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ZARCH No.2 | 2014


Reseñas Reviews

para los pintores modernos como la geome- circundantes en las cosas: “Puse un cántaro Hubo un tiempo en el que confiamos a los de su Experiencia en 1974, Mairea/Celeste y
tría para los filósofos y músicos de la antigua en Tennessee / y era redondo, sobre una co- manuales de arquitectura la enseñanza de Reverté lo hayan vuelto a reeditar en 2000 y
Grecia”. A veces, tras haber trabajado todo el lina: / hizo que el tosco páramo / sitiara a la su historia. Fueron cincuenta años –los com- 2004 con una creciente fidelidad al original, y
día, contemplaba el espacio entre su taller y colina. / Tendido alrededor, y ya no impuro, / prendidos entre los libros de Hitchcock (1932) que su impagable Londres de 1934 haya sido
la orilla, y soñaba hacerlo suyo como un gran hasta allí subió el páramo. / Redondo estaba y Frampton (1980), entre los que se sucedie- traducido por Arquia en 2010. Entonces, ¿qué
estudio abierto al viento. En ocasiones, la el cántaro en la tierra / y alto y con porte en el ron los de Giedion (1941), Benevolo (1960), tiene de singular este Ciudades y edificios,
fuerza de este en la marea alta hacía saltar la aire. / Tomo posesión por todas partes”. En Tafuri y Dal Co (1976) y algunos más– que sir- qué lo refrenda hoy? El estudio previo, que su
espuma sobre las paredes. Después de unos su poema Epirrema Goethe explicaba de un vieron para fundamentar y explicar la moder- autor el profesor Manuel Blanco recomienda
años intentó pintarla él mismo, entonces com- modo semejante su actitud ante el estudio de nidad y sus orígenes desde distintos puntos dejar para el final, permite desgranar mucho
prendió que no podía imitar la naturaleza, y la naturaleza en continuidad: “Al contemplar de vista y con intereses varios. Después de de cuanto encierra el libro, además de con-
pasó a recurrir a sus procesos: con un pincel la Naturaleza / no perdáis nunca de vista / ni la impartida por los tratados y antes de que textualizarlo: la indudable filiación fenomeno-
chorreante golpeaba el dibujo con vigor, pero el conjunto ni el detalle / que en su vastedad la proliferación de revistas propiciara a partir lógica con que aborda los sucesivos pasajes
el soporte se deshacía, tuvo que encontrar magnífica / nada está dentro ni fuera; / y por de los años setenta la eclosión del sumatorio y momentos –recordemos el índice de Expe-
uno resistente; después compró mangos de rara maravilla / anverso y reverso son / en ella de fragmentos a la carta para recomponerla, riencia, un surtido de capítulos dedicados a
un metro para los pinceles, arremetía contra una cosa misma”. A su modo también Emily los manuales ambicionaron relatos tan com- “macizos y cavidades”, a los “colores planos”,
el plano con la energía de todo su cuerpo, Dickinson lo celebraba al entonar “todo a un pletos y cerrados como definitivos. Pese a no la escala y la proporción, el ritmo, las texturas,
formando un arco de casi dos metros, sur- mismo tiempo barrido, ésta es la inmensidad”. terminar de ser uno de ellos –pues deja de “la luz diurna”, y a “cómo oír la arquitectura”–;
gía así una imagen parecida a la espuma de lado importantes capítulos y lo hace lindan- la incorporación a nuestra tradición grecorro-
verano. Motherwell escribía al final de su ex- El rico compendio de lecciones organizado do otros géneros–, a aquellos años pertenece mana de ejemplos nórdicos y germánicos que
plicación casi un cuento: “los oriundos nunca por la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de este libro de Rasmussen, publicado en 1949. ensanchan la perspectiva europea que enfoca
llegan a aceptar del todo a los veraneantes, la Universidad de Zaragoza que el verano de Superadas hoy en gran medida también las el libro, salvo en el primer capítulo dedicado
AA VV
pero eso no nos impide respirar la luz y el aire 2011 algunos estudiantes pudieron disfrutar revistas, inmersos en las prácticas que impo- a Pekín; las referencias cruzadas que esta-
Proyectos integrados de arquitectura, –y hoy saboreamos los afortunados lectores blece entre momentos históricos diferentes
del mar tan profundamente como cualquiera, ne la red, este libro viene a demostrar de for-
paisaje y urbanismo 2011 en la cuidada edición de Lampreave– reúne y alejados, como si se tratara de un libro de
hasta meterlo casi en la sangre e incluso en ma irrefutable lo que nuestro presente debe al
los ojos, la mente y la muñeca que pinta”. El catorce sabios discursos abiertos que se si- pasado, que nunca deja de pasar e intervenir viajes que fundiera tiempos y lugares; la oferta
Zaragoza: Institución Fernando el Católico,
incansable viajero Bruce Chatwin presentaba túan en este espíritu de transversalidad y con- en él, por más que acabe deteniéndose en la de un libro de “estudio de casos principales”,
2011, 232 págs. Idioma: castellano Steen Eiler Rasmussen
en Los trazos de la canción la historia ances- tinuidad, y componen un provechoso canto consideración de la garden city y la ville ra- fórmula bien habitual en nuestros procederes
polifónico de un modo de mirar e interpretar la Ciudades y edificios descritos actuales.
tral de los aborígenes que cantaban territo- dieuse como los modelos fundamentales de
ángel martínez garcía-posada realidad, propio del arquitecto, perenne vera- con palabras y dibujos
rios, convirtiendo sus canciones en mapas de la ciudad del siglo pasado, anteponiendo su
Universidad de Sevilla su lugar en el mundo. Aquel libro, el esfuerzo neante, logrando transmitir que la nuestra es razón tipológica a la estrictamente ideológica. Por lo inusual y didáctico que resulta, querría
Barcelona: Reverté, 2014, 272 págs.
angelmgp@gmail.com de un eterno veraneante por comprender los una forma de pensar y actuar más allá de lo in- destacar también que todo ello queda “des-
Idioma: castellano crito por dibujos y palabras”, como el mismo
códigos de aquellos oriundos, se iniciaba con mediato y de lo concreto, abogando además No obstante, estas páginas de Rasmussen sí
un vibrante primer capítulo que podía leerse por una formación sin más especialidad que la tienen en común con las de todos esos ma- título anuncia, justificando el epílogo del joven
que nace de los comportamientos personales ricardo s. lampreave nuales la razonada convivencia de ciudades investigador José Antonio Flores que comple-
como otro relato sobre un paisaje y la super-
posición contemporánea del trazado de las y de los propios fundamentos de la arquitectu- Universidad de Zaragoza y edificios, durante más de veinticinco siglos ta la edición. Empeñados los arquitectos en
líneas de una red. ra y sus circunstancias, humanas, espaciales ricardo@lampreave.es en este caso, demostrando con esta amplia condensar miradas y metáforas, nada debe-
y temporales. El sintagma Proyecto Integrado perspectiva más que su íntima relación la in- ría ser más habitual que querer servirse de
En 1956 la Asociación de Arquitectos de Al- que en plural encabezaba este curso de vera- útil equivocación que supone intentar distan- ambos útiles, dibujos y palabras, análogos
berta, Canadá, invitó a Richard Neutra a im- no –hay algo simbólico en que este mensaje ciar la arquitectura y el urbanismo. Pertene- en cierto sentido, e inherentes como son a
partir una serie de conferencias, entre noso- resonara más allá de la oficialidad del calenda- ce el libro a esa familia que funde lo que de nuestra indisoluble condición de proyectis-
tros publicadas por Nueva Visión dos años rio académico– se diría un pleonasmo, como personal tiene la memoria de su autor con la tas e investigadores. Por tanto, entendiendo
más tarde con el título Un nuevo Renacimien- pudieran serlo otras construcciones, así arte invocación colectiva que exige la historia. Así el dibujar como una inmejorable manera para
to humanístico en arquitectura. En uno de sus experimental o poesía del sentimiento, o algu- lo hacía, para citar otro, aquella Breve historia abordar el estudio de la arquitectura, el libro
pasajes, “Ambiente artificial versus fisiología nos de los subtítulos parciales de los distintos del mundo que escribió Gombrich a su hija acrecienta su valor más singular. Sabemos
básica”, el autor –excelente escritor y confe- ponentes, “La arquitectura como integración”, Ilse en 1935, salpicada también por dibujos bien los arquitectos la diferencia que supone
renciante– postulaba que todo organismo se de Víctor Pérez Escolano, o “La mirada obli- en todas las ediciones que ha venido teniendo mirar algo con el lápiz en la mano, dibujándo-
funde con el universo, toda porción orgánica cua. La arquitectura como hecho cultural” desde entonces, pues así lo quiso su autor, lo, buscando mediante la escritura de nues-
está amoldada a un conglomerado que preva- de Carmen Díez Medina (junto a ellos, en un como evidente deferencia hacia sus supues- tros trazos resonancias de lo intuido o razona-
lece en todo el cosmos, cada entidad viviente valioso, e integrado, elenco, Iñaki Alday, Car- tos jóvenes lectores. Quienes se extrañen o do. Pero en los dibujos ajenos, como lectores
está aferrada a un universo con raíces que se los Ávila, Iñaki Bergera, Pablo de la Cal, José puedan considerar excesivo que ambos li- empeñados en escribir, podemos descubrir
complican con la evolución hacia niveles su- María Ezquiaga, Luis Franco, Carlos Labarta, bros reforzaran con dibujos la visualización el placer del redibujar, del observar sobre lo
periores; el hombre es quien posee los víncu- Javier Monclús, Xavier Monteys, Javier Pérez de lo narrado, deben saber que Rasmussen ya mirado, un vibrante ejercicio que permitirá
los más complejos, y a veces contradictorios. Herrera, Ricardo S. Lampreave y Basilio To- comenzó el prefacio a su siguiente libro, Ex- convertirnos en cartógrafos de lo explorado
Más adelante, añadía: hay un paisaje real que bías). Esta sucesión de páginas permitiría ir periencia de la arquitectura, defendiéndose antes, esta vez por Rasmussen. Qué si no han
se extiende desde las galaxias más lejanas trazando conexiones arquitectónicas –como de las críticas vertidas por John Summerson hecho siempre los arquitectos deteniéndose
hasta nuestra proximidad más cercana, nues- artísticas y poéticas, reales y metafóricas– en- hacia Ciudades y edificios (así le respondía: ante los dibujos de otros.
tra propia piel, y a través de ella, penetra en tre obras e ideas, desde una lectura estratégi- “Confío además en el hecho de que el autor
ca y contemporánea. La escarcha en los cris- Queda, por tanto, una particular historia de
nuestro ser más íntimo. Toda escenografía in- mismo ha comprendido lo que ha escrito, lo
tales que fotografiaba Alison Smithson en su la arquitectura europea recorrida por el triple
terior y exterior son el mismo paisaje, no exis- que no siempre resulta convincente para un
laboratorio doméstico del Pabellón Solar –una discurso que simultanean el texto de Ras-
ten fronteras, cualquier envolvente, la nuestra, lector de libros de arte”), aduciendo que quiso
sinfonía de las cuatro estaciones–, la natura- mussen, sus dibujos y los grabados invoca-
o la de cualquier entidad, también una arqui- escribirlo para que también pudiera entender-
leza cuarteada de las texturas de Lewerentz dos, y la columna de notas, llamadas y dibujos
tectura, es una superficie de absorción y difu- lo un adolescente de 14 años, describiendo
o Pikionis, las vistas difuminadas o expandi- complementarios, encargados de subrayar
Canciones de verano sión de energía y materia, en ambas direccio- en qué cometidos nos hallamos comprometi-
das de los edificios retratados por Sugimoto, las cuestiones y los pasajes más relevantes.
nes y en virtud de multiplicidad de fenómenos. dos los arquitectos.
La última entrega de la revista sevillana Sepa- la posibilidad de otear más allá de las nubes Por sabido que pueda ser, quiero aprovechar
Neutra justificaba así el concepto de un gran
rata, un número doble dedicado a Robert Mo- como el espectador de Friedrich, y otras lúci- Obligados a establecer cánones decidiendo esta última consideración formal para resaltar
paisaje integral, escenario de estudio y acción
therwell, incluía un hermoso escrito del artista das figuras estacionales que los intervinientes qué necesitamos seguir leyendo, mecidos el infatigable trabajo académico que desde
del arquitecto.
en el que explicaba el modo en que pintaba en fueron desgranando, son acertadas analo- entre el irremisible acopio de libros y la exi- hace años viene realizando Jorge Sainz para
los meses de verano que pasaba en Province- Wallace Stevens, el poeta que escribió que gías, entre la melodía y el acompañamiento, gente criba editora que plantean estos difíciles la editorial Reverté. Así lo constata el catálo-
town: lo hacía en un almacén sin divisiones, “el alma está compuesta del mundo externo” para este modo de leer y escribir, escuchar y tiempos, la suerte de Rasmussen no puede go de sus publicaciones que el libro añade al
adecuado para sus cuadros de gran formato, compuso el poema Anécdota del cántaro, alu- cantar, proyectar el mundo alrededor, a cual- resultar casual. Así lo demuestra que des- finalizar.
con radiante luz estival, “una luz tan seductora diendo a la continuidad que atrapa los lugares quier lado de nuestra piel. pués de aquella primera traducción de Labor

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