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Entrevista al ex presidente Rafael Correa en plena disputa frente a la consulta popular del 4 de

febrero
“En Ecuador se acabó el Estado de Derecho”
El ex presidente Rafael Correa acaba de desafiliarse del partido que fundó, Alianza País, porque
no le permitieron disputar la conducción. Es parte de su combate contra el actual presidente,
Lenín Moreno. En esta entrevista, realizada antes de ese último episodio, Correa explica qué
busca.
Por Julia Goldenberg

Imagen: Sandra Cartasso


El fin de ciclo llegó a Ecuador. En 2017,el entonces candidato de Rafael Correa,Lenín Moreno,
ganó las elecciones presidenciales. Una vez en el poder, el gobierno actual empezó a quejarse
de la pesada herencia y a pedalear fuerte sobre cada denuncia de supuesta corrupción contra
la gestión anterior. Pocos meses más tarde, Jorge Glas, vicepresidente y hombre de confianza
de Correa, fue condenado a seis años de prisión. Acusado de recibir sobornos por parte de
Odebrecht, sin pruebas que lo demuestren, con un código penal anterior al vigente y basado
en la confesión de altos mandos de la empresa que fueron sobreseídos, Glas perdió la
vicepresidencia.

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Por Julia Goldenberg
Con presiones, irregularidades y un bombardeo mediático sesgado, el gobierno de Moreno
logró armar una Consulta popular que llevará a la población ecuatoriana a las urnas el
domingo 4 de febrero. Apunta principalmente a anular una posible candidatura de Correa y
busca que el Poder Ejecutivo acapare todos los poderes del Estado a través del Consejo de
Participación .Hermano de la refundación política chavista, el Ecuador de la Revolución
Ciudadana tiene una división de poderes -distinta de la tradicional- que se encuentran bajo la
órbita del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, una entidad autónoma que
cumple cinco funciones: la Función ejecutiva, la Judicial, la Legislativa, la Electoral y la Función
de Transparencia y Control Social.

Rafael Correa, radicado actualmente en Bélgica, pasó por su país en diciembre de 2017 para
reencauzar las fuerzas políticas de la Revolución Ciudadana en el marco de la VII Convención
Nacional de Alianza País. Algunas semanas más tarde, él y sus correligionarios se vieron
obligados a abandonar el partido. Y ahora impulsan el No” frente a tres preguntas de la
Consulta Popular que el correísmo denuncia como inconstitucionales. Antes de comenzar,
insiste, “Es importante que ustedes., ciertos sectores de la prensa, puedan difundir lo que
sucede en Ecuador”.

–En sus visitas a Ecuador, ¿cómo encontró al país, a la población y a los militantes?

–A final de mi mandato, ganamos las elecciones y ganamos la mayoría en Asamblea pero


lastimosamente las personas a quienes delegamos nuestra representación nos traicionaron: se
aliaron con la derecha, están ejecutando su programa político y persiguen a sus antiguos
compañeros. El objetivo que persiguen es el de aniquilar a Correa y a la Revolución Ciudadana
para repartirse el país. Mi visita a finales de noviembre y principios de diciembre fue un éxito
total, yo llegué a la una de la madrugada y había miles de personas esperándome en el
aeropuerto. El entusiasmo de nuestra militancia fue enorme y creo que mi visita era necesaria
porque ha sido muy doloroso este proceso. Los que suponíamos que eran compañeros
nuestros, tras ganar las elecciones nos traicionaron. Es peor que si hubiera ganado la
oposición. Están destruyendo todo lo realizado: se aliaron con nuestros adversarios; están
persiguiéndonos,no sólo en lo político sino en lo humano, amedrentando incluso a nuestras
familias; atacando nuestra fuerza moral y nuestro prestigio; involucrándonos en casos de
corrupción; tratando de destruir el modelo político, económico y social de la Revolución
Ciudadana. Dicen que los últimos diez años de gobierno fueron pura demagogia, pura
propaganda y que dejamos una economía en crisis, con gastos irresponsables. Lo cual
desmienten las propias cifras y lo acaba de desmentir la CEPAL pero esto lo repiten y
magnifican los medios de comunicación. La verdad es que en mis vueltas encontré un país
polarizado, dónde están inoculando odio en el corazón de una minoría que siempre estuvo en
contra nuestro y que es muy prepotente y violenta. Eso es muy peligroso. Además, encontré
un país muy temeroso: por ejemplo, no me querían hacer entrevistas en algunos medios de
comunicación porque decían que temían que les quitaran la frecuencia. O sea, todo el mundo
está amenazado por todos lados.

–El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador reconoció al presidente Lenín Moreno como
máximo directivo del movimiento. ¿Cómo queda entonces?

–El 95 por ciento de la militancia nos apoya. En términos de legalidad también tenemos
ventaja ya que esa Convención tuvo unos 1500 delegados y unos 5 mil participantes y lo que se
decidió fue iniciar, en la Comisión de Etica, el proceso de destitución de Lenín Moreno. Nunca
le ha interesado Alianza País y lo que quiere es dividirnos. Incluso nos insultó, nos ha dicho
“ovejunos”, dijo que la revolución era una pendejada y nunca hizo la campaña con el color
verde, tratando de alejarse siempre de Alianza País. Ahora quiere destruir el movimiento. El
problema es que todo está tomado. Podemos tener toda la razón del mundo pero el Consejo
Nacional Electoral le manda una carta al gobierno y pesa más esa carta que la convención con
cinco mil participantes. Todo está tomado. ¡Se apela al Tribunal Contencioso Electoral y ni
responde! Archivaron nuestra petición alegando que faltan requisitos. Incluso, frente a la
Consulta Popular que planean realizar en febrero de 2018, presentamos una demanda de
inconstitucionalidad a la Corte Constitucional y no la despachan.¡Estamos en indefensión total!
Se han tomado todas las instancias del Estado y eso lo tiene que saber América Latina.

–Ya se conocen las preguntas de la Consulta Popular que se realizará en 2018 y se llamó a
votar “No” frente a las preguntas sobre la postulación indefinida, sobre la sustitución del
Consejo de Participación Ciudadana y sobre la derogación de la Ley de Plusvalía. Sobre la
postulación indefinida, entiendo que se trata de una limitación dedicada a su persona.

–Faltó que pongan la foto y el número de cédula.(se ríe)

–Para todo lo demás, ¿Podría explicar las razones?

–La más grave es la pregunta tres(la que apunta a la sustitución del Consejo de Participación
Ciudadana) pero déjeme poner en contexto. Nadie niega que la atribución del Presidente de
Convocar a Consulta Popular sea legítimo. Yo lo hice cuatro veces, pero en función de lo que
dijimos en campaña y luego fue aprobado en las urnas. El núcleo de la Consulta son dos
preguntas abiertamente inconstitucionales: la dos y la tres. La dos: quiere derogar la
postulación indefinida, obviamente dedicada contra mí, pero incluso la hacen retroactiva,
desde el 2008. Más grave aún es la pregunta tres, que apunta a reestructurar el Consejo de
Participación Ciudadana y Control Social. Eso acaba con la división de poderes y con lo que se
conoce como democracia, de acuerdo a la definición de la Carta Democrática de la OEA. El
Consejo de Participación, es una entidad que elige a todas las autoridades del Estado que no se
votan o que no son designadas por el presidente: me refiero a las autoridades de la Contraloría
General del Estado (es el máximo organismo de control fiscal del Estado); las autoridades de la
Corte Constitucional (es el máximo órgano de control, interpretación y administración de
justicia constitucional); las de la Defensoría del Pueblo; etc. A los consejeros del Consejo de
Participación sólo se los puede destituir por juicio político, pero de esa manera no podrían
apropiarse del mismo. Ellos proponen sacar a los consejeros, reemplazarlos por un cuerpo
transitorio compuesto sólo por delegados del ejecutivo. Es decir, una sucursal del ejecutivo.
Así, buscarán evaluar y destituir a las autoridades que ya fueron designadas. Para eso se
necesita una Asamblea Constituyente y ellos lo saben.

–¿Qué poder le daría la aprobación de esta pregunta al presidente?

–Con eso se apoderaría de todos los poderes del Estado: de la Función Judicial, la Electoral y la
de Control Social. Así, monopolizaría la primera porque el Consejo de Judicatura es
seleccionado por el Consejo de Participación, entonces lo puede cambiar a su antojo y luego
así reemplazar a los jueces y al Fiscal General de la Nación (el Fiscal es el único que puede de
denunciarme penalmente). Se apoderaría de la Función Electoral, porque el Consejo Nacional
Electoral es seleccionado por el Consejo de Participación Ciudadana. Además se apoderaría del
Tribunal Contencioso Electoral que es dónde se apelan las decisiones del Consejo Nacional
Electoral. Por último acapararía la Función de Control Social, a través de la cual se elige al
Contralor (responsable del máximo organismo de control fiscal del Estado)–con eso va a
perseguir a todos los que hayamos pasado por la función pública– y al procurador del Estado
(es el representante judicial del Estado), que elige a los seis superintendentes (de bancos, de
compañías, de comunicación, etcétera). De todo eso se va a apoderar el Ejecutivo, a través de
un Consejo de Participación que dejará de ser independiente. O sea, se acabó la división de
poderes. Esto es gravísimo: la Corte Constitucional no puede ser destituida ni siquiera por la
Asamblea Nacional, porque no es sujeto de juicio político, para garantizar el Estado de
Derecho. ¡Ahora la podría destituir un Consejo de Participación de siete miembros del
ejecutivo! Por último, a la Asamblea le quitan la posibilidad de fiscalizar porque se la pasarían
al Consejo. Se acabó la democracia. No hay división de poderes. Por esto mismo, las Consultas
Populares requieren el Control Constitucional. Las preguntas deben pasar por la Corte
Constitucional.

(Como buen académico, Correa acostumbra a citar, ubicar referencias y leer directamente
documentos, artículos y otras fuentes. En este caso, se detuvo en los artículos 104,438 y 443
de la Constitución. Mientras cita en voz alta, aprovecha para destacar y acotar sobre algunos
puntos.)

–¿Por qué reclaman, desde el correísmo, la inconstitucionalidad de la Consulta Popular?

–El 23 de noviembre la jueza Tatiana Ordeñana (jueza de la Corte Constitucional) presenta su


informe sobre la constitucionalidad de la Consulta y era negativo para las preguntas dos y tres.
Porque ser retroactivo en una pregunta es una aberración jurídica (pregunta dos) y la pregunta
tres es un golpe de Estado –cualquier juez decente rechazaría eso–. El informe se filtró antes
de ser presentado. Entonces, el 28 de noviembre el gobierno reorganizó el Consejo Nacional
Electoral, sacó al presidente y puso a otro. Al día siguiente, mandó los decretos al Consejo
Electoral convocando a la Consulta y argumentando que se le había pasado el plazo de ley a la
Corte Constitucional. En realidad, el plazo seguía vigente hasta el 7 de diciembre y la Corte se
iba a reunir el 5 de diciembre para tratar el informe de la jueza. Pero cuando este se filtró, el
gobierno argumentó unilateralmente que se había vencido el plazo y convoca a elecciones. Es
que no querían el dictamen constitucional, porque saben que esa consulta es inconstitucional.
Un Consejo Nacional Electoral tendría que recibir el decreto presidencial y esperar el informe
dela Corte. Sin embargo, recibieron el decreto y llamaron a elecciones. Todo está tomado.
Incluso la prensa está a favor de esta Consulta. Lo hemos denunciado a la OEA y tiene que
intervenir el sistema interamericano. Lo que está pasando en Ecuador es gravísimo: ¡se acabó
el Estado de Derecho!

–De ahí su definición sobre democracia, como la voluntad de las mayorías, bajo reglas
preestablecidas.

–Hacen parecer que esto es democrático porque la gente vota, pero esto atrasa veinte años.
Ya nos han hecho votar cosas que ni siquiera existen en la Constitución. La Consulta es
inconstitucional y se están manipulando a la gente.

–A sólo tres meses de asumida la presidencia, Lenín Moreno le retiró todas las funciones al
vicepresidente, Jorge Glas. Finalmente este fue condenado a seis años de prisión, acusado de
recibir sobornos de Odebretch. ¿Cuál es la función del caso Odebrecht en América Latina?

–Es la judicialización de la política, el “Lawfare” como lo llaman los gringos. Se trata de


aniquilar al adversario político llenándolo de causas. Es toda una estrategia, como en la guerra.
Primero, exacerban un caso de corrupción y generalizan, para que la gente se sienta indignada.
Después, los medios ubican al culpable y se produce un linchamiento mediático que dura
meses. Es lo mismo que hicieron con Dilma, con Lula y con la propia Cristina. Por último viene
el juicio, que es un trámite. Con semejante nivel de efervescencia popular y de linchamiento
mediático no se puede tener un juicio justo. Con todo esto tratan de destruir la fuerza moral
de nuestra gente diciendo que todo fue producto dela corrupción. Eso es mentira, Ecuador dio
pasos agigantados en la lucha contra la corrupción. En el caso de Jorge Glas, se dice que recibió
sobornos y no se ha encontrado nada. ¡Se instaló en el imaginario colectivo, pero no hay
pruebas! Resulta que los miembros de Odebrecht que han confesado, fueron sobreseídos.

–Entonces, ¿Para qué lo ponen en prisión preventiva?

–Para hacerle perder la vicepresidencia, porque si se encuentra 90 días fuera de la


vicepresidencia se declara el abandono y eso ocurrió el 2 de enero.

–Usted mencionó que colaboradores suyos le enviaron un análisis que realizó el gobierno
actual sobre el impacto del discurso anti-corrupción en la población. ¿De qué se trata eso?

–Creo que apuestan a la indignación, porque estos casos de corrupción son traición a la patria.
Cuando todos los días existe una campaña milimétrica que indica que hubo corrupción por
todos lados, eso genera indignación. Se simplifica la información sobre cualquier cosa. Por
ejemplo: dicen que hubo sobreprecios en determinada obra pública, pero no explican que
están comparando el precio del cemento para una vivienda y el precio del cemento para un
laboratorio, por ejemplo. Llenan de odio, rencor e indignación el corazón de la gente a fuerza
de mentiras y difamaciones. ¿Pero qué pasa con el actual presidente? Él fue, durante 10 años,
miembro de nuestro gobierno y si hubo corrupción él sería cómplice. Volvieron a la prácticas
del pasado: por ejemplo, a los Bucaram les dieron las eléctricas. Están repartiendo así el país.

–En Argentina hay una ola de causas dirigidas a muchos ex funcionarios del gobierno de
Cristina Fernández de Kirchner. ¿Considera que hay una estrategia regional en este sentido?

–Sí, por supuesto. Es el nuevo instrumento de ataque a los gobiernos progresistas. Antes era la
lucha contra el comunismo, contra el narcotráfico, ahora es contra la corrupción y resulta que
todos los líderes progresistas que no nos sometemos al imperio somos corruptos. Es una
estrategia regional. El libreto en Ecuador es similar al que se usó en Brasil y similar a la
embestida contra Cristina. Ha habido un retroceso claro de la izquierda en la región y muchas
veces me preguntan, ¿Cuáles son los errores de la izquierda? Yo creo que hay que considerar
que el derrumbe de los precios de las materias primas afectó a todas nuestras economías,
mientras que la prensa y la derecha aprovecharon esa fragilidad de forma muy perversa.
Nosotros tuvimos hasta un terremoto que produjo una pérdida de más de 3 punto del PBI. Nos
enfrentamos a un cambio de ciclo económico y eso lo aprovecha la derecha. La estrategia se
basa en sembrar la duda sobre nuestra fuerza moral. Cualquier batalla puede perder un
revolucionario, menos la batalla moral.

–¿Cómo sería esa estrategia?

–Primero,instalan que las políticas económicas han fracasado, cuando en realidad hay un
cambio de ciclo económico. Nosotros tuvimos que enfrentar una tormenta perfecta en
términos económicos (desplome de exportaciones y apreciación de la moneda) hacia el final
de mi gobierno. Las políticas heterodoxas han demostrado ser exitosas tanto en expansión
como en recesión. Pero los últimos años se sintió que no nos iba tan bien y la prensa dice que
todo eso es culpa de Correa. Eso confunde a la gente. Son las estrategias que usan para atacar
a los gobiernos progresistas. Luego, la judicialización de la política. Lo cierto es que la
judicialización de la política tiene que ser tratada a nivel interamericano. ¡No podemos
permitir tanto abuso! Por último, parte de la estrategia es la desinstitucionalización de
nuestros países, la pérdida del Estado de Derecho. Tenemos que reunirnos como región y
poner un alto muy grande. América latina tiene que juntarse y discutir estas cosas.

–La CIDH pidió la liberación de Milagro Sala, pero nada de eso fue escuchado.

–Si no obedecen es porque están embriagados de poder.

–Sobre lo que mencionó en relación a una estrategia regional, recuerdo que en una entrevista
con la radio Futuröck le preguntaron si seguía en contacto con los ex mandatarios de los
gobiernos progresistas. ¿Quisiera saber si usted. cree que, más allá del contacto, hubiese sido
necesaria una integración regional más profunda y estructural?

–Lamentablemente es muy difícil construir y muy fácil destruir. Con el cambio de la relación de
fuerzas en la región, están parados todos los procesos de verdadera integración regional.
Básicamente me refiero a UNASUR, que está sin secretario general desde hace meses, y CELAC,
que ya son sólo formalismos.

–¿Cómo percibe las reformas conservadoras impulsadas en todos estos países?

–Tarde o temprano Ecuador va a tomar esa dirección. En nuestro caso no han cambiado ciertas
políticas. Por ejemplo en materia internacional, la relación con Venezuela persiste porque es
estratégica. Pero ante la primera presión de Estados Unidos verán lo que pasa con el respaldo
a Venezuela, a Cuba o al mismo Julián Assange. Es gente entregada al imperio. A nivel
nacional,están esperando la Consulta Popular del 4 de febrero, para consolidar una victoria y
luego comenzar con las medidas económicas echándonos la culpa a nosotros. El presidente
actual tiene un pacto con los empresarios y banqueros, que obviamente quieren medidas
neoliberales. ¡Si dieran resultado, hasta yo las implementaría! Pero está demostrado que son
un fracaso. Además del fracaso de la flexibilización laboral, de la privatización del sistema
previsional, hay algo que no entienden los dirigentes de América latina y es que estas medidas
destruyen el bien moral: la explotación laboral, la falta de responsabilidad del patrón frente al
trabajador. Esto nos divide como sociedad y eso es mucho más pernicioso para el desarrollo
que sus supuestas ganancias en eficiencia, que tampoco existen. Esto es lo que llamo “el
pragmatismo destructor”: es un pragmatismo que nunca hace ruido y destruye mucho más de
lo que construye. Mientras que no comprendamos que todos tenemos derecho a vivir bien, no
saldremos del subdesarrollo. Las grandes causantes del subdesarrollo latinoamericano son las
élites.

–Todo esto bajo un pretendido diálogo. Un compatriota suyo, Jaime Durán Barba, escribió lo
siguiente cuando Lenín Moreno ganó las elecciones: “Bastante gente evalúa bien la gestión de
Correa, pero rechaza su estilo violento y autoritario. Lenín es una persona de talante
conciliador, que no supo aprovechar esa ventaja, y se identificó con una campaña violenta,
agresiva, que dio la impresión de que gobernaría con el mismo estilo atropellador de Correa
que muchos rechazaban de manera vehemente.”

–Durante diez años, he tenido casi dos reuniones por día, eso da 8 mil reuniones y no sólo con
los poderosos, con los banqueros, con los periodistas, tambitambiéntambiénsaldremosenén
me reunía con las trabajadoras sexuales, con las familias de los desaparecidos, con los
movimientos sociales, con los sindicatos, con los movimientos LGBTI. Ahora se disfrazan de
dialoguistas las más vulgares concesiones. Sobre Durán Barba puedo decir que es el jefe de
campaña de la Consulta Popular a realizarse en febrero y tal vez sea el principal asesor de
Lenín Moreno. Sin dudas él está repitiendo lo que le dice Durán Barba.

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