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Resumen de los cuatro primeros cantos de la Odisea

Versión directa y literal del griego por Luis Segalá y Estalella

Rapsodia I

Concilio de los dioses. Exhortación de Atenea a Telémaco.

La Odisea arranca donde termina el argumento de la Ilíada. Odiseo, rey de Ítaca, decide
regresar a su tierra una vez concluida la guerra de Troya, pero la voluntad adversa del dios
Poseidón lo obliga a viajar indefinidamente durante años por lejanos, peligrosos y extraños
sitios.

En su palacio en Ítaca, entre tanto, un gran número de pretendientes que están convencidos
de que el héroe en esos veinte años de ausencia debe ya haber encontrado la muerte, tratan
de ganarse la voluntad de Penélope, esposa de Odiseo, para quedarse con las riquezas y
poder de éste. Penélope, consigue mantenerlos a distancia sin llegar a comprometerse con
ninguno de ellos, atrasando su decisión de casarse mediante un truco hábil. Sin embargo,
los pretendientes amenazaban con malgastar los bienes e irrumpir en casa de Odiseo.

Durante la reunión de los dioses, Atenea habla en favor de que Odiseo regrese a su hogar.
Zeus y los demás dioses están de acuerdo. Atenea disfrazada del rey Mentes desciende a
Ítaca para motivar a Telémaco, hijo de Odiseo, a que vaya a buscar a su padre.

Atenea predice el regreso de Odiseo y le dice a Telémaco que actúe como un hombre y que
presente su caso en el ágora. Penélope oye desde lo alto de la casa una canción que la
entristece y baja a pedirle al bardo que deje de cantar. Telémaco aprovecha la ocasión para
reafirmarse a sí mismo y le dice a su madre que suba a sus habitaciones y le deje esos
asuntos a él pues tiene el mando de la casa.

Antes de que el concilio de los dioses fuese llevado a cabo, Telémaco tenía cierto
sentimiento de necesidad. En las dos primeras rapsodias, éste expresa que hubiera preferido
que su padre, Odiseo, fuese caído en combate junto a sus compañeros guerreros, ya que
esto le traería gloria y enaltecería su linaje. Como no sucedió así, Telémaco se estuvo muy
inquieto; lo cierto es que éste sentimiento de necesidad lo llevaría a la experiencia de ser
padre interiormente a través de los viajes que emprendería a continuación.

Rapsodia II

Ágora de los itacenses. Partida de Telémaco.

Ante todo esto, Telémaco, siguiendo el consejo de Atenea, convoca a una asamblea donde
se halló todo el pueblo reunido y se sentó en el trono de Odiseo, su padre. Les dijo a los
pretendientes de Penélope que no sigan destruyendo la morada de su padre y sus bienes,
porque aunque hubieran pasado veinte años, Odiseo podría estar vivo y volver en cualquier
momento.

Antínoo y Eurímaco le respondieron con burlas y desprecio, le dijeron que Penélope


debería elegir un nuevo marido y sabían que ésta los había estado engañando cuando dijo
que iba a tejer una tela y que cuando la terminase iba a elegir marido. Éstos sorprendieron
una sirvienta de Penélope destejer la tela una noche, para así Penélope no terminar su
trabajo y no tener que elegir.

Telémaco les dice que podrían tener un castigo de Zeus por tal comportamiento. El anciano
Haliterses, allí mismo predijo que Ulises volvería a Ítaca y les recomendaba que cesen en
su actitud. Telémaco pidió que le prestaran un barco y tripulación para buscar a su padre y
se lo negaron. Telémaco rogó ayuda a la diosa Atenea y ésta se disfrazó de Mentor
nuevamente, el gran amigo de Odiseo, que lo ayudó a conseguir el barco, Atenea le ordenó
a Telémaco empacar vinos y llenar pellejos de harina para la tripulación. Atenea aprovechó
que los pretendientes que estaban fuera de la morada emborrachándose, para dormirlos y
así partir junto con Telémaco y los guerreros que lo acompañarían en búsqueda de Odiseo.

Telémaco, motivado, emprende el viaje a Pilos para encontrarse con Néstor quien le
proporcionará información sobre Odiseo. Sólo una mucama sabe que Telémaco partió, y
éste le pide que no divulgue nada hasta después de once o doce días, para que Penélope no
llore y arruine su figura. Telémaco se enfrenta contra el Ananké desde que partió, es decir,
lo que tiene que ser de éste modo y no puede ser de otro, en busca de su padre, estos
acontecimientos que se darán fuera de su tierra le permitirán a Telémaco obtener
experiencia, ya que sólo se crece en las dificultades.

Rapsodia III

Lo de Pilos.

Telémaco viaja a Pilos para informarse sobre su padre. La mañana siguiente, Telémaco y
Mentor llegan a Pilos e invitados por Néstor, participan en una hecatombe para Poseidón.
Atenea que va disfrazada del rey Mentes, le aconseja a Telémaco que no se preocupe en
mostrar vergüenza habiendo atravesado el ponto con el fin de saber noticias de su padre,
qué tierra lo tiene oculto y qué suerte le ha cabido.

El rey Néstor les relata el regreso de otros héroes desde Troya y la muerte de Agamenón,
pero no tiene información específica de Odiseo. Les sugiere que vayan a Esparta a hablar
con Menelao, quien acaba de regresar de largos viajes. Atenea se desaparece
milagrosamente. Impresionado que un joven esté escoltado por una diosa, Néstor arregla
que su hijo Pisístrato acompañe a Telémaco a Esparta.

Ya que Néstor no posee información, Telémaco no desfallece en la búsqueda, dentro del


Tyche (azar) está la oportunidad y junto a ésta la ida a Esparta en busca de Menelao.

Rapsodia IV

Lo de Lacedemonia

Telémaco llega a Esparta y Menelao lo recibe junto a su esposa Helena y en una gran fiesta,
donde le cuenta todo lo ocurrido en la guerra de Troya y que Odiseo con su gran
inteligencia había ayudado ideando el caballo de madera que les dio la victoria, pero a su
regreso, el dios Poseidón lo retuvo en la isla de la ninfa Calipso que se enamoró de él.
Telémaco le cuenta lo que pasa en Ítaca con los pretendientes de su madre Penélope, y
todos sufren y lloran por lo que pasa en el reino de Odiseo. Junto a Helena y los amigos de
Menelao, que recuerda allí la muerte de su hermano Agamenón. En Ítaca los pretendientes
de Penélope, se enteraron que Telémaco fue a buscar a Ulises y deciden matarlo cuando
regrese. Atenea le hizo saber a Penélope, ya que sufría por la decisión de sus pretendientes
que no le iba a pasar nada a Telémaco porque nunca había ofendido a los dioses.

Telémaco tiene conciencia de su destino (ananké) y luego, tras todo este recorrido, queda la
pregunta del misterio padre e hijo, Odiseo aún está en la isla de la ninfa Calipso, ésta quiere
seducirlo y quedarse con él, pero Odiseo bien sabe que debe resolver el rescate de
Penélope, su esposa, su corazón le implora volver a su patria, a la cual no ha vuelto por los
obstáculos puestos por el dios Poseidón, quien lo retiene aún en la isla.

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