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Caracas, Octubre, 2017.

Universidad Central de Venezuela.

Facultad de Humanidades y Educación.

Escuela de Historia.

Materia: Historiografía de Venezuela.

Alumno: Carlos Feijóo. CI. 21090957.

Revisión del Romanticismo en el tomo II de “Bolívar”


obra de Felipe Larrazábal.
La intención de esta obra será la de demostrar si el autor efectivamente
cumple con las características de la corriente historiográfica del Romanticismo.
Para lograrlo presentaremos a Felipe Larrazábal, quien nace el 31 de Julio de
1816 en Caracas, para convertirse en un gran músico, abogado y político, siendo
además uno de los primeros en escribir sobre la vida y obra del libertador Simón
Bolívar. Durante la guerra se verá en la obligación de trasladarse a España, para
volver luego a Caracas en 1830, al estar ya consolidada la independencia en
Venezuela.

Encauzaremos este análisis enmarcados en el período comprendido


entre 1818 y 1819 durante el desarrollo pleno de la guerra de independencia,
caracterizando el relato en correlación al estilo de escritura romanticista. Se
observarán detalles en el modo de desglosar la trama de los hechos, que
develarán rasgos distintivos de esta corriente, tales como la descripción sucinta
de los hechos, la exaltación del héroe como motor y centro de la historia además
de la exaltación de valores patrios y creación de mitos patrióticos.

Además se atisbarán en el transcurso del texto la elevación de tonos


dramáticos y trágicos en la narrativa, nutriendo a la misma de un recurso literario
que genera un sentimiento de pertenecía en el lector, lo cual en cierto modo era
el objetivo de este tipo de ensayos históricos. Un ejemplo de este tipo de
narrativa descriptiva lo avizoraremos en el capítulo 27, en dónde el autor relata
los sucesos del Combate de Ortiz del 26 de marzo de 1818, en el cuál detalla
cada paso, movimiento o reacción que el libertador ejecutará al mando de sus
tropas para este momento:

“El Libertador no perdió momentos; reorganizó y aumentó los cuerpos (ya


esta operación era más fácil) y remontó las caballerías; despachó al
general Pedro León Torres al Apure para hacer venir en su auxilio las
fuerzas de Páez y Cedeño, y puso a Calabozo en el mejor estado de
defensa”1.

Para continuar con el estudio de este fragmento, proseguiremos con otro


factor determinante en esta corriente, que será el de centrar al héroe como motor
de moviliza a la historia. Esta idea la manejará el historiador Thomas Carlyle
quien considera “el advenimiento democrático como un claro síntoma de la
angustia de las sociedades ante la carencia del héroe que las dirija, demuestra
el claro resentimiento de los sectores sociales proclives al absolutismo, y,
sobretodo, la elaboración de una coraza ideológica justificante que les permitiera
sobrevivir ante un panorama del todo adverso para ellos.”2

En la obra se revela la presencia del mismo cuando se advierte que en la


misma batalla de Ortiz, el desenlace gira en torno a las decisiones y acciones
del Libertador.

“Incapaz de Fatiga, Bolívar le persiguió, picándole la retaguardia y tan


cerca que casi a un tiempo llegaron a Ortiz (26 de Marzo). La Torre ocupó
las alturas que están en la entrada del pueblo con casi mil infantes y un
escuadrón de Caballería. Bolívar determinó forzar aquellas posiciones
combatiendo por más de 5 horas, sin tregua, con un arrojo
extraordinario.”3

En este último fragmento se vuelve a evidenciar la narrativa descriptiva,


pero además notamos como es el Libertador como en todo momento está
dictando el tempo en el desenlace de la historia, denotando a la figura de Miguel
de La Torre como antagonista de Bolívar, fungiendo de antihéroe en el relato de
Larrazábal. Poco después el autor hace una pausa para resaltar la muerte del
coronel Genaro Vázquez, destacando su patriotismo (otro aspecto típico del
romanticismo) y su destreza con la lanza, además de ser un oficial de muy
buenos servicios y de un valor a toda prueba. En referencia a la creación de los
mitos patrióticos, Larrazábal en su narrativa será bastante revelador al momento
de presentarnos los mismos de manera explícita. Lo hará prosiguiendo con su

1
Larrazábal, Felipe. “Bolívar” Tomo II. Edición modificada con prólogo y notas por Rufino
Blanco Fombona. Ediciones Centauro. Caracas, Venezuela 1975. P.111.
2
Carlyle, Thomas. “El Culto de los Héroes” Primera edición cibernética, septiembre del 2006.
P.3.
3
Felipe Larrazábal, ob. cit., P. 112.
relato, pasando al episodio de la Sorpresa del Rincón de los Toros suscitada en
la noche del 16 al 17 de abril de 1818.

En la misma manifestará la forma en cómo el Libertador se salva casi


milagrosamente de un intento de homicidio ejecutado por los realistas, en el cual
añade que muchos enemigos de Bolívar han falseado la historia de aquella
sorpresa, explicando Rufino Blanco Fombona en las notas al pie que no será el
soldado español Mariano Renovales quien ejecute el ataque, pues el mismo se
hallaba en Londres para ese momento.

“El Libertador se sentó en la hamaca para estar en plenitud de oír mejor y


despachar, cuando Renovales y sus ocho compañeros hicieron fuego,
estaba inmóvil. Las balas pasaron por encima de su cabeza y fueron a
herir a un caballero que comía de inmediato”.4

Vale añadir que Fombona también descarta la posibilidad de heridos o


muertos en este hecho, develando el mito detrás de la historia original de
Larrazábal. Otro de los elementos a destacar en esta dialéctica romántica que
desarrollamos en esta obra es el aspecto dramático y trágico, que claramente es
expuesto en el progreso del episodio de Nuevos infortunios: derrotas de Páez y
de Cedeño. Como ya fue mencionado, se resalta la muerte de coroneles y
soldados destacados en las distintas batallas, pero comprendiendo que el hilo
conductor gira en torno al héroe, que para nuestro caso es Bolívar, Larrazábal
resaltará las desavenencias que el Libertador sufrirá a lo largo de la tortuosa
guerra de independencia, detallando y deteniéndonos en este período puntual.

“El Libertador pasó en San Fernando casi todo el mes de mayo, enfermo;
que los males y las desgracias de la patria, aún más que las fatigas,
llegaron a quebrantar su cuerpo de bronce.”5

De esta referencia podemos acotar que los males físicos del Libertador
son lo de menos, entendiendo que su abatimiento es a causa de la patria, que
es el bien supremo y último. Se puede extraer desde allí que, como buen recurso
romántico, Larrazábal, ejemplifica los dramas y las tragedias que se evidencian

4
Ibídem, P.113.
5
Ibídem, P.115.
para el logro final de la Independencia, siempre con Bolívar de referencia
primaria, y el valor patrio como premisa. Finalmente, con todos estos datos y
elementos presentes ¿Qué podemos explicar?

Inicialmente entender la explícita afinidad que Larrazábal tiene para con


el Libertador, motivo esencial para comprender su modo de exaltarlo en su
narrativa. Luego comprender el período y el contexto en el que reconstruye estas
anécdotas, siendo el mismo un momento histórico que refleja las necesidades
de una naciente república, buscando afianzar valores patrios y que entendiendo
la necesidad de unificar al país en una sola nación, superando los regionalismos
de antaño. Al exponer al realista, español y defensor de la corona como a un
enemigo, podemos afirmar que se busca asimismo negar el pasado inmediato
como colonia, tratando de reafirmar una identidad que todavía no está muy clara.
Eso explicará el modo de escribir del autor, que toma partido, y que narra
detalladamente los hechos desde su propia perspectiva, satanizando al malo que
efectivamente es el español, a la vez de endiosar al bueno que serán los
patriotas.

Larrazábal detallaba su versión de los hechos condicionado también por


sus estudios, entendiendo que desarrollará una vida política bastante activa,
siendo primeramente colaborador de la prensa caraqueña, y luego será miembro
fundador del partido Liberal para el año 1942; además es doctor en derecho de
la Universidad Central de Venezuela. Al formar parte activa de la vida política, y
tener conocimientos tan amplios sobre las leyes, su discurso se direcciona en
torno darle identidad política y legislativa a la república, y el recurso de la
utilización del héroe estaba muy en boga para la redacción de discursos
históricos, que son consignados por el para el año 1865.

Bibliografía.

 Carlyle, Thomas. “El Culto de los Héroes” Primera edición cibernética,


septiembre del 2006. Pp.177.
 Larrazábal, Felipe. “Bolívar” Tomo II. Edición modificada con prólogo y
notas por Rufino Blanco Fombona. Ediciones Centauro. Caracas,
Venezuela 1975. Pp.433.

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