionados formaban la "caña simple". Durante el mioceno (12
a 27 millones de años) los pastizales dominaban el paisaje y en ellos desarrollaron los géneros Procamelus
primero, y Alticamelus después. La última época de clima benigno, antes de la invasión glacial, fué la olio-
cénica (1 a 12 millones de años atrás) que también marca el final del Cenozoico en el que Megacamelus,
Gigantocamelus y Taunopoloma hacen su aparición, de este último se desarrollaron Macroauchenia, He-
miauchenia y Pliauchenia, antecesores de los camélidos sudamericanos. En el plioceno tardío, Gigantoca-
melus acompañado, probablemente por Camelus entre otros, inicia la emigración hacia el Asia y Europa,
a través del puente del Estrecho de Behring.

Durante los 75 millones de años que duró el Cenozoico, América del Sur estuvo aislada del resto del con-
tinente. El puente del Istmo de Panamá aparece en el Pleistoceno, hace un millón de años, con el creci-
miento y avance de los glaciares que implicaron una disminución en el nivel del mar. En este período
del Pleistoceno se han presentado cuatro avances y retrocesos de los hielos, hoy en día se vive el cuarto
retroceso. Clima muy adverso era el de América del Norte, de esas épocas, que obligó a la emigración
de los antiguos camélidos, una rama de ellos, los descendientes del Gigantocamelus, se ha dirigido hacia
Europa, Asia y Norte de Africa. Otros, los descendientes de Macroauchenia y quizás este mismo, se dirigie-
ron hacia América del Sur.

En los Andes Centrales surgieron el Paleo/ama y Lama, hacia el pleistoceno medio. A finales del pleistoceno,
Hemiauchenia y Paleo/ama se extinguieron en ambas Américas y solamente el Lama sobrevivió al inicio
del holoceno, restringiéndose a las zonas más frías. Así, los camélidos desaparecieron del subcontinente
en el cual se originaron y evolucionaron.

57
3.0 Camblidos Sudamericanos y el Hombre Andino

3.1 Teoría de Descendencia

El guanaco es considerado como el origen de la llama, a través de la domesticación, de hecho guardan


grandes similitudes. La derivación de la alpaca más pequeña y de fibra más fina, no es tan fácil de expli-
car. Debido a que la alpaca es semejante a la vicuña, en ciertos carácteres morfológicos y en ciertas caracte-
rísticas de comportamiento, algunos autores han sugerido que la alpaca es un híbrido llama-vicuña o que
ha derivado de un antiguo stock de vicuñas (Gilmore, 1950; Steinbacher, 1953; Roehrs, 1958 cit. en Rowe
and Miller, 1973). Por otro lado, HE RRE (1963) argumenta, basado en detalles de la morfología
del cráneo, que el guanaco es el antecesor de la llama y de la alpaca.

3.2 Diferentes Etapas de la Domesticación

Debido a que diferenciar las especies de camélidos a partir de sus huesos no es aún posible, por falta de
suficientes estudios anatómicos, los arqueólogos encuentran dificultades para poder dilucidar el cómo,
cuándo y dónde de la domesticación de la llama y la alpaca.

Las investigaciones arqueológicas permiten conocer ahora, que las primeras ocupaciones humanas en los
Andes Centrales del Perú (20,000 a 10,000 a.C.) se caracterizaron por una caza casi exclusiva de animales
del pleistoceno, hoy extintos: Agalmaceros bfickii, un cérvido de las alturas y Parahipparion peruanum,
un pequeño equino, que son citados para la cueva Uchcumachay, en Junín (Wheeler, Pires, Ferreyra y
Kaulicke, 1976). Mientras que Equus andimun, Scelidotherium tadjensis, Megatherium tarijensis con
otros como Felis concolor, Dusicyon sp., Conepatus sp., Lagidium peruanum y paleollamas apare-
cen también en las ocupaciones del complejo Ayacucho, aunque en contextos dudosos de los últimos.
(McNeish, Patterson, Browman, 1975). En un siguiente período (10,000 a 7,000 a.C.) los camé-
lidos y cérvidos actuales reemplazan a los ya extintos. El Hippocamelus antisiensis, Odocoileus virginianus
y Lama son los más frecuentes. Las investigaciones en la cueva Uchcumachay y otras como Pikimachay,
Lauricocha II, indican el inicio de una transición (entre 7,000 a 5,500 a.C.) hacia la utilización de camé-
!idos; 55% de los huesos son de éstos y 42% son de cérvidos. En el siguiente período (5,500 a 4,200 a.C.)
aparece una economía basada en los camélidos (82% ) y una menor utilización de cérvidos (17% ). En
este período aparecen, también, las más antiguas evidencias de Canis familiads en el Perú. Puede, enton-
ces, considerarse que una economía basada en la utilización primaria de los camélidos, en los Andes Cen-
trales del Perú, se inicia alrededor de 5,500 a. C. Si el gradual descenso de la contribución de los cérvidos
indica una disminución de la actividad de la caza, el incremento en la utilización de los camélidos no puede
explicarse tan fácilmente, como por la domesticación, pues igualmente incrementan las evidencias de
artefactos bifaciales y puntas de flecha que reflejan la actividad de la caza.

Es probable, según WHEELER ET AL (1976), que el incremento en el uso de camélidos, se deba a una de
las siguientes causas o a una combinación de ellas:

a) Caza especializada, para aprovechamiento de la territorialidad de los camélidos. RICK (1980), en base
a informaciones de KOFORD (1957), MACCAGNO (1932) y CARDOZA (1954) sobre la vicuña, a deduc-
ciones basadas en especies similares de la región neártica, a las necesidades en calorías de los actuales habi-
tantes de la puna y a los tamaños de las bandas familiares de cazadores del precerámico, estima que cada
banda promedio requería de 250 Km de territorio de caza, apoyado en caza sostenida y en el establecimien-
to de un campamento base y campos temporales en un área similar a un círculo de 9 kilómetros de radio.
A la luz de sus investigaciones sostiene la teoría de una ocupación permanente de la puna, a diferencia de
otras opiniones que se inclinan por la utilización temporal, en esos lejanos tiempos. Quizás bajo el sistema
diseñado por RICK (1980), se agrupaban los cazadores que habitaron en la antigua Pampa Galeras y que
dejaron la pintura rupestre de camélido, que se reproduce, en la pared de su campamento base, muy cer-
cano a la Reserva Nacional del mismo nombre.

59
Control de camélidos semidomesticados o dependencia de rebaños semidomesticados, que se reprodu-
cía regularmente con rebaños salvajes; y

pastoreo de camélidos domesticados, mediante prácticas de control de la reproducción, que llevaron


al desarrollo de la llama y alpaca.

Estas causas se van dando paulatinamente. En el período de 4,200 a 2,500 a. C. se nota una programación
en la cosecha de camélidos. La información obtenida en Pachamachay (Junín) indica que un alto porcen-
taje de los restos de camélidos son de individuos de 1 año y medio; su muerte debió coincidir con la épo-
ca seca de la puna, una época ideal para preparar el charqui o carne seca.

Otra indicación de control de los rebaños es la creciente abundancia relativa de crías o restos fetales repor-
tada por PI R ES—FE R REY RA (1975) para el período 2,500 a 1,750 a.C. En éste aparecen los primeros restos
de camélidos en la Costa, en Chilca. Durante el período siguiente 1750 a 1050 a. C., las evidencias de
camélidos de Kotosh y Picallepáta, indican la dispersión hacia el Norte y Sur de los Andes Centrales. Los
primeros vestigios de camélidos en el Ecuador septentrional aparecen entre 650 — 840 a. C. Es, pues, un
largo período, de unos cinco milenios, en el que ocurre la domesticación de los camélidos en el ámbito de
los Andes Centrales del Perú. La frecuencia de los restos, los indicios de manipuleo de las poblaciones
y la dispersión de los individuos permiten trazar este cuadro.

3.3 Utilidad de los Camélidos

3.3.1 Antigüedad

Los camélidos fueron fuente de riqueza, de primer orden, para los antiguos pobladores de los Andes.
Proveían de múltiples beneficios: carne, cuernos, fibra para tejidos, abono para la tierra y combustible.
El asegurarse las fuentes alimenticias y la producción de lanas fueron, seguramente, los motivos de la
domesticación. La necesidad de satisfacer la creciente demanda por la fibra motivó la selección e hibri-
dación de las especies domésticas y produjo las especies y variedades de hoy en día.

La llama, por ejemplo, jugó un papel muy importante en la economía de las sociedades andinas prehis-
pánicas: era el único medio de transporte y dió paso al intercambio de productos entre zonas diferentes.
En la colonia y tiempos incaicos, caravanas de 1,000 a 2,000 animales eran frecuentes (lo que significaba
30 a 60 toneladas de mercadería por caravana). Por esta razón y porque también son comestibles fueron
muy importantes en la logística militar. Las expansiones del Imperio Wari (siglos IV — V d. C.) se deben en
gran parte al uso de estos animales. Durante la colonia, en el siglo XVI, más de 350,000 llamas se utiliza-
ron para el transporte de minerales.

Según GA R C I LASO, los incas llamaban a esta especie H u anacu I lama, "por la semejanza que en todo tiene con
el animal bravo que llaman Huanacu, que no difieren en nada sino en los colores; que el manso es de to-
dos colores .... y el huanacu bravo no tiene más de un color, .... cuyo pellejo desollaban y de ello hacían
las suelas del calzado, los españoles hacían riendas .... corrreones o gurujeras para las sillas de camino ....
Del ganado menor que llaman pacollama, no hay tanto que decir, porque no son para carga ni para otro
servicio alguno, sino para carne, que es poco que la del ganado mayor, y para lana, que es bonísima y muy
larga". Bayer, en 1752, mencionaba que la lana de alpaca era "muy larga y fina que le cae en tirabuzones
por el cuerpo hasta por lo menos tres palmas hacia abajo. El color es vario. Algunos son grises completa-
mente, otros son negros chivillos; otros pardos, oscuros; algunos albos como la nieve, siendo estos últimos
los más apreciados por los indios, pués su lana puede ser teñida muy lindamente después ...."

60
Fig. 14: El paso de ambladura facilita a los camélidos caminadas y-trotes largos con un mínimo de esfuerzo.

Las llamas eran muy importantes en los ritos, en los que los sacrificaban a fin de ascultar agüeros y pro-
nósticos, e incluso eran utilizados con fines medicinales, como dietas de los enfermos, dice GARCI LASO:
".... la carne de este ganado mayor (llama) es la mejor de cuantas hoy se comen en el mundo; es tierna,
sana y sabrosa; la de sus corderos de cuatro, cinco meses mandan los médicos a dar a los enfermos, antes
que gallinas ni pollos ...." Los cálculos gástricos o piedra bezoar eran utilizados, en la colonia, como medi-
carnento.

Otras citas refieren la utilización de los huesos, de los que se obtenían elementos para la pesca y textile-
ría (Mujica et al 1979, cit. en Cardoza y Pozzi-Escot, s/f). Así como comercialización o intercam-
bio de los excrementos, excelente combustible para los hornos de los ceramistas o para utilizarlo como
abono (Cardoza y Pozzi-Escot, s/f).

Refiriéndose a las especies silvestres de camélidos, dice GARCI LASO "....A una especie de las bravas llaman
Huanacu, por cuya semejanza llamaron al ganado mayor manso con el mismo nombre, porque es de su
tamaño y de la misma forma y lana. La carne es buena, aunque no tan buena como la del manso; en fin,
en todo se asemejan; .... la lana de estos huanacus es corta y áspera; pero también la aprovechaban los
indios para su vestir; .... A semejanza del ganado menor, que llaman paco; hay otro ganado bravo que
llaman Vicuña; es el animal delicado, de pocas carnes; tienen mucha lana y muy fina ....; son ligerísimas ....;
apacientándose en los desiertos más altos, cerca de la nieve; la carne es de comer, aunque no tan buena
como la del huanacu ,...". Estos dos camélidos silvestres y muchas otras especies eran cosechadas, siempre
según GARCILASO, "en una cacería so lene, que en su lenguaje llamaban chacu, que quiere decir atajar, porque
atajaban la caza .... El número de los venados, corzos y gamos y del ganado mayor, que llaman huanacu,
que es de lana basta, y de otro que llaman vicuña, que es menor de cuerpo y de lana finísima, era muy
grande, que muchas veces, y según que las tierras eran unas de más caza que otras, pasaban de veinte,

61
treinta y cuarenta mil cabezas, cosa hermosa de ver y de mucho regocijo. Esto había entonces; ahora,
digan los presentes el número de las que han escapado del estrago y desperdicio de los arcabuces, pues
apenas se hallan ya huanacus y vicuñas, sino donde ellos no han podido llegar. Todo este ganado tomaban
a manos. Las hembras del ganado cervuno, ...., soltaban luego, porque no tenían lana que les quitar; ....
también soltaban los huanacus y vicuñas, luego que las habían trasquilado .... La lana de los huanacus,
por ser lana basta, se repartía a la gente común, y la de la vicuña, por ser tan estimada, por su fineza, era
toda para el inca.... La carne de los huanacus y vicuñas que mataban se repartía toda a la gente común ....
Estas cacerías se hacían a cada distrito, de cuatro en cuatro años, dejando pasar tres años de la una a la
otra, porque dicen los indios que en este espacio de tiempo cría la lana de la vicuña todo lo que ha de
criar, y no la querían tresquilar antes porque no perdiese de su ser, y también lo hacían porque todo
aquel ganado bravo tuviese tiempo de multiplicar y no anduviese tan asombrado como anduviera si cada
año lo corrieran, con menos provecho de los indios y más daño del ganado. Y porque no se dejase de ha-
cer cacería cada año tenían repartidas las provincias en tres o cuatro partes o hojas, como dicen los labra-
dores, de manera que cada año cazaban la tierra que había holgado tres años .... Porque decían que se
había de tratar el ganado bravo de manera que fuese tan de provecho como el manso, que no lo había
criado el Pachacamac o el Sol para que fuese inútil .... Estas razones y otras semejantes daban los Incas,
desta su cacería real llamada chacu ...."

Los grandes rebaños de camélidos, domesticados y silvestres, que bajo el imperio inca se dispersaron en
el territorio conquistado, fueron reemplazados por los herbívoros traidos por los conquistadores o su-
frieron grandes matanzas hasta llevarlos a los niveles actuales de dispersión. Así, la llama llegó hasta el
sur de Colombia y el sur de Santiago de Chile y probablemente hasta el Chaco paraguayo, incluyendo
la costa del Perú y la costa del sur de Ecuador, hoy en día se encuentra en los Andes desde Riobamba
(Ecuador) hasta el noroeste de Argentina, en Catamarca, exceptuando una discontinuidad, entre el sur
de Ecuador y Cerro de Paseo, en el Perú Central. La alpaca que llegó también hasta Catamarca, esta hoy
restringida al sur del Perú, en el extremo norte de Chile, en el norte de Bolivia y el extremo norte argen-
tino. A la alpaca se le encuentra en terrenos húmedos y fríos, como los bofedales, por los que muestra una
marcada preferencia. Esta puede haber restringido su dispersión. La llama vive domesticada en lugares
secos y áridos.

El guanaco parece que llegó también, tan al norte como el sur de Colombia; CIEZA DE LEON cita la exis-
tencia de "ovejas que más propiamente tiran a camellos"en los alrededores de Quito; llegando al este para-
guayo y noroeste argentino y por el sur hasta la Tierra de Fuego; hoy en día se encuentra desde los Andes
occidentales centrales del Perú (08° 20' L. S.), hasta las regiones costeras del sur peruano y norte de Chile,
los andes orientales, las pampas argentinas hasta la Tierra de Fuego y, cruzando el canal de Beagle, hasta
la isla Navarino. F RAN K LIN (1981) estima su número actual entre 50,000 y 150,000 en todo el subcontinen-
te, luego de haber sido millones.

3.3.2 Importancia Actual

Los camélidos siguen siendo importantes en sus actuales áreas de distribución. En éstas, se ha realizado la
hibridación, entre las cuatro especies, con la intención de obtener animales que partan las mejores carac-
terísticas de sus progenitores como, por ejemplo, finura de fibra y cantidad de ella o, un animal de car-
ga y productor de fibra de calidad aceptable. Los híbridos más frecuentes son el huarizo, un cruce de alpa-
ca hembra y llama macho, y el pacovicuña, cruze de alpaca hembra y vicuña macho y vice versa. El primero,
obtenido para aumentar el peso del vellón y el segundo para obtener fibra más fina que la de alpaca. En
ambos casos se obtienen las características buscadas pero con restricciones que, prácticamente, les quitan
todo el valor. El vellón de huarizo es más pesado que el de alpaca, pero también menos fino. La fibra de
pacovicuña es más fina que las de las alpacas, sin ser tan fina como la de la vicuña, pero el vellón es tan
liviano que la finura ganada no compensa la pérdida de peso.

Aún más, los híbridos apareados entre sí, recuperan las características primitivas después de la tercera
generación, por lo que mejor concentrar los esfuerzos en las llamas y alpacas, separadamente.

62
La producción de lana de alpaca es grande en el sur del Perú y norte de Bolivia. Debido a problemas en
la comercialización, sus números fueron disminuyendo en los últimos años. Afortunadamente, la tenden-
cia negativa parece haber revertido.

La población actual de estos camélidos puede estimarse así:


Argentina Bolivia Chile Ecuador Perú

Llama (1) 200,000 2' 500,000 70,000 pocas? 900,000

Alpaca (1) N. D. 300,000 20,000 3' 020,000

Guanaco 450,000 N. D. 20,000 1,000


app. (4) (3) (2)

Vicuña 8,155 4,500 8,200 62,000


(6) (5) (5) (7)

(1) NOVOA, C. Camélidos sudamericanos. 1978. Cit. en CARDOZA—POZZI—SCOT (s/f); (2) PONCE Y
OTTE, 1982; (3) ROTTMANN, 1982; (4) CAJAL 1981 b.; (5) IUCN, 1982; (6) CAJAL 1981 a.;
(7) BRACK, ET AL 1981.

4.0 Distribución y Abundancia de la Vicuña

4.1 Reseña Histórica

Debido a los problemas que confrontan los arqueólogos para poder diferenciar los huesos de las especies
de camélidos, no es fácil tratar su distribución. LOPEZ ARANGUREN (1930) y CABRERA (1931 cit. en
Gilmore, 1950) sostienen que ya en el pleistoceno se encontraban vicuñas, y las otras especies, también,
en las pampas húmedas de Buenos Aires. (350 — 380 L.S.). Para explicar su ocurrencia pasada, en tierras
bajas, CABRERA Y YEPES (1960) sugieren o que se trataba de una raza local adaptada a la vida en las pam-
pas o a profundos cambios climáticos que ocurrieron en esas pampas.

CIEZA DE LEON en su Crónica del Perú (1553), al relatar su viaje entre Quito a Tumebamba (02° 15' L.S.),
dice: "EN LOS TIEMPOS PASADOS, ANTES QUE LOS ESPAÑOLES GANASEN ESTE REINO, HABIA
POR TODAS ESTAS SIERRAS Y CAMPIÑAS GRAN CANTIDAD DE OVEJAS DE LAS DE AQUELLAS
TIERRA, Y MAYOR NUMERO DE GUANACOS Y VICUÑAS; MAS, CON LA PRISA QUE SE HAN
DADO EN MATARLAS LOS ESPAÑOLES, HAN QUEDADO TAN POCAS QUE CASI YA NO HAY
NINGUNA". En su referencia a las sierras de Loja (040 L. S.) menciona ......MUCHOS GUANACOS Y
VICUÑAS ...." Luego, ya en territorio peruano establece una referencia para la provincia de Huamachuco
" .... Y POR LOS ALTOS Y DESPOBLADOS ANDABAN OTRA MAYOR CANTIDAD DEL GANADO
CAMPESTRE Y SALVAJE, LLAMADO GUANACOS Y VICUÑAS ...." Esta se ubica, alrededor de los
070 45' L. S., muy cerca del actual límite septentrional de la especie. No debe olvidarse que no todas estas
referencias provenían de observaciones directas. Hoy la especie se encuentra en la región conocida como
puna del Perú, Bolivia, Chile y Argentina.

63
4.2 Situación Actual

El otro extremo norte de su distribución estaba alrededor de los 090 50' L. S. en el Parque Nacional Huas-
carán, en la Quebrada de Carpa (Ancash — Perú). En 1980, un centenar de vicuñas fueron trasladadas
desde la Reserva Nacional de Pampa Galeras hasta la quebrada Llanganuco, 090 04' L. S. en el mismo
Parque Nacional Huascarán. Siendo éste, entonces, el límite septentrional de su actual distribución. GRIM-
WOOD (1968) citaba la altitud 09° 30' L.S. como límite norte con muy pequeños grupos de vicuñas.
KOFORD (1957) estimaba, este mismo límite, en la latitud 10° L.S.

Hacia el sur del Perú, se encuentran vicuñas en los siguientes departamentos, además del ya mencionado
de Ancash: Huánuco, Lima, Pasco, Junín, Huancavelica, Ica, Ayacucho, Cuzco, Apurimac, Arequipa,
Puno, Moquegua y Tacna. Su situación numérica para 1979 y 1980 ha sido, aproximadamente, la siguien-
te:

Ancash 219 ejemplares (1)


Huánuco 100 ejemplares (2)
Pasco 200 ejemplares (2)
Lima 1,375 ejemplares (1)
Junín 1,237 ejemplares (1)
Huancavelica 647 ejemplares (1)
lca 200 ejemplares (2)
Ayacucho 47,941 ejemplares (1)
Cuzco 1,354 ejemplares (1)
Apurimac 770 ejemplares (1)
Arequipa 1,363 ejemplares (1)
Puno 6,916 ejemplares (1)
Moquegua 200 ejemplares (2)
Tacna 1,500 ejemplares (2)

Población censada en 1980, ver B RACK, et al, (1981).


Población estimada en 1979, ver B RACK (1979).

Para Bolivia se ha reportado un total de 4,500 ejemplares (IUCN, 1982), la mayor parte de las cuales
están concentradas en la Reserva Nacional de Fauna Ulla-Ulla, departamento La Paz, a 150 L. S., y en el
Refugio Huancaroma, departamento de Oruro, a 17° 43' L. S. Existen unas pocas en la Reserva Nacional
de Eduardo Avaroa a 22° 12' L. S.

En Chile se reportaron 7,990 vicuñas en el Parque Nacional Lauca (Rodriguez y Torres, 1981) y 51
ejemplares vistos a los 270 L.S., su límite austral en Chile, en la provincia de Atacama, (IUCN, 1982).

En la República Argentina se han censado 8,155 vicuñas y se estima su número total en 10,000 (Cajal,
1981). 60 vicuñas han sido censadas en la provincia de Jujuy, a 220 L. S. En la Reserva Nacional de Los
Andes 450 vicuñas y 575 en toda la provincia de Salta, a unos 240 L. S. La provincia de Catamarca aloja
a 520 ejemplares en la Reserva Provincial Natural de Laguna Blanca, a 250 35' L. S. En la provincia de
La Rioja, se encuentra la Reserva Provincial de Laguna Blanca, en 280 20' L. S., en la que existen 1,500
vicuñas. En la Reserva Provincial de San Guillermo, en la provincia de San Juan, se han estimado 5,000
vicuñas, a 28° 45' L. S., latitud que constituye el límite austral de su distribución natural.

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En cuanto al rango altitudinal en que se encuentra la especie, la siguiente-nómina de algunos lugares con
poblaciones conocidas o con poblaciones bajo vigilancia, puede dar una clara idea al respecto:

Reserva Nacional Ulla-Ulla (Bolivia) 4,300 m.s.n.m. alt. promedio

Reserva Nacional Eduardo Avaroa (Bolivia) 4,278 m.s.n.m. alt. promedio

Refugio de Vida Silvestre Huancaroma (Bolivia) 3,800 m. s. n. m.

Reserva Nacional Pampa Galeras (Perú) 4,200 m.s.n.m. alt. promedio

Parque Nacional Huascarán (Perú) 4,000 m.s.n.m. (Llanganuco)

Reserva Nacional Salina-Aguada Blanca (Perú) 4,000 m.s.n.m. alt promedio

Parque Nacional Lauca (Chile) 4,300 m.s.n.m. (Parinacota)

Reserva Provincial de San Guillermo (Argentina) 4,000 m.s.n.m. alt promedio

Existían, pues, a fines de 1980 unas 83,000 vicuñas, en un rango latitudinal que va de 09° 04' L. S. a
28° 45' L. S., de las cuales 62,000 se encontraban en el Perú.

Debe recordarse que en 1953 el número de vicuñas en el Perú, Bolivia y Argentina se estimaba en 1'000,000
50,000 y 20,000 respectivamente, (Cardozo, 1954). KOFORD (1957), que consideraba al anterior estimado
muy alto, calculaba el número total en 400,000 ejemplares, de los que 250,000 se encontraban en el Perú.
GR I MWOOD (1968) estimaba la población peruana de vicuñas entre 5,000 y 10,000 individuos; en ese en-
tonces la Reserva Nacional de Pampa Galeras albergaba de 1,200 a 1,300 animales, conteo que él mismo
realizó. HOFMANN (1967) realizando el censo anual encontró 2,647 vicuñas en la Reserva Nacional de
Pampa Galeras, y, finalmente, HOFMANN y PONCE (1976) reportan un número total de 19,057 vicuñas
para todo el Perú. Así se puede visualizar tanto la descomunal matanza ocurrida entre 1958 y 1967 como
la recuperación de la especie, luego del establecimiento de la Reserva Nacional de Pampa Galeras y la
vigilancia en otros sectores del habitat de la vicuña.

4.3 Factores Limitantes

En la puna la concentración de las lluvias y su duración permiten que el suelo arenoso absorba al agua
rápidamente y la intensa radiación seca estos suelos en pocas horas. Para la vicuña, este suelo arenoso des-
empeña un papel de fundamental importancia, para mantener las características aislantes de las fibras del
vellón. Los ejemplares de vicuñas se revuelcan en el suelo. Con esto, ocurre el frotamiento de las regiones
lateral y dorsal del cuerpo, cubriéndose las fibras con una capa delgada de polvo, lo que evita el apelota-
miento o formación de mechones gruesos, permitiendo que las fibras mantengan un distanciamiento ade-
cuado y puedan ejercer una acción aislante frente a las bajas temperaturas. Estos revolcaderos, tan impor-
tantes en la vida de la vicuña, se encuentran tanto en las partes planas como en las colinas, aislados o con-
tinuos formando conjuntos de hasta 10 de ellos, con dimensiones que van de 1 a 2,3 metros y tienen una
profundidad de 4 a 25 centímetros, con una capa de polvo que tiene de 0,5 a 5 centímetros. No existen
en ellos invertebrados, por lo que se descarta que puedan ser focos de contagio por ectoparásitos. El polvo
actúa como agente antiparasitario. Esos revolcaderos no ocurren en los oconales o bofedales y en las ro-
querías, pues en ambos lugares no se produce desgaste de la superficie.

Además, otra de las ventajas que el revolcarse produce en las fibras, es que éstas se aplanan por acción de
la humedad, lo cual es vital durante la ocurrencia de las lluvias. Durante ellas, el tercio superior de las fi-
bras medianas, se aplanan y doblan, formando una capa que deja la parte importante del vellón en estado
seco y aislante, para guardar el calor del cuerpo.

Todos los camélidos viven en zonas áridas o desérticas con una baja humedad atmosférica. Esta, más la
concentración de las lluvias, en unos pocos meses, y una intensa radiación solar, o elevada altitud, que se-
que rápidamente los suelos, son condiciones básicas para la presencia de la vicuña y para su bienestar.

65
Sin embargo, estas mismas condiciones climáticas pueden ejercer una acción negativa en el desarrollo de la
población de vicuñas, por su influencia en la parición. Esta tiene lugar, justamente, en el mismo período de
elevadas precipitaciones y de las temperaturas mínimas menos bajas. Es también la época en que los pas-
tos reverdecen y en que la hembra puede proporcionar a la cría la leche indispensable. Sin embargo, debi-
do a que el tiempo necesario para que la piel de la cría esté seca, según HOCES (1974) es en promedio
unos 64 minutos (42 a 86 minutos), existe la posibilidad de mortalidad de las crías, si la precipitación
y la velocidad del viento se combinan durante ese lapso, pues el recién nacido no es capaz de mantener,
por completo, una temperatura constante. Luego del secamiento, el cuerpo de la cría puede enfriarse si
la humedad ambiental se transfiere al pelaje en los días posteriores, cuando se combinan bajas tempera-
turas, precipitación y fuertes vientos. OTTE y HOFMANN (1980) señalan que estas condiciones climáticas
adversas son la causa del 35 — 40% de la mortalidad total de las crías recién nacidas, principalmente por
neumónía, en las condiciones de Pampa Galeras.

Por otra parte, la presencia de pastores en el habitat de la vicuña significa la acción de los perros sobre
las crías. Ellos atacan todo lo que se mueve en la puna, excepto al ganado. A los perros y a la misma ac-
ción de los pastores, OTTE y HOFMANN (1980) asignan la responsabilidad del otro 40% de la mortalidad
total de crías en Pampa Galeras.

La acción de otros predadores tales como zorros y pumas y cóndores es eventual y tan baja, que no tiene
importancia en la dinámica de las poblaciones de vicuña, que sea porque su acción como enemigo requie-
re que su presa sea una cría o un adulto disminuido o sea porque sus propios números han sido, también,
reducidos por el hombre. Este, en su carácter de cazador furtivo, es un verdadero factor limitante para
la vicuña. La acción de vigilancia en Pampa Galeras y en Lauca, son un claro ejemplo de la intensidad
de la caza furtiva, pues al haber controlado paso a tasas de incremento realmente espectaculares.

5.0 Características Anatómicas y Fisiológicas de la Vicuña que permiten la Vida en su Habitat Actual

-5.1 Esqueleto y Musculatura

La vicuña con su cuerpo esbelto, cuello y extremidades largas y delgadas y reducida superficie de contac-
to con el suelo, es corredor especializado para el ambiente despejado. De las mediciones prácticas en 19
ejemplares adultos y 35 juveniles en Pampa Galeras, en marzo de 1980, para la raza norteña de la especie
se obtuvieron las dimensiones siguientes:longitud total, del hocico a la punta ósea de la cola, es de unos
160 centímetros (137 — 181 centímetros); longitud de la cabeza de 26 centímetros, variando de 21,5 a
29 centímetros; orejas cortas, de unos 10,5 centímetros de largo y de forma lanceolada; longitud del
cuerpo de 69,00 centímetros (63,5 a 77 centímetros). Esas mismas mediciones mostraron que la alzada,
hasta la cruz, es de 88 centímetros, con un rango de 70 — 98 centímetros; el peso de los juveniles 35,4
kilógramos y el de los adultos de 37,00 kilógramos, oscilando entre 30,00 y 41,5 kilógramos. CoMo se
sabe la relación entre la longitud total y el peso total está dado por la expresión siguiente: peso total =
longitud total • 0,51 — 46,54 (r' = 0,72). Esto se ajusta mejor para los individuos juveniles debido a su
predominancia en la muestra. El perímetro toráxico tiene entre 67,5 centímetros, en los juveniles, y 81,5
centímetros en los adultos, en estos últimos varía de 75,5 a 88,00 centímetros. La longitud del metatarso
es de 28,00 centímetros; 24,5 — 32,00 centímetros en los juveniles y de 29,5 — 27,00 —31,00 centí-
metros en los adultos. El cuello de la vicuña es fino y mucho más largo, proporcionalmente, que en los de-
más camélidos. La línea de la parte superior del cuerpo es encorvada, de convexidad superior, claramente
alzada en la parte trasera, el bípedo posterior es mucho más alto que el anterior. La grupa es muy inclinada,
aumentando la convexidad superior de la silueta.

A estas características de la vicuña se suma un portante que le permite correr con gran ahorro de ener-
gía, a lo largo de grandes distancias. Los ahorros de energía son vitales en un medioambiente, tan drás-
tico, como la fría y árida puna. Las vicuñas pueden alcanzar velocidades de 47 kilómetros por hora, a
elevaciones de 4,500 metros, según menciona WALKER (1968).

66
Las patas de las vicuñas terminan en blandas yemas que cubren la tercera y segunda falange. Una uña
córnea se presenta al dorso de los dedos. Estas yemas blandas permiten un caminar seguro sobre super-
41)
ficies rocosas y sin originar destrucción del delgado suelo.

5.2 Dentición

Otra característica anatómica que le permite una eficaz utilización del alimento es la de sus incisivos in-
feriores, que son de crecimiento continuo, durante casi toda su vida. La capa de esmalte más gruesa que
tienen estos incisivos, por el lado labial, permite que estén siempre afilados y puedan cortar las duras
plantas forrajeras. Esta característica hace posible que la vicuña utilice los pastos muy cortos y aún las
partes basales que permanecen, luego de haber pastoreado, fuera del alcance del ganado. La vicuña cor-
ta las plantas sin arrancarlas, al contrario de lo que hacen las especies domésticas, evitando la pérdida de
raíces y sin causarles daño alguno. El utilizar los pastos pequeños y/o las porciones basales y duras, ade-
más de ofrecerle alimento, permiten una abrasión o control del crecimiento continuo de los incisivos,
ya sea por el silice presente en las hojas secas y duras o por las partículas de tierra adheridas a las muy
cercanas al suelo. La fórmula dentaria de la vicuña es de I 1/3, C 1/1, PM 1-2/1-2, M 3/3, o sea de 28
a 32 dientes.

Como animal de las praderas altoandinas, la vicuña tiene muy desarrollado el sentido de la vista, del que
depende para la identificación de sus enemigos, pues según KOFORD, (1957), su sentido del oído no es
más agudo que el del hombre y el olfato es bastante pobre.

En la raza norteña de la vicuña el pelaje de sus ejemplares es de color marrón claro, "color vicuña", dor-
sal y lateralmente y en el cuello y cabeza. Ventralmente, en el pecho y en la cara interna de los miembros
es de color blanco. En la cola, que mide 25 a 27 centímetros, el color marrón se presenta en el dorso y
los lados, el blanco es ventral y terminal. Sobre este aspecto, en la raza geográfica austral, la diferencia
más notoria es el aumento del pelaje blanco hacia la parte dorsal, es decir, entrando hasta el vellón pro-
piamente dicho. Se constata también la desaparición casi completa del mechón pectoral. Sin embargo,
como esta raza ha llegado al conocimiento de los científicos sólo recientemente, todavía falta informa-
ción suficiente sobre su desarrollo físico.

5.3 Aparato Digestivo

Todos los herbívoros poseen determinados órganos digestivos expandidos en los cuales el paso del alimento
es retardado para permitir una eficaz actividad bacteriana. Esta, mediante la fermentación del alimento,
produce entre otros los ácidos grasos volátiles que llevados a los tejidos, mediante la sangre, son transfor-
mados en otros productos que proporcionan la mayor parte de la energía requerida por el animal.

El estómago de los camélidos presenta tres compartimentos. El primero y más grande, es el rumen en el
que se observan unas formaciones, como saquitos, llamadas bolsitas glandulares. Estas están presentes,
también, en el segundo compartimento, más pequeño, llamado retículo. El tercer compartimento, el abo-
maso o cuajar es de forma alargada, con el extremo terminal encorvado y bolsitas glandulares ausentes.

Los dos primeros compartimentos están sujetos a movimientos coordinados y continuos que se inician
como una contracción rápida del retículo, la cual va seguida de varios movimientos en el rumen. Estos
movimientos son poderosos y más frecuentes que en otros rumiantes, lo que permite una mejor mezcla
de los alimentos con los microorganismos. Los movimientos se incrementan cuando el animal digiere
alimentos y durante la rumia. Los períodos de rumia son más frecuentes que en los vacunos y ovinos.
Parece ser, según IVITA (1974), que el alimento permanece más tiempo en el estómago de los camélidos
que el de los ovinos, permitiendo una fermentación más prolongada. Esta es más intensa en los dos pri-
meros compartimentos y ocurre, con menor intensidad en la primera porción del abomaso, en el ciego
y en el colon proximal. Este proceso sugiere que, en los camélidos, ocurre una absorción más completa

67
de los ácidos grasos y volátiles. La secreción de las bolsitas glandulares, un líquido con alto contenido
en bicarbonato y otras sustancias tampón, más la secreción salival, que también contiene bicarbonato,
permiten mantener el medio adecuado para que los microorganismos proliferen y desarrollen una inten-
sa fermentación. Alcanzada la máxima fermentación, o la máxima concentración de ácidos grasos voláti-
les, ésta se mantiene por un tiempo más prolongado permitiendo un mejor aprovechamiento del alimento.
Además, la capacidad de los microorganismos presentes en los dos primeros compartimentos, para dige-
rir los componentes fibrosos de los alimentos, es mayor que la de los ovinos.

En pocas palabras, las características del aparato digestivo de los camélidos, permiten una mejor absorción
de fuentes energéticas y un óptimo aprovechamiento de los elementos fibrosos del forraje.

Por otro lado, en las paredes de los dos primeros compartimentos ocurren numerosas celdillas que cuando
no están llenas de alimento pueden, según CARDOZA (1954), almacenar gran cantidad de agua. Sin embar-
go, el mecanismo de almacenamiento de agua debe ser distinto al de los camellos y dromedarios, pues los
camélidos sudamericános tienen la necesidad de dirigirse diariamente a las fuentes de agua.

5.4 Aparato Respiratorio

En relación con la baja presión del oxígeno, que es de alrededor de 97 mil ígramos Hg, es decir una reduc-
ción de mas o menos 40% con respecto a los valores al nivel del mar, la vicuña muestra también algunas
adaptaciones interesantes.

Cuando los animales que viven en tierras bajas son trasladados a las alturas, su respuesta a la hipoxia es un
incremento del número de glóbulos rojos y un aumento de la mayoría de los valores hematológicos de
la serie roja. Las especies autóctonas de las alturas no presentan esta particularidad, ni un elevado hema-
tocrito (porcentaje de eritocritos), ni una elevada concentración de hemoglobina. Como ejemplo pueden
compararse los siguientes valores:

Especie Hematíes Hemoglobina Hematocrito Leucocitos Observa-


mill/mm3 Gm % Eritrocitos % mill/mm3 clones

Caprinos 15,2 11,4 32,3 8,96 en costa


Vacunos 8,63 13,07 37,9 7,46 machos,
sierra.
Ovinos 10,17 10,7 39,2 7,17 en sierra
Vicuña 14,09 13,09 37,2 12,76 en sierra

Fuente: I VITA (1966, 1974).

Las especies de altura, más bien, muestran una mayor afinidad por el oxígeno y una habilidad también
mayor en el funcionamiento tisular a baja tensión de oxígeno. En estas especies pueden jugar un papel
muy importante los característicos glóbulos rojos de los camélidos, que por su menor tamaño y forma
elíptica u ovoide, ofrecen una mayor facilidad para la difusión del oxígeno.

PEARSON (1951), citado por WINTERHALDER y B.THOMAS (1978), establece que la habilidad para vi-
vir en un medioambiente despejado y seco, para asegurarse el alimento de una vegetación rala y para sobre-
vivir y reproducirse bajo las drásticas condiciones del altiplano, pueden ser más importantes qúe las adaptacio-
nes fisiológicas a la hipoxia. La actividad diurna, los incisivos de crecimiento continuo, la digestión especiali-
zada, el pelaje denso, y la mayor afinidad y mejor difusión del oxígeno constituyen las habilidades que
permiten a la vicuña su vida en la puna.

68
5.5 Piel y Pelaje

El vellón presenta dos capas de fibra. La externa está formada por fibras gruesas y largas, con médula,
originados en los folículos pilosos primarios. La otra capa, interna, es de fibras finas, cortas, sin médula,
que se originan en los folículos secundarios. La densidad folicular es muy alta. Además, la vicuña tiene
zonas de su cuerpo en las que sólo ocurren pelos gruesos y largos de color blanco. Las raíces de los pelos
que están dispuestas oblicuamente a la superficie llegan hasta el límite con el tejido conjuntivo, trans-
pasando la piel. Las fibras crecen en folículos colectivos, de unos 15 pelos en cada uno. El espesor-total
de la piel es muy reducido, sólo en la parte del cuello es mayor. No se distingue diferenciaci6n en capas,
reticular, fibrosa gruesa y papilar fibrosa fina, a la altura de la raíz del pelambre.

El vellón, considerando sólo las fibras finas, tiene una longitud de 3,28 centímetros (2,85 a 4,17 centí-
metros). Las mayores longitudes se encuentran en la región del costillar medio, la cruz, el dorso y el lomo.
La fibra gruesa del vellón presenta, según SANTANA (1978), un porcentaje bajo que llega al 3% . Los pelos
blancos alcanzan su máxima longitud en el mechón pectoral, unos 18 centímetros en promedio, variando
de 13 a 26 centímetros. El diámetro promedio de la fibra fina es de 12 micras (10 a 13,5 micras), lo que
la hace más fina entre las naturales. Su resistencia a la tracción es similar a la del cashmere, ambas un
10% menores que la de la oveja.

Las fibras tienen la cutícula o capa externa de ellas formadas por células planas superpuestas, llamadas
escamas. La forma, número y orientación de éstas influencian la tendencia a afieltrarse, común a las fi-
bras proteínicas. A mayor finura, menor número de escamas. La fibra presenta 97 a 98 escamas por milí-
metro de longitud, mientras que la fibra gruesa presenta de 101 a 106 escamas por milímetro. Las fibras
finas presentan además escamas más pronunciadas, con relación a la superficie. Esta tendencia, medida
a través de la altura de las escamas, no es muy diferente en las fibras del vellón; así se explica la necesi-
dad de revolcarse, que tienen las vicuñas, como un mecanismo que evita el afieltramiento y la disminución
de la acción aislante del vellón.

5.6 Reproducción

Otra característica, esta vez ligada a la reproducción, que revela la adaptación al medio es el extraordina-
riamente alto peso de la cría recién nacida, que es equivalente al 15% (14,5 a 16,5% ) del peso vivo de la
madre. Además, la cría recién nacida muestra un gran vigor, como se trata más adelante.

La vicuña es de costumbres polígamas, la familia — una de las tres organizaciones sociales — está confor-
mada por un macho y una a varias hembras. La madurez sexual se alcanza en un año y, por consiguiente,
hembras a los dos años pueden tener su primera parición. Los camélidos hembras durante la época de pa-
rición no presentan ciclos estruales periódicos, más bien permanecen en estado de receptividad constan-
te, que termina cuando son cubiertas por el macho. En el caso de la vicuña, la reproducción ocurre como
una adaptación al medio, entre los meses de marzo a mayo predominantemente, así la cría nacerá, luego
de un período de gestación de 11 meses, entre febrero y abril, en época de lluvias.

La ovulación es inducida por el coito, de manera tal que de no ocurrir esto, la hembra permanecerá en
celo hasta comienzos del invierno. Este mecanismo es considerado como uno de los más eficientes para
la fertilización del óvulo, pues los espermatozoides depositados en el tracto sexual femenino siempre en-
contrarán un óvulo apto para la fertilización. En alpacas la ovulación ocurre 26 horas despues de la có-
pula y parece ser que el nivel de nutrición provoca trastornos de la ovulación (Sumar, 1979). El ahorro
energético conseguido mediante este mecanismo de reproducción es considerable y significa una ventaja
para la supervivencia en las condiciones desfavorables de la puna.

69
Fig. 15: En este vicuña macho adulto se nota claramente la posición de los testículos y del orificio prepucial, pero también
— en forma rudimentaria — los 4 pezones que caracterizan la ubre de la hembra.

N.o ocurren cambios en el comportamiento de las vicuñas durante la época de apareamiento, la mayor
manifestación que puede ocurrir es que el macho persiga a la hembra para copular.

La hembra adopta una posición de cúbito esternal, postrada como cuando descansa, el macho sobre ella,
sujetándole el cuerpo con sus patas delanteras. La hembra permanece calma y el macho evidencia su exci-
tación. El apareamiento demora unos 30 minutos, lo que es probablemente necesario para estimular la
inducción de la ovulación en esta especie.

Once meses después, en el mes de marzo principalmente, ocurre la parición, de una sola cría por hembra.
Observaciones realizadas por HOCES (1974) y STE IN (1980) describen esta actividad.

En vista que las pariciones ocurren cerca del mediodía y que las hembras se separan de la familia poco
antes de su fase inicial, los sitios de parición no se localizan en las alturas, que están expuestos al viento,
sino y de acuerdo al ritmo diario de actividades, en el fondo de las quebradas, cercanas a los riachuelos.
Asimismo, como la hembra busca mayor comodidad para descansar, por lo general las crías nacen en sitios
planos, de suelo suave.

Los parámetros climáticos observados, durante los partos, fueron temperaturas promedio de 140 C, mí-
nima absoluta de 100 C, máxima absoluta de 220 C; vientos promedios de 3,7 m/s, oscilando entre la
calma y los 7 m/s. Las precipitaciones ocurren, mayoritariamente, por la tarde, así entre las primeras
horas y el mediodía ocurren los partos evidenciando otro mecanismo de la adaptación al medio.

70
Fig. 16: Todavía se desconoce la función de la secreción seborosa que producen las glándulas metacarpales y metatarsales
de la vicuña.

Generalmente, HOCES (1974) observó un nacimiento por día, por grupo familiar y menciona sólo un caso,
sobre cuarenta, de dos nacimientos. Las hembras parturientas muestran una inquietud general, se alejan
del grupo, dejan de pastar, se echan y levantan varias veces o permanecen quietas, con la cola continuamen-
te levantada. En la hembra parturienta nulípara, la inquietud es mayor, camina cortos trechos, se echa y
levanta con mucha frecuencia. El comportamiento del resto del grupo no varía, o sea que no muestra
mayor interés por el nuevo individuo.

La parición se inicia con la salida del líquido amniótico, luego aparece el hocico de la cría, sobre las extre-
midades anteriores rígidamente extendidas. El resto del cuerpo sale en forma gradual y finalmente la
cría cae al suelo. Las hembras multíparas permanecen de pie y así dejan caer la cría; las nulíparas, por
lo general, la dejan caer en posición postrada.

71
Fig. 17: Contrariamente a la opinión generalizada, la crin pectoral de la vicuña no está formada por fibras muy finas, sino
más bien por cerdas inservibles para el hombre.

El parto, desde que aparece el hocico de la cría hasta que ésta cae, tiene una duración promedio de 25
minutos, variando de 6 a 47 minutos. En esta fase, algunas de las hembras juveniles muestran curiosidad
hacia la hembra parturienta.

La cría, desde que nace, es muy inquieta y hace movimientos denodados para levantarse, alterándolos con
períodos de descanso. Se levanta a los 17 minutos, en promedio. Poco después de sus primeros pasos,
rodea a su madre intentando mamar. Su piel demora en secar, alrededor de 64 minutos. 32 minutos después
de nacer, madre y cría se reunen con la familia; las segundinas caen 67 minutos después de iniciado el
parto, y tienen un peso promedio, total, de 2,24 kilógramos.

72
Fig. 18: Como todos los camélidos, las vicuñas copulan en posición echada. El estímulo de la monta es necesario para indu-
cir la ovulación.

Luego de su primera mamada que ocurre a los 44 minutos, en promedio, de haber nacido y con la piel
seca, la cría camina junto a su madre y la imita en la actitud de pastar. No muestra temor frente a los
otros miembros del grupo familiar. Las hembras multíparas se mantienen cerca a su cría, mostrándose
atenta y afectuosa. Las hembras primerizas, en cambio, manifiestan cierta desconfianza e incluso pueden
alejarse de las crías temporalmente. Los otros miembros del grupo, crías y hembras jóvenes, muestran
curiosidad constante ante el recién nacido. El macho, sólo fugazmente se fija en él. No se han observado
casos de hostilidad, de ningún tipo, hacia la cría por parte de los miembros del grupo familiar.

El poco tiempo que requiere el recién nacido para levantarse, para mamar y correr, es indicador del gran
vigor que presenta. Su muy alto peso promedio, de 6 kilógramos, constituye una excelente protección
contra la hipotermia del cuerpo, que puede ocurrir si se conjugan las lluvias, el viento y las bajas tempera-
tu ras.

Cumplido un mes de nacida, la cría inicia la rumia. Es destetada entre los 6 y 8 meses, aunque este perío-
do puede prolongarse hasta los 10 meses. Muy rápidamente, su principal fuente de energía proviene de
las plantas.

73
Fig. 19: Vicuñas en avanzado estado de gestación. La preñez se nota claramente en el lado derecho del animal.

Una forma de expresar el éxito de la reproducción es conocida como la relación número de crías por cada
100 hembras adultas. Son hembras adultas aquellas que pueden quedar preñadas o sea, en el caso de las
vicuñas hembras, desde poco más de un año.

F RAN KLIN (1969), citado en OTTE y HOFMANN (1980), refería una tasa de 76 crías por cada 100 hem-
bras, en el sector de la propia Reserva Nacional de Pampa Galeras, con una tasa de preñez del 85% de las
hembras adultas.

Durante los últimos años en la Reserva Nacional de Pampa Galeras, esta relación ha sido la siguiente:
1975 — 57 crías : 100 hembras
1974 — 59 crías : 100 hembras
1977 — 49 crías : 100 hembras
1976 — 56 crías : 100 hembras
1979 — 22 crías : 100 hembras
1978 — 52 crías : 100 hembras
1981 — 36 crías : 100 hembras
1980 — 29 crías : 100 hembras

74
Fig. 20: Utero de vicuña, con el feto en el cuerno izquierdo, entre los 90 y 120 días de gestación.

reportaban una tasa de preñez de sólo el 58% de las hembras adultas. Esta baja
OTTE y HOFMANN (1980),
tasa y la disminución, que se puede apreciar, en la relación crías por cada 100 hembras, están muy ligadas
a la reducción de la precipitación — un 49% de la precipitación promedio -- ocurrida entre los años 1977
y 1980. Esto resulta en una reducción en la producción primaria de los pastizales, y por consiguiente
en menor alimento disponible tanto para la madre como para la cría. La reabsorción de embriones, la in-
cidencia mayor de abortos, las interferencias con la ovulación, el menor vigor de la cría, la menor produc-
ción de leche materna son, con seguridad, factores importantes en esta reducción de la relación de crías
por 100 hembras.

Superando este primer año de su vida, tan lleno de riesgos, el joven vicuña se ve, ya en mejores condiciones
de vigor, sometido a la acción de los agentes de la mortalidad natural cuya incidencia es menor que la de
aquellos que tuvo que soportar en su primer año.

75
6.0 Organización Social

Las vicuñas no muestran dimorfismo sexual, su identificación en el campo no sería posible de no existir
diferencias de conducta según el sexo. Esta característica origina dos agrupaciones de individuos, claramente
diferenciables. La primera es el grupo familiar que ocupa y defiende un territorio fijo y la segunda es
la tropilla de machos sin territorio propio. Una tercera posibilidad, transitiva, la constituyen los individuos
solitarios.

6.1 Grupos Familiares

Las familias están constituidas por un macho jefe, varias hembras y generalmente las crías del mismo
año, hasta el mes de noviembre, aproximadamente. Durante los últimos años, en la Reserva Nacional de
Pampa Galeras, el tamaño promedio de las familias ha sido de 5,3 individuos, con la siguiente variación:

Año Individuos en promedio


1974 5,9
1975 5,9
1976 5,5
1977 5,2
1978 5,0
1979 4,8

1980 5,1
1981 5,4

KOFORD (1957), observó grupos familiares compuestos, en promedio, de 7 individuos, en lugares con
menor densidad.

El macho dirige a su familia, se mantiene algunos metros alejado de las hembras y siempre está más alerto.
En caso de acechar algún peligro, emite silbidos de alarma, que repiten, también, las hembras y se interpo-
ne entre el peligro y ellas mientras se retiran. Cuando las crías machos alcanzan una edad de 6 a 8 meses
son expulsadas de la familia, por el macho jefe. Con cierta frecuencia, las relaciones entre la madre y el hijo
son todavía tan estrechas, que ésta acompaña a la cría expulsada. Después de la expulsión, hasta la siguiente
parición, la familia está conformada por el macho adulto, las hembras adultas y algunas de las hembras
juveniles.

El 75 a 85% de los grupos familiares habitan un territorio permanente, durante todo el año. El tamaño de
éste es variable y depende tanto del grupo familiar como de la disponibilidad de alimento, en este último
caso, además, cuando el alimento es limitado, se reduce el tamaño de la familia, tal como se ha podido
observar en la relación anterior. El territorio familiar puede tener, según KOFORD, (1957), una superficie
que varía entre 8 y 40 hectáreas. El grupo familiar come y descansa en él. FRANK LIN (1960), Para un caso
especial debido a la influencia humana sobre la especie, subdividía el territorio familiar en territorio de
pastoreo y corredores entre la zona de reposo y el territorio de pastoreo, reportando superficies entre
7 y 30 hectáreas para el territorio de pastoreo y superficies entre 2 a 59 hectáreas para los corredores,
haciendo un territorio familiar promedio de 36 hectáreas.

78
Fig..23: La vicuña cría mordisquea plantas forrajeras desde los pocos días de edad, pero para su normal desarrollo necesita
la leche materna durante 3 a 4 meses.

El territorio es defendido por el macho adulto. Los muchos encuentros entre los machos jefes de familias,
definen los l ímites entre territorios. La defensa consiste en el galope, del macho jefe, hacia el invasor, ante
el cual adopta una postura de amenaza con posición erguida y la cabeza y cola levantada. La persecución y,
en casos extremos, mordiscos, pueden ser una de las fases que siguen. Durante las peleas entre machos
territoriales y machos que los desafían, se pueden escuchar chillidos, muy diferentes a los silbidos de alerta.

La defensa es hecha principalmente contra otros machos, de territorios vecinos o contrincantes, que provie-
nen de la tropilla de machos, pero también puede ser realizado contra hembras de grupos familiares trans-
gresores, especialmente en épocas de elevada densidad. Una o dos hembras pueden unirse a un grupo fa-
miliar sin que el macho muestre hostilidad. Las hembras del grupo son, en principio, hostiles; sin embargo,
unos días cesa la hostilidad y la integración se produce.

El resto, del total de los grupos familiares, un 15 a 25% de ellos se encuentran en otras dos categorías que
FRANKLIN (1969) denomina grupos familiares de territorios marginales y grupos familiares migratorios.
El grupo marginal se encuentra ocupando territorios de menor calidad forrajera, alrededor de las mejores
áreas que ocupan los grupos permanentes. El tamaño y forma de sus territorios son más susceptibles a cam-
bios. Estos grupos familiares corresponden a los formados por machos que abandonan las tropillas, a una
edad de un poco más de tres años, para formar sus familias con las hembras ligeramente mayores de 1 año
que abandonan sus familias, de buen grado o por expulsión, durante la época de parición. Estos grupos
marginales están siempre acechando a los grupos permanentes a fin de asegurarse una parte de mejores
territorios.

79
Al igual como las crías de todos los camélidos, también las vicuñas prefieren descansar con las extremidades delan-
Fig. 24:
teras extendidas.

Los grupos migratorios, tienen un tamaño más pequeño y parecen ser un estadio menos avanzado que el
anterior en la formación de nuevas familias por parte de los machos jóvenes, que se separan de las tropillas.
buscando un lugar donde esta-
Esta clase de grupo familiar muestra una tendencia a vagar, aparentement e
blecerse.

6.2 Tropillas de Machos

Los grupos de machos solteros, o tropillas de machos, están constituidos por agrupaciones de 5 a 50 indi-
viduos. KOFORD (1957) reporta grupos de hasta 75 individuos. Los tamaños promedio, de tropillas de
machos observadas en la zona de Pampa Galeras, han sido las siguientes:

1975 27,6 individuos 1976


1974 15,8 individuos
1977 27,0 individuos*
1976 23,9 individuos
1
1979 24,9 individuos *
1978 18,6 individuos*
1
1981 21,4 individuos *
1980 22,9 individuos*
* En estos años se ha efectuado saca de vicuñas, mayoritariamente de individuos de las tropillas de machos.

80
Fig. 25: En la familia de vicuñas, se reconoce el macho fácilmente por su separación de las hembras y crías.

Las tropillas de machos son agrupaciones sin líder y de desplazamientos indecisos. Están conformadas casi
exclusivamente por los machos juveniles, expulsados de sus familias. KOFORD (1957) afirma que éstos
constituyen los 9/10 del total de individuos. No se ha podido comprobar si los machos adultos expulsados
de sus familias se integran regularmente a estas tropillas. Aunque sí, en raras ocasiones, se ha observado
su presencia en ellas. Como los machos, que han sido líderes de familias, tienen la costumbre de silbar
ante el peligro, lo que constituye una acción que es típica en las tropillas de machos juveniles. Estos, ante
el peligro, sólo miran a la fuente de él y se juntan entre ellos.

Las tropillas constituyen una organización en la cual sus componentes se unen o retiran libremente. Se man-
tienen unidos por el instinto gregario y la tolerancia mutua. Sin embargo, durante la época de reproducción
— el celo — las peleas entre los miembros de las tropillas son frecuentes.

A raíz de la ejecución de las operaciones de beneficio de la vicuña, se ha comprobado que pueden encon-
trar algunas pocas hembras juveniles en tropillas de machos que no han sufrido ninguna interferencia hu-
mana. Si no están en celo, tampoco son tomadas por los machos juveniles. Asimismo, se ha detectado la
presencia de hembras addltas y preñadas en las tropillas de machos, probablemente las madres que no
abandonaron su cría, al ser ésta expulsada de la familia. Estos son casos que ocurren en una mínima ex-
presión, revelando que constituyen alteraciones del comportamiento general.

Las tropillas de machos permanecen en lugares que no son ocupados por las familias. Y en caso contrario,
viven rodeados de éstas en una constante agresión de los machos jefes de familia que tratan de expulsarlos
de sus territorios.

81
El jefe de familia expulsa de su territorio vehementemente a los machos juveniles, que tratan de quitarle algunas
Fig. 26:
hembras.

6.3 Significado y Consecuencias de la Organización Social

El grupo familiar constituye la organización que asegura la perpetuación de la especie, mientras que la
tropilla de machos es la que asegura el vigor de la población. Estas dos agrupaciones involucran, en pro-
medio, 95% de la población total, o sea 67% son grupos familiares y 28% son tropillas de machos.

El resto de la población, vagabundea dispersa, conformados principalmente por machos solitarios viejos o
seniles, constituyendo alrededor de un 5% del total.

La vicuña exhibe una territorialidad más desarrollada que otras especies de mamíferos. Quizás la más
marcada, puesto que ocurre durante todo el año y no solamente en épocas de reproducción, como es el
caso de ciertas especies de antilopes, entre ellas el Uganda Kob (Adenota Kob). Además, la defensa se da
no sólo contra los machos sino que incluye a hembras, de otros grupos familiares, e involucra, incluso,
la expulsión de los crías machos de su propia familia.

La territorialidad de la vicuña puede tener un papel importante en el mantenimiento de una adecuada


carga sobre el recurso alimenticio, cuando logra la prevención de una superpoblación. Los machos jóvenes
deben pasar un mínimo de dos años en las tropillas, tiempo en el que no contribuyen a incrementar la po-
blación, a pesar de ser maduros sexualmente. Luego luchan con otros para ocupar un territorio en un
área disponible y luego migrar, a fin de fijar un territorio de calidad para asegurar el bienestar de su familia.

82
Fíg. 27: El jefe de familia amenaza a dos crías, que evitan su expulsión de la formación social por su postura de sumisión.

Las hembras juveniles que abandonan sus familias y no son conquistadas por machos jóvenes que se encuen-
tran estableciendo territorios, representan individuos que no se sumarán a la población por la acción de pre-
dadores, enfermedades, hambruna o cazadores furtivos, con lo cual se reduciría la fracción reproductora.

Por otro lado, la defensa del territorio absorbe la mayor parte de la carga agresiva del macho líder. Si se
reduce el número de machos en las tropillas en forma desmesurada, esta agresión se puede volcar sobre
las hembras de propia familia. Es interesante anotar que los diferentes grupos familiares transgresores
de un territorio, son tratados diferencialmente por el macho líder defensor. Los grupos familiares con
territorio permanente y conocidos por el macho defensor son más tolerados que los grupos familiares
marginales, también conocidos por el defensor, y éstos a su vez son más tolerados que los grupos fami-
liares migratorios, desconocidos por el macho defensor.

El reconocimiento de las diferentes agrupaciones, en el campo, es relativamente sencillo, aunque siempre


se presenten posibilidades de confusión. El grupo familiar se reconoce tanto por su tamaño como por la
actitud del líder, un tanto apartadd de las hembras y crías. No es posible diferenciar, por características
externas, ambos sexos, ni siquiera por otras actitudes como el silbido de alerta, que emite primeramente
el macho pero luego es repetido por los otros miembros de la familia, o las posturas para la micción y/o
defecación. Las crías hasta los 8 meses de edad se identifican por el tamaño y el color del pelaje que es
más claro. A partir de esa edad hasta los dos años sólo se diferencian por el tamaño.

83
7.0 Ritmo Diario de Actividades

Para evitar las corrientes de aire frío, que debido a su peso específico pasan por las partes bajas, los grupos
familiares tienden a dormir en las partes altas de sus territorios. En los casos específicos de disturbios
ocasionados por el hombre, durante la noche cuando los mecanismos de defensa territorial se atenúan,
los grupos tienen la tendencia de reunirse en sitios de difícil acceso.

Durante la noche, las vicuñas descansan en posición postrada. La salida del sol es la que determina, prin-
cipalmente, el inicio de las actividades. Entre el momento en que sale el sol y el retiro de la vicuña de los
dormideros, pasa alrededor de una hora. Las observaciones de KOFORD (1957) indicaban que las tropillas
de machos se levantaban un poco más temprano y tenían así la posibilidad de pastar temprano, pues du-
rante el resto del día estaban sometidas a las perturbaciones que originaban los machos líderes de familias
defendiendo sus territorios. Durante el resto del día, el grupo familiar recorre su territorio, pastando y des-
cansando, con un ritmo tal que, generalmente, llegan a las partes más bajas alrededor de mediodía. Du-
rante este recorrido toman agua si es que encuentran fuentes de ella. Generalmente éstas se encuentran
en las partes más bajas del territorio y si su tamaño es suficiente, pueden, eventualmente, bañarse. Este
baño tiene algunos segundos de duración y para realizarlo, la vicuña entra al agua, y luego se postra en
el lecho de la fuente; mueve las patas de tal manera que el cuerpo sube y baja en el agua; es cuello es semi-
sumergido varias veces.

Las observaciones indican que las vicuñas beben una vez al día. Excepcionalmente, en días muy secos,
pueden beber hasta dos veces. Por la tarde inician el retorno a las partes altas de sus territorios, recorriendo
aquellas partes no visitadas en la mañana. La actividad de pastar se intensifica, durante la tarde, a fin de acu-
mular suficiente alimento para pasar la noche.

El forrajeo consume la mayor parte del día. El animal no dedica a cada planta mas de 1/2 minutos prome-
dio, ni utiliza solamente una parte de la misma, sino que alterna entre las partes verdes y las hojas más
duras y secas.

Esta acción de mordisqueo es acompañada de constantes observaciones de los alrededores, en especial


por parte de los machos líderes de familia.

Durante el recorrido diario del territorio, las vicuñas realizan también sus baños de arena en los revol-
caderos ya descritos. Estos son utilizados tanto por los grupos familiares como por las tropillas de
machos. VENERO (1979) , refiere que, para revolcarse, la vicuña se coloca en posición de cuclillas, en
un extremo o al centro del revolcadero, y luego gira sobre su eje longitudinal, por el dorso. Se voltea y
vuelve hasta cuatro veces y durante no más de medio minuto. Las crías también se revuelcan, a partir de
los 3-4 meses de edad. El revolcarse es una acción imitada por los otros miembros de las diferentes agru-
paciones, que siguen al primero que se dirige al revolcadero. Varios individuos pueden revolcarse simultá-
neamente.

Todos los camélidos tienen la costumbre de efectuar sus deposiciones sólo en ciertos lugares, dando lu-
gar a acumulaciones denominadas estercoleros que constituyen montículos de color negro, fácilmente
distinguibles en el campo. Las vicuñas defecan hasta cuatro veces al día. Los individuos se acercan a los
estercoleros con la cola levantada, golpean ligeramente el centro del estercolero con las patas anteriores
y para la defecación o micción juntan las extremidades anteriores y separan las posteriores. Los ester-
coleros, analizados por VENERO (1979), tienen de 0,9 a 4,1 metros de largo y de 0,8 a 3,9 metros de an-
cho. Se puede distinguir un estrato exterior que está formado por el estiércol fresco o seco aún no descom-
puesto y que tiene un espesor promedio de 3,2 centímetros. Un segundo estrato interno puede diferen-
ciarse, a su vez, en dos subestratos. Ambos hacen un espesor que va de 1 a 11,5 centímetros, que con los
del primer estrato suman un espesor total que varía entre 4,2 y 14 centímetros.

88
La fauna de invertebrados detectada en el estrato exterior reune 7 familias del orden Arachnida, una fami-
lia del orden Miriápoda, y por lo menos 11 familias de Insecta. En el segundo estrato, primer subestrato
se han detectado 5 familias de Arachnida, al menos 9 familias de Insecta y en el segundo subestrato 2
familias de Arachnida, una de Miriápoda, una de Nemátoda y al menos 7 familias de Insecta. Algunas aves
frecuentan estos sitios, en donde encuentran alimento. También lo hace el zorrino (Conepatus rex). Pros-
peran también algunas plantas, tres especies han sido identificadas.

Estos estercbleros albergan ectoparásitos de los camélidos por lo que constituyen fuentes -de contagio.
Sin embargo, su ubicación fija y el que la vicuña vaya hacia ellos traduce, más bien, una costumbre adqui-
rida justamente para restringir la acción de estas posibilidades de contagio.

Los estercoleros utilizados en los recorridos diarios de los grupos familiares, son también usados por las
tropillas de machos e incluso por camélidos domésticos. Están presentes en cualquier parte del territorio,
sean planas o con pendientes.

8.0 Alteraciones del Comportamiento

En el habitat de la vicuña se desarrollan, desde hace centenares de años, actividades de pastoreo, de espe-
cies domésticas, exóticas y nativas.

El ganado ovino y las alpacas pasan la noche en los corrales, los cuales dejan en la mañana, una hora o una
hora y media después que las vicuñas han iniciado su recorrido del territorio familiar. Durante su recorrido
durante el día el ganado atraviesa más de un territorio de vicuñas. El macho jefe de familia no defiende
éste, de las especies domésticas acompañadas por el hombre y más bien, luego de los silbidos de alarma,
se aleja con sus hembras y crías, para retornar al abandonar, el área, las especies domésticas.
La competencia por el alimento no es necesariamente grande, pues la vicuña puede aprovechar plantas
forrajeras que para el ganado doméstico son inaccesibles por el tipo de mordisqueo. Cuando ocurren si-
tuaciones de sequía y, consecuentemente, de disminución de alimento, las alteraciones que produce el
excesivo número de herbívoros, obligan a las vicuñas a variar su comportamiento alimenticio. El tiempo
que dedican a pastar aumenta. OTTE y HOFMANN (1980) reportan un incremento del 15 al 20% en el tiem-
po de pastoreo durante los años 1978 a 1980, años que se caracterizaron por una reducción considerable
de las lluvias. La ingestión de alimentos ocurre incluso en noches con luz de luna. Además, en vista de
la gran reducción de los pastos preferidos, las vicuñas se ven obligadas a forrajear en especies a las que,
en épocas normales, no presta atención tales como el ichu y la tola. Estas alteraciones podrían ocurrir
sin la presencia del ganado doméstico, pero no serían tan grandes o graves como cuando éste se suma.

Otro problema radica en la acción de los perros de los pastores, que atacan a todas las otras especies pre-
sentes en el habitat. Esta acción se puede agravar, cuando el pastor pierde el control sobre los perros,
hasta producir desplazamientos de los grupos familiares, que se traducen en un incremento de las peleas
entre machos. Este mismo efecto puede ser producido por la presencia de hatos grandes de ganado e inclu-
so por la acción de cazadores furtivos en áreas aledañas.

En época de parición, los perros se constituyen en un factor principal de la reducción del número de crías
sobrevivientes. Uno que otro pastor también, especialmente en los primeros minutos después de terminado
el parto, cuando las crías aún no pueden moverse contribuye a la baja de la tasa de incremento. Estas
acciones se traducen en una marcada excitación de las vicuñas ante la presencia del hombre y en un incre-
mento de la distancia de fuga.

La distancia de fuga es mucho mayor ante el hombre que ante los vehículos. La forma y volumen de
éstos causan en la vicuña menos recelo que una silueta humana. Frecuentes casos de accidentes en la
carretera ocurren por esta falta de recelo. Si la distancia de fuga ante vehículos incrementa, así como el
nerviosismo de las agrupaciones ante ellos, es evidente que las diferentes agrupaciones son molestadas,
e incluso cazadas, desde ellos.

89
9.0 Enemigos Naturales

9.1 Perro Doméstico

En las condiciones de un habitat inalterado, los predadores grandes no están en condiciones de originar
el exterminio de su presa. En interés de su propia supervivencia no le "conviene" a un carnívoro la des-
aparición de su presa, pues eso significaría el estrechamiento de la base de su subsistencia. Esto es un
principio ecológico bien conocido. Pero este equilibrio dinámico existe solamente en áreas naturales de
gran extensión, sin mayor intervención del hombre. Esto no es el caso de la mayor parte de las áreas de
manejo actual de la vicuña. En su gran mayoría, esas áreas son terreno de libre pastoreo y sin una cate-
goría especial de protección. En este espacio vital, que es la puna, el hombre interviene desde hace cien-
tos de años mediante la caza de animales silvestres, y sobre todo, por el pastoreo de sus inmensas manadas
de ganado autóctono y exótico. Para la ejecución de estas actividades, como guardián y compañero, tiene
al perro.

Estas dos especies de mamíferos, hombre y perro, han cambiado radicalmente la situación de la vicuña
silvestre. Los perros vagos son para las poblaciones de vicuñas los peores azotes, después del hombre.
Estos animales son cazadores de acoso, de actividad diurna. En los primeros kilómetros de persecución
desarrollan una velocidad inferior a la vicuña, pero por su tenacidad la cansan y atrapan finalmente. Du-
rante las correrías ahuyentan todas las vicuñas del sector, peor aún, si éstas ya identifican a los perros
como sus perseguidores. Parece increíble, pero es cierto: los canes pueden causar el desplazamiento de
miles de vicuñas. El daño es aún mayor cuando intervienen dos o tres a la vez. Estos perros no emigran
sino que a menudo que se quedan en la puna, después del retiro de los pastores a zonas más bajas. En todos
los casos, los perros comienzan a dar muestras de independencia debido a la alimentación deficiente que
reciben de sus amos, la que generalmente consiste de desperdicios. Por eso, la prevención eficiente para
combatir los perros vagos debe incluir tanto la alimentación adecuada de los canes de los pastores, como
su amaestramiento básico. Es necesario combatir desde su inicio la cacería que hacen los perros vagos.
En casos avanzados, se puede impedir esas cacerías colocando un palillo en el collar del perro y que gol-
pee las extremidades cuando desarrolla carreras rápidas. Otra medida práctica consiste en levantar con
una soguilla una de las extremidades delanteras hacia el collar. Este método no impide los movimientos
moderados.

En poco tiempo, apenas algunas semanas, las vicuñas están en alerta ante los ataques de los perros, dejan-
do de ser presa fácil, y éstos comienzan a atacar al ganado. Los perros concentran sus correrías en los
animales de los pastores más pobres, quienes viven en la puna durante todo el año por falta de tierras
en los valles. Sólo ante estos ataques de los perros se producen denuncias ante la policía.

La lucha contra este flagelo de la vicuña es más difícil todavía por la capacidad que tienen los perros de
interpretar perfectamente el comportamiento humano. Mientras los perros se acercan a los pastores sin
recelo y hasta enseñan los dientes en caso de ser sorprendidos con su presa, se escapan furtivamente de
los vigilantes armados. Es casi imposible vencer su astucia después de un tiro errado, pues huyen de inme-
diato del hombre sin la usual parada y mirada desde unos 100 metros de distancia, que bastaría a un ti-
rador experto para abatirlos.

Su exterminio se logra únicamente con personal muy motivado en su trabajo, y no con personas que cum-
plen con sus horas. de servicio a duras penas. Lo más seguro es aprovechar la costumbre inalterable de este
animal doméstico que puede dormir dentro o cerca de chozas y corrales abandonados. Las patrullas de-
ben prestar especial atención a estos sitios en las madrugadas y al anochecer.

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El enorme daño que causan los perros, por la matanza y el cambio en el comportamiento de las vicuñas,
puede traer abajo el trabajo de muchos años. Eso justifica su erradicación con todos los medios dispo-
nibles. Como son animales domésticos y no pertenecen a la fauna silvestre, gozan únicamente de una
protección legal limitada. Esto significa que también se les puede capturar con trampas de arco, que se
colocan cerca de los animales que ellos han sacrificado. Con cierta práctica y con la debida precaución,
el personal de vigilancia puede obtener buenos resultados. Sin embargo, los guardas deben abstenerse
colocar veneno, por los graves daños que origina su aplicación indiscriminada en las diferentes especies
de la fauna silvestre y los animales domésticos. Por eso, debe encargarse a un personal especializado eje-
cutar esta drástica medida, como última alternativa, en casos desesperados.

9.2 Zorro Andino

El zorro andino (Dusicyon culpaeus), con un peso de unos 10 kilos en los machos adultos es inferior en
esto a una raza mediana de perro. Sus extremidades bien proporcionadas le permiten desarrollar carreras
rápidas. De los perros de igual tamaño y color semejante se les puede distinguir claramente por la cola
larga y tupida y el cráneo delgado. Otras particularidades de la especie son la cola con punta negra y cerca
de la rabadilla una mancha negra muy marcada, que se nota de cerca. Estas características lo hacen más
semejante a un coyote norteamericano, que a las otras especies de zorros.

Contrariamente al perro, el zorro es más activo en el crepúsculo y en la noche. En la época de reproduc-


ción se pueden encontrar ambos sexos durante cualquier hora del día. Zorras preñadas o amamantando
a sus cachorros se pueden encontrar durmiendo profundamente en plena luz del sol, delante de sus ma-
drigueras. Cuando están en busca de alimento para sus crías, no huyen tanto del hombre, sino que se
acercan a él a poca distancia, rodeándole o siguiéndole más de 100 metros. Las madrigueras ocupadas se
reconocen a una distancia de unos 100 metros, por su olor penetrante de zorro, y por los excrementos.
Las heces de los cachorros se encuentran también en las inmediaciones.

Llama la atención la costumbre del zorro de llevar huesos grandes a su madriguera. Entre éstos abundan
partes del esqueleto de alpacas, llamas y vicuñas. Estas evidencias no permiten determinar si el zorro atacó
y mató a los animales, o los encontró moribundos o muertos.

En el campo, toda la familia de vicuñas observa atentamente a los zorros con los cuellos característicamente
erguidos, si este predador pasa lejos. Si está más cerca, todas lo persiguen, pateándolo fuertemente hasta
lograr la expulsión de su territorio. Aunque faltan observaciones directas, se puede decir que este compor-
tamiento cambia durante la noche. Eso lo demuestran las vicuñas que son encontradas muertas con las
típicas marcas de los colmillos de zorro en el cuello. Estos ejemplares de vicuña son exclusivamente indi-
viduos seniles o debilitados por heridas y enfermedades, por eso, es muy probable que el zorro las libere
solamente de una muerte lenta.

Aunque se ha observado el extraordinario ataque de dos zorros a llamas adultas y sanas, faltan hasta la fe-
cha pruebas de casos semejantes en vicuñas. Así, parte de muchas sospechas, hay todavía muchas incóg-
nitas sobre el papel que juega el zorro en relación a las poblaciones de vicuña.

Por otro lado, es innegable que el zorro entra a los corrales que no son vigilados por perros, matando en
una sola noche varios ovinos o causando pánico entre ellos, de tal manera, que toda la manada escapa
espantada. Por eso, los pastores en toda la extensión de la puna insisten en que el personal de vigilancia
armado elimine los zorros que encuentran durante su servicio. Esta exigencia, con el fin de mantener una
buena colaboración, se debe cumplir en las áreas comunales de pastoreo libre.

El zorro andino es tan astuto, acomodadizo, desconfiado y tiene un habitat tan inmenso, que todas las
medidas de persecución solamente pueden reducir sus poblaciones a un número soportable de individuos,
pero no podrán ponerlo fácilmente en peligro de extinción.

91
9.3 Puma

El puma (Feliz concolor), no obstante su fuerza y agilidad, normalmente no es un enemigo importante de la


vicuña, pues evita las llanuras amplias, que no le ofrecen escondites para acercarse sigilosamente a su presa.
Sus visitas a la puna son transitorias, y siempre se retira de ésta hasta la madrugada. En los Andes, el habitat
principal de este gato grande son las roquerías y precipicios, con vegetación arbustiva. En las partes bajas el
venado de cola blanca constituye su presa principal, y en las partes altas, entre las punas y la nieve perpetua,
el ciervo andino. En estos sitios tiene una ventaja sobre los herbívoros grandes, a los que alcanza con _
grandes saltos. Frecuentemente, se alimenta también de los animales domésticos cerriles, especialmente de
burros, pero también de terneros y potrillos.

Aparte de las huellas y las raras observaciones directas al atardecer, es posible detectar la presencia del
puma por su costumbre de arrastrar la presa a roquerías o sitios cubiertos de arbustos, dejando así ras-
tros inconfundibles. El puma entierra los restos de su presa, cubriéndolos con arena y pasto, para regre-
sar en los días siguientes. A pocos metros de distancia se encuentran manchas de orina, de olor pene-
trante.

Después de una cacería exitosa, el puma se desplaza a otro sitio y no regresa antes de dos semanas, apro-
ximadamente. Por esta razón, el daño originado por el puma no tiene mucha importancia para el desarro-
llo de las poblaciones de vicuñas.

La situación cambia, si una hembra de puma debe alimentar a sus cachorros, que todavía no pueden salir
de la madriguera. En estos casos, sucede que el puma mata noche tras noche una vicuña, todas en sitios
no muy distantes. La razón de esta aparente voracidad se puede explicar fácilmente.

Todavía es peor, cuando el puma entra también a los corrales de los pastores, matando en una sola noche
varios ovinos, alpacas o llamas, para escapar finalmente con un solo animal. En este caso, contrariamente
al zorro, no intervienen los perros del campesino, los que se alejan gimiendo. Los zoólogos saben bien,
que este éxtasis es inducido artificialmente por la situación de la presa, que difiere totalmente de lo normal.
Pero eso es un magro consuelo para el campesino, cuyo capital y sustento se ven disminuidos, pues por
esta pérdida nadie lo indemniza.

La buena colaboración con los lugareños exige un apoyo inmediato, pues en muchos casos el puma estará
todavía cerca: ya sea la hembra con cachorros en su madriguera o el puma solitario en un escondite cerca
del agua. El habitat de este carnívoro es tan grande y de difícil acceso, que para la población total de
ellos no tienen gran importancia los pocos individuos de la especie, especializados en ganado y vicuñas. Su
caza exitosa siempre será una sola casualidad.

9.4 Cóndor

No obstante la cobertura, el cóndor ( Vultur gryphus) ubica al ejemplar de vicuñas matada por el puma y
comienza a revolotear. Debido al contacto visual entre congéneres, en poco tiempo se concentra una can-
tidad considerable de estos buitres. Con esta seña es fácil para el pastor encontrar el ejemplar muerto.
A este lugar se dirigen las diferentes especies de aves carroñeras pequeñas, que ya están comiendo y se
retiran cuando sienten el hombre. Los restos de un mamífero muerto son para el campesino un regalo
bien venido, pero el puma pierde su acopio y está obligado a conseguir otra presa para satisfacer su hambre
y la de sus cachorros. Este daño concentrado en un solo sitio es considerable y puede justificar la persecu-
ción del ejemplar de puma que lo produce.

92
El cóndor, aunque pertenece a los buitres, también mata vicuñas, si es que tiene polluelos en el nido y 11,
no encuentra carroña para su alimentación. Ataca a un ejemplar joven de vicuña, parándose sobre su espal-
da y simultáneamente lo picotea y le golpea la cabeza con sus alas. Por el susto, el dolor y el peso del
cóndor, la vicuña entra en pánico, y en el terreno pedregoso cae agotada después de una carrera de pocos
minutos. Las madres siguen al cóndor, pero tienen miedo de atacarlo directamente. Esto se ha registrado
con toda exactitud en vicuñas, alpacas, llamas y terneros.

Estas aves gigantescas ya son tan raras, que estas acciones aisladas no repercuten en el desarrollo de la
población de vicuñas.

93
ENFERMEDADES DE LA VICUÑA
ENFERMEDADES DE LA VICUÑA 11,

Es evidente que para el caso de la vicuña falta información sobre la importancia de los diferentes factores
diezmantes. Actualmente, en el factor "mortandad natural" se considera en general todo el conjunto dé
pérdidas por enfermedades, por enemigos naturales y por accidentes.

Como ya se ha visto, desde hace muchas décadas la acción negativa del hombre es la que más influye en las
poblaciones de vicuña. Por ello, se presenta la necesidad de crear proyectos especiales para el manejo de
la vicuña. El hombre puede intervenir directamente en las poblaciones de vicuña, mediante las diferentes
actividades de caza, o indirectamente por la introducción de diferentes especies de ganado exótico y la cri-
anza de ganado autóctono, que reemplaza a las vicuñas o compite con éstas.

Un rol negativo cumplen también los perros, traídos por el hombre como cazadores de acoso. A todo esto
se suma que se han perdido vastas áreas para la vicuña debido a que en ellas se realizan actividades agríco-
las.

Para la regulación de la densidad poblacional, igual importancia parcial presentan los enemigos naturales.
Para los herbívoros grandes faltan hasta la fecha evidencias que demuestran que los carnívoros son capaces
de ejercer una acción decisiva en el desarrollo de las poblaciones de su presa. Sin embargo, tal circunstancia
no disminuye en nada su importante rol sanitario y ecológico.

Generalmente se sobreestima el papel que juegan las enfermedades en el desarrollo de una población de
mamíferos silvestres. Las pérdidas masivas, aún las epizootías, siempre son la excepción. A veces aparecen
como un último mecanismo de regulación destinado a disminuir la superpoblación, después que fracasa
un engranaje complejo y sutil de factores, como son la suspensión del estro, falta de concepción, abortos
tempranos, disminución del número de crías en las multíparas y las normas de comportamiento social que
impiden concentraciones grandes de individuos en determinadas áreas.

1.0 Enfermedades Infecciosas

A las enfermedades causadas por la 'invasión y el desarrollo de virus, bacterias, hongos, y heces, se denomina
enfermedades infecciosas. Para su desarrollo, el agente debe estar en condiciones de desplegar efectos pató-
genos, sobrepasando las barreras de resistencia e inmunidad, contrarias a la disposición del organismo ani-
mal hospedero. Muchas de las enfermedades infecciosas se pueden desarrollar solamente por la suma de di-
ferentes factores favorables para la enfermedad. Contra determinados microbios existe también, aparte de
la resistencia específica de la especie, una inmunidad del individuo, adquirida durante la vida.

j
97
1.1 Fiebre Aftosa

Las grandes epidemias de fiebre aftosa han afectado gravemente en la región altoandina a las diferentes
especies de rumiantes domésticos y al ganado porcino. Afortunadamente, en animales silvestres han cau-
sado leves daños y muy localizados, limitándose a casos de pastoreo mixto, como el que existe entre ovinos
y ciervo andino o entre caprinos y venado de cola blanca.

El virus de esta enfermedad, de amplia distribución en el planeta, entra al cuerpo por diferentes caminos,
pero generalmente con el forraje. Alrededor de siete días después se forman ampollas en los sitios de entra-
da, especialmente en la encía, en la cara interior de los labios y en la lengua de los rumiantes. Las aftas
contienen un líquido amarillento, lleno de agentes de la enfermedad, que tienen poca fuerza de contagio
hasta unos cinco días después de la manifestación. Las ampollas se revientan en el mismo día de su des-
arrollo y en su lugar se forman úlceras con fondo rojo oscuro y aureola clara en los alrededores. Más tarde,
aparecen costras, a las que sigue el restablecimiento completo de la piel afectada.

Del sitio de la infección primaria, el virus llega a todo el cuerpo por la vía sanguínea, afectando especial-
mente las pezuñas, cuya capa córnea se afloja, y en los casos graves se desprende.

En este estado, las bacterias secundarias.originan enfermedades muy graves en el organismo debilitado. La
autopsia descubre en el rumen alteraciones semejantes a los de la gingiva, además de la degeneración del
músculo del corazón, caracterizada por pequeños puntos de color gris.

En el campo, los individuos enfermos se reconocen por la salivación muy fuerte y paso inseguro, en el caso
que las pezuñas se encuentren afectadas.

No obstante las frecuentes epidemias de fiebre aftosa en las diferentes localidades de la región altoandina,
no se ha observado esta enfermedad en los camélidos sudamericanos, silvestres o domésticos, con excepción
de un caso reportado en el Departamento de Puno. En forma experimental se logró la infección de llamas y
alpacas por inoculación del virus (Moro, et al. 1971). La cohabitación de los individuos infectados con
otros sanos, de esta manera expuestos a cantidades muy grandes del virus, produjo un 60% de casos con
infecciones benignas, limitándose a lesiones leves en las lenguas y las pezuñas. De esta manera, también
es factible que el ganado alpacuno porte la enfermedad en forma latente, y puede infectar a los rumiantes,
si están en contacto cercano, como ocurre bajo las condiciones del mantenimiento conjunto de alpacas y
ovinos en las estancias pequeñas.

Durante las epidemias de la fiebre aftosa se ha prestado mucha atención a la observación del estado de
salud de la vicuña, pero no se ha registrado ningún caso de esta enfermedad. Aunque probablemente se
puede lograr su infección experimental, la vicuña silvestre no representa ningún peligro ni interviene en la
proliferación de la enfermedad, debido a que no mantiene contacto cercano con las especies susceptibles.
Si bien el contagio es factible por diferentes caminos, en el campo se produce generalmente por el consumo
de forraje infectado. Los encuentros entre el ganado y la vicuña son muy escasos debido a la estricta terri-
torialidad de la especie silvestre, siendo a la vez mínimo el desplazamiento del ganado enfermo.

Por estas razones, se puede sostener con seguridad que las vicuñas silvestres no constituyen fuentes de infec-
ción. Esto se comprueba, entre otros, por el retroceso que se ha producido de todas las epidemias de la
fiebre aftosa mediante la vacunación de los rumiantes exóticos domésticos, sin tratar a los camélidos domés-
ticos y mucho menos a los silvestres. Es así, que, no obstante la presencia de las vicuñas, no se han manifes-
tado nuevos brotes en los años siguientes. Las nuevas introducciones han llegado por medio de animales
domésticos, tal como se comprobó fehacientemente. En los lugares o poblaciones recuperadas de vicuñas
y aún en áreas superpobladas, no ha aumentado la frecuencia ni se ha agravado o prolongado el desarrollo
de las epidemias de la fiebre aftosa en los rumiantes.

98
Aunque no existe un peligro inmediato para la vicuña, los responsables del manejo de la fauna silvestre
deben ejecutar acciones profilácticas y garantizar el óptimo estado de salud de la especie a su cargo, reali-
zando una rigurosa caza sanitaria, cuando sea necesaria, y manteniendo un equilibrio entre el número de
vicuñas y el pasto disponible.

Dada la incidencia de esta enfermedad en el ganado bovino, ovino y caprino, que trae consigo una alta mor-
tandad y enormes gastos por pérdidas en la producción y los elevados costos de las campañas antiaftosas,
todos los guardafaunas -deben conocer los síntomas que se presentan en el ganado. En la ejecución de los
patrullajes diarios, ellos mismos pueden observar las primeras manifestaciones de la enfermedad, por lo
menos cuando se trata de ganadería extensiva de bovinos sin cuidantes permanentes o de los hatos de ovi-
nos, acompañados solamente por pastores ancianos o niños.

En estos casos, los guardas deben informar inmediatamente, de manera obligatoria, a los organismos compe-
tentes por conducto regular o directamente ente el servicio veterinario oficial y a la policía.

1.2 Bacilosis Coli

En vicuñas crías de tres a seis semanas de edad, que sobrevivieron después de la parición a los efectos de una
hipotérmia del cuerpo, se observaron síntomas de una enfermedad, conocida en el ganado alpacuno como
diarrea atípica de las crías (Miller, 1974).

El agente patógeno es la bacteria Escherichia coli, que habita regularmente en el interior del intestino de
animales sanos y del hombre. De igual manera que otros microorganismos unicelulares oportunistas, des-
arrolla actividades patógenas solamente en casos de individuos predispuestos. Una situación típica se
presenta por la debilidad general del organismo después de la hipotermia y más aún en combinación con la
alimentación insuficiente de leche materna. Esta última situación se produce no solamente en años secos
y de poca producción de materia vegetal, sino también por el sobrepastoreo deducido por animales domés-
ticos, que sobrepasa la capacidad de carga del área. Mientras el ganado se retira a medida que disminuye el
forraje, las vicuñas están obligadas de quedarse en la puna, sufriendo todas las consecuencias.

En los individuos afectados se observa una diarrea profusa, con heces de color amarillento. La postración
se manifiesta por la indiferencia hacia el ambiente, la inapetencia, los frecuentes períodos de descanso y
la separación de la familia. La continua pérdida de cantidades grandes de líquido por la diarrea, que no se
recupera con nueva ingestión de agua, debido a la afección del intestino, lleva el cuerpo rápidamente a un
enflaquecimiento y exsicosis, resultando la pérdida general de peso, presentando abdomen abultado. Hasta
la muerte del individuo pasan pocos días, máximo una semana.

La autopsia constata inflamación de la mucosa del abomaso y del intestino, acompañada por hinchazón
de los nódulos linfáticos intestinales. Los órganos internos manifiestan marcada hiperemía. Muchos indi-
viduos presentan también una bronconeumonía catarral aguda, no contagiosa.

La diagnosis se comprueba mediante el cultivo de las bacterias. Las medidas profilácticas disponibles para
animales domésticos, ya sea la vacunación o el tratamiento terapéutico de las recién nacidas, no se pueden
aplicar en animales silvestres, como la vicuña, y tampoco son necesarios. Es más importante crear condi-
ciones que garanticen la buena salud de la madre, el desarrollo normal del feto y la abundante producción
láctea. Eso se logra sobre todo por la limitación del número de individuos, que debe coincidir con la produc-
ción del pasto y el comportamiento social de la especie.
Esta enfermedad tiene distribución mundial. Los síntomas cambian con cada especie y originan pérdidas
considerables entre las crías. Según las manifestaciones características se aplican también nombres diferen-
tes. Es sobre todo interesante conocer, que la misma cadena de factores, como son la superpoblación,
escasez de pasto, debilitación de salud y factores climáticos desfavorables, producen también la patogeni-
cidad de Escherichia coli en las crías del reno que habita las tundras árticas, con condiciones climáticas
muy semejantes a las tundras andinas, que constituye el habitat de la vicuña (Clausen, et al, 1980).

Esta bacilosis se podría confundir con la Diarrea bacilar o Enterókemia de las crías, producida por bacte-
rias del género Clostridium. Esta enfermedad origina pérdidas considerables en las crías de alpaca de una a
seis semanas de edad. Se desarrolla especialmente en los individuos mejor desarrollados y en óptimas con-
diciones de alimentación, pero criados bajo condiciones de higiene deficientes. Hasta la fecha, esta enfer-
medad no ha sido reportada para la vicuña.

1.3 Fermentación Anormal

A las vicuñas supuestamente encontradas (abandonadas) en el campo, las personas ignorantes les ofrecen
leche de cabras o vacunos, frecuentemente mezclada con agua y en deficientes condiciones higiénicas. Des-
pués de una buena aceptación inicial, las vicuñas capturadas demuestran en el segundo día inapetencia, se-
guida por una postración. Pocas horas más tarde se desarrolla un fuerte timpanismo y diarrea profusa. En
algunos casos, se observa también una disnea intensa.

Frecuentemente, poco antes de la muerte, los animales afectados emiten quejidos, posiblemente debido al
dolor abdominal, y las orejas se encuentran dirigidas hacia atrás. Los animales ya no son capaces de levantar-
se, sino que se quedan echados, por lo general en posición lateral, con las extremidades estiradas y la cabeza
apoyada en el suelo.

En la autopsia se notan sustancias blandas y aglomeradas en el abomaso y el intestino delgado y además


gran cantidad de líquido transparente. Con frecuencia se encuentra también en el estómago piedrecitas,
maíz, pan, caramelos, papel, trapos y otros cuerpos extraños, que se ofrecieron a los animales o que podían
ingerir en los sitios de crianza, en las chozas y en las casas de los habitantes del lugar.

En la mayoría de estos casos se trata de fermentaciones anormales, producidas por la ingestión de bac-
terias existentes en el ambiente extraño en el que se mantiene a esos animales capturados o recogidos,
que es diferente al entorno natural de la puna.

En casos avanzados, cuando ya existe cianosis y no se escuchan los ruidos peristálticos, la debilidad general
hace ilusorio cualquier intento de curación y la muerte es inevitable.

En las afecciones ligeras se aplica unos 200 milígramos de antibióticos purificados, como aureomicina o
terramicina, mezclados en una copa de agua tibia, repitiendo este tratamiento el día siguiente. Los indivi-
duos quedan bajo techo en un ambiente seco y fresco. Para su alimentación se diluye leche en polvo en
agua, comenzando con cantidades pequeñas (Ferrari, 1972).

100
1.4 Actinomicosis

Raras veces se observan ejemplares de vicuñas silvestres afectados por actinomicosis, que en los casos avan-
zados produce la osteomielitis del hueso afectado. Esta enfermedad del tejido óseo es causada por el Cory-
nebacterium israelí. También participan gérmenes biógenos y el Actinobacllus lígnieresi, que origina el
actinomicosis de la piel y de los tejidos blandos. Esta última infección no se ha observado todavía en la
vicuña.

Los gérmenes se encuentran generalmente en el suelo. Como parásitos habitan el intestino, el aparato res-
piratorio y la piel. La enfermedad es cosmopolita y se desarrolla en muchas especies diferentes de animales
y también en el hombre.

En los herbívoros la infección es producida, generalmente, por un cuerpo extraño (ejemplo, tallo de planta
o espina), que lesiona el sector entre el cuello de un diente y la gingiva o en una herida formada por el des-
prendimiento de un diente deciduo. El proceso inflamatorio que sigue a la herida constituye un buen sus-
trato para la transición fácil del agente patógeno específico al tejido animal. El foco inicial aumenta su
tamaño, y las bacterias se propagan hacia la profundidad de la herida, llegando finalmente al hueso de la
mandíbula. Allí se desarrollan especialmente en el estato espongino, pero atacan posteriormente también
el estrato compacto. La membrana ósea trata de combatir este proceso destructor por la producción de
sustancia ósea nueva, pero esta última también es parcialmente disuelta por la actividad actinomicótica. Así
resulta la tumefacción progresiva del hueso, simultáneamente con su transformación en una sustancia es-
pongosa. En casos avanzados, la infección secundaria de gérmenes biógenos origina la descomposición com-
pleta del tejido enfermo. La pus sale por una fístula hacia la cavidad bucal o hacia afuera. Los casos obser-
vados se produjeron, aparentemente, desde las alvéolas de los dientes molares de la mandíbula, pero tam-
bién se registró que los molares de la maxila y los incisivos actuan como focos iniciales de infección.

Aparte del abultamiento de la mandíbula, en un solo lado, no se encuentra otras alteraciones en los in-
dividuos silvestres afectados. Más tarde, tienen los animales dificultades para masticar, enflaquecen y por
el pobre estado general de salud están expuestos a enfermedades secundarias. En el caso de una hembra
se observó durante tres años el mismo tamaño del tumor. El estado de nutrición no demostró diferencias
con los demás individuos del grupo social, y todos los años tenía una cría bien desarrollada.

Aunque no existe el peligro de la infección de otros individuos, es recomendable eliminar los individuos
afectados en el marco de la caza sanitaria, al fin de evitar el sufrimiento en estados avanzados. Separando
las partes alteradas, la carne es apta para el consumo humano, sin restricción.

1.5 Sífilis

De las enfermedades venéreas del hombre, la sífilis es la más importante. Aún con las prácticas modernas
de profilaxia y terapia, la sífilis no es inocua todavía, como se comprueba por el actual aumento del número
de enfermos, después de un extenso temporal que se debió a la curación con penicilina.

La razón de mencionar esta enfermedad humana es una publicación técnica sobre la vicuña, es la creencia
generalizada que los camélidos sudamericanos constituyan un reservorio importante y son transmisores de
la espiroqueta Treponema pal/idum, causante de la sífilis.

101
La infección sucede generalmente por contacto sexual; raras veces por el contacto con objetos contamina-
dos. Tres a cuatro semanas después de la infección se presentan úlceras en los genitales, labios, la lengua y
otras partes del cuerpo y adicionalmente en los nódulos linfáticos. En el segundo estado, cinco a ocho se-
manas después de la infección, se constata la reacción generalizada de la cutis y mucosa, con exantemas
papulosas y pustulosas, acompañado por la caída de los pelos en las partes afectadas. Después de unos cinco
años de latencia sin manifestaciones, comienzan los procesos destructores del tercer estado: la parálisis del
cerebro o sífilis cerebral, la tabes dorsal en la médula espinal y tumores en la piel, huesos y órganos inter-
nos. Además, existe una forma congénita, si la madre sufre de la enfermedad.

Hoy en día, esta enfermedad infecto-contagiosa del hombre es de distribución mundial. Es una realidad
histórica, que en el Viejo Mundo se conocía una sola enfermedad venérea — la gonorrea. Los marineros de
Colón introdujeron a Europa la sífilis.

Por la falta de resistencias del hombre europeo, contrariamente a los nativos de las Américas, esta enferme-
dad se convirtió en una temida enfermedad incurable.

Ignorando el fenómeno de la resistencia congénita, y consternados por la información de una presunta


zoofil la de los habitantes nativos con llamas y alpacas, referida por los cronistas, los europeos sin buscar
mayores pruebas suponían una directa relación entre los animales exóticos con la enfermedad exótica.
Durante siglos, todos los escritores han repetido ciegamente esta leyenda, hasta que finalmente se fijó
en las creencias populares. Hasta la actualidad esta fantasía sigue viva, pero paradójicamente no en Europa
sino en la misma Sudamérica, donde actualmente es fácil comprobar lo contrario. Maestros de escuela
y profesores sin criterio enseñan esta leyenda a alumnos y estudiantes. El resultado deplorable, es el
rechazo completo de la sabrosa carne de camélidos bajo cualquier forma de aderezo, en ciertos círculos so-
ciales de la población. Por ello, es que tiene un gran mérito el estudio científico de la sífilis en alpacas,
realizado por RIVERA (1970). Por su grado de parentesco, los resultados de este estudio son válidos para
las otras especies congéneres, sin reservas.

En forma experimental se inoculó a alpacas adultas, de ambos sexos, material infectante de pacientes
humanos. Simultáneamente en intervalos de siete días se efectuaron pruebas serológicas en cierto número
de animales, sin inoculación por vía genital. Las necropsias de todos los animales bajo estudio demostra-
ron con claridad, que ningún animal testigo reaccionó en forma positiva, y de los inoculados, únicamente
20% en forma muy leve.

Este resultado prueba, en forma concluyente, la imposibilidad que los camélidos puedan jugar el papel
que se les atribuía en la propagación de esta enfermedad venérea del hombre. Es igualmente convincente
la observación que muestra que no existe ninguna relación. entre la abundancia de la sífilis y el número de
camélidos en un área determinada. Más bien, aumenta el porcentaje de las personas afectadas marcada-
mente con el incremento de habitantes de una comunidad, llegando a su máximo en las urbes de la Costa.
Esta observación constituye un 'argumento importante para desarraigar la creencia del rol de los caméli-
dos sudamericanos en la diseminación de la sífilis.

Los profesionales de las diferentes disciplinas de ciencias naturales aplicadas y el personal de todo nivel de
los proyectos de la utilización de la vicuña, deben contribuir personalmente en esclarecer esta imputación
infundada, no solamente respecto a la vicuña, sino de todos los camélidos sudamericanos, sean silvestres o
domésticos.

102
2.0 Enfermedades por Parasitismo

La existencia transitoria o permanente de parásitos en el organismo animal o en la superficie de su piel,


la comprobación de huevos, larvas u otras formas metamórficas, no se puede equiparar a una enfermedad.
Los resultados de la alteración dependen de la especie y del grupo de la invasión, de la resistencia del
hospedero, de su inmunidad y de diferentes factores del ambiente. Bajo condiciones naturales siempre
existen parásitos en la vicuña silvestre, que se encuentran generalmente en un equilibrio dinámico con el
hospedero.

La condición previa para el desarrollo de características patógenas o mortales de los parásitos, con las cor-
respondientes consecuencias para la dinámica de la población y los resultados económicos desfavorables
en caso de su manejo, es sobre todo la sobrepoblación de un área determinada. Esta situación se presenta
no solamente en relación al alimento disponible, sino también a la densidad y la contaminación del am-
biente con las diferentes formas de parásitos. En muchos casos se llega al desarrollo de situaciones sub-
clínicas, sin manifestación clara de una enfermedad, pero con cierto debilitamiento del individuo, que se
expresa en su disposición a ser atacado por otros agentes patógenos adicionales.

Se debe tener en cuenta que el parasitismo en los reinos vegetal y animal es una forma muy distribuida
de convivencia de especies diferentes, donde el parásito vive a costa del hospedero, y no en favor de ambos,
como sucede en la simbiosis o en el comensalismo, donde un socio aprovecha del otro sin afectarlo.

Durante la evolución se ha formado una adaptación fisiológica, como requisito indispensable para la
coexistencia. En la relación parásito-hospedero no es de interés del parásito originar la muerte del hospe-
dero, ya sea por su acción directa, o debilitándolo tanto que encuentra la muerte por otros factores am-
bientales. De esta manera destruiría su propio habitat y moriría simultáneamente con el hospedero, sin
producir la cantidad necesaria de prole para garantizar la supervivencia de la especie. Estos casos siempre
son "accidentes" y suelen producirse durante las primeras confrontaciones entre parásito y hospedero,
como sucede, por ejemplo, durante la introducción de animales exóticos a nuevas regiones. Los indivi-
duos introducidos pueden traer parásitos de su habitat original, que ponen en peligro a los animales au-
tóctonos, o al re yes, los inmigrantes se infectan con parásitos autóctonos y no encuentran una combina-
ción aceptable con ellos.

Después de cierto tiempo de permanencia en el cuerpo del hospedero, los parásitos llegan a su madurez
y se encuentran aptos para reproducirse. En animales salvajes, se puede comprobar la presencia de los pa-
rásitos a partir de este momento, pero justamente después del tiempo prepatente, el parásito origina los
principales daños en el hospedero, que se manifiestan en diarreas, caquexia y enfermedades graves.

Por eso es necesario que el biólogo o veterinario tenga conocimientos profundos de la biología de la especie
de parásito, frecuentemente con ciclo de vida complicado, e igualmente de la especie hospedera, de sus
costumbres de alimentación. La terapia no se logra por curaciones individuales, sino por la ejecución de
medidas rigurosas de higiene en el manejo de la población; en caso indispensable también por la interrup-
ción del ciclo de vida del parásito, en lugar determinado, mediante medidas de manejo del ambiente.

2.1 Sarcosporidiosis

Desollando las vicuñas, se encuentra con cierta frecuencia en la superficie de la carne puntos y cintas
blanquecinas, hasta de 1 mm de diámetro y unos 10 mm de longitud, de abundancia variada, a veces dando
a la carne un aspecto jaspeado. Como demuestran los cortes de diferentes direcciones, se encuentran tam-
bién alteraciones en el interior de los músculos. Estos cambios son producidos por organismos unicelu-
lares de distribución mundial del género Sarcocystís.

103
Como demuestran investigaciones recientes, que han contado con apoyo de microscopios electrónicos,
se trata de un parásito que pertenece a los Sporozoa. No tiene mucha especifidad de hospedero, y hasta hoy
se han descrito más de 50 especies diferentes. Según esta clasificación, en los cannélidos sudamericanos vive
el Sarcocystis aucheniae. Actualmente parece dudoso, si las diferencias entre especies son el resultado de un
desarrollo filogenético o únicamente originadas por los hospederos-. Por lo menos, en algunos casos se han
comprobado, sin lugar a dudas, el cambio de tamaño y aspecto y el desarrollo de las "especies" diferentes,
por la infección de diferentes mamíferos y aves con las mismas sarcosporidias.

En años recientes se han detectado también formas de diferente sexo del parásito, muy semejantes a mani-
festaciones conocidas en los agentes de la enfermedad de toxoplasmosis: los sarcosporidios de los bovi-
nos y ovinos pierden sus quistes durante el pasaje por el tracto digestivo de los carnívoros y desarrollan
en la túnica propia de las papilas del intestino delgado las formas reproductivas. Los esporoquistes se con-
sideran idénticos a lsospora bigemina. En este caso la infección es factible por el ingerimiento casual de
los esporoquistes por un herbívoro, después de la descomposición de las heces de los carnívoros. En el
tracto gastrointestinal del hospedero pierden su quiste, perforan el intestino y proliferan vegetativamente
en el tejido retículo-endotelial. Por la circulación de la sangre llegan a las células musculares, donde tiene
lugar otra multiplicación vegetativa dentro de un quiste perenne, llamado el "Tubo de Miescher", cubier-
to de varios tegumentos, y por numerosas paredes tranversales subdivididos en su interior en muchos seg-
mentos. En esta forma los "esporos" pueden perdurar varios años hasta su reactivación, producida por
jugo digestivo de un carnívoro. De esta manera, se cierra el ciclo vital completo con sus hospederos defi-
nitivos.

Aparte de éste, existe probablemente otro ciclo de vida, con el desarrollo vegetativo de los trofozoitos
en el hospedero intermediario, fuera del intestino. La diferencia, con el proceso anterior, es la salida de la
forma vegetativa del parásito del músculo con la circulación sanguínea o linfática, penetrando las paredes
del intestino del hospedero y la salida del parásito con las heces.

Generalmente, los sarcocystis no son patógenos para la vicuña. En individuos aparentemente normales y
de buenas condiciones de nutrición, se puede encontrar después de su sacrificio infecciones tan masivas,
que impiden el consumo de la carne por razones de higiene.

A veces se nota en la carne, cerca de los quistes, una consistencia acuosa y un color más claro hasta lle-
gar a cierta transparencia. Las alteraciones blancuzcas no son de los parásitos vivos, sino de los muertos y
calcificados.

Las pérdidas económicas por la sarcocystosis son muy altas, debido a que la carne no es apta para el con-
sumo humano. El aspecto es antihigiénico, repugnante, y además existe la posibilidad de la infección del
hombre en caso de consumo de la carne sin cocer, o mal cocida.

Desde este punto de vista sería sumamente importante reprimir la abundancia y el grado de infección en
los camélidos. Es interesante comprobar en las áreas de pastoreo mixto de alpacas, llamas y vicuñas, in-
vasiones mucho más marcadas en los animales domésticos. Eso parece lógico, en caso del ciclo completo
de desarrollo, por la presencia de numerosos perros en las estancias ganaderas, y la costumbre de alimentar
a los canes con todos los desperdicios del desuello, especialmente con las partes no aptas para el consumo
humano. Esto último se podría evitar mediante la educación adecuada de los pobladores altoandinos,
logrando a largo plazo el cambio paulatino de este comportamiento tradicional, lo que significaría un
éxito no solamente en lo que concierne a las sarcosporidiosis, sino también de otras enfermedades infec-
ciosas y parasitarias.

También para el ciclo vital directo de los sarcosporidios existen mejores condiciones de desarrollo y proli-
feración en los animales domésticos que en las vicuñas silvestres, las que mantienen cierta separación de los
sitios de defecación y de pastoreo.

104
2.2 Distomatosis

La distomatosis es una enfermedad del hígado, producida por la Fasciola hepática, un platelminto o pa-
rásito plano que pertenece a los trematodes. Se caracteriza por un cuerpo no segmentado de 20 a 30 mm.
de longitud, de 10 mm. de ancho y forma foliacea. Una ventosa se encuentra cerca del promontorio crane-
al y otra en el vientre. La superficie del cuerpo está cubierta de filamentos finos, dirigidos hacia atrás. Esto
impide, junto con la acción de las ventosas, un desplazamiento involuntario en el interior de los conductos
biliares, siguiendo a la dirección del líquido. Estos parásitos son bisexuales; su color es gris-marrón hasta
gris-verduzco. De acuerdo al diámetro del conductor bilial, están enrollados en forma longitudinal.

La distribución del parásito es mundial, pero en relación con la presencia de caracoles acuáticos de los ge-
neros Lymnea, Radix y Galba, que actúan, esencialmente como hospederos intermediarios para las lar-
vas del parásito. Estos caracoles prefieren el agua transparente y de poca profundidad, estancadas o de cor-
riente muy lenta, con fondo fangoso o limoso y una temperatura promedia no inferior de los 10° C. Estas
condiciones favorables para la especie Lymnea viator existen en el Perú en las zonas climáticas calurosas
y templadas, pero no en el frío de la región altoandina. Los sitios preferidos son las hoyadas donde llega
el nivel del agua subterránea hasta la superficie, las áreas inundables, las zanjas de irrigación y los desagües.

Con las heces de los animales infectados llegan los huevos del parásito directamente al agua, donde incu-
ban gracias a la apropiada temperatura del agua. Las larvas ciliadas nadan libremente y buscan un caracol
acuático, En su cuerpo se desarrollan por reproducción vegetativa esporoquistos parentales y filiales y final-
mente de una larva original surgen más de 1000 individuos que salen del hospedero y nadan a la orilla,
,donde suben en la noche o días de alta humedad a la vegetación circundante, y se prenden en los tallos
para enquistarse. En este estado de espera pueden sobrevivir algunos meses, si las temperaturas no bajan de
los O° C. Estos quistes de tamaño de un granito de arena son ingeridos de casualidad por los herbívoros. Los
jugos digestivos del intestino delgado abren el quiste, los parásitos perforan las paredes del intestino y en-
tran a la cavidad abdominal, penetran al hígado y despues de una migración de unas siete semanas se loca-
lizan finalmente en los conductos biliares, donde alcanzan su tamaño definitivo y maduran sexualmente.
Unas diez semanas después de la infección comienza la producción de los huevos.

Durante su migración por el hígado originan la destrucción del tejido hepático. En las paredes de los con-
ductos biliares se notan inflamaciones crónicas, engrosamiento y hasta calcificaciones. Los parásitos chu-
pan sangre y dañan también al hospedero por las excreciones venenosas de los productos metabólicos.
Los resultados se manifiestan en enfermedades crónicas con síntomas no muy típicos, como son anemia,
disturbios de la digestión y un debilitamiento físico general. Estos síntomas se observan sobre todo en
situaciones de escasez de pastos, y pueden desaparecer totalmente en las epocas de lluvias con abundancia
de forraje disponible.

En los animales domésticos y en los silvestres mantenidos en los zoológicos, la curación directa de los in-
dividuos afectados es fácil, con los medicamentos muy efectivos que existen en el mercado. En el campo,
es solamente factible la interrupción del ciclo vital del parásito en el eslabón más débil. Esto se logra por
el drenaje de los sitios húmedos, la canalización de los arroyos y la limpieza de las zanjas, o erradicando
directamente los caracoles mediante venenos químicos (molusquicidas).

Es bien conocida la alta susceptibilidad del ganado introducido y de todos los camélidos sudamericanos
silvestres y domésticos a la distomatosis, siempre y cuando las condiciones del ambiente favorezcan el -
ciclo de vida del parásito. Comparando la distribución altitudinal — o sea en primera línea climática — de
la ganadería tradicional con la frecuencia y el grado de infección con este parásito interno en las diferen-
tes especies de animales, se nota claramente la reducción de la afectacíón con la altura o sea la disminución
de la temperatura del agua, que es el factor esencial para el desarrollo del caracol acuático. Además, en las
grandes alturas no son frecuentes las aguas estancadas. Las lagunas de poca profundidad se secan todos los
años por completo y sus fondos se congelan. Bajo esta condición no sobreviven ni los caracoles ni las lar-
vas de los parásitos. Los pocos casos de distomatosis en los animales domésticos, son probablemente el
resultado de su infección durante el pastoreo en lugares más bajos y cálidos, que se practican en la época

105
avanzada de sequía, cuando el ganado se retira de la puna.

La ausencia completa de la alicuya en la vicuña, aún en condiciones de debilitamiento físico y por eso de
alta susceptibilidad para agentes patógenos, es también el resultado de su comportamiento de no defecar
nunca directamente en el agua o sitios húmedos o temporalmente inundables, lo cual es indispensable para
lograr la invasión del caracol por las larvas.

Los estercoleros de la vicuña, como únicos sitios donde defecan, siempre se.encuentran en lugares secos. De —
esta manera, el ciclo de vida del parásito queda totalmente interrumpido.

Si bien la distomatosis no es en la actualidad significativa para la vicuña silvestre, se ha escogido esta enfer-
medad para demostrar la necesidad de sólidos conocimientos técnicos en diferentes disciplinas de ciencias
naturales aplicadas, y de estudios detallados como base para el éxito del traslado de vicuñas a áreas fuera de
su habitat natural. Las investigaciones no pueden limitarse a chequeos rutinarios de la altura sobre el nivel
del mar, la disponibilidad de forraje, la protección contra predadores y la presión de la caza furtiva.

2.3 Nematelmintosis

Los nematelmintos pertenecen a los nemátodes o parásitos redondos, que son los animales multicelulares
más abundantes del planeta. No obstante su gran abundancia en tierra firme y en agua de poca profundi-
dad, la mayoría de las especies son escasamente conocidas; solo pocas tienen nombres vernaculares propios.
Varias miles de especies parasitan a los vertebrados, incluído el hombre. Parece que no existe ni un solo
herbívoro silvestre grande completamente libre de nemátodes.

Aunque su modo de vida es muy diferente, en principio es igual el embrión al animal maduro. Existen
cuatro estadios diferentes de la larva y, finalmente, aparecen los individuos adultos de cuerpo cilíndrico,
no segmentado. Las diferentes etapas se manifiestan por el cambio de piel. Por su particularidad de reque-
rir ambientes húmedos para su vida activa, se explica su ubicación en el interior del hospedero.

Algunas especies producen enfermedades verdaderamente graves, que aún no son bien controladas. Estas,
afortunadamente, no atacan a los camélidos. En estos últimos originan solamente un cuadro clínico comple-
jo, conocido como gastroenteritis verminosa, una infección mixta producida por muy diversas especies, lo-
calizadas en los diferentes compartimientos del estómago e intestino. Muy raras veces, una sola especie de
nemátodes produce una enfermedad.

Con las heces del hospedero salen los huevos de los nemátodes y eclosionan dentro de pocos días. Las lar-
vas del primer y segundo estadio son muy susceptibles a las inclemencias del tiempo, y por ello no salen
del interior de las bostas. La tercera larva es más resistente y durante la noche o en días de alta humedad
sube a las plantas forrajeras. Si no es ingerida por un herbívoro, la larva debe bajar y esconderse en el suelo,
de acuerdo con la disminución de la humedad ambiental. Después de la deglución, el parásito ingerido
madura en el estómago o intestino del hospedero y debe depositar huevos para reiniciar un nuevo ciclo.

Las larvas del género Nematodirus, contrariamente a las otras, se desarrollan hasta su tercer estadio den-
tro del huevo. Esto lo logra dentro de tres semanas, si existen adecuada temperatura y humedad perma-
nentes. Para la eclosión es necesario un fuerte estímulo térmico o mecánico, como el que se produce en
la serranía por la diferencia entre la temperatura diurna y nocturna. La larva del tercer estadio
tampoco necesita alimentación, sino que como forma infectante esta inmediatamente dispuesta para
el traslado al interior del hospedero. De . esta manera, el género Nematodirus ha disminuido al máxi-
mo la generación de formas susceptibles al ambiente hostil. En consecuencia, justamente las especies de este
género parasitan a los camélidos. Para estos parásitos, son inaccesibles solamente aquellos lugares donde se
producen temporadas de heladas de tres a cuatro semanas, o sea las punas, más arriba de los 4,000 m.s.n.m.

106
Aparte de las temperaturas bajas, los rayos solares ultravioletas impiden el desarrollo de los trichostrongi-
loides, en los pisos altitudinales subalpinos, alpinos y subnivales.

Otro factor antiinfeccioso, de suma importancia, es la costumbre de las vicuñas de depositar sus bostas
únicamente en los estercoleros, porque éstos están ubicados en sitios secos y con suelo permeable. Así,
los excrementos se secan rápidamente después de las lluvias, aún los recién depositados, debido a la absor-
ción de la humedad por los estratos más profundos y secos. Adicionalmente, la vicuña no siempre sube a
los montículos, sino que sólo se acerca hasta la periferia del estercolero para defecar y orinar, en dirección
a la parte central. También es favorable el desprecio de las vicuñas por las plantas nitrófilas en la cercanía
de sus propios estercoleros, ya sea por el olor de sus excrementos o el sabor de las plantas debido al nitró-
geno.

Comparando las exigencias ambientales de los nematelmintos con las condiciones de la puna, parece muy
improbable una infección masiva de la vicuña, aún bajo condiciones extraordinarias. En los individuos sil-
vestres no se conoce ningún caso de la afectación de la salud por Trichostrongllus, ni se ha diagnosticado en
las autopsias casos de gastroenteritis verminosa. En el elevado número de pruebas fecales examinadas, me-
nos de 10% contenía huevos del género Nematodirus en cantidades insignificantes. De acuerdo con los re-
sultados obtenidos en alpacas se trata probablemente de las especies Nematodirus lamae y Nematodirus
que son las más resistentes del género.

Las adaptaciones favorables contra los parásitos nematelmintos no presentan, en el mismo ambiente, las
especies domésticas de camélidos debido a su mantenimiento en corrales durante las noches. Esto se tra-
duce en la deposición de bostas en los mismos sitios donde pernoctan, pues los animales duermen sobre
sus propios excrementos. Con excepción de algunos establecimientos ganaderos, dirigidos por personal
profesional, ese es el cuadro común y corriente de la región altoandina. Los muros de los corrales son
construidos de piedras pircadas para cortar el viento y proteger el ganado contra las inclemencias del tiem-
po. Por la transpiración y la respiración de un gran número de animales, la temperatura y la humedad en
el interior son más altas que en los alrededores, sin protección. Este microclima especial facilita a los pa-
rásitos desarrollar su ciclo de vida aún en la puna. Como consecuencia se tienen infecciones masivas con
los consiguientes cuadros clínicos. De esto se desprende, que algunos cambios artificiales, a primera vista
únicamente positivos para el ganado, pueden tener efectos negativos que anulan las ventajas logradas.

2.4 Sarna

En casos aislados se manifiesta la sarna en la vicuña silvestre, producida por el ácaro Sarcoptes scabiei ver.
aucheniae. Este artrópodo mide unos 0,25 mm en los machos y 0,50 mm en las hembras; sobre un fondo
oscuro reconocible aún a simple vista. La misma especie ataca a los diferentes camélidos sudamericanos,
tanto silvestres como domésticos.

Su cuerpo es redondeado. La piel blancuzca de la parte dorsal es arrugada y en su parte posterior cubierta
de espinas, pelos y escamas. Como en todos los ácaros, la cabeza no es muy diferenciada del cuerpo y está
provista de piezas bucales bien desarrolladas. En la parte ventral se encuentran cuatro pares de patas, dos
de ellas dirigidas hacia adelante y dos hacia atrás.

De los huevos, depositados en los túneles excavados en la cutis, salen las larvas y de éstas se desarrollan
dos estados diferentes de ninfas y finalmente, el parásito sexualmente maduro. Las ninfas de segundo gra-
do salen de la profundidad de la piel de su hospedero a la superficie, donde los machos mudan su piel an-
tes y las hembras después de la cópula. El ciclo vital del parásito es de dos a tres semanas.

107
La infección es por contagio directo, como ocurre durante la lactación, las peleas de los machos y la monta
de la época de celo. Son de importancia sobre todo las larvas, que se desplazan por la superficie de la piel.
Esta últimas pueden sobrevivir unas cuantas semanas separadas del hospedero, lo que facilita el contagio
por el uso de los mismos revolcaderos o de los sitios de dormir. De esta manera, también es factible la trans-
misión entre las diferentes especies silvestres y domésticas.

El ácaro excava túneles en los estratos superficiales de la piel del hospedero y se alimenta del líquido de
este tejido y las sustancias queratineas. Por sus actividades mecánicas y secreciones irritantes, los ácaros
producen un prurito fuerte. Esto origina áreas inflamadas e hinchadas por un líquido seroso. Estas altera-
ciones forman costras al secarse y en seguida se nota el endurecimiento y engrosamiento de la piel. En
casos avanzados se caen los pelos y se presentan plieges y placas semejantes a callosidades grisáceas. En los
sitios expuestos a fricciones y movimientos sale un líquido mezclado con sangre.

El prurito permanente interrumpe y disturba el pastoreo normal debido a que el animal se frota intensa-
mente en rocas, arbustos o cualquier otro objeto. Ese comportamiento alterado impide el descanso y altera
así el estado de salud del individuo. Las secreciones del parásito son probablemente venenosas para el ma-
mífero afectado. De preferencia, son afectadas las caras internas de las extremidades posteriores. Eso ori-
gina además una alteración del paso, que permite detectar la enfermedad. Las manifestaciones son especial-
mente entre agosto y diciembre, en la avanzada época de sequía. Los animales enfermos son observados
todavía dentro de su formación social, o sea la familia, sin que los otros individuos se encuentren afectados.
Se ignora si existen casos de reestablecimiento espontáneo, o si esta parasitosis siempre conduce a la muerte.

En vicuñas sanas y en buenas condiciones físicas no existe ninguna disposición para una infección. Esta
requiere más bien una disposición especial y la disminución de la resistencia del individuo. Estas situa-
ciones se desarrollan por la escasez de pasto disponible o cargas de otras enfermedades de carácter sub-
clínico, pero también bajo condiciones fisiológicas especiales como es durante la lactación y la gestación.
Eso coincide con las observaciones en camélidos domésticos donde se constata la afección especial de los
animales en establecimientos ganaderos situados a poca altura sobre el nivel del mar, con clima cálido y
pasto de reducido valor nutritivo y pobre en minerales.

Gran importancia para la defensa y la resistencia de la piel se atribuye al abastecimiento del animal con la
vitamina A. Como la infección con lombrices disminuye la absorción y la transformación de esta vitamina,
una carga parasitaria de este tipo, en combinación con un forraje deficiente, puede aumentar la disposi-
ción del organismo a la sarna. Esto explica fácilmente la manifestación en unos pocos individuos.

Por la necesidad de una disposición especial, la enfermedad se encuentra principalmente limitada á los ca-
mélidos domésticos, que sufren frecuentemente de las condiciones deficientes de higiene en los corrales de
los pequeños criadores, donde están obligados a dormir sobre sus propios excrementos, a veces en compa-
ñía de ovinos.

En varios casos se ha podido constatar, con seguridad, el contagio de vicuñas por ganado alpacuno.

En el ganado se combaten los ácaros en forma muy eficiente, por el baño de los animales en una solución
de sustancias químicas a base de hidrocárburos cíclicos. Para esta finalidad, se han diseñado diferentes
sistemas de bañaderos fijos y portátiles de inmersión y métodos de aspersión. Todos los tratamientos de-
ben repetirse, porque los tóxicos no afectan los huevos de los parásitos. El segundo tratamiento se dirige
a los ácaros en pleno desarrollo, pero todavía sin reproducirse. Para lograr una curación duradera, se deben
mejorar la alimentación y las condiciones de higiene, en general.

108
En el manejo de la vicuña silvestre no se pretende ningún tratamiento de los individuos enfermos; más
bien en el marco de la caza sanitaria se mata a todos, sin considerar el grado de afección. Aunque en este
caso no existen objeciones contra el consumo de la carne, los animales en avanzado estado de parasitosis
son caquécticos y por eso su carne no es apta para el consumo humano. Las pieles se queman con algu-
nos litros de combustible, ramas de tola, ichu u otras sustancias. Los cadáveres se deben enterrar profunda-
mente, tapando el hueco con piedras grandes para evitar que sean desenterrados por zorros o perros. La
sarna pertenece al grupo de enfermedades que deben ser declaradas obligatoriamente ante la autoridad y
por ello se debe informar oportunamente al servicio veterinario de los casos que se registran

2.5 Garrapatas

Algunas garrapatas de la especie Ablyomma parvitarsum se encuentran con cierta regularidad en regiones
del cuerpo de la vicuña de piel delgada y sin fibras lanosas. Estas son, especialmente, las áreas perianales,
inguinales y exilares.

Zoológicamente las garrapatas pertenecen a la familia de los lxodidae, que dentro de la orden de los Acarina
destacan por su tamaño descomunal. Las garrapatas se caracterizan por tener un escudo dorsal grande,
que en los machos cubre toda la espalda, pero solamente la parte delantera de las hembras. De los insectos
se distinguen a simple vista por su cuerpo no segmentado y por los cuatro pares de extremidades.

En los diferentes estados de su metamorfosis (larva y ninfa), se sujetan firmemente con las piezas buca-
les en la piel del hospedero, chupan sangre durante algunos días, para dejarse caer posteriormente, mu-
dando en tierra. De los individuos sexualmente maduros, únicamente las hembras atacan a los mamíferos,
mientras los machos en este estado ya no ingieren alimentación. Esta diferencia se debe seguramente a
la necesidad de garantizar la supervivencia de la especie mediante la producción de una gran cantidad de
huevos. Esos huevos los depositan en el suelo.

La infección tiene lugar en los estercoleros y en sus inmediaciones. Durante la defecación de las vicuñas
o de las otras especies de camélidos, las garrapatas, alarmadas por las vibraciones y los cambios bruscos de
la luminosidad, suben rápidamente al animal, hasta encontrar un sitio apropiado para su fijación; poste-
riormente, perforan la piel y chupan la sangre. Durante esta actividad los parásitos, originalmente planos,
aumentan su volumen más de cien veces, llenando todo el abdomen con sangre, hasta llegar a tener el ta-
maño de un garbanzo o de una semilla de higuerilla.

En los camélidos domésticos la invasión masiva de esta especie de garrapatas es acompañada por un pru-
rito fuerte e inflamaciones de la piel con todas las consecuencias patógenas, semejante a las piojeras. En
la vicuña se desconoce infecciones considerables y no se han observado síntomas de enfermedad.

Muchas especies de garrapatas juegan un papel muy importante en la transmisión de enfermedades peli-
grosas, causadas por Rickettsias. Por la ausencia de estos agentes patógenos en la región altoandina no es
necesario controlar este ectoparásito en la vicuña.

Durante las actividades de campo, especialmente en la cercanía de los estercoleros, las garrapatas afectan
también al hombre. Si se las arranca después de su fijación, queda la cabeza en la piel humana. Esta sale
algunos días después por un pequeño absceso local. Por eso es ventajoso humedecer el abdomen del pará-
sito con unas gotas de aceite, petróleo o gasolina. Esto interrumpe el acceso de oxígeno y la garrapata
íntegra sale en pocos minutos.

109
2.6 Piojera

Durante el manipuleo de vicuñas vivas o de ejemplares recién sacrificados, se observa en la superficie de su


piel, con cierta frecuencia, algunos insectos sin alas, de aproximadamente medio centímetro de longitud,
de cuerpo aplanado y piel parecida a un pergamino. Los tres pares de extremidades están provistos de
garras móviles para sujetarse fácilmente en los pelos y fibras del hospedero. Las especies observadas
(Microthracius mazzai; M. minor; M. praelogiceps) tienen cabeza larga y estrecha, apropiada para una vida
suctopicadora. Contrariamente a los malófagos o piojos masticadores de cabeza ancha, estos parásitos se
alimentan exclusivamente de la sangre de la vicuña, y sus picaduras se manifiestan con puntos rojos en la
piel.

Todas las diferentes fases de su vida la pasan en la piel del hospedero. La hembra adhiere separadamente
las liendres a los pelos, donde eclosionan después de unos diez días. Las larvas se asemejan a los insectos
desarrollados, y en dos a tres semanas, después de tres mudas de piel, son sexualmente maduros.

Separados del cuerpo de su hospedero, los piojos sobreviven solamente unos pocos días. Por eso, la infec-
ción es casi exclusivamente por migración directa de un hospedero al otro, durante los contactos intensi-
vos, como los que se presentan durante la cópula y la lactación. Como los camélidos silvestres evitan estric-
tamente todo contacto físico entre los individuos durante las noches, la infección entre ellos no es tan fre-
cuente como en sus congéneres domésticos, los que se mantienen a cierta distancia uno del otro.

Tanto los movimientos vivos de los piojos como sus picaduras originan un prurito intensivo en los indi-
viduos afectados, que perturba continuamente e impide un tranquilo pastoreo. Los animales bajan de
peso y son susceptibles a infecciones.

En las vicuñas se ha observado que los piojos afectan las zonas de transición entre los pelos rígidos y las
fibras lanosas de todo el cuerpo, pero especialmente de las regiones axilar e ijar, en la cabeza.

En el transcurso de una sequía prolongada, de tres años de duración, se constató el aumento del grado de
invasión de piojos, en relación directa con la escasez del forraje, pero sin consecuencias todavía graves
para la vicuña.

En los animales domésticos la piojera se controla mediante baños, pero éstos no son necesarios en la vicuña
sibiestre, ni tampoco es factible ejecutar. Son más bien adecuadas las medidas preventivas, tales como la
eliminación de individuos enfermos y retardados en su crecimiento pero sobre todo la alimentación abun-
dante y variada. Esta última exigencia, significa en la práctica la reducción del número de vicuñas de
acuerdo con la capacidad de carga de los pastos naturales.

3.0 Mortalidad en Crías de Vicuña

El análisis estadístico de la mortalidad de las vicuñas en el primer año de vida, demuestra que el grupo
más afectado son las crías hasta de dos meses de edad. Del número total de pérdidas se debe unos 40%
a las intervenciones de cazadores furtivos, por la matanza de las recién nacidas, persiguiéndolas a pie, a
caballo y con perros amaestrados. Igual peligro representan los perros vagos. Otros 20% son presa de los
enemigos naturales de la especie, o sea de los pumas, zorros y en menor grado de los cóndores.

La influencia de estos factores ya se ha expuesto. Aquí interesa analizar el papel de los factores meteoro-
lógicos y de los agentes patógenos, que originan la muerte del aproximadamente 40% restante de vicuñas
de corta edad.

110
Se debe tomar muy en consideración, que en algunas especies de animales silvestres, no obstante ser autóc-
tonas y bien adaptadas al ambiente, las influencias del clima son más importantes para el desarrollo de las
poblaciones que los agentes patógenos. Las medidas de manejo práctico tratan de eliminar por completo
las pérdidas por acciones ilegales, reducir la influencia de los enemigos naturales a un nivel tolerable y
disminuir directamente la mortalidad por factores meteorológicos, mediante la eliminación de las vicuñas
adultas enfermas y la disponibilidad continua de suficiente cantidad de forraje.

Durante la época principal de parición de la vicuña, en los meses marzo y abril, existe en la puna un mar-
cado ritmo diario del tiempo. Este se caracteriza por un cielo despejado desde la mañana hasta el medio-
día, comenzando las lluvias entre la una y las dos de la tarde, después de un corto período de oscureci-
miento. Antes de anochecer, el cielo nuevamente se despeja.

La vicuña, como animal autóctono, se encuentra adaptada a estas condiciones, y los partos se producen
asi exclusivamente entre las nueve de la mañana y mediodía, aprovechando las horas de sol. Bajo estas
condiciones las pieles de las recién nacidas se secan en menos de una hora. El vellón seco significa la me-
nor pérdida de calor, debido a la formación de un protector aislante entre el cuerpo y el ambiente. El
lapso de una hora es indispensable para el bienestar de la cría recién nacida, a causa del extraño comporta-
miento de las madres, en todos los camélidos, de no lamer a sus crías. De esta manera, el viscoso líquido
amniótico debe secarse exclusivamente por acción de las influencias ambientales.

Las horas de sol son indispensables también para secar y calentar el suelo. El suelo seco es necesario para
mantener la temperatura del cuerpo, debido a que las fibras ralas y cortas del vientre, si están húmedas,
se compactan por el peso del animal y pierden por completo sus características aislantes.

Gracias al fenómeno térmico que produce una elevación del aire caliente, en las horas de sol se calman los
vientos en los estratos bajos y entre la vegetación. De esta manera, las temperaturas al sol llegan frecuente-
mente a los 30°, o sea al doble de los 130 a 150 registrados en las estaciones meteorológicas.

Las instintivas caminatas y carreras tempranas de las crías son de suma importancia, no tanto en vista a
la protección contra enemigos naturales, pues ninguno de ellos las persigue en estos momentos, sino más
bien, por la energía térmica que producen las contracciones musculares.

Después de su secado, las fibras sedosas del vellón se doblan en caso de lluvias y de nevadas, formando
así un verdadero escudo protector, por el cual no penetra la lluvia o la nieve, guardando cierto estrato ais-
lante entre cuerpo y ambiente.

Las oportunidades de sobrevivencia disminuyen considerablemente, si antes del sedado caen lluvias, neva-
das o granizadas. Por el contacto directo de la precipitación con la piel existe el peligro de la hipotermia,
favorecida por los vientos fuertes que se manifiestan durante estas temporadas y que llegan frecuentemente
a 15 m/s.

15

111
nieve en combinación con lluvias y vientos significa la muerte casi segura de las crías de corta edad.
Fig. 32: La

nte alto de las


Este peligro de enfriamiento es parcialmente disminuido por el peso natal excepcionalme
vicuñas en relación a los otros ungulados, que asciende a unos 15% del peso de los adultos.

En la vicuña, igual que en otros mamíferos, el organismo de las recién nacidas no mantiene completamente
o . Esta habilidad
constante la temperatura del cuerpo en las primeras horas después del alumbramient
térmica permite cierta disminución de la temperatura central del cuerpo, sin acarrear aún consecuencias
negativas. Sin embargo, cuando la temperatura corporal baja demasiado o en el segundo día de vida, cuando
la vicuña ya presenta una estricta estabilidad térmica, contrariamente a los camélidos del Viejo Mundo
1974), la pérdida de calor por la piel mojada puede haber llegado a tal extremo, que el cuer-
(Blich, et al,
logra compensarla ni por la alimentación, ni por las reservas propias, porque carece casi por com-
po no
pleto de reservas de grasa o glicógeno, ricas en energías. Esta situación de falta de bioenergías se agrava
aún más por los disturbios producidos por el hombre, el ganado y los perros. Sus fugas de peligros verda-
ón de
deros e imaginarios cansan a las crías, que requieren entonces de una energía adicional. La regeneraci
este déficit energético por la leche materna se vuelve imposible, si las mismas causas produjeron en
las madres la supresión de la secreción láctea.

Durante la gestación, la vicuña debe producir el feto, el amnios y el corión. Esto significa unos 11 kilos de
materia orgánica, o sea más de 20% de su propio peso. Si en los 11 meses de preñez se presentan situacio-
nes prolongadas de escasez alimenticia, después de la anidación del embrión en la placenta, el retardo en
el crecimiento del feto es, aparentemente, la forma más efectiva de conservar la vida de la madre.

112
Bajo estas circunstancias se encuentran un alto número de crías subdesarrolladas, cuyo peso no asciende
a cuatro kilos, en lugar de unos seis kilos de una cría normal. Visto que el peso de la cría disminuye más
rápido que la superficie de su cuerpo, los neonatos pequeños están más expuestos a la intemperie que los
más grandes. Así, aún en temporadas con tiempo normal, la posibilidad de la supervivencia de crías sub-
desarrolladas es dudosa, y en situaciones con tiempo contrario significa su muerte segura.

Para elestudio de campo de estas interesantes relaciones, la telemetría de la temperatura sería el método
indicado. Pero como son más importantes las observaciones inmediatamente después del parto y hasta una
edad de pocas semanas, falta el tiempo necesario para disminuir en madres e hijos de la vicuña silvestre
el temor al hombre a un nivel tolerable. Este factor impide también tomar la temperatura directamente,
en razón que la inevitable excitación de las crías y las consecuencias térmicas alteran los resultados con-
siderablemente. Una buena aproximación a situaciones reales se ha logrado mediante pieles de vicuñas
neonatas, cosida sobre frascos de plástico de tamaño adecuado, llenados con agua tibia de 39,50, lo que
corresponde aproximadamente a la temperatura corporal de las vicuñas de esa edad. En un ambiente de 00
y sin vientos, se registró en una hora la reducción de la temperatura original a 37,80 en las envolturas
secas, pero un enfriamiento de 35,40 en caso de las pieles húmedas y hasta 31,50 en las "desnudas", sin
cobertura de piel (Schmelz, 1981). Relaciones semejantes se repiten en las diferentes variantes de los
experimentos realizados con otros tipos de pieles o simulando diferentes condiciones de clima.

La hipotermia como causa de muerte de vicuñas recién nacidas se comprueba por el elevado número de
crías muertas que se encuentran en el campo después de precipitaciones muy abundantes, acompañadas de
vientos fuertes y bajas temperaturas durante las mañanas, en la época de parición.

En la autopsia de estos individuos no se encuentran alteraciones patológicas, pues la rápida disminución


hasta paralización de las manifestaciones de la vida no deja tiempo suficiente para la proliferación de gér-
menes patógenos, ni para alteraciones de los órganos internos. En unos cuantos casos se han encontrado
sugilaciones circunscritas al cráneo, probablemente causadas por el granizo.

4.0 Diagnosis y Curación

La identificación o diagnosis de las enfermedades es competencia de los veterinarios. Sin embargo, es nece-
sario que el personal de campo, de los diferentes niveles, tenga un conocimiento perfecto de las caracte-
rísticas de los individuos sanos, tanto de su aspecto exterior como de su comportamiento, e incluso de sus
variaciones debido a la edad, el sexo, la estación del año y las condiciones climáticas. Ese personal esta
obligado a comunicar al veterinario cualquier anormalidad que se observe en los animales.

En todos los proyectos de manejo de vicuñas silvestres, se debe concentrar la atención principal al profi-
laxis de enfermedades. Por eso, es obligatorio la eliminación de los individuos enfermos y de aquellos defor-
mados congénitamente o por accidentes.

Como se trabaja con poblaciones homogéneas no existe el peligro de perder, por eliminación de determina-
do individuo, material genético irrecuperable. Esta particularidad es una diferencia fundamental con el
trabajo de zoogenética ganadera. En ésta, se pueden presentar situaciones en las cuales es necesario con-
centrar la atención en unos pocos individuos, que presentan características recién aparecidas por mutación,
selección, hibridación, o consanguinidad. Así, surge la obligación de mantener esos animales no obstante
de su insuficiente vis vítalis.

113
la puna abierta, los rayos matan anualmente cierto número de vicuñas, dejando quemaduras características
Fig. 33: En
en diferentes partes del cuerpo.

Contrariamente a lo que sucede en la medicina veterinaria clásica, en el manejo de la fauna silvestre no es


necesario combatir los agentes patógenos en forma directa en todos los casos, ni curar los individuos enfer-
mos, sino que se debe crear condiciones que permiten el desarrollo de individuos fuertes y resistentes co-
las corrientes modernas de ganadería intensiva,
tra impactos normales de estos gérmenes. En oposición a
temporales o parásitos,
no se intenta tampoco eliminar totalmente de los animales los microorganismo s
porque esta medida significa simultáneamente la pérdida de la resistencia adquirida, lo que exige la aplica-
ción continua de fármacos. Estos tratamientos intensivos originan invasiones masivas de microbios, cuando
por razones de fuerza mayor, no es posible continuar con la aplicación de medicamentos.

La curación convencional y directa de animales silvestres enfermos es poco satisfactoria para el veterinario,
e en la dosificación de los fár-
por las dificultades que presenta su tratamiento en el campo, especialmen t
macos y el mantenimiento de la higiene indispensable. Además, existe la necesidad de exponer adicional-
mente los individuos debilitados a las excitaciones de la captura y del tratamiento, dejándolos en el mismo
ambiente sin la posibilidad de un control sanitario posterior.

Teóricamente, es factible aplicar medicamentos colocándolos en el agua de los bebederos o en sustancias


la práctica, la desventaja de este método es la mar-
de consumo preferencial, como es la sal, por ejemplo. En
cada variación individual de aceptación y consumo por parte de los animales. Por el olor y el sabor caracte-
rístico de la mayoría de los medicamentos, su aplicación se debe hacer en una cantidad a nivel sub-tera-
péutico, pues en caso contrario se provoca el rechazo total por su alta concentración.

114
El método apropiado es, en muchos casos, la eliminación de todos los individuos enfermos, tanto en senti-
do epidemiológico, para apagar cualquier foco de enfermedades contagiosas, como también para liberar
a los individuos afectados de los dolores de una muerte lenta.

Los resultados positivos de esta medida drástica, como son la disminución de la posibilidad del contagio
directo e indirecto, y el aumento de la cantidad de pasto disponible por individuo, son generalmente sufi-
cientes para lograr la recuperación de la población.

La eliminación de una población completa se debe limitar a aquellos casos, en los cuales no se pueda com-
batir la epizootía con otras medidas, o cuando su proliferación constituye un grave peligro para el hombre
o su ganado. Esta medida decisiva requiere de todos modos la opinión favorable de varios expertos inde-
pendientes en la materia. Por el carácter poco virulento e inofensivo de las enfermedades de la vicuña, en
el pasado nunca se han dado situaciones que exigieran esta medida.

La incineración y enterramiento de los cadáveres de los animales muertos y de los sacrificados ante una
enfermedad debe ser una operación de rutina, después de separar las pruebas requeridas para los análisis
de laboratorio. Debido a la enorme extensión de las áreas bajo manejo, es imposible encontrar todos los
cadaveres. Por eso, es muy ventajoso, desde el punto de vista de la higiene, mantener una cantidad prudente
de carnívoros y necróvoros, especialmente entre las aves y los mamíferos silvestres. Por la rapidez con que
ellos ubican a los restos de los animales muertos, queda poco tiempo para la proliferación de los gérmenes;
casi la totalidad de los microorganismos muere en el pasaje por su tracto digestivo.

En los casos del pastoreo mixto, el ganado constituye un peligro permanente para la salud de la vicuña,
especialmente por ser portador de enfermedades contagiosas latentes. Esto es más grave cuando existe un
parentesco genérico entre la especie silvestre y la doméstica, como sucede entre vicuña, llama y alpaca.
Situaciones críticas surgen por la sobrepoblación de los pastos con herbívoros en la época de abundancia
de forrajes, es decir en los meses febrero a mayo. Durante esta estación los campesinos llevan grandes reba-
ños a las punas, en donde compiten con la vicuña, retirándose posteriormente a sitios húmedos, donde se
han reservado forraje para el resto del año. Las vicuñas permanecen en el ambiente empobrecido, junto con
el ganado de los pastores más pobres que no tienen propiedades personales, obligados de pastorear única-
mente en los territorios comunales. Por esta razón, aparte de la ignorancia de los propietarios sobre técni-
cas elementales, los animales se encuentran en condiciones deplorables de salud, constituyendo un peligroso
permanente foco de contagio para la vicuña.

Estas situaciones complejas no se pueden cambiar bruscamente, pues se encuentran fuera de la responsabi-
lidad y competencia de los funcionarios encargados del manejo de animales silvestres. Aparte de la educa-
ción a largo plazo, es mejor evitar concentraciones de vicuñas en la cercanía de estos lugares, para no arries-
gar la salud de toda la población.

5.0 Relaciones entre Enfermedad y Habitat

Durante un período de 15 años se ha podido observar la importancia reducida que las enfermedades in-
fecciosas y parasitarias tienen para el desarrollo de poblaciones de vicuñas silvestres, en contraste con lo
que sucede con los individuos de la misma especie en cautiverío, en los cuales su susceptibilidad coincide
con la de los otros camélidos del Viejo y Nuevo Mundo y de los Artiodáctilos en general (Münchau, 1980).
Por otro lado, llama la atención el alto porcentaje de los factores climáticos, o sea el denominado "mal
tiempo", entre las causas de muerte de las vicuñas silvestres recién nacidas y de corta edad.

Esta incidencia desproporcionada del clima hace pensar que el centro de la distribución primitiva de la
especie podria haber estado en regiones de clima más suave. De ese núcleo de condiciones óptimas de vida
disminuye la calidad del habitat de la especie en dirección vertical y horizontal, por el cambio de uno o
varios de sus componentes. Abt
115
Es muy probable que en varios lugares se haya producido el desplazamiento de la especie por la presión
de otros herbívoros inmigrantes (Herre, 1963), y más tarde, el exterminio ocasionado por las activida-
des humanas: presión de caza; inicio de ganadería con especies autóctonas e introducidas; y transformación
de los pastos naturales en tierra de uso agrícola. De esta manera, sólo quedó a disposición de la vicuña la
puna, como una región poco poblada por el hombre y sin presión de otros herbívoros silvestres grandes.
En ninguna fase del desarrollo de la especie este habitat presentó las condiciones óptimas para su vida, que
si se dan en lugares más bajos. Es así que las reacciones de adaptación al ambiente pueden interpretarse
como ideales para la región de la Sierra alta, pero no para la puna.

En favor de esta hipótesis se cuenta con muchos indicios. Entre ellos se puede citar la frecuencia de vientos
fuertes, lluvias copiosas, granizadas y nevadas en la época de parición de la vicuña que es contraproducente
para esta especie. El ciervo andino, en cambio, que siempre habitaba los pisos altitudinales elevados hasta
la región subnival y que por eso es el artiodáctilo mejor adaptado a estas alturas, comienza con las pari-
ciones más tarde, a partir de abril, cuando ya en toda la región termina la temporada de las lluvias, pero
todavía no se producen las heladas nocturnas. También debe señalarse el extraño comportamiento instin-
tivo de las hembras de no lamer a sus crías después de la parición, que en ese contexto es negativo para la
supervivencia de las neonatas. Se supone, entonces, que en los relativamente pocos años de permanencia
exclusiva en la puna, la vicuña no ha logrado adaptarse mejor o cambiar estas particularidades desventa-
josas.

Por otra parte, los hallazgos arqueológicos indican la tolerancia de la vicuña hacia su habitat: huesos sub-
fósiles prueban irrefutablemente la presencia de la vicuña en las pampas cerca de Buenos Aires (Argentina),
e igualmente en las lomas de la costa peruana, casi al nivel del mar (Cabrera y Yepes, 1966; Horck-
heimer, 1966). En las numerosas cuevas con restos pre-históricos del valle superior del río Mantaro,
se encontraron grandes cantidades de huesos de guanacos y vicuñas (Matos Mendieta, 1971). Estos
sitios están a una altura entre 3,200 y 3,500 m.s.n.m. y tienen clima cálido y abrigado, donde florecen
hoy en día la agricultura y ganadería. Allí, los hallazgos más antiguos tienen una edad de 8,000 años, la
época de la caza generalizada (Matos Mendieta, 1971). En los restos más recientes, pero todavía de la
época pre-agrícola, las vicuñas son paulatinamente sustituidas por otros animales silvestres de menor tama-
ño. Este hecho se puede interpretar como la disminución, hasta el exterminio, de la especie en este biotopo
favorable del piso altitudinal montano.

En este período relativamente corto de unos 10,000 años, no se han producido cambios considerables,
especialmente del clima, que podrían permitir otra interpretación convincente,-a su vez, de los cambios
de la distribución zoo-geográfica vertical.

Todos estos indicios hacen probable, que la vicuña ocupara en los tiempos pasados un extenso habitat,
caracterizado por llanuras amplias, con una concentración de lluvias en una sola época del año, reducida
humedad del aire, alta intensidad de radiación solar, y suelos permeables, que facilitaban el cuidado del
vellón. Aparentemente, existían muy pocas pretensiones sobre el piso altitudinal. Esto coincide, perfec-
tamente, con las exigencias de su congénere, el guanaco. Este vive, aún en la actualidad, desde el nivel del
mar hasta alturas de 4,500 m.s.n.m., en los departamentos peruanos de Arequipa, Ayacucho e loa.

De lo expuesto, se nota un recorte del habitat de la vicuña en su segmento bajo. Como se sabe, por la ex-
periencia en ganadería, en la zona de clima suave prospera una gran variedad de enfermedades infecciosas
y parasitarias. Estos agentes disminuyen con el aumento de la altura, desapareciendo prácticamente en la
puna. En cambio, es notorio que crece la importancia de los factores meteorológicos en el desarrollo de
los animales.

116
6.0 Autopsia de la Vicuña

6.1 Necesidad de la Autopsia

Los pocos cadáveres encontrados en el campo raras veces están en condiciones de ser examinados para
determinar la causa de su muerte. En aras de una profilaxis de enfermedades y para mantener la salud de
la población, es necesario concentrar todo el interés a estos casos, porque muy pocas munas mueren por
marasmo senil. Las razones comunes son más bien hambre, accidentes, enemigos naturales, enfermedades
y cazadores furtivos.

Normalmente existe alta mortalidad en las crías, que disminuye marcadamente en los adultos. Sin embar-
go, condiciones ambientales extremas, como son sequías prolongadas, frío y nieve, pueden cambiar con-
siderablemente esta tendencia. Si se presentan estas inclemencias en la época avanzada de gestación, pueden
afectar a un solo sexo, cambiando con eso la estructura de la población. A fin de tomar las medidas más
adecuadas que permitan restablecer situaciones sanitarias y poblacionales equilibradas, es importante deter-
minar por lo menos edad y sexo de los individuos muertos, si su estado de descomposición no permite
indagaciones más detalladas.

Durante el entrenamiento inicial y durante la capacitación en el servicio se debe enseñar al personal de


campo a no pasar nunca delante de un cadáver de vicuña sin prestarle la debida atención. En todos los ca-
sos se encuentra algun detalle útil o se puede tomar alguna información de rutina, que contribuye a la
ampliación de los conocimientós de la especie. No obstante, nunca se debe olvidar que la patología es
un campo muy especializado. Unicamente, en casos muy particulares como son accidentes de tráfico,
rayos o heridas de bala, el personal de campo puede determinar las causas de la muerte. Por eso, ese per-
sonal debe limitarse a anotar sexo, edad y estado de nutrición del individuo y describir minuciosamente
las alteraciones de olor, color, consistencia y tamaño de los órganos internos o de otras anomalías, que
requieren una examinación por especialistas. Demuestra ignorancia, indicar las causas de la muerte por
la simple observación de los esqueletos o cadáveres en descomposición, encontrados en el campo.

Aún los expertos olvidan fácilmente durante la autopsia examinar algunos puntos importantes. Por eso,
es útil tener a la mano un formato de autopsia, elaborado especialmente para tal fin. A los ítems estanda-
rizados se pueden agregar algunos detalles más, si lo exige una situación especial.

El fundamento indispensable para el trabajo eficiente del personal, es el conocimiento minucioso del
aspecto de órganos no alterados. Las experiencias demuestran, que solamente la frecuente participación
en la evisceración de la vicuña, acompañada por explicaciones detalladas, proporciona el discernimiento
indispensable.

En la etapa de la utilización racional de la especie, el examen de los animales sacrificados es naturalmente


la posibilidad ideal de informarse detalladamente de la situación sanitaria de la población. El cuadro por
diferentes clases de edad, eventualmente también por sexos, permite tomar medidas precisas de profilaxis
y corrección.

Si se eliminan individuos aparentemente enfermos mediante la caza sanitaria, es obligatorio no delimitar


la examinación del cadáver a las partes aparentemente alteradas, es decir, en un caso de sarna no se des-
cribe únicamente el aspecto y la ubicación de las excoriaciones y costras, sino se examina también el es-
tado de nutrición, y con atención especial todo el tracto intestinal y el hígado, para informarse de even-
tuales enfermedades secundarias, que en el futuro, por su proliferación, podrían tener importancia para
toda la población de vicuñas. En estos casos de ejecución de la caza sanitaria, que frecuentemente es co-
nocida con anticipación, también se debe solicitar la participación de un veterinario.

117
PROYECTO PARA LA_ U TILIZACION
RACIONAL DE LA VICUÑA SILVESTRE
APARTADO 84 - NAZCA - PERU

1-LVA. INFORMATIVA

SOBRE UN Al4T.L.AL SELVDSTELi EbOOITDO 1JUERTO EN EL CAI.P0

A ) . - DATOS GENERALES:
tio.. _raiz: a ,._9 Fecha: jq. Oil- 19_ N° de la Hoja__
Tipo y Sexo del cct.4,:-._-N , _
Partes encontradas (cadáver completo ?, cabeza ?, lana ? patas? ;_____
—e-Ji ti O A' o rrnlskeX:
i
Heridas y/o Partes Faltantes:
Posible Causa de la T'Uerte : C plci CQ

Animales Necr5fagos observados en el cadáver:


___cfri/22/íZMa (:41-e 04 (Zqua Lf-2

Partes recogidas: 41/

E) - CATOS iUIL:S

1,-,,ir.,;(3 total (punta de la cola h.1.3ta fin del b.pcico),


Iar,so de la pata delantera derecb_r_ (1)asta la uFi ) —.
- 12
Laito de la pata trasera -echa, (basta la ulla ): cm.
2.-Peso total del cadáver o de las ptes encontradas
3.-Estado nutritivo: Gordo Normal .2xtenuaa D
4.-Parásitoc obcervadoG:

5.-Estado reproductivo: l'refi.acia I amando -steril


-
C.-Estado de conservación del cad'iver: ,i'resco . r_..ros-nripuesto__ ...
7 . -Observanio)Ps y pIu1tes
43 LLCLDJL 48-Itr-*-0 Octryytz-- ..d—Ptea p-
•aril¿ar, .14r2 ~re. 44'21,A-C1
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Fig. 35: Esquema de la distribución actual de la vicuña. El círculo exterior indica la importancia de los diferentes factores
orgánicos y anorganicos naturales, que determinan la delimitación del habitat. En el interior se especifican los fac-
tores antropógenos, que restringen este espacio de vida original a su extensión actual en la región altoandina, e im-
piden su ampliación.

119
6.2 Ejecución de la Autopsia

Todo manipuleo de los animales encontrados muertos en el campo y de los ejemplares sacrificados por
mostrar síntomas de una enfermedad, requiere ser realizado con sumo cuidado y esmero. En primer lugar,
en interés personal, debido a que en muchos casos se trata de infecciones por microorganismos poco es-
pecíficos que pueden perjudicar al mismo trabajador. Por otro lado, acciones despreocupadas e impru-
dentes contribuyen en la disposición de los agentes patógenos y la propagación de la enfermedad. Por
eso, es obligatorio llevar ropa protectora durante el trabajo, desinfectándola después de su uso. Es suma-
mente útil el empleo de guantes descartables de plástico, con mangas largas. Gracias a la finura y resis-
tencia del material plástico de estos guantes, sirven para toda la autopsia. Se les adquiere en paquetes de
cien unidades, siendo su precio tan bajo, que es preferible desecharlos después de cada autopsia.

En los formatos confeccionados para la autopsia, las interrogantes responden en forma concisa. Las ob-
servaciones adicionales se anotan en términos claros, no siendo necesario tratando de usar la terminolo-
gía de los patólogos. Si el examinador tiene la oportunidad de observar el animal todavía vivo, anota tam-
bién todos los indicios de comportamiento y funciones físicas alteradas, de las manifestaciones de dolor
o consunción.

La examinación comienza con la inspección minuciosa de las inmediaciones del sitio, donde se ha encon-
trado el cadáver. Los rastros encontrados son un importante punto de partida para el diagnosis. Se ob-
serva indicios de una pelea, o huellas de otros animales, rastros de eclampsias antes de morir, deposición
de excrementos, entre muchos otros. De igual importancia es la posición en la que el animal es hallado.

En poblaciones donde todavía faltan informaciones sobre el desarrollo físico de los individuos, se toman
las medidas físicas correspondientes. En caso contrario, esto se limita a ejemplares con características
aparentemente extraordinarias.

En seguida, se observa sistemáticamente el vellón y la cutis, determinando si existen orificios de balas o


perdigones, impresiones de colmillos de carnívoros, secreciones de los orificios naturales del cuerpo, y se
presta atención a una posible presencia en las extremidades posteriores de heces, ectoparásitos de la piel,
excoriaciones, para mencionar sólo algunos aspectos.

El manipuleo para abrir las cavidades toráxicas y abdominal es igual que el descrito en la operación de be-
neficio, con la única excepción que no se debe eviscerar simultáneamente todos los órganos internos, sino
cortando las costillas de un lado de su parte dorsal, para utilizar el interior del torax como mesa de ope-
raciones para examinar minuciosamente las vísceras.

Al inicio de este trabajo se presta atención a la cantidad y el color del líquido saliente. Asimismo, es necesa-
rio verificar si las membranas serosas de estas dos cavidades se encuentran opacas, secas, cubiertas de mem-
branas falsas, en lugar de ser transparentes, húmedas y resbalosas.

Si el bazo y los nódulos linfáticos intestinales están hinchados, inflamados, eventualmente con abscesos
o presentan volúmenes anormales, se puede sospechar una infección.

La palpación de los pulmones comprueba la posible existencia de corpúsculos de consistencia más com-
pacta de la normal, que puede significar quistes de hidatodes, nemátodes, o de abscesos granulosos. En
seguida se abre la tráquea y las branquias, para ver si presentan algun contenido extraño.

Después de cortar el pericardio que tiene normalmente unas cuantas gotas de líquido, se abre los ventrí-
culos del corazón prestando atención al color del músculo mismo, especialmente de la existencia eventual
de partes más claras. A continuación se abre también las aurículas y los vasos sangu íneos grandes, que
deben estar sin contenido, a parte de la sangre coagulada y fácil de remover.

120
En el hígado interesa sobre todo su color oscuro uniforme y alteraciones circunscritas, además de la presen-
cia de parásitos en los ductos biliares.

Antes de eviscerar el tracto digestivo, se ponen ligaduras en los diferentes sectores de modo que se puede
cortar el intestino entre cada par de ellas. Así se evita el riesgo de la salida del contenido y el enmugreci-
miento de los órganos todavía no examinados. El intestino se excentra, cortando sus puntos de fijación
en el mesenterio y se le estreca, abriéndolo posteriormente con una tijera bien afilada. Las partes altera-
das y parásitos encontrados se recogen y ponen en frascos para su conservación e identificación.

En el tracto urogenital de la vicuña, o sea en los riñones y la vejiga urinaria, todavía no se conocen altera-
ciones importantes que indiquen un estado alterado de salud del individuo. Mucha atención se debe pres-
tar a la transparencia de la cápsula de los riñones. Estos órganos en estado intacto son de consistencia pul-
posa, sin incisiones, de color oscuro uniforme, semejante al hígado.

En las hembras preñadas interesa verificar si el útero demuestra indicios de una inflación o de otras alte-
raciones, además del tamaño y el desarrollo del feto. Siempre es oportuno extraer los ovarios para estu-
dios detallados respecto al ciclo reproductivo de la especie.

La cabeza de la vicuña es pocas veces afectada por alteraciones. Después de cortes profundos por la piel
y en los músculos masticatorios externos e internos, se desarticula la mandíbula, dislocándola hacia atrás.
De esta manera se nota claramente el desgaste de los dientes y se puede determinar la edad del individuo. Si
se ha observado alteraciones del comportamiento, se abre el cráneo, para localizar los posibles quistes
de tenias en el cerebro.

Las cantidades de grasa suprasternal, intestinal, de las cápsulas renales y del corazón indican el estado de
nutrición del individuo. Otro método, especialmente apropiado para determinar esta condición general
de nutrición al momento de la muerte, es la examinación de la médula de los huesos largos de las extre-
midades: fémur, húmero, metatarso, y metacarpo. Los individuos bien alimentados tienen médula sóli-
da, de color amarillento. En los ejemplares caquécticos o debilitados por enfermedades prolongadas, la
médula tiene consistencia gelatinosa de color rojizo. Entre estos dos extremos, se encuentran todas las tran-
siciones posibles.

6.3 Instrumentos para la Autopsia

El contacto frecuente con gérmenes infecciosos, es motivo suficiente para prohibir el uso de las mismas
herramientas constantes en las autopsias, en la carnicería o, peor aún, en los quehaceres domésticos. Por
esta razón, es indispensable contar con un equipo básico de autopsia en cada Puesto de Vigilancia, reser-
vado exclusivamente para este tipo de operación. Ese equipo debe constar de las piezas siguientes:

Cuchillo de degüello
Sierra de huesos
Tenazas para costillas
Tijera recta grande
Bisturí con hojas intercambiables
Pinzas grandes
Sonda recta
Piedra de afilar
Balanza romana
Cordeles
Guantes descartables de material sintético (plástico)

121
Delantal de caucho
Bolsas de material sintético
Papel higiénico
Jabón antiséptico
Cepillo de manos
2 litros de formo! al 10% con frascos o bolsas de plástico
1 litro de alcohol industrial de 90°

Los costos de adquisición de este equipo simple son relativamente bajos. No se puede simplificar más su
composición, sin perder de la funcionalidad de todo el juego. Se sobreentiende que el personal profesio-
nal, en los centros de administración de los proyectos, requiere de equipos más completos para la autop-
sia veterinaria.

El instrumental se limpia y engrasa bien después de cada uso, conservándolo en estuches de lona. Estos
se enrollan tal como se hace con el juego de herramientas para vehículos. Es esencial su verificación de tiem-
po en tiempo, inspeccionando si se encuentra completo y en perfectas condiciones de uso.

Para no disminuir la eficiencia de las patrullas de rutina, realizadas por el personal de vigilancia, no se puede
exigir que los guardas lleven consigo el instrumental descrito, de unos dos kilos de peso, sin contar el
formo! y el alcohol, a lo que se suma el equipo óptico, las armas, municiones, la ropa protectora, el cua-
derno y las hojas de campo, botiquín y fiambre. Por eso, es recomendable llevarlo al campo sólo cuando
se practica la caza sanitaria.

Esta recomendación cambia en los casos de pronunciada mortandad de origen desconocido. Bajo estas cir-
cunstancias, se deben impartir órdenes precisas a los guardas a fin de que presten una atención especial a
los cadáveres frescos y efectúen la autopsia inmediata.

6.4 Envío de Material Séptico

Cuando se presentan síntomas indescifrables a simple vista, los veterinarios expertos, y con mayor razón
el personal de campo, no alcanzan a diagnosticar las causas de la enfermedad de los animales. Por ello,
es necesario el envío de muestras a un instituto de patología. Para efectuar estos envíos existen algunas re-
glas fijas, tanto para cumplir con las disposiciones de higiene básicas, como para garantizar la examinación
del material.

Con excepción de los huesos, para fines de una examinación no se envía partes de animales encontrados
muertos en el campo. Sólo se remite exclusivamente material fresco, procedente de individuos recién
sacrificados. Aún con temperaturas de 10°C se presentan dentro de 24 horas descomposiciones tan avan-
zadas, que una examinación exitosa resulta muy difícil.

Si es factible, se envía cadáveres completos, abriendo los abdómenes para facilitar la salida de gases, que se
desarrollan después de la muerte. En los otros casos se saca los órganos internos en forma completa, o
sea con sus cápsulas. Las partes alteradas del esqueleto y de los músculos deben quedar rodeadas por su-
ficiente tejido inalterado, para evitar cualquier cambio de sus características durante su transporte, lo
que es importante para detectar microorganismos anaerobios. Las piezas o muestras se acondicionan con
telas humedecidas en vinagre o en una solución de formo! de 5°, lo que retarda la putrefacción por al-
gunas horas.

122
Después del enfriamiento, se embala las partes escogidas con material impermeable de plástico. En cada
caso, se incluyen indicaciones con fecha, sitio de origen, número de partida y el nombre del remitente,
para facilitar posteriormente la identificación con la correspondiente hoja técnica, donde se repiten los
mismos datos. Estas indicaciones, puestas a un sobre impermeable, se colocan sobre la pieza misma y no
sobre la envoltura.

Este paquete se coloca a un cajón o una caja, bien acondicionada con paja, turba, lichenes, musgos, perió-
dicos,-aserrín, virutas u otro material disponible. Esta medida tiene la finalidad de absorber todo líquido,
que puede salir de la pieza durante el transporte, en casos imprevistos. Sobre el material enfardado, antes
de cerrar la tapa, se pone en el interior el duplicado de las señas o indicaciones. El bulto cerrado lleva afue-
ra obligatoriamente un rótulo: "Cuidado, material de origen animal para investigaciones. Mantenerlo aleja-
do de alimentos", escrito en letras grandes de molde de color rojo. Aparte de esto, se indica el nombre y
la dirección de la institución destinataria. Esta medida de precaución es de suma importancia, porque las
condiciones de vida en sitios apartados obligan a aceptar carga adicional de cualquier tipo, para aprovechar
bien la capacidad de un vehículo.

Precauciones análogas son necesarias para el envío de muestras de heces , con la finalidad dé examinar su
contenido de parásitos. Como mínimo se envian una cantidad equivalente a dos (2) cucharaditas de bos-
tas frescas, porque de otra manera es probable, que en algunas especies de nemátodes las larvas ya hayan
salido de los huevos. Para el transporte no se usan bolsitas de plástico, sino frascos de vidrio o latón, con
contenido hasta la mitad. Esta medida evita la muerte de las larvas y de los huevos en desarrollo, por defi-
ciencia de oxígeno. Al interior del frasco, encima de las mismas muestras, se coloca el rótulo de identi-
ficación.

Por la lejanía de las ciudades y las inevitables demoras hasta el despacho de las muestras en el servicio de
correos, es preferible el transporte directo por una empresa de transportes o mejor, en una línea de omni-
buses, con mensajero propio. Los costos elevados de este envío obligan restringir las pruebas a los casos
realmente importantes. En algunos será factible depositar el material en las congeladoras del laboratorio,
aprovechando para su transporte los viajes de rutina de los vehículos de servicio.

123
ANALISIS DEL HABITAT
ANALISIS DEL HABITAT

La población humana es ahora tan numerosa, y aún sigue creciendo, que solamente el uso más racional
posible de los recursos naturales podrá asegurar su porvenir. Considerando que la forma más primitiva,
pero todavía la más eficiente, de convertir la energía solar en algo utilizable por el hombre es mediante
el sistema "planta-herbívoro" y, que cerca de 30% de la superficie total de nuestro planeta está cubierto
por pastos naturales, se desprende claramente la importancia que presenta el uso racional de los pastos.

Manejar los pastizales nativos, obteniendo los mayores rendimientos sin perjudicar el capital, se debe
convertir en uno de los más importantes objetivos dentro de la política de uso de pastos naturales en
el Perú (Flores, et al, 1980).

1. Consideraciones Generales

Quien desea manejar una población de animales silvestres debe ser capaz de evaluar, por lo menos hasta
cierto grado, el habitat de los animales tomados en consideración. Más adelante, en una segunda etapa,
se debe tratar, si las circunstancias y principios ecológicos lo permiten, de influenciar hasta manipular el.
habitat en un sentido favorable para los fines del hombre. Esta última meta podrá ser alcanzada solamente
cuando el operador tenga conocimientos básicos de las necesidades biológicas de la especie bajo manejo.
Sin embargo, hay que insistir que bajo las circunstancias existentes en América Latina se debe limitar,
por el momento, a lo que naturalmente existe, pues cualquier manejo del habitat requiere de inversiones
muy costosas, que, además, muestran sus beneficios sólo después de varios años. Parcialmente, esto se
debe al comportamiento diferente de las especies vegetales introducidas, aún cuando éstas provengan
de un habitat "muy semejante".

En efecto, no es posible permitirse el lujo de practicar un sofisticado manejo de los pastos naturales andi-
nos, que implica actividades tales como la roturación, siembra, cultivo, abono e irrigación.

El análisis vegetacional forma una parte esencial dentro del programa de reconocimiento del habitat. Su
meta principal es conocer la estructura de las comunidades vegetales y comprender las funciones recípro-
cas de sus integrantes, así como su incorporación al medio ambiente y su desarrollo histórico. Esto permite,
en última instancia, llegar a conclusiones ecológicamente válidas para el manejo del ecosistema bajo in-
vestigación.

Para el análisis vegetacional se cuenta con algunos principios generales, que valen la pena recordar y que
fueron resumidos por THIENEMANN (1956), en dos principios biocenológicos básicos:

Mientras más variadas son las condiciones y posibilidades biológicas de un habitat, más grande es el
número posible de especies constituyentes de esta biocenosis.
Mientras más se alejan de lo normal las condiciones de vida en un habitat, y consecuentemente del
óptimo para la mayoría de las especies, más reducido es el número de los componentes de esta bioce-
nosis muy característica, pero también es más grande por su parte, el número de los individuos de
algunas de las especies presentes.

127
En el campo del manejo de la vida silvestre se acostumbra hablar de formaciones vegetales (Puna, Selva,
Ceja de Montaña, etc.), que son comunidades vegetales caracterizadas según los tipos fisionómicos domi-
nantes (forma de crecimiento o forma de vida), y no, como lo hace el botánico, según la combinación
florística de las especies componentes. La formación se define como una cohabitación botánica individua-
lizada por la forma biológica que en ella domina. La formación vegetal se compone de asociaciones o
comunidades vegetales, que se diferencian en su composición florística, pero coinciden en primer término
en las condiciones estacionales y en segundo lugar en formas biológicas de vida. Por ello, en la parte perti-
nente del presente capítulo se considera la composición florística bajo-el título: "Inventario del Habitat",
o sea las asociaciones vegetales de un sitio definido, las condiciones físicas que la influyen y la fauna que
depende de esa vegetación. En el sub-capítulo: "Condición del Terreno", se tratan las formaciones vegeta-
les y sus condiciones y posibilidades para un manejo racional. Según el desarrollo que se imprima al trabajo
en este campo, hay que dedicarse después a investigaciones más detalladas y más relacionadas con el pro-
pósito del programa como son:

Estimación de la producción primaria,


Tasación del valor nutritivo
Determinación de la capacidad de carga

Con los resultados de esas investigaciones se puede estructurar el plan integral de manejo. Este y otros
puntos relevantes serán tema de la segunda y tercera parte de las consideraciones sobre la vegetación,
como base indispensable para el manejo de la vicuña silvestre.

1.1 La Puna como Habitat de la Vicuña

Es conveniente distinguir, de acuerdo al régimen natural de las precipitaciones en el Perú, la puna seca
y la puna húmeda, de las cuales, hoy en día, solamente la puna seca, por razones económicas, forma el
habitat de la vicuña. Naturalmente, esto no significa de ninguna manera que la vicuña no pueda existir
en otras partes de los Andes; al contrario, como demuestran resultados de estudios arqueológicos y eco-
lógicos, su distribución original ha sido más amplia en los tiempos pasados. Sin embargo, gran parte de su
habitat natural, o sea la puna húmeda y las vertientes de los valles interandinos, son utilizados actualmente
para la agricultura y la ganadería.

La isoterma anual de + 6°C caracteriza el aspecto de la puna seca, formación de vida natural altoandina
de gran importancia socioeconómica potencial. Esta área está cubierta por pastos naturales y arbustos
enanos que se presentan en manojos característicos, en grupos y hasta en grandes extensiones. La parte
peruana de la puna seca comprende unos seis y medio millones de hectáreas dentro del total de veinti-
cuatro y medio millones de pasturas naturales de la sierra, que sostiene un ochenta por ciento de la ga
nadería nacional.

Desde la altura límite para la agricultura tradicional (3500-3800 m.s.n.m.) hasta el comienzo de las nie-
ves perpetuas (4800-5000 m.s.n.m.), el número de géneros y de especies nativas de gramíneas va redu-
ciéndose dando lugar a la propagación de musgos y hierbas. La mayor parte de las precipitaciones anuales,
que en la puna seca fluctúan entre 250 y 420 milímetros, cae durante los meses de diciembre hasta marzo
en forma de chubascos, granizadas y nevadas, ocasionando fuertes erosiones y produciendo inundaciones
con aludes y deslaves. Estos últimos tienen lugar debido al estado deplorable de los pastizales, con su
cobertura vegetal a menudo reducida por sobrepastoreo, y a la naturaleza misma de los suelos residuales
y poco profundos.

128
La formación de humus se produce muy lentamente en estos suelos, escasamente poblados de microorga-

"r)
nismos y en su mayoría poco desarrollados a consecuencia de las bajas temperaturas con fluctuaciones
diarias considerables (hasta 25-37°C) y las escasas precipitaciones distribuidas desfavorablemente. Es por
ello, que en estos suelos muchas veces ácidos (pH 5,5), la cantidad disponible de nitrógeno y fósforo
es reducida.

La principal formación fitoecológica de la puna es una especie de estepa andina con predominancia de
gramíneas, clasificada por TOSI (1960) como páramo húmedo subalpino y tundra alpina.

1.2 Definiciones y Características Ecológicas de la Puna

1.2.1 Dehesa Natural

Todas las áreas capaces de producir forrajes, ya sea para animales domésticos o para especies silvestres, y
que no son aptas para cultivos, se conocen bajo la denimonación de dehesa natural. Entre ellas se hallan:
a) pastizales o pasturas, con predominancia de gramíneas; b) pasturajes, o sea una mezcla de pastizales
con arbustos y árboles pequeños; y c) sabanas, que en principio consisten de pastizales, o a veces también
de pasturajes, parcialmente invadidos por árboles y bosquecillos.

Más del cuarenta por ciento de la tierra firme de nuestro planeta está ocupada por dehesas naturales, que
fuera de proporcionar forraje a la mayor parte del ganado doméstico en el mundo, tiene importancia
para el manejo de cuencas, recreación, producción de maderas y combustibles, minería y manejo de la
fauna silvestre. Lógicamente, la dehesa natural requiere de manejo adecuado para asegurar la utilización
racional de sus recursos.

De aquí en adelante se tratará solamente de una sola expresión de la "dehesa natural", o sea lo que se re-
fiere a los pastizales altoandinos de regular importancia para el manejo de la vicuña silvestre. Pero eso,
de ninguna manera libera completamente a los autores de ocuparse de la problemática ecológica general,
sobre todo por tratarse, del manejo de la vicuña, de una actividad de ecoconservación (ecodesarrollo).

La dinámica de las comunidades vegetales y más aún el concepto del ecosistema tienen mucha repercu-
sión sobre el'manejo de los pastizales nativos. En tal sentido, un ecosistema es algo más que la mera reu-
nión de plantas y animales en un lugar; esto, más bien, involucra el concepto de un equilibrio dinámico
entre todos ellos --- plantas, animales, microorganismos, y materia —, pues dependen funcionalmente uno
del otro. Así es que también ecosistemas de mayor categoría, como por ejemplo la puna, están compuestos
por una serie de subsistemas, tal como los mojadales, toleres, quiñuales, etc., y caracterizados por las inter-
acciones e intercambios naturales entre ellos.

El hecho que cerca de treinta por ciento de la superficie terrestre se encuentre ocupado por pastizales,
indica la importancia que tienen ellos para el manejo de las dehesas. Los pastizales consisten en diferentes
comunidades vegetales que son formadas por una mezcla variable de plantas herbáceas, dominadas por la
familia de las gramíneas. En su forma típica no se presentan ni árboles ni arbustos ni otras plantas leñosas.
Sin embargo, el manejo inadecuado de los pastizales fomenta la invasión de tales plantas convirtiendo al
pastizal en un pasturaje o en una sabana. De los pastizales originales, que se conocen en los diferentes con-
tinentes bajo diferentes nombres — pampa, puna, llano, velt, prairie, pasture, o puzta — están sobreviviendo
solamente aquellas partes que se hallan en lugares demasiadamente secos o húmedos, fríos o altos para
ser cultivados. Eso implica, por la delicadeza de su naturaleza marginal, que el manejo de los pastizales
restantes es una tarea sumamente difícil.

129
Por último, se define como sitio aquella área que se caracteriza por una combinación de factores edáficos,
climáticos, topográficos y bióticos que es significativamente diferente, de la del área colindante. Tales
sitios, o "áreas ambientales", son considerados como unidades de investigación y manejo. Un cambio de
sitio al siguiente significa diferencias notables en cuanto a potencial forrajero y requerimientos de manejo
para asegurar su uso racional.

1.2.2 Bases Biológicas del Pastizal

Principalmente es el régimen y la cantidad de las precipítaciones los que determinan el desarrollo y el man-
tenimiento de pastizales naturales. En promedio, reciben 250-650 milímetros de lluvia que se distribuyen
sobre algunos pocos meses del año. Además, la relación entre precipitación y evapotranspiración es suma-
mente desfavorable, alcanzando valores cerca de aquellos que caracterizan desiertos verdaderos. Por eso,
bajo un mal manejo o con sobrepastoreo, los pastizales tienden a desertificarse, efecto agravado por el
hecho que regiones con pocas y muy estacionales precipitaciones suelen sufrir de sequías prolongadas
o inundaciones.

Los pastizales son comunidades bióticas de avanzada complejidad, que se encuentran típicamente en
regiones de clima continental y que presentan en todo el mundo, más o menos, la misma fisionomía. Ellos
se caracterizan por un crecimiento constante de parte de sus especies dominantes, por una estructura eco-
lógica semejante, por condiciones de clima esencialmente idénticos y por una homogeneidad de las especies
predominantes.

Los factores principales de los cuales se atribuye el origen de un pastizal son los siguientes:

Condiciones climáticas dominadas por una deficiencia de humedad y por un cambio estacional entre
épocas de sequía y de lluvias, respectivamente.
Factores bióticos originados en primer lugar, por actividades humanas o cantidades considerables de
herbívoros grandes.
Cualidades especiales del suelo, muchas veces causadas por ciertas deficiencias en minerales.
Ocurrencia periódica, natural o artificial, de incendios.

En cambio, el tipo específico de composición vegetal de un pastizal es principalmente determinado por


la disponibilidad de humedad del suelo, que "a su vez depende de la actividad del viento, de la profundidad
y textura del suelo y de la concentración de las sales minerales. En segundo lugar, también la intensidad
y el régimen de pastoreo se reflejan en la composición del pastizal, circunstancia que merecerá una con-
sideración más detallada por ser un elemento principal en el campo del manejo de fauna silvestre. Es así,
que pastizales secundarios en la mayoría de los casos son inducidos por actividades del hombre (desmonte)
y mantenidos por la quema, mientras que los cambios climáticos raras veces causan el desarrollo secundario
de un pastizal. Lo que se suele llamar una "vegetación natural", a menudo es el resultado de una constante
presión humana sobre la vegetación original, especialmente efectuada por las quemas periódicas. Este tam-
bién es el caso para los pastizales andinos, donde la acción del viento, la incidencia de incendios naturales
causados por rayos, y la tala de los montes y tolares ejercían acciones auxiliares en el desarrollo de la puna.

Hablando aquí de las bases ecológicas del pastizal, parece indicado aclarar algunos conceptos más de la
ecología vegetal y del manejo de los recursos naturales, por haberse encontrado en este campo muchos
conceptos erróneos.

En primer lugar, hay que' subrayar la diferencia fundamental que existe entre un programa científico,
tal como lo es la ecología vegetal y un programa práctico de manejo. Mientras la ciencia no conoce califi-
caciones de: "especies deseables" o "hierbas malas", el éxito de un proyecto para la utilización racional
de una especie silvestre depende del reconocimiento de la calidad y tendencia de los pastizales disponibles.

130
Plantas crecen típicamente en conjuntos y las agrupaciones de las especies coexistentes se repiten en di-
ferentes lugares, llamándose a tales grupos de plantas — COMUNIDADES VEGETALES —. La ecología
vegetal, entonces, consiste en el estudio de las comunidades, dedicándose a la composición, desarrollo,
distribución geográfica y relaciones con el medio ambiente de tales comunidades. El interés en las caracte-
rísticas biológicas de plantas referente a su ambiente natural forma la vinculación lógica de la ecología
vegetal con ciencias aplicadas, entre ellas el manejo de la vida silvestre.

Cada metro cuadrado de la cobertura vegetal demuestra ciertas diferencias frente al otro. Sin embargo,
considerando eso en forma relativa, es posible encontrar diferencias y semejanzas de diferente grado.
Es, entonces, el principio 'de diferencias y parecidos relativos que forman la base para la clasificación del
habitat. Para ello, se describe las "especies características" como aquellas especies que permiten reconocer
e identificar a las comunidades en el campo, tomando en cuenta, que tales especies pueden perder su
valor de diagnóstico, fuera de su sitio original.

1.2.3 Ciclo de Vida Natural en el Pastizal y el Concepto de Clímax

Para poder entender e interpretar concretamente lo que pasa naturalmente en un pastizal y aplicar tales
conocimientos en el manejo adecuado, parece necesario detallar algunos de los conceptos principales
al respecto.

Las plantas reciben la energía solar y la convierten, mediante la fotosíntesis, en sustancias orgánicas, entre
otras. Estos materiales proporcionan la bibenergía indispensable para mantener los procesos vitales de
la planta, forman su estructura y constituyen su reservorio energético, soportando a la vez toda la vida
animal. El almacenaje de la bioenergía, de vital importancia para las plantas andinas, bajo las condiciones
de vida en gran parte inhóspitas, se realiza en el caso de especies perennes en las raíces y las bases de los
tallos, en la raíz y el tronco en caso de árboles y en las semillas y frutos, en caso de plantas anuales. El
pastizal, como ecosistema terrestre, se caracteriza por una biomasa grande en vegetales, en relación al flu-
jo de energía y por una proporción elevada de la producción primaria que pasa no directamente al nivel
tráfico de los herbívoros, sino que forma un detrito vegetal que es atacado por microorganismos, facili-
tando su reciclaje. Esta conversión del detrito es sumamente lenta en los suelos de la puna. Sus plantas,
arraigadas en suelos pobres y expuestos a una desecación agresiva por parte de la radiación solar altitudi-
nal, de los vientos constantes de los cambios bruscos de la temperatura, requieren de materiales poliméricos
como celulosa y lignina para su rigidez y como cutina o suberina para impedir" la pérdida de agua o la li-
xiviación. Tales sustancias inertes, a menudo reforzadas en su acción por incrustaciones con silicatos y por
elementos estructurales como espinas o púas, no son fácilmente digeribles por los animales, resultando
a veces hasta incomestibles y formando el mayor volumen del detrito. La otra parte los constituyen plantas,
o productos de ellas, que por varias razones, no fueron ingestados por un herbívoro.

La competencia por la luz y el diferente grado de resistencia de las plantas contra viento y frío, resultan en
la estratificación típica de los pastizales andinos.

Después de su hibernación, las plantas de la puna crecen de modo muy acelerado, apenas las condiciones
de temperatura y humedad del suelo se vuelven favorables, utilizando fuertemente la bioenergía almacenada
en forma de carbohidratos en sus raíces. De manera general, para todas las especies forrajeras de la puna
seca sureña, el patrón de eventos fenológicos comienza en diciembre con el rebrote, estando las plantas
en la etapa de eiongación en enero. El espigado se presenta en febrero y la floración entre marzo y abril,
con la presencia de semillas maduras entre abril y mayo, y concluye en junio. Inmediatamente después`,
coincidente con la falta' de lluvias y con la presencia de temperaturas bajas o sea en julio y agosto, las
plantas entran nuevamente en un estado de hibernación. Las lluvias escasas de setiembre a noviembre no
son suficientes para promover un crecimiento continuo en las plantas, limitándose éste a un crecimiento
lento a partir de noviembre, para las especies más precoces.

131
En sitios de la sierra peruana con más lluvias o situadas más al norte, el patrón de eventos fenológicos
se presenta hasta un més antes.

En tal forma, la vegetación y el suelo se desarrollan concomitantemente, pasando por una serle de estados
de transición sucesivos, hasta llegar a un equilibrio dinámico más o menos estable, situación conocida
como clímax. A causa de las precipitaciones reducidas y temperaturas bajas, el clímax andino se presenta
muy lentamente, y no será, por la intervención del hombre, alcanzado nunca. Regresiones interinas, que
dirigen el desarrollo de la comunidad vegetal en dirección contraria al clímax, son originadas por sequías,
incendios o sobrepastoreo. La retrogradación del suelo se presenta más tardía, pero también en forma
menos fácil de mejorar. Entre los factores que llevan el rumbo hacia el apogeo del clímax y que determinan
sus características definitivas, se hallan la p 'recipitación pluvial, la temperatura, el fuego, la fauna, los ene-
migos naturales (incluyendo enfermedades), el suelo y las plantas naturalmente disponibles. Si interviene
en este cuadro complejo el hombre y su ganado, es en muchos casos sumamente dudoso si la vegetación
podrá, después de todo, alcanzar su clímax natural. Teóricamente, se presentará otro punto de equilibrio
en el ahora nuevo ecosistema que también será algo como un "clímax", salvo la intervención humana es
de carácter uniforme y estable. Pero en muchos casos — no es así en la puna, pero sí en los valles interandi-
nos — tal "clímax artificial" no es económico desde el punto de vista de su productividad y eficiencia ecoló-
gica, por cuanto el hombre trata, con intervenciones permanentes, de mantener el ecosistema en cierto esta-
do de pre—clímax, que es más productivo.

Ligeras fluctuaciones en la composición vegetal son normales dentro de una comunidad vegetal dinámica.
Queda a juicio de quien maneja el pastizal distinguir entre estas fluctuaciones normales y retrogradaciones
desfavorables.

Debido a que especies que normalmente pertenecen a estados superiores o inferiores de la sucesión, invaden
la asociación de plantas durante su desarrollo hacia el clímax o su retrogradación respectivamente, es po-
sible- deducir por éstas la condición y la tendencia del pastizal bajo estudio. De tal manera, se obtienen
indicios sobre las acciones de manejo necesarias para una utilización racional del recurso forraje, siempre
y cuando se dispone de una referencia sobre el clímax natural y se conoce las especies indicadoras. Esta
problemática será explicada más adelante con más detalle.

Durante la época de sequía, o sea de hibernación andina, la cobertura vegetal se va reduciendo en forma
continua, para reestablecerse otra vez durante las lluvias siguientes. En casos de sobrepastoreo, la vegetación
dañada reacciona muy sensiblemente frente a la humedad deficiente del suelo a consecuencia de la sequía.
Quiere decir, sobrepastoreo y sequía debilitan de modo semejante a la vegetación, causando los mismos
efectos negativos sobre la planta y el suelo. Lógicamente, la acción conjunta de ambos podrá tener conse-
cuencias funestas para el pastizal. La humedad del suelo se reduce tanto más, cuanto más animales pastan
también durante la época de sequía; o sea, aún la utilización del pastizal durante su hibernación influye,
agravado por el pisoteo, la sequía y la erosión, la producción primaria durante el período vegetativo que
sigue.

2.0 El Sistema "Planta-Herbívoro"

2.1 Consideraciones Ecológicas

La existencia de pastizales en la Sierra es la expresión evolutiva de una adaptación eficiente, tanto de plan-
tas como de animales, a la ocurrencia de épocas de sequía alternadas con tiempos de lluvia. Los pastizales
son el recurso básico para los herbívoros, mientras hojas, ramas o frutos sostienen solamente una pequeña
parte de éstos. En cambio, también el pastoreo es, junto con las influencias ejercidas por el clima, suelo
e incendio, un factor principal para el mantenimiento del pastizal andino.

132
Antes de seguir la discusión sobre el sistema "planta-herbívoro", parece indicado definir algunos concep2
tos básicos al respecto, para facilitar la comprensión.

Hierbaje: El total de la producción anual aérea del pastizal consistiendo de pastos, hierbas u otros produc-
tos de vegetales no lignificados.

Ramonea/e: La parte de la producción anual de hojas, ramas y frutos de plantas lignificadas.

Forraje: La fracción de hierbaje y ramoneaje que puede ser consumida por herbívoros.

Herbajear: Todo tipo de consumo de forraje ejecutado por animales, sea por ganado doméstico, en forma
de pastoreo, o sea por especies de la fauna silvestre, en forma de pacer.

En los pastizales naturales, sin embargo, pasa la mayor parte de la energía incorporada en el tejido vegetal,
sin ser siquiera previamente consumida por un herbívoro, directamente al nivel trófico de los descompo-
nedores. A consecuencia de ello, hallamos la biomasa animal presente, como en muchos de los ecosistemas
terrestres, en su mayoría conformada por organismos dedicados a la descomposición. Este hecho ecoló-
gico fundamental siempre hay que tenerlo en cuenta cuando se llega a considerar el consumo animal.
Sólo en sistemas de manejo agrícola intensivo se puede retirar el total de la producción primaria aérea,
pues se reemplazan los nutrientes con fertilizantes. En sistemas de herbajeo natural, el sistema se mantiene
mediante el reciclaje de los nutrientes, que es posible por la acción de los descomponedores sobre la bio-
masa vegetal no consumida o repuesta en forma de heces.

En cierto sentido, y para facilitar el entendimiento, se puede considerar un sistema de herbajeo como un
caso especial de un sistema de presa y predator, porque la interacción "planta-herbívoro" es suficiente-
mente similar a este sistema para poder utilizar la misma interpretación matemática para ambos. Consi-
derando los diferentes posibles gráficos que describen la relación entre vegetación y fauna, se llega a dife-
renciar entre sistemas continuadamente estables y sistemas descontinuadamente estables frente a cual-
quier cambio de densidad en herbívoros y vegetación, respectivamente. Uno de los sistemas de herbaje° más
comunes, es aquel donde la tasa de cambio en la densidad herbívora es una función de la densidad vegetal
y viceversa. Tal interacción entre los dos componentes principales del sistema puede llegar a un equilibrio
estable, siempre y cuando quede una reserva de biomasa vegetal suficientemente grande para permitir el
restablecimiento del pastizal durante el próximo ciclo vegetacional. En el caso de plantas anuales, tal re-
serva consiste en un porcentaje apreciable (entre 30 y 60 por ciento, según las demás condiciones de vida)
de individuos que pueden florecer y fructificar, y en el caso de especies perennes, la reserva consiste en
suficiente bioenergía almacenada en las raíces.

El sistema "puna seca-vicuña" se puede caracterizar como sistema discontinuadamente'estable, por algunas
características, como son irregulares años de sequía, relativamente pobre densidad en especies paceables,
existencia de otros factores fuera de la simple disponibilidad de forraje, que determina la densidad animal,
la discontinua relación entre precipitación y producción primaria o la escasa existencia de reservas natu-
rales de vegetación. Aquí, la condición física del animal no necesariamente es un buen indicador sobre la
marcha total del sistema, tal como suele ser en sistemas continuadamente estables, o sea mientras la con-
dición observada en la población de las vicuñas se mantiene todavía sin indicios de deterioro notable, la
condición del pastizal ya puede ser tan deplorable, que su colapso parece estar muy cerca. El grado de
cobertura vegetal, entre otros, es aquí un indicador mucho más sensible para el monitoreo de la condi-
ción del terreno que la condición del animal, y por ende, para llamar la atención del observador sobre
la marcha del sistema.

133
Los ungulados, roedores e insectos son los consumidores principales de la vegetación altoandina. Los
nichos ecológicos de las diferentes especies, sin embargo, no han evolucionado hasta su separación
completa. Más bien, existe cierta competencia por los mejores pastizales y las plantas más apetecibles.
Si se logra, mediante un manejo racional, reducir tal competencia a un mínimo económicamente tolera-
ble, se puede, por otro lado, aprovechar el principio biológico que indica que una variedad de ungulados
utiliza un pastizal con mucha más eficiencia, y por ello, es más productivo que una sola especie de herbí-
voro. La combinación equilibrada entre vicuñas y ganado doméstico, se ofrece para muchos sitios de la
Sierra Peruana como tal variedad de consumidores.

2.2 Correlación entre Planta y Herbívoro

Los animales herbívoros han influenciado en la evolución de las especies y comunidades vegetales, así
como la existencia de los pastizales nativos han tenido efecto notable para la evolución de los herbívoros.
Tales relaciones recíprocas suelen ser de importancia fundamental y tienen mucha repercusión para una
utilización racional del sistema.

Un modelo general del sistema de herbajeo, algo simplificado, se puede elaborar a base de las relaciones
existentes entre la biomasa vegetal por una parte y el crecimiento de las plantas y el consumo herbívoro;
por otra. Este modelo se puede, después, utilizar para el análisis del sistema a fin de determinar el número
y la posición, con referencia al clímax, de sus puntos de equilibrio. También sirve para investigar si estos
puntos de equilibrio son estables o inestables y cuáles son en cada uno de estos equilibrios las relaciones
entre densidad de herbívoros, biomasa vegetal y productividad del sistema. La estabilidad del sistema de
herbajeo depende principalmente de las biomasas existentes en flora y fauna, respectivamente, las cuales,
a su vez, son determinadas por las características del habitat y de las especies existentes en el área. Si bien
la elaboración de los gráficos describiendo el sistema bajo consideración en cada caso es un trabajo neta-
mente científico y fuera del alcance de quien maneja un proyecto para la utilización racional de la vicuña
silvestre, se recomienda su elaboración y se llama la atención sobre su importancia fundamental. En cual-
quier momento, durante su trabajo cotidiano, el administrador debe tener presente que el ecosistema
PASTIZAL, bajo las condiciones dadas por el ambiente y con los factores introducidos por el hombre,
tiene un cierto rumbo evolutivo que lo llevará a un punto de equilibrio, el cual a su vez puede ser estable
o inestable, dependiendo eso de su posición sobre el gráfico que matemáticamente describe el sistema
bajo manejo. La tarea para el técnico del proyecto, infaliblemente, debe ser determinar aquel punto de
equlibrio estable que ofrece la mayor productividad y regir el sistema hacia este punto.

Herbajear es una de las fuerzas modificadoras principales para un pastizal. Esta intensidad del herbajeo
influencia el rendimiento subsiguiente del pastizal por afectar la fisiología de las plantas y las caracterís-
ticas de su ambiente local. Herbajear reduce la fotosíntesis al retirar clorofila en forma de forraje, causando
efectos sobre la reproducción vegetal al cortar los tallos de las plantas, lo que inhibe la floración y fruc-
tificación. Por otro lado, debido al consumo de especies vegetales de tallo alto, el herbívoro favorece el
crecimiento de estratos más bajos en el pastizal. En esta manera, el tipo y el número de las especies herbí-
voras presentes afectan, en forma decisiva, la composición de la comunidad vegetal presente y su cober-
tura, mediante sus referencias y demandas básicas en cuanto a cualidad y cantidad de forraje.

Sin embargo, el consumo directo de la biomasa vegetal no es el único efecto que tiene la presencia del ani-
mal para la planta. El písoteo, en la época húmeda compacta el suelo, corta la capa de hierba y mata el
rebrote tierno, mientras en la época de sequía incrementa la erosión. Con sus heces los animales contri-
buyen a la propagación de las plantas, al reciclaje de los nutrientes y a la distribución de semillas. La sus-
ceptibilidad de las plantas frente a estos efectos animales varía de una especie vegetal a otra y, por ende,
también repercute sobre la composición botánica del pastizal.

De todas maneras, la producción primaria de un pastizal depende de las precipitaciones y de la presión


de los herbívoros, principalmente.

134
Es así, que las actividades animales proporcionan fertilizantes, favorecen la penetración de la luz a es-
tratos bajos y estimulan la regeneración de hojas y tallos, pero también reducen el crecimiento de las raíces
y aprovechan la bioenergía vegetal acumulada. Todo sistema de manejo de pastura da por sentado que
para cualquier pastizal existe un óptimo de presión de herbívoros que rinde el máximo de producción.
Este particular se tratará con más detalle. Sin embargo, hay que señalar que no en todo caso coincide lo
ecológicamente correcto con lo económicamente saludable y que no siempre implica el óptimo en produc-
tividad un máximo en estabilidad. Los pastizales andinos, sobre todo, merecen en este sentido mucha
consideración y cuidado.

De todos modos, aunque la parte exacta donde la planta acumula sus reservas de bioenergía varía según
la especie, un fuerte consumo se presenta por la tendencia de reducir estas reservas y de perjudicar el cre-
cimiento de la planta durante el ciclo siguiente. El momento cuando la planta soporta el herbajeo, reper-
cute notablemente sobre la posibilidad de su recuperación y sobre el almacenaje de sus carbohidratos.
La utilización excesiva del rebrote puede matar a la planta y ocasionar un deterioro progresivo del pasti-
zal. Pero, las diferentes especies vegetales tienen diferente susceptibilidad frente al herbajear, dependiendo
de la forma biológica que es la que determina la posición de los puntos vegetativos de la planta y de la
secuencia de los eventos fenológicos. Todo tipo de consumo por parte del herbívoro tiene, así, una influen-
cia notable sobre el metabolismo de la planta, porque cualquier reducción en los tejidos fotosintéticamente
activos trae consigo una reducción en la producción y almacenaje de carbohidratos y proteínas.

Resumiendo los factores que influyen sobre la respuesta de la planta a un grado de herbajeo dado, se des-
tacan los siguientes:

Condiciones climáticas, especialmente sequías.


Condiciones ambientales, especialmente tipo y humedad del suelo e incendios.
Epoca de herbajear.
Duración de la utilización.
Cantidad de forraje restante.
Partes de la planta consumidas.

En lo que respecta al animal, uno de los factores principales representa su presencia frente a ciertas espe-
cies de forraje, lo que repercute sobre la composición florística del pastizal. En este caso, hay que distin-
guir entre el valor nutritivo de una planta y su palatabilidad. La preferencia que exhibe un animal para
una especie vegetal de ninguna manera es un índice de su valor alimenticio. Eso lo demuestra claramente
la adicción que los herbívoros pueden desarrollar para ciertas plantas, aún venenosas como la "hierba
loca" o "yerba mala" de la puna (Astragalus garbancillus). Además, la preferencia de una especie animal
varía también según la época del año o de año en año, o de la edad del animal. Las características que
se enumeran a continuación, son las que se consideran en el concepto de palatabilidad o preferencia:

Contenido protéico.
Sabor.
Contenido de humedad (frescura).
Contenido de sales minerales.
Contenido de esencias.
Contenido de fibra cruda (ternura).
Textura.

135
En todo caso, el gusto del animal es el que prima y no el análisis químico; por tanto, siempre será necesario
determinar las preferencias directamente en el campo. Es así que, fuera de las características individuales
de la planta misma, la preferencia que el animal exhibe para ella, es guiada por otras circunstancias tales
como especies vegetales asociadas, época del año, tipo de utilización anterior, condiciones locales, familia-
ridad del animal con esta planta particular o disponibilidad de la planta en el campo. Esta última, a su vez,
es controlada también por el lugar donde crece, o sea su topografía, inclinación, lejanía del agua, dirección
del viento o tipo de ganado presente.

Teniendo esto en mente, no sorprende que muchas veces no sea directamente una deficiencia nutritiva
del forraje la responsable de un estado físico poco satisfactorio del animal sino la insuficiente cantidad
de biomasa vegetal consumida. La habilidad de un herbívoro con la cual busca, encuentra y toma su
alimento bajo condiciones de poca disponibilidad y que lo permite mantener su consumo cerca del óptimo,
aún cuando la biomasa vegetal merma, caracteriza su EFICIENCIA PARA HERBAJEAR. Los herbívoros
con gran eficiencia de herbajear y requerimientos alimenticios reducidos, tal como caracteriza a la vicuña,
tienden mucho más a crear sistemas inestables de herbajeo. Además, su eficiencia notada y sus caracterís-
ticas biológicas de adaptación perfecta a la puna, la hacen propensa a originar sobrepastoreo en los sitios
delicados de las tierras marginales de la puna seca, haciendo probable que estos eventos resulten en osci-
laciones naturales de su densidad poblacional y pastizales sobreexplotados, respectivamente. Parece que
fueran estos altibajos considerables en la condición del habitat y los ciclos poblacionales conexos los que
caracterizaron el sistema "vicuña-puna", antes de la intervención masiva del hombre.

2. 3 Conclusiones

Para el caso de los pastizales naturales andinos, se constata que la producción aérea neta y la parte de ella
consumida por herbívoros económicamente rentables, no guarda relación ni con la energía solar dispo-
nible ni con el potencial ecológico inherente. Eso se debe a varias razones, las principales de las cuales
se detallan a continuación:

La ineficiencia relativa de la fotosíntesis, que se debe a la reducida disponibilidad de agua, a las tempe-
raturas muchas veces desfavorables y a las deficiencias metabólicas propias de las plantas andinas.
La mayor parte de la biomasa vegetal queda a la disposición del estrato ecológico de los descompo-
nedores, por no ser ,consumida por los herbívoros. Aquí se ve la peligrosidad de confiar para el cálculo
de la carga posible de herbívoros en la biomasa vegetal presente, puesto que es la actividad de los
descomponedores que limita la productividad de todo el sistema.
De la bioenergía pasada al estrato de los herbívoros, otra vez gran parte no pasa por animales de interés
económico, a menudo simplemente porque ello no está disponible para el animal en el lugar, tiempo
y tipo deseables.
A renglón seguido, una porción notable del contenido calorífico del forraje ingerido por el animal
queda sin ser asimilado, regresando al pastizal en forma de heces; tal parte varía entre 40 y 90 por
ciento, según la digestibilidad de las plantas.
e) Sólo la menor parte de la bioenergía y materia orgánica asimiladas están convertidas en productos
que tienen valor directo para el hombre, o sea se transforma en carne, lana, crías o cueros. El resto
que constituye una gran parte, es liberado en forma de calor o trabajo mecanico, mayormente de
locomoción, o .eliminado en forma de materiales de excreción de menor contenido calorífico.

136
Aunque no se puede reestructurar este cuadro en forma completa por ser muchos los procesos inherentes
al sistema, es posible en muchos casos incrementar la parte de la bioenergía circulando en el ecosistema
de la puna que queda a la disposición- del hombre en forma de productos aprovechables. Principalmente,
se trata de manejar el sistema en tal sentido, que el animal apropiado se encuentre en el momento opor-
tuno sobre el pastizal apto y en la cantidad ajustada para un tiempo correcto, maximizando así la pro-
ductividad, sin perjudicar el funcionamiento del ecosistema bajo consideración. Sin embargo, para poder
lograr ello, será necesario contemplar algunas de sus bases biológicas y familiarizarse con los métodos de
investigación y posibilidades de manejo adecuados. Precisamente,-de eso se trata ahora en las líneas si-
guientes.

En un sitio dado, tal como se explicó más arriba, la composición vegetal del pastizal es determinada tanto
por las condiciones climáticas y edáficas como por las especies y cantidades de herbívoros presentes, así
como por las costumbres forrajeras de los mismos. Durante el avance del herbajeo, las plantas más apete-
cibles disminuyen en cantidad, mientras que las rechazadas o poco consumidas incrementan. Además,
pueden aparecer nuevas especies vegetales que no están presentes, en forma natural, en la asociación clímax
correspondiente al sitio. De la relativa abundancia, y de su respectivo cambio en el transcurso de varios
años de utilización, de tales plantas decrecientes, acrecentantes e invasoras se obtiene un.valioso diag-
nóstico sobre la tendencia del terreno. Queda a cargo del investigador reconocer estas plantas indicadoras,
específicas para determinar el sitio. Por ejemplo, para un sitio de la puna seca como Pampa Galeras se puede
considerar especies Festuca dolíchophylla o Muhlembergia ligularis como plantas decrecientes, especies
como Festuca rigescens o Stipa ichu como plantas acrecentantes y especies como Lepidophyllum quadran-
guiare u Opuntia floccosa como plantas invasoras.

Hay veces que se asume que la respuesta de la vegetación frente a la presión de los herbívoros es tal, que
existe para cada grado de intensidad de herbajeo, o sea para cualquier carga herbívora, un solo punto de
equilibrio estable entre las densidades vegetales y animales, respectivamente. Sin embargo, en numerosos
sitios existe la posibilidad ecológica para el desarrollo de varios puntos de equilibrio. Tales alternativas
pueden diferir considerablemente respecto a su biomasa, composición vegetal y productividad. Una de las
consecuencias de esto, para el manejo del pastizal, es que el punto de equilibrio que teóricamente rinde un
máximo en producción puede implicar una densidad herbívora tan elevada que el "colapso" de todo el
ecosistema es muy probable cuando se produce un pequeño cambio ecológico imprevisto (sequía, incendio,
plaga).

Cualquier uso herbívoro demasiadamente fuerte reduce la capacidad de carga del pastizal, cambia su com-
posición vegetal, inicia la modificación del suelo y, en última _instancia,
_ incrementa la erosión. Uno de
los efectos indirectos que tiene el cambio vegetacional sobre el suelo se relaciona con la fijación de nitró-
geno por intermedio de bacterias, o sea muchas plantas invasoras inhiben la fijación del nutriente tan esen-
cial, acortando así la vida de las plantas decrecientes. Es así que, las plantas invasoras, principalmente,
indican un estado poco deseable del suelo, mientras la mera presencia de las especies acrecentantes en sí
no tiene mucho valor indicativo, pues ellas forman también parte de la composición clímax. Recién porcen-
tajes demasiadamente elevados de las especies acrecentantes diagnostican un deterioro ambiental, siempre
y cuando se disponga de una parcela clímax de referencia para conocer su porcentaje normal.

La utilización del forraje se calcula como el porcentaje de su producción anual que verdaderamente fue
consumido por los herbívoros. Una de las maneras más simples de estimar el grado de utilización consiste
en escoger una especie forrajera clave, que debe ser suficientemente abundante y satisfactoriamente acep-
tada por los animales, y determinar el porcentaje de su uso. Para la puna seca se ofrecen, para tal fin,
varias especies de los géneros Festuca o Calamagrostis. Para la estimación del grado de utilización es acon-
sejable entrenar el ojo del observador. Para ello se corta la planta clave en diferentes alturas sobre el suelo
y se determina el porcentaje de herbajeo, pesando las partes recortadas. Lo importante es utilizar como re-
ferencia siempre las plantas que crecen en el mismo sitio, pero sin haber sufrido pastoreo alguno (parcela
de referencia).

137
La utilización del forraje, entonces, es definida como el grado con que los animales han removido la pro-
ducción del año de la vegetación forrajera y es expresado como el porcentaje de aquella parte del creci-
miento anual que es accesible a los animales. Después del espigado, las plantas perennes, como por ejemplo
Festuca dolichophylla, soportan una intensidad del herbajeo del grado hasta de 50% del volumen de forraje
producido en el año. Los porcentajes más altos siempre serán considerados como sobrepastoreo. Sin em-
bargo, más importante para el porvenir del pastizal no es la parte removida de su producción, sino lo que
queda en el sitio, pues la cantidad y la calidad del rebrote dependen principalmente de la intensidad de uso
efectuado anteriormente. Sobre todo los equinos .o camélidos están capacitados para cortar_ las plantas
muy cerca del suelo, afectando así sus puntos vegetativos basales. También existe una diferencia marcada
entre las diferentes especies forrajeras en cuanto _a su susceptibilidad, lo que hace de imperiosa necesidad
escoger las especies animales más apropiadas para cada uno de los sitios de pastizal nativo y controlar
estrictamente su número.

Por otro lado, también cada especie de herbívoro demuestra un grado diferente de adaptabilidad tanto
frente a las comunidades vegetales presentes como a sus etapas evolutivas sucesivas, al igual como las
diferencias en la disponibilidad de forraje. Es decir, el éxito de una especie en un habitat dado se refle-
ja en su capacidad de sobrevivir y reproducir, aún bajo condiciones adversas. La vulnerabilidad de una
especie animal frente a cualquier cambio en el habitat, entonces, se relaciona directamente a su adaptabili-
dad. Tanto desde el punto de vista vegetal como animal, es sumamente aconsejable escoger y manejar
los herbívoros más indicados para la puna, posibilitando un aprovechamiento óptimo del pastizal, este
último expresado por una producción sostenida económicamente interesante.

3.0 Levantamiento Ecológico del Habitat

Resulta claro que el manejo de recursos naturales depende en gran parte del conocimiento de las riquezas
naturales y culturales y del contexto regional dentro del que se encuentran. Normalmente hay una gran
falta de información sobre los recursos y sobre el estado actual de sus relaciones recíprocas regionales,
especialmente para la puna.

Los tipos de información básica a recopilar, sobre el terreno mismo, incluyen:

Los FACTORES BIOFISICOS como topografía, drenajes, aguas, clima, geología, suelos, vegetación,
fauna e incendios.'
Los FACTORES SOCIO-ECONOMICOS como el uso actual de la tierra y sus tendencias, con especial
consideración del sistema de pastoreo, frecuencia de quemas y costumbres cinegéticas.
c) Los FACTORES HISTORICOS sobre todo referente a fenómenos de la naturaleza como terremotos,
inundaciones, huracanes o sequías prolongadas (más de dos años consecutivos) y sobre el uso pasado
de la tierra.

Considerando la falta notoria de recursos humanos y financieros en el campo del manejo de la fauna sil-
vestre (o del manejo de pastizales naturales, lo que en el fondo resulta lo mismo, observado del punto de
vista botánico), hay que precisar cuanto trabajo de información sobre el terreno será necesario ejecutar.
Sin embargo, este trabajo de campo puede reducirse a un nivel soportable siguiendo dos directivas de
importancia, que son:

Hacer una revisión previa de toda la información existente sobre el particular.


Planificar el trabajo de campo para poder responder después a preguntas muy precisas y específicas,
planteadas sobre el habitat bajo análisis.

138
Fig. 36: El manejo ordenado no se logra con estimaciones aproximativas, sino únicamente por la aplicación de métodos
objetivos. En este caso se determinan la densidad de la cobertura vegetal.

Con el término de habitat, que es sinónimo de biotopo, se entiende el conjunto de todos los factores
influyentes al organismo o a la biocenosis, que, a su vez, se compone de la fitocenosis y de la zoocenosis.
El complejo funcional compuesto por la biocenosis y el habitat se llama ecosistema, mientras que el conjun-
to de la fitocenosis de una región se denomina FLORA o vegetación y al de la zoocenosis se le conoce ,4011
como FAUNA.

Los factores determinantes del biotopo son el clima, la altura sobre el nivel del mar, la estructura de la
superficie o topografía, la formación geológica y las características edáficas, todos ellos considerados
en sus aspectos físicos, químicos y biológicos. Antes de comenzar con un análisis ambiental, se requiere
de una descripción minuciosa del área bajo estudio, considerando todos estos factores, los cuales se inves-
tigan y describen según las normas corrientes de las respectivas disciplinas de las ciencias naturales aplica-
das (agricultura, silvicultura, biología, etc.).

Cualquier evaluación del ecosistema debe orientarse a toda la biocenosis presente y no limitarse a las espe-
cies de actual interés económico. La evaluación del mismo habitat se dirige a determinar tres parámetros
principales:

Cualidad del habitat (actual y potencial).


Cantidad del habitat.
c) Cambios temporales en el uso de la tierra en cuanto afecta la cualidad y cantidad del habitat.

139
Para tal fín es conveniente preparar un "mapa de habitats" para el área del futuro Proyecto para el Manejo
de la Vicuña, que abarque toda la información recopilada durante los diferentes inventarlos, tal como se
explica más adelante. Una vez completado tal mapa, es indispensable dividir el área total del Proyecto en
varios segmentos que deben ser unidades relativamente homogéneas. Estas "áreas de manejo" coincidirán
convenientemente con las futuras "áreas de ,vigilancia", reflejando, a la vez, las diferencias en el impacto
del manejo ejecutado por el Proyecto sobre esta área y las características florísticas y faunísticas y se uti-
lizarán, al máximo posible, fronteras naturales. La determinación de la condición del terreno y la tasación
de su tendencia, se realizará sobre la base de estas áreas de manejo, de tal manera, que todas ellas con sus di-
ferentes tipos de habitat, serán incluidas al análisis del área del Proyecto en forma representativa, facilitando
así una apreciación del área completa, sin tener que extender demasiado las investigaciones.

3.1 Métodos de Levantamiento

Existen varios niveles de organización desde los cuales se puede atacar el problema de un levantamiento
ecológico.

La CLASIFICACION, que consiste en un arreglo de la multitud de fenómenos ecológicos del área


según algunas de sus características, por ejemplo, según la vegetación predominante.
El INVENTARIO, que se basa en la clasificación y proporciona un resumen de los fenómenos que
existen.
Un ANALISIS, que implica la determinación de la flora y fauna presentes, considerando a la vez las
bases biofísicas existentes para ellas (clima, suelo).
La EVALUACION, que proporciona ciertos índices de valor para los recursos naturales de un determi-
nado sitio, incluyéndose normalmente en este rumbo también una apreciación de su potencial.

De aquí en adelante se utilizará esta organización de trabajos para, en última instancia, poder proporcio-
nar los elementos necesarios para la formulación del PLAN DE MANEJO.

No se debe olvidar que, si bien muchos de los conceptos ecológicos, a veces todavía considerados como
"clásicos" y otras veces ya descartados como obsoletos, implican ciertas simplificaciones, como son "ca-
pacidad de carga", "clímax-, "equilibrio ecológico", "índice de diversidad", "planta indicadora" o "su-
cesión ecológica", no pierden su valor práctico e inventivo mientras se les aplica con suficiente criterio.
Además, muchos índices nuevos o son demasiadamente complicados o no son todavía suficientemente
fundamentados para poder ser útiles para un programa ejecutivo de manejo.

El problema principal, que se le presenta a quien comete el levantamiento ecológico de un ambiente, es


la elección de los sitios de estudio, de modo que sea posible describir en forma completa el ecosistema
considerado. A ello se suma, evidentemente, la cantidad de muestreos necesarios para obtener las infor-
maciones que se precisen en el plan de manejo. Habitualmente, las investigaciones ecológicas tienen el
propósito de describir un ambiente y sus modificaciónes mediante censos y son, por lo tanto, descripti-
vos, pero también sirven como base para evaluaciones y programaciones futuras de carácter práctico,
siendo, por lo tanto, útiles.

De este modo se deduce que la selección de los sitios de muestreo, la cantidad y frecuencia cronológicz
de las extracciones de datos deben ser proporcionales al plan de manejo y a las fuerzas operativas que s(
pueden utilizar. Rige aquí el principio de que, no siendo posible hacerlo todo, como sería deseable, si
necesita optar por un plan de investigación que, aún siendo versátil, permita la medición exacta de lo
parámetros que resultan imprescindibles para una visión ecológica del ambiente. El número de sitios est-
evidentemente, en función de la complejidad del mosaico ambiental y del grado de exactitud requerid(
yendo su extensión en función del tipo de muestreos que se intenta realizar.

140
Los datos que se deben recopilar en un levantamiento Como información mínima sobre un área de manejd
son los siguientes:

a) TERRENO:
Extensión del área (en hectáreas) y su ubicación exacta (m.s.n.m.; latitud y longitud geográfica).
Topografía y suelos, con énfasis a la situación actual de erosión, inclinación y formación del terreno
(valle, ladera, roquería, colina).
Ocupación y uso de la tierra, incluyendo el deslinde de las posesiones legales (propiedades).

b) CLIMA:
Temperatura promedia, máxima y mínima con sus variaciones diarias y estacionales.
Vientos, indicando su dirección principal y velocidades medias y máximas.
Evaporación, media y crítica.
Precipitaciones. Su forma (lluvia, granizada, nieve), cantidad media, mínima y máxima, su distri-
bución sobre los meses del ario y su relación a la producción de forraje.

c) VEGETACION:
Composición por especies vegetales.
Extensión de la cobertura vegetal.
Estructura de la vegetación, indicando sus formaciones principales (bosque, pradera, etc.), con
sus porcentajes de extensión total.
Producción promedio anual de forrajes, con índices sobre mínimos y máximos.
Condición de la vegetación, especialmente con referencia al clirnax natural.
Tendencia del pastizal.
Carga actual de herbívoros.
Capacidad de carga.

d) AGUA:
Ubicación y extensión de cuerpos acuáticos perennes (lagos, ríos).
Uso actual y potencial para riego.
Uso industrial y urbano (aún más abajo del área de interés actual).
Características hidrológicas.

e) FAUNA:
Composición por especies (en vertebrados) o géneros (en insectos) o familias (en otros invertebra-
dos).
Censo de las especies de mayor interés económico (densidad).
Necesidades especiales en las especies de mayor abundancia referentes al forraje, agua, espacio
y escondites.
Correlación de las especies principales con tipos de vegetación predominantes.
Uso actual y potencial de la fauna.
Condición de las especies clave para el futuro manejo (abundante, regular, escaso o en peligro)
y sus tendencias:

141
f) INFRAESTRUCTURA SOCIOECONOMICA:
Población humana, densidad y distribución
Edificios, aldeas, pueblos y ciudades
Cercos, corrales y chozas
Carreteras, caminos, trochas, senderos.

Si bien se podría utilizar con éxito cualquier información adicional, los datos arriba detallados son sufi-______ _
cientes para la elaboración de un plan de manejo para la vicuña silvestre y para la realización del Proyecto
pertinente. Sin embargo, hay que precisar que algunos de estos datos deben ser recolectados periódica-
mente, tal como se explica en el acápite sobre la "Tendencia del Terreno". La metodología principal del
levantamiento es la misma para todos los diferentes parámetros (flora, fauna, suelo, agua, etc.), inclusive
se utiliza para tal fin un sólo formato de campo y se recopila todos estos datos en el mismo tiempo. Por
ello, las consideraciones sobre el tipo, la distribución y la frecuencia del muestreo pueden hacerse en forma
general, al igual que el flujo de actividades es válido para todo el programa de investigación. -

Después de dividir el área total del proyecto en una serie de áreas de manejo, que formarán unidades eco-
lógicas con semejanzas en formación del terreno, geología, clima, suelo y vegetación, se cubre cada área
con un sistema cuadriculado de líneas coordenadas para facilitar la selección, ubicación y ordenación
de los sitios de muestreo. Para el método apropiada del muestreo mismo hay que tomar en cuenta tres
factores principales:

El grado de refinación de exactitud deseado.


La posible eliminación o minimización del bias (propensión).
c) La disponibilidad de fondos.

Por lo general, se permite un error de muestreo para este tipo de trabajo en el orden de 10 a 20% , con
una probabilidad de 0,95.

Antes de comenzar con el trabajo de campo hay que realizar algunas labores de gabinete, que son:

Acopio de toda la información disponible sobre el área de estudio, especialmente obteniendo los in-
formes previos, mapas, fotos aéreas e imágenes de satélite (LANDSAT).
Selección de un número representativo de sitios de muestreo para cada uno de los tipos de habitats
presentes.

La determinación del número necesario de muestreos para obtener una información fehaciente es de suma
importancia. Una aproximación útil proporciona la siguiente fórmula:

n _ s2 x t2
d2

donde significa:

n = número de muestras necesarias


s = desviación standard de algunas muestras preliminares
t = se obtiene de una tabla especial (t = tabla) en los libros básicos de estadística
d = margen de error, calculado como la media aritmética, multiplicada por la exactitud asignada al
método a usarse.

142
Naturalmente, hay que realizar un cálculo para cada uno de los parámetros mencionados (flora, fauna,
etc.).

Existe mucha discusión sobre el modo de escoger los sitios de muestreo, o sea si se debe hacerse en forma
"representativa" o "al azar". La primera forma tiene la ventaja de no requerir tanto trabajo de campo-y
la desventaja que, en la mayoría de los casos, el lote muestreado no es verdaderamente representativo
para el recurso a muestrearse, sino que refleja ante todo los conocimientos y el afán del investigador. La
manera de escoger los sitios al azar simplifica su ubicación sobre el mapa y, Sobre todo, permite un análi-
sis estadístico de los datos obtenidos; sin embargo, es más costoso por el mayor número de muestras nece-
sarias y por la ubicación de los sitios, a veces de muy difícil acceso.

Las ventajas de ambos métodos se tratan de reunir en un sistema de muestreo que se llama "muestreo alea-
torio estratificado". Aplicando este método para el Proyecto, el ámbito del cual ya se ha estratificado
en áreas de manejo, que a su vez, son cuadrículas según la red sobrepuesta de coordenadas; luego se escoge
al azar los sitios de muestreo, que llegan a ser cuadrados de 5 por 5 kilómetros de extensión, dentro de cada
una de las áreas de manejo estratificadas, utilizando tablas de cifras aleatorias, después de haber asignado
a cada uno de los cuadrados un número correlativo. El hecho que se recojan muestras en cada área de ma-
nejo asegura que se cubre en forma representativa todo el ámbito del Proyecto, mientras la colocación
de los sitios al azar dentro de las áreas permite la estimación del error, el cálculo de regresiones u otros
análisis estadísticos. Una vez determinado el número y la ubicación de los sitios de muestreo, que para
los fines de un Proyecto para el manejo de la vicuña silvestre en la puna seca del Perú, son todavía cua-
drados de 2,500 hectáreas, situados en los Andes.

Naturalmente se elimina de la selección aquellos sitios que obviamente no son aptos para el manejo de
la vicuña, como son los valles de uso agrícola, ciudades, cumbres rocosas o glaciares, si bien les tocaría
un cuadrado escogido al azar por figurar en el mapa del Proyecto. Sobre todo en las primeras fases del
Proyecto, la accesibilidad de los sitios determina si o no serán muestreados en la primera o recién en una
subsiguiente oportunidad. De todos modos, para poder analizar la tendencia del terreno, que refleja las
repercusiones del manejo aplicado en el Proyecto, hay que investigar todos los sitios definidos para un
muestreo y volver a ellos en caso de investigaciones de monitoreo.

El problema siguiente consiste en el procedimiento del muestreo mismo, o sea como recoger los datos
necesarios en el campo. Principalmente, existen dos tipos diferentes: transectos y parcelas. Para las con-
diciones ecológicas reinantes en la puna, el transecto ofrece una serie de ventajas frente a la parcela, por lo
que no se la toma en cuenta. La dificultad en el caso del transecto consiste en su colocación adecuada
en el campo y en la determinación de su largo conveniente. En todo caso, se utilizan siempre grupos de
líneas transectorias de 5 kilómetros de largo cada una, a una distancia de cien metros una de la otra y
las tres en el sentido paralelo. Su dirección nunca debe seguir el mismo sentido que los valles, ríos o carre-
teras, más bien, siempre a través de ellos, para atravesar de este modo todos los ecosistemas o habitats
presentes en el cuadrado escogido.

El número total de grupos de transectos será de dos a tres por sitio, según su diversidad y uniformidad
ecológica, respectivamente. Para cada Area de Manejo, que contienen en promedio 25 a 30 cuadrados
en total, se debe muestrear de cinco (5), como mínimo, hasta 15 en el caso de gran diferenciación. A lo
largo de los transectos se recomienda la colocación de los puntos a muestrarse en distancias iguales, o sea
cada 10 metros, lo que iguala a 500 puntos por línea transectora. Los datos a tomarse en estos puntos
de muestreo son detallados más abajo para cada recurso en forma separada. La utilización de puntos per-
manentes y equidistantes, que serán marcados en el campo con hitos de piedras, pintando la piedra su-
perior de color amarillo claro (el blanco no se distingue en los nevados) aumenta considerablemente la
precisión de todas las investigaciones de monitoreo, sin perjudicar la exactitud de los inventarios.

143
Una vez fijadas las líneas transectorias y dibujadas en el mapa, la siguiente etapa de los trabajos de gabi-
nete consiste en decidir sobre el tipo de datos a recogerse en cada viaje al campo para cada uno de los
problemas principales, enumerados en las páginas anteriores. Obviamente, esta decisión es muy influenciada
por la información previa, ya disponible. Sin embargo, para cada caso especial hay que preparar los forma-
tos a usarse en el campo en la manera adecuada, según la decisión tomada respecto a los datos requeridos
ya antes de emprender el viaje.

El uso de fotografías aéreas, que se pueden obtener en el Instituto Geográfico Militar, Lima-Perú, (I.G.M.),
es para el levantamiento ecológico un instrumento fundamental. Las fotos aéreas son útiles para la prepa-
ración de mapas básicos, de mapas florísticos, faunísticos y edáficos, para apreciar cambios en el uso de
la tierra y alteraciones de la vegetación nativa, para el censo de animales y para determinar la infraestruc-
tura socio-económica. Obviamente, algunas de estas informaciones se obtienen de aerofotos especialmente
tomadas para tal fin, pero no de las fotos aéreas del I.G.M. Sin embargo, las fotografías proporcionan
solamente una información preliminar que debe ser en todo caso completada, detallada y actualizada
mediante el trabajo de campo.

Imágenes de satélite (LANDSAT I, obtenibles a precio de costo de: E ROS Data Centre Sioux Falls, South
Dakota, 57198, USA.), son especialmente útiles para la preparación de un mapa preliminar de vegetación
y de suelo o para poner tales mapas al día; además según la disponibilidad de fondos puede utilizarse
imágenes de satélite para investigaciones de monitoreo.

Para el trabajo en el campo, el uso de un vehículo de doble tracción es indispensable, porque no solamente
permite cubrir largas distancias, cargando todo el equipo necesario, relativamente rápido, sino también
da la oportunidad para investigaciones detalladas, simplemente porque se lo puede detener en cualquier
sitio indicado. Eso no es posible hacer en avionetas, que ofrecen para levantemiento a gran escala una serie
de ventajas frente al vehículo, pero que no son recomendables para la puna, tal como lo demuestran las
experiencias de Pampa Galeras. Debido a la escasez de trochas carrozables en la puna, un trabajo eficiente
de campo sólo será posible combinando el uso del vehículo con el de acémila y con caminatas largas.

El muestreo a lo largo de una carretera tiene la desventaja de no ser ni representativo ni aleatorio tampoco.
Esta desventaja sólo puede ser corregida, hasta cierto grado, cuando existe una buena red de carreteras en
el área bajo estudió y cuando se calcula, a base de chequeos extras en el campo, el grado de la posible
extrapolación de datos obtenidos en la carretera sobre el área total. Inevitablemente, la existencia de
una carretera altera el tipo dedrenaje local, y por ende, la composición de las comunidades vegetales, el
comportamiento de la fauna silvestre y su densidad local, influenciando a la par significativamente el im-
pacto humano sobre el ecosistema atravesado por la carretera. No se ignora, que la inclemencia de la puna,
la comodidad del vehículo y la posibilidad de acortar la estadía en el campo, influyen mucho sobre la in-
terpretación de una posible extrapolación de datos, pero hay que advertir, que nunca se obtendrá ni una
información correcta ni completa sobre el particular sólo en base de muestreos a lo largo de una carretera.
Estos datos pueden ser útiles, como lo son los derivados de la fotointerpretación, pero siempre requieren
ser completados en forma adecuada.

3.2 Clasificación Ecológica del Terreno

El patrimonio natural requiere de una clasificación integral y global de sus caracteres y procesos naturale
más prominentes, para facilitar su inventario y la conservación de especies, poblaciones, comunidades
ecosistemas. Esta clasificación consiste en una ordenación jerárquica de objetos, especies o taxones er
categorías y en su ubicación horizontal en compartimentos. La finalidad de tal clasificación es obtener e
máximo dominio de conocimientos, el uso eficiente de los datos disponibles y la adquisición de más Infor
maciones, en los casos necesarios.

144
Cualquier sistema de clasificación para áreas naturales debe incluir la biocenosís (comunidades vegetales
y su fauna), el clíma en sus regímenes regionales, la sistemática de suelos, las diferentes formaciones geo-
lógicas y la topografía del área. Este trabajo básico fue realizado en el Perú por TOSI (1960) y en edición
revisada por ONERN (1978). Por ello, para el caso de un futuro proyecto de manejo de fauna, se requiere
de poco trabajo complementario.

La clasificación y el mapeo de características ecológicas es el paso fundamental para los demás trabajos
de levantamiento. La parcelación obtenida mediante la clasificación de una región en unidades ecológica-
mente más o menos uniformes se realiza a varios niveles y es aquí donde, quien tiene a su cargo un proyec-
to para el manejo de la fauna silvestre, debe completar, detallar y actualizar el "Mapa Ecológico del Perú",
ya existente, para obtener un mapa de habitat para el área de su proyecto que fácilmente se puede rela-
cionar con la fauna existente, con el uso de tierras y con otros factores relevantes para el programa, tal
como se ha señalado más arriba. La clasificación ecológica del paisaje, entonces, implica la integración
de todos los datos relacionados con el inventario físico, faunístico y socio-económico en forma de un
mapa de pabitat.

Fig. 37: Una estación meteorológica bien implementada y esmeradamente atendida durante todo el año es una de fas bases
indispensables del manejo exitoso de la vicuña. -

145
3.3 . Inventario Físico

El inventario físico del área de manejo debe abarcar la información relacionada con la geología. y topo-
grafía, con el clima y lo referente a los suelos.

Mucha información que corresponde a la geología y topografía, asimismo, a la extensión del área del
proyecto se deduce de los mapas del I.G.M. (escala 1:100,000) y de un atlas especial del Perú, preparado
por el Instituto Nacional de Planificación (Atlas Histórico, Geográfico y de Paisajes Peruanos, 1970).
También existen libros de consulta especiales y las memorias del Mapa Forestal y del Mapa Ecológico
del Perú, que contienen suficientes datos correspondientes. Es así que para la mayoría de los casos, el
trabajo complementario de campo, a este respecto, será mínimo.

Con referencia a datos climatológicos, se recomienda tomar contacto con la ofiéina regional de SENAMHI
(Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología), que corresponda, para conocer la estación metereoló-
gica más cercana al Proyecto y para coordinar sobre la instalación de una estación propia para el Proyecto
mismo. Teniendo en cuenta que raras veces se dispone de personal capacitado para tomar correctamente
los datos, se recomienda de antemano planificar la instalación de un termógrafo, pluviógrafo, anemógrafo
y evaporígrafo en vez de los instrumentos más baratos, pero de lectura diaria. En el caso que ya existan
estaciones metereológicas en el área y que se disponga de datos completos de más de diez años consecu-
tivos, la preparación de un climatodiagrama tiene la ventaja de demostrar a primera vista los meses de se-
quía y los meses de lluvias, indicando así en forma simple y correcta las principales épocas del ciclo vege-
tativo. -

Informaciones sobre los recursos hídricos del área en estudio son de singular importancia para un proyecto
de manejo de fauna, porque también para las especies de animales silvestres, y hasta para la vicuña, la
accesibilidad permanente al agua constituye un factor limitante para su distribución natural. Además,
existe mucha competencia con la ganadería y agricultura andina por el uso de este recurso, lo que puede
repercutir en forma decisiva sobre el proyecto. Las dependencias de SENAMHI disponen para muchos
de los cuerpos acuáticos perennes, más importantes, de datos suficientes. Pero son mayormente los recur-
sos hídricos de importancia local que interesan a quien maneja la fauna. Por lo tanto, habiendo precisado
su ubicación en el mapa del área de manejo, será indispensable verificar los datos hidrológicos sobresalien-
tes en el campo mismo, sobre todo investigar acerca del pH, de la temperatura promedio (si o no se cubre
en forma prolongada de hielo), de las variaciones del volumen durante las diferentes épocas del año y los
tipos principales de uso que se le da tradicionalmente al agua disponible. En todo caso, hay que mapear
lo más completamente posible los cuerpos acuáticos, distinguiendo las siguientes categorías:

Agua no disponible para la fauna.


Agua limitadamente disponible pero no al alcance de tal y cual especie.
Agua libre y permanentemente disponible.
Agua estancada (pantano).
e) Agua inundando el terreno (laguna).

Estas categorías facilitan el mapeo y también el análisis multifactorial de los datos, por cuanto serán uti-
lizados en los diferentes mapas, formatos y tarjetas para computadoras con sus respectivos símbolos.
De igual manera se procederá a la categorización de los demás recursos naturales del área bajo estudio.

146
Aunque el inventario edafológico no es indispensable para un manejo exitoso de la fauna silvestre, es
de desear y facilitará enormenente el análisis de la tendencia del terreno, factor de suma importancia.
El suelo es el estrato inferior de todos los ecosistemas terrestres y debe ser considerado como un ambiente
en sí. Su estudio puede descomponerse, desde el punto de vista de los enfoques metodológicos, en diver-
sas secciones:

Factores abióticos (estructura; sales minerales).


Poblaciones biológicas (vegetales y animales);
Redes tróficas y evolución de los suelos.

Es evidente que existen tantos tipos distintos de suelo como ecosistemas o partes significativamente di-
versas de ellos se encuentren. Naturalmente, el administrador o investigador de un proyecto de manejo
de fauna silvestre no necesita realizar todos los estudios sobre el suelo y las relaciones entre el ambiente
fisicoquímico y los organismos que lo colonizan. Una descripción general de los suelos andinos y su cla-
sificación, para los fines que preocupan aquí, será del tipo agro-forestal. Los organismos existentes en el
suelo son prácticamente todos heterótrofos, toda vez que la función ecológica principal del suelo es la de
descomponer las sustancias orgánicas, cerrando así los ciclos geoquímicos de muchos elementos. Corno la
velocidad de las reacciones características para estos procesos y su propia dinámica están en función de:
a) las características mineralógicas de las rocas que constituyen el fondo del suelo; b) del poblamiento
biológico; y c) del clima regional, resulta que el funcionamiento trófico del suelo varía de manera nota-
ble de una región a la otra. Precisamente, es este aspecto tráfico, muy limitante en la puna, que interesa
aquí y que exige algunos estudios básicos acerca de la erosión.

La erosión del suelo se ve afectada por cuatro factores principales:

Precipitación.
Tipo de suelo.
Inclinación del terreno.
Cobertura vegetal.

Estos factores deben ser incluidos en cualquier programa de investigación y monitoreo de la erosión.

Existen dos métodos diferentes para la determinación de la erosión:

Medir los sedimentos en los arroyos, riachuelos y ríos, tanto suspendidos en el agua como arrastrados
en forma de arena, cascajo y piedra sobre el fondo del lecho.
Estimar la pérdida del suelo en el área de la cuenca misma, fijándose en la formación y profundización
de canales originados por el escurrimiento del agua, en la pérdida laminar del suelo, y en las polvaredas
llevadas por el viento.

147
CooPera,ss
slgencssn es _

Por las razones arriba expuestas, se procederá convenientemente en el caso de la erosión del suelo a la
categorización siguiente:

Ningún tipo de erosión, o sea más de 76% de la superficie del suelo se encuentra en condición clímax,
sin disturbio alguno.
51 a 55% de la superficie terrestre intacta; la capa superficial del suelo se encuentra en bloques dis-
tintos, mantenidos en su sitio por raíces, y algo elevados sobre la superficie erosionada del suelo entre
estos bloques que demuestra el típico pavimento de erosión con cascajo, piedras y arena sin cobertura
vegetal.
26 a 50% de la superficie del suelo en estado original.
1 a 25%de la superficie todavía intacta.
e) Menos de 1% de la superficie en condición de soportar vegetación.

También en las clases "c" a "e" el resto del área está cubierta por el pavimento erosionado.

3.4 Inventario Florístico

Por lo general, el aspecto más importante del ambiente para la mayoría de las especies de la fauna silvestre
es la vegetación. Ella, a su vez, es el eslabón vital entre el suelo y los animales que viven sobre él. Es así,
que el valor nutritivo de las plantas forrajeras demuestra amplias variaciones según la condición y calidad
del suelo, pues su composición química influye sobre la composición química de la vegetación. Por lo
tanto, no se puede desdeñar, en el estudio del habitat, lo que sucede en el suelo y encima de él. En parti-
cular, se ha precisado cuan íntima es la interrelación existente entre la vegetación y la evolución y con-
dición de los suelos. Precisamente, esta interrelación constituye un método óptimo de estudio para la
caracterización de los suelos, toda vez que se tiene una correspondencia precisa en una vegetación dada
y un determinado tipo de suelo. Sobre este importante aspecto se hacen precisiones en los acápites dedi-
cados a la condición del terreno.

Los fitosociólogos han desarrollado varias técnicas de censo de las asociaciones vegetales. Si se hace una
mera lista de las especies presentes, lo que necesariamente constituye el primer paso en el análisis florís-
tico, se refleja la flora de un determinado sitio. En cambio, si se sigue otro enfoque, o sea el de determinar
la distribución y la abundancia relativa de cada especie en el biotopo, se tendrá una visión más real de la
asociación vegetal existente. De tal manera se describe la vegetación del biotopo considerado. Para caracte-
rizar una determinada asociación vegetal es preciso, ante todo, obtener las formas características y hacer
una lista de las formas más abundantes, estimando cada vez su porcentaje.

Cualquier comunidad vegetal se define por sus especies características, por las especies dominantes y,
eventualmente, por el recuento de otras especies presentes de manera más constante. La mejor época
para un análisis vegetacional es aquella próxima al final de la época de crecimiento, que para la puna, es
a fines de abril. La mayoría de las especies se reconoce mejor en este tiempo y la producción del herbajeo
está cerca de su máximo.

Cualquier estudio de una vegetación se basa en la descripción y la investigación de comunidades vegetales,


o subasociaciones de éstas, las cuales se debe primeramente reconocer y ubicar en el campo. En este con-
texto, se describe a una comunidad como una organización local y temporal de especies vegetales, distin-
guiendo entre comunidades con alta velocidad de cambio en su composición (fases preclímax) y aquellas
que se cambian lentamente (fase clímax). Este concepto implica que solamente un cierto número de las
especies se encuentra frecuentemente en asociaciones semejantes, mientras otras no. Son precisamente
estas especies con alta frecuencia de repetición, las que constituyen la base para el reconocimiento de
las comunidades vegetales. Lógicamente, el reconocimiento de especies y después de asociaciones y co-
munidades vegetales,representa el primer paso para un inventario florístico. A él sigue la determinación
de las composiciones de las comunidades más importantes y sus extensiones en el campo, después se las

148
caracteriza según su utilidad como forraje y, finalmente, se determinan su condición, tendencia y produc-
ción, que forman las bases para la determinación de la capacidad de carga de un pastizal.

Quiere decir, que el inventario florístico sólo es una parte y el comienzo del análisis de la vegetación.
Tal inventario proporciona los datos sobre la abundancia de las especies según las comunidades vegetales
y da una primera idea, con la medición de la cobertura, sobre la condición del terreno. Además, hay que
tomar en cuenta que Jas características de una asociación vegetal son influidas y determinadas por los
siguientes factores principales:

Estructura, fertilidad y humedad del suelo,


Condiciones de luz y temperatura,

Estructura, forma biológica y crecimiento estacional de las plantas,


La palatabilidad (sabor) de las diferentes especies para los distintos herbívoros,
La presentación y frecuencia de enfermedades u otros agentes nocivos,
La competencia tanto inter- como intraespecífica.

El tipo de vegetación que representa la etapa final de equilibrio en la sucesión geobotánica ya se sabe que
se conoce como su climax, que en sí no es algo predeterminado, sino que es una etapa regional del máxi-
mo biológico estable y que en cualquier momento puede perder su estabilidad y carácter de chmax con
un cambio de uno o varios de sus factores determinantes. Los pastos naturales, que forman el habitat
principal de la vicuña, son generalmente vegetaciones del tipo climax o subchmax, cuyas plantas dominan-
tes son aquellas especies de las gramíneas que aprovechan al máximo de los recursos de su medioambiente
(géneros Festuca, Stipa, Calamagrostís, Poa, entre otros).

En el presente caso interesa exclusivamente el aspecto vegetacional en el cuadro del análisis del habitat.
Cualquier trabajo en este campo comienza con un inventario botánico o florístico, que se desarrolla en
varias etapas y cuya finalidad es el registro cartográfico de las comunidades vegetales encontradas, habién-
dose más o menos terminado con la lista de las especies que, naturalmente, se completa en forma con-
tinua.

Primera etapa: Determinación taxonómica de las plantas existentes e instalación de un herbario de sitio.
La época más apropiada para la colección de las plantas es el otoño andino y depende tanto del ritmo
fisiológico de estas mismas plantas como del ritmo de actividades humanas en la región. Siempre se trata
de colectar cuatro (4) a seis (6) ejemplares completos de las especies existentes, de preferencia durante
la época de su floración. En casos específicos, se recoje también los frutos. La determinación de los ejem-
plares colectados se realiza, por lo general, en estado fresco. La organización de un herbario es ampliamente
conocido, por lo cual no se explica aquí. Sin embargo, hay que recordar que todos los ejemplares de una
colección deben ser registrados en un cuaderno de laboratorio, además se aconseja instalar también un
fichero registrando los especímenes del herbario. Las fichas llevan la misma descripción que los pliegos
de la colección florística en el herbario: nombre científico y vernacular, sitio de recolección, fecha, nom-
bre del colector y número de la colección así como apuntes sobre el color de la flor u otras características.

Por ejemplo, tal trabajo se considera más o menos terminado para Pampa Galeras, si bien anualmente se
encuentran algunas nuevas especies.

149
Segunda etapa: Instalación de parcelas de testigo y determinación de las asociaciones.
Durante los recorridos realizados para obtener material destinado al herbario, el investigador observa
en distintos sitios ciertas diferencias en la vegetación que le indican, aproximadamente, las áreas para
la instalación de las futuras parcelas testigo. En el caso que las áreas que muestran una vegetación más o
menos uniforme (homogénea), sean suficientemente grandes, la ubicación de las parcelas se ejecuta en
el mapa, subdividiendo el área considerada en cuadros, cada uno de éstos numerado e instalando las par-
celas según cifras aleatorias. En los otros casos se instalan las parcelas según el "juicio objetivo" del inves-
_
uten-de todas maneras- debe evitar incluir sitios marginales, de transición o de otra índole excep-
tigador, quien
cional. Quiere decir, la instalación de las parcelas de testigo, (para conocer el clímax) obedece a las mis-
mas reglas que rigen el trazo de los transectos.

El tamaño y, como lo indican las nuevas investigaciones, también la forma de las parcelas testigo tienen
gran importancia práctica y estadística. En sitios como la puna se aconseja emplear parcelas en forma de
un rectángulo bastante alargado (50 x 10 metros). Las recomendaciones en cuanto al tamaño óptimo de
las parcelas varía mucho, pero indican en promedio para pastos naturales un tamaño de 500 hasta 1,000
metros cuadrados. Por lo general el tipo de vegetación bajo investigación y su densidad determinan el tama-
ño óptimo de las parcelas. Las parcelas demasiado grandes no convienen por el gasto y el trabajo que im-
plican; las parcelas pequeñas dan, por lo general, resultados erróneos, porque cada asociación en su des-
arrollo ocupa un "área mínima". Uno de los métodos recomendados para la determinación del tamaño
apropiado de la parcela consiste en la elaboración de un gráfico, relacionando el número de las especies
encontradas con el área cercada. Se traza un número de las especies (absoluto o en %) encontradas durante
el estudio como función del área y se escoje el punto 90% como indicación del tamaño apropiado. Una
vez establecidas las parcelas, que deben ser por lo menos una para cada tipo de vegetación, se procede a
la determinación de las asociaciones, las cuales son caracterizadas por sus combinaciones de las especies
denominadas según las especies características. Teniendo establecidas las asociaciones, se las ordena según
las comunidades que las reunen, reconocibles por una cierta combinación de las "especies características"
y que se distinguen de las demás por las "especies diferenciales".

La composición botánica tanto en las parcelas como en el campo se puede determinar de diferentes ma-
neras; las tres más comunes consisten en:

Un análisis de puntos.
Una estimación por peso.
c) Una transección al paso.

El primer método utiliza un marco de madera con dimensiones de 1 x 1 metro y una regla de madera de
2 X 3 pulgadas con perforaciones inclinadas en 45°. La distancia entre estas perforaciones y la regla por las
cuales se pasa una aguja larga (aguja para tejer en puntos), es de diez (10) centímetros.

Dentro de la parcela se mueve entonces el marco sistemáticamente hasta cubrir toda el área de ésta. En
cada una de estas posiciones se pasa el cuartón perforado de 10 en 10 centímetros por todo el largo del
marco. Se apunta en el campo todas las especies indicadas por la aguja, la cual se empuja a través de las
perforaciones hacia las plantas. En esta manera se consigue 100 apuntes por metro cuadrado, o sea por
cada posición del marco. Los apuntes se ordenan en una lista, según las especies, indicando para cada
una su frecuencia dentro de la parcela y su abundancia relativa.

Trabajando con el segundo método, se establecen dentro del área escogida para la investigación varias
parcelitas de 20 x 20 centímetros; minuciosamente se separan las plantas por especies y se registra el peso
(fresco y de materia seca) de cada una.

150
El tercer método de "transección al paso" permite evaluar la vegetación de extensas áreas relativamente
rápido. Una vez delimitados los sitios de muestreo se decide sobre la distribución y orientaciÓn de los
transectos (ver la referencia sobre la ubicación de los transectos permanentes, los cuales también se podrán
usar para el presente fín). A lo largo de una línea recta se obtienen 100 observaciones de la vegetación,
usando un anillo censador de 3/4 de pulgada de diámetro a paso doble. En este caso se camina 200 pasos
a través de la puna, tomando las lecturas siempre al mismo pie (izquierdo o derecho, como guste) y se
repite tal procedimiento por lo menos diez veces para obtener una apreciación más exacta del área, colo-
cando todas las líneas del muestreo en la misma dirección principal, pero en distintos lugares.

Los datos conseguidos en una o la otra manera en el campo, se transcribe a un formato que indica en su
membrete el número de la hoja, la fecha, las coordenadas geográficas del sitio, el nivel sobre el mar, fac-
tores edáficos, formación e inclinación del terreno, tipo de uso de la tierra, extensión del área ocupada
por el tipo de vegetación considerado y número de la parcela testigo. En este formato diferencial se anotan
las especies y grupos de especies con características ecológicas semejantes, una por debajo de la otra, en
un orden ecológicamente lógico (por ejemplo de un sitio húmedo hacia un sitio seco) y las subasociaciones
sociológicamente semejantes en orden horizontal. El resultado de esta operación es que se llega a bloques
de especies indicadoras de las asociaciones verdaderas, pues en la tabla diferencial se encuentra a las espe-
cies que muchas veces crecen juntas, que entonces tienen una afinidad alta, apuntadas en orden vertical
de los grupos con combinaciones florísticas semejantes indicados en orden horizontal. Para mejorar y ac-
tualizar la primera agrupación de las plantas en asociaciones definitivas y ordenar éstas en comunidades,
se transcribe estas tablas diferenciales varias veces.

Tercera etapa: Elaboración de tipos de vegetación y registro cartográfico.


Un tipo de vegetación es una unidad fitogeográfica marcada por sus caracteres ecológicos y fisionómicos
que muchos autores utilizan como sinónimos de información. El tipo vegetacional señala los atributos
comunes esenciales y característicos de un grupo de asociaciones y comunidades, respectivamente. (Ejem-
plo: Puna, o según TOSI (1960) Páramo húmedo subalpino.). Según las necesidades del estudio, el registro
cartográfico se puede realizar con las especies, asociaciones, comunidades o "tipos vegetacionales" o sea
formaciones. En todo caso se emplea para tal fin señales simples e inconfundibles.

Teniendo caracterizado tanto el habitat como la fitocenosis se procede al inventario, a la colección museal
y descripción ecológica de la fauna para terminar la investigación preliminar con la descripción cualitativa
del o de los ecosistemas existentes en la región bajo manejo.

Los factores mensurables más importantes de las comunidades vegetales, de importancia práctica, son los
que se. detallan a continuación:

Densidad o abundancia, que indica el número total de individuos de un especie encontrados sobre
una unidad de extensión (metro cuadrado o hectárea).
Frecuencia, que indica cuántas veces se ha encontrado una especie entre 100 plantas analizadas.
c) Cobertura, que indica el porcentaje del área total bajo análisis que está cubierta por la proyección
vertical de los tallos y sus partes hacia el suelo. Principalmente se distingue entre cobertura basal y co-
bertura de abrigo o cubierta del vuelo.

Sin embargo, ninguno de éstos es un indicador infalible de la producción forrajera. Más bien, se requiere
para tal fin de métodos que determinen la biomasa presente y la producida en el año en curso, respec-
tivamente. Por lo general, la biomasa vegetal es un buen indicador de la capacidad de un determinado tipo
de vegetación de acumular material orgánico y de servir como fuente de alimento para herbívoros; eso
más que todo, cuando se conoce el estado sucesional de esta vegetación.

151
El método de "marco y aguja" anteriormente descrito, también se usa para determinar los parámetros
densidad, frecuencia y cobertura, utilizando para tal fin el formato mostrado anteriormente. De allí se
obtienen directamente los datos buscados, o sea la densidad como el número total de plantas encontradas,
la frecuencia como la cantidad de formatos que mencionan la misma especie y la cobertura basa! como
la cantidad de puntos contenidos en la base de una planta (la cobertura de abrigo como parámetro fores-
tal no es tan útil para estudios de pastizales).

Para determinar estas características de la vegetación también fuera de las parcelas de prueba y los cercos
testigo (que son áreas cercadas que durante todo el tiempo quedan sin uso ni experimento, para testimo-
niar así el "rumbo natural" del pastizal bajo manejo), se coloca el marco a través de los transectos perma-
nentes en puntos escogidos al azar, si no se utiliza también para ello el método de transección al paso,
descrito más arriba.

Las características forrajeras propiamente dichas, tal como productividad, biomasa, valor nutritivo, etc.,
serán desCritas en uno de los párrafos siguientes, pues constituyen algunos de los factores principales que
determinan la capacidad de carga del pastizal. En este caso se deben relacionar los cambios de la vegetación
como fuente de alimento con la ecología de los herbívoros que ella soporta. Para tales investigaciones de
monitoreo, en cambio, se requieren precisamente de los transectos y del mapa florístico elaborados con
motivo del inventario botánico anteriormente indicado.

Todo pastizal, para obtener una idea de su vigor, debe ser analizado también respecto a la altura de su estra-
to herbáceo. Convenientemente se deja "flotar" para tal fin un pedazo de polistireno (espuma de estiro-
poro), de 50 x 50 x 1 centímetro de dimensiones, sobre la vegetación en los mismos puntos aleatorios don-
de se realizan las demás investigaciones botánicas. Después se mide simplemente la altura sobre el nivel del
suelo donde se ha quedado el polistireno soportado por las plantas. Para facilitar las mediciones de diferen-
tes comunidades vegetales o de distintos años, se las realiza siempre en la misma época del año.

Resumiendo, se constata que, se obtiene una descripción útil de un pastizal cuando se registra cobertura,
altura (vigor), composición florística, biomasa y verdor. El parámetro verdor indica la cantidad de plantas
frescas o renovadas entre toda la materia orgánica presente y se determina, aparte de estimar directamente
el porcentaje de las plantas verdes, mediante la determinación del contenido de humedad. Para ello, se corta
en puntos aleatorios a lo largo de las líneas transectoreas cierta cantidad de masa vegetal a flor de tierra
y se pesa en estado fresco y otra vez después de haberle secado en una estufa de laboratorio con 60° C hasta
la constancia de su peso seco.

El mapa del habitat describe también los tipos de vegetaciones presentes y su estructura. Para fines de
manejo de fauna silvestre, es suficiente distinguir entre las siguientes categorías: bosque, vegetación ribe-
reña, área bbscosa, área arbustiva, sabana, pastizal arbustivo, pastizal, pantano, roquería y cuerpo acuático.
Cada una de tales categorías podrán ser, según las necesidades del caso, subdivididas en varios subtipos de
habitat.

3.5 Inventario Faunístico

El estudio del habitat generalmente no tiene un finen sí mismo, por tal razón, resulta esencial un examen
lo más amplio posible de la población animal existente en ella. En el sentido de un inventario faunístico,
hay que dar, en lo posible, a las especies sin interés económico también la misma atención que a aquellas
que se pretende manejar.

153
FACTORES
-HUMANOS
-AGRICULTURA
• - INDUSTRIA
FACTORES
-CONTAMIÑACION
EDAFOLOGICOS
Estructura
Humedad FACTORES
Fertilidad CLIMATICOS
-Temperatura
-Humedad
COMUNIDAD -Luz
FACTORES
F1SIOGRAFICOS
-Topografia
-Exposición

FACTORES
DE INCENDIOS
-Rayos
FACTORES BIOTICOS -Fuegos
Actividad microbiana
-Competencia vegetal
Influencia animal

FACTORES DETERMINANTES
EN UN ECOSISTEMA
según STODDART et al. (1975)

Fig. 39: Las .comunidades vegetales se ven influenciadas por por numerosos factores, que naturalmente repercuten también
sobre las poblaciones animales.

154
Es así que, si se quiere utilizar la fauna silvestre en una u otra manera, se debe saber algo sobre su número
y distribución y cómo estos parámetros varían según la época o año. Una de las razones por la cual se
requiere conocer cómo se distribuyen los animales en el área, según las estaciones del año, es para poder
planificar mejor los límites de las áreas de manejo, y si es posible, del área total del futuro proyecto de
manejo. Si bien tales límites, en la mayoría de los casos, son fijados por razones políticas (límite comunal,
distrital, provincial o departamental), el conocimiento faunístico podrá ayudar mucho en la decisión de-
finitiva.

Otra razón para obtener datos sobre la fauna silvestre es la de poder predecir lo que pasará con una especie
en el caso que se inicie su manejo o que se altere uno u otro aspecto de su medio ambiente. Lo ideal será
poder recoger tanta información sobre el habitat en el campo que ya se pueda estimar, con cierta pre-
cisión, el número y la distribución de la especie clave de manejo a base de estas informaciones y factores
ambientales.
En el estudio de las poblaciones animales, los caracteres que interesa poner de manifiesto son:

Tipo de especies existentes.


Frecuencia y cantidad de las especies principales.
Estructura demográfica de las poblaciones claves.
Distribución especial de las mismas.

El inventario faunístico, en lo concerniente al espectro taxonómico y la estructura poblacional, exige al-


gunas fases principales que se pueden subdividir en:

Ubicación de los transectos y selección de los sitios de muestreo.


Dimensionamiento de los muestreos.
Análisis, en casos indicados, de las muestras en el laboratorio.
Elaboración e interpretación de datos.

Para mamíferos grandes, el tiempo mínimo para estudios de algún valor, es un ciclo completo de reproduc-
ción, o sea normalmente uno a dos años. Por lo general, se obtienen mejores datos mientras más extensa
es el área y más prolongado es el tiempo de estudio. Si estrecheces económicas obligan a realizar estudios
limitados en tiempo y espacio, lo importante es tratar de determinar los factores de corrección que relacio-
nan los datos obtenidos con el resto del área y las demás poblaciones.

Informaciones importantes a recogerse de todos modos en el campo son las que se refieren a:

Densidad (número de individuos por hectárea).


Distribución en el habitat disponible.
Epocas de reproducción y nacimiento.
Comportamiento social.
Estructura poblacional (edades y sexos).
Condición fisiológica de los animales.

En vista que se expone, más detalladamente, tal problemática para la vicuña en otros párrafos del presente
texto, parece suficiente indicar aquí, que el método de transecto, tan útil para el estudio de suelos o vegeta-
ciones, no es directamente aplicable para la vicuña, pero sí tiene valor para otras especies animales, espe-
cialmente para aquellas de poca movilidad como son las especies de la fauna edáfica, muchos reptiles e
insectos, ejemplares de la hidrósfera o una serie de especies pequeñas de la avifauna. Para la vicuña y
las demás especies de mamíferos grandes, será necesario delimitar áreas de muestreo en vez de líneas tran-
sectoreas y realizar censos por bloques en casos donde no es posible hacer censos completos y directos

155
de todo el área bajo manejo. Mientras más uniforme es la vegetación, más fácil es delimitar estos bloques,
pero cuanto más diversificada la vegetación tanto más variadas tienen que ser estas áreas de muestreo.

El objeto final del inventario faunístico es, como en el caso de la vegetación, preparar un mapa donde se
presentan los datos sobre las densidades de las especies encontradas. También en este caso se comienza con
una lista taxonómica de los animales presentes, se procede después a los censos y finalmente al análisis
de los datos.

3.6 Inventario Socio-económico e H istórico

El objetivo principal de este inventario es obtener una información más precisa sobre la extensión, la in-
tensidad y el tipo del uso de la tierra. En lo posible hay que tratar de incluir también datos históricos
sobre el particular, porque es más fácil entender la presente estructura del habitat y menos riesgos se corre
de adoptar medidas inadecuadas de manejo. Los datos sobre la población humana presente (densidad y
distribución) se repercuten sobre el plan de manejo en cuanto a la participación de las comunidades y
empresas campesinas en la utilización de la vicuña.

La mayoría de las informaciones necesarias para la preparación de un mapa socio-económico de la futura


área de manejo, se obtiene en el Perú a partir de los mapas existentes, de la información en poder de la
Oficina Nacional de Estadística y de las monografías que existen sobre cada una de las grandes divisiones
políticas del país (departamentos). Sólo los datos locales, como son ubicación y ocupación temporal de
las chozas andinas, variación en la densidad del ganado doméstico, o migraciones y emigraciones de fami-
lias se obtiene mediante un trabajo específico de campo. Entonces se conocerán las fechas tradicionales
de las faenas campesinas principales, tales como herranza, rodeo, caza comunal, transhumancia o las fiestas
patronales. Para el plan general de manejo serán suficientes los datos arriba indicados, mientras que para
la planificación y realización de una participar''^i adecuada del poblador andino en las actividades y bene-
ficios del Proyecto, se requiere de estudios agsocio-econó micos específicos, a realizarse en comunidades
campesinas representativas.

4.0 Análisis de la Condición del Terreno

4.1 Generalidades Edáficas

La condición actual del terreno es un reflejo de los efectos acumulados por el uso pretérito de éste. El
reconocimiento del estado de la vegetación trata de detectar si las tendencias en el desarrollo de ésta y del
suelo son equilibrados, favorables o desastrosos. Tal análisis, simplemente por su naturaleza y por la ex-
tensión del terreno que cubre, naturalmente no es tan detallado o cuantitativamente preciso que aquél
con fines netamente científicos. Su meta es decidir si el ';uso de la tierra" en la región estudiada es, eco-
lógicamente hablando, sano o si la situación actual requiere de un manejo rectificatorio.

Los métodos empleados generalmente deben sujetarse a las siguientes condiciones:

Llegar a una relación aproximada entre la disponibilidad y la utilización del forraje, a fin de determi-
nar si el terreno está aprovechado por debajo, de acuerdo, o por encima de su capacidad de carga.
Tratar de producir, en la medida de lo posible, datos susceptibles a un análisis estadístico.
Obedecer a ciertas normas económicas.
Cubrir áreas suficientemente grandes para un manejo racional.
e) Ser ejecutado, de preferencia, durante la época de escasez de comestibles y protección.

156
Lamentablemente, hasta la fecha, no obstante su importancia para un manejo racional de un área, no se
han elaborado métodos fidedignos o generalmente aplicables. Más bien, las investigaciones de la última
década demuestran claramente la necesidad de elaborar para cada formación métodos especiales.

Por lo general, se aprovecha para tal fin, informaciones de diferentes campos, sobre todo aquellos sobre
los factores climáticos y edáficos, sobre uso de la tierra, tanto del pretérito como actual y sobre la fauna
y flora silvestres. Además, con cierto conocimiento de los diferentes caracteres de las plantas indicadoras
el observador consigue bastante información tanto sobre las condiciones generales del suelo como sobre
el estado actual del habitat. Cualquier estado sucesivo durante el desarrollo de un clímax natural indica,
en una u otra forma, la acción de factores de disturbio. Tales disturbios se manifiestan también por inter-
medio de las plantas indicadoras, por ejemplo la "tola" (Parastrephiá lepidophylla), el "huaraco" (Oppuntia
floccosa) o la "kichka" (Senecio spinosus) que se consideran como indicadores del ' sobrepastoreo.

La condición general de un terreno previsto para un programa de manejo de fauna silvestre tiene mucha
importancia para tal programa. Si bien lo fue, hasta la fecha, científicamente comprobado solamente para
el ciervo norteamericano de cola blanca (Odocoileus virginianus) y algunos antílopes africanos (e.g. Alce-
phalus cokei o Gorgon taurinús), es cierto también que en otros herbívoros la condición general del terre-
no tiene influencia significativa tanto sobre el crecimiento y peso del animal como sobre su fertilidad
y salud general.

En vista de ello, se entiende que un solo análisis sobre la condición del terreno no brinda toda la informa-
ción necesaria para un manejo racional, sino que ésa se consigue recién a base de una serie de estos análi
sis. Para que sean comparables los resultados provenientes de estas investigaciones, se aconseja trabajar
con transectos permanentes, establecidos a través de varias comunidades vegetales. Según la diversidad
de la vegetación y el largo total de estos transectos se instalan puntos marcados y numerados a lo largo de
las líneas. Las investigaciones pertinentes se realizan en algunos de estos puntos escogidos al azar (utili-
zando tablas de cifras aleatorias). Repitiendo en tales sitios, a intervalos regulares, estudios sobre la densi-
dad de la cobertura vegetal, cambios en la estructura florística de las asociaciones, productividad y valor
alimenticio de las plantas o presencia y frecuencia de ciertas plantas indicadoras se llega a conclusiones
fundamentadas sobre las tendencias en el desarrollo de la condición del terreno.

Tales tendencias reflejan los efectos del uso actual de la tierra e indican su estado respecto a la sucesión
ecológica.

4.2 Finalidades del Análisis

Si se habla de la condición del terreno, esta expresión evaluativa exige, por la complejidad del problema,
siempre una explicación sobre la "condición para qué". Lógicamente, en el presente contexto solamente
se quiere limitar al aspecto "terreno apto para herbajeo". Por lo tanto, y para facilitar el trabajo de campo,
se recomienda por lo general fijarse en cuatro factores principales:

a) Para la vegetación:
Composición taxonómica de las comunidades vegetales presentes.
Producción primaria área neta.

b) Para el suelo:
Cobertura vegetal basal.
Erosión del suelo>.

157
Fig. 40: Manojo típico de ichu con el anillo periférico de propagación y el centro característicamente muerto.

El término "condición del terreno" relaciona el estado actual de un determinado pastizal con el potencial
forrajero del mismo. En el fondo, entonces, se trata de medir el grado de sanidad del área comparándole
con su óptima, o sea con el clímax. El análisis de la condición del terreno sirve de base para un control
ecológico de las medidas de manejo adoptadas, especialmente de la densidad de herbívoros presentes.
Comparando el porcentaje esperado de la composición florística clímax, referente a las diferentes especies
forrajeras más importan-tes por su porcentaje actual, es posible calcular un índice de desviación para el
pastizal que indica su condición, o sea su estado actual de sucesión.

La condición excelente se caracteriza por un alto porcentaje de plantas decrecientes, por una cantidad acep-
table de plantas acrecentantes y por la prácticamente ausencia de plantas invasoras. Las características
de estas categorías vegetales se encuentran ampliamente explicadas en el acápite sobre "Inventario Flo-
rístico". Quiere decir, la calidad florística excelente se otorga a un pastizal que demuestra 76 a 100 por
ciento de la composición clímax, la condición buena en el caso de 51 a 75% de la condición óptima. El
predicado regular se otorga al pastizal que contiene todavía 26 a 50% de las plantas típicas para el clímax
y se considera como pobre y muy pobre aquél que exhibe sólo O a 25% de lo posible.

158
4.3 Metodología Recomendada

Los cuatro factores (composición, producción primaria, cobertura vegetal y erosión) sirven para determinar
el puntaje final que corresponde al estado actual del pastizal, y que a la vez indica las medidas de manejo
a adoptarse. Existen figuras que demuestran gráficamente la relación de la densidad de herbívoros con
la condición clímax del pastizal, mientras listas especiales facilitan el cálculo de puntaje total del área,
representándose cada uno de los calificativos con un color distinto en el mapa del manejo (mapa florís-
tico) a prepararse al comienzo de un programa para la fauna silvestre y actualizarse cada cinco años, como
mínimo. Es así que se asigna a la condición de la vegetación un total de 100 puntos para su categoría
"excelente" y un total de 100 puntos para la condición óptima del suelo.

Para la vegetación, el máximo puntaje de 60 se otorga cuando su condición florística es excelente (76
a 100% plantas decrecientes o sea especies clímax) y de 40 en el caso de una productividad máxima, en
total entonces 100. Sucesivamente, se convierten los porcentajes de composición clímax y de la produc-
ción en el puntaje correspondiente. De igual manera, se procede para los dos factores principales del sue-
lo, dando 50 puntos a un suelo no erosionado (categoría "a" en el inventario físico), y 50 puntos a una
cobertura de 100% . Ahora bien, existe la posibilidad que la condición de la vegetación sea "regular" (por
decir 57 puntos), mientras el suelo se encuentra todavía en un estado "bueno" (por ejemplo 76 puntos);
en este caso, se representa la condición total del terreno como 57/76, donde siempre el numerador corres-
ponde a la vegetación y el denominador al suelo. Para medidas de manejo, en todo caso hay que orientarse
por el valor más bajo, o sea, en ejemplo dado por la condición "regular" (57 puntos). Vale agregar, que en
muchos casos será una meta poco económica tratar de alcanzar con el área bajo manejo la condición clímax,
por ser ésta muchas veces no la más productiva, si bien es la más estable. Como se ha explicado en el acá-
pite sobre el manejo, para las condiciones marginales reinantes en la puna y por la fragilidad de este eco-
sistema, en todo caso se debe operar al lado de lo seguro (o sea lo ecológicamente sano), sacrificándose
lo deseable (o sea lo económicamente recomendable).

Por lo complicado del tema, se requiere de ciertas simplificaciones para hacer los procedimientos más
aplicables en la práctica de un proyecto. Sin embargo, hay que subrayar que correctamente se puede pro-
ceder a aliviar el trabajo abajo indicado, siempre y cuando ya se tenga un mínimo de cinco años de expe-
riencia en el área bajo manejo y se haya preparado en el inicio del proyecto el inventario del habitat y
como mínimo un análisis completo de la condición del terreno.

Una de esas simplificaciones consiste en escoger algunas plantas como especies indicadoras, como ya se
ha explicado en relación al inventario florístico, y basar el juicio de la vegetación en el comportamiento
de estas plantas indicadoras, que deben ser, considerando los fines de manejo de la vicuña, las especies
forrajeras más importantes, las cuales aportan también la mayor parte del herbajeo.

Otra de las simplificaciones consiste en limitarse al análisis de la condición del terreno en algunas áreas
representativas, cuidadosamente escogidas. Aquí sí, se realiza el estudio de la condición del terreno en
forma completa, o sea analizando los cuatro factores principales, como mínimo, si no se repite periódica-
mente el inventario del habitat en forma completa.

159
4.4 Conclusiones sobre el Análisis del Terreno

En una evaluación de la condición del terreno, los factores que deben causar preocupación son los siguien-
tes:

Predominio de plantas con palatabilidad baja,


Comunidades vegetales dominadas por unas pocas especies.
Presencia de un alto porcentaje de plantas anuales, especialmente hierbas,
Mala condición física de los herbívoros presentes.
Múltiples y profundas huellas de erosión.
Crecimiento de plantas sobre "pedestales", por la pérdida del suelo en sus alrededores.
Extensas áreas con pavimento erosional.

Apenas aparecen dos, tres o más de ellos, la degradación del terreno ya se encuentra en un estado avanzado
y requiere de medidas drásticas de reducción de la carga herbívora para lograr cierto restablecimiento.

El índice de especies decrecientes y el índice del vigor varían debido a la preferencia que tiene una u otra
especie animal por un determinado forraje y son los que, en última instancia, determinan el puntaje (cali-
ficación) de condición del terreno para cada especie herbívora, ya que los demás índices permanecen
inalterados. Un simple análisis químico de las plantas forrajeras indica algo sobre la aptitud de ellas como
fuente alimentaria, pero no explica, porque la vicuña o la taruca u otra especie silvestre prefiere una planta
y detesta otra, aún teniendo ambas el mismo contenido protéico o de carbohidratos. Este es otro aspecto
que influye mucho sobre la selección adecuada de especies indicadoras en la evaluación del pastizal. Aquí
también se debe tomar en cuenta informaciones recogidas de los campesinos, pues ellos, por experiencia,
conocen perfectamente las plantas apetecidas y las especies rechazadas por su ganado. La clasificación
del forraje en plantas deseables, indeseables e intermedias, es una primera aproximación a una evaluación
del pastizal y la determinación de los porcentajes respectivos ofrece otra posibilidad de categorizar un
pastizal, donde no lo es indispensable conocer la condición clímax. Sin embargo, debemos tener presente
que tal método no es un método ecológico, si bien puede rendir resultados aceptables para muchos fines
y suficientemente exactos para la primera fase de un proyecto de manejo de la fauna silvestre que es: con-
servación y estudios básicos. Pero, la meta final de todas maneras debe ser un análisis ecológico del área
bajo manejo.

Volviendo al punto anterior, se clasifica como:

Plantas deseables, aquellas que son buenas plantas forrajeras con raíces fibrosas y profundas que facili-
tan la infiltración de la lluvia al suelo y que resisten a la erosión. Debido a su calidad de palatables
muchas veces son plantas decrecientes y pertenecen, ecológicamente hablando, a una condición clímax
o preclímax.

Plantas indeseables, aquellas que son de bajo valor nutritivo hasta nocivos, con raíces superficiales
que no pueden resistir mucho a las fuerzas de erosión gracias a su reducida aceptación por parte de
los herbívoros; éstas son muchas veces plantas acrecentantes o invasoras.

c) Plantas intermedias, aquellas que todavía son consumidas y que se caracterizan por cualidades entre
los datos extremos. Por lo general ellas son las primeras que reemplazan a las plantas deseables las
cuales desaparecen bajo la demanda herbívora, y formando el volumen de las plantas acrecentantes
también son las primeras en aumentar cuando un pastizal de pobres condiciones comienza a recupe-
rarse.

160
Sí bien en muchos casos las plantas deseables coinciden con especies decrecientes, etc., no siempre son
las mismas y, sobre todo, las bases para su clasificación son distintas, siendo en un caso la aceptación por
una determinada especie herbívora y en el otro por su posición dentro de la sucesión ecológica hacia el clí-
max: Es así que, para la clasificación de las plantas forrajeras según el primer criterio, hay que preparar,
a base de experiencia ganadera de estudios de preferencia, para las principales especies de herbívoros listas
separadas de estas plantas, colocándoles en las tres categorías (deseable, indeseable, intermedia), mientras
se requiere para su clasificación según el segundo criterio de una parcela testigo cercada.

5.0 Determinación de la Tendencia del Habitat

5.1 Consideraciones Generales

Uno de los requerimientos básicos en el manejo de pastizales es disponer de un método simple, práctico
y económico para la determinación de la tendencia en la condición del habitat.

Evaluando la "tendencia de la condición del habitat", que comúnmente en forma abreviada se denomina
tendencia del terreno, en realidad se trata de determinar el rumbo sucesional del pastizal bajo análisis,
o sea si se desarrolla hacia el clímax o se aleja de éste, ecológicamente hablando, o si se mejora o malogra
en el sentido ganadero, considerando en primera instancia el aumento o la merma de las plantas deseables.
Tratando este problema, no solamente debe ocuparse el investigador de la influencia del ganado domés-
tico (que indudablemente en la mayoría de los pastizales nativos representa la carga herbívora mayor),
sino que tiene que tomar en cuenta una serie de factores complejos relacionados con el clima, suelo, la
vegetación y la vida silvestre, inclusive la microfauna edáfica, que varían de época en época en los diferentes
años.

Ante esta problemática, existe la necesidad de elaborar métodos prácticos pero suficientemente precisos
y técnicamente impecables, que permitan contar con mediciones concretas del habitat y asimismo, con
indicaciones correctas sobre su tendencia. De igual manera, tales métodos deben ser suficientemente simples
y baratos para que sean amplia y repetidamente aplicables, rindiendo a la vez resultados reproductibles,
fidedignos y comprensibles tanto para el administrador como para el ecólogo y en última instancia, pero
decisivamente, también para el hombre del campo. Sin embargo, habiéndose elaborado el inventario del
habitat, terminado su mapeo y determinado su condición, la exigencia arriba expuesta no será , tan difícil
de cumplir.

Principalmente, para poder tasar la tendencia del terreno, se requiere de informaciones periódicas sobre
la densidad y composición taxonómica de la vegetación, sobre su vigor y productividad y sobre la marcha
de la erosión del suelo. En el fondo se repite, a través de los transectos permanentes, algunas de las me-
diciones tomadas durante el inventario y se las compara con aquellas de los años anteriores. Entonces se
comprenderá la importancia de disponer de transectos permanentes, tal como se explicó en el acápite
sobre metodología; de otra manera, los resultados obtenidos en los diferentes años no son ni directamente
comparables ni estadísticamente evalua bles.

Paralelamente con las investigaciones en el campo se debe registrar también los datos meteorológicos en
forma continua sobre los años, para poder relacionar la condición anualmente determinada del pastizal
con las influencias del clima y de repercusiones del herbajeo, respectivamente. De otra manera, se atribuye
el resultado de un buen año a una menor carga herbívora e incrementa el número de animales en detri-
mento del habitat o, en caso contrario, después de un año de sequía excepcional se reduce el número
de los herbívoros sobremanera yendo así contra los intereses de las poblaciones animales.

Para poder comparar las condiciones del habitat en los diferentes años, o sea determinar la tendencia
del terreno, se requiere de clasificaciones claves de la vegetación y del suelo periódicamente realizadas.

161
5.2 Clasificación de la Vegetación

Para la vegetación se toman las cualidades principales en consideración, que reflejan ante todo la tendencia
del pastizal:

Cobertura.
Composición.
Vigor de las plantas.

De aquí en adelante se consideran estos aspectos netamente desde el punto de vista del manejo de pasti-
zales, dejando de lado la parte de la botánica pura.

La cobertura indica qué porcentaje del suelo está cubierto por plantas (vivas o muertas), o sea que se
trata de la cobertura basal que se mide a través de los transectos.

La composición se relaciona con las tres cualidades principales: deseable, indeseable e intermedia,
determinando la frecuencia de cada clase. También estos porcentajes se traducen en el puntaje de
tasación. La clasificación de las diferentes especies vegetales como deseables, indeseables e intermedias
se realiza a base del inventario florístico de la región, donde se cuenta con una lista elaborada por
botánicos especializados en cooperación con los ganaderos del lugar, que contiene el nombre cientí-
fico, el nombre vernacular local y el respectivo calificativo de las plantas principales de la región. El
responsable del Proyecto, o un encargado especial para investigaciones de monitoreo, solamente deben
reconocer las especies forrajeras principales para poder elaborar el puntaje correspondiente.

c) El vigor se determina, para los fines de la presente investigación de la tendencia, con un método un
poco más sofisticado que el discutido con motivo del inventario florístico (tabla "flotante" de polis-
tireno). Para cada área de manejo dada se escoge dos o tres especies indicadoras (preferiblemente
la clase "deseable" por ser la más sensible frente al uso por herbívoros) y se colecta al azar 50 indi-
viduos de cada una en sitios prácticamente no usados por herbívoros durante la década anterior (a
veces difícil de encontrar en la puna) o dentro de las parcelas testigo. En todos los especímenes reco-
lectados se mide la longitud del tallo y de las hojas con una exactitud de _± 0,5 centímetros. Después
se arregla estos datos en orden de las dimensiones (del más corto al más largo) y se divide en cinco
grupos iguales asignando a cada grupo un determinado puntaje de tasación. Con esta tabla de conver-
sión del largo del tallo y de la hoja a un cierto puntaje a mano, se procede a recoger en cada línea
transectorea permanente un cierto número de plantas de cada especie indicadora, hasta un total de
200 ejemplares, se las mide y asigna después su puntaje de vigor correspondiente.

Finalmente, se suman los puntajes determinados para cobertura, composición y vigor, obteniendo así
un valor calificador para la vegetación en el año del estudio. Tal puntaje se une con aquel calculado para
la calidad actual del suelo para llegar en esta forma a calificar la condición del terreno para el año en curso.

5.3 Clasificación del Suelo

Aquí se trata solamente de diferentes índices que sirven a determinar la tendencia de la condición del
suelo, dejando de lado consideraciones edafológicas o clasificaciones para el uso agrícola. Para los fines
de manejo de la vicuña, dos son las categorías de información principales indispensables para calificar la
condición y tendencia del suelo.

162
Fig. 41: Una capa de nieve no constituye un peligro inminente para la supervivencia de la vicuña adulta, porque sabe despe-
jar con la boca las plantas forrajeras.

El primer criterio es el índice de peligro a la erosión que, en el fondo, es el porcentaje del área cubierta
de pavimentos de erosión, o sea 100 menos por ciento de cobertura vegetal. Es por el diferente puntaje
que se otorga a ambos en dependencia del sitio de estudio y por la diferencia en la interpretación que
se les debe dar en la tasación final de la tendencia, que hace necesario ocuparse de estos dos criterios,
aparentemente tan ligados uno al otro. Para el índice del peligro a la erosión se obtiene el puntaje corres-
pondiente a cierto puntaje de pavimento consultando la tabla de conversión.

El segundo factor que entra al cálculo es el grado actual de erosión. Su tasación se hace con el uso de
la misma tabla antes mencionada. Las señales principales aquí son la acumulación de hojarasca, la pro-
fundidad de surcos de erosión, la cantidad de plantas en pedestal y el efecto del pisoteo.

5.4 Tasación de la Tendencia del Terreno

Juntando los datos conseguidos mediante la calificación de la vegetación y del suelo respecto a su actual
condición de un formato según a modelos publicados se obtiene una calificación del terreno bajo análisis.
Recién en la comparación con los resultados de semejantes análisis, realizados en los mismos puntos de
los transectos permanentes en los diferentes años, se llega a una tasación real de la tendencia del terreno.
Sin embargo, no debe olvidarse que con el método descrito se determina solamente la dirección de la ten-
dencia, o sea si el pastizal se mejora o empeora, pero no el grado de tales cambios. Para ello se requiere de
métodos más sofisticados que son el campo del botánico científico, pero no del técnico de manejo.

163
En la mayoría de tipos de pastizales, los cambios más pronunciados que se presentan en la vegetación son
precisamente aquellos que se propone medir, quiere decir la composición florística, la cobertura y el vi-
gor. En el caso del suelo la estimación de la erosión actual no se puede realizar tan exactamente como se
miden los índices de la vegetación, quedando muchos criterios, como grado de pedestalidad o aspereza
de los surcos de erosión, al juicio y la experiencia del investigador.

La TENDENCIA POSITIVA del terreno se caracteriza por lo general por un incremento de las plantas
deseables o, por lo menos, de las intermedias, ello según la condición original, y una merma en las especies
indeseables. Sobre todo la mejora de vigor es una de las primeras señales de una tendencia positiva. De
igual manera, se notará un aumento en la cobertura vegetal, que simultáneamente reduce el área de pavi-
mentos y disminuye el grado de erosión.

Por otro lado, la TENDENCIA NEGATIVA se caracteriza por un decremento de las plantas deseables
(por ende se las llama especies decrecientes) y una mayor presencia de las plantas indeseables. El efecto
de una sequía o un sobrepastoreo, en primera instancia, se refleja en un vigor disminuido de las plantas.
Las especies apetecidas por los animales primeramente pierden en vigor, después mueren y son reemplaza-
das por especies nuevas (invasoras, indeseables), o ya no son reemplazadas por plantas sino por tierra
desnuda que rápidamente se convierte en pavimentos de erosión.

Durante la evaluación de los datos, se considera toda la información recogida en un transecto como una
cantidad estadística de muestreo. Para poder aplicar los diferentes métodos estadísticos disponibles pa-
ra verificar la significancia en los cambios ocurridos en la composición florística (test), se debe dispo-
ner de dos o más líneas paralelas pertenecientes al mismo sitio de muestreo. De igual manera se requie-
re de datos de tres o más años consecutivos para poder después interpretar mejor el resultado. Sobre
todo debe tomarse nota de las actividades de ganadería, medidas agrícolas, condiciones locales del clima,
enfermedades vegetales, ocurrencia excesiva de insectos o roedores, efectos de quemas u otros impactos
actuales sobre el área bajo estudio por influenciar todos ellos decisivamente sobre el calificativo final
de la tendencia determinada.

5.5 Consecuencias para el Manejo

Los objetivos para la tasación de la tendencia consisten en la prevención del deterioro del pastizal y en
fomentar la aplicación de medidas adecuadas de manejo para mejorar la condición del habitat. Acciones
inmediatas y razonables son de imperiosa necesidad apenas se notan tendencias negativas en pastizales
de condiciones regulares o peores.

El estado actual del vigor de las plantas deseables es uno de los criterios más importantes en este contexto,
pues el vigor refleja tendencias aún en poco tiempo y es la característica más sensible de las plantas altoan-
dinas frente a la carga herbívora. Cualquier cambio en ella se aprecia ante todo en la condición del vigor,
que después repercute sobre las otras características de la vegetación, como son la composición, producción
o densidad.

En casos necesarios, para una apreciación rápida, pero preliminar, se puede estimar el vigor a simple vista
no solamente fijándose en el tamaño total de la planta indicadora o en el largo de sus hojas, sino también
en la presencia, largo y número de espigado y pedúnculo, respectivamente o del tamaño del centro muerto
en casos de ichu y gramíneas semejantes. Sin embargo, para ello se necesita mucha experiencia y aún así,
se recomienda realizar las mediciones pertinentes para una debida confirmación (verificación) apenas se
presente la oportunidad. Cualquier evaluación del habitat es un proceso dinámico y por ende requiere de
su repetición periódica. También hay que tomar en cuenta, que las medidas de manejo, por apropiadas que
sean, tienen un retraso temporal inherente en su efecto, por lo cual requieren de un control permanente
mediante repetidas tasaciones de la tendencia.

164
La condición actual del pastizal es el resultado de los efectos acumulados de la utilización pasada, mientras
el uso actual de la tierra y el estado de sucesión de la vegetación se manifiestan en la tendencia. Es por eso
que una condición deplorable de un pastizal no dice nada sobre su uso actual, la aptitud del cual, pues,
se refleja en la tendencia.

Por lo expuesto, la finalidad del uso racional de los pastizales naturales de la puna es evidente, debido a:

Conservación del valor forrajero.


Protección del suelo.
Utilización de los recursos mediante las especies animales más adecuadas, maximizando así el bene-
ficio obtenible.

6.0 Posibilidades para el Manejo de Pastizales Altoandinos

6.1 Reflexiones Básicas

Muchos técnicos consideran la abundancia y el bienestar de, los animales como un buen indicador del uso
apropiado o inadecuado de un pastizal. Sin embargo, tales criterios sólo pueden reflejar tendencias a largo
plazo, mientras para sitios tan delicados en su balance ecológico como la puna seca, es indispensable
disponer de indicadores a corto o mediano plazo. Para tal fin se presta, como ya se detalló más arriba, un
análisis de la vegetación, y también es la vegetación adonde se dirigen las medidas de manejo que, a su vez,
se ven reflejadas respecto a su eficiencia, en los respectivos cambios de los Parámetros florísticos. Es así
que, cualquier manejo requiere de un monitoreo de control para los factores más importantes del habitat.
Para mantener o incrementar la productividad de un pastizal, el control de la condición del habitat, median-
te la tasación de la tendencia, es indispensable identificar cambios desfavorables lo más pronto posible.
Criterios inadecuados para la interpretación de observaciones de campo, por ejemplo estado físico de
la vicuña, resultan en medidas correctivas demasiadamente retrasadas, con consecuencias difíciles y costosas
de reparar. En estas regiones semiáridas, una vez dañada la capa vegetal, el deterioro del habitat procede
en forma acelerada, mientras su recuperación natural puede demorar décadas o aún siglos.

El uso adecuado de la tierra altoandina tiene que ser el resultado de medidas que relacionan su potencial
ecológico con las necesidades de la población humana y sus sistemas socio-económicos de valores. La im-
portancia de criterios económicos y de actividades sociales para la planificación del uso de pastizales es
innegable, pero existe un límite racional, más allá del cual cualquier compromiso ecológico resultará inevi-
tablemente destructivo.

Los requerimientos fundamentales, entonces, son los siguientes:

Mantener la carga herbívora de acuerdo con la capacidad del pastizal.


Evitar formas de utilización y el uso de animales no adecuados para la puna seca.
Asegurar que la extensión de las áreas de manejo y del proyecto total, respectivamente, sean suficiente-
mente grandes para mantenerse ecológicamente sanas.
Tomar la especie principal del animal que utiliza el pastizal en debida cuenta cuando se trata de calcular
la capacidad de carga o evaluar el potencial del terreno.

165
Antes de seguir con la discusión de las posibilidades para el manejo de los pastizales altoandinos, parece
necesario subrayar que las consideraciones al respecto son mayormente justificables en vista de la necesidad
de beneficiar, con un proyecto para la utilización racional de la vicuña, a los campesinos, lo que se logra
en el presente contexto con una mejora de las condiciones de pastoreo. De tal manera, toda discusión de
sistemas de pastoreo, o temas anexos, sólo tiene sentido para el ganado doméstico. Con otras palabras,
para una mera protección de la vicuña, no se necesitará ningún tipode manejo de pastizales fuera de un
cierto control del número total de animales presentes.

El objetivo fundamental del manejo de pastizales es maximizar la producción de carne y otros productos
animales sin perjudicar al ecosistema explotado. Por ende, las mayores fases de manejo incluyen:

Inventario y tasación del habitat.


Mejoramiento de la producción forrajera.
Diversificación del uso del pastizal.
Control de las poblaciones de animales herbívoros.

Contrariamente a lo que sucede en un ecosistema "natural" o sea donde se ha podido establecer un equi-
librio dinámico entre la salida y entrada de energías y materiales, en los pastizales manejados se convierte
una parte de la producción primaria en productos comerciables de animales, que son retirados del ecosiste-
ma y que por ende se pierden para un posible reciclaje. Para la manutención de la productividad en tales
ecosistemas manejados, hay que resolver los dos problemas siguientes:

¿Cuánta parte de la producción primaria puede ser recogida en forma de animales sacrificados sin poner
en peligro a la estabilidad de productividad del pastizal?
¿Cuál es el método más rentable y ecológicamente sano de canalizar la producción primaria hacia
proteína animal?

En efecto, mediante el manejo de los pastizales andinos se trata de incrementar la rentabilidad de las tierras
en forma indirecta, fomentando el consumo óptimo de la vegetación. Naturalmente, tal intervención debe
ser realizada en forma cuidadosa para que la productividad sea verdaderamente más alta que bajo las condi-
ciones originales, o sea sin manejo.

Un aumento de la producción animal se, logra normalmente de dos modos clásicos:

Alterando la composición de la población animal bajo manejo en el sentido que una proporción más
alta que normal se encuentra en aquella fase de su vida cuando crecen más rápido, por ende son más
productivos.
Alterando la composición de la vegetación nativa en el sentido que predominen las plantas más de-
seables como forraje.

Ambos métodos son también aplicables a la vicuña en la puna, sin embargo, llegan aquí más rápido a su
límite natural. Alteraciones de la población de la vicuña sólo son recomendables en grado moderado, por-
que, como se explica en el capítulo sobre la "Teoría de la Saca", cambios profundos o bruscos pueden
poner en peligro la supervivencia de las poblaciones bajo manejo al modificar desfavorablemente su resis-
tencia frente a catástrofes naturales (sequías, enfermedades, depredadores). Por otro lado, el mejoramiento
del pastizal también tiene su limitación en la puna seca, principalmente por falta de humedad, si bien es
prometedor para muchas partes de la puna húmeda.

166
6.2 Discusión de Métodos Viables

Un máximo de producción se obtiene de un área de manejo exclusivamente cuando el uso de los recursos
es lo más racional posible, teniendo importancia fundamental las consideraciones que siguen:

• a) Utilizar el herbajeo mediante la (las) especie (s) más apropiada (s). Hay que tomar en cuenta, que el ani-
mal ecológicamente más adecuado puede ser rechazado por razones económicas o socio-culturales
(ejemplo: el guanaco en Argentina).
Adaptar el número de herbívoros a la producción y condición del pastizal. Para las especies silvestres,
eso es mucho más problemático, y se logra sólo a mediano plazo, en comparación con el ganado.
Utilizar el pastizal en lo posible solamente en la época del año más adecuado, o sea después del espiga-
do.
d) Regularizar la distribución de los herbívoros presentes sobre el área total disponible de manera que el
uso global sea lo más equilibrado. La forma mejor es el uso del pastizal mediante una variedad de es-
pecies con preferencias diferentes en su alimentación.

Poniendo estas consideraciones en la práctica, se notan ciertas dificultades para la fauna silvestre, sobre
todo en lo que se refiere a la distribución equiparada sobre el área o dejar una parte temporalmente fuera
del uso. Algunas posibilidades consisten en el establecimiento de nuevos ojos de agua y la distribución de
salegares (saleros) en sitios habitualmente poco usados, o cercando lugares sobreusados, así como alejando
los animales silvestres mediante espantapájaros y arreando el ganado para permitir cierto descanso de la
vegetación. En cuanto a la regularización del número de cabezas del ganado, se requiere de una estrecha
colaboración con los campesinos, pero aún así, resulta muchas veces difícil lograr porque el pastor no
dispone de sitios alternativos adonde llevar sus animales o su familia no tiene suficiente ganado para poder
permitirse el lujo de variar su número. Entonces, queda como alternativa la regularización de la cantidad
de vicuñas presentes, que en algunos casos puede significar su retiro total de ciertos lugares por ser ellos
más aptos para la ganadería. Aún donde la coexistencia de animales silv. estres y domésticos es aconsejable,
hay que tomar en cuenta ciertas interacciones, tales como:

Competencia directa por el forraje o espacio (la vicuña como animal territorial requiere de cierto
espacio vital) o agua.
Transmisión mutua de enfermedades, no comprobado hasta la fecha para la vicuña pero sí para el
ganado en casos de sarna.
Efectos indirectos sobre el habitat, como pisoteo o presencia de pastores con sus perros.
Repercusiones sobre otras especies de la fauna no directamente de interés económico, por ejemplo,
destrucción de nidos por el ganado o fomento de la propagación de garrapatas u otros parásitos.

Una vez aceptada la posibilidad de especies coexistentes de herbívoros, habrá que tomar en cuenta durante
la selección del animal más apropiado para la puna aspectos tales corno preferencias forrajeras, tolerancia
contra las inclemencias del clima, adaptabilidad a la escasez de agua, agilidad en terreno difícil, uso eficiente
de plantas forrajeras ásperas como el ichu, resistencia contra enfermedades, parásitos o plantas venenosas
y demanda por sus productos en el mercado. Es así que para la parte de la fauna silvestre ya se dispone
de la especie ideal, o sea de la vicuña. Es por ello que las consideraciones de introducir otras especies como
el reno, el almizclero, el gamuzo o el yack, todos ellos también habitantes de la región "tundra alpina",
son muy teóricos. En cambio en lo que respecta al ganado doméstico se observa ampliamente en la puna
los efectos negativos de las especies exóticas, haciendo que en muchas subregiones una reorganización de
la ganadería hacia el uso tradicional de los camélidos domésticos (llama y alpaca) sea de imperiosa necesi-
dad.

167
Las otras posibilidades de manejo de pastizales, aparte de lo referente a los herbívoros, son tratados a
continuación:

— Sistemas de pastoreo; uso de fuego.


— Siembra de plantas forrajeras; utilización de riego y fertilizantes.

También es necesario mencionar el control de la erosión. Para ello, también el control del número de
animales es de primera prioridad a fin de fomentar el cierre de la capa de hierba. En vista de que gran parte
de la erosión altoandina es ocasionada por el escurrimiento del agua, la instalación de zanjas de control
podrán traer efectos paliativos.

También la instalación de rompecaudales o de diques en los riachuelos o surcos de erosión tienen efecto
positivo en el control de la erosión. Finalmente, en sitios indicados también el control de roedores socava-
dores puede ser una medida adecuada para el control de la erosión. Se insiste, que todas éstas, y las demás
medidas de manejo del habitat, sólo se justifican con la utilización racional de la vicuña y otras especies
de la fauna silvestre y exclusivamente podrían ser financiados por los ingresos de un Proyecto ad-hoc.
Será completamente utópico esperar que el tesoro público o fondos internacionales para la naturaleza
dispongan de suficientes recursos económicos para financiar todo ésto.

6.3 Consideraciones Finales

Si bien se cuenta con información muy escasa sobre los pastizales altoandinos, si se dispone de muchas ex-
periencias sobre pasturas naturales en otras partes del mundo. Es cierto que no solamente cada pastizal
debe tratarse específicamente, sino que también la misma área requiere de una evaluación y manejo que
corresponda a la especie clave de manejo (en el presente caso, la vicuña). Sin embargo, en vista de que la
formación natural de pastizales obedece a ciertas reglas ecológicas comunes en todo el planeta, tanto la
metodología como las generalidades de manejo son de igual manera aplicables, cum grano salís, para las
punas sudamericanas. Claro es, que todas las técnicas disponibles para un manejo del habitat llenan varios
tomos, y no pueden ser descritas en un solo capítulo. Por ello, se han escogido solamente aquellos méto-
dos que parecen aplicables para la puna seca, recomendando a la vez la consulta y estudio de las publica-
ciones indicadas en la relación bibliográfica del presente texto.
Para sitios más productivos de la puna seca (280-420 Milímetros de precipitación) se recomienda poblacio-
nes herbívoras mixtas, con preferencia camélidos silvestres (vicuña y guanaco) y camélidos domésticos
(alpaca y llama). El sistema de pastoreo mixto también produce en otros pastizales naturales del mundo
resultados alentadores y demuestra cada día más sus ventajas frente a sistemas de pastoreo monoespecial
(sólo ganado o exclusivamente fauna). Tampoco la domesticación de nuevas especies, tal como proponen
muchas personas poco entendidas en la materia, la domesticación de la vicuña o la producción de paco-
vicuñas como solución para una óptima utilización de la puna peruana, ofrecen muchas promesas. El paco-
vicuña originaría los mismos problemas que las especies ya domesticadas, problemas inherentes al pasto-
reo de ganado que solo a base de sistemas intensivos de crianza y alimentación puede producir ganancias
reales para el pastor, sin ofrecer una solución duradera para los sitios marginales. La degradación acelerada
de estos lugares se debe justamente a su uso inapropiado, o sea al sobrepastoreo que tiene tres facetas
principales:

Uso mediante un número excesivo de animales;


Uso mediante especies de herbívoros no adecuadas;
c) Uso en épocas o sitios no apropiados.

El uso racional de los recursos forrajeros requiere de decisiones constantes, principalmente frente a los tres
problemas antes mencionados. La conservación de los pastizales, o sea su manejo integral, consiste en
decisiones correctas que aseguren su utilización sostenida sin reducir su potencial.

168
7.0 Organización de Datos

Informaciones confiables y correctamente interpretadas son la base vital para decisiones adecuadas de
manejo. Sin embargo, solamente la organización apropiada de los datos permite su interpretación y evalua-
ción fructíferas.

Conviene discutir el problema de la organización de datos en sus tres niveles principales:

Nivel de planificación: trabajos de cartografía y afines.


Nivel de ejecución: trabajos de campo y toma de datos.
Nivel de evaluación: trabajos de organización e interpretación en la administración.

En vista de que los primeros dos niveles ya han sido detalladamente explicados en el acápite sobre "Levan-
tamiento Ecológico del Habitat" con la recomendación de instalar un sistema de coordenadas para las di-
ferentes áreas de manejo, destinado a la ubicación inequívoca de cualquier lugar de interés y para una
coordinación unívoca de los datos recogidos en el campo, es suficiente indicar aquí algunas sugerencias
sobre la organización y archivo de los datos ya preordenados según los primeros dos niveles. Esto va acom-
pañado con la sugerencia de utilizar un solo tipo de formatos adecuadamente adaptados a las finalidades
del proyecto en ejecución para 'facilitar la comparación de los datos provenientes de diferentes sitios o re-
cogidos en distintos años.

El primer trabajo ene! gabinete debe consistir en la duplicación de los formatos de campo para que sean
archivados en un lugar apartado en donde se guardan los originales. Los folderes deben llevar la indicación
"ARCHIVO DEFINITIVO—FAVOR NO DESTRUIR" con escritura roja. Dentro de los folderes se orga-
niza las hojas de campo según las categorías indicadas y dentro de cada categoría en el orden geográfico
de las áreas de manejo de donde provienen.

Cuando se dispone de los servicios de un centro de computadoras, se transfiere las informaciones también
directamente a las tarjetas que correspondan al tipo de computadora a usarse durante el análisis estadís-
tico de los datos. En otros casos se hace esta transferencia de datos originales hacia los diferentes formatos •
de evaluación, según la finalidad del estudio específico.

El uso de formatos asegura que no se olvidará ningún detalle que puede, durante el análisis de los datos,
resultar importante y quelas observaciones subjetivas serán estandarizadas. Las informaciones, pues, deben
ser inteligibles en cualquier momento, no solamente para otro técnico sino también para el administrador,
y aún en cierto grado, para el guarda.

La única solución razonable para el problema de analizar datos tan complejos como aquellos provenientes
de un análisis de habitat es el empleo del análisis de varianza multifactorial, para lo cual será necesario
consultar a un estadístico profesional. Los diferentes tipos de este método estadístico posibilitan la com-
paración directa de datos referente a la vicuña con cualquier dato correspondiente a los diversos factores
ambientales. De tal manera, usando después líneas de regresión para los factores más importantes, se llega
a entender mejor la distribución de la vicuña sobre los diferentes ecotopos disponibles y se puede calcular
el potencial de producción. Las diferencias en el uso o la productividad de dos sitios distintos se analiza
después referente a su significación con el uso de tests no paramétricos (Test de Señales; Test de Wilcoxon)
o con tests más sofisticados (Test de Student; Test de Friedman).

Finalmente, se quiere subrayar que el uso de computadoras y de métodos estadísticos SI pueden acelerar
el análisis de datos o résponder a preguntas específicas (vea: identificar correlaciones) pero NO pueden
liberar al investigador o técnico del pensar.

169
CAPACIDAD DE CARGA DEL HABITAT ANDINO
CAPACIDAD DE CARGA DEL HABITAT ANDINO

En vista de la creciente demanda de proteínas para la alimentación de una población humana cada día
más numerosa, se contemplan a menudo las posibilidades de una explotación racional de los mamíferos
herbívoros silvestres.
y
La dehesa natural, sobre todo los pastizales nativos, es el sostén principal de los millones de herbívoros
grandes que se encuentran disponibles para un manejo adecuado. Además, los avances en los conocimientos
ecológicos en general y el desarrollo de la ciencia sobre el manejo de la vida silvestre en especial durante
los últimos 50 años, proporcionan las herramientas técnicas indispensables.

La clasificación y calificación de los diferentes habitats, tal como se explica en el capítulo consagrado
al ANALISIS DEL HABITAT, constituyen el primer paso fundamental para poder, a continuación, pro-
ceder a la evaluación de la susceptibilidad de los sistemas naturales a modificaciones antropógenas, común-
mente denominadas EVALUAC1ON DEL IMPACTO que a su vez, es la base para elaborar el plan de des-
arrollo para una determinada área.

Teniendo en cuenta que la exposición de métodos científicos y técnicos en el presente texto parte de
aquel punto en la planificación general, donde ya el área en cuestión es asignada al manejo de la vicuña
silvestre (decisión a nivel superior), en el presente capítulo sólo se tratará la segunda finalidad expuesta
en el análisis de habitat, o sea del manejo del pastizal, en este caso del pastizal andino.

La teoría y la observación práctica en el campo indican qué sistemas compuestos de múltiples especies
de plantas y animales pueden establecerse en diferentes puntos de equilibrio ecológico. Para una mejor
apreciación de estos diferentes equilibrios se ha desarrollado el concepto de "resistencia elástica" (resi-
lience según Holling, 1965), que indica si un equilibrio es estable o inestable, en el sentido anteriormente
expuesto y caracteriza el grado de resistencia que un determinado sistema "planta-herbívoro" opone
a perturbaciones antes de sufrir cambios notables de carácter indeseable, económicamente hablando.
Como se verá más adelante, el concepto de la CAPACIDAD DE CARGA justamente sirve también para
la identificación del punto de equilibrio ecológico estable entre la población de vicuñas y el pastizal an-
dino, que interesa del punto de vista de la generación de productos muy cotizados. Sin embargo, no debe
imaginarse una población animal de acuerdo con la capacidad de carga de su habitat como una población
numéricamente fijada, sino que ésta sufre ciertas fluctuaciones poblacionales todavía dentro de los lími-
tes de la resistencia elástica del equilibrio alcanzado. Es así, entonces, que tampoco el equilibrio es un
punto fijo y mas bien representa límites dentro de los cuales las oscilaciones del ambiente o de las po-
blaciones regresan automáticamente a su estado original, una vez terminada la perturbación que había
originado la desviación del sistema (medidas de manejo o catástrofes naturales).

1.0 Definiciones y Conceptos Básicos

Cuando se habla de la capacidad de carga todos tienen cierta idea común sobre el significado de este
término. Normalmente se entiende bajo el concepto, a menudo representado en las fórmulas matematicas
con la letra "K", el número de individuos de una determinada especie que un habitat dado puede sopor-
tar de manera sostenida.

173
Ahora bien, pero qué parámetro del habitat se debe elegir y cómo cuantificarlo, para determinar "K"?.
415
En qué época del año o en qué año se deben realizar las investigaciones pertinentes?. Obviamente el
valor de "K" varía según las condiciones del clima, de acuerdo con las especies vegetales que componen
la biocenosis bajo estudio y independencia de la especie que se trata. Quiere decir, lo que es la capacidad
de carga de una pastura costeña para el ovino merino no es la misma para este animal en la puna, y la
capacidad de carga del pastizal andino para la vicuña no es equivalente tampoco a la capacidad del mismo
pastizal para la oveja. Cuando se trata de animales silvestres, es prácticamente imposible determinar la ca-
pacidad de carga con exactitud. No obstante ello, aplicándose el concepto de la capacidad de carga en
forma adecuada, éste resulta muy valioso en el manejo correcto y concreto de la vicuña.

En primer lugar, hay que seleccionar como criterio básico para la determinación de la capacidad de car-
ga uno de los recursos, sobre los cuales las diferentes especies compiten en un determinado habitat tal
como el pasto, dejando de lado parámetros como: agua, espacio vital, refugio, o compañero social, si
bien ellos, también influyen sobre la capacidad de carga en un determinado lugar para una especie animal
dada. Sin embargo, la disponibilidad de alimento constituye en la mayoría de los casos el factor limitante
para el crecimiento de una población animal y lo es así también para la vicuña. Es por ello y por ser los
pastos un factor más fácil de medir que los demás, que se le selecciona comunmente como parámetro para
la capacidad de carga.

La segunda tarea consiste en escoger una o más características de la vegetación que deben estar no sola-
mente íntimamente relacionadas con la cantidad disponible de forraje, sino también mensurables en forma
representativa y reproduccible. Es de lamentar que el forraje de un pastizal no es mensurable exactamente,
mucho menos aquella parte que es realmente disponible para el herbívoro. Tal como se explica en el acápite
sobre el sistema "planta-herbívoro", siempre debe quedar cierta parte de la planta sin ser consumida para
permitir su persistencia y para asegurar también en el futuro cierta producción del pastizal.

1.1 Variedades y Factores Determinantes de la Capacidad de Carga

Por lo general, la causa principal de confusiones es la aplicación de términos técnicos de una ciencia, sin
criterio alguno, a la otra. Por ejemplo, el concepto de la "capacidad de carga" proviene del campo'de
manejo de recursos naturales (range and wildlife management) y no debe ser confundido con el concepto
de "capacidad receptiva", que es un término de la ganadería (pasture management), ni con el de "equili-
brio clímax", que es un concepto de interés ecológico, llamado a menudo, capacidad de carga. Es así
entonces, que una población de herbívoros silvestres intocada, por desarrollarse dentro de un parque
nacional, ecológicamente hablando, puede existir en un equilibrio con su ambiente, pero la composición
de la vegetación o su condición pueden no satisfacer las exigencias del especialista en pastizales, respecto
a una "condición buena" o "tendencia positiva", calificándose tal población animal, del punto de vista
de manejo, como fuera de la capacidad de carga.

La dinámica natural, inherente a un pastizal con su población de ungulados, lleva este sistema, sin la inter-
vención humana, a un típico equilibrio, que CAUGH LEY (1979) llama la "capacidad ecológica de carga".
Todos los demás puntos de equilibrio alcanzables por este sistema "pastizal-ungulado", inclusive aquel
obtenido mediante un manejo dirigido hacia un rendimiento sostenido y maximizado (maximum sustain-
able yield) y que se llama la "capacidad económica de carga", son caracterizados por una biomasa animal
más pequeña y una biomasa vegetal más grande.

174
Cualquier manejo dirigido hacia alteraciones del número de animales en el sistema "planta-herbívoro",
inevitablemente repercute sobre la densidad y composición florística de la vegetación, distinguiéndose
tres componentes principales del proceso general que lleva las plantas y los herbívoros a un equilibrio:

La respuesta de la planta en su crecimiento que va en función de la densidad vegetal.


La respuesta funcional de los herbívoros en su consumo individual que va también en función de la
densidad vegetal.
c) La respuesta numérica de los herbívoros respecto a su tasa de incremento que, otra vez, va en función
de la densidad vegetal.

De ello se desprende claramente la importancia de la vegetación para el estado de equilibrio, hecho que
fue repetidamente subrayado durante la exposición del análisis de condición y tendencia de un pastizal
y que indica los parámetros mensurables que preocuparán en la determinación de la capacidad económica
de carga. El cuadro anexo demuestra gráficamente la relación entre la capacidad ecológica de carga y su
paralela económica. La curva sólida, llamada isoclina de cero, representa todos los puntos de equilibrio
posibles en un sistema "pastizal-ungulado" bajo manejo, mientras que la curva interrumpida, llamada
curva de saca, representa el rendimiento sostenido a sacarse de la población animal para reforzar cualquiera
de estos equilibrios. Entonces, el punto marcado con "cc" dibuja la posición de la capacidad ecológica
de carga donde no hay ningún tipo de saca, mientras el punto marcado con "CC" indica la posición de
la capacidad económica de carga, lograda mediante una saca correspondiente al rendimiento sostenido
maximizado. Con más detalle se tratará este particular en el acápite sobre la "Teoría de la Saca". Aquí
es suficiente señalar que de ello se desprende que cada ecosistema del tipo pastizal andino tiene su límite
en su capacidad de resistir al impacto de los herbívoros, una capacidad dominada por las condiciones
imperantes del clima, del suelo y del tipo de vegetación.

Queda a cargo de quien maneje el pastizal, detectar esta capacidad, que naturalmente es distinta para
las diferentes especies de herbívoros presentes. A la vez debe observar e interpretar correctamente los
cambios que sufre la vegetación en el transcurso del manejo y tratar de alcanzar y mantener un punto
de equilibrio entre la vegetación de la puna y las poblaciones de animales de manera tal, que se obtenga
un rendimiento económico notable del sistema sin ponerlo ecológicamente en peligro. Por cuanto las
variaciones son características para el clima andino y que ellas influyen mucho sobre la producción ve-
getal, por ende también sobre la capacidad de carga, la elaboración del climatodiagrama es de imperiosa
necesidad.

Finalmente, parece interesante mencionar que no solamente las sabanas africanas u otros pastizales espec-
taculares pierden sus características con una saca completa de todos los mamíferos herbívoros, sino tam-
bién la tundra (ártica, alpina y, posiblemente andina) se convertirá en un ecosistema completamente dis-
tinto, perdiendo su productividad, pues los ciclos necesarios de materia y energía serán interrumpidos.

1.2 Conceptos Alternativos o Complementarios de la Capacidad de Carga

Los recursos vegetales y la cantidad de los herbívoros deben mantenerse siempre en un estado de equili-
brio. Si se producen desequilibrios, lo que sucede mayormente por influencias del clima o del hombre,
ellos tienen que ser en favor de la vegetación, tal como lo estipula la capacidad económica de carga (supre-
macia de la biomasa vegetal). De acuerdo con la región en consideración, se calcula que normalmente
50 a 80 por ciento de la producción anual de forraje pueden ser utilizados, sin producir efectos negativos
en el suelo, la composición florística o densidad vegetal, llamándose esta parte la "capacidad de pastoreo".
Para la puna seca debe mantenerse la capacidad de pastoreo, que en sí forma parte de la capacidad de carga,
pero no es su equivalente, alrededor del cincuenta por ciento y nunca sobrepasar los sesenta por ciento de
la producción forrajera anual.

175
Fig. 42 y 43: En la delicada capa vegetal de la puna, los duros cascos de los equinos tienen efecto de pisón. Un daño
adicional

causa el arranque de las plantas forrajeras de raíz, especialmente durante la época de sequía. Los sol ípedos no
son apropiados para la utilización de los pastos altoandinos.

176
Mientras el concepto de la capacidad siempre indica una posibilidad, para tomar decisiones en el manejo de
animales silvestres es muy importante saber lo que realmente sucede en el campo. Esto quiere decir que
se debe conocer qué parte del forraje al alcance de los herbívoros fue verdaderamente utilizado y qué
parte se quedó en el campo a disposición de los descomponedores. Este índice, llamado el factor de uso
se refiere al porcentaje de la producción anual de cada especie forrajera disponible para el uso, que real-
mente fue consumido durante el mismo año de producción. Su base de estimación es el peso de la produc-
ción primaria área neta y toma en consideración que la distribución del peso no es uniforme a lo largo
del tallo de una planta. Por otro lado, la capacidad de pastoreo normalmente se expresa como unidades
animal por hectárea y por mes o año. La unidad animal en ganadería es, por lo general, la biomasa equi-
valente a un bovino adulto, o sea de 500 kilógramos de peso vivo. Para los fines de manejo de fauna, se
indica con el peso vivo promedio de un individuo de la especie clave bajo manejo, o sea, en el presente
caso, el de una vicuña adulta de 40 kilógramos. El peso promedio de un individuo mediano de la pobla-
ción es de 32,2 kilógramos y el peso metabólico es 15 kilógramos. En ambos casos, la unidad de extensión
del pastizal, como base del cálculo, es una hectárea. La fórmula para calcular la capacidad de pastoreo,
que en el fondo es un concepto de ganadería, tal como lo es también el de la "capacidad receptiva", es
como sigue:
p X u
CP —

"P" significa el peso seco de la producción primaria aérea neta, "U" el factor de uso y "R" el requerimiento
alimenticio por unidad animal. Principalmente, para fines de información y negociación con los campe-
sinos, puede ser necesario, para poder comparar la vicuña con especies domésticas, determinar la "CP",
expresándolo convenientemente en unidades ovinos por hectárea por año, por ser esa la base de compren-
sión para el ganadero andino. La unidad "ovino" es equivalente a la unidad "vicuña", por tener ambas
especies el mismo impacto sobre la vegetación de la puna, no obstante su diferente peso vivo promedio.

El grado de utilización, o sea el factor de uso como tal, se puede estimar disponiendo el especialista de
suficiente conocimiento y experiencia sobre el área bajo manejo. En caso contrario se determina midiendo,
después de la época de pastoreo o al final del año vegetal (en la puna seca del sur del Perú a fines del mes
de noviembre), la altura restante de las principales especies forrajeras escogidas como plantas indicadoras.
Esta medida se relaciona con la altura total que las especies en cuestión hayan alcanzado en el correspon-
diente año, o con la altura promedia que las caracteriza en estadio natural para la región. Disponiendo
de parcelas de referencia, testigo o de prueba, respectivamente, se determina el factor de uso sustrayendo
el peso de la vegetación restante, cortada en sitios de un metro cuadrado de extensión y ubicados al azar
sobre el área bajo estudio, con el peso de un metro cuadrado aleatorio de la vegetación completa, ubica-
da dentro de la parcela. El hecho que el número de los herbívoros que ha producido el grado de uso así
determinado coincida con aquel determinado como capacidad de carga, indica que el uso del pastizal ha
sido racional.

Al fín y al cabo, hay que tomar en cuenta, que el uso de un pastizal no es uniforme sobre toda el área,
siendo más intenso en el fondo de un valle, alrededor de lagunas, a lo largo de un río o en sitios preferidos
como mojadales, mientras disminuye con la distancia desde tales sitios hasta llegar casi a cero en lugares
de difícil acceso. Siendo la tarea principal del funcionario público, en el sector agropecuario y forestal,
la protección del recurso FORRAJE, la propuesta del técnico referente al uso recomendable debe refle-
jar un compromiso racional entre el sobrepastoreo de sitios críticos y pastoreo insuficientemente aprove-
chado en los sitios marginales. Tal compromiso resulta practicable mediante un pastoreo mixto.

Resumiendo, se puede indicar que los objetivos del uso racional son bastante claros:

PRESERVACION DE LOS RECURSOS forrajeros.


PROTECCION DEL SUELO.
PRODUCCION ANIMAL, en concordancia con los primeros objetivos mencionados.

177
Fig. 44: Los rebordes muy duros de las pezuñas de los ovinos tienen efecto - cortante en las raíces de las plantas forrajeras.
Esta particuliaridad origina la desaparición de las más débiles plantas anuales.

2.0 Principios de Productividad

Si se habla de la productividad de un pastizal, se refiere a los ciclos metabólicos y ecológicos de energía


y materia dentro de esta biocenosis, mientras que cuando se habla de la producción se piensa en la bio-
masa, sea vegetal o animal según el enfoque, verdaderamente producida bajo las condiciones específicas
del clima, en un determinado tiempo (mayormente se toma el año como unidad de tiempo) y sobre un
área limitada (por lo general una hectárea).

El estudio de la productividad en un ecosistema caracterizado por el pastoreo o herbajeo, tiene que comen-
zar con el estudio de la producción primaria. Para ella, la disponibilidad de agua y nutrientes es el factor
limitante, mientras que la planta dispone en abundancia de energía solar. Los pastizales, como muchos
otros ecosistemas terrestres, se caracterizan por una biomasa vegetal grande en relación al flujo de bio-
energía y por una cantidad enorme de materia orgánica que pasa directamente al nivel de los descompo-
nedores. Sin embargo, existe una regularidad en relación entre la biomasa vegetal presente y su producción
primaria, por lo cual a menudo se usa la biomasa, entre otros, como referencia de la producción. Para el
nivel tráfico que sigue, hay diferentes parámetros disponibles para medir la producción secundaria, como
son la biomasa animal, tasa de reproducción, tasa de incremento de peso, el número de individuos, la
cantidad de carne producida, etc.

178
Desde el punto de vista económico, el producto comercializable es la unidad más importante de medida
en la utilización de los pastizales. Puede ser expresado, en función de unidad de área (hectárea), en térmi-
nos ya sea de número de animales o sea en kilógramos de carne, lana, leche, cuero, etc., y es el resultante
de la producción de unidades de forraje por hectárea, así como de la producción animal realizada a base
de éste. Aquí se refleja la selección de las especies más apropiadas a usarse, tal como el manejo adecuado
de los pastizales en la forma más interesante para el campesino.

Por lo expuesto, un creciente y gran énfasis se debe otorgar a la evaluación de un pastizal referente a su
potencial productivo mediante la fauna silvestre, para lograr una mejor conversión de la producción pri-
maria en productos animales comerciables.

2.1 Estimación de la Producción Primaria

El método generalmente usado para estimar la producción primaria consiste en el establecimiento de


pequeñas parcelas móviles en el campo, (de un metro cuadrado de extensión), dentro de los cuales se
corta la vegetación y determina su peso seco. Según el enfoque del estudio, se corta y mueve estas parce-
las con ciertos intervalos (semana, mes o año, según la velocidad del crecimiento vegetal). También para
la determinación del peso existen varios métodos de evaluación como los siguientes:

— FACTOR VERDOR; cuando interesa el factor verdor del pastizal, se pesa la cosecha de las parcelas
en estado fresco y después en estado seco.

— ESPECIES INDICADORAS; cuando el enfoque se dirige a especies indicadoras o estudios de costum-


bres forrajeras, entre otros, será necesario separar la masa vegetal recogida según sus especies florís-
ticas o dentro de clases de vegetación (gramíneas, hierbas, arbustos, etc.) o según las partes de las
plantas (hoja, flor, tallo, etc.) y se las pesa separadamente.

Normalmente, para fines de manejo de fauna, se mide solamente la producción primaria aérea neta, mien-
tras la estimación completa de una producción primaria implicaría también la medición de la pérdida
por respiración y reproducción y toda la producción vegetal subterránea.

La estimación de la producción primaria aérea neta por intermedio de una medición de la biomasa (en
gramos de materia seca) o del biocontenido (en calorías) de una comunidad vegetal tanto en el comienzo
como al final del período de estudio, calculando la diferencia entre las dos mediciones (harvest difference
method for net primary production), se está aplicando en gran escala para fines de manejo del habitat
y se le considera suficientemente exacto para los fines del Proyecto para el Manejo de la Vicuña Silvestre.

En la práctica del campo, se corta toda la vegetación de un metro cuadrado, que será tratado estadística-
mente como una unidad de muestreo, adentro y afuera de la parcela testigo o de prueba, usando un cu-
chillo o una de las tijeras normalmente previstas para esquilar ovejas. El corte se efectúa a una altura de
un centímetro sobre flor de tierra, recogiendo todo lo cortado en una bolsa de papel cuidadosamente
rotulada. Después de pesar la muestra en estado fresco, se expone la bolsa al sol o se la coloca dentro
de una estufa de laboratorio para secar las plantas, terminando la operación con la determinación del
peso seco.

La duración del estudio está determinado por el período de crecimiento. Sobre todo en lugares de condi-
ciones extremas, como las que presenta el habitat actual de la vicuña, el crecimiento de las plantas es es-
tacional y depende principalmente de las lluvias. Además, el ritmo de crecimiento varía considerablemen-
te según el grado de madurez sucesional de la comunidad en consideración. Por ello, la frecuencia de las
mediciones de la producción primaria no debe ser mayor que lo que permite la duración del período de
crecimiento o sea una vez por año (a fines de mayo).

179
En cuanto al tamaño y la forma de las parcelas de prueba, hay que observar las mismas precauciones ex-
puestas en el capítulo anterior. Parece aconsejable estimar estos factores en una fase preliminar del Pro-
yecto mediante algunos ensayos, antes de comenzar con el estudio definitivo. Si existen en la región ba-
jo manejo varias comunidades de pastizales es indispensable instalar en cada una de éstas una o dos parce-
las de prueba. Dentro de las formaciones o comunidades vegetales, la instalación de parcelas pertenecien-
tes a grupos fitosociológicos, como a asociaciones, será una medida óptima, pero no indispensable. El
número de muestras de cada una de estas parcelas depende de la precisión deseada, pero por lo general
ocho (8) a diez (10) muestras son suficientes.

Los estudios de campo, referentes a pastos naturales, se encuentran muchas veces con la dificultad de medir
la producción completa y con el problema más grave aún, de 'distinguir con seguridad entre la producción
y su disponibilidad para el animal. En segundo lugar, a veces es sumamente difícil diferenciar entre la
cantidad de forraje disponible y la que el animal verdaderamente consume. Esta última cantidad es la
que tiene importancia para el programa de manejo y las demás tasaciones solamente sirven como datos
indicadores para ésta.

El método comúnmente aplicado para tener una idea sobre el consumo real del pasto, consiste en cosechar
una parte definida de éste al alcance del animal y en recoger después del pastoreo, en el mismo sitio, lo
que deja el herbívoro. En ambas muestras se mide el peso de materia seca y se determina su valor alimenti-
cio. Pero hay que tomar en cuenta, que la diferencia entre las dos mediciones antes mencionadas no re-
presenta exactamente lo que el animal aprovecha, debido a que siempre la altura del corte artificial es
distinta de la del mordisco del animal. El corte artificial debe realizarse a una altura predefinida y orienta-
da tanto al tamaño de las plantas, como en su relación entre la altura del tallo y el peso, mientras el mor-
disco animal está determinado por factores anatómicos.

Para evitar variaciones en los resultados que se originan por causas técnicas, se debe trabajar siempre con
el mismo personal y equipo. Si la determinación está prevista para animales silvestres se aplica siempre el
mismo método, empleando cercos fijos como parcelas de prueba, las cuales deben ser suficiente grandes
para minimizar las interpretaciones deficientes. Si bien es verdad que la exclusión de los herbívoros gran-
des produce con el transcurso del tiempo ciertas variaciones en la composición florística del pasto cer-
cado, este efecto se mantiene en límites soportables cuando los cercos son trasladados con ciertos inter-
valos a otros lugares, en el mismo pastizal. Es aconsejable llevar un control sobre esta transformación
florística, a fin de trasladar la instalación a tiempo.

2.2 - Criterio de Biomasa

La biomasa se llama a todas las sustancias orgánicas presentes en forma de organismos y aquellas depo-
sitadas por ellos. Convenientemente se distingue entre biomasa vegetal (responsable de la producción
primaria) y la biomasa animal (responsable de la producción secundaria) diferenciando ambas de la bio-
masa microorgánica (responsable de la descomposición y el reciclaje de la materia). Es así que la densidad
de la biomasa representa un componente importante de la pirámide trófica de un pastizal y debe ser uno
de los factores principales a determinarse. La biomasa de los herbívoros es producida mediante la con-
versión de la biomasa vegetal en tejido animal. En tal sentido, a menudo se utiliza el criterio de la bioma-
sa para comparar dos ecosistemas, o también dos sistemas diferentes del tipo "planta-herbívoro" dentro
del mismo pastizal en lo que se refiere a su producción.

También la importancia relativa de las diferentes especies en una biocenosis, se puede evaluar en base a
sus respectivas biomasas, aunque se aprecia mejor midiendo la contribución de las diferentes especies
al flujo total de energía dentro del sistema. Finalmente, en una primera aproximación, la biomasa de cual-
quier especie, por ejemplo de la vicuña, sirve como índice de su impacto sobre una determinada área,
siendo este último casi exponencial, es decir, más grande cuanto más grande es la densidad de la biomasa
vicuña.

180
Fig. 45: La vicuña pisa el suelo con las callosidades de las falanges dos y tres, una particuliaridad anatómica, que permite
conservar los pastos naturales.

Fig. 46: La parte dorsal de la falange tres está protegida por una uña fuerte. Su punta entra al suelo únicamente durante
las carreras.

181
Por lo expuesto, el cálculo de la biomasa puede tener su valor y utilidad, puesto que se realiza con sufi-
ciente minuciosidad. La simple multiplicación del número de cabezas presentes con un llamado "peso
promedio" no bastaría; más bien, hay que considerar la estructura poblacional y la distribución en el
campo de los diferentes grupos (clases) sociales de la vicuña. Es mejor aún utilizar el peso corporal me-
tabólico, en vez del peso vivo promedio, de las crías, juveniles, machos y hembras, que corresponde, en
una primera aproximación, al peso vivo, alterado por el factor exponencial 0,75; o sea P.M. = P.V."
Naturalmente, este factor no es, por razones bioquímicas, el mismo para todas las especies ni para las
diferentes edades o sexos de una especie dada; sin embargo, para los herbívoros grandes se utiliza el factor
indicado con bastante frecuencia obteniendo resultados aceptables.

En términos de producción y capacidad de carga, los cálculos referentes a la biomasa vegetal y animal
deben ser elaboradas en base a investigaciones a largo plazo, a fin de incluir también las fluctuaciones
naturales del clima y las alteraciones concomitantes en las biomasas vegetales y animales. De igual manera,
para constituir una verdadera herramienta de trabajo, y no solamente un adorno semántico en los in-
formes técnicos, la determinación de la biomasa debe ser cuidadosamente relacionada con la estructu-
ra poblacional de la vicuña y con la condición de la puna donde pace.

Normalmente, la estimación de la producción forrajera mediante la determinación de la biomasa animal


producida con ella, sólo llega a valores de 70 hasta 80% de lo determinado directamente en forma de
biomasa vegetal, usando el método de cortes anteriormente descrito. Para ello, se toma en cuenta que
bajo condiciones de pastoreo razonable y hasta moderado, solamente 5 a 10 por ciento de la producción
primaria de un sitio son consumidos por los herbívoros grandes. Realmente es así, que un máximum en
producción animal por hectárea es alcanzable sólo con intensidades muy altas de utilización forrajera
donde la condición y el desarrollo del individuo ya resultan suboptimales.

Por otro lado, hay que insistir que pastizales de la puna no se prestan para sistemas intensivos de pas-
toreo, sobre todo por razones ecológicas como lo demuestran las observaciones de campo efectuadas mi-
nuciosamente en otras tundras o pastizales semi-áridos, y esto lo confirman modelos matemáticos. La
presión ejercida por los herbívoros y sus repercusiones son más graves cuanto más improductivo es el
ecosistema por sí mismo.

2.3 Bases Fisiológicas de la Capacidad de Carga

La vida animal se sostiene mediante una serie de procesos bioquímicos y fisiológicos, los cuales, a su vez,
requieren de sustancias alimenticias para ser mantenidos. Sin embargo, la gran mayoría de los alimentos
están compuestos de sustancias complicadas con moléculas demasiado grandes para ser utilizadas direc-
tamente. Por ello se requieren de su desdoblamiento enzimático en el tracto digestivo del animal. Sobre
todo los rumiantes, a los cuales pertenece también la vicuña, disponen de características anatómicas y
metabólicas muy peculiares que hacen posible el aprovechamiento hasta de plantas duras, ricas en celu-
losa, lignina o silicatos.

Lamentablemente, se dispone de muy poca información sobre el metabolismo obtenida directamente


en la vicuña, existiendo más bien amplia información tanto sobre los demás camélidos como sobre un
gran número de herbívoros silvestres y domésticos. De tal modo, hay condiciones para formarse una idea
bastante exacta sobre las bases fisiológicas del herbívoro "vicuña", las mismas que influyen de manera
decisiva sobre la capacidad de carga de los pastizales andinos. Esto es posible debido a que toda la informa-
ción disponible indica que los requerimientos de los mamíferos herbívoros respecto a proteína, energía,
vitaminas y elementos minerales son muy parecidos.

182
En forma resumida, se puede describir los procesos de la digestión rumiante en la vicuña como sigue:

Corte de la vegetación, a veces muy al ras del suelo, masticando ligeramente, ensalivando mojadamente
y tragándola.
Predigestión en los diferentes compartimentos del rumen, con intervención de las bacterias y micro-
organismos presentes.
Regurgitar, rumiar, ensalivar y tragar nuevamente,
Digestión en el estómago e intestino delgado, absorción de los nutrientes, eliminación de los restos
vegetales no digeribles.

Los productos de la digestión, biológicamente utilizables, son amioácidos, monosacáridos y ácidos grasos,
que son transformados en bioenergía, biomasa animal y calor disipado.

Aparte de las generalidades existen diferencias marcadas en la capacidad forrajera y digestiva de los dis-
tintos rumiantes, especialmente en el caso de los tilópoda. Sobre todo el tipo de alimento, las relacio-
nes en el tamaño de los diferentes compartimentos del sistema de proventrículos y el tamaño relativo
del rumen son factores determinantes en este contexto. También el tamaño total deja especie repercute
en la demanda del animal referente al contenido en proteínas y carbohidratos digestibles del forraje, sien-
do las exigencias tanto más grandes cuanto más pequeño es el herbívoro. Esto explica también el hecho,
que la vicuña aún más pesada, prospera mucho mejor que el ovino en la puna. Al contenido alto en fibra
cruda y la digestibilidad, a menudo baja, del forraje andino, se agrega en desventaja a la oveja, la circuns-
tancia que los animales pequeños utilizan proporcionalmente más energías para la manutención de su tem-
peratura fisiológica que los grandes.

Amplias evidencias sugieren que, en el fondo, no es la energía que circula por los diferentes niveles trá-
ficos de un pastizal lo que limita la abundancia de sus herbívoros, sino la cantidad de nitrógeno, fácilmente
al alcance del animal en forma de proteína digestible, que actúa espeCialmente sobre las hembras ama-
mantantes o gestantes y sobre las crías, durante su crecimiento. Aquí, en cambio, ayuda el sistema de la
puna a las vicuñas, pues tienen sus crías en la época de crecimiento acelerado de la vegetación, que se
caracteriza por un más alto contenido en proteína digestible que tendrían las plantas con un crecimiento
más lento. Pero, comparándolo con los alimentos de los carnívoros, el forraje de los herbívoros es de
bajo contenido protéico. A veces, especialmente a partir del mes de julio en la puna sureña, la disponibi-
lidad de la proteína merma a tal extremo, o sea más abajo que el límite fisiológico de 4,5% , que los ani-
males no solamente paran su crecimiento, sino que tampoco ingieren suficiente para mantener su peso
corporal, eso aún comiendo todo el día y extendiendo las horas de pacer hasta caiga la noche. Tal com-
portamiento se observó en forma acentuada en las vicuñas de Pampa Galeras bajo las condiciones de se-
quía y sobrepastoreo (años 1979 y 1980). Otro tipo de adaptación a la necesidad de consumir la mayor
cantidad de proteína fácilmente digerible se observa también en el comportamiento de la vicuña cuando
ingiere con preferencia los brotes frescos y las puntas tiernas de las plantas.

Por último, la morfología diferenciada de los rumiantes refleja uno de los principios universales de la es-
trategia alimenticia que existe en el reino animal, o sea el compromiso entre dos factores opuestos, repre-
sentados por la eficiencia en la extraccción de nutrientes y la velocidad del pasaje intestinal del alimen-
to. La retención prolongada de la ingesta, anatómicamente reflejado en un volumen grande del tracto
digestivo, especialmente del numen en el caso de la vicuña, maximiza el aprovechamiento del forraje, pero
reduce simultáneamente la cantidad de alimentos que el animal puede procesar por unidad de tiempo,
y viceversa. Sin embargo, entre los dos extremos, por un lado las especies rumiantes especializadas en
seleccionar su tipo de forraje según el contenido protéico representados por el venado europeo (Capreo-
tus capreolus) o el antílope africano kudú (Strepsiceros strepsiceros) y por otro lado aquellas adaptadas
a pasar cantidades enormes de plantas por su aparato digestivo, representadas por el bisonte americano
(8/son bison) o el topi, otro antílope (Dameliscus corrigum), existe una gran variedad de tipos intermedios,
que tienen mayor posibilidad de adaptarse a los diferentes forrajes disponibles, según la época del año,
que las especies especializadas. Si bien la vicuña no es, zoológicamente hablando, un rumiante sensu estric-

183
to, debido al hecho que los tilópodas forman otro sub-orden entre los artiodáctilos, la vicuña por el tama-
ño relativo de su rumen (12,5% de su peso vivo, entre los extremos 6 y 20% respectivamente) y sus cos-
tumbres variables de pacer, representa un ejemplo del tipo intermedio.
La estructura anatómica e histológica muy peculiar del ruminorectículo de los camélidos sudamericanos,
caracterizado por múltiples sinuosidades revestidas de epitelio glandular, junto con una motricidad acele-
rada de la estructura microscópica de las glándulas rurninoreticulares facilitan la absorción de sustancias
nutritivas, especialmente de ácidos grasos volátiles.-Estos son los productos principales de la-fermenta-
ción microbiana típica para la digestión dentro del rumen y representan la mayor fuente de energía para
el animal. El hecho que el camélido puede reabsorber hasta tres veces más rápido tales substancias vitales
de su tracto digestivo que el ovino, significa que puede permitirse un pase más acelerado de los alimen-
tos por su cuerpo.

Por lo expuesto, la vicuña tiene la facultad, aún en tiempos desfavorables, de aprovechar forrajes de baja
calidad, circunstancia reforzada por su habilidad de reciclar úrea como fuente de nitrógeno en tiempos
de emergencia en vez de excretarla mediante la orina exonerándose así, hasta cierto grado, de la nece-
sidad de comer plantas muy ricas en proteínas.

Existen numerosos e importantes estudios sobre la relación entre las actividades y la estrategia de alimen-
tación de una especie, la cantidad y calidad del alimento disponible y la dinámica poblacional. Para la vicu-
ña de Pampa Galeras se han publicado informaciones que indican su adaptación forrajera (pacer más ho-
ras por día y tomar especies vegetales normalmente rechazadas) ante situaciones de emergencia para mante-
ner su dinámica poblacional, hasta el extremo de una sobrecarga quintuplicada de su habitat respecto a
otros herbívoros, antes que se observe reacción alguna en las características poblacionales. Recién, en
vista a lo expuesto sobre las peculiaridades metabólicas de la vicuña, se presenta el hecho de un sobre-
pastoreo prolongado como aquél de Pampa Galeras a la luz de la credibilidad, antes muchas veces negada.
Además, sin estos conocimientos básicos de la fisiología particular de los camélidos, la mera toma de
peso del rumen como base del cálculo de la capacidad de carga lleva a resultados equivocados.

3.0 Otras Facetas del Problema

El objetivo de la clasificación del habitat es el de identificar unidades en el campo relativamente homo-


géneas en sí, las cuales indican diferentes grados de idoneidad para ser utilizadas mediante herbívoros
de distintas categorias y necesidades. Sin embargo, cualquier categorización de pasturas naturales necesa-
riamente implica indeseables generalizaciones, debido a que incluyen solamente algunas de las múltiples
variables consideradas y que no son determinantes para establecer la idoneidad de un cierto sitio para
una o más especies herbívoras dadas. Por ejemplo, el comportamiento del animal complica enormemente
la relación aparentemente tan clara, en términos fisiológicos y botánicos, entre la producción primaria de
un pastizal y el rendimiento en número de cabezas o biomasa animal. Sin embargo, la conducta animal es
mucho más complicada a estudiar, clasificar y cuantificar que la producción vegetal de forrajes, y dada
la regularidad y reciprocidad entre ambos parámetros, el técnico se limita a medir las pocas facetas del
habitat y concluye de tales datos sobre la capacidad de carga en general del pastizal bajo manejo.

Ecológicamente hablando, y una vez más se insiste en la necesidad de tener siempre presente en el manejo
de la vicuña silvestre sus bases ecológicas, se puede interpretar cada uno de los parámetros que determinan
la idoneidad del habitat como una dimensión del hiperespacio ecológico en el sentido de HUTCHINSON
(1957). En el hiperespacio en referencia, el análisis de los componentes principales permite llegar primero al
componente principal y luego, sucesivamente, otras dimensiones de importancia decreciente. Este análisis
de componentes principales constituye un recurso muy útil en diversos problemas ecológicos y requiere
también el uso de computadoras electrónicas. En la aplicación de esta técnica estadística al estudio de las
comunidades vegetales y animales de un pastizal, usando como dimensiones números o densidades de las
distintas especies, los componentes principales corresponden a características medibles del ecosistema.
La situación ideal sería encontrar un número reducido de componentes principales que, entre todos ellos,
explicarán un tanto por ciento elevado de la variabilidad observada en el campo.
184
Múltiples investigaciones al respecto han determinado como componentes principales del ecosistema "pas-
tizal" los factores siguientes:

FORRAJE, con todas las implicaciones referentes al clima, suelos, etc.


ESPACIO, incluyendo el problema de la territorialidad, por ejemplo en la vicuña,
COMPORTAMIENTO, con todas las correlaciones que tiene intra e interespecíficamente.

Para poder sobrevivir, la especie en consideración debe encontrar en un determinado habitat su existencia
dentro de ciertos límites típicos para ella respecto a cada factor ambiental. Por ejemplo, la vicuña para
prosperar requiere 10 hectáreas de la puna seca, con acceso permanente al agua y algunos congéneres
vecinos más. Sin embargo, obviamente no existen vicuñas en todos los sitios aparentemente aptos para
servir como habitat. Es así, que existen también, fuera de algunos otros factores limitantes, algunas prefe-
rencias poco estudiadas referente a la selección del habitat por la vicuña.

A un factor se llama "factor limitante" cuando constituye parte de la capacidad ecológica de carga, o
sea cuando establece límites para el desarrollo de una población de vicuñas. Naturalmente, los factores
identificados como principales, a saber forraje, espacio y comportamiento, no aceptan a los animales en
el mismo nivel de su organización biológica y tampoco suelen actuar sobre ellos en el mismo momento.
A la luz de los conocimientos actuales, y por la íntima reciprocidad existente entre ambos, es más asunto
de semántica decidir si el forraje o el comportamiento, o los dos, juegan el primer papel como factores
limitantes. Por lo tanto de aquí en adelante la discusión se limitará en la capacidad de carga al aspecto
"forraje", dejando todas las opciones libres para estudios concluyentes de la conducta, que domina as-
pectos tan vitales en la vida de la vicuña, como son competencia, coexistencia, costumbres forrajeras,
territorialidad y selección del habitat.

3.1 Concepto del Nicho Forrajero

El concepto del nicho ecológico describe, según ODUM (1971), no solamente el biotopo o habitat de un
organismo, sino también toda la biocenosis y el papel que dicho organismo juega en ella. En este sentido,
tratándose del nicho de la vicuña, habrá que describir como combate las inclemencias de la puna, actuando
a la vez también sobre los otros miembros de la biocenosis, o sea como acciona y reacciona. Según las dife-
rentes dimensiones del hiperespacio del nicho completo se suele hacer distinciones entre el nicho alimenti-
cio o forrajero, el nicho funcional, el nicho social, el nicho temporal, etc. Naturalmente, el nicho verdade-
ramente ocupado por la vicuña adulta, por ejemplo, en el año 1982 en Pampa Galeras es diferente que
aquel realmente ocupado, digamos, por una cría vicuña en el año 1970 en el Parque Nacional de Huasca-
rán, y así según corresponda. Quiere decir que, el nicho de una especie varía según el tiempo y el sitio,
o sea de acuerdo con los cambios en las condiciones ambientales en el más amplio sentido.

No sorprende, entonces, que también el nicho forrajero de la vicuña, como una de las dimensiones del
nicho total, varía según la edad del animal, o sea que un juvenil come otras plantas que el adulto, según
la época del año y de acuerdo a la variación en el contenido y sabor de las plantas. Lógicamente, se nota
alteraciones concomitantes con tales cambios en la ocupación real del nicho forrajero, en el grado de la
competencia con otros herbívoros de la puna, o sea en el traslapo (niche overlap) de sus respectivos ni-
chos forrajeros. Sin embargo, todavía es justificado hablar de la competencia de la vicuña con el ganado
alpacuno o de la coexistencia del guanaco con las cabras, etc., siempre y cuando no se tome estas expre-
siones como hechos consumados.

185
!!n,,
Las observaciones en el campo demuestran que la producción de un pastizal en ambos niveles, producción
primaria y secundaria, se incrementa con un aumento en la variedad de herbívoros presentes. El ejemplo
clásico para ello es el de Serengeti, en Tanzania (Bel!, 1970), donde una gran variedad de herbívoros ocu-
pa diferentes nichos forrajeros en la misma sabana. Eso de ninguna manera significa que todas estas antí-
lopes consumen completamente diferentes especies de plantas, más bien existen algunas especies apeteci-
das por todos, otras son comidas por varios de los herbívoros, mientras que una tercera categoría es recha-
zada casi completamente, existiéndo transiciones estacionales entre estos tres grupos de plantas.

Quiere decir, que para conocer el nicho forrajero de la vicuña se debe saber cuándo come qué parte de
qué planta, porque las preferencias no se dirigen solamente hacia una especie de planta, sino en la mayo-
ría de los casos lo es a una determinada parte — hoja, flor, fruto, tallo, etc. — de una especie dada, que
el animal busca en cierta época del año y otra parte de la misma planta o la misma parte de otra planta
en una estación diferente.

Una manera simplificada pero práctica de manipular este problema tan complejo consiste en la estimación
de la amplitud del nicho forrajero, de la cual se deduce después el grado de traslapo con el nicho otras
especies. La amplitud se expresa como:
1
A— donde.
E pf '

"pf" significa la parte del recurso forraje utilizado por la vicuña, mientras el traslapo se presenta como:

E pf(a) x pf(b)
t(ab) — E pf(a2 x E pf(b 2 ), cuando

"a" y "b" significan dos especies de herbívoros, por ejemplo la vicuña y la oveja y "pf(a)" y "pf(b)"
son las porciones de forraje aprovechadas por cada una de ellas. Este índice del traslapo varía entre cero
y uno, y da una cierta idea de la competencia entre las dos especies tratadas. Según la exactitud deseada
se puede considerar especies, géneros, familias o grupos de plantas como una "porción utilizada" (pf),
expresándolo cada vez en porciento de la dieta total del animal, o sea "pf(a)" puede expresarse como el
porcentaje de Festuca dolíchophylla, como el porcentaje de Festuca spp, o como el porcentaje de gramí-
neas encontradas en la dieta de la vicuña, y así sucesivamente.

Otro índice para el traslapo de alimento que es muy útil, y es más fácil de calcular, consiste en sumar los
porcentajes para cada clase de forraje (sea especie, género, etc.) que las dos especies herbívoros comparten.
Por ejemplo, si la dieta de la vicuña contiene 20% especímenes del género Festuca y la de la alpaca 15Y9
entonces el porcentaje común es 15% , o si la vicuña come hasta 12% Calamagrostís vicunarum y la alpaca
10% , entonces comparte en esta especie 10% , y así seguidamente. Nótese que los ejemplos dados son esti-
maciones más o menos arbitrarias, en base a investigaciones preliminares en Pampa Galeras en 1980 y
que no son transferibles a otros sitios o años.

Una primera aproximación al problema, sobre todo considerando las preferencias de la vicuña, especial-
mente cuando el grado de exactitud requerido sólo va hasta la diferenciación de asociaciones vegetales
como son mojadal, pajonal, pedregal, etc., se obtiene calculando el "índice de preferencia" para cada
tipo de vegetación dividiendo el número de vicuñas encontrado en cada uno de ellos por el número de vicu-
ñas que aleatoriamente estarían presentes, y se verifica la significancia del resultado mediante el x2 — test"
(chí-square test).
Los valores absolutos para la suma de todos los traslapos calculados que todavía serán tolerables, o sea
hasta donde la competencia no es severa, son muy difíciles de fijar. Eso a más aún, porque los animales
tratan de minimizar la competencia, utilizando otra estrategia de pastoreo; por ejemplo, pacer a diferentes
horas del día o consumir especies vegetales hasta allí poco utilizadas, etc. En este sentido, también la
eficiencia en el pacer de las diferentes especies animales es muy distinta, o sea su habilidad de buscar,
encontrar, seleccionar e ingerir la cantidad y calidad de forrajes indispensables para su supervivencia y
procreación, aún bajo condiciones difíciles de escasez, por cuanto el peso de una competencia recae con
diferente gravedad sobre los distintos herbívoros en cuestión.

186
Se han propuesto numerosas definiciones de la COMPETENCIA, pero es difícil encontrar una que sea
completamente satisfactoria. Por lo general, se dice que dos animales compiten cuando utilizan el mismo
recurso, de manera que la disponibilidad del recurso es reducido para los individuos de la misma o de
otras especies. Es decir, cualquier ventaja adicional y persistente que consiga una de las especies en la uti-
lización del recurso, una mayor eficiencia en el herbajeo, una mayor capacidad para ocupar espacio, etc.,
decide durante la evolución del ecosistema la eliminación de la otra especie que se encuentra en inferiori-
dad. Es por ello, que en el campo se observan muy pocos casos de una competencia grave entre los miem-
bros de una biocenosis natural, porque las comunidades estables son, de acuerdo con su propia-definición,
aquellas donde la competencia ha sido minimizada.

Sin embargo, si las condiciones son cambiantes, una especie gana terreno en ciertos períodos, y en otras
ocasiones es la otra especie la que va en aumento. Ese es el caso cuando el hombre interviene la bioce-
nosis con la introducción de nuevas especies, animales o vegetales, o causa, por intermedio de sus activi-
dades, perturbaciones periódicas. Con un manejo adecuado, se puede lograr la coexistencia de dos espe-
cies compitentes, por decir la vicuña y la oveja. Resulta imposible asignar a cada especie un parámetro
único que defina de una manera general su capacidad de competencia, si bien se centra la competencia, la
más de las veces, sobre el alimento. El manejo adecuado, entonces, consiste en un sistema de pastoreo
idóneo, tal como se explica más abajo.

La experiencia práctica enseña que mientras más diversificado es un habitat, más especies puede soportar,
pues cuanto más diversidad ecológica tanto más nichos existen. En cambio, ecosistemas relativamente
monótonos como la puna, con un número reducido de nichos disponibles, son más propensos para el des-
arrollo de competencias. Es así, que con la introducción del ganado exótico que, aparte del bovino, tiende
a ocupar el mismo, o un nicho forrajero muy semejante al de los camélidos, autóctonos de la zona, y por
ende bien arraigados. en sus nichos, pueden desarrollarse condiciones de competencia muy notables, sobre
todo en áreas de sobrepoblación herbívora, tal como lo enseña el ejemplo de Pampa Galeras, de los años
1978 y hasta la fecha. Para evitar un desarrollo desfavorable en tal dirección, hay que investigar sobre tres
problemas básicos:

¿Puede la competencia llegar hasta la merma de las poblaciones?


¿Hasta qué grado existe un traslapo en las dietas o en el uso del espacio de las especies en considera-
ción?

C: ¿Cuál es el origen del traslapo dietético? ¿Una característica del habitat inherente o causado por varia-
ciones estacionales en la disponibilidad del forraje?

A base de las respuestas a estas preguntas se formula su respectivo plan de manejo, incorporando a la vez
los mecanismos naturalmente aprovechados en casos de competencia, o sea separación espacial de las
especies en dos subhabitats, disgregación de las actividades en el ritmo circadiario y cambio en el forraje
preferido. Los dos últimos conceptos deben ser integrados en un sistema sucesional de pastoreo, que puede
permitir una separación de los nichos forrajeros bastante eficiente. Puesto que la competencia sólo es
posible respecto a recursos no-renovables, como espacio del habitat, o recursos renovados a un ritmo
mucho más lento que su demanda, como el forraje andino, las actividades de manejo para minimizar la
competencia dietética, entre la vicuña y el ganado sólo serán necesarias en sitios marginales. Al final de
un "programa vicuña" éstos deberían ser reservados para la vicuña. De igual manera, en tiempos de escasez
estacional" del forraje, con el traslado temporal del ganado a pisos altitudinales más bajos, a pasturas en
descanso, o a sitios reservados especialmente para tal fin (cercos) se dispone de otra posibilidad de manejo.

187
Resumiendo constatamos que la intensidad de la competencia forrajera de dos especies, o sea el grado de
traslapo de sus nichos forrajeros depende de los factores siguientes:

Similitud en las dietas, dirigida por las respectivas preferencias forrajeras.


El tipo y la cantidad de forraje disponible.
El número de herbívoros y de especies presentes, con su estructura poblacional (especialmente edad y
sexo).
La intensidad del pastoreo, expresado en unidades vicuña por año y por hectárea.
El grado de uso común de los diferentes sitios de pastoreo, por ejemplo mojadales, flor de valles, la-
deras, etc.
El tiempo total durante el año que dura el uso (particularmente se refiere aquí al ganado, pues la
vicuña es perennemente presente en la puna).

Para la investigación, determinación y evaluación de estos factores se dispone de diferentes métodos,


todos ellos aplicables y más aún ya aplicados en su mayoría para la vicuña silvestre en Pampa Galeras:

Medición del grado de utilización total del pastizal, usando el método de diferencia entre cortes efec-
tuados antes (o sin) y después (o con) del uso. Tal método fue descrito en el párrafo sobre la pro-
ducción primaria aérea neta.
Observación directa de los animales en el campo. Para tal fin, las "Hojas de Patrulla" contienen una
sección especial que permite la evaluación por sitios. Para un análisis más detallado se requiere de ani-
males mansos que serán acompañados en el campo por un observador familiarizado con ellos. La ven-
taja de este método es que da resultados inmediatos hasta el grado de la especie vegetal y se presta
mejor para un análisis cuantitativo, lo que es algo complicado en el análisis de heces. Sin embargo,
muchos animales desarrollan durante su cautiverio ciertas preferencias y costumbres forrajeras difícil
de corregir, salvo que se les mantenga en cercados dentro del área a estudiarse para que se acostumbren
al tipo de pasto allí presente. Tomando en cuenta las dificultades de criar vicuñas verdaderamente
mansas y considerando el papel que juega el aprendizaje individual en el desarrollo de preferencias,
el método de observar directamente animales amansados en el campo tiene sus restricciones.
El uso de fístulas del esófago, con una bolsa de recolección en el cuello del animal. Tal método es am-
pliamente utilizado en ganado doméstico, poco probado con especímenes amansados en la fauna silves-
tre y no utilizado aún en vicuñas. Después de cierto tiempo de pastoreo (una a dos horas) se recoge las
bolsas y cierra la fístula temporalmente, para permitir la alimentación normal del animal. El análisis
florístico de las muestras es bastante fácil, pues los rumiantes mastican el alimento muy poco durante
el primer pase.

Examen del contenido del rumen, mediante una fístula o animales sacrificados y examen de la com-
posición de las heces. Ambos métodos se basan en que de cada planta consumida quedan partes no
digeribles pero identificables, de la cutícula o epidermis después de su paso por el aparato digestivo.
Las huellas del tejido palizádico adyacente son características de cada especie vegetal, ayudando al
investigador por los estomas, tricomas y el espesor de la pared celular típicos. La técnica consiste
en comparar microscópicamente los tejidos epidermicos de plantas forrajeras identificadas y recolec-
tadas en la zona de estudio con las muestras fecales, de la vicuña y demás herbívoros bajo investigación,
procedentes de la misma zona. Para la ejecución del estudio mismo se recomienda buscarse la cola-
boración de un laboratorio especializado, por ejemplo del Programa de Forrajes de la U.N.A. La Mo-
lina — Lima. Como la disponibilidad de muchas plantas andinas varía con las estaciones del año, sola-
mente a base de muestreos sistemáticos y periódicos se obtendrá datos fidedignos. La ventaja princi-
pal en el uso del análisis fecal es que las muestras están disponibles durante todo el año en todo sitio
y que el animal sigue vivo. La identificación de los fragmentos epidérmicos es poco más difícil en las
heces que en el rumen donde la digestión no es todavía tan avanzada, pero los dos métodos culminan
en los mismos resultados.

188
Las plantas forrajeras identificadas con estos métodos como las en uso general serán aquellas después cla-
sificadas como "especies indicadoras" para las decisiones del manejo. Quiere decir, en un determinado
sitio puede ser necesario cambiar después del inventario florístico la categorización de las plantas basán-
dose en los resultados de los estudios de las preferencias forrajeras de las especies herbívoras claves.

Donde no aparecen indicios de competencia, la capacidad de carga del pastizal será igual a la suma de las
sub-capacidades para cada animal presente, mientras en casos de competencia hay que corregir las cifras
correspondientes de los herbívoros, según el grado de traslapo de sus nichos.

3.2 Estrategia del Herbaje°

Las dos estrategias de alimentación más cornunmente observadas en la naturaleza han sido denominadas
"cacería" o "búsqueda" y "herbajeo" o "perseguimiento", (McArthur, 1972). Normalmente los depre-
dadores y los granívoros adoptan la primera estrategia, mientras que la mayoría de los herbívoros siguen
la segunda, explicándose ella por la diferencia en la abundancia del alimento. En el fondo, la diferencia
consiste en que los cazadores consumen los especímenes de su alimento en forma completa, mientras
los animales que herbajean toman meramente una parte de las plantas. Ello es posible porque normal-
mente los herbívoros se encuentran rodeados por cantidades enormes de alimentos potenciales.

Es así que, por la inversión mínima en bioenergra necesaria para buscar su alimento, el herbívoro también
procede rápidamente a la especialización en el tipo de forraje que prefiere, abriendo así múltiples nichos
que permiten la coexistencia de varios herbívoros sobre el mismo pastizal. Por lo expuesto, no siempre
evoluciona una especialización en las costumbres forrajeras para lograr la minimización de la competencia.
En todo caso, la especialización presupone suficientes ventajas referente a la búsqueda, toma, digestión
y metabolización del alimento, a fin que resulte "rentable" para una especie.

En el fondo, entonces, la estrategia del herbaje° y su especialización mediante el desarrollo de ciertas cos-
tumbres forrajeras es la misma para la mayoría de los ecosistemas, siendo las diferencias graduales y no
conceptuales. Depredación y competencia representan también en la puna las interacciones de las especies
que determinan la estructura de esta biocenosis. La estrategia de alimentación y la oferta del biotopo
determinan en cada momento el nicho forrajero realmente ocupado por la vicuña.

La investigación de la selectividad o especialización en el herbajeo se divide en tres categorías:

Determinación de la intensidad en la selección de las especies vegetales y de sus partes por los diferen-
tes herbívoros.
Tasación de los factores que determinan la selectividad en el herbajeo.
c) Estimación del valor nutritivo de las plantas y sus partes escogidas por los animales.

Sobre la primera categoría ya se hicieron referencias durante la exposición sobre el nicho ecológico, espe-
cialmente el nicho forrajero. Para la segunda categoría se debe, primeramente, distinguir durante las inves-
tigaciones pertinentes los tres niveles donde se manifiesta una preferencia:

Selección del sitio, donde el animal prefiere pacer; la vicuña y la mayoría de los otros herbívoros
en la puna dan preferencia a los mojadales y desestiman los pedregales.
Selección de la categoría taxonómica; las plantas preferidas son aquellas con altos grados de palatabi-
lidad, valor nutritivo, y suculencia, sirviendo a la vez como especies indicadoras cuando, simultánea-
mente, forman una parte apreciable (más del 10% ) en la dieta y son perennes y rústicas. Para la vicu-
ña se anota, entre otros, Muhlembergia ligularís o para el ovino Hypochoeris taraxacoides.
Selección de las partes preferidas de las plantas, que pueden ser rebrotes tiernos, como en el caso de
Festuca rigescens, raíces suculentas que los animales, especialmente ovinos y equinos, saben excavar,
como por ejemplo Gnaphalium lacteum, o frutos sabrosos como aquellos de Opuntía floccosa.
189
Naturalmente, la oportunidad para seleccionar se presenta en forMa muy variada, en concordancia con
los cambios en la vegetación, temporales o permanentes, y con la carga herbívora presente. Quiere decir,
cuando hay mucha demanda sobre escaso pasto, quedan muy pocas plantas sin ser consumidas, aunque sea
parcialmente. Por ejemplo, en los años de emergencia la vicuña consume tola (Lepidophyllum sP p.), ichu
(Stipa ichu) y otras plantas rechazadas en tiempos de buen pastoreo. También la escabrosidad varía de
especie en especie, así que la cabra o el venado son conocidos como muy seleccionadores mientras el
burro o la cebra comen hasta paja y espinas sin mayor problema. Generalmente, los herbívoros escogen
las plantas o partes de ellas que destacan por el alto contenido protéico, o sea de gran valor nutritivo, lo que
en las más de las veces coincide con buena palatabilidad.

Sin embargo, el forraje principal no es en todo caso el forraje preferido, siendo el primero el que forma
la mayor parte de la dieta. En algunos casos el segundo es tomado como primero y en porcentajes más
altos que los que presenta en el campo. Es así, por ejemplo, que en 1980 en Pampa Galeras el forraje
principal de la vicuña eran las gramíneas Stipa brackyphylla y Festuca rigescens, que bajo condiciones
normales son calificados como acrecentantes, o sea plantas poco apetecibles, mientras que en el forraje
preferido seguían las plantas de los mojadales (Werneria pygmaea, Poa aequigiuma, etc.), como indican
MALPART IDA y FLORES (1980).

El concepto del alimento preferido tiene amplia importancia en los estudios ecológicos, por cuanto hay
numerosas propuestas y métodos para determinarlo. Para los fines que preocupan aquí, el cálculo del
"índice de preferencia" es de suficiente exactitud y de bastante utilidad. Se le presenta en la fórmula
siguiente:

IP = 9 , donde:
d

"c" significa el porcentaje de la especie forrajera en cuestión en que se lo encuentra en la dieta, por decir
de la vicuña, y "d" significa el porcentaje de la misma planta en el campo, medido en el mismo sitio de
pastoreo donde se recoge la muestra de las heces de la vicuña. El punto de referencia para "IP" es el 1,0,
o sea la disponibilidad y el consumo de una planta se igualan. Las especies forrajeras con valores de "IP"
más altas de 1,0 se califican como plantas preferidas, mientras aquellas con valores de "IP" menos de 1,0
se denominan plantas rechazadas (parcial o totalmente; en el último caso "IP" igual a cero).

Las razones para el rechazo de una planta pueden ser muchas y variables respecto al tiempo, o sea algunas
plantas no son muy buscadas en tiempos de abundancia forrajera pero sí son tomadas hasta en grandes
cantidades cuando faltan otros alimentos. Naturalmente, hay también plantas de rechazo completo por
ser espinosas (Opuntia floccosa, Senecio espinosus) de mal sabor o venenosas (Astragalus garbancillus,
entre otros). De todas las plantas presentes en una determinada área, son aquellas con los valores muy al-
tos y muy bajos del "IP", respectivamente, las que tienen interés especial para el manejo de la vicuña
silvestre, pues sirven como plantas indicadoras de la condición del terreno y sobrepastoreo.

Para un análisis más sofisticado de las costumbres forrajeras de una especie animal se puede utilizar un
índice relativo de preferencia formulado como:

IPR = c x f
dxg

"c" y "d" mantienen su significación de la fórmula anterior (c = % composición de la dieta; d = % com-


posición en el campo) mientras "f" es la frecuencia de la planta en la dieta del animal — o % de las muestras
que contiene tal planta — y, "g" representa la frecuencia de la planta en el campo — o % de los sitios
muestreados donde se encontró la planta —.Tal índice relativo es más sensible de indicar las diferencias
entre las preferencias de los distintos animales, porque los factores de la frecuencia en la dieta ("f") y
en el campo ("g") toman en cuenta la persistencia que demuestra el animal en su selectividad, por ende
"IP R" es menos propenso a resultados equivocados o deliberados. Los respectivos valores para la composi-

190
ción y frecuencia florística se obtienen durante el análisis vegetal del habitat, mientras los de la composi-
ción y frecuencia en la dieta resultan de un estudio ad hoc. En el presente caso, al igual como en el caso
del análisis del habitat, se pueden sofisticar las investigaciones cada vez más, pero no se debe olvidar que
para los fines prácticos de manejo, no siempre el método más refinado es el más apropiado. Por ello no
se proporcionan aquí más detalles del "IPR", indicando para el lector interesado las obras señaladas en
la bibliografra, especialmente GILES (1969), MARMELSTEIN (1978), STODDARDT, et al, (1975),
WATSON (1970) y CR ISP (1964).

Resumiendo, se constata que la credibilidad de los resultados sobre las costumbres forrajeras depende
del tiempo dedicado a la investigación, tres (3) años mínimo para la vicuña, y del número de las mues-
tras analizadas. En este último caso, para la vicuña, será mejor obtener cien muestras por año y aún más,
e incrementar el número hasta que las nuevas muestras ya no aporten nuevos resultados.

Los estudios completos sobre la estrategia del herbaje° de la vicuña proporcionan información sobre:
plantas forrajeras principales y preferidas; posible daño que la vicuña puede ocasionar a los cultivos; posi-
bilidades de medidas de manejo y mejoramiento del pastizal (si o no la vicuña comerá las plantas a iri-
troducirse); variabilidad estacional en la disponibilidad del forraje andino y como reacciona la vicuña
ante tales variaciones; incidencia de malnutrición y enfermedades relacionadas con el abastecimiento ali-
mentario; e influencia de la alimentación sobre la dinámica poblacional, especialmente fertilidad, repro-
ducción y crecimiento.

Un manejo adecuado de la vicuña requiere del mantenimiento de un balance entre la producción forrajera
y el número de herbívoros (¡no solamente vicuñas!) presentes en una determinada área, lo que sólo es
posible con el conocimiento del alimento principal y preferido para la misma área.

Otro aspecto a considerar en la explotación forrajera altoandina, es la especie de animal que debe pasto-
rear. Generalmente la mayor parte de estos pastizales son utilizados por ovinos y camélidos y en mucho
menor grado por el vacuno. Por sus hábitos de pastoreo, las dos primeras especies prefieren pastos cortos
o de crecimiento bajo, de manera que cuando las especies vegetales de crecimiento alto han desarrollado
más allá del espigado o floración, no son consumidas por estos animales. Lógicamente, estas especies de
gramíneas, generalmente de los géneros Festuca, Stipa y Calamagrostis, al no ser perturbadas por el animal
aumentan su vigor y predominan en el pastizal, con la consiguiente baja de su capacidad receptiva, por el
uso restringido que hacen de ellas el ovino y los camélidos como animales de pastoreo.

Indudablemente, desde el punto de vista de una utilización racional de los recursos forrajeros andinos,
estas especies vegetales que no son eficientemente utilizadas por el ganado doméstico, deben ser usadas
por especies de animales, domésticos o silvestres, con diferentes hábitos de herbajeo. Es así que el pasto-
reo mixto en el sentido de un pastoreo complementario debe tener prioridad ante la quema tradicional
de la puna, que los campesinos acostumbran realizar para facilitar un rebrote uniforme de las especies de-
seables.

3.3 Consideraciones sobre el Valor Nutritivo

Para determinar la eficiencia del alimento en satisfacer los requerimientos del animal, el forraje tiene que
ser evaluado respecto a su cantidad y calidad. Tales determinaciones hay que realizarlas en concordancia
con las variables que las influyen, como son: estación del año, carga herbívora presente, condición del
pastizal, entre otros. De primordial importancia es determinar el valor nutritivo en la época de emergencia,
en el caso de los pastizales andinos en el mes de octubre, usando la vegetación /estante que ha soportado
los meses más fríos, con toda la influencia negativa de temperaturas bajas y de escasez de humedad sobre
el contenido protéico y de fibra cruda, y cuando todavía no se ha producido ningún rebrote.

191
PLANTAS FORRAJERAS DE LA PUNA SECA
según TOVAR (1973)

2.

1.

Festuca dolichophylla Presl.Haenk: Pda gymnantha Pilger:


1.planta (parte basal); 2.panicula;3.espiguilla; ¿Mor. -1.planta ; 2.espiguilla; 3.1emma inferior.

1.

Calamagrostis rigescens (Pres1) Scrin.: Calarnagrostis vicunarum (Wedd) Pilger:


1. planta ; 2. glum as; 3.f lor. 1.planta; 2.glumas; 3. flor.

Fig. 47 y 48: Características anatómicas de algunas plantas forrajeras de la puna seca.

192
El valor alimenticio de las plantas varía mucho de acuerdo con las propiedades del suelo, pues la compo-
sición química de la planta depende de las sustancias y elementos químicos disponibles en el suelo. En
vista de ello, un conocimiento básico de los factores edáficos indica aproximadamente las capacidades y
posibilidades del terreno para programas de vida silvestre.

Aparte de las características químicas, el valor nutritiva de la planta es determinado por las propiedades
físicas de ésta, las mismas queT)i-incipalmente definen su digestibilidad y por ende la palatabilidad que
varía bastante entre las distintas especies.

El valor alimenticio no es un dato absoluto y determinado infaliblemente por un análisis en el laboratorio,


motivo por el cual existe la constante necesidad de observar el respectivo comportamiento del animal
en el campo. Por la reciprocidad entre el producto vegetal y el consumidor animal, que determina la capa-
cidad nutritiva del pasto, hay que tomar en cuenta tanto la parte florística de este cuadro como la parte
animal; sobre la parte florística influyen las especies vegetales, el estado actual de desarrollo individual
de la planta, las condiciones generales del habitat, las estaciones del año y el clima, repercutiendo éstos
en la composición química y física de la planta y la estructura florística de la comunidad. Respecto a la
parte animal se consideran la palatabilidad, digestibilidad, el estado actual del animal en cuanto a su creci-
miento, reproducción, especie taxonómica, sexo y costumbres.

Por lo expuesto, todas las estimaciones de la producción primaria o de la composición química de los
pastos sólo se pueden considerar como indicadores de valor nutritivo. Todavía no es comprendida en su
totalidad la correlación entre la palatabilidad y el valor alimenticio establecido por métodos de gabinete.
De igual manera, es muy difícil de explicar las diferencias en la palatabilidad del mismo pasto para dos
diferentes especies de herbívoros ungulados. Si bien los animales distinguen muy eficientemente entre
plantas con un contenido alto en proteínas digeribles y otras con bajo valor nutritivo, ellas toman siempre
en primer lugar las especies más sabrosas, sin considerar su valor absoluto.

Los factores entonces que mayormente influyen en el valor nutritivo de las plantas son los siguientes:

Condiciones edáficas; como tipo y calidad del suelo, humedad o biomasa en descomponedores.
Especie taxonómica de la planta; por ejemplo, por su habilidad de fijar nitrógeno atmosférico en sus
tejidos, las leguminosas tienen más valor alimenticio que las gramíneas que crecen en el mismo sitio.
También la capacidad de extraer elementos vitales del suelo varía de especie en especie.
Estado fenológico; el contenido protéico y la digestibilidad disminuyen de los primeros estados a
los últimos, presentando sus valores más bajos en la etapa de diseminación de las semillas, mientras
los valores en fibra cruda, celulosa, hemicelulosa y lignina presentan un patrón inverso, aumentando
a medida que las plantas van creciendo desde el rebrote hasta completar su ciclo vegetativo.
Condiciones del clima; principalmente por intermedio de las precipitaciones (que influyen, vía hume-
dad del suelo, sobre la velocidad del crecimiento) y de las temperaturas.
Variaciones individuales de las plantas de una sola especie, debido al desarrollo de genotipos locales.
Composición de la comunidad vegetal a la cual pertenece la planta estudiada, puesto que existen in-
fluencias adversas o positivas según la especie, entre los individuos de diferentes especies vegetales. De-
bido a que la condición del pastizal es a su vez influenciada por los tipos de herbívoros presentes,
eHo determina también la composición florística.

KLEIN (1970) manifiesta que, la época relativamente corta y de bajas temperaturas, disponible para un
crecimiento vegetal en regiones árticas y altitudinales, fomenta la evolución de especies de desarrollo
rápido y que un crecimiento violento es asociado con un alto valor nutritivo. De acuerdo con la Ley Bio-
climática de Hopkins se observa por cada cien metros de diferencia en la altura sobre el nivel del mar
una tardanza de unos dos a tres días en los eventos fenológicos. Es así que en terrenos muy accidentados,
con altas variaciones en altura, exposición e inclinación, se extiende la época favorable de pastoreo, cuando
plantas en sus primeros estados fenológicos están al alcance de los animales, estimándose de este modo la

193
época provechosa para aquellas especies aptas para soportar las dificultades del terreno. Este aspecto es
importante para la ecología de la vicuña, y sobre todo la taruca (Hippocamelus antisiensis).

La composición química de la planta es acorde con su estructura, existiendo una relación estrecha entre
la digestibilidad, palatabilidad y contenido de nutrientes esenciales. Sin embargo, el análisis químico re-
glamentario de las plantas, aún por partes de ellos (los componentes más valiosos para la alimentación
se encuentran normalmente en la hoja), proporciona solamente una información limitada.

De allí se deduce el valor real de experimentos con animales en cautiverio. Se conoce por ejemplo sustan-
cias vegetales que inhiben u otras que fomentan la digestión de la planta, además algunas plantas contie-
nen agentes con efecto de hormonas (fitohormonas) o de veneno, cosa que no se descubre fácilmente
con un análisis químico de rutina.

Por 'último, considerando una serie de animales, por decir rumiantes, con ritmo digestivo comparable,
cuesta más a las especies menores mantener su peso vivo, respecto al consumo de alimentos con alto va-
lor nutritivo y son entonces más exigentes que las especies más grandes. Es por ello, que la llama o el
guanaco, que son más grandes que la alpaca o la vicuña, prosperan en sitios todavía más inhóspitos a base
de forrajes ricos en fibra cruda.

Para un ANAL ISIS QU I M ICO de material vegetal, se procede como sigue:

Recoger las muestras en el campo, observando el principio del muestreo estratificado ya explicado.
Desecar el material investigado, lo que es siempre necesario para obtener una base de referencia: "peso
de materia seca". Para evitar la acción de las enzimas respiratorias después del corte, que altera mu-
cho los resultados posteriores, se aconseja desecar al material, mantenido en bolsas de papel, lo más
rápido posible en una secadora de laboratorio con 60-800 centígrados.
Moler el material seco, lo que garantiza una mezcla íntima de todos los componentes. Recién del
material molido se toman las pruebas definitivas para las demás investigaciones.

Si bien la obtención del valor energético del material vegetal es una meta principal en estudios de pro-
ductividad, siempre es necesario, para poder definir mejor y más ampliamente el valor alimenticio, rea-
lizar también las siguientes estimaciones:

Contenido de ceniza. Aquí interesa sobre todo las cantidades (mil ígramos de elemento por gramo
de materia seca) de sodio (Na), potasio (K), fosfato (-PO4), calcio (Ca), y magnesio (Mg).
Contenido del carbono orgánico y de nitrógeno como indicadores de proteína cruda y de proteína
digerible.
Porcentaje en hidrocarbonatos solubles y contenido de clorofila.
Digestibilidad "in vitro" (método de Tilley & Terry).
e) Contenido de fibra cruda (fibra detergente neutro y fibra detergente ácido).

Los contenidos en proteína cruda y proteína digerible, que son los principales determinantes del valor
alimenticio, están íntimamente vinculados entre sí y llevan una correlación negativa con el contenido en
fibra cruda. Esta a su vez está ligada al contenido de lignina, determinando ella la digestibilidad en ge-
neral.

Hablando desde el punto de vista florístico, considerando todos estos factores limitantes del valor nutri-
tivo y dejando de lado el factor animal, se puede establecer una escala de las familias vegetales indicando
su valor alimenticio:

Cruci—ferae y LegumMosae - - - - Umbelliferae - - - - Compositae - - - - Gramineae - - - -

194
Aparte del "rumen artificial" como otro método de estimar la digestibilidad "in vitro", ésta se puede
también determinar por el contenido de algunos nutrientes en las heces. El peso de ellos varía directa-
mente con su peso en el pasto digerido y la concentración de los nutrientes fecales totales merma con
una digestibilidad mejorada. Sin embargo, existe la necesidad de estimar y calcular para cada tipo de
pasto la relación entre esta nutriente' fecal y la materia vegetal consumida para obtener una indicación
sobre la digestibilidad del alimento (coeficiente de digestibilidad).

Queda sobre entendido que para la presente descripción no serán detallados todos los métodos analíticos
arriba indicados, por cuanto figuran en cualquier manual de laboratorio agrícola.

Siguiendo con la argumentación anterior, se propone aquí como método concomitante a la digestibilidad
in vitro la estimación de la digestibilidad aparente.

DA = a - h x 100
a

"a" significa la cantidad de pasto ingerido y "h" la cantidad de heces depositadas; ambos parámetros
se pueden calcular a base de observaciones en el campo y deben ser realizadas separadamente para cada
tipo de comunidad vegetal de importancia forrajera. Una primera aproximación se hace a nivel de sitios
de pastoreo, donde el método de diferencia (de cortes de vegetación con y sin pastoreo) indica la cantidad
de forraje consumida. De ésta se calcula la parte que toca a la vicuña según el censo general del año del
estudio (% vicuñas del total de herbívoros, expresados en unidades vicuña). Finalmente, por la costum-
bre de la vicuña de depositar sus excrementos en determinados sitios llamados estercoleros se obtiene
la cantidad de heces producida. Naturalmente, utilizando este método de "DA" con animales mansos
o en semicautiverio, el resultado será mucho más significativo, puesto que se logra una determinación
de "a" y "h" de mayor exactitud.

3.4. Problema del Pisoteo

Los agrostólogos dan al problema del pisoteo tanta importancia en el manejo intensivo de praderas, que
VOISIN (1961) hablaba de que la vaca come con cinco hocicos, atribuyendo así al pisoteo de una ex-
tremidad el mismo efecto sobre la comunidad vegetal que el causado por el consumo del animal. Efecti-
vamente, las consecuencias del pisoteo son tan variadas como tipos de suelos, clases de vegetación y ca-
tegorías de animales existen.

Según el TIPO DEL SUELO y su contenido de humedad, el pisoteo puede compactar la superficie terres-
tre (suelo rico en arcilla y poco húmedo) convertirla en un fangal (cuando hay abundancia de humedad
y alto grado de densidad animal), causar el levantamiento de polvaredas de erosión o también revolver to-
dos los estratos superficiales (suelo arenoso con poca humedad), etc. Naturalmente, cada cambio de la es-
tructura del suelo tiene sus repercusiones, favorables o dañinas según las circunstancias para la vida vege-
tal que soporta. El suelo compactado dificulta el establecimiento de nuevas plantas para simultáneamente,
ofrecer más resistencia a la erosión por escurrimiento. Por otro lado, en el terreno suficiente húmedo y
removido, el pisoteo hunde las semillas facultando así su germinación.

También según la CLASE DE VEGETACION varía el efecto del pisoteo. Los rebrotes tiernos serán mata-
dos, pero las plantas con propagación por estolones se pueden beneficiar, mientras que un macollaje, al-
go reducido en vigor por el pastoreo, será cortado en pedazos, aperturándose así entradas para la erosión.
Las plantas que por una erosión avanzada crecen en pedestal pueden ser desarraigadas completamente.
En cambio, una vegetación "elevada" por la acción del frío y por ende con deficiente contacto con el
subsuelo, se favorece enormemente del pisoteo compactante de los animales por ser repuesta a su estrato
original con óptimo contacto con el subsuelo y su humedad. En el manejo intensivo de praderas, se esti-
ma a tal este efecto, que se habla de la "pata dorada" de la oveja, especial animal con un máximo efecto
compactante. Sin embargo, un compactamiento exagerado dificulta la aireación del suelo por reducir el

195
volumen de sus porosidades hasta por debajo de su mínimo vital, lo que a la vez reduce, y hasta inhibe,
el transporte del agua por acción capilar. También las especies de la flora se distinguen en su sensibilidad
al pisoteo, siendo muchas especies del género Lolium muy delicadas, mientras que, por ejemplo, Poa annua
es tan resistente que se le siembra en las canchas de fútbol.

Según la CATEGORIA DE ANIMAL se nota las diferencias en el pisoteo, en dos aspectos principales.
El primero es la costumbre de motricidad del animal durante el pastoreo, o sea si pace como una vicuña
que termina con todo el forraje a su alcance antes de dar un paso adelante o si pastorea como una ove-
ja, que camina uno o dos pasos después de cada bocadillo, por cuanto la distribución del peso corporal
en un animal parado se produce sobre las cuatro patas, mientras que en un animal caminando se pone
sobre una o dos patas, incrementando así considerablemente la presión por centímetro cuadrado y por
ende el efecto compactante. El segundo aspecto es la presión promedio que el animal ejerce sobre el sue-
lo o la planta, la que depende del peso corporal del animal y de la superficie terminal de sus extremidades.
En tal sentido, la vicuña ofrece, a pesar de su mayor peso corporal, menos que la mitad de presión por
centímetro cuadrado que la oveja, debido a que camina sobre callosidades, mientras que la especie domés-
tica se apoya sobre pezuñas cortantes.

Por último, influye también la inclinación del terreno sobre el efecto del pisoteo; en cuanto a más incli-
nación tanto más efecto negativo. A partir de 20 a 25% de inclinación comienza el riesgo palpable de la
erosión y con el establecimiento de los típicos senderos llamados "escalera de vaca", se inicia la trans-
formación indeseada de la pradera.

Resumiendo, se constata que para un terreno con las características de inclinación, suelo, humedad y den-
sidad vegetal, las reinantes en la puna seca, el efecto del pisoteo las más veces se debe clasificar de NEGA-
TIVO, incrementándose estos daños con el aumento, en forma escalonada, de la carga herbívora.

3.5 Tasación de la Capacidad de Carga

Si bien se considera a la vicuña como especie paceadora, no debe olvidarse que también ramonea, sobre
todo bajo condiciones extremas del terreno. Sin embargo, el ramoneo aporta solamente una parte insig-
nificante del alimento total de la especie, tal como sucede también con los otros herbívoros de la puna.
Por ello no es necesario exponer aquí los métodos para calcular la capacidad de carga para ramoneadores.
_

La estimación del aprovechamiento (factor uso) de pastos por los herbívoros grandes, constituye un im-
portante parámetro para el ecosistema en consideración, tanto desde el punto de vista económico como
nutritivo.

Como se expuso en otro capítulo, se mide, en términos generales, el grado de aprovechamiento del pasto
por intermedio del mefodo de diferencia y se obtiene como estimación aproximada del consumo lo si-
guiente:

c Peso de pasto dentro de Peso de pasto afuera de o


la parcela la parcela

C = Peso de pasto antes del pastoreo Peso de pasto después del pastoreo

Hay que tomar en cuenta que por este método a veces se aprecia una cantidad excesiva de consumo debi-
do al mejor crecimiento dentro de las parcelas. Eso sucede sobre todo en caso de parcelas muy reducidas,
que produce un cambio del microclima en su interior. Usando parcelas grandes y un área fuera de la par--
cela suficientemente extensa (por lo menos 15-20 metros cuadrados para cada muestra), se obtienen re-
sultados más o menos razonables. Junto con las determinaciones de la producción primaria y de la diges-
tibilidad del pasto, y con la observación del comportamiento animal durante el pastoreo, ellos brindan
buenas indicaciones sobre la posible densidad animal para el área.

196
El trabajo práctico con animales silvestres, muchas veces por su propia índole, no permite aplicar méto-
dos más sofisticados en el estudio del consumo, como es la aplicación de sustancias inertas para marcar
el pase de la ingesta o fístulas en el esófago o rumen.

Por otro lado, es posible aumentar la información obtenida mediante el "método de diferencia", separan-
do todas las muestras consideradas en el campo de acuerdo con su composición florística y calcular el
contingente que pertenece a cada especie, género o familia vegetal.

En este contexto, hay que observar el hecho que los animales que tienen pastoreo permanante, se acos-
tumbran a seleccionar entre las plantas disponibles aquellas con la mejor palatabilidad y que estas pre-
ferencias cambian con las estaciones del año. De tal manera baja el valor nutritivo del pasto más rápido
que lo esperado por su edad fonológica, llevando a falsas interpretaciones sobre el valor alimenticio del
material cosechado dentro de las parcelas de prueba y por ende sobre la posible capacidad de carga del
terreno.

La cantidad de forraje disponible determina, por intermedio de la selección natural, la tasa de reproduc-
ción en los herbívoros grandes y limita, mediante una mortandad que depende de la densidad animal
(density dependend mortality), el número total de la población. Las necesidades nutritivas cambian di-
recta o indirectamente con el clima, el grado de infestación con parásitos, la ocurrencia de epizootías
y con las exigencias fisiológicas de reproducción y crecimiento. La escasez de forraje antes de producir
la muerte por hambre, hace pasar a los animales afectados largas épocas de malnutrición, lo que provoca
un bajo rendimiento del animal en cuanto a resistencia contra infecciones e infestaciones, contra pre-
datores y competidores, disminuyendo directamente la tasa de reproducción.

Fundamentalmente, el problema de la tasación de la CAPACIDAD ECONOMICA DE CARGA de un


pastizal para herbívoros, desde el punto de vista forrajero, consiste en la estimación de la producción
vegetal y de la demanda animal, relacionando las dos de manera racional para optimizar la producción
secundaria.

La producción primaria aérea neta de las pasturas naturales varía mucho desde valores tan altos como 10,000
kilógramos por hectárea y año en materia seca para la sabana africana, hasta cantidades tan reducidas
como 310 kilógramos por hectárea y año m.s. en Pampa Galeras. Por lo general se estima el límite para
un pastoreo extensivo en 250 kilógramos m.s. por hectárea y año de producción, considerándose los demás
pastizales como desiertos o semidesiertos, no aptos para una producción animal apreciable. Sin embargo,
no todo lo producido sobre el suelo es disponible para el herbívoro, ni debe ser consumido tampoco. -
Las recomendaciones al respecto varían desde 30 a 60% de la producción anual, centrándose en 50% ,
cifra también considerada adecuada para la puna. Quiere decir, la densidad de herbívoros, vicuñas y ganado,
de ninguna manera debe sobrepasar tal magnitud, que asegura que la mitad de la producción primaria
queda sin tocar. De otra manera, los efectos negativos de sobrepastoreo y pisoteo se encuentran a la orden
del día.

Ahora bien, ¿Cómo se logra calcular esta densidad recomendable? Para tal fin, hay que tomar en cuenta
la DEMANDA ANIMAL. Cada herbívoro, para mantener su bienestar debe ingerir diariamente la canti-
dad necesaria en proteína, energía, minerales, y otros elementos esenciales, que suman más de 40 factores.
Por supuesto, un especialista en vida silvestre no puede calcular la cantidad necesaria de cada uno de es-
tos implementos alimenticios, motivo por el cual se toma la cantidad de materia que será ingerida como
una referencia practicable.• Tal cantidad varía tanto con el valor nutritivo de los alimentos como con el
estado fisiológico del animal. Por eso, cualquier cálculo al respecto es solamente aproximado. Lo impor-
tante para un rumiante es conseguir diariamente una cantidad satisfactoria tanto de nutrimentos como
de materia de lastre (fibra cruda). Pero, si ambos están desequilibrados se reduce notablemente el aprove-
chamiento total de los elementos alimenticios ingeridos.

197
Las cantidades necesarias de materia seca, indicadas en las referencia bibliográficas varían entre dos (2)
hasta siete (7) por ciento de peso vivo del animal. Calculando con un promedio de 3,5% , cada vicuña
(promedio de peso vivo, entre adultos y crías 32,2 kilógramos/individuo), debe diariamente pastear una
cantidad equivalente a 1050 gramos de materia seca, con un valor nutritivo mediano-bajo (60% de di-
gestibilidad; 8% de proteína; 200 U.A.).

Para corregir esta cifra aproximada por el factor que representa el valor nutritivo de lo consumido se pro-
--cede a determinar la cantidad de todos los nutrientes digeribles en el forraje (TDN =- total digestible nu-
trients). Habiéndose, en el curso de la determinación del valor nutritivo, verificado el contenido en car-
bohidratos, proteína, fibra cruda, ceniza y sustancias grasosas, se procede a la tasación de los mismos
parámetros en las heces, procedentes de la misma especie animal, del mismo sitio y de la misma época
del año, para después obtener la la cantidad de los TDN como la diferencia entre los dos grupos de informa-
ción. Para considerar debidamente también la merma del valor nutritivo de las plantas andinas en el trans-
curso del año, hay que realizar las determinaciones de los TDN seis veces al año (febrero, marzo, abril,
junio, agosto y noviembre) y calcular el promedio después de haber repetido el estudio por tres o cinco
años consecutivos. Correlacionando la producción primaria aérea neta con la cantidad de TDN disponibles,
se logra determinar el llamado "factor de admisión" que nos sirve después para la tasación final de la
capacidad de carga.

La fórmula principal para calcular el FACTOR DE PACER, o sea cuantas vicuñas pueden herbajear en
un determinado sitio, es como sigue:

(PP x 0,50)
Factor de Pacer —
DA

"PP` significa la producción primaria aérea neta, en materia seca para el año en curso, discriminada por
sitios de pastoreo o por especies forrajeras principales, 0,50 es el factor que asegura que se usan solamente
50% de lo crecido y DA representa la demanda animal, o sea para la vicuña 875 gramos de materia seca,
como mínimo.

Tomando como ejemplo la cifra de Pampa Galeras para el año 1980, se tiene:

PP (total) 314 Kg/m.s./ha.


DA 1000 gr/m.s.
FP 314 x0,5 157
1.000

Esto significa que, bajo tales condiciones, se puede alimentar una vicuña sobre una hectárea 157 días,
o sea que para todo el año la necesidad mínima para cada vicuña serán 2,5 hectáreas de pastizal (para que
mil gramos verdaderamente alimenten una vicuña) sin la competencia con otros herbívoros. Considerando
que la "vicuña promedio" no existe en el campo, que un animal requiere para crecer o reproducirse de más
alimento y que la calidad de las plantas andinas es reducida en la época de rebrotes y va bajando después,
el factor de pacer real se encuentra entre las tres a cinco hectáreas, según la comunidad vegetal dominante.

El paso siguiente consiste en elegir una unidad herbívora de referencia, pues la vicuña tiene otra deman-
da que la oveja, la oveja otra que el burro, el burro otra que el guanaco, etc.
Los técnicos en pastos suelen calcular las "unidades de animal" equivalente a 500 kilógramos (Europa)
o 450 kilógramos (Estados Unidos) o 50 kilógramos (Australia) de acuerdo al animal de interés princi-
pal en la producción, que puede ser el bovino u ovino o caprino, para mencionar los tres más comunes.
Para los fines del Proyecto Vicuña, lógicamente se utilizará la unidad vicufla (=UV), equivalente a 32
kilógramos de biomasa por cabeza, en promedio de toda /a población. Para cálculos más exactos se pue-
de diferenciar entre la vicuña adulta (más de dos años de edad) con un promedio de 38,5 kilógramos,

198
la vicuña juvenil (de uno a dos años) con 29 kilógramos y las crías con 10 kilógramos (6 a 15 kilógramos)
de peso vivo. Por lo expuesto, en los párrafos anteriores sobre la fisiología y las costumbres forrajeras,
evidentemente no se puede convertir las especies del ganado doméstico en unidades de vicuña, basándose
solamente en el peso vivo. Por lo tanto, considerando las observaciones de campo, se proponen los facto-
res de conversión siguientes para la puna:

Vaca adulta = 8 UV
Oveja = 1 UV
Cabra 1 UV
Caballo = 10 UV
Burro ,-. 6 UV
Llama = 1,5 UV
Alpaca 1 UV

Por supuesto, el método de conversión de todos los herbívoros grandes a un solo tipo de animal sirve
exclusivamente para cálculos de capacidad de carga de manera superficial. Para mayor exactitud y detalle
en la tasación de la capacidad de carga, que para fines científicos o para valorizar terrenos muy cotizados,
es necesario determinar la demanda animal separadamente para las diferentes especies allí presentes, in-
vestigar fa producción primaria aérea neta para cada especie forrajera de importancia, tasar el valor nutri-
tivo para cada especie animal y vegetal respectivamente y realizar todas estas operaciones en forma sepa-
rada para cada sitio diferente en la comunidad vegetal dominante. Entre los dos extremos de exactitud,
el técnico encargado encontrará lo adecuado para sus fines.

La secuencia lógica será comenzar, sobre todo en sitios poco investigados, con un programa de estudios
lo más detallado posible con los recursos humanos y financieros disponibles (en la planificación de un
proyecto para el manejo de la vicuña silvestre habrá que presupuestarlo fuertemente), para después ir
simplificando los parámetros y monitoreos hasta llegar a tal punto de perfeccionamiento que se pueda
tasar la capacidad de carga de las diferentes áreas de manejo en base a estimaciones visuales con el méto-
do de las plantas indicadoras, realizándose únicamente las investigaciones sofisticadas de control cada
cinco años.

Por considerarse útil, se mencionan a continuación los pasos principales del método de plantas indicadoras
para la tasación de capacidad de carga de pasturas nativas, subrayando que éstos pueden ser incluidos
de antemano a cualquier programa de investigación para que sean, a base de los demás estudios, paulati-
namente perfeccionados en el sentido antes mencionado.

Identificar las especies forrajeras principales que son usadas para los herbívoros en cuestión,
Investigar el nivel máximo de utilización que tales especies pueden tolerar a largo plazo,
-c) Determinar el porcentaje (promedio anual y por estaciones) que las plantas indicadoras forman en la
dieta de los animales de interés.
Precisar el factor de uso del sitio en estudio para cada una de las especies animales de uso prospectivo.
Concretar el grado de utilización que sufren las demás especies vegetales cuando las plantas indicado-
ras soportan el uso máximo posible,
f) Determinar los factores de conversión a base de estudios de costumbres forrajeras y diferencias de
demanda para los herbívoros bajo manejo.

199
Ahora bien, habiéndose fijado en base de los estudios pertinentes para el año y sitio bajo manejo los fac- r!)
tores que se describen más abajo, se puede calcular el INDICE DE USO, que el sitio está soportando en
el momento del estudio:
Uy
IU—
FU x P

UV = Suma de los herbívoros usando el sitio, expresado en "Unidades Vicuña"


FU = Factor de uso para vicuña, o sea cuántas vicuñas soporta el sitio sin daño
= Producción primaria aérea neta disponible, convertido en TDN mediante el factor de admisión.

El último paso en la tasación de la capacidad de carga (para herbajeo) del área consiste en comparar el
I U del año con aquel del año o años anteriores, tomando en cuenta la tendencia del terreno. Por ejemplo,
si el IU para 1981 fue el mismo que el IU para 1982, y la tendencia del terreno es negativa (la condición
ha empeorado), entonces hay demasiados herbívoros en el área. Pero si la condición ha mejorado se puede
incrementar el número de animales, salvo que el área esté en su punto más productivo (cerca del clímax).
Si la tendencia es la misma (condición sin cambio), la decisión del técnico debe estar de acuerdo con su
meta respecto al pastizal. Si quiere mejorarlo, disminuye el número de animales, si está contento, man-
tiene la carga herbívora y si nota subuso, tratará de incrementar la biomasa animal.

Aquí, hasta este momento, no se han tomado en consideración a los herbívoros pequeños, que también
toman su parte del forraje producido en un pastizal. Entre los grupos más importantes se tiene que mencio-
nar a los roedores y los insectos. El daño que pueden ocasionar a veces produce verdaderas catástrofes,
como lo demuestran los ejemplos de los conejos de Australia (Oryctolagos cuniculus) o de las nubes de
langostas migratorias (Locusta migratoria) en Africa. Aún bajo condiciones normales, el variado impacto
que originan estos herbívoros pequeños, pero a menudo numerosos, es notable por lo siguiente:

Consumo directo de plantas.


— Debilitamiento o malogro de plantas no directamente consumidas.
Disminución de la atracción del forraje para los demás animales (ensuciar, apretar, etc.),
Pérdida de semillas.

Todos estos efectos pueden acudir en forma combinada. Por ejemplo, seis conejos americanos (Lepus
californicus) consumen la cantidad de forraje que puede alimentar a una oveja adulta u ocho a diez viz-
cachas (Lagidium peruanum), causan en sus sitios preferidos, los mojadales, el mismo impacto que una
vicuña.

4.0 Opciones para un Manejo de la Capacidad de Carga

Por su concepto y problemática fundamentales, el manejo de los pastizales naturales es un ejemplo clásico
de ecología aplicada. Su tarea principal consiste en un manipuleo del habitat, de tal manera que se propor-
cione a plantas y animales de esta biocenosis, condiciones favorables de existencia, asegurando así un má-
ximo de productividad. Mientras el agricultor clásico trabaja contra el proceso natural de la sucesión (múl-
tiples especies domésticadas pertenecen a las primeras estaciones de la sucesión, asunto que las hace muy
productivas y adaptables) tratando de maximizar el cociente "producción primaria/biomasa total" en
sus cultivos, el técnico en manejo de pastizales trabaja con los procesos naturales de la sucesión, tratando
de minimizar dicho cociente, lo que conlleva a un máximo de estabilidad ecológica.

Con la llegada del hombre y su ganado, se han producido dos alteraciones principales en los ecosistemas de
los pastizales andinos, a) el régimen de incendios naturales ha sido alterado y b) el uso del forraje ha sido
intensificado. Consecuentemente, se ha cambiado el rumbo original de la sucesión, a menudo hacia estos
estados de degradación que hoy reinan a la orden del día en vastas zonas de la sierra peruana. Si se quiere

200
alterar este rumbo detrimental o, en el supuesto caso que el pastizal previsto para el manejo se encuentre
en un estado saludable, el ecosistema debe estar sujetado a periódicas perturbaciones específicas. Tales
manipuleos pueden ser muchos y el o los tipos escogidos no solamente son dictados por las necesidades
ecológicas sino también por la disponibilidad de recursos financieros. Entre los generalmente aplicados
se encuentran los siguientes:

Selección de las especies HE RBIVORAS más ADAPTADAS a la puna (camélidos sudamericanos).


CONTROL DEL NUMERO de animales presentes en un determinado sitio.
SELECCION del tipo y tiempo DE PASTOREO más apropiado (sistema rotativo; cercos; épocas de
descanso),
CONTROL de plantas invasoras (erradicación de malahierba; ralear tola; quemar ichu).
SIEMBRA de plantas deseables (restablecer especies decrecientes; introducir nuevas plantas forra-
¡eras),
Fomento de la producción mediante FERTILIZANTES.
CONTROL DE LA EROSION y el escurrimiento del agua (instalación de zanjas y diques con lagunas
a rtificia les),
Instalación de sistemas de RIEGO (creación o manutención de mojadales).

Obviamente, estas medidas no son alternativas de manejo sino actividades muchas veces concomitantes,
y todas deben estar dirigidas más hacia la conservación de los recursos naturales que hacia la explotación
económica. Por lo delicado de estos ecosistemas andinos, en los casos de duda el responsable de los as-
pectos ecológicos en el Proyecto debe acudir aún contra la economía, pues esta última pierde su base
con la destrucción de los factores ambientales.

4.1 Sistemas de Pastoreo

El estudio de las comunidades dedicadas preferentemente al pastoreo tiene especial importancia para la
comprensión del ecosistema que preocupa en este texto. Los datos e informaciones que se tiene hasta
ahora sobre esta actividad, permiten demostrar la gran potencialidad del pastoreo andino de convertirse
en una actividad económica que permita contribuir a solucionar las trabas que afectan el desarrollo social
y económico de áreas actualmente deprimidas de la sierra peruana, siempre y cuando esta actividad se
inscriba en un nuevo modelo de desarrollo.

El pastoreo como modelo lógico es, según GOLDSCHM I DT (1966) una relación institucionalizada de com-
portamiento en términos de requerimiento del sistema. Para la región andina se caracteriza por:

El ajuste a medios áridos con pastizales de tipo tundra hasta de tierras marginales.
La imposibilidad de realizar actividades de la agricultura o ganadería intensivas.
La presencia de animales domésticos (camélidos) cuyo uso puede emplear eficientemente los recur-
sos naturales de la región.
La utilización de tipos de ganado doméstico no adaptados ecológicamente (especies exóticas).
e) La necesidad de que las prácticas de la gente se ajusten a las exigencias de la flora y fauna andinas.

201
4.1.1 Sistemas Tradicionales de Pastoreo

Debido a la naturaleza marginal de la agricultura en la puna, los grupos humanos andinos han adoptado,
en muchos casos, una economía de dependencia complementaria con el pastoreo. La presencia de pasto-
res cultivadores en la sierra en los últimos tres mil años, sugiere el éxito de la capacidad de ajuste al bajo,
y con frecuencia irregular, flujo de energía en los ecosistemas de la puna. Los animales domésticos tra-
dicionales (camélidos) pueden ser considerados como trasnsforrnadores de la bioenergía vegetal, amplian-
do así la producción de energía alimenticia a zonas no aptas para la agricultura e incrementando la canti-
dad de energía canalizada a la población humana.

El cuadro tradicional, algo positivo, comenzó a cambiarse con la llegada de los conquistadores españoles
al Perú, trayendo consigo una nueva filosofía respecto a los recursos naturales e importando las especies
de su ganado europeo. Aunque la distribución de los camélidos domésticos no ha sufrido alteraciones sig-
nificativas, su número y la relativa importancia comenzaron a cambiar y siguen cambiando todavía. La
llama declina en importancia a medida que la población dependa menos de ella como animal de carga;
su potencial como fuente de proteína no se reconoce aún en la debida forma. También la crianza de la
alpaca, no obstante la alta calidad de su fibra, nuevamente cotizada en el mercado mundial, ha mermado
notablemente, reemplazándosela por el ovino como productor de fibra y carne.

El resultado de estos cambios en el pastoreo andino se nota en toda la sierra por el estado deplorable
de los pastizales, con el consiguiente empobrecimiento del poblador. La pésima condición de los pasti-
zales comunales se debe principalmente a tres factores:

SOBREPASTOREO, con alto número de animales,


Pastoreo con ESPECIES NO APROPIADAS (ganado europeo).
DEFICIENTE SISTEMA de pastoreo (sin descanso para la vegetación).

En consecuencia, la composición florística está cambiando más y más a estados altamente improductivos,
pues pocas especies resisten tal maltrato combinado. La cobertura vegetal se encuentra tan reducida, que en
muchos sitios no pasa, ni en la época de rebrote, un 25 por ciento, por cuanto la erosión es a menudo
el problema principal.

Por sus hábitos de pastoreo los ovinos prefieren pastos cortos o de crecimiento bajo, de manera que cuan-
do las especies vegetales de crecimiento alto, han desarrollado más allá del espigado o floración, no son
consumidas por estos animales. Lógicamente, estas especies gramíneas, generalmente de los géneros Festu-
ca, Stipa y Calamagrostis, al no ser perturbadas por el animal, aumentan su vigor y predominan en el pas-
tizal, dando la impresión de un "buen pasto", debido al aspecto de sus tallos altos. Cosa similar sucede
con la compuesta Parastrephia lepiclophylla y otros ejemplares de la "tola" que se encuentra frecuente-
mente formando núcleos cerrados que van creciendo debido al reemplazo de estas especies poco palata-
bles por reducción de las especies deseables, observándose de lejos una vegetación verde durante todo el
año, que da la impresión al profano, de una buena condición de la flora.

Finalmente, cabe mencionar que pastizales privados, que no pertenecen a las comunidades campesinas,
especialmente donde se aplica el sistema rotativo de pastoreo con tiempos de descanso para permitir la
floración y formulación de semillas, se encuentran en un estado algo mejor, sobre todo donde los carné-
lidos domésticos han mantenido su predominio.

202
EXCELENTE BUENO REGULAR POBRE MUY POBRE

INVASORES

DECRECIENTES

y2_ ACRECENTANTES

INTENSIDAD DE PASTOREO

RELACION ENTRE INTENSIDAD DE PASTOREO Y


CONDICION DE TERRENO

modificado de STODDART et al. (1975)

Fig. 49: La intensidad de pastoreo determina en gran parte las diferentes proporciones entre las plantas decrecientes, inva-
soras y acrecentantes.

203
4.1.2 Pastoreo Mixto

La estrecha dependencia del agua y la necesidad de contar con constantes cuidados del hombre son carac-
terísticas típicas de los animales domésticos (control de abigeo y predatores; tratamiento contra enfer-
medades; cuidado de crías huérfanas; aplicación de sistemas de cruzamiento; etc.). Esto hace que los pas-
tizales disponibles sólo sean aprovechados parcialmente, con una excesiva preferencia por las zonas pró-
ximas a las fuentes de agua. Por otro lado, los animales domésticos, especialmente los bovinos y equinos,
no son tan selectivos en sus costumbres forrajeras, se adaptan más rápido a otros tipos de alimentos y son
fácilmente transportados de un sitio a otro, según las necesidades del pastor.

Desde el punto de vista económico se diferencian tres categorías de pastizales:

A De primera clase; son aquellos pastizales que están cerca de las fuentes de agua permanente, de buena
productividad (hasta 10 ovinos por hectárea) y de suficiente accesibilidad. Estos deben reservarse para
el uso ganadero.
B De segunda clase; son todos aquellos que no pertenecen ni a la primera ni a la tercera clase. Son sitios
apropiados para un pastoreo mixto de animales domésticos y silvestres (soportan un promedio de un
n
ovino por hectárea).
C De tercera clase; son las áreas inadecuadas para la ganadería, aún extensiva (soportan 0,1 ovino por
hectárea), por su inaccesibilidad, lejanía al agua, pasto duro y fibroso, rala cobertura, excesiva incli-
nación u otras características, desfavorables para una explotación tradicional de pastoreo. Son las
áreas que deben ser aprovechadas exclusivamente mediante el manejo de la fauna silvestre.

Los problemas, tan graves que sean para la economía nacional, de los sitios de pastoreo intensivo (primera
clase) no nos preocupan aquí mientras los de la tercera categoría son tratados en el párrafo referente al
manejo, quedando por el momento la problemática del pastoreo mixto a discutirse.

La combinación de animales con diferentes estrategias de pastoreo ofrece la oportunidad de una utilización
más extensa y más eficiente de los pastizales andinos. También para el pastoreo mixto se aplica el método
de las plantas indicadoras, salvo que éstos ya hayan sido determinadas para los animales utilizados en la
combinación. Teniendo resuelto esto, y los otros problemas descritos anteriormente que se refieren a la
tasación de la capacidad de carga, se puede aplicar el método de SMITH (1965), o su modificación de
NELSON (1978) para calcular la carga herbívora combinada, al máximo admisible para un determinado pas-
tizal. Por el momento y considerando la problemática de una cooperación con el campesinado, respecto al
control del número y tipo de ganado, es suficientemente exacto tratar a todos los herbívoros presentes co-
mo si fueran de una sola especie, con las observaciones ya explicadas para la conversión correspondiente
de "unidades vicuña".

Naturalmente el pastoreo mixto implicaría también cierta competencia entre las diferentes especies. Sin
•embargo, la mayoría de veces la presión ejercida por el ganado sobre la fauna es siempre mayor y no al
contrario, pues el ganado cuenta con la intervención, directa e indirecta, del hombre en su favor. También
en el caso de la transferencia mutua de enfermedades o para la predación (perros vagos matan más vicuñas
crías que zorros) el ganado va en ventaja. De otro lado, la ventaja que presenta la fauna es su independencia
del hombre y su mejor adaptación al medio ambiente.

Finalmente, en base de las consideraciones anteriores, parece lógico que la posibilidad de alterar el tipo de
combinación (vicuña y alpaca, o vicuña y ovino, etc.) y el número de cada especie participante en el pas-
toreo mixto (30% vicuña o 50% vicuña por ejemplo) puede ser un valioso instrumento de manejo, pues per-
mite dirigir el rumbo sucesional del pastizal en diferentes direcciones.

204
Fig. 50: En áreas bajo manejo se logra el pastoreo mixto de la vicuña silvestre con las diferentes especies de ganado autóc-
tono e introducido, sin mayores disturbios.

O Alpaca


• Vicuña

Llamá O Ovinos 205
4.1.3 Alimentación Adicional

Donde el habitat ha llegado a una situación que no permite mantener la población de herbívoros presente
y por razones diversas no se desea disminuir el número de animales, existen dos alternativas: a) mejora-
miento general (ver párrafo 4.2 y siguientes) y b) alimentación adicional para los animales. Tal medida
de manejo, muy generalizada con el ganado doméstico durante el invierno en regiones de clima templado,
también se acostumbra en muchos países de Europa para las especies de la fauna cinegética más cotizadas
(ciervo rojo; venado; faisán; liebre o jabalí). En vista de ésto también puede tener algun interés para el
manejo de la vicuña, por ejemplo para mantener un grupo con fines de turismo, en sitios de belleza escé-
nica pero de pasto pobre, se hacen aquí algunas advertencias sobre este tema tan discutido entre los bió-
logos especializados en manejo de fauna.

En primer lugar, hay que recordar que para el manejo de la fauna silvestre en el Perú, especialmente de
la vicuña, la primera opción de manejo debe ser el control riguroso de su número, manteniéndolovde acuer-
do con la capacidad de área. Sin embargo, pensando en un proyecto ya en marcha, que rinde económica-
mente algún beneficio neto, el mejoramiento del habitat y la alimentación adicional pueden tener impor-
tancia, sobre todo en los sitios de pastoreo mixto, aliviando la carga herbívora en favor del ganado domés-
tico, que a la vez se podrá beneficiar directamente. Además, la alimentación adicional puede disminuir
o evitar daños que la vicuña, en búsqueda de su alimento, ocasiona a veces en los cultivos de los campe-
sinos (papa; haba; alfalfa).

En segundo lugar, hay que destacar que una alimentación adicional de ninguna manera debe reemplazar
medidas de mejoramiento y más bien debe reforzarlas.

La tercera advertencia se refiere al hecho que la alimentación adicional debe ofrecerse observando el ritmo
biológico de la especie, proporcionándola en tiempos donde normalmente, o sea bajo condiciones natu-
rales, el animal tiene suficiente alimento para formar un depósito de energías en forma de grasa subcutánea
que le ayuda a pasar los tiempos de escasez ecológica de alimento en buenas condiciones físicas. Quiere
decir que la alimentación adicional debe proporcionarse antes del invierno, o la época de sequía, porque
el metabolismo, por su ritmo anual, se reduce en esta estación de emergencia y el aprovechamiento del
alimento es deficiente durante el invierno. Más bien hay que ayudar a los animales antes y después de la
época de escasez.

La cuarta y última anotación, se refiere a la recomendación que cualquier alimentación adicional debe ser
lo más natural posible, es decir nunca en forma de alimento concentrado de fábrica sino a través de culti-
vos establecidos para tal fín con buenas plantas forrajeras y en parcelas cercadas, las mismas que se abren
cuando se desea administrar la alimentación adicional.

La distribución de bloques de sal en el campo, tanto para la fauna silvestre como para el ganado bajo
pastoreo extensivo, es una medida ampliamente en uso para aumentar el consumo forrajero y mejorar
la condición del animal. Para tal fin se dispone de sal gema que es la más económica y de bloquetas de
sales minerales balanceadas, a las cuales se añaden, según el caso, remedios antiparasitarios o nitrógeno
en forma de úrea; esto último en pastizales con suficiente energía pero poca proteína o con proteína
deficientemente digerible. La distribución de los bloques de sal permite, a su vez, una distribución más
balanceada de los animales en el campo, pues funcionan como puntos de atracción.

206
4.2 Posibilidades para un Mejoramiento de Pastizales

En todo momento los recursos forrajeros deben mantenerse en un balance en relación con el número
de herbívoros. Los desequilibrios temporales pueden originarse por un crecimiento deficiente de la ve-
getación o por un aumento excesivo de animales. El primer caso se debe mayormente a la falta de agua,
mientras la invasión de campesinos con su ganado, a tierras ajenas son la causa de una abundancia herbí-
vora en determinada época. Tales casos requieren de medidas correctivas cuya aplicación definitiva es-
capa de los alcances del presente texto. Para aliviar temporalmente la presión sobre el pastizal puede
presentarse el caso de utilizar la alimentación adicional.

Los desequilibrios de mediano o largo plazo se deben a la falta de un manejo adecuado. Las posibilidades
para un mejoramiento de esta situación, en el fondo solamente tiene dos puntos de ataque: a) número
de los animales; y b) productividad del pastizal. Esta última depende de la condición y tendencia del terreno
que a su vez, también dependen de la densidad herbívora. Las medidas técnicas que pueden incrementar
directamente la productividad del pastizal incluyen todas las técnicas tradicionales en el manejo de pra-
deras, tal cómo son la siembra de plantas más nutritivas (Leguminosae), el control de la humedad (riego),
la instalación de cultivos forrajeros (alfalfa), la aplicación controlada de incendios (quema) y la lucha con-
tra malas hierbas (control de malezas). En lo que concierne a los animales, las medidas se refieren a: selec-
ción de las especies adecuadas; control de su número; y combate contra enemigos (parásitos, predadores,
enfermedades). En todo caso, la extensión y distribución de las medidas planificadas para un incremento
del rendimiento forrajero deben estar orientadas no solamente por lo técnico y pecuniariamente factible,
sino también por lo ecológicamente adecuado para el habitat y biológicamente apropiado para la especie
bajo manejo.

Para la vicuña silvestre, por ejemplo, como especie territorial con reducidos hábitos de dispersión, las
áreas tratadas en programas de mejoramiento deben ser muchas, pero de escasa extensión (máximo el
tamaño de un territorio farn' iliar), observándose para su distribución en el campo las diferencias en las
densidades vegetal y animal y las fronteras biológicas (territorio de vicuña) como los límites políticos
(terrenos comunales). No se debe olvidar los problemas existentes en la puna, donde los litigios comunales
y el gran número de interesados impiden a menudo cualquier medida de mejoramiento. Sin embargo, un
proyecto para la utilización racional de la fauna silvestre puede, precisamente, por su capacidad adminis-
trativa, infraestructura y técnica, ofrecer perspectivas alentadoras.

4.2.1 Uso del Fuego

Los incendios son acontecimientos naturales en la dehesa y muchos pastizales deben su existencia a la
periodicidad del fuego. Entre las medidas de manejo, el uso de la quema es una de las más antiguas y eco-
nómicas. Sin embargo, la frecuencia de los incendios se ha incrementado notablemente con el desarrollo
de la población humana (especialmente después de la invención de los palitos de fósforo), con consecuen-
cias muchas veces negativas para el pastizal. Los escasos y por tanto calientes fuegos naturales tienen impor-
tancia para la eliminación de rastrojos y desperdicios, para fomentar el reciclaje de elementos nutritivos, pa-
ra el control de enfermedades y parásitos (hongos, garrapatas, etc.) o para acelerar el rebrote y controlar la
invasión de arbustos o árboles hacia el pastizal.

Por otro lado, frecuentes y por ende no muy calientes quemas eliminan muchas especies anuales, como
Muhlembergia ligularis, estimulan especies no deseables, como la Stipa ichti,, produciendo así una retro-
gresión en la vegetación y posteriormente en el suelo, que no compensa el alimento producido por el
rebrote acelerado.

207
Por lo general, cada elemento del medio ambiente es alterado cuando la vegetación es quemada, depen-
diendo del tipo mismo de vegetación, de la clase de suelo, de la estación y frecuencia de la quema, del
tipo dominante y otros factores. Uno de los efectos evidentes de la quema, es el incremento de luz en
la superficie del suelo, que resulta de la destrucción de los tallos de las plantas. La falta de sombra o co-
bertura hace que el suelo se caliente y se enfríe en tal forma, que las variaciones diarias en temperatura
son mucho mayores. Asimismo, el color negro de la superficie quemada aumenta los valores máximos y
promedios de la temperatura del suelo. Los resultados son un temprano desarrollo de las plantas en la
primavera, especialmente después del. fuego y también una prematura desecación de los horizontes su-
periores del suelo.

La intercepción de la lluvia es eliminada cuando la vegetación es destruida, y las pérdidas por escorrentía
son incrementadas proporcionalmente, acompañadas del efecto de golpe de las gotas de lluvia y la exter-
minación de la microfauna, usualmente con reducción de la porosidad del suelo.

Aquellas especies vegetales que no son afectadas por el fuego, obviamente son beneficiadas por la subse-
cuente reducción en la competencia y probablemente por algunos de los cambios que se producen en el
medioambiente. Así, las especies tolerantes al fuego, aumentan su densidad a expensas de las' especies
sensibles.

Los ovinos, vacunos y camélidos dependen del forraje producido por los pastizales alto-andinos. Sin em-
bargo, cuando el pastizal es invadido por especies vegetales generalmente poco apetecibles que incremen-
tan en vigor y tamaño, tornan el pastizal en poco utilizable. El fuego, cuando es dirigido y controlado
al pastoreo, elimina la vegetación indeseable, sin afectar mayormente a especies forrajeras deseables, cuan-
do están en el período de "hibernación" (época seca).

El ganadero para solucionar este problema y así eliminar la vegetación alta y vieja ha recurrido a la "quema"
de los pastizales, práctica que se ha generalizado y que efectúa regularmente cada año. La ventaja aparen-
te que se aprecia después de la quema del pastizal, es la obtención de un rebrote más suculento y tierno
y más rico en proteínas y minerales, que es utilizado por el animal, más eficientemente en sus primeros
estados de ciclo vegetativo. Sin embargo, son también consecuencias de la disminución de la densidad
de las plantas, pérdida de vigor de las mismas, aumento de áreas desnudas, lo que expone el suelo a la
acción del viento y el agua, con los consiguientes peligros de erosión.

En síntesis, FLORES et al. (1972) en base de sus estudios advierten, que quemar los pastizales andinos pe-
riódicamente cada año baja el valor forrajero de los sitios por la desaparición de especies deseables, como
Stipa brachyphylla, Festuca dolichophylla o Muhlembergia ligularis y por el fomento de especies inde-
seables, como Calamagrostis yicunarum, Muhlembergia peruyiana o Stipa ichu. Donde parece imprescin-
dible utilizar la quema como una práctica de manejo, debería ser efectuada de preferencia cada tres a
cinco años, después de las primeras lluvias. Como alternativa para la quema hay que mencionar el corte
mecánico de la vegetación remanente o el pastoreo complementario ya analizado.

4.2.2 Regadío de Pastizales

En algunos sitios en el sur de la puna peruana (Departamento de Puno), existen todavía los conocimientos
tradicionales de una tecnología pastoril que puede tener importancia para muchas comunidades campe-
sinas, cuando una institución se encargue de organizar los trabajos de irrigación, como una estrategia de
pastoreo, para mantener y aumentar la superficie de pastos disponibles. En lugares húmedos (ojos de
agua o a orillas de los ríos) se forman naturalmente los mojadales de vegetación hidrófita, muy apeteci-
da por todos los herbívoros andinos, en especial por los camélicios. Estos sitios se caracterizan por una
vegetación tupida, siempre verde y enana que crece al ras del suelo, siendo las especies dominantes la
Distichia musco/des y Plantago rigida, las cuales se encuentran bordeando los riachuelos y pequeños ma-
nantiales. Junto a estas plantas, que se expanden de manera de alfombras verdes, crecen muchas otras
de las familias Gentianaceae, Compositae, Cyperaceae y Gramineae. Cabe mencionar, que los camélidos
208
aprenden muy rápido a consumir las plantas sumergidas en los charcos y manantiales pertenecientes a
las Rosaceae, Ranunculaceae y Hydrocharitaceae, entre otras.

Aunque existen mojadales naturales, éstos son mayormente de poca extensión e insuficientes para man-
tener durante la sequía tantos herbívoros. Es por ello que puede ser beneficioso preparar "bofedales arti-
ficiales" para incrementar la producción animal de la puna. Para hacerlo, se necesita riego permanente
y abundante, que inunde grandes superficies de tierra. Con este objetivo se construyen canales de riego
que llevan las aguas derivadas de los ríos hacia los lugares donde se desee formar un bofedal.

Los comuneros informan que en los bofedales se podría pastar el ganado todo el año, duplicando así
la capacidad del pastoreo del área, sin que éste pierda su valor nutritivo. Sin embargo, prefieren llevar
los animales a las alturas en tiempo de lluvias, ya que hay pasto verde en todas partes. De tal manera,
el campesino por tradición aplica un sistema rotativo de pastoreo, que lamentablemente se dejó sin uso
en muchos sitios, sea por negligencia o sea por la demasiado grande cantidad de ganado presente.

4.2.3 Establecimiento de Nuevos Forrajes

Junto con la extensión del área de pastoreo mediante el regadío y el control del factor animal, como
tercera opción para incrementar la productividad de los pastizales se tiene el mejoramiento del forraje.
Tal medida presenta dos facetas principales, o sea a) la promoción de las plantas nativas deseables y b)
el establecimiento de nuevos forrajes. Gracias a esfuerzos recientes (Convenio Peruano — Neozelandés)
se cuenta ahora también para la sierra peruana con informaciones y experiencias al respecto, especialmente
para las asociaciones forrajeras de ryegrass con trebol (Lolium perenne y Trifolium repens) y de alfalfa
con grass (Medicago sativa y Dactylis glomerata), en sus variedades aptas para la puna, se han obtenido
resultados alentadores. Con un buen manejo persisten estos cultivos de 15 a 20 años, produciendo seis
veces la cantidad que el pasto nativo del mismo lugar, con una calidad (contenido protéico del 15% )
forrajera hasta tres veces mejor. El establecimiento de estos cultivos es posible hasta 4,200 m.s.n.m. y des-
pués del primer año necesitan pocas inversiones (mano de obra, fertilizantes) para su manutención. Sin
embargo, se limitan a las zonas con más de 450 milímetros de precipitación pluvial anual o con riego
durante ocho meses al año. No obstante ello, las experiencias acumuladas con el programa Peruano — Neo-
zelandés en la puna húmeda pueden ser útiles también para proyectos en la puna seca (valles con riego).

Para la discusión de la segunda opción mencionada se debe tener en cuenta las cualidades de una buena
planta forrajera, para después buscarla - entre las especies nativas y finalmente establecer las condiciones
para su propagación, logrando así un mejoramiento general del pastizal. Las características más busca-
das para una planta forrajera son, productividad, palatabilidad y valor nutritivo en abundancia.

La PRODUCTIVIDAD depende de la capacidad de la planta para sobrevivir, especialmente al pisoteo


y pastoreo, así como de su poder reproductivo (persistencia y propagación). También debe tener
suficiente vigor para competir con las demás especies vegetales para que su instalación o fomento
resulten duraderos (agresividad).
La PALATAB I LI DAD no debería variar mucho durante los diferentes eventos fenológicos para que la
planta sea aceptada por los herbívoros durante todo el año, permitiendo así un pastoreo equiparado.
El VALOR NUTRITIVO depende de la composición química (contenido protéico y energético) y de
la digestibilidad, que son influenciados por la relación entre tallo y hoja.

209
Antes de introducir nuevas especies hay que estudiar minuciosamente su comportamiento en el nuevo
sitio mediante sembríos experimentales de suficiente extensión. Tales plantas serán después llevadas al
pastizal existente, agregándole así especímenes que aumentan su capacidad de carga.Por supuesto, no
debe hacerse la introducción de especies exóticas en áreas reservadas (Reserva Nacional; Parque Nacional,
etc.). Allí y aún antes de contar con la información detallada, es posible incentivar la propagación de
especies nativas, tal como Bromus pítensis y otros, para mejorar los pastos andinos. Tal fomento puede
realizarse mediante un sistema apropiado de pastoreo, principalmente.

A menudo los agrónomos proponen la aplicación de FERTILIZANTES para aumentar la productividad


de la puna. Sin embargo, la mayoría de las especies no responden de manera esperada a los fertilizantes,
especialmente no reaccionan al nitrógeno y solamente un poco al fósforo, debido a que están biológica-
mente adaptadas a las condiciones del suelo andino. Además, el éxíto de una fertilización depende en
gran escala de la humedad en el suelo, factor limitante en la puna seca aún para la formación natural de
humus.

Más prometedoras y más económicas, pero más lentas, son las medidas que activan los estratos edáficos
responsables del reciclaje de los elementos (control del pH; prevención de incendios; manejo de herbí-
voros). Donde la retrogresión de la comunidad vegetal ha llegado a tal extremo que ya no persisten plan-
tas forrajeras nativas de calidad deseada, se las puede sembrar nuevamente en múltiples cercos pequeños
(1 a 2 hectáreas), donde se permite su maduración hasta la formación de semillas. Con un pastoreo sub-
siguiente, los animales contribuyen de manera bastante eficiente a la reintroducción de las especies sem-
bradas, salvo que haya un manejo adecuado del pastizal.

4.3 Algunas Consideraciones sobre la Densidad Animal

Cuando se trata la problemática de la capacidad de carga, no se deja de mencionar los casos de las llamadas
"sobrepoblaciones" de una u otra especie silvestre, pensando mayormente en el caso del elefante africano.
También para la vicuña de Pampa Galeras se ha alegado razones netamente ecológicas que supuestamente
demandan una reducción drástica de su número mediante la saca, principalmente por un sacrificio de
machos juveniles (Brack, 1979). Una vez más se tiene aquí una mezcla de conceptos económicos y ecoló-
gicos que han sido, y siguen siendo, origen de múltiples malentendimientos.

Para diagnosticar una sobrepoblación (sobrecarga), en el sentido ecológico, hay que tratar de identificar
entre los cambios observados en base al incremento poblacional aquellos que podrán ocasionar un colapso
del ecosistema actual. En tal sentido, el "colapso" significa la extinción de la especie clave de manejo.
Por otro lado, en el sentido económico se habla de sobrepoblación cuando se observa, debido al alto nú-
mero de los animales, una baja en rendimiento y producción. Antes de tomar sus decisiones al respecto,
el profesional encargado debe esclarecer bien cual es su punto de partida y cual su meta final.

Por lo general, se fundamenta la diagnosis "sobrepoblación animal" en una serie de criterios pertinentes
a diferentes niveles ecológicos. De importancia especial son:

La estructura física del ecosistema respecto a su tamaño, topografía y potencial de erosión:


El habitat, especialmente tipos de suelo y condiciones para el crecimiento de plantas,
La biocenosis con atención especial sobre la condición y tendencia del pastizal,
La especie clave de manejo, considerando su condición física, su conducta y su vigor demográfico.
Las especies coexistentes en el mismo y en el próximo nivel tráfico, o sea competidores y predatores,
inclusive parásitos y enfermedades.

210
Se ha detallado líneas arriba, para los sistemas naturales del tipo "puna-vicuña" existe la posibilidad de
ocupar diferentes puntos de equilibrio ecológico. Ahora bien, depende netamente del criterio humano
declarar uno de ellos, por decir alto número de herbívoros y poca biomasa vegetal, como "indeseable"
y el otro, o sea pocos herbívoros y gran cantidad de vegetación presente; como "bueno", porque desde
el punto de vista ecológico ambos son "naturales". En el mismo sentido, a menudo se declara arbitraria-
mente un alto porcentaje de plantas decrecientes como "condición excelente" y la presencia de muchas
plantas invasoras o acrecentantes como "condición pobre", lo que puede llevar a uno al punto de declarar
solamente una población herbívora-mínima como la más deseable. Aquí entran consideraciones econó-
micas que se oponen a una merma de la población animal por debajo de un cierto punto de productividad,
a definirse para cada sistema en forma separada. De ninguna manera se puede declarar una población animal
como demasiado grande, sólo basándose en un cambio en la frecuencia de una especie vegetal indicadora.

Estudiando el comportamiento del crecimiento poblacional, para la mayoría de los herbívoros grandes
se observa como caso típico una explosión inicial, lo que no refleja un colapso de los mecanismos de re-
gulación sino que es la respuesta demográfica pronosticable de una población que tiene a su disposición
más forraje que el necesario para segurar la mera sobrevivencia. Durante los primeros años de su desarrollo
la nueva población crece, declina y finalmente se establece en un punto de equilibrio con la vegetación,
que en su densidad de plantas forrajeras ha seguido una trayectoria inversa. Tal desarrollo demográfico
se ha podido observar hasta el punto del comienzo de su descenso en la población de la vicuña en Pampa
Galeras. En esta especie es de esperar que en otros sitios, después de un traslado masivo o de un control
efectivo de la caza furtiva, se presentan también explosiones demográficas, pues estas medidas de manejo
disminuyen la resistencia ambiental para la vicuña, permitiendo su crecimiento poblacional de manera
exponencial.

Según CAUGH LEY (1980) es conveniente distinguir cuatro clases diferentes de sobrepoblación animal:

Primera clase: los animales entran en conflicto con los intereses humanos, o sea que son considerados
como una "plaga", por el hecho que su presencia es inconveniente. Eso no tiene nada que ver con
su número absoluto ni con un riesgo ecológico; por decir, un solo oso de anteojos en un cultivo de
maíz ya es considerado "demasiado" por el agricultor.
Segunda clase: los animales disminuyen la densidad de una especie favorecida. Cuando se espera dis-
minuir la especie indeseable se dejará incrementar la especie deseada; la gente justamente trata de lograr
esto. Un caso típico es el de la vicuña, que no obstante su bajo número en la mayoría de lugares, es
perseguida por los campesinos por ser considerada un competidor peligroso del ganado.
Tercera clase: los animales están en exceso, lo que va aún contra sus propios intereses. Menos herbí-
voros en el mismo pastizal serán más grandes, más gordos, más sanos y más reproductivos. Es el caso
clásico donde presuntas razones ecológicas sirven para esconder los motivos verdaderos (interés cine-
gético por trófeos grandes; interés económico) y "justificar" la constante intervención humana aún en
"sistemas naturales" (Parques; Reservas; Santuarios), por suponer que el sistema en sí "no es capaz
de mantenerse".
Cuarta clase: los animales han cambiado, por su número exagerado, el ecosistema hasta más allá de su
último punto de equilibrio y se dirige a su ocaso. Esta es la única categoría que se refiere a una sobre-
población verdadera, por haber producido un desequilibrio ecológico.

Sistemas precarios, tal como aquel "vicuña-puna", tienen poca elasticidad biológica y por tanto son más
propensos a casos de la categoría "d", de Caughley. Además, no deben olvidarse, que fuera de las unidades
de conservación, la vicuña vive en tierras comunales o privadas, motivo que exige mucho criterio en su
control numérico.

211
5.0 Problemas del Sobrepastoreo

El problema del sobrepastoreo, fundamentalmente, tiene dos facetas, a) la del habitat, donde interesan
las repercusiones sobre el suelo y la vegetación, principalmente; y b) la del animal bajo manejo, con reper-
cusiones finales para su productividad, y aún sobrevivencia. El término "sobrepastoreo", en lo que con-
cierne al manejo de pastizales, implica algun daño causado por animales tanto para el suelo como para la
vegetación. El mismo término, a veces, también se usa en el sentido ecológico, donde señala un desequi-
- - librio del tipo "cl" descrito por CAUGH LEY-(1 980). En el fondo, en ambos casos se trata de una despro-
porción entre la carga herbívora y la capacidad del pastizal, con la diferencia de la definición del punto crí-
tico. Habiéndose expuesto lo indispensable en relación al criterio ecológico para entender el funcionamiento
del sistema "puna-vicuña", aquí se tratarán únicamente los aspectos de uso racional.

En la región de la sierra peruana se estima que el sobrepastoreo constituye uno de los problemas princi-
pales. El control del uso desequilibrado de los pastizales andinos, donde al lado del sobrepastoreo se hallan
extensas regiones con "subpastoreo", ambos con consecuencias negativas para la economía nacional e
individual, debe enfocarse desde las dos facetas antes mencionadas.

La topografía, los suelos aunados con otros factores del ambiente, han producido pastizales de diferente
potencial, desde el punto de vista de la capacidad receptiva. Así se tiene pastizales naturales donde pre-
dominan Festuca dolichophylla ("chilligua") y Muhlembergia fastigiata ("grama"), que testimonian una
condición "buena" o "excelente". Otros pastizales donde son conspicuas Stipa ichu y Calamagrostis vi-
cumarum, son considerados como de condición "regular" o "pobre". En muchos de estos campos, el
continuo sobrepastoreo ha producido una retrogresión, primero de la vegetación y después del suelo.
Cuando esto ocurre, campos de "condición buena" se convierten en campos de "condición pobre", ya
que se ha producido la eliminación de las especies deseables y la invasión de especies poco deseables
o indeseables. Por ejemplo, en zonas planas se produce una invasión por especies de los géneros Stipa y
Calamagrostis, que normalmente crecen en las laderas de los cerros, produciendo un pastizal con especies
de crecimiento alto, pero de poco valor alimenticio, especialmente para el ganado.

POBLACION VEGETAL
CERO ISOCLINA DE LA VEGETACION
— INTENSIDAD DE SACA

RELACION ENTRE LA CAPACIDAD DE


CARGA Y LA INTENSIDAD DE SACA
seguri CAUGHLEY (1979)

Fig. 51: La curva sólida marca la posición de todos los equilibrios posibles entre la vegetación y la población de herbívoros,
que son alcanzables mediante un programa de saca, cuyas diferentes tasas se ven dibujadas en la curva interrumpida.

212
5.1 Repercusiones para el Habitat

Se considera clave para un manejo elemental que a la población animal se le permita amplias variaciones
en su densidad mientras el ecosistema no pierda, sea por erosión o por lixiviación, sus elementos químicos
vitales. Justamente, ese es uno de los factores más delicados en el sistema "puna-vicuña", requiriéndose.
veinte años, y más, para formar el suelo que una fuerte lluvia se lleva de un pastizal sobrepastoreado y de
reducida cobertura vegetal. Obviamente, un pastizal en estas condiciones sufre, además, de una deficiencia
de humedad del suelo, lo que repercute significativamente y de manera negativa sobre el rebrote siguiente.
Visto que los herbívoros, en situación de sobrepastoreo, están presentes también durante la época de se-
quía, ellos por su pisoteo compactan el suelo y originan o aumentan la erosión eólica.

Un análisis teórico de la dinámica tanto del crecimiento vegetal como del consumo animal, permite prede-
cir que en el caso de un herbívoro tan eficiente como la vicuña, la respuesta de la vegetación a la presión
animal será discontinuadamente estable (ver consideraciones anteriores sobre el sistema) y no totalmente
reversible. Consecuentemente, los impactos del sobrepastoreo serán en la puna más / pronunciados que en
otros sitios más resistentes. El impacto herbívoro incrementa de manera de una función sigmoidea res-
pecto a la densidad animal, debido a que la vicuña, con alta densidad, consume el material fotosintética-
mente activo más rápido que los restos vegetales no consumidos son capaces de sintetizar la energía nece-
saria para la renovación de lo pastoreado. En consecuencia, la planta comienza prematuramente a utilizar
sus reservas de bioenergía depositadas en las raíces para rebrotar; finalmente, las raíces se acortan tanto
que no alcanzan el nivel freático o la planta muere

por agotamiento energético.

Durante la época de sequía, la planta transporta proteínas y carbohidratos desde las hojas hasta las raíces,
dejando sus partes superiores más y más endurecidas, lignificadas y poco palatables o digeribles. Con ello
el animal se ve obligado a incrementar su consumo y aumentar el pisoteo durante la búsqueda de su ali
mento a medida que el forraje escasea y empobrece, entrando así en un típico círculo vicioso. Algunos de
los parámetros vegetales, como la biomasa, disminuyen proporcionalmente con un aumento en las densi-
dad animal, mientras otros no responden a densidades bajas pero sí a cargas grandes, tal como el nivel
de reservas energéticas; un tercer grupo, por ejemplo productividad y densidad taxonómica, incrementa
bajo pastoreo liviano y merma con un pastoreo pesado. Sin embargo, todos ellos decrecen en condiciones
de sobrepastoreo.

En efecto, un sobrepastoreo sostenido inevitablemente modifica la comunidad vegetal original de manera,


a menudo, irreversible, permitiendo así el reemplazo de las especies más palatables por plantas más resis-
tentes al pastoreo, como por ejemplo Stipa ichu. Como última consecuencia, el pastizal demuestra una
rotación reducida de su material orgánico, una disminución de su cobertura, un empobrecimiento de su
diversidad, una reducción en la captación de la precipitación pluvial y una erosión acelerada. Naturalmente,
la secuela inevitable es una capacidad de carga disminuida hasta niveles antieconómicos y aún ecológica-
mente peligrosos. Pastizales dominados por ichu, tola, kichka (Senecio spinosus; Margyricarpus strictus)
y cojines de "musgos" (Pycnophyllum molle) señalan en forma alarmante tal condición.

213
5.2 Consecuencias para el Animal

La respuesta del animal frente a la situación de habitat sobrepastoreado es la respuesta de un organismo


frente a una subnutríción crónica: reducción de su condición física y demográfica en todo sentido. Los
criterios que se ofrecen para tasar la condición del animal y de la población a la cual pertenece son nume-
rosos, habiéndose escogido, por ser observables en el campo y en cierto grado, por lo menos, cuantifica-
ble los siguientes:

Peso vivo,
Cantidad de grasa depositada,
Contenido adiposo de la médula ósea,
Características químicas de la sangre (hematocrito reducido
Vigor demográfico.
Cambios en la conducta social.
Alteraciones en la estrategia de herbajeo.
Relaciones interespecíficas,
Al mismo nivel tráfico: competencia,
Al proximo nivel tráfico: parásitos, enfermedades, depredadores.
Tasa de mortalidad. -

Como se aprecia en esta relación, de ninguna manera completa, la naturaleza tiene una serie de opciones
para contrarrestar una situación catastrófica antes de recurrir a la última medida -- muerte de los anima-
les — . Ecológicamente parece ser más "económico" evitar el nacimiento de nuevos individuos, en vez de
perder los ya existentes.

La condición fisiológica de un organismo homotérmico esta íntimamente relacionada con su reproducción


y su supervivencia individual. Por tal razón, una evaluación de la condición animal individual siempre
debe hacerse junto con la evaluación de la condición poblacional (vigor demográfico según Caughley, 1977).

Cuando un mamífero pasa por situaciones de escasez de alimento comienza a movilizar sus reservas bio-
energéticas en forma de glucosa y glicógeno almacenadas en la musculatura y el hígado. Después comien-
za a utilizar algunas de las proteínas secundarias y cuando se acentúa la inanición pasa al aprovechamiento
del tejido adiposo, según un patrón bien conocido, que comienza con la grasa subcutánea, pasando por
la grasa intestinal y que termina con el uso del tejido adiposo intramedular. Por último, y a veces antes
de consumir toda la grasa disponible, la utilización de las proteínas sigue con las secundarias (musculatura)
y a veces toca las proteínas primarias (órgano). De los diferentes "índices de grasa" para la vicuña, por
sus peculiaridades anatómicas, sólo son útiles el INDICE DE LA GRASA CIRCUN RENAL, el contenido
del ADIPOSO MEDULAR y la típica GRASA ESTE RNAL. Sin embargo, el índice más interesante en esta
especie para su condición fisiológica es su peso vivo, por no depositar grasa subcutánea y por ocultar sus
"puntos de hambre" (espacios intercostales; hueso coxal; espina dorsal; etc.) por debajo de un vellón
tupido.

El segundo parámetro sensible, para señalar en la vicuña situaciones de escasez en alimentos, es el creci-
miento de las crías y juveniles (hasta el fin del segundo año de vida), que se retarda cuando el animal
sufre de cierta subalimentación. En condiciones de sobrepastoreo, la hembra subnutrida baja la producción
de leche y a la vez la cría no encuentra alimento adicional suficiente en al campo. Una de las consecuencias
de tal impedimento, en el desarrollo individual, es que la hembra juvenil entra en celo uno a dos años más
tarde, repercutiendo ello notablemente sobre la tasa de reproducción de la población.

214
La idea encerrada en el concepto de vigor demográfico, reside en el hecho que la tasa del incremento
refleja el bienestar de una población, el mismo que describe la reacción promedia de todos los individuos
de esta población frente al conjunto de los factores ambientales y por ende también frente al sobrepas-
toreo de su habitat. El parámetro correspondiente puede ser "rs" que significa tasa de incremento regido
por la fecundidad y la supervivencia, lo que en el fondo es un parámetro teórico. Su concepto principal
dice que la tasa de incremento poblacional depende de la fecundidad y mortalidad en promedio de cada
clase de edad. Mientras que la más conocida tasa intrínseca de crecimiento ("rm") significa el máximo
incremento que una población puede experimentar, "rs" indica la tasa de crecimiento posible con los recur-
sos disponibles. En muchos casos y así también para poblaciones jóvenes de la vicuña, ambos parámetros
son en la realidad del campo de la misma magnitud como la "tasa de incremento observada", que es sim-
bolizada como "r". El factor "r" se determina mediante el método de regresión a base de los censos anuales
y nos índica el promedio del incremento real de la población en estudio, no obstante sus posibilidades
referentes a "rm" o "rs". La regresión para la población de vicuñas de Pampa Galeras en los tiempos sin
límites ambientales era r = 0,192 (1974-78) siendo la regresión correspondiente:

y = 7,949 + 0,1426 x

Tal tasa de incremento bajó notablemente, junto con el creciente sobrepastoreo del área y paralelo a la
merma del vigor demográfico de la población afectada.

Un orden de sucesión típico para poblaciones de ungulados y también para la vicuña en condiciones de
sobrepastoreo continuo donde la condición fisiológica individual y el vigor demográfico disminuyen puede
ser Como sigue:

Aumento de la mortalidad juvenil, especialmente en los recién nacidos,


Incremento de la edad cuando la hembra se reproduce por primera vez.
Merma de la fecundidad.
-
Incremento de la tasa de mortalidad de los adultos.

Cabe mencionar que todos estos eventos se han podido observar en forma clásica en la población de vicuñas
en Pampa Galeras, desde 1978 hasta 1980, aunque han sido parcialmente ocultados por la saca realizada.

Obviamente, factores ambientales como forraje o espacio no afectan a todos los animales al mismo nivel
de su organización biológica, ni actúan necesariamente en forma simultánea. Existen numerosos estudios
de la condición animal para vertebrados que indican que una disminución ya sea de la condición fisioló-
gica o del vigor demográfico se relaciona con ciertos cambios en el COMPORTAMIENTO ANIMAL. Es
así que tanto alteraciones en la conducta social como las modificaciones en la estrategia de alimentación
pueden señalar, como una advertencia, la tendencia de la población. Las categorías en la conducta que
interesan en el presente contexto incluyen el establecimiento de dominancia, la agresión, el status social
y el comportamiento de difusión.

Contrariamente a la creencia general, en la vicuña, no contribuye su comportamiento territorial ni a la


limitación de la densidad poblacional ni a la mitigación directa de la escasez de forrajes. Pero sí sirve para
establecer un grupo social que representa la parte poblacional designada a servir como mecanismo para
la homeostasis (Watson y Moss, 1970). Las vicuñas no territoriales, a saber los machos juveniles, los in-
dividuos solitarios, y los grupos familiares migratorios, sufren una desventaja notable en el acceso a los
sitios forrajeros, porque los grupos familiares territoriales ocupan los lugares con más alimentos. También,
debido a su carácter errante son presa más fácil de los cazadores furtivos y enemigos naturales, tienen una
tasa de reproducción más baja, o bien no se reproducen en absoluto. Es así, por lo tanto, que la conducta
social de la vicuña repercute sobre el vigor demográfico por contribuir a la limitación de su reproducción.
Las vicuñas sin territorio fijo realmente son las de clase social de los "paria", quienes sirven de amortigua-
ción entre fa población territorial y las inclemencias del ambiente.

215
Considerando que las más de las veces un sobrepastoreo se produce por una densidad herbívora exagerada,
hay que mencionar brevemente el aspecto del "stress social". Los procesos se inician a base de una gran
frecuencia de 'los encuentros intraespecíficos y se reflejan anatómicamente en un peso elevado de los
órganos suprarenales por la alta producción de la hormona adrenalina. Esta concentración constante de
la hormona del "stress" en la sangre repercute también sobre los demás órganos, siendo su efecto macros-
cópico el llamado síndrome general de adaptación (Selye, 1946 cit. Christian, 1950). Tal estado de alerta
fisiológica se caracteriza por una mayor producción de hormonas del sistema adreno-pituitario (adrenalina
y glucocorticoide) que, juntamente con otras hormonas -y—reacciones nerviosas, origina una alteración
hormono-vegetativa del animal, a fin de que éste pueda superar el stress. Las consecuencias del stress social
son una agresión elevada intraespecífica, principalmente de los machos territoriales, una baja de fertilidad
por la supresión de la ovulación y la reabsorción intrauterina del feto, un retardamiento en la madurez
sexual y un crecimiento individual frenado por el derroche de bioenergías durante la superación del stress
continuo.

El ritmo de actividades, especialmente de aquellas dedicadas a la alimentación, refleja claramente el balan-


ce entre el consumo y el gasto de bíoenergías, por cuanto sirve de indicador sobre la condición del animal
y, en última instancia, de su habitat. En tal sentido, la vicuña adapta su comportamiento forrajero a la
disponibilidad de alimentos en cuanto al consumo de otras especies, invade nuevos sitios y alarga el tiempo
dedicado a la alimentación hacia las horas de la noche, no obstante ser un animal normalmente diurno.

Los riesgos del sobrepastoreo, naturalmente, no se distribuyen con igual peso sobre todas las especies
herbívoras presentes, sino que recaen con más fuerza sobre las especies más dependientes. Es así, que antes
de la vicuña, los animales domésticos introducidos sufren las consecuencias de la escasez de forrajes. Es
una razón más para inclinarse en las decisiones de manejo hacia el lado de la conservación, aún con el
riesgo de bajar en algo la producción primaria, pues la protesta de los conductores en las tierras, o sea de
los campesinos que temen la fuerte competencia de un gran número de vicuñas en los años de emergencia,
merece su debida consideración. Lógicamente, el pastor no espera hasta que su ganado se muera de ina-
nición, sino que lo vende, aún por debajo de su precio real, antes de perder el animal mucho peso. Sin em-
bargo, el ovino, caprino o bovino sufren mucho más, antes de la bien adaptada vicuña, respecto a su ferti-
lidad, éxito reproductivo o crecimiento individual apenas la cantidad de forraje disminuye por debajo de
un mínimo vital. Quiere decir, la relación interespecífica al mismo nivel trófico bajo condiciones de sobre-
pastoreo va en ventaja de la vicuña.

No así en el próximo nivel trófico. Hablando de predatores, mayormente se piensa en zorros, pumas, cón-
dores y similares, pero se olvida de parásitos y enfermedades que también pertenecen, ecológicamente_
hablando, a la categoría de los consumidores secundarios. Si bien el veterinario considera cierto grado de
infestación parasitaria como "normal", no es así cuando el grado de parasitismo alcanza niveles de una
enfermedad clínica. t Eso bajo condiciones naturales sólo puede suceder cuando la resistencia del hospedero
es debilitada por su mala condición fisiológica. Así pasa también con la vicuña, donde la invasión con
parásitos externos como garrapatas (Amblioma parvitarsum), sarna (Sarcoptes scabiei var. auquenidae)
o piojos (Microthoracius minor) y parásitos intestinales (Nematodirus sp.) se puede multiplicar en poco
tiempo.

Indudablemente, también los predatores "clásicos" de la vicuña cobran una tasa elevada de animales de-
bilitados, sobre todo de las crías subnutridas. Sin embargo, dentro de un proyecto de manejo donde la
colaboración con los campesinos requiere un control bastante riguroso de los zorros y pumas, y donde
por reglamento se eliminan a los perros vagos, la cuota no será suficiente en magnitud para un control
efectivo de la población.

De lo arriba expuesto se desprende claramente, que la muerte por hambruna no interviene automáticamente
corro una válvula de seguridad conveniente para eliminar cierta sobrepoblación y deja sin efecto al resto
de los individuos sobrevivientes. Todas las poblaciones de herbívoros presentes sufren, con diferente inten-
sidad según su susceptibilidad específica, del sobrepastoreo en forma de un stress, que de igual manera
afecta al habitat mismo.

216
6.0 Conclusiones

Se han acumulado suficientes datos como para crear la impresión que el sistema "pastizal-herbívoro",
al igual que otros ecosistemas, tiene varios puntos de equilibrio. Sin embargo, el concepto de equilibrio
como un estado fijo de estabilidad es en realidad una simplificación de lo que se observa en el campo,
es casi un "mito" de la ecología clásica que lleva cierto orden a la diversidad de las experiencias prácticas
en el manejo de la vicuña. El concepto no de un punto de equilibrio con condiciones bien determinadas,
sino una "franja de equilibrio" de diversas respuestas del sistema contra perturbaciones , externas o in-
ternas, naturales o antropógenas, es el concepto más real, donde los límites señalan el grado de la desvia-
ción desde su estado normal que el sistema puede soportar para poder regresar con sus propias fuerzas
inherentes, debido a su elasticidad natural, a este estado natural. Cuando la perturbación sufrida, por decir
el grado de sobrepastoreo, es de tal magnitud que la desviación del sistema sobrepasa el límite de la franja
de equilibrio, o sea en el caso presente una reducción notable de la cobertura vegetal con la extinción de
algunas especies deseables, entonces el sistema ya no puede alcanzar su condición anterior sin otra per-
turbación externa, quiere decir, para el ejemplo de la vicuña, la reducción drástica de la carga herbívora
y la reintroducción de las especies vegetales extintas. Por lo tanto, se debe considerar todas las medidas
de manejo (y no hacer nada también es una medida de manejo) como perturbaciones del sistema bajo
consideración que siempre deben tratar de mantener al sistema dentro de los límites de su elasticidad.
Queda sólo el problema de determinar los límites, que también varían según los parámetros principales
del sistema: clima, suelo, vegetación y animales.

En el Perú, donde la vicuña vive en tierras comunales y privadas, ocupadas por el hombre andino y su
ganado, las medidas de manejo deben estar bien fundamentadas y coordinadas para no perjudicar en vez
de beneficiar' al campesino con la presencia de este camélido silvestre. Para ello, hay que tener presente
que un sistema discontinuadamente estable de pastizal como la puna reacciona muy sensiblemente a estas
cargas herbívoras que permiten la mayor productividad del sistema. Para un sistema de esta naturaleza,
la intervención del hombre en forma continua es indispensable para adaptar en cualquier momento la
carga herbívora a la receptividad de la vegetación y para mantener el sistema cerca del máximo de su pro-
ductividad. En vista de ello, se recomienda bajar el número de animales hasta una densidad todavía eco-
nómicamente justificable y que haga el pastizal más estable, aunque sea menos productivo que en su
máximo.

Se tiene, básicamente, dos posibilidades en el manejo de los pastizales andinos para incrementar su pro-
ductividad. Ambas tienen como nieta común el establecimiento de un sistema de pastoreo adecuado,
que se caracteriza por:

Tener como base la fisiología y ecología de las plantas.


Estar adaptado al tipo de vegetación presente.
Tomar en cuenta la condición de los suelos.
Dirigir la sucesión vegetal hacia su climax.
Garantizar una buena producción secundaria.
Ser practicable bajo las condiciones de la sierra peruana.

En cuanto al aspecto animal, del presente sistema de manejo, se notan dos facetas que son: a) selección
de las especies apropiadas, y b) control de su densidad.

En vista de que la meta final de un proyecto para el manejo de la vicuña es el de mejorar la rentabilidad
de las tierras altoandinas no se puede dejar de lado al aspecto de los herbívoros domésticos. Eso más aún,
porque el deficiente manejo pecuario es una de las razones de la pobreza del pastor andino y porque
toda una sección administrativa de un "Proyecto Vicuña" debe dedicar el apoyo para las comunidades
campesinas (ver organigrama).

217
Partiendo del punto de vista que de todas maneras será indispensable seleccionar para cada una de las
zonas de vida natural de la Sierra los animales apropiados, se debe mencionar que también otros aspectos
que las preferencias forrajeras influyen sobre la adaptación ecológica de una especie y éstos son:

La tolerancia contra las condiciones del clima,


La adaptabilidad a la escasez de agua y a la escabrosidad del terreno.
— — — La eficiencia en la utilización de forrajes duros y de bajo valor nutritivo,
La inmunidad contra enfermedades y parásitos.
La resistencia contra plantas venenosas,
La demanda en el mercado para sus productos.

Si bien parece que los camélidos domésticos satisfacen la mayor parte de estas exigencias, su manejo re-
quiere de un mejoramiento apreciable antes que puedan jugar su papel correspondiente en la economía
nacional. Especialmente el control genético con el empadre dirigido, el sistema de producción, el plan
sanitario, el mejoramiento de la fertilidad y reproductividad o la organización de la transformación y
comercialización de los productos son aspectos que se deben tomar en consideración.

De igual manera, en lo que respecta a los pastizales sólo se puede proporcionar una relación de las activi-
dades indispensables para un manejo eficiente de este recurso:

Controlar la carga herbívora (densidad animal por temporadas).


Aplicar el pastoreo rotativo para dejar sitios con uso retardado (formación de semillas) y sitios con
reservas forrajeras para tiempos de emergencia.
Reintroducir plantas forrajeras deseables (corrales de cultivos con pastoreo posterior para la disipación
de las semillas).
Instalar, ampliar y mantener los bofedales (riego permanente),
Establecer en sitios preferidos por los animales, forrajes cultivados para el ganado (alivio para la puna,
por quedarse los animales domésticos en el valle).

El requisito principal para cualquier medida de mejoramiento de pastizales es el control de pastoreo, ya


sea con cercos y muros pircados o por un servicio de vigilantes (semejante a los "Vigilantes de Aguas").
Queda sobreentendido que exclusivamente con la aceptación de la vicuña por parte del campesino y en
estrecha coordinación con los pastores y ganaderos de la región cualquier acción respecto al pastizal an-
dino tiene posibilidades de éxito. Además, mientras no exista un organismo dedicado exclusivamente al
manejo de la dehesa en el Perú, las medidas arriba indicadas tendrán, en el mejor de los casos, importancia
local por carecerse de la infraestructura administrativa y técnica necesarias.

Para conservar las valiosas cualidades de la vicuña silvestre y para poder aprovechar los beneficios que
ofrecen la factibilidad de su manejo extensivo dentro del marco del manejo de pastizales andinos, no se
debe intentar superar los problemas de una productividad reducida mediante su domesticación o el cru-
zamiento con los camélidos domésticos. La domesticación excedería las posibilidades cronológicas de la
actual planificación económica nacional. Además, actualmente en el Perú todavía no existen las condicio-
nes previas necesarias para llevar a cabo una hibridación en escala mayor (falta de líneas puras para el
empadre; carencia de una tecnología adecuada para el productor; imprecisiones en la legislación; inexis-
tencia de la demanda en el mercado).

218
LEGISLACION Y ADMINISTRACION
LEG1SLACION Y ADMINISTRACION

1. Consideraciones Generales

La protección y el manejo de la fauna silvestre, al igual que sucede con los otros recursos naturales renova-
bles, comienza por la política y la legislación. Sin orientación o elementos de política y sin instituciones,
-no-pueden existir-actividades-de—conservación de la naturaleza en las sociedades modernas, ni concretamen---
te de manejo de la fauna silvestre.

Desafortunadamente, la fauna silvestre y su conservación no se encuentran entre las preocupaciones primor-


diales de los gobernantes de casi ningún país del mundo, con honrosas excepciones.

En términos prosaicos se dice que la política tiende a conducir los asuntos públicos para el bien común. La
definición clásica describe la política como el arte de gobernar hombres y cosas en una sociedad organiza-
da, de acuerdo a leyes que son normas de Derecho. Por otra parte, la definición simple de política, a tenor
de un diccionario de uso corriente, es la ciencia y arte del bien común.

Siguiendo la definición clásica, se puede decir que la política referente a los recursos naturales renovables
y en particular a la fauna silvestre, es aquella parte de la política general de un país que gobierna, debida-
mente, la protección y manejo de los recursos a fin de que éstos sirvan a la comunidad, directa o indirecta-
mente.

Los tratadistas y politicólogos señalan que los objetivos generales de política son: a) bienestar general de
la sociedad, que se considera como el objetivo fundamental; y b) organización del Estado y de las institu-
ciones que lo gobiernan.

Aplicando estos dos grandes objetivos que caracterizan a cualquier política de conservación (protección y
manejo) de la fauna silvestre. Esos objetivos son:

El hombre, es decir la sociedad;


El trabajo, que corresponde a la generación de fuentes de empleo digno;
La protección, que asegura la permanencia del recurso en el espacio y en el tiempo;
El aprovechamiento, que tiende a una producción sostenida sin poner en peligro el recurso;
El financiamiento, destinado a lograr un tratamiento justo y promocional para implementar las activida-
des y proyectos; y
La infraestructura administrativa, que debe ser racional y poCo burocratizada, a fin que sea un verdade-
ro impulsor de la protección y manejo de la fauna.

Es indudable, que estos objetivos básicos pueden ser aplicados en el diseño de política de cualquier otro re-
curso natural renovable (suelo, agua, flora).

En política existe la tendencia a subestimar aquello que marcha bien y, sobre todo, de lo que no se habla
mucho. La importancia que la política confiere a tal o cual asunto, depende de las dificultades o de las sor-
presas que éstos suscitan, de su novedad o, en algunos casos, de las catástrofes. Esta realidad se presenta cí-
nica, pero es digna de tenerse en cuenta.

La política cotidiana debe, por lo general, resolver los problemas del momento o a lo máximo, aquellos a
corto plazo. Esta política es, en la mayoría de los casos, un paleativo, pues casi siempre va a la zaga de los
acontecimientos.

221
Contrariamente a esa política cotidiana, la política de recursos naturales renovables, y en particular la polí-
tica de fauna silvestre, debe esforzarse en prever el manejo y el futuro del recurso, previendo las dificulta-
des que puedan surgir con una antelación de decenios. Es así, que los profesionales en manejo de fauna sil-
vestre deben señalar las anomalías y peligros en momentos en que aún son poco perceptibles o comprensi-
bles para otros y para el gran público, debiendo informar a las autoridades competentes, induciéndoles a
tomar las mejores medidas que interesen y beneficien al recurso y por ende a las generaciones del futuro.

Siguiendo con este razonamiento, se estima que las características básicas de una buena política de fauna
silvestre son las siguientes:

Formar parte de la política nacional,no debiendo haber contradicción con ella;


Salvaguardar la potencialidad del recurso; y
3. Asegurar que sus fundamentos se modifiquen sólo por razones de interés general.

Si verdaderamente se quiere defender los recursos naturales en general y particularmente la fauna silvestre,
es importante lograr, tanto como sea posible, la participación de representantes del sector público y del
sector privado en la discusión de las decisiones de política más importantes. Esto puede conseguirse como
producto de un proceso, a veces bastante largo, que incluye: a) consultas técnicas; b) información al públi-
co; y c) motivación. La práctica ha demostrado que para iniciar este proceso se requiere: una idea impactan-
te, una propuesta oportuna y una convicción firme. Esto último equivale a dar el impulso inicial en el lugar
preciso y en el buen momento.

Para llevar a cabo este proceso y darle el impulso deseado, no son suficientes los argumentos sólidos pero
unilaterales de los tecnócratas. Esos argumentos no siempre son suficientes para justificar las grandes opcio-
nes políticas. Tal como señala DE COULON (1978), la opinión pública, el número de partidarios y el buen
sentido, cuentan tanto o más que el criterio técnico.

Es verdad que en el Perú la opinión pública, lo que algunos llaman el "clamor público", todavía no tiene
un gran peso en las decisiones de política sobre recursos naturales, pero esta situación es previsible que se
modifique en pocos años y que cada vez, con más fuerza, el gran público movido por la prensa participe
en el diseño de la política general y en particular, de un recurso natural de importancia excepcional.

Aún en países como el Perú, con una conciencia pública incipiente en materia de conservación de recursos
naturales renovables, es considerable el número de personas y de grupos de personas que, según sus nive-
les y funciones, presentan iniciativas o toman decisiones sobre política de recursos naturales renovables
y en particular concernientes a la fauna silvestre, ya sea para bien o para mal.

En el ámbito nacional, en el Perú como en otros países, se reconoce dos niveles para las decisiones de polí-
tica:

Nivel de decisiones indirectas:


Pueblo soberano (apreciación teórica);
Partidos políticos;
Opinión pública (masa media);
Grupos de presión (asociaciones, entre otros).

Nivel de decisiones directas:


Poder Legislativo (Senado y Cámara de Diputados);
Autoridades del Poder Ejecutivo (Ministerios, órganos técnico—normativos especializados);
Conductores rurales y usuarios de contratos (por ejemplo, extractores forestales, extractores de
fauna).

222
a
La curiosidad de la vicuña es tan marcada, que pone en peligro su propia vida. En la foto una familia se acerca
Fig. 52: un perro, que por su posición inmóvil pasa por un objeto no bien definido.

Cuando se analiza estos niveles de decisión, salta a la vista que, dadas las condiciones socio—económicas
sido motivado por los
del país, el pueblo interviene raramente (ocasionalmente) y sólo después de haber
medios de información, personalidades influyentes, iniciativas locales o impulsado por hechos extraordi-
narios. Todavía en el Perú_ el pueblo, por lo general, no muestra una clara comprensión por los recursos
naturales y por el medio ambiente.

Al igual que en otros países, la actitud de los partidos políticos es variable. Sin embargo, como se ha consta-
as electorales, ningún partido se opone al manejo racional de los recur-
tado a lo largo de las últimas campan
sos naturales renovables.
Las asociaciones y otros grupos de presión, se pronuncian claramente, por lo general, como resultado de
la acción de algunos de sus miembros, quienes toman una posición definida.

Los que deciden, al final de cuentas, son


política como
sobre los pro y contra.
Se ha constatado que la acción del Poder Legislativo y de las altas autoridades ejecutivas del Estado se con-
unos casos neutralizar las propuestas de los especialistas en manejo de
trae a filtrar, contemporiza r y en alg
fauna silvestre.

223
En lo que se refiere a las dependencias oficiales técnicas (órganos técnico—normativos, o técnico—adminis-
trativos), su competencia real excede muchas veces a sus atribuciones legales y a sus derechos. Asimismo,
muchas de las decisiones políticas que les toca interpretar y aplicar son preparadas por esas mismas depen-
dencias oficiales.

Estas dependencias técnicas del Gobierno deben ocupar una posición expectante en el diseño de la políti-
ca sobre recursos naturales renovables y en este caso particular, en lo referente a la fauna silvestre, tanto
de hecho como de derecho. Esos órganos o servicios técnicos se encuentran en la intersección de múltiples
relaciones asumidas o especialmente adquiridas. Su posición,es corrientemente muy delicada e incómoda,
por cuanto su eficiencia no puede excluir la lealtad.

En el caso específico de los especialistas y ejecutivos que trabajan en el manejo de la fauna silvestre y en
particular de la vicuña silvestre, se debe tener en cuenta que ellos pueden contribuir con propuestas bien
fundamentadas, respaldadas por un trabajo eficiente y con una profunda convicción, al diseño de una po-
lítica coherente sobre el recurso. Es preciso que para ello tengan presente que todos los objetivos de una
buena política sobre recursos naturales renovables, tanto generales como específicos, se pueden agrupar
en dos grandes áreas.

Objetivo socio—económico; y
Objetivo ecológico.

Fig. 53: Vicuñas machos territoriales persiguen vehementemente a los perros indecisos, pero huyen de los atacantes.

224
Es absolutamente razonable, como indica DE COULON (1978), fijar estos dos objetivos al mismo tiempo,
aún más teniendo en cuenta que el objetivo socio—económico y el objetivo ecológico coinciden al nivel fi-
_
losófico.

Mediante estos dos objetivos amplios, la política particular de fauna silvestre, moderna, consigue:

1° Beneficiar, de la mejor forma y con rendimiento sostenido, a todos los entes vinculados con el recurso
(Estado, usuarios, etc.);
2° Satisfacer, dentro de lo posible y a largo plazo, las necesidades crecientes mediante una gestión de uso
apropiado del recurso fauna silvestre; y
3° Conservar y contribuir a conservar los paisajes y habitats, dentro de rangos naturales.
,
En términos generales no habrá oposición entre los objetivos socio—económico y ecológico si adopta una
política de aprovechamiento integral e integrado, impulsando las prácticas del ECODESARROLL
O. Sin ex-
cesos ni intolerancias, son objetivos que se complementan.

El ecodesarrollo o ecoconservación, es un movimiento muy reciente, que establece un puente entre la ecolo-
gía y la economía, propugna un desarrollo social y económico sustentado en bases ecológicas, de manera tal
que se obtiene la satisfacción de las necesidades y el mantenimiento de la productividad de los ecosistemas,
tal como se ha señalado en el primer capítulo de este libro.

La política en general y la política de fauna silvestre en particular tiene dos (2) medios reconocidos de eje-
cución que son: a) la legislación; y b) la administración. De ambos se tratará en los acápites que siguen.

Fig. 54: En la fase inicial de la pelea entre un macho territorial y un invasor, los dos corren paralelamente, mordiéndose
y golpeándose con el cuello.

225
2.0 Legislación

La Ley, que en una administración celosa y burocratizada se asume como un objetivo, no es sino un instru-
mento para ejecutar los lineamientos de política sin pasiones ni contrariedades.

Es preciso recordar que no deben multiplicarse ni complicarse excesivamente los diferentes dispositivos le-
gales (leyes, decretos—leyes, decretos y resoluciones supremas, resoluciones ministeriales).

La legislación de fauna silvestre y en particular la legislación sobre la vicuña, debe en primer lugar asegurar
la conservación del recurso que, como se ha visto, es uno de los objetivos esenciales de una política adecua-
da. La legislación debe, a continuación de ese objetivo, fijar las medidas eficaces para apoyar al poder públi-
co en la tarea de conservar el patrimonio faunístico y, al mismo tiempo, crear las bases para el aprovecha-
miento racional de las especies de animales silvestres que así lo permitan.

Con el correr del tiempo la legislación sobre fauna silvestre debe tender a armonizar, precisamente, el cum-
plimiento de los dos objetivos generales de la política de conservación (objetivo socio—económico y objeti-
vo ecológico).

2.1 Resumen sobre el Desarrollo Histórico y Cronológico de la Legislación sobre la Vicuña

En los pueblos antiguos que habitaron hace miles y cientos de años el territorio del Perú actual, al igual que
sucedió en otras latitudes, debieron existir normas para cuidar, en cierto modo, de los recursos naturales
que les procuraban la sobrevivencia. Por ello, es imaginable que las diferentes agrupaciones humanas que
prosperaron en esta parte de América desde hace 20,000 años (Lumbreras, 1977), fueron desarrollando
sistemas para defender, siquiera en parte, a las especies de la fauna que les servían de sustento.

No es aventurado pensar que los camélidos sudamericanos, por los beneficios que les reportaban, recibie-
ran distinto grado de atención de las culturas que se formaron, dominaron y sucumbieron en las tierras
que hoy conforman el Perú. Indudablemente, no se puede pensar que las normas que a este respecto apli-
caron el remoto Chavín, el reyno de Moche, los pueblos de Nazca, el imperio del Tiwanaku, el imperio
Wari o los reynos aymaras guardaran similitud con la concepción y procedimientos que hoy se tiene sobre
las leyes aquí y en diferentes partes del mundo. Sobre la actitud exacta de esas culturas en relación a la
conservación de la fauna silvestre, de los camélidos y en particular de la vicuña, no se conoce a ciencia
cierta el detalle, pues no hay sobre ello testimonios evidentes, Con excepción --(lelas famosas obras de alfa-
rería — los huecos. En muchos de ellos, con gran realismo el artista de la época ha transmitido las caracte-
rísticas de las especies animales y escenas de caza, con refinado y sorprendente arte.

Algunos estudiosos, extrapolando los conocimientos que se tienen sobre el uso histórico de la fauna en
otras partes del mundo, como por ejemplo los imperios orientales, Grecia y Roma, presumen que en el
Perú antiguo el reparto de este recurso, una vez que se dió inicio al Estado y las clases sociales, lo que ocu-
rrió entre los 1500 y 500 años antes de Cristo (Chavín), fue discriminatorio y como es fácil suponer lo
más sustancioso de él benefició primeramente a la elite: jefes, sacerdotes y guerreros. Aquí no se seguirá
con este punto, pues debe ser materia de mucha investigación científica.

Gracias a los cronistas de la Conquista, de los siglos XV y XVI •(DC), aquellos sorprendidos y minuciosos
observadores que recorrieron gran parte del país anotándolo todo lo que estaba al alcance de sus ojos, y
en especial debido a la magistral, aunque a veces idílica pluma de GARCI LASO INCA DE LA VEGA
(1609), se cuenta hoy con versiones sensiblemente más aceptables sobre la acción del imperio de los incas
en relación a la protección y aprovechamiento de las poblaciones de vicuña.

226
Fig. 55: En la fase final, el vencedor aprieta el cuello del vencido por abajo con todo su peso, originando la huida del con-
trincante.

Con gran acuciosidad GARCI LAZO relata en el capítulo VI del Libro Sexto de su monumental obra "Co-
mentarios Reales de los Incas", publicada en Lisboa en 1609, la captura de vicuñas que se hacía durante el
tal como se describe en la transcripción,
imperio para obtener su fibra, captura conocida como chacu,
casi total, que se ha hecho de ese capítulo en otra parte de este libro.

Los gobernantes del imperio habían impuesto severas normas prohibiendo la caza de animales silvestres
y por ende de la vicuña. En esta crónica se comprueba que la nobleza era la única regalada con la finísima
fibra de vicuña, y que la población recibía su carne.

En un imperio teocrático como el de los incas, en el cual el dios y el supremo gobernante se confunden en
una sola persona, era de esperarse que cualquier incumplimiento a las normas establecidas recibiera una
severa sanción, pasible, según los casos, de la pérdida de la vida, pues el desobedecer al monarca significaba
ofender al dios, tal comolo explican algunos estudiosos.

Los historiadores están de acuerdo en señalar que con la conquista del imperio del Tawantinsuyo por los
españoles, al romperse violentamente el orden establecido y producirse el choque cultural, las poblacio-
nes de vicuña comenzaron a declinar bajo la caza irracional, que fue, en realidad, una verdadera matanza.
Llegó a aplicarse el irracional sistema de pago de impuestos con fibra de vicuña al tesoro real español.

En el Perú colonial era bien conocida y mejor seguida la costumbre de recibir las leyes (ordenanzas reales)
Con tal mal ejemplo de las pro-
pero no aplicarlas. Se decía entonces: la ley se recibe pero no se cumple.
pias autoridades, es de suponer que la caza indiscriminada de la vicuña era cosa de todos los días.

227
Fig. 56: Machos ancianos, desplazados como macho territorial y jefe de familia, viven como solitarios el resto de su vida.

Cual no sería el retroceso que experimentaban las poblaciones de camélidos, domésticos y especialmente
silvestres, que en la segunda mitad del siglo XVI el Rey de España se vió forzado a dictar una ordenanza
real, del año de 1577, mediante la cual quedaba prohibida "la caza del ganado mayor", tratando de pro-
teger con ello a esas especies. En este campo hay bastante que investigar para escribir antecedentes amplios
sobre la actitud oficial frente a los recursos naturales renovables durante el tiempo del Virreynato. Sin em-
bargo, en muchos documentos, guardados algunos en los archivos de Indias (Sevilla, España), existen evi-
dencias de alguna preocupación de las autoridades reales por la situación de la vicuña.
1
El mal ejemplo y la peor práctica adquiridos durante los siglos de coloniaje, respecto al cumplimiento de
las leyes, subsistió con pocas modificaciones hasta hace pocos decenios y aún hoy se observan rezagos de
ese proceder antisocial. La fauna silvestre, y en particular la vicuña, la taruca y otras especies que compar-
ten con ella parte de su área de distribución, son las que han pagado con su retroceso una irresponsable ac-
titud hacia el patrimonio natural común.

Durante la Conquista y el Virreynato los pobladores no tuvieron la guía suficiente ni fueron alentados en
una creencia de preservación de la vicuña ni de los otros animales silvestres, con excepción posiblemente
de las aves guaneras. Los campesinos desarrollaron costumbres contraproducentes respecto a esa valiosa
especie. Mataron crías para obtener el cuajo, que supuestamente les permitía producir quesos de larga con-
servación y mejor calidad. Sacrificaban vicuñas, de cualquier manera, para obtener la fibra y producir te-
jidos muy bien cotizados pese a su baja calidad, en la mayoría de los casos. Fueron tiempos de despilfarro
de un recurso natural inestimable.

228
4r/ , .yo,y,
Vicuñas depositan sus heces únicamente en los estercoleros, que se encuentran en diferentes sitios de su territorio.
Fig. 57:

El advenimiento de la República, que prometió tiempos mejores para todos, debía también significar un
cambio frente a la fauna y los otros recursos. Haciendo honor a esa esperanza de algunos visionarios de la
época, el Libertador Simón Bolívar dictó en la ciudad del Cuzco el Decreto Dictatorial (N° 134) del 5 de
la caza de vicuñas. Por constituir un documen-
julio de 1825, mediante el cual se prohibía terminantement e
to histórico de valor, se transcribe aquí el texto completo de ese Decreto:

"SIMON BOLIVAR.— Libertador Presidente de la República de Colombia, Libertador de la del Perú y en-
cargado del Supremo Mando de ella.— Atendiendo: A la gran necesidad que hay de proporcionar por todos
los medios posibles el aumento de las vicuñas; .— Al descuido con que hasta ahora ha sido tratada esta her-
mosa y peculiar producción del Perú; .— A que al fin vendría a aniquilarse si continuasen las matanzas que
en todos los años se han hecho para sostener el comercio de sus lanas; he venido en decretar, y .--
DECRETO: 1° .— Se prohibe de hoy en adelante, la matanza de vicuñas en cualquier número que sea.—
2° .— A nadie le será permitida, ni aún con el pretexto de caza.— 3° .— Los que quieran aprovechar de la
s en los me-
lana para comerciarla u otros cualesquiera usos o beneficios, podrán verificarlos trasquilándola
ses de abril, mayo, junio y julio, para que la benignidad de la estación supla este abrigo de que se les priva.—
4° .— Los infractores de este decreto sufrirán pena de cuatro pesos por cada una de las vicuñas que mata-
sen, aplicables al delatador de la infracción.— 5° .— A los prefectos, intendentes y gobernadores les corres-
ponde el mayor celo y vigilancia sobre esta materia.— 6° .— El Secretario General queda encargado de la
ejecución y cumplimiento de este decreto.-- Imprímase, publíquele y circúlese.-- Dado en Cuzco, a 5
SIMON BOL/VAR.-- Por orden de Su Excelencia, Felipe Santiago Este-
de julio de 1825 — 6° y 4°
nós".

229
En otro Decreto, expedido también el 5 de julio de 1825, en la misma ciudad del Cuzco, el Libertador dis-
puso incentivos tributarios para aquellos que reunieran vicuñas mansas, atendiendo, según su criterio, que
ello traería grandes ventajas al Perú. Podría decirse, sin temor a equivocarse, que el manejo de la vicuña
que hoy se propugna a nivel técnico tiene en ese Decreto su remoto antecedente. Si bien el manejo no sig-
nifica exactamente amansamiento, la vigilancia en el campo resulta en su recuperación y aprovechamien-
to racional, ideal que intuía y propiciaba Simón Bolívar.

A partir, de ese año de 1825, y durante todos los gobiernos posteriores, fue casi un asunto de prestigio pa-- -
ra los Jefes del Estado ocuparse, aunque fuera tangencialmente, de la vicuña. Sobre esa preocupación, real
o aparente, nos da una idea la relación de una gran parte de los dispositivos legales dictados en favor de la
vicuña desde la fundación de la República, o de aquellos que en parte tratan sobre esta especie.

Año Dispositivo Legal Alcances

1825 1. Decreto Dictatorial del Libertador Prohibe la matanza de vicuñas en cual-


Simón Bolívar del 5 de julio quier número, aún con el pretexto de
la caza e impone sanciones pecunia-
rias.
2. Decreto Dictatorial del Libertador Otorga alicientes- tributarios y com-
Simón Bolívar del 5 de julio saciones pecuniarias a las personas que
se dediquen a reunir vicuñas mansas.

1845 Decreto Supremo del 29 de agosto Premia al Presbístero Juan Pablo Ca-
brera por haber obtenido paco—vicu-
ñas en Ayapata—Macusani (Puno).

1847 Decreto Supremo del 09 de agosto Otorga una pensión mensual de 50 pe-
sos al cura Juan Pablo Cabrera por ha-
ber cruzado la vicuña con la alpaca.

1851 1, Decreto Supremo del 10 de abril Prohibe la exportación de lana de al-


paca y de vicuña.
2. Decreto Supremo del 10 de abril Revigoriza el Decreto Dictatorial del
05 de julio de 1825 que prohibe la
matanza de vicuñas.

1907 Circular Ministerial del 05 de julio Previene a los prefectos de los departa-
mentos dar estricto cumplimiento al
Decreto Dictatorial del 05 de julio de
1825.

1917 Ley 2472 Establece la enseñanza en una granja
modelo de Puno sobre la crianza de
llamas, alpacas, vicuña y guanaco;
crea, además, un impuesto de 50 cen-
tavos sobre quintal de fibra que salga
del departamento de Puno, liberando
de este impuesto a la lana de alpaca de
primera calidad.

230
Año Dispositivo Legal Alcances

1920 1. Decreto Supremo del 08 de octubre Prohibe la fabricación de telas de fibra


de vicuña, la venta de sus pieles y artí-
culos fabricados con su lana.

2. Resolución Ministerial del 16 de Obliga a registrar los artículos en base
diciembre a pieles y fibras de vicuña.

1926 Decreto Supremo N° 083 del 09 de Prohibe la exportación de la fibra de


abril vicuña.

1933 Resolución Suprema del 08 de marzo Concede plazo para la exportación de


fibra de vicuña.

1936 Decreto Supremo N° 026 del 31 de Dispone que se pueden dedicar a la


enero crianza y exportación de la vicuña los
particulares o entidades que hayan ob-
tenido autorización de la Dirección de
Agricultura, Ganadería y Coloniza-
ción; establece las normas y procedi-
mientos para tal fin; mantiene en vi-
gencia la prohibición absoluta de co-
merciar con pieles de vicuña.

1940 Ley 9147 Declara la protección del Estado sobre


todas las especies de animales salvajes;
prohibe, entre otras especies, la caza
de la vicuña; prohibe la exportación
de ejemplares vivos de las especies ba-
jo protección absoluta; dispone penas
de prisión y multas según la gravedad
para los infractores.

1945 1. Ley 10202 Dispone la represión del abigeato.

2. Ley 10204 Establece marcas y señales del ganado
auquénido (camélidos).

1950 1. Ley 11207 Establece la Granja Modelo de Auqué-


nidos "La Raya"* con la cátegoría de
Estación Experimental.
* (Cuzco—Puno).
2. Resolución Ministerial del 16 de Excluye a los criadores de camélidos
mayo de la obligación de inscripción ante la
autoridad competente.

231
Año Dispositivo Legal Alcances

1954 Decreto Supremo N° 043 del 15 Dispone que las personas naturales, in-
de diciembre cluso los servidores del Estado, que
denuncien contrabando o efectúen de-
comisos de pieles o fibras de vicuña
tienen derecho a1,50% del producto
líquido de la venta de esos artículos
en subasta pública, así como de las
multas que se impongan.

1955 Resolución Ministerial N°2599 del Dispone que los Servicios Regionales
25 de noviembre de Agricultura procedan a hacer efec-
tivo las multas señaladas, entre otros,
en el Decreto Supremo N° 0043 del
15 de diciembre de 1954 debiendo
empozar el 50% y entregar el otro 50%
a las personas que resulten beneficia-
rias en los actuados en favor de la vi-
cuña.

1961 ) Decreto Supremo N°016 del 29 de Establece que el 50% del monto líqui-
do que se obtenga de la venta en su-
basta pública de las pieles, fibras o te-
jidos de vicuña decomisados deben ser
distribuidos por el Ministerio de Agri-
cultura entre las personas que hayan
intervenido en el omiso; el otro 50%
constituye ingresos del Servicio Fores-
tal y de Caza.

1962 Ley N° 14161 Modifica el artículo 4° de la Ley


9147, disponiendo que cometen delito
contra el patrimonio del Estado los in-
fractores de las prohibiciones conteni-
das en los artículos 20 y 30 de esa
Ley, debiendo ser sometidos a las pe-
nas, proCedimientos y demás disposi-
ciones aplicables de la Ley Especial
N° 10202 de represión del abigeato.

1963 Ley 14552, Ley Forestal Establece normas para la protección y


manejo de las especies de la fauna sil-
vestre, que inciden sobre la conserva-
ción de la vicuña.

232
Año Dispositivo Legal Alcances

1966 Resolución del Directorio del Otorga poder al Director General del
Servicio Forestal y de Caza Servicio Forestal y de Caza para sus-
cribir un Convenio de Cooperación
con la Comunidad Indígena de Luca-
nas (Ayacucho) para la protección de
la vicuña, que comprende la demarca-
ción de una Reserva Nacional en tie-
rras de propiedad de esa comunidad,
en la localidad de Pampa Galeras
(Ayacucho).

1967 1. Resolución Suprema N° 157—A Establece la Reserva de Vicuñas de


del 18 de mayo "Pampa Galeras" en una extensión de
6,500 hectáreas en el distrito ' y provin-
cia de Lucanas del departamento de
Ayacucho.

2. Ley 16726, Ley de Promoción y Declara, mediante el artículo 82 del


Desarrollo del Sector Agropecuario Capítulo VI, de interés, nacional la re-
serva de las áreas necesarias para la
preservación de las especies animales
y vegetales en vías de extinción; con-
sidera de singular prioridad la protec-
ción de la vicuña, entre otras especies
en vías de extinción.

1969 1. Decreto Ley N° 17816 Amplía el contenido de la Ley N°


9147 que prohibe en forma absoluta
la caza de la vicuña; prohibe por el tér-
mino de 10 años la exportación, im-
portación y comercio interno de fibras
y pieles de vicuña, así como de artícu-
los manufacturados con éstas; prohibe
la exportación de vicuñas vivas excep-
tuando ejemplares no aptos para la re-
producción con fines de investigación
científica y exposición en zoológicos;
establece la obligación de denunciar a
los infractores otorgándose a los de-
nunciantes una participación del 50%
del monto de las multas; establece se-
veras sanciones para los cazadores y
comerciantes no pudiendo acogerse
los inculpados al beneficio de la liber-
tad provisional, condena condicional
ni libertad condicional.
Año Dispositivo Legal Alcances

2. Resolución del Poder Ejecutivo Ratifica el Convenio entre el Gobier-


no de la República de Bolivia y el Go-
bierno de la República del Perú para
la conservación de la vicuña, firmado
en La Paz el 16 de agosto de 1969.

1975 1. Decreto Ley 21080 Aprueba la Convención para el Comer-


cio Internacional de las Especies Ame-
nazadas de la Fauna y Flora Silvestres,
suscrita por el Gobierno del Perú el 20
de diciembre de 1974.

2. Decreto Ley N°21147, Ley Establece que la fauna silvestre pede-


Forestal y de Fauna Silvestre nece al dominio público y que su ex-
tracción debe sujetarse a las disposi-
ciones de esa Ley. Faculta al Poder
Ejecutivo, entre otros, a declarar veda-
do por plazo indefinido el aprovecha-
miento de las especies de la fauna en
vías de extinción; dicta otras disposi-
ciones para la protección y uso racio-
nal de los animales silvestres.

1977 1. Decreto Supremo N° 158-77—AG Aprueba el Reglamento de Conserva-


del 31 de marzo ción de Flora y Fauna Silvestres de la
Ley Forestal y de Fauna, que norma
el artículo 4° del Título I, el Capítulo
II del Título IV, así como el inciso b)
del artículo 280 y los artículos 290,
43° y 44° del Capítulo I del Título
IV de la referida Ley.
Decreto Supremo N° 160-77—AG Aprueba el Reglamento de Unidades
del 31 de marzo de Conservación que norma el capítu-
lo II del Título II de la Ley Forestal y
de Fauna Silvestre (Decreto Ley
21147)
Resolución Ministerial N°01710— Aprueba la clasificación de las especies
AG/DG FF del 30 de septiembre de flora y fauna silvestre, que conside-
ra a la vicuña en situación vulnerable.

1978 Decreto Supremo N° 206-78—AA Establece el Proyecto Especial de Uti-


del 05 de diciembre lización Racional de la Vicuña, encar-
gándosele ejecutar las acciones de con-
servación y manejo de la vicuña.

234
Año Dispositivo Legal Alcances

1979 Constitución Política del Perú Establece, mediante el artículo 118,


que los recursos naturales renovables y
no renovables son patrimonio de la
Nación, debiendo fijar la Ley las con-
diciones de su utilización por el Esta- •
do y por los particulares; establece
otras normas constitucionales relativas
a la conservación de los recursos natu-
rales renovables contenidos en el Capí-
tulo II del Título Tercero.

1980 1. Decreto Ley 22964 Dispone que el Ministerio de Agricul-


tura, a través del Proyecto de Utiliza-
ción Racional de la Vicuña, compensará
en dinero a las comunidades campesinas
y demás propietarios de los terrenos
donde habiten vicuñas sujetas al manejo
del citado Proyecto.
Resolución Suprema N° 0064 —. Dispone que el Ministerio de Agricultu-
80—AA—PEURV del 26 de marzo ra aprobará y autorizará a la Dirección
Ejecutiva del Proyecto de Utilización
Racional de la Vicuña la suscripción
con los representantes legales de las co-
munidades campesinas y demás propie-
tarios de un contrato mediante el cual
se fijan los derechos y obligaciones de
las partes contratantes involucradas en
la conservación de la vicuña..

Decreto Ley 22984 Aprueba el Convenio para la Conserva-
ción y Manejo de la Vicuña suscrito en
Lima el 20 de diciembre de 1979.
4. Decreto Legislativo N° 002 del Dicta la Ley de Promoción y Desarrollo
17 de noviembre Agrario que dispone en su artículo 10°,
que el Ministerio de Agricultura en res-
guardo de la conservación y convenien-
te utilización de las especies vegetales y
animales silvestres, podrá dictar disposi-
ciones reglamentarias y restricciones pa-
ra su extracción, recolección o caza, así
como para su comercialización.

Más adelante se hará un breve análisis de algunos de los dispositivos legales indicados en la relación prece-
dente. Sin embargo, es necesario resaltar aquí queda Ley 9147 y el Decreto Ley 17816 representan dos
importantes hitos en la evolución de la legislación sobre conservación de la vicuña.

235
En lo que ha pasado de la vida republicana del Perú y hasta el inicio del Proyecto de Conservación y Utili-
zación Racional de la Vicuña, a partir de los años setenta, no existía una clara definición del Estado en
relación al beneficio que la especie vicuña debía reportar al pueblo, particularmente a la población cam-
pesina. Con el aliento a las llamadas granjas, en manos de terratenientes, lo único que se propiciaba era una
caza furtiva para cumplir con las cuotas de fibra de vicuña ofrecidas y comprometidas con el exterior. El
número de vicuñas que llegó a tener una conocida granja en Puño, no justificaba el número de kilógramos
exportados periódicamente. Por otra parte, el pueblo, los campesinos para más precisión, seguían con
prácticas-abusivas,-sacrificando vicuñas para su uso directo o para el comercio ilícito. La legislación, en
verdad, no era coherente para adelantar la conservación del valioso camélido.

El concepto, bien fundamentado, que la recuperación de la vicuña tiene que ser seguida por su aprovecha-
miento racional en el momento oportuno, posibilita la participación de la población rural, de los campe-
sinos más desamparados de la puna, en los beneficios que genere el manejo de esa especie. Si ésto se ejecu-
ta, tal como se concibe, se logrará, indiscutiblemente, el apoyo del campesinado en la conservación de la
vicuña y el cumplimiento óptimo de la legislación que la encausa. El hombre del campo tiene que ser par-
tícipe real para que comprometa su esfuerzo en la tarea nacional de recuperar a la vicuña, ampliar sus
áreas de distribución y aprovecharla racionalmente para beneficio de la sociedad.

Esto no debe hacer perder de vista, que ahora y por muchos años más, la ley tiene que asegurar un control
óptimo y regular la protección de la especie en el campo, además de impedir el tráfico de productos de vi-
cuña provenientes de la caza furtiva.

40 /

Fig. 58: Los baños diarios en el polvo de los revolcaderos constituyen un factor importante para la salud de las vicuñas.

236
2.2 Legislación sobre la Vicuña en Países Vecinos. Convenios Binacionales y Multinacionales

2.2.1 Legislación en Países Vecinos y otros

Un país que está decidido a preservar las poblaciones de una determinada especie de la fauna silvestre y
que, por razones de su distribución natural, comparte con sus vecinos, tiene que llevar a cabo imprescindi-
bles acciones de coordinación, haciendo uso de los canales diplomáticos a su disposición. Ese es el caso
concreto de la vicuña, que como ya se ha visto, presenta una distribución actual que incluye territorios
de Argentina, Bolivia y Chile, aparte del Perú.

— Bolivia:

El 10 de noviembre de 1968, el Presidente Constitucional de la República de Bolivia expidió el Decreto


Supremo N° 08533, disponiendo en su artículo 1° la prohibición absoluta para la exportación, importa-
ción y toda clase de comercialización de la vicuña como animal vivo, fibra, cuero y todos los productos
derivados, por el término de diez años.

Hasta esa fecha, al parecer, era permitida en ese país la importación de fibra y productos de vicuña, lo que,
naturalmente, influía sobre la situación de la especie en los países limítrofes.

Por ese mismo Decreto Supremo se autorizaba al Ministerio de Agricultura a firmar un convenio multi-
nacional para la protección concertada de la vicuña.

Al año siguiente, en 1969, el Gobierno de Bolivia dictó el Decreto N° 08731, de , 9 de abril, que en su ar-
tículo 1° a la letra dice: Queda absolutamente prohibida la exportación, importación y toda comercializa-
ción de la vicuña viva, de su lana, cuero y productos provenientes de dicho animal. En el artículo 2° de
ese mismo Decreto Supremo, se establece: Las actuales existencias de lana de vicuña en vellón, hilado, te-
jidos, cueros crudos, cueros curtidos, colchas y otros productos derivados, en el mercado, serán declarados
por sus tenedores ante la División Forestal, Caza y Pesca dependiente del Ministerio de Agricultura, en el
plazo de 60 días de la publicación del presente Decreto' Supremo a los fines de su inventariación y consi-
guiente comercialización, la misma que se efectuará en el término de 120 días, computables a la fecha de
este Decreto Supremo.

En ese mismo dispositivo legal quedaba abierta la posibilidad que los próductos decomisados de vicuña en-
traran nuevamente al mercado mediante el expediente de la subasta pública. Con ello se mantenía un esca-
pe fácil a la Ley.

Es de esperar que con la aplicación del numeral 41 del artículo 2° del Decreto Supremo N° 09328, de 23
de julio de 1970, mediante el cual se estipulaba que constituye una infracción atentatoria contra los recur-
sos naturales renovables la comercialización de los productos de las especies cuya caza o pesca está prohi-
bida por Ley, agregando en el numeral 42 de ese mismo artículo: Especialmente la caza de vicuñas, chin-
chillas, paliguanas, o flamencos, cóndores y águilas.

Es indudable que Bolivia ha mostrado actividad en materia legislativa en favor de la vicuña, siendo de espe-
rar que el Perú y los demás países realicen, con esa República, coordinaciones necesarias tendientes a con-
seguir normas coincidentes.

237
— Chile:

En este país se encuentra vigente el Decreto Supremo N° 040, del 22 de febrero de 1972, mediante el cual
se encuentran prohibidos por tiempo indefinido la caza, transporte y comercialización de los ejemplares
vivos de vicuña y de sus productos (especímenes).

Por otra parte, en Chile existe un adelantado control sobre posesión y uso de armas de fuego, lo que faci-
lita en gran medida las acciones de protección de la vicuña. Las autondades responsables de la conserva-
ción de la fauna han sabido ganarse el apoyo de las instituciones policiales (Carabineros de Chile) y de las
fuerzas armadas, informando a sus miembros sobre las prohibiciones de caza, especialmente de la vicuña
y evitando infracciones por parte desellos.

— Argentina:

El sistema federal argentino de organización del Estado, crea muchos inconvenientes para contar con una
legislación nacional en materia de conservación de fauna, que se refleja en la situación legal que atañe a la
especie vicuña, en el ámbito de esa República. Las provincias son muy celosas de sus esfuerzos y no siem-
pre ven con buenos ojos las disposiciones federales sobre los recursos que consideran materia de su compe-
tencia legislativa.

La conservación de la vicuña en ese país exige que se implemente en todo su territorio el cumplimiento
de las disposiciones contenidas en la Ley N°22.421, de 1981, y en su reglamentación aprobada por Decre-
to N°691/81, publicado el 7 de abril de 1981.

2.2.2 Convenios Binacionales y Multinacionales

Para lograr un mejor control del tráfico de especímenes (ejemplares vivos y productos) de las especies pro-
tegidas de la fauna silvestre, el mecanismo de los convenios binacionales y multinacionales reviste una sin-
gular importancia. En efecto, la suscripción y ejecución de ellos permite coordinar las acciones necesarias
para luchar con mayor éxito contra los contrabandistas, disminuyendo así el impacto del tráfico en la situa-
ción de las especies en el campo. Por otra parte, esos convenios hacen posible el desarrollo de importantes
investigaciones conjuntas y posibilitan la puesta en marcha de campañas de difusión, sólo para señalar al-
gunos de los efectos altamente positivos de la celebración de tales acuerdos. —

Finalmente, hay que recordar que desde el punto de vista del Derecho, los convenios binacionales y multi-
nacionales que inequivocadamente son tratados internacionales, constituyen una clara expresión de ley co-
mún que rige en los dos o más países que los suscriben.

El artículo 101 de la Constitución Política. (1979), dispone: Los tratados internacionales celebrados por el
Perú con otros Estados, forman parte del derecho nacional. En caso de conflicto entre el tratado y la ley,
prevalece el primero.

— Convenio entre el Gobierno de la República de Bolivia y el Gobierno de la República del Perú para la
Conservación de la Vicuña (La Paz, 1969).—

Comprendiendo que la cooperación bilateral es uno de los mejores medios para conseguir apreciables resul-
tados en la política interna de protección de los recursos naturales renovables, y en particular de las espe-
cies de la fauna silvestre, desde el inicio del año de 1969 se llevaron a cabo contactos oficiales entre auto-
ridades técnicas, ejecutivas y diplomáticas de Bolivia y Perú, tendientes a encontrar las coincidencias nece-
sarias para la celebración de un acuerdo en favor de la vicuña. Esta acción tuvo sus antecedentes más cerca-
nos en las resoluciones de la Primera Reunión de Técnicos representantes de Argentina, Bolivia y Perú, pa-

238
ra el Estudio y Protección de la Vicuña, llevada a cabo bajo los auspicios de los Servicios Forestales y de
Caza de Bolivia y del Perú en la ciudad de Arequipa (Perú), del 10 al 12 de diciembre de 1964, y en los
acuerdos aprobados en la Conferencia Latinoamericana sobre la Conservación de los Recursos Naturales
Renovables, efectuada en San Carlos de Bariloche (Argentina) del 27 de marzo al 2 de abril de 1968. En
ambas reuniones se trató, con el necesario detalle, la situación de la vicuña en esa época y se reiteró la ne-
cesidad de celebrar un convenio multinacional destinado a alentar las acciones comunes de conservación
de la vicuña.

Contándose con la activa participación de los Ministerios de Agricultura y personalidades políticas e influ-
yentes de ambos países, y cumplidas todas las formalidades del caso, se celebró en La Paz, el 16 de agosto
de 1969, el Convenio entre el Gobierno de la República de Bolivia y el Gobierno de la República del Perú
para la Conservación de la Vicuña, el mismo que por acuerdo de las partes quedó abierto a la adhesión de
los Gobiernos de Argentina y Chile.

Este convenio (PERU, 1969), de trascendental importancia histórica y política, consta de diez (10) artí-
culos, que abarcan los campos siguientes:

Prohibición y represión de la caza de vicuña y del comercio de fibras ("Lanas"), pelos, pieles y produc-
tos manufacturados en el ámbito del propio territorio nacional de cada Parte (Art. 1°).

Compromiso de impedir la comercialización ("tráfico") de los productos de vicuña procedentes del co-
miso (Art. 1°).

Prohibición de exportación e importación de fibras, pelos, pieles y productos manufacturados de vicuña


por el término de diez (10) años (Art. 2°).

Prohibición de exportación de vicuñas vivas, con excepción de aquellas no aptas para la reproducción
destinadas a fines científicos y jardines zoológicos legalmente establecidos (Art. 3°), debiendo los or-
ganismos competentes fijar las cuotas correspondientes (Art. 4°).

Compromiso de establecer y mantener reservas y centros de crianza de la vicuña (Art. 5°).

Compromiso de realizar estudios integrados sobre la biología y manejo de la vicuña (Art. 6°).

Realización de reuniones periódicas a nivel de técnicos y otros (Art. 6°).

Establecimiento de un Centro de Información Permanente en el Perú (Art. 6°).

Desarrollo de una amplia campaña de difusión ("divulgación") sobre la conservación de la vicuña (Art.
7o).

Designación del Gobierno del Perú en calidad de Depositario del Convenio (Art. 10°).

En Lima el 15 de enero de 1970, los Ministros de Relaciones Exteriores de Bolivia y Perú procedieron al
canje de los Instrumentos de Ratificación del Convenio, el mismo que según lo acordado en su artículo
9° entró en vigor 30 días después, debiendo regir hasta un año después que una de las partes notificase a
la otra su decisión de modificarlo o ponerle término.

El Instrumento de Adhesión al Convenio fue dado por el Presidente de la Nación Argentina, en Buenos
Aires, el 11 de octubre de 1971, (ARGENTINA, 1971), Instrumento que procedió a depositar su Emba-
jador en Lima, el 15 de octubre de 1971, tal como consta en la respectiva Acta de Depósito.

239
Por otra parte, el Presidente de la República de Chile, en base a la aprobación para la Conservación de la
Vicuña prestada por el Congreso Nacional, lo aceptó en todas sus partes e hizo extender el respectivo Ins-
trumento de Adhesión el 18 de agosto de 1972 (CHILE, 1972). Ese Instrumento fue depositado en Lima
el 5 de enero de 1973.

Un rápido análisis de la ejecución del Convenio que se trata aquí, permite señalar que los artículos 10 y
20 del mismo, referentes a las prohibiciones de caza y comercio internos de especímenes de vicuña y a la
exportación e importación-de los mismos,-fue cumplida suficientemente por las Partes, desde el punto de —
vista legal. Es así, que el Gobierno del Perú promulgó al mes siguiente de la celebración del Convenio, es
decir en septiembre, el Decreto—Ley 17816 mediante el cual se dictaban e instrumentaban las disposicio-
nes necesarias para aplicar los compromisos asumidos en el Convenio. El Gobierno de Chile, por su parte,
para satisfacer los intereses nacionales y previendo su adhesión al Convenio, expidió el Decreto Supremo
N° 040-22-2-72, que como ya se ha visto, dispone la prohibición por tiempo indefinido de la caza,
transporte y comercialización de ejemplares vivos y productos de vicuña. Bolivia mantuvo las disposicio-
nes contenidas en el Decreto Supremo N° 08731, referente, entre otros, a la prohibición de exportación,
importación y toda comercialización de especímenes de vicuña. En ese país existía una prohibición ante-
rior para la caza de ejemplares de vicuña.

Todo esto permite afirmar que el Convenio para la Conservación de la Vicuña (La Paz, 1969) fue un pode-
roso aliciente, además de un compromiso entre Partes, para modificar en lo necesario las respectivas legisla-
ciones nacionales sobre protección al valioso camélido.

Hay que señalar, sin embargo, que los otros acuerdos fueron cumplidos sólo parcialmente. Por ejemplo, al
amparo del Convenio sólo se efectuaron tres reuniones, de las previstas en su artículo 60: una de autorida-
des y especialistas técnicos de Bolivia y Perú, en marzo de 1970, en La Paz y las otras recién en octubre y
diciembre de 1979, denominadas Primera-y Segunda Reunión de los Países Signatarios del Convenio para
la Conservación de la Vicuña. No se dió cumplimiento, por otro lado, al establecimiento y funcionamiento
del Centro de Información Permanente, en vista que no se encontraba bien estipulada, y no se hizo casi
nada para ello, la participación económica de las Partes para su sostenimiento. No había ningún compro-
miso para que el Perú lo hiciera por sí solo.

— Convenio para la Conservación y Manejo de la Vicuña (LIMA:1969).

En la Primera Reunión de los Países Signatarios del Convenio para la Conservación de la Vicuña (LA PAZ,
1969) celebrada en las ciudades de La Paz y Lima, del 9 al 19 de octubre de 1979, los representantes de
esos países procedieron a evaluar los resultados del citado Convenio, acordando recomendar a sus respec-
tivos Gobiernos la suscripción de uno nuevo (PERU, 1979).

En el transcurso de la Segunda Reunión de los Países Signatarios del citado Convenio, realizada en Lima
del 17 al 20 de diciembre de 1979, se procedió a revisar el proyecto de nuevo convenio elaborado en la
Primera Reunión, aprobando su texto definitivo. Cumplidas todas las formalidades del caso, los plenipo-
tenciarios debidamente acreditados de los Gobiernos de Bolivia, Chile, Ecuador y Perú, suscribieron el
20 de diciembre del citado año, en Lima, el convenio cuyo texto se transcribe a continuación:

240
CONVENIO PARA LA CONSERVACION Y MANEJO DE LA VICUÑA.— Los Gobiernos de las Repúbli:
cas de Bolivia, Chile, Ecuador y Perú, animados del propósito de continuar fomentando la conservación
y el manejo de la vicuña, y en consideración a la experiencia recogida en la ejecución del Convenio para
la Conservación de la Vicuña suscrito en La Paz, el 16 de agosto de 1969, reSuelven celebrar un nuevo Con-
venio para la Conservación y Manejo de la Vicuña, en los términos siguientes: .-- Artículo 1°.— Los
Gobiernos signatarios convienen en que la conservación de la vicuña constituye una alternativa de pro-
ducción económica en beneficio del poblador andino y se comprometen a su aprovechamiento gradual
bajo estricto control de Estado, aplicando las técnicas para el manejo de la fauna silvestre que determinen
sus organismos oficiales competentes.— Artículo 2°.— Los Gobiernos signatarios prohiben la caza y la
comercialización ilegales de la vicuña, sus productos y derivados en el territorio de sus respectivos países.—
Artículo 3°.— Los Gobiernos signatarios prohiben la comercialización interna y externa de la vicuña, sus
productos al estado natural y las manufacturas de éstos hasta el 31 de diciembre de 1989. Si alguna de
las partes alcanzara un nivel de poblaciones de vicuña cuyo manejo permitiere la producción de carne,
vísceras y huesos, así como la transformación de cueros y de fibra en telas, podrá comercializarlos bajo
estricto control del Estado. La comercialización de cueros transformados y de telas se hará utilizando
marcas y tramas internacionalmente reconocibles, registradas y/o patentadas, previa coordinación con
las partes a través de la Comisión Técnico—Administradora del presente Convenio y en coordinación con
la Convención sobre el Comercio Internacional de Especíes Amenazadas en Fauna y Flora Silvestres
(Washington, 1973).— Artículo 4°.— Los Gobiernos signatarios prohiben la exportación de vicuñas fér-
tiles, semen u otro material de reproducción, con excepción de aquellas destinadas a alguno de los paí-
ses miembros para fines de investigación y/o repoblamiento.— Artículo 5°.— Los Gobiernos signatarios
se comprometen a mantener y desrrollar los parques y reservas nacionales y otras áreas protegidas con
poblaciones de vicuñas y a ampliar las áreas de repoblamiento bajo manejo en su forma silvestre priori-
tariaménte y siempre bajo control del Estado.— Artículo 6°.— Los Gobiernos signatarios convienen en
continuar con las investigaciones integrales sobre la vicuña, incluyendo los aspectos bioecológicos, socio-
económicos y otros. Asimismo, se comprometen a realizar un intercambio activo de información a través
del Centro Multinacional de Documentación, con sede en la República de Bolivia.— Artículo 7°.— Los
Gobiernos signatarios convienen en prestarse asistencia técnica mutua para el manejo y repoblamiento
de la vicuña, incluyendo la capacitación de personal, así como la difusión y extensión de las acciones
tendientes a la conservación y manejo de la especie.— Artículo 8°.— Con la finalidad de evaluar el cum-
plimiento del Convenio, mantener informadas a las partes y recomendar soluciones para los problemas
que plantee la aplicación del mismo, los Gobiernos signatarios convienen en establecer la Comisión Téc-
nico—Administradora del presente Convenio, integrada por representantes de cada uno de los países. La
Comisión se reunirá anualmente y su Reglamento será aprobado en la primera reunión de la misma.—
Artículo 9°.— Para facilitar la aplicación e interpretación del presente convenio las partes acuerdan defi-
nir los términos siguientes: .— Conservación: Acción destinada a manejar y aprovechar la vicuña.— Mane-
jo: Aplicación de técnicas para incrementar la población de vicuñas hasta cubrir la capacidad de carga de
los- pastos de una determinada región, zona o área y, posteriormente, mantener el equilibrio entre ella y
ésta, recurriendo a métodos técnicamente aceptados, como el traslado y/o la saca de vicuñas.— Aprove-
chamiento: Utilización de la fibra de la vicuña obtenida por esquila o de los animales sacrificados, así
como la carne, cuero, vísceras y otros productos de éstos. Este concepto también incluye la utilización
indirecta de la vicuña con fines turísticos, científicos y culturales.— Saca: Beneficio de vicuñas por mé-
todos apropiados, incluido el sacrificio con armas de fuego de animales enfermos, viejos, machos solteros
y en casos justificados, de grupos familiares.— Caza Ilegal: Eliminación, beneficio o captura de vicuñas
sin control ni autorización del organismo estatal competente.— Comercialización Ilegal: Toda forma de
transferencia de la vicuña y de sus productos (venta, trueque, importación, exportación, transporte, etc.),
sin control ni autorización del organismo estatal competente.— Piel: Cuero de vicuña con su fibra.— Cue-
ro: Piel de vicuña sin su fibra.— -Artículo 10°.— El presente convenio tendrá aplicación provisional desde
la fecha de su suscripción y entrará en vigor a partir del momento en que el tercer instrumento de ratifi-
cación sea entregado al Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, Depositario del Convenio, el que
deberá comunicarlo a las demás Partes. Para los otros Estados signatarios continuará la aplicación provi-
sional del Convenio hasta que depositen sus respectivos instrumentos de ratificación.— Artículo 11°.—
La Parte contratante que deseare denunciar al presente Convenio, deberá comunicar su intención a las
demás mediante Nota Diplomática dirigida al Depositario. La denuncia surtirá efecto luego de transcurri-

241
do un año de la fecha en que el Depositario haga saber al Gobierno denunciante que ha comunicado su
decisión a las Partes.— Artículo 12°.— El presente Convenio quedará abierto a la suscrpción, únicamen-
te de la República Argentina por ser parte del Convenio para la Conservación de la Vicuña, suscrito en
La Paz en 1969.— Artículo 13°.— Por su carácter específico, el presente Convenio no estará abierto a
la adhesión de otros países.— En fé de lo cual, los Plenipotenciarios debidamente acreditados, suscriben el
presente Convenio, redactado en idioma español, en la ciudad de Lima, Perú, a los 20 días del mes de di-
ciembre de 1979."

Contándose con el texto íntegro de este Convenio, sería ocioso proceder a su resumen. Sin embargo, se
quiere resaltar, sin ánimo de abarcarlo todo, los aspectos siguientes:

Reconocimiento, de los Gobiernos de las Partes sobre el hecho que la vicuña constituye una alterna-
tiva de producción económica en beneficio del poblador andino (Art. 1°).

Compromiso de las Partes a un aprovechamiento gradual bajo estricto control del Estado (Art. 10).

Prohibición de la caza y comercialización ilegal de los ejemplares y productos derivados de vicuña


en el territorio de cada uno de los países Parte (Art. 20).

Prohibición para la comercialización interna y externa de ejemplares de vicuña, productos al estado


natural y las manufacturas hasta el 31 de diciembre de 1989 (Art. 30)•

Comercialización, bajo estricto control del Estado, de carne, vísceras, huesos, cueros transformados
y telas de vicuña, únicamente en el país Parte en el que se alcance un nivel de las poblaciones de vi-
cuña cuyo manejo permita la producción de los bienes señalados (Art. 30). Este acuerdo es una excep-
ción a la prohibición fijada en la primera parte del artículo citado.

Acuerdo para que la comercialización de cueros transformados y de telas, a que se refiere la excepción
señalada anteriormente, se haga utilizando marcas y tramas internacionales reconocibles, registradas
y patentadas, previa coordinación con las Partes (Art. 30)•

Prohibición de exportación de vicuñas fértiles, semen y—otro material de reproducción, con excepción
de los destinados a un país Parte, sólo con fines de investigación y repoblamiento (Art. 4°).

Compromiso de desarrollar áreas naturales protegidas para la vicuña (Art. 50).

9.— Compromiso de ampliar las áreas de repoblamiento bajo manejo, prioritariamente en su forma silves-
tre, bajo control del Estado (Art. 5°).

10.—Compromiso para continuar con investigaciones integrales sobre la vicuña, e intercambiar información,
así como para prestarse asistencia técnica mutua (Art. 60 y 70).

11.—Establecimiento de una Comisión Técnico—Administrativa, con una reunión anual y Reglamento apro-
bado en su primera reunión (Art. 80)•

12.— Designación del Gobierno del Perú como Depositario del Convenio (Art. 10°).

De todos los países signatarios del Convenio para la Conservación y Manejo de la Vicuña, el Gobierno del
Perú fue el primero en aprobarlo, mediante el Decreto Ley N° 22984, del 15 de abril de 1980. En el mes
de septiembre de ese mismo año el Gobierno de Bolivia ratificó el Convenio expidiendo el Decreto Supre-
mo N° 17625 (30 Sept. 1980). Por su parte, la Junta de Gobierno de Chile aprobó el Convenio suscrito
en Lima con un Decreto Ley de 1° de diciembre de 1980'(CH I LE, 1980).

242
Fig. 59: Con ciertos intervalos, las vicuñas se bañan en las fuentes de agua de poca profundidad, pero no nadan voluntaria-
mente.

Es de suponer que el mecanismo previsto en el Convenio tratado, que se refiere a la evaluación de su cumpli-
miento mediante el funcionamiento de la Comisión Técnico—Administradora, permitirá tomar a tiempo to-
das las medidas necesarias para adelantar las tareas comunes de conservación de la vicuña. Hasta el presen-
te, la citada Comisión se viene reuniendo con la regularidad prevista, habiendo celebrado su primer encuen-
tro en Lima del 26 al 30 de mayo de 1980, en el cual aprobó su Reglamento interno; el segundo en La Paz
y Arica en abril—mayo de 1981 y la tercera reunión en Santiago, en abril de 1982.

— Convenio entre el Gobierno de la República de Bolivia y el Gobierno de la República Argentina (Bue-


nos Aires, 1981).

Los Gobiernos de Argentina y Bolivia celebraron su Convenio en la ciudad de Buenos Aires, el 12 de febre-
ro de 1982, con el propósito de preservar e incrementar sus recursos naturales, con especial referencia a
la vicuña, que si bien no concierne directamente a las actividades de col ,ervación de la vicuña en el Perú,
tiene, sin duda, un efecto digno de tomarse en cuenta. Ese Convenio lo han celebrado dos países que com-
parten con el Perú el área de distribución de la vicuña y que uno de ellos, Bolivia, ya forma Parte del Con-
venio para la Conservación y Manejo de la Vicuña (Lima 1979). Es por ello, que las autoridades peruanas
responsables de la conservación de fauna y en particular de la vicuña, deben estar al tanto de la ejecución
de ese Convenio, procurando la información correspondiente por medio de los canales diplomáticos. En
vista de la conveniencia de estar bien enterado del Convenio entre esas dos repúblicas, se transcribe aquí
el texto completo del mismo.

243
CONVENIO ENTRE EL GOBIERNO DE LA REPUBL1CA DE BOLIVIA Y EL GOBIERNO DE LA RE-
PUBLICA ARGENTINA PARA LA PROTECC1ON Y CONSERVACION DE LA VICUÑA. -- El Gobier-
no de la República de Bolivia y el Gobierno de la República Argentina, — Con el propósito de preservar e
incrementar sus recursos naturales, con especial referencia a la vicuña (Vicugna vícugna) especie autóctona
que se encuentra en peligro de extinción, — HAN convenido lo siguiente: .— Artículo I.— Las Partes Con-
tratantes se comprometen a prohibir y reprimir la caza de la vicuña, el comercio interno y externo de vicu-
ñas vivas y de todos sus productos naturales o manufacturados, cualquiera sea su origen o materiales de re-
-producción y a impedir el tráfico de animales vivos y de productos de vicuña, incluyendo los de decomiso.—
Artículo II.— Las Partes Contratantes se obligan al mantenimiento, incremento y mejoramiento de sus re-
servas y refugios para el aumento de las poblaciones nacionales de vicuñas, así como a evaluar, en el plazo
de un año, la posibilidad de creación de una Reserva Binacional, conforme lo prevé el Convenio entre los
Gobiernos de Bolivia y Argentina sobre Protección de Bosques y Fauna en integración de Parques Fronte-
rizos, suscrito en La Paz el 16 de marzo de 1976.— Artículo III.— El Gobierno de la República Argentina
se compromete a financiar los estudios para el establecimiento de la Reserva Binacional a que hace mención
el artículo precedente, con excepción de los servicios personales de la contraparte boliviana.— Artículo
IV— Las Partes Contratantes se comprometen a establecer planes coordinados de investigación sobre aspec-
tos biológicos y zootécnicos de la especie Vicugna vicugna que permitan sentar las bases para su adecuado
manejo y conservación, así como también a coordinar las diferentes acciones que se lleven a cabo en cada
país para la protección de la vicuña y establecer el control Binacional de las poblaciones de esta especie en
las reservas y refugios en funcionamiento en ambos territorios.-- Asimismo se comprometen a realizar pro-
gramas recíprocos de capacitación de personal, organizar reuniones científicas y técnicas, publicar biblio-
grafías, intercambio de experiencias y material de investigación, divulgar material educativo, apoyo al Cen-
tro de Documentación Multinacional de Camélidos con sede en Bolivia, y toda otra actividad que procure
mejorar el nivel de conocimiento científico, técnico y cultural sobre la vicuña y su ecosistema.--- Artículo
El Gobierno de Bolivia, firmante de la "Convención para la Conservación y Manejo de la Vicuña", sus-
crita en Lima el 20 de diciembre de 1979, conjuntamente con los Gobiernos de las Repúblicas de Chile,
Ecuador y Perú, no hará uso de sus privilegios de utilización racional de la vicuña, durante la vigencia del
presente Convenio.— Artículo VI.— Las Partes Contratantes establecerán una Comisión Técnico—Adminis-
tradora, integrada por funcionarios de los Ministerios de Relaciones Exteriores de uno y otro país y técnicos
vinculados directamente a los organismos ofíciales de los Programas Nacionales de Conservación de la Vicu-
ña de la República de Bolivia y la República Argentina. Esta se encargará de controlar y evaluar anualmen-
te las acciones comprendidas en este Convenio y sugerir a los Gobiernos de las Partes Contratantes la solu-
ción de los asuntos que pudieran emerger de su aplicación. La Comisión deberá reunirse dentro del plazo
de 120 días a contar de la firma del presente Convenio.— Artículo VII.— El presente Convenio se aplicará
provisionalmente a partir de la fecha de su firma y entrará en vigor en la fecha del canje de los instrumentos
de ratificación, que se realizará en la ciudad de La Paz.— Este convenio tendrá una duración de veinte (20)
años a partir de su entrada en vigor.— Artículo VIII.— El presente Convenio estará abierto a la adhesión
de terceros Estados.— HECHO en la ciudad de Buenos Aires, a los doce días del mes de febrero de 1981, en
dos ejemplares en idioma español, siendo ambos textos igualmente válidos.— Por el Gobierno de la Repú-
blica de Bolivia.— Dr. Jorge Escobad Cusicanqui.-- Por el Gobierno de la República de Argentina.— Brig.
My. Carlos Washington Pastor."

— Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Hora Silvestres.—

Esta Convención fue firmada por Plenipotenciarios de 39 países en Washington D.C. (Estados Unidos de
América), el 3 de marzo de 1973. Tal como se señala en el preámbulo de la Convención, ella fue impulsa-
da por aquellos países que reconocían que: a) la fauna y flora silvestres, en sus numerosas, bellas y variadas
formas constituyen un elemento irreemplazable de los sistemas naturales de la tierra, y tienen que ser pro-
tegidas; y b) la cooperación internacional es esencial para la protección de ciertas especies de fauna y flora
silveltres contra su explotación excesiva mediante el comercio internacional.

244
En efecto, la experiencia mundial ha demostrado que la cooperación internacional es imprescindible para
coadyuvar a la mejor aplicación de los dispositivos legales de cada país y al éxito de sus sistemas de control,
tendientes a preservar su patrimonio natural expresado en-las especies de su fauna y flora silvestres.

El Perú fue uno de los países que participó activamente en las conversaciones preliminares para la formula-
ción y protocolización de la Convención. El 30 de diciembre de 1974 el Gobierno la suscribió en Berna
(Suiza), y en un tiempo relativamente corto la aprobó, expidiendo para ello el Decreto Ley N° 21080, de
21 de enero de 1975. Finalmente, el 18 de junio del mismo año firmó la respectiva ratificación, comprome-
tiendo en su observancia el honor de la República (PERU, 1976).

. La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres repre-
senta un instrumento internacional tan importante para frenar el tráfico de los especímenes protegidos de
esos recursos naturales,' que se hace imprescindible que sea de conocimiento suficiente de todos y cada uno
de los funcionarios profesionales, de todo nivel, que tienen ingerencia en la conservación de la fauna y en
particular de la vicuña. Es por ello que aquí se transcriben los tres (3) primeros artículos de la Convención,
relacionados directamente con las acciones destinadas a evitar el tráfico de especímenes de vicuña. Sin em-
bargo, ésto no libera a un funcionario de obtener el texto completo.

— Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres:

ARTICULO I.— Definiciones.— Para los fines de la presente Convención, y salvo que el contexto indique
otra cosa: — a) "Especie" significa toda especie, subespecie o población geográficamente aislada de una
u otra; .— b) "Espécimen" significa: i) todo animal o planta, vivo o muerto; .— ii) en el caso de un ani-
mal de una especie incluida en los Apéndices I y II, cualquier parte o derivado fácilmente identificable; en
el caso de un animal de una especie incluida en el Apéndice III, cualquier parte o derivado fácilmente idea:
tificable que haya sido especificado en el Apéndice III en relación a dicha especie; .— iii) en el caso de una
planta, para especies incluidas en el Apéndice I, cualquier parte o derivado fácilmente identificable; y para
especies incluidas en los Apéndices II y III, cualquier parte o derivado fácilmente identificable especifica,
do en dichos Apéndices en relación con dicha especie; .— c) "Comercio" significa exportación, reexpOrta-
ción, importación e introducción procedente del mar; d) "Reexportación" significa la exportación de
todo espécimen que haya sido previamente importado; .— e) "Introducción procedente del mar" signifi-
ca el traslado a un Estado de especímenes de cualquier especie capturados en el medio marino fuera de la
jurisdicción de cualquier Estado; .— f) 'Autoridad Científica" significa una autoridad científica nacional
designada de acuerdo - Con el Artículo IX; g) "Autoridad Administrativa" significa una autoridad admi-, -
nistrativa nacional designada de acuerdo con el Artículo IX; h ) "Parte" significa un Estado para el cual
la presente Convención ha entrado en rigor.— ARTICULO II.— Principios Fundamentales.— 1. El Apén-
dice I incluirá todas las especies en peligro de extinción que son o pueden ser afectadas por el comercio.
El comercio en especímenes de estas especies deberá estar sujeto a una reglamentación particularmente es-
tricta a fin de no poner en peligro aún mayor su supervivencia y se autorizará solamente bajo circunstan-
cias excepcionales.— 2. El Apéndice II incluirá: a) todas las especies que, si bien en la actualidad no se
encuentran necesariamente en peligro de extinción, podrían llegar a esa situación a menos que el comercio
en especímenes de dichas especies esté sujeto a una reglamentación estricta a fin de evitar utilización in-
compatible con su supervivencia; y.— b) aquellas otras especies no afectadas por el comercio, que también
deberán sujetarse a reglamentación con el fin de permitir un eficaz control del comercio en las especies a
que se refiere el subpárrafo a) del presente párrafo.— El Apéndice III incluirá todas las especies que cual-
quiera de las partes manifieste que se hallan sometidas a reglamentación dentro de su jurisdicción con el
objeto de prevenir o restringir su explotación, y que necesitan la cooperación de otras Partes en el control
de su comercio.— 4. Las Partes no permitirán el comercio en especímenes de especies incluidas en los Apén-
dices I, II y III excepto de acuerdo con las disposiciones de la presente Convención.— ARTICULO 111.—
Reglamentación del Comercio en Especímenes de Especies Incluidas en el Apéndice I.— 1. Todo comercio
en especímenes de especies incluidas en el Apéndice I se realizará de conformidad con las disposiciones del
presente Artículo.— 2. La exportación de cualquier espécimen de una especie incluida en el Apéndice I
requerirá la previa concesión y presentación de un permiso de exportación, el cual únicamente se conce-

245
derá una vez satisfechos los siguientes requisitos: — a) que una Autoridad Científica del Estado de expor-
tación haya manifestado que esa exportación no perjudicará la supervivencia de dicha especie; b) que una
Autoridad Administrativa del Estado de exportación haya verificado que el espécimen no fue obtenido
en contravención de la legislación vigente en dicho Estado sobre la protección de su fauna y flora; c) que
una Autoridad Administrativa del Estado de exportación haya verificado que todo espécimen vivo será
acondicionado y transportado de manera que se reduzca al mínimo el riesgo de heridas, deterioro en su
salud o maltrato; y d) que una Autoridad Administrativa del Estado de exportación haya verificado que
un permiso de importación para el espécimen ha sido concedido.— 3. La importación de cualquier espéci-
men de una especie incluida en el Apéndice I requerirá la previa concesión y presentación de un permiso
de importación y de un permiso de exportación o certificado de reexportación. El permiso de importa-
ción únicamente se concederá una vez satisfechos los siguientes requisitos: .— a) que una Autoridad Cien-,
tífica del Estado de importación haya manifestado que los fines de la importación no serán en perjuicio
de la supervivencia de dicha especie; .— b) que una Autoridad Científica del Estado de importación haya
verificado que quien se propone recibir un espécimen vivo lo podrá albergar y cuidar adecuadamente;
y.— c) que una Autoridad Administrativa del Estado de importación haya verificado que el espécimen no
será utilizado para fines primordialmente comerciales.— 4. La reexportación de cualquier espécimen de
una especie incluida en el Apéndice I requerirá la previa concesión y presentación de un certificado de re-
exportación el cual únicamente se concederá una vez satisfechos los siguientes requisitos.— a) que una
Autoridad Administrativa del Estado de reexportación haya verificado que el espécimen fue importado
en dicho Estado de conformidad con las disposiciones de la presente Convención;.— b) que una Autori-
dad Administrativa del Estado de reexportación haya verificado que todo espécimen vivo será acondicio-
nado y transportado de manera que Se reduzca al mínimo el riesgo de heridas, deterioro en su salud o mal-
tratado; y.— c) que una Autoridad Administrativa del Estado de reexportación haya verificado que un per-
miso de importación para cualquier espécimen vivo ha sido concedidó.— 5. La introducción procedente
del mar de cualquier espécimen de una especie incluida en el Apéndice I requerirá la previa concesión de
un certificado expedido por una Autoridad Administrativa del Estado de introducción. Unicamente se con-
cederá un certificado una vez satisfechos los siguientes requisitos: .— a) que una Autoridad Científica del
Estado de introducción haya manifestado que la introducción no perjudicará la supervivencia de dicha es-
pecie; .— b) que una Autoridad Administrativa del Estado de introducción haya verificado que quien se
propone recibir un espécimen vivo lo podrá albergar y cuidar adecuadamente; .— y c) que una Autoridad
Administrativa del Estado de introducción haya verificado que el espécimen no será utilizado para fines
primordialmente comerciales.—"

Debe tenerse en cuenta que la especie vicuña (Vicugna vicugna) se encuentra incluida en el Apéndice I
de la Convención, cuyos alcances se describen en el Artículo 20 de la misma, ya transcrito. En ese Apén-
dice fue considerada en el momento de la suscripción de la Convención (1973) y así se ha mantenido en
la nueva versión del Apéndice I, vigente desde el 6 de julio de 1981.

También es preciso recordar en relación a la Convención lo siguiente:

La Autoridad Científica y la Autoridad Administrativa de la Convención en el Perú es la Dirección


General Forestal y de Fauna del Ministerio de Agricultura, designado por el Gobierno Peruano de
acuerdo con el artículo 90 de la misma Convención. Es siempre conveniente estar al tanto de cual-
quier cambio al respecto.

La Secretaría de la Convención, establecida de acuerdo con el artículo 120 de la misma, tiene su sede
en el Centro Mundial de Conservación, en 1196 Gland, Suiza. A ella hay que dirigirse para obtener
información que no se pudiera encontrar en el país o para realizar consultas justificadas.

246
Las Partes se reúnen en conferencias periódicas. Es así que la primera tuvo lugar en Berna (Suiza) en no-
viembre de 1976, la segunda conferencia se llevó a cabo en San José (Costa Rica) en marzo de 1979 y la
más reciente, la tercera conferencia de las Partes, se efectuó en Nueva Delhi (India) del 25 de febrero al
8 de marzo de 1981.

Durante esta última Conferencia se tomaron importantes resoluciones y se emitieron recomendaciones


que cubren el amplio campo de actividades para la ejecución de la Convención. Una de las resoluciones se
contrae a la normalización de los permisos y certificados emitidos por las partes (CITES, 1981). En ella
se señala, en su inciso c, lo siguiente: que las Partes adopten el contenido y en la medida de lo posible el
formato de sus formularios de permisos de exportación y de certificados de reexportación según el mode-
lo normalizado adjunto a la presente resolución. De éste, precisamente, se muestra aquí un fascímil.

247
CONVENC1ON SOBRE EL COMERCIO I EXPORTACION 1. PERMISO Original
INTERNACIONAL DE ESPECIES N°
AMENAZADAS DE FAUNA Y FLORA REEXPORTACION 2. Válido hasta el
SILVESTRES

3. Destinatario (nombro y direccibn, pa/el 4. Titular (nombre y dirección, país/ •

5. Condiciones especiales 6. Nombre, dirección. selko/timbr• nacional y país de/a Autoridad Administratly•

(IMPRESO)

7./8. NOMBRE COMUN Y NOMBRE CIENTIFICO (género y especial 9. Descripción parte o derivado; marcas o 10. Apéndice N° y 11. Cantidad, número d• •specírnen••
DEL ANIMAL O PLANTA números de identificación (edad/sexo si procedencia y/o peso neto IKg I
vivos) (W,C.A. o 0)

Pafa de origen •

País de origen. Permiso N.

Pais de origen* I Permiso N•

Pala de origen Permiso N•

*12, pal• en tal cual tispeclmenals fueron capturados o recolectados en nacidos y criados en cautortd•d o reproducidos artificielment*
ESTE PERMISO ES EMITIDO POR LA AUTORIDAD SIGUIENTE:

Lugar Facha Firma Sello y caigo oficiales


APROBACION DE LA EXPORTACION 15 conocimiento de embarque carta de porte aéreo

Ver items 7 Cantidad


A

a
C
o

Puerto de 'aportar,. Selio y ca•gc 1-fic •ies

Fig. 60
248
Instrucciones y explicaciones
(Los números de las instrucciones corresponden a los del formulario)

Se debe marcar la casilla de exportación o de reexportación, de acuerdo con las disposiciones del Artícu-
lo III, párrafo 4 y del Artículo IV, párrafo 5, de la Convención. Cada permiso llevará un número original
único atribuido por la Autoridad Administrativa nacional.
La fecha en que vence el permiso no debe exceder seis meses a la fecha de emisión del mismo.

Nombre y dirección de la persona, personas o compañía que reciben el envío en el país de destino. Debe
indicarse el nombre del país.
Nombre y dirección de la persona, personas o compañía para la cual o para las cuales se emitió el permi-
so. Debe indicarse el nombre del país.

Las condiciones especiales pueden referirse a la legislación nacional o a las condiciones especiales a las
que está sometido el envío de parte del país de exportación o de reexportación.

Espacio para imprimir el sello o timbre nacional de la Autoridad Administrativa del país que emite el per-
miso y su nombre, dirección, etc.

7.-8. Se debería indicar aquí el nombre común del animal o de la planta tal como se lo conoce en el país que
emite el permiso y el nombre científico (en latin) del animal o de la planta, tal como aparece en los
Apéndices de la Convención. Debería utilizarse en la medida de lo posible la nomenclatura binomial
(género y especie).

Debería indicarse aquí la descripción de los artículos comercializados, tales como animales vivos, marfil
en bruto, marfil trabajado, carteras, calzado, etc. En la medida de lo posible, deberían mencionarse los
números y marcas de identificación tales como etiquetas para pieles y cueros o marcas a fuego y / o fo-
tografías para los animales vivos. Si es posible, se debería indicar el sexo y edad de los especímenes vi-
vos.
Debería mencionarse aquí el número del Apéndice de la Convención (I, II o III) en el cual la especie se
halla incluida. La « procedencia » indica donde fue obtenido el animal .o la planta. Si el animal o la planta
proviene de un medio silvestre no controlado, se debería inscribir una W (silvestre, « wild » en inglés). Si
el animal nació y se crió en cautividad, se debería inscribir una C (reproducido en cautividad.) Si la planta
fue reproducida artificialmente, se debería inscribir una A (reproducida artificialmente). Si la proceden-
cia del animal o la planta no responde a ninguna de las categorías precedentes, se debería inscribir una O
(otra). Los símbolos C y A no constituyen un certificado de nacimiento y de cría en cautividad, ni de
reproducción artificial. Se debería emitir un certificado separado para que pueda aplicarse la exención
prevista en el Artículo VII.

La cantidad debería mencionarse para indicar eri la medida de lo posible, el número real de animales o de
plantas comercializados. Cuando no es posible determinar el número de animales o de plantas, debería
utilizarse una unidad de peso. La cantidad no debería referirse a bultos, fardos o unidades de ese tipo.

El país de origen es el país en el cual los especímenes fueron capturados o recolectados en la naturaleza,
nacidos y criados en cautividad o reproducidos artificialmente. En el caso de una reexportación se de-
bería indicar en la(s) casilla(s) « Permiso No. » el (los) númerols) original(es) del (de los) permiso(s) del
país de origen. Este (Estos) permiso(s ► debería(n) haber acompañado a los especímenes en su importa-
ción.

Esta casilla será completada incluyendo el país de origen, salvo en casos específicos que deberán justifi-
carse. La justificación de la omisión del país de origen se incluirá en la casilla 5.
Debe ser completado por la persona que autoriza el permiso.

Debe ser completado por la persona que inspecciona el envío en la exportación o reexportación. La can-
tidad real de especímenes exportados o reexportados debería ser indicada en la casilla correspondiente a
esa información.
15. Debería indicarse apropiadamente el conocimiento de embarque o la carta de porte aéreo.

Fig. 60

249
— Convención para la Protección de la Flora, de la Fauna y de las Bellezas Escénicas Naturales de los
Pa íses de América.—

La Octava Conferencia Internacional Americana, celebrada en Lima en diciembre de 1938, recomendó a


la Unión Panamericana (Resolución N° 38) el establecimiento de un Comité de Expertos encargados de
realizar el estudio correspondiente sobre los problemas de la flora, de la fauna y de las bellezas escénicas
naturales de las Repúblicas de América, debiendo formular un proyecto de Convención para la protección
de esos recursos.

La Unión Panamericana convocó al Comité de Expertos, el mismo que se reunió en Washington en mayo
de 1940 adoptando el Proyecto de Convención para la Protección de la Flora, de la Fauna y de las Belle-
zas Escénicas Naturales de los Países de América.

Ese proyecto de convención, fue aprobado por el Consejo Directivo de la Unión Panamericana del 5 de ju-
nio de 1940, cuyo texto en español, inglés, portugués y francés fue depositado en la Unión Panamericana,
quedando abierta a la firma de los Gobiernos de América el 12 de octubre de 1940. La Convención entró
en vigor el 10 de mayo de 1942, tres meses después de haberse efectuado el depósito de la quinta ratifica-
ción, según lo previsto en el artículo 110 de la misma.

El Perú depositó el respectivo instrumento de ratificación el 22 de noviembre de 1946, teniendo efecto


tres meses después (Párrafo 4, artículo 110). Hasta diciembre de 1979, diecisiete países miembros de la
OEA habían ratificado la Convención.

Este instrumento internacional fue una importante muestra de la voluntad de muchos gobiernos del conti-
nente de aunar esfuerzos para hacer frente a los problemas comunes de la conservación del patrimonio na-
tural e impulsar las acciones nacionales en ese campo. En el caso del Perú, la invocación de la Convención
representó un valioso apoyo en las gestiones y proyectos para la conservación de los recursos vivos y el
establecimiento de áreas protegidas. Sin embargo, es preciso reconocer que una gran parte de tiempo, des-
de la ratificación de la Convención, no se le prestó la debida atención.

La aplicación del artículo 20 de la Convención, que establece el compromiso de los Gobiernos Contratan-
tes de establecer en sus propios territorios áreas naturales protegidas (parques nacionales, reservas naciona-
les, monumentos naturales y reservas de regiones vírgenes), representó una verdadera directiva, que desa-
fortunadamente en el Perú se comenzó a aplicar sólo a partir de los años sesenta. Por su parte, el artículo
30 dispone la intangibilidad de los parques nacionales, lo que indudablemente ha servido de inspiración
para las legislaciones nacionales en ese aspecto.

Todo el texto de la Convención tiene una gran relación con el cumplimiento de los objetivos de un proyec-
to de manejo de la vicuña, pero de manera especial el artículo 50 y el artículo 90, que se transcriben a con-
tinuación:

"AR TICULO V.— 1. Los Gobiernos Contratantes convienen en adoptar o en recomendar a sus respecti-
vos cuerpos legislativos competentes, la adopción de leyes y reglamentos que aseguran la protección y
conservación de la flora y fauna dentro de sus respectivos territorios y fuera de los parques y reservas na-
cionales, monumentos naturales y de las reservas de regiones vírgenes mencionados en el Artículo II. Di-
chas reglamentaciones contendrán disposiciones que permitan la caza o recolección de ejemplares de fau-
na y flora para estudios e investigaciones científicas por individuos y organismos debidamente autoriza-
dos.— 2. Los Gobiernos Contratantes convienen en adoptar o en recomendar a sus respectivos cuerpos
legislativos la adopción de leyes que aseguren la protección y conservación de los paisajes, las formacio-
nes geológicas extraordinarias, y las regiones y los objetos naturales de interés estético o valor histórico
o científica."

250
''ARTICULO IX.— Cada uno de los Gobiernos Contratantes tomará las medidas necesarias para la vigi-
lancia y reglamentación de las importaciones, exportaciones y tránsito de especies protegidas de flora
o fauna, o parte alguna de las mismas, por los medios siguientes:.— 1. Concesión de certificados que auto-
ricen. la exportación o tránsito de especies protegidas de flora o fauna, o de sus productos.— 2. Prohibí-
ción de las importaciones de cualquier ejemplar de fauna o flora protegido por el país de origen, o parte
alguna del mismo, si no está acompañado de un certificado expedido de acuerdo con las disposiciones
del Párrafo 1 de este Artículo, autorizando su exportación."'

Este último artículo, precisamente, guarda estrecha relación con los postulados de la Convención sobre el
Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), debiendo realizar-
se los mayores esfuerzos para coordinar su aplicación.

En vista del creciente interés de los Gobiernos de América por la conservación de sus recursos naturales
renovables y del paisaje y, viendo la necesidad de implementar con mayor fuerza la Convención, la Orga-
nización de Estados Americanos, por mandato de sus miembros, convocó la Reunión Técnica sobre Aspec-
tos legales relativos a la Convención para la Protección de la Flora, de la Fauna y de las Bellezas Escéni-
cas de los Países de América, la misma que se celebró del 3 al 7 de diciembre de 1979, en Washington D.C.,
adoptando las recomendaciones siguientes:

"RECOMENDACIONES.— La Reunión Técnica sobre aspectos legales relativos a la Convención para la


protección de la flora, la fauna y las bellezas escénicas naturales de los países de América, CONSIDERAN-
DO: 1. Que ha analizado las recomendaciones de las cuatro reuniones anteriores así como el texto origi-
nal de la Convención; .— 2. Que la Convención ha constituido un importante instrumento para adelantar
las acciones nacionales e internacionales de conservación de la naturaleza para varios Estados miembros;
3. Que se considera adecuado el texto de la Convención para su ejecución; .— 4. Que se considera ne-
cesario la adopción de medidas adicionales al nivel nacional e internacional para lograr con plenitud los
objetivos de la Convención; .— 5. Que es imprescindible adoptar medidas para que la Convención sea
observada en la práctica con el objeto de asegurar la protección de muestras representativas de ecosiste-
mas naturales y la supervivencia de las especies de flora y fauna silvestres; .— 6. Que en particular se advier-
te una fuerte necesidad de crear una Oficina Permanente para facilitar y coordinar las medidas para im-
plementar la Convención con efectividad; .— RECOMIENDA: .— La adopción de las disposiciones jurí-
dicas en el orden nacional e internacional a fin de que se asegure lo siguiente: .— 1. Que los Estados den
cumplimiento a la Convención teniendo en cuenta los criterios fundamentales siguientes: estabilidad y
diversidad ecológicas, productividad biológica, producción sostenida de los recursos naturales renovables,
protección de suelos, cuencas hidrográficas y unidades ecológicas marinas, desarrollo rural integrado, in,
vestigación, "monitoreo" y educación ambientales. — 2. La creación de una Oficina Permanente de la
Convención que tenga las funciones siguientes: .— a. La centralización y la difusión de la información
técnica y jurídica, particularmente la referente a listas de áreas protegidas, la legislación y a las demás
normas jurídicas reglamentarias dictadas por cada Estado, a los tratados internacionales, las instituciones
y autoridades responsables en la materia de cada Estado; .— b. La recepción, actualización y difusión de
la lista de especies protegidas de la flora y la fauna silvestres previstas en el artículo 8 de la Convención;
.— c. Mantener el registro actualizado de las instituciones responsables en cada Estado de la expedición
de los documentos de control de tráfico internacional de la flora y la fauna silvestres, y promover la unifor-
midad de los mecanismos correspondientes; .— d. Estimular la cooperación técnica y financiera entre los
Estados miembros para el mejor logro de los propósitos de la Convención; .— e. Actuar como secretaría
administrativa de las reuniones del Comité Técnico de los Estados miembros y realizar las tareas preparati-
vas para ellas; .— f. Cumplir las recomendaciones del Comité Técnico de los Estados miembros; g. Pre-
sentar a los Estados miembros un informe anual de las actividades cumplidas.— 3. El establecimiento de
un Comité Técnico de los Estados miembros compuesto por la autoridad responsable del cumplimiento
de la Convención en cada país, que se reunirá una vez cada dos años y tendrá las funciones siguientes:
.— a. El análisis del cumplimiento de la Convención en el período correspondiente, y de su eficacia.— b.
Formular recomendaciones a los Estados miembros y a la Oficina Permanente para perfeccionar el cumpli-
miento de la Convención.— c. Identificar y promover actividades de colaboración y apoyo mutuo entre los
Estados miembros.— 4. Que cada Estado miembro de la Convención comunique a la Oficina Permanente
251
el nombre del organismo técnico nacional directamente encargado de la administración de los recursos de
flora y fauna silvestres, parques nacionales y otras áreas naturales protegidas, designado como la autoridad
de enlace y responsable del cumplimiento de la Convención.— 5. Que los Estados miembros establezcan
un procedimiento adecuado para regular el comercio internacional de flora y fauna silvestre cuya captura,
tenencia o exportación estén reguladas por leyes y reglamentos nacionales, y que tal procedimiento asegu-
re que cada Estado permita sólo la importación o reexportación de los ejemplares capturados o exportados
de acuerdo con las disposiciones del país de origen.— 6. Que de acuerdo con el Artículo 10 de la Conven-
ción las instituciones científicas de conservación y de los organismos no gubernamentales interesados en
los fines de ésta, sean invitados a participar y cooperar en las actividades vinculadas con su cumplimiento.—
I 1.— a. A fin de dar cumplimiento a las recomendaciones anteriores, se celebre antes del 1° de septiembre
de 1981, la Conferencia a que se refiere el párrafo 4 de la resolución AG/RES. 218. (V1-0/76) de la Asam-
blea General y que ella tenga el carácter de Conferencia Especializada conforme con los artículos 128 y
129 de la Carta de la OEA..— La preparación de esa Conferencia Especializada requerirá la celebración de
una reunión de un grupo de representantes gubernamentales de los Estados Partes en la Convención, con
el objeto de que elabore el proyecto de temario así como la documentación necesaria para su realización."

2.3 Legislación y Organismos Nacionales e Internacionales

Como se ha señalado, la administración constituye, junto con la legislación, uno de los instrumentos de la
política. La política general la fijan los órganos superiores del Estado, si bien es cierto que en muchos ca-
sos son motivados por los grupos de presión.

En lo que concierne a la fauna silvestre, su gestión está ligada en un gran número de países a la admistra-
ción de bosques y de las tierras forestales (Sub—Sector Forestal), en otros se encuentra dentro de la autori-
dad común de bosques y aguas, en otros es administrada conjuntamente con las áreas naturales protegidas
y en los menos se encuentra bajo jurisdicción de organismos públicos especializados, con personería jurí-
dica de derecho público interno.

En el caso del Perú, la fauna silvestre desde los años 30 del presente siglo y hasta 1964-1965, fue adminis-
trada conjuntamente con los llamados recursos hidrobiológicos en el Servicio de Pesquería y Caza, depen-
diente del Ministerio de Agricultura. A partir de 1963 se fue transfiriendo gradualmente su gestión al recién
creado Servicio Forestal y de caza, organismo público descentralizado del Sector Agricultura, en virtud del
Decreto Ley N° 14552. Como resultado de la reorganización general de la administración pública nacional,
que tuvo lugar en el año de 1969, la normatividad y ejecución de las acciones relacionadas con el recurso
fauna silvestre fueron asumidas por la Dirección General Forestal, de Caza y Tierras, órgano de línea del
Ministerio de Agricultura y Pesquería, que a través de sucesivas reestructuraciones del Sector Público
Agrario se ha convertido hoy en la Dirección General Forestal y de Fauna.

Este rápido recuento de la dependencia administrativa de la fauna silvestre en el Perú, y por ende de la vi-
cuña, indica que tradicionalmente ella ha estado dentro del Sector Público Agrario (Ministerio de Agricul-
tura u organismos públicos descentralizados).

En 1981 el Gobierno promulgó una nueva Ley Orgánica del Sector Agrario, mediante Decreto Legislati-
vo N° 21 de 19 de enero, que establece que el ámbito del Sector Agrario comprende las tierras de apti-
tud agrícola, de pastoreo, forestales y eriazas; los alveos o cauces de los ríos y sus márgenes; las aguas de
los ríos, lagos y otras fuentes acuíferas; los recursos forestales, flora y fauna silvestres; los cultivos, la ga-
nadería, silvicultura, explotación de madera y productos silvestres; la agroindustria e industria alimentaria
básica; la comercialización de los productos y subproductos agrarios; la ampliación de la frontera agríco-
la; los servicios y la asesoría técnica dedicada exclusivamente a los productos agrarios (Art. 3°). Induda-
blemente, esta definición del ámbito de dicho Sectores similar a la que se ha venido usando en las diferen-
tes leyes orgánicas del mismo, promulgadas en los últimos diez o doce años. El ámbito tratado aquí, cons-
tituye casi un patrón del que a través de los últimos tres lustros ha tenido ese Sector.

252
Por otra parte, en el artículo 3° de la indicada Ley Orgánica, se señala que el Sector Agrario está confor-
mado por el Ministerio de Agricultura como órgano central y rector; los Organismos Públicos Descentra-
lizados y las personas naturales jurídicas dedicadas a la actividad agraria. Esta conformación de dicho Sec-
tor se ha mantenido también casi inalterada en el tiempo.

Debe entenderse que el Ministerio de Agricultura es una entidad pública integrante del Poder Ejecutivo,
_____responsable de las actividades propias del ámbito del Sector.

Las funciones propias de un Ministerio de Agricultura no son tampoco objeto de un cambio sustancial
con el correr de los años. Es así, que las funciones que fija el actual Reglamento de Organización y Fun-
ciones del Ministerio de Agricultura del Perú, aprobado por Resolución Ministerial N° 00298-81—AG/DS
del 25 de marzo de 1981, son por lo general las funciones clásicas de tal entidad y que a modo de ejemplo
se exponen a continuación:

Funciones del Ministerio de Agricultura (Perú).

Formular y dirigir la política del Sector Agrario;


Planificar, normar, realizar, supervisar y evaluar las acciones de regulación para:
la conservación y uso racional de los recursos hídricos y la conservación de los suelos de uso agrí-
cola y pecuario;
la producción agropecuaria, realizando acciones de sanidad, inspección, registro y control agríco-
la y ganadero;
la comercialización de productos y subproductos agropecuarios, agroindustriales e industriales ali-
mentarios básicos;
la preservación, conservación y aprovechamiento de los recursos forestales y de la flora y fauna sil-
vestres, así como para la transformación primaria y la comercialización de sus productos; y
e) el proceso de transformación de la estructura de la propiedad, tenencia, uso y explotación de la tie-
rra.

Es indudable que dentro de los órganos, organismos e instituciones públicas que tienen que ver en el Perú
con la protección y manejo de la fauna silvestre, y en particular de la vicuña, el Ministerio de Agricultura
es el órgano central de mayor vigencia en el tiempo, además de ser, por mandato de la Ley, el órgano rec-
tor.

Es por ello que se hace necesario que ese Ministerio desarrolle con la mayor responsabilidad los lineamien-
tos de política que garanticen una gestión acorde con el potencial del recurso fauna silvestre y de la vicu-
ña, específicamente. Esos lineamientos tienen que ser ejecutados por un organismo dotado de los medios
necesarios para cumplir eficientemente con la administración de ese recurso.

Si no se cuenta con un adecuado organismo de ejecución, el control de cumplimiento de la legislación,


por más completa que ésta sea, sólo queda como una intención del Gobierno y por ende no se traduce
en una recuperación de la especie que se desea manejar.

La experiencia nacional e internacional ha demostrado que, en términos generales, un ente destinado a im-
pulsar la conservación de la fauna silvestre debe presentar las características básicas siguientes:

Estructura administrativa ágil y no burocratizada.


— Solvencia técnica, proporcionada por un selecto equipo de personal altamente calificado.
Máxima presencia en el campo, como verdadero teatro de sus operaciones.
Línea de carrera en todos los niveles de personal.

253
Es indudable que en cada país es necesario que los potenciales grupos de presión, es decir parte de la opi-
nión pública organizada en asociaciones de diferente índole, participen en un grado perceptible en las
acciones destinadas a impulsar la conservación de los recursos naturales renovables, y en especial de los
más frágiles, como es la fauna silvestre. Lamentablemente, en el caso de muchos países esta acción todavía
no se deja sentir. En el Perú es preciso reforzar la acción de aquellas poquísimas organizaciones de dere-
cho privado que se interesan sustancialmente en los problemas de conservación de los recursos renovables
(agua, suelos, flora y fauna).

Aquellas organizaciones que ya existen, algunas de las cuales han cumplido un meritorio papel en desper-
tar la conciencia de una parte del público sobre algunos problemas puntuales, tal como la conservación de
la vicuña, deberían encaminar su acción a multiplicar el número de organizaciones que en adelante parti-
cipen con decisión en la salvaguarda del patrimonio natural heredado. En efecto, sería deseable que se
motive a los diversos sectores organizados de la población, incidiendo especialmente en: a) Universidades
y centros de educación superior (escuelas de oficiales de las fuerzas armadas por ejemplo); b) Institutos
pedagógicos, que aún se mantengan independientes de otros centros superiores; c) Centros de investigación
agropecuaria, agroindustrial y de recursos naturales; d) Colegios profesionales (Colegio de Ingenieros, Co-
legio de Biólogos, Colegio de Arquitectos, Colegio Médico, Colegio de Sociólogos, por citar sólo los princi-
pales); e) Asociaciones de periodistas, incluyendo el Colegio de Periodistas de reciente creación; f) Movi-
miento Scout Peruano; g) Consejo Nacional de Mujeres; entre otros.

Los organismos públicos deberían jugar un papel importante en la información y motivación de esos gru-
pos, pero para ello es preciso que primero se organicen adecuadamente y diseñen una política de conser-
vación acorde con las necesidades que presenta actualmente elzdespilfarro de los recursos naturales reno-
vables del país.

Para apoyar las iniciativas nacionales de conservación, y actuando muchas veces a manera de catalizadores,
existen en el mundo algunas organizaciones tanto de derecho público internacional como de derecho pri-
vado.

Entre las primeras, se encuentran tres (3) del Sistema de las Naciones Unidas: a) Organización de las Nacio-
nes Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FA0); b) Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); y c) Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambien-
te (PNUMA).

La F.A.O. tiene su sede en Roma (Italia) y dentro de su estructura administrativa cuenta con una sección
dedicada al asesoramiento en materia de conservación de fauna silvestre y gestión de Parques Nacionales.
En muchos países, y ese es el caso del Perú, esta organización ha colaborado con los Gobiernos a dar el
impulso inicial a los programas y proyectos de conservación de la fauna silvestre. La Reserva Nacional de
Pampa Galeras (Ayacucho) se benefició con el apoyo de F.A.O., brindando a esa área natural protegida a
través de la Universidad Nacional Agraria de La Molina, en la que mantenía desde 1964 un proyecto de
capacitación forestal. En los años recientes, al parecer, ha disminuido la atención de F.A.O. en ese campo,
quien sabe agobiada por los problemas de escasez de alimentos que afecta a distintas partes del mundo.

La UNESCO, con sede en París (Francia), está más cerca de la conservación de los recursos naturales por
medio de su Programa del Hombre y la Biósfera (Programa MAB), que a comienzos de la década de 1970
inició sus trabajos, recibiendo parte de la experiencia del Programa Biológico Internacional. En cada país,
por lo general, funciona un Comité Nacional del Programa MAB, el mismo que procura coordinar los es-
fuerzas y capacidades para cumplir trabajos en varios de los proyectos o líneas de acción aprobados, algu-
nos de los cuales tienen que ver directamente con la conservación de la vicuña, como son el Proyecto N° 4:
Impacto de las Actividades Humanas en la Dinámica de los Ecosistemas de Zonas Andas y Semiáridas, y
el Proyecto N° 6: Impacto de las Actividades Humanas en los Ecosistemas de Montañas y Tundras.

254
Un aspecto que merecería mayor atención en ese Programa es la prestación de fondos, con la oportunidad
requerida, para que los Comités y Sub—Comités Nacionales del mismo pudieran asumir con mayor trascen-
dencia las metas que se tienen trazadas.

La UNESCO también interviene en la conservación de los recursos naturales renovables promocionando la


participación de los diferentes países en la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultu-
ral y Natural, celebrada en París en noviembre de 1972 y cuyo depositario es el Director General de esa
organización.

Por su parte, el PNUMA tiene su sede en Nairobi (Kenia), ejerciendo una coordinación entre las organiza-
ciones del Sistema de las Naciones Unidas a fin de optimizar las actividades y proyectos destinados a la eva-
luación y manejo del medio ambiente. Esta organización ha fijado para su acción seis áreas prioritarias:
1. Sanidad ambiental; 2. ecosistemas terrestres; 3. medio ambiente y desarrollo; 4. océanos; 5. energía; y
6. desastres naturales. Es indudable que tratados los recursos naturales con una visión de conjunto, todas
esas áreas prioritarias guardan una estrecha relación. Sin embargo, desde un punto de vista práctico, la se-
gunda (2) y tercera (3) áreas prioritarias señaladas, son las que pueden incidir en adelantar los proyectos
de conservación de fauna silvestre, particularmente de la vicuña, más aún si se tiene en cuenta los objeti-
vos socio—económicos que se deben imprimir a los programas de manejo de esa especie. El Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente cumple en 1982 diez años de establecido y es de esperarse,
que desde el inicio de su segundo decenio se vuelque al campo, allí donde se dan los problemas, para ayu-
dar a atenderlos, según el mandato que ha recibido de los países miembros de la ONU.

Aparte de estas organizaciones internacionales de derecho público, de las cuales por lo general forman
parte los gobiernos de los diferentes países, entre las organizaciones privadas internacionales como la más
importante por su acción sobresale la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de sus
Recursos (I.U.C.N.). Esta es una organización independiente, internacional y no gubernamental, que trata
exclusivamente de la conservación de la naturaleza y de los recursos vivos y tiene su sede en el Centro Mun-
dial de Conservación en Gland, Suiza. Cuenta con 497 miembros, de los cuales 57 Estados Soberanos,
119 agencias gubernamentales, 24 organizaciones internacionales no gubernamentales y 6 organizaciones
afiliadas, los que provienen de 111 países (IUCN, 1982). La Unión trabaja, principalmente, por interme-
dio de seis Comisiones de expertos (alrededor de 700), en los campos de acción siguientes: 1. especies
amenazadas; 2. áreas protegidas; 3. ecología; 4. ordenamiento ambiental; 5. educación; 6. política, dere-
cho y administración ambiental.

En resumen, la I UCN cumple con:

Vigilar el estado de los ecosistemas y especies de todo el mundo.


Planificar actividades de conservación, tanto a nivel estratégico, a través de la Estrategia Mundial para
la Conservación, como a nivel de programas y subprogramas para un desarrollo sostenido.
Apoyar esas actividades por medio de los gobiernos, organismos intergubernamentales y organizacio-
nes no gubernamentales; y
Suministrar la asistencia y asesoría necesarias para la implementación de dichas actividades.

Periódicamente, la Unión actualiza y edita una apreciada publicación conocida como el Libro Rojo (Red
Data Book), en el cual se proporciona una información muy valiosa sobre la situación de las especies de
flora y fauna silvestres, según distintas categorías. En la edición correspondiente al período 1972-1976,
la vicuña era considerada en la categoría de especie vulnerable, bajo el código 19.123.2.1 (IUCN, 1978).
En la reciente edición del Libro rojo, compilado por THORNBACK y JENKINS (1982), la especie vicu-
ña sigue manteniéndose en la categoría vulnerable.

La IUCN, como acción más sobresaliente de sus últimos cinco años, ha elaborado la Estrategia Mundial
para la Conservación (EMC), contando para ello con la asesoría, cooperación y apoyo financiero de
PNUMA y del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

255
•La Estrategia Mundial para la Conservación está destinada a estimular un enfoque más integrado de la ges-
tión de los recursos vivos (IUCN, 1980) y a proporcionar una orientación política de cómo llevarla a cabo
a los tres grupos principales de receptores: funcionarios de alto nivel y sus asesores; conservacionistas; y
responsables del desarrollo.

La finalidad de la Estrategia es la de alcanzar los tres (3) principales objetivos de conservación (IUCN,
1980):

Mantener los procesos ecológicos esenciales y los sistemas vitales;


Preservar la diversidad genética; y
3. Asegurar el aprovechamiento sostenido de las especies y los ecosistemas.

La Estrategia, en su parte final, termina resumiendo los principales requisitos para un desarrollo sostenido,
los mismos que deben ser de conocimiento de todos aquellos que trabajan en conservación de recursos
naturales renovables y en particular de fauna silvestre.

Debe advertirse, sin embargo, que el texto de los requisitos, así como de las actividades nacionales, que
se expone aquí, ha sido objeto de pequeñas correcciones de lenguaje para hacerlo más comprensible al
público al que está destinado el presente libro.

Requisitos Prioritarios:

Reservación de las mejores tierras para el cultivo;


adopción de prácticas y métodos de gestión y de manejo para mantener la productividad de las tie-
rras de cultivo, de los pastos y de los bosques;
preservación de la degradación de los suelos y restauración de las tierras en donde los suelos ya hayan
sido deteriorados;
protección de las cuencas hidrográficas, en particular de sus áreas de captación;
mantenimiento de los sistemas vitales de las pesquerías;
control de la contaminación;
prevención de la extinción de las especies;
preservación de un número máximo de variedades de plantas, animales y micro—organismos domés-
ticos u otros que tengan importancia económica u otra utilidad, así como de las formas silvestres
relacionadas;
establecimiento de una red completa de zonas protegidas, asegurando los habitats vitales de las espe-
cies amenazadas, únicas u otras importantes, los ecosistemas únicos y las muestras representativas de
los tipos de ecosistemas;
reglamentación del aprovechamiento de los recursos vivos de manera que sea sostenido;
reducción de las capturas furtivas;
mantenimiento de los habitats de las especies aprovechadas;
13. atribución cuidadosa y manejo esmerado de las concesiones forestales, para producción de maderas.

Actividades Prioritarias a Nivel Nacional:

elaboración y aplicación de estrategias de conservación nacionales y para las regiones del país;
adopción de las políticas ambientales previsivas;
adopción de una política de conservación trans—sectorial;
introducción de indicadores no monetarios de los logros de la conservación en los sistemas de conta-
bilidad nacional;
preparación de evaluación de los ecosistemas;
evaluación anticipada de los probables efectos ambientales de toda acción importante;
7. adopción de un procedimiento para la atribución de los suelos y de las aguas, basados en la evaluación
de los ecosistemas y en la apreciación ambiental;

256
revisión y fortalecimiento de la legislación sobre los recursos vivos, a fin de asegurar que contengan
suficientes disposiciones con respecto a la conservación, atendiendo sobre todo la aplicación de dicha
legislación;
revisión y mejora de la situación y de la organización de los recursos financieros y humanos de las ins-
tituciones que tienen responsabilidad sobre los recursos vivos;
establecimiento de un organismo encargado de la conservación de los suelos y de las aguas, con sufi-
ciente nivel político de decisión;
establecimiento de nuevas organizaciones o de medidas especiales para coordinar a las existentes, a
de lograr una gestión amplia y completa de los recursos vivos del mar;
revisión y fortalecimiento de las posibilidades de capacitación, tanto al nivel profesional como técni-
co y del usuario;
mayor investigación para mejorar la gestión de los recursos vivos;
mayor participación pública en las decisiones acerca de los recursos vivos;
desarrollo de campañas y programas de educación ambiental, en particular para los usuarios de los
recursos vivos, para los legisladores y ejecutivos, para los escolares y los estudiantes;
promoción de un desarrollo rural que combine unas medidas inmediatas para asegurar la superviven-
cia humana con otras a mayor plazo para salvaguardar la base de los recursos y mejorar la calidad
de la vida.

Hay otra organización que interviene en las actividades de conservación de la fauna y esa es el Fondo Mun-
dial para la Naturaleza (WWF). Su principal tarea es la de conseguir dinero para apoyar las actividades de
conservación y de ésto se hacen cargo organizaciones nacionales en Africa, Norte y Sur América, Asia, Aus-
tralia y Europa. La Secretaría Internacional en Gland (Suiza), coordina la asignación de fondos a proyec-
tos seleccionados de acuerdo a la urgencia e importancia según la recomendación de la IUCN.

Por su parte, la Sociedad Zoológica de Francfort — 1858 (Rep. Federal de Alemania), ha colaborado de
manera valiosa en la conservación de la vicuña, ayudando a levantar puestos de vigilancia.

2. 4 Comentarios sobre la Legislación

Los dos Decretos Dictatoriales del Libertador Simón Bolívar, dados en el Cuzco el 5 de julio de 1825,
abren la larga relación de dispositivos legales dirigidos a lograr la recuperación de las poblaciones de vicu-
ñas, en retroceso después de la ruptura de la organización estatal de los Incas. Es importante considerar
la visión de Bolívar y de sus cercanos colaboradores en el gobierno, cuando en el Decreto que prohibía
la caza de la vicuña se expresaba la necesidad que había de proporcionar por todos los medios posibles el
aumento de los ejemplares de esa especie. La expedición de este histórico dispositivo traduce, sin lugar a
dudas, la inquietud que embargaba a ciertos círculos de dirigentes de la naciente república, en relación a
los recursos que ellos llamaban peculiar producción del Perú, es decir, algunas de las especies nativas de la
fauna y de la flora. Ello coincidía con los ideales de la ilustración y el enciclopedismo, que animaba a los
dirigentes de las huestes libertadoras, nutridos en las ideas de Juan Jacobo Rosseau.

Pasada la campaña militar y en el proceso de establecimiento de las nuevas repúblicas en los territorios del
antiguo imperio español, surgieron con gran fuerza los intereses particulares que lucharon por mantener,
casi intocados, los privilegios y las estructuras políticas semejantes a las de la Colonia. No había todavía
madurado el sentimiento de Nación. Por ello, no podía existir una clara concepción sobre los bienes pú-
blicos, o sea, sobre el patrimonio natural común.

La inmadurez política, la anarquía y el egoísmo de los grupos de poder, impidieron que se aplicara a caba-
lidad la prohibición de caza de vicuña, conforme se dispusiera tempranamente por el gobierno en armas.
El aparato administrativo no prestaba mayor atención al cumplimiento de esa prohibición. Campesinos,
grandes hacendados y foráneos, seguían cazando vicuñas. Los primeros lo hacían para cumplir con viejas
y criticables costumbres o para mejorar sus magros ingresos, los segundos mataban vicuñas muchas veces
por placer, y algunos para traficar con sus productos. No había una estructura de control que vigilara
257
verdaderamente el cumplimiento de esta ley de protección a la vicuña. Quien sabe era mucho pedir para
la época, cuando reinaban los intereses particulares y el caciquismo político.

En 1851, en 1907, 1920 y 1926, se dictaron diferentes dispositivos para reiterar el cumplimiento de la
prohibición de caza de vicuña dispuesta por Bolívar, sin alcanzar su cometido. La prohibición legal era vio-
lada todos los días, sirviendo de mal ejemplo y acostumbrando a los habitantes de las altas punas a incum-
plir de modo general todas las leyes. Se daban dispositivos legales pero no se les implementaba, un grave
---- mal que todavía subsiste en algunas áreas de la administración nacional. A los pobladores rurales no se les
mcentivaba y por lo tanto no se les comprometía a vigilar la protección de la vicuña.

Ante este sombrío cuadro, algunos pocos dirigentes y grupos de presión, conscientes de la depredación de
la vicuña y de otras especies de la fauna silvestre nacional, realizaron meritorias y sin duda exhaustivas
gestiones para que se promulgara una ley que actualizara, en cierto modo, la legislación bolivariana en fa-
vor de la vicuña. Como resultado, el Congreso de la República aprobó la Ley 9147, promulgada por el
Presidente de la República el 14 de junio de 1940, que constituye un hito histórico. Por su significado,
se transcribe a continuación:

LEY IV° 9147.— EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA.— POR CUANTO: .— EL CONGRESO HA DA-


DO LA LEY SIGUIENTE.— EL CONGRESO DE LA REPUBLICA PERUANA.— Ha dado la Ley siguiente:.
.— Artículo 1°.— Declárese la protección del Estado sobre todas las especies de animales salvajes que se ha-
llan dentro del territorio nacional.— Artículo 2°.— Prohíbese, en virtud de esta Ley, en forma absoluta, la
caza de los siguientes animales: la vicuña (Auchenia vicunna), la chinchilla (Eriomys chinchilla) y el huana-
co (Auchenia huanacu).— Artículo 3°.— Prohíbese asimismo, la exportación de animales vivos de estas es-
pecies salvajes, así como la exportación de llamas, alpacas o híbridos de estas especies, que constituyen o
pueden constituir monopolio exclusivo del Perú y que deben conservarse por todos los medios posibles.
Exceptúense los casos de animales destinados a exposiciones internacionales o Jardines Zoológicos, para
lo cual se recabará permiso especial del Gobierno.— Artículo 4 0 .— Los que contravengan a estas disposi-
ciones serán penados con prisión de 30 a 120 días o multa de 100 a 500 soles y comiso, según la gravedad
de la falta. En caso de reincidencia a la pena impuesta será elevada a un tercio.— Artículo 50.—Si los in-
fractores fueran servidores o funcionarios del Estado, sufrirán la misma pena y la de destitución.— Artícu-
lo 60.— El Ministerio de Fomento dictará las disposiciones convenientes para incrementar el desarrollo y
la procreación de las especies de animales salvajes útiles.— Artículo 7°.— Quedan subsistentes y en todo
su rigor las disposiciones y decretos que prohiben todo decreto, uso y manipulación de las pieles, lanas y
tejidos de vicuñas; extendiéndose esta prohibición a los productos que se derivan de la chinchilla y del
huanaco, mientras no se pruebe que provienen de animales criados en estados de domesticidad.— Artícu-
lo 8°.— La Dirección de Agricultura y Ganadería formulará la reglamentación especial para otorgar pre-
mios y subsidios pecuniarios a los que domestiquen estas especies y, constituyan, a base de ellas, industrias
que incrementen la riqueza pública y particular dentro del territorio nacional.— Comuníquese al Poder
Ejecutivo para su promulgación.— Dada en la Sala de Sesiones del Congreso, en Lima, a los trece días
del mes de junio de 1940.— ERNESTO MONTAGNE.— Presidente del Senado.— CARLOS SAYAN
ALVAREZ— Presidente de la Cámara de Diputados.— E. SILVA ELGUERA.— Senador Secretario.—
FERNANDO CASTRO AGUSTL— Diputado Secretario.— Por tanto: Mando se publique y cumpla.—
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los catorce días del mes de junio de mil novecientos cuarenta.—
MANUEL PRADO.— CARLOS MOREYRA Y PAZ SOLDAN.

Aparte del significado capital de esta Ley, para la evolución de la legislación sobre conservación de la
fauna silvestre y en particular de la vicuña, es conveniente precisar que parte de sus disposiciones conti-
núan vigentes y otras han sido ampliadas. Es así, que las disposiciones contenidas en los artículos 1° y
20 se mantienen en plena vigencia, y las de los artículos 30 y 70 fueron ampliadas por el Decreto Ley
17816.

258
La Ley 9147 no era suficientemente drástica en las sanciones que imponía (art. 4°). A esto se sumaba,
otra vez, la falta de control, lo que produjo una mediatización en el cumplimiento de tan importante Ley.
Por ello, las poblaciones de vicuña seguían disminuyendo, presas de los cazadores furtivos y de las organi-
zaciones de traficantes. Esto, sin embargo, no desmerece la importancia dé ese dispositivo como una ex-
presión de la voluntad del Estado de preservar el patrimonio natural de la Nación. Ella sirvió de importan-
te antecedente para la legislación posterior.

--Hay que indicar que los sucesivos dispositivos legales que se dictaron entre 1954 y 1961 (ver relación cro-
nológica), destinados a mejorar la aplicación de la Ley 9147, estableciendo incentivos para la denuncia
y persecución de los delitos de caza de vicuña, no fueron suficientes para detener la matanza de esta es-
pecie. Eso no se logró ni aún con la promulgación de la Ley 14161, por la que se modificaba el artículo
4° de la Ley 9147, disponiendo que cometían delito contra el patrimonio del Estado los infractores de
las prohibiciones contenidas en los artículos 2° (caza) y 3° (exportación de animales vivos) de esa Ley,
quedando sometidos a las penas, procedimientos y otros de la Ley Especial 10202 de represión al abigeato.

La Ley Forestal, aprobada por Decreto Ley 14552, de 11 de julio de 1963, se esperó que fuera un impor-
tante instrumento para coadyuvar a la conservación de la fauna y específicamente de la vicuña. Esa ley te-
nía por objeto la protección, conservación, fomento y aprovechamiento racional de los bosques, terrenos
forestales y vida silvestre. Mediante ella se creó el Servicio Forestal y de Caza como órgano de Derecho
Público Interno, anexo al Ministerio de Agricultura.

Si bien no se contaba con los recursos financieros necesarios y suficientes para la implementación de la
Ley Forestal, la presencia de un servicio técnico especializado significó un paso de gran importancia. El
Programa III — Parques Nacionales, de dicho Servicio, se interesó especialmente por la conservación de la
vicuña. realizando algunos importantes reconocimientos de campo, los que determinaron la conveniencia
de establecer un área protegida en la localidad de Pampa Galeras (Lucanas — Ayacucho). Realizadas todas
las coordinaciones pertinentes con la Comunidad Campesina de Lucanas (Comunidad de Indígenas de Lu-
canas), el gobierno nacional expidió la Resolución Suprema N° 157—A estableciendo la Reserva de Vicu-
ñas Pampa Galeras, dispositivo legal que por estar tan ligado a las acciones de conservación de la vicuña
en los últimos 15 años, se transcribe a continuación:

"RESOLUCION SUPREMA N° 157—A.— Lima, 18 de mayo de 1967.— Visto el expediente de convenio


seguido por el Servicio Forestal y de Caza del Ministerio de Agricultura con la Comunidad de Indígenas de
Lucanas, Provincia del mismo nombre, Departamento de Ayacucho, Km. 90 de la carretera Nazca Puquio
y establecer una Reserva de Vicuñas; .— CONSIDERANDO: .— Que la Comunidad de Indígenas de Luca-
nas, conforme consta en dicho expediente y con las formalidades legales, ha puesto a disposición del Ser-
vicio Forestal y de Caza determinadas áreas de terrenos atendiendo a la conveniencia nacional de proteger
la Vicuña, en peligro de extinción, recibiendo en reciprocidad del Servicio Forestal y de Caza las facilida-
des de forestación de las zonas no agrícolas de las tierras de su propiedad, así como su participación en las
utilidades que se obtuvieran del desarrollo de dicha Reserva que resultarán en provecho, económico de la
mencionada comunidad; .— Que mediante el establecimiento de Reservas Nacionales se logra la reproduc-
ción de las especies para quedar protegidas de la acción indiscriminada del hombre bajo la vigilancia del
Estado.— De conformidad con lo informado por el Servicio Forestal y de Caza y en cumplimiento de
las Leyes N° 9147 y N° 14552; estando a las autorizaciones conferidas por la Dirección de Comunidades
mediante las Resoluciones Directorales N° 389 y N° 779; .— Con el voto aprobatorio del Directorio Fo-
restal en su sesión del 16 de marzo del presente año; .— SE RESUELVE:.— 1° Establécese la Reserva
de Vicuñas 'Pampa Galeras" para conservación de la especie autóctona de la fauna, denominada Vicuña
(Vicugna vicugna), en una extensión de seis mil quinientas hectáreas (6,500) ubicada en el Distrito y Pro-
vincia de Lucanas, Departamento de Ayacucho con los siguientes linderos: por el Norte, la carretera Nazca—
Puquio desde el lugar denominado CRUCERO hasta el encuentro con la trocha SAISA; por el Sur, línea
que partiendo del punto denominado PERCCAPERCCA pasa por TAXANA LOMA y de allí a CCATUN-
HUERACCOCHA siguiendo hasta el cruce con la trocha a SAISA; por el Este la trocha SAISA desde
CONDORSENCCA hasta el cruce con la línea CCATUN—HUERACCOCHA a TACSA HUERACCOCHA
y por el Oeste una línea recta desde CRUCERO a CHOCCECCARA y de allí hasta HUAYLLAPATA

259
bajando hasta llegar a PERCCAPERCCA, en la que el Servicio Forestal y de Caza desarrollará un pro-
grama de protección y estudio de la vicuña.-- 20.— La Reserva de Vicuñas "Pampa Galeras" comprende
los terrenos de propiedad de la Comunidad de Indígenas de Lucanas señalados por el Convenio de Coo-
peración que ha celebrado con el Servicio Forestal y de Caza según Escritura Pública del 17 de octubre de
mil novecientos sesentiseis.-- 3°.— El Servicio Forestal y de Caza queda encargado del cumplimiento
de la presente Resolución.-- Regístrese y comuníquese.— RUBRICA DEL SEÑOR PRESIDENTE DE
LA REPUBLICA.— SILVA RUETE."

La alarmante disminución de las poblaciones de vicuña en el territorio de la República fue objeto de con-
sideraciones especiales por parte de los ejecutivos del Servicio Forestal y de Caza, de investigadores de la
Universidad Nacional Agraria — La Molina y de personalidades privadas, que analizaron la imperiosa nece-
sidad de revisar la legislación vigente a favor de esa especie, propiciando un instrumento legal que fijara
sanciones drásticas a los cazadores furtivos y comerciantes. La evaluación se encontraba muy adelantada,
cuando el gobierno nacional tomó la decisión de suscribir un Convenio con Bolivia, destinado a coordinar
acciones entre las autoridades de los dos países para impulsar la conservación de la vicuña. Es por ello,
que al mes siguiente que el convenio fue suscrito en La Paz (agosto de 1969), se promulgó el Decreto Ley
17816, con el que se ampliaba el contenido de la Ley 9147, y se aplicaban los compromisos asumidos
mediante el indicado instrumento internacional.

El texto íntegro de ese Decreto—Ley debe ser conocido hasta en sus menores detalles y cuidadosamente
estudiado por cada servidor de un proyecto de manejo de la vicuña, por cuanto constituye un modelo pa-
ra dispositivos similares, si se desea que ellos tengan el mayor éxito.

DECRETO LEY N° 17816.— EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA.— POR CUANTO.— El Gobierno


Revolucionario ha dado el Decreto—Ley siguiente: .— EL GOBIERNO REVOLUCIONARIO: .— CONSI-
DERANDO: .— Que es deber del Estado velar por la conservación de los recursos naturales renovables que
constituyen patrimonio de la Nación; .— Que la vicuña ha sido objeto de una caza indiscriminada por el
alto valor de su fibra, por lo que es considerada entre las especies animales del mundo en vías de extinción;
.— Que la vicuña puede convertirse en una fuente permanente de riqueza para las comunidades y el país,
por la utilización racional de su fibra; .— Que en el transcurso de la República, recogiéndose la tradición y
política del incanato, se han dictado dispositivos legales encaminados a lograr la conservación de la vicuña,
tales como el Decreto N° 33 del 15 de julio de 1825, promulgado por el Libertador Simón Bolívar y la
Ley N° 9147 de 1940, que no han logrado detener la caza de esta especie; .— Que los gobiernos del Perú
y Bolivia han celebrado el 16 de agosto del año en curso un convenio para la conservación de la vicuña;.—
En uso de las facultades de que está investido; y.— Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros;.—
ha dado el Decreto—Ley siguiente: .— ARTICULO 1°.— Amplíase el contenido de la Ley N° 9147 que
prohibe en forma absoluta la caza de la vicuña, con los dispositivos contenidos en los artículos siguientes:
.— ARTICULO 2'3.— Prohíbese por el término de diez (10) años a partir de la promulgación del presente
Decreto—Ley, la exportación, importación y el comercio interno de pelos (fibras) y pieles de vicuña, así
como los artículos manufacturados con éstas.— ARTICULO 3°.— La prohibición de la exportación de
vicuñas vivas contenidas en el artículo 30 de la Ley N° 9147, tendrá como únicas excepciones las de aque-
llas no aptas para la. reproducción y destinadas a fines científicos y Jardines Zoológicos legalmente estable-
cidos, requiriéndose para cada caso Resolución Ministerial expedida por el Ministerio de Agricultura y Pes-
quería, previo informe de su Dirección General Forestal, de Caza y Tierras. Esta repartición propondrá
anualmente la cuota de exportación de vicuñas vivas para los fines a que se refiere el presente artículo.—
ARTICULO 4°.— Constituye delito contra el patrimonio la infracción de los artículos precedentes; de-
biendo toda persona que tenga conocimiento de la comisión de este delito, proceder a su denuncia, perci-
biendo el cincuenta por ciento (50% ) de la multa que se imponga.— ARTICULO 50.— Durante la vigen-
cia de la prohibición a que se refiere el artículo 20 los productos de vicuña provenientes del comiso per-
manecerán en depósitos de la Dirección General Forestal, de Caza y Tierras, no pudiendo ser aprovecha-
dos. en ninguna forma.— ARTICULO 60.— Los funcionarios de la Dirección General Forestal, de Caza y
Tierras y las autoridades policiales acreditadas con Resoluciones de sus respectivas Jefaturas, harán ins-
pección a los establecimientos comerciales y empresas industriales dedicados a actividades conexas con
la caza y textilería, con el objeto de verificar la existencia de productos de vicuña.— ARTICULO 7°.—

260
Las autoridades de aduana controlarán que en el comercio de exportación e importación de fibras de
origen animal y de pieles, no se infrinja lo dispuesto por el presente Decreto—Ley, quedando incursos
dentro de las disposiciones de la Ley N° 16185 y su Reglamento, los funcionarios y personas particula-
res que falten a su cumplimiento.— ARTICULO 8°.— , Los autores del delito previsto en el artículo 4°
serán sancionados: a. Por la caza de vicuña con prisión no menor de un (1) año ni mayor de tres (3),
y multa de Cinco Mil Soles Oro (SI. 5,000.00) por cada vicuña cazada, sin perjuicio del comiso correspon-
diente.— b. Las personas naturales o los personeros legales de las personas jurídicas que comercien con
pelos y pieles de vicuña,-artículos manufacturados con éstos, así como vicuñas vivas,-infringiendo lo pre
visto en los artículos 2° y 3° precedentes, serán sancionados con prisión de tres (3) a cinco (5) años, co-
miso materia de la infracción y multa equivalente a cinco (5) veces el valor del producto de comiso en
el mercado internacional.— c. En caso de reincidencia la pena será doblada.— ARTICULO 9°.— Los que
impidan u obstruyan el cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 6° incurrirán en delito contra la ad-
ministración de justicia y sufrirán prisión no menor de treinta (30) días y multa de Cinco a Diez Mil Soles
Oro (S/. 5,000.00 a 10,000.00).— ARTICULO 10°.— La acción penal contra los infractores será ejercida
de oficio, por los Agentes Fiscales y Jueces Instructores, cualquiera que sea el valor de las vicuñas cazadas
o de sus productos. Cuando la acción penal se incoe por denuncia individual o colectiva, los denunciantes
podrán apersonarse sólo para los efectos del artículo 4°.— ARTICULO 11°.— Los inculpados no podrán
acogerse al beneficio de la libertad provisional, de la condena condicional, ni de la libertad condicional.—
ARTICULO 12°.— El término de la instrucción es de sesenta (60) días, prorrogableS en treinta (30).-
ARTICULO 13°.— Las empresas industriales o comerciales que hubiesen adquirido, de acuerdo a Ley,
productos de vicuña (fibra, cueros y otros) provenientes de comiso, dentro de treinta días contados a par-
tir de la fecha de la publicación de este Decreto Ley, declararán sus existencias ante el Ministerio de Agri-
cultura y Pesquería. Vencido este término estarán comprendidos en la prohibición a que se refiere el artí-
culo 2°.— Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los dieciseis días del mes de setiembre de mil nove-
cientos sesentinueve.— General de División EP. JUAN VELASCO AL VARADO, PRESIDENTE DE LA
REPUBLICA.— Vice—Almirante AP. ENRIQUE CARBONEL CRESPO, Ministro de Marina, Encargado
de la Cartera de Guerra.— Teniente General FAP. ROLANDO GILARDI RODRIGUEZ, Ministro de Aero-
náutica.— General de Brigada EP. ARMANDO ARTOLA AZCARATE, Ministro del Interior.— General
de Brigada EP. EDGARDO MERCADO JARRIN, Ministro de Relaciones Exteriores.— General de Briga-
da EP. FRANCISCO MORALES BERMUDEZ CERRUTI, Ministro de Economía y Finanzas.— General
de Brigada EP. ALFREDO ARRISUEÑO CORNEJO, Ministro de Educación.— Mayor General FAP,
EDUARDO MONTERO ROJAS, Ministro de Salud.— Mayor General FAP. JORGE CHAMOT BIGGS,
Ministro de Trabajo.— General de Brigada EP. JORGE BARANDIARAN PAGADOR, Ministro de Agri-
cultura y Pesquería.— Contralmirante AP. JORGE CAMINO DE LA TORRE, Ministro de Industria y
Comercio.— General de Brigada EP. ANIBAL MEZA CUADRA CARDENAS, Ministro de Transportes
y Comunicaciones.— General de Brigada EP. JORGE FERNANDEZ MALDONADO SOLARI, Ministro
de Energía y Minas.— Contralmirante AP. LUIS VARGAS CABALLERO, Ministro de Vivienda.— POR
TANTO: .— Se publique y cumpla.— Lima, 16 de setiembre de 1969.— General de División EP. JUAN
VELASCO AL VARADO.— Vice—Almirante AP. ENRIQUE CARBONEL CRESPO, Ministro de Marina
y encargado de la Cartera de Guerra.— Teniente General FAP. ROLANDO GILARDI RODR IGUEZ.—
General de Brigada EP. JORGE BARANDIARAN PAGADOR."

En toda la evolución de la legislación sobre protección y conservación de la vicuña, el Decreto Ley 17816,
que reúne las mejores cualidades de una Ley, marca un nuevo período en la actitud y decisión de los po-
deres públicos, tendiendo a hacer efectiva la recuperación de esa especie.

261
Los efectos positivos de ese Decreto Ley sobre la recuperación, todavía parcial, de las poblaciones de vicu-
ña en el Perú, se debe, sin lugar a dudas, a la presencia de condiciones altamente favorables y auspiciosas
tales como:

Voluntad política de los órganos superiores del Estado.


Capacidad técnica y administrativa de buen nivel (Servicio Forestal y de Caza; Dirección General Fores-
tal y de Fauna).
Control en el campo; ejerciendo vigilancia permanente en áreas protegidas con categoría especial j'eco-
nocida (Reserva Nacional) y sin ella (áreas de proyectos).
Control en los puertos al exterior; control mejorado, aunque no óptimo, ejercido por la Aduana en
puertos y aeropuertos.
Capacitación del personal (funcionarios y empleados) de los organismos encargados de la conservación
de la vicuña.
Difusión e información, a nivel del público y de los organismos comunales, regionales y otros.
Coordinación internacional, mediante convenios bilaterales y multinacionales (Convenio con Bolivia,
Argentina, Chile; CITES).
Cooperación técnica, a través de la cooperación bilateral (República Federal de Alemania, Bélgica) y
de otras fuentes.
Cooperación de organismos privados internacionales (WWF, UICN, Sociedad Zoológica de Francfort)
y nacionales (PRODENA).

Indudablemente que uno de los aspectos más saltantes del Decreto Ley 17816, se refiere a las necesaria-
mente drásticas sanciones que impone a los delincuentes (artículo 89, que objetivamente constituye uno
de los pocos medios para disminuir la caza y comercio de especímenes de vicuña, en vista que la educación
sobre los intereses de la naturaleza y de la nación todavía está muy lejos de las mayorías nacionales. En las
décadas pasadas no se ha alentado la debida conciencia sobre la necesidad de preservar los recursos natura-
les y por ello, se tiene qúe recurrir a sanciones drásticas, cuidando sin embargo, de ir aumentando la com-
prensión de los ciudadanos mediante campañas adecuadas de difusión.

Los años que han transcurrido, en la aplicación de esa Ley, han permitido acumular valiosa experiencia
que será importante tomar en cuenta en la elaboración de la legislación ulterior sobre conservación de la
vicuña. Entre los muchos comentarios que merece la aplicación del Decreto Ley 17816, debe señalarse
que el incentivo fijado para ganar el apoyo de los ciudadanos en la denuncia de los delitos contra el patri-
monio (artículo 40) no fue suficiente, debido a que los pocos denunciantes no alcanzaban a cobrar el 50%
de las multas impuestas a los delincuentes, cansados de esperar la culminación de los largos y lentos proce-
sos administrativos y judiciales. En este aspecto, se impone un sistema de premio más expeditivo.

La aplicación de las disposiciones contenidas en el artículo 70 del Decreto Ley 17816, que se refiere al
control por las autoridades de aduana fue mediatizada, y sin los alcances que pretendía el legislador.

Por falta de la debida difusión, tampoco se observó el conveniente cumplimiento del artículo 100 del ci-
tado Decreto Ley, que dispone que la acción penal contra los infractores debe ser ejercida de oficio por
los agentes fiscales y jueces instructores. Ellos por el peso de sus recargadas labores y en muchos casos
desidia, no actuaron con la entrega y celeridad que se requiere para contrarrestar la depredación de un ex-
ponente del patrimonio natural.

Para la conservación de la vicuña, la promulgación de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre (Decreto Ley
N° 21147) representa un nuevo apoyo legal, que vino a reforzar, dentro de un marco general, las disposi-
ciones del Decreto Ley 17816. La Ley Forestal y de Fauna Silvestre dispone en su artículo 1°: los recur-
sos naturales y la fauna silvestre son del dominio público . . . , con lo que se refuerza el precepto consti-
tucional en tal sentido, ampliando sin embargo sus alcances al declarar que: . . . no hay derechos adquiri-
dos sobre ellos. El Título Segundo (De los Bosques y Unidades de Conservación) y en el Título Cuarto
(De los Productos Forestales y de Fauna Silvestre) contienen disposiciones sobre la fauna silvestre y sobre
las áreas naturales protegidas, que conciernen a la conservación de la vicuña. En ese último Título, en su

262
Capítulo II, se trata la extracción o caza de fauna silvestre, detallándose las modalidades y procedimientos
de caza. En el artículo 57° de la Ley, dentro del citado Capítulo, se dispone que: El Poder Ejecutivo, por
Decreto Supremo, a propuesta del Ministerio de Agricultura, declarará vedado por plazo indefinido, el apro-
vechamiento de las especies de fauna silvestre en vías de extinción, sin perjuicio de las vedas periódicas que
convengan. Esta importante disposición ha sido modificada para permitir que tal declaración de veda se
haga mediante Resolución Ministerial, lo que es lamentable debido a la disminución del nivel de decisión
y respaldo.

El Reglamento de Conservación de Flora y Fauna Silvestre, de la Ley Forestal y de Fauna, aprobado por
Decreto Supremo N° 158-77—AG de 31 de marzo de 1977, representa también otro instrumento legal
que incide en la conservación de la vicuña. En cumplimiento de los artículos 7° y 8° de ese Reglamento
el Ministerio de Agricultura por Resolución Ministerial, debe establecer la lista de especies protegidas de
la flora y la fauna silvestre. La lista en vigencia fue aprobada por Resolución Ministerial N° 01710—AG/
DGFF, de 30 de setiembre de 1977, en la cual la especie Vicugna vicugna es considerada en la categoría
de especies en situación vulnerable, bajo el número de registro 29.

De conformidad con el artículo 80° de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre, dentro del Capítulo I (De
las Infracciones y Sanciones) del Título Sexto (De las Infracciones y Sanciones del Control), se consideran
como delitos sancionados por el Decreto Ley N° 17816 la caza, captura, recolección, transformación y co-
mercialización de ejemplares de la fauna silvestre declarada en veda por plazo indefinido (como es el caso
de la vicuña), así como la posesión, transporte, transformación, comercialización o exportación de sus pro-
ductos.

El hecho de contar con una ley general (Ley Forestal y de Fauna Silvestre), sus Reglamentos (Reglamento
de Conservación de Flora y Fauna Silvestre; Reglamento de Unidades de Conservación) y de una "ley espe-
cífica" (Decreto Ley N° 17816), permitía disponer de los instrumentos legales necesarios para impulsar
la conservación de la especie vicuña. Sin embargo, es preciso señalar que no basta contar con las leyes; es
imprescindible implementarlas si es que se desea que cumplan su cometido. Hay que reconocer, en térmi-
nos generales, que la Ley Forestal y de Fauna y sus Reglamentos hasta ahora no han merecido la suficien-
te atención de los órganos del Estado, a fin de establecer la necesaria infraestructura para su aplicación.

Con el fin de lograr un mayor apoyo de las comunidades campesinas para las acciones de manejo de la vi-
cuña se promulgó el Decreto Ley 22964, del 26 de marzo de 1980, mediante el cual en su artículo 1° se
dispone: El Ministerio de Agricultura y Alimentación a través del Proyecto Especial de Utilización Racio-
nal de la Vicuña, compensará en dinero a las comunidades campesinas y demás propietarios de los- terre-
nos donde habitan las vicuñas sujetas al manejo del referido Proyecto Especial. Para tal efecto, la Dirección
Ejecutiva del Proyecto en cuestión y el propietario del predio o su representante legal suscribirán el con-
trato respectivo. Más adelante en el artículo 2°, de ese Decreto Ley se establece que: Mediante Resolu-
ción Suprema refrendada por los Ministros de Agricultura y Alimentación y de Economía y Finanzas, se
aprobará el procedimiento conforme al cual se hará la compensación.

Hasta el presente no se ha podido observar un efecto alentador de ese Decreto Ley respecto a generar
un mayor interés de las comunidades campesinas y de otros propietarios por intervenir en apoyo del ma-
nejo de la vicuña. Sin duda, eso se debe a que la expedición del mismo coincidió con el inicio de un dete-
rioro en la administración pública encargada de la conservación de la vicuña. No obstante, constituye un
importante antecedente legal, que deberá ser ampliado para lograr interesar al campesinado. Una disposi-
ción similar, pero con un universo mayor, debe ser considerado en la nueva legislación sobre la vicuña.

La Ley de Promoción y Desarrollo Agrario, dada mediante Decreto Legislativo N° 2, de 17 de noviembre


de 1980, establece otro mecanismo que el poder público tiene a disposición para impulsar la conservación
de la fauna, y de la vicuña en particular. En efecto, en el artículo 10° de esa Ley se dispone: El Ministerio
de Agricultura y Alimentación, en resguardo de la conservación y conveniente utilización de las especies
vegetales y animales silvestres, podrá dictar disposiciones reglamentarias y restricciones para su extracción,
recolección o caza, así como para su comercialización. Es deseable que una nueva ley de conservación de

263
la vicuña cubra todos los campos relacionados con ella, pero en el caso que quede algún vacío, es posible
que sea atendido por disposiciones que se dicten en base al artículo 100 de la Ley que se acaba de citar.

Finalmente, sobre estos breves comentarios en relación a la legislación sobre conservación de la vicuña,
cabe señalar que los organismos y personas interesadas en la conservación de la vicuña, cuentan ahora, por
mandato de la Constitución Política del Perú (1979), con un organismo del Estado que tiene como funcio-
nes principales la defensa de la legalidad, de los derechos ciudadanos y de los intereses públicos. Ese orga-
nismo es el Ministerio Público. Todo lo que concierne a la vicuña, indudablemente cae dentro del interés
público.

El Ministerio Público tiene la representación de la sociedad en los procesos judiciales para defender el in-
terés social, velando por la persecución del delito y la reparación civil. Toda persona tiene derecho a re-
currir en queja, directamente, ante el fiscal de la Nación. Nadie, ni el menor de edad, está incapacitado
para hacerlo. La ley señala expresamente que la presentación podrá hacerse en papel común, sin firma
de abogado ni pago alguno de cualquier clase que sea. El Fiscal de la Nación velará por el respeto de los
derechos de la persona proclamados por el Título I, Capítulo I de la Constitución, en el ámbito de la
administración pública, incluyendo el de la Fuerza Armada y Fuerzas Policiales. Proteje al ciudadano de
los excesos y abusos de cualquier funcionario, institución, organismo o empresa pública. No sólo en vir-
tud de peticiones que se le formulen sino también de oficio, cuando tenga conocimiento de algún atrope-
llo o abuso.

La única condición para que intervenga la Fiscalía de la Nación es la evidencia de que el ciudadano no
ha sido atendido oportunamente, dentro del término justo, en los órganos e instancias que en cada cir-
cunstancia ha previsto la ley. La Fiscalía de la Nación no sustituye ni reemplaza a los procedimientos
ya existentes, por lo que sólo habrá que comprobar previamente que dichos procedimientos no han fun-
cionado, y requerirá a los organismos correspondientes para que cumplan su deber, con una secuencia
de plazos, apercibimiento, y finalmente la formulación de la denuncia por negligencia o comisión de falta
o delito.

2.5 Consideraciones Teóricas sobre Nueva Legislación

Conviene tener presente que el Derecho está formado por un conjunto de normas. En principio, una nor-
ma es un enunciado en el que se prescribe una conducta. Hay normas de diferente tipo, tales como las
normas morales, religiosas, éticas y jurídicas. Derecho y normas se presentan como dos conceptos insepa-
rables: el Derecho es un sistema de normas y la norma es el modo, como se concibe y se expresa el Dere-
cho.

El tema de la norma jurídica es una de las cuestiones centrales de la ciencia del Derecho. Las normas jurí-
dicas son aquellas cuyo incumplimiento lleva aparejada una sanción. La sanción puede ser de muy distin-
ta índole: imposición de una pena; indemnización; anulación, etc. Ante la necesidad de una sanción, las
normas jurídicas se desdoblan en dos: norma primaria, que ordena, autoriza o prohibe una conducta, y
norma secundaria que prevé la sanción para el infractor de la primera. Al revisar las leyes de un país de
sistema de derecho romanístico, como es el caso del Perú, se encuentra que por lo general la norma jurí-
dica primaria no aparece formulada expresamente en las leyes, donde sólo se encuentra la norma sanciona-
dora (secundaria).

La norma jurídica, por la teoría y la práctica del Derecho, tiene el siguiente contenido: sujeto, que es el
destinatario, cuyo poder jurídico recae sobre un objeto, por intermedio del cual se establece una relación
o vínculo con otro sujeto y finalmente la sanción, que es la consecuencia que se deriva de la inobservancia
de lo preceptuado.

264
Las normas jurídicas tienen un carácter de bilateralídad , frente a la unilateralidad de las normas morales.
Esto quiere decir, que las normas jurídicas a la vez que atribuyen un derecho a un sujeto, señalan correla-
tivamente un deber a otro sujeto. Según la concepción del sistema de derecho romanístico, no se concibe
derechos sin deberes ni deberes sin derechos.

En todo el mundo, hay que recordar, existe una diversidad muy amplia de ordenamientos jurídicos, cada
uno de ellos con sus características propias, que resultan de la historia y de las condiciones políticas, eco-
nómicas y sociales del país en que se aplican. Para los juristas es posible, dentro de esa diversidad, encon-
trar afinidades entre los diferentes derechos, agrupándolos en sistemas.

El orden jurídico que impera en el Perú pertenece al denominado sistema romanístico o romano—germá-
nico. Los diversos derechos, que se encuentran dentro de este sistema, tienen en común una concepción
secularizada y no religiosa del Derecho, que se presenta como un conjunto de normas estrictamente jurí-
dicas. Las características básicas del sistema romanístico son la primacía de la ley y el lenguaje jurídico
y los métodos comunes para todos los derechos que lo integran.

También es conveniente tener presente que las normas jurídicas responden a una clasificación por su origen,
jerarquía y contenido. Las normas jurídicas, a su vez, se clasifican en legislativas, consuetudinarias y juris-
prudenciales. Las normas legislativas, o leyes en sentido general, provienen de determinados órganos del
Estado y en su dación se observa un procedimiento preestablecido. Las normas consuetudinarias, que
constituyen la costumbre jurídica, son prácticas sociales de observancia obligatoria. Las normas jurispru-
denciales, por su parte, son las resoluciones de los tribunales de justicia, que son observadas por ellos mis-
mos y por sus inferiores.

Las normas jurídicas por su jerarquía se clasifican en constitucionales (ley de leyes); ordinarias (leyes ge-
nerales) y reglamentarias (leyes reglamentarias, reglamentos, decretos). La norma fundamental, subordi-
nante de todas las demás, es la constitucional.

Las normas jurídicas por su contenido se subdividen en: normas de Derecho Público; y normas de Derecho
Privado. Las normas de Derecho Público son aquellas que rigen las relaciones políticas, penales, procesales,
administrativas, municipales, internacionales, para citar las principales. El Derecho Privado, por su parte,
se ocupa de las relaciones entre las personas y sus organizaciones.

Los funcionarios de los proyectos de manejo de la vicuña siempre deben interesarse por tener una clara in-
formación sobre el sistema de Derecho imperante en el país y sobre sus alcances. Ello ayuda a defender el
recurso bajo su cuidado.

Ya se ha indicado la conveniencia de contar con una ley general (Ley Forestal y de Fauna Silvestre), normas
reglamentarias (Reglamento de Conservación de Flora y Fauna) y una ley específica para hacer efectiva la
conservación de la vicuña. Sin embargo, resulta que actualmente parte del articulado del Decreto Ley 17816
ha perdido vigencia. En efecto, el artículo 2° (prohibición de exportación, importación y comercio interno
de fibras, pieles y productos de vicuña por un término de 10 años), que constituye la disposición central
de ese Decreto Ley, ya no se puede aplicar al amparo de esa norma. Para ello, tiene que recurrirse a otras
normas generales y reglamentarias.

Debido a la experiencia anterior, acumulada en las acciones de conservación de la vicuña, es recomendable


que se propicie y gestione la promulgación de una nueva ley específica para asegurar la protección y manejo
de esa especie.

265
En términos generales, esa ley debe tener los objetivos siguientes:

Propiciar la recuperación de la especie;


propiciar su utilización racional, mediante el manejo;
consolidar el principio básico del interés público; y
proteger la salud del hombre y de su ganado.

-Según CABAN E LLAS (1960), la ley es la regla, norma, precepto de la autoridad pública, que manda, pro-
hibe o permite algo. Regla de conducta obligatoria dictada por el Poder Legislativo, o por el Ejecutivo cuan-
do lo sustituye o se arroga sus atribuciones.

Al proyectarse una ley, debe tenerse en cuenta que los requisitos esenciales que deben acompañarla son:
a) que sea dictada por la autoridad competente; esto es, por quien está facultado para imponer esa norma
de conducta obligatoria; y b) que sea declaratoria de un derecho. No debe olvidarse que toda ley debe ser
justa, general y obligatoria.

Por su parte, las cualidades de una ley determinan que ella debe ser:

Precisa y clara, es decir redactada con lenguaje claro y concreto, evitando giros literarios;
Concisa, resumiendo los razonamientos;
Objetiva, teniendo razones lógicas, más que emotivas o sentimentales; y
De estilo correcto, evitando frases ofensivas y faltas gramaticales u ortográficas.

En el caso específico de la vicuña, en la redacción de la ley sobre su conservación se debe tener especial
cuidado de estar de acuerdo con la biología de esa especie, permitiendo por todos los medios posibles la
conservación de su habitat.

Una nueva ley en favor de la conservación de la vicuña debe asegurar un procedimiento expeditivo para
la investigación del delito y el juicio correspondiente. Debe tenerse presente que la ignorancia de la ley no
sirve de excusa.

Para impulsar y gestionar la elabbración y promulgación de una nueva ley, que abarque los diferentes aspec-
tos de la conservación de la vicuña, se tiene como primer apoyo el precepto constitucional contenido en
el artículo 187° de la Constitución Política del Perú (1979), que a la letra dice: Pueden expedirse leyes
especiales porque lo exige la naturaleza de las cosas, El otro apoyo constitucional lo proporciona el
artículo 1190 de esa misma Carta Magna, que dispone: El Estado evalúa y preserva los recursos naturales.
Asimismo, fomenta su racional aprovechamiento. Promueve su industrialización para impulsar el derecho
económico.

En la elaboración del correspondiente proyecto de ley, además de las consideraciones ya expuestas, se


debe tener presenta la obligación de considerar lo siguiente:

Propiedad pública sobre los recursos naturales renovables (patrimonio de la Nación), según lo dispone
el artículo 118° de la Constitución Política;
Propiedad de las comunidades campesinas de la casi totalidad de las tierras que constituyen el habitat
de la vicuña en la -región altoandina del Perú, teniendo presente lo dispuesto con el artículo 1630 de
la misma Constitución Política (imprescriptibles);
Descentralización del país (regionalización), dispuesta por el artículo 2590 de la Constitución Política;
Aplicación estricta de los acuerdos contenidos en los convenios generales (CITES y otros) y específi-
cos (Convenio para la Conservación y Manejo de la Vicuña — 1979), según lo establece la norma con-
tenida en el artículo 101° de la Constitución Política; y
5. Aplicación de las disposiciones generales sobre la gestión de la fauna silvestre contenidas en la legisla-
ción forestal y de fauna vigente.

266
Tomando debida cuenta de todas las exigencias legales, sociales, económicas y administrativas, es necesario
que una nueva ley integral sobre conservación de la vicuña cubra los aspectos siguientes:

1. Protección de la especie vicuña ( Vicugna vicugna) en todo el territorio nacional.


2 Prohibición del comercio interno y externo de todos los productos y derivados de vicuña, con las úni-
cas excepciones que se deben fijar por acción del manejo de la especie.
Declaración del carácter de_interés nacional y_necesidad pública del_repoblamiento con vicuñas de las
áreas aptas para ello en la región altoandina, previa ejecución de los estudios pertinentes.
Utilización de la vicuña, mediante el manejo correspondiente, dentro de las disposiciones contenidas
en el artículo 3 o del Convenio para la Conservación y Manejo de la Vicuña — 1979.
En este caso, dejar abierta la posibilidad que empresas del sector privado intervengan, bajo estricto
control oficial, en las diferentes fases de la industrialización. Las empresas podrían ser nacionales o
sociedades formadas con capitales de los países Parte del citado Convenio.
Prohibición de producción de paco—vicuñas y de llamo—vicuñas con fines de propagación o adorno,
salvo la necesaria para investigaciones científicas, previa autorización especial. Con ello, se pretende,
entre otros, evitar complicaciones en el control de la protección de la vicuña.
Obligación, por parte del Ministerio de Agricultura, de estructurar y ejercer un adecuado y eficiente
control en el campo por medio de personal especialmente capacitado para labores de vigilancia y ma-
nejo (guardas), estableciendo con claridad la colaboración con la Policía Forestal de la Guardia Civil.
Obligación, por parte del Ministerio de Agricultura, de organizar proyectos regionales de manejo de
la vicuña, en estrecha coordinación con las Corporaciones Departamentales de Desarrollo y las Regio-
nes.
Establecimiento de un Consejo Consultivo sobre camélidos silvestres, encargado de asesorar al Minis-
tro de Agricultura, integrado por representantes de las universidades, centros de investigación y por
especialistas individuales.
Estímulo a la organización y conducción de la protección de la vicuña en áreas ajenas a las Unidades
de Conservación (parques, reservas, y santuarios nacionales) y a los proyectos de manejo.
Fijación, clara y adecuada, de la participación de las comunidades campesinas y otros propietarios de
la tierra de los beneficios generados por el manejo de la especie.
Mantenimiento de severas sanciones a los infractores, de conformidad con lo dispuesto por el Decreto
Ley 17816 y la Ley Forestal y de Fauna.
Fijación de un importante estímulo económico para los ciudadanos que colaboren con el Estado, de-
nunciando las infracciones a la protección de la vicuña. Se deben establecer mecanismos muy ágiles
para efectuar tal compensación.
Establecimiento de estímulos, mediante exoneraciones de impuestos, para las empresas -de comunica-
ción social (radiodifusión y televisión; órganos de prensa) que intervengan en las campañas de difu-
sión sobre conservación de la vicuña.
Obligación de los centros educativos de impartir enseñanzas sobre la conservación de la vicuña, en es-
pecial en los planteles instalados en el área de distribución actual de la vicuña.

267
3.0 Administración

Como ya se ha expuesto, la conservación de la fauna silvestre requiere del diseño y aprobación de una polí-
tica. Para ello es imprescindible crear o reforzar un organismo especializado y eficiente, que proponga y eje-
cute los respectivos lineamientos de política.

La necesidad de asegurar el mejor uso de los fondos fiscales, siempre escasos en los países en desarrollo, más
escasos aún para las acciones de conservación de la fauna, recomienda que en el nivel central, en la sede del
gobierno nacional, se organice únicamente un pequeño cuerpo técnico altamente especializado, como uni-
dad no burocratizada, encargado de la planificación general para la gestión deja fauna silvestre, delegando
en organismos regionales la ejecución de las acciones en el campo. Cuando se trate de cumplir las funciones
rutinarias, éstas pueden ser ejecutadas por organismos locales y regionales de la administración agraria, en
tanto que las acciones especiales, por ejemplo el manejo de la vicuña, deben ser desarrolladas por proyectos
de inversión debidamente fundamentados.

Aún en el caso que se organice, en un momento dado, un ente público encargado de toda la gestión de la
fauna silvestre a nivel nacional, debe observarse celosamente la delegación de funciones, con la correspon-
diente autonomía, en órganos de ámbito regional y local.

En el caso concreto del Perú, se viene tratando cón la mayor insistencia en la necesidad de proceder a la
desconcentración, descentralización y regionalización efectivas, a fin de modernizar la administración del
país y lograr los objetivos nacionales de desarrollo.

La desconcentración es el proceso por el cual se traslada, por vía de delegación, los niveles de decisión. Hay
dos tipos de desconcentración: una funcional y otra territorial. La funcional es aquella que traslada los ni-
veles de decisión a los diferentes eslabones de la organización. La territorial, por su parte, es la desconcen-
tración mediante la cual se traslada las atribuciones de gobierno a los niveles de decisión regional, zonal, lo-
cal o comunal.

A su vez, la descentralización es el proceso por el cual el gobierno crea personas jurídicas a las que se les
otorga autonomía política o administrativa o ambas, mediante una ley. La descentralización política tiene
como exponentes más conocidos los gobiernos municipales (municipalidades), a los que la ley reconoce la
facultad de gobernar en las competencias y ámbitos territoriales especialmente acordados. La descentrali-
zación administrativa concede facultades y atribuciones propias de naturaleza administrativa a los entes
denominados en el Perú instituciones públicas descentralizadas y empresas públicas.

La regionalización, por su parte, se produce en unidades territoriales definidas, mediante organismos que
poseen determinados atributos de la potestad pública y recursos tributarios. La regionalización va más allá
de la desconcentración y de la descentralización a las que debe incluir, pero se encuentra lejos de una fede-
ralización. En algún momento debe producirse la regionalización en el Perú, tal como lo dispone el artícu-
lo 25° de la Constitución Política (1979).

Aún antes que se produzca la regionalización del país, se debe implementar, en la administración pública,
las correspondientes acciones de desconcentración y descentralización.

Un proyecto de manejo de fauna silvestre y en particular un proyecto de manejo de la vicuña, puede pro-
porcionar una valiosa experiencia en esa modernización de la gestión pública, siempre y cuando se le estruc-
ture y conduzca con la responsabilidad que exige el buen uso de los dineros del Tesoro y la necesidad de
incidir en el desarrollo de poblaciones humanas marginadas.

268
3.1 Elementos Generales de la Administración

Cumplir y hacer cumplir la ley es la tarea prioritaria en cualquier proyecto de manejo de fauna silvestre.
Si no se asegura el cumplimiento de esta tarea, la mejor programación no alcanza éxito, resultando que la
caza furtiva y la destrucción del habitat terminan por extinguir a las especies de fauna, aún antes de que
culminen los estudios.

Como se ha visto, en el devenir histórico, la regulación de la utilización de la fauna mediante leyes ha si-
do la primera medida de manejo de este recurso. En la siguiente etapa histórica se ha ampliado, el manejo,
mediante el establecimiento de áreas protegidas (reservas), repoblamiento con especies deseadas, control
de predadores, manipuleo del habitat, entre otros.

El instrumento ejecutivo para hacer cumplir la ley, en favor de las especies de la fauna silvestre, debe ser
un organismo técnico—administrativo diseñado e implementado en relación con las características socio-
económicas y culturales de una región dada o del país. Una de las variantes de ese organismo es, sin lugar
a dudas, un proyecto de manejo de fauna.

Tal proyecto, convenientemente estructurado, debe asegurar:

la soberanía del Estado sobre los recursos de fauna;


la integración del manejo de la fauna silvestre en el desarrollo socio—económico del país, colaborando
al incremento del ingreso nacional;
el mejoramiento de la producción de la fauna, en calidad y cantidad, guardando perfecta armonía
con los principios ecológicos;
la regulación de la comercialización en cuanto a calidad, cantidad y precio;
la creación de puestos de trabajo permanentes; y
la incentivación de una conciencia de conservación de la fauna silvestre y de todos los recursos natura-
les.

La administración, tal como se entiende en la mayoría de países iberoamericanos, es la acción o el arte, o


la manera de conducir una organización, de dirigir, de planificar su desarrollo y de controlarla.

La acción administrativa en un proyecto de manejo de fauna, al igual que debe suceder en cualquier otra
organización pública o privada, con fines lucrativos o sin ellos, exige la inversión de recursos técnicos, fi-
nancieros y humanos, que permitan alcanzar los objetivos y cumplir las tareas.

Por lo general esa inversión de recursos gira alrededor de tres actividades principales:

Planificación;
Organización; y
3. Control.

Antes que nada, antes de proceder con el ejercicio de cada una de estas actividades, toda organización debe,
necesariamente, contar con la respectiva estrategia. La estrategia es el punto de partida para poner en fun-
cionamiento la administración.

269
ESTRATEGIA Y SISTEMA DE MANEJO

ESTRATEGIA TECNOLOGIA SISTEMA DE MANEJO

4.
Fig. 61

Los especialistas definen la estrategia como el conjunto de opciones, de prioridades y de decisiones toma-
das en vista a alcanzar un cierto número de objetivos. Es preciso que en cualquier organización y con ma-
yor razón en las que tienen que luchar contra los escasos fondos financieros y humanos, la estrategia consi-
dere conveniente lo siguiente:

área de actividades;
orientación de crecimiento; y
objetivos financieros, técnicos y humanos.

Toda organización, cualquiera que sea, tiene necesidad de definir lo que va a hacer, cómo lo va a hacer y
por qué lo va a hacer.

El área de actividades debe ser fijada en términos de crecimiento, de beneficio y de contribución social.

Para seleccionar el sistema de manejo, dentro del diseño de la estrategia, se presentan varias opciones:
a) desarrollo diversificado, es decir emprender varias actividades; b) desarrollo innovador, es decir propo-
ner y ofrecer nuevos productos (productos de vicuña por ejemplo); c) desarrollo concentrado, dirigiendo
todos los esfuerzos en una misma área de acción.

En el desarrollo de las ciencias administrativas se ha determinado que la relación entre la estrategia y el


sistema de manejo no es directa. Ello se apoya en una variable intermedia: la tecnología. La tecnología
corresponde a todos los métodos que sirven para convertir los recursos disponibles en productos y servi-
cios. Los recursos pueden ser la materia prima, el trabajo, los conocimientos y los capitales.

270
Prestando atención, se puede constatar que la relación entre estrategia y sistema de manejo se da en doble
sentido. En efecto, en razón del impacto de decisiones anteriores, de procesos de decisión de deformacio-
nes de la información, de diferentes situaciones de poder y del conjunto de la estructura organizativa, el
sistema de manejo ejerce una acción importante en la formulación de la estrategia. Es así, que si la estra-
tegia determina el sistema de manejo, este último ejerce una influencia importante sobre el diseño de la
estrategia.
_
Cada elemento funcional de una organización, tales como la producción, la investigación, la comercializa-
ción, se encuentra en estrecha relación con diferentes partes del ambiente poseyendo, por ello, caracterís-
ticas propias.

A una organización centralizada corresponde, por ejemplo, un control preciso y frecuente, una planifica-
ción detallada y a corto plazo, en fin, una dirección poco compartida y poco permeable. A una organiza-
ción descentralizada, por el contrario, corresponde un control basado en lineamientos generales y de esca-
sa frecuencia, una planificación general a largo plazo, en fin, una dirección compartida y una permeabili-
dad para recibir informaciones y sugerencias.

3.1.1 Planificación

La planificación es la organización según un plan, es decir la organización según un conjunto de medidas


adoptadas para la ejecución de un proyecto.

De acuerdo con la definición comúnmente aceptada, la planificación es un proceso de fijación de objetivos,


de determinación de medios necesarios para alcanzarlos y de definición de etapas. Es una guía para cada
miembro de la organización, que le permite situar y orientar su acción en relación con el objetivo general.
La planificación concierne a los planes a largo, corto y mediano plazo y a la simulación de los presupuestos.
La planificación, según ENREGLE y THIETART (1980) es un estado de espíritu, una concepción de la
gestión orientada a la acción presente y al futuro.

Planificar es decidir. La planificación es el cumplimiento de una serie de etapas que comienzan con el diag-
nóstico y terminan con la selección y aprobación de un plan.

Etapas preparatorias de la planificación.

Según indican algunos estudiosos esta fase comprende lo siguiente:

Diagnóstico;
Estudio de alternativas;
Evaluación de soluciones; y
Decisión.

El diagnóstico es una etapa preparatoria muchas veces descartada por aquellos que pretenden realizar el
proceso de planificación. Por lo general, en las condiciones de escasez de recursos financieros se pretende
saltar esta etapa, lo que origina una falsa visión de la situación. En el manejo de la fauna y en particular de
la vicuña, ésta es una etapa que reviste la mayor importancia y que debe ser ejecutada metodológicarnente,
a fin de evitar inversiones mal dirigidas o innecesarias. El diagnóstico permite establecer el marco referen-
cia! de la situación a la cual puede enfrentarse la organización.

El diagnóstico empieza con una comparación del estado presente de la situación con aquel que se desearía
tener, continuado con un minucioso análisis, el mismo que proporciona una base para la formulación de al-
ternativas.

271
PROCESO DE PLANIFICACION

PROGRAMA PLAN A PLAN A REVISION


ESTRATEG I CO MEDIANO CORTO DE LAS
PLAZO PLAZO DIFERENTES
MISIO N Y FASES DE LA
PRESUPUESTO PLANIFICACION

Fig. 62

El estudio de alternativas entre diferentes soluciones, permite disminuir la separación o diferencia entre el
futuro deseado y la situación presente. Este estudio puede comprender el análisis de ejemplos, o sea de acti-
vidades o proyectos que en situaciones similares han alcanzado éxito. Aquí se comprende la importancia y
significado de contar con proyectos demostrativos de manejo de fauna. Sin embargo, la imitación, o mejor
dicho la copia de otro proyecto, por más cercano que sea, entraña también riesgos que es preciso considerar.
Otro apoyo importante para el estudio de alternativas es la revisión histórica, mirando al pasado para encon-
trar errores y aciertos que permitan tomar las alternativas con una experiencia, que podría evitar repetir los
desaciertos.

La evaluación de soluciones, es posible cuando se han estudiado las diferentes alternativas, y de todas ellas
se ha obtenido una experiencia, ganándose el tiempo que de otra manera tendría que emplearse en obtener
su propia vivencia. Cuando las soluciones son relativamente abundantes la elección es simple. Por el contra-
rio, cuando las soluciones son aparentemente equivalentes se impone un examen minucioso. Para él es pre-
ciso evaluar las consecuencias, asociadas a cada posibilidad, e identificar las repercusiones colaterales. A con-
tinuación se debe proceder a una comparación, determinando el valor de cada una de las soluciones.

La decisión es posible tomar contando con elementos de comparación, proporcionados por las diferentes
posibilidades o alternativas. La probable decisión, para mayor seguridad, debe ser descompuesta en una se-
rie de etapas que permitan visualizar con claridad sus consecuencias. Habiendo sido tomada la decisión, es
necesario pasar a la acción. Esto consiste en definir las diferentes etapas del proyecto, determinándose los
medios necesarios y evaluando el tiempo requerido, todo lo cual debe permitir alcanzar los objetivos del
mismo.

272
Planes.

La planificación también puede ser definida como el conjunto de planes relacionados unos con otros
(Thietart, 1980). -

Los planes presentan diferentes dimensiones en cuanto a:

duración; planes a corto, a largo o a mediano plazo.


área; planes de personal, planes de producción (planes de saca o beneficio, por ejemplo).
naturaleza; del reglamento a la misión.
nivel; planes del puesto de control, del sector o de todo el proyecto.
características diversas, que se refieren a costo, grado de complejidad, entre otros.

Proceso de planificación.

Para un desarrollo con el menor número de contrariedades, más aún cuando tiene que tratarse con recursos
naturales "frágiles", como la fauna silvestre, es preciso observar rigurosamente cada una de las etapas del
proceso de planificación, propiamente dicho.

Este proceso presenta cuatro etapas bien diferenciadas, que son las siguientes:

Formulación del plan o programa estratégico;


Elaboración y aprobación del o de los planes de acción a mediano plazo;
Elaboración y aprobación del plan a corto plazo con el correspondiente presupuesto;
Revisión del plan general (diferentes fases de planificación).

La primera tarea en la elaboración de cualquier plan, consiste en determinar las etapas necesarias para al-
canzar los objetivos, sopesando el tiempo requerido para cada una de ellas.

Aquí cabe preguntarse qué se hará primero, ¿la construcción de la planta de beneficio? o ¿la vigilancia de
las poblaciones de vicuñas en el campo?; ¿el club de trabajadores? o ¿las viviendas para el personal?.

Conociendo las etapas y su duración aproximada, es necesario articularlas dentro del plan. El plan viene a
ser, en cierta medida, la conexión ("el puente") entre los lineamientos de política (estrategia) y la ejecución
de las operaciones.

Es preciso que se recuerde que no debe confundirse plan con presupuesto. En efecto, el presupuesto es en
realidad una expresión en términos financieros de los compromisos y los medios.

La práctica ha demostrado que mientras el plan es más global y general es menos necesario introducir mo-
dificaciones frecuentes. Sin embargo, la elaboración de un plan global requiere de un óptimo conocimiento
de las situaciones dadas y de su evolución. Ello, muchas veces, no es posible cuando se trabaja con recursos
sometidos a tantas interferencias, tales como las que soportan poblaciones de animales silvestres. Por lo
tanto, en este caso es recomendable elaborar planes en función de su utilización, basados en las referencias
generales de la estrategia.

En la ejecución de un plan se puede constatar una posible diferencia con la realidad, o un error de cálculo,
muchas veces involuntario. Debido a esto, un plan debe contar con los mecanismos para su revisión perió-
dica, que permita efectuar las indispensables modificaciones o "ajustes" en cuanto a objetivos, etapas y
medios en base a nuevas informaciones.

Para un funcionario de un proyecto de manejo de fauna, o de la vicuña en particular, es indispensable co-


nocer a cabalidad los fundamentos teóricos y el proceso de elaboración del presupuesto, tan ligado a la for-
mulación del plan a corto plazo y en algunos casos a los planes a mediano y largo plazo.

273
De acuerdo con la definición generalizada, el presupuesto es la expresión, en términos monetarios, de los
objetivos, programas y políticas, elaborado en el marco de un plan que cubre todas las fases de operación
en un tiempo determinado.

El presupuesto, según THIETART (1980), presenta ventajas y desventajas. Este autor señala que entre las
ventajas del presupuesto, que representa la última fase del proceso de planificación, se encuentra aquella
de obligar a los ejecutivos a formular en términos muy concretos los objetivos y los medios necesarios que
se consideran en el plan. El presupuesto pone en evidencia, en el plano financiero, la articulación que debe
existir entre cada acción, constituyendo, por ello, un excelente elemento de coordinación. Sin lugar a du-
das, el presupuesto es también muy útil para el control de la marcha institucional.

Entre los inconvenientes del presupuesto sobresale la rigidez. Como escribe THIETART (1980), el presu-
puesto tiende a disminuir la flexibilidad de la organización. El presupuesto, que es por definición la cuan-
tificación, introduce un elemento de inflexibilidad. Sin embargó, la experiencia de la gestión ha permiti-
do diseñar algunos mecanismos para disminuir un tanto la rigidez de un presupuesto. Uno de ellos es la ela-
boración de presupuestos adicionales, para recurrir en casos de emergencia; otro es la aprobación de presu-
puestos de contingencia, basados en diferentes hipótesis de evolución del medio. El tercer mecanismo, con-
siste en interpretar los presupuestos, tomando en cuenta los acontecimientos que se pueden presentar, rea-
lizando los ajustes que fuesen indispensables.

En la administración pública, por lo general, los presupuestos presentan la mayor rigidez que caracteriza a
estos elementos de la planificación. El deseo de vigilar el uso del dinero público, lleva muchas veces a adop-
tar disposiciones presupuestarias inflexibles. Un proyecto de manejo de fauna debe tener la posibilidad de
contar, en la medida de lo estrictamente necesario, con la elaboración de presupuestos adicionales u otros,
en base a alguno de los mecanismos señalados.

3.1.2 Organización

La organización es la parte más visible de la administración. La organización permite: a) definir las tareas;
b) reagrupar las tareas; c) establecer las relaciones de autoridad; d) establecer las relaciones de cooperación;
y e) establecer las relaciones de información.

De acuerdo con la naturaleza de las tareas, grado de flexibilidad, orientación, procesos de producción, se
adopta una estructura adecuada para la organización. Sin embargo, cualquiera sea la estructura adoptada,
hay un denominador común que es la división del trabajo.

La división del trabajo, que muchas veces es infundadamente criticada, permite aumentar la experiencia
del trabajador sobre determinada tarea. Ella permite una mejor coordinación y facilita los recursos para
las operaciones complejas. El tiempo ha demostrado, también, que la división del trabajo hace posible au-
mentar considerablemente el rendimiento.

En términos generales, un proyecto de manejo de fauna, o de la vicuña, tiene que aplicar este criterio bá-
sico de organización que es la división del trabajo. Por ejemplo, como se verá más adelante en el capítulo
de Control y Vigilancia, los guardas son servidores especializados, que con el correr del tiempo adquieren
una experiencia que es valiosa para todo el proceso de recuperación de las poblaciones de vicuña en el cam-
po. Por ello, tiene que existir una dependencia que conduzca las tareas inherentes a esta área de gestión. Pa-
ra otras áreas de tal proyecto, se requiere aplicar también la división del trabajo, tal como lo ha demostrado
la experiencia.

274
Formas de organización.

En una gran parte del mundo, incluyendo Sudamérica y el Perú, las formas de organización más difundidas
son las siguientes:

Organización por función (División de contabilidad, División de personal, etc.)


— Organización por usuarios ("clientes"); por ejemplo, Unidad de Comunidades Campesinas; División
de Industrias; Unidad de Asuntos Locales, etc.
Organización por producto (División de Lanas; División de Carnes; División de Pieles, etc.).
Organización por proceso de producción (Departamento de Secado; Departamento de Salazón, etc.).
Organización geográfica (División de Asuntos Departamentales; División Internacional, etc.).
Organización por tiempo (Por ejemplo: brigada diurna, brigada nocturna, etc.).

Según señala THIETART (1980), esas diferentes formas de organización se agrupan en tres (3) categorías
actualmente aceptadas y que son:

Organización por función;


Organización por operación; y
3. Organización matricial.

La organización por función tiene como principal característica la de agrupar las tareas de acuerdo al crite-
rio de especialización. De este modo, en una organización cualquiera, o precisamente en un proyecto de
manejo de fauna, se puede observar una descomposición de actividades en División de Personal, División
de Contabilidad, División de Abastecimiento, Unidad de Vigilancia, para citar sólo algunas. Este tipo de es-
tructura favorece una profundización de la especialización individual. Cada especialista tiene, en este caso,
la posibilidad de mejorar sus calidades y de motivarse debido a una cierta forma de estímulo personal.

La organización por función, cuya ventaja económica es reconocida, permite una máxima utilización de
los recursos. Sin embargo, cuando no se ejerce una apropiada dirección y menos aún una conveniente coor-
dinación, surgen conflictos entre las unidades especializadas (divisiones, departamentos, etc.). TH I ETART,
(1980) atribuye estos conflictos a experiencias, formaciones, preocupaciones y comportamiento, por lo
general muy diferentes.

La organización "funcional" es, por su naturaleza, más formalista que los otros tipos de organización; li-
mita los contactos informales entre sus miembros, desarrolla reglas y procedimientos precisos, obstaculiza
una cierta adaptación acorde con la evolución de los acontecimientos, favoreciendo la ejecución de tareas
rutinarias más que alcanzar el objetivo global.

La experiencia muestra, sin embargo, que esta categoría de organización, o sea la organización por función,
es más adecuada para un medio estable, en el cual se busca la utilización eficaz de los recursos y los proble-
mas de coordinación no amenazan con crear grandes dificultades que pongan en peligro la organización.

La organización por operación tiene como principal característica la de agrupar en una misma unidad de
la organización, el conjunto de medios, recursos y experiencias, en vista a alcanzar un objetivo o un proyec-
to particulares. En tal sentido, la institución, servicio o empresa puede estar organizada por "productos",
o por un "grupo de productos".

Una de las ventajas de este tipo de organización es la de reunir el conjunto de funciones, separadas en otros
tipos de organización por especialidad, favoreciendo con ello una buena coordinación. Su desventaja más
saltante es, sin embargo, su alto costo.

275
Los especialistas en administración han procurado encontrar un tipo de organización que permita superar
las desventajas de la organización por función. Para ello han diseñado, con relativo éxito, el tipo conocido
como organización matricial. En su esquema se aprecia que cada especialista forma parte de un servicio o
departamento específico, tal como sucede en la estructura por función, pero en el momento que surge la
necesidad de una operación conjunta cualquiera, los especialistas se reúnen y la ejecutan. Terminada esa
tarea cada especialista vuelve a su departamento o servicio.

Este tipo de organización se carateriza por poseer una estructura muy fluida en su forma. Es una organiza-
ción que se hace para deshacer después. En ella los especialistas de planta, adscritos en forma permanente
en un departamento, son delegados a cumplir una misión específica. El jefe de la misión, denominado ge-
neralmente "jefe de programa" o "jefe de producción", tiene por tarea principal la coordinación del conjun-
to de esfuerzos de cada especialista, en el marco de un presupuesto y de un período de tiempo. En este ca-
so, ese jefe no tiene un mando jerárquico, que sigue siendo ejercido por los jefes directos de cada especia-
lista; él sólo coordina.

La experiencia vivida en el Perú, específicamente en la gestión para la conservación de la vicuña, indica que
en la primera etapa del trabajo, y por largos años hasta su consolidación, es necesario adoptar el tipo de or-
ganización por función, con algunas modificaciones tomadas de las referencias de los otros tipos de estruc-
tura administrativa.

La organización por operación y la organización matricial exigen una mayor preparación de los funcionarios
y un excelente conocimiento del medio, que no es posible presentar en los primeros años de los proyectos
de manejo de la vicuña.

En todo caso, el conocimiento de los otros tipos de organización, por parte de los responsables de esos pro-
yectos, es conveniente para un estudio detenido y para la evaluación de alternativas.

3.1.3 Control

En términos generales, el control tiene por objeto asegurar que el resultado de las actividades esté de acuer-
do con los objetivos de la organización. El control es una ayuda y no una sanción. Es un proceso en el cual
sus fundamentos descansan tanto en las acciones pasadas como en el futuro. Se dice también, que el control
es un proceso de acción y reacción. De acción, en la medida que se emprenden las tareas de corrección aún
antes que se produzcan los errores o desaciertos; y de reacción, por el hecho que una vez conocidos los re-
sultados de las acciones erradas, se toman las medidas correctivas para las acciones futuras.

El control, como parte integrante de la gestión (administración o manejo), sostiene en cierta medida a todo
el proceso. En efecto, la planificación proporciona las indicaciones sobre los objetivos a perseguir por la or-
ganización, así como sobre las acciones estratégicas que son adoptadas para ello. La organización, por su
parte, permite contar con el soporte estructural necesario para alcanzar los objetivos. El control, a su vez,
debe verificar todos los esfuerzos desplegados para lograr el o los objetivos institucionales.

Según el punto de vista clásico, una buena organización debe buscar la simplicidad de sus estructuras y fa-
vorecer el control. Para ello, es preciso la separación de tareas en combinación con un sistema formal de
autoridad y de responsabilidad, que permita la verificación (inspección) precisa del o los trabajos cumpli-
dos. Dentro de esta óptica de control, la mayor atención se presta a la detección del o de los errores y a su
corrección. El soporte principal de este estilo de control es la información contable — la contabilidad; al
lado de ella se encuentran los pliegos de metas. En consecuencia, el control "clásico" espera siempre contar
con información suficiente para asociar los resultados con un responsable.

276
De manera opuesta a este tipo de control, se encuentra el denominado "autocontrol". Muchas institucio-
nes, que cuentan con un buen apoyo informático, tratan de aplicar este estilo, que consiste en diseñar es-
tructuras administrativas integradas por unidades autocontroladas. Estas unidades detectan las necesida-
des de corrección, y lo ponen en marcha en forma automática. Es indudable, que para elegir y aplicar este
tipo de control tiene que contarse con personal muy bien preparado, altamente responsable, y sobre todo
con un buen apoyo tecnológico.

En todo el Perú, tanto en la administración pública como en la gestión privada, el control clásico es el más
difundido.

En general, es conveniente recordar que no existe una administración eficaz sin control. Como se sabe, el
control es todavía necesario en todas las colectividades humanas. El es aún más necesario en las organiza-
ciones con numerosas funciones o con funciones delicadas. El manejo de la vicuña silvestre es un buen ejem-
plo de estas últimas.

En las organizaciones grandes, los funcionarios ejecutivos de alto nivel, debido al grado de especialización
y a la multiplicación de los escalones jerárquicos, no pueden por ellos mismos asegurar la ejecución de
los programas y de las órdenes, como tampoco el buen funcionamiento del aparato administrativo que tie-
nen a su cargo.

Todo dirigente que esté verdaderamente interesado en que la institución alcance sus objetivos, debe organi-
zar el control interno, ejercido por funcionarios especialmente designados para ello, o por unidades especí-
ficas. Este control interno es en realidad una función de dirección y constituye un aspecto de la autoridad.
Todo jefe debe vigilar a sus subordinados y controlar la exacta ejecución de las decisiones.

En algunos casos el control puede ejercerse sólo a un aspecto del funcionamiento de la institución (control
contable, control de abastecimiento, control legal) o a todo su conjunto (control de la gestión). Por lo ge-
neral, cuando el control se aplica a las funciones principales, se denomina control técnico; mientras que
cuando se ejerce sobre las funciones auxiliares, se llama control administrativo.

Los estudiosos de la gestión pública o privada hacen, a su vez, una distinción entre control preventivo y
control posterior (a posteriori). El primero de ellos aplica el control antes que la actividad o el proyecto
hayan sido ejecutados, introduciendo un veto si no satisface las exigencias del caso. Esto, muchas veces, re-
trasa la realización de la tarea y diluye las responsabilidades, si la acción es negativa. El control posterior
sólo interviene una vez cumplida la tarea y sobre hechos concretos.

Lo importante es, con mayor razón en un proyecto de manejo de fauna, que el control se emplee para rec-
tificar los errores y obtener experiencias, sin tener miedo a su acción. Sólo pueden estar en contra de él
aquellos que deliberadamente quieren salirse del marco institucional y legal. Por supuesto, que nunca debe
emplearse como instrumento de presión o de chantaje, sin que ello entrañe a su vez las debidas sanciones.

El control como uno de los tres elementos generales de la administración, no debe confundirse con la acti-
vidad denominada "Vigilancia y Control" que se ejerce en el campo, es decir sobre el terreno, para la pro-
tección de los animales silvestres, particularmente de la vicuña. La vigilancia y control, en este sentido,
constituye una actividad permanente del elemento "organización", dentro de la administración.

277
3.2 Dirección Administrativa

En las relaciones de poder que existen entre dos individuos, uno de ellos ejerce una influencia sobre el
otro en el marco de reglamentos precisos o de otras normas dictadas por la organización. Uno dirige y el
otro ejecuta.

La dirección presenta formas diferentes. Se puede ir desde una dirección la más autoritaria hasta la mayor
libertad. La dirección varía no sólo de acuerdo con la persona que la ejerce, sino con aquella que la -
ta y con la situación.

El estilo de dirección, según THIETART (1980), debe, teóricamente, ser el resultado de tres elementos:

Sistema de valores del director o dirigente;


expectativa del subordinado, o sea lo que él espera encontrar como estilo de dirección en su superior; y
características de la situación, es decir la naturaleza y urgencia de los problemas.

Se ha comprobado, que de acuerdo con la percepción del dirigente sobre lo que son los hombres, varía el
estilo de dirección. El estilo autoritario, indudablemente, corresponde a la concepción de un hombre pe-
rezoso, indolente, metalizado. El estilo participatorio, en cambio, traduce una concepción sobre hombres
trabajadores y con adecuada iniciativa.

ESTILOS DE DIRECCION
MODIFICADO DE ENREGLE Y THIETART (1980)

Estilo de dirección Estilo dé dirección


basado en el superior < basado en el subordinado


Autoridad Libertad de acción

del superior del subordinado

1 2 3 4 5 6 7
El dirigente El dirigente El dirigente El dirigente El dirigente El dirigente El dirigente
toma las decisio- promociona presenta presenta presenta marca los deja a los
res y las da a sus decisiones sus ideas una deci - el problema límites dentro subordinados
conocer ("Vende-) y solicita sión condi- obtiene su- de los cuales en libertad
opiniones cionada gerencias los subordina- de escoger,res-
que esta y toma dos pueden petando ciertas
dispuesto a la decisión tomar deci - reglas.
cambiar siones

Fig. 63

278
La elección del estilo de dirección depende no solamente de aquello en que el dirigente cree, sino también
de lo que el subordinado espera o es capaz de hacer, y del margen de maniobra que el jefe tiene a su dispo-
sición. Es imprescindible conocer si a la persona elegida para la dirección le gusta y sabe tomar decisiones
y tener responsabilidades; si posee las cualidades necesarias para soportar el peso de situaciones anormales
y si sabe dominar sus sentimientos. Sólo un análisis minucioso del candidato a dirigente, especialmente so-
bre la delegación de autoridad, puede permitir la elección presumiblemente adecuada. Para ese análisis
siempre es bueno recordar que los fundamentos de la autoridad de un jefe son: sus capacidades, sus cuali-
dades humanas y su posición jerárquica.

Finalmente, debe tenerse presente que la elección de un estilo de dirección depende en gran medida de la
situación dada. En efecto, la urgencia de un problema puede justificar una decisión autoritaria, tomada
en forma unilateral, con el fin de ganar tiempo.

3.3 Sistema de Manejo

Planificar, organizar, dirigir y controlar son acciones esenciales en la práctica de la administración, vale de-
cir del manejo administrativo. Las funciones de planificación, de control, de organización y de dirección
deben estar en perfecto equilibrio, para asegurar una utilización satisfactoria de los recursos de la institu-
ción.

Para llevar a buen término los planes de desarrollo es preciso que exista una coherencia interna y también
una coherencia externa de todos los objetivos del sistema de manejo.

SISTEMA DE MANEJO: CONJUNTO EN INTERACCION ARMONIOSA

DIRIGIR ORGANIZAR
(ESTRUCTURAR)
)

----lir.*
Fig. 64

279
La gestión de una institución, la gestión de un proyecto de manejo de fauna, tiene que evolucionar de acuer-
do con ciertas características del medio físico y del medio organizacional (estructura del Estado, por ejem-
plo). La experiencia diaria ha demostrado que la práctica de la gestión varía según la dimensión de la orga-
nización, la complejidad de las tareas, el tipo de tecnología, el grado de incertidumbre frente a la naturale-
za y la urgencia de las acciones. Sin embargo, esto no debe hacer perder nunca de vista que es indispensable,
para alcanzar el debido éxito, mantener el sistema de gestión como un conjunto en interacción armoniosa.

LOS TRES FUNDAMENTOS DE LA AUTORIDAD DE UN JEFE

CAPACIDADES CUALIDADES HUMANAS

Salud Espíritu de disciplina,


lealtad a los superiores.
Inteligencia PROPIA

Aptitudes naturales, Espíritu de servicio


buen sentido, claridad: (devoción a la causa común)

sentido de lo
esencial I AUTORIDAD Sentido y coraje de
sentido de la las responsabilidades
realidad
sentido de propor- Respeto a los demás
ciones.
visión de conjunto OFICIAL Integridad

Formación: Objetividad;
y Equidad
General
Profesional Disposición
sicológica POSICION JERARQUICA
Interés por los
Experiencia (cargo, función, poderes) demás;
Comprensión;
de la profesión; y Ayuda efectiva
del servicio;
y de la vida Entusiasmo e
iniciativa.
Cualidades de administrador
Dominio de si mismo
prevenir Apoyo de los Superiores
decidir — Estabilidad y
fijar objetivos equilibrio
organizar
delegar — Esfuerzo por el
controlar perfeccionamiento
revisar (chequear) personal.

280
3.4 Deficiencias en la Administración Agraria de la Fauna Silvestre

El Sector Público Agrario del Perú, como el de otros países de Sudamérica, no ha estado preparado para
asumir la gestión de la fauna silvestre, debido a que en el pasado este recurso no era tomado en cuenta ni
aún para una administración básica. Se creía, en unos casos, que era un recurso inagotable, en otros que
no merecía importancia y en los más graves, que era un obstáculo para el desarrollo. Este último enfoque
de algunos propietarios agrarios y hasta de profesionales, llevó a las matanzas de vicuñas en la sierra cen-
tral, a fin de contar con pastos para el ganado introducido. Esto no es historia lejana, corresponde a hechos
producidos hasta hace pocos lustros.

La falta de experiencia en la gestión de la fauna silvestre ha traido como consecuencia que se produzca,
en diferentes períodos, situaciones opuestas. En unos se ha tratado de centralizar toda la administración
y en otros, por el contrario, de desconcentrar y descentralizar hasta el punto de perder la necesaria unidad
técnica-normativa a nivel nacional. Se han estado dando tumbos, que se han reflejado en retrocesos en la
administración por parte del Estado de tan valioso recurso.

Sería muy largo enumerar todas y cada una de las deficiencias y errores que conciernen a la administra-
ción pública de la fauna silvestre. Sin embargo, aquí se pretende señalar, en forma puntual, solo los prin-
cipales de ellos, que no desmerecen el esfuerzo y el éxito alcanzado en la recuperación de las poblaciones
de vicuñas en Pampa Galeras y zonas aledañas:

Deficiente aplicación de la legislación.

Al igual que en muchos países de Sudamérica, en la mayoría de los casos se cuenta con el suficiente res-
paldo legal, pero muchas de las normas no son aplicadas por un deficiente y hasta ausente control. Es
común que en el primer tiempo, después de la promulgación de la ley, se hagan las coordinaciones nece-
sarias con otros sectores, que después se abandonan y olvidan.

Para algunas especies, como la vicuña, se han dado innumerables dispositivos legales, pero la mayoría
de ellos han sido intrascendentes por la falta, otra vez, del adecuado control en el campo y coordina-
ción con las instituciones policiales y las autoridades de aduana.

Excesiva centralización burocrática.

En la gestión de la fauna silvestre se ha reflejado el mal que aqueja a toda la administración pública nacio-
nal: la dañina centralización en la capital de la república.

Aún en los casos que se han estructurado proyectos modestos para el manejo de alguna especie de la fauna,
se ha tratado de implementar con personal y equipo alguna oficina en Lima. Se han dado, recientemente,
casos alarmantes de mantenimiento de personal de otras actividades y proyecto con fondos destinados al
manejo de la vicuña, para citar sólo un ejemplo.

Se ha perdido de vista, en muchos casos, que el éxito de un proyecto de manejo de fauna depende, en gran
medida, de la presencia de los responsables en el mismo teatro de operaciones y no a cientos de kilómetros.
Algunos funcionarios aducirán que es necesario estar cerca de los despachos superiores, del Ministerio por
ejemplo, pero para ello se pueden realizar viajes periódicos y tener una pequeña oficina de enlace, depen-
dencia que realmente no debe ser burocratizada.

Esa centralización no sólo no permite un cabal conocimiento de la realidad del proyecto en el campo, sino
que traba las diferentes gestiones que por lo general, terminan por requerir la aprobación de algún nivel de
la oficina central.

281
Esta centralización no sólo se ha dado a nivel de la capital de la república, sino que también se ha repetido,
en muchos casos, en el nivel regional y local. El centro se desplazó en uno y otro caso, pero se siguieron
aplicando malas prácticas de burocratización.

Cuando se conocen las dificultades a las que tienen que verse enfrentados los proyectos de manejo de la
fauna (vicuña, primates), en razón de la lejanía de los centros de comunicación y aprovisionamiento, la
insuficiente comprensión de los pobladores del lugar, la lucha contra la caza furtiva y el tráfico de espe-
címenes, se puede comprender mejor la gran traba que representa una centralización excesiva.

Deficiente coordinación con otros sectores del Estado.

La relativa novedad que representan los intentos de administración actualizada de la fauna silvestre, hace
que se encuentre en el camino muchos obstáculos que surgen de incompatibilidades entre los objetivos de
varios sectores y dependencias del Estado.

Es por ello, que se requiere una permanente coordinación, primero con los sectores más vinculados (Pes-
quería, Energía y Minas, Transportes y Comunicaciones, Educación, etc.).

Es preciso entusiasmar a los otros sectores para efectuar acciones conjuntas que beneficien a los pobla-
dores rurales. Para ello, se requiere de argumentos sólidos, bien elaborados y la existencia de proyectos
demostrativos.

La coordinación con el Ministerio del Interior, encargado del orden interno, asume el mayor significado
para alcanzar los objetivos de manejo de una especie de animal silvestre.

Esta necesaria coordinación con los diferentes sectores tiene que ser permanente, utilizando todos los
mecanismos adecuados.

Hasta el presente, la coordinación entre el Sector Agrario y las otras dependencias relacionadas en mayor
o menor grado con el aprovechamiento de la fauna silvestre no ha sido lo suficientemente amplio y efec-
tivo, como exige la conservación de este recurso. Para ello, deben redoblarse los esfuerzos requeridos
para cumplir las tareas con éxito.

Coordinación insuficiente con el Poder Judicial.

La práctica ha demostrado que es indispensable establecer una estrecha coordinación con las diferentes ins-
talaciones del Poder Judicial, con miras a informar a los jueces y vocales de los Tribunales de Justicia sobre
los alcances de las leyes de conservación de la fauna silvestre, en especial de la vicuña.

En los lugares alejados, en donde precisamente se produce la caza furtiva, los jueces muchas veces no
tienen una información completa de la legislación de conservación. Sin proceder de mala fé, dejan en
libertad o imponen sanciones irrisorias a avezados cazadores furtivos.

Como muchos magistrados son cambiados con relativa frecuencia, es preciso hacer acercamientos periódi-
cos a los juzgados para informar a sus reemplazos.

Es una práctica, -que se debe actualizar, que el Ministerio de Agricultura mantenga una comunicación
permanente con el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la República, a fin que este alto ma-
gistrado imparta las instrucciones pertinentes a las instancias inferiores, con el objeto que se preste la
mejor y mayor atención a los procesos relacionados con la protección de la fauna y de la vicuña en par-
ticular.

282
INTERVENCION DEL . PROYECTO DE MANEJO DE LA VICUÑA EN DENUNCIAS
Y PROCESOS JUDICIALES SOBRE CAZA Y TRAFICO DE ESPECIMENES le)
DE VICUÑA. PRIMER CASO : Proyecto depende del Gobierno Central
PROCURADURIA PODER
GENERAL DE
MINISTRO LA REPUBLICA JUDICIAL
1
PROCUR-
ADOR
O GENERAL

Organo teLnico=
normativo de I CORTE
SUPERIOR
nivel central
L ,.__J 5

O Delegado
en Distrito
Judicial
o

JEFATURA JUECES
POLICIA PROYECTO MA INSTRUCTORES
[Guardia CiviLl NEJO VICIAD,

ASESOR
LEGAL

PUESTO CE
LEYENDA VIGILANCIA
ODenuncia ante autoridad policial
- en casos de emergencia
OInforme a Superioridad solicitando intervención de Procuraduría
General de la República en proceso judicial en calidad de parte
© Autorización de intervención mediante Resolución Ministerial
OIntervención ante Poder Judicial
- delegación en un abogado defensor de provincia (Distrito Judicial)
/1)- intervención ante Poder Judicial
(I) ejemplares vivos, productos

Fig. 65.

INTERVENCION DEL PROYECTO DE


MANEJO DE LA VICUÑA EN DENUNCIAS
Y PROCESOS JUDICIALES SOBRE CAZA
Y TRAFICO DE ESPECIMENES (*I DE
VICUÑA
SEGUNDO CASO ' Proyecto es o depende
de una institución pública descentralizada
Icon personen° jurídica(
PODER
JUDICIAL
1, CORTE SU-
PERIOR

POLICIA
O JEFATURA o
(Guardia Civil) PROYECTO MANEJO
VICUÑA
o
JUECES
ASESOR ISTRUCTORES
LEGAL

PUESTO DE
VIGILANCIA
LEYENDA
ODenuncia ante la autoridad policial
g_ en casos de emergencia
12) Intervención en proceso judicial en calidad
de parte, con patrocinio de abogado (asesor
legal)
- delegación de representación
(*) ejemplares vivos. productos.

Fig. 66

283
SEGUIMIENTO DE LAS DENUNCIAS Y PROCESOS
JUDICIALES POR CAZA Y COMERCIALIZACION
DE VICUÑA SE)
PODER JUDICIAL

MINISTRO
(Jefe del Sector)
—9— CORTE
-- SUPREMA

Eorgano tecnico CORTE


I normativo de 1
nivel central _1 SUPERIOR

C.) C.)

COMANDANCIA JEFATURA JUECES


POLICIA FORESTAL PROYECTO MANEJO INSTRUCTORES
GUARDIA CIVIL VICUÑA
ASESOR
LEGAL
O Coordinación
Informe y solicitud de dirigirse al Poder Judicial a fin de establecer
una coordinación que facilite el seguimiento por parte del Asesor
Legal del Proyecto
® Coordinación de alto nivel
O Instrucciones superiores disponiendo brindar facilidades al Asesor
Legal del Proyecto
O Seguimiento de la denuncia y del proceso judicial
(*) Delito contra el patrimonio en agravio del Estado.

Fig. 67

Desimplementación del cuerpo de guardas.

Durante mucho tiempo el cuerpo de guardas, integrado por personal especialmente entrenado para la
conservación de la vicuña, no contó con un reglamento que normara y amparara su delicada misión. Fi-
nalmente, fué desintegrado, presumiéndose que la Policía Forestal debería asumir todas las responsabi-
lidades de ese cuerpo. La experiencia vivida en los dos últimos años, muestra que los guardas ejecutan
labores en el campo que no pueden ser cumplidos por los efectivos policiales, pero que por el contrario,
ellos sí pueden actuar en apoyo de estos últimos. Al mismo tiempo que realizan sus labores técnicas, saben
ejecutar un control en el campo, sin mayor costo para el Estado.

La administración central no alcanzaba a comprender, en todo su magnitud, la necesidad de dotar a ese


cuerpo con un adecuado sistema de comunicación a distancia (equipos de radio), armamento en perfec-
to estado y ad-hoc (distinto al armamento de guerra), equipo de campo.

En ese mismo caso de los guardas de Pampa Galeras, ha faltado una profundización de la capacitación,
que será preciso tomar como lección para evitar tal error en el futuro.

Planificación incompleta.

En las diferentes instalaciones de la administración pública agraria, desde el nivel regional, pasando por
el técnico-normativo y llegando hasta las dependencias sectoriales, la planificación no siempre ha segui-
do la secuencia teórica que permitiera asegurar el cumplimiento de los objetivos de desarrollo.

284
La consideración de la variable "fauna silvestre", ver "manejo de la vicuña", dentro del esquema de desa-
rrollo rural, no siempre ha tenido el mismo significado y peso para los funcionarios encargados de la
planificación. En unos períodos se le ha prestado mayor atención pero en otros, ésta se ha visto reduci-
da al mínimo. Cuando han existido fuertes presiones. como las que surgieron de la reacción de los pro-
teccionistas ante las necesarias operaciones de beneficio de vicuñas, se otorgó una prioridad a la progra-
mación y desarrollo del manejo de la vicuña, que se tradujo en la asignación de mayores recursos presu-
puestales.

La fauna, como cualquier otro recurso natural renovable, y especialmente la vicuña debido a su potencia-
lidad para contribuir al desarrollo socio-económico de la región altoandina, tiene que ser objeto de una
armoniosa planificación a largo plazo, que considere minuciosamente todas las fases necesarias para arribar
con éxito y presentar un beneficio al poblador rural, y a la población nacional en su conjunto. Esa planifi-
cación no debe depender de la buena voluntad de tal o cual funcionario, sino que debe ser producto de una
clara decisión política, debidamente promovida y fundamentada por los funcionarios responsables de la
gestión del recurso, por los científicos, docentes y en general por los grupos de presión.

Insuficiente difusión y coordinación con comunidades campesinas y pobladores rurales.

No obstante la ejecución de algunas, muy meritorias, campañas de información a los campesinos sobre los
beneficios que se pueden obtener del manejo de la fauna silvestre, llevadas a cabo por los proyectos de uti-
lización racional de la vicuña y de los primatos no-humanos, ellos han sido suficientemente regulares, tal
como requiere el comportamiento y el nivel de comprensión del poblador rural. La difusión con los méto-
dos que se aconsejan en este manual debe ser una preocupación permanente y no solo cíclica de los fun-
cionarios encargados de los proyectos de manejo de la fauna.

En vista que un tal proyecto, tiene como objetivo fundamental contribuir a elevar el nivel de vida del po-
blador rural, es imprescindible que por todos los medios aceptables se gane su colaboración y participa-
ción, para lo cual se requiere de una coordinación bien diseñada que permita mantener una comunica-
ción permanente con los dirigentes rurales. Solo así se evitarán, al máximo posible, conflictos y mal en-
tendidos. Los responsables de los proyectos de manejo tienen que saber ganarse la confianza de los cam-
pesinos y no defraudarlos, con falsas o demagógicas promesas. Tiene que haber una labor de conocimien-
to y no de presión.

Capacitación inorgánica y ausencia de línea de carrera.

Reflejando una deficiencia que se presenta en muchas dependencias de la administración pública, en los
proyectos de manejo de fauna, con excepción de la capacitación de los guardas, no se ha aplicado un plan
para la capacitación orgánica del personal profesional y de mando metido, que debería estar íntimamente
ligada al desarrollo de una línea de carrera dentro de la organización. La capacitación individual de los
servidores ha dependido, en la mayoría de los casos, de su propia iniciativa y no de los esfuerzos institu-
cionales.

Para la buena gestión de un proyecto de tal naturaleza se hace necesario que sea la propia institución
la que, de acuerdo con los objetivos y metas, diseñe un adecuado plan de capacitación, que eleve la pre-
paración de cada servidor. Su ' capacitación debe ser un factor importante en su calificación para promo-
ción, al igual que su rendimiento en el trabajo. Alguien puede ser capacitado pero no demostrar después
entrega al trabajo.

285
3.5 Proyectos de Manejo

El estudio y el análisis de los aspectos administrativos de la conservación de la vicuña en el Perú, en los


últimos doce años, así como la necesidad de superar las deficiencias y errores en la gestión de ese recurso,
que ya se han señalado, aconsejan la conveniencia de desconcentrar y descentralizar el manejo de esa
especie, propiciando el establecimiento de proyectos regionales dotados de la debida autonomía adminis-
trativa, y que mantengan la correspondiente dependencia técnico-normativa del nivel central del Minis-
terio de Agricultura.

La estructuración de tales proyectos regionales presentan, a todas luces, las ventajas siguientes:

Tomar en cuenta las peculiaridades regionales y los problemas específicos de cada área.
Formar y robustecer un organismo que permita un mejor contacto entre los pobladores rurales y los
órganos del Gobierno Central, incluyendo a sus dependencias de planificación.
Incentivar la participación del poblador rural no solo en el desarrollo del proyecto específico, sino
también de otras acciones de importancia nacional.
Ejecutar labores técnicas muy delicadas, tales como los censos de vicuña, que requieren de un .exce-
lente conocimiento del terreno no solo por parte de los funcionarios de campo, sino también por parte
de los planificadores y personal administrativo.
Recoger y tratar la información necesaria para llegar a comprender las características ecológicas y las
condiciones socio-económicas de las tierras marginales, en los altos Andes, contribuyendo a contar
con la base científica para amplios programas de desarrollo rural.
Disminuir la burocracia, impidiendo que se efectúen gastos innecesarios.
Proporcionar mejores condiciones para el desarrollo de campañas de difusión, conociendo de cerca
la mentalidad del pueblo.
Estructurar y ejecutar programas adecuados de capacitación del personal encargado del manejo de la
vicuña, debido a un mayor contacto entre los jefes superiores y el personal subalterno.

Finalmente, debe señalarse que la organización de un proyecto regional de manejo de la vicuña contri-
buye a satisfacer las justas expectativas de los pobladores y organizaciones regionales y locales, además
de encontrarse dentro del espíritu de la Constitución y de los postulados de los programas de moderni-
zación de la administración pública nacional.

La información disponible, acumulada a través de más de una década, permiten indicar que un proyecto
de manejo de la vicuña debiera desarrollar sus acciones en un ámbito territorial cercano a las 500,000
hectáreas. Es una superficie que permite ejecutar con eficiencia las labores técnicas delicadas como los
censos y las operaciones de beneficio.

Tal proyecto, como cualquier otro de manejo de fauna silvestre, es menester desarrollar en base a una
programación que considere las tres etapas siguientes:

Primera etapa:

Conservación del habitat;


protección en el campo;
desarrollo de campañas de extensión y difusión; y
ejecución del inventario biológico.

286
Segunda etapa:

Continuación de las actividades específicas de la primera etapa;


desarrollo de investigaciones básicas y aplicadas, ampliando el programa de investigaciones conceptual
y territorialmente; y
utilización experimental de la vicuña.

Tercera etapa:

Continuación de las actividades de la primera etapa;


ejecución de investigaciones especiales, sobre aspectos puntuales; y
utilización racional de la vicuña, mediante programas económicos y recreativos.

Debe recalcarse la necesidad que la jefatura de un proyecto de manejo de la vicuña, para cumplir con éxito
las diferentes etapas de su desarrollo, se encuentre en la misma área de trabajo, en una localidad central o,
de ser posible, en un punto equidistante de las sedes de los sub-proyectos, si éstos se ponen en funcio-
namiento.

Es conveniente señalar, por otra parte, que para cualquier proyecto de manejo de la vicuña se requiere
con el requisito de contar con la adecuada legislación actualizada sobre la especie, y con los necesarios
lineamientos de política aprobados por los órganos centrales del Estado.

3.5.1 Objetivos

En un proyecto 'regional de manejo de la vicuña, el objetivo general y permanente, indudablemente, debe


ser el de:

Aumentar la rentabilidad de la tierra en beneficio de los pobladores por medio del manejo de la vicuña
silvestre, y de otras especies de flora y fauna nativas que comparten su habitat, produciendo materias
primas, oportunidades de recreación y campo para el desarrollo de la ciencia, la educación y la cultura.

La estrategia, así como el diseño y desempeño de cada uno de los elementos de la administración-plani-
ficación, organización y control tienen que estar armoniosamente ensamblados para que se alcance este
objetivo general del manejo de la especie vicuña.

Por su parte, los objetivos específicos tienen, necesariamente, que concurrir, mediante el ejercicio de las
correspondientes funciones, al logro del citado objetivo general y permanente. Algunos objetivos espe-
cíficos cambiarán o dejarán de serio en concordancia con las tareas de cada una de las tres etapas propias
del desarrollo de un proyecto de manejo de la vicuña. Sin embargo, otros se mantendrán a través de cada
una de ellas.

Entre los objetivos específicos de carácter permanente se encuentran, sólo en vías de ejemplo, los siguien-
tes:

Otorgar una eficaz protección a las poblaciones de vicuña y de otros animales silvestres, mediante el
ejercicio de las acciones de vigilancia.
Combatir el tráfico de especímenes de vicuña, por medio del eficiente control en puntos estratégicos
y la coordinación con autoridades policiales, judiciales y de aduana.
Aumentar los conocimientos científicos sobre la especie vicuña mediante la ejecución de investigaciones
específicas.
Completar los conocimientos científicos sobre especies de flora y fauna silvestres presentes en el habitat
de la vicuña, a través del desarrollo de las apropiadas investigaciones de campo y de gabinete.

287
Asegurar el mayor beneficio de la ejecución de las investigaciones científicas, desarrollando una adecuada
coordinación con las universidades y otros centros de pesquisas.
Obtener el apoyo de los pobladores rurales y su participación, por medio de la ejecución de campañas
de información especialmente diseñadas, teniendo en cuenta sus condiciones socio-económicas y su
idiosincracia.
Asegurar el apoyo y comprensión de la opinión pública, ejecutando amplias campañas de difusión.

El desarrollo de investigaciones tecnológicas, por ejemplo, constituye un objetivo específico de carácter


temporal, al igual que el repoblamiento con vicuñas de un área apropiada determinada. Estos y otros
objetivos de igual carácter corresponderán, como se ha dicho, a una u otra etapa en la evolución del pro-
yecto.

3.5.2 Funciones Auxiliares

Aparte de las funciones principales de vigilancia en el campo (vigilancia y_control), investigación cien-
tífica, producción, extensión, que permiten alcanzar directamente los objetivos específicos, y en su con-
junto el objetivo general permanente, funciones a las cuales se consagran varios capítulos de este libro,
en un proyecto de manejo de la vicuña se identifican las funciones auxiliares que son comunes a cualquier
aparato administrativo.

Mientras que las funciones principales tienen como característica la de diferenciar sustancialmente una
de otra, requiriendo el empleo de técnicas y procedimientos específicos, las funciones auxiliares, por el
contrario, tienen la particularidad de encontrarse en todos los servicios o conjunto de servicios.

Las funciones auxiliares son denominadas también "funciones comunes" o "funciones horizontales",
contrayéndose a cinco áreas principales: 1) personal; 2) abastecimiento; 3) finanzas; 4) asesoría legal;
y 5) documentación.

Cuando no se tiene suficiente experiencia administrativa, se otorga poca importancia al ejercicio de cada
una de estas funciones. Nada más errado. El jefe de un proyecto de manejo de la vicuña tiene que otorgar
al cumplimiento de cada una de esas funciones, la atención necesaria para evitar los problemas que se de-
rivan de la deficiente selección dé personal, de las adquisiciones irregulares, de las cuentas oscuras o de
la documentación. En cada una de estas áreas se debe observar, rigurosamente, las instrucciones que pro-
vienen de los órganos especializados del Estado. Por ejemplo, la contabilidad tiene que ser llevada, obliga-
toriamente, dentro de las normas de contabilidad pública, que son diseñadas y aprobadas por el Ministe-
rio correspondiente, el de Economía y Finanzas.

1. Administración de personal. —

De todas las funciones auxiliares, ésta, que tiene que ver directamente con el personal de la organización,
reviste la mayor importancia. La forma como se ejerce la administración de personal tiene una influencia
decisiva sobre toda la gestión institucional. Se dice, y con razón, que aún contando con las mejores estruc-
turas administrativas y los instrumentos de trabajo más modernos, no se puede alcanzar éxito si sólo se tie-
ne un personal insuficiente, y aún peor, mal cualificado.

Determinar con exactitud, las necesidades de personal, tanto en calidad como en cantidad, es la tarea que
debe ser resuelta primero, cuando se organiza un proyecto de manejo de vicuña. Para ello, es preciso res-
ponder a tres preguntas elementales:

288
¿Qué tipo de personal se requiere para cumplir las diferentes misiones?;
1
¿Cuál es el volumen de personal?; y
¿Cuáles deben ser las cualificaciones de cada trabajador?

Como una ayuda, recogiendo la experiencia vivida en la conservación de la vicuña, al final de este capítulo
se proporciona una recomendación sobre el cuadro de personal, que responde en gran parte a estas pre-
guntas.

En la administración de personal la selección y formación adquieren una singular importancia.

En las condiciones de la puna, se tiene aún que ser más cuidadoso en la contratación de personal. Se debe,
para los diferentes niveles, aplicar acertados sistemas de selección. No serán suficientes sólo los exámenes
sicotécnicos, sino que es conveniente un período de prueba. Aquí se recomienda aplicar la metodología ex-
perimentada en la selección de los futuros guardas, tal como se detalla en el capítulo sobre Control y
Vigilancia.

Los aspirantes a un cargo dentro del, proyecto, deben ser informados con minuciosidad sobre las condi-
ciones en las que se desenvuelve el manejo de la especie silvestre en los altos Andes, los cambios en la ali-
mentación, vestido, esparcimiento, etc. Luego deben ser sometidos a pruebas específicas de conocimientos,
de habilidades, de iniciativas. El examen médico debe ser muy riguroso, a fin de contar con personal física y
mentalmente apto. Una vez cumplidas las diferentes pruebas, que para cada proyecto deben presentar los
pequeños ajustes que demanden las particularidades de la zona, se procede a contratar al aspirante, advir-
tiéndole verbalmente y por escrito, que está sometido a un período de prueba, que puede ser de tres, seis,
ocho meses o hasta el límite legal, el cual hay que conocer con exactitud. Para proceder a la contrata-
ción definitiva o nombramiento del servidor se deberá emitir un informe especial o someterlo a exámenes
adicionales.

La formación de personal mediante la capacitación en servicio o por el dictado de cursos especializados,


debe ser una preocupación permanente de los responsables de los proyectos de manejo de la vicuña. Aquí
también es muy valiosa la experiencia acumulada en la capacitación del personal de guardas en Pampa
Galeras.

La Jefatura del Proyecto debe hacer los mayores esfuerzos para que el personal profesional que lo merezca,
y lo desee, continúe su formación a través de cursos de post-grado, cursos cortos, seminarios, talleres y vi-
sitas de información, para citar sólo algunas alternativas. El personal de mando medio puede seguir cursos
cortos, programas avanzados de especialidad, seminarios, talleres, entrenamiento en servicio. El personal
de guardas que no posea formación técnica de mando medio, debe recibir cursos cortos de reciclaje, asistir
a talleres o seguir un entrenamiento en servicio en instituciones especializadas.

Finalmente, debe tenerse presente que la afectación del personal al cargo que mejor corresponda, es uno
de los problemas más delicados de la administración de personal. Para resolverlo, hay que tener en cuenta
las necesidades de la organización y las inclinaciones del servidor. Una vez tomada la decisión hay que
iniciar al trabajador para incentivarlo y motivado a un mejor desempeño de su cargo, exigiendo de él la
disciplina y entrega que son necesarios para el cumplimiento de los objetivos del proyecto. Sobre su ren-
dimiento debe efectuarse una evaluación periódica, que debe constar por escrito, en un formato especial.

289
PROYECTO REGIONAL DE MANEJO DE LA VICUÑA

Informe sobre el Período de Prueba del Personal

FICHA DE EVALUACION

Nombres y Apellidos:
Marcar lo que Convenga
Cargo:

Respuesta, según sus capacidades, Bien Normal Regular


a las exigencias del cargo.

Entrega al trabajo (interés, Notable Normal Difícil


constancia, tenacidad)

A observar: Reflexión, concentración,


confianza en si mismo

Integración al grupo de trabajo Fácil Normal Difícil

A observar: Facilidad de relación,


amabilidad, sentido de colaboración

Rendimiento cualitativo Bueno Normal Regular

Rendimiento cuantitativo Bueno Normal Regular

¿Propone Ud. emplearlo definitivamente? Sí No

En caso negativo sugiera: — Prolongación período de prueba


Entrevista con:
Examen de control
Despido

Otras observaciones

Fecha: Firma:

Observaciones del Superior: Fecha: Firma:

290
2. Abastecimiento.—

En este campo, un proyecto de manejo de la vicuña, al igual que una empresa, tiene la necesidad de definir
una política de adquisición y gestión de materiales y bienes. Nada debe quedar al azar.

La jefatura del proyecto debe tener suficiente cuidado para establecer que en el establecimiento se observe,
rigurosamente, las tres fases indispensables que corresponden a:

Evaluación y determinación de necesidades;


adquisición de materiales y bienes; y
gestión de materiales y bienes.

Tanto la determinación cualitativa como cuantitativa presentan a cualquier administración numerosos pro-
blemas. En algunos casos, se pretende resolverlos dejando a libre determinación de cada uno de los esca-
lones o dependencias de la organización; en otros, se contratan complicados estudios, ejecutados por or-
ganismos especializados.

En el caso concreto de un proyecto de manejo de la vicuña, ubicado en las altas punas, alejados de los
grandes centros de abastecimiento, los problemas se agravan. Por ello, es imprescindible que las necesi-
dades para un periódico determinado, que debe coincidir con el total del año fiscal, sean fijadas con la
mayor exactitud, elaborándose los respectivos calendarios de adquisiciones. Sin embargo, se debe contar
con un margen de seguridad para la adquisición de ciertos bienes adicionales, respaldado con la debida
justificación. Esto último no se debe tomar, de niguna manera, como una ventana de escape. Debe ser san-
cionada, de acuerdo a normas preestablecidas, la imprevisión de los funcionarios responsables del abaste-
cimiento. Cualquier error trae graves consecuencias a toda la marcha del proyecto.

La experiencia ha demostrado que en un proyecto de manejo de vicuña se tiene que prestar especial aten-
ción, podría decirse hasta prioritaria, al abastecimiento requerido para todas las acciones de vigilancia
y control de las poblaciones de vicuña. Cualquier deficiencia en este campo, se refleja en un debilitamien-
to del servicio, con lo que se presentan mejores oportunidades a los cazadores furtivos. El abastecimiento
para la ejecución de las acciones de vigilancia debe asegurar contar, en su oportunidad, con materiales
indispensables tales como: municiones, útiles para mantenimiento de armas, uniformes para guardas, ali-
mento concentrado para semovientes, medicinas, combustibles, entre otros.

Para el ámbito de todo el proyecto, la determinación de necesidades y su adquisición debe asegurar el


mantenimiento de un stock suficiente de repuestos para vehículos y motores y del combustible para estos
y para la calefacción. Es aconsejable que antes de la finalización del año fiscal, se adquiera suficiente can-
tidad de estos materiales y de alimento para semovientes, que permita soportar las privaciones de los , tres
primeros meses del siguiente año fiscal, que es el tiempo que por lo general toma para poner en ejecución
el nuevo presupuesto.

En el mismo proceso de adquisición de los bienes y materiales, es obligatorio observar las disposiciones
contenidas en la Ley General de Presupuesto, promulgada anualmente, y en las leyes reglamentarias que
de ellas se deriven. Según la naturaleza y el monto, los bienes se pueden adquirir por compra directa,
concurso de precios o licitación. Para cada una de estas modalidades también se fijan con la Ley de Pre-
supuesto o periódicamente con otras disposiciones, las exigencias para cada una de ellas. El jefe del proyec-
to y el funcionario responsable de las adquisiciones debe estar al corriente de las disposiciones vigentes, a
fin de no incurrir, por desconocimiento, en faltas sancionables.

291
PROYECTO REGIONAL DE MANEJO DE LA VICUÑA

Evaluación Periódica del Personal

FICHA PERSONAL

Nombres y Apellidos:
Lugar y fecha de nacimiento:
Cargo:
Período de Evaluación: de a


1 = Deficiente 3 = Regular 5 = Muy bien

2 = Insuficiente 4 = Bien 6 = Excelente

Factores y cualidades Apreciación complementaria


(ver al reverso) 1 2 3 4 5 6 del Jefe

Capacidad profesional
Constancia
Independencia
Sentido de disciplina
Sentido de colaboración
Calidad del trabajo
Rendimiento cuantitativo
Iniciativa (*)
Organización (*)
Persuasión (*)

Resultados comu nicados el:


por:
Fecha:
Informe del Jefe sobre entrevista personal
(45')

Apreciación del Superior


(del jefe directo)

Fecha:
Firma:

(*) Criterios complementarios sólo para evaluación de jefes y especialistas.

29-2
La adquisición de bienes dentro de las dependencias del Estado o de los organismos vinculados a él, se
presta siempre a los más adversos comentarios, con o sin fundamento. Es por ello, que el jefe del proyecto
11#
debe tomar todas las previsiones y ejercer un efectivo control con el objeto que no se presenten problemas
vinculados con acciones negligentes o dolosas, en la adquisición de bienes. Esto debe ser una preocupa-
ción real del jefe y de sus subordinados, y no solo una postura. Tarde o temprano se encuentra a los cul-
pables de delitos contra el patrimonio.

Como es natural, no es suficiente adquirir los materiales y bienes en condiciones económicas. Es necesario
saberlos utilizar y obtener de ellos el máximo rendimiento, con el menor costo posible. La gestión de ma-
teriales y bienes presupone la ejecución de un gran número de operaciones, por lo generarcomplejas, que
requieren de normas precisas, sobre aspectos técnicos, administrativos y contables. Esas normas, que deben
ser de perfecto conocimiento de los servidores del área de abastecimiento, tienen, necesariamente, que re-
ferirse básicamente a:

alimentación;
mantenimiento; y
reparación.

Entre todas las reglas para el empleo de materiales, tiene que darse especial atención a las reglas contables.
Debe establecerse un rígido control sobre entradas y salidas del material para evitar fugas que se reflejan
después en la disminución del servicio y en mayores costos para el proyecto. Por ello, también, en la puna
los almacenes tienen que contar con todos los dispositivos efectivos de seguridad, comenzando por los acce-
sos (puertas blindadas, ventanas enrejadas, etc.).

3. Finanzas. —

Es notorio que niguna administración puede desinteresarse de los problemas financieros. En realidad, la
disponibilidad financiera comanda la ejecución de las actividades del servicio.

Por lo general, tanto los organismos del gobierno central, como de las instituciones descentralizadas, una
más que otras, deben observar numerosas y complicadas normas de contabilidad. Para ello, el proyecto de
manejo de la vicuña, más aún debido a su ubicación alejada de la capital del país o de sus regiones, tiene
que contar con un experimentado, eficiente y muy honesto contador. Este funcionario, de toda confianza
para el jefe y la organización, no debe buscar vacíos en la ley o seudojustificaciones, sino que debe sujetarse
al estricto cumplimiento de las disposiciones presupuestales y contables.

El contador del proyecto es un funcionario clave en la preparación del borrador de presupuesto, el mismo
que debe ser sometido a diferentes instancias de la organización estatal, procurando lograr su aprobación
con un mínimo de recortes, o mejor aún con un aumento de las partidas más necesarias.

Una vez el presupuesto ha sido aprobado, se inicia la gestión contable, propiamente dicha. Ella no se realiza
libremente, sino que está sujeta a un conjunto, tal como se ha señalado. El jefe de la Unidad de Adminis-
tración y de la División de Contabilidad de un proyecto, de manejo de la vicuña, deben asegurar el cumpli-
miento de los fines y objetivos de la contabilidad pública, destinados a:

Asegurar la protección material de los fondos públicos, de los riesgos de pérdidas, robo etc.
Verificar que las operaciones de ejecución del presupuesto respondan a las previsiones aprobadas;
Informar, en forma precisa, a los órganos superiores sobre la marcha de la ejecución presupuestal;
Colaborar en el control interno, proporcionando información sobre la evolución del patrimonio, costos
etc.
5. Contribuir a la acumulación y tratamiento estadístico.

293
Asesoría legal. —

Esta función auxiliar integra dos aspectos esenciales: a) análisis (o examen) de las decisiones administrati-
vas, para asegurar que se ajusten a las normas; y b) Consulta jurídica, en el sentido más amplio.

En un proyecto de manejo de la vicuña, la asesoría legal ejercida por un abogado, tiene que cumplir ope-
raciones muy variadas. Por un lado, debe revisar los proyectos de reglamentos, disposiciones complemen-
tarias, contratos, etc, dándole la forma necesaria, a fin que se encuentren de conformidad con la legisla-
ción vigente y la práctica administrativa. Por otro, tiene que intervenir en los procesos contenciosos, según
lo autorice la superioridad.

La experiencia ha demostrado que es especialmente importante que el asesor legal colabore con el jefe del
proyecto en el desarrollo de las denuncias y procesos judiciales sobre caza y tráfico de especímenes de
vicuña, en gran medida, el éxito que se logre en la defensa del patrimonio del Estado.

De igual manera, es importante que el asesor legal haga un seguimiento de-tal-denuncias y procesos judi-
ciales por caza y comercialización de vicuña, en los distritos judiciales que coincidan con el ámbito del
proyecto, aún en el caso que ellos hayan sido iniciados por terceros, en ejercicio de una acción popular.
El asesor legal del proyecto debe orientar a los denunciantes a fin de que se logre con el debido respaldo,
la persecución del delito.

Documentación. —

Como bien señala HENDEE (1965), la memoria de una organización se encuentra en sus documentos y
archivos.

En efecto, el manejo de la documentación permite contar con los necesarios antecedentes para apoyar a
todas las demás áreas administrativas. Su buena marcha depende de la importancia que a esta función
auxiliar le otorgue el jefe de la organización, en este caso el jefe del proyecto de manejo de la vicuña.

Cualquier sistema de manejo de la documentación que se adopte dentro del proyecto, tiene que repre-
sentar los objetivos principales siguientes:

Mejorar la correspondencia e instrucciones internas, por medio del material escrito bien confeccionado;
Proporcionar el máximo servicio a todas las unidades del proyecto;
procesar todas las fases del material escrito en forma eficiente y efectiva, a fin de satisfacer las necesida-
des de operación del proyecto;
contar con una documentación adecuada sobre los lineamientos de política (estrategia), decisiones,
normas legales, presupuestos, contratos y demás documentos de valor especial;
vigilar la preservación de los registros de valor permanente;
Eliminar ordenadamente, y de acuerdo a la ley, la documentación que deba ser retirada por un exceso
de tiempo.

El jefe del proyecto debe establecer y mantener una acción permanente de adecuado manejo de los docu-
mentos, comenzando por establecer normas muy precisas sobre el registro de correspondencia, manteni-
miento y almacenamiento (conservación) de documentos y facilidades de información, todas las cuales
deben ajustarse, en términos generales, a las disposiciones gubernamentales sobre la materia. Sin embargo,
mucho dependerá del criterio del jefe sobre este particular.

Debido a la ubicación de un proyecto de manejo de la vicuña, en la puna, el mantenimiento a nivel ade-


cuado de la documentación cobra especial significado. Las dificultades de comunicación no permiten, con
facilidad, obtener copias de documentos cuando no se dispone de las propias.

294
3.5.3 Requerimientos en Infraestructura, Equipo y Personal

La experiencia acumulada en la ejecución de un proyecto de conservación de la vicuña en Pampa Galeras,


así como el detenido análisis de las condiciones sociales y económicas imperantes en el área de distribu-
ción actual de esa especie, permiten formular, en forma suscinta, los requerimientos básicos en infraestruc-
tura, equipo y personal para el desarrollo de las dos primeras etapas, que ya se han señalado, de un proyecto
regional de manejo de la vicuña con un área de trabajo de alrededor de 500,000 hectáreas, y con una sub-
división en dos (2) sectores de vigilancia.

1. Infraestructura.—

Sobre los diferentes elementos de infraestructura (puestos de vigilancia, caballerizas, etc.) se proporciona
a lo largo de este libro la información detallada sobre su diseño y funcionamiento. Aquí sólo se enumeran
los componentes de la infraestructura básica, que son:

Elemento Unidades

Puestos de vigilancia, con caballerizas 12

Centro administrativo, con


— taller de mecánica 1
— taller de carpintería 1
— depósito de armas y municiones 1
— depósito de combustibles (gasolina) para 2,500 galones 1
— planta de beneficio 1
— viviendas unifami liares *
— vivienda personal soltero 1
— oficina 1
— laboratorios 1
— sala para colecciones naturales 1

*a determinar en condiciones concretas.

2. Equipo

Dentro de él es preciso distinguir el equipo de transporte (vehículos), semovientes, equipo de comunica-


ción a distancia, equipo de campo, armamento, entre otros, sobre los cuales también se proporciona infor-
mación en los diferentes capítulos de este libro. Los requerimientos de equipo se muestran a continuación:

a) Equipo de trasporte Unidades


— camionetas de doble tracción para los sectores 2
camionetas de doble tracción para la central 3
camión de 3 toneladas 1
— camión de 5 toneladas 1
— ambulancia (primeros auxilios) 1
b) Semovientes y equipo auxiliar
caballos 60
— aperos completos 60
unidad móvil de herranza 1
c) Equipo de campo
carabinas 60
la rgavistas 60
295
d) Equipo de comunicación a distancia
Equipo completo de radio con dos subestaciones
e) Equipo básico de investigación
microscopio 1
balanza analítica 1
— juego de instrumentos básicos para autopsia 1
reactivos
f) Equipos de primeros auxilios
— botiquines (12 en puestos; 2 en central) 14
camillas 14
equipo de oxígenos (1 ambulancia; 1 central) 2
— medicamentos
g) Equipo de oficina
— equipo básico para los sectores 2
— equipo básico para la central 1
— mimeógrafo 1
equipo completo de dibujo 1

* A determinar en condiciones concretas.

3. Personal. —

Cada proyecto de manejo de la vicuña tiene que contar, desde su inicio, con el correspondiente Regla-
mento de Funcionamiento, en base a una estructura cuyo detalle se presenta en el organigrama adjunto.
Este Reglamento permite normar, con precisión, el desempeño del personal en los diferentes niveles de la
organización.

En dicho documento, que debe ser aprobado por una instancia superior al mismo proyecto, se debe fijar
con claridad lo siguiente:

Objetivo general y objetivos específicos;


Ambito jurisdiccional;
Competencias;
Funciones general y específicas;
Estructura orgánica;
Categorías o áreas del servicio;
Cargos y plazas, con indicación de niveles jerárquicos y requisitos;
Sistema de promociones;
Control interno;
Sistema de sanciones;
Relaciones de dependencia, relaciones funcionales y de coordinación;
Normas complementarias y transitorias.

La práctica ha demostrado que en un proyecto de manejo de fauna silvestre, más aún en uno instalado
en medio de la puna, con muchas limitaciones en comunicación, es imprescindible contar desde un primer
momento con un Manual de Organización y Funciones, que aplicando las directivas contenidas en el Regla-
mento de Funcionamiento, llegue a un minucioso detalle para asegurar un mejor rendimiento del personal
y el logro, en definitiva, de los objetivos del proyecto.

296
En el caso concreto del manejo de la vicuña es conveniente y hasta necesario, que en ese manual se dis-
tingan, con fines prácticos, tres categorías o áreas de servicio:

Servicio general, que compete a todas las unidades de asesoramiento, apoyo y línea;
Servicio de vigilancia y control, ejercido a través de los sectores y puestos de vigilancia; y
Servicio especial, que corresponde, entre otros, a trabajos nocturnos, trabajos extraordinarios, etc.

En lo que concierne a las normas para el servicio general, el Manual debe contener claras disposiciones
sobre:

Horario de trabajo, considerando el horario para las actividades de rutina, turnos, emergencias.
Deberes y responsabilidades de cada una de las dependencias, así como de los servidores.
Derechos de los servidores, incluyendo el sistema de permisos y licencias por motivos justificados.
Prohibiciones para el personal.
Incentivos al personal, por medio de felicitaciones, elogios, premios honoríficos y pecuniarios, entre
otros.
Sanciones al personal, según una escala que se sostiene en las normas establecidas por órganos supe-
riores.

MODELO DE ORGANIGRAMA PARA UN PROYECTO REGIONAL DE MANEJO DE LA VICUÑA SILVESTRE

POLICIA FORESTAL JEFATURA

A SE SORIA
LEGAL

PROGRAMACION
UNIDAD DE
ADMINISTRACION

S IONES

PERSONAL CONTABILIDAD ABASTECIMIENTO SERVICIOS


GENERALES

IEMFERMERIA CABALLERIZA A RYER, A TALLERES

UNIDAD DE UNIDAD DE APOYO UNIDAD DE VIGILAN. UNIDAD DE UNIDAD DE


NVESTIGACIONES A COSE CAMPESINAS CIA Y CONTROL UTILIZACION COMERCIA LIZ A CION

LABORATORIO ADMINISTRACION
ZOOTECNIA Y ADC1111- ASISTENCIA ASISTENCIA
VETERINARIA SICIONES SOCIAL MEDICA SECTORES BENEFICIO CAPTURA

COL [CM« NATURAL CUADRILLAS COMERCIAL IZACiON


ESQUILA
DE CAMPO

CAMAL TRASLADO
PUESTOS

••

Fig. 68

297
El Manual, en lo referente al servicio de vigilancia y control, tiene que prestar especial importancia a los
aspectos siguientes:

Uso de armas;
uso de equipo auxiliar;
presentación del personal (guardas), incluyendo instrucciones precisas sobre el uso de uniformes;
funcionamiento de los sectores;
fu ncionami ento de los puestos;
funcionamiento de los refugios;
servicio de patrullas especiales;
acciones de emergencia;
prohibiciones y sanciones, referidas específicamente a esta categoría de servicio.

Sobre cada una de las normas que debe contener el Manual de organización y funciones, los autores han
acumu lado valiosa información y experiencias, que están a disposición de los interesados.

A manera de orientación, se proporciona aquí la descripción de las funciones generales de las diferentes
dependencias de un proyecto de manejo de la vicuña, con los requisitos mínimos que deben satisfacer
los servidores responsables.

1. Jefatura.

Funciones:
Elaborar el proyecto de estrategia;
programar, supervisar y ejecutar las acciones del proyecto;
ejecutar o apoyar el desarollo de investigaciones científicas especiales, programas de difusión y acciones
de emergencia;
coordinar la cooperación técnica y económica con instituciones nacionales y extranjeras;
programar y coordinar la capacitación contínua del personal.

Jefe del Proyecto. — ingeniero forestal, ingeniero agrónomo, médico veterinario o biólogo, con experiencia
no menor de cinco años en programas de manejo de fauna, conocimiento y experiencia anterior sobre la
realidad socio-económica de la subregión altoandina; con formación y entrenamiento suficiente sobre pla-
nificación, organización y control; de preferencia con conocimiento de quechua; con cualidades de di-
rección.

2. Unidades de asesoramiento
asesoría legal

Funciones. — Asesorar en materia jurídica y dictaminar en aspectos legales ; elaborar anteproyectos de dis-
positivos legales; determinar procedimientos administrativos; absolver consultas de carácter legal; recopilar
y conservar la legislación, intervenir en denuncias y procedimientos.

Funcionario responsable: abogado colegiado, con experiencia mínima de cuatro años en derecho agrario,
derecho forestal y de fauna; de preferencia con buen conocimiento de lenguas vernacu lares.

Programación

Funciones. —• conducir la formulación y evaluación de los planes a corto, mediano y largo plazo; evaluar
periódicamente el cumplimiento de los objetivos y metas del proyecto, coordinar y supervisar la formula-
ción del presupuesto; asesorar a la jefatura del proyecto en el desarrollo del control interno.

298
Funcionario responsable: ingeniero forestal, ingeniero agrónomo o economista, con especialización en pla-
nificación, de preferencia con entrenamiento en actividades de manejo de fauna.

3. Unidad de administración (unidad de apoyo)

Funciones: programar, administrar y controlar los recursos financieros, de bienes y materiales, de personal y
de servicios generales; participar en la formulación del presupuesto; elaborar los analíticos del presupuesto;
supervisar la elaboración de planillas de sueldos y jornales; ge'stionar y obtener los fondos presupuestales;
organizar, dirigir y controlar la aplicación de los sistemas de contabilidad gubernamental; proponer y apli-
car métodos y procedimientos para la mejor administración interna; atender los aspectos administrativos
derivados de convenios y contratos.

Funcionario responsable: contador público colegiado o administrador de empresas; con especialización en


administración pública; con experiencia m ínima de cuatro años.

División de personal

Funciones: organizar, dirigir y controlar la aplicación del sistema de administración de personal; conducir
el proceso de selección de personal; tramitar y procesar el nombramiento, contratación, promoción y cese
del personal de proyecto; conducir la evaluación del personal, procesar el reconocimiento de beneficios
sociales; formular y ejecutar los programas de bienestar social.

Funcionario responsable: licenciado en administración; experiencia no menor de tres años; con conoci-
miento de lenguas vernáculas; entrenamiento especial en manejo de personal.

División de contabilidad.

Funciones: organizar, dirigir y controlar la aplicación del sistema contable, presupuesto y tesorería, con-
feccionar los calendarios de compromisos; informar sobre la ejecución del gasto presupuestal; tramitar los
fondos; revisar, analizar y aplicar las partidas presupuestales a los documentos contables; llevar la contabi-
lidad del proyecto y confeccionar los balances mensuales.

Funcionario responsable: contador público colegiado, con conocimientos avanzados de las normas de con-
tabilidad integral; entrenamiento en las diferentes labores de contabilidad; experiencia mínima de tres
años.

Personal auxiliar:

2 técnicos en contabilidad;
1 cajero; y
1 oficinista

299
c) División de abastecimiento.

Funciones: organizar, dirigir y controlar la adquisición, almacenamiento y distribución de bienes, registrar y


controlar el activo fijo.

Funcionario responsable: administrador de empresas o técnico superior en abastecimiento; experiencia mí-


nima de tres años; con conOcimientos avanzados sobre las diferentes modalidades de compra; con desem-
peño anterior en la subregión altoandina.

Personal auxiliar:

1 oficinista
2 almaceneros
2 choferes

d) División de Servicios Generales.

Funciones: organizar, dirigir y controlar la aplicación del sistema de servicios generales; proporcionar ser-
vicios de mantenimiento de vehículos, equipos y locales; llevar el control de archivos y conservación de
documentación; mantener sistema de radiocomunicación.

Funcionario responsable: ingeniero mecánico, administrador de empresas o técnico superior en adminis-


tración; con experiencia mínima de tres años; con entrenamiento especial en servicios generales en pro-
yectos de desarrollo rural.

Personal auxiliar:
1 técnico en radiocomunicación
1 electricista
4 choferes
1 oficinista
1 técnico en documentación
1 archivero.

d.1 Enfermería.

Funciones: Proporcionar asistencia paramédica de emergencia, proporcionar asistencia de recuperación;


mantener los botiquines de los centros y de los puestos.

Responsable: enfermero profesional, con desempeño anterior en la subregión altoandina; con experien-
cia mínima de cinco años.

300
d.2 Caballeriza central.

Funciones: organizar, dirigir y ejecutar todas las acciones para el correcto mantenimiento de semovientes;
mantener el servicio de herranza móvil; elaborar y distribuir las instrucciones para el mantenimiento ruti-
nario de semovientes a nivel de puestos de vigilancia.

Responsable: médico veterinario; con desempeño anterior en la subregión altoandina; con experiencia
mínima de tres años; con conocimiento suficiente de lenguas vernáculas.

Personal auxiliar:

1 herrero y técnico en herranza


2 caballerizos

d.3 Armería.

Funciones: organizar la adquisición de armas y municiones; desarrollar el sistema de mantenimiento de


armas; elaborar las instrucciones y coordinar el mantenimiento de armas en cada sector y puesto de vigi-
lancia; organizar el mantenimiento de municiones.

Responsable: maestro armero; con servicio anterior calificado en las fuerzas armadas o fuerzas policiales.

d.4 Talleres.

Funciones: mantener y reparar vehículos de transporte, equipos y bienes muebles; ejecutar reparaciones
de emergencia de equipo diverso.

Responsable: maestro mecánico, con experiencia mínima de cinco años; con entrenamiento especial en
motores de combustión y grupos electrógenos.

Personal auxiliar:

2 mecánicos
1 técnico en grupos electrógenos
1 maestro carpintero
2 ayudantes de mecánica
1 ayudante de carpintería

4. Unidades Ejecutoras.
a) Unidad de investigación

Funciones: programar, coordinar y ejecutar las investigaciones relacionadas con el manejo de la vicuña;
programar, coordinar y ejecutar las investigaciones sobre otros recursos naturales renovables del habitat
de la vicuña; coordinar el apoyo de fuentes nacionales, binacionales e internacionales de cooperación
técnica; organizar y conducir el centro de documentación técnica; organizar y conservar una colección
natural.

Funcionario responsable: ingeniero forestal, médico veterinario o ingeniero agrónomo especializado; con
grado académico de postgrado; con experiencia en investigaciones científicas sobre fauna silvestre; con
conocimiento del inglés y de otra lengua extranjera.
301
a.1 Laboratorio.

Funciones: organizar y ejecutar las identificaciones, análisis y pruebas relacionadas con el manejo de la
vicuña; coordinar acciones con otros laboratorios estatales y privados; llevar los registros de las investiga-
ciones de laboratorio.

Responsable: Biólogo, médico veterinario o ingeniero agrónomo especializado, con experiencia no menor
de tres años en labores similares; habituado a recorridos en el campo para colección de muestras.

Personal auxiliar:
2 ayudantes de laboratorio.

a.2 Colección natural.

Funciones: organizar y conservar la colección completa de todos los recursos naturales renovables presen-
tes en el habitat de la vicuña; organizar y conservar, especialmente, la colección especializada de cráneos,
huesos, órganos y pieles de ejemplares de vicuña; organizar las relaciones y canjes con sociedades e insti-
tuciones científicas; organizar y conservar las exposiciones al público; organizar y mantener el registro
especializado.

Responsable: biólogo, con experiencia previa en conservación de colecciones; de preferencia con entrena-
miento en museología.

Personal auxiliar:

1 ayudante

b) Unidad de apoyo a las comunidades campesinas

Funciones: organizar, supervisar y ejecutar todas las acciones de coordinación y de apoyo económico y so-
cial a las comunidades y empresas campesinas; ejecutar, con carácter especial, las labores de extensión pe-
cuaria; organizar y brindar asistencia médica; asesorar en la adquisición de bienes y servicios.

Funcionario responsable: médico veterinario, zootecnista o ingeniero agrónomo especializado; con expe-
riencia no menor de cuatro años; con entrenamiento en extensión agraria; con conocimiento profundo de
las lenguas vernáculas.

Personal auxiliar:

1 zootecnista o médico veterinario colegiado


1 técnico superior en abastecimiento
1 asistenta social
1 médico- cirujano colegiado
2 enfermeros

302
c) Unidad de vigilancia y control

Funciones: organizar, planear, supervisar y ejecutar todas las acciones de vigilancia y control en el campo;
coordinar con las otras unidades del proyecto de las acciones necesarias para el buen funcionamiento de los
sectores de vigilancia; organizar y ejecutar la capacitación regular y entrenamiento del personal de guardas;
organizar y mantener las acciones de coordinación con la policía; organizar y mantener el registro de in-
fractores (cazadores furtivos, comerciantes ilegales); colaborar en el correcto mantenimiento de los equipos
- — — - —
-de rad iocomu nicación. --

Funcionario responsable: ingeniero forestal; con experiencia en proyectos de manejo de fauna silvestre
con especialización en organización y conducción de personal; con desempeño anterior en la región an-
dina; con perfecto conocimiento de lenguas vernáculas.

c.1 Comandancia de sector.

Funciones: coordinar todas las acciones de vigilancia y control de los puestos bajo su mando, representar
al jefe del proyecto en la jurisdicción a su cargo. Mantener las relaciones de subordinación con el respon-
sable de la Unidad de Vigilancia y Control.

Coma ndante del sector: guarda, con cinco años de experiencias; con perfecto dominio de las lenguas ver-
náculas; con entrenamiento especial en organización y conducción de personal; con conocimientos avan-
zados en reparación de vehículos y de grupos electrógenos; con conocimientos probados en organización
y mantenimiento de documentación; con excelente record personal.

c.2 Comandancia de puesto:

Funciones: coordinar y ejecutar todas las acciones de vigilancia y control aprobadas por la superioridad,
llevar el registro especial y pormenorizado, elaborar y ejecutar con carácter prioritario los planes mensuales
de trabajo; organizar y coordinar el desempeño de las patrullas; mantener al día el libro de ocurrencias;
elaborar el resumen mensual de los "partes de patrulla"; informar por escrito a la superioridad sobre hechos
relevantes; verificar trimestralmente el estado del equipo e instalaciones; prestar especial atención al man-
tenimiento correcto de semovientes; coordinar el abastecimiento del puesto; representar a la jefatura del
proyecto; mantener las relaciones de subordinación con el comandante del sector.

Comandante de puesto: guarda con tres años de desempeño; con capacitación previa en un curso espe-
cializado para comandantes de puesto; con perfecto dominio de lenguas vernáculas; con excelente hoja
de servicios.

En el capítulo pertinente de este libro, sobre vigilancia y control, se proporciona la información porme-
norizada sobre los requisitos que deben cumplir los postulantes a guardas de un proyecto de manejo de
la vicuña y sobre las exigencias para su capacitación. La experiencia ha demostrado que para un buen
servicio de puesto se requieren cinco (5) guardas en cada uno de ellos. Para un proyecto sobre un área
aproximada de 500,000 hectáreas se precisan doce puestós de vigilancia, lo que hace un total mínimo
de sesenta guardas en servicio.

d. Unidad de utilización.

Funciones: organizar, supervisar y ejecutar todas las operaciones de beneficio y captura inherentes al ma-
nejo de la vicuña silvestre; organizar, supervisar y ejecutar las operaciones de traslado de especímenes con
fines de repoblamiento.

303
Funcionario responsable: ingeniero forestal, médico veterinario o ingeniero zootecnista; con experiencia
no menor de cuatro años en proyectos de manejo de fauna silvestre; con entrenamiento especial sobre
supervisión de operaciones de beneficio y captura; con conocimiento suficiente de las lenguas vernáculas.

En el capítulo del libro dedicado a la práctica del beneficio se proporciona un minucioso detalle sobre las
necesidades de personal y desarrollo de actividades en esta área de la organización.

e) Unidad de comercialización.

Funciones: organizar, supervisar y ejecutar todas las operaciones de comercialización de los productos
que resultan del manejo de la vicuña; organizar, supervisar y ejecutar la comercialización de los especímenes
silvestres y asilvestrados dentro del área del proyecto, que se permita de acuerdo a la ley.

Funcionario responsable: administrador de empresas especializado en comercialización de productos agro-


pecuarios; con desempeño anterior en la región andina; con conocimiento suficiente de lenguas vernáculas.

Personal auxiliar:
1 técnico superior en contabilidad y administración.
1 técnico en comercialización.
1 oficinista.

Conociendo el comportamiento e idiosincracia del poblador andino, especialmente de los habitantes de


la puna, es conveniente que la denominación de ¡efe se reserve exclusivamente para el funcionario respon-
sable del proyecto en su conjunto. Si esa denominación se repite en otros niveles, se crea confusión tanto
entre los pobladores rurales como en los guardas y otros servidores del proyecto. Por ello, se recomienda
que los funcionarios responsables de las unidades de apoyo (unidad de administración) y de línea, ostenten
el cargo de intendentes, que es una denominación familiar para los pobladores andinos, debido a que es
utilizada desde hace decenios en las empresas establecidas en la región. Los responsables de las divisiones
pueden denominarse encargados; así se tendrá, por ejemplo, el "encargado de personal", "encargado de con-
tabilidad", entre otros. En los sectores y puestos de vigilancia los servidores responsables, deben asumir,
como se ha indicado, el cargo de comandantes.

304
CONTROL Y VIGILANCIA

11)
CONTROL Y VIGILANCIA

1.0 Generalidades

El éxito en la conservación de la vicuña depende de dos factores principales: a) legislación específica, clara y
precisa; y b) cumplimiento riguroso de esa legislación. Una adecuada legislación -a favor de la vicuña debe fi-
jar claramente las restricciones de caza, de comercio de especímenes vivos y de los productos derivados. Ella
es, lógicamente, el fundamento de todas las actividades de protección. Para la conservación de la vicuña no
bastan sólidos conocimientos biológicos sobre la especie, sino que, dentro del marco de manejo integral, re-
quiere también buen conocimiento de las otras especies de la flora y fauna silvestres de la región. Para el
cumplimiento eficiente del servicio de vigilancia debe contarse también con suficientes conocimientos de las
características geográficas, lingüísticas y sociales de la región y de sus pobladores.

El dominio de este conjunto de conocimientos, muy diversos, se debe exigir al personal de carrera en sus di-
versos niveles, con una buena jefatura al mando. Estos conocimientos pueden ser fácilmente adquiridos por
el personal interesado. Sin embargo, también hay que considerar el conocimiento del ambiente, de las prác-
ticas de manejo y mantenimiento de los caballos de servicio, la adaptación a la vida aislada con escaso con-
tacto social y la simple supervivencia en la puna. Esto se debe experimentar durante bastante tiempo hasta
dominarlo, o por lo menos soportarlo. Sólo el personal completamente familiarizado con todo ello, tiene
posibilidad real de combatir las actividades de los cazadores furtivos, que son generalmente criminales adap-
tados a la puna desde su niñez.

La práctica ha demostrado que resulta imposible proporcionar todos estos conocimientos, muy diversos, al
servicio básico de la policía, aún a través de sucesivos cursillos de capacitación. Cuando la selección de los
postulantes está más dirigida hacia el sector campesino de la población, fácilmente puede resultar una cate-
goría de policías menos apreciados entre sus mismos colegas de otros servicios. Por otro lado, un cuerpo es-
pecializado de buenos conocimientos teóricos pero deficiente aptitud física no solamente pierde el respeto
de los pobladores rurales, sino que también alienta a los elementos criminales a seguir y reforzar sus activi-
dades ilegales.

Para guardar la línea de mando — una exigencia fundamental en cualquier organización — un cuerpo policial
especializado necesitaría también contar con sus propios cuadros jerárquicos superiores, para comandar la
vigilancia de la vicuña. En caso contrario, todo ese cuerpo dependería en sus actividades del comando de
oficiales de otros cuerpos, con escasa experiencia sobre esta área específica.

Por las decisiones que se deben tomar en acciones de manejo de la vicuña y por la ejecución de las más deli-
cadas como la saca, los responsables del servicio policial entran automáticamente a las esferas internaciona-
les de protección de los animales silvestres, por una parte un aspecto interesante y positivo, pero también
muy expuesto y blanco de cualquier ataque de los u ltraproteccionistas, o simplemente envidiosos. Estos ata-
ques podrían tener una repercusión negativa en todo el cuerpo policial, que puede perder con ello su nivel
de imparcialidad.

Sin duda alguna, una decisión muy desfavorable sería organizar un comando mixto, de tal manera, que los
expertos en conservación de fauna del servicio especializado del Estado prescriban las operaciones técnicas
que debe cumplir la policía. En este caso, esta última tendría la simple función de ejecutar las acciones poli-
ciales concebidas por extraños, manteniendo en cambio en todo momento la responsabilidad, por lo menos
en la opinión pública, de su planeamiento y ejecución.

307
Esta dualidad de mando, que es contraria a cualquier principio de administración, llevaría a roces y discre-
pancias profundas aún contándose con buenas intenciones iniciales, pues en las actividades cotidianas se de-
terioran los ideales de los dirigentes. Uno de los puntos más críticos sería el manejo de presupuesto por enti-
dades diferentes, especialmente respecto a la atención que dan al equipo, viviendas, servicios, inmuebles y
por último a los inevitables recortes de presupuesto. Este sistema mixto entonces significaría un fracaso pre-
visible.

Un camino viable y probado ya desde hace más de una década, es la entrega de toda la vigilancia en el cam-
po a un servicio ad—hoc, con personal especialmente entrenado, que funciona con independencia técnico—
administrativa de la policía, pero en plena colaboración con la misma.

Por contar con el personal técnico especializado en manejo de flora y fauna silvestres, la decisión lógica es
poner este servicio de vigilancia bajo responsabilidad del Ministerio de Agricultura o de un órgano similar.

2.0 Preselección del Personal

Una preselección apropiada de los postulantes interesados en la vigilancia de la vicuña, permite la reducción
de los participantes en los cursos de capacitación. Para la preselección se debe tomar en consideración los
criterios que se tratan más adelante.

Fig. 69: Personal de campo, seleccionado de los lugareños, debidamente entrenado y uniformado, forma un cuerpo de
vigilancia disciplinado y de gran espíritu de colegialidad, también bajo situaciones difíciles.

308
2.1 Procedencia.

Los efectivos del servicio de vigilancia deben ser oriundos de la región alto—andina. Es un hecho deplorable
pero cierto, que los pobladores de esta parte del país son considerados por los de otras regiones no solamen-
te como pobres sino también como atrasados. Esta es también una de las múltiples razones de la corriente
de migración humana de la Sierra a las ciudades de la Costa o de la Selva. La reversión de esta marcha mi-
gratoria no se nota hasta la fecha y según la experiencia internacional no se puede esperar. Es por eso, que
si un ciudadano de la Costa o de la Selva se interesa por un empleo en la puna, es mayormente por falta de
un trabajo adecuado en su tierra. Una vez entrado al servicio, es de esperar su pronta solicitud de cambio o
su renuncia. Las personas criadas en pueblos grandes, con diferentes medios de comunicación social y de di-
versión, no se adaptan fácilmente a la vida solitaria en un Puesto de Vigilancia en las alturas andinas. Des-
pués del atractivo inicial, se vuelvén descontentos y se convierten en una carga para sus compañeros y sus
jefes.

2.2 Dominio del Idioma Nativo

Las mejores intenciones de colaboración quedan en nada, si las personas no se entienden debido a que ha-
blan idiomas diferentes. Justamente el habitante de la Sierra, con un carácter introvertido por excelencia,
desconfía de cualquier comunicación nueva, peor todavía si llega en otro idioma. Tratar de conseguir su co-
laboración con pláticas en castellano resulta sumamente difícil. A nivel del guarda, es indispensable ser bi-
lingüe—hablante del castellano y del quechua o del castellano y aymara.

2.3 Ausencia de Relaciones Familiares a Nivel Local

La unión familiar es muy marcada en la Sierra. Por la vida sedentaria de los pequeños agricultores, criande-
ros de ganado, pastores y mineros, muchos de ellos están emparentados. Por supuesto, es sumamente difícil
para un guarda observar a sus parientes, amigos y conocidos sin prejuicios; seguir sus pasos si existen sospe-
chas de actividades ilegales; y peor aún, tomar medidas contra ellos, en caso de un delito comprobado. In-
tervenciones de este tipo podrían originar represalias contra el guarda, dentro de las esferas sociales del gru-
po. Para evitar de antemano tensiones de esta índole, debe ser obligatorio que los postulantes para el servi-
cio en cierto lugar sean oriundos de la región, pero nunca de la misma localidad. Esta medida asegura el co-
nocimiento del idioma, costumbres y usos, pero en sus acciones quedan libres de consideraciones familiares
y de amistad.

2.4 Aptitud Física

Se sobreentiende, que el servicio cotidiano de vigilancia es un trabajo penoso, exigiendo una excelente apti-
tud física del servidor. Eso se refiere no solamente al desgaste físico sino a todos los sentidos. Los certifica-
dos de salud deben formar parte importante de la documentación para el ingreso y deben ser expedidos por
médicos oficiales de las áreas de salud. Estos documentos son sumamente importantes para cualquier caso
de accidentes de servicio, que puedan ocurrir posteriormente.

2.5 Espíritu de Disciplina

Es lógico, que una organización armada — aún con simples carabinas de repetición, con personal destacado
en puestos muy distantes y con inspecciones esporádicas — debe mantener una disciplina rígida y un orden
paramilitar. De otra manera, los factores de la infraestructura especial podrían causar insubordinación, usur-
pación de funciones, actos de caza furtiva y abusos contra los pobladores rurales. Además, es muy impor-
tante evitar accidentes en el mantenimiento diario de las armas de servicio, ya sean casos de automutilación
o lesiones a terceros.

309
Muchos ciudadanos reúnen las características para el cumplimiento de estas exigencias, y sin duda alguna,
otros pueden adquirir los conocimientos por instrucción. Sin embargo, son los licenciados del Ejército los
que dan pruebas de estas virtudes durante su tiempo de servicio. En consecuencia, su documento de servicio
sirve como comprobante de la participación exitosa en el entrenamiento correspondiente. Es más todavía:
durante su servicio militar, los reclutas aprenden un oficio práctico, que tiene mucha importancia para la
vida semi—independiente en la vigilancia de la vicuña. Una selección adecuada permite a los superiores satis-
facer todas las necesidades de la organización en los diferentes oficios. Por estas razones, el cumplimiento
honroso del servicio militar debe ser un requisito indispensable para cualquier postulante.

2.6 Instrucción

El servicio de campo, con sus patrullas diarias, requiere la capacidad de tomar decisiones inmediatas. En
caso de encontrar irregularidades, el guarda debe interrogar a las personas y levantar actas, e informar por
escrito a sus superiores sobre las ocurrencias durante el servicio. Estos trabajos exigen lucidez e inteligencia.
Por eso es necesario fijar cierto grado mínimo de educación escolarizada para los postulantes.

2.7 Otras Consideraciones

Se observa con frecuencia, que adolescentes con educación secundaria completa aprovechan cualquier opor-
tunidad de conseguir trabajo momentáneo, por no haber aprobado los exámenes de ingreso a la Universidad
o a otros centros superiores. Ellos también postularán para la vigilancia de la vicuña, sin la mínima intención
de permanecer en este servicio. Estas personas ocupan innecesariamente plazas de estudio y ocasionan el
gasto inútil de fondos muy limitados. Lamentablemente, saben también originar, con cierta frecuencia, des-
contentos entre los otros participantes de los cursillos.

Para facilitar también a los pobladores de sitios remotos la participación al concurso de preselección, se de-
be fijar la fecha de presentación personal con suficiente anticipación. Un lapso adecuado son unas seis (6)
semanas, como mínimo. Indicaciones sobre fecha y sitio de la presentación deben ser publicadas en los pe-
riódicos locales o regionales, y enviados también a las comunidades campesinas. Da buen resultado la trans-
misión y repetición de mensajes en las emisoras locales, que son muy bien captados en los radios portátiles
de los campesinos.

El carácter conservador de la juventud campesina se manifiesta también en su trabajo, pues aún bajo con-
diciones desfavorables siguen con un mismo empleo durante buen tiempo, antes de dejarlo. Esta caracterís-
tica se debe tomar muy en consideración, a fin de conseguir servidores apropiados. En los cuarteles del Ejér-
cito, en la región andina, es apropiado obtener permiso para publicar avisos o dictar charlas de orientación.
Estas acciones son más exitosas si se realizan algunas semanas antes que los conscriptos sean dados de baja.
Adicionalmente, los superiores inmediatos pueden dar referencias sumamente útiles respecto a la aptitud
de los reclutas.

En las charlas en los cuarteles es muy conveniente que intervengan primero uno o varios guardas antiguos,
del servicio de vigilancia de la vicuña, para que expliquen a los soldados reunidos su trabajo diario, las con-
diciones de vida en los Puestos de Vigilancia, los sueldos y los problemas o deficiencias. Para la finalidad de
la preselección es una ventaja, si estas exposiciones son muy críticas, para no fomentar un optimismo in-
justificado, que no coincida con la vida cotidiana del guarda.

310
También en las entrevistas personales, entre dos representantes de la institución y varios postulantes, se
deben mencionar los hechos negativos del servicio con tanta claridad, que posteriormente difieran positi-
vamente de la realidad y nunca al contrario. Esta conversación, sobre todo, debe dar mayores luces sobre
los antecedentes del postulante, respecto a su situación social y a los trabajos efectuados, tratando de ave-
riguar su motivación: postula por interés y vocación, o únicamente para salir de una situación de apuro
personal. En este último caso, con bastante probabilidad se puede predecir su retiro del servicio. Apenas
se alcance cierta mejoría en la situación laboral del país y se ofrezcan vacantes en sitios más cómodos, este
servidor renunciará de inmediato.

En el mismo día de la entrevista, en una hora fijada, se debe comunicar a los postulantes la relación de aque-
llos que han sido escogidos para la particpación en el cursillo de capacitación. Se les indica la fecha de su
presentación y el tipo de efectos personales necesarios. Debido a las distancias considerables, se debe ase-
gurar de antemano el reembolso de los costos del pasaje.

3.0 Cursillo de Capacitación

El cursillo de capacitación exige una anticipada y escrupulosa preparación, debido a las circunstancias del
ambiente. Los responsables del cursillo deben preocuparse de todos aquellos detalles, que en otras condicio-
nes son objeto de un simple contrato con una empresa especializada.

La sede del evento debe estar, obligatoriamente, dentro del habitat de la vicuña. De esta manera, el estu-
diante puede observar los efectos de la altura en su organismo y recibe una impresión directa de las condi-
ciones climáticas de la puna, la extensión inmensa de las llanuras, la monotonía del paisaje y la soledad que
reina en los diferentes lugares. Así se detectan posibles aversiones a la realidad de la región.

Debido a las deficientes condiciones que presentan las carreteras no afirmadas de la región durante la época
de lluvias, con interrupciones frecuentes del tránsito por derrumbes, destrucción de puentes e inundaciones,
el tiempo pára el dictado del curso se limita a la época seca. Unicamente esta temporada permite cumplir
con los itinerarios programados para los desplazamientos de profesores y alumnos y el transporte de víveres.
Esta estación del año asegura también la ejecución de las prácticas y excursiones de campo programadas.
Con el inicio del cursillo en los meses de mayo o junio se tiene la ventaja adicional de contar con la presen-
cia de todas las especies de animales domésticos en la región, facilitando demostraciones valiosas sobre el
pastoreo mixto entre animales silvestres y el ganado. Asimismo, permite enseñanzas muy importantes sobre
la parición y sobre las vicuñas de corta edad.

Generalmente, es fácil obtener en calidad de préstamo pizarras, mesas, sillas, carpetas y pupitres de otras
instituciones de enseñanza para niños o adultos. En caso contrario, los carpinteros locales los construyen
de forma rústica y provisional, de tal manera que se puedan desarmar posteriormente y usar el material
para otros fines.

Por la dificultad casi insuperable de conseguir locales de enseñanza de tamaño adecuado, dormitorios de
suficiente capacidad, servicios higiénicos y todas las demás instalaciones auxiliares, es razonable no exceder
un número de 30 alumnos, aproximadamente.

En casos especiales se puede encargar a un particular la alimentación de los alumnos. Sin embargo, es prefe-
rible contar con un servicio de cocina, contratando a un cocinero. Este prepara las comidas con la ayuda de
algunos de los cursillistas, quienes colaboran en forma rotativa, a fin de no perder un número significativo
de clases. Esta alternativa supone la disponibilidad de enseres de cocina. Para asegurar este servicio es nece-
sario tener a disposición un vehículo, a tiempo completo, que garantice el abastecimiento continuo de víve-
res. Esta solución exige también el manejo de una "caja chica", que facilite contar con dinero en efectivo
para las compras de víveres en los mercados. La experiencia enseña que este aspecto tiene gran importancia,
más aún, en entidades de recargada estructura burocrática.

311
Es conveniente la participación de los alumnos en las clases y prácticas con su vestimenta personal, para
que no se sientan todavía miembros del servicio. Para no crear diferencias sociales entre ellos, en la prác-
ticas especiales, como las de educación física, es preciso dotarlos de uniformes deportivos.

La enseñanza es tan compleja y amplia, que se debe programar para el dictado de la teoría y práctica de
8 a 10 semanas. Un tiempo más largo origina el cansancio de los alumnos, quienes están más dispuestos
a un trabajo práctico.

No obstante la entrevista personal a los postulantes, siempre se preselecciona a cierto número de personas
con agilidad mental, pero que fracasan posteriormente en el servicio diario. Por otro lado, entre las perso-
nas de la Sierra siempre hay tipos muy introvertidos y que no están acostumbrados a dialogar y que por
eso son fácilmente subestimados, cumpliendo sin embargo con las obligaciones del servicio en forma res-
ponsable, aún sin la presencia de un jefe; precisamente, esto es lo que se necesita para desempeñarse en la
vida semi—independiente del servicio de vigilancia de la vicuña. Es obvio, que mediante una simple entre-
vista no se pueden identificar las variaciones de comportamiento, con caracteres diferentes. Para evitar
decepciones posteriores, es sumamente ventajoso incluir un ejercicio para la evaluación de la dedicación
al trabajo. Los resultados más seguros se obtienen mediante un trabajo físico de cuatro (4) a seis (6) sema-
nas seguidas, de cierta monotonía pero de fácil ejecución, especialmente realizando trabajos de construc-
ción: excavaciones, acumulación de material de construcción, reparación de carreteras, entre otros. Unica-
mente después del cumplimiento satisfactorio de este trabajo práctico, el postulante recibe la autorización
para seguir con la parte teórica del cursillo. Es sorprendente comprobar que en este lapso muy corto los
charlatanes se separan de los elementos trabajadores. Naturalmente, se explica anticipadamente a los alum-
nos la finalidad de esta prueba. De no hacerse, puede generar la opinión que sólo se trata de aprovechar
peones baratos. Durante todo este tiempo de prueba, un instructor debe estar a disposición de los alumnos
para responder a sus inquietudes.

Es sumamente importante la selección de instructores apropiados para dictar las clases teóricas y prácticas.
Todos ellos, se sobreentiende, deben poseer el dominio perfecto de su especialidad. Pero aparte de esto,
deben tener también una considerable capacidad pedagógica, para simplificar la materia a un nivel compren-
sible por los alumnos. Debe entenderse que la capacitación de futuros guardas es muy distinta a la ense-
ñanza a alumnos de las ciudades, pues la mayoría de los postulantes están acostumbrados a trabajos prácti-
cos y no a las aulas.

Estas exigencias revelan claramente, que los instructores no solamente pueden ser escogidos entre los fun-
cionarios de la organización misma, sino en muchos casos se debe solicitar especialistas de otras institucio-
nes, ofreciéndoles desde un comienzo una remuneración adecuada. Es conveniente asegurar la participa-
ción de estos especialistas con varios meses de anticipación, en vista de que por lo general ellos no cuentan
con mucho tiempo disponible.

312
Según las experiencias obtenidas, es recomendable dictar en los cursillos de selección las materias siguien-
tes:
Número de días
Zoología general 3
Zoología sistemática con consideración especial
de la fauna andina 6
Botánica y pastos naturales 3
Ecología básica - 3
Conservación de la naturaleza y de los recursos naturales 2
Reglamento del servicio 3
Documentación y archivos 2
Geografía e historia del país 2
Cuidado y manejo del caballo 2
Primeros auxilios, sanidad humana e higiene general 3
Balística y prácticas de tiro 3
Legislación de protección de flora y fauna silvestres 2
Organización y administración de la unidad de manejo 1
Mantenimiento de equipo 2
Orientación y mapas 2
Biología y manejo de la vicuña 4
Manejo integral de la fauna silvestre 4

A estas materias se pueden sumar algunos temas adicionales, que surgen de la situación coyuntural de la
política de protección de la especie, la estructura de , la administración, el sistema de propiedad de los terre-
nos de manejo, y otros más, que son de interés especial para el futuro vigilante de la vicuña.

Antes de los exámenes, el alumno necesita tres (3) a cuatro (4) días de estudio dirigido, contando con la
presencia permanente de un instructor para responder a las preguntas e inquietudes.

El examen debe subdividirse en dos partes: oral y escrita. En la evaluación final entra también la dedica-
ción al trabajo. Todos los resultados representan documentos importantes y por eso se archivan debida-
mente firmados. Durante el acto de clausura se entrega a todos los postulantes que hayan aprobado los
exámenes un diploma con la indicación de la calificación alcanzada. La buena calificación que alcance el
postulante debe traducirse en una bonificación en su remuneración. En caso de entidades estatales, el ofi-
cio de vigilante de vicuñas, guardaparque, guardafauna o guarda forestal, debe corresponder a determina-
dos grados y subgrados del escalafón, que deben observarse estrictamente para que sirvan de aliciente.

Aprovechando la presencia de los instructores (profesores), así como del material didáctico y de todo el
mobiliario especial de enseñanza, es conveniente dictar también durante este tiempo un cursillo de per-
feccionamiento de tres (3) a cinco (5) días de duración, dirigido a los guardas en servicio con experiencia.
Los temas deben ser cuidadosamente seleccionados y de interés general, como son la captura de la vicuña,
la confección de planos y croquis, la confección de herbarios, la disección de insectos, entre otros. La par-
ticipación en estos cursos debe ser una distinción por méritos en el servicio y se debe considerar en la eva-
luación anual de los guardias.

Aparte de estos cursillos de perfeccionamiento, debe propiciarse una capacitación especial sobre temas nue-
vos como son: mantenimiento de equipos de radio, servicio meteorológico y manejo de vehículos, entre
otros.

313
4.0 Uniformes

Es esencial que los guardas se presenten al público con espíritu de cuerpo. En primer lugar, eso se logra por
un comportamiento correcto hacia los ciudadanos, sean éstos pastores o visitantes urbanos. Otro aspecto,
constituye el nivel de calificación técnica, obtenida en los cursillos de capacitación. Un factor adicional,
muy importante son los uniformes. Las ventajas que ofrece su uso se refieren a: a) consolidación del espíri-
tu de cuerpo; b) clara e inequívoca distinción del nivel jerárquico; y c) demostración de la función oficial.

Para cumplir con estas diversas finalidades, un uniforme adecuado debe tener, aparte de su utilidad prácti-
ca, cierto efecto visual y decorativo.

Para el trabajo de campo es muy ventajoso que los colores del ambiente serrano y del uniforme se asemejen,
pues eso facilita a los portadores operaciones camufladas, disimuladas para hombres y animales. Por eso, pa-
ra la puna son muy apropiados los colores poco llamativos como los denominados verde—oliva, beige y gris.

De los fondos disponibles depende si se proporciona para cada efectivo un uniforme de parada, semejante
al uniforme de diario, pero de material más fino. En relación al presupuesto total, este gasto es insignifican-
te, pero el impacto que causa en el ciudadano la presentación impecable de los guardas es considerable. Por
esta razón, este gasto es recomendable y se justifica.

Los pantalones, camisas y gorro se pueden confeccionar del mismo material, de preferencia gabardina.

El suelo pedregoso del habitat de la vicuña exige que los guardas porten botines para montañistas, con sue-
las gruesas y perfiladas y que sean reforzados y acolchados a la altura de los tobillos, con protección contra
los roces en las rocas.

Los protectores impermeables en ningún caso deben ser de material plástico industrial. Este material se de-
teriora en poco tiempo y con poco uso. Es conveniente que esta prenda esté confeccionada con un tejido
básico duro, de algodón o hilo sintético, cubierto de una capa de jebe o material plástico. En algunos pro-
ductos la flexibilidad del material depende de la temperatura. Eso tiene efectos muy negativos para el por-
tador, debido a que por las lluvias frías de la puna el impermeable se pone muy rígido y restringe los movi-
mientos; los caballos se espantan con los golpes duros de estas prendas rígidas.

Para la época seca del año, el juego básico de vestimenta del guarda debe estar compuesto por pantalones,
camisas, gorra, sombrero, botas tipo bersagliero, casaca de cuero y poncho de lana; en la época de lluvias
necesitan adicionalmente poncho y botas de jebe.

Con la finalidad de impresionar a otras personas, de conseguir una ventaja práctica en las relaciones perso-
nales, o de encubrir actos criminales, como la caza furtiva, después de un tiempo corto se observan muchas
imitaciones de los uniformes de los guardas entre los lugareños. Por ello y para la identificación correcta
del personal de vigilancia son muy útiles las insignias oficialmente registradas. Estos distintivos, de material
durable, deben estar colocados en sitios bien visibles, como son la parte superior de los hombros y el pecho.
Esta misma insignia se debe llevar en la gorra y el sombrero.

314
Fig. 70: Esta insignia permite el fácil reconocimiento de la función oficial del guarda uniformado: En el centro se encuentra
una vicuña estilizada; en el borde, sobre los colores nacionales, el nombre del país y del organismo responsable.

La experiencia muestra que al inicio de un proyecto de conservación se compran los juegos necesarios de
uniforme, pero lamentablemente, en los presupuestos anuales siguientes no se toma en consideración el des-
gaste normal durante el año, con lo cual los guardas, al principio bien presentables, se ven desprovistos de
uniformes y paulatinamente adquieren un aspecto deplorable. En promedio, es necesario proporcionar
anualmente dos (2) pares de pantalones, dos (2) camisas, un (1) gorro y, según la calidad, uno o dos pares
de botines. Las otras prendas del uniforme se completan de acuerdo a la necesidad, en intervalos mayores.

El uso de los uniformes debe quedar restringido al personal de vigilancia en sus diferentes cargos. No es
conveniente entregar los mismos uniformes al personal auxiliar ni a los oficinistas. Para impedir de ante-
mano cualquier abuso, debe quedar estrictamente prohibido vender o regalar uniformes usados o prendas
de éstos a terceras personas. Su uso y mantenimiento es estrictamente personal. Igual que en todos los or-
ganismos en los que se usan uniformes, el reglamento de servicio debe fijar que durante el servicio es obli-
gatorio llevar el uniforme, mientras en el tiempo franco es facultativo. Pero en ambos casos, se porta el
uniforme completo y nunca sólo una parte.

En el mismo reglamento se debe indicar que la persona uniformada, fácilmente reconocible como funcio-
nario, debe guardar un comportamiento decente e impecable.

315
5.0 Armas de Servicio

5.1 Justificación del Uso de Armas

Cualquier servicio de vigilancia de vicuñas debe estar convenientemente armado. Esta condición es básica
e independiente de la vinculación con uno u otro sector de administración pública. Otra actitud, cualquiera
que fuera su justificación, significa tiempo y dinero perdidos a costa del contribuyente. El uso de armas es
indispensable por múltiples razones.

Los enemigos naturales de la vicuña no son en ningún momento un peligro para la supervivencia de la es-
pecie, pues existen en el mismo habitat desde hace milenios, sin exterminar a estos camélidos silvestres.
Pero en los proyectos de manejo, que se ejecutan en áreas en las que persiste la ganadería tradicional, que
no constituyen Parques o Reservas Nacionales, no se puede pretender un equilibrio natural. Más bien, es
importante no perder de vista los fines económicos del manejo de fauna. En este sentido, igual que en la
ganadería, cada vicuña matada por un predador, es también una pérdida económica. Los predadores au-
tóctonos más importantes son el puma y el zorro. Por la inmensidad del habitat, su vida parcialmente noc-
turna, y la ubicación de sus madrigueras fuera del campo de vida de la vicuña, no se puede pensar en su
exterminio sin usar veneno, que por el daño que ocasiona a otras especies no se debe emplear por ningún
motivo. Interesa, más bien, reducir su número a nivel soportable para el desarrollo próspero del pastoreo
mixto del ganado con herbívoros silvestres. Contrariamente se debe proceder con todo rigor contra los
perros vagos, que constituyen para la vicuña el segundo gran enemigo, después del hombre.

Por otro lado, el guarda debe estar en condiciones de ejecutar la caza sanitaria de la vicuña. Eso significa,
en la práctica, que en presencia de testigos calificados se mata un individuo determinado, que demuestra
síntomas de una enfermedad contagiosa, o alteraciones tan graves de su salud o comportamiento que la
restitución de la constitución normal se hace improbable. Esta medida drástica se aplica para eliminar im-
portantes focos infecciosos y para evitar al animal dolores innecesarios. Se entiende que en casos dudosos
se toman muestras para su examen en las instituciones científicas competentes. En la mayoría de los casos,
exceptuando epidemias, se trata generalmente de casos de sarna, actinomicosis, fracturas por peleas entre
machos de la misma especie, accidentes de tránsito y heridas de bala de cazadores furtivos.

La sanidad general de las poblaciones de vicuñas y del ganado, y asimismo el rendimiento económico de
los proyectos de manejo de la vicuña silvestre, exigen el cumplimiento de esta operación importante. Esta
meta no se logra mediante acciones especiales, sino únicamente portando armas durante todo el cumpli-
miento del servicio de campo.

5.2 Consideraciones Prácticas para el Uso de Armas

De la gran variedad de modelos de rifles de diferentes calibres, sistemas, tipos y materiales, se debe escoger
uno que cumpla en la mejor forma con las exigencias principales del servicio de vigilancia.

Para el guarda, el arma de servicio es el componente de su equipo, que debe llevar permanentemente consi-
go en el campo. Por eso, es esencial que su fusil tenga un peso reducido, no superior a tres (3) kilos. De
otra manera, origina el cansancio rápido del portador, durante largas caminatas. Los fusiles largos, de uso
corriente para fines cinegéticos, son muy inconvenientes para los guardas montados. Por un lado, chocan
contra el caballo y su montura, cuando se monta y desmonta, y por otro, cuando están enfundadas golpean
contra las extremidades de los animales, poniéndolos nerviosos. Por ello, no se adquieren armas cuyo largo
sobrepasa los 110 centímetros.

316
El servicio cotidiano de campo de los vigilantes es sumamente duro. No obstante todo el cuidado que se
despliegue, ocurren situaciones en que las armas reciben fuertes golpes. Esto produce fácilmente alteracio-
nes en la mira y alza, y también un aflojamiento o desprendimiento de la culata. El cañón mismo, más bien,
es más resistente de lo imaginado y no se deforma fácilmente. Como prevención contra estos daños, se de-
be escoger carabinas para uso diario, con la mira cubierta por un arco de metal y el cuello de la culata sóli-
do y no muy ahuecado.

De las exigencias del servicio resulta también la imposibilidad de montar miras telescópicas. Estos instru-
mentos ópticos de precisión, con seguridad, serían inservibles después de pocas semanas, requiriendo rea-
justes casi continuos.

El tamaño reducido de los predadores de la vicuña, la velocidad de sus movimientos y las distancias que cu-
bren, exigen una gran estabilidad del proyectil, o sea, en relación a su peso una alta carga de pólvora, para
que la trayectoria quede tendida. Las condiciones del terreno abierto hacen preferible alzas móviles con
correderas, para permitir disparos de precisión entre 50 y 250 metros de distancia. El calibre debe ser apro-
piado para abatir y matar instantáneamente al perro vago de mayor tamaño. Para asegurar la muerte inme-
diata de los predadores no se usan proyectiles sólidos, sino de núcleo blando y de plomo, forrado de un me-
tal duro, cuyo impacto asegura la muerte aún en caso de tiros no muy precisos. En el ambiente despejado
de la puna también se pueden usar proyectiles de punta hueca (hollow point). Para aumentar la seguridad
de matar a los predadores, es necesario una cacerina para tres (3) o cuatro (4) balas.

Por ignorancia de las características balísticas más importantes, como son el alcance y energía de rebote
del proyectil, y una información deficiente de los muchos tipos modernos de balas que se comportan se-
gún el uso, algunos funcionarios tienen frecuentemente exigencias injustificadas en relación a los calibres
de las armas para la vigilancia de la vicuña. En la mayoría de los casos, esos funcionarios relacionan sus
opiniones con las necesidades de las fuerzas armadas de usar proyectiles sólidos, debido a la Convención
de Ginebra. Para el manejo de la fauna, muy semejante a las exigencias cinegéticas, se conocen balas mucho
más efectivas, vulgarmente conocidas como dum—dum, que permiten la reducción considerable del calibre.

No es propicio tampoco exigir para el manejo de la fauna, armas semejantes a las de guerra: fusiles y pisto-
las automáticas o semi—automáticas, pues son suficientes las carabinas de simple repetición. Esto permite
echar por tierra las imputaciones malévolas de una supuesta formación de organizaciones seudo—militares
o guerrilleras. Con el mismo criterio, es ventajoso usar una marca y calibre poco comunes en el país y difí-
ciles de conseguir en el mercado nacional. De esta manera se determinan fácilmente la procedencia de los
casquillos encontrados en el campo.

Por último, el precio del arma debe estar dentro de un límite razonable, para no sobrecargar el presupuesto
de la institución con gastos excesivos por la compra de un equipo sofisticado o por un acabado de lujo, que
no tiene ningún significado para la función de vigilancia.

Tomando en cuenta los criterios expuestos, la decisión debe inclinarse por la adquisición de carabinas de
repetición con cacerina, calibre 0.22 Hornet, usando balas forradas.

El arma de servicio se entrega a la responsabilidad personal de cada guarda, al igual que los accesorios más
importantes — baqueta y estuche. También se abre un registro de municiones, anotando para cada servi-
dor la fecha de entrega de cierto número de balas, objetivo de su uso y fecha de devolución de los casqui-
llos.

318
Debe quedar claramente establecido que el guarda puede hacer uso de su arma sólo contra cazadores fur-
tivos y exclusivamente en caso de defensa personal legítima, guardando la proporcionalidad de los medios.
Incidentes de este tipo de choques pueden ocurrir durante el servicio de rutina, como a cualquier ciuda-
dano. En la selección del arma y de las municiones se debe tomar en consideración que las armas de los
guardafaunas no son seleccionadas para combatir activamente a los infractores. Las armas para tal fin, co-
mo son fusiles semiautomáticos y automáticos de tiro rápido, pistolas ametralladoras, carabinas de repeti-
ción de calibres gruesos con bala sólida forrada de acero de 7 mm, 30.30 ó de 30.06, por ejemplo, no deben
considerarse en el equipo de los guardas.

El empleo de licenciados del Ejército garantiza el conocimiento básico del manejo de armas y sobre todo
de las necesarias medidas de protección y precaución. Si se quiere lograr una buena puntería en el perso-
nal, o por lo menos mantener el nivel alcanzado, no basta el uso eventual del arma, sino que se necesita
un entrenamiento intensivo en intervalos de 3 a 4 meses. La finalidad principal de este ejercicio es que el
tirador no tenga miedo al arma y a su retroceso, que es la causa principal de la mala puntería. Al mismo
tiempo, se debe descubrir y reparar desperfectos eventuales del arma. De eso se desprende que las prue-
bas y ejercicios se deben efectuar en la centra de la unidad de manejo, bajo el control de un armero. El
factor limitante, para conseguir entrenamientos satisfactorios, es casi siempre la pequeña cantidad dispo-
nible de balas, debido a los elevados costos de las municiones. Para organizaciones grandes resulta suma-
mente económico la adquisición de un equipo de recarga, que permite el uso múltiple de los mismos cas-
quillos, a precio de costo.

Las armas durante el servicio de campo deben estar descargadas, con seguro puesto y cacerina llena en
el bolsillo. Unicamente antes del tiro se carga el arma. Se ha comprobado que el mayor número de acci-
dentes ocurre después del tiro, al olvidar descargar la bala de la recámara y no poner el seguro. Nunca se
camina en el campo con el arma sin seguro.

Hay que erradicar la costumbre de tapar el cañón del arma con un tampón de algodón. Fácilmente se ol-
vida su retiro en caso de disparos rápidos e imprevistos, con la consecuente destrucción del cañón y lesio-
nes al tirador. Las pocas gotas de lluvia, que puedan entrar al cañón, fácilmente se pueden quitar con un
tampón engrasado.

Las armas de servicio se usan exclusivamente para actividades relacionadas con éste, pero bajo ningún pre-
texto para la caza, aún si el portador tiene la Licencia de Caza Deportiva. En caso contrario es previsible
el relajamiento de la disciplina y el desarrollo de actividades que rayan con la caza furtiva. De igual manera,
debe quedar estrictamente prohibido que los vigilantes durante su servicio cotidiano lleven armas perso-
nales. Con ello se impide de antemano que los patrullajes se conviertan en partidas de caza, a costo de la
vigilancia de la vicuña.

Por las graves desgracias que pueden ocurrir con armas, es muy necesario establecer desde el principio la
situación legal del personal, respecto a la responsabilidad civil y al seguro de accidentes. En lugar de con-
fiar en que nunca se producirán accidentes, es oportuno determinar si las licencias para portar armas son
personales, como para cualquier caso, o si se expiden en forma general para todos los servidores de la uni-
dad de manejo.

319
Fig. 72: Los conocimientos locales y técnicos del personal de vigilancia facilitan a las fuerzas policiales el decomiso de armas,
municiones y productos de vicuña, como la captura de infractores.

5.3 Mantenimiento del Arma

Un arma mal mantenida no es solamente inútil, sino también peligrosa. Por eso es esencial que el personal
tenga a su disposición, tanto en los puestos como en la central, suficiente cantidad de solvente, aceite pa-
ra armas y estopa para limpieza.

La carabina se limpia después de cada uso con un trapo con aceite, para quitar el polvo y la tierra adheri-
dos y sobre todo el sudor de las manos del tirador. Este último, por su contenido de sales, provoca oxida-
ción rápida del acero, lo que se traduce en la destrucción del bruñido de la superficie del arma y en man-
chas de herrumbre. Aparte de eso, se limpia y lubrica todas las partes móviles del cerrojo, que son desar-
mables a mano. Con un solvente se extrae del interior del cañón los residuos de pólvora y posteriormente
se lubrica. Es importante limpiar el. cañón, con la baqueta, exclusivamente del lado de la recámara — des-
pués de sacar el cierre — pero nunca del lado de la boca. De otra manera, por el rápido desgaste cerca del
orificio de salida, la desviación de la bala del arma aumenta en poco tiempo.

Con el aceite se frota también intensamente la culata, para prevenir rajaduras o deformaciones que acele-
ren su destrucción u originen, si están en la caña, la desviación de la bala. Para el mantenimiento se puede
usar cualquier tipo de aceite para instrumentos de precisión. Los aceites corrientes tienen la tendencia a
polimerizarse y resinificarse, originando capas difíciles de retirar; los aceites especiales para armas disuel-
ven adicionalmente los residuos de pólvora. De todos modos, hay que limpiar el arma esmeradamente ca-
da mes, usando un adecuado líquido disolvente.

320
En casos que el arma limpia y lubricada no se vaya a usar varias semanas o más, se engrasa y se deposita
en un estante apropiado, pero bajo ningún concepto se debe guardar en una funda. Esta mala práctica ori-
gina manchas de herrumbre. El almacenaje se debe ejecutar bajo doble llave (del estante o armario y de la
puerta del almacén). El cañón del arma, tratado según se ha indicado, se debe desengrasar antes del uso.
De otra manera, los primeros disparos tienen mucha desviación. La correa del arma se mantiene con vase-
lina o grasa, para conservarla suave.

6.0 Caballos de Servicio

Solamente el sector austral de la puna peruana presenta amplias llanuras, formadas por rellenos eólicos y
aluviales. Por su génesis, los suelos del llamado "altiplano" son muy fértiles y utilizados para agricultura
y ganadería intensivas, muchas veces con pastizales técnicamente manejados. Todas las demás partes de la
puna tienen relieve ondulado hasta montañoso, de superficie pedregosa o rocosa, frecuentemente interrum-
pida por roquerías bruscas. Estas áreas todavía están disponibles para la tradicional ganadería extensiva y
para la vicuña silvestre.

Es lógico, que estos terrenos difíciles no se pueden recorrer con vehículos, ya sean de fabricación corriente
o especialmente fabricados para malos caminos rurales. Su uso está restringido a las pocas carreteras y ca-
minos carrozables.

En ciertos momentos, que coinciden con el cambio de dirección de los proyectos, cuando se entregan a nue-
vos profesionales, se hacen intentos de ejecutar el servicio de vigilancia desde las carreteras. Con asombrosa
regularidad fracasan estos experimentos en el campo, después de pocos meses. Las razones para evitar esta
modalidad de vigilancia en el terreno son múltiples, pero especialmente los altos costos de adquisición de
los vehículos de doble tracción, su desgaste desproporcionado en terrenos difíciles, los conocimientos téc-
nicos deficientes del personal, la lejanía de los talleres, las dificultades del abastecimiento continuo de com-
bustible y el alza de los precios del mismo. Sin embargo, la razón más poderosa para descartar esta modali-
dad de vigilancia es que todo el control se reduce a las inmediaciones de las carreteras. Parece por demás
mencionar, que en estos sitios no se observan actividades ilegales, pues a los infractores les queda suficien-
te campo, donde los conductores de vehículos no los molestan nunca.

En realidad, estos experimentos infructuosos, con vehículos motorizados, son el testimonio deplorable de
la incapacidad profesional de entender que todavía existen regiones del territorio nacional donde no es ra-
zonable ni posible aplicar una técnica distinta a la tradicional. En cambio, para la vigilancia de la vicuña es
de suma utilidad el caballo, auxiliar del hombre desde muy antiguo y que en la puna lo es todavía a fines
del siglo XX. En comparación con el radio de acción de guardas a pie, estas acémilas permiten la amplia-
ción del área protegida al doble, y ocasionan únicamente un costo adicional de 20 % en relación a los suel-
dos del personal.

Para cumplir satisfactoriamente con un servicio pesado en un ambiente muy extraño, los caballos deben
estar bien adaptados a las alturas, con pastos pobres y de alto contenido en sustancias no digeribles, al cli-
ma frío y a las largas jornadas en terrenos muy accidentados.

Las diferentes particularidades aconsejan que es mejor adquirir animales oriundos de la Sierra alta, pues los
ejemplares de ambientes con clima benigno y pasto suculento necesitan todo un año de adaptación antes
de entrar al servicio de rutina. Eso significa, para la administración también todo un año de gastos sin be-
neficio. A eso se suma, que los caballos de las regiones bajas son también frecuentemente más grandes. Por
eso necesitan más alimento que los caballos chicos y están muy expuestos a la subalimentación y enferme-
dades.

321
Fig. 73: Por su tamaño reducido, el valor de los caballos cerriles de la puna es muy limitado para cabalgar.

Para los largos patrullajes de servicio es sumamente cómodo que el guarda cuente con un caballo de paso,
de movimientos suaves, lo que evita el cansancio rápido del jinete, tal como ocurre con las andaduras du-
ras de los trotones corrientes. Esta cualidad se traduce también en un precio más alto, pero aceptable. No
se pretende, sin embargo, contar con ejemplares de la raza "Caballo Peruano de Paso" que son muy costo-
sos, refiriéndose más bien a animales de cruce entre especímenes de esa raza y del tipo "morochuco".

La época apropiada para la compra o traslado de los caballos a la puna es después de las lluvias, cuando to-
davía se encuentra disponible suficiente pasto verde, y las temperaturas nocturnas no llegan a los 0°C. En
otros meses se corre el riesgo, muy alto, de muerte por subalimentación, no obstante la alimentación adi-
cional que se ofrezca, pues algunos caballos necesitan muchos meses hasta que acepten otro tipo de alimen-
to, especialmente en el caso del desacostumbrado, pero esencial, alimento concentrado. Con hambre, los
caballos introducidos comienzan a comer ansiosamente el garbancillo (Astragalus garbancillo), una legu-
minosa muy venenosa para los mamíferos, que origina una parálisis cerebral. Esta planta es despreciada por
los animales nativos y por los criados en la región. Sus raíces profundas captan suficiente agua para el cre-
cimiento de hojas jugosas aún en la época de sequía. Parece que esta atracción estimula su consumo, hasta
producir la muerte del animal. La experiencia demuestra que es preferible trabajar con potros castrados.
Estos destacan por su tranquilidad y dedicación al servicio. Por el contrario, las yeguas frecuentemente es-
capan del área del servicio para mezclarse con los caballos cerriles, de donde resulta difícil separarlas. Los
potros o caballos íntegros son generalmente más nerviosos y difíciles de dominar en el trabajo cotidiano.
Sobre todo son frecuentes las peleas entre sí y con los capones, que pueden producir heridas graves o in-
habilitarlos temporalmente. Aunque en muchos lugares de la puna existen tropillas de caballos cimarrones
o cerriles de fácil amansamiento, no se recomienda domarlos, debido a su tamaño muy reducido y al trote
sumamente duro, que cansa rápidamente al jinete.

322
Es conocida la seguridad del pisoteo de los mulos en terrenos difíciles. Por esta razón, y su escasa exigencia
en forraje, serían apropiados para el servicio de vigilancia. Sin embargo, es poco favorable su terquedad, que
requiere un tratamiento por especialistas, pues de otra manera el animal resulta indomable en algunas pocas
semanas.

Además de las reglas generales de crianza de caballos, en el presente caso se debe tener muy en cuenta que
el rendimiento semanal de los semovientes es de tres (3), excepcionalmente cuatro (4), días de servicio.
También debe tenerse en cuenta que para cabalgar-debe usarse solamente bozal -y nunca el freno (bocado
de fierro). En los terrenos difíciles su uso ocasiona, aún en manos de jinetes expertos, dolores innecesarios,
sin conseguir un mejor rendimiento o docilidad del animal.

Es muy equivocado destinar solamente uno o dos caballos para un Puesto. Estos, por su comportamiento
gregario, siempre tratan de encontrar otros congéneres más para formar una manada. Así, migran en forma
inquieta y desprecian el forraje hasta encontrar cualquiera tropilla de caballos cimarrones. De éstos no se
separan, aún si el potro dominante les golpea para ahuyentarlos. Para impedir su pérdida en el campo o el
desplazamiento a sitios lejanos, sería preciso maniotarlos permanentemente, que es una operación inconve-
niente que origina al poco tiempo profundas heridas en las cañas.

Los guardas deben estar acostumbrados a proporcionar diariamente a sus semovientes alimento adicional.
Esta ración de forraje, siempre ofrecida a la misma hora del día, no solamente mantiene los caballos en bue-
na forma, sino que también los anima a regresar a la cuadra. Estos animales que son acorralados diariamen-
te, no se resisten a ser ensillados.

Fig. 74: Contar con servicio de herranza propio es de importancia vital para cada protector de la vicuña.

323
Aún cuando en la administración pública hay poco dinero disponible para compras, el abastecimiento de
forrajes y herraduras debe ser siempre asegurado. Contrariamente a lo que sucede con los otros bienes
muebles o inmuebles, los animales vivos no se pueden dejar fuera de uso por un cierto tiempo. En caso
contrario, se arriesga la vida de los animales, aparte del peligro de un colapso en el sistema de vigilancia.

Mantener la herradura impecable en la puna es todavía más importante que en otros sitios. En los terrenos
rocosos los animales mal herrados o sin herradura desarrollan frecuentemente deformaciones permanentes
del casco o cojeras difíciles de curar. El desgaste rápido exige herraduras nuevas cada dos (2) meses. Por la
baja humedad del aire el cuerno duro se pone resquebrajadizo y los cascos se rajan bajo el peso del jinete.
Estas heridas graves ocasionan descansos prolongados y a veces impiden, por completo, poner nuevamente
en servicio al animal. Como medida preventiva, se engrasan las coronas de los cascos con vaselina, con un
intervalo mínimo de dos a tres días.

Solamente los trabajos más simples se entregan a los guardas, como es engrasar los cascos o limpiar sus ranu-
ras. Los demás trabajos en los cascos deben ser ejecutados por herradores especializados. A partir de unos
50 caballos, la contratación de un herrero permanente es rentable. A él se entregan también las actividades
veterinarias de rutina, como son las medicaciones antiparasitarias y las curaciones simples de heridas. Los
casos más delicados deben ser atendidos por un médico veterinario.

Debe ser obligatorio entregar a cada guarda un caballo, que debe quedar bajo su responsabilidad; en conse-
cuencia, también se le responsabiliza por los daños que resulten de descuidos graves o del incumplimiento
de los dispositivos del servicio. El uso de los caballos de servicio por diferentes personas lleva automática-
mente al relajamiento de la disciplina y al despreocupado tratamiento de los semovientes. Bajo estas circuns-
tancias, es completamente inútil cualquier investigación para encontrar culpables, en los casos de negligen-
cia.

7.0 Vehículos de Servicio

7.1 Planificación de la Compra

La compra de un vehículo es un asunto de fácil oficialización y ejecución, que por lo general no exige la
intervención de muchas personas. Los funcionarios directivos que no fomentan la adquisición de vehícu-
los por cuidar su prestigio, por lo menos la aceptan por comodidad y costumbre. Para cada caso se encuen-
tra una seudo—justificación persuasiva, a fin de que los órganos de control administrativo no se opongan
a la compra. Solamente así, es explicable que muchas organizaciones cuenten con un número excesivo de
vehículos, que no presentan ninguna ventaja para el servicio. Su compra y mantenimiento, más bien, recar-
gan pesadamente los presupuestos anuales, reduciendo los montos disponibles para las otras adquisiciones
más necesarias.

Conociendo esta tendencia negativa, se debe tener el máximo cuidado que las adquisiciones queden restrin-
gidas a los casos verdaderamente indispensables y debidamente justificados. Las diferentes actividades, de
los proyectos de conservación exigen tener en cuenta consideraciones básicas para la compra de cada vehí-
culo.

En todos los casos, en cualquier proyecto,i diversidad de marcas y tipos de vehículos debe quedar reduci-
da al mínimo. Las ventajas de esta restricción son obvias: a) mantenimiento de una adecuada cantidad de re-
puestos, que se limitan a piezas de una o dos marcas, lo que permite ampliar la variedad de partes disponi-
bles; b) atención rápida en caso de emergencia, haciéndose factible cambiar en poco tiempo ciertas piezas
de un vehículo a otro, como última medida para impedir la interrupción del servicio; y c) especialización del
personal de mecánica. Los mecánicos tienen la oportunidad de adiestrarse, mejorando el rendimiento y la
calidad de su trabajo.

324
En la práctica el mejor vehículo vale muy poco si es que no se consiguen repuestos. Por esta misma razón se
recomienda no comprar los últimos modelos de excelente calidad, pero con una distribución limitada en el
país, sin una red de talleres especializados, y tal vez con la necesidad de pedir e importar, especialmente, ca-
da pieza de recambio. Algunos modelos compactos, de tecnología muy avanzada, exigen en caso de desper-
fectos también el desmontaje de otras piezas adicionales con herramientas especiales, por la imposibilidad
del acceso directo a las partes defectuosas. Estos ejemplos no son hipotéticos, sino que ocurren con mucha
frecuencia en el servicio de rutina. Desde el momento de la preselección debe decidirse cual será el ámbito
de acción principal del vehículo. En camionetas pick—up y para el transporte de personas, que circularán
casi exclusivamente entre los diferentes Puestos de Vigilancia, la tracción en las cuatro ruedas debe ser obli-
gatoria. Este implemento técnico se puede suprimir en vehículos de enlace entre la sede del proyecto y las
esferas superiores de la administración, que por lo general se efectúa por carreteras normales, y sólo en ca-
sos especiales por caminos carrozables.

7.2 Mantenimiento de los Vehículos

En los lugares apartados de la Sierra tiene gran importancia tomar medidas que garanticen el mantenimiento
esmerado de los vehículos de servicio. Por eso, es indispensable que la sede central de un proyecto cuente
con un taller propio, dotado de zanjas de engrase, tecle para sacar los motores, herramientas importantes y
equipos de soldadura eléctrica y autógena. Estas instalaciones se amortizan económicamente con una flota
de 6 a 8 vehículos. El maestro mecánico, con su ayudante, aparte de su trabajo principal debe participar
en el mantenimiento de los equipos de los guardas, así como de los equipos de las oficinas, viviendas, pues-
tos de control y de los semovientes.

Debe ser obligatorio contar con un depósito grande de combustibles y lubricantes. Esto reduce los altos
costos de transporte de cantidades pequeñas, asegura el abastecimiento durante la época de lluvia, cuando
los caminos de acceso se encuentran frecuentemente interrumpidos, y sobre todo permite contar con ellos
durante los primeros y últimos meses del año fiscal, cuando falta dinero disponible para adquisiciones.
Por el peligro de incendios, explosiones, robos y la contaminación del agua subterránea, no se debe depo-
sitar petróleo y gasolina en cilindros, sino en tanques cerrados con surtidores que permiten controlar la
salida del combustible.

En forma general se puede decir, que se presume demasiado de las fuerzas de los vehículos motorizados, y
no quieren entender que aún los automotores de seis cilindros y con doble tracción tienen sus limitaciones
tanto en las subidas como en terrenos fangosos. Antes de arriesgar la destrucción de los vehículos, en esas
circunstancias, es prudente desistir de su uso y ejecutar el transporte y la comunicación a pie o con semo-
vientes.

8.0 Equipo de Telecomunicación

La eficiencia de un sistema de vigilancia depende en alto grado de la calidad de sus telecomunicaciones o


comunicaciones a distancia. En la práctica, ocurre que los infractores son identificados por los lugareños
o los mismos guardas, pero logran escapar en vehículos, a caballo o a pie. Si se pueden transmitir por ra-
dio a los puestos policiales vecinos sus características personales y las de sus vehículos, la búsqueda puede
iniciarse poco tiempo después, con buena probabilidad de alcanzar resultados positivos.

325
Haciendo uso del sistema de radio, es fácil planificar para los Puestos de Vigilancia el abastecimiento con
víveres, materiales y el transporte de personas. Esta modalidad de comunicación entre la central y los di-
ferentes Puestos se puede aún completar mediante las visitas de control inopinadas. Estos contactos son
suficientes en situaciones normales. Sin embargo, en casos de emergencia la situación cambia totalmente.
En el servicio se consideran como situaciones de emergencia los accidentes graves y enfermedades agudas
del personal, desgracias de los campesinos de la jurisdicción del Puesto y ocurrencias de los caballos de servi-
cio; asimismo, tiene ese mismo carácter la presencia de cazadores furtivos. En estas circunstancias extraor-
dinarias no es suficiente la velocidad del caballo, sino que se debe aprovechar la técnica moderna, o sea la
telecomunicación por radio, particularmente, pues el servicio de teléfonos no se puede tener en considera-
ción debido a los altos costos de instalación y la facilidad de interrumpirlo en los inmensos sectores despo-
blados de la puna.

Los equipos modernos de radio son relativamente económicos y de fácil instalación por personal especiali-
zado. En los proyectos de manejo de la vicuña solamente se debe prestar atención al hecho, que el levanta-
miento de las antenas puede alterar considerablemente la estética del paisaje. En muchos casos, será facti-
ble instalarlas en sitios cercanos pero fuera del campo visual de los transeúntes y visitantes. La energía para
el servicio de radio se obtiene de baterías que se recargan con cierta periodicidad, o también mediante el
uso de un grupo electrógeno. En este último caso, por la baja potencia necesaria, bastan artefactos portá-
tiles, accionados con gasolina. Los dos sistemas pueden trabajar en forma impecable. Sin embargo, es una
desventaja que pocos meses después de la instalación, cuando se ha perdido el atractivo de la novedad, el
personal se olvida de entregar las baterías para recargarlas en la central o de llevar las ya recargadas al Pues-
to; de la misma manera se deteriora el grupo electrógeno por un uso continuo e inadecuado para el alumbra-
do del Puesto, o por una lubricación deficiente. No interesa si eso se produce por negligencia, falta de pre-
supuesto o por fuerza mayor, el resultado es igual: la telecomunicación no funciona. Por esta razón, se re-
comienda el sistema antiguo pero seguro de generar corriente eléctrica con un dínamo, accionado por fuer-
za física del hombre. Estas máquinas tienen la forma de una bicicleta, poniendo satisfactoriamente en ser-
vicio el aparato de radio.

Un equipo de radio debe ser instalado por lo menos en la oficina de cada jefe de sector. Eso significa una
distancia promedio de 30 a 40 kilómetros de los Puestos circundantes, que se puede recorrer a caballo en
corto tiempo.

Para asegurar el recibo de mensaje a cualquier hora, es apropiado acoplar una campanilla de alarma. En caso
de una llamada se escucha aún en sitios distantes. Durante las horas de servicio, cuando él empleado respon-
sable está presente, se desconecta esa instalación adicional.

La capacitación del personal para el servicio y mantenimiento del equipo de radio se logra mediante el dic-
tado de un cursillo especial, con intervención de los técnicos de la misma empresa que instala los equipos.
Las frecuencias de los radios deben facilitar la recepción y emisión de mensajes a la unidad superior del ser-
vicio y a los puestos vecinos de la policía.

9.0 Caza Furtiva

Por el alto valor de todos los productos de vicuña, tanto para el uso casero y la medicina empírica popular,
pasando por el curanderismo hasta la charlatanería y el simple negocio, se han desarrollado una serie de di-
ferentes modalidades de caza furtiva de esta especie.

Sin duda alguna, todas esas modalidades, según su motivación y el daño ocasionado, se deben sancionar con
diferentes grados de severidad dentro del marco que establece la legislación vigente. Pero una justificación
de los infractores, que pretenden desconocer la legislación en favor de la vicuña, no puede ser aceptada bajo
ningún concepto. Por la amplia propaganda de casi dos décadas, con los más variados métodos de comunica-
ción social, el conocimiento de la legislación de protección de la vicuña llegó hasta los rincones más aparta-
dos del país, con población mayoritariamente rural.

326
La forma más simple de infringir la ley es la recolección de las vicuñas muertas en el campo, y el uso de sus
productos. La mayoría de estos despojos resultan de los accidentes de tráfico, en muchos casos intenciona- 1
dos, producidos por choferes de camiones y camionetas que no reducen la velocidad de sus vehículos, cuan-
do las familias o tropillas de vicuñas cruzan las carreteras. Los despojos de los individuos de vicuñas matados
por sus enemigos naturales se encuentran esporádicamente, y por lo general, en sitios muy distantes uno del
otro. La única excepción, como se ha explicado, es cuando el puma debe alimentar a sus cachorros en la ma-
driguera, de donde no pueden salir todavía; en ese caso ms despojos se encuentran concentrados en un área
limitada.

En cada época de lluvias se observan accidentes con las vicuñas solitarias y hasta con grupos íntegros, que
son matados por rayos. Estos individuos se reconocen por las quemaduras de la piel.

Por la extrema escasez de pastos, como resultado de sequías prolongadas, las vicuñas pueden perecer de ina-
nición.

No es raro tampoco, encontrar individuos heridos por balas de cazadores furtivos y lamentablemente tam-
bién por malos disparos de tiradores inexpertos o irresponsables, durante las faenas de saca.

El nacimiento de la vicuña coincide con la época de las lluvias escampadas, cuando aún todos los pastores
con su ganado están en la puna. Ellos tienen suficiente tiempo disponible y tranquilidad, para observar có-
mo una vicuña se separa de su familia para parir. Inmediatamente después de la parición el pastor "infrac-
tor" se acerca a la cría recién nacida para matarla, antes que se ponga en pie. Posteriormente, se puede ca-
zar crías hasta de varias semanas de edad, frecuentemente en forma indirecta, cuando los perros persiguen
las vicuñas de corta edad. Este tipo de cacería puede ser tan intensiva, que prácticamente no sobrevive ni
una sola cría en un área dada.

Para el lugareño, la carne grasosa de las vicuñas recién nacidas es una delicia. Como lo demuestran las pieles
confiscadas en el mercado negro, también existe gran demanda de las que provienen de vicuñas recién naci-
das, probablemente con fines peleteros. En el control rutinario es muy difícil encontrarlas, porque secadas
y enrolladas forman bultos de tamaño muy pequeño, camuflados entre cientos de pieles de alpaca.

Las pieles son una buena ganancia para los infractores, aunque de segundo orden. Sin embargo, las crías co-
rren mayor peligro por la caza que de ellas se hace para extraer el cuajar. El cuajar o abomaso, una subdivi-
sión del estómago compuesto de los rumiantes y tilópodos, produce el cuajo, que contiene el fermento lab.
Esta sustancia, por la transformación del azúcar de leche o lactosa en ácido lácteo, origina la coagulación de
la caseína de la leche. En toda la región de la Sierra se sostiene, en la creencia popular, que el cuajo de la
cría de vicuña sirve para hacer quesos que se conservan todo un año, sin malograrse. Esta supuesta cualidad
del producto elaborado con el fermento natural, proveniente del cuajo de la vicuña cría, es una creencia
completamente equivocada. El componente activo del fermento natural, renina o quimosina, puede ser sus-
tituido con entera satisfacción por una sustancia sintética de fácil obtención y precio de venta mínimo. Es
muy conveniente demostrar el uso de este fermento artificial a los campesinos y comparar, posteriormente,
la calidad de los productos elaborados. Unicamente así, se podría convencer a los lugareños desconfiados,
quienes temen un engaño. Sería fácil organizar la venta del fermento a precio de costo, tal vez por interme-
dio de las comunidades.

Es muy común la costumbre de capturar crías recién nacidas para criarlas en cautiverio, como mascotas, o
para ponerlas a cuidado de una alpaca o llama. En las investigaciones de control se escucha decir, constan-
temente, que se trata de animales moribundos encontrados en el campo y abandonados por su madre. Por
un lado, se sabe que las crías verdaderamente enfermas, moribundas, no se pueden salvar de la muerte, co-
mo lo demuestran muchos experimentos infructuosos, debido a que una combinación de neumonía, hipo-
termia y subalimentación, resulta mortal. Por otra parte, la madre no abandona nunca a su cría, salvo por
intervención del hombre o de sus perros.

327
En los aún raros casos en que se descubre a los infractores, éstos declaran que las pieles de las vicuñas de
cortó edad son pieles de "baby alpaca", y efectivamente, es imposible para una persona cualquiera, dis-
tinguir las pieles de las dos especies, en esta clase de edalj. Una forma de diferenciar las pieles de la vicuña
de las de alpaca es fijarse en la distribución característica de colores entre una y otra especie. En los casos
dudosos de "color vicuña" en la alpaca, se necesita una investigación microscópica. Esta dificultad prácti-
ca y la posibilidad de obtener siempre falsas declaraciones son también algunas razones importantes para
rechazar la hibridización entre alpacas y vicuñas. Esto complicaría ostensiblemente las operaciones de con-
-trol del tráfico de vicuñas.

En la caza ilícita con armas de fuego, se conoce la modalidad de matar desde vehículos, ejemplares de vicu-
ñas cercanos a la carretera, debido a que los animales son más confiados. Los infractores, lugareños o cono-
cedores del lugar, aprovechan la ausencia del personal de vigilancia para sus actividades ilícitas. La corta
distancia permite cargar los cadáveres a los vehículos en pocos minutos, eviscerándolos fuera del habitat
de la vicuña y sin peligro de un posible control. Esta modalidad de caza ilícita también es practicada por
personas que por su status social y los ingresos mensuales, no tienen ninguna necesidad económica de co-
meter este delito.

Pero el peor azote para las vicuñas, sin duda alguna, son los cazadores furtivos profesionales, quienes practi-
can su oficio bajo la apariencia de pastores humildes o comerciantes ambulantes. También actúan en gru-
pos, sin ningún disfraz. Naturalmente, dentro de muy poco tiempo, su actividad llega al conocimiento de
los lugareños casi ubicuos, pero a éstos los amenazan de muerte, en caso de que los denuncien a las autori-
dades. Sin tener ningún tropiezo, se instalan en un solo lugar si no existe vigilancia permanente, pues saben
muy bien que las accionés de la policía, por la obligación de seguir un conducto regular muy largo y lento,
demoran mucho tiempo.

Los cazadores furtivos cuentan con centinelas que les avisan con suficiente anticipación de la cercanía de
los guardas, a fin de salir con el botín completo. Generalmente, por falta de caballos, desconocimiento del
ambiente y deficiente adaptación a la altura, las patrullas de la policía tienen un rendimiento inferior del
que se necesita para combatir exitosamente a los cazadores. Después de observar las deficiencias de los cus-
todios del orden, la agresividad de estos delincuentes es ilimitada, y aún se atreven a acercarse hasta los
puestos. Estos grupos de criminales están dispuestos a todo y hacen uso de sus armas sin vacilar.

Los cazadores furtivos que actúan en forma aislada tienen suficiente tiempo para apostarse cerca de los be-
bederos; conociendo el circuito diario de las vicuñas — o por el aviso de un campesino cómplice — las espe-
ran escondidos en una roquería.

Trabajando en grupo, varios cazadores furtivos pueden arrinconar todo un hato de vicuñas, o dirigirlo hacia
los tiradores escondidos. Si el ambiente parece seguro, desuellan inmediatamente las vicuñas abatidas. En
caso contrario, no tocan los cadáveres, y dos días más tarde los criminales se acercan al lugar, pretex-
tando casualidad, retirando con las manos las fibras enteras de la piel, en estado de putrefacción.
También las arrancan con herramientas rudimentarias — y que no son instrumentos de prueba en caso de
detención — como cuando usan latas cortadas de leche evaporada. Aparte de algunas piezas para el consumo
propio, estos maleantes no están interesados en la carne de vicuña. Sin embargo, la cantidad de carne que se
puede transformar en charqui y chalonas, es, en muchos casos, suficiente atractivo para ganar la complici-
dad del campesino.

328
Fig. 75: Con la entrega de la carne de las vicuñas cazadas y con amenazas de muerte, los cazadores furtivos consiguen el
silencio de los campesinos.

329
3
En el campo los cazadores furtivos esconden las pieles debajo de las jergas y pellones de sus caballos y los
falsos comerciantes ambulantes en los bultos de fibra de alpaca. Los más atrevidos confían en la ignorancia
de los agentes de control y declaran los fardos como "lana de alpaca color vicuña".

La identificación exacta de la identidad de la fibra debe ser realizada por especialistas. Mediante la medición
de la longitud y del diámetro de las fibras y el análisis de la estructura de las escamas de su cutícula, ellos di-
ferencian, con toda seguridad, las fibras de las dos especies diferentes. Sin embargo, para fines de una identi-
ficación previa, in situ, y por el interés de apoyar al comerciante honesto, sería muy útil confeccionar mues- --
trarios que permiten la identificación de las pieles y fibras de alpaca y vicuña, para el uso de la policía y de
los funcionarios de Aduana. Con descripciones concisas se debe indicar las diferencias principales. Cuando la
identificación previa arroje indicios positivos sobre una falsa declaración, los productos serán enviados a los
especialistas para análisis de laboratorio, los cuales pueden efectuarse en el Laboratorio de Lanas de la Uni-
versidad Nacional Agraria—La Molina, en Lima.

Los cazadores furtivos, entre los campesinos, conocen bien las sanciones drásticas que impone la ley por la
posesión de productos de vicuña. Por eso los esconden en la cercanía de sus casas, ya sea en las grietas de las
rocas, debajo de piedras planas o del estiércol de los corrales. En caso de su descubrimiento declaran, que no
pueden responsabilizarse por estos productos, pues se encuentran en terrenos comunales y no de propiedad
particular. Este argumento no es convincente, porque dentro del derecho consuetudinario se desarrollan es-
tructuras semejantes a la propiedad privada y tanto las chozas y corrales, como también ciertas áreas anexas,
son exclusivamente usadas por determinadas familias.

Con cierta periodicidad los órganos de expresión informan de la matanza masiva de vicuñas por el envenena-
miento de los puquiales o bebederos. Por la toxicidad prolongada de casi todos los venenos, se afecta tam-
bién el ganado, y con eso el daño se multiplica. Afortunadamente, casi todas las sustancias químicas que
emplean los malhechores tienen cierto olor característico. Este se puede tratar de ocultar haciendo una mez-
cla con otras sustancias olorosas; sin embargo, disueltas en agua pura el olor siempre queda y es sensible al
olfato de la vicuña. Con excepción de temporadas de sequía extrema, es fácil para este animal
silvestre alejarse de bebederos sospechosos y dirigirse a otros vecinos. La aplicación exitosa del veneno re-
queriría de tantos conocimientos y observaciones precisas, que se necesitaría un cazador especializado en
ello. Cabe mencionar que esta modalidad de caza no está comprobada, como tampoco lo está la caza furti-
va con avionetas, helicópteros y metralletas.

Sin duda alguna, todas las diferentes formas de caza furtiva de la vicuña, se controlan en forma más eficien-
te por una vigilancia estricta, ejecutada por personal especializado en el mismo habitat de la especie, y en
colaboración con el campesinado y la policía.

Si los productos derivados de la vicuña salen de esa área, más aún después de procesos de transformación, su
identificación y decomiso se hacen más difíciles. Eso resulta del simple hecho, que en otras partes del país
o en sus fronteras, el interés de los controles oficiales debe dirigirse a muchos objetos diferentes, y los pro-
ductos de vicuña no destacan por características muy llamativas. No obstante la existencia de una buena le-
gislación internacional en favor de la vicuña, todas estas medidas son únicamente un apoyo adicional de la
vigilancia que se debe ejercer, con la mayor fuerza, en el habitat de esta especie.

330
10.0 Patrullas

En la actualidad la conservación de animales silvestres es inalcanzable sin la ejecución de patrullas diarias,


por parte del personal de vigilancia. En vista que alto porcentaje de los funcionarios ejecutivos de los pro-
yectos de manejo de la fauna silvestre ha recibido su formación profesional en el sector agropecuario, es
conveniente hacer hincapié en el hecho, que las patrullas tienen características muy diferentes a la simple
custodia de ganado, en pastoreo extensivo. En esta modalidad de la ganadería,-un encargado de confianza
verifica la distribución de ganado en el campo y las condiciones de éste, se cerciora de su número e inspec-
ciona las instalaciones más importantes, como son bebederos y cercos. Después de esa ronda, el capataz se
dedica a otras actividades.

Ese trabajo requiere conocimientos sólidos en ganadería. Sin embargo, la observación misma es relativamen-
te fácil por el tamaño y el color de los animales, pues se trata casi exclusivamente de ganado vacuno. Los
animales menores están continuamente acompañados por pastores y son llevados a los corrales a pasar la
noche.

En el manejo de la vicuña no basta la verificación de una serie de factores, sino que es esencial la presencia
permanente en el campo del personal de vigilancia, debido a la ausencia de cercos y a la manifiesta tenden-
cia de algunos pobladores de querer desconocer que la propiedad de los animales silvestres corresponde al
Estado.

Lo más importante es la observación del comportamiento de la vicuña, pues esta especie silvestre de senso-
rio agudo tiene para cada ocurrencia normal una reacción típica. Es tarea del guarda observar e interpretar
esta conducta.

Es de importancia primordial conocer las actividades que se producen en las diferentes formaciones sociales
de la vicuña, especialmente respecto a la tranquilidad entre los individuos, posibles agresiones entre diferen-
tes grupos o dentro de un solo grupo. Las vicuñas emiten en situaciones muy específicas distintas voces co-
mo son los chillidos, silbidos y gemidos.

Las peleas frecuentes entre tropillas de solteros y familias de vicuña pueden indicar tanto la alta densidad
de la especie como también la escasez de pasto disponible. Dentro de una sola tropilla de solteros son fre-
cuentes las peleas en la época de celo. En grupos familiares los motivos principales de riñas son: expulsión
de machos juveniles, entrada de una hembra madura, cambios jerárquicos entre hembras y los intentos de
las hembras de salir de la familia, cuando son descubiertas por el jefe de la misma.

En los ambientes entre grupos vecinos pelean los machos, que quieren ampliar su territorio o llevarse una
hembra. Si aumenta la frecuencia de estos actos, se puede suponer un cambio general de los territorios de
los grupos de vicuña, debido a un repliegue producido por hatos grandes de ganado, perros vagos, cazado-
res furtivos u otras diversas actividades humanas.

Los silbidos de alarma, en combinación con las miradas de todos los ejemplares de vicuña en una sola di-
rección, con el cuello típicamente erguido, indican la presencia de enemigos, incluso hombres, a cierta dis-
tancia; si éstos se acercan, los animales huyen. En caso de aproximación de sus congéneres, de animales
domésticos o silvestres, grita solamente el macho y levanta el cuello, mientras que los miembros del grupo
familiar miran de vez en cuando.

Los chillidos, muy diferentes a los silbidos, se escuchan en las duras peleas entre el macho territorial y otro
contrincante, pero también en las peleas que anteceden a la cópula.

Los gruñidos apenas perceptibles siempre son la expresión de un desagrado de diferente origen.

331
Huelga decir, que el guarda no debe regresar al Puesto antes de analizar y descifrar el origen del comporta-
miento especial que se presenta en los grupos de vicuña. Las tareas del servicio exigen también que el vigi-
lante reconozca en el campo, a simple vista, si entre las vicuñas existen diferencias en sus condiciones físi-
cas. En caso afirmativo cabe indicar si éstas se limitan a una sola formación social, a un determinado sexo
o clase de edad, a unos pocos individuos, o se presentan indistintamente.

En busca de los factores causantes, esta diferenciación es el requisito indispensable para verificar minucio-
samente la disponibilidad de pasto, los síntomas de enfermedad en los individuos, neoplasmas que dificul-
tan la alimentación u originan dolores, fracturas por peleas dentro de la misma especie, y determinar aún
qué hueso de la extremidad está afectado. Las heridas deben hacer sospechar de impactos de balas de caza-
dores furtivos, sobre todo si se observa simultáneamente cierta intranquilidad de las agrupaciones sociales
de la vicuña. En muchos casos, las aves carroñeras indican los sitios donde se puede conseguir información
detallada sobre las ocurrencias. En casos dudosos puede ser indispensable la caza sanitaria de un individuo,
a fin de investigar el asunto.

Aparte de la vicuña, el guarda dirige su atención también a las diferentes especies de ganado, porque muchas
enfermedades pueden ser transmitidas entre animales domésticos y silvestres.

En lo que respecta a la vegetación se debe prestar mucha atención a la situación del pasto, porque para el
manejo racional son indispensables las indicaciones exactas sobre su grado de aprovechamiento, posibles
indicios de sobrepastoreo o la destrucción por quemas. Otro enfoque se dirige al cumplimiento de la pro-
tección legal de las diferentes especies arbóreas y de otras plantas perennes de la puna.

Todas las observaciones que el guarda realiza en el campo se anotan en los llamados "Partes de Patrulla".
Estos, con sus respectivos resúmenes mensuales, son documentos muy importantes para el manejo prácti-
co de los animales silvestres y también para los trabajos científicos. En los proyectos de manejo integral
de los recursos naturales de la región altoandina, se multiplican estos datos por el número de especies in-
volucradas y sus interrelaciones.

La ejecución de estas observaciones y trabajos corresponde sólo a algunas de la rutina diaria de los guardas.
Sin embargo, es fácil darse cuenta que su cumplimiento se logra únicamente con personal especialmente en-
trenado, dedicado a tiempo completo. Sobre todo, debe quedar bien establecida la profunda diferencia que
existe entre el servicio del personal de vigilancia para el manejo de la vicuña y el servicio de la policía. Los
guardafauna establecen en sus patrullajes diarios muchos contactos con los lugareños, y después de pocas se-
manas conocen a todos los campesinos y otros habitantes de la puna, incluso notan las ausencias temporales
de ellos, el arribo de personas extrañas y otros movimientos. Por el dominio de los idiomas nativos y los la-
zos de camaradería, los campesinos les hacen saber muchos detalles, que nunca llegan al conocimiento de
los policías, que por lo general no se encuentran muy familiarizados con esta parte del país y con sus habi-
tantes.

En casos de sospechas justificadas del cumplimiento de las normas legales vigentes para la protección de flo-
ra y fauna, se debe entregar a la policía, por conducto regular, información concreta al respecto. Esto servi-
rá de base para encaminar las acciones de investigación pertinentes.

332
,
11.0 Lucha contra la Caza Furtiva

Todos los funcionarios ejecutivos deben tener presente que el fundamento principal de todas las actividades
de conservación de la vicuña es la represión de la caza f n irtiva; sería una ilusión suponer otra cosa. El hom-
bre, desde su aparición en la región altoandina, hace más de diez mil años, ha cazado la vicuña, y la única
interrupción en esta persecución continua se produjo durante el último siglo del Incanato, época en la cual
la vicuña fue sometida a un control estricto en una gran parte de su habitat. Si el hombre no logró la exter-
minación de la especie, se debió al hecho de no contar con armas eficientes. Se sabe bien, que la finísima
lana de la vicuña era y es el motivo principal de su matanza. Como lo demuestran las experiencias produci-
das en todos los continentes, el hombre siempre encontró un motivo para disminuir las grandes concentra-
ciones de animales silvestres.

Enfocando bien esta faceta de las actividades de vigilancia, se nota claramente que es más realista preparar
a los guardas para posibles confrontaciones con cazadores furtivos, en lugar de esperar que, justamente en
el caso específico de la vicuña, sea suficiente la propaganda para convertir criminales en colaboradores. Es-
tos encuentros son inevitables; lo único difícil de predecir es el momento en que ellos se presentan.

Mediante patrullas regulares y bien ejecutadas, es fácil reprimir la caza silenciosa que efectúan los campesi-
nos, llevándola hasta un nivel insignificante, sobre todo si se logra la colaboración de algunos círculos rura-
les, o sea de aquellos quienes entienden la ventaja del manejo de la vicuña para los mismos pobladores del
lugar.

La confrontación directa con infractores que portan armas de fuego será siempre una excepción, tanto por
la astucia de estos elementos antisociales como por los avisos que reciben de sus cómplices. Pero con cierta
frecuencia se encuentran las evidencias de sus actividades, o sea despojos de vicuña.

En todos estos casos, la primera medida es la de identificar los rastros que quedan en el lugar de los hechos.
Ya el simple comportamiento de las vicuñas, que se salvaron, es un buen indicador: si éstas están confiadas,
la caza ha sido un acto aislado; el comportamiento huidizo significa que se han dado cacerías múltiples. En
los animales abatidos se chequean y registran minuciosamente todos los impactos de bala, especialmente su
ubicación, tamaño y forma de los orificios de entrada y salida; esto último, en vista de posibles aberturas pe-
queñas en los alrededores del orificio principal. Posteriormente, se abre el cadáver, a fin de investigar la des-
trucción de los órganos internos por el proyectil, palpando cuidadosamente todas las partes con incrustacio-
nes, pues éstas pueden contener fragmentos del forro de la bala. Estas esquirlas se encuentran sobre todo
después de haberse producido choques contra huesos y en el cuero del lado opuesto.

En el cadáver se investiga si éste se encuentra con rigor de muerte, si el olor es fresco o si indica descomposi-
ción. Esto último se puede también deducir por la caída de los pelos y por la presencia de huellas de anima-
les carroñeros.

Se sobreentiende, que se deben tomar, igualmente, otros datos del animal, como son: sexo, edad, estado de
nutrición, anomalías encontradas, etc., tal como se hace en la autopsia. Son muy útiles, para estas investiga-
ciones, los guantes de plástico de manga larga y descartables; son muy baratos, no ocupan sitio en el equipo
de campo y pesan unos cuantos gramos, ofreciendo higiene y protección necesarias.

En el lugar, desde donde se han hecho los disparos, se buscan los casquillos, ya que éstos no solamente in-
dican el calibre, sino que la marca permite también arribar a conclusiones respecto al probable sitio de com-
pra, su adquisición legal o su procedencia ilegal de países vecinos. Además, en cada casquillo se encuentran
rasguños y deformaciones típicos del cerrojo y de la recámara del arma usada. Estos son inconfundibles y
permiten a los armeros forenses la identificación del arma del delito. Asimismo, se toma la distancia entre
el sitio del disparo y el animal muerto y se trata de investigar si éste cayó instantáneamente, o debió correr
cierta distancia.

333
Muy importantes y fáciles de encontrar son las huellas de las pisadas humanas. Estas se miden y sobre todo
se dibujan cuidadosamente. Son ideales los vaciados en yeso, pero para su confección se necesita un entrena-
miento especial y equipo apropiado, que no es cómodo llevar en el servicio cotidiano. En cualquier huella
se encuentran algunas características inconfundibles, como son desperfectos en las suelas y tacos, desgaste
desigual y reparaciones del calzado.

Las indagaciones señaladas_se ejecutan inmediatamente, retornando después al centro de operaciones para
informar a la superioridad, por conducto regular, si la ocurrencia no es reciente. Posteriormente, hasta la
llegada de la policía se controla el sitio contra posibles alteraciones del cuadro delictivo.

Para los conocedores de la zona es relativamente fácil ubicar los refugios de los criminales, pues su número
es muy limitado. En las salientes rocosas, cuevas y chozas se encuentran con seguridad algunos objetos per-
didos, olvidados o arrojados, muy importantes para el éxito de las pesquisas.

Sin apremio y sistemáticamente, se comienza a recabar información de los lugareños sobre los aspectos
siguientes: observación de personas y vehículos desconocidos, personas en actividades sospechosas, y en
caso afirmativo, sus características. Los datos obtenidos se apuntan minuciosamente, para entregárselos
a la policía, encargada del interrogatorio y de las investigaciones.

Las personas que no están familiarizadas con la vida del campesino se quejan de la pasividad y falta de co-
laboración del poblador andino. Pero sería irreal esperar que un miembro de un grupo mal tratado y enga-
ñado desde hace generaciones, confíe en personas desconocidas. A él le conviene más negar cualquier obser-
vación para no sufrir posteriormente represalias. En esta situación, se nota la importancia de contar con una
organización de vigilancia prestigiada ante la población, cuyos servidores saben adaptarse a las condiciones
del campo, no solamente hablando el idioma del campesino, sino conociendo también su vida. Ese compor-
tamiento receloso es muy diferente al de aquellos que proporcionan una falsa información por ser cómpli-
ces de los criminales, quienes con toda intención quieren despistar a los custodios del orden. Las falsas pis-
tas y trampas de este tipo se pueden salvar si es que se indaga entre un número mayor de informantes po-
tenciales.

Aquellos guardas cuyas actividades se limiten únicamente a una simple observación en el campo y a comuni-
car los hechos a la policía, son inaptos para garantizar la protección de la vicuña. En efecto, las distancias
enormes entre los puntos críticos y los puestos de la policía, impiden acciones inmediatas y exitosas. Bajo
estas condiciones, sin la posibilidad de tomar parte activa y directa, el personal de vigilancia no está motiva-
do y considera su oficio el medio más fácil de ganarse la vida.

La condición previa e indispensable para una lucha eficiente contra la caza furtiva, es la facultad que debe
tener el personal de campo para verificar los datos personales de los habitantes y transeúntes, dentro de su
respectiva jurisdicción de vigilancia. Ninguna persona, libre de culpa, puede considerar inoportuno identi-
ficarse ante el guarda de servicio. Al contrario, estará contenta que los representantes del Estado o de las co-
munidades se interesen por el orden y seguridad de las regiones apartadas, teniendo en consideración que los
cazadores de vicuñas, como criminales comunes, también se dedican al abigeato.

El mismo criterio es aplicable a la facultad que debe tener el personal de vigilancia de interrogar y detener
provisionalmente a las personas sorprendidas por los guardas de vicuñas en flagrante delito. En caso de no
contarse con esta facultad, la lucha efectiva contra los infractores será imposible, pues los malhechores loca-
les tendrían tiempo suficiente para despojarse de todos los indicios de culpabilidad, al momento de la llega-
da de la policía. La posible usurpación de esta facultad, privativa de los guardas, se impide por la obligación
de entregar inmediatamente los detenidos a la policía.

334
La experiencia muestra que es una inversión perdida mantener una organización de vigilancia, cuyos efecti-
vos no tengan el derecho de portar armas de servicio. El uso del arma debe quedar restringido a la ejecución
de la caza sanitaria y a la eliminación de los enemigos naturales de la vicuña. Aparte de eso, el guarda puede
hacer uso del arma — como cualquier ciudadano — en casos de defensa personal legítima. Sin el derecho de
portar armas, un intento de intervenir contra los criminales significará la muerte segura del guarda.

12.0 Apoyo a los Campesinos

El objetivo principal de protección, en los proyectos de manejo de la vicuña, tiene que estar dirigido a lograr
el crecimiento de las diferentes poblaciones hasta un nivel tal, que permita el traslado de especímenes a
otras partes de su habitat original, para fines de repoblación. Los economistas se muestran de acuerdo con
esto, pero insisten en que no se pierda de vista que estos grandes proyectos tienen la finalidad de aumentar
los ingresos del campesino mediante el manejo de la vicuña. Según el punto de vista de los economistas na-
cionales, los proyectos de este tipo representan uno de los muchos intentos de mejorar la situación del cam-
pesinado en regiones marginales, tanto para la agricultura como ganadería tradicionales, aplicando una me-
todología que conserve el medio ambiente.

La ejecución consecuente de esta idea exige, aún en los primeros años, la entrega de dinero en efectivo o
de otros beneficios directos a los campesinos, para contribuir a disminuir su éxodo a las urbes. Eso incluye
la recompensa por el valor de los animales que se extraen del área de la comunidad campesina, ya sea con
fines de repoblación o sacrificio.

Otra forma de apoyo al campesino, no relacionada con una compensación monetaria, es la orientación y el
asesoramiento, lo que se conoce como extensión y asistencia técnica. Esta modalidad de colaboración tie-
ne importancia especial en la etapa inicial de un proyecto, cuando la densidad de la población de vicuñas
todavía no justifica la reducción de individuos, o sea que los ingresos del proyecto son mínimos. Durante
estos años, este tipo de colaboración es una manera sumamente importante de mantener el interés del cam-
pesino.

Para no desbordar y originar la formación de toda una infraestructura burocrática ramificada, que finalmen-
te consume una parte de los futuros ingresos, este apoyo debe limitarse a sectores y pobladores directamen-
te relacionados con el manejo de la especie y de su habitat y por cuestiones humanitarias, al hombre altoan-
dino, pero no debe incluir actividades dirigidas a aumentar los beneficios de los agricultores y ganaderos
de valles.

Es muy adecuada toda contribución que el proyecto de la vicuña haga para el manejo de los pastos de la
puna. Hasta la fecha, los conocimientos se limitan casi exclusivamente a la composición florística de las di-
ferentes asociaciones vegetales. Poco se sabe de la producción de materia vegetal y de su aprovechamiento
por las diferentes especies de herbívoros grandes. Contar con esta información es un requisito previo para
determinar la soportabilidad del pasto, ya sea para una sola especie o para para un pastoreo mixto, para la
aplicación de la rotación en el pastoreo o para tomar medidas dirigidas al mejoramiento de su productivi-
dad. El aprovechamiento empírico lleva fácilmente a la degradación y hasta la destrucción irreversible de
toda la cobertura vegetal. En todos los cálculos se debe incluir a los animales domésticos, por cuanto el ga-
nado interviene en forma muy apreciable en el aprovechamiento del pasto.

La información recogida sobre los pastos, según se ha indicado, permite a las autoridades comunales deter-
minar el número máximo de las diferentes especies de animales domésticos que se deben mantener en el
área de pasto natural disponible. Las medidas de control son muy necesarias, sobre todo en razón de la exis-
tencia de cantidades considerables de animales cerriles, de utilidad mínima o casi nula. Aunque aparente-
mente el mantenimiento de estos últimos no cuesta nada, originan en realidad un daño muy grave por su
pisoteo y la costumbre de arrancar ciertas especies de plantas forrajeras, debido a las características de su
aparato masticatorio, originando así, en el transcurso de los años, un cambio negativo de la composición
del pasto, tal como el que producen los caballos cerriles.

335
Los daños de los chanchos cerriles se manifiestan en la destrucción del pasto en extensiones de varias hectá-
reas, pues del suelo excavan los tubérculos comestibles y las larvas de insectos. Este omnívoro es totalmen-
te inapto para aprovechar los pastos pobres de la puna.

En los proyectos de manejo de animales silvestres, las actividades veterinarias se dirigen más a profilaxis y
diagnosis temprana de las enfermedades, que a su curación en los individuos afectados. Todas las enfermeda-
des de la vicuña — sin excepción — son transmisibles a sus congéneres llama y alpaca y viceversa. A esto se
suma que muchas plagas epizoóticas afectan a todos los ungulados. Como el manejo de la vicuña se efectúa
en áreas de pastoreo libre, es indispensable incluir en el examen veterinario las especies de la fauna silvestre
y doméstica, sin distinción. La difusión de informaciones sobre síntomas de enfermedades, su tratamiento
y profilaxis es una contribución decisiva al desarrollo de la ganadería de la región, sobre todo cuando se
cuenta con la posibilidad de consultar directamente a veterinarios especializados.

13.0 Alternativas de Control

13.1 Policía

Sería un grave error restringir los esfuerzos para la protección de la vicuña silvestre al control del tráfico
de especímenes de vicuña en los puertos marítimos, aeropuertos y centros comerciales, o confiar que la
policía nacional, además de sus múltiples obligaciones, se dedique también a la ejecución de la vigilancia
en el campo de las poblaciones de vicuña.

Frecuentemente se repite que la policía podría cumplir la vigilancia armada en las punas para proteger a
las poblaciones de vicuña. Sin embargo, después de varios intentos se sabe bien que un cuerpo policial no
puede cumplir con tal tarea, tanto por la diferente formación que tiene como por su número reducido de
efectivos disponibles. Aunque se aumente los efectivos a un número indispensable, los policías no pueden
absorber todas las labores de los guardafauna. Cabe agregar, que en el caso que la vigilancia de las vicuñas
en el campo pase en su totalidad a manos de la policía, ella tendría también que crear una infraestructura
especial y disponer de un presupuesto apreciable para su funcionamiento normal. De este modo, el Gobier-
no mantendría para el mismo fin dos organismos del sector público en el mismo lugar, sin lograr con tal
duplicidad mayores ventajas.

Conocida la escasez del personal policial disponible en las áreas rurales del Perú, y considerando el mayor
costo que significa su mantenimiento en comparación con el de los guardafauna, el empleo de policías
para patrullas en el campo, dirigidas a la conservación de la vicuña, va claramente en contra del interés
público.

13.2 Vigilancia Comunal

13.2.1 Entrega en Custodia

Una de las modalidades de la vigilancia comunal que se ha probado en el Perú, es la entrega en custodia
de grupos de vicuña a las comunidades campesinas. Como incentivo se prometió a los comuneros, en ca-
so de éxito en la vigilancia, una participación económica en los beneficios que se obtendrían de las vicu-
ñas una vez logrado el aumento de su número. Simultáneamente, los responsables del Ministerio de Agri-
cultura prometieron una dirección técnica a los comuneros. Se envió desde Lima, a los Directores de las
Zonas Agrarias, una hoja de instrucciones y un modelo de las Resoluciones Directorales a expedirse para
cada caso.

Lamentablemente, no se implementaron otras acciones, motivo por el cual se logró una acción muy limi-
tada por parte de los directores zonales. La entrega en custodia sólo se estableció en un 30% de las zonas
con potencial, y aún allí, ni siquiera en un 10% de los sitios con posibilidades.

336
Hay que tomar muy en cuenta que en las comunidades campesinas el interés de sus miembros frente a la
vicuña tiene una motivación romántica, curiosa o ingenua o egoísta y económica. Los comuneros no nie-
gan que hayan cazadores furtivos, pero, como ya es notorio en toda la sierra peruana, acusan a sus veci-
nos, o más aún a la gente de "aspecto puneño". Muchas veces ninguno de los dirigentes pueden dar razón
detallada sobre los grupos de vicuñas existentes en sus comarcas. Sobre todo, nadie se siente responsable
por la vigilancia de las vicuñas y la comunidad tampoco tiene presupuesto para el reembolso de gastos por
acciones de control ocasional de los pobladores colaboradores.

Es conveniente, para evaluar la eficiencia de la entrega en custodia, comparar sitios vecinos y de caracterís-
ticas semejantes de habitat, con grupos de vicuñas bajo custodia y sin ella. No se ha podido notar ninguna
diferencia entre grupos bajo custodia y sin ella, ni en la densidad poblacional ni en el comportamiento aris-
co de las vicuñas.

13.2.2 Vigilantes ad—honorem

En vista del resultado negativo de la entrega en custodia y para reducir al mínimo los costos de la protec-
ción de la vicuña, se experimentó en áreas específicas de Pampa Galeras con otra modalidad de la vigilancia
comunal, especialmente en la vasta región de la Comunidad de la Virgen de las Nieves del Carhuarazo, en
la Provincia de Lucanas. Para tal fin, se entregó, en comunidades aparentemente colaboradoras, autorizacio-
nes en forma de carnets a campesinos recomendados por sus propias autoridades. Tal carnet presentaba al
portador como guarda ad—honorem.

Este documento presentaba una ADVERTENCIA, que especifica lo siguiente:

1: El cargo de vigilante ad—honorem autoriza a intervenir en cualquier caso de infracción o actividad ilí-
cita, especificada en la ley.

Esta autorización es intransferible y su validez queda limitada a la jurisdicción de aquella comunidad,


donde el poseedor está registrado como comunero.

Todo cambio de domicilio deberá comunicarse al Proyecto para la Utilización Racional de la Vicuffa
u otra entidad del Ministerio de Agricultura y Alimentación.

4. El presente documento tiene validez hasta su renovación, recaudación o abrogación.

Se nota claramente que todos estos puntos fueron cuidadosamente escogidos y formulados, para prevenir
de antemano cualquier interferencia con las actividades de la policía y para que no se diera la impresión de
que se estaba usurpando funciones.

La razón principal para la expedición de estos documentos personales fue la continua queja de los campesi-
nos, en el sentido que no tenían ningún documento que les autorizara para la protección de la vicuña y la
intervención en casos de infracción.

Después de establecer esta modalidad de vigilancia ad—honorem, los comuneros denunciaron una o varias
veces por año el hallazgo de cadáveres de vicuñas en el campo, siempre con orificio de bala, sin piel y fre-
cuentemente bien ocultos.

En vista de que en algunos casos se encontraron restos de las vicuñas a corta distancia de chozas ocupadas
por los encargados de la vigilancia ad—honorem y que las denuncias se referían siempre de sitios más leja-
nos, se llegó a la conclusión de que estas infracciones eran cometidas también en algunos casos por los mis-
mos lugareños, que éstos eran por lo menos cómplices directos, o que, por haber sido intimidados, no se
atrevían a denunciar los hechos.

337
ADVERTENCIA

1.- El cargo de vigilante ad-lionorem autoriza


- - de intervenir en cualquier caao Je infrae-
á actividad ilícita, especificada en la
Leyy 9147 y el Decreto Ley 17816. -
ci

Esta autorización es intransferible y su ya-.


Don (7) 40-rge—iketi~-43~— liclez queda limitsda a la jurisdicción Je
Documento Domicilio
personal aquella comunidad, donde el poseedor esa
registrado como comunero.
1,3 5055100 Virgen de 14*.
titt.4459282152 Ni."1" Todo cambio de domicilio deberá comuni-
carse al Proyecto para la Utilización Ra-
cional de la Vicuiia.

El presente documento tiene validez hasta


su renovación, recaudación ó ahrogación.

Fig. 76: Un gran estímulo a los colaboradores y una mejor eficiencia en su trabajo voluntario se logra por la expedición de
documentos de identificación o credenciales.

Todas las ocurrencias de caza ilícita de vicuña descubiertas durante los últimos años en la región de Pampa
Galeras, fueron cometidas exclusivamente por gente del lugar. Resultaron falsas las denuncias de presencia
de "individuos de aspecto boliviano" o "aspecto puneño" (estos últimos son conocidos más bien como in-
termediarios de la fibra de vicuña), formulados para despistar las acciones de la policía.

13.3
13.3 Recomendaciones

Hasta la fecha, en el Perú, ni la divulgación de los numerosos dispositivos legales, ni la creación y el apoyo
de organismos especiales han podido salvar a las poblaciones marginales de vicuña silvestre. Esta meta tam-
poco se alcanzó con la entrega en custodia a los campesinos. La situación actual de esta especie demuestra
el fracaso del experimento "vigilancia comunal", como modalidad alternativa para su manejo.

Eso se refleja claramente en el hecho que el número de vicuñas existentes en las regiones bajo vigilancia
comunal no llega ni a su número potencial ni a la cifra de cabezas entregadas en custodia hace varios años.
En los cálculos de la población potencial, o sea la extrapolación del desarrollo desde el año de la entrega
hasta el censo de verificación, entra exclusivamente el aumento promedio obtenido por partos durante los
últimos diez años en Pampa Galeras. Según estos cálculos se ha encontrado solamente un promedio de
32% de las poblaciones potenciales.

338
La entrega de la'flora y la fauna silvestres a manos directas del pueblo se inició con la Revolución Francesa,
en 1879, y fue repetida posteriormente como consecuencia de casi todos los grandes cambios sociales en
muchos países del mundo. Sin excepción alguna, el fracaso fue general y completo en todos los países, ori-
ginando desde una disminución hasta la exterminación de muchas especies de animales silvestres y la des-
trucción de la flora aprovechable.

Sería absolutamente equivocado e injusto, atribuir a los campesinos y dirigentes de empresas campesinas
mala voluntad para la custodia de las vicuñas.

Los funcionarios responsables de la conservación de la vicuña, deben comprender que el trabajo de vigi-
lancia de animales silvestres es muy diferente al de las actividades ganaderas, y que siempre será conside-
rado como una molestia y realizado de mala gana, aprovechando cualquier pretexto de "otra tarea impos-
tergable", para olvidarlo por completo.

La entrega en custodia, o el nombramiento de vigilantes ad—honorem, tendrán trascendencia únicamente


en sitios en que por sus características naturales la población de vicuñas no llega a niveles económicamente
aprovechables y donde en consecuencia se preservará a la vicuña por razones principalmente ecológicas, es-
téticas y morales.

Para organizar una entrega en custodia o vigilancia comunal efectiva, será indispensable crear una colabo-
ración tan estrecha con la policía, a fin que cualquier denuncia sobre cazadores furtivos sea atendida de la
manera más eficaz posible. Será indispensable, además, dictar un reglamento para los vigilantes y la custo-
dia de vicuñas, donde se fijen claramente los DEBERES y DERECHOS, incluyendo la aplicación de mul-
tas para aquellas personas que no cumplan con controlar debidamente. Se debe presupuestar un jornal ade-
cuado para los días de labor específica, procurando a la vez el reembolso de todos los gastos adicionales
que el trabajo ocasione a los custodios.

Para garantizar una protección eficiente de la vicuña, que permita dentro de pocos años en amplios secto-
res de la puna peruana la utilización racional y simultáneamente conservacionista de la región, se conside-
ra indispensable lo siguiente:

Formación de un cuerpo de guardas que controle diariamente el área a su cargo, operando desde pues-
tos de manejo, y

Otorgar a este personal un status especial como auxiliares de policía.

Sería sumamente utópico esperar que el campesino, por su propia iniciativa, cuide un recurso natural, es-
tando acostumbrado desde hace siglos a que éste represente una riqueza explotable sin precaución ni gas-
to. Tal conciencia negativa se manifiesta claramente en el estado deplorable de los pastos comunales y los
bosques naturales de la Sierra, donde la explotación indiscriminada se encuentra a la orden del día. Estas
antiguas costumbres no se pueden cambiar en pocos años, simplemente con charlas esporádicas, promesas
o mediante la entrega de folletos. Estas medidas deben estar acompañadas por un control rígido y una mo-
tivación económica palpable.

La planta de beneficio con todas sus instalaciones secundarias, equipo y accesorios afines, forma parte
esencial de un proyecto funcional de manejo de la vicuña. Debido al carácter estacional de las sacas, o
por el número todavía reducido de individuos, el camal no estará en pleno uso durante todo el año. Duran-
te este tiempo, debe permitirse al campesinado la utilización de la planta a precio de costo. Esta medida
es tanto de interés de los pequeños criadores de ganado, como del Proyecto, que tiene la obligación de
conseguir el máximo rendimiento de las inversiones.

339
Son bien conocidos los ataques de los perros vagos, zorros y pumas a los animales silvestres y domésticos,
si los últimos no reciben la protección permanente de sus pastores. Los daños son desproporcionados en
los animales de corral. En estas situaciones muy especiales, los predadores matan varios individuos o toda
la manada, en lugar de un solo ejemplar, como en campo libre. Precisamente la colaboración activa y com-
petente en este campo es muy bien vista por el campesinado con repercusiones favorables para el presti-
gio del Proyecto.

En la mayoría de las comunidades de la puna no existen catastros. Por esta deficiencia se producen liti-
gios permanentes entre comunidades vecinas, con todos sus efectos negativos para la solidaridad del cam-
pesinado. Por otro lado, para todas las acciones de manejo eficiente de animales silvestres se necesitan ma-
pas exactos y detallados, de escala grande, o sea justamente del mismo tipo que requieren los conducto-
res agrarios de la puna. Con estos mapas detallados es muy fácil fijar los límites de las propiedades en for-
ma definitiva, poniendo punto final a las diferentes interpretaciones de los títulos de propiedad.

En los lugares remotos de la puna, donde el personal de vigilancia trabaja bajo condiciones difíciles para
la salud humana, se necesita una atención médica en intervalos de dos a tres meses. Este chequeo debe in-
cluir los factores climáticos, las viviendas, alimentación e higiene. Eso es esencial para mantener la plena
actividad física y síquica del personal y no puede ser sustituido por el chequeo de rutina en la sede admi-
nistrativa del Proyecto. Se debe aprovechar estas visitas de facultativos para atender también, en forma
gratuita, a los campesinos de los caseríos vecinos a los Puestos de Vigilancia.

Si no es factible establecer fechas fijas para los chequeos médicos, éstos deben presentarse sorpresivamente
en los pueblos, lo que sirve, aparte de la atención profesional, para profundizar las relaciones amigables
entre el proyecto de manejo y el poblador rural.

En los grandes centros administrativos para el manejo de la vicuña, que se encuentran generalmente en
lugares aislados, el funcionamiento de una escuela para los hijos de los servidores es indispensable. Es fá-
cil incluir en los cálculos de capacidad de escuela a los hijos de los campesinos vecinos, con lo cual se con-
tribuye a mejorar la cobertura escolar de esta clase social.

14.0 Campañas de Difusión

14.1 Aspectos Generales

Un proyecto de tanta importancia y magnitud como es el del manejo racional de la vicuña a nivel nacio-
nal, no puede alcanzar el éxito esperado únicamente por la aplicación de la legislación en favor de la espe-
cie. Es indispensable conseguir la plena colaboración del campesinado, de toda la población rural y del pue-
blo en general. Si bien es cierto que en los diferentes proyectos regionales, por su situación geográfica y la
idiosincracia de sus pobladores, pueden existir problemas particulares, que se deben tomar muy en cuenta
para lograr el éxito deseado, a nivel nacional los problemas son comunes. Por esta razón, es conveniente
el desarrollo centralizado de las campañas de difusión. Esto conlleva la ventaja de disminuir considerable-
mente los costos que por lo general son muy elevados, y aprovechar al máximo los conocimientos de las en-
tidades especializadas en esta materia. En todas las campañas de difusión es conveniente aplicar ampliamen-
te las diferentes formas modernas de los métodos audio—visuales, desarrollados durante la década pasada en
el sector agrario del Perú con notable éxito.

En los primeros pasos de las campañas de difusión en favor de la vicuña se debe poner énfasis en la tarea
ciudadana de frenar las diferentes modalidades de caza furtiva de la especie, muy en especial la matanza
con armas de fuego. Por eso, es indispensable difundir el conocimiento de su situación legal (caracteriza-
ción oficial) indicando las sanciones drásticas fijadas para los infractores, los premios de estímulo, entre
otros. Es muy útil, esclarecer bien las diferencias profundas que existen entre denunciantes anónimos que
difaman a ciudadanos honorables y aquellas personas, que con su nombre, denuncian actos ilegales, que
atentan contra el bienestar del pueblo.

340
Fig. 77:

1
El apoyo del campesinado es decisivo para el éxito de las patrullas esporádicas de las fuerzas policiales y los técni-
cos de vigilancia en sectores sin control permanente.

341
Una vez logrado el control de la matanza ilegal, surge la tarea de sensibilizar al campesino en el desarrollo
de proyectos de manejo en terrenos de su propiedad, llevándolo a considerar la utilización racional de la
fauna silvestre como alternativa y complemento ideal para la ganadería tradicional.

El ganadero está acostumbrado a sacrificar anualmente cierto porcentaje de sus animales, a fin de mante-
ner un número similar para la siguiente campaña. Por otro lado, efectúa una matanza selectiva, aunque en
escala menor y bajo otros criterios, si quiere lograr el aumento de los rebaños. Por eso, el campesino con-
sidera natural que el manejo de la vicuña, que para él significa una "crianza en libertad" debe incluir tam-
bién la saca de individuos. Este mismo hecho es sumamente difícil de explicar al público ciudadano, pues el
antiguo concepto de protección de la naturaleza ha generado la falsa idea de que las actividades económi-
cas están reñidas con la conservación de especies de la flora y fauna silvestres.

Por otra parte, hoy aún se comprueba que en el gran publico subsiste la creencia que las actividades econó-
micas eran y son sinónimo de explotación ilimitada de la naturaleza por el hombre, sin dejar lugar a plan-
tas ni animales silvestres. Según esa óptica, las plantas, si no son árboles maderables, constituyen únicamen-
te obstáculos para cultivar la tierra; los herbívoros silvestres son más que nada competidores indeseables
del ganado, y por eso es explicable su exterminación. En el mundo occidental, esta visión común de las re-
laciones entre el hombre y la naturaleza está muy arraigada en la interpretación de la concepción religiosa
según la cual el hombre debe someter a la Tierra.

En el lado opuesto están los proteccionistas, quienes tratan de mantener y reestablecer una situación ideal
en la naturaleza. Ellos, en su mayoría, están motivados por un sentimentalismo; pocos saben la importan-
cia de mantener un equilibrio en los ecosistemas. Como culminación de sus esfuerzos consideran la crea-
ción de parques nacionales y otras áreas protegidas. Los proteccionistas no toman en cuenta que el hombre
del campo debe ganarse la vida aprovechando de sus tierras. Por eso, no les preocupa que los campesinos
sean indemnizados por daños directos que, en algunos casos, produce la fauna silvestre, ni tampoco por la
disminución de los ingresos de ciertos cultivos, por acción de los animales. Por lo general, el campesino
puede tolerar algunas especies de aves y herbívoros, de vida solitaria o que forman grupos pequeños, en lu-
gares poco aprovechados por el ganado. En el ambiente altoandíno, especies como ésas son los gansos, pa-
tos, flamencos y el ciervo andino. No toleran de buen grado una especie gregaria, que compite por los pas-
tos con el ganado, como es la vicuña. En estos casos son poco convincentes los modelos extranjeros, pues
en otros países el campesino recibe una buena recompensa por todos los daños ocasionados por animales
salvajes.

En el pasado, las dos corrientes — utilización y protección — tenían una razón de ser, una, para convertir
áreas naturales en zonas de cultivos para la alimentación del hombre y de su ganado, y otra, para enfocar
el problema del exterminio de las especies silvestres, impulsando la creación de algunos parques nacionales.
Ahora, es urgente hacer propaganda sobre el manejo de la fauna silvestre en áreas sin protección especial,
es decir que no forman parte de las redes de Parques Nacionales.

14.2 Principales Grupos de Receptores

Para lograr que las campañas de difusión produzcan cambios en la actitud del público, a corto y mediano
plazo, primero es esencial atraer la atención de la generación que actualmente dirige la economía nacio-
nal. Posteriormente y para asegurar que se afianze el avance en la conservación, es indispensable formar
a la juventud del país en los principios de la misma. Todas las campañas de difusión deben estar dirigidas
al campesino, a las autoridades comunales, policía, maestros de las escuelas rurales y a los funcionarios de
las diferentes reparticiones públicas.

Es muy conveniente reunir en las charlas educativas círculos de personas con actividades afínes, no solamen-
te por el hecho de poseer niveles similares de instrucción, sino más bien para entrar mejor en los detalles
de las diferentes alternativas relacionadas con la contribución de un determinado grupo de ciudadanos en la
tarea de conservación de un animal silvestre.

342
Debido a la importancia de informar correctamente a todo el público en general, se debe poner interés en
dirigirse especialmente a los periodistas, para motivarlos a prestar más atención al desarrollo del manejo de
la vicuña silvestre, como exponente de los recursos naturales renovables.

Conociendo la importancia que presentan los diarios y revistas para la información del ciudadano, se con-
sidera que los periódicos principales del país publiquen con cierta regularidad noticias sueltas y artículos
sobre la vicuña y sobre los proyectos para su manejo. En vista que no puede esperarse que los reporteros
y periodistas viajen frecuentemente a las áreas mismas de los proyectos, las jefaturas de los mismos deben
hacer llegar a las editoras el material informativo necesario, usando, si fuese necesario, el conducto regu-
lar por medio de las oficinas de Relaciones Públicas de los Sectores correspondientes.

Existe otro círculo pequeño de personas que no son tomadas en cuenta, no obstante su enorme importan-
cia para la protección de la vicuña: son los conductores de los vehículos de transporte. En la región altoan-
dina se efectúa casi todo el comercio interprovincial en vehículos motorizados. La mayoría de las agen-
cias de transporte no pertenecen a grandes sociedades anónimas, sino que se encuentran en manos de gen-
te del lugar, que se adaptan a exigencias nuevas y que han sustituido el transporte con bestias de carga por
el transporte en automotores. En consecuencia, ellos pertenecen a familias con poder, son grandes conoce-
dores de la región y hablan el idioma nativo. No poseen grandes flotas de camiones, sino sólo algunas uni-
dades, que son conducidas por sus propios familiares, siguiendo rutas fijas. Por su actividad, estos trans-
portistas están interesados en mantener buenas relaciones con los habitantes del lugar, debido a que son
sus clientes potenciales. Asimismo, ellos buscan mantener contactos amigables con las oficinas estatales
y paraestatales. Este comportamiento es normal en una sociedad rural que depende del apoyo mutuo, en-
tre sus miembros. En casos de urgencia, el transportista necesita que le presten una herramienta o combus-
tible, que le proporcionen el apoyo de un mecánico para arreglar desperfectos, o facilidades para enviar
a uno de sus tripulantes al taller del pueblo, para comprar un repuesto. Los proyectos existentes, por su la-
do, recurren a los transportistas en casos especiales, para enviar mensajes y equipo a los Puestos de Vigilan-
cia.

Por el radio de acción del transportista, éste tiene acceso a acontecimientos en sitios distantes, ya que el
campesino iletrado en lugar de acudir a los puestos de la policía para prestar declaraciones, por lo general
comunica cualquier ocurrencia a un conductor de su confianza.

Por las dificultades que siempre existen para coordinar acciones entre países, aumenta el comercio ilíci-
to con los productos de vicuña en zonas fronterizas. De los países que nuevamente cuentan con poblacio-
nes apreciables de este camélido, se llevan clandestinamente a otros países vecinos, donde no existe con-
trol estricto. Los infractores convencen a algunos choferes confiados, aduciendo que la mercadería que
quieren despachar corresponde a lana de animales domésticos, cuyo comercio es legal. A otros les pagan
fletes muy elevados para transportar las pieles o la fibra de vicuña. La modalidad más directa, y más rara,
es que el mismo transportista compra la fibra de vicuña de los cazadores furtivos o intermediarios, vendién-
dola en el país vecino, por cuenta propia.

Por la importancia de conseguir la colaboración de este círculo pequeño de transportistas, o por lo menos
para frenar su participación en actos de contrabando, es aconsejable dirigirse a ellos mediante la impresión
de volantes especiales. Estos deben incidir en la vigencia de una legislación homologada en favor de la vicu-
ña en los diferentes países de su distribución actual, contrariamente a lo que sucedía por dispositivos lega-
les antiguos que permitían el comercio con productos importados de vicuña. Lógicamente, es de mayor
impacto la distribución de esos volantes en las garitas de control policial y bajo la modalidad de recepción
certificada.

343
14.3 Medios de Difusión

La gran mayoría de la generación joven de campesinos tiene ahora su radio portátil, aún en las regiones
más apartadas del país. Hasta con artefactos no muy potentes se sintonizan por lo menos una o varias emi-
soras locales.

Para entrar en contacto con el campesino, es más apropiado emitir un lema relacionado con la protección
de la vicuña, al comienzo o al final de la hora radial dedicada al hombre del campo.-Según la región, esta
comunicación debe ser en idioma quechua o aymara.

Más tarde, aprovechando la amplia difusión que se logra con este medio, tiene mucho éxito producir una
o varias radionovelas, que transmitan, con lenguaje ameno, los principios de la conservación y del aprove-
chamiento racional de la vicuña. Novelas de este tipo, pero producidas para el nivel infantil son muy apro-
piadas para la hora radial escolar. Copias de estas cintas, grabadas en un estudio especializado, se deben dis-
tribuir en forma gratuita entre las diferentes emisoras locales. Siempre es conveniente enviarlas acompaña-
das de una carta de presentación de la autoridad competente.

Aprovechando el sentido del ritmo del campesino y su afición por la música vernacular, es muy útil y me-
ritorio, recopilar las más variadas canciones relacionadas con la vicuña, agregándoles algunos versos sobre
la situación actual de esa especie. Se deben también producir nuevas composiciones de estilo folklórico.
Los discos con estas canciones tienen muy buena acogida entre los habitantes de los Andes.

Considerando el predominio del sentido visual, que es más convincente para el hombre, las películas de in-
formación, producidas para diferentes niveles de educación, tienen un pronto efecto y amplia difusión. Pa-
ra el hombre citadino se puede poner en primer plano la belleza del animal mismo y del paisaje, mientras
que al hombre de la región altoandina hay que ofrecerle más información sobre el aspecto técnico y econó-
mico del manejo, de las exigencias en forraje, convivencia con el ganado y de los beneficios de la conserva-
ción de la vicuña. Para cada uno de estos campos ya existen amplias experiencias.

En las salas cinematográficas se logra la proyección de estas películas de corto metraje dentro del marco de
películas culturales de difusión obligatoria, que anteceden a la proyección principal. Otra posibilidad es la
emisión de programas por los diferentes canales de televisión.

Para la difusión y capacitación del público rural se debe emplear microbuses especiales dotados de equipo
audio—visual, con el que proyectan películas educativas. Estas unidades móviles se pueden alquilar para to-
da una campaña o para determinados días. Un éxito especial alcanzan las funciones durante las fiestas pa-
tronales y ferias locales, con gran afluencia de público interesado. También es posible coordinar este tipo
de proyecciones con otros organismos de desarrollo rural. Pero de todos modos, es necesario que la exposi-
ción sea presentada por expertos en la materia, que intervengan también en las discusiones.

Para no disminuir el interés del espectador, por la proyección frecuente de estas películas, es apropiado dis-
tribuir gratuitamente vistas fijas (diapositivas), relacionadas con la conservación de la vicuña. Estas se deben
proyectar en las salas cinematográficas, como cualquier propaganda comercial, en el intermedio. Un juego
de diapositivas debe estar compuesto de cinco (5) vistas, mostrando al animal mismo, la acción de los caza-
dores furtivos, el comercio ilícito con la fibra y las pieles, su protección por personal especializado, el apro-
vechamiento de sus productos y el mejoramiento de la vida de los campesinos mediante la distribución de
beneficios. Cada vista debe llevar un lema, solicitando la colaboración del público, a fin de que acudan en
apoyo del personal encargado de la conservación de la vicuña.

344
Al igual que sucede con otras especies, el éxito más duradero en la conservación de la vicuña se consigue
mediante la educación del hombre durante su niñez. Existe una gama de métodos diferentes para llegar a
los escolares. Produce buenos resultados incluir en los libros de lectura de los diferentes niveles de educa-
ción una historieta sobre la vigilancia de la vicuña, condenando las actividades ilícitas, redactada según los
principios de la pedagogía moderna, realizada en colaboración con las dependencias del Ministerio de Edu-
cación. Como estímulo por la dedicación de los alumnos se puede entregar señaladores de libros, con tex-
tos concisos, relacionados con la protección de la vicuña.

Otra posibilidad de difusión, muy prometedora, son los dibujos y lemas sobre la vicuña impresos en los
cuadernos escolares.

Es indispensable, también, editar una publicación representativa, que ilustre sobre las metas y la proble-
mática del manejo de la vicuña. Esta publicación debe estar dirigida a personas de educación superior, sir-
viendo para la orientación de las autoridades gubernamentales y comunales, y para los profesionales de
disciplinas distintas a las agrarias.

La campaña de concientización debe llegar sobre todo a los pobladores rurales iletrados, que en el habitat
de la vicuña constituyen un porcentaje elevado de la población total. Esto se logra mediante publicaciones
con secuencias de dibujos realistas y detallados, que les permitan identificarse con los actores, reconocien-
do el propio paisaje de la puna y su modo de vivir. Hay que tener en cuenta que esos pobladores no saben
apreciar , ciertas abstracciones y cambios de la realidad, al estilo de las revistas de "chistes".

Estas historietas deben ser suficientemente explicativas y convencer al poblador rural únicamente por sus
dibujos. Las palabras adicionales dirigidas para lectores deben limitarse a la parte baja de las páginas, para
no interrumpir la secuencia de las ilustraciones. Es muy adecuado, que este texto sea en castellano, pues se
ha notado el hecho que por lo general, el hombre de campo rechaza las comunicaciones impresas en idio-
mas autóctonos.

En aquellos casos en que se quiera dirigir la difusión exclusivamente a los mismos pastores, es oportuno
restringirse a las ilustraciones que muestren la represión de las actividades ilícitas. Se hacen dibujos en I í-
neas claras, y en lugar de palabras se usan símbolos convincentes, que se entiendan en todo lugar. Estos
mensajes se difunden por medio de volantes, se distribuyen en los cabildos abiertos y en otras reuniones
de las comunidades, llevándolos también al campo durante el servicio cotidiano de los guardas, entregán-
doselos a los pastores.

Los afiches con fotos representativas de la especie o dibujos artísticos son apropiados para su exhibición
en las oficinas de las entidades estatales, las aulas de las escuelas, tiendas, estaciones de servicio (grifos),
restaurantes y agencias de transporte, en fin, en todos los lugares donde se concentra mucho público. En
los pueblos remotos existe la predilección de decorar las paredes con diferentes afiches, en lugar de pape-
les decorativos, lo que garantiza su exposición durante muchos años.

Un método excelente de llegar a todos los ciudadanos, son los dibujos sobre cajitas de fósforos, llamando
la atención sobre la protección de la vicuña. Todas estas series con motivos diferentes son muy apreciadas
por los coleccionistas y el público en general. Sus motivos y lemas pueden ser similares y hasta idénticos
con aquellos que se usan en las diapositivas que se exhiban en las salas de cine.

Las calcomanías para los vehículos son un excelente medio de difusión, debido a la importancia que tiene
en la región el transporte automotor. Llaman la atención las formas originales, que se distinguen de las de-
más calcomanías. Dibujos claros y estilizados permiten su identificación desde una distancia de varios me-
tros. Las calcomanías con caras engomadas se pegan en el interior de la luna de los vehículos, mirando ha-
cia afuera. Eso impide su deterioro por acción del clima o una destrucción intencionada.

Igual éxito tiene la representación de vicuñas en estampillas. Esta modalidad de difusión contribuye espe-
cialmente para despertar y fomentar el interés en el extranjero. JiV

345
Las entidades públicas y privadas relacionadas con la protección de la vicuña deben usar en toda su corres-
pondencia lemas impresos en los sobres y en el papel, eventualmente aplicados con un simple sello.

Los almanaques con representaciones de la vicuña y lemas alusivos a su protección, son un excelente medio
de propaganda durante todo el año. Si no es posible confeccionarlos en cantidades que alcancen para una
distribución gratuita entre el público, por lo menos se debe asegurar la impresión de un número suficiente
para ser entregado, sin costo, a las oficinas públicas, tiendas, talleres y agencias de transporte de la región.
Para reducir los gastos, es conveniente hacer un alto tiraje de carátulas, que alcance para varios años, cam-
biando solamente los folios de los calendarios.

Por otra parte, esos pequeños obsequios dan a los funcionarios de los proyectos de manejo, la oportunidad
de retribuir, siguiendo la costumbre provinciana de obsequiar a las autoridades, clientes y amigos almana-
ques con las felicitaciones de navidad y año nuevo. Para asegurar también con esto las buenas relaciones con
la comunidad, es aconsejable respetar estas tradiciones, lo que no debe confundirse con un simple oportu-
nismo.

Uno de los pocos métodos de difusión todavía no practicados, pero seguramente muy productivos, es la
confección y distribución gratuita en fondas, restaurantes y tiendas, de mensajes colocados en utensilios
de fierro enlozado, que aparte del nombre del establecimiento lleven propaganda sobre la vicuña. Actual-
mente ya circula esta modalidad de propaganda, auspiciada por algunas grandes firmas de bebidas gaseosas,
cerveza y tabaco, sobre asuntos de interés general.

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Fig. 78: Exposiciones en las ferias agropecuarias son medidas eficientes de instruir también al poblador urbano.

346
Para demostrar al poblador rural las diferentes facetas del manejo de la vicuña, es muy apropiado disponer
un stand especial en las ferias agropecuarias. En éstas se expone material didáctico respecto a los daños por
la caza ilícita y la necesidad de aplicar estrictas medidas de protección. Con especial énfasis se debe enfo-
car la convivencia pacífica de la vicuña silvestre con las diferentes especies de ganado, que llega hasta el pas-
toreo mixto en un mismo lugar. Este comportamiento es, por lo general, desconocido por el campesino, y
por eso persiste todavía el temor de perder áreas para el ganado, cuando entre la vicuña. En cuanto a la
utilización de la vicuña, es conveniente mostrar al público algunos productos tales como pieles, fibra cruda,
tejidos, telas y charqui.

En el área de distribución de la vicuña es sumamente útil recordar continuamente al público el contenido


de los dispositivos legales que la protejen. Eso es especialmente necesario para contrarrestar las acciones cri-
minales de quienes cazan vicuñas y al ser capturados declaran la ignorancia de la ley. No obstante el princi-
pio jurídico que dice que la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento, esos criminales con el apoyo
de un buen abogado defensor consiguen, por lo menos, sanciones mediatizadas. En estos casos, la caza fur-
tiva es considerada por algunos malos magistrados como delito de "caballero", en lugar de considerársele
tal como es — un acto criminal. Por ello, para apoyar la acción de prevención y control es necesario colocar
carteles alusivos a la legislación de conservación al costado de las carreteras. En la puna cada astilla de ma-
dera posee un valor considerable, y las planchas de fierro son muy útiles para techar chozas. En consecuen-
cia, los pastores de estos lugares desmantelan inmediatamente los letreros construidos con estos materiales.
Por eso, es necesario presentar los carteles en construcciones de piedra y concreto, que no son desmantela-
dos por los pastores, pues no les son útiles en su vida diaria. Por razones prácticas, se construyen estos le-
treros sobre pilares de unos dos metros de altura. Por un lado, son más visibles desde grandes distancias, y
por otro, los viajeros y transeúntes no pueden aprovecharlos como protección contra el viento y la lluvia,
deteriorando así no solamente las inmediaciones, sino el mismo letrero.

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i odos prrlít5uon por rol Yuca.,,

DENUNCIA - f%, L3.3S CAZ Aop

Fig. 79: Los esfuerzos colectivos de diferentes países e instituciones han dirigido la atención de los ciudadanos sobre la si-
tuación crítica de la vicuña.

347
14.4 Mensajes

El cumplimiento de las prohibiciones legales se puede mejorar difundiendo lemas concisos y convincentes,
pero para conseguir la colaboración del ciudadano se debe llegar a sus sentimientos. Esto exige el conoci-
míento de su nivel de educación y de su mentalidad. En las campañas de los últimos años, los lemas más
comprensibles y con mayor éxito han sido algunos como aquellos que se transcriben aquí a modo de ejem-
plo.

Conservación de la Vicuña:

Nivel Popular:
"Defiende a la vicuña; es el símbolo de la vida en los Andes"
"Matar a una vicuña es perjudicar el porvenir de nuestros hijos"
"No quites su hijo a la vicuña. ¡Cuida a tu perro, que no ataque a las vicuñas!"

Nivel Medio:
"La conservación de la vicuña por todo el pueblo es un digno ejemplo de la
Union Nacional"
"No permitamos que unos pocos exterminen lo que el pueblo proteje, ni que unos
pocos destruyan lo que el pueblo ha recibido de nuestros mayores — ¡Nuestra
vicuña!"
"Sigamos la tradición de nuestros mayores. — ¡Protejamos a la vicuña!"

Nivel Superior:
"Es un deber nacional protejer a la vicuña, pues representa en nuestro escudo una
de las grandes riquezas del Perú"
"Quien sacrifica una vicuña, no sólo se hace merecedor del castigo de la Ley, sino
también del desprecio de sus conciudadanos y de las generaciones venideras"
"Cazadores furtivos de vicuñas, intermediarios clandestinos y compradores ilíci-
tos de sus productos forman una cadena criminal contra el Perú"

Utilización de la Vicuña:

Nivel Popular:
"La lana de la vicuña será el vestido de nuestros hijos"
"El vellón dorado de la vicuña asegura la educación del niño peruano"
"La vicuña será un apoyo a las autoridades para que puedan trabajar por el futuro
de nuestros hogares"

Nivel Medio:
"Para toda la comunidad son los beneficios de la vicuña. El cazador furtivo de vi-
cuñas y el comerciante clandestino son antisociales que roban nuestro patrimo-
nio"
"La lana, la carne y los otros productos de la vicuña son artículos demasiado finos
para que sean robados al pueblo por algunos criminales"
"Conserva la vicuña, su fina lana dará buen trabajo al poblador de los Andes"

348
Nivel Superior:
"Colabora para que incrementen las poblaciones naturales de vicuñas en el Perú.
Esta acción generará notables beneficios ecológicos y económicos para las regiones
altoandinas"
"Pronto habrá otra vez tantas vicuñas en el Perú, que su aprovechamiento racional
contribuirá notablemente a que los campesinos vivan mejor"
"La supervivencia de la vicuña silvestre asegura la armonía natural de la puna y
contribuye al porvenir de sus pobladores"

Coexistencia de la Vicuña con el Ganado:

Nivel Popular:
"La vicuña no quita alimento a otros animales. La alpaca y la llama viven en armo-
nía con el ganado"
"La vicuña aumenta la utilidad de tus pastos, porque es una especie natural de tu
tierra"
"La vicuña es un animal sano. No trae enfermedades a tu corral"

Nivel Medio:
"La vicuña no molesta al ganado. Ella puede convivir muy bien con alpacas, lla-
mas, vacas y carneros"
"Aprecia a la vicuña, porque ella aumenta la renta de las tierras y la utilidad de
los rebaños altoandinos"
"La vicuña es un animal sano y oéasiona enfermedades al ganado"

Nivel Superior:
"Se ha establecido científicamente que la vicuña puede vivir en forma natural y
en armonía con el ganado. No hay competencia directa, sino coexistencia natu-
ral"
"La vicuña representa una forma adicional del aprovechamiento racional de los
pastos naturales, sin perjudicar a las actividades agropecuarias tradicionales"
"La vicuña no conlleva un peligro sanitario a los rebaños domésticos. Más bien,
por ser una especie silvestre es más resistente a las enfermedades que los anima-
les domésticos"

Colaboración con Autoridades:

Nivel Popular:
"Los que cuidan a la vicuña, cuidan el futuro de nuestros hijos. ¡Colabora con
ellos!"
"El cazador de la vicuña mata las esperanzas de nuestros hijos. ¡Denúncialo!"
"Quien vende lana de vicuña, vende el pan de nuestros hogares, quien la compra,
compra el hambre"

Nivel Medio:
"Aquellos que cuidan las vicuñas, las están cuidando para tí y para tus hijos. ¡Co-
labora con ellos!"
"Con el esfuerzo de todos, el símbolo de nuestra patria sobrevivirá. La vicuña,
con razón, es un orgullo nacional"
"El cazador de vicuñas y el negociante de sus productos están perjudicando a todo
el pueblo. i Denuncia a esos criminales!".

349
— Nivel Superior:
"La protección de la vicuña se financia también con el Tesoro Público. i No deje-
mos fracasar esta tarea nacional!. iColaboremos con las Autoridades!"
"Quien vende y compra productos de vicuña, comete grave falta contra la Ley y
atenta contra el porvenir del pueblo. i Denúncialos!"
"La protección colectiva de la vicuña es prueba de nuestro patriotismo. iColabo-
remos en mantener esta riqueza nacional"

350
UNIDADES DE CONTROL Y VIGILANCIA

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UNIDADES DE CONTROL Y VIGILANCIA

1.0 Ubicación de los Puestos de Vigilancia

Para cualquier sistema efectivo de protección, el conocimiento exacto del área y de su delimitación es un re-
quisito indispensable. No obstante el conocimiento que puedan tener sobre el área los funcionarios locales,
es necesario realizar un cierto trabajo básico de gabinete para la delimitación de unidades menores y para la
instalación de la infraestructura. Es preciso conocer con detalle los siguientes aspectos: a) extensión total del
área; b) configuración; c) topografía; y d) actividades humanas actuales y proyectadas. El conocimiento de
estos factores permite tomar decisiones respecto al número de instalaciones de protección, personal necesa-
rio, tipo y volumen del equipo.

Por lo general, es más difícil proteger la periferia de un área, que su interior. Un simple cálculo matemático
permite disminuir esfuerzos en la creación simultánea de un número elevado de unidades pequeñas en sitios
diferentes, con una extensión desmesurada de límites en relación con la superficie bajo protección. Es más
adecuado un crecimiento continuo de unos pocos centros, aumentando el número de las unidades de vigi-
lancia. Eso permite aprovechar, en forma óptima, las indispensables instalaciones de administración.

Cuando se cuenta con áreas más o menos circulares y una topografía que permite el uso de caballos, cuatro
(4) guardas montados pueden vigilar satisfactoriamente unas 50, 000 hectáreas. La presencia de valles pro-
fundos, cerros inaccesibles con semovientes, lagunas y ríos disminuyen considerablemente el radio de acción,
originando a su vez la disminución de la superficie del área bajo control. En muchos casos, estos obstáculos
pueden servir como límites naturales entre unidades vecinas. Esto cambia, si el área en cuestión constituye
habitats de animales silvestres raros, como son tarucas y gatos andinos en los cerros, parihuanas y patos en
los cuerpos de agua, por ejemplo.

El número actual de vicuñas o de los otros animales silvestres no debe ser tomado como criterio para la deli-
mitación de las futuras unidades de control. Más importante es considerar el número óptimo que puede
mantenerse en el área bajo vigilancia adecuada.

De todos modos es necesario considerar y analizar la extensión completa de la futura red de control, aún
cuando no se cuente en ese momento con los fondos requeridos para la inversión total. Es aconsejable co-
menzar con la protección en los lugares que permitan la ampliación del control a unas 200,000 hectáreas,
formando un conjunto de unos 4 a 5 puestos. Este es el tamaño propicio para formar un sector de vigilan-
cia con un nivel superior (regional), cuya jefatura debe ser responsable de la ejecución de las acciones pro-
yectadas por la oficina central.

Para contribuir a asegurar una buena colaboración con la administración pública en general, a nivel de los
diferentes Ministerios y servicios, y también con la administración comunal, es conveniente que las unidades
de conservación coincidan con los límites de la demarcación política (provincias y departamentos).

En las áreas delimitadas con los criterios arriba expuestos, se deben levantar construcciones que sirvan como
base de acción y vivienda para el personal de vigilancia. Por razones obvias, es importante que esas instala-
ciones se establezcan más o menos al centro del área. Areas muy largas y estrechas o de superficie interrum-
pida requieren caminos de acceso muy largos, que reducen en mucho el tiempo disponible para la vigilancia
de los lugares marginales. Por eso, es muchas veces más adecuado construir varios refugios simples, en lugar
de un solo Puesto. Estos refugios se utilizan periódicamente dos o tres días seguidos. Para reducir los costos
al máximo y conseguir también apoyo en situaciones excepcionales, es aconsejable establecer las instalacio-
nes para uso de los encargados de los sectores, especialmente oficina y garage, dentro del conjunto de un
puesto básico regular.

353
Fig. 80: La obra comienza con la transposición de la proyección horizontal del plano al terreno, marcando con yeso.

La región altoandina, que es tradicionalmente utilizada para el pastoreo extensivo, favorece la vigilancia de
la vicuña, gracias a que los pocos pastores son sedentarios durante casi todo el año. Aparte de ellos, casi no
transitan por allí otras personas. Cualquier extraño llama la atención y causa sospechas y nadie puede des-
arrollar ninguna actividad sin ser observado por los lugareños. Logrando la colaboración del campesinado, se
pueden ubicar a todos los cazadores furtivos y detenerlos antes que causen daños apreciables.

El problema de control se torna más difícil en los lugares en donde existen carreteras troncales. Desde los
vehículos es fácil matar ilícitamente algunas vicuñas y darse a la fuga. El problema se agrava más todavía,
si dentro del área se encuentran grandes empresas con gran número de empleados que no están motivados
en la protección de la vicuña, a lo que se suma un intenso tráfico de vehículos, que atienden las necesidades
de las numerosas minas instaladas en la región.

Tomando todo esto en consideración, se puede determinar la ubicación general de los Puestos de Vigilancia.
Para escoger el sitio preciso del Puesto, dentro de un área determinada, también existen algunos criterios
ya aplicados. Precisamente, la ubicación definitiva del Puesto es de importancia capital para asegurar su
futura eficiencia. En principio, estas edificaciones se levantan, exclusivamente, en lugares estratégicos. Al-
gunos de ellos son: a) los pasos (abras); b) las trochas; c) las salidas de valles; y d) las carreteras.

354
Pasos, que unen valles

Todo el transporte y tráfico tradicionales, a pie o con acémilas, se reduce a estos senderos o caminos de
herradura. Las rutas no se cambian durante siglos. Cualquier desvío de la ruta hace por lo menos sospechar,
que se trata de una operación ilegal, ya sea relacionada con la vicuña o no. Estos lugares altos están general-
mente cerca o dentro del habitat del ciervo andino; por eso su control tiene otra función adicional, que co-
incide completamente con las ideas del manejo integral de la fauna.

Trochas

Las pocas trochas que bajan de la puna a los valles interandinos o la Costa, tienen gran importancia para el
control del tráfico. Como los niveles de altura más bajos están cruzados por muchas quebradas profundas y
difíciles de atravesar, el viajero depende de los bien conocidos caminos, mantenidos por las comunidades
campesinas desde tiempos muy antiguos. Estos senderos son también muy importantes debido a que pasan
por el habitat del guanaco y del venado de cola blanca.

Salidas de valles

En la protección de los animales silvestres de la región altoandina juegan un papel importante las salidas de
valles. Estos son sitios, en donde los valles largos y cerrados desembocan en planicies. El control permanente
de estos pasajes, mediante un Puesto de Vigilancia, impide eficientemente la entrada y salida de cazadores
a las partes altas.

Carreteras

Tiene mucho éxito la construcción de Puestos de Vigilancia al costado de carreteras que atraviesan en largas
distancias el habitat de la vicuña. La simple presencia del Puesto, en combinación con patrullas frecuentes,
desanima a los potenciales cazadores furtivos iniciar acciones ilegales. Además, los choferes de los vehículos
no aceptan fácilmente carga sin declaración del contenido, pues podría contener productos de origen ilegal,
lo que comprometería al transportista. Dentro de pocos meses, los guardafauna conocen todos los vehículos
y sus conductores, que frecuentan la ruta. Otra ventaja es el cierre inmediato de la carretera en caso de
emergencia.

La eficiencia de todas las instalaciones de control se disminuye considerablemente, si personas extrañas al


servicio conocen los horarios y las rutas del personal de vigilancia, peor aún, si pueden observarlo continua-
mente en sus puestos. Por este motivo importante, estas construcciones siempre deben encontrarse separa-
das de los pueblos, en lugares algo aislados, donde no pueden ser observados fácilmente. La distancia ideal
del Puesto, en relación a los poblados es de 4 a 5 kilómetros. En casos imprevisibles y de fuerza mayor, esta
distancia permite conseguir apoyo. Por otro lado, esta ubicación un tanto aislada impide que el personal de
vigilancia frecuente demasiado las cantinas y restaurantes de los caseríos. Se sabe muy bien, que en estado
etílico se divulgan, involuntariamente, asuntos del servicio.

Aún se presenta la oportunidad de alquilar casas desocupadas en los pueblos y habitarlas a bajo precio o sin
costo alguno, resulta más ventajoso no hacerlo, para no poner en juego la conservación de la vicuña por un
ahorro momentáneo. Por lo general, se comprueba en pocos años, que un Puesto adaptado, acondicionado so-
bre una construcción anterior, resulta más costoso, por cuanto es menor la eficiencia de la vigilancia, en vis-
ta de que no está ubicado en el sitio más estratégico. La práctica ha demostrado que se debe desestimar la
adquisición de casas prefabricadas, prefiriendo las construcciones tradicionales de adobe o piedra. Las casas
_
prefabricadas son aptas para climas templados, pero en ningún caso para las tundras andinas, o punas, que
forman el habitat de la vicuña.

355
La profundidad de las excavaciones para los cimientos varía entre 50 y 100 centímetros, según la consistencia del
Fig. 81:
suelo.

En el caso de las construcciones urbanas, los propietarios pueden escoger entre unos pocos sitios, debido a
que existe un plan general de construcciones del número reducido de terrenos disponibles. Esta decisión que
es fácil tomaren la ciudad, no lo es en el campo abierto de la puna, donde el sitio definitivo depende exclu-
sivamente de una serie de criterios técnicos, que deben ser analizados por especialistas en manejo de la vi-
cuña. En esta fase, el apoyo de un constructor profesional es de valor muy limitado.

Generalmente, todos los sitios para ubicación de los puestos deben cumplir con las exigencias siguientes:

a) Acceso

Por lo menos durante la época seca, el acceso por vehículo motorizado debe ser factible. Este requisito per-
mite el abastecimiento continuo de víveres y de forrajes, facilita la rotación del personal, el mantenimiento
del Puesto y el control por parte de la administración central. Durante la construcción, el transporte directo
del material ahorra costos y tiempo.

En muchos casos se puede lograr el acceso mediante la ampliación del trazo de una trocha antigua. En el ca-
so de tránsito muy reducido o eventual de vehículos se mantiene la cobertura natural, disminuyendo así los
trabajos de mantenimiento. Para abrir un camino nuevo, es suficiente, por lo común, remover las piedras
de la superficie, excavar cunetas y alcantarillas, y en caso necesario, aumentar cascajo y hormigón.

356
b) Campo visual

Desde el mismo Puesto, directamente desde el interior, el campo visual debe permitir la observación de un
área considerable. De esta manera, sólo por la vigilancia con personal de servicio del mismo Puesto, no se
presenta necesidad de incluir esta área en el Plan de Patrullaje. Por la capa delgada de los suelos y del mate-
rial suelto en sitios de relieve inclinado de la puna, este requisito exige, casi automáticamente, que se cons-
truya en sitios donde la roca madre aflora o se encuentra a poca profundidad. Esto reduce considerablemen-
te los costos de la construcción de cimientos. Hay que dejar en claro, que eso no significa, bajo ninguna cir-
cunstancia, construcciones en la punta de colinas o atalayas expuestas. Estos sitios, más bien, constituyen
un riesgo permanente para el personal por su extrema exposición a los rayos y al viento.

Es una exigencia básica, contar con agua potable en las inmediaciones del Puesto. En el ambiente de la pu-
na, se puede aprovechar el agua de los ríos y arroyos sin riesgos para la salud, siempre y cuando en su cauce
superior no existan poblaciones humanas, lo que aumenta el peligro de contaminación del agua. Cuando no
se cuenta con un curso de agua es indispensable perforar un pozo propio. Los Puestos de Vigilancia sin agua
potable permanente no son aptos para el servicio continuo. La construcción del pozo, el acceso y cercado
de cualquier otra fuente de agua, respectivamente, debe ser la primera construcción en el lugar escogido pa-
ra el Puesto, al fin de asegurar la salud de los albañiles y facilitar con el suministro de agua el avance de las
obras.

En el mismo sitio, o en sus cercanías, se debe conseguir el material de construcción principal. En caso con-
trario, los costos suben a niveles inconvenientes. Según el sistema de construcción que se escoja, ese material
puede ser tierra arcillosa, para manufacturar adobes, o arena y hormigón, para edificaciones de concreto.

Fig. 82: Arena limpia, libre de tierra y humus, se encuentra en determinados sectores de todos los ríos y arroyos de la puna.

357
Aparte de ésto, siempre se necesitan cantidades considerables de cascajo y piedras irregulares, para cimien-
tos y muros ciclópicos. Cantidades modestas de material adicional, como arena fina para el revestimiento de
los muros, se pueden traer de sitios más distantes, porque los costos de transporte no son excesivos.

No importa, si el sitio escogido para la construcción está en un terreno de propiedad privada o comunal, en
todo caso se deben explicar exhaustivamente al propietario la finalidad de la construcción y las ventajas
que resultan para la comunidad de la protección de la vicuña. El mismo propietario, sea persona jurídica o
natural, debe dar por escrito su acreditación para la construcción. En esos casos, no se hace necesario un
cambio específico de propiedad o tenencia, sino que basta ceder en usufructo el terreno para la construc-
ción.

2.0 Consideraciones sobre el Diseño de los Puestos de Vigilancia

Las características de la vigilancia de la vicuña en su habitat natural exige que se tomen en cuenta considera-
ciones especiales para el diseño de las construcciones. Los arquitectos o constructores profesionales no
conocen esas peculiaridades y por eso es indispensable que los responsables de los proyectos de manejo de la
vicuña proporcionen la debida información y coordinen suficientemente con los encargados de las obras.

Para la proyección del tamaño y del tipo de arquitectura se debe tomar en consideración que la construc-
ción debe ser, al mismo tiempo, una cómoda y funcional vivienda permanente para cuatro (4) guardas, al-
macén de víveres para un período mínimo de seis (6) semanas y de implementos necesarios para la ejecu-
ción del servicio.

La construcción (Puesto) debe facilitar funciones simples de servicio y de contacto oficial por el campesi-
nado, sin la necesidad de que los lugareños entren hasta la vivienda (dormitorios, cocina-comedor). Aún
siendo suficientemente modesto, el diseño arquitectónico debe proporcionar prestancia al Puesto, a fin que
presente una buena imagen del personal y de la organización que representa.

Todos los puestos deben contar con ciertos elementos arquitectónicos que permitan reconocerlos como par-
te integrante de un solo organismo. Aparte del impacto positivo en el público, esta semejanza disminuye
preferencias y desatenciones de algunos Puestos por parte del personal.

Por su ubicación en sitios aislados, alejados de pueblos y caseríos, los Puestos pueden estropear el paisaje
considerablemente. Es por eso, que resulta inconveniente trabajar con un solo plan o patrón de construc-
ción, estandarizado. Los detalles definitivos se deben elaborar de acuerdo a la situación concreta del lugar.
Es indispensable emplear debidamente todos los materiales locales, ya sean piedras, rocas, maderas o ado-
bes.

Se deben tener muy en cuenta las dimensiones de las puertas y ventanas, la altura de las paredes y el sistema
de ventilación. La altura extrema sobre el nivel del mar, con frío nocturno, y sobre todo las costumbres y
exigencias del personal de vigilancia, oriundo de la región, exigen un cuidadoso análisis de la construcción.
Imprevisión en este sentido no solamente produce un deficiente servicio sino que favorece las enferme-
dades. Es equivocado proyectar muchas habitaciones, que posteriormente quedan desocupadas por el frío.
Por lo general, es conveniente limitarse a un ambiente combinado de cocina-comedor, con sala de estar, a-
provechando el calor de la estufa para la calefacción de todo ese ambiente. A eso se debe sumar un amplio
dormitorio común, con instalaciones para guardar los bienes personales, las armas y las municiones. Final-
mente, se requiere un corredor ancho para guardar la ropa de campo y el equipo de servicio cotidiano. Las
estanterías y repisas en diferentes sitios o en un cuarto especial permiten almacenar los víveres. No es acon-
sejable proyectar un cuarto especial de huéspedes, debido a las pocas visitas al Puesto. En cada Puesto
para asegurar su funcionalidad se debe construir una caballeriza, teniendo bajo techo el comedero y el dor-
mitorio, permitiendo el acceso libre al corral. Esta combinación facilita cierto movimiento de los semovien-
tes, y previene las enfermedades por inactividad, pues resulta imposible maniotar las bestias diariamente,
sin lesionarlas gravemente. El depósito de forrajes debe contar con un recipiente cerrado, protegido de los

358
roedores, para guardar granos o alimento concentrado, e instalaciones para colgar los aperos completos de
servicio. La construcción de la cuadra, en un lugar cercano al Puesto, asegura la atención fácil de los caba-
llos, aún bajo condiciones de tiempo desfavorables. Los terrenos planos disminuyen los costos de construc-
ción considerablemente.

El trabajo de varios años ha permitido acumular una valiosa experiencia sobre la construcción de Puestos
de Vigilancia. En los párrafos que siguen se proporcionan algunas informaciones que permiten formarse una
idea básica de las características y exigencias para un puesto funcional.

Delante de la entrada principal, un pasadizo techado debe facilitar a los guardas colocar Momentáneamente
su equipo de campo y en la época de lluvias su ropa mojada. Este espacio, provisto de asientos, permite el
intercambio de ideas sobre asuntos de servicio y mantener conversaciones de carácter oficial con los campe-
sinos de la localidad. No existe ninguna necesidad de permitir la entrada de personas ajenas al servicio a las
instalaciones internas, donde se guardan las cosas personales, documentos oficiales, equipo, armas y muni-
ciones. Por la misma razón y bajo ningún concepto, se puede permitir el uso de los Puestos como viviendas
para las familias de los guardas. En caso contrario, se hace imposible cumplir a cabalidad el reglamento
del servicio y aplicar las sanciones por incumplimiento.

Entrando por la puerta principal al interior de la casa, el corredor amplio debe estar dotado de estantes y
perchas, para depositar los objetos de uso diario, para los cuales no hay lugar en las habitaciones: ropa pro-
tectora, botines, botas de jebe, botiquín, pizarra de apuntes, plan de servicio, carpeta alta empotrada, entre
otros.

Tanto por razones de la economía, para bajar los costos de construcción, como por aplicación práctica, es
aconsejable reducir la sala de estar y la cocina del Puesto de Vigilancia a un solo ambiente. Su exposición
debe ser tal, que la luz del día alumbre su interior al máximo posible. En relación a las otras habitaciones,
no se puede construir la entrada a la sala cerca de la puerta principal, sino dando al interior del pasadizo. A-
parte de los aspectos de higiene, esto es útil para reducir el escape de calOr y las corrientes de aire.

No obstante la fusión de la cocina con la sala de estar, los dos ambientes deben tener cierta separación ar-
quitectónica y funcional. La cocina necesita varios estantes, repisas, mesas y armarios, para posibilitar el al-
macenaje de los víveres de uso común y de los ingredientes y de la batería de la misma cocina. Eso permite
por un lado el trabajo óptimo del cocinero de turno, y por otro, evita que la preparación de las comidas mo-
leste al personal. La cocina misma, ya sea una estufa u hornilla, debe tener fácil acceso por diferentes lados,
por el peligro que siempre existe de quemaduras accidentales. Es indispensable una eficiente campana de
ventilación que facilite la rápida salida del humo, de los olores o del vapor. Por el peligro de incendios y el
olor penetrante que producen, los combustibles se deben depositar en otro ambiente. Una mesa grande per-
mite comidas en común de todo el personal. Entre el mobiliario de sala, lo más importante es contar con
una cantidad suficiente de sillas, bancos y mesitas. Estos muebles permiten a cada uno de los vigilantes ha-
cer uso individual de su tiempo franco, sin molestar ni ser molestado.

El tamaño del dormitorio debe ser tal, que no exista la necesidad de colocar camas muy cerca de las venta-
nas, por el peligro — real o imaginado — para la salud.

Los camarotes de dos pisos ahorran mucho campo, pero no son muy apreciados, por la incomodidad de su-
bir y bajar, y además no es tan fácil tender la cama en forma impecable. Es muy aconsejable satisfacer esta
comodidad, por otra parte modesta, proyectando de antemano el dormitorio con un área que permita colo-
car camas simples. Adicionalmente, en el dormitorio deben colocarse armarios para los efectos personales
de los guardas destacados en el Puesto.

Cuando en un Puesto se programa el funcionamiento de la Jefatura de Sector, se necesita dotarlo de una ofi-
cina, un dormitorio adicional, un garage y un apartado para el radio de servicio. Ese radio puede ser accio-
nado por un grupo electrógeno a base de gasolina o petróleo, por un dinamo de pedal o también por células
solares.

359
3.0 Construcción

La necesaria ubicación de los Puestos de Vigilancia en sitios aislados origina dificultades para su construc-
ción. Un factor muy importante son las carreteras mantenidas por las comunidades, que por lo general se
encuentran en condiciones deficientes. Durante ciertas épocas del año se obstaculiza o imposibilita por
completo el tránsito de vehículos. Además, los constructores no están acostumbrados a conseguir el mate-
rial primario de construcción en el sitio mismo, y no saben ni organizar ni ejecutar bien los trabajos. En nin-
gun sitio de la puna se consígue proveedores de arena, hormigón, cascajo o adobes. La falta de restaurantes
y pensiones y las inclemencias del tiempo desaniman a los obreros de construcción a aceptar trabajos en
estos sitios. Para el personal técnico resulta difícil controlar el avance de la construcción. Estos inconvenien-
tes disminuyen, ostensiblemente, el interés de ejecutar estos trabajos, por parte de las empresas de construc-
ción, aún en épocas de desocupación. Los contratistas que son conocidos como honestos y puntuales en
construcciones urbanas, exigen precios exagerados por obras en la puna, en su incapacidad de valorizar los
riesgos desconocidos.

En las licitaciones públicas frecuentemente se presentan constructores desconocidos, quienes posteriormen-


te, durante la ejecución de la obra, encuentran continuamente excusas y justificaciones para explicar las de-
moras y exigir compensaciones adicionales, adelantos y prórrogas de entrega. En los casos que terminan la
construcción, el acabado es deficiente. No hay que engañarse, aún introduciendo cláusulas específicas en
los contratos es casi imposible contrarrestar el incumplimiento. Las demandas judiciales duran años y raras
veces se obtiene el reembolso del dinero invertido. De todos modos, se pierde mucho tiempo, útil para la
protección de la vicuña.

Fig. 83: Las tierras aluviales son muy apropiadas para manufacturar adobes, después de entremezclar con cierta cantidad de
ichu.

360
El único camino para evitar esas dificultades, es ejecutar las obras por administración. Esta modalidad exige
una alta dedicación al trabajo y facilidades de organización, por parte de los encargados del Proyecto de ma-
nejo en cuestión. El punto clave siempre reside en la formación de una cuadrilla bien seleccionada de alba-
ñiles y carpinteros, con sus ayudantes. Para interesarles en la buena ejecución de la obra, es preferible tra-
bajar con personal de la región. Eso permite, utilizando el aliciente de recompensa por sobretiempo, la visi-
ta mensual a la familia y la compra de víveres. Con un grupo de obreros de construcción satisfecho, que no-
ta el interés de sus jefes, se logra un avance rápido de la construcción, aún bajo condiciones desfavorables.

3.1 Materiales de Construcción

Los Andes pertenecen a las regiones de mayor actividad sísmica de Sudamérica, pero en el habitat de la vi-
cuña, debido a la altura, se producen sólo temblores. Por eso, es posible utilizar en la construcción de edi-
ficios adobes tradicionales, sin mezcla adicional de materiales estabilizantes. Los muros de adobes guardan
bien el calor y por eso contribuyen a proporcionar un ambiente agradable en las viviendas de la puna. Su
gran ventaja es, además, la abundancia del material para su confección. Eso significa una reducción conside-
rable y hasta la eliminación total de los costos de transporte.

La materia prima, tierra arcillosa de granos menudos con alto porcentaje de sustancias orgánicas, se encuen-
tra generalmente cerca de los ríos y riachuelos. Para la confección de adobes se humedece la tierra, entre-
mezclándola con suficiente paja apisonándola hasta que se transforma en una masa homogénea y viscosa.

Las dimensiones de los adobes de la Sierra son considerablemente más grandes que en la Costa: 50 x 30 x
15 cm. Su tamaño y peso permite un manipuleo fácil, en construcciones de un solo piso.

Fig. 84: Según la costumbre local y la calidad de la tierra varía el tamaño de los moldes. Las dimensiones generalizadas son
de 50 x 30 x 15 centímetros.

361
No es aconsejable utilizar gas propano o kerosene, aún cuando aparentemente el abastecimiento no es difi-
cil. Con toda seguridad se presentarán épocas de escasez. Se tiene buena experiencia con materiales orgáni-
cos sólidos como leña, turba y excrementos de ganado, que continuamente están a disposición del personal
de vigilancia. Contrariamente a lo que se imagina, ni aún las bostas secas desarrollan mal olor. Estos materia-
les se pueden quemar en estufas de fierro fundido o en caso necesario en planchas de fierro de 2 a 3 mm,
fabricadas por un mecánico del lugar. El uso de un tubo ancho, de 6 pulgadas, asegura un buen tiro. Donde
éste traspasa las tablas del cielo raso se coloca una plancha de asbesto, por razones de seguridad, y en la par-
te superior y exterior del techo un anclaje firme, a todos los lados.

Si en un Puesto no se instala una calefacción adicional, contentándose con el calor de las hornillas de la
cocina, por lo menos se debe instalar una campana de ventilación apropiada.

3.2.4 Alumbrado

Para el alumbrado cotidiano de los Puestos no son apropiados aquellos sistemas que trabajan a presión y por
carburación de combustible, no obstante su alta potencia. Estos aparatos, sometidos a un uso intenso, resul-
tan delicados y peligrosos, siendo fuente de accidentes e incendios, pues estas lámparas no quedan colgadas
en un solo sitio, sino que frecuentemente se las traslada a los cuartos o al exterior para efectuar quehaceres
domésticos y atender a los semovientes, entre otros. Precisamente este manipuleo y las gotas de lluvia o co-
pos de nieve originan la rotura del cilindro protector. Es preferible usar las lámparas de kerosene con me-
chas y cilindro, o en caso necesario también los faroles de mano, que tienen buena resistencia al viento. Por
el fuerte calentamiento de todo tipo de lámparas es necesario colocarlas en el cielo raso, sujetas a un gan-
cho, con un disco protector de metal o asbesto.

Los Puestos de Vigilanya están ubicados en ambientes de muy intensa radiación solar durante casi todo el
año, a orillas de ríos o en lugares con mucho viento, y nunca están conectados con la red general de energía
eléctrica. Estos factores son ideales para instalaciones que transformen la energía del agua, del viento y del
sol en corriente eléctrica. Hasta la fecha, los altos precios de estos artefactos impiden todavía su adquisi-
ción sólo para un Puesto de Vigilancia.

3.2.5 Pisos

Los pisos de madera aislan el frío del suelo y por esta razón se podría justificar su uso, costoso, en los
Puestos de Vigilancia No obstante esta ventaja se debe desestimar su empleo, debido al gran trajín a que se
exponen, con calzado de campo, que origina rápidamente su desgaste. Además, son de difícil y costoso man-
tenimiento y no se puede conservar una buena higiene.

En el pasadizo, cocina y depósito, son muy convenientes los pisos de cemento pulido, entremezclado con
un colorante para darle una mayor vista. Estas superficies se pueden limpiar con agua, desinfectar y encerar
continuamente. Para los dormitorios se recomienda usar pisos de vin ílico con aislamiento suficiente y de fá-
cil limpieza.

Usando para el cielo raso del techo maderas machimbradas de una pulgada, que soporta bien el peso de una
persona, se puede .ganar un ambiente para un enorme depósito bajo el techo, en el cual es posible guardar
el equipo que no se utiliza todos los días.

Aunque los Puestos estén permanentemente ocupados, puede ocurrir que una emergencia pueda exigir la
ausencia de todo el personal durante varios días; por ello, es recomendable proteger las ventanas con rejas
de fierro forjado.

364
Fig. 85: Rejas resistentes en las ventanas son elementos importantes para impedir robos durante las ausencias del personal.

Todas las instalaciones para la vigilancia se encuentran dentro de la misma región climática. Su peculiaridad
resulta de la mejor adaptación al lugar preciso. En los diferentes Puestos existen elementos estructurales
de igual función y apropiados para la estandarización. De esta manera, buenos artesanos pueden confeccio-
narlos en talleres bien equipados y bajo condiciones favorables y en cantidades que satisfacen la demanda
de todo un año. Esta confección en serie aumenta la experiencia del artesano y de esto resulta el mejora-
miento de la calidad. Otro factor positivo es la reducción de costos por unidad. Algunos de estos elementos
son: puertas exteriores e interiores, ventanas y rejas protectoras de fierro, estufas, carpetas altas empotra-
das, campanas de ventilación, repisas, mesas y bancos.

3.2.6 Pozo de Agua

En todos los lugares donde en la época de sequía dejan de correr los riachuelos y desaparecen temporalmen-
te otras fuentes de agua, es necesario contar con un pozo propio para asegurar el abastecimiento del Puesto
durante todo el año. Con la debida precaución se excava en el sitio escogido. Este es generalmente un traba-
jo relativamente fácil, gracias a la estructura de la tierra en la puna. En la mayoría de los casos, es suficien-
te apuntalar el pozo abierto con postes de madera. Para tapiar los muros, se construye un molde semejante
a una rueda, cuyo aro corresponde al diámetro definitivo del pozo. En su circunferencia se colocan piedras
con cemento, dejando entre ellas muchas grietas para filtración. El espacio entre éstas y la tierra original, de
unos 20 a 30 centímetros, se rellena con arena limpia o ripio, y una capa del mismo material se echa al fon-
do del pozo. Con el avance de la obra, el molde se levanta paulatinamente hasta la superficie. Después de
la construcción, es necesario vaciar el agua varias veces, para que pierda el olor y sabor-a cemento. En los
pozos más profundos, de 4 metros, donde no entra con facilidad una escalera corriente de madera, se colo-
can en el interior fierros doblados en forma de U, que sirven de escalones. Para prevenir accidentes y evitar
365
la entrada al pozo de agua superficial, el brocal debe levantarse unos 80 centímetros sobre el nivel del piso.
También es indispensable colocar una tapa de madera para evitar el crecimiento de algas y el ingreso de im-
purezas.

3.2.7 Letreros y Avisos

Es obvio, que la protección de la vicuña en el campo no puede ser tan eficiente, que evite todos los actos
ilegales. El personal de vigilancia necesitará siempre la colaboración activa de los lugareños. Adicionalmente,
contra los cazadores furtivos, que simulan ignorar los dispositivos legales en favor de la vicuña, es sumamen-
te práctico colocar avisos, que informen sobre la protección especial a este animal. Eso desbarata de antema-
no a todas las excusas posibles. Es cierto que el desconocimiento de la Ley no exhibe de su cumplimiento,
pero siempre se trata — casi siempre con éxito — de considerar la ignorancia por lo menos como circunstan-
cia atenuante. Además, los lugareños y transeuntes deben contar con indicaciones visuales para saber exacta-
mente en dónde se encuentran los Puestos de Vigilancia, a dónde acudir en caso de observar irregularidades
o de necesitar ayuda.

Teniendo en cuenta que las construcciones de madera y metal son poco resistentes a la intemperie, frecuen-
temente se deterioran o son destruidas por el público, son mejores las construcciones sólidas de concreto.

En los desvíos de las carreteras se debe indicar distancias, en kilómetros, entre los diferentes Puestos y el
centro administrativo. Delante del Puesto se debe colocar un aviso más pequeño con el nombre, que debe
coincidir con el del lugar. Al reverso de estos avisos se colocan lemas relacionados con la conservación de la
vicuña. Es conveniente tener un solo patrón, en tamaño y forma para los diferentes letreros.

Aparte de esta utilidad directa de informar y guiar, se constata un efecto sicológico muy positivo: la pre-
sencia de avisos en distancias entre 10 y 15 kilómetros de los Puestos de Vigilancia y sobre todo del perso-
nal de campo durante sus patrullajes, causa la impresión de una tupida red ininterrumpida de protección,
que frustra de antemano los intentos de actos delictivos.

3.2.8 Refugios

El refugio es una construcción sencilla que sirve, con intervalos irregulares, a las patrullas de vigilancia, fa-
cilitándoles pernoctación cómbda aún bajo condiciones desfavorables de tiempo. El mobiliario se reduce a
catres con frazadas, mesa, sillas, mesita empotrada para cocinar con hornilla a kerosene, utensilios indispen-
sables y enseres de limpieza. Se puede prescindir de ventanas, pues la luz entra por la puerta abierta. Esta
puerta debe ser maciza, abriéndose hacia afuera, cubierta con planchas de fierro y cerrarse con una barra de
metal. En muchos casos es posible ubicar este refugio por debajo de salientes rocosos. Esto tiene la ventaja,
aparte de camuflar el refugio, de ahorrar el techo que es, por lo general, difícil de proteger contra violaciones.
A falta de estos lugares apropiados, se construye el techo como bóveda semicircular, del mismo material que
los muros.

Aún en lugares aparentemente seguros los maleantes tratan, dentro de poco tiempo, entrar al refugio por la
fuerza, para robar ,y destruir.

No es necesario abrir caminos de acceso a los refugios. Todo el material de construcción y el mobiliario se
transporta a lomo de bestia.

366
3.2.9 Asta de Bandera

En todos los Puestos se construye la base para el asta de la bandera en un sitio cercano, que guarde armonía
con todo el conjunto arquitectónico. La bandera nacional se iza obligatoriamente todos los días domin-
gos y en los feriados cívicos.

También se coloca el escudo nacional, reglamentario, en un lugar bien visible del exterior del Puesto. Esto
permite identificarlo y respetarlo como edificio oficial.

Para contribuir a formar un ambiente agradable e inconfundible, en las inmediaciones del Puesto se planta,
en sitios apropiados y protegidos de los vientos y el ganado, algunos ejemplares de árboles autóctonos de la
región, como queuña (Polylepsis sp.) y quisuar o quolle (Buddleia sp.). Se entiende, que los plantones nece-
sarios no se sacan de los bosques relictos, sino que se adquieren en los viveros forestales.

3.2.10 Estación Meteorológica

En el manejo de la vicuña silvestre no es posible ejecutar los trabajos científicos ni prácticos, sin el conoci-
miento de los datos climáticos principales sobre el habitat de la especie. Se necesita conocer los datos mete-
orológicos promedios de varios años para ubicar el área en cuestión en el piso altitudinal correspondiente y
realizar todos los trabajos de ciencias naturales aplicadas, relacionadas con la pedología, botánica, zoología
y agrostología.

Hasta la fecha, las observaciones meteorológicas sistemáticas son sumamente raras en la puna. Por eso, en
todos los proyectos de cierta envergadura es indispensable la construcción de una estación meteorológica
propia. Para la ubicación de la estación y la instalación correcta de los diferentes instrumentos, existen nor-
mas internacionales que se deben cumplir exactamente. Estas normas se pueden obtener fácilmente en los
servicios meteorológicos gubernamentales. Para satisfacer las exigencias básicas, es conveniente comenzar
con el apunte de los datos de la precipitación, temperatura, velocidad y dirección del viento. Una importan-
te información adicional se obtiene del conocimiento de la humedad del aire, de la evaporación, de las horas
de sol y las temperaturas del suelo.

El ganado y la curiosidad de sus pastores destruyen muchas instalaciones meteorológicas y hacen inservi-
bles los datos de cierto período. Por esta razón, es sumamente importante instalar un cerco sólido y muy re-
sistente, que no pueda ser violado por el hombre, ni por el ganado o animales silvestres grandes. Esto exclu-
ye, de antemano, levantar un cerco de palos con unas cuantas líneas de alambre de púas. Es más adecuado,
pero también más costoso, colocar un cerco de alambre de malla de 1,80 metros de altura, soldado en mar-
cos rectangulares y empotrados en cimientos de piedra.

La parte más débil, en la mayoría de las estaciones meteorológicas no oficiales, es el servicio contínuo du-
rante todo el año y tres veces por día. La falta de registro, aún de unos pocos días, disminuye considera-
blemente el valor de las observaciones e impide el cálculo de promedios exactos. Para asegurar esta rutina,
es aconsejable adquirir instrumentos que registren automáticamente los datos de varios días. El valor de mu-
chos trabajos científicos y de las experiencias prácticas baja considerablemente por la falta de datos meteo-
rológicos detallados. Por eso, es importante dar prioridad a la adquisición de los instrumentos meteoroló-
gicos, considerando los fondos necesarios en el presupuesto anual de los proyectos.

367
De todos modos, se recomienda conseguir el reconocimiento oficial de la estación meteorológica por el or-
ganismo correspondiente del Estado. Los meteorólogos profesionales del servicio oficial proporcionan mu-
chas sugerencias, apoyan en el mantenimiento de los instrumentos y prestan equipo. En muchos casos, ellos
aceptan también capacitar al personal subalterno encargado de las observaciones en las estaciones meteoro-
lógicas de los proyectos de manejo de fauna. Por lo general, el servicio meteorológico oficial ejerce un con-
trol y reacciona cuando los datos mensuales no están completos, por cualquier descuido. De otra manera,
estos vacíos de información llegarían muy tarde al conocimiento de los niveles superiores cuando ya han o-
riginado daños irreparables.

3.3 Avance de la Construcción

La construcción de instalaciones sólidas resistentes como son los Puestos de Vigilancia, no es muy bien co-
nocida por los artesanos locales. Para evitar errores graves, parece oportuno indicar aquí los pasos más im-
portantes en su construcción. Se entiende que esto no sustituye al personal técnico para su ejecución, pero
por lo menos facilita la dirección y supervisión de la obra. Después de marcar con yeso el plano en el terre-
no y terminar la excavación de los cimientos hasta la roca madre o a la profundidad prevista, se comienza
con la construcción propiamente dicha.

Es importante, que aún las construcciones con adobes tengan cimientos de concreto y sobrecimientos o
zócalos de piedra caravista. No es recomendable revestir esta última parte, debido a que los ácidos de humus
llegan a los muros con el agua de la erosión hídrica, afectan mucho la estabilidad del concreto y se desin-
tegra en poco tiempo. Por razones estéticas y de estabilidad se prefieren los muros ciclópicos, libres de mus-
gos, algas, lichenes y tierra, para asegurar el fraguado de la mezcla. Es un error grave y frecuente usar mez-
clas muy espesas, que no se unen con las piedras. Frecuentemente, con la finalidad de disimular un mal tra-
bajo, se colocan en las uniones algunas piedras pequeñas. Esta costumbre resulta muy negativa para la esta-
bilidad de la construcción, porque estas piedras se desprenden rápidamente, ingresando agentes destructo-
res del ambiente. Por eso, es preferible exigir el acabado de esta parte de la construcción antes del fraguado
de las uniones.

Sobre el fundamento se levantan los muros con los adobes puestos de cabeza. Entre cada adobe — tanto en
la misma fila, como entre filas diferentes — se colocan unos dos centímetros de la misma mezcla húmeda de
barro batido. Si se considera un revestimiento posterior de los muros, se debe tener cuidado que esta mezcla
no llegue hasta las caras exteriores de los muros. Las aberturas para puertas y ventanas se dejan vacías desde
un comienzo y a la altura prevista se colocan maderas, a manera de dintal, que resisten el peso de las filas su-
periores de adobes. A la altura final deseada, se cubre el muro con paja, y lo deja descansar unos dos meses
como mínimo, mejor aún toda la época de lluvias. Durante este tiempo, se endurece el barro todavía blando
en el interior, evitando posteriormente grietas en el revestimiento. Es incorrecto rellenar con barro las unio-
nes hasta la superficie, fingiendo así un trabajo esmerado. Precisamente, estos huecos aumentan la superfi-
cie del muro y permiten el agarre de otros materiales.

368
Fig. 86: Para garantizar su resistencia contra la intemperie y movimientos sísmicos, se levantan los muros con adobes puestos
en aparejo escalonado y de cabeza, con unos dos centímetros de barro entre las uniones.

Ya en los diferentes trabajos preparatorios, se debe decidir por el tipo de revestimiento, yeso o concreto. El
uso de yeso resulta de todos modos más económico. Este material fragua firmemente en los adobes y tam-
bién en las maderas. Es muy fácil tanto su preparación como su utilización. El único factor negativo es su
bajo nivel de solidez: cualquier toque fuerte a la pared origina impresiones profundas. Por esta razón, su
uso está limitado exclusivamente a los interiores de las casas, en combinación con un zócalo de 40 a 50 cen-
tímetros de concreto, que protege el estucado. El yeso crudo preparado con agua y arena, debe formar una
masa espesa uniforme y viscosa. Después de 20 minutos pierde su plasticidad. Esto quiere decir que en ese
tiempo se debe usar toda la cantidad preparada. Esta masa se pone sobre los adobes bien humedecidos, en
dos o tres capas sucesivas.

El revestimiento de concreto es mucho más resistente, pero exige algunos trabajos de preparación debido a
su mala adhesión a otras superficies. Así, es necesario cubrir el barro seco de los muros de adobes, como
también las maderas de las ventanas y puertas, con un enmallado de alambre. Para este fin se fijan provisio-
nalmente en los adobes clavos de 4 pulgadas a una distancia de unos 30 centímetros, extendiéndose entre
ellos alambre negro. Colocada toda la red, se hunden los clavos, dejando sobresalir una pulgada. En las aber-
turas para puertas y ventanas es más fácil usar malla hexagonal en lugar de alambre. Después de humedecer
las paredes se aplica la primera capa del revoque, con una mezcla acuosa de arena y cemento. Las capas si-
guientes se preparan igual que cualquier otra construcción.

369
Fig. 89: La habilidad artesanal encuentra material local de construcción por todas partes. Se demuestra la manufactura de
lajas por la separación de bloques de piedra arenisca.

Pintar el exterior de todo el edificio proporciona una imagen de limpieza y orden. Para que los Puestos pre-
senten un aspecto uniforme en toda la red de vigilancia y para facilitar el trabajo, sin tener que recurrir a
mezclas, difíciles de conseguir, es preferible el uso de pintura blanca pura.

3.4 Epoca de Construcción

En el habítat de la vicuña las obras de construcción civil se pueden ejecutar entre los meses de junio a no-
viembre. Aunque las lluvias concluyen antes de junio, los efectos de la precipitación intensa se mantienen
como un obstáculo para realizar las construcciones. El mayor impedimento es la obstrucción o corte de los
caminos de acceso, parcial o totalmente intransitables para vehículos motorizados. En el mejor de los casos,
se deben efectuar rodeos largos y reducir la carga. Las entradas a las canteras son intransitables y los vehícu-
los de doble tracción deterioran la vegetación a un grado inaceptable_ En la época inmediatamente poste-
rior al período de lluvias las excavaciones para los cimientos se llenan con agua, impidiendo el avance de la
obra. Aún en el tiempo considerado apto para realizar construcciones hay días poco propicios: las grani-
zadas pueden malograr las maderas no protegidas, como es el armazón del techo o el tablero del cielo raso;
las heladas nocturnas, de varias semanas de duración, no solamente rajan los adobes frescos sino que desinte-
gran también las mezclas del encofrado y del revestido en forma irreparable. Estos incidentes paralizan el
avance de la obra y dejan a los trabajadores en involuntaria inactividad. Por ello, el jefe inmediato debe pro-
gramar otro tipo de trabajos que los mantenga ocupados.

372
Fig. 90: Los pasadizos de piedras planas requieren una nivelación exacta, para evitar el estancamiento del agua.

Por todos estos contratiempos, la construcción de un Puesto en un sitio apartado, calculada con una planifi-
cación realista, es de dos (2) años. Se ha experimentado en años recientes el avance siguiente:

a) Primer año. — En este año se realizan todas las gestiones para asegurar una correcta situación legal de la
construcción (Puesto). Esto requiere varias reuniones con las autoridades comunales y asambleas generales
de orientación y concientización. Queda tiempo para levantar el campamento para la cuadrilla de construc-
ción y para cavar zanjas que desvían el agua de la superficie, de las lluvias y de deshielo. En este trabajo se
debe tener mucho cuidado de no sobrepasar los niveles de 5 grados, para prevenir fosas profundas de ero-
sión, que son difíciles de eliminar posteriormente. Además, se abre o se arregla el camino de acceso, desde el
desvío de la carretera pública hasta el sitio de construcción. Después se sigue con la confección de adobes
y la acumulación del material de construcción: arena, hormigón y piedras. En caso de utilizarse adobes, la
construcción debe avanzar hasta el levantamiento de los muros, dándoles tiempo de asentarse durante las
lluvias. Para una construcción de concreto es suficiente terminar los sobrecimientos, ya que con el material
acumulado se levantan rápidamente los muros encofrados el año siguiente. Para impedir la retención del
agua en los interiores, con sus efectos negativos los constructores experimentados forman algunas salidas
tubulares hacia afuera, que se rellenan en el momento del techado del Puesto.

373
b) Segundo año. — En la época apropiada se comienza con el traslado de todo el material faltante y de los
elementos arquitectónicos, manufacturados durante la época de lluvias. Para resguardarse de las fuertes he-
ladas, se procede inmediatamente al revestimiento de los muros. Posteriormente, con la construcción del te-
cho se logra cierta independencia en relación al tiempo y también del frío y de las lluvias, lo que permite
un acabado esmerado, obtenido con tranquilidad.

En el primer año de construcción, las temidas lluvias tempranas pueden originar daños considerables, en
caso de un apresurado avance a cualquier costo. Ya lluvias moderadas destruyen al revestido por completo
y descalzan los sobrecimientos y corredores. Durante esta temporada, el aire húmedo no puede secar estas
partes hasta el día siguiente. De esta manera sigue el proceso de destrucción, en caso que se repita la precipi-
tación pluvial.

En consecuencia, no solo por consideraciones humanas, sino en razón del costo, es necesario prever el tras-
lado temprano de toda la cuadrilla de trabajo a otro sitio, con posibilidad de laborar bajo techo. En el caso
ideal de un proyecto en plena expansión, las cuadrillas pasan a una construcción de segundo año. También
a la administración le conviene la concentración del trabajo en unos pocos sitios, pues con las lluvias vuelven
a presentarse todos los problemas relacionados con las comunicaciones deficientes: pago impuntual de jor-
nales, transporte-deficiente del personal y escaso control del avance. De la comodidad del refugio y del ma-
terial depositado depende si es preferible destacar a un guardián permanente, organizar una guardianía pro-
visional con personal de vigilancia, o retirar todos los materiales, herramientas, efectos personales y desar-
mar la cabaña, reinstalándose el año siguiente.

Fig. 91: El pasadizo, con bancos de piedra, sirve como depósito temporal y facilita la atención a visitantes durante la época
de lluvias.

374
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Puesto de Vigilancia de: ricorroo N° de Resumen
Personal Destacado

)&31raddi¿~9,0042.4-,
OB3ERVAOIONES

1.-Tropilla de I:IACHOS421,00419 N° Total de


N°Total de Individuos 4011
2.-Grupos 4464:. N° Total de Grupoffigri____
N°Total de Individuos Indrj7
3.-Animales SOLITIaIOS,no IDEPTIFIV N0Total de Individuos
o
S/
4.-N° TOTAiJ DL VICLIUS 033ERV'DAS Jválf
0,, #11W-41404111114
, .
B)ANILALIJS DaiLSII003
1.-Ganado VACUNO N°Total de Individuos %:/-05(
2.-Ganado OVIi-K)/CAPAI1Z N°Total de Individuo~
3.-Ganado iUINO N°Total de Individuos,,*
4.-Ganado AUWENIDO(11ama y alpaca)411, yTotal de Individuos~

C)DESPOJQ 1:),; AflInALES SILVE3TR23;


1.-Tipo y 7)exo del Animal Número
Partes :Encontradas:

2. - Tipo y Jjexo del Animal ero "Jit io


Partes :Encontradas:

3.-Tipo y Zexo del Animal Número


Partes Encontradas
4.-Tipo y Sexo del Animal Numero 3itio
Partes Encontradas;
D)OTRAS OB12RVACIONES:

NOLDR.,.; J2E 2L PUES

AEVIADO POR
( Administr dor

Fig.92

375
3.5 Mantenimiento de la Construcción

En los primeros años después de la construcción el mantenimiento se limita al repintado de los techos y de
los exteriores de madera, aparte de la reparación de algunos daños ocasionales, como son roturas de lunas
de ventanas, planchas de "Eternit" rajadas, maderas arqueadas o similares. La mayoría de estas reparaciones
fáciles originan únicamente gastos de material. La ejecución de la reparación puede ser realizada por los mismos
guardas. Por eso, es recomendable entregar a cada Puesto de Vigilancia, desde el comienzo, un juego de herra-
mientas y utensilios, que sin ser nuevos, sean todavía utilizables. Las herramientas indispensables son pico,
pala, martillo, serrucho, tenazas y rastrillo, debiendo también contarse con una carretilla.

Con el correr del tiempo aumenta también el volumen de las reparaciones. Por eso, en las unidades de mane-
jo que cuentan con cierto número de puestos funcionales es conveniente que anualmente un albañil y un
carpintero se dediquen durante algunos meses exclusivamente al mantenimiento sistemático de los edificios.
Esto refuerza la propuesta de construir con los mismos elementos arquitectónicos todos los Puestos: su des-
gaste anual, casi uniforme, permite predecir los costos de reparación. De esta manera, se pueden incluir en
los presupuestos de cada año las sumas necesarias para el mantenimiento de los Puestos de Vigilancia.

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