Вы находитесь на странице: 1из 3

Encuentra al líder que llevas dentro.

Muchos jefes buscan cambiar su estilo de dirección


transformándose en líderes. Entre las muchas razones que les lleva
a ello, hay una que debería guiar su camino hacia el liderazgo:
querer ser auténtico. Pregúntate, por qué y para quién haces todo
lo que haces. Inconscientemente y desde muy temprana edad
convertimos lo que los demás esperan de nosotros en nuestro
propio destino, buscando en otros nuestras respuestas, cuando
están en nuestro interior. ¿Cómo encontrarlas?

1.-Siendo auténtico: Sentirte en paz es una señal para saber si eres


auténtico. Si estás estresado, perdido, vacío, es probable que no
estés siendo coherente a tus valores y no estés siendo auténtico. El
cuerpo es sabio, allí donde nuestra mente nos engaña aliándose con
nuestros miedos para convencernos de que todo va bien, aparece
nuestro cuerpo mandando señales en forma de molestias, dolores o
enfermedades que avisan de que algo va mal dentro de nosotros.
Ser auténtico implica defender lo que crees aunque todo tu entorno
te considere un loco.
2.-Estar en el momento presente: Nuestra mente tiende a estar en
el pasado o el futuro, pero pocas veces permanece en el “ahora”.
La meditación, yoga u otras disciplinas ayudan a tomar consciencia
del cuerpo, pensamientos y emociones y así sentir el momento
presente. No pretendemos detener la mente, pero sí tomar
consciencia y perspectiva de ella para alcanzar un estado de
absoluta presencia y el 100% de efectividad.
Observa tus pensamientos y verás que:
Si te sientes triste o desmotivado tus pensamientos estarán en el
pasado.
Si te sientes estresado seguramente estén en el futuro.
Si te sientes tranquilo y focalizado están seguro en el presente.
En este estado de presencia, focalizados y conscientes de nuestro
cuerpo pensamientos y emociones es cuando tomamos las mejores
decisiones, tenemos mejor perspectiva y captamos mejor las
emociones que transmiten los demás relacionándonos así con
mayor empatía.
3.-Conectar con las emociones y expresarlas. Cada pensamiento
lleva detrás una emoción. Éstas, las procesamos, filtramos por
nuestras creencias y según qué emoción sea, la ocultamos a los
demás bajo nuestra coraza. Podemos sentirnos tristes,
desmotivados, frustrados…pero no nos permitimos sentirlas y
menos aún expresarlas, llorando, abrazando, riendo o saltando.
Esconder esto, puede acabar en dolores o enfermedades:
Absentismo. De nuevo la sabiduría del cuerpo avisándonos de que
algo debe cambiar en nosotros. Ser emocional y expresarlo es
natural y no por ello nos convierte en débiles, pero aquí hay muchas
creencias limitantes detrás. Si estás conectado con tu líder estás
conectado con tus emociones y les das espacio a todas ellas.
4.-Tener miedo: Tener miedo no es malo, es un instinto de
supervivencia, gracias al cual el ser humano aún existe. Nuestras
creencias son las que nos hacen creer que tener miedo es malo y
debemos ocultarlo. Miedo al fracaso, a no saber, a no ser
suficientemente bueno. Demasiados miedos escondidos. Ser líder es
ser humano, es tener miedo porque te adentras en terrenos
desconocidos. No es el miedo el que nos convierte en débiles, sino la
elección de no enfrentarnos a él.
5.-Pasión por lo que haces: Las pasiones están conectadas a
nuestros dones. Las pasiones; eso que hacemos bien de manera
natural y casi sin esfuerzo; que haríamos a cambio de nada. Para
poder inspirar a otros, es necesario sentir pasión y que tus acciones
den sentido a tu vida. Una persona viviendo sus pasiones vibra, y
transmite una energía diferente y contagiosa. Los miedos se
empequeñecen porque la pasión da la fuerza para superarlos.
6.-Perseverancia: Empezar algo es fácil, lo difícil es acabarlo o
luchar por ello durante años. Cuantos proyectos y sueños se pierden
por el camino, dando lugar a la resignación de aceptar “esto es lo
que hay”. Un buen líder, sabe cuál es el motor de su vida, sus
sueños, sus valores, su meta, su visión, y lucha por ello. Se cae,
aprende y sigue. Pero no se rinde al conformismo y la comodidad,
porque significaría dejar morir una parte de sí mismo. Siendo
ejemplo para los demás, es como provoca que las personas a su
alrededor le sigan y le admiren.
7.-Confianza: Confianza en uno mismo, en los demás y en la vida.
La confianza que da el saber que donde no llegues, estarán los
demás para ser un equipo y no por ello serás menos. Confianza en
que el éxito llegará porque crees firmemente en ello y en la gente
que te rodea, aunque no conozcas bien el cómo.
8.-Curiosidad: Estamos rodeados de “expertos”, y pienso que
cuanto más se sabe de una materia, más consciencia se toma de
que no se sabe nada: “Sólo sé que no sé nada”. Y no digamos en el
conocimiento sobre uno mismo. Ver el mundo con curiosidad y
humildad es lo que proporciona a las personas la apertura mental
para aprender y respetar otros puntos de vista. Tantas cosas no
vemos porque nuestro foco y nuestras creencias nos impiden
verlas. ¿Quién nos dice que no hay mucho más en todo lo que nos
rodean de lo que hemos estado creyendo hasta ahora?

Estas 8 cualidades curiosamente coinciden con las que tienen todos


los niños pequeños. Parece que todos nacimos líderes, pero por el
camino fuimos creando personajes que a ojos de los demás iban a
ser mejor aceptados, cuando en realidad tapaban nuestro mayor
tesoro, nuestro líder interior, nuestro mejor YO.

Ana Madrazo. Coach Certificada (CPCC) Personal y Ejecutivo, Formadora y Facilitadora de


PSYCH-K.

Вам также может понравиться