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Crisis Actuales
Tesis No. 1
Definición de Adicción
Conozco el caso de un adicto que me decía que cada vez que sentía hambre,
inhalaba cemento, pues aprendió a hacerlo desde muy pequeño cuando en su casa
su madre no le daba de comer pues los recursos económicos no alcanzaban para las
demandas de toda la familia. Aquí el menor estableció una relación emocional, a la
manera de estímulo-respuesta Pavloviana. Tiene implicaciones no sólo emocionales
este caso, sino que a la vez es fundamental para entender el enfoque psico-social
más adelante. Otro caso es el depresivo que cada vez que se sentía triste o
deprimido recurría a los fármacos para tener acceso al “conocimiento exacto del
universo”. Me decía: sabes Abel ¿Estar a la misma altura que la montaña que vemos
allá lejos? ¿Serán éstas las necesidades más íntimas que habla Nakken? En el
menor el hambre, en el joven su tristeza. Creo que Abraham Twerski tiene razón:
“Es sumamente importante que tanto el adicto como los miembros de la familia
comprendan que en la adicción los sentimientos eran el blanco principal de las
sustancias químicas y que la abstinencia puede dar como resultado al principio un
caos o una parálisis emocional. Aprender a evaluar y a manejar los sentimientos es
un objetivo importante”. (4)
Existen pocos pensadores cristianos que de alguna manera coinciden con ésta Tesis.
Es invaluable el ensayo del Dr. René Krüger: El Alcoholismo. (5)
Hasta aquí la intervención del Dr. Krüger, su aplicación cristiana la detallaré más
adelante, solo quise señalar los puntos coincidentes con la Tesis manejada en ésta
monografía.
Otro autor cristiano Howard J. Clinebell Jr. en otro ensayo elocuente (6) señala
algunos puntos coincidentes con nuestra Tesis:
Al igual que el Dr. René Krüger, Clinebell en su ensayo da sus opiniones valiosas
como cristiano, las cuales detallaré más adelante. Hago constatar las coincidencias
que existen con otros psicoterapeutas que tratan adicciones sin caer en descréditos
innecesarios.
Tesis No. 2
La palabra admisión en ésta segunda Tesis nos demuestra el carácter plural que
se vive en ésta confesión comunitaria. No es una declaración unipersonal, sino un
“nosotros” el que de debe ser pronunciada, como una confesión colectiva por
aquellos que de alguna manera viven cierto tipo de problemática adictiva. De
manera que ésta fidelidad declaratoria se debe dar si el adicto quiere iniciar su
proceso recuperatorio.
¿Por qué es difícil ésta admisión de la derrota? El éxito para un alcohólico está
en no dejar de beber, sino en no volver a beber. Lo que dificulta ésta derrota, es el
uso exagerado de mecanismos mentales inconscientes de defensa, que toda
persona trae en la mente, sólo que el alcohólico los utiliza de manera repetitiva y
constante. Algunos terapeutas han estudiado demasiado para demostrar el
significado y la importancia de comprender la relación entre complacencia y la
habilidad de derrotarse y aceptarse.
Entendiendo al Adicto
La mayoría de las personas cree que todo alcohólico debe sucumbir su carrera
etílica en las peores condiciones de vida. Es necesario según ellas que el alcohólico
pierda trabajo, familia, dinero y salud, para que pueda descubrir que algo anda mal
en su vida. Que el alcohólico llegue a un estado final de delirium tremens, en donde
se llegue a percibir que la psicosis está a la vuelta de la esquina. Todo lo dicho
hasta aquí es una gran mentira. Para clarificar ésta admisión de su adicción es
necesario que se den en la vida del adicto tres eventos: Tocar Fondo, y el
Rompimiento con sus Codependientes y Facilitadores. Debemos conceptualizar
primeramente:
Tesis No. 3
Enfoque Psicosocial
“Todo fenómeno social, en este caso las adicciones, tienen una dimensión
multisectorial, es decir, el fenómeno en sí tiene manifestaciones económicas,
biológicas y biopsíquicas.”
El Pensamiento Adictivo.
Ésta declaración del Dr. Jorge A. León me esclarece al pensar en los adictos y su
proceso de recuperación, el adicto al consumir droga o alcohol empieza su drama
emocional a gestarse muy al interior de su cuerpo. Lo primero que somatiza en su
cerebro son sus pensamientos. El origen los encontramos tal vez en sus primeros
años de vida, cuando la mente está en construcción. El cuestionamiento si “los
procesos de pensamiento de una persona contribuyeron a su adicción o si su
pensamiento adictivo es síntoma de la adicción, no lo sabemos a ciencia
cierta”. (14) De lo que sí estamos seguros es que el tratamiento y la recuperación
deben iniciarse en algún momento. Cuántas veces he escuchado al alcohólico decir:
Ésta fue mi última borrachera, no lo vuelvo a hacer. Sin embargo sabemos que ésta
promesa que el alcohólico se hace a sí mismo, pronto quedará en el vacío, pues su
compulsión a repetir su conducta es intermitente.
¿Por qué la gente se droga? ¿Por qué la gente se alcoholiza? No lo sé. Lo cierto es
que el drogarse y emborracharse tienen consecuencias y éstas sí las podemos
observar y estudiar.
Enfoque Social
Cuando un miembro de la familia sufre, también sufren todos los demás. Sabemos
también que una familia es un sistema viviente al interior del cual se establecen
interacciones regulares y constantes entre sus miembros. Cualquier acontecimiento
que afecta a un miembro, sus efectos repercuten sobre todos los demás. Si una
familia tiene dentro de sí un desarrollo saludable, decimos que esa familia es
funcional. Sin embargo, si algún miembro de la familia enferma, sea el padre, la
madre o alguno de sus hijos es adicto, decimos que su enfermedad enferma a los
demás, entonces ésta familia es disfuncional. Es verdad que el nivel socioeconómico
de cada familia determinará el tipo de tratamiento a seguir de acuerdo a los
recursos instrumentales y psicosociales de la comunidad, objetivo y metas de la
terapia, éste estudio, rebasa el propósito de la presente monografía.
Me parece interesante insertar la reflexión del sociólogo mexicano Dr. Luis Leñero,
disertando sobre adicciones, el anota: “La familia se está desintegrando porque no
está respondiendo ya a los patrones tradicionales, claro que no está respondiendo a
los patrones tradicionales, pero la vida social es precisamente un cambio, pero que
bueno que la familia cambie, porque sino se hace inepta para responder a las
nuevas necesidades. Si mantiene esa rigidez, la familia no va a poder responder con
la flexibilidad necesaria del cambio a las nuevas generaciones y entonces va a
existir un rompimiento intergeneracional”. (17)
Tesis No. 4
Enfoque Psicopastoral
“Dentro de cada ser humano hay dos realidades en pugna: La imagen de Dios y el
pecado. Ésta situación motiva la ambivalencia que el ser humano experimenta
frente a Dios: amor-odio, culpabilidad-justificación, temor-deseo, fe-incredulidad.
Atracción-rechazo. En algunos seres humanos predomina la atracción hacia Dios, y
entonces ellos procuran adorarle en Espíritu y en verdad. En otros predomina el
rechazo, y entonces procuran satisfacer su Imago Dei a través de un sustituto de
Dios, un ídolo de su creación o de importación”. (19)
Hace algunos días leía lo siguiente: “Según Doyle, hay que tener en mente el
contexto al leer estos versos (1ª. Cor. 6:9-10) ¿No sabéis acaso ustedes que los
injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis…. Ni los borrachos…. Ni los
homosexuales heredarán el reino de Dios. El homosexual –en tanto injusto- no
accede al reino de Dios… y así con todos. Si el borracho es injusto, sin duda no
puede heredar el Reino de Dios. En las mismas condiciones tampoco lo pueden
heredar los abstemios por injustos, no por alcohólicos o antialcohólicos”. (20)
Quiero entender que éste buen exégeta (¿eiségeta?), tiene la sana intención de
justificar cierto tipo de conducta. Si añado puntos suspensivos al texto, lo hago no
por evadir del todo la pregunta integral. No, sólo quiero resaltar el tema a tratar en
mi monografía: las adicciones. Por eso, he dicho que no entiendo lo que está
pasando. Aclaro, nunca he conocido a un adicto que antes de su vida adictiva no
haya experimentado un sentimiento de inferioridad y en actividad alcohólica,
digámoslo claro, borracho haya realizado actos de sano juicio. Doyle no tiene razón.
No la tiene, porque si algo sostengo en la segunda Tesis, es que nuestra derrota (mi
derrota) no adquiere sentido si no reconozco (admito) en el mismo momento, que
mi conducta, era totalmente contraria a mis actos de cordura en sobriedad.
Podría hacer exégesis sobre la pregunta de Weigandt al Dr. Rooy ¿Y qué pensás vos
de aquellos otros que no piensan como nos? La respuesta es genialmente irónica. Si
es de Dios, Él se encargará de sostenerlo… tú sigue su proyecto. Yo la intuyo como
una paradoja exegética típicamente Freudiana: ¿Si Dios piensa como vos… entonces
no es Dios? ¿Y entonces quién es?.... Pues, eres tú y tu inconsciente.
Siguiendo ésta cuarta Tesis señalo que en las adicciones como en cada ser humano
coexisten ambas realidades. El alcoholismo y toda adicción en general puedo decir,
sin prejuicio alguno, que es una enfermedad-pecado, como las dualidades funestas
señaladas por el Dr. León: amor-odio, culpabilidad-justificación, fe-incredulidad.
Considero oportuno, en este punto la reflexión de Paulo Freire: “…Al dicotomizar el
sujeto del objeto, dicotomizan, automáticamente la práctica de la teoría que de este
modo, dejan de constituirse como la unidad dialéctica. Separada de la práctica, la
teoría es puro verbalismo inoperante, desvinculada de la teoría, la práctica es
activismo ciego. Es por esto mismo que no hay praxis auténtica fuera de la unidad
dialéctica acción-reflexión, práctica-teoría.(21)
10. Usted necesita ser consciente de que el método bíblico para el cambio no
hace que necesariamente la vida sea más fácil.(22)
De entrada Welch reconoce: “Yo nunca he sido adicto, pero he conocido muchos
adictos”. De acuerdo a nuestra Tesis, considero que todos somos adictos gracias a
Dios. Lo que parece ser un chiste cruel, no lo es, por razón de que existen muchos
adictos que al confesarlo viven dos mundos en agonía, el real y el adictivo. La
contradicción que en sus vidas viven los adictos, la viven en cierta manera todos los
mortales, aun los santos hombres de Dios, San Pablo lo testifica: “Porque no hago el
bien que quiero, sino el mal que no quiero. Eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya
no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien,
hallo esta ley: que el mal está en mí. Pero veo otra ley en mis miembros que se
rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que
está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de
muerte?” Romanos 7:19-24
La vida del adicto jamás será fácil en su recuperación, por eso me preocupan las
recaídas: “Las cuales algunos psicoterapeutas creen que son necesarias pues
ayudan a una toma de conciencia de la enfermedad que aun no se puede lograr.
Ésta es una observación clínica, no una indicación terapéutica”. (23)
Hasta aquí lo que me parece ad-hoc a nuestra Tesis. Intento resaltar del ensayo
citado de Clinebell las siguientes propuestas:
2. Cuando uno se siente aceptado por Dios es que puede “aceptarse así
mismo como aceptado”. Cuando uno se ha aceptado así mismo, puede
aceptar a otros, y sentirse aceptado por ellos. Es a través de este
sentimiento de aceptación divina que se alivian las angustias
fundamentales.
En lo personal, hace cuatro años, año axial para mi (2001) el Señor rescató mi yo
adictivo y lo sanó. Así es, el Señor me rescató de una recaída de varios años en el
alcohol… El Espíritu me devolvió el gozo de la salvación. Ahora encuentro en mi
iglesia local, una comunidad verdaderamente terapéutica. Esa es la iglesia del
Señor, y no creo estar equivocado.
Daniel Gandini, Pastor argentino hace varios años escribía: “La iglesia del Señor se
levanta viva y poderosa allí donde las personas comienzan a vivir juntas en nombre
de Jesús, a amarse y aceptarse tal como son, ayudándose a descubrir los misterios
del Reino de Dios para los hombres. Por ello no hay comunidad sin servicio, ni
sanidad sin amor” (29). Un amigo mío puntualizaba: “…la iglesia está afiebrada, la
fiebre no es una enfermedad, es el síntoma de que está afectada por uno o varios
males”(30) Eso también lo creo, por eso ambas citas son pertinentes.
Dar por concluida ésta monografía, sería un acto de soberbia, no quiero caer en
excesos narcisistas. Dejo estos comentarios, que forman parte integrante de mi
reflexión diaria a vuestra consideración. Mi gratitud al Señor Jesús, por haberme
llamado a éste Ministerio de Adicciones. Al Dr. Jorge A. León, por su prolífica obra,
varón de Dios, impregnado con Sabiduría de lo Alto. Al Lic. Jorge León Toledo
acuciante tutor, por sus comentarios puntillosos a mis respuestas evaluatorias.
Ambos me han enseñado que juntos estamos “Cuidando El Rebaño Del Señor”. Así
sea.
Referencias Bibliográficas
(12) Ibid.
(19) León Jorge A. Dr. Psicología Pastoral Para Todos Los Cristianos.
Kairos. Buenos Aires. 2000.
(30) Conferencia dictada por el Lic. Jorge León Toledo. 28 Oct 2004.
Cristianet.com.
© Psicopastoral - 2007
http://www.psicologia-
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