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El libro 1973 es el resultado de la experiencia de sus trabajos en la CEPAL: objetivo resolver los problemas
económicos urgentes de AL. Buscando las soluciones a los problemas suscitados por el desajuste económico
mundial en AL. de fundamental importancia para el pensamiento del desarrollo americano y la teoría de la
dependencia
El fracaso del desarrollo económico latinoamericano sigue reflejándose en el estrangulamiento externo,
desequilibrios inflacionarios, atraso agrícola, existencia de vastos grupos sociales desempleados y marginados y la
tendencia al estancamiento.
dichas características constituyen consecuencias inherentes al proceso socioeconómico propio de un sistema
subdesarrollado y dependiente.
La política económica ha procurado adaptar el sistema para hacerlo tolerable, antes que provocar una
transformación de sus estructuras básicas.
La Caracterización del sistema subdesarrollado y dependiente se basa en un examen crítico de los conceptos de
desarrollo y subdesarrollo, concluyéndose que el subdesarrollo no es un momento ni una etapa en la evolución
de una sociedad aislada y autónoma, sino parte del proceso histórico global de desarrollo del capitalismo.
Es decir, desarrollo y subdesarrollo son estructuras parciales pero interdependientes que conforman un sistema
único, en el cual la estructura desarrollada (centros) es dominante y la subdesarrollada (periferia) dependiente.
El método propuesto -que se define como estructural, histórico y totalizante- conduce al estudio crítico de las
teorías del desarrollo contenidas en las principales corrientes del pensamiento económico: clásico, marxista,
neoclásico y keynesiano.
el problema fundamental del desarrollo de una estructura subdesarrollada, es la necesidad de superar su estado de
dependencia, transformar su estructura para obtener una mayor capacidad autónoma de crecimiento y una
reorientación de su sistema económico, que permita satisfacer los objetivos de la respectiva sociedad.
En otras palabras, el desarrollo de un país en vías de desarrollo, significa lograr una creciente eficacia en la
administración innovadora de su medio ambiente natural, tecnológico, cultural y social, así como de su relación con
otros países, esto implica una reorientación de la política de desarrollo, tanto en lo interno, como en las relaciones
internacionales, asimismo implica el desarrollo de la tecnología, obtención de niveles de crecimiento de producto
por habitante, la expansión del ingreso nacional, apoyo al sector industrial y productivo, eficiencia en las relaciones
de producción y la implementación de políticas sociales que abarquen a los sectores más vulnerables en situación
de pobreza, entre ellas, seguridad social, empleo, educación, salud, entre otros.
las teorías o tendencias que se preocupan del desarrollo, están: 1) las que conciben el desarrollo como crecimiento,
las que lo perciben como un estado o etapa y las que enfocan el desarrollo como un proceso de cambio estructural
global.
fenómeno de industrialización en AL termina de cobrar impulso con la crisis del 30, se refuerza con la SGM
sector. industria ligera no llega a afianzarse en la pesada. Diversificación del sector manufacturero.
Empleo: Impulsa el empleo pero de forma limitada +mecanización –mano de obra
Estructura de la propiedad: estructura monopolista del sector industrial isi
La diversificación de la actividad productiva no se traduce en una significativa atenuación de la desigualdad
económica económica y social ni el mejoramiento significativo de los niveles de vida
Tampoco reducción considerable de la dependencia extranjera
Crea un nuevo sector que tampoco contribuye a integrar el sistema
Desarrollo industrial fortaleció sectores dominantes burgue y trabajadores pero no implica el debilitamiento de los
grupos de poder tradicionales en el peor de los casos comparten su hegemonía.
Debilidad del sector exportador, fortalecimiento de la burgue industrial y los trabajadores transforma la política de
crecimiento hacia afuera en política de industrialización y proteccionismo estatal.
Isi tiende al fracaso de igual forma no fue capaz de incorporar a los grupos relegados. Presiones políticas para
lograr una participación en la orientación política social
70s estancamiento del sector exportador, limites de la isi agudiza la lucha por la distribución del ingreso.
Consecuentemente hace crisis la alianza policlasista. No hay consenso sobre la necesidades de la región ni alianza
que represente el cambio hacia el desarrollo.
Mackinon-Petrone: El problema de la cenicienta
PUPULISMO
vaguedad e imprecisión del término y multitud heterogénea de fenómenos que abarca.
sirve para referirse a una variedad de fenómenos: movilizaciones de masas (de raíces urbanas o rurales) elitistas y/o
anti-elite, a partidos políticos, movimientos, ideologías, actitudes discursivas, regímenes y formas de gobierno,
mecanismos de democracia directa.
sinónimo de un Estado interventor y asistencialista que alienta el proceso de industrialización a través de
regulaciones, subsidios y protección aduanera, y usa el gasto público con fines políticos. contrario de lo que el
neoliberalismo propone.
Otras veces, el populismo aparece como la negación de los valores elementales de la democracia representativa
al poner el énfasis en la cuestión del liderazgo “demagógico”, las relaciones clientelistas y la “manipulación de las
masas".
como fenómeno político criticado y condenado tanto por las izquierdas como por las derechas.
científicos sociales que le niegan status científico al término 1) porque no existe un mínimo común que fundamente
la existencia de una categoría analítica 2) porque sostienen que la definición no se adecua a la realidad económica,
social y política.
Denostado por científicas sociales, condenado por políticos de izquierda y de derecha, portador de una fuerte carga
peyorativa, no reivindicado por ningún movimiento o partido político. A pesar de todo, el concepto muestra una
gran resistencia a ser pasado a retiro. “las interpretaciones del populismo han estado fuertemente influenciadas
por los resquemores de algunos intelectuales hacia lo popular, y por el idealismo de otros que han exaltado al
hombre común y sus simples virtudes”
¿es un fenómeno histórico singular que se manifestó en un tiempo y espacio determinado, que representa una etapa
particular del desarrollo de una sociedad?; ¿o es una categoría analítica que puede aplicarse a un fenómeno
“populista” más amplio que se manifestó en diferentes sociedades y épocas?; ¿o es un fenómeno histórico y una
categoría analítica a la vez?
Apareció como fenómeno político en el contexto de la profunda crisis de la democracia liberal después de la
primera guerra, bajo la expansión del fascismo y la victoriosa revolución rusa
TRES PERIODIZACIONES:
- POPULISMO TEMPRANO-LIBERAL, primeras décadas del siglo XX, América Latina
predominantemente agraria, sistemas políticos aristocráticos y excluyentes, no se habían sindicatos
fuertes ni partidos de masas. el crecimiento capitalista y urbano erosionó la hegemonía tradicional de las
clases altas, emergieron los precursores del populismo en las ciudades más grandes y los países más
prósperos, los que podrían denominarse los populistas tempranos o liberales. Aunque atraían algunas
simpatías del sector obrero, se apoyaban en las elites no comprometidas con el ejercicio del poder y la
emergencia de las clases medias. Generalmente limitaron sus promesas reformistas a la democratización
legalista destinada a las minorías alfabetizadas (Yrigoyen en Argentina, Alessandri en Chile).
- CLÁSICO TREINTA Y CUARENTA. Haya de la Torre, Grove, Cárdenas, Betancourt, Gaitán y Perón.
estos líderes movilizaron amplias franjas de las masas urbanas con programas reformistas. cohesionados
por el fin de la reforma social a favor de los trabajadores, la democracia electoral y el nacionalismo
continental (indoamericano) contra el imperialismo y el fascismo. el populismo constituyó una
respuesta coherente a los procesos de aceleración de la industrialización, la diferenciación social y la
urbanización. Los populistas prometieron medidas de bienestar y crecimiento industrial protegido.
Hacia los cincuenta y sesenta las perspectivas del populismo policlasista declinaron. Importantes populistas
continuaron apareciendo en escena, incluyendo a Vargas, Sin embargo, se enfrentaron a graves problemas
económicos: debilidad de la (ISI) estancamiento industrial y una inflación aguda.
- TARDÍO DE LOS SETENTA: Echeverría en México y Perón en Argentina. Fue muy difícil para
ellos revitalizar las alianzas y los programas populistas de épocas anteriores que aparecían como
inadecuados para lidiar con el pluralismo social y los conflictos que años de modernización y políticas
populistas habían alimentado. el fantasma de Cuba y Chile- ahora parecía ser mayor que los riesgos
de una exclusión forzada. En consecuencia, hacia mediados de 1970, bajo severas presiones económicas y
sociales, las fuerzas armadas proscribieron al populismo.
CRITICAS A LOS PRIMEROS DOS ENFOQUES: 1) las causas del populismo descansan en un patrón estructural
distorsionado del desarrollo. No se ha trascendido el paradigma de la modernización, éste ha sido invertido: la
heteronomía ya no se localiza en la clase trabajadora, sino en las burguesías. 2) Comparten una perspectiva
negativa sobre el populismo: la manipulación por parte de un líder personalista y autoritario, la movilización fuera
de los cauces institucionales y masas sin conciencia en disponibilidad son conceptos clave del primer grupo; la falta
de “claridad” y por lo tanto de autonomía, la falsa conciencia, la subordinación al estado y la heteronomía
Según Mackinon-petrone, populismo es un fenómeno histórico y una categoría analítica a la vez.
el problema de la mayoría de las interpretaciones, es que se parte de las características negativas del fenómeno y,
por ende, a definirlo por la carencia. En particular, los fenómenos de populismo se definen por la falta de
conciencia de clase, una clase trabajadora masificada, en estado de disponibilidad política
interesa pensar el fenómeno populista, de manera afirmativa, identificando y destacando lo que hay y no lo que no
hay. pensar en la dirección de una articulación de rasgos
1. proponer una “unidad analítica mínima” que trascienda los distintos períodos históricos y los diversos espacios
nacionales: a) la crisis como condición de emergencia; b) la experiencia de participación como sustento de la
movilización popular; c) el carácter ambiguo de los movimientos populistas.
a) Desde el plano de las condiciones de emergencia se puede señalar una coyuntura de crisis y cambio
estructural profundo: Ya sea la que derivó de la confluencia de la crisis del Estado oligárquico y la crisis
económica internacional de 1929, en la que cambiaba no sólo la relación entre el Estado y el patrón de
acumulación sino también la relación entre Estado y masas; ya sea la emergencia económica resultante de la
crisis de la deuda externa de los ochenta que ha conducido a un nuevo “patrón de desarrollo” orientado por
las reformas neoliberales.
b) Un segundo rasgo, la naturaleza del populismo, es la valoración de la dimensión participativa,
sustantiva de la democracia, por sobre la dimensión representativa o “liberal”. Los populismos tienen que
ver con una idea de participación, de democracia directa y en la unidad del pueblo como valor último;
son anti-liberales, no son anti-democráticos.
c) Tercer rasgo es la ambigüedad histórica, el populismo clásico aparece en el escenario con la revolución
mexicana. puede ser pensado desde la intención sus promotores como una operación de cooptación en gran
escala. Pero una visión de este tipo capta solamente los elementos de manipulación, de atronamiento
de una posibilidad de autonomía. Si uno abandona este tipo de perspectiva, se advierte que los
populismos en la realidad contienen un componente de cambio, que supera a los procesos que los líderes
populistas han contribuido a poner en marcha.
2. Existen también importantes diferencias entre ambos períodos y entre los casos nacionales en cada uno de
esos períodos.
a) La base social: cómo se vinculan burguesías, trabajadores industriales urbanos, clases medias urbanas
y/o rurales, campesinos y terratenientes, según el caso. existe más coincidencia entre el varguismo y el
peronismo que con el cardenismo. En los dos primeros casos la burguesía local y el proletariado industrial
aparecen como actores imprescindibles del populismo latinoamericano. En el México cardenista, son los
campesinos, que ampliaron las bases sociales de la revolución
el populismo clásico se basó sobre todo en la clase trabajadora urbana en ascenso y en los
“sectores populares”, mientras que “neopopulismo”, el apoyo principal proviene de los sectores urbanos
informales y los pobres rurales. Se sostiene que los trabajadores constituyeron una base más estable,
menos volátil que los segundos, tenían más capacidad organizativa, autonomía relativa y, por lo tanto, una
mayor capacidad de presión y de control sobre la acción del Estado,
b) Incoporación-exclusión: indicador más claro de las diferencias entre los dos períodos populistas. la
dimensión fundamental del populismo clásico es la capacidad de incorporación no solamente en el nivel
social (a través de la legislación, de los derechos sociales) sino también en el nivel político (a través de la
institucionalización de la participación política por parte de Estado) y en el plano simbólico (a través de la
noción de pueblo y el nacionalismo) de una amplia franja de sectores sociales excluidos en los regímenes
anteriores.
la coyuntura clásica por excelencia se extiende en las décadas de 1940 y 1950 (salvo en México en 1930) pues
es entonces cuando se produce el pasaje a los partidos y la política de masas. Es decir, cuando la política
orientada por la dinámica electoral se transforma por primera vez en la historia de América Latina en
un fenómeno de masas. El advenimiento de esta democracia electoral.
el “neopopulismo”, en cambio, llevaría una incorporación selectiva que fragmenta a los sectores subalternos.
Gran parte de la integración durante el primer período se realizó a través de la incorporación amplia a sindicatos y
partidos y a través de la sanción de legislación social; el “neopopulismo”, en cambio, incorporaría a través de
programas económicos focalizados en determinados sectores de la población integrando en forma fragmentada.
Además se sostiene que acciona en contra de los sectores organizados de la sociedad civil (trabajadores, clases
medias, empresarios, y –en otro nivel–las “clases políticas”), que pierden peso social, se desarticulan y se
convierten en las víctimas de las nuevas medidas reordenadoras del mercado.
HAMILTON LOS LIMITES DE LA AUTONOMIA DEL ESTADO
2) segunda etapa
Hacia finales de la década. Esfuerzos para el desarrollo capitalista a gran escala. Garantías para el capital nacional
(incluyendo burguesía ligada al porfiriato) y extranjero que se hace mas predominante.
Nueva base de cooperación con el capital eeuu a cambio del reconocimiento de la soberanía mexicana.
Hasta finales del siglo las exportaciones de banano eran controladas por pequeñas y medianas compañías,
propietarias de las embarcaciones, mientras que la producción corría a cargo de plantadores nacionales. Pero las
concesiones de tierras alrededor de las líneas ferroviarias ampliaron las posibilidades del negocio a niveles
insospechados.
La United Fruit Company y la Standard Fruit and Steamship Company, monopolizó las actividades bananeras de
toda el área centroamericana y el Caribe.
La región atlántica de Centroamérica, desde Guatemala hasta Panamá, adquirió así una nueva fisonomía.
Trabajadores asalariados, provenientes de Jamaica, reforzando los rasgos culturales caribeños y separando aún
más esa otra Centroamérica de la de las tierras altas centrales y el litoral pacífico. La relativa autarquía de las
compañías bananeras reforzó, sin duda, ese microcosmos: con sus propios transportes, escuelas, hospitales,
sistemas de comunicación y comisariados, ellas constituían verdaderos enclaves
La penetración de los capitales extranjeros -sobre todo norteamericanos después de la Primera Guerra Mundial
complementan la cada vez más estrecha vinculación al comercio mundial.
Aunque el café siguió fundamentalmente en manos de productores nacionales, no debe dejar de notarse que, por
ejemplo, en Guatemala, los plantadores alemanes poseían en 1913 sólo el 10 por 100 de las fincas de café, pero
producían el 40 por 100 del volumen total de la cosecha.
Las poderosas compañías bananeras, con intereses extendidos a una gama muy variada de actividades
(plantaciones, ferrocarriles, líneas de navegación, barcos, empresas de comunicaciones, etcétera} pasaron a tener
un papel cada vez más relevante. Como interlocutores de los gobiernos centroamericanos, tendieron a representar
globalmente los intereses imperialistas del capital foráneo.
Cuarenta o cincuenta años después, los frutos del desarrollo agroexportador no dejaban de ser magros.
Los países centroamericanos, pequeños productores en el concierto mundial, eran extremadamente vulnerables a
las fluctuaciones en la coyuntura externa. Sus economías eran poco diversificadas.
El banano resultó extremadamente débil frente a pestes y plagas, lo que provocó el abandono de regiones enteras,
agudizando los problemas de empleo y pobreza rural.
Las crisis de la coyuntura externa, como la depresión de los precios del café entre 1897 y 1908, la Primera Guerra
Mundial y el colapso de 1929, tuvieron, por lo general, un efecto retardatario en economías poco diversificadas
regresando a una economía de subsistencia.
El cambio social
Los rasgos generales de la estructura social generada por el desarrollo agroexportador
1) predominio y gran concentración de poder en favor de los terratenientes;
2) tendencia a la expropiación del campesinado indígena, imponiendo un ordenamiento de la propiedad
territorial que las masas rurales jamás aceptaron como legítimo;
3) violencia exigida por el propio funcionamiento de las instituciones económicas y políticas;
4) fuerte polarización de clases, con debilidad estructural en los sectores medios emergentes.
cambios institucionales comenzaron a complicar el tejido social: La profesionalización del ejercito. El Salvador
profesionalización, limitada a la oficialidad; los soldados fueron reclutados entre el campesinado, y eran
normalmente mal pagados; si tenían suerte, al final del período de conscripción habían aprendido a leer y escribir.
A la par de los ejércitos regulares surgieron cuerpos policiales también profesionales entrenados para la represión.
La Guardia Nacional de El Salvador, organizada en 1912, según el modelo de la Guardia Nacional de Nicaragua,
hija directa de la ocupación norteamericana, constituyen los ejemplos más famosos.
En Honduras y Costa Rica, el desarrollo militar siguió pautas diferentes. En el primer caso la
profesionalización fue muy tardía (se inició en 1950). En el segundo nunca tuvo lugar.
Oficialidad como medio de movilidad social
La educación tuvo un papel de segundo orden mayoría de la población rural siguió siendo iletrada. Las
Universidades tuvieron una existencia mediocre, confinadas ala formación de abogados y otras pocas profesiones
liberales; pero bajo el impacto de la Reforma Universitaria de Córdoba en 1918, y de la Revolución Mexicana de
1911, fueron semillero de nuevas ideas y, en ocasiones, bases de oposición al régimen oligárquico.
Los sindicatos aparecieron con lentitud, en un ambiente hostil y represivo. Las primeras organizaciones agruparon
artesanos de diversos ramos en las zonas urbanas.
en El Salvador. La «Federación Regional de Trabajadores de El Salvador» se formó en 1924, y celebró congresos
anuales hasta 1931. fuertes conexiones con el Socorro Rojo Internacional con sede en Nueva York. La
participación de activistas mexicanos fue identificada, no sin aprensión, por los diplomáticos norteamericanos,
quienes la atribuían a un plan orquestado por la Tercera Internacional.
Huelgas y conflictos laborales fueron también frecuentes en las zonas bananeras, al igual que en las minas de
Honduras y Nicaragua.
Toda esta primera fase de efervescencia sindical culminó con dos hechos trascendentes, al acercarse la depresión de
1929: la formación de Partidos Comunistas, adheridos a la Tercera Internacional, y una oleada represiva que en
Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua acabó con la mayoría de esas organizaciones o las confinó a la
ilegalidad
Los partidos políticos eran agrupaciones en las que predominaba el liderazgo personal, y con escasa plataforma
ideológica. «diferencias» entre liberales y conservadores en Honduras y Nicaragua, dos partidos aparentemente
más estables que las agrupaciones motivadas por la farsa electoral, corrientes en El Salvador y Guatemala. Costa
Rica no hubo partidos activos de una definida base ideológica hasta la década de 1940.
Aunque con muchas limitaciones, la política constituía también un canal de movilidad social. Ascensos selectivos
mediante favoritismo, robo, despojo de enemigos políticos u otros mecanismos fueron frecuentes en las clientelas
de dictadores como Ubico, Carías, Estrada Cabrera o Somoza.
En Guatemala la fuerte polarización de clases fue compensada por la ausencia relativa de expropiación de las
comunidades indígenas del altiplano. Pero ese mismo hecho obligó a utilizar a los indios como trabajadores
forzados ya cimentar una ideología del prejuicio (la inferioridad «racial» de los indios). El resultado final fue una
sociedad culturalmente dividida y congelada.
El Salvador tuvo desde el comienzo una polarización de clases mayor. la expropiación completa de las
comunidades indígenas y ladinas, una población densa y concentrada, y un proceso de aculturación más avanzado
ya desde la época colonial. Observadores cuidadosos de la insurrección de 1932, los diplomáticos norteamericanos
no tardaron en descubrir las «condiciones que permitieron el súbito surgimiento del así llamado comunismo» «los
trabajadores rurales eran miserablemente pagados y en muchas fincas soportaban condiciones de trabajo
intolerables».
Honduras. En las plantaciones bananeras y las zonas mineras se desarrolló un proletariado típico, asalariada
ocupada en forma más o menos continua a lo largo del año. La lucha sindical fue, en ambos sectores, temprana, y
experimentó un notorio florecimiento en los años 1920. Aunque fue drásticamente aplastada durante la dictadura de
Carías, constituyó las bases para un desarrollo sindical. A finales de la década del 50, era el más avanzado de
Centroamérica. el proletariado agrícola era, sin embargo, minoritario en el conjunto de la fragmentada economía
hondureña. el 90 por 100 de la mano de obra correspondía, en su mayor parte, al campesinado más aislado y
atrasado de toda Centroamérica.
En Nicaragua había menos diversidad de tonalidades, pero predominaba un campesinado igualmente fragmentado.
Las haciendas ganaderas competían con el café, mientras que en la región de Nueva Segovia se producía un
escuálido desarrollo minero. asolado por las guerras civiles, imperaba un paternalismo mucho más tradicional; su
modificación es un hecho relativamente tardío, en el que intervienen el ascenso al poder de la familia Somoza y la
rápida expansión de las exportaciones de algodón (en la década de 1950) y otros negocios fraudulentos.
Costa Rica. El cultivo del café combinó la pequeña y mediana propiedad, cafeicultores que controlaban el
beneficio y la comercialización. La baja densidad demográfica al lado de un cultivo que exigía elevados insumos
de mano de obra, un rápido proceso de proletarización. El reformismo temprano fue una posibilidad abierta
por ese perfil social menos polarizado y por una clase dominante relativamente más débil económicamente. Los
sectores medios, articulados en el propio cultivo de exportación, proporcionarían, sin duda, la base social que
permitió el funcionamiento democrático representativo y la ampliación progresiva de los mecanismos de
participación política.
El Gran Vecino y el Buen Garrote
La defensa del Canal de Panamá, y la obsesión por la seguridad de la zona han constituido a lo largo de todo el
siglo xx el móvil permanente de la política norteamericana hacia Centroamérica y el Caribe
Continuidad de esta política desde Doctrina Monroe hasta Kenedy Carter y Reagan. Entre la doctrina Monroe
«América para los americanos», autorizaba el ejercicio, por parte de los Estados Unidos, de un papel de «policía
internacional» y la política del «Buen Vecino» de Roosevelt (1933-1945) había continuidad. Se trataba de
conseguir por las buenas que los demás países pudieran compartir las maravillas del «logro americano», de
extender generosamente a los demás las virtudes del propio progreso.
La omnipresente mezcla de desprecio y conciencia de superioridad, constituyó siempre un elemento ideológico
demasiado poderoso, como para que pudiera manifestarse con fuerza cualquier otra intención.
Intervenciones militares directas, concesiones territoriales estratégicas y protectorados, controles de aduanas, se
combinaron en la política del (gran garrote), inaugurada por Roosevelt (1901-1909).
Se perfilaba así una reorientación de las vinculaciones económicas y financieras de toda el área. El peso de los
intereses norteamericanos crecía con rapidez, frente a un progresivo estancamiento de la participación británica y
alemana.
La inauguración del Canal de Panamá, en 1914, constituyó la piedra de toque de esa nueva situación, consagrando
la presencia norteamericana en todos los ámbitos de la vida política y económica del área.
bajo la garantía de México y Estados Unidos Los Tratados de 1907 pretendieron poner fin, a las frecuentes luchas
entre los estados centroamericanos. Se creó una Corte de Justicia Centroamericana para arbitrar en los
conflictos principio de no reconocimiento de los gobiernos que llegaran al poder por medios inconstitucionales
Se estipuló, también, la neutralidad de Honduras, el Estado más débil y por ende sometido a la continua
injerencia de los vecinosse prohibió la acción de grupos revolucionarios en todos los países del área.
Pero esta pieza diplomática de Teddy Roosevelt y Porfirio Díaz, fracasó con prontitud. Nada podía ser más
utópico que la pretensión de consagrar el status-quo en un mundo turbulento y volátil como el centroamericano.
El presidente Taft (1909-1913) introdujo una nueva y significativa variante. La acción diplomática y la
intervención militar respaldaría el curso de las inversiones y la acción de los empresarios norteamericanos.
Se configuró así la diplomacia del dólar, un complemento eficaz del Big Stick dada la rápida expansión de los
capitales norteamericanos en las plantaciones bananeras, las minas y los ferrocarriles. El índice más significativo de
la nueva situación fueron los arreglos de la deuda externa.
En pocos años los banqueros de Nueva York reemplazaron a los tenedores de bonos europeos, y se convirtieron en
los principales acre dores de los gobiernos centroamericanos. El control de las aduanas, una fuente segura de
recursos fiscales, y la intervención militar en defensa de las propiedades y los ciudadanos norteamericanos
amenazados, fueron desde entonces un recurso político de uso más que frecuente.
Nada de esto evitó las tormentas políticas, y el istmo experimentó una inestabilidad casi endémica. Pero el éxito
fue indudable desde el punto de vista de los intereses norteamericanos.
Los Pactos de Washington, suscritos en 1923 fueron de alcance limitado. Si en los años veinte se observa una
disminución en los conflictos interregionales, ello debe atribuirse a una mayor consolidación de los estados
nacionales, y sobre todo a la continua presencia militar norteamericana en Nicaragua.
El cambio fue aparentemente muy drástico con la política del Buen Vecino, de Franklin D. Roosevelt. Se
puso fin a los Protectorados, y la abrogación de los derechos de intervención en Cuba y Panamá. Pero la estabilidad
política del área y el cese de las intervenciones. En adelante los dictadores Somoza, Ubico, Hernández Martínez y
Carías fueron, al igual que Trujillo y Batista, mejores garantes de la Pax Americana que los propios infantes de
marina.
La crisis de los años treinta y la Segunda Guerra Mundial impusieron una mayor cooperación en el campo
económico. Tratados bilaterales de comercio, acuerdos sobre productos estratégicos, acceso privilegiado al
mercado norteamericano, y una cooperación creciente entre el gobierno de Washington y sus congéneres
centroamericanos se hicieron presentes.
El sistema de cuotas garantizaba a los países centroamericanos la venta de su principal producto de exportación en
el difícil momento del cierre de los mercados europeos.
Roosevelt frente a América Latina con la política del buen vecino. No intervención, no interferencia y
reciprocidad durante la década de 1930 y el período de la Segunda Guerra Mundial 1939-45. y cuando algunos
países afectaron con medidas nacionalistas los intereses económicos norteamericanos, la reacción fue moderada, y
se mantuvo en los canales diplomáticos.
Pero el Buen Vecino reposaba también sobre la expectativa de una cooperación sin muchas reticencias por parte de
los gobiernos y los ejércitos latinoamericanos.
La Guerra Fría allí recomenzaron los problemas. Guatemala en 1954 y la República Dominicana en 1965, para citar
apenas dos ejemplos, vieron resucitar el Big Stick de los tiempos de Teddy Roosevelt. Ello probaba las
continuidades de una política.
MUNIZ BANDEIRA: LA REVOLUCION CUBANA
en tiempos de Batista, Cuba compartía las caracteristicas generales de los países caribeños: monocultivo,
burguesias agrarias ligadas al mercado mundial bajo el dominio extranjero (en este caso producción de Azúcar con
intervención EEUU), nivel básico de industrialización, gobiernos dictatoriales fuertemente represivos, y una
estructura social que dejaba completamente al margen a los campesinos y trabajadores rurales, mientras reprimía a
las organizaciones sindicales de trabajadores rurales.
El 90% de la producción de azúcar iba hacia los eeuu. Hacia 1956 el sistema entra en crisis por la contracción de
las exportaciones y la burguesía azucarera comienza a diferenciarse de Batista.
El centro de referencia de la oposición a Batista fueron los jóvenes pequeño-burgueses nucleados en la universidad
organizados por Fidel. El cambio de la estrategia del M16-7 fue el fracaso del Moncada y la posterior instalación
en la Sierra Mestra zona cafetalera de extrema pobreza y aislamiento. Comienza el proceso de indentidad con el
campesinado y la guerrilla se arma organizando también a las comunidades en términos de escolarización, salud,
etc. Cuando el Ejercito Rebelde entra a la Habana ya con el apoyo de la burguesía azucarera.
Revolución socialista en el marco del proceso de desestalinizacion y debilidad del PC en términos revolucionarios
por la línea de coexistencia pacifica de kruschev y política del socialismo en un solo país. La revolución cubana no
encajaba en la linea stalinista de revolución por etapas ante la ausencia de un proletariado industrial desarrollado.
En este sentido, Cuba no tenía las condiciones para una revolución socialista sin antes una revolución agraria y
democrática en alianza con la burguesía progresista que impulse el proceso de industrialización liberando al país
del dominio extranjero.
Esta cuestión estructural sumado al hecho que la revolución no la había llevado a cabo un partido obrero sino el
mov. de jovenes pequeño-burgueses que formaron el Ejercito Rebelde incorporando a campesinos y trabajadores
rurales, hacia que los lideres comunistas mirasen con desconfianza el proceso.
La revolución no solamente demolió el dogma stalinista sino que a su vez rehabilitó la teoria trotskista de la
revolución permanente como único medio para el triunfo definitivo del socialismo.
La guerra de guerrillas del che era el marco teorico de la oposición a la via pacifica del socialismo sostenida por
Kruschev en el marco XX congreso del PCUS. No había que esperar a que las condiciones para la revolución
maduracen sino que estas se iban creando con la teoría del foco.
Independientemente de esta estrategia inviable en países mas industrializados como Brasil o Argentina, La
expacion de la revolución en AL era una condición para el triunfo cubano frente a las presiones de eeuu. La
revolución no ocurrió pero cuba fue la influencia de los 60 y 70 de la tendencia insurreccional y otras veces
revolucionaria en ecuador, Venezuela, colombia, Brasil, argentina, chile, peru.
Primera sección
Argentina y Brasil: desde la incorporación hasta la exclusión
El período del populismo y la industrialización extensiva
Hasta la década de 1930 tanto en Arg como en Br los sectores económicamente más dinámicos y
políticamente más poderosos estaban basados en las áreas de propiedad nacional dedicadas a la producción de
exportables agrarios y en la amplia res (en buen medida de propiedad extranjera) de intermediación comercial y de
financiación de la producción exportable.
En ambos países los efectos de la crisis mundial aceleraron la emergencia de la industria nacional y de la clase
obrera urbana.
La ampliación de las actividades gubernamentales (por abandono de las políticas de libre comercio y de
laissez faire) benefició a numerosos trabajadores urbanos, creo nuevos empleos y arrastró a nuevos trabajadores
dentro del sistema económico nacional, hacia una mejora de sus niveles de consumo y hacia mayores noveles de
sindicalización.
El gran PERO era que el sector tradicionalmente dedicado a las actividades de exportación continuó siendo
el único proveedor de divisas. La “solución” fue reducir sus beneficios y redistribuirlos vía expansión de las
actividades gubernamentales y de la industria interna.
En función de que la estrategia industrializante para aliviar los problemas de la balanza de pagos fue
satisfacer la demanda existente de bienes de consumo final, el gran impulso industrializador tuvo un carácter
“horizontal” o “extensivo”, es decir que penetró poco en la producción de bienes intermedios y de capital. Esto
implica por un lado una fraccionalización del sector industrial, escaso adelanto tecnológico y cosos altos y por el
otro una dependencia de la importación de bienes intermedios y de capital.
Aun ocupando una posición heterónoma y subordinada al gobierno nacional, la creciente sindicalización
bajo el populismo dios al sector popular urbano sus primeras posibilidades de tener peso efectivo sobre la política
nacional. Cuando el período populismo perdió su dinamismo, el sector popular urbano quedó con un grado mucho
mas alto y complejo de organización.
Breve recapitulación: el fin del populismo marcó en estos países la disolución de la amplia coalición que lo había
sustentado y correspondió al “agotamiento” del período “fácil” de industrialización mediante sustitución extensiva
de exportaciones. Los requerimientos financieros y tecnológicos, así como los cambios sociales que no podían
dejar de ser provocados por la reconversión económica, habían crecido notablemente e implicaban costos sociales
mayores que los que se habían debido afrontar durante el período de crecimiento “horizontal” del populismo.
proposición 10: Frente a el alto nivel de modernización de los países sudamericanos, los nuevos problemas sociales
salientes y el estrangulamiento de desarrollo son provocados por un mayor nivel de industrialización, por ua mayor
diferenciación social, por una mayor penetración de roles tecnocráticos, por un conjunto más complejo de actores
políticos, por tasas crecientes de activación política del sector urbano popular, por nuevos patrones de dependencia
y por la manifiesta inviabilidad de las políticas gubernamentales hasta entonces practicadas.
proposición 11: las situaciones de alta modernización tienen una marcada tendencia a generar importantes brechas
entre la diferenciación y la integración social, así como entre el desempeño social en general y del régimen político
en particular por una parte y las demandas formuladas por un crecimiento conjunto de actores políticos; todo lo
cual tiende a resultar en pretorianismo de masas
proposición 12: el deterioro de la situación social eleva la tasa decreciente de satisfacción de sus demandas. El
pretorianismo de masas implica una elevada y creciente activación política del sector urbano popular. La mayoría
de los actores y sectores más establecidos hallan un punto básico de acuerdo en la “contracción” del régimen
político mediante la exclusión política del sector popular.
Segunda sección
Regímenes políticos burocrático-autoritarios en Sudamérica contemporánea
proposición 14: la pluralización política es la expresión en el plano político de la diferenciación social. Los niveles
de activación política tienden a crecer marcadamente con los avances den diferenciación y pluralización. Dada tal
activación política en un contexto de alta modernización es probable que resulte el pretorianismo de masas. Dada
esa situación, es necesaria la exclusión y de ser posible la desactivación política del sector popular. Para lograr ese
fin es necesaria la aplicación de un alto grado de coerción gubernamental.
Consecuencias:
- eliminación de los partidos políticos
- domesticación de la base organizacional más importante para la formulación de demandas políticas del sector
popular: los sindicatos, mediante la coerción de sus miembros y de la cooptación de sus dirigentes.
- intento gubernamental de “encapsular” la mayor parte de los sectores sociales mediante organizaciones altamente
burocratizadas con autorización gubernamental
La exclusión de la demanda popular permitiría una transformación de la estructura socioeconómica que, por medio
de un crecimiento general de la “eficiencia” y apoyando la dominación política y la acumulación económica por
parte de sus sectores más “dinámicos”, aseguraría el logro de tasas satisfactorias de crecimiento económico. Solo
“entonces” sería posible pensar en un cierto énfasis distributivo de bienes y servicios, en un reparto más balanceado
de recursos políticos y en un “retorno” a la democracia política.
Moore distingue además delas revoluciones burguesas y socialistas un tercer camino hacia la
industrialización resultante de la coalición entre la burocracia pública (incluyendo los militares), con los sectores
propietarios (incluyendo la burguesía industrial que juega un papel subordinado) contra los campesinos y un
emergente proletariado urbano. Janos por su parte estudia países más débiles y dependientes de Europa Oriental
habla de regímenes burocráticos los cuales están basados en una coalición de militares, altos funcionarios públicos
civiles, empresarios y sectores terratenientes. O’Donell lamará “burocrtáticos autoritarios a los regímenes políticos
que fuern inaugurados en Argentina y Brasil como consecuencia de los respectivos golpes de estado de 1966 y
1964.
Un vistazo al funcionamiento de los regímenes burocráticos autoritarios de Brasil y Argentina sobre las políticas
socioeconómicas.
Krieger Vasena en Argentina y Campos en Brasil. La legitimación por medio de ideologías corporativistas
podría haber facilitado los intentos de “encapsular” a los sectores sociales, en especial al popular urbano. Pero esas
ideologías fueron viables en los ’30. La aplicación de coerción gubernamental quedó como la principal estrategia
disponible para intentar el logro de esos objetivos.
Las escasas gratificaciones económicas y psíquicas que se podía ofrecer como compensación de las
políticas seguidas por esos regímenes se reflejan en intranquilidad popular, en terrorismo y en numerosas
manifestaciones de generalizada oposición. La ejecución de políticas públicas “eficientistas” y
“desnacionalizantes” no podía sino encontrar un mayor grado de resistencia precisamente en los dos países en los
cuales la industria nacional se había extendido más.
Además, por efectos de una mayor centralización en la toma de decisiones públicas se acentúa el
aislamiento de la coalición gobernante en relación con el resto de los sectores sociales.
A su vez los intentos de expandir la dimensión y las funciones del sector público han provocado serias tensiones
con otro rector profundamente penetrado por los roles tecnocráticos: los representantes de las grandes empresas y
sus demandas por una mayor “liberalización” de la economía.
En función de todo esto se registra un deterioro en la situación de las regiones periféricas, de la clase
trabajadora y de segmentos de la clase media.
Digresión: en tanto es evidente que en la Argentina el régimen ha sido un fracaso, los años más recientes han
mostrado en Brasil una disminución en la oposición activa.
Hasta aquí los factores de implementación de un régimen burocrático autoritario, ahora va a intentar explica las
diferencias observables en su desempeño y grado de consolidación.
Hasta aquí también analizó las diferencias ENTRE distinto TIPOS; ahora va a intentar dar cuenta de las diferencias
DENTRO del mismo TIPO.
Hay evidencia que el régimen burocrático-autoritario brasileño quiso y pudo aplicar el grado de coerción
con el que logró la exclusión y la casi completa desactivación del sector popular. Por otra parte, el régimen
argentino intento llevar a cabo la misma política de exclusión y de alta concentración político-económica en un
contexto en el cual, aún sufriendo la eliminación de su principal canal de acceso político, el sector popular logró
retener un alto nivel de activación política, y con ella sus bases organizacionales:
- en términos de población, la gran área periférica de Brasil siempre ha provisto un exceso de oferta de
mano de obra, que ha producido efectos marcadamente debilitantes sobre los sindicatos brasileños. En tanto, la
economía argentina ha trabajado durante largos períodos con pleno empleo. Es posible suponer que, para obtener
un grado similar de desactivación política de su sector popular, el régimen argentino hubiera necesitado aplicar un
grado de coerción significativamente mayor que al ya muy alto aplicado por su similar brasileño.
- otro factor: diferentes fuentes originantes de la activación política popular en Argentina y Brasil. En el
caso brasileño, la conducción “desde arriba” especialmente en el gobierno de Goulart, y en el caso de Argentina
“desde abajo” a partir de los sindicatos y el peronismo. Con el descabezamiento del régimen político que anula la
inducción “desde arriba” se explica el efecto desactivante.
- otro factor concurrente es la predominante afiliación peronista del sector popular argentino tendió a ser
percibida como menos amenazante por parte de los sectores establecidos que la retórica socialista utilizada por el
personal gobernante de Brasil, dándole una mayor cohesión defensiva a la coalición golpista.
- aparte del grado de coerción significativamente mayor ya “requerido” en 1966, el fracaso del régimen
burocrático autoritario argentino haría hoy necesario un grado de coerción aun mayor que el de entonces para
lograr el objetivo de efectiva exclusión y desactivación política del sector popular. La probabilidad más cierta de
esta variante sería un nuevo fracaso a un costo social aterrador.
Tercera sección
Un vistazo a otros regímenes políticos de Sudamérica contemporánea
Cuarta sección
La clasificación propuesta
Conclusiones
1) Los más altos niveles de modernización en Sudamérica contemporánea no corresponden a democracias
políticas.
2) Los regímenes burocrático-autoritarios de Argentina y Brasil no pueden ser considerados en forma alguna
como habiendo aumentado las probabilidades preexistentes de establecimiento y consolidación de
democracias políticas en estos dos países
El resto de las conclusiones no son relevantes