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BIOÉTICA MÉDICA
CONCEPTO DE BIOÉTICA
La ética se ocupa de los principios morales que permiten discernir entre el bien y el
mal, así como de las consecuencias de las acciones. La bioética es la rama de la
ética que se dedica a proveer los principios para la correcta conducta humana
respecto a la vida, aborda los aspectos éticos de la biología y la medicina y, dentro
de ella, la ética clínica estudia los problemas morales presentes en la medicina
clínica.
Así, la bioética sanitaria o clínica se podría definir como la inclusión de los valores
en la toma de decisiones sanitarias, a fin de aumentar su corrección y calidad;
introduce los valores morales en la práctica clínica con el fin de mejorar la calidad
asistencial.
Es preciso imponer siempre un límite a la actuación y decisiones de los
profesionales sanitarios en su interactuación con el usuario y este límite implica el
respeto a la libre decisión del paciente, a la expresión de su personalidad en todos
sus aspectos como ser humano. El usuario tiene derecho a aceptar o rechazar
cualquier tratamiento que se le sugiera, y al profesional sanitario sólo le corresponde
explicar y justificar la necesidad del procedimiento a practicarle, y si el caso lo
requiere, advertir de los riesgos de rechazar el procedimiento.
Pero hasta ahí, el enfermo es el único dueño de su vida y decisiones.
La bioética se basa en unos principios, definidos por distintos autores y códigos,
vamos a verlos.
PRINCIPIOS DE LA BIOÉTICA
El criterio ético fundamental que regula la bioética es el respeto al ser humano, a
sus derechos, y sobre todo a su dignidad.
1
Principios de Beauchamp y Childress
Principio de beneficencia
2
Principios de Tavistock
TEMA II
3
correspondientes beneficios, prestando una especial atención a las necesidades de
los países en desarrollo.
• Dignidad humana y derechos humanos. Se habrán de respetar plenamente la
dignidad humana, los derechos humanos y las libertades fundamentales.
• Beneficios y efectos nocivos. Al aplicar y fomentar el conocimiento científico, la
práctica médica y las tecnologías conexas, se deberían potenciar al máximo los
beneficios directos e indirectos para los pacientes y los participantes en las
actividades de investigación, se deberían reducir al máximo los posibles efectos
nocivos para dichas personas.
• Autonomía y responsabilidad individual. Se habrá de respetar la autonomía de
la persona en lo que se refiere a la facultad de adoptar decisiones. Para las personas
que carecen de la capacidad de ejercer su autonomía, se habrá de tomar medidas
especiales para proteger sus derechos e intereses.
• Consentimiento.
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• Igualdad, justicia y equidad. Se habrá de respetar la igualdad fundamental de
todos los seres humanos en dignidad y derechos, de tal modo que sean tratados
con justicia y equidad.
• Aprovechamiento compartido de los beneficios.
Los beneficios resultantes de toda investigación científica y sus aplicaciones
deberían compartirse con la sociedad en su conjunto.
• Comités de ética. Se deberían crear, promover y apoyar, al nivel que
corresponda, comités de ética independientes, pluridisciplinarios, con miras a:
a) Evaluar los problemas éticos, jurídicos, científicos y sociales suscitados por los
proyectos de investigación relativos a los seres humanos.
b) Prestar asesoramiento sobre problemas éticos en contextos clínicos.
c) Evaluar los adelantos de la ciencia y la tecnología, formular recomendaciones y
contribuir a la preparación de orientaciones sobre las cuestiones que entren en el
ámbito de la presente Declaración.
d) Fomentar el debate, la educación y la sensibilización del público sobre la bioética,
así como su participación al respecto.
Si se han de imponer limitaciones a la aplicación de los principios enunciados en
esta Declaración, se deberá hacer por Ley.
La Bioética abarca un gran abanico de materias, de entre ellas vamos a estudiar
aquéllas que forman más parte de la práctica del ejercicio profesional por los
profesionales sanitarios y, por tanto, han sido objeto de mayor regulación.
Las primeras materias que forman parte de la bioética son el consentimiento
informado, el derecho a la intimidad del paciente, las historias clínicas y las
instrucciones previas.
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TEMA III
EL SECRETO PROFESIONAL
6
TEMA IV
7
• La objeción debe ser específica y referida a acciones concretas.
• Los centros sanitarios deben tener los datos relativos a los objetores.
• Se aceptará la objeción sobrevenida y la reversibilidad de la objeción.
• La objeción deberá ser coherente con su ideología y creencias, coherencia que
deberá poder ser constatada en el conjunto de su actividad sanitaria (por ejemplo,
no es coherente objetar en el sistema público y no en el privado).
• En todo caso debe garantizarse la prestación de los servicios sanitarios, por lo que
se autoriza la renuncia a la atención de un paciente salvo que el paciente quedara
en situación de desatención.
TEMA V
DELITOS RELACIONADOS CON LA BIOÉTICA SANITARIA
Homicidio
A. Artículo 142
1. El que por imprudencia grave causare la muerte de otro, será castigado, como
reo de homicidio imprudente, con la pena de prisión de 1 a 4 años.
2. Cuando el homicidio fuere cometido por imprudencia profesional se impondrá
además la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión, oficio o
cargo por un periodo de 3 a 6 años.
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será castigado con la pena inferior en uno o dos grados a las señaladas en los
números 2 y 3 de este artículo.
TEMA VI
Aborto
El que produzca el aborto de una mujer, sin su consentimiento, será castigado con
la pena de prisión de 4 a 8 años e inhabilitación especial para ejercer cualquier
profesión sanitaria, o para prestar servicios de toda índole en clínicas,
establecimientos o consultorios ginecológicos, públicos o privados, por tiempo de 3
a 10 años.
Las mismas penas se impondrán al que practique el aborto habiendo obtenido la
voluntad de la mujer mediante violencia, amenaza o engaño.
1. El que produzca el aborto de una mujer, con su consentimiento, fuera de los
casos permitidos por la Ley será castigado con la pena de prisión de 1 a 3 años e
inhabilitación especial para ejercer cualquier profesión sanitaria, o para prestar
servicios de toda índole en clínicas, establecimientos o consultorios ginecológicos,
públicos o privados, por tiempo de 1 a 6 años. El juez podrá imponer la pena en su
mitad superior cuando los actos descritos en este apartado se realicen fuera de un
centro o establecimiento público o privado acreditado.
2. La mujer que produjere su aborto o consintiere que otra persona se lo cause,
fuera de los casos permitidos por la Ley, será castigada con la pena de multa de 6
a 24 meses.
3. En todo caso, el juez o tribunal impondrá las penas respectivamente previstas
en este artículo en su mitad superior cuando la conducta se llevare a cabo a partir
de la vigésimo segunda semana de gestación.
1. Será castigado con la pena de multa de 6 a 12 meses e inhabilitación especial
para prestar servicios de toda índole en clínicas, establecimientos o consultorios
ginecológicos, públicos o privados, por tiempo de 6 meses a 2 años, el que dentro
de los casos contemplados en la Ley, practique un aborto:
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– Sin haber comprobado que la mujer haya recibido la información previa relativa a
los derechos, prestaciones y ayudas públicas de apoyo a la maternidad;
– Sin haber transcurrido el periodo de espera contemplado en la legislación;
– Sin contar con los dictámenes previos preceptivos.
– Fuera de un centro o establecimiento público o privado acreditado. En este caso,
el juez podrá imponer la pena en su mitad superior.
2. En todo caso, el juez o tribunal impondrá las penas previstas en este artículo en
su mitad superior cuando el aborto se haya practicado a partir de la vigésimo
segunda semana de gestación.
3. La embarazada no será penada a tenor de este precepto.
TEMA VII
Lesiones
Cuando las lesiones fueren cometidas por imprudencia profesional se impondrá
asimismo la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión, oficio o
cargo por un periodo de 1 a 4 años
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TEMA VIII
Delitos contra la Salud Pública
--Los que expendan o despachen medicamentos deteriorados o caducados, o que
incumplan las exigencias técnicas relativas a su composición, estabilidad y eficacia,
o sustituyan unos por otros, y con ello pongan en peligro la vida o la salud de las
personas serán castigados con las penas de prisión
1. Los que prescriban, proporcionen, suministren, administren, o faciliten a
deportistas federados no competitivos, deportistas no federados que practiquen el
deporte por recreo, o deportistas que participen en competiciones organizadas,
sustancias o grupos farmacológicos prohibidos, así como métodos no
reglamentarios, destinados a aumentar sus capacidades físicas o a modificar los
resultados de las competiciones, que por su contenido, reiteración de la ingesta u
otras circunstancias concurrentes, pongan en peligro la vida o la salud de los
mismos, serán castigados con las penas de prisión.
Serán las penas de inhabilitación profesional, cuando los hechos sean cometidos
por farmacéuticos, o por los directores técnicos de laboratorios legalmente
autorizados, en cuyo nombre o representación actúen.
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TEMA IX
La Historia Clínica
La historia clínica comprende el conjunto de los documentos relativos a los procesos
asistenciales de cada paciente, con la identificación de los médicos y demás
profesionales que han intervenido en ellos, que contienen los datos, valoraciones e
informaciones de cualquier índole sobre la situación y la evolución clínica de un
paciente a lo largo del proceso asistencial, con objeto de obtener la máxima
integración posible de la documentación clínica de cada paciente, al menos, en el
ámbito de cada centro.
Archivo
Cada centro archivará las historias clínicas de sus pacientes, cualquiera que sea el
soporte: papel, audiovisual, informático o de otro tipo en el que consten, de manera
que queden garantizadas su seguridad, su correcta conservación y la recuperación
de la información.
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e) La evolución.
f) Las órdenes médicas.
g) La hoja de interconsulta.
h) Los informes de exploraciones complementarias.
i) El consentimiento informado.
j) El informe de anestesia.
k) El informe de quirófano o de registro del parto.
l) El informe de anatomía patológica.
m) La evolución y planificación de cuidados de enfermería.
n) La aplicación terapéutica de enfermería.
o) El gráfico de constantes.
p) El informe clínico de alta.
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TEMA X
Accesos a la historia clínica de un paciente
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6.- Acceso a la historia clínica por el propio paciente y otras personas:
– El paciente tiene el derecho de acceso (sólo a que se la enseñen, no a llevársela),
a la documentación de su historia clínica y a obtener copia de los datos que figuran
en ella.
Este derecho al acceso del paciente a la documentación de la historia clínica no es
completo, ya que no puede acceder:
a) A datos de terceras personas de carácter confidencial, que constan en su historia
clínica, recogidos en interés terapéutico del paciente. (Por ejemplo, enfermedades
congénitas padecidas por otro familiar).
b) A las anotaciones subjetivas realizadas por los profesionales participantes en la
elaboración de las historias clínicas, para la mejor asistencia al paciente (por
ejemplo, especificar manías o el carácter violento de un paciente), si dichos
profesionales se oponen a que se tenga acceso a las mismas.
– El derecho de acceso a la historia clínica de un paciente por terceras personas
que no actúen por representación del mismo, sólo podrá tener lugar por razones de
riesgo para su salud, y respecto a los datos estrictamente necesarios para
preservarla.
– Respecto al acceso a la historia clínica de pacientes fallecidos, sólo se facilitará a
las personas vinculadas a él, por razones familiares o de hecho, salvo que el
fallecido lo hubiese prohibido expresamente y así se acredite.
TEMA XI
Conservación de la documentación clínica
• Quién debe conservarla:
– Los centros sanitarios tienen la obligación de conservar la documentación clínica.
– Los profesionales sanitarios tienen el deber de cooperar en la creación y
mantenimiento de una documentación clínica ordenada y secuencial del proceso
asistencial de los pacientes.
– La gestión de la historia clínica por los centros con pacientes hospitalizados, o por
los que atiendan a un número suficiente de pacientes bajo cualquier otra modalidad
asistencial, según el criterio de los servicios de salud, se realizará a través de la
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unidad de admisión y documentación clínica, encargada de integrar en un solo
archivo las historias clínicas.
– La custodia de dichas historias clínicas estará bajo la responsabilidad de la
dirección del centro sanitario.
– Los profesionales sanitarios que desarrollen su actividad de manera individual son
responsables de la gestión y de la custodia de la documentación asistencial que
generen.
• Cómo se debe conservar:
– En condiciones que garanticen su correcto mantenimiento y seguridad, aunque no
necesariamente en el soporte original.
– El paciente tiene derecho a que los centros sanitarios establezcan un mecanismo
de custodia activa y diligente de las historias clínicas.
– Son de aplicación a la documentación clínica las medidas técnicas de seguridad
establecidas por la Ley Orgánica 15/1999, de Protección de Datos de Carácter
Personal.
• Cuánto tiempo se debe conservar:
– Durante el tiempo adecuado a cada caso para la debida asistencia al paciente y,
como mínimo, 5 años contados desde la fecha del alta de cada proceso asistencial.
• Para qué se conserva:
– Para la debida asistencia al paciente.
– A efectos judiciales.
– Cuando existan razones epidemiológicas, de investigación o de organización y
funcionamiento del Sistema Nacional de Salud. Su tratamiento se hará de forma
que se evite en lo posible la identificación de las personas afectadas.
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TEMA XII
Informe de alta y certificados médicos Informe de alta
Todo paciente, familiar o persona vinculada a él, tendrá el derecho a recibir del
centro o servicio sanitario, una vez finalizado el proceso asistencial, un informe de
alta.
Es el documento emitido por el médico responsable en un centro sanitario al finalizar
cada proceso asistencial de un paciente, que especifica los datos de éste, un
resumen de su historial clínico, la actividad asistencial prestada, el diagnóstico y las
recomendaciones terapéuticas.
Certificados médicos
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Obligaciones profesionales de información técnica, estadística y
administrativa
TEMA XIII
BIOÉTICA EN EL INICIO DE LA VIDA
¿QUIÉN ES EL EMBRION?
En las dos últimas décadas, algunos han puesto en duda que el embrión humano,
desde el primer momento de su concepción sea un individuo de la especie humana,
y de que se trate de una persona humana.
El preembrión o proembrión es el nombre dado por algunos autores al embrión
humano durante los primeros catorce días tras la fecundación.
Para algunos, habría que tener "cierto respeto" hacia ese "conjunto de células
envueltas en la zona pelúcida", pero no se trataría de un ser humano ya que en los
primeros catorce días es posible la gemelación, las células son totipotenciales.
Los datos embriológicos permiten afirmar que desde la fecundación existe un
individuo de la especie humana; existen cuatro características fundamentales que
lo justifican:
1.- Novedad biológica.
Nace algo nuevo al fundirse los núcleos de las células germinales; no se ha dado ni
se dará una información genética exactamente igual.
Ahí está escrito el color de los ojos, la forma de la nariz, etc. Se trata de un ser
biológicamente único e irrepetible.
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2.- Unidad.
Si se trata de una individualidad biológica, de un todo compuesto de partes
organizadas, tiene que haber un centro coordinador; es el genoma el centro
organizador que va haciendo que se den las sucesivas fases en esa novedad
biológica de forma armónica.
3.- Continuidad.
No existe ningún salto cualitativo desde la fecundación hasta la muerte; no puede
decirse que en un momento es una cosa y más adelante otra diferente; todo el
desarrollo está previsto en el genoma. Desde la fecundación existe un individuo de
la especie humana que se va desarrollando de manera continua.
4.- Autonomía.
Desde el punto de vista biológico, todo el desarrollo sucede desde el principio hasta
el final de manera autónoma. La información para dirigir esos procesos viene del
embrión mismo, de su genoma. Desde el inicio, es el embrión quien pide a la madre
lo que necesita, estableciéndose un "diálogo químico".
Ya se han mencionado las objeciones a que el preembrión sea un individuo de la
especie humana; vamos a analizarlas brevemente a continuación:
La totipotencialidad de las células del preembrión. Si una de las células puede dar
lugar a otro individuo o incluso a la placenta,
¿Cómo el blastómero puede ser un individuo?
En realidad esto refuerza el hecho de que es un individuo, pues si siendo células
totipotenciales acaban formando un todo, eso indica que hay un centro organizador.
Aunque cada célula podría dar lugar a cualquier miembro, a la placenta, etc., el
centro organizador va colocando a cada célula a formar una cosa. La placenta
además puede ser considerada como un miembro temporal y necesario para el
individuo que en un momento dado se pierde.
La ausencia de la línea primitiva; hasta el día 14 no aparece el esbozo del sistema
nervioso central, que será el centro organizador del organismo, por lo que algunos
piensan que hasta entonces no se puede hablar de individuo.
El verdadero centro organizador en las primeras semanas es el genoma, presente
desde el primer instante; más adelante será el SNC el organizador.
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La frecuencia de abortos espontáneos en las dos primeras semanas de vida.
Este dato no dice nada en contra de que el preembrión sea un individuo de la
especie humana.
Efectivamente, el preembrión o el embrión es un individuo de la especie humana,
pero no es una persona humana, dicen algunos.
Para algunos, persona es relacionalidad, por lo que, hasta que no se produce una
relación físico-química en la nidación, el embrión no es persona.
Antes de la nidación, ya existe una relación del nuevo ser con la madre a través de
diversos factores y hormonas. De todas formas, un ser humano se manifiesta como
tal porque es persona; el actuar sigue al ser y no al revés. Todo ser humano es
persona aunque todavía no actúe como tal porque no se han desarrollado sus
capacidades, o porque las haya perdido.
Algunos intentan justificar el aborto sosteniendo que el fruto de la concepción, al
menos hasta un cierto número de días, no puede ser todavía considerado una vida
humana personal. En realidad, desde el momento en que el óvulo es fecundado, se
forma una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo
ser humano que se desarrolla por sí mismo.
La genética moderna muestra que desde el primer instante se encuentra fijado el
programa de lo que será ese viviente: una persona, un individuo con sus
características ya bien determinadas. Con la fecundación se inicia la aventura de
una vida humana, cuyas principales capacidades requieren un tiempo para
desarrollarse y poder actuar.
Por lo demás, está en juego algo tan importante que, desde el punto de vista de la
obligación ética, bastaría la sola probabilidad de encontrarse ante una persona para
justificar la prohibición de cualquier intervención destinada a eliminar un embrión
humano. El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el
instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben
reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho a la vida.
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TEMA XIV
INTRODUCCIÓN
La muerte, fenómeno irreversible es la parte final de la vida; es un evento ineludible
con el que termina el ciclo vital de todo ser viviente incluyendo al hombre. Su
definición y sus límites no son precisos, solamente se puede asegurar sin lugar a
dudas que ha ocurrido por la presencia de la desintegración y putrefacción, así el
hablar de la muerte clínica, encefálica, celular, etc. no es suficiente para su manejo
por el profesional en salud. El concepto y definición de la muerte ha variado a través
del tiempo, de acuerdo con la cultura, religión y pensamiento predominante de cada
pueblo y de cada época, con la creencia o no de la vida después de la muerte, que
conlleva la esperanza de una nueva vida cuando la estancia terrenal
haya llegado a su fin, su análisis filosófico es una obligación para todo profesional
que trate con la enfermedad terminal o enfermedad avanzada progresiva e
incurable, la cual se caracteriza por una falta de posibilidades razonables de
respuesta al tratamiento específico, que presenta numerosos problemas o síntomas
intensos, un gran impacto emocional para él mismo, sus familiares y el equipo
terapéutico que le atiende, estando su situación relacionada implícita o
explícitamente con la presencia de la muerte y un pronóstico de vida inferior a seis
meses.
La muerte como fase terminal y parte de la vida misma, como resultado del
envejecimiento y deterioro progresivo orgánico y funcional o como resultado del
daño producido por diversas enfermedades agudas o crónicas y termina en la
muerte a corto, mediano o largo plazo.
Muchos de los autores que abogan por el derecho a una “muerte digna” entienden
que éste incluye el derecho a disponer de la propia vida mediante la eutanasia o el
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suicidio médicamente asistido, basándose para ello en el respeto a la libertad
individual o autonomía del paciente. Se afirma así, que nadie tendría derecho a
imponer la obligación de seguir viviendo a una persona que, en razón de un
sufrimiento extremo, ya no lo desea. De acuerdo con esta línea de pensamiento en
situaciones verdaderamente extremas, la eutanasia y la asistencia al suicidio
representarían actos de compasión (beneficencia); negarse a su realización podría
suponer una forma de maleficencia
Ahora que el avance de la ciencia médica nos permite asistir a las etapas finales de
múltiples enfermedades crónicas, la medicina ha visto conveniente retomar su
función de aliviar, cuando no se puede prevenir ni curar.
La idea de que la muerte podría representar un alivio para una vida condenada a
horribles sufrimientos no es nueva.
Luego de revisar las estadísticas actualmente disponibles en Holanda2 –primer país
en despenalizar la eutanasia desde 1984—muestran que después de una primera
etapa en la que el respeto por la autonomía del paciente se considera una condición
justificante para acabar con la vida de las personas que así lo solicitan, viene una
segunda etapa en la que la realización de estas prácticas se extiende a situaciones
en las que ya no es el paciente el que las pide, sino que la iniciativa viene de la
familia o de los mismos profesionales de la salud.
Se plantea la necesidad de reflexionar sobre lo que constituye la dignidad de la
persona humana, especialmente en relación con el sufrimiento y la muerte, dos
realidades que parecen poner a prueba nuestra concepción del sentido de la vida.
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La religión y la moral no aprueban el suicidio. Pero el morir dignamente no habla de
suicidio, ya que es diferente no resistir a la muerte que suicidarse, de la misma
manera que se diferencia entre “permitir morir” y “causar la muerte”
Los opositores al SA indican que ayudar a morir a una persona nunca es un acto de
beneficencia, debido a que incide sobre la inviolabilidad de la vida. Esta idea es
fundamental en muchas religiones, que sostienen que la vida es sagrada y que
nunca se debe interrumpir por un acto humano directo, y que sólo Dios al ser el
creador y dador de la vida puede quitarla.
Morir dignamente también significa morir con alivio del dolor; pero la administración
de analgésicos puede acortar la vida. El paciente tiene que conocer esta
eventualidad y es suya la opción de vivir más, con dolor, o menos, con mejor calidad
de vida. Esto no es matar, sino acompañar dignamente en el proceso de morir al
paciente, rechazando el morir en soledad, con desfiguración o sufriendo dolor.
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La Respuesta de la Medicina Paliativa: preparar al paciente para enfrentar la
muerte con dignidad y calidad de vida
La atención de los pacientes que atraviesan por una enfermedad terminal requiere
del establecimiento en su entorno de cuidados paliativos y calidad de vida. Los
cuidados paliativos son los cuidados totales, activos y continuados del paciente
terminal y su familia por un equipo multidisciplinario de profesionales, cuando la
expectativa médica no es la curación.
En definitiva, se trata de saber disponer al paciente para una muerte afrontada con
dignidad, concentrándose en mejorar su calidad de vida y en aliviar los síntomas en
el marco de un equipo multidisciplinario coordinado y capacitado
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Todo lo anterior exige desarrollar un cuerpo de conocimientos médicos que permita
aliviar efectivamente las molestias que presentan los pacientes, ya que lo que la
sociedad espera de los médicos y del personal sanitario en general que, atentos al
sufrimiento de una persona, apliquen sus capacidades y toda la ciencia disponible
para aliviarla. Por tanto, para un médico conocer las razones por las que una
persona solicita la eutanasia o la asistencia al suicidio, debería suponer un estímulo
para desarrollar estrategias adecuadas para combatir esas causas y no una razón
para acabar con la persona que sufre.
Reflexiones finales
Todos estos aspectos bioéticos del final de la vida, en especial el de una “muerte
digna”, obligan al profesional en salud a que reflexione cuidadosamente sobre sus
propias creencias religiosas y culturales a la luz de los principios éticos, los códigos
profesionales y la normativa legal, antes de tomar cualquier decisión que defina el
desenlace de la existencia de un ser humano.
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TEMA XV
LA ÉTICA Y LA MEDICINA ACTUAL
26
La ética del ejercicio de la medicina
El médico y la sociedad
27
El médico debe satisfacer la responsabilidad colectiva de la profesión de defender
el bienestar y proteger la salud pública reportando enfermedades, según lo exija la
ley, ante la autoridad responsable; apoyar las labores de salud pública que ofrezcan
información veraz sobre la atención médica y comentar sobre temas médicos en
sus áreas de pericia a fin de mantener al público adecuadamente informado; debe
ayudar a la comunidad a reconocer y lidiar con las causas sociales y medio
ambientales de enfermedades.
El debate actual acerca de la relación ética, ciencia y tecnología, parte del supuesto
de que la ética está por encima, y es la que tiene que guiar a la ciencia y a la
tecnología en su capacidad de servir al desarrollo del hombre. Se reconoce que la
ciencia y el desarrollo tecnológico brindan los medios y el conocimiento para
construir grandes sistemas, pero es la ética la que juzgará si es legítimo o no el
aplicarlos o desarticularlos.
El médico debe estar preparado en cuestiones éticas para hacer frente al ejercicio
de la medicina en el entorno siempre cambiante de las ciencias y las tecnologías.
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La comprensión de los principios éticos permite mejorar la calidad de atención que
se proporciona a los pacientes y justifican la confianza depositada en el médico.
TEMA XVI
NEGLIGENCIA MÉDICA
Las negligencias médicas se producen cuando el médico actúa sin cumplir con las
normas que rigen su profesión. Se producen por un descuido en la forma de actuar
del profesional médico. Es decir, se produce una omisión consciente en el que se
deja de cumplir un acto que el deber funcional exige.
Los daños producidos por negligencias médicas pueden provenir de una actuación
(p.e. aplicación de un medicamento erróneo) o una omisión médica (p.e. la falta de
aplicación de un tratamiento adecuado a tiempo, un error de diagnóstico...)
La negligencia médica se produce cuando el médico actúa sin cumplir con las
normas que rigen su profesión.
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La negligencia de un médico o proveedor de atención médica tiene como
consecuencia una lesión o la muerte de un paciente; se comete negligencia cuando
se hace un diagnóstico erróneo o cuando no se acatan las prácticas médicas
estándar.
Los siguientes son ejemplos de errores de hospital en los que se puede cometer
negligencia médica:
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4. Prescripción inadecuada de medicamentos. Puede producir lesiones muy graves
TEMA XVII
RESPONSABILIDAD MÉDICA
Se puede dar el caso de que el médico, de un diagnóstico erróneo, bien por omisión,
o bien por acción, por ejemplo, se ha dado el caso de que en una prueba rutinaria,
tras la biopsia correspondiente, el médico no abre el sobre y da por supuesto que
dicha biopsia es benigna, cuando posteriormente el paciente sufre la extensión del
tumor, y comprueba que el sobre cerrado y no abierto por confianza con su médico
o especialistas de cabecera, había una diagnosis maligna.
31
En otros casos, los errores se producen por intervenciones quirúrgicas defectuosas
o por olvidos del equipo médico, o por suministro del producto o medicación,
coagulantes, o instrumentos inadecuados.
a). “El error médico o la falta médica”. Es la base de la mala práctica médica. Cuando
definimos la responsabilidad del médico, esta mala práctica debe ser estrictamente
profesional. La falta puede serlo por acción u omisión. Este último supuesto forma
parte del deber de actuar o de la llamada «obligación preexistente»1 y puede ser el
primer fundamento y origen de la responsabilidad cuando se produce daño. La falta
médica puede graduarse del siguiente modo:
b). “Daño o perjuicio”. En este caso la falta ocasionará un daño (muerte, lesiones
físicas o psíquicas y/o patrimoniales) al paciente, la familia o incluso terceros.
32
2. Asistencia del Paciente, consiste en el proceso de velar por su salud y
presentar el acto médico por excelencia.
8. Debe existir una subordinación de los auxiliares a los médicos, sin desligar
esto de su responsabilidad individual, para que de esta manera los actos
médicos sean eficientes y controlados, y exista un control global y
pormenorizado de todos y cada uno de los actos y procedimientos médicos.
TEMA XVIII
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profundamente humanista, crítico, preparado para investigar, educar y educarse,
dispuesto siempre a aprender, proporcionándole durante su preparación las
herramientas metodológicas imprescindibles a tal fin; comprometido con la ética,
preparado conscientemente para trabajar en un sistema que priorice la atención
primaria de la salud, adiestrado para interactuar armónicamente con los otros
profesionales de la salud, que es en definitiva lo que demanda nuestra sociedad.
Debe tener una alta capacidad de resolución y una gran fortaleza en la comprensión
de los procesos de salud – enfermedad y del funcionamiento del cuerpo humano,
teniendo en cuenta los determinantes sociales de la salud. Gracias a la habilidad de
aprender a lo largo de la vida, buscará las rutas para especializar su conocimiento
en el vasto mundo de la Medicina.
La ética guía cada una de sus decisiones, a través de las cuales es autónomo,
responsable y libre. Es apasionado por su profesión, respetuoso de la dignidad
humana, así como de sus pacientes, colegas y maestros. Es sensible, honesto,
maduro y justo. Cuida de sí mismo, para poder cuidar de los demás.
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su quehacer como médico y su crecimiento personal. Es ante todo, un buen
ciudadano, comprometido con el devenir de la sociedad.
Sabe comunicarse con sus pacientes, sus colegas y su equipo de trabajo y siempre
procura por una actuación eficaz y eficiente.
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Está preparado para organizar y gestionar un servicio básico de salud, fomentar y
participar en programas de capacitación permanente aplicando técnicas educativas
apropiadas.
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8. Actuar en el seno del equipo de salud, con sentido integrador y respetuoso
de los diferentes quehaceres, fomentando la resolución colectiva de los
problemas y asumiendo plenamente las responsabilidades propias.
9. Actuar con racionalidad y responsabilidad social en relación con la utilización
y administración de los recursos.
10. Buscar su superación personal y profesional en forma permanente,
adquiriendo metodologías adecuadas para la autoevaluación y la
actualización de sus conocimientos, con el fin de actuar competentemente
en el medio asistencial y en las circunstancias en las que le corresponda
ejercer, mejorar su ejercicio profesional y contribuir a la elevación de la
calidad de los servicios.
BIBLIOGRAFÍA
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37
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