EL MAPA GENETICO DE ARGENTINA | ESTUDIO DE EXPERTOS DE LA UBA
El 56% de los argentinos tiene antepasados indígenas Lo determinaron mediante análisis genéticos. El resto de la población es de origen mayoritariamente europeo. Entre las personas que poseen huellas aborígenes en su ADN, sólo el 10% es indígena puro. -------------------------------------------------------------------------------- Silvina Heguy sheguy@clarin.com Sin saberlo y tallado en el ADN, los argentinos portan un mensaje de sus antepasados. Y en el 56% de los casos el que lo legó dejó escrito simplemente un solo dato: su origen amerindio. De la población actual, el 44% desciende sobre todo de ancestros europeos, pero el resto —la mayoría— tiene un linaje parcial o totalmente indígena. Así lo determinó un estudio realizado por el Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Universidad de Buenos Aires, a partir del análisis de casos en 11 provincias. "Lo que queda al descubierto es que no somos tan europeos como creemos ser", dice Daniel Corach, director del Servicio, profesor en la cátedra de Genética y Biología Molecular de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA e investigador del Conicet. En una segunda etapa —junto a Andrea Sala, investigadora del Conicet, y Miguel Marino, becario de esa institución— analizaron comunidades aborígenes puras. A partir de 1992, y tomando muestras de ADN al azar de un total de 12 mil personas, los científicos pudieron ir tirando del hilo de la madeja de los genes para reconstruir la historia de la población que vive en nuestro país. Querían saber cuánto había aportado la población originaria en la formación de la actual Argentina. Ahora, con el estudio terminado, parece que fue mucho. El análisis implicó leer los códigos inscriptos en el ADN mitocondrial, que aportan todas las madres, y en el Cromosoma Y, que sólo tienen los hombres y que les legan los padres. Y, que al no combinarse durante la unión para crear un nuevo ser, permanecen inalterables en las distintas generaciones. Los investigadores argentinos, a cargo del estudio, sabían dónde buscar en ese rompecabezas de códigos genéticos. El método aplicado no es nuevo. Se usa desde mediados de los años 90 y se reduce a una célula. En realidad a su núcleo y a las mitocondrias, dos sitios donde se encuentran moléculas de ADN. Porque, finalmente, todo se centra en esa sigla que designa a una molécula compuesta por dos cadenas de unidades químicas (Adenina, Timina, Guanina y Citocina). De dónde ellas se ubiquen depende el mensaje. Habría que pensarlo como un abecedario de cuatro letras que forman palabras. El mensaje da cuenta del organismo. En esa larga hilera de combinaciones que forman al Cromosoma Y, hay un marcador conocido con siglas y números: DYS199. En ese lugar, en el caso de los amerindios, aparece una característica típica —y científicamente comprobada— que portan todos los miembros de esa comunidad y que se verificó en gran parte de los hombres argentinos. Pero esa característica genética, explican los científicos, no necesariamente se manifiesta con algún rasgo físico visible. "De ahí que se haya podido sostener tanto tiempo la creencia de que la mayoría de la población argentina es de origen europeo", dice Corach. Después el equipo buscó en un área determinada de las mitocondrias, también en una región que se mantiene inalterable y que se identifica como HVR I. El resultado fue el esperado: la mayoría de la muestra tenía ascendente materno no amerindio. Es decir, había mayoritariamente madres europeas (53,3%). La combinación de ambos datos dio que hubo cruzamiento y que en el 56% de los casos había un legado indígena en algún lugar del ADN. De este segmento de la población, sólo el 10% era amerindio puro, sin ningún componente europeo. La sorpresa para Corach se explica así: "Se cree que las dos grandes matanzas de población aborigen terminaron con 30.000 personas. Se supone que había más población. Seguramente lo que sucedió es que ellos tuvieron descendencia que está presente todavía. Creo que se sobreestima el componente europeo". El científico sostiene que "la muestra del estudio es representativa porque incluye a la población urbana pero no sólo de la Capital Federal", explica. "Si analizamos a la población de Barrio Norte nos dará un alto porcentaje de origen europeo". El método partió de un avance científico: desde hace unos años se sabe que parte de la historia queda registrada en el material genético que acarrean los humanos. Y tal novedad permite reconstruir el famoso "de dónde venimos" de la humanidad. En un comienzo sólo pudo hacerse con el material aportado por las mujeres, que está en las mitocondrias. De ahí la polémica revelación de que las madres de todos los hombres era la "Eva mitocondrial", una mujer africana. A mitad de los años noventa, se pudo analizar el componente masculino, inscripto en el Cromosoma Y. Ahora, Corach y compañía quieren averiguar cómo se movió esta población. Mientras tanto el mito fundacional está cuestionado. ¿Habrá que borrar esa parte de las guías de viaje y enciclopedias que dicen que más del 85% de la población argentina es de origen europeo?
EL MAPA GENETICO DE ARGENTINA
Una realidad distinta a la de los manuales de historia -------------------------------------------------------------------------------- Felipe Pigna Hay una frase que ha llenado de orgullo a varias generaciones de compatriotas y de vergüenza a otras: "Los argentinos descienden de los barcos". Este "aforismo" confirmaba la creencia tan difundida de que la Argentina no tuvo pasado indígena, lo que uno podía comprobar siguiendo los manuales de historia con los que se educaron la mayoría de los argentinos que hoy tienen más de 30 años. Allí se hablaba de "los indios", o "los aborígenes" e incluso de "los salvajes", pero siempre en pasado. A cualquier alumno-lector le quedaba claro que los habitantes originarios "nómades y de cultura inferior" habían desaparecido sin dejar huella. La realidad siempre fue muy distinta y basta recorrer nuestra extensa y generosa geografía para encontrarse con la noble presencia de aquellas culturas y con los descendientes de los que fueron los dueños legítimos de este suelo. Los pueblos originarios que habitaban el actual territorio argentino a la llegada de los invasores, ofrecieron una heroica resistencia que se prolongó hasta el genocidio de Roca en el Sur y Victorica en el Noreste, que se llevó más de 30.000 vidas y arrasó con sus propiedades. Un artículo del diario El Nacional, de los días posteriores a la derrota de los pueblos del Sur y su traslado como prisioneros de guerra a Buenos Aires, describía así el trato que les daban los "civilizados" a los "bárbaros": "La desesperación, el llanto no cesa. Se les quita a las madres sus hijos para en su presencia regalarlos, a pesar de los gritos, los alaridos y las súplicas que hincadas y con los brazos al cielo dirigen las mujeres indias. En aquel marco humano, unos se tapan la cara, otros miran resignadamente al suelo, la madre aprieta contra su seno al hijo de sus entrañas, el padre se cruza por delante para defender a su familia". Pero no pudieron borrarlos ni con las balas ni con el despojo ni con los malos manuales. Ahí están haciéndole frente a Bennetton y al mismísimo general Roca y su monumento y su billete, que vale $ 100 mientras que el del Libertador San Martín vale $ 5, ¿por algo será? Todas estas culturas "amerindias" respetaban y respetan al resto de los seres vivos. No practicaban ni practican la caza deportiva y cuidaban y cuidan el medio ambiente. Los ancianos y los niños eran y son los más respetados en sus sociedades porque veían y ven en ellos a la memoria y la sabiduría en un caso y al futuro en el otro. Está en cada uno de nosotros avergonzarnos, enorgullecernos o permanecer indiferentes ante este mapa genético. (*) Autor de Los mitos de la Historia Argentina. La parte 2 saldrá en febrero.
Anales Científicos Paraguayos Serie II, Num. 6 Publicados Por El Dr. Moises Bertoni La Lengua Guaraní Como Documento Histórico, Puerto Bertoni - Paraguay Año 1920