Вы находитесь на странице: 1из 1272

2da Edición

DISTRIBUNA
Ed itorial
e o 10m b ¡ a www.libreriam edica.co m
I NSIV··
2da Edición
da dición

EDITORES

Carlos A. Ordóñez D, MD
Cirugía General, Trauma y Cuidado Intensivo
Fundación Valle del Lili, Cali, Colombia
Profesor Asistente de Cirugía, Trauma y Cuidado Intensivo
Universidad del Valle
Director, Especialización en Cirugía de Trauma y Emergencias
Universidad del Valle, Cali, Colombia.

Ricardo Ferrada D, MD, MSP, FACS


Profesor Titular de Cirugía, Universidad del Valle
Jefe Unidad de Quemados, Hospital Universitario del Valle,
Cali, Colombia

Ricardo Buitrago B, MD
Medicina Interna, Cardiología y Cuidado Intensivo
Jefe Unidad de Cuidado Intensivo, Clínica Shaio,
Bogotá, Colombia

DISTRIBUNA
Editorial
Colombia www.libreriamedica.com

Bogotá' Caracas' Lima' Madrid, Panamá' Pittsburgh


Los editores y colaboradores presentan temas de· actualidad en los cuales los procedimientos y la dosificación de los medica-
mentos están tomados de las recomendaciones actuales que aparecen en la literatura universal. Por lo tanto, ante los posibles
errores humanos o cambios en la medicina, ni los editores ni los colaboradores ni cualquier otra persona que haya participado
en la preparación de esta obra garantiza que la información contenida en ella sea precisa o completa, y tampoco son responsa-
bles de los posibles errores u omisiones de resultados con la información obtenida. Sería recomendable recurrir a otras fuentes
de información para tener certeza de que la misma en este escrito es precisa.

Esto es de particular importancia en relación a los fármacos nuevos o de uso no frecuente. Sería recomendable también con-
sultar a las empresas farmacéuticas para conseguir información adicional si es necesario.

CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA. 2DA EDICIÓN


© 2002 DISTRIBUNA LTDA. la Edición
© 2009 DISTRIBUNA LTDA. 2da Edición

ISBN: 978-958-8379-14-2

Editores: Ordoñez D., Carlos A.


Carlos A. Ordóñez D, MD Cuidado intensivo y trauma / Carlos A, Ordóñez D., Ricardo
carlosordonez@telecom.com.co Ferrada, Ricardo Buitrago B. -- 2a. ed. -- Bogotá: Distribuna
Ricardo Ferrada D, MD Editorial, 2009.
ricardoferrada@yahoo.com 1304 p. : il. ; 28 cm.
Incluye bibliografía e índice.
Ricardo Buitrago B, MD ISBN 978-958-8379-14-2
ricardobuitrago@cable.net.co 1. Urgencias médicas 2. Servicios médicos de urgencias
3. Medicina de urgencias 4. C;uidados intensivos (Medicina)
Corrección de estilo: 1. Ferrada, Ricardo 11. Buitrago B., Ricardo 111. Tít.
Margarita Rosa Londoño M. 616.025 cd 21 ed.
A1216338

Diseño y diagramación: CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango


Marcela Torres Caballero
diseno@ libreriamedica.com

Impreso por:
D'vinni S.A.
Bogotá - Colombia
Prohibida la reproducción parcial o total del material editorial
o gráfico de esta publicación sin previa autorización escrita
Impreso en Colombia del editor. El esfuerzo y entrega de médicos colegas hicieron
Printed in Colombia posible terminar este proyecto. Fotocopiarlo es una forma de
irrespetarse e irrespetar el trabajo y dignidad de los autores.
DISTRIBUNA EDITORIAL MÉDICA
Bogotá: Autopista Norte No. 123-93 Gracias por su apoyo de adquirir un original.
Tel: (1) 6202294 - 2158335
Fax: (1) 2132379 LA EDITORIAL
Apartado Aéreo: 265006
gerencia@libreriamedica.com
www.libreriamedica.com Consulte el catálogo de publicaciones on-line:

r,....-......,.......,.-----------..\.~

r:~j
HECHO DEPÓSITO LEGAL I www.libreriamedica.com
I
. )~
AGRADECIMIENTOS

A nuestros pacientes por las valiosas enseñanzas que nos otorgaron

A los estudiantes médicos y paramédicos por su constante estímulo

A nuestras familias por el decidido apoyo y paciencia que nos brindaron

A los colaboradores quienes secundaron el esfuerzo por la salud de los pueblos

Los editores
íNDICE DE AUTORES

José Abella, MD Santiago Ayerbe G, MD


Radiólogo Pediatra. Universidad de Cauca, Popayán
Fundación Valle del Lili, Toxinólogo CEVAPIUNESP Batucatu SP, Brasil
Cali, Colombia Profesor cátedra FACENED, Unicauca
56. Imágenes diagnósticas en la Unidad de Cuidados Coordinador GIHT Unicauca
Intensivos y en el paciente con trauma Pediatra Unidad de Urgencias
Hospital Universitario San José, Popayán, Colombia
María Teresa Agudelo C, MD Toxinólogo Urgencias HUSJ
Pediatra intensivista 87. Ofidismo en Colombia. Enfoque, diagnóstico y
Fundación Valle del Lili, tratamiento
Cali, Colombia
50. Enfoque y manejo del paciente pediátrico Marlene Banguera Hinestroza, Enf
politraumatizado Enfermera, Unidad de Cuidados Intensivos
53. Ahogamiento Fundación Clínica Valle del Lili
Cali, Colombia
Hernando Altahona Suárez, MD 91. Monitoría de la presión endocraneana
Medicina Interna y Nefrología
Vicepresidente científico Carlos Barba, MD, FRCSC, FACS
Organización Sanitas Internacional Profesor asociado de Cirugía
Vicerrector, Fundación Universitaria Sanitas Medicina de Emergencia y Trauma,
Bogotá, Colombia Universidad de Connecticut.
85. Insuficiencia renal aguda (IRA) Director de Cirugía Bariátrica,
Saint Francis Hospital and Medical Center
Carlos Alberto Angulo Toro, Enf Hospital of Central Connecticut,
Enfermero, Especialista en Cuidado Intensivo Hartford, Connecticut, USA
Fundación Valle del Lili 74. Cuidado crítico del paciente bariátrico: dilemas y
Profesor de Enfermería complicaciones
Universidad Santiago de Cali y Universidad del Valle
Cali, Colombia Diego Fernando Bautista, MD
98. Procedimiento para la preparación, instalación y Internista.
manejo del balón de contrapulsación intraaórtico Fellow de Cuidado Intensivo
Universidad del Valle,
Vicente Antolinez, Enf Fundación Clínica Valle del Lili.
Jefe de enfermería Cali, Colombia
Unidad de Cuidado Intensivo 72. Trastomos endocrinos en el paciente crítico
Fundación Valle del Lili
Cali, Colombia Raúl Bautista, MD '-,
93. Terapias de reemplazo renal. Hemofiltración Cirujano General, Servicio de c:irugía de Trauma
venovenosa continua Jefe, Servicio de Urgencias Ad¿ltos
Hospital Dr. Gustavo A. Rovirosa Pérez, Villahermosa,
Enrique Arango Galvis, MD Tabasco, México
Anestesiólogo Cardiovascular 70. Relaparotomía y laparostomía por infección
Profesor asistente de Anestesia
Universidad del Bosque Marcel Albeiro Ruiz Benavides, MD
Profesor de cátedra Médico Cirujano
Universidad de los Andes Departamento de Cirugía General y de Cirugía de Urgencias
Jefe del departamento de anestesia, Facultad de Medicina del ABC
Fundación Santa Fe de Bogotá, Colombia Campinas, Brasil
33. Manejo de la vía aérea en el paciente traumatizado 38. Índices de trauma en terapia intensiva

Freddy Ariza Cadena, MD, MSc Fernando E. Bermúdez Pupo, MD


Anestesiólogo de trasplantes Pediatra Intensivista
Fundación Valle del Lili Jefe Unidad de Cuidado Intensivo
Profesor asistente de Anestesia, Fundación Valle del Lili,
Universidad del Valle. Cali, Colombia
Cali, Colombia 50. Enfoque y manejo del paciente pediátrico
54. Hipotennia en trauma politraumatizado
58. Terapia con hemocomponentes en el paciente con 53. Ahogamiento
trauma severo
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Juan Felipe Betancourt Rodríguez, MD Luis Fernando Castillo, MD


Medicina Interna y Cardiología Radiólogo
Especialista en Electrofisiología, Fundación Valle del Lili
Pontificia Universidad Javeriana, Fundación A. Shaio Cali, Colombia
Cardiólogo, Electrofisiólogo, Instructor Unidad de Cuidado Intensivo 56. Imágenes diagnósticas en la Unidad de Cuidados
Hospital Universitario de San Ignacio, Intensivos y en el paciente con trauma
Bogotá, Colombia
96. Estimulación cardíaca transitoria Alejandro Castro, MD
Ginecoobstetra,
Víctor Buchelli E, MD Especialista en Medicina Crítica y Cuidado Intensivo
Cirugía General y Cuidado Crítico, Profesor, Universidad Nacional
Hospital Universitario del Valle, Bogotá, Colombia.
Cirugía de Urgencias, Clínica Comfandi Tequendama. 84. Obstetricia en la UCI
Cali, Colombia
45. Hipertensión intraabdominal y síndrome de Édgar Celis R, MD, FCCM
compartimiento abdominal Profesor de Anestesiología y Medicina Crítica
Universidad El Bosque, Bogotá
Ricardo Buitrago B, MD Jefe, Unidad de Cuidados Intensivos Quirúrgicos
Medicina Interna, Cardiología y Cuidado Intensivo Fundación Santa Fe de Bogotá, Colombia
Jefe Unidad de Cuidado Intensivo, Clínica Shaio, 10. Panorama del cuidado crítico en Colombia y
Bogotá, Colombia Latinoamérica
6. Endotelio, inflamación y microcirculación en shock 30. Sedación y analgesia en el paciente politraumatizado
22. Valoración integral del estado hemodinámico en el
paciente crítico Danny Chu, MD, FACS
71. Respuesta inmunoneuroendocrina al trauma y Cirugía Cardiotorácica, Cirugía General
disonancia inmunológica Ben Taub General Hospital,
Baylor College of Medicine
David Caba, MD, MS Houston, Texas, USA
Asociado postdoctoral 42. Control de dalios en lesión compleja de tórax
Departamento de Cirugía, Universidad de Pittsburgh,
Pittsburgh, Pennsylvania, USA Raul Coimbra, MD, PhD, FACS
77. Avances en nutrición quirúrgica Profesor de Cirugía.
Jefe, División de Trauma, Cuidado Crítico Quirúrgico y Quemaduras
Luis Armando Caicedo, MD U niversidad de California,
Cirujano Vascular y de Trasplantes San Diego School of Medicine
Jefe de Cirugía Vascular y Trasplantes San Diego, California, USA
Fundación Valle del Lili, 37. Sistemas de trauma
Cali, Colombia
9. Donación de órganos Jacques Creteur, MD, PhD
J efe asistente, Departamento de Cuidado Intensivo
Francisco Miguel Camargo Assis, MD Hospital Erasme.
Anestesiólogo, Universidad de Bruselas, Bélgica
Fellow de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo, 3. Disfunción orgánica múltiple en la sepsis:
Universidad de la Sabana - Fundación A. Shaio planteamiento del problema, cuantificación de su
Instructor de Anestesiología severidad y fisiopatología
Hospital Universitario de San Ignacio 65. Estrategias de manejo en disfunción orgánica Illúltiple
Bogotá, Colombia en la sepsis. Una revisión de la evidencia actual
96. Estimulación cardíaca transitoria
José Luis Díaz G, MD
Carlos Alberto Carvajal, MD Anestesia y Cuidado Intensivo
Residente Medicina Crítica y Cuidado Intensivo Clínica Medellín y Clínica Universitaria Bolivariana
Universidad de la Sabana - Fundación A. Shaio Medellín, Colombia
Bogotá, Colombia Instructor en Medicina Crítica,
67. Encefalopatía séptica Fundación Universitaria San Martín
Bogotá, Colombia
Dora Elsy Castaño, Enf 31. Anestesia en el paciente traumatizado y anestesia para
Enfermera, Terapista Enterostomal procedimientos en la Unidad de Cuidados Intensivos
Fundación Valle del Lili
Cali, Colombia Carmelo Dueñas Castell, MD
95. Protocolo para el cuidado preventivo enlafonnación Neumólogo, Especialista en Medicina Crítica
de úlceras por presión Profesor Universidad de Cartagena
Jefe Unidad de Cuidados Intensivos
Alejandro Castillo M, MD Hospital de Bocagrande.
Psiquiatra Cartagena, Colombia
Fundación Valle del Lili 23. Insuficiencia respiratoria aguda
Docente Universidad Santiago de Cali 27. Síndrom(! de dificultad respiratoria aguda
Cali, Colombia.
62. Medicina psicosomática y trauma en UCI
Alberto Espinoza, MO Alberto García M, MO
Profesor Titular de Cirugía UNAM Profesor asistente de Cirugía, Trauma y Cuidado Intensivo
Jefe de Enseñanza e InvestigaciÓn, Universidad del Valle, Cali, Colombia
Hospital General La Villa, Coordinador programa de Cirugía General, CES
México DF. Fundación Clínica Valle del Lili
45. Hipertensión intraabdominal y síndrome de Cali, Colombia
compartimiento abdominal 2. Síndrome de respuesta h(fiamatoria sistémica (SIRS)
34. Abordqje inicial del paciente con trauma severo en la
Andrés Esteban de la Torre, MO UCI: metas específicas
Jefe, Servicio de Cuidados Intensivos 60. E1lf'erllledad tromboembólica en trauma
Hospital Universitario de Getafe
Madrid, España Herney Andrés García P, MO
28. Desconexión de la ventilación mecánica Residente de Urología
29. Extubación Universidad del Valle
Cali, Colombia
Ricardo Ferrada O, MO, MSP, FACS 99. Toracostolllías
Profesor Titular de Cirugía, Universidad del Valle
Jefe Unidad de Quemados, Hospital Universitario del Valle María Victoria Girón Mora, Enf
Cali, Colombia Enfermera Especialista en Cuidado Crítico
51. Manejo del paciente quemado grave Unidad de Cuidado Intensivo,
52. Quemaduras por inhalación Fundación Valle del Lili
Cali, Colombia
Leopoldo Ferrer Zaccaro, MO 92. Monitoría presión intraabdominal
Anestesiólogo Intensivista
Profesor de Cátedra, Universidad de los Andes Alonso Gómez O, MO
Hospital Universitario Fundación Santa Fe Anestesia y Cuidado Intensivo
Bogotá, Colombia Jefe Unidad de Cuidado Intensivo Clínica Palermo
64. Sepsis severa y choque séptico. Visión actual del Bogotá, Colombia
elifoque diagnóstico y terapéutico l. Choque
5. Homeostasis del hidrógeno: una aproximación basada
Noel Alberto Flórez, MO en la teoría de Stewart
Internista Cardiólogo 12. Medicina basada en la evidencia (MBE): definición y
Fundación Valle del Lili conceptos básicos
Cali, Colombia
19. Arritmias que amenazan la vida en la Unidad de Mario Gómez O, MO, FCCM
Cuidado Intensivo Anestesia y Cuidado Intensivo,
Hospital San José,
María Cristina Florián P, MO Profesor asociado de Cuidado Intensivo
Internista Intensivista Fundación Universitaria Ciencias de la Salud,
Coordinadora, Unidad de Cuidado Intensivo Quirúrgica Bogotá, Colombia
Hospital Santa Sofía ESE, 15. Trasto17los en la 11Omeostasis de los líquidos
Manizales, Colombia
61. Coagulación intravascular diseminada Orlando Gómez, MO
Radiólogo
Gustavo Pereira Fraga, MO, PhO Fundación Valle del Lili
Profesor asistente, División de Cirugía de Trauma Cali, Colombia
Facultad de Medicina (FCM), 56. Imágenes diagnósticas en la Unidad de Cuidados
Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP) Intensivos y en el paciente con trauma
Campinas, Brasil
37. Sistemas de trauma Marco González Agudelo, MO, MSc ,-
38. Índices de trauma en terapia imensiva Internista Intensivista
Jefe Programa Medicina Crítici y Cuidado Intensivo
Jorge E. Franco G, MO Universidad Pontificia Bolivariana
Cirugía General y Trauma Jefe UCI Clínica Medéllín,
Director médico Clínica de los Remedios Medellín, Colombia
Cali, Colombia Presidente Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado
69. Manejo de la peritonitis y la sepsis intraabdominal en Intensivo
cuidado intensivo 23. Insuficiencia respiratoria aguda
27. Síndrome de dificultad respiratoria aguda
Fernando Frutos-Vivar, MO
Especialista en Medicina Intensiva Ana María Granados, MO
Profesor, Servicio de Cuidados Intensivos Radióloga
Hospital Universitario de Getafe Fundación Valle del Lili
Madrid, España Cali, Colombia
28. Desconexión de la ventilación mecánica 56. Imágenes diagnósticas en la Unidad de Cuidados
29. Extubación Intensivos y en el paciente con trauma
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Marcela Granados S, MD, FCCM Diego Fernando Jiménez Rivera, MD


Internista Intensivista Gastroenterólogo, Hepatólogo
Jefe de la Unidad de Cuidado Intensivo, Unidad de Trasplantes,
Fundación Valle del Lili Fundación Valle del Lili
Directora Programa de Especialización en Cuidado Intensivo Cali, Colombia
Fundación Valle del Lili, Universidad del Valle Profesor asociado Gastroenterología
Cali, Colombia Instituto Ciencias de la Salud - CES
59. Coagulopatía en el paCiente con traullla Cali, Colombia
82. Sangrado gastrointestinal en cuidado intensivo
Gloria del Pilar Gutiérrez Zuluaga, MD 86. Falla hepática aguda - Ins1rficiencia hepática aguda
Anestesia y Cuidado Intensivo grave
Hospital Militar Central,
Centro Policlínico del Olaya Juan Nicolás Kattán, MD
Bogotá, Colombia Asistente de Investigación
47. Síndrome de aplastamiento, rabdomiólisis y síndrome Centro Internacional de Entrenamiento e Investigaciones Médicas
compartimental de extremidad (CIDEIM)
66. b(fecciones llOsocomiales en la Unidad de Cuidado
Alfonso Holguín, MD Illtensivo
Radiólogo
Fundación Valle del Lili Carlos Eduardo Laverde Sabogal, MD
Cali, Colombia Anestesiólogo, Intensivista
56. Imágenes diagnósticas en la Unidad de Cuidados Jefe Unidad de Cuidado Intensivo Cardiovascular,
Illfensivos y en el paciente con tral/ma Hospital Santa Clara,
Bogotá, Colombia
David B. Hoyt, MD, FACS 90. Monitoreo del volumen intravascular
The John E. Connolly, Professor of Surgery
Jefe departamento de Cirugía, Universidad de California Javier Mauricio Lobato P, MD
Irvine Orange, California, USA Neurocirujano,
37. Sistemas de tral/ma Fundación Valle del Lili
Cali, Colombia
Carlos Jaime Hurtado Hurtado, MD 83. Hemorragia intracraneana
Anestesia y Cuidado Intensivo
Jefe Unidad de Cuidado Intensivo Rafael Lobelo G, MD
Policlínico del Olaya, Medicina Interna, Neumología y Cuidado Intensivo
Intensivista Hospital Militar Central, Jefe Departamento Cuidado Crítico,
Profesor de Cuidado Intensivo Hospital Universitario Clínica San Rafael
Universidad Militar Nueva Granada Bogotá, Colombia
Bogotá, Colombia I l. Evaluación de la calidad de vida relacionada con la
47. Síndrome de aplastamiento, rabdomiólisis y síndrome salud postestancia en la Unidad de Cuidado lllfensivo
compartimental de extremidad
Marcela López Castaño, Enf
Rao Ivatury, MD, FRCSC, FACS Enfermera Especialista en Nefrología
Professor of Surgery VCU Fundación Valle del Lili
Chief Trauma, Critical Care and Emergency Cali, Colombia
Department of Surgery VCU 93. Terapias de reemplazo renal. Hemo.filtracióll
Richmond, Virginia, USA venovenosa continua
36. Resucitación y.fluidos en trauma
45. Hipertensión intraabdominal y síndrome de Manuel Lorenzo, MD, FACS
compartimiento abdominal Cirugía General y Bariátrica,
Departamento de Cirugía
Elan Jeremitsky, MD Methodist Hospital
Cirugía General Dalias, Texas, USA
West Penn AlIegheny, 74. Cuidado crítico del paciente bariátrico: dilemas y
Pittsburgh, Pennsylvania, USA complicaciones
49. Trauma en el anciano
Abner Lozano L, MD, FCCM
Manuel Jibaja, MD Internista, Intensivista
Especialista en Cuidado Intensivo Director de la UCI Adultos
Hospital General de las Fuerzas Armadas Hospital Universitario de Neiva y Clínica Mediláser
Hospital Eugenio Espejo Profesor asistente Universidad Surcolombiana
Quito, Ecuador Neiva, Colombia.
36. Resucitación y fluidos en traullla 81. Toxicología en medicina crítica. Diagnóstico y lIlanejo
general del paciente crítico intoxicado
Constanza Jiménez, Enf
Enfermera, Terapista Enterostomal Eva Manteiga Riestra, MD
Fundación Valle del Lili, Especialista en Cuidado Intensivo
Cali, Colombia Hospital Universitario de Getafe
94. Hemajéresis Madrid, España
95. Protocolo para el cuidado preventivo enlajormación 28. Desconexión de la venti!aciónmecánica
de úlceras por presión
Mario Mantovani, MD, PhD Kenneth L. Mattox, MD, FACS
Profesor Titular y Jefe de la disciplina de Cirugía del Trauma Profesor de Cirugía
Departamento de Cirugía de la Facultad de Ciencias Médicas Departamento de Cirugía,
Universidad Estadual de Campinas (Unicamp), Baylor College of Medicine
Campinas, Brasil Ben Taub General Hospital,
38. Índices de trauma en terapia intensiva Houston, Texas, USA
42. Control de dalios en lesión compleja de tórax
Alfredo MartínezR, MD
Profesor Titular, Ortopedia y Traumatología, Kimballl. Maull MD, FACS
Universidad del Valle. Director, Servicio de Trauma,
Jefe de la Unidad de Ortopedia. The Trauma Center at Hamad
Fundación Valle del Lili. Hamad General Hospital
Cali, Colombia Doha, Qatar
46. Control del daiio en ortopedia y traumatología 57. Transfusión

Fabio Martínez P, MD, FCCM Jorge H. Mejía M, MD


Anestesiología y Cuidado Intensivo Neuroanestesia y Cuidado Intensivo
Hospital Universitario Clínica San Rafael Fundación Valle del Lili,
Hospital Occidente de Kennedy Docente ad honorem de Cuidado Intensivo
Instructor de Cuidado Intensivo Universidad del Valle,
Universidad del Rosario y Universidad Militar Nueva Granada Cali, Colombia
Bogotá, Colombia 39. Manejo del paciente con trauma craneoencefálico
11. Evaluación de la calidad de vida relacionada con la
salud postestancia en la Unidad de Cuidado 1ntensivo Mauricio Mejía, MD
Radiólogo
Jorge E. Martínez B, MD Fundación Valle del Lili
Medicina Interna y Cuidado Intensivo Cali, Colombia
Fundación Valle del Lili 56. 1mágenes diagnósticas en la Unidad de Cuidados
Docente ad honore m Intensivos y en el paciente con traullla
Departamento de Medicina Interna y Cuidado Intensivo
Universidad del Valle I María Margarita Mesa, FT
Cali, Colombia Fisioterapeuta, Hospital Universitario del Valle
17. 1notrópicos y vaso activos Docente Fundación Universitaria, María Cano
22. Valoración integral del estado hemodinámico en el Cali, Colombia
paciente crítico 24. Oxigenoterapia en reanimación. Generalidades

Óscar Martínez González, MD Rafael Arturo Meza M, MD


Especialista en Cuidado Intensivo Residente Medicina Crítica y Cuidado Intensivo
Hospital Universitario de Getafe Universidad de la Sabana - Fundación A. Shaio
Madrid, España Bogotá, Colombia
29. Extubación 71. Respuesta inl11l1ll0neUroendocrina al trauma y
disonancia inlllunológica
Antoni Mas Ordeig, MD, FACS
Hepatólogo, Intensivista José G. Montoya, MD
Jefe Unidad de Cuidado Intensivo Hepático Medicina Interna, Infectología
Hospital Clinic División de Enfermedades infecciosas
Barcelona, España Escuela de Medicina.
86. Falla hepática aguda Insuficiencia hepática aguda Universidad de Stanford,
grave Stanford, California, USA
68. Infecciones fiíngicas invasivas (IFl)
Hernando Matiz, MD
Internista, Cardiólogo Javier Ignacio Mora Jaime, Enf
Decano Escuela Colombiana de Medicina. Enfermero, Especialista ~en Cuidado Crítico
Universidad El Bosque Unidad de Cuidado Inténsivo,
Bogotá, Colombia Fundación Valle del Lili
7. Reanimación cardiopulmonar básica y avanzada. Cali, Colombia
Análisis crítico de las Guías 2005 88. Catéteres arteriales
89. El catéter de Swan Ganz
Sandra Matiz Mejía, MD 100. Tabla de diluciones más usadas en cuidado intensivo
Cardióloga Pediatra,
Docente Universidad El Bosque Carlos Hernando Morales U, MD, MSc
Bogotá, Colombia Profesor de Cirugía
8. Reanimación cardiopullllonar pediátrica básica. Universidad de Antioquia
Análisis crítico de las nuevas Guías 2005 Cirujano Asistencial
Hospital Universitario San Vicente de Paúl
Medellín, Colombia
55. Laparoscopia en el paciente crítico y traulllatizado
CUIDADO INTENSIVO V TRAUMA

Verónica Múnera, MO Henry Oliveros R, MO, MSc


Asociada postdoctoral Anestesiología y Cuidado Intensivo
Departamento de Cirugía, Universidad de Pittsburgh Jefe Programa de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo
Pittsburgh, Pennsylvania, USA Universidad Militar Nueva Granada,
79. Alteraciones de la motilidad intestinal Jefe de Investigación, Hospital Universitario Clínica San Rafael
Bogotá, Colombia
Clímaco Muñoz C, MO I l. Evaluación de la calidad de vida relacionada con la
Pediatra Intensivista salud postestancia en la Unidad de Cuidado Intensivo
Fundación Valle del Lili,
Cali, Colombia Carlos A. Ordóñez O, MO
50. Enfoque y manejo del paciente pediátrico Cirugía General, Trauma y Cuidado Intensivo
politralllnatizado Fundación Valle del Lili,
53. Ahogamiento Profesor Asistente de Cirugía, Trauma y Cuidado Intensivo
Universidad del Valle
Vilma Eugenia Muñoz Arcos Director Especialización en Cirugía de Trauma y Emergencias
Profesora de Fisioterapia Universidad del Valle,
Universidad del Valle, Universidad María Cano. Cali, Colombia
Directora Sofire Ltda. 22. Valoración integral del estado hemodinámico en el
UCI Clínica Comfandi Tequendama y Clínica Farallones paciente crítico
Cali, Colombia 44. Control de daiios
25. Principios básicos de ventilación mecánica 45 Hipertensión intraabdominal y síndrome de
26. Maniobras de reclutamiento alveolar compartimiento abdominal
69. Manejo de la peritonitis y la sepsis intraabdominal en
Jorge A. Neira, MO cuidado intensivo
Internista, Intensivista 75. Pancreatitis aguda
Jefe, UCI, Sanatorio de la Trinidad, Palermo
Buenos Aires, Argentina Guillermo Ortiz Ruiz, MO
63. Amibióticos e infección en trauma y UCI Internista, Neumólogo, Epidemiólogo y Cuidado Crítico
Profesor de Medicina Interna y Neumología, Universidad del Bosque
Hernán Núñez, MO Coordinador Cátedra de Fisiología Pulmonar, Universidad del Bosque
Cirujano General. Coordinador del postgrado de Medicina Interna
Servicio de Cirugía, Hospital La Serena Universidad del Bosque,
Clínica ACHS Profesor de Cuidados Intensivos Universidad de la Sabana
La Serena, Chile Jefe Unidad de Cuidados Intensivos, Hospital Santa Clara
57. Transfusión Bogotá, Colombia
23. Insuficiencia respiratoria aguda
Juan B. Ochoa, MO, FACS 27. Síndrome de dificultad respiratoria aguda
Profesor asociado de Cirugía y Cuidado Intensivo
University of Pittsburgh School of Medicine Luis F. Osio, MO
Internista, Fellow de Cardiología
UPM C-Presbyterian
Universidad del Valle, Fundación Valle del Lili
Pittsburgh, Pennsylvania, USA
Cali, Colombia
77. Avances en nutrición quirúrgica
82. Sangrado gastrointestinal en cuidado intensivo
79. Alteraciones de la motilidad intestinal
86. Falla hepática aguda - Ins1rficiencia hepática aguda
Julián Andrés Ochoa Franco, MO grave
Internista, Cardiólogo
Gustavo A. Ospina-Tascón, MO
Fundación Valle del Lili
Internista Intensivista
Cali, Colombia
Universidad del Valle, Fundación Valle del Lili
20. Ecocardiografía en pacientes críticos
Cali, Colombia
Pastor Olaya, MO 3. Disfunción orgánica múltiple en la sepsis:
Internista, Cardiólogo planteamiento del problema, cuantificación de su
Fundación Valle del Lili severidad y.fisiopatología
Cali, Colombia 16. Microcirclllación: llnnllevo objetivo en la terapia
20. Ecocardiografía en pacientes críticos intensiva
65. Estrategias de manejo en disfunción orgánica múltiple
César Enciso Olivera, MO en la sepsis. Una revisión de la evidencia actual
Anestesia y Cuidado Intensivo,
Hospital San José, Carlos Andrés Pacheco, MO
Instructor de Cuidado Intensivo Residente Medicina Crítica y Cuidado Intensivo
Fundación Universitaria Ciencias de la Salud, Universidad de la Sabana - Fundación A. Shaio
Bogotá, Colombia Bogotá, Colombia
67. Encefalopatía séptica
15. Trasto 171 os en la lzomeostasis de los líquidos
José Félix Patiño Restrepo, MD, FACS (Hon) Juan Carlos Puyana, MD, FRCSC, FACS
Profesor honorario de Cirugía, Universidad Nacional Profesor Asociado de Cirugía y Cuidado Intensivo
Profesor Titular, Universidad de los Andes Médico Jefe Innovative
Jefe honorario, Departamento de Cirugía Medical & Information Technology Center, UPMC
Fundación Santa Fe de Bogotá, Colombia Pittsburgh, Pennsylvania, USA
4. La respuesta metabólica al trauma 35. Actualización en resucitación en trauma

Verónica Paz, MD Orlando Quintero F, MD


Médica Infectóloga Sanatorio de la Trinidad Médico Fisiatra,
Docente de Medicina Il, especialidad de Infectología Fundación Valle del Lili
Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires CUBA), Profesor de Fisiatría, Universidad del Valle
Universidad Favaloro y Universidad Austral Cali, Colombia
Buenos Aires, Argentina 32. Rehabilitación de pacientes en la Unidad de Cuidados
63. Antibióticos e infección en trauma y UCI Intensivos

Andrew B. Peitzman, MD, FACS Fernando Raffan Sanabria, MD


Profesor y subdirector del Departamento de Cirugía Anestesiólogo, Intensivista
Jefe de Cirugía General y Trauma Coordinador Anestesia para Trasplantes
University of Pittsburgh School of Medicine Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá
UPMC-Presbyterian Profesor Asistente Anestesiología
Pittsburgh, Pennsylvania, USA Universidad del Bosque,
43. Manejo del trauma abdominal cerrado en la Unidad de Profesor de Cátedra Universidad de los Andes
Cuidados Intensivos Bogotá, Colombia
33. Manejo de la vía aérea en el paciente traumatizado
Marco Antonio Perafán C, MD 64. Sepsis severa y choque séptico. Visión actual del
Cardiólogo, Intensivista enfoque diagnóstico y terapéutico
Fundación Clínica Shaio, Bogotá
Bogotá, Colombia Néstor Raimondi, MD, FCCM
18. Falla ventricular derecha Especialista en Terapia Intensiva
67. Encefalopatía séptica Jefe de Terapia Intensiva
Hospital Juan A. Fernández
Pablo Eduardo Perafán, MD Buenos Aires, Argentina
Internista Cardiólogo, Electrofisiología cardíaca 57. Transfusión
Fundación Valle del Lili
Cali, Colombia Francisco José Ramírez Perdomo, MD
19. Arritmias que amenazan la vida en la Unidad de Anestesiólogo, Intensivista
Cuidado Intensivo Jefe de la Unidad de Cuidado Intensivo
Clínica Sofía,
Jairo Antonio Pérez Cely, MD Cúcuta, Colombia
Anestesiólogo 33. Manejo de la vía aérea en el paciente traumatizado
Hospital Universitario de la Samaritana
Fellow Cuidados Intensivos, Fundación Clínica Shaio, Luis Ghedini Ramos T, MD
Universidad de la Sabana, Cirugía de Urgencias y UCI
Bogotá, Colombia Clínica NS Remedios
49. Trauma en el anciano Cali, Colombia
42. Control de dmlos en lesión compleja de tórax
Darío 1. Pinilla, MD 45. Hipertensión illfraabdominal y síndrome de
Anestesiólogo Intensivista compartimiento abdominal
Hospital de Kennedy
Bogotá, Colombia H. David Reines MD, FACS, FCCM
30. Sedación y analgesia en el paciente politraumatizado Departamento de Cirugía
Inova Fairfax Hospital Falls Church, VA
Luis Fernando Pino 0, MD Profesor de Cirugía, Virginia Commonwealth University,
Cirugía General, Urgencias y Cuidado Intensivo Virginia, USA /
Fundación Valle del Lili, 82. Sangrado gastrointestinal en cuidado intensivo
Cali, Colombia
35. Actualización en resucitación en trauma Iván Riaño, MD
75. Pancreatitis aguda Internista Intensivista
Unidad de Cuidado Intensivo, Hospital San Ignacio
Claudia Marcela Poveda Henao, MD Profesor de Medicina Interna y Cuidado Intensivo,
Internista, Cardióloga, Intensivista Pontificia Universidad Javeriana
Fundación Clínica Shaio Intensivista, Unidad de Cuidado Intensivo
Bogotá, Colombia Fundación Clínica Shaio
21. Taponamiento cardíaco Profesor Adjunto de Cuidado Intensivo
Universidad de la Sabana
Bogotá, Colombia
54. Hipotermia en trauma
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Hernán G. Rincón H, MD Joao Andrade Leal Sales Jr, MD


Profesor de Medicina Universidad CES Intensivista, Niterói Clinics Hospital,
Jefe, Psiquiatría y Psicología Traumatología y Ortopedia del National Hospital,
Fundación Valle del Lili, Master en Cuidado Intensivo,
Cali, Colombia Universidad Federal de Río de Janeiro,
In-country Fogarty Fellow Río de Janeiro, Brasil
Departamento de Epidemiología y Centro de Salud Pública 16. Microcirculación: un nuevo objetivo en la terapia
Escuela de Medicina Milfar illfensiva
Universidad de Miami, USA
62. Medicina psicosomática y trauma en UCI Jairo Sánchez Blanco, MD
Internista Cardiólogo
José Nelson Rivera, MD Fundación Valle del Lili
Especialista en Medicina Interna y Cuidado Crítico Cali, Colombia
Coordinador Académico, Departamento Nacional de Medicina Interna 20. Ecocardiografia en paciellfes críticos
Clínica Colsanitas S.A. Fundación Universitaria Sanitas
Bogotá, Colombia Carlos A. Santacruz, MD
85. Insuficiencia renal aguda Residente, Medicina Crítica y Cuidado Intensivo
Universidad de la Sabana Fundación A. Shaio
Aurelio Rodríguez, MD Bogotá, Colombia
Profesor de Cirugía 6. Endotelio, inflamación y microcirculación en shock
Drexel University College of Medicine
Director, Shock Trauma Center Luis Eduardo Sarria, MD
Allegheny General Hospital Anestesiólogo Intensivista
Pittsburgh, Pennsylvania, USA Jefe, de la Unidad de Cuidados Intensivos
49. Trauma en el anciano Clínica de los Remedios
Cali, Colombia
Martha Paola Rodríguez, MD 80. Isquemia mesentérica
Anestesióloga
Hospital Universitario de la Samaritana Moshe SChein, MD, FACS
Bogotá, Colombia Profesor de Cirugía
49. Trauma en el anciano Rusk County Hospital and Marshfield Clinic
Ladysmith, Wisconsin, USA
Christian Mauricio Rojas, MD Editor asociado, World Journal of Surgery;
Asistente de Investigación Sección de cirugía rural e internacional
Centro Internacional de Entrenamiento e Investigaciones Médicas 70. Relaparotomia y laparostomía por ilzfección
(CIDEIM)
66. Infecciones nosocomiales en la Unidad de Cuidado Ernst K. Senz S, MD
Intensivo Neurocirugía y Cirugía de Columna
Fundación Valle del Lili
Jaime Antonio Romero D, MD Cali, Colombia
Médico Intensivista 39. Manejo del paciente con trauma craneoencefálico
Jefe, Unidad de Cuidado Intensivo
Clínica Los Rosales, UCI Dumian HaniSeoudiMD,FACS
Pereira, Colombia Cirujano de Trauma y Cuidado Crítico
14. Trastorno de electrolitos Inova Fairfax Hospital, Falls Church
Virginia, USA
Fernando Rosso S, MD, MSc 82. Sangrado gastrointestinal en cuidado intensivo
Medicina Interna, Infectología y Epidemiología Clínica
Docente, Departamento de Medicina Interna Pablo Sibaja Álvarez, MD
Universidad del Valle, Fundación Valle del Lili Cirujano General
Cali, Colombia Coordinador, Unidad de Terapia Intensiva Quirúrgica
13. Medicina basada en la evidencia. Principios y práctica Servicio de Emergencias Quirúrgicas
en el cuidado intensivo Hospital México, Costa Rica
68. bzfecciones fiíngicas invasivas (IFl) Caja Costarricense del Seguro Social
San José, Costa Rica
Sandra Rubiano, MD 76. Fistulas entéricas
Investigadora
Centro de Estudios e Investigación en Salud Mark K. Soliman, MD
Fundación Santa Fe de Bogotá Cirugía y Medicina de Familia
Médica Internista, Clínica Palermo Fultondale, Alabama, USA
Bogotá, Colombia 57. Transfilsión
10. Panorama del cuidado crítico en Colombia y
Latinoamérica Juliana Suárez Correa, MD
Residente, Cirugía General
Oiga Teresita Salazar L, Enf Universidad del Valle
Universidad de Antioquia Cali, Colombia
Unidad de cuidados intensivos, Hospital General de Medellín 34. Abordaje inicial del paciellfe con trauma severo en la
Medellín, Colombia UCI: metas especificas
31. Anestesia en el paciente traumatizado y anestesia para
procedimientos en la Unidad de Cuidados Intensivos
Michael Sugrue, MO, MB, BCh, BAO, FRCSI, FRACS Emily Vargas R, Enf
Profesor de Cirugía y Cirujano General Enfermera Jefe
Letterkenny/Gal way Centro de Investigación Clínica San Rafael, CICSR
Irlanda Bogotá, Colombia
Presidente WorId Society Abdominal Compartment Syndrome 11. Evaluación de la calidad de vida relacionada con la
45. Hipertensión intraabdominal y síndrome de salud postestancia en la Unidad de Cuidado Intensivo
compartimiento abdominal
Hernando Vargas, MO
Luisa Fernanda Torres Núñez, Internista, Endocrinólogo
Nutricionista, Clínica de los Remedios Jefe Unidad Metabólica Universidad del Cauca
Clínica Confandi Tequendama Profesor Asociado de Medicina Interna
Cali, Colombia Universidad del Cauca,
78. Nutrición enteral práctica en UCl Popayán, Colombia
72. Trastornos endocrinos en el paciente crítico
Luis Eduardo Toro Yepes, MO
Cirugía General, Trauma y Cuidado Intensivo Mauricio Vasco Ramírez, MO
Fundación Valle del Lili Especialista en Anestesiología, Cuidado Intensivo y Reanimación
Cali, Colombia Universidad Pontificia Bolivariana, UPB
2. Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SIRS) Coordinador del Comité nacional de anestesia obstétrica
Profesor anestesia obstétrica Universidad de Antioquia,
Juan Pablo Trochez, MO Medellín, Colombia
Médico Asistencial 48. Trauma en la embarazada
Unidad de Quemados
Hospital Universitario del Valle Mario Varona, MO
Cali, Colombia Anestesiólogo Cardiovascular
51. Manejo del paciente quemado grave Centro Médico Imbanaco
Cali, Colombia
Sebastián Ugarte, MO 97. Marcapasos transitorios
Jefe de Unidad de Paciente Crítico
Hospital del Salvador, Clínica INDISA Julio Alberto Velandia, MO
Presidente Sociedad Chilena de Medicina Intensiva Intensivista
Santiago, Chile Clínica Saludcoop
43. Manejo del trauma abdominal cerrado en la Unidad de Tunja, Colombia
Cuidados Intensivos 61. Coagulación intravascular diseminada

Mauricio Umaña, MO Juan Pablo Velásquez B, MO, FCCM


Residente de Medicina de Urgencias Internista, Intensivista
Universidad CES Jefe Unidad de Cuidados Intensivos Posquirúrgicos
Fundación Valle del Lili Hospital Militar Central,
Cali, Colombia Bogotá, Colombia
81. Toxicología en medicina crítica. Diagnóstico y manejo 41. Tórax inestable y contusión pulmonar
general del paciente crítico intoxir¡ado
Carlos Vélez, MO
Juan A. Uribe A, MO Residente Medicina Crítica y Cuidado Intensivo
Neurocirugía y Cirugía de Columna Universidad de la Sabana - Fundación A. Shaio
Fundación Valle del Lili Bogotá, Colombia
Cali, Colombia 6. Endotelio, inflamación y microcirculación en shock
40. Trauma de columna y médula
Arturo Vergara, MO,
Gustavo Valderrama, MO Cirugía General
Cirujano de Tórax, Jefe servicio soporte metabólico y nutricional
Hospital Universitario del Valle Fundación Santa Fe de Bogotá, Colombia
Docente, Universidad del Valle 4. La respuesta metabó!ica al trauma
Fundación Valle del Lili
Cali, Colombia Germán Andrés Viatela Hoyos, MO
24. Oxigenoterapia en reanimación. Generalidades Especialista en Medicina Interna
99. Toracostomías Fellow de Neumología, Universidad El Bosque
Bogotá, Colombia
Erick Valencia M, MO 90. Monitoreo del volumen i/ltravascular
Anestesia, Cuidado Intensivo y Transplantes
Clínica Sagrado Corazón, Elías Vieda Silva, MO
Medellín, Colombia Internista, Intensivista
31. Anestesia en el paciente traumatizado y anestesia para Jefe de Cuidados Intensivos, Clínica Rey David
procedimientos en la Unidad de Cuidados Intensivos Hospital Universitario del Valle
Cali, Colombia
Anabel Vanin A, MO 73. Síndrome de embolismo graso
Cirugía Vascular y de Trasplantes
Fundación Valle del Lili
Cali, Colombia
9. Donación de órganos
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

María Virginia Villegas, MO, MSc Esther Cecilia Wilches Luna


Medicina Interna, Infectología Fisioterapeuta
Investigadora principal Especialista en Fisioterapia Cardiopulmonar
Centro Internacional de Entrenamiento e Investigaciones Médicas Profesora de Fisioterapia, Universidad del Valle,
(CIDEIM) Universidad Santiago de Cali,
Directora Ejecutiva CIDEIM, Cali, Colombia Sofire Ltda.
66. Infecciones l1osocomiales en la Unidad de Cl/idado UCI Clínica Comfandi Tequendama y Clínica Farallones
Intensivo Cali, Colombia
25. Principios básicos de ventilación mecánica
Jean-Louis Vincent, MO, PhO, FCCP 26. Maniobras de reclutamiento alveolar
Jefe, del Departamento de Cuidado Intensivo
Hospital Erasme, Universidad de Bruselas Nancy Yomayusa González, MO
Bruselas, Bélgica Especialista en Medicina Interna y Nefrología
3. Disfunción orgánica múltiple en la sepsis: Jefe del Departamento Nacional de Medicina Interna
planteamiento del problema, cuantificación de su Clínica Colsanitas S.A. Fundación Universitaria Sanitas
severidad y fisiopatologÍa Bogotá, Colombia
65. Estrategias de manejo en disfunción orgánica múltiple 85. Insl(ficiencia renal aguda (IRA)
en la sepsis. Una revisión de la evidencia actual
Alexander Zambrano F, MO
Matthew J. Wall Jr, MO, FACS Especialista en Medicina Interna
Profesor asociado Fundación Valle del Lili
Departamento de Cirugía, Baylor College of Medicine Cali, Colombia
Ben Taub General Hospital 62. Medicina psicosomática y trauma en UCI
Houston, Texas, USA
42. Control de daíios en lesión compleja de tórax Diego Zuluaga, MO
Anestesiólogo de Trasplantes
Kevin Ward, MO Hospital San Vicente de Paúl
Profesor Asistente de Medicina de Emergencia Medellín, Colombia
Director asociado, VCURES 33. Manejo de la vía aérea en el paciente traumatizado
Virginia Commonwealth University (
Richmond, Virginia, USA
36. Resucitación y flllidos en trauma
CONTENID

Prólogo xxv
Alonso Gómez D, MD

Foreword. Second Edition XXVII


Andrew Peüzman, MD

Foreword. First Edition XXVIII


Rao R. Ivatury, MD, FRCSC, FACS

Prefacio XXIX

SECCiÓN 1: CONCEPTOS BÁSICOS

1. Choque 3
Alonso Gómez D, MD

2. Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SIRS) 45


Luis Eduardo Toro Y, MD; Alberto García M, MD

3. Disfunción orgánica múltiple en la sepsis: planteamiento del problema, cuantificación de 59


su severidad y fisiopatología
Gustavo A. Ospina-Tascón, MD; Jacques Creteur, MD, PhD; Jean-Louis Vincent, MD, PhD, FCCP

4. La respuesta metabólica al trauma 77


Arturo Ve rgara, MD, MSCC; José Félix Patiiio Restrepo, MD, FACS (Hon)

Homeostasis del hidrógeno: una aproximación basada en la teo~ía de Stewart 85


Alonso Gómez D, MD

6. Endotelio, inflamación y micro circulación en shock 103


Ricardo Buitrago, MD; Carlos A. Santacruz, MD; Carlos Vélez, MD

7. Reanimación cardiopulmonar básica y avanzada. Análisis crítico de las guías 2005 111
Hernando Matiz, MD

8. Reanimación cardiopulmonar pediátrica básica. Análisis crítico de las nuevas guías 2005 129
Sandra Matiz M, MD

9. Donación de órganos 143


Anabel Vanin A, MD; Luis Armando Caicedo, MD
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

10. Panorama del cuidado crítico en Colombia y Latinoamérica 149


Édgar Celis, MD; Sandra Rubiano, MD

11. Evaluación de la calidad de vida relacionada con la salud postestancia en la unidad de 157
cuidado intensivo
Fabio Martínez P, MD, FCCM; Henry Oliveros R, MD, MSc; Rafael Lobelo G, MD; Emily Vargas R, ENF

12. Medicina basada en la evidencia (MBE): definición y conceptos básicos 165


Alonso Gómez D, MD

13. Medicina basada en la evidencia. Principios y práctica en el cuidado intensivo 179


Fernando Rosso S, MD, MSc

SECCiÓN 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI)

14. Trastorno de electro lito s 191


Jaime Antonio Romero Díaz, MD

15. Trastornos en la homeostasis de los líquidos 201


Mario Gómez D, MD, FCCM; César Enciso Olivera, MD

16. Microcirculación: un nuevo objetivo en la terapia intensiva 223


Gustavo A. Ospina-Tascón, MD; Joao Andrade Leal Sales Jr, MD

17. Inotrópicos y vasoactivos 229


Jorge E. Martínez B, MD

18. Falla ventricular derecha 255


Marco Antonio Perafán C, MD

19. Arritmias que amenazan la vida en la Unidad de Cuidado Intensivo 259


Pablo Eduardo Perafán, MD; Noel Alberto Flórez, MD

20. Ecocardiografía en pacientes críticos 279


Pastor Olaya, MD; Jairo Sánchez B, MD; Julián Andrés Ochoa F, MD

21. Taponamiento cardíaco 283


Claudia Marcela Po veda H, MD

22. Valoración integral del estado hemodinámico en el paciente crítico 289


Carlos A. Ordóñez D, MD; Jorge E. Martínez B, MD; Ricardo Buitrago B, MD

23. Insuficiencia respiratoria aguda 307


Carmelo Dueñas Castell, MD; Marco González Agudelo, MD; Guillermo Ortiz Ruiz, MD

24. Oxigenoterapia en reanimación. Generalidades 315


María Margarita Mesa, FT; Gustavo Valderrama, MD
25. Principios básicos de ventilación mecánica 327
Esther Cecilia Wilches L; Vil11la Eugenia Muiioz A, Fisioterapeutas

26. Maniobras de reclutamiento alveolar 337


Esther Cecilia Wilches L; Vilma Eugenia Muiioz A, Fisioterapeutas

27. Síndrome de dificultad respiratoria aguda 343


Guillermo Ortiz, MD; Car11lelo Dueiias, MD; Marco González, MD

28. Desconexión de la ventilación mecánica 361


Eva Manteiga Riestra, MD; Fernando Frutos- Vivar, MD; Andrés Esteban de la Torre, MD

29. Extubación 371


Óscar Martínez González, MD; Fernando Frutos- Vivar, MD; Andrés Esteban de la Torre, MD

30. Sedación y analgesia en el paciente politraumatizado 379


Darío 1. Pinilla, MD; Édgar Celis R, MD, FCCM

31. Anestesia en el paciente traumatizado y anestesia para procedimientos en la Unidad de 387


Cuidados Intensivos
Erick Valencia M, MD; José Luis Díaz G, MD; OIga Teresita Salazar L, ENF

32. Rehabilitación de pacientes en la Unidad de Cuidados Intensivos 419


Orlando Quintero F, MD

SECCiÓN 111: TRAUMA

33. Manejo de la vía aérea en el paciente traumatizado 433


Francisco José Rwnírez Perdo11lo, MD; Fernando Raffan Sanabria, MD; Enrique Arango Galvis, MD;
Diego Zuluaga, MD

34. Abordaje inicial del paciente con trauma severo en la DCI: metas específicas 449
Alberto García, MD; Juliana Suárez Correa, MD

35. Actualización en resucitación en trauma 465


Juan Carlos Puyana, MD, FRCSC, FACS; Luis Fernando Pino O, MD

36. Resucitación y fluidos en trauma 477


Rao Ivatury, MD, FRCSC, FACS; Kevin Ward, MD; Manuel Jibaja, MD

37 Sistemas de trauma 483


Raul Coünbra, MD, PhD, FACS; Gustavo P. Fraga, MD, PhD; David B. Hoyt, MD, FACS

38. Índices de trauma en terapia intensiva 487


Gustavo Pereira Fraga, MD; Marcel Albeiro Ruiz Benavides, MD; Mario Mantovani, MD, PhD

39. Manejo del paciente con trauma craneoencefálico 501


Jorge H. Mejía M, MD; Ernst K. Senz S, MD
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

40. Trauma de columna y médula 531


Juan A. Uribe A, MD

41. Tórax inestable y contusión pulmonar 547


Juan Pablo Velásquez B, MD, FCCM

42. Control de daños en lesión compleja de tórax 555


Danny Chu, MD, FACS; Matthew J. Wall JI', MD, FACS; Kenneth L. Mattox, MD, FACS; Luis Gh Ramos, MD

43. Manejo del trauma abdominal cerrado en la Unidad de Cuidados Intensivos 561
Andrew B. Peitzman, MD, FACS; Sebastián Ugarte, MD

44. Control de daños 569


Carlos A. Ordóiiez D, MD

Hipertensión intraabdominal y síndrome de compartimiento abdominal 591


Michael Sugrue, MD, MB, BCh, BAO, FRCSI, FRACS; Rao Ivatwy, MD, FACS; Carlos A. Ordóílez D,
MD; Alberto Espinoza, MD; Víctor Buchelli E, MD; Luis Ghedini Ramos T, MD

Control del daño en ortopedia y traumatología 611


Alfredo Martínez R, MD

Síndrome de aplastamiento, rabdomiólisis y síndrome compartimental de extremidad 619


Gloria del Pilar Gutiérrez Zuluaga, MD; Carlos Jaime Hurtado Hurtado, MD

48. Trauma en la embarazada 629


Mauricio Vasco Ramírez, MD

49. Trauma en el anciano 635


Martha Paola Rodríguez, MD; Jairo Antonio Pérez Cely, MD; Elan Jeremitsky, MD; Aurelio Rodríguez, MD

50. Enfoque y manejo del paciente pediátrico politraumatizado 649


Fernando E. Bermúdez P, MD; María Teresa Agudelo C, MD; Clímaco Muñoz C, MD

51. Manejo del paciente quemado grave 659


Ricardo Ferrada D, MD, MSP, MSCC, FACS; Juan Pablo Trochez, MD

Quemaduras por inhalación 681


Ricardo Ferrada D, MD, MSP, MSCC, FACS

53. Ahogamiento 693


Fernando E. Bennúdez Pupo, MD; Clímaco Muiioz Cifuentes, MD; María Teresa Agudelo Constante, MD

54. Hipotermia en trauma 701


Iván Riaiio, MD; Freddy Ariza, MD, MSc

55. Laparoscopia en el paciente crítico y traumatizado 707


Carlos Hemando Morales U, MD, MSc
56. Imágenes diagnósticas en la unidad de cuidados intensivos y en el paciente con trauma 717
José Abella, MD; Luis Fernando Castillo, MD; Orlando Gómez, MD; Ana María Granados, MD; Alfonso
Holguín, MD; Mauricio Mejía, MD

Transfusión 753
Kimball I. Maull MD, FACS; Mark K. Soliman, MD; Hernán Núilez, MD; Néstor Raimondi, MD, FCCM

58. Terapia con hemocomponentes en el paciente con trauma severo 759


Freddy Ariza Cadena, MD, MSc

59. Coagulopatía en el paciente con trauma 769


Mm'cela Granados S, MD, FCCM

60. Enfermedad tromboembólica en trauma 785


Alberto García M, MD

61. Coagulación intravascular diseminada 797


María Cristina Florián P, MD; Julio Alberto Velandia, MD

62. Medicina psicosomática y trauma en UCI 809


Alejandro Castillo M, MD; Alexander Zambrano F, MD; Hernán G. Rincón H, MD

SECCiÓN IV: INFECCIONES

63. Antibióticos e infección en trauma y UCI 825


Jorge A. Neira, MD; Verónica Paz, MD

64. Sepsis severa y choque séptico. Visión actual del enfoque diagnóstico y terapéutico 839
Leopoldo Ferrer Zaccaro, MD; Fernando Raffan Sanabria, MD

65. Estrategias de manejo en disfunción orgánica múltiple en la sepsis. Una revisión de la 849
evidencia actual
Gustavo A. Ospina-Tascón, MD; Jacques Creteur, MD, PhD; Jean-Louis Vincent, MD, PhD, F[;CP

66. Infecciones nosocomiales en la Unidad de Cuidado Intensivo 859


Juan Nicolás Kattán, MD; Christian Mauricio Rojas, MD; María Virginia Villegas, MD, MSc

67. Encefalopatía séptica 873


Carlos Alberto Carvajal Mojica, MD; Carlos Andrés Pacheco Melo, MD; Marco A. Perafán, MD

68. Infecciones fúngicas invasivas (IFI) 879


Fernando Rosso S, MD; José G. Montoya, MD

69. Manejo de la peritonitis y la sepsis intraabdominal en cuidado intensivo 891


Carlos A. Ordóilez D, MD; Jorge E. Franco G, MD

70. Relaparotomía y laparostomía por infección 911


Moshe Schein, MD, FACS; Raúl Bautista, MD
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Respuesta inmunoneuroendoendocrina al trauma y disonancia inmunológica 917


Ricardo Buitrago B, MD; Rafael Arturo Meza, MD

SECCiÓN V: PATOLOGíA MEDICOQUIRÚRGICA

72. Trastornos endocrinos en el paciente crítico 935


Hernando Vargas, MD; Diego Fernando Bautista, MD

73. Síndrome de embolismo graso 963


Elías Vieda Silva, MD

74. Cuidado crítico del paciente bariátrico: dilemas y complicaciones 973


Carlos Barba, MD, FRCSe, FACS; Manuel Lorenzo, MD, FACS

75. Pancreatitis aguda 983


Carlos A OrdóHez, MD; Luis Fernando Pino O, MD

76. Fístulas entéricas 997


Pablo Sibaja Álvarez, MI?

77. Avances en nutrición quirúrgica 1023


Juan B. Ochoa, MD, FACS; David Caba, MD, MS

78. Nutrición enteral práctica en UCI 1027


Luisa Fernanda Torres NúHez, Nutricionista

79. Alteraciones de la motilidad intestinal 1035


Verónica Múnera, MD; Juan B. Ochoa, MD, FACS

80. Isquemia mesentérica 1039


Luis Eduardo Sarria, MD

81. Toxicología en medicina crítica. Diagnóstico y manejo general del paciente crítico 1047
intoxicado
Abner Lozano L, MD, FCCM; Mauricio Umaiia, MD

82. Sangrado gastrointestinal en cuidado intensivo 1073


H. David Reines MD, FACS, FCCM; HarLÍ Seoudi MD, FACS; Diego Jiménez, MD; Luis F. Osio, MD

83. Hemorragia intracraneana 1083


Javier Mauricio Lobato P, MD

84. Obstetricia en la UCI 1093


Alejandro Castro, MD

85. Insuficiencia renal aguda (IRA) 1113


Nelson Rivera, MD; Nancy Yomayusa González, MD; Hernando Altahona Suárez, MD
86. Falla hepática aguda - Insuficiencia hepática aguda grave 1121
Diego Fernando Jiménez Rivera, MD; Antoni Mas Ordeig, MD, FACS; Luis F. Osio, MD

87. Ofidismo en Colombia. Enfoque, diagnóstico y tratamiento 1143


Santiago Ayerbe G, MD.

SECCiÓN VI: TÉCNICAS Y PROCEDIMIENTOS

88. Catéteres arteriales 1171


Javier Ignacio Mora Jaime, ENF

89. El catéter de Swan Ganz 1177


Javier Ignacio Mora Jaime, ENF

90. Monitoreo del volumen intravascular 1185


Carlos Eduardo Laverde Sabogal, MD; Germán Andrés Viatela Hoyos, MD

91. Monitoría de la presión endocraneana 1189


Mm'lene Banguera Hinestroza, ENF

Monitoría presión intraabdominal 1195


María Victoria Girón Mora, ENF

93. Terapias de reemplazo renal. Hemofiltración venovenosa continua 1203


Marcela López Castaño, ENF; Vicente Antolinez B, ENF

94. Hemaféresis 1213


Constancia Jiménez, ENF

95. Protocolo para el cuidado preventivo en la formación de úlceras por presión 1217
Dora Elsy Castalio, ENF; Constanza Jiménez, ENF

96. Estimulación cardíaca transitoria 1225


Juan Felipe Betancourt Rodríguez, MD; Francisco Miguel Camargo Assis, MD

97. Marcapasos transitorios. Técnica 1235


Mario Varona, MD

98. Procedimiento para la preparación, instalación y manejo del balón de contrapulsación 1239
intraaórtico
Carlos Alberto Angulo Toro, ENF

99. Toracostomías 1247


Gustavo Valderrama, MD; Herney Andrés García P, MD

100. Tabla de diluciones más usadas en cuidado intensivo 1257


Javier Ignacio Mora Jaime, ENF

Índice temático 1269


PRÓLOGO

La presente obra es el esfuerzo de personas que han sentido que uno de los principales papeles
del ser humano es el de ofrecer a la comunidad un acervo de conocimientos que contribuyan al
progreso continuado.
Karl Popper, uno de los filósofos más connotados de nuestra era, propuso concebir en 3 los
principales aspectos de la vida del hombre. El mundo I, constituido por la estructura biológica
del ser humano; el mundo II, inmerso en los bienes materiales, el mundo de los objetos tangibles;
y el mundo III, en el que ubica la trascendencia del hombre, está formado por nuestra obra inte-
lectual, aquel legado que podemos dejar a nuestros congéneres y que contribuye con el desarrollo
continuado de nuestra especie.
Es muy reconfortante observar cómo, en una era dominada por "el tintineo de los dólares"
existen personas que no han cedido a la tentación del mundo II, que han tenido la claridad mental
de no dejarse involucrar en la voluptuosa orgía de los bienes materiales, para dedicar su esfuerzo
a la trascendencia, al mundo III, a aportar un grano de arena a la gran biblioteca universal.
Debo además resaltar la temática expuesta. Se trata de un libro dedicado a la medicina crítica,
con énfasis en la patología ocasionada por el trauma.
Hace pocos años, el Ministerio de Salud desarrolló un análisis sobre el perfil epidemiológico
colombiano, utilizando la metodología de los "Años de vida saludables perdidos por enfermedad
o muerte prematura" (AVISA), creada por el Banco Mundial para evaluar el estado de salud
de los países. De acuerdo con esta metodología, las enfermedades se clasifican en tres grandes
grupos: el grupo I o enfermedades inmunoprevenibles, perinatales e infecciosas; el grupo II o
enfermedades crónicas y degenerativas y el grupo III o enfermedades ocasionadas por trauma y
otros agentes externos.
La estrategia consiste en medir los años de vida perdidos por causa de cada uno de los grupos
de enfermedades y determinar así el impacto que cada uno de ellos tiene sobre la salud de lá po-
blación. A esta medición se le denomina "Carga de la enfermedad" y su cantidad y distribución
es un indicador del perfil epidemiológico de un país o región.
El análisis en nuestro país mostró que la carga de la enfermedad se distribuye de la siguiente
manera: Grupo I: 22%, Grupo II: 39%, Grupo III: 39%. "
En otros términos, estamos frente a un perfil epidemiológico en el que la medicina crítica
desempeña un papel fundamental, como quiera que se involucra en la solución de los problemas
de los grupos II y III, que en conjunto constituyen la patología predominante.
Los temas incluidos en el libro constituyen entonces un aporte científico de importancia capi-
tal, no solo para quienes tenemos "la goma" de la medicina crítica, sino para todos aquellos que
ejercen en nuestro país, un país dominado por las dolencias de los grupos II y III y para quienes
esta obra se convierte en un excelente asesor de cabecera.
Debo también resaltar el momento y la forma como los editores lograron entregarnos su obra.
En efecto, vivimos momentos difíciles en nuestro país. Estamos sometidos constantemente a un
cúmulo de información angustiante y amenazadora de nuestra estabilidad material y psicológi-
ca. Estamos viviendo etapas de cambio, de influencias foráneas globalizadoras, de restricciones
internas, de control fiscal, de "apretones", de amenazas de guerra y de secuestro, en fin, de es-
tímulos múltiples que nos agobian. Nuestro sistema de salud se ha visto envuelto en un proceso
de cambio y ha sido influenciado por tendencias primordialmente económicas en las que no se
observa con claridad un espacio para la academia. Nuestra sociedad se ha visto inmersa en una
polarización no antes vista que nos lleva a la defensa a ultranza de las doctrinas imperantes y que
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

nos coloca, a unos y otros "delladó del Estado" o "del lado del mercado" dentro de una guerra
ideológica sin sentido que estimula la pasión pero obnubila la conciencia.
Los editores lograron abrir un espacio de reflexión, de academia y a través de él reunir tenden-
cias, sumar voluntades y mostrar así que, a pesar de las vicisitudes que atravesamos y de nuestras
divergencias, es posible construir y aportar en conjunto. Enhorabuena por estos resultados.
Finalmente, debo agradecer a los amigos, dos de ellos otrora alumnos, por habemos abierto
este foro de participación académica que espero sea de mucha utilidad para quienes puedan ac-
ceder a las lecciones y lineamientos establecidos en esta obra.

Alonso Gómez D, MD.


Ex Ministro de Salud
República de Colombia
FOREWORD
SECOND EDITION

This new edition of Trauma and Critical Care comes to fill a big hole in the care of Trauma pa-
tients, not only for the Spanish-speaking countries but for many others as well. The first edition
written by Latin American physicians exc1usively, appeared in 2002 and was sold out in weeks.
Not surprisingly many specialists ask for a reprint, which in turn disappeared very quickly also.
The major difference of a well developed Trauma Center, is the knowledge and the type of
care the surgeons are able to offer for these particular patients. For many years the surgeons from
well developed Systems have had to study and care for patients severely injured who needed res-
piratory and hemodynamic support. On the other hand, in many places several surgeons operate
on their patients, but the postoperative care is made by other physicians, called intensivists. Quite
frequently these physicians are not surgeons, with limited interest in surgical pathology, which
can make for a negative difference in the outcome. However a limited number of Latin American
surgeons are the exception, and many of them authored chapters in this book.
Besides there are non-surgeons intensivists, who are interested in and motivated for the car of
surgical critical patients. The editors sought them out for their contribution to this book. Many
chapters were written by these top c1ass non-surgeon intensivists, who are more surgical than
many others who have a diploma in the specialty.
As a result this book covers every topic in Trauma and Critical Care in its 100 chapters and
more than 1300 pages. There are authors from the United States, Europe and Latin America, all
of them well known in their countries and abroad for their multiple contributions to the care of
this specific type of patients.

Andrew B. Peitzman, MD
Mark M. Ravitch Professor and Vice-Chair,
Chief, Division of General Surgery
UPMC-Presbyterian
Pittsburgh, PA, USA
FOREWORD
FIRST EDITION

Severely injured patients require attention and expert management at several levels. Well esta-
blished pre-hospital systems bring the trauma victim to the right place at the right time. Well
trained general surgeons evaluate the total patient and determine the need for surgical inter-
vention or non-operative observation. They orchestrate the care of the patient by specialties of
neurosurgery, orthopedics and others, who are waiting in the wings to pitch in their expertise. In
Latin America, there is no dearth of experience for these highly skilled surgeons.
Modem management of trauma goes beyond the emergency department and the operating
room, however. As is recognized in recent times, massive soft tissue injury initiates a cascade
of inevitable events that are only poorly altered by initial resuscitation and operation. ARDS,
coagulopathy, metabolic exhaustion, nutritional failure and the difficult problem of multi-organ
dysfunction are only a few examples of unbridled Systemic Infiammatory Response Syndrome
(SIRS). Indeed, the successful management of the severely injured patient is a triumph of the
modem trauma surgeon who is not only a capable OR technician but also a physiologic surgeon
well versed in the intricacies of acute care, in short "the intensivist". Furthermore, it is now
abundantly clear that the care that the severely injured patient needs can only be rendered by this
surgeon intensivist or a "trauma-oriented" physician who can appreciate the profound alterations
in homeostasis caused by injury. This then, is the rationale for the extensive training for the North
American traumatologist in "Surgical Intensive Care".
This book is a concerted effort by Colombian physicians to bring about a fundamentalchange
in the management of trauma. Already superb in emergency operative management, these physi-
cians will do well to take charge of their patients in the Intensive Careo The more severely injured
patients will benefit enormously from this approach and the care-givers will gain an immense
insight into the pathohysiology of injury.
It is an honor to write this foreword for this magnificent effort. 1 cornmend the editors and au-
thors for this timely work. Their passion for the science and for their patients will, undoubtedly,
be a giant step for the future of trauma care in Latin America.

Rao Ivatury, MD, FRCSC, FACS


Professor of Surgery VCU
Chief Trauma, Critical Care and Emergency
Department of Surgery VCU
Richmond, Virginia, USA
PREFACIO

La primera edición de este libro superó todas las expectativas, no solo de los editores, sino inclu-
so de los empresarios encargados de su impresión y distribución. En efecto, la primera impresión
desapareció del mercado en semanas y fue necesario hacer una reimpresión, que también se
vendió muy rápido dentro y fuera del país.
Como sucede con todo libro, muchos colegas y amigos nos hicieron comentarios, todos muy
constructivos, que nos obligaron a pensar en una segunda edición, más apegada a la revisión basada
en la evidencia actual del cuidado intensivo y del trauma. Con base en estas premisas, hace cuatro
años los editores iniciaron la tarea de conseguir los autores apropiados. La gran mayoría, más del
75%, son autores diferentes que escribieron capítulos nuevos y actualizados. Para el efecto se selec-
cionaron y contactaron varios líderes del Cuidado Intensivo y del Trauma en Latinoamérica Europa
y Estados Unidos. En algunos pocos casos se mantuvieron algunos capítulos de la primera edición
debido a su importancia y aceptación en los medios académicos y asistenciales. Sin embargo, en
estos casos ,los autores corrigieron, aumentaron, actualizaron o re-escribieron sus temas con un
estándar equivalente a cualquier revisión internacional sistemática.
El resultado es una obra completamente nueva que incluye casi el doble de capítulos y un
incremento de casi el 50% en el número de folios para un total aproximado de 1.300 páginas.
Este contenido está dividido en 6 secciones con el fin de permitir mayor claridad y precisión al
lector.
La sección de principios básicos revisa profundamente el choque, la reanimación y las conse-
cuencias derivadas del manejo, con énfasis en la medicina basada en la evidencia. La sección de
cuidado intensivo presenta los problemas de los líquidos, electrolitos y el manejo cardiovascular
y respiratorio en la UCI. La sección de trauma expone los problemas más complejos, presentan-
do de una manera clara y precisa los trastornos de la homeostasis luego de u,n trauma grave. Se
describe el abordaje de estos casos en cirugía y UCI con el fin de presentarle al lector la forma
práctica para la toma de decisiones del trauma complejo. En la sección cinco se describen con-
ceptos sobre el tratamiento del paciente severamente infectado en la UCI. La siguiente sección
muestra la patología médico-quirúrgica más común y a su vez más complicada que requiere el
concurso de cirugía y de la unidad de cuidado intensivo. Finalmente, la última sección presenta
algunos capítulos de técnica y procedimientos que son indispensables en la práctica diaria"del
quehacer en la UCI.
Cada capítulo presenta el estado del arte del tema, muestra la experiencia del autor, un enfo-
que práctico y preciso del manejo y se fundamenta en las referencias <j lecturas de la literatura
reciente.
Presentamos la segunda edición del libro Cuidado Intensivo y Trauma con el propósito de
ofrecer un apoyo científico a los lectores. Estamos seguros de que les permitirá mejorar sus co-
nocimientos para ofrecer así una mejor atención a sus pacientes.

Los editores
eH QU

Alonso Gómez D, MD

Una desarticulación brusca de la Podríamos expresar esto diciendo que el ser humano, para
maquinaria de la vida poder mantener su ordenamiento, es decir la vida, necesita
(Samuel D. Gross, 1870) reponer la energía perdida en virtud de la inexorable primera
ley de la termodinámica.
Un alto momentáneo en el acto de morir
Ahora bien, de acuerdo con la segunda ley de la termodi-
(John Collins Wanen, 1895)
námica, no es posible "construir" energía (2), de tal manera
que, el proceso de vivir implica necesariamente la reposición,
Desde la época de Hipócrates existen referencias que sugie-
a partir del medio, de la energía perdida.
ren que, desde entonces, eran reconocidos los trastornos aso-
La energía que ingresa al organismo, viene contenida en
ciados al que hoy conocemos como síndrome de choque.
los enlaces químicos de los diferentes nutrientes que inge-
Esta entidad que ocupa gran parte del interés de la medi-
rimos. Una particularidad del organismo es su incapacidad
cina crítica y sobre la cual existe hoy una gran cantidad de
para utilizar la energía almacenada en esos enlaces químicos
información, sigue siendo, sin embargo, quizás tan etérea en
de los alimentos. El organismo sólo es capaz de utilizar la
su definición, como aparece en las citas que encabezan este
energía contenida en los enlaces químicos del compuesto de-
artículo. Los autores, por' ejemplo, incluyen con frecuencia
nominado adenosina trifosfato (ATP) y por tanto, para que el
la palabra "severo" como parte de su definición, pero nunca
organismo pueda aprovechar la energía de los alimentos para
nos responden la pregunta que Edgar Jiménez hace en su ca-
sus propósitos de supervivencia, el "aparato biológico" tiene
pítulo sobre "shock" en el libro de Civetta: "¿Cuán severo es
que transformar los enlaces de los nutrientes en enlaces de
severo?" (1).
ATP (figura 1).
Por otro lado, las múltiples definiciones existentes sobre
este síndrome, bien sea basadas en sus efectos sobre la pre-
sión arterial o sobre la perfusión de los órganos, son difíciles
de trasladar a conceptos prácticos útiles en el manejo de los La transformación de la energía
pacientes.
Si definimos, por ejemplo, el choque como "un síndrome
clínico agudo iniciado por una perfusión inefectiva que resul-
Carbohidratos 1"' ........-. A
........-.
ta en una disfunción severa de órganos vitales", encontramos Lípidos
1"' T
que esta definición parece muy alejada del contexto clínico ........-.
de un paciente moribundo. Proteínas
1"' " p
Si además, nos adentramos en las discusiones semánti-
cas en las que se intenta cambiar el término de "perfusión Un requisito/indispensable
in efectiva" por el de "ineficiente perfusión", continuaremos
divagando por tópicos teóricos, cada vez más alejados del
paciente. Figura 1. El organismo transforma la energía de los nutrientes en ATP.
Pareciera oportuno en este momento alejarnos de las defi-
niciones para hacer algunas consideraciones fisiológicas que En otros términos, la supervivencia del organismo depen-
nos permitan desembocar en una mejor comprensión del sín- de de su capacidad para generar ATP. En el momento en que
drome de choque. nuestra capacidad para producir ATP se disminuye, la pérdida
continuada de energía nos coloca en una situación deficitaria,
La termodinámica rige la vida poniendo con ello en peligro nuestra condición de sobrevivien-
En términos prácticos, la primera ley de la termodinámica tes. En términos más concretos, cuando se afecta nuestra ca-
implica que los organismos vivientes pierden constantemen- pacidad para construir ATP, comienza a deteriorarse también
te su energía en el medio. Es decir, que tienden a perder su nuestra capacidad para mantener lqs funciones celulares.
orden interno, necesariamente mantenido por un monto de- En el organismo, la energía contenida en el ATP esutili-
terminado de energía (2). zada para mantener el funcionamiento armónico. El apoyo
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

necesario a las múltiples reacciones bioquímicas, el mante- electrón "sobrante" es transportado a través de la cadena res-
nimiento de la integridad de las membranas celulares y el piratoria, que está constituida por una serie de "sustancias
impulso a nuestra actividad mecánica son necesariamente de- transportadoras de electrones", que "lo van bajando" hasta
pendientes del monto de energía liberado cuando se rompen llegar al último miembro de la cadena, la cito cromo a3 o ci-
los enlaces del ATP. Cuando la cantidad de ATP disminuye tocromo oxidasa. A nivel de la citocromo oxidas a confluyen
por debajo de la cantidad requerida para el desarrollo de estas tres elementos: el electrón "que venía bajando", el hidrógeno
funciones, comenzaremos a ver un deterioro de las mismas, protonado y el oxígeno transportado por el torrente circulato-
disminuyéndose la actividad física, la actividad metabólica, rio. De la "unión" de estos tres elementos, resulta agua (H 20)
la síntesis proteica y la integridad de las membranas. Depen- (3) (figura 3).
diendo de la severidad de la deficiencia y de la duración de
la misma, encontraremos bien sea una disfunción transitoria,
o un compromiso severo con incapacidad para mantener la
"función de vida", sobreviniendo la muerte celular.

La construcción de ATP
Se escapa al alcance de este artículo una discusión detalla- liliiii

da sobre el tema. Sin embargo, consideramos necesario el


análisis de los conceptos centrales que nos apoyarán en la
comprensión del síndrome de choque.
La transformación de la energía química de los alimentos
en enlaces de ATP requiere de una serie de pasos. En una pri-
mera fase, se rompen cadenas largas produciéndose pequeñas
moléculas que son transportadas por el torrente sanguíneo
hacia el entorno celular.
Una vez ingresadas a la célula, estas pequeñas moléculas
de carbohidratos, lípidos y proteínas son sometidas a un pro-
Figura 3. La cadena respiratoria genera ATP yagua endógena.
cesamiento bioquímico que se conoce como el ciclo de Kre-
bs. El resultado de este proceso es la producción de hidróge-
La corriente eléctrica producida por "el lanzamiento" del
no, que a su vez es transportado hacia la cadena respiratoria,
hidrógeno y el transporte del electrones por la cadena crean
al interior de la mitocondria (figura 2).
las condiciones necesarias para ensamblar ATP a partir de
adenosin disfosfato (ADP) y fósforo inorgánico (Pi) (3).
Debe señalarse que, para que el proceso se realice con éxito,
los electrones deben fluir constantemente y "ser descargados"
continuamente al aceptor final, el oxígeno. Si esto no OCUlTe,
es decir, si no existe el oxígeno, la cadena "se atranca", los
transportadores quedan reducidos y no pueden aceptar nuevos
electrones y en consecuencia no se produce ATP.
En suma, la producción de ATP es el resultado final del
procesamiento de los nutrientes. Requiere, en primer lugar,
de un "preprocesamiento" en el tubo digestivo y en el ciclo
de Krebs que origina hidrógeno, de cuyo tratamiento, en la
cadena respiratoria, resulta/el ATP, a condición de que se dis-
ponga de suficiente oxígeno para aceptar los electrones.

El consumo de oxígeno (V0 2)


Si retomamos la producción de ATP, podremos observar que,
Figura 2. Los carbohidratos, lípidos y proteínas se procesan en el ciclo de para completar el transporte de los electrones, la cadena res-
Krebs, resultando hidrogeniones que van a la cadena respiratoria.
piratoria se los entrega al oxígeno, el cual, en conjunto con
el H+ produce agua. Nótese que, en este proceso, el oxígeno
Una vez dentro de la cadena respiratoria, se realiza un
molecular "desaparece" para "transformarse" en H20, es de-
proceso muy interesante. El hidrógeno pierde un electrón,
cir que "se consume el oxígeno". Además que cuando "se
es decir se "pro tona" y es lanzado fuera de la mitocondria,
consume el oxígeno", se produce ATP, puesto que este consu-
creándose una diferencia iónica entre el exterior e interior
mo de oxígeno es el paso final del proceso de transporte que
de la mitocondria, lo que origina una corriente eléctrica. El
origina el ATP (figura 4).
1/CHOQUE

en forma de calor y este calor perdido depende a su vez de las·


circunstancias en las que se desanolla el proceso vital.
Se ha estimado que un poco más de la mitad del ATP
producido es utilizado por el organismo para desarro.llar
funciones mecánicas, es decir para procesos fundamentales
de translación. La base para ello es la necesaria ruptura de
ATP para el desarrollo de la contracción muscular. Cuando
un individuo aumenta la actividad mecánica, como sucede
durante el ejercicio, aumenta el consumo de ATP, se dis-
minuyen las reservas de éste y se "activan" las reacciones
que lo producen. Este aumento, obviamente, produce un au-
mento del V0 2• Por el contrario, cuando el individuo está en
completo reposo, la ausencia de actividad mecánica reduce
las necesidades de ATP y el organismo "responde" redu-
ciendo su producción, lo cual se traduce en una reducción
del V0 2 •
Figura. 4. Al consumirse el oxígeno en la cadena respiratoria se produce De la anterior discusión podemos colegir la noción de
ATPyHp.
que la producción de ATP está coordinada "desde adentro",
de acuerdo a los requerimientos del organismo. Según At-
Cuando hablamos de consumo de oxígeno, nos referimos al
kinson, el mecanismo "disparador" o "atemperador" de la
oxígeno utilizado por el organismo en sus funciones meta-
producción de ATP es la relación entre las cantidades de
bólicas. La mayoría del oxígeno utilizado por el organismo
ATP, ADP Y AMP, que el describió a través de su famosa
(85%-90%), se consume en el proceso de generación de ATP
ecuación energética (4, 5). Según este concepto, cuando la
en la cadena respiratoria y el 10% a 15% es utilizado en otras
cantidad de ATP disminuye, se aumenta su producción y
reacciones no relacionadas con la producción de ATP.
viceversa. Por supuesto, son estos factores los que determi-
Si por alguna razón (ejercicio, fiebre, etc.) se aumentan
nan el V0 2 •
los requerimientos energéticos del organismo, se "activan"
En resumen, el YO? del organismo es una medida indirecta
las reacciones productoras de ATP, tal como lo demostró At-
de la producción de ATP y está determinado por las necesida-
kinson hace ya más de 2 décadas (4, 5). En estos casos, se des del organismo. -
aumenta el V0 2, porque, al aumentar el flujo de electrones a
través de la cadena respiratoria, se aumenta la cantidad de O?
V0 2 : La otra cara de la moneda
utilizado para recibirlos. Por el contrario, cuando las necesi=
dades se disminuyen (la anestesia, el dormir, la hipotermia, Hemos visto una cadena respiratOlia que aumenta o disminu-
etc.), se "frenan" las reacciones productoras de ATP y por lo ye la producción de ATP de acuerdo con los requerimientos
tanto, se reducirá el consumo de 07' del organismo, en condiciones de normalidad y un YO? que
En consecuencia con lo anteriOl~ el YO?, dentro de ciertos varía paralelamente con esta producción de ATP. -
límites, es un buen indicador de la producción de ATP. Este Consideremos ahora algunos estados patológicos. Si por
concepto ha recibido apoyo experimental y a través de ello, alguna razón se disminuye la cantidad de O? que llega a la
se ha logrado estimar la cantidad de kilocalorías producidas mitocondria, se disminuye proporcion~lmente la "descarga"
por cada litro de 07 consumido. de electrones en la cadena respiratoria, por falta de este sus-
En resumen, el VO? puede entenderse como una medida trato aceptor final. Este fenómeno restringe a su vez la pro-
indirecta de la cantidad de ATP producido en una determina- ducción de ATP, pero no ya como fruto de una reducción de
da célula u órgano, e incluso en el organismo como un todo. las necesidades del organismo, sino como consecuencia de la
Cuando el V0 2 se encuentra aumentado, es muy probable que °
falta de 2, Como es de esperarse, en estos casos también se
esté aumentada la producción de ATP y viceversa. reduce el V02•
Debe señalarse que, el pequeño porcentaje de O? consu- En suma, el YO? se puede reducir por un defecto en el
mido en actividades "extrarrespiratorias", puede aumentar en aporte de 02 a la mitocondria, caso en el cual, se produce
ciel1as condiciones, originando una falsa idea de aumento en una disminución no prevista en la producción de ATP, que,
la producción de ATP. En la práctica, sin embargo, dado que el disociada de las necesidades del organismo, puede llevar a un
mayor porcentaje se debe al consumo en la cadena respiratoria, balance energético negativo y a una alteración de las funcio-
el V0 2 es una buena aproximación a la producción de ATP. nes vitales. De la magnitud y duración de esta reducción en el
V0 2, dependerá a su vez el grado de deficiencia energética y
¿Cómo se determina la producción de ATP? sus consecuencias sobre el metabolismo y el mantenimiento
de las membranas. En casos severos, puede llevar a la pará-
Para poder mantener su orden interno, el organismo debe re-
lisis celular, el deterioro completo de sus membranas y la
poner la energía perdida. Esta energía es "aportada" al medio
muerte (6, 7) (figura 5).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

tocondrial, produciendo daños que pueden ser ineversibles.


Este mecanismo, muy bien descrito por Cotrell y Tundorf en
su libro de neuroanestesia, no es discutido por otros autores
(8) (figura 7).

Figura 5. La falta de oxígeno resulta en menor producción de ATP.

La perfusión tisular: su deficiencia y sus


consecuencias metabólicas
La gran mayoría de las definiciones del síndrome de choque
incluyen una alteración de la perfusión tisular, como uno de
sus elementos centrales. Podemos ahora entender este tér-
mino como una disminución del aporte de 02 a la mitocon-
Figura 6. La falta de oxígeno bloquea los transportadores de electrones.
dria, que produce una reducción de la producción de ATP,
y obviamente del V0 2• La característica principal de esta
disminución de la transferencia energética es la de que no
es originada en un mecanismo autonegulador del organismo H
por disminución de sus necesidades metabólicas, sino que
se trata de una reducción perversa que amenaza el funciona-
miento celular.
Este déficit de perfusión reduce la disponibilidad de ATP
y, por este mecanismo, disminuye la actividad metabólica
celular y su función de mantenimiento de membranas. Cuan-
do se limita el aporte de O? a la mitocondria, se reduce la
producción de ATP, por bloqueo de los transportadores de
electrones. Aparte de las consecuencias sobre el equilibrio
energético ya discutidas, existen otros 2 elementos secunda-
rios que son importantes de analizar. El primero de ellos se
refiere a la producción de radicales libres y el segundo a la
producción de ácido láctico.
La coenzima Q (CoQ), el tercer miembro de la cadena
respiratoria, recibe el electrón "sustraído" al hidrógeno y me-
diante este mecanismo, se convierte en un radical libre. Por
fortuna, existen los demás miembros de la cadena, los cito-
cromos que, por contener Fe en su molécula, pueden aceptar
Figura 7. El bloqueo de los transportadores de electrones genera radicales
un electrón sin desestabilizar su órbita, dado que el Fe puede libres.
"funcionar" como Fe++ o Fe+++. En condiciones normales, el
electrón adquirido por la CoQ pasa inmediatamente a la ca- La otra consecuencia es la producción de ácido láctico.
dena de citocromos (figura 6). Cuando el NAD, el primer miembro de la cadena respiratoria
Cuando esto no sucede, por "bloqueo" de la cadena (es- recibe el hidrógeno proveniente del ciclo de Krebs y no puede
tado reducido del citocromo), la CoQ no encuentra quien entregar el hidrógeno al FAD, queda en estado reducido y no
reciba su electrón sobrante, se mantiene como radical libre puede, en consecuencia, aceptar otras moléculas de H. El orga-
y puede producir peroxidación lipídica en la membrana mi- nismo entonces trata de eliminar el H del NADH, en un intento

6
1/CHOQUE

de oxidar este aceptor de H, para poder reiniciar el proceso La carga energética es el principal factor de regulación de .
en la cadena respiratOlia. Para ello apela a la transformación las vías que producen y utilizan compuestos de alta energía
de ácido pirúvico en ácido láctico, reacción que utiliza NAD- y su valor refleja el balance energético entre los procesos ge-
HH, ingresa el H al ácido láctico y regenera NAD (oxidado). neradores de ATP y los procesos que lo utilizan. Cuando la
Lamentablemente este mecanismo es fallido, porque como se carga energética disminuye de su valor normal, se aceleran
dijo, el "bloqueo" de la cadena no se ubica solamente en el las reacciones generadoras de ATP y se lentifican las reac-
NAD, sino en todos los miembros de la cadena, debido a la ciones que lo consumen. Lo contrario sucede cuando la carga
falta de 02 (déficit de perfusión tisular) (9). energética se incrementa. Por otro lado, se ha demostrado
Otro factor que tiende a aumentar la producción de ácido que la viabilidad celular se disminuye cuando cae la carga
láctico es el intento del organismo de satisfacer sus necesida- energética (4-6).
des energéticas a través de la glicólisis (lO). En efecto, como Algunos estudios en modelos de sepsis en animales han
este proceso no requiere de 02' la célula lo acelera. El proble- mostrado que la mortalidad se eleva con la severidad de la
ma no sólo radica en el menor rendimiento energético de esta reducción de la carga energética, enfatizando la necesidad dé
vía, puesto que produce una cantidad sustancialmente menor aumentar la actividad mitocondrial para asegurar el balance
de ATP por mol de glucosa, sino que, aumenta la produc- energético y lograr la supervivencia. Esta expansión mito-
ción de ácido pirúvico. La disminución de la actividad de la condrial, fundamental para la sobrevida, es inducida "por una
piruvato deshidrogenasa secundaria al bloqueo de la cadena necesidad categórica de responder al aumento de los proce-
respiratoria y a la acidosis láctica subsecuente, impide que el sos utilizadores de ATP" (7).
ácido pirúvico siga su vía normal hacia acetil coA y entrar al En modelos de choque hemolTágico en ratas, se ha confir-
ciclo de Krebs. En consecuencia, se acumula el ácido pirúvi- mado que la mortalidad aumenta con la reducción de la carga
co y se deriva hacia la formación de ácido láctico (figura 8). energética hepática. En efecto, una caída de la carga a valores
de 0,592 se asocia con una menor mortalidad que cuando el
descenso es a 0,39; cuando la carga cae a 0,3 casi ningún
animal sobrevive (7).
Un dato interesante es la rápida recuperación de la carga
energética en los animales sobrevivientes, cuando se reinfun-
de la sangre perdida, recuperación que incluso puede llegar a
superar el valor del control.
La caída de la carga energética se asocia con una dismi-
nución del estado de óxido reducción en la cadena respirato-
A ria, presumiblemente por una disminución en la fosforilación
,.1 oxidativa. Como se inhibe el sistema de transporte electró-
.~: nico, se acumula NADH y esto trae algunas consecuencias
metabólicas:
a. El NADH deprime la actividad de la citrato sintetasa, len-
tificándose la velocidad del ciclo de Krebs
b. La disminución del estado redox mitocondrial induce una
Figura 8. La perfusión tisular inadecuada bloquea la base de la sobrevida. disminución de la relación oxalacetato a malato, con lo
que se inhibe el ciclo de Krebs " ,
En resumen, cuando leemos que el choque se caracteriza c. Como el NAD se requiere para el adecuado funciona-
por una disminución de la perfusión tisular, su traducción en miento del complejo d~ la piruvato deshidrogenasa, su
la práctica sería: "Una disminución del V0 2 , debida a una disminución dismjnuye a su vez el paso de piruvato a ace-
limitación de 02 a la mitocondria, cuyas principales conse- til CoA, acumulándose el piruvato
cuencias son una reducción de la producción de ATP y un d. El NADH es utilizado en el paso de piruvato a lactato,
aumento en la producción de ácido láctico". resultando un aumento de este último. El resultado final
será entonces una disminución en la producción de ATP y
La perfusión tisular: su deficiencia y sus una acidosis láctica (6).
consecuencias energéticas
Ozawa señala que el concepto de carga energética (6), acu- Por otro lado, la disminución de la carga energética dep~nde
ñado por Atkinson (4, 5), es muy útil para comprender la re- de la disminución del ATP, acompañada de un aumento en las
gulación de los procesos metabólicos. Atkinson definió ma- concentraciones de ADP y AMP (ver fórmula) y experimen-
temáticamente la carga energética como: talmente se ha visto que las concentraciones de ADP aumen-
tan durante el shock y disminuye~cuando se recupera.
(ATP + 112 ADP) I (ATP + ADP + AMP) Yestableció que su Un mecanismo interesante observado durante el choque es
valor normal es entre 0,85 y 0,905. el incremento de la glicólisis. Aparentemente, el incremento
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

en la concentración de AMP estimula la fosfofructoquinasa y produce una secuencia de eventos que, a través de 7 etapas,
la fosforilasa, e inhibe la fosfoenol-piruvato-carboxiquinasa, lleva a la muerte de la célula.
todo lo cual resulta en un incremento de la vía. Este mecanis-
mo, sin embargo, no alcanza para satisfacer las necesidades
de ATP y aumenta la velocidad de consumo de glucógeno
con lo que aumenta el riesgo de hipoglicemia y de muerte.
Cuando se agota el glucógeno se activa la gluconeogénesis
para subsanar el problema. Sin embargo, este proceso requie-
re de una adecuada carga energética y, cuando esta última
cae, no puede proceder, produciéndose una hipoglicemia ter-
minal (6, 9).
Los cambios en la carga energética durante el choque he-
morrágico no son iguales en los diferentes órganos. Los más
afectados inicialmente son el hígado, el riñón y el intestino.
El corazón y el cerebro mantienen su carga energética hasta
las etapas críticas. Esta capacidad para mantener su reserva IV
energética se debe a dos fenómenos:
a. Su capacidad para aumentar la tasa de extracción de oxí-
geno Figura 9. Historia de la muerte celular según Trump.
b. La respuesta catecolamínica refleja que redistribuye el
flujo sanguíneo muscular, adiposo, renal, hepático y en De las 7 etapas descritas por Trump la etapa IV determina
general esplácnico, hacia el corazón y el cerebro. Por otro la irreversibilidad del proceso. Es decir que, cuando la célula
lado, el miocardio hipóxico puede obtener su energía oxi- "atraviesa" la etapa IV, hágase lo que se haga, indefectible-
dando ácidos grasos libres, ~n lugar de glucosa. mente morirá. Nuestra propia elaboración del tema nos ha
llevado a concebir el proceso como una fase de daño rever-
En el shock séptico, la secuencia metabólica inicial es un sible (etapas 1, II y III), una fase de muerte (etapa IV) y una
poco diferente puesto que no se registra la disminución de la fase que hemos optado por llamar de "consolidación de la
carga energética observada en etapas tempranas del choque muerte" (etapas Va VII).
hemorrágico. Sin embargo, cuando se limita la cantidad de El proceso desencadenante es una deficiencia en la dispo-
oxígeno a la mitocondria aparece, como consecuencia de la nibilidad de 02 en la mitocondria (déficit de pelfusión tisu-
disminución de la producción de ATP, una disminución de la lar), cuya consecuencia inmediata, como se ha visto, es una
carga energética con consecuencias similares a las descritas reducción en la producción de ATP (figura 10).
arriba (6).
En resumen, el concepto de carga energética nos permite
apoyar aún más la noción de que la supervivencia del ani-
mal está fuertemente ligada a su capacidad para producir el
ATP necesario para satisfacer las necesidades metabólicas
impuestas por la lesión. Es claro que el mantenimiento de la
carga energética está a su vez relacionada con el V0 2y por lo
tanto su preservación es una medida prioritaria en el manejo
de los pacientes en estado de choque.

La perfusión tisular: su deficiencia y sus


consecuencias celulares
A nuestro juicio, una de las mejores descripciones que exis-
ten sobre las consecuencias celulares de la hipopelfusión, es
la realizada por el doctor Benjamín Trump y sus colabora-
dores en el libro Fisiopatología del shock, la isquemia y la "Apelotonam
anoxia, editado por Adams Cowley y Benjamín F Trump,
hace ya algunos años. Trataremos, en los siguientes párrafos cromatina nuclear
de hacer una caricatura resumen de la obra mencionada, pero
invitamos al lector a revisarla (11) (figura 9). Figura 10. Primera etapa, falta de disponibilidad del ATP.
La historia natural de la muerte celular secundaria a isque-
mia/hipoxia, es decir a una deficiencia grave de la pelfusión Una consecuencia inmediata de la falta de disponibilidad
celular, muestra que, una vez desencadenado el proceso, se de ATP es la activación de las vías productoras de ácido lácti-
1/CHOQUE

co con una consecuente acidosis intracelular que, microscó- b. Altera el esqueleto celular, la orientación de los organelos
picamente, se caracteriza por un "apelotonamiento" reversi- y aumenta las vesÍCulas autofágicas
ble de la cromatina nuclear y que constituye la etapa 1. Este c. Separa las uniones intercelulares
fenómeno también puede ser la consecuencia de la pérdida d. Aumenta el calcio mitocondrial. Estas acciones produ<;:en
de los puentes de K y su principal efecto es una disminución un daño ilTeversible en la célula (figura 12).
reversible de la síntesis de RNA nuclear. Esta disminución
de la síntesis de RNA, no tiene, sin embargo, consecuencias
inmediatas para la célula.
La persistencia del déficit de perfusión y de la limitación
en la disponibilidad de ATP, altera el funcionamiento de la
ATPasa Na/K, con acúmulo de Na intracelular y edema se-
cundario, manifiesto en la mitocondria y el retículo endoplás-
mico, lo que constituye la etapa II. Esta etapa, durante la cual
comienzan a aparecer algunas bulas en la pared celular y una
pérdida de los gránulos mitocondriales, es perfectamente re-
versible si se restauran las condiciones de perfusión.
En la etapa III, se acentúa el edema celular y mitocondrial,
OCUlTe dilatación del retÍCulo endoplásmico y de las crestas
mitocondriales, que se acompaña de una pérdida de K y una
inhibición de la síntesis proteica. Estructuralmente, aumen-
tan las bulas en la membrana y se inhibe en gran medida la
función mitocondrial (figura 11).

Figura 12. En la etapa IV el ingreso de calcio a la célula produce efectos


muy lesivos.
1I En las etapas V a VII, "simplemente" se continúa la cascada.
Como en un efecto dominó, se rompen los lisosomas y de-
más estructuras celulares, llegando finalmente a la necrosis
(figura 13).

Edema cel"ular

Figura 11. La falla en la bomba Na/K ATPasa permite la entrada del Na a


la célula,
nsolidación
La etapa IV, denominada por Trump, "la transición a tra-
vés de la etapa de no retorno", se caracteriza por la acen-
tuación de los fenómenos de edema celular, mitocondrial y
del retículo endoplásmico, reducción de la síntesis proteica
y pérdida de potasio. Sin embargo, el elemento central es el Figura 13. Después de la fase IV se produce un efecto dominó,
ingreso de un exceso de calcio a la célula, que de persistir,
tiene consecuencias catastróficas para la supervivencia celu- En resumen, digamos que, los insultos isquémicos o hi-
lar. En efecto, cuando el ingreso de Ca es masivo, se satura póxicos ocasionan una disminución del V0 2 y de la produc-
la calmodulina, formándose un complejo calcio-calmodulina ción de ATP, que, si son lo suficientemente intensos, condu-
que produce efectos muy lesivos: cen a la muerte celular a través del desalTollo de 7 etapas. La
a. Activa fosfolipasas que hidrolizan los fosfolípidos de las etapa IV o etapa de no retorno, identifica el momento en el
membranas cual la lesión celular se hace irreversible.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Un alto en el camino: Intentemos trasladar La respuesta al estrés: un mecanismo para lograr


algunos de estos conceptos a la clínica la supervivencia
El VOl es un concepto central para la comprensión de las Los sistemas de defensa del ser humano frente a la lesión
consecuencias del choque. La disminución de la peIfusión están compuestos por una serie de mecanismos adquiridos
tisular que es capaz de producir una disminución del VO') que evolutivamente y que tienen como propósito fundamental el
puede llevar a la muerte celular, tal como se ha disclltido. logro de la supervivencia. Al mirar el desanollo evolutivo
De ello, debe quedar claro que, la medida terapéutica más de la respuesta al estrés, se encuentra información, muy útil,
importante que debemos emprender es intentar restaurar el para comprender el desarrollo y consecuencias del estado de
aporte de 02 a la mitocondria, de tal manera que se reanude la choque.
producción de ATP, es decir que se restablezca el VOl' En el proceso de vivir, el animal está sometido a múltiples
Por otro lado, ha quedado bien establecido que los reque- amenazas por parte de su entorno y la primera defensa ne-
rimientos de ATP y por tanto el nivel de V0 2 requerido por un cesaria para sobrevivir es enfrentar la lucha o emprender la
paciente, están determinados por el balance energético celu- huída. Consecuente con ello, la evolución comenzó dotando
lar. Es decir, es el estado interno del organismo quien estable- a los organismos vivientes de la época, con un instrumento
ce su nivel óptimo de V0 2 para asegurar su funcionamiento metabólico capaz de prepararlos para ello. Surgieron así las
armónico y en consecuencia, nuestra función terapéutica será catecolaminas, sustancias que son utilizadas como un "códi-
la de proveer esa cantidad de 02' En ese sentido, nuestra obli- go" universal, para despertar reacciones múltiples.
gación es "cumplir el mandato del organismo". Una vez liberadas a la circulación como respuesta a un es-
Esta concepción nos permite zanjar una vieja discusión, tímulo estresante, las catecolaminas producen en el organismo
que a la luz de estos conocimientos es bizantina. Nos referi- una serie de cambios que, en su conjunto, están destinados a
mos a la "pelea" entre quienes dicen que hay que aumentar elevar el aporte de 02 a los tejidos. Es "como si el organismo
el aporte de 02 a los tejidos por encima de los parámetros ba- supiera" que se avecina un aumento importante en sus necesi-
sales y quienes se niegan a aceptar este principio terapéutico. dades de ATP y en consecuencia se prepara para ello.
En efecto, no es el médico quieI'l establece el VOl óptimo, ni El corazón estimulado aumenta su contractilidad y su fre-
quien determina el aporte óptimo de 02' El paciente, "cono- cuencia, aumentando así el gasto cardíaco (OC). El aumen-
cedor" de sus necesidades metabólicas, establece una necesi- to en la intensidad y frecuencia de la respiración ofrece la
dad de 02 y determina, de acuerdo a su capacidad para utili- cantidad de aire suficiente para satisfacer el OC aumentado
zarlo, la ca~ltidad que debe aportarle su sistema circulatorio. y así proveer del oxígeno necesario para el aumento que se
La labor del médico es, en primer lugar, tratar de identificar avecina en el V0 2• La piel sufre vasoconstricción intensa que
el parámetro óptimo para cada paciente y obrar en conse- disminuye notablemente las pérdidas energéticas. Las pupi-
cuencia con el apoyo cardiopulmonar necesario para cumplir las dilatadas proveen de un mejor campo visual. La supresión
con esa meta. Como se verá más adelante, existen formas de la contractilidad intestinal ofrece un ambiente libre de la
para identificar las necesidades del paciente y cuantificar así presión de la eliminación, para poder "dedicarse enteramen-
el aporte necesario. te a la defensa". El riñón se "constriñe" supuestamente para
U na segunda aplicación a la clínica de estos conceptos tie- evitar una pérdida innecesaria del volumen intravascular, en
ne que ver con la introducción de la variable "tiempo" dentro momentos en los que éste es prioritario. Desde el punto de
de las consideraciones terapéuticas. Los trabajos de Trump vista metabólico, los cambios producen un aumento de sus-
permiten concluir que las medidas terapéuticas para favore- tratos energéticos circulantes, que complementan el aumento
cer el aporte de 02 a la mitocondria, se deben realizar antes del aporte de 02 (10):
de que se traspase la etapa de no retorno (11). No en vano, 1. Hiperglicemia: se activan fosf0rilasas que rompen el glu-
muchos autores insisten en la necesidad de actuar con pronti- cógeno hepático y muscular. A su vez, las catecolaminas
tud frente a un cuadro de choque. Los trabajos de Wilson son activan la glucosa 6 fosfatasa que se encarga de defosfori-
claros en advertir sobre un gran aumento en la mortalidad lar la glucosa-6-fosfato, liberando glucosa que difunde al
final (a 25 días), cuando el período de hipotensión dura más torrente circulatorio.
de 30 minutos. Debe señalarse que, como la muerte frecuen- 2. Hiperlactaternia: en el músculo, no existe glucosa 6 fos-
temente sucede distante en el tiempo de la reanimación ini- fatasa y por lo tanto, la glucosa-6-fosfato, producto de la
cial (25 días), rara vez se reconoce como consecuencia de un ruptura del glucógeno queda "atrapada" dentro de la cé-
fallo temprano en el proceso de aumentar el VOl del paciente lula. La glucosa entonces se transforma en piruvato y éste
(12). en lactato, produciéndose una hiperlactatemia, que, como
En la práctica entonces, la reanimación del paciente en esta- puede entenderse, nada tiene que ver con la hipoperfusión.
do de choque debe incluir las nociones de intensidad y tiempo. 3. Aumento de los ácidos grasos libres: por efecto de las ca-
Es decir, dejemos desde ahora planteado que la intervención tecolaminas, se activan lipasas tisulares que liberan áci-
terapéutica debe ser lo suficientemente intensa como para 10- dos grasos libres y glicerol.
gnu: restaurar el V0 2 en el menor tiempo posible. La traduc- 4. Hipercetonemia: como el sistema oxidativo hepático no
ción en acciones de este principio se verá más adelante. es estimulado por la epinefrina, los ácidos grasos libres
1/CHOQUE

trasportados al hígado sufren oxidación parcial y generan 2. Piruvato carboxilasa (PC) y fosfoenolpiruvato carboxi-
cuerpos cetónicos. quinasa (FEPCQ) (14, 15): su concentración aumenta
varias veces en las siguientes 48 horas. Como el paso de
Durante esta primera aproximación a la defensa, se presen- fosfoenolpiruvato a piruvato es irreversible, no permite la
taron problemas que a la postre no permitían la superviven- utilización del piruvato formado a partir de ciertos ami-
cia más allá de. unas pocas horas. En efecto, el aumento no noácidos, para formar glucosa. La solución está enton-
controlado de la glicemia, generó un consumo exagerado y ces en este par de enzimas, la primera de las cuales (PC)
fútil del azúcar circulante por parte del músculo, que llevaba permite convertir el piruvato en oxalacetato y la segunda
rápidamente a un agotamiento de este sustrato necesario para (FEPCQ) sintetiza fosfoenolpiruvato a pmtir del oxalace-
la producción de ATP, sobre todo en órganos vitales como el tato. Es decir, inicia la reversión de la glicólisis.
cerebro. Como consecuencia de este agotamiento del sustrato 3. Fructosa 1,6 difosfatasa (16): acelera la producción de
metabólico, venía un deterioro sustancial en la transforma- fructosa-6-fosfato que luego es transformada en glucosa.
ción de energía, que no siendo compatible con la vida, lle- 4. Glucosa-6-fosfatasa (16): esta enzima origina una marca-
vaba al animal a la muerte, pocas horas después del insulto da reversión de la glucólisis y convierte carbonos protei-
inicial. cos en glucosa libre.
El siguiente paso evolutivo fue entonces la creación de un
mecanismo regulador de la glicemia. Surge entonces la insu- En síntesis, la fase péptido esteroidea asegura la producción
lina. Es muy interesante que, siendo la insulina una hormona continuada de glucosa a través de la gluconeogénesis y pro-
anabolizante, aparezca en momentos en los que se imponen vee así del principal sustrato para la supervivencia a más lm"-
recursos catabólicos. La insulina estimula la síntesis de molé- go plazo. Como la vida media de las enzimas sintetizadas es
culas grandes, principalmente glucógeno, grasas y proteínas, mucho mayor que la de las catecolaminas, continum"án ac-
pero no inhibe las enzimas de la glicólisis. Estas acciones tuando incluso después de que han bajado los niveles de las
se traducen en una resíntesis de glucógeno con disminución hormonas que indujeron su síntesis y su acción se extiende
de la hiperglicemia, la síptesis de grasas con reducción de la por varios días. Debe señalarse sin embargo que, a pesm" de
cetonemia y la incorporación de aminoácidos en proteínas. que la fase péptido estero idea fue y sigue siendo una solución
El efecto final es entonces un retraso en el agotamiento de para la supervivencia, impone un impOltante riesgo para el
las reservas de azúcar y una prolongación del tiempo de su- organismo. En efecto, la proteólisis continuada, que se hace
pervivencia. a costa de la masa muscular, es en realidad un proceso de
Lamentablemente, este ingenioso mecanismo no logró autofagia. Por otro lado, dadas las inevitables ineficiencias
promover la supervivencia más allá de las primeras 24 horas, metabólicas, el balance energético de la proteólisis es defici-
puesto que finalmente, terminan agotándose las reservas de tario. Se estima que por cada 400 kcal teóricamente derivadas
glucógeno. de la proteólisis de 100 gramos de proteínas, se recuperan
El problema era, entonces, encontrar un mecanismo que 222 en glucosa y 135 en grasa, con una pérdida neta de al-
permitiera una mayor supervivencia y que necesariamente rededor del 10% de la energía. Si estas dos "colaterales" no
implicaba una provisión más prolongada de glucosa para son corregidas, la fase péptido esteroidea acabm"á, pm"adóji-
preservar la función cerebral. De nuevo, la evolución "saca camente, produciendo lo que inicialmente impidió: la muerte
un as de la manga" y crea la fase péptido-esteroidea, que co- del animal (10).
mienza simultánea con la fase catecolamínica, pero que tiene En resumen, la evolución dotó al organismo viviente de
sus efectos en etapas más tardías del estrés. los mecanismos necesm"ios para sobrevivir después de una
Las hormonas de esta fase son ACTH, cortisol y hormona injuria. Estos mecanismos pueden clasifi~arse en dos grandes
del crecimiento. Estas sustancias, además de sus acciones di- etapas. La Fase 1 o catecolalllÍnica a través de sus media-
rectas, estimulan la síntesis de 5 enzimas que producen una dores (catecolamin~s e insulina) provee de los instrumentos
rápida proteólisis y una reversión de la glucólisis. ¡Magistral! necesm"ios para la supervivencia a corto plazo. La fase II o
No había otra solución. Con el glucógeno agotado y con una péptido esteroidea que actúa a través de sustancias de vida
incapacidad para transformar lípidos en azúcar, la única solu- media más lm"ga, permite prolongar dicha supervivencia por
ción era recurrir a las proteínas, como sustrato para producir varios días.
glucosa (gluconeogénesis). Las enzimas sintetizadas son: Debe señalarse que la ruta trazada por la evolución pm"a
1. Proteasa: su concentración aumenta mucho en algunas logrm" la supervivencia del organismo es el aumento de la dis-
horas y produce hidrólisis de proteínas, aumentando el ponibilidad de 0,) y nutrientes, todos ellos destinados a incre-
"pool" de aminoácidos libres (13). Los aminoácidos no mentm" la produc-ción de ATP, pm"a satisfacer las necesidad~s
esenciales son sustratos para la gluconeogénesis. Los metabólicas incrementadas. En términos clínicos, la evolución
esenciales son fuente de cetonas o son oxidados directa- nos ha mostrado que la única forma para lograr la superviven-
mente. Por cada 100 gramos de proteína hidrolizada se cia es asegurando el Vo,) del organismo y que pm"a ello, la vía
producen 60 gramos de glucosa y 15 gramos de cetonas. es el aumento del aporte-de O 2 y'ótros sustratos a la célula.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Un homenaje a Cuthberston mucho mayor y por tanto, la respuesta persiste en el tiempo,


En la plimera mitad del siglo anterior el doctor Cuthberston aunque haya cesado el estímulo inicial. Así, podemos encon-
nos ofreció una elegante visión de los cambios del paciente trar una primera etapa que denominamos de activación y que
en choque, con planteamientos que no han sido sustancial- conesponde a la inducción enzimática que, en la medida en
mente modificados a pesar de los adelantos de la investi aa- que va aumentando su concentración, va aumentando tam-
/;)

ción médica (17). bién su acción. Una vez llegado el pico de concentración-
En breve, se describen dos fases bien diferenciadas por acción, si no hay un estímulo adicional, disminuye su con-
las cuales atraviesa un paciente durante su respuesta a una centración, produciéndose un abatimiento de la respuesta
lesión. (17,18) (figura 15).

Figura 15. Fase Flow.

En esta figura hemos resumido la relación existente entre


los mediadores de inflamación, que han ocupado un papel
Figura 14. Fases de Cuthberston. importante en la explicación de los cambios que se suceden,
en etapas avanzadas de la respuesta a la lesión, lo que se dis-
La primera fase o fase EBB es una etapa de depresión me- cutirá en detalle posteriormente. En efecto, tal como lo resu-
tabólica general, en la cual el fenómeno energético central me Pinsky las cito quinas proinflamatorias (TNF, IL 1, IL2)
es una disminución en el VO). Esta depresión, ante la cual inducen una respuesta, cuya acción puede ser contranestada
el organismo pone en marcha -la respuesta inicial de alarma, por las citoquinas antiinflamatorias (IL8, ILI0), producien-
descrita arriba como fase catecolamínica, es consecuencia do un efecto similar al descrito por Cuthberston como fase
de las pérdidas ocun'idas durante la hemorragia y tiene una flow. Obviamente, este enfoque no sustituye la explicación
duración variable, pero que en general se relaciona con la enzimática, pero la complementa, agregando el componente
intensidad y duración del insulto. inflamatorio que se ha encontrado en las investigaciones pos-
A la fase EBB, le sucede la fase flow, que como su nombre teriores y que de acuerdo con Pinsky, se trata de un "escape"
lo indica aparece como una etapa de expansión, durante la de la respuesta inflamatoria local, que se disemina en todo el
cual la característica fundamental es un aumento del VO? y sistema, produciendo la llamada "Inflamación' intravascular
del aporte de sustratos a la célula. - aguda maligna" (19) (figura 16). '-',
Nos impresiona ver la vigencia actual de los planteamien-
tos de Cuthberston. Nuestra propia experiencia clínica nos
ha permitido constatar, paciente tras paciente, que estas fases
se reproducen. Por otro lado, en la medida en que la inves-
tigación avanza, se han agregado explicaciones bioquímicas
y fisiológicas que, lejos de contradecirlo, lo confirman. Un
ejemplo de ello, se puede observar en las si auientes fi /
/;)
auras
;)'

en las cuales esquematizamos nuestra propia elaboración so-


bre los conceptos más actuales (figuras 15, 16, 17).
La fase flow sigue una progresión en el tiempo. Su activa-
ción sucede en el momento de la injuria, pero, como se dis-
cutió a propósito de la fase pétptido-esteroidea, se manifiesta
un poco más tarde que la fase catecolamínica (EBB), dado o .. ' 5 6
que actúa induciendo algunas enzimas, cuya síntesis toma un
tiempo. Además, la vida media de estas enzimas inducidas es
Figura 16. Fase Flow, mediadores de la inflamación.
1/CHOQUE

Finalmente, nos parece que la propuesta l~eciente, en un artÍ- medidas necesarias para restaurar el V0 2 con el propósito
culo póstumo, propuesto en homenaje a Roger C. Bone, puede de restaurar la carga energética.
también se analizada a la luz de la fase flow (20). La activación 3. En la etapa inicial del choque, no basta con recuperar la
inicial, se asocia con las citoquinas proinflamatorias y ocasiona carga energética: los estudios de Trump sobre los cambios
una respuesta inflamatoria sistémica (SIRS). Cuando aparecen celulares, los estudios de Ozawa y de Atkinson sobre la
las cito quinas antiinflamatOlias y todavía persisten las proin- carga energética y la experiencia clínica, dan el apoyo su-
flamatOlias, la respuesta se "balancea" (MARS). Finalmente, ficiente como para asegurar que si la restauración del V0 2
el predominio de las antiinflamatOlias hace que la respuesta se hace demasiado tarde, no se logrará rescatar al paciente
disminuya progresivamente (CARS) (figura 17). de las consecuencias de la lesión. En términos clínicos
esto significa que si la recuperación del estado de choque
no se logra dentro de los primeros 30 minutos, se dismi-
nuye grandemente la probabilidad de vida del paciente.
En consecuencia, a la recuperación de la carga energética,
debemos agregarle un apellido: Pronta.
4. El aporte de 02 y nutrientes a la célula es el principio
terapéutico fundamental: la evolución nos ha trazado la
ruta para ayudar a los pacientes en choque. En efecto, el
análisis de los fenómenos fisiológicos y metabólicos ocu-
n"idos durante las fases iniciales del estado de choque nos
muestran que el éxito evolutivo se logró implementando
5 medidas que conducen a restaurar la producción de ATP.
La respuesta del organismo es un incremento en la dispo-
Figura 17. Fase Flow, respuesta inflamatoria. nibilidad de 02 y nutrientes a la célula yen consecuencia,
una buena aproximación terapéutica es seguir la "línea
Esta comprensión de las complejas interacciones que se pro- evolutiva": apoyar el aparato cardiopulmonar.
ducen en etapas avanzadas del choque es la que nos ha impulsa- 5. Puede no ser suficiente con una reanimación inicial exi-
do a titular esta sección como un homenaje a Cuthberston. tosa: los estudios de Trump sobre los cambios celulares
muestran que una vez iniciada la lesión, la disfunción de
¿Cómo utilizar en la clínica estos conocimientos las bombas iónicas generan un edema celular, por su inca-
sobre la respuesta del organismo? pacidad para extraer el Na. Si vamos un poco más allá del
El reconocer las consecuencias de la injuria en el organis- simple concepto patológico, nos daremos cuenta de que el
mo y los pasos que la evolución ha diseñado para lograr la líquido que produce el edema celular, proviene del inters-
supervivencia, nos permite sentar las bases para estructurar ticio y que éste a su vez, se nutre del espacio intravascular.
un programa terapéutico coherente para evitar la muerte de Este fenómeno puede ocasionar una disminución del vo-
nuestro paciente acosado por un episodio de choque. De este lumen circulante, por virtud de esta "fuga hacia adentro"
conocimiento podemos aceptar las siguientes nociones: y reducir de nuevo el VO}. La consecuencia más peligrosa
1. No es suficiente con el control de la injmia inicial: aunque sería un nuevo deterioro en la carga energética, con grave
el control de la causa desencadenante es una acción sin la amenaza de la supervivencia.
cual no es posible salvar el paciente, esta sola acción puede 6. Después de la recuperación inicial, "a Qios rogando y con
no ser suficiente para lograr la supervivencia definitiva. En el mazo dando": las d~scripciones sobre los fenómenos
efecto, los cambios producidos por la lesión inicial pueden ocmTÍdos después de que se ha superado el efecto inicial de
no ser adecuadamente compensados por la respuesta cate- la injmia nos mm;stran que durante la fase péptido esteroi-
colarnínica inicial, de tal manera que el organismo no logre, dea, o fase flow de Cuthberston, el organismo responde con
por sí mismo restaurar, con la prontitud que se requiere, la un período de expansión del VO} y del aporte tisular de 02
carga energética disminuida. Si este fuera el caso, la única y nutrientes. Sin embargo, tal como se señaló en la sección
forma para evitar la muerte del paciente es interviniendo respectiva, esta respuesta ocasiona un balance energético
directamente con el objeto de ayudar al paciente a lograr el negativo que puede impedir la recuperación completa. Du-
equilibrio energético perdido. rante esta fase, es nuestro papel tratar de cOlTegir esta pér-
2. La recuperación de la carga energética requiere una re- dida neta de energía y apoyar al organismo para que "salga
cuperación del V0 2: el análisis fisiológico y metabólico de ésta" con el menor compromiso posible.
de los cambios ocurridos durante la primera fase del cho-
que, llámese fase catecolam.ínica, reacción de alarma o las definiciones de choque
fase EBB, muestra con claridad que la restauración de la
"Una pausa momentánea en el acto de morir, caracterizada
producción de ATP es la forma más adecuada de superar
por un pulso periférico imperceptible o filiforme y un sudor
la crisis. En consecuencia, el clínico debe implementar las
frío y pegajoso". (John Collins Wanen, 1895).
SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 13
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

"Palla circulatoria periférica resultante de una discrepan- blecida de la perfusión tisular y, a partir de ella, se han esta-
cia entre el tamaño del lecho vascular y el volumen de líquido blecido sus consecuencias y mecanismos de respuesta fren-
intravascular" (21). te a las mismas. Sin embargo, estos fenómenos, comunes a
El choque existe cuando "el gasto cardíaco es insuficiente toda forma de choque, no permiten enfrentar, con solvencia,
para llenar el árbol arterial con sangre a suficiente presión, el diagnóstico de la génesis de la hipoperfusión y por tanto,
para proveer un adecuado flujo sanguíneo a los órganos y a no facilitan la labor de estructurar una estrategia terapéutica
los tejidos" (Simeone, 1964) (22). apropiada en las etapas tempranas.
"Una respuesta desordenada del organismo a un balance Es útil entonces, intentar separar las causas del síndrome
inapropiado del aporte de sustratos y la demanda, a nivel ce- de choque, de tal manera que permita hacer un reconocimien-
hIlar" (Cerra, 1983) (23). to temprano y emprender un tratamiento causal del fenómeno.
"U n estado en el que una profunda y generalizada reduc- Debe señalarse, sin embargo, que no es infrecuente encontrar
ción de la perfusión tisular efectiva lleva primero a una lesión superposiciones, que deben tenerse en mente, para no dejar
celular reversible, y luego, si se prolonga, produce lesión ce- pasar desapercibidos fenómenos asociados, que eventual-
lular irreversible" (Kumar y Parrillo, 1995) (24). mente nos hagan fracasar en nuestro intento de producir un
"Es un síndrome clínico agudo, iniciado por una perfusión resultado satisfactorio. Este sería el caso, por ejemplo, de un
inefectiva que resulta en un disfunción severa de órganos vi- choque iniciado por una hipovolemia, que secundariamente
tales para la supervivencia" (Jiménez, 1999) (1). afecta la pelfusión miocárdica y desencadena una falla car-
Éstas, y posiblemente muchas otras definiciones de cho- díaca asociada, que de no ser reconocida, puede llevar a per-
que, intentan, según cada autor, enfatizar lo que es para ellos sistir innecesariamente en el tratamiento con volumen frente
el elemento central del síndrome de choque. En todas ellas, a una insuficiente respuesta del paciente. Con esta salvedad,
el énfasis está en una alteración de la perfusión. intentemos ahora aproximarnos a una clasificación de los es-
Por otro lado, cuando evaluamos "la definición de choque" tados de choque.
preestablecida en muchos, si no todos los artículos sobre es- Un enfoque a nuestro juicio útil es el que clasifica en cho-
tudios del síndrome, constantenlente leemos: "Se tomaron que en 4 grandes categorías, de acuerdo a sus características
pacientes con una presión arterial sistólica < 90 ...". En estos, cardiovasculares: hipovolémico, cardiogénico, obstructivo
el énfasis está en la presión como elemento definitorio. extracardíaco y distributivo (figura 18).
Aunque parezca superfluo, creemos oportuno hacer algún
comentario. En efecto, el fenómeno predominante en el esta-
do de choque es la alteración de la perfusión tisular con dete-
rioro del V0 1 . Si examinamos con algún detalle la pelfusión cación
tisular, rápidamente notaremos que en ella influyen varios
factores: el volumen transportado, La fuerza con la que es
transportado y la distdbución periférica del mismo. Es decir, HiJ)O"Oltémi,co
que la pelfusión insuficiente incluida en la definición de cho-
que puede ser causada por uno o varios de los condicionantes rdiogénico
señalados.
Ahora bien, dependiendo del autor, éste puede o no incluir,
dentro de la definición alguno de estos condicionantes de la
bstructivo
perfusión y por tanto, puede haber diferentes definiciones, de
acuerdo al tópico que el autor quiera resaltar. Distributivo
Pensamos que el elemento central de una adecuada defi-
nición de choque es la alteración de la perfusión, sea que se
denomine "inefectiva", "deficiente" o "inadecuada". Figura 18. Clasificación del choque.
Por otro lado, si se quiere incluir dentro de la definición el
rasgo fisiopatológico que ocasiona la alteración de la pelfu- Esta clasificación, atribuida por Kumar y Parrillo a Hinshaw
sión, entonces pensamos que se deben incluir todos ellos. Un y Cox (25), y por Jiménez a Weil y Shubin (1), en realidad
ejemplo podría ser: Una alteración de la pelfusión tisular, cau- fue propuesta por estos dos últimos en el libro editado por
sada por disminución del flujo o una disminución de la presión Hinshaw (25) y, a nuestro juicio tiene su base en los plantea-
o por una alteración de la distribución perifédca del flujo. mientos de Blalock en 1934, con alguna aI'andela adicional.
El problema que encontramos en esta clasificación es el de
El choque desde el punto de vista "Macro": dejar por fuera algunas formas, que aunque menos frecuen-
Génesis y reconocimiento tes, no son menos importantes, como la anafilaxis, el choque
neurogénico y la falla SUpraITenal. Sin embargo, concorda-
La discusión que hasta el momento se ha desaITollado descri-
mos en la apreciación de Kumar y Jiménez (1, 24) en que, es
be lo que se podría llamar la "vía final común". En efecto, se
sencilla y clínicamente útil. Invito al lector a revisar breve-
ha tomado como punto de partida una disminución ya esta-
1/CHOQUE

mente los elementos centrales de cada una de las formas de La sepsis produce una alteración de la permeabilidad ca-
choque establecidas en esta clasificación. pilar que promueve el paso de agua y electrolitos hacia el es-
pacio intersticial, depleta el espacio intravascular y ocasiona
El choque de origen hipovolémico una hipovolemia.
El elemento característico central es una disminución del El choque de cualquier etiología, que produce una disfun-
retorno venoso, originado en una disminución del volumen ción de las bombas iónicas celulares,· produce secundaria-
intravascular efectivo (figura 19). mente una "corriente de salida" desde el espacio intersticial
hacia el intracelular, ocasionando así el edema celular descri-
to por Trump (11). Esta salida de agua del espacio intersticial
disminuye la presión hidrostática del intersticio y promueve
ico la salida de agua y electrolitos desde el espacio intravascular,
produciendo la hipovolemia.
Disminución Estos dos últimos procesos imponen un reto diagnóstico
Característica para el clínico, porque, como podrá comprenderse, cursan
del retorno con edema intersticial y/o celular. El paciente entonces podrá
venoso aparecer edematizado, incluso severamente, pero su espacio
intravascular se encuentra escaso de volumen. La presen-
cia de edema generalmente orienta al clínico a suponer un
exceso de volumen circulante y a proceder con medidas de
Causas Pérdida restricción del aporte y promoción de la diuresis (frecuente-
mente con diuréticos), lo que agrava la hipovolemia existente
y puede poner en grave riesgo la vida del paciente.'
Figura 19. Características y causas del choque hipovolémico. La pérdida del tono vascular venoso, se conoce como "au-
mento de la capacitancia" y no produce una pérdida "real"
Esta disminución del volumen intravascular puede ser del volumen circulante, pero sí ocasiona una disminución del
analizada a la luz de 3 grandes pérdidas: retorno venoso. En estos casos, el problema radica en un au-
a. La pérdida de sangre mento del continente, sin aumento del contenido y produce
b. La pérdida de agua (y electrolitos) una disminución de la presión que ejerce la circulación pe-
c. La pérdida del tono vascular (principalmente venoso) riférica para impulsar el retorno venoso, la llamada presión
(25). No es necesario hacer un comentario adicional a la circulatoria media (Pcm), que se discutirá más adelante. Esta
pérdida de sangre. disminución de la Pcm produce una caída del retorno venoso,
ocasionando un efecto "hipovolémico". Los agentes vasodi-
En cuanto a la pérdida de agua (y electrolitos) se debe seña- latadores venosos y la lesión raquimedular, son ejemplos de
lar que, además de las pérdidas obvias externas por el tubo causas comunes de este fenómeno. Vale la pena señalar que
digestivo, el riñón, la piel etc., existe una "pérdida interna" en la sepsis se producen agentes vasodilatadores que pueden
que con frecuencia pasa inadvertida para muchos autores, agravar la hipovolemia producida por alteración de la per-
pero que es de importancia capital en la consideración de la meabilidad capilar. Este es un ejemplo de la "superposición
hipovolemia que se observa en el paciente crítico. Me refiero etiológica" de la que hablamos al comienzo de esta sección
a las "corrientes de salida" que se producen desde el espacio (1, 24). "
intravascular hacia el intersticial y que se observa con espe- La característica hemodinámica princip~l del choque hipo-
cial frecuencia en 2 condiciones (figura 20). volémico es la disminución'del retorno venoso que a su vez
reduce el volumen de ,llenado ventricular y, por este mecanis-
mo disminuye el gasto cardíaco. En consecuencia, la clave
Choque hipovolémico para su reconocimiento es la demostración de la reducción
en el volumen de llenado ventricular. Ante estas anomalías el
organismo responde liberando catecolaminas y como conse-
cuencia de ello, se elevan las resistencias periféricas.
Interna Se debe reiterar, además, que independientemente de la
Externa
causa, cuando la hipoperfusión ha llevado al compromiso de
las bombas iónicas, se producirán los fenómenos descritos de
Piel Sepsis edema celular y de salida de líquido desde el espacio vascular
Riñón Bombas y en esa forma producirse un estado de hipovolemia, en un
~~G~stro l. ~ ~~.~.~~~ iónicªs.~_._
... paciente que por lo demás no tenía, de base, una disminución
del volumen. En un ejemplo extremo, el paciente con choque
Figura 20. Choque hipovolémico. Pérdida de agua. cardiogénico, podría "entrar" en un estado de hipovolemia,

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 15


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

cuando no se logró controlar el efecto deletéreo· de la hipo- La característica hemodinámica fundamental de este tipo de
perfusión sobre la actividad de las bombas iónicas. choque es una disminución "primaria" del gasto cardíaco que
El estudio hemodinámico revela un patrón característico ocasiona la hipoperfusión. Esta insuficiencia de la bomba
en la hipovolemia: disminución de las presiones de llenado, cardíaca se traduce en un aumento del llenado ventricular,
disminución del índice cardíaco y aumento de las resistencias particularidad que lo diferencia el choque hipovolémico.
periféricas, patrón que se esquematiza en la figura 21. Existe una condición capaz de originar choque de origen
cardiogénico, pero que rara vez se considera como tal. Me
refiero a un grupo de pacientes quienes, en el curso de la en-
Choque hipovolémico fermedad, desarrollan una disminución de la presión de per-
fusión coronaria. En estos pacientes, la baja perfusión coro-
naria produce una disminución del aporte de 02 al miocardio
Llenado y puede originar un desacople entre el aporte y consumo de
(PVC, PcP) 02 del miocardio, con isquemia subsiguiente. Esta isquemia,
generalmente larvada, ocasiona una depresión de la contrac-
Vaciado ción cardíaca que puede llevar al choque cardiogénico.
(18,IC) La característica principal de este fenómeno es una dis-
minución progresiva de la función de bomba. Con mucha
Resistencia frecuencia se trata de un paciente sin enfermedad cardíaca
previa y que sufre un insulto agudo. Durante el tratamiento
se observa que "va requiriendo" dosis cada vez más altas de
Figura 21. Patrón hemodinámico de la hipovolemia. inotropos para mantener su función contráctil. Algunos han
invocado el fenómeno de "down regulation" de los receptores
El choque de origen cardiogénico beta cardíacos para explicar este deterioro de la efectividad
La característica básica es una falla del corazón como bomba. de los inotropos. Sin desconocer esta anomalía, es necesario
Esta disminución de la función de bomba puede analizarse a evaluar la perfusión miocárdica antes de recUlTir a ella, pues-
la luz de 4 grandes grupos de compromisos: to que con frecuencia, en la génesis de la insuficiencia, se
a. El compromiso agudo de la masa ventricular, cuyo ejem- encuentra una isquemia miocárdica larvada.
plo por excelencia es el infarto agudo del miocardio Reiteremos aquí que, cuando la hipoperfusión altera la
(IAM) función de membrana en la célula, la salida de líquido hacia
b. El compromiso crónico de la masa ventricular, ejemplifi- el espacio intracelular origina una pérdida del volumen intra-
cado en las cardiomiopatías crónicas de cualquier origen vascular, agregando un componente hipovolémico.
que, al avanzar, desencadenan el estado de hipoperfusión El patrón hemodinámico característico es un aumento de
c. El compromiso mecánico del aparato cardíaco, cuyos las presiones de llenado asociado a una disminución del gas-
principales representantes son las valvulopatías, las mal- to cardíaco y una elevación de las resistencias sistémicas tal
formaciones cardíacas y las comunicaciones intracardía- como se resume en la figura 23.
cas no compensadas
d. El efecto de agentes depresores sobre el corazón, como
bloqueantes beta y del calcio, o agentes endógenos como Choque
el factor depresor del mioc~rdio (24) (figura 22).
Patrón hemodiná,mico
llenado
(PVC, PcP)
Choque cardiogénico Vaciado
(15,IC)
Disminución
de la fuerza
Característica ventricular Resistencia
k'~~i&~""" <" <~- ""'' ' a>,,,,,,,,, - ~'*"" "~

A2lsqu~miél ag~~_~
=====~=

Causas A~~~!:EHom ~o~atías Figura 23. Patrón hemodinámico del choque cardiogénico.

~~~~~lv_lI~~~p~!~~s__ w¿szy
El choque de origen obstructivo
Depresores
Como su nombre lo indica, el elemento genético central es
una obstrucción al flujo ventricular y, al menos en su fase
Figura 22. Características y causas del choque cardiogénico. inicial, no existe una depresión cardíaca primaria (1, 24).
1/CHOQUE

La causa del proceso obstructivo se puede clasificar en 2 presiones de llenado, disminución del gasto cardíaco y eleva-
grandes grupos: ción de las resistencias periféricas (24) (figura 25).
a. Alteraciones al fiujo de entrada a la cámara ventricular,
dentro de las cuales se encuentran, entre otros, el tapona-
miento cardíaco, el neumotórax a tensión, las grandes ma- Choque obstructivo
sas mediastinales y los denames pleurales de gran mag-
nitud, cuyo efecto se produce por restricción del llenado Patrón hemodinámico
diastólico ventricular
llenado
b. Las obstrucciones al fiujo de salida, dentro de las cua-
(PVC, PcP)
les se encuentran, entre otras el embolismo pulmonar, la
hipertensión pulmonar no embólica, las obstrucciones Vaciado
arteriales importantes (síndrome de Leriche agudo) y la (15,IC)
disección aórtica.

El efecto fundamental es una disminución del gasto cardíaco. Resistencia


Cuando la obstrucción es al ingreso del fiujo, la disminución
del gasto cardíaco es secundaria a una disminución del retor-
no venoso, por reducción del gradiente entre Pcm-Pvc. Sin Figura 25. Patrón hemodinámico del choque obstructivo.
embargo, a diferencia del choque hipovolémico en el que el
desorden primario es una reducción de la Pcm, en este caso Creo conveniente reiterar la necesidad de diferenciar la
la disminución del gradiente es causado por un aumento de génesis de este patrón. Como se verá más adelante, al menos
la PVC (figura 24). en etapas iniciales no está comprometida la contractilidad
y por tanto, el esfuerzo terapéutico debe orientarse en otro
sentido. En el caso de la obstrucción al fiujo de entrada, el
cuadro predominante es una disminución del retorno venoso
Choque obstructivo y por tanto, el manejo con inotropos o vasodilatadores arte-
riales no tendrá el efecto esperado. Por otro lado, en casos de
al flujo obstrucción a la salida, la caída del gasto cardíaco se debe a
Característica
una disminución de la fracción de eyección y no a una alte-
ventricular
ración de la contractilidad, de tal manera que el manejo debe
Al ingreso del flujo orientarse a eliminar la obstrucción.
r","=,","",C",",C'''''''éC"CC'~'"'''="='''''''"'''~ (Restri cción)
Ca usas ="""",,,,,==,,,,Z,,,,,,~,,'~,,,,,,,,,,=,,,,=", " El choque distributivo
Al egreso del flujo
(Obstrucción) La característica central de este tipo de choque es una reduc-
ción de la resistencia arterial periférica (1, 24).
La patología que por excelencia ejemplifica este cuadro
Figura 24. Características y causas del choque obstructivo.
es la sepsis. Sin embargo, otras causas de vasodilatación sis-
témica, como el choque medular o la ~nafilaxia, pueden ser
Por otro lado, cuando la obstrucción es a la salida del fiu- incluidos dentro de este grupo. Además,'~e ha señalado que
jo ventricular, la disminución del gasto cardíaco se origina un componente importante,.de la causa del choque de la insu-
en una reducción de la fracción de eyección, causada por la ficiencia supranenal es una disminución de la "sensibilidad"
obstrucción al fiujo, reducción que, al menos en su fase ini- de los receptores pe,riféricos a la acción catecolamínica, con
cial, no cursa con una disminución de la contractilidad (ver una vasodilatación subsiguiente. Debe señalarse, sin embar-
más adelante). Ahora, como la disminución de la fracción de go, que las lesiones raquimedulares (dentro de las cuales se
eyección produce un aumento del volumen de fin de sístole incluye la anestesia espinal y peridural) también pueden pro-
y esto a su vez incrementa el volumen diastólico, este tipo ducir vasodilatación venosa, produciendo un cuadro de cho-
de choque puede ser fácilmente confundido con el choque que de origen mixto, distributivo e hipovolémico.
cardiogénico y retrasar así el control de la génesis. La reducción de la resistencia vascular aumenta la frac-
De otra parte, como se aumenta el volumen de llenado y se ción de eyección y el volumen sistólico y, por este meca-
reduce el gasto cardíaco, se puede comprometer la perfusión nismo, disminuye el volumen diastólico ventricular. Estos
del miocardio y ocasionar una isquemia que a su vez, depri- cambios originan un patrón hemodinámico caracterizado
me la contractilidad, agregando "un componente cardiogéni- por una elevación del gasto cardíaco, una disminución de las
co" que puede confundir aún más el diagnóstico. presiones de llenado ventriculares y una reducción de la re-
En estos casos, el patrón hemodinámico general es esen- sistencia vascular sistémica, patrÓn este que se conoce como
cialmente igual al choque cardiogénico, con elevación de las "Hiperdinámico" (figura 26).

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 17


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Principios de manejo del síndrome de choque


Choque distributivo Preámbulo
Para comenzar el control de la causa desencadenante del
Disminución síndrome de choque es una condición neces,aria para asegu-
de la resistencia rar la sobrevida. Las medidas terapéuticas que usualmente
vascular
se implementan, son en esencia acciones de soporte, con el
objetivo de proveer las condiciones óptimas de superviven-
cia, pero, de no controlarse la causa, no darán los resultados
esperados.
Causas
En casos de trauma asociado con choque hipovolémico, el
A~~~!~!!!:~':!!!~~"~C'" retraso de la intervención quirúrgica para controlar el sangra-
Raquimedular do aumenta la mortalidad, así el retraso sea para reanimar al
paciente. Esto ha llevado a la recomendación actual de que,
Figura 26. Características y causas del choque distributivo. si el hospital está a una distancia "menor de 15 minutos", es
preferible llevar al paciente directamente a la sala de cirugía
Nótese que, en este caso, no se presenta, al menos al co- e implementar allí, simultáneamente, las medidas de soporte
mienzo, una disminución del retorno venoso. En efecto, el y de control de la hemon-agia.
aumento del gasto cardíaco es el reflejo de un aumento del En igual forma, en casos de choque cardiogénico por in-
retorno venoso y en consecuencia, la disminución de las pre- farto del miocardio, se ha demostrado que, independiente de
siones de llenado no pueden interpretarse aquí como en el las medidas de soporte implementadas, la reperfusión tem-
caso del choque hipovolémico. Como se dijo, el aumento del prana del miocardio disminuye la mortalidad.
volumen sistólico por la vasodilatación, disminuye el volu- Es necesario, sin embargo, ser cautelosos con la interpre-
men fin de sístole y éste a su vez, reduce el volumen diastóli- tación de estas recomendaciones, pues no son válidas en to-
co, con reducción en la presión de llenado, sin disminución dos los casos. Un paciente con peritonitis y choque séptico,
en el retorno venoso. Además, es frecuente observar una dila- por ejemplo, se beneficiará de una reanimación intensa, pre-
tación cardíaca durante la sepsis, proceso que aumenta la dis- via a la cirugía, concepto que apoya un antiguo adagio sobre
tensibilidad ventricular, disminuyendo la presión de llenado la apendicitis: "si el apéndice no se ha roto, se trata de una
sin reducción del volumen diastólico (figura 27). urgencia quirúrgica, pero si ya se rompió, es una urgencia
médica".

111 -lrIIlinlque distributivo Los condicionantes "macro" de la perfusión


El análisis de las respuestas evolutivas a la lesión, nos han en-
Patrón hemodinámico señado que la supervivencia depende de un V0 2 que asegure
una producción de ATP, capaz de restaurar la carga energéti-
ca. Este mismo análisis nos muestra que el organismo actúa
aumentando el aporte de 02 (D0 2) y que este mecanismo,
resultado de varios intentos de la naturaleza, fu~ el que final-
mente tuvo éxito en la restauración de las condiCiones ópti-
mas para la supervivencia.
Como el objetivo central de la reanimación es el logro de
un adecuado V0 2, los esfuei'zos se deben dirigir entonces a
un aumento del D0 2. El D02 es en esencia el 02 efectiva-
mente transportado al entorno celular y en consecuencia, es
Figura 27. Patrón hemodinámico del choque distributivo.
el fruto del oxígeno transportado por el ton-ente circulatorio
y de la capacidad de la célula para utilizarlo.
Sin embargo, el efecto de las sustancias vasodilatadoras
puede comprometer la permeabilidad vascular y ocasionar El transporte del 02
salida de agua y electrolitos desde el espacio intravascular El 02 ingresa al organismo por la vía del pulmón. El pulmón
hacia el intersticial, ocasionando una disminución del volu- se encarga de establecer un gradiente de presiones adecuado
men vascular, sobreviniendo una hipovolemia. Este agregado para que el 02 pueda difundir, desde el espacio alveolar hacia
puede comprometer el gasto cardíaco reduciéndolo, elevar el torrente sanguíneo. ,
las resistencias periféricas secundariamente a los mecanis- En el ton-ente sanguíneo, el 02 es transportado principal-
mos compensatorios catecolamínicos y "convertir el cuadro" mente por la hemoglobina (Hb), quien lo "admite dentro de
en un patrón hipovolémico. sí", por efecto de la PO y Un gramo de Hb completamente
1/CHOQUE

saturado con 02 es capaz de transportar 1,39 mI de 02 (1,34 o por 10 el Ca0 210 estamos expresando mI de 02 por litro, para
1,36 según el autor que se consulte). En otros términos, la Hb poder unificar las unidades de medida.
total transporta 1,39 x gramos de Hb presentes en el plasma. Se puede ahora decir que la base fundamental para el ma-
Adicionalmente, una pequeña cantidad de 02 es traspoi·tada nejo del paciente en estado de choque es el mantenimie,nto
por fuera de la Hb, en la forma de 02 disuelto y cuya canti- del D02' es decir, asegurar que el funcionamiento pulmonar y
dad se relaciona con la p02 y su coeficiente de solubilidad cardiovascular, en conjunto con una "dosis adecuada de Hb"
(0,003). sean capaces de mantener el aporte de 02 para satisfacer las
Es suma, la cantidad de Hb, el grado de saturación de necesidades incrementadas del organismo.
la misma y el 02 disuelto constituyen "la masa de 2" que ° Como podrá comprenderse, el papel del aparato cm'dio-
debe ser enviada a los tejidos O, 25, 26). Esta cantidad de vascular es vital pm'a el adecuado mantenimiento del DOz'
02 contenida en la sangre arterial, se puede estimar matemá- Por esta razón, dedicaremos los siguientes párrafos a su con-
ticamente mediante la siguiente fórmula: O,39 x Hb x Sa0 2) sideración más detallada (figura 29).
+ (0,003 x Pa0 2). La fórmula permite calcular el contenido
arterial de 02 (Ca0 2) y que entendemos como la "masa de
° 2" disponible en la sangre arterial y se expresa en mI de 02
I
por cada 100 mI de sangre (figura 28). 2

GC
C
Figura 29. Variables que intervienen en el aporte de oxígeno (001)'

Bases hemodinámicas para el manejo de los


estados de choque
Figura 28. Curva de disociación de la oxihernoglobina.
El funcionamiento celular depende de una relación expedita
con el medio que la rodea. En los comienzos de la vida, el
El siguiente paso en el proceso es enviar esta "masa de
°2", con la suficiente fuerza y velocidad hacia los tejidos pe- ingreso de nutrientes y el egreso de desechos, se realizaba
mediante interacción directa e inmediata con el medio extra-
riféricos, para que éstos puedan utilizarlos en la producción celular, a través de la membrana celul,ar. En aquella época,
de ATP. De este paso se encarga el aparato cardiovascular. "el espacio extracelulm'" era el mundo qlle,rodeaba a nuestros
El gasto cardíaco (GC) representa la velocidad con la que ancestros unicelulares.
el tOlTente sanguíneo "recolTe" el organismo y por lo tanto Esta forma de intercambio con el medio externo no se
determina la cantidad de 02 que llega al entorno celular. En ha modificado a través del desarrollo evolutivo. Las células
ese sentido, si multiplicamos la cantidad de 02 contenida en actuales, nuestras células, dependen para su subsistencia de
un litro de sangre (Ca0 2) por la velocidad con la que ésta este intercambio continuado e inmediato con el medio exter-
fluye (GC) obtendremos la cantidad total de 02 que llega a no. Sin embm'go, en la medida en la que aumentó la comple-
la célula. jidad del organismo, las células fueron sepm'adas del medio
En resumen, el D02 es un concepto que reúne, en términos externo y fueron "enclaustradas" al interior del organismo,
de mI de 02' la acción integrada del pulmón, la sangre y el con lo que, se impedía su interacción directa e inmediata con
corazón en su propósito de nutrir la célula. La fórmula ma- el medio externo y, en consecuencia, se amenazaba su super-
temática del D02 permite en clínica determinar esta función: vivencia. Para subsanar este impedimento, la evolución creó
el aparato cardiovascular.
D02 =Ca02 x 10 x GC (1,24,26)
El mecanismo es muy ingenioso. La evolución mantuvo
las condiciones originales de "contacto directo" con el medio
Note que multiplicamos el Ca0 2por 10. La razón para ello es
externo, creando el espacio inteÍ-sticial, o mundo "externo"
la siguiente: el Ca0 2se expresa en mI de 0/100 mI de sangre
con el cual la célula se relaciona en forma directa. A su vez,
y el GC en litros por minuto, de tal manera que al multiplicar
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

creó el sistema circulatorio que se encarga de "renovar" el se entiende como la mínima presión necesmia para lograr la
medio externo de la célula (el espacio intersticial) y de "con- perfusión del órgano (24).
tactarse" con el medio externo del organismo, a través de la Con frecuencia, quienes discuten el tema de la perfusión,
piel, el sistema digestivo y el renal. Este sistema circulatorio enfatizan el flujo, olvidándose de que la presión, por sí mis-
fue dotado de una bomba cuya función principal es asegurar ma, es un condicionante fundamental paraque dicho flujo
que estos procesos de intercambio se realicen con la celeri- pueda satisfacer las necesidades de cada órgano.
dad que lo requiere el funcionamiento celular. La presión arterial entendida como flujo x resistencia in-
La dinámica es muy interesante: el intercambio entre la cé- fluye principalmente en la distribución del flujo en el orga-
lula y el intersticio es continuo e inmediato, como sucedía en nismo y al interior de los órganos. Pm'a realizar esta "función
los comienzos de la vida. La velocidad de intercambio entre el de distribución", el sistema arterial está dotado de un me-
intersticio y el torrente sanguíneo es impresionante: se ha esti- canismo de respuesta capaz de mantener la presión arterial
mado que todo el contenido de agua del plasma se intercambia media (PAM) dentro del rango compatible con una perfusión
con el líquido intersticial en un poco más de 30 segundos (27). adecuada. La respuesta llamada miogénica es un proceso de
En consecuencia, el aparato cardiovascular logró que se man- constricción o dilatación arteriolar secundaria a un aumento o
tuvieran las condiciones Oliginales de intercambio continuado disminución de la fuerza del flujo sobre la pared de la arteria.
e inmediato con el medio, para asegurar la supervivencia de Además, el endotelio vascular tiene la capacidad de producir
unas células que fueron separadas de él. Algún autor calculó óxido nítrico (ON), sustancia con propiedades vasodilatado-
que, de acuerdo con la cinética del agua, una molécula de ella ras y que influye en la respuesta arteriolar. Por otro lado, en
se tomada 25 años para i difundir desde la cabeza hasta el dedo casos de insuficiente perfusión tisular, la hidrólisis del ATP
gordo del pie! Este cálculo nos muestra la gran utilidad de la puede Oliginar adenosina que tiene propiedades vasodilata-
organización creada por la evolución (28). doras, tal como sucede entre otros órganos, en el miocardio.
Podemos concebir al aparato cardiovascular como una Adicional a este mecanismo "interno" de los vasos, existe un
estructura conformada por una bomba impulsora y varios mecanismo regulador "externo"; las catecolaminas, liberadas
circuitos. El circuito pulmonar es un "aparato" de intercam- durante la respuesta al estrés reducen el diámetro arteriolar (y
bio con el medio: el circuito arterial que tiene funciones de venular), aumentando por este mecanismo la presión arterial
distribución. El "circuito capilar" que tiene la función de ase- (29).
gurar el intercambio con el intersticio. Y el circuito venoso El efecto neto de estos mecanismos intrínsecos y extdnse-
que tiene funciones de "recolección". Así, en una labor conti- cos es el mantenimiento de una presión de perfusión usual-
mIada, minuto a minuto, día tras día, la bomba cardíaca envía mente entre 60 y 100 mmHg. Cuando la PAM cae por debajo
la sangre con 02 por el circuito arterial, con la velocidad y de 60 mmHg se compromete la perfusión general del orga-
presión necesarias para asegurar la renovación permanente nismo y en particular de los órganos. Aquí también la evolu-
del espacio intersticial, renovación ésta que recrea las con- ción nos ha enseñado la importancia del mantenimiento de
diciones originales que aseguran el normal funcionamiento la presión. En efecto, en la etapa inicial de respuesta, o fase
celular. El retorno venoso retira los desechos celulares, los catecolamínica, el organismo prioriza la presión, sobre todo
lleva al corazón quien, a través de la circulación pulmonar los de órganos vitales como el corazón y el cerebro. Para ello, el
envía a la primera "estación de intercambio" (los pulmones) sistema aumenta la resistencia y reduce la perfusión de ór-
en donde se renueva el aire, lo regresa al corazón izquierdo ganos para él menos prioritarios, como el lecho esplánico, el
que, por un lado se encarga de "renovar el aire" del intersticio riñón y la piel, dirigiendo el flujo hacia las áreas prioritarias.
y por otro lado, envía los demás desechos al riñón e intestinos En consecuencia con lo anterior, en el maneJo, del choque,
para su eliminación final. la presión, como tal, debe inclui~:se dentro de l~s objetivos
El papel del aparato cardiovascular es entonces determi- terapéuticos.
nante para la vida y como tal, nos parece oportuno profundi- /
zar un poco en su funcionamiento. El circuito capilar: la dinámica del intercambio
El intercambio adecuado con el intersticio requiere que Los capilm'es se encargan de crear las condiciones pm'a que
la sangre llegue a la periferia con la velocidad y presión ne- llegue líquido "nuevo" al intersticio y salgan de él los dese-
cesarias para asegurar su permanente renovación. En otros chos celulares. En el lado arterial, la presión hidrostática den-
términos, la función cardiovascular óptima debe incluir los tro del capilar supera a la intersticial y se crea una cOlTiente
conceptos de presión y flujo, en forma simultánea. Si la pre- de salida del líquido desde el capilar hacia el intersticio. Esta
sión es "buena" pero el flujo bajo, se deteriora la función. En salida de líquido desde el lado arterial produce una disminu-
forma similar, si el flujo es bueno, pero la presión es insufi- ción de la presión hidrostática en el lado venoso del capilar y
ciente, también se deteriora la función. El circuito arterial: la un aumento de la concentración proteica. Ambos fenómenos
presión un condicionante esencial. favorecen el paso de líquido desde el intersticio hacia el capi-
Un componente importante del circuito de distribución es 1m'. Este mecanismo establece entonces ,un proceso de ingre-
la presión dentro del mismo. Con mucha razón en la mayoda so y egreso permanente del líquido intersticial, de tal manera
de los órganos se habla de "la presión de perfusión" y que que se cumplan las exigencias de la célula (30).
1/ CHOQUE

Existen factores capaces de alterar esta dinámica capilar. "extremo de entrada" está ubicado en las venas periféricas y
Por ejemplo, la contracción excesiva de los esfínteres preca- el "extremo de salida" se encuentra en la aurÍCula derecha. A
pilares, por efecto de las catecolaminas, puede alejar el flujo la presión de "entrada" la denominamos presión circulatoria
de zonas metabólicamente activas, ocasionando hipopeIfu- media (Pcm) y a la presión de "salida" la denominamos pre-
sión local. Desde otro ángulo, la contracción excesiva del es- sión venosa central (PVC). El retorno venoso entonces· será
fínter poscapilar puede ocasionar acúmulo de sangre en el le- proporcional a la diferencia entre la presión circulatoria me-
cho capilar, promueve la salida de líquido hacia el intersticio dia y la PVC (Pcm-PVC) (25, 30-34) (figura 30).
y produce una disminución del retorno venoso, generando
el cuadro denominado estancamiento periférico, descrito en
etapas avanzadas del choque.
La activación del endotelio capilar es otro proceso que flujo en un tubo
puede alterar la dinámica capilar normal. Por efecto de la
lesión, el endotelio capilar cambia su patrón normal anti-
coagulante, por otro procoagulante, tal como se discutirá Pe Ps
en detalle más adelante. Este cambio endotelial es capaz de
promover la agregación de plaquetas que ocasionan oclusión
del capilar. Por otro lado, este cambio endotelial favorece el
deslizamiento lento de leucocitos y su fijación al endotelio y
Pe Ps
su diapédesis al intersticio, en donde los PMN son capaces de
producir lesión a través de proteasas y producción de radica-
les libres. La consecuencia de ello es una obstrucción capilar retorno venoso
y un daño tisular que agrava la hipopeIfusión y, como se verá,
es capaz de producir falla multisistémica (19, 20).
, PVC
El circuito venoso: el mantenimiento del retorno
El retorno venoso es un condicionante fundamental del gasto
cardíaco. En efecto, por bien que funcione la bomba car'día- Pcm PVC
ca, si no se le provee flujo de retorno, no será capaz de man-
tener el flujo hacia la periferia (31).
Figura 30. Principio de flujo. Pe: Presión de entrada. Ps: Presión salida.
El gasto cardíaco y el retorno venoso son equivalentes en Pcm: Presión circulatoria media. Pvc: Presión venosa central.
términos de litros por minuto. Así, si un paciente tiene un
gasto car'díaco de 5 litros por minuto, su retorno venoso será La Pcm se define como la presión dentro del circuito cuan-
igualmente de 5 litros por minuto. Por otro lado, un paciente, do se suspende (o bloquea) el efecto de la sístole. El paro car-
quien por efecto del tratamiento aumenta su gasto car"díaco díaco o el clampeo de la aorta eliminan el impulso sistólico y
de 3 l/min a 4 l/min, también aumenta el retorno venoso de la presión ejercida por la sangre "remansada" es la Pcm. Su
3 a 4 l/mino Con frecuencia, no se tiene presente esta noción valor se ha estimado en 7 mmHg en experimentos animales y
cuando se plantea un esquema terapéutico para un paciente. al par"ecer, este valor es similar" en el humano.
Por ejemplo, escuchamos que un paciente en falla cardíaca En consecuencia, podemos decir 'que, en condiciones
"requiere medidas para aumentar' el gasto cardíaco y redu- normales, el retorno venoso depende &~l gradiente creado
cir su retorno venoso", par"a disminuir la "congestión". Esta por Pcm-PVC. Ahora, si la PVC se incrementa, se reduce el
propuesta es francamente contradictoria, pues, como se dijo, gradiente y por tanto se disminuye el retorno venoso. Si por
cuando aumenta el gasto car"díaco, también lo hace el retorno el contrar"io, la pve se reduce, aumentará el gradiente y en
venoso, o mejor, par"a que aumente el gasto car"díaco tiene igual forma lo har"á el retorno venoso.
que aumentar el retorno venoso. Por otro lado, si la Pcm se aumenta y la PVC no var"ía, se
Por ser de importancia capital, dedicar"emos las siguientes aumentará el gradiente y por tanto lo hará el retorno venoso.
líneas a explicar" un poco la dinámica del retorno venoso. No sobra aclarar que, cuando hablamos de Pcm nos referimos
Para que un líquido fluya a través de un tubo, es necesa- a la presión ejercida por las pequeñas venas que recolectan el
rio crear un gradiente de presión entre los dos extremos del flujo capilar". La gráfica resume los conceptos enunciados" En
tubo, es decir, establecer una diferencia de presión entre los ella, la Pcm permanece fija en 7 mmHg (figura 31).
extremos del mismo. La magnitud de este gradiente, definido Cuando la PVC es 7 mmHg (números en cuadros oscuros,
como presión de ingreso-presión de egreso (Pi-Pe), detenni- del eje de x), el gradiente entre Pcm y PVC es O (números en
na la cantidad de flujo que atraviesa el tubo. cuadros claros, del eje de x) y por lo tanto el retorno venoso
Este principio, aplicado al circuito venoso implica que, también es O (números en cuadros claros, del eje de y). En el
para promover el retorno venoso, es necesar"io establecer una otro extremo, cuando la PVC es O, es máximo el gradiente
diferencia de presión entre "los dos extremos del circuito". El entre Pcm y PVC (de 7 mmHg) y, en consecuencia, el retorno
SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 21
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

venoso también es máximo (5 l/min). En conclusión, a Pcm En resumen digamos que el RV guarda una relación di-
constante, el retorno venoso guarda una proporción inversa recta con el gradiente Pcm-PVC y que en virtud de ello, su
con la PVC, lo que se representa en la línea negra. Cuando la relación con la PVC es inversa. Cuando la PVC aumenta,
PVC aumenta, el RV disminuye y viceversa. produce una disminución proporcional del RV y viceversa.
Por otro lado, cuando cambia la Pcm, se mantiene la misma
relación inversa del RV con la PVC, pero como cambia el
gradiente, origina un desplazamiento de la curva de RV, a la
o derecha y alTiba cuando aumenta la Pcm y a la izquierda y
z abajo cuando disminuye.
o::: Estos conceptos nos permiten entender algunos efectos
O 3 que observamos en clínica. En pacientes en falla cardíaca,
1- por ejemplo, la administración de inotropos aumenta la eyec-
W 2l- ción ventricular, disminuye el volumen diastólico y por tanto
o::: la presión de llenado y con ello, aumenta el gradiente Pcm-
01-1 PVC y por tanto el RV. Por otro lado, cuando administramos
volumen, el efecto principal es sobre la Pcm que, al aumen-
tar, incrementa el RV.
Pcm-PVC 7 6 5 4 3 2 1 O
¿Cómo se genera la presión circulatoria media?
Comencemos con un ejemplo infantil esquematizado en la
Figura 31. Retorno venoso según Pve y Pem.
siguiente gráfica. La figura 33 pretende esquematizar lo' que
sucede con las bombas o globos de los que tanto disfrutan
La variación de la presión circulatoria media origina cam-
los niños en sus fiestas. Cuando compramos un globo, usual-
bios en la magnitud de la relaci<?n entre la PVC y el retorno
mente lo encontramos con sus paredes adosadas y sin aire
venoso (RV), aunque, en esencia se mantiene proporcional-
en su interior, como tratamos de mostrar en la figura A. Para
mente igual, como se aprecia en la figura 32.
inflarlo, la primera maniobra que usualmente realizamos es
despegar sus paredes, y al hacerlo, recordarán quienes lo ha-
yan hecho, que ingresa una pequeña cantidad de aire, que
se encarga de separarlas. En la figura B se ejemplifica este
efecto inicial. Nótese que el aire queda al interior del globo
O significando que no existe diferencia de presión entre el in-
z terior y el exterior y por lo tanto no habrá flujo de salida. El
o::: siguiente paso es asegurar un ingreso mayor de aire, con el
O
1- que se infla el globo. Nótese que ahora, para poder mantener
W el aire en su interior, es necesario ocluir "la boca" del globo.
o::: Esto significa que se creó una presión al interior que supera a
la barométrica, estableciéndose un gradiente de presión que
impulsa el aire a salir. Esto se ejemplifica en lq figura C.
PVC O 1 4 "5 6 7

Pcm-PVC 5 4 3 O Cómo inflar una (globo)


Pcm-PVCJ 3 2 1" :0:

Aire que
Figura 32. Retorno venoso según Pve y Pem.
se sale
Volumen
La línea superior cOlTesponde a una Pcm de 9 mmHg, la me-
que
dia a 7 mmHg y la inferior a 5 mmHg y originan gradientes genera
Pcm-PVC diferentes, representados en las líneas superior,
media, inferior respectivamente y cuantificados en el eje de
x. Nótese que las 3 líneas son paralelas y cambian su "posi-
ción" con el cambio del valor de la Pcm, desplazándose hacia A C
alTiba y a la derecha cuando aumenta la Pcm y hacia abajo
y a la izquierda cuando disminuye. Este desplazamiento re-
Figura 33. Presiones de un globo. A: Colapsado. B: Con aire sin presión.
presenta el cambio del gradiente Pcm-PVC cuando cambia la C: Inflado a presión.
Pcm, cuyos valores numéricos se encuentran en el eje de x.
1/CHOQUE

En este ejemplo observamos que para generar presión al por lo tanto no se generará presión; es decir todo el volumen
interior del globo, primero tuvimos que llenarlo, con un vo- será no tensionado (figura B). Por otro lado, si el diámetro
lumen que si bien es cierto no origina la presión, sí separa las de la vena se reduce (venoconstricción), la mayoría del vo-
paredes hasta el punto máximo de su estiramiento pasivo. Por lmnen quedará generando la presión, porque se disminuye
otro lado, una vez administrado este volumen, cualquier vo- el volumen necesario para llenar una vena, ahora de menor
lumen adicional comenzará a estirar el caucho y obviamente radio (figura C).
comenzará a generar presión al interior del globo.
Al primer volumen, es decir aquel que utilizamos para
"llenar primero" la bomba, lo llamaremos volumen no ten-
sionado (VnT), para significar que no produce efecto de pre-
sión. Al segundo volumen lo llamaremos volumen tensiona-
do (VT), por su propiedad de generar presión.
Con estas definiciones podemos ahora decir que para po-
der crear condiciones de presión al interior del globo, debere-
p=o P>O
mos primero llenarlo con un volumen no tensionado (V nT) ,
para luego "producir la presión" con un volumen tensionado
(VT) (32).
Los conceptos emitidos pueden ser aplicados a una vena
en particular, tal como se esquematiza en la figura 34. A e

Figura 35. Diferentes estados de una vena según presión y volumen.

Finalmente se debe agregar el efecto de la resistencia im-


puesta por las grandes venas (Rv) al retorno venoso. Si reto-
mamos la ecuación del retorno venoso descrita al comienzo
de esta sección como Pcm-PVC, le podemos agregar el efec-
to de la resistencia así: Retorno venoso = (Pcm-PVC) / Rv.
A e Con esta última ecuación, comprendemos que la resistencia
de las grandes venas tiene un efecto reductor sobre el retorno
venoso. La ubicación de esta resistencia está en las grandes
venas y quizás un buen ejemplo de ella sea la compresión
Figura 34. Estudios de una vena. A: Colapsada. B: Con volumen sin pre- que el útero grávido pueda ejercer sobre la cava, reduciendo
sión. C: Con volumen a presión. el retorno venoso (34).
A título de resumen digamos que el retorno venoso está
En la gráfica A aparece una vena colapsada. En la B, la vena determinado, directamente, por la diferencia entre la Pcm y
se ha llenado con el volumen no tensionado (VnT), represen'- la PVC e inversamente por la resistencia venosa. La Pcm está
tado en color glis; en este momento, la presión al intelior de a su vez determinada por el radio del' si.stema venoso y el
la vena es 0, porque el volumen agregado sólo alcanza para volumen contenido dentro de él. La venodilatación produce
"llenarla". En la figura C, adicionamos el volumen tensionado una disminución de la Pcro, aumentando proporcionalmente
(VT), que representamos como un halo y que va a generar la el VnT y reduciend9 el VT. La constricción, por el contrario,
presión dentro de la vena, presión ésta que "impulsa" el retor- reduce el Vnt y aumenta proporcionalmente el VT, con lo que
no venoso, es decir la Pcm. Debe adveltirse que, el "halo" más aumenta la Pcm (25,34).
oscuro es una forma de representación gráfica; en la realidad,
no se presenta esta separación de volúmenes; en efecto, en la La bomba cardíaca
medida en que se adiciona líquido, se va aumentando el vo-
Para efectos del presente artículo, nos parece improcedente
lumen intravascular y se llena la vena; luego, cuando ingresa
realizar un análisis detallado del funcionamiento de la bomba
más líquido, "se estira" la vena y a manera similar a la explica-
cardíaca. Para ello, remitimos al lector a una de las múltiples
da en el ejemplo del globo, se genera la presión.
y excelentes fuentes disponibles.
Utilicemos esta gráfica para tratar de explicar las relacio-
Sin embargo, creo conveniente efectuar una revisión so-
nes entre el volumen intravascular y el tamaño de las venas
mera de las interacciones entre la bomba cardíaca y el retorno
(figura 35).
venoso. Invitamos al lector a revisar un excelente documento
En la figura A se esquematiza una vena, con su VnT en
publicado en el libro de cuidado crítico de los doctores Parri-
negro y el VT en gris, generando una presión mayor de O. Si
110 y Bone (24).
la vena se dilata, todo el volumen se destina a llenar la vena y
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

En la figura 36 se esquematizan 3 curvas que representan En la gráfica, el eje de Y representa el GC o el RV que,


diferentes estados contráctiles, tal como lo sugirió Sarnolf como se señaló, son iguales.
(35, 36). Normalmente existe una relación dinámica mediante la
cual, "lo que llega" y "lo que sale" se ajustan hasta igualarse.
Esta relación se muestra en la figura, con el punto de cruce de
la curva de RV con la curva del GC, estableciéndose un valor
igual para ambos (30).
Nótese que la presión de llenado se encuentra exactamen-
te en el cruce de las dos curvas, lo que nos introduce en un
concepto un poco diferente al tradicional. En efecto, el ajuste
entre el retorno y el gasto es el que finalmente determina el
llenado y por tanto, la presión de llenado es una resultante de
esa relación dinámica. En otros términos tanto el volumen
como la presión de llenado son elementos "secundarios".
Este último concepto se puede comprender mejor en la si-
Presión de llenado guiente gráfica (figura 38).

Figura 36. Relación entre llenado y eyección para diferentes estados de con-
tractilidad.

La curva superior representa un estado de aumento de la


G
contractilidad. La del medio, representa la contractilidad nor-
mal y la inferior un estado de depresión contráctil. Nótese
e
que la pendiente de la curva refleja el estado contráctil. En
esencia, la figura esquematiza la relación entre el llenado y la
R
eyección para diferentes estados de contractilidad. La depre- V
sión contráctil (línea inferior) se refleja en un menor volumen
eyectado y el aumento de la contractilidad (línea superior)
origina un mayor volumen eyectado.
En esta figura se muestra la estrategia tradicional que se
utilizaba para intentar comprender las relaciones entre la pre- Presión de llenado
sión de llenado y el gasto cardíaco. Sin embargo, en este en-
foque se omite el papel del retorno venoso, cuya incorpora-
ción dentro del análisis ofrece una visión mucho más integral Figura 38. Dinámica entre ingreso y egreso en 3 condiciones de contrac-
y permite comprender la verdadera dimensión de la dinámica tilidad.
de las relaciones entre el retorno venoso y el gasto cardíaco.
En la figura 37 se describe la relación existente entre la En esta figura se aprecia la dinámica entre el ingreso y el
curva del retorno venoso y la curva del gasto cardíaco. egreso, en 3 condiciones de contractilidad. En"eJla, se man-
tiene la Pcm en 7 mmHg, de tal manera que no h~y variación
en la curva del retorno venoso. Como puede observarse, el
equilibrio entre "entrada" y."salida" se establece en valores
diferentes de retorno y gast~, de acuerdo al estado contráctil,
y por supuesto, las presiones de llenado resultantes también
son diferentes en cada caso. Cuando la contractilidad está
deprimida (línea inferior), el gasto y el retorno están redu-
cidos y la PVC resultante es "alta". Por otro lado, cuando se
aumenta la contractilidad (línea media), el retorno y el gasto
están aumentados y la PVC resultante es "baja".
Debe resaltarse el estado de aumento de la contractilidad
(curva superior). Como se esquematiza, hay una elevación
del retorno venoso y del gasto cardíaco, con una PVC resul-
Presión de llenado I tante baja. Debe ser claro que si omitimos,las curvas, como lo
hace la interpretación usual, podríamos concluir en-óneamen-
te que el paciente presenta una hipovolemia.
Figura 37. Gasto cardíaco y retorno venoso.
1/CHOQUE

El papel de la resistencia al flujo sobre la dinámica una nueva curva, desplazada hacia la derecha. Estos conceptos
retorno-gasto se esquematizan en las siguientes figuras.
En la siguiente gráfica se presenta las relaciones entre el de- En la figura 40 analizamos 2 casos hipotéticos en los cua-
san"ollo de presión y el tiempo, durante un ciclo cardíaco (fi- les, para efectos de simplicidad, establecimos iguales volú-
gura 39). menes de llenado. En el primer caso, la fracción de eyección
es del 60% y en el segundo del 30%. En ambos casos, el
volumen sistólico aumenta cuando aumenta el volumen dias-
tólico, pero en el "paciente" de la izquierda el incremento es
mucho mayor. Por otro lado, las "líneas de la contractilidad"
tienen pendientes muy diferentes, mostrando, en el "pacien-
te" de la derecha una disminución de la dp/dt (pendiente de la
línea), lo que sugiere una disfunción ventricular.

85
Figura 39. Relación presión-tiempo durante un ciclo cardíaco en condicio-
nes normales (A) y de resistencia al vaciado (B). 60
En la parte A de la gráfica se esquematiza el cambio de pre- 42
sión que OCll11"e durante la contracción y se aprecian las dife- 30
rentes fases de la sístole. Ep. la primera fase de la contracción,
la válvula aórtica se encuentra cen"ada y por tanto, se eleva la
presión sin que cambie el volumen ventlicular, lo que se deno-
mina contracción isovolumétrica. La apertura de la aOlia seña- 100 141
lada en el punto AAo determina el inicio del pedodo eyectivo,
que termina con el cien-e valvular, señalado en el punto CAo,
y durante el cual se expulsa el volumen sistólico. El tiem- Figura 40. Contractilidad vs. fracción de eyección.
po transcun-ido entre AAo y CAo es el denominado pedodo
eyectivo, de cuya magnitud depende, entre otros, el volumen En la figura 41 mostramos dos interpretaciones de los da-
eyectado y por tanto, la fracción de eyección. La contractilidad tos observados en estos dos pacientes hipotéticos.
puede estimarse calculando la pendiente de la elevación de la
presión durante el pedodo preeyectivo (fase de contracción is-
ovolumétlica), cuando la presión es de 40 mmHg. En otros
términos la dp/dt 40 es, a juicio de diferentes autores, una muy
buena aproximación al estado contráctil (37).
En la parte B de la gráfica se esquematiza el efecto de
un aumento en la resistencia al vaciado ventricular. Nótese
que, con el aumento de la resistencia, se retrasa la apertura de
la aorta, mientras que el cierre OCUlTe más precozmente. El
efecto es una disminución en el pedodo eyectivo y por tanto
del volumen sistólico y de la fracción de eyección. Sin em-
bargo, la pendiente de la curva durante la fase isovolumétrica
no se modifica, indicando que no se produce valiación en la
Presión de llenado I Presión de llenado J
contractilidad.
Figura 41. Contractilidad y aumento de la resistencia VS. fracción de eyec-
Como consecuencia de la disminución del volumen sistóli-
ción.
co, se aumenta el volumen al final de la sístole y ello incremen-
ta el volumen diastólico y la presión de lleno. Si no tenemos en
En la gráfica de la izquierda, la disminución de la fracción de
cuenta la resistencia pelifélica, la curva de función apareceda
eyección se debe a una disminución de la contractilidad ven-
falsamente como una depresión contráctil. Lo que en realidad
tricular. El paciente con fracción de eyección del 30% (curva
sucede es que cambia la dinámica normal, estableciéndose una
inferior) muestra una menor pendiénte en su curva contráctil
nueva en la que, debido a la obstrucción al flujo, se modifica la
(menor dp/dt), en comparación con el paciente con FE del
relación entre el volumen sistólico y el diastólico, Oliginándose
60% (curva superior), y con una mayor dp/dt.
SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 25
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

En la gráfica de la derecha, la reducción de la FE es secun- que ocasiona una disminución del gasto cardíaco, el organis-
daria a un aumento de la resistencia al vaciado ventricular. mo responde aumentando la resistencia. Por otro lado, cuan-
Nótese que las dos curvas tienen igual pendiente de ascenso do el fenómeno primario es un aumento de la resistencia, esto
(dp/dt) y por tanto es igual la contractilidad. Sin embargo, ocasiona una disminución del gasto. En consecuencia, el pa-
para un volumen de llenado determinado, el volumen sistóli- trón hemodinámico, per se, es incapaz de diferenciar las dos
co es menor en el paciente con FE del 30% (curva inferior). condiciones y resulta en el dilema "del huevo y la gallina".
Como se ha señalado, la disminución del período eyectivo Quizás la clave diagnóstica está en la historia clínica.
produce un descenso en la FE, sin alterarse la contractilidad Cuando se disminuyen las resistencias periféricas, las
y su representación gráfica es un desplazamiento, hacia la consecuencias son exactamente las opuestas a las descritas
derecha, de la curva contráctil. para el caso de su aumento. Esto se muestra en las siguientes
En la figura 42 hemos agregado la curva del retorno ve- figuras. La figura B de la gráfica muestra una disminución de
noso en las dos condiciones descritas: falla cardíaca y obs- la resistencia periférica, en comparación con "el individuo
trucción al flujo. Nótese que en ambos se reduce el volumen normal" figura A (figura 43).
eyectado y se aumenta el volumen de llenado, cuando la Fe
baja del 60% (línea superior) al 30% (línea inferior). Sin em-
bargo, en la falla cardíaca, (figura A) hay una depresión con-
tráctil mientr,as que en el segundo (figura B) se presenta una
obstrucción a la eyección.

Figura 43. Disminución de la resistencia periférica (B). La curva A es el


patrón normal.

En esta gráfica se observa que, cuando se disminuyen las


resistencias, la apertura de la amta se efectúa "antes de lo
Figura 42. Falla cardíaca y obstrucción al flujo vs. fracción de eyección. previsto" y su ciene es más tardío. El aumento del tiempo de
eyección aumenta el volumen eyectado y por ende, la frac-
Vale la pena resaltar que, como aumenta el volumen de ción de eyección. Nótese que la pendiente presistólica no se
llenado (O la presión de llenado) y se reduce el volumen sis- modifica con el cambio de la resistencia, manteniéndose en-
tólico, no habrá diferencia numérica entre los dos casos, y tonces igual la dp/dt. Si no se tiene presente este efecto de
por tanto, si no se consideran las resistencias periféricas, po- las resistencias, el aumento de la fracción de eyección puede
dremos diagnosticar erróneamente una falla cardíaca, cuando aparecer como un aumento de la contractilidad en la gráfica
no la hay. convencional de la contractilidad ( 3 7 ) . "
Como corolario, en presencia de una disminución del volu- En la figura 44 se puede observa.r que cuando la Fe aumen-
men sistólico y un aumento de la presión de llenado, se impo- ta desde el 60% (línea inferior) hasta el 80% (línea superior),
nen dos diagnósticos hemodinárnicos: Una disminución de la el volumen eyectado aume'nta de 60 a 80 mL, a partir de un
contractilidad o un aumento de la resistencia a la eyección. volumen diastólico de 100 mL. El análisis que no prevé el
Es muy importante tener presente el diagnóstico diferen- cambio de las resistencias, crea la ilusión que se observa en
cial dadas sus implicaciones terapéuticas. Por ejemplo, en la figura, de un aumento en la pendiente sistólica, llevando
casos de hipertensión pulmonar, frecuentemente vista en la al diagnóstico enóneo de un aumento inexistente de la con-
enfermedad obstructiva crónica (EPOC), este aumento de la tractilidad.
resistencia ocasiona un patrón de disminución del gasto con Si se analiza el efecto de la disminución de la resistencia
elevación de las presiones de llenado que, al menos en su fase periférica utilizando la gráfica que integra las curvas de RV y
inicial, no cursa con depresión contráctil. En estos casos, el GC, se puede comprender mej or lo que sucede en la realidad
uso de digital, no sólo no mejora la sintomatología de "falla", (figura 45).
sino que puede aumentar la frecuencia de efectos tóxicos. Para ello, consideremos las siguientes figuras: en la gráfi-
El diagnóstico diferencial constituye un reto importante ca se muestran las dos interpretaciones 'posibles frente a un
para el clínico. Nótese que frente a una depresión contráctil aumento en el volumen eyectado por incremento de la Fe. En
la figura A, la explicación sería la de un aumento de la con-
1/CHOQUE

tractilidad. Sin embargo, esta explicación no es plausible por- culatoria media, (Pcm) ocasionada por una disminución del
que, la disminución de la resistencia no ocasiona alteración volumen efectivo, sea por pérdida de volumen o por pérdida
de la contractilidad (dp/dt). En la figura B se aprecia que, el del tono venoso.
cambio en el volumen eyectado no cursa con un cambio en la En la figura 46, esquematizamos la dinámica que OCUlTe
pendiente de la curva de contractilidad. En suma, entonces, durante este tipo de choque.
lo que en realidad sucede es un desplazamiento hacia la iz-
quierda de la curva, con lo que aumenta la eyección.

Figura 46. Efecto de la disminución de Pcm sobre el retorno venoso y el


gasto (A) y la respuesta catecolamínica (B).
Figura 44. Volumen eyectado c~n fracciones de eyección de 60% y 80%.
En la figura A se muestra el efecto de la disminución en la
Pcm sobre el retomo venoso y el gasto cardíaco. La reducción
de la Pcm "desvía" la curva de retomo hacia la izquierda y
abajo y produce una disminución del volumen sistólico y del
volumen de llenado y en consecuencia de la presión de llena-
do. En la figura B, se observa la respuesta inicial del organis-
mo. Las catecolaminas liberadas aumentan la contractilidad
(curva superior). A la vez, la constricción venosa aumenta la
Pcm y con ello desvía la curva de retomo un poco hacia la
derecha (curva de retomo). Las dos respuestas aumentan un
poco el volumen sistólico y el volumen de llenado. Este co-
IPresión de llenado I nocimiento permite prever que el patrón hemodinámico del
paciente con hipovolemia y respuesta catecolamínica puede
subestimar la magnitud del insulto inicial. En efecto, de la
comparación de las dos figuras se puede,concluir que la com-
Figura 45. Aumento del volumen eyectado por: A: Aumento de la contracti- pensación inicial, al elevar el volumen sistólico y la presión
lidad. B: Disminución de la resistencia periférica. de llenado, impide "ver" que el grado de hipovolemia inicial
en efecto era mayor. Durante la terapia, la compensación ca-
La dinámica retorno-gasto en el choque tecolamínica lleva a/lma respuesta inicial favorable con me-
Dedicaremos algunos párrafos a tratar de comprender lo que didas que, a la postre, se demuestra son insuficientes. Esto se
sucede en cada una de las formas de choque, a través de la inte- discutirá en detalle, en una sección posterior.
gración de las curvas de retomo venoso y de gasto cardíaco.
Para tal efecto, utilizaremos varias figuras, en las cuales, Choque distributivo
en el eje de Y siempre estará el retomo venoso y el gasto El fenómeno primario es una vasodilatación arterial que pro-
cardíaco. En el eje de X encontraremos siempre la presión duce un aumento del gasto cardíaco. Como se discutió antes,
de llenado. en la génesis del aumento del gasto cardíaco se encuentra el
aumento de la fracción de eyección ocasionada por el aumen-
El choque hipovolémico to del período eyectivo.
En el choque hipovolémico puro, el fenómeno primario es Como se observa en la figura 47, la curva de contractilidad
una disminución del retomo venoso. La causa de esta dismi- se desplaza hacia la izquierda y, como consecuencia de ello,
nución del retomo venoso es una reducción de la presión cir- el cruce entre la curva de RV y de OC se realiza a un valor

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 27


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

más alto que el normal. El resultado es un aumento del GC y


una disminución de la presión de llenado.

hoque distributivo

Figura 48. En el choque cardiogénico hay reducción de la contractilidad.

Figura 47. La curva de contractilidad se desplaza a la izquierda, la cual


resulta en aumento del gasto cardíaco.

Se debe señalar que, si en la evaluación del paciente sólo


se tiene en cuenta la presión de' llenado, se corre el riesgo
de diagnosticar una hipovolemia inexistente. Es importante
aclarar que, en el caso del choque séptico puede agregarse
una depresión miocárdica que se discutirá a propósito de la
sección sobre manejo del choque. En esta sección se han ana-
lizado los "fenómenos puros", pero como se anotó rara vez se
encuentra este cuadro aislado.

Choque cardiogénico
Como se ha reiterado, el fenómeno primario es una reducción
de la contractilidad, lo que ocasiona una reducción en la dp/
Figura 49. En el choque obstructivo hay aumento de la resistencia periférica
dt, que en la figura 48 está representada por la línea inferior y
sin alteración de la contractilidad.
que contrasta con la contractilidad normal esquematizada en
la línea superior. Si la Pcm se mantiene constante, no cambia
Las metas del tratamiento
la curva del retorno venoso. En estas condiciones, la dismi-
nución de la contractilidad se manifiesta en una reducción del La medicina será fi~iológica o llO se~:ámedicilla
GC (y por supuesto del RV). Como se observa en la figura, Claude Bernard.
la interacción ahora entre retorno y gasto se equilibra a un
nivel más alto de presión de llenado, originándose el patrón De la descripción de los fenómenos fisiopatológicos ocurri-
característico de disminución del gasto con aumento de la dos durante el estado de choque, se pueden derivar algunos
presión de lleno. principios generales que nos orientarán durante el proceso.
Una primera consideración hace referencia a la carga
Choque obstructivo energética disminuida y sus consecuencias. En efecto, como
se discutió, la disminución sostenida de la carga energética
El aumento de la resistencia periférica reduce la FE, pero no
puede ocasionar que el organismo atraviese la "etapa de no
altera la contractilidad. En consecuencia, la curva de función
retorno", después de lo cual el tránsito hacia la ineversibili-
ventricular se desplaza hacia la derecha, produciéndose una dis-
dad es inevitable. La noción práctica de este conocimiento se
minución del gasto y del retorno, lo que ubica la relación entre
constituye en la primera meta terapéutica: restaurar la carga
retorno y gasto en un nivel más alto de presión de llenado.
energética en el menor tiempo posible.
El resultado se observa en la figura 49. Existe un patrón
Esta meta implica que nuestros esfuerzos, si son exitosos,
de disminución del gasto y elevación de la PVC que podría
evitarán el deterioro progresivo que la hipoxia/isquemia oca-
confundirse con el choque cardiogénico, sin serlo.
1/CHOQUE

siona a la célula. Para ello, es imperativo considerar el tiempo pender por aumentar efectivamente el V0 2, para lograr seguir
dentro del cual implementamos nuestras medidas terapéuti- la ruta trazada por "la madre naturaleza".
cas. Así, como lo estableció Wilson (12), un período de cho- Esta noción ha recibido apoyo experimental tanto en pa-
que con hipotensión (PAS < 90) que dura más de 30 minutos cientes quirúrgicos electivos como en sépticos, mediante yS-
conlleva una mortalidad inaceptablemente alta. tudios que sugieren un aumento de la supervivencia en aque-
Las descripciones de Cuthberston (17) sobre la fase EBB llos capaces de incrementar, espontánea o terapéuticamente,
y fiow nos llevan a una consideración adicional. En efecto, su V0 2•
una vez superada la fase EBB, el desanollo de la respues- En efecto, en pacientes sometidos a cirugía y que durante
ta de supervivencia muestra que el desenvolvimiento de una el período perioperatorio desanollan una deuda de oxígeno,
adecuada fase fiow es otro de los condicionantes del éxito se aumenta la mortalidad y la incidencia de falla multisis-
final. En otros términos, una vez salvada la primera amenaza, témica (38, 39, 41). Por otro lado, cuando se implementan
nuestra actitud terapéutica se orientará al adecuado soporte medidas terapéuticas tendientes a elevar preoperatoriamen-
de la fase fiow, hasta cuando su abatimiento nos indique la te el D02' diversos autores han demostrado una reducción
superación completa de la crisis. sustancial en la mortalidad, el número de complicaciones y
Este conocimiento nos conduce a una segunda meta en la incidencia de falla multisistémica (40-47). Es interesante
el tratamiento del choque, cual es la de favorecer el desarro- señalar que cuando la medida terapéutica no reduce la deuda
llo de una óptima fase fiow, y nos indica que el tratamiento de oxígeno, es decir, no logra aumentar el V0 2, los resultados
se extiende mucho más allá de la reanimación inicial y nos no son tan halagüeños.
obliga a continuar las acciones terapéuticas hasta cuando, al En los pacientes críticos con o sin sepsis los resultados de
abatir esta respuesta, el paciente nos indique que ha salido la literatura son aparentemente contradictorios. Hayes en 1994
definitivamente de su crisis. (48), utilizó dobutamina para aumentar el D02 en pacientes
Hasta aquí hemos establecido las metas del soporte del pa- que no habían respondido adecuadamente a la infusión de vo-
ciente, pero es necesario advertir que si no logramos contro- lumen. En su estudio aleatorio controlado, no logró mostrar
lar la causa desencadenant,e del choque no lograremos evitar beneficio alguno con la terapia y por el contrario sugirió que
la muerte del paciente. Por obvio que parezca, debe señalarse podría ser deletérea. Gattinoni en 1995 (49), tampoco pudo
que debemos incluir dentro de nuestras metas terapéuticas el demostrar, en un estudio aleatorio controlado, ningún bene-
control de la causa desencadenante. ficio con una terapia tendiente a aumentar el índice cardíaco
En suma, frente a un paciente en estado de choque, nues- o la saturación venosa mezclada de oxígeno. A su vez, Alia y
tro enfoque terapéutico incluye la recuperación temprana de colaboradores (50) en un estudio aleatorio con un menor nú-
la carga energética, el control de la causa desencadenante y mero de pacientes no demostraron reducción en la mortalidad
el soporte adecuado durante la fase fiow. ni en la morbilidad con un tratamiento que llevó, en el grupo
Pareciera oportuno señalar que nuestra acción con mucha de intervención a aumentar el DO~ a niveles superiores de 600
frecuencia es simultánea, de tal manera que la secuencia des- rnL/m 2/min. Por otro lado, Tuchschmidt y colaboradores (51)
crita de metas sólo constituye un ordenamiento didáctico que mostraron que en un grupo de pacientes críticos, aquellos que
aspiramos sea útil para la comprensión de la adecuada con- espontánea o terapéuticamente elevaron su rc y su D02 tu-
ducción del proceso de reanimación. vieron una menor mortalidad que aquellos que no lo lograron
(40% vs. 74%, p < 0,05). Vallet y colaboradores (52), en un
Las estrategias terapéuticas estudio multicéntrico realizaron una prueba con dobutamina
El conocimiento del proceso que siguió la evolución para do- a dosis de 10 mcg/kg/min en pacientes 's~pticos que habían
tar al organismo de las respuestas adaptativas necesarias para y
recibido previamente una carga de líquidos encontraron que
lograr la supervivencia ante una lesión, nos orienta en la es- podían detectarse dos grupos: Los que respondieron con un
trategia que debemos seguir para ayudar a nuestro paciente. aumento del DO? y del VO~ y aquellos que no lo hicieron. La
En efecto, parece claro que la base de la restauración de la mortalidad en lo-s "r~spondedores" fue sustancialmente me-
carga energética está en la recuperación de la capacidad para nor que en los "no respondedores" (8,7% vs. 44,4%). Hayes y
producir ATP, que como se dijo, está íntimamente ligada con colaboradores (53) en un estudio retrospectivo evaluaron los
el consumo de 02' En consecuencia, nuestra estrategia funda- pacientes de un estudio prospectivo aleatorio realizado para
mental será la promoción de un adecuado V0 2. evaluar el riesgo de falla multisistémica y llegaron a conclu-
Ahora bien, no es necesario enfatizar que el aporte de 02 a siones similares a las establecidas por Vallet, en el sentido de
la mitocondria constituye el mecanismo por excelencia para que se observa una menor mortalidad en pacientes sépti~os
restaurar el V0 2 y por lo tanto la restauración del D02 sería que logran aumentar su V0 2 (53). Rhodes y colaboradores
la estrategia a seguir. (54) practicaron una prueba con dobutamina a pacientes sépti-
Podría ser oportuno reiterar aquí que la terapéutica debe cos y de nuevo encontraron que los "respondedores" tuvieron
ser individualizada buscando que el paciente satisfaga sus una menor mortalidad (14% vs. 91 ro, p < 0,05) (54). En igual
necesidades metabólicas. Es decir, el enfoque terapéutico no forma, Yu y colaboradores (55) en un estudio aleatorio contro-
sólo debe limitarse al aumento del D02 sino que debe pro- lado también demostraron una reducción en la mortalidad en

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 29


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

quienes aumentaron, terapéutica o espontáneamente su V0 2 alcanza al paciente para pensar y para orinar". En términos
(14% vs. 56%). numéricos los patrones son: Una presión sistólica> 90 y una
Tomados en conjunto, los datos sugieren que en efecto, presión media nunca menor de 60, y con base en algunas
los pacientes quirúrgicos y los pacientes críticos aumentan sugerencias de la literatura (42, 43, 44) tratamos de mantener
la supervivencia cuando son capaces de "montar" y sostener una PAM no menor de 80, aclarándose que en pacientes hi-
una respuesta hiperdinámica (léase una adecuada fase fiow). pertensos, este objetivo se extiende a una PAM no menor del
Además que, cuando el paciente por sí mismo es incapaz 20% de aquella que usualmente maneja el paciente.
de aumentar el V0 2 frente al insulto, el apoyo terapéutico La segunda meta clínica es restaurar la perfusión del pa-
con volumen y/o vasoactivos permite que muchos de ellos ciente. Es claro que el mantenimiento de una presión arte-
lo aumenten y logren superar con éxito la crisis. Por supues- rial normal no es garantía de un adecuado gasto cardíaco. En
to, aquellos pacientes que espontánea o terapéuticamente no efecto, no es infrecuente observar pacientes con un índice
logran aumentar el V0 2, tendrán una evolución más tórpida cardíaco (IC) muy bajo que, por un aumento de las resisten-
y una menor supervivencia. Quizás esta consideración de los cias periféricas puede cursar con una presión arterial normal.
pacientes entre respondedores y no respondedores sea la ex- Por otro lado, en pacientes con anemia severa o hipoxemia, se
plicación para los resultados contradictorios que se encuen- puede comprometer la perfusión tisular sin que ello implique
tran en la literatura. alteraciones en el gasto cardíaco o en la presión arterial. En
En nuestra práctica diaria procedemos a "optimizar" el consecuencia, el clínico no se debe dar por satisfecho cuando
aporte de oxígeno de nuestros pacientes y para ello aumen- cumple la primera meta terapéutica, sino que debe constatar
tamos el D02 hasta cuando las evidencias clínicas y paraclí- que la restauración de la presión arterial cursa además con un
nicas nos muestren que no existe déficit de perfusión y que adecuado aporte de 02 a los tejidos.
el V0 2 "respondió satisfactoriamente". Concordamos en que El diagnóstico de una perfusión adecuada es un tema de
muchos pacientes aumentan espontáneamente el V0 2 y en controversia, pues en la medida en que avanza el conoci-
ellos actuamos velando para que esta condición se mantenga. miento, se descubren problemas de perfusión no detectados
En otros, con déficit de perfusiól}-, intervenimos con volumen anteriormente.
y vasoactivos con el propósito de tratar de lograr un aumento Un primer paso en la evaluación de la perfusión, sigue
del V0 2, pero no establecemos .valores prefijados, sino que siendo la manifestación clínica del paciente. El adecuado
nos guiamos por las evidencias clínicas y paraclínicas de una funcionamiento cerebral y renal, aunque se ha demostrado
hipoperfusión persistente. que no indica una perfusión 100% satisfactoria, sí constitu-
ye un parámetro útil en el diagnóstico del paciente. Así, si
Las metas clínicas del tratamiento durante el proceso de reanimación hemos recuperado la pre-
En nuestra práctica, hemos convertido a un algOlitmo clínico sión arterial pero no observamos que las funciones cerebral y
el proceso de reanimación de un paciente que sufre de un es- renal se hayan recuperado completamente, podemos afirmar
tado de choque. Nuestra primera recomendación es restaurar que nuestro paciente todavía presenta un déficit de perfusión
la presión arterial. Por algún tiempo se soslayó la importancia que nos obligará a continuar en el proceso terapéutico. Por
de la presión como agente que condiciona la perfusión general otro lado, también debe ser claro que la recuperación com-
del organismo. Sin embargo, la evolución inapropiada de pa- pleta de estas funciones no garantiza la ausencia de hipoper-
cientes que, a pesar de tener un adecuado gasto cardíaco, no fusión y por tanto, una vez recuperadas, debemos avanzar en
logran mantener una presión arterial apropiada ha mostrado la utilización de otros indicadores del estado de perfusión.
que esta omisión puede ser catastrófica. En consecuencia, he- La acidosis metabólica, detectada por medio ,de los gases
mos incluido, como primer paso en el manejo del paciente, el arteriales, puede ser un indicador adecuado de hipoperfusión
recuperar la presión arterial a un nivel compatible con una per- oculta. Como se discutió, la base fisiológica para esta noción
fusión adecuada de todos los órganos. Por otro lado, dadas las se encuentra en la producción de ácido láctico, secundaria a
evidencias ya discutidas, introdujimos el factor tiempo dentro un "bloqueo" de la cadena respiratoria ocasionada por una
de esta primera meta. Así, nuestra primera meta clínica es res- disminución del aporte de 02 a la mitocondria (57).
taurar la presión arterial dentro de los primeros 30 minutos. Existen dos grupos de conocimiento que deben tenerse en
No está claro en la literatura médica el nivel de presión cuenta antes de sugerir que una acidosis metabólica detectada
óptima al cual debe llevarse un paciente en estado de choque. por los gases arteriales es indicadora de una hipoperfusión.
Sin embargo, de la fisiología es claro que los niveles de pre- El primer concepto, que se discute ampliamente en el capítu-
sión por debajo de 60 pueden comprometer el funcionamien- lo de equilibrio ácido-base de esta publicación, nos muestra
to renal. Además, una presión de perfusión cerebral por deba- que existen otras causas de acidosis metabólica, que incluso,
jo de 50 altera el funcionamiento cerebral. Por otro lado, una pueden ser más frecuentes que la acidosis láctica y que deben
presión sistólica que persiste por debajo de 90 define el esta- ser descartadas antes de sugerir la presencia de hipoperfu-
do de choque. Estos parámetros nos han llevado a establecer, sión. Remitimos al lector al respectivo c&pítulo (58).
para nuestros residentes, una frase coloquial que define una Por otro lado, cada vez tomamos más conciencia de que
presión arterial adecuada y que recomienda aquella que "le la acidosis láctica no es sinónimo de reducción del aporte
1/CHOQUE

de oxígeno a la mitocondlla. En efecto, es posible que un asociada a una tasa de extracción elevada y una reducción de
aumento de la glicólisis, sin alteración de la cadena respira- la presión venosa mezclada de oxígeno. Finalmente, también
toria, pueda aumentar los niveles de piruvato y presionar así suponemos, al menos desacople entre el aporte y el consumo,
la producción de ácido láctico, en cuyo caso la característi- cuando la tasa de extracción tisular es mayor del 30% y.la
ca fundamental es el mantenimiento de una relación normal presión venosa mezclada de oxígeno menor de 35 mmHg,
entre el piruvato. y el lactato. Además, se ha reconocido el aunque no haya acidosis metabólica.
papel del lactato como transportador de equivalentes reduc-
tores hacia áreas del organismo que lo puedan incorporar al Las estrategias clínicas del tratamiento
metabolismo intermediario (57, 59, 60). Frente a una reducción en el aporte de oxígeno (D0 2) que
Estos nuevos conocimientos nos imponen cautela en la causa disminución del consumo nuestra actitud terapéutica
interpretación de una acidosis láctica como sinónimo de una se orienta a aumentar el DO'). Como se discutió, los compo-
hipoperfusión, de tal manera que frente a una acidosis meta- nentes centrales del DO') son-la hemoglobina (Hb), la satura-
bólica nuestra primera actitud será la de tratar de descartar ción de oxígeno (SaO')) y el gasto cardíaco (GC).
factores como la diferencia de iones fuertes (DIF), las ceto- Cuando la SaO 2 es-menor del 90%, tratamos de asegurar
nas, el fosfato o el sulfato como agentes causales (58, 60). un valor superior a esta cifra mediante acciones que tienden
Descartados éstos podríamos con mucha razón pensar en la a promover el ingreso de oxígeno al tOlTente circulatorio, la
lactacidemia, en cuyo caso es muy probable una hipoperfu- primera de las cuales es aumentar la fracción inspirada de
sión, sin dejar de considerar y tratar de descartar aquellos oxígeno (FiO')) al 50%. Por supuesto, emprendemos medidas
fenómenos descritos de producción aeróbica de lactato. tendientes a establecer la causa y a controlarla.
La llamada tasa de extracción tisular de oxígeno ha sido La cantidad de Hb es otro factor a considerar y que recien-
utilizada como indicador global del acople entre el aporte de temente ha sido objeto de gran controversia. En efecto, He-
oxígeno y su consumo. En forma similar, la presión venosa bert y colaboradores (67) en un trabajo prospectivo, aleatorio
mezclada de oxígeno también ha sido señalada como pará- controlado multicéntrico realizado en cerca de 800 pacientes
metro evaluador de la pe~fusión general del organismo. El sugieren que pacientes críticos con edad menor de 55 años
inconveniente de evaluar la perfusión general radica en la po- y un APACHE II menor de 20 se pueden manejar con una
sibilidad de que pasen desapercibidas zonas locales de hipo- estrategia conservadora, con niveles de Hb entre 7 y 10 gms/
perfusión, quedando entonces el paciente insuficientemente dL. Sin embargo, los pacientes más graves, con enfermedad
reanimado. cardíaca, neurológica, trauma y otras, requerirían un ajuste a
Esta hipótesis ha sido sugerida por quienes han utilizado niveles entre 10 y 12 gms/dL (67). En un editorial acompa-
la medición del CO 2 gástrico y quienes, mediante la tono- ñante de la misma publicación se enfatiza la necesidad del
metría, han demostrado una reducción del pH gástrico como ajuste superior en los pacientes más graves (68).
indicador de hipoperfusión local (61-65). Debe señalarse, sin En nuestra práctica, tratamos de mantener el valor de la
embargo, que recientemente se ha cuestionado la utilidad de Hb en niveles cercanos a 12, pero no superiores. Nuestro
la tonometría gástrica. En efecto, Creteur y colaboradores umbral de transfusión está situado alrededor de los 10 gms,
(66) no pudieron demostrar ninguna correlación entre la dife- pero ahora evaluamos mejor esta necesidad mediante la tasa
rencia mucosa-arteria de CO'), con otros índices de perfusión de extracción tisular, de tal manera que frente a un paciente
esplánica (64). A pesar de elÍo, parece ser claro que el fenó- con una Hb de 11 y una tasa de extracción del 25% mante-
meno existe (66), aunque es necesario quizás utilizar otros nemos una actitud expectante, pero si é~ta es mayor de 30%
marcadores como la saturación de oxígeno en la vena supra- procedemos a transfundir. Sin embargo:cllando la Hb está
hepática o la diferencia de CO 2 entre ésta y la arteria (66). en 10 tendemos a transfundir aunque hemos observado que
El cálculo del VO') y del D02 requiere de la colocación de en presencia de una tasa de extracción normal y en ausencia
un catéter de Swan Ganz y por tanto rara vez se utiliza como de acidosis metabólica, los pacientes menos críticos podrían
instrumento de medida en las etapas iniciales de la reanima- ser manejados en forma expectante en lo que respecta a la
ción. En efecto, lo utilizamos, si es necesario en las etapas transfusión.
avanzadas. Sin embargo, hemos reiterado que los valores ab- El tercer componente del D02 es el GC. Frente a una hipo-
solutos tanto del DO 2 como del VO')_ no son de mayor utili- perfusión que cursa con una Sa0 2 mayor del 90% y una Hb
dad, salvo que las cifras estén francamente por debajo de los igualo mayor de 12 gm/dL la propuesta terapéutica que se
patrones normales establecidos o que dichos valores cursen impone es la promoción del GC. En este caso la modulación
con una tasa de extracción tisular aumentada. del volumen, de la inotropía y de las resistencias periféricas,
En nuestra práctica evaluamos la perfusión a través de constituyen las medidas terapéuticas centrales.
algunos de los parámetros mencionados. En primer lugar la
clínica; en segundo lugar los gases y los electrolitos; en tercer Los instrumentos terapéuticos
lugar la tasa de extracción tisular de oxígeno y la presión ve-
nosa mezclada de oxígeno. Suponemos hipoperfusión cuando En los siguientes pálTafos discutil'emos, en forma breve, los
nos lo indica la clínica o en presencia de acidosis metabólica elementos terapéuticos que consideramos importantes para el
manejo de los pacientes en estado de choque. Advertimos sin
SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 31
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

embargo, que el propósito no es el de hacer una revisión am- gue siendo una herramienta de primera línea cuando se trata
plia sobre el tema, sino el transmitir al lector las características de promover la contractilidad ventricular, titulando su dosis
principales de ellos, sobre las cuales basamos nuestro uso. hasta obtener el efecto deseado. Incluso, en casos de choque
cardiogénico, seguimos las recomendaciones del Task Force
El volumen de la AHA/ACC quines sugieren iniciar la terapia con dopa-
La administración de líquidos es una de las henamientas cen- mina (69-70).
trales en el manejo de los pacientes en estado de choque. In- La dobutamina, catecolamina con propiedades inotropas
cluso, en casos de infarto del miocardio que cursa con hipo- y vasodilatadoras, llegó con una indicación muy fuerte para
tensión, muchos recomiendan la administración de volumen ser usada en pacientes con problemas cardíacos y todavía se
como medida terapéutica inicial (69, 70). En forma similar, le recomienda para tal efecto. En estados de hipoperfusión
la administración de volumen ha sido recomendada en casos esplácnica secundaria a estados de choque los estudios con
de choque obstructivo, como es el ocasionado por tapona- tonometría gástrica, sugirieron un efecto benéfico de la do-
miento cardíaco o embolismo pulmonar. butamina en esta condición (63, 68, 77). Debe señalarse, sin
El manejo del volumen ha sido objeto de gran controver- embargo, que la dobutamina puede aumentar la mortalidad
sia, hasta el punto de casi dividir el mundo "crítico" entre los en pacientes sépticos. En efecto, como los discute Russel, a
abanderados de los coloides y los de los cristaloides. propósito del estudio de Vallet mencionado arTiba, en el gru-
Esta controversia parece haber tomado una definición. En po de no respondedores la mortalidad fue del 47,4% cuando
efecto, recientemente ha aparecido evidencia científica que se manejaron con dobutamina, y sólo del 20,7% cuando no
parece favorecer el uso de cristaloides en el proceso de reani- se usó este medicamento (78). Mucho más preocupante es
mación de los pacientes críticos. El grupo Cochrane publicó el informe de O'Connor y colaboradores (79) quienes mos-
una revisión sistemática de la literatura y demostró que, en traron, en el estudio FIRST, que la dobutamina aumenta la
comparación con los cristaloides, la administración de albú- mortalidad y las complicaciones en pacientes con falla car-
mina se asocia con un aumento en la mortalidad (71). En díaca avanzada. En efecto, en pacientes con ICC clase fun-
un editorial del BMJ, a propósito de la revisión sistemática cional IIIb a IV, la infusión de dobutamina se asoció con una
mencionada, Offringa concuerda en la necesidad de suspen- incidencia del 85,3% de efectos adversos, en comparación
der el uso de albúmina para propósitos no investigativos (72). con 64,5% en el grupo control (p= 0,0006). Además, la tasa
Además, Schierhout y Roberts (53), en una revisión siste- de mortalidad del 70,5% fue sustancialmente mayor que la
mática de la literatura mostraron que la administración de de 37,1 % en el grupo control, (p=O,OOOI) (79). Finalmente,
coloides, en cualquiera de sus formas, también se asocia con recientemente se ha cuestionado el papel preponderante de
un aumento de la mortalidad en pacientes traumatizados, en la dobutamina sobre la perfusión esplánica. En un estudio
quirúrgicos y en quemados (73). Por otro lado, estos autores aleatorio controlado Thoren y colaboradores (80) evaluaron
mostraron que estos resultados se mantienen independiente- el efecto de la dopamina (Dp), la dopexamina (Dx) y la do-
mente del tipo de coloide utilizado, sea albúmina, plasma, butamina (Db) sobre la perfusión de la mucosa yeyunal en
almidón, gelatina o dextrán (74). pacientes en postoperatorio de cirugía cardíaca .. Los autores
La conclusión, más importante de esta evidencia es que, encontraron que el incremento de la perfusión fue del 27%
aun en el mejor de los casos, los resultados terapéuticos son con Dp, del 20% con Dx y del 7% con Db, diferencias es-
similares con ambos grupos de sustancias y que el costo hace tadísticamente significativas. A su vez, la diferencia entre
inclinar la balanza hacia el lado de los cristaloides. Dp y Dx no alcanzó significancia, pero sí fue significativa
la diferencia entre éstas y la Db (80). Nuestra 'apr..eciación es
Los inotropos que la dobutamina es una droga dy 2a o 3a línea en el manejo
de nuestros pacientes. Nuestra experiencia no ha confirmado
También en este tópico se ha generado controversia. De los la presunción de que no es, en principio, un agente taqui-
diferentes agentes disponibles, cada uno tiene características cardizante. Su acción vasodilatadora puede ser riesgosa en
que, según en el lado en el que usted se ubique, favorecen o pacientes vasodilatados o en aquellos con una presión arterial
no su utilización. límite. La indicamos en cuadros hipodinámicos que no han
Por ejemplo, por mucho tiempo se enfatizó el uso de do- respondido a nuestros agentes de primera línea, cuando el
pamina por su ventaja de tener un "efecto vasodilatador re- cuadro predominante es el de una elevación marcada, pri-
nal" con características protectoras. A pesar de que aún exis- maria o secundaria, de la resistencia periférica, que consi-
ten quienes persisten en este concepto, la verdad es que no deramos esté agravando una depresión cardíaca que no ha
existen evidencias de un tal efecto protector (75). Por otro respondido a otros vasoactivos.
lado, la controversia sobre si usamos dosis "dopa" o "beta" o La adrenalina es un vasoactivo con una buena actividad ino-
"alfa", también ha sido recientemente cuestionada. En efec- tropa y posee un efecto vasoconstrictor dependiente de dosis.
to, MacGregor y col (76) mostraron que los niveles sanguí- Aunque no existen referencias bibliográficas "fuertes", pode-
neos de dopamina y por tanto su efecto farmacodinámico mos decir que es el medicamento de primera línea empleado
no conelaciona bien con la dosis administrada con base e~ por la evolución cuando inició su programa de ensayo y enor
el peso corporal. Nuestra apreciación es que la dopamina si-
1/CHOQUE

para dotar a los seres vivientes de mecanismos de superviven- La nitroglicerina, recomendada por sus propiedades va-
cia. Y lo interesante es que, después de millones de años, la sodilatadoras, no es un medicamento que utilicemos para
sigue usando. Nuestra apreciación es que la adrenalina es una estos propósitos en los estados de hipoperfusión. Su efecto
droga de 2a línea en el manejo de pacientes en choque. ,Sin venodilatador predominante la hace un vasodilatador arterjal
embargo, algunos autores sugieren su utilización como medi- relativamente insuficiente y por esa propiedad puede reducir
camento de plimera línea. En efecto, en un estudio ya mencio- la presión circulatoria media y disminuir el retorno venoso.
nado sobre el aumento del DO] como medida profiláctica pe- El nitroprusiato de sodio es otro agente disponible., Sin
lioperatoria, los autores la utilizan como único inotropo (47). embargo, además de su potente actividad vasodilatadora arte-
También se ha utilizado como droga de 1a línea en pacientes de rial, tiene también efecto sobre las venas y por ello desembo-
difícil destete de la bomba de circulación extracorpórea. car en una reducción del retorno venoso. Cada vez lo usamos
La arnrinona, perteneciente al llamado grupo de los ino- menos para efectos de manejo de la resistencia periférica en
dilatadores, actúa inhibiendo la fosfodiesterasa. A pesar del pacientes en choque, aunque continúa siendo de gran utilidad
entusiasmo inicial con el uso de este medicamento, rápida- en pacientes con patología cardíaca primaria.
mente tomamos conciencia de sus efectos colaterales sobre el Finalmente, vale la pena mencionar algunos apoyos no
ritmo cardíaco y de su aparentemente débil acción inotropa. farmacológicos que pueden ser de utilidad en el manejo del
Prácticamente no existe en nuestro armamentario terapéutico paciente en estado de choque. La ventilación mecánica tiene
actual. Nos abstenemos de comentar otros agentes inotrópi- como "colateral" una reducción de la resistencia vascular pe-
cos por carecer de experiencia con ellos. riférica y por este mecanismo puede favorecer la promoción
del gasto cardíaco izquierdo. Este efecto, sin embargo, puede
Vasoconstrictores ser contranestado por el efecto sobre el ventrÍCulo derecho,
Para nosotros, éste es un capítulo aparte. En el último lustro en donde puede aumentar la resistencia al vaciad,o. El "ba-
hemos asistido a propuestas terapéuticas que involucran el lón" de contrapulsación aórtica mejora la perfusión coronaria
uso de vasoconstrictores puros (estimulantes alfa) en el ma- y reduce la resistencia vascular, y se constituye en un apoyo
nejo de pacientes en estado de hipotensión. Como se discutió de la función ventricular izquierda.
arriba, encontramos un riesgo importante en la utilización de
estos agentes por su efecto sobre la resistencia periférica que La conducción del proceso
puede desencadenar una reducción de la fracción de eyección Como se ha discutido en las secciones sobre fisiopatología,
y del índice sistólico y un aumento del volumen de fin de sís- podemos comprender el proceso de recuperación del pacien-
tole y de fin de diástole. La consecuencia sería una desviación te en choque a través de dos etapas, la primera de las cuales
de la curva de función ventricular izquierda hacia la derecha se caracteriza por una depresión general del sistema, con una
y un riesgo importante de hipoperfusión miocárdica. Nuestra reducción del DO] y del VO] y la segunda, como una fase
apreciación entonces es que se trata de una medida riesgosa, flow con aumento de ellos. El "trabajo" del médico consis-
cuya implementación, si es que se hace, debe ser muy cau- te entonces en ayudar al paciente a superar rápidamente la
telosa. En efecto, hasta el momento, nunca hemos visto la etapa de choque y luego, apoyar su respuesta flow hasta su
necesidad de utilizarla y nuestros resultados terapéuticos no abatimiento.
difieren de los esperados (81). Quizás podamos encontrar un
espacio para estos agentes en casos de vasodilatación severa El proceso terapéutico durante la etapa de choque
ocasionada por el bloqueo espinal. De acuerdo con las consideraciones fisiGpatológicas descri-
tas, el objetivo en esta etapa es restaurar, lo'más rápidamente
Vasodilatadores posible, la perfusión tisular y el V0 2 •
Nos inclinamos a manejar vasodilatadores de efecto predo- El manejo durante esta etapa debe ser intenso y oportu-
minantemente arterial, cuando consideramos que la eleva- no y puede ser orient~do a través de una secuencia de pasos
ción de las resistencias periféricas está afectando de manera que han constituido nuestra orientación en los últimos años.
importante la función ventricular izquierda. Su uso adecua- El primer paso es restaurar la presión arterial, dentro de los
do, en efecto, aumenta la fracción de eyección, el IC y el primeros 30 minutos. El segundo paso es realizar los ajustes
índice sistólico (IS). Lamentablemente han sido retirados del necesarios dentro de las siguientes 6 a 12 horas para recupe-
mercado nacional agentes como la fentolamina y otros que rar completamente el V0 2 •
mejor resultado nos dieron hace algún tiempo, dejándonos un Para una mejor descripción del proceso, procederemos a
poco desprotegidos en este tópico. De los agentes disponibles separarlo en cada una de las categorías generadoras de cho-
para uso IV, recunimos a la clorpromazina que en "bolos" de que, discutidas aniba.
1 mg puede dar resultados satisfactorios, no sin antes advertir
que evitamos utilizarla en casos de colestasis o cualquier otra Choque hipovolémico
forma de disfunción hepática. Entre los agentes de uso oral, Como el fenómeno desencadenante es una reducción en el
el captopril por vía sublingual o la clonidina pueden reducir retorno venoso, la medida fundamental es su promoción a
las resistencias.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

través de la administración de volumen. Para elló, iniciamos Como se observa, la acción de los mediadores reduce el
la terapia aplicando soluciones cristaloides isotónicas, vale compartimiento periférico, reduciendo su espacio (constric-
decir solución salina o lactato de Ringer, a través de vías pe- ción arterial y redistribución de volumen) y disminuyendo a
riféricas de suficiente calibre como para permitir un rápido la vez, la cantidad del líquido necesaria para generar presión
ingreso del líquido. dentro del circuito venoso (venoconstricción) (32, 33). Se
A través de uno o varios catéteres N° 14 ó 16 es posible lo- aprecia, además, que esta respuesta compensadora del orga-
grar el objetivo inicial, de infundir 1 o 2 L de solución en los nismo es insuficiente, a juzgar por la disminución del llenado
primeros 10 a 15 minutos. Durante este proceso es necesario en el compartimiento central.
monitorizar permanentemente el estado del paciente con el En estas circunstancias, dado el estado de constricción
objeto de evaluar la oportunidad del manejo, la velocidad de venosa, la administración de una cantidad de volumen, cier-
infusión y los logros obtenidos. tamente inferior a la pérdida ocunida, logra generar una
Salvo en casos de exanguinación o de pacientes en estado adecuada presión circulatoria media para asegurar el retorno
avanzado del síndrome, con frecuencia esta primera medida venoso y la promoción del gasto cardíaco.
logra recuperar rápidamente la presión arterial. Este conocimiento nos permite asegurar que, si gracias a
Hay una razón fisiopatológica que permite comprender el el mecanismo descrito, logramos recuperar la presión arterial
porqué, a pesar de una pérdida sustancialmente superior, po- rápidamente, esta recuperación no será sostenida si no se ha
demos lograr una recuperación inicial con la administración logrado administrar el volumen perdido.
de una cantidad inferior a la perdida. En la figura 50 se es- En efecto, en la figura 52 se esquematiza cómo, al infundir
quematiza el concepto. el volumen, disminuye la respuesta catecolamínica, se amplía
el compartimiento periférico y se reduce de nuevo el llenado
del compartimiento central. En otras palabras, si nuestra tera-
pia se suspende con la respuesta inicial, correremos el riesgo
de que el paciente vuelva a presentar el estado de choque.

COMPARTIMENTO
PERIFÉRICO

Figura 50. Compartimentos vasculares.

La figura muestra el sistema circulatorio dividido en un


Infusión de volumen Menor constricción
compartimiento central y uno periférico los cuales se comu-
nican a través de los circuitos arterial y venoso representados
en el "tubo" central. El llenado del compartimiento central se Figura 52. Compartimientos circulatorios en hipovolemia e infusión de vo-
realiza gracias al retorno venoso, impulsado por la presión hImen.
circulatoria media.
En la figura 51 se muestra lo que sucede en un paciente El proceso a seguir es entonces el, siguiente. La recuperación
que ha perdido volumen y ha activado sus mecanismos de inicial es seguida por una ampliación del compartimiento
respuesta catecolamínica. periférico que debe manejarse infundiendo un volumen adi-
cional. Este proceso se repite hasta cuando se demuestre que
ha cesado la respuesta compensatoria y el paciente es capaz,
sin la infusión adicional de volumen, de mantener su presión
arterial.
Cabe aquí anotar que si el choque ha sido de suficiente
intensidad como para alterar el funcionamiento de las bom-
bas iónicas, habrá una "corriente de salida" de líquido desde
el espacio intravascular hacia el intracelular, que de no ser
compensada por la administración de volumen, puede llevar
Pérdida de volumen Vasocontricción a un estado persistente de hipovolemia.
Ha sido objeto de gran discusión la c¡1ntidad de volumen a
Figura 51. Compartimientos circulatorios en hipovolemia y en respuesta administrar y la explicación fisiopatológica para ello. Los tra-
catecolamÍnica. bajos iniciales de Shires mostraron que, en el transcurso del
1/CHOQUE

choque había una depleción del volumen iritersticial, que de arterial. En nuestro esquema iniciamos dopamina a dosis de
no reponerse, impedían la recuperación del animal. En con- 5 mcg/kg/min y la modificamos a necesidad.
secuencia con ello, en casos de choque por pérdida de sangre, Una medida que nos ha sido útil y que utilizamos cada vez
era necesario administrar un volumen adicional al volumen con mayor frecuencia es la administración de solución salira
de sangre perdido, para impedir la muerte. En consecuencia, hipertónica. En muchas ocasiones hemos sido sorprendidos
este autor recomienda la administraciór adicional de Ringer por su efecto terapéutico. La explicación de su rápida acción
lactato (82, 83). Por otro lado, los estudios sobre la cinética está, a nuestro juicio, en los trabajos de Gann, descritos an"i-
del Ringer lactato, realizados en humanos, han mostrado que ba (87) y en los estudios de Svensen y Hahn que sugieren un
dado su volumen de distribución es necesario administrar volumen de distribución mucho menor para la salina hipertó-
mayor cantidad de volumen para "llenar" el espacio intravas- nica que para el Ringer lactato (85). Para su implementación
cular (84-86). Finalmente, en casos de pérdida de sangre, hay utilizamos solución al 7,5%, en bolos de 20 mI hasta una do-
consenso en que para lograr un adecuado volumen circulante sis máxima de 4 ml/kg, aunque debe señalarse que este uso
con la administración de cristaloides, es necesario adminis- no ha recibido el aval de la FDA.
trar entre 3 y 4 veces el volumen perdido. Una vez recuperada la presión arterial, pasamos a evaluar
Gann y col (87) realizaron un aporte interesante a la di- el estado de la perfusión periférica. Si con las medidas inicia-
námica de la reposición del volumen intravascular en casos les pudimos restaurar la perfusión periférica, hemos logrado
de pérdida hemorrágica. En efecto, estos autores, mediante con éxito superar la primera fase de la reanimación. Si, por el
un elegante experimento realizado en animales, demostraron contrario, encontramos una acidosis metabólica persistente
que la clave de la reposición del volumen intravascular es en cuya génesis no se encuentra la DIF, ni las cetonas, el
el aumento de la osmolaridad del intersticio que actúa "sa- sulfato o el fosfato, asociada a una tasa de extracción tisular
cando" líquido de la célula. Este líquido aumenta la presión aumentada y a una reducción de la presión venosa mezcla-
hidrostática intersticial creando una "corriente de entrada" da de 02' podemos presumir con alta probabilidad de acertar
hacia el espacio intravascular. La recuperación completa im- que nuestro paciente está insuficientemente reanimado y pro-
pone, por supuesto, la reposición del volumen "ap011ado" cederemos a continuar con la infusión de volumen ylo inotro-
por la célula (87). Esta explicación nos aporta además una pos hasta lograr el objetivo.
hipótesis plausible para comprender el mecanismo de acción Es común escuchar entre los aficionados al boxeo que,
de las soluciones salinas hipertónicas. En efecto, estas con- para los jueces, son las últimas imágenes del combate las que
centradas soluciones aportan una gran cantidad de osmoles más los impresionan. Espero que esto sea aplicable a la lec-
al tejido intersticial, en donde actúan "sacando" agua de la tura y por ello quiero dejar esta última idea: si no se logra
célula que posteriormente va al torrente sanguíneo. controlar oportunamente la causa desencadenante, no serán
Sea cual fuere el mecanismo, parece haber consenso en de mayor utilidad nuestras medidas terapéuticas ni los cono-
que la cantidad de líquido necesaria a administrar supera cimientos fisiopatológicos.
con mucho las expectativas iniciales. Los estudios de Lucas
apoyan esta noción (88), aunque este autor supone que el Choque cardiogénico
estado de choque produce un cambio conformacional en el Un desencadenante frecuente de choque cardiogénico es
intersticio que impide la reposición vascular de la albúmina el infarto del miocardio (IAM). Se debe enfatizar hasta la
que normalmente sale de él. Este fenómeno, descrito como saciedad que, en estos casos, las medidas terapéuticas que
la "enfermedad intersticial" podría ser otra explicación para no incluyen la reperfusión del miocardi~ tienen muy pobres
el aumento observado en clínica, del volumen necesario para resultados, con mortalidades inaceptablem~nte altas, que su-
una adecuada reanimación. peran el 80%. Por esta razón, es necesario comprender las
Este "pequeño" paréntesis permite entender entonces que, medidas terapéuticas como "un alto en el camino" hacia la
una vez recuperada la presión arterial es necesario continuar sala de hemodinami~o de cirugía.
con la terapia intravenosa hasta cuando se logre la estabilidad El proceso aquí es más fácil de describir que de imple-
del paciente. Ahora bien, no es infrecuente que con la admi- mentar. En efecto, frente a un paciente con IAM que cursa
nistración inicial de volumen no se logre una respuesta com- con hipotensión, nuestra primera actitud es la aplicación de
pletamente satisfactoria. En estos casos, "se nos van agotando volumen. En nuestra práctica iniciamos con "un goteo" de
los 30 minutos" sin lograr recuperar la presión arterial. Aquí cristaloides a una velocidad de 1.000 mllhr y evaluamos los
se impone la administración de vasoactivos. Esta propuesta, resultados cada que se completen 200 mI. En ese momento,
anteriormente inaceptable para nosotros por tratarse de ca- verificamos el estado de la presión, de la oxigenación, de la
sos de hipovolemia, encuentra su explicación en las medidas perfusión y si constatamos que no se han logrado los objeti-
adoptadas por el organismo en estos casos y que han mostra- vos y que no hay evidencias de falla cardíaca, proseguimos
do ser útiles para la supervivencia. En efecto, el organismo con esta "prueba de volumen". Esta acción que tiene apoyo
libera adrenalina que como se dijo, "lo ayudan a sostenerse en la literatura (69, 70) se basa en la noción de que un grupo
mientras tanto". En igual forma procedemos cuando, a pesar de estos pacientes puede haber estado en ayuno o haber vo-
de la infusión de volumen, no logramos recuperar la presión mitado o sudado en exceso y por tanto, es importante iniciar
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

suponiendo un cierto grado de hipovolemia que, al ser corre- Finalmente, si el choque cardiogénico se desarrolla fuera
gida disminuye los efectos deletéreos de la caída en el gasto del contexto del IAM, se implementarán las medidas de so-
cardíaco ocasionada por la lesión miocárdica. porte descritas y sólo se recurrirá a la cirugía cuando el estu-
Si la infusión de volumen en la cantidad descrita no logra dio del paciente muestre que es posible recuperar la función
el objetivo de recuperar la presión arterial iniciamos dopami- por este medio.
na a dosis de 5 mcg/kg/min y vamos titulando la dosis hasta
lograr los objetivos. En algunos pocos casos, la administra- El choque de origen obstructivo
ción de dopamina aún a dosis de 20 o más mcg/kg/min no lo- Cuando el choque se desencadena por una obstrucción a la
gran estabilizar al paciente. La adición de adrenalina a dosis entrada del retorno venoso, la medida terapéutica de soporte
de inicio de 0,01 mcg/kg/min y su titulación hasta 0,1 mcg/ será la de incrementar la presión circulatoria media y para
kg/min e incluso superior, puede solucionar el problema. Au- ello la herramienta principal son los líquidos. Para tal efec-
toridades muy importantes recomiendan utilizar dobutamina to, procedemos a infundir cristaloides, como se señaló en el
cuando no logran el control con la dopamina (69, 70). Para choque hipovolémico. Debe señalarse que en estos casos las
ello, se inicia con 5 mcg/kg/min y se titula la dosis en ade- medidas de soporte tienen como objetivo lograr una estabi-
lante. En algunas oportunidades, en casos muy complejos, lización básica para proceder a controlar la causa. En casos,
hemos recurrido al uso simultáneo de los 3 inotropos, en un por ejemplo, de taponamiento cardíaco, si no se logra liberar
intento de ayudar al paciente a superar la crisis inicial. la presión intrapericárdica, no podrá aliviarse la restricción
La decisión de utilizar un apoyo externo con balón de de la cámara y por tanto no lograremos los resultados espe-
contrapulsación aórtica depende de la experiencia del cen- rados.
tro. Nuestra opinión es que este recurso debe ser utilizado En casos de urgencia, como sucede en el trauma, la prio-
tempranamente, como una medida de apoyo previa al cate- ridad se orienta a drenar el pericardio y la administración
terismo. de líquidos se convierte en una medida secundaria, aunque
Es importante agregar que cuando uno de nuestros pacien- concurrente. Por otro lado, en los derrames pericárdicos de
tes requiere de tan intenso apoyq cardiovascular, no dudamos establecimiento paulatino, la lenta progresión permite un
en avanzar un catéter a la arteria pulmonar para guiarnos en diagnóstico mucho antes de que la restricción sea de tal mag-
la terapia. Una vez recuperado el paciente de la hipotensión nitud que ocasione un estado de choque, procediéndose en
inicial, continuamos el "camino" hacia la sala de hemodina- consecuencia a su drenaje.
mia para evaluar la posibilidad de reperfundir el miocardio. Cuando la obstrucción es en la salida del flujo ventricular,
En este momento puede surgir una temida pregunta. ¿Vale se imponen medidas para aliviarla. En el embolismo pulmo-
la pena recuperar la presión arterial antes de la reperfusión o nar, por ejemplo, la utilización de aminofilina puede dismi-
pasamos directamente al paciente a la sala de hemodinamia? nuir la resistencia pulmonar y bloquear el reflejo neumocons-
Para una pregunta temida, una respuesta ambigua. Veamos. trictor. Por supuesto que, este fenómeno puede ocasionar una
Durante todo el proceso, el clínico debe tener en la mente reducción del retorno venoso que responde a la elevación de
la reperfusión del miocardio del paciente. Por otro lado, es la presión circulatoria mediante la administración de líqui-
razonable suponer una mejor implementación del procedi- dos. En las obstrucciones a la eyección ventricular izquierda,
miento en pacientes que tienen un balance hemodinámico sa- la administración de vasodilatadores arteriales tendrá los re-
tisfactorio, así sea este precario. Además, por razones logís- sultados esperados. En estos casos la administración de volu-
ticas, sólo en los grandes centros cardiovasculares se dispone men no parece ser la medida más aconsejable.,
inmediatamente de los recursos del laboratorio de hemodi-
namia. Cuando se dispone del recurso inmediato, nos parece Choque de origen distributivo
que la medida más adecuada es la de implementar simultá-
neamente la reanimación y la reperfusión. En la mayoría de Consideremos en primer lugar el choque séptico, dada su
nuestros centros, sin embargo, la respuesta de hemodinamia importancia y frecuencia. éomo se discutió, el componente
toma algún tiempo y entonces procederemos a implementar primario es el de una vasodilatación sistémica secundaria a la
las medidas de reanimación "mientras tanto". sepsis, asociada a una alteración de la permeabilidad capilar
Por no ser del ámbito de esta publicación no consideramos que le agrega un componente hipovolémico. Además, se ha
la terapia fibrinolítica, pero es claro que tiene un papel en la demostrado una depresión miocárdica secundaria, con dila-
terapéutica actual del IAM (69, 70). tación ventricular (24).
Vale la pena pensar que es posible que, en el curso de un El eje de la reanimación del paciente en choque séptico
IAM ocurra una complicación mecánica por daño valvular o es la administración de volumen y para ello utilizamos cris-
ruptura del tabique o de la pared misma del miocardio que taloides. No es infrecuente que se requieran volúmenes altos
deterioran severamente la función y desencadenan un choque de líquidos para lograr una respuesta adecuada, que pueden
cardiogénico. En estos casos el diagnóstico oportuno y los lleaar
b
hasta los 10 o más litros de cristaloides
,
en las primeras
resultados de las medidas de soporte orientarán al clínico a 12 a 24 horas (1, 24, 89). En nuestro esquema iniciamos con
utilizar o no inmediatamente el recurso quirúrgico. cristaloides e infundimos 1 a 2 litros durante los primeros 20
minutos. La utilización de salina al 7,5% es una medida que
1/CHOQUE

nos ha permitido una respuesta rápida, aunque no superamos pilar, que mientras revierten, ocasionan una disminución del
los 4 rnL/kg. volumen intravascular.
Para el alivio de la depresión miocárdica utilizamos do- También puede ocurrir que como consecuencia de la hi-
pamina, como agente de primera línea a dosis de 5 mcg/kg poperfusión miocárdica o de la producción de depresores en-
y que cada vez más precozmente durante el período de re- dógenos, la función miocárdica se vea deteriorada agregando
animación. A partir de esta dosis, titulamos la respuesta y este factor al cuadro clínico.
las dosis posteriores. Con este esquema terapéutico general- El papel del médico durante esta fase es "acompañar" al
mente logramos la recuperación de la gran mayoría de los paciente durante ella y "velar" para que pueda transitarla
pacientes. completamente. En términos menos coloquiales el médico
Cuando la administración de líquidos y dopamina hasta 15 debe constatar permanentemente que el paciente mantiene su
ó 20 mcg/kg no logra controlar el proceso de choque, adicio- patrón de respuesta y, cuando detecte alguna alteración, la
namos adrenalina titulándola a partir de 0,01 mcg/kg y hasta cOlTige. Debe señalarse que una hipoperfusión durante esta
0,1 mcg/kg. Este esfuerzo adicional permite la recuperación fase puede redesencadenar de nuevo la respuesta esta vez con
de otro grupo de pacientes. mayor intensidad y poner al paciente en riesgo de desarro-
Finalmente, existen aquellos en quienes las medidas men- llar falla multisistémica. También es importante anotar que
cionadas o no dan resultado u ofrecen una recuperación insu- para ello no es necesario que se presente un franco estado de
ficiente. En estos casos, incrementamos las dosis de inotro- choque, sino que, puede ser ocasionada por períodos relativa-
pos y procedemos a buscar causas concurrentes que puedan mente larvados de hipovolemia o falla cardíaca que de no ser
explicar el fracaso terapéutico. En los pacientes que han re- corregidos tienen las consecuencias descritas.
cibido esteroides puede haber una insuficiencia suprarrenal El mantenimiento del volumen circulante es uno de los
escondida que explique la falta de respuesta del paciente. Por pilares terapéuticos. Como puede derivarse de las discusio-
otro lado, se ha señalado que, los pacientes en sepsis, pueden nes fisiopatológicas, la mayoría de estos pacientes tiene un
presentar una insuficiencia suprarrenal "relativa" caracteriza- requerimiento de volumen que supera con mucho las nece-
da por un nivel normal de. cortisol plasmático, puesto que en sidades basales.
estados de estrés este marcador debe elevarse (90). En estos Con mucha frecuencia el clínico no tiene en su mente las
casos, la administración de esteroides es una medida salva- consideraciones fisiológicas descritas y decide, al finalizar la
dora. Debe sin embargo señalarse, que esta conducta puede etapa de choque, reducir drásticamente la administración de
aumentar la mortalidad en pacientes que no sufren de insufi- volumen. El cuadro clínico característico que hemos obser-
ciencia suprarrenal y por lo tanto no debemos apresurarnos vado en estos casos puede ser caricaturizado en la siguiente
a implementarla. Si la historia y la clínica hacen presumir forma: "doctor, al paciente se le está bajando la diuresis",
con mucha fuerza una crisis suprarrenal, debe cuantificarse el dice la enfermera y el médico responde "pásele un bolo".
cortisol plasmático. En casos extremos, tomamos la muestra Algún tiempo más tarde la enfermera de nuevo alerta sobre
y administramos el esteroide antes de obtener la confirmación oliguria y/o taquicardia y/o hipotensión y el médico con fre-
por el laboratorio. De todas maneras el resultado, aunque sea cuencia responde "pásele otro bolo".
posterior, nos ayudará a determinar la conducta a seguir. La técnica "del bolo" muy utilizada en las unidades de
Vale la pena aquí señalar que no es infrecuente que se con- cuidado intensivo confirma la presunción del requerimiento
sidere fracaso terapéutico después de un apoyo insuficiente. líquido aumentado en estos casos. Sin embargo, debe notarse
En efecto, algunos clínicos se abstienen de proveer un aporte que se trata de un procedimiento intermitente y que en efecto
decidido de líquidos, por temor a producir o a aumentar un debe interpretarse como un error en la ¿uantificación del vo-
"

edema pulmonar. En realidad no se trata de fracasos terapéuti- lumen requerido por el pac~ente.
cos, sino de una terapia restringida y cuyos obvios resultados En nuestra práctica, una vez recuperado el paciente del cho-
disminuyen la posibilidad de supervivencia del paciente. que inicial, ap1icamo,s cristaloides a una tasa constante que fi-
jamos entre 300 y 500 rnL/hora y cuyos resultados vigilamos
El proceso terapéutico durante la fase Flow cercanamente durante las primeras 2 horas. Las presiones de
Una vez recuperado el paciente de su fase depresiva inicial, la llenado, la diuresis, la presión arterial, la tasa de extracción y la
respuesta fisiológica observada es la fase fiow, es decir de un presión venosa mezclada de oxígeno nos indican la peltinencia
período de duración variable de incremento espontáneo del de esta tasa de infusión y nos permiten hacer las modificacio-
aporte y el consumo de oxígeno. nes necesmias, hacia mTÍba o hacia abajo.
Con frecuencia la etapa de choque ha sido de suficiente La duración del período de soporte es vm-iable y en gene-
intensidad como para alterar el funcionamiento de las bom- ral depende de la gravedad y duración del choque inicial. En
bas iónicas, de tal manera que continúa produciéndose ede- consecuencia, debemos estar permanentemente evaluando el
ma celular a expensas del espacio intersticial y por supuesto paciente en la búsqueda de signos de abatimiento de la res-
del intravascular. puesta para iniciar la reducción del soporte.
Puede suceder también que las alteraciones durante la eta- En general suponemos que se ha superado esta fase cuando
pa previa hayan ocasionado cambios de la permeabilidad ca- el paciente comienza a mostrar una reducción de los signos

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 37


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

de hiperdinamia que se acompaña con un aumento de la diu- siones derechas, quizás con ingurgitación yugular, pero sin
resis. Con frecuencia, observamos que un paciente que venía consecuencias para el pulmón. Por otro lado, si el VD se ajus-
recibiendo, por decir algo 300 mL/hora y que con elló tenía un ta a la velocidad de infusión pero el izquierdo no lo hace, la
volumen urinario de 50 o 60 mL/hora, comienza a aumentar hipertensión en la aurícula izquierda puede desencadenar el
su diuresis sin una causa aparente. En este momento, en pa- edema pulmonar.
cientes monitorizados con catéter de la arteria pulmonar puede En consecuencia, nuestro papel se orienta a evaluar el
observarse un incremento paulatino de la resistencia periférica equilibrio entre los dos ventrículos, denominado "homoge-
y una reducción paralela del gasto cardíaco con aumento de neidad ventricular" para modificar la velocidad de infusión
las presiones de llenado que no se asocian a taquicardia ni a de acuerdo a su estado. La corrección de este fenómeno pue-
un aumento de la tasa de extracción tisular de oxígeno ni a una de incluir medidas de soporte inotropo o modificaciones en
reducción de la presión venosa mezclada de oxígeno. Nos en- la resistencia periférica y con frecuencia permite continuar el
contramos entonces frente a lo que usualmente denominamos aporte líquido hasta lograr la reanimación completa.
fase de disttibución, para significar el período durante el cual, Finalmente, si el médico obra en concordancia con los
la recuperación de las anomalías de la permeabilidad capilar y principios fisiopatológicos y tiene siempre presente la magni-
de las bombas iónicas, revierten el proceso inicial de salida del tud de la injuria y de sus consecuencias, prácticamente nunca
líquido desde el espacio intravascular. El fenómeno entonces enfrentará la tan temida "sobrecarga hídrica". No desconoce-
comienza a derivar líquido de los espacios celular e intersticial mos que uno pudiera administrar un volumen superior al re-
hacia el torrente vascular que en términos coloquiales pode- querido y que ello pueda tener consecuencias con el paciente.
mos expresar como un proceso mediante el cual "el organismo Sin embargo, es más frecuente que el temor a este supuesto
se deshace de los excedentes administrados". En este momen- nos lleve a dañar al paciente por insuficiente suministro.
to se impone una reducción drástica del apoyo con volumen Durante la fase pos choque existen también riesgos ,a con-
y permitir que el organismo proceda a la eliminación de los siderar. Durante ella caben las mismas anotaciones hechas
excedentes acumulados. para la etapa de choque. Sin embargo, en nuestra experiencia,
el principal riesgo lo constituye lo que hemos denominado
Los riesgos durante el proceso terapéutico "el síndrome de la eternización terapéutica". Se trata de una
Durante la fase de choque, el principal riesgo es la reanima- falta de reconocimiento por parte del médico de que el pa-
ción insuficiente y su principal consecuencia es el desarrollo ciente ha transitado correctamente por las fases descritas y se
tardío de falla multisistémica y la mejor forma de contrarres- encuentra en franca recuperación.
tarlo es asumiendo una actitud intensa durante el proceso. La caricatura de este cuadro podría ser la siguiente. El pa-
Algunos llaman a esta actitud "agresiva" para significar la ciente comienza con una diuresis profusa y el médico responde
necesidad de actuar con decisión, pero a nuestro juicio este aumentando el volumen administrado. La consecuencia es un
apelativo tienen inmersas connotaciones de daño que pue- aumento progresivo en las presiones de llenado y una dismi-
den hacer surgir en la mente del médico el antiguo adagio de nución, eventualmente por isquemia, de la función ventricular,
"primum non noscere" y conducirlo a "frenar el proceso". ante la cual el médico responde aumentando. los inotropos.
Pensamos, sin embargo, que en estos casos el "primum non Esto conduce a un aumento del GC y de la diuresis con reduc-
noscere" se aplica en sentido contrario, es decir se puede ha- ción de las presiones de llenado que el médico puede interpre-
cer más daño no haciendo que haciendo. tar como "un estado hiperdinámico" y una "poliuria séptica"
Otro riesgo potencial es el de acentuar un eventual des- que requiere aumento en el volumen administrado y por tanto
equilibrio entre el GC derecho y el izquierdo en paciente con vuelve a comenzar el ciclo. El resultado gener~lmente es un
depresión miocárdica. Si por alguna razón el volumen expul- paciente sano, hinchado, con dopa full, con infiltrados pulmo-
sado por el ventrículo izquierdo (VI) es inferior al eyectado nares y un desesperado médico hablando de "sepsis oculta",
por el ventrículo derecho (VD), la consecuencia será el acú- "falla multisistémica" y no sé cuántas otras cosas más.
mulo de agua en el intersticio pulmonar. Debe señalarse que La mejor forma de evitar este riesgo es el análisis juicioso
no debemos entender este fenómeno como producto de "una de los eventos que se suceden en el paciente. El médico debe
sobrecarga hídrica", puesto que el mecanismo predominante estar siempre buscando los indicadores descritos de aba-
nada tiene que ver con la cantidad administrada de líquido timiento. Incluso debería formarse un estimado del tiempo
sino que se trata de un desequilibrio entre la velocidad de normal de respuesta a la lesión. Por ejemplo, un paciente que
infusión y la velocidad de salida desde el ventrículo. En efec- durante la cirugía presenta un episodio transitorio de hipoten-
to, en pacientes hipertensos, en quienes se ha demostrado un sión que es manejado correcta y rápidamente con la adminis-·
volumen circulante normal o bajo, el aumento de la resisten- tración de volumen, bien pudiera iniciar su redistribución al
cia periférica reduce el gasto izquierdo sin comprometer el finalizar la cirugía. En forma similar, un paciente con severo
derecho. La consecuencia es un edema pulmonar que nada choque hipovolémico que es controlado en urgencias antes
tiene que ver con el volumen circulante. de 30 minutos, puede recuperar su función de bombas ió-
Si la velocidad de infusión es superior a la eyectada por nicas dentro de las siguientes 6 a 12 'horas, e incluso antes,
el VD, la consecuencia será una elevación del llenado y pre- sobreviniendo la redistribución durante este período. Por el
1/CHOQUE

contrario, un paciente sometido a un interiso y prolongado Cuando la diuresis sostenida se acompaña de estabilidad
estado de choque que ocasiona alteraciones severas y soste- hemodinámica, entonces suponemos que el paciente en efec-
nidas de la perfusión, puede tardar 48 a 72 horas o más para to sufría de una redistribución bloqueada y procedemos a la
recuperar la permeabilidad alterada. Estos conocimientos, le restricción del volumen y a vigilar el proceso.
permiten al clínico formarse un juicio sobre el tiempo al final En algunos casos, hemos observado que la causa del pro-
del cual podría esperar, razonablemente, que el paciente ini- blema puede ser explicada por una baja depuración de creati-
cie la redistribución. nina. Debo aclarar que no es infrecuente encontrar este signo
En algunos casos sobreviene una recuperación de las al- de disfunción renal en pacientes en quienes los niveles de
teraciones fisiopatológicas descritas, pero el paciente, por creatinina se encuentran en cifras normales o muy discreta-
alguna razón no responde con un aumento de la diuresis. Nos mente aumentadas. En estos casos, es probable que la dosis
encontramos frente a un cuadro clínico que en nuestros ser- de 2,5 mg de furosemida no ocasione una respuesta mayor.
vicios denominamos "redistribución bloqueada", para signi- La respuesta característica en ellos es un discreto aumento
ficar que algún factor no reconocido y diferente del estado de de la diuresis que aparece más tardíamente (30-50 minutos)
choque es el responsable de que el paciente "no elimine sus y que rara vez persiste. Si esta fuera la condición, aumen-
excesos". La falla cardíaca larvada o una disfunción renal tamos la dosis de furosemida a 5 o 10 mg y observamos la
subyacente son patologías de primer orden en la búsqueda de respuesta.
las causas de una "redistribución bloqueada". En pacientes con falla renal aguda oligúrica, la situación
La evaluación juiciosa del paciente permite descubrir una es más compleja. En ellos, el diagnóstico de distribución es
falla cardíaca larvada, cuyo manejo es aumentando el soporte difícil y su mejor aproximación es mediante la hemodiálisis
inotrópico y con ello, generalmente se soluciona el problema. o la hemofiltración continua.
Cuando podemos descartar la falla cardíaca, hemos re- Debo advertir sobre un riesgo, muy preocupante, de la
currido a una explicación que nos ha parecido teóricamente promoción de la diuresis en pacientes edematizados. Se trata
plausible, aunque no hemos logrado una prueba contundente de la aparición de un edema pulmonar que ocune muy rápi-
de ella en la literatura. Se ~rata del supuesto de una persisten- damente después de la administración la furosemida (15 a
cia de la redistribución del flujo intrarrenal que se ocasiona 30 minutos). Suponemos que en su génesis se encuentra el
durante el estado de choque. Es decir, que una vez se supera efecto vasodilatador de la furosemida que puede disminuir la
el estado de choque, persisten los cambios vasculares que, presión capilar periférica y favorecer así un aumento del paso
durante este estado, privilegian el flujo medular sobre el cor- de líquido desde el espacio intersticial hacia el intravascu-
tical que tiene, como propósito aparente, una disminución de lar. Este fenómeno puede acentuar un eventual desequilibrio
la pérdida hídrica a través de la irrigación predominante de entre los gastos derecho e izquierdo y ocasionar el edema
las nefronas yuxtamedulares, "ahonadoras de sodio". pulmonar. Esta suposición se apoya en la demostración de
Con esta hipótesis en mente, nuestra primera aproxima- un aumento del volumen intravascular posfurosemida que no
ción a una "redistribución bloqueada" es la administración de guarda relación con la producción o no de la diuresis. Por
un agente con propiedades vasodilatadoras renales. Para ello, otro lado, en pacientes monitorizados con catéteres en la ar-
utilizamos furosemida en dosis de 2,5 mg. Lo que nos ha teria pulmonar, se observa que a la disminución inicial de la
parecido coherente en la hipótesis descrita es la observación presión en cuña, se sigue un aumento paulatino de la misma,
de una profusa diuresis que comienza muy rápidamente (5 a que puede llegar a niveles compatibles con la producción de
10 minutos) después de la administración de esta dosis. Esta un edema pulmonar. El manejo es relativamente sencillo y
rápida respuesta nos parece que se ajusta con las propieda- se basa en el principio de que "un clavo''s~ca otro clavo". En
des vasodilatadoras de la furosemida, cuyo efecto se presenta otros términos, frente a una.elevación de hi cuña después de
muy rápidamente después de su administración, puesto que la diuresis, administramos 'dosis adicionales de furosemida
la acción sobre el asa de Henle toma mucho más tiempo para hasta cuando deje de, presentarse la respuesta descrita (ele-
producirse. vación posterior de Ía cuña). La mejor forma de hacerlo es
La respuesta a la "prueba de furosemida" puede ser de dos monitorizar cercanamente el paciente hasta cuando podamos
órdenes. Cuando el paciente no responde con diuresis, pensa- constatar que el peligro de esta "transfusión interna" haya
mos que es poco probable que estemos frente a una redistri- pasado.
bución bloqueada, salvo que constatemos una falla cardíaca.
Cuando observamos diuresis aumentada, la evolución del Una nota final sobre la "redistribución"
paciente puede tomar dos vías. La primera de ellas es un de- Puede suceder que nos enfrentemos a un paciente en quien,
terioro del estado del paciente después de la diuresis, con después de un tiempo razonable, no sobrevenga la "redistribu-
aumento de la tasa de extracción y signos de hipovolemia. ción" y que podamos comprobar que no se trata del fenómeno
En estos casos, suspendemos la administración del diurético hemos optado por denominar "redistlibución bloqueada".
y reponemos los líquidos eliminados para recuperar la he- Nos encontramos ante un problema que podríamos denomi-
modinamia y suponemos que nos hemos equivocado en el nar "persistencia de la fase flow" ó "hipermetabolismo persis-
diagnóstico de "redistribución bloqueada". tente". Nuestra actitud aquí debe ser la de continuar apoyando

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 39


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

la fase, y emprender acciones tendientes a buscar la causa del En resumen, la mejor recomendación que podemos hacer
fenómeno. En nuestra experiencia, la sepsis es con mucho, la para asegurar una adecuada conducción del proceso del ma-
principal causa de esta anomalía. La recomendación: aquí es nejo titulado, es que antes de emprenderlo, el médico haya
"búsquela, encuéntrela y trátela". Desde otro ángulo diagnósti- sido entrenado con solvencia, en el manejo de la reversa.
co, pudiera ser causado por el desencadenamiento temprano de En la práctica iniciamos tratando de hacer un diagnóstico de
un estado hipermetabólico secundado a la activación despro- la disfunción o disfunciones que afectan al paciente y para ello
porcionada de la cascada inflamatoria, denominada por Pinsky recurrimos a los instrumentos usuales de evaluación: clínica,
"inflamación intravascular aguda maligna" que puede cursar laboratOlio, gases etc. El diagnóstico no sólo debe incluir el
sin una sepsis asociada. Se escapa al propósito de este artículo reconocimiento de la disfunción, sino que debe agregar una
la discusión de este tema y remitimos al lector al capítulo sobre hipótesis sobre la causa de la misma. Un ejemplo seda: hipo-
respuesta metabólica de esta publicación. peIfusión por hipovolemia o hipopelfusión por falla cardíaca,
etc. El diagnóstico también debe incluir una evaluación sobre
La implementación del proceso terapéutico: el el grado de la disfunción y una apreciación sobre la premura
"manejo titulado" necesaria para implementar la corrección. En general podemos
En nuestros servicios de la Clínica Palermo de Bogotá y del resumir la estrategia como el proceso de responder 4 pregun-
Hospital San Carlos de la misma ciudad, hemos implemen- tas: ¿Cuál es la disfunción? ¿Qué la motiva? ¿Cuán severa es?
tado un programa de evaluación y seguimiento que denomi- ¿Qué tanto tiempo tengo para corregirla?
namos "manejo titulado" y que nos ha permitido, con alguna La etapa diagnóstica nos deberá llevar a la elaboración de
seguridad, organizarnos mentalmente durante el a veces caó- un esquema de corrección. La estrategia consiste en seleccio-
tico proceso terapéutico de los pacientes críticos. El esquema nar un objetivo terapéutico en el tiempo, la acción a imple-
que seguimos tiene 4 componentes bien definidos: mentar, la velocidad de implementación, los instrumentos de
l. Diagnóstico de la disfunción fisiológicamente odentado monitoreo para controlar la respuesta y el tiempo estimado
2. Elaboración e implementación de un plan de corrección para evaluar la respuesta. Por ejemplo, ante un paciente hi-
3. Evaluación de la respuesta' potenso en falla cardíaca bien podríamos seleccionar la do-
4. Ajustes derivados de la evaluación. pamina como herramienta terapéutica. Como se encuentra
hipotenso, establecemos como primera meta terapéutica el
Un elemento importante para la aplicación de esta estrategia recuperar la presión arterial y determinamos un tiempo máxi-
es la disposición del médico para aceptar las evidencias ob- mo de 30 minutos para lograrla. Ahora bien, la dopamina tie-
jetivas que encuentre en la evaluación y para obrar en conse- ne una vida media corta (alrededor de 3 minutos) y por tanto
cuencia. Nos referimos a que seamos capaces de despojarnos su concentración estable se logra a los 12 minutos (4 vidas
de lo que, en nuestros servicios denominamos "síndrome de medias); esto significa que su titulación podría hacerse den-
pienso luego existo" y que se trata de la natural tendencia, a tro de los siguientes 12 minutos. Por otro lado, como la meta
pensar que tenemos razón en nuestras apreciaciones inicia- es aumentar la presión arterial, el instrumento de monitoreo
les sobre el paciente. Esto nos puede llevar a implementar es un tensiómetro y los intervalos de medición bien pudieran
una determinada medida terapéutica claramente ineficaz, y establecerse cada 3 minutos. En ese orden de ideas, inicia-
a no ver esta falta de respuesta en un error diagnóstico. En mos dopamina a dosis de 5 mcg/kg/min y medimos la presión
un ejemplo caricaturizado, podemos enfrentar un paciente arterial cada 3 minutos para evaluar la respuesta. Podremos
con una hipovolemia que hemos diagnosticado erróneamente esperar 12 minutos antes de intentar modificar la dosis.
como falla cardíaca y ante lo cual administramos vasoactivos La evaluación de la respuesta tiene a su ve~' ~rios compo-
que vamos incrementando innecesariamente ante la falta de nentes. Primero miramos si hubq' o no respuesta. Si la hubo,
respuesta del paciente, en una escalada terapéutica que pode- nos preguntamos si fue o no la esperada y si fue o no suficien-
mos denominar "más de lo mismo", y que no logra mejorar al te. Si no la hubo, nos pre,guntaremos siempre el porqué no
paciente y ante lo cual, el adicto al síndrome de "pienso luego la hubo y trataremos de objetivar la causa. En este punto, la
existo" puede bien concluir que "la enfermedad era irreversi- pregunta obligada será: ¿Nos equivocamos en el diagnóstico
ble" o cualquier otra cosa parecida. o en la estrategia?
Por otro lado, es importante reconocer que la dinámica del Finalmente, la etapa de evaluación nos conduce, si nece-
paciente crítico es de tal magnitud que, "lo que es cierto en la salio, a una etapa de ajuste. Si se considera opOlwno realizar
mañana, puede no serlo en la tarde". Por ejemplo, un pacien- un ajuste o una corrección, se diseñará una estrategia similar
te puede presentar un episodio de hipotensión que requiere a la enunciada, es decir se reinicia el proceso. Procedemos así
la administración de volumen y ante cuya corrección debe en cada uno de los casos y con cada disfunción detectada, re-
responderse restringiendo el volumen. Este ejemplo muestra pitiendo el ciclo hasta lograr los objetivos terapéuticos finales.
que la terapéutica del paciente crítico puede verse superfi-
cialmente como "primerazos" y "reversazos" en secuencia, Últimos comentarios
que el observador externo puede entender como errores o Durante esta revisión hemos tratado de exponer los princi-
contradicciones entre los miembros del equipo. pales elementos fisiopatológicos y terapéuticos que nos han
1/CHOQUE

guiado en el manejo de los pacientes en estado de choque. 12. Wilson RF. Future treatment of shock in Cowley RA, Trump BF. Pa-
thophysiology of shock, Anoxia and Ischemia. Williams and Wilkins,
Las estrategias propuestas hacen parte de lo que hemos es-
1982; 500-506.
tructurado para nuestros servicios y que utilizamos en el 13. Munro HM. Hormones and the metabolic response to injury. N Engl 1
práctica en ellos. Med 1979; 300: 41-42.
Una primera evaluación de nuestros resultados con estas 14. Henning HV, Stumpf B, Ohly B, Seubert W. On the mechanism of glu-
coneogenesis and its regulation. III. The glucogenic capacity and the
estrategias fue publicada en la Revista Colombiana de Ci-
activities of pyruvate caboxylase and PEP-carboxylase of rat kidney
rugía en donde puede ser consultada y comparada con otras and rat liver after cOItisol treatment and starvation. Biochem Z 1966;
Unidades. Para ello, utilizamos el Apache II, a partir del cual 344: 274-288.
calculamos la mortalidad esperada mediante la fórmula des- 15. Shargo E, Lardy HA, Nordlie RC, Foster DO. Metabolic and hormo-
nal control of phosphoenolpyruvate carboxykinase and malic enzyme
crita por Knaus y colaboradores: In (R/(1-R) = -3,57 + (0,146
in rat liver. 1 Biol Chem 1963; 238: 3188-3192.
x APACHE II) + (0,603 si cirugía de urgencias) + Puntaje de 16. Weber G, Baneljee, G, Bronstein SB. Role of enzymes in homeostasis
enfermedad. Con esta metodología Knaus evaluó 13 unida- III. Selective induction of increases of liver enzymes involved in car-
des de cuidados intensivos en USA y encontró que la relación bohydrate metabolism. 1 Biol Che m 1961; 236: 3106-3111.
17. Cuthberston DP. Post-Shock Metabolic Response. Lancet 1942; 1:
entre mortalidad observada y mortalidad esperada (MO/ME)
433
se encontraba entre 0,56 y 1,59. En esta primera evaluación 18. Bessey PQ, Downey RS, Monafo WW. Metabolic response to injury
realizada con estos protocolos en el Hospital San Juan de and critical illness. In Civetta 1M, Taylor RW, Kirby R. Critical Care
Dios de Bogotá, encontramos que nuestros resultados se en- 3rth Edition. Lippincot Raven Publishers 1997; 325-335.
19. Pinsky MR. The critically ill patient. Kidney int 1998; 53 (Suppl 66):
contraron dentro del rango esperado.
S3-S6.
Más recientemente, evaluamos los resultados terapéuticos 20. Bone RC, Grodzin Cl, Balk RA. Sepsis: A new hypothesis for patho-
utilizando idéntica metodología en la UCI del Hospital San genesis of the disease process. Chest 1997; 112: 235-43.
Carlos de Bogotá y en esta no publicada evaluación pudi- 21. Blalock A. Shock: further studies with particular reference to the
effects ofhemorrhage. Arch Surg 1937; 29: 837.
mos de nuevo constatar que los resultados terapéuticos se
22. Simeone FA. Shock in Davis L Editor: Christopher's Textbook of sur-
encuentran dentro del rango descrito por Knaus (91). Estas gery, Philadelphia, 1964, WB Saunders.
evaluaciones nos han dado el aval para continuar el proceso 23. Cerra FB. Shock in Bruke lF, Editor: Surgica1 Physiology, Philadel-
terapéutico como lo hemos descritos en este capítulo. phia, 1983, WB Saunders.
24. Kumar A, Parrillo JE. Shock: Clasification, Pathophysiology, an
approach to Management. In Parrillo JE and Bone RC ed: Critical
AGRADECIMIENTO
Care Medicine. PrincipIes of Diagnosis and Management. Mosby
El autor agradece al Dr. Gilberto Fernández por la revisión del manus-
Year Book inc 1995; 291-339.
crito.
25. Hinshaw LB, Cox BG: The fundamental mechanisms of shock, New
York, 1972, Plenum Press.
Referencias 26. Weil MH, Shubin H. Proposed reclassification of shock states with
special reference to distributive effects: In: Hinshaw LB, Cox BG
l. liménez Édgar. Shock. In Civetta 1M, Taylor RW, Kirby R. Critical (eds). The fundamental mechanisms of shock. New York, Plenum
Care 3rth Edition. Lippincot Raven Publishers 1997; 359-387. Press 1972.
2. Cyril MG. Cellular energetic in Zelenock GB editor Clinical Ischemic 27. Schlichtig R. Oxygen delivery and consumption. In Civetta 1.M., Ta-
Syndrome. 1990. The CV Mosby Company. ylor R. w., Kirby R. Critical Care 3rth Edition. Lippincot Raven Pu-
3. Murray R, Granner D, Hayes P, Rodwell V. Harper's Biochemestry. blishers 1997; 337-342.
Edición 12. 1992; 113-124. 28. Bland lH. Metabolismo del agua y los electrolitos en clínica. 1965.
4. Atkinson DE. The energy Charge of the adenylate pool as a regulatory Editorial Interamericana.
parameter interaction with feedback modifiers. Biochemestry 1966; 7: 29. lohnson Pe. Autorregulation of blood flow, Circ Res 1986; 59: 483.
4030. 30. Guyton Ae. Text book of medical physiology, 1991, 8a Ed WB Saun-
5. Atkinson DE. Enzymes as control elements in metabolic regulation. ~~. ,
In The Enzymes, edited by PD Boyer, 1970. ed 3, vol 1. p. 461. Aca- 31. Bressack MA, Raffin TA. II}1portance of venous return, venous resis-
demic Press, New York. tance, and mean circulatory pressure in the physiology and manage-
6. Ozawa Kasue. Energy Metabolism. In Cowley RA, Trump BF. Pa- ment of shock. Chest 1987; 92: 906.
thophysiology of shock, Anoxia and Ischemia. Williams and Wilkins, 32. Greenway CV, Lautt WW. Blood volume, the venous system, preload,
1982; 74-83. and cardiac output. Can 1 Physiol Pharmacol 1986; 64: 383-7.
7. Kamiyama Y, Ukikusa M, 10nes RT, et al. Pathophysiology of 33. Ogilvie RI, Zborowska-Sluis D. Acute effect of rapid ventricular pa-
shock n. Anoxic metabolism of the liver after acute blood loss. Circ cing and volume loading on total vascular capacitance. Can 1 Cardiol
Shockl979; 6: 196-179. 1992; 8: 107i-8.
8. Cotrell 1, Smith DS. Anesthesia and Neurosurgery 1994. 3a. Edición. 34. Hiesmayr M, lansen lR, Versprille A. Effects of endotoxin infusion on
9. White RR, Mela L, Bacalzo LV, et al. Hepatic ultrastructure in endo- mean systemic filling pressure and flow resistance to venous return.
toxemia, hemorrhage, and hipoxia: Emphasis on mitochondrial chan- Pflugers Arch 1996; 431: 741-7.
ges. Surgery 1973; 73: 525. 35. Sarnoff Sl, Berglund E. Ventricular function 1. Starling's law of the
10. Bessman SP, Renner Bl. The Biphasic Hormonal Nature of Stress. In Herat studied by means of simultaneous right and left ventricular
Cowley RA, Trump BF. Pathophysiology of shock, Anoxia and Ische- function curves in the dogo Circulation 1954; 9: 706.
mia. Williams and Wilkins, 1982; 60-65. 36. Cohn JN, Franc;oise lA. Vasodilator therapy of cardiac failure. N Eng
11. Trump BF, Berezesky IK, Cowley RA. The cellular and subcellular 1 Med 1977; 297: 27.
characteristics of acute and chronic injury with emphasis on the role 37. Sidi A, Davis RF. Cardiovascular System In Civetta JM, Taylor RW,
of calcium. In Cowley RA, Trump BF. Pathophysiology of shock, Kirby R. Critical Care 3rth Edition. Lippincot Raven Publishers 1997;
Anoxia and Ischemia. Williams and Wilkins, 1982; 6-46. 227-254.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

38. Shoemaker WC, Appel PL, Kram HB. Tissue oxygen debt as a deter- 60. KeIlum JA. Acid-base physiology in the post-Copernican era. Curr
minant of letal and nonlethal postoperative organ failure. Crit Care Opin Crit Care 1999; 5: 429-435.
Med 1988; 16: 1117-20. 61. Gutiérrez G, Brown SO. Gastric tonometry: A new monitoring moda-
39. Matuschak GM. Progression to Multiple Organ System Failure. In Ci- lit y in the intensive care unit. J. intensive Care Med 1995; \O: 34-44.
vetta JM, Taylor RW, Kirby R. Critical Care 3rth Edition. Lippincot 62. Gutiérrez G, Clarck C, Brown SO, et al. Effect of dobutamine on con-
RavenPublishers 1997; 343-358. sumption and gastric mucosal ph in septic patients. Am J Respir Crit
40. Shoemaker WC, Appel PL, Kram HB. Waxman K, Lee T. Prospective Care Med 1994; 150: 324-9.
trial of supranormal values of survivors as therapeutic goals in high- 63. Krachman SL, Lodato RF, Morice R, Gutiérrez G, Oantzker DR.
risk surgical patients. Chest 1987; 94: 1176-86. Effects of dobutamine on oxygen transport and consul11ption in the
41. Shoemaker WC, Appel PK: Kram HB. Role of oxygen debt in the adult respiratory di stress syndrome. lntensive Care Med 1994; 20:
development of organ failure sepsis. and death in high-risk surgical 130-7.
patients. Chest 1992; 102: 208-15. 64. Gutiérrez G, Bismar H, Oantzker OR, Silva N. Comparison of gastric
42. Shoemaker WC, Appel PL, Kram HB, Waxman K, Lee T. Prospective intramucosal pH with measures of oxygen transport and consumption
trial of supranormal values of survivors as ti}erapeutic goal s in high- in criticaIly ill patients. Crit Care Med 1992; 20: 451-7.
risk surgical patients. Chest 1988; 94: 1176-86. 65. Marik PE. Total splanchnic resuscitation, SIRS, and MOOS. Crit Care
43. Shoemaker WC Thangathurai O, Wo CC, Kuchta K, Canas M, Sulli- Med 1999; 27: 257-8.
van MJ, Farlo J, Roffey P, Zellman Y, Katz RL. lntraoperative evalua- 66. Creteur J, De Backer O, Yincent JL. Ooes gastric tonometry monitor
tion of tissue perfusion in high-risk patients by invasive and noninva- splanchnic perfusion? Crit Care Med 1999; 27: 2480-4.
sive hemodynamic monitoring. Crit Care Med 1999; 27: 2147-52. 67. Hebert PC, Wells G, Blajchman M, Marshall J, Martin C, Pagliarello
44. Boyd O, Grounds RM, Bennett EO. A randomized clinical trial of G, Tweeddale M, Schweitzer 1, Yetsir E. A multicenter randomized
the effect of deliberate perioperative increase of oxygen delivery on controlled clinical trial of transfusion requirements in critical careo N
mortality in high-risk surgical patients. JAMA 1993; 270: 2699-707. Engl J Med 1999; 340: 409-17.
45. Mythen MG, Webb AR. Perioperative plasma volume expansion redu- 68. Wesley E, Gordon RB. Transfusions in critically ill patients. Editorial.
ces de incidence of gut mucosal hypoperfusion during cardiac surgery. N Engl J Med 1999; 340: 467.
Arch Surg 1995; 130: 423-9. 69. Ryan TJ, Anderson JL, Antman EM, Braniff BA, Brooks NH, Califf
46. Garrison RN, Wilson MA, Matheson PJ, Spain DA. Preoperative sali- RM, Hillis LO, Hiratzka LF, Rapaport E, Riegel BJ, RusseH R.O,
ne loading improves outcome after elective, noncardiac surgical pro- Smith EE Jr, Waver WO. ACC/AHA guidelines for the management
cedures. Am Surg 1996; 62: 223-31. of patients with acute myocardial infarction. A report of the Ameri-
47. Wilson J, Woods 1, Fawcett J, Whall R, Oibb W, Mon-is C, McManus can College of Cardiology/American Heart Association Task Force on
E. Reducing the risk of m~or elective surgery: randomized controlled Practice Guidelines (Committee on Management of Acute Myocardial
trial of preoperative optimization of oxygen delivery. BMJ 1999; 318: lnfarction). J Am Coll Cardiol 1996; 28: 1328-428.
\099-1103. 70. Ryan TJ, Antman EM, Brooks NH, et al. ACC/AHA guidelines for
48. Hayes MA, Timmins AC, Yau EH, et al. Elevation of systemic oxygen the management of patients with acute myocardial infarction. A report
delivery in the treatment of critically ill patients. N Engl J Med 1994; of the American College of Cardiology/American Heart Association
330: 1717-22. Task Force on Practice Guidelines (Committee on Management of
49. Gattinoni L, Brazzi L, Pelosi P, et al. A trial of goal-oriented hemody- Acute Myocardial lnfarction) J Am Coll Cardiol 1999; 34: 890-911.
namic therapy in critically ill patients. Sv02 Collaborative Group. N 71. Cochrane Injuries Group Albumin Reviewers: Human albumin admi-
Engl J Med 1995; 333: 1025-32. nistration in critically ill patients: systematic review of randomized
50. Alia 1, Esteban A, Gordo F, Lorente JA, Oiaz C, Rodríguez JA, Frutos controlled tlials. BMJ 1998; 317: 235-40.
F. A randomized and controlled trial of the effect of t:reatment aimed 72. Offringa M. Excess mortality after human albumin administration in
at maximizing oxygen delivery in patients with severe sepsis or septic critically ill patients. BMJ 1998; 317: 223-26.
shock. Chest 1999; 115: 453-61. 73. Schierhout G, Roberts 1. Fluid Resuscitation with colloid or crysta-
51. Tuchschmidt J, Fried J, Astiz M, Rackow E. Elevation of cardiac Iloid solutions in critically ill patients: a systematic review of rando-
output and oxygen delivery improves outcome in septic shock. Chest mized trials. BMJ 1998; 316: 961-964.
1992; 102: 216-20. 74. Schierhout G, Roberts 1, Alderson P, Bunn F. Colloids versus crysta-
52. Yallet B, Chopin C, Curtis SE, Oupis BA, Foun'ier F, Mehdaoui H, Le- lloids for fluid resuscitation in critical ill patients. Cochrane Library
Roy B, Rime A, Santre C, Hervecq P, et al. Prognostic value of the issue 3 2000.
dobutamine test in patients with sepsis sindrome and normallactate val- 75. Bailey JM. Oopamine: One size does not fit aIl. Anesthesiology 2000;
ues: a prospective multicenter tri al. Crit Care Med 1993; 21: 1868-75. 92: 303-305. '
53. Hayes MA, Timmins AC, Yau EH, Palazzo M, Hinds CJ, Watson O. 76. MacGregor DA, Smith TE, Prielipp RC, et al. Pharmacokinetics of
Oxygen Transport Patterns in Patients with sepsis syndrome or septic dopamine in healthy male subjects. Anesthesiology 2000; 92: 338-
shock: lnfluence of treatment and relationship to outcome. Crit Care 46.
Med 1997: 25: 926-936. 77. Gutiérrez G, Palizas F, Póglia G, et al. Gastric intramucosal pH as a
54. Rhodes A, Lamb FJ, Malagon 1, et al. A prospective study of the use therapeutic index oftissue oxygenation in critically ill patients. Lancet
of a dobutamine stress test to identify outcome in patients with sepsis, 1992; 339: 195.
severe sepsis or septic shock. Crit Care Med 1999.; 27: 2361-6. 78. Wallet B, Chopin C. The supranormal Oxygen Oelivery Trials Contro-
55. Yu M; Levy MM, Smith P, Takiguchi SA, Miyasaki A, Myers SAo versy. Letters to the Editor. Crit Care Med 2000; 28: 1257-58.
Effect of maximizing oxygen delivery on morbidity and mortality 79. O'Connor CM, Gattis WA, Uretsky BF, et al. Continuous intravenous
rates in critically ill patients: a prospective, randomized, controlled dobutamine is associated with an increased risk of death in patients
study. Crit Care Med 1993; 21: 830-8. with advanced heart failure: insights from the Flolan International
56. Yu M, Burchell S, Nahidh W. Relationship of mortalidad to increasing Randomized Survival Trial (FIRST). Am Heart J 1999; 138: 78-86.
oxygen delivery in patient > 50 years of age: A prospective, Ramdo- 80. Thoren A, Elam M, Ricksten SE. Oifferential effects of dopamine,
mized tria!. Crit Care Med 1998; 26: 1011-\019. dopexamine and dobutamine on jejunal mucosal perfusion em'ly after
57. Bellomo R, and Ronco C. The pathogenesis of lactic acidosis in sep- cardiac sugery. Crit Care Med 2000; 28: 2338-43.
siso Curr Opin Crit Care 1999; 5: 452-457. 81. Gómez A, Aduen J, Montenegro G, Fernández G. Nuevo Análisis de
58. Gómez A. Homeostasis del hidrógeno: Una aproximación basada en la mortalidad en función de la gravedad. Estudio comparativo con dos
la teoría de Stewart. Índices de la gravedad. Rev Colomb Cir 1991; 6: 9-16.
59. Kaplan LJ, Bailey H, Kellum 1. The etiology and significance of metabo- 82. Shires T, Carrico CJ. Current status of the shock problem. Curr Probl
lic acidosis in trauma patients. ClIn" Opin Crit Cm'e 1999; 5: 458-463. Surg 1966: 3-67.
1/CHOQUE

83. Shires T. Initial Care of the Injured Patient. J Trauma 1970; 10: 940-8. 88. Lucas CE, Benishek DJ, Ledgerwood AM. Reduced oncotic pressure .
84. Riddez L, Hahn R, Brismar B, et al. Central and regional hemodyna- after shock: a proposed mechanism. Arch Surg 1982; 117: 675-9.
mics during acute hypovolemia and volume substitution in volunteers. 89. Marik PE, Varon 1. The Hemodynamic Derangements in Sepsis. Im-
Crit Care Med 1997; 25: 635-640. plications for Treatment Strategies. Chest 1998; 114: 854-860.
85. Svensen C, Hahn R, Volume Kinetics of Ringer Solution. Dextran 70, 90. Annane D, Sébille V, Troché G, et al. Level Prognostic Classification
and Hypertonic Saline in Male Volunteers. Anesthesiology 1997; 87: in Septic Shock Based on COI'tisol Levels and Cortisol Respons~ to
204-212. Corticotropin. JAMA 2000; 283: 1038-1045.
86. Drobin D, Hahn R. Volume Kinetics of Ringer's Solution in Hypovo- 91. Knaus WA, Draper EA, Douglas PW, Zimmerman JE. APACHE Ir:
lemic Volunteers. Anesthesiology 1999; 90: 81-91. A severity of disease classification system. Crit Care Med 1985; 13:
87. Gann DS, Carlson DE, Byrnes GJ, et al. Role of solute in the early 818-829.
restitution of blood volume after hemorrhage. Surgery 1983; 94: 439.
SíNDROME DE RESPUESTA INFLAMAT RIA
SISTÉMICA (SIRS)

Luis Eduardo Toro Y, MD; Alberto García M, MD

Introducción de ser disparada por una variedad de condiciones infecciosas


o no. Los signos de inflamación sistémica OCUlTen en ausencia
Desde su descripción inicial en 1991 (1) el Síndrome de res-
de infección en pacientes con quemaduras, trauma múltiple,
puesta inflamatoria sistémica ha sido motivo de gran contro-
en el período postoperatorio de cirugía mayor, pancreatitis
versia. La Conferencia de consenso vigente lo toma como el
aguda, luego de circulación extracorpórea y en otros estados
pilar fundamental para construir los conceptos de sepsis, sep-
patológicos. En estas condiciones, tejidos remotos al sitio de
sis severa y shock séptico asociado, pero no define claramen-
la injUlia original muestran los signos cardinales de la inflama-
te la progresión de severidad en etiologías diferentes de las
ción, incluyendo vasodilatación, aumento de la permeabilidad
infecciosas. Los detractores opinan que su gran sensibilidad
capilar y acumulación de leucocitos. Aunque la inflamación es
y poca especificidad le restan utilidad en el manejo clínico de
una respuesta esencial del huésped, la respuesta inflamatoria
los pacientes. Sin embargo, las definiciones derivadas de di-
sistémica presupone una desregulación de la respuesta nor-
cha Conferencia han sentado las bases para unificar los crite-
mal, con una liberación masiva y no controlada de mediadores
rios de inclusión en estudios clínicos haciendo comparables
inflamatorios creando una cadena de eventos que conducen a
diferentes poblaciones de pacientes y permitiendo avances
daño tisular generalizado. En este sentido, cuando hablamos
en la comprensión y manejo de este tipo de entidades. En
del SIRS asociado a entidades no infecciosas, éste sigue un pa-
este capítulo desalTollaremos los conceptos actuales sobre
trón similar al que se observa en casos en los cuales la etiología
la respuesta inflamatoria sistémica distinta a la causada por
del síndrome es infecciosa. Esto presupone una graduación en
infección y haremos una aproximación fisiopatológica y te-
cuanto a la severidad compartiendo fisiopatológicamente alte-
rapéutica, que como veremos, es semejante a la utilizada en
raciones en la oxigenación, el daño tisular y la falla de órganos
el manejo de la sepsis y sus secuelas.
como se ve en la sepsis, sepsis severa, shock séptico y disfun-
ción multiorgánica.
Definiciones Debemos entonces diferenciar entre una enfermedad de
A partir de la Conferencia de consenso patrocinada por el base (infección o pancreatitis) y la respuesta del huésped
American College of Chest Physicians y la Society of Criti- (sepsis o SIRS). Esta distinción es importante clínicamente
cal Care Medicine en 1991 (1) se introdujo el concepto nove- debido a que es la respuesta del huésped y no la enfermedad
doso de SIRS como la respuesta generalizada del organismo de base la responsable del Síndrome de disfunción orgánica
ante determinados estímulos inflamatorios o traumáticos. múltiple (MODS).
Clínicamente se reconoce por la presencia de dos o más de El 2001 SCCMIESICM/ACCP/ATS/SIS Internacional
los siguientes: Sepsis Definitions Conference (2) revis6'las guías de sepsis
• Temperatura >38°C <36°C del año 1992 encontrando.'que, aparte de expandir la lista de
• Frecuencia cardíaca >90 latidos/minuto signos y síntomas de sepsis que reflejan la experiencia clínica
• Frecuencia respiratoria >20 respiraciones/minuto o Pa- al lado del pacienté·, no existía evidencia que soportara un
CO 2 <32 mmHg cambio en las definiciones previas.
• Leucocitos >12.000 células/mm3 , <4.000 células/mm3 , o • Sepsis: Síndrome clínico definido por la presencia de in-
con >10% de formas inmaduras (bandas). fección y SIRS.
• Infección: Proceso patológico causado por la invasión de
Estos cambios fisiológicos deben representar una alteración tejidos nOlTnalmente estériles, líquidos estériles o cavidades
aguda del estado basal en ausencia de otras causas conocidas corporales por microorganismos patogénicos o potencial-
de estas anormalidades como neutropenia o leucopenia induci- mente patogénicos. Con frecuencia, la infección es fuelte-
da por quimioterapia, taquianitmias de etiología cardíaca pri- mente sospechada sin ser comprobada microbiológicamen-
maria, polipnea compensatoria en acidosis metabólica, etc. te. Para facilitar el diagnóstico de las seis infecciones más
La Conferencia internacional sobre definiciones en sepsis, comúnmente encontradas en los pacientes críticos se desa-
reunida en 2001 (2), reconoce que el concepto de SIRS es váli- lTolló el Internacional Sepsis Fórum Consensus Conference
do en la medida que una respuesta inflamatoria sistémica pue- Definitions of Infection in the Intensive Care Unit (3).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Inflamación sistémica en respuesta a la infección: La Sepsis severa (Sepsis con disfunción orgánica): La dis-
Conferencia internacional de definiciones en sepsis inclu- función orgánica puede ser precisada usando las defini-
yó una lista de posibles signos de inflamación sistémica ciones desarrolladas por Mashall et al (4), o por las defini-
en respuesta a la infección, diferentes a las que hacen par- ciones usadas en la Sequential Organ Failure Assessment
te de la definición de SIRS. Dicha lista se presenta en la (SOFA) Score (tabla 2) (5).
tabla l. Shock séptico: El shock séptico en adultos se refiere a un
estado de falla circulatoria aguda caracterizada por hipo-
Tabla 1. Criterios diagnósticos de sepsis (2). tensión arterial persistente no explicada por otras causas.
La hipotensión se define como una presión arterial sistó-
Infección, documentada o sospechada y alguno de los siguientes: lica menor a 90 mmHg, una presión arterial media menor
Variables generales a 60 mmHg, o una reducción en la presión arterial sistó-
• Fiebre (temperatura central >38,3°C)
lica mayor a 40 mmHg con respecto a la de base, a pesar
• Hipotermia (temperatura central <36°C) de una expansión de volumen adecuada y en ausencia de
• Frecuencia cardíaca >90 latidos por minuto otras causas de hipotensión.
• Taquipnea
• Alteración del estado mental
• Edema significativo o balance positivo de líquidos (>20 ml/kg en 24 Epidemiología
horas)
• Hiperglicemia (glucosa plasmática> 120 mg/dL en ausencia de diabe-
Hasta ahora, el estudio más extenso sobre el significado clí-
tes) nico de los estados tempranos de los síndromes sépticos fue
Variables inflamatorias conducido por Rangel-Fausto et al (6). Este estudio fue rea-
lizado en tres Unidades de cuidado intensivo (médica, qui-
• Leucocitosis (conteo de glóbulos blancos> 12.000)
• Leucopenia (conteo de glóbulos blancos <4.000) rúrgica y cardiovascular) y tres salas de hospitalización de
• Conteo de glóbulos blancos normal con <10% de formas inmaduras hospitales universitarios de 900 camas incluyendo 200 camas
• Proteína C reactiva >2DE arriba del valor normal de cuidado intensivo. Se valoró la incidencia de SIRS, sepsis,
• Procalcitonina plasmática >2DE arriba del valor normal
sepsis severa y shock séptico durante un período de 9 meses
Val"iables hemodinámicas incluyendo un seguimiento hasta por 28 días. De los 3.708
• Hipotensión arterial (PAS <90 mmHg, PAM <60 o una disminución de pacientes admitidos durante el período del estudio 2.528
la PAS >40 mmHg abajo del rango normal (68 %) cumplían al menos dos criterios de SIRS en algún
• Saturación venosa de oxígeno>70%
• Índice cardíaco >3,5 Lmin/m 2
momento durante su estancia hospitalaria. Este estudio nos
permitió saber que la incidencia de SIRS es muy alta en los
Variables de disfunción de órganos
pacientes admitidos en la UCI y que su reconocimiento no
• Hipoxemia arterial (PaO/FiO, <300)
ayuda a identificar en forma exacta aquellos que se encuen-
• Oliguria aguda (diuresis <0,5 ~11L1kg/hora por al menos dos horas
• Incremento en la creatinina >0,5 mg/dL tran infectados. Esto es confirmado por el hecho que única-
• Trastornos de la coagulación (INR > 1,5 o un aPTT >60 seg. mente de un tercio a la mitad de los pacientes que cumplían
• Íleo (ausencia de ruidos intestinales) los criterios de SIRS se les corroboró microbiológicamente
• Trombocitopenia (conteo de plaquetas <1000.000)
que tenían sepsis; sin embargo, la prevalencia de infección
• Hiperbilirrubinemia (bilirrubina plasmática total >4 mg/dL
aumentó con el número de criterios de SIRS que se cum-
Variables de perfusión tisular
plían. No obstante, esta conclusión debe ser sopesada ya que
• Hiperlactatemia (> I mmol/L) a muchos pacientes con SIRS se les atribuyó como causa una
• Disminución del llenado capilar o piel moteada
infección y recibieron antibióticos en forma empfdca, lo cual

Tabla 2. The Sequential Organ Failure Assessment (SOFA) Score (5).

Variables SOFA Score


O 1 2 3 4
Respiratorio PaO/Fi0 2 mmHg >400 <400 <300 <200 <100
Coagulación plaquetas >150.000 <150.000 <100.000 <50.000 <20.000
Hígado bilirrubina mg/dL <1,2 1,2 - 1,9 2,0 - 5,9 6,0 11,9 >12,0
Cardiovascular hipotensión No hipotensión PAM<70mmHg Dopa<5 o Dobuta Dopa >5, epi <O, I ó Dopa> 15, epi >0,1
(microgr/kg/min) cualquier dosis norepi <0,1 ó norepi > 0,1
Sistema nervioso central Glasgow 15 13 - 14 10 - 12 6-9 <6
Renal creatinina o diuresis < 1,2 1,2 - 1,9 2,0 - 3,4 < 500 mLld 3,5 - 4,9 ó > 5,0 ó .(
200 mLld

46
2/ SíNDROME DE RESPUESTA INFLAMATORIA SISTÉMICA (SIRS)

con seguridad interfirió con la docllmentación de infección; En conclusión, la prevalencia de SIRS es muy alta, afec-
la proporción de SIRS no infeccioso o "SIRS severo" en este tando a un tercio de todos los pacientes hospitalizados y a
estudio no se conoció. más del 500/0 de los de cuidado intensivo. En UCI quirúrgicas
Otro aporte de este estudio fue el reconocimiento de la el SIRS se presenta en más del 800/0. Los pacientes traun)ati-
existencia de un continuo entre los diferentes estadios de la zados tienen un alto riesgo de desarrollar SIRS y la mayoría
respuesta inflamatoria entre SIRS, sepsis, sepsis severa y de éstos no tienen una infección documentada. La prevalen-
shock séptico. Sin embargo, sólo un tercio de los pacientes cia de infección y bacteremia aumenta con el número de cri-
que se presentaron con SIRS tuvieron una confirmación de terios de SIRS y con la severidad del síndrome séptico. Cerca
sepsis y un cuarto de ellos desarrollaron sepsis severa. Por de un tercio de los pacientes con SIRS tienen o desarrollan
el contrario, la sepsis (microbiológicamente confirmada) sepsis. La sepsis puede ocurrir en aproximadamente el 250/0
confiere un alto riesgo para desarrollar rápidamente a sep- de los pacientes de DCI y sepsis con bacteremia en el 100/0.
sis severa, ya que el 640/0 de los casos subsecuentemente la En dichos pacientes la sepsis progresa a sepsis severa en más
desarrollaron, la mitad de ellos durante el primer día. Inde- del 500/0 de los casos, mientras que la evolución a sepsis seve-
pendientemente de si la infección es documentada o no, los ra en pacientes que no están en la UCI es del 250/0. La sepsis
resultados son similares ·dentro de cada estadio correspon- severa y el shock séptico se presentan en el 20/0 al 30/0 en
diente en términos de disfunción de órganos y mortalidad. pacientes de salas de hospitalización y en 100/0 a 15 % o más
Esto último confirma el concepto que en últimas, lo más im- en pacientes de la UCI. Existe un aumento de la severidad
portante no es la enfermedad primaria sino la respuesta del desde el SIRS a sepsis, sepsis severa y shock séptico con una
huésped a dicha enfermedad. mortalidad asociada a los 28 días de 100/0, 200/0, 200/0-400/0 y
En otro estudio grande, Sands et al evaluaron la incidencia 400/0-60%, respectivamente.
de SIRS en poblaciones de DCI y de salas de hospitalización Las tasas de mortalidad son similares dentro .de cada es-
en 8 centros académicos de nivel terciario (7). Estudiaron todos tadio, independiente de si se encuentra documentada la in-
los pacientes de DCI y una muestra de los pacientes de salas de fección o no, y las características microbiológicas de la in-
hospitalización a los cuales se les tomó hemocultivos durante fección no alteran substancialmente el pronóstico, aunque sí
un período de 15 meses. Ellos hallaron que se presentaron al lo hace el origen de la infección. Los mayores determinantes
menos 2 ó 3 criterios de SIRS en 440/0 de 15.515 episodios del pronóstico de los pacientes con sepsis, a corto y largo
en 12.759 pacientes. De esos episodios, el 250/0 tuvo eventual- plazo, son la severidad de la enfermedad de base y las comor-
mente una confirmación clínica o microbiológica de infección. bilidades, la presencia de shock y falla de órganos al inicio o
Los autores estimaron la incidencia de SIRS en 180/0 de todas si se desarrolla posteriormente. Se ha estimado que cerca de
las admisiones a esos 8 centros, o 27/1.000 días-paciente. En dos tercios de la mortalidad se pueden atribuir a la sepsis.
la DCI, el 400/0 de los pacientes cumplió los criterios de SIRS,
la mitad de los cuales tuvo sepsis. En los pacientes de salas de Fisiopatologia
hospitalización, la sepsis fue más frecuente en los que llenaban
El organismo está diseñado para compensarse luego de cual-
los criterios de SIRS, ocuniendo en el 670/0. Sin embargo, sólo
quier insulto. Dentro de sus defensas se incluyen los l1lacró-
el 700/0 de los pacientes con hemocultivos positivos tuvo SIRS,
fagos y sus productos, como el factor de necrosis tumoral;
confirmando la sensibilidad subóptima de estos criterios para
interleukina-l, interleukina-6, e interleukina-8; neutrófilos y
infección bacterémica.
sus productos de degranulación; las plaquetas y los factores
Otros estudios han confirmado la alta incidencia de SIRS
de la coagulación que se forman en sus superficies; los de-
en vmias categorías de pacientes de DCI. Pittet et al (8)
rivados del ácido araquidónico; los linfocitos T y B y sus
publicaron un análisis separado de una cohorte de 170 pa-
productos; y muchas otras!sustancias. Está lejos el lograr en-
cientes derivados de la DCI quirúrgica estudiados en Iowa
tender como interactúan todos estos agentes, pero es claro
durante un período de un mes: 158 (930/0) de los pacientes
que todos ellos créan una red de relaciones complejas y a
tuvo SIRS en algún momento, con una incidencia de 840 por
menudo superpuestas (10).
1.000 pacientes-día; 490/0 de los pacientes desarrolló sepsis
y 160/0 sepsis severa. Smail et al (9) evaluaron 168 pacientes
Estadio 1. Respuesta local
con trauma severo durante las primeras 48 horas en la DCI;
95 (560/0) tuvo SIRS. Cuando se estratificaron los pacientes, Ni el SIRS ni el MODS se desarrollan de nuevo en ausen-
según la apm-ición de disfunción orgánica múltiple (MODS), cia de un insulto como un foco de infección, un traumatismo
encontraron que la tasa de SIRS fue mucho más frecuente (incluyendo la herida quirúrgica); una quemadura severa; o
en los pacientes con MODS (22/27, 81 0/0), que en pacientes una pancreatitis. Todos estos insultos (y otros) llevan a la
sin MODS (73/136, 540/0). La ocurrencia de MODS apare- liberación rápida de varios mediadores proinflamatorios en
ce relacionada con la severidad de la injuria, el volumen de el microambiente (11-13): citoquinas, eucosanoides, factor
reemplazo de sangre y líquidos, pero no por la presencia de activador de plaquetas, y muchos más (11).
infección: las tasas de infección fueron del 90/0 y 40/0 respec- No conocemos mucho acerca de cómo funciona este mi-
tivamente en pacientes con y sin MODS. croambiente local; sin embargo, los efectos benéficos de los
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

mediadores proinflamatorios superan sus efectos negativos. de estos hallazgos se encuentran varios cambios fisiopatoló-
Estos mediadores crean una red de reacciones diseñadas para gicos. Ocurre una disfunción endotelial progresiva llevando
limitar la ocunencia de nuevos daños y si éstos ya se han pre- a un incremento en la permeabilidad microvascular y trasu-
sentado para contener su impacto. Ellos destruyen el tejido dación en el intersticio de los órganos (27-31). Se bloquea
dañado, promueven el crecimiento de nuevo tejido y comba- la microcirculación con tapones plaquetarios (32) causando
ten organismos patógenos, células neoplásicas y antígenos una mala distribución del flujo y posiblemente isquemia, la
extraños (14). cual a su vez puede causar daño por reperfusión (33) e induc-
Para asegurar que los efectos de los mediadores proinflama- ción de proteínas de shock caliente (34). Se activa el sistema
torios no sean destructivos, el organismo rápidamente monta de la coagulación y se altera la vía inhibitoria de la proteí-
una respuesta antiinflamatoria. Las citoquinas incluidas en na C-proteína S (35). La desregulación de los mecanismos
esta reacción compensatoria son la interleukina-4, interleu- vasodilatadores y vasoconstrictores produce una profunda
kina-l0, interleukina-ll, receptores solubles del factor de vasodilatación la cual exacerba la trasudación y la mala dis-
necrosis tumoral, antagonistas del receptor de interleukina-l, tribución del flujo sanguíneo (36,37). El resultado final es un
factores transformadores de crecimiento y otros (14-17). Los estado de shock severo el cual compromete aún más el flujo
efectos sistémicos de los mediadores antiinflamatorios se en- sanguíneo a los órganos vitales. A menos que se restaure la
tienden menos que los de los mediadores proinflamatorios. homeostasis, aparecen la disfunción y por último la falla de
Sin embargo, se conoce que los mediadores antiinflamatorios órganos y sistemas.
alteran la función de los monocitos, afectan la actividad de La inflamación masiva se puede desarrollar por tres vías
presentación de antígenos y reducen la capacidad de las cé- diferentes (38). Primero, la cantidad de mediadores proin-
lulas para producir citoquinas proinflamatorias (18). Algunas flamatorios liberados inicialmente son tan grandes que los
citoquinas proinflamatorias pueden también contranegular mecanismos compensatorios antiinflamatorios son sobrepa-
su propia producción. Los niveles locales de pro y antiinfla- sados. Segundo, la cantidad inicial de mediadores proinfla-
matorios se encuentran en cantidades muy superiores que las matorÍos no son excesivos pero la cantidad de mediadores
que se encuentran a nivel sistémico (19-24). antiinflamatorios son insuficientes. Tercero, el balance entre
los mediadores proinflamatorios y antiinflamatorios, aunque
Estadio 2. Respuesta sistémica inicial inicialmente apropiado, se pierde si el insulto inicial no se
Si el insulto inicial es lo suficientemente severo los mediado- puede controlar o sobreviene un segundo insulto (39).
res proinflamatorios y más tarde los antiinflamatorios apare-
cerán en la circulación sistémica. No se entiende claramente Estadio 4. Inmunosupresión excesiva
cómo OCUlTe esto pero seguramente están involucrados varios Muchos pacientes con inflamación masiva o persistente mue-
mecanismos. Por ejemplo, en pacientes con infección severa, ren rápidamente por shock. En aquellos que sobreviven, los
los patógenos o antígenos extraños pueden entrar a la circu- mecanismos antiinflamatorios son capaces de controlar la in-
lación directamente y estimular la producción de más me- flamación, en algunos, sin embargo, la reacción compensato-
diadores proinflamatorios. En pacientes con trauma masivo, ria puede ser excesiva llevando a la inmunosupresión. Los pa-
la hemonagia severa puede activar la síntesis de mediadores cientes que no hacen una respuesta proinflamatoria excesiva
(25, 26). Si se llega a un nivel crítico de mediadores a nivel también pueden des ano llar inmunosupresión si la liberación
local éstos pueden pasar a la circulación sistémica (19). En de mediadores antiinflamatorios es excesiva o si se pierde
este estadio, la presencia de estos mediadOl~es en la circula- el balance entre los mediadores pro y antiinflamatorÍos. Esta
ción puede ser vista como parte de la respuesta normal a la inmunosupresión ha sido llamada "parálisis inrrltmológica"
infección o a la injuria. Estos agentes señalan que el micro- por Randow y col, y Syrbe y col! (40, 41) y una "ventana
ambiente no puede controlar el insulto inicial y que se ne- de inmunodeficiencia" por Mills y col (42). El término que
cesita más ayuda. Los mediadores proinflamatorios ayudan mejor la describe es el Síndrome de respuesta antiinflama-
a reclutar neutrófilos, linfocitos, plaquetas y factores de la toda compensadora (CARS) (43). Este síndrome explica la
coagulación en el sitio (11). Eventualmente, ellos pueden es- susceptibilidad aumentada a la infección en pacientes con
timular una respuesta antiinflamatoria sistémica compensa- quemaduras severas, hemonagia o trauma (44-48); la anergia
dora para contrarregular la reacción proinflamatoria. Si todo frecuentemente hallada en pacientes con trauma o quemadu-
va bien, se producen pocos signos clínicos importantes y la ras (48) y talvez la anergia vista en pacientes con pancreati-
disfunción de órganos es un evento raro. tis (49). La inmunosupresión que se presenta en estos casos
tiene numerosas causas. Frecuentemente los pacientes tienen
Estadio 3. Inflamación sistémica masiva un incremento en el número de monocitos, pero estas célu-
En algunos pacientes se pierde la regulación de la respues- las se caracterizan por desórdenes funcionales fundamenta-
ta inflamatoria y aparece una reacción sistémica masiva. En les (50). Por ejemplo, se ve una disminución persistente en
la mayoría de los casos esta reacción es inicialmente proin- la expresión de los antígenos HLA-DR ,y HDLA-DQ (41),
flamatoria y produce los hallazgos clínicos del SIRS, inclu- como una capacidad disminuida a formar especies reactivas
yendo temperatura corporal anormal y taquicardia. Debajo de oxígeno (51) y de citoquinas proinflamatorias (18,41,50).
2/ SíNDROME DE RESPUESTA INFLAMATORIA SISTÉMICA (SIRS)

Al suprimirse la expresión del MHC de clase II monocítico, un breve período de inmunosupresión que puede ser capaz
la interleukina-10 y el factor de crecimiento transformador de montar una respuesta proinflamatoria secundaria, la cual
inhiben la proliferación de linfocitos T antígeno específicos despierta una nueva respuesta antiinflamatoria compensado-
(52-55). El factor de crecimiento transformador también re- ra). Evidencia de esto se encuentra en estudios que muestran
ducé la activación de los macrófagos inducida por citoquinas niveles ampliamente fluctuantes de citoquinas por varias se-
(53-55). Se pueden alterar las funciones de los linfocitos T y manas luego de trauma por quemadura (68-70).
B por la liberación de glucocorticoides inducida por el estrés Incluso es posible que algunos pacientes tengan altos ni-
y por la liberación de catecolaminas o posiblemente por la veles de mediadores pro inflamatorios y antiinflamatorios.
administración exógena de catecolaminas como vasopreso- Lehmann y col (71) han demostrado que en pacientes con
res o inotrópicos (56). Se han encontrado factores capaces de enfermedad meningocóccica los niveles de interleukina-10
suprimir la proliferación de los linfocitos T y la quimiotaxis en líquido cefalolTaquídeo pueden permanecer altos aún
de los neutrófilos en pacientes con quemaduras severas (57, en presencia de altos niveles de factor de necrosis tumoral,
58), hemolTagia (59) y trauma (60). interleukina-6 e interleukina-8. De hecho, los niveles de in-
No está claro cómo se resuelve la inmunosupresión. La terleukina-10 se cOlTelacionan positivamente con las concen-
interleukina-10 eventualmente suprime su propia secreción traciones de citoquinas proinflamatorias.
(17) llevando a que la respuesta antiinflamatoria compensa- Los pacientes con disonancia inmunológica pueden lograr
dora sea frecuentemente autolimitada. Los factores estimu- recuperar la función de los órganos si el organismo puede
lantes de colonias, particularmente el de granulocito-macró- recobrar su balance. Si esto no OCUlTe, eventualmente aparece
fago juega un papel en el restablecimiento de la citotoxicidad la falla de órganos.
de los neutrófilos (61). Sin embargo, la evidencia indica que
los pacientes que se tornan inmunosuprimidos después de Injuria celular
trauma tienen un chance de diferenciación mieloide. Su mé-
Aunque casi todo lo que sabemos sobre cómo la desregula-
dula ósea produce una proporción aumentada de monocitos
ción inflamatoria lleva finalmente a la disfunción de múlti-
tipo específico capaces de producir niveles grandes de factor
ples órganos proviene de pacientes con sepsis, en el SIRS no
de necrosis tumoral, interleukina-1 e interleukina-6 (39, 62,
infeccioso sobrevienen fenómenos similares que determinan
63). Entonces, una inmunosupresión persistente es capaz de
la injuria celular. El mecanismo preciso de ésta, sin embar-
provocar una reacción proinflamatoria compensadora.
go, no se entiende totalmente. Estudios de autopsias han de-
mostrado que el síndrome de disfunción orgánica múltiple,
Estadio 5. Disonancia inmunológica
el cual es el principal precursor de muerte en los pacientes
La respuesta fisiopatológica no balanceada e inapropiada con sepsis, se asocia con una injuria endotelial y de células
para las necesidades biológicas del paciente lleva al estado parenquimatosas. Los mecanismos que se han propuesto para
final del MODS. Esto puede tener varias formas. En muchos explicar estos hallazgos incluyen:
pacientes esto resulta por una inflamación masiva y persis- • Isquemia (falta relativa de oxígeno en relación a las nece-
tente. Varios estudios (64-67) han mostrado que pacientes sidades)
con SIRS y MODS que tienen niveles persistentemente ele- • Injuria citopática (injuria celular directa por mediadores
vados de mediadores proinflamatorios muestran una mayor proinflamatorios y/o productos de la inflamación)
mortalidad. La falla de órganos es el resultado de una infla- • Una tasa aumentada de apoptosis (muerte celular progra-
mación masiva. La muerte sobreviene a menos que la infla- m~~. ~
mación pueda ser contralTegulada. Sin embargo, en algunos
pacientes, la inmunosupresión persistente causa una disonan- Las anomalías en la microbrculación trastornan la oxigena-
cia inmunológica y un incremento en el riesgo de morir. En ción tisular, lo cual sugiere que las alteraciones de la regula-
un estudio (41) los pacientes con una expresión del antígeno ción metabólica del 'oxígeno contribuyen a la patogénesis de
HLA-DR menor del 30% por 3 ó 4 días tuvieron una tasa de la disfunción orgánica. En el estado de inflamación incontro-
mortalidad del 85 %. lada están involucradas las interacciones entre las células en-
En pacientes con inmunosupresión persistente la causa de doteliales y los polimorfonucleares (PMN). El incremento en
la falla de órganos puede ser paradójica: los agentes pro in- los receptores de la adherencia neutrófilo-endoteliallleva a la
flamatorios que causan originalmente disfunción de órganos secreción en el ambiente extracelular de especies reactivas de
son los mismos que se requieren para la reparación. La inmu- oxígeno, enzimas líticas, y sustancias vasoactivas (óxido ní-
nosupresión persistente puede impedir la síntesis de dichos trico, endotelina, factor de crecimiento derivado de plaquetas
compuestos necesarios para la cicatrización. La muerte so- y factor activador de plaquetas). El daño micro circulatorio
breviene luego de la disfunción de órganos o la infección, a subsiguiente causa una difusión alterada de oxígeno, debido
menos que el sistema inmunológico se pueda recuperar. a una reducción del área de corte ,transversal disponible para
Otros pacientes pueden oscilar entre períodos de inflama- el intercambio de oxígeno.
ción severa y períodos de inmunosupresión (por ejemplo, Otro factor que contribuye a la hipoxia tisular es que los
pacientes que desalTollan una segunda infección después de eritrocitos pierden su capacidad de deformación dentro de
SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 49
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

la circulación sistémica (72). Estos eritrocitos rígidos nave- No obstante, establecer que el paciente tiene una infección
gan difícilmente en la microcirculación, lo cual, sumado a la y por lo tanto una sepsis en lugar de una causa no infecciosa
reducción en el área de superficie disponible para el inter- del SIRS puede ser extremadamente difícil. Un primer paso
cambio gaseoso causan una heterogeneidad excesiva en el es hacer una consideración sistemática de una causa no in-
flujo sanguíneo microcirculatorio y disminuyen el flujo de fecciosa (tabla 3). El conocimiento de otras patologías que
oxígeno a los tejidos. pueden imitar la sepsis y cómo se aplican a un paciente en
Experimentos con cultivos celulares han mostrado que la particular pueden estar enmascaradas debido a la poca infor-
citotoxicidad de la endotoxina, factor de necrosis tumoral mación clínica que se puede obtener en un paciente sedado y
alfa y óxido nítrico involucra un daño directo al mecanismo críticamente enfermo.
mitocondrial de transporte de electrones. Este cambio fun-
cional se acompaña por la degeneración de la ultraestructu- Tabla 3. Causas no infecciosas de SIRS (74).
ra mitocondrial, el cual precede por varias horas a cambios
medibles en otros organelos celulares. El efecto neto es un Injuria tisular Trauma quirúrgico
desarreglo en el metabolismo energético debido parcialmen- Hematoma/trombosis venosa
te a una disrupción estructural en el transporte de electrones
Infarto pulmonar/miocárdico
como resultado de la destrucción o disfunción de las proteí-
nas de membrana o de la matriz. Rechazo de transplante

Por último, la apoptosis describe un número de cambios Pancreatitis


fisiológicos y morfológicos que llevan a la muerte celular. Eritrodermia
Éste es el principal mecanismo por el cual son eliminadas
Metabólico Tormenta tiroidea
las células viejas o disfuncionantes. Además, la muerte ce-
lular por vía de la apoptosis es el proceso dominante que Insuficiencia suprarrenal aguda
lleva a la terminación de la inflamación una vez la causa ha Relacionado con terapias Productos sanguíneos
sido controlada. Sin embargo, las citoquinas proinflamato- Citoquinas, factor estimulador de colonias
rias pueden retardar la apoptosis en macrófagos y neutrófi- granuloci to-macrófago
los activados. Esto puede aumentar o prolongar la respuesta
Hipertermia maligna asociada a anestesia,
inflamatoria contribuyendo a la aparición de disfunción or- especialmente halotano
gánica múltiple.
Se cree que las alteraciones de la apoptosis juegan tam- Síndrome neuroléptico maligno ej. causado
por haloperidol
bién un rol en la injuria tisular en el SIRS. La apoptosis es
un mecanismo fisiológico que normalmente busca limitar se- Opiáceos/benzodiacepinas
lectivamente la población celular de células con crecimiento Neoplasias Hipernefroma/linfoma
rápido (ej. epitelio intestinal). Las células parenquimatosas y Síndrome de lisis tumoral
endoteliales, cuando se exponen a varios mediadores infla- Neurológico Hemorragia subaracnoidea
matorios como son endotoxina, citoquinas o especies reac-
tivas de oxígeno, responden con la inducción de uno o dos
La localización del sitio de infección puede ser obvia,
programas de expresión de genes de estrés. Cuando estas
pero frecuentemente es confusa por existir varios estados
células se exponen subsecuentemente a la endotoxina, mues-
patológicos que ocurren simultáneamente (espee,.ialmente en
tran una apoptosis acelerada. Al perderse una cantidad crítica
la sepsis adquirida en la UCI) o por el uso frecueate de anti-
de células por apoptosis y por necrosis, el órgano es incapaz
microbianos los cuales hacen el diagnóstico microbiológico
de mantener su homeostasis y sobreviene la disfunción del
impreciso. Ocasionalmente"el sitio de infección se encuentra
mismo.
oculto, típicamente en pacie'ntes con bacteremia primaria (no
relacionada con catéter), o cuando existe una sinusitis o una
Diagnóstico de infección en SIRS infección intraabdominal.
Uno de los retos más importantes en el manejo de pacientes En pacientes sépticos, la interpretación de los hallazgos
con diagnóstico de SIRS es la determinación de la presen- microbiológicos tiene muchas limitaciones. La principal es
cia de una causa infecciosa subyacente. Para lograr esto, el el hecho de que muchos de los gérmenes aislados de sitios
clínico debe usar todas las herramientas disponibles que in- no estériles pueden representar colonización o infección y la
cluyen una juiciosa historia clínica y examen físico, métodos microbiología sola no puede resolver esta pregunta. Por otro
microbiológicos, pruebas de laboratorio y uso de métodos lado, el laboratorio de microbiología puede reportar hallaz-
radiológicos. La importancia del establecimiento de dicha gos negativos de muestras que de hecho están infectadas, ya
causa infecciosa radica en que su pronto tratamiento, (dre- sea porque los antibióticos han esteriliz9-do el especimen o
naje quirúrgico si es del caso) y el uso de antimicrobianos porque se requiere practicar procedimientos especiales (ej.
adecuados le dan al paciente una mayor probabilidad de so- uso de inmunofluorescencia para detectar Pnewllocystis ca-
brevivir (73). rinii).
2/ SíNDROME DE RESPUESTA INFLAMATORIA SISTÉMICA (SIRS)

Dentro de la evaluación clínica, la fiebre es un signo común cencia de neutrófilos (82). Los datos preliminares sugierel~
en pacientes hospitalizados y frecuentemente es la primera que el valor predictivo negativo de este test es lo suficiente-
manifestación de sepsis. Se han publicado guías prácticas mente. alto para ser usado y descartar infecciones por bo-ram
para la evaluación de la fiebre en la UCI (75). Un examel1 clí- negatIvos (83). .
nico orientado, guiado según los factores de riesgo relevantes
al paciente en particular, puede revelar los orígenes poten- Estrategias de manejo en SIRS
ciales de la sepsis y guiar las investigaciones subsecuentes.
En una forma intuitiva podemos decir que el manejo del
Las heridas quirúrgicas y traumáticas deben ser expuestas
SIRS es en términos generales el mismo que se usa para la
y examinadas buscando signos de infección. Se debe poner
sepsis, la diferencia radica en que, en el segundo, el control
especial atención a los sitios de accesos venosos buscando
del foco infeccioso y el uso de antibióticos determinan en
signos de flebitis y celulitis y a las áreas de presión o inyec-
gran medida pronóstico del paciente. Si la causa del SIRS
ción para descartar infecciones de tejidos blandos. Se debe
es no infecciosa el control del desencadenante de la inflama-
descartar la presencia de sinusitis, y el examen del fondo de
ción sistémica limitará la extensión de la misma y por ende
ojo es invaluable para detectar endoftalmitis candidiásica,
su progresión a etapas más severas. En algunos casos esto
signo patognomónico de candidiasis sistémica. La orina en la
no será posible porque el paciente se presenta con el cuadro
sonda vesical puede ser francamente purulenta y la presencia
establecido y las medidas que se pueden ofrecer serían úni-
de dimTea puede indicar una colitis por Clostridium d~fficile.
camente de soporte.
Se debe recalcar la importancia de practicar exámenes físicos
Aunque la conferencia de consenso no establece clm"a-
completos y repetidos para detectar la aparición de nuevos
mente que la respuesta inflamatoria no infecciosa sigue la
signos de infección.
misma progresión en severidad que la descrita para la sepsis,
La neutrofilia, como marcador tradicional de infección tie-
sabemos que pacientes con entidades como pancreatitis se-
ne una insuficiente sensibilidad en los pacientes hospitaliza-
vera, quemaduras graves, traumatismos múltiples con san-
dos pm·a distinguir aquéllos con sepsis de los que cursan con
grado severo y fenómenos de isquemia reperfusión, tienen
un SIRS sin infección. Por esta razón, los investigadores han
un comportamiento que cumple con los criterios de la sepsis
buscado marcadores alternativos que puedan sustituir la evi-
severa, el shock séptico y la disfunción de órganos. En un
dencia microbiológica. Estos marcadores alternativos deben
estudio con 102 pacientes realizado en 5 unidades de cuidado
cumplir algunas características: deben ser baratos, fáciles y
intensivo en Chile (84) se estableció que los cuadros de SIRS
rápidos de realizar, además deben tener una alta sensibilidad
severo y sepsis severa tenían una evolución clínica parecida
y especificidad. Entre dichos marcadores los más extensa-
y un pronóstico comparable. Por lo tanto los criterios de se-
mente estudiados son la proteína C reactiva, la procalcitoni-
veridad de la conferencia de consenso pueden ser aplicados a
na, la interleukina-6 y la interleukina-8, al igual que un rango
SIRS no infecciosos.
de moléculas inmunológicas y endoteliales más complejas
El tratamiento de los pacientes con SIRS comprende dos
(76, 77).
aspectos: el primero es el manejo específico de la causa que
Los niveles de procalcitonina y PCR se correlacionan bien
desencadenó la respuesta inflamatoria (pancreatitis, isquemia
con el grado de respuesta inflamatoria. La procalcitonina
reperfusión, trauma, etc.) y el segundo, el de las consecuen-
puede tener ciertas ventajas sobre la PCR debido a que sus
cias en el organismo de la inflamación masiva.
niveles suben más rápidamente al inicio de la inflamación y
No es el objetivo de este capítulo describir el tratamiento
disminuyen igualmente rápido cuando ésta se resuelve (78).
particular de las múltiples enfermedadtSs que pueden ser res-
Los niveles de procalcitonina se correlacionan más con la
ponsables del desencadenamiento de infl'amación sistémica.
severidad de la sepsis (79). En un estudio prospectivo de pa-
En cuanto al manejo del SIRS y sus secuelas tenemos que
cientes en la UCI, de Werra y col. (80) hallaron que niveles
asumir lo que ha si10 planteado en múltiples publicaciones
de procalcitonina de 1,5 ng/rnL o mayores tenían una sensibi-
acerca de la progreSión en severidad del SIRS a SIRS severo
lidad del 100% pero una especificidad del 72% en identificar
y SIRS con shock, al daño celular asociado con la inflama-
sepsis. En un reciente metanálisis (81) que compm"a procal-
ción masiva y a la progresión a disfunción y falla de órganos
citonina con PCR como marcadores de infección, demuestra
en los pacientes sin infección presente como consecuencia de
la superioridad de la procalcitonina en diferenciar infección
la desregulación de la respuesta inflamatoria. Como dijimos,
bacteriana de infección viral e infección bacteriana de otras
esto no fue definido en las Conferencias de consenso de 1991
causas no infecciosas de SIRS. Dichos marcadores, sin em-
y 2001 en donde sólo la respuesta inflamatoria sistémica aso-
bargo, hacen pm"te de la evaluación sistemática que incluye
ciada a la infección se consideró que progresaba en severidad
el examen físico y las técnicas de diagnóstico directo. Proba-
desde la sepsis, sepsis severa, shock séptico, hasta la disfun-
blemente las mediciones diarias y secuenciales de los marca-
ción y falla multiorgánica. Sin embargo, los fenómenos fi-
dores inflamatorios sean de mayor valor en el diagnóstico de
siopatológicos que se observan en el SIRS independiente de
infección que una medición aislada (77).
si su causa es infecciosa o no son similares, por lo tanto las
Recientemente se ha desarrollado una nueva técnica basa-
estrategias terapéuticas también deben serlo.
da en la detección de endotoxina induciendo quimioluminis-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

En ese sentido, excepto lo concerniente al tratamiento especí- con el fin de valorar la severidad del shock y la respuesta a
fico de la infección, los pacientes que se presentan con SIRS su manejo. Los signos de mala perfusión que OCUlTen en el
severo o en shock y con una clara causa no infecciosa se be- shock incluyen:
nefician de las estrategias terapéuticas avaladas en estudios • Piel fría con vasoconstricción debido a la redirección del
clínicos que han demostrado disminuir la morbimortalidad flujo sanguíneo a órganos centrales (aunque en fases tem-
de los pacientes sépticos. pranas de la respuesta inflamatoria puede presentarse piel
Podemos dividir dichas estrategias en aquellas encamina- caliente y eritematosa)
das a la reanimación inicial, monitoreo, medidas específicas y • Disminución del estado de conciencia
medidas de soporte. Estas medidas son en general las mismas • OliguriaJanuria
que se han establecido en las guías de la Campaña de super- • Acidosis láctica.
vivencia a la sepsis (85) y en el primer Consenso colombiano
en sepsis (86) y que serán extensamente desalTolladas en el Es de anotar que las manifestaciones del shock pueden se
capítulo correspondiente. modificadas por enfermedades preexistentes. Por ejemplo,
Las prioridades terapéuticas son diferentes si nos encon- los pacientes ancianos o diabéticos pueden no exhibir una
tramos un paciente con respuesta inflamatoria en shock. La taquicardia apropiada y compensatoria cuando cae la presión
presencia de shock se constituye en una emergencia médica. arterial.
Se deben utilizar medidas que controlen anormalidades fisio- Restauración de la perfusión tisular. La hipotensión
lógicas como la hipoxemia, la hipotensión y la mala oxige- que se ve en el SIRS resulta de una pérdida del volumen
nación tisular. plasmático dentro del espacio intersticial, disminución del
Es muy importante determinar si el SIRS es debido a cau- tono vascular y depresión miocárdica (el cual puede limitar
sas no infecciosas (tabla 3) o es el resultado de una infección. un incremento compensatorio apropiado del gasto cardíaco).
La identificación de que la causa del SIRS es una infección Se requieren entonces líquidos endovenosos, glóbulos rojos
(sepsis) y elucidar la fuente de ésta es una prioridad crítica ya empaquetados y agentes vasoactivos dependiendo del volu-
que la elTadicación de la fuente y el uso apropiado de antibió- men intravascular del paciente, el estado cardíaco y la seve-
ticos debe lograrse lo más pronto posible. ridad el shock.
Líquidos endovenosos. Frecuentemente se requiere la in-
Manejo inicial fusión rápida de grandes volúmenes de líquidos endovenosos
como terapia inicial en los pacientes con shock, a menos que
Resucitación. El primer paso en el manejo de los pacientes
coexista alguna evidencia clínica o radiológica de falla car-
con SIRS que se encuentran en shock es evaluar y soportar la
díaca congestiva. Es usual la hipovolemia intravascular re-
vía aérea, la respiración y la perfusión. Todos los pacientes
lativa en el shock y ésta puede ser severa; algunos pacientes
deben recibir oxígeno suplementario y se debe monitorizar
pueden requerir hasta 10 litros de cristaloides en las primeras
la oxigenación usando oximetría continua de pulso. En algu-
24 horas.
nos, es necesaria la intubación orotraqueal en caso de encefa-
La terapia con líquidos debe ser administrada rápidamente
lopatía y disminución del estado de conciencia en procura de
en bolos bien definidos (87). AnteS y después de cada bolo
lograr proteger la vía aérea.
administrado se debe valorar el estado de la volemia, la pelfu-
La siguiente prioridad es asistir la ventilación y aumentar
sión tisular, la presión sanguínea y la presencia o ausencia de
la oxigenación. Los casos de SIRS severa con o sin shock
edema pulmonar. Los retos de líquidos endoven,<?sos se deben
frecuentemente se complican con falla respiratoria debido al
repetir hasta que la presión arterial, la perfusión"tisular y el
desalTollo de injuria pulmonar aguda y SDRA. Subsecuen-
aporte de oxígeno sean adecuados, aparezca edema pulmonar
temente, se deben tomar medidas para restaurar la presión
o la presión capilar pulmonar en Cliña sea mayor a 18 mmHg.
arterial a niveles que permitan la perfusión de los órganos.
Es esencial una monitoría cuidadosa en este sentido debido a
Monitoría de la perfusión tisular. El paciente con SIRS
que los pacientes con respuesta inflamatoria sistémica severa
y en shock tiene por definición falla circulatoria. La resucita-
pueden desanollar edema pulmonar con presiones en cuña
ción temprana y completa de la circulación es un prerrequisi-
inferiores a 18 mmHg (edema pulmonar no cardiogénico).
to para prevenir o limitar la falla múltiple de órganos.
Los ensayos clínicos no han sido consistentes en cuanto a
Es necesaria una cuidadosa monitoría de la función cir-
la superioridad de usar cristaloides o coloides para el trata-
culatoria en pacientes con shock. La medición de la presión
miento del shock asociado al SIRS (88, 89). De hecho, existe
arterial con esfingomanómetro es inexacta en pacientes hipo-
un debate acerca de los peligros del uso de los coloides en
tensos. Por lo tanto, se debe insertar un catéter arterial para su
pacientes críticos. Una revisión sistemática de ensayos clí-
medición directa, sin embargo, no deben gastarse momentos
nicos randomizados concluye que no existe soporte para el
vitales mientras se obtiene una línea arterial retrasando las
uso de coloides para reemplazar volumen en los pacientes
medidas de manejo temprano del estado de shock.
críticos (88). En contraste, otra revisión concluye que debido
Independiente del método usado para la medición de la
a limitaciones metodológicas no se puede recomendar coloi-
presión arterial, se debe corroborar la evidencia numérica
des o cristaloides en este grupo de pacientes. En conclusión,
con evidencias clínicas de hipoperfusión a los órganos, esto
2/ SíNDROME DE RESPUESTA INFLAMATORIA SISTÉMICA (SIRS)

no existe evidencia concluyente que soporte el uso de uno sina en shock séptico es segura y efectiva, debiendo ser usada
versus otro. en una infusión continua a bajas dosis (entre 0,01 y 0,04 UI
Lo más importante es que se deben utilizar líquidos sufi- min en adultos) en conjunto con otros agentes y no titulado
cientes de cualquier tipo para resucitar la circulación en los como agente vasopresor único (94).
pacientes con shock. La pregunta que sobreviene es qué tan-
tos líquidos deben ser administrados. El paciente debe ser Monitoría de la respuesta a la terapia
reevaluado continuamente hasta lograr metas bien estableci-
Las pacientes con SIRS severo y en shock deben ser monito-
das: restauración de la perfusión central y periférica, conec-
rizados estrechamente para evaluar su respuesta a la terapia
ción de la hipoxia tisular o el desanollo de edema pulmonar
instaurada. Se debe observar una combinación de parámetros
con una presión en cuña superior a 18 mmHg. Es importante
clínicos y de laboratorio (tabla 4) y los pacientes con eviden-
recordar que la administración de coloides causa una mayor
cia de deterioro deben ser reevaluados completamente.
expansión del volumen intravascular que la de un volumen
equivalente de cristaloides. Recientemente se demostró que Tabla 4. Parámetros de monitoría de respuesta al tratamiento.
el uso de una estrategia conservadora de líquidos en el ma-
nejo de pacientes con SDRA resultaba en una mejor función
Sistema orgánico Parámetro
pulmonar y menos días de ventilación mecánica y de cuidado
Sistema respiratorio Relación PaO/Fi0 2
intensivo, sin aumento en la falla de órganos, aunque la mor-
talidad global a 60 días no tuvo una diferencia significativa Sistema renal Gasto urinario y creatinina sérica
(89). Sistema hematológico Conteo plaquetario
Vasopresores. Son agentes de segunda línea en el mane- Sistema nervioso central Escala de coma de Glasgow
jo de los pacientes con SIRS y shock; se prefieren primero
Sistema hepatobiliar Bilirrubina sérica y enzimas hepáticas
los líquidos endovenosos debido a que incrementan el gasto
Sistema cardiovascular Presión sanguínea, lactato sérico
cardíaco y/o la presión sanguínea sin comprometer seria-
mente el intercambio gaseoso. Sin embargo, los vasopreso- Sistema gastrointestinal Íleo, sangre en aspirado gástrico
res son útiles en aquellos pacientes que permanecen hipo-
tensos a pesar de una administración adecuada de líquidos o El tratamiento del shock puede ser dividido en dos fases:
en quienes desarrollan edema pulmonar cardiogénico. Está una fase inicial en la cual el principal objetivo es restaurar
disponible una variedad de agentes con diferentes perfiles de la presión de perfusión tisular a niveles adecuados como fue
acciones periféricas y cardíacas. Se requiere un vasopresor descrito anteriormente. Cuando esto se ha logrado comienza
potente que tenga pocos efectos deletéreos a nivel vascular la segunda fase en la cual el foco de la terapia es mantener un
y sistémico. Los agentes vasopresores aumentan la presión aporte de oxígeno acorde con las necesidades tisulares.
arterial media, aumentando la presión de perfusión tisular Debido a que los síndromes de respuesta inflamatoria llevan
y preservando la distribución del gasto cardíaco a los órga- a un hipermetabolismo, las necesidades de oxígeno típicamen-
nos. El mantenimiento de una adecuada presión sistémica es te están elevadas. No se ha demostrado que llevar el aporte de
esencial para una adecuada perfusión tisular. Cuando la pre- oxígeno a valores supranormales resulte en mejor sobrevida en
sión arterial media cae por debajo del rango autorregulatorio este tipo de pacientes (95). Por lo tanto, se recomienda soportar
de un órgano, disminuye el flujo sanguíneo, resultando en el aporte sistémico de oxígeno a niveles que sean suficientes
isquemia tisular y falla orgánica. Los agentes vasopresores para revers31'la hipoxia tisular; no se recomienda la prescrip-
también mejoran el gasto cardíaco y el aporte de oxígeno al ción de una terapia con valores suprano'rqJ.ales a menos que
disminuir la distensibilidad del compartimiento venoso au- exista evidencia de hipoxia tisular persistente.
mentando así el retorno venoso. Al revisar la literatura parece Detección de hipoxia tisular. Una medición ideal de hi-
que la norepinefrina tiene un mejor perfil que la dopamina poxia tisular en SIRS debe hacerse a nivel de los órganos
o adrenalina en cuanto a mejorar la presión arterial media y individuales, ya que ~n test que represente la suma algebrai-
adicionalmente mejorar la perfusión esplácnica, la perfusión ca de todos los órganos (lactato sérico) puede oscurecer la
renal y aumentar el inotropismo con menos efectos adversos presencia de isquemia en un órgano individual. Los intentos
metabólicos e inmunológicos (90, 91). Además, en el estudio para medir la presencia de isquemia en el tracto gastrointesti-
SOAP (Sepsis ocunente en Acutely ill Patients Investigators) nal con la tonometría intragástrica no han mostrado ser útiles
(92), se encontró una mayor mortalidad en los pacientes que en la titulación de la terapia. Por lo tanto, en el momento
recibieron dopamina o adrenalina como vasopresores. actual, el lactato arterial es la medición global más útil d.e la
Recientemente se ha visto la existencia de una deficiencia perfusión tisular. Un aumento en el lactato arterial, a pes31"
de vasopresina en el shock vasodilatador y la administración del tratamiento, implica que el aporte sistémico de oxígeno
exógena que puede restaurar el tono vascular (93). Una revi- es insuficiente para cubrir las necesidades metabólicas del
sión de estudios recientes sobre el uso de vasopresina en la paciente (96). ,
UCI soporta su utilidad en este tipo de pacientes (94). Existe Tratamiento de la hipoxia tisular. La utilidad clínica
cada vez más evidencia acerca de que la infusión de vasopre- de una optimización temprana (primeras 6 horas) y agresi-

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 53


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

va del aporte de oxígeno fue evaluada en un ensayo clínico Se debe utilizar una estrategia de aumento del D02 en pacien-
controlado de 263 pacientes comparando la terapia buscando tes con evidencia de hipoxia tisular. En esta circunstancia,
mantener una presión venosa central de oxígeno (Satv0 2) por una intervención que aumente el DO:; puede ser usada como
arriba de 70% con un manejo estándar (figura 1) (97). Fueron un test diagnóstico; una caída en el lactato arterial cuando el
identificados en el servicio de urgencias los pacientes con DO:; se eleva brinda una evidencia circunstancial en la que
sepsis severa y shock séptico y se siguió un algoritmo com- el paciente se beneficia de un aumento del DO:; hasta que
binando líquidos de resucitación, vasopresores, transfusión los niveles de lactato bajen. Sin embargo, estas intervencio-
de glóbulos rojos e inotrópicos. En el grupo control las metas nes requieren tiempo para su implementación y para que sus
de tratamiento fueron una presión arterial media mayor a 65 efectos se manifiesten; los pacientes con acidemia severa re-
mmHg, una presión venosa central mayor a 8 mmHg y un quieren tratamiento con hiperventilación cuando sea posible.
gasto urinario mayor a 0,5 mL/kg por hora. La optimización El uso de bicarbonato no está recomendado para corregir el
agresiva del aporte de oxígeno (D0 2) se asoció con: pH en situaciones de acidosis láctica (98).
Disminución de la mortalidad hospitalaria (30% versus Si se ha determinado que el DO:; necesita ser aumentado,
39%, p <0,009) el primer paso es maximizar el contenido arterial de oxígeno
Menores puntajes APACHE II y SAPS II y disminución incrementando la cantidad y saturación de la hemoglobina en
en la incidencia de disfunción múltiple de órganos sangre arterial. Aunque los beneficios de la transfusión no son
Menores concentraciones de lactato arterial luego de seis clar"os se recomienda llevar la hemoglobina a niveles de 10 g/
horas de terapia (3,0 versus 3,9 mmol/L) dL en pacientes con enfermedad cardiopulmonar conocida. Se
Mayor uso de transfusiones para aumentar el D02 (70% debe optimizar" la saturación artedal de oxígeno con la menor
versus 45%). fracción inspirada de oxígeno posible para evitar injuda pul-
monar adicional y utilizando volúmenes cOl"dentes bajos sin
exceder una presión meseta de 30 cmH:;O en caso de SDRA.
Oxígeno suplementario y/o intubación Si las concentraciones de lactato arterial no disminuyen
orotraqueal y ventilación mecánica
con el establecimiento de unos niveles adecuados de hemog-
I lobina y con buenas saturaciones de hemoglobina con oxíge-
no, el paso siguiente es aumentar el gasto cardíaco. Antes, el
Cateterización venosa central y arterial
clínico debe valorar la necesidad de líquidos expansores de
volumen adicionales midiendo la presión capilar pulmonar
en cuña; deben administrarse bolos de líquidos hasta que no
Sedación y/o parálisis (si está intuba-
se obtengan incrementos del gasto cardíaco o hasta llegar a
do)
presiones en cuña de 16-18 mmHg.
, <8
Inotrópicos. Se debe intentar un soporte inotrópico jui-
cioso si se requiere un mayor aumento del DO:;. Se recomien-
PV da el uso de dobutamina ya que mejora el índice cardíaco,
disminuye la resistencia vascular pulmonar mejorando el tra-
8 -12 bajo del ventrículo derecho y aumentando el fiujo sanguíneo
.... esplácnico (85). En presencia de hipotensión se puede usar
en forma concomitante con norepinefrina.
PA < 65
> 90
.1 Vasoaclivos ~
Proteína e activada recombinante humana
65 - 90 , 01(
Se han descrito un número de anormalidades de la coagula-
< Transfusión de globulos
ción en los pacientes con shock séptico, y algunos reportes
Sat
rojos hasta hematocrito sugieren que la suplementación con proteína C puede brindar
=/>30% algún beneficio particularmente en el caso de plÍlpura fulmi-
> nans (99).
> En un ensayo randomizado 1.690 pacientes con infección
severa sospechada o conocida recibieron una infusión duran-
¿Metas
alcanzadas?
te 96 horas de drotrecogin alfa o placebo, comenzando dentro
No de las primeras 24 horas de presentación (lOO). Se encontró
Si lo siguiente:
La tasa de mortalidad a los 28 días fue significativamente
Admisión hospitalaria menor en el grupo de drotrecogin (2~,7 versus 30,8)
• Existió una tendencia de sangrados serios incluso hemo-
Figura 1. Protocolo de terapia orientada por metas (97). lTagia intracraneana fatal en pacientes que recibieron dro-
trecogin alfa

54
21 SíNDROME DE RESPUESTA INFLAMATORIA SISTÉMICA (SIRS)

Basados en una análisis posterior del estudio se encon- microgtamos/dL en el cortisol ha demostrado ser el mejor
tró que el drotrecogin alfa fue de mayor beneficio en los discriminador entre una respuesta adrenal adecuada (respon-
pacientes más enfermos, identificados con una APACHE dedores) y pacientes con insuficiencia adrenal relativa (no
II> ó = a 25. Un análisis de desenlaces secundarios sugi- respondedores). En general, un cortisol basal plasmático alto
rió que la incidencia de disfunción orgánica múltiple fue (>34 microgramos/dL) y una débil respuesta a la corticotro-
menor en los pacientes tratados con drotrecogin y que la pina se asocia con una más alta mortalidad (111).
terapia se asoció con una recuperación más rápida de la Se ha demostrado que bajas dosis de esteroides promue-
función cardíaca y pulmonar (101). ven la reversión del shock. Los efectos de los corticosteroi-
des sobre el tono vascular han sido reconocidos por décadas,
La interpretación de estos resultados es complicada por el mucho antes que fueran reconocidos como agentes antiinfta-
hecho de que el protocolo fue modificado después de enrolar matorios. Numerosos ensayos clínicos controlados con do-
720 pacientes, excluyendo aquellos con cáncer metastático, sis bajas de corticosteroides en pacientes con shock séptico
pancreatitis y la mayoría de los transplantados(102). Ade- confirman la reversión del shock y la reducción en el soporte
más, la línea celular maestra usada para manufacturar el dro- vasopresor en la mayoría de los pacientes a los pocos días de
trecogin alfa fue cambiada durante el estudio. iniciada la terapia (104, 108).
No es claro el papel del drotrecogin alfa en pacientes con El uso de corticosteroides en dosis bajas en pacientes con
SIRS severo en ausencia de infección. Existe un reporte del shock séptico e insuficiencia supranenal relativa reduce el
uso del drotrecogin en pacientes con pancreatitis aguda se- riesgo de muerte (105).
vera sin evidencia de infección (103). Sin embargo, se nece-
sitan estudios grandes dedicados a demostrar su eficacia en Control de la glicemia
SIRS no infectados antes de poder recomendar su uso.
Luego de la estabilización inicial, a los pacientes con SIRS
severo se les debe mantener el nivel de glucosa sanguínea
Corticoesteroides
en concentraciones menores a 150 mg/dL. Los estudios que
Los corticosteroides intravenosos están recomendados en soportan el control de la glicemia han usado infusiones con-
pacientes con shock séptico quienes a pesar de un adecua- tinuas de insulina y glucosa. Con estos protocolos la glucosa
do reemplazo de líquidos requieren terapia vasopresora para debe ser monitorizada frecuentemente después de la inicia-
mantener una presión sanguínea adecuada. No es claro si esta ción del protocolo (cada 30-60 minutos) y a intervalos regu-
estrategia sería válida en aquellos pacientes en shock con lares (cada 4 horas) una vez las concentraciones de glucosa
SIRS sin infección. se han estabilizado. La hiperglicemia es frecuente en los pa-
Por décadas, la justificación para el uso de glucocorticoi- cientes de cuidado intensivo, y es causada por resistencia a
des en sepsis ha sido su papel fundamental en la respuesta la insulina en el hígado y en el músculo. Esto es considerado
de estrés a la infección y a los efectos antiinftamatorios que como una respuesta de adaptación, suministrando glucosa al
ejercen. Varios estudios randomizados y controlados de do- cerebro, glóbulos rojos y tejidos en cicatrización y general-
sis altas de glucocorticoides no han demostrado ser útiles en mente sólo se trataba si la glucosa sanguínea sobrepasaba los
mejorar el pronóstico, llevando al escepticismo y a evitar su 215 mg/dL. La creencia convencional, por lo tanto, era que
uso en pacientes sépticos por parte de la mayoría de los mé- la hiperglicemia beneficiaba al paciente y que la hipoglice-
dicos de cuidado intensivo. Sin embargo, en ensayos clínicos mia debía evitarse por ser peligrosa. Este concepto ha sido
controlados randomizados recientes el uso de hidrocortiso- rebatido recientemente demostrándose 'que controlando los
na en dosis bajas (200-300 mg administrados por 5-7 días) niveles de glucosa sanguínea por medio d'e- terapia intensiva
ha traído el renacer de los glucocorticoides, y una discusión con insulina se disminuye la morbilidad y la mortalidad en
acerca de qué pacientes se beneficiarían de esta estrategia pacientes críticos qUi:'úrgicos (112).
(104-109).
Son diferentes los mecanismos y razones que soportan el Ventilación mecánica protectora
uso de dosis bajas de corticosteroides en pacientes con shock
séptico: insuficiencia adrenal relativa, resistencia periférica a La mayoría de los enfermos con SIRS, sepsis grave y shock
los esteroides, efectos en el tono vascular y en la respuesta in- séptico requieren intubación traqueal y ventilación mecánica,
mune y prolongación del tiempo de sobrevida. En pacientes y casi el 50% de los pacientes con sepsis grave desanollan
críticos la insuficiencia adrenal absoluta es rara (0% a 3%) lesión pulmonar aguda (ALI) o síndrome de distrés respira-
en contraste la insuficiencia adrenal relativa es más común torio agudo (SDRA), habitualmente en las primeras 24 horas
especialmente en los pacientes con shock séptico (110). de evolución. Los pacientes con ALI o SDRA tienen infiltra-
En el shock refractario, la prevalencia de insuficiencia dos bilaterales, una PaO/Fi0 2 inferior a 300 o 200 mmHg y,
adren al relativa puede ser tan alta como 50% a 75% (111). cuando se mide, una PCP inferior a 18 mmHg.
Después de 30 o 60 minutos de la estimulación con 250 En los pacientes con ALIISDRA la ventilación protectora,
micro gramos de corticotropina un incremento menor a 9 con limitación del volumen tidal a 6 ml/kg de peso predicho
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

y de la presión meseta a menos de 31 cm de H 20 reduce la 5. Ferreira FL, Bota DP, Bross A, et al. Serial evaluation of the SOFA
score to predict out- come in criticalIy ilI patients. JAMA 2001; 286:
mortalidad. Las fórmulas para el cálculo del peso corporal
1754-1758.
predicho son: 6. Rangel-Fausto S, Pittet D, Costignan M, et al. The natural history of
the systemic inflammatory response syndrome. JAMA 273: 117-123.
Hombres: 50 + 0,91 [altura (cm) - 152,4] 7. Sands KE, Bates BW, Lanken PN, et al. Epidemiology of sepsis syn-
Mujeres: 45,5 + 0,91 [altura (cm) - 152,4] drome in 8 academic medical centers. JAMA 1997: 234-240.
8. Pittet D, Range1-Fausto S, Tarara D, et al. Systemic inflammatory syn-
drome, sepsis and septic shock: inciden ce, morbidities and outcomes
La ventilación protectora produce la mayoría de las ve- in surgical ICU patients. Intensive Care Med 1995; 21: 302-309.
ces hipercapnia, que se debe tolerar dentro de determinados 9. Smail N, Messiah A, Edouard A, et al. Role of systemic inflammatory
límites (pH >7,20), salvo en pacientes con hipertensión en- response syndrome and infection in the occurrence of early multiple
docraneana, y en la mayoría de los casos requiere grados pro- organ dysfunction syndrome following severe trauma. Intensive Care
Med 1995; 21: 813-816.
fundos de sedación. 10. Bone R. Immunologic Dissonance: A Continuing Evolution in Our
Es recomendable el empleo de las combinaciones de Fi0 2 Understanding of the Systemic Inflammatory Response Syndrome
y PEEP empleadas en el estudio del ARDS-Net (1l3). El uso (SIRS) and the Multiple Organ Dysfunction Syndromes (MODS).
de niveles mayores de PEEP no mejoró el pronóstico de los Ann of Internal Med 1996; 125: 680-687.
11. Bone RC. The pathogenesis of sepsis. Ann Intern Med 1991; 115:
pacientes. Las combinaciones Fi0 2-PEEP empleadas en el 457-69.
estudio del ARDS-Net fueron las siguientes (tabla 5): 12. Moore FA, Moore EE, Read RA. Postinjury multip1e organ failure:
role of extrathoracic injury and sepsis in adult respiratory distress syn-
Tabla 5. Combinaciones de Fi0 2 - PEEP. drome. New Horiz 1993; 1: 538-49.
13. Strieter RM, Kunkel SL, Bone Re. The role of tumor necrosis factor-
in disease states and inflammation. Crit Care Med 1993; 21 (1 OSuppl):
6'
¡,L; 0,3 0,4 0,4 0,5 0,5 0,6 0,7 0,7 O,7t 0,9 0,9 0,9 1,0 14.
S447-63.
Dinarello CA, Gelfand JA, Wolff SM. Anticytokine strategies in the
treatment of the systemic inflammatory response syndrome. JAMA
o... 1993; 269: 1829-35.
lJ;.l
lJ;.l 5 5 8 8 10 10 10 12 14 14 14 16 18 20-24 15. Abraham E, Wunderink R, Silverman H, et al. Efficacy and safety of
o...
monoclonal antibody to human tumor necrosis factor in patients with
sepsis syndrome. A randomized, controlled, double-blind, multicenter
clinical trial. TNF- MAb Sepsis Study Group. JAMA 1995; 273: 934.
Conclusiones
16. Fisher CJ JI', Dhaihaut JF, Opal SM, et al. Recombinant human inter-
Con un mejor conocimiento de la fisiopatología de los sín- leukin 1 receptor antagonist in the treatment of patients with sepsis
syndrome. Results from a randomized, double-blind, placebo-contro-
dromes de respuesta inflamatoria sistémica en casos no re-
lled tri al. Phase III rhIL-1ra Sepsis Syndrome Study Group. JAMA
lacionados con infección, podríamos implementar medidas 1994; 271: 1836-44.
terapéuticas enfocadas a modular la injuria celular secunda- 17. Platzer C, Meisel C, Vogt K, et al. Up-regulation of monocytic IL-lO
ria. Debido a los avances logrados en los últimos años en el by tumor necrosis factor- and CAMP elevating drugs. Int Immunol
1995; 7: 517-23.
manejo de los pacientes con sepsis severa y shock séptico, en
18. Munoz C, Carlet J, Fitting C, et al. Dysregulation of in vitro cytokine
los cuales existe un número bien definido de estrategias que production by monocytes during sepsis. J Clin Invest 1991; 88: 1747-54.
han demostrado en estudios clínicos una disminución en la 19. Fukushima R, Alexander JW, Gianotti L, et al. Isolated pulmonary
morbimortalidad, estas mismas medidas podrían ser utiliza- infection acts as a source of systemic tumor necrosis factor. Crit Care
Med 1994; 22: 114-20.
das en los pacientes con SIRS sin infección buscando iguales
20. Ford HR, Hoffman RA, Wing EJ, et al. Characterization of wound
resultados. Sin embargo, hace falta el diseño de estudios clí- cytokines in the sponge matrix model. Arch Surg 19S9; 124: 1422-8.
nicos que demuestren específicamente en estos pacientes que 21. Meduri GU, Kohler G, Headley S, et al. Inflammatory c:ytokines in the
dichas medidas también son de utilidad. BAL of patients with ARDS. Persistent elevation over time predicts a
poor outcome. Chest 1995; 108: 1303-14.
22. Sauder DN, Semple J, Truscott D, et al. Stimulation of muscle protein
Referencias degradation by murine and 'human epidermal cytokines: relationship
to thermal injury. J Invest Dermatol1986; 87: 711-4.
l. Members of the American College of Chest Physicians/Society of Crit
23. Kupper TS, Deitch EA, Baker CC, et al. The human burn wound as a
Care Med Consensus Conference Committee: American College of
primary source ofinterleukin-1 activity. Surgery 1986; 100: 409-15.
Chest Physicians/Society of Crit Care Med Consensus Conference:
24. Puren AJ, Feldman C, Savage N, et al. Pattern of cytokine expression
Definitions for sepsis and organ failure and guide1ines for the use of
in community-acquired pneumonia. Chest 1995; 107: 1342-9.
innovative therapies in sepsis. Crit Care Med 1992; 20: 864-874.
25. Wang P, Ba ZF, Morrison MH, et al. Mechanism of the beneficial
2. Mitchell M. Levy, MD, FCCP; Mitchell P. Fink 2001 SCCMIESICM/
effects of ATP-MgC12 following trauma-hemorrhage and resuscita-
ACCP/ATS/SIS International Sepsis Definitions Conference. Crit
tion: downregulation of inflammatory cytokine (TNF, IL-6) release. J
Care Med 2003; 31: 1250-1256.
Surg Res 1992; 52: 364-71.
3. Calandra Th, Cohen J. The Internationa1 Sepsis Forum Consensus
26. Wang P, Ba ZF, Morrison MH, et al. Mechanism of the beneficial
Conference on Definitions ofInfection in the Intensive Care Unit. Crit
effects of pentoxifylline on hepatocellular function after trauma he-
Care Med 2005; 33: 1538-1548.
morrhage and resuscitation. Surgery 1992; 112: 451-7.
4. Marshall JC, Cook DJ, Christou NV, et al. Multiple organ dysfunction
27. Tracey KJ, Lowry SF, Cerami A. CachectinlTNF- in septic shock and
score: A re1iable descriptor of a complex clinical outcome. Crit Care
septic adult respiratory distress syndrome [Editorial]. Am Rev Respir
Med 1995; 23: 1638-1652.
Dis 1988; 138: 1377-9.
2/ SíNDROME DE RESPUESTA INFLAMATORIA SISTÉMICA (SIRS)

28. Stephens KE, Ishizaka A, Larrick JW, et al. Tumor necrosis factor 50. Faist E, Storck M, Hultner L, et al. Functional analysis of monocyte
causes increased pulmonary permeability and edema. Comparison to activity through synthesis patterns of proinflammatory cytokines and
septic acute lung injury. Am Rev Respir Dis 1988; 137: 1364-70. neopterin in patients in surgical intensive careo Surgery 1992; 112:
29. Ibbotson GC, WalIace JL. Beneficial effects of prostaglandin E2 in 562-72.
endotoxin shock are unrelated to effects on PAF-acether synthesis. 51. Rothe G, Oser A, Valet G. Dihydrorhodamine 123: a new f10w cyto-
Prostaglandins 1989; 37: 237-50. metric indicator for respiratory burst activity in neutrophil granulo-
30. Lewis RA, Austen KF, Soberman RJ. Leukotrienes and other products cytes. Naturwissenschaften 1988; 75: 354-6.
of the 5-lipoxygenase pathway. Biochemistry and relation to patho- 52. de Waal Malefyt R, Haanen J, Spits H, et al. InterIeukin 10 (IL-lO)
biology in human diseases. N Engl J Med 1990; 323: 645-55. and viral IL-IO strongly reduce antigen-specific human T cell proli-
31. Petrak RA, Balk RA, Bone RC. Prostaglandins, cyclo-oxygenase in- feration by diminishing the antigen-presenting capacity of monocytes
hibitors, and thromboxane synthesis inhibitors in the pathogenesis of via downregulation of class II major histocompatibility complex ex-
multiple systems organ failure. Crit Care Clin 1989; 5: 303-14. pression. J Exp Med 1991; 174: 915-24.
32. Sigurdsson GH, Christenson JT, el-Rakshy MB, et al. Intestinal platelet 53. Espevik T, Figari IS, Shalaby MR, et al. Inhibition of cytokine produc-
trapping after traumatic and septic shock. An early sign of sepsis and tion by cyclosporin A and transforming growth factor B. J Exp Med
multiorgan failure in critically ilI patients? JAMA 1992; 20: 458-67. 1987; 166: 571-6.
33. CipolIe MD, Pasquale MD, Cerra FB. Secondary organ dysfunction. 54. Czarniecki CW, Chiu HH, Wong GH, et al. Transforming growth
From clinical perspectives to molecular mediators. Crit Care Clin factor-B 1 modulates the expression of class 11 histocompatibility an-
1993; 9: 261-98. ti gens on human celIs. J Immunol 1988; 140: 42l7-23.
34. Rinaldo JE, Gorry M, Strieter R, et al. Effect of endotoxin-induced 55. Chantry D, Turner M, Abney E, et al. Modulation of cytokine produc-
celI injury on 70-kD heat shock proteins in bovine lung endothelial tion by transforming growth factor-B. J Immunol 1989; 142: 4295-300.
celIs. Am J Respir Cell Mol Biol 1990; 3: 207-16. 56. Abraham E. Physiologic stress and cellular ischemia: relationship to
35. Levi M, ten Cate H, van der Poli T, et al. Pathogenesis of disseminated immunosuppression and susceptibility to sepsis. Crit Care Med 1991;
intravascular coagulation in sepsis. JAMA 1993; 270: 975-9. 19: 613-8.
36. Gomez-Jimenez J, Salgado A, Mourelle M, et al. L-arginine: nitric 57. Ninnemann JL, Condie JT, Davis SE, et al. Isolation of immunosu-
oxide pathway in endotoxemia and human septic shock. Crit Care ppressive serum components following thermal injury. J Trauma
Med 1995; 23: 253-8. 1982; 22: 837-44.
37. Miyauchi T, Tomobe Y, Shiba R, et al. Involvement of endothelin in 58. Christou NV, Meakins JL. Neutrophil function in surgical patients:
the regulation of human vascular tonus. Potent vasoconstrictor effect two inhibitors of granulocyte chemotaxis associated with sepsis. J
and existence in endothelial celIs. Circulation 1990; 81: 1874-80. Surg Res 1979; 26: 355-64.
38. Bone Re. Toward a theory, regarding the pathogenesis of the systemic 59. Abraham E, Chang YH. Cellular and humoral bases of hemorrhage-
inflammatory response syndrome: what we do and do not know about induced depression of lymphocyte function. Crit Care Med 1986; 14:
cytokine regulation. Crit Care Med 1996; 24: 163-72. 81-6.
39. Miller-Graziano CL, Szabo G, Kodys K, et al. Aberrations in post- 60. Constantian MB, Menzoian JO, Nimberg RB, et al. Association of a
trauma monocyte (MO subpopulation: role in septic shock syndrome. circulating immunosuppressive polypeptide with operative and acci-
J Trauma 1990; 30(12 Suppl): S86-96. dental trauma. Ann Surg 1977; 185: 73-9.
40. Randow F, Syrbe U, Meisel C, et al. Mechanism of endotoxin desensi- 61. Bober LA, Grace MJ, Pugliese-Sivo C, et al. The effect of GM-CSF
tization: involvement of interleukin 10 and transforming growth factor and G-CSF on human neutrophil function. Immunopharmacology
B. J Exp Med 1995; 181: 1887-92. 1995; 29: 111-9.
41. Syrbe U, Meinecke A, Platzer C, et al. Improvement of monocy- 62. Szabo G, Kodys K, Miller-Graziano CL. Elevated monocyte interIeu-
te function-a new therapeutic approach? In: Reinhart K, Eyrich K, kin-6 (IL-6) production in immunosuppressed trauma patients. 1. Role
Sprung CL, eds. Sepsis: Current Perspectives in Pathophysiology and of FcgRI cross-linking stimulation. J Clin Immunol 1991; 11: 326-
Therapy. Berlin: Springer-Verlag; 1994: 473-500. 35.
42. MilIs CD, CaldwelI MD, Gann DS. Evidence of a plasma-mediated 63. Szabo G, Kodys K, MilIer-Graziano CL. Elevated monocyte inter-
"window" of immunodeficiency in rats folIowing trauma. J Clin Im- leukin-6 (IL-6) production in immunosuppressed trauma patients. 11.
munol 1989; 9: 139-50. Downregulation by IL-4. J Clin Invest 1991; 11: 336-44.
43. Bone RC. Why the sepsis trials failed. JAMA 1996; 276: 7. 64. Pinsky MR, Vincent JL, Deviere J, et al. Serum cytokine levels in hu-
44. Livingston DH, Appel SH, WelIhausen SR, et al. Depressed interfe- man septic shock. Relation to multiple-system organ failure and mor-
ron-production and monocyte HLA-DR expression after severe injury. tality. Chest 1993; 103: 565-75. "
Arch Surg 1988; 123: 1309-13. 65. Fisher CJ Jr, Opal SM, Dhainaut JF, et al. Inffuence of an anti-tumor
45. Cheadle WG, Hershman MJ, WelIhausen SR, et al. Role of monocytic necrosis factor monoclonal ,antibody on cytokine levels in patients
HLA-DR expression folIowing trauma in predicting clinical outcome. with sepsis. The CB0006 Sepsis Syndrome Study Group. Crit Care
In: Faist E, Ninnemann J, Green D, eds. Immune Consequences of Med 1993; 21: 318-27.
Trauma, Shock and Sepsis. Berlin: Springer-Verlag; 1989: 119-22. 66. Dofferhoff AS, Bon{VJ, de Vries-Hospers HG, et al. Patterns of cyto-
46. Gibbons RA, Martinez OM, Lim RC, et al. Reduction in HLA-DR, kines, plasma endotoxin, plasminogen activator inhibitor, and acute-
HLA-DQ, and HLA-DP expression by Leu-M3+ cells from the peri- phase proteins during the treatment of severe sepsis in humans. Crit
pheral blood of patients with thermal injury. Clin Fxp Immunol 1989; Care Med 1992; 20: 185-92.
75: 371-5. 67. Leser HG, Gross V, Scheibenbogen C, et al. Elevation of serum in-
47. Wakefield CH, Carey PD, Foulds S, et al. Changes in major histocom- terleukin-6 concentration precedes acute-phase response and refiects
patibility complex class II expression in monocytes and T celIs of pa- severity in acute pancreatitis. Gastroenterology 1991; 101: 782-5.
tients developing infection after surgery. Br J Surg 1993; 80: 205-9. 68. Cannon JG, Friedberg JS, Gelfand JA, et al. Circulating interIeukin-l
48. Browder W, Williams D, Pretus H, et al. Beneficial effect of enhanced B and tumor necrosis factor- concentrations after burn injury in. hu-
macrophage function in the trauma patient. Ann Surg 1990; 211: 605- manso Crit Care Med 1992; 20: 1414-9.
12. 69. Marano MA, Fong Y, Moldawer LL, et al. Serum cachectin/tumor ne-
49. Hamilton G, Hofbauer S. Hamilton B. Endotoxin, TNF-, interleukin-6 crosis factor in criticalIy iII patients with burns correlates with infec-
and parameters of the celIular immune system in patients with intra- tion and mortality. Surg Gynecol Obstet 1990; 170: 32-8.
abdominal sepsis. Scand J Infect Dis 1992; 24: 361-8. 70. Pos 0, van der Stelt ME, Wolbink OJ, et al. Changes in the serum
concentration and the glycosylation ofhuman l-acid glycoprotein and

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 57


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

l-protease inhibitor in severely burned persons: relation to interleu- 92. Sakr Y, Reinhart K, Vincent JL, et al. Does dopamine administration
kin-6 levels. Clin Exp Immunol 1990; 82: 579-82. in shock influence outcome? Results of the Sepsis Occurrence in Acu-
71. Lehmann AK, Halstensen A, Sornes S, et al. High levels of interleukin tely ill Patients (SOAP) Study. Crit Care med 2006; 34: 589-97.
10 in serum are associated with fatality in meningococcal disease. In- 93. Landry DW, Oliver JA. The pathogenesis of vasodilatory shock. N
fect Immun 1995; 63: 2109-12. Engl J Med 2001; 345: 588-95.
72. Pignerelli M, Boudjeltia KZ, Vanhaeverbeek M, et al. Red blood cell <)4. Holmes CL, Walley KR. Vasopressin in the UCI. .Curr Opin Crit Care
rheology in sepsis. Intensive Care Med 2003; 29: 1052-61. 2004; 10: 442-8.
73. Bochud P-Y, Glauser MP, Calandra T. Antibiotics in sepsis. Intensive 95. Heyland DK, Cook DJ, King D, et al. Maximizing oxygen delivery in
Care Med 2001; 27(suppl 1): S33-48. critically ill patients: a methodologic appraisal of the evidence. Crit
74. Cohen J, Brun-Bruisson Ch, Torres A, et al. Diagnosis of infection Care Med 1996; 24: 517-24.
in sepsis: An evidence-based review. Crit Care Med 2004; 32(suppl): 96. Société de Reanimation de Langue Fran¡;aise, The American Tho-
S466-94. racic Society, European Society of Intensive Care Medicine. Third
75. O'Grady NP, Barie PS, Bartlett JG, et al. Practice guidelines for eva- European Consensus Conference in Intensive Care Medicine. Tissue
luating new fe ver in critically ill adult patients. Crit Care Med 1998; hypoxia: How to detect, how to correct, how to prevent. Am J Respir
26: 1041-59. Crit Care Med 1996; 154: 1573-8.
76. Reinhart K, Bayer O, Brunkhorst F, et al. Markers of endothelial dama- 97. Rivers E, Nguyen B, Havstad S, et al. Early goal-directed therapy in
ge in organ dysfunction and sepsis. Crit Care Med 2002; 30: S302-12. the treatment of severe sepsis and septic shock. N Engl J Med 2001;
77. Tschaikowsky K, Hedwig-Geissing M, Schiele A, et al. Coincidence 345: 1368-77.
of pro- and anti-inflammatory responses in the early phase of severe 98. Forsythe SM, Schmidt GA. Sodium bicarbonate for the treatment of
sepsis: Longitudinal study of mononuclear histocompatibility leuko- lactic acidosis. Chest 2000; 117: 260-7.
cyte antigen-DR expression, procalcitonin, C-reactive protein, and 99. Abraham E. Coagulation abnormalities un acute lung injury and sep-
changes in T-cell subsets in septic and postoperative patients. Crit siso Am J Respir Cell Mol Biol 2000; 22: 401-4.
Care Med 2002; 30: 1015-23. 100. Bernard GR, Vincent JL, Laterre PF, et al. Efficacy and safety of re-
78. Luzzani A, Polati E, Dorizzi R, et al. Comparision of procalcitonin combinant human activated protein C for severe sepsis. N Engl J Med
and C-reactive protein as markers of sepsis. Crit Care med 2003; 31: 2001; 344: 699-709.
I 737-4l. 101. Vincent JL, Angus DC, Artigas A, et al. Effects of drotrecogin alfa (ac-
79. Ugarte H, Silva E, Mercan D, et al. Procalcitonin used as a marker of tivated) on organ dysfunction in the PROWESS trial. Crit Care Med
infection in the intensive care unit. Crit Care Med 1999; 27: 498-504. 2003; 31: 834-40.
80. de Werra 1, Jaccard C, Corradin SB, et al. Cytokines, nitrite/nitrate, 102. Warren HS, Suffredini AF, Eichacker PQ, et al. Risks and benefits of
soluble tumor necrosis factor receptors, and procalcitonin concentra- activated protein C treatment for severe sepsis. N Engl J Med 2002;
tions: Comparisons in patients with septic shock, cardiogenic shock, 347: 1027-30.
and bacterial pneumonia. Crit Care Med 1997; 25: 607-13. 103. Machala W, Wachowicz N, Komorowska A, et al. The use of drotre-
81. Simon L, Gauvin F, Amre DK, et al. Serum procalcitonin and C- cogin alfa (activated) in severe sepsis during acute pancreatitis - two
reactive protein levels as markers of bacterial infection: A systematic case studies. Med Sci Monit 2004; 10: CS31-6. Abstract.
review and meta-analysis. Clin Infect Dis 2004; 39: 206-17. 104. Briegel J, Kellermann W, Forst H, et al. Low-dose hydrocortisone in-
82. MarshalI JC, Wlaker PM, Foster DM, et al. Measurement of endo- fusion attenuates the systemic inflammatory response syndrome: The
toxina activity in criticalIy iII patients using whole blood neutrophil Phospholipase A2 Study Group. The Clinical Investigator 1994; 72:
dependent chemiluminescence. Crit Care 2002; 6: 342-48. 782-7.
83. MarshalI JC, Foster B, Vincent JL, et al. Diagnostic and prognostic 105. Annane D, SebilIe V, Charpentier C, et al. Effect of treatment with low
implications of endotoxemia in critical illness: Results of the MEDIC doses of hydrocortisone and fludrocortisone on mortality in patients
study. J Infect Dis 2004; 190: 527-34. with septic shock. JAMA 2002; 288: 862-71.
84. Hernandez G, Dougnac A, Castro J, et al. Síndrome de respuesta infla- 106. Bollaert PE, Charpentier C, Levy B, et al. Reversal of late septic shock
matoria sistémica severa: ¿Es comparable a la sepsis severa? Rev Med with supraphysiologic doses of hydrocortisone. Crit Care Med 1998;
Chile 1999; 127: 1339-44. 26: 645-50.
85. DeIlinger RP, Cm·let JM, Masur H, et al. Surviving Sepsis Campaingn 107. Chawla K, Kupfer Y, Goldman 1, et al. Hydrocortisone reverses refrac-
guidelines for manegement of severe sepsis and sepsis shock. Crit tory septic shock. Crit Care Med 1999; 27(1S): 33A.
Care Med 2004; 32: 858-73. 108. Yildiz O, Doganay M, Aygen B, et al. Physiological-dose steroid the-
86. Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo- rapy in sepsis. Crit Care 2002; 6: 251-9.
Asociación Colombiana de Infectología. Primer consenso colombiano 109. Briegel J, Forst H, Haller M, et al. Stress doses of hyelrocortisone re-
en sepsis. Ed. Distribuna 2006. verse hyperdynamic septic shock: A prospective, randomized, double-
87. Hollemberg SM, Ahrens TS, Annane D, et al. Practice parameters for blind, single-center study. Crit CareMed 1999; 27: 723-32.
hemodynamic support of sepsis in adult patients: 2004 update. Crit 110. Matot 1, Sprung CL. Corticosteroids in septic shock: Resurrection of
/
Care Med 2004; 32: 1928-48. the last rites? Crit Care Med 1998; 26: 627-9.
88. Schierhout G, Roberts 1. Fluid resuscitation with coIloid or crystaIloid 111. Annane D, SebilIe V, Troche G, et al. A 3-level prognostic classifica-
solutions in criticaIly ilI patients: a systematic review of randomized tion in septic shock based on cortisol levels and cortisol response to
trials. BMJ 1988; 316: 961-4. corticotropin. JAMA 2000; 283: 1038-45.
89. Wikes MM, Navickis RJ. Patient survival after human albumin admi- 112. Van den Berghe G, Wouters P, Weekers F, et al. Intensive insulin the-
nistration. A meta-analysis of randomized controlled trials. Ann Intern rapy in the critically ill patients. N Engl J Med 2001; 345: 1359-67.
Med 2001; 135: 149-64. 113. The Acute Respiratory Distress Syndrome Network. Ventilation with
90. Martin C, Viviand X, Leone M, et al. Effect of norepinephrine on the Lower Tidal Volumes as Compared with Traditional Tidal Volumes for
outcome of septic shock. Crit Care Med 2000; 28: 2758-65. Acute Lung Injury and the Acute Respiratory Distress Syndrome. N
91. Morimatsu H, Singh K, Uchino S, et al. Early and exclusive use of Engl J Med 2000; 342: 130-08.
norepinephrine in septic shock. Resuscitation 2004; 62: 249-54.
NCI N RGÁN MÚ
I L
SU
Gustavo A. Ospina-Tascón, MD; Jacques Creteur, MD, PhD; Jean-Louis Vincent, MD, PhD, FCCP

Durante la primera mitad del siglo XX, la enfermedad crítica síntomas que podrían reflejar mejor la respuesta clínica a la
fue frecuentemente un estado transitorio que precedía a la infección. Se estableció también el concepto PIRO, un acró-
muerte. La supervivencia estaba limitada por la incapacidad nimo para clasificar los componentes del proceso infeccioso:
de rescatar al paciente del deterioro fisiológico progresivo Predisposición, representando los factores predisponentes a
causado por una enfermedad severa, cuando se había conse- la infección (historia previa, factores genéticos, etc.); Infec-
guido una aparente estabilización inicial. ción: grupo de aspectos microbiológicos (tipo de microorga-
El mayor entendimiento de la fisiopatología del enfermo nismos, fuente de infección, etc.); Respuesta: característica
crítico, la mejoría en las técnicas de reanimación y el de- de la respuesta del huésped; disfunción Orgánica: cuantifica-
sarrollo de nuevas tecnologías transformaron la enfermedad ción de la disfunción resultante (6).
crítica, usualmente fatal, en una condición de potencial ma- Aunque otras condiciones como trauma (7-9), pancreatitis
yor sobrevida. (10), shock cardiogénico (11) entre otras, podrían 'conducir a
Con la aparición de las unidades de cuidad intensivo MODS, este capítulo se referirá a la disfunción multiorgánica
(UCI) al final de los años 50 (1), surgió una nueva era en relacionada a la sepsis.
la que la prolongación de la supervivencia frente al evento La sepsis continúa siendo una importante causa de morta-
primario, se vería acompañada por un nuevo espectro de dis- lidad en la UCI. En un estudio epidemiológico de la sepsis
funciones orgánicas relacionadas o no a la enfermedad inicial severa en USA, Angus et al. (12) encontraron una inciden-
y en algunas ocasiones, a las intervenciones médicas mismas cia de 2,1 episodios por cada 100 egresos hospitalarios y
(2). Como resultado del desarrollo de la medicina crítica, los una tasa de mortalidad cercana al 30%. En un reciente es-
pacientes fueron capaces de sobrevivir por períodos más lar- tudio en UCls europeas, Vincent et al. (13) reportaron una
gos de tiempo y a problemas más complejos. Fue entonces incidencia de sepsis de 24,7% a la admisión a la UCI y de
cuando la descripción de una serie de complicaciones en di- 37,4% durante la estancia total en UCI. Aquellos pacientes
ferentes sistemas de órganos, ocurridos en forma paralela o que desarrollaron sepsis tuvieron una más severa disfunción
secuencial, se volvió más común (3, 4). De esta manera, sur- multiorgánica, mayor estancia hospitalaria, mayor estancia
gió el concepto de falla orgánica múltiple (MOF) o síndrome en la UCI y mayores tasas de mortalidad, que aquellos que
de disfunción orgánica múltiple (MODS). no la desarrollaron. Las tasas globales de mortalidad en UCI
e intrahospitalaria fueron 18,5% y 24,1 %, respectivamente.
Concepto y epidemiología de la La mortalidad en la UCI en pacientes con sepsis estuvo en-
disfunción orgánica múltiple tre 10% y 35% dependiendo del país estudiado. Además, la
mortalidad en UCI fue de 27% para aql{~llos pacientes ad-
MODS es un término que se refiere a la falla secuencial o mitidos por sepsis y de 28% para aquellos que la adquirieron
paralela de al menos dos sistemas de órganos. En 1992, una durante su estancia. La falla orgánica fue desarrollada por
conferencia-consenso patrocinada por el American College 2.244 pacientes y la/sepsis estuvo presente en 41 % de esos
of Chest Physicians (ACCP) y la Society of Critical Care episodios. Los factores que claramente se relacionaron con la
Medicine (SCCM), propuso las definiciones operacionales mortalidad en pacientes sépticos fueron la edad, el grado de
de sepsis, shock séptico y MODS (5). Esta conferencia esta- disfunción orgánica, cin-osis y la presencia de un balance de
bleció que la sepsis es la respuesta del huésped frente a una líquidos fuertemente positivo (14).
infección e introdujo el concepto de síndrome de respues-
ta inflamatoria sistémica. Sin embargo, debido a que estas
Severidad de la disfunción multiorgánica y.
definiciones estaban desprovistas de especificidad, otra con-
sistemas de puntuación
ferencia consenso fue patrocinada por SCCM, ACCP, Euro-
pean Society of Intensive Care Medicine (ESICM), Ameri- Desde que en 1975 Baue sugirió que la falla de dos o más
can Thoracic Society (ATS) y la Surgical Infection Society órganos constituía un nuevo síndrome (15), se han realizado
(SIS) (6). En ésta, se estableció una lista extensa de signos y múltiples esfuerzos por cuantificar objetivamente el grado de
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

disfunción multiorgánica. Aunque muchos, sistemas de pun- Tabla 1. MODS score.


tuación y predicción de mortalidad en la UCI proveen impor-
tante información acerca de la severidad de una enfermedad Sistema O 1 2 3 4
a nivel poblacional, la información que pueden brindar sobre Respiratorio" >300 226-300 151-225 78-150 S.75
pacientes individuales es limitada (16-18). Por eso, la nece- (relación POi
FI0 2)
sidad de evaluar individualmente al paciente, cuantificar la
Renal" (creatinina S. 100 101-200 201-350 351-500 >500
severidad de la disfunción multiorgánica y evaluar su evolu-
sérica)
ción en el tiempo condujo al desarrollo de nuevos sistemas
de puntuación específicos para MODS.
Hepático c (bilirru- S.20 21-60 61-120 121-240 >240
bina sérica)
MODS es un proceso dinámico (19) Y su descripción de-
Cardiovascular d S. 10,0 10,1-15,0 15,1-20,0 20,1-30,0 >30.0
ber estar basada en variables simples que puedan ser medi- (PAR)
das rutinariamente con un mínimo de diferencia entre dife-
Hematológico" >120 81-120 51-80 21-50 S.20
rentes observadores (20). Debido a este carácter dinámico de (recuento plaque-
MODS, no ha habido unanimidad acerca de cuáles órganos tario)
y qué parámetros deben ser escogidos para ser evaluados Neurológicd (Es- 15 13-14 10-12 7-9 s.6
mediante un sistema de puntuación. Por esa razón, no es cala de coma de
sorpresa que una amplia variedad de sistemas de puntuación Glasgow)
hayan sido desarrollados durante los últimos 20 años (21-
a Relación PO/FI0 2 es calculada sin tener en cuenta el tipo de ventilación
32). Los cuatro sistemas de puntuación más utilizados en utilizada y el nivel de PEEP.
la investigación clínica son el Logistic Organ Dysfunction " Concentración de creatinina en mmol/L, independiente del uso de diálisis.
System (LODS) (29), el Multiple Organ dysfunction Score e Concentración de bilirrubina sérica en mmollL.

d Razón de presión ajustada a frecuencia cardíaca (PAR), calculada así: PAR


(MODS) (30), el Brussels Score (22) y el Sequential Organ
FC x PVC/ PA media.
Failure Assessment (SOFA) (33). Las metas de esos siste- e Recuento de plaquetas (x 10.000).
mas de puntuación se pueden resumir en: r Escala de coma de Glasgow; calculada por la enfermera del paciente (pa-
l. Su capacidad para cuantificar y describir objetivamente cientes bajo sedación y relajación muscular, se asume una función normal a
la disfunción y/o falla orgánica tanto en grupo de pacien- menos que haya evidencia de una alteración neurológica intrínseca).

tes como en pacientes individuales. Tomado de: Marshall JC, Cook DJ, Christou NV, et al. Multiple organ dys-
function score: a reliable descriptor of a complex clinical outcome. Crit Care
2. Mejor comprensión de la historia natural de la disfunción Med 1995; 23(10): 1646.
o falla orgánica y la interdependencia entre diferentes
sistemas orgánicos. Brussels score
3. Capacidad para valorar nuevas intervenciones en la pro-
gresión de la falla orgánica. Fue desarrollado pensando en la limitación que el MODS
score podría tener en la evaluación del sistema cardiovas-
A continuación, describiremos brevemente los 3 últimos sis- cular. El Brussels score reemplazó la "presión ajustada a la
temas de puntuación antes mencionados. frecuencia cardíaca" por el grado de acidosis.

MODS score SOFA score

El Multiple Orgall dysfullction Score publicado en 1995 por En una conferencia-consenso patrocinada por la ES/CM
Marshall et al. (30) fue producto de una amplia revisión de en1994, se desarrolló el Sepsis-related Orga;l'{ailure As-
la literatura y validado en varios centros canadienses. MODS sessmellt (SOFA score) (33). El SOFA score evalúa la dis-
score evalúa seis sistemas de órganos, asignando puntajes en- función vascular de acuerdo al requerimiento terapéutico.
tre O (función normal) y 4 (disfunción severa) (tabla 1). La Este sistema de puntuación incluye seis sistemas orgánicos
disfunción cardiovascular es evaluada como la "presión ajus- usando cada día el peor valor de cada sistema, asignando un
tada a la frecuencia cardíaca", que es el resultado del produc- puntaje entre O y 4 (O=normal; 4=falla orgánica) (tabla 2).
to entre frecuencia cardíaca y presión venosa central dividido El SOFA score fue evaluado en una base de datos de 1643
por la presión arterial media. Un mayor puntaje cardiovascu- pacientes del European-American Study of Severity System.
lar refleja una mayor inestabilidad cardiovascular refractaria Inicialmente fue desarrollado para ser usado en estudios de
a carga de volumen. Un estudio realizado por Cook et al. pacientes sépticos, pero después fue extendido para el uso de
(34) pudo demostrar el valor pronóstico de MODS score al otros tipos de pacientes (32, 36) y su nombre fue cambiado a
ingreso a la UCI y cuando se realizaron mediciones diarias Sequential Organ Failure Assessment.
sucesivas. Otro estudio demostró que la variación del puntaje La reproductibilidad del SOFA score ha sido bien de-
MODS durante el tiempo de estancia en UCI se correlaciona mostrada entre diferentes observadores en estudios clínicos
bien con el test de "caminata de 6 minutos" realizado un año (37). Ferreira et al. (36) evaluaron si la ,medición dinámica
después en los sobrevivientes de SDRA (35). del SOFA score durante la estancia de ¡'os pacientes en UCI
3 I DISFUNCiÓN ORGÁNICA MÚLTIPLE EN LA SEPSIS

Tabla 2. SOFA score.

o 1 2 3 4

Respiración >400 :::;400 :::; 300 :::; 200 :::; 100


PaO/Fi0 1 (mmHg)
Coagulación > 150 :::; 150 :::; 100 :::;50 :::; 20
Plaquetas (x 103/mm3 )
Cardiovascular No hipotensión PAM <70 mmHg Dopamina :::;5 * o Dopamina >5 * o Dopamina >15* o
Hipotensión Doblltamina (cual- Epinefrina :::; 0,1* Epinefrina >0,1* o
quier dosis) o N orepinefrina :::; Norepinefrina >0,1 *
0,1*
Hígado < 1,2 1,2-1,9 2,0-5,9 6,0-11,9 > 12
Bilirrubina (mg/dl)
SNC 15 13 -14 10-12 6-9 <6
Escala de coma de Glasgow
Renal < 1,2 1,2-1,9 2,0-3,4 3,5-4,9 o < 500 ml/ > 5,0 o < 200 ml/día
Creatinina (mg/dl) o gasto urinario día
(en ml/día)

* Agentes adrenérgicos administrados por lo menos durante una hora (dosis en Ilg/Kg/min).
De: Vincent JL, de Mendon~a A, Cantraine F y col. Use of the SOFA score to assess the incidence of organ dysfunction/failure in intensive care units: Reslllts
of a multicentric, prospective study. Crit Care Med 1998; 26: 1793-1800.

podría mejorar su poder predictivo. Ellos calcularon el SOFA mientras que la respuesta del sistema adaptativo está basada
total (suma de los puntajes diarios de SOFA durante la es- en una expansión clonal en respuesta a la identificación de un
tancia en UCI), el SOFA máximo (mayor puntaje obtenido antígeno, tomando entre 3 a 5 días en hacerse efectiva. Los
durante la estancia en UCI) y el delta-SOFA (diferencia entre macrófagos y otras células presentadoras de antígenos (tal
dos puntajes subsecuentes). Finalmente, este grupo de inves- como las células dendríticas y algunas células B) reconocen
tigadores encontraron una estrecha relación entre todas estas los organismos potencialmente patógenos a través de ciertos
mediciones y la mortalidad en UCI. epítopes que no están presentes en los eucariotas superiores.
La capacidad del SOFA score para determinar el impacto Esos son los llamados pathogen-associated molecular pat-
de una estrategia terapéutica sobre MODS ha sido demostra- tenIS (PAMP), tal como algunos péptidos, componentes de
da también en varios estudios clínicos. Un análisis de los pa- la pared de algunas bacterias y hongos, que generan una res-
cientes que participaron en el estudio PROWESS (38) mostró puesta innata específica que ha sido determinada a través de
que la administración de Drotrecogin alfa-activado (rhAPC) la evolución (41). Ellipopolisacárido dejas bacterias gram
estuvo asociada con una significativa mejoría de las funcio- negativas (42) es el prototipo de PAMP, pero otras moléculas
nes cardiovascular y respiratoria y una más tardía mejoría de como peptidoglicanos (43), ácido lipoteicoico, lipoarabino-
la disfunción hematológica. De igual manera, SOFA score ha manan (44), lipopéptidos y DNA bacteriano pueden activar la
sido utilizado para demostrar la utilidad los efectos benéficos respuesta innata. Un grupo de receptores que median la res-
de algunas otras intervenciones como los sistemas de soporte puesta innata fue inicialmente identific~d'Q. en la Drosophila
extracorpóreo (39) o la administración de albúmina en pa- y fue llamado toll receptor (45). Posteriormente, un grupo de
cientes hipoalbuminémicos críticamente enfermos (40). receptores similares fueron aislados en células de mamíferos
y fueron llamados TQll-like receptors (TLR). Estos TLRs tie-
Mecanismos fisiopatológicos nen la función de mediar la repuesta inmune contra una serie
de antígenos bacterianos y micóticos (PAMP) como describi-
Respuesta inmune a la infección
remos brevemente a continuación.
Sepsis es la respuesta del huésped frente a una invasión mi-
crobiana. Esta respuesta es determinada por las característi- Respuesta inmune frente a bacterias gram
cas genéticas, tipo de microorganismo invasor y la respuesta negativas
adaptativa creada por el huésped frente a previas exposiciones.
Típicamente, la repuesta contra bacterias gram negativas
El componente innato del sistema inmune está constituido
es iniciada por ellipolisacárido (LPS) de la pared bacteria-
por células polimOlfonucleares, el sistema del complemento,
na. El LPS es opsonizado por la proteína ligadora de LPS y
algunos péptidos antibacterianos y las células presentadoras
enseguida este complejo se une al receptor CD14 presente
de antígenos. Por otra parte, el sistema adaptativo está consti-
en los monocitos y membrana celular de algunas células de
tuido básicamente por los linfocitos B y T. La respuesta inna- defensa (46). Una forma soluble del receptor CD14 puede
ta permite una reacción inmediata a la invasión microbiana, también actuar con algunas células presentadoras de antíge-
SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 61
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

nos como las células dendríticas. El receptor cn 14 interac- El fosfolipomanan presente en la superficie de Candida
túa con un receptor transmembrana (TLR4) y una proteína albicans es reconocido por los TLR2, mientras que los TLR4
accesoria (MD2), activando el NF-KB que a su vez activa el interactúan principalmente con el glucoronoxilomanan pre-
gen promotor de la trascripción de citoquinas y otros factores sente en el polisacárido de CryptocoCCllS lleoformans (54).
inflamatorios (47). La producción de citoquinas inflamato- Los TLR4 median la inducción de citoquipas proinflama-
rias amplifica la respuesta inmune activando más células del torias después de la exposición a Candida, mientras que el
sistema adaptativo, interactuando con las células endoteliales reconocimiento a través de los TLR2 conduce a una libera-
y activando el sistema de coagulación. Una descripción más ción de citoquinas antiinflamatorias (55). Una más detallada
detallada de los mecanismos fisiopatológicos de la sepsis descripción de los mecanismos de la sepsis por hongos será
será cubierta en otro capítulo de la presente edición. encontrada en otro capítulo de la presente edición.

Respuesta inmune frente a bacterias gram Polimorfismo de la respuesta inmune


positivas La amplia variabilidad de la respuesta inmune entre diferen-
Las bacterias gram positivas son reconocidas a través de los tes huéspedes a un mismo microorganismo está determina-
componentes de su membrana celular (p. ej., peptidoglica- da por el polimorfismo de los receptores PAMP y por otros
nos) o a través de las exotoxinas que liberan. Su reconoci- factores genéticos propios de cada huésped. De esta manera,
miento inicial incluye la participación de receptores CD 14 existen diferencias entre distintos individuos a diversos mi-
(48), TLR2 (49) Y el factor activador de plaquetas (PAF). croorganismos. Así pues, la severidad de la inflamación y la
Tanto los CD14 como el PAF son capaces de activar la vía capacidad de respuesta contra el mismo microorganismo son
del NF-KB, que a su vez activa la trascripción de citoquinas y determinadas genéticamente.
factores inflamatorios. La respuesta mediada por linfocitos T predominantemente
Algunas exotoxinas como la TSS-toxl (toxina del síndro- inflamatoria (respuesta helper tipo 1) o predominantemen-
me del shock tóxico estafilocócico) son capaces de activar te antiinflamatoria (respuesta helper tipo 2) que escapa a la
simultáneamente una amplia población de linfocitos, pues revisión de este capítulo, está también determinada genéti-
actúa como un superantígeno. Usualmente, el receptor de las camente. De igual forma, el receptor de TNF, el antagonista
células T (TCR) está constituido por 5 elementos variables: del receptor de IL-l (IL-lra) y la capacidad fagocítica de los
V~, D~, J~, Va y Ja. Normalmente, una célula T es activada si macrófagos están genéticamente determinados. El fenómeno
un antígeno unido al complejo mayor de histocompatibilidad de apoptosis de algunas células inmunes que será comentado
(MCH) de una célula presentadora es capaz de combinarse más adelante también está genéticamente determinado (60-
perfectamente con los 5 elementos; de esta manera, se consi- 62) y podría llevar al desenlace final de la sepsis.
gue la activación de 1 en 10.000 células T. Un superantígeno
es capaz de activar una célula T cuando consigue una única MODS: ¿un problema de inflamación no
combinación en la cadena V~ del TCR, lo que resulta en una controlada?
activación simultánea de cerca del 20% del total de células Desde que Lewis Thomas, en su clásico artículo, describió
T. Esta activación de células genera una masiva liberación de el proceso séptico como una respuesta inmune exagerada
interferón y, interleuquina 2 (IL-2), factor de necrosis tumo- frente a algunos gérmenes (56), un paradigma alrededor del
ral (TNF), con la consiguiente activación de macrófagos y de fenómeno séptico fue creado y aún prevalece. La hipótesis
esta forma, una masiva liberación de IL-l y·TNF. que plantea que la sepsis severa y MODS sOrl'c,ausados por

Respuesta inmune frente a otros gérmenes


una exagerada respuesta inflamatoria fue basada enmodelos
animales (57). Sin embargo, esta' "tormenta de citoquinas"
Otros gérmenes como hongos (50), parásitos (52) y virus que produce la muerte en modelos animales es exponencial-
(51) pueden inducir sepsis, aunque usualmente menos seve- mente menor en humanos con sepsis (58). Aunque se debe
ra (cuando las condiciones del huésped son normales). La recordar que en la sepsis -especialmente en algunas formas
traducción de las señales de productos no bacterianos no ha específicas de sepsis como la meningococcemia-, el grado de
sido tan estudiada como la generada en la sepsis bacteriana. liberación de citoquinas proinflamatorias como el TNF está
En parte, esto puede ser debido a que la liberación de citoqui- directamente relacionado a la mortalidad (59, 60).
nas difiere marcadamente no solamente entre gérmenes de Estudios clínicos con anticuerpos anti-TNF y antilTecep-
diferente tipo sino entre aquellos de diferentes especies. Por tor soluble de TNF no pudieron demostrar efectos favorables
ejemplo, la traducción de las señales en infecciones virales sobre la mortalidad en sepsis severa y shock séptico (61-67),
es complicada debido a que los virus pueden interferir en la mientras que otros mostraron que anticuerpos anti-TNF pue-
liberación de citoquinas mediada por TNF, limitando así la den incrementar las tasas de mortalidad (68). Sin embargo,
actividad antiviral del huésped (53). Algunos tipos de res- muchas dudas emergen cuando se den;lOstró que algunos
puesta innata frente a agentes virales han sido identificados subgrupos podrían potencialmente beneficiarse (69). Otras
a través de TLR3. estrategias han incluido el uso de antagonistas contra el re-

62
3/ DISFUNCiÓN ORGÁNICA MÚLTIPLE EN LA SEPSIS

ceptor de IL-l (IL-lra) (70, 71), anticuerpos antiendotoxina cionalmente, el sistema fibrinolítico está alterado a causa del
(72-75), varios antagonistas del PAF (76-79) e inhibidores incremento en la concentración del inhibidor del activador
de la fosfolipasa A2 (80, 81), pero ninguno logró modificar del plaminógeno tipo 1 (PAI-l) (94), conduciendo a un in-
la mortalidad. Adicionalmente, la inmunoterapia combinada cremento del fenómeno trombótico. Los efectos combinados
contra TNF e IL-l incrementó la mortalidad en un modelo de la activación plaquetaria, activación de la coagulación y
séptico animal (68). Esto hace pensar que una concentración disminución de la fibrinolisis llevan a un cambio del balance
mínima de mediadores inflamatorios es necesaria para una hemostático hacia un estado procoagulante que termina en la
apropiada respuesta contra la infección y un agresivo blo- generación de trombina, consumo de factores de la coagula-
queo de ella podría tener efectos deletéreos. ción y depósito de fibrina.
La falla de algunas estrategias específicas en sepsis po-
dría ser debida también al cambio de la respuesta inmune en Tabla 3. Coagulación y disfunción endotelial en MODS.
el tiempo. Una exagerada respuesta inmune inicial contrasta
con una importante atenuación de ella misma algunas horas Interacción entre inflamación y coagulación (88. 89)
después de que el proceso ha comenzado. Un posterior esta- Formación de microtrombos en la microcirculación (108-112)
do de inmunosupresión en el que predomina una respuesta Disminución de antitrombina I1I, proteína C y proteína S (90, 91)
helper tipo 2 (mayor producción de cito quinas antiinflama-
Disminución de la expresión de trombomodulina (93)
torias), es caracterizada por la pérdida de la respuesta de hi-
persensibilidad tardía, incapacidad para resolver la infección Disminución de la expresión del receptor endotelial de proteína C (92)

y la predisposición a desanollar infecciones nosocomiales Incremento de niveles de PAI-l (94)


(82). En otras ocasiones, el fenómeno siguiente es caracte- Inducción de la iNOS por parte de TNF e IL-l (95)
rizado por la aparición de anergia en la que hay una pérdida Incremento de expresión de moléculas de adhesión endotelial (reAM,
de la respuesta helper tipo 1 (respuesta proinflamatoria) y VCAM, ELAM) (96)
una atenuación de la respuesta lzelper tipo 2 (83). Por esa Incremento de moléculas de adhesión de los neutrófilos (selectina E,P,L;
razón, nuevas estrategias en inmunomodulación están siendo integrina CD 11 b/CD 18)
consideradas (84, 85).
Adicionalmente a la "polarización de la respuesta inmu- Por otro lado, el endotelio produce diferentes factores va-
ne" hacia helper tipo 1 o tipo 2, el fenómeno de muerte ce- soactivos como el óxido nítrico (NO), prostaciclina y endote-
hllar programada o apoptosis, determina una disminución linao El NO es un potente vasodilatador generado a partir de
en el número de células de defensa (incluyendo linfocitos, la NO-sintetasa (inducible [iNOS] o constitucional [cNOS]).
monocitos y células dendríticas), siendo decisivo en el des- Fisiológicamente, la cNOS produce pequeñas cantidades de
enlace final. De hecho, se ha demostrado una mejoría de la NO, el cual ayuda a regular el tono arteriolar (95). En la sep-
sobrevida en modelos animales cuando se logra prevenir la sis, IL-l y TNF estimulan la expresión de iNOS generando
apoptosis (83, 86, 87). una exagerada producción de NO, precipitando así hipoten-
Por todas estas razones, considerar que la sepsis severa y sión y shock.
el desarrollo de MODS es simplemente el resultado de una Durante la inflamación, una amplia variedad de moléculas
respuesta inflamatoria exagerada es una visión simplista del como ICAM-l, ELAM-l yVCAM-l promueven la adhesión
problema. de leucocitos al endotelio, facilitando su migración hacia los
tejidos (96). Este fenómeno se produc~, en todos los lechos
Activación de la coagulación y la disfunción vasculares, conduciendo a la activación leu90citaria y libera-
endotelial: marcadores de la aparición de MODS ción de sustancias como ehtstasas, mieloperoxidasas y espe-
La activación inmune genera una compleja interacción entre cies reactivas de oxígeno, causando daño endotelial y de los
mediadores inflamatorios, células endoteliales y la membra- tejidos circundantes./El daño endotelial genera una pérdida
na de algunas células sanguíneas, causando la activación del de las uniones intercelulares con fuga de líquido intravascu-
sistema de la coagulación con la consiguiente formación de lar al espacio intersticial. Este fenómeno es particularmente
microtrombos (tabla 3). La liberación de citoquinas genera importante en la patogénesis del SDRA.
una exposición de factor tisular en la superficie de las mem-
branas celulares del endotelio, monocitos y neutrófilos (88, ¿Puede la coagulación intravascular diseminada
89), conduciendo a la activación de la coagulación. El resul- conducir a MODS?
tado final es una amplia producción de trombina, consumo Algunos estudios prospectivos han demostrado una clara re-
de factores de la coagulación y depósito de fibrina con for- lación entre coagulación intravascular diseminada (CID) y
mación de micro trombos en los vasos de la microcirculación. mortalidad (97-99), aún en la no severa (100-103). En pa-
La concentración de factores anticoagulantes naturales como cientes de la UCI un incremento del CID score estuvo es-
antitrombina IlI, proteína C y proteína S está marcadamente trechamente relacionado con la mortalidad a 28 días (104)
disminuida (90, 91), al igual que los niveles de trombomo- y un análisis retrospectivo del grupo placebo del estudio
dulina y del receptor de la proteína C (EPCR) (92, 93). Adi- PROWESS mostró una mortalidad de 47% en aquellos pa-
SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 63
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

cientes que desalTollaron CID frente a un 27% en quienes no fueron modificadas. De manera parecida, la antitrombina III
la desalTollaron (99). también demostró mejorar la sobrevida en modelos animales
La trombocitopenia es una característica común en pa- (115), pero falló cuando fue probada en un estudio clínico
cientes críticamente enfermos y su persistencia está asociada en humanos (116). Solamente el uso de proteína C humana
con un peor pronóstico (105). La severidad de la sepsis es recombinante (rhAPC) demostró un incremento en la sobre-
inversamente proporcional al conteo plaquetario (106) Y la vida de pacientes con sepsis severa y shock séptico (117). Es
trombocitopenia está independientemente relacionada con un importante anotar que rhAPC tiene otras propiedades dife-
incremento de la mortalidad (107). El secuestro de plaque- rentes a las que ejerce directamente sobre la coagulación; en
tas en los vasos de la microcirculación OCUlTe como resulta- particular, ejerce un complejo efecto antiinflamatorio media-
do de la activación leucocitaria y endotelial y las plaquetas do por EPCR (118).
restantes son activadas a causa de la respuesta inflamatoria, El depósito de fibrina en los vasos de la microcirculación
liberando una cantidad adicional de factores inflamatorios, ha sido claramente demostrado en pacientes con sepsis se-
incrementando así la respuesta inflamatoria. El desalTollo de vera y shock séptico que desarrollan MODS. Sin embargo,
microtrombos a causa de depósito de fibrina y la disminu- muchas de las proteínas de la coagulación son capaces por sí
ción de su degradación constituye una de las características mismas de modular la respuesta inflamatoria por medio de la
clave de la fisiopatología de la CID. La presencia de micro- activación de receptores de proteasas (119) y adicionalmente,
trombos en la lesión pulmonar aguda (ALI) y el síndrome el depósito de fibrina con la consiguiente hipoxia tisular ejer-
de distrés respiratorio agudo (SDRA) fueron demostrados cen per se, un efecto proinflamatorio (120). La activación de
en algunos estudios angiográficos (108,109), aunque la pre- leucocitos, plaquetas y endotelio amplificando la respuesta
sencia de defectos de llenado no se cOlTelacionó con la se- inflamatoria podrían estar relacionadas con un empeoramien-
veridad de la falla respiratoria, alteraciones hemodinámicas to regional del transporte de oxígeno y de su consumo.' De
pulmonares o con los desenlaces clínicos finales (109). La esta forma, es improbable que la formación de microtrombos
presencia de micro trombos ha sido confirmada en muestras sea la única clave para explicar el desalTollo de MODS.
de tejidos en pacientes con ALI,y SDRA, siendo probable-
mente relacionados con el incremento del espacio muerto en Disfunción microcirculatoria
estos pacientes (110). Estudios histopatológicos en sepsis La práctica de la medicina intensiva está ampliamente basa-
en humanos han mostrado la presencia de micro trombos en da en. el principio de un apropiado aporte de oxígeno a los
la microcirculación y su relación con daño isquémico (111, tejidos para asegurar el metabolismo aerobio. Sin embargo,
112). Sin embargo, el grado preciso al que puede contribuir un apropiado aporte de oxígeno puede estar limitado por al-
la presencia de microtrombos en el desarrollo de MODS es teraciones de la microcirculación más allá que el determina-
incierto. Hace pocos años, algunos estudios que han utilizado do por contenido arterial de oxígeno o los determinantes del
diversos agentes moduladores de la coagulación, han mos- gasto cardíaco. Existe evidencia acerca de la persistencia de
trado diferentes resultados (tabla 4). El uso del inhibidor de hipoperfusión tisular en presencia de apropiados valores de
la vía del factor tisular (TFPI) mostró efectos favorables en las variables del transporte de oxígeno (121). La presencia de
modelos animales (113), pero cuando fue probado en un ex- obstrucción microvascular y shunt micro circulatorio pueden
tenso estudio multicéntrico (114), las tasas de mortalidad no conducir a hipoperfusión en algunas áreas dentro del mismo

Tabla 4. Estudios clínicos aleatorizados, controlados y multicéntricos que han examinado el uso de agentes moduladores de la coagulación'en sepsis severa,
shock séptico. '-',

Estudio Autor Año de N° de N° de Doble ciego Tiempo de Mortalidad:


publicación centros pacientes (Sí/No) evaluación de Control vs. in-
mortalidad tervención (%)
1 Efficacy and safety of recombinant hu- Bernard GR 2001 164 1690 S 28 días 30,8% vs. 24,7%
man activated protein C for severe sepsis (p 0,005)
(PROWESS) (117)
2 Administration of high-dose antithrombin III Warren BL 2001 211 2314 S 28 días 38,7% vs. 38,9%
in severe sepsis (KyberSept) (116) (p =0,94)
3 Administration of tifacogin (recombinant tis- Abraham E 2003 245 1754 S 28 días 33,9% vs. 34,2%
sue factor pathway inhibitor) in severe sepsis (p 0,88)
(114)
4 Administration ofDrotrecogin alfa (activated) Abraham E 2005 516 2613 S 28 días l7% vs. 18,5%
in adults with severe sepsis and a low risk of (p =0,34)
death (ADDRESS) (182)

De: Ospina-Tascón G, BucheIe G, and Vincent JL. MuIticenter, randomized, controlIed trials evaluating mortality in intensive care: Doomed to fail? Crit Care
Med 2008; 36: 1311-1322.
3/ DISFUNCiÓN ORGÁNICA MÚLTIPLE EN LA SEPSIS

órgano, mientras otras bien pelfundidas tienen un consumo que la dobutamina puede causar una significativa mejoría de
de oxígeno normal o bajo. Este fenómeno de shunt explica la la microcirculación en pacientes con shock séptico, indepen-
aparente normalidad de la saturación venosa mixta (Sv0 2) y dientemente de los cambios en las variables hemodinámicas.
central (ScvO), cuando de hecho, un fenómeno de hipoper- En otro reciente estudio, De Backer et al. (129) demostraron
fusión oculta sigue en curso. Varios factores han sido impli- que la administración de rhAPC (Drotrecogin alfa-activado)
cados en la aparición de tal fenómeno de shunt en el shock mejora las alteraciones microvasculares inducidas por la sep-
séptico: sis, al evaluarlas mediante la técnica OPS.
1. Un estado hipercoagulable con formación de microtrom- La microcirculación es un elemento clave en la oxigena-
bos y obstrucción capilar (122). ción tisular, pues es en este lugar que se llevan a cabo el inter-
2. Edema celular endotelial que conduce a un estrechamien- cambio de oxígeno y el aporte de micronutrientes. Múltiples
to de su luz (123). estudios experimentales han demostrado la alteración del
3. Incremento de la adhesión leucocitaria al endotelio, crean- flujo microvascular durante la hemonagia y el fenómeno de
do de esta manera una ban"era mecánica a los glóbulos isquemia-reperfusión, pero este fenómeno es especialmente
rojos en los vasos capilares (123). observado en la sepsis severa. Además, aquellas alteraciones
4. Alteración de la deformabilidad de las células rojas, in- no son influenciadas por la presión arterial o la administra-
crementándose su captura en el lecho capilar (124). ción de agentes vaso activos y obviamente, no pueden ser
detectadas por medio de la monitoría convencional. De esta
El fenómeno de disoxia tisular es común en los pacientes manera, la monitoría de la microcirculación en la falla circu-
críticos y es probablemente una de las causas más impor- latoria puede ayudar a detectar aquellos pacientes que requie-
tantes de MODS y muerte (125). La detección y temprana ren intervenciones adicionales, pero es necesario des ano llar
corrección de la disoxia tisular podría limitar el desanollo de más estas técnicas experimentales antes de implementarlas
MODS, reducir la aparición de complicaciones y mejorar el en el ambiente clínico.
pronóstico del shock séptico.
La dificultad para visualizar directamente la microcircu-
lación había hecho difícil demostrar los postulados teóricos
de las alteraciones microcirculatorias. Ahora, el desanollo de
nuevas técnicas como las imágenes de Orthogonal Polariza-
tion Spectral (OPS) y Sidestream darkfield (SDF), usando la
luz polarizada para obtener imágenes de videomicroscopia,
permite visualizar directamente la microcirculación en algu-
nas superficies mucosas como la intestinal y la sublingual
(figuras 1 y 2). Usando la técnica de imagen OPS en el área Figura 1. Sistema de visualización de la microcirculación con luz polariza-
da (Sidestream dark~field).
sublingual en pacientes con sepsis, De Backer et al. (126) de-
Sidestream dmfield (SDF) es un sistema mejorado de Orthogonal polari-
mostraron diferencias no significativas en el flujo sanguíneo zation spectral (OPS) imaging systelll que utiliza luz polarizada con una
microvascular entre voluntarios sanos, pacientes antes de ser longitud de onda de 530 nm. La luz es absorbida por la hemoglobina de los
sometidos a cirugía cardíaca y pacientes sin sepsis, mientras glóbulos rojos y reflejada por los tejidos circundantes en superficies muco-
sas, creando una imagen en tiempo-real que puede ser proyectada y alma-
que en pacientes con sepsis encontraron una significativa al-
cenada en forma de video para su estudio. Cortesía: Dr. Daniel De Backer,
teración microcirculatoria caracterizada por una disminución Departamento de Medicina Intensiva, Erasme Hospital. Free University of
de la densidad vascular, especialmente en los pequeños va- Brussels, B e l g i u m . ' " ,
sos. Adicionalmente, fueron descritos un mayor número de
vasos no perfundidos y de vasos pelfundidos en forma inter-
mitente y una mayor heterogeneidad entre las áreas explora-
das. También, la aplicación local de aceti1colina mostró pro-
vocar una reversión de dichas alteraciones microcirculatorias
en pacientes con shock séptico tratados con altas dosis de
agentes vasoactivos, aun en los no sobrevivientes (126). Esto
significa que esos cambios encontrados son potencialmente
reversibles si una terapia correcta es administrada dentro de
un lapso de tiempo correcto. En otro estudio usando la técnica
de imagen de OPS, Sakr et al. (127) demostraron la persisten-
cia de alteraciones microcirculatorias en pacientes con shock
Figura 2. Imagen de la microcirculación sublingual obtenida a través del
séptico que fallecieron en MODS independientemente de su sistema Orthogonal polarization spectral (OPS) en un voluntario sano.
estado hemodinámico, mientras que esas alteraciones fueron Cortesía: Dr. Daniel De Backer, Dr. Gustav9 Büchele, Dr. Gustavo A. Ospi-
conegidas en aquellos que sobrevivieron. Adicionalmente, na. Departamento de Medicina Intensiva, Erasme Hospital. Free University
usando la técnica OPS, De Backer et al. (128) encontraron of Brussels, Belgium.

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 65


CUIDADO INTENSIVO V TRAUMA

El rol de la apoptosis Tabla 5. Fenómenos clave en la disfunción cm'diovascular.

La apoptosis es un fenómeno natural consistente en la muer-


Imbalance entre sustancias vasodilatadoras y vasoconstrictoras (95)
te celular programada, disparada por señales intracelulares
genéticamente controladas. Éste es un fenómeno reaulato- Activación de la iN OS en respuesta a TNF e IL-l (95)
. b
rio que afecta característicamente a células dispersas y no Disminución del volumen intravascular por escape de líquido al espacio
extravascular
contiguas (al contrario de la necrosis). Morfológicamente,
Alteración de la vasorreactividad vascular
la apoptosis es caracterizada por deshidratación celular con
condensación citoplasmática, compactación nucleolar y frag- Alteración de los canales de K+ ATP-dependientes
mentación nuclear. Disminución de la sensibilidad a catecolaminas endógenas
Autopsias de pacientes sépticos han mostrado una profun- Disminución de la contractilidad miocárdica (134-136)
da pérdida de células del sistema inmune adaptativo debi- Incremento de VTDVI y disminución de FEVI (135, 137)
do al fenómeno de apoptosis (130). Esto es particularmente Dilatación ventricular reversible en pacientes que sobreviven (138, 142)
importante para las células B, células T CD4 y células den- No dilatación ventricular en pacientes que fallecen (138, 142)
dríticas foliculares (131, 132), conduciendo a una marcada Disfunción ventricular derecha (140)
disminución de la producción de anticuerpos, activación de
Disfunción diastólica (139)
macrófagos y presentación de antígenos. Aunque la contribu-
Fenómeno similar a la hibernación miocárdica isquémica (147)
ción de la apoptosis al desalTollo de MODS es difícil de eva-
Generación miocárdica de TNF a través de TLR2, TLR4 Y TLR6 (143-
luar debido a que esos mecanismos han sido principalmente 145)
investigados en el campo experimental, existe evidencia que
Incremento de la expresión del receptor GLUT4 (147)
muestra que la LPS puede inducir apoptosis de células he-
Apoptosis miocárdica (148)
páticas y células tubulares renales (133). Adicionalmente, la
Incremento de troponina sin evidencia de alteración de la reserva coro-
prevención de apoptosis de células T en modelos animales ha
naria (150)
sido relacionada con una mayor probabilidad de sobrevida
durante la sepsis severa (83, 86; 87). VTDVI: volumen telediastólico del ventrÍCulo izquierdo
FEVI: fracción de eyección del ventrículo izquierdo
TLR: toll-like receptor
la disfunción por sistemas
Disfunción cardiocirculatoria Parker et al. (137) mostraron en pacientes que sobrevivie-
Dos fenómenos son marcadores de la disfunción cardiovas- ron a sepsis severa y shock séptico, una evolución caracteri-
cular en MODS: la disfunción vascular y la disfunción mio- zada por dilatación del ventrículo izquierdo con incremento
cárdica (tabla 5). La disfunción endotelial como previamente de VTDVI y disminución de la FEVI durante las primeras 48
fue discutida, juega un rol central en la aparición de los fe- horas de iniciada la sepsis, con una normalización de la geo-
nómenos hemodinámicos observados en la sepsis severa y el metría ventricular entre el séptimo y décimo día. Esta dismi-
shock séptico. Un imbalance entre sustancias vasodilatadoras nución de la FEVI estuvo acompañada de un vQlumen sistó-
(p. ej. NO) y vasoconstrictoras (p. ej. endotelina), conduce lico normal, lo que sugiere que la dilatación ventricular es un
a una pérdida de la homeostasis en los lechos vasculares de mecanismo de adaptación para mantener el volumen eyecta-
resistencia. Durante la sepsis, la activación la iNOS a través do a causa de la disminución de la contractilidad misma. Por
de citoquinas proinfiamatorias genera un incremento de la el contrario, aquellos pacientes que fallecieron no mostraron
producción de NO conduciendo a vasodilatación, hipoten- esta disminución de FEVI, ni el proceso de 'dilatación vis-
sión y shock. to en los sobrevivientes (138, 142). Otros estudios también
La alteración de la contractilidad miocárdica se ve tempra- han podido demostrar la presen~ia de disfunción diastólica
namente afectada durante la sepsis y fue inicialmente demos- mediante doppler transesofágico (139) y compromiso de la
trada en modelos animales (134, 135). En 1981, Calvin et al. función ventricular derecha (140).
(136) describieron, en un grupo de pacientes con sepsis, un La presencia de una sustancia depresora del miocardio fue
incremento significativo del volumen telediastólico del ven- propuesta por Parrillo et al. (141), debido a que el suero obte-
trículo izquierdo (VTDVI) con disminución de la fracción de nido de pacientes sépticos fue capaz de producir disminución
eyección (FEVI). Un posterior estudio (135), demostró cómo de la contractilidad de miocitos de rata in vitro. Posterior-
aquellos pacientes con sepsis severa y un patrón circulatorio mente, se encontró que esa sustancia depresora del miocardio
hiperdinámico, tenían un mayor VTDVI y una menor FEVI cOlTesponde a IL-l y TNF, que provocan disminución de la
que pacientes traumatizados que sirvieron como grupo con- contractilidad al producir un incremento de la producción de
trol; los cálculos de índice de trabajo ventricular izquierdo e NO a través de inducción de iNOS. El NO estimula la gua-
índice de volumen sistólico mostraban un valor sianificati- nilato ciclas a, lo que incrementa los niveles de GMPc y éste,
b
vamente menor en los pacientes con sepsis sin hipotensión a su vez, produce una disminución de la entrada de calcio a
frente a los pacientes traumatizados. los miocitos conduciendo a una disminución de la contrac-
tilidad. Además, el NO produce un daño directo sobre los
3/ DISFUNCiÓN ORGÁNICA MÚLTIPLE EN LA SEPSIS

miocitos cuando se combina con iones superóxido generando diagnósticos no fueron unificados sino hasta 1994 en una
peroxinitrito. Adicionalmente, se ha demostrado la presencia conferencia-consenso americano-europea (152) (tabla 6). El
de receptores TLR2, TLR4 Y TLR6 miocárdicos (143-145), grado de alteración en la relación PaO/FiO z va a determinar
lo que en teoría pudiera estar relacionado con una generación su clasificación como ALI o SDRA, según esta definiciqn.
local de TNF miocárdico y depresión de la contractilidad. Sin DesafOltunadamente, a pesar de lo valiosa que ha sido esta
embargo, Grandel et al. (146) sugirieron por el contrario, que clasificación al tratar de unificar las definiciones, ésta no
la pérdida temprana de contractilidad miocárdica se debe a la tiene en cuenta si el origen de la lesión es extrapulmonar o
producción de esfingosina directamente mediada por TNF y intrapulmonar. Esto último determina profundas diferencias
no a través de la generación de NO. Más recientemente, se ha fisiopatológicas y significativas en las estrategias de manejo.
demostrado a través de imágenes de resonancia magnética, El papel de los neutrófilos en la patogénesis de SDRA ha
PET (positron emisión tomography) y SPET (single photon sido descrito desde hace varios años. La predominancia de
emission computed tomography imaging), una disminución neutrófilos en las muestras de lavado alveolar e histopato-
de la funcionalidad cardíaca, incremento en la captación lógicas de pacientes con ALI/SDRA hacen pensar que éstos
de glucosa con aumento de la expresión de los receptores juegan un papel muy importante en su fisiopatología. El LPS
GLUT4 y un incremento de los depósitos de glicógeno. Estos y productos bacterianos pueden provocar activación directa
cambios son idénticos a los observados durante el fenómeno de los neutrófilos a través de los receptores de PAMP como
de hibernación en el miocardio isquémico, son típicamente fue previamente descrito. Esto conduce a la liberación de ci-
reversibles y pueden explicar en parte el fenómeno de depre- toquinas y otros mediadores de la inflamación que van a pro-
sión de la contractilidad (147). Adicionalmente, el fenómeno ducir la expresión de moléculas de adhesión en la membrana
de isquemia reperfusión pudiera estar relacionado con la in- de los neutrófilos (selectinas E, P, L e Integrinas [CD 11 b/
ducción de apoptosis miocárdica (148). CDI8]) y en la membrana endotelial (ICAM-l, VCAM-l).
Aunque algunos estudios experimentales habían sugerido El incremento del secuestro de neutrófilos en la circulación
alteración de la reserva coronaria (149), los estudios clínicos pulmonar y su activación, conducen a la liberación de meta-
no han podido demostrar e,sto a pesar del hallazgo de niveles bolitos reactivos de oxígeno, colagenasas, mieloperoxidasas
elevados de troponina en pacientes con sepsis (150). y elastasas, que finalmente van a producir daño directo sobre
En el shock cardiogénico e hipovolémico, la vasocons- la bal'rera endotelial y epitelial. Sin embal'go, el desarrollo de
tricción es un mecanismo para mantener la tensión arterial y SDRA en pacientes neutropénicos plantea la intenogación
de esta forma evitar la hipotensión. Sin embargo, en la sep- acerca de si los neutrófilos son causa o consecuencia del daño
sis ocurre una profunda vasodilatación debido a la disfunción pulmonar (153).
endotelial en la que se pierde el equilibrio de la producción
de sustancias vasodilatadoras y vasoconstrictoras, como pre- Tabla 6. Criterios para definición de SDRA o ALI en pacientes con factores
de riesgo para desarrollarlo.
viamente comentamos. No obstante, el mecanismo por el que
OCUlTe el estado de shock es todavía más complejo e incluye la
disfunción de los canales de potasio con hiperpolalización de Hipoxemia de inicio agudo
la membrana celulal' del músculo liso, conduciendo a la pér- PaO/Fi0 2 :S 300 para ALI
dida de la respuesta vasoconstrictora frente a catecolaminas y PaO/Fi0 2 :S 200 para SDRA
angiotensina n. Adicionalmente, la sepsis está acompañada de Presión de cuña pulmonar:S 18 mmHg o ausencia de evidencia clínica de
un estado de incremento de la permeabilidad vasculal' debido hipertensión atrial izquierda
al daño endotelial, conduciendo a extravasación de líquido in- Infiltrados bilaterales en la placa frontal de tórax consistentes con edema
travasculal' y de esta forma, a hipovolemia. Otras alteraciones pulmonar ""

neuroendocrinas que acompañan a la disfunción vasculal' en


Tomado de: Bernard GR, Artigas A, Brigham KL, et al. The American-
la sepsis severa y shock séptico serán discutidas más adelal1te. European Consensus Conf~rence on SDRA: definitions, mechanisms, rele-
vant outcomes, and clinical trial coordination. Am J Respir Crit Care Med
Disfunción respiratoria 1994; 149: 818-24.

Existe una serie de cambios a nivel respiratorio durante la


Altas concentraciones de TNF e IL-l se han obtenido en
sepsis que marca la disfunción de este sistema. Sin embal'go,
muestras de lavado broncoalveolal' en pacientes con SDRA.
el más representativo de ellos es la alteración de la relación
Estas citoquinas son producidas primariamente por fagocitos
PaO/Fi0 2 debido al incremento del shunt intrapulmonar en el
e incrementan el secuestro y degranulación de los neutrófilos.
contexto del síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA)
De manera similar, se han podido medir altas concentracio-
y lesión pulmonar aguda (ALI). La relación entre sepsis y
nes de otras citoquinas como el factor inhibidor de macrófa-
SDRA ha sido descrita desde hace más de ochenta años, pero
gos (MIF), que a su vez incrementa las concentraciones de
fueron Ashbaugh et al. (151), los primeros en hacer un repor-
IL-8 y TNF a través de una vía que no puede ser modulada
te de una serie de casos en pacientes críticamente enfermos.
por esteroides (154). '
Su real incidencia ha sido difícil de evalual', pues los criterios

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 67


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

No existe una terapia específica que haya .probado ser IL-6, IL-8, factor estimulante de colonias de granulocitos (G-
efectiva en ALI/SDRA, pero quizás el avance más importan- CSF), IL-18, factor estimulante de colonias de granulocitos
te ha sido el reconocimiento de que la ventilación mecánica, y macrófagos (GM-GSF) y factores antiinflamatorios como
aunque necesaria en el soporte vital, puede producir directa IL-4, IL-I0, factor transformador del crecimiento, receptor
lesión en el pulmón a través de varios mecanismos que en soluble de TNF y antagonista del receptor de IL-l (161). El
conjunto se denominan lesión inducida por la ventilación incremento de citoquinas inflamatorias conduce a un mayor
mecánica (VILI) (155-157). Frecuentemente el pulmón es el reclutamiento de neutrófilos dentro del hígado, lo que contri-
primer órgano en entrar en falla a causa de una infección lo- buye a una mayor disfunción hepática y MODS.
calo de una a distancia constituyendo una manifestación de
un proceso sistémico. Sin embargo, en otras ocasiones la pro- Tabla 7. Fenómenos clave en la disfunción hepática
gresión de falla respiratoria a MODS es poco clara y puede,
de hecho, atribuirse a la generación de más inflamación debi- Disfunción hepática primaria a causa de hipoperfusión (arterial sistémica
do a la interacción del pulmón con la ventilación mecánica. y portal) (159)

Resulta interesante ver cómo las maniobras de ventilación Células de Kupffer como iniciadoras y amplificadoras de la respuesta in-
flamatoria (160)
de protección pulmonar generan una menor producción de
factores de inflamación frente a las estrategias de ventilación Colestasis intrahepática como marcador de disfunción (162)

mecánica tradicionales (157) y cómo la ventilación mecáni- Incremento de la expresión de ICAM- I por el endotelio capilar hepático
(90,164)
ca misma puede estar implicada en la generación de MODS
(158). La vasculatura pulmonar no sólo recibe todo el gasto Marginación de neutrófilos con liberación de enzimas proteoIíticas (164)

cardíaco sino que es reservorio de neutrófilos (los neutrófi- Incremento de expresión de ICAM-l por las células del epitelio canali-
cular (164)
los "marginados" pueden constituir hasta la tercera parte de
Incremento de la captación de aminoácidos
los neutrófilos extramedulares), lo que explica la potencial
contribución del pulmón en la iniciación y potenciación de Incremento de la ureagenesis e inicialmente, de la gluconeogénesis (160)
la inflamación sistémica. En pacientes con SDRA las con- Incremento de producción de proteínas de fase aguda
centraciones de IL-l e IL-6 fueron mayores en la sangre ar- Disminución de la producción de proteínas de la coagulación en fases
terializada (obtenida a través de la vía distal de un catéter de posteriores
Swan-Ganz) cuando se compararon con muestras de sangre Disminución de la actividad de la fosfoenolpiruvato kinasa (160)
venosa mixta, lo que sugiere que la circulación pulmonar Apoptosis
contribuye activamente en la generación de factores inflama-
torios que finalmente van a pasar a la circulación sistémica y En humanos con sepsis, la disfunción hepática es usualmen-
de esta forma, ayudar en el inicio o perpetuación de MODS. te leve y está definida por la alteración de las pruebas hepáti-
cas (específicamente el incremento de bilüTubinas, como es
Disfunción hepática considerado en el SOFA score). La colestasis intrahepática es
una bien reconocida complicación de la sepsis y SRIS (162),
En la sepsis el hígado representa una fuente y a su vez, un
llegando a presentarse hasta en más del 50% dé los casos y
órgano blanco de mediadores de la inflamación (tabla 7). La
en valores no proporcionales a la elevación de otras enzimas
circulación hepática está constituida por la sangre provenien-
como la fosfatasa alcalina o las aminotransferasas (163). El
te del intestino a través de circulación portal y de la circu-
LPS y las citoquinas proinflamatorias juegan un papel esencial
lación sistémica a través de la arteria hepática. Durante las
en la patogénesis de la coles tasi s al incrementar la expresión
primeras horas de iniciado el proceso séptico, el hígado se
de ICAM-l en las células endoteliales sinusoidal~, células de
ve sometido a hipoperfusión debida a la hipotensión o shock
Kupffer y hepatocitos. Adicionalmente, producen un incre-
además de la vasoconstricción esplácnica que intenta desviar
mento de la expresión de la integrina Mac-l en los neutrófilos,
el gasto cardíaco hacia órganos primordiales. Esto conduce a
que es el ligando para la ICAM-l (164). La marginación de los
la disfunción primaria del hígado en sepsis que está relacio-
neutrófilos es entonces favorecida y la subsecuente liberación
nada con la aparición de trastornos tempranos de la coagula-
de enzimas proteolíticas conduce a daílo hepático secundario.
ción (159) y demás trastornos metabólicos que caracterizan
Estos eventos OCUlTen también en los canalículos biliares, pues
la sepsis severa.
las células del epitelio canalicular incrementan también la ex-
El hígado es clave en la modulación de la respuesta sis-
presión de ICAM-l en respuesta a LPS y TNF. Adicionalmen-
témica a la infección severa debido a que contiene la mayor
te, la colestasis inducida por LPS y citoquinas es favorecida
masa de macrófagos del cuerpo (células de Kupffer), llegan-
por la inhibición de los transpOltadores de sales biliares de la
do a acumular hasta el 70% del total. Estas células de Kupffer
pared lateral de los hepatocitos, reflejando el grado de disfun-
depuran los productos bacterianos provenientes de la circu-
ción de este órgano durante la sepsis.
lación esplácnica pero además, son responsables en buena
Durante la sepsis los hepatocitos modifican sus vías meta-
parte de la iniciación y amplificación de la respuesta inflama-
bólicas conduciendo a una mayor captaciÓn de aminoácidos,
toria sistémica en la sepsis (160). Ellas son capaces de pro-
un incremento de la ureagenesis y gluconeogénesis e incre-
ducir y liberar factores proinflamatorios como TNF, IL-l~,
3/ DISFUNCiÓN ORGÁNICA MÚLTIPLE EN LA SEPSIS

mento de la síntesis y liberación de factores de la coagula- estudios in vitro demuestran que el incremento de los niveles
ción, factores del complemento, enzimas antiproteolíticas y de NO plasmático produce una regulación negativa sobre la
reactantes de fase aguda. Inicialmente OCUlTe un incremento cNOS renal. De esta forma, la vasodilatación compensadora
en la gluconeogénesis al haber una alta disponibilidad de intranenal va finalmente a ser superada por los mecanismos
aminoácidos y lactato, pero en la medida en que avanza el vasoconstrictores de las hormonas vasoactivas que intentan
proceso, el LPS y las citoquinas proinflamatorias producen mantener la presión de pelfusión hacia otros órganos.
una marcada disminución de la gluconeogénesis al redu- Por otro lado, LPS y TNF son capaces de inducir molé-
cir la actividad de la fosfoenolpiruvato kinasa (siendo esto culas de adhesión en las células del endotelio vascular renal
un factor pronóstico de la endotoxemia). La producción de con el subsecuente secuestro de neutrófilos como ya hemos
cuerpos cetónicos hepáticos se ve disminuida y se ha suge- explicado. Adicionalmente, la activación de la coagulación
rido que la disminución de la relación entre acetoacetato y va a contribuir también al daño renal directo debido a las
B-hidroxibutirato arterial es un marcador temprano de la dis- alteraciones de la perfusión por causa de la formación de mi-
función hepática en pacientes con MODS (160). crotrombos.
Se ha demostrado también la contribución de LPS y TNF
en la generación de apoptosis de hepatocitos a través de los Disfunción neurológica
receptores Fas, TNF rl y TNF r2 . El modelo de disfunción neurológica en MODS está repre-
De. esta manera, el hígado es un depurador de productos sentado por la presencia de encefalopatía séptica, que está
bacterianos, generador de productos inflamatorios y finalmen- caracterizada por una alteración del nivel de conciencia en
te, víctima de los mismos cuando la reacción se amplifica. diferentes grados. Este estado puede aparecer muy temprana-
mente durante el proceso séptico o puede constituir una com-
Disfunción renal plicación tardía. La encefalopatía séptica es probablemente
La falla renal aguda ocurre en 23 % de los casos de sepsis infradiagnosticada debido a que estrategias de tratamiento en
severa y 51 % en el shock séptico (165). La combinación de pacientes críticamente enfermos como sedación, ventilación
falla renal aguda y sepsis 'está asociada a un 70% de mortali- mecánica invasiva y bloqueo neuromuscular, hacen difícil la
dad frente a 45% en aquellos con falla renal aislada. valoración clínica del real estado de conciencia. Adicional-
La sepsis severa y el shock séptico están caracterizados mente, los pacientes sépticos con MODS pueden presentar
por un estado de vasodilatación en el que están implicados falla renal, falla hepática, alteraciones hidroelectrolíticas
la generación de algunas prostaglandinas y NO por parte de importantes, alteraciones ácido-base, alteraciones del con-
la iNOS, como ya hemos explicado. Los fenómenos hemodi- trol glicémico, hipotensión arterial, hipoxemia, hipotermia,
námicos producidos en la sepsis generan una disminución de hipertermia y otras alteraciones endocrinas que conducen a
la presión en la arteriola aferente y una disminución del tono disfunción neurológica. No obstante, en ocasiones el inicio
vascular de la arteriola eferente lo que conduce en últimas a de la encefalopatía precede a la aparición de todas estas alte-
una disminución de la presión glomerular. Además, los cam- raciones sugiriendo que la alteración cerebral no solamente
bios hemodinámicos intrarrenales modifican las presiones es producida por estas causas (tabla 8).
de perfusión entre las zonas cortical y medular, conduciendo
finalmente al desanollo de falla renal aguda. Adicionalmen- Tabla 8. Fenómenos clave en la disfunción neurológica.
te, el fenómeno de fuga capilar debido al incremento de la
permeabilidad endotelial genera un estado de hipovolemia Interacción de factores de inflamación con los astrocitos (168)
,-
que junto a la vasodilatación generalizada reducen la presión No marginación de neutrófilos, como en otros lechos vasculares (168)
en la arteriola aferente disminuyendo la presión capilar glo- Alteración de la barrera hematoencefálica (170)
merular. Como fenómeno compensatorio se activa el sistema Alteración de la deforma9ilidad de los glóbulos rojos (124)
autónomo simpático, el eje renina-angiotensina-aldosterona Incremento de la neutransmisión serotonérgica (174)
y se produce una liberación masiva inicial de vasopresina con
~ feniletilamina y octapamina como falsos transmisores (175, 176)
la intención de restaurar las presiones de perfusión. Todo esto
Neurotransmisión mediado por ligandos benzodiazpínicos
conduce a una vasoconstricción renal con retención de agua y
Hipoxia-isquemia
sodio, en un proceso inicial de azoemia prenenal pero si este
Apoptosis
proceso se mantiene, se produce daño tubular no reversible
conocido como necrosis tubular aguda.
La denervación renal confiere cierta protección contra el El diagnóstico de encefalopatía séptica requiere de la 'evi-
desanollo de falla renal en modelos animales, lo que sugiere dencia de infección extracraneana y un deterioro del estado
que la actividad de las hormonas vasoactivas es mediada en mental. La infección extracraneal puede ser evidente al exa-
parte por mecanismos nerviosos autónomos (166). men clínico y la historia clínica, pero los hemocultivos pueden
El efecto vasodilatador de la cNOS dentro del riñón ayuda a ser positivos en menos del 40% de los casos. Los pacientes
disminuir el efecto vasoconstrictor inducido por la norepinefri- con encefalopatía séptica muestran básicamente un empeo-
na, angiotensina 11 y endotelina durante la sepsis. Sin embargo, ramiento de su estado de alerta, orientación, concentración y

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 69


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

en los casos más severos, delirium y coma (167), en contraste El incremento de las concentraciones cerebrales de algunos
con las lesiones estructurales cerebrales que están caracteri- aminoácidos aromáticos (tirosina, fenilalanina y triptófano)
zadas por la aparición de signos neurológicos focales. Otros ha sido descrito en modelos animales. En humanos la severi-
signos como asterixis, temblor y mioclonus multifocal que dad de encefalopatía séptica puede ser predicha de acuerdo a
son frecuentemente observados en algunas alteraciones en- la concentración de estos aminoácidos (174), sugiriendo así
docrinas, encefalopatía hepática y encefalopatía urémica son que ellos contribuyen en su fisiopatología. El incremento de
raramente observadas en la encefalopatía séptica. los niveles de triptófano (que es un precursor de serotoni-
Los mediadores de la inflamación liberados durante la in- na) puede ser un potenciador de las vías serotonérgicas en
fección tienen efecto sobre las células endoteliales cerebra- el sistema reticular activante. Altas concentraciones de tiro-
les y. astrocitos. A diferencia de otros órganos como hígado, sina y fenilalanina cerebrales han mostrado incrementar sus
bazo y pulmones, el cerebro no produce una acumulación o productos metabólicos ~-feniletilamina y octapamina que se
marginación de leucocitos (168), pues está desprovisto de un comportan como falsos neurotransmisores capaces de alterar
sistema linfático presentador de antígenos y está protegido la transmisión de las vías noradrenérgicas (175, 176), lo que
de la infiltración leucocitaria por la barrera hematoencefálica conduce a un progresivo estado de somnolencia. Los aminoá-
(BHE). Adicionalmente, las células del sistema nervioso cen- cidos de cadena ramificada compiten con los aminoácidos
tral expresan muy bajos niveles de moléculas del complejo aromáticos a través de la BHE, siendo utilizados como fuente
mayor de histocompatibilidad y el endotelio vascular cere- de energía en la sepsis por lo que sus niveles séricos se ven
bral produce una muy escasa cantidad de moléculas de adhe- disminuidos. La administración de aminoácidos de cadena
sión como VCAM-1 e ICAM-1, comparado con el endotelio ramificada a pacientes con encefalopatía séptica ha mostra-
vascular periférico. Sin embargo, los mediadores de la infla- do provocar reversión de la misma (174). Adicionalmente,
mación pueden cruzar la BHE en un proceso en el que está el incremento de la neurotransmisión mediada por acido
implicado el incremento de la pinocitosis celular, más que y-aminobutírico por ligando s benzodiazepínicos endógenos
el incremento de la permeabilidad de las uniones estrechas pueden contribuir al empeoramiento de la función motora y a
de la barrera. En modelos animales se ha podido determinar la disminución de la conciencia en la encefalopatía.
que la inyección de TNF en el espacio subaracnoideo genera Aunque la encefalopatía séptica ocurre antes de la hipo-
cambios electroencefalográficos como los observados en la perfusión cerebral, el mecanismo de isquemia/hipoxia puede
encefalopatía séptica. contribuir potencialmente a muerte neuronal. La activación
Las alteraciones de la deformabilidad de los glóbulos ro- de apoptosis ha sido también identificada en este proceso.
jos que fueron comentadas anteriormente, contribuyen a una
disminución de la perfusión cerebral al volverse más difícil Disfunción endocrina
su tránsito a través de la microvasculatura (169). Los corticosteroides están implicados en el mantenimiento del
En la sepsis la BHE parece estar alterada, pues se pueden tono vascular, permeabilidad vascular, distribución del agua
encontrar niveles elevados de proteínas en el líquido cefalo- corporal y participan también en la sensibilidad del músculo
rraquídeo (170) y algunos experimentos animales en los que liso arteriolar a los vasopresores. Su secreción está regulada
se ha utilizado albúmina marcada han demostrado que ésta es por el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, que en la sepsis
capaz de atravesarla (171). Normalmente las catecolaminas se ve notablemente alterado. Se ha descrito el fenómeno de
circulantes no tienen efecto sobre los vasos cerebrales por la insuficiencia suprarrenal relativa, en la que niveles absolutos
protección que confiere la BHE (172), pero a mayores con- de cortisol basal pueden estar dentro del rang(},de la norma-
centraciones las catecolaminas pueden provocar dilatación lidad considerado para un paciente sano, pero l~flejan una
de los vasos cerebrales al incrementarse la presión, lo que insuficiente respuesta suprarrenal frente a la estimulación por
conduce a una disrupción de las paredes vasculares con alte- parte de la hormona corticotropa (ACTH). Adicionalmente,
ración de la BHE. Esta disfunción de la BHE puede explicar la respuesta de los receptorés de esteroides está disminuida
por qué el consumo de oxígeno cerebral en pacientes sépticos durante la sepsis severa, como se discutirá en otro capítulo.
es 33% del normal y permanece constante a pesar del incre- La secreción de vasopresina por parte de la neurohipófisis
mento del flujo (173). El edema perivascular observado en es una respuesta natural frente a la hipotensión o la hipovo-
modelos animales puede explicar, en parte, la alteración de la lemia. Sin embargo, durante el shock séptico se ha descri-
difusión del oxígeno y consumo de oxígeno, adicionalmente to un estado de insuficiencia en su liberación y producción,
a la alteración de la función mitocondrial que es también vis- en la medida en que pasan las horas de iniciado el proceso
ta en otros órganos. (177, 178). Algunas imágenes de resonancia magnética han
La encefalopatía séptica está relacionada con algunas al- mostrado disminución de la intensidad de señal de la neuro-
teraciones metabólicas del sistema reticular activante. Se ha hipófisis en la medida que avanza la evolución de la sepsis,
descrito un incremento de la neurotransmisión serotonérgica en relación a una disminución en la producción y almace-
con disminución de la transmisión mediada por norepinefri- namiento de vasopresina (179). De hecho, la administración
na, pero en realidad no es claro si estas alteraciones son las de vasopresina y sus análogos pueden restaurar la presión
causantes de la encefalopatía o son una consecuencia de ella. arterial en esos pacientes (180).
3/ DISFUNCiÓN ORGÁNICA MÚLTIPLE EN LA SEPSIS

La hiperglicemia es otra característica de los pacientes 15. Baue AE. Multiple, progressive, or sequential systems failure. A syn-'
drome of the 1970s. Arch Surg 1975; 110: 779-81.
críticamente enfermos. Aunque ella puede representar el
16. Chang RW: Individual outcome prediction models for intensive care
proceso de adaptación al incremento del metabolismo, existe units. Lancet 1989; 2: 143-47.
evidencia de que la función de las célulaE: ~ del páncreas está 17. Lemeshow S, Klar J, Teres D. Outcome prediction for individu~l in-
comprometida. Adicional a sus efectos en el metabolismo de tensive care patients: Useful, mi su sed, or abused? Intensive CareMed
1995; 21: 770-6.
la glucosa, la insulina participa en la modulación de la res-
18. Moreno R, Miranda DR, Fidler V, et al. Evaluation of two outcome
puesta inmune a través del bloqueo de la señal de NF-KB prediction models on an independent database. Crit Care Med 1998;
(181) Y mejora la función de los macrófagos. También es co- 26: 50-56.
nocido el efecto negativo de la hiperglicemia sobre la reduc- 19. Chang RWS, Jacobs S, Lee B. Predicting outcome among intensive
care unit patients using computerized trend analysis of daily APACHE
ción de la actividad fagocitaria de los monocitos, el retraso
II scores cOlTected for organ system failure. Intensive Care Med 1988;
del fenómeno de reparación y alteración de la función de los 14: 558-566.
granulocitos. Una más detallada discusión sobre el control 20. Bernard GR, Doig BG, Hudson G, et al. Quantification of organ failu-
glicémico en sepsis severa y MODS será realizada en otro re for clinical trials and clinical practice. Abstr. Am J Respir Crit Care
Med 1995; 151: A323.
capítulo.
21. Baumgartner JD, Bula C, Vaney C, et al. A novel score for predicting
the mortality of septic shock patients. Crit Care Med 1992; 20: 953-
Referencias 59.
22. Bernard GR, Doig BG, Hudson G, et al. Quantification of organ failu-
l. Safar P, DeKornfeld T, Pearson J, et al: Intensive care unit. Anesthesia re for clinical trials and clinical practice. Am J Respir Crit Care Med
1961; 16: 275-279. 1995; 151: A323 (abstr).
2. Skillman 11, BushnelI LS, Goldman H, et al. Respiratory failure, 23. Chang RWS, Jacobs S, Lee B. Predicting outcome among intensive
hypotension, sepsis and jaundice: A clinical syndrome associated with care unit patients using computerized trend analysis of daily APACHE
lethal hemolThage and acute stress ulceration in the stomach. Am J II scores corrected for organ system failure. Intensive Care Med 1988;
Surg 1969; 117: 523-530.
14: 558-64.
3. Tilney NL, Bailey GL, Morgan AP. Sequential system failure after E1ebute EA, Stoner HB. The grading of sepsis. Br J Surg 1983; 70:
24.
rupture of abdominal aortic aneurysms: An unsolved problem in 29-35.
postoperative careo Ann Surg 1973; 178: 117-122. Fry DE, Pearlstein L, Fulton RL, et al. Multiple system organ failure:
25.
4. Baue EA. Multiple, prog'ressive or sequential systems failure: A syn- The role of uncontrolIed infection. Arch Surg 1980; 115: 136-40.
drome of the 1970s. Arch Surg 1975; 110: 779-781. 26. Goris RJ, Te BT, Nuytinck JK, et al. Multiple-organ failure. Generali-
5. Members of the American ColIege of Chest Physicians/Society of zed autodestructive inflammation? Arch Surg 1985; 120: 1109-14.
Critical Care Medicine Consensus Conference Committee. Ameri- 27. Hebert PC, Drummond AJ, Singer J, et al. A simple mu1tiple system
can ColIege of Chest Physicians/Society of Critical Care Medicine organ failure scoring system predicts mortality of patients who have
Consensus Conference: Definitions for sepsis and organ failure and sepsis syndrome. Chest 1993; 104: 230-37.
guidelines for the use of innovative therapies in sepsis. Crit Care Med Knaus WA, Draper EA, Wagner DP, et al. Prognosis in acute organ-
28.
1992; 20: 864-874. system failure. Ann Surg 1985; 202: 685-90.
6. Levy MM, Fink MP, MarshalI JC, Abraham E, Angus D, Cook D, Le Gall JR, Klar J, Lemeshow S, et al. The logistic organ dysfunction
29.
Cohen J, Opal SM, Vincent JL, Ramsay G, for the International Sepsis system: A new way to as ses s organ dysfunction in the intensive care
Definitions Conference 2001 SCCM/ESICM/ACCP/ ATS/SIS Interna- unit. JAMA 1996; 276: 802-08.
tional Sepsis Definitions Conference. Intensive Care Med 2003; 29: MarshalI JC, Cook DJ, Christou NV, et al. Multiple organ dysfunction
30.
530-538.
score: A reliable descriptor of a complex clinical outcome. Crit Care
7. Tisherman SA, Barie P, Bokhari F, Bonadies J, Daley B, Diebel L, Med 1995: 3: 1638-1652.
Eachempati SR, Kurek S, Luchette F, Carlos Puyana J, Schreiber M, Meek M, Munster AM, Winchurch RA, et al. The Baltimore Sepsis
31.
Simon R. Clinical practice guideline: endpoints of resuscitation. J Scale: measurement of sepsis in patients with burns using a new sco-
Trauma 2004; 57(4): 898-912.
ring system. J Burn Care Rehabil1991; 2: 564-69.
8. Schulman AM, Claridge JA, CalT G, Diesen DL, Young JS. Predic- 32. Vincent JL, de Mendonca A, Cantraine F, ~t al: Use of the SOFA score
tors of patients who will develop prolonged occult hypoperfusion fo- to assess the incidence of organ dysfuncti~nlfailure in intensive care
lIowing blunt trauma. J Trauma 2004; 57(4): 795-800. units: Results of a multicentric, prospective'study. Crit Care Med
9. Pepe PE. Shock in poI ytrauma. BMJ 2003; 327(7424): 1119-20. 1998; 6: 1793-9. '
10. Halonen KI, Pettila V, Leppaniemi AK, Kemppainen EA, Puolakkai- 33. Vincent JL, Moreno R, Takala J, et al. The SOFA (Sepsis-related Or-
nen PA, Haapiainen RK. Multiple organ dysfunctions associated with gan Failure Assessment) score to describe organ dysfunction/failure.
severe acute Pancreatitis. Crit Care Med 2002; 30: 1274-1279. Intensive Care Med 1996; 22: 707-14.
11. Geppert A, Steiner A, Zorn G, DelIe-Karth G, Koreny M, Haumer Cook R Cook D, Tilley J, Lee K, Marshall J., for the Canadian Criti-
34.
M, Siostrzonek P, Huber K, Heinz G. Multiple organ failure in pa- cal Care Tria1s Group Multip1e organ dysfunction: Baseline and serial
tients with cardiogenic shock is associated with high plasma levels of component scores. Crit Care Med 2001; 29: 2046-2050.
interleukin-6. Crit Care Med 2002; 30(9):1987-1994. 35. Henidge MS, Cheung AM, Tansey CM, et al. One year outcomes in
12. Angus DC, Linde-Zwirble WT, Lidicker J, Clermont G, Carcillo survivors of the acute respiratory distress syndrome. NEJM 2003;
J, Pinsky MR. Epidemiology of severe sepsis in the United States: 348: 683- 93.
Analysis of incidence, outcome, and associated costs of care Crit Care 36. Lopes FelTeira F, Peres Bota D, Bross A, Mélot Ch, Vincent JL.Seria1
Med 2001; 29: 1303-1310.
eva1uation of the SOFA score to predict outcome in criticalIy ill pa-
13. Vincent JL, Sakr Y, Sprung CL, Ranieri M, Reinhart K, Gerlach H, tients. JAMA 2001; 286: 1754-1758
Moreno R, MD, Carlet J, Le Gall JR, Payen D. Sepsis in European Arts DGT, de Keizer NF, Vroom MB, de Jonge E. Re1iability and ac-
37.
intensive care units: Results of the SOAP study. Crit Care Med 2006; curacy of Sequential Organ Failure Assessment (SOFA) scoring. Crit
34: 344-353.
Care Med 2005; 33: 1988-1993.
14. FelTeira FL, Bota DP, Bross A, Mélot C, Vincent JL. Serial evaluation Vincent JL, Angus DC, Artigas A, et al. Effects of drotrecogin alfa (ac-
38.
of the SOFA score to predict outcome in criticalIy ill patients. JAMA tivated) on organ dysfunction in the PROWESS trial. Crit Care Med
2001; 286: 1754-1758. 2003; 31: 834-40.

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 71


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

39. Reinhart K, Hellmann A, Beale R, et al. Open randomized phase II 63. Cohen J, Carlet J. INTERSEPT: an internationa1, multicenter, place-
trial of an extracorporeal endotoxin adsorber in suspected Gram-nega- bo-controlled trial of monoclonal antibody to human tumor necrosis
tive sepsis. Crit Care Med 2004; 32: 1662-1668. factor-alpha in patients with sepsis. International Sepsis Trial Study
40. Dubois MJ, Orellana-Jiménez C, Melot C, et al. Albumin adminis- Group. Crit Care Med 1996; 9: 1431-1440.
tration improves organ function in critically ill hypoalbuminemic pa- 64. Reinhart K, Wiegand-Lohnert C, Grimminger F, et al. Assessment of
tients: A prospective, randomized, controlled, pilot study. Crit Care the safety and efficacy of the monoclonal anti-tumor necrosis factor
Med 2006; 34(10): 2677-2679. antibody-fragment, MAK 195F, in patients with sepsis and septic
41. Janeway CA, Medzhitov R. Introduction: The role of innate immunity shock: a multicenter, randomized, placebo-controlled, dose-ranging
in the adaptive immune response. Semin Immunol1998; 10: 349-350. study. Crit care Med 1996; 5: 733-742.
42. Ulevitch RJ, Tobias PS: Recognition of Gram negative bacteria and 65. Abraham E, Wunderink R, Silverman H, et al. Efficacy and safety of
endotoxin by the innate immune system. Curr Opin Immunol 1999; monoclonal antibody to human tumor necrosis factor alpha in patients
11: 19-22. with sepsis syndrome. A randomized, controlled, double-blind, mul-
43. Henderson B, Poole S, Wilson M. Bacterial modulins: A novel class ticenter clinical tri al. TNF-alpha MAb Sepsis Study Group. JAMA
of virulence factors which cause host tissue pathology by inducing 1995; 12: 934-941.
cytokine synthesis. Microbiol Rev 1996; 60: 316-341. 66. Abraham E, Laten'e PF, Garbino J. et al. Lenercept (p55 tumor ne-
44. Brennan PJ, Nikaido H. The envelope of mycobacteria. Annu Rev crosis factor receptor fusion protein) in severe sepsis and early septic
Biochem 1995; 64: 29-63. shock: a randomized, double-blind, placebo-controlled, multicenter
45. Lemaitre B, Nicolas E, Michaut L, et al. The dorsoventral regulatory phase III trial with 1,342 patients. Crit Care Med 2001; 29(3): 503-
gene cassette spatzlelToll/cactus controls the potent antifungal res- 510.
ponse in Drosophila adults. Cell 1996; 86: 973-983. 67. Abraham E, Glauser MP, Butler T. et al. A p55 Tumor necrosis factor
46. Wright SD, Ramos RA, Tobias PS, et al. CD14, a receptor for com- receptor fusion protein in the treatment of patients with severe sepsis
plexes of lipopolysaccharide (LPS) and LPS binding protein. Science and septic shock. A randomized controlled multicenter tri al. Ro 45-
1990; 249: 1431-1433. 2081 Study Group. JAMA 1997; 19: 1531-1538.
47. Anderson KV. Toll signaling pathways in the innate immune response. 68. Opal SM, Cross AS, Jhung JW, et al. Potential hazSDRA of combina-
CUlT Opin Immuno12000; 12: 13-19. tion immunotherapy in the treatment of experimental septic shock. J
48. Dziarski R, Ulmer AJ, Gupta D. Interactions of CD14 with compo- Infect Dis 1996; 173: 1415-21.
nents ofGram-positive bacteria. Chem Immuno12000; 74: 83-107. 69. Zeni F, Freeman BF, Natanson C. Antiinflammatory therapies to treat
49. Yoshimura A, Lien E, Ingalls RR, et al. Cutting edge: Recognition of sepsis and septic shock: a reassessment. Crit Care Med 1997; 25:
Gram-positive bacterial cell wall components by the innate immune 1095-100.
system occurs via Toll-like receptor 2. J Immunol 1999; 163: 1-5. 70. Opa1 SM, Fisher CJ Jr, Dhainaut JF, Vincent JL, et al. Confirmatory
50. Presterl E, Lassnigg A, Mueller-Uri P, et al. Cytokines in sepsis due interleukin-1 receptor antagonist trial in severe sepsis: a phase IlI,
to Candida albicans and in bacterial sepsis. Eur Cytokine Netw 1999; randomized, double-blind, placebo-controlled, multicenter trial. The
10: 423-430. Interleukin-1 Receptor Antagonist Sepsis Investigator Group. Crit
51. Zanone MM, Favaro E, Conaldi PG, et al. Persistent infection of hu- CareMed 1997; 7: 1115-1124.
man microvascular endothelial ce lIs by Coxsackie B viruses induces 71. Fisher CJ Jr, Dhainaut JF, Opal SM et al. Recombinant human inter-
increased expression of adhesion molecules. J Immunol 2003; 171: leukin 1 receptor antagonist in the treatment of patients with sepsis
438-446. syndrome. Results from a randomized, double-blind, placebo-contro-
52. Deloron P, Dumont N, Nyongabo T, et al. Immunologic and biochemi- lled trial. Phase III rhIL-1ra Sepsis Syndrome Study Group. JAMA
cal alterations in severe falciparum malaria: Relation to neurological 1994; 23: 1836-1843.
symptoms and outcome. Clin Infect Dis 1994; 19: 480-485. 72. Albertson TE, Panacek EA, MacArthur RD, et al. Multicenter evalua-
53. Benedict CA. Viruses and the TNF-related cytokines, an evolving tion of a human monoclonal antibody to Enterobacteriaceae common
battle. Cytokine Growth Factor Rev 2003; 14: 349-357. antigen in patients with Gram-negative sepsis. Crit Care Med 2003;
54. Roeder A, Kirschning CJ, Rupec RA et al. Toll-like receptors as key me- 31: 419-427.
diators in innate antifungal immunity. Med Mycol. 2004; 42: 485-498. 73. Angus DC, Birmingham MC, Ba1k RA et al. E5 murine monoclonal
55. Van der Graaf CA, Netea MG, Verschueren 1 et al. Differential cyto- antiendotoxin antibody in gram-negative sepsis: a randomizedcontro-
kine production and Toll-like receptor signaling pathways by Candida lled tri al. E5 Study Investigators. JAMA 2000; 283(13): 1723-1730.
albicans blastoconidia and hyphae. Infect Immun 2005; 73: 7458- 74. Bone RC, Balk RA, Fein AM et al. A second large controlled clinical
7464. study ofE5, a monoclonal antibody to endotoxin: results of a prospec-
56. Thomas L. Germs. N Engl J Med 1972; 287: 553-5. tive, multicenter, randomized, controlled tri al. The 'E-6.. Sepsis Study
57. Deitch EA. Animal models of sepsis and shock: a review and lessons Group. Crit Care Med 1995; 6: 994-1006.
learned. Shock 1998; 9: 1-11. 75. Calandra T, Glauser MP, Schellekens J, Verhoef J. Treatment of gram-
58. Fink MP, Heard SO. Laboratory models of sepsis and septic shock. J negative septic shock with human IgG antibody to Escherichia coli
Surg Res 1990; 49: 186-96. J5: a prospective, double-blind, randomized trial. J Infect Dis 1988; 2:
59. Girardin E, Grau GE, Dayer JM, Roux-Lombard P, J5 Study Group, 312-319.
Lambert PH. Tumor necrosis factor and interleukin-1 in the serum 76. Vincent JL, Spapen H, Bakker J, et al. Phase II multicenter clinical
of children with severe infectious purpura. N Eng1 J Med 1988; 319: study of the platelet-activating factor receptor antagonist BB-882 in
397-400. the treatment of sepsis. Crit Care Med 2000; 28(3): 638-42.
60. Hatherill M, Tibby SM, Turner C, Ratnavel N, Murdoch lA. Procalci- 77. Poeze M, Froon AH, Ramsay G, Buurman WA, Greve J. Decreased
tonin and cytokine levels: relationship to organ failure and mortality organ failure in patients with severe SIRS and septic shock treated
in pediatric septic shock. Crit Care Med 2000; 28: 2591-4. with the platelet-activating factor antagonist TCV-309: a prospective,
61. Reinhart K, Menges T, Gardlund B. et al. Randomized, p1acebo- multicenter, double-blind, randomized phase II trial. TCV-309 Septic
controlIed trial of the anti-tumor necrosis factor antibody fragment Shock Study Group. Shock 1999; 14(4): 421-428.
afe1imomab in hyperinflammatory response during severe sepsis: The 78. Dhainaut JF, Tenaillon A, Hemmer M et al. Confirmatory platelet-
RAMSES Study. Crit Care Med 2001; 29(4): 765-769. activating factor receptor antagonist tri al in patients with severe
62. Abraham E, Anzueto A, Gutiérrez G, et al. Double-blind randomised gram-negative bacterial sepsis: a phase I1I, randomized, double-blind,
controlled trial of monoclonal antibody to human tumour necrosis fac- placebo-controlled, multicenter trial. BN 52021 Sepsis Investigator
tor in treatment of septic shock. NORASEPT II Study Group. Lancet droup. Crit Care Med 1998; 26(12): 1963-1971.
1.998351; 9107: 929-933.
3 I DISFUNCiÓN ORGÁNICA MÚLTIPLE EN LA SEPSIS

79. Opal S, Laterre PF, Abraham E et 1. Recombinant human platelet- 100. Gando S, Nanzaki S, Kemmotsu O. Disseminated intravascular coa-
activating factor acetylhydrolase for treatment of severe sepsis: results gulation and sustained systemic inflammatory response syndrome
of a phase I1I, multicenter, randomized, double-blind, placebo-contro- predict organ dysfunctions after trauma: application of clinical deci-
lled, clinical trial. Crit Care Med 2004; 32: 332-41. sion analysis. Ann Surg 1999; 229: 121-127.
80. Zeiher BG, Steingrub J, Laten'e PF et al. LY315920NA/S-5920, a 101. Gando S, Kameue T, Matsuda N, et al. Combined activation of.coa-
selective inhibitor of group HA secretory phospholipase A2, fails to gulation and inflammation has an important role in multiple organ
improve clinical outcome for patients with severe sepsis. Crit Care dysfunction and poor outcome after severe trauma. Thromb Haemost
Med 2005; 33: 1741-1748. 2002; 88: 943-949.
81. Abraham E, Naum C, Bandi V, et al. Efficacy and safety of 102. Fourrier F, Chopin C, Goudemand J, et al. Septic shock, multiple
LY315920NalS-5920, a selective inhibitor of 14-kDa group nA se- organ failure, and disseminated intravascular coagulation: compared
cretory phospholipase A2, in patients with suspected sepsis and organ patterns of antithrombin I1I, protein C, and protein S deficiencies.
failure. Crit Care Med 2003; 31: 718-728. Chest 1992; 101: 816-823.
82. Meakins JL, Pietsch JB, Bubenick O, et al. Delayed hypersensitivity: 103. Toh CH, Downey C. Performance and prognostic importance of a new
indicator of acquired failure of host defenses in sepsis and trauma. clinical and laboratory scoring system for identifying non-overt dis-
Ann Surg 1977; 186: 241-50. seminated intravascular coagulation. Blood Coagul Fibrinolysis 2005;
83. Heidecke C-D, Hensler T, Weighardt H, et al. Selective defects of T 16: 69-74.
Iymphocyte function in patients with lethal intraabdominal infection. 104. Bakhtiari K, Meijers JC, de Jonge E, et al. Prospective validation of
Am J Surg 1999; 178: 288-92. the International Society of Thrombosis and Haemostasis scoring sys-
84. Docke WD, Randow F, Syrbe U, et al. Monocyte deactivation in septic tem for disseminated intravascular coagulation. Crit Care Med 2004;
patients: restoration by IFN-gamma treatment. Nat Med 1997; 3: 678- 32: 2416-2421.
81. 105. Akca S, Haji-Michael P, de Mendonca A, et al. The time course of pla-
85. Gogos CA, Drosou E, Bassaris HP, Skoutelis A. Pro- versus anti-inflam- telet counts in critically ill patients. Crit Care Med 2002; 30: 753-756.
matory cytokine profile in patients with severe sepsis: a marker for prog- 106. Mavrommatis AC, Theodoridis T, Orfanidou A, et al. Coagulation sys-
nosis and future therapeutic options. J Infect Dis 2000; 181: 176-80. tem and platelets are fully activated in uncomplicated sepsis. Crit Care
86. Oberholzer C, Oberholzer A, Bahjat FR. et al. Targeted adenovirus- Med 2000; 28: 451-457.
induced expression of IL-I O decreases thymic apoptosis and impro- 107. Vanderschueren S, De Weerdt A, Malbrain M, et al. Thrombocytope-
ves survival in murine sepsis. Proc Natl Acad Sci USA 2001; 98: nia and prognosis in intensive careo Crit Care Med 2000; 28: 1871-
11503-8. 1876.
87. Hotchkiss RS, Tinsley KW, Swanson PE, et al. Prevention of Iympho- 108. Greene R, Zapol WM, Snider MT, et al. Early bedside detection of
cyte cell death in sepsis improves survival in mice. Proc Natl Acad Sci pulmonary vascular occlusion during acute respiratory failure. Am
USA 1999; 96: 14541-6. Rev Respir Dis 1981; 124: 593-601.
88. Semeraro N, Colucci M. Tissue factor in health and disease. Thromb 109. Vesconi S, Rossi GP, Pesenti A, et al. Pulmonary microthrombosis in
Haemost 1997; 78: 759-64. severe adult respiratory distress syndrome. Crit Care Med 1988; 16:
89. Mann KG, van Veer C, Cawthern K, et al. The role of the tissue factor 111-113.
pathway in initiation ofcoagulation. Fibrinolysis 1998; 9(Suppl): S3-7. 110. Nuckton TJ, Alonso JA, Kallet RH, Daniel BM, Pittet JF, Eisner MD,
90. Massignon D, Lepape A, Bienvenu J, et al. Coagulation/fibrinolysis Matthay MA. Pulmonary dead-space fraction as a risk factor for death
balance in septic shock related to cytokines and clinical state. Hae- in the acute respiratory distress syndrome. N Engl J Med 2002; 346:
mostasis 1994; 24: 36-48. 1281-6.
91. Fourrier F, Chopin C, Goudemand J, et al. Septic shock, multiple or- 111. Kojima M, Shimamura K, Mori N, et al. A histological study on micro-
gan failure, and disseminated intravascular coagulation: Compared thrombi in autopsy cases ofDIC. Bibl Haematol 1983; 49: 95-106.
patterns of antithrombin IlI, protein C, and protein S deficiencies. 112. Stein SC, Graham DI, Chen XH, et al. Association between intravas-
Chest 1992; 101: 816-823. cular microthrombosis and cerebral ischemia in traumatic brain in-
92. Faust SN, Levin M, Harrison OB, et al. Dysfunction of endothelial jury. Neurosurgery 2004; 54: 687-91.
protein C activation in severe meningococcal sepsis. N Engl J Med 113. Carr C, Bild GS, Chang AC, et al. Recombinant E. coli-derived tissue
2001; 345: 408-16. factor pathway inhibitor reduces coagulopathic and lethal effects in
93. Moore KL, Esmon CT, Esmon NL. Tumor necrosis factor leads to the the baboon gram- negative model of septic shock. Circ Shock 1994;
internalization and degradation of thrombomodulin from the surface 44: 126-37.
of bovine aortic endothelial cells in culture. Blood 1989; 73: 159-65. 114. Abraham E, Reinhart K, Opal S, et al. Efficacy and safety of tifacogin
94. Mesters RM, Florke N, Ostermann H, et al. Increase of plasminogen (recombinant tissue factor pathway inhibitor)'in severe sepsis: a ran-
activator inhibitor levels predicts outcome of leukocytopenic patient domized controlled trial. JAMA 2003; 290: 238-47.
with sepsis. Thromb Haemostas 1996; 75: 902-7. 115. Taylor FBJ, Emerson TEJ, Jordan R, et al. Antithrombin-III prevents
95. Titheradge MA. Nitric oxide in septic shock. Biochim Biophys Acta the lethal effects of Escherichia coli infusion in baboons. Circ Shock
1999; 1411: 437-455. 1988; 26: 227-35. /
96. Reinhart K, Bayer O, Brunkhorst F, Meisner M. Markers of endo- 116. Warren BL, Eid A, Singer P, et al. Caring for the critically ill patient:
thelial damage in organ dysfunction and sepsis. Crit Care Med 2002; high-dose antithrombin III in severe sepsis: a randomized controlled
30(5 Suppl): S302-S312. trial. JAMA 2001; 286: 1869-78.
97. Toh CH, Downey C. Performance and prognostic importance of a new 117. Bernard GR, Vincent JL, Laterre PF, et al. Efficacy and safety of re-
clinical and laboratory scoring system for identifying non-overt di s- combinant human activated protein C for severe sepsis. N Engl J Med
seminated intravascular coagulation. Blood Coagul Fibrinolysis 2005; 2001; 344: 699-709.
16: 69-74. 118. Mosnier LO, Gale AJ, Yegneswaran S, et al. Activated protein C va-
98. Gando S, Kameue T, Matsuda N, et al. Combined activation of coa- riants with normal cytoprotective but reduced anticoagulant activity.
gulation and inflammation has an important role in multiple organ Blood 2004; 104: 1740-4.
dysfunction and poor outcome after severe trauma. Thromb Haemost 119. DhainautJF, Charpentier J. CIVD et de faillance d'organes: arguments
2002; 88: 943-9. expérimentaux et cliniques. Réanimation 2002; 11: 599-607.
99. Dhainaut JF, Yan SB, Joyce DE, et al. Treatment effects of drotrecogin 120. Cirino G, Napoli C, Bucci M, et al. Inflammation-coagulation net-
alfa (activated) in patients with severe sepsis with or without overt work: are serine protease receptors ,the knot? Trends Pharmacol Sci
disseminated intravascular coagulation. J Thromb Haemost 2004; 2: 2000; 21: 170-172.
1924-33.

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 73


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

121. Marik PE, Bankov. A. Sublingual capnometry versus traditional mar- 143. Frantz S, Kobzik L, Kim YD, et al. Toll4 (TLR4) expression in cardiac
kers of tissue oxygenation in critically ill patients. Crit Care Med myocytes in normal and failing myocardium. J Clin Invest 1999; 104:
2003; 31: 818-822. 271-280.
122. Ten Cate H, Schoenmakers SH, Franco R, et al. Microvascular coa- 144. Frantz S, Kelly RA, Bourcier T. Role of TLR-2 in the activation of
gulopathy and disseminated intravascular coagulation. Crit Care Med nuclear factor B by oxidative stress in cardiac myocytes. J Biol Chem
2001: 29(7 Suppl): S95-S97; discussion S97-S98. 2001; 276: 5197-5203.
123. McCormack DG, M~hta S, Tyml K, et al: Pulmonary microvascular 145. 145.138. Knuefermann P, Remoto S, Baumgarten G, Misra A, Siva-
changes during sepsis: Evaluation using intravital videomicroscopy. subramanian N, Caribello BA, Vallejo JG. Cardiac Inflammation and
Microvasc Res 2000; 60: 131-140. Innate Immunity in Septic Shock. Is There a Role for Toll-Like Recep-
124. Powell RJ, Machiedo GW, Rush BF Jr. Decreased red blood cell de- tors? CHEST 2002; 121: 1329-1336.
formability and impaired oxygen utilization during human sepsis. Am 146. Grandel U, Fink L, Blum A, et al. Endotoxin-induced myocardial
Surg 1993; 59: 65-68. tumor necrosis factor- synthesis depresses contractility of isolated
125. Consensus conference Tissue hypoxia: how to detect, how to correct, rat hearts: evidence for a role of sphingosine and cyclooxygenase-2-
how to prevent. Am J Respir Crit Care Med 1996; 154: 1573-1578. derived thromboxane production. Circulation 2000; 102: 2758-2764.
126. De Backer D, Creteur J, Preiser JC, at al. Microvascular blood flow is 147. Levy RJ, Piel DA, Acton PD, Zhou R, Ferrari VA, Karp JS, Deutsch-
altered in patients with sepsis. Am J Respir Crit Care Med 2002; 166: man CS. Evidence of myocardial hibernation in the septic heart. Crit
98-104. Care Med 2005; 33: 2752-2756.
127. Sakr Y, Dubois MJ, De Backer D, et al. Persistent microcirculatory 148. Lu X, Hamilton JA, Shen J, Pang T, Jones DL, Potter RF, Arnold JM,
alterations are associated with organ failure and death in patients with Feng Q. Role of tumor necrosis factor alfa in myocardial dysfunction
septic shock. Crit Care Med 2004; 32: 1825-31. and apoptosis during hindlimb ischemia and repelfusion. Crit Care
128. De Backer D, Creteur J, Dubois MJ SakrY, Koch M, Verdant C, Vin- Med 2006; 34: 484-491.
cent JL. The effects of dobutamine on microcirculatory alterations in 149. Bloos FM, Morisaki HM, Neal AM, et al. Sepsis depresses the meta-
patients with septic shock are independent of its systemic effects. Crit bolic oxygen reserve of the coronary circulation in mature sheep. Am
Care Med 2006; 34: 403-408. J Respir Crit Care Med 1996; 153: 1577-1584.
129. De Backer D, Verdant C, Chierego M, et al. Effects of drotrecogin 150. Ammann P, Fehr T, Minder El, et al. Elevation of troponin I in sepsis
alfa activated on microcirculatory alterations in patients with severe and septic shock. Intensive Care Med 2001; 27: 965-969.
sepsis. Crit Care Med 2006; 34: 1918-1924. 151. Ashbaugh DG, Bigelow DB, Petty T, et al. Acute respiratory distress
130. Hotchkiss RS, Swanson PE, Freeman BD, et al. Apoptotic cell death syndrome in adults. Lancet 1967; 2: 319-323.
in patients with sepsis, shock, and multiple organ dysfunction. Crit 152. Bernard GR, Artigas A, Brigham KL, et al. The American-European
Care Med 1999; 27: 1230-51. Consensus Conference on SDRA: definitions, mechanisms, relevant
131. Hotchkiss RS, Tinsley KW, Swanson PE, et al. Sepsis-induced apop- outcomes, and clinical trial coordination. Am J Respir Crit Care Med
tosis causes progressive profound depletion of B and CD4+ T lym- 1994; 149: 818-24.
phocytes in humans. J Immunol 2001; 166: 6952-63. 153. Laufe MD, Simon RH, Flint A, Keller JB. Adult respiratory distress
132. Hotchkiss RS, Tinsley KW, Swanson PE, et al. Depletion of dendritic syndrome in neutropenic patients. Am J Med 1986; 80: 1022-6.
cells, but not macrophages, in patients with sepsis. J Immunol 2002; 154. Donnelly SC, Haslett C, Reid PT, et al. Regulatory role for macropha-
168: 2493-500. ge migration inhibitory factor in acute respiratory distress syndrome.
133. Kiyokawa N, Taguchi T, Mori T, et al. Induction of apoptosis in nor- Nat Med 1997; 3: 320-3.
mal human renal tubular epithelial cells by Escherichia coli Shiga 155. Parker JC, Townsley MI, Rippe B, Taylor AE, Thigpen J. Increased
toxins 1 and2.JInfectDis 1998; 178: 178-184. microvascular permeability in dog lungs due to high peak airway pres-
134. Parker JL, Adams HR. Contractile dysfunction of atrial myocardium sures. J Appl Physiol 1984; 57: 1809-16.
from endotoxin-shocked pigs. Am J Physiol 1981; 240: H954-H962. 156. Corbridge TC, Wood LDH, Crawford GP, Chudoba MJ, Yanos J, Sz-
135. Parker JL, Adams HR. Development of myocardial dysfunction in en- najder JI. Adverse effects of large tidal volumes and low PEEP in ca-
dotoxin shock. Am J Physiol 1985; 248: H818-H826. nine acid aspiration. Am Rev Respir Dis 1990; 142: 311-5.
136. Calvin JE, Driedger AA, Sibbald WJ. An assessment of myocardial 157. Ranieri VM, Suter PM, TOltorella C, et al. Effect of mechanical ventila-
function in human sepsis utilizing ECG gated cardiac scintigraphy. tion on inflammatory mediators in patients with acute respiratory distress
Chest 1981; 80: 579-586. syndrome: a randomized controlled hial. JAMA 1999; 282: 54-61.
137. Parker MM, Shelhamer JH, Bacharach SL, et al. Profound but rever- 158. Slutsky AS, Tremblay LN. Multiple system organ failure: is mechani-
sible myocardial depression in patients with septic shock. Ann Intern cal ventilation a contributing factor? Am J Respir Crit Care Med 1998;
Med 1984; 100: 483-490. 157: 1721-5. '
138. Parker SM, Shelhamer JH, Natanson C, et al. Serial cardiovascular 159. Navaratnam RL, Morris SE, TraberDL, et al. Endotoxin (LPS) increa-
variables in survivors and nonsurvivors of human septic shock: Heart ses mesenteric vascular resistance(MRV) and bacterial translocation
rate as an early predictor ofprognosis. Crit Care Med 1987; 15: 923- (BT). JTrauma 1990; 30: 1,104-1115.
929. 160. Pastor CM, Billiar TR, Losser MR, et al. Liver injury during sepsis. J
139. Poelaert J, Declerck C, Vogelaers D, et al. Left ventricular systolic and Crit Care 1995; 10: 183-97.
diastolic function in septic shock. Intensive Care Med 1997; 23: 553- 161. Hart PH, Cooper RL, Finlay-Jones JJ. IL-4 suppresses IL-lb, TNF-a
560. and PGE2 production by human peritoneal macrophages. Immunolo-
140. Parker MM, McCarthy KE, Ognibene FP, et al. Right ventricular dys- gy 1991; 72: 344-349.
function and dilatation, similar to left ventricular changes, characteri- 162. Moseley RH, Sepsis and cholestasis. Clin Liver Dis 1999; 3: 465-75.
ze the cardiac depression of septic shock in humans. Chest 1990; 97: 163. Franson TR, Hierholzer Jr. WJ, LaBrecque DR. Frequency and cha-
126-131. racteristics of hiperbilirrubinemia associated with bacteremia. Rev
141. Parrillo JE, Burch C, Shelhamer JH, et al. A circulating myocardial Infect Dis 1985; 7: 1-9.
depressant substance in humans with septic shock. Septic shock pa- 164. Van Oosten M, Van de Bilt E, De Vries HE, van Berkel TJ, Kuiper J.
tients with a reduced ejection fraction have a circulating factor that Vascular adhesión molecule-l and intercellular adhesion molecule-l
depresses in vitro myocardial cell peIformance. J Clin Invest 1985; expression on rat liver cells after lipopolysaccharide administration in
76: 1539-1553. vivo. Hepatology 1995; 22: 1538-46.
142. Parker MM, Suffredini AF, Natanson C, et al. Responses of left ven- 165. Rangel-Frausto MS, Pittet D, Costigan M, Hwang T, Davis CS, Wen-
tricular function in survivors and non-survivors of septic shock. J Crit zel RP. The natural history of the systen'Íic inflammatory response
Care 1989; 4: 19-25. syndrome (SIRS): a prospective study. JAMA 1995; 273: 117-23.
3/ DISFUNCiÓN ORGÁNICA MÚLTIPLE EN LA SEPSIS

166. Wang W, Falk SA, Jittikanont S, Gengaro PE; Edelstein CL, Schrier 175. Fischer JE, Horst WD, Kopin IJ. Betahydroxy1ated sympathomime-'
RW. Protective effect of renal denervation on normotensive endotoxe- tic amines as false neurotransmitters. Br J Pharmaco1 1965; 24: 477-
mia induced acute renal fai1ure in mice. Am J Physio1 Renal Physiol 480.
2002; 283: F583-F587. 176. Hasse1gren PO, Fischer JE. Septic encephalopathy: Etio10gy and ma-
167. Young GB, Bolton CF, Austin TW, et al. The encephalopathy associa- nagement. Intensive Care Med 1985; 12: 13-16.
ted with septic illness. Clin Invest Med 1990; 13: 297-304 177. Landry DW, Levin HR, GalIant EM, et al. Vasopressin deficiency
168. Perry VH, Anderson PB, Gordon S. Macrophages and inftammation in contributes to the vasodilation of septic shock. Circulation 1997; 95:
the central nervous system. Trends Neurosci 1993; 16: 268-273. 1122-1125.
169. Baskurt OK, Gelmont D, Meiselman HJ. Red b100d celI deformability 178. O'Brien A, Clapp L, Singer M. Terlipressin for norepinephrine-resis-
in sepsis. Am J Respir Crit Care Med 1998; 157: 421-427. tant septic shock. Lancet 2002; 359: 1209-1210.
170. Jeppsson B, Freund HR, Gimmon Z, et al. Blood-brain barrier deran- 179. Sharshar T, Carlier R, Blanchard A, et al. Depletion of neurohypophy-
gement in sepsis: Cause of septic encepha10pathy? Am J Surg 1981; seal content of vasopressin in septic shock. Crit Care Med 2002; 30:
141: 136-141. 497-500.
171. Deng X, Wang X, Anderson R: Endothelial barrier resistance in mul- 180. Garrard CS, Kontoyannis DA, Piepoli M. Spectral analysis of heart
tiple organs after septic and nonseptic chalIenges in the rat. J Appl rate variability in the sepsis syndrome. Clin Auton Res 1993; 3: 5-13.
Physiol1995; 78: 2052-2061. 181. Satomi N, Sakurai A, Haranaka K: Re1ationship of hypog1ycemia to
172. MacKenzie ET, McCulIoch J, O'Keane M, et al. Cerebral circu1ation tumor necrosis factor production and antitumor activity: Role of glu-
and norepinephrine: Re1evance of the b100d-brain barrier. Am J Phy- cose, insulin, and macrophages. J Natl Cancer Inst 1985; 74: 1255-
siol 1976; 231: 483-488. 1260.
173. Maekawa T, Fujii Y, Sadamitsu D, et al. Cerebral circu1ation and me- 182. Abraham E, Laterre PF, Garg R, et al. Drotrecogin alfa (activated) for
tabolism in patients with septic encephalopathy. Am J Emerg Med adults with severe sepsis and a 10w risk of death. N Engl J Med 2005;
1991; 9: 139-143. 353: 1332-1341.
174. Sprung CL, Cerra FB, Freund HR, et al: Amino acid alterations and
encepha10pathy in the sepsis syndrome. Crit Care Med 1991; 19: 753-
757.

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 75


LA RESPUESTA METABÓLICA AL TRAUMA

Arturo Vergara, MD, MSCC; José Félix Patiño R., MD, FACS (Hon)

El paciente quirúrgico presenta un fenómeno fisiopatológico la constancia (steady state) y de efectuar los ajustes autorre-
muy bien estudiado y característico (Keel y Trentz, 2005), guIadores después de estrés y acuñó el término "homeosta-
una respuesta metabólica y neurohumoral que puede ser de sis".
moderada a severa intensidad dependiendo de la magnitud John Hunter (1728-1793), cirujano y biólogo inglés, hizo
de la agresión o injuria biológica provocada, accidental o comentarios sobre la respuesta biológica a las lesiones tisula-
programada, como lo es una intervención quirúrgica. Tal res- res y fue el primero en plantear que las respuestas a la lesión
puesta se conoce generalmente como respuesta metabólica eran de índole benéfica para el huésped.
al trauma. Cad von Voit (1831-1908), notable fisiólogo alemán que
El trauma es tan antiguo como la humanidad y, por lo hizo importantes contribuciones a la comprensión del meta-
tanto, el tratamiento de las heridas, que representa la prime- bolismo y a los fundamentos de lo que hoyes la ciencia de
ra forma de manejo quirúrgico, también lo es. La biología la nutrición, realizó estudios del balance nitrogenado y cons-
evolutiva nos enseña la manera como los seres vivos pueden truyó grandes calorímetros para analizar la oxidación de los
sobrevivir sólo cuando desarrollan la capacidad evolutiva alimentos y la producción de calor. Los estudios de energía
de adaptarse al ambiente 'y de responder fisiológicamente a y de balance nitrogenado se hicieron en diversas situaciones
la injuria biológica para entrar en una fase de recuperación. experimentales con animales y humanos. Con tales técnicas
Son la capacidad evolutiva de adaptación y la inteligencia se estudió el efecto de la infección en el metabolismo de las
del hombre primitivo las que le permitieron sobrevivir a la proteínas, y surgió una opinión contraria a la sugerida por
lucha en las jornadas de cacería, en enfrentamientos tribales Hunter, al describir la proteólisis acelerada que acompaña a
o luego de desastres naturales. la infección como la "destrucción tóxica de proteínas", deno-
La historia de extrema violencia en Latinoamérica OCUlTe tando así que este proceso era de adaptación deficiente, y no
desde la conquista española, que arrasa con culturas indíge- una respuesta apropiada a la enfermedad.
nas enteras mediante el uso de armas desconocidas para ellas, David Paton Cuthbertson (1900-1989), el gran bioquímico
como las armas de fuego y los caballos, que generaron tipos escocés de la Universidad de Glasgow, aportó estudios de la
de trauma de imposible manejo para los aborígenes. secreción urinaria de calcio y fósforo experimentalmente y
En el mundo entero las diferentes guerras a lo largo de la en individuos que habían sufrido fracturas de huesos largos;
historia han ocasionado millones de muertes por diversas ar- haciendo comparaciones con el equilibrio de estos iones en
mas, desde las primitivas cortopunzantes hasta la pólvora, y sujetos normales acostados, advirtió que los individuos le-
ahora la bomba nuclear. A la mortalidad por trauma se suman sionados exhibían una mayor excrecióq. urinaria de fósforo
como factores causantes los deportes extremos, los acciden- así como grandes pérdidas urinarias de nItrógeno y potasio.
tes industriales y los accidentes automovilísticos. Los últi- Calculó también las necesidades de energía por medio de ca-
mos se han venido agravando por la influencia del alcohol, lorimetría indirecta en los sujetos lesionados y advirtió que,
para convertirse en un serio problema de salud pública. junto con el catabolismo de las proteínas, había un mayor
Desde la época de Hipócrates (460-377 a.e.) y de la es- consumo de oxígeno. Describió un incremento constante en
cuela de medicina en el Museo (el templo de las musas) de la temperatura corporal en sujetos lesionados pero sin infec-
Alejandría en la era helenística (305-30 a.e.) se sabía de ción y llamó a esta respuesta "fiebre pos traumática" .
los sistemas biológicos, pero fue en 1840 cuando Claude En estudios ulteriores, Cuthbertson intentó cambiar la res-
Bernard (1813-1878) estableció la fisiopatología como una puesta a la lesión modificando el ingreso de alimentos, pero
nueva disciplina, al proponer la regulación de los sistemas observó que el cambio en la ingesta de estos reducía la exa-
corporales para conservar la constancia del medio interno. gerada excreción de nitrógeno. La gran pérdida de nitrógeno
Bernard sugirió que todos los fenómenos vitales eran atribui- sugirió entonces que la cantidad de nitrógeno excretada en la
bIes a reacciones bioquímicas y fisiológicas. orina provenía de una respuesta proteolítica generalizada en
Walter B. Cannon (1871-1945) comprobó que el control el músculo estriado, y no de la degradación proteínica en el
del sistema nervioso autónomo era el encargado de conservar sitio de la lesión. Fue Cuthbertsof).'quien describió la respues-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

ta metabólica en términos de dos fases: la fase agtida o fase de Desde las contribuciones de Hans Selye (1907-1982) en
shock, que denominó fase ebb, y la fase de hipermetabolismo su obra monumental Síndrome de adaptación general y las
que denominófase jlovv, descripción que apareció claramente enfermedades de la adaptación, numerosos psiquiatras han
expuesta en una publicación ulterior (Cuthbertson, 1976). investigado la respuesta al estrés mental agudo y crónico, los
Los desafíos para el médico en lafase ebb son fundamen- fisiólogos, la respuesta al estrés ambiental y los cirujanos, la
talmente la reanimación y el restablecimiento de la perfusión respuesta a la lesión y a la sepsis, que son formas de estrés
y oxigenación tisular. Pero el gran desafío se presenta en la agudo. Fue Cuthbertson quien describió la respuesta metabó-
fase jlow, que se caracteriza por un estado hiperdinámico e lica en términos de dos fases: la fase aguda o fase de shock,
hipermetabólico con aumento en el consumo energético ba- que denominó fase ebb, y la fase de hipermetabolismo que
sal y grandes cambios la utilización y el flujo e interrelacio- denominó fase jlow.
nes de los sustratos (Patiño, 2006 a, b). La característica más En los últimos años se ha conocido la importancia del
devastadora es la depleción de masa corporal. El compor- sistema inmunológico en el control de muchas funciones no
tamiento de la insulina, un factor importante en el control inmunitarias que en relación con diversas hormonas endocri-
del flujo de aminoácidos a partir del músculo esquelético, así nas y exocrinas han permitido un mayor entendimiento de la
como en reducir la excreción urinaria de nitrógeno, que es un respuesta metabólica al estrés del trauma.
marcador del catabolismo proteico. Se ha demostrado que la
pérdida de masa magra corporal puede ser del orden de 2 %/ Epidemiología
día (Griffiths et al, 1999).
El trauma ocasiona un grave problema de salud a nivel mun-
Francis D. Moore (19l3-2001), de Harvard y el Peter Bent
dial. Se puede presentar como consecuencia de accidentes
Brigham Hospital, reunió, tabuló, clasificó y aplicó al cuida-
(automovilísticos, ferroviarios, aéreos, de trabajo, deporti-
do de enfermos gran parte de los conocimientos sobre res-
vos, etc.) o por diferentes formas de violencia, incluida la
puestas homeostáticas después de trauma y cirugía. Evaluó la
peor: el terrorismo. Usualmente afecta a una gran proporción
trascendencia de los componentes específicos de la respuesta
de personas jóvenes, principalmente hombres. Según un in-
a la lesión como reposo en cama, anestesia, pérdida de vo-
forme mundial sobre la violencia y la salud, en el año 2000
lumen e inanición en las respuestas metabólicas, y describió
en el mundo entero se reportaron 1,7 millones de muertes por
varias fases de convalecencia después de la lesión, que se
violencia, la mitad por suicidios, un tercio por homicidios y
resumen en el cuadro siguiente:
una quinta parte por conflicto armado. El suicidio fue la 5a
causa de muerte, el homicidio fue la 6 a y el conflicto armado
Enfmno apático fue la 11 a causa de muerte entre los 15 y 44 años. En este gru-
Pulso: Taquisfígmico
Pet:staltismo intestinal dis1llÍnuído po, murieron por causas de violencia el 14% de los hombres
PFase Balance (-) de Nitrógeno y el 7% de mujeres.
Adrenérgica-corticoidea Balance (-) de Potasio Por violencia interpersonal en este mismo año murieron
o fase de lesión 11- Balance (+) de Sodio
(1 a 3 días Balance (+) de Cloro
520.000 personas para una tasa global de 8,8 x 100.000 ha-
Dis:ninución de eosinófllos bitantes. Las tasas son mucho más elevadas en América Lati-
Glucógenolisis na y África (:?:12 x 100.000 habitantes) que en Norteamérica
Gluconeogénesis (5-11,9 x 100.000 habitantes) o en Europa Occidental (0-1,99
Aumento de la glucemia
Dis:ninuye el Na por hemodilución
x 100.000 habitantes). Otras formas de violencia intrafamiliar
Aumento de K en plasma como el maltrato infantil o contra mujeres tambi~n represen-
tan cifras importantes. Entre 10 y 69% de las mujúes y 4-6%
Se mueve con más libertad
de los ancianos han sufrido algún' tipo de agresión física o
Cesación de la actividad Cambia indiferencia por interés
corticoidea Se regulariza pulso y temperatura maltrato. La tasa de homicidjos en niños entre O y 4 años fue
Aproximadamente al 4°
día (dura 2 a 3 días)
1 Recupera función intestinal
Disminuye excreción urinaria de 17 HO corticoides
Balance (+) de Nitrógeno
de 2,1 x 100.000 habitantes,/ y más del doble en niños entre 5
y 14 años (5,2 x 100.000 habitantes).
N o solamente la pérdida de vidas, sino la pérdida de Aílos
de vida saludables (AVISA) es también un problema serio.
3a Fase

i
Anabolismo espontáneo
Fase Anabólica Balance (+) de :Nitrógeno En México se reportó que las lesiones accidentales o inten-
(lo al 10° día) Recuperación de la potencia muscular cionales son responsables del 56% de los AVISA en hombres
Hábitos intestinales se normalizan
entre 15 y 44 años. El costo en términos económicos es tam-
bién muy importante. Según un reporte del Banco Interame-
Aumento de peso debido a la acumulación de grasas

1
ricano de Desarrollo (BID), entre 1996 y 1997 el gasto de los
4" Fase Vigor normal
De Reposición Balance nitrogenado = cero servicios de salud por lesiones violentas con respecto al por-
Balance (+) de carbono centaje del Producto Interno Bruto (PIB) t?n diferentes países
fue como sigue: Brasil: 1,9%, Colombia: 5%, El Salvador:
Moore FD. Metabolic Care of the Surgical Patient. WB Saunders Company. 4,3%, México: 1,3%, Perú: 1,5% y Venezuela: 0,3%. Final-
Philadelphia, 1959.
4/ LA RESPUESTA METABÓLICA AL TRAUMA

mente, se debe tener en cuenta que por cada víctima mortal puesta inflamatoria sistémica el problema mayor, que lleva'
de violencia, entre 20 y 40 personas sufren lesiones que ame- al síndrome de disfunción orgánica múltiple (SDOM) y al
ritan tratamiento hospitalario. En Estados Unidos de América síndrome de falla orgánica multisistémica (SFOM). Son los
se considera que al menos un 10% de los ingresos de todos mediadores inflamatorios los generadores principales de la
los hospitales están relacionados con el trauma, situación que patogenia de la insuficiencia respiratOlia aguda del síndro~ne
puede ser equiparable en nuestros países. En Bogotá, en al- de dificultad respiratoria del adulto, SDRA, el componente
gunas entidades hospitalarias el ingreso por traumas asciende mayor del SFOM y del SFOD (Bhatia y Moochhala, 2004).
hasta el 19% en urgencias y el 40% de los pacientes atendi- La respuesta inflamatoria, que de inmediato es local pero
dos por el servicio de cirugía; esto incluye trauma cerrado o que de no corregirse el problema pasa a ser sistémica (Lenz
trauma penetrante, bien sea por proyectil de arma de fuego o et al, 2007), constituye el denominado Síndrome de respues-
por arma cortopunzante. ta inflamatoria sistémica (SRIS).
La respuesta metabólica al trauma puede ser medida me- El SRIS es mediado por agentes proinflamatorios deriva-
diante la determinación de los niveles circulantes de una sede dos de células inflamatorias (macrófagos, linfocitos, neutró-
de sustancias como el c0l1isol, el glucagón, citoquinas, pros- filos y de la activación endotelial, principalmente por las cito-
taglandinas, factores de coagulación, etc. En el trauma las le- cinas). Fenómenos como la perfusión/repelfusión, la sepsis y
siones tisulares importantes se acompañan de pérdidas sanguí- la operación aumentan el fenómeno inflamatorio inmunitario
neas, lo cual altera funciones vitales orgánicas. Estos síntomas y se ve asociado con el incremento en las tasas de mortalidad.
y signos constituyen lo que se conoce como SRIS (síndrome El trauma causa la activación de todos los componentes del
de respuesta inflamatoda sistémica). Las diferentes reacciones sistema inmunitario, el sistema neuroendocrino y promueve
que constituyen la llamada respuesta metabólica causan: la destrucción tisular local por acumulación de productos
Alteración del metabolismo tóxicos del metabolismo respiratorio celular para dar lugar
Inicio del el proceso de respuesta inflamatoria, local y a la generación de los mediadores inflamatorios. Hormonas
luego sistémica como la ACTH, los corticosteroides, las catecolaminas, junto
Cambios en el funciqnamiento orgánico y depleción de con las citocinas, quimiocinas y alarmitas juegan un papel
la masa celular corporal preponderante en la iniciación y agravación de la respuesta
Promueven la cicatrización. inflamatoria (Lenz et al, 2007).
"La sepsis y el SRIS se asocian con la producción exa-
Estas reacciones son el resultado del proceso de la evolución gerada de mediadores inflamatorios y contrainflamatorios
biológica con el fin de sobrevivir, y son, por lo tanto, la forma o antiinflamatorios. Aunque el proceso es de carácter sisté-
como el organismo responde biológicamente a las lesiones mico, los fenómenos fisiopatológicos difieren de órgano a
tisulares o como consecuencia de la inflamación. Su fin es órgano y de los órganos a la sangre periférica. La naturale-
restablecer la homeostasis, protegerse de infecciones y fun- za del trauma o injuria biológica (por ejemplo quemadura,
damentalmente aportar la energía y otros sustratos al organis- peritonitis, pancreatitis), la composición celular la composi-
mo para cicatrizar, reparar y restaurar los tejidos lesionados ción del compartimiento celular (naturaleza de los fagocitos,
(Wilmore, 1993-2000). naturaleza de las células endoteliales) y su micro ambiente
La respuesta al trauma tiene básicamente dos componen- (presencia del factor estimulante de colonias de granulocitos-
tes: uno neuroendocrino o neurohonnonal, y otro humoral a macrófagos) en los pulmones, reducidos niveles de arginina
través de mediadores inflamatorios originados en la herida o en el hígado, liberación de endotoxina a partir del intestino)
en el sitio de la inflamación. y el reclutamiento de granulocitos tienen honda influencia
En la respuesta al trauma existen una serie de mecanis- sobre la inflamación y la lesión tisular. L~s elevados niveles
mos de tipo neural y de secreción de sustancias que generan de mediadores proinflamatbrios (IL1, factor de necrosis tu-
inflamación y que ocasionan la secreción de hormonas que moral, interferón gamma) y otros producidos localmente y
influyen en el aumento selectivo del flujo sanguíneo y en la liberadores a la circúlación inician lesión de órganos distan-
interacción de los substratos. tes. La respuesta inflamatoria celular en los tejidos afectados
Este conjunto de reacciones neurohumorales e inflama- es influenciada grandemente por los neuromediadores que
torias se conoce como la respuesta metabólica al trauma aportan localmente las neuronas colinérgicas y simpáticas"
y es beneficiosa para el paciente. Sin embargo, la respuesta (Cavaillon y Annane, 2006).
inflamatoria y contrainflamatoria, así como la prolongación
de ésta por permanencia de la enfermedad o porque surjan Respuesta metabólica y citocinas (citoquinas)
complicaciones, por ejemplo sepsis, ocasionan un efecto po-
En la respuesta metabólica interactúan varios sistemas del
tencialmente devastador sobre el organismo porque afecta
organismo, sistemas que provocan una serie de respuestas
notablemente las células, los tejidos y los órganos, ocasiona-
que varían de acuerdo con el tipo de estímulo que reciban y
do disfunción y falla multisistémica, que de no ser controlada
el sitio que responda a esos estímulos; estas acciones están
causa la muerte del individuo; en efecto, es responsable de
mediadas por citocinas (Reichlin, 1993).
la mayoría de las muertes en las UCI. Realmente es la res-

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 79


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Mediadores inflamatorios: son sustancias endógenas de conoce como caquectina producido por células activadas,
tipo humoral y celular liberadas tempranamente durante el monocitos, células de Küpffer y macrófagos estimulados por
curso de la injuria y que posiblemente sean las causantes del endotoxinas, exotoxinas bacterianas, virus y hongos. Inician
daño tisular y del shock séptico. la respuesta inflamatoria y activan otras citoquinas, el factor
Factor nuclear-kB: factor de trascripción que coordina la de agregación plaquetaria (FAP) , prostaglandinas y leuco-
respuesta inmune innata y adaptativa en la sepsis; este factor trienos, activando neutrófilos y células endoteliales. Estimula
así mismo posee acciones sobre mediadores celulares que re- la síntesis de proteínas de fase aguda, activa la cascada de la
gulan la expresión genética. Fue descrito por primera vez en coagulación, disminuye el potencial de membrana muscular,
1986, y su principal función es la de regular la respuesta del aumenta la permeabilidad capilar y estimula el catabolismo
huésped a la infección. del músculo esquelético. Produce fiebre, anorexia, taquicar-
Akt/proteina quiinase B: la fosfoinositida 3-quinasa y la dia, disminuye el gasto cardíaco, secuestran hieno y zinc y
quinasa akt, descubiertas en 1991, desempeñan un papel muy disminuye la lipasa lipoproteica. Es la citoquina mediadora
importante en la modulación de funciones celulares funda- primaria en la producción de: fiebre, la activación de neutró-
mentales, entre las que se incluyen los movimiento y acti- filos y de células endoteliales, la inhibición de la lipoproteí-
vación para la producción de mediadores proinflamatorios; na-lipasa, la alteración en la permeabilidad capilar, hipoal-
actúan sobre la actividad celular mediante la fosforilación y buminemia, cambios en los niveles y depósitos de minerales
modulación de factores transcripcionales y otras proteínas traza y alteraciones en el metabolismo de la glucosa y en la
reguladoras intracelulares. regulación de la síntesis proteica. Actúa en forma sinérgica
Factor 1 inducido por hipoxia: es un factor de transcrip- con la Il-l y la secreción de prostaglandina El (PGE2), agre-
ción que actúa como regulador maestro de la expresión ge- gación de neutrófilos, síntesis de tromboxano y citotoxicidad
nética inducida por condiciones de bajo aporte de oxígeno en las células beta productoras de insulina (Gann, 1994) ..
(hipoxia). En términos generales los genes regulados por este Interleucina 1 (IL-l): es un producto de monocitos, ma-
factor (FI-H) incluyen aquellos envueltos en la homeosta- crófagos, y de los leucocitos PMN activado, es responsable
sis del oxígeno y del metabolism.o energético de la glucosa; de causar fiebre y alteraciones metabólicas (Dinarello &
algunos genes regulados por este factor ayudan a aumentar Wolff, 1993). Se la denomina también factor inductor de
la suplencia de oxígeno a los tejidos, mientras otros incre- proteólisis; es estimulante de la síntesis de las proteínas de
mentan la tolerancia a la hipoxia, a la deprivación severa de fase aguda.
oxígeno. Esta interleuquina induce la caquectina (FNT), con la cual
Citoquinas: las citoquinas o citocinas, que son com- actúa sinergísticamente. Posee beneficios inmunológicos
ponentes integrales de la respuesta inmunitaria, actúan en como la proliferación de linfocitos T. Estimula la produc-
conjunto con los neurotransmisores colinérgicos y serotoni- ción de prostaglandinas por el hipotálamo anterior y produce
nérgicos que estimulan el hipotálamo para la secreción de anorexia, taquicardia y aumento del gasto cardiaco. Genera
hormona corticotrópica y vasopresina, las cuales actúan si- eicosanoides, citoquinas, aumenta las hormonas contrane-
nergísticamente para la producción de cortisol. La hormona guIadoras, aumenta la lipasa lipoproteica y produce acidosis
corticotrópica estimula la liberación de las catecolaminas láctica.
al actuar sobre el sistema noradrenérgico. Por lo tanto, las Interleucina 6 (IL-6) e Interleucina-2. Este par de inter-
citoquinas juegan un papel importante en la producción de leuquinas tiene una participación en la respuesta metabólica;
catecolaminas y en la secreción de glucocorticoides, que a su son inmunoestimulantes, y juntas actúan en la promoción de
vez suprimen la producción de citoquinas. Las catecolaminas la síntesis de las proteínas de fase aguda, tienen ef~~tos infla-
estimulan la producción de IL-6 que inhibe el FNT y la IL-l. matorios, estimulan la producción <:le proteínas hepáticas de
Son proteínas endógenas liberadas en pequeña cantidad por fase aguda, contribuyen a la activación de linfocitos T y B y
los macrófagos, linfocitos, células endoteliales y de Kupffer, estimulan la hematopoyesis. /
que participan de la respuesta hemodinámica, inmunológica Factores del sistema del complemento. Las hormonas
y de cicatrización, y cumplen funciones paracrinas y autocri- del estrés son necesarias, pero no son los agentes totalmente
nas. La respuesta es regulada por las propias citoquinas o por responsables de la respuesta catabólica que acompaña al es-
receptores antagonistas y anticuerpos. tado crítico (Hill, 1992; Patiño, 2006; Reichlin, 1993).

Citoquinas Síndrome de respuesta inflamatoria aguda


Las principales citoquinas involucradas en la respuesta al sistémica
trauma son generadas por monocitos y macrófagos, y son el
Las manifestaciones de tipo sistémico que caracterizan al hi-
factor de necrosis tumoral alfa. Las interleucinas 1 beta, IL
permetabolismo del estado agudo se conocen como síndrome
6, e IL 8.
de respuesta inflamatoria aguda sistémict;l (SR/S), (Beal &
Factor de necrosis tisular alfa (FNT-a) o Factor de ne-
CelTa, 1994; Prada, 1995).
crosis tumoral (o Factor necrotizante tumoral, FNT) se lo
4/ LA RESPUESTA METABÓLICA AL TRAUMA

El estado hiperdinámico/hipermetabólico presenta un gran aumento en la respuesta bifásica de la insu- .


lina, con notable elevación de su concentración.
El paciente en estado crítico por trauma o sepsis exhibe un
El glucagón exhibe una marcada acción lipolítica. La re-
elevado gasto energético en reposo que cOlTesponde a la ace-
lación molar de insulina/glucagón, alterada en esta fase ,de
leración de todos los procesos metabólicos.
respuesta metabólica en el trauma, favorece la gluconeogé-
Durante la fase hiperdinámica de la respuesta al trauma y
nesis a partir de aminoácidos provenientes de la proteína
la sepsis se registra un incremento en la concentración y flujo
muscular y mantiene elevados los niveles de glucosa en el
de los principales substratos: ácidos grasos, aminoácidos y
plasma. O sea, que los glucocorticoides aumentan y amplían
glucosa.
las respuestas metabólicas específicas del estrés, pero no son
En esta fase es característica la acumulación de agua ex-
la causa primaria de tales respuestas (Wilmore, 1977).
tracelular, y el paciente gana peso, aparece edematoso y ex-
Como efecto general de las interacciones hormonales en
hibe hiponatremia, hipoproteinemia e hipoosmolaridad en el
el trauma, se produce:
plasma.
Aumento en el consumo de oxígeno (hipermetabolis-
Las catecolaminas, desde hace muchos años, son conoci-
mo).
das como las sustancias que se liberan instantáneamente en
Aumento en los niveles de glucosa en el plasma y en
el trauma y que son esenciales para la supervivencia durante
el líquido extracelular (hiperglicemia), que coincide con
el estrés agudo.
inhibición inicial en la secreción de insulina y el aumen-
La utilización de glucosa se disminuye durante la fase
to en la secreción de glucagón (hiperglucagonemia);
aguda del trauma (resistencia a la insulina), y OCUlTe al tiem-
más tarde hay aumento en la secreción de insulina.
po con una elevación en el nivel plasmático de cortisol y de la
excreción urinaria de catecolaminas. El incremento de la ac-
tividad adrenérgica con aumento de las catecolaminas consti- El efecto de las catecolaminas inhibe la secreción de insuli-
tuye un importante factor regulador de la respuesta hiperme- na y hay hiperglicemia, que es característico de la respuesta
tabólica en el trauma. El sistema nervioso simpático regula la metabólica y que constituye un parámetro valioso para el ma-
movilización y disponibilidad de los combustibles orgánicos nejo de lafaseflow.
mediante acción directa sobre los tejidos, alteraciones de la En las etapas iniciales de la fase hipermetabólica (fase
circulación e interacción con otras hormonas. flow) el gasto energético está aumentado por acción de las
Inicialmente hay una inhibición en la secreción de insuli- catecolaminas, tal vez, principalmente, porque todavía man-
na, tal vez como consecuencia de la acción de las catecola- tienen deprimida la secreción de insulina y elevada la secre-
minas. El aumento en la actividad simpática parece ser res- ción de glucagón, lo cual favorece el flujo de aminoácidos a
ponsable de la supresión de insulina que se observa en las partir de la proteína muscular. Persiste la hiperglicemia. El
fases tempranas de la respuesta al trauma y que se acompaña aumento en la secreción de cortisol, por acción de la ACTH,
de hiperglicemia y de intolerancia a la glucosa, todo lo cual incrementa el catabolismo proteico, el cual se manifiesta
constituye el estado pseudodiabético presente en el shock, en por elevación en la excreción de nitrógeno ureico urinario
el infarto miocárdico, en el trauma, en la sepsis y después de (NUU). Persiste la movilización de ácidos grasos libres como
operaciones mayores. fuente principal de energía.
Durante períodos de excesiva estimulación y descarga del Más adelante en la fase flow aparece elevada la secreción
sistema nervioso simpático predomina el efecto alfa receptor de insulina.
sobre las células beta del páncreas, lo cual inhibe la secre-
ción de insulina; luego, en las etapas tardías de la fase flow La convalecencia
de la respuesta al trauma, el efecto beta receptor estimula la Las fases anabólica y de reposición de grasa siguen a la fase
secreción de insulina por las células beta y de glucagón por aguda o de shock (ebb) y a la fase hipermetabólica-hiperca-
las células alfa de los islotes pancreáticos. tabólica (jlow) de la 'respuesta metabólica en el trauma, con
En el curso de la fase ebb, o fase de shock, de hipometabo- lo cual comienza la reposición del peso corporal, en la me-
lismo, de bajo flujo y de necrobiosis, o sea en la etapa inicial dida que la resíntesis proteica repara los tejidos lesionados
de la respuesta al trauma, predomina el efecto alfa inhibidor y restaura la masa celular corporal perdida durante la fase
de la secreción de insulina, y el paciente exhibe niveles depri- catabólica.
midos de insulina en el plasma en contraste y desproporción La herida constituye el foco o masa inflamatoria. Pero
con la hiperglicemia circulante. Se han descrito tanto eleva- también la herida debe ser considerada como un "órgano me-
ciones como depresiones en los niveles de insulina durante tabólico", por cuanto la herida es un área de intensa actividad
las diferentes fases de la respuesta al trauma, y se ha postula- celular. Los substratos principales son la glucosa, para cuya
do una alteración en la utilización de glucosa. elevada producción el organismo establece el proceso de glu-
En el curso de una operación mayor tal infusión resulta en coneogénesis, y la glutamina.
concentraciones bajas de insulina, a pesar de elevados niveles Efectos en el metabolismo: la '~ctivación de estos media-
de glucosa en el plasma; pero en el estado postoperatorio se dores ocasiona una serie bien estudiada de respuestas tanto

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 81


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

de tipo hemodinámico como metabólico, y causan aumen- músculos y la movilización de ácidos grasos libres a partir
to de la tasa metabólica, aumento del consumo de oxígeno, del tejido adiposo.
disminución de la oxidación de glucosa y disminución de la Hay un aumento inmediato en la tasa de secreción de hor-
actividad de la piruvato deshidrogenasa, lo que incrementa la mona antidiurética (ADH), o vasopresina (ahora denominada
cantidad de piruvato disponible para su conversión a alanina vasopresina de arginina) que causa reducción en la excreción
y lactato, aumentando la gluconeogénesis. Hay aumento de urinaria de agua libre. El trauma estimula a la hipófisis a tra-
la síntesis hepática de proteínas de fase aguda, disminución vés de una variedad de mecanismos que incluyen los nervios
de la cetogénesis, aumento de la lipólisis y de la oxidación periféricos y las catecolaminas, y en el trauma se observa
de ácidos grasos libres. La acumulación de piruvato puede regularmente un aumento en la concentración de ACTH.
resultar en acidosis láctica por exceso de lactato, aun en pre- Otras hormonas juegan un papel menos preponderante.
sencia de buena oxigenación tisular y Pa0 7 normal (Wolfe y Entre ellas la prolactina, que como la hormona de crecimien-
Martini, 2000). - to, posee efectos metabólicos en las quemaduras, el trauma
La respuesta al trauma, accidental o quirúrgico, se ca- y el estrés quirúrgico; la hormona tiroidea y la TSH no apa-
racteriza por rápida movilización de sustratos calóricos en- recen mayormente afectadas; la hormona luteinizante y la
dógenos, pobre utilización de los carbohidratos y elevada hormona folículo estimulante aparecen suprimidas luego de
utilización de las grasas y de proteína como fuente calórica, la cirugía (Hill, 2000).
concomitante con un catabolismo proteico aumentado. Hoy se reconoce que son estos factores reguladores pep-
El estrés del paciente quirúrgico induce una respuesta tídicos los elementos clave encargados de iniciar, perpetuar
neurofisiológica que gobierna las alteraciones endocrinas, y propagar la respuesta metabólica en el trauma severo y en
metabólicas y fisiológicas características del estado postrau- la sepsis.
mático, a saber: En resumen, los pacientes en tales estados exhiben ele-
Conservación del líquido extracelular por reabsorción vación del gasto energético, proteólisis exagerada y no co-
de agua y sal, lo cual se manifiesta por edema y el consi- lTespondiente al incremento del gasto energético (proporcio-
guiente aumento del peso corporal. nalmente menor) y de expansión del agua extracelular, que
Movilización y utilización de la grasa corporal como no puede ser explicada por la sola respuesta neuroendocrina
fuente principal de energía. (Hill,2000).

En 1950, Hans Selye describió magistralmente el estrés y el la respuesta metabólica en el estado crítico
"síndrome de adaptación general", y la reacción de alarma, prolongado: ¿un fenómeno de no adaptación
que son enfermedades de adaptación y fenómenos de tipo pro- evolutiva?
tector. Los cambios metabólicos y endocrinos que constituyen
Van den Berghe y asociados (1998), de la Universidad de
esta respuesta varían según el tipo y la severidad del trauma.
Lovaina, han planteado una novedosa hipótesis sobre el esta-
Los principales componentes de la respuesta metabólica al
do crítico, diferenciando la fase aguda de la fase prolongada
trauma y a la sepsis son los siguientes:
o fase crónica, como dos paradigmas neuroendocrinos dife-
La secreción aumentada de catecolaminas, especialmente
rentes y que, por lo tanto, requieren estrategias terapéuticas
de epinefrina y de norepinefrina, que constituye la reacción
distintas. Anteriormente al cuidado intensivo en unidades
fisiológica inicial del organismo ante el trauma. Por ello se
especializadas, el paciente moría ante injurias biológicas gra-
considera la secreción aumentada de catecolaminas, la cual
ves. Producida la agresión o injuria biológica, ekser vivien-
se expresa en aumento en la excreción urinaria de catecola-
te puede sobrevivir si sus mecanis!ll0s de adaptación, o sea
minas y de sus productos de degradación, como la respuesta
de respuesta al trauma, son suficientes y adecuados. Si no lo
endocrina primordial en el trauma, y también porque a la
son, ante la magnitud de la lesión, muere.
vez las catecolaminas son potentes estimulantes de la hipófi-
En la fase aguda hay una pasajera secreción activa de las
sis, la cual secreta hormona de crecimiento, ADH y ACTH.
hormonas anabólicas, mientras en el estado crítico prolonga-
También hay secreción de endorfenos-beta y de encefalina
do se registra actividad neuroendocrina deprimida.
junto con la ACTH, como fragmentos de la molécula beta-
En el estado crítico prolongado el desaITollo del síndro-
lipotropínica; en los pacientes sépticos también hay secre-
me de depleción y la subsecuente mayor permanencia en
ción de endorfinas por el tejido nervioso periférico (Shaw y
la unidad de cuidado intensivo, no parecen depender del
Wolfe, 1993).
trauma o de la lesión o enfermedad inicial, sino de la dura-
Los elevados niveles de catecolaminas circulantes que se
ción del estado crítico. No se relaciona con la enfermedad
observan en la respuesta al trauma resultan en la mencionada
inicial o con la severidad o el tipo de trauma, sino con la
depresión inicial de la secreción de insulina y aumento de
duración del estado crítico de no adaptación y con la conser-
la secreción de glucagón, con aparición de la hiperglicemia
vación de la masa celular corporal.
del estado postraumático, la liberación de aminoácidos de los
4/ LA RESPUESTA METABÓLICA AL TRAUMA

Lecturas recomendadas Hill AG. Initiators and propagators of the metabolic response to injury.
World J Surg 2000; 24: 624.
Amaral JF, Caldwell, MD, Metabólic response to starvation, stress, and sep- Hill AG. Initiators and propagators of the metabolic response to injury.
siso En: Physiologic Basis of Modern Surgical Careo Edited by TA World J Surg 2000; 24: 624.
Miller and BJ Eowlands. The CV Mosby Company. St. Louis, 1988. Jenkin RC, Ross RJM. Introduction. En: The Endocrine Response to A¡::ute
Barton RN. Neuroendocrine mobilization of body fuels after injury. Br Med Illness. Edited by RC Ross and RJM. Karger AG. Basel, 1999.
Bull1985; 4: 218. Keel M, Trentz O. Pathophysiology of polytrauma. Injury 2005; 36: 691-
Bhatia M, Moochhaia S. Role of inftammatory mediators in the pathophysi- 709.
ology of acute respiratory distress syndrome. J Pathol 2004; 20: 145- Lenz A, Franklin GA, Cheadle WG. Systemic inftammation after trauma.
56. Injury 2007; 38: 1336-45.
Baue AE. Surgical homeostasis. En: AE Baue. Multiple Organ Failure. Mos- Moore FD. Metabolic Care of the Surgical Patient. WB Saunders Company.
by-Year Books. St. Louis, 1990. Philadelphia, 1959.
Beal AL, Cerra FB. Multiple organ failure in the 1990s. Systemic inftamma- Patiño JF. La respuesta metabólica en el paciente quirúrgico. En : JFP Patiño
tory response and organ dysfunction. JAMA 1994; 271: 226. Restrepo y Sonia Echeverri. Metabolismo, nutrición y shock. 4a edi-
Cahil GF Jr. Starvation in mano N Engl J Med 1970; 282: 668. ción. Editorial Médica Panamericana. Buenos Aires, Bogotá, 2006a.
Can non WB. Bodily Changes in Pain, Hunger, Fear and Rage. D Appleton Patiño JF. Interrelaciones metabólicas y uso racional de los sustratos du-
Company. New York, 1936. rante la respuesta metabólica en el estrés. En: JF Patiño Restrepo y S
Cavaillon JM, Annane D. Compartmentalization of the inftammatory re- Echeverri. Metabolismo, nutrición y shock en el paciente quirúrgico.
sponse in sepsis and SIRS. J Endotoxin Res 2006; 12: 151-70. Cuarta edición. Editorial Médica Panamericana. Buenos Aires, Bo-
Cerra FB. The hypermetabolism organ failure complex. World J Surg 1987; gotá, 2006b.
11: 173. Prada G. Patogenia del síndrome de respuesta inftamatoria aguda sistémica.
Cerra FB. Hypermetabolism, organ failure and metabolic support. Surgery Infection 1995; 1: 56.
1987; 101: 1. Reichlin S. Neuroendocrine-immune interactions. N Engl J Med 1993; 329:
Cuthbertson DP. Observations on the disturbance of metabolism produced 1246.
by injury to the limbs. Q J Med 1932; 1: 237. Selye H. Stress. General-Adaptation-Syndrome and the Diseases of Adapta-
Cuthbertson DP. Post-shock metabolic response. Lancet 1942; 1: 433. tion. Acta Inc Medical Publishers. Montreal, 1950.
Cuthbertson DP. Surgical metabolism: Historical and evolutionary aspects. Shaw JHF, Wolfe RR. An integrated analysis of glucose, fat a~d protein me-
En: Metabolism and the Response to Injury. Edited by AW Wilkinson tabolism in severely traumatized patients. Studies in the basal state
and Sir D Cuthbertson. A Pittman Medical Publication. Year Book and the response to total parenteral nutrition. Ann Surg 1989; 209:
Medical Publishers Inc. C,hicago, 1976. 63.
Douglas RG, Shaw JHF. Metabolic response to sepsis and trauma. Br J Surg Van den Berghe G, de Zegher F, Veldhuis DJ, et al. The somatotropic axis in
1989; 76: liS. critical illness: Effect of continuous growth hormone (GH)-releasing
Elman R. Surgical Careo A Practical Physiologic Guide. Appleton-Century- hormone and GH-releasing peptide-2 infusion. Clin Endocrinol Me-
Crofts Inc. New York, 1951. tab 1997; 82: 590-9.
Fong Y, Lowry SF. Cytokines and the cellular response to injury and infec- Van den Berghe G, Zegher F, Bouillon R. Acute and prolonged illness as
tion. En: American College of Surgeons Care of the Surgical Patient. different neuroendocrine paradigms. J Clin Endocrinol Metab 1998;
Vol l. Critical Care, Section IV, Trauma. A publication of the Com- 83: 1827.
mittee on Pre and Postoperative Careo Edited by DW Wilmore, MF Wilmore DW. Homeostasis. En: Textbook of Surgery. The Biological Basis
Breannan, AH Harken, JW Holcroft, JL Meakins. Scientific American of Modern Surgery. Fourteenth editio. Edited by DC Sabiston Jr. WB
Inc. New York, 1992. Saunders Company. Philadelphia, 1997.
Griffiths RD, CJ Hinds, RA Little. Manipulating the metabolic response to Wolfe RR, Martini WZ. Changes in intermediary metabolism in severe sur-
injury. Br Med Bulletin 1999; 55: 181-195. gical illness. World J Surg 2000; 24: 639-47.
H EOSTASIS HI NO: UNA
R XIMACI N BASADA N íA
STE
Alonso Gómez O, MD

Nota introductoria sobre la bibliografía: En este artículo pre- lo hace especialmente capaz de interactuar con los puentes de
sentamos nuestra propia elaboración sobre la temía propues- hidrógeno, ampliamente distribuidos en la naturaleza.
ta por el doctor Stewart y los aportes adicionales de Fencl, El H+ interactúa con los puentes de hidrógeno, disminuye
que han sido elegantemente difundidos por Kellum. Como su fortaleza y amenaza las estructuras que se basan en ellos
quiera que nuestro apoyo bibliográfico se encuentra funda- para mantenerse. Esta capacidad del H+ se debe a que tiene
mentalmente en los escritos de estos 3 autores, el intento de una alta densidad de cm'ga por su baja relación carga-masa, lo
referencim' el texto "como lo manda la ortodoxia" resultó en que le confiere unos campos eléctricos muy grandes.
una reiteración de estos escritos y en casi cada pánafo la re- Por otro lado, el H+ es capaz de interactuar rápidamente
ferencia res ul tan te fue (1-3). con enzimas, receptores celulares, proteínas etc., y por esta
En consecuencia, optamos por presentar la bibliografía vía, alterar muchas de las reacciones bioquímicas normales.
en forma menos ortodoxa, simplemente referenciándolas al Además, las fluctuaciones de la [H+] intracelular tiene
final del artículo. Aspiro a que este "pecado" no demerite la grandes efectos sobre el desempeño celular, quizás por al-
credibilidad del texto y logre el beneplácito del lector. teración de la carga proteica, afectando así la estructura y
La concentración del ióh hidrógeno ([H+]), cuyo valor nor- función celular (Kellum) (figura 1).
mal es de 40 nmol/L y que origina un pH de 7,4, es finamente Estas nociones han llevado a una preocupación constante
regulada por el organismo. Un fenómeno interesante es que, por parte del clínico sobre las causas de las variaciones en
el organismo mantiene la [H+] en un rango de concentración la [H+], preocupación ésta que se extiende hasta finales del
nanomolar (36-43 nmol/L), mientras que la mayoría de los siglo XIX.
demás iones son regulados en un rango de concentración mi- A comienzos del siglo XX, se populm'izó la teoría de
limo lar. (Kellum) En otros términos, una vm'iación de Na de Bronsted-Lowry que concibe a los ácidos y las bases como
1 mili equivalente (1 millón de nanoequivalentes o nanomo- donadores y aceptores de protones respectivamente. A paltir
les) no origina cambios homeostáticos importantes, mientras de ella, Henderson inicialmente y más tal'de Hasselba1ch esta-
que la variación en la [H+] de 40 nanomoles (40 millonésimas blecieron su concepción de equilibrio ácido base, entendiendo
partes de un miliequivalente), puede ser catastrófica para el la [H+] como fruto de la relación entre ácidos y bases, creando
organismo (figura 1). entonces la muy famosa ecuación de Henderson-Hasselbalch,
a paltir de la cual, el bicarbonato se aceptó como uno de los
elementos centrales en la regulación de la [H+].
Con base en estos postulados, se aceptó la noción de que
el H ingresa al organismo y es eliminadO'a través del riñón.
Durante su "paso" por el organismo, su concentración es re-
gulada por el bicarbonato quien se encarga de "taponm'" el
exceso eventual en la[H+], gracias a mecanismos de reabsor-
ción y regeneración de bicarbonato, creados en el riñón y el
estómago (figuras 2a, 2b, 2c).
Este enfoque tiene, sin embargo, algunas deficiencias, tal
como lo señala Fenol (2). En primer lugar, no ofrece ningu-
na definición de neutralidad química, definida como [H+] =
[OH-] en los sistemas acuosos y cuya noción es esencial para
la interpretación de algunos fenómenos ácido base en bio-
Figura 1. Regulación del ión hidrógeno (W) por el organismo. logía. Por otro lado, esta aproximación, que pm'ece útil para
análisis del equilibrio dentro de un sistema único, homogé-
Una razón para que la [H+] sea tan finamente regulada es neo, no es adecuada pm'a el análisis de las interacciones ácido
la alta densidad de carga del ión H, que se debe a su alta rela- base entre diferentes compartimeptos, a través de membranas
ción entre la carga y la masa del mismo. Esta alta densidad de biológicas, como sucede en los organismos biológicos (figu-
carga le confiere al H unos campos eléctricos muy grandes y ras 2a, 2b, 2c).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

LA CONCENTRACiÓN DEH+
NO DEPENDE NI DE LA ADICiÓN
NI DELA SUSTRACCiÓN DE
ION H DE LA SOLUCiÓN
EN tccJ1EJUG()GÁST~I~O<pH3
HAY 1.000 nmolDE H+
EL ESTÓMAGO:

NO SACAH+ DELLEC
PARA PRODUCIR
ELHCl EN{EL'ADUl.rq"NoRMA~":~
ELVOlUMEN¡DELLE(!>ESY14l:"

EL'CONTSNlocrIOTf\LDE I-It~DELbEC
ES560limol
~ _.' ~_ ._._.c. {~~Lr:'~I!!~I!~~~J~~I:-)~~,, _____ .~_,.__

tLIJESUcciéNGÁstRICA':3
"SACARíA" H~:ENC.ANIIÓ;A.[)
Figuras 2a, 2b, 2e. Regulación del H+ por el estómago y el riñón. EQUIVALENTEA'1.780¡VE~ES·
LO QUE CONTIENE'Et LJ5C j••..

El trabajo de Stewart (1) ha permitido cuestionar algunos


de los postulados centrales de la teoría actual sobre el equili-
brio ácido base (EAB). Algunos de estos cuestionamientos se Figuras 3a, 3b, 3e. Concentración de H+ en el estómago y LEC.
pueden resumir así: estos 3 planteamientos pueden dejarnos
verdaderamente sorprendidos. Pareciera que todo nuestro co- Ejemplo 2: Se acepta que el HC0 3- "tapona" el exceso de
nocimiento sobre el equilibrio ácido base fuera, por decir lo H+ en el LEC en proporción 1: 1 (nanomol a nanomol). Vea-
menos, insuficiente. mos en detalle algunos datos cuantitativos (figuras 4a, 4b).
Sin embargo, las demostraciones de Stewart, así como las Estos cálculos nos dejan algunas inquietudes: ¿cómo ex-
discusiones de Kellum y Fencl, son contundentes en afirmar plicar la recomendación de aplicar lcc/kg de bicarbonato
que ha llegado el momento de revisar cada uno de los con- para "taponar" un pH de 7,0? ¿Por qué, nadie"C{~e, ni en la
ceptos con los que veníamos trabajando. clínica se comprueba que para "taponar" un pH de 7,0 se
Dos ejemplos que a continuación exponemos, nos permi- requieren solamente 0,00084 mI d~ bicarbonato? (figuras 4a,
ten reflexionar un poco sobre la verdadera utilidad del enfo- 4b) ¿Cuál es la explicación? ¿Será que la teoría está fallando?
que de Henderson-Hasselbalch. No parece ser cierto el "cuento" del "taponamiento".
Ejemplo 1: Se acepta que el estómago "obtiene" H+ del Los ejemplos anteriores nos llevan a reflexionar sobre la
LEC para producir HCL y le devuelve HC0 3-. Veamos en validez de los criterios derivados de la teoría del EAB basada
detalle algunos datos cuantitativos (Figuras 3a, 3b, 3c). en los postulados de Bronsted-Lowry.
El cálculo descrito nos crea algunas inquietudes: ¿cómo El doctor Peter Stewart realizó un análisis cuantitativo de
"construir" 1 L de HCL si en el LEC sólo hay 560 nmoles de las soluciones biológicas, para tratar de responder a la pre-
H+ disponibles y se requiere una cantidad 1.780 veces ma- gunta "¿de qué depende la [H+] en esta solución?". Para tal
yor? (figuras 3a, 3b, 3c) ¿Por qué, a pesar de las cifras, una efecto, aplicó los principios físico-químicos fundamentales
succión de 1 L no ocasiona cambios mayores en un paciente? de las soluciones iónicas, utilizó el método algebraico para
¿Cuál es la explicación? ¿Será que la teoría está fallando? No cuantificar los cambios que en ellas suceden y derivó su teo-
parece ser cierto que el estómago "extrae" H+ del LEC. ría cuantitativa, que publicó en su libro Modern quantitative
5/ HOMEOSTASIS DEL HIDRÓGENO: UNA APROXIMACiÓN BASADA EN LA TEORíA DE STEWART

acid-base chemistry, que resumió elegantemente en un ar- ello implica que en una solución con vruios mecanismos en in-
tículo con el mismo nombre publicado en la revista Can J teracción, los cambios que se suceden en esta solución deben
Physiol Pharmacol1983; 61: 1444-61. ser comprendidos en función de todos los agentes que interac-
túan y no en función de uno solo. En la práctica, esto signiijca
que, en el análisis del estado ácido base, la evaluación será in-
suficiente y por lo tanto inconecta cuando solo consideramos el
H+ o el HC0 3- como únicos condicionantes de dicho estado.
El análisis conecto implica tener en cuenta todos los com-
ponentes de la solución, so pena de incunir en errores de in-
terpretación, como parece haber sucedido en el último siglo.
Dentro de esta misma concepción de sistema, es entonces
imperativo considerar los principios de disociación y de elec-
troneutralidad cuando enfrentamos el análisis de las solucio-
nes biológicas complejas (figura 6).

PARA~tT~lVIjPbN~R"
860 1nl1101 DEH+
Figura 6. Equilibrio de disociación y electroneutralidad.
SE~E:QUIE.Rt;N
8.6~·4ccDENaHeO:3
En la fórmula se observa que la masa de los componentes
permanece constante, lo que también se conoce como el prin-
Figuras 4a, 4b. Taponamiento de H+ con bicarbonato. cipio de conservación de la masa.
La omisión del equilibrio eléctrico nos induce a errores en
Los principios fundamentales de las soluciones pueden la interpretación del comportamiento de la solución, conside-
concebirse como "normas" que deben ser cumplidas por las ración ésta que no ha sido hecha en el análisis tradicional del
soluciones biológicas. Son postulados que SIEMPRE SE equilibrio ácido base.
CUMPLEN (figura 5). En esencia, el trabajo de Stewrut consistió en aplicar las
ecuaciones fundamentales de los equilibrios de disociación y
eléctrico para calcular los determinantes de la concentración
de ión hidrógeno en soluciones cada veZ más complejas así:
agua pura, agua + iones fuertes; agua + io~~sfueltes + ácidos
débiles; agua + iones fuerteS + ácidos débiles + CO2• En la fi-
gura se resume el pro5eso en el caso del agua pura (figura 7).

< ' ,~

~UN.EJEMPLOENELAGUAPURA·

EqVI~I~Rjº/;I,¡.§Cj:R'Qº
~ :.~,~~iÉh~YiftgfJ~~J!]~~!:-t~~lt~¿;~~~ IH20 I~I [H+] + [OH-] I
I H20 I ~ Ik x [H+] x [OH-11
Figura 5. Principios físico-químicos de las soluciones.
I [H+] I ~ llQ!ill
Si estos principios no son tenidos en cuenta en el análisis de
la solución, será enada nuestra comprensión de la misma.
La noción de "Sistema" aplicada a las soluciones nos perrni-
te ampliar nuestro conocimiento sobre las mismas. En efecto, Figura 7. Equilibrio de disociación y neutralidad en el agua pura.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Nótese que la ecuación final ([H+] = k' x [H2 0]) es el re- de independientes varían primariamente y son las responsa-
sultado de considerar simultáneamente los equilibrios de di- bles de los cambios observados en el grupo de variables de-
sociación y de neutralidad. En este caso, la fórmula del equi- pendientes (figuras lOa, lOb).
librio de neutralidad permite reemplazar el valor de [OH-] en
la fórmula del equilibrio de disociación, con lo que se logra
la ecuación final en la cual se observa que la concentración CAMBIO EN CAMBIO EN
de H+ en el agua pura depende de la constante k' y la concen- LAS VARIABLES LAS VARIABLES
tración de agua en ella, en momentos en los que la [H+] es INDEPENDIENTES DEPENDIENTES
igual a la [OH-]. ..
Dejando de lado el proceso metodológico, revisemos un CAMBIO EN rÑl~ CAMBIO EN
poco los principales hallazgos del trabajo de Stewart, tal LAS VARIABLES [QJv-
LAS VARIABLES
como los comprendemos (figura 8). INDEPENDIENTES DEPENDIENTES

SI OBSERVAMOSUN~AME3IºENl.AS
VARIABLES DEPENDIENTES
EN LAS SOLUCIONES BIOLÓGICAS
EXISTEN DOS GRUPOS DE VARIABLES:

VARIABLES VARIABLES
INDEPENDIENTES DEPENDIENTES

VARIACIÓ
SECUNDAR

Figura 8. Hallazgos de Stewart. Figuras 9a, 9b. Cambios en las variables dependientes e independientes.

Trataremos de hacer una exposición sencilla, incluso a


costa de la exactitud, con el propósito de ofrecer los elemen- LAS VARIABLES. INDEPENDIENTES
tos centrales de la teoría. Aspiramos, sin embargo, a que el
lector re CUlTa a las fuentes originales citadas en la bibliogra- D D D
fía, en aras de una mayor profundización en el tema. LA DIFERENCIA LOS ÁCIDOS
El haber determinado que existen dos tipos de variables EL C02 DE DÉBILES
IONES FUERTES NO VOLÁTILES
en las soluciones biológicas es esencial para la compren-
sión de los cambios que se suceden en la concentración del
ión hidrógeno. ¡p¿o21¡ D~F I -¡2p:1
Las variables dependientes se denominan así porque sus
cambios son siempre secundarios, es decir, cambian su con-
centración solamente cuando han variado las variables inde-
pendientes (figuras 9a, 9b).
Cuando una variable independiente sufre un cambio en su
concentración, ocasiona un cambio en la concentración de
las variables dependientes. Por supuesto que las variables de-
pendientes no son susceptibles de variación autónoma y por
tanto no es dable pensar que su cambio modifique la concen-
tración de las variables independientes. Figuras lOa, 10b. Variables independientes y dependientes.
Esta gráfica nos resume un planteamiento de importancia
capital para la comprensión de la nueva teoría sobre el equi- Veamos ahora en detalle los grupos de variables. Las tres
librio ácido base. variables independientes son las "reguladoras" de la concen-
Como se verá más adelante, este concepto modifica sus- tración de las 6 variables dependientes. Entre estas últimas,
tancialmente el enfoque "tradicional" sobre la causa de los resaltamos al hidrógeno y al bicarbonato.
cambios en las concentraciones de hidrógeno y bicarbonato De acuerdo con lo expuesto, es claro que las variaciones
en las soluciones corporales. en la concentración de H+ y de HC0 3- son secundarias. Es
En resumen, Stewart encontró que en las soluciones bioló- decir que, no es posible concebir una variación autónoma de
gicas existen dos grupos de variables, de las cuales, el grupo estos dos iones, sino que cuando observamos un cambio en
5/ HOMEOSTASIS DEL HIDRÓGENO: UNA APROXIMACiÓN BASADA EN LA TEORíA DE STEWART

la concentración de uno de ellos o de ambos, debemos en- Atot y C0 2 1a afectan en forma directamente proporcional,
tenderla como consecuencia de la variación de alguna de las es decir, cuando su concentración aumenta, también lo hace
variables independientes. la concentración de H+. Por el contrario, cuando la DIF se re-
En otros términos, cuando cambia la concentración de H+ duce, aumenta la concentración de H+, actuando entonce$ en
o deHC0 3', debemos buscar su explicación solamente en un forma inversamente proporcional. Veamos ahora con mayor
cambio en la concentración de la pC0 2, DIF o Atot (figura detalle, cada una de las variables independientes.
11). Diferencia de iones fue11es (DIF): en su trabajo original, en
inglés, Stewart la denomina Strong Ion Difference (SID) y en
realidad es "una variable agrupada". Un ión fuel1e es aquel que
se disocia completamente al entrar en la solución. La DIF es
la carga neta de los iones fuel1es y equivale al valor resultante
de la diferencia entre los cationes fuel1es y los aniones fuer-
tes presentes en la solución y por esa razón señalamos alTiba
que se trata de una "variable agrupada", fruto del ingenio de
Stewm1 pm'a hacer más comprensible el efecto de los iones
fuertes de la solución sobre la concentración de H+.
Los iones fuel1es normales presentes en los líquidos bioló-
gicos son Na+, K+, Ca++, Mg+, Cl- y S04-' Sin embm'go, como
lo señala Stewm1, el Ca++el Mg+, y el SO4 se encuentran en
cantidades muy pequeñas y por tanto pueden desconocerse sin
afectm' la DIF. En consecuencia, aceptamos la D,IF como la
resta de (Na++K+) - Cl-, con un valor normal de 40-42 mEq/L.
Atot o aniones débiles no volátiles, está constituida por
las proteínas de la solución. Sin embargo, como lo señala
Figura 11. Cambios en la conc~ntración de H+. Stewart, las globulinas tienen poco o ningún efecto desde el
punto de vista iónico, de tal manera que es la albúmina el
En las figuras l2a y l2b se observa la relación de cada una componente central de los aniones débiles de las soluciones
de las variables independientes con la concentración de ión corporales.
hidrógeno. Kellum cita los ap011es efectuados por Fencl y señala que el
fosfato debe ser considerado como parte integral de los anio-
nes débiles no volátiles (Atot). De acuerdo con este último
[)IE :: pIEE~I§~~I~~[)I§~º_~§~!~I§~I[;~·1 autor, consideramos entonces que Atot está constituida por la
. . (SlQ:i:::.:.ST.R~NGJºJ~J:)lE.FJ;BJ;.N~ELI albúmina y el fosfato presentes en la solución (figura 13) .

Figura 13. Componentes de los iones débiles (ATOT).

El CO 2 no requiere mayor discusión. En efecto, es am-


pliamente conocido el concepto de que el CO 2 disuelto en la
solución afecta la concentración del ión H+. Así, la pC0 2 se
constituye en la 3a variable independiente y que en conjunto
con Atot y la DIF, son los condicionantes de la concentración
de H+ en las soluciones biológicas.
En resumen, de acuerdo con los hallazgos de Stewm't, el
Figuras 12a, 12b. Variables independientes en relación con la concentración H+ es una vm'iable secundaria y su concentración en los lí-
del ión hidrógeno.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

quidos biológicos está determinada por las tres variables in- El concepto vigente se resume en la figura 15. El H+ in-
dependientes. gresa al organismo y dentro de él es transportado a través de
No parece entonces viable aceptar que las variaciones en los diferentes compartimientos. En cada compartimiento, el
la concentración del ion H+ sean causadas por un proceso de H+ es "taponado" por el bicarbonato presente. Finalmente, el
adición o sustracción de H+ de las soluciones biológicas. A la H+ es eliminado a través del pulmón, el estómago y el riñón.
luz de la teoría deStewart, debemos buscar la causa de los Estos dos últimos órganos se encargan además de reingresar
cambios en la concentración de H+ en la pC0 2, Atot y DIF. el bicarbonato al organismo.
Ahora bien, si la hipótesis de adición y sustracción de H+
de la solución no tiene soporte según los hallazgos de Stewart,
debemos entonces preguntarnos, ¿cóomo hacen, las variables
independientes para afectar la concentración de H+?
La figura 14 muestra el esquema de una hipótesis plausi-
ble a nuestro juicio. Las variables independientes (C0 2 , DIF
y Atot) inducirían disociación o asociación del agua, con lo
que ésta "liberaría" H+ a la solución.

Figura 15. Taponamiento del H+ en el organismo.

La nueva teoría nos dice que en realidad, el H+ no es trans-


portado de compartimiento en compartimiento, sino que en
cada uno, son las variables independientes las que condicio-
nan su concentración. En otros términos, cada compartimien-
Figura 14. Disociación del agua. to determina "su propia concentración" de H+ de acuerdo con
el valor de sus variables independientes, que se encargan de
En efecto, tal como lo señala Kellum, el H+ presente en la inducir cambios en la disociación del agua.
solución es el producto de la disociación del agua presente Por otro lado, el concepto de "taponamiento" del H+ por
en ella. el HC0 3- no parece ajustarse a la realidad. En efecto, dado
Lo que parece suceder es que los cambios producidos en que el bicarbonato también es una variable dependiente, los
la carga neta como consecuencia de las modificaciones en las cambios en su concentración deben entenderse como conse-
variables independientes son "compensados" eléctricamente cuencia de la variación de las variables independientes y no
por las variables secundarias. como fruto de su interacción con el H+. En otros términos,
En términos más simples, aunque quizás menos precisos, cuando observamos una variación en el H+, el cambio simul-
los cambios en las variables secundarias, dentro de las cua- táneo en la concentración de bicarbonato es u¿-'fenómeno
les destacan el H+ y el HC0 3 son fenómenos destinados a acompañante, cuyo origen es el mismo que causó el cambio
mantener la neutralidad eléctrica de la solución, alterada por en el H+, es decir la modificación en alguna de las variables
modificaciones primarias en las variables independientes. independientes.
A la luz de estos conceptos, es posible establecer una hipóte- Los cambios en las concentraciones de H+ y de HC03- son
sis diferente a la imperante, sobre los procesos que se suceden en entonces secundarios, y simultáneos. Esta simultaneidad del
el organismo, a propósito de la homeostasis del ión hidrógeno. cambio Oligina la idea errónea de que modifican su concen-
Acostumbrados como estamos a entender las variaciones tración como consecuencia de una interacción entre ellos, lo
del ión hidrógeno como fruto de su interacción con el bicar- que incluso puede guardar una relación matemática. Sin em-
bonato, parece ser que debemos ahora aceptar que esta no- bargo, esta relación matemática que puede comprobarse con la
ción es "metafórica". Dado que estos dos iones corresponden ecuación de Henderson-Hasselba1ch, no implica una relación
al grupo de variables secundarias, no pueden variar prima- causal. Es simplemente el fruto de la simultaneidad promovida
riamente ni como fruto de su interacción, sino que son mo- por el principio de electroneutralidad, cuyo origen, como se
dificaciones que suceden como consecuencia de los cambios dijo está en los cambios en las variables independientes.
de las variables primarias y tienden a mantener el equilibrio Para recapitular, digamos entonces ql~e no existe apoyo
eléctrico de la solución. para la idea de que el H+ entra al organismo, "es trasteado"

90
5/ HOMEOSTASIS DEL HIDRÓGENO: UNA APROXIMACiÓN BASADA EN LA TEORíA DE STEWART

por sus compartimentos y eliminado. por el riñón y el estó- pmtimentos, no podrá entonces establecer diferencias entre
mago. Tampoco parece aceptable que en su "paseo" por el ellos y por tanto tampoco es una explicación lógica para ex-
organismo, el H+ es "taponado" por el bicarbonato. Lo que plicar las diferencias en la concentración de H+ en los otros
en realidad parece suceder es que la concentración de H+ está compartimentos.
determinada, en cada compartimiento, por la concentración Queda entonces la DIF, como la única variable indepen-
de las variables independientes existentes en él (figura 16). diente que puede cambiar su concentración en forma dife-
rencial en cada compartimiento, y es precisamente ésta, la
respuesta a la pregunta inicial. En efecto, la concentración
de iones fuertes puede ser muy diferente en el plasma, en
el riñón y en el estómago y por lo tanto, condicionar una
concentración diferente de H+ en estos compartimentos. Este
concepto está representado en nuestra figura por los diferen-
tes tamaños de la DIF y por supuesto, por los diferentes "ta-
maños" de la concentración de H+ ([H+]).
En conclusión, podemos decir que la diferencia de la [H+]
que se observa entre los diferentes compartimentos del or-
ganismo, se origina en la variación de la DIF que ocurre, en
forma independiente en cada uno de ellos.
Como consecuencia de las consideraciones hechas, es
Figura 16. Concentración de H+ y de las variables independientes. necesario revisar los conceptos sobre la interacción entre el
riñón y el plasma, así como aquella que se presenta entre el
Podemos ahora preguntarnos ¿cómo se establecen enton- estómago y el plasma.
ces las diferencias de concentración de H+ entre los diferentes Comencemos analizando la interacción entre el riñón y el
compmtimientos? Es decir¡ si no existe un traslado de H+ entre plasma sanguíneo (compmtimiento renal y compmtimiento
los compmtimientos que explique sus diferencias, ¿cuál es el intravascular). La figura esquematiza dos hipótesis. La teoría
mecanismo por el cual se establecen las diferencias observadas "vigente", en la parte superior, muestra un riñón que "extrae"
en la clínica? En la figura 17, se esquematiza nuestra compren- H+ de la sangre y lo elimina a través de la diuresis, acidifican-
sión sobre la respuesta a esta interesante pregunta. do la orina. Simultáneamente, mediante los mecanismos de
La figura 17 pretende mostrar 3 compartimientos inde- "reabsorción y regeneración" de bicarbonato, "se lo devuel-
pendientes del organismo, el primero de los cuales sería el ve" al plasma para que allí "cumpla sus funciones de taponar
intravascular. En forma similar, muestra las 3 variables inde- el exceso de H+", controlando así el pH sanguíneo.
pendientes, responsables de la concentración de H+. En la pmte inferior de la figura se representa la teOlia de
Stewart. Como puede observarse, lo que en efecto sucede es
que el riñón modifica la concentración plasmática de los iones
fueltes, mecanismo éste que modifica la DIF en la sangre y de
este cambio resultan a su vez los cambios en la concentración
del ión hidrógeno sanguíneo, que por supuesto, se acompañan
de cambios en la concentración de HC03- (figura 18).
"

Figura 17. Concentración de H+ en los compartimientos.

La gran difusibilidad del CO 2 le permite "atravesar" en


forma inmediata todos los compartimentos, de tal manera
que no se establece ninguna diferencia en la pC0 2 entre ellos.
Ahora, como la pCO? se iguala en ellos, no es posible expli-
car por este mecanismo, una diferencia en la concentración
de H+ entre los compartimentos.
Atot es una variable constituida principalmente por la
albúmina y por tanto se restringe al espacio intravascular. Figura 18. Teoría vigente (superior) y teoría de Stewart (inferior).
Como las proteínas no difunden libremente a los otros com-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

En forma similar, el pH de la orina no es el prOducto de la En la variación de una o más de éstas encontraremos la causa
adición del H+ proveniente de la sangre, sino de la variación de la alteración del pH. Enfaticemos que sólo en la variación
de la DIF en la orina, cambio éste capaz de modificar su con- de una o varias de las variables independientes, podemos en-
centración de H+. contrar la causa del cambio en el pH.
Procederemos en forma similar para el análisis de la in-
teracción entre el estómago y el espacio intravascular (com-
partimiento gástrico y compartimiento vascular). En la parte
superior de la figura se esquematiza la teoría "tradicional".
El estómago "extrae" H+ del compartimiento vascular para
formar el HCl. Simultáneamente, le "aporta" bicarbonato a
la circulación, el cual, al ingresar en ella, "tapona" el ión H+,
disminuye su concentración y consecuentemente eleva el pH
produciendo la alcalosis postprandial, también denominada
marea alcalina.
Según la teoría de Stewart, el mecanismo fundamental
para la elaboración de HCl es la extracción de Cl- desde el
compartimiento vascular. El exceso de Cl en la luz intestinal
reduce la DIF y, por este mecanismo aumenta la concentra-
ción luminal de H+, formándose así el HCl (figura 19).
Figura 20. Variaciones del pH y de las variables independientes.

Los conceptos hasta el momento discutidos permiten derivar


el papel central de las variables independientes en el análisis
de los condicionantes de la concentración del ión hidrógeno.
Quizás, entre ellas, la DIF es el concepto más novedoso y por
ello, pasaremos ahora a discutirla con mayor detalle.
Parece oportuno señalar que, hasta el momento, y en aras
de una mayor claridad, hemos omitido deliberadamente algu-
nos elementos que, expresados en esta parte del documento,
permitirán ampliar la noción de la DIF.
Hemos establecido hasta el momento que la diferencia de
iones fuertes cOlTesponde a la carga neta de los iones fuertes
presentes en la solución y que para el caso del organismo, en
condiciones de normalidad, es equivalente a (Na+ + K+) - Cl-,.
Agreguemos ahora que, en situaciones anormales, pueden
Figura 19. Teoría tradicional (superior) y teoría de Stewart (inferior). aparecer, en las soluciones corporales, algunos aniones fuer-
tes que, cuando están presentes entran a ser parte de la DIF,
A su vez, la salida de Cl- del compartimiento vascular, precisamente por tratarse de iones fuertes.
aumenta en éste la DIF, y como consecuencia de ello, se au- Veamos estos conceptos con un poco más de Qetalle. Una
menta la DIF intravascular, reduciéndose subsecuentemente de las consecuencias de la hipoperfusión tisular"es la pro-
la concentración de H+ y produciendo, por este mecanismo, ducción de ácido láctico, sustancia'que tiene la propiedad de
la marea alcalina. disociarse completamente, liberando lactato en la solución.
Recapitulemos lo discutido hasta el momento: entre otros, En forma similar, en caso's de descompensación diabética,
los iones hidrógeno y bicarbonato son variables secundarias se generan cuerpos cetónicos que también tienen la propie-
y por tanto, su concentración en los líquidos corporales está dad de disociarse completamente.
determinada por las tres variables independientes: pC0 2, Como el lactato y las cetonas se disocian completamente,
Atot y DIF. En consonancia con ello, cuando encontramos son iones fuertes. Ahora, por definición, la DIF es la carga
una variación en la concentración del ión H+, debemos buscar neta de los iones fuertes presentes en la solución y por lo tan-
su causa en una variación de pC0 2, Atot o DIF. to, estos "nuevos" aniones, entran a modificar la carga neta
Por ejemplo, frente a una reducción del pH (aumento de la de los iones fuertes y por tanto afectan la concentración del
[H+]) en presencia de una pC0 2 y un Atot normales, la única ión hidrógeno (figura 21).
explicación para esta acidosis es una reducción en la DIF. Sin embargo, la definición matemática que hasta ahora
En la figura 20 tratamos de resumir los conceptos. Cuando hemos establecido para la DIF ([Na+ + K~]-CI-) no incluye a
encontramos una alteración del pH en la sangre de nuestro estos nuevos cationes. La consecuencia de esto es la de que,
paciente, el siguiente paso será evaluar la pC0 2, Atot y DIF. en casos de lactacidemia y/o cetonemia, encontraremos una
5/ HOMEOSTASIS DEL HIDRÓGENO: UNA APROXIMACiÓN BASADA EN LA TEORíA DE STEWART

DIF normal (40-42 mEq/L), pero el pH estará bajo, por efec- DIF =(Na+ + K+) - (CI- + La- + Ce' + Otros-)
to de estos aniones no medidos en la fórmula.
Nos hallamos ahora frente a dos fórmulas, cada una de las
cuales trata de estimar la DIF. La DIF aparente (DIFa) mide
ANIONES la carga neta de los iones, considerando, en los aniones, sola-
ORGÁNICOS mente al eL La DIF efectiva (DIFe) considera, además, los
otros aniones posibles en el organismo.
HACEN PARTE DE LA DIF Vale la pena señalar aquí que no existen dos DIF. Lo que
PERO NO APARECEN
sucede es que disponemos de dos formas para aproximarnos
EN EL CÁLCULO
a ella. La DIF es una sola e incluye todos los cationes y anio-
I(DIF = Na+ + K+ - CI-) I nes fuertes, lo que coincide con el concepto de DIFe.
Para medir la DIF (DIFe) debemos entonces cuantificar
NO APARECEN "EN EL todos los iones fuertes. Ahora, como la cuantificación de lac-
CÁLCULO,PEROSí
tato, cetonas, alcohol y sulfato es difícil en la rutina clínica,
INFLUYEN EN LA [H+]
podemos aproximarnos al valor de la DIFe a través del cálcu-
lo de la DIFa, que nos mide "una parte de la DIFe". En esta
Figura 21. Lactato y cetonas son iones fuertes. forma, podemos analizar el equilibrio ácido base en una for-
ma más factible desde el punto de vista clínico. Por supuesto
En ciertos estados patológicos aparecen, en el organismo, que, cuando nos aproximemos a través de la DIFa, debemos
algunos aniones fuertes. La ingesta de alcohol metílico, es recordar que nuestro propósito básico es tratar de conocer la
un ejemplo. Por otro lado, en casos de insuficiencia renal, se DIFe y que para ello, sólo estamos considerando una parte
acumulan sulfatos en el organismo (figura 22). de la misma.
Las figuras 23a y 23b permiten comprender mejor esta
, aproximación. En condiciones normales, el valor de la DIFa
OTROS es igual al de la DIFe porque no existen aniones fuertes di-
ANIONES ferentes al el-o

HACEN PARTE DE LA DIF


PERO NO APARECEN
EN EL CÁLCULO
I(DIF = Na+ + K+ - CI-) I DIF
"APARENTE"
NO APARECEN EN EL
CÁLCULO, PERO sí
INFLUYEN EN LA [H+]

Figura 22. Alcohol y sulfato son aniones fuertes.

Éstos, por su característica de disociarse completamente,


afectan la carga neta de iones fuertes y en consecuencia al-
teran la concentración de H+. Aquí también podemos aplicar
lo discutido para el caso del lactato y las cetonas, es decir,
que modifican el pH, pero no son detectados en la fórmula de
la DIF (Na+ + K+ - en. En este caso tendremos un hallazgo
similar al anterior, es decir tendremos una DIF normal, en
presencia de una acidosis metabólica.
En las figuras 21 y 22 tratamos de resumir la verdadera
dimensión de los aniones fuertes. En condiciones de norma- Figuras 23a, 23b. DIF efectiva y DIF aparente.
lidad, solo el el- está en cantidades suficientes como para
ejercer una acción sobre la carga neta de los iones fuertes. En En presencia de otros aniones fuertes, (lactato, cetonas,
condiciones patológicas, sin embargo, "aparecen" otros anio- sulfato) la DIFe estará reducida, pero ello no podrá ser detec-
nes que pueden alterar dicha carga: lactato, cetonas, alcohol y tado en la DIFa, cuyo valor será mayor. En resumen, la DIF
sulfatos y en consecuencia modificar la [H+]. entendida como la carga neta de los iones fuertes presentes
Las anteriores consideraciones nos permiten ahora recom- en la solución está definida mate1l1áticamente como (Na+ +
poner la fórmula de la DIF, agregándole los aniones que pue- K+) - (el- + La- + ee- + Otros-). Para referirse a ella, Stewart
den aparecer en forma patológica: ha acuñado el término de DIF efectiva (DIFe).
SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 93
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

La DIF aparente (DIFa) es DIF que está conformada por


los electrolitos séricos y que nos permite aproximarnos a la
DIF en una forma más factible clínicamente.
El uso de la DIFa como un instrumento para evaluar el
equilibrio ácido base sin tener que medir algunos aniones de
difícil implementación clínica, requiere de su análisis a la luz
del pH del paciente.
Construyamos ahora algunos escenarios que puedan ayudar
en la comprensión y para ello, establezcamos unas condiciones
que permitan centrar nuestra atención solamente en la DIF.
Recordemos que todas las alteraciones en la [H+] son
debidas a cambios en las concentraciones de pC0 2 , Atot y
DIF. Para los siguientes casos hipotéticos, establezcamos que
pC0 2 y Atot son normales, de tal manera que podamos cen-
trar en la DIF la causa de los cambios eventuales en el pH
del paciente.
En este escenario, el paciente tiene un pH normal y por Figura 25. La DIFa sobreestima el valor de la DIFe.
tanto no ha variado su [H+]. Como la [H+] es normal, es claro
que también son normales los valores de pC0 2, Atot y DIFe Ahora bien, la DIFa, calculada a partir de los electrolitos séri-
(figura 24). cos de este paciente, nos da un valor normal de 40 mEq/L.
Este hallazgo nos coloca en una disyuntiva: o la DIFe es
normal, o la DIFa no la cuantificó con exactitud. Como la
[H+] aumentó y los valores de Atot y pC0 2 son normales, la
única explicación viable para el aumento de la [H+] es una
reducción de la DIFe y por lo tanto tenemos que concluir que
la DIFa está sobreestimando el valor de la DIFe. En otros tér-
minos, podemos decir que, en este paciente existen aniones
fuertes, no cuantificados a través de la DIFa.
Nótese que la clave está en cuantificar la DIFa y analizarla
en función del pH. Para este paciente, la presencia de una
DIFa normal con una [H+] aumentada, nos permite concluir
que la acidosis metabólica es causada por alguno de los anio-
nes fuertes no presentes en la DIFa: lactato, cetonas, sulfato
o alcohol.
Aprovechemos un poco este escenario para indicar cómo
procedemos en la clínica diaria. Un rápido examen clínico y un
valor normal de la creatinina sérica, nos permitirán descartar la
Figura 24. DIFa DIFe. ingesta de alcohol y la insuficiencia renal, con lo que podemos
establecer que la acidosis del paciente sólo puede deberse a
En consecuencia, el valor de la DIFa calculado a partir dos aniones: el lactato o las cetonas. A su vez, la hIstoria clíni-
de los electrolitos séricos tiene que ser igual al valor de la ca y la medición de cetonas en mina nos permitirán descartar
DIFe. Es decir, que el valor de la DIFe del paciente pudo ser la descompensación diabética como causa de la acidosis meta-
determinado mediante el cálculo de la DIFa y por lo tanto po- bólica, dejando claro que el paciente tiene una hiperlactatemia
demos asegurar que nuestro paciente no posee, en su tOlTente que le está generando su acidosis metabólica.
sanguíneo, aniones fuertes diferentes al Cl-. Estos dos casos hipotéticos nos permiten precisar los con-
Esto significa que, para este paciente, podemos afirmar ceptos:
que los valores de lactato, cetonas, alcohol y sulfato son nor- 1. Cuando hablamos de la DIF, nos referimos a la carga
males, incluso sin haberlos medido. En el escenario 2 obser- neta de los iones fuertes cuya definición matemática es la
vamos que el pH ha disminuido y por lo tanto ha aumentado DIFe: (Na+ + K+) - (Cl- + La- + Ce- + alcohol + S04)'
la [H+]. El aumento en la [H+] sólo puede ser explicado por 2. La DIFa (Na+ + K+ - Cn es la carga neta de los electrolitos
cambios en pC0 2 , Atot y/o DIFe. Como hemos establecido plasmáticos y por lo tanto, es una cuantificación incom-
que pC0 2 y Atot son normales, debemos forzosamente acep- pleta de la DIF.
tar que el aumento en la [H+] está siendo producido en este 3. En condiciones normales, como no e:cisten lactato, ceto-
paciente por una reducción de la DIFe (figura 25). nas, alcohol ni sulfato en la circulación, entonces toda la
5/ HOMEOSTASIS DEL HIDRÓGENO: UNA APROXIMACiÓN BASADA EN LA TEORíA DE STEWART

carga neta de los iones fuertes está a cai-go de la DIFa y aumenta la DIFa en tan solo 2 mEq/L, aumento éste que tiene
por tanto, el valor de ésta es igual al valor de la DIFe. un efecto muy modesto sobre la [H+]. Esto contrasta con el
4. En condiciones patológicas sin embargo, la presencia de papel relevante que la teoría "tradicional" atribuye a la hipo-
lactato, cetonas, alcoholo sulfato, reduce la DIFe, en cuyo potasemia en la génesis de ciertas alcalosis metabólicas.
caso el valor de la DIFa será superior al de la DIFe.
5. En la aproximación al diagnóstico, en condiciones de nor-
malidad de peo 2 y Atot, primero calculamos la DIFa y su
valor lo evaluamos en función del pH. Un valor normal
del pH acompañado de una DIFa normal, nos permite de-
clarar la normalidad ácido base, sin investigar más. Un
valor normal de la DIFa acompañado de un pH bajo, nos
induce a pensar, sin duda, que el paciente tiene un exceso
de aniones: lactato, cetonas, alcoholo sulfatos.

A propósito de la DIFa, es conveniente señalar que, como


quiera que representa al menos una parte de la DIFe, su va-
riación puede ser causa de alteraciones en la [H+].
En las figuras 26 y 27 se puede observar este concepto en
forma gráfica. En la figura 26, hemos mantenido constante la
concentración de los cationes (Na+ y K+) Y hemos variado la Figura 27. Variación de la concentración de Na+.
concentración del el-o
Las figuras también nos permiten afirmar que no son las
concentraciones absolutas de los iones fuertes las que deter-
minan los cambios en la [H+]. Debe tenerse en mente que es
la carga neta de todos ellos y por lo tanto la DIFa la que tiene
el papel protagónico en la modificación del pH.
Aprovechemos este último concepto para explicar el efec-
to observado en clínica con el bicarbonato de sodio en la
cOlTección de ciertas acidosis metabólicas y del cloruro de
potasio en la corrección de ciertas alcalosis metabólicas.
euando administramos bicarbonato de sodio estamos
infundiendo Na+, sin su acompañante tradicional, el el-o El
efecto sobre el LEe será el de aumentar la concentración de
Na+, sin aumentar concomitantemente la concentración de
el-o Este aumento aislado de la natremia, aumenta la DIFa y
Figura 26. Variación de la concentración de eL. corrige, por esta vía, el exceso de H+, causante de la acidosis
metabólica. Por otro lado, esta corrección no debe atlibuirse
Podemos observar que la disminudón o el aumento de la al He0 3- aportado con la solución de bicarbonato de sodio,
concentración de el-, sin cambio en la concentración de los puesto que, como se ha discutido reitemdamente, el bicar-
cationes, modifica el valor de la DIFa, lo que a su vez induce bonato es una variable secundaria y com~'tal, su adición o
cambios en la [H+]. sustracción de una solución 'biológica no modifica la [H+].
Así, cuando la concentración de el- disminuye, sin que se Un razonamiento similar puede ser aplicado en los casos
reduzca la concentración de Na, la DIFa se aumenta y origina de la corrección de 6iertas alcalosis metabólicas con la ad-
una reducción en la [H+], produciéndose una alcalosis meta- ministración de cloruro de potasio. En efecto, cuando admi-
bólica. En forma similar, cuando aumenta la concentración nistramos Kel, además del K+, estamos infundiendo el- sin
de el- sin que se aumente la del Na+, se reducirá la DIFa, el acompañante tradicional, el Na+. Este aumento aislado de
indudrá un aumento en la [H+] y producirá una acidosis me- la cloremia, reduce la DIFa e induce una corrección de la
tabólica. En la figura 27 hemos mantenido constante la con- alcalosis metabólica.
centración de el- y hemos variado la concentración de Na+. Para cerrar el tema de la DIFa consideremos el efecto que
Se puede observar que la variación en la concentración de tiene la cantidad de agua presente en la solución, sobre la
Na+ sin cambio en la concentración de el-, también modifica concentración de los electro lito s y sobre la carga neta de los
la DIFa y por ende induce cambios en la [H+] y en el estado iones fuertes.
ácido base. En la figura 28 esquematizamos a un adulto normal de 70
Por lo demás, debe notarse el papel secundario del po- kg, cuyo contenido de agua en el ,LEe es de 14 L (20% del
tasio. En efecto, una reducción del K+ desde 4 a 2 mEq/L peso del cuerpo). Si multiplicamos la concentración de sus

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 95


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

electrolitos por el agua del LEC, obtendremos el contenido Para finalizar, creo conveniente advertir que el concepto de
total de cada uno de los electrolitos en el espacio extracelular. DIFa nada tiene que ver con el de "Anion Gap" y no debe ser
Como era de esperarse, la DIFa es normal (40 mEq/L). confundido con este último. En efecto, el "Anion Gap" cuya
definición matemática es (Na+ + K+) - (Cl- + HC0 3-) incluye
una variable secundaria (el bicarbonato). Hemos insistido a
lo largo del texto y ahora reiteramos que las variables se-
HIDRATACiÓN: Normal cundarias no son susceptibles de variación espontánea y por
AGUADELLEC =14L tanto su inclusión como explicación a un desequilibrio ácido
=
Na· Sérico 140 mEq/L base no es exacta. En consecuencia, este parámetro no puede
K ~érico .= 4 m Eq/l. utilizarse como indicador de la carga neta de iones fuertes en
CISérico:= 104rnEq/L la solución.

=
.Na Total 1.960 rn E9.{140111.t;qlI..X14L)
K Total =
56mEq.(41T1.Eq/~x~.4'-.}
~!!~té!!~::_1·~~Q~I!I§~Ef1g~_rn.~qLl:~.!~~t .

DIFa =40rnEq/L(140+4:1Ó41.

Figura 28. DIFa: Normal.

En la figura 29, este adulto "ha perdido" 2 L de agua pura


del LEC, pero no ha perdido electrolitos. Al dividir el conte-
nido total de cada uno de los el~ctrolitos por el nuevo volu- DIFa =34. 7rnEqlL(122;5+3.2-91.0)
men del LEC (12 L), encontramos la concentración de cada
uno de ellos, tal como se observa en la figura. Con la sus-
tracción de agua, la concentración de electrolitos aumenta, Figura 30. Acidosis metabólica.
pero no en igual forma para cada uno de ellos lo que resulta
en un aumento de la DIF a 46,6, induciéndose un estado de Pasemos ahora a discutir las alteraciones de la DIF, con-
alcalosis metabólica. siderada en su totalidad (DIFe). En la siguiente figura hemos
resumido la propuesta de Fencl, publicada por este autor. La
figura 31 muestra que los cambios en la DIFe pueden ser se-
cundarios al contenido de agua o al de los iones fuertes. El
mecanismo de adición o sustracción de agua pura ya fue am-
pliamente discutido.
HIDRATAéIÓN:-2L de agua.pllra
AGUA DELLEC .=12L ..................... ': ..' ...•.... '.......'
Na Sérico = .163.3 f'1Eq/L(1960Jll~qI12L)
.KSérico ... =' . 4.6 rnEq/L(56 mEq /12t.)
.CISérico· =121~3.·mEq/L(145~~mEq/.12L)

C~E~AGlúq'
ALCA-~F!~ltÓE"~~ü~1
LOSIS .". ]CQnp~nf~aciqn)1

Figura 29. Alcalosis metabólica.

Finalmente, si agregamos 2 L de agua al adulto normal,


bajarán las concentraciones de electrolitos, pero dado que Figura 31. Alteraciones de la DIFe.
esta reducción no es igual para todos, la DIF se reduce a 34,7
y se induce un estado de acidosis metabólica (figura 30). Para el caso de los iones fuertes, es necesario enfatizar
La alcalosis metabólica originada en la sustracción de agua la importancia de la carga neta, en lugar de centrarse en su
pura del organismo se denomina alcalosis por contracción y concentración absoluta.
la acidosis secundaria al exceso de agua pura en el organismo A partir de los conocimientos aportados por las investi-
se denomina acidosis dilucional. Estos fenómenos se corri- gaciones de Stewart hemos cambiado nuestra clasificación
gen agregando o sustrayendo agua libre del organismo. de las alteraciones ácido base. En nuestro ejercicio clínico
5/ HOMEOSTASIS DEL HIDRÓGENO: UNA APROXIMACiÓN BASADA EN LA TEORíA DE STEWART

hemos adoptado la clasificación propuesta por Fencl y que Finalicemos ahora estas notas fisiopatológicas con un re-
resumimos en la figura 32. sumen de los elementos centrales sobre los determinantes de
la concentración del ión hidrógeno.
La figura 33 resume lo que sucede en condiciones nor-
males.

Figura 32. Alteraciones ácido-base. Respiratorias y metabólicas.

Como se observa en la figura, el concepto correspondiente


a las alteraciones respiratorias no se modifica con la nueva
teoría. La disminución y el aumento de la pCO') originan Figura 33. Determinantes de la concentración de H+, en condiciones nor-
cambios en la [H+] produciendo alcalosis o acidosis respira- males.
torias, respectivamente.
El cambio fundamental se observa en las alteraciones me- La [H+] está determinada por las variables independientes
tabólicas. En efecto, ahora en dos grandes grupos: las debi- DIF, Atot y pC0 2 • La pC0 2 está regulada por la actividad
das a cambios en la DIF y las originadas en cambios de la pulmonar. En la regulación de la DIF se encuentran compro-
concentración de Atot. metidos el riñón y el estómago, que a través del intercambio
Cuando la DIF aumenta, se reduce la [H+] y se origina una de electrolitos determinan la DIFa. El hígado se encarga del
alcalosis metabólica. A su vez, si la DIF se reduce, el aumen- aporte de albúmina, principal componente de Atot.
to subsiguiente en la [H+] produce una acidosis metabólica. En condiciones normales, la concentración del ión hidró-
Nótese que cuando hablamos de la DIF hacemos referencia geno, está regulada por la acción integrada del pulmón, el
a la DIFe, que en su definición incluye a la DIFa y que los estómago, el hígado y el riñón. La figura 34 esquematiza lo
cambios en esta última pueden ser comprendidos en la mis- que sucede en condiciones patológicas.
ma dirección. Esto se debe a que la carga neta de los iones
fuertes puede ser alterada tanto por el Cl- como por los otros
aniones en forma independiente.
Otro tanto sucede con Atot. En efecto, su aumento o dismi-
nución originan acidosis o alcalosis metabólica. En el caso de
la albúmina, el concepto es claro, aunque en clínica, como lo
señalan Stewart y Kellum, el hallazgo de una hiperalbuminemia
causante de acidosis metabólica es extremadamente raro. Más
frecuente es observar el caso de la hipoalbuminemia causando
alcalosis metabólica y aunque Schilting (4) rechaza enfática-
mente la existencia de este fenómeno, hemos acogido los con-
ceptos de Stewart, Kellum y Fencl quienes lo defienden (1-3).
Quiero llamar la atención sobre la "ausencia" de alcalosis
metabólica producida por hipofosfatemia, tal como se obser-
va en nuestra figura resumen. Sucede que la concentración
normal de fosfato es baja (cercana a 1 mmol/L) y por tanto
una disminución de su concentración poco afectará el estado
ácido base. Sin embargo, como sucede en las insuficiencias
Figura 34. Determinantes de la [H+] en condiciones patológicas.
renales, la elevación del fosfato es fuente y explicación, al
menos en parte, de la acidosis metabólica que se presenta en
El pulmón disfuncionante es incapaz de mantener la pC0 2
esta enfermedad.
yen consecuencia altera la [H+].
SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 97
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Cuando el riñón disfunciona, además de los trastornos que


pueda ocasionar en la concentración de los electrolitos, co-
mienza a retener sulfatos y fosfato.
El acúmulo de sulfato reduce la DIF, porque éste es un
anión fuerte y por lo tanto aumenta la carga de aniones. Este pC02 ALCALOSIS RESPIRA TORI
fenómeno ocasiona acidosis metabólica. Además, el aumento
del fosfato circulante va a incrementar Atot y por este meca-
nismo aumenta la [H+] y genera acidosis metabólica.
ALBÚMINA JI ALCALOSIS METABÓLICA
Por otro lado, la insuficiencia cardiovascular, sea por falla
cardíaca o por déficit de volumen circulante, disminuye el ALCALOSIS METABÓLICA
aporte de 02 a los tejidos y por este mecanismo puede ori- I IONES 1 INa+lt [ID
ginar un aumento del lactato circulante. Este aumento del
lactato actúa reduciendo la DIF, pues también se trata de un IAGUAI
ión fuerte. La consecuencia previsible es un incremento en la
[H+] y acidosis metabólica. Figura 36. pHi Alcalosis respiratoria y metabólica.
En casos de insuficiencia pancreática, puede producirse
una descompensación diabética que aporta cetonas a la cir-
culación. Las cetonas, como iones fuertes, también afectan
la DIF, pues al aumentar los aniones fuertes, la reducen. La
consecuencia sobre el equilibrio ácido base es un aumento de
la [H+], con acidosis metabólica.
pC02 ti ACIDOSIS RESPIRATORIAI
En la figura 35 se combinan los mecanismos normales con ALBÚMINAtl ACIDOSIS METABÓLICA
los procesos anormales de afectan la [H+]. FOSFATO ti ACIDOSIS METABÓLICA

ACIDOSIS METABÓLICA
'-[-D-IF-a~,1 [ cl-tl~
r-:=-:l~[0
I___~~~ [_Sulfato-ti r-I -A-Ic-o-h-o-I-t":"l

"Ir:
T
O Figura 37. pHi =Acidosis respiratoria y metabólica.

t"'·· El pH elevado es consecuencia de una disminución de la


[H+]. Para averiguar la causa del trastorno, buscamos en las
variables independientes: pCO'), Atot y DIF.
Si la pC0 2 se encuentra por- debajo de lo normal, nuestro
diagnóstico será el de una alcalosis respiratoria.
Si la pCO')- no está baja, pasaremos a analizar~Atot. Como
Atot está conformado por albúmina y fosfato, y como la re-
ducción del fosfato en la práctica no ocasiona ningún trastor-
Figura 35. Mecanismos normales y anormales que afectan la [H+]. no, buscaremos en la albúmina la causa de la alcalosis. Si en
efecto, la albúmina está baja, nuestro diagnóstico será el de
Las flechas blancas representan los mecanismos norma- una alcalosis metabólica asociada a hipoalbuminemia.
les de regulación de las variables independientes. Las flechas Si la albúmina es normal, descartamos Atot como causa
en gris representan los mecanismos anormales que surgen a del trastorno y entonces pasaremos a analizar la DIF. Vale
propósito de la enfermedad y que afectan las variables inde- la pena señalar que, en casos de alcalosis, basta con evaluar
pendientes. la DIFa porque como los aniones orgánicos no están nor-
Dedicaremos ahora algunos páuafos a ilustrar cómo uti- malmente presentes, no es posible producir, por efecto de
lizar en la práctica los conceptos de la teoría de Stewart para su reducción, una alcalosis metabólica. Si la DIFa es > 42
analizar el estado ácido base en las soluciones biológicas. mEq/L, haremos el diagnóstico de alcalosis metabólica por
El primer paso consiste en mirar el pH para evaluar si hay DIF aumentada. En este caso, podemos avanzar aún más. En
alguna modificación. En las figuras 36 y 37 que a continua- efecto, el aumento aislado de la natremia o la reducción ais-
ción aparecen se resume el proceso. y
lada de la cloremia, aumentan la DIFa producen alcalosis
5/ HOMEOSTASIS DEL HIDRÓGENO: UNA APROXIMACiÓN BASADA EN LA TEORíA DE STEWART

metabólica. Por otro lado, la pérdida de agua libre aumenta, Finalmente, si el paciente no ha ingerido alcohol, ni tiene
en forma diferencial, las concentraciones del Na+ y del Cl-, insuficiencia renal, ni una cetoacidosis diabética, bien pode-
con el subsiguiente aumento de la DIFa, reducción de la [H+] mos decir que nuestro paciente tiene una acidosis metabólica
y producción de alcalosis metabólica. asociada a hiperlactatemia. i

Cuando el pH se reduce, nos indica un aumento de la [H+]. Veamos ahora la forma como hemos introducido en nues-
En el proceso de conocer la causa del trastorno, buscamos en tra práctica clínica diaria este nuevo enfoque del análisis áci-
las variables independientes: pC0 2, Atot y DIF. do base. Cuando pretendemos analizar el estado ácido base
Si la pC0 2 se encuentra por encima de sus valores norma- de uno de nuestros enfermos, comenzamos midiendo los ga-
les, nuestro diagnóstico será el de una acidosis respiratoria. ses arteriales, los electrolitos séricos (Na+, K+, Cl") y la ce-
Si la pC0 2 no está elevada, entramos a evaluar el estado de tonuria; con el valor de los electrolitos, calculamos la DIFa.
Atot y observamos sus dos componentes: albúmina y fosfato. Si encontramos un cambio en el pH, lo analizamos contra la
La medición de la albúmina sérica nos dará la información pC0 2 y la DIFa.
necesaria. Debe reiterarse sin embargo que, en contraste con En casos de una alcalosis cuya causa no puede ser esta-
lo que sucede con la alcalosis metabólica originada en una blecida en este primer análisis, es decir, no se debe a pC0 2
reducción de la albúmina, que es relativamente frecuente, la baja o a DIFa aumentada, hacemos el diagnóstico tentativo
elevación de la albúmina es una causa exótica de acidosis de hipoalbuminemia y procedemos a confirmarlo midiendo
metabólica. la albúmina sérica.
Si la albúmina no se encuentra elevada, entramos a consi- Si el caso es de una acidosis que no pueda ser explicada
derar la posibilidad de una elevación del fosfato como causa por pC0 2 alto, DIFa baja o cetonas, en un paciente sin ante-
de la acidosis. Esta anomalía se presenta fundamentalmente, cedentes de ingesta de alcohol, medimos creatinina y fosfato.
aunque no exclusivamente, en casos de insuficiencia renal y Esta medición nos confirma o descarta una insuficiyncia renal
por tanto, la historia clínica y la elevación de la creatinina son como causa de la acidosis. Finalmente, si no demostramos
pistas que nos inducen a pensar en la elevación del fosfato. insuficiencia renal ni hiperfosfatemia, aceptamos que nuestro
Un valor elevado del fosfa~o sérico nos permite aceptar que el paciente tiene una probable hiperlactatemia y buscamos su
paciente tiene una acidosis metabólica asociada a elevación origen en primer lugar en una hipoperfusión celular.
de fosfato. Si el nivel de fosfato es normal, pasamos a anali- ¿Ha cambiado nuestra práctica clínica a partir de estos
zar la DIF como posible factor causante del disturbio. nuevos conocimientos? Definitivamente la respuesta a esta
Si la DIFa está reducida, la causa de la acidosis es casi pregunta es sí.
siempre una elevación del Cl- asociado o no a una reducción Dos ejemplos de nuestra práctica nos proporcionan un
del Na+ y nuestro diagnóstico será entonces el de una aci- buen sustento para nuestra respuesta.
dosis metabólica hiperclorémica. Debe reiterarse que no es Caso No. 1: una mujer de 62 años intervenida quirúrgica-
dable diagnosticar acidosis hiperclorémica basados exclusi- mente en la Clínica Palermo de Bogotá, por una colecistecto-
vamente en un valor aislado Cl- sérico elevado. En efecto, la mía abierta. El primer día postoperatorio presentó signos de
"reguladora" de la [H+] es la carga neta de iones fuertes y está inestabilidad hemodinámica asociada a anemia, siendo rein-
representada en la diferencia entre ellos. Así, por ejemplo, tervenida por sangrado del lecho vesicular.' Dos días más tar-
podemos encontrar una hipercloremia que, acompañada de de desarrolló un cuadro de fiebre, taquicardia, desorientación
una hipernatremia, no modifica el valor de la DIFa. En estos y disminución de la presión arterial diastólica. El monitoreo
casos no se presenta acidosis, porque no se altera la carga hemodinámico mostró un índice cardíaco elevado con unas
neta de los iones fuertes. En consecuencia, antes de declarar presiones de llenado normales y una redl\cción en las resis-
una acidosis hiperclorémica, debemos confirmar que la DIFa tencias periféricas. Los gases arteriales mostraron un pH re-
se encuentra reducida. ducido, con una pC0 2 baja yuna hipoxemia relativa, con una
Si la DIFa es normal, entonces la causa de la acidosis es- Pan/FiO? < 200. El ~iagnóstico tentativo fue el de una sepsis
tará en la elevación de los otros aniones que conforman la severa co"ll hipoperfu'sión tisular, posiblemente causada por
DIFe, es decir lactato, cetonas, sulfato o alcohol. Una historia un absceso subfrénico. Después de una reanimación intensa
de ingesta reciente de alcohol o la presencia de aliento alco- con líquidos y vasoactivos, se llevó a cirugía encontrándose
hólico nos pondrán sobre aviso a cerca de este anión anormal un absceso subfrénico que fue drenado. En los siguientes días
y nos sugerirá el diagnóstico de acidosis metabólica asociada la paciente evolucionó en forma poco "satisfactoria". No pre-
a alcohol. El hallazgo de una creatinina sérica elevada nos sentaba fiebre y elleucograma mostraba signos de mejoría. Su
orientará a la presencia de sulfato en la sangre del paciente y diuresis era normal, e incluso aumentada. Sin embargo, h(j.bía
nos inducirá al diagnóstico de acidosis metabólica asociada a una acidosis metabólica persistente que nos "obligaba" a con-
sulfato. De nuevo, la historia clínica ayudará para sospechar tinuar reanimándola con líquidos y vasoactivos. El monitoreo
una cetoacidosis diabética, la cual confirmaremos midiendo hemodinámico mostraba una hiperdinamia persistente.
las cetonas, bien sea en sangre o en orina. Una historia de Con estos datos solicitamos lle'{ar a la paciente a cirugía,
diabetes y los hallazgos de hiperglicemia y cetonuria nos lle- con el diagnóstico de absceso residual. La paciente en efecto
van al diagnóstico de acidosis metabólica asociada acetonas. fue reintervenida, sin que se hubiera encontrado ningún foco
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

infeccioso. En el postoperatOlio, el cuadro no cambIó. Persistía implemental" un monitoreo cardíaco avanzado con un catéter
la acidosis metabólica, con un pH de 7,25 y una PaCO? de 26 en la arteria pulmonar, evidenciando un cuadro hiperdinámi-
mmHg Ypara corregirla insistimos en el proceso de "re~nima­ co con presiones de llenado límite, optándose por incremen-
ción". La hemodinamia mostraba un IC persistentemente alto, tar la dosis de dopamina y reducir a 500 mI/hora, la infusión
el Qs/Qt era del 25% bajo tratamiento con ventilador y PEEP. de la solución salina.
A pesar de ello, mantenía una diuresis entre 100 y 150 mI/ Cuatro horas más tarde el cuadro clínico era sustancial-
hr, permanecía afebril y su leucograma era normal. Decidimos mente igual aunque su pH había ahora descendido a 6,86.
continuar el tratamiento, con el diagnóstico de falla multisisté- En este momento reevaluamos el tratamiento. Solicitamos
mica, desencadenada por una sepsis que ya se había resuelto. unos electrolitos séricos, calculamos la DIFa y la encontra-
Con el propósito de ofrecer las mejores condiciones posibles mos sustancialmente reducida. En esta paciente, el valor de
de supervivencia, a través de una óptima perfusión tisular, in- la DIFa fue de -2 mEq/L, a nuestro saber, la cifra más baja
sistimos en la utilización de líquidos y vasoactivos. reportada en la literatura.
Por estos días, "nos cayó Kellum" y pudimos conocer a Pal"a el nuevo tratamiento, procedimos como se describió
Fencl y a Stewart. Con este nuevo conocimiento reevaluamos en el caso No 1. Como los datos sugerían que la causa de
la paciente. Los datos clínicos, hemodinámicos y gasimétricos la acidosis no era hipoperfusión, "atemperamos" la reanima-
eran básicamente iguales. Sin embargo, cuando calculamos su ción. Cambiamos la solución salina por solución de Ringer
DIFa, la encontramos en 28,6 mEq/L, lo que sugería que la lactato, redujimos la velocidad de administración a 100 ml/
acidosis metabólica no era secundaria a hipoperfusión, sino a hora y observamos a la paciente. Dos horas más tarde, el pH
una alteración en la carga neta de los iones fuertes. había incrementado a 7,17 Y la diuresis se mantenía a pesar
Este hallazgo nos llevó a revisar el tratamiento. Cambia- de la reducción de la infusión de volumen. La nueva DIFa
mos la solución salina por solución de Ringer lactato, solu- mostró ahora un valor de 8 mEq/L. En la mañana siguiepte,
ción esta que, como dice Kellum, tiene una DIFa más cer- la DIFa era cercana a 28 mEq/L, el pH de 7,32 y la paciente
cana a lo normal que la solución salina. Además, como el se encontraba en franca redistribución. Paulatinamente se re-
diagnóstico no sugería ahora hipoperfusión, disminuimos el dujeron los vasoactivos y a las 48 horas, el estado ácido base
aporte de líquidos y esperamos la evolución. A las 24 horas el era normal. La paciente fue dada de alta 15 días más tarde,
cuadro era diferente. El pH ahora era de 7,38 con una pCO? después de algunas complicaciones neuroquirúrgicas que se
de 30 mmHg. Su diuresis se mantenía a pesar de la reducció~ solucional"on satisfactoriamente.
del aportehídrico y parecía en franca redistribución, con un Creo conveniente aprovechar estos dos casos clínicos para
balance negativo de líquidos. Desde el punto de vista car- comentar los cambios que, en nuestro ejercicio dial"io, se han
diovascular habían disminuido los signos de hiperdinamia. derivado del nuevo conocimiento.
Continuamos con una "línea" similar, redujimos el aporte de Un elemento común en las dos pacientes es la presencia
vasoactivos y aún más el de líquidos, siempre con solución de acidosis metabólica en el curso de una eventual hipoper-
de Ringer lactato. Dos días después la paciente fue extubada fusión tisulal". La primera paciente, en el curso de una sepsis
y dada de alta del servicio sin otras complicaciones. comprobada y la segunda, durante un severo estado de cho-
Caso No 2: Este caso fue publicado recientemente en la que causado por el trauma recibido. Un segundo elemento
revista de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacio- común en ellas es la necesidad de reanimación intensa, la
nal. Se trató de una mujer joven (16 años) quien fue objeto de primera por su sepsis y la segunda por su choque hipovolé-
una herida con arma de fuego en su cráneo, quien ingresó al mico. La tercera característica común es la persistencia de
Hospital San Juan de Dios en estado de choque con presión la acidosis metabólica a pesar de un proceso dé'r~animación
arterial de 60/40 y que fue intervenida quirúrgicamente por apal"entemente juicioso. '
una ruptura traumática del seno longitudinal. La medición de la DIFa en las 'dos pacientes nos llevó a
Durante el transoperatorio se manejó con líquidos y vaso- cuestionar, en ellas, la hipót~sis de hipoperfusión tisulal" per-
activos, a pesar de lo cual desalTolló una severa acidosis me- sistente, como causa de su acidosis metabólica.
tabólica con pH de 7,01 y PaCO? de 24 mmHg. En el posto- A nuestro juicio, éste es el mayor impacto que la nueva
peratorio fue trasladada a la UeI llegando bajo efectos de teoría ha tenido sobre nuestra práctica clínica. En el ejercicio
anestesia, taquicárdica, normotensa, con diuresis espontánea de la medicina crítica hemos aprendido que la hipoperfusión
a 100 ml/hr y con la severa acidosis metabólica descrita. Con no corregida es causa del desarrollo de falla multisistémica y
el diagnóstico de hipoperfusión persistente se continuó la re- de aumento de la mortalidad de los pacientes. Hemos apren-
animación iniciada en cirugía, con base en la administración dido también que entre más rápido actuemos para corregir
de solución salina a una tasa de infusión de 1.000 mlI hora y la hipoperfusión, mayores posibilidades tiene el paciente de
dopamina a 7 mcg/kg/min. superar la noxa que lo aqueja.
Ocho horas después su condición no había mejorado. Sus Por otro lado, dada la gravedad de la hipoperfusión para
signos vitales y diuresis se mantenían dentro de los límites el pronóstico del paciente, nos hemos pr~ocupado en hallar
descritos, pero su pH ahora era de 6,94 con una PaCO 2 de 22 marcadores de hipoperfusión que nos permitan un diagnósti-
mmHg. Ante la persistencia de la hipoperfusión se decidió co temprano y una corrección temprana del padecimiento.
5/ HOMEOSTASIS DEL HIDRÓGENO: UNA APROXIMACiÓN BASADA EN LA TEORíA DE STEWART

La teoría del análisis cuantitativo, cuya utilidad ha sido En otro tópico en el que nos ayuda esta teoría, es en el aná- '
demostrada en la predicción de cambios homeostáticos en lisis de los electrolitos séricos. Nuestro hábito fue por mu-
atletas y otros escenarios (Kellum), nos permite ahora avan- cho tiempo el considerarlos en forma aislada y evaluar sus
zar en el proceso de comprensión y tratamiento de nuestros desviaciones en función exclusiva de su concentración. Así,
pacientes. En efecto, en el curso del tratamiento de estas dos pasamos por alto la carga de iones fuertes como factor que
pacientes pudimos descartar la hipoperfusión como causa del determina la [H+]. Esta teoría nos permite diagnosticar con
trastorno ácido base, modificar el tratamiento y lograr con mayor precisión el verdadero impacto que puede tener en el
éxito la recuperación de las dos enfermas. paciente, "una discreta" elevación del cloro o una "pequeña"
En esencia, esta aproximación nos permite ahora eva- reducción del sodio sérico.
luar con mayor precisión la acidosis metabólica y proceder Un tercer punto que deseo destacar es la posibilidad de
de acuerdo a un diagnóstico más preciso. La hipoperfusión detectar "colaterales" de la reanimación que antes no intuía-
sigue siendo un elemento crítico en el cuidado de nuestros mos. Las dos pacientes traídas como ilustración fueron ma-
enfermos, pero ahora, descartamos otras entidades causantes nejadas inicialmente con solución salina normal. En ambos
de acidosis metabólica, antes de relacionarla con el déficit casos, la reducción de la DIFa oculTió como consecuencia de
tisular de oxígeno. Los casos presentados son ilustrativos. una elevación de la cloremia sin una elevación de magnitud
En ambos, la historia clínica y el curso de la enferme- similar en la natremia y aunque, en ambas, el sodio sérico
dad hacían "muy evidente" el diagnóstico de hipoperfusión. estaba un poco por encima de su valor normal, esta discre-
¿Cómo dudar de este diagnóstico frente a una paciente que ta elevación no fue suficiente para evitar la reducción de la
llega al hospital con un tiro en la cabeza, que le rompió el DIFa, que las llevó finalmente a la acidosis metabólica. El
seno longitudinal, con 60/40 de presión arterial y que fue so- análisis de la DIFa nos permitió, en ambos casos y en otros
metida a una cirugía de 8 horas, después de la cual sale con muchos que hemos seguido posteriormente, detectar el efec-
un pH de 7,01? 0, ¿cómo no aceptarlo "de entrada" en una to de la hipercloremia sobre la [H+] y proceder acolTegir el
paciente anciana que en los últimos 10 días ha sido interve- diagnóstico y el tratamiento.
nida quirúrgicamente en 4 oportunidades, que desalTolla un Este páITafo no debe interpretarse como un argumento en
cuadro de sepsis con hiperdinamia y un absceso subfrénico contra de la reanimación con solución salina. De hecho, se-
secundario, en cuya evolución persiste con un pH de 7,25, a guimos utilizándola e incluso en soluciones hipertónicas. Lo
pesar del control de la sepsis? que hemos aprendido es que, sin la medición de la DIFa, no es
Pues, como dice el poeta, " ... en más de una ocasión sale posible determinar, con el sólo argumento de una acidosis me-
lo que no se espera ... ". La teoría de Stewart nos ha enseñado tabólica en curso, que nuestro paciente está insuficientemente
que, por más evidente que sea la hipoperfusión como genera- reanimado. Como se ha ilustrado, un paciente bien reanimado
dora de la acidosis metabólica, podemos detenernos un poco puede tener una acidosis metabólica por reducción de la DIFa,
antes y cuantificar la DIFa para establecer un diagnóstico di- cuyo manejo dista mucho de ser el de continuar los esfuerzos
ferencial más preciso. por mejorar una perfusión que en efecto ya mejoró.
Debo señalar en este momento que, no sólo en estos casos Es claro además que, a partir de los nuevos conocimientos,
nos ha sido útil esta teoría. Gracias a ella hemos podido com- hemos aprendido a comprender mej or y a tratar ciertos tras-
prender mejor ciertas acidosis metabólicas "inexplicadas", tornos ácido-base. La decisión de cambiar la solución salina
como es el caso de la acidosis dilucional de los pacientes por Ringer lactato en nuestras dos pacientes ejemplo es una
con secreción inapropiada de hormona antidiurética. Estos muestra de ello. La razón es simple. Se trataba de pacientes
pacientes presentan un cuadro clínico muy sugestivo de hipo- con acidosis hiperclorémica originada 'probablemente en la
perfusión. En efecto, característicamente presentan oliguria, cantidad de solución salina administrada.""
con orina concentrada, que responde sólo parcialmente a la La solución salina contiene aproximadamente 150 mEq
infusión de volumen y que se acompaña de acidosis meta- de Cl- (Si usted es obsesivo, le acepto que pueden ser 154
bólica generalmente con una hiperventilación discreta. ¿Qué o que, como no se ¡disocia 100%, también le acepto 145).
intensivista no estaría tentado a interpretar el cuadro como Como la concentración de cloro plasmático es alrededor de
fruto de una hipoperfusión, "enchufarle" un Swan-Ganz y 104 mEq/L, al administrar la salina, estamos suministrando
"empujarle" una carga de volumen? Pues bien, si antes de una cantidad de cloro relativamente mayor que la de sodio
proceder medimos la DIFa y la encontramos reducida, po- y por tanto estamos favoreciendo una reducción de la DIFa,
dríamos notar fácilmente que no se trata, en efecto, de una como sucedió con las pacientes. El Ringer lactato, al tener
hipoperfusión y que el problema quizás se subsane con un una concentración mucho menor de cloro "tiende" a preser-
poco de diurético, aunque tenga acidosis metabólica. var mejor la DIFa del paciente ya reducir entonces la magni-
En igual forma podemos razonar sobre ciertas alcalosis tud de la acidosis metabólica.
metabólicas para cuyo manejo hemos intentado sin éxito el Debe señalarse, sin embargo, que dentro del tratamiento
famoso "goteo de potasio". La consideración de la hipoalbu- instaurado a estas pacientes, uno de ellos, quizás el principal,
minemia como agente causal de la alcalosis metabólica es un no aparece en las órdenes médicas. Me explico. La decisión
"aholTador de potasio". de administrar el Ringer lactato se acompañó de una reduc-

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 101


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

ción en el aporte de líquidos, permitiendo con dIo que sus una aproximación cuantitativa y que esperamos nos ayuden a
riñones "entraran" a cumplir su función de conegir las altera- avanzar en la comprensión de este apasionante tema.
ciones de los electrolitos séI-icos. Este papel, cuyas intimida-
des se explicaron al comienzo de esta discusión, pasa muchas Referencias
veces desapercibido y ahora, debo señalar que, los riñones, l. Stewart PA. Modern quantitative acid-base chemistry. Can J Physiol
tal como lo mencionan los diversos autores, son un regulador Pharmacol 1983; 6: 1444-146l.
fundamental de la DIFa en el organismo. La teoría de Stewart 2. Fencl V, Leith D. Stewart's quantitative acid-base chemistry: Appli-
nos permite concluir que los riñones de estas pacientes ayu- cations in biology and medicine. Respiration Physiology 1993; 91:
1-16.
daron grandemente en la conección de sus acidosis metabó- 3. Kellum JA. Metabolic acidosis in the critically ill: Lessons from phys-
licas, pero nunca mediante la "reabsorción y regeneración de ical chemistry Kidney International1988; 66: 581-586.
bicarbonato", sino por un mecanismo más lógico y expedito: 4. Schlichtig R, Grogono A, Severinghaus J. Current Status of Acid-Base
la conección de la DIFa. Quantization in Physiology and Medicine. Anesthesiology Clinics of
North America 1998; 16: 211-233.
Debo finalizar advirtiendo que, a pesar de la utilidad de esta 5. Bellomo R, Ronco C. New paradigms in acid-base physiology. Curr
teoría, todavía tenemos mucho que aprender de ella. Aún no Opin Crit Care 1999; 5: 427-428.
hemos resuelto con claridad los problemas teóricos que impo- 6. Kellum JA. Acid-Base physiology in the post-Copernican era. Curr
nen los trastornos mixtos, ni podemos explicar ahora las "com- Opin Crit Care 1999; 5: 429-435.
7. Story D, Bellomo Rinaldo. The acid-base physiology of crystalloid
pensaciones" que supuestamente se presentan, ni cómo utilizar solutions. Curr Opin Care 1999; 5: 436-439.
los conceptos para cuantificar los fenómenos ácido-base. 8. Bellomo R, Ronco C. The pathogenesis of lactic acidosis in sepsis.
En nuestros servicios venimos trabajando al respecto. A par- Curr Opin Crit Care 1999; 5: 452-457.
tir de lo que denominamos "la gráfica calculadora de Stewart",
hemos derivado algunas fórmulas que nos están permitiendo
ENDOTELIO, INFLAMACiÓN Y
MICROCIRCULACIÓN EN SHOCK
6
Ricardo Buitrago B, MD; Carlos A. Santacruz H, MD; Carlos Vélez, MD

El endotelio como estructura juega un importantísimo papel paso de muchas sustancias disueltas en el plasma, incluidas
en la homeostasis del individuo. Es un órgano regulador de algunas proteínas, que son muy importantes para su función
varias funciones: cardiocirculatorias, endocrinas, hemostáti- como principal laboratorio bioquímico del organismo.
cas, inmunológicas entre otras, por lo cual, si se llegara a Fisiológicamente hablando, el endotelio cumple una serie
producir una alteración en su estructura y función se produci- de funciones para mantener la homeostasia corporal, pero sin
rán cambios profundos en el organismo, los cuales, si no son duda la principal es asegurar una adecuada entrega de oxíge-
resueltos, llevarán ineludiblemente al individuo hacia una no de acuerdo a la demanda celular y tisular de este por parte
enfermedad grave o a la muerte. de todos y cada uno de los órganos (1). Teniendo en cuenta
En un principio, el endotelio fue considerado una simple este concepto, el endotelio lleva a cabo los siguientes proce-
capa de células epiteliales planas, que recubrían el interior de sos para cumplir a cabalidad con su función:
los vasos sanguíneos, capaces de dejar pasar algunas sustan- 1. Regulación del tono vascular el cual se lleva a cabo por
cias a través de su pared. Con el avance en el conocimiento medio de la síntesis de compuestos que tienen efectos
de la fisiología celular se ha empezado a dilucidar la gran vasoactivos. Estos son el factor relajante del endotelio
cantidad de funciones que desempeña en la homeostasis y en que es el mismo óxido nítrico (ON), la prostaglandina 12
la gran complejidad de los procesos que se llevan a cabo a (PGI2) y el factor hiperpolarizante derivado del endotelio
nivel celular y bioquímico. (EDHF) los cuales son moléculas que tienen efecto va-
sodilatador y la endotelina-l (ET-l) que es una molécula
Fisiología del endotelio con un efecto vasoconstrictor.
Esta regulación se da también a nivel de la microcircu-
El endotelio es considerado hoy como uno de los órganos
lación. Estos mecanismos de regulación son clasificados
más grandes del cuerpo humano, cubriendo un área corporal
como miogénicos (sensando estrés y distensión vascular),
de 1.200 metros cuadrados de superficie aproximadamente.
metabólicos (regulación basada en concentraciones de
El endotelio, histológicamente hablando, es un epitelio
oxígeno, gas carbónico, lactato e hidrogeniones) y neuro-
plano simple, el cual se encuentra ubicado en el interior de
hormonal. Este sistema de control además usa interaccio-
los vasos sanguíneos. A nivel de la microcirculación la red
nes auto crin as y paracrinas para regular el flujo sanguíneo
capilar está compuesta por dicho endotelio que reposa sobre
microvascular. Es aquí donde los endoteliecitos de la mi-
una delgada lámina de tejido conectivo que corresponde a la
crovasculatura juegan un papel central en este sistema de
membrana basal. El espesor total de esta estructura es de 0,5
control, sensando los cambios en el ijujo, en los metaboli-
micrómetros.
tos y otras variables para regular el toha del músculo liso
Entre las células endoteliales de los capilares existe una
arteriolar y el reclutamiento capilar.
serie de espacios que conectan el medio interno con el exter-
2. La función trófica del endotelio se lleva a cabo por in-
no denominada hendiduras intercelulares. Además, entre las
ducción de la síntesis de colágeno, fibronectina, elastina,
células endoteliales hay uniones proteicas que tienen como
varios mucopolisacáridos, laminina y . ótras -moléciifaS:~:"-""":\7;:""~.·~:
función mantener unidas dichas células. Estas estructuras
Además favorece el crecimiento de las células musculares
crean una extensa red microvascular la cual permite el paso
lisas las cuales son estimuladas por la producción de los
de ciertas clases de sustancias desde la microcirculación ha-
factores de crecimiento, MCP-l (monocyte chemotactic
cia los tejidos y viceversa.
protein-l), la expresión de moléculas de adhesión celular
Se encuentran además, en ciertos órganos, variables es-
(V-CAM, I-CAM, selectinas) y citoquinas como son el
tructurales del endotelio. Por ejemplo, en el encéfalo las
TNF alfa, IL 1, 6 y 8 principalmente.
uniones celulares son íntimas y los poros son tan pequeños
3. Su función hemostática es cumplida ya que el endotelio
que permiten solo el paso de moléculas muy pequeñas como
sintetiza y liga factores plasmáticos como el factor tisular
gases e iones, conformando así lo que conocemos como la
(FT), el factor de Von Willebrand, la trombina, el factor
barrera hematoencefálica. Por el contrario, en el hígado, el
inhibidor 1 del activador del plasminógeno (PAI-I), gran
endotelio de sus vasos capilares posee uniones menos estre-
cantidad de moléculas de adhesión celular y otras que par-
chas con hendiduras muy amplias, las cuales van a permitir el
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

ticipan en los procesos de agregación plaquetaria y forma- que vuelve a la circulación mediante absorción a nivel de los
ción del coágulo; también sintetiza moléculas que regulan capilares venosos. Sin embargo, existe un leve desequilibrio
la formación de los trombos como son la trombomoduli- en el movimiento total de líquido a través del endotelio y que
na, las proteínas C, S, moléculas trombolíticas como la hace que un remanente de este quede ubicado en el compar-
uPA y la tPA, además de prostaglandinas, heparina y otra timiento extravascular, pero este, posteriormente es llevado
gran cantidad de moléculas las cuales van a participar en nuevamente hacia el compartimiento vascular por medio de
el proceso de coagulación, anticoagulación y fibrinólisis. los vasos linfáticos. Este intercambio es explicado por la fór-
4. Su función inmunológica se cumple cuando el endotelio mula:
participa como regulador y mediador en los procesos in-
flamatorios, expresión de moléculas de adherencia, ad- (Ph + Hi) - (Pi + I1p)
hesión leucocitaria y del paso de las células del sistema
inmune desde la circulación hacia los tejidos y viceversa, Además de estas funciones, el endotelio posee una serie de
todo esto en respuesta a una serie de mensajes bioquími- mecanismos intrínsecos que tienden a proteger al individuo
cos provenientes desde los diferentes tejidos y órganos. de la lesión aguda y de la enfermedad crónica endotelial. El
5. Su función endocrina se cumple cuando el endotelio, en endotelio como órgano clave en la homeostasis induce vaso-
especial el de la vasculatura pulmonar, secreta la enzima dilatación, tiene efecto antiinflamatorio y antioxidante, inhibe
convertidora de angiotensina (ECA), que pasa la angio- la adhesión y migración leucocitaria, inhibe la proliferación
tensina I a angiotensina II, compuesto que tiene un poten- y migración de células musculares lisas, inhibe la adhesión,
te efecto vasoconstrictor. También interviene en el meta- la activación y la agregación plaquetaria, tiene efecto anti-
bolismo de los lípidos al ser el sitio de acción de la lipasa coagulante y fibrinolítico. En el individuo sano, el efecto pre-
hormonosensible. dominante de la activación del endotelio es la vasodilatación,
6. Otra función importante consiste en el intercambio de el cual es consecuencia de la liberación del ON, de la PGI2,
sustancias entre los compartimentos intravascular y ex- y del EDRF. Es importante anotar que las células endotelia-
travascular. Este proceso se, realiza por medio de varios les normales en estado de reposo contribuyen a mantener la
mecanismos, de los cuales el más importante es la difu- homeostasis elaborando moléculas como la trombomodulina
sión. Este es definido como el resultado del movimiento la cual inhibe la formación de factor tisular (FT) evitando
térmico de las moléculas de agua y/o de las sustancias así la posible formación de trombos intravasculares, produce
disueltas en una solución en una dirección u otra de una PGI2 la cual inhibe la activación de la cascada de coagula-
forma puramente aleatoria. Las sustancias hidro solubles ción y evita la adherencia leucocitaria. Ade.más la acetilco-
solo pueden difundir a través de los poros intercelulares lina (ACR) y la trombina tienen una acción vasodilatadora
que se encuentran entre las células del endotelio capilar, cuando el endotelio está intacto. Cuando el endotelio es le-
mientras que las liposolubles lo pueden hacer a través de sionado, producto de cualquier noxa o lesión (hipovolemia,
la membrana celular lipídica del endotelio. El movimien- hipoxemia, sepsis, trauma u otros) todos estos mecanismos se
to de líquido plasmático a través del endotelio capilar está ven afectados e incluso inhibidos, lo cual hace que se produz-
regido además por una serie de fuerzas fundamentales las ca la activación plaquetaria con la consiguiente producción
cuales en conjunto han sido llamadas "las fuerzas de Star- y liberación de tromboxano A2 (TxA2), serotonina y otras
ling". Estas fuerzas son: sustancias que promueven la adhesión plaquetaria, la activa-
La presión hidrostática capilar (Pc), que es aquella ción inflamatoria y de las cascadas de la coagulación con la
que tiende a forzar el paso de líquido hacia el exterior posterior quimiotaxis y migración leucocitari~.i\demás, los
del vaso sanguíneo; la presión hidrostática intersticial endoteliocitos se activan expresando y secretando FT, PAI -1,
(Pi), la cual tiende forzar el paso de líquido hacia el IL-l, y otras moléculas, que llevan a la promoción y ampli-
interior del vaso sanguíneo; la presión coloidosmó- ficación del proceso inflamatorio. Este proceso inflamatorio
tica del plasma (IIp) , la cual genera fuerza oncótica a su vez hace que los macrófagos activados liberen aún más
a través del endotelio desde el espacio intravascular citoquinas proinflamatorias como son la IL-l y el factor de
tendiendo a producir movimiento del líquido desde el necrosis tumoral (TNF). A esto se suma que el endotelio le-
intersticio hacia el interior del vaso; y por último, la sionado y activado produzca en mayor cantidad sustancias
presión coloidosmótica intersticial (IIi), la cual gene- vasoconstrictoras como ET-l y la ECA, siendo esta última
ra fuerza oncótica a través del endotelio desde el in- la responsable de convertir la angiotensina I en angiotensina
tersticio tendiendo a producir movimiento del líquido II tisular (AngII), uno de los vasoconstrictores más potentes
desde el vaso sanguíneo hacia el intersticio. del organismo.

Starling señaló que en condiciones normales existe un es- Inflamación


tado cercano al equilibrio a través de la membrana capilar,
La inflamación se define como el proceso por cual el tejido
por el cual la cantidad de líquido que se filtra fuera de los
conectivo vascularizado reacciona de una forma compleja
extremos arteriales de los capilares es casi igual a la cantidad
ante el daño celular provocado por agentes nocivos para el
6/ ENDOTELIO, INFLAMACiÓN Y MICROCIRCULACIÓN EN SHOCK

organismo. Estos agentes pueden tener un origen endógeno o la activación de las cascadas de coagulación e inflamación. El
exógeno. El objetivo final de este proceso es destruir, limitar cuarto mecanismo es la lesión del endotelio mediado por los
o controlar el agente nocivo y sus efectos para que simultá- leucocitos, los cuales ante la presencia de una noxa se activan
nea o posteriormente se lleve a cabo la reparación tisular. liberando gran cantidad de mediadores inflamatorios, formas
El proceso inflamatorio puede ser agudo o crónico según tóxicas de oxígeno (radicales libres), citotoquinas y enzimas
su tiempo de evolución. La primera respuesta del tejido co- proteolíticas las cuales van a producir mayor lesión endote-
nectivo ante el agente nocivo es inmediata. Está caracterizada lial y tisular. El quinto mecanismo es la filtración de plasma a
por la presencia de tres componentes que son: primero, la través de los capilares en regeneración los cuales tienen aún
modificación del calibre de los vasos y por ende del flujo uniones intercelulares muy débiles y amplias.
sanguíneo, segundo, el aumento de la permeabilidad vascular La migración leucocitaria tiene como objetivo el aporte de
con escape de plasma a los tejidos circundantes y tercero, células de defensa al sitio de lesión. Estas células tienen como
la migración leucocitaria desde la circulación hasta el foco función fagocitar y destruir los diferentes agentes patógenos,
de la lesión. Por el contrario, la respuesta inflamatoria cróni- antígenos, tejidos desvitalizados o necróticos y otras noxas.
ca es considerada como un proceso de duración prolongada Además, dichos leucocitos producen y liberan múltiples me-
en la cual se pueden encontrar signos de inflamación activa, diadores químicos que estimulan y regulan los mecanismos
destrucción tisular e intentos de reparación tisular simultá- de inflamación y defensa del organismo. Sin embargo, este
neamente. Sin embargo, en algunas ocasiones sucede que un proceso puede perpetuarse de una forma descontrolada y ser
proceso inflamatorio agudo no resuelto puede evolucionar excesivo en tiempo y/o intensidad. Esta respuesta de defensa
hacia un proceso crónico persistente, o también es frecuente exagerada puede producir mayor lesión tisular y respuesta
que un proceso inflamatorio crónico se inicie de forma lar- inflamatoria sistémica (SIRS), la cual si no es resuelta de una
vada, insidiosa, solapada, de baja intensidad y clínicamente manera adecuada pondrá en peligro la homeostasis del indivi-
asintomática hasta cuando el daño tisular está lo suficiente- duo hasta el punto de generar colapso circulatorio (SHOCK)
mente avanzado y llega a convertirse en sintomático, como y falla múltiple de órganos (DMO).
sucede en las enfermed~des de origen autoinmunitario. El proceso de exudación leucocitaria comprende los si-
guientes pasos:
Inflamación aguda l. En la luz vascular suceden la marginación, rodamiento y
la adhesión de los leucocitos
La inflamación aguda se caracteriza clínicamente por la pre-
2. Trasmigración a través del endotelio
sencia de enrojecimiento, edema, calor, dolor y pérdida de la
3. Migración de los leucocitos hacia el (los) estímulo(s)
función del órgano afectado. Estas manifestaciones clínicas
quimiotáctico(s).
son debidas a los tres componentes de dicha inflamación.
La modificación del flujo y el calibre de los vasos sucede
La adhesión y la trasmigración celular son posibles gracias
inmediatamente a la presencia de la agresión y lesión tisular.
a una serie de interacciones entre las moléculas de adhesión
En un principio existe una respuesta vaso constrictora inicial
del endotelio y los receptores de membrana de los leucocitos.
de poca duración que posteriormente es continuada por una
Entre estas moléculas tenemos las selectinas E, P, L, las ga-
respuesta vasodilatadora sostenida la cual produce un aumen-
mmaglobulinas V-CAM, I-CAM y las integrinas B-2LFA-I
to importante del flujo sanguíneo local, el cual va a favorecer
y MAC-l, las cuales son expresadas con mayor intensidad
el enlentecimiento de este, la extravasación de plasma al in-
durante el desarrollo de la respuesta inflamatoria en respuesta
tersticio y la marginalización de las'células sanguíneas, como
a la liberación de las citoquinas inflamatorias, principalmente
preludio para la migración y activación leucocitaria. el TNF y la IL-I. "--
El aumento de la permeabilidad vascular es la responsable
La 'migración y activacÍón de los leucocitos es posible gra-
de salida del plasma hacia el intersticio. Esto es explicado
cias a la presencia de una serie de factores quimiotácticos los
por medio de, al menos, cinco mecanismos. El primero es
cuales pueden ser é~ógenos o endógenos. Entre los exógenos
la contracción de la célula endotelial lo cual origina que las
tenemos por ejemplo las toxinas bacterianas y entre los en-
uniones intercelulares se vuelvan más amplias permitiendo
dógenos el sistema del complemento, elleucotrieno B4 y las
el paso del plasma y sus moléculas hacia el intersticio. Este
citoquinas como la IL-8. Además de inducir la quimiotaxis,
mecanismo es mediado por sustancias como la histamina,
estos compuestos son capaces de promover la activación leu-
bradicinina, leucotrienos y otros. El segundo mecanismo es
cocitaria estimulando la síntesis y liberación de productos
la retracción endotelial debido a la reorganización del ci-
químicos como metabolitos derivados del ácido araquidó-
toesqueleto de los endoteliocitos, mecanismo mediado por
nico, enzimas lisosomales, peroxidasas, etc. Esta activación
IL-l, INFg Y TNF. El tercer mecanismo es el efecto directo
hace también que las células fagocíticas estén más activas y
del agente nocivo sobre los tejidos y el endotelio vascular, el
expresen mayor cantidad de receptores de adhesión cel~lar
cual produce necrosis y ruptura de los endoteliocitos con la
y hace que los linfocitos produzcan mayor cantidad de pro-
consiguiente liberación de las prostaglandinas, tromboxanos,
ductos y mediadores químicos· estimulantes de la respuesta
leucotrienos y otros mediadores químicos. Además se inicia,
inflamatoria e inmune.
promueve y potencia la agregación plaquetaria y se estimula
SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 105
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Además de los procesos mencionados con anterioridad, una reacción de fase aguda incontrolada que puede llevar al
debemos recordar que existen otros procesos muy importan- sujeto a SIRS, Shock, DMO y finalmente a la muerte.
tes que también hacen parte de la cascada de eventos que
suceden durante la inflamación aguda. Uno de estos es la li- Shock
beración del factor de activación plaquetaria (PAF) el cual
En la antigüedad se denominaba shock a un estado de co-
es responsable no sólo de la activación de las plaquetas, sino
lapso circulatorio el cual casi invariablemente conducía al
también de la promoción de diferentes grados de vaso y bron-
individuo a la DMO y la muerte. Este consistía en un estado
coconstricción, la adhesión leucocitaria y plaquetaria, qui-
hemodinámico caracterizado por presencia de taquicardia,
miotaxis y degranulación celular y también del proceso lla-
hipotensión, disminución del llenado capilar, alteración del
mado estallido oxidativo, consistente en una gran liberación
sensorio, oliguria y acidosis. Este estado a su vez fue cla-
de sustancias altamente oxidantes responsables también de
sificado de acuerdo al mecanismo inicial predominante de
efectos citotóxicos importantes a nivel tisular. Debemos re-
injuria tisular en cinco grupos que son:
cordar que no sólo el PAF estimula el estallido oxidativo sino
l. Séptico
que también es producido, estimulado y perpetuado por las
2. Hipovolémico
diferentes citoquinas y mediadores de la respuesta inflamato-
3. Cardiogénico
ria. Si estos eventos toman un curso elTático y descontrolado
4. Anafiláctico
pueden llegar a ser factores promotores y/o desencadenantes
5. Neurogénico.
de la coagulación intravascular diseminada (CID).
Cualquiera que sea el tipo de shock que en el organismo se
Efectos sistémicos de la inflamación
presente y a menos que el insulto inicial no sea lo suficien-
La respuesta inflamatoria tiene como objetivo la eliminación temente masivo ni rápidamente letal, este proceso tiende a
de la noxa y la reparación tisular. Los efectos clínicos de este evolucionar en varias etapas. La primera etapa que puede ser
proceso no son de tipo local únicamente sino que tienen tam- denominada no progresiva, es aquella en la cual el organis-
bién manifestaciones sistémicas, conocidas con el nombre de mo activa una serie de mecanismos neurohormonales reflejos
reacciones de fase aguda, como la fiebre, aumento del sueño con el objetivo de preservar la perfusión y función de los ór-
de ondas lentas, disminución del apetito, incremento en la ganos vitales. Posteriormente viene una fase progresiva, la
degradación de proteínas, incremento de la síntesis hepáti- cual se caracteriza por una hipoperfusión tisular sostenida y
ca de proteínas de fase aguda como son proteína C reactiva por el comienzo del círculo vicioso de desequilibrio metabó-
(PCR), amiloide sérico A, el complemento y las proteínas de lico celular y circulatorio a pesar de los intentos de compen-
la coagulación. Los mediadores responsables de estas reac- sación. Finalmente, si la noxa no es resuelta se llega a la fase
ciones son las citoquinas. Las citoquinas son polipéptidos ilTeversible del shock, en la cual la lesión celular es tan grave
producidos y liberados por los leucocitos y otros tipos celula- que incluso cuando el tratamiento finalmente logre cOlTegir
res en respuesta a los agentes infecciosos, inmunes y tóxicos. todos los trastornos circulatorios y hemodinámicos la super-
Entre estas moléculas las más importantes son IL-l, IL-6 Y vivencia no es posible debido a la lesión tisular a nivel de la
TNF. La IL-l actúa de forma directa o indirecta a través de la membrana celular y mitocondrial. Sin embargo, en la actua-
IL-6 siendo responsables de la fiebre y junto con el TNF de lidad, este concepto es mucho más complejo que la simple y
la leucocitosis con o sin neutro filia, con o sin cayademia, y aparente inestabilidad hemodinámica. Se ha observado que
de las reacciones leucemoides. Además, la IL-l y el TNF son en la sepsis severa, a pesar de que se realice una reanima-
responsables de inducir la proliferación de precursores de la ción que cOlTija los parámetros convencionalesCle shock y
médula ósea debido al aumento en la síntesis de los factores se logre una aparente estabilidad hemodinámica clásica, la
estimulantes de colonias (CSF). Sin embargo, es importante hipoperfusión a nivel microvascular persiste, la reanimación
recalcar que existen procesos nosológicos que no producen es insuficiente y el proceso patológico no se resuelve (4).
neutrofilia, sino que pueden producir otras alteraciones en Desde el punto de vista fisiopatológico, los modelos estu-
los recuentos de los leucocitos como son la linfocitosis y la diados recientemente han mostrado que el fenómeno deno-
eosinofilia, o estar en un proceso inflamatorio tan grave que minado shock consiste en un proceso nosológico complejo
se manifieste por leucopenia y no por leucocitosis. que sucede en la intimidad de la microcirculación (2, 4). Se
La IL-l y el TNF son los responsables, los estimuladores y denomina microcirculación a todos aquellos vasos sanguí-
los perpetuadores de la activación leucocitaria, endotelial y fi- neos que poseen un diámetro menor de 100 micras de diá-
broblástica. También de regular la liberación de hormonas de metro, es decir arteriolas, capilares y vénulas, lugar donde
estrés como la corticotropina y los corticoesteroides. Todos OCUlTe la liberación de oxígeno a los tejidos (5).
estos procesos tienen como objetivo restablecer la homeosta- Esta alteración de la microcirculación tiene como resultado
sis, pero si estos mecanismos no se encuentran regulados de el desalTollo de hipoperfusión tisular local y sistémica produc-
una forma adecuada en vez de ser protectores, se transforman to de un inadecuado aporte de flujo sanguíneo por parte del
en peljudiciales para el organismo, llevando al individuo a sistema cardiovascular a los tejidos. Esta alteración del flujo
6/ ENDOTELIO, INFLAMACiÓN Y MICROCIRCULACIÓN EN SHOCK

sanguíneo va a tener como consecuencia un imbalance entre (1). Además, la liberación de mediadores vasoactivos anor- .
el aporte y la demanda de oxígeno y nutrientes a nivel tisular. mal genera una respuesta vasodilatadora anormal, la cual se
Este déficit de perfusión se traduce también en una insuficiente manifiesta como una hipotensión arterial profunda, que va
eliminación de metabolitos tóxicos lo cual tiene como conse- a requerir soporte vasopresor (4). Esto sumado a la lesión
cuencia la apalición de trastornos metabólicos. Por lo anterior endotelial que permite la pérdida de volumen intravasctllar
la célula pasa de un estado metabólico aerobio a un estado hacia el intersticio, va a general· un estado de hipovolemia
anaerobio con la consiguiente depleción en la producción de profundo, con presiones de llenado cardíacos anormalmente
fosfatos de alta energía, una mala utilización de los mismos bajos a pesar del esfuerzo por expandir el volumen intravas-
por parte de los tejidos y un aumento de la producción de ácido culal" (4).
láctico con la consiguiente acidemia metabólica. Estos sucesos Otro mecanismo implicado tiene que ver con una altera-
pueden progresar hacia disfunción mitocondrial, alteración de ción en la distribución del flujo sanguíneo a nivel regional
la membrana celular y muerte celular. Por tanto, si la alteración y sistémico (1). En este punto el tejido afectado es capaz
en la perfusión tisular no es corregida y la deuda de oxígeno no de extraer oxígeno de la microcirculación pal"a continual" su
es pagada a tiempo, la disfunción celular y la falla orgánica se metabolismo. Sin embargo, en este momento ya existe una
volverán irreversibles (4). entrega enática del mismo. En un modelo experimental di-
Es de gran importancia agregar que en cualquier tipo de cha alteración del flujo sanguíneo produce una pérdida de
shock diferente al secundario por sepsis, la intimidad de la mi- densidad de capilal"es perfundidos con una entrega de oxí-
crocirculación no está tan profundamente comprometida y la geno errática lo cual conduce a este tejido u órgano hacia la
corrección de todos los parámetros convencionales podría ase- hipoxia tisular teniendo como consecuencia disfunción de la
guramos una adecuada entrega de oxígeno a los tejidos (4). membrana celular y mitocondrial, constituyéndose este even-
Sin embargo, en el proceso de shock séptico esto no es to en un paso clave en la progresión hacia la falla orgánica
cierto, por el contrario es el resultado de múltiples eventos (1). Posteriormente esta pérdida de densidad de capilares
anormales a nivel de la intimidad de la microcirculación, y la perfundidos se extiende a órganos y tejidos lejanos respecto
simple reanimación y corrección de los parámetros hemodi- del sitio inicial de inflamación, lo cual va a producir con el
námicos clásicos y convencionales no va a corregir el imba- tiempo hipoxia tisular generalizada. Además se ha visto que
lance aporte-demanda de oxígeno a nivel celular (2-4). Este la hipoxia tisular local está asociada con activación de los
concepto de disfunción en la micro circulación y de distrés endoteliocitos, dispara la respuesta inflamatoria sistémica de
mitocondrial ha sido estudiado de manera detallada en varios una forma no controlada, activa la cascada de coagulación de
modelos experimentales con sepsis. manera anormal generando las condiciones propicias para el
En la actualidad se cree que existen múltiples eventos y desarrollo de shock refractario y DMO (4).
mecanismos patogénicos que ocurren a nivel de la microcir- Otro evento implicado en la mala distribución del oxígeno
culación, los cuales son difíciles de evidenciar en la práctica está relacionado con la oclusión de los capilares durante el
clínica. Sin embargo, van a generar hipoxia tisular global, le- desarrollo de la sepsis. Este mecanismo e~ explicado porque
sión celular panendotelial, activación de la cascada de coagu- durante el desarrollo del proceso séptico se produce altera-
lación y síndrome de distrés microcirculatorio y mitocondrial ción de los leucocitos y hematíes, edema de los endoteliecitos
(SDMM) (1, 3,4). y agregación plaquetaria (1). En este modelo se observó un
El SDMM está descrito en modelos con sepsis en los cua- incremento en el rodamiento leucocitario a las 24 horas, con
les se ha hecho reanimación de las variables hemodinámicas un tránsito prolongado por la microcirculación y retención de
convencionales, pero a nivel regioJ;lal y microvascular la dis- éstos en los vasos coronarios, dando a entender que· esta al-
función y alteración de la oxigenación persiste (5). teración en el paso de los leucocitos a tra~s. de los capilares
Uno de los eventos implicados en la fisiopatología del puede explicar en parte la oClusión microvascular (1).
shock séptico es la alteración en la regulación del flujo san- A su vez, en el modelo experimental de sepsis, se observó
guíneo arteriolar. Cuando hay un cambio en el medio am- una alteración en la tapacidad de deformación de los hema-
biente celular las fibras musculares lisas normalmente pue- tíes, con alteración en la producción de ON y detención del
den responder con la modificación de la resistencia vascular flujo sanguíneo en estos capilares. Por tanto estos procesos
para regular la distribución del flujo y así asegurar la entrega tienen un efecto aditivo en el evento de oclusión microvascu-
de oxígeno. Aquí los endoteliecitos integran y conducen las lar (1). Además este modelo evidencia el papel que juega la
señales vía célula-célula para que esta respuesta sea posible. presencia de coágulos anormales por CID en la patogenia de
Sin embargo, en los modelos experimentales con sepsis se ha la oclusión microvascular yen la progresión hacia la DMO.
observado que dicha respuesta está alterada, se produce en- La evidencia de este fenómeno es tomada de un modelo' ex-
tonces un trastorno en la regulación de la resistencia vascular perimental el cual utilizó como tratamiento para la sepsis
local y una alteración en la redistribución del flujo sanguíneo proteína C activada recombinante, la cual tiene como proce-
a nivel microvascular, lo cual va a producir una anormali- sos blanco la cascada inflamatoria.y de coagulación. Parece
dad en el flujo sanguíneo, con capilares no prefundidos, con que la modulación de estas cascadas por parte de la proteína
la consiguiente entrega inadecuada de oxígeno a los tejidos C activada recombinante disminuyó la trombosis anormal en
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

la micro circulación y la severidad de la CID, reduciendo en- (2). También se ha identificado que durante la alteración de
tonces lá mortalidad por sepsis (1-3). Además, parece que la la función endotelial se trastorna también la señalización ce-
proteína C activada recombinante tiene un efecto modulador lular, mecanismo que normalmente está relacionado con la
de la cascada inflamatoria, disminuyendo la severidad de la regulación del flujo microvascular (2).
SIRS (1-3,6). En individuos sanos, los endoteliocitos transmiten señales
Otro posible mecanismo implicado en la alteración del célula-célula para regular el tono de las arteriolas precapila-
flujo sanguíneo parece ser la disminución profunda y soste- res y mantener homogéneo el flujo sanguíneo microvascular.
nida de la resistencia vascular periférica. En modelos experi- Durante la sepsis, la señalización endotelial se encuentra al-
mentales al parecer se presenta una alteración en la respuesta terada y dicha regulación del flujo sanguíneo se torna anor-
vaso activa de las arteriolas durante la sepsis, al estar expues- mal, con la consiguiente mala distribución del flujo sanguí-
to el endotelio a los efectos tóxicos del LPS. Esta respuesta neo en los diferentes lechos de la red microvascular de todo
anormal parece ser mediada por citoquinas como TNF alfa, el organismo (2).
IL-l y otras, las cuales va a incrementar la síntesis de ON Otro mecanismo implicado en la alteración de las varia-
por parte de los endoteliecitos, por medio de la enzima óxido bles que regulan el flujo sanguíneo ha sido la disminución de
nítrico sintetasa inducible (ONSI). El aumento en la expre- la contractilidad miocárdica. Parece que es debida en parte
sión de la ONSI aumenta la concentración de ON plasmático, a un efecto tóxico directo del LPS sobre las células miocár-
generando una respuesta vasodilatadora anormal, sostenida y dicas. Esto se evidenció en modelos de ratas con sepsis (2).
refractaria a los reflejos vasopresores endógenos (5, 6). Esta Además, la presencia de LPS aumenta la concentración de
respuesta vasodilatadora a su vez produce una disminución TNF alfa, el cual también tiene un efecto depresor de la fun-
de la resistencia vascular sistémica con posterior hipotensión ción del miocardio (6).
sostenida, contribuyendo al deterioro en la distribución del Una vez expuesto lo anterior, es claro que el shock es una
flujo sanguíneo a los tejidos, creando un ambiente tisular di- entidad compleja, la cual tiene como sustrato fisiopato16gico
sóxico, propicio para el avance hacia la lesión celular irre- el daño microvascular profundo. Aún no se tiene completa
versible y la DMO (1). Sin embargo, es importante aclarar claridad sobre todos y cada uno de los mecanismos involu-
que la lesión celular y mitocondfial debida a la disoxia puede crados, aquí hemos revisado algunos, pero suponemos debe
presentarse a pesar de que las variables hemodinámicas con- haber muchos más. Sin embargo, es un hecho que el objetivo
vencionales estén corregidas, ya que en este momento es cla- de la reanimación y tratamiento del shock debe ser la resuci-
ro que en la fisiopatología del shock y la DMO la alteración tación de la microcirculación, teniendo como órgano blanco
se produce a nivel de la intimidad microcirculatoria durante el endotelio.
la captación y la utilización del oxígeno por parte de la mito- Una de las estrategias que han postulado los científicos
condria y la cadena respiratoria. Por tanto es la restauración para llevar a cabo la resucitación de la microcirculación es
de lainicrocirculación el gran objetivo de la reanimación y modular la respuesta inflamatoria a nivel del endotelio. En la
no sólo la corrección de la resistencia vascular sistémica y la actualidad se han realizado estudios para determinar el efecto
hipotensión (2). que puede tener el uso de corticoides en la modulación de
Otro mecanismo implicado en la alteración del flujo san- esta respuesta, pero los resultados aún son contradictorios.
guíneo a nivel de la microcirculación está relacionado con También se han llevado a cabo estudios experimentales con
cambios en la función de la célula endotelial (2). Se ha obser- terapia anticitoquinas los cuales están actualmente en fase
vado que la acción sinérgica de los eventos descritos anterior- III, con resultados preliminares prometedores. Además se
mente, en conjunto, hace que se produzca lesión a nivel de han realizado experimentos con proteína C activada, los cua-
los endoteliocitos con su posterior activación. Esta activación les también están en fase III, y los resultados h'an. mostrado
es local y sistémica, por lo tanto se va a producir cambios en una aparente reducción en la mortalidad por sepsis, al parecer
la circulación tanto local como de órganos lejanos al sitio ini- por su efecto modulador sobre las cascadas de inflamación y
cial de lesión. Esto constituye un paso crítico hacia la pérdida de coagulación, disminuyendo a su vez la incidencia y seve-
de densidad de capilares perfundidos en órganos y tejidos en ridad de la CID (2, 6).
toda la red microvascular, con la consiguiente alteración en Otra estrategia se basa en el correcto uso de los agentes
la entrega de oxígeno generalizada (2). vasoactivos. En el momento existen estudios que han com-
La activación de los endoteliocitos por parte de las cito- parado diferentes moléculas como por ejemplo arginina-
quinas circulantes produce un' incremento en la expresión de vasopresina, norepinefrina y otros en sepsis. Pero en este
P-selectina, ICAM-l y VCAM-l, las cuales van a estimular momento no hay estudios concluyentes y es necesario que se
la adhesión leucocitaria endotelial. Esta adhesión leucocitaria realicen más estudios bien diseñados para poder determinar
va a contribuir a mayor alteración en el flujo microvascular cuáles vas opresores son los adecuados para cada caso (2, 6).
y a potenciar la lesión endotelial. Además, en este momen- Se estudió y demostró que la POI2 fue asociada a un
to se produce mayor liberación de citoquinas, derivados del incremento en el transporte y entrega de oxígeno, pero en
ácido araquidónico, especies reactivas de oxígeno, proteasas experimentos clínicos fue pobremente ,tolerada debido a la
y otras moléculas que profundizan aún mas la lesión celular inducción o exacerbación de hipotensión arterial (5).
6/ ENDOTELIO, INFLAMACiÓN Y MICROCIRCULACIÓN EN SHOCK

Otra estrategia utilizada para mejorar el flujo sanguíneo actualidad es llevar a cabo una combinación de las diferentes·
microvascular fue el uso de. moléculas como la nitroglicerina estrategias nombradas anteriormente, teniendo en cuenta que
y la dobutamina. En varios estudios se reporta que la nitro- debemos individualizar todos y cada uno de los casos que
glicerina actúa como una molécula donante de óxido nítrico enfrentamos en la práctica clínica. I

y puede mejorar el flujo sanguíneo microvascular. Al mismo En conclusión, se deben realizar más estudios que permi-
tiempo, la dobutamina fue evaluada en estudios clínicos para tan conocer con claridad cuáles son los eventos a nivel celu-
sepsis severa, la cual incrementó el transporte y entrega de lar implicados en la pato génesis del shock, diseñar métodos
oxígeno. Sin embargo, en otros estudios, el impacto clínico para identificar con precisión la presencia de shock a nivel
del uso de estas moléculas y su supuesta mejoría en la perfu- de la intimidad de la circulación regional y de la microcircu-
sión tisular no está completamente claro (4). lación, para finalmente realizar una adecuada resucitación,
Por otro lado se ha demostrado que la resucitación con vo- con la consiguiente disminución de la incidencia de DMO
lumen es efectiva cuando los mecanismos de autorregulación y muerte.
del flujo microvascular están intactos, como es el, caso del
shock hipovolémico. En modelos con sepsis este concepto Referencias
no está completamente claro, debido a la alteración de dichos 1. Cristopher G Ellis, Justin Jagger, Michael Sharpe. The microcircula-
mecanismos de regulación por disfunción endotelial. Ade- tion as a functional system. Critical Care 2005; 9(suppI4): s3-s8.
más, existe controversia entre cuáles pueden ser los fluidos 2. Ryon M Bateman, Keith R Kelley. Microvascular resuscitation as a
a utilizar para una adecuada resucitación (cristaloides vs. co- therapeutic goal in severe sepsis. Critical Care 2005; 9(suppl 4): s27-
s32.
loides) (5). 3. Jean-Francios Dhainaut. Re-establishing organ function in severe sep-
En otros experimentos se ha intentado establecer cuáles sis: targeting the microcirculation. Critical Care 2005; 9(suppI4): sl-
son las condiciones en que está indicado el uso de vasopre- s2.
sores para restablecer la microcirculación en pacientes con 4. Stephen Trzeciak, Emmanuel P Rivers. Clinical manlfestations of
disordered microcirculatory perfusion in severe sepsis. Critical Care
shock distributivo. Para esto se hizo un experimento utili- 2005; 9(suppI4): s20-s26.
zando vasopresina en modelos animales con shock séptico. 5. Can Ince. The microcirculation is the motor of sepsis. Critical Care
Los resultados fueron co~tradictorios, pues se observó que 2005; 9(suppI4): s13-s19.
la vasopresina tenía efectos benéficos en la microcirculación 6. Roberth W. Schrier, Wei Wang. Acute renal failure and sepsis. NEJM
2004; 351: 159-69.
renal, pero en otros casos tenía un efecto deletéreo en la mi-
crocirculación intestinal (5).
Otros experimentos han tenido como objetivo la enzima Lecturas recomendadas
ONSi para inhibir su efecto y mejorar la circulación en los Genesser Finn. Histología. 3a edición 2000. Capítulo Sistema vascular.
lechos vasculares vulnerables. Estudios experimentales nos Guyton Arthur C, Jonh E Hall. Tratado de fisiología médica. 11 a edición
2006. Capítulo la microcirculación y el sistema linfático: intercambio
han indicado que la reducción de la expresión en la ONSi de líquido capilar; líquido intersticial; flujo linfático.
puede ser un blanco importante para corregir los defectos he- Gónzalez Marco Antonio, Gustavo Restrepo, Álvaro Sanín. Paciente en es-
modinámicos distributivos que se presentan durante el desa- tado crítico. 3a edición 2003. Unidad V enfoque del shock. Unidad X
rrollo de la sepsis (5, 6). shock séptico y falla orgánica múltiple.
Lemus Jorge E. Lanziano, Carlos García del Río, Miguel Urina Triana. Cui-
En la actualidad no disponemos de un conocimiento com- dado crítico cardiovascular. la edición 2003. Capítulo Fisiopatología
pleto de la fisiopatología de la alteración microvascular y del shock.
endotelial en el fenómeno shock. Tampoco disponemos de Marini John J, Arthur P. Wheeler. Critical Care Medicine: The essentials. 3a
métodos ideales para reconocer a nivel microvascular dicha edición 2006. "
Robbins Stanley L, Ramzi S. Cotran, Vinay Kumar>Ratología estructural y
alteración, y mucho menos de una molécula que pueda co- funcional. 7a edición 2005. <;:apítulo Inflamación aguda y crónica.
rregir de manera efectiva este desorden. La tendencia en la
REANIMACiÓN ,CARDIOPULMONAR BÁSICA y
AVANZADA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS GUíAS
2005
Hernando Matiz, MD

Introducción la Asociación Americana del Corazón (American Heart


Asso-ciation en adelante (AHA) Guías 2005 en Resucita-
El curso de reanimación cardiopulmonar tiene como objetivo
ción Cardiopulmonar y Atención Cardiovascular de Urgen-
el ofrecer una serie de conocimientos básicos necesarios para
cias, cuyos lineamientos se encuentran en la página web de
enfrentar el correcto manejo de los pacientes que, con motivo
dicha asociación (www.americanheart. org/cpr). También
de un padecimiento cardiorrespiratorio agudo, se encuentran
en el studio del 2005 European Resuscitation Council and
en riesgo inminente de muerte.
International Liaison Committee (ILCOR) on Resuscita-
En otros términos, se trata de ordenar el conocimiento y
tion (2005 European Resuscitation Council and Interna-
establecer pautas claras para el manejo del paciente que sufre
tional Liaison Committee on Resuscitation. Resuscitation.
una pérdida de sus funciones vitales, como consecuencia de
2005.05.011.
un paro cardiorrespiratorio.
La evidencia científica ha corroborado ya las bondades de
esta esquematización de la terapéutica. Strauss y cols, en su Primer paso: ordene las ideas
libro Evidence Based Acute Medicine hacen referencia a un Cuando un paciente pierde el conocimiento nuestro proce-
artículo que estudió las ventajas de realizar la reanimación der debe ser INMEDIATO, SECUENCIAL y ORDENA-
cardio-cerebropulmonar con o sin la instrucción sobre dicho DO.
ordenamiento del proceso. Encontraron que los pacientes re- INMEDIATO: Porque "El tiempo es vida". En efecto, bas-
animados por personal entrenado tenían menor mortalidad y ta con 4 minutos de ausencia de perfusión cerebral para que
morbilidad a la salida (AAR 8, NNT 12) (1) que los reanima- se produzca daño cerebral. (Guías ACLS) (40).
dos por personal sin entrenamiento previo. SECUENCIAL Y ORDENADO: Porque de la implemen-
El sustento bibliográfico del presente artículo se en- tación ordenada de una secuencia de pasos, depende la vida
cuentra en el análisis y críticas a las recomendaciones de del enfermo.

Análisis de los cambios más importantes en las nuevas Guías 2005 de la reanimación
cardiopulmonar y el cuidado cardiovascular de emergencia publicados en Circulation,
diciembre 13, 2005

¿Qué son las Guías 2005? Europeo de Resucita~ión, la. "Fundación E-ardiovascular para
Son el resultado de la colaboración internacional de clínicos el Corazón y la Enf~rmedad Cerebrovascular del Canadá y
e investigadores, que se han reunido para evaluar lo más im- el Consejo Australiano de Resucitación, quienes por primera
portante de la ciencia de la resucitación cardiopulmonar y vez se reunieron en la abadía de Ulstein, Noruega, con el pa-
del cuidado y manejo de la emergencia cardiovascular para trocinio de Laerdal Corporation, con el propósito de discutir
alcanzar un consenso, que introduzca cambios mayores en la los problemas de nomenclatura de la reanimación y estanda-
RCP o confirme las actuales recomendaciones, de tal manera rizar el lenguaje en relación con el paro extrahospitalario.
que se conviertan en un mandamiento con autoridad, basadas PosterioÍIDente se amplió con la gente interesada en el
en la evidencia para que sean acogidas en forma universal. paro neonatal y el cuidado del soporte avanzado pediátrico,
la resucitación intrahospitalaria y la investigación en todos
¿Qué instituciones componen el Comité que los campos enumerados.
Han transcurrido múltiples reuniones que terminaron con
trabaja en las Guías?
el Consenso 2005 de la Ciencia en la Reanimación a través
Está compuesto por el Comité Internacional de Enlace para de la evaluación sistemática basada en la evidencia que se
la Reanimación (ILCOR) que desde hace 15 años comparte llamó: "El Consejo de la Ciencia en Cuidado Cardiovascular
con la Asociación Americana del Corazón (AHA), el Consejo de Urgencia y la Reanimación con recomendaciones sobre
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

tratamiento (CoSTR)". Ha sido considerada la más grande ¿Cuáles fueron los temas de más
revisión de la ciencia de la resucitación jamás llevada a cabo, controversia y cuáles las recomendaciones
que comprometió la colaboración de los grandes expertos in- finales de las Guías 2005?
ternacionales en resucitación.
(Análisis y críticas de la versión en inglés del informe ILCOR
y de las Guías de Resucitación 2005 de laAHA) publicado en
¿Qué buscan las nuevas Guías en RCP?
Circulation (Vol. 112, Issue 24. Diciembre 2005)
Identificar la secuencia y prioridades de los pasos de la re-
sucitación que brinden el mayor potencial en supervivencia 1. Dar primero compresiones cardíacas (masaje) o
del paro, para recomendar intervenciones que aseguren un desfibrilar primero en pacientes con paro cardíaco
manejo del mismo con características de gran calidad y de por fibrilación ventricular (FV) o taquicardia
seguridad. ventricular sin pulso (TVSP)
Como veremos en la Cadena de la Supervivencia de Weins-
¿Quiénes elaboraron las nuevas Guías? feldt y Baker (JAMA 2002, 288: 3035-3038) éstos se adelan-
El grupo estuvo compuesto por 281 expertos internacionales taron a este cambio cuando postularon las tres fases sobre los
quienes evaluaron, a través de una metodología establecida, cuatro eslabones de la reanimación: A. Fase eléctrica B. Fase
las hipótesis, diferentes tópicos y la investigación desarrolla- circulatoria C. Fase metabólica.
da en los últimos cinco años durante 36 meses de reuniones La AHA dejó claro que durante los primeros tres a cuatro
continuas, basadas en el lenguaje de la medicina basada en minutos de un paciente en paro por FV, el tratamiento inme-
la evidencia, el análisis y la documentación de la literatura diato debe ser desfibrilación. Sin embargo la experiencia dice
relevante. Todo esto con particular énfasis en que cada uno de que el paro extrahospitalario toma 4 minutos o más en ser
los expertos declarara previamente los conflictos de intereses atendido (ser des fibrilado) y con una excepción de un estudio
particulares, que por ser ellos expertos, pudieran producir un presentado, todos manifestaron beneficio claro que dar masa-
sesgo a la hora de inclinarse a soportar una recomendación. je antes de la desfibrilación tiene un mejor pronóstico cuando
se pasa de 4 a 10 minutos. Otro inconveniente es que cuando
¿Qué desafíos enfrentaron estos miembros? se llega a atender un paciente, nadie sabe cuántos minutos
lleva en paro.
• El trabajar en un tema como el de la resucitación, cam- Otros estudios han demostrado que la ventilación desde un
po relativamente nuevo en la medicina, lo que hace que principio en la reanimación no es necesaria en los primeros
los datos epidemiológicos y estadísticos sean escasos e minutos del paro por fibrilación ventricular primaria, con ex-
incompletos, por lo tanto falta un nivel alto de evidencia cepción del paro por asfixia (ahogamiento).
para recomendaciones.
• Que gran cantidad de investigación en reanimación se ¿Cuál fue la decisión final?
basa en experimentación animal, cuya extrapolación a Se acordó dar primero masaje entre 1,5 a 3 minutos antes de
humanos debe hacerse con mucha precaución. intentar la desfibrilación para el paro ocurrido fuera del hos-
• Que no obstante los esfuerzos para preparar personal de pital (no hubo consenso en el paro intrahospitalario) para la
salud y legos, la tasa de supervivencia en el paro continúa FV o la TVSP, cuando la atención se presta después de los 4 o
extremadamente baja (por debajo del 6%) lo que hace di- 5 minutos de iniciado el paro. Sin embargo no hubo consenso
fícilllevar a cabo estudios que demuestren la superviven- en cuanto a tiempo de masaje antes de la desfiQ~·ilación. Por
cia a largo plazo, para evaluación por ejemplo de cambios lo -tanto se estableció que en esa fase circulatoria (4 a 10 mi-
neurológicos postparo. nutos) se debe dar masaje primero antes de la desfibrilación.
Se discutirá más adelante. en la cadena de la supervivencia
¿Por qué el informe AHA es algo diferente del la razón.
Consenso Europeo?
2. ¿Cuál es la relación ideal compresión/ventilación
Porque a pesar de todo los esfuerzos de unificación de con-
en un adulto, un niño, un lactante y un neonato?
ceptos, hubo grandes divergencias, por ejemplo en el tópico
de la respiración y otros. Según Douglas Chamberlain del Describen las nuevas Guías 2005 que este fue uno de los
Comité Europeo: "Nadie tiene el monopolio de la sabiduría, puntos de mayor controversia. Como se discutió ya, la tasa
conocimiento o experiencia", por lo que se espera un mayor de supervivencia del paro es baja «6%) aún en las manos
consenso para las Guías 2010. mejor entrenadas pero sabemos que el uso público de la des-
fibrilación externa automática (DEA) cambió estas cifras a
7 I REANIMACiÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA y AVANZADA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS GUíAS 2005

49 a 74% cuando se daba primero RCP temprano y DEA a. 150-200 J para desfibrilador bifásico de onda truncada
temprano. o,
No hay, según las Guías, razón q~e justifique dar la rela- b. 120 J para desfibrilador bifásico de onda rectilínea
ción actual de 15:2 ni tampoco se ha demostrado que el masaje c. Se demostró que dar las mismas descargas de 200 J, bi-
frecuente y prolongado sea deletéreo. También ha sido demos- fásico era lo mismo que dar una descarga monofásica
trado que en la reanimación corriente dejamos al paciente sin de 360 J Y además que repetir choques a dosis mayores
masaje aproximadamente de 14 a 16 segundos para dar respi- podría ocasionar, como se ha reportado con 360 J, blo-
ración y estudios actuales también han demostrado que los re- queos auriculoventriculares y otras arritmias. Entonces
sultados no son mejores si sólo se comprime y no se ventila. se recomienda dar dosis repetidas con las mismas des-
Algunos estudios también demostraron que normalmente cargas. La autorización de descarga monofónica es útil
se da mucha ventilación a las víctimas y este problema era aún es nuestro país, donde nos tomará tiempo, cambiar nues-
mayor en pacientes intubados. La hiperventilación está aso- tros desfibriladores de monofásicos o bifásicos.
ciada con un aumento de presión intratorácica y por lo tanto
disminución de la presión de perfusión coronaria y cerebral y 4. ¿Vasopresina O adrenalina en el manejo del
esto naturalmente disminuye la tasa de supervivencia. paro?
Sin embargo se acordó nuevamente que era mejor dar com-
presiop.es que ventilaciones (si no se quiere dar ventilación), No obstante el uso frecuente de la epinefrina no se demos-
con la excepción del paro por asfixia y el paro prolongado. tró que fuera superior a la Vasopresina en cuanto a aumento
de supervivencia intraparo, a las 24 horas o a la salida del
¿Cuál fue la decisión final en la relación compresión! hospital. Es decir que se puede utilizar una u otra y éste
ventilación? probablemente será un punto de discusión para las Guías
Se acordó dar 30 compresiones y 2 ventilaciones (30:2) en 2010.
adultos y que para evitar confusiones especialmente en los
legos se debía dar también la misma relación en la edad de 5. ¿Qué recomendaciones en el manejo del
lactante a niño. ' paciente postparo?
Sin embargo, también se aceptó que-si dos proveedores
Infortunadamente no ha habido investigación que demuestre
con experiencia atienden un niño, se podrían dar 15:2. Igual-
cuál es el manejo ideal en el paciente en el período postpa-
mente para niños después del mes de nacidos se recomienda
ro. Algunos estudios han demostrado mejores resultados en
15:2, niños de 1 a 30 días 3: 1.
cuanto al estado neurológico residual postparo, si se practica
hipotermia en sobrevivientes comatosos después del paro por
3. ¿Dar un único choque o tres choques
FV, lo cual ya venía siendo demostrado años atrás; Pero no
escalonados consecutivos para FV?
hay conclusiones definitivas en este aspecto en el paro in-
Las Guías 2000 no daban suficientes razones para dar las tres trahospitalario en FV o con otros ritmos.
descargas escalonadas. Se consideró que hacer esto requería
interrupción mayor y frecuente del masaje cardiaco y que si Un resumen para recordar
se daba un solo choque eficaz con desfibrilación bifásica era
suficiente o monofásica de 360 julios. Como conclusión, las nuevas Guías recomiendan con mucho
énfasis dar compresiones fuertes y seguidas (100 por minu-
¿Entonces cuántos choques se deben dar? to) procurando en lo posible no interritI'Q-pirlas. De acuerdo
Se llegó al consenso de recomendar un solo choque eléctrico al tiempo del colapso (O a4 minutos) primero desfibrilar y
con práctica inmediata de RCP sin ni siquiera chequear pulso después dar masaje cardíaéo, pero debe ser 30:2. Si más de
hasta que se completaran los cinco (5) ciclos de masaje (2 4 minutos, dar prim~ro masaje de 1,5 a 3 minutos antes de
minutos) en la relación 30:2. Debe entonces notarse que el desfibrilar. /
reanudar la RCP por 2 minutos es nuevo ya que también se ha Se unificaron las relaciones 30:2 para todas las edades en
demostrado que aún después de las desfibrilaciones cuando el lego y se cambió la relación 3: 1 y 5: 1 en lactantes y niños
el paciente tiene un ritmo diferente a la FV, este ritmo de cir- por 15:2. En niños de 1 a 30 días, se recomienda 3: 1.
culación espontánea es deficiente por lo cual se recomienda Se acordó dar 1 solo choque eléctrico seguido de masaje
siempre continuar con masaje postdesfibrilación aun así se cardiaco 30:2 por 5 ciclos (2 minutos), de tal manera que des-
observe por ejemplo ritmo sinusal. aparecen los 3 choques escalonados seguidos. Se unific;rron
las cargas eléctricas según el tipo de desfibrilador (monofá-
¿Qué energía debemos aplicar en el único choque sico o bifásico); nos enseñaron que no debe haber diferencia
inicial? entre adrenalina o vasopresina y se dieron recomendaciones
Según ellos también fue difícil establecer qué tanto aplicar sobre el nunca bien estudiado e ~nvestigado manejo del pa-
en el primer choque pero sin embargo se recomendó dar cho- ciente en el período postparo.
ques de la siguiente manera:

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 113


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Reanimación cardiopulmonar respiraciones de rescate. Posteriormente evaluar el pulso ca-


rotídeo y si no se encuentra colocar las manos encima del
La cadena de la supervivencia
tórax del paciente y dar compresiones torácicas alternando
Es una comparación útil que se ajusta a los anteriores pasos 30 compresiones/2 respiraciones por 5 ciclos (2 minutos).
de nuestro proceder inmediato, secuencial y ordenado, que
nos ofrece el mejor enfoque terapéutico para las personas que Tercer eslabón
presentan un episodio de muerte súbita de origen cardiaco. Desfibrilación precoz con el desfibrilador externo automático
Así que la supervivencia depende de una secuencia de ac- (DEA) que se solicitó en el paso 1.
ciones críticas que si es descuidada u olvidada afectará la
supervivencia ante un paro cardiaco. Ésta fue esbozada por Cuarto eslabón
primera vez por Peter Safar en 1968, quien murió reciente- Atención cardiopulmonar avanzada precoz.
mente y es considerado el pionero de la reanimación cardio-
pulmonar. Cadena de la supervivencia modificada
Esta cadena de supervivencia se compone de varios esla- (figura 2)
bones que deben ser tomados en cuenta por igual. Porque si
algún eslabón de la cadena se rompe, es decir se olvida, la La ARA ha adoptado la tradicional Cadena de la Superviven-
tasa de supervivencia será muy baja o nula. Esta cadena se cia en las recientemente publicadas Guías 2005.
ha considerado el patrón de oro para evaluar la eficiencia del Queremos resaltar en este libro el modelo de Cadena de
manejo del paro (figura 1). la Supervivencia de Weisfeldt y Becker, publicada en JAMA
2002,288: 3035-3038, quienes proponen un modelo con im-
Primer eslabón portantes implicaciones clínicas que nos permiten una mejor
Acceso precoz a la víctima que comprende: la determinación comprensión de las diferentes cuatro fases del paro cardiaco,
del estado de conciencia al llamado, luego, pedir ayuda y so- así como la intervención terapéutica apropiada, teniendo en
licitar un desfibrilador externo automático (DEA) o un desfi- cuenta la progresión fisiopatológica del desorden, con el fin
brilador manual. ' de alcanzar una mejor supervivencia. No nos explicamos, por
qué las nuevas Guías 2005, no le dan importancia a esta mo-
Segundo eslabón dificación si fue base de los cambios propuestos en desfibri-
Reanimación cardiopulmonar básica que comprende: ini- lación y otras modificaciones en el masaje cardíaco.
cialmente determinar si el paciente respira abriendo la vía Estos adoptan los mismos cuatro eslabones pero describen
aérea, es decir extendiendo el cuello, luego aplicar el MES sobre estos, tres fases:
(Mirar, Escuchar, Sentir la respiración) y luego aplicar dos 1. Fase eléctrica

Acceso RCP Desfibrilación Soporte


temprano temprano temprana avanzado

Figura 1. La cadena de la supervivencia.


7/ REANIMACiÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA y AVANZADA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS GUíAS 2005

\ ,- . - FASE CIRCUI..ATORIA FASE METABÓtlCA "


. . - ,

Acceso RCP Desfi bri lación Soporte


temprano temprano temprana avanzado

Figura 2. La cadena de la supervivencia modificada. Fuente: Weisfeldt y Baker, JAMA 2002; 288: 3035-3038.

2. Fase circulatoria una vez se haya hecho masaje por 1.5 a 3 minutos, lo que ha
3. Fase metabólica. mostrado que mejora la supervivencia. Se supone, el masaje
en este momento lava los productos del metabolismo anae-
1. Fase eléctrica róbico y factores metabólicos adversos que impiden la oxi-
Comprende los primeros 4 minutos una vez el paciente co- genación a los tejidos isquémicos y repone ATP a la célula
lapsa. La terapia apropiada en esta fase es la desfibrilación. miocárdica.
Durante la fase eléctrica el tratamiento importante es la
desfibrilación temprana. Sabemos que la eficiencia del cho- 3. Fase metabólica
que eléctrico disminuye con el tiempo (7 a 10% menos de Se cuenta aproximadamente a los 10 minutos después de ini-
sobrevivencia por cada minuto que el paciente está en fibrila- ciada la fibrilación ventricular, que se acompaña de períodos
ción ventricular). Después de 20 minutos de fibrilación sos- prolongados de isquemia tisular y semeja un estado séptico,
tenida, la restauración de un ritmo de perfusión miocárdica es ya que se encuentran en la circulación endotoxinas, factor de
rara. La desfibrilación es entonces útil y efectiva si se aplica necrosis tumoral, citoquinas y radicales libres, así como meta-
dentro de los 5 primeros minutos del paro sucedido en el área bolitos anfipáticos que deprimen la cOll!Iactilidad miocárdica.
prehospitalaria. En el área hospitalaria se supone que debe Si comprendemos mejor el modelo,-,propuesto, estamos
efectuarse en más o menos 3 minutos. en mejores condiciones para dirigir nuestras intervenciones
terapéuticas durante la reanimación. Así que en la fase eléc-
2. Fase circulatoria trica el tratamiento/de elección es la desfibrilación ojalá con
Va desde los 4 a los 10 minutos. La restauración de una acti- desfibriladores de onda bifásica. Durante la fase circulato-
vidad eléctrica organizada, como por ejemplo, ritmo sinusal, ria, aplicar maniobras de resucitación que permiten un re-
no necesariamente resulta en una contractilidad ventricular tomo venoso adecuado y movilización de productos tóxicos
adecuada. Estudios en animales han demostrado que perío- del metabolismo del músculo isquémico y luego desfibrilar.
dos prolongados de fibrilación ventricular no tratada, tiene También intervenciones farmacológicas para elevar el dintel
mejores resultados si 2 a 5 minutos de masaje cardíaco son de fibrilación ventricular con Amiodarona y/o drogas vaso-
aplicados antes de la des fibrilación, lo cual también reco- constrictoras como epinefrina y vasopresina.
miendan las Guías 2005. Asimismo, las nuevas Guías 2005 promueven la hipoter-
En esta fase es mejor, promover la oxigenación al corazón mia durante la fase metabólica y postresucitación, que se
y al pulmón a través del masaje cardiaco (compresión torá- ha demostrado mejora la supervivencia inmediata y a largo
cica y ventilación) y dejar la des fibrilación para más tarde, tiempo del paro con un mejor e~tado neurológico residual.

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 115


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

la evaluación primaria. El inicio del proceso


de reanimación
Propósito
Con la estrategia de Evaluación Primaria buscamos:
1. Comprobar el estado de conciencia del enfermo.
2. Proporcionamos ayuda, y
3. Iniciar el proceso de reanimación básica mientras llega la
ayuda.

Comprobación del estado de conciencia del


enfermo
Figura 4a.
1. Llame al enfermo por su nombre
La probabilidad de que usted sepa el nombre de alguien
que súbitamente pierde la conciencia es muy baja, sobre
todo en ciudades grandes.
Dígale: ¡Señor! o ¡Señora!. .. ¿Qué le pasa? (figura 3).

Figura 4b.

Figura 3. Figura 4c.

2. Mueva suavemente al paciente Variante callejera


Establezca un contacto táctil con el paciente. Haga pre- Si el escenario es en la calle o cualquier otro sitio fuera de
sión suave sobre los hombros. No lo llame moviendo el una institución de salud, Bu:sque Ayuda antes de iniciar cual-
cuello (puede tener lesión cervical). quier maniobra de reanimación.
Si olvida esta recomendación, se encontrará media hora
Interpretación
después, desesperado, dando masaje cardíaco y respiración
Si el paciente no responde (habla o se mueve), pero tiene artificial a un paciente en paro, y rodeado de curiosos cada
pulso y respira, póngalo en posición de rescate y evalúe si uno de ·los cuales le ofrece su propia interpretación y reco-
necesita atención adicional (figura 4a, b, c). mendación y además, ¡estorba!
Si el paciente no responde y no respira, considere que se En muchas ciudades existe un número directo, general-
encuentra frente a un caso de paro cardíaco. mente de 3 cifras, dispüesto a responder las solicitudes de
ayuda. En Bogotá es el 125. Consiga el de su ciudad (_).
Proporciónese ayuda: Llame o haga llamar Cruz Roja: 132. Número Nacional: 123.
por teléfono solicitando ayuda y pidiendo un Cuando pida ayuda:
desfibrilador externo automático (CEA) (figura 5) 1. Identifíquese por su nombre y profesión, cuéntele, si sabe
reanimar.
7/ REANIMACiÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA y AVANZADA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS GUíAS 2005

2. Extienda el cuello y levántele la mandíbula desde el men~


tón. Con esta maniobra se eleva el piso de la boca y se
impide la obstrucción por la lengua (figuras 7 y 8). ¡OJO!
Si sospecha lesión de columna cervical solo levante la
mandíbula inferior, NO MOVILICE EL CUELLO (figura
8: subluxación de la mandíbula).

Figura 5.

2. De el grupo etario de la persona en paro. No es necesario


ser preciso, con referir si es un adulto ó un niño basta. Si
son varias víctimas ¡avise! Se consideran niños hasta la
pubertad.
Figura 6.
3. Diga la ubicación exacta en donde puedan encontrarlo.
Evite decir que se encuentra en el centro comercial de tal
sitio. De el sitio lo más preciso posible en el edificio. De
un número telefónico o su número celular.
4. Pida que le traigan un desfibrilador externo automático
(DEA). No cuelgue el teléfono hasta que el operario lo
ordene, una vez él ha chequeado nuevamente los datos.

Variante "Hospital"
Active el "Código Azul" de su institución. ¡Pida que vengan
a ayudarle!

Código azul
Organice en su servicio la forma cómo el personal va a ayudar
en una situación de emergencia. Si aún no lo ha hecho pídale
al primero que pase, sea enfermera(o), auxiliar, médico(a)
que le consiga el "carro de paro".

Recuerde, ahorrar tiempo salva vidas (2) (Nivel de


Evidencia 1a)
Figura 7.
Inicie la reanimación siguiendo el A, B, e, D.

A B
Para la AHA, la B significa BREATHING y a nosotros nos
La nemotecnia es de laAHA, para recordar AIRWAY (A) que debe recordar la RESPIRACIÓN. En esta etapa el proce'so es:
significa VÍA AÉREA. La acción a realizar aquí es DESPE- 1. Mire, Escuche y Sienta (haga el MES) la respiración de
JAR LA VÍA AÉREA, extendiendo el cuello. la víctima. Acérquese, utilice sus sentidos y mire el tórax.
1. Coloque el paciente en posición supina, (figuras 6 y 7 ex- Si con esto no comprueba respiración espontánea, el pa-
tendiendo el cuello). ciente está en paro. Permítase entre 5 y 10 segundos para
constatado (figura 9).

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 117


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Figura 9a.

Figura 8.

Figura 9b.

Figura 9.

2. Provea al paciente de 2 respiraciones de rescate. Estas de-


ben ser suaves pero firmes y profundas, con una duración
de 1 segundo en la insuflación y con el tiempo suficiente
entre ellas para permitir una exhalación completa boca a
boca o con aditamentos para la vía aérea: escudo facial,
máscara facial o bolsa-válvula-reservorio (figuras 9a, b,
c). Recuerde constatar que efectivamente hay paso de
aire. Para ello fíjese en el tórax de la víctima y mire si éste
sube con las insuflaciones. Si no evidencia paso de aire,
vuelva al paso anterior (A), extendiendo nuevamente el
cuello y sub luxando la mandíbula.
3. Busque cuerpos extraños en la vía aérea y si los encuentra,
extraígalos. Recuerde que también puede dar respiración Figura 9c.
boca a nariz (figura 9).
7 I REANIMACiÓN CARDlOPULMONAR BÁSICA y AVANZADA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS GUíAS 2005

e
Para nosotros C es CIRCULACIÓN para la ARA: CIRCULA-
3. NO le enseñe a la persona lega a buscar pulso, dígale que'
inicie masaje cardiaco 30:2. La persona lega reconoce
pulso en 10% de las personas que no tienen pulso (pobre
sensibilidad) y no encuentran pulso en 40% de las perso-
TION. El objetivo aquí es asegurar el soporte circulatorio. En nas que si tienen pulso (pobre especificidad). '
esta etapa, siga también el proceso de Evaluación - Acción. 4. De todas maneras trate de no suspender el masaje por po-
nerse a buscar pulso. Cambie roles con el otro re animador
EVALUACIÓN: Busque en su paciente signos de circu- a los 2 minutos.
lación.
1. Si su paciente está respirando, deglutiendo, moviéndose ó Acción: Inicie el masaje cardíaco. Para ello:
tosiendo pero está inconsciente, probablemente tiene una 1. Arrodíllese junto a la víctima, de tal manera que su om-
actividad cardiaca "suficiente". Póngalo en posición de bligo y la línea intermamilar del paciente queden en línea
rescate y continúe evaluándolo. (figura 12).
2. Busque el pulso carotídeo y constate su presencia o au-
sencia pero no se demore más de 10 segundos: Coloque
sus dedos a nivel del borde superior de la manzana de
Adán y deslícelo lateralmente hasta el borde anterior del
músculo esternoc1eidomastoideo; si no encuentra allí el
"pulso", acepte que no hay actividad cardiaca, pase a la
Acción (figuras 10 y 11). Permítase entre 5 y 10 segundos
para constatar si hayo no hay pulso.

Figura 10.

Figura 12.

2. Ponga sus manos sobre el tercio inferior del esternón, uti-


lizando únicameíÍte las eminencias tenar e hipotenar (ta-
lón de las manos). No se apoye sobre la apófisis xifoides,
ni apoye las palmas de las manos. Entrelace los dedos de
las manos (figuras 13, 14 y 15).
3. Utilice todo el peso del cuerpo: Codos rectos y hombros
perpendiculares al tórax del paciente. La recomendación
es presionar con la fuerza suficiente para "hundir" el tórax
4-5 cm. Esto es difícil de medir. Si está acompañado, haga
que su compañero palpe el pulso carotídeo, es la mejor
forma de verificar que el masaje está siendo efectivo (fi-
guras 16 y 17).
4. Realice 100 compresiones por' minuto, ni más ni menos.
Figura 11.
5. Alterne 30 compresiones con 2 insuflaciones, (30:2).

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 119


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Haga el 30:2 estando solo o acompañado, durante 5 ciclos


o 2 minutos sin parar y sin toca,r pulso. Toque pulso sola-
mente después de los 5 ciclos.

Figura 13. Figura 16.

Figura 14. Figura 17.

D "

Para nosotros D es Desfibrilación para ellos Dejibrilation.


El objetivo aquí es conegir eventuales trastornos del ritmo
cardíaco y supone que le ha llegado un desfibrilador externo
automático

Tiene ritmo desfibrilable


De un choque eléctrico de 150 a 200 J bifásico o 360 mo-
nofásico y reinicie inmediatamente masaje 30:2 por 5 ciclos,
si no han pasado más de 4 minutos del colapso (figuras 18,
19,20 Y 21).

No tiene ritmo desfibrilable


Reinicie inmediatamente masaje por 5 ciclos, chequeando el
ritmo hasta que llegue la ayuda avanzada o el paciente co-
Figura 15. mience a moverse (ver Algoritmo 1 - Proveedor BLS Adul-
tos, p. 76).
7 I REANIMACiÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA y AVANZADA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS GUíAS 2005

Figura 18. Figura 21.

Instrucciones para el manejo del DEA


Nota: Mire el algoritmo No. 6 para el uso del desfibrilador
externo automático (DEA)

Evaluación secundaria: A, B, C, D
¿De qué se trata?
Es un proceso de revisión, secuencial y ordenado de la con-
dición del paciente.
En esencia, reproduce la secuencia de la evaluación pri-
maria, profundizando en ciertas acciones.
Es un proceso de optimización del A, B, C, D -"Plimario".

¿Qué es optimizar?
La optimización consiste en volver a revisar el A, B, C, D y
Figura 19. agregar algunos elementos para apoyar la supervivencia del
enfermo. Los principales agregados son:
• Inserte un tubo orotraqueal, mascarilla laríngea o combi-
tubo (asegure la vía aérea).
• Utilice un respirador manual inicialmente y si tiene un
respirador mecánico colóquelo despué~.
• Administre oxígeno al tOO%.
• Canalice una vena a.ntecubital.
• Monitorice los signos vitales.
• Complete el examen físico.
• Procure obtener una historia clínica o información adicio-
nal sobre antecedentes (lo anterior se describirá en forma
separada más adelante, así como el manejo avanzado de
la vía aérea.
i Trate de hacer un diagnóstico!

Evaluación primaria, un resumen para


recordar
Frente a la súbita caída o pérdid?- del conocimiento de una
persona, siempre se debe constatar el estado de conciencia
Figura 20. llamándola y estableciendo un contacto físico.

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 121


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

De haber una respuesta insatisfactoria o no haberla, se Puede usar también máscara laríngea o cambitubo.
recomienda activar el· sistema de emergencia, asegurándose
de entregar adecuadamente los datos de ubicación exacta, B
solicitando un desfibrilador externo automático. Si está en Secundaria: Aumente la calidad ventilatoria y no olvide:
un medio hospitalario, trace los mismos objetivos. Recuerde Oxigeno a1100%. Recuerde que cuando ya tenga asegurada
que el tiempo es oro, o mejor en este caso, el tiempo es vida. la vía aérea (intubación) puede ventilar a su ·paciente a una
Mientras llega la ayuda, empiece a trabajar. Ponga en marcha frecuencia de 8 a 10 ventilaciones por minuto haciendo caso
la cadena de la supervivencia. omiso de la relación 30:2. ¡No pare la compresión!

e
Cadena de la supervivencia
A
Secundaria: Recuerde los cuatro pasos ... Pulso: de no tenerlo I
inicie masaje. Monitorícelo. Obtenga un acceso intravenoso.
Verifique la permeabilidad de la vía aérea. Para ello, procure
que su paciente esté en posición supina y levántele la man- D
díbula desde el mentón. OJO con la lesión de columna cer- Secundaria: Trate de establecer un diagnóstico diferencial.
vical.
ALGORITMOS
B
Mire, escuche y sienta (MES) la respiración de la víctima. Si ¿Qué son?
no lo logra, sospeche que no respira y proceda a dar dos insu- Los algoritmos son una secuencia ordenada de pasos ten-
flaciones de rescate. Actúe suave, firme y profundo, 2 veces. dientes a organizar el manejo de problemas específicos del
¡Déjelo exhalar!, es decir retire su boca. paciente en paro cardiorrespiratorio.
Si su "hálito vital" no entra a los pulmones (del paciente) Las evaluaciones primaria y secundaria son recomenda-
vuelva al paso A y revise de nuevo. Si no logra insuflar pul- ciones generales aplicables a todo paciente con signos de co-
mones, sospeche que el paciente ~iene una obstrucción de la lapso. Los algoritmos, en contraste, se caracterizan por ser
vía aérea. De una respiración de 1 segundo y espiración de específicos para cada arritmia.
1 segundo.
Una aclaración
e
Busque el corazón del paciente. Si no se mueve, busque el Por razones de organización de las ideas, los algoritmos se
pulso carotídeo y si no lo encuentra: presentan como "entidades separadas". Sin embargo, vale
Arrodíllese para practicar masaje cardíaco a la víctima. aclarar que el proceso de reanimación es uno solo y por tanto
Estire sus brazos, entrelace las manos y presione el tórax constituye una secuencia integral de EVALUACIÓN - AC-
del paciente (mitad inferior del esternón), usando el talón CIÓN.
de una de sus manos. Manténgase a 100 por minuto. En ese sentido, la secuencia será siempre:
No olvide la respiración, utilice 30:2 (30 compresiones 1. Evaluación.
por 2 ventilaciones). Recuerde que la relación 30:2 la 2. Algoritmo específico.
debe usar tanto cuando esté solo como cuando este acom- 3. Manejo o tratamiento.
pañado.
Llegó el Desfibrilador. Pare inmediatamente lo que esté Nota: Los algoritmos universales que se presentap han sido
haciendo y proceda a activarlo, ya sea el DEA o el desfi- analizados y modificados de los diferentes libros de"reanima-
brilador convencional. ción, incluyendo como se menciono en la introducción, las
recomendaciones de la Asociación Americana del Corazón
D (AHA) y las modificaciones éÍe las nuevas Guías AHA-2005
30:2 la debe usar tanto cuando esté solo como cuando este e ILCOR 2005.
acompañado.
Llegó el Desfibrilador. Pare inmediatamente lo que esté Advertencia
haciendo y proceda a activarlo, ya sea el DEA o el desfibri- Es necesario aclarar que las nuevas Guías 2005 redujeron los
lador convencional. algoritmos de manejo de lOa 7 de la siguiente manera:
• Algoritmo N° 1. Proveedor BLS adulto.
Evaluación secundaria, un resumen para • Algoritmo N° 2. Bradicardias.
recordar • Algoritmo N° 3. Paro cardíaco con ritmos sin pulso que
A
comprenden: fibrilación ventricular, actividad eléctrica
Secundaria: Intúbelo, y verifique la posición del tubo. " ¡Que sin pulso, taquicardia ventricular sin pulso y asistolia.
esté en la tráquea, no en el esófago! (Verifique los 5 puntos) • Algoritmo N° 4. Taquicardias con pulso que comprende:
fibrilación y flutter auricular, taquicardia supraventricular
7 I REANIMACiÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA y AVANZADA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS GUíAS 2005

de reentrada nodal, taquicardia atrial mliltifocal o ectópi- Algoritmo N° 6. Síndrome coronario agudo.
ca, taquicardia de la unión AV y taquicardia ventricular Algoritmo N° 7. ACV.
monomórfica y polimórfica. «Proveedor BLS adulto», que se utiliza como algoritmo
Algoritmo N° 5. Desfibrilación externa automática universal para el resto de los que siguen y nos señala una
(DEA). secuencia ordenada a seguir.

Sin movimiento y sin respuesta

2
LLame al 125-132 o al número de Emergencia y pida
un DEA o envié al segundo rescatista (si lo hay) para
hacerlo

A 3
Abra la vía aérea y verifique la respiración

B 4
Si no respira de dos respiraciones de rescate
que hagan subir el tórax de 1 segundo de duración cada una
Proveedor
BLS
5 5A
Si no hay respuesta chequee
el pulso: permítase 10 Si tiene pulso ¡- --------------------
segundos ••••••••••••••••••~ De una respiración
'""'-_ _ _ _ _ _ _ _. . : cada 5 a 6 segundos y
I busque pulso cada 2
I minutos
I

e 6 T ----------
De ciclos de 30 compresiones por 2 respiraciones
hasta que llegue el DEA, llegue la ayuda
avanzada o la víctima comience a moverse
Comprima el tórax fuerte y rápido (100 por
minuto) y deje que vuelva a su posición normal.
No trate de interrumpir las compresiones

7 '.
Llega el DEA o el desfibrilador

D
.- ............................. .

Desfibrilable No Desfibrilable
9 10
De una descarga y Reanude la RCP por 5 ciclos,
J •••••• reanude RCP chequee el ritmo cada 5 ciclos,
inmediatamente por 5 ciclos continúe soporte hasta que
llegue la ayuda avanzada o la
víctima comience a moverse

NOTA: Los cuadros de línea punteada corresponden a lo que debe hacer el proveedor BLS pero no la persona lega.

Algoritmo 1. Proveedor BLS Adulto. Algoritmos AHA con modificaciones (no hay traducción oficial al español) a la fecha junio 2006.

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 123


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

1
Bradicardia
Frecuencia cardíaca por debajo de 60 latidos minuto
o pulso inadecuado para la condición clínica

2
*Mantenga vía aérea abierta. Apoye la respiración cuanto sea
necesario.
*De oxígeno
*Monitorice e identifique ritmos, tensión arterial,
oxÍlnetría
*Establezca acceso venoso

3
Signos o síntomas de mala perfusión causada por la bradicardia? Por ejemplo: estado mental
agudamente alterado, dolor torácico en curso, hipotensión u otros signos de shock

4A 4
Perfusión adecuada: Perfusión pobre
Prepárese para marcapaso transcutáneo;
[ Observe / Monitorice ~ ....................:........................ Use sin demora para bloqueos de alto grado
(tipo AV de segundo grado Mobitz II o
bloqueo AV de tercer grado
Considere Atropina 0.5 mg IV mientras espera
RECORDATORIO el marcapaso; puede repetir hasta una dosis
total de 3 mg. Si inefectivo, ap,lique
*Si se desarrolla paro sin pulso vaya al algoritmo marcapaso.
de actividad eléctrica sin pulso Considere Epinefrina ( 2 a 10 microgramos
*Busque y trate posibles factores contributorios: minuto o Dopamina 2 a 10 microgramps
minuto) en infusión mientras espero el ',_
Hipovolemia marcapaso o si el marcapaso es inefectivo
Hipoxia
Hidrogeniones (acidosis)
Hipo-hipercalemia
Hipo-hiperglicemia 5
Hipotermia
Prepárese para marcapaso transvenoso
Tóxicos Trate causas contributorias
Taponamiento cardíaco Considere interconsulta especializada
Tensión pneumotórax
Trombosis (coronaria)
Trombo embolismo pulmonar
Trauma

Algoritmo 2. Bradicardias.
7/ REANIMACiÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA y AVANZADA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS GUíAS 2005

1
Paro sin pu.lso.
Algoritmo BLS : pida ayuda y de RCP
Administre oxígeno si lo tiene.
Conecte monitor/desfibrilador cuando lo tenga

3
, Desfibrilable
"lIaaBallaamaaallD

Fibrilación ventricular
taquicardia ventricular
2
Chequee el ritmo.
Ritmo desfibrilable?
No desfibrilable
.aaa.aCQa.aeaaD.a ••

I
9
D.D.a.D~

Asistolia
T
Actividad eléctrica sin pulso

4
De un choque.
-Desfibrilador bifásico manual: (120 a 200 julios) 1
-DEA según carga
-Monofásico 360 julios Reactive nuevamente RCP durante 5 ciclos
Reanude RCP inmediatamente Cuando tenga vía endovenosa o intraosea lista
administre un vasopresor :
De 5 ciclos de RCP *Epinefrina 1 mg IV/lO
Repita cada 3 a5 minutos o
5 *De una dosis de vasopresina 40 unidades IV/lO
Chequee el ritmo
............................

,
Para reemplazar la primera y segunda dosis de
Ritmo desfibrilable? Epinefrina -
*Considere Atropina 1 mg IV/lO para asístole o
actividad eléctrica sin pulso lenta.

Continúe RCP mientras el desfibrilador se carga De 5 ciclos de RCP


De una descarga
*Aparato bifásico manual como arriba
(Igual al primer choque o mayor dosis)
*DEA según carga del aparato
*Monofásico de 360 julios
Reactive nuevamente RCP después de la descarga
Si tiene una vía venosa o aérea de drogas
vasopresoras durante la RCP
(Antes o después del choque)
Epinefrina 1 mg IV/10
Repita cada 3 a 5 minutos o Puede dar una dosis de
vasopresina 40 unidades IV/lO para reemplazar la 12
primera o segunda dosis de EPINEFRINA

*Si hay asístole vaya al numeral


10
..... ?~..... ~ *Si hay actividad eléctrica
chequee los pulsos y si no hay
Desfibrilable No Desfibrilable

..................................rJII
pulso vaya al numeral 10 ~a .1111 q a 11 ...... g a 11 a a a ~.J.' 811 all
Si el pulso está presente comience
8 cuidado post-resucitación
Continúe RCP mientras el desfibrilador se carga
De una descarga
*Aparato bifásico manual Durante la RCP
(Igual al primer choque o mayor dosis)
Nota: si desconocido use 200 julios *Comprima fuerte y rápido ( lOO por minuto) *Rotense las personas que dan masaje cada 2
*Use el DEA según carga *Asegúrese que el tórax vuelva a su posición minutos cuando se chequea el pulso
*Monofásico de 360 julios , *Evite interrupciones durante el masaje cardiaco *Busque y trate causas posibles: 6 H-6 T
Reactive nuevamente RCP después de la descarga *De un ciclo de RCP: 30 compresiones por dos respiraciones *Hipovolemia
*Durante 5 ciclos durante 2 minutos *Hipoxia
*Considere antiarrítmicos; administre durante la RCP *Evite la hiperventilación *Hidrogeniones (acidosis)
(Antes o después del choque): *Asegure la vía aérea y confinne su posición *Hipo-hipercalemia
*Amiodarona 300 mg IV/lO 1 vez, entonces considere *Una vez la vía aérea ha sido asegurada los rescatadores *Hiper-hipoglicemia
adicionalmente 150 mg IV/lO de la misma droga des continúan los ciclos de 30 por 2.-Dan compresiones *Hipotennia
por una vezo continuas de 100 por minuto sin pausa para respirar
*Lidocaina (1 a 1.5 mglkg primera dosis, y luego 0.5 a Intercalando 8 a 10 respiraciones por minuto *Tóxicos (intoxicación tabletas)
Chequee el ritmo cada 2 minutos *Taponamiento cardiaco
0.75 mglkg IV/JO máximo 3 dosis o 3mglkg)
*Tensión neumotorax
*Considere Magnesio dosis de carga *Trombosis coronaria
1 a 2 g lV/lO para torsión de puntas *Trauma
Después de 5 ciclos de RCP vaya al numeral 5 'Trombo-embolismo pulmonar

Algoritmo 3. Paro sin pulso.


SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 125
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

1
TAQUICARDIAS
CON PULSO

Evalúe e inicie ABe como se indica


De oxígeno
(Identifique ritmo, presión arterial, oximetría)
Identifique y trate causas reversibles
~~ ........................
3 4
5
/ Ejecute inmediatamente
Establezca acceso venoso Está el paciente inestable? cardioversión sincronizada
Obtenga electrocardiograma Los signos de inestabilidad incluyen *Establezca acceso venoso y
de 12 derivaciones cuando . . . . . . . . . . . . . 11
estado mental alterado, dolor toráxico en
curso, hipotensión(por debajo de 90
............. administre sedación si el
sea posible o un trazo del sistólica) u otros signos de shock paciente está conciente: no
ritmo. Nota: estos síntomas no es común demore la cardioversión
encontrarlos,si la frecuencia cardiaca esta *Considere consulta con
por debajo de 150 I minuto especialista
\...............,J *Si se desarrolla paro sin pulso
vea el algoritmo de actividad
6 Eléctrica sin pulso

l QRS ANGOSTO } ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• 1::


Es regular el ritmo?
- - - - - :- ,- - . . 1 12 T
'1. . . . . . . . . . ...

7 ~···············~·_·_·_··_"'~____________1~1_____
Taquicardia de QRS
Intente maniobras vagales. Taquicardia de QRS angosto ancho.
De Adenosina 6 mg rápido IV irregular Tiene ritmo regular?
seguido de lavado de
Probablemente es fibrilación
solución salina con elevación
del brazo. Si no convierte, de auricular, o fluter auricular o
12 mg rápido IV de igual taquicardia atrial multifocal (MAT)
*Considere consulta con Regular : Irregular
forma y puede repetir 12 mg
especialista
*Controle frecuencia (Diltiazem 13 f······".,,·······, 14
betabloqueador; usando este
8 último con precaución en
Si es taquicardia
Si se trata de fibrilación
enfermedad pulmonar y falla auricular con aberraneia •
ventricular o ritmo no *Vea taquicardia de complejo
Convirtió el ritmo? \ Cardiaca) determinable angosto irregular en el numeral
Nota: Considere consulta *Amiodarona

, ,
de especialista II
150 mg IV en 10
Si se trata de UDa fibrilación
minutos. Repita
auricular pre-excitada
cuanto sea necesario
(fibrilación auricular más WPW)
Convirtió No convirtió Para una dosis total
*Consulte con especialista.
.................... máxima de 2.2 g /24
horas *Evite agentes bloqueadores AV
tales como Adenosina,
9 ír-----~~----------~
10 *Prepárese para
cardiversión electiva Digoxina, Diltiazem,
Si el ritmo convierte, Sincronizada Verapamilo) "
Si el ñtmo no convierte se trata *Considere antiarrítmicos (tales
probablemente era posiblemente de Fluter auricular, Si se trata de una
una taquicardia como Amiodarona 150 mg IV
taquicardia auricular ectópica o taquicardia en 10 minutos)
supraventricular de taquicardia de la unión AV: supraventricular con
reentrada nodal *Controle frecuencia (Diltiazem, *Si recurre la taquicardia
aberrancia de
Observe por beta bloqueadores: use beta ventricular polimórfica, busque
Adenosina (vaya al
recurrencia bloqueador con precaución en numeral?)
consulta con experto
*Trate la recurrencia enfermedad pulmonar o falla *Si es torsión de puntas de
con Adenosina o
cardiaca) magnesio (dosis de carga con 1
*Trate la causa subyacente 2 g entre S a 60 minutos en
Con agentes tipo Considere consulta con Infusión.
bloqueadores de especialista
larga duración AV ~
tipo Diltiazem o Beta
Bloqueadores
Trate factores contributivos
DURANTE LA EVALUACION
"Tóxicos (intoxicación tabletas) "Hipovolemia
"Taponamiento cardiaco *Hipoxia

lr inestable,
Si el paciente se torna } *Asegure y verifique vía aérea y acceso "Tensión neumotorax *Hidrogeniones (acidosis)
vaya al numeral 4 Vascular cuando sea posible "Trombosis coronaria *Hipo-hipercalemia
·Considere consulta con especialista 'Trauma *Hiper-hipoglicemia
*Preparese para cardioversión 'Trombo-embolismo pulmonar 'Hipotermia

Algoritmo 4. Taquicardias con pulso.


7 I REANIMACiÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA y AVANZADA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS GUíAS 2005

l.'____N.olllllllr.elllllls:.o.n.d.e. .l.,_.
a" •••• "" •• "." ••••••••• ~.
~ "'IIP.id.a_A.YU.d.a.:
Pida un DEA 1.2.5.-.13.2..,

A-B Abra vía aérea.


No respira?
De 2 respiraciones de rescate

Chequee el pulso
No tiene pulso?

e RCP 30:2 hasta que encienda el


DEA y coloque los electrodos en el
paciente

¿ Fibrilación ventricular?
¿ Taquicardia ventricular sin pulso?
ELDEA
D Evalúa el
Ritmo del
Paciente

EIDEA
El DEA
recomienda
. NO
¿Ritmo normal?
dar una .....!'..... recomienda
dar una ¿Asistolia?
descarga
descarga

-
Descarga de 150-250 Julios


(Bifásico)

Apague el DEA

•••••••••••••••• Inmediatamente IniCie


..

Inmediatamente inicie
RCP 30:2 por 2 min
/

RCP 30:2 Por 2 min

Encienda el DEA

Continue hasta que la victima


empiece a respirar normalmente ~.

Algoritmo 5. Manejo de la desfibrilación externa automática (DEA).

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 127


EANI ACiÓN CARDI PULMONAR P DIÁTRICA
BÁSICAm ANÁLISIS CRíTICO D LAS NUEVAS
GUíAS 2005
Sandra Matiz M, MD

Definición Causas
El paro cardíaco (denominado también paro cardiorrespirato- La mayoría de eventos de paro cardíaco extrahospitalario en
rio - PCR) es la interrupción de la actividad mecánica cardía- lactantes y niños OCUlTe alrededor de la casa o en la misma,
ca. Se caracteriza por inconsciencia, apnea y ausencia de un bajo la supervisión de padres, familiares o niñeras. Las cau-
pulso central palpable (ausencia de signos de circulación). El sas de paro cardíaco son heterogéneas y varían con la edad, la
paro cardíaco en niños suele representar el episodio terminal salud de base del niño y el lugar del episodio. En el contexto
de un shock o una insuficiencia respiratoria progresivos. extrahospitalario, cuadros como traumatismos, síndrome de
En general, el paro cardíaco pediátrico extrahospitalario muerte súbita del lactante (SMSL), ahogamiento por inmer-
se caracteriza por la progresión desde hipoxia, hipercarbia, sión, intoxicación, asfixia, asma grave y neumonía son causas
paro respiratorio, bradicardia hasta paro cardíaco con asístole frecuentes de paro. En el hospital, las causas habit.uales son
(1). Sin embargo, la fibrilación ventricular, se ha reportado sepsis, insuficiencia respiratoria, intoxicación farmacológica,
desde un 7 hasta el15% de los niños que sufren paro cardíaco trastornos metabólicos y alTitmias.
(3,4). El SMSL es una causa importante de muerte en lactan-
tes menores de 6 meses y desde los 6 meses de vida a la
Epidemiología adolescencia, los traumatismos son la causa predominante de
muerte (1).
En Estados Unidos, los niños tratados en el Servicio de Ur-
Por lo tanto, la decisión de llamar "primero" o "pronto",
gencias, mueren en mayor proporción que los adultos, sobre
depende de la etiología del PCR, más que la edad (3-5).
todo en los centros donde no hay atención de tercer nivel. Por
En algunas circunstancias especiales, se utiliza el "Llame
lo tanto, se recomienda que los Servicios de Emergencia que
primero" en niños:
tratan niños severamente enfermos o traumatizados estén en
1. Colapso súbito en el niño (historia o sospecha de aITit-
contacto permanente con Centros de Tercer Nivel, para que
mias).
los pacientes reciban atención posreanimación en Unidades
2. Antecedente de cardiopatía congénita o postoperado de la
de Cuidado Intensivo Pediátrico (1, 2).
misma.
La taquicardia o fibrilación ventriculares, se han reportado
3. Electrocución (favorece alTitmias en algunos casos y en
desde un 7 hasta el 15% de los niños que sufren paro cardía-
otros, paro respiratorio por bloqueo de músculos respira-
co extrahospitalario (3, 4). En Colombia no hay estadística
torios).
oficial. 4. Hipotermia severa (favorece aITitmias 'cQ,mo la fibrilación
ventricular). "
Clasificación por edad en niños 5. Cuando hay dos reanimadúres expertos (uno comienza la re-
La Sociedad Americana de Cardiología ha modificado los animación y otro av;sa al sistema médico de emergencia).
estándares universales de clasificación por edad con el fin de
facilitar las maniobras de reanimación cardiopulmonar, así: Cadena de la sobrevida en niños
Recién nacido (Primeras 24 horas de vida). No se expli- 1. Prevención de accidentes y causas comunes de paro en
ca en este artículo. niños.
Neonato. Desde el segundo día de vida hasta el primer 2. Reanimación cardiopulmonar pronta y efectiva.
mes. No se explica en este artículo. 3. Activación del Sistema Médico de Emergencia (SME).
Lactante. Desde el mes hasta el año de edad. 4. Reanimación avanzada temprana (estabilización, traris-
Niño. Desde el año hasta la aparición de caracteres porte y rehabilitación). No se trata en este artículo (1, 5).
sexuales secundarios (12 a 14 años aproximadamente).
Los niños mayores, se manejan igual que los adultos (1,
3,4,5).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Prevención se debe evitar el uso de objetos de alto riesgo como: objetos


o juguetes pequeños, bombas y comida (salchichas, dulces
Para prevenir las causas más comunes de paro, como el sín-
redondos, nueces, semillas, uvas y crispetas de maíz). Igual-
drome de muerte súbita del lactante, se han realizado campa-
mente, no permitir que el niño coma mientras juega, corre o
ñas educativas a nivel mundial, para que los padres coloquen
realiza otras actividades de riesgo (1).
a sus hijó~ en decúbito supino (boca arriba) o de lado (no
sobre su estómago, decúbito prono) y evitar el uso de almo-
hadas o colchones muy suaves. Igualmente, se recomienda Reanimación cardiopulmonar pronta y
el uso de sillas para automóvil adecuadas para la edad de efectiva
cada niño, cinturones de seguridad y elementos de protección La reanimación cardiopulmonar básica pronta y efectiva es
como cascos, rodilleras, etc., al montar en bicicleta. fundamental para que el niño recupere su circulación espon-
Las recomendaciones de la Academia Americana de Pe- tánea y no haya compromiso neurológico significativo.
diatría para un pasajero seguro, se presentan a continuación: Se describirán los cambios en la reanimación cardiopul-
1. Los niños menores de 9 kilos, menores de 1 año o que no monar básica, según la Sociedad Americana de Cardiología
tienen un buen control cefálico, deben viajar en el auto- más importantes a partir del 2000 y se hará énfasis en los
móvil en una silla adecuada para su edad y mirando hacia cambios más significativos a partir del 2005.
la parte posterior del automóvil. Se debe hacer la secuencia así:
2. Nunca se debe colocar esta silla en el asiento delantero, 1. Confirmar que la escena es segura para el reanimador. No
mirando hacia atrás cuando haya una bolsa autoinflable entrar a zonas de riesgo (incendios, lagunas, áreas violen-
(airbag) delantera. tas, etc.), sin personal de apoyo, elementos de seguridad o
3. Un niño mayor de un año y con un peso entre 9 y 18 kilos conocimiento del área.
se puede colocar en la silla de seguridad adecuada para su 2. Estimular al niño y confirmar si se encuentra en paro
edad en el asiento trasero, mirando hacia delante y con el cardiopulmonar, preferiblemente en la cabeza, plantas y
cinturón pasando sobre los hombros. zona dorsal en el lactante y llamarlo cerca al oído al niño
4. Los cinturones de seguridad que se colocan automática- mayor, sin sacudirlo, si hay sospecha de trauma cervical
mente al cerrar el automóvil, se deben usar en niños que (figuras 1 y 2). Si está acompañado, alguien debe llamar
pesen entre 18 y 36 kilos o midan más de 148 centímetros. al sistema médico de emergencia.
Se debe asegurar que el cinturón pase sobre una zona ósea
y no tejidos blandos; uno debe pasar sobre las caderas yel
otro sobre la clavícula, el esternón y terminar en la cadera
(sin pasar sobre el cuello o cara del niño).
5. El cinturón de seguridad del automóvil se puede usar en
niños entre 18 y 36 kilos o que midan más de 148 cen-
tímetros, siguiendo las mismas indicaciones de uso del
punto anterior. Los pies del niño deben ser suficientemen-
te largos para doblar al borde del asiento.
6. Los niños menores de 12 años no deben sentarse en el
asiento delantero cuando tiene una bolsa autoinflable de
seguridad (airbag).

Otras medidas de prevención contra los accidentes de tránsito


incluyen campañas de educación para los peatones sobre el Figura 1. RCP en lactantes. Verificar la respuesta del bebé. (No sacudirlo si
hay sospecha de trauma).
respeto a las leyes de tránsito, evitar el consumo de alcohol
u otras sustancias alucinógenas al conducir. Para prevenir el
ahogamiento, se recomienda cercar las zonas de riesgo (pis-
cinas, lagos) o utilizar mecanismos de seguridad especiales.
Los niños mayores de 5 años deben aprender a nadar. Los
detectores de humo son elementos efectivos en la prevención
de quemaduras, asfixia por inhalación de humo y muerte. Si
se posee un arma de fuego, debe guardarse descargada y bajo
llave. Actualmente existen armas inteligentes que sólo pue-
den ser disparadas por sus dueños, para reducir el riesgo de
suicidios o lesiones no intencionadas.
Para prevenir obstrucción de vía aérea por cuerpo extraño, Figura 2. RCP en niños. Verificar la respuesta deÍ bebé. (No sacudirlo si hay
que es una causa común de muerte en menores de 5 años, sospecha de trauma).
8/ REANIMACiÓN CARDIOPULMONAR PEDIÁTRICA BÁSICA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS NUEVAS GUíAS 2005

3. Colocarlo en posición adecuada para realÍzar la reanima-


ción. Si está en decúbito prono, se voltea "en bloque" a
posición decúbito supino, para realizar una buena reani-
mación (figuras 3a y 3b). Si tiene trauma, se coloca cual-
quier tela en forma de una "bufanda" para mantenerlo en
posición estable, ya que no hay disponibilidad de collares
en menores de 1 año (figura 3c).

Figura 4a. Sin trauma.

Figura 3a., Decúbito prono.

Figura 4b. Con trauma.

Figura 3b. Decúbito supino.

Figura 5. RCP en niños. Abrir la vía/aérea.

Figura 3c. Inmovilización del cuello en lactante con trauma cervical "Bu-
fanda" cruzada en la parte anterior.

1. Iniciar el A, B, C de la reanimación.
2. Abrir la vía aérea (figuras 4a, 4b y 5).
3. Buscar si el niño está respirando, haciendo el MES, por
un tiempo máximo de 10 segundos (5 a 10 segundos) (fi-
guras 6 y 7).

M: Mirar si respira.
E: Escuchar si hay respiración, acercándose al niño.
S: Sentir el hálito de la respiración.
Si respira: se confirma que tiene pulso y se coloca en
Figura 6. RCP en lactantes. MES. Mirar la expansión torácica, escuchar y
posición de recuperación. sentir si respira durante 5 a 10 segundos.

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 131


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

máscara (no "u", ni "n") (figura lOa) y el resto de de-


dos haciendo una "E" sobre la mandíbula inferior (figura
1Ob). La autora recomienda comprimir la bolsa sólo con
el 4to y 5to dedos, para no excederse en presión (figura
1Oc), mientras que en niños se puede comprimir con el
3er, 4to y 5to dedos (figura 11). La máscara no debe cu-
brir los ojos o sobrepasar la mandíbula. En lactantes hasta
el año se usan bolsas de 450 a 500 mI (figura 12), niños
hasta los 8 años, bolsas hasta 1000 mI (figura 13) y en
niños mayores de 8 años se usan hasta 1,5 litros.
9. Si hay sospecha de trauma cervical (politraumatismo,
electrocución y en algunos casos de síndrome de ahoga-
miento) se debe abrir la vía aérea con tracción mandibular
Figura 7. RCP en niños. Realizar el MES durante 5 a 10 segundos. hacia delante y sin hiperextender o retraer el cuello hacia
atrás. Se recomienda que cuando hay un re animador, no
Si no respira: se suelte en ningún momento la vía aérea y se sostenga
1. En menores de un año se pone una almohada o rollo pe- permeable con una sola mano, mientras se realiza la com-
queño debajo de los hombros, para evitar la flexión del presión torácica con la otra (figura 14a). Se explica en la
cuello producida por el occipucio prominente y la obs- figura la manera de realizar la maniobra de apertura de la
trucción por la lengua en una víctima inconsciente (figura vía aérea si hay dos reanimadores (figura 14b).
4a). 10. Una vez se realiza soporte de la vía aérea avanzada (intu-
2. Se coloca la cabeza en posición de "olfateo" (sin flejar o bación orotraqueal, máscara laríngea, etc.), la compresión
hiperextender el cuello, porque se obstruye la vía aérea) y torácica se realiza sin interrupción. Se aseguran 100 com-
se dan 2 ventilaciones de rescate, permitiendo exhalar aire presiones por minuto, sin parar, para dar 8 a 10 ventilacio-
entre cada ventilación. Se r~comienda dar la ventilación nes por minuto (cada 6 a 8 segundos).
con máscara facial o máscaras de barrera.
3. La respiración debe ser rápida (de 1 segundo), evitar hi-
perventilar y asegurar una frecuencia respiratoria de 12 a
20 por minuto (cada 3 a 5 segundos).
4. Se da sólo la cantidad de aire que hay en la boca (para evi-
tar complicaciones como broncoaspiración, neumotórax
o distensión abdominal) y que permita expandir el tórax
en forma suficiente (aproximadamente 5-7 rnlIkg de volu-
men corriente).
5. En lactantes se puede dar la ventilación por la boca y nariz
(boca del reanimador - boca y nariz del paciente) (figura 8)
y a partir del 2005 se menciona que si se prefiere sólo por
boca (boca-boca) o sólo por la nariz (boca-nariz), lo impor-
tante es que se realice la maniobra en forma adecuada.
6. En niños mayores de un año hasta que tengan caracteres
sexuales secundarios (12-14 años), se da la ventilación Figura 8. RCP en lactantes. Ventilación dlbriendo boca y nariz del bebé con
la boca del reanimador (o solo boca o solo nariz).
igual que a los adultos, tapando la nariz y dando la venti-
lación boca-boca (figura 9).
7. Si no hay expansión torácica, se reposiciona la vía aérea y
reintenta la ventilación. Si no hay éxito, se trata como una
obstrucción de la vía aérea (ver adelante).
8. Cuando se va a dar ventilación con bolsa-máscara, el re-
animador se debe colocar detrás del paciente y si va a dar
sólo ventilación se sostiene con una mano la máscara y
con la otra se comprime la bolsa. Si pretende dar venti-
lación y compresión, se mantiene en posición la máscara
con una mano y se suelta la mano que está comprimiendo
la bolsa para realizar la compresión torácica desde atrás. Figura 9. RCP en niños. Ventilación cubriendo la boca del niño con la boca
Se puede ventilar con bolsa-máscara utilizando la técnica del reanimador y tapando la nariz.
de los dedos pulgar e índice, haciendo una "c" sobre la
8/ REANIMACiÓN CARDIOPULMONAR PEDIÁTRICA BÁSICA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS NUEVAS GUíAS 2005

Figura 12. RCP en lactantes. Bolsa de 450-500 mI. para dar ventilación en
lactantes menores de 1 año.

Figura lOa. "C" sobre la máscara.

Figura 13. RCP en niños. Bolsa de 1000 mI. para dar ventilación en niños
de 1 a 8 años.

Figura lObo "E" 3 dedos en la zona ósea.

Figura l4a. Apertura de la vía aérea con un solo reanimador.

Figura lOco Compresión con 4to ySto dedo.

Figura l4b. Apertura de la vía aérea con dos reanimadores.

Compresiones torácicas
a. Se coloca al paciente en una superficie firme y plana y se
retira la ropa del tórax.
Figura 11. RCP en niños. Ventilación con bolsa-máscara (maniobra E-C) b. Se determina si hay signos de circulación en un tiempo
cuando hay 1 y 2 reanimadores. Comprimir bolsa con 3 dedos (3ero, 4to y
Sto dedos) para no excederse en presión. máximo de 10 segundos. En el personal que no es de la

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 133


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

salud (legos) se debe mirar si tose, se mueve" o respira en se realizan ciclos de Sxl, porque modelos matemáticos
un tiempo menor de 10 segundos y no se palpa el pulso. soportaron que se producía una mayor presión de perfu-
c. Para el personal de salud se debe buscar en menores de sión coroncu'ia con menos intenupciones y se observó que
1 año, el pulso braquial, colocando 2 dedos en la zona con cada intenupción, se necesitaban muchas compresio-
interna del brazo, entre el codo y el hombro (figura 15) o nes torácicas para restaurar la perfusión ~oronaria.
el femoral (umbilical en recién nacido) y el pulso carotí- k. Dos reanimadores (en lactantes mayores de 31 días de
deo en niños mayores de 1 año, durante 10 segundos. Se vida hasta que tengan caracteres sexuales secundarios)
debe palpar siempre del lado más cercano al re animador realizan 10 ciclos de 15 compresiones por cada 2 ventila-
(figura 16). Si se encuentran menos de 10 pulsaciones en ciones (lSx2), durante 2 minutos.
10 segundos (menos de 60 pulsaciones por minuto), hay 1. Los lactantes, sin traum~ craneoencefálico o cervical,
evidencia de paro cardíaco y está indicada la compresión pueden ser transportados eficazmente durante la reanima-
torácica. ción sobre el antebrazo del reanimador, mientras que se
d. Se comprime un tercio a la mitad (30 a 50%) del tórax en realizan las compresiones y ventilaciones (figura 21).
lactantes y niños. m. Ya que la mayoría de paros cardionespiratorios (PCR) en
e. A partir del 2005, se hace mayor énfasis en la "calidad de niños son secundarios a la asfixia, se ha comprobado que
la RCP": la compresión torácica (CT) y la ventilación son superio-
1. Presione más fuerte, más rápido y evite interrupcio- res a sólo CT o sólo ventilación.
nes. Se deben minimizar las intenupciones ya que n. Los reanimadores deben turnarse cada dos minutos para
cuando no se comprime el tórax, no hay adecuado flu- realizar las compresiones, en un tiempo máximo de 5 se-
jo sanguíneo cardíaco, ni cerebral. gundos (1, 2, 4,-7).
2. Permita descompresión completa torácica y no hiper-
ventile.
f. Si hay un reanimador (recién nacido hasta el año), éste
realiza la compresión toráciqa con dos dedos (inmediata-
mente debajo de una línea imaginaria entre los pezones,
en tercio inferior estemal), sin que toque la apófisis xi-
foidea. Ésta técnica de "Dos dedos en el tórax" facilita
una más rápida transición entre la compresión torácica y
la ventilación, así como menos intenupciones entre cada
compresión. Ahora se considera una técnica aceptable con
2 reanimadores (figura 17a). En la figura 17b se muestra
la manera de hacer la compresión, mientras se mantiene
Figura 15. RCP en lactantes. Palpación de pulso bragllial.
abierta la vía aérea en caso de trauma cervical.
g. Si hay dos reanimadores (RN hasta el año), se prefiere la
técnica de 2 pulgares y 2 manos rodeando el tórax, como
"exprimiendo el tórax del bebé", que produce una mayor
presión sistólica y diastólica cuterial, mayor perfusión co-
ronaria y mayor profundidad y fuerza de contracción por
más tiempo (figura 18).
h. Si se encuentra 1 reanimador con un niño mayor de 1 año
hasta los 12-14 años, puede realizar la compresión toráci-
ca en el centro del pecho, entre los pezones, con una o con
dos manos (algunos estudios muestran mayor efectividad
y mayor presión generada con 2 manos) (figura 19). Si Figura 16. RCP en niños. Palpación de pulso carotídeo.

hay dos reanimadores, igualmente se puede realizar con 1


ó 2 manos, mientras que se realice en forma óptima (figu-
ra 20).
1. Se debe asegurar, en lactantes mayores de 1 mes y niños,
una frecuencia cardíaca (FC) mínima de 100 latidos por
minuto.
j. Un reanimador (en lactantes mayores de 31 días de vida
hasta la edad adulta) realiza 30 compresiones, en un tiem-
po máximo de 23 segundos (promedio 16 a 18 segundos),
por cada 2 ventilaciones. Se repiten 5 ciclos de 30x2, du-
rante 2 minutos para asegurar una FC de 100 lpm. Ya no Figura 17a. Un reanimador en lactante sin trauma.
8/ REANIMACiÓN CARDIOPULMONAR PEDIÁTRICA BÁSICA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS NUEVAS GUíAS 2005

Figura 17b. Un reanimador en lactante con trauma.

Figura 20. RCP en niños. Compresión torácica cuando hay 2 reanimadores.


Maniobra con dos manos. '

Figura 18. RCP en lactantes. Compresión torácica cuando hay 2 reanima-


dores (abrazar y "exprimir" el tórax).

;'
Figura 21. RCP en lactantes. Transporte de un lactante en paro cardiorrespi-
ratorio con realización de compresión torácica y ventilación.

Desfibrilación en lactantes y niños


Los desfibriladores automáticos externos (DEA's) son sofisti-
cados equipos computarizados que se conectan a una víctima
sin pulso por medio de unas paletas adhesivas o unos electro-
Figura 19. RCP en niños. Compresión torácica cuando hay 1 reanimador.
dos especiales. Sólo recomiendan administrar choques si el
Maniobra con lodos manos. ritmo cardíaco de la víctima es un ritmo desfibrilable (fibri-
lación ventricular).

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 135


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

La prevalencia de ritmos desfibrilables puede ser mayor


en niños con enfermedad cardíaca congénita, miocarditis o
ingestión de medicaciones o toxinas que predispongan arrit-
mias. La sobrevida de estos paros extrahospitalarios varía en-
tre 3 y 17% en la mayoría de estudios realizados y estos niños
quedan con un compromiso neurológico significativo.
Los desfibriladores convencionales monofásicos, en los
cuales la corriente va solo en una dirección y requieren dosis
hasta 360 Joules en adultos (figura 22a) son los recomenda-
dos en menores de 1 año o menores de 10 kilos con paletas o
electrodos pediátricos (figura 23). No hay estudios suficien-
tes para recomendar el uso de desfibriladores automáticos
externos (DEA's) en menores de 1 año.
En los mayores de 1 año hasta 8 años (o 25 kilos) se pue-
den usar desfibriladores convenciones con paletas o electro-
dos de adultos (figura 24), los desfibriladores automáticos
externos bifásicos (DEA) pediátricos (con dosis desde 1 ó 2
joules hasta 120,150 o 200, figura 22b), desfibriladores con
cables atenuadores de energía (en la unión con el electrodo) o
con electrodos de mayor grosor que aumenten la impedancia
y así disminuyan la energía. Se creó recientemente un DEA Figura 23. RCP en lactantes. Desfibrilador pediátrico para menor de ,1 año
con un solo electrodo anterior con un "switch" o llave para « 10 kilos).
cambiar la dosis de adultos a niños. Si el re animador está con
un niño de 1 a 8 años y no tiene electrodos pediátricos, puede
utilizar los electrodos de adultos', siempre y cuando éstos no
se toquen uno con otro.

Figura 22a. Desfibrilador pediátrico convencional.

Figura 24. RCP en niños. Desfibrilador pediátrico para mayor de 1 año has-
ta 8 años « 25 kilos)

Posición de los electrodos:


1. Un electrodo en zona infraclavicular derecha (antero-su-
perior) y otro en zona apical (inferolateral o axilar media)
Clase Ha (figuras 25a y 26).
2. Electrodos en las paredes laterales torácicas derecha e iz-
quierda (Biaxilar). Clase Ha
3 . Un electrodo en zona apical usual y, otro posterior, iz-
Figura 22b. Desfibrilador externo automático DEA pediátrico. quierdo o derecho Clase Ha (figura 25b).
8/ REANIMACiÓN CARDIOPULMONAR PEDIÁTRICA BÁSICA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS NUEVAS GUíAS 2005

2. Desfibrilar 1 vez a 2 JI/kg, dar 2 minutos de RCP y verifi-'


car el ritmo.
3. Desfibrilar 1 vez a 4 Jl/kg, dar 2 minutos de RCP [Dosis
de adrenalina 1:1000 (ampolla sin diluir) o 1:10000 (am-
polla diluida hasta 10 cc), ambas a 0,1 ml/kg cada 3/ a 5
minutos sin parar la reanimación] y verificar el ritmo.
4. Desfibrilar 1 vez a 4 Jl/kg, dar 2 minutos de RCP [Colocar
medicaciones-amiodarona (5 mg/kg en bolo), lidocaína (1
mg/kg en bolo) o sulfato de magnesio (25-50-mg/kg IV o
lO) de acuerdo a la etiología del paro] y verificar el ritmo.
5. Verificar posibles causas de alteraciones en el ritmo car-
díaco. Reiniciar la secuencia desde 2.
Figura 25a. RCP en lactantes. Colocación del desfibrilador pediátrico en
menores de 1 año « 10 kilos). No DEA. Un electrodo en zona infrac1avi- Situaciones especiales:
cular derecha (antero-superior) y otro en zona apical (infero-Iateral o axilar 1. Víctima menor de 1 año. No hay estudios suficientes para
media)
recomendar el uso del DEA.
2. Víctima con mucho vello. Rasurar o retirar el vello con
los parches adhesivos, ya que el vello se puede adherir al
electrodo y no permite la adhesión a la piel, aumentando la
impedancia e imposibilitando un buen análisis del ritmo.
3. Víctima con agua en el tórax. Secar muy bien antes de
desfibrilar o de lo contrario el agua puede 'conducir la
electricidad del shock por todo el tórax sin llegar en dosis
suficiente al corazón del paciente, además de favorecer
quemaduras.
4. Víctima con marcapaso o desfibrilador automático im-
plantable (DAI). Colocar el electrodo por lo menos a 2,5
cm de distancia, ya que si se coloca el electrodo sobre
el dispositivo puede bloquear la transferencia de energía
hacia el corazón.
5. Víctima con parche de medicación (nitroglicerina, nicoti-
na, antiinfiamatorio, hormonal, antihipertensivo, etc.). Se
Figura 25b. RCP en lactantes. Colocación del desfibrilador pediátrico en
menores de 1 año « 10 kilos). No DEA. Un electrodo en zona infrac1avi- debe retirar el parche y limpiar muy bien, de lo contrario
cular derecha (antero-superior) y otro en zona apical (infero-Iateral o axilar bloquearía la transferencia de energía o podría quemar al
media). paciente.
6. Uso de celulares. Interfieren o bloquean la transferencia
de energía al corazón.
7. Automóviles en movimiento. Deben parar cuando se está
analizando el ritmo y cuando se va a desfibrilar, ya que de
lo contrario, impide un buen análisis del ritmo (5).

A partir del 2005 se le da más importancia a las causas car-


diovasculares de pafo cardíaco en niños, por lo que se dan las
siguientes recomendaciones:
Las prioridades para el colapso no súbito o no presenciado
en niños son:
• Comenzar RCP inmediatamente
Activar el SME
Figura 26. RCP en niños. Colocación del desfibrilador pediátrico en niños Pedir un DEA.
mayores de 1 año hasta los 8 años « 25 kilos)
Las prioridades para colapso súbito y presenciado en niños son:
Secuencia y dosis de des fibrilación en fibrilación ventricular Activar el SME / Pedir un DEA
o taquicardia ventricular sin pulso en lactantes y niños: Comenzar RCP
1. Iniciar RCP. Intentar desfibrilación.

SECCiÓN 1: CONCEPTOS BASICOS 137


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Esto se explica por un análisis que realizó Weisfeldt & Baker ciente expulse el objeto que causa la obstrucción o se torne
(JAMA 2002) sobre las fases del paro cardiorrespiratorio. Di- inconsciente. Se puede realizar en niños grandes la maniobra
vidió en 3 fases: de "3 pies" para "rodar" el paciente en caso de que pierda
a. Fase eléctlica (plimeros 4 minutos de paro). Con"esponde, en el conocimiento y así no se caiga sobre el re animador o lo
la cadena de sobrevida del adulto, a atención temprana. En tumbe (figura 27). Si no se logra desobstruir el paciente con
los primeros 4 minutos de paro hay más posibilidad de que esta maniobra, se pueden intentar las compresiones torácicas
el paciente salga del paro por medio de la desfibdlación. (Clase IIB). La maniobra de compresión torácica igualmente,
b. Fase circulatoria (de 4 a 10 minutos). Corresponde, en la se puede usar en niños obesos en los que no es fácil rodear el
cadena de sobrevida del adulto, a RCP temprano y DEA abdomen (clase indeterminada) (4, 5).
temprana. La sobrevida del paciente aumenta, si se reali-
zan 2 minutos de reanimación cardiopulmonar.
c. Fase metabólica (más de 10 minutos de paro). Correspon-
de, en la cadena de sobrevida del adulto, a la atención
avanzada.

Obstrucción de vía aérea por cuerpo extraño


(OVACE)
Una vez se diagnostica la obstrucción grave (antes denomi-
nada completa) de la vía aérea en niños, se debe actuar inme-
diatamente, ya que ésta provoca la muerte en niños menores
de 5 años en un 90% y en lactantes en un 65%.
Para identificarla se debe saber, que el signo universal de
obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño, es llevarse
una mano al cuello, colocando el índice y el pulgar sobre el Figura 27. OVACE en niño consciente. Realizar 5 presiones abdominales
mismo. Para simplificar la terminología, se ha clasificado la y repetir ciclos de 5, hasta que el paciente quede inconsciente o expulse el
obstrucción en: objeto extraño. Maniobra de "3 pies" para "rodar" el paciente en caso de que
pierda el conocimiento.
1. Obstrucción leve (antes denominada incompleta) de vía
aérea en lactante o niño. Cuando el niño puede toser o
Niño con OVACE inconsciente
hablar no hay que interferir, sólo incitarlo a que siga to-
siendo. (Mayor de 1 año hasta tener caracteres sexuales secundatios,
2. Obstrucción grave (antes denominada completa) de vía 12 a 14 años). Si pierde el conocimiento, se llama al sistema
aérea en lactante o niño. Se observa al paciente con mala médico de emergencia (SME) en el momento apropiado, se co-
entrada de aire, aumento de la dificultad para respirar, tos loca al niño en posición adecuada sobre una superficie lisa y:
silenciosa, cianosis o incapacidad para hablar o respirar. Se realiza reanimación cardiopulmonat" y lo único que se
El re animador sólo debe intervenir inmediatamente si hay adiciona es que cada vez que se abre la vía aérea, se bus-
obstrucción grave de la vía aérea y debe preguntar: ¿ Se ca si hay un cuerpo extraño. Si lo hay, se hace un barrido
está asfixiando? ¿Le puedo ayudar? Y si el niño asiente, con el dedo más delgado para intentar extraerlo. Nunca
es que necesita ayuda. se hace barrido a ciegas. "
Se realiza reanimación hasta que el paciente's.e recupere
Niño con OVACE consciente o hasta que llegue ayuda avanzada (figuras 28, 29 y 30).

(Mayor de 1 año hasta tener caracteres sexuales secundarios,


12 a 14 años). El re animador debe sentarse o arrodillarse,
poner al niño en su regazo y realizar la maniobra de "com-
presión abdominal" (antiguamente denominada de Heimlich,
pero ya no se llamará así para simplificar la terminología).
Se coloca una mano empuñada, mirando el pulgar hacia la
pared abdominal y la otra encima de la misma, en la zona
epigástrica (línea media imaginada entre el ombligo y la apó-
fisis xifoides) y realizar movimientos rápidos hacia adentro y
arriba, con el fin de hacer presión intraabdominal y permitir
que el objeto que causa la obstrucción, sea expulsado y el Figura 28. OVACE en niño inconsciente. A - Abrir vía aérea. No realizar
maniobra "a ciegas" de extracción del cuerpo extraño. Solo extraerlo si se
paciente se desobstruya. Se repite lo antedor hasta que el pa-
observa el mismo.
8/ REANIMACiÓN CARDIOPULMONAR PEDlÁTRICA BÁSICA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS NUEVAS GUíAS 2005

Figura 29. OVACE en niño inconsciente. B - Dar 1 ventilación y si no ex-


pande el tórax, reposicionar la cabeza y repetir otra ventilación.
Figura 31h. OVACE en lactante consciente. Desobstrucción de la vía aérea
de un lactante. 5 "palmadas en la espalda" con apoyo.

Figura 30. OVACE en niño inconsciente. C - Realizar nuevamente com-


presiones torácicas (30 x 2 con 1 solo re animador ó 15 x 2 con 2 reanima-
dores).

Lactante menor consciente


(Mayor de un mes y menor de un año). Se coloca al lactante
en decúbito prono (boca abajo), sobre el antebrazo del reani-
mador (con la cabeza más baja que el cuerpo), sosteniendo
firmemente la cabeza en la zona mandibular con dos dedos Figura 31c. OVACE en lactante consciente. Desobstrucción de la vía aérea
(índice y pulgar, teniendo cuidado de no comprimir tejidos de un lactante. 5 "compresiones bruscas en el pecho".
blandos en el cuello (figura 31a). Se puede colocar el ante-
brazo sostenido sobre la pierna del reanimador (figura 31 b). Lactante menor inconsciente
Se realizan 5 "palmadas en la espalda" en zona interescapular (Mayor de un mes y menor de un año). Si pierde el cono-
con la base de la palma de la mano y posteriormente se voltea cimiento, se llama al sistema médico de emergencia (SME)
como una unidad (o en sándwich), al otro antebrazo, decúbi- en el momento apropiado, se coloca al lactante en posición
to supino (boca arriba), mientras que se sostiene firmemente adecuada sobre una superficie lisa y:
la cabeza y el cuello, realizando 5 compresiones bruscas en el Se realiza reanimación cardiopulmonar y lo único que se
pecho (figura 31 c). Se repite lo anterior hasta que el paciente adiciona es que cada vez que se abrela vía aérea, se bus-
expulse el cuerpo extraño o se torne inconsciente. ca si hay un cuerpo extraño. Si lo hay, se hace un barrido
con el dedo más delgado para intentar extraerlo. Nunca
se hace barrido 'a ciegas.
Se realiza reanimación hasta que el paciente se recupere
o hasta que llegue ayuda avanzada (figuras 32, 33 y 34).

Figura 32. OVACE en lactante inconsciente. A - Abrir vía aérea. No realizar


Figura 31a. OVACE en lactante consciente. Desobstrucción de la vía aérea maniobra "a ciegas" de extracción del cuerpo extraño. Solo extraerlo si se
de un lactante. 5 "palmadas en la espalda"sin apoyo. observa el mismo.
SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 139
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Figura 35. Inmovilización cervical con collar pediátrico.

Reanimación pediátrica avanzada


Incluye estabilización, transporte adecuado y rehabilitación.
Se recomienda que haya una comunicación estrecha entre el
Figura 33. OVACE en lactante inconsciente. B - Dar 1 ventilación y si no sistema médico de emergencia y los centros especializados,
expande el tórax, reposicionar la cabeza y repetir otra ventilación. para lograr la transferencia rápida del paciente para su pronto
tratamiento, recuperación de la función biológica y mejoría
del pronóstico. No se trata en este artículo.

Resumen
Los expertos hallaron beneficio educativo en simplificar las
técnicas de entrenamiento y unificar las ratas de compresión-
ventilación en lactantes, niños y adultos.
En general, se recomienda realizar cinco ciclos de 30
compresiones por 2 ventilaciones ó 2 minutos de reanima-
ción en lactantes mayores de 1 mes hasta la edad adulta. La
excepción a esta regla son los neonatos (se manejan diferente
a todos) y cuando hay 2 reanimadores en niños desde el mes
de vida hasta tener caracteres sexuales secundarios (12 a 14
años), en los que se realizan 15 compresiones por 2 ventila-
ciones, durante 2 minutos o diez ciclos.
Figura 34. OVACE en lactante inconsciente. C - Realizar nuevamente
Se debe comenzar con ventilación (2 iniciales de rescate)
compresiones torácicas (30 x 2 con 1 solo reanimador ó 15 x 2 con 2 re- y terminar con ventilación (30x2) y hacer una pregunta y res-
animadores) . ponderla inmediatamente, siguiendo la secuencia así:
¿Está solo un reanimador? Inicie RCP básico (o según la
Activación del sistema médico de emergencia etiología "llame primero" al SME). ""-,,
(SME) ¿Hay dos reanimadores? Uno de ellos llame al SME.
¿Respira el niño?
Se debe llamar al sistema médico de emergencia (SME) lue- Sí: Colóquelo en posición de recuperación (si no
go de 1 minuto de reanimación o antes de comenzar la re- sospecha trauma cervical).
animación, de acuerdo a la etiología (igualmente en algunas No: Confirme con el MES que no respira y realice 2
situaciones especiales mencionadas). ventilaciones de rescate.
Cada ciudad tiene un número para tener acceso al siste- ¿Tiene pulso?
ma médico de emergencia. Lo más importante es un único Sí: Vigile la ventilación (A y B).
número nacional, fácil de recordar (como el 911 en Estados
• No: En mayores de 1 mes de vida, realice 30 com-
Unidos), que ya funciona en Bogotá yen un futuro cercano presiones cardíacas y alterne con las ventilaciones
funcionará en toda Colombia como el "123". (30x2, 30x2, 30x2 ... 5 veces o durante 2 minutos).
Una vez se va a transportar el paciente, se puede proceder
Recordar que cuando hay 2 reanimadores, se reali-
a colocar el collar cervical, para asegurar una posición ópti-
zan 15 compresiones por 2 ventilaciones.
ma y la permeabilidad de la vía aérea (figura 35). ¿Pasaron dos minutos y no ha llamado al SME? Llame al
SME.
8/ REANIMACiÓN CARDIOPULMONAR PEDIÁTRICA BÁSICA. ANÁLISIS CRíTICO DE LAS NUEVAS GUíAS 2005

¿Recuperó circulación y sigue en paro respiratorio? y manejo individualizado según la condición clínica del pa-'
Continúe 1 ventilación cada 3 a 5 segundos [Dar una ciente.
frecuencia respiratoria (FR) de 12 a 20 por minuto].
Referencias
La Sociedad Americana de Cardiología y otras Fundaciones l. Pals Provider Manual. American Heart Association 2000.
de otros países han realizado una buena labor en el campo de 2. Pals Provider Manual. American Heart Association 2005.
la reanimación, ya que han logrado simplificar algunas técni- 3. Handbook of emergency cardiovascular care for healthcare providers.
American Heart Association 2005.
cas y procedimientos con el fin de hacerlo fácil para todo el
4. Currents in Emergency Cardiovascular Careo Citizen CPR Foundation,
mundo y procurar que todos recordemos con mayor rapidez Inc y American HeartAssociation. Invierno 2005-2006. Vol. 16(4).
la acción, en el momento de un evento de emergencia. 5. Circulation DOI: 10.1161/ CIRCULATIONAHA.105.166550. Circu-
En niños es importante, como primera medida, la preven- lation 2005; 112; 1-5; originally published online Nov 28, 2005.
6. Matiz Camacho H, Gutiérrez de Piñeres O. Arritmias cardíacas. Ed.
ción de los accidentes y si esto no es posible, debemos hacer-
Kimpres, 2006. p. 87-92.
nos un mapa mental, con una secuencia lógica a seguir para 7. Guía para el manejo del paro en niños. En: Matiz Camacho H, Gómez
realizar una reanimación pronta, efectiva y certera. H, Gómez A. Evidence Based Medicine Colombia. Soporte vital bá-
Se recomienda siempre consulta con especialista pedia- sico y avanzado. Análisis crítico de las guías 2005 de la Asociación
Americana de Cardiología (AHA). Ed. Distribuna. Anexo 1. 2006. p.
tra, neonatólogo, cardiólogo pediatra o intensivista pediatra,
238-243.
DONACiÓN DE ÓRGANOS

Anabel Vanin A, MD; Luis Armando Caicedo, MD

El trasplante de órganos y tejidos constituye la mejor y, en La muerte cerebral se define como el cese ineversible de
ocasiones, la única alternativa para el tratamiento del pacien- todas las funciones del cerebro, incluyendo el tallo cerebral
te con insuficiencia terminal de un órgano. Los avances en las (2). Los elementos fundamentales de este diagnóstico, es-
técnicas quirúrgicas, los procedimientos intervencionistas, el tablecidos desde 1968 por un comité ad hoc de la Escuela
manejo inmunosupresor y el cuidado intensivo, entre otros de Medicina de Harvard, son falta de respuesta, ausencia de
factores, han permitido que los resultados de este procedi- movimientos y de respiración, ausencia de reflejos de tallo
miento sean actualmente muy satisfactorios. En el informe y coma, cuya causa ha sido identificada (3). El concepto de
de 2005 del SRTR (Registro Científico de Receptores de muerte cerebral como sinónimo de muerte del individuo ha
Trasplante) en Estados Unidos, se presentan las tasas de so- sido progresivamente aceptado en la mayoría de los países
brevida no ajustada del paciente a 1 y 5 años (1). y es la base para la utilización de los órganos y tejidos del
donante cadavérico con fines de trasplante.
Tabla 1. Sobrevida no ajustada del paciente a 1 y 5 años por órgano. Las estadísticas internacionales muestran que en todos los
, países existe una diferencia importante entre el número de
Órgano Sobrevida 1 año Sobrevida 5 años enfermos que necesitan el trasplante y la disponibilidad de
Riñón órganos de donante cadavérico.
Donante cadavérico 94,6% 81,1%
Donante vivo 97,9% 90,2%
Qtal de pacientes
Páncreas solo 96,2% 90,6%
Páncreas después de riñón 95,5% 84,4% 90.000
80.000
Riñón páncreas 95,3% 85,9%
70,000
Hígado 60,000
Donante cadavérico 86,8% 73,1%
50.000
Donante vivo 87,7% 77,4%
40.000
Intestino 85,7% 53,5% 30.000
Corazón 87,5% 72,8% 20.000
10.000
Pulmón 83,0% 49,3%
"90 '91 '92 '93 '94 '95 '96 '97 '98 '99 '00 '01
Corazón pulmón 57,9% 40,2%

Fuente: Reporte anual de 2005 OPTN/SRTR. Pacientes en lista Número de


activa transplantes
Como en cualquier actividad clínica, el trasplante requie- Basado en datos de la OPTN a diciembre 31 de 2002
re de la presencia de 3 elementos: un paciente enfermo, un Fuente: www.unos.org
equipo de profesionales capacitado y un recurso tecnológico
adecuado. Sin embargo, a diferencia de los demás procedi- Las estrategias para aumentar el número de donantes son
mientos, el trasplante necesita un cuarto elemento de manera múltiples e incluyen utilización de donantes ancianos, donan-
indispensable: el donante de órganos. tes con criterios expandidos, donante vivo no relacionado o
Aunque en algunas situaciones puede realizarse trasplan- división del hígado donante para dos receptores (4). Por otro
te de donante vivo, la mayoría de los pacientes depende de lado, las acciones tendientes a la concientización de la po-
un donante cadavérico para la realización del procedimiento. blación hacia la donación de órganos, si bien necesarias, son
Existen dos tipos de donante cadavérico: el donante en muer- costosas y generan resultados a largo plazo. La experiencia
te cerebral y el donante a corazón parado. Para efectos de del modelo español demuestra que la estrategia más efectiva
esta revisión vamos a dedicarnos principalmente al donante es el establecimiento de un programa de detección de donan-
en muerte cerebral, si bien mencionaremos al final algunos tes, basado en coordinadores de trasplantes bien entrenados,
aspectos del donante a corazón parado. que trabajen en conjunto con los profesionales de unidades
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

de cuidado intensivo y servicios de urgencias en la conver- • Enfermedades sistémicas con repercusión sobre los órga-
sión de donantes potenciales en donantes reales (5). nos a trasplantar.
Este proceso consta de 5 fases, que frecuentemente se su-
perponen. Éstas son: Tabla 2. Exámenes de valoración inicial del donante potencial.
1. Detección y valoración clínica del donante potencial
2. Diagnóstico de muerte cerebral Hemograma AST,ALT
3. Mantenimiento del donante potencial Glicemia Amilasas
4. Solicitud de donación-marco legal Creatinina CK,MB
5. Extracción y distribución de órganos y tejidos.
Electrolitos Gases arteriales
PT,PTT, INR ECG
Detección y valoración clínica del donante
potencial Parcial de orina Rx tórax

La definición de donante potencial no es uniforme en los di- Tabla 3. Pruebas infecciosas de rutina.
ferentes estudios, por lo tanto el número reportado de do-
nantes potenciales es muy variable. Va de 10.500 a 13.800 HIV Serología
pacientes/año en Estados Unidos (6), 23,2 pmp/año en Reino
HTLVI Chagas
Unido (7) a 60 pmp/año en España (8). En general, se con-
Antígeno de superficie HBV Toxoplasma IgG
sidera donante potencial todo individuo con muerte cerebral
que no tiene contraindicaciones absolutas para la donación. Anticuerpos HCV CMVIgG
Sin embargo, el proceso de detección de donantes se inicia
con la identificación de pacientes con patología cerebral gra- Diagnóstico de muerte cerebral
ve, cuya situación neurológica se haya deteriorado a tal punto
El examen clínico neurológico es el estándar para la determi-
que la aparición de la muerte cerebral parezca inevitable.
nación de muerte cerebral y ha sido adoptado por la mayoría
Las causas más importantes de muerte cerebral son:
de los países. No sólo requiere una serie de pruebas clínicas
• Trauma craneoencefálico
cuidadosas sino también el establecimiento de la causa del
• Enfermedad cerebrovascular
coma, la certeza del carácter irreversible del mismo, la reso-
• Encefalopatía anóxica lución de cualquier hallazgo clínico engañoso, el reconoci-
• Tumor cerebral primario.
miento de posibles factores de confusión, la interpretación de
los hallazgos de las imágenes neurorradiológicas y la reali-
La detección de donantes potenciales depende de 3 factores
zación de pruebas confirmatorias en caso de necesidad (14).
fundamentales:
Los parámetros prácticos para la determinación de la muer-
• La existencia de profesionales directamente encargados
te cerebral en adultos (15, 16), propuestos por la Academia
de la identificación y el seguimiento de estos enfermos.
Americana de Neurología en 1995, son:
Esto es, los coordinadores de trasplantes.
1. Criterios para diagnóstico clínico de muerte cerebral.
• El desarrollo de protocolos que faciliten la detección de
A. Prerrequisitos:
donantes potenciales.
1. Evidencia clínica o por imágenes de una lesión
La colaboración del personal médico y paramédico que
aguda de sistema nervioso central qlJe es compati-
participa en el proceso de generación y mantenimiento de
ble con el diagnóstico clínico de muerte cerebral.
posibles donantes.
2. Exclusión de condiciones médicas que puedan con-
fundir la valoración clínica (trastornos hidroelectro-
La valoración clínica del donante (9) es un proceso sistemá-
líticos, ácido-básicos o endocrinos severos).
tico que incluye:
3. Descarte de intoxicación por medicamentos o en-
1. Establecimiento de la causa de muerte, de forma clara y
venenamiento.
precisa.
4. Temperatura corporal >= a 32°C.
2. Revisión de la historia clínica, con énfasis especial en:
B. Hallazgos clínicos:
• Contraindicaciones absolutas
1. Coma o ausencia de respuesta cerebral motora al
• Hábitos personales
dolor en las 4 extremidades.
3. Estado de perfusión y oxigenación tisular
2. Ausencia de reflejos de tallo:
4. Exámenes de laboratorio.
a. Pupilas:
Ausencia de respuesta a la luz.
Contraindicaciones absolutas (10-13):
Tamaño: intermedio (4 mm) a dilatadas (9
Infecciones sistémicas
mm).
• Neoplasias malignas, excepto algunos tumores primarios
b. Movimientos oculares:
del SNC, Ca in situ de cérvix, Ca basocelular de piel.
Ausencia de reflejo oculocefálico.
9 I DONACiÓN DE ÓRGANOS

Ausencia de reflejo oculovestibular. B. Ausencia de reflejos de tallo.


c. Sensación y respuesta motora facial: C. Ausencia de respuesta motora al estímulo doloroso.
Ausencia de reflejo corneano. D. Ausencia de respiración con PC0 2 >=60 mmHg.
Ausencia de reflejo mandibular. E. Justificación de pruebas confirmatorias y resultado de
Ausencia de gesticulación facial al estímu- las mismas. i

lo doloroso. G. Repetición del examen neurologico.


d. Reflejo faríngeo y traqueal:
Ausencia de respuesta a la estimulación de Diagnóstico de muerte cerebral en niños
la faringe posterior. Las recomendaciones propuestas en 1987 por la Academia
Ausencia de tos con la succión bronquial. Americana de Pediatría para pacientes hasta de 7 años (17)
3. Test de apnea positivo. incluyen períodos de observación según la edad:
De 7 días a 2 meses: dos exploraciones clínicas y dos
Il. Dificultades en el diagnóstico de muerte cerebral. EEG separados por un intervalo de 48 horas.
Son condiciones que no permiten que el diagnóstico se rea- De 2 meses a 1 año: dos exploraciones clínicas y dos EEG
lice sólo sobre bases clínicas. Se recomiendan pruebas con- separados por un intervalo de 24 horas. La segunda eva-
firmatorias. luación puede ser reemplazada por una gamagrafía que
A. Trauma facial severo. demuestre ausencia de flujo cerebral.
B. Anormalidades pupilares preexistentes. De 1 a 7 años: dos exploraciones clínicas separadas por un
C. Niveles tóxicos de sedantes, aminoglicósidos, antide- intervalo de 12 horas. Si la causa es encefalopatía anóxi-
presivos tricíclicos, anticolinérgicos, antiepilépticos, ca, el período de observación se extiende a 24 horas.
drogas para quimioterapia o bloqueadores neuromus-
culares.
Mantenimiento del donante
D. Apnea de sueño o retención pulmonar severa que re-
sulte en retención ,crónica de CO2 • La muerte cerebral se asocia con una serie de cambios fisiopa-
tológicos que comprometen de forma importante la pelfusión
IIl. Observaciones clínicas compatibles con el diagnóstico y oxigenación de los diferentes órganos, por lo que precisan
de muerte cerebral. un diagnóstico y tratamiento precoces y exactos para que el
Son manifestaciones clínicas que se presentan ocasionalmen- proceso de donación/trasplante se lleve a cabo con las mejo-
te y que no deben ser interpretadas como evidencia de fun- res posibilidades de éxito. La progresión de la muerte cere-
ción cerebral. bral resulta en la pérdida del 10%-20% de los donantes. Sin
A. Movimientos espontáneos de las extremidades dife- embargo, el uso de protocolos de manejo del donante permite
rentes de flexión patológica o respuesta de extensión. mantener la estabilidad del mismo, minimizar las pérdidas y
B. Movimientos similares a la respiración. aumentar el número de órganos que pueden ser rescatados y
C. Sudoración, rubor facial, taquicardia. trasplantados con resultados favorables (18).
D. Presión arterial normal sin soporte farmacológico o
aumento súbito de la presión arterial. Objetivos terapéuticos
E. Ausencia de diabetes insípida. TA diastólica> 90 mmHg
F. Reflejos tendinosos profundos, reflejos abdominales FC < 100
superficiales, respuesta de flexión triple. PVC 8 10 cmH20
Temperatura> 35°C
G. Reflejo de Babinski.
Glicemia > 200 mg/dl
Diuresis> 1-2 cc/kg/hr - < 4 ccikg/hr
IV. Pruebas confirmatorias.
La muerte cerebral es un diagnóstico clínico. Se recomienda
repetir la evaluación clínica, pero el intervalo es arbitrario. 1. Mantenimiento hemodinámico
Las pruebas confirmatorias no son mandatorias pero sí de-
La hipotensión es uno de los hallazgos más frecuentes en el
seables en pacientes en quienes componentes específicos del
paciente con muerte cerebral (19). Las causas principales
examen clínico no pueden ser adecuadamente realizados o
son:
evaluados. En orden descendente de sensibilidad, son:
Sangrado
A. Angiografía cerebral
Hipovolemia secundaria a restricción de líquidos, uso de
B.EEG
diuréticos o agentes hiperosmolares.
C. Ultrasonido doppler transcraneal
Diuresis osmótica por hiperglicemia con glucosuria.
D. Gamagrafía cerebral Tc99HMPAO.
Vasodilatación periférica por lesión del centro vasomotor.
Diabetes insípida.
V. Documentación en la historia clínica.
Deterioro de la función miocárdica.
A. Etiología y carácter ilTeversible de la condición.

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 145


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Uno de los factores más importantes en la viabilidad y fun- hasta la CID. El manejo consiste en la transfusión de gló-
cionamiento de un órgano trasplantado es la perfusión ade- bulos rojos, plasma fresco y/o plaquetas para mantener los
cuada en el donante, por lo que es fundamental mantener una parámetros de coagulación dentro de límites normales.
PA sistólica mínima de 90 o una PA media de 65.
5. Soporte ventilatorio
Manejo
Es necesario ajustar el ventilador con un volumen corrien-
Líquidos: el primer paso es la expansión del volumen in- te de 10-12 ml/kg, la menor Fi0 2 posible y el menor PEEP
travascular. La presión venosa central se utiliza como guía posible que permitan mantener pH de 7,40, pC0 2 de 35-45
para la reposición de líquidos. El cristaloide de elección es el mmHg y p02 de 100 mmHg.
lactato de Ringer por su menor concentración de sodio (20).
Puede usarse en combinación con coloides, en proporción 6. Mantenimiento endocrino
2/3-1/3.
Inotrópicos: si después de la reposición de volumen per- A. Diabetes insípida. Resulta del déficit en la producción por
siste hipotensión, puede iniciarse dopamina, idealmente a los núcleos hipotalámicos o en la liberación por la hipófisis
dosis no mayores de 10 /lg/kg/min. En caso de persistir el de hormona antidiurética. Se caracteriza por:
choque, se usa noradrenalina en dosis de 2-10 /lg/kg/min, • Diuresis> 4 cc/kg/hr
adrenalina a dosis no mayor de 0,1 /lg/kg/min o dobutamina • Densidad urinaria < 1005
5-15 /lg/kg/min. • Hipernatremia
En el donante en muerte cerebral pueden presentarse • Osmolaridad plasmática> 300 mOsrnlkg y urinaria < 300
arritmias y diversos grados de bloqueo AV. Las causas son mOsrnlkg.
alteraciones hidroelectrolíticas, hipotermia, hipovolemia, hi-
poxemia, disfunción miocárdica, efecto de medicamentos o El manejo inicial consiste en el reemplazo de líquidos y elec-
de origen central. Hasta 10% de los pacientes presentan paro trolitos. Si la poliuria es muy importante, se adiciona vaso-
cardíaco durante el proceso de donación. presina IV 1-2 UI/hora o desmopresina 0.5-2 /lg IV cada 8
- 12 horas.
2. Manejo hidroelectrolítico y metabólico B. Alteraciones del eje hipotálamo-adenohipófisis-ti-
roides. Novitzky demostró que la inducción experimental
Las alteraciones más frecuentes son hipernatremia e hipoca- de muerte cerebral en animales se asociaba con una rápida
lemia, aunque también puede haber hiponatremia, hipercale- depleción de los niveles sé"icos de T3 y T4, manteniéndose
mia, hipocalcemia o hipofosfatemia. Su corrección es vital niveles normales de TSH, así como una caída significativa
para evitar la aparición de aITitmias que puedan comprometer de los niveles de cortisol e insulina. Estos resultados fueron
la situación hemodinámica. posteriormente confirmados en humanos (21). Así, se pro-
También es frecuente la presencia de hiperglicemia. Ade- puso un esquema de terapia de reemplazo hormonal con T3
más de acidosis y cetosis, esta produce diuresis osmótica con 2 /lg, cortisol 100 mg e insulina 10-30 UI, repetido cada 1-2
grandes pérdidas urinarias de agua y electrolitos, por lo que horas. Los resultados son controversiales, mostrando algu-
debe ser manejada con insulina IV. nos trabajos aumento significativo en el número de órganos
trasplantados con este manejo (22), mientras que otros no
3. Mantenimiento de la temperatura encuentran evidencia suficiente para recomendar su utiliza-
La muerte cerebral provoca desaparición de los mecanismos ción rutinaria (23). "'"
centrales hipotalámicos de termorregulación y poiquiloter-
mia. La incidencia de hipotermia en los donantes llega hasta Solicitud de donación
el 86%. Da origen a múltiples alteraciones: vasoconstricción, Una de las razones más importantes para la escasez de do-
depresión miocárdica, arritmias, hiperglicemia, alteraciones nantes es la negativa familiaI" a la donación de órganos, que
de función renal, disbalance hidroelectrolítico. ha sido reportada de 46% en Estados Unidos (6), 41 % en
El mejor tratamiento es la prevención de la hipotermia, el Reino Unido (7) y 13,6% en España (24). La entrevista
manteniendo la temperatura corporal por encima de 35°C con de donación es, entonces, una paI"te fundamental del proceso
medidas como uso de manta térmica y calentamiento de los de donación y trasplante. La metodología con que se realiza
líquidos IV y gases. puede ser sistemáticamente enseñada y es el coordinador de
trasplantes la persona que cuenta con los elementos necesa-
4. Mantenimiento de la coagulación rios para brindar a la familia la información necesaria y esta-
Pérdidas sanguíneas, transfusiones previas con sangre citra- blecer la relación de ayuda que se requiere (25).
tada o hipotermia pueden producir trastornos de coagulación Las causas de la negativa familiar han sido establecidas en
un estudio con 205 familias en España (26). Éstas son:
9/ DONACiÓN DE ÓRGANOS

• No comprenden la muerte cerebral- 50%; Extracción y distribución de órganos y tejidos


• Desconocen el deseo del posible donante - 27%.
La técnica quirúrgica de extracción multiorgánica escapa al
• Problemas con la imagen y/o integridad del cadáver 15%.
propósito de esta revisión. Los criterios geográficos y técnico-
• La familia no desea donar - 22 %.
científicos para la distribución de órganos están actualmentq
• Problemas sociales - 16%.
(mayo de 2006) en proceso de definición en el Ministerio de
• El fallecido no quería ser donante - 14%.
Protección Social.
• Problemas religiosos - 13%.
• Deseo de llevar el cadáver a casa - 10%
• Problemas con el hospital y/o los profesionales - 5%.
Donante a corazón parado
• Negativa asertiva - 2%. Es aquel que presenta paro cardíaco antes del rescate de los
órganos (28). En consecuencia, los órganos sufren una le-
Con los argumentos adecuados, la mayoría de estas negativas sión isquémica de severidad y duración desconocidas. Esta
familiares pueden ser revertidas. isquemia en caliente es importante para la viabilidad y fun-
ción del injerto, por lo que es esencial el enfriamiento de los
Marco legal órganos tan rápido como sea posible después de la asistolia.
Originalmente se dividieron en 4 categorías clasificación
La actividad de donación y trasplante de órganos y tejidos en
de Maastricht (29):
Colombia está regida por el decreto 2493 del 4 de agosto de
• 1. Muerto al ingreso
2004 "por el cual se reglamentan parcialmente las Leyes 9 de
• lI. Reanimación no satisfactoria
1979 y 73 de 1988, en relación con los componentes anató-
• lII. En espera del paro cardíaco
micos" y la resolución 2640 de agosto 16 de 2005 "por medio
G IV. Paro cardíaco después de la muerte cerebral
de la cual se reglamentan los artículos 3, 4, 6 parágrafo 2, 7
G V. Paro cardíaco en paciente hospitalizado (creada en
numeral 10, 25 y 46 del Decreto 2493 de 2004 y se dictan
2003).
otras disposiciones" (27).
Las categorías I y II son llamadas no controladas. Se utilizan
Los elementos más importantes son:
los riñones de estos donantes con buenos resultados a largo
• Define la muerte cerebral como el hecho biológico que se
plazo pero con una incidencia elevada de retardo en la fun-
produce en una persona cuando en forma irreversible se
ción del injerto. Las categorías III a V son llamadas contro-
presenta en ella ausencia de las funciones del tallo ence-
ladas. Aunque los órganos más usados son los riñones, hay
fálico, comprobadas por examen clínico.
reportes de trasplante de hígado y páncreas.
• Establece la estructura de la Red de Donación y Trasplantes.
Esta técnica es logísticamente demandante, por lo que su
• Determina los signos clínicos necesarios para el diagnós-
uso no se ha generalizado y en Colombia no se realiza este
tico de muerte cerebral, que debe ser realizado por dos
procedimiento.
médicos no interdependientes ajenos al grupo de trasplan-
tes, uno de ellos especialista en ciencias neurológicas.
• Prohíbe la remuneración o cualquier tipo de compensa-
Experiencia en la Fundación Clínica Valle del
ción o retribución por la donación o suministro de un ór- LiIi
gano o tejido. En el año 2005 se atendieron en la ciudad 201 alertas de do-
• Establece que la voluntad manifestada por la persona do- nación, esto es, pacientes con Glasgow b,!-jo por un patología
nante prevalecerá sobre la de sus deudos. susceptible de llevar a la muerte cerebral. De,spués de descar-
• Presunción legal de donación: la donación se presume tar aquellos que no evolucionaron a muerte cerebral, tenían
cuando una persona durante su vida se haya abstenido de contraindicación para la donación, presentaron paro cardíaco
ejercer el derecho que tiene a oponerse a que de su cuerpo antes del retiro de los/órganos o hubo negativa familiar a la
se extraigan componentes anatómicos después de su fa- donación, se rescataron órganos de 37 donantes efectivos. El
llecimiento y si dentro de las seis (6) horas siguientes a la porcentaje de negativas familiares fue 30%. El 81,2% de los
ocurrencia de la muerte encefálica o antes de la iniciación donantes fueron multiorgánicos.
de una necropsia, sus deudos no acreditan su condición de El sistema de coordinación de trasplantes en el surocci-
tales ni expresan su oposición en el mismo sentido. dente colombiano se inició en 1996. Con su implementación,
• Determina la obligatoriedad de la notificación de donan- hemos logrado aumentar en 4 veces la detección de posibles
tes potenciales y del permiso para realizar el rescate de donantes (48 en 1996, 201 en 2005). Igualmente, se ha au-
órganos. mentado en 3 veces el número de donantes efectivos (12 en
• Fija las bases para la distribución de órganos. 1996, 37 en 2005). Esto gracias al trabajo de tiempo com-
• Reglamenta la salida de componentes anatómicos y el pleto y dedicación exclusiva de los médicos coordinadores
trasplante a extranjeros. de trasplantes, con el fin de detectar donantes potenciales y
convertirlos en donantes reales. '

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 147


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Referencias 15. The Quality Standards Subcommittee of the American Academy of


Neurology. Practice paral11eters for determining brain death in adults
1. Port FK, Merion RM, Goodrich NP, Wolfe RA. Recent trends and (sul11mary statement). Neurology 1995; 45: 1012-4.
results for organ donation and transplantation in the United States, 16. Wijdicks EF. Deterl11ining brain death in adults. Neurology 1995; 45:
2005. Am J Transplant 2006; 6(5 Pt 2): 1095-100. 1003-11.
2. Guidelines for the determination of death: report of the Medical Con- 17. American Academy of Pediatrics Task Force on Brain Death in Chil-
sultants on the Diagnosis of Death to the President's Commission for dreno Report of Special Task Force: Guidelines for the determination
the Study of Ethical Problems in Medicine and Biomedical and Beha- of brain death in children. Pediatrics 1987; 80: 298-300.
vioral Research. JAMA 1981; 246: 2184-2186. 18. Rosendale JD, Chabalewski FL, McBride MA, Garrity ER, Rosen-
3. A definition of irreversible coma: report of the Ad Hoc Committee gard BR, Dell110nico FL, Kauffman HM. Increased transplanted or-
of the Harvard Medical School to Examine the Definition of Brain gans from the use of a standardized donor management protocol. Al11
Death. JAMA 1968; 205: 337-340. J Transplant 2002; 2(8): 761-8.
4. Gridelli B, Remuzzi G. Strategies for making more organs available 19. Salim A, Martin M, Brown C, Belzberg H, Rhee P, Del11etriades D.
for transplantation. N Engl J Med. 2000 Aug 10; 343(6): 404-10. Complications of brain death: frequency and impact on organ retrie-
5. Matesanz R, Miranda B. A decade of continuous improvement in ca- val. Al11 Surg 2006; 72(5): 377-81.
daveric organ donation: the Spanish model. J Nephrol 2002; 15(1): 20. Wood KE, Becker BN, McCartney JG, D' Alessandro AM, Coursin
22-8. DB. Care of the potential organ donor. N Engl J Med 2004; 351(26):
6. Sheehy E, Conrad SL, Brigham LE, Luskin R, Weber P, Eakin M, 2730-9.
et al. Estimating the number of potential organ donors in the United 21. Novitzky D, Cooper DK, Morrell D, Isaacs S. Change frol11 aerobic to
States. N Engl J Med 2003; 349: 667-74. anaerobic metabolism after brain death, and reversal following triio-
7. Barber K, Falvey S, Hamilton C, Collett D, Rudge C. Potential for or- dothyronine therapy. Transplantation 1988; 45(1): 32-6.
gan donation in the United Kingdom: audit of intensive care records. 22. Rosendale JD, Kauffman HM, McBride MA, Chabalewski FL, Zaroff
BMJ 2006; 332: 1124-7. JG, Garrity ER, Dell110nico FL, Rosengard BR. Aggressive pharma-
8. Navarro A, Escalante JL, Andres A. Donor detection and organ procu- cologic donor management results in more transplanted organs. Trans-
rement in the Madrid region. Group of Transplant Coordinators of the plantation 2003; 75(4): 482-7.
Region ofMadrid. Transplant Proc 1993; 25(6): 3130-l. 23. Powner DJ, Hernández M. A review of thyroid horl110ne admirüstra-
9. Andrés, A. Detección y evaluación de donantes. En: Coordinación y tion during adult donor careo Prog Transplant 2005; 15(3): 202-7.
Trasplantes: El modelo Español. Eds. Matesanz R, Miranda B.; Grupo 24. Santiago C, Gómez P, Olivares J, de La Concepción M. Evaluation
Aula Médica, Madrid 1995; 45-50. of organ procurement in an area under the influence of a training pro-
10. Delmonico FL. Cadaver donor screening for infectious agents in sol id gramo Transplant Proc 2005; 37(9): 3649-50.
organ transplantation. Clin Infect bis 2000; 31(3): 781-6. 25. Santiago C. Family and personal consent to donation. Transplant Proc
11. Kauffman HM, McBride MA, Delmonico FL. First report of the U ni- 1997; 29(1-2): 1625-8.
ted Network for Organ Sharing Transplant Tumor Registry: donors 26. Santiago C, Gómez P. Asking for the family consent: analysis and
with a history of cancer. Transplantation 2000; 70( 12): 1747-51. refusals. Transplant Proc 1997; 29 (1-2): 1629-30.
12. Kauffman HM, McBride MA, Delmonico FL. UNOS Transplant Tu- 27. www.Iilitrasplantes.org.
mor Registry: donors with a history of cancer. Transplant Proc 2001; 28. Kootstra G, Kievit J, Nederstigt A. Organ donors: heartbeating and
33(1-2): 1844-5. non-heartbeating. World J Surg 2002; 26(2): 181-4. Epub 2001 Dec
13. Kauffman HM, McBride MA, Cherikh WS, Spain PC, Delmonico 17.
FL. Transplant tumor registry: donors with central nervous system 29. Kootstra G, Daemen JH, Oomen AP. Categories of non-heart-beating
tumors1. Transplantation 2002; 73(4): 579-82. donors. Transplant Proc 1995; 27(5): 2893-4.
14. Wijdicks EF. The diagnosis of brain death. N Engl J Med 2001;
344(16): 1215-21.
PANORAMA DEL CUIDADO CRíTIC N
COLOMBIA Y LATINOAMÉRICA

Édgar Celis, MD; Sandra Rubiano, MD

La medicina crítica es quizás la más joven entre todas las director fue el doctor Eduardo García Vargas. En la misma
especialidades médicas. Se puede decir que nació en la déca- época, la OPS realizó proyectos similares en Bello Horizonte
da de los años 1950, como consecuencia de la necesidad de (Brasil) y en Santiago de Chile.
prestar soporte ventilatorio a las personas afectadas por una En los años 1970 estaban prestando servicio en Bogotá, las
epidemia de poliomielitis, en algunos de los países europeos UCls situadas en el Hospital San Juan de Dios, la Fundación
yen Estados Unidos. A. Shaio, el Hospital Militar Central, el Hospital San José, la
Un\ poco más adelante, durante la misma epidemia, las Caja Nacional de Previsión, el Hospital de la Samaritana y el
complicaciones que aparecieron fueron las mismas que hoy Hospital San Ignacio. Se encontraban funcionando UCls en
tenemos: infección, desequilibrio hidroelectrolítico, inestabi- Barranquilla, Medellín y Cali.
lidad hemodinámica y lesiones pulmonares, principalmente, Hoy, podemos asegurar que todos los países de Latino-
hoy conocidas como Síndrome de dificultad respiratoria del américa poseen unidades de cuidado intensivo manejadas por
adulto. En esa época, el líder del equipo multidisciplinario intensivistas, dotadas con tecnología suficiente para brindar
era en su mayoría un anestesiólogo (1). Hoy, la medicina un adecuado manejo a los pacientes que lo requieran.
crítica está manejada por' médicos procedentes de diferentes Los retos están enfocados a encontrar la forma de ven-
especialidades: anestesiología, medicina interna, cirugía, pe- cer la agresividad de la sepsis, anticiparnos al desarrollo de
diatría, y aquellos que tienen como especialidad primaria la complicaciones, como la falla multiorgánica, la iatrogenia, la
medicina crítica. infección nosocomial, entre otras, a las que hoy les brinda-
El modelo de atención en esta especialidad, desde sus ini- mos solamente terapia de soporte. Ajustarnos a la constante
cios, se ha caracterizado por el trabajo en equipo, en el cual, innovación tecnológica, desarrollar políticas encaminadas a
la cooperación, la información y el análisis de los datos de la mejorar la oportunidad de ingreso a la UCI, utilizar la me-
monitorización involucran médicos de diversas especialida- jor evidencia disponible, innovar, racionalizar la utilización
des, enfermeras, fisioterapeutas y farmacólogos, entre otros. de los recursos disponibles sin vulnerar los derechos de los
Desde esa época hasta nuestros días, la medicina crítica pacientes, aplicando las normas vigentes en el campo de la
ha tenido un desarrollo vertiginoso, en el cual van unidos la bioética. Para lograr lo anterior, es indispensable mantener y
excelente atención personalizada a los pacientes, los profun- fortalecer el liderazgo de las sociedades de medicina crítica
dos conocimientos de la fisiopatología del paciente en estado y cuidado intensivo.
crítico, los avances deslumbrantes de la tecnología, de la bio-
logía molecular, de la monitorización, manejo y tratamiento, Evolución de la medicina crítica en
de la ética, y en fin, de todo aquello que hace apasionante el Latinoamérica
cuidado del paciente crítico.
América Latina no ha sido ajena a este desarrollo. En Co- En Estados Unidos y Europa, a finales de la década de los
lombia, la primera unidad de cuidado intensivo se fundó el 8 cincuenta, aproximadamente el 20% de los hospitales con
de abril de 1969, en el Hospital San Juan de Dios de Bogotá, más de 300 camas tenían al menos una unidad de cuidado
financiada por la Organización Panamericana de la Salud- intensivo. En Latinoamérica, las primeras unidades aparecie-
OPS, siendo director del Hospital, el doctor Jorge Castellanos ron a finales de la década de los sesenta y principios de los
y Ministro de Salud, el doctor Antonio Ordóñez P. El primer setenta, como en México, Colombia, Chile, Venezuela, Bra-
coordinador de esta unidad fue el doctor Jaime Casasbuenas, sil, Argentina y Perú. Actualmente hay unidades de cuidado
asistentes los doctores Carlos Rey León y Alberto Ramírez. intensivo neonatales, pediátricas y adultos, en la mayoría de
La OPS trajo como asesores internacionales, para el montaje los países de Latinoamérica. b (Tabla 1).
de la UCI, a una enfermera y un ingeniero de la Universidad En la actualidad, al igual que en el mundo entero, la me-
de Michigan (USA)a. En septiembre de 1969, se inauguró dicina crítica en Latinoamérica se ha desarrollado en forma
la segunda UCI, en la Fundación Abbott Shaio, cuyo primer vertiginosa, paralelamente con el desarrollo tecnológico y

a Información personal doctor Jaime Casasbuenas. b Información suministrada por los presidentes de las asociaciones de cuidado
intensivo de Latinoamérica.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

científico. Este avance responde a las necesidades y retos de para la región podría ser de 2,5 a 3 camas/l.OOO habitantes,
la medicina moderna, trasplantes~ tratamiento de cáncer, in- y de éstas entre el 4 y 10% deben ser de cuidado intensivo
munosupresión, trauma, y la prolongación de la expectativa (5). El reto para la Federación Panamericana e Ibérica de So-
de vida. ciedades de Medicina Crítica y Terapia Intesiva-FEPIMCTI
es liderar un consenso entre los distintos países miembros,
Tabla 1. Historia cuidado intensivo-Uer en Latinoamérica. tendiente a establecer la cantidad mínima de camas de cui-
dado crítico necesarias para responder a las necesidades de
País Primera UCI Primera UCI Fundación la región.
adultos pediátrica Sociedades de Cui-
dado Crítico
Tabla 2. Camas de cuidado intensivo-UCI por cada 1.000 habitantes.
Año Año Año
Argentina 1956 1976 1971
Latinoamérica** CamasUCI Otros CamasUCI
Bolivia 1975 1984 1986 1.000 países* 1.000
Brasil 1969 ---- 1981 habitantes habitantes
Chile 1968 1980 1982 Argentina 0,29 Australia 3,6
Colombia 1969 1990 1982
Bolivia 0,035 Alemania 6,6
Ecuador 1971 ---- 1979
Brasil 0,079 Bélgica 4,0
México ---- ---- ----
Perú 1969 1972 1988 Chile 0,027 Canadá 3,2

Uruguay 1971 1980 ---- Colombia 0,03 España 3,1


Venezuela 1971 1972 1977 Ecuador 0,03 Estados Unidos 2,8

Información suministrada por las Sociedades de Cuidado Crítico México 1 Francia 3,8
---- Sin información Perú 0,018 Portugal 3,1
Uruguay 0,23 Reino Unido 3,7
Oferta de camas de cuidado intensivo
Venezuela 0,03 Suiza 3,4
Los gastos porcentuales del producto bruto interno para la
salud en América Latina, de acuerdo con la OPS (2), oscilan *Tomado de OECD in Figures - 2005 ISBN 9264013059
**Indicador construido por Celis E. y Rubiano S. a partir de la información
entre 6,2% y 9,4%, mientras que en Canadá y Estados Uni-
suministrada por las Sociedades de Cuidado Crítico.
dos, es del 13%. Esto refleja las dificultades que tiene la re-
gión para tener recursos suficientes que permitan entregar los
Recursos físicos y humanos
servicios que necesita la población, en especial los servicios
de alto costo, como es el cuidado crítico. Ha habido una creciente preocupación en los países de la re-
El número de camas de cuidado crítico por cada 1.000 gión por establecer los recursos mínimos, tanto físicos como
habitantes en los países desarrollados (3) es mucho mayor humanos, que deben cumplir las unidades de terapia inten-
que en Latinoamérica, a excepción de México y Argentina siva. La gran mayoría disponen de normatividad estatal que
(tabla 2). Como es difícil conseguir los recursos para dismi- define estos requerimientos mínimos (5-8). Es importante re-
nuir la brecha, se han hecho una serie de trabajos, tanto a calcar que las distintas sociedades de cuidado intensivo han
nivel gubernamental (4-5) como de las sociedades de cuidado participado activamente en este proceso, inclusive colocando
intensivo (6-7), para optimizar el recurso existente. Como es- en sus portales programas que facilitan la recolección de in-
trategias, se han creado guías para redireccionar los pacientes formación de las diferentes unidades para ser analizadas por
críticamente enfermos, creando más camas de cuidado inter- las sociedades, como es el caso de Argentina, México, Bra-
medio, las cuales requieren menos recursos tanto humanos sil, Colombia, entre otros. Es de notar que estos esfuerzos
como físicos. Se han estratificado las unidades de terapia in- han sido hechos de manera local, lo cual hace que existan
tensiva por niveles de complejidad, de acuerdo con la región discrepancias en los requisitos establecidos para cada país.
y la población, mejorando los sistemas de comunicación, te- Sin embargo, los países integrantes del Mercosur, Brasil,
lemedicina, traslado de pacientes, etc. Todo lo anterior está Uruguay, Paraguay y Argentina han hecho este ejercicio de
encaminado a definir las necesidades reales de camas de cui- manera conjunta con la idea de tener políticas semejantes que
dado intensivo en la región. favorezcan el intercambio entre los países (9). Este ejemplo
La Organización Mundial de la Salud recomienda dispo- debería trascender a toda la región.
ner de 4 a 4,75 camas por 1.000 habitantes para hospitales de Es posible que, debido a las condiciones económicas de
agudos en poblaciones de más de 100.000 habitantes; 3-4 ca- Latinoamérica, la gran mayoría de los pacientes críticos son
mas por 1.000 en poblaciones de 25.000-100.000 habitantes manejados en unidades mixtas, es decir que éstas tratan todo
y 2,5-3 camas/1.000 hab en poblaciones de menos de 25.000 tipo de patologías, cuando el ideal es ten~t unidades especia-
habitantes. En términos generales, una aproximación racio- lizadas para optimizar los recursos y tener mejores desenla-
nal de la cantidad de camas hospitalarias y de cuidado crítico ces (tabla 3).
101 PANORAMA DEL CUIDADO CRíTICO EN COLOMBIA Y LATINOAMÉRICA

En países en desalTollo, el cuidado crítico debería ser los delegados de Chile, Ecuador, Panamá y Uruguay. Su for- .
prestado principalmente por el Estado, sin embargo, en paí- mación fue protocolizada mediante escritura de constitución,
ses como Ecuador y Colombia, la atención de estos pacien- en México, DF., el 12 de septiembre de 1980 en la Notaría
tes es hecha en mayor proporción por instituciones privadas García Diego, No 38, Vol. 554, Folio 70, No 21244, firmada
(tabla 3). . por los doctores Alberto Villazón Sahagún y Sergio Range1
En relación al tipo de manejo de las UCIs (abierta, cerrada Carrillo, fijándose como tiempo de duración de la Federación
o mixta), en cuanto hace relación a las decisiones terapéuti- de 99 años.
cas de los pacientes, es muy variable (tabla 3). El primer Comité Ejecutivo fue integrado por los doc-
En cuanto al recurso médico y su formación académica, la tores: Alberto Villazón Sahagún (México )-Presidente, Sergio
mayoría de los países reportan que sus unidades son princi- Rangel (México)-Secretario, Héctor de Leone (Argentina),
palmente atendidas por especialistas primarios y por especia- Julio Polisuk (Brasil), Eduardo García Vargas (Colombia),
listas certificados en cuidado crítico. La mayoría de los países Roberto Arreaza (Venezuela).
cuentan con programas de residencia en medicina crítica. c También se creó el comité de estatutos, integrado por los
doctores: Mario Perman (Argentina), Mariza D' Agostino
Las sociedades de cuidado crítico en (Brasil), Andrés Esteban (España) y Luis Hervella (México).
Latinoamérica Se definieron como objetivos de la Federación:
a. Unificar conceptos con relación al campo de la medi-
Federación Panamericana de Sociedades de cina crítica.
Medicina Crítica y Terapia Intensiva-FEPIMCTI b. Contribuir al progreso y estudio de la medicina crítica.
Como consecuencia del deseo de unión, no sólo nacional sino c. Colaborar con los proyectos que permitan adecuar la
internacional, surgió la idea de crear una asociación interna- tecnología a las capacidades económicas disponibles.
cional de cuidado crítico, que agrupara a todos los países del d. Definir las bases teóricas y prácticas de esta rama de
continente americano, junto con España y Portugal. la medicina, para lograr su reconocimiento como una
La Asamblea constitutiya de la naciente Federación se rea- nueva disciplina, precisando su campo de acción en el
lizó en la Ciudad de México, DF. el 26 de septiembre de 1979, contexto de las diversas especialidades.
con presencia de los delegados acreditados como represen- e. Estudiar planes conjuntos para investigación y forma-
tantes de las Sociedades de Terapia Intensiva de Argentina, ción de recursos humanos.
Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, España, Estados Unidos, f. Mantener un contacto activo con todas las organiza-
México, Perú, Portugal y Venezuela; y como observadores, ciones interesadas en el enfermo grave.

Tabla 3. Características generales de las unidades de cuidado intensivo-UCI latinoamericanas.

País Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Ecuador México Perú Uruguay Venezuela
Tipo de UCI
Mixtas 88% 68% 71% ---- 56% 100% ---- 2% 24% 90%

Médicas ---- 2% ---- 69% 3%

Quirúrgicas ---- 4% ---- 3% 6%

Coronarias 6% 4% ---- 2% ---- 5% 4% 10%

Pediátricas 6% 32% 7% 33% 35% ---- 16% 15% 8%

Otras 18% ---- 1% ---- 3% 3% 2%

Estatales 76% 100% ---- 65% 30% 37% ---- 73% 76% 60%

Privadas 24% ---- 35% 70% 63% ---- 23% 24% 40%
Tipo de manejo
Abiertas 10% ---- ---- 1% 11% ---- 27%

Cerradas 90% ---- ---- 16% 69% ---- 46%

Mixtas 100% ---- ---- 83% 20% ---- 73% 69% 54%.

Resumen información suministrada por las sociedades de cuidado crítico


---- Sin información

e Información suministrada por los presidentes de las sociedades de cuidado crítico.


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

g. Incentivar y apoyar la constitución de nuevas socieda- estos programas son iniciativas recientemente instauradas,
des en los países que aún no las posean. los resultados no han sido publicados en su totalidad (Gior-
h. Mantener la mejor comunicación posible entre las dano A. (SUMI-Uruguay) comunicación personal), (Celis E.,
sociedades constituidas y difundir información sobre Rubiano S. (AMCI-Colombia) trabajo en curso), (Besso 1.
eventos científicos pertinentes. (Venezuela) comunicación personal)

Algunos objetivos, además de los ya mencionados, son: Tabla 4. Relación sociedades de cuidado crítico en Latinoamérica.
Colaborar activamente en los objetivos y proyectos de la
Federación mundial de sociedades de medicina crítica. País Nombre Portal
Contribuir al estudio y progreso de la medicina crítica. Argentina Sociedad argentina http://www.sati.org.ar
Estudiar planes conjuntos para la investigación y forma- de terapia intensiva
(SATI)
ción de recursos humanos. d
Bolivia Sociedad boliviana No tiene
de medicina crítica y
Importancia de las sociedades de cuidado terapia intensiva
crítico en Latinoamérica Brasil Asociación de medi- http://www.amib.com.br/
cina intensiva brasi-
El cuidado intensivo ha tenido una gran importancia en Lati- lera (AMIB)
noamérica, tanto que la primera unidad de cuidado intensivo Chile Sociedad chilena de http://www.medicina-intensiva.el
adulto en la región, se registra en el año 1956 en Argentina, medicina intensiva
y desde entonces, ha tenido un desarrollo enorme en toda el Colombia Asociación colombia- http://www.asocritico.org
área. na de medicina crítica
De manera paralela han surgido las sociedades de cuidado y cuidado intensivo
(AMCI)
crítico (tabla 1), las cuales han tenido un papel preponderante
en los avances de la especialidad en la región. Costa Rica Asociación costarri- No tiene
cense de medicina
En general, todas tienen dentro de sus objetivos el fortale- crítica y terapia in-
cimiento del cuidado crítico, por lo cual, mediante comités, tensiva
desarrollan las estrategias para lograrlos. Ecuador Sociedad ecuatoriana http://www.medicosecuador.com/
de cuidados intensi- old_semc/index.html
Educación vos (CESI)
México Asociación mexicana http://www.ammcti.org.mx/
En este campo realizan diferentes eventos como congresos de medicina crítica
nacionales e internacionales, educación continuada, algunos y terapia intensiva
incluso capacitación en línea como en Argentina (10) y Brasil (AMMCTI)
(11). En este sentido, la FEPIMCTI recientemente contrató a Panamá Asociación paname- No tiene
la editorial Panamericana, para contar con este tipo de forma- ña de medicina crítica
y terapia intensiva
ción a distancia en su portal, para ofrecer esta oportunidad al
resto de países de Latinoamérica. Perú Sociedad peruana de http://www.sopemi.org
medicina intensiva
Hacen consensos para realización y difusión de protoco- (SOPEMI)
los y guías de atención, los cuales pueden ser consultados
Uruguay Sociedad uruguaya http://sumi.org.uy/,,
en línea en las páginas oficiales de las diferentes sociedades de medicina intensiva
(tabla 4). (SUMI)
Venezuela Sociedad venezo- http://www.svmc.com.ve
Calidad lana de medicina
crítica (SVMC)
Aunque en la mayoría de los países se han dictado normas
sobre la prestación de los servicios de cuidado crítico, en lo Información obtenida de la página oficial de la FEPIMCTI
que hace referencia a la disponibilidad de recursos humanos
y físicos, las diferentes sociedades de cuidado crítico han Certificación y recertificación
participado activamente en el diseño, implementación y eva-
Los primeros países que comenzaron con programas de for-
luación de estas políticas (6, 12, 13).
mación académica y procesos de certificación de la especiali-
Algunas sociedades han llegado a establecer en sus porta-
dad en Medicina Crítica fueron México, Venezuela, Uruguay,
les programas que permiten establecer indicadores de calidad
Brasil (16) y Argentina. En la actualidad existen programas
de las unidades de terapia intensiva del país, que han permi-
de entrenamiento y certificación en medicina crítica, además
tido establecer estrategias de mejoramiento. (14-15) Como
de los ya mencionados, en Costa Rica, Colombia, Ecuador

d Para ampliar información acerca de la FEPIMCTI, se puede consultar al enlace


wWw.fepimcti.org
101 PANORAMA DEL CUIDADO CRíTICO EN COLOMBIA Y LATINOAMÉRICA

(17), Perú y Chile. Es necesario establecer en toda la región Tabla 5. Órganos oficiales de difusión de las diferentes sociedades de cui- .
dado crítico.
el proceso de recertificación de la especialidad, tal como
existe, en México, Argentina, Brasil y Perú.
País Nombre de la Vínculo en internet
publicación
Intervención en políticas salariales
Argentina Revista medicina in- http://www.sati.org.ar/newstyle/
El cuidado crítico en Latinoamérica, en general, es una de las
tensiva revi
especialidades médicas, cuya remuneración no está acorde con
el grado de entrenamiento, horas de trabajo y estrés laboral; Brasil Revista brasileira de http://www.amib.com.br/
terapia intensiva
esto ha generado la participación de las diferentes sociedades
con los estamentos estatales y plivados, para hacer estudios Série clínicas brasi- http://www.amib.com.br/clinicas
que permitan mejorar estas condiciones laborales. En este pun- leiras de medicina
intensiva
to han sido líderes, Uruguay y Argentina. (Actividades consul-
tadas en los portales de las diferentes sociedades científicas), Boletín de activida- htmlhttp://www.amib.com.br
(Montañez A. (Sopemi-Perú) comunicación personal). desAMIB

Chile Revista chilena de http://www.revistamedintensiva.cl/


Investigación medicina intensiva

Con el ánimo de fomentar esta actividad, la mayoría de las So- Colombia Acta colombiana de http://www.asocritico.org/cms/
ciedades tienen sus propias revistas científicas, como órgano cuidado intensivo
oficial de divulgación de los trabajos de la especialidad (tabla Ecuador Revista ecuatoriana
5). La mayoría tiene acceso gratis por internet, y se pueden de medicina critica http://www.medicosecuador.com/
encontrar en motores de búsqueda regionales. Desde 2005, la México Medicina crítica y http://www.medigraphic.coml
revista Medicina Intensiva, perteneciente a la Sociedad espa- terapia intensiva medicinacritica/
ñola de medicina intensiva (SEMICYUC), se convirtió en el
Uruguay Paciente critico No tiene
órgano oficial de difusión de la FEPIMCTI, y actualmente, se
encuentra indexada en MedlinelIndex Medicus. Venezuela Revista venezolana http://www.infomediconline.coml
de medicina critica biblioteca/revistas.
asp ?especialidad=Medicina %20
El caso colombiano Crítica /

Costo cuidado crítico


Las unidades de cuidado intensivo-UCI consumen un alto por- Situación del cuidado intensivo
centaje de los recursos de salud en cualquier nación. Se estima En el año 2004, la Academia Nacional de Medicina en alian-
que, en Estados Unidos, aproximadamente e15% de las admi- za con la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y
siones hospitalarias corresponden a cuidado intensivo, abar- Cuidado Intensivo-AMCI, realizaron el trabajo denominado
cando entre el 15-20% de los costos hospitalalios y aproxima- "Estado de la calidad de la atención en las unidades de cui-
damente ell % del producto interno bruto-PIB (18, 19). dado intensivo en Colombia: Recurso humano y tecnológi-
En Colombia, de acuerdo con el trabajo "Plincipales estu- co. Entidades trazadoras",e cuyo objetivo era evaluar todas
dios sobre la sostenibilidad financiera del sistema de seguri- las UCI colombianas, situadas en Instituciones prestadoras
dad social en salud" (20), el gasto en salud en el año 2004 fue de servicios de salud, con más de cuatm camas con los re-
de 18,4 billones de pesos, equivalentes al 9,1 % del PIB. El quisitos de habilitación vigentes (8) y los estándares ópti-
gasto correspondiente a cuidado intensivo estaría alrededor mos esperados por la AMeI. Para este estudio, se definieron
de los dos billones de pesos. como UCI académicas, aquellas que estuvieran ubicadas en
hospitales que tuviesen convenios docente-asistenciales al
Normas vigentes menos para cinco programas de postgrado de especialidades
Con la reforma de la Seguridad Social Colombiana (Ley 100 médico-quirúrgicas, que las UCI tuvieran convenios docente
de 1993), han venido ajustándose los requisitos para prestar asist~nciales vigentes para rotación de residentes o progra-

los servicios de cuidado intensivo (8). Se refieren específi- mas de postgrado en cuidado crítico, presencia de residentes
camente al recurso humano y tecnológico con el que deben de manera permanente al menos en la mañana y en la tarde,
contar las UCI para poder prestar este servicio. También in- que se realizara revisión de casos y de temas, y que no hicie- .
cluyen la obligatoriedad de tener estadísticas acerca de pri- ran turno los residentes sin la compañía del especialista: La
meras causas de egreso y tener guías de manejo para las 10 mayoría de las UCI fueron no académicas, el 45% de las UCI
primeras causas de egreso. participantes pertenecían a la regional Bogotá de la AMCI y
en su mayoría de naturaleza pública (tabla 6).

e Rubiano s., Celis E., Carrasquilla G. Trabajo en edición.


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Tabla 6. Distribución de las DCI colombianas. El pago de los servicios de cuidado crítico en las VeI pri-
vadas, en su mayoría lo hace el régimen contributivo. En las
Característica n % públicas es mayor el régimen contributivo pero seguido muy
Regional Antioquia 13 12% de cerca por la población vinculadaJ (Figura 3).
Regional Bogotá 49 45%
Regional Costa Atlántica 20 18%
Regional Eje Cafetero 7 6%
Regional Santanderes 7 6%
2:1.8%
Regional Valle 13 12%
Académicas 22 20%
No académicas 47 43%
No definidas 40 37%
OFICIAL PRIVADA
Públicas 35 32% m nContributivo [] bSubsrdiado [] c. Vinculados o d.Medicina prepagada
o e.Partic·ulares Elf,SCYÁT o a.Desplazados o h.Fuerzas militares
68%
Privadas 74
..EU,.ARP .º. i,.Otros

Total 109 100%

Figura 3. Tipo de afiliación por naturaleza jurídica.


El tipo de manejo de los pacientes de la mayoría de las
VeI es mixto, es decir, las decisiones son tomadas de manera
La principal causa de ingreso en las VeI es enfermedad
conjunta entre el médico tratante y el intensivista (figura 1).
coronaria, seguida de infecciones y sepsis (figura 4). El 78%
de las camas ofrecidas para cuidado crítico cumplió los re-
quisitos de habilitación evaluados en el estudio (figura 5).
17; 16%

91; 83%

Figura 1. Decisión manejo de pacientes en las UCIS.

La mayoría de los pacientes que se hospitalizan en las VeI


pertenecen al régimen contributivo de seguridad social en sa-
Figura 4. Principales causas de ingreso a DCIS.
lud (figura 2).

I TOTAL (994) I
ob. Subsidiado oc. Vinculados od. Medicina prepaga:l
at. SOAT Elg. Desplazados oh. Fuerzas milita-es I !Wi:l DOTADAS 11 NO DOTADAS I

Figura 5. Relación camas dotadas vs. camas ofrecidas de acuerdo con los
Figura 2. Tipo de afiliación a la seguridad social de los pacientes que ingre-
requisitos de habilitación.
san a las UCIS.
101 PANORAMA DEL CUIDADO CRíTICO EN COLOMBIA Y LATINOAMÉRICA

En la actualidad, el perfil del coordinador médico de las IIO~,

DCI es en su mayoría especialista en medicina interna (45 %),


seguido de anestesiología (26%) y sólo el 8% de los coordi-
+----------~~-~""_.;;:------'----'
nadores tienen como especialidad primaria o subespeciali- 90%

dad cuidado crítico (figura 6). La relación de médicos que


atienden en las DCI por cama es en promedio de 1 por cada 70% +---------------"<:---:-'''<:--:------i

5 camas en la mañana, 1 por cada 6 en la tarde y 1 por cada 8 60" -f----,-,-------------:-'\-------'1


camas en la noche. En las DCI que tienen convenios docente- 50% -f---------------'----------"'---'--'--~

asistenciales, en promedio hay 1 residente por cada 5 camas


en la mañana y 1 por cada 6 en la tarde. En el estudio, el 6%
de las DCI con convenios ddcente-asistenciales reportaron
20% + - - - - - - -_ _ -----'--~-------------i

residentes realizando turnos sin la presencia del especialista. Mañana Tarde Noche

La cobertura de las DCI está dada en un 26% por médicos ge-


nerales con algún grado de experiencia en cuidado crítico, de
éstos casi la mitad no están acompañados por especialista.

Figura 7. Cobertura de otros profesionales por turnos.

Conclusiones
La medicina crítica, siendo una especialidad relativamente jo-
ven, ha tenido un gran desanollo en las últimas dos décadas.
Latinoamérica no ha sido ajena a este hecho, sin embargo, las
condiciones económicas de la región hacen que se presente
una distancia apreciable en la cobertura por cada 1.000 habi-
tantes, cuando se compara con los países desanollados. Existe
una preocupación general por mejorar la calidad de la presta-
ción de los servicios, en lo cual hay una gran participación y
TOTALUCIS
liderazgo de las diferentes asociaciones de cuidado crítico.
En Colombia, desde hace 10 años, se han venido desano-
llando trabajos nacionales, multicéntricos, liderados por la
AMCI, tendientes a evaluar la situación del cuidado crítico y
Figura 6. Distribución perfil coordinador UCI. realizar los ajustes conespondientes.

AGRADECIMIENTO
En Colombia, el servicio de enfermería en cuidado crítico Los investigadores agradecen la colaboración de los presidentes de las
es prestado tanto por enfermeras jefes como por auxiliares de sociedades de cuidado crítico de Latinoamérica, y a los miembros del Co-
enfermería, en una relación promedio de 1 enfermera auxi- mité de educación de la WFSICCM, Dr. José Besso, presidente WFSIC-
liar por cada dos camas y 1 enfermera jefe por cada 5 camas CM (Venezuela), Flavio Maciel (Brasil), Javier Hurtado (Uruguay) y Ana
María Montañez (Perú), quienes aportaron gran parte de la información
durante el día y 1 enfermera jefe por cada 6 camas en la registrada en este documento; igualmente al apo)rQ de la Fundación Santa
noche. Fe de Bogotá, para la realización de este trabajo. ".
En la figura 7 podemos observar las variaciones en la pres-
tación de los servicios por otros profesionales que apoyan la Referencias
cobertura de las DCI.
1. Bryan-Brown ChW. The Challenges Facing Critical Care in the Next
Tomando como referencia los resultados obtenidos por Millennium, VI Congress FEPIMCTI, 50 Years Topics, Ed Jean Raad,
el estudio realizado en la Academia Nacional de Medicina, Jun 1999.
se diseñó un trabajo que se realizó en el Centro de estudios 2. OPS/OMS Análisis de salud y sistemas de información sanitaria. Si-
e investigación en salud-CEIS de la Fundación Santa Fe de tuación de salud de las Américas. Indicadores básicos, 2003.
3. Eco-Salud OECD 2005 (Internet). Disponible en: http://www.oecd.
Bogotá, en alianza con la AMCI, para determinar si hay di- org/dataoecd/51/15/35140519.pdf. Consultado marzo de 2006.
ferencias en efectividad (mortalidad) y eficiencia (estancia y 4. Política nacional de prestación de servicios de salud. Ministerio de la
uso de recursos) en la atención de pacientes críticos en DCls Protección Social colombiano (Internet). Documento en línea. Dis-
académicas y no académicas. Actualmente, se encuentra en ponible en: http://www.minproteccionsocial.gov.co. Edición 2005.
Consultado marzo de 2006.
análisis la información recolectada. g

r Población pobre colombiana que no está afiliada al régimen subsidiado de seguridad g "Efectividad y eficiencia de las unidades de cuidado intensivo académicas comparadas
social en salud. con las unidades de cuidado intensivo no académicas en la atención de pacientes
críticamente enfenl1os". Trabajo en edición.

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 155


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

5. Política para a área de terapia intensiva. Ministério da Saúde Brasilei- 13. Dennis R, Metcalfe A, Pérez A, Londoño D, Gómez C, McPherson K,
ro. Juhno, 2003. Rowan K. Cuidado intensivo en Colombia. Recurso humano y tecno-
6. Normas mínimas. Consulta pública interactiva. Asociación de medi- lógico. Acta Médica Colombiana 2000; 25(5): 211-217.
cina intensiva brasileña (Internet). Disponible en: http://www.amib. 14. Sistema Quati en Brasil. (Internet). Documento en línea. Disponible
com.br/. Consultado marzo de 2006. en www.sistemacuatLcom.br Consultado marzo de 2006.
7. Avancesen cuidado crítico en geriatría (Internet). Curso en línea. Dis- 15. El sistema Satiq en Argentina. (Internet). Documento en línea. Dispo-
ponible en: http://www.medwave. cl/cursos/ Año V, n° 8, septiembre nible en: http://www.satLorg.ar/newstyle/satiq/index.php. Consultado
2005. Consultado marzo de 2006. marzo de 2006.
8. Resoluciones 1439 de 2002 y 1894 de 2003 del Ministerio de la Protec- 16. Manual de certificación de residencia médica. Programa de residencia
ción Social colombiano (Internet). Documentos en línea. Disponible en: en medicina intensiva (Internet). Documento en línea. Disponible en:
http://www.rninproteccionsocial.gov.co. Consultado marzo de 2006. http://www.amib.com.brConsultado marzo de 2006.
9. Requisitos comunes para las unidades de terapia intensiva de adultos. 17. Reunión de expertos para el logro de consenso sobre la medicina críti-
Mercosur/GMC/RES No 28/04 (Internet). Documento en línea. Dis- ca, la formación y acreditación de especialistas y unidades de medici-
ponible en: http://www.in.gov.br/materias/xml/do/secaoll 1475446. na crítica y terapia intensiva (Internet). Documento en línea. Disponi-
xml. Consultado marzo de 2006. ble en: http://www.medicosecuador.com. Consultado marzo de 2006.
10. Programa de Educación a Distancia (PROATI) (Internet). Disponible 18. Berenson RA. ICUs: Costs, outcomes, and decision making. Washing-
en: http://www.satLorg.ar/newstyle/cursos/index.html. Consultado ton DC: office of technology assessment, US Congress. December
marzo de 2006. 1984.
11. Programa de Educación a Distancia (PROAMI) (Internet). Disponible 19. Gyldmark M. A review of cost studies of intensive care units: pro-
en: http://www.amib.com.br/. Consultado marzo de 2006. blems with the cost concept. Crit Care Med 1995; 23: 964-972.
12. Associa<;ao de Medicina Intensiva Brasileira (AMffi). Anuário Brasi- 20. Principales estudios sobre la sostenibilidad financiera del sistema de
leiro de UTIs. Sao Paulo: AMffi; 2004. seguridad social en salud. Bogotá, Fundación Corona Universidad
del Rosario, octubre 2004.
EVALUACiÓN DE LA CALIDAD DE VIDA
RELACIONADA CON LA SALUD POSTESTANCIA
EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO
Fabio Martínez P, MO, FCCM; Henry Oliveros R, MO, MSc; Rafael Lobelo G, MO; Emily Vargas R, ENF

La medición de resultados de atención de los pacientes en cui- pleto, físico, mental y social y no simplemente la ausencia de
dado intensivo tradicionalmente se ha limitado a evaluar indi- la enfermedad o incapacidad", confiriéndole un carácter multi-
cadores tales como la mortalidad a los 28 días del egreso, la dimensional a su definición. Desde hace más o menos dos dé-
estancia promedio y los costos derivados de la atención. Sin cadas, se tiene en cuenta que la medicina debe aportar calidad
embargo, desde hace más de una década, se viene insistiendo o valor a los años vividos y no sólo aumentar los años de vida.
en la importancia de incluir, además de los componentes de Aparece entonces el concepto de calidad de vida relacionada
efectividad y eficacia, la evaluación de la calidad de vida rela- con la salud (CVRS) o Health Related Quality of Life (HR-
cionada con la salud. QOL), que sirve como una importante medida del impacto del
Tradicionalmente las mediciones se han efectuado desde la cuidado médico, que evalúa los desenlaces de conseguir una
visión del personal de salud al aplicar indicadores como es- vida digna de ser vivida en términos sociales, psicológicos y
tancia, discapacidad, mortalidad, etc., no teniendo en cuenta físicos, y no con tasas de supervivencia o respuestas' sintomáti-
la perspectiva del paciente; en otras palabras, lo que se mide cas, en especial de los pacientes tratados por condiciones cró-
habitualmente respecto al estado de salud del paciente es lo nicas o aquellas que amenazan la vida.
que el observador considera, casi subjetivamente, un buen es- La calidad de vida en general incluye la percepción del
tado de salud y pocas veces se toma en cuenta la percepción u individuo sobre su posición en la vida dentro del contexto
opinión del paciente. cultural y el sistema de valores en el que vive; tiene que ver
En nuestro medio hasta ahora se están realizando esfuerzos además, con sus metas, normas y preocupaciones; es un
para determinar los factores que están incidiendo de manera concepto extenso y complejo que engloba la salud física, el
preponderante en el deterioro o la mejoría de la calidad de vida estado psicológico, el nivel de independencia, la relaciones
relacionada con la salud, basándose en instrumentos que per- sociales, las creencias personales y la relación con las ca-
mitan evaluar ésta. racterísticas sobresalientes del entorno. (¿Porqué calidad de
Por lo general, las camas de las unidades de cuidados inten- vida?, grupo WHOQOL. En Foro Mundial de la Salud, OMS,
sivos representan entre un 5 % Y un 10% del total de las camas Ginebra, 1996) (1-3).
disponibles de un hospital general, sin embargo, consumen
aproximadamente el 30% del total de sus recursos económicos, Cuándo evaluar la calidad de vida relacionada
con beneficios muchas veces cuestionados; esto ha motivado la con la salud
evaluación de desenlaces a mediano plazo, midiendo el impac-
to que tiene la atención de cuidado intensivo, en términos de La evaluación de la calidad de vida relacionada con la salud
riesgo/beneficio, que puedan derivarse de la misma, teniendo se justifica en las siguientes circunstancias;
en cuenta además, que las respuestas sintomáticas o las tasas 1. Cuando la mejoría de l~ calidad de vida es el principal
de supervivencia no son suficientes, especialmente cuando son resultado del tratamiento aplicado.
aplicadas en pacientes tratados por condiciones crónicas o con 2. Cuando dos trataI}1Íentos son de una eficacia y una segu-
patologías agudas que amenazan su vida. ridad equivalentes y el tratamiento nuevo puede aportar
Por lo anterior, consideramos que las intervenciones a que ventajas adicionales en la calidad de vida.
son sometidos los pacientes hospitalizados en cuidado intensi- 3. Cuando el tratamiento ofrece ventajas mayores en cuanto
vo deben ser evaluadas en términos de si es más probable con- a la supervivencia del enfermo, a cambio de un evidente
seguir una vida digna de ser vivida, tanto en términos sociales deterioro en su calidad de vida.
y psicológicos, como en términos físicos, proporcionando de
esta forma una evaluación más comprensiva, integral y válida La importancia de la medida de la calidad de vida relaciona-
del estado de salud de un individuo o grupo. da con la salud estriba en que:
1. Las medidas clínicas basadas en los cambios bioquímicos
Salud y calidad de vida relacionada con la salud y fisiológicos son de gran importancia para los médicos,
pero son de limitado interés para los pacientes y a menu-
La Organización Mundial de la Salud en 1948 consideró que do se correlacionan en poco con el estado funcional y el
la salud podía ser definida como "Un estado de bienestar com- bienestar del paciente.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

2. Pacientes con los mismos criterios clínicos a menudo tie- de ítems descriptivos que ordenan los diferentes niveles de
nen respuestas opuestas. Por ejemplo, dos pacientes con cada dimensión.
similares características sociodemográficas y clínicas, No existe ninguna medida de CVRS que haya sido acep-
afectados de insuficiencia renal crónica en tratamiento tada como patrón de oro. Es recomendable incluir una escala
con hemodiálisis, uno deja el trabajo por una afectación razonablemente fiable, válida y sensible al cambio, de cual-
importante del estado de ánimo y el otro sigue trabajando quiera de los instrumentos de medida de la CVRS.
normalmente. Los CVRS pueden clasificarse en dos grandes grupos: ge-
3. El aumento de la supervivencia y las enfermedades cró- néricos y específicos.
nicas hacen que la monitorización clínica de la calidad de
vida relacionada con la salud del paciente sea uno de los Instrumentos genéricos
resultados clínicos principales. Se desalTolIaron para su utilización en diferentes tipos de
4. La medición de la calidad de vida relacionada con la sa- pacientes o poblaciones, independientemente del problema
lud proporciona información sobre el estado de salud de que los afecte. Permiten un nivel de comparación más global
la población y junto con él, conocimiento de las prefe- y abstracta sobre el daño que producen las distintas enferme-
rencias de los individuos; además, datos para la toma de dades. La dimensión fundamental que se explora es la efica-
decisiones sanitarias en la planificación y atención dada cia asignada (maximizar el impacto en salud de los recursos
por los sistemas de salud y la asignación de recursos sa- que la sociedad destina), y la utilidad central. Se dirige a la
nitarios. planificación social. Pertenecen a este grupo:
1. Perfil de salud de Nottingham (Nottingham Health Profi-
Estudios de calidad de vida relacionada con le, NHP).
la salud 2. Cuestionario de salud SF-36 (Short Form - 36 Health
Derivado del concepto de calidad de vida relacionada con Survey, SF-36).
la salud (CVRS) la atención se ha centrado en la calidad o 3. Perfil de las consecuencias de la enfermedad (Sickness
valor del tiempo de vida y no sólo en la cantidad; es cómo Impact Profele, SIP)
se siente el paciente, en lugar de cómo los médicos creen 4. Cuestionario de evaluación funcional multidimensional
que debería sentirse en función de las medidas clínicas. Por OARS (OARS Multidimensional Functional Assessment
lo tanto, la utilización y la medición de la calidad de vida Questionnaire) .
relacionada con la salud consiste en proporcionar una eva- 5. Euroqol - 5 D.
luación más comprensiva, integral y válida del estado de 6. Quality of WelI Being Scale.
salud de un individuo o grupo, y una valoración precisa de 7. Matriz de Rosser y Kina.
los posibles beneficios y riesgos que pueden derivarse de la
atención médica, concepto directamente relacionado con el Instrumentos específicos o funcionales
modelo biopsicosocial. Se desarrollaron para ser utilizados en pacientes con una
Karnofsky, en 1940, desarrolló un índice ideado para va- enfermedad concreta (asma, diabetes, depresión, etc.) y por
lorar la capacidad funcional de los pacientes con cáncer de tanto, pueden detectar mejor un problema de salud en parti-
vejiga tratados con mostaza nitrogenada. cular que afecte la calidad de vida. Son sensibles a variacio-
Después se desalTollaron los criterios clínicos funciona- nes de CVRS. La dimensión fundamental a la que se dirigen
les de la Asociación de Corazón de Nueva York para cla- es a la eficacia, a la efectividad y a la eficiencia técnica. Per-
sificar la gravedad del paciente cardíaco y los de la Aso- miten, especialmente, la evaluación de tecnologias sanitarias
ciación Americana de Reumatismo que clasifica el paciente o la evaluación económica (efectos y costos). Pertenecen a
con artritis reumatoide según criterios clínicos bioquímicos este grupo:
y funcionales. l. Asthma Quality of Life Questionnaire.
En la década de los cincuenta, se des alTO lIaron las escalas 2. St George's Respiratory Questionnaire.
de medición de las actividades básicas de la vida diaria, que 3. El Skindex - 29.
incluyeron comer, vestirse o pasear, pero la percepción del 4. Dyspepsia Related Health Scale.
propio paciente sobre su salud era enjuiciada por el profe- 5. Diabetes Quality of Life Questionnaire.
sional.
En la década de los setenta, se desalTolIaron los modernos La decisión de escoger entre un instrumento genérico o es-
instrumentos de medida de la calidad de vida relacionada pecífico depende del objetivo del estudio: los genéricos son
con la salud (CVRS), basados en la propia percepción del especialmente utilizados para comparar la calidad de vida en
paciente de su estado de salud. Su objetivo es la medición de pacientes con una patología respecto a otros pacientes con
las dimensiones en la calidad de vida (función física, función diferentes procesos o un grupo control sano; mientras que
psicológica, función social, función cognitiva, bienestar ge- los específicos están enfocados a aspectos más importantes
neral, nivel económico) a través de un número determinado de la enfermedad concreta y su tratamiento.
11/ EVALUACiÓN DE LA CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD POSTESTANCIA EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO

Al escoger una helTamienta para medii-la calidad de vida Tabla 1. Dimensiones de la escala SF-36.
relacionada con la salud se deben tener en cuenta las si-
guientes características: Dimensiones Significado
1. Que la herramienta sea simple Función física Grado en el que la falta de salud limita las ac-
tividades físicas de la vida diaria, como el! cui-
2. Que sea fácil de administrar
dado personal, caminar, subir escaleras, coger
3. Que sea entendible y la información sea fácil de regis- o transportar cargas, y realizar esfuerzos mode-
trar rados e intensos.
4. Que tenga una adecuada validez Rol físico, actividades Grado en el que la falta de salud interfiere en el
5. Adecuada sensibilidad al cambio cotidianas trabajo y otras actividades diarias, produciendo
como consecuencia un rendimiento menor del
6. Que tenga una adecuada capacidad de discriminar entre deseado, o limitando el tipo de actividades que
grupos de personas con diferentes niveles de calidad de se puede realizar o la dificultad de las mismas.
vida. Dolor corporal Medida de la intensidad del dolor padecido y su
efecto en el trabajo habitual y en las actividades
Experiencia local en determinación de la del hogar.
Salud general Valoración personal del estado de salud, que in-
calidad de vida relacionada con la salud cluye la situación actual y las perspectivas futuras
en pacientes egresados de la unidad de y la resistencia a enfennar.
cuidados intensivos Vitalidad Sentimiento de energía y vitalidad, frente al de
cansancio y desánimo.
Función social Grado en el que los problemas físicos o emo-
El Centro de investigaciones de la clínica San Rafael (CIC- cionales derivados de la falta de salud interfie-
SR), en asocio con la Asociación colombiana de medicina ren en la vida social habitual.
crítica, viene desarrollando, desde octubre de 2004, el es- Rol emocional Grado en el que los problemas emocionales
tudio multicéntrico "Recursos utilizados y calidad de vida afectan al trabajo y otras actividades diarias,
considerando la reducción del tiempo dedica-
en los pacientes egresad9s de la unidad de cuidados intensi- do, disminución del rendimiento y del esmero
vos",* en el cual se está utilizando el cuestionario SF-36 para en el trabajo.
evaluar la calidad de vida relacionada con la salud en pa- Salud mental Valoración de la salud mental general, consi-
cientes críticamente enfermos, atendidos en las Unidades de derando la depresión, ansiedad, autocontrol, y
Cuidados Intensivos (UCI) de las instituciones participantes: bienestar general.

Hospital Universitario Clínica San Rafael, Hospital Militar


Central, Hospital San José, Fundación Santa Fe, Clínica del Se han propuesto dos formas diferentes de puntuación. La
primera (Rand Group) establece una graduación de las res-
Country en Bogotá y la Fundación Valle de Lili en Cali.
°
puestas para cada ítem desde a 100. No todas las respuestas
tienen el mismo valor, puesto que depende del número de
SF-36
posibilidades para cada pregunta. La segunda forma de pun-
Dentro de las escalas que evalúan la calidad de vida relacio- tuación (The Health Institute) otorga diferentes pesos especí-
nada con la salud, se encuentra el SF-36, Short Form Health ficos a cada respuesta, según unos coeficientes que no siguen
Survey, desarrollado en el estudio Medical Outcomes Study una distribución lineal. Sea cual sea el método empleado, el
(MOS) (4-6), siendo una de las escalas más empleadas para significado de la puntuación es el mismo: cuanto mayor sea,
este propósito, validada en pacientes de unidad de cuidados mejor estado de salud refleja. "
intensivos (7, 12-14). La adaptación y validación del SF-36 en español tiene
Teniendo en cuenta las anteriores características, la escala una elevada consistencia interna (4) siendo 0,8 para todas las
de calidad de vida SF-36 ha demostrado poseer una adecua- dimensiones, excepto para la dimensión de "función social"
da validez de contenido, habilidad para discriminar, fiabi- que es de 0,76. El coeficiente de correlación intraclase es de
lidad, consistencia interna, ha sido utilizada en diferentes 0,85. En cuanto a la validez test-retest, con dos semanas de
poblaciones de pacientes y validada en catorce condiciones diferencia, es de 0,8 para la función física, vitalidad y per-
de enfermedad crónica. cepción general de salud y de 0,6 para función social (7, 8).
El SF-36 en general explora la salud física y la salud Cuando se realiza con 6 meses de diferencia (10), los valores
mental. Es un cuestionario auto administrado, aunque tam- oscilan entre 0,6 y 0,9, excepto para el dolor, que desciende
bién se ha aplicado mediante un entrevistador a través del hasta 0,43. La escala ha mostrado ser sensible al cambio en
teléfono o mediante soporte informático. varios estudios (9, 11). Los valores psicométricos de la adap-
Existen versiones de 8, 12 Y 36 ítems. La versión de 36 tación al español son similares a los originales, salvo la fiabi-
ítems explora 8 dimensiones del estado de salud: función lidad de la dimensión "función social", que es algo menor. En
física, función social, limitaciones del rol, problemas físicos, conclusión, la versión en español ha mostrado poseer valores
problemas emocionales, salud mental, vitalidad, dolor y per- consistentes y superpuestos a 10$' de la escala original.
cepción de la salud general (tablas 1 y 2).

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 159


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Tabla 2. SF-36. funcional de 368 pacientes (78,3%) que respondieron los


cuestionarios, seis meses después de la admisión a la DCI.
Dimensiones Ítems La estancia promedio fue de l3,6 días. La calidad de vida y
Salud Función física 1. Su salud actual es ... varias dimensiones fueron influenciadas por el diagnóstico
física 2. Comparada con la de hace un año del ingreso a la unidad y por la edad. Los problemas físicos
3. Actividad vigorosa de movilidad y de energía fueron los más prevalentes. En to-
4. Actividad moderada dos los grupos de pacientes, sólo una pequeña proporción de-
5. Coger o llevar bolsa de compra sarrolló dependencia en cuanto al manejo de las actividades
6. Subir varios pisos por la escalera diarias; los pacientes con trauma o falla respiratoria fueron
7. Subir un piso por la escalera los que experimentaron más limitaciones. La calidad de vida
8. Agacharse o arrodillarse
para los pacientes ancianos y los pacientes de cirugía cardía-
9. Caminar un kilómetro o más
ca fue comparable con la población general, en cuanto a las
10. Una sola manzana
11. Bañarse o vestirse por sí mismo dimensiones que tienen que ver con la respuesta emocional,
12. Tuvo que reducir el tiempo la interacción social y el dolor.
En general, la calidad de vida de los pacientes post DCI
Actividades 13. Hizo menos
cotidianas debe ser comparable con la calidad de vida de la población
14. Dejar de hacer algunas tareas
general de donde provienen, reconociendo que no siempre es
15. Dificultad para hacer su trabajo
16. Reducir el tiempo dedicado al
fácil evaluar el estado premórbido que ostentaban antes del
trabajo o los eventos que obligaron a su hospitalización. Otro de los
17. Hizo menos por problema emo- aspectos importantes que determina la calidad de vida es la
cional condición socioeconómica, luego, los pacientes que ingresan
18. No hizo su trabajo, problema a la unidad de cuidados intensivos pueden diferir de los de la
emocional población general en esta variable. Cabe suponer que los pa-
19. Han dificultado sus actividades cientes con una pobre condición social son más vulnerables
sociales a las infecciones severas y a sufrir accidentes catastróficos,
Dolor 20. Dolor en alguna parte del cuerpo patologías frecuentemente manejadas en DCI.
corporal 21. El dolor ha dificultado su trabajo En cuanto a la incidencia de problemas crónicos también
habitual se ha medido y se ha encontrado que la enfermedad cardio-
Salud 22. Tiempo que se sintió lleno de vascular junto con la cirrosis, la falla renal y las enfermeda-
general vitalidad des malignas condicionan una prolongada estancia en DCI;
23. Cuánto tiempo estuvo muy ner- además, están relacionados con la aparición frecuente de
vioso complicaciones y de coomorbilidad.
Salud Vitalidad 24. Cuánto tiempo se sintió tan bajo Los clínicos y en general los salubristas debemos reco-
mental de moral nocer la importancia de medir la calidad de vida para tener
25. Cuánto tiempo se sintió calmado decisiones justas en cuanto a la asignación de los recursos
Función 26. Cuánto tiempo tuvo mucha energía frente a las expectativas de los resultados en la calidad de
social 27. Cuánto tiempo se sintió desanimado vida. Debemos entender que, particularmente, en el escena-
28. Cuánto tiempo se sintió agotado rio del cuidado de los pacientes críticos, las intervenciones
29. Cuánto tiempo se sintió feliz pueden mantener la vida pero no necesariame~te.garantizar
Rol 30. Cuánto tiempo se sintió cansado una adecuada calidad de vida, má~· aún, el resultado de la
emocional 31. Dificultad en sus actiVIdades salud puede ser valorado en algunas ocasiones peor que la
sociales muerte, por tanto la asignación de recursos en las unidades de
32. Me pongo enfermo más fácilmente cuidados intensivos deberá ir ligada a la evaluación de desen-
Salud mental 33. Estoy tan sano como cualquiera. laces como la calidad de vida.
34. Creo que mi salud va a empeorar Con relación a la investigación local referida, se presen-
35. Mi salud es excelente. tan para esta edición resultados parciales con un corte a sep-
tiembre de 2005, fecha para la cual se habían enrolado 295
Dentro de los estudios que evalúan la calidad de vida rela- pacientes; fueron excluidos 47.
cionada con la salud en los pacientes críticos cabe destacar el Para la población evaluada (248 pacientes) el rango de
estudio de Niskalen (11). En este estudio se tomó una mues- edad fue de 18 a 89 años con un promedio de 50 años. Dis-
tra de 470 pacientes críticos y se comparó con una de 2.595 tribución por género: 146 hombres (58,8 %) Y 102 mujeres
de la población general. Se evaluó la calidad y la habilidad (41,2%).
11 I EVALUACiÓN DE LA CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD POSTESTANCIA EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO

Tabla 3. Distribución por tipo de patología al ingreso del estudio. DCI y 34 (11 %) tras el alta. Arrojando una mortalidad al año
de 51,4%.
Tipo de patología Total Porcentaje
Médica 114 45,97% Resultados de la aplicación SF-36 en estudio
Quirúrgica 104 41,93% local
Traumática 30 12,10% En resumen, la media de los puntajes para cada una de las
8 dimensiones que evalúa el SF-36 en la experiencia local
La oportunidad de atención, teniendo en cuenta como (CICSR y AMCI), cuando se expresa el puntaje en una esca-
punto de corte 6 horas desde el momento de la interconsulta la de O a 100 puntos al ingreso a DCI y después de 6 meses
hasta el ingreso a la DCI fue: menor de 6 horas para 167 de fueron los siguientes:
los pacientes (68,86%) y mayor de 6 horas para 81 pacientes
(31,14%). El promedio de días soporte ventilatorio fue de 6 Tabla 4. Al ingreso: calidad de vida referida a 4 semanas antes al ingreso
días (8,28 DS). El TISS 28, fue de 23 (1,15 DS) para el primer a Del.

día; 27 (9,83 DS) para el segundo día y 26 (10,25 DS) para


el tercer día. El APACHE II del primer día fue un promedio Dimensión Promedio Desviación estándar
de 17 (10,05 DS). La estancia promedio en DCI fue de 8,65 Función física 75 35,82
(15,68 DS). La condición al salir de los 248 pacientes fue: Rol físico 62 37,04
220 (88,66%) vivos y 28 (11,34%) muertos. A los 28 días a Dolor corporal 60 33,57
la llamada de sobreviva de 220 pacientes: 185 estaban vivos Salud general 52 24,40
(84,3%) y 35 (15,7%) muertos. A los 6 meses, se realiza la
Vitalidad 62 28,08
llamada para el desarrollo del segundo cuestionario SF-36,
Función social 75 30,70
de 170 pacientes, 151 (88,82%) estaban vivos y 19 (11,18%)
muertos. Lo que arroja una sobrevida a los 6 meses del 60% Rol emocional 75 33,29
(151 pacientes), del total de los pacientes al inicio del estudio Salud mental 65 26,19
(248 pacientes).
Es poca la literatura de medicina crítica que haga referen- Tabla 5. A los 6 meses.

cia a calidad de vida y mortalidad, ratificando lo descrito por


Daren K Heyland (15) donde se establece que de 1.073 artí- Dimensión Promedio Desviación estándar
culos revisados de la literatura de medicina crítica de adul- Función física 75 29,60
tos, sólo 19 artículos (1,7%) incluían medición de calidad Rol físico 50 33,54
de vida. Dentro de la revisión realizada para el desarrollo de Dolor corporal 62 30,74
este capítulo, sólo se han encontrado 3 artículos que ofrez- Salud general 56 22,03
can datos confiables sobre calidad de vida y mortalidad en
Vital,id,ad 62 22,61
DCI: de estos estudios se ofrece el de D. Ortiz (29), donde
Funcrión social 75 28,91
fueron incluidos 516 pacientes en 24 meses y un total de 146
pacientes (27%) fallecieron durante el transcurso de todo el Rol emocional 75 32,55

estudio, suponiendo una mortalidad global del 28%. De es- Salud mental 67 21,13
tos, 76 (52%) pacientes fallecieron en su estancia en la DCI;
58 (40%) antes de los seis meses, y 12 (8%) al año del alta. Se observa en los resultados anteriores,'teniendo en cuen-
Lo más interesante es la evidencia muy significativa, que el ta que es significativo un cambio de más de· 5 puntos en el
92% de los pacientes fallecen en los primeros seis meses; y promedio, que solamente tuvo impacto el rol físico, evaluado
los que sobreviven presentan al año un índice de calidad de mediante las siguientés preguntas:
vida más deteriorado: 68,93 ± 16,64, con respecto al ingreso: 1. ¿Tuvo que reducir el tiempo dedicado al trabajo o a sus
79,70 ± 12,01. De igual manera, en estudio realizado por C. actividades cotidianas?
J. Jacobs (30), quien estableció la mortalidad temprana y tar- 2. ¿Hizo menos de lo que hubiera querido hacer?
día en 313 pacientes; una supervivencia al egreso de DCI del 3. ¿Tuvo que dejar de hacer algunas tareas en su trabajo o en
76%, cayendo hasta el61 % en 6 meses y hasta el 58% en un sus actividades cotidianas?
año. Con una mortalidad al año del 42%. 4. ¿Tuvo dificultad para hacer su trabajo o sus actividades
Datos que se asemejan a estudios españoles como el de cotidianas (por ejemplo, ¿le costó más de lo normal?):
L. García y colaboradores (31), donde se estableció la mor-
talidad y calidad de vida en pacientes mayores de 65 años, Presentando un cambio significativo con una disminución
de los 313 estudiados, 95 (50%) fallecieron en la DCI, 32 de 62 a 50 puntos del ingreso a los 6 meses posteriores al
(10%) en el servicio de hospitalización después de egreso de egreso.

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 161


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Extrapolando los resultados obtenidos en las percepcio- de la calidad de vida varía considerablemente en las dimen-
nes de calidad de vida en los pacientes del estudio local al siones de función física, rol físico, vitalidad y función social,
ingreso (referido a 4 semanas antes del ingreso a UCI) con favoreciendo a los pacientes del estudio local. (Ver tabla 7).
resultados de la aplicación del cuestionarios SF-36 en la
población general de Estados Unidos (27) y España (28) se Tabla 7.
observa una disminuóón significativa en la calidad de vida
en las dimensiones: función física, rol físico, dolor corporal, Dimensión Promedio estudios He- Estudio local a los 6
yland Daren K (9) Y meses
salud general, función social, rol emocional y salud mental.
PS. Chrispin(7)
No hubo mayor modificación en la dimensión de vitalidad
Promedio Desviación Promedio Desviación
con la población de Estados Unidos, pero sí con la población estándar estándar
española. Función física 48 35,82 75 29,60
Lo anterior demuestra disminución de la calidad de vida
Rol físico 45 37,04 50 33,54
de la población del estudio local, respecto a la población de
Estados Unidos y España. Dolor corporal 66 33,57 62 30,74
Salud general 55 24,40 56 22,03
Tabla 6. Vitalidad 46 28,08 62 22,61
Función social 65 30,70 75 28,91
Dimensión Población Población Estudio local al
Estados Unidos España ingreso Rol emocional 75 33,29 75 32,55
Salud mental 70 26,19 67 21,13
Promedio Desviación Promedio Desviación Promedio
Desvi~~!~n
estándar estándar estánd

Función 84 23,00 94 12,80 75 35,82 Conclusiones


física
Rol físico 81 34,00 91 25,70 62 37,04
Dados los avances en la medicina y en la gestión de la calidad
75 82 60 en los servicios de salud, cada vez se incrementa el número
Dolor 23,00 24,80 33,57
corporal de pacientes de edad avanzada que requiere de cuidados es-
Salud 72 20,00 80 18,80 52 24,40
pecializados, lo que genera un consumo de recursos, con un
general impacto en la calidad de vida y sobrevida casi desconocida,
Vitalidad 61 21,00 69 18,40 62 28,08 por lo que se hace necesario la realización de estudios a nivel
Función 83 22,00 96 14,10 75 30,70
local que den respuestas a la grandes interrogantes sobre cali-
social dad de vida y sobrevida en unidades de cuidados intensivos.
Rol 81 33,00 90 26,00 75 33,29 Es igualmente necesaria la implementación de medidas
emocional encaminadas a reforzar las programas de promoción y pre-
Salud 75 18,00 77 17,30 65 26,19 vención, que contribuyan a la calidad de vida y vida salu-
mental dable a la población, así como a la detección. temprana de
patologías crónicas, que permita la prevención de estancias
evitables en UCI.
Comparativo SF-36 en pacientes críticos Comparando con otros estudios que evalúan la calidad de
De acuerdo al estudio de Heyland DK. (9) donde se evaluó vida relacionada con la salud en los pacientes, críticos se ob-
la calidad de vida de los pacientes sépticos egresados de la servan resultados variables, en los cuales fa~to",es como la
UCI se reportan un promedio general de 59 puntos y una des- patología (sepsis, EPOC), edad del paciente, enfermedades
viación estándar de 29,8. En el estudio del PS. Chrispin (4), amenazantes para la vida, calidad de vida previa y severidad
donde se valida el SF-36 para pacientes de cuidado intensivo de la enfermedad influyen considerablemente en el deterioro
se obtuvo un promedio de 55 puntos en una población de 166 de la calidad de vida en los pacientes egresados de la UCI
pacientes críticos con una desviación estándar de 25,2; esco- (16-26).
giendo el promedio de las desviaciones de estos dos estudios De igual manera, la sobrevida es similar a pacientes de Es-
da una desviación estándar promedio de 27 puntos. paña y Estados Unidos, con un porcentaje alrededor del 50%
Comparando los resultados de promedios y desviaciones en el primer año después del egreso. Pero con una disminución
estándares de los puntajes de las distintas dimensiones del significativa de la calidad de vida relacionada con la salud en
SF-36, obtenidos en el estudio de Heyland DK. (9) y PS. todas sus dimensiones: función física, rol físico, dolor corpo-
Chrispin (7), en pacientes sépticos, con los obtenidos en el ral, salud general, vitalidad, función social, rol emocional, sa-
estudio local a los 6 meses del egreso, en diferentes patolo- lud mental; al aplicarse en la población general.
gías, se observa: que para los pacientes críticos la percepción
11/ EVALUACiÓN DE LA CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD POSTESTANCIA EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO

Estudios de calidad de vida y tiempo de seguimiento

Autor N° de Tipo de paciente Formulario aplicado Tiempo de


pacientes seguimiento
Heyland (16) 30 Sépticos SF 36 2 semanas I

Patrick's Perceived Quality of Life scale


D. Hurel (22) 223 Médicos y quirúrgicos Nottingham Health Profile 6 meses
Perceived Quality of Life scale (PQOL)
Vázquez Mata G (18) 444 Médicos y quirúrgicos Cuestionario acerca de la calidad de vida. 12 meses
Konopad, EIsie (19) 504 Calidad de vida (Nivel de actividades diarias, 1 año
percepción de salud)
Eddleston, Jane M (20) 143 SF-36 12 meses
Ridley S.A (21) 95 SF-36 6 meses
Markus Wehler (23) 325 Médicos 6 meses
Stricker KH (24) 75 Quirúrgicos y trauma SF-36 1 año
Cristina Granja (25) 464 EQ-5D 6 meses
Kaarlola A (26) RAND 36 6 años
Oliveros H. 151 Médicos, quirúrgicos y trauma SF-36 6 meses

* Henry Oliveros R. MD, MSc. (Hospital Militar Central- Clínica San Rafael); Fabio Martínez Pacheco. MD. Anestesiólogo- Intensivista (Clínica San
Rafael-Hospital Occidente de Kennedy); Socorro Moreno Luna, MSc. Psicóloga (Pontificia Universidad Javeriana); Juan Pablo Velásquez Burgos, MD.
Internista-Intensivista (Hospital Militar Central); Rafael Lobelo García, MD. Neumólogo-Intensivista (Clínica San Rafael); MaI·cela Granados Sánchez,
MD. Cardióloga- Intensivista (Fupdación Valle de Lili); Édgar Celis MD. Anestesiólogo Intensivista (Fundación Santa Fe de Bogotá); Mario Gómez MD.
Anestesiólogo Intensivista (Hospital San José) y Tomás Romero Anestesiólogo-Intensivista (Clínica del Country); Enf. Emily Vargas R. Coordinadora de
Investigación (Unidad de Epidemiología e Investigación CICSR).

AGRADECIMIENTO and reliable measure of health-related quality of life. Crit Care Med
Dr. Luis Fernando Botero A, MD., por su contribución con la revisión del 2000; 28(11): 3599-3605.
presente capítulo. 10. Ware JE. SF-36 Health Survey Manual and Interpretation Guide.
Boston, the Health Institute, New England Medical Center, 1993.
11. Niskanen M, Ruokonen, E, Takala J. Quality of life after prolonged
Referencias intensive care Critical Care Medicine Volume 27(6) June 1999; 1132-
l. Hornquist JO. Quality of life: Concept and assessment. Scand J Soc 1139
Med 1989; 18: 68-79. 12. Ware JE: The SF-36 health survey. In: Quality of Life and Phar-
2. Guyatt GH, Feeny D, Patrick DL. Measuring health-re1ated quality macoeconomics in Clinical Trials. Spilker B (Ed). Philadelphia,
oflife. Ann Intern Med 1993; 118: 622-9. Lippincott-Raven, 1996.
3. Evaluación de la calidad de vida, Grupo WHOQOL, 1994. ¿Por qué 13. Ware JE, Kosinski M, Keller SD. SF-36 Physical and Mental Health
calidad de vida?, Grupo WHOQOL. En: Foro Mundial de la Salud, Summary Scales: A User's Manual. Boston, The Health Institute,
OMS, Ginebra, 1996. New England Medical Center, 1994.
4. Ware JE, Sherbourne CD. The MOS 36-item short form health sur- 14. Beaton DE, Hogg-Johnson S, Bombardier C.~valuating changes in
vey (SF-36) 1. Med Care 1992; 30: 473-83. health status: Reliability and. responsiveness of five generic health
5. McHorney CA, Ware JE, Raczek AE. The MOS 36-item short form status measures in workers .'\vith musculoskeletal disorders. J Clin
health survey (SF-36) II. Psychometric and clinical tests of validity Epidemiology 1997; 50: 79-93.
in measuring physical and mental health constructs. Med Care 1993; 15. Heyland Daren K. MD, FRCPC, MSc, Guyatt Gordon MD, FR-
31: 247-63. CPC, MSc, Cook Deborah J. MD, FRCPC, MSc, Meade Maureen
6. McHorney CA, Ware JE, Lu R, Sherbourne CD. The MOS 36-item MD, FRCPC, MSc, Juniper Elizabeth MCSP, MSc, Cronin, Lisa
short form health survey (SF-36) III. Tests of data quality scaling MD, MSc, Gafni Amiram PhD. Frequency and methodologic rigor
assumptions, and reliability across diverse patient groups. Med Care of quality-of-life assessments in the critical care literature. Critical
1994; 32: 40-66. Care Medicine 1998; 26(3): 591-598.
7. Chrispin PS, Scotton H, Rogers J, Lloyd D, Ridley SAo Short Form 16. Heyland Daren K. MD, FRCPC, MSc, Hopman, Wilma BA, MA,
36 in the intensive care unit: assessment of acceptability, reliability Coo Helen BSc, Tranmer Joan RN, MSc, McColl Mary Ann PhD.
and validity of the questionnaire. Anesthesia 1997; 52(1): 15-23. Long-term health-related quality of life in survivors of sepsis. Short
8. Streiner D, Norman GR. Health Measurement Scales. A practical Form 36: A valid and reliable measure of health-related quality of
Guide To Their Development and use. Oxford University Press life. Critical Care Medicine 2000; 28(11): 3599-3605.
1995. 17. Chaboyer W, Elliott D. Health-related quality of life of rcu survi-
9. Heyland, Daren K. MD, FRCPC, MSc. Hopman Long-term health- vors: review of the literature. Intensive Crit Care Nurs 2000; 16(2):
related quality of life in survivors of sepsis. Short Form 36: A valid 88-97.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

18. Yázquez Mata G, Rivera Fernández R, González Carmona A, Delga- 25. Cristina Granja, Alice Lopes, Sara Moreira, Claudia Dias, Altamiro
do-Rodríguez M, Torres Ruiz JM, Raya Pugnaire A, Aguayo de Hoyos Costa-Pereira, António Carneiro and the JMIP Study Group. Patients'
E. Factors related to quality of life 12 months after discharge from an recollections of experiences in the intensive care unit may affect their
intensive care unit. Crit Care Med 1992; 20(9): 1257-62. quality oflife; Critical Care 2005; 9: 96-109.
19. Konopad Elsie RN MN, Noseworthy Thomas W MD MSc, MPH, 26. Kaarlola A, Pettila Y, Kekki P. Quality of life six years after intensive
FCCM, Johnston Richard MD FRCPC, Shustack Allan MD FRCPC, careo Intensive Care Med 2003; 29(8): 1294-9.
Grace, Michael PhD PEng. Quality of life measures before and one 27. Ware JE, Snow KK. Kosinski M, Gandek B. SF-36 Health Survey.
year after admission to an intensive care unit. Critical Care Medicine Manual and Interpretation Guide. Boston MA: The Health Institute,
2000; 23(10): 1653-1659. New England Medical Center, 1993.
20. Eddleston Jane M. FRCAnaes, White Pauline RCN Bsc(Hons), Gu- 28. Ayuso-Mateos JL, Lasa L, Yázquez-Barquero JL, Oviedo A, Díez-
thrie Else MD, MRCPsych. Survival, morbidity, and quality oflife af- Manrique JE Measuring health status in psychiatric community sur-
ter discharge from intensive careo Critical Care Medicine 2000; 28(7): veys: internal and external validity of the Spanish version of the SF-
2293-2299. 36. Acta Psychiatr Scand 1999; 99: 26-32.
2l. Ridley SA, Chrispin PS, Scotton H, Rogers J, Lloyd D. Changes 29. D. Ortiz E Galguera M. R. Jam S. Yilar X. Castella A. Artigas. Ca-
in quality of life after intensive care: comparison with normal data. lidad de vida y mortalidad a largo plazo de pacientes en medicina
Anaesthesia 1997; 52(3): 195-202. intensiva. Índice de calidad de vida (ICY). Enfermería Intensiva 1998;
22. D Hurel, P Loirat, F Saulnier, F Nicolas, F Brivet. Quality of life 6 14.
months after intensive care: results of a prospective multicenter study 30. CJ Jacobs, JA Yliet, MT Roozendaal and CJ Linden. Mortality and
using a generic health status scale and a satisfaction scale Intensive quality of life after intensive care for critical illness; Intensive Care
Care Medicine 1997; 23(3): 331-337. Medicine 1988; 14(3): 217-220.
23. Markus Wehler, Peter Martus, Armin Geise, Alexandra Bost, Andreas 31. García Lizana Francisca, Manzano Alonso, Saavedra Santana Pedro.
Mueller, Eckhart Georg Hahn, Richard Strauss. Changes in quality of Mortalidad y calidad de vida al año del alta de una unidad de cuidados
life after medical intensive care; Intensive Care Medicine 2001; 27(1): intensivos en pacientes mayores de 65 años. Medicina Clínica 2001;
154-159. 16: 521-525.
24. Stricker KH, Cavegn R, Takala J, Rothen HU. Does ICU length of
stay influence quality of life? Acta Anaesthesiol Scand 2005; 49(7):
975-83.
MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA (MBE):
DEFINICiÓN y CONCEPTOS BÁSICOS

Alonso Gómez D, MD

Una aclaración para comenzar: • Tiene un conocimiento práctico de la disponibilidad de


Los conceptos que aquí se discuten se basan fundamental- recursos de la comunidad.
mente en las publicaciones de dos autores David Sackett y
Mark Ebell. El Doctor Sackett es, a nuestro juicio, el padre de El perito clínico es entonces aquél que en su práctica clínica
la MBE y su libro Evidence-Based Medicine. How to Prac- procede en consenso con su paciente, y toma sus decisiones
tice and Teach EBM es de obligatoria consulta (http://hiru. de acuerdo con las creencias, prioridades y valores de éste y
mcmaster.ca/ebm.htm). además considera la disponibilidad de recursos de su pacien-
El doctor Mark Ebell es profesor de la Universidad del te y de la comunidad.
estado de Michigan y editor de la publicación The Journal
of Family Practice. Su curso "on line" sobre la MBE es muy La mejor evidencia
revelador (http://www.poems.msu.edulInfoMastery/).
La evidencia externa a la que recurrimos para mejorar nuestra
práctica es la investigación clínica relevante que incluye los
Definición de la MBE
principales tópicos del saber médico: básica, terapia, costos,
"Uso conciente, explícit~ y juicioso, de la mejor evidencia daño, diagnóstico y pronóstico.
vigente para tomar decisiones sobre el cuidado de los pacien- La investigación clínica relevante se caracteriza funda-
tes" (Sackett 1996-1999). mentalmente por ser válida, importante, aplicable y por in-
cidir directamente en nuestra práctica, cambiando nuestros
Comprendamos esta definición conceptos antiguos.
La MBE es en esencia un proceso que integra la pericia clí-
nica con la mejor evidencia y las expectativas del paciente. Un resumen para recordar
Cuando en nuestra práctica diaria no integramos estos tres La MBE es un cambio importante en la forma de practicar,
componentes caemos en un ejercicio riesgoso para nosotros enseñar e investigar la medicina. Es un enfoque integral de la
y nuestros pacientes. En efecto: práctica clínica, mediante el cual el médico utiliza su habilidad
• La práctica sin pericia se toma tiranizada por la evidencia y experiencia, la complementa con la mejor evidencia científi-
• La práctica sin evidencia se vuelve des actualizada y peli- ca disponible, y toma decisiones en conjunto con su paciente,
grosa de acuerdo con las preferencias, prioridades y deseos de éste.
• La práctica sin paciente es impracticable y carece de sentido. Para llevarlo a cabo, el clínico busca y analiza la mejor
evidencia, a la luz de su pericia clínic~ y)a pone a disposi-
La pericia clínica: un componente esencial de ción del paciente para dec~dir, en conjunto· con él, la mejor
laMBE conducta a seguir.
En otros términos:¡no es la evidencia sola, ni es la clínica sola.
Si usted escucha a un colega que le dice a su paciente: "Quién Es una práctica que integra la clínica, la evidencia y el paciente.
es el médico: ¿usted o yo?", no dude en pensar que está frente
a un médico carente de pericia clínica.
Un ejemplo de la práctica de la MBE
La pericia clínica es un concepto amplio característico de
una práctica clínica que: Escenario clínico
• Hace diagnósticos eficientes En una consulta de rutina, un médico advierte a su paciente
• Conoce a su paciente, a su familia y a la comunidad que hipertenso sobre la necesidad de hacer un control más es-
lo rodea, creando así un marco de referencia para la toma tricto de su dieta y de agregar un diurético a la medicación
de decisiones actual, puesto que su presión diastólica ha estado persisten-
• Establece una relación con un paciente informado, a tra- temente alrededor de 100 rnrnHg, cuando previamente había
vés de sus creencias y valores sido <= 90 mmHg.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

las prioridades y deseos del paciente La MBE se dedica a reducir costos


El paciente argumenta sobre su calidad de vida, las incomodi- ¡No señor! La MBE utiliza la mejor evidencia y no siempre
dades derivadas de esta recomendación y le solicita a su médi- es la más barata. Tampoco se opone a los análisis de costo
co información sobre el riesgo que implica "quedarse así". beneficio, pero en definitiva busca la mejor opción.

La respuesta del médico La MBE se limita a ensayos aleatorios y a


En lugar de ofenderse, el galeno acepta investigar para su metanálisis
paciente la literatura disponible. Es claro que este médico ¡No señor! La MBE utiliza la mejor evidencia disponible y
entiende bien la práctica de la MBE. no necesariamente se refiere a ensayos aleatorios o a los me-
tanálisis. En efecto, la mejor evidencia depende del tipo de
La búsqueda de la evidencia pregunta:
El médico consulta el CD de la "Cochrane Library" y en-
cuentra una revisión sistemática sobre el tema. Según ésta, Si la pregunta es sobre: El estudio que usa es:
el riesgo de sufrir un evento cardiovascular a cinco años en Diagnóstico Transversal
pacientes hipertensos menores de 60 años es del 5,6% si la Pronóstico Cohortes
presión diastólica está entre 100 yllO mmHg, y del 4,8% Terapia Aleatorios y metanálisis
cuando está entre 90 y 99 mmHg.
Los estudios aleatorios y los metanálisis son la mejor eviden-
La discusión con el paciente cia para preguntas sobre terapia. Sin embargo, como se ve en
Cuando el médico le informa sus hallazgos, el paciente aduce el cuadro, las inquietudes sobre diagnóstico y pronóstic9 son
que una reducción de 0,8% en su riesgo a cinco años no es resueltas con otros tipos de estudios. ¡Esto último también
suficientemente importante como para justificar las restric- es MBE!
ciones adicionales propuestas. De acuerdo con lo anterior,
médico y paciente optan por continuar el tratamiento actual y Cómo practicar la MBE: un "abrebocas"
controlarlo periódicamente. La práctica de la MBE es por definición un proceso de inte-
gración. En efecto, integra el ejercicio clínico con el conoci-
Un final feliz miento más apropiado y con el paciente.
En el siguiente control, ¡la PAD del paciente fue 90! Sackett ha resumido este proceso de integración en cinco
pasos:
• Primer paso: tomamos las dudas que surgen en el ejerci-
Conclusión
cio diario y las convertimos en preguntas clínicas.
La MBE es una propuesta de práctica clínica integral, en la Segundo paso: buscamos la evidencia que pueda dar res-
cual el clínico utiliza su pericia para encontrar y analizar la puesta a nuestra pregunta clínica.
mejor evidencia externa, la pone a disposición del paciente y Tercer paso: evaluamos críticamente la evidencia encon-
en conjunto con él, toma la mejor decisión para lograr su bien- trada y seleccionamos la que mejor responda a nuestras
estar. inquietudes.
Cuarto paso: integramos la evidencia eJ:lcontrada con
Las críticas a la MBE nuestra pericia clínica y con los valores y cir~unstancias
¡Siempre habrá detractores! Resumimos aquí algunas de las únicas de nuestro paciente.
críticas recopiladas por Sackett y, claro, sus respectivas res- Quinto paso: evaluamos nuestra eficacia en la práctica de
puestas. los pasos 1-4 y buscamos formas de mejorarla la próxima
vez.
la MBE es una torre de marfil
Ventajas adicionales de la MBE
¡No señor! La MBE es un proceso clínico que integra la evi-
La aproximación, basada en la evidencia, al cuidado de los
dencia y el paciente y por tanto es de fácil implementación.
pacientes, es un excitante estilo de práctica que nos lleva por
El acceso a la evidencia no es tan complejo como algunos una vía de exploración y del aprendizaje a largo plazo. Nos
quieren que sea. Lo veremos en secciones posteriores. da un marco para saber cuándo adoptar nuevas pruebas diag-
nósticas y nuevas terapias, cuándo descartar las viejas, y cómo
La MBE es una "receta de cocina" buscar las respuestas a las preguntas clínicas que surgen en el
cuidado diario de los pacientes. (Mark Ebell, Curso "on line";
¡No señor! Nada más alejado de la MBE. Al partir de los
introducción: http://www.poems.msu.edu,lInfoMasterylIntro/
intereses, valores y deseos del paciente, la MBE evita crear
WhatIsEBM.htm) .
fórmulas genéricas.
12/ MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA (MBE): DEFINICiÓN Y CONCEPTOS BÁSICOS

En otros términos, la práctica de la MBE: . Evidencia "indirecta" sobre la utilidad de la


Nos ofrece un instrumento de autoaprendizaje duradero evidencia
Nos exime de tener que confiar en los dogmas y la tradición
Nos da un instrumento de evaluación de las estrateaias Práctica sin la mejor evidencia
b

terapéuticas y diagnósticas Dos ejemplos tomados del curso de Ebell pudieran ser con-
Le da a la fisiopatología el papel que le conesponde: la vincentes.
reserva para aquellos casos en los que no se encuentra
evidencia orientada al desenlace de los pacientes. Ejemplo 1
Durante mucho tiempo se recomendó acostar a los niños so-
¿ Vale la pena practicar la MBE? bre sus vientres (decúbito ventral) porque se pensaba que el
Comencemos con una cita de Ebell: dormir de espaldas (decúbito dorsal) tenía el riesgo de regur-
gitación, broncoaspiración y muerte súbita. Al respecto dice
Entonces ¿por qué cambiar nuestra práctica actual? Les gus- Ebell que se presumía que los niños se comportaban como
tamos a nuestros pacientes; nuestros resultados son en general los bonachos. En los 80 alguien se preguntó: ¿Cuál es la evi-
buenos; hemos pasado nuestros exámenes; y nos han dicho que dencia que sustenta esta recomendación? y a partir de ello,
tenemos el mejor sistema sanitario del mundo. Además, cam- se hicieron varios estudios que mostraron una disminución
biar es un trabajo duro. No estamos suficientemente ocupados
dramática de la incidencia de muerte súbita en los niños que
como para aprender ¿cómo sobrevivir en un sistema de cuidado
administrado? dormían sobre sus espaldas. Esto llevó al programa de "Back
to sep" en USA. ¿Cuántas vidas se perdieron por suponer
Ventajas de la práctica de la MBE que los niños y los bonachos tenían igual riesgo de bronco
aspiración?
Establece una práctica clínica integral que integra la clínica,
la evidencia y el paciente. Refuerza la necesidad de tener las Ejemplo 2
habilidades clínicas y dti comunicación necesmias para re-
copilar y evaluar críticamente los datos clínicos del paciente En 1973, un pequeño estudio demostró que los esteroides
y para incorporm" sus deseos y expectativas, conformando aplicados a la madre con expectativa de parto prematuro re-
alianzas terapéuticas con ellos. ducían la mortalidad de los niños. En los siguientes 10 años, 6
Refuerza la capacidad para hallar, evaluar e implementar estudios adicionales dieron resultados mixtos, primm"iamente
evidencia derivada de las ciencias básicas y de otras ciencias porque eran muy pequeños (los estudios, no los niños). Si se
aplicadas. hubiera hecho un metanálisis en 1983, se hubiera encontrado
Provee un marco eficiente para la educación de postgra- que el medicamento era beneficioso. Sin embargo, se tomó
do y para el aprendizaje autodirigido y duradero que cuando otra década y otros 7 estudios para que los resultados fueran
se acopla con las bibliotecas "virtuales" ofrece un modelo aceptados y comenzara a cambiar la práctica. ¿Cuántas vidas
universalmente aplicable. Provee un lenguaje común para ser se perdieron por no haber hecho el metanálisis en el 83?
usado en los equipos multidisciplinarios. Estos y otros muchos ejemplos nos muestran que la MBE
mejora nuestra práctica y el desenlace de nuestros pacientes.
La evidencia que apoya la MBE
El sentido común
No existen estudios aleatorios sobre la práctica de la MBE
y es poco probable que se lleguen a realizar, en primer lu- Existen muchas intervenciones "obviéÍs'~. que no ayudan a
gar porque no se han resuelto los problemas de tamaño de nuestros pacientes, o lo que es peor, les pueden causar daño.
la muestra, contaminación y seguimiento que requieren este Cuando se demostró que los antimTítmicos suprimían las aITit-
tipo de estudios. Por otro lado, no parece ético esconder la mias, era "obvio" q:!le disminuilian la mortalidad. ¡Los estu-
evidencia a los médicos del grupo control. dios posteriores mostrm"on que aumentaban la m011alidad!
Sin embargo, se ha documentado repetidamente que las Nuestra tendencia a la causalidad lineal (¿sentido común?)
terapias derivadas de estudios poblacionales o terapias basa- es otro elemento que puede entorpecer el adecuado cuidado
das en la evidencia tienen mejores resultados que las que no de nuestros pacientes.
se basan en la evidencia. Si un paciente con bronquitis de cuatro días de evolución
Ejemplos positivos: la administración de aspirina y beta mejora con antibióticos, nos invita a sugerir que es mejor dar-
bloqueantes a pacientes con IAM reduce la mortalidad. El le antibióticos, desde el principio, a todos los pacientes con
uso de unidades multidisciplinm"ias para el manejo del ACV bronquitis, incluso a los que tienen gripal
reduce la mortalidad. Si un paciente con fiebre no responde al antibiótico des-
Ejemplo negativo: los pacientes sometidos a cirugía carotí- pués de tres días, le cambiamos el antibiótico.
dea y que no reúnen requisitos basados en la evidencia tienen El problema con la "causalidad,· heurística" es su refuerzo
una tasa de complicaciones tres veces mayor que quienes son permanente. En efecto, este fenómeno está condicionado por
intervenidos con base en requisitos basados en la evidencia. tres elementos:

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 167


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

1. Nuestra creenciaen nosotros mismos (o mejór nuestra di- • Las dificultades en la aplicación de cualquier evidencia al
ficultad para reconocer que somos falibles) cuidado de los pacientes individuales
2. Nuestra creencia en el valor de una intervención terapéu- • Las barreras para la práctica de una medicina de alta cali-
tica anterior (que mágicamente se nos extiende al futuro) dad.
3. La necesidad del paciente de confirmar que sí tenía ra-
zón al consultar (que nos pide a gritos que le formulemos Dentro de las limitaciones propias de la MBE podemos des-
algo). tacar:
• La necesidad de desarrollar nuevas habilidades para la
La práctica de la MBE implica una actitud reflexiva, median- búsqueda y evaluación crítica puede ser desalentadora
te la cual permanentemente cuestionamos nuestra práctica, • El clínico ocupado tiene poco tiempo para aprender y ma-
nuestro sentido común y la causalidad heurística. nejar estas nuevas habilidades
¿Sirven los antibióticos en la bronquitis? ¿Cuál es la evi- • La evidencia de que la MBE sirve surge lenta y tardía-
dencia? ¿Toda fiebre es sinónimo de infección bacteriana? mente.
¿ Cuál es la evidencia? La pregunta y su respuesta con base en
la evidencia es claramente una mejor solución. A pesar de estas limitaciones, como veremos en secciones
posteriores, la práctica de la MBE es posible y de hecho, es
La variación en la práctica médica una realidad, aún en entornos clínicos de alta ocupación.
Es motivo de gran confusión. Un estudio en USA mostró que
la tasa de cirugía de próstata varía entre 201100.000 en Rho- MBE Y aprendizaje: aspectos generales
de Island y 4291100.000 en Alaska, una variación de 21 a 1. Introducción
Como los pacientes ni las próstatas son tan diferentes, debe-
Uno de los elementos centrales de la práctica médica es el
mos suponer una gran diferencia en las fuentes de evidencia
conocimiento actualizado, el cual influye directamente en
entre los estados. No es posible aceptar que todos estos pa-
nuestro desempeño y en la evolución de los pacientes.
cientes están bien manejados.
Lamentablemente, nuestro saber se deteriora con el tiem-
La MBE busca y encuentra la mejor evidencia y por lo
po, como ha sido demostrado por diferentes autores y claro,
tanto se constituye en un instrumento de unificación de la
por nuestra propia experiencia. Repitamos aquí las palabras
práctica.
del decano de medicina a sus graduandos: "La mitad de lo
que les hemos enseñado no será verdad dentro de cinco años.
El conocimiento declina con el tiempo
Lamentablemente no sabemos cuál mitad".
Un decano de medicina dijo a sus graduandos: "La mitad de De nuevo, citemos el informe de Sackett sobre un estudio
lo que les hemos enseñado no será verdad dentro de cinco canadiense en el que se demostró que la decisión de formular
años. Lamentablemente no sabemos cuál mitad". antihipertensivos se relacionó más con el año de la gradua-
Sackett informa sobre un estudio canadiense en el que se ción de los médicos que con el número de órganos compro-
demostró que la decisión de formular antihipertensivos se re- metidos en el enfermo.
lacionó más con el año de la graduación de los médicos que La MBE ofrece un sistema de actualización auto dirigido y
con el número de órganos comprometidos en el enfermo. duradero que detiene el deterioro de nuestro conocimiento. Sa-
Es claro que nuestra obsolescencia afecta negativamente ckett informa de un estudio en eLque los graduados de la Uni-
a nuestros pacientes. La MBE ofrece un sistema de actua- versidad de McMaster (entrenados en la práctica,~e la MBE)
lización autodirigido y duradero que detiene el deterioro de mantuvieron su actualización dura,nte los siguientes 10 años,
nuestro conocimiento. Sackett informa de un estudio en el mientras que los graduados de la Universidad de Toronto (no
que los graduados de la Universidad de McMaster (entrena- entrenados en la práctica de )a MBE) no lo lograron.
dos en la práctica de la MBE) mantuvieron su actualización
durante los siguientes diez años, mientras que los graduados Las necesidades de información en medicina
de la Universidad de Toronto (no entrenados en la práctica de
Cualquier médico en ejercicio sabe que las necesidades de
la MBE) no lo lograron.
información para la práctica adecuada son muy grandes y
con frecuencia superan el tiempo disponible del médico. Un
Las limitaciones a la práctica de la MBE
estudio reportado por Sackett mostró que al médico le surgen
La práctica de la MBE tiene, en general, dos grupos de limi- al menos 5 dudas por cada paciente hospitalizado y por lo
taciones. El primer grupo consiste en limitaciones que son menos 2 preguntas por cada 3 consultas.
universales a la ciencia y a la medicina, mientras que el se- Según este estudio, un médico de consulta externa, que
gundo grupo es inherente a la MBE. vea 24 pacientes diarios, tendrá la tarea de resolver 16 dudas
Dentro del primer grupo debemos considerar especial- diarias sobre el manejo de sus paciente$'. En forma similar,
mente: un médico que trabaja en un servicio de hospitalización que
• La escasez de evidencia científica coherente y consistente egresa 5 pacientes a la semana, deberá resolver 25 dudas se-
12/ MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA (MBE): DEFINICiÓN Y CONCEPTOS BÁSICOS

manales sobre el manejo de estos pacientes. Además, nótese dades. Surge entonces la necesidad de un conocimiento de
que la solución a estas inquietudes debería ser inmediata, "foreground" que venga a complementar nuestro conoci-
dado que se trata del manejo diario e inmediato de sus pa- miento general de la enfermedad ("background"). En otros
cientes. términos, cambiamos nuestro interés a la solución de n,ues-
Lamentablemente, esto supera la capacidad del médico, tros baches.
tal como lo evidencia un estudio reportado por Sackett en el En un estudio realizado entre médicos internistas genera-
cual se comprobó que de la información necesaria, sólo el les se encontró que, de las inquietudes surgidas en la práctica
30% se logró obtener en el lugar de trabajo. ¡Casi toda pre- diaria, el 50% se refería a temas sobre la terapia de sus pa-
guntándole a un colega! cientes y alrededor del 30% era dudas sobre el diagnóstico
de la enfermedad.
El tipo de información requerida Podemos entonces entender que, una vez terminada nues-
Hemos adoptado la clasificación de Sackett sobre las necesi- tra formación básica, el 80% de nuestras necesidades de in-
dades de información del médico. En efecto, este autor seña- formación pertenece al grupo de los "baches". Estaríamos
la 2 tipos de conocimiento denominados por el Background muy cómodos en nuestro ejercicio si encontramos un siste-
y Foreground. ma ágil y oportuno para resolver nuestros baches. ¡Gracias
El conocimiento de "Background" que nosotros llamamos MBE!
troneras hace referencia al conocimiento general sobre una Debo señalar que la discusión precedente hace referencia
enfermedad y puede cubrir el rango completo de aspectos a las necesidades de información para el mantenimiento de
biosicosociales de la salud y la enfermedad. Ejemplos de este una práctica clínica actualizada. Otra cosa es cuando el inte-
tipo de conocimiento son encuentran en preguntas como: rés del médico se centra en la investigación o en la docencia,
"¿Cuál es la fisiopatología de la falla cardíaca?" "¿Cuál es la dado que en este tipo de práctica, las necesidades de informa-
etiología de la psoriasis?" "¿Cuáles son las bases molecula- ción de "background" se intensifica notablemente.
res de la contracción cardíaca?".
El conocimiento de í'Foreground" que hemos traducido Dificultades para nuestra actualización
como baches se refiere al conocimiento específico sobre el Para la solución de nuestros '~baches" tenemos algunas difi-
manejo de pacientes con un desorden determinado. Ejempli- cultades que podemos sintetizar así: el tiempo disponible; los
ficamos este tipo de conocimiento con las siguientes pregun- libros; las revistas y la educación médica continuada (EMC).
tas: "¿Cuál es el mejor tratamiento para la falla cardíaca?" Ampliemos un ~oco.
"¿Cuál es el mejor examen para descartar una infección por
VIH?" "¿Qué efectos tienen los beta bloqueantes en el pa- El tiempo disponible
ciente con infarto agudo del miocardio?". Es un factor determinante para nuestra actualización. En un
Durante la formación médica sufrimos una evolución que estudio realizado en el Reino Unido, se encontró que los clí-
a su vez determina el requerimiento de información. Esta nicos disponen entre 1 y 2 horas por semana para resolver las
evolución se esquematiza en el siguiente cuadro tomado de dudas sobre sus pacientes. Sin embargo, entre los médicos
Sackett. encuestados, el 75% de los internos, el 40% de los residentes
y el 30% de los consultores: ¡No leyeron nada en la última
"Foreground" semana! ¿Cuánto leyó usted la última semana?
(Baches)
Los libros
Son una buena fuente pará solucionar "troneras". Sin embar-
"Background"
go, en el tema de lo~ "baches" la cosa es diferente por su des~
(Troneras)
actualización. Recordemos que la elaboración del manuscrito
puede tomar uno o más años y que entre ésta y la publicación
Experiencia con la enfermedad puede transcurrir otro tanto. Una investigación sobre el papel
del interferón en las recaídas de la esclerosis en placas, reali-
Al comienzo de nuestra formación nuestro interés se cen- zada por Sackett en 1997 dio el siguiente resultado:
tra en los conocimientos generales de la enfermedad. Su Medicina Interna Harrison = NADA
fisiopatología, su etiología, su epidemiología, es decir, con Scientific American Medicine = NADA
el conocimiento de background. En otros términos, estamos Up to Date Medicine = NADA
llenos de troneras y casi no requerimos de los conocimientos
específicos sobre el manejo de la misma. En la última versión de la obra de Sackett, cuando habla so-
Cuando avanzamos, nos exponemos a la necesidad de bre dónde encontrar la mejor evidencia, su recomendación es
diagnosticar y tratar a pacientes con determinadas enferme- "Queme sus libros de texto (tradicionales)".

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 169


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Las revistas tradicionales Conclusiones del estudio:


Existen alrededor de 20.000 revistas médicas que publican a. La EMC no aumenta la calidad del cuidado clínico
cerca de 2 millones de artÍCulos al año. ¡Qué locura! b. La EMC, si funciona, solo lo hace con quienes no desean
Si un internista pretende estar bien actualizado "a punta recibirla.
de revistas"; deberá leer 19 artículos diarios, 365 días al año
(Sackett 1997). Finalmente, las revisiones sistemáticas de estudios aleato-
Además, no todo lo que las revistas publican tiene sentido rios relevantes han mostrado que la EMC instruccional tra-
científico ni relevancia clínica. En el siguiente cuadro podrá dicional, no modifica el desempeño clínico y es inefectiva
darse una idea sobre la cantidad de artículos verdaderamente para mejorar el desenlace sanitario de los pacientes (Sackett
útiles. En ella se muestra el porcentaje de artículos que re- 1997).
unieron criterios de validez y relevancia clínica. (Modificado
de Sackett 1997 y 1999). La MBE ofrece una alternativa eficiente para la
actualización
Revista (%) de artículos (%) de artículos La técnica de aprendizaje inmersa dentro de la práctica de la
seleccionados para el seleccionados para el MBE ofrece una herramienta muy útil para lograr una actua-
ACPJC 1994 ACPJC 1994-98
lización duradera. Un estudio comparó el desempeño clínico
New Engl J Med 13,4% 12,6% de los postgraduado s de la U. de McMaster, entrenados en las
JAMA 6,6% 7,2% técnicas de la MBE, con los de la U. de Toronto, cuya base
Ann Int Med 7,3% 7,6% era la educación "tradicional".
Lancet 3,9% 6,2% Cuando se evaluó el conocimiento sobre los avances clí-
BMJ 6,0% 4,4% nicos importantes en la detección, evaluación y manejo dé
Circulation 0,7% 1,7% la hipertensión, se encontró que los de Toronto tuvieron un
Arn J Cardiol 0,6% <1,0%
desempeño clínico significativamente menor que los de Mc-
, Master. (Sackett 1997).
Chest 0,3%
La estrategia recomendada por la MBE tiene una carac-
ArnJMed 1,7% 1,2%
terística esencial: se parte de la práctica clínica y promueve
la solución a las dudas surgidas en ella. En otros términos
Ebell evaluó 8.047 artículos de 90 revistas médicas yencon- desarrolla el llamado aprendizaje por problemas.
tró que sólo 213 artículos (2,6%) reunieron criterios de validez En la siguiente sección ampliaremos los conceptos y la
y relevancia clínica. Parece claro entonces que, actualizarse a estrategia para implementar el proceso de autoaprendizaje
través de las revistas tradicionales es un imposible. recomendado por la MBE.

La educación médica continuada


MBE Y aprendizaje. Aspectos específicos: los
Tampoco parece ser un instrumento adecuado de actualización, primeros pasos
a juicio de Ebell porque se realiza fuera del contexto clínico.
Sackett informa sobre una evaluación de la EMC como La estrategia propuesta por la MBE para llevar a cabo la ac-
instrumento para mejorar el desempeño clínico. Se tomó una tualización tiene 5 pasos:
muestra aleatoria de médicos generales y se les dio un listado 1. Convertimos nuestras necesidades de información en pre-
de 18 patologías para que las clasificaran en "alta preferen- guntas clínicas contestables "
cia" si deseaban un curso de EMC y "baja preferencia" si 2. Buscamos la mejor evidencia pqra contestarlas
no lo deseaban. Los médicos con puntajes similares fueron 3. Evaluamos críticamente la evidencia
emparejados y asignados aleatoriamente a dos grupos: G 1: 4. Aplicamos los resultados ¡en nuestra práctica clínica
Recibieron el curso inmediatamente. G2: Curso pospuesto 5. Evaluamos nuestro desempeño
por 18 meses. El G 1 recibió EMC tanto para los temas de
"alta preferencia" como para los de "baja preferencia". Antes de comenzar, prepárese mentalmente
Resultados del estudio: Es altamente recomendable que usted pueda sobrepasar al-
1. El conocimiento sobre el tema aumentó en el grupo que gunos obstáculos para el proceso. Con todo respeto, cariño y
recibió el curso de EMC (G 1). prudencia, le hacemos las siguientes recomendaciones.
2. El efecto de este conocimiento sobre el desempeño clíni-
co mostró una mejoría marginal (6%) en quienes habían Promueva la "disonancia cognitiva"
preferido el curso y muy leve (10%) en los que no lo que-
Cuando, por alguna razón, tomamos conciencia de una ca-
rían recibir.
rencia de conocimiento, es prácticamente inevitable que sin-
3. Hubo un deterioro en el desempeño clínico para aquellas
tamos "malestar". Este "malestar" (ojalá fuera vergüenza) es
patologías clasificadas como "ni de alta, ni de baja prefe-
de mucha utilidad en el proceso de aprendizaje. Si no nos
rencia".
12/ MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA (MBE): DEFINICiÓN Y CONCEPTOS BÁSICOS

damos cuenta de la carencia, entramos en "resonancia cog- es cuestionar pelmanentemente lo que hacemos y buscar la
nitiva" y ... seguimos tan campantes. Cuando la notamos en- mejor respuesta: ¡la evidencia! En otros términos: trate de
tonces. .. "sólo sé que nada sé" y así aparece la motivación encontrar evidencia externa para su práctica cotidiana.
para aprehender. En resumen, no se haga el loco frente a su
carencia de conocimiento. No confíe tanto en su deducción fisiopatológica
La fisiopatología está en el centro del conocimiento. "La
Adopte una actitud reflexiva medicina será fisiológica o no será medicina", dijo Claude
Cuando frente a un paciente febril con una supuesta bron- Bernard. Sin embargo, "el tigre no es como lo pintan", No es
quitis, la fiebre no cede después de 3 ó 4 días de tratamiento infrecuente que deduzcamos estrategias de manejo "obvias",
antibiótico, respondemos automáticamente cambiando el an- a partir del conocimiento fisiopatológico y zás, la embana-
tibiótico, caemos en lo que se ha denominado "aprendiza- mos. Cuando se demostró que los antiarrítmicos suprimían
je de asa simple". Es decir, simplemente reaccionamos sin las arritmias, se concluyó que reducían la mortalidad. Y ...
cuestionar los supuestos subyacentes. Esta actitud se opone zás, la embanamos. Los estudios aleatorios posteriores de-
al aprendizaje. Si en lugar de ello respondemos más reflexi- mostraron que los antianítmicos suprimían las anitmias,
vamente, cuestionando los supuestos (el diagnóstico y la es- pero ... aumentaban la mortalidad.
trategia terapéutica), entramos en la ruta del "aprendizaje de
asa doble". En este último caso, el médico se hará algunas ¡Comencemos de una vez!
preguntas antes de actuar automáticamente: "¿En verdad tie- La estrategia de aprendizaje a largo plazo propuesto por la
ne una bronquitis?" "¿No tendrá una alergia?" "Y ... si es MBE puede también denominarse "el arte de hacer y contes-
viral, ¿sirve el antibiótico?". Este comportamiento es muy tar preguntas". En el corazón de ello se encuentra el concepto
útil en el proceso de aprendizaje porque nos permite ampliar de "aprendizaje basado en problemas" o "aprendizaje basado
nuestro marco investigativo. En resumen: no sea simple, sea en preguntas".
un poco más reflexivo. En esencia, parte del ejercicio clínico toma como base las
dudas que surgen en la práctica clínica. Con ello, se logra
¡No se defienda tanto hombre! asociar o integrar la práctica con el conocimiento y se evita
No es infrecuente que personalicemos nuestras decisiones. la llamada "disociación teórico-práctica", tan frecuente como
Esto significa que, frente a una eventual equivocación, nos tan inútil en el proceso de aprendizaje. En otros términos, le
sintamos como "unas bolas", perdamos nuestra autoestima da al conocimiento una utilidad práctica y le delega la res-
y nos enojemos. Hasta aquí llegó el proceso de aprendizaje. ponsabilidad del mejoramiento del cuidado de los pacientes.,
Piense que se logra más autoestima aprendiendo y no recha- Debe señalarse, sin embargo, que esta estrategia, si bien
zando tercamente los en'ores. puede ser aplicada a cualquIer tipo de conocimiento, tiene
especial utilidad en el proceso de solución a las carencias de
Acepte que no es un "sabelotodo" conocimiento que hemos denominado "baches" y que Sac-
No se inquiete. El síndrome del "sabelotodo" no es su culpa; es kett denomina conocimiento de "foreground".
un fenómeno que surge durante nuestra educación tradicional. En términos simples, la estrategia consiste en:
Todavía recuerdo lo que pasaba cuando alguien, durante la re- • Hacer una pregunta
vista clínica, se atrevía a preguntar algo; el profesor respondía: • Buscar información para contestarla
"muy bien; ya que se interesa tanto, entonces busque la res- • Evaluar la información encontrada. "
puesta y nos la dice mañana". En este proceso se nos enseñó a • Aplicar el conocimiento adquirido
responder preguntas y no a hacer preguntas, lo que podríamos • Evaluar nuestro desempeño.
llamar "castración cognitiva". Frente a esta situación, lo míni-
mo que nos pasa es que desarrollamos un temor reverencial a El doctor Mark Ebéll ha integrado el proceso dentro de lo
no saber contestar y, por supuesto, entramos en el delirio del que él denomina "la vía de la información" y nosotros hemos
"sabelotodo". Como es obvio que no podemos abarcar todo el adoptado este enfoque. La vía de la información se resume en
conocimiento, adoptamos entonces las muletillas tradicionales el siguiente esquema:
del sabelotodo: ''Así lo hacemos aquí", "ésta ha sido nuestra
Necesidad no reconocida
experiencia", "a nuestros pacientes les ha ido bien asf', "así de información
se hace en nuestra escuela". Esta estrategia defensiva ha sido
denominada "incompetencia para el aprendizaje". /
Necesidad de información
'\
Necesidad reconocida
imPlemen\ de información
Tenga en mente el "dinamismo cognitivo"
Esto significa que los tratamientos, los diagnósticos, los cos-
tos, etc., cambian permanentemente. Si usted no se da cuenta Necesidad de información 'segUimila la necesidad
de ello, no tendrá acceso al aprendizaje. La mejor estrategia satisfecha ~ de información

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 171


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Nótese que es un proceso circular y permanente, que con- En efecto, los 4 componentes de la estructura de la pregunta
cuerda con el dinamismo que caracteriza a la información se resumen en el acrónimo PICO:
médica. Población (paciente o problema diría Sackett)
Veamos ahora nuestra propia elaboración del sistema. Para Intervención
ello, hemos "ensamblado" las recomendaciones de Sackett y Comparación
las de Ebell y constituye nuestra estrategia actual. Outcome (o desenlace para nosotros).

Reconozcamos la necesidad de información Veamos cada elemento:


Aquí es fundamental la actitud del médico. Nos referimos a
la propuesta de Sackett de promover la "disonancia cogniti- Componentes básicos
va" y de las recomendaciones de Ebell de no defendernos de Población
la necesidad del conocimiento. Es una descripción del grupo al que pertenece el paciente.
El elemento central es el desarrollo de nuestra capacidad Debe ser suficientemente específica, pero sin irse al otro lado.
reflexiva, para contralTestar el aprendizaje de una sola asa, y Es poco probable que usted encuentre un estudio sobre "una
colocarnos en la vía del aprendizaje de doble asa. mujer asiática de 63 años"; en este caso, es más probable en-
En términos prácticos, nuestra actitud debe ser la de cues- contrar literatura sobre "mujeres posmenopáusicas".
tionar permanentemente nuestras estrategias clínicas. Esta
actitud se incorpora a nuestra práctica si automatizamos la Intervención
pregunta: "Cuál es la evidencia de que ... ", frente a cada una
de nuestras acciones clínicas. Con esta estrategia, nos vere- Se refiere a la descripción del examen o del tratamiento que
mos "obligados" a confrontarnos permanentemente y así co- se está considerando.
menzar el proceso de aprendizaje continuado.
Comparación
Convirtamos nuestras necesidades de Aunque no todas las preguntas clínicas implican una com-
información en preguntas clínicas "contestables" paración, sí es muy frecuente que involucren una escogencia
No se inquiete, no es tomadura de pelo. Nos referimos a la entre dos opciones, aunque la alternativa sea la observación.
adecuada elaboración de la pregunta clínica, con el objeto
de encontrar fácilmente una respuesta. En otras palabras, de- Outcome (desenlace)
bemos formular preguntas que no sean demasiado generales Es muy importante que considere un desenlace que competa
para evitar caer en un proceso sin fin. al paciente y no sólo a usted. i La mortalidad y la morbili-
De acuerdo con Sackett, las preguntas clínicas difieren dad son más interesantes para el paciente que los niveles del
según el conocimiento al que se refieran: "Background" o medicamento! En este punto, vale la pena señalar la comuni-
"Foreground" . cación con el paciente para el adecuado establecimiento del
Las preguntas cOlTespondientes a las "troneras" en general desenlace apropiado. Por ejemplo, frente a un determinado
tienen dos componentes y pueden abarcar todo el espectro medicamento, una paciente se podrá preocupar más por la se-
biosicosial de un padecimiento. Los componentes son: quedad en la boca y otro por la disfunción eréctil. i Por favor
l. La raíz (qué, quién, dónde, cuándo, cuál, por qué) acom- pregúntele al paciente!
pañada de un verbo
2. La enfermedad o un aspecto de la enfermedad. Ejemplo 1 (Modificado de Ebell). Usted se dis~'one a for-
mular un inhibidor específico de lá serotonina a su paciente,
Ejemplos: "¿Qué causa la babesiosis?", "¿cuándo OCUlTen las a quien usted ha diagnostica?o una depresión menor. En ese
complicaciones de la pancreatitis?". momento el paciente le pregunta por la Hierba de San Juan
Estas preguntas hacen referencia a aspectos generales de (St. John"s Worth). ¿Será?
una enfermedad. Las preguntas cOlTespondientes a los "ba- Los componentes de la pregunta:
ches" (foreground) se caracterizan por referirse a los aspec- Población: adultos con depresión menor
tos específicos sobre el manejo de los pacientes con una de- Intervención: Hierba de San Juan
terminada enfermedad o condición. Comparación: inhibidores selectivos de la serotonina
En la formulación de la pregunta debe tenerse en cuenta que Outcome (desenlace): alivio de los síntomas.
de su adecuada estructuración depende la facilidad y oportuni-
dad con la que obtengamos una respuesta adecuada. ¡Recuerde La pregunta: "En adultos con depresión menor qué es mejor
que las preguntas se hacen para poder contestarlas! para el alivio de los síntomas: ¿La hierba de San Juan o los
Las preguntas de este tipo se estructuran mejor si se cons- inhibidores de la serotonina?". Con todo respeto le sugeri-
truyen a la luz de sus cuatro componentes básicos. El doctor mos que se invente algunas y se pruebe. .
Mark Ebell ha propuesto una nemotecnia sencilla para ello.
12 I MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA (MBE): DEFINICiÓN Y CONCEPTOS BÁSICOS

No es infrecuente que nos sUljan varias preguntas y en de nuestros pacientes es una evidencia que preferiremos en
consecuencia tengamos dificultad para saber por dónde em- nuestro proceso de aprendizaje.
pezar. He aquí alguna guía para salir del embrollo. Utilizamos el término de relevancia para resaltar aquella
¿Cuál pregunta es más importante para el bienestar del pa- evidencia que cambia nuestro ejercicio clínico. Un trqta-
ciente?: responda ésta primero. miento nuevo que aparece, una nueva técnica de diagnóstico,
¿Cuál pregunta es más relevante para nuestras necesidades etc., constituyen ejemplos de información relevante, puesto
de aprendizaje?: recuerde que primero está el paciente. que pueden incorporarse en la práctica diaria, sustituyendo
¿Cuál pregunta es más factible contestar dentro del tiem- las estrategias anteriores.
po que tenemos disponible?: no deseche la oportunidad. ¡Es En un estudio reportado por Sackett, que mencionamos
calva! atrás, se evaluó la necesidad de información de médicos
¿Cuál pregunta es más interesante?: el paciente está pri- internistas dedicados al ejercicio clínico. En el estudio se
mero. encontró que el 50% de las necesidades de información se
¿Qué pregunta es más probable que se repita en nuestra relacionaba con los aspectos terapéuticos de manejo de sus
práctica?: favorecerá a más pacientes en el futuro. pacientes y un 30% adicional eran necesidades sobre el diag-
En la siguiente sección discutiremos el tema sobre la in- nóstico de las patologías.
formación y sus fuentes. En una primera conclusión sobre este tema digamos que
la información más útil para el clínico es la que muestra una
MBE Y aprendizaje específico: la información evidencia válida, importante, aplicable y relevante sobre los
y sus fuentes temas de manejo directo de los pacientes.

Cuando hemos logrado construir una pregunta clínica ade-


POEM, POE y DO
cuada, procedemos a seleccionar la fuente o fuentes más
apropiadas para buscar la respuesta. Estos tres acrónimos resumen la propuesta de Ebell para cla-
Como se ha señalado, el médico se encuentra inmerso en sificar la información médica. En efecto, la idea original es
un mar de información y' en un mar de incertidumbre para de Slawson y Shaughnessy y ha sido incorporada por Ebell
identificar la información y la fuente más apropiada para re- dentro de su "Maestría en información médica".
solver sus inquietudes diarias. Definamos los términos.
Por otro lado, el tema de la información más apropiada es Patient Oriented Evidence that Matters (POEM). ¡Ben-
muy espinoso, dado que depende del objetivo principal que ditos gringos! Esto traduce algo así como: Evidencia orientada
tengamos para definirla. El investigador "puro" por ejemplo, a los intereses del paciente. Un POEM es un artículo que:
tiene interés en un tipo de conocimiento que quizás no en- Se dirige a una pregunta clínica que el médico primario
cuentre una aplicación práctica inmediata. El fisiólogo tendrá encuentra frecuentemente en su práctica
puesto su corazón en los aspectos más profundos de las mo- Utiliza desenlaces orientados al paciente
dificaciones ocasionadas por la enfermedad, independiente- Tiene el potencial para cambiar nuestra práctica, si su evi-
mente de si este conocimiento pueda cOlTegir la evolución de dencia es válida y aplicable.
la misma. Finalmente, el clínico podrá estar más interesado
en los aspectos prácticos de manejo de los pacientes que ob- Ejemplo de un POEM es un estudio aleatorio que mostró que
serva en su práctica clínica. el manejo de ~as abrasiones cornean as sin parches oculares
La MBE es una disciplina eminentemente clínica y tie- produce n1enor dolor y una curación más rápida que el trata-
ne como propósito fundamental el desalTollo de un ejercicio miento con parches. Note que las abrasiohes corneanas son
clínico actualizado y de un mejoramiento continuo de las es- muy frecuentes; considera el dolor y la velocidad de curación
trategias de diagnóstico y manejo de los pacientes. En conse- como desenla~es primarios; y, cambia la práctica tradicional
cuencia, centraremos la discusión sobre la información que de usar parches oculáres en esta enfermedad.
es útil y aplicable para el propósito del mejoramiento básico Patient Oriented Evidence (POE). Le faltó la M. ¡Otra
de la práctica clínica. Por favor, perdónennos los puristas, los vez los gringos! La traducción sería Evidencia orientada al
investigadores y los sabios. Paciente. La falta de la M significa que estos artículos no
tienen el potencial para cambiar la práctica diaria. En otros
La información más útil para el clínico términos, son una buena evidencia que confirma que lo que
estamos haciendo, lo hacemos bien.
En términos de la MBE, la información más pertinente para
Disease Oriented Evidence (DOE). Evidencia orientada
el clínico es la que se caracteriza por ser Válida, Importante,
a la enfermedad. En términos más "comestibles" estos artícu-
Aplicable y Relevante.
los muestran una evidencia prematura y que con frecuencia
En un apartado posterior discutiremos en detalle estas ca-
utiliza desenlaces intermedios.
racterísticas. Por el momento digamos que la información
Los desenlaces intermedios son aquellos que tienen que
que es creíble (válida), que tiene un impacto mayor en el des-
ver con la enfermedad, pero no necesariamente con lo que en
enlace del paciente y que puede ser aplicada en el cuidado
últimas le interesa al paciente.
SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 173
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Un ejemplo de DOE es un estudio que inicialmente demos- muchas enfermedades, pero viene expandiéndose. Próxima-
tró que el finasteride mejoraba el chorro en los prostáticos y mente saldrá la versión en castellano.
por lo tanto parecía prometedor. La evaluación posterior en
un estudio aleatorio controlado con placebo mostró que, en Evidence Based on Call
efecto, mejoraba el calibre del chorro, pero no disminuía los Es un libro basado en la evidencia y que se encuentra en pro-
síntomas de prostatismo. Que le interesará más al paciente: ceso. Por ahora ha salido el correspondiente a la medicina
¿Mejorar el cholTO o dormir toda la noche? aguda.
La ventaja de este enfoque es la de ayudarnos a precisar http://cebm.jr2.ox.ac.uk/eboc/demo_novOl/eboc/content/
mejor el tipo de artículo y a facilitar la selección de nuestras about/books.HTM
lecturas.
En resumen, la información más útil para el clínico es UpToDate
aquella válida, importante, aplicable y relevante sobre las
estrategias de manejo de nuestros pacientes. Es decir, los ar- Extensamente referenciado y proporciona resúmenes ME-
tículos que muestran resultados que pueden cambiar nuestra DLINE para la evidencia clave. Está disponible en CD me-
práctica clínica y que en la terminología de Ebell, se deno- diante suscripción anual, actualizable cada 3 meses. Su pre-
minan POEMs. cio es US$ 495 por año. (http://www.uptodate.com)
La información que no cambia nuestra práctica, así la con-
firme, es decir los POEs, tendría una utilidad intermedia, si Scientific American Medicine y ACS Surgery
es que la tiene. (http://www.samed.com)
Finalmente, la evidencia que utiliza desenlaces intenne- Hartison/s on line: Todavía se encuentra un poco limitado.
dios, no tiene interés para la práctica clínica y su importancia http://www.hanisonsonline.comlhanisons/public/index.html).
se ubica en la cultura general o en la mente de los eruditos. Conclusión: los libros de texto han perdido su vigencia
para la actualización en la práctica de la MBE. Sólo unos
las principales fuentes de ~videncia pocos han entrado en "la onda". Entre ellos destacamos "Cli-
La evidencia se encuentra en la literatura. ¡Brillantel Trate- nical Evidence".
mos de aclarar esto.
Las revistas
Los libros Ya se ha señalado la dificultad que tiene el clínico a causa
Han sido la fuente tradicional de información. Sin embargo, en de la gran cantidad de información disponible en las revistas
la medida que se ha reconocido que la información necesatia médicas.
y útil debe ser actualizada y originada en investigación válida, Veamos un poco sobre los tipos de información disponi-
imp0l1ante y aplicable, los libros han perdido su prestigio y bles. La literatura primaria se refiere a los artículos que pre-
utilidad. Ya se ha señalado que, en cuestiones de actualización sentan los resultados de una investigación científica y consti-
terapéutica o de métodos diagnósticos, los libros pocón, pocón. tuye la mayor cantidad de información disponible.
En consecuencia, los libros tradicionales son poco recomenda- Por literatura secundaria entendemos una serie de publica-
bles para nuestros propósitos de actualización en la práctica de ciones cuyo centro de trabajo es la literatura primaria y sobre
la MBE. La utilidad de los libros de texto, puede ubicarse en la cual realizan análisis, resúmenes, revisiones, etc. Ejemplo
la solución de "troneras" sobre fisiopatología, epidemiología de este tipo de literatura son los resúmenes estructurados, las
de la enfermedad, y en algunos casos para la clínica de ciel1as revisiones sistemáticas y las guías basadas en la evidencia.
enfennedades. ¡Pare de contarl En la práctica, la diferencia entre estos dos tipos de li-
En la era moderna, para que un libro texto sea confiable, teratura consiste en quien realiza el trabajo de evaluación.
debe: En el caso de la literatura p6maria, somos nosotros quienes
Revisarse frecuentemente (mínimo una vez por año) debemos realizar la tarea de evaluar la validez, importancia,
Estar fuertemente referenciado, en especial en los tópicos aplicabilidad y relevancia que pueda tener el artículo. En la
sobre diagnóstico y manejo, mencionando las fuentes oti- literatura secundaria, este trabajo es realizado por expertos
ginales y sus fechas. quienes realizan un proceso de análisis y selección de los ar-
Seleccionar la evidencia que apoya sus declaraciones se- tículos publicados en las revistas de literatura primaria y nos
gún los principios explícitos de la MBE. ofrecen un resumen "predigerido" de ellos.
Un resumen estructurado es una sinopsis de un artículo
En la actualidad, algunos libros pueden reunir estos ctitetios: primario que ha sido seleccionado de acuerdo a criterios
preestablecidos de validez, importancia, aplicabilidad y re-
Clinical Evidence. (http://www.clinicalevidence.com). levancia, de tal manera que constituye una excelente fuente
de evidencia. Una vez seleccionado, se nace un resumen de
Se actualiza dos veces al año y explicita los critetios de se- la publicación, cuya característica fundamental es la inclu-
lección de la evidencia. Lamentablemente todavía no tiene sión de los resultados en términos clínicamente útiles (ARR,
12/ MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA (MBE): DEFINICiÓN Y CONCEPTOS BÁSICOS

NNT, ARI, NNH, LR, etc.), extraídos del artículo o calcula- Evidence based cardiovascular medicine. Editor Michael '
dos a partir de los datos. En muchos casos se incluye un breve Kilborn George Town Univesity. http://www.harcourt-inter-
análisis sobre el diseño del estudio. Finalmente, el resumen national.comljournals/ebcml
incorpora un comentario clínico sobre el artículo. Estos re- Evidence based nursing. Dedicada a la enfermería. http://
súmenes estructurados suelen tener un nombre genérico de ebn. bmjj ournals .coml
acuerdo a sus autores. Por ejemplo, en el centro de medici- Evidence based heath careo Dedicada a los interesados
na basada en la evidencia de Oxford se les denomina CAT en los sistemas de salud. http://www.harcourt-international.
(por Critically Appraised Topic). Los editores de la revista de comljournals/ebhc/
medicina familiar de Michigan, los denominan POEM (Por Evidence-based Obstetrics & Gynecology. Dedicada a
Patient Oriented Evidence that Matters). En la Universidad esta especialidad. http://www.harcourt-international.coml
Pontificia Bolivariana de Chile los denominan ECLIPSES journals/ebog/
(por Enfoque clínico del paciente sustentado por evidencia). Bandolier. Es una publicación electrónica dedicada a te-
y debe haber muchas otras denominaciones. Nosotros prefe- mas de interés general en medicina. http://www.jr2.ox.ac.uk/
rimos el término de resúmenes estructurados. bandolier/index.html
Una notable ventaja de ciertas revistas de literatura se- La mayor fuente para revisiones sistemáticas es la Biblio-
cundaria es la de que realizan búsquedas muy amplias en la teca Cochrane (Cochrane Library). Es una publicación elec-
literatura primaria. Por ejemplo, el ACP Journal Club revisa trónica que contiene diferentes bases de datos dentro de las
mensualmente más de cien publicaciones primarias y JFP re- cuales se destacan la de revisiones sistemáticas que contiene
visa 90 revistas. en la actualidad un poco más de 1.000. Además contiene otra
Una revisión sistemática es un proceso de acopio y resu- sección en la cual se resumen las revisiones sistemáticas he-
men de TODA la literatura existente, sobre un determinado chas fuera de Cochrane, pero que reúnen los requisitos de
tópico y si está bien elaborado, constituye la mejor evidencia Cochrane. También tiene una base de datos de artículos alea-
disponible. En su procesamiento, el autor busca y encuentra torios que actualmente supera los 200 mi. Se puede adquirir
TODA la literatura ptimqria sobre el tema, la selecciona de en Colombia. http://www.libreriamedica.com
acuerdo a criterios preestablecidos de validez, importancia, Fuentes electrónicas de evidencia. Afortunadamente, exis-
aplicabilidad y relevancia y procede a resumirla. Con fre- ten ahora varias fuentes electrónicas de evidencia que facili-
cuencia se utilizan técnicas estadísticas de consolidación de tan la práctica de la MBE.
los datos (metanálisis) que permiten evaluar el efecto sobre la Destacamos las siguientes:
suma de los pacientes de todos los estudios individuales, con La Biblioteca Cocrane: disponible mediante suscripción
la ventaja obvia de aumentar el tamaño de la muestra. anual que se actualiza trimestralmente. Consiste en 2 CD que
En las guías basadas en la evidencia, el autor utiliza la contienen todas las bases de datos de la Colaboración Co-
evidencia disponible para hacer recomendaciones sobre la chrane. (Ver dirección arriba).
práctica clínica. Best Evidence: es un CD que contiene la colección com-
pleta del ACP Journal Club y Evidence-Based Medicine.
Fuentes principales de evidencia Periódicamente sale un nuevo volumen que adiciona los úl-
Ya hemos visto los principales libros que en la actualidad timos números de estas dos publicaciones. Se adquiere en el
ofrecen un servicio de actualización permanente y que en colegio americano de médicos (American Collage of Physi-
breve son: Clinical Evidence, UpToDate, SAM y Harrison's. cians). Ver dirección arriba.
Para resúmenes estructurados disponemos de varias fuentes: Inforetriever: es una base de datos aqualizable cada 3-4
ACP J ournal Club. Es una publicación del colegio ame- meses que contiene los POEMs de la revista Journal of Family
ricano de médicos (American College of Physicians) y se Practice. Además contiene información sobre medicamentos y
orienta básicamente a temas de la medicina Interna. http:// sus famosas "calcula9oras clínicas". Está disponible para PC y
www.acpjc.org/ para Handheld. (http://www.medicalinforetriever.com).
Efective Clinical Practice. Promueven las habilidades de MEDLINE: es la mayor base de datos existente. Contiene
evaluación crítica entre los ejecutivos de los sistemas de sa- los resúmenes (aunque no estructurados) de una gran can-
lud y entre los médicos involucrados en el mejoramiento de tidad de revistas. Su acceso es gratuito a través de la web.
la calidad. http://www.acponline.org/catalog/journals/ecp. (http://www4.ncbi.nlm.nih.govlPubMed).
htm#description. En la siguiente sección veremos la utilización práctica de
Journal ofFamily Practice. Es una publicación dedicada al estas fuentes.
médico de cuidado primario que tiene, sin embargo, informa-
ción muy útil para cualquier clínico. http://www.phypc.med. MBE Y aprendizaje: la práctica
wayne.edu/jfp/JFP.HTM La estrategia consiste en "ir resolviendo" las preguntas que
Evidence based mental health. Es una publicación dedi- nos surgen en la práctica clínica. '~De grano en grano llena la
cada fundamentalmente a los interesados en pediatría. http:// gallina el buche"; este adagio coiombiano nos permite com-
www.bmjpg.comltemplate.cfm ?name=specjou_rnh prender que el conocimiento se adquiere poco a poco.
SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 175
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

El primer paso es reconocer la necesidad de información. ACP Journal Club y utilizar el "buscador" del programa, para
Como se dijo atrás, esto depende de la actitud del médico encontrar, en 30 segundos, los artículos relevantes sobre el
y tiene la ventaja de generar en nosotros algún malestar (al tema de nuestro interés.
reconocer que no sabemos). Y digo ventaja porque este ma- Las tres estrategias descritas nos darán una información
lestar necesariamente activa nuestro sistema límbico y éste válida, importante, aplicable y relevante sobre un determina-
influye positivamente en nuestra capacidad de almacenar y do tema, de tal manera que el numerador de la ecuación (Re-
recuperar información. levancia x validez) permanece igual. Sin embargo, el trabajo
El segundo paso es la transformación de nuestra inquie- decrece desde al primera hasta la tercera aproximación a la
tud en una pregunta clínica "contestable". Ya se discutió el búsqueda, de tal manera que hay una creciente utilidad de la
tema ampliamente. Una vez hecha la pregunta, nuestra tarea información y ¡gran aholTo de nuestro tiempo!
consiste en obtener la mejor evidencia para contestarla satis- En este ejemplo hipotético podemos también colegir que
factoriamente. En otros términos buscamos la información las fuentes electrónicas son mucho más versátiles. En efecto,
válida, importante, aplicable y relevante que nos asegure una las disponibles (Cochrane, Best evidence, Bandolier, Clini-
respuesta confiable y actualizada. Esto puede llamarse gené- cal Evidence, Inforetriever) tienen información depurada e
ricamente la persecución de la evidencia. incluyen instrumentos de búsqueda de muy fácil utilización.
Un punto crítico para el hallazgo de la mejor evidencia es MEDLINE es un poco más complicado pues en ella está toda
la necesidad de realizar una búsqueda amplia de la informa- la información, pero no "predigerida".
ción. Al menos en términos teóricos, para responder adecua-
damente una pregunta, debemos buscar TODA la literatura Nuestra estrategia de búsqueda
pertinente sobre el tema y seleccionar de entre ella, la que Frente a una pregunta clínica, nuestra plimera fuente de búsque-
sea válida importante, aplicable y relevante para el tema en da es Clinical Evidence. Veamos porqué. Este libro recopila
cuestión. En otros términos, la aproximación basada en la la información agrupándola por enfennedades. Además, tiene
evidencia "requiere que busquemos sistemática y exhausti- una estrategia de búsqueda amplia y utiliza para ello: la librelia
vamente la literatura médica pru;a identificar la evidencia re- Cochrane, Best Evidence y MEDLINE, además de los archivos
levante" (Ebell). de cada uno de los colaboradores; tiene criterios predefinidos
Un interesante concepto relacionado con este tema es el de selección de la información de acuerdo a los plincipios de
de la "la información útil", descrito por Shaughnessy y cola- la MBE; finalmente, se actualiza cada 6 meses. Es decir, los
boradores e incorporado por Ebell en su curso "on-line". En autores nos aholTan casi todo el trabajo.
efecto, la utilidad de la información está dada por la siguiente Si en la búsqueda en Clinical evidence no encontramos una
fórmula: respuesta, buscamos en dos fuentes: Biblioteca Cochrane y
Best Evidence. Iniciamos por la Cochrane, tratando de encon-
Relevancia x validez
trar revisiones sistemáticas dado que son la mejor evidencia.
Utilidad de la información =------------------------------
Por otro lado, este programa incluye una base de datos de estu-
Trabajo
dios aleatOlios controlados que contiene todos los publicados
en MEDLINE y EMBASE (la versión europea de MEDLINE).
En otros términos, la información más útil es la que es re-
Complementamos la búsqueda en Best Evidence.
levante, altamente válida y requiere poco trabajo para ser
Si no quedamos satisfechos, recunimos a MEDLINE. Bus-
obtenida. La fórmula de la "información útil" nos permite
camos a través de PubMed, (http://www.ncbi ..Qih.gov/entrez/
seleccionar la fuente de información para encontrar nuestras
query.fcgi). Este "buscador" ha sido implementado con la es-
respuestas.
trategia llamada "clinical quelies':!que ha incorporado filtros
Veamos algunas alternativas: para contestar una pregun-
muy útiles para seleccionar la información. Aquí tendremos
ta clínica podemos, por ejemplo, realizar una búsqueda en
que analizar la información !una vez que la obtenemos.
las 102 revistas que utiliza el ACP Journal Club entre 1995
Debemos señalar que esta estrategia tiene algunos sesgos.
y 200 l. Evaluar cada artículo para su validez, importancia,
Bien pudiéramos utilizar UptoDate en complemento de Cli-
aplicabilidad y relevancia, seleccionar la mejor evidencia y
nical Evidence y quizás obtendríamos mejores resultados.
finalmente contestar la pregunta. Como dice la canción: "Pa-
Sin embargo, no disponemos de esta fuente. Por otro lado,
sarán los días ... pasarán los años ... " .
estamos en proceso de adquirir Inforetriever pues la evalua-
Alternativamente, podemos tomar los 84 números del
ción que hemos hecho es ampliamente satisfactolia. Próxi-
ACP J ournal Club publicados entre 1995 y 2001, Y buscar
mamente lo utilizaremos para complementar la búsqueda de
en cada uno de ellos la evidencia, ya depurada, sobre el tema
Cochrane y Best Evidence.
que nos compete. Con esta aproximación "nos aholTamos" la
evaluación de la información (porque ya la hizo el grupo del
Una nota final
ACPJ), pero todavía tenemos trabajo para largo.
Finalmente, podríamos adquirir el CD Best Evidence 5 A título de conclusión digamos que, en la 'práctica de la MBE,
que contiene, en formato electrónico, toda la colección del las mejores fuentes para la búsqueda de la evidencia son las
12/ MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA (MBE): DEFINICiÓN Y CONCEPTOS BÁSICOS

llamadas "literatura secundaria" y que entre ellas, las más esto, j quedará hecho! Estará actualizado y ahorrará tiempo~
versátiles son las publicaciones electrónicas que vienen con El tiempo que le sobre lo puede utilizar jugando solitario o
buscadores incorporados. escribiendo en su computador. ¿Le parece muy costoso pagar
Le sugerimos que su próxima compra sea un computador US$ 52 mensuales?
conCD, ojalá portátil para que lo pueda llevar a su sitio de Finalmente, cabe la posibilidad de que no encuentr~ un
trabajo. Enseguida suscríbase a Clinical Evidence, en la ver- estudio suficientemente "fuerte" para contestar su pregunta.
sión de CD (aproximadamente US$ 120 al año); subscríbase ¿Qué hacer? En este caso, siga haciendo lo que está haciendo
a la "Cochrane Library" (aproximadamente US$ 250 al año); que aparentemente lo está haciendo bien. Si no encuentra un
compre el CD de Best Evidence, la versión más actualizada estudio que le indique que debe cambiar su práctica, j enton-
(aproximadamente US$ 100) y haga un esfuercito para suscri- ces no la cambie!
birse a Inforetrieve (aproximadamente US$ 225 al año). Con
MEDICINA BASADA N LA EVID N lA.
PRINCIPIOS Y PRÁCTI A EN EL CUIDAD
INTENSIVO
Fernando Rosso S, MO, MSc

En este capítulo haremos referencia a los principios y prácti- gía básica de la MBE es el razonamiento inductivo, por lo
cas básicas de la Medicina basada en evidencia (MBE) como tanto la más fuerte evidencia es la obtenida de la más pode-
soporte en el proceso de toma de decisiones clínicas, y cómo rosa herramienta de la ciencia inductiva que son los ensayos
éstas se pueden aplicar al cuidado de los pacientes en las uni- clínicos aleatorizados controlados. La ciencia inductiva está
dades de cuidados intensivos. basada en observaciones experimentales y la aplicación de
Antes de iniciar esta disertación sobre MBE es importante los principios de probabilidad sobre la cual se fundamenta la
mencionar algunos aspectos sobre la toma de decisiones clí- estadística. El enfoque de la MBE esta más sobre los desen-
nicas en medicina, y cómo la evidencia está articulada a otros laces de eficacia-efectividad.
elementos del juicio clínico. Sin embargo una de sus debilidades consiste en que su
Decisión clínica individual: La toma de decisiones para metodología probabilística pueda no ser la que mejor sinteti-
resolver problemas clínicos es un proceso complejo y diná- ce la información para un paciente individual quien no cuali-
mico, el cual hacemos diadamente al pie de la cama de nues- fica dentro de ciertas características específicas de un grupo
tros pacientes. Este proceso se fundamenta en la integración de pacientes estudiados.
de la evidencia, la inferenCia y la experiencia (figura 1). Estos La inferencia facilita la toma de decisión en ausencia de
elementos no son ideologías competitivas, sino metodologías evidencia rigurosa. Se enfoca más en la seguridad del pacien-
complementadas para sintetizar la información empírica en la te y permite el refinamiento a las decisiones basadas en la
toma de decisiones. La evidencia está cimentada en los pdnci- evidencia. Sin embargo, su debilidad es depender de suposi-
pios de la probabilidad, mientras la inferencia se dedva de la ciones de similitud y puede ser inherentemente subjetivo. La
lógica. La evidencia es un ejemplo del razonamiento inductivo experiencia utiliza un método más anecdótico, enfocándose
dedvado de la investigación clínica relevante, y la inferencia en las normas y las excepciones a la norma. Una de sus for-
es un ejemplo de razonamiento deductivo derivado del en- talezas es que captura la información importante, pero aún
tendimiento fisiopatológico de la enfermedad. La expedencia como elementos sin definir. Sin embargo, su desventaja es la
integra estos dos principios, pero su característica única es la dependencia de las fortalezas y debilidades del clínico.
capacidad de proveer el peso proporcionado a los eventos, y
adaptarlos a la situación de un paciente individual. Evidencia,
inferencia y la expedencia proveen diferentes perspectivas, Observación Entendimiento
complementadas de la información clínica: las decisiones óp- biológico
timas ocurren cuando las tres son congruentes.
Además de las anteriores, el juicio clínico se complementa
con la intuición y la obediencia. La intuición es la indefi-
nible capacidad de predecir el desenlace de un evento o de
una decisión, y se deriva de la integración del conocimiento
previo y la expedencia, templado por la innata capacidad de
establecer las apropiadas conexiones entre las observaciones.
Obediencia es la adopción no crítica de ciertos "dogmas" de Experiencia

la práctica clínica que se han establecido en el tiempo. Los


clínicos deben saber reconocer cuándo aplicar estos dogmas
o cuándo tomar alternativas diferentes. Preferencias del paciente y
aptitudes del médico
La Medicina basada en la evidencia (MBE) es una herra-
mienta clínica que enfatiza la necesidad de integrar los resul-
tados de estudios clínicos bien diseñados con la capacidad Figura 1. Evidencia, inferencia y experiencia: perspectivas diferentes pero
complementarias en la toma de decisiones.
del clínico para aplicar estos resultados a una circunstancia
única de un paciente individual. Una de sus importantes con-
Decisión clínica individual-colectiva: Esta visión adicio-
tribuciones ha sido codificar los principios que subyacen la
nal sobre la toma de decisiones individuales con trascenden-
generación de conocimiento clínico confiable. La metodolo-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

cia colectiva también es importante discutirle. La toma de Principios de la Medicina basada en la


decisiones se basa en la interacción de la evidencia, los valo- evidencia (MBE)
res y los recursos (figura 2). La evidencia proviene de la in-
La MBE es el uso consciente, explícito y razonable de la me-
formación de los estudios epidemiológicos observacionales,
jor evidencia disponible para la toma de decisiones clínicas,
ensayos clínicos controlados aleatorizados, y los metanálisis.
y será un método donde se integre la mejor evidencia externa
Los valores hacen referencia a las percepciones y preferen-
disponible con la mejor experiencia clínica individual y los
cias que tienen los pacientes, médicos y la sociedad frente
valores de los pacientes.
al abordaje de un problema específico de salud. Por último,
Por evidencia externa se entenderá como la evidencia pro-
los recursos que hacen referencia a la inversión de recursos
veniente de la investigación biomédica relevante en diferen-
económicos y técnicos en salud. Las políticas formales de
tes aspectos tales como: pruebas diagnósticas, pronóstico,
salud y los recursos para asegurar la cobertura de atención en
eficacia y seguridad de intervenciones terapéuticas o preven-
salud son cruciales para cualquier sociedad en su desarrollo
tivas, entre otras. Estas nuevas evidencias provenientes de los
social. La interacción entre la evidencia y los valores generan
estudios clínicos relevantes terminarán invalidando los trata-
conocimiento nuevo en la toma de decisiones. La interacción
mientos y pruebas diagnósticas previamente aceptadas y las
entre los valores y los recursos generan los posibles dilemas
reemplazarán por unas nuevas, más eficaces y/o seguras.
éticos, en especial en medios con limitaciones de recursos.
Existen diferentes razones por las cuales surgió el interés
La interacción entre la evidencia y los recursos ha genera-
en la Medicina basada en evidencia, y se podrían resumirse
do las "Guías basadas en la evidencia", las cuales pretenden
en las siguientes:
mejorar la eficiencia de los procesos de atención médica esti-
l. La explicaciónfisiopatológica no es razón suficiente para
mulando las intervenciones más eficaces y disminuyendo los
realizar cambios en la práctica clínica. Se debe tener evi-
gastos en intervenciones inefectivas. Sin embargo, el aplicar
dencia clínica que estas explicaciones hayan sido co~fir­
estas guías no necesariamente reduce los costos de atención
y por el contrario los puede aumentar, pero redunda en me~
madas a través de estudios clínicos validos en pacientes
demostrando adecuadamente la evidencia del beneficio.
jores resultados para los pacient~s. Es importante anotar que
Ejemplos de este tipo han sido el uso profiláctico de an-
estas guías han sido realizadas para el tratamiento de grupos
tiarrítmicos en el infarto agudo del miocardio, o el uso
de pacientes con características específicas, los cuales pue-
rutinario de estrógenos en mujeres posmenopáusicas para
den no ser adaptables a una situación específica de un pa-
prevenir la enfermedad coronaria; prácticas que cambia-
ciente individual.

Conocimiento

Evidencia: Valores:
1. Estudios observacionales 1. Preferencias de los médicos
2. Ensayos clínicos controlados 2. Preferencias de los pacientes
3. Metanálisis 3. Preferencias de la sociedad

Guías basadas Ética


en la evidencia

Recursos:
1. Políticas de salud
2. Aseguramiento en salud
3. Desarrollo social

Figura 2. Evidencia, valores y recursos: perspectivas diferentes pero complementarias en la toma de decisiones individuales con tr~scendencia colectiva.
13/ MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA. PRINCIPIOS Y PRÁCTICA EN EL CUIDADO INTENSIVO

ron después de realizarse ensayos clíÍlicos controlados 1. Formulación de una pregunta clínica
comprobando su ineficacia y el aumento en el riesgo de Las fuentes para generar una pregunta clínica son diferentes,
efectos adversos. pero las más comunes son las generadas durante la práctica
2. Necesidad creciente de evidencia externa. A pesar de esta clínica diaria con nuestros pacientes. Para que la pregunta
necesidad, no es fácil acceder a ella; ya sea por falta de clínica sea adecuada debe tener cuatro componentes básicos,
tiempo del médico en su actualización, difícil consecu- esto con el fin de obtener una búsqueda más eficiente. Estos
ción de la misma (en especial en medios de escasos recur- cuatro componentes son:
sos), o fuentes de información inadecuadas. Fuentes tradi- • Tipo de paciente: son las características relevantes, con-
cionales de información como los libros de texto pueden dición, o enfermedad del paciente.
estar desactualizadas aun al momento de publicación. Las • Tipo de exposición: es el factor de riesgo (o pronóstico),
revistas científicas publican actualizadamente grandes vo- prueba diagnóstica, o intervención terapéutica (o preven-
lúmenes de información, sin embargo, son muy variables tiva) que se está interesado en conocer, realizar o aplicar.
en su validez para su uso en la práctica clínica. e Tipo de control: es el factor de riesgo (o pronóstico),
3. Nuestro conocimiento actualizado disminuye con el tiem- prueba diagnóstica, o intervención terapéutica (o preven-
po, y es difícil el proceso de mantenerse actualizado. La tiva) contra el cual se va a contrastar o comparar el tipo de
habilidad y el juicio que el clínico adquiere a través de exposición. Usualmente el tipo de control es el considera-
su práctica aumentan con los años, y mejor serán las de- do el tratamiento o procedimiento habitual.
cisiones clínicas tomadas. Sin embargo, dichas decisio- • El tipo de resultado: es la forma de expresar el resulta-
nes corren el riesgo de desactualizarse con el tiempo. En do buscando que sea válido y clínicamente importante.
muchas ocasiones nuestras formas de actualización son Puede ser expresado como la eficacia (o seguridad) de un
inefectivas debido a técnicas inadecuadas de educación tratamiento, o como la sensibilidad y especificidad de una
médica continuada (por falta de practicidad), o sesgadas prueba diagnóstica, según sea la situación clínica.
en el caso de la educación patrocinada por la industria
farmacéutica o biomédica que busca cambiar patrones de Cuando se trate de intervenciones terapéuticas, se prefieren
prescripción o de uso de tecnología. desenlaces de morbilidad/mortalidad, en vez de desenlaces
secundarios tales como resultados bioquímicos o biofísicos
La MBE ha sido una herramienta útil en el proceso de ac- que son clínicamente menos relevantes.
tualización de los médicos, facilitando las habilidades para Para ilustrar esto con un ejemplo utilizaremos una pregun-
la apreciación crítica de la literatura médica y el proceso de ta sobre pruebas diagnósticas, ¿en dónde utilizar el Dímero D
incorporarla en la práctica diaria. en el diagnóstico de tromboembolismo pulmonar?.
Los componentes de la pregunta clínica serán:
Práctica de la Medicina basada en la • El tipo de paciente: sospecha de tromboembolismo pul-
evidencia monar (TEP).
La MBE es un método sistemático que ayuda de la toma de • El tipo de exposición: el Dímero D.
decisiones clínicas. La podemos entender como un proceso • El tipo de control: se puede comparar contra la "Prueba
de traducir problemas clínicos en preguntas para luego bus- de oro" que en este caso sería la arteriografía pulmonar o
car, evaluar y utilizar sistemáticamente los resultados de la aún la gamagrafía de ventilación-perfusión (V/Q).
investigación en la toma de decisiones clínicas. • El tipo de resultado: se va a expresar, en términos de sen-
Los pasos de la metodología de MBE se resumen así: sibilidad, especificidad, valor predictivo positivo y valor
predictivo negativo. .
l. Formulación de una pregunta clínica donde se necesite
tomar una decisión con respecto a una intervención tera-
péutica o preventiva, pruebas diagnósticas, pronóstico de La pregunta queda formulada de la siguiente forma:
los pacientes o causalidad.
2. Búsqueda eficiente de la literatura médica para resolver ¿El Dímero D (exposición) será más sensible (desenlace)
esa pregunta. que la gamagrafia V/Q (control) en pacientes con sospecha
3. Apreciación crítica de esta información. de TEP?
4. Sintetizar la información para aplicarla en la toma de de-
cisiones clínicas. Hay quienes han incorporado un quinto elemento a la pre-
gunta clínica, para facilitar la búsqueda de la literatura mé-
A continuación desarrollaremos brevemente cada uno de es- dica: Tipo de estudio. Esta hace referencia al tipo de diseño
tos pasos metodológicos de la MBE. o estrategia metodológica empleada para dar respuesta a una
pregunta de investigación que generó la evidencia externa.

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 181


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Los tipos de estudio o diseño epidemiológicos se pueden di- los grupos y/o de los eventos de interés, que pueden llevar a
vidir en observacionales y experimentales: conclusiones elTóneas de los estudios.
A. Los estudios observacionales son aquellos en los cuales En los estudios de casos y controles se pueden encontrar
el grupo investigador no interviene directamente a los suje- sesgos de selección durante la selección de los controles. Si
tos de estudio sino que observa pasivamente la ocurrencia de los controles son muy diferentes a los casos, se puede exa-
eventos de interés en ellos. Estos estudios pueden ser clasi- gerar el riesgo de un factor de exposición. Si por el contra-
ficados como descriptivos (donde sólo se describen las ca- rio, los controles son muy similares a los casos, se atenúa el
racterísticas de un grupo de sujetos) o analíticos (donde se riesgo del factor de exposición. En estos estudios se pueden
comparan o se contrastan características entre grupos y su encontrar además sesgos de información por que la informa-
relación con algún desenlace o evento clínico de interés). Los ción es obtenida del pasado o hay que reconstruirla (lo que no
estudios observacionales analíticos mas utilizados son: puede garantizar su veracidad).
• Estudio de cohorte. Consiste en un estudio observacional Los estudios de cohortes tienen menos sesgos porque los
prospectivo (el desenlace no ha ocurrido y la información sujetos de estudio han sido claramente seleccionados des-
se recolecta en el tiempo) donde se hace seguimiento a un de el comienzo y la información es recolectada prospecti-
grupo de sujetos (cohorte), con diferentes características vamente. Sin embargo, estos estudios pueden fallar en sus
(determinadas desde el inicio del estudio) por un tiempo conclusiones cuando se tratan de estudios sobre intervencio-
determinado. Durante este tiempo de seguimientos algu- nes terapéuticas, en donde la exposición a una droga puede
nos sujetos de la cohorte desalTollan un evento clínico de estar sesgada en cierto grupo de pacientes (sesgo de selec-
interés y otros sujetos no lo desarrollan. Al final del tiem- ción). Un ejemplo reciente es el uso de estrógenos en muje-
po de seguimiento se comparan la oculTencia de eventos res posmenopáusicas. Los estudios de cohortes concluían el
entre sujetos que tengan una característica determinada beneficio al reducir el riesgo de enfermedad coronaria, ,pero
contra los que carecen de ella. Estos estudios son utiliza- realmente las mujeres que tomaban estrógenos tenían un ma-
dos en el estudio de factores de riesgo de enfermedades yor autocuidado de su salud o carecían de enfermedades que
frecuentes (Ej.: cardiovascul:¡¡.res) o en el estudio de facto- contraindicaban su uso. Este sesgo de selección en el uso de
res pronóstico o sobrevida (Ej.: cáncer). estrógenos daba como resultado un mayor número de even-
• Estudio de casos y controles. Es un estudio observacio- tos coronarios en mujeres que no usaban los estrógenos (con
nal retrospectivo (el desenlace ya oculTió, y hay que va- menos autocuidado o más enfermas). Estudios experimenta-
lerse de información del pasado o reconstruirla), en donde les recientes han evidenciado que los estrógenos en mujeres
se comparan la exposición de un factor de riesgo entre posmenopáusicas no reducen el riesgo.
los que se enfermaron (casos) y un grupo seleccionado de
sanos o libres del evento (controles). Estos estudios son B. Los estudios experimentales o ensayos clínicos son aque-
muy utilizados para factores de riesgo de enfermedades llos en los cuales el grupo investigador interviene directamen-
de latencia muy larga, como el cáncer (tiempo muy largos te a los sujetos de estudio y observa activamente la oculTencia
de seguimiento y de exposición) o en enfermedades de de eventos de interés. Estos estudios pueden ser clasificados
aparición muy rápida como los brotes epidémicos (donde de acuerdo con la forma de contrastar o comparar las inter-
se deben tomar acciones rápidas para su control). Tam- venciones, la forma de asignación del tratamiento, y laforma
bién se utilizan en el estudio de enfermedades infrecuen- de evaluar los desenlaces.
tes por la dificultad de la consecución y seguimiento de El estudio más importante y de mayor peso entre los ex-
suficientes pacientes. perimentales es el ensayo clínico controlado' aleatorizado
• Estudio de corte transversal. Es un estudio observacio- doble ciego. Para comprender e,ste diseño a c~ntinuación
nal en el cual se mide una característica de interés (fac- descompondré sus diferentes partes:
tores de exposición, pruebas diagnósticas, etc.) en un • Controlado: hace refert:1ncia a que existe un comparador.
instante en el tiempo a un grupo de sujetos de estudio, Si no existe una terapia estándar establecida para una en-
donde estarán aquí estarán sanos y enfermos al tiempo (o fermedad específica, el comparador puede ser un placebo
expuesto y no expuestos). Son útiles en estudios de prue- (droga inerte), pero si existe una terapia estándar para esa
bas diagnósticas. En todo estudio sobre una nueva prueba enfermedad, éste deberá ser el mejor comparador. Este
diagnóstica, lo ideal es que se compare contra un "patrón punto es muy importante, ya que toda nueva terapia debe
de oro" que será la prueba estándar para hacer el diagnós- ser comparada contra la mejor terapia estándar que exista
tico de la enfermedad de estudio. para esa enfermedad. Si un ensayo clínico no tiene com-
petidor es de menor aplicabilidad clínica. Usualmente son
Estos estudios observacionales están sujetos a diversos pro- estudios de fase Ion, donde se evalúa seguridad de medi-
blemas metodológicos en especial los sesgos, que son elTores camentos y algunos desenlaces secundarios de eficacia.
sistemáticos en la selección de los sujetos de investigación, • Aleatorizado: hace referencia a la forma probabilística
y/o o en la información recolectada de las características de de asignación de la terapia estudiada. La asignación de la
13/ MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA. PRINCIPIOS Y PRÁCTICA EN EL CUIDADO INTENSIVO

terapia experimental o la terapia estándar (O el placebo) Para dar otro ejemplo de cómo se construye una pregunta
está determinada por el azar. Esto permite que la probabi- clínica y sus diferentes elementos, integrando los diferentes
lidad de recibir la terapia experimental o la estándar sea la elementos usaremos el siguiente ejemplo: se tiene interés en
misma para todos los pacientes. Esto evita los sesgos de el uso de anticoagulación en la prevención secundaria d~ ac-
selección y garantiza que las características basales de los cidente cerebrovascular (ACV).
grupos sean similares. Los ensayos clínicos controlados U na pregunta mal formulada sería:
no aleatoriazados son llamados cuasi-experimentales y
son más susceptibles a tener sesgos de selección. ¿Son los agentes anticoagulantes útiles en pacientes que
El Doble ciego: para evitar sesgos en la asignación de even- han tenido un A CV ?
tos en el seguimiento a los pacientes, el grupo tratante y el
paciente desconocen cual terapia (experimental o están- Pregunta bien formulada:
dar) están recibiendo (doble ciego). Cuando es sólo el pa-
ciente quien lo desconoce se llama simple ciego. Cuando ¿Los agentes anticoagulantes (tipo de exposición) pueden
el grupo tratante, el paciente, y el grupo que hace el aná- evitar el reinfarto (tipo de desenlace) en pacientes con
lisis estadístico de los datos desconoce el tratamiento se un ACV isquémico agudo (tipo de paciente) comparados
llama triple ciego. Cuando el grupo tratante y el paciente contra no tratamiento (tipo de control)?
saben qué intervención reciben se denomina abierto. Este
es el caso de los ensayos clínicos en cirugía donde es im- Como se trata de una intervención (la anticoagulación), el
posible mantener el cegamiento. mejor diseño sería un ensayo clínico controlado aleatorizado
(tipo de diseño).
Además de los estudios observacionales y experimentales, Con la pregunta clínica y el diseño claros, restringiremos
existen otros diseños como los metanálisis y las revisiones la búsqueda y la escogencia de los artículos relevantes.
sistemáticas.
Los metanálisis se cm;acterizan por condensar y presentar 2. Búsqueda eficiente de la literatura médica
de forma cuantitativa la sumatoria de varios estudios (obser- Una vez se tenga formulada adecuadamente la pregunta clí-
vacionales y/o experimentales) referentes a un tema de inte- nica y definido el tipo de diseño más adecuado, es más fácil
rés. Tienen toda una metodología para seleccionar los estu- realizar la búsqueda de la información.
dios por su calidad, y sintetizar sus resultados por métodos La búsqueda de la literatura relevante se realiza en general
estadísticos. Es importante advertir que la calidad de estos en grandes bases de datos bibliográficas, que tienen gran can-
estudios dependerá en gran parte de la calidad metodológica tidad de información sobre publicaciones periódicas. Estas
de los estudios que sean incluidos en ellos. usualmente están en medio magnético electrónico o disponi-
Las revisiones sistemáticas son similares a los metanálisis bles por Internet. El más importante es MEDLINE en habla
con respecto a la metodología para seleccionar los estudios inglesa. Esta se puede acceder por PubMed o por Ovid. Exis-
por su calidad y sintetizar sus resultados, pero no usan méto- ten también otros como EMBASE.
dos estadísticos y lo hacen de forma cualitativa. Por su importancia, fácil acceso y por sus herramientas de
Este tipo de diseño es muy útil para condensar la informa- búsqueda PubMed (www.pubmed.gov) es el buscador ideal.
ción de diferentes estudios, en especial cuando éstos mues- Esta base fue desarrollada por la Biblioteca nacional de me-
tran resultados disimiles. dicina y los institutos de salud de los ~stados Unidos. Tiene
Regresando a la pregunta clínica, cuando la estemos for- un excelente tutoríal para facilitar el ptQ~eso de búsqueda,
mulando, se debe buscar el diseño o tipo de estudio que me- y tiene servicios adicionales que hacen aún más eficiente la
jor la conteste. Así, para estas situaciones clínicas estos son obtención de información relevante.
los mejores diseños: Con la ayuda de estrategias de búsqueda, que incluyen
• Intervención terapéutica o profiláctica: ensayo clínico descriptores, limitado res y operadores, la recuperación de
controlado aleatorizado doble ciego. artículos relevantes es más rápida y sencilla.
El Pruebas diagnósticas o tamizaje: estudio de corte trans- Al usar las bases de datos se debe tener en cuenta que se
versal comparando con un "Patrón de oro". requiere algún tipo de estrategia en la búsqueda y que existe
El Factores pronóstico: un estudio de cohorte prospectivo. toda una metodología para hacer búsquedas eficientes. Se de-
.. Causalidad o factores de riesgo: estudios de cohortes o ben conocer las ventajas y desventajas del empleo de palabras
de casos y controles. de texto o de términos MeSH (Medical Search Headings)'en la
búsqueda, así como el conocimiento de los conectores lógicos
Algunos autores han denominado el tipo de estudio como el al conducir una búsqueda en MEDLINE, al igual que herra-
tipo de evidencia, ponderando el ensayo clínico por encima mientas de búsqueda como Clínical Queries en PubMed.
de los demás estudios. Se debe tener cuidado con esta apre- También se tienen bases de' datos con información ya
ciación, ya que esto es cierto sólo cuando se trata de interven- procesadas en forma de metamÜisis o revisiones sistemáti-
ciones terapéuticas o profilácticas.

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 183


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

cas, como por ejemplo de la Colaboración Cochrane (www. Se proponen como guía de análisis tres preguntas básicas:
cochrane.org), en donde se encuentran diferentes revisiones a. ¿Son válidos los resultados del estudio?
sobre intervenciones terapéuticas y/o preventivas. Existen re- b. ¿Cuáles son los resultados?
vistas como ACP journal Club y Evidence Based Medicine c. ¿Me ayudarán los resultados a proveer cuidados a mis pa-
que resumen y comentan los artículos más relevantes publi- cientes?
cados. El BMJ publica un libro de resúmenes de evidencia
llamado Clinical Evidence, pero está más dirigido a médicos Con el fin de hacer una discusión sobre la apreciación crítica
de cuidado primario. de los artículos, utilizaremos como ejemplo los estudios so-
Base de datos de literatura en habla española es más esca- bre intervenciones terapéuticas. Desarrollaremos brevemente
sa, y usualmente de menor calidad. Base de datos disponibles la explicación en cada una de estas preguntas:
en Internet están: Scielo (www.scielo.org) y Bireme (www.
bireme.br). Recientemente el famoso y versátil buscador de a. ¿Son válidos los resultados del estudio?
Internet Google, ha sacado una versión útil en la búsqueda El objetivo de esta pregunta es evaluar si el estudio (artículo)
de literatura médica llamado Scholar Google (www.scholar. encontrado tiene validez interna, o sea una buena calidad me-
google.com), la cual puede combinar los otros buscadores y todológica. Se evalúa que el estudio tenga:
base de datos para hacer búsquedas más amplias. ID Control de sesgos de información (prefiriendo los estudio
Los diferentes elementos que componen la pregunta clíni- prospectivos) y control de sesgos de selección (prefirien-
ca orientarán la búsqueda. Uno de los motivos de tener cla- do la asignación aleatoria del tratamiento y el control).
ra la pregunta clínica es facilitar la búsqueda. Utilizando el ID Evaluación ciega de los desenlaces (preferir doble ciego).
ejemplo de la sección anterior de ACV y la anticoagulación ID Tener un comparador o control adecuado (preferir siem-
los elementos de búsqueda estarán basados en los compo- pre que el comparador sea la terapia estándar).
nentes de la pregunta: "cerebral-reinfarction" (tipo de des- ID Si los desenlaces evaluados fueron clínicamente relevan-
enlace), "Stroke" o "cerebral-ischemia" (tipo de paciente), tes ( preferir morbilidad o mortalidad en vez de desenla-
"anticoagulants" (tipo de exposic~ón), "Randomized Clinical ces intermediarios v.gr. pruebas de laboratorio).
Tria 1 " (tipo de estudio). Con estos elementos se puede ini- ID Si todos los pacientes fueron incluidos en el análisis (ve-
ciar la búsqueda, combinando estas palabras para lograr una rificar cuántos pacientes entraron en el análisis y cuántos
búsqueda más eficiente. Pueden utilizarse conectores senci- se excluyeron o perdieron el seguimiento).
llos como: "AND", "OR", entre otros para ampliar las op-
ciones de búsqueda: - "Stroke" AND "anticoagulants" AND b. ¿Cuáles son los resultados?
"Randomized Clinical Tria!" Cuáles son los resultados en términos del efecto del trata-
Con este tipo de metodología sencilla de utilizar los ele- miento y la precisión de esta estimación. El efecto del trata-
mentos de la pregunta clínica se puede hacer más específica miento expresa los beneficios de la intervención y para esto
la búsqueda. se utilizan en general tres tipos de estimativos:
l. Riesgo relativo (RR) o el Odds ratio (OR),
3. Apreciación crítica de la evidencia: Principios 2. Reducción absoluta del riesgo absoluto (RRA).
básicos 3. Reducción relativa del riesgo (RRR).
Una vez culminada la búsqueda de los artículos de interés
Estos deben expresarse con sus respectivos estimativos de
para contestar la pregunta clínica, es importante la aprecia-
precisión llamados los intervalos de confianza: que usual-
ción crítica de estos. La apreciación crítica de la literatura
mente son del 95%. El intervalo de fonfianza expr~sa el ran-
médica es una metodología para poder sustraer de forma sis-
go de variación de este valor.
temática, adecuada y válida las conclusiones de los estudios,
y aplicarlas a la práctica clínica diaria. c. ¿Me ayudarán los resultados a proveer cuidados a
Antes de explicar esta metodología es importante aclarar mis pacientes?
algunos conceptos epidemiológicos sobre la causalidad. Es En este análisis se debe ver la utilidad práctica de los resul-
importante aclarar que la explicación (o causalidad) a una tados del estudio. Se debe valorar si los pacientes del es-
observación clínica puede deberse a diferentes causas: por tudio tienen características similares a nuestros pacientes,
el azar, por un sesgo, por un factor de confusión, o ser real- para poder generalizar los resultados. Se debe evaluar si se
mente una observación verdadera. La epidemiología utiliza consideraron todos los desenlaces importantes (clínicamente
diferentes herramientas para llegar a la conclusión más váli- relevantes y no sólo intermediarios) tanto de eficacia como
da. Para controlar el efecto del azar, se utilizan las pruebas de seguridad. La aplicabilidad de los resultados es también
estadísticas, y con el diseño se pueden controlar los sesgos y llamado validez externa, que es el grado de generalización de
factores de confusión. En la apreciación crítica de literatura, estos resultados.
se debe identificar cómo los investigadores controlan estas Se pueden resumir todos estos aspectos en la apreciación
variables para llegar a una conclusión válida. crítica de la literatura médica en la siguiente nemotecnia
13/ MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA. PRINCIPIOS Y PRÁCTICA EN EL CUIDADO INTENSIVO

"VIA": la Validez interna, Importancia de los resultados y basadas en nivel de evidencia n, grado C basadas en nivel .
Aplicabilidad de éstos. Pueden existir muchos estudios que de evidencia nI y IV, grado D, hay evidencia de niveles n y
pueden ser poco válidos, así que sus conclusiones no serán In para recomendar evitar el uso de dichas intervenciones y
adecuadas. Pero de igual forma habrá estudios muy válidos, grado E cuando existe evidencia nivel 1 para evitar el uso.,
pero sus resultados no impOltantes (no cambiarían la actual
práctica), o poco aplicables (en especial tecnologías muy Conceptos básicos de epidemiología y
complejas o costosas).
bioestadística aplicados a la MBE
4. Sintetizar la información para aplicarla en la Para complementar la información sobre la apreciación críti-
toma de decisiones clínicas ca de la literatura es importante hacer mención de algunas ge-
neralidades de epidemiología clínica sobre algunas medidas
El traslado de las conclusiones de la investigación a la prácti-
de asociación y algunas anotaciones bioestadísticas:
ca diaria debe ir acompañado de la experiencia clínica nece-
saria para poder compensar los riesgos y beneficios, así como
Medidas de frecuencia, asociación e impacto
contemplar las expectativas y preferencias del paciente.
La MBE no tiraniza la práctica clínica; la evidencia exter- En la presentación de los resultados de los estudios existen
na puede informar pero no reemplaza la experiencia clínica diferentes medidas epidemiológicas que deben conocerse
individual, y solo basándose en esta última, se define si la pm'a la interpretación de dichos resultados. A continuación
evidencia externa se aplica a cada paciente en particular; y haremos referencia a alguna de las medidas más frecuente-
cómo esta se debe introducir a la decisión clínica. mente utilizadas:
Cada vez que se haya hecho esta apreciación clínica de los
mtículos en cuanto a su validez interna, al tamaño del efecto y la Medidas de frecuencia
evaluación de la validez externa de estudio, se puede hacer una Estas medidas de frecuencia usualmente son estadísticas des-
puntuación o una graduación de la calidad de estos estudios. criptivas de la aparición de eventos. Estas se pueden describir
En intervenciones se ha propuesto unos niveles de calidad en términos de incidencia o prevalencia. La incidencia es el
de la evidencia. En el nivel 1 están los estudios de mejor ca- número de casos nuevos de una enfermedad (o evento) en
lidad, que son los ensayos clínicos controlados y metanálisis un periodo de tiempo y básicamente representa la estimación
bien hechos. En el nivel n, los experimentos clínicos y me- del riesgo de la aparición de un evento nuevo. La prevalencia
tanálisis de menor calidad, en el nivel nI están los ensayos describe el número de casos ya sea nuevos o viejos que tiene
clínicos no autorizados y los estudios observacionales y en el el evento en un periodo de tiempo y básicamente esta es fun-
nivel IV la opinión de expertos. ción de la incidencia por la duración del evento (P = Ix D).
Se le ha ponderado en menor nivel la opinión de exper-
tos dado el grado de subjetividad que pueden tener dichas Medidas de asociación
opiniones. Hoy en día con la metodología de la MBE estas Las medidas de asociación básicamente buscan tratar de es-
opiniones de expertos o consensos han mejorado su metodo- tablecer una inferencia de causalidad de un factor de riesgo o
logía, buscando la disminución del grado de subjetividad en pronóstico. Usualmente se compara un grüpo expuesto vs. un
dichas recomendaciones. grupo no expuesto a un factor de riesgo (o comparando una
Basados en esta calificación de calidad de la evidencia, se terapia nueva vs. la terapia convencional). Para la estimación
hacen recomendaciones que también tienen un grado de cali- del tamaño del efecto puede calcularse diferentes medidas de
ficación y este grado va de A hasta grado E; donde Recomen- asociación. Una de las medidas más utilizadas es el riesgo
dación A son las basadas en nivel de evidencia 1, grado B, las relativo (RR), que es básicamente la incid~nGia del evento en

Tabla 1. Niveles de evidencia y recomendación en estudios sobre intervenciones terapéuticas

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 185


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

los expuestos sobre la incidencia del evento en los no expues- bir el tratamiento para obtener un desenlace benéfico. Para
tos (Iexp/I no exp). ilustrar este concepto, utilizaremos como ejemplo el uso de
Otra medida es el riesgo relativo indirecto: Odds Ratio warfarina en la fibrilación auricular no valvular. La fibrila-
(OR), el cual también es una razón de probabilidades de la ción auricular aumenta el riesgo del accidente cerebrovas-
exposición entre los que enfermaron y los que no enferma- cular (ACV) de origen cardioembólico y la wmfarina podría
ron. En enfermedades de baja prevalencia el OR y RR son disminuir este riesgo.
muy similares, y básicamente tiene una interpretación simi-
lar. El RR basal será interpretado como 1, todo valor por de- Tabla 2. Definiciones y ecuaciones básicas en epidemiología clínica.
bajo de 1 será interpretado como un factor protector y todo
valor por encima de 1 será interpretado como un factor de Enfermos/desenlaces No enfermos
(Casos) (Controles)
riesgo (tabla 2).
Expuestos A B
Aquí mostramos un ejemplo: presencia de hemorragia de
(terapia, factores de riesgo, prue-
vías digestivas altas (HVDA) en pacientes que reciben anti- bas diagnósticas positivas)
inflamatorios no esteroideos (AINES) durante un mes. No expuestos C D
La incidencia de HVDA en los que no reciben AINES es (ausencia o grupo control, prueba
111000 ó 0,1 % (el riesgo basal). En cambio la incidencia de negativa)
HVDA en los que recibe los AINES es de 1011000 ó1 %. El
Asociación (con exposición o terapia):
riesgo relativo será igual a 1,0% / 0,1 % = 1O. Esto quiere decir
Riesgo relativo (RR):
que tendrán 10 veces más riesgo de presentar HVDA quienes
RR- Incidencia de enfermedad en los expuestos Uncid Expl = A / (A+B}
reciben AINES comparados con los que no los reciben. Incidencia de enfermedad en los no expuestos (Incid.No Exp) C/ (C+D)
En otro ejemplo: En un estudio de casos y controles sobre Odds Ratio (OR) - Razón de exposición entre enfermos - AlC = A x D
tabaquismo y cáncer de pulmón, se encontró como medida Razón de exposición entre no enfermos B/D B x C
de asociación un OR de 10. Esto quiere decir que los que Riesgo atribuible (RA)= Incidencia de Exp. - Incidencia No Exp.= [Al
(A+B)] - [C/(C+D)]
desarrollaron cáncer tenían 10 vyces mas la probabilidad de
Reducción absoluta del riesgo (RAR) = [C/(C+D)] - [A/(A+B)]
fumar, que los que no desarrollaron cáncer. Es una forma in-
Reducción relativa del riesgo (RRR)= (1- [(A / (A+B) / C/(C+D)]) x 100%
directa de mostrar la asociación. Se concluye que el fumar
1- RR x 100% (versión resumida)
aumenta el riesgo de cáncer. A veces el OR y el RR se usan
Número necesario a tratar (NNT) = 1 / [C/(C+D)] [AI(A+B)] = 1 / RAR
en la misma forma. (versión resumida)

Medidas de impacto Pruebas diagnósticas:


Cuando se habla del beneficio de una intervención hablamos Sensibilidad: positividad entre los enfermos: A / (A+C)
de una reducción del riesgo. Esta puede expresarse en forma Especificidad: negatividad entre los no enfermos: D / (D+B)
absoluta (reducción absoluta del riesgo: RAR) o en forma Valor predictivo positivo: la presencia de enfermedad en los positivos: A
relativa (reducción relativa del riesgo: RRR). / (A+B)
Valor predictivo negativo: la ausencia de enfermedad en los negativos: DI
La reducción absoluta (RA) es la resta de las dos inciden- (C+D)
cias = Incidencia no expuesta - Incidencia expuesta.
La RRR se calcula 1 - RR, (siempre y cuando el RR sea El riesgo de ACV en un año en los pacientes que no reci-
menor de 1) o se calcula también = (1 no exp - 1 exp) / 1 no ben warfarina es del 4,3% (riesgo basal) y el rie~$o en los que
exp (tabla 2). reciben warfarina es 0,9%. El cálculo del RR es '0,9%/4,3%
En un ejemplo donde 100 pacientes por grupo son estudia- = 0,20. La RRR es (1-RR) x 100%,,= (1-0,20) x 100%= 0,80
dos con una droga "X" para disminuir la incidencia de hemo- x 100% = 80%. La warfarina reduce en un 80% el riesgo de
rragias asociadas a AINES, 2 pacientes (2%) que recibieron ACV en pacientes con fibrilación auriculm·. Sin embargo la
la droga presentaron hemorragia y 4 pacientes (4%) que reci- reducción absoluta del riesgo (RAR) de la warfarina es 4,3%-
bieron placebo desarrollaron la hemorragia. 0,9% = 3,4%.
El RR sería igual a 2% /4% = 0,5 y la RAR prevenible El cálculo del Número necesmio a tratm' (NNT) es 1lRAR =
será 4%-2% = 2%, y laRRR será (4%-2% /4% = 0,5 x 100%, 1/3,4% =1/0,034 = 29. Esto quiere decir que se deben tratm' 29
ó 1-RR = 1-0,5= 0,5 x 100%) igual a 50%. La RRR se debe pacientes con fibrilación auricular no valvular con warfmina
interpretar como que se espera una reducción del 50% de las pm'a prevenir un ACV, y será atribuido a la droga. El intervalo
hemorragias de vías digestivas asociadas a AINES cuando se de confianza (IC 95%) varía entre 26 a 45. Entre mayor sea la
utiliza la droga «X». reducción absoluta del riesgo menos pacientes se deben tratar
Dentro del efecto del tratamiento existe una medida que para ver el beneficio atribuible a la intervención.
se puede calcular que es el Número necesario a tratar (NNT) Los pacientes pueden presentar efectos adversos por reci-
que usualmente no aparece reportado en los estudios pero bir la medicación. Pm'a esto se calcula el, número necesm'io
que el lector crítico de la literatura médica puede calcular. El para hacer daño (NNH), que no es más' que el cálculo del
NNT hace referencia al número de pacientes que debe reci- NNT x la incidencia de efectos adversos.
13/ MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA. PRINCIPIOS Y PRÁCTICA EN EL CUIDADO INTENSIVO

Usando el mismo ejemplo de warfarimi, el sangrado clíni- Se puede evitar utilizando valores de corte inferiores «1 %).
camente importante asociado a la anticoagulación es del 1%. Se debe sospechar cuando se tienen valores de p entre 0,05 a
Entonces el Número necesario de daño (NND o NNH en in- 0,01, en especial cuando se está probando una hipótesis que
glés) será 29 x 0,01 = 0.29, esto quiere decir que es muy baja no se tenía a priori probar. No es inusual encontrar estudios
la probabilidad de un sangrado clínicamente importante por donde no se formula una hipótesis específica antes de realizar
cada caso evitado. Una fórmula de calcularlo directamente es el estudio, sino lo hacen posteriormente (post hoc análisis).
l/aumento absoluto de riesgo (AAR) = l/ARR. Usualmente hacen múltiples pruebas para encontrar alguna
El balance entre el NNT y el NND nos puede servir para asociación. Aquí se corre el riesgo de tener una p significativa
la decisión del tratamiento, en este el beneficio es aceptable (p<0,05) sólo por el efecto del azar (falsa asociación).
y el riesgo de tener efectos adversos es bajo, por lo tanto la
aplicabilidad de dicha intervención es útil. Error Beta o error tipo 11
El error tipo II es otro error común en donde el estudio afirma
Errores en la interpretación de significancia que no existen diferencias cuando realmente sí las hay. Las
estadística causas de dicho error pueden ser por el azar pero una de las
causas más frecuentes es un pequeño tamaño muestral. Esto
A pesar de encontrar en los diferentes estudios, diferentes mé- se explica porque debe haber un número necesario de pa-
todos para controlar el efecto del azar, estos datos no deben cientes estudiados para poder encontrar algunas diferencias
tomarse siempre como una verdad absoluta dado que la inter- estadísticamente significantes.
pretación y las pruebas estadísticas pueden tener errores. Los estudios deben mostrar como se calculó el tamaño de
muestra, o sea el número de pacientes necesario, que debían
Valor de P ser estudiados para encontrar alguna diferencia. Debe adver-
El valor de P es uno de las representaciones estadísticas más tirse que el no encontrar diferencias no necesariamente hace
utilizadas en los estudios. Este valor indica la probabilidad de los tratamientos iguales. Se utiliza un término complementario
que las diferencias encontradas al comparar un grupo expe- que es el Poder. Cuando se dice sobre un estudio que no tiene
rimental contra el grupo control sean debidas al azar. Cuanto el poder suficiente, se debe entender que no tiene suficiente
más baja sea esta probabilidad, podremos pensar que estas tamaño muestral para encontrar las diferencias buscadas.
.diferencias no sean explicadas por el azar, sino a la interven- Es importante recordar que a pesar de tener estudios muy vá-
ción. De igual forma, si el valor de p es mayor, la explicación lidos, como los ensayos clínicos controlados aleatorizados doble
de las diferencias será explicada por el azar. ciegos, pero se pueden cometer errores estadí$ticos I y II, en es-
Existen diferentes niveles para asumir la significancia del pecial con pequeños tamaños muestrales por la falta de poder.
valor de P. Usualmente una P menor de 0,05 «5%) es acep-
tada, sin embargo los niveles inferiores de 0,01 «1 %) son de Cuidado crítico basado en la evidencia
mayor valor. La expresión de la P sola no es una información
Muchas de las decisiones en la UCI están basada$ en un razo-
suficiente para decir que estas diferencias sean estadística-
namiento fisiopatológico derivado de observaciones en ani-
mente significativas. Siempre se debe expresar el tamaño del males y humanos. A pesar de ser válida esta forma de racio-
efecto (RRR, RR, NNT) con sus intervalos de confianza. Re-
cinio clínico, hace falta la evidencia .procedente de estudios
cordar que si este IC95% atraviesa uno,(en el caso del RR),o
clínicos relevantes para dar mejor soporte a muchas de estas
los otros, tiene signos· positivo y negativo, estas diferencias
decisiones y prácticas. "
no serán estadísticamente significantes.
El cuidado crítico como disciplina clínÍCa es relativamen-
Se puede caer en errores en la presentación del valor de
te nueva. Esta ha progresado en los últimos 10 años, dentro
P. La forma más usual es cuando se encuentran valor cerca-
de un gran constructo fisiopatológico soportado por estudios
nos al punto de corte, por ejemplo p=0,04. Se puede correr
con modelos explicativos. La evidencia clínica relevante
el riesgo de errores. Por el contrario si el valor de p es muy
procedente de los ensayos clínicos controlados en el campo
pequeño (p< 0,001) se podría tener más confianza en el re- del cuidado crítico es reciente. En los últimos 5' años se han
sultado del estadístico. realizados grandes ensayos clínicos multicéntricos que han
Los errores estadísticos se pueden agrupar en dos grandes
empezado a cambiar la práctica.,
grupos: Tipo I y Tipo II: La naturaleza transdisciplinaria del cuidado intensivo es
una de sus principales características y virtudes. La con-
Error Alfa o error tipo I
junción de anestesiólogos, cirujanos, internistas y pediatras
El error tipo I hate referencia a cuando se concluyen dife-
soportan el cuidado de los pacientes críticos. Sin embargo
rencias en donde realmente no las hay, o sea el estudio dice
por esta misma razón hay una gran dispersión de la literatu-
que hay diferencias en la incidencia de aparición de eventos,
ra médica relacionada con el cuidado intensivo. Por lo tanto
pero realmente no las hay. La mayoría de la causa de estas
la actualización se hace difícil, pórque esta información po-
es debida al azar, dado a que se utiliza un valor de P no tan
dría estar no publicada en las revistas dedicadas al cuidado
ajustado (usualmente cuando se utilizan valores de P de 5%).

SECCION 1: CONCEPTOS BASICOS 187


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

intensivo, sino en revistas de mayor difusión medica dentro población enferma o ensamblar una cohorte de pacientes en el
de cada una de las especialidades clínicas. Un ejemplo de mismo estadio en el proceso de la enfermedad. Al igual que es
esta situación es el New England Joumal of Medicine, que es difícil que todos estos pacientes reciban tratamientos similares.
una de las revistas de difusión del conocimiento médico más Estos elementos hacen difíciles la ejecución de estos estudios,
importante; Muchos estudios relevantes en cuidado intensivo como también el generalizar los resultados de los mismos.
han sido publicados en esta revista en los últimos años. Es La complejidad de hacer ensayos clínicos en cuidado in-
probable que los internistas estén mas familiarizados con lo tensivo deriva en tres causas básicas:
publicado en ella, que lo que estén los anestesiólogos y ciru- l. Las enfermedades criticas ocurren en un heterogéneo gru-
janos. Una situación contraria ocurrirá con lo publicado en po de pacientes en quienes el efecto del tratamiento será
las revistas quirúrgicas o de anestesia. pequeño.
Existen en la actualidad algunas revistas que resumen la 2. La necesidad de tener un grupo control con el mejor trata-
literatura relevante del cuidado intensivo como el Intensive miento estándar
Care Monitor, que buscan mejorar el conocimiento de la lite- 3. La escogencia del desenlace apropiado para evaluar la
ratura reciente en cuidado crítico. eficacia. Clásicamente es la mortalidad a 30 días. Ese ha
Hay varios sitios en Internet que pueden ser útiles en la sido criticado por ser arbitrario e incompleto. Se están tra-
búsqueda de información relevante en medicina clínica y en bajando en desarrollar mejores indicadores para evaluar la
cuidado intensivo (tabla 3). efectividad en cuidado intensivo.

Tabla 3. Sitios en la Web y otros recursos de información en evaluación y Otro factor es la dificultad de mantener el cegamiento de las
usos deMBE.
intervenciones por el estado crítico de los pacientes, lo cual
podría introducir sesgos en el manejo de los mismos. Además
PubMed : http://www.ncbi.nlm.nih.gov/entrez/query.fcgi?DB=pubmed ( o hay dilemas éticos en manejo de estos pacientes, tales como
www.PubMed.com) Servicio gratuito de Medline.
el uso de placebos, la no autorización propia del paciente,
Centro de MBE de Oxford: http://www.cebm.netl
entre otras. Por estas razones, los estudios de cohortes tienen
Health Information Research Unit: http://hiru.mcmaster.ca/
utilidad todavía en el cuidado intensivo.
Colaboración de Cochrane: www.cochrane.org
Colaboración Cochrane Español http://www.cochrane.es/Castellano/a:
Evidence Base Medicine: http://ebm.bmjjournals.coml Conclusión
Club de revistas sobre cuidado crítico en Internet
Los clínicos deben identificar efectivamente e interpretar la
MCCTP Pittsburgh: http://www.ccm.upmc.edu/educationljournal_club/
evidencia en sus diferentes campos de práctica. Las técnicas
jc.html
para identificar, evaluar, y aplicar la evidencia no son una pa-
Critical Care Forum : http://ccforum.coml
nacea. Estas son, junto con la literatura médica, herramientas
Evidence based Critical Care:http://www.thoracic.org/sections/clinical-
information/critical-care/evidence-based-critical-care/index.html para que el médico provea el mejor cuidado a sus pacientes.
PedsCCM EB Journal Club: http://pedsccm.orgIEBJournal_Club_intro. La experiencia y el consenso son igualmente importantes en
php el proceso de la decisión clínica.

En el momento actual hay un gran interés en la investi- Lecturas recomendadas


gación clínica del cuidado crítico, para producir mejor evi-
Cook DJ, Levy MM. Evidence -Based Medicine. A tool for Enhancing Cri-
dencia en la toma de decisiones. Sin embargo existen varios tical Care Practice. Crit Care Clinics 1998; 14(3): 353-358.
problemas en el desarrollo de estos estudios por la naturaleza Doing GS. Interpreting and using clinical trials. Crit Car~'Clinics 1998;
de la patología en cuidado intensivo. Un ejemplo de estos 14(3): 513-24. .
Fletcher RH, Fletcher Sw. Clinical Epidemiology, The Essentials. 4 th edi-
problemas es que las enfermedades críticas son pobremente
tion. Baltimore: Williams <%,Wilkins, 2005.
definidas, y usualmente pueden derivar de diferentes patolo- Haynes RB,Sackett DL, Guyatt GH, Tugwell P, Clinical Epidemiology:
gías. El SDRA, por ejemplo, puede ser desencadenado por How to do clinical practice research. 3rd edition. Lippincot Williams
un proceso infeccioso o no infeccioso, como el trauma, pero &Wilkins Brown, 2006.
Marik PE. Handbook of Evidence -Based Critical Careo Springer-Verlag,
su desenlace final puede ser similar. Esto hace difícil la com-
NewYork,2001.
paración de los riesgos entre estos pacientes con patologías Meakins JL, Muir Gray J.A. Evidence-Based Surgery. Surgical Clinics of
diferentes aunque con un síndrome clínico común. North America 2006; 86: 1-226.
La combinación de la naturaleza transdisciplinaria del cui- Sackett DL, Haynes RB, Guyatt GH, Tugwell P, Clinical Epidemiology: A
Basic Science for clinical medicine. Boston, Little Brown, 1991.
dado intensivo, y la definición imprecisa de las enfermedades
Sibbald WJ. Sorne opinions on the future of evidence -based medicine. Crit
críticas han llevado a una investigación pobremente definida. Care Clinics 1998; 14(3): 549-558.
Como ejemplo, la sepsis, una patología infecciosa frecuente Straus SE, Richardson WS, Glasziou P, Hayne~ RB: Evidence - based Medi-
en cuidado intensivo producida por diferentes gérmenes, no cine: how to practice and teach EBM.3 rd edition.Edinburgh; Churchill
Livintostone, 2005.
tiene una definición precisa, no tiene una prueba diagnóstica
específica, ni un tratamiento único. Esto hace difícil definir una
TRASTORNO DE ELECTROLITOS

Jaime Antonio Romero D, MD

Generalidades por la relativa tonicidad de los líquidos intra y ext:racelular. Vis-


to de otra manera, sólo las partículas impermeables (osmolitos
Para mantener una adecuada homeostasis debe existir un vo-
impermeables) contribuyen a la tonicidad y es la tonicidad, no
lumen corporal de líquidos y una concentración de solutos
la osmolalidad la que estimula la sed y la liberación de la hor-
relativamente constantes, en condiciones de lo que conoce-
mona antidiurética (ADH). Aquellas sustancias que permean o
mos como equilibrio dinámico, siendo la concentración plas-
atraviesan fácilmente las membranas celulares, como la urea y
mática del sodio la principal determinante del estado relativo
el etanol, no son osmolitos efectivos y por lo tanto no causan
del volumen extra e intracelular.
desviación de agua entre los compartimientos.
Se denomina ósmosis a la capacidad que tiene el agua de
Como la membrana capilar no es permeable a las proteínas
desplazarse de una zona de mayor concentración a una de
plasmáticas, éstas ejercen una presión determinada conocida
menor concentración, y presión oSlnótica a la cantidad exacta
como "presión oncótica" cuya disminución, especialmente
de presión necesaria para detener la ósmosis. Dicho en otras
dada por hipoalbuminemia, conlleva al desplazamiento de
palabras, la capacidad que tendría un soluto de disminuir la
agua del espacio intravascular al intersticial.
energía cinética del agua,. esto es, evitar su desplazamiento.
Las causas de los cambios en los volúmenes de los líqui-
Esta capacidad o actividad osmótica de los solutos (también
dos corporales generalmente se pueden determinar por la his-
llamados osmolitos, sean moléculas o iones) está determi-
toria clínica y el examen físico. La sobrecarga de volumen se
nada por el número de partículas por unidad de volumen de
manifiesta por un incremento en el peso, edema periférico o
líquido y se expresa en osmoles (osm) siendo la actividad
ascitis. El edema por obstrucción local del retorno venoso se
osmótica total en una solución la sumatoria de la actividad
debe diferenciar de enfermedades sistémicas como cirrosis
osmótica individual de cada osmolito. Para iones monovalen-
hepática, falla cardíaca, síndrome nefrótico. Ayuda el hecho
tes, la actividad osmótica en miliosmoles (mOsm) por unidad
(por ejemplo) de conocer si hay un aumento en la ingesta de
de volumen es equivalente a la concentración de los iones
salo el uso de medicamentos que afecten el sistema renina-
en miliequivalentes (rnEq) por unidad de volumen. Así, la
angiotensina-aldosterona (inhibidores de la enzima conver-
actividad osmótica en la solución salina isotónica (cloruro de
tidora de angiotensina (IECA); inhibidores de la síntesis de
sodio al 0,9%) es como sigue:
prostaglandina, mineralocorticoides, bloqueadores de los ca-
0,9% NaCI = 154 mEq Na/L + 154 mEq CIIL nales de calcio). A su vez, la depleción de volumen se carac-
=154 mOsm Na/L + 154 mOsmIL teriza por pérdida de peso, sed excesiva y mucosas secas. A
308mOsmIL diferencia de la deshidratación en dond~ sólo se pierde agua,
en la depleción de volumen se pierde saby agua, y clínica-
Este ejemplo ayuda a definir la osmolaridad como la acti- mente se puede encontrar: tC;l.quicardia en reposo, hipotensión
vidad osmótica por volumen de solución (soluto más agua) ortostática o estado de choque. Las causas incluyen emesis
y se expresa como mOsm/L. La osmolalidad es la actividad o diarrea; uso de diuréticos, enfermedad renal, diabetes me-
osmótica por volumen de agua y se expresa como mOsm/kg llitus o diabetes insípida, ingesta inadecuada de líquidos por
de agua. Como el volumen de agua en los líquidos corpora- estado mental alterado o excesivas pérdidas insensibles por
les es muchísimo mayor que el volumen de los solutos, hay sudoración o fiebre.
poca diferencia entre osmolaridad y osmolalidad y ambos Para realizar un adecuado manejo de los trastornos elec-
términos se usan de forma intercambiable para describir la trolíticos se debe tener en cuenta:
actividad osmótica en los líquidos corporales. 1. La evaluación el agua corporal total y su distribución.
Cuando dos soluciones están separadas por una membrana 2. La concentración plasmática de electrolitos.
semipermeable, el agua pasa de la solución con menor activi- 3. La concentración urinaria de los electrolitos.
dad osmótica a la de mayor actividad generándose así una os- 4. La osmolalidad sérica.
molaridad efectiva llamada también tonicidad. La solución con
más alta osmolaridad es denominada hipertónica y la solución Agua corporal: el conocimiento del cambio en el peso cor-
con la más baj a osmolaridad, hipotónica. Así, la tendencia del poral constituye la mejor forma de determinarla variación en
agua para pasar hacia adentro y afuera de la célula está dada el balance del agua. Dos terceras partes de agua corporal to-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

tal (40% del peso aproximadamente) está dentro del espacio plasmática de sus principales solutos (sodio, cloro, glucosa
intracelular mientras que la tercera parte restante (20% del y urea):
peso) corresponde al espacio extracelular. El agua se puede
perder en alguno de estos dos compartimientos. Los síntomas Osmolalidad plasmática = (2 x [Na]) + [glicemia]/18 + [BUN]/2,8
= (2 x 140) + 90/18 + 14/2,8
neurológicos y circulatorios, el examen físico y los exáme-
= 290 mOsm/kg de agua
nes de laboratorio (sodio sérico y urinario; creatinina sérica
y nitrógeno ureico plasmático) pueden ayudar a distinguir el
compartimiento afectado. Una cuarta parte de los líquidos De donde la concentración de sodio se dobla para incluir el
extracelulares (5% del peso corporal) se retiene en los vasos cloro, y los números 18 y 2,8 (peso atómico de la glucosa y la
sanguíneos como plasma o volumen circulante efectivo cuya urea divididos en 10) se utilizan como factores de conversión
disminución se puede evaluar a través del examen físico (pre- de mg/dl a mOsmlkg de agua.
sión arterial, frecuencia del pulso, dilatación venosa yugular) Como la urea atraviesa libremente las membranas, la fór-
o si hay monitoreo invasivo, con las presiones de llenado y el mula se puede reorganizar como sigue, dando la osmolalidad
gasto cardíaco o por métodos no invasivos como la medición efectiva o tonicidad:
del diámetro de la vena cava inferior por ultrasonido.
Tonicidad plasmática = (2 x [Na]) + glicemia/18
Electrolitos séricos: el trastorno electrolítico se puede sos- = (2 x 140) + 90/18
pechar considerando la historia clínica, la enfermedad de base = 285 mOsm/kg agua
y la medicaciones que esté recibiendo el paciente. La siguiente
tabla muestra el valor normal del los electrolito s séricos. Hallazgos clínicos: en la mayoría de casos, las alteraciones
hidroelectrolíticas son asintomáticas. Sin embargo, los pacien-
Tabla 1. Valores normales de electrolito s y factores de conversión de masa.
tes pueden presentar letargia, debilidad, confusión, delirio y
convulsiones especialmente en los trastornos del sodio sérico.
Valores plasmáticos Factor de conversión
Estos signos pueden malinterpretarse como ocasionados por
normales
enfermedades neurológicas primarias o trastornos metabóli-
Na+ 135-145 rnEq/L' 23 mg = 1 rnEq
cos. La debilidad muscular ocurre con hipo o hiperpotasemia e
K+ 3,5-5 rnEq/L 39 mg = 1 rnEq
hipofosfatemia; la confusión, las convulsiones y el coma pue-
Cl- 98-107 rnEq/L 35 mg = 1 mEq den presentarse en aquellos con severa hipocalcemia.
HC03- 22-28 rnEq/L 61 mg = 1 rnEq La medición de electro lito s (sodio, potasio, cloro, bicar-
Ca 8,5-10,5 mg/dL 40mg= 1 mmol bonato, calcio, magnesio y fósforo) está indicada en cual-
Fósforo 2,4-4,5 mg/ dL 31 mg= 1 mmol quier paciente que presente síntomas neuromusculares por
Mg 1,6-3 mg/dL 24mg= 1 mmol vagos que éstos sean.
Osmolalidad 280-295 mOsmlkg oo.
Hiponatremia
(Cogan Mg. Fluid and Electrolytes: Physiology and Pathophysiology. Mac
Graw-Hill, 1991). La hiponatremia se define como una concentraCión de sodio
sérico menor de 130 mEq/L. Es la alteración electrolítica más
El calcio y el magnesio están como concentración total. común en los pacientes hospitalizados observándose en alre-
El valor del calcio iónico corresponde aproximadamente a dedor del 2% de ellos. El enfoque parte del conocimiento de la
la mitad de la concentración total. La concentración del ión osmolalidad plasmática como se puede apreciwen la figura l.
magnesio equivale aproximadamente a dos terceras partes de El sodio urinario ayuda a distinguir las caus~'s renales de
la concentración del magnesio total. las extrarrenales. Un sodio urinari'o que exceda los 20 meq/L
Concentración urinaria de electrolitos: el uroanálisis es consistente con pérdida renal de sodio bien sea por uso de
brinda información sobre posibles enfermedades renales. diuréticos o I-ECA, deficié'ncia mineralocorticoide o nefro-
La concentración de un electrolito en orina es un indicador patía perdedora de sal. Un sodio urinario menor de 10 meq/L
útil del manejo renal del agua y del electrolito, de qué tanto o una fracción excretada de sodio menor del 1% (siempre y
el riñón lo pierde o lo conserva. Puede tomarse una mues- cuando no se haya utilizado un diurético) implica retención
tra aleatoria para medir simplemente su concentración o, si de sodio por el riñón para compensar las pérdidas extrarre-
queremos ser más precisos, medir la fracción excretada (FE) nales por vómito, diarrea, sudoración, o un tercer espacio,
conociendo la concentración plasmática y urinaria del elec- como la ascitis.
trolito (X) en cuestión y la de la creatinina (Cr).
Hiponatremia isotónica e hipertónica
FEx(%) = X.orina/X.plasma
Cr.orina/Cr.plasma Ambas deben ser descartadas midiendo la osmolalidad plas-
mática, los lípidos y la glucosa en sangre.
Osmolalidad plasmática: normalmente varía entre 285 a 295 La hiponatremia isotónica puede verse con hiperlipide-
mOsmlkg. Se puede calcular conociendo la concentración mia e hiperproteinemia en la llamada "pseudohiponatremia".
14/TRASTORNO DE ELECTROLITOS

HIPONATREMIA

Osmolalidad sérica

Normal
(280-295 mOsm/kg)

iponatremia isotónica Hiponatremia hipertónica


1. Hiperproteinemia 1. Hiperglicemia
Hiperlipidemia (quilomicro Manitol, sorbitol, glicerol, mal-
nes, triglicéridos, raramen tosa
te colesterol) Agentes de radiocontraste

Evaluación volumen extracelular

Na+ < 10 mEq/L UNa+ > 20 mEq/L 1. SIADH Estados edematosos


Pérdida extrarrenal de sodio Pérdida renal de sodio 2. Hiponatremia posquirúrgica 1. ICC
1. Deshidratación 1. Diuréticos 3. Polidipsia psicogénica Enfermedad hepática
Diarrea 2. I-ECA 4. Reacción idiosincrática medi- 3. Síndrome nefrótico
Vómito 3. Nefropatías camentosa Falla .renal avanzada
4. Deficiencia mineralocorticoide p. Deficiencia adrenocorticotró-
5. Síndrome perdedor de sal cere- pica
bral

Figura 1. Evaluación de la hiponatremia según la osmolalidad sérica y el estado del volumen extracelular. IECA: enzima convertiqora de angiotensina;
SLADH: síndrome de secreción inapropiada de hormona antidiurética; ICC: insuficiencia cardíaca congestiva. (Narins RG y col. Diagnostic strategies in
disorderes of fluid, electrolyte and acid-base homeostasis. Am J Med 1982; 72: 496).

Aquí, por su gran incremento sérico, los lípidos (fundamen- La hiponatremia hipotónica comúnmente se observa con la
talmente los quilomicrones y los triglicéridos quienes toman hiperglicemia. Cuando la glicemia se eleva agudamente, el agua
la sangre visiblemente lipémica y, muy ocasionalmente el se desplaza del espacio intracelular al extracelular diluyendo el
colesterol) y las proteínas (a una concentración mayor de 10 sodio sérico disminuyendo su concentración 2 mEq/L por cada
g/dL) ocupan una gran porción del volumen plasmático con 100 mg!dL de aumento en la glicemia cuando está en un rango
una osmolalidad normal (ya que su medición no se afecta por de 200 a 400 mg/dL. Si la glicemia es mayor de 400 mg!dL, la
los lípidos o las proteínas) y con un evidente desplazamiento concentración sérica de sodio disminuye 4 mEq/L por cada 100
del agua plasmática. La concentración de sodio medida en mg/dL de aumento adicional. Ésta es una "hiponatremia dilu-
el volumen plasmático total está disminuida pero es normal cional o traslocacional" que difiere de la "pseudohiponatremia"
en el agua plasmática remanente. Hoy en día, la mayoría de en que hay una disminución real en la concentración del sodio.
laboratorios miden los electrolitos séricos usando electrodos También, la infusión de soluciones mpertónicas con moléculas
ión-específico, sin diluir la muestra, evitando así estos erro- osmóticamente activas como el mairitol pueden causar hipona-
res diagnósticos. tremia hipertónica por igual mecanismo.
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 193
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Hiponatremia hipotónica 2. Baja osmolalidad sérica « de 280 mosm/kg) con in-


Conocida como hiponatremia verdadera desde el punto de apropiada elevación de osmolalidad urinaria (> de 150
vista fisiológico. Aquí, el agua se desplaza hacia adentro de mOsm/kg); ausencia de enfermedad cardíaca, renal o
la célula, ocasionando un aumento del volumen intracelular. hepática.
Como la capacidad de los riñones para excretar agua libre 3. Función adrenal y tiroidea normal.
de electro lito s es potencialmente grande, hasta de 20 a 30 L/ 4. Sodio urinario usualmente mayor de 20 meq/L.
día, cuando hay una tasa de filtración glomerular (TFG) nor-
mal (100 L/ día), la ingesta de agua libre de electro lito s debe La natriuresis compensa el leve aumento en el volumen
exceder los 30 L/día para que se presente la hiponatremia. En ocasionado por la secreción de ADH. La expansión del
lugar de ello, en la hiponatremia hipotónica, la retención de volumen extracelular no es lo suficientemente importan-
agua libre de electrolitos casi siempre ocune debido a una al- te como para ocasionar "hipervolemia", hipertensión o
teración en su excreción, por ejemplo por falla renal o exceso edema. Otros cambios vistos en el SIADH incluyen bajos
inapropiado de ADH. niveles séricos de nitrógeno ureico (BUN < 10 mg/dL) e
El primer paso en el diagnóstico es la evaluación del estado hipouricemia « de 4 mg/dL) no sólo de origen dilucional
volumétrico del espacio extracelular (ver flujograma anterior). sino también como resultado de una elevada depuración
de urea y ácido úrico en respuesta a un estado de volumen
Hiponatremia hipotónica hipovolémica expandido. Los niveles altos de BUN sugieren un estado
de volumen disminuido lo cual excluye el SIADH.
La hiponatremia con disminución del líquido extracelular b. Hiponatremia severa luego de cirugía. Se puede presen-
OCUlTe cuando hay pérdida renal o extranenal de volumen tar aproximadamente dos días después de algún procedi-
(ver flujograma) con disminución del sodio corporal total. miento quirúrgico programado, en personas previamente
Para mantener el volumen intravascular, se incrementa la se- sanas y por lo regular mujeres posmenopáusicas. Por lo
creción de ADH reteniéndose agua libre. Como la urgencia regular, han recibido exceso de líquidos hipotónicos luego
por repletar el espacio intravascular es mayor que la necesi- de cirugía con elevados niveles de ADH relacionados al
dad de sostener la osmolalidad sérica, las pérdidas de sodio y dolor posquirúrgico con una excreción continua de orina
agua son reemplazadas por agua solamente. hipertónica. Clínicamente, en dos días desanollan náu-
Este tipo de hiponatremia se ha visto también en pacien- seas, cefalea, convulsiones y hasta paro respiratorio.
tes con enfermedades intracraneales en donde, a diferencia de c. Hipotiroidismo. Aunque usualmente la hiponatremia no es
aquellos con SIADH, son hipovolémicos aunque los niveles ocasionada por hipotiroidismo, éste puede verse con nive-
plasmáticos de ADH estén inapropiadamente elevados para la les por debajo de 105 mEq/L debido probablemente a los
osmolalidad plasmática. Las observaciones en pacientes con efectos combinados de altos niveles de ADH y alteraciones
hemonagia subaracnoidea (HSA) sugieren que esto se presen- no hormonales en el manejo del agua por los riñones.
ta por un incremento en la secreción del péptido natriurétíco d. Reacción idiosincrática a I-ECA. Los inhibidores de la
cerebral con supresión de la secreción de aldosterona. enzima convertidora de angiotensina pueden causar poli-
dipsia central e incrementar la secreción de ADH.
Hiponatremia hipotónica euvolémica
En estos casos, la determinación de la osmolalidad y el so- Manejo de la hiponatremia
dio en la orina son útiles para un diagnóstico apropiado (ver Por lo regular los pacientes con hiponatremia, son asintomá-
flujograma). Se presenta entre otros, en los siguientes síndro- ticos y cuando la concentración de sodio es mayor de 120
mes clínicos: mEq/L lo que permite una conección proyectada en varios
a. Síndrome de secreción inapropiada de ADH (SIADH). días. El tratamiento consiste en infundir solución salina nor-
Fisiológicamente, la hipovolemia estimula la secreción de mal si hay una verdadera depleción de volumen (hiponatre-
ADH de tal forma que el diagnóstico de SIADH sólo se mia hipotónica hipovolémica) o restricción hídrica en los
hace en el paciente .euvolémico. En el SIADH, el incre- casos de SIADH. Se requiere una terapia más agresiva en los
mento en la secreción de ADH ocune sin el estímulo fi- pacientes sintomáticos o con hiponatremia severa, menor de
siológico dependiente de volumen o de la osmolalidad. La 110 mEq/L. En estos casos, se debe dar solución salina hiper,::
regulación normal en la liberación de ADH ocune gracias tónica hasta alcanzar una concentración aproximada de 120
a la acción combinada del sistema nervioso central (SNC) mEq/L teniendo precaución con la velocidad de infusión.
y los estímulos neurales de los baroneceptores torácicos. En los pacientes con depleción del volumen intravascular
Por lo tanto, los trastornos que afectan el SNC (estruc- efectivo y edema, por ejemplo, con falla cardíaca congestiva
turales, metabólicos, siquiátricos o farmacológicos) o los o cmosis hepática; la hiponatremia se presenta por la libera-
pulmones, pueden ocasionar el SIDAH. ción de ADH en respuesta a la "hipovolemia" conllevando un
La SIADH se caracteriza por: mal pronóstico de sobrevida. Tales pacientes podrian requerir
l. Hiponatr~mia. i" reanimación con coloides y/o soporte inotrópico para cone-
gir el volumen circulante efectivo.
14/ TRASTORNO DE ELECTROLlTOS

La hipO'natremia sintO'mática O' aguda se caracteriza por Hipernatremia


lO's signO's y síntO'mas neurO'lógicO's que se presentan debi-
La hipernatremia, cO'ncentración de sO'diO' séricO' mayO'r de
dO' al edema cerebral O'casiO'nadO' por el desplazamientO' del
145 mEq/L, es un trastO'rnO' que se presenta frecuentemen-
agua. En la hipO'natremia crónica el cerebro se lO'gra adaptar
te en las unidades de cuidadO' intensivO' bien sea debidO' a
y retO'rnar a su vO'lumen nO'rmal sin causar, pO'r lO' regular,
la enérgica reanimación cO'n sO'lución salina isO'tónica O' a la
síntO'mas neurO'lógicos. En ambO's casO's, la cO'nección rápida
sO'breutilización de terapia diurética. También se puede ver
puede ser nO'civa y O'casiO'nar la llamada mielinO'lisis póntica
en pacientes deshidratadO's cO'n alteración del mecanismO'
central. CO'mO' meta inicial, la hipO'natremia tantO' sintO'mática
cO'mpensatO'riO' de la sed cO'mO' sO'n aquellO's cO'n cO'mpromisO'
cO'mO' asintO'mática, se debe cO'rregir hasta un valO'r inicial de
del estadO' mental O' pO'stradO's y pO'r ejemplO' intubadO's y ven-
120 mEq/L Y la velO'cidad de cO'nección depende de la sintO'-
tiladO's mecánicamente, en cUyO' casO' el manejO' consiste en
matO'lO'gía y la rapidez de instauración del cuadro clínicO'.
suministrar agua libre, 200 cc cada 4-6 horas.
En el paciente sintO'máticO', la velO'cidad de cO'nección debe
CO'n la evaluación del estadO' volumétricO' extracelular se
ser máxima de 0,5 mEq/L/hO'ra y 10 mEq/día en el primer día
puede clasificar la hipernatremia y por tanto, realizar el ma-
y nO' más de 18 mEq/L en lO's primeros dO's días. SólO' si se
nejo pertinente.
presentan cO'nvulsiO'nes u O'trO's síntO'mas neurO'lógicO's seve-
Hipernatremia hipovolémica: indica pérdida de líquidos
ros claramente asO'ciadO's a la hipO'natremia, la cO'ncentración
hipO'tónicO's (ejemplo, excesiva diuresis, vómito o diarrea) y
inicial se puede lO'grar cO'n velO'cidades de 1,5 a 2 mEq/L du-
las consecuencias sO'n hipovO'lemia e hipertonicidad. Se debe
rante las primeras 3 a 4 hO'ras teniendO' la precaución de nO'
cO'rregir primero la hipO'volemia (y así mejorar el volumen
exceder de 10 a 12 mEq/L en las primeras 24 hO'ras.
circulante efectivo), cO'n sO'lución salina al 0,9% y pO'ste-
La hipO'natremia que sucede luegO' de la resección vesical
riO'rmente cO'rregir la hipertO'nicidad, con solución salina al
O' transuretral de la próstata es O'tro de lO's casO's en que la CO'-
0,45%. Así se evita la temida encefalO'patía metabólica que
nección puede ser rápida debidO' a la caída diluciO'nal del sO'diO'
se puede presentar y que progresa de depresión del estadO' de
plasmáticO' inducida pO'r la absO'rción del líquidO' de ilTigación
cO'nciencia hasta el cO'ma, las convulsiones generalizadas y el
sin electrolitO's utilizadO' en un cO'rtO' períO'dO' de tiempO' antes
déficit neurológicO' focal con una mO'rtalidad que puede llegar
que se produzca una significativa adaptación cerebral.
al 50%. También se debe tener en cuenta que la rápida co-
La cantidad de sO'diO' requeridO' para aumentar la cO'ncen-
rrección de la hipernatremia puede O'casiO'nar edema cerebral,
tración sérica a un nivel segurO' (120 mEq/L) se puede calcu-
convulsiO'nes, dañO' neurológicO' permanente y la muerte. Por
lar utilizandO' la siguiente fórmula:
lO' tantO', la cO'lTección de la hipernatremia no debe ser mayor
Déficit de Na+ =0,6 x peso magro (kg) x (120 - [Na+] plasmático) de 0,5 mEq/L/hO'ra O' de 12 mEq/L/día a una velO'cidad equi-
(Sustituyendo 0,6 por 0,5 en mujeres) valente a la de la hipO'natremia. El déficit de agua se puede
calcular usando la siguiente fórmula:
CO'mO' la sO'lución salina al 3% cO'ntiene 513 mEq/L, la can-
Déficit de agua =0,5 x «[Na+]/140) - 1).
tidad tO'tal de esta sO'lución (en litros) requerida para incre-
Se sustituye 0,5 por 0,4 en mujel:es
mentar el sO'diO' séricO' a 120 mEq se puede calcular de la
siguiente manera:
El volumen de reemplazo para su cO'rrección está determina-
Total salina hipertónica a13% (L) =Déficit de Na+/513 dO' pO'r el tipO' de líquido a utilizar, recO'mendándose solución
salina al medio (0,45%, 75 mEq/L de Na+) y se puede deter-
PO'r ejemplO', si se tiene una paciente cO'n un sO'diO' séricO' de minar de la siguiente manera: " ",
105 mEq/L, sintO'mática y un pesO' 60 kg, el déficit y la CO'-
nección se hace de la siguiente manera: Volumen de reemplazo eL) =Déficit de agua x (1/1 - X)

Déficit de Na+ =0,5 x 60 x (120 - 105) =450 mEq/L En donde X es la relación de la cO'ncentración de N a+ en la
Total salina hipertónica a13% (L) =450/513 =0,877 L z 900 mi SSN y del líquidO' a infúndir. En el caso de sO'lución salina al
0,45%, será de 0,5 (X = 154/75). Por ejemplO', si el déficit de
Si se reemplaza a una velO'cidad de 1,0 mEq/L/hO'ra, se tendría agua calculado es de 3 L, el volumen de reemplazo en sO'lu-
que cO'negir el déficit en 15 hO'ras, para pasar de una cO'ncen- ción salina al mediO' será de 6 L.
tración de 105 a 120 mEq/L, infundiendO' la sO'lución salina Hipernatremia ellvolémica: indica una pérdida neta de
hipertónica al 3% a 60 m1/hO'ra. SiguiendO' las recO'mendaciO'- agua libre. Se puede ver en la diabetes insípida o cuandO' la
nes anteriO'res, se debe tener la precaución de nO' pasar de 10, pérdida de líquidO's hipO'tónicos (ejemplO', diuresis) es mane-
máximO' 12 mEq/día. PO'r lO' tantO' luegO' de 3 ó 4 hO'ras a esa jada en una relación 1: 1 cO'n sO'lución salina normal. La es-
dO'sis, se debe disminuir, valO'rar clínicamente el paciente y SO'- trategia de manejO' es reemplazar el déficit de agua libre muy
licitar un nuevO' sO'diO' séricO' para reevaluar el casO'. lentamente para prevenir la sO'brehidratación intracelular.
Hipernatremia hipervolémica: indica ganancia de líqui-
dO's hipertónicO's. Se O'bserva cO'n el uso agresivo la sO'lución

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 195


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

salina, salina hipertónica o soluciones con bicarbonato de crementa el riesgo de toxicidad digitálica. En la tabla 1 se
sodio. E(manejo va dirigido a aumentar la pérdida de sodio decriben las principales causas de hipocalemia.
a través de la diuresis reemplazando el volumen urinario cau- Manejo. Hay que tener en cuenta, para la reposición de
sado, con líquidos hipotónicos. potasio, las siguientes reglas:
• N o dar más de 20 mEq por hora.
Hipocalemia Por línea central
• Pueden darse 20 mEq, en 50 ml de SSN para 1 hora o
Así como el sodio es el principal catión extracelular, el pota-
• 40 mEq en 100 mI para pasar en 2 horas
sio lo es del espacio intracelular gracias a la acción de la bom-
Por línea periférica pueden infundirse
ba de intercambio sodio-potasio de las membranas celulares
10 mEq en 100 mI para 1 hora o
que excluye el sodio y secuestra potasio en una relación 3:2.
• 20 mEq en 200 mI para dos horas
Del total aproximado de potasio corporal total, 50 mEq/kg
de peso, sólo el 2% está en el espacio extracelular por lo cual Tabla 1. Principales causas de hipocalemia.
los niveles séricos no reflejan adecuadamente los cambios en
su contenido. Su concentración plasmática es mantenida en Causas de hipocalemia
un estrecho rango gracias a dos mecanismos reguladores: el Disminuída ingesta de potasio
desplazamiento entre los espacios intra y extracelular y la Desplazamiento intracelular
modulación renal de su excreción. Un déficit de 4 a 5 mEq/k • Incrementada secreción postprandial de insulina
se da por cada 1 mEq/L de disminución en los niveles séri- • Alcalosis
cos, por debajo de 4 mEq/L. • Trauma (estimulación vía p-adrenégica)
La hipocalemia puede ocurrir como resultado del despla- • Parálisis periódica (hipocalémica)
zamiento del potasio al espacio intracelular, por pérdidas re- • Intoxicación con bario
nales o extrarrenales o por ingesta insuficiente. La captación Pérdidas renales
Efecto mineralocorticoide por incremento de aldosterona
de potasio por parte de la célula es estimulada por la insulina • Hiperaldosteronismo primario
en presencia de glucosa. También es facilitada por la acción • Aldosteronismo secundario (deshidratación, falla cardíaca)
~-adrenérgica, mientras que la a-adrenérgica la inhibe. Estos • Hipertensión renovascular
efectos son transitorios. También hay una hipocalemia autoli- • Hipertensión maligna
mitada en cerca del 50-60% de los pacientes traumatizados al • Tumor ectópico productor de ACTH
parecer debido al aumento en la liberación de adrenalina. La • Síndrome de Gitelman
hipocalemia en presencia de acidosis sugiere gran depleción • Síndrome de Bartter
y requiére tratamiento urgente. • Síndrome de Cushing
• Tumor productor de renina
La aldosterona, que facilita la excreción urinaria aumen-
• Anormalidad congénita del metabolismo de los esteroides
tando la secreción de potasio en el túbulo distal renal, es la - Alto flujo de nefrona distal
principal reguladora del contenido corporal total. La concen- • Diuréticos (furosemida, tiazidas)
tración urinaria de potasio es baja (menor de 20 mEq/L) a • Nefropatía perdedora de sal
causa de pérdidas extrarrenales (ejemplo, por diarrea o vó- - Hipomagnesemia
mito) e inapropiadamente alta (mayor de 40 mEq/L) por pér- • Anión no reabsorbible
didas renales (ejemplo, por exceso de mineralocorticoides, • Penicilina
- Acidosis tubular renal (tipo 1 Ó 11)
síndrome de Bartter o síndrome de Liddle).
• Síndrome de Fanconi
El magnesio, que es un importante cofactor para la capta- • Nefritis intersticial
ción del potasio y para el mantenimiento de sus niveles in- • Alcalosis metabólica
tracelulares, se pierde fácilmente, en conjunto con el potasio, - Defecto congénito de la nefrona distal
debido al uso de diuréticos de asa tipo furosemida. En un • Síndrome de Liddle
paciente con hipocalemia refractaria se debe sospechar la hi- Pérdidas extrarrenales de potasio
pomagnesemia. • Vómito, diarrea, laxantes
• Adenoma velloso, síndrome de Zollinger-Ellison
En el paciente críticamente enfermo se recomienda man-
tener los niveles sérico s mayores o iguales a 4 mEq/L.
Manifestaciones clínicas: hipocalemia severa (K+ sérico Hipercalemia
menor de 2.5 mEq/L) puede acompañarse de debilidad muscu- La hipercalemia, definida como un potasio sérico mayor de
lar difusa y cambios en el estado mental. La hipocalemia mo- 5,5 mEq/L, puede llegar a comprometer la vida si no hay una
derada (K+ sérico entre 2,5-3,5 mEq/L) por lo general es asin- intervención rápida, especialmente si se presentan valores
tomática. El electrocardiograma puede mostrar aplanamiento por encima de 7,5 mEq/L o asociada a cambios electrocar-
e inversión de la onda T, ondas U prominentes, depresión del diográficos. Usualmente se produce por falla renal.
segmento ST y contracciones ventriculares prematuras. Se puede observar una falsa hipercal,émia en casos de li-
En pacientes que reciban digitálicos, la hipocalemia in- beración de potasio por hemólisis traumática durante veno-
ducida por fármacos como los agonistas ~-adrenérgicos in- punción o con la acidosis. La concentración de potasio sérico
14/ TRASTORNO DE ELECTROLlTOS

aumenta 0,7 mEq/L con cada disminución de 0,1 unidad del rectal, 50 gramos en 200 cc de sorbitol al 20% co~o
pH durante la acidosis, aunque la acidosis metabólica oca- enema de retención. Produce un efecto continuado
sionada por ácidos orgánicos (cetoácidos y ácido láctico) no hasta 48 horas después.
inducen a la hipercalemia. La hipercalernia en la cetoacido-
sis diabética se debe a la combinación de hiperosmolalidad, En caso de cardiotoxicidad digitálica no se debe utilizar cal-
deficiencia de insulina, de catecolaminas y de aldosterona. cio sino sulfato de magnesio 2 gramos IV en bolo. La hemo-
También, los I-ECA o los bloqueadores de los receptores de diálisis es el método más efectivo de remoción de potasio en
angiotensina pueden ocasionar hipercalemia. pacientes con falla renal.
Si el origen de la hipercalemia es incierto, la concentra-
ción del potasio en la orina puede ayudar al diagnóstico. Una Hipomagnesemia
concentración alta, mayor de 30 mEq/L sugiere desplaza-
Del magnesio corporal total, cerca del 53% está en estado
miento transcelular mientras que una concentración menor
insoluble en los huesos, el 46% como catión intracelular y
de 30 mEq/L indica alterada excreción renal.
el 1% como catión extracelular. Sirve como cofactor en más
Los signos clínicos tales como debilidad muscular, pa-
de 3.000 reacciones enzimáticas que involucran el Adenosin
restesias, íleo, parálisis y paro cardíaco usualmente ocurren
Trifosfato (ATP). La hipomagnesemia es una deficiencia co-
cuando el potasio sérico es mayor de 6,5 mEq/L.
mún en pacientes hospitalizados, registrándose en aproxima-
Entre los cambios electrocardiográficos están: ondas T
damente el 60% de los pacientes en cuidados intensivos. Las
picudas; onda P aplanada; intervalo PR prolongado; amplia-
causas de hipomagnesemia incluyen:
ción del complejo QRS; ritmo senoventricular por inhibición
• Alcoholismo y la abstinencia
de la despolarización atrial; fibrilación ventricular y asistolia.
Los cambios electrocardiográficos no son predecibles y se • Emesis
pueden exacerbar con hiponatremia, hipocalcemia, hiper- • Diarrea
• Succión nasogástrica
magnesemia y acidosis.
• Nutrición parenteral
Los pacientes se deben tratar si presentan un potasio sé-
• Síndrome de realimentación
rico mayor de 5,5 mEqrL y requieren tratamiento urgente al
pasar de 7,5 mEq/L. Los objetivos del tratamiento son: • Diabetes
• Medicamentos como: diuréticos de asa; aminoglicósidos;
1. Proteger el corazón de los efectos del potasio antagonizan-
anfotericina B; ciclosporina.
do los efectos sobre la conducción cardíaca (con calcio).
2. Desplazar el potasio del espacio extracelular al intracelular.
Hallazgos clínicos: debilidad muscular; calambres muscu-
3. Disminuir el potasio corporal total. La arritmia compro-
lares y tremor. Excitabilidad neuromuscular y del sistema
metedora de la vida puede darse en cualquier momento
nervioso central con generación de movimientos atetoides,
durante el tratamiento por lo cual es necesario un moni-
espasmos musculares, nistagmus, ataxia, letargia, convulsio-
toreo hemodinámico estricto. Los pacientes con potasio
nes y coma. También, presencia de arritmias auriculares y
sérico mayor de 7,5 meq/L y/o cambios significativos en
ventriculares. En el electrocardiograma se podrá observar la
el ECO deben ser tratados inmediatamente con gluconato
prolongación de los intervalos PR y QT. Es frecuente la hipo-
de calcio seguido por una infusión de glucosa/insulina y
calemia y la hipocalcemia concurrente.
luego, resina de intercambio catiónico. Entonces, en si-
Manejo: como sólo el 1% está ubicado en el espacio ex-
tuaciones críticas:
tracelular, el diagnóstico es controvers,!al. Sin embargo, los
• El calcio antagoniza las anormalidades de conducción
pacientes con severa hipomagnesemia (menos de 1,2 mg/d) y
cardíacas. Se aplican 10 ml IV de gluconato de calcio al
sintomáticos, deben ser trat(idos hasta lograr una concentración
10% o de cloruro de calcio al 10% (contiene más calcio
de 2,5 mg/dL. Se debe reemplazar cautelosamente en pacientes
que el gluconato).Tiene un período de latencia de Oa 5
con falla renal. La dosis recomendada es de 2 g IV de sulfato de
minutos y una duración de su acción de 1 hora.
magnesio en 10 minutos seguida por una infusión de 0,5 g/hora
• La insulina redistribuye el potasio al interior de la cé-
por 6 horas o bolos de 1 g cada 4 horas teniendo en cuenta la
lula. Diez unidades de insulina regular en 500 cc de
necesidad de medir frecuentemente los niveles séricos.
dextrosa al 20% para infundir en una hora. Tiempo de
latencia de 15 a 60 minutos y duración de ~cción de
4 a 6 horas. Deberá disminuir el potasio sérico en 1 Hipocalcemia
mEq/L en 1 ó 2 horas. El calcio es el electrolito más abundante en el organismo
• El sulfonato de poliestireno sódico (Kayexalate). A humano constituyendo el 2% del peso corporal pero sólo
diferencia de los anteriores, al incrementar su elimi- aproximadamente el 1% del calcio corporal total está en so-
nación remueve potasio corporal en una proporción lución en los líquidos corporales. En el plasma, el 50% está
variable de 0,5 a 1 mEq/L por gramo. Se del?e sumi- presente en forma ionizada y el ~esto, unido a proteínas (en
nistrar una dosis oral de 30 gramos disueltos en 50 cc un 40%, especialmente a albúmina) o aniones (en un 10 %)
de sorbitol al 20% o si no hay tolerancia oral, por vía tales como citrato, bicarbonato y fosfato.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 197


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

La concentración sérica se mantiene dentro ·de los lími- cardiovasculares como hipovolemia, hipotensión, e intervalo
tes normales por una acción combinada dela paratohormona QT acortado; renales, poliuria y nefrocalcinosis y neuroló-
(PTH) y la vitamina D. gicas, confusión, depresión del estado de conciencia hasta
En pacientes hospitalizados en cuidados intensivos, el cal- el coma.
cio sérico está disminuido en un rango variable entre el 15 Las medidas terapéuticas incluyen:
y el 50% cuando se hace la medición del calcio ionizado. 1. Solución salina normal hasta corregir la hipovolemia.
La hipocalcemia en el paciente críticamente enfermo está 2. Furosemida lOa 40 mg IV cada 4-6 horas una vez hidra-
asociada a severidad de la enfermedad y a una mortalidad tado para incrementar la excreción renal.
incrementada. La causa más común es la falla renal debido a 3. Calcitonina 2 a 8 UIlkg 1M cada 6 horas para inhibir la
la acción combinada de producción disminuida de vitamina reabsorción ósea.
D3 activa y los efectos desencadenados por la hipofosfatemia 4. Hidrocortisona 100 mg IV cada 12 horas como manejo
vista (como la precipitación local de las sales de calcio y la coadyudante en caso de neoplasias o en hipercalcemia
alteración de la 1-hidroxilación de la vitamina D). Hay que asociada a falla renal. También, se conoce que incrementa
tener presente que en pacientes hipocalcémicos con sospecha la acción de la vitamina D.
de hiperfofatemia (ejemplo, traumatizados con lesiones mus- 5. Bifosfonatos como el pamidronato 90 mg para 24 horas
culares y rabdomiólisis), no se debe administrar calcio por su en infusión. Son potentes inhibidores de la reabsorción
precipitación y el tratamiento debe ir dirigido a disminuir la ósea pero tienen inicio de acción a los 4 a 5 días después
concentración del fosfato. de su uso.
Manifestaciones clínicas: la hipocalcemia incrementa 6. Diálisis: en pacientes con falla renal bien sea por hemo-
la excitación de las células musculares y nerviosas espe- diálisis o diálisis peritoneal.
cialmente de los sistemas cardiovascular y neuromuscular
con presencia de calambres o hasta tetania; laringoespas- Hipofosfatemia
mo con estridor; convulsiones; parestesias o dolor abdomi- Aproximadamente el 1% del peso corporal está constituido
nal. Cuando es severa (calcio ionizado sérico menor de 0,8 por el fosfato del cual el 80% está unido con el calcio en
mMol/L) se puede presentar hipotensión, gasto cardíaco huesos y dientes. A su vez, es el principal anión intracelular
disminuido, bradicardia y arritmias. Además, los pacientes (concentración de 100 mEq/L) y es esencial para una gran
pueden no responder a medicamentos que actúen a través de variedad de procesos bioquímicos relacionados con el meta-
mecanismos regulados por calcio como las catecolaminas o bolismo celular y la transferencia de energía. En la sangre, el
la digoxina. fósforo circula en tres formas principales:
Diagnóstico y tratamiento: el calcio en el plasma está pre- 1. Unido a proteínas (12%).
sente, unido a las proteínas en un 50%, quelado por aniones 2. En una forma compleja (33%).
tales como sulfatos y fosfatos en un 5 a 10% y el resto en for- 3. En forma ionizada (55%) siendo ésta la fisiológicamente
ma no ionizada que es el calcio fisiológicamente activo. Por lo activa.
tanto, lo ideal es hacer un diagnóstico basados en su medición.
Como el 80% del calcio unido a las proteínas lo está a la albú- Sin embargo, la mayoría de laboratorios miden el fósforo
mina, la medición del calcio total en pacientes hipoalbuminé- total y por ser un ión predominantemente intracelular, estos
micos genera un falso informe de hipocalcemia lo que exige valores no siempre reflejan el estado de los depósitos intra-
hacer la corrección respectiva para poder tener algún grado de celulares. La hipofosfatemia aguda y severa., (menor de 1
certeza del verdadero calcio sérico. Aproximadamente cada mg/dL) puede producir complicaciones comprometedoras
gramo de disminución de la albúmina, baja la concentración de la vida especialmente en pacientes con depleción intra-
del calcio sérico en 0,8 a 1 mg. En el paciente críticamente celular.
enfermo se recomienda realizar su reposición sólo en aquellos Entre las causas de hipofofatemia tenemos:
casos en que se encuentre el calcio ionizado por debajo de 0,8 • Abuso y abstinencia de alcohol
rnMo]/L y con claros signos de hipocalcemia, ya que la sobre- • Realimentación luego de ayuno prolongado
carga de calcio contribuye a la disfunción y muerte celular en • Alcalosis respiratoria
paciente con isquemia tisular. • Sobrealimentación
• Quemaduras de 2° y 3 o grado
Hipercalcemia • Tratamiento de la cetoacidosis diabética.
No es tan común como la hipocalcemia. La carcinomatosis es
la causa más común. Se diagnostica cuando el calcio ioniza- Las manifestaciones clínicas incluyen: hemólisis, disfunción
do es superior a 3,5 mMol/L. plaquetaria y leucocitaria; debilidad muscular, rabdomiólisis,
Sus manifestaciones clínicas son inespecíficas e incluyen falla respiratoria; depresión miocárdica; confusión, estupor,
gastrointestinales como nauseas, emesis, constipación, íleo; convulsiones y coma.
14/ TRASTORNO DE ELECTROLlTOS

Tratamiento Hipernatremia e hiponatremia


l. En hipofosfatemia menor de 1 mg/dL, se recomienda una Adrogue HJ, Madias NE. Hyponatremia. N Engl J Med 2000; 342: 1493-1581.
Man SO, Hugh Je. Electrolyte and Acid-Base Disorders. En: Chernow B,
infusión de fosfato de 6 mglk/hora por 6 horas (0,1 ruMol/ ed. The Pharmacologic Approach to the Critically III Patient. 3a edi-
kg de peso en SSN o al medio para 6 horas) cuidando de ción. Baltimore: Williams and Willkin 1994; 957-968.
no exceder una concentración sérica de 2 mg/dL.
2. Pacientes con hipofosfatemia moderada (fósforo sérico Hipocalemia e hipercalemia
Cohn JN y col. New guidelines for potassium replacement in clinical practi-
1,0 a 2,2 mg/dL) deberán recibir suplementación oral 0,5 ce. Arch Intern Med 2000; 160: 2429.
a 1 gramo cada día. Gennari FJ. Hypokalemia. N Eng J Med 2000; 339: 451.
3. En nutrición parenteral es necesario aportar 620 mg (20 Rateagar A y col. Hypokalaemia and hyperkalaemia. Postgrad. Med J 2001;
ruMol) de fósforo por cada 1000 kcal para mantener un 77: 759.

adecuado balance y asegurar actividad anabólica. Calcio, fósforo y magnesio


Argus ZS. Hypomagnesemia. J Soc Nephol 1999; 10: 1616.
Las contraindicaciones para su uso incluyen: falla renal, Bushinsky DA y col. Electrolyte Quintet: Calcium. Lancet 1999; 352: 306.
hipoparatiroidismo, daño y necrosis tisular, hiperca1cemia. Caroll MF y col. A practical approach to hypercalcemia. Am Fam physician
2003; 67: 1959.
Cuando se corrige la hiperglicemia, se puede presentar hi- Dacey M. Hypomagnesemic Disorders. Crit Care Clin 2001; 17: 155.
pofosfatemia al desplazarse al interior de la célula junto con Miller DW y col. Hypophosphatemia in the Emergency Department Thera-
la glucosa. peutics. Am J Emergency 2000; 18: 457.
Subramian R y col. Severe hypophosphatemia: phatophysio1ogic implica-
tions, clinical implications, and treatment. Medicine 2000; 79: l.
Lecturas recomendadas Zaloga GP, Chernow B. Divalent Ions: Calcium, Magnesium, and Phosphorus.
Conceptos básicos En: Chernow B, ed. The Pharmacologic Approach to the Critically III
Cogan MG. Fluid and Electrolytes: Physiology and Pathophysiology. Mac Patient. 3a edición. Baltimore: Williams and WilIkin, 1994; 777-804.
Graw-Hill 1991. Zivin JR y col: Hipocalcemia: a pervasive metabolic anormality in the criti-
Rose BD. Clinical Physiology of Acid-base and Electrolyte Disorders. 4a ed. cally ill. Am J Kidney Dis 2001; 37: 689.
NewYork. Mc Graw-HillI994.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 199


TRASTORNOS EN LA HOMEOSTASIS DE LOS
LíQUIDOS

Mario Gómez D, MD, FCCM; César Enciso Olivera, MD

El agua como elemento esencial Es decir que la administración de la solución no queda res-
tringida al espacio involucrado, por ejemplo el vascular, sino
En los seres vivos, el agua se constituye como "el solvente
que empieza a distribuirse en diferentes compartimientos, los
universal". Su distribución en los diferentes compartimentos
cuales se encuentran limitados por dos tipos de membranas:
es amplia y compleja así como su movimiento entre ellos. De
la membrana capilar, que separa el intersticio del plasma,
igual manera, el agua forma parte integral de las funciones
muy permeable al agua y a los iones, pero impermeable a las
esenciales de los seres vivos como el transporte de diferentes
grandes moléculas de proteína; y la membrana celular que
nutrientes y productos de desecho, la regulación de la tempe-
también es permeable al agua, pero no a los iones, cuyo gra-
ratura, la modificación del volumen celular, etc.
diente orienta la dirección de líquidos entre el interior y el
La importancia en la regulación de la homeostasis se ve
exterior de las células. En la membrana celular, además, se
representada en la evolución del manejo racional de diferen-
encuentra un mecanismo de transporte activo, representado
tes patologías como el trauma, las quemaduras, la sepsis o la
en la bomba de Na, K ATPasa, que en contra del gradiente
anafilaxia. En el primer caso vale la pena recordar el impacto
eléctrico establecido por la distribución iónica a ambos lados
que sobre la mortalidad ~n los pacientes con heridas bélicas
de la membrana conserva constante la composición interna
tuvo el reemplazo de volumen a base de cristaloides. Lue-
de la célula.
go de la Segunda Guerra Mundial desapareció la falla renal
El agua corporal total representa entre el 40 y 80% del
aguda como su principal causa, apareciendo nuevas entida-
peso magro de un individuo. La fluctuación en el porcentaje
des como el SDRA descrito en los trabajos de Asbaugh y
ocupado por el agua corporal total, se relaciona con la dife-
Petty y que inicialmente fueron interpretadas como edema
rencia en la composición orgánica durante la vida, con un
pulmonar &ecundario al "abuso de volumen cristaloide". En
mayor volumen en los recién nacidos, 80% del peso, y una
las quemaduras, la mortalidad también se redujo con el reem-
disminución progresiva, hasta un 50 % en pacientes mayores
plazo de volumen, convirtiéndose entonces la infección en su
de 60 años.
principal causa.
Además de la edad, otras condiciones la pueden modificar
A pesar de sus innumerables beneficios, es necesario enfa-
como el sexo y la obesidad. Las técnicas de laboratorio em-
tizar, como en cualquier otra medida terapéutica, que el uso
pleadas para determinar la composición hídrica que hemos
indiscriminado de la reposición volumétrica y sin una orien-
descrito, se basaron inicialmente en la desecación de cadáve-
tación adecuada conlleva el riesgo potencial de daño, por so-
res, calculando la diferencia entre el peso en fresco y luego de
brecarga del sistema circulatorio, trastornos en el transporte
haber perdido el volumen de agua. Posteriormente, aparecen
del oxígeno, exacerbación del cuadro de lesión pulmonar y
técnicas de dilución de un trazador. En ellas, se emplea una
aumento de la presión intracraneana, que en trauma de crá-
sustancia que varía de acuerdo al compartimiento a medir
neo puede empobrecer el pronóstico.
restringiendo en este espacio su distribución. Los trazadores
Con estas consideraciones en mente, se pretende revisar,
más usados son isótópos del hidrógeno como el deuterio y el
sobre la base de un enfoque clínico y práctico, la manera más
tritio, pero también la inulina y el azul de cyan. Una vez ad-
racional de orientar la reposición de volumen en el paciente
ministrada una cantidad conocida, la medición de su concen-
críticamente enfermo, iniciando con algunos conceptos bási-
tración después de que ha pasado un tiempo suficiente para
cos de la física, la química y la fisiología que permitan enten-
distribuirse en todo el volumen ( tiempo de distribución), se
der el comportamiento de los fluidos en el organismo.
calcula en cuánto volumen se ha diluido (volumen aparente
de distribución), que es el volumen del espacio que se desea
El cuerpo humano como una solución
conocer.
Cuando se reemplaza una pérdida de volumen, el efecto físi- En condiciones normales, el margen de error oscila entre
co de llenado de un espacio que ha perdido su contenido es el 2 y el 10%, aumentándose en la enfermedad crítica por
sólo un aspecto de la gran cantidad de fenómenos producidos los cambios en la permeabilidad de la membrana celular, que
en la homeostasis hídrica y electrolítica. Aparecen alteracio- al aumentar p'ermite el paso libre 'de sustancias más grandes
nes en el volumen celular y se modifica la dirección del flujo modificando su composición y volumen y ocasionando una
de agua desde y hacia los diferentes compartimientos. gran dificultad para establecer cuál es el valor real del volu-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

men de distribución de cualquier sustancia. En este caso, se Tabla 1. Concentración normal de electrolitos en el plasma y el líquido in-
tersticial.
trata de un isótopo trazador, pero el efecto cobra importancia
en la clínica cuando se intenta definir el concepto de volumen
de distribución de los fármacos (1). Plasma Líquido intersticial
Para iniciar, podemos dividir el agua corporal total en dos (mgldL) (mEq/L) (mEq/L)
grandes espacios: el mantenimiento de un volumen intra- Cationes
celular (58% del volumen) constante representa una de las Sodio 326,0 142,0 144,0
prioridades de los mecanismos homeostáticos. Ante cam- Potasio 16,0 4,0 4,0
bios abruptos en la composición del agua en los diferentes Calcio 10,0 2,5 2,5
compartimientos, la estabilidad del sistema depende de finos Magnesio 2,5 1,5 1,5
mecanismos de corrección que modifican la composición ió- Cationes totales 354,5 150,0 152,0
nica intracelular con la producción o extrusión de partículas Aniones
a través de la membrana, sus efectos. Cloro 362,0 103,0 114,0
El líquido en el espacio extracelular representa un 20% del Bicarbonato 60,0 25,0 30,0
peso corporal total, y se subdivide en tres compartimentos:
Fosfato 3,5 2,0 2,0
El volumen sanguíneo, suma del volumen plasmático e
Sulfato 1,5 1,0 1,0
intraeritrocitario y que equivale al 5% del peso total y al
Ácidos orgánicos 15,0 5,0 5,0
7,5 % del agua corporal total.
El líquido intersticial, por supuesto de mayor tamaño con Proteínas 7,000,0 14,0 0,0

un 20% del contenido total. Por esta razón, Claude Ber- Aniones totales 7.442,0 150,0 152,0
nard lo denominó como el mar interior pues cumple una
función de reservorio que durante los estados deficitarios Principios físicos y químicos implicados en la
de volumen intravascular, se desplaza al interior de los regulación del volumen
vasos para suplir los requeril1lientos.
Unidades de medida de los solutos
El último de los compartimientos lo ocupa el líquido
transcelular con un contenido del 2,5% del agua corporal La concentración de los solutos orgánicos se puede expresar
total e incluye: el líquido del tracto gastrointestinal, pleu- en diferentes unidades que son equivalentes entre ellas: mili-
ral, el humor acuoso y los folículos tiroideos. Este espa- gramos por decilitro (mg/dl), milimoles por litro (mmol/L),
cio de difícil cuantificación por una pobre distribución de mili equivalentes por litro (mEq/L) o miliosmoles por litro
los trazadores, toma importancia durante la reanimación, (mosmol/L). Tomando como ejemplo el sodio (Na+): 2,3
aumentando su volumen y formando el llamado tercer es- mg/L, 1 mmol/L, 1 mEq/L o 1 mosmol/L, son valores que
pacio (1, 2). representan una misma concentración. El empleo de estas
medidas en la práctica clínica, nos obliga a conocer a fondo
Ir- .. : --------re su significado y equivalencia (1, 3).
10
1-------=-rC~U

i O .b 1 1111
ca

IntersticiaI11.8.1 Peso atómico y molecular


El peso atómico de los elementos es un número arbitrario que

0·0; ·~O I
I
permite la comparación de sus pesos relativos En un prin- t

cipio, el elemento de referencia era el oxígeno aLcual se le

O O~O
asignó un peso arbitrario de 16. En 1961 fue sustituido por
2.8It: el carbono, con un peso definido en 12 unidades de masa
I
1-.... ____. ._ . . _____________________________________________ JllL.Jll.........._______________________
I 111
....J. atómica y es el valor que se aplica actualmente. Los pesos
atómicos de los otros elementos se determinaron tomando
como punto de referencia el peso del oxígeno; "el oxígeno
Figura 1. Ejemplo de la distribución del agua corporal total en un adulto de
70 kg. calculado como el 60% del peso.
es en la tabla periódica, lo que el metro al sistema métrico
decimal".
Por las condiciones expuestas, el plasma y el líquido in- Si el peso atómico de cualquier elemento se expresa en
tersticial tienen una composición diferente, con un compor- gramos, aparece el concepto de átomo-gramo o átomo-masa.
tamiento variable que se resume en la tabla l. Los átomos se agrupan constituyendo moléculas; por lo tanto
el peso molecular relativo de un compuesto que contenga dos
o más átomos, será igual a la suma de sus pesos atómicos.
2,8 litros de plasma (intravascular)
11,2 litros líquido intersticial
Por ejemplo, el peso molecular de la sal común o cloruro de
28 litros líquido intracelular sodio (NaCl) es 58,5 (23 de Na+ y 35,5 del Cl).
42 litros 60% de 70 kilogramos

202
15 I TRASTORNOS EN LA HOMEOSTASIS DE LOS LíQUIDOS

Ahora bien, el peso molecular expresado en gramos, se mEq/L =mmoVL/valencia


define como l1wlécula gramo mol, siendo la milimola (mmol)
el peso molecular expresado en miligramos. Si el peso mole- o bien
cular de la glucosa, que es de 180, lo expresamos en gramos:
180 gramos de glucosa corresponden a un mol, y si se expre- mEq/L = mg/dL x 10 x valencia/peso molecular
sa en miligramos: 180 miligramos corresponderán a 1 mmol (se multiplica por 10 para convertir de dL a litro)
de glucosa.
Experimentalmente, un mol de cualquier sustancia no di- Debe enfatizarse que no todos los iones pueden medirse
sociable contiene el mismo número de átomos o partículas: fácilmente en mEq/L. La concentración de calcio total en
6,023 X 1023 (número de Avogadro). Es por esto que 1 mol suero es aproximadamente 10 mg/dl. Si se aplica la fórmula
de Na+ posee el mismo número de átomos o partículas que 1 anterior tenemos que: mEq/L de calcio = (lO x 10) 2/40 = 5
mol de Cl-, a pesar de que el primero pesa 23 g Y el segundo mEq/L. Sin embargo, más o menos el 55% del calcio está
35,5 g. unido a proteínas y en complejos de citrato y fosfato; sólo 2
a 2,5 mEq/L se encuentran en forma iónica.
El concepto de equivalencia química El fosfato adolece de otros problemas, existe en diferentes
formas iónicas, H2PO4 ' HPO4= Y PO/- y por lo tanto no pue-
Todos los elementos con carga eléctrica se denominan elec-
de tener una valencia exacta; 1,8 es una valencia aproximada.
trolitos, por su capacidad de migrar en presencia de un di-
El 80% del fósforo se encuentra en la forma HPO4= Y 20 por
polo. Los de carga positiva se llaman cationes y los de carga
ciento como H2PO4' Si la concentración normal de fósforo
negativa aniones. Cuando se combinan, lo hacen de acuerdo
sérico es 3,5 mgldl (3,5 x 10) 1,8/31 = 2 mEq/L.
a su carga iónica o valencia y nunca de acuerdo a su peso.
La expresión de la concentración iónica en miliequivalen-
La equivalencia se refiere a la capacidad de combinación del
tes por litro tiene las siguientes ventajas: '
ión, no a su peso. Un equivalente se puede definir como la
1. Enfatiza que los iones se combinan miliequivalente a mi-
cantidad en gramos de cualquier elemento capaz de combi-
liequivalente y no mmol a mmol o mg a mg.
narse o de reemplazar a' un átomo gramo de ión hidrógeno
2. Aclara el concepto de electroneutralidad, o sea que la
(H+). Así, el peso equivalente de un elemento es el peso que
suma de aniones es igual a la suma de cationes en los
se combina con, o sustituye a un átomo de hidrógeno; un gra-
diferentes espacios corporales (4).
mo equivalente de un elemento es la cantidad en gramos que
lleva el mismo número de cargas que el gramo equivalente
Pri~cipios físicos que rigen el desplazamiento
de cualquier otro elemento. Ejemplo: 23 gramos de Na+ son
equivalentes a 35,5 gramos de CI y a 39g de K+. En el caso del agua
del calcio que tiene un peso atómico de 40 pero con 2 valen- El paso de agua a través de la membrana celular, se rige por
cias, el peso equivalente será igual a la mitad del peso atómi- el principio de ósmosis, condicionado por la diferencia de
co. Por eso, para convertir el peso en gramos de un elemento concentración de electro litas, generando una presión deno-
a equivalentes, basta dividirlo por su valencia. minada osmótica.
Por definición, 1 g de H+ es igual a 1 mol de H+; y 1 mol Para entender este concepto, vamos a suponer que se tie-
de cualquier anión univalente, con carga 1, el cual contiene 6 ne un recipiente dividido en dos espacios por medio de una
x 1023 partículas, se combinará con un mol de H+ que es igual membrana semipermeable con un paso libre del agua (sol-
a 1 equivalente (Eq). Por ejemplo: 1 mol de H+ (l g) + 1 mol vente) pero sin que permita el paso de,solutos (figura 2).
de Cl- (35,5 g) =1 mol de HCl (36,5 g). Igualmente, 1 mol de Al agregar en un lado del recipient&·,unas moléculas de
un catión univalente (carga 1+) también es igual a 1 Eq ya que glucosa, las cuales quedan restringidas en este campo, se ge-
puede reemplazar al H+ y combinarse con 1 Eq de Cl-. Por nera así un paso de solvente del lado sin glucosa en donde,
ejemplo: 1 mol de Na+ (23 g) + 1 mol de Cl- (35,5) = 1 mol por supuesto, las moléculas acuosas tienen mayor movilidad.
de NaCl (58,5 g). El calcio ionizado (Ca++) es divalente y en Este fenómeno de difusión del solvente se denomina ósmosis
consecuencia tiene mayor capacidad de combinación ya que y ocurre como consecuencia de la disminución de la energía
1 mol de Ca++ se puede combinar con 2 mol de Cl- y poseerá cinética del agua por acción del soluto.
la capacidad de combinación de 2 Eq. Ejemplo: 1 mol de El paso de agua en teoría sería indefinido; sin embargo,
Ca++ (40 g) + 2 mol de Cl- (71 g) = 1 mol CaC12 (111 g). dado que el continente es rígido, en la medida en que se des-
Los solutos en los líquidos corporales están relativamente plaza un mayor volumen de agua la presión en su interior
diluidos y la mayoría de los iones se encuentran en concen- denominada hidrostática aumenta hasta un punto en el cual
traciones de miliequivalentes (meq por litro de solución), es supera la presión de difusión del solvente. A esta presión hi-
decir, una milésima de equivalente. Para convertir de mmollL drostática que se opone a la fuerza osmótica del agua se le
a mEq/L se pueden emplear las siguientes fórmulas: conoce como "presión osmótica".

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 203


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

moléculas como los electrolitos (Na+, K+, eL-) pero con im-
permeabilidad a grandes partículas ionizadas como la albú-
mina.
En la primera parte del experimento se mantiene el equi-
librio agregando 180 iones de sodio y 180 iones de cloro en
ambos lados de la membrana. Posteriormente, en uno de los
dos lados agregamos 10 moléculas de albúmina, cada una de
las cuales genera una carga negativa de -18 a un Ph de 7,4. Se
adicionan además otros 180 iones de sodio en búsqueda de
mantener la electroneutralidad, quedando en este momento
I
conformado, el compartimiento A con 360 iones de sodio,
I
~~-~~-T~~~~" _.~--~- 180 de cloro y 10 moléculas de albúmina. Este gradiente ge-
• L·-:"I~"IIII.•· - .
I ',.
nera el paso de sodio del compartimiento A hacia el B, acom-
pañado de cloro en busca de mantener la neutralidad eléctrica.
El movimiento de iones continúa, hasta que se obtenga dicha
neutralidad, la cual se determina por la misma concentración
total de iones en ambos lados de la membrana, independiente
~."III Valor de presión hidrostática
que la composición del líquido en los dos compartimientos.
La ecuación que expresa la distribución del sodio y el cloro
entre los compartimientos corresponde a:

[Na+] A x [CI-]A = [Na+]B x [CI-]B

, El producto de los iones en ambos lados de la membrana


Figura 2. Medición de la presión osmótica. Los círculos rojos representan la es igual, pero la proporción que ocupa cada uno de ellos es
adición de glucosa con un desplazamiento del agua en el sentido de la flecha.
diferente.
La columna de agua genera una presión hidrostática que detiene el flujo y
corresponde a la presión osmótica.

La presencia de partículas osmóticamente activas genera


este fenómeno, encontrando importante definir dos concep-
tos que pueden ser confusos:
Osmolalidad: definida como la concentración de partícu-
las de soluto con relación a las moléculas de agua en la
solución. En el caso del plasma este valor oscila entre 290
y 310 mOsmIL.
Tonicidad: se refiere a la tensión del líquido dentro del
compartimiento y describe la relación entre el total de so-
lutos, no sólo teniendo en cuenta el número de partículas 11
sino también su tamaño y peso. Es esta última caracterÍs-
tica la que en sí, define si la solución de reemplazo tiene
características de hipotonicidad, isotonicidad o hipertoni-
cidad comparándola con el plasma.

Existen sustancias que por sus características de difusión


a través de la membrana aumentan la tonicidad pero no la 111
osmolalidad. Ejemplo es la urea que se equilibra fácilmente
en todos los compartimientos cambiando la tonicidad global-
mente pero sin afectar la osmolalidad calculada (2, 3,5).

Equilibrio de Gibbs-Donnan
Teniendo en cuenta la distribución del agua, determinada por Figura 3. El recipiente señalado con 1, tiene igual concentración de iones,
que cambia cuando se adiciona glucosa y sodio. En U, se inicia el despla-
la concentración de solutos, vamos a plantear una nueva si- zamiento de los electrolitos en busca de la neutralidad eléctrica, la cual se
tuación hipotética en la cual el mismo recipiente del ejemplo alcanza en IU. Observe que el producto en este último cuadro del sodio por
anterior está separado por una membrana semipermeable que el potasio es igual en ambos lados, independiente 'de encontrar un valor de
como ya se dijo permite el paso libre de agua y de pequeñas sodio y de cloro diferente.
15/TRASTORNOS EN LA HOMEOSTASIS DE LOS LíQUIDOS

La importancia en la diferencia de partículas entre los Piv = Presión hidrostática intravascular. Expresada en
dos lados de la membrana determina la osmolalidad, que de mmHg, refleja la fuerza que desde el interior del capilar
acuerdo al punto anterior desplazaría el agua hacia el campo tiende a sacar el líquido hacia el intersticio. Representa un
con mayor concentración iónica (2). valor medio entre la presión arterial y venosa con un rqngo
que normalmente oscila entre 15 y 40 mmHg. Los efectos
Mecanismos de regulación en contra de sobre la circulación venular tienen mayor impacto sobre la
gradientes electroquímicos presión hidrostática que los cambios en el lado arterial pu-
diendo modificar el flujo con tan solo un gradiente de 0,5
En reposo, la concentración de sodio predomina en el lado mmHg.
externo de la membrana y el potasio se constituye en el prin- Pit = Presión hidrostática intersticial También expresada
cipal ión intracelular. Esta composición va en contra de gra- en unidades de presión, usualmente negativa. Su valor pro-
dientes electrolíticos y se genera por la acción de bombas de medio es de -6 mmHg, y expresa una tendencia natural a
sodio, potasio ATP asa, quienes, aún en contra de los gra- "atrapar" el agua que escapa desde los capilares.
dientes y con consumo de energía, introducen el potasio a cr = Coeficiente de reflexión macromolecular. Represen-
la célula y extraen el sodio. Este mecanismo de transporte ta el grado de permeabilidad de la barrera para cada uno de
activo cumple un papel muy importante contrarrestando el los solutos. Su valor es 1 cuando no es posible atravesar la
efecto de Gibbs-Donnan. De no ser así, la célula indefinida- membrana y O cuando no existe ninguna restricción. El valor
mente continuaría incorporando líquido, con el consecuente puede oscilar entre 0,1 a 0,99 de acuerdo al tejido, con valo-
edema y daño celular. Este fenómeno más conocido como el res más cercanos a la unidad en el tejido cerebral y menor en
doble efecto de Donnan y la alteración en la estructura de las el músculo e intestino, llegando incluso a valores cercanos a
bombas secundario a un déficit energético, son las principa- 0,45 en el tejido pulmonar expresando su mayor permeabi-
les causas de formación de edema del paciente crítico y los lidad.
estados de shock (2). IIiv = Presión osmótica intravascular. De acuerdo a la
descripción de los efectos osmóticos, la permeabilidad de la
Fisiopatología del movimiento de fluidos membrana capilar permite que el sodio y el cloro se encuen-
entre los capilares y el intersticio tren equilibrados en ambos espacios, motivo por el cual no
El flujo de líquidos a través de la pared capilar, se expresa por participan activamente en el intercambio de líquidos a nivel
medio de la hipótesis de Starling, revisada en el año de 1963 de la microcirculación. A diferencia de éstos, las proteínas
por Landis y Papenheimer, donde la suma algébrica de 4 pre- ejercen un efecto osmótico significativo generando una pre-
siones es la responsable de la cantidad y dirección del flujo sión oncótica que con un valor de 20 a 26 mmHg tiende a
de líquido (5). Estas cuatro presiones quedan relacionadas en retener el líquido dentro del capilar, en contra de la presión
la siguiente ecuación: hidrostática intravascular.
IIip = Presión osmótica intersticial. Generada también por
Jv = Kf'*[(Piv-Pit) - (j (mv - mt)]
moléculas de proteína depositadas en el intersticio, que re-
presentan un 60% del valor de la presión generada por las
Jv = Flujo neto de filtración: Expresa la magnitud del flujo proteínas dentro del vaso. Producen un efecto de "succión"
a través del capilar. Un valor positivo, expresa la salida del de líquido hacia el intersticio que va en contra de la presión
líquido hacia el intersticio, condición que puede darse en el oncótica intravascular e hidrostática i,ntersticial y potencia
lado arterial del capilar mientras que un resultado negativo, la hidrostática intravascular. En la enfer~edad crítica por la
indica el paso de líquido hacia el interior del mismo. Las uni- disfunción endotelial incre,menta el paso de·proteína hacia el
dades de medida son de volumen (cm 3 ), por unidad de área intersticio extrayendo un lnayor volumen de agua que clíni-
(cm2) y por tiempo (seg), por 100 gr de tejido. camente corresponqe al edema.
KF = Coeficiente de filtración capilar. Expresa el grado Después de revisar estos conceptos básicos que orientan el
de permeabilidad de la membrana, teniendo en cuenta su comportamiento de los fluidos entre los diferentes comparti-
conductividad hidráulica y el área de superficie capilar. Sus mientos del organismo, y que se describen in extenso en otros
unidades de medida son de volumen (cm3) por unidad de área capítulos de la obra, a continuación se plantea un enfoque
(cm2), por unidad de presión (mmHg) en 100 gr de tejido. clínico del manejo con volumen en el paciente críticamente
La alteración más importante en el coeficiente de filtra- enfermo, con una aproximación partiendo de la atención ini-
ción, se da durante la enfermedad crítica. El severo desacople cial, hasta la complejidad del cuidado intensivo. Se pretende
de la maquinaria energética junto con la liberación de cito- plantear didácticamente la mejor estrategia de reanimación,
quinas y la aparición de óxido nítrico inducible incremen- teniendo en cuenta la imposibilidad de proponer protocolos
ta la permeabilidad de la membrana facilitando el paso de rígidos ante la falta de evidencia disponible y por la gran di-
moléculas de mayor tamaño como la albúmina, alterando la ferencia conceptual y entre las patologías que requieren del
dinámica de fluidos en la microcirculación. manejo con líquidos intravenosos.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 205


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Enfoque clínico del manejo con volumen c. Síntomas de hiperactividad simpática: agitación diafore-
sis, inquietud.
La importancia del tiempo transcun'ido entre la injuria ini-
d. Signos paraclínicos de hipoperfusión: como saturación
cial y la reanimación, marca la diferencia en el desenlace de
venosa central de oxígeno < de 70%, cambios en el CO')
los pacientes que reciben una atención temprana y adecuada
relacionados con la hipoperfusión o hiperlactatemia. -
comparada con aquellos cuyo manejo se difiere hasta la lle-
gada a unidades de atención especializada. La experiencia
Cabe resaltar que la definición de una cifra de presión media
establece la utilidad de la "hora de oro de la reanimación"
de 65 mmHg, coincide con una perfusión adecuada de estruc-
que contrasta con las implicaciones relacionadas al manejo
turas vitales como cerebro, hígado y riñón en la mayoría de
tardío o inadecuado, o la diferencia en el resultado en la aten-
los estudios, sin que exista beneficio alguno de mantenerlas
ción de pacientes sépticos, cuando se plantea una estrategia
más altas (9).
temprana de un manejo orientado desde su llegada al servicio
de urgencias.
2. Clasificar la posible etiología
Con el concepto de reanimación temprana, se propone la
Una vez establecido el diagnóstico de choque, se busca defi-
estrategia para el manejo del choque, describiendo de manera
nir su etiología en uno de los grupos siguientes:
secuencial los siguientes aspectos:
• Hipovolémico, que incluye la anemia aguda y la deshidra-
1. Definir la inestabilidad circulatoria
tación severa.
2. Clasificar la posible etiología
• Distributivo, cuyo factor desencadenante es la pérdida del
3. Establecer algún elemento que permita orientar la terapia
tono vascular como ocurre en el choque séptico y neuro-
de reposición de volumen
génico.
4. Determinar cuál es la solución más adecuada para la repo-
Cardiogénico, por disfunción aguda de la bomba cardíaca.
sición. Obstructivo, secundario a taponamiento cardíaco o trom-
boembolismo pulmonar.
1. Definir la inestabilidad circulatoria
En la mayoría de pacientes en choque, observamos signos y Tabla 2. Clasificación fisiopatológica del choque.
síntomas claros de un inadecuado aporte de oxígeno tisular,
sin embargo, en muchas condiciones la respuesta fisiológi- Tipos de choque
ca que busca mantener la perfusión en órganos vitales, en-
Hipovolémico
mascara el estado de desacople entre aporte y demanda de Cardiogénico
oxígeno ocasionando retrasos o errores en el manejo inicial. Distributivo
Un ejemplo típico, es la descripción del doctor Rivers en pa- Obstructivo
cientes sépticos en el servicio de urgencias (6). En su estudio,
encuentra un grupo de 63 pacientes, que presentó elevados Una clasificación puntual del tipo de choque no siempre es
niveles de lactato y una saturación venosa central inferior a posible y generalmente resulta poco util, haciéndose necesa-
75%, pero mantuvieron una presión arterial sistólica por en- rios elementos complementarios de monitoreo y diferentes
cima de 100 mmHg. estudios paraclínicos que definan más claramente la etiolo-
Este grupo se caracterizó por menor promedio de edad, gía. Por otra parte, en el mismo enfermo pueden coexistir di-
sin embargo, su mortalidad fue 13%, mayor con respecto al ferentes factores fisiopatológicos que impiden enmarcarlo en
grupo control. La explicación se relacionó con una respuesta un tipo específico. Un ejemplo de esta condición se observa
vas opresora más efectiva en los jóvenes, quienes ante una en el choque séptico con vasoplejía relacionada"a la libera-
cifra de presión normal recibieron una reanimación menos ción masiva de interleukinas y oxido nítrico inducible, que lo
generosa. Para iniciar la reanimación es fundamental definir ubica como distributivo, pero además asociado a una profun-
el concepto de estabilidad hemodinámica, buscando varia- da depresión miocárdica por acción del factor de necrosis tu-
bles objetivas y cuantificables que permitan determinar un moral alfa con un comportamiento de disfunción ventricular
adecuado aporte tisular de oxígeno (7). que lo cataloga como cardiogénico (10).
En búsqueda de criterios puntuales, vale la pena resaltar
el primer paso en el algoritmo de monitoreo hemodinámico 3. Establecer algún elemento que permita orientar la
funcional descrito por el grupo de Pittsburgh, puntualizando terapia de reposición de volumen
las siguientes condiciones para definir la inestabilidad hemo- La terapia con reposición de volumen, se orienta a la correc-
dinámica (8): ción del choque hipovolémico o distributivo (12). Otros ele-
a. Una presión arterial media < de 65 rnrnHg o una disminu- mentos asociados a como uso de inotrópicos o dispositivos de
ción de 20 rnrnHg en un paciente previamente hipertenso, asistencia ventricular, se alejan del objeto de esta descripción.
más una de las condiciones siguientes. La decisión de administrar una carga de volumen como
b. Evidencia de hipoperfusión orgánica con oliguria, taqui- primera estrategia en la reanimación de ,un paciente en cho-
cardia, somnolencia o íleo, que en el paciente crítico pue- que, es primordialmente clínica. La probabilidad de estable-
de evidenciarse con intolerancia a la nutrición enteral. cer un diagnóstico sindromático por una anamnesis adecuada
15 I TRASTORNOS EN LA HOMEOSTASIS DE LOS LíQUIDOS

que lo clasifique es cercana al 80%. Si el diagnóstico lo defi- otro, anterógradamente con el gasto cardíaco del ventrículo
ne como traumático, el manejo debe orientarse por las guías derecho que será el mismo del ventrículo izquierdo.
del ATLS (Advanced Trauma Life Support) en las cuales se Esta relación puede graficarse tomando en la ordenada la
recomienda la canalización de dos venas periféricas con un medición de la presión auricular derecha y en la abcisa el re-
catéter 16 G o 14 G, junto a la administración de 1 a 2 litros torno venoso. Como se puede observar, a medida que lapre-
de cristaloide (11). En sepsis, las guías del grupo de campaña sión disminuye en la aurícula (PVC.) aumenta la velocidad
de supervivencia también apuntan a la reanimación con cris- y la cantidad de volumen que llega al corazón. Esta relación
taloides por una vena periférica en una cantidad de 2000 CC será lineal sólo hasta el momento en que la presión en el in-
inicialmente (12). terior de la aurícula sea O. En ventilación mecánica invasiva,
A partir de este momento, el problema se basa en determinar el efecto extrínseco de la presión positiva, puede alterar esta
si se requiere volumen adicional y en cuánta cantidad adminis- relación, generando un incremento sin que necesariamente
trar. Para dar solución a estos intelTogantes, se han planteado implique un efecto en el retorno venoso. Esta situación pue-
diferentes propuestas de vigilancia hemodinámica, cada una de engañar al clínico que crea que la presión de llenado es
presentada como la mejor opción de acuerdo con la experien- estrictamente un reflejo fiel del volumen de la cámara ven-
cia personal del autor, sin que haya suficiente evidencia que la tricular (figura 4).
sustente en términos de sobreviva. La selección entonces se En la figura 5, se relaciona la misma presión de la aurícula
basa más en la experiencia del médico que orienta la terapia, derecha con el gasto cardíaco. (Curva de Starling (14». A
adicionado a la disponibilidad de recursos. A continuación, se medida que la presión de la aurícula derecha sea más alta y
describen los tres elementos de monitoreo más usados para genere un incremento en el volumen de fin de diástole, el gas-
controlar el manejo del volumen en nuestro medio: to cardíaco se aumentará. Su comportamiento es de ascenso
Catéter para monitoreo de la presión venosa central progresivo, hasta un punto en el cual la mayor presión de lle-
Catéter de la arteria pulmonar (Swan Ganz) nado, no generará más cambios adicionales en el gasto. Este
Monitoreo de la presión arterial invasiva, durante el so- segmento denominado rama descendente muestra el momen-
porte ventilatorio mecánico. to donde una carga adicional de volumen sobrepresiona el
circuito generando falla cardíaca.
Otras alternativas, como la medición del volumen de fin de
diástole con ecocardiografía, la medición de flujos en la cava
A Q
y la aorta y el monitoreo y análisis del perfil de la onda de
presión arterial han ido apareciendo como propuestas menos
invasivas y aunque interesantes no están disponibles usual-
mente en nuestro medio por lo que nos limitamos únicamente
a enumerarlos.
Presión de aurícula derecha
Independiente del monitoreo seleccionado, es necesario fIIII
enfocar la reposición de volumen dinámicamente, analizando
secuencialmente el impacto o consecuencia de cada interven- B
ción. Las mediciones aisladas de un valor, por ejemplo, una
presión venosa central no permiten determinar con certeza
cuál es el estado de volumen, ni predecir la respuesta a la
administración de líquidos.

Presión de aurícula derecha


Monitoreo de la presión venosa central
La utilidad de la presión venosa central (PVC), como medida e Q
del estado de volumen, ha sido subvalorada y gradualmen-
te reemplazada por elementos de mayor tecnología como el
catéter de la arteria pulmonar. Sin embargo, su bajo costo y
fácil disponibilidad la mantienen como una herramienta útil,
encontrando trabajos recientes en los cuales, con renovado
interés se revisa la técnica y se resalta su utilidad como moni-
V
Presión de aurícula derecha
.
tor de la precarga cuando se analiza cuidadosamente (13).
Figura 4. En la gráfica A, se observa la presión de aurícula derecha, rela-
Fundamentos fisiológicos cionada con el retorno. La flecha indica la relación inversa entre la presión
auricular y el retorno venoso hasta el límite O. En B, el fenómeno es inverso
La presión de la aurícula derecha, se puede relacionar con el y progresivamente el incremento en la pr~sión de aurícula derecha, aumenta
flujo de volumen en dos puntos. Por un lado con el flujo de el gasto cardíaco. La gráfica e integra los dos conceptos anteriores. El punto
retorno ingresando de las cavas a la aurícula derecha, y por el donde se cruzan ambas curvas representa el retorno venoso óptimo que ge-
nera el mayor flujo sistólico.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 207


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Técnica de la medición
La técnica de inserción va más allá del interés de este artícu-
lo. Vale la pena resaltar la importancia del punto selecciona-
do como el nivelO para la medición que al variar de posición
puede alterar los valores obtenidos, con la posibilidad de oca-
sionar confusiones de interpretación de los datos y errores en
Falla cardiaca la terapéutica instaurada.
Es ideal ubicar la punta del catéter en la vena cava supe-
rior. Técnicamente, algunos autores sugieren avanzar hasta
Volumen de fin de diástole ventrículo derecho, retirándolo lentamente hasta que la mor-
fología de la curva cambie.
El segundo aspecto se relaciona con la técnica de medi-
ción. Aquí la clave es establecer un nivel de 0, unificado para
Figura 5. Curva de Starling. El incremento en el volumen telediastólico, al
estirar la fibra miocárdica, aumenta el potencial contráctil en el siguiente la- todas las personas que realizan mediciones, especialmente
tido. Este fenómeno también tiene un límite fisiológico. (Rama descendente durante las pruebas dinámicas. Este punto de referencia ha
de la curva). sido discutido recientemente, evaluando la ubicación mas
frecuente a la altura del quinto espacio intercostal con la línea
Otras variables determinantes del retorno venoso son: el medio axilar, donde se encontró una variabilidad significati-
volumen en el lecho venoso, la distensibilidad del sistema va en diferentes posiciones recomendando las mediciones en
vascular y la resistencia al retorno ya descrita. Es importante decúbito supino. La otra alternativa más usada es localizar el
recordar que el lecho venoso contiene entre el 60 y el 75 % 0, a la altura del ángulo esternal, sitio donde se articula la se-
del volumen sanguíneo total, con un 25 % localizado en el gunda costilla, donde no se encontraron mayores diferencias
lecho esplácnico. Desde el punto de vista funcional, consta con los cambios de posición. Cualquiera que sea la técnica
de dos componentes, un volumen no tensionado o atónico, escogida, un número exacto de presión venosa central no tie-
que no ejerce presión contra las paredes de los vasos y un ne el suficiente valor predictivo para determinar el estado de
volumen tensionado o tónico el cual condiciona una presión volumen y cuál la respuesta a una carga de líquidos. Algunos
de estiramiento contra la pared de las venas. En reposo, la trabajos han demostrado cómo pacientes que no respondieron
mayor parte del volumen es no tensionado y genera un retor- a la administración de volumen tuvieron límites inferiores de
no pasivo. Sin embargo, en estados de choque, el volumen presiones entre 2 y 3 mmHg. Mientras los que sí respondie-
tensionado puede aumentar significativamente por la veno- ron presentaron cifras cercanas a 16 mmHg en el margen su-
constricción inducida por catecolaminas o fármacos vaso- perior. Con este rango tan variable, no es posible determinar
presores, manteniendo la presión de llenado que cae abrup- un valor normal. Algunas descripciones consideran que una
tamente cuando cesa la descarga adrenérgica disminuyendo medida inferior a 10 mmHg, se asocia más frecuentemente
abruptamente el retorno venoso, con el consecuente colapso a una respuesta positiva a la carga de volumen, mientras que
cardiovascular. Un ejemplo de esta condición se puede ver cifras superiores a 16 mmHg no lo harán (16).
durante la sedación y analgesia de un paciente en choque Cuando se dispone de monitoreo electrónico, el trazado de
para un procedimiento de intubación orotraqueal, que puede la curva de PVC permite analizar las siguientes ondas:
favorecer un deterioro cardiovascular agudo que incluso pue- Una onda A generada durante la contraccióp. auricular.
de ser mortal (15). Una onda C que refleja un ascenso de las valvas auriculo-
Otro concepto que vale la pena resaltar conesponde a la ventriculares durante la sístole,-ventricular.
presión transmural, que se define como la diferencia de pre- Una onda V que representa el llenado de la aurícula du-
sión interna y externa de una estructura, y que en el caso del rante la diástole auricular.
corazón conesponde a la presión que distiende las cámaras • El descenso X representa la caída de presión durante la
cardíacas. El problema es evidente cuando la presión externa diástole auricular.
que rodea el corazón no es la atmosférica sino la que trans- • El descenso Y representa el súbito vaciamiento de la aurícula
mite la presión pleural y que en ventilación mecánica no es durante la fase de llenado rápido ventricular (diastasis).
constante. Su significado puede verse mejor en los cambios
ocurridos durante una maniobra de valsalva, pues el incre- La identificación de estas ondas puede facilitar una medición
mento en la presión circundante disminuye el tamaño de la más exacta. Lo recomendado es que el punto de medición
aurícula aumentando su presión significativamente. Asimis- conesponda al pico de la onda C que se ha denominado como
mo, la presión subatmosférica que se genera durante la inspi- punto Z. Ante la dificultad de localizar este punto, se consi-
ración profunda también puede producir un descenso brusco dera equivalente tomar como punto de medición la base de
en esta fase. la OndaA.
15/TRASTORNOS EN LA HOMEOSTASIS DE LOS LíQUIDOS

La prueba de volumen tradicional que busca determinar


A V la presión venosa central y su efecto en el gasto cardíaco.
La solución debe administrarse rápidamente justificando,
en algunas ocasiones, utilizar un infusor. Un cambio ~n la
PVC de 2 rnrnHg, que tienda a regresar al valor de base
después de 10 minutos, junto con un aumento del gasto se
considera como un resultado positivo y con una razonable
justificación puede continuarse con alícuotas de crista-
loide en el intento de construir una curva de Starling. El
problema de esta técnica radica en la medición del gasto
Figura 6. Curvas de presión venosa central. La medición ideal en el punto cardíaco, que requiere de la inserción de un catéter de la
Z puede ser reemplazada por la medición en la base de la onda A, la cual es
arteria pulmonar o de un medidor no invasivo. El autor de
equivalente.
este trabajo sugiere, basado en el trabajo del doctor Rivers
(7), construir la curva comparando el ascenso de la PVC
Pruebas dinámicas de volumen
con la corrección clínica de la taquicardia, la mejoría en
Sin poder definir un valor normal, la mayor utilidad en la las cifras de diuresis y la corrección de la saturación ve-
medición de la PVC es la realización de pruebas dinámicas nosa central (17).
que determinen cuándo hay una respuesta positiva a la admi- • La segunda prueba dinámica emplea las interacciones en-
nistración de líquidos. tre el corazón y la presión pleural de acuerdo a la aproxi-
Su objetivo es evaluar si existe un déficit de volumen en mación fisiológica que se expuso anteriormente.
el espacio intravascular, para determinar si la administración
de volumen corrige este déficit y finalmente si el corazón es Durante la ventilación espontánea, la transmisión de la pre-
capaz de responder adecuadamente a la carga para aumen- sión pleural a la aurícula derecha genera un descenso brusco
tar el flujo. Desde el punto de vista hemodinámico, se busca del valor de la PVC el cual puede ser detectado en el trazado
ubicar al paciente en un' punto de la curva de Starling. En la del monitor. Esta variación en la curva es un buen predictor
figura 7 puede observarse en el área señalada como A el com- de una adecuada respuesta a las cargas de volumen. Un des-
portamiento de la presión cuando se incrementa el volumen censo de más de 2 mmHg con respecto a la línea de base tuvo
de fin de diástole. En este punto, denominado dependiente la mejor correlación con una mejoría del gasto ante la admi-
de precarga, la administración de volumen corrige el déficit nistración de líquidos. Mientras que un descenso inferior no
y mejora el gasto. En el punto B, la situación difiere y la mostró beneficio con la carga de volumen. Esta medición,
administración de volumen incrementa la presión de llenado, junto con la clínica, puede orientar a instaurar la reposición
pero no aumenta el flujo. Es decir que, en este último punto, de volumen en busca de corregir el choque.
la administración de volumen llevará fácilmente al enfermo a
la falla cardíaca y por ende su empleo no está indicado. I I

i I
Gasto cardiaco
B

Figura 8. Modificaciones de la 'curva de presión venosa central durante la


A
inspiración. La línea roja marca el valor de base y se observa el descenso de
la presión durante la inspiración espontánea. En la gráfica de la derecha ha
desaparecido esta variación después de la administración de volumen.

Un signo final que puede predecir la respuesta al volu-


Presión venosa central
men es el análisis y cuantificación del descenso Y, definiendo
como punto de corte un valor de -4 mmHg con respecto a la
Figura 7. Curva de Starling. A: área dependiente de precarga, B: área no línea de base. Este valor junto con las mediciones anteriores
dependiente de precarga. Al ubicarse en esta zona la administración conti- también mostró una adecuada predicción de respuesta con las
nuada de volumen desencadenará seguramente sobrecarga y signos de falla cargas de volumen (18).
cardíaca.

Catéter de la arteria pulmonar


Cuando el elemento disponible es un catéter de presión
venosa, dos pruebas son suficientes como medida dinámica A pesar de permanecer casi tres' décadas como un elemento
de la respuesta al volumen: de uso corriente en la atención del paciente crítico, muchas
controversias se han tejido en tomo de su utilidad. Sin em-
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 209
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

bargo, es innegable el beneficio que trajo el hecho de poder del catéter de la arteria pulmonar, aún no estamos preparados
trasladar durante la década de los· setenta, un laboratorio de para reemplazarlo dentro de la estrategia diagnóstica en gru-
fisiología hemodinámica alIado de la cama del enfermo. pos de pacientes específicos, como el choque y la oliguria
Los diferentes estudios publicados son controversiales, refractaria o el edema pulmonar de origen no claro (22).
considerando que el reemplazo del catéter de Swan Ganz por Teniendo en cuenta estos antecedentes, se expone a conti-
elementos no invasivos de monitoreo no es una opción dis- nuación el análisis e interpretación de los datos hemodinámi-
ponible en todas las instituciones actualmente y dejando aún cos que aporta el catéter de la arteria pulmonar con relación
espacio importante para esta herramienta (19). al manejo del volumen. Cuando se implanta un catéter de la
Llaman la atención las conclusiones de trabajos como arteria pulmonar se pueden obtener los siguientes parámetros
el Support, que evaluó diferentes aspectos del cuidado del medidos:
paciente crítico, relacionándolos con el desenlace, y que en • Presión de la arteria pulmonar (sistólica, diastólica y me-
referencia al catéter de la arteria pulmonar, los autores con- dia).
cluyen que su uso durante las primeras 24 horas de hospita- • Presión venosa central (equivalente a la presión de la au-
lización, incrementa la mortalidad RR de 1,4 (IC del 95 % rÍCula derecha).
1,03-1,049), prolonga la estancia y aumenta el costo (20). • Presión en cuña (equivalente a la presión de llenado de la
Muchos otros autores, basados en este estudio insinuaron aurícula izquierda, que sería equivalente al menos en teo-
enfáticamente la necesidad de sacar de la práctica clínica el ría a la presión de fin de diástole del ventrículo izquierdo
Swan Ganz hasta lograr un estudio prospectivo y aleatoriza- y por ende al volumen de fin de diástole del ventrículo
do que permitiera una conclusión firme con respecto a los izquierdo).
desenlaces (21). • El gasto cardíaco medido por la técnica de termodilu-
Sin embargo, los análisis secundarios del estudio encon- ción.
traron falencias metodológicas tales como: uso exagerado
del catéter en 38% de la casuística presentada, la condición Estos parámetros junto con la medición de la presión arterial
retrospectiva del estudio, la presyncia de escalas de grave- sistémica y la frecuencia cardíaca corresponden a las cifras
dad superiores en el grupo que fue monitoreado con el Swan empleadas el) los cálculos de resistencias y trabajos (23).
Ganz y el momento en que se presenta la mortalidad entre Sin pretender una descripción técnica, sólo se amplía la
el 8 y 10 día, con gran dificultad para establecer con certeza utilidad de las mediciones en el análisis del volumen del pa-
una adecuada relación de causa efecto. Todas estas conside- ciente crítico. En la figura 9 se observa la ubicación del caté-
raciones han motivado a un grupo importante de intensivistas ter de arteria pulmonar durante la medición de la cuña.
a retomar el tema, concluyendo que a pesar de no poder de- Al igual que con los datos provenientes de un catéter central
mostrar con trabajos aleatorizados prospectivos el beneficio la evaluación es dinámica y las mediciones deben ir seguidas

Circulación pulmonar

Arteria
pulmonar

Válvula
mitral
abierta

Válvula
tricúspide
abierta

Circulación sistémica

Figura 9. Catéter de la arteria pulmonar; en la punta se puede apreciar la manera como migra el balón inflado hasta ocluir la arteria pulmonar.
15 I TRASTORNOS EN LA HOMEOSTASIS DE LOS LíQUIDOS

de una intervención asociada a una nueva medida que deter- namia, considerando mejor opción la administración de un
mine éxito o fracaso con la terapia. inotrópico (26).
Así la medición de la presión en cuña que corresponde a Como ya se mencionó, la utilidad del catéter de arteria
la presión de llenado del ventrículo izquierdo no ha podido pulmonar ha sido evaluada y muy cuestionada en las últi-
predecir la respuesta del gasto a la administración de volu- mas décadas. Mas allá de la evidencia, consideramos en lo
men, presiones de 12 mmHg, interpretadas como déficit de personal que éste es un instrumento de monitoreo en la ca-
volumen, no demostraron mejoría en el gasto cuando se ad- becera del enfermo cuya información, en ocasiones limitada,
ministraron líquidos, mientras que se obtuvieron mediciones no es más que un elemento del sano juicio clínico y que son
en pacientes en quienes superando los 18 mmHg, mejoraron la experiencia, la manera de interpretar la información y la
el gasto con una carga de volumen (24). Adicionalmente, mu- decisión racional sobre la base de la hipótesis lógica los ele-
chos estados patológicos se manifiestan con asimetría cardía- mentos esenciales del desenlace.
ca, es decir que el débito cardíaco es similar a ambos lados
del corazón pero con diferente presión de llenado, lo que im- Variación de la presión arterial durante la
pide inferir el comportamiento de la cámara izquierda por la ventilación con presión positiva
simple medición de la presión de llenado derecha.
Como alternativa a la medición de las presiones de llenado
Este concepto resalta la utilidad de la prueba de volu-
para predecir la respuesta al volumen, se puede analizar la
men como indicador de la conducta a seguir. La prueba vo-
curva de presión arterial invasiva y determinar los cambios
lumétrica puede generar una curva que reproduce la curva
durante el ciclo respiratorio cuando el paciente es sometido a
de Starling midiendo una presión en cuña inicial, junto con
ventilación mecánica (27).
la medición del gasto cardíaco. Esta gráfica que representa
Durante la aplicación de presión positiva, la presión pleu-
las coordenadas o cuadrantes de Forrester, (hipovolemia,
ral es trasmitida a la aurícula derecha, aumentando la resis-
hipervolemia, hipodinamia, hiperdinamia) ha sido reem-
tencia al flujo de retomo con lo cual disminuye el volumen
plazada de manera progresiva por conceptos más ajustados,
de fin de diástole en el ventrículo derecho y el gasto cardíaco.
en razón a la respuesta ;fisiológica en choque que puede
En condiciones normales puede ocasionar un descenso del
enmascarar la hipovolemia con un gasto cardíaco ficticia-
15 % en el gasto cardíaco, y en pacientes con hipovolemia
mente normal. Basta imaginar dos pacientes con un mismo
puede bajarlo hasta un 70%. Este fenómeno puede hacerse
índice cardíaco (producto de dividir el gasto cardíaco entre
visible durante el monitoreo continuo de la presión arterial
la superficie corporal) en 3,5 litros por minuto, pero uno de
observando una disminución en la presión durante la fase
ellos tiene una frecuencia de 150 latidos, mientras que el
inspiratoria del ciclo respiratorio, con un retomo al normal
otro 60 latidos por minuto. Note como, cuando se compara
en la fase espiratoria (28). Los efectos descritos en el gasto
el índice con la cuña que en ambos casos hipotéticamente
cardíaco pueden ser observados en la siguiente gráfica:
estableceremos en 15, el punto de intersección es el mismo,
pero como es obvio su condición hemodinámica no lo es,
requiriéndose en el primer paciente casi tres veces más fre-
VPS
cuencia para mantener el mismo flujo. Nuevamente aparece
la importancia del volumen tensionado, que puede generar
la misma presión de llenado por causa de la descarga adre-
nérgica y la vasoconstricción (25).
Al calcular el valor del índice latido, la situación cambia,
el primer caso tendrá un valor de 20 cc por latido, mientras
que en el segundo caso el valor por latido es de 60 cc. Con
esta nueva aproximación es más fácil establecer que existe
una diferencia entre los dos pacientes y de acuerdo al aná-
lisis valdría la pena realizar una prueba de volumen en el
primero. Figura 10. Medición de la presión arterial durante la ventilación mecánica.
Una vez obtenida esta primera medición, el paso siguiente El delta superior indica la diferencia entre la línea de base, identificada con
es comparar nuevamente la cuña con el índice latido después el O y el pico de la presión sistólica más alta durante la fase inspiratoria. El
de una carga de volumen. Si el paciente se encuentra en la delta inferior compara el valor de la línea de base con el pico sistólico más
bajo durante la inspiración.
fase ascendente de la curva de función ventricular, en la cual VPS: variación de la presión sistólica, corresponde a la diferencia entre la
el flujo es dependiente de la precarga, la administración de presión sistólica más alta y la presión sistólica mas baja durante la inspira-
volumen incrementará el índice latido de una manera más ción. Las líneas rojas marcan la presión del pulso establecida como la dife-
significativa que la cuña la cual tiende a mantenerse normal. rencia entre la presión sistólica y diastólica. Note la magnitud de la diferen-
cia entre los dos latidos analizados.
Cuando por el contrario, después de la prueba, la cuña tiene
una tendencia a aumentar, manteniendo el mismo gasto, se
Durante el inicio de la inspiración note el incremento en
deduce que probablemente el problema es más de hipodi-
la presión. El punto más alto obtenido por la presión sistó-
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 211
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

lica, con respecto a la línea de base es denominado el delta manera de reservorio, se desplaza hacia el espacio intravas-
superior, el cual es seguido del descenso en la presión arterial cular cuando hay una pérdida aguda de volumen (33).
encontrando un segundo punto de referencia, donde se regis-
tra la presión más baja denominada el delta inferior. Una di- Farmacología de los líquidos intravenosos
ferencia superior a 5 mmHg entre el delta superior y el delta
Cristaloides
inferior, cifra conocida como variación de la presión sistólica
(VPS), o un delta inferior que disminuya con respecto a la lí- Son soluciones con partículas iónicas y no iónicas de tamaño
nea de base mas de 5 mmHg, predice una respuesta adecuada menor a 10 Amstrong, las cuales son capaces de atravesar fá-
a la administración de volumen (29). cilmente una membrana semipermeable; su distribución está
La variación de la presión sistólica puede ocasionar un fal- relacionada con la concentración de sodio. La cinética en los
so positivo, cuando en hipervolemia la inspiración genera un diferentes espacios difiere en pacientes sanos e hipovolémicos.
aumento inicial de la presión durante la fase inspiratoria, que En el primer grupo, la administración intravenosa de solución
supera los 5 mmHg sobre la presión sistólica más baja sin salina expandirá el espacio intravascular alrededor de una ter-
que exista disminución de la presión durante la fase inspira- cera parte del volumen infundido y luego de 30 minutos sólo
toria. En esta condición, una estrategia con volumen no sólo un 16% permanece en dicho espacio. En presencia de hipovo-
no mejora el gasto sino que además incrementa la probabili- lemia ocurre una reducción en la tasa de eliminación del lacta-
dad de complicaciones, Por este motivo, se recomiendan dos to de Ringer incrementando su volumen efectivo. Una pérdida
mediciones dinámicas adicionales para mejorar la precisión de 450 cc de sangre se repondrá con 2000 cc de ringer depen-
de la prueba. Otra alternativa es la variación sistólica respira- diendo de la velocidad de reemplazo. Así, cuando se repone la
toria que aún no ha demostrado sensibilidad para el manejo pérdida con un cristaloide se calcula un promedio de 3 a 4 cc
del volumen (30, 31). de solución por cada cc de sangre perdida.
En la reposición aguda de volumen con cristaloides, la
Selección de la solución selección está entre solución salina normal y el lactato de
Ringer encontrando en la primera una concentración más alta
Muchas referencias establecen que el tipo de líquido ade- de cloro (154 meq) la cual puede condicionar un cambio en
cuado para la expansión de volumen debe ser un cristaloi- la diferencia de iones fuertes con acidemia metabólica hiper-
de isotónico como la solución salina normal o el lactato de clorémica. Esta condición, si bien no tiene mayores efectos
Ringer. Una revisión reciente considera que la terminología nocivos, puede confundirse con acidemia metabólica secun-
empleada no es óptima y sí confusa, considerando que no daria a la hipoperfusión orgánica (34-36) y favorecer un cír-
todos los cristaloides isotónicos funcionan como expansores culo vicioso terapéutico innecesario y a veces peligroso.
de volumen. En comparación con el plasma el lactato de Ringer tiene
La osmolalidad del plasma normal es 290 mosm/lt y cuan- una osmolaridad más baja, por lo cual reduce la osmolalidad
do se analiza la osmolalidad de las soluciones empleadas se sérica y favorece la formación de edema cerebral. Por esta
puede observar que a pesar de ser expansores efectivos no razón no es de elección en trauma de cráneo. Las soluciones
son isoosmóticas. De otro lado, la dextrosa en agua destilada dextrosadas se distribuyen en el agua corporal total y al con-
a15% adicionando 0,1 % de cloruro de sodio se convertiría en sumirse el azúcar, se convierten en hipotónicas, por lo cual,
una solución isotónica de acuerdo con la definición, a pesar solamente el 6,25 % del volumen infundido se mantendrá in-
de carecer de un adecuado efecto expansor de volumen. travascular (37).
Con el fin de mejorar la definición de términos en los tex-
tos médicos, los autores proponen el término de líquidos iso- Tabla 3. Diferencia en la composición de las soluciones cristaloides.
tónicos, isonatrémicos para la solución salina y el lactato de
Ringer que son los mejores expansores de volumen durante Sodio Cloro Potasio Calcio
la reanimación (32).
La administración de líquidos intravenosos tiene como ob- Solución salina 154 154 O O
jeto reponer las pérdidas en cada uno de los compartimientos. Lactato de Ringer 130 109 4 3
Vale la pena recordar que una solución administrada en el Dextrosa agua destilada O O O O
espacio intravascular genera un desplazamiento de fluidos Solución salina 3 % 513 513 O O
entre los diferentes compartimientos orientados por la con-
centración de partículas osmóticas en la solución. Teniendo Coloides
en cuenta la distribución compartimental del agua con un vo- Los coloides son soluciones con partículas que van entre los
lumen intersticial tres veces mayor al intravascular, la disper- 10 y los 1000 Amstrong, con un tamaño suficiente para ejer-
sión de las soluciones administradas mantendrá esta relación, cer una presión oncótica a través de la membrana microvas-
desplazándose aproximadamente 2/3 hacía el intersticio, y cular. En comparación con los cristaloides tardan más tiempo
1/3 restante conservándose intravascular. Este desplazamien- en el espacio vascular dependiendo de la velocidad de infu-
to condicionador del edema puede tener un efecto deseable, sión, el tamaño, la forma y la carga iónica de las moléculas
dado que es precisamente el líquido interstiticial el que, a que lo componen.
15/ TRASTORNOS EN LA HOMEOSTASIS DE LOS LíQUIDOS

Con respecto a su composición, .la albúmina es el único les libres y preserva la integridad microvascular. En pacientes
coloide con un tamaño uniforme de moléculas; los otros es- sanos contribuye con el 80% de la presión oncótica pero en
tán conformados por un amplio rango de partículas lo que enfermos críticos, la albúmina sérica se correlaciona pobre-
hace imposible predecir el tiempo en que persistirán en el mente con la presión coloidosmótica. El proceso de pro<;luc-
espacio intravascular sobre la base de su peso molecular. ción es derivado de albúmina humana por lo cual, a pesar de
Pueden· clasificarse de acuerdo a su origen en naturales su purificación, existe riesgo teórico de transínisión de enfer-
como la albúmina, el dextran y la sangre y semisintéticos medad por priones (39).
como las gelatinas modificadas, los almidones y las solucio-
nes de hemoglobina. Solución salina hipertónica
Algunas características farmacológicas particulares se La administración de solución hipertónica entre el 3 y el
describen a continuación: 7,5% produce un aumento transitorio en la osmolalidad plas-
mática que aumenta el volumen intravascular por encima del
Gelatinas
volumen que ha sido infundido. La infusión de 200 ce de
Los polipéptidos de gelatina son derivados de colágeno bovi-
salina al 7,5% en un hombre de 70 kg aumentará el volumen
no modificados en su estructura para incrementar el tamaño
de líquido extracelular en 1,6 lts (Moss y Gould, Perspectives
de las moléculas y facilitar su permanencia intravascular. Las
in shock research 1989; 293-302). Su administración en trau-
gelatinas de puentes de urea (Haemacel ®) con un peso mo-
ma se ha convertido en una herramienta útil con la cual en
lecular promedio de 24500 Dalton se derivan de la degrada-
poco tiempo se logra un efecto volumétrico importante que
ción de cartílago, mientras que las gelatinas succiniladas de
facilita la reanimación temprana. Este concepto se discutirá
la degradación de colágeno y la adición de ácido succínico.
más adelante cuando se especifique la reposición de volumen
El Haemacel® tiene un promedio de 80% de partículas me-
en trauma.
nores de 20 KDa las cuales se eliminan rápidamente por vía
Adicional a las propiedades osmolares, la solución hiper-
renal con un tiempo medio de permanencia intravascular de al-
tónica tiene efectos en la microcirculación y efectos inotró-
rededor de 3 horas que es, inferior a las gelatinas succiniladas.
picos que sumados pueden mejorar el perfil hemodinámico
Como efectos colaterales pueden inducir reacciones anafi-
del paciente en choque. Recientemente se le han atribuido
lactoides y a pesar de tener menores efectos sobre la coagula-
también propiedades inmunomoduladoras a través de un halo
ción pueden intelferir con la agregación plaquetaria por el ele-
hipertónico que formado en el neutrófilo impide la liberación
vado contenido de calcio, sobre todo con el Haemacel ® (34).
de los productos de su degranulación. (Rizoli SB, Rotstein
OD, Parodo J, et al. Hipertonic Inhibition of Exocytosis in
Dextranes
Neutrophils. Am J Physiol2000; 279: C619-C633).
Producidos por la acción de la dextran suerosa sobre el cre-
Su uso en el trauma de cráneo ha mejorado el pronóstico
cimiento de la bacteria Leuconostoc mesenteroides en un
neurológico y es una herramienta útil para la terapia osmóti-
medio de suerosa. Son buenos expansores de volumen con
ca en el manejo de la hipertensión endocraneana.
una vía de eliminación renal y un efecto colateral sobre la
adhesividad plaquetaria y la fibrinólisis relacionándose con
Cristaloides y coloides en la reanimación
una mayor tasa de sangrado, pero con algún efecto benéfico
en la prevención del tromboembolismo. Pueden interferir con Durante los últimos 50 años, se ha debatido ampliamente
las pruebas cruzadas (fenómeno de rouleaux) y rara vez oca- sobre la solución más adecuada para la reanimación. Ven-
sionan reacciones anafilácticas. tajas teóricas descritas por entusiastas con ambas terapias
presentan justificaciones para cada cual> Así, los defenso-
Almidones (Starches) res de los cristaloides aducen la importancia de reanimar
Polímetros modificados de la amilopectina desdoblados por el intersticio y los defensores de los coloides abocan las
la amilasa en la circulación, sustituyendo los grupos hidroxi- ventajas de la perriÍanencia por más tiempo en el espacio
lo por unidades de D glucosa que les permite un mayor tiem- intravascular.
po de permanencia en el espacio intravascular. Ante esta discrepancia han aparecido múltiples estudios
Los polímeros con un peso molecular inferior a 50 kDa en la literatura comparando ambas soluciones, resaltando
son eliminados rápidamente por el riñón y las moléculas de que la calidad metodológica mejorada en los trabajos más
almidón pueden ser atrapados en el sistema retículo-endote- recientes no ha logrado tampoco proporcionar evidencia su-
lial depositándose en hígado, bazo, músculo, piel e intestino ficiente pat"a definir cuál es la mejor solución. Las conclu-
desconociéndose sus efectos a largo plazo, suficiente razón siones de los metanálisis son variables; una primera rev'isión
para que muchos médicos no los empleen (38). de Cochrane con un total de 24 estudios y 1.419 pacientes
encontró un incremento en la mortalidad del 6% en pacientes
Albúmina que recibían albúmina en comparación con los que recibieron
La albúmina es un polipéptido con un peso molecular entre cristaloides. Un segundo trabajo 'del mismo grupo revisó 55
65 a 69 kDa. Cumple además funciones de batTido de radica- at"tículos con 3.504 pacientes donde no se pudo demostrar
este hallazgo (40-43).
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 213
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

El último trabajo. prospectivo, controlado y áleatorizado indiscriminado de diuréticos generando a veces hiperna-
que evaluó el tema es el estudio SAFE "Saline vs. Albumine tremia.
Fluid Evaluation". Se incluyeron 6.997 pacientes para recibir
albúmina al 4% o solución salina como parte de la reanima- Desde el punto de vista clínico las siguientes consideraciones
ción, sin que se haya establecido una diferencia significativa se resaltan en el manejo de líquidos en los ancianos:
entre ambas terapias excepto el costo, que favorece de mane- • Menor tolerancia a las cargas de volumen, sugiriendo un
ra ostensible a los cristaloides (44). manejo mesurado y orientado por alguna de las pruebas
Sin encontrar ventajas relacionadas con mortalidad o mor- dinámicas que se explicaron anteriormente.
bilidad asociadas por su costo, la recomendación actual es • Función renal en el límite. Es importante evitar la hipo-
continuar la reanimación con cristaloides en el paciente crí- volemia y en lo posible los fármacos nefrotóxicos, como
tico. medios iodados, aminoglucósidos, AlNES, etc.
• Los pacientes mayores son más lábiles a los cambios
Administración de volumen en condiciones bruscos en la concentración de sodio. La corrección de
especiales las alteraciones electrolíticas debe ser gradual y orientada
por la clínica. No olvidar que la principal medida es tratar
Líquidos y electrolitos en el anciano
la causa desencadenante.
En el mundo, la proporción de pacientes ancianos aumenta
rápidamente. Este fenómeno se ha relacionado con una alta Líquidos en trauma
probabilidad de atenderlos con patologías complejas que re- El tratamiento de la hemorragia de origen traumático, requie-
quieren administración de volumen en las áreas de urgencias, re de la administración temprana de líquidos para reestablecer
cirugía o medicina crítica. Los cambios fisiológicos relacio- la pérdida del volumen sanguíneo. Las guías que orientqn su
nados con la edad condicionan una mayor labilidad a la agre- manejo proponen una estrategia agresiva donde las medidas
sión, generando fácilmente serios trastornos en el metabolis- de control local con compresión van seguidas de la canaliza-
mo del agua y los electrolitos. Cambios en la composición ción de dos venas con catéteres de un calibre 16 g o 140 y la
orgánica, en la función renal y en la respuesta metabólica son administración de una solución cristaloide en un volumen de
factores desencadenantes de este fenómeno (45). 40 aSO cc por kg (13).
1. Disminución en el agua corporal total. Como se analizó Este enfoque, ha sido cuestionado en los escenarios de
en la revisión de la fisiología, la proporción de agua cor- atención prehospitalaria por la posibilidad del rápido rees-
poral se modifica con la edad, llegando a corresponder al tablecimiento de la presión con la eventual remoción del
50 % del peso magro en pacientes de 80 años. coágulo incrementando la incidencia de sangrado. De otro
2. Disminución en la tasa de filtración glomerular. Más o lado, el tiempo necesario para la infusión de grandes cargas
menos 10% por cada década, no necesariamente relacio- de volumen puede no ser suficiente para reestablecer la vo-
nada con la edad sino con patologías asociadas. El valor lemia y la condición de choque llegar a un punto de colapso
de creatinina en los pacientes mayores no refleja la condi- cardiovascular. Es decir que la reposición de volumen queda
ción funcional del riñón. Al comparar los mismos valores encasillada entre dos posiciones contrarias que de un lado
de creatinina en grupos de pacientes mayores con jóve- pueden llevar a un choque irreversible y del otro a incremen-
nes, se observa que las cifras de filtración glomerular son tar la tasa de sangrado.
mucho menores en los ancianos, justificando la igualdad En la actualidad aparecen algunos conceptos como la re-
en la cifra de creatinina en una menor masa muscular, con animación hipotensa y la administración de me~~las de cris-
menor degradación de la creatina (46). taloides y coloides que han tenido un resultado alentador,
3. Desde el punto de vista metabólico, los trastornos del so- sobre todo en pacientes con heridas bélicas cuyo escenario
dio son más frecuentes en los ancianos. La frecuencia de impone rapidez en la reanill,lación y adversidad en las condi-
hiponatremia aumenta y se relaciona con un incremen- ciones de atención.
to en la secreción de hormona antidiurética, asociada a
menor capacidad de concentrar la orina. La liberación de Metas de la reposición de volumen
péptido natriurético atrial también se eleva con la consi-
guiente pérdida de sodio acompañada de una disminución Las recomendaciones de reanimación en trauma, están orien-
en la liberación de aldosterona. Al parecer obedece a una tadas por opiniones de expertos, consideraciones fisiológicas
mayor sensibilidad en el osmotato hip otalámic o, el cual y análisis de trabajos de cohorte en humanos además de va-
con estímulos incluso de menor intensidad desencadena rios trabajos experimentales, sin que exista evidencia contun-
la liberación de mediadores que buscan inicialmente co- dente que pueda generar consensos. El paciente traumatiza-
rregir una alteración en la fisiología normal. do, se puede dividir en 2 grupos (47).
4. El mecanismo de la sed también se compromete en los 1. Paciente con una lesión penetrante. La meta es lograr
ancianos, limitando la ingestión de agua, aún en casos de en lo posible el control compresivo d~ la hemorragia. para
grandes pérdidas de volumen por diarrea, vómito o uso iniciar la reposición de volumen, administrando crista-
loides en alícuotas de 500 cc para asegurar una presión
15/TRASTORNOS EN LA HOMEOSTASIS DE LOS LíQUIDOS

sistólica por encima de 90 mmHg. Durante el transporte, debido al aumento en la capacitancia con disminución en el
ante la dificultad para medir la presión arterial por medio volumen tensionado, y una hipovolemia verdadera, secunda-
de oscilometría, la meta es mantener una presión que ge- ria a pérdidas externas, por vómito, diarrea, sondas, o por la
nere pulso radial y que reestablezca un estado de alerta. formación de un tercer espacio en el peritoneo o intersticio,
Como se anotó anteriormente, este concepto tiene el mis- pudiendo coexistir además depresión miocárdica y signos de
mo peso en la evidencia del de las guías de ATLS en las disfunción ventricular que ameritan soporte hemodinámico
cuales la carga de volumen recomendada es de 2000 CC. con inotrópicos o vasoactivos (12). El manejo inicial sin em-
Se necesitan más trabajos para recomendar una estrategia bargo, se centra primordialmente en la reposición de volumen,
definitiva en este aspecto. Los conceptos de reanimación con las siguientes recomendaciones en su orientación (14):
hipotensa que han generado tanta controversia requieren 1. La discusión entre coloides y cristaloides. Ha sido ana-
aún una confirmación científica para usarlos como rutina lizada en otros tópicos sin que exista en esta patología
de manejo; sin embargo, Bickell y col s (48), mostraron una conclusión diferente. Por su menor costo, se sugiere
una supervivencia superior en los pacientes con reani- iniciar la reanimación con cristaloides.
mación tardía enfatizando la prioridad del control hemo- 2. Cantidad de volumen a administrar. El grupo de campaña
rrágico sobre la normalización de la presión arterial. En de supervivencia para la sepsis, recomienda iniciar con
nuestro medio, esta tendencia debería ser proscrita hasta una carga de cristaloides de 2000 cc en adultos.
no tener promedios de atención prehospitalaria en calidad
y tiempo, parecidos a los de países donde se han hecho los Posteriormente la reposición debe orientarse por pruebas di-
estudios, para poder hacer comparables las poblaciones y námicas de volumen mirando la respuesta clínica orientada a
los criterios de inclusión en los ensayos. la evaluación de la perfusión tisular.
2. El paciente con lesión contundente. En este grupo es
importante establecer una diferencia entre los enfermos Reanimación dirigida por metas
con trauma de cráneo y los que no lo tienen. En trauma
Este concepto, explorado por autores como Gattinoni (51) y
craneoencefálico, la prioridad es reestablecer la presión
Shoemaker (52), tomó nuevamente vigencia con el trabajo de
de perfusión cerebral, idealmente en la primera hora. La
Rivers (7). En la conclusión inicial resaltaba la importancia
recomendación es la administración de volumen hasta ob-
de la saturación venosa central superior a 75% como meta de
tener una presión arterial sistólica superior a 110 mmHg.
reanimación. En sepsis, su sensibilidad ha sido cuestionada
Esta meta no debe dejar de lado las prioridades del ABC
pues el valor puede verse afectado por cortocircuitos periféri-
de la reanimación, con el aseguramiento de la vía aérea y
cos con un incremento de su valor sin significar una adecuada
si el Glasgow es menor de 9 intubación traqueal con los
perfusión. Sin embargo, este trabajo mostró una diferencia
cuidados de la columna cervical. Se deben descartar ade-
significativa en el riesgo absoluto de morir de 16% cuando se
más lesiones asociadas que participen en la etiología del
orientaba la terapia por metas comparado con la reanimación
choque como lesiones en la médula espinal o neumotórax
tradicional. El doctor Rivers nos dejó ver la importancia de la
a tensión.
reanimación temprana, pues el volumen de líquidos infundi-
dos resultó ser el mismo en los dos grupos pero en el grupo
En los pacientes sin trauma craneoencefálico la meta es rees-
de reanimación orientada por metas fue administrado más
tablecer la presión sistólica alrededor de 90 mmHg orientan-
temprano (6 horas).
do la reanimación por la aparición del pulso radial.
En resumen, en sepsis cualquier solución puede ser de elec-
La controversia entre coloides y cristaloides no se aleja del
ción entre coloides o cristaloides sugiriendo el segundo grupo
escenario en el manejo del paciente traumatizado, resaltando
por su disponibilidad y costo. Debe orientarse la reposición
las conclusiones que se presentaron en el enfoque general.
por medidas dinámicas y de manera temprana. Este último
La reanimación inicial con cristaloides no ha mostrado
punto es definitivo para el desenlace y resalta la importancia
diferencia en los desenlaces de mortalidad y morbilidad por
en la formación médica de todos los actores en este sentido.
edema pulmonar o tiempo de estancia hospitalaria. Ante la
diferencia de costos sugerimos su utilidad durante la atención
Líquidos en cirugía cardíaca
inicial del trauma.
En el campo de la medicina militar es posible, dadas las Los pacientes para cirugía cardíaca generalmente tienen una
características del escenario inicial que la mezcla de solución menor reserva, principalmente generada por los fenómenos
hipertónica más un coloide tenga alguna aplicación. Este de hibernación y rigidez ("stuning") o por alteraciones de la
concepto tampoco tiene el nivel de evidencia suficiente para geometría de las cámaras consecuencia de enfermedad valvu-
convertirse en recomendación definitiva (49,50). lar, cortocircuitos, hipertrofia o dilatación. Por consiguiente,
la reposición volumétrica amerita un enfoque especial (53):
Líquidos en sepsis 1. Las metas de máximo volumen telediastólico buscando
el máximo punto de la curva presión volumen pueden ser
El fenómeno de vasodilatación que caracteriza el choque
peligrosas.
séptico como distributivo ocasiona una hipovolemia relativa,
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 215
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

2. La combinación de apoyo inotrópico temprano puede ser


útil.
3. La hipovolemia a la salida de la bomba, durante la ad-
ministración de protamina o en el recalentamiento es un
hallazgo frecuente.
4. La administración de presores o inotrópicos para subir
la presión arterial como única meta está proscrita por ser G Efecto de Gibas Donnan
0= Coeficiente osmótico promedio de las sales del sodio
alTitmogénica y muy peligrosa.
Naos m inactive + Kos m inactive = Corresponden al valor de las fracciones del sodio
5. En cuanto al sangrado debe cOlTegirse precozmente en el y el potasio que no son activas osmóticamente.
postoperatorio con procoagulantes si es por coagulopatía, osmol¡CF +osmol EcF = Representa el valor de la osmolaridad inducida por
no olvidar que la hipotermia es una causa frecuente, o con partículas diferentes del sodio y el potasio
[K+]lllV = Potasio del agua plasmática.
revisión quirúrgica temprana.
6. La administración de volumen en el postoperatorio una
Cuando nosotros observamos una alteración en el valor
vez reanimado el paciente es igual a los requerimientos
del sodio, sólo estamos viendo la punta del iceberg y antes
basales.
de tomar la decisión de cuál será la terapia a establecer, debe
7. Recordar que la redistribución de volumen posreanima-
analizarse con precaución todos los factores implicados, para
ción no OCUlTe en estos enfermos y la incidencia de ede-
no incunir en acciones iatrogénicas y peligrosas.
ma pulmonar aumenta, por lo que los excesos de volumen
no son bien tolerados y el uso de inotrópicos o diuréticos
puede ser útil. La mejor guía para administrar volumen es Aspectos fisiológicos del metabolismo del
la vigilancia integral cercana. sodio
8. Por último, y a pesar de que algunos autores han descri- El análisis de las ecuaciones planteadas permite ver cómo el
to la aplicación de técnicas de filtración para el manejo cambio en el agua corporal total y el desplazamiento de los
de la carga de líquidos (54), 'es la orientación juiciosa y fluidos en los diferentes espacios condicionan un cambio en
mesurada del manejo del volumen el punto que conside- el valor del sodio.
ramos como clave del éxito de la terapia en este grupo de La composición y el volumen de los líquidos corporales
pacientes. permanecen constantes a pesar de grandes vmiaciones en los
ingresos diarios de agua y solutos. Se debe tener en cuenta
Trastornos en la composición del agua corporal los líquidos ingresados por vía por vía intravenosa, además
La complejidad de los fenómenos metabólicos durante la del agua producida en el desdoblamiento de nutrientes, cuyo
atención del paciente grave amerita esbozar algunos tópicos contenido puede cOlTesponder en una dieta normal a 1 litro
que buscan cOlTegir el volumen circulante, con énfasis espe- por día. La proporción calculada para 1 g de cm"bohidratos es
cialmente con énfasis en las disnatremias. 0,55 mI de agua al metabolizarse, 1 g de proteína 0,41 mL y
Los trastornos de la homeostasis del sodio son los más 1 g de grasa libera 1,07 mL.
frecuentes y complejos por lo que generan dudas y elTores De las pérdidas de agua, el concepto de pérdidas insensi-
terapéuticos. La dificultad en el manejo de los trastornos del bles no sólo es el más constante sino que en condiciones de
sodio tiene su origen en el hecho de que la concentración enfermedad crítica puede adquirir especial relevancia. Éstas
plasmática es modulada, no solamente por el balance de su se aumentan con la fiebre, con la temperatura ambiente y con
masa, sino por cambios en el agua y el potasio. Es decir que ventilación mecánica, pues el aire exhalado está ca-si saturado
en buena parte de los casos, el valor del sodio solamente re- con vapor de agua. Una persona sujeta a trabajo pesado, en
fleja una alteración en otro componente del balance hidro- un ambiente caliente puede perder hasta 200 mL por hora por
electrolítico (55). perspiración. Las pérdidas digestivas son mínimas, pues aun
Este aspecto del metabolismo no es reciente, pues desde cuando la cantidad de líquidos secretados es grande (8,200
1950 el doctor Edelman desalTolló una aproximación ma- mI aproximadamente), la reabsorción normalmente es casi
temática que expone la verdadera relación del sodio con el total, excepto en condiciones patológicas como la dimTea o
agua plasmática (56). cuando se deja una sonda gástrica para drenaje (5, 57).
La orina excreta más de la mitad del agua que se pierde. El
[Na+] pw =1,11 (Nae +Ke)/ACT - 25,6 volumen urinario mínimo depende de la cantidad de materia-
les de desecho que deben ser eliminados y de la capacidad de
La ecuación de Edelman ha sido empleada únicamente con concentración del riñón.
fines de investigación por su complejidad, sin embargo, en El mantenimiento de la osmolalidad plasmática con un
los últimos años ha renacido un nuevo interés en determinar valor promedio de 286 a 292 mosmollL es una prioridad
cuál es la forma COlTecta de analizar los trastornos del sodio estrechamente regulada, gracias al cont¡'ol de la sed, de la
y sus factores implicados (55). hormona antidiurética (RAD) y de la función renal. En los
ancianos y en los niños pequeños el mecanismo de la sed
15/TRASTORNOS EN LA HOMEOSTASIS DE LOS LíQUIDOS

se ve alterado como ya se expuso, condición que facilita la agua al interior de la célula. En caso de no ser corregido,
aparición de hipernatremia. el siguiente mecanismo en la hiponatremia es la formación
de osmoles idiogénicos, que son en su mayoría polialcoholes
Ingestión y balance de sodio como el sorbitol y el inositol, o aminoácidos y metilaminfls.
El riñon es el regulador más importante del balance de N a+ Ellos tardan alrededor de 4 días en formarse e igual tiempo
y responde a cambios en el volumen circulatorio, a través de en eliminarse condicionando un efecto osmótico adicional a
sensores localizados en diferentes órganos y a estímulos de tener en cuenta cuando se considere una corrección aguda del
volumen u osmolares. trastorno electrolítico, pues al quedar atrapados en el interior
Cuando el volumen de líquido extracelular se incrementa, de la célula pueden atraer grandes cantidades de volumen al
la excreción de sal aumenta en un intento de recuperar volu- líquido intracelular con la formación de edema y lisis.
men. Por el contrario, en presencia de depleción de volumen,
como en la restricción de Na+, durante ortostatismo, cirrosis Hiponatremia
hepática con ascitis, síndrome nefrótico o insuficiencia car- Como ya se describió, la hiponatremia representa el trastorno
díaca, el riñón retiene Na+ para tratar de restablecer el vo- electrolítico más frecuente en el paciente hospitalizado. Se
lumen circulatorio. En falla cardíaca la falta de flujo renal define como un valor sérico menor de 130 meq por litro que
es falsamente interpretada como hipovolemia, disparando usualmente genera signos y síntomas con cifras por debajo
mecanismos de retención hídrica y sustancias presoras que de los 125 meq por litro.
forman un círculo vicioso. Para su evaluación se sugiere el siguiente algoritmo (58):
1. Evalúe la osmolalidad sérica. En la evaluación de la os-
Regulación de la osmolalidad plasmática molalidad se busca establecer si existe algún soluto que
La osmolalidad plasmática se mantiene constante gracias al condicione un desplazamiento de agua, desde el interior
equilibrio entre ingreso y salida de agua, integrando mecanis- de la célula hacia el plasma. Condiciones como la hiper-
mos centrales en el hipotálamo e hipófisis con la regulación glicemia deben ser tenidas en cuenta, recordando que un
de la sed y la liberación de hormona antidiurética. Su ajuste es incremento de 100 mg por decilitro disminuye en 5,6 meq
regulado básicamente por la osmolalidad del plasma que cir- la concentración plasmática de sodio. Otra condición que
cula a través del sistema porta hipotálamo-hipofisiario. Una puede alterar la osmolalidad plasmática es el manitol,
elevación en la osmolalidad genera la liberación de hormona usado frecuentemente en el tratamiento del paciente neu-
antidiurética con la consecuente retención de agua disparan- roquirúrgico, condicionando una dificultad adicional en el
do adicionalmente el mecanismo de la sed, que es el elemento diagnóstico etiológico del trastorno en el sodio.
más eficiente del sistema. Por el contrario, un plasma diluido 2. Evalúe la osmolalidad urinaria. Con esto se busca deter-
e hipoosmolar desencadenará una inhibición en la liberación minar si el mecanismo regulador de la liberación de hor-
de ADH, generando una orina más diluida. Cuando el proble- mona antidiurética se encuentra intacto. Cuando aumenta
ma es hipovolemia, el sistema prioriza el mantenimiento de el volumen de agua que ha diluido el sodio, la disminución
la presión de perfusión y reteniendo líquidos y sacrificando en la osmolalidad condiciona un freno en la liberación de
la tonicidad. Este estímulo secundario a la contracción del hormona antidiurética favoreciendo la eliminación del ex-
volumen circulante nace en los barorreceptores auriculares ceso de agua en forma de orina diluida por lo general con
y en los grandes vasos y viaja en las fibras nerviosas de los una osmolalidad de hasta 50 mOsmlkg, y reflejada en una
pares craneales IX y X al hipotálamo. Existen otros factores densidad de 1,003 a 1,005 (hipostenuQa). Cuando la causa
potentes que desencadenan la liberación de hormona anti- de la hiponatremia es por pérdida de sodio, la osmolalidad
diurética, como dolor, estrés emocional (miedo), coito, ejer- urinaria sigue siendo alta,,(mayor de 200 rriOsrnJ kg).
cicio, náusea, hipoxia, hipoglucemia, hipotensión arterial y 3. Determine el estado de volumen. Este punto es clave en
diversas drogas (morfina, barbitúricos, nicotina, meperidina, la clasificación, pero puede ser complejo y por lo tanto
histamina, agentes colinérgicos, éter y adrenalina a grandes desviar el objetivo terapéutico. Para determinar el estado
dosis). Estos factores son de mayor importancia en pacientes de volumen podemos valernos de la clínica, con los cam-
hospitalizados, en quienes la hiponatremia es más frecuente. bios en la presión inducidos por los cambios de posición
Un concepto adicional desde el punto de vista fisiopatoló- y la aparición de taquicardia o vasoconstricción periférica
gico es la respuesta celular, en especial del sistema nervioso complementados con paraclínicos como concentración de
central, a un cambio en la concentración de sodio plasmático bicarbonato y ácido úrico o monitoreo de la volemia y la
que generalmente ocurre en dos fases: una primera o de cam- relación del nitrógeno ureico sanguíneo con respecto a la
bio rápido en la concentración de electro lito s intracelulares, creatinina, de 20: 1. Definir el tiempo de evolución.
que usualmente se desarrolla en cuestión de horas y desplaza
el sodio y el potasio hacia fuera en caso de hiponatremia y Antes de considerar la reposición del sodio es fundamental
hacia dentro en caso de hipernatremia. Este mecanismo bus- determinar el tiempo de evoluci<~n. En pacientes crónicos,
ca cambiar rápidamente la osmolalidad en el medio intrace- definidos como mayores de 4 días, y cuando ya han apare-
lular y de esta manera evitar la salida o entrada abrupta de cido los osmoles idiogénos, la utilización de soluciones con-
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 217
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

centradas de sodio, está indicada si hay riesgo de lesión del sal, el cual, a diferencia del primero, cursa con hipovolemia,
sistema nervioso central, dado por convulsiones deterioro en inducida por la pérdida de sodio secundaria a la liberación de
el estado de conciencia, recomendando no iniciar ninguna te- péptido natriurético cerebral.
rapia si se encuentran asintomáticos. Otras causas de secreción inadecuada son las porfirias y
En los pacientes agudos, la sintomatología también orien- en el síndrome de Guillain-Barré, la enfermedad de Addison
tará la corrección de forma rápida, entendiéndose por rápida y trastornos de la pituitaria anterior con déficit de hormona
un máximo de 1 meq/ litro por hora hasta llegar a un sodio adrenocorticotrópica.
sérico de 125, momento en el cual no debe superar los 6 a 8 La eliminación de agua se altera en el hipotiroidismo de-
meq en 24 horas. bido al descenso en el gasto cardíaco, la reducción del flujo
En los jóvenes, mujeres en edad premenopáusica y en los sanguíneo renal y de la filtración glomerular. Una causa adi-
pacientes con trastornos del sistema nervioso central, la sus- cional es el SIDA que se asocia en el 35% de los pacientes.
ceptibilidad a la lesión neurológica inducida por la corrección El tratamiento depende de la gravedad e intensidad de la hi-
rápida de la hiponatremia es mayor, por lo que su corrección ponatremia:
debe ser más cuidadosa. e Restricción de HzO si el cuadro es moderado.
e Furosemida con reposición del sodio y el potasio perdi-
Causas de hiponatremia dos.
Hiponatremia asociada a exceso de sodio yagua con e Uso de corticoides en la deficiencia de glucocorticoides.
edema e Uso de hormonas tiroideas en el mixedema.
Ejemplos en este grupo son los pacientes con falla cardíaca e Tratamiento de las infecciones pulmonares, la insuficien-
o ascitis asociada a la cirrosis hepática. Su origen se basa en cia cardíaca y resección, radiación o quimioterapia del
la activación del sistema renina angiotensina y aldosterona tumor productor de HAD
y su tratamiento tiene como fundamento la eliminación del e Empleo de sales de litio (potencialmente tóxicas) o de de-
exceso de agua libre con la administración de diuréticos de mec1ocic1ina (este último medicamento es más promete-
asa, y una orina más diluida. dor).

Insuficiencia renal Polidipsia compulsiva o psicótica


En la crónica, no hay capacidad para diluir la orina por des- La polidipsia es común en pacientes psiquiátricos y en al-
censo importante en la filtración glomerular. En un enfermo gunos casos se puede complicar con síntomas graves de hi-
con una filtración glomerular de 5 ml/min (7 L/día), se estima ponatremia. La mayoría de los casos estudiados cursan con
que sólo 20% del filtrado glomerular alcanza las porciones orinas diluidas al máximo (osmolaridades por abajo de 100
distales del nefrón y, por lo tanto, la cantidad máxima de mosmol/L). Al reducir la ingesta de agua persiste diuresis
agua libre que puede excretar es 1,4 L/día; cualquier exceso elevada que retorna el Na+ sérico a lo normal o a cifras cerca-
en esta cifra dará lugar a expansión del espacio extracelular. nas a lo normal. Lo sorprendente es que estos pacientes, que
pueden diluir la orina al máximo, desarrollen h~ponatremia.
Síndrome de secreción inadecuada de hormona La terapia es simplemente restringir la ingesta de agua.
antidiurética
La secreción de vasopresina se considera inadecuada cuan- Depleción de volumen asociada a hiponatremia
do su liberación persiste en ausencia de estímulos osmóticos Las pérdidas extrarrenales de volumen son habitualmente
y hemodinámicos. La secreción inadecuada impide la con- gastrointestinales, vómito o diarrea, pero pueden. ocurrir por
centración normal de la 'orina, pero el control del balance formación de un "tercer espacio" (quemaduras, tr~uma, peri-
de sodio no se altera. De hecho, cuando la hiponatremia se tonitis, pancreatitis, cirugía abdom1nal mayor). El riñón sano
presenta como resultado de la retención excesiva de agua, responde con retención de ~odio yagua, la orina es hipertó-
la expansión del volumen extracelular dispara la natriuresis. nica (osmolaridad 400-600 mosmol/L) y la concentración de
En estas condiciones la excreción de sodio puede exceder la sodio urinario se encuentra por debajo de 10 mEq/L. Si la
ingestión, lo que da la falsa impresión de una pérdida de sal. fuente de pérdida salina es el riñón, o el uso indiscriminado
Este balance negativo de sodio puede exacerbar la hipona- de diuréticos y la enfermedad de Addison, la concentración
tremia. Los pacientes con secreción inadecuada de hormona de sodio urinario puede sobrepasar 250 mEq/L. Un paciente
antidiurética tienen orina concentrada (hipertónica), sodio en hiponatrémico, hipovolémico, con sodio urinario arriba 20
orina por encima de 20 mEq/L, e hiponatremia. mEq/L e hiperkalemia con elevación de urea, sugiere el diag-
Las causas más frecuentes de liberación de hormona anti- nóstico de insuficiencia suprarrenal o insuficiencia renal.
diurética son el dolor, la ansiedad, el postoperatorio y los fár- La secreción excesiva del péptido auricular natriurético
macos que se enunciaron anteriormente, sin embargo, como con 4 variedades puede producir pérdida renal de sal e hipo-
síndrome de secreción inadecuada, los pacientes con pato- natremia. Este síndrome que hemos enumerado como diag-
logías del sistema nervioso central representan el principal nóstico diferencial del síndrome de secreción inadecuada de
grupo. Su diagnóstico diferencial es el síndrome perdedor de hormona antidiurética en el paciente neurológico, se conoce
15/ TRASTORNOS EN LA HOMEOSTASIS DE LOS LíQUIDOS

como cerebro perdedor de sal. En ambas condiciones la ex- Cambio en el sodio sérico =256 - 120 / (0,6 * 60) + 1
creción de sodio se eleva yen ambos casos se pueden encon-
trar niveles altos del péptido auricular natriurético. Con un resultado en 3,7 meq por cada litro de solución in-
Dada la consideración de mayor riesgo de corrección agu- fundida al 1,5%. De esta manera, si queremos incremt;ntar
da en el paciente neurológico y en especial en los pacientes en 8 meq por litro la concentración de sodio en 24 horas,
con hemorragia subaracnoidea, en quienes una alteración en realizando una regla de tres simple, nos aproximamos a tener
volumen intravascular puede ocasionar severos trastornos en que administrar alrededor de 2,2 litros lo cual corresponde a
la perfusión con exacerbación del vasoespasmo, el manteni- un valor de 90 cc por hora.
miento del volumen debe ser prioritario (59). Estas fórmulas son aproximaciones que sirven como guía
en el contexto del manejo del paciente crítico.
Tratamiento con soluciones hipertónicas
Cuando se decida administrar una solución hipertónica, se Hipernatremia
deben tener en cuenta las siguientes recomendaciones de Al igual que en el análisis de la hiponatremia, un incremen-
acuerdo al comportamiento fisiopatológico: to en el valor del sodio plasmático sólo corresponde a la
l. La corrección de cuadros de hiponatremia crónicos, refe- expresión de una anormalidad mayor en el comportamiento
ridos como un tiempo mayor de 4 días, no tiene beneficio del agua entre los diferentes espacios, teniendo en cuenta
y por el contrario aumenta la probabilidad de lesión neu- cómo el mecanismo de la sed es altamente eficiente en el
rológica iatrogénica. control de la osmolalidad plasmática y para que aparezca
2. En pacientes de alto riesgo incluidos los jóvenes, las mu- un cuadro de hipernatremia, algún factor, generalmente ex-
jeres en la premenopausia y la lesión neurológica, la co- trínseco que limite la posibilidad de ingerir agua debe estar
rrección de los trastornos del sodio no debe superar los 8 implicado.
a 10 meq por litro por día. Por esta razón, la hipernatremia con mayor frecuencia re-
3. Es una prioridad la corrección del volumen intravascular, presenta una pérdida de agua libre, propia de pacientes en los
sobre la tonicidad. Especialmente en la hemorragia suba- extremos de la vida que tienen dificultad para ingerir agua
racnoidea, cuya corrección inadecuada con la administra- por sus propios medios. Los casos relacionados con la admi-
ción de cargas de sodio que deshidraten las células puede nistración de sodio es iatrogénica y generalmente asociada al
aumentar la probabilidad de vasoespasmo. uso de de bicarbonato de sodio (60).
4. La administración de solución hipertónica no es el pilar
de manejo de la hiponatremia, restringiendo su uso a los Manejo de la hipernatremia
pacientes con cuadros reales de hipoosmolalidad.
El principal factor es la atención de la causa desencadenante.
Tabla 4. Composición de las soluciones hipertónicas para la reposición agu- Es útil evaluar todas las causas iatrogénicas y una vez deter-
da de la hiponatremia. minadas reorientar la terapia. Son ejemplo de causas adicio-
nales de hipernatremia:
Solución Concentración de sodio en meq a. Administración excesiva de diuréticos de asa. El trata-
Dextrosa en agua destilada O miento es simplemente suspender el diurético.
Solución salina normal 154
b. Administración de manitol. Puede ocasionar diuresis
osmótica hipernatremia. El punto más importante de la
Solución al 1,5% 256
terapia es su suspensión y la corrección del estado de des-
Solución al 3% 513
hidratación, la administración de solrlciones hipotónicas
tienen un riesgo adicional y carecen de beneficio.
Para el cálculo de la cantidad a administrar, el primer punto
c. Administración excesiva de sodio. La causa más frecuen-
es determinar el cambio que ocasionará en la concentración
te es la administración de soluciones de bicarbonato de
de sodio, cuando se retiene un litro de la solución a adminis-
sodio, en la corrección de la acidemia metabólica. No es
trar. La fórmula empleada es:
tema de este capítulo pero recomendamos restringir su
Cambio en el sodio sérico =Sodio en el líquido administrado - Sodio uso a casos muy específicos en los cuales el trastorno áci-
Actual/ Agua corporal total + 1 do básico comprometa la función ventricular o a la reposi-
ción del bicarbonato durante técnicas de reemplazo renal
En la tabla puede encontrar el contenido de sodio en las solu- continuo.
ciones empleadas con mayor frecuencia. Ejemplo: d. Administración de sodio en fórmulas nutricionales. La
Se selecciona una solución al 1,5 % para corregir en un corrección enfocada a la causa con el cambio del producto
hombre de 50 años, con un peso de 60 kg, un sodio sérico de es la terapia.
120 meq por litro.
La ecuación quedaría planteada de la siguiente manera: Con menor frecuencia, la hipematremia es secundaria a tras-
tornos en la secreción de hormona antidiurética, enmarcando

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 219


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

el cuadro de diabetes insípida. Este trastorno puede tener dos 12. Vincent JL, Gerlach H. Fluid resuscitation in severe sepsis and sep-
tic shock: An evidence based review Crit Care Med 2004; 32(Suppl):
orígenes: alteración en la producción de hormona antidiurética
S451-S454.
en el sistema nervioso central, conocida como diabetes insípi- 13. Michard F, Martin GS, Ely EW. Underutilized tools for the assessment
da neurogénica, relacionada con tumores del sistema nervioso, ofintravascular volume status. Chest 2003; 124: 414-416.
trauma de cráneo, alteraciones vasculares cerebrales o a cua- 14. Starling EH. On the observation of fluid from the intersticial spaces. J
Physiol19: 667-677.
dros de polineuropatía como el síndrome de Guillain-Barré.
15. Magder S. How to use central venous pressure measurements Curr
En estos pacientes, la hipostenuria refleja la pérdida del agua Opin Crit Care 2005; 11: 264-70.
libre y es la clave diagnóstica. La terapia definitiva es la admi- 16. Magder S, Georgiadis G, Tuck e. Respiratory variations in right atrial
nistración de vasopresina. Este fármaco puede usarse inicial- pressure predicts response to fluid challenge. J Crit Care 1992; 7: 76-
mente por vía subcutánea, y luego pasar a administrarse en 85.
17. Madger S. The use of central venous pressure in critical ill patient. En
una presentación de vida media más larga o por vía nasal. La - Functional Hemodynamic Monitoring. Springer 2005; 299-311.
absorción subcutánea puede ser errática en enfermos críticos. 18. Magder S, Erice F, Lagonidis D. Determinants of the 'y' descent and
La corrección de agua libre es transitoria y solamente se reali- its usefulness as a predictor of ventricular filling. J Intensive Care Med
2000; 15: 262-269.
za cuando el cuadro es agudo y sintomático.
19. Lodato RF. U se of the pulmonary artery catheter. Semin Respir Crit
El segundo cuadro corresponde a una falta de respuesta de Care Med 1999; 20: 29-42.
los efectores renales del mecanismo antidiurético. El cuadro 20. Support Principal investigators. A controlled trial to improve care for
se conoce como diabetes insípida nefrogénica y se observa en seriously ill hospitalized patients: the Study to Understand Prognoses
and Preferences for Outcomes and Risk of Treatments. JAMA 1996;
pacientes con quemaduras o administración de drogas que blo-
275: 1232-1240.
quean el receptor de vasopresina como el litio y la clorpropa- 21. Dalen J, Bone Re. It is time to pull the pulmonary artery catheter.
mida. El fundamento de la terapia es la suspensión de la droga JAMA 1996; 276: 916-918.
con las mismas indicaciones de la corrección de agua libre. 22. Jareño A, Cercas A, Martín J González-Maestre A. Controversias so-
bre el catéter de Swan Ganz. En Net A. Función cardiovascular en el
Cuando la terapia escogida sea agua libre, en la minoría de
paciente grave. Masson 2005; 189-207.
las veces, nuevamente corresponde determinar el cambio que 23. Leatherman J, Warini J. Pulmonary artery Catheterization: Interpreta-
genera la retención de un litro de ~olución administrada en la tion of Pressure Recordings. En Tobin M. PrincipIes and Practice of
concentración de sodio y calcularlo para 24 horas. Intensive Care Monitoring. Mc Graw Hill 1998; 821-838.
24. Richard F, Teboul J. Predicting fluid responsiveness in rcu patients: a
Muchos otros tópicos podrían formar parte de esta revi-
critical analysis ofthe evidence. Chest 2002; 121: 2000-2008.
sión, considerando que los principales aspectos clínicos han 25. Bressack M, Raffin T. rmportance ofvenous return, venous resistance,
sido revisados y que seguramente los interrogantes genera- and mean circulatory pressure in the physiology and management of
dos se constitu,irán en la base para ampliar los conocimientos shock. Chest 1987; 92: 906-912.
26. Gattinoni L, Valenza F, CarIes so E. Adequate Hemodynamics: A
con respecto al tema.
Question of Time? En: Functional Hemodynamic Monitoring. Sprin-
ger 2005; 70-86.
Referencias 27. Richard F, Teboul J. Using Herat-Iung interactions to assess fluid res-
ponsiveness during mechanical ventilation. Crit Care 2000; 4: 282-
1. Nebelkopf H. Assessment of Fluids and Electrolytes. AACN Clinical 289.
Issues. 2004; 4: 607-621. 28. Perel A. Assessing fluid responsiveness by the systolic pressure va-
2. Cannon WB. La sabiduría del cuerpo. México, DF. Editorial Séneca riation in mechanical ventilated patients, Anesthesiology 1998; 89:
1941; 332-352. 1309-1310.
3. Montoya R. Química fundamental. Editorial Bedout 1975; 70-87. 29. Perel A, Preisman S, Berkenstad H. Arterial Pressure Variation during
4. Mota F, Peña J. Desequilibrios hidroelectrolíticos y ácido-básicos. Po si ti ve- Pressure Ventilation. En En Functional Hemodynamic Mo-
Consultado en www.freemedicaljournals.com. mayo de 2006. nitoring. Springer 2005; 314-329. "
5. Landis EM, Pappenheimer JR. Exchange of substances through the 30. Pinsky M. Protocolized Cardiovascular Management B'ased on Ven-
capillary walls. In Handbook of Physiology 1963; 2, Sec, 2, Circula- tricular-arterial Coupling. En Functi09ál Hemodynamic Monitoring.
tion. American Physiological Society. Springer 2005; 382-395.
6. Rivers E, Nguyen B, Havstad S, et al. Earlly goal-directed therapy in 31. Perel A, Preisman S, Baer R, Schneider A. Respiratory Systolic Va-
the treatment of severe sepsis arid septic shock. N Engl J Med 2001; riation Test. A new method f6r assessing preload. Br J Anesthl995;
345: 1638-1377. Suppll: A 137.
7. Weil M. Defining Hemodynamic Instability. En Functional Hemody- 32. Wendy e. Matsunoa B, Loten G. Yamamoto. Terminology used to
namic Monitoring. Springer 2005; 9-17. describe volume expanding resuscitation fluid Resuscitation 2006; 68:
8. Pinsky M. Protocolized Cardiovascular Management Based on Ventri- 371-377.
cular-Arterial Coupling En Pinsky M, Payen D. Functional Hemody- 33. Protheroe R, Nolan J. Which fluid to give? Trauma 2001; 3: 151-160.
namic Monitoring. Springer 2005; 381-395. 34. Drobin D, Hahn RG. Volume kinetics of Ringer's solution in hypovo-
9. LeDoux D, Astiz ME, Carpati C, Rackow E. Effects of perfusion in laemic volunteers. Anaesthesiology 1990; 90: 81-91.
septic shock. Crit Care Med 2000; 28: 2729-2732. 35. Prough DS. Hyperchloremic metabolic acidosis is a predictable con-
10. Richard J, Hollenberg S, Vincent JL, Parrillo J. Vasopressor and ino- sequence of intraoperative infusion of 0.9% saline. Anesthesiology
tropic support in septic shock: An evidence based review. Crit Care 1999; 90: 1247-49.
Med 2004; 32(Suppl): S455-S465. 36. Stephens R, Mythen M. Resuscitation Fluids and hyperchloraemic
11. American College of Surgeons Committee on Trauma 1997. Advan- metabolic acidosis Trauma 2003; 5: 141-147.
ced Trauma Life Support® for doctors student course manual. Chica- 37. Hahn RG, Svensen CH. Volume kinetics of ~uids infused intrave-
go, American College of Surgeons. nously. CUIT Ánaesth Crit Care 2000; 11: 3-6. '
15/TRASTORNOS EN LA HOMEOSTASIS DE LOS LíQUIDOS

38. Sirtl C, Laubenthal H, Zumtobel V, et al. Tissue -deposits of hydroxye- 50. Kramer G. Hypertonic resuscitation: physiologic mechanism and re-
thyl starch (HES): dose-dependent and timerelated. Br J Anaesth commendations for trauma careo J trauma 2003; 54: 89-99.
1999; 82: 510-15. 51. Gattinoni L, Brazzi L, Pelosi P, et al. A trial of goal-oriented hemo-
39. Nolan J. Fluid Resuscitation for the Trauma Patient. Resuscitation dynamic therapy in critically ill patients. N Engl J Med 1995; 333:
2001; 48: 57-69. 1025-1032.
40. Alderson P, Schierhout G, Roberts 1, et al. Colloids versus crystalloids 52. Shoemaker WC, Appel PL, Kram HB, et al. Prospective trial of supra-
for fluid resuscitation in critically ill patients. Cochrane Database Syst normal values of survivors as therapeutic goals in high-risk surgical
Rev 2000 (2): CD000567. patients. Chest 1988; 94: 1176-1186.
41. Schierhout G, Roberts 1. Fluid resuscitation with colloid or crystalloid 53. Rosenthal M. Intraoperative fluid management-what and how mucho
solutions in critically ill patients: a systematic review of randomized Chest 1999;115:106-112
trials. Br Med J 1998; 316: 961-64. 54. Bellomo R, Raman J, Ronco C. IntensiveCare Management of the
42. Schmand JF, Ayala A, Morrison MH, et al. Effects of hydroxyethyl Critical III Patient with Fluid Overload after Open Herat Surgery. Car-
starch after trauma-hemorrhagic shock: restoration of macrophage in- diology. 2001; 96: 169-176.
tegrity and prevention of increasing circulating interleukin-6 levels. 55. Kurtz 1, Nguyen M. Evolving concepts in the quantitative analysis of
Crit Care Med 1995; 23: 806-14. the deterrninants of the plasma water sodium concentration and the
43. Schierhout G. Fluid resuscitation with colloid or crystalloid solutions pathophysiology and treatment of the disnatremias. Kidney Intema-
in critically ill patients: a systematic review of randomized trials. BMJ tional. 2005; 68: 1982-1993.
(Clinical Research Ed.) [BMJ] 199828; 316(7136): 961-4. 56. Edelman IS, Leibman J, O'Meara MP, Birkenfield LW. Interrelation
44. The SAFE Study Investigators. A Comparison of Albumin and Saline between serum sodium concentration, serum osmolality and total
for Fluid Resuscitation in the lntensive Care Unit N Engl J Med 2004; exchangeable sodium, total exchangeable potassium and total body
350: 2247-56. water. J Clin lnvest. 1958; 37: 1236-1256.
45. Luckey AE. Fluid and electrolytes in the aged. Archives of Surgery 57. Lin M, Liu S, Lim 1. Disorders of water imbalance. Emerg Med Clin
2003; 138(10): 1055-60. N Am 2005; 23: 749-770.
46. Beck L. The aging kidney: defending a delicate balance of fluids and 58. Milinois H, Liamis G, Elisaf M. The hyponatremic patient: a syste-
electrolytes. Geriatrics 2000; 55: 26-28. matic approach to laboratory diagnosis. Canadian medical association
47. S!ZIreide E, Charles D, Deakin C. Pre-hospital fluid therapy in the criti- Joumal 2002; 166(8).
cally injured patient -a clinical update Injury, lnt J Care Injured 2005; 59. Rabinstein A, Wijdicks E. Hyponatremia in critically iIl Neurologic
36: 1001-1010. Patients. The Neurologist 2003; 9: 290-300.
48. Bickell W, Wall Jr M, Pepe P, et al. lmmediate versus delayed fluid 60. Adrogué H, Madias N. Hypematremia. NEJM 2000; 341: 1493-
resuscitation for hypotensi.ve patients with penetrating torso injuries. 1499.
N Engl J Med 1994; 331: 1105-9.
49. Wade CE, Kramer GC, Grady JJ, et al. Efficacy of hypertonic 7.5%
saline and 6% dextran-70 in treating trauma: a meta-analysis of con-
trolled clinical studies. Surgery 1997; 122: 609-16.

'--

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 221


MICROCIRCULACIÓN: UN NUEVO OBJETIVO EN
LA TERAPIA INTENSIVA

Gustavo A. Ospina-Tascón, MD; Joao Andrade Leal Sales Jr, MD

Introducción un modelo experimental, que para iguales niveles de hipo-


tensión, el shock inducido por endotoxina produce una más
Con el adelanto en la investigación en cuidado intensivo
profunda reducción del flujo hemático microcirculatorio y
hemos aprendido que las alteraciones hemodinámicas y la
mayores alteraciones en su regulación, cuando fue compara-
cascada de eventos inflamatorios y de la coagulación tienen
do con modelos de shock hemorrágico.
inicio en la microcirculación y que además, son agravadas
La verdad, son bastante complejas las alteraciones regio-
por la disfunción en este territorio. Anatómicamente, la mi-
nales y sistémicas que comprometen la microcirculación que
crocirdulación está constituida por muy pequeños vasos «
perpetúan el ciclo de disfunción multiorgánica (figura 1).
100 flIll de diámetro) incluyendo arteriolas, capilares y vé-
nulas formando de esta manera una red vascular donde ocu-
rre la liberación de nutrientes e intercambio gaseoso con los
tejidos. A este nivel ocurre una estrecha interacción entre las Shock séptico
Activación de macrófagos
células endoteliales, células de la musculatura lisa arteriolar,
Liberación de Lipopolisacárido
glóbulos rojos, leucocitos ,y componentes plasmáticos (1). Shock + Inflamación

Importancia clínica
La mortalidad de la sepsis severa y el shock séptico conti- Terapia precoz . . I--+----il
. Terapia tardía I
núa siendo muy elevada (2-7), siendo atribuida en gran par-
te a una disfunción de la microcirculación, hipoxia tisular
y disfunción orgánica. La normalización de los parámetros Disfunción Hipercoagulabi-
hemodinárnicos globales y las variables del transporte y con- endotelial lidad
sumo de oxígeno no garantizan la resolución de la disfunción
microcirculatoria (8, 9). Sakr y col (8) demostraron que la Deformabi lidad Adhesión leuco-
Disfunción de la
persistencia de las alteraciones microcirculatorias evaluadas de los glóbulos citaria y libera-
microcirculación
mediante la técnica de OPS (Orthogonal Polarization Spec- rojos ción citoquinas
tral) sobre la mucosa sublingual, fueron predictoras de la
aparición de disfunción multiorgánica y muerte en pacientes Disfunción
Hipoxia tisular mitocondrial
con shock séptico, independientemente de la estabilización y
más aún, de la normalización de los parámetros hemodinámi-
coso De igual manera, De Backer y col (10-11) demostraron, Figura 1. Después del estímulo inicial, como en el caso de la sepsis, ocu-
por medio del uso de OPS sobre la mucosa sublingual, que rre una secuencia de eventos que perpetúan la disfunción microcirculatoria.
los pacientes sépticos presentan alteraciones en la densidad Un abordaje precoz y adecuado puede interrumpir o limitar la cascada de
vascular consistentes en un mayor número de vasos no per- eventos.
fundidos « 20 flIll). De manera interesante, dichas alteracio-
nes pudieron ser revertidas con el uso tópico de acetilcolina Disfunción de la microcirculación
(10) o atenuadas con el uso de una infusión de dobutamina Alteraciones anatómicas y funcionales de la micro circula-
(11). En un estudio que evaluó un grupo de pacientes con ción han sido citadas en numerosos trabajos (1, 8-11). La re-
shock séptico temprano después de su estabilización inicial, ducción de la densidad capilar (vasos alrededor de 20 J..lm de
el aumento de la dosis de noradrenalina para incrementar la diámetro) y el aumento de los vasos obstruidos constituyen
presión arterial media de 65 rnrnHg a 85 rnrnHg, no alteró las alteraciones más comúnmente referidas. En un modelo
algunos parámetros de perfusión tisular (pC02 de la muco- experimental de sepsis sin hipotensión usando musculatu-
sa gástrica, flujo sanguíneo cutáneo, la velocidad del flujo ra estriada, Lam y col (12) demostraron una reducción de
de los glóbulos rojos y el gasto urinario) (9). Estos autores 36% en la densidad de capilares .perfundidos y un aumento
encontraron una falta de relación entre los parámetros micro de 265% de capilares con flujo detenido. Otros grupos que
y macrocirculatorios. Nakajima y col (13) demostraron en
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

utilizaron modelos semejantes encontraron alteraciones pa- (NO), radicales activos de oxígeno, reducción de las reser-
recidas en las vellosidades intestinales (14-16). Estos cam- vas de ATP, incremento intracelular de 2,3 DPG e interacción
bios en la circulación capilar fueron también observados en con los leucocitos. La disminución de la deformabilidad de
el músculo diafragmático (17), hígado (18) y en la región los glóbulos rojos y su interacción con el endotelio son bien
sublingual(8, 10, 11). Finalmente, estas alteraciones van a conocidos. Está demostrado que la disminución de la satu-
provocar un compromiso importante de la perfusión tisular ración de oxígeno de la hemoglobina provoca liberación de
al generar mal distribución del flujo microvascular, áreas ATP por parte de las células ya mencionadas. Una interacción
de shunt y compromiso celular de la utilización de oxíge- del ATP con los receptores purinérgicos induce al endotelio a
no (19). El impacto que la disfunción mÍtocondrial puede producir óxido nítrico, prostaglandinas y factor hiperpolari-
tener sobre la extracción de oxígeno es cuestión de debate zante derivado del endotelio, produciendo así vasodilatación
(1, 20). Al considerar esta disfunción celular como parte de (25-31).
la disfunción microcirculatoria, muchas veces olvidada des-
pués de la corrección de las variables macrocirculatorias, el Óxido nítrico
termino síndrome de estrés microcirculatorio y mitocondrial
El óxido nítrico juega un papel importante en la regulación
(MMDS) debe ser defendido (1). Esta denominación ayuda a
del tono vascular y en transporte de oxígeno hacia los teji-
reforzar el concepto de la importancia del transporte de oxí-
dos. Es sintetizado a través de la vía de la L-arginina por la
geno y respiración celular.
enzima óxido nítrico sintetasa (iNOS, eNOS, cNOS, entre
otros subtipos y análogos) en una gran variedad de células,
La lesión endotelial
incluyendo macrófagos, plaquetas, células endoteliales y de
La lesión endotelial está directamente implicada en toda la la musculatura lisa. Tiene otras funciones adicionales a su
secuencia de eventos que ocurren en la sepsis y que pueden acción vasodilatadora, entre las que se cuentan su capacidad
llevar a hipoperfusión, hipoxia tisular y disfunción orgánica para regular1a deformabilidad de los glóbulos rojos y leu-
(21). El endotelio lesionado puede permitir el paso de nu- cocitos y su capacidad para determinar el grado de agrega-
merosas células hacia el intersticio, facilitar la agregación bilidad leucocitaria y plaquetaria. En la' sepsis hay un incre-
plaquetaria y leucocitaria y también aumentar la liberación mento en la síntesis del óxido nítrico que puede, en algunos
de citoquinas proinflamatorias. La prueba de laboratorio que casos, llevar a hipotensión arterial persistente (32). En un
evidencia lesión endotelial ha sido ya demostrada en huma- modelo experimental de sepsis en ratas con o sin deficiencia
nos (22). Faust y col (23) demostraron en 21 niños con sepsis genéticamente determinada de iNOS, el grupo deficiente en
por meningococo, una reducción de la expresión endotelial esta enzima presentó una mejor evolución hemodinámica y
de trombomodulina y del receptor de la proteína e, confir- menor mortalidad (33). Sin embargo, en estudios clínicos de
mando así la importancia del endotelio en la coagulación. pacientes en shock séptico, el uso de inhibidores de la NOS,
Una disminución de la expresión endotelial de la trombomo- no demostraron el beneficio esperado (34, 35).
dulina puede conducir a una mayor unión de la trombina con
su receptor a nivel de la superficie endotelial, aumentando Métodos de evaluación
de esta forma la señal intracelp.lar vía NF-K13 y mayor expre-
Mediciones rutinarias de laboratorio: Lactato,
sión de factor tisular y moléculas de adhesión celular. Una
Sv02 y gasometría arterial
disminución de la trombomodulina ocurre adicionalmente,
intensificando la coagulopatía (21). A pesar de que su medida no es específica d~! metabolismo
U na correlación entre niveles persistentemente elevados anaerobio, la hiperlactatemia puede representar~ompromiso
de algunas citoquinas (IL-6 e IL-8) y moléculas de adhesión del flujo microcirculatorio. Esta r~lación con el compromiso
con mortalidad, fue bien demostrada en 40 pacientes con de la microcirculación fue evidenciada en estudios de pacien-
shock séptico. Particularmente, la molécula adhesión soluble tes con sepsis grave y shock séptico, en la que la persistencia
ligada al endotelio (sELAM-1) mostró ser una muy buena de niveles elevados de lactato identificó los pacient~s en alto
predictoradel resultado final (24). La medición de citoquinas riesgo de muerte (36, 37).
y moléculas de adhesión y su dinámica en los cuadros infla- La medición de la saturación venosa mixta de oxígeno
matorios y sépticos podrían facilitar en el futuro, el desarro- (Sv02) y de la saturación venosa central de oxígeno también
llo de terapias más específicas. demostró ser útil en la valoración de la hipoxia tisular y la
adecuación de medidas terapéuticas. Rivers et al (38) demos-
El rol de los glóbulos rojos traron recientemente en un protocolo, que conseguir tempra-
namente algunas metas hemodinámicas (presión venosa cen-
Alteraciones en la reología de los glóbulos rojos pueden tral entre 8-12 rnrnHg, presión arterial media por encima de
también contribuir a la disfunción de la microcirculación y 65 mmHg y gasto urinario mayor de 0,5 ml!k:g/h) y de Scv0 2 .
comprometer la oferta de oxígeno. Varios factores pueden (por encima de 70%), reduce la mortalidad en un 15%. Podría
contribuir a tal fenómeno, como es el caso del óxido nítrico entonces inferirse que la detección de problemas regionales
16/ MICROCIRCULACIÓN: UN NUEVO OBJETIVO EN LA TERAPIA INTENSIVA

específicos de la oxigenación tisular pueden ser parámetros funciona con trans o epiiluminación, se limita a los lechos'
útiles a intervenir y, de esta forma, evitar la progresión de la superficiales de los tejidos (41, 42).
disfunción microcirculatoria.
Las alteraciones del equilibrio ácido-básico que los gases Otros métodos
arteriales muestran, pueden ser multifactoriales y no necesa- Existen varios métodos para la evaluación directa o indirecta
riamente representan una alteración a nivel microcirculatorio. de la microcirculación, diferentes a los ya mencionados. La
Pero en el contexto de otras mediciones de laboratorio y regio- espectrometría tisular, capnografía sublingual y la tonometría
nales de perfusión (PC0 2 sublingual, PC0 2 gástrico), puede gástrica son algunos de éstos.
ayudar a una mejor interpretación del contexto clínico. La espectroscopia del infrarrojo cercano (en inglés NIRS:
Near-Infrared Spectroscopy), permite evaluar en forma indi-
Mediciones específicas de laboratorio recta la microcirculación (43). Es una técnica no invasiva que
Algunas mediciones habitualmente usadas en estudios de in- se basa en la aplicación de los principios de la transmisión y
vestigación tienden a volverse rutinarias en las unidades de te- absorción de la luz por parte de la hemoglobina oxigenada y
rapia intensiva. Las más utilizadas en este contexto son: óxido desoxigenada para evaluar la oxigenación del músculo esque-
nítrico e iNOS, niveles plasmáticos de trombomodulina (TM), lético. La absorción de las ondas de luz infrarroja (680-800
moléculas de adhesión (ICAM-1, E-selectina, sELAM-1), nm) es mínima por parte de los tejidos, mioglobina y citocro-
factor de von Willebrand (vWF). Niveles elevados de TM, mo (CUA). De esta forma, la señal obtenida refleja predo-
ICAM-1, sELAM-1 y vWF han sido descritos en la sepsis y en minantemente la hemoglobina presente en el área estudiada
otras situaciones específicas de inflamación sistémica (21,24). mediante el dispositivo. El valor obtenido por el espectróme-
Un mayor conocimiento de estas moléculas podrá, sin duda, tro tisular (InSpectra™Model 325, Hutchinson Technology
generar nuevas medidas terapéuticas específicas. lnc., Hutchinson, MN), es la saturación de oxíg~no tisular.
Este método también permite hacer inferencias sobre la vaso-
Métodos de imagen rreactividad en pacientes sépticos. Creteur y col estudiaron la
"Orthogonal Polarization Spectral imaging" (OPS) (CYTOS- vasorreactividad en el shock séptico, comparándolos con pa-
CAN TM; Cytometrics lnc., Philadelphia, PA) es un método cientes no sépticos y voluntarios normales; ellos observaron
relativamente reciente, que permite la evaluación de la micro- un importante compromiso en el primer grupo. Después de
circulación (39, 40). La técnica se basa en la reflexión de la colocado el dispositivo en la región tenar realizaron medicio-
luz a través de los tejidos vivos. Aplicándose perpendicular- nes continuas de la saturación tisular de oxígeno (St0 2) antes
mente a la mucosa sublingual, la luz polarizada emitida por y después de conseguir un bloqueo de la circulación mediante
el dispositivo será absorbida por la hemoglobina, tomando a un esfigmomanómetro. La vasorreactividad fue estudiada al
los glóbulos rojos de color más oscuro en la imagen obtenida, medirse el cambio de St0 2 ( -St0 2 ) o la velocidad de ascenso
mientras' que el entorno se toma claro debido a la reflexión de de la curva durante los primeros segundos después de liberar
la luz. El contraste creado de esta manera permite una ima- el bloqueo circulatorio (Crit Care, en prensa).
gen bien definida en tiempo real de la red de capilares y del La evaluación del pH de la mucosa gástrica (pHi) y del
flujo de los mismos; así, la imagen proyectada en la pantalla pC0 2 posee limitaciones debido a la posibilidad de ocurren-
permite visualizar directamente la microcirculación. El dis- cia de shunt regional, variaciones de la pC0 2 en pacientes
positivo es liviano y fácil de manipular, haciendo práctica la sometidos a ventilación mecánica, interferencia con la die-
evaluación de la microcirculación a la cabecera del paciente ta enteral y uso de bloqueadores H2 (44). Recientemente, la
(41). Los estudios que validaron esta técnica fueron ya cita- capnometría sublingual fue comparada' Gon la capnografía
dos anteriormente (8, 10, 11). gástrica (45) y con marcadores tradicionaÍesde oxigenación
Un perfeccionamiento de la técnica anterior es llamado tisular (46) reveló ser una técnica confiable y de fácil aplica-
"Sidestream dark-field imaging" (SDF) y se encuentra ya bilidad que puede ay,Jldar al direccionamiento diagnóstico y
disponible para su uso clínico (41). Esta técnica consigue terapéutico.
evitar la reflexión de la luz por los tejidos adyacentes, tor-
nando así la imagen mucho más nítida. El flujo de leucocitos Estrategias para mejorar la microcirculación en la
puede también ser visualizado. sepsis
Otro dispositivo que ha sido utilizado en estudios experi- La terapia precoz dirigida, como la utilizada en el protocolo
mentales es el de microscopía intravital (IVM). Éste permite de Rivers y col (38), demostró reducir la mortalidad en sepsis
visualizar la perfusión microcirculatoria, pero su aplicación severa y shock séptico (46,5% en el grupo control y 30;5%
en humanos presenta todavía limitaciones debido al tamaño en el grupo sometido a la estrategia de reanimación con me-
del dispositivo y a la necesidad de utilizar un contraste fluo- tas tempranas). En este estudio, un abordaje protocolizado
rescente que puede ser potencialmente tóxico; además, como y rápidamente instituido, incluyendo la combinación de la

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 225


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

reposición de la volemia, uso de vasopresores y hemotrans- Tabla 1. Abordaje clínico integrado para definir el estado de shock.
fusión, monitoría de las variables hemodinámicas y oximétri-
cas, ciertamente puede minimizar el daño de la microcircula- Variable medida Puntos
ción y consecuentemente el daño tisular y multiorgánico. Ha Variables hemodinámicas 2
sido demostrado también, que la microcirculación puede ser Frecuencia cardíaca> 100 l.p.m. o,
manipulada directa (10) o indirectamente (11). Un ejemplo PAM < 50 mmHg y (PVC<2 ou>15 mmHg) ó
IC< 2,2 I/min/m2
de ello es el uso de vasopresina que está siendo bastante es-
Circulación periférica 2
tudiada pero su beneficio real no ha sido todavía claramente
Piel fría ó
demostrado en la microcirculación (47-50). Tc-T p ' diferencia> 5°C ó
Pfi < 0,3 ó
Modulación de la respuesta inflamatoria Llenado capilar periférico comprometido
Variables microvasculares 1
El endotelio es activado como respuesta inflamatoria sistémi-
Aumento del gap CO, tonometría ó
ca y tiene un papel bastante importante en la regulación de la Aumento del gap CO~ sublingual ó
microcirculación, debido a su estrecha interacción con leu- Compromiso de la perlusión microcirculatoria
cocitos, plaquetas y células rojas, como fue descrito anterior- sublingual (imagen por OPS)
mente. Esta compleja interacción envuelve la participación Marcadores sistémicos de oxigenación tisular 1
de varias cito quinas inflamatorias, moléculas de adhesión, Lactato> 4 mmol/l ó
activación de la coagulación y disminución de la fibrinólisis. Sv0 2 < 60%
Disfunción orgánica
Los esteroides podrían contribuir a la mejoría inflamatoria
Diuresis < 0,5 ml/kg/h '" 1
y hemodinámica (51, 52). Keh y col (52) demostraron una
Diminución del estado mental* 1
atenuación de la respuesta inflamatoria (IL-6 e IL-8) y en
la expresión de e-selectina y de la activación de neutrófilos; IC, índice cardíaco; PVC, presión venosa central; PAM, presión arterial me-
estos autores observaron también que una menor producción dia; OPS, orthogonal polarization spectral imaging; Pfi, índice de perfusión
de óxido nítrico puede estar relacionado con una menor ne- periférica; SvO" saturación de oxígeno venoso mixto; Te' temperatura cen-
tral; Tp. temperatura periférica; * atribuido a la enfermedad actual.
cesidad de uso de vasopresores.
Annane y col (53) evidenciaron la presencia de insuficien-
cia adrenal relativa en más de la mitad de los pacientes con Conclusión
shock séptico. Estos pacientes tuvieron una buena respuesta Existe evidencia suficiente que demuestra la participación de
a la infusión intravenosa de hidrocortisona (50 mg cada 6 ho- la disfunción de la microcirculación en la evolución hacia la
ras) con reducción de la mortalidad. El uso de dosis bajas de disfunción multiorgánica y aumento de la mortalidad.
esteroides parece, de hecho, modular la respuesta endotelial El flujo microcirculatorio está comprometido por la disfun-
e inflamatoria. ción endotelial y la compleja interacción con los mediadores
La administración de proteína C activada humana recom- inflamatorios y de la coagulación, ocasionando heterogenici-
binante (rhAPC) mostró, en un estudio aleatorizado contro- dad en la red capilar, incremento del shunt y agravamiento de
lado en pacientes con sepsis severa, interferir con la cascada la hipoxia tisular.
inflamatoria de la coagulación y fibrinólisis (54). La rhAPC En el futuro, con un conocimiento más depurado con res-
produce su beneficio por medio de diferentes acciones. Por pecto a las alteraciones en la microcirculación, el desarro-
ejemplo, inhibición de la expresión de la iNOS y de esta for- llo de terapias específicas para la disfunción ,~ndotelial será
ma, protección contra el desarrollo de hipotensión inducida posible. Podremos intervenir más activamente'la microcir-
por endotoxina (55), atenuación de la señal intracelular a tra- culación y, de esta forma, reducirla morbimortalidad que es
vés de NF- B Y de esta forma, disminución de los niveles de observada en los cuadros inflamatorios sépticos.
TNF (56) Y de la activación y adhesión leucocitarias (57). Su
beneficio en la reducción de disfunción multiorgánica y mor- Referencias
talidad fue confirmado en dos importantes estudios (54, 58).
1. Ince C. The microcirculation is the motor of sepsis. Critical Care
Recientemente fue sugerido un abordaje integrado de pa- 2005; 9(supp14): S13-S19.
rámetros macro y microcirculatorios, en un intento de crear 2. Martin GS, Mannino DM, Eaton S, et al. Epidemiology of sepsis in
un sistema de puntuación que permita definir el estado de the United States from 1979 through 2000. N Engl J Med 2003; 348:
shock, teniendo en cuenta los datos de perfusión regional 1546-1554.
3. Angus DC, Wax RS. Epidemiology of sepsis: An update. Crit Care
(41). El estado de shock estaría presente cuando el puntaje Med 2001; 29; (Supp17): SI09-116.
está por encima de 2 puntos (tabla 1). Es una propuesta toda- 4. Brun-Buisson C, Meshaka P, Pinton P, et al. EPISEPSIS: a reappraisal
vía más conceptual que práctica, pero refuerza el camino que of the epidemiology and outcome of severe sepsis in French intensive
ciertamente debemos seguir: incluir de forma cada vez más care units. Intensive Care Med 2004; 30: 580-588.
5. Vincent JL, Sakr Y, Sprung CL, et al. Sepsis in European intensive
depurada, la evaluación de la microcirculación dentro de las care units: Results of the SOAP study. Crit .Care Med 2006; 34: 344-
unidades de cuidado intensivo. 353.
16/ MICROCIRCULACIÓN: UN NUEVO OBJETIVO EN LA TERAPIA INTENSIVA

6. Silva E, Pedro Mde A, Sogayar AC, et al. Brazilian Sepsis Epidemio- 28. Wihlborg AK, Malmsjo M, Eyjolfsson A, Gustafsson R, Jacobson K,
logical Study (BASES study). Crit Care, 2004; 8: R251-R260. Erlinge D. Extra cellular nucleotides induce vasodilatation in human
7. Sales JA, David CM, et al. Sepse Brasil: Estudo Epidemiológico da arteries via prostaglandins, nitric oxide and endothelium-derived hy-
Sepse em UTIs Brasileiras. Revista Brasileira de Terapia Intensiva perpolarizing factor. Br J Pharmacol, 2003; 138 : 1451-1458.
2006; 18: 9-17. 29. Patel RP, Gladwin MT. Physiologic, pathologic and therapeutic impli-
8. Yasser S, Dubois MJ, De Backer D, Creteur J, Vincent JL. Persistent cations for hemoglobin interactions with nitric oxide. Free Radic Bíol
microcirculatory alterations are associated with organ failure and de a- Med 2004; 36: 399-401.
th in patients with septic shock. Crit Care Med 2004; 32: 1825-1831. 30. Singel DJ, Stamler JS. Chemical physiology of blood flow regulation
9. LeDoux D, Astiz M, Carpati C, Rackow E. Effects of perfusion pres- by red blood cells: the role of nitric oxide and S-nitrosohemoglobin.
sure on tissue perfusion in septic shock. Crit Care Med 2000; 28: Annu Rev Physiol2005; 67: 99-145.
2729-2732. 31. Piagnerelli M, Boudjeltia KZ, Vanhaeverbeek M, Vincent JL. Red
10. De Backer D, Creteur J, Preiser JC, Dubois MJ, Vincent JL. Microvas- blood cell rheology in sepsis. Intensive Care Med 2003; 29: 1052-
cular Blood Flow is altered in Patients with Sepsis. Am J Respir Crit 1061.
eare Med 2002; 166: 98-104. 32. Gocan NC, Scott JA, Tyml K-Nitric oxide produced via neuronal NOS
11. De Backer D, Creteur J, Dubois MJ, SakrY, Koch M, Verdant C, Vin- may impair vasodilatation in septic rat skeletal muscle. Am J Physiol
cent JL. The effects of dobutamine on microcirculatory alterations in Heart Circ Physiol, 2000; 278: HI480-HI489.
patients with septic shock are independent of its systemic effects. Crit 33. Hollenberg SM, Broussard M, Osman J, Pan'il1o JE. lncreased Micro-
Care Med 2006; 34: 403-408. vascular Reactivity and lmproved Mortality in Septic Mice Lacking
12. Lam C, Tyml K, Martin C, et al. Microvascular peliusion is impaired Inducible Nitric Oxide Synthase. Circ Res 2000; 86: 774-779.
in a rat model of normotensive sepsis. J Clin lnvest 1994; 94: 2077- 34. Broccard A, Hurni JM, Eckert P, Liaudet L, Schaller MD, Lazor R,
2083 Perret C, Feihl F. Tissue oxygenation and homodynamic response to
13. Nakajima Y, Nathalie B, Duranteau J, Vicaut E. Microcirculation in NO synthase inhibition in septic shock. Shock 2000; 14: 35-40.
Intestinal Villi. Am J Respir Crit Care Med 2001; 164: 1526-1530. 35. Grover R, Lopez A, Lorente J, Steingrub J, Bakker J, Willatts S,
14. Farquhar 1, Martin CM, Lam C, Potter R, Ellis CG, Sibbald WJ. De- Mcluckie A, Takala J. Multi-center, randomized, placebo-controlled,
creased capillary density in vivo in bowel mucosa of rats with normo- double blind study of nit:ric oxide synthase inhibitor 546C88: effect on
tensive sepsis. J Appl Physiol, 1992; 61: 190-196. survival in patients with septic shock (abstract). Crit Care Med 1999;
15. Madorin WS, Martin CM, Sibbald WJ. Dopexamine attenuates flow 27: A33.
motion in ileal mucosal arterioles in normotensive sepsis. Crit Care 36. Nguyen HB, Rivers EP, Knoblich BP, Jacobsen G, Muzzin A, Ressler
Med 1999; 27: 394-400. JA, Tomlanovich MC. Early lactate clearance is associated with im-
16. Sielenkamper AW, Meyer J, Kloppenburg H, Eicker K, Van Aken H. proved outcome in severe sepsis and septic shock. Crit Care Med
The effects of sepsis on gu't mucosal blood flow in rats. Eur J Anaes- 2004; 32: 1637-1642.
thesiol 2001; 18: 673-678. 37. Bakker J, Coffernils M, Leon M, Gris P, Vincent JL. Blood lactate
17. Boczkowski J, Vicaut E, Aubier M. In vivo effects of Escherichia coli levels are superior to oxygen-derived variables in predicting outcome
endotoxemia on diaphragmatic microcirculation in rats. J Appl Phy- in human septic shock. Chest 1991; 99: 956-962.
siol 1992; 72: 2219-2224. 38. Rivers E, Nguyen B, Havstad S, et al. Early goal-directed therapy in
18. Gundersen Y, Corso CO, Leiderer R, Dorger M, Lilleaasen P, Aasen the treatment of severe sepsis and septic shock. N Engl J Med 2001;
AO, Messmer K. The nitric oxide donor sodium nitroprusside protects 345: 1368-1377.
against hepatic microcirculatory dysfunction in early endotoxaemia. 39. Mathura KR, Alic L, lnce C. lnitial clinical experience with OPS ima-
Intensive Care Med 1998; 24: 1257-1263. ging for observation of the human microcirculation. Yearbook of ln-
19. Trzeciak S, Rivers EP. Clinical manifestations of disordered micro- tensive Care and Emergency Medicine (Edited by Vincent J-L), 2001:
circulation peliusion in severe sepsis. Critical Care 2005; 9(suppI4): 233-245.
S20-S26. 40. Mathura KR, Vollebregt KC, Boer K, De Graaf JC, Ubbink DT, Ince
20. Handy JM. Mitochondrial Dysfunction in Sepsis. Yearbook of lnten- C. Comparison of OPS imaging and conventional capillary micros-
sive Care and Emergengy Medicine. Springer (Edited by J-L Vincent) copy to study the human microcirculation. J Apppl Physiol2001; 91:
2005; 402-411. 74-78.
21. Vallet B. Bench-to-bedside review: Endothelial cell dysfunction in 41. Spronk PE, Zandstra DF, lnce C- Bench-to-bedside review: Sepsis is
severe sepsis: a role in organ dysfunction? Critical Care 2003; 7: 130- a disease of the microcirculation. Critical Care 2004; 8: 462-468.
138. 42. Steinbauer M, Han'is AG, Abels C, Messmer K. Characterization and
22. Mutunga M, Fulton B, Bullock R, Batchelor A, Gascoigne A, Gille- prevention of phototoxic effects in intravitaf'fiuorescence microscopy
spie JI, Baudouin Sv. Circulating endothelial cells in patients with in the hamster dorsal skinfold model. Arch Su¡)2000; 385: 290-298.
septic shock. Am J Respir Crit Care Med 2001; 163: 195-200. 43. Myers DE, Anderson LD, Seifert RP, Ortner JP, Cooper CE, Beilman
23. Faust SN, Levin M, Han'ison O, Goldin RD, Lockhart MS, Kondavee- GJ, Mowlem, JD. Noninvasive method for measuring local hemog-
ti S, Laszik Z, Esmon CT, Heyderman RS. Dysfunction of Endothelial lobin oxygen satur~tion in tissue using wide gap second derivative
Protein C Activation in Severe Meningococcal Sepsis. N Engl J Med near-infrared spectroscopy. Journal ofBiomedical Optics 2005; 10(3):
2001; 345: 408-416. 034017.
24. Hein OV, Misterek K, Tessmann JP, Dossow V, Krimphove M, Spies 44. Vallet B, lnce C. Noninvasive assessment of tissue oxygenation. Se-
C. Time course of endothelial damage in septic shock: prediction of min Respir Crit Care Med, 1999; 20: 3-10.
outcome. Critical Care 2005; 9: R323-R330. 45. Marik PE. Sublingual Capnography. A Clinical Validation Study.
25. Rubino A, Ralevic V, Burnstock G-Contribution of Pl-(A2b subtype) Chest 2001; 120: 923-927.
and P2-purinoceptors to the control of vascular tone in the rat isolated 46. Marik PE, Bankov A. Sublingual capnometry versus traditional mar-
mesenteric arterial bed. Br J Pharmacol 1995; 115: 648-652. kers of tissue oxygenation in critically ill patients. Crit Care Med,
26. Needham L, Cusack NJ, Pearson JD, Gordon JL. Characteristics of 2003; 31: 818-822.
the P2 purinoceptor that mediates prostacyclin production by pig aor- 47. Dubois MJ, De Backer D, Creteur J, Anane S, Vincent JL. Effect of
tic endothelial cells. Eur J Pharmacol1987; 134: 199-209. vasopressin on sublingual microcirculation in a patient with distributi-
27. Malmsjo M, Erlinge D, Hogestatt ED, Zygmunt PM. Endothelial P2Y ve shock. Intensive Care Med 2003; 29: 1020-1023.
receptors induce hyperpolarisation of vascular smooth muscle by re- 48. Nakajima Y, Baudry N, Duranteau J, Vicaut E. Effects of vasopressin,
lease of endothelial-derived hyperpolarising factor. Eur J Pharmacol, norepinephrine, and L -arginine on intestinal microcirculation in endo-
1999; 364 :169-173. toxemia. Crit Care Med, 2006; 34: 1-6.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 227


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

49. Luckner G, Dünser MW, Jochberger S, Mayr VD, Wenzel V, Ulmer H, 54. Bernard GR, Vincent JL, Laterre PF, et al. Efficacy and safety of re-
Schmid S, Knotzer H, Pajk W, Hasibeder W, Mayr AJ, Friesenecker combinant human activated protein C for severe sepsis . N Engl J Med
B. Arginine vasopressin in 316 pátients with advanced vasodilatory 2001; 344: 699-709.
shock. Crit Care Med 2005; 33: 2659-2666. 55. Isobe H, Okajima K, Uchiba M, Mizutani A, Harada N, Nagasaki A,
50. Westphal M, Freise H, Kehrel BE, Bone H-G, Aken HV, Sielenkamper Okabe K. Activated protein C prevents endotoxin-induced hypoten-
AW. Arginíne vasopressin compromises gut mucosal microcirculation sion in rats by inhibiting excessive production of nitric oxide. Circula-
in septic rats. Crit Care Med 2004; 32: 194-200. tíon 2001; 104: 1171-1175.
51. Oppert M, SchindlerR, Husung C, Offermann K, Graf K-J, Boenisch 56. Brueckmann M, Hoffmann U, Dvortsak E, Lang S, Kaden JJ, Borgg-
0, Barckow D, Frei U, Eckardt KU. Low-dose hydrocortisone im- refe M, Haase KK. Drotrecogin alfa (activated) inhibits NF-Kappa B
proves shock reversal and reduces cytokine levels in early hyperdy- activation and MIP-1-alpha release from isolated mononuclear cells of
namic septic shock. Critical Care Medicine 2005; 33: 2457-2464. patients with severe sepsis. Inflamm Res, 2004; 53: 528-533.
52. Keh D, Boehnke T, Weber-Cartens S, Schulz C, Ahlers 0, Bercker 57. Yamaji K, Wang Y, Liu Y, Abeyama K, Hashiguchi T, Uchimura T,
S, Volk H-D, Doecke W-D, Falke KJ, Gerlach H. Immunologic and Krishna Biswas K, Iwamoto H, Maruyama 1. Activated protein C, a
Hemodynalic Effects of Low-Dose Hydrocortisone in Septic Shock- natural anticoagulant protein, has antioxidant properties and inhibits
A Double-Blind, Randomized, Placebo-controlled, Crossover Study. lipid peroxidation and advanced glycation end products formation.
Am J Respir Crit Care Med 2002; 167: 512-520. Thromb Res 2005; 115: 319-325.
53. Annane D, Sébille V, Charpentier C, et al. Effect oftreatment with low 58. Vincent JL, Bernard GR, Beale R, et al. Drotrecogin alfa (activated)
doses of hydrocortisone and Fludrocortisone on mortality in patients treatment in severe sepsis from the global open-Iabel trial ENHANCE:
with septic shock. JAMA 2002; 288: 862-871. Further evidence for survival and safety and implications for early
treatment. Crit Care Med 2005; 33: 2266-2277.
INOTRÓPICOS y VAS ACTIV S

Jorge E. Martínez B, MD

Introducción Factores que afectan la contractilidad


Los objetivos del manejo del choque en general han cam- miocárdica y vascular
biado con el tiempo, y es por eso que unas décadas atrás la La contractilidad miocárdica y vascular está influenciada por
meta era llevar la presión arterial y el gasto cardíaco a niveles diferentes sistemas, como el adrenérgico, el sistema renina-
normales, y el conocimiento de los inotrópicos y vasoactivos angiotensina-aldosterona, endotelina, la inhibición de la fos-
se limitaba a la relación dosis efecto que se quisiera lograr. fodiesterasa III, la sensibilización de las proteínas del acople
Al final de la década de los 80, con el fin de mejorar la sobre- contráctil al calcio, la modulación de canales de potasio, el
vida, comenzaron a aparecer una serie de estudios en donde óxido nítrico, etc.
se forzó al límite a los pacientes para lograr objetivos hemo- Se revisan las características de cada uno de los receptores
dinámicos sistémicos "supranormales" (1, 2); en la mayoría adrenérgicos y la activación de los diferentes prqcesos intra-
de los casos llevando también al límite las dosis (3) y por celulares que tipifican su acción, sus efectos cardiovascula-
ende los efectos adversos de estas drogas. Con la aparición res sistémicos, regionales, y sobre el metabolismo. Luego se
de estos últimos y ante l~ premura de reconocer precozmen- hace una presentación de cada droga haciendo énfasis en los
te la deuda de oxígeno, causa de la progresión a disfunción aspectos nuevos, sobre todo con respecto a hemodinámicas
orgánica multisistémica y muerte (4), se han desarrollado en regionales, inmunomodulación y efectos tóxicos. En la pre-
la última década diferentes tecnologías y enfoques (5) que sentación de las drogas de reciente aparición se profundiza
comienzan a dar una perspectiva diferente al uso racional de sobre los nuevos mecanismos diferentes a la activación adre-
las drogas vasoactivas e inotrópicas. Comienza a enfatizarse nérgica. Por último se dan unos principios generales, muy
en las diferentes hemodinámicas regionales y, en su estudio, importantes para optimizar el uso de este tipo de drogas.
se comienza a comprender que no siempre una mejor hemo-
dinamia lleva a una mejor oxigenación tisular. Además se co- El sistema adrenérgico
mienzan a reconocer propiedades extrahemodinámicas de los
diferentes inotrópicos y vasoactivos, como sus efectos inmu- El sistema nervioso autónomo (SNA) a través de los recepto-
nomodulatorios sobre las células que originan la respuesta res adrenérgicos mantiene la homeostasis hemodinámica del
inflamatoria, y los efectos que causan lesión sobre las células organismo. Cuando alguna lesión importante afecta al orga-
endoteliales de los diferentes órganos. nismo se siguen una serie de compensaciones para tratar de
El objetivo de este capítulo es presentar el estado actual mantener la perfusión a los órganos vitales, que de no lograr-
del manejo de los pacientes críticos cuando es necesario el se adecuadamente llevan al paciente al choque. Estas com-
uso de una droga vasoactiva o inotrópica. Se advierte desde pensaciones no sólo se hacen a través de la actividad adre-
el principio que en el momento no hay un consenso general nérgica y hay otros sistemas que actúan independientemente
sobre la aproximación más adecuada en la utilización de es- o íntimamente relacionados con ella. No es el objetivo de
tas drogas en este tipo de pacientes. Esta situación se debe este capítulo profundizar en estos tópicos, pero cabe recalcar
a que no hay suficientes estudios controlados grandes como que en los últimos años se está buscando la salida del esque-
para llegar a conclusiones válidas. En algunos aspectos del ma adrenérgico para el manejo del soporte hemodinámico y
manejo, como en el choque séptico, tanto la Society of Cri- del estado de choque, y se observan en la literatura estudios
tical Care Medicine (6, 7), como la sociedad asiática (8) han con endotelina y sus análogos, inhibidores de la sintetasa del
hecho el esfuerzo de dar unos lineamientos en el tratamiento óxido nítrico, hormona tiroidea y compuestos derivados del
de estos pacientes; se hace notar que las recomendaciones sistema renina angiotensina.
al final son, en el mejor de los casos, nivel C (6). La Euro- Los receptores adrenérgicos no sólo se encuentnin en
pean Society of Intensive Care Medicine también ha hecho las células miocárdicas y en los músculos lisos vasculares
un consenso en el manejo de la hipoxia tisular obteniendo y bronquiales, sino que también se han descubierto en las
resultados similares (9). células endoteliales, en los macrófagos, en los linfocitos, en
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

los astrocitos, en las células hepáticas, pancreáticas y otras díaca e inotropismo con aumento de la contractilidad. Esta
células de origen endocrino. En estos sitios no realizan accio- contractilidad mediada por receptores ~] es influenciada por
nes típicas del sistema cardiovascular y pulmonar como va- la frecuencia cardiaca que no permite un buen llenamiento
soconstricción, vasodilatación, inotropismo, cronotropismo, ventricular. El aumento del gasto cardíaco concomitante se
lusitropismo, broncodilatación y broncoconstricción, sino hace más a expensas de la frecuencia cardíaca que del volu-
que producen efectos metabólicos glucogénicos, insulinogé- men sistólico. La activación de receptores <x] en el corazón
nicos, de inmunomodulacion y de señalización para el daño produce un aumento en la contractilidad lento, progresivo y
tisular. sostenido sin afectar la frecuencia ventricular. El aumento
Hay tres tipos de receptores: alfa (<x), beta (~) y dopa (D), del gasto cardíaco se hace, entonces, a expensas del volumen
con diferentes subtipos cada uno, colocados en la membrana sistólico. En los vasos sanguíneos arteriales y venosos hay
celular de estos tipos de células. Su estimulación produce que receptores <x] y ~2.
haya activación o inhibición de un segundo mensajero que
inicia todos los eventos intracelulares que llevan a la expre-
sión del receptor en esa célula (gráfica 1). Los principales
segundos mensajeros son la adenilcic1asa y la fosfolipasa C.
Cuando la adenilcic1asa se activa se aumenta el AMPc intra-
celular cuya función es iniciar la activación de proteinkinasa
A que en última instancia es la que aumenta la actividad en la
célula; si es una célula contráctil se aumenta el calcio intra-
celular iniciando la contracción, si es un macrófago se inicia
la trascripción genética para comenzar a producir proteínas
antiinflamatorias. Cuando la adenilcic1asa se inhibe el efecto
es contrario, en última instancia se disminuye la actividad
de la célula. La activación de la, fosfolipasa C por medio de
un proceso diferente, y sin el concurso del AMPc, activa la kinasas
dependientes de
proteinkinasa C que finalmente aumenta la actividad de la Ca++/Calmodulina

célula; si es una célula contráctil se aumenta el calcio intra-


celular iniciando la contracción, si es un macrófago se inicia
la trascripción genética para comenzar a producir proteínas Gráfica 1. Activación adrenérgica.
pro inflamatorias.
La activación de los receptores <x] produce vasoconstric-
Los diferentes receptores modulan la respuesta de estos se-
ción y de los receptores ~2 vasodilatación. Los receptores <X 2
gundos mensajeros a través de unas proteínas triméricas, las
son por lo general presinápticos y su activación inhibe la li-
proteínas G, y que dependiendo de qué tipo de receptor sea
beración de noradrenalina del botón sináptico, produciendo
activado se producirá la estimulación de una de las porciones
vasodilatación. Los receptores D] son postsinápticos y se en-
de estas proteínas, la Gs, la Gi ó la Gq. La estimulación de
cuentran en los lechos esplácnicos, renal, coronario, femoral
Gs activa la adenilcic1asa, la de Gi inhibe la adenilcic1asa y la
y cerebral, y en todos produce vasodilatación. Los receptores
de Gq activa la fosfolipasa C. No hay porción que inhiba la
D2 son presinápticos y se encuentran en las arteriolas pre-
fosfolipasa C. Finalmente:
capilares, y también producen vaso dilatación ,a través de la
Los agonistas sobre receptores <x 1 estimulan proteínas Gq,
inhibición de la liberación de noradrenalina como los recep-
y en últimas activa la fosfolipasa C.
tores <X 2 (tabla 1).
• Los agonistas sobre receptores ~]'~2 y D] estimulan pro-
En la insuficiencia cardíaca se ha observado que en res-
teínas Gs, que en últimas activa la adenilcic1asa.
puesta al aumento de catecolaminas propias del proceso de
Los agonistas sobre receptores <X 2 y D 2 estimulan proteí-
compensación hormonal, las membranas de las células mio-
nas Gi, que en últimas inactiva la adenilcic1asa.
cárdicas expresan menos receptores ~-adrenérgicos, interna-
lizándolos, proceso conocido como down regulation. Este
Para complicar aún mas las cosas, el efecto esperado con la
proceso también se ha observado en pacientes con cardiopa-
activación de un mismo sistema produce efectos "contrarios"
tías dilatadas idiopáticas, isquémicas y secundaria a valvulo-
en diferentes órganos; por ejemplo la activación de la ade-
patía mitral (10-13). En estados avanzados de cualquier tipo
nilcic1asa en el corazón produce contracción miocárdica, es
de choque y especialmente el choque séptico, se ha obser-
decir, las fibras miocárdicas se acortan, y en los vasos san-
vado un proceso parecido, con "secuestro" o internalización
guíneos vasodilatación, las fibras de músculo liso se alargan.
de receptores <x. Este primer proceso es reversible y es una
El sistema adrenérgico a nivel cardiovascular modula la
respuesta a la exposición de agonistas adrenérgicos. Poste-
frecuencia cardíaca, la contractilidad, la precarga y la pos-
riormente con más exposición a agonistas y en cuestión de
carga. En el corazón hay receptores <x]' ~] Y ~2. La activación
horas comienza otro tipo de internalización que ya no es re-
~] produce cronotropismo con aumento de la frecuencia car-
versible y que comprende la fosforilación del receptor y su
17 IINOTRÓPICOS y VASOACTlVOS

posterior destrucción (14-17). Este último proceso es la ver- Lecho renal


dadera down regulation. Al final se llega a un estado que se El flujo sanguíneo renal (FSR) depende de la presión de per-
ha denominado choque resistente a catecolaminas (18). Ante fusión renal (PPR) y la resistencia regional renal. La PPR es
esta eventualidad hay que salirse del esquema de activación dada por la diferencia entre la presión arterial media (PAM)
de receptores adrenérgicos y entrar más abajo en la línea de y la presión venosa intralTenal. El riñón, corno muchos otros
activación celular o utilizar drogas que tengan efectos simi- órganos, se autolTegula y mantiene un FSR constante, y una
lares de vasoconstricción, inotropismo o inodilatación, pero tasa de filtración glomerular (TFG) también constante, en un
mecanismos de acción diferentes (19-21). rango amplio de PAM. La curva se COlTe a la derecha en pa-
Tabla 1. Acciones finales de los diferentes receptores adrenérgicos. cientes hipertensos. El umbral bajo el cual el FSR comienza
a depender de la PAM, que en modelos animales parece ser
80 mm Hg (27), no ha sido bien determinado en humanos,
Tipo Subtipo Cardíaco Sistémico Pulmonar Esplácnico
aunque algunos estudios de hemolTagias controladas en hu-
Alfa ex l Inotropis- Contracción Contracción Contracción
mo+ manos han demostrado que leves hipotensiones mostraron
No hay Dilatación No hay Dilatación
caída en el FSR y en la TFG (28). La autolTegulación renal
ex}
se pierde en falla renal aguda (29), lo mismo que en sepsis
Beta ~I Crono/ino- No hay No hay
tropismo + y falla cardíaca. Por otro lado, el componente de la presión
venosa intranenal, que en condiciones normales no tiene im-
~} Cronotro- Dilatación Dilatación Dilatación
pismo + portancia, en el paciente con trauma, ascitis, sepsis u otras
Dopa DI Dilatación Dilatación No hay Dilatación condiciones que aumenten la presión intraabdominal puede
D} No hay Dilatación No hay Dilatación
verse lo suficientemente aumentada corno para disminuir la
PPR y comprometer la función renal (30). La reanimación
Efectos regionales de la activación de un paciente con trauma, o alguna de sus complicaciones
asociadas, corno sepsis y bajo gasto, debe hacerse con abun-
adrenérgica
dantes líquidos para mantener una PPR adecuada, y si es ne-
Es importante entender las diferencias regionales de la acti- cesario hay que usar drogas vasoactivas e inotrópicas para
vidad adrenérgica ya que su comportamiento en estos niveles lograrlo.
no siempre es el esperado, y en ocasiones puede ser contra- El lecho renal tiene receptores DI' ~I Y (XI principalmen-
dictorio. Hay drogas que mejoran el flujo a ciertos órganos te. La activación de los receptores DI produce vasodilatación
pero estos responden metabólicamente mal, demostrándose renal. Los efectos sobre los receptores ~ I son más bien me-
efectos contrarios a nivel tisular corno mayor acidosis in- tabólicos estimulando la producción de renina. Y los efectos
tracelular, expresada corno un pH intramucosal disminuido. sobre los receptores (XI son iguales a los sistémicos de vaso-
Mientras que hay otras que produciendo poco o ningún efecto constricción.
hemodinámico mejoran o preservan la oxigenación tisular.
Lecho esplácnico
Lecho pulmonar Los valores globales de entrega y consumo de oxígeno, y
A diferencia de los lechos sistémicos, la vasculatura pulmo- aún los gases arteriales, han fallado en demostrar una per-
nar está inervada tanto por fibras simpáticas corno parasimpá- fusión adecuada en algunos pacientes. En este sub grupo de
ticas. La estimulación vagal vasodilata (22). Hay receptores pacientes se ha observado una perfusión esplácnica inade-
adrenérgicos (XI que vasoconstriñen y receptores adrenérgicos cuada que de no cOlTegirse oportunamente se puede producir
~'J que vasodilatan, aunque predominan los primeros (23). una disfunción orgánica Il'iultisistémica, y eventualmente la
Bajo condiciones normales el sistema autonómico contribu- muerte (31,32). La valoración de la perfusión esplácnica se
ye poco al tono vascular (24). Bajo estrés la influencia es ha hecho a través dé medidas de flujo (33) y por marcadores
grande (25). Las células endoteliales del pulmón se encargan de metabolismo y de oxigenación tisular (34). El pH intramu-
de desaminar las catecolaminas y otras aminas activas, aun- cosal gástrico (pHi) ha demostrado que es un buen predictor
que también hay evidencia de síntesis de catecolaminas en el de disfunción orgánica multisistémica y muerte y que puede
lecho pulmonar. Se ha podido demostrar un gradiente trans- ser mejor que la entrega y consumo de oxígeno en pacientes
pulmonar con algunas de estas aminas (26). Se ha observado con sepsis (35). El esquema de a mayor entrega de 02 (D0 2),
hipoxemia asociada a trastornos de la ventilación/perfusión y mayor consumo de 02 (V0 2), y mejoría de la oxigenación
a aumento del corto circuito intrapulmonar. Estos efectos son tisular expresada en mejoría de la acidosis mucosal (aumento
debidos al reclutamiento de la vasculatura pulmonar asociada del pHi) no ha podido ser validado, pues en el caso del lecho
a un aumento del gasto cardíaco y del retorno venoso, y a una esplácnico lo uno invariablemente no lleva a lo otro (36), es
atenuación de la vasoconstricción hipóxica. Los agonistas (X decir un aumento del flujo no siempre mejora el pHi y aun
impiden o reversan estos mecanismos de hipoxia, mientras puede empeorarlo en algunos casos (37, 38). La acidosis in-
que los agonistas ~ los empeoran. tramucosal puede no mejorar por trastornos intrínsecos de

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 231


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

la célula en la utilización del oxígeno independientemente del Son muy escasos los estudios que valoran las drogas vaso-
flujo que tenga (39). El resultado final de una mejoría del pHi, activas e inotrópicas en su acción intrínseca sobre el lecho ce-
después de administrar alguna droga inotrópica o vasoactiva, rebral. Muy pocas de estas aminas en condiciones normales
puede deberse entonces a un aumento del flujo esplácnico y pasan la balTera hematoencefálica (BHE) y aunque el SNC
gástrico, a una mejoría en la extracción de oxígeno, a propie- está lleno de receptores adrenérgicos rx, ~ y D, la acción de
dades antiinflamatodas de la droga, o a una combinación de estas drogas es difícil de demostrar.
todos estos aspectos. Por otro lado la medida del pHi es difí- Los receptores rx son muy importantes en el control de la
cil de interpretar porque puede reflejar trastornos metabólicos presión arterial (58) y de la frecuencia cardíaca a través del
diferentes a una pobre perfusión esplácnica (39, 40). Se han sistema nervioso autónomo. Los receptores ~ están en muchas
intentado usar otros marcadores como la diferencia entre el áreas del SNC y su papel no es claro aún. Los receptores DI
pH artedal y el pHi, o la diferencia entre el pC0 2 artedal y el se encuentran en la vasculatura cerebral y su activación lleva
pC0 2 intramucosal (40), pero su validez se ha puesto entredi- a vasodilatación del lecho cerebral. En el sistema nervioso
cho (33). Por estas razones los estudios que quieren demostrar central hay además de los receptores DI y D2 otros receptores
la utilidad de inotrópicos y vasoactivos en la reanimación del dopa que han demostrado su importancia en el control neu-
lecho esplácnico son cont:radictodos en muchos casos. Otras roendocdno (59), en trastornos neurológicos (60) y en la pa-
drogas vasoactivas que no utilizan el sistema adrenérgico es- tología psiquiátrica (61). En TCE y otras lesiones del SNC la
tán siendo investigadas y entre ellas la prostaciclina (PGI2), la BHE puede estar rota y es probable que estas catecolaminas
N-Acetil cisteina, la pentoxifilina, el óxido nítdco (NO) y los actúen sobre estos receptores con efectos impredecibles.
inhibidores de la sintetasa del óxido nítdco han mostrado sus
posibilidades en estudios clínicos (41-45). Efectos inmunomodulatorios
En los últimos años se ha venido estudiando el efecto inmu-
Lecho cerebral nomodulador de la activación de los diferentes receptores
El sistema nervioso central (SNC) también auton-egula su adrenérgicos. Hay receptores adrenérgicos tanto en macrófa-
flujo en un amplio margen de PAM en condiciones norma- gos (62), como linfocitos y células endoteliales (63, 64).
les. La presión de perfusión cerebral (PPC) está dada por la En las células endoteliales la activación de receptores rx l
diferencia entre la PAM y la presión intracraneana (PIC). El tiene propiedades proinflamatorias aumentando la permeabi-
umbral bajo en el cual el FSC comienza a depender de la PPC lidad capilar a través de la activación del citoesqueleto, la
es 50 mmHg en pacientes sin lesiones cerebrales. trascripción genética para citoquinas, integrinas y selectinas,
En pacientes con trauma craneoencefálico (TCE) severo la y la generación de lípidos inflamatodos como leucotrienos,
auton-egulación se pierde en las regiones afectadas y el FSC tromboxanos y factor activador de plaquetario (PAF) (63). En
se vuelve dependiente de la ppc. El umbral en TCE severo macrófagos hay receptores rx 2que al ser activados aumenta la
bajo el cual se observan cambios negativos en el metabolis- liberación del factor de necrosis tumoral rx (FNTrx) inducido
mo del 02 intracerebral parece ser una PPC de 70 mm Hg. por ellipopolisacárido (LPS) de la endotoxina (65). En ma-
Por tanto el objetivo es evitar la lesión secundaria ocasionada crófagos parece no haber receptores rx l (66). En líneas gene-
especialmente por la hipotensión arterial y la hipoxemia (46). rales la activación de receptores rx es proinflamatoria.
La hipotensión arterial asociada a hipertensión endocraneana Los receptores ~ adrenérgicos se encuentran en macró-
(HTEC) produce una caída en la PPC lo que lleva a un ce- fagos, linfocitos, neutrófilos, eosinófilos y basófilos (67),
rebro lesionado y ávido de 02' a mayor hipoxia y empeora- y también en las células endoteliales. Su actiyación y por
miento del daño tisular (47, 48). El objetivo del tratamiento, tanto elevación de AMPc inhibe varios procesos proinfla-
en este modelo, sería mantener la PPC mayor de 70 mmHg matorios como la liberación de FNTrx mediada poi LPS, la
utilizando todos los medios posibles, pero adecuados, para proliferación de linfocitos, la secreción de anticuerpos y la
disminuir la PIC y elevar la PAM (49, 50). El uso de inotró- producción de citoquinas inflamatorias (62). También se ha
picos y vasoactivos en este campo está directamente relacio- observado estimulación de citoquinas antiinflamatorias como
nado con la necesidad de mejorar índices sistémicos, como la IL-I0 (68). Llama la atención que la estimulación de re-
PAM o gasto cardíaco, que indirectamente mejoren los índi- ceptores ~ adrenérgicos aumenta la producción de IL-6 (69).
ces cerebrales, como PPC o PIC (49, 51). Aunque este es el Esta situación no es rara si tenemos en cuenta que aunque
esquema más universalmente aceptado, algunos no han podi- la IL-6 activa algunos procesos inflamatorios, es también la
do replicar estos resultados y no han observado un descenso que a través de una retroalimentación negativa comienza a
de la PIC (52), o un a mejoría de la saturación venosa yugular desmontar la respuesta inflamatoria inicial, inhibiendo la li-
(53), al aumentar la ppc. Se pone en entredicho la necesidad beración de FNTrx y de IL-l por células como macrófagos,
de usar drogas vasoactivas para mejorar la PPC (54-56). De linfocitos, astrocitos y células de Kupffer. La activación de
hecho hay otro modelo contrario a este en donde se mantiene receptores ~ es antiinflamatoria.
la PPC en 50 mm Hg, se bloquea la hiperactividad simpática En las células de la respuesta inmune pay receptores DI Y
y evita como sea la generación de edema cerebral (Método D 2. A través de una activación de receptores D2 el LPS de la
de Lund) (57). endotoxina aumenta la liberación del FNTrx y de la produc-
17 IINOTRÓPICOS y VASO ACTIVOS

ción de óxido nítrico (NO) por parte de los macrófagos (67). Dopamina
A través de la activación de los receptores DI sólo se aumenta
Endógenamente es un precursor de la adrenalina y la nora-
la producción de NO. La activación de receptores dopa es
drenalina. Actúa directamente sobre receptores dopa, DI Y
proinflamatoria.
D 2, produciendo su efecto cuando es administrada a dosis
Mas allá de la activación de los receptores, el aumento
bajas. Cuando se administra a dosis más altas se observa un
del AMPc intracelular se ha asociado con efectos antiinfla-
aumento en la liberación de la noradrenalina a nivel de las
matorios iguales a los vistos en la activación de los recep-
terminaciones nerviosas en el músculo cardíaco, al parecer
tores ~. En este campo los inhibidores de la fosfodiesterasa
un efecto presináptico ~ 1, produciendo así, indirectamente,
han demostrado algunos avances. Los estudios se han hecho
los efectos conocidos como ~, aunque hay también un efecto
principalmente con pentoxifilina, que es un inhibidor de la
directo de la dopamina, dosis dependiente, sobre los recepto-
fosfodiesterasa IV (70, 71). Los inhibidores de la fosfodies-
res ~I' al y a2, sin ninguna actividad sobre receptores ~2 (79,
terasa III están empezando a ser investigados en este campo
80). Por tanto, sus acciones son dosis dependientes. A dosis
(72-74) y han demostrado una acción antiinflamatoria tam-
bajas « 3 ¡..tg/kg/min) se producen efectos dopa de vasodi-
bién (75-77).
latación esplácnica, renal, coronaria y cerebral, asociados a
diuresis que no se explica totalmente por el efecto de vasodi-
Inotrópicos latación renal. A dosis intermedias se producen efectos beta
Son drogas que aumentan la contractilidad miocárdica. Se de inotropismo y cronotropismo. El poder inotrópico de la
clasifican según su mecanismo de acción así (78): dopamina es menor que el de la dobutamina, pero su poder
Clase 1: Aumento del flujo del calcio transmembrana cronotrópico es mayor (81). A dosis más altas efectos alfa
a. Agonistas~: dobutamina, dopamina de vasoconstricción, taquicardia, aumento de la tensión ar-
b. Inhibición de fosfodiesterasa III: milrinone, enoximo- terial, hipertensión pulmonar. Aunque se describen las dosis
ne, pimobendan, vesnarinone, levosimendan. que producen estos diferentes efectos, hay que tener en cuen-
c. Estimulación directa de adenilciclasa: forskolín. ta que en el paciente crítico es probable que la respuesta se
d. Aumento directo Gel flujo del calcio dependiente de dé a niveles muy distintos, y así por ejemplo se den efectos
voltaje: Bay K 8644. típicamente beta o alfa con dosis consideradas bajas, o que
Clase II: Aumento de la actividad del sodio intracelular. con dosis muy altas aún tengamos efectos dopa. Por tanto al
a. Inhibición de la Na/K ATPasa: glicósidos cardíacos. administrar esta droga la dosis se debe titular según respuesta
b. Aumento del flujo transmembrana de sodio: DPI201- y no según dosis numérica.
106.
Clase III: Sensibilizadores al calcio: pimobendan, levosi- Efectos sobre el lecho pulmonar
mendan. El aumento sobre el gasto cardíaco producido por la dopa-
Clase IV: Alargamiento de la despolarización cardiaca: mina, en ausencia de hipertensión pulmonar previa, produ-
vesnarinone, DP 201- 106. ce una disminución sobre la resistencia vascular pulmonar
abriendo más lechos pulmonares en áreás pobremente ven-
Se revisarán los que están disponibles en la práctica clínica tiladas, aumentando el corto circuito intrapulmonar, con o
(gráfica 2). sin disminución en la Pa0 2 (82). La dopamina aumenta más
la presión arterial pulmonar media en pacientes con hiper-
tensión pulmonar previa. Produce también una elevación de
la presión en cuña mediado por un aum~ri:to del tono de las
venas pulmonares y que p6r lo tanto no refleja el estado de
volemia del paciente~ Este efecto sobre las venas es sistémico
también. Se describé también una inhibición de la respuesta
ventilatoria a la hipoxia ya la hipercarbia (83).

Efectos sobre el lecho renal


A dosis bajas produce aumento en el flujo sanguíneo renal y
en la tasa de filtración glomerular, efecto que cuando se des-
liga del aumento del gasto cardíaco no ha podido demostrar
Gráfica 2. Mecanismo de acción de los inotrópicos. proteger al riñón de una falla renal aguda. Hasta el momento
ATP: Adenosin trifosfato, AMPc: Adenosin monofosfato cíclico, AMP: no hay ningún estudio adecuado que avale el uso de dopa-
Adenosin monofosfato, PDE III: Fosfodiesterasa tipo m, Tnc: Troponina mina como protector renal en ningún campo. Los estudios
C.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 233


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

hechos en pacientes transplantados de hígado (84) Y en pa- prender que tipo de choque presenta el paciente. Si mejora
cientes recibiendo drogas vasoactivas (85) adolecen de serias con dosis intermedias (~) sin producir mucha taquicardia
fallas en su diseño y no han podido ser validados en otros y mejorando la diuresis, probablemente es un problema de
estudios mas adecuados. Produce también aumento de la diu- bomba. Si se requiere de dosis más altas (rx) probablemente
resis por un efecto que mediarían receptores DI en los túbulos el problema es un choque distributivo. Por tanto la dopami-
renales y que por dos mecanismos acoplados, en el borde na es la droga preferida para iniciar una reanimación que ya
en cepillo y en la membrana basolateral, inhiben la reabsor- requiera soporte vasoactivo. En la medida que se logren los
ción de sodio (86). Este es un efecto puramente diurético y objetivos de la reanimación sin que se presenten, o se puedan
no expresa en sí mismo una mejoría de la función renal, es tolerar, los efectos adversos de taquicardia excesiva, anit-
más, podría potencialmente empeorar la lesión renal ya que mias, presión de cuña elevada, vasoconstricción severa, se
aumenta la cantidad de solutos que se presentan a la medula puede seguir reanimando al paciente con dopamina. Hay que
externa generando una mayor carga metabólica a esta zona, tener en cuenta también que la dopamina con el tiempo desa-
ya de por si muy sensible a la isquemia, y porque afecta la nolla taquifilaxia (98), que parece ser debida a su propiedad
retroalimentación túbulo glomerular (87). de liberar noradrenalina de los terminales nerviosos adrenér-
gicos. Por esta razón es mejor, que ya hecho el diagnóstico
Efectos sobre el lecho esplácnico del perfil hemodinámico del paciente, se cambie a otra droga,
Aunque la dopamina a dosis bajas vasodilata el lecho esplác- o combinación de drogas, que repliquen los efectos deseables
nico y el flujo esplácnico parece aumentar, el consumo de logrados sin los efectos adversos de la dopamina.
oxígeno no aumenta y el pHi gástrico no cambia o disminuye Si se quiere mejorar la diuresis del paciente se puede dejar
(88, 89). Esto se explicaría por una mala distribución del flu- una dosis baja de dopamina « 3 /-lglkg/min), siempre y cuando
jo, asociado a un aumento de la demanda de oxígeno que no se tenga en cuenta que el paciente no esté hipovolémico ya. que
se compensa con la oferta en la mejoría del flujo. ningún efecto protector renal ha sido demostrado (99-102).
Con la evidencia que hay hasta el momento no es adecuado
Efectos sobre el lecho cerebral usar la dopamina a dosis bajas para mejorar la pelfusión del le-
cho esplácnico, porque sus efectos sobre la oxigenación tisular
A dosis bajas produce vasodilatación de los vasos cerebrales. y sobre la inmunomodulación no son adecuados.
A dosis más altas el efecto es debido al aumento del gasto La dopamina viene en ampollas por 200 mg (Intropín®,
cardíaco y/o sobre la presión arterial. Cardiopal®), o en bolsas ya preparadas de 250 cc de dopa-
mina (Dopamina ABBOTT®) a concentración de 0,8 mg/cc
Efectos inmunomodulatorios (200 mg/250 cc). Se puede diluir en D5%AD, D5%SS, SSN
Aunque no hay estudios definitivos que se detengan en de- o Hartmann. No se debe mezclar con soluciones de bicar-
mostrar este punto, el efecto dopaminérgico aumenta el estado bonato. Si se va a tratar un choque en fases iniciales se em-
inflamatorio en pacientes que reciban la dopamina en dosis ba- pieza con dosis entre 4 y 5 /-lg/kg/min, y se busca el objetivo
jas. Si esto es deletéreo para el paciente está por probarse. de presión arterial aumentando la dosis 1 /-lg/kg/min cada 5
minutos. Si se pasa de 20 /-lg/kg/min es hora de pensar en
Efectos metabólicos y tóxicos otra droga. Si se trata de lograr un mejor gasto cardíaco debe
monitorizarse con catéter de arteria pulmonar se comienza
Náuseas y vómito. La dopamina inhibe la liberación de TSH
con iguales dosis y se van haciendo cambios cada 30 minutos
y de prolactina (59). A través de receptores dopa en la cor-
en hasta que los efectos rx aparezcan. Si se des~ un efecto
teza adren al inhibe la liberación de aldosterona, que es cau-
diurético una dosis de 1 a 3 /-lg/kg/~in es suficiente.
sa también de natriuresis (90, 91). Aumenta el consumo de
En caso de extravasación se debe usar inmediatamente un
oxígeno miocárdico y promueve anitmias; en estos aspectos,
rx-bloqueador como la fentoJamina (Regitine®). Se preparan
comparativamente, la dopamina es mejor que adrenalina e
5 a 10 mg en 15 cc de SSN y se infiltra localmente con una
isoproterenol (92), pero peor que dobutamina (93) y arnri-
aguja hipodérmica fina.
none (94). Aunque su relevancia clínica no está aclarada la
dopamina inhibe la agregación plaquetaria. Si se extravasa
puede producir necrosis local por la vasoconstricción severa Dobutamina
que produce al liberar noradrenalina local. Este efecto no tie- Es una amina sintética, conformada por la mezcla racémica
ne que ver entonces con la dosis rx sino a la concentración del de sus enantiómeros (+) y (-). El enantiómero (+) sólo tiene
preparado, pues se ha visto a infusiones tan bajas como 1,5 actividad ~ I Y ~2' Y el enantiómero (-) sólo actividad rx l (103).
/-lg/kg/min, y puede llevar a amputaciones (95-97). Ambos contribuyen al efecto inotrópico propio de la dobu-
tamina. La activación rx l sobre el corazón produce un efecto
Aplicación clínica contráctil lento pero sostenido, mejorando el gasto cardíaco
En casos de reanimación sus propiedades dosis dependientes a expensas del volumen sistólico. La activación ~ produce
la hacen una droga muy versátil puesto que ayudan a com- también un aumento de contractilidad, aunque menor que el
17/1NOTRÓPICOS y VASOACTIVOS

que se hace a través del efecto ex, debiendo su aumento en diado por su acción sobre receptores ex l , que al ser activados
el gasto cardíaco a sus efectos cronotrópicos principalmente. empeoran la respuesta inflamatoria.
Esto explicaría porqué la dobutamina inicialmente produce
un aumento del gasto cardíaco más a expensas de frecuencia Efectos metabólicos y tóxicos
cardíaca que de contractilidad, para luego ser más a expensas Aumenta el consumo de oxígeno miocárdico, efecto que se
de contractilidad (104-106). La dobutamina es un inotrópico, contrarresta con el aumento del gasto cardíaco en pacientes
dosis a dosis, mejor que dopamina, y sólo a muy altas dosis con disfunción ventricular con o sin enfermedad coronaria
su efecto cronotrópico se hace intolerable. El efecto sobre la (114, 115). En pacientes con enfermedad coronaria sin falla
resistencia vascular periférica es debido al aumento del gas- cardíaca puede desanollarse isquemia, pues no alcanza a ba-
to cardíaco más que a un efecto vasodilatador en sí mismo, lancearse la demanda con la oferta (116); este efecto deletéreo
ya que el efecto vasodilatador ~2 se ve contranestado por el empeora con el aumento de la frecuencia cardíaca. Es menos
efecto vasoconstrictor ex l (106). La dobutamina no tiene efec- mTitmogénica que adrenalina, noradrenalina, isoproterenol y
tos dopaminérgicos. dopamina (81, 117). A dosis altas puede inducir anitmias, lo
mismo que en el contexto de miocarditis y trastornos electro-
Efectos sobre el lecho pulmonar líticos. Inhibe la función plaquetaria.
Aumenta el corto circuito pulmonar y puede producir hipoxe-
mia relativa, aunque en menor grado que la dopamina (82). Aplicación clínica
A diferencia de ésta, no tiene efecto sobre el tono venoso y Cuando se requiera del uso de un inotrópico, la dobutamina
por lo tanto no eleva la presión en cuña (107). Si el gasto car- es una buena opción, siempre y cuando el paciente no esté
díaco es aumentado se puede observar una disminución de la hipotenso. La dobutamina viene en ampollas por 250 mg
presión en cuña (81). (Dobutrex®) que se puede diluir en D5%AD, D5%SS, SSN
o Hartmann. Se inicia con dosis de 5 mg/kg/min y se va su-
Efectos sobre el lecho renal biendo hasta lograr el objetivo deseado, o se desmTollen efec-
El aumento en la presión ae perfusión renal se debe a su efec- tos indeseables como taquicardia, an"itmias e hipotensión. La
to en el gasto cardíaco. No tiene efecto diurético intrínseco, dosis tope la da la aparición de estos efectos adversos. En
y aunque no se vea mejoría en la diuresis se ha observado algunos estudios se ha usado dosis hasta de 200 mg/kg/min
una mejoría en la depuración de creatinina, a diferencia de la con buena respuesta inotrópica y poca o tolerable taquicar-
dopamina que aun cuando produzca buena diuresis la depu- dia (3). Puede tener efectos aditivos sobre el gasto cardíaco
ración de creatinina puede disminuir (108). en pacientes que estén recibiendo otras drogas vasoactivas
como noradrenalina (118) o dopamina (119). Al combinm"se
Efectos sobre el lecho esplácnico con inodilatadores del grupo de los inhibidores de la FDE
Los estudios demuestran un comportamiento más coherente III produce un efecto aditivo en la contractilidad miocárdica
con dobutamina, pues se observa un aumento del flujo es- (120, 121). En casos en donde la perfusión esplácnica se ve
plácnico y hepático, una mayor D02' un mayor V0 2 y consis- afectada, con la evidencia actual la dobutamina sería la droga
tentemente un aumento del pHi (89,109-111). de elección para mejorar la perfusión esplácnica y mejorar
el pHi (122), ya sea sola o combinada con noradrenalina o
Efectos sobre el lecho cerebral adrenalina.

El efecto sobre la PPC se debe a su efecto sobre el gasto car-


Amrinone y milrinone
díaco. Está recomendada como la droga de elección cuando
se necesite aumentar el gasto cardíaco en pacientes con TCE Son inodilatadores que no actúan sobre receptores adrenér-
(50), y hemorragia subaracnoidea (112). En un estudio se gicos. Su efecto inQtrópico y vasodilatador resulta de la in-
demostró que la dobutamina aumenta la velocidad del flujo hibición de la enzima encargada de metabolizar el AMPc, la
sanguíneo cerebral en pacientes sépticos, mas no el flujo en fosfodiesterasa III (FDE III), produciendo un aumento tónico
si mismo, y también aumenta la saturación de hemoglobina del AMPc. Sus efectos también se deben a un aumento de
en el bulbo yugular (1l3). No se ha estudiado su efecto sobre la sensibilidad de las proteínas contráctiles al calcio, a un
los receptores ex y ~ intracerebrales. aumento del influjo de calcio mediado por el mecanismo
intercambiador NalCa, y a un antagonismo de la adenosina.
Efectos inmunomodulatorios Clínicamente se observa un aumento del gasto cm"díaco a ex-
pensas de contractilidad, una caída de la resistencia vascular
Los estudios de laboratorio ponen en evidencia el daño a ni-
sistémica y de la presión en cuña, sin afectarse la frecuencia
vel ultraestructural que la dobutamina puede inducir sobre
cm"díaca. A diferencia de otros inotrópicos no aumentan el
los hepatocitos cuando hay infección presente (63). Este
consumo de oxígeno miocárdico' y aun pueden disminuirlo
efecto no se observa en modelos sin sepsis, y parece ser me-
en un 50% o más (123-125). Tampoco producen efectos ter-

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 235


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

mogemcos importantes. Al ser vasodilatadores sistémicos, alTitmias ventriculares, más en pacientes con falla cardíaca
pueden producir hipotensión, sobre todo en pacientes deple- congestiva (132), o en quienes se asocien estos inodilatadores
tados de volumen, o en aquellos en quienes no hay el aumen- con drogas adrenérgicas. Se ha descrito un efecto proanitmo-
to de gasto cardíaco esperado a la dosis dada. El milrinone génico (132, l33).
es 15 a 20 veces más potente que arnrinone y con menos pro-
babilidad de producir. trombocitopenia. En vivo la relación Aplicación clínica
inotropismo-vasodilatación del milrinone es más alta lo que
la hace más favorable que el arnrinone (126). Sus escenarios son similares a los de la dobutamina, con la ven-
taja de no inducir taquicardia a dosis terapéuticas y disminuir
Efectos sobre el lecho pulmonar el consumo de oxígeno miocárdico. Por su efecto vasodilata-
dor pulmonar es la elección en pacientes con falla ventricular
Son vasodilatadores directos del lecho pulmonar (127). Pue- derecha asociada a hipertensión pulmonar (134). Además son
den inducir hipoxemia mediada por el aumento en el reclu- útiles en el síndrome de choque que no responde a catecolami-
tamiento vascular pulmonar asociado al aumento del gasto nas como primera salida del esquema adrenérgico. Para iniciar
cardíaco y la disminución de la presión de la arteria pulmonar la terapia con inodilatadores es importante que el paciente no
(128). esté hipovolémico. El arnrinone viene en ampollas de 20 cc
con 100 mg (Inocor®), no se puede diluir en soluciones dex-
Efectos sobre el lecho renal trosadas por que se precipita y se usa con dosis de carga entre
Aumenta ligeramente el flujo plasmático renal (129), pero 0,75 y 1,5 mg/kg y se continúa con infusión de 5 a 10 I-lg/kg/
este efecto no se puede traducir en una mejoría de la tasa de min. El milrinone viene en ampollas de 10 mg (Corotrope®),
filtración glomerular ya que la vasodilatación puede interfe- se puede diluir en D5%AD, D5%SS, SSN y Hartmann" y la
rir con la autolTegulación glomerular (130). La mejoría de dosis de carga es de 50 I-lg/kg Yla infusión de 0,375 a 0,75 I-lg/
la función renal, si la hay, debería atribuirse a la mejoría del kg/min. La vida media de estas drogas es un poco más larga
gasto cardiaco. que la de los agentes adrenérgicos y su efecto puede persistir
unas pocas horas después de haberse suspendido. El efecto va-
Efectos sobre el lecho esplácnico sodilatador hace que en un buen porcentaje de los pacientes se
No hay estudios con milrinone y arnrinone. El inhibidor de la haga necesario adicionar una droga vasoconstrictora como la
fosfodiesterasa IV, pentoxifilina, demostró en un estudio que noradrenalina, la fenilefrina o en caso de contraindicarse una
aumentaba el pHi en un modelo animal de isquemia intesti- catecolamina, la vasopresina (19).
nal con clampeo de la arteria mesentérica superior (45).
Levosimendan
Efectos sobre el lecho cerebral Es inodilatador. El mecanismo de acción inotrópico es di-
No hay estudios con milrinone y anu·inone. ferente al vaso dilatador. El mecanismo inotrópico involucra
un sistema por fuera del adrenérgico consistente principal-
Efectos inmunomodulatorios mente en sensibilizar las proteínas contráctiles al calcio, au-
mentando su afinidad por la troponina C. Levosimendan, a
Mas allá de la activación de los receptores adrenérgicos, el
diferencia de pimobendan (l35), actúa a través de una inte-
aumento del AMPc intracelular se ha asociado con efectos
racción con troponina C dependiente de calcio",que estabiliza
antiinflamatorios iguales a los vistos en la activación de los re-
el cambio conformacional de la troponina C indhcido por el
ceptores ~. En este campo los inhibidores de la fosfodiesterasa
calcio (136). La estabilización de'este cambio permite una
han demostrado algunos avances. Los estudios se han hecho
interacción más adecuada de los puentes actina-miosina opti-
principalmente con pentoxifilina, que es un inhibidor de la fos-
mizando la contracción. La/interacción de la troponina C in-
fodiesterasa IV. Los inhibidores de la fosfodiesterasa ID están
dependiente de calcio con la actina-miosina del pimobendan
empezando a ser investigados en este campo (72-74).
se prolonga durante la relajación afectando el miofilamento y
comprometiendo la función diastólica. La interacción depen-
Efectos tóxicos
diente del calcio del levosimendan previene este daño, pues
Producen trombocitopenia < 100.000 plaquetas; con arnrino- al disminuir la concentración de calcio citosólico la afinidad
ne intravenoso en menos del 3%, y con milrinone hasta del también disminuye y al iniciarse la diástole la afinidad por
0,4%. Es causada por destrucción periférica de las plaquetas. las proteínas contráctiles disminuye sustancialmente y en-
Puede ser mayor en pacientes con falla renal. Conteo regresa tonces no hay prolongación diastólica de esta unión, permi-
a lo normal después del retiro de la droga en el término de tiendo una relajación oportuna y adecuada (137), lo que se
pocos días. También se ha descrito un efecto antiagregante ha comprobado en modelos animales y humanos (l38). Este
plaquetario (131). Pueden producir o aumentar el número de inotrópico no actúa aumentando el calcio'citosólico sino me-
17/1NOTRÓPICOS y VASOACTIVOS

jorando la afinidad del calcio sobre la troponina C (135). Esta media de eliminación mayor que la dellevosimendan (80 ho-'
propiedad le proporcionaría ventajas antianítmicas sobre ras vs. 1 hora), por lo que los efectos hemodinámicos pueden
otros inotrópicos que si aumentan el calcio citosólico como persistir por más de 7 días (147, 148).
los adrenérgicos (dobutamina, dopamina, adrenalina) y los Clínicamente se ha observado un efecto inotrópico más
inodilatadores del grupo de los inhibidores de la fosfodieste- potente en ellevosimendan que en la dobutamina (149). Tam-
rasa III (milrinone, amrinone) (135), lo que está pendiente de bién es más potente para disminuir la presión en cuña (149),
demostrar en estudios clínicos. Aunque levosimendan tiene Y la presión de la aurícula derecha (150). Disminuye la resis-
efectos inhibitorios sobre la fosfodiesterasa III aumentando tencia vascular sistémica (151). Es lusitrópico positivo (152).
la disponibilidad de AMPc (139), éstos se presentan a dosis Su efecto sobre la frecuencia cardíaca se debe a activación de
más altas de las terapéuticas (136, 140, 141). reflejos inducidos por la vasodilatación y es dosis dependien-
El efecto vasodilatador se hace por un novel mecanismo te, pero rara vez su aumento es mayor del 10% de la frecuen-
de acción que involucra la activación de los canales de K\TP cia cardíaca de base (154), la persistencia de la taquicardia
(142), en pequeños vasos de resistencia (143), y de otro tipo después de finalizada la infusión puede deberse al efecto de
de canales de potasio, Kv y KCa (144), en grandes vasos de su metabolito OR-1896 (153).
conductancia. Estos canales de potasio están estrechamente
ligados con la respuesta vasodilatadora y vasoconstrictora del Efectos sobre el lecho pulmonar
músculo liso de los vasos sanguíneos (145). El músculo liso Por sus efectos vasodilatadores baja la presión de la arteria
los usa para mantener un mecanismo de control independien- pulmonar y la resistencia vascular pulmonar, y lo hace con
te de ligando s vasoconstrictores que le permita defenderse más potencia que la dobutamina (154).
ante situaciones de estrés. La activación de estos canales, la
cual produce vasodilatación, es mediada dentro de la célula Efecto sobre el lecho coronario
por la caída del ATP, el aumento de hidrogeniones y lactato.
También se pueden activar exógenamente por péptido natriu- Produce vasodilatación coronaria y disminuye la resistencia
rético atrial (PNA), el péptido relacionado con el gene de la vascular y la presión de perfusión coronaria (155). Este últi-
calcitonina, la adenosina (145) Y por el aumento del óxido mo punto es importante para tenerlo en cuenta pues no debe
nítrico, este último a través de un mecanismo mediado por tolerarse hipotensión en el manejo de pacientes con levo si-
GMPc (146). La activación de estos canales bajo estas cir- mendan por el riesgo de inducir isquemia miocárdica.
cunstancias explica, en parte, el efecto vasodilatador obser-
vado por el aumento de estas sustancias en algunos estados Efecto sobre el lecho renal
fisiopatológicos como el choque séptico. Fisiológicamente Mejora la disfunción renal en pacientes con falla cardíaca y
estos canales permanecen cerrados en estados de despolari- mejor que la dobutamina (149).
zación y de repolarización normales. Al permanecer cenados
permiten la entrada de calcio durante la despolarización de Efecto sobre el lecho esplácnico
una manera adecuada favoreciendo la vasoconstricción. En Aumenta la oxigenación de la microvasculatura de la mucosa
estados fisiopatológicos que aumenten el estado de acidosis gástrica, y lo hace mejor que milrinone y dobutamina (156,
intracelular y la hipoxia con disminución del ATP intrace- 157). También mejora la entrega de 02 y el flujo portal cho-
lular, como en choque, estos canales se activan abriéndose,
que séptico (158).
permitiendo la salida de potasio de la célula, hiperpolari-
zándola, evitando que entre el calcio al citosol, y por tanto
Efectos inmunomodulatorios
produciendo vasodilatación. Estos canales bajo condiciones
fisiológicas de normalidad no pueden ser inhibidos por sulfo- Tiene efectos antiinflamato'fios y antiapoptóticos. Disminuye
nilúrea, pero bajo efectos patológicos de vasodilatación, sí se la producción de IL-6 y mediadores de apoptosis (159).
inhiben por la acción de la sulfonilúrea permitiendo la vaso-
constricción. Ellevosimendam bajo condiciones fisiológicas Efectos tóxicos
normales puede activar estos canales (142), induciendo una Los eventos adversos más reportados son cefalea e hipoten-
vasodilatación farmacológica, de la misma manera que lo sión. La hipotensión puede ser la causa de otros eventos ad-
hace el PNA, el óxido nítrico y la adenosina. También se ha versos observados en los últimos estudios que están por pu-
observado que en los vasos sanguíneos ocune, a diferencia blicar, REVIVE-2 (160) y SURVIVE (161), como anitmias,
del miocardio, una desensibilización al calcio mediada por la especialmente fibrilación auricular y taquicardia ventricplar.
hiperpolarización inducida por la apeltura de los canales de
potasio (143). Otro mecanismo observado es el bloqueo de la Aplicación clínica
liberación de endotelina 1 (141).
Hoy por hoyes el inotrópico más estudiado. Hay varios es-
El levosimendan es metabolizado casi completamente en
cenarios en donde ellevosimendan tiene utilidad. En el caso
el organismo a varios metabolitos y se le reconoce a uno, el
de la falla cardíaca crónica el uso de inotrópicos está cir-
OR-1896, actividad inodilatadora. Este último tiene una vida
cunscrito a estados de hipoperfusión periférica (hipotensión,
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 237
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

disfunción renal, encefalopatía), con o sin congestión pul- niveles de noradrenalina en el espacio sináptico, pues previe-
monar, o en edema pulmonar que no responda a diuréticos ne su recaptación a nivel presináptico (171).
y vasodilatadores (161). Ellevosimendan tiene recomenda- Clínicamente se observa una disminución de la resistencia
ción na con nivel de evidencia B para este tipo de pacien- vascular sistémica, con un aumento del gasto cardíaco más a
tes siempre· y cuando no estén hipotensos (TA sistólica> 85 expensas de la frecuencia cardíaca que del volumen sistólico.
mmHg). Los estudios preliminares como el LIDO (149) y el En pacientes con sepsis se genera tolerancia y el efecto sobre
CASINO (162, 163) mostraron una respuesta hemodinámica el gasto cardíaco puede desaparecer con el tiempo (172).
más consistente y duradera, y con una sobrevida mayor, con
levosimendan que con dobutamina. Los reportes prelimina- Efectos sobre el lecho pulmonar
res del REVIVE-2 (160) mostraron una rápida recuperación Vaso dilatador por su efecto ~.
de los síntomas de falla, pero la hipotensión y las alTÍtmias
afectaron el resultado final. En el SURVIVE (161), no hubo Efectos sobre el lecho renal
diferencias en mortalidad ni al mes, ni a los seis meses, entre
dobutamina y levosimendan, pero nuevamente la hipotensión Aumenta el fiujo sanguíneo renal (173). Aumenta la excre-
y las anitmias afectaron el resultado final. Por estas razones, ción de agua y sodio.
en la actualidad, en el manejo con levosimendan se debe evi-
tar la hipotensión, por lo cual se recomienda no usar en estos Efectos sobre el lecho esplácnico
casos el bolo inicial, usar la dosis más baja recomendada e ir Estudios contradictorios. La mayoría demuestran que mejo-
titulando rápidamente hasta lograr la mejor dosis efectiva, sin ran el fiujo y la oxigenación esplácnica (174), pero no han
pasar de 0,2 ~g/kg/min, y si es necesario utilizar drogas vaso- podido demostrar mejoría sobre el pHi de una manera con-
activas como noradrenalina para mantener una TA adecuada sistente (173, 175, 176). Preserva la ultraestructura hepática
(164). Tampoco se recomienda el uso de vasodilatadores si- por mecanismos inmunomodulatorios que no tienen que ver
multáneamente (nesiritide, nitroglicerina, nitroprusiato), por con el aumento de la entrega de oxígeno (64).
el riesgo de hipotensión.
En el escenario de infarto agudo de miocardio que requiere Efectos sobre el lecho cerebral
el uso de inotrópicos se ha comparado con dobutamina y ha
No hay estudios.
demostrado no promover fenómenos de isqueinia repercusión.
Comparado con placebo no aumenta arritmias (165) siempre
Efectos inmunomodulatorios
y cuando se usen las dosis aprobadas. En casos de choque car-
diogénico (166-168) su uso ha sido menos estudiado pero las Por sus efectos predominantemente ~ se espera un efecto an-
series de casos muestran buenos resultados. Es una buena elec- tiinfiamatorio, lo que se ha podido demostrar en estudios in
ción en disfunción ventricular derecha con hipertensión pul- vitro y en modelos animales (177, 178).
monar aguda o crónica (169). En cirugía cardíaca con bomba
extracorpórea también ha mostrado buenos resultados (170). Efectos tóxicos y metabólicos
Ellevosimendan viene en ampollas por 12,5 mg (Daxim®). A dosis mayores de 3 f-lg/kg/min se observa hipokalemia, hi-
Se debe preparar en una solución con D50/0AD, o Hartmann, perinsulinemia e hiperglicemia (179), como también aumen-
o SSN diluyendo la ampolla en 500 cc, para obtener una to del consumo de oxígeno.
concentración de 25 ~g/cc. Siempre se debe asegurar de an-
temano una buena volemia pues el efecto vasodilatador de Aplicación clínica
esta droga puede llevar al paciente a hipotensión profunda. El
El papel de la dopexamina aún no se ha podido determinar.
bolo inicial se debe dar siempre y cuando la presión arterial
Es una droga que permanece en el plano experimental y con
sistólica sea mayor de 100 mmHg; la dosis de este bolo está
la evidencia que hay hasta el momento, no puede aconsejarse
entre 6 y 24 ~g/kg/min. Luego se debe continuar una infusión
su uso para mejorar perfusión esplácnica. Los estudios de
entre 0,05 y 0,2 ~g/kg/min durante 24 horas. Si es necesario
inmunomodulación le están abriendo un nuevo campo, pero
se debe usar un vaso activo para mantener la TA sistólica mÍ-
permanece también en el plano experimental.
nimo en 100 mmHg.
Vasopresores
Dopexamina
Son drogas que actúan sobre el músculo liso vascular produ-
Catecolamina sintética que tiene efecto sobre receptores ~I'
ciendo vasoconstricción. Aunque utilizan diferentes recepto-
~2' DI Y D2 , lo que la hace una droga prácticamente vaso-
res todas aumentan el calcio intracelular para producir con-
dilatadora. No estimula receptores rx. La afinidad sobre los
tracción del músculo liso vascular a través de un mecanismo
receptores ~2 es 100 veces mayor que por los ~ l' por tanto el
compartido que utiliza proteínas Gq, Fosfolipasa C, inositol
efecto es predominantemente ~ actuando sobre la resisten-
trifosfato (IP3), Diacilglicerol (DAG) como se explica aniba
cia vascular sistémica y sobre los lechos de varios órganos.
en la activación alfa adrenérgica (gráfica 3).
Como la dopamina, también tiene el efecto de aumentar los
17 IINOTRÓPICOS y VASO ACTIVOS

Norepinefrina Vasopresina Angiotensina 11

Canales
de KATP

Protein Kinasas

Gráfica 3. Mecanismo contráctil de la célula de músculo liso. AH: Angiotensina H, IP3: Inositol trifosfato, DAG: Diacilglicerol, Gq: Proteína Gq.

Otro mecanismo que ayuda a la vasoconstl1cción es el cie- receptores a que promueven la liberación de renina activando
ne de los canales de KATP dependientes. Se revisan las drogas el sistema renina-angiotensina. En pacientes sin choque esta
vasopresoras de importancia clínica, enfatizando en la vaso- situación puede llevar a falla renal aguda. En pacientes con
presina sus acciones por fuera de la activación adrenérgica. choque, especialmente choque séptico, la mejoría en la pre-
sión de perfusión renal puede mejorar la función renal. El uso
Adrenalina de dopamina para proteger al riñón de los efectos vasocons-
trictores de la adrenalina es muy generalizado. En este tipo
Catecolamina natural con efectos sobre receptores a y ~. A do-
de pacientes el efecto benéfico de la adrenalina al mejorar
sis bajas los receptores ~2 son muy sensibles a la adrenalina y
la perfusión renal puede verse contralTestado con el efecto
producen una vasodilatación sistémica, a dosis crecientes los
vasodilatador renal de la dopamina (181). En realidad no se
receptores ~ I se activan y aumentan la contractilidad y la fre-
ha podido demostrar ningún efecto protector de la dopamina
cuencia cardíaca. A dosis más altas aparece el efecto al con
en este campo (99).
vasoconstricción y aumento de la presión artedal y de la fre-
cuencia cardíaca. Se han descrito los niveles sédcos a los que
Efectos sobre el lecho esplácnico
estos efectos comienzan a aparecer, pero desde el punto de vis-
ta práctico la dosis debe ajustarse según respuesta clínica y no Aunque hay pocos estudios la evidencia parece demostrar
según dosis fija, más aún en el paciente critico en cual el efecto que el flujo esplácnico disminuye, aumenta el V0 2 y la aci-
de down regulation, o de no respuesta a catecolarninas puede dosis, y disminuye el pHi (182). Comparada con la combi-
estar presente. No hay efectos dopa con adrenalina. nación de noradrenalina-dobutamina se l1acen más evidentes
sus efectos deletéreos (182, 110). El uso de adrenalina hasta
Efectos sobre el lecho pulmonar el momento no está justificado en este campo, y más aún pue-
de ser deletéreo.
Los cambios sobre la presión de la arteda pulmonar depen-
den de la situación expedmental y la dosis que se esté usando,
Efectos sobre el lecho cerebral
siendo vasodilatadora con dosis ~ y vasoconstdctora con dosis
a (180). Produce un aumento del tono venoso, mejora el retor- Sus efectos sobre la hemodinámica cerebral se explican por
no venoso, la presión venosa central y la presión en la arteda la acción sistémica de mejorar presión artetial y gasto cardía-
pulmonar, y en dosis altas esta redistdbución del flujo hacia el co. La adrenalina produce excitación, ansiedad, cefaleas vas-
lecho pulmonar puede producir edema pulmonar. Aumenta el culares, debilidad, náuseas, vómito y disnea que pueden ser
corto circuito intrapulmonar produciendo hipoxemia (82). empeorados por la percepción de síntomas pedféricos como
palpitaciones, taquicardia y temblor.
Efectos sobre el lecho renal
Efectos inmunomodulatorios
La infusión de adrenalina a altas dosis activa receptores ~
produciendo vasoconstricción del lecho renal, y activación de En estudios experimentales se' han podido demostrar sus
efectos antiinflamatorios debidos a su efecto ~-adrenérgico

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 239


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

(68). A las altas dosis que se manejan en choque donde pre- en hacer un alto y cambiarse a combinaciones de drogas, con
domina el efecto Ci. no se han hecho estudios. menos efectos adversos y por tanto menos complicaciones. En
casos de choque séptico la adrenalina puede ser el vaso activo
Efectos metabólicos y tóxicos inicial cuando es necesaria la combinación de un vasopresor
Al aumentar la frecuencia cardíaca, la contractilidad miocár- más un inotrópico, pues ha demostrado ser igual a la combi-
dica y poscarga aumenta el trabajo cardíaco y el consumo de nación de noradrenalina más dobutamina (186). En estados de
oxígeno miocárdico, que se puede balancear con una mejor choque muy severo cuando se vaya a usar combinaciones con
presión de peIfusión coronalia. En corazones en falla, el ba- adrenalina es mejor evitar las catecolaminas incompletas, pre-
lance neto oferta demanda puede ser adecuado, pero en co- filiendo el uso de noradrenalina, o drogas que no activen direc-
razones normales el uso de adrenalina produce una mayor tamente el sistema adrenérgico. En estados de choque refrac-
demanda que oferta (183). También aumenta el consumo de talio a catecolaminas en que no se ha usado adrenalina, antes
oxígeno global hasta en un 30%. Aun a dosis bajas el efec- de salirse al esquema adrenérgico, se podría hacer un intento
to ~ produce taquicardia (183). A dosis más altas, aun en el con ella. En caso de suflimiento de la circulación esplácnica es
rango terapéutico, puede producir anitmias de todo tipo, au- mejor no utilizar la adrenalina.
liculares, ventliculares y, en últimas, fiblilación ventricular y La adrenalina viene en ampollas ámbar por 1 mg. Se co-
muerte. Las anitmias son más comunes en adultos con enfer- mienza con una dosis de 0,04 ¡.tg/kg/min y se va aumentan-
medad coromuia, y se deben al estímulo de receptores ~ y al do 0,04 ¡.tg/kg/min cada 5 minutos hasta lograr el objetivo
aumento de receptores Ci.¡ inducidos por isquemia e hipoxia, deseado. Si se quieren aprovechar sus dosis vasodilatadoras
los cuales son proalTitmogénicos (184). Con dosis catalogadas por efecto ~2' se debe iniciar con menos de 0,02 ¡.tg/kg/min.
como sobredosis se ha reportado infarto agudo de miocardio, Si se persiguen objetivos mas finos en el gasto cardíaco debe
taquicardia ventlicular, hipertensión severa, hemOlTagias intra- monitorizarse con catéter de arteria pulmonar.
cerebrales, convulsiones, edema pulmonar y falla renal aguda.
En el tratamiento de estas "sobredosis" se debe evitar el uso de Noradrenalina
betabloqueadores pues dejan el efecto alfa sin contrarrestar a Catecolamina natural con efectos sobre receptores Ci. y ~. A
nivel vascular empeorando el cuadro. El manejo debe hacerse diferencia de la adrenalina los receptores ~ son menos sensi-
con vasodilatadores, como nitroglicelina y nitroprusiato. La bles a ella y sus efectos en la clínica se deben principalmente
adrenalina endógena se dispara durante enfermedades críticas a la activación de receptores Ci.. Clínicamente se diferencia de
como respuesta hormonal contra reguladora, produciendo así la adrenalina en su escaso efecto, en un amplio rango de do-
una selie de efectos metabólicos como hiperg1icemia, aumen- sis, sobre la frecuencia cardiaca, sin que en realidad se pierda
to de ácidos grasos libres en sangre, glicogenólisis, glucólisis, mucho su efecto inotrópico. Su plincipal efecto entonces es
cetogénesis, que se ven replicados y aumentados cuando se aumentar la PAM.
usa terapéuticamente. También se ha observado una caída im-
portante de la concentración de insulina a dosis altas, acidosis Efectos sobre el lecho pulmonar
láctica, hipofosfatemia, hipokalemia. La adrenalina desmargi-
Es vasoconstrictora del lecho pulmonar y aumenta la resis-
naliza los neutrófilos y produce un aumento de los leucocitos.
tencia vascular pulmonar. Su predominante efecto Ci. evita que
Si se extravasa la infusión de una vena pelifélica puede produ-
haya aumento del cortocircuito pulmonar, previniendo la hi-
cir espasmo y necrosis local, aunque con menor potencia que
poxemia asociada al aumento del gasto cardíaco.
los Ci. agonistas.
Efectos sobre el lecho renal
Aplicación clínica
Aumenta la resistencia vascular renal y disminuye el flujo
No es común iniciar reanimaciones con adrenalina en adultos.
sanguíneo renal. En pacientes sanos produce una caída en la
En cambio en pediatría es la droga de elección en casi todos
depuración de la creatinina. En pacientes en choque séptico
los campos. En estados de choque severo se puede iniciar con
o síndromes distlibutivos la mejoría en la resistencia vascu-
adrenalina siempre y cuando el paciente se haya repletado de
lar sistémica y regional puede mejorar la peIfusión renal y
líquidos. Si se aprovechan sus efectos puramente ~2 a muy
evitar la falla renal (185-188). El uso concomitante de la no-
bajas dosis, es posible que se produzca inicialmente un poco
radrenalina con dopamina a dosis dopa ha sido ampliamen-
de vasodilatación, pero este efecto es poco buscado en la re-
te recomendado para atenuar la vasoconstlicción renal (85),
animación, y rápidamente se aumenta la infusión para obtener
aunque en realidad no se ha podido demostrar ningún efecto
efectos inotrópicos y cronotrópicos, o más alta para ver efectos
protector de la dopamina en este campo y en algunos casos
sobre la presión artelial con vasoconstlicción pelifélica y de
empeora la función renal (189).
los lechos cutáneos, musculares, renales y esplácnicos. La ta-
quicardia le coloca el tope al uso en el caso de la adrenalina. Es
Efectos sobre el lecho esplácnicQ
un efecto muy indeseable y por lo general cuando la frecuencia
cardíaca es alta se comienza a asociar a acidosis metabólica Se encuentran resultados contradictOlios. En condiciones
inducida por la misma droga. En ese momento es mejor pensar donde no hay sepsis o hipotensión importante la noradrenali-
'17 IINOTRÓPICOS y VASOACTIVOS

na pude disminuir el flujo esplácnico. Aunque la mayoría de la adrenalina y la dopamina, en choque cardiogénico, no au-
los estudios demuestran un aumento del flujo esplácnico con menta la frecuencia cardíaca y más aún puede disminuirla un
noradrenalina en choque séptico (190), no son consistentes poco, lo que hace que imponga menos trabajo al corazón.
en la mejoría del pHi (88, 191). Estos resultados podrían in- El tercer escenario es el mantenimiento de la pre,sión
dicar que en choque séptico, a pesar del aumento en el flujo arterial en los procesos neurológicos, como el trauma cra-
esplácnico mediado por la noradrenalina, persiste una oxige- neoencefálico severo con hipertensión endocraneana y el va-
nación esplácnica inadecuada. La asociación de noradrenali- soespasmo cerebral como complicación de una hemorragia
na mas dobutamina parece aumentar tanto el flujo esplácnico, subm'acnoidea traumática o espontánea. En este campo la
como el pHi (110, 182). dopamina produce muchos efectos adversos a las dosis en las
cuales hay acción Ci vasoconstrictora y rápidamente se pre-
Efectos sobre el lecho cerebral senta taquifilaxia.
Sus efectos sobre la hemodinámica cerebral se deben a sus La noradrenalina se debe monitorizar ampliamente y se
efectos sistémicos. No han sido estudiados sus efectos sobre la debe evitar usar más allá de lo que justamente se necesita,
vasculatura cerebral o sobre receptores adrenérgicos en el sis- pues aun a presiones arteriales "normales" se ha observado
tema nervioso central. Cuando se trata de mejorar o mantener acidosis metabólica inducida por la droga. La dosis de nora-
una presión mierial media con el fin de mejorm' la presión de drenalina debe titularse según TAM, y no según resistencia
perfusión cerebral en pacientes con trauma cráneo encefálico la vasculm' sistémica. Para prevenir la apm'ición de efectos ad-
noradrenalina es droga de elección (l92), junto a la fenilefrina. versos se debe titular a la menor TAM que asegure una pre-
sión de perfusión adecuada a la mayoría de los órganos; en
Efectos inmunomodulatorios pacientes previamente sanos, 65 a 70 mm de Hg de TAM es
un buen principio. En pacientes con hipertensión arterial no
En estudios experimentales se ha demostrado un efecto an- bien controlada el objetivo de TAM puede ser mayor. En los
tiinflamatorio mediado por sus efectos ~ (193). A las dosis casos en los que es impOliante mantener una PPC adecuada
Ci que se usan en el manejo de pacientes críticos no se han
la TAM a buscar depende de la PICo
hecho estudios. I
Las combinaciones para mejorar gasto cm'díaco con milri-
none, dobutamina y la misma adrenalina son muy populares.
Efectos tóxicos y metabólicos Aunque sola no es aconsejada para mejorm' la perfusión y
Los efectos adversos son muy similares a los inducidos por la metabolismo esplácnico en choque séptico, la asociación con
adrenalina. Aunque a dosis terapéuticas no se observa taqui- dobutamina parece ser la mejor elección (110).
cardia, a dosis altas, la taquicardia es un signo de toxicidad, El uso de dopamina para vasodilatar el lecho renal cuando
Induce también hiperglicemia pero con menos potencia que se use noradrenalina no ha probado beneficio clínico real (99).
la adrenalina. El riesgo de necrosis con la extravasación es La noradrenalina viene en ampollas por 4 mg (Levophed®
mayor que con la adrenalina. que viene en forma de bitartrato de noradrenalina por 8 mg,
pero de noradrenalina base sólo 4 mg). Debe preparm'se en
Aplicación clínica D5% con o sin SSN para mantener la estabilidad ácido bási-
ca de la solución. Se comienza con una dosis de 0,04 ¡..tg/kg/
El uso de noradrenalina tiene tres escenarios. El primero es
min y se va aumentando 0,04 ¡..tg/kg/min cada 5 minutos hasta
el choque distributivo, especialmente el choque séptico, en
lograr el objetivo deseado.
donde las resistencias vasculares sistémicas están muy bajas
y se requiere del uso de un agente que actúe principalmente
en los vasos periféricos (194). Los potenciales beneficios de Fenilefrina
la noradrenalina en este tipo de choque no se limitan a ate- Es un agonista Ci¡ exclusivo. Por lo tanto su efecto es aumen-
nuar una vasodilatación inapropiada, sino que además atenúa tar la PAM a través ,de vasoconstricción sistémica. No induce
también la depresión miocárdica, y mejora el flujo coronario, taquicardia, más aún puede bajar un poco la frecuencia cm'-
la perfusión renal, la tasa de filtración glomerular, la hipo- diaca. No tiene efectos inot:rópicos, pero en la mayoría de los
perfusión esplácnica, y la baja extracción de oxígeno global estudios en pacientes normotensos o hipotensos se ha encon-
(195). El inicio de noradrenalina en este escenario debe ser trado un aumento del índice cardíaco y volumen sistólico.
rápido y probablemente no se deba esperar a un fracaso con Por su aumento en la presión arterial media mejora el flujo
otra droga vasoactiva como la dopamina (196). coronario en estados de choque. Su acción sobre las venas no
El segundo es el choque cardiogénico, en donde la isquemia es marcada, pero sí se ha observado un aumento de la presión
miocárdica hace que se entre en una barrena mortal y es nece- venosa central.
sario mejorar la perfusión coronaria sin imponer un aumento
de trabajo cardíaco. Aunque en este campo las drogas inotró- Efectos sobre el lecho pulmonar
picas y vaso activas por sí solas no cambian la alta mortalidad,
Produce vasoconstricción sobre' los vasos pulmonares y au-
sí "compran" algo de tiempo mientras se realizan las medidas
menta la presión de la arteria pulmonar.
que sí cambian la mortalidad. La noradrenalina a diferencia de
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 241
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Efectos sobre el lecho renal lares del hipotálamo, en los núcleos supraóptico y paraven-
Aumenta el flujo sanguíneo renal y a dosis terapéuticas no se tricular, y acumulados en vesÍCulas en la neurohipófisis. El
ha observado compromiso de la función renal en pacientes tiempo de síntesis a liberación es una hora y media, pero sólo
con choque séptico. un pequeña proporción se libera al tOlTente sanguíneo acom-
pañada por su transportador proteico, la neurofisina II, la cual
Efectos sobre el lecho esplácnico no tiene actividad biológica conocida. Su vida media es de 5
a 15 minutos, logrando niveles plasmáticos de 1 pg/ml. Es
Aunque se ha notado una disminución del flujo esplácnico,
metabolizada por vasopresinasas en hígado y riñón.
en realidad no hay suficientes estudios que indiquen o contra-
Es liberada principalmente por dos estímulos: el aumento
indiquen su uso en este campo.
de osmolaridad en la sangre (hipernatremia) y la caída del vo-
lumen sanguíneo en un 7 a 10%. Por lo tanto su liberación
Efectos sobre el lecho cerebral
tiene efecto dual, antidiurético y vasoconstrictor. El aumento
No estimula el SNC. Sus efectos sobre la hemodinámica de osmolaridad por encima de 280 mOsmol/kg eleva los nive-
cerebral se deben a sus efectos sistémicos sobre la presión les de vasopresina en sangre. La estimulación de los sensores
arterial. En estudios animales el mantenimiento de la PPC a de volumen y barolTeceptores de la aurícula izquierda, el arco
través de una aumento de presión arterial inducido con feni- aórtico y los senos carotídeos son los encargados de la libe-
lefrina, no disminuyó edema cerebral, o volumen de lesión ración de la vasopresina. Es también liberada por otros estí-
tisular, ni mejoró el pronóstico neurológico (54). No han sido mulos como isquemia, hipoalbuminemia, falla cardiaca, dolor
estudiados sus efectos sobre la vasculatura cerebral o sobre náusea, vómito y ansiedad. Actúa distintamente en receptores
receptores ex-adrenérgicos en el sistema nervioso central. Vla' V'b y v'1· La activación de los receptores V2, localizados
en la pared basolateral de los túbulos contorneados distales y
Efectos inmunomodulatorios colectores, a través de un mecanismo mediado por proteínas
No hay estudios. Es un agonista ex1 y como tal puede inducir G, adenil ciclasa y AMPc, facilita la integración en la pared
inflamatorios, pero en este campp la fenilefrina no ha sido luminal de acuaporinas y aumenta la reabsorción de agua li-
estudiada. bre. El mecanismo interno es muy similar al producido por
la activación de receptores ~ adrenérgicos. La activación de
Efectos tóxicos y metabólicos receptores Vla, localizados en la membrana de las células del
Produce un aumento en el consumo de oxígeno. A dosis te- músculo liso arterial, a través de un mecanismo mediado por la
rapéuticas produce cefalea, bradicardia refleja, excitabilidad, producción de inositol trifosfato y diacilglicerol, libera calcio
inquietud, y raramente alTitmias. En sobredosis puede indu- al citosol y produce vasoconstricción. Este mecanismo es muy
cir extrasístoles ventriculares y taquicardia ventricular no similar al producido por la activación de receptores ex, así como
sostenida. Cuando se aplican infusiones de potasio conco- de los receptores de angiotensina II. Su efecto vasoconstrictor
mitantemente, los niveles séricos de potasio se elevan, pues es más potente que el inducido por noradrenalina o angiotensi-
la estimulación de receptores ex, afecta el movimiento de po- na (198), y además sus efectos continúan a pesar de estados de
tasio transmembrana en forma contraria a como lo hace la hipoxia y acidosis severa (199). La activación de los receptores
estimulación de receptores ~ (197). V'b (también llamados V3), localizados en la hipófisis anterior,
a través de activación de proteínas G, participa en la liberación
Aplicación clínica de ACTH (200). La vasopresina también actúa s<?bre otros re-
ceptores; al activar receptores de oxitocina (OTR) ,pn(sentes en
En el campo de la reanimación el uso de fenilefrina está con- el endotelio, produce vasodilatación :¿: través de un mecanismo
finado a la necesidad de mejorar la presión arterial en choque que, aunque tiene un camino inicial parecido al de los recepto-
distributivo que no responden a terapia con líquidos endove- res V" proteínas Gq, fosfolipa,sa C, IP3, DAG Ycalcio, al final
nosos cuando la función cardíaca es adecuada. En este esce- la acción del calcio sobre la calmodulina dispara la activación
nario es de elección cuando la taquicardia limita la terapia de óxido nítrico sintetasa y se libera óxido nítrico (201). Los
con otros vasopresores. Se ha usado para terminar taquicar- OTR se encuentran también en el músculo liso (aunque solo
dias paroxísticas supraventriculares. de tejido mamario y de miometrio) y aquí su activación lleva a
La fenilefrina viene en ampollas de 1 mI por 10 mg (Neo- vasoconstricción (202). En el corazón la activación de los OTR
Synephrine®). Se comienza con una dosis de 0,5 ¡..tg/kg/min, está relacionada con la liberación del PNA (203). Otros re-
y se va aumentando la infusión 0,5 ¡..tg/kg/min cada 5 minutos ceptores sobre los cuales también actúa la vasopresina son los
hasta lograr el objetivo deseado. receptores purínicos del tipo 2, P 2. Estos receptores se encuen-
tran en el endotelio vascular, del corazón y las coronarias. La
Vasopresina activación de estos receptores se ha asociado a vasodilatación
La vasopresina es una hormona con propiedades vasoactivas. e inotropismo positivo sin cronotropismo. La acción sobre las
Es un nonapéptido producido en las neuronas magnocelu- coronarias es controversial pues hay estudios que demuestran
17 f INOTRÓPICOS y VASOACTIVOS

que su activación produce vasoconstlicción o vasodilatación Efecto sobre el desempeño cardíaco


(204). En choque séptico la vasopresina tiene efectos también A bajas dosis se ha descrito un efecto inotrópico positivo, que
sobre los canales de KATP (205), bloqueándolos favoreciendo se va perdiendo con el aumento de la dosis hasta encontrarse
la vasoconstricción (206, 207). También bloquea la liberación un verdadero efecto inotrópico negativo (217-219). El efecto
de IL-I ~ Y como resultado de este bloqueo se disminuye la inotrópico positivo está mediado por receptores VI (220). En
cantidad de óxido nítrico; en este mecanismo, el cual no es del pacientes en choque vasodilatado postcardiotomía la acción
todo entendido, participa también la activación de receptores de la vasopresina a las dosis bajas utilizadas, beneficia al co-
VI (208). En resumen su efecto vasoconstlictor se debe a ac- razón brindándole un efecto inotrópico positivo (221).
ción directa sobre los receptores VI' a acción indirecta sobre
receptores adrenérgicos reactivándolos (209) y a su acción blo- Efecto sobre el lecho renal
queadora de la vasodilatación sobre los canales de KATP y sobre
la acción del la IL-l~ (tabla 2). No todos los lechos vasculares A dosis usadas en choque séptico (0,02-0,08 UI/kg/h) en mo-
responden igual a la acción de la vasopresina. delos animales sépticos, el flujo sanguíneo renal, la diuresis,
el D02 y la depuración de inulina mejoran (222, 223). Aquí
Tabla 2. Acciones de la vasopresina sobre los receptores. también parece mediar liberación de óxido nítrico que vaso-
dilata la arteriola aferente mientras vasoconstriñe la eferente
Receptor Localización Mediador Acción mejorando la TFG y la diuresis (20). Esta situación se obser-
V la Músculo liso Gq, fosfolipasa C, Vasoconstricción va paradójicamente en choque séptico pese al efecto antidiu-
arterial IP}, DAG, calcio rético de la vasopresina (224, 225).
Cierre de canales Vasoconstricción
de KATP Efecto sobre el lecho cerebral
Plaquetas i Calcio por pro- Trombosis A dosis bajas se ha encontrado que la vasopresina produce
tein kinasa
vasodilatación cerebral (226-229).
V lh Hipófisis anterior Gq, fosfolipasa C, Liberación de
t
IP 3 , DAG, calcio ACTH
Efecto sobre el lecho esplácnico
V2 Membrana baso- Gs, Adenilciclasa. Antidiuresis
lateral de TCD y AMPc, protein Aunque las arterias mesentéricas pueden vasodilatarse con
túbulos colectores kinasa, calcio vasopresina (230), los resultados metabólicos sobre el lecho
OTR Endotelio Gq, fosfolipasa C, Vasodilatación esplácnico son dispares, pudiendo empeorar el gap gastro
IP3 , DAG, calcio,
arterial de CO 2 en pacientes sépticos (231). Otros estudios
NOS, NO
demuestran lo mismo haciendo pensar en que la vasopresina
Músculo liso mama- Gq, fosfolipasa C, Vasoconstricción
rio y miometrio IP3 , DAG, calcio aumenta el flujo artelial pero produce una mala distribución
en detrimento de la mucosa intestinal y gástrica (232). Cuan-
Neuronal Gq, fosfolipasa C, Liberación de
IP}, DAG, calcio transmisores do se usan a dosis entre 0,04 y 0,2 UI/min para mantener la
P2 Corazón Fosfolipasa C, Vasodilatación TAM> 70 mmHg no afectan el gap gastro arterial de CO 2
fosfolipasa A 2, (233). Usar dosis más altas que las permitidas en choque sép-
PG I2 , NO tico afectan además también el flujo esplácnico directamente
Coronarias ? Vasoconstricción llevando a hiperlactatemia, disoxia visceral y liberación de
lactato yeyunal (234). "
Gq: Proteína Gq, IP3 : Inositol trifosfato, DAG: Diacilglicerol, NOS: Sin-
tetas a del óxido nítrico, NO: Oxido nítrico, PGI,: Prostaciclina, OTR: Re-
ceptores de oxitocina, P 2 : receptores purínicos. -
Efectos metabólicos
A través de un receptor V 3' que usa GMPc, dosis farmaco-
Efectos sobre el lecho pulmonar lógicas de vasopresí'na actúan sobre la hipófisis elevando la
En moderadas dosis produce vasodilatación, pero a altas do- ACTH e induciendo una rápida elevación de cortisol plasmá-
sis produce vasoconstricción (210). Esta vasodilatación pare- tico (235, 236).
ce estar causada además por liberación de óxido nítrico en-
dotelial en estos lechos, la cual es estimulada por activación Efectos tóxicos
de receptores VI (211,212). El uso de dosis altas de vasopresina se ha asociado a lesiones
isquémicas severas que comprometen la piel y las extremida-
Efecto sobre el lecho coronario des hasta en un tercio de los pacientes (237). Junto a este tipo
Puede haber efectos vasodilatadores en coronarias (213, 214), de lesiones se ha reportado rabdomiolisis (238). También se
especialmente en corazones expuestos a hipoxia (215), pero han reportado lesiones necróticas en el tracto gastrointesti-
a la vez algunos estudios han demostrado vasoconstricción nal inducidas también por dosis ,altas de vasopresina (239,
dosis dependiente (204, 216, 217). 240). Cuando se usaban dosis altas para control de sangrado

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 243


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

gastrointestinal varicial (desde 0,2 VI/min hasta 1 VI/min) , 252); las dosis a utilizar son las mismas que en choque sép-
se reportaron necrosis isquémica. esofágica y gástrica, ade- tico. En choque hemonágico en etapas finales cuando por el
más de angina de pecho e infarto agudo de miocardio (241). estado de hipoperfusión también se ha demostrado vasople-
Ahora este tipo de sangrado ya no es una indicación para jía, hay también niveles bajos de vasopresina para el estado
vasopresina por la utilización de somatostatina y octreótide, de choque y el uso de vasopresina también mejora la reactivi-
con menores efectos adversos. Las plaquetas tienen recepto- dad a catecolaminas, mejorando la presión arterial y disminu-
res V? (242) que al activarse inducen agregación (243, 244) yendo las dosis de adrenérgicos (253). En pacientes en paro
y fenÓmenos trombóticos. Este fenómeno no se ha visto a cardionespiratorio el uso de vasopresina parece ser igual que
dosis utilizadas en choque séptico. Esta propiedad ha sido el de adrenalina en fibrilación ventricular o en taquicardia
usada por la desmopresina, un análogo de la vasopresina, ventricular sin pulso, pero parece mejor en actividad eléctrica
para conegir defectos funcionales plaquetarios que llevan a sin pulso y asistolia (254), por tanto la American Heart As-
sangrado, ya que se liberan el factor VIII y el factor von Wi- sociation recomienda su uso en estos estados de paro a una
llebrand (245). dosis única de 40 U IV en bolo (255). La vasopresina viene
en viales de 20 VI.
Aplicación clínica
El uso de la vasopresina en choque séptico debe verse, por Uso apropiado de las drogas vasoactivas e
ahora, más como un soporte hormonal que como un soporte inotrópicos
hemodinámico. Como una respuesta a la hipovolemia vis- Sin tratar de esquematizar el manejo de un paciente que re-
ta al inicio de la sepsis los niveles de vasopresina aumentan quiera el uso de drogas vaso activas e inotrópicas, se deben
manteniendo la presión de perfusión de órganos importantes, seguir unos principios generales. Estos principios buscan
que luego rápidamente caen presentándose hipotensión re- evitar los problemas serios asociados a la toxicidad intrínse-
fractaria a dosis elevadas de catecolaminas (20). Esta caída ca de estas drogas, pues activar el sistema adrenérgico, en sí
de los niveles de vasopresina endógena ocune debido a tres mismo, es ya un problema, y se puede caer fácilmente en la
posibles procesos: agotamiento <!le la reserva de vasopresina sobreactivación. Los principios son:
a nivel hipofisiario (218), disfunción autonómica con pérdida 1. Antes de iniciar cualquier inotrópico o vasoactivo hay que
del reflejo baroneceptor que estimula la liberación de vaso- asegurarse una buena volemia. Vna repleción adecuada
presina (246, 247), y por último, liberación de óxido nítrico de volumen intravascular puede hacer que no sea necesa-
a nivel de hipófisis posterior que contranegula la liberación ria una droga de este tipo (256). La dosis para lograr un
de vasopresina (248). La administración de dosis bajas de objetivo dado en pacientes en quienes no hay un buen vo-
vasopresina (0,01-0,04 VI/min) produce picos fisiológicos lumen intravascular es mayor que cuando sí lo hay (257).
que mejoran la presión arterial y disminuyen la necesidad de Los efectos tóxicos de estas drogas aparecen más rápido
dosis altas de catecolaminas. Aunque dosis a dosis el efecto cuando se administran en pacientes hipovolémicos.
vasoconstrictor de la vasopresina es cada vez más potente y 2. No hay dos inotrópicos o drogas vasoactivas iguales. To-
no se ve afectado por el estado de acidosis severa, la acción das tienen sus aspectos peculiares que las hacen únicas y
sobre los lechos esplácnicos, renal, cutáneo, coronario y so- no son intercambiables. Es posible que el mismo efecto
bre el desempeño cardiaco no permiten aconsejar su uso por se pueda lograr con varias de ellas, pero la escogencia
encima de estas dosis (249). Entonces, en el manejo del cho- depende del mecanismo de acción, los efectos colaterales
que vasodilatado el manejo inicial debe iniciarse con cate- y adversos que, a la dosis que se necesita, teR~a esa droga
colaminas, dopamina o noradrenalina, y cuando la dosis sea específica. Cada paciente, y cada situación erl el mismo
muy elevada y el control de la tensión arterial y la perfusión paciente, merece un análisis cuidadoso de cuál es la me-
de los órganos no se pueda garantizar con estos fármacos, se jor opción en ese momento dado. El costo es también un
debe iniciar una infusión continua de vasopresina con dosis factor relevante en la escSgencia.
rápidamente ascendentes entre 0,01 VI/min y 0,04 VI/min, 3. Cuando se quiera modular el sistema cardiovascular se
es decir máximo 2,4 VI/h, con el objetivo de estabilizar al debe usar una droga que sea dosis respuesta titulable. Es
paciente y disminuir la dosis de catecolaminas. No hay una necesario que la droga actúe rápido, que los cambios dosis
dosis de noradrenalina a la cual se deba iniciar la infusión de respuesta se vean rápido y que su efecto, una vez retirada
vasopresina, pero dosis> 0,5 flg/kg/min de noradrenalina por la droga, desaparezca rápido. El control y la regulación
lo general ya muestran efectos adversos que se debieran evi- interna del sistema adrenérgico tiene una respuesta ines-
tal'. Aunque están pendientes por resultados del VASST (252) perada debido a la cantidad de reflejos que se disparan en
que pretenden usar la vasopresina como vaso activo inicial, el paciente crítico, y la reanimación extensiva con líquidos
hasta ahora los resultados demuestran que no es mejor que la va haciendo que desaparezcan unos reflejos y aparezcan
noradrenalina en este contexto (234, 235, 253). También se otros. Esto hace importante el poder titular la droga según
ha demostrado su utilidad en otros estados de choque vasodi- la respuesta que se va obteniendo. '
latado como en postoperatorio de postcardiotomía, en donde 4. Se debe usar una droga que se pueda monitorizar. En el
también se ha demostrado niveles bajos de vasopresina (251, período de reanimación inicial el obtener una buena ten-
17 IINOTRÓPICOS y VASOACTIVOS

sión arterial y mejorar la diuresis puede ser satisfactorio, si se combinan dos catecolaminas completas. Otras combi-
lo que no quiere decir que sea suficiente. No se debe pre- naciones como noradrenalina-dobutamina (118) y dopami-
suponer un efecto sólo por que se esté administrando una na-dobutamina, no han demostrado este efecto y por tanto
dosis que en estudios ha mostrado ese efecto, pues en los por el momento no se justifica generalizm· este concepto.
pacientes críticos la respuesta a estas drogas es muy varia- La combinación noradrenalina-milrinone es una combina-
ble. Es importante cuantificar el efecto pues solamente así ción de amplia aceptación clínica y a la cual los principios
se puede asegurar el objetivo deseado y se puede evitar la anteriores no aplican pues sus mecanismos de acción in-
toxicidad de estas drogas. Además la deuda de oxígeno en dividuales son diferentes. Lo mismo se podría decir de la
estos pacientes debe ser pagada y rápidamente, y sólo una potenciación milrinone (o amrinone) más dobutamina.
completa monitoría asegura que esto ocurra. 7. Siempre que se inicie una droga inotrópica o vasoactiva,
5. Hay que adelantarse a los efectos tóxicos. En la medida hay que empezar a pensar en quitarla, es decir usm"la el
en que se vaya aumentando la infusión de alguna de estas tiempo mínimo necesario. Si no se tiene esto en mente es
drogas, en la necesidad de lograr un objetivo definido, es posible que un paciente permanezca con una infusión de
posible que se pase el umbral de toxicidad. En este mo- estas drogas vm"ias horas o días sin que la necesite, y peor
mento los efectos tóxicos se confunden con los trastornos aún causándole daño. Hay que recordm" que el uso de estas
propios de la patología del paciente, como la acidosis me- drogas es solamente pm"a soportar al paciente mientras se
tabólica o el aumento del consumo de oxígeno. Entonces, recupera de su problema inicial y paga su deuda de oxí-
se entra en un circulo vicioso de a más droga, más aci- geno. Además, no se puede olvidar que estas drogas au-
dosis metabólica. Esta situación es muy riesgosa para el mentan intrínsecamente el consumo de oxígeno y pueden
paciente, pues se puede llegar a confundir con un estado producir acidosis metabólica, más aún cuando la dosis que
de choque refractario, cuando el paciente sólo tiene un se está dando es mayor de la que el paciente necesita. En
exceso de activación adrenérgica. Es importante conocer cuanto el paciente esté compensado y la causa del choque
bien la droga que se está utilizando, sus efectos tóxicos esté resuelta se debe intentm", de cuando en cuando, bajar
y los marcadores de ,toxicidad de algunas de ellas, para la dosis y ver respuesta. Se ha observado en la experiencia
adelantarse a ellos y actuar en consecuencia. Este riesgo del autor de este capítulo que en pacientes compensados
puede ser mayor en pacientes con altas dosis de drogas y con la causa del choque resuelta, las drogas cuyo efecto
vasoactivas. En estos casos se ha detectado un gradiente se hace directa o indirectamente a través de noradrenalina
entre las presiones detectadas en una arteria central como (dopamina, noradrenalina y adrenalina) llegan a un pun-
la femoral, y una periférica como la radial (258, 259). Si to del destete en donde se observa una "dependencia" a la
no se es conciente de este posible problema se tiende a au- droga y que si se intenta seguir disminuyendo la infusión el
mentar más la infusión del vasoactivo sin lograrse el obje- paciente se torna hipotenso. Se ha observado también que
tivo deseado, y por otro lado aparecen los efectos tóxicos si en ese momento se suspende la droga del todo, o se baja
de estas drogas como oliguria, cambios en la coloración la infusión en más del 50%, y se tolera un período corto
de la piel, frialdad en las extremidades, ausencia de pulsos de hipotensión (20 a 30 minutos) el paciente comienza a
distales, trastornos en el sistema nervioso central, y acido- mejorar su presión arterial. Esto se podría explicar por una
sis metabólica severa. En estos momentos el problema es disminución de la liberación de la noradrenalina endóge-
de monitoría, pues se ha demostrado que estas arterias pe- na por el efecto <X2 presináptico que estas drogas pudieran
riféricas se pueden comportar como vasos de resistencia tener, que al retirarla le tomaría un tiempo reiniciar la libe-
alta y la vasoconstricción exagerada inducida por la droga ración endógena de noradrenalina rri'íelltras desaparecen el
las hace poco confiables en sus registros. En estos casos efecto inhibitorio <X 2 pr~sináptico al igual que el efecto D 2
debería usarse una línea mterial central, siendo la mteria presináptico en el caso de la dopamina.
femoral la más accesible. 8. La mayoría de e~tas drogas se deben administrar por una
6. Siempre se ha estimulado el uso de combinaciones para vena de buen calibre, en lo posible una vena central. La
disminuir la dosis necesmia para el logro de un objetivo dopamina, la adrenalina, la noradrenalina y la fenilefrina
y así minimizar los efectos tóxicos de ambas drogas. Hay si se extravasan pueden producir necrosis de los tejidos
evidencia reciente de que en algunas combinaciones no circundantes, y vasoespasmo sobre venas periféricas que
hay tal sinergismo y, más aún puede haber antagonismo. Se pueden disminuir la cantidad de droga que debe llegar a
ha sugerido que la adición de una catecolamina completa los vasos centrales. Esto provoca innecesarios ascensos
(aquella que actúa sobre todo tipo de receptores adrenér- en la infusión de estas drogas. Cuando se haga necesario
gicos, como adrenalina y noradrenalina), a un régimen con infundirlas por líneas venosas compartidas se deben evitar
una catecolamina incompleta (como dobutamina o dopa- las confusiones de líquidos endovenosos de gran volumen
mina) puede no ser benéfico y puede reducir la respues- y de bolos, pues se corre el riesgo de administrar la droga
ta a la droga adicionada. Este efecto se demostró con la por arrastre en forma de "bolos", desestabilizando la he-
combinación de dobutamina y adrenalina, y no se esperada modinamia del paciente.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 245


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

APÉNDICE 1 1. Paciente extensamente reanimado con líquidos que no lo-


gra mejorar sus signos vitales, mientras es llevado a sala
Manejo de inotrópicos y vasoactivos en paciente
de operaciones y se le hace inducción anestésica.
politraumatizado y en otros estados de choque
2. Paciente con choque de origen diferente al choque he-
El manejo de los pacientes politraumatizados en la Funda- mOlTágico, como el choque cardiogénico en traumas to-
ción Valle del Lili, Cali, Colombia sigue los delineamientos rácicos, o choque neurogénico en pacientes con trauma
del ATLS en donde lo principal al inicio de la reanimación es raquimedular, o choque séptico en pacientes con trauma
mantener la volemia con líquidos, y compuestos sanguíneos abdominal de consulta tardía.
guiados por las pérdidas, y una pronta intervención quirúrgi- 3. Pacientes con antecedentes de enfermedades que los puedan
ca si es necesaria. El uso de inotrópicos o vasoactivos se hace llevar a un choque de origen diferente al choque hemolTá-
necesario en los siguientes escenarios: gico, como pacientes con falla cardíaca congestiva previa,
hipotiroidismo, diabetes descompensada, cilTosis, etc.

Reanimación con líquidos j


según ATLS
I

0 ¿RESPONDE?
I
No

Si, pero vuelve a


I entrar en choque
I
J
Buscar y corregir la causa
Reanimación extensiva con líquidos y productos
del choque. Cirugía si es
sanguíneos según ATLS. Cirugía
necesaria
t I

I Dopamina
I
I I

I Mejora con dosis ~: 5-15 ¡..tg/kg/min


I Mejora con dosis ce 15-30 ¡..tg/kg/min
JI No mejora j
I ¿Choque cardiogénico? J ¿Choque vasodilatado? ¿Choque vasodilatado?
¿Choque cardiogénico? ¿Choque cardiogénico?
¿Choque obstructivo? ¿Choque obstructivo?

l Catéter de arteria pulmonar


J
Estado hiperdinámico
I I J Estado hipodinámico
1 I l J
Flujograma 1. Manejo inicial del trauma.

Vasopresor: NEPI Ajuste de


si no responde adicionar deuda de
vasopresina O

Ajuste de
deuda de
O
Más volumen + vasopresor: NEPI Más volumen y buscar causas de
si no responde adicionar vasopresina pérdidas de volumen

Flujograma 2. Manejo del estado hiperdinámico.


17/1NOTRÓPICOS y VASOACTIVOS

Estado hipodinámico

¿Mejora volemia?

Ajuste de
deuda de Bajo gasto
O
Más volumen y buscar causas
Vasopresor: EPI
de pérdidas de volumen

Flujograma 3. Manejo del estado hipodinámico hipovolémico.

Estado hipodinámico

Normovolémico Hipovolémico
PVC > 8 Cuña> 12

Más volumen hasta cuña = 18

¿Mejora IC?

Ajuste de
deuda de Bajo gasto
O

¿Mejora IC?

Flujograma 4. Manejo del estado hipodinárriico normovolémico.

Bajo gasto

¿Mejora IC?

Considere uso de
BCPIA

Flujograma 5. Manejo del bajo gasto.


SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 247
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Referencias 22. Nandiwanda PA, Hyman AL, Kadowitz PJ. Pulmonary vasodilator
responses to vagal stimulation and acetylcholine in the cat. Circ Res
1. Bishop MH, Shoemaker WC, Apple PL, et al. Prospective, rando- 1983; 53: 86-95.
mized trial of survivor values of cardiac index, oxygen delivery, and 23. Porcelly RJ, Bergosfsky RH. Adrenergic receptors in pulmonary vaso-
oxygen consumption as resuscitation end points in severe trauma. J constrictor responses to gaseous and humoral agents. J Appl Physiol
Trauma 1995; 38: 780. 1973; 24: 355-365.
2. FlemingA, Bishop MH, Shoemaker WC, et al. Prospective trial of 24. Rose CE, Althaus JA, Kaiser DL et al. ACllte hipoxemia and hypercap-
supranormal values as· goals of resuscitation in severe trauma. Arch nia: Increase in plasma cathecolamines in dogs. Am J Physiol 1983;
Surg 1992; 127: 1175. . 245: 924-929.
3. Hayes MA, Timmins AC, Yau EHS, et al. Oxygen transport patterns in 25. Korner PI, White SW. Circulatory control in hypoxia by sympathetic
patients with sepsis syndrome or septic shock: Influence of treatment nerves and adrenal medlllla. J Physiol Lond 1966; 184: 272-290.
and relationship to outcome. Crit Care Med 1997; 25: 926-936. 26. Gillis CN. Pharmacological aspects of metabolic processes in the plll-
4. Shoemaker WC, Apple PL, Kram HB. Role of oxygen debt in the monary microcirclllation. Ann Rev Pharmacol Toxicol 1986; 26: 183-
development of organ failure, sepsis, and death. Chest 1992; 102: 208- 200.
215. 27. Schmid HE, Garrett RC, Spencer MP. Intrinsic hemodynamic ad-
5. Gattinoni L, Brazzi L, Pelosi P, et al. A trial of goal oriented hemo- jllstments to redllced renal pressure gradients. Circ Res 1964;
dynamic therapy in critically ill patients. New Engl J Med 1995; 333: 14(Suppl): 1170-1177.
1025-1032. 28. Stone AM, Stahl WM. Renal effects of hemorrhage in normal mano
6. Task force of the American College of Critical Care Medicine, Socie- Ann Surg 1970; 172: 825-836.
ty 01' Critical Care Medicine: Practice parameters for hemodynamic 29. Adams PL, Adams FF, Bell PD, et al. Impaired renal blood flow alltore-
support of sepsis in adult patients in sepsis. Crit Care Med 1999; 27: glllation in ischemic aCllte renal failure. Kidney Int 1980; 18: 68-76.
639-660 30. Barnes GE, Laine GA, Giam PY, et al. Cardiovascular responses to
7. Dellinger RP. Cardiovascular management 01' septic shock. Crit Care elevation of intra-abdominaI pressure. Am J PhysioI 1985; 248: R208-
Med 2003; 31: 946-955. R213.
8. K vetan V, Mustafa 1, Dobb G, et al. Resuscitation 01' patients in septic 31. Dantszker DR. Adeqllacy of tisslle oxygenation. Crit Care Med 1993;
shock. First Asia-Pacific Consensus Conference in Critical Care Me- 21: S40-S43.
dicine. Intensive Care World 1998; 15: 72-83. 32. Fiddian-Green RG, Hadglund U, Glltierrez G, et al. Goals for the re-
9. European Society 01' Intensive Care Medicine: Tissue hipoxia: How suscitation of shock. Crit Care Med 1993; 21: S25-S31.
to detect, how to correct, how to prevent. 3rd European Consensus 33. Mythen M, Faehnrich. Monitoring gllt perfusion. In: Gut dysfllnction
Conference in Intensive Care Medicine. Am J Respir Crit Care Med in critical illness. Rombeall JL, Takala J (eds). Berlin, Heidelberg,
1996; 154: 1573-1578. New York, Springer-Verlag, 1996: 246-262.
10. Brodde O-E,Schuler S, Kretsch R, et al. Regional distribution 01' ~ 34. Fiddian-Green RG, Pittenger G, Whitehollse WM. Back-diffllsion of
adrenoceptors in the human heart: coexistence 01' functional ~l and C02 and its influence on the intramural pH in gastric intestines of rats.
~o adrenoceptors in both atria and ventricles in severe congestive car- J Surg Res 1982; 33: 39-48.
diomyopathy. J Cardiovas Pharmacol1986; 8: 1235-1242. 35. Marik PE. Gastric intramucosal pH. A better predictor 01' multiorgan
11. Bristow MR, Ginsburg R, Umasns V, et al. ~l and ~2-adrenergic recep- dysfunction syndrome and death than oxygen derived variables in pa-
tor subpopulations in nonfailing and failing human ventricular myo- tients with sepsis. Chest 1993; 104: 225-229.
cardium: Coupling of both receptor subtypes to muscle contraction 36. Reinelt LNH, Radermacher P, Kiefer P, et al. Impact 01' exogenous~­
and selective b l-receptor down regulation in heart failure. Circ Res adrenergic receptor stimulation on hepaytosplanchnic oxygen kinetics
1986; 59: 297-309. and metabolic activity septic shock. Crit Care Med 1999; 27: 325-331.
12. Brodde O-E Zerkowsky H-R, Doetsch N, et al. Myocardial beta-adre- 37. Meier-Hellmann A, Bredle DL, Specht M, et al. Dopexamine increa-
noceptor changes in heart failure: concomitant reduction in beta 1- and ses splanchnic blood flow but decreases gastric mucosal pH in seve-
beta2- adrenoceptor function related to the degree of heart failure in re septic patients treated with doblltamina. Crit Care Med 1999; 27:
patients with mitral valve disease. J Am Coll Cardiol 1989; 14: 323- 2166-2171.
331. 38. Müller M, Boldt J, Schindler E, et al. Effects of low-dose dopexamina
13. Johnson M. The beta-adrenoceptor. Am J Respir Crit Care Med in splanchnic oxygenation during major abdominal surgery. Crit Care
1998;158: SI46-53. Med 1999; 27: 2389-2393.
14. Sibbald WJ, Fox G, Marin G. Abnormalities of vascular reactivity in 39. Fink MP. Does tissue acidosis in sepsis indicate tissu.~ hypoperfllsión?
the sepsis syndrome. Chest 1991; 100(Suppl): 155S-159S. Intensive Care Med 1996; 22: 1144-1146. '-.
15. McKenna TM, Martin FM, Chernow B, et al. Vascular endothelium 40. Groeneveld AB, Kolkman 11. Splanchnic tonometry: A r~view 01' phy-
contributes to decreased aortic contractility in experimental sepsis. siology, methodology and clinical applications. J Crit Care 1994; 9:
Circ Shock 1986; 19: 267-273. 198-210.
16. Zaritsky AL, Eisenberg MG. Ontogenetic considerations in the phar- 41. Radermacher P, B uhl R, K1ein M, et al. The effects of prostacyclin on
macotherapy of shock. In: Chernow B, Shoemaker W (eds). Critical gastric intramllcosal pH in patients with septic shock. Intensive Care
Care State of the Art. Fullerton CA. Society of Critical Care Medicine Med 1995; 21: 414-421.
1986: 485-534. 42. Eichelbronner O, Reinelt H, Wiedeck H, et al. Aerosolized prosta-
17. Heck DA, Bylund DB: Differential down-regulation of alpha-2 adre- cyclin and inhaled nitric oxide in septic shock: Different effects on
nergic receptor subtypes. Life Sci 1998;62(17-18):1467-1472 splanchnic oxygenation? Intensive Care Med 1996; 22: 880-887.
18. Ginsburg R, Bristow MR, Billingham ME, et al. Study of the normal 43. Brinkmann A, Wolf CF, Berger D, et al. Perioperative endotoxemia
and failing isolated human heart: decreased response of failing heart and bacterial translocation during major abdominal surgery: Evidence
to isoproterenol. Am Heart J 1983; 106: 535-540. for the protective effect of endogenous prostacyclin? Crit Care Med
19. Gold JA, Cullinane S, Chen J, et al. Vasopressin as an alternative to 1996; 24: 1293-1301.
norepinephrine in the treatment of milrinone-induced hypotension. 44. Spies CD, Reinhart K, Witt 1, et al. Influence of N-acetylcysteine on
Crit Care Med 2000; 28: 249-252. indirect indicators of tissue oxygenation in septic shock patients: Re-
20. Landry DL, Levine HR, Gallant EM, et al. Vasopressin hypersensitivi- sults from a prospective, randomized, double blind study. Crit Care
ty in vasodilatory shock. Crit Care Med 1997; 25: 1279-1282. Med 1994; 22: 1738-1746.
21. Ryding J, Heslet L, Haryvig T, et al. Reversal of "refractory septic 45. Sakio H, Tanaka Y,Ueno K, et al. How sho~lld we treat intestinal is-
shock" by infusion of arnrinone and angiotensin II in a anthracycline- chemia? II: Effects of pentoxifylline, glucagon and prostaglandin El.
treated patient. Chest 1995; 107: 201-203. Masui 1995; 44: 227-232.
17 IINOTRÓPICOS y VASOACTlVOS

46. Miller JD, Becker DP. Secondary insults to the injured brain. J R Coll 71. Standiford TJ, Streiter RM, Lukacs NW. Neutralization of IL-10 in~
Surg Edinb 1982; 27: 292-298. creases lethality in endotoxemia: Cooperative effects of macrophage
47. Bouma GJ, MuizelaarJP, Choi SC, et al. Cerebral circulation and me- inflammatory protein-2 and tumor necrosis factor. J lmmunol 1995;
tabolism after sever trallmatic brain injury: The elusive role of ische- 155: 2222-2229.
mia. J Neurosurg 1991; 75: 685-693. 72. Giroir BP, Neutler B. Effect of amrinone on tumor necrosis facto~ pro-
48. . Chesnut RM, Marshall LF, Klauber MR, et al. The role of secondary duction in endotoxic shock. Circ Shock 1992; 36: 200-207. '
brain injury in determining outcome from severe head injury. J Trau- 73. Fortenberry JD, Huber AR, Owens ML. Inotropes inhibit endothelial
ma 1993; 34: 216-222. cell sUlface adhesion molecules induced by interleukin-l . Crit Care
49. Rosner MJ, Rosner SD, JonsonAH. Cerebral perfusion pressure: mana- Med 1997; 25: 303-308.
gement protocol and clinical results. J Neurosurg 1995; 83: 949-962. 74. Kumar A, Kosuri R, Kandula P, et al. Effects of epinephrine and amri-
50. Brain Trauma Foundation: Resuscitation of blood pressure and oxyge- none on contractility and cyclic adenosine monophosphate generation
nation. J Neurotrauma 1996; 13: 661-666. of tumor necrosis factor ex-exposed cardiac myocites. Crit Care Med
51. Stocchetti N, Paparella A, Serioli T, et al. Increasing the pressure of 1999; 27: 286-292.
cerebral perfllsion to control intracranial pressure. Minerva Anestesiol 75. Chanani NK, Cowan DB, Takeuchi K, et al. Signaling Differential
1992; 58(suppll): 165-171. Effects of Amrinone and Milrinone Upon Myocardial Inflammatory.
52. Bouma GJ, Muizelaar JP, Bandoh K, et al. Blood pressure an intra- Circulation 2002; 106; 284-289.
cranial pressure-volume dynamics in severe head injury: Relationship 76. Takeuchi K, del Nido PJ, Ibrahim AE. Vesnarinone and amrinone re-
with cerebral blood f1ow. J Neurosurg 1992; 77: 15-19. duce the systemic inflammatory response syndrome. J Thorac Cardio-
53. Unterberg AW, Kaiening KL, Hartl R, et al. Mllltimodal monitoring vasc Surg 1999; 117: 375-82.
in patients with head injury: evaluation of the effects of treatment of 77. Aizawa T, Wei H, Miano JM. Role of Phosphodiesterase 3 in NO/
cerebral oxygenation. J Trauma 1997; 42: S32-S37. cGMP-Mediated Antiinflammatory Effects in Vascular Smooth Mus-
54. Talmor D, Rroyblat L, Artru AA, et al. Phenylephrine-induced hyper- cle CeIls. Circ Res 2003; 93: 406-413.
tension does not improve outcome after closed head trauma in rats. 78. Feldman AM. Classification of positive inotropic agents. J Am CoIl
Anesth Analg 1998; 87: 574-578. Cardio11993; 22: 1233-1237.
55. Bedell EA, Prough DS. Should induced hypertension be beneficial 79. Goldberg Ll, Rajfer SI. Dopamine receptors: Applications in clinical
after traumatic brain injury? Anesth Analg 1998; 87: 751-753. cardiology. Circulation 1985; 72: 245.
56. Talmor D, Roytblat L, Shapira y. Are vasopressor beneficial after cra- 80. Goldberg Ll. Cardiovascular and renal actions of dopamine: Potential
nial trauma? Anesth Analg 1998; 88: 1423-1424. clinical applications. Pharmacol Rev 1972; 24: 1-29.
57. Grande PO, Asgeirsson B, Nordstrom CH. Physiologic principIes for 81. Leier CV, Heban PT, Huss P, et al. Comparative systemic and regional
volume regulation of a ti~sue enclosed in a rigid shell with application hemodynamic effects of dopamine and dobutamine in patients with
to the injured brain. J Trauma 1997; 42: S23-S31. cardiomyopathic heart failure. Circulation 1978; 58: 466.
58. Kobinger W. Centrak ex-adrenergic systems as targets for hypotensive 82. Lemaire F. Effect of cathecolamines on pulmonary right-to-Ieft shunt.
drugs. Rev Physiol Biochem Pharmacol1978; 81: 40. IntAnesthesiol Clin 1983; 21: 43.
59. Seri 1, Tulassay T, Kiszel J, et al. Effect of low-dose dopamine in- 83. Sabol SJ, Ward DS. Effect of dopamine on hypoxic-hypercapnic inte-
fusión on prolactin and thyrotropin secretion in preterm infants with raction in humans. Anesth Aanalg 1987; 66: 19.
hyaline membrane disease. Biol Neonate 1985; 47: 317. 84. Polson RJ, Park GR, Lindop MJ, et al. The prevention ofrenal impair-
60. Obeso JA, et al. The role of pulsati1 versus continuos dopamine recep- ment in patients undergoing ortothopic liver grafting by infusion of
tor stimulation for functional recovery in Parkinson's disease. Eur J low dose dopamine. Anaesthesia 1987; 42: 15-19.
Neuroscience 1994; 6: 889-897. 85. Schaer GL, Fink MP, Parrillo JE. Norepinephrine alone versus nore-
61. Seeman P. Schizophrenia as a brain disease: The dopamine receptor pinephrine plus low-dose dopamine: Enhanced renal blood flow with
story. Arch Neuro11993; 50: 1093-1095. combination pressor therapy. Crit Care Med 1985; l3: 492-496.
62. Madden KS, Sanders VM, Felten DL. Catecholamine influences and 86. Felder CC, McKelvey AM, Gitler MS, et al. Dopamine receptor sub-
sympathetic neural modulation of immune responsiveness. Annu Rev types in renal brushborder and basolateral .membranes. Kidney Int
Ppharmacol Toxicol 1995; 35: 417-448. 1989; 36: 183-193.
63. Tighe D, Moss R, Bennet D. Cell surface adrenergic receptor stimula- 87. Schnerman J, Todd KM, Briggs JP. Effect of dopamine on tubuloglo-
tion modifies the endothelial response to SIRS. New Horizons 1996; merular feedback mechanism. Am J Physiol1990; 258: F790-F798.
4: 426-442. 88. Marik PE, Mohedin J. The contrasting effects of dopamine and nore-
64. Tighe D, Moss R, Heywood G, et al. Goal-directed therapy with do- pinephrine on systemic and splanchnic oxygen utilization in hyperdy-
pexamine, dobutamine, and volume expansion: Effects of systemic namic sepsis. JAMA 1994; 272: l354-l357., ..
oxygen transport on hepatic ultrastructure in porcine sepsis. Crit Care 89. Neviere R, Mathieu D, Chagnon JL, et al. The contrasting effects of
Med 1995; 23: 1997-2007. dobutamina and dopamine' on gastric mucosal perfusion in septic pa-
65. Hasko G, Elenkov 1, KvetanV, et al. Differential effect of selective tients. Am J Respir Crit Care Med 1996; 154: 1684-1688.
block of ex 2-adrenorecptors on plasma levels of tumor necrosis factor-ex, 90. Chernow B, Rainey T, Lake R. Endogenous an exogenous catechola-
interleukin-6, and corticosterone induced by bacteriallipopolysaccha- mines in critical care medicine. Crit Care Med 1982; 10: 409.
ride in mice. J Endocrinol 1995; 144: 457-461. 91. Malchoff CD, Hughes J, Sen S, et al. Dopamine inhibits the aldoste-
66. Elenkov IJ, Hasko G, Kovacs KJ, et al. Modulation oflipopolysaccha- rona response to upright posture. J Clin Endocrinol Metab 1986; 63:
ride-induced tumor necrosis factor-ex production by selective ex- and 197.
~-adrenergic drugs in mice. J Neuroimmunol1996; 61: 123-l31. 92. Mueller H, Ayres SM, Gregory JJ, et al. Hemodynamics, coronary
67. Pastores SM, Hasko G, Vizi ES, et al. Cytokine production and its blood f1ow, an myocardial metabolism in coronary shock; response to
manipulation by vaso active drugs. New Horizons 1996; 4: 252-264. L-norepinephrine and isoproterenol. J Clin Invest 1970; 49: 1885.
68. Van der Poll T, Lowry S. Epinephrine inhibits endotoxin-induced IL- 93. Fowler MB, Alderman EL, Oesterk SN, et al. Dobutamine and dopa-
1~ production: Role of tumor necrosis factor-alpha and IL-lO. Am J mine after cardiac surgery: Greater augmentation of myocardial'b100d
Physiol 1997; 273: R1885-R1890. f10w with dobutamine. Circulation 1984; 70(suppl): 103.
69. Liao J, Keiser JA, Scales WE, et al. Role of epinephrine and IL-6 94. Benotti JR, Grossman W, Braunwald E, et al. Effects of arnrinone on
production from isolated perfused rat liver. Am J Physiol 1995; 268: myocardial energy metabolism and hemodynamics in patients with
R896-R901. severe congestive heart failure sue to coronary artery disease. Circula-
70. Reineck K, Diamant M, Haar PK. In vitro immunomodulatory effects tion 1980; 62: 28. '
of pentoxifylline. Irnmunol Lett 1993; 37: l31-l38. 95. Alexander CS, Sako Y, Mikulic E. Pedal gangrene associated with use
of dopamine. N Engl J Med 1975; 293: 591.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 249


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

96. Golbranson FFL, Lurie L, Vance RM, et al. Multiple extremity ampu- 120. Sundram P,Reddy HK, McElroy PA, et al. Myocardial energetics and
tations in hypotensive patients treated with dopamine. JAMA 1980; efficiency in paatients with idiopathic cardiomyopathy: Response to
243: 1145. dobutamine and mnrinone. Am Heart J 1990; 119: 891.
97. Greene SI, Smith WJ. Dopamine gangrene. N Engl J Med 1976; 294: 121. Uretsky BF, Lawless CE, Verbalis JG, et al. Combined therapy with
114. dobutamine and arnrinone in severe heart failure. Chest 1987; 92: 657.
98. Scalea TM, Donovan R. Amrinone as an inotrope in managing hyper- 122. Silva E, DeBacker D, Creteur J, et al. Effects of vasoactive drugs on
metabolic surgical stress. J Trauma 1992; 32: 372-379. gastric intramucosal pH. Crit Care Med 1998; 26: 1749-1758.
99. Bersten AD, Holt AW. Vasoactive drugs and the importance of renal 123. Benotti JR, Grossman W, Braunwald E, et al. Hemodynamic as-
perfusion pressure. New Horizons 1995; 3: 650-66l. sessment of amrinone: A new inotropic agent. N Engl J Med 1978;
100. Friedrich JO, Adhikari N, HelTidge MS, et al. Meta-Analysis: Low- 299: 1373.
Dose Dopamine Increases Urine Output but Does Not Prevent Renal 124. Ward A, Brodgen RN, Heel RC, et al. Amrinone -a preliminary review
Dysfunction or Death. Ann Intern Med 2005; 142: 510-524. of its pharmacological properties and therapeutic use. Drugs 1983; 26:
101. Schenarts PJ, Sagraves SG, Bard MR. Low-dose dopamine: a physio- 468.
logically based review. Curr Surg 2006; 63(3): 219-25. 125. Weber KT, Andrews V, Janicki JS, et al. Amrinone and exercise per-
102. Holmes CL, Walley KR. Bad medicine: low-dose dopamine in the formance in patients with chronic heart failure. Am J Cm'diol 1981;
ICU. Chest 2003; 123: 1266-75. 48: 164.
103. Ruffolo RJ, Spradlin TA, Pollock GD, et al. CI.- and ~-adrenergic effects 126. Furchgott RF, Khan MT, Jothianandan D, et al. Evidence that the
of the stereoisomers of dobutamine. J Pharmacol Exp Ther 1981; 219: endothelium-derived relaxing factor of rabbit aorta is nitric oxide. In:
447-452. Bevan JA, Majewsky H, Maxwell RA eds. Vascular neuroeffectors
104. Cheung PY, Ban'ington KJ, Bigam D. The hemodynamic effects of mechanism. Oxford. IRL Press 1988: 77-84.
dobutamina infusion in the chronically instrumented newborn piglet. 127. Tanaka H, Tajimi K, Matsumoto A, et al. Vasodilatory effects of milri-
Crit Care Med'1999; 27: 558-564. none on pulmonary vasculature in dogs with pulmonary hypertension
105. Ruffolo RJ Yaden EL. Vascular effects of the stereoisomers of dobuta- due to pulmonary embolism: a compm'ison with those of dopamine
mine. J Pharmacol Exp Ther 1983; 224: 46-50. and dobutamine. Clin Exp Pharmacol Physiol 1990; 17: 681-690.
106. Ruffolo RJ, Morgan EL. Interaction of the novel inotropic agent, 128. Prielipp RC, Butterworth JF IV, Zaloga G, et al. Effects of amrinone
ASL-7022, with alpha and beta-adrenoceptors in the cardiovascular on cardiac index, venous oxygen saturation and venous admixture in
system of the pithed rat: comparison with dobutamine and dopamine. patients recovering from cardiac surgery. Chest 1991; 99: 820-825.
J Pharmacol Exp Ther 1984; 229: 364-37l. 129. LeJemtel TH, Maskin CS, Manzini D, et al. Systemic and regional
107. Loeb HS, Bredakis J, Gunnar RM. Superiority of dobutamine over hemodynamics effects of captopril and milrinone administration alone
dopamine for augmentation of ca~diac output in patients with chronic and concomitantly in patients with hem"t failure. Circulation 1985; 72:
low output cardiac failure. Circulation 1977; 55: 375. 364.
108. Duke GJ, Briedis JH, Weaver RA. Renal support in critically ill pa- 130. Cody RJ. Renal and hormonal effects of phosphodiesterase III inhibi-
tients: Low-dose dopamine or low-dose dobutamine? Crit Care Med tion in congestive heart failure. Am J Cardiol1989; 63: 31a.
1994; 22: 1919. 131. Grazer JM, Horowitz PM, McNamara DB, et al. Effects of amrinone
109. Gutiérrez G, Clark C, Brown SD, et al. Effect of dobutamine on oxy- on platelet aggregation and cyclic nucleotide levels. Fed Proc 1984;
gen consumption and gastric mucosal pH in septic patients. Am J Res- 43: 980.
pirCrit Care Med 1994; 150: 324-329. 132. Anderson JL, Askins JC, Gilbert EM, et al. Occun'ence of ventricular
110. Levy B, Bollaert PE, Charpentier C, et al. Comparison of norepine- mThythmias in patients receiving acute and chronic infusions of milri-
phrine and dobutamine to epinephrine for hemodynamics, lactate me- none. Am Heart J 1986; 111: 466.
tabolism, and gastric tonometric variables in septic shock. Intensive 133. Lubbe WF; Podzuweit T, Opie L. Potential arrhythmogenic role of
Care Med 1997; 23: 282-287. cyclic adenosine monophosphate (AMPc) and citosolic calcium over-
111. Creteur J, De Backer D, Noordally O, et al. Prognostic value of gastric load: Implications for prophylactic effects ofbeta-blockers in myocm'-
mucosal pC02 in septic patients. Intensive Care Med 1996; 7: 180-189. dial infm'ction and proanhytmic effects of phosphodiesterase inhibi-
112. Levy ML, Rabb CH, Zelman VV, et al. Cardiac performance enhance- torso J Am Coll Cardio11992; 19: 1622-1633.
ment from dobutamine in patients refractory to hypervolemic therapy 134. Eichhorn EJ, Konstam MA, Weiland DS, et al. Differential effects of
for cerebral vasospasm. J Neurosurgery 1993; 79: 494-499. milrinone and dobutamine on right ventricular preload, afterload and
113. Berré J, DeBacker D, Morraine JJ, et al. Dobutamine increases cere- systolic performance in congestive heart failure secondary to ischemic
bral blood f[ow velocity and jugular bulb hemoglobin saturation in or idiopathic dilated cm·diomyopathy. Am J Cardiol-J987; 60: 1329.
septic patients. Crit Care Med 1997; 25: 392-398. 135. Lehmann A, Boldt J, Kirchner J. The role of Ca++-sehsitizers for the
114. Leier CV, Unverferth DY. Diagnosis and treatment. Drug 5 years later: treatment of hem"t failure. Curr OpinCrit Cm'e 2003; 9: 337-344.
Dobutamine. Ann Intern Med 1983; 99: 490. 136. Haikala H, Lindén I-B. Mechanisms of action of calcium sensitizing
115. Margorien RD, Unverferth DV, Brown GP, et al. Dobutamine and drugs. J Cardiovasc Pharmacol 1995; 26 Suppll: 10-9.
Hydralazine: Comparative inf[uences of positive inotropy and vaso- 137. Haikala H, Nissinen E, Etemadzadeh E. Troponin C-mediated calcium
dilatation on coronary blood f[ow and myocardial energetics in nonis- sensitization induced by levosimendan does not impair relaxation. J
chemic congestive heart failure. J Am Coll CardioI1983;1: 499. Cm'diovasc Phm'macol 1995; 25: 794-801.
116. Pacold I, Kleinman B, Gunnar R, et al. Effects of low-dose dobutami- 138. Hasenfuss G, Pieske B, Castell M, et al. Inf[uence of tehe novel ino-
ne on coronary hemodynamics, myocardial metabolism, and anginal tropic agent Levosimendan on isometric tension and calcium cycling
threshold in patients with coronary artery disease. Circulation 1983; in failing human myocardium. Circulation 1998; 98: 2141-2147.
68: 1044. 139. Ajiro Y, Hagiwara N, Katsube Y, et al. Levosimendan increases L-type
117. Goldberg LI, Hhsieh YY, Resnekov L. Newer catecholamines for Ca2+ current via phosphodiesterase-3 inhibition in human cardiac
treatment of heart failure and shock: An update on dopamine and a myocytes. Eur J Pharmacol2002; 1: 27-33.
first look at dobutamine. Prog Cardivasc Dis 1977; 19: 327 140. Haikala H, Kaheinen P, Levijoki J, et al. The role of cAMP- and
118. Martin C, Viviand X, Arnaud S, et al. Effects of norepinephrine plus cGMP-dependent protein kinases in the cardiac actions of the of a
dobutamina or norepinephrine alone on left ventricular performance calcium sensitizer, levosimendan. Cardiovasc Res 1997; 34: 536-546.
of septic shock patients. Crit Care Med 1999; 27: 1708-1713. 141. Gruhn N, Nielsen-Kudsk JE, Theilgaard S, et al. Coronary vasore-
119. Richard C, Ricome JL, Rimailho JA, et al. Combined hemodynamic laxant effect of levosimendan, a new inodilator with sensitizing pro-
effects of dopamine and dobutamine in cardiogenic shock. Circulation perties. J Cardiovasc Pharmacol1998; 31: 741-749.
1983; 67: 620.
17/1NOTRÓPICOS y VASOACTIVOS

142. Yokoshiki H, Katsube Y, Sunagawa M, et al. Levosimendan, a novel 162. Swedberg K, Cleland J, Dargie H, et al. The Task Force for the Diag-
Ca2_ sensitizer, activates the glibenclamide-sensitive K_ channel in nosis and Treatment of Chronic Heart Failure of the European Society
rat arterial myocytes. Eur J Pharmacol1997; 333: 249-259. of Cardiology. Guidelines for the Diagnosis and Treatment of Chronic
143. Yokoshiki H, Sperelakis N. Vasodilating Mechanisms of Levosimen- Heart Failure: full text (update 2005) Eur Heart J 2005; 26: 1115-
dan. Cardiovasc Drugs Ther 2003;17: 111-113. 1140.
144. Pataricza J, Krassói 1, Hohn J, Kun A, Papp JG. Functional role of 163. Teerlink JR. Overview of randomized clinica1 trials in acute heart fa-
potassium channels in the vasodilating mechanism of levosimendan ilure syndromes. Am J Cardi012005; 96(Suppl): 59G-67G.
in porcine isolated coronary artery. Cardiovasc Drugs Ther 2003; 17: 164. Cleland JGF, Ghosh J, Freemantle N. Clinical trials update and cu-
115-121. mulative meta-analyses from the American College of Cardiology:
145. Quayle JM, Nelson MT, Standen NB. ATP-sensitive and inwardly rec- WATCH, SCD-HeFT, DINAMIT, CASINO, INSPIRE, STRATUS-
tifying potassium channels in smooth muscle. Physiol Rev 1997; 77: US, RIO-Lipids and cardiac resynchronisation therapy in heart failu-
1165-232. re. Eur J Heart Fail 2004; 6(4): 501-508.
146. Murphy ME, Brayden JE. Nitric oxide hyperpolarizes rabbit mesen- 165. Follath F, Franco F, Cardoso JS. European Experience on the Practical
terio arteries via ATP-sensitive potassium channels. J Physiol 1995; Use of Levosimendan in Patients with Acute Heart Failure Syndro-
486: 47-58 mes. Am J Cardio12005; 96(suppl): 80G-85G).
147. Kivikko M, Lehtonen L, Colucci WS, et al. Sustained hemodynamic 166. Moiseyev VS, Poder P, Andrejevs N, Ruda MY, Golikov AP, Lazebnik
effects ofintravenous levosimendan. Circulation 2003; 107: 81-86. LB, Kobalava ZD, Lehtonen LA, Laine T, Nieminen MS, Lie KI. Safe-
148. McLean AS, Huang SJ, Nalos M, Ting I. Duration of the beneficial ty and efficacy of a novel calcium sensitizer, levosimendan, in patients
effects of levosimendan in decompensated heart failure as measured with left ventricular failure due to an acute myocardial infarction: A
by echocardiographic indices and B-type natriuretic peptide. J Cardio- randomized, placebo-controlIed, doubleblind study (RUSSLAN). Eur
vasc Pharmaco1 2005; 46: 830-835. Heart J 2002; 23: 1422-32.
149. Follath F, Cleland JG, Just H, et al. Efficacy and safety of intravenous 167. Rokyta JrR, Pechman V. The effects of Levosimendan on global hae-
Levosimendan compared with dobutamine in severe low-output heart modynamics in patients with cardiogenic shock. Neuro Endocrinol
failure (the LIDO-study): a randomised double-blind tria!' Lancet Lett 2006; 27(1-2): 121-127.
2002; 360: 196-202. 168. García-González MJ, Domínguez-Rodríguez A, Ferrer-Hita JJ. Car-
150. Slawsky MT, Colucci WS, Gottlieb SS, et al. Acute hemodynamic and diogenic shock after primary percutaneous coronary intervention:
clinical effects of levosimendan in patients with severe heart failure. Effects of levosimendan compared with dobutamine on haemodyna-
Circulation 2000; 102: 2222-2227. mics. European Journal of Heart Failure, In Press.
151. Lilleberg J, Sundberg S, Nieminen MS. Dose-range study of a new 169. García-González MJ, Domínguez-Rodríguez A, Ferrer-Hita J1. Utility
calcium sensitizer, levosimendan, in patients with left ventricular dys- of levosimendan, a new calcium sensitizing agent, in the treatment of
function. J Cardiovasc Pharmacol 1995; 26(Suppl 1): 63-9. cardiogenic shock due to myocardial stunning in patients with ST-
152. Sonntag S, Sundberg S, Lehtonen LA, Kleber FX. The calcium sen- elevation myocardial infarction: a series of cases. J Clin Pharmacol
sitizer levosimendan improves the function of stunned myocardium 2005; 45(6): 704-708.
after percutaneous transluminal coronary angioplasty in acute myo- 170. Mebazaa A, Karpati P, Renaud E, Algotsson L. Acute right ventricular
cardial ischemia. J Am ColI Cardio12004; 43: 2177-82. fai1ure from pathophysiology to new treatments. Injensive Care Med
153. Kivikko M, Antila S, Eha J, et al. Pharmacodynamics and safety of 2004; 30: 185-196.
a new calcium sensitizer, levosimendan, and its metabolites during 171. Nijhawan N, Nicolosi AC, Montgomery MW, et al. Levosimendan
an extended infusion in patients with severe heart. J Clin Pharmacol enhances cardiac performance after cardiopulmonary bypass: A pros-
2002; 42: 43-51. pective, randomized placebo-controlIed tri al. J Cardiovasc Pharmacol
154. Nieminen MS, Akkila J, Hasenfuss G, et al. Hemodynamic and neu- 1999; 34: 219-228.
rohumoral effects of continuous infusion of Levosimendan in patients 172. Bass AS, Kohli JD, Lubbers NL, et al. Cardiovascular evaluation of
with congestive heart failure. J Am ColI Cardio12000; 36: 1903-1912. dopexamine, an unusual dopamine receptor agonist. Clin Res 1986;
155. Lilleberg J, Nieminen MS, Akkila J, et al. Effects of a new calcium 34: 941A.
sensitizer, levosimendan, on haemodynamics, coronary blood flow 173. Colardyn FC, Vandenbogaerde JF, Vogelaers DP, et al. Use of do-
and myocardial substrate utilization early after coronary artery bypass pexamine hydrochloride in patients with septic shock. Crit Care Med
grafting. Eur Heart J 1998; 19: 660-668. 1989;17: 999-1003.
156. Schwarte LA, Picker O, Bornstein SR, FournelI A, Scheeren TW. Le- 174. Berendes E, Mollhoff T, Van Eken H, et al. Effects of dopexamine on
vosimendan is superior to milrinone and dobutarnine in selectively renal function and systemic inflammation 'lfter cardiac surgery. Br J
increasing microvascular gastric mucosal oxygenation in dogs. Crit Anaesth 1997; 78(suppI2): A184. '.
Care Med 2005; 33: 135-142. 175. Nordin A, MakisaloH, Mildh L, et al. Dopexamine improves liver
157. Morelli A, De Castro S, Teboul JL, Singer M, Rocco M, Conti G, De oxygenation during crystalÍoid resuscitation from experimental he-
Luca L, Di Angelantonio E, Orecchioni A, Pandian NG, Pietropaoli P. morrhagic shock. Crit Care Med 1997; 25: 663-668.
Effects of levosimendan on systernic and regional hemodynarnics in 176. Uusaro A, Ruokonen E, Takala J. Gastric intramucosal pH does not
septic myocardial depression. Intensive Care Med 2005; 31: 638-644. reflect changes in splanchnic blood flow after cardiac surgery. Br J
158. Oldner A, Konrad D, Weitzberg E, Rudehill A, Rossi P, Wanecek M: Anaesth 1995; 74: 149-154.
Effects of levosimendan, a novel inotropic calcium-sensitizing drug, 177. Sinclair DG, Houldsworth PE, Keogh B, et al. Gastrointestinal per-
in experimental septic shock. Crit Care Med 2001; 29: 2185-193. meability following cardiopulmonary bypass: A randomized study
159. Parissis JT, Adamopoulos S, Antoniades C, Kostakis G, et al. Effects comparing the effects of dobutamine and dopexamine. Intensive Care
of levosimendan on circulating pro-inflammatory cytokines and so- Med 1997; 23: 510-516.
luble apoptosis mediators in patients with decompensated advanced 178. Schmidt W, Hacker A, Gebhard MM, et al. Dopexamine attenuates
heart failure. Am J Cardio12004; 93: 1309-1312. endotoxin-induced microcirculatory changes in rat mesentery: Role
160. Packer M, Mebazza A. Randomized evaluations of Levosimendan of b2-adrenoceptors. Crit Care Med 1998; 26: 1639-1645.
(REVIVE II) and survival of patients with acute heart failure in need 179. Bennett ED. Dopexamine: Much more than a vasoactive agent. Crit
of intravenous inotropic support (SURVIVE). Presented at the 2005 Care Med 1998; 26: 1621-1622.
American Heart Association Scientific Sessions, DalIas, Tex, Novem- 180. Geisser W, Trager K, Hahn A, et al. Metabolic and calorigenic effects of
ber 13-16,2005. dopexarnine in healthy volunteers. CritCare Med 1997; 25: 1332-1337.
161. Mebazaa A, Nieminem MS, Packer M.Levosimendam vs dobutami- 181. Bergofsky EH. Active control of the normal pulmonary circulation.
na for patients with acute decompesated heart failure. The SURVIVE In: Moser KM ed. Lung biology in health and disease, vol 14. New
randomized tri al. JAMA 2007; 297: 1883-1891. York, Marcel Dekker, 1979: 233-277.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 251


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

182. Bersten AD, Rutten AJ. Renovascular interactions of epinephrine, do- 207. Wakatsuki T, Nakaya Y, Inoue 1. Vasopressin modulates K(+)-channel
pamine and intraperitoneal sepsis. Crit Care Med 1995; 23: 537. activities of cultured smooth muscle cells from porcine coronary ar-
183. Meier-Hellmann A, Reinhart K, Briddle D, et al. Epinephrine impairs tery. Am J Physiol 1992; 263: H49-H496.
splanchnic perfusion in septic shock. Crit Care Med 1997; 25: 399-404. 208. Holmes CL, Landry DW, Granton JT. Science Review: Vasopressin
184. Schechter E, Wwilson MF, Kong YS. Physiologic responses a epine- and the cardiovascular system part 1 receptor physiology. Crit Care
phrine infusion: The basis for a new stress for coronary artery disease. 2003; 7: 427-434.
Am Heart J 1983; 105: .554. 209. Holmes CL, Granton JT, Landry DW. Science Review: Vasopressin
185. Corr PB. Mechanisms contributing to the arrhythmogenic influences and the cardiovascular system part 2 - clinical physiology. Crit Care
of a1-adrenergic stimulation of the ischemic heart. Am J Med 1989; 2004; 8: 15-23.
87(suppI2A): 19S. 210. Kusano E, Tian S, Umino T et al. Arginine vasopressin inhibits
186. Annane D, Vignon P, Renault A et al. Norepinephrine plus dobutami- inter1eukin-1-~-stimulated nÍtric oxide production via the VI receptor
ne versus epinephrine alone for management of septic shock: a rando- in cultured rat vascular smooth muscle. J Hypertens 1996; 15: 627-
mised trial. Lancet 2007; 370:676-684. 632.
187. Desjars P, Pinaud M, Potel G, et al. A reappraisal ofnorepinephrine in 211. Bartelstone HJ, Nasmyth PA. Vasopressin potentiation of catechola-
human septic shock. Crit Care Med 1987; 15: 134-137. mine actions in dog, rat, cat, and rat aortic strip. Am J Physiol 1965;
188. Hesselvik JF, Brodin B. Low dose norepinephrine in patients with 208: 754-62.
septic shock and oliguria: Effects on afterload, urine flow and oxygen 212. Eichinger MR, Walker BR. Enhanced pulmonary arterial dilation to
transport. Crit Care ed 1989; 17: 179-180. arginine vasopressin in chronically hypoxic rats. Am J Physiol. 1994;
189. Theilmeier G, Booke M. Norepinephrine in septic patients--friend or 267: H2413-H2419.
foe? J Clin Anesth 2003; 15: 154-8. 213. Wallace AW, Tunin CM, Shoukas AA. Effects of vasopressin on pul-
190. BelIomo R, Giantomasso DD. Noradrenaline and the kidney: friends monary and systemic vascular mechanics. Am J Physiol 1989; 257:
or foes? Crit Care 2001; 5: 294-8. H1228-34.
191. Redl-Eenzl EM, Ambruster C, Edelmann G, et al. The effects of no- 214. Russ RD, Walker BR. Role of nitric oxide in vasopressinergic pulmo-
repinephrine on hemodynamics and renal function in severe shock nary vasodilatation. Am J Physiol1992; 262: H743-7.
states. Intensive Care Med 1993; 19: 151-154. 215. Okamura T, Ayajiki K, Fujioka H, et al. Mechanisms underlying ar-
192. Ruokonen E, Takala J, Kari A, et al. Regional blood flow and oxygen ginine vasopressin-induced relaxation in monkey isolated cor.onary
transport in septic shock. Crit Care Med 1993; 21: 1296-1303. arteries. J Hypertens 1999; 17: 673-678.
193. Meier-Hellmann A, Specht M, Hannemann L, et al. Splanchnic blood 216. Wenzel V, Kem KB, Hi1wig RW, et al. The left anterior descending
flow is greater in septic shock treated with norepinephrine than in se- coronary artery dilates after arginine vasopressin during normal sinus
vere sepsis. lntensive Care Med 1996; 22: 1354-1359. rhythm, and ventricular fibrillation with cardiopulmonary resuscita-
194. KelIy DF, Doberstein C, Becker DP: General principIes ofhead injury tion [abstract]. Circulation 2001; 104: 2974.
management. In: Narayan RJ, Wilberger JE, Povlishock JT eds. Neu- 217. Boyle WA III, Segel LD. Attenuation of vasopressin-mediated coro-
rotrauma. New York. McGraw Hill 1996: 71-101. nary constriction and myocardial depression in the hypoxic heart. Circ
195. Van der PolI T, Jansen J, Endert E, et al. Noradrenaline inhibits lipo- Res 1990; 66: 710-721.
polysaccharide-induced tumor necrosis factor and interleukin. lnfect 218. Boyle WA ID, Segel LD. Direct cardiac effects of vasopressin and their
lmmun 1994; 62: 2046-2050. reversal by a vascular antagonist. Am J Physiol1986; 251: H734-H741.
196. Meadows D, Edwards ID, Wilkins RG, et al. Reversal of intractable sep- 219. Walker BR, Childs ME, Adams EM. Direct cardiac effects of vaso-
tic shock with norepinephrine therapy. Crit Care Med 1988; 16: 663. pressin: role of V1- and V2-vasopressinergic receptors. Am J Physiol
197. Groeneveld ABJ, Girbes ARJ, Thijs LG. Treating septic shock with 1988; 255: H261-H265.
norepinephrine. Crit Care Med 1999; 27: 2022-2023. 220. Landry DW, Levin HR, Gallant EM, Ashton RC Jr, Seo S, D' Alessandro
198. Martin C, Papzian L, Perrin G, et al. Norepinephrine or doparnine for D, Oz MC, Oliver JA. Vasopressin deficiency contributes to the vaso-
the treatment ofhyperdynamic septic shock? Chest 1993; 103: 1826. dilation of septic shock. Circulation 1997; 95: 1122-1125.
199. Brown MJ, Brown DC, Murphy MB. Hypokalemia from beta-2 recep- 221. Gold J, Cullinane S, Chen J, Seo S, Oz MC, Oliver JA, Landry DW.
tor stimulation by circulating epinephrine. N Engl J Med 1983; 309: Vasopressin in the treatment of milrinone-induced hypotension in se-
1414-1419. vere heart failure. Am J Cardio12000; 85: 506-508, A511.
200. Reid lA, Schwartz J. Role of vasopressin in the control of blood pres- 222. Xu YJ, Gopalakrishnan V. Vasopressin increases cytosolic free [Ca2+]
sure. In: Martini L, Ganong WF, editors. Frontiers in neuroendocrino- in the neonatal rat cardiomyocyte. Evidence for VI subtype receptors.
logy. NewYork. Raven Press, 1976: 177-97. Circ Res 1991; 69: 239-245. "
201. Fox AW, May RE, Mitch WE. Comparison of peptide and nonpeptide 223. Dunser MW, Mayr AJ, Stallinger A, Ulmer H, Ritsch~, Knotzer H,
receptor-mediated responses in rat taíl artery. J Cardiovasc Pharmaco1 Pajk W, Mutz NJ, Hasibeder WR. C:;ardiac performance during vaso-
1992; 20: 282-289. pressin infusion in postcardiotomyshock. Intensive Care Med 2002;
202. Liu JP, Engler D, Funder JW, Robinson PJ. Arginine vasopressin 28: 746-751.
(AVP) causes the reversible phosphorylation of the myristoylated ala- 224. Guzman JA, Rosado AB, KrUse JA. Vasopressin vs. norepinephrine in
nine-rich C kinase substrate (MARCKS) protein in the ovine anterior endotoxic shock: systernic, renal, and splanchnic hemodynamic and
pituitary: evidence that MARCKS phosphorylation is associated with oxygen transport effects. J Appl Physiol 2003; 95: 803-809.
adrenocorticotropin (ACTH) secretion. Mol CelI Endocrinol 1994; 225. Levy B, Vallee C, Lauzier F, et al. Comparative effects of vasopressin,
101: 247-256. norepinephrine, and L-canavanine, a selective inhibitor of inducible
203. Thibonnier M, Conarty DM, Preston JA, et al. Human vascular en- nÍtric oxide synthase, in endotoxic shock. Am J Physiol Heart Circ
dothelial cells express oxytocin receptors. Endocrinology 1999; 140: Physiol 2004; 287: H209-H215.
1301-1309. 226. Holmes CL, WalIey KR, Chittock DR, et al. The effects of vasopressin
204. Sanbom BM, Dodge K, Monga M, et al. Molecular mechanisms re- on hemodynamics and renal function in severe septic shock: a case
gulating the effects of oxytocin on myometrial intracellular calcium. series. Intensive Care Med 2001; 27: 1416-21.
Adv Exp Med Bio11998; 449: 277-286. 227. Tsuneyoshi 1, Yamada H, Kakihana Y, et al. Hemodynamic and meta-
205. Gutkowska J, Jankowski M, Lambert C, el al. Oxytocin releas es atrial bolic effects of low-dose vasopressin infusions in vasodilatory septic
natriuretic peptide by combining with oxytocin receptors in the heart. shock. Crit Care Med 2001; 29: 487-93.
Proc Natl Acad Sci 1997; 94: 11704-11709. 228. Suzuki Y, Satoh S, Oyama H, et al. Regional c,lifferences in'the vasodi-
206. Zenteno-Savin T, Sada-Ovalle 1, Ceballos G, Rubio R. Effects of ar- lator response to vasopressin in canine cerebral arteries in vivo. Stroke
ginine vasopressin in the heart are mediated by specific intravascular 1993;24: 1049-1053.
endothelial receptors. Eur J Pharmacol2000; 410: 15-23.
17 IINOTRÓPICOS y VASOACTIVOS

229. Katusic Z, Shepherd J, Vanhoutte P. Vasopressin causes endothelium- 246. Haslam RJ, Rosson GM. Aggregation of human blood platelets by
dependent relaxations of the canine basilar artery. Circ Res 1984; 55: vasopressin. Am J Physiol 1972; 223: 958-967.
575-579. 247. Mannucci PM, Canciani MT, Rota L, et al. Response of factor VIII!
230. Oyama H, Suzuki Y, Satoh S, et al. Role of nitric oxide in the cerebral von Willebrand factor to DDAVP in healthy subjects and patients with
vasodilatory responses to vasopressin and oxitocin in dogs. J Cereb hemophilia A and von Willebrand's disease. Br J Haematol 1981; 147:
Blood Flow Metal 1993; 13: 285-290. 283-293.
231. Suzuki Y, Satoh S, Oyama H, et al. Vasopressin mediated vasodilation 248. Garrard CS, Kontoyannis DA, Piepoli M. Spectral analysis of heart
of cerebral arteries. J Auton Nerv Syst 1994; 49 Suppl: S129-32. rate variability in the sepsis syndrome. Clin Auton Res 1993; 3: 5-13.
232. Martinez MC, Vila JM, Aldasoro M, et al. Relaxation of human iso- 249. Zerbe RL, Henry DP, Robertson GL. Vasopressin response to orthos-
lated mesenteric arteries by vasopressin and desmopressin. Br J Phar- tatic hypotension: etiologic and clinica1 implications. Am J Med 1983;
macol1994; 113: 419-424. 74: 265-271.
233. Van Haren FM, Rozendaal FW, van der Hoeven JG. The effect of va- 250. Reid lA. Role of nitric oxide in the regulation of renin and vasopressin
sopressin on gastric perfusion in catecholamine-dependent patients in secretion. Front Neuroendocrinol 1994; 15: 351-383.
septic shock. Chest 2003; 124: 2256-2260. 251. Mallay M-B, Ashton J, Dahl K, et al. Heterogeneity of the vasocons-
234. Klinzing S, Simon M, Reinhart K, et al. High-dose vasopressin is not trictor effect 01' vasopressin in septic shock Crit Care Med 2004; 32:
superior to norepinephrine in septic shock. Crit Care Med 2003; 31: 1327-1331.
2646-2650. 252. Cooper DJ, Russell JA, Walley KR, et al. Vasopressin and septic shock
235. Lauzier F, Lévy B, Lamarre, P et al. Vasopressin or norepinephrine in trial (VASST): Innovative features and performance. Am J Respir Crit
early hyperdynamic septic shock: a randomized clinical trial. Intensi- Care Med 2003; 167: A838.
ve Care Med 2006; 32: 1782-1789. 253. Russell JA, Walley KR, Singer JS et al.Vasopressin versus Norepine-
236. Martikainen TJ, Tenhunen JJ, Uusaro A, et al. The effects of vaso- phrine Infusion in Patients with Septic Shock. N Engl J Med 2008;
pressin on systemic and splanchnic hemodynamics and metabolism in 358: 877-87.
endotoxin shock. Anesth Analg 2003; 97: 1756-1763. 254. Rozenfeld V, Cheng JW. The role of vasopressin in the treatment of
237. Tucci JR, Espiner EA, Jagger PI, et al. Vasopressin in the evaluation of vasodilatation in shock states. Ann Pharmacother 2000; 34: 250-254.
pituitary-adrenal function. Ann Intern Med 1968; 69: 191-202. 255. Albright TN, Zimmerman MA, Selzman CH. Vasopressin in the car-
238. Antoni FA. Vasopressinergic control of pituitary adrenocorticotropin diac surgery intensive care unit. Am J Crit Care 2002; 11: 326-332.
secretion comes of age. Front Neuroendocrinol 1993; 14: 76-122. 256. Morales D, Madigan J, Culliname S et al. Reversal by Vasopressin
239. Dünser MW, Mayr AJ, Tur A, et al. Ischemic skin lesions as a compli- of Intractable Hypotension in the Late Phase of Hemorrhagic Shock.
cation of continuous vasopressin infusion in catecholamine-resistant Circulation 1999; 100: 226-229.
vasodilatory shock: incidepce and risk factors. Crit Care Med 2003; 257. Wenzel V, Krismer AC, Arntz HR, et al. A comparison of vasopressin
31: 1394-1398. and epinephrine for out-of-hospital cardiopulmonary resuscitation. N
240. Moreno-Sanchez D, Casis B, Martin A, et al. Rhabdomyolysis and Engl J Med 2004; 350: 105-113.
cutaneous necrosis following intravenous vasopressin infusion. Gas- 258. 2005 American Heart Association Guidelines for Cardiopulmonary
troenterology 1991; 101: 529-32. Resuscitation and Emergency Cardiovascular Care: Part 7.2: Manage-
241. Alves M, Patel V, Douglas E, et al. Gastric infarction: a complication ment of Cardiac Arrest. Circulation 2005; 112: IV-58-IV-66.
of selective vasopressin infusion. Dig Dis Sci. 1979; 24(5): 409-13. 259. Miller PR, Meredith JVV, Chang MC. Randomized, prospective com-
242. Sweren BS, Bohlman ME. Gastric and splenic infarction: a complica- parison of increased preload versus Inotropes in the resuscitation of
tion of intraarterial vasopressin infusion. Cardiovasc Intervent Radiol trauma patients: effects on cardiopulmonary function and visceral per-
1989; 12(4): 207-209. fusiono J Trauma 1998; 44: 107-113.
243. Bosch J, D' Amico G, Luca A, et al. Drug therapy for variceal he- 260. Tjukavin AL, Syrenski AV, Rubanova NS, et al. The prospects of using
morrhage. En: Bosch J, Groszmann RJ, (eds.). Portal hypertension. dopamine as an antishock preparation. Anesteziol Reanimatol 1992;
Pathophysiology and Treatment. Oxford, Blackwell Scientific 1994: 3: 61-63.
108-123. 261. Dorman T, Breslow MJ, Lipsett PA, et al. Radial artery pressure mo-
244. Inaba K, Umeda Y, Yamane Y, Urakami M, Inada M. Characteriza- nitoring underestimates central arterial pressure during vasopressor
tion of human platelet vasopressin receptor and the relation between therapy in critically ill surgical patients. Crit Care Med 1998; 26:
vasopressin induced platelet aggregation and vasopressin binding to 1646-1649.
platelets. Clin Endocrinol (Oxf) 1988; 29: 377-386. 262. Hynson JM, Katz JA, Mangano DT. On the accuracy of intra-arterial
245. Bichet DG, Razi M, Lonergan M, et al. Hemodynamic and coagula- pressure measurement: The pressure gradiept effect. Crit Care Med
tion responses to 1-desamino [8-D-arginine] vasopressin in patients 1998; 26: 1623-1624.
with congenital nephrogenic diabetes insipidus. N Engl J Med 1988;
318: 881-887.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 253


FALLA VENTRICULAR DERECHA

Marco Antonio Perafán e, MD

Introducción a nivel precapilar y en un 40% a nivel poscapilar. Esta re-


sistencia disminuye cuando aumenta el gasto cardíaco (GC)
El ventrículo derecho (VD) fue considerado durante muchos
por reclutamiento de vasos en las zonas 1 y II de West y por
años sólo como un conducto pasivo entre la circulación sis-
distensión en la zona lII. Cuando los pulmones son insufla-
témica y la circulación pulmonar. En la realidad, el VD es
dos por encima de la capacidad pulmonar total, los capilares
una cavidad encargada de regular un sistema de bajas presio-
alveolares son estrechados. Se incrementa así la RVP y cuan-
nes al igual que la aurícula derecha (AD). Estas presiones no
do se insuflan por debajo de la capacidad residual funcional
se incrementan con el fin de mantener un adecuado retomo
las arteriolas pulmonares y los vasos extraparenquimatosos
venoso al corazón y de igual manera, mantener un flujo de
se colapsan causando de igual forma incremento de la RVP
baja presión hacia los pulmones por continua eyección contra
(2,8).
una baja resistencia vascular pulmonar (RVP) a gradientes de
presión de 5 mmHg.

Generalidades fisiolpgicas
Anatómicamente el VD está formado para perfundirse tanto 1
en la sístole como en la diástole por la baja presión de su ca-
vidad. Su contracción se realiza por acción de los músculos
papilares, del movimiento de la pared libre hacia el septum
interventricular y por la contracción del ventrículo izquierdo n
Volumen Volumen
(VI) que ordeña al VD. Esta acción sincrónica genera movi-
mientos peristálticos del ápex hacia el cono ventricular con
presión pico reducida y prolongada. Se produce una contrac- Figura 1. A. Curva presión/volumen normal para el VD. 1: Fase de eyec-
ción. 2: Inicio de relajación. 3: Cierre de válvula pulmonar. B. Curva pre-
ción isovolumétrica durante breves períodos de tiempo y de sión/volumen en FVD. 1: Fase de eyección. 2: Inicio de relajación. 3: Cierre
relajación, con sostenida eyección hasta después que la pre- de válvula pulmonar.
sión cavitaria declina. Por este motivo es muy sensible a los
cambios en la poscarga. El músculo del VD corresponde a La hipertensión pulmonar se define por una presión sistó-
una sexta parte del músculo del VI y su trabajo a una cuarta lica superior a 20 mm Hg en reposo y a nivel del mar. A la
parte del trabajo del mismo. Está irrigado por la arteria coro- altura de Bogotá se traduciría en valore~ superiores a 30-35
naria derecha y ramas de la descendente anterior. La función mm Hg como consecuencia de la altura y'la disminución de
está determinada por la contractilidad muscular intrínseca, la presión de oxígeno. La hipertensión pulmonar (HTP) suele
la precarga y la poscarga; tolerando mejor los cambios de ocurrir por la pérdida del área de sección del lecho vascular
volumen que los de presión y de poscarga. Su fracción de en un 50% como consecuencia del disbalance entre vasocons-
eyección (FE) normal es de 40 a 45%. La curva normal de tricción y vasodilatación causado por factores endógenos que
presión/volumen del VD difiere de la del VI por tener for- favorecen la mito génesis tales como hipoxia crónica, acidosis,
ma triangular. Esta forma se puede modificar hasta volverse inflamación, lesión de roce, aumento de flujo, depósitos de
rectangular, acercándose a la imagen de la curva presión/vo- fibrina con daño endotelial arteriolar e hipertrofia muscular.
lumen del VI cuando se presenta la falla ventricular derecha La vasoconstricción hipóxica producida por la baja presión de
(FVD) (1) (figura lA y B). oxígeno alveolar es mediada por la activación de los canales de
En ausencia de infarto exclusivo del VD o de estenosis de potasio de alto voltaje que son sensibles a la tensión de oXÍge-
la válvula pulmonar, la circulación pulmonar es el principal no y que a su vez regulan el flujo de calcio dentro del músculo
componente de la poscarga del VD. La circulación pulmonar liso vascular. Se pueden considerar factores desencadenantes
acomoda el flujo sistémico (5 Lt/min) operando a una sexta de este fenómeno: la altura, la obesidad, la enfermedad pulmo-
parte de la presión sistémica. La sangre pulmonar es de 1 nar obstructiva crónica (EPOC), con mediadores como la sero-
litro, y de este volumen 80 mL se exponen al intercambio tonina y el tromboxano A2. La distorsión del lecho pulmonar
gaseoso en el lecho capilar. La RVP se distribuye en un 60% por compresión (escoliosis), la destrucción del lecho pulmo-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

nar (enfisema pulmonar) y la obstrucción del lecho pulmonar nar, enfermedad de la válvula tricuspidea, infarto del VD
(tromboembolismo) también son fenómenos que predisponen o con extensión al VD, cirugía cardíaca valvular, trasplan-
a la hipertensión pulmonar (2). te cardíaco, cirugía de defectos congénitos complejos,
revascularización miocárdica, mixoma atrial, inadecuada
Fisiopatología de la FVD protección miocárdica durante la circulación extracorpó-
rea, reacción inmune al complejo heparina-protamina (4,
En HTP el VD se dilata para mantener el volumen sistólico,
5).
la FE disminuye y la contracción peristáltica se pierde, se
prolonga la fase de contracción isovolumétrica y el tiempo
Diagnóstico de FVD
de eyección, con aumento del consumo de oxígeno del mio-
cardio. Esta secuencia de eventos producen un incremento • Hallazgos clínicos: presencia de disnea, dolor torácico,
del volumen final diastólico del VD con desplazamiento del fatiga, síncope, signo inspiratorio de Kussmaul, hipoten-
septum interventricular hacia el VI, lo cual se suma a la res- sión arterial, ventrículo derecho palpable, presencia de
tricción pericárdica durante la diástole. Se disminuyen así la tercer y cuarto ruido cardíaco durante la inspiración, so-
complacencia y el volumen de llenado del VI con una con- plo de insuficiencia tricuspidea, desdoblamiento y refor-
secuente caída del GC. La desviación de volúmenes y pre- zamiento del segundo ruido cardíaco (2, 5).
siones en el VD junto con la insuficiencia tricuspidea y a la • Hallazgos radiológicos: dilatación de la arteria pulmonar
caída del GCgeneral, ocasiona una disminución de la presión principal, ausencia de vasculatura periférica, crecimiento
arterial sistémica media con compromiso de la perfusión co- del VD, pulmones claros (2).
ronaria en ambos ventrículos e isquemia global que deteriora • Hallazgos electrocardiográficos: desviación a la derecha
aun mas las funciones ventriculares cenándose así un círcu- mayor de 90° del eje del QRS, bloqueo de rama derecha
lo vicioso. O, 4). Cuando la FVD es muy acentuada como del has de Hiss, R mayor a S en derivaciones VI a V3 con
consecuencia de un infarto del VD, se presenta durante la S profunda en V6, ondas T invertidas de VI a V6, onda P
inspiración una elevación de la presión en aurícula derecha y pulmonar en derivaciones inferiores. En casos de infarto
de la presión de llenado del VD (signo de Kussmaul). Se han agudo de miocardio del VD la elevación del segmento ST
encontrado también altos niveles de péptido natriurético tipo en V4 con R de más de 1 mm son hallazgos útiles para
B en FVD con puntos de corte de 100 pg/rnL. diagnóstico y son signo de mal pronóstico. También pue-
Es importante tener en cuenta que la falla del VI es la cau- den presentase bradicardias sinusales, bloqueos auriculo-
sa más frecuente de FVD ocasionada por la disfunción septal ventriculares y arritmias supraventriculares (2, 5).
secundaria y porque el aumento de la presión telediastólica • Hallazgos ecocardiográficos: el ecocardiograma brinda
del VI incrementa la poscarga del VD siguiendo los princi- información acerca del mecanismo que conduce a la FVD
pios de la interacción interventricular. La presencia de insufi- tal como es el caso del taponamiento cardíaco, la insufi-
ciencia tricuspidea en FVD es un marcador de mal pronósti- ciencia tricuspídea, el embolismo pulmonar o la isque-
co junto con una FE menor de 35% de acuerdo con estudios mia del VD. Demuestra anormalidades segmentarias en
de Polack, Disalvo y cols. El estudio de Ghio y cols describió la contractilidad, dilatación de la cavidad derecha, anor-
en un seguimiento a 17 meses, que una presión arterial pul- malidades en el movimiento septal, cortocircuitos intra-
monar alta con FE disminuida y aumento de la frecuencia cavitarios y evalúa la función ventricular y el grado de
cardíaca en FVD, disminuía notoriamente la sobrevida, con hipertensión pulmonar por cálculo indirecto (1, 2, 5).
mayor congestión hepática y mayor incidenCia de fibrilación • Hallazgos hemodinámicos: para la medic(ón de presio-
auricular (3, 4, 6). nes en las cavidades derechas y en la arteria pulmonar se
debe calcular el GC y la FE deLVD a través del cálculo de
Causas de FVD volúmenes con catéter de arteria pulmonar de rápido ter-
mistor. También es útil la medición de la saturación veno-
Las entidades que pueden desencadenar FVD se pueden
sa mezclada de oxígeno como índice indirecto de Gc. El
clasificar en dos grandes grupos, aquellas que causan un in-
diagnóstico hemodinámico de la FVD se caracteriza por
cremento de la resistencia vascular pulmonar y aquellas que
un aumento de la presión en la aurícula derecha (PAD)
generan o predisponen a la disfunción del miocardio del ven-
mayor de 10 mm Hg, una relación de PAD a presión en
trículo derecho.
cuña en arteria pulmonar mayor de 0,86 y la presencia en
• Patologías que aumentan la RVP: tromboembolismo
el pulso venoso de ondas "a" y "v" iguales con ausencia de
pulmonar, EPOC, defectos congénitos cardíacos, síndro-
descenso "X" y profundo descenso "y". El perfil hemodi-
me de dificultad respiratorio agudo (SDRA), fármacos,
námico de la FVD pura consiste en aumento de presiones
obesidad, enfermedad de la válvula mitral, trasplante car-
de las cavidades derechas y presiones normales en arteria
díaco, sepsis, escoliosis y ventilación mecánica invasiva
pulmonar y en la presión de oclusión pulmonar con una
(1,2).
disminución de la PAM, del GC y de la saturación venosa
• Patologías que aumentan la disfunción miocárdica del
mezclada de oxígeno; ante una prueba de volumen todos
VD: falla ventricular izquierda, estenosis valvular pulmo-
los parámetros empeoran sin aumentar el GC O, 5).
18 I FALLA VENTRICULAR DERECHA

• Hallazgos en laboratorio clínico: aumento de enzimas Vasodilatadores pulmonares arteriales. Disminuyen la


hepáticas, incremento en los niveles de INR, del nitró- RVP y por ende las poscarga del VD, mejoran la función
geno ureico y lactato sanguíneo, con niveles de péptido del VD por disminuir el consumo de oxígeno y aumentar
natriurético tipo B superiores a 100 pg/rnL (1, 6). el llenado del VI lo que trae como consecuencia el aumyn-
to de la presión sistémica arterial y la perfusión de laiar-
Manejo de la falla ventricular derecha teria coronaria derecha; sin embargo la sobredosificación
Los objetivos en el manejo de la FVD consisten en disminuir de los mismos puede tener efectos contrarios por producir
la poscarga del VD, aliviar o descargar la congestión pulmo- hipotensión arterial sistémica.
nar vascular, mejorar la función del VD, mejorar la función • Bloqueadores de los canales de calcio. Se usan preferen-
del VI y aumentar la presión arterial sistémica para asegurar cialmente en desórdenes del colágeno, las dosis de nifedi-
una adecuada perfusión de la pared libre del VD, lograr la pino son de 240 mg/día o amlodipino en dosis de 20 mg/
reperfusión del vaso coronario que compromete la función día por vía oral (2). '
del VD en caso de infarto agudo y tratar las arritmias que • Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina.
comprometen el consumo de oxígeno del miocardio. Es im- A largo plazo pueden bloquear la remodelación vascular
portante recalcar que estos objetivos deben acompañarse del y disminuir la presión media arterial pulmonar y la RVP
tratamiento de la causa que desencadenó la FVD (1, 7). con dosis de enalapril de 20 a 40 mg/día vía oral (2).
En el manejo general de la falla del VD se deben recordar • Nitroglicerina. Es un vasodilatador no selectivo de la
nuevamente algunos aspectos clave fisiopatológicos como son circulación pulmonar, motivo por el cual debe preferirse
la abolición de la hipoxia alveolar, factor desencadenante de la cuando la RVP es mayor que la RVS porque produce más
vasoconstricción pulmonar, control de la acidosis porque los vaso dilatación pulmonar que sistémica. Las dosis deben
bajos pH producen constricción vascular pulmonar; control de ser dependientes de la respuesta en la PAM iniciando con
las atelectasias pulmonares, control de la hipotermia, control 0,25 ~g/kg/min vía endovenosa (8).
de presiones elevadas en aurícula izquierda, abolición de la • Nitroprusiato. Es un vasodilatador venoso con mayor
hipotensión arterial sistémica, disminución de la hipertensión efecto sistémico que pulmonar y puede ocasionar hipo-
pulmonar y aumento de la presión de perfusión coronaria (8). tensión arterial sistémica con deterioro de la perfusión
coronaria.
Medidas generales • Adenosina. Es un agonista del receptor de purina que re-
laja el músculo liso vascular directamente o por liberación
• Mantener una adecuada oxigenación arterial con satura- de óxido nítrico (ON). Se usa en cirugía cardíaca con HTP
ción arterial de oxígeno superior a 95%. a dosis de 50 ~g/kg/min con poco efecto sistémico (2).
• Ventilación mecánica invasiva protegiendo pulmón con' • Prostaglandinas. El epoprostenol (prostaciclina) para uso
presiones de meseta inspiratoria inferiores a 30 cm H 20, endovenoso en dosis de 25 a 50 ~g/kg/min. La postaglan-
PEEP no mayor a 8 cm H20, volumen corriente no mayor dina El (alprostadil) que aumenta el AMPc en el músculo
a 10 rnL/Kg de peso ideal ni menor de 6 rnL/Kg, presión liso vascular con uso en pacientes con SDRA para reducir
arterial de dióxido de carbono no mayor a 35 mm Hg con la RVP al igual que en trasplante cardíaco (9).
pH arterial superior a 7,40. Mantener una relación inspi- • Antagonistas de receptores de endotelina. Bosentan y Si-
ración-espiración 1:3 (7). taxsentan para uso oral en hipertensión pulmonar crónica
• Manejo de la precarga ventricular con bolos de líquidos de con falla del VD (9).
250 a 300 rnL solamente en casos de FVD con presiones • Sildefanil. Es un inhibidor de la fosfodi~sterasa 5 que evi-
pulmonares normales y vigilando la respuesta de la pre- ta la hidrólisis del GMPc en la musculatilra lisa pulmonar
sión venosa central o de oclusión de la arteria pulmonar a y la hipertrofia vascular. Se usa en forma oral en dosis de
las cargas de líquidos. En el caso de FVD con hipertensión 12,5 a 50 mg/día (4).
pulmonar, la carga hídrica puede exacerbar la dilatación del • Sulfato de magnesio. Es un antagonista de los canales de
VD, aumentar la insuficiencia tricuspidea y la congestión calcio activador de la adenilciclasa, libera prostaglandina
hepato-renal, en cuyo caso se necesitaría una restricción de I2 y activa la ON-sintetasa, se puede usar concomitante-
líquidos, uso de diurético y/o hemofiltración (1, 8). mente con ON inhalado (2, 9).
• Adecuado manejo de sedación y analgesia. Vasodilatadores pulmonares inhalados. Son vasodila-
• Terapia con broncodilatadores inhalados del tipo ~2 adre- tadores selectivos de la circulación pulmonar sin efec-
nérgicos. tos sistémicos. La prostaglandina I2 (PGI2) aumenta. el
AMPc y causa relajación del músculo liso vascular me-
Medidas específicas jorando los trastornos ventilación-perfusión pulmonares
Estas medidas se basan en dos principios clave: descargar el y disminuyendo el cortocircuito intrapulmonar por actuar
VD de una poscarga aumentada y mejorar la contractilidad exclusivamente en áreas ventilaqas. Preserva el fenómeno
del mismo. Para lograr estos objetivos contamo~, con las si- fisiológico de la vasoconstricción hipóxica, razón por la
guientes estrategias: cual no genera hipoxemia como sí lo hacen los vasodi-

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 257


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

latadores endovenosos. La PGI2 se utiliza en forma in- mantienen por días o semanas debido a un metabolito
halada y es menos costosa que el ON porque no requiere activo con vida media de tres días. Las dosis utilizadas
de un sistema inhalatorio de entrega especializado (8). El son de 6 flg/kg en 10 minutos seguido de infusión con-
ON inhalado activa la guanilato ciclas a incrementando el tinua a 0,1 flg/kg/min en 24 horas (1, 10).
GMPc en el músculo liso vascular actuando como vasodi- d. Vasopresores (noradrenalina). Este agonista ~ y a
latador selectivo pulmonar. Se distribuye en las áreas ven- adrenérgico preserva la perfusión sistémica por au-
tiladas del pulmón y disminuye los trastornos ventilación! mentar la PAM con moderado aumento de la presión
perfusión mejorando así la presión arterial de oxígeno. en arteria pulmonar, mejora la contractilidad miocár-
Es de gran utilidad en cirugía cardíaca con HTP severa dica y la presión de perfusión de la arteria coronaria
ya que no tiene efectos sistémicos arteriales y preserva la derecha. Se debe usar preferencialmente en casos de
perfusión coronaria al mantener una adecuada PAM. Las hipotensión arterial sistémica con FVD simultánea-
dosis pueden variar de 5 a 40 ppm (7, 8, 9). mente con dobutamina, milrinone o levosimendan.
• Inotrópicos y vasopresores. Al mejorar la contractilidad Las dosis utilizadas de norepinefrina son de 0,01 a 2
del VI se mejora la contracción del VD. Se deben preferir flg/kg/min en infusión continua (1, 10).
los fármacos vasoactivos que no aumenten la RVP. Dentro
de este grupo se cuentan: Referencias
a. Inhibidores de la fosfodiesterasa III (milrinone). Pro- l. Mebazza A. Karpati P. Renaud E. AIgotsson L. Acute right ventricular
ducen vasodilatación pulmonar y sistémica con au- failure, from pathophysiology to new treatments. lnt Care Med 2004;
mento del gasto cardíaco y potencian la acción de los 30: 185-96.
agonistas ~ adrenérgicos. Las dosis recomendadas en 2. Prielipp R.e. Pulmonary hypertension and right heart failure. 8th Crit
Care Refresher Course. SCCM 2004; 35-50.
infusión continua son de 0,37 a 0,50 flg/kg/min. Por 3. Brieke A, DeNofrio D. RV dysfunction in chronic dilated cardiomyo-
su efecto hipotensor puede ser utilizado en combina- pathy. Coronary artery disease 2005; 35-50.
ción con un vasopresor como la norepinefrina (8). 4. Douglas IS, Schmidt GA. Acute right heart syndromes, en Hall JB,
b. Agonistas ~ adrenérgicos (dobutamina). Se deben uti- Schmidt GA Wood. (Eds) Principies of critical careo 3ra edición. Mc-
Graw Hi1l2005; 335-46.
lizar preferencialmente ffente a su semejante inotró- 5. O'Rourke R.A. Dell'ltalia L.J. Diagnosis and management of right
pico (dopamina) por su escasa actividad vasoconstric- ventricular myocardial infarction. Curr Probl Cardiol 2004; 29(1):
tora pulmonar y el poco efecto cronotrópico positivo. 6-47.
La dosificación varía desde 0,25 a 20 flg/kg/min (8). 6. Troughton RW, y cols. Plasma B-type natriuretic peptide levels in sys-
tolic heart failure. J. am Coll Cardiol 2004; 43: 416-22.
c. Sensibilizadores del calcio (levosimendan). Aumentan 7. Vlahakes GH. Right ventricular failure following cardiac surgery. Co-
la contractilidad miocárdica sin aumentar los niveles ronary artery disease 2005; 16: 27-30.
intracitoplasmáticos de calcio durante la sístole por au- 8. Rich GF. Management of the patient with pulmonary hypertension
mentar la sensibilidad de la troponina e al mismo, sin and right ventricular failure. 56th Annual refresher course lectures.
New Orleans. ASA 2005; 413: 1-7.
afectar la función diastólica ni incrementar el consumo 9. Prielipp RC. Pulmonary hypertension and right heart failure. 9th criti-
de oxígeno miocárdico. Dilata la vasculatura pulmo- cal care refresher course. SCCM 2005; 43-56.
nar y sistémica al igual que la coronaria por activar los 10. Álvarez J, Carvezo V, Taboada M, y cols. Manejo anestésico de la
canales de potasio dependientes de ATP, disminuye la hipertensión pulmonar secundaria en Luna Ortiz P. Anestesia Cardio-
vascular. 3ra edición. McGraw Hill2005; 135-55.
RVP y la RVS en un 25% en promedio. Sus efectos se
ARRITMIAS Q AM VI N
UNIDAD CUI NSIV

Pablo Eduardo Perafán, MD; Noel Alberto Flórez, MD

Introducción característica electrofisiológica importante la conducción de-


cremental (a mayor frecuencia de pulso auricular la conduc-
La aparición de alTitmias en el contexto del paciente críti-
ción por el nodo AV se prolonga) que le permite funcionar
camente enfermo es un evento frecuente, presentándose en
como filtro o retén para altas frecuencias atriales previniendo
un 5% de los ingresos cardiovasculares en los servicios de
la posibilidad de ritmos ventriculares rápidos o inducción de
urgencia, tanto como causa de ingreso como secundaria a la
taquicardias ventriculares. A su vez, el nodo AVes el princi-
patología de base del paciente (1).
pal responsable del retardo de la conducción atrioventricular
Factores como la descarga simpática del paciente crítica-
que se identifica en el EKG con el segmento PR. Una vez el
~e~te e~fermo, la condición previa del corazón y los desequi-
impulso pasa por el nodo AV se conduce por el His hasta las
lIbnos hIdroelectrolíticos favorecen la aparición de arTitmias
ramas izquierda y derecha y por allí hacia el ventrÍCulo por
que potencialmente pueden comprometer la vida del paciente
medio de las fibras de purkinje a una velocidad de 2-3 mis
y/o dificultar su manejo. En este capítulo nos enfocaremos en
generando una despolarización casi simultánea del corazón
las alTitmias que amenazan la vida del paciente en especial
observable en el EKG como complejo QRS con contracción
taquicardia ventricular, fiqrilación auricular, alTitmias post-
sincrónica de los ventrÍCulos; la presencia de onda T por su
quirúrgicas y alTitmias secundarias a desequilibrios hidro-
parte es la resultante de la repolarización ventricular (figuras
electrolíticos e intoxicaciones, por ser éstas las más frecuen-
2 y 3).
tes y las que ponen en peligro la vida de los pacientes en las
unidades de cuidados intensivos (2).
Con el fin de entender más a fondo los fenómenos que
desencadenan la alTitmia y los mecanismos de la misma es
importante considerar-los eventos eléctricos y el sustrato ana-
tómico del corazón.
Más allá de las recomendaciones de manejo de los even-
tos ar1itmicos definido por guías de reanimación, este capítulo
pretende hacer claridad acerca de los mecanismos de anitmias,
su manejo y aportar elementos de juicio par-a un mejor cuidado
de los pacientes con alteración del Iitmo del corazón.

la excito-conducción y mecanismos de las


arritmias
El sistema de excito-conducción del corazón (figura 1) está
compuesto por nodos y vías de conducción; el oIigen del im-
pulso eléctIico normal es el nodo sinusal (SA), una estructura
filiforme de aproximadamente 1 cm de largo localizada entre
la unión de la vena cava superior con la auriculilla derecha :: AutiClAa lZQuerda
en l~ crista terminalis, este nodo se caracteriza por la pre- VI :: VenlfiQJ¡1o w~!tdo
senCIa de células automáticas rodeadas de tejido conectivo
que lo aísla eléctricamente de la aurícula disminuyendo la
posibilidad de reentradas locales. El potencial de acción pro- Figura 1. Sistema eléctrico del corazón.

ducido en el nodo sinusal es transmitido a la aurícula derecha


Es fundamental para entender la génesis de las aITitmias
e izquierda generando una despolarización auricular que se
las características del potencial de acción cardíaco, el cual
identifica en el EKG de superficie como onda P, y se trans-
implica cambios en las concentracipnes de iones a través de
mite al nodo atrioventricular (NAV) localizado a nivel del
la membrana celular- que produce cambios eléctricos. Se ha
ápex del triángulo de Koch, entre el seno coronario, la vál-
dividido el potencial de acción car-díaco en 5 fases, iniciando
vula tricúspide y el tendón de Todaro. Este nodo tiene como
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

por la fase O ó de despolarización rápida, fase· 1 ó repola- La fase O está determinada por la entrada rápida de Na+
rización precoz, fase 2 ó meseta, fase 3 ó repolarización y a los cardiomiocitos o Ca+2 (nodos SA y AV) que generan
fase 4 de reposo o despolarización ventricular. Estas fases despolarización de las células. En el nodo SA y AV la entrada
están modificadas en los diferentes sitios del corazón depen- de calcio se presenta principalmente por los canales de calcio
diendo de los canales iónicos y la participación de los iones tipo L, sensibles a los bloqueadores de calcio convencionales
en la generación de dicha señal, la presencia de alteraciones (verapamil, diltiazem), queenlentecen estacorriente y redu-
iónicas y muchos medicamentos afectan el potencial de ac- cen la frecuencia. ,
ción cardíaco y pueden provocar anitmias o ser usados en la La fase 1 de repolarización precoz se asocia tanto a una
modificación de las diferentes fases para cumplir su función caída del influjo de sodio, como a la presencia de una co-
como antianítmicos (4). lTiente de cloro que genera repolarización y una coniente de
potasio que saca potasio de la célula.
La fase 2 ó meseta se produce por el equilibrio entre la
entrada y salida de iones, principalmente potasio y calcio.
La fase 3 ó repolarización, se produce por la inactivación
lenta de las conientes de entrada de sodio y calcio y por la
activación de corrientes que sacan potasio de la célula (Ito).
Todas las anteriores explicaciones permiten entender la
importancia del equilibrio hidroelectrolítico y de la estabili-
dad y el funcionamiento de los diferentes canales iónicos en
el mantenimiento del potencial de acción y en la génesis de
anitmias.
Dentro de los mecanismos de génesis de anitmias se han
descrito clásicamente tres:
11 Automatismo por la generación de descargas automáticas
por tejido diferente al nodo sinusal o por descargas in-
apropiadas del SA (5). Fase IV del potencial de acción.
Figura 2. Relación del potencial de acción y el EKG de superficie. 11 Reentrada por el mantenimiento de un circuito eléctrico en-
tre dos puntos a través de una zona de aislamiento eléctrico.
11 Actividad disparada producida por la presencia de descar-
gas tempranas o tardías pospotencial que afectan el perío-
do refractario relativo de la célula produciendo un nuevo
potencial de acción que inicia la anitmia (figura 3). Fase
II-III del potencial de acción.

Valoración clínica del paciente con arritmia


La valoración de un paciente críticamente enfermo con anit-
mia está encaminada a establecer el estado hemodinámico
del paciente, la posible etiología, la forma e~ que esta anit-
mia modifica las intervenciones que se realizan e{l el paciente
Figura 3. Mecanismos de arritmia. Panel 1, fenómeno de reentrada; 2, au- y si la anitmia es un evento prioritario o la consecuencia de
tomatismo.
otras condiciones médicas que pueden afectar la vida del pa-
ciente (1, 2).
La fase 4 está determinada fundamentalmente por el equi- Es primordial realizar un examen clínico rápido del pa-
librio de potasio (K+) a través de la coniente rectificadora IK ciente siguiendo el esquema de ABC, para definir las condi-
que genera hiperpolarización del potasio con entrada neta del ciones de estabilidad del paciente, incluida una evaluación de
mismo y por acción de las bombas Na+ -K+ ATPasa y canales la respiración y la vía aérea, presión arterial, estado de con-
de potasio dependientes de ATP, los cuales durante hipoxi a ciencia, signos de hipoperfusión tisular y edema pulmonar,
aumentan la conductancia al K+, manteniendo el potencial monitorizar al paciente para tratar de definir rápidamente el
de reposo cercano al estado de equilibrio de K+ y reducen ritmo y la saturación de oxígeno; si alguno de estos paráme-
acortamiento del potencial de acción. Las conientes IK+ e tros se encuentra severamente alterado es necesario iniciar
IKATP están ausentes en el nodo sinusal donde la presencia una intervención rápida para proteger la vida del paciente,
de una corriente de sodio, la coniente Ir (coniente marcapa- usando los diferentes esquemas de intervención definidos
sos O funny), inicia la despolarización del nodo sinusal de- para cada caso en las guías de reanimación (6). Una vez se
pendiente de hiperpolarización e inicia en forma automática ha estabilizado el paciente es muy importante la realización
un nuevo potencial de acción (4). de un EKG de 12 derivaciones (idealmente con sistema mul-
19/ ARRITMIAS QUE AMENAZAN LA VIDA EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO

tic anales ) aun si la alTitmia se ha resuelto puesto que puede puede ser muy parcial, especialmente si no se dispone de sis-'
brindar información respecto a isquemia (cambios del ST-T o temas de multicanales y por tanto la realización de un EKG
bloqueo de rama de novo), presencia QT corto o largo, ondas de 12 derivaciones y la realización de derivaciones especiales
especiales en algunos tipos de taquicardia (figura 4) y cam- es mandatoria en el contexto del paciente con aITitmia, con
biosasociados a desórdenes hidroelectrolíticos o térmicos. el fin de esclarecer el diagnóstico y la terapéutica a corto y
largo plazo.
Durante la alTitmia se debe evaluar en el trazo de EKG
el ritmo, la frecuencia, la duración del QRS, la presencia de
onda P y la relación de la onda P con el QRS (7) (figura 5).

Figura 4. Patrones específicos de canalopatías. A la derecha, onda Epsilon


de la ARVD, derecha elevación del ST en síndrome de Brugada.
Figura 5. Ondas electrocardiográficas y segmentos. Obsérvense los puntos
Es muy importante conocer la historia clínica del paciente de medición de cada uno de ellos. Los valores normales de la onda P son de
especialmente respecto al su funcionalidad cardíaca, antece- 120 ms; PR: 120-200 ms; QRS: 110 ms; QTC menor a 460 ms.
dentes previos de aITitmias, cirugías, enfermedad coronaria,
falla cardíaca, malformaciones congénitas, historia familiar Respecto al ritmo se debe establecer si éste es regular o irre-
de enfermedad coronaria, muerte súbita en familiares meno- gular el cual es sugestivo de fibrilación auricular o flutter con
res de 50 años y medicación actual incluyendo los de uso conducción variable (figura 4); otra condición que puede simu-
común que se venden sin formula médica. lar un registro irregular es la taquicardia ventricular polimorfa
Otros antecedentes médicos relevantes incluyen la pre- caracterizada por la presencia de QRS ancho y ondas vaI'Íables.
sencia de enfermedad pulmonar, enfermedad renal crónica, En cuanto a la frecuencia de la aITitmia se debe definir
diabetes mellitus, hipertensión arterial, cirugías, enfermedad si ésta es una bradiaITitmia (frecuencia menor de 60 ppm)
neurológica y alteraciones metabólicas. o taquiaITitmia (mayor 100 ppm) y establecer la frecuencia
En la historia clínica del ingreso se debe definir la activi- específica de la misma (2, 7).
dad antes del evento (ejercicio, sueño), presencia de dolor La duración del QRS es uno de los factores más importan-
torácico o disnea, síntomas neurológicos y tiempo desde el tes en la caracterización del evento aITítmico dado que la pre-
inicio del episodio. sencia de QRS estrecho (menor de 120 ms) es casi indicativa
En pacientes con arritmia de causa no metabólica es im- de taquicardia supraventricular y la presencia de QRS ancho
portante establecer el estado estructural y funcional del co- puede ser debido a taquicardia ventricul&r o taquicardia su-
razón siendo muy útil la realización de eco cardiograma con praventricular de complej9s anchos, por 'bloqueo de rama
evaluación de las dimensiones de las cavidades, contractili- (previo o inducido por frecuencia) o por conducción abe-
dad focal y segmentaria, fracción de eyección, valvulopatías, lTante (8, 9). ExisteI}.varios algoritmos para la diferenciación
para tener una mejor aproximación y establecer una conducta entre una y otra, uno de los más conocidos es el de Brugada,
definitiva con el paciente. con una sensibilidad y especificidad alrededor del 90% para
Otros exámenes fundamentales en el paciente críticamen- el diagnóstico de taquicardia ventriculaI' (10) (figura 6).
te enfermo con aITitmia incluyen función renal, electrolitos, La onda P debe buscarse sistemáticamente en todo EKG
gases arteriales, pruebas de función hepática y exámenes es- durante aJ.Titmia, bien sea en bradicardia para definir la au-
peciales como niveles de digital, tóxicos y TSH según el caso sencia de onda p en el caso de aITesto sinusal o si está pre-
(1,2). sente su relación con el QRS para definir el grado de bloqueo
AV, esta diferenciación es muy importante en el diagnostico
Valoración del EKG de 12 derivaciones de la enfermedad del paciente y el manejo ulterior del mis-
mo. En taquicardia la relación de la P con el QRS permite
A pesar de que habitualmente la primera aproximación a las
determinar la presencia de disociación ventriculo auricular
aITitmias en las unidades de cuidado intensivo se hace a tra-
(VA) que sugiere la presencia de' taquicardia ventricular o en
vés de la monitoría continua, la información que ésta brinda
pacientes posquirúrgicos de cirugía cardíaca la presencia de
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 261
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

lv/VI'IJIJvlV/VlvfJVL
taquicardia ectópica de la unión en casos de taquicardia de
complejos estrechos (figura 7).

Ausencia RS en precordiales
I 1 lLJ
VI
NO
entonces Figura 8. Taquicardia con RP mayor de 100 ms, En este caso 200 ms taqui-
continúe cm'dia por reentrada nodal variedad no común.

RS mayor de 100 ms
En el EKG de base se debe realizar la medición del PR,
del QRS con el fin de documentar la presencia de bloqueos
NO de rama, la duración del QTc y la presencia de signos de des-
entonces equilibrio hidroelectrolítico y ondas anormales indicativas de
continúe
algunas enfermedades cardíacas específicas, como el síndro-
me de Brugada, (patrón 1, 2, 3) o la presencia de onda epsi-
Disociación venlrículo alrial 1
Ión en pacientes con displasia arritmogénica del ventrículo
derecho. Se debe evaluar la presencia de signos de isquemia
NO
como la elevación o descenso del ST, presencia de onda Q y
entonces
continúe bloqueos de rama de novo.

Criterios morfológicos de TV
en V1, V2, V6
Bradicardia
Se define como bradicardia la presencia de frecuencia car-
NO díaca menor a 60 ppm. El paso siguiente es definir el ritmo
entonces
TSV del paciente y establecer la presencia de onda P y su relación
con el QRS.
Figura 6. Algoritmo diagnóstico para TV de Brugada. Adaptado de P Bru- En la valoración inicial se debe determinar el compromiso
gada, J Brugada, L Mont, J Smeets, and EW Andries. A new approach to the hemodinámico derivado de la alteración del ritmo cardíaco,
differential diagnosis of a regular tachycardia with a wide QRS complexo tiempo de evolución, modo de aparición, actividad previa del
Circulation 1991; 83: 1649-1659.
paciente y uso de medicamentos que produzcan bradicardia
así como el estado hidroelectrolítico del paciente.
La bradicardia puede deberse a disminución en la frecuen-
cia de generación de impulsos por el nodo sinusal, la presen-
cia de bloqueo interatrial avanzado o por bloqueo del nodo
AV en diferentes grados (figura 9).

Figura 7. Taquicardia ventricular. Obsérvese disociación ventrículo (flecha


negra) auricular (flecha roja) con QRS ancho, complejos de fusión (asteris-
co) y captura (estrella), característicos de esta taquicardia.

En taquicardia de complejos estrechos la relación RP


puede sugerir la presencia de taquicardia por vía accesoria Figura 9. Bloqueo AY. De arriba a abajo bloqueo de primer grado, bloqueo
de segundo grado Mobitz 1 (Wenckebach) y segundo grado Mobitz n, 2: 1.
o taquicardias con RP largo (> 100 ms) como la taquicardia
sinusal, taquicardia atrial, taquicardia de Coumel o AVNRT
En caso de bradicardia sinusal es importante determinar
variedad no común (RP mayor de 70 ms) o reentrada intrano-
el grado de actividad previo del paciente' y su ritmo de base,
dal o JET si el RP es más corto (8) (figura 8).
19/ ARRITMIAS QUE AMENAZAN LA VIDA EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO

pues personas con elevado tono vagal secundario a actividad Síndrome de nodo sinusal enfermo
física exigente pueden presentar frecuencias cardíacas bajas Esta condición clínica se caracteriza por la presencia de bra-
sin que esto signifique patología por lo cual es muy importan- dicardia sinusal, pausas sinusales que pueden alternar con
te determinar el grado de compromiso hemodinámico secun- taquicardias de origen atrial (síndrome de braditaquicardia)
dario antes de establecer la terapia definitiva (11). y que pueden generar bradicardia relativa respecto a las ne-
En pacientes con bradicardia sintomática con presencia de cesidades fisiológicas del paciente conduciendo a cansancio
síncope, angina o signos de bajo gasto, se debe retirar la me- fácil, disnea o signos de bajo gasto. Esta condición es más
dicación que pueda inducir bradicardia como betabloquea- frecuente en ancianos por fibrosis del nodo sinusal y el tejido
dores, calcio antagonistas o alfa agonistas, evaluar el estado perisinusal. Se debe descartar el uso de medicamentos que
hidroelectrolítico e iniciar soporte con marcapasos transito- pueden producir bloqueo sinusal como betabloqueadores y
rio o con medicamentos como dopamina o isoproterenol. El calcio antagonistas. Otras condiciones que pueden precipi-
uso de glucagón en caso de betabloqueadores y de altas dosis tarlo incluyen el mixedema, distrofias musculares y miope-
de calcio en caso de calcio antagonistas puede ser de utilidad ricarditis. El manejo se realiza en presencia de síntomas con
(12). marcapasos definitivo (13).
Se debe identificar la presencia de onda P en todo paciente
con bradicardia para descartar la posibilidad de bloqueo am1- Uso e indicaciones de marcapasos transitorio
cular completo o disfunción sinusal, si existe onda P se pro-
cede a clasificar la bradicardia según el grado de bloqueo de Los marcapasos transitorios son dispositivos de estimulación
la conducción AV en primer grado (aumento del PR mayor eléctrica, que utilizan una fuente externa de energía para ge-
de 200ms) que no requiere manejo específico, bloqueos de nerar un impulso eléctrico que es conducido al corazón a tra-
segundo grado Mobitz 1 o Wenckebach donde existe una pro- vés de un electrodo en el caso de marcapasos epicárdicos o
longación progresiva del PR hasta tener una P no conducida y transvenosos o a través de la piel en el caso de marcapasos
el bloqueo AV Mobitz II donde se observa conducción intermi- transcutáneos; en general, estos dispositivos son bastante sen-
tente y el bloqueo AV completo donde existe disociación entre cillos de maniobrar y cuentan con características básicas en el
el ritmo atrial (onda P) y' ventricular (QRS) (figura 10). generador que permite establecer una frecuencia, amplitud de
cOlTiente y sensibilidad dependiendo de las necesidades del pa-
ciente (figura 11). En el caso de los marcapasos transcutáneos
vienen adicionados a los sistemas de cardiodesfibriladores y
tienen regulación de la frecuencia y la amplitud de la cOlTiente,
que en este caso debe cruzar por los diferentes tejidos haciendo
que se estimulen eléctricamente la piel músculo y tejido car-
díaco, haciendo incómoda la administración de la descarga y
requü1endo en la mayoría de los casos sedación y/o analgesia
para tolerar dicha terapia, además de tener pérdidas aumenta-
das por la presencia de tejido pulmonar con aire que es pobre
conductor eléctrico; se debe asegurar la adecuada captura es-
tableciendo la presencia de complejos QRS después de cada
Figura 10. Panel superior: Bloqueo AV completo. Presencia de disociación impulso (espiga) y una vez logrado un adecuado umbral de
AV con escape nada!' Panel inferior arresto sinusal con ausencia de onda P captura (valor de amplitud mínimo al G~lal se logra 100% de la
y ritmo de escape ventricular.
captura) se debe duplicar el valor de energía (figura 12).

En pacientes con bloqueo AV de segundo grado Mobitz II


o tercer grado se requiere vigilancia estricta pero solamente
en caso de bradicardia severa sintomática el paciente requiere
marcapasos transitorio. Cabe destacar en estos casos la posi-
bilidad de taquicardia ventricular por potenciales pospoten-
cial que debe ser estrechamente vigilada y en cuyo caso el Salida de corriente
manejo es acelerar el ritmo cardíaco con el uso de marcapa- Frecuencia
sos, isoproterenol, dopamina o adrenalina.
Otra condición que se puede presentar en los pacientes es Encendido
Sensibilidad
la presencia de bloqueo de la conducción AV con bloqueo de
primer grado asociado a bloqueos de rama, en este caso exis-
te el riesgo potencial de bloqueo completo de la conducción
cardíaca especialmente en bloqueo trifascicular de novo, por
lo cual los pacientes deben ser estrechamente vigilados (11, Figura 11. Controles básicos de un generador para marcapasos transitorio
12). VVI.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 263


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Taquicardias atriales
Son taquicardias que se generan en el tejido auricular y no
dependen del nodo AV para su generación o mantenimiento;
además de la taquicardia sinusal, generalmente secundaria,
puede ser taquicardia sinusal inapropiada, taquicardia atrial,
flutter auricular tanto típico como atípico y fibrilación auri-
cular (16) (figura 14).

Figura 12. Panel frontal de cardiodesfibrilador con marcapasos transcutá-


neo. A la derecha perillas de programación. Paso 1: encienda el modo mar-
capasos, 2: establezca la frecuencia, 3: ajuste la cantidad de corriente hasta
obtener espiga seguida por QRS y luego duplique la corriente. Imagen corte-
sía doctor Jorge Eduardo Martínez Buitrago (Medicina Interna-intensivista
FCVC). .

Figura 14. Arritmias atriales: fibrilación auricular, obsérvese el RR variable,


En marcapasos transvenosos o epicárdicos es importante, ausencia de onda P y alternancia eléctrica (superior). Flutter auricular típico
además de definir la frecuencia de descarga y la amplitud de con conducción 3: 1, con las características ondas F en DII (inferior).
la coniente, establecer la sensibilidad (capacidad del dispo-
sitivo de inhibirse ante la presencia de un QRS), con el fin Taquicardia sinusal
de realizar una estimulación más fisiológica. En general se
debe considerar el marcapasos como un dispositivo de so- Aunque rara vez compromete la vida del paciente o su esta-
porte más que de suplencia tratando de utilizar los paráme- bilidad hemodinámica, la presencia de taquicardia sinusal es
tros más bajos que permitan la estabilidad hemodinámica del un indicador frecuente de una causa secundaria que implica
paciente y la mejoría de signos y síntomas de perfusión. O un aumento en la descarga simpática del paciente o en los re-
existe un valor estándar de frecuencia cardíaca con el cual querimientos de gasto cardíaco o transporte de oxígeno. Una
se logre la estabilización de los pacientes y en muchos casos vez descartadas las causas más evidentes, se debe evaluar la
los ritmos sinusales lentos permiten un funcionamiento car- posibilidad de enfermedades cardíacas como miopericarditis
díaco más sincrónico y con mejor perfil hemodinámico que que pueden producir taquicardia sinusal con respuesta ven-
las frecuencias de marcapasos mayores derivadas de sólo la tricular alta. El manejo de esta taquicardia es médico, co-
estimulación ventricular, por tanto es necesaria la evaluación nigiendo la causa de base y apoyando el manejo con calcio
cuidadosa de cada caso (12, 14, 15). antagonistas y betabloqueadores con el fin de disminuir la
Otras indicaciones de marcapasos transitorio en UeI in- descarga del nodo sinusal (17).
cluyen pacientes con infarto agudo de miocardio con blo- La taquicardia sinusal inapropiada generalmente se pre-
queos bifasciculares o trifasciculares de novo, bloqueo AV de senta como un ritmo sinusal con taquicardia persistente que
segundo grado y bloqueo alternante de ramas y presencia de no se modifica por el estado simpático del paciente y cuya
pausas mayores de 3 segundos que no responden con el uso frecuencia es inadecuada para los requerimientoshemodiná-
de medicación (15) (figura 13). micos del paciente; es causada por aumento del automatismo
del nodo sinusal y su manejo es con medicamentos especial-
mente calcio antagonistas o bétabloqueadores, en caso de fa-
Indicaciones de marcapasos transitorio transvenoso
lla de la terapia farmacológica y en presencia de taquicardias
1. Bradicardia asociada a síntomas de bajo gasto
2. Bloqueo AV completo sintomático muy sintomático o taquicardiomiopatía se hace necesario la
3. Paciente con IAM asociadas a las siguientes condiciones realización de procedimientos de ablación (18).
Bradicardia sinusal sintomática o pausas frecuentes
mayores de 3 segundos Taquicardia atrial monomórfica
Bloqueo trifascicular de novo o de tiempo indetermi-
nado Este tipo de taquicardia de complejos estrechos que no de-
Bloqueo alternante de ramas (BCRD/BCRI) pende del nodo AV para su mantenimiento o propagación se
Taquicardia ventricular incesante para sobreestimu- caracteriza por la presencia de onda P diferente a la P sinusal
lación con frecuencias entre 100-260 ppm y con frecuencia ventri-
cular que depende del grado de bloqueo del paciente. Puede
Figura 13. ser desencadenada por fenómenos de reentrada auricular o
19/ ARRITMIAS QUE AMENAZAN LA VIDA EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO

por presencia de focos ectópicos atriales; en el primer caso se stroke y su manejo está asociado a un riesgo de complicacio~
observa respuesta a la sobreestimulación eléctrica con mar- nes como sangrado, alteraciones endocrinológicas, pulmona-
capasos o la cardioversión y en el segundo caso su manejo se res o la aparición de alteraciones secundarias del ritmo.
hace con antiarrítmicos de clase le o III (propafenona-amio- La génesis de la fibrilación auricular implica varias, teo-
darona) en asociación con betabloqueadores y/o digitálicos rías, las más aceptada actualmente se basa en la presencia
con el fin de disminuir la respuesta ventricular. En su forma de focos ectópicos alrededor de los ostill1ll de las venas pul-
incesante es la causa más frecuente de taquicardiomiopatía monares con circuitos de reentrada local, con aparición de
(55%) y no se asocia a enfermedad estructural cardíaca. fibrilación auricular secundaria. En esta teoría se basan las
En pacientes con taquicardia auricular y conducción 1: 1 se nuevas estrategias de ablación tanto quirúrgica como por es-
debe estar atento ante la posibilidad de daño miocárdico in- tudio electrofisiológico alrededor de las venas pulmonares,
ducido por taquicardia (taquicardiomiopatía), con el desano- cada vez más frecuentes en la práctica clínica (22).
110 de síndrome de falla cardíaca progresivo; en estos casos Otras causas de la fibrilación amlcular están relacionadas
es fundamental la realización de estudio electrofisiológico en con el estado autonómico del paciente con aparición de fibrila-
caso de no lograr un adecuado control farmacológico de la ción auricular dependiente del tono simpático desencadenada
frecuencia,con el fin de esclarecer la taquicardia, intentar la por ejercicio, estrés o dolor, por otro lado la estimulación para-
ablación de foco ectopia o para realizar la ablación del nodo simpática provoca acortamiento del período refractario amlcu-
AV con implantación de marcapasos definitivo con el fin de lar, y aparición de pospotenciales amlculares a partir de focos
controlar la taquicardia y revertir los cambios estructurales amlculares izquierdos que se activan en presencia de bradi-
cardíacos (19). cardia, en estos casos el uso de marcapasos con estimulación
auricular puede disminuir los episodios de esta anitmia (21).
Taquicardia atrial polimorfa Se debe evaluar la presencia de factores desencadenantes
y la estabilidad hemodinámica del paciente para definir la
Este tipo de taquicardia se caracteriza por la presencia de 2 ó
estrategia de manejo; por otro lado, la duración del evento
más morfologías de la onda P con presencia de RR variable,
anitmico es un marcador importante para la definición de la
es más frecuente en personas mayores de 72 años ( 55%) y
estrategia a largo plazo en el manejo de estos pacientes.
en aquellos con enfermedad pulmonar crónica (72%), gene-
En primer lugar, la presencia de fibrilación auricular con
ralmente asociada a exacerbación del EPOC o al uso de me-
compromiso hemodinámico, angina o deterioro respiratOllo
dicación para su manejo, especialmente teofilina a dosis alta.
por edema pulmonar es una emergencia médica que requiere el
Otro escenario importante para la aparición de taquicardia
uso de cardioversión eléctrica sincrónica con una dosis inicial
atrial multifocal es en pacientes con falla cardíaca avanzada
de 200 J, lo cual asegura una efectividad en conversión al ritmo
y desequilibrios hidroelectrolíticos. El mecanismo de la anit-
sinusal de 80%; cabe recordar que estos pacientes requieren
mia parece ser por actividad disparada y no responde al trata-
probablemente anticoagulación pre y posprocedimiento con el
miento con cardioversión eléctrica, su manejo es en general
fin de disminuir el riesgo de trombosis (21-23).
el de la causa primaria. En pacientes con enfermedad pulmo-
En pacientes estables hemodinámicamente se debe tratar
nar avanzada o cor pulmonale, se recomienda retirar la me-
de establecer si se trata de un primer episodio, de una fibrila-
dicación betamimética y las xantinas, conegir la hipoxemia
ción auricular paroxística (aparición de dos o más episodios
y los desequilibrios hidroelectrolíticos subyacentes y en caso
de menos de 48 horas), persistente si son mayores de 7 días
necesario, el uso de betabloqueadores o calcio antagonistas
o permanente en aquella que no ha sido cardiovertida nunca
ha mostrado utilidad en el control de la respuesta ventricular
o ha tenido cardioversión fallida, cori'q fin de establecer el
y la reversión de la arritmia. La mortalidad hospitalaria aso-
plan de manejo. En un primer episodio sedebe descartar la
ciada a esta condición es de alrededor del 45%, producida
presencia de factores deSencadenantes especialmente alco-
principalmente por la enfermedad de base (20).
hol, estimulantes, ~lteraciones hidroelectrolíticas, hipoxemia
y eventos cardiopulmonares agudos como infarto, miocarditis
Fibrilación auricular o tromboembolismo pulmonar; una vez establecida la estabi-
La fibrilación auricular es la anitmia sostenida más frecuen- lidad hemodinámica del paciente se puede proceder a termi-
temente documentada, su prevalencia aumenta con la edad nar la arTitmia si ésta es menor de 48 horas con cardioversión
logrando presentarse hasta en un 8% de los mayores de 80 farmacológica o eléctrica, sin necesidad de ecocardiograma
años, su incidencia es mayor en pacientes con falla cardíaca transesofágico. En caso de una arTitmia de más de 48 horas o
afectando hasta el 30% de esta población, igualmente es la tiempo no establecido se debe iniciar anticoagulación con he-
anitmia más observada en el paciente críticamente enfermo parina, realizar"se ecocardiograma transesofágico como una
en especial en posquirúrgico de cirugía cardíaca (21). medida de reducir el riesgo de embolismo (24) y continuarse
Esta anitmia está claramente relacionada con aumento en la anticoagulación por lo menos hasta 3 semanas después de
la mortalidad por todas las causas cuando se compara con los la cardioversión por el riesgo de, aturdimiento atrial y la apa-
pacientes en ritmo sinusal y es un claro factor de riesgo para rición de eventos tromboembólicos (21, 22).

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 265


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

En pacientes con fibrilación auricular crónica, con cora- terapia guiada con INR alrededor de 2,0, estudios recientes
zón sin alteración estructural, el uso de estrategias de control han mostrado que el riesgo de complicaciones hemonágicas
de frecuencia con betabloqueadores o calcio antagonistas ha dependen más de INR mayor de 3,5 en menores de 85 años y
mostrado similares resultados en cuanto a riesgo de embolis- el beneficio en este grupo de pacientes parece ser superior a
mo con una disminución no significativa de la mortalidad por aquellos paciente más jóvenes. (21, 29).
todas las causas y una menor tasa de hospitalización cuan-
do se combina con anticoagulación efectiva, una estrategia Escala CHAD82 Riesgo de embolismo *
de control de ritmo (amiodarona, propafenona) en cuanto a
Puntos Riesgo
mortalidad con una menor incidencia de efectos adversos, Cardiopatía (C) = 1 punto O 1,9%
las metas de la estrategia de control de frecuencia son 60 a 1 2,8%
80 ppm en reposo y 90-115 ppm durante ejercicio moderado Hipertensión (H) = 1 punto 2 4,0%
(21, 25). 3 5,9%
En pacientes con síndromes de preexitación existe una Edad>75 años (A) = 1 punto 4 8,5%
mayor incidencia de fibrilación auricular, la cual puede ser 5 12,5%
Diabetes (D) = 1 punto 6 18,5%
conducida hacia el ventrÍCulo por la vía accesoria produ-
* Riesgo ajustado a 100 pacien-
ciendo frecuencias ventriculares muy elevadas con un patrón Embolismo (8) = 2 puntos tes-año.
identificado en inglés como FBI (Fast Broad Inegular) y que
puede desencadenar fibrilación ventricular. En pacientes con
presencia de preexitación conocida, el uso de calcio anta- Figura 15. Adaptado de Brian F. Gage, Waterman AD, Shannon W, Boechler
M, Rich MW, Radford MJ. Validation of Clinical Classification Schemes for
gonistas o digitálicos en la fase de descompensación puede
Predicting Stroke: Results from the National Registry of Atrial Fibrillation
favorecer la conducción por la vía accesoria al producir blo- JAMA, Jun 2001; 285: 2864-2870.
queo de la conducción AV y empeorar la situación clínica del
paciente; en estos casos, el uso de ibutilide, procainamida o Suspensión de anticoagulación en pacientes con
amiodarona IV pueden ser opciones razonables, aunque es fibrilación auricular
preferible la cardioversión elécti-ica. Estos pacientes tienen
En pacientes con fibrilación auricular que además presentan
además indicación de ablación de la vía accesoria una vez se
alto riesgo por embolismo recurrente, enfermedad valvular
estabilicen con el fin de prevenir recunencias (21).
mitral severa, válvula protésica o aquellos que requieren
En el manejo farmacológico del evento agudo, el uso de
suspensión de la anticoagulación por tiempo prolongado, se
digitálicos como único agente se contraindica por la baja tasa
debe realizar cambio a una heparina de bajo peso molecular
de respuesta, la cual generalmente es tardía, por otro lado se
subcutánea en caso de intervención quirúrgica; en los demás
debe tener en cuenta el estado cardiovascular previo en el
pacientes, una suspensión de la anticoagulación hasta por una
caso de usar calcio antagonistas por el potencial deterioro de
semana parece ser una estrategia segura teniendo en cuenta el
la falla en estos pacientes. En general se recomienda el uso
riesgo anual de embolismo extrapolado de los estudios (21).
de betabloqueadores intravenosos o calcio antagonistas para
el control de frecuencia y se reserva el uso de amiodarona
Fibrilación auricular posquirúrgica
en caso de que otras medicaciones no sean efectivas o estén
contraindicadas (21, 22). La FA posquirúrgica es la anitmia más común posterior a
En pacientes con fibrilación auricular paroxística una la cirugía cardíaca, en especial aquella que implica cambio
estrategia de administración de propafenona 600 mg orales valvular mitral. Su incidencia varía entre el 5-25% de los pa-
"

puede abortar el episodio en un 70% en las siguientes 12 ho- cientes y está relacionada con un mayor tiempo de estancia
ras (26). hospitalaria, mayor demanda de recurso médico y un aumen-
to de la mortalidad a un año respecto a los pacientes que no
Evaluación del riesgo de embolismo la presentan (21, 30). /
Se presenta en los primeros cinco días posteriores a ciru-
Todo paciente con fibrilación auricular diferente al primer
gía cardíaca, con un pico mayor a las 48 horas, generalmente
episodio debe recibir una terapia de disminución del riesgo
es benigna y autonesolutiva en un 90% de los pacientes en
embólico. Ésta se debe guiar por el riesgo del paciente que
las próximas 6 semanas. Como factores de riesgo conocidos
puede ser fácilmente evaluado con una escala clínica valida-
están la fibrosis de la aurícula, cirugías de válvula mitral y
da como CHADS2 (27) (figura 15). En esta escala valores
aórticas, edad mayor de 70 años e incremento del tono sim-
mayores de 3 se consideran de alto riesgo (mayor de 6% de
pático (21, 30).
eventos embólicos a 1 año) y su manejo se debe hacer con cu-
Existen Val1aS estrategias de prevención de fibrilación au-
marínicos buscando INR entre 2,0-3,0; en pacientes con bajo
ricular posquirurgica, lss más aceptados incluyen el inicio de
riesgo o contraindicación para cumarínicos el uso de ASA
amiodarona oral en la semana previa a la cirugía en dosis de
entre 80-325 mg es una terapia aceptada (21, 28). Aunque
600 mg vía oral, amiodal-ona venosa 600 mg IV una hora antes
históricamente los pacientes mayores de 75 años han sido en
de cirugía y betabloqueadores orales prequirúrgicos (21, 31).
general excluidos de la terapia con cumarínicos o han tenido
19/ ARRITMIAS QUE AMENAZAN LA VIDA EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO

El manejo de la anitmia generalmente se hace con beta- ciendo pautas pa¡"a el manejo de estos pacientes y ampliando
bloqueadores venosos de corta acción o amiodarona; el uso el conocimiento de los mecanismos de anitmia y el desano-
de digitálicos en general no es útil y casi nunca se requiere 110 de nuevas opciones terapéuticas (34, 35).
cardioversión eléctrica dentro del manejo (21). El enfoque del paciente con taquicardia de complejos
anchos incluye la realización de EKG durante la a¡Titmia y
Flutter auricular una vez haya recuperado un ritmo estable, valoración del
compromiso hemodinámico del paciente y repercusión de
Elflutter auricular es una taquiarritmia atrial generada por un
la an-itmia e identificación de causas o factores agravantes
mecanismo de macro reentrada auricular que generalmente
cOlTegibles. En principio, todo paciente con taquicardia de
compromete la unión cavo-tricúspidea (80-90% de los casos)
complejos anchos debe ser considerado de origen ventricular
y que se caracteriza por una frecuencia atrial entre 240-360
para su manejo hasta que una evaluación posterior permita
ppm con presencia de ondas características en dientes de ti-
desca¡ta¡" esta posibilidad, especialmente en pacientes mayo-
burón con onda F negativa en DIl, DIlI, AVF. Esta a¡Titmia
res de 50 años (9, 33, 34).
puede manifesta¡'se en forma aislada, asociada con otras al-
teraciones ca¡'díacas o en forma permanente siendo causa de
Arritmias ventriculares postinfarto, epidemiología,
taquicardiomiopatía en casos de respuesta ventricula¡' eleva-
significado pronóstico, medidas terapéuticas
da. El manejo se hace con ca¡'dioversión eléctrica sincrónica
con 50 J con una posibilidad de reversión de la a¡Titmia del A pesar de las terapias de reperfusión, angioplastia primaria
80%. En el manejo farmacológico el uso de antiarrítmicos y trombólisis, el uso de inhibidores Ilb/lIla y el inhibidor de
del grupo III endovenosos tienen igual rata de éxito que la la agregación plaqueta¡"ia clopidogrel, junto con la aspirina y
cardioversión. Para el tratamiento crónico de la arritmia el las heparinas de baj o peso molecular, la mortalidad por infar-
uso de betabloqueadores, amioda¡"ona o propafenona puede to agudo del miocardio continúa siendo alta, entre 15 a 20%
prevenir la recaída una vez logrado el ritmo sinusal. en pacientes hospitalizados, y ésta puede aumentar a 45% si
Aunque el riesgo embólico de esta arritmia es menor que se consideran los pacientes que mueren antes de ingresar a
el de la fibrilación auricula¡" se recomienda anticoagulación un hospital (36). Cerca del 20% de los pacientes con infa¡to
en pacientes con riesgo elevado y el uso de ASA por 4-6 se- agudo tiene an-itmias ventricula¡"es (37). Una de las razones
manas posterior a la recuperación del ritmo sinusal en aque- principales pa¡"a abrir unidades corona¡"ias fue la necesidad de
llos sin factores de riesgo. Cabe recordar que los pacientes disminuir la mortalidad temprana por fibrilación ventricular
con flutter de tiempo indeterminado o mayor de 48 horas se prima¡"ia en las primeras horas después de un infarto agudo
benefician de anticoagulación previa a la cardioversión y la (38).
realización de ecocardiograma transesofágico para desca¡tar Las anitmias ventriculares postinfarto pueden clasificarse
la presencia de trombos en caso de alto riesgo (pacientes ma- de la siguiente manera (39):
yores de 65 años, HTA, diabetes, cardiopatía estructural, falla 1. Taquicardia ventricula¡" (TV): presencia de latidos ectópi-
cardiaca) (32). cos ventriculares consecutivos, a una frecuencia mayor a
100 latidos por minuto con una duración mayor a 30 se-
Arritmias ventriculares gundos o acompañada por inestabilidad hemodinámica.
2. Fibrilación ventricula¡': se refiere a la presencia de ondas
Las a¡Titmias ventriculares son consideradas verdaderas electrocardiográficas inegulares de forma inconsistente,
emergencias anítmicas y su presencia pone en peligro la vida donde además no se puede identificar complejo QRS.
de los pacientes, siendo la causa más frecuente de muerte 3. Fibrilación ventricular primaria (FV:R).: se refiere a aque-
súbita en pacientes con enfermedad ca¡"diovascula¡" (33). llos episodios de fibrila9ión ventricular que ocunen en las
En USA se calcula que la taquicardia ventricula¡" y muerte primeras 48 horas de inicio de los síntomas de infarto en
súbita afecta alrededor de 300.000-450.000 personas al año y pacientes sin falta ca¡"díaca o shock cardiogénico, es decir
provoca el 50% de las muertes en pacientes con cardiopatía en aquellos en clase I de KILLIP.
especialmente de origen isquémico. Durante los últimos 15 4. Fibrilación ventricula¡" secunda¡ia: se refiere a todos los de-
años se ha desan-ollado toda una estrategia de prevención de más episodios de fibrilación ventricular, es decir aquellos
muerte súbita basada en tres estrategias principales: unidades dentro de las primeras 48 horas postinfarto en pacientes en
de cuidado coronario pa¡"a la vigilancia de pacientes en pos- clases IIIIIIIIV de KILLIP o en shock cardiogénico.
tinfarto inmediato o con alto riesgo a¡Títmico, desanollo de 5. Fibrilación ventricular tardía: todos aquellos episodios de
dispositivos de des fibrilación automática externos pa¡"a reani- fibrilación después de 48 horas pero dentro de la hospita-
mación por personal entrenado y dispositivos implantables lización del infarto en cuestión.
(CDI) en pacientes de alto riesgo como estrategia de preven-
ción prima¡"ia y secundaria (15, 33, 34). Muchos estudios han evaluado el significado pronóstico de
Por otra parte, el desarrollo de la biología molecular ha las arritmias ventriculares en el marco de un infarto agudo y
permitido la caracterización molecula¡" de varias canalopatías los resultados son discordantes; algunos han mostrado que la
permitiendo la realización de consejería genética y estable- fibrilación ventricular primaria tiene significado pronóstico

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 267


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

a corto pero no a largo plazo (37). El tiempo de'la arritmia entre 2,1 Y 12,4% (39). Por ejemplo en el GISSI la incidencia
después del infarto también pudiera relacionarse al pronósti- fue del 2,8% con una frecuencia de casos fatales de 10,8%,
co. En el GUSTO 1 tanto la FVP como la no primaria fueron en el Worcester Heart attack study la incidencia fue de 5,1%
asociadas a mayor mortalidad a corto y largo término (40). y la mortalidad de 48,3%, en este estudio la incidencia de
Algunos sugieren que la FV que se presenta después de 48 la FVP no cambió en los 22 años del estudio, sin embargo
horas es de peor pronóstico que la temprana. En el GUSTO la mortalidad en los pacientes con FVP si disminuyó, espe-
III de 15.042 pacientes, 1.121 (7,5%) tuvieron arritmias ven- cialmente a partir de los 90 (42). La mayoría de los estudios
triculares durante la hospitalización, 857 (5,7%) dentro de las muestran mayor mortalidad temprana en los pacientes con
48 horas iniciales del infarto, 185 (1,2%) después de las 48 FVP que en aquellos que no presentan la alTitmia.
horas, en 79 pacientes se desconoce el tiempo; 519 (3,5%) Una pregunta no resuelta es cuál es el motivo del peor pro-
tuvieron FV, 410 (2,7%) TV, 192 (1,2%) ambas (37). nóstico de los pacientes con FVP, si es el evento arrítmico en
La mitad de los episodios de FVP ocurren en la primera sí o las condiciones patofisiológicas que rodean la apal'ición
hora de inicio de los síntomas. Por ejemplo en el GISSI-2, de la arritmia, como es el hallazgo de injuria isquémica más
entre 7.755 pacientes con infarto agudo, 52% de los episo- extensa. Un número importante de estudios evaluando fibri-
dios de FVP ocurrió dentro de la primera hora desde el inicio lación ventricular sugieren que la presencia de falla cardíaca
de los síntomas. En este estudio los autores dividen la FVP y shock cardiogénico es la causa de mayor mortalidad en los
en dos: pacientes con fibrilación ventricular. La FVP se considera
1. Temprana: definida como aquella que ocurre en las prime- un evento eléctrico aislado secundario a la injuria isquémica
ras 4 horas desde el inicio de los síntomas. aguda (41).
2. Tardía: aquella que ocurre entre las 4 y las 48 horas, ellos La recurrencia de la fibrilación ventricular primaria va del
encuentran que la incidencia de FVP temprana fue de 12 al 20% durante la hospitalización. La recurrencia no se
3,1 % y de tardía de 0.6%. asocia con exceso de mortalidad en el hospital. Esto sugiere
que no es el evento arrítmico solamente el factor de mayor
Las dos variables más asociadas ,a FVP temprana fueron hi- mortalidad en los primeros 30 días y que posiblemente la
pocalemia y tensión arterial sistólica < a 120 mmhg al in- presencia de fibrilación ventricular sea un marcador de una
greso, al igual que el número de derivadas con elevación del injuria isquémica más extensa.
segmento ST y edad más joven del paciente. Tanto los pa- Algunos estudios han encontrado varios factores asocia-
cientes de FVP temprana como tardía tuvieron mayor morta- dos con mayor incidencia de FVP como son tabaquismo,
lidad hospitalaria. Para FVP temprana, (odds ratio [OR] 2,47, otros han mostrado que la incidencia disminuye con el uso
intervalo de confianza del 95% [IC] 1,48-4,13) y para FVP de terapia trombolítica, antiplaquetarios y betabloqueadores.
tardía (OR 3,97, 95% [IC] 1,51 -10,48) (41). Bloqueo AV completo, fibrilación atrial e hipocalemia han
Es importante tener en consideración que sólo el 20% de sido asociados a mayor incidencia (39). Otras variables aso-
los pacientes ingresa a los hospitales dentro de la primera ciadas con riesgo de FV fueron: clase de KILLIP, algunos
hora de inicio de los síntomas. Si se pudieran reducir los han reportado asociaciones tan contradictorias como lo es
tiempos de consulta una vez iniciados los síntomas a menos un tiempo más corto desde inicio de síntomas al inicio de
de 30 minutos cerca de 90/1.000 pacientes que presentaran trombólisis, o el uso de betabloqueadores en las dos sema-
un episodio de FVP fuera del hospital lo harían dentro del nas previas (37), factores que se sugiere son protectores en
hospital y 65 de estos sobrevivirán al egreso hospitalario. La la mayoría de estudios. Y aunque la mayor mortalidad ocurre
terapia trombolítica salva de 20 a 30 vidas por 1.000 pacien- en los primeros 30 días del infarto unos pocos'e..studios han
tes tratados dentro de las 12 horas de inicio de los síntomas encontrado una mayor mortalidad hasta los 12 me~es después
(36). De ahí la importancia de consulta temprana pues más del infarto en los pacientes que han presentado fibrilación
pacientes harían la FVP dentro del hospital y más temprana- ventricular. Un 50% de los, pacientes presenta fracción de
mente los pacientes se someterían a terapias de reperfusión, eyección reducida. Un estudio reportó que la incidencia de
momento en que son más efectivas. FVP fue mayor en blancos. Los pacientes con disfunción del
Como una estrategia para salvar vidas, el acceso temprano VI, falla cal'díaca o ambos después de infarto están a mayor
a un desfibrilador es más efectivo que la trombólisis, conside- riesgo de muerte súbita. Un análisis del VALIANT mostró
rando además que cerca del 50% de los pacientes con infarto que los pacientes con estas características continúan teniendo
no son candidatos para trombólisis (36). En los últimos años un riesgo alto de alTitmias a pesal' del uso de lECA, betablo-
ha mejorado el monitoreo y la disponibilidad de desfibrilado- queadores y aspirina (43).
res. Aunque los pacientes con FVP tienen un curso hospitala- La incidencia de FVP es menor en los pacientes con in-
rio desfavorable, con mejores sistemas de monitoreo y desfi- farto sin evidencia de onda Q. Entre los pacientes con sín-
brilación temprana la mortalidad ha disminuido. La mayoría drome coronario agudo sin elevación del ST el pronóstico
de los estudios han mostrado que la FVP influye en la mor- de las arritmias ventriculares (FV y TV) ~s menos claro, uno
talidad temprana más no en la mortalidad a largo plazo (39). de los estudios más grandes en esta población de pacientes
Su incidencia y mortalidad ha variado en diferentes estudios, sugiere que la presencia de arritmia ventricular sostenida en
19/ ARRITMIAS QUE AMENAZAN LA VIDA EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO

esta población se asocia a más mortalidad. Estos pacientes (OR, 0,61, lC 95%, 0,44-0,84, P=,002) y edad mayor (OR;
tienen de 5 a 15 veces mayor mortalidad a seis meses, presen- 0,99, lC 95%, 0,98-1,0, p=,03) fueron variables protectoras;
tándose la mayoría de las muertes en los primeros 30 días. La este hallazgo sin embargo es contradictorio pues muchos es-
incidencia de estas arritmias es menor que en pacientes con tudios encuentran que la fibrilación ventricular es más fre-
infarto y elevación del STo Sin embargo, considerando que cuente en los ancianos.
la presencia de arritmias ventriculares se asocia a más mor- Después de 6,4 ± 5,4 años de seguimiento, 1.182 muertes
talidad, es una necesidad aplicar todas las terapias que han ocun"ieron, 251 dentro de los primeros 30 días. Los pacientes
demostrado beneficio en esta población de pacientes con sín- con arritmias tuvieron mortalidad a 30 días de 38% vs. 9% en
drome coronario agudo sin elevación del ST incluyendo los los que no presentaron arritmias ventriculares, (P<O,OI). Los
betabloqueadores. Al igual que en los pacientes con infarto y pacientes con FV primaria tuvieron mortalidad a 30 días de
elevación del ST, en los pacientes sin elevación del ST se han 19% mientras los pacientes con FV no primaria y aquellos con
encontrado unos predictores independientes de la aparición TV la mortalidad a 30 días fue 47% y 44% (P<,OI). Después
de FV como lo son la historia de hipertensión, de enfermedad de los 30 días las arritmias no afectaron el pronóstico (39).
pulmonar obstructiva crónica, infarto previo y cambios del En conclusión, las 3.1Titmias ventriculares después de in-
ST al ingreso (cambios de isquemia). Excepto por la historia farto son relativamente comunes, especialmente en aquellos
de hipertensión las otras variables son predictoras de TV en con infartos más extensos y no historia previa de enfermedad
pacientes con infarto sin elevación del ST (44). coronaria. Éstas se asocian a 6 veces incremento en la morta-
Con los resultados de varios estudios clínicos que han lidad en los primeros 30 días pero no en el período posterior.
mostrado que el uso de antiarrítmicos es asociado con pro- Considerando que los pacientes con infartos más extensos y
nóstico desfavorable entre los pacientes con infarto agudo su aquellos sin antecedente de enfermedad coronaria, (posible-
uso ha declinado marcadamente en las unidades de cuidados mente los que no tienen precondicionamiento isquémico),
coronarios. son los que más presentan arritmias ventriculares y teniendo
Como podemos ver las arritmias ventriculares son fre- en cuenta el mal pronóstico en los primeros 30 días, en esta
cuentes y se presentan en cerca del 20% de los pacientes con población se debe ser más insistente en lograr una reperfusión
infarto agudo, tratando de aclarar las dudas con respecto a su temprana pues es la terapia que podría disminuir el tamaño
frecuencia, factores de riesgo y asociación con mortalidad del infarto y posiblemente la incidencia de fibrilación ventri-
temprana (30 dias) y tardía, el estudio más reciente, Ventricu- cular. Por otro lado, disminuir los tiempos desde el inicio de
lar arrhythmias after acute myocardial infarction: A 20-year los síntomas a la consulta haría que muchos más pacientes
cornmunity study (39). El estudio tuvo como objetivos, de- presentaran las arritmias ventricul3.1·es en instituciones donde
terminar la incidencia de ambas arritmias ventriculares en un se pudiera contar con un desfibrilador, pudiéndose abortar la
cohorte de pacientes con infarto, tiempo a la aparición de la arritmia y así disminuir la mortalidad temprana secundaria a
arritmia, variables asociadas con el desarrollo de la arritmia, infarto.
efecto inmediato y a largo término sobre la sobreviva. Se in-
cluyeron los pacientes con diagnóstico de egreso de infarto Manejo de las arritmias ventriculares
entre 1979 y 1998.
Las recomendaciones actuales de reanimación cardiopulmo-
Fueron hospitalizadas 2.317 personas con diagnóstico de
nar (CPR) fueron actualizadas en 2005; para el manejo de las
infarto (43% mujeres); hipertensión y tabaquismo están pre-
arritmias ventricul3.1"es postinf3.1"to seguiremos las recomen-
sentes en más de la mitad de los pacientes; 20% tenía diabetes,
daciones del ACLS.
65% estaba en clase de KILLIP l, 16% venía recibiendo be-
'-.
tabloqueadores, 43% tenía infarto con elevación del ST, 170
Taquicardia ventricula,r sin pulso y fibrilación
(7,5 %) experimentaron arritmias ventriculares, (78%) en las
ventricular
primeras 48 horas, fibrilación ventricular no primaria en 3,6%,
FV primaria en 2,1 %, taquicardia ventricular en 1,8%; 2,6% Recordemos que la posibilidad de recuperar de manera exito-
presentó ambas arritmias, precediendo la TV en el minuto pre- sa un paciente en p3.1"O c3.1"díaco es directamente proporcional
vio a la FV en 77%. Con el tiempo la FV no primaria tuvo al tiempo transcurrido desde el momento del p3.1"O y la restau-
tendencia a disminuir mientras la FV primaria y la TV no. ración a la circulación normal. Estos pacientes deben recibir
Los pacientes con arritmias ventriculares más frecuente- inmediata CPR y desfibrilación tan pronto como sea posible.
mente estaban en clase IIIJIV, tenían FE baja, 1M con eleva- Si tenemos un desfibrilador bifásico se debe iniciar con un
ción del ST o estaban en fibrilación atrial. Los pacientes con shock de 200 J, si el desfibrilador usado es monofásico se
historia de enfermedad cardíaca e hipertensión probablemen- debe iniciar con 360 J. Cuando el p3.1"O por TV sin pulso o
te tuvieron menos arritmias. En un modelo multivariado los fibrilación persiste después de 2 shock y permanente CPR se
predictores de arritmias fueron: clase KILLIP > al (OR, 2,43 debe considerar iniciar un vasopresor que puede ser epinefri-
lC 95%, 1,74-3,38, P < 0,01) Yfibrilación atrial (OR, 2,33, lC na 1 mg intravenoso repetido cada 3 a 5 minutos hasta obte-
95%, 1,58-3,43, P<,OOl). Historia de enfermedad cardíaca ner pulso o vasopresina 40 unidádes intravenosas. Luego de

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 269


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

3 shock y uso de vasopresor si persiste la TV sin pulso o la fi- Indicaciones de un desfibrilador cardiovertor
brilación ventricular se debe proceder a usar un antiarrítmico implantable (leD) en pacientes con enfermedad
siendo el de primera elección amiodarona (300 mg IV dosis coronaria
inicial y luego considerar 150 mg) y de segunda elección xi-
locaína (1 a 1,5 mg/k la primera dosis, se puede repetir a 0,5 Prevención primaria
a 0,75 mg/k, con un máximo de 3 dosis). En pacientes cuyo Estudios relevantes:
electrocardiograma muestre torsades de pointes sin pulso se 1. Prophylactic implantation of a defibrillator in patients
debe considerar además de las medidas previamente descri- with myocardial infarction and reduced ejection fraction
tas la administración de 1 a 2 gramos de sulfato de magnesio (MADIT II). N Engl J Med 2002; 346: 877-83 (47).
intravenoso en bolo en 5 a 10 minutos (45).
Aquellos pacientes que han requerido antiarrítmico para El estudio fue diseñado para evaluar el impacto de un ICD en
salir del paro cardíaco por TV sin pulso o fibrilación ventri- pacientes postinfarto con compromiso de la FE, incluyéndose
cular, deben continuar la medicación usada por 24 horas así: pacientes con al menos 4 semanas de un infarto con FE de 30%
amiodarona 1mg/m en infusión por 6 horas y luego 0,5 mg/m o menos; se excluyeron los pacientes en clase IV y aquellos
en infusión por 18 horas. La infusión de mantenimiento de con revascularización coronaria en los 3 meses previos. Des-
lidocaína es de 1 a 4 mg/m (30 a 50 ug/k/m). pués de un seguimiento promedio de 20 meses, los pacientes
Los pacientes con taquicardia ventricular monomórfica asignados a ICD tuvieron mortalidad de 14,2% vs. 19,8% en
con algún signo de inestabilidad hemodinámica deben recibir el grupo de terapia médica. El HR para el riesgo de muerte
pronta cardioversión (sincronizada) con 100 J. Los pacientes para el grupo ICD vs. terapia médica fue de 0,69 con IC del
con TV estable hemodinámicamente también pueden recibir 95% de 0,51-0,93 y una P=0,016. Terapia con ICD se asoció
como primera opción cardioversión sincronizada, otra op- con 31 % de reducción en el riesgo de muerte, el beneficio en
ción puede ser amiodarona 150 mg/IV en 10 minutos la cual la sobreviva fue claro después de 9 meses de implantación del
se puede repetir a necesidad, cada 10 minutos, no dar más de ICD. También es muy importante resaltar que el beneficio en
2,2 gramos en 24 horas (46). la sobreviva en el MADIT II fue mayor en aquellos pacientes
Un aspecto muy importante en la evaluación del paciente que llevaban más tiempo después del infarto (18 meses).
con infarto agudo que presente alTitmias ventriculares, espe-
cialmente taquicardia ventricular polimórfica es considerar 2. Prophylactic use of an Implantable Cardioverter-Defibri-
isquemia persistente como el mecanismo básico que esté ge- llator after acute Myocardial Infarction (DINAMIT) N
nerando la arritmia. En estos pacientes puede ser necesario Engl J Med 2004; 351: 2481-8 (48).
llevarlos de nuevo a cateterismo y descartar reoclusiones de
arterias dilatadas exitosamente. Los pacientes con taquicar- El estudio fue diseñado para evaluar los beneficios tempra-
dia ventricular polimórfica sostenida (> a 30 segundos o con nos de la implantación de un ICD después de un infarto del
compromiso hemodinámico deben recibir desfibrilación, de miocardio. Se incluyeron pacientes con infarto entre los 6
manera similar a los pacientes con fibrilación ventricular o y 40 días posteriores al infarto, con una FE < a 35%, se ex-
taquicardia ventricular sin pulso). En pacientes con alTitmias cluyeron los pacientes en clase IV o aquellos con indicación
persistentes puede estar indicada la colocación de un balón clara para ICD (taquicardia ventricular sostenida o fibrila-
de contrapulsación aórtico. ción ventricular después de las primeras 48 horas del infarto).
Recordemos que los latidos ectópicos ventriculares, las Después de un seguimiento promedio de 30 meses no se pre-
dupletas y las tripletas en el marco de un infarto agudo no re- sentaron diferencias en la mortalidad total entre f<.! grupo IeD
quieren tratamiento excepto que estén causando compromiso y el grupo no ICD. Llamó la atención en los resulÚtdos que la
hemodinámico. muerte por alTitmia fue significati~amente menor en el grupo
Siempre que no existan contraindicaciones, los betablo- ICD pero la muerte de causas no alTítmicas fue mayor en el
queadores deben ser iniciados tempranamente en los pacien- grupo ICD haciendo que la 'mortalidad total fuera similar. Es
tes postinfarto agudo; éstos han demostrado claramente dis- probable que los pacientes del DINAMIT tuvieran riesgo de
minuir la mortalidad sin efectos colaterales. Por otro lado, muerte debido a falla ventricular por infartos extensos y no
en pacientes con arritmias ventriculares y disfunción del VI se beneficiaran del ICD a pesar del control de las alTitmias
como son la mayoría, tratamiento con inhibidores de la enzi- letales, esto sugiere que la terminación de una arritmia ven-
ma convertidora, y antagonistas del receptor de aldosterona tricular en un paciente con falla cardíaca en el marco de un
han demostrado disminuir la mortalidad a largo plazo inclu- infarto agudo puede simplemente convertir una muerte súbita
yendo la muerte súbita. en una muerte por falla de bomba.
En todos los pacientes con infarto agudo que hayan presenta- Considerando los resultados de estos dos estudios que son
do arritmias ventriculares se recomienda mantener niveles de los más importantes después de infarto, un desfibrilador pro-
potasio séricos > a 4,0 meq/L y niveles de magnesio sérico filáctico es recomendado a aquellos paci,entes con al menos
por encima de 2,0 meq/L. un mes después de infarto y no menos de tres meses post
19/ ARRITMIAS QUE AMENAZAN LA VIDA EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO

CABG (indicación Ha) con FE igualo < a 30%. En los pa- rrollaba en el momento del evento, factores desencadenantes
cientes con FE, entre el 31 al 40%, la indicación del ICD como estrés emocional, enfermedades asociadas y medica-
no es claro pudiéndose utilizar en tal caso los resultados de mentos y otras sustancias de consumo habitual, incluidos
un estudio electrofisiológico. No se recomienda en aquellos tóxicos. Las características del EKG de base sirven también
pacientes, temprano después de infarto (49). para definir el tipo de alteración y establecer el plan de rdane-
jo según corresponda (33, 52).
ICD en prevención secundaria En pacientes con taquicardia ventricular y corazón estruc-
Varios estudios clínicos han investigado el papel del ICD turalmente sano se debe siempre descartar causas secundarias
en la prevención secundaria de la muerte súbita, el 80% de como isquemia miocárdica aguda, desequilibrio hidro electro-
los pacientes incluidos en los estudios más importantes te- lítico, tromboembolismo pulmonar, lesión neurológica aguda
nían enfermedad coronaria y 50% eran postinfarto agudo del o efecto adverso de medicamentos (33, 52).
miocardio. El más importante de todos, el estudio AVID, in-
cluyó como terapias alternas amiodarona en el 97% de los Síndrome de Brugada
pacientes y sotalol en el 3%, éste al igual que el CASH y el Es una canalopatía relacionada con el canal de sodio SCN5A,
CIDS incluyó pacientes sobrevivientes de paro cardíaco por con patrón de transmisión autonómico dominante, caracteri-
fibrilación ventricular o taquicardia ventricular, taquicardia zada por alteraciones de la repolarización con características
ventricular con síncope o taquicardia ventricular con FE < a de bloqueo de rama derecha y la presencia de patrones elec-
40%. El AVID, el más grande y mejor diseñado fue el único trocardiográficos típicos. Es más frecuente en población de
que demostró una reducción significativa en la mortalidad origen oriental y afecta más a hombres que a mujeres con una
con ICD del 34%, con un IC del 95% de 0,51-0,85; P<,02 mayor incidencia en la edad adulta joven aunque se han des-
(50). Un metanálisis posterior de los tres estudios demostró crito casos desde la infancia hasta los 82 años; los episodios
una reducción en la mortalidad relativa de 35% y la mortali- de taquicardia ventricular son más frecuentes durante picos
dad arrítmica por 51 %. La mortalidad absoluta fue reducida febriles o durante el sueño y son raramente inducidos por el
a los 2 años de 23% en el grupo terapia médica a 15,5% en el ejercicio. Otros factores desencadenantes incluyen hipocale-
grupo ICD. El beneficio con ICD fue independiente del uso mia, hipomagnesemia, uso de antidepresivos tricíclicos e in-
de betabloqueadores, revascularización quirúrgica, el tipo de fusión de insulina. El manejo de este síndrome incluye el uso
arritmia y fue mayor en los pacientes con menor FE y falla de ICD en pacientes con TV documentada o episodios sin-
cardíaca más avanzada. Con la evidencia de estos resultados copales por el alto riesgo de muerte súbita en esta población
los pacientes con arritmias ventriculares con compromiso he- que puede llegar hasta un 62% en el seguimiento a 5 años. En
modinámico o taquicardia ventricular sostenida después de caso de tormenta eléctrica el uso de quinidina o isoprotere-
48 horas de infarto se benefician de un desfibrilador como nol es de elección y se debe recordar que los antiarrÍtmicos
prevención secundaria (indicación l). de clase la y lc están contraindicados pues pueden favorecer
En los últimos años ha habido gran interés en mejorar la la aparición de cambios en el EKG o inducir taquicardia al
especificidad del proceso de selección de pacientes a ICD, producir alteraciones en la conductancia del canal de sodio.
así mejorar costo-efectividad de la terapia con ICD y reducir Por otro lado, los betabloqueadores y la amiodarona no tie-
el número necesario a tratar (NNT) para salvar una vida. En nen efecto sobre la taquicardia en este síndrome, por otro
USA, el Medicare impuso un requerimiento de 120 ms en el lado la quinidina revierte los cambios del EKG y en ensayos
QRS como mínimo para la colocación de ICD en aquellos pequeños ha mostrado disminuir la presencia de TY. En la
pacientes que lo requieran de acuerdo a los criterios de in- UCI el manejo es de soporte y vigila~ci~. En pacientes con
clusión del MADIT H, después de la publicación del SCD- patrón típico de Brugada ~sintomáticos es importante definir
HeFT el Medicare impuso nuevas restricciones como son la la historia familiar de muerte súbita para establecer la ne-
obligatoriedad en un registro o un protocolo aprobado para cesidad de medidas diagnósticas incluido el estudio electro-
cualquier implante en prevención primaria (51). fisiológico en la estratificación de estos pacientes. En estos
pacientes, además de la TV característica puede cursar otro
Taquicardia ventricular con corazón tipo de arritmias entre ellos fibrilación auricular paroxística o
estructuralmente normal taquicardias atriales (33, 53, 54).

Los pacientes con taquicardia ventricular y corazón estructu- Taquicardia ventricular catecolaminérgica
ralmente sano en el ecocardiograma deben ser extensamente
evaluados en relación a varias patologías, en su mayoría con Este tipo de taquicardia específica esta relacionada a una al-
un sustrato genético conocido, con alteración en la genera- teración en el receptor de rianodina que controla el paso del
ción o propagación del impulso eléctrico. Es importante es- calcio a nivel del retículo sarcoplásmico del cardiomiocito
tablecer en este caso los patrones de herencia familiar para (55). Se caracteriza por la presencia de taquicardia ventri-
establecer el riesgo de sufrir la enfermedad. En la valoración cular bidireccional asociada al ~jercicio o a condiciones que
clínica del paciente se debe establecer la actividad que desa- aumentan la descarga catecolaminérgica especialmente el

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 271


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

estrés emocional; la taquicardia se puede desencadenar tam- el LQTS 1 que se produce por una alteración en el canal de
bién con el uso de adrenalina o noradrenalina. El tratamiento potasio KCNQl, con disminución lenta de la actividad de
con betabloqueadores es efectivo variando entre un 40-70% la corriente rectificadora de potasio con QTc entre 500-800
de los casos dependiendo de las series, en general se conside- ms y TV polimórfica inducida por una prolongación de la
ra que en un 30% de los pacientes esta medida es insuficiente fase 3 del potencial de acción con presencia de potenciales
para el control de los episodios requiriendo la implantación pospotencial que inician la taquicardia; estos pacientes tie-
de un ICD. La presencia de historia familiar de muerte súbita nen buena respuesta al manejo con betabloqueadores, que se
desencadenada por estrés físico o emocional y taquicardia o evidencia por desaparición de los episodios de TV y la re-
síncope con la actividad es altamente sugestiva en pacientes ducción del QTc. Las manifestaciones clínicas del síndrome
jóvenes. Se debe descartar en estos casos la presencia de car- incluyen episodios de palpitaciones, síncope o near síncope,
diomiopatía hipertrófica que es la principal causa de TV en taquicardia ventricular con compromiso hemodinámico y
jóvenes durante el ejercicio, en especial en deportistas de alta muerte súbita.
competencia (33, 55, 56).

Displasia arritmogénica del ventrículo derecho


(ARVD)
Es una condición clínica caracterizada por el reemplazo del
tejido cardíaco del corazón derecho por tejido fibroso y graso
con disfunción secundaria del VD y aparición de fenómenos
mrítmicos. El EKG de base se cm'acteriza por la presencia de
Figura 16. Paciente con síndrome de QT largo congénito y taquicardia ven-
onda épsilon característica en VI. Otros hallazgos incluyen tricular polimorfa, que se inicia por una extrasístole (flecha).
la dilatación del VD en el ecocardiograma con cambios en la
homogeneidad del tejido y la infiltración lipoidea del ventrí- Se debe recordar que en estos pacientes el uso de antia-
culo derecho en la resonancia m.agnética. En un 50% de los lrítmicos, en especial de amiodarona puede prolongar el QT
casos se identifica un patrón familiar. La progresión de la en- y favorecer la aparición de mTitmias. El uso de magnesio y
fermedad incluye desde cambios mínimos en el eco hasta la la corrección de los desequilibrios hidroelectrolíticos como
aparición de disfunción severa biventricular con presencia de niveles de potasio entre 4,9-4,5 mEq/l es fundamental para
taquicardia ventricular sostenida o no sostenida con muerte el manejo de esta entidad así como la disminución de estrés
súbita o síncope. Su manejo es fundamentalmente de sopor- emocional y la suspensión de medicamentos que prolonguen
te; entre los antiarrítmicos usados se incluye betabloqueado- el QT que pueden favorecer la aparición de TV, en pacientes
res, amiodarona, propafenona, con resultados variables, en con síncope recurrente a pesar de betabloqueadores y/o aho-
pacientes con síncope a repetición o episodios documentados rradores de potasio como espironolactona el uso de ICD es
de TV sostenida o fibrilación ventriculm' el manejo con car- una terapia aceptada (33, 60).
diodesfibrilador implantable y procedimientos de ablación de Los síndromes de LQTS diferentes del LQTS 1 tienen en
taquicm'dia como adjuntos es el tratamiento de elección. general pobre respuesta a la terapia con betabloqueadores y
Por otro lado siendo una enfermedad autosómica domi- actualmente la identificación genética de la enfermedad con
nante se deben realizm' EKG en los familiares directos con el fin de brindm' una terapia dirigida según la alteraciones,
el fin de identificm' la enfermedad y establecer el manejo con recomendada especialmente en caso de no res.puesta con be-
cardiodesfibrilador (33, 57, 58). tabloqueadores y en LQTS2 y LQTS3 para definir la implan-
tación de un ICD (33, 61).
Síndrome de QT largo congénito (LQTS)
El síndrome de QT largo congénito engloba una serie de ca- Síndrome de QT corto /
nalopatías tanto del canal de potasio como del canal de so- Esta entidad descrita desde 2000 se caracteriza por un QTc
dio caracterizados por presencia de QTc mayor de 460 ms y menor de 330 ms acompañado de episodios de taquicardia
apm'ición de taquicardia ventricular polimórfica (59) (figura ventriculm' o fibrilación auricular (62). Se ha descrito un pa-
16). trón familiar con acortamiento de la fase de repolarización
A la fecha se conocen dos patrones principales de LQTS por mutación de canales de potasio KCNH2, KCNQr y KC-
congénitos; uno de transmisión autosómica recesiva asociado NJ2 que llevan a una pérdida de la inhibición de la corriente
a sordera (síndrome de Jervell-lange-Nielsen) provocada por rectificadora de potasio, un aumento de la actividad de los
una mutación en el canal de potasio KCNQl y otro autosó- canales de potasio y pérdida de la inhibición de la parte fi-
mico dominante (síndrome de Romano-Ward) no asociado nal de las fases 3 y 4 del potencial de acción. Todos estos
a sordera, con 7 tipos de LQTS provocados por mutaciones fenómenos conducen a períodos refractarios celulares cortos
del canal de potasio, el canal de sodio SCN5a (LQTS3) y que favorecen la aparición de pospotendales tempranos. Es-
el receptor de ankirina ( LQTS4) siendo el más frecuente tos pacientes presentan episodios pm'oxísticos de taquicm'dia
19/ ARRITMIAS QUE AMENAZAN LA VIDA EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO

ventricular y fibrilación auricular, con aumento del riesgo de ventricular frecuente (más de 10 en una hora) está relaciona-
muerte súbita. El manejo definitivo se realiza con cardiodes- da con un aumento del riesgo de muerte por todas las causas
fibrilador implantable y en forma empírica se han utilizado y muerte alTítmica (65, 67), por tanto estos pacientes deben
medicamentos que prolongan el QT como antidepresivos tri- ser vigilados estrechamente y se debe evaluar la necesidad
cíclicos, antifúngicos y macrólidos sin tener estudios exten- de cardiodesfibriladores en prevención primaria en aquellos
sos que avalen su uso; por otro lado, el uso de antiarrítmicos pacientes que incluyan factores de riesgo conocidos (33).
del grupo III como amiodarona y sotalol ha tenido utilidad en
algunos pacientes, sin embargo en estudios pequeños el uso Arritmias secundarias
de sotalol no modificó el QTc (62, 63) (figura 17).
Además de las arritmias generadas por alteraciones de la
conducción cardíaca per se o por enfermedad estructural
K+ cardiaca, muchos pacientes presentan alTitmia como mani-
OmV
festación de su enfermedad de base o como complicación
' ..•..... de la misma, especialmente en pacientes con aumento de la
....\ descarga simpática y con alteraciones de electrolito s que a
su vez modifican el potencial de acción y pueden provocar
-90 mV •••• alTitmias (68, 69).

A~B~ Arritmias en pacientes con desequilibrios


h idrolectrol íticos
Dado que el potencial de acción es generado 'por el movi-
Figura 17. Representación del potencial de acción en QT corto y papel de
las corrientes de iones. Tomado de Brugada R, Hong K, Cordeiro 1M, Du-
miento de iones a través de la membrana celular, la alteración
maine R. Short QT síndrome. Canad Med Asoc 1 2005; 173: 1349-54. en las concentraciones de dichos iones genera cambios en el
potencial de acción cardíaco que se reflejan en cambios en el
Taquicardia del tracto de salida del ventrículo EKG y que pueden facilitar o desencadenar la presencia de
derecho e izquierdo alTitmias.
Este tipo de alTitmia se caracteriza por la presencia de asisto-
Alteraciones del sodio
lia ventricular frecuente con cOlTidas de taquicardia con pa-
trón de bloqueo de rama derecha o izquierda, generalmente En general, las alteraciones del sodio producen pocos cam-
asintomáticas o acompañadas de palpitaciones; esta condi- bios en el EKG y la presencia de alTitmias en el contexto de
ción es más frecuente en mujeres jóvenes y en la prueba de un paciente con alteraciones del sodio debe hacer pensar en
esfuerzo presenta desaparición de las extrasístoles o la TV una causa común de la alteración como algunos medicamen-
con el ejercicio. Son producidas por reentradas locales en tos (antidepresivos, antipsicóticos, antialTítmicos) o tóxicos
el tracto de salida del ventrículo derecho o en el ostium del que relacionan ambos eventos (69).
tronco de la arteria pulmonar. El manejo de estos pacientes
se hace generalmente con betabloqueadores y con terapia de Alteraciones del potasio
ablación con radiofrecuencia en aquellos que no responden Las alteraciones del potasio son probablemente los desequi-
a esta terapia, en casos de taquicardia sintomática que no se librios hidroelectrolíticos que más frecuentemente provocan
controla médicamente con episodios de síncope o alTesto car- alteraciones de la conducción cardíaca (68, 70).
díaco se indica la implantación de un ICD (33, 64).
Hipocalemia
Extrasistolia ventricular aislada Se define como hi~okalemia un valor de potasio menor a 3,5
La presencia de extrasistolia ventricular y cOlTidas de taqui- mEq/l. Sin embargo éste es un ion principalmente intracelulal'
cardia ventriculares no sostenida son eventos clínicos fre- y los niveles séricos del mismo no reflejan la carga de potasio
cuentes que requieren una evaluación juiciosa del estado car- del organismo. La caída del potasio sérico provoca cambios
diovascular del paciente y de las causas desencadenan tes, en en la conducción eléctrica cardíaca dependientes del valor
general se conoce que la presencia de extrasístoles aisladas, del potasio y del tiempo de instauración de la hipocalemia;
dupletas y aún cOlTidas de TV no sostenida en pacientes sin los hallazgos más relevantes en el EKG incluyen la presen-
cardiopat.ía estructural demostrada no están relacionadas con cia de ondas U, prolongación de QTc, prolongación del PR,
un aumento de la mortalidad (65, 66) Y su manejo es funda- pérdida de la onda P, ensanchamiento del QRS y presencia de
mentalmente el de control de los síntomas, que generalmen- alTitmias ventriculares. Se debe evalual' el uso de medicación
te se manifiestan como palpitaciones o sensación de salto o que altere la homeostasis del pptasio como diuréticos, xan-
golpe en el tórax; por otro lado, en pacientes con cardiopatía tinas, insulina, betamiméticos, ,ciclosporina y antifúngicos e
estructural y FE menor del 30% la presencia de extrasistolia inicial' la reposición del mismo para evitar la recurrencia de

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 273


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

estos eventos. Se debe recordar que la presencia de hipocale- mortalidad (75). El comportamiento en el EKG de la hipo-
mia favorece la aparición de QTc largo y el uso de antiarrÍt- magnesemia incluye presencia de T picudas, ensanchamiento
micos en especial de clase III (amiodarona-sotalol 9 pueden del QRS, prolongación del QTc, prolongación del PR y taqui-
tener efecto proarrÍtmico en esta condición) (71, 72). cardia ventricular polimórfica tipo torsades des pointes.
El manejo se hace con magnesio intravenoso, en caso de
Hipercalemia TdP hasta con 50 mEq en 24 horas vigilando los signos de
toxicidad como arreflexia, pérdida de la fuerza muscular y
La hipercalemia es una condición clínica frecuentemente
dificultad respiratoria. Además se requiere la corrección de
asociada a una imposibilidad para la excreción de potasio
otros desequilibrios como la hipocalemia e hipocalcemia
por alteración de la función renal con un aumento total de la
hasta normalizar los hallazgos del EKG y estabilizar los ni-
ingesta o el uso de medicamentos que disminuyen la pérdida
veles séricos de los iones (69, 74).
como diuréticos ahorradores de potasio, digitálicos, lECA o
ARA II. Las manifestaciones de esta alteración incluyen la
Hipercalcemia
presencia de T picudas, aumento del PR, ensanchamiento del
QRS, prolongación del QT, presencia de ondas sinusoidales, La presencia de hipercalcemia se relaciona principalmen-
taquicardia ventricular polimórfica, fibrilación ventricular, te con hiperparatiroidismo y con hipercalcemia maligna de
bloqueo cardíaco o asistolia. Se debe evaluar el estado gli- origen tumoral, puede verse exacerbada por deshidratación
cémico del paciente, equilibrio ácido básico y se debe iniciar secundaria a uso de tiazidas y pérdidas gastrointestinales así
manejo con calcio hasta revertir los cambios del EKG, otras como a consumo de altas cantidades de calcio (carbonato de
terapias adjuntas incluyen resinas de intercambio iónico (ka- calcio para manejo de síntomas dispépticos). Niveles supe-
yaxelate), insulina, betamiméticos, diuréticos de asa y hemo- riores a 14 mg/dl generan síntomas vagos incluidos letargia,
diálisis con el fin de disminuir la carga de potasio (70, 73) pérdida del tono muscular, fatiga y dolor abdominal. Es una
(figura 18). causa infrecuente de arritmias y en el EKG se manifiesta
por un acortamiento del QTc, bradicardia sinusal y bloqueo
cardíaco de grado variable dependiente del nivel de calcio.
• " 1"" • •
11 ....
Onda T En pacientes que reciben en forma concomitante digitálicos
t
estos efectos pueden verse exacerbados con un aumento del
·¡~\...;/"-I~~I~\,-,\;tt,
v· V Ji V
r-rti -..,f'>I.If"1!,)~(J~lf
'1 J " 1/
riesgo de bradicardia sintomática. El manejo se hace con hi-
H .
dratación con solución salina, uso de diuréticos de asa una
vez se haya corregido la deshidratación, bifosfonatos endo-
;'.I\....(~~t¡.~.j'-J~r.l:/I~¡~/v-j'!~.
j ¡ ' .:lJ. 'j /
t',-J)\
V
venosos y en casos refractarios con hemodiálisis (69).

Hipocalcemia
La hipocalcemia con niveles de calcio sérico menores de 3,4
I mEq/l, se puede presentar relacionada con hipoparatiliodismo
.~'. ( 111 primario o secundario, intoxicación por bifosfonatos, falla re-
nal crónica y déficit de vitamina D, otras alteraciones incluyen
Figura 18. Hipercalemia, obsérvese la presencia de T picuda, QRS ancho y
ausencia de onda P de predominio en derivaciones precordiales. pancreatitis aguda, sepsis y rabdomiolisis. Está frecuentemen-
te acompañada de hipomagnesemia y se puede ver exacerbada
Hipomagnesemia por el uso de digitálicos y calcio antagonistas. Se"manifiesta
clínicamente por irritabilidad muscular con signo de Chvostek
El magnesio es un ion predominantemente intracelular y sus
positivo, calambres musculares, tetania y laringoespasmo en el
niveles séricos no reflejan el estado del magnesio corporal,
EKG se observa una prolonga6ión del QT debida a una prolon-
se debe sospechar hipomagnesemia en pacientes con hipo- gación de la fase 2 del potencial de acción con prolongación
calemia persistente, con pérdidas renales elevadas, uso de del período refractario ventricular con presencia de actividad
diuréticos, anfotericina B y ciclosporina. Por otro lado, la
disparada por pospotenciales tempranos con riesgo de TdP. El
hipomagnesemia es una alteración que se acompaña frecuen- manejo se hace con suplementación de calcio endovenoso y
temente de alteraciones de otros iones como potasio y calcio
corrección de otros desequilibrios asociados (69).
conduciendo a alteraciones mixtas de presentación variable
(74).
Síndrome de QT largo adquirido
La hipomagnesemia leve puede inducir el aumento de ex-
trasístoles ventriculares en sujetos sanos pero sin evidencia de Múltiples medicamentos de uso común pueden provocar
aumento de la mortalidad, por otro lado, sujetos con infarto prolongación del QTc, con aumento del período refractario
agudo de miocardio e hipomagnesemia presentan un mayor relativo y riesgo de pospotenciales con aparición de taqui-
riesgo de muerte; sin embargo la suplementación de magne- cardia ventricular por actividad disparadá con presencia de
sio en pacientes con IAM no ha mostrado disminución de la taquicardia ventricular polimórfica (76).
19/ ARRITMIAS QUE AMENAZAN LA VIDA EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO

Entre los medicamentos frecuentemente utilizados se en- En caso de dudas acerca del funcionamiento del marca-
cuentran los antipsicóticos (haloperidol), macrólidos (azitro- pasos es útil en el servicio de urgencias o la DCI, el uso de
micina, claritromicina), analgésicos (meperidina), antiarrít- imán con el cual se produce una estimulación asincrónica del
micos (amiodarona), antieméticos (cisapride), bloqueadores ventrículo a una frecuencia establecida por las diferentes ,ca-
H2 (ranitida, cimetidina), se sugiere siempre evaluar una lista sas fabricantes y que permite conocerel estado de la captura
más completa qlJe incluye también terapias herbales y medi- y el estado de la batería.
camentos OTC disponible en www.qtdrugs.org.
En general se evalúa el Qtc en pacientes que reciben estas Cardiodesfibriladores
terapias, se debe evitar la combinación de estos fármacos y Estos dispositivos han demostrado la disminución de la mor-
los desequilibrios hidroelectrolíticos que puedan aumentar el talidad arrítmica y total en pacientes con disfunción cardíaca
QTc o el riesgo de aITitmia. En caso de presentarse torsades de origen isquémico y no isquémico tanto en prevención pri-
des pointes se recomienda terapia con magnesio endovenoso maria como secundaria en varios estudios aleatorizados (47-
e iniciar dopamina o isoproterenol con el fin de disminuir el 50). Permiten la administración de terapias antitaquicardia
Qtc por estimulación simpática y retirar todos los posibles con sobreestimulación y la administración de choques eléc-
medicamentos causantes (76, 77). tricos a través de un electrodo ventricular, se identifican por
la presencia de un dispositivo de mayor tamaño que los mar-
Cardiodesfibriladores implantables y capasos convencionales y por un electrodo de mayor grosor
marcapasos definitivos en UCI en el VD (79).
Cada vez un mayor número de pacientes reciben terapias con Entre las complicaciones derivadas del uso de cardiodesfi-
dispositivos de estimulación cardíaca que pueden ser mar- briladores se encuentran las descargas inapropiadas generadas
capasos uni o bicamerales, marcapasos biventriculares (re- por sobresensado en la cámara ventricular o por taquicardias
sincronizadores) o cardiodesfibriladores, estos últimos son supraventriculares cuya frecuencia supera el límite progra-
dispositivos que permiten la administración de terapias para mado para la detección de la arritmia. Otra complicación es
manejo de taquicardia ventricular/fibrilación ventricular in- la presencia de tormenta eléctrica (dos o más descargas en
cluidas descargas eléctricas (14, 15). una hora) que puede ser desencadenada por descargas apro-
Los marcapasos convencionales pueden tener uno o dos piadas o inapropiadas del dispositivo y provoca agotamiento
electrodos y se identifican por una nomenclatura de 4-5 letras de la batería, dolor y cuadros de angustia de anticipación en
que denotan la cavidad de estimulación, detección, modo de paciente despierto. En estos casos se coloca un imán sobre el
disparo, respuesta a ejercicio y programabilidad (esta últi- dispositivo para anular la función de cardiodesfibrilador, dar
ma generalmente omitida porque en la actualidad todos son manejo a la causa de las descargas y uso de sedación con el
multiprogramables). En cuanto a la estimulación puede ser fin de disminuir la ansiedad del paciente. En pacientes con
unipolar (que se hace entre la caja y la punta del electrodo descargas adecuadas la colocación de parches para cardio-
y que produce la típica espiga de marcapasos) y bipolares versión externa y monitoría continua en la DCI es mandatoria
en la punta del electrodo y que produce espigas muy peque- por el alto riesgo para la vida del paciente:
ñas o no visibles en el EKG haciendo difícil la identificación En caso de requerir el paciente una cardioversión externa
de la estimulación. Aunque no existen estudios acerca de se debe tener cuidado en no colocar los parches o las paletas
la frecuencia ideal en pacientes críticamente enfermos con sobre el cariodesfibrilador con el fin de disminuir el riesgo de
marcapasos definitivos, ésta debería ser acordada entre el daño del equipo o alteración de la progr,amación, igualmen-
electrofisiólogo y el grupo de DCI basados en el estado clí- te en los pacientes que van a ser sometidos a estimulación
nico del paciente y si es posible utilizando pruebas objetivas eléctrica de cualquier origen (electrobisturí,· estimulador de
de la respuesta como los niveles de presión arterial, el gasto nervios, electromiografía) se les debe proteger con imán para
cardíaco medido por catéter de Swan-Ganz o la disminución evitar inducir descargas del dispositivo (79).
de los requerimientos de vasopresores, recordando que el
aumento de la frecuencia es sólo un componente del gasto Referencias
cardíaco y que la optimización de otros factores puede tener 1. Vanegas D. Lemus J. Arritmias en la unidad de cuidado intensivo. En
un papel más relevante en algunos pacientes. Por otro lado, la Cuidado crítico cardiovascular. Sociedad colombiana de cardiología.
Primera edición 2003: 63-101.
estimulación innecesaria desde el ventrículo puede aumentar
2. Trappe HJ, Bodo B, Weismeuller P. Arrhythmia in the intensive care
la disincronía cardíaca, disminuir la contractilidad, exacer- patient. Curr Opin Cirt Care 2003; 9: 345-355.
bar la regurgitación mitral, provocar disfunción ventricular 3. Sánchez-Quintana D, Ho SY. Anatomía de los nodos cardíacos y del
a largo plazo y conducir a la pérdida de la patada auricular, sistema específico auriculoventricular. Rev Esp Cardiol 2003; 56(11):
1085-1092.
es por tanto preferible la estimulación auricular en aquellos
4. Shih HT. Anatomy of the action potential in the heart. Tex Heart inst J
pacientes con marcapasos bicamerales o la estimulación con 1994; 21: 30-41.
la mínima frecuencia necesaria en aquellos con marcapasos 5. Ho J, Dec W, Strichartz WG, LilIy L. Mechanism of cardiac arrhyth-
unicamerales de estimulación ventricular (15, 78). mias. En: Pathophysiology of heart disease: a collaborative project of

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 275


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

medical student and faculty/ leonard S. Lilly. 3 ed. Lipicort williams ting Stroke: Results from the National Registry of Atrial Fibrillation
wilkins. Philadelphia 2003: 253-268. JAMA 2001; 285: 2864-2870.
6. Part 7.2: Management of cardiac arrest, Circulation 2005; 112: IV-57- 28. Hart RG, Benavente O, McBride R, Pearce LA. Antithrombotic thera-
IV-66. py to prevent stroke in patients with atrial fibrillation: a meta-analysis.
7. Steve Meek, Francis MOlTis. ABC of clinical electrocardiography ln- Ann lntern Med 1999; 131: 492-501
troduction. I-Leads, rate, rhythm, and cardiac axis. BMJ 2002; 324: 29. Fang MC, Chang Y, Hylek EM, Rosand J, Greenberg SM, Go AS, Sin-
415-418. ger DE. Advanced age, anticoagulation intensity, and risk for intracra-
8. Edhouse J, Morris F. Broad complex tachycardia. Part I. BMJ 2002; nial hemorrhage among patients taking warfarin for atrial fibrillation.
324(7339): 719-22. Ann lntern Med 2004; 141(10): 745-52.
9. L Eckardt, G Breithardt and P Kirchhof. Approach to wide complex 30. Bradley D, Creswell LL, Hogue CW Jr, Epstein AE, Prystowsky EN,
tachycardias in patients without structural heart disease. Heart 2006; Daoud EG. American College of Chest Physicians. Pharmacologic
92; 704-711 prophylaxis: American College of Chest Physicians guidelines for the
10. Brugada P, Brugada J, Mont L, Smeets J, Andries EW. A new appro- prevention and management of postoperative atrial fibrillation after
ach to the differential diagnosis of a regular tachycardia with a wide cardiac surgery. Chest 2005; 128(2 Suppl): 39S-47S.
QRS complexo Circulation 1991; 83: 1649-1659. 31. Martínez EA, Bass EB, Zimetbaum P. Pharmacologic Control of
11. Da Costa D, Brady WJ, Edhouse J. Bradycardias and atrioventricular Rhythm: American College of Chest Physicians Guidelines for the
conduction block. BMJ 2002; 324(7336): 535-8. Prevention and Management of Postoperative Atrial Fibrillation After
12. Kaushik V, Leon AR, Forres ter JS Jr, Trohman RG. Bradyarrhythmias, Cardiac Surgery. Chest 128: 48S-55S.
temporary and permanent pacing. Crit Care Med 2000; 28(10 Suppl): 32. Cosio FG. Atrial flutter update. Card Electrophysiol Rev. 2002
NI21-8. Dec;6(4 ):356-64
13. Adan V, Crown LA. Diagnosis and treatment of sick sinus syndrome. 33. ACC/AHAlESC 2006 Guidelines for Management of Patients With
Am Fam'Physician 2003; 67(8): 1725-32. Ventricular Arrhythmias and the Prevention of Sudden Cardiac Death--
14. McPherson CA, Manthous C. Permanent pacemakers and implantable Executive Summary: A Report of the American College of Cardiology/
defibrillators: considerations for intensivists. Am J Respir Crit Care American Heart Association Task Force and the European Society of
Med 2004; 170(9): 933-40. Cardiology Committee for Practice Guidelines (Writing Committee to
15. Gregoratos G, Abrams J, Epstein AE, Freedman RA, Hayes DL, Hla- Develop Guidelines for Management of Patients UIT Ventricular Arr-
tky MA, Kerber RE, Naccarelli GV, Schoenfeld MH, Silka MJ, Win- hythmias and the Prevention of Sudden Cardiac Death): Developer in
ters SLACC/AHAlNASPE 2002 Guideline Update for Implantation Collaboration With the European Heart Rhythm Association and the
of Cardiac Pacemakers and Antiarrhythmia Devices--summary arti- Heart Rhythm Society. Circulation 2006; 114(10): 1088-1132.
cle: a report of the American CoJlege of Cardiology/American Heart 34. Cannom DS, Prystowsky EN. Management of ventricular arrhyth-
Association Task Force on Practice Guidelines (ACC/AHAlNASPE mias: detection, drugs, and devices. JAMA 1999; 281(2): 172-9.
Committee to Update the 1998 Pacemaker Guidelines). J Am Coll 35. Roberts R. Genomics and cardiac arrhythmias. J Am Coll Cardiol
Cardiol 2002; 40(9): 1703-19. 2006; 47(1): 9-21.
16. Goodacre S, Irons R. ABC of clinical electrocardiography: Atrial arr- 36. Sayer JW, Archbo1d RA, Wilkinson P, et al. Prognostic implications of
hythmias. BMJ 2002; 324(7337): 594-7. ventricular fibrillation in acute myocardial infarction. Heart 2000; 84:
17. Yusuf S, Camm Al The sinus tachycardias. Nat Clin Pract Cardiovasc 258-61.
Med 2005; 2(1): 44-52. 37. Sana M. Al-Khatib, MD, MHS, et al. Sustained ventricular arrhyth-
18. Shen WK. Modification and ablation for inappropriate sinus tachycar- mias and mortality among patients with acute myocardial infarction:
dia: current status. Card Electrophysiol Rev 2002; 6(4): 349-55. Results from the GUSTO-III trial. Am Heart J 2003; 145: 515-21.
19. Roberts-Thomson KC, Kistler PM, Kalman JM. Atrial tachycardia: 38. Brezins M, Elyassov S, Elimelech 1, et al. Comparison ofpatients with
mechanisms, diagnosis, and management. Curr Probl Cardiol 2005; acute myocardial infarction with and without ventricular fibrillation.
30(10): 529-73. Am J Cardiol 1996; 78: 948 -50.
20. McCord J, Borzak S. Multifocal atrial tachycardia. Chest 1998; 39. Danielle M. Henkel, MD, Brandi J. Witt, MD, et al. Ventricular arr-
113(1): 203-9. hythmias after acute myocardial infarction: A 20-year community stu-
21. Valentin Fuster, Lars E. Rydén, David S. Cannom, Harry 1 ACC/AHAI dy. Am Heart J 2006; 151: 806-12.
ESC 2006 Guidelines for the Management of Patients With Atrial Fi- 40. Newby KH, Thompson T, Stebbins A, et al. Sustained ventricular arr-
brillation-Executive Summary: A Report of the American College of hythmias in patients receiving thrombolytic therapy: incidence and
Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guide- outcomes. Circulation 1998; 98: 2567-73. (Gusto))
lines and the European Society of Cardiology Committee for Practice 41. Volpi A, Cavalli A, Sartoro L, et al. Incidence and pI:ognosis of early
Guidelines (Writing Committee to Revise the 2001 Guidelines for the primary ventricular fibrillation in acute myocardial i~farction. Am J
Management of Patients With Atrial Fibrillation): Developed in Colla- Cardiol 1998; 82: 265-71. .
boration With the European Heart Rhythm Association and the Heart 42. Craig A. Thompson, MD, Jorge Yarzebski, MD, et al. Changes over
Rhythm Society Circulation 2006; 114: 700-752. time in the incidence and case-fatality rates of primary ventricular fi-
22. Page RL. Newly diagnosed atrial fibrillation. N Engl J Med 2004; brillation complicating acute myocardial infarction: Perspectives from
351(23): 2408-16. the Worcester Heart Attack Study. Am Heart J 2000; 139: 1014-21.
23. lqbal MB, Taneja AK, Lip GY, Flather M. Recent developments in 43. Scott D. Solomon, MD, Steve Zelenkofske, et al. Sudden Death in
atrial fibrillation. BMJ 2005; 330(7485): 238-43. Patients with Myocardial Infarction and Left Ventricular Dysfunction,
24. Kleim AL, Grimm RA, Murray D. Use of transesophageal echocar- Heart Failure, or Both. N Engl J Med 2005; 352: 2581-8.
diography to guide cardioversion in patients with atrial fibrilation. N 44. Sana M. Al-Khatib, Christopher B. Et al. Outcomes Syndromes with
Engl J Med 2001; 344: 1411-1420. No ST-Segment Elevation: lncidence, Predictors, and Sustained Ven-
25. Van Gelder IC, Hagens VE, Bosker HA, et al. A comparison of rate tricular Arrhythmias among Patients with Acute Coronary. Circulation
control and rhythm control in patients with recurrent persistent atrial 2002; 106; 309-312.
fibrillation. N Engl J Med 2002; 347: 1834-1840 45. Part 7.2: Management of cardiac arrest, Circulation. 2005; 112: IV-57-
26. Alboni P, Botto GL, Baldi N, Luzi M, Russo V, Gianfranchi L, Marchi IV-66.
P, Calzolari M, Solano A, Baroffio R, Gaggioli G Outpatient treatment 46. Part 7.3: Management of Symptomatic Bradycardia and Tachycardia
of recent-onset atrial fibrillation with the "pill-in-the-pocket" appro- Circulation 2005; 112: IV-67-IV-77.
ach. N Engl J Med 2004; 351(23): 2384-91. 47. Moss AJ, Zareba W, Hall WJ, et al. Prophylactic implantation of a de-
27. Gage BF, Waterman AD, Shannon W, Boechler M, Rich M, Ra- fibrillator in patients with myocardial infarction and reduced ejection
dford MJ. Validation of Clinical Classification Schemes for Predic- fraction. N Engl J Med 2002; 346: 877-83.
19/ ARRITMIAS QUE AMENAZAN LA VIDA EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO

48. Hohnloser SH, Kuck KH, Dorian P, et al. Prophylactic use of an im- 62. Gussak 1, Brugada P, Brugada J, et al. ldiopathic short QT interval: a
plantable cardioverter -defibrillator after acute myocardial N Engl J new clinical syndrome? Cardiology 2000; 94: 99-102.
Med 2004; 351: 2481-8. 63. Brugada R, Hong K, Cordeiro JM, Dumaine R. Short QT síndrome.
49. David A. Cesario, et al. Implantable Cardioverter-Denbrillator Thera- Canad Med Asoc J 2005; 173: 1349-54.
py in Clinical Practice J Am CoIl Cardiol 2006; 47: 1507-17. 64. Pinski SL. The right ventricular tachycardias. J Electrocardiol 2900;
50. AVID. The antiarrhythmics versus Implantable DefibriIlators (AVID) 33 Suppl: 103-14. .
Investigators. A comparison of antiarrhythmic-drug therapy with im- 65. Giada F, Raviele A. Diagnostic management of patients with palpita-
plantable defibriIlators in patients resuscitated from near-fatal ventri- tions of unknown origino Ital Heart J 2004; 5 (8): 581-586.
cular arrhythmias. N Engl J Med 1997; 337: 1576-83. 66. Gangasani SR, Frumin H, Safian RD, O'Neil WW, Franklin BA. Re-
51. John D. Fisher, MD, Editorial, Comment Who needs a defibrillator? current Ventricular Fibrillation in a Marathon Runner during Exercise
JACC 2005; 46: 1727-8. Testing. Chest 2000; 118: 249-252.
52. Srivathsan K, Lester SJ, Appleton CP, Scout LP, Munger TM, Ventri- 67. Lane RE, Cowie MR, Chow AW. Prediction and prevention of sudden
cular Tachycardia in the Absence of Structural Heart Disease. lndian cardiac death in heart failure.Heart 2005; 91(5): 674-80.
Pacing Electr J 2005; 5(2): 106-121. 68. Van Mieghem C, Sabbe M, Knockaert D. The clinical value of the
53. Antzelevitch C, Brugada P, Borggrefe M, Brugada J, Brugada R, et al. ECG in noncardiac conditions. Chest 2004; 125(4): 1561-76.
Brugada Syndrome Report of the Second Consensus Conference En- 69. Veenhuyzen GD, Wyse DG. Life threatening ventricular arrhythmias
dorsed by the Heart Rhythm Society and the European HeartRhythm with transient or correctable causes. Minerva Cardioangiol 2003;
Association. Circulation 2005; 111: 659-670. 51(3): 275-86.
54. Antzelevitch C, Brugada P, Brugada J, Brugada R, Shimizu W, Gussak 70. Schaefer TJ, Wolford RW. Disorders of potassium. Emerg Med Clin
1, Perez Riera AR. Brugada syndrome: a decade of progress. Circ Res North Am 2005; 23(3): 723-47.
2002; 91: 1114-1118. 71. Antonelli D, Atar S, Freedberg NA, Rosenfeld T. Torsade de pointes
55. Priori SG, Napolitano C, Tiso N, et al. Mutations in the cardiac ryano- in patients on chronic amiodarone treatment: contributing factors and
dine receptor gene (hRyR2) underlie catecholaminergic polymorphic drug interactions. lsr Med Assoc J 2005; 7(3): 163-5.
ventricular tachycardia. Circulation 2000; 102: r49-r53. 72. Diercks DB, Shumaik GM, Harrigan RA, Brady WJ, Chan Te. Elec-
56. N Sumitomo, K Harada, M Nagashima, T Yasuda, Y Nakamura, Y trocardiographic manifestations: electrolyte abnormalities. J Emerg
Aragaki, A Saito, K Kurosaki, K Jouo, M Koujiro, S Konishi, et al. Med 2004; 27(2): 153-60.
Catecholaminergic polymorphic ventricular tachycardia: electrocar- 73. Kuvin JT. Electrocardiographic changes of hyperkaleriüa. N Engl J
diographic characteristics and optimal therapeutic strategies to pre- Med 1998; 338(10): 662.
vent sudden death. Heart 2003; 89: 66-70. 74. Agus ZS. Hypomagnesemia. J Am Soc Nephrol 1999; 10(7): 1616-
57. Nasir K, Bomma C, Tandr~ H, Roguin A, Dalal D, Prakasa K, Tichnell 22.
C, James C, Jspevak P, Marcus F, Calkins H. Electrocardiographic 75. Magnesium in Coronaries (MAGIC) Trial lnvestigators. Early admi-
Features of Arrhythmogenic RightVentricular DysplasialCardiomyo- nistration of intravenous magnesium to high-risk patients with acu-
pathy Accordingto Disease Severity A Need to Broaden Diagnostic te myocardial infarction in the Magnesium in Coronaries (MAGIC)
Criteria. Circulation 2004; 110: 1527-1534. Trial: a randomised controlled trial. Lancet 2002; 360(9341): 1189-
58. Corrado D, Fontaine G, Marcus F, McKenna WJ, Nava A, Thiene G, 96.
Wichter T, for the Study Group on Arrhythmogenic Right Ventricular 76. Roden DM. Drug-induced prolongation of the QT interval. N Engl J
DysplasialCardiomyopathy of the Working Groups on Myocardial Med 2004; 350(10): 1013-22.
and Pericardial Disease and Arrhythmias of the European Society of 77. Yap YG, Camm AJ. Drug induced QT prolongation and Torsades de
Cardiology and of the Scientific Council on Cardiomyopathies of the Pointes. Heart 2003; 89: 1363-1372.
World Heart Federation. Arrhythmogenic Right Ventricular Dyspla- 78. Trohman RG, Kim MH, Pinski SL. Cardiac pacing: the state ofthe art.
sialCardiomyopathy Need for an lnternational Registry. Circulation Lancet 2004; 364(9446): 1701-19.
2000; 101: e101-e106. 79. Stevenson WG, Chaitman BR, Ellenbogen KA, Epstein AE, Gross
59. Arthur J. Moss, MD. Long QT Syndrome. JAMA 2003; 289: 2041- WL, Hayes DL, Strickberger SA, Sweeney MO. Subcommittee on
2044. Electrocardiography and Arrhythmias of the American Heart Associa-
60. Leroy SS, Russell M. Long QT syndrome and other repolarization- tion Council on Clinical Cardiology; Heart Rhythm Society. Clinical
related dysrhythmias. AACN Clin Issues 2004; 15(3): 419-31. assessment and management of patients with implanted cardioverter-
61. Priori SG, Napolitano C, Schwartz PJ, Grillo M, Bloise R, Ronchetti defibrillators presenting to nonelectrophysiologists. Circulation 2004;
E, Moncalvo C, Tulipani C, Veia A, Bottelli G, Nastoli J. Association 110(25): 3866-9.
of long QT syndrome loci and cardiac events among patients treated
with beta-blockers. JAMA 2004; 292(11): 1341-4.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 277


Pastor Olaya, MD; Jairo Sánchez B, MD; Julián Andrés Ochoa F, MD

Introducción L.a realizac~ón de un ETE es un procedimiento seguro pu-


dIendo realIzarse en un 98% de la población general, con
La gran mayoría de pacientes hospitalizados en la unidad de
una incidencia de complicaciones muy baja, usualmente
cuidado intensivo se encuentra en estado crítico con inesta-
menor del 0,5%, las cuales son generalmente menores. Se
bilidad respiratoria y/o hemodinámica que hacen urgente una
ha~ reportado, por ejemplo, aumento del trabajo respira-
valoración de la función cardiovascular que aporte a la toma
tono con desaturación, vómito de contenido gástrico, hi-
de decisiones terapéuticas inmediatas. Sin lugar a dudas, el
pote~sión inducida por la sedación, aumento de la presión
ecocardiograma es el examen que más aporta en estas cir-
artenal y taquicardia, sin reportes hasta el momento de
cunstancias; sin embargo, estos pacientes usualmente están
muerte asociada al procedimiento en pacientes críticamente
conectados a un ventilador e invadidos con sondas catéteres
vendajes y electrodos que hacen difícil su evalu'ación me~
enfermos.
Las indicaciones para realizar un ecocardiograma (Eco
diante un ecocardiograma transtorácico.
2D) urgente en pacientes críticamente enfermos o traumati-
En una serie de la Clínica Mayo, en 44 pacientes en estado
zados. Se pueden agrupar en tres grandes grupos: inestabi-
de choque, el eco transtqrácico (ETT) fue diagnóstico en el
lidad hemodinámica, hipoxia y misceláneas.
48% e inadecuado para interpretación en el 52% restante, ra-
zón por la cual la mayoría de las veces ellos requieren para la
l. Pacientes con inestabilidad hemodinámica (ie: hipo-
evaluación de su estado cardiovascular, de un ecocardiograma
tensión, shock con o sin edema pulmonar).
transesofágico (ETE). Adicionalmente, incluso en pacientes
a. Pacientes con causa no clara de la inestabilidad. En
con imágenes óptimas en el eco transtorácico, en algunas pa-
este grupo se pueden encontrar pacientes con la más
tologías la sensibilidad y la especificidad del ETE son superio-
variada patología, como tromboembolismo pulmo-
res a las del ETT (p. ej: disección aórtica, endocarditis, masas
nar (TEP) con hipertensión pulmonar aguda y falla
intracardíacas, fuente cardioembólica, etc.) por lo que en estas
cardíaca derecha, hipovolemia y enfermedad coro-
patologías siempre debe preferirse el ETE.
naria, masas y/o líquido en pericardio, valvulopatías
El E~E. ofr~ce definitivamente una alternativa para supe-
silentes, endocarditis, etc. '
rar las lImitacIOnes del ETT y para su realización se requie-
b. Inestabilidad con alta sospecha de causa cardiopul-
ren algunas condiciones, que deben mencionarse:
monar. Los hallazgos del eco 2D en este grupo de
1. Un estado de sedación y en muchos casos un estado de
pacientes podrían mostrar múltiples patologías car-
relajación adecuados, que permitan la introducción de la
diovasculares, desde infartos con o sin disfunción
sonda o ecoscopio con seguridad y sin dificultades para
sistólica del ventrículo izquie;do (VI), con o sin
su colocación en el esófago.
complicaciones metánicas (p ej: ruptura de múscu-
2. Una monitoría permanente de la tensión arterial, frecuen-
lo papilar con insuficiencia mitral de grado variable,
cia cardíaca, frecuencia respiratoria y saturación perifé-
ruptura del septum IV, ruptura de pared libre del VI,
rica de oxígeno. Con frecuencia es necesario estabilizar
etc.), infarto del miocardio del ventrículo derecho
la función respiratoria con intubación endotraqueal an-
(VD) con dilatación y disfunción sistólica, con o
tes de realizar el ETE para prevenir mayor hipoxemia o
sin insuficiencia tricuspídea y con o sin cortocircui-
desaturación.
to de derecha a izquierda a través de foramen oval
3. En los pacientes en ventilación mecánica invasiva debe-
permeable (FOP) y finalmente valvulopatías agudas,
rá asegurarse muy bien la posición del tubo endotraqueal
incluyendo ruptura de cuerda tendinosa mitral y en-
antes de introducir el ecoscopio y vigilar constantemen-
docarditis infecciosa, o valvulopatías crónicas aban-
te su posición durante el procedimiento.
donadas.
4. Como frecuentemente, por las condiciones del paciente,
c. En los pacientes politraumatizados con trauma cerra-
el examen debe realizarse en posición supina y no en de-
do del tórax con inestabilidad hemodinámica, el eco
cúbito lateral izquierdo. Se debe realizar una anteftexión
2D ayuda a descartar contusión cardíaca, usualmente
suave de la cabeza del paciente, con algo de rotación
manifestada como dilatación y disfunción del VD y
lateral, para facilitar la introducción de la sonda.
menos frecuentemente como defectos segmentarios
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

de contractilidad del VI. También permite diagnos- lución. Como antecedentes personales tenía historia de HTA
ticar otras patologías cardiovasculares que podrían crónica severa. En el ECG de urgencias se observó hipertrofia
requerir manejo quirúrgico inmediato: disrupción de ventricular izquierda. Se realizó un ecocardiograma transeso-
válvula tricúspide, taponamiento cardíaco, o ruptura fágico el cual mostró un colgajo de disección que se iniciaba
de la aorta descendente. inmediatamente por encima de la válvula aórtica (disección
d. En paciente con herida penetrante del tórax, con o aórtica tipo A).
sin inestabilidad hemodinámica, el Eco 2D ayuda a
descartar lesión de grandes vasos (aorta ascendente,
arco y descendente, arteria pulmonar, y cavas dis-
tales), derrame pericárdico con o sin taponamiento,
perforación de una o varias cámaras cardíacas o del
septum IV, lesión valvular o de arterias coronarias
epicárdicas.
e. En pacientes en recuperación de cirugía cardíaca con
inestabilidad, el Eco 2D ayuda a confirmar o descartar
taponamiento pericárdico por sangre o por trombos
(más frecuentemente loculados sobre las cavidades
derechas), disfunción sistólica global o segmentaria
del VI (Infarto del miocardio perioperatorio), disfun-
ción d~l VD, hipovolemia, obstrucción dinámica del
tracto de salida del VI acompañada de grados varia-
bles de insuficiencia mitral (esta patología es más
frecuente en pacientes hipovolémicos, con función Caso 2. Paciente masculino, 58 años, quien en el postopera-
sistólica del VI normal o a,umentada y que reciben va- torio temprano de revascularización miocárdica presentó sig-
sopresores y/o inotrópicos intravenosos), disfunción nos de inestabilidad hemodinámica con hipotensión severa
aguda de prótesis valvulares, reparos (plastias) valvu- y requerimiento de dosis altas de vasoactivos. Se realizó un
lares con insuficiencia u obstrucción y más raramente ecocardiograma transtorácico que mostró derrame pericárdi-
valvulopatías no diagnosticadas previamente. co grande más imágenes ecodensas compatibles con trombos
que colapsan la aurícula izquierda.
2. Pacientes con hipoxia. En pacientes con hipoxia inex-
plicada o dificultad para destetar de ventilación mecá-
nica, el Eco 2D puede aportar datos importantes con
respecto a la función del VD, presión de la arteria pul-
monar, cortocircuitos intracardíacos, particularmente a
través de FOP o de fístulas arteriovenosas pulmonares, e
incluso, la presencia de émbolos pulmonares.
3. Miscelánea. No es infrecuente que en la sala de urgencias
o de cuidado crítico, se requiera un Eco 2D para evaluar
pacientes con dolor precordial en quien se sospecha di-
sección aórtica o isquemia aguda sin cambios electrocar-
dio gráficos definidos. En este grupo de pacientes el Eco
2D tiene más confiabilidad que la mayoría de otros mé-
todos diagnósticos. También se debe incluir a pacientes
hospitalizados en unidades de cuidado crítico que desa-
rrollan síndrome febril de causa no clara y en quienes la
endocarditis infecciosa podría explicar el cuadro. Caso 3. Paciente masculino, 37 años, quien ingresa a la VCI
por déficit neurológico de aparición súbita, sin anteceden-
A continuación se ilustrarán algunos ejemplos de pacientes tes previos de enfermedad cardiovascular. La TAC cerebral
críticamente enfermos: mostró una zona de isquemia dependiente la arteria cerebral
media izquierda. Se realizó ecocardiograma transesofágico
Caso 1. Mujer de 65 años que ingresa a la VCI con dolor para descartar cardioembolismo, el cual mostró foramen oval
torácico opresivo irradiado a la espalda de dos horas de evo- permeable grande con cortocircuito de derecha a izquierda.
20 I ECOCARDIOGRAFíA EN PACIENTES CRíTICOS

Caso 6. Paciente de sexo masculino, 55 años, quien consulta .


al servicio de urgencias por cuadro de una hora de evolu-
ción de dolor precordial opresivo más diaforesis, náuseas y
vómito. Se tomó ECG que mostró elevación del segme1).to
ST en la pared anterolateral; posteriormente presentó colapso
hemodinámico, con edema agudo de pulmón. Se auscultó un
soplo sistólico en foco mitral, no existente a su ingreso. Se
tomó ecocardiograma transesofágico que mostró prolapso de
la valva anterior de la válvula mitral por ruptura de cuerdas
tendinosas, con insuficiencia mitral severa.

Caso 4. Paciente masculino, 55 años, quien ingresa a la VCI


por un infarto agudo del miocardio anteroseptal y apical, y
quien a los 5 días de su evolución presenta hallazgos compa-
tibles con embolismo a miembros inferiores. El ecocardio-
grama transtorácico mostró una zona de acinesia apical y una
imagen ecodensa compatible con un trombo sésil en el ápex
del ventrículo izquierdo.

Caso 6 (b). Detalle del estudio doppler color de la insufi-


ciencia mitral severa por prolapso de la valva anterior de la
válvula mitral.

Caso 5. Paciente de sexo femenino, 42 años, con cuadro de


dificultad respiratoria súbita asociada a inestabilidad hemo-
dinámica (hipotensión con requerimiento de medicamentos
vasoactivos); antecedente de lupus eritematoso sistémico.
Se tomó ecocardiograma transesofágico que mostró imagen
compatible con trombo en la arteria pulmonar derecha.

Caso 7. Paciente de sexo masculino, 18 años, con anteceden-


te de cambio de válvula mitral y aórtica por prótesis mecáni-
ca, hace 5 años. Con cuadro de 5 días de evolución de disnea
de moderados esfuerzos, fiebre alta no cuantificada. Consultó
a un centro periférico donde se interpretó como un proceso
neumónico iniciándose antibióticos orales sin obtener mejo-
ría, por el contrario, el paciente presenta severo deterioro de
su estado general con franca insuficiencia respiratoria aguda,

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 281


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

acidosis metabólica y disfunción multiorgánica.· En el eco- 3. Bossone E, DiGiovine B, Watts S, et al. Range and prevalence of car-
diac abnormalities in patients hospita1ized in a medical ICU. Chest
cardiograma transesofágico se observan imágenes ecodensas
2002; 122(4): 1370-1376.
grandes compatibles con vegetaciones adheridas al anillo 4. Chenzbraun A, Pinto Fl, Schnittger 1. Transesophageal echocardio-
valvular mitral, las cuales tienen movilidad dentro de la aurí- graphy in the intensive care unit: impact on diagnosis and decision
cula izquierda. Había evidencia de disfunción de la prótesis, making. Clin Cardiol 1994; 17: 438-444.
5. Dabaghi SF, Rokey R, Rivera 1M, et al. Comparison of echocardio-
con parafuga que producía una insuficiencia mitral severa.
graphy assessment of cardiac hemodynamics in the intensive care unit
with right-sided cardiac catheterization. Am 1 Cardiol 1995; 76: 392-
395.
6. Heidenreich PA, Stainback RF, Redberg RF, et al. Transesophageal
echocardiography predicts mortality in critically ill patients with
unexplained hypotension. 1 Am Coll Cardiol1995; 26: 152-158.
7. Kaul S, Stratienko AA, Pollock SG, et al. Value of two - dimensional
echocardiography for determining the basis of hemodynamic compro-
mise in critically ill patients: a prospective study. 1 Am Soc Echocar-
diogr 1994; 7: 598-606.
8. Poelaert 1, Schmidt C, Colardyn F. Transesophageal echocardiogra-
phy in the critically ill. Anesthesia 1998; 53: 55-68.
9. Reichert CL, Visser CA, Koolen 11, et al. Transesophageal echocar-
diography in hipotensive patients after cardiac operations. Compari-
son with hemodynamic parameters. 1 Thorac Cardiovasc Surg 1992;
104: 321-326.
10. Schmidlin D, Schuepbach R, Bernard E, et al. Indications and impact
of postoperative transesophageal echocardiography in cardiac surgical
patients. Crit Care Med 2001; 29: 2143-2148.
11. Shanewise lS, Cheung AT , Aronson S, et al. ASE / SCA guidelines
for performing a comprehensive intraoperative multiplane transe-
Referencias sophageal echocardiography examination: recommendations of the
1. Feigenbaum's Echocardiography. Evaluation of patients in an inten- American Society of Echocardiography Council for intraoperative
sive care Unit. Sixth edition. Lippincott Williams & Wilkins 2005; Echocardiography and the Society of Cardiovascular anesthesiolo-
637-642. gists Task force for Certification in perioperative Transesophageal
2. Freeman WK, Seward JB, Khandheria BK, Tajik Al. Transesophageal Echocardiography. Anesth Analg 1999; 89: 870-884.
echocardiography. Transesophageal echocardiography in critically ill
patients. Little Brown and company 1994; 549-575.
TAPONAMIENT

Claudia Marcela Poveda H, MD

Introducción
El taponamiento cardíaco es una emergencia cardiovascular
que requiere diagnóstico e intervención rápida. La compren-
sión de los cambios hemodinámicos y clínicos de esta pato-
logía son vitales en medicina critica. TAPO NAMIENTO
z CRITICO
Esta revisión incluye los aspectos fisiopatológicos, situa- O
ro
w
ciones clínicas especiales y presentaciones hemodinámicas
o::
atípicas. eL

Definición
EFUSION RAPIDA EFUSION LENTA
El taponamiento cardíaco es la compresión cardíaca secunda-
da a la acumulación de fluidos, sangre, coágulos o gas que se
puede instaurar lenta o rápida, secundada a la efusión pedcár- VOLUMEN EN EL TIEMPO
dica (trasudado o exudado), trauma o mptura del corazón.

Figura 1. Taponamiento pericárdico: Curva presión-volumen del pericardio,


Fisiopatoiogía en el cual se muestra el aumento de volumen según el tiempo en que se
El taponamiento cardíaco es un estado de descompensación presenta la efusión.
circulatoria secundaria a la compresión cardíaca por el incre-
mento de la presión intrapericárdica. Esta anormalidad puede Etiología
instaurarse de forma rápida o lenta produciendo a nivel he- El taponamiento puede ser agudo o crónico secundario a la
modinámico: acumulación de sangre, coágulos, fluidos, pus o gas en el
l. Disminución de volumen intraventricular pericardio. La causa más frecuente de taponamiento agudo
2. Aumento de la presión diastólica ventricular es usualmente el trauma penetrante. También puede ocurrir
3. Disminución de la relajación ventricular. secundario a mptura del miocardio posterior a infarto agu-
do o síndrome aórtico agudo. Las causas iatrogénicas mas
Esto desencadena a nivel clínico: frecuentes son secundarias a procedimi~ntos como catete-
1. Disminución del gasto cardíaco rismo cardíaco, implante de marcapasos, laceración durante
2. Disminución del volumen circulatorio pericardiocentesis o en resuCitación cardiocerebropulmonar
3. Disminución en la presión sanguínea. (tabla 1).

El volumen de reserva del pericardio es de 25 a 20 mL, cuan- Tabla 1. Causas de taponamiento cardíaco.
do este es mayor se presenta compromiso hemodinámico que
varia en su presentación y gravedad de acuerdo a la rapidez Aguda Crónico
con el cual este se instaure (figura 1). Traumática: trauma abierto, trauma cerrado de Idiopático
Los principales determinantes que determinan la descom- tórax.
pensación hemodinámica son el grado de rapidez con que Disección aórtica Pericarditis de cualquier
se acumule el líquido en el tejido y la habilidad del pedcar- etiología
dio para desarrollar mecanismos compensatorios: (respuesta Posquirúrgico: cambio valvular, revasculariza- Neoplasia
ción miocárdica.
betaadrenérgica, actividad neurohormonal, expansión de vo-
Ruptura ventricular post infarto Enfermedad renal
lumen sanguíneo). En los casos agudos el pericardio no se
Iatrogénico: Implante de marcapaso, peri~ar- Enfermedad autoinmune
expande tan rápido como se acumula el fluido a diferencia de diocentesis, RCP
los casos crónicos en los cuales el pericardio se va adaptando
a los cambios de volumen. RCP: Resucitación cardiopulmonar
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Hallazgos clínicos Variantes de taponamiento cardíaco


El taponamiento cardíaco clínico es una forma de choque Taponamiento cardíaco de baja presión
cardiogénico y se debe hacer diagnóstico diferencial con la Ocurre cuando la presión diastólica del lado derecho es de 6
causas de éste. a 12 mmHg y esta limitada a los pacientes con hipovolemia y
La mayoría de los síntomas son inespecíficos: disconfort enfermedad sistémica severa, hemorragia o cáncer. La reanima-
torácico, dolor pleurítico, taquipnea y disnea que progresa ción con volumen puede traducirse en taponamiento dinámico.
del ejercicio al reposo; los cuales son síntomas claves, aun-
que muchas veces no es posible determinar estos síntomas Taponamiento cardíaco hipertensivo
porque el paciente ingresa inconsciente. Si la presentación es
crónica, se presentan otros síntomas como anorexia, disfagia Ocurre con presiones arteriales sistólicas muy altas (>200
o tos. El taponamiento cardíaco también puede ser el síntoma mmHg) y es secundario a un exceso de la actividad betaadre-
inicial de una enfermedad renal o autoinmune. nérgica.
El taponamiento clínicamente significativo usualmente
produce una hipotensión relativa o absoluta .En la instaura- Taponamiento cardíaco regional
ción rápida hay signos de hipo perfusión tisular compatible Se presenta cuando una zona especifica del corazón se en-
con choque. La distensión yugular es la regla asociada a dis- cuentra con compresión, el cual esta acompañado de adhe-
tensión periférica venosa excepto si hay hipovolemia. siones pericárdicas, especialmente después de cirugía cardia-
ca El compromiso hemodinámico varia según la ubicación
Triada de Beck de la compresión.
Taponamiento agudo:
l. Disminución de la presión arterial
Condiciones especiales
2. Aumento de la presión venosa central Taponamiento cardíaco postoperatorio
3. Disminución de los ruidos c~díacos. Las efusiones pericárdicas que desencadenen taponamiento
cardíaco son afortunadamente infrecuentes después de una
Taponamiento crónico: cirugía a corazón abierto, sin embargo están asociadas a una
1. Aumento de la presión venosa central alta morbimortalidad. Según los datos de un estadio retros-
2. Ascitis pectivo de pacientes llevados a cirugía cardiovascular, de
3. Disminución de los ruidos cardíacos. 4561 pacientes un 1% (48) del grupo total presentó tapona-
miento y de estos, en 36 pacientes (74%) se encontró eviden-
Pulso paradójico cia ecocardiográfica de taponamiento cardíaco. La mayoría
Pulso irregular que desaparece con la inspiración o disminu- se presentó en cirugía de bypass coronario más cambio de
ción en más de 10 mmHg en la presión arterial sistólica con válvula mitral (73%) y solo cirugía cardiovascular en el21 %.
la inspiración. Aunque este depende del estado de volemia Las mujeres tuvieron mayor riesgo de taponamiento cardíaco
del paciente, grado de hipertensión pulmonar y estado de con respecto a los hombres y este se relacionó en mayor me-
contractilidad cardiaca (tabla 2). dida con la administración de anticoagulación temprana y en
menor medida antiagregación plaquetaria.
Signo de Kussmaul
Disminución de la presión venosa central en la inspiración. Taponamiento secundario a trauma
Este también depende del estado hemodinámico del paciente, Los pacientes con ruptura de caVIdad cardíaca, arteria coro-
principalmente si hay signos de falla derecha. naria o porción intraperic~dica de una vena mayor o arte-

Tabla 2. Condiciones de ausencia de pulso paradójico.

Condición Consecuencia
Hipotensión extrema y taponamiento severo. No se perciben los cambios hemodinámicas con los cambios respiratorios.
Infarto agudo del miocardio con efusión que causa taponamiento.
Adhesiones pericárdicas especialmente sobre el ventrículo derecho No se aprecian los cambios de volumen
Adhesiones pericárdicas locales Compresión cardiaca local por fluidos
Presiones pulmonares y ventriculares diastólicas izquierdas más altas que en Disminución de los efectos de la respiración en el ventrículo derecho
el ventrículo derecho
Hipertrofia ventricular derecha sin hipertensión pulmonar Resistencia del lado derecho a los efectos de la respiración
Insuficiencia aórtica severa con o sin severo compromiso del ventrículo iz- Produce flujo suficiente regurgitante para producir fluctuaciones respirato-
quierdo rias
Defectos del septo auricular Aumenta el retomo venoso balanceado por el shunt
20 I TAPONAMIENTO CARDíACO

ria son en la mayoría de casos fatales por la asociación con los casos agudos se debe evaluar evidencia de trauma a nivel
taponamiento cardíaco. El pequeño grupo de pacientes que de la pared torácica, ensanchamiento mediastinal o pérdida
sobrevive presenta en la mayoría de los casos una cavidad del contorno de la silueta cardíaca (figura 3).
de baja presión. Dos síndromes se presentan en este tipo de
pacientes: el choque hemorrágico y/o el taponamiento car-
díaco. En cualquier paciente con trauma de tórax severo que
presente hipotensión persistente a pesar de la reanimación
con volumen, se debe sospechar causa cardíaca como desen-
cadenante de las alteraciones hemodinámicas y se debe reali-
zar un ecocardiograma urgente para confirmar esta sospecha
diagnóstica.

Paraclínicos
En el abordaje del paciente con sospecha de taponamiento
cardíaco se debe realizar un adecuado interrogatorio y así
establecer la causa más probable. No se debe olvidar que el
diagnóstico de esta entidad es eminentemente clínico y con
un cuadro de alta sospecha se debe instaurar el manejo ur-
gente. Se debe solicitar toda la batería de paraclínicos bási-
cos (cuadro hemático, pruebas de coagulación, función renal, Figura 3. Radiografía de tórax con evidencia de derrame pericárdico severo
hepática; biomarcadores cardíacos) y de manera simultanea en paciente con taponamiento cardíaco.
la toma de electrocardiograma, radiografía de tórax y ecocar-
diograma como pilares en el enfoque diagnóstico. Ecocardiograma
El diagnóstico de taponamiento cardíaco rara vez se confir-
Electrocardiograma ma sin la evidencia de efusión pericárdica. Únicamente en
En la mayoría de los casos no se encuentran cambios sig- situaciones de trauma abierto el drenaje pericárdico debe ser
nificativos durante el taponamiento. Un hallazgo específico realizado sin un examen previo. El ecocardiograma bidimen-
pero infrecuente es la alternancia eléctrica en la onda P y sional muestra colapso diastólico temprano de la pared libre
el complejo QRS. El menos específico pero que se presenta del ventrÍCulo derecho y la compresión diastólica tardía de
con mayor frecuencia es la alternancia eléctrica del complejo la aurÍCula derecha. Un hallazgo más especifico pero menos
QRS (figura 2). común es el movimiento pendular del corazón en el fluido
pericárdico. Los hallazgos de taponamiento también pueden
1 aVR ser demostrados en el ecocardiograma modo M (figura 4).

LJLJ' Manejo de taponamiento cardíaco


El tratamiento es el drenaje del contenido pericárdico, prefe-
11 aVL riblemente con el uso de la pericardiocentesis, la cual puede
ser guiada por ecocardiografía, TAC o fluorÓscopia. Si es una
urgencia vital con shock se puede realizar sin imágenes. El
liquido pericárdico es drenado en la mayoría de los casos de-
jando un catéter de pigtail en el pericardio para drenaje y en
111 aVF los casos de derrame pericardico crónico se debe enviar el
liquido a estudio bacteriológico, citoquímico y patológico.
Cuando es recurrente, especialmente en pacientes con tapo-
namiento maligno, se requiere balón de pericardiectomia.

Figura 2. Hallazgos electrocardiográficos: Alternancia eléctrica del QRS en Manejo médico


paciente con taponamiento cardíaco.
La terapia médica incluye soporte inotrópico con o sin vaso-
dilatadores y optimizar los mecanismos compensatorios para
Radiografía de tórax disminuir la resistencia vascular elevada.
En derrame pericárdico muy grande, el tradicional signo de La dobutamina tiene la habilidad de aumentar la activi-
la botella se encuentra presente, este hallazgo se presenta con dad inotrópica sin aumentar la resistencia vascular sistémica.
mayor frecuencia en derrames de instauración crónica. En Se debe tener especial atención con la ventilación mecánica

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 285


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Figura 4. Ecocardiograma bidimensional. Se observa el derrame pericárdico y el colapso de cavidades derechas con predominio de la aurícula derecha.

dado que la presión positiva en la vía aérea resulta en una Equipo


disminución del retorno venoso y aumento de la presión in- Es suficiente una aguja de punción lumbar NO.18 o 20 y una
tratorácica comprometiendo hemodinámicamente aun más al jeringa de 20 a 50 CC.
paciente.
Técnica
Técnica de pericardiocentesis
La ruta más aconsejada es la subxifoidea. Después de hacer
El procedimiento de pericardiocentesis consiste en la intro- asepsia con alcohol yodado y de anestesiar localmente con
ducción, a través de la pared torácica, de una aguja montada lidocaína (en los casos ~ll'gentes se omite la anestesia local),
en una jeringa con el fin de extraer de la cavidad pericárdica se introduce la aguja por el lado izquierdo del xifoides en
sangre, líquido de exudado o pus. ángulo de 45°, por vía subesternal y dirigida hacia el hom-
bro izquierdo. Se hace succión continua mientras se introdu-
Indicaciones ce, deteniéndose cuando se obtenga líquido o se sientan las
Se utiliza en heridas de corazón con taponamiento y paro car- pulsaciones cardíacas transmitidas a la aguja. En este último
díaco o inminencia de paro, en pericarditis purulenta y en pe- caso se ha localizado el miocardio por lo cual se debe retirar
ricarditis crónica (urémica, tuberculosa, etc.), procedimiento un poco la aguja para evitar lesionado (figura 5).
como diagnóstico y como modalidad de tratamiento. En los casos de taponamiento cardíaco por herida del co-
razón, la extracción de unos cuantos centímetros de sangre

Figura 5.
20 I TAPONAMIENTO CARDíACO

mejora el retorno venoso en forma importante, siendo ésta Complicaciones


una medida salvadora. La sangre obtenida no coagula porque Si la aguja no se orienta en dirección subestemal sino que
es defibrinada rápidamente por los movimientos del corazón; es dirigida más posteriormente, puede lesionarse la aurícula
si la sangre obtenida se coagula es porque fue extraída de una izquierda, cuya pared es delgada y sangra fácilmente.
cavidad del corazón. Otras complicaciones son la laceración de los vasos co-
Otra ruta que puede ser utilizada es a través del 4 o o 50 es- ronarios o los mamarios, la contaminación de la cavidad
pacio intercostal izquierdo, 2 cm por fuera del borde estemal pleural en casos de pericarditis purulenta, el neumotórax y,
de ese lado para evitar los vasos mamarios internos. Se pro- raramente, la laceración hepática cuando se escoge la ruta
cede como en una toracocentesis, succionando a medida que subxifoidea.
se penetra y parando en el momento de obtener líquido.
En condiciones electivas puede emplearse monitoría por Lecturas recomendadas
electrocardiograma para evitar lesionar el miocardio. Se co-
Collins D. Aetiology and management of acute cardiac tamponade. Crit
loca el electrodo de la derivación precordial a la aguja de
Care Resusc, March 1, 2004; 6( 1): 54-8.
punción, en forma aséptica, observando el trazado electro- Fiedler Michael, Nelson Lindsey A. Cardiac Tamponade. Int Anesthesiol
cardiográfico en la medida que avanza la aguja. Cuando se Clin 2005; 43(4): 33-43.
toca el miocardio se observan elevación del segmento ST, Fitzgerald M, J Spencer, F Johnson, S Marasco, C Atkin, T Kossmann. De-
finitive management of acute cardiac tamponade secondary to blunt
extrasístoles o deflexión negativa del QRS.
trauma. Emerg Med Australas 2005; 17(5-6): 494-9.
En los casos de pericarditis crónica y de pericarditis puru- Kllvin Jeffrey T, Nibal A Harati, Natesa G Pandian, Robert M Bojar, Kamal
lenta, el líquido obtenido debe enviarse para coloración con R Khabbaz. Postoperative cardiac tamponade in the modern surgical
Gram, cultivo, estudio citoquímico y estudio citológico. era. Ann thorac surg 2002; 74(4): 1148-1153.
Meltser H, VG Kalaria. Cardiac tamponade. Catheter Cardiovasc Interv
Cuando hay recunencia, como en los casos de pericarditis
2005; 64(2): 245-55.
crónicas, o cuando exista pus muy gruesa que no sale por la Sagrista-Sauleda J. Diagnóstico y guía terapéutica del paciente con tapona-
aguja o cuando el derrame esté loculado debe hacerse una miento cardíaco o constricción pericárdica. Rev Esp Cardiol 2003;
ventana pericárdica por vía, subxifoidea con el fin de tener un 56(2): 195-205.
Sagrista-Sauleda J, et al. Low-Pressure Cardiac Tamponade: Clinical and
drenaje abierto.
Hemodynamic Profile Circulation 2006; 114: 945-952.
Spodick David. Acute tamponade cardiaco N Engl J Med 2003; 349: 684-
690.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 287


VALORACiÓN INTEGRAL DEL ESTADO
HEMODINÁMICO EN EL PACIENTE CRíTICO

Carlos A. Ordóñez D, MD; Jorge E. Martínez B, MD; Ricardo Buitrago B, MD

En las unidades de cuidado intensivo la vida de los pacien- 1. Obtención del 02 por el organismo (ventilación y oxige-
tes y las probabilidades de salir en buenas condiciones de nación).
ella dependen en gran parte de una valoración adecuada de 2. Transporte del oxígeno en la sangre (contenidos sanguí-
cada uno de los sistemas vitales. Adecuada significa que sea neos de 02' saturación de Hb).
objetiva, precisa y oportuna. Por esta razón es a veces com- 3. Bombeo de la sangre (función cardiovascular).
plicado el poder determinar objetivamente, con precisión y 4. Captación del oxígeno a nivel tisular (índices de perfusión
con oportunidad el estado hemodinámico de los pacientes. y oxigenación tisular, estado ácido básico).
Por fuera de las unidades de cuidado intensivo una valora-
ción de la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la diuresis Al final del capítulo, a manera de apéndice, hay una excelen-
resuelve en un buen porcentaje de los casos el problema. Es- te revisión de cómo fabrican energía las células.
tas unidades se originan para tratar de resolver ese pequeño
porcentaje que no parece responder al monitoreo. En otros Ventilación y oxigenación
capítulos se han tratado los instrumentos que se usan para
El oxígeno se encuentra en el medio ambiente, en el aire, el
obtener los datos que ayudan en la interpretación clínica de
cual está compuesto por nitrógeno en un 79% y por oxígeno
los gases sanguíneos y de los parámetros hemodinámicos. Es
en un 21 % para efectos prácticos. Hay otros gases que hacen
importante previamente revisar en detalle cada uno de estos
parte de la composición del aire pero en cantidades práctica-
instrumentos (catéter de arteria pulmonar, pulsooxímetro, ga-
mente despreciables. El organismo no requiere el nitrógeno
ses arteriales, etc.) para reconocer sus virtudes y defectos, y
como nutriente, pero está adaptado a sus propiedades gasi-
saber hasta dónde se puede llegar con ellos y hasta dónde se
métricas y por lo tanto la falta de nitrógeno en el aire que se
puede confiar en ellos. Hay que recordar que detrás de los
respira puede traer algunos problemas físicos, mas no quími-
datos siempre hay un paciente con una historia clínica y un
cos, como por ejemplo atelectasias de absorción.
examen físico que deben avalar esos datos.
El oxígeno sí es vital para todos los procesos biológicos
En este capítulo se ofrece una manera ordenada de inter-
que se llevan a cabo en el organismo, a través principalmente
pretar estos datos basada en la fisiología y fisiopatología de
de su papel en la generación de energía. El organismo no es
los pacientes en estado crítico. Se inicia con la obtención del
capaz de producir 02' como sí lo hacen las plantas a través
oxígeno (02) por el organismo a través de la valoración del
de la fotosíntesis. De aquí que el organismo deba adquirir
sistema respiratorio en sus dos aspectos principales, ventila-
oxígeno. Para esto está adaptado con un sistema respiratorio
ción y oxigenación. Ya con el oxígeno en la sangre se valora
su transporte a través de los contenidos de ° y de la satu-
el cual se encarga, a través de sus propieda~es mecánicas, de
ración de hemoglobina (Hb). Esta sangre deb~ ser llevada a
llevar este oxígeno hasta el sitio de intercarrtbio gaseoso, los
alvéolos. Este primer proceso se llama ventilación. Por sus
todo el organismo y la bomba que la impulsa es el corazón,
propiedades físicas y 1?iológicas ocurre un paso del oxígeno
el cual se valora a través de los determinantes de su función:
del compartimiento alveolar al sanguíneo, produciendo un
precarga, poscarga, frecuencia cardíaca y contractilidad. En
intercambio entre el 02 y el dióxido de carbono (CO). Este
últimas, la sangre debe llegar a los tejidos donde debe liberar
último proceso se llama oxigenación de la sangre.
el 02 para permitir que los tejidos se nutran, y recoger el CO 2
Como primer objetivo para la valoración del paciente crí-
~e desecho para llevarlo a los pulmones, donde se elimina.
tico se debe entonces monitorear tanto la ventilación como la
Esta es la parte más crítica de evaluar, por las diferencias
oxigenación de la sangre. Las herramientas que se usan para
regionales que se imponen, pero en líneas generales se cuen-
este monitoreo son el examen físico, el espirómetro del ven-
ta con los índices de aporte y consumo de oxígeno, además
tilador, los gases arteriales y la oximetría de pulso.
del estado ácido básico para hacerse una idea aproximada,
aunque a veces un poco inoportuna del estado de perfusión y
Gases sanguíneos
oxigenación tisular.
En resumen, una valoración integrada y completa del es- La interpretación y el análisis de los gases arteriales y ve-
tado hemodinámico y de perfusión tisular debe cubrir los si- nosos representan una valiosa ayuda en el manejo de los
guientes aspectos: individuos críticamente enfermos en la unidad de cuidados
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

intensivos. Antes de realizar cualquier interpretación se debe La sangre se debe procesar inmediatamente, si esto no es
verificar la confiabilidad de la muestra, que se debe tomar posible, se debe refrigerar a 4°C, para inhibir la actividad
con precauciones y conocimientos. p. ej., la toma de la sangre metabólica de los leucocitos, que haría variar los contenidos
arterial difiere en velocidad de la toma para la muestra veno- de oxígeno y CO 2• No se deben procesar muestras de más de
sa (arteria pulmonar y aurícula) 20 minutos, por no ser confiables, ni conelacionables con el
De manera tradicional, la interpretación de los gases estado variable de un paciente (8).
sanguíneos se limitó al análisis del estado ácido básico en Hay que extraer inmediatamente todas las burbujas, para
muestras exclusivamente arteriales O); sin embargo, con el evitar la difusión de CO 2 desde la sangre a la burbuja, pobre
progreso en el monitoreo de pacientes, especialmente en los en este gas como el aire ambiente.
casos críticos se ha recurrido a los gases sanguíneos, arte- No son evaluables como sistémicas las muestras venosas
riales y venosos (2), como una henamienta de gran utilidad periféricas, que sólo conesponden a la actividad metabólica
para analizar diversas funciones corporales, que se pueden de una región corporal. No se debe olvidar que la máquina de
resumir en cinco diagnósticos gasimétricos: gases requiere una calibración exacta, que se debe realizar de
1. Estado de ventilación manera rutinaria, por lo menos una vez al día (9).
2. Estado de oxigenación
3. Estado de perfusión tisular Tabla 1. Valores normales de los gases sanguíneos según la altitud.
4. Estado ácido básico
5. Análisis metabólico. A nivel del A 1.000 m A 2.600 m Todos
mar de altura de altura
Además, el análisis de los gases sanguíneos permite saber Arteriales Arteriales Arteriales Venosos
cuál es el estado de funcionamiento de un órgano, p. ej., el pH 7,35-7,45 7,35-7,45 7,35-7,45 Menor
cerebro, por medio de los gases arterioyugulares. PC0 2 35-45 34-38 30-35 Mayor
Es importante conocer que los datos directos informados
PO l 80-100 75-95 60-70 35-45
por la máquina de gases, así c0Il1-0 los indirectos que se calcu-
HC03 24±2 22 ±2 20±2 Mayor
lan a partir de los directos, se basan en la medición de tres pa-
rámetros únicos, por medio de tres electrodos independientes Sat0 2 >95 > 95 > 90 65-75
para pH, PC0 2 y 02. Los demás parámetros en realidad se
extrapolan y se calculan a partir de ellos (3). Antes de realizar cualquier interpretación se debe evaluar la
confiabilidad de la muestra. Para esto se considera que uno
Recolección de la muestra de los parámetros más útiles es un PC0 2 venoso que siempre
debe ser mayor que el arterial OO), así como el bicarbonato.
Para que tenga validez cualquier análisis gasimétrico es fun- Usualmente el pH venoso será menor que el arterial.
damental procesar de manera adecuada una muestra óptima, Los gases arteriales varían de acuerdo a la altitud sobre
que se puede recoger en una jeringa de vidrio o plástico (4) el nivel del mar ya que la presión de los gases o barométrica
heparinizada antes, para evitar la obstrucción de los capilares disminuye a medida que se sube, obteniéndose una concen-
de la máquina. La cantidad de heparina no debe ser mayor tración de 02 menor, lo que es sensado por el organismo como
de la necesaria para lubricar la jeringa, en una relación 1: 10 "hipoxemia" obligando al centro medular de la respiración a
entre heparina y sangre, lo que conesponde para 1 mI de san- hiperventilar para aumentar la masa de 02 por tiempo que se
gre a 0,1 mI de heparina; éste es el volumen que queda en la inspira (no hay cambio en la Fi01, mas sí en la presión parcial
base de la aguja y las paredes de la jeringa. Si se deja una del 01). Esta situación lleva a uñ banido del CO~'y a una hi-
cantidad mayor de heparina la muestra se acidifica y pierde pocapnia que crónicamente es cOInpensada hasta un pH nor-
confiabilidad (5). No se requiere más de 1 mI de sangre para mal en un período no mayor a tres semanas. Obsérvese que
un análisis completo. los gases venosos no varíah en relación con la altitud, pues
La toma de la muestra arterial se debe hacer de preferencia fundamentalmente son el resultado de la actividad metabólica
en la arteria radial, pues ésta tiene circulación colateral que corporal. La hemoglobina que informa las máquinas de gases
se evaluará previamente por medio de la prueba de Allen (6). no es muy confiable cuando se evalúa por fotocolorimetría
Se debe tomar al mismo tiempo la muestra venosa mixta o indirecta. Por esto, para los cálculos se debe utilizar la hemo-
central por medio de un catéter en la arteria pulmonar o en su globina informada por el laboratorio en el cuadro hemático.
defecto en la aurícula derecha. Si se toma de la arteria pulmo- Vale la pena recordar algunas de las leyes que rigen los gases:
nar, la aspiración debe ser suave para no lesionar el capilar ni la ley de Dalton (11) dice que en una mezcla de gases, la
arterializar la muestra; en cambio, si se toma en la aurícula su presión total es igual a la suma de las presiones parciales de
extracción debe ser rápida para crear turbulencia y en lo posi- cada uno de los componentes por separado. Al ampliar este
ble facilitar la mezcla del drenaje venoso cerebral y corporal concepto se entiende que la presión parci~l de un gas sólo de-
(7). El catéter se debe purgar antes con otra jeringa, con 10
pende de la concentración de sus moléculas en determinado
mI de sangre que se repondrán una vez tomada la muestra. volumen; por tanto, las variaciones en la concentración de
22/ VALORACiÓN INTEGRAL DEL ESTADO HEMODlNÁMICO EN EL PACIENTE CRíTICO

moléculas de un gas no pueden modificar la presión parcial ventilación; esto hace que toda alteración en la ventilación se
de otro gas, así se encuentren en el mismo espacio. No se manifieste en la PaC0 2 •
puede decir que por el incremento en la presión de COz haya Se puede decir que hay hiperventilación cuando se encuen-
una disminución en la P0 2 porque son gases independientes, tra una PaCO,) por debajo de los límites normales (PaCO,) <
pero un mismo trastorno puede afectar el intercambio de am- 35 a nivel del mar o hipocapnia) e hipoventilación cuañdo
bos, como ocune con la ventilación. está por encima de los valores normales (PaC0 2 > 45 a nivel
La ley de Henry (11) dice que la cantidad de gas que se del mar o hipercapnia). Estos valores cambian de acuerdo
disuelve en un líquido es proporcional a la presión parcial del a la altitud, como se puede observar en la tabla 1. Un valor
gas a la que se expone el líquido o al gradiente de presiones a normal de PaC0 2 no excluye un trastorno de la ventilación,
los dos lados de la membrana que los separa. y éste se detecta por los cambios en la FR y el Vt por fuera
de lo normal que tenga el paciente. Por ejemplo, un paciente
Análisis de la ventilación puede tener un valor de PaCO] de 40 mmHg, pero una FR
Se entiende por ventilación, entonces, el intercambio de ga- de 30 y un Vt de 500, lo que le da una VM de 151, la cual es
ses entre el ambiente y el alvéolo (3) y consta de dos fases: alta, pero apenas suficiente para mantener su PaC0 2 dentro
una activa, inspiración, producto del trabajo de los músculos de rangos normales; este paciente está hiperventilando para
respirat0l10s; y una pasiva, dada por el retroceso elástico del mantener una PaC02 normal.
pulmón. Si se cuenta con un catéter de Swan Ganz se puede calcu-
La eficiencia de la ventilación minuto (VM) se determina lar el VC0 2 y tener una información más exacta sobre la VA,
por la distribución del volumen total (volumen cOlTiente en a partir del conocimiento del gasto cardíaco (Q) y el cociente
un ciclo, volumen minuto como la sumatoria de los ciclos respiratorio (RQ).
en un minuto) en dos espacios: el espacio muerto (VD) o
RQ = VCO)/vO),
área de conducción y el espacio de intercambio o ventilación
entonces VC0 2 ;; va: x RQ
alveolar (VA) (12). como VO) = D(a-v)O) x Q x 10
de donde VÁ = VC02 x-K I PaC0 2
VM=VA+VD entonces V A = V0 2 x RQ x K I PaC0 2 = D(a-v)02 x Q x 10 x
100% =75% + 25% RQxK/PaCO)
como el RQ es normalmente 0,8 y K es 0,863, se puede decir que
La ventilación minuto (VM) está en función de la frecuencia VA = D(a-v)02 x Q x 6,9 I PaC02 en l/min (14)
respiratoria (FR) (parámetro medido a través de un examen
físico, o a través de detectores pletismográficos indirectos de En resumen: se utilizan la FR, el Vt y la PaC0 2 para monito-
la FR), y del volumen cOlTiente (Vt) (parámetro medido a rear la ventilación.
través de espirómetros, entre ellos el propio del ventilador
mecánico). Análisis de la oxigenación
La oxigenación sanguínea puede ser afectada por 5 factores:
VM=VtxFR
VA+ VD=VtxFR
1. Trastornos en la fracción inspirada de oxígeno (fíO)
VA = (Vt x FR) - VD 2. Trastornos en la ventilación
3. Trastornos en la difusión
A su vez, VA es una función de la FR y del Vt e inversa- 4. Trastornos en la perfusión pulmonar "
mente proporcional al VD (13). La VA se determinará por la 5. Trastornos en la relación ventilación/pe)fusión.
producción metabólica de CO 2 (VC0 2) multiplicada por una
constante K (0,863) e inversamente proporcional a la presión En condiciones normales la Fi0 2 siempre será igual a 0,21,
arterial de CO 2 (PaCO). no varía tampoco con la altitud, y no será causa de hipoxe-
mia, pero sí se debe conocer y tener en cuenta para la inter-
VA = VC0 2 x 0,863 I PaC02 pretación de cualquier cifra de presión de oxígeno (PaO),
porque se la puede modificar desde el punto de vista terapéu-
En reposo usualmente se tiene una VC02 de 200 ml/min. Para tico por medio de diversos implementos hasta un máximo de
una PC0 2 de 40 mmHg conespondería una VA de 4,31/min. 1,0 (100%). Cuando se usa oxígeno hiperbárico se aumenta
Según la ley de Henry es fácil entender que en el inter- su presión, mas no su fracción inspirada más allá del 1,0.
cambio de CO 2 la ventilación es el principal determinante, Los trastornos de la ventilación se diagnostican a través
pues permite el gradiente al eliminar el gas rico en CO) e de la PaC0 2 , pero es importante saber que en el ciclo respi-
ingresar un gas pobre, prácticamente carente de CO'), coino ratorio, durante la inspiración, ocune el intercambio de dos
aire del ambiente (PC0 2 = 0,003 mmHg). Las alteradones en terceras partes del oxígeno y todo el de CO 2 (en esta fase
la difusión, en la relación ventilación/perfusión y en la per- existe un gradiente adecuado y como es más difusible que el
fusión se compensan por el intercambio en zonas con buena oxígeno, alcanza el equilibrio en un menor tiempo). La otra

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 291


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

tercera parte del oxígeno circulante se intercambia durante PA0 2 = (PB - PVH 20) x Fi0 2 - PaCOjRQ
el tiempo espiratorio. Por tanto, Jos trastornos inspiratorios
afectan la pa0 2 y la PaC0 2, mientras que los trastornos de Donde PB es la presión barométrica, 560 mmHg a 2.600 m
fase espiratoria afectarán exclusivamente la Pa0 2 (15). Este de altura, 680 mmHg a 1.000 m de altura y 760 mmHg a ni-
tipo de trastorno de la oxigenación siempre se acompaña de vel del mar. Se le resta la presión del vapor de agua (PVH 20),
hipercapnia. por encontrarse el gas alveolar completamente saturado al ser
Desde el punto de vista gasimétrico no es posible diferen- humedecido en la vía aérea superior, que es de 47 mmHg
ciar los trastornos de oxigenación debidos a alteraciones en (12). El espacio muerto se representa por el cociente de la
la difusión, en la perfusión pulmonar o en la relación venti- presión arterial de CO 2 y el cociente respiratorio (RQ) que
lación/perfusión. Entonces se habla de ellas como un solo usualmente es de 0,8. Entonces se puede decir que a 2.600
fenómeno conocido como el cortocircuito intrapulmonar m de altura:
(shunt en inglés).
Sin embargo, las alteraciones en la difusión por lo general PAO, = (560 - 47) x FiO, - PaCO/0,8
no varían de una manera aguda lo suficientemente signifi- PÁ0 2 = 513 X Fi02 - PaCO/0,8
cativa para ser la causa de una hipoxemia. Sólo la presencia
de presiones alveolares de oxígeno (PA0 2) inferiores a 50 A 1.000 m de altura:
mmHg y con velocidades de tránsito por el capilar pulmonar
PAO, = (680 - 47) x FiO, - PaCO/0,8
como 02 durante el ejercicio podrían producirla. Además, PÁ0 2 = 633 X Fi0 2 - PaCO/0,8
con incrementos en la Fi0 2 se elevaría la PA0 2 y se compen-
saría el trastorno. y a nivel del mar:
Los responsables clínicos más frecuentes del cortocircuito
intrapulmonar son los trastornos de la relación ventilación/ PAO, = (760 - 47) x FiO, - PaCO/0,8
perfusión o de perfusión pulmonar, p. ej., neumonías, atelec- PÁ0 2 = 713 X Fi02 - PaCO/0,8
tasias, edema pulmonar y síndrome de dificultad respiratoria
del adulto (SDRA) (16). ' Dentro de los objetivos terapéuticos está mantener un corto-
Existe un cortocircuito anatómico normal, que correspon- circuito intrapulmonar (Qs/Qt) por debajo de 15% en cual-
de a la circulación bronquial y mediastinal, otro fisiológico quier condición crítica, menor de 20% en sepsis y de 25%
que es la mezcla que viene de los alvéolos perfundidos pero para SDRA (17), así como mantener una saturación de he-
inadecuadamente ventilados; en conjunto representan un cor- moglobina mayor de 90%, con la mínima fracción inspirada
tocircuito de 5% del flujo total (13). de oxígeno.
Gasimétricamente la forma más sensible de evaluar el cor- Como el cálculo del Qs/Qt requiere de una muestra de
tocircuito pulmonar es el Qs/Qt (12). Así, el gasto total (Qt) sangre venosa mixta y son frecuentes las condiciones en que
se divide en una parte que hace cortocircuito (Qs) y otra que no se cuenta con un catéter central fuera de una unidad de
pasa por lo capilares (Qc). cuidados intensivos, se han buscado índices alternos basados
en sangre arterial, de los que se utiliza la relación PaO/Fi0 2
Qt=Qc+ Qs por tener uno de los mayores índices de correlación con el
Qs/Qt (R = 0,7) Y sólo requerir de una operación matemática
Si esto se expresa en función de la cantidad de oxígeno que para su cálculo. Su valor normal es mayor de 280, se utiliza
hay en cada uno de estos componentes, se debe multiplicar como cifra crítica 200, para la que existe mi' f~nómeno de
por los contenidos de oxígeno, que corresponden a la suma cortocircuito significativo (PaO/~i02 < 200). '.
del oxígeno unido a la hemoglobina y el disuelto en la san- Hay otros índices alternos comO diferencia alvéolo-arterial
gre (ver adelante transporte de oxígeno). Entonces se puede de oxígeno (D(A - a)02 = ~A02 - Pa0 2), índice arterio-alveo-
decir: lar (laJA = PaO/PA0 2), cortocircuito calculado, etc., pero sin
ventajas adicionales sobre los ya vistos (18). La (D(A-a)02
Qt x CaO, = Qc x Cco, + Qs X CvO, sólo tiene valor cuando la Fi0 2 es de 0,21 ya que la disper-
como Qc = Qt-- Qs -
sión de sus valores a Fi0 2 más alta la hace inaceptablemente
Qt x CaO, = (Qt-Qs) x Cco, + Qs X Cvo,
Qt x CaO, = Qt x CO, - Qs X Cco, + Qs x C;'O, imprecisa; para esta Fi0 2 su valor está entre 5 y 15 mmHg.
al despejar, Qs ~ Cco, - Qs ~ Cvo, = Qt-x Cco, - Qt ~ CaO, Aunque el la!A tiene una correlación buena requiere del cál-
y factorizar, Qs x (CcO, - CvO:)= Qt x (CcÓ, - CaO,) - culo de la PA0 2, lo que la hace más complicada que la PaO/
finalmente, Qs/Qt = (CcO, - éaO,)/(CcO, --CvO,) - Fi0 2 •
para expresarlo como porceñtaje se-multipÜca por-lOO'
Qs/Qt = (Cc02 - CaO) x 100/(Cc02 - Cv0 2) Transporte de oxígeno
La presión alveolar de oxígeno depende de la fracción inspi- Normalmente en la sangre el oxígeno sé encuentra disuelto:
rada de oxígeno y del espacio muerto. Se representa como: una parte que corresponde a 0,003 mI por cada mmHg de
22/ VALORACiÓN INTEGRAL DEL ESTADO HEMODINÁMICO EN EL PACIENTE CRíTICO

P0 2, Y la otra unida a la Hb. Cada gramo de Hb puede trans- Entonces, las helTamientas de monitoreo del transporte .
portar 1,39 mI de 02 si es sólo Hb Al, pero como en el adul- de oxígeno son la Hb obtenida de una muestra sanguínea, la
to hay una mezcla de varios tipos de Hb, un gramo de esta Sa0 2 obtenida de un oxímetro de pulso o de los gases arte-
mezcla sólo puede transportar hasta 1,34 mI de 02' Como en riales (la cual es matemáticamente calculada), la P0 2 de ~os
condiciones normales la hemoglobina no se encuentra com- gases arteriales y venosos, la saturación venosa de oxígeno
pletamente saturada, hay que cOlTegir para obtener la satura- (Sv0 2) obtenida de un catéter colocado en la arteria pulmo-
ción real (expresada como fracción) (12). nar, o en la aurícula en su defecto, con oxímetro, o de los
gases venosos (la cual es matemáticamente calculada), y la
Contenido sanguíneo de 0, =Unido a Hb + disuelto P50.
Contenido sanguíneo de 02 =(1,34 x Hb x SatHb) + (0,003 x P02) Los valores normales para los contenidos arteriales, veno-
sos y capilares de 02 son los siguientes:
Se utilizará la saturación y P0 2 respectiva para cada conteni-
do por calcular, sea arterial, venoso o capilar. Los contenidos Ca0 2= 1,34 x Hb x Sa0 2+ 0,003 x PaOz = 15 a 20 mIO/lOO
se expresan en mI de oxígeno por 100 mI de sangre o volú- mI de sangre
menes por ciento. En el caso del contenido capilar se utilizará Cv02 =1,34 x Hb x SvO z + 0,003 X PvO z =10,6 a 15,2 mI
como presión capilar de oxígeno la presión alveolar con la 0/100 mI de sangre
que prácticamente se iguala. La saturación será la cOlTespon- CcO z =1,34 x Hb + 0,003 x PAO z =20,5 mIO/lOO mI de
diente a esta presión, generalmente 0,99 a 1,0 (19). sangre
La saturación de la Hb también depende de otros factores
como la PaC02, la temperatura, la concentración de hidroge- La función cardiovascular
niones y el 2,3 difosfoglicerato (2,3DPG), los cuales, según Con el oxígeno ya en la sangre, el organismo debe encargar-
sus valores hacen que la Hb sea más afín, o menos afín por se de llevarlo a todos y cada uno de los tejidos y utiliza al
el oxígeno (figura 1). Si están altas la temperatura, la PaC0 2, sistema cardiovascular para este cometido. El sistema car-
la concentración de hidrogeniones (acidosis con pH bajo) y diovascular consta de una bomba (corazón) y unos conductos
el 2,3DPG la curva de disociación de la Hb se desvía a la (arterias, capilares y venas). La bomba cardíaca requiere de
derecha. Si están bajos a la izquierda. Desde el punto de vista cuatro determinantes para realizar su función: precarga, pos-
de monitoreo, los gases arteriales pueden mostrar la Pa0 2 a carga, frecuencia cardíaca y contractilidad. A continuación se
la cual la Hb está un 50% saturada (P50) que normalmente es describen los indicadores de cada uno de estos parámetros.
de 27 mmHg. Cuando la P50 es mayor significa que la curva
se ha desviado a la derecha, es decir la Hb es menos afín Indicadores de la precarga
por el oxígeno, cuando el P50 es menor de 27 lo contrario.
Precarga derecha. La presión venosa central (PVC) da una
Cuando la Hb aumenta su afinidad por el oxígeno le cuesta
idea bastante aproximada del volumen final diastólico en el
dificultad liberarlo en los tejidos y una aceptable Sa0 2 (como
ventrículo derecho, y por tanto de la precarga ventricular de-
por ejemplo 90%) puede ser insuficiente para esos tejidos.
recha. Está determinada por el volumen sanguíneo y la fun-
Cuando la Hb disminuye su afinidad por el 02 no se pueden
ción del corazón derecho. No se deben manejar los valores
tolerar Sa0 2 bajas < 90% pues no se asegura un adecuado
puntuales sino su seguimiento (20).
transporte de 02'
Las grandes infusiones de líquidos sólo producen cambios
pequeños de la PVC en el enfermo hipovolémico; se eleva
en el paciente politransfundido y con rapiqez en el que tiene
falla ventricular derecha. Se considera significativo cuando
el valor cambia en cuatro puntos o más. En los individuos en
estado crítico sus valores oscilan entre 6 y 12 cmH 20. Para
convertir los cm de H)O en mmHg se divide por 1,36.
Precarga izquierda. La presión en cuña pulmonar (PCP)
se mide mediante un catéter de Swan Ganz colocado en la
arteria pulmonar con el balón inflado. Registra un valor muy
cercano a la presión del capilar pulmonar que se denomina
presión en cuña pulmonar (PCP); refleja la presión de la au-
rícula izquierda (PAI) y a su vez estima indirectamente la
presión final diastólica del ventrículo izquierdo (PFDVI), y el
volumen final diastólico en el ventrículo izquierdo (VFDVI),
Figura 1. Curva de disociación de la hemoglobina. Se recalcan los aspectos de manera aproximada; por tanto mide la precarga del ventrí-
que desvían la curva hacia la derecha volviendo la Hb menos afín por el O" culo izquierdo (21).
y hacia la izquierda volviéndola más afín por el O,. También se muestra iá En la medición de la presión éapilar está implicado tanto
importancia de la P50 (ver texto). -
el VFDVI como su distensibilidad, por tanto:

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 293


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

PCP =VFDVI / distensibilidad =PFDVI == PAI lo derecho. Es igual a la diferencia de presiones del circuito
pulmonar, o sea la PPM menos la presión en cuña pulmonar
Los valores normales en el paciente crítico oscilan entre 6-12 (PCP), sobre el índice cardíaco (lC) por una constante de 80
mmHg (22). La PPD se correlaciona bien con la PCP y por (25). Valor normal 250 ± 50 dinas e seg/cmse m 2 •
lo general esta última es hasta 5 mmHg menor. Si existe un
dato diferente, como es una PCP mayor que PPD, se deberá a IRVP =(PPM - PCP) x SO/IC
un error en el registro. Una PCP menor que la PPD, con una
diferencia de 5 mmHg o más, sugiere hipertensión pulmonar Indicadores de la frecuencia cardíaca
(22). Frecuencia cardíaca (FC). Es el número de latidos por mi-
nuto. Se mide directamente por auscultación cardíaca, por
Indicadores de la poscarga palpación del pulso radial, o a través de monitores electrocar-
Poscarga izquierda. La presión arterial (PA) refleja el estado diográficos. En el monitoreo hemodinámico la FC se utiliza
circulatorio global, pero carece de especificidad diagnóstica para calcular el volumen sistólico (VS), a partir del volumen
constituida por la presión arterial sistólica (PAS), diastólica minuto (VM) o gasto cardíaco, así como otras variables deri-
(PAD), y la media (PAM). La PAM se expresa como un ter- vadas. Valor normal, aceptable en el paciente crítico, de 60-
cio de la diferencia entre PAS y la PAD, más la PAD. Valor 100 contracciones por minuto (26).
normal 90 ± 10 mmHg.
Indicadores de la contractilidad
PAM = PAD + (PAS - PAD)/3
Gasto cardíaco (GC). Para la determinación de la contracti-
lidad la situación es más difícil, pues aunque intrínsecamente
Representa la presión de perfusión de los órganos vitales y
hay una propiedad contráctil en las fibras miocárdicas ex-
se utiliza para el cálculo de las variables hemodinámicas de-
presada como la fuerza con que una fibra recobra su tamaño
rivadas.
normal después de que ha sido estirada, o la velocidad con
La presión sanguínea sistémica es el producto del volu-
que se acorta, con los instrumentos que normalmente se usan
men minuto cardíaco y de la resistencia periférica total.
en una unidad de cuidados intensivos no se pueden medir
estos parámetros. Tanto lo que se mide como GC, que es el
P A =gasto cardíaco x resistencia vascular sistémica
volumen sanguíneo expulsado por el corazón en un minuto,
como lo que se calcula como volumen sistólico, índices de
El índice de resistencia vascular sistémica (IRVS) repre-
trabajo y de contractilidad, están influenciados por los otros
senta la resistencia de todo el circuito sistémico que debe
determinantes de la función cardíaca, es decir, la precarga, la
vencer el ventrículo izquierdo para eyectar el volumen sistó-
poscarga y la FC. Entre mayor sea la precarga, siguiendo las
lico. La resistencia vascular sistémica es igual a la diferencia
leyes de Frank Starling, mayor será el Gc. Entre mayor sea
de presiones, o sea la PAM en el extremo proximal del apara-
la poscarga menor será el Gc. Entre mayor sea la FC, por
to cardiovascular menos la presión venosa central (PVC) en
encima de 125 lpm, menor será el tiempo de llenado, menor
el extremo distal sobre el flujo sanguíneo que corresponde al
la precarga y menor el volumen sistólico (VS); el GC puede
índice cardíaco (lC), por un factor de cOlTección de 80, para
caer si la FC no compensa la caída del VS.
expresar los valores en dinas e seg/cmse m 2 (23). Valor normal
Según la ley de Fick el GC se puede expresar, si se cono-
1.800 - 2.200 dinas e seg/cmse m 2 •
ce el contenido de oxígeno de la sangre arteúal (CaO?), y el
IRVS =PAM -PVC x SO/IC de la sangre venosa mixta (Cv0 2), así como é}'consu-mo de
oxígeno por los tejidos (V0 2) (27). Su valor normal es de 5
Poscarga derecha. La presión de la arteria pulmonar (PAP) se 8 litros/min (28).
mide con un catéter de Swan Ganz colocado en la arteria pul-
monar y refleja el estado de la vasculatura y del intersticio pul-
monar, e indica si existe enfermedad cardíaca o pulmonar (24).
La diferencia arteriovenosa de oxígeno D(a v)O" es igual
La presión pulmonar media (PPM) es, entonces:
a la diferencia de los contenidos arterial y venoso ;ruxto. El
PPM =PPD + (PPS - PPD)/3 gasto cardíaco se mide directamente mediante el método de
termodilución con un catéter de Swan Ganz y un computador
Valores normales: de GC; se inyecta un volumen previamente determinado de .
solución fría o a temperatura ambiente por la vía proximal
PPM = O20 mmHg, PPS = 15 30 mmHg, PPD = 5 15 mmHg del catéter que se encuentra en la aurícula derecha y se censa
por un termostato en la punta del catéter que se ubica en la
Índice de resistencia vascular pulmonar (IRVP): mide la arteria pulmonar. El termostato capta esta diferencia entre el
resistencia o impedancia producida por los vasos sanguíneos líquido inyectado en la aurícula y la temperatura sanguínea
precapilares pulmonares al volumen sistólico del ventrícu- pulmonar, y el computador lo traduce a l/min, se lee como el

294
22 I VALORACiÓN INTEGRAL DEL ESTADO HEMODINÁMICO EN EL PACIENTE CRíTICO

gasto cardíaco del corazón derecho, que es igual para fines precarga y así se obtiene el valor de la contracción cardíaca.
prácticos al del corazón izquierdo. Valor normal 6000-8000. Si la cuña es menor de 5 mmHg los
Índice cardíaco (le). Es el GC ajustado al área corporal valores no son confiables.
(AC). Se obtiene de dividir el GC sobre el AC. Según Vender
(29) el valor normal es de 3,5-4,5 litros/min/m2 • ISOGOI = IS x IRVS / PCP

AC =talla (cm) + peso (kg) 60/100 Contractilidad del ventrículo derecho (ISOGOD). Valor nor-
IC=GC/ AC mallOOO.

Índice sistólico (IS). Es el volumen de sangre expulsado en ISOGOD = IS x IRVP / PVC


cada latido. Resulta de dividir el IC por la FC (30). Valor
normal 35 50 ml/latido/m2• IRVP representa la poscarga derecha y PVC la precarga de-
recha.
IS = IC/FC Índice de rendimiento ventricular (IPV). Definido ma-
temáticamente como el ITVI, sobre la PCP y se relaciona con
Volumen sistólico (VS). Es igual al IS por la superficie cor- las diferentes curvas de función ventricular. Un valor entre 4
poral (30). y 8 defirie la curva normal (31, 33). Es un parámetro que se
relaciona con la fracción de eyección (FE) (34), pero no es
VS = IS x SC o VS = GC / FC exactamente lo mismo. Valor normal 4-8.
Valor normal 60 - 100 mI/latido
IPV = ITVI / PCP
Índice de trabajo del ventrículo izquierdo (ITVI). En fí- FE = (VFDVI - VFSVI) / VFDVI x 100 '
sica, el trabajo se define como fuerza por distancia. En tér-
minos de trabajo cardíaco del VI la "fuerza" que mueve se VDFVI = Volumen final diastólico del ventrÍCulo izquierdo.
representa por la diferencia de presiones a que éste está so- VFSVI = Volumen final sistólico del ventrículo izquierdo.
metido, siendo la final la PAM e inicial la PCP. La "distancia"
está determinada por la sangre que se va a movilizar, el índice Enlaces aporte consumo miocárdico de oxígeno
sistólico, y todo esto por una constante de 0,0136 para expre-
Los determinantes del consumo son:
sarse en g/m2/s (31). Valor normal 45 60 g/m2/s.
Doble producto (DP). Determinado por la PAS y la FC.
ITSVI = IS (PAM - PCP) x 0,0136
DP=PASxFC
Valor normal 1.000
El trabajo cardíaco es en esencia un proceso de trasformación
de energía, que inicialmente es química, y por ruptura del
Triple producto (TP). Determinado por el DP y la PCP.
adenosín trifosfato (ATP) en la contracción se convierte en
energía mecánica. Una vez generada la tensión en la pared, TP=DPxPCP
se transfiere a la masa sanguínea intracavitaria como energía Valor normal 100.000.
potencial y cuando se eyecta el volumen sanguíneo pasa a
ser energía cinética. Este cambio de energías implica pérdi- Los determinantes del aporte de oxígeno al miocardio son:
da energética del sistema, que se manifiesta como consumo Presión de perfusión de la coronaria izquierda (ppel).
de oxígeno (V0 2) por el miocardio y que se debe reponer Dada por la presión arteriar'diastólica (PAD), menos la PCP.
mediante el aporte de sustratos (carbohidratos, lípidos, pro-
teínas) para la nueva producción de ATP y así mantener el iPPCI = PAD - PCP
equilibrio energético. Valor normal 70 80 mmHg
Índice de trabajo del ventrículo derecho (ITVD). Está
dado por la presión pulmonar media (PPM), menos la PVC, Presión de perfusión de la coronaria derecha (ppeD)
por el IS, y por una constante (31). Valor normal 8 12 gm2/s.
PPCD = PAD - PVC
ITVD = IS (PPM - PVC) x 0,0136 Valor normal 70 80 mmHg

ISOGO. Índice de contractilidad cardíaca diseñado por Gó- La presión de perfusión coronaria permite establecer la per-
mez & Cruz en la Unidad de Cuidados Intensivos, Hospital fusión miocárdica y el aporte de oxígeno (35).
San Juan de Dios, Bogotá (32). En él se analizan las determi- . Índice de aporte/consumo (We). Con este índice se
nantes de la contractilidad del ventrÍCulo izquierdo (ISOGOI). puede medir el equilibrio entre el aporte de O? que se le hace
EIIS (como volumen eyectado), por el IRVS (poscarga) so- al miocardio por medio de la presión de perfúsión coronaria
bre la PCP (precarga). La fórmula implica la poscarga y la

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 295


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

(PPC), y SU consumo de 02' representado por la FC, la PAS y ID02 = Ca0 2x IC x 10


la PCP que son el triple producto (TP) por 1000 (31, 34). Valor normal;;::: 600 mI 0/m2/min

1 A/C =PPCI x 1000/ TP El consumo de oxígeno (V02 ) (39) por parte de los tejidos,
Valor normal 0,6 depende directamente de la actividad metabólica tisular y se
puede calcular por medio de la ecuación de Fick (12):
Cuando esta relación es menor de 0,6 habrá isquemia mio-
cárdica y disminución de la función ventricular. Por tanto, se V02 =D(a-v)02 x Q x 10 en ml/min
debe mantener una PPCI mayor de 60 y un triple producto
(TP), menor de 150.000 para que el I A/C sea normal. y ajustado al AC,

Perfusión y oxigenación tisular IV0 2 =D (a - V) 02 X IC x 10


Valor normal =140 150 mI O/m/min
Aunque en la literatura la perfusión tisular y la oxigenación
tisular han sido en ocasiones intercambiables son más bien Donde la diferencia arteriovenosa de oxígeno, D(a-v)02
procesos complementarios. La perfusión tisular trata de ase- es igual a la diferencia de los contenidos de oxígeno arterial
gurar que el oxígeno llegue a los tejidos, la oxigenación tisu- y venoso (40).
lar que los t~jidos lo utilicen.
La principal función de la unidad cardiopulmonar es en-
tregar nutrientes y oxígeno a los tejidos para mantener la
transformación de energía y, por tanto, la vida (36). Es decir, Su valor normal es de 3 a 5 vol%.
todos los aspectos fisiopatológicos están destinados a asegu- Si hay una D(a-v)02 mayor de 5, es posible deducir que el
rar la perfusión de los tejidos. aporte de oxígeno a la célula está disminuido y que se com-
El oxígeno no es un nutriente, sino el comburente que per- pensa esta condición, que se llama hipoperfusión tisular.
mite la combustión de los sustFatos, que son carbohidratos, Si la D(a-v)02 es menor de 3 vol% puede haber disfunción
lípidos y proteínas. Ante el déficit de oxígeno disminuye la celular, hipotiroidismo, falta de substratos o un cortocircuito
producción de energía, así como su consumo indica la uti- periférico que se asociaría con hipertensión.
lización de sustratos y la vitalidad celular. Sin embargo, el Un indicador pronóstico y de supervivencia es el índice
déficit de nutrientes puede implicar una disminución en la de consumo de oxígeno (41) (IVO?). Para un paciente crítico
actividad metabólica y concomitantemente en el consumo de debe estar por encima de 180 ml/mln/m2, aunque en un ancia-
oxígeno. no puede ser adecuado entre 150 y 180 ml/minlm2.
Como se puede observar en la figura 2 las células no re- La D(a-v)O? se puede expresar como porcentaje, conocida
quieren sino un poco de 02 a nivel citosólico y mitocondrial como tasa de extracción de oxígeno (Ex02) (42), que rela-
para realizar sus funciones vitales. La caída de 15 mmHg ciona al consumo de oxígeno con el aporte.
hasta 4 mmHg de P0 2 intracelular preserva toda la produc-
ción de ATP, pero la mitocondria se siente estresada por la Ex02 =VO/D02 =D(a-v)02 x Q x 10/ Ca02 x Q x 10 =
disminución de la actividad de los citocromos que puede lle- D(a-v)02/ Ca02
gar al 50%. Por debajo de 4 mmHg el V0 2 disminuye, pero
aún se preserva la producción de ATP y la actividad celular Porcentualmente,
es intacta, por debajo de 3 mmHg la disoxia es muy severa
produciendo un daño funcional a la célula (36). En la figura Ex02 = D(a-v)02 x)OO / Ca02
3 se observa cómo a nivel capilar terminal hay un grupo de
células que se mantienen en estrés continuo bajo condiciones Su valor normal oscila entl~e 20% y 30%, y su interpretación
normales, debido a que la difusión del 02 no es uniforme en es similar a la D(a-v)02. Normalmente el V0 2 tiene una fase
virtud a la distancia que los separa de los capilares (36). donde no aumenta a pesar de que se aumente o disminuya el
La perfusión sistémica a los tejidos se valora conociendo D0 2, esta fase es llamada independiente de la suplencia de 02
el aporte de oxígeno al tejido (DO) (38), el consumo de oxí- (43). En la medida que el aporte disminuya el consumo sigue
geno por éstos (V0 2) y la acidosis metabólica (53). siendo el mismo hasta lo que se ha denominado el "punto crí-
El aporte de oxígeno (D02) depende del contenido de tico", por debajo del cual los mecanismos de compensación
oxígeno de la sangre y del gasto cardíaco. Así: tisular se pierden y el consumo disminuirá proporcionalmen-
te a la disminución del aporte, fase llamada dependiente de
D02 =Ca02 x Q x 10 en ml/min la suplencia de 02 (42). Por debajo de este "punto crítico" se
desarrolla una acidosis metabólica. El paciente séptico se ca-
Si se corrige la superficie corporal, con índice cardíaco en racteriza por alza del ángulo entre las dos fases (44), es decir
lugar de gasto cardíaco se expresará como ID0 2. prolongación de la dependencia del aporte, sin que se pueda
22/ VALORACiÓN INTEGRAL DEL ESTADO HEMODINÁMICO EN EL PACIENTE CRíTICO

en muchos casos llegar a la fase no dependiente, siendo sólo 1. La demanda de 02 en un mismo paciente no siempre es
diferenciables a través de la presencia o ausencia de acidosis la misma, y estos cambios en la demanda se ven com-
metabólica (42, 45,53) (figura 4). pensados por un aumento en el aporte. Quiere decir que
el D02 puede cambiar porque hay momentos en que, hay
Oxigenación tisular °
"dependencia de la suplencia de 2" (por debajo del punto
crítico), y otros en que hay "dependencia de la demanda
Disoxia

Intacta
Hipoxia adaptada Normoxia
°
de 2" (por encima del punto crítico), p. ej., cuando el
paciente se despierta de una anestesia (46), se torna an-
........... I sioso o agitado, le dan escalofríos, o corre. De hecho, al-
...... I gunos órganos demuestran una fase de dependencia de la
%de
función .... _ _ _ % de redJcción de
demanda de 02 como los riñones (47).
Citoc.romds¡
_ . - V0 2. La relación aporte/consumo regional no es pareja en todos
2

- - RecambiJ de ATP
los órganos, pudiendo algunos estar en fase dependiente
de la suplencia de 02' sin que se detecte algún problema a
I nivel de la relación VO/D0 2 general. Esta situación se ha
u_~~~--~~~______~~I______~
tratado de detectar tempranamente por métodos alternos
6 12 18
P0 2 celular en mmHg
como la tonometría gástrica (48, 49), la relación ~-OH­
butirato/acetoacetato (50), y otros. De hecho, la tonome-
Figura 2. Umbrales de disoxia a nivel celular (37). tría gástrica se ha perfilado como un instrumento que ha
demostrado su utilidad en importantes trabajos clínicos
(48) para detectar tempranamente la disoxia. en órganos
que se afectan desde el inicio del choque, como es el trac-
to gastrointestinal (51); pero algunos problemas en su
aplicabilidad clínica, que se están tratando de resolver, la
han dejado de lado por ahora. El principio es válido, el
Células Células
instrumento tiene dificultades que resolver.
3. Hay circunstancias que hacen que un mismo aporte sea
insuficiente para que los tejidos consuman el mismo 02'
Principalmente son circunstancias en donde el 02 ha lle-
gado hasta el sitio donde debe ser utilizado por las células
y por algún problema de difusión del 02 desde el capilar
hasta la mitocondria, o de no utilización por esta misma,
el consumo de 02 se cae. Este problema es visto con ma-
Figura 3. Modelo hipotético de distribución de la POo tisular en un lecho yor frecuencia en el paciente séptico (52), que en el que
capilar (36). - sufre de anemia, hipoxemia o hemorragia severa (53).

Séptico: siempre dependien~~ ••• ••• .' Estas situaciones que se presentan a diario en los pacientes
críticos hacen poco confiables las interpretaciones que se ha-
...- gan del estado de perfusión y oxigena¿iQn tisular cuando se
... ""' .....
........ ..." ~+
basan sólo en la relación aporte/consumo de 02'
, ..... ,.
.....'" Como indicador directo de la perfusión tisular está la pre-
...,. sión venosa de oxígeno (54) (Pv0 2), que indica cuál es el
••• +" Normal
estado celular, el cual a su vez sólo se puede mantener con
una perfusión tisular adecuada. Los cambios en la Pv0 2 son
de utilidad siempre y cuando los tejidos estén en la capacidad
Fase independiente de la suplencia de 02
de utilizar el 02' ya que se pueden obtener valores altos de
Pv0 2 simplemente porque no hay consumo de 02' El rango
normal de la Pv0 2 está entre 40 y 45 mm de Hg. El margen de
35 a 40 mmHg corresponde al límite entre la normalidad y la
Figura 4. Entrega y consumo de oxígeno.
hipoperfusión tisular leve; de 32 a 35 hay lesión tisular leve;
de 28 a 32 la lesión celular es severa y por debajo de 28 la
El objetivo terapéutico está en mantener al enfermo en una
muerte celular es inminente (55). Estos conceptos se pueden
fase no dependiente del aporte y que curse sin acidosis me-
trasladar a la saturación venosa de 02 (Sv02) (56). La Sv0 2
tabólica. En el paciente crítico la relación aporte/consumo
es la saturación de la hemoglobina tomada por ellumen distal
no siempre es como se espera y para poder interpretar estos
de un catéter de arteria pulmonar colocado en alguna de las
cambios hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 297
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

arterias pulmonares. El rango de Pv0 2 normal se relaciona Se sabe que la concentración de H+ respiratorio tiene una re-
con una saturación venosa de la hemoglobina de 65% a 75%. lación logarítmica con la PC0 2, pero en un pequeño segmen-
Así, una Sv0 2 muy baja « 65%) siempre significa que hay to de esa curva, que es el rango visto en la clínica, se puede
hipoperfusión tisular, pero lo contrario no siempre significa aproximar a una recta, cuya ecuación sería:
mejor peIfusión, y aquí es donde cabe el concepto de oxige-
nación tisular inadecuada. Obviamente hipopeIfusión severa y=mx+b
lleva a hipoxia tisular severa. Pero una peIfusión adecuada, o
más aún elevada no siempre significa que los tejidos utilicen La pendiente de esta recta, en un individuo que no ha sido
bien el oxígeno y es posible ver Sv0 2 elevadas (> 78%) con retenedor crónico (63) de CO 2, es de 0,75 y el punto en que
V0 2 bajos a pesar de D02 normales o elevados. corta al eje Y es 10; por tanto, se puede decir que:
Por el momento, en la práctica clínica no se tiene una for-
ma de saber si los tejidos están utilizando el 02 que reciben. y = 0,75X + 10, es decir:
Por ahora lo que se puede usar de la relación VO/D0 2, Pv0 2 H+r = 0,75 x peo2 + 10
y Sv02 sólo sirve para saber si los tejidos reciben el 02.
El uso de la Sv0 2 se ha comparado con la saturación ve- Para un enfermo retenedor crónico de CO 2 (EPOC) la pen-
nosa central de 02 (SvcO) (57), que es la saturación tomada diente varía por la horizontalización de la curva (56) y queda
por un catéter venoso central colocado en la vena cava supe- así:
rior a la entrada en la aurícula derecha. Aunque hay muchos
detractores (58) de su utilidad por medir solamente la satu- H+r (crónico) = 0,30 X peo 2 + 25
ración de la porción superior del cuerpo, que en estados de
Así, es posible conocer los H+ metabólicos,
choque es diferente de la porción inferior (59), clínicamente
se ha validado como un instrumento útil en la reanimación de
H+m= H+t - H+r
los pacientes (60). H+m = 10(9-pH) - (0,75 X peo 2 + 10)

Análisis del equilibrio ácido básico y del lactato Este concepto ha servido como una herramienta muy sensi-
El equilibrio ácido básico mantiene la concentración de ble del estado ácido básico y más confiable que la concen-
hidrogeniones (H+) dentro de límites normales, pues casi tración de bicarbonato, que informa la máquina, derivada de
siempre se controlan por medio de la cadena respiratoria, y las mediciones del pH y la PC0 2, pero para unas condiciones
cuando haya un aporte adecuado de oxígeno se convertirán estándar de temperatura y presión, usualmente para el nivel
en agua (61). del mar. Además, la correlación de bicarbonato y ácido car-
Cuando la fosforilación oxidativa no puede producir ade- bónico no es equimolar.
cuadamente el adenosín trifosfato (ATP), ya sea por déficit El valor normal de los H+ metabólicos es entre +5 y -5.
en el aporte de oxígeno o por bloqueo en la oxidación de Hay acidosis metabólica cuando su concentración es mayor
sustratos se llega a un aumento en la concentración de H+ de +5 y alcalosis metabólica cuando es inferior a-5.
y por ende a acidosis metabólica (41, 55). Por esta razón el Durante cualquier reanimación se debe lograr una dismi-
estado de hipopeIfusión e inadecuada oxigenación tisular se nución de los (H+m) inferior a 10 nmol/l en menos de 12 ho-
puede manifestar como acidosis metabólica; pero hay que re- ras (64), siempre y cuando la causa de la acidosis metabólica
cordar que en el paciente crítico ésta no es la única causa de sea un estado de hipoperfusión tisular. "
acidosis metabólica. Un típico paciente de éstos puede estar El hecho de que en pacientes en reanimación el aumento
además con falla renal aguda, con cetoacidosis diabética, o del lactato sea un marcador de modalidad (65) ha producido
con acidosis hiperclorémica por uso excesivo de solución sa- la impresión de que la acidosis láctica sea producida por teji-
lina normal. dos que, ante la ausencia de'02 por hipopeIfusión, se obligan
Se puede decir que los H+ totales (62) resultan de la suma a producir energía a través de vías anaeróbicas desviando la
de los H+ dependientes del CO 2, volátiles o respiratorios y de entrada del piruvato a la mitocondria hacia la producción de
los dependientes de ácidos orgánicos, como el lactato, que lactato (glicólisis anaeróbica). Ya que unos tejidos escasos
no son volátiles; es decir, si no se pueden eliminar por la res- de potencial redox y de ATP no están en la condición meta-
piración externa, usualmente se neutralizan y se eliminarán bólica para producir tanto lactato, la anaerobio si s de por sí
por el riñón. está en contra de ese exceso de lactato. Más aún, ese lactato
le sirve de sustrato energético a la mayoría de los órganos
H+t = (H+r) + (H+m) vitales que están metabólicamente activos durante una re-
Los H+ totales se pueden deducir como el antilogaritmo del animación, como el corazón, el cerebro, los riñones (66), el
pH: lecho esplácnico (67) y los músculos (68). Además, en los
estudios donde se ha demostrado hiperIactatemia, la gran
H+t = antilog (-pH) = 10(9-pH) En nmol/l mayoría de los pacientes no está hipoperfundido sino más
bien hiperperfundido (con D02 supranormal) (69), y en otros,
22 1 VALORACiÓN INTEGRAL DEL ESTADO HEMODINÁMICO EN EL PACIENTE CRíTICO

el estado de oxigenación tisular y la producción de ATP es siempre y cuando la actividad mitocondrial sea rescatable,'
normal o aumentada, es decir no hayhipoxia tisular (70, 71). si no, es también posible que se haya pasado la línea de no
No parece haber entonces una correlación clara entre células retorno.
muriéndose de hipoxia e hiperlactatemia. Más aún, el umbral En resumen, un valor alto de lactato al inicio de la reani-
de anaerobio si s de pacientes críticos muriéndose se alcanza mación implica que el paciente tiene una deuda de oxígeno
con niveles extraordinariamente bajos de transporte de 02' lo importante que lo puede llevar a mayores complicaciones in-
cual rara vez se ve en los pacientes tratados en las UCI. Esto cluyendo disfunción múltiple de órganos y que por lo tanto
lleva a que el lactato es producido bajo condiciones aeróbicas hay que mejorar la entrega y el consumo de oxígeno. Por tan-
y normales. Sus valores se mantienen dentro de límites bajos to, en este momento debe ser visto como un mal'cador de un
porque la producción tisular es contralTestada por el metabo- estado potencialmente reversible (77). Ya en un paciente con
lismo hepático y de otros tejidos de una manera eficiente. El adecuados intentos de reanimación, pasado el tiempo inicial,
exceso de lactato fisiológicamente es producido cuando los la persistencia de un lactato elevado implica un trastorno en
músculos están a punto de quedar exhaustos por el ejercicio, su metabolismo tanto en producción como en eliminación,
pero aun así continúan trabajando y aeróbicamente (72). En y la posibilidad de ver esta elevación como un marcador de
pacientes sépticos sí hay un aumento de la glicólisis (73) pero un estado potencialmente reversible con un aumento de la
también hay actividad mitocondrial y el lactato modula, co- entrega de oxígeno hasta valores supranormales queda en en-
ordina y mantiene el estado redox que requieren las células tredicho.
para continual' produciendo ATP a la velocidad que el orga-
nismo lo necesita (74). El exceso de lactato es un marcador Análisis metabólico
de estrés. La mitocondria estresada por la actividad glicolí- La relación de la producción de CO2 y el consumo de 02
tica seguirá utilizando todo el piruvato que pueda entral' a se conoce como cociente respiratorio (RQ). El conocimiento
ella, lo que está condicionado por la actividad de la piruvato del valor del RQ nos informa qué sustrato se está oxidando
deshidrogenasa, pero requiere de altas concentraciones de en forma predominante.
NAD+ que reducir para producir el ATP que requiere la célu- El RQ de los carbohidrato s es 1. El de los lípidos es 0,7.
la; el lactato a nivel citos6lico le proporciona esta posibilidad, Las proteínas tienen un RQ de 0,8 que es el normal. Si el RQ
manteniendo un flujo constante de H+ desde la mitocondria se encuentra por encima de 1 el paciente está en lipogénesis
al citosol (75). El que no se utiliza va a la sangre y avisa que y si es más bajo de 0,8 en gluconeogénesis, o cetogénesis si
se está llegando al límite de sus capacidades, y no es raro en- es menor de 0,7.
tonces ver que niveles altos de lactato estén correlacionados El RQ del paciente crítico que se debe mantener es 0,8.
con una alta mortalidad. Si los otros órganos, especialmen- Para logral' una proporción equilibrada de sustratos, se con-
te el hígado, funcionan bien podrán metabolizar este lactato sigue con el manejo de las fórmulas nutricionales aportadas
hasta glucosa, a partir del ATP producido por la ~-oxidación a diario mediante la medición del consumo de oxígeno y la
de los ácidos grasos, optimizando el tipo de energía que en producción de CO 2•
este momento de estrés requiere el organismo (76). Si no hay La medición del RQ dirá si la cantidad de cal"bohidratos
forma de metabolizal' este lactato, aumenta su concentración es excesiva y si las calorías suministradas por éstos no se
en la sangre, se produce hiperlactatemia y acidosis metabó- aprovechan bien para producir energía y por el contrario se
lica, que en sí misma puede empeorar el cuadro de respuesta almacenan en forma de grasa, con un valor de RQ superior
metabólica al estrés. Esta hiperlactatemia será el producto a uno. La solución es aumental" la proporción de lípidos a la
de no poder metabolizar el lactato, más que de producirlo fórmula nutricional. "
en altas cantidades, y esta situación implica que el hígado Los valores inferiores a 0,7 indican 'que la fórmula nu-
y todas las células, que a través de sus mitocondrias usan el tricional que se le aporta ~l enfermo es insuficiente, pues se
lactato, ya no pueden más, llegaron al límite. Hay que tener halla aún en ayuno y la maquinaria metabólica realiza glu-
en cuenta que durante la reanimación las medidas adoptadas coneogénesis o cetógénesis. Se corregirá el problema con un
para perfundir más el organismo pueden ser deletéreas a par- aumento en el porcentaje de proteínas a la fórmula (78).
tir de cierto punto, pues obligan a la célula a trabajar al límite
de sus capacidades. ¿Será esto siempre necesario? Estados hemodinámicos
Por tanto, el lactato no siempre puede seguir siendo toma-
do como índice de hipoperfusión tisular, más aún, unos ni- Con base en los parámetros expuestos anteriormente, se ana-
veles altos de lactato en un paciente hiperreanimado podrían liza la función ventriculal" derecha o izquierda cruzando el
estar advirtiendo que la reanimación está pasando el límite índice sistólico (lS), el índice cal"díaco (lC), o el índice de
y que es hora de devolverse. Obviamente en un paciente sin trabajo del ventrículo izquierdo (lTVl), con los indicadores
reanimación, es decir, al principio del problema que lo lleva de precarga derecha (PVC), o izquierda (PCP). Así se mues-
a un estado de choque, un valor alto de lactato implica que el tran los diferentes patrones hemodinámicos: Normal, hiper-
hígado y las células no dieron más por la falta de 02 y es po- dinámico, hipodinámico, hipovolémico, e hipervolémico (20,
sible que con el inicio de la reanimación comience a mejorar, 40, 79, 80) (figura 5). '

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 299


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Estado hemodinámico normal. PCP = 6 a 12 mmHg, dividuos críticamente enfermos en las unidades de cuidados
IC = 3 a 4,5 l/min/m2, IRVS = normal, es decir, con IC y intensivos, para poder tener objetividad y precisión en la
presiones de llenado que oscilen entre el rango normal, y es interpretación de las muestras y lograr ser más eficaces en
el punto óptimo que se busca en el manejo hemodinámico el manejo de estos casos tan particularmente complicados y
clínico. Cuando se consiguen estos valores es indicativo de tan agradecidos si las cosas se hacen bien. En la figura 6 se
mejoría en el sujeto críticamente enfermo. muestra, a modo de resumen, la forma ordenada de hacer el
Estado hiperdinámico. PCP::; 12 mmHg, IC ~ 4,5 l/mi n/ análisis de un paciente crítico en su valoración hemodiná-
m2, IRVS = baja, es decir el paciente se presenta con IC ele- mica integral. Siguiendo este esquema en su orden es fácil
vado con resistencias vasculares sistémicas normales o bajas, detectar donde se originan los problemas, permitiendo así
con presiones de llenado en límites normales; representa los conegirlos de una manera metódica. Si en la hoja de datos
estadios iniciales de la sepsis y es un mecanismo de defensa de cada paciente crítico se colocan estos parámetros medidos
que se debe mantener por un período apropiado mediante la y calculados de una manera organizada y se sigue el flujo
administración de líquidos endovenosos, drogas inotrópicas, fisiológico del tránsito del oxígeno en el organismo se sabrá
y vasodilatadores según se requiera, para lograr así que la con precisión dónde se debe actuar para resolver el proble-
entrega de 02 a los tejidos sea adecuada. ma, y adónde se debe mirar más tarde para retro alimentarse
Estado hipovolémico. PCP ::; 6, IC = Normal o bajo, IRVS y ver si las acciones llevadas a cabo en el paciente le fueron
= alta, es decir, se manifiesta por presiones de llenado bajas de ayuda o no.
(PVC y PCP), con IC o IS normal o ligeramente bajos, el ma-
nejo se hace al administrar soluciones isotónicas y obtener pre-
Valoración hemodinámica integral
siones de llenado en límites normales y así mejorar el IC.
Estado hipervolémico. PCP ~ 18, IC ~ 4,5, IRVS = baja,
Entrada de 02 Transporte de 02 Distribución de ° Entrega de 02
Precarga o
es decir, se presenta con PVC o PCP, mayores de 18, el pa- .. PVC l~, E
ciente se encuentra en la fase plana de la curva, con alto ries- FA
Vt -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
paC02
__ . ~ ,_~_u_ñ_a_jJ
\,
'j,
--
:~g22
go de caer en una falla cardíaca si se siguen administrando ~ ~ , Ex0 2
líquidos de una manera generosa. Hb ~ GC 1il ~ ,
Contenidos de 02 'E y VS §
Estado hipodinámico. PCP ~ 18, IC ::; 2,2, IRVS = alta, ---+--!----- Saturación de Hb rl FC i . ITSVIIgl-t--->------l

es decir, muestra unas presiones de llenado altas, con un IC Pso ,§ ,1 ITSVI 1§


c:
'o
a0 .~ ,. () 8 ,
P 2 '00
muy bajo, con resistencias muy altas; es el estadio hemodi- '0
ro
~

c: ~.1 Paú; ---'-----------------1-- --~-- _____._, :¡g, H+m


námico más grave que presenta el paciente crítico y es una Q)
Ol Fi02 IAVS . . : .g Gases arteriales

de las causas de muerte más altas en la DCI. Su manejo es ~ Os/Ot IAVP


PAM
'L'o 1//'
'.... ,« Lactato
PAPM ~ Sv0 2 I
complejo y se realiza mediante una combinación de drogas Poscarga
inotrópicas, vasodilatadores y en algunos casos diuréticos y
restricción de líquidos endovenosos. Figura 6. Valoración hemodinámica integral de un paciente crítico. Analiza
cada uno de los aspectos que tienen que ver con la obtención, transporte, dis-
tribución, entrega y utilización del O" recalcando los princip~les indicadores
de cada uno de ellos. -
I
le I
I
I
I
Apéndice
1. Normal
4.5
--------1--------
I
I
2. Hiperdinámico Cómo producen energía las células
_ _ _ _ _ _ _ _I _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 4I _ _ _ _ _ _ _ _ _ 3. Hipovolémico
I
I
I
I
4. Hipervolémico El ATP es la moneda energética de los seres vivos:'Para poder
5. Hipodinámico
I
I
I
I ser sintetizado, los organismos requieren oxidar los sustratos
I I
I
I
I
I
energéticos de la dieta, prote.ínas, grasas y carbohidratos. Ini-
12 pcp cialmente, estas sustancias tienen vías metabólicas separadas
hasta alcanzar con su degradación un metabolito común que
es el acetil CoA. A partir de este punto entran al ciclo de
Figura 5. Función ventricular.
Krebs, con producción de CO2 e hidrogeniones, estos últimos
se transportarán por óxido reducción a la cadena respirato-
El médico intensivista debe estar en capacidad de manejar ria donde se formará agua endógena y ATP. Para lograr esta
estos parámetros, saber analizar e interpretar las diferentes oxidación de los sustratos con alta producción de energía, es
posibilidades que se le presentan y en lo posible llevar al pa- indispensable el oxígeno que actúa como comburente en las
ciente a un estadio de normalidad hemodinámica, aunque en reacciones.
ocasiones deba forzar al paciente a estados intermedios como La energía adquirida por las células se conserva en ellas
el hiperdinámico o el hipervolémico, con el fin de mantener para ser utilizada cuando se requiera en ,forma de adenosin
un estado óptimo de perfusión tisular. trifosfato (ATP), principalmente. Tanto si proviene de la luz
De esta manera se debe realizar el análisis de los gases solar o de la oxidación de compuestos orgánicos, se invierte
arteriovenosos y los parámetros hemodinámicos en los in-
22/ VALORACiÓN INTEGRAL DEL ESTADO HEMODINÁMICO EN EL PACIENTE CRíTICO

en la formación de ATP, en una proporción muy alta. El ATP Proteí~as-+Aminoácidos ¡ +.


es entonces el "fluido energético" que pondrá en marcha las CHO ---!JooGlucosa ----!IIo-Piruvato -I/rAcetll CoA

demás funciones de la célula.


Todos los seres vivos necesitan un apClte continuo de ma-
Lípidos ----OOTriglicéridos t t!

",
teria y energía, aunque existen grandes diferencias en la for- Oxaloacetato Citrato

ma de obtenerlas y de su utilización. Los vegetales son seres


Malato Cis-aconitato
autótrofos, utilizan la energía solar como fuente de energía y
como materia usan el agua, el dióxido de carbono (C0 2) y los {
Fumarato
iones orgánicos. En la fotosíntesis los cloroplastos captan la
energía solar y tienen la maquinaria para conveltirla en energía GTP GDP + Pi
succin~eto
química (ATP); además extraen los iones hidrógeno del agua
para conveltirlos en equivalentes de reducción (NADPH + H).
Como producto de esta reacción se libera oxígeno molecular.
Con el ATP, los NADPH + H Yel ca? en un proceso cícli-
......_--~
2H - 2~
1
2~ 2r
co forman glucosa y a partir de ésta, coñ fuentes inorgánicas
F~D ...,. N$D ~
de nitrógeno, los vegetales tienen la capacidad de sintetizar
FADH 3NADH
todas las biomoléculas orgánicas (azúcares, lípidos, proteí-
nas Y ácidos nucleicos).
El hombre y los animales, seres heterótrofos utilizan como Figura 7. Ciclo de Krebs. Producción de acetil CoA, a partir de los diversos
sustratos energéticos, oxidación del acetil CoA en el ciclo de Krebs, con
fuente de energía y materia las biomoléculas sintetizadas por producción de dos moléculas de CO 2, 3 NADH Y 1 FADH Y un GTP.
los vegetales, ingeridas en los alimentos directamente. Las
biomoléculas ingeridas por el hombre se degradan metabó- El proceso general por cuyo medio se oxidan los ácidos
licamente hasta convertirse en ca?, H?O, y derivados nitro- grasos, se llama B-oxidación, pues pierden fragmentos de
genados, que liberan energía química (ATP). Esta energía se dos carbonos (acetil CoA), empezando por el carbono B y se
utiliza para la realización de trabajo y la síntesis proteica. reduce el ácido graso hasta el final de la cadena, para quedar
La materia sufre una serie de transformaciones cíclicas, todo convertido en acetil CoA a fin de entrar al ciclo de los
pues pasa de los vegetales al hombre y de éstos a través del ácidos tricarboxílicos.
suelo y la atmósfera de nuevo a los primeros. El flujo de ener- El acetil CoA es un metabolito intermediario de gran im-
gía es unidireccional: se inicia como energía solar y se degra- portancia, pues es el punto de confluencia de la oxidación de
da como energía térmica (calor) pero sin destruirse (81). los azúcares, lípidos y proteínas. El acetil CoA se oxida por
El conjunto de intercambios y transformaciones de mate- completo a Co.) y H?O en presencia de 02' por medio de un
ria y energía que tiene lugar en el ser vivo recibe el nombre proceso enzimático cíclico conocido como ciclo de Krebs,
de metabolismo. La oxidación de las moléculas complejas, o ciclo de los ácidos tricarboxílicos o ciclo del ácido cítrico
con eliminación de productos de desecho y liberación de (82).
energía, se llama catabolismo; y la biosíntesis de sustancia El ciclo de Krebs tiene lugar en las mitocondrias de las
propia a partir de moléculas sencillas, con gasto de energía, plantas y animales, mientras que en los procariotas ese ciclo
se denomina anabolismo. ocurre en el citosol; se hace, pues, en todos los organismos
Los alimentos ingeridos en la dieta son macromoléculas aerobios. Las mitocondrias son grand~~ organelas constitui-
de almidón, proteínas y triglicéridos que en la digestión se das por una membrana porosa externa y una membrana inter-
hidrolizan a monómeros, como monosacáridos, aminoáci- na altamente permeable y!plegada en crestas, que contienen
dos, ácidos grasos y glicerol. Estos monómeros en las células gran parte del mecanismo requerido para la respiración aero-
se absorben y se incorporan o entran para ser oxidados con bia. La mitocondria es el centro del metabolismo oxidativo
producción de energía o se derivan a la biosíntesis de nuevo de la célula que convierte los productos del catabolismo de
material celular con consumo de energía. carbohidratos, grasas y proteínas en energía química almace-
Una vez que se absorbe la glucosa en el hígado, se fosfo- nada en ATP. El punto de entrada de todos los combustibles al
rila y se almacena en forma de glucógeno o se metaboliza y ciclo de Krebs es a través del intermediario metabólico ace-
entra en la vía glucolítica, para convertirse en dos moléculas til CoA; éste se condensa con una molécula de oxalacetato,
de piruvato y éste en lactato sin que haya necesidad de oxíge- para dar citrato, de allí el nombre de ciclo del ácido cítrico,
no. Pero, en condiciones aeróbicas el piruvato se convierte en y como da origen a otros ácidos tricarboxílicos, también se
acetil CoA que entra al ciclo de Krebs (figura 7). llama ciclo de los ácidos tricarboxílicos. El oxalacetato se
Los destinos de degradación de los aminoácidos son la renueva en cada vuelta del ciclo; los dos carbonos que se des-
oxidación a ca?, gluconeogénesis y cetogénesis. Luego que prenden en forma de CO 2corresponden al oxalacetato y no al
se extrae el grupo amino por medio de la transaminación y la último acetilo incorporado. ,
desaminación, se da origen a piruvato, acetil CoA y a otros En consecuencia, el oxalacetato que se regenera al final
diversos intermediarios en el ciclo de Krebs. del ciclo no contiene los mismos átomos de carbono que el
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 301
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

oxalacetato original. En cada vuelta del ciclo se oxida un re- es decir, retorna a la forma NAD+ y el FMN al haber aceptado
siduo acetil del acetil CoA a dos moléculas de CO 2 , simultá- 2 electrones y 1 protón, capta un protón adicional del medio
neamente se reducen cuatro coenzimas: 3 NAD+ a 3 NADH, interno con lo que se reduce a FMNH2 que tiene completos 2
Y 1 FAD a 1 FADH 2 • Además se genera un GTP a partir de átomos de hidrógeno. La molécula de FMN está unida a una
GDP + fosfato inorgánico que dará posteriormente un ATP proteína de gran tamaño que atraviesa por entero la membra-
(83). na. El FMNH, transfiere los 2 átomos de hidrógeno desde el
La velocidad de las enzimas para regular el ciclo depende interior de la membrana al exterior. Los átomos se ionizan
básicamente de la cantidad de ATP; si hay demasiado, la ve- y los protones se liberan al medio extramitocondrial, con lo
locidad del ciclo disminuye y, si por el contrario hay exceso que se tienen los 2 primeros protones (2H+) liberados. Los 2
de ADP la velocidad aumenta (84). El ciclo de Krebs repre- electrones se transfieren a la superficie interna de la membra-
senta la vía final común de la oxidación aeróbica de todos los na a través de una fenoproteína sulfurada (FeS). El FMNH2
sustratos de la dieta (proteínas, lípidos y carbohidratos) con al ceder 2 protones y 2 electrones retorna a su forma original
producción de CO 2 como desecho, reducción de coenzimas y puede de nuevo ser reducido por el NADH.
que van a transportar átomos de hidrógeno y electrones que Las fenoproteínas ceden los electrones a 2 moléculas de
se utilizarán en la cadena respiratoria para la formación de ubiquinona (Q), o coenzima Q; cada una de ellas adquiere un
ATP y de una molécula de GTP que reaccionará con el ADP protón del medio interno y da lugar a la forma semiquinona
y formará un ATP. Así se resume la utilidad y la productivi- (QHe). La semiquinona capta 2 electrones más, suministra-
dad del ciclo. dos por el citocromo B y con 2 protones más procedentes del
Cada molécula de NAD+ acepta 2 electrones y 1 protón. El medio interno de la mitocondria, da lugar a la forma hidro-
protón y uno de los electrones se unen a un átomo de carbono quinona (QH2 ) que es el estado más reducido. Cada hidroxi-
de la molécula de NAD+; el otro electrón neutraliza la carga quinona cede un electrón al citocromo C, que es la siguiente
positiva. Esta forma reducida de NAD+ se denomina NADH. proteína de la cadena respiratoria y libera un protón fuera de
El NADH es el principal intermediario entre el ciclo de Kre- la mitocondria. Como son 2 QH2 se liberan entonces 2 pro-
bs y la cadena respiratoria. tones más, siendo hasta el momento 4 los protones liberados
Las enzimas de la membrana interna de la mitocondria (4H+). Todas las moléculas de ubiquinona se encuentran en el
que transportan hidrógeno y electrones componen la cadena estado de semiquinona (QHe). Completan el ciclo y retornan
respiratoria y este conjunto de pasos hasta llevar los electro- al estado de máxima oxidación (Q). Cada una cede un protón
nes al 02 y formar agua, se llama respiración interna (85,86). restante al medio externo y transfiere al cito cromo B el elec-
En la actualidad hay acuerdo prácticamente unánime acerca trón asociado. Así se liberan los otros 2 protones, y se com-
de que el movimiento de electrones a lo largo de la cadena pletan los 6 que se deben expulsar de la mitocondria a través
respiratoria produce un gradiente de protones, y que el mo- de la membrana. Los 2 electrones restantes son devueltos al
vimiento de protones que cruzan de regreso la membrana a ciclo por medio del citocromo B. Los 2 electrones que fueron
través de la ATP sintetasa actúan para conducir a la forma- cedidos al citocromo C l atraviesan los citocromos C, A, A 3,
ción de ATP. La teoría quimiosmótica (55, 87-89) sobre la y por último el A3 es oxidado por oxígeno molecular. Los 2
respiración mitocondrial, que es la más aceptada, explica la electrones son cedidos a un átomo de oxígeno y 2 protones
formación de ATP de la siguiente manera (figura 8). son captados del medio interno de la mitocondria con lo que
se forma una molécula de agua (H 20 endógena).
Medio externo
Durante esta larga serie de reacciones de óxido reducción,
2H+ 2H+
el par de electrones atraviesa tres veces la membrana en am-
bos sentidos y entre 2 protones ~n cada una de 'las salidas,
en total 6 (6 H+), con formación de una molécula de agua al
2ii
ro
E
suministrar los 2 electrone~.al oxígeno. Los electrones trans-
feridos desde los sustratos a FADH2 y NADH siguen a lo lar-
go de la cadena portadora de electrones hacia 02' liberando
e
ID
~ energía que se emplea para generar un gradiente electroquí-
mico a través de la membrana mitocondrial interna.
2H+ 2H+ Así se ha producido un gradiente de protones a través de
O.502+2H' HP
Medio interno
la membrana mitocondrial. Debido a este gradiente, los pro-
tones del exterior experimentan una cierta tendencia a volver
al interior del compartimiento. Como la membrana es im-
Figura 8. Cadena respiratoria. Parte 1. permeable a los protones, su entrada se produce mediante la
ATP sintetasa. Ésta es una enzima con un complejo grande
En la membrana de la mitocondria el NADH cede 2 elec- de múltiples proteínas transportadoras de H+. Está compues-
trones y 1 protón a un grupo transferidor denominado flavín- ta por una pieza cabeza FI que se proyecta al interior de la
mononucleótido (FMN). En este proceso se oxida el NADH, matriz e incluye un sitio catalítico, y una pieza basal FO inte-
22/ VALORACIÓN INTEGRAL DEL ESTADO HEMODlNÁMICO EN EL PACIENTE CRíTICO

grada a la bicapa de lípidos y que forma Un canal a través del El ATP es el producto final de la conservación y la trans~
cual se conducen protones desde el espacio intermembrana ferencia de energía en el metabolismo oxidativo de todos los
hasta la enzima. Los protones adquirieron un potencial ener- sustratos y al hidrolizarse liberará la energía almacenada en
gético al ser transportados fuera de la membrana, en contra los procesos anabólicos del organismo. Así se produc,e el
del gradiente (figura 9). equilibrio entre la producción y el consumo de energía para
mantener la vida.
Potencial eléctrico
+++;-+","'+~'! ..\ Referencias
1. Shapiro BA. Blood gas interpretation in critically ill patients. Resp
Respiración Care 1976; 21: 507-512.
Baja concentración de protones 2. Shapiro BA, Harrison RA, Walton JR. Clinical application of blood
2W
NADH -"¡---+-o> 2W" gases. En: Pulmonary artery blood gases. 3rd ed. Year Book Medica]
Publishers, Chicago, 1982: 201-207.
ADP + Pi ATP
3. Shapiro BA, Cane R. Interpretación de los gases en sangre. En: Trata-
2H+
do de medicina crítica y terapia intensiva, 2a ed, 1991: 341-347.
4. Winker JB, Huntington CG, Wells DE, Beseler B. Influence of syringe
material on arterial blood gas determinations. Chest 1974; 66: 518-
-..¡--t+-o.- 2H+
521.
O.502 .................
2e 5. Bradley JG. Errors in the measurement of blood PC02 due to dilution
FiFO ofthe sample with heparine solution. Br J Anesth 1972; 44: 231-235.
Alta concentración
6. Greenhow DE. Incorrect performance of Allen's test. Ulnar artery
de protones now erroneously presumed inadequate. Anesthesiology 1974; 37:
356-359.
7. Clark Le. Measurement of oxygen tension. A historical perspective.
Crit Care Med 1981; 9: 960-963.
2H'
8. Kelman GR, Nunn JE Nomograms for correction of blood P02,
PC02, pH and base excess for time and temperature. J Appl Physiol
Figura 9. Cadena respiratoria. 'Parte 2. Fosforilación oxidativa. FiFo ATP 1966; 21: 1484-1491.
sintetasa. 9. Moran RE Assessment of quality control of blood gas/pH analyzer
performance. Respir Care 1981; 26: 538-546.
10. Philips B, Perets DL. A comparison of central venous and arterial
Se cree que el movimiento controlado de protones a través blood gas values in the critically il!. Ann Intern Med 1969; 70: 745-
de la ATP sintetasa induce cambios de conformación para la 749.
formación del ATP. El flujo de protones a favor del gradiente 11. Meyer P. Leyes de los gases. En: Fisiología humana. Salvat Editores,
Barcelona 1985: 1239-1240.
es un proceso exoergónico y la energía liberada se utiliza en 12. Shapiro BA, Harrison RA, Cane RO, Templin RK. Evaluación del es-
parte para la fosforilación del adenosín difosfórico (ADP), pacio muerto fisiológico. En: Manejo clínico de los gases sanguíneos.
con la consecuente formación y liberación del ATP. La fuerza 4a ed. Editorial Médica Panamericana, Buenos Aires 1991: 154-163.
motriz de protones también suministra la energía necesaria 13. Fisher AB. Comparative change in ventilatory dead space following
micro and massive pulmonary emboli. J Surg 1976; 29: 195-198.
para algunas actividades de transporte, incluyendo captación 14. Cruz LE. Principios fisiológicos aplicados al monitoreo respiratorio.
del ADP en la mitocondria durante los cambios para liberar Conferencia. Unidad de Cuidados Intensivos. Hospital San Juan de
ATP del citoplasma, captación de iones fosfato y calcio, e Dios, Bogotá, 18-24.
importación de proteínas mitocondriales. 15. GÓmezA. Algoritmo. Manejo respiratorio. Unidad de Cuidados Inten-
sivos. Hospital San Juan de Dios, Bogotá.
Se genera un ATP por cada 2H+ que atraviesan la membra- 16. Cruz LE. Principios fisiológicos aplicado's ~l monitoreo respiratorio.
na; la reoxidación de un NADH produce 3 ATP, mientras que Conferencia. Unidad de Cuidados Intensivos'; Hospital San Juan de
1 FADH, origina 2 ATP (55, 76-78). Dios, Bogotá, 36-40. .
El equilibrio energético de las vías oxidativas se puede 17. Pepe PE, Hudson JD, Carrico CJ. Early application of positive end
expiratory pressury in patients at risk for adult respiratory distress syn-
ejemplificar así: la producción de ATP al oxidar una molécula drome. N Engl J Med 1984; 311: 281-286.
de glucosa es de 36 ATP. El ácido palrnítico en su oxidación 18. Hess D, Maxwell. Which is the best index of oxygenation D(A-a)02,
completa produce 129 ATP. El glutamato, que es el receptor Pa02/PA02, Pa02IFi02? Respir Care 1985; 30: 961-963.
final de casi todos los grupos amino de los aminoácidos, libe- 19. Lawrence M. Abbreviating the alveolar gas equation. An argument for
simplicity. Respir Care 1985; 30: 964-971.
ra un total de 27 ATP. 20. Gómez ME, Restrepo G, Sanín A. Vigilancia mecánica del paciente
Esto permite evaluar el rendimiento energético en la de- crítico. En: El paciente en estado crítico. Corporación para Investiga-
gradación de las diferentes biomoléculas (75). El nucleótido ciones Biológicas. Medellín 1990: 142.
adenosin trifosfato (ATP) es el compuesto principal que al- 21. Calvin JE, Driedger AA & Sibbal WJ. Does the pulmonary capillary
wedge pressure predict left ventricular preload in critically ill pa-
macena y transporta la energía libre y lo hace a través de la tients? Critical Care Med 1981; 9: 437 442.
creación y ruptura de enlaces ricos en energía. Se llama ener- 22. Civetta J. Pulmonary artery catheter insertion. The pulmonary artery
gía de enlace a la energía libre de Gibbs que se desprende al catheter. University Park Press, Baltimore 1983: 1 205.
hidrolizar una molécula de ácido fosfórico del ATP (72). 23. del Río M, Fiore C, Garlando C, Tarnashiro A. Conceptos, nomen-
clatura y definiciones del sistema cardiocirculatorio. En Hipertensión
arterial. Capítulos de Cardiología, Volumen 1, 1988: 9 32.
ATP + H 20 ~ ADP + Pi (E =-7 kcaVmol)
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 303
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

24. Wilmore D, Brenman M, HarkenA, HolcroftJ, MeakinsJ. Cardiopul- 5l. Hamilton MA, Mythen MG. Gastric tonometry: Where do we stand?
monary monitor. Care of the surgical patient. Vol 1, American College Cun° Opin Crit Care 2001; 7(2): 122-7.
of Surgeons, New York, 1989: 1 26. 52. Nelson DP, Samsel RW, Wood LDH, et al. Pathological supply de-
25. Mitzner W. Resistence of the pulmonary circulation. Clin Chest Med pendency of systemic and intestinal 02 uptake during endotoxemia. J
1983; 4: 127 137. Appl Physiol 1988; 64: 2410-2419.
26. Shoemaker WC, Ayres S, Grenvik A, Holbrook P, Thompson L. Moni- 53. Schwartz S, Frantz RA, Shoemaker Wc. Sequential hemodynamic
toreo fisiológico del paciente crítico. Tratado de medicina crítica y te- and oxygen transport responses in hipovolemia, anemia and hypoxia.
rapia intensiva. Editorial Médica Panamericana, Buenos Aires, 1991: Am J Physioll981; 241: H864-H87l.
173 186. 54. Dantzker DR. Oxygen delivery and utilization of sepsis. Crit Care
27. Selser A & Sudrann RB. Reliability of the determination of cardiac Clin 1989; 5: 81 98.
output in man by means of the Fick principIe. Circ Res 1958; 6: 485- 55. Simmons D, Alpas A, Tashkin D, et al. Hyperlactatemia due to arterial
....,492. hypoxemia or reduced cardiac output, or both. J Appl Physiol 1978;
28. Stevens JH, Raffin TA, Mihm FG, et al. Thermodilution cardiac output 45: 195-202.
measurement: effects of the respiratory cycle on its reproducibility. 56. BIoos F, Reinhart K. Venous oximetry. Intensive Care Med 2005; 31:
JAMA 1985; 253: 22402247. 911-913.
29. Vender JS. Invasive cardiac monitoring. Crit Care Clin 1988; 4: 455 57. Reinhart K, Rudolph T, Bredle DL, et al. Comparison of central-ve-
478. nous to mixed-venous oxygen saturation during changes in oxygen
30. Goldenheim PD & Kasemi H. Cardiopulmonary monitoring of the supply/demand. Chest 1989; 95: 12l6-l22l.
critically ill patients. N Eng J Med 1984; 314: 717 720. 58. Edwards JD, Mayall RM. Importance of the sampling site for meaSll-
31. Gómez A. Protección miocárdica durante anestesia para cirugía no rement of mixed venous oxygen saturation in shock. Crit Care Med
cardíaca. Rev Col Anestesia 1988; 18: 3549. 1998; 26: 1356-1360.
32. Ordóñez CA. Interpretación clínica de las variables hemodinámicas. 59. Meier-Hellmann A, Specht M, Hannemann L, et al. Splanchnic blood
Colombia Med 1993; 24: 152-157. flow is greater in septic shock treated with norepinephrine than in se-
33. Bunt TJ, Manczuk M, Valery KV. Nitroglycerin induced volume vere sepsis. Intensive Care Med 1996; 22: 1354-1359.
loading. Surgery 1988; 5: 513519. 60. Rivers E, Nguyen B, Havstad S, et al. Early goal-directed therapy in
34. Amarís O, Guzmán F, Vargas E Fórmulas y definiciones en cuidado the treatment of severe sepsis and septic shock. N Engl J Med 2001;
crítico. Rev Col Cir 1990; 3: 219 222. 345: 1368-1377. .
35. Villavicencio R, García E, Cuervo H, Jaramillo J. El catéter de Swan 61. Hinkle P, McCarty R. Cómo fabrican ATP las células. Sci Am 1978;
Ganz. Anestesiología y medicina crítica. Editorial Gente Nueva, Bo- 20: 58-75.
gotá, 1991: 65 98. 62. Ordóñez CA, Buitrago R. Interpretación clínica de los gases sanguí-
36. Heistad PD, Abboud FM. Circulatory adjustment to hypoxia. Circula- neos. Colombia Med 1993; 24(3): 98-104.
tion 1980; 61: 463-465. 63. Schlichtig R, Grogono AW, Severinghaus Jw. Human PaC02 and
37. Schlichtig R, Tonnensen TI, Nemoto EM. Detecting disoxia in "si- standard base excess compensation for acid-base balance. Crit Care
lent" organs. En: Critical Careo State of the art. Prough DS, Traystman Med 1998; 26: 1173-1179.
RJ, ed. Society of critical care medicine. Anaheim 1993: 239-273. 64. Cruz, LE & Gómez, A. Taller de análisis de gases sanguíneos. Con-
38. Shoemaker WC, Appel PL, Hopkins JA, Bland KI. Clinical trial of ferencia. Unidad de Cuidados Intensivos. Hospital San Juan de Dios,
an algorithm for outcome prediction in acute circulatóry failure. Crit Bogotá.
Care Med 1982; 12: 390-396. 65. Weil MH, Afifi AA. Experimental and clinical studies on lactate
39. Gutierrez G, Pohil RJ. Oxygen consumption is linearly related to 02 and pyruvate as indicators of the severity of acute circulatory failure
supply in critically ill patients. J Crit Care 1986; 1: 45-52. (shock). Circlllation 1970;41:989-1001
40. Gutierrez G. The rate of oxygen release and its effect on capillary 02 66. Bellomo R, Kellllm JA, Pinsky MR. Transvisceral lactate fluxes du-
tension. A mathematical analysis. Respir Physiol 1986; 63: 79-84. ring early endotoxemia. Chest 1996; 110: 198-204.
4l. Shoemaker WC, Kram HB, Appel PL. Therapy of shock based on 67. Stacpoole PW, Harman EM, Cllrry SH, et al. Treatment of lactic aci-
pathophysiology monitoring and outcome prediction. Crit Care Med dosis with dichloroacetate. N Engl J Med 1983; 309: 390-396.
1990; 18: s 19-s24. 68. Levraut J, Ciebiera JP, Chave S, et al. Mild hiperlactatemia in stable
42. Mizock BA, Falk FJ. Lactic acidosis in critical illness. Crit Care Med septic patients is due to impaired lactate clearance rather than overpro-
1992; 20: 80-93. duction. Am J Respir Crit Care Med 1998; 157: 1021-1026.
43. Astiz ME, Rackow EC, Falk JL et al. Oxygen delivery and consump- 69. Gilbert EM, Hallpt MT, Mandanas RY, et al. The effectof fluid loadin o
tion in patients with hyperdinamic septic shock. Crit Care Med 1987; blood transfusion, and catecholamine infusion on oxy~eh..pelivery a;ci
15: 26-28. consllmption in patients with sepsis. Am Rev Respir Dis 1986; 134:
44. Schumacker PT, Cain SM. The concept of critical oxygen delivery. 873-876. '
Intensive Care Med 1987; 13: 223-229. 70. Hotchkiss RS, Kart lE. Re-evaluation of the role of cellular hypoxia
45. Shoemaker WC, Sansel RW. Oxygen delivery and uptake by periphe- and bioenergetic failure in sepsis. JAMA 1992; 267: 1503-1510.
ral tissues: physiology and pathophysiology. Crit Care Clin 1989; 5: 7l. Boektstegers P, Weidenhofer S, Kapsner T, et al. Skeletal muscle par-
255269. tial pressure of oxygen in patients with sepsis. Crit Care Med 1994;
46. Weissman C, Kemper M. The oxygen uptake-oxygen delivery rela- 22: 640-650.
tionship during ICU interventions. Chest 1991; 99: 430-435. 72. Connett RJ, Gayesky TE, Honig CR. Lactate efflux is llnrelated to
47. Schlichtig R, Kramer, Boston JR, et al. Renal 02 consumption during intracellular P02 in a working red muscle in situ. J Appl Physioll986;
progressive hemorrhage. J Appl Physiol1991; 70: 1957-1962. 61: 402-408.
48. Chang MC, Cheatham ML, Nelson LD, et al. Gastric tonometry su- 73. Mizock BA. Alterations in carbohydrate metabolism during stress: A
pplements information provided by systemic indicators of oxygen review of the literatura. Am J Med 1995; 98: 75-84.
transporto J Trauma 1994; 37: 488. 74. Nelly JR, Rovetto MJ Oram JE Myocardial utilization of carbohydra-
49. Ivatury RR, Simon RJ, Havriliak D, et al. Gastric mucosal pH and te and lipid. Prog Cardiovasc Dis 1972; 15: 289-329.
oxygen delivery and oxygen consumption indices in the assessment 75. Connett RJ, Gayesky TE, Honig CR. Lactate accumulation in fully
of adequacy of resuscitation after trauma: A prospective, randomized aerobic, working, dog gracilis mllscle. Am J Physioll984; 246: H120-
study. JTrauma 1995; 39: 128-136. H128.
50. Schlichtig R, Kramer DJ, Klions HA. Hepatic 02 during progressive 76. Leverve XM, Cano N. Fundamentals of bio~hemistry and energy
hemorrhage. Am Rev Respir Dis 1990; 141: A585. metabolism in the normal sllbject and in the criticaly ill patient. En:
22/ VALORACIÓN INTEGRAL DEL ESTADO HEMODINÁMICO EN EL PACIENTE CRíTICO

Critical Care Nefrology. Ronco C, Bellomo R.Kluwer Academic Pu- 83. Hanoune J. Las regulaciones metabólicas. En: Fisiología humana.
blishers, Dordrecht. 1998: 125-131. Meyer P Ced.). Editorial Salvat. Barcelona, 1985: 59-89.
77. Valenza F, Aletti G, Fossali T, et al. Lactate as a marker of energy 84. Sánchez PJ. Equilibrio ácido básico. Conferencia Unidad de Cuidados
failure in critically ill patients: hypothesis. Critical Care 2005; 9: 588- Intensivos. Hospital San Juan de Dios, Bogotá. 1990.
593. 85. Macarulla JM, Goñi FM. Vías metabólicas degradativas. Fosforila-
78. Cruz, LE. Orientación para la formulación nutricional en el paciente ción oxidativa. En: Bioquímica humana. Editorial Reverte, Barcelona,
crítico. Unidad de Cuidados Intensivos. Hospital San Juan de Dios, 1987: 245-262.
Bogotá. 86. Mayes P. Fosforilación oxidativa y sistema de transporte mitocondrial.
79. Braunwald E, Assessment of cardiac function. En: Heart diseases. 4th En: Bioquímica de Harper. Editorial El Manual Moderno. Bogotá,
ed. WB. Saunders Co., Philadelphia, 1992: 419443. 1984: 154-161.
80. Moreno H. Análisis funcional del ventrículo derecho. Rev Col Anest 87. Guyton AC. Metabolismo de los carbohidratos y formación de trifos-
1992; 20: 259 272. fato de adenosina. En: Fisiología Médica de Guyton. 63 ed. Editorial
81. Macarulla JM, Goñi FM. Introducción al metabolismo. En: Bioquími- Interamericana. México, 1984: 993-1004.
ca humana. Editorial Reverte. Barcelona, 1987: 197-218. 88. Boyer PD. A perspective on the binding change mechanism for ATP
82. Felig P, Havel R, Smith L. Metabolismo. En: Fisiopatología de Smith synthesis. FASED J. 1989; 3:2164-2178.
& Thier. 2a edición. Editorial Médica Panamericana. Buenos Aires, 89. Karp G. Respiración aerobia y mitocondrias. En Karp G. Biología
1990: 303-327. Celular y Molecular. 13 ed. México; McGraw- Hill Interamericana,
1998: 171-206.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 305


INSUFICIEN·CIA RESPIRAT RIA A UDA

Carmelo Dueñas C, MD; Marco González A, MD; Guillermo Ortiz R, MD

Introducción 1. Edema pulmonar cardiogénico: 43%


2. Neumonía adquirida en comunidad: 35%
En la literatura existe desacuerdo en la definición de térmi-
3. Exacerbación de EPOC: 32%
nos. Así, para algunos la insuficiencia respiratoria y la falla
4. Tromboembolismo pulmonar: 18%
respiratoria son etapas de un mismo proceso, mientras para
5. Asma: 3%.
otros son sinónimos. Por otro lado, buena parte de la litera-
tura menciona la insuficiencia respiratoria o falla respirato-
En ocasiones, un paciente presenta más de una patología que
ria agudas como si fueran la lesión pulmonar (LPA) y/o el
desencadena o deteriora una IRA. Así, en el estudio mencio-
síndrome de dificultad respiratoria (SDRA). Sin embargo, la
nado, de los 514 pacientes, un 47% tenía más de dos diagnós-
etiología, fisiopatología, manejo y, especialmente, el pronós-
ticos de los anotados aniba.
tico hacen claras las diferencias. Lógicamente, la LPA y el
En pacientes críticos se ha demostrado que más del 30-
SDRA se presentan siempre como un episodio de insuficien-
32% de ingresos a UCI tienen criterios de IRA asociándose
cia respiratoria aguda (IRA). Estas patologías serán revisadas
con mayor estancia hospitalaria y una mortalidad de 36-47%
en otro capítulo de este libro.
o dos veces mayor que la del resto de ingresos (6-8) y requi-
En la práctica, la IRA se define como el fracaso súbito
riendo ventilación mecánica en el 90% de los casos (8). Por
o la incapacidad abrupta del sistema respiratorio en cumplir
otro lado, de los pacientes que ingresan sin IRA más del 35%
su función de garantizar una ventilación y oxigenación acor-
la desanollan posteriormente con una mortalidad mucho ma-
des a las necesidades del organismo y ofrecer un adecuado
yor (6). En resumen, la IRA, como causa de ingreso a UCI
aporte de oxígeno a los tejidos. Basados en esto podríamos
o como complicación posterior durante la estancia, se asocia
decir que la definición de insuficiencia respiratoria puede ser
con un incremento en la mortalidad (6~ 11).
numérica, esto es:
En una serie de 514 pacientes, la mortalidad hospitalaria
1. PaO/FiO?<200 mmHg
fue de 16% en general (12). Pero ésta puede variar depen-
2. paC0 2> 5-0 con un pH<7,30.
diendo de la edad y de la causa de IRA.
La IRA se caracteriza por una combinación de síntomas y
Mortalidad de insuficiencia respiratoria aguda
signos y es producida por una larga y desigual lista de patolo-
según etiología
gías que incluyen todas las enfermedades del aparato respira-
torio además de otras de origen cardiovascular y neurológico 1. Cáncer: 50% (12)
con manejo y pronóstico muy diferentes. 2. Neumonía: 1-57% (13-15)
3. EPOC: 14-37% (16-18)
Epidemiología 4. Edema pulmonar cardíogénico: 6-30% (19,20)
5. Asma: 7-12% (2,1, 22).
La frecuencia de presentación de IRA es muy variable; se
han reportado cifras que oscilan entre 1,5 hasta 137,1 hos- Se han reportado amplias variaciones en la etiología según la
pitalizaciones por cada 100.000 habitantes por año (1-8). Es edad (6-11). Así, la mayor frecuencia de trauma de cráneo,
necesario aclarar que varias de estas publicaciones evaluaron quemaduras y otros traumas (20,8%) fueron en pacientes >30
LPA y SDRA más que IRA como tal. La epidemiología de la años, mientras que la mayor prevalencia de falla cardíaca
LPA y del SDRA será tratada en otro capítulo. (47,2%) y EPOC (39%) fue en>50 años. Por otro lado, la fre-
La IRA es producida frecuentemente por enfermedades cuencia de asma como causa de IRA disminuye con la edad,
respiratorias y cardíacas. La prevalencia de éstas (asma, de 16,6% hasta los 17 años a 2,9% en personas >80 años.
EPOC, neumonía, insuficiencia cardíaca) continúa incremen-
tándose y por ello es de esperar que la frecuencia de presen- Fisiopatología
tación de la IRA aumente (1-7).
Un reciente estudio observacional prospectivo demostró La IRA es ocasionada por compromiso pulmonar primario
que de 514 pacientes, las principales causas de IRA fueron: y por otras enfermedades no pulmonares (23-25). El siste-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

ma respiratorio tiene dos funciones primordiales: oxigenar la


sangre y eliminar el COJo Con base en ello podemos clasificar
la IRA en dos tipos clásicos (23-25):
1. Insuficiencia respiratoria hipoxémica: las diversas causas
de hipoxemia se pueden explicar con base en las altera-
ciones en la relación ventilación/perfusión (V/Q) (ver fi- Corto v/o bajo Normal v/o alto Espacio
gura 1). En la figura se observan seis unidades alvéolo-ca- Circuito muerto
pilares. En la unidad alvéolo-capilar central se aprecia el
o/a v/a v/a
estado ideal, con ventilación y perfusión normales. Como
se aprecia en la figura, en la medida que se desvía hacia la v/a v/o
derecha disminuye la perfusión con incremento de la rela-
ción V/Q, esto es, relación V/Q altas. Hacia la izquierda,
en la medida que se reduce la ventilación se disminuye Figura 1. Causas de insuficiencia respiratoria hipoxémica.
progresivamente la relación V/Q, es decir, relaciones V/Q
bajas: En el caso de patologías obstructivas, su presentación como
a. Alteración V/Q: cualquier patología respiratoria que alteraciones V/Q altas o bajas puede variar de acuerdo a la
reduzca la ventilación generará hipoxemia por rela- evolución de la enfermedad y al tipo de compromiso patoló-
ción V/Q baja. A pesar de la vasoconstricción hipóxi- gico entre una alteración V/Q baja y una alteración V/Q alta
ca, que trata de compensar la reducción de la ventila- y esto explica el porqué algunos pacientes presentan mayor
ción, las unidades mal ventiladas siguen recibiendo compromiso gasimétrico que otros en cuanto a hipoxemia
perfusión lo cual origina la hipoxemia característica y/o hipercapnia.
en estas patologías. Lógicamente, en un paciente con IRA hipoxémica la i~ter­
b. Cortocircuito aumentado: la ventilación se reduce vención terapéutica inmediata es administrarle oxígeno. La
progresivamente hasta de,saparecer ocasionando que figura claramente muestra que si le administramos oxígeno
se presenten unidades perfundidas que no reciben a pacientes con cOltocircuito intrapulmonar, la hipoxemia no
ventilación. Esto origina que la sangre pase por el mejorará. Esto nos sirve para el análisis del paciente. Así, todo
pulmón sin oxigenarse configurando así un cortocir- paciente con hipoxemia que no responda a oxigenoterapia se
cuito aumentado, por relación V/Q disminuida. A pe- estará comportando como un cOltocircuito aumentado. Gene-
sar de que el cuadro característico de esta alteración ralmente estos pacientes requieren presión positiva en forma
es la atelectasia, se acepta que problemas de difusión, de ventilación mecánica, invasiva o no invasiva (23-25).
como el edema pulmonar cardiogénico, la neumonía, 2. Insuficiencia respiratoria hipercápnica: se produce en
el SDRA, la fibrosis pulmonar y las enfermedades pacientes con obstrucción de vía aérea (EPOC), deterio-
pulmonares intersticiales se comportan, desde el pun- ro del sistema nervioso central (sedación o anestesia) o
to de vista fisiopatológico, como un cortocircuito au- por compromiso neuromuscular (tétanos, Guillain-Barre,
mentado. Miastenia Gravis). El aumento del trabajo respiratorio
c. Espacio muerto aumentado: cuando la alteración V/Q ocasiona hipercapnia cuando los músculos respiratorios
se desplaza a la derecha se aprecia una progresiva no lienen la fuerza necesaria para garantizar una ventila-
disminución de la perfusión manteniéndose la venti- ción alveolar adecuada. Cuando se presenta la alteración
lación. Esto ocasiona relación V/Q alta, característica en la ventilación alveolar (VA) se produce"r~tención de
de la hipertensión pulmonar. El extremo final de este dióxido de carbono e hipercapnia asociada a disminución
espectro se presenta cuando se ocluyen totalmente de la P0 2• En general, todas las causas de hipoxemia se
las unidades capilares, como ocurre en el tromboem- asocian con hiperventilación compensatoria y lógicamen-
bolismo pulmonar. Hay otros escenarios clínicos en te reducción en la PaCÓ,) o hipocapnia. Por definición,
los cuales la hipoxemia se produce por un aumento la asociación de hipoxerñia e hipercapnia definen la hi-
del espacio muerto. Pacientes en choque de cualquier poventilación alveolar (23-25). El aumento de la PaCO?
etiología (cardiogénico, séptico, hipovolémico), sin produce acidosis respiratoria. Como compensación se in=
problemas pulmonares asociados, pueden desarrollar crementa el bicarbonato buscando normalizar el pH. Si
tal reducción del flujo sanguíneo a las unidades alvéo- no se produce esta compensación o el aumento del CO') es
lo-capilares hasta el punto de ocasionar hipoxemia por muy rápido, aparecerá la acidemia respiratoria y la fálla
este mecanismo. El empleo de PEEP exageradamente respiratoria hipercápnica. El tratamiento de la hipercapnia
altos podría eventualmente favorecer el aumento del (incrementar la VA con el aumento de la frecuencia respi-
espacio muerto sin mejoría de la oxigenación, e inclu- ratoria y/o el volumen corriente con ventilación mecánica)
sive hipoxemia paradójica. es muy diferente del manejo de la hipoxemia (incremento
de la Fi0 2, uso de presión positiva co~ ventilación mecá-
22/INSUFICIENCIA RESPIRATORIA AGUDA

nica, empleo de PEEP). La IRA lleva a ínadecuado aporte tiga, lleva a que el desplazamiento del músculo ha-
de oxígeno (DO) y requiere inmediata intervención para cia abajo sea mínimo o inclusive se invierta hacia
evitar la hipoxia tisular y la disfunción orgánica. A pesar aniba generando presión negativa intraabdominal
de años de estudio, aún la relación entre aporte y consumo lo cual ocasiona un movimiento de succión de la
de oxígeno (V0 2), así como sus implicaciones pronósti- pared anterior del abdomen durante la inspiración.
cas no están totalmente claras. Igualmente, existe mucha En este caso el tórax se expande mientras que el
controversia sobre la existencia e implicaciones del punto abdomen se colapsa. Se trata de un signo útil y
crítico a partir del cual el V0 2 se hace dependiente del premonitorio de fatiga muscular y de IRA.
D02 (23-25). • La respiración se puede mantener de forma inde-
finida mientras no exija un esfuerzo mayor a un
En situaciones normales, la respiración requiere menos del tercio del esfuerzo respiratorio máximo. En con-
5% del total del aporte de oxígeno (26). En IRA el trabajo diciones normales la presión inspiratoria máxima
respiratorio se incrementa tanto que la demanda metabólica negativa (PIMN), es mayor de 100 cmH 20, mien-
de la respiración puede incrementarse hasta requerir 25-50% tras el trabajo respiratorio espontáneo es menor de
del total de D02 (26). Si además de todo esto, el gasto cardía- 10 cmH 20, lo cual refleja una importante reserva
co se ve limitado por patología cardiovascular, el flujo san- muscular respiratoria. Los pacientes con IRA tie-
guíneo hacia otros órganos puede comprometerse generando nen por lo general valores de PIMN <30 cmH2 y °
disfunción isquémica e hipoperfusión (26). la carga de trabajo de los músculos respiratorios,
Son necesarios mayores estudios que permitan determi- medida como la presión generada por el ventilador
nar los requerimientos de oxígeno, los niveles apropiados de con cada respiración supera los 30 cmH 2O. En este
D02 en IRA, los mejores métodos para restaurar la perfusión caso no existe reserva ventilatoria y la bomba ven-
tisular y mejorar nuestro entendimiento al respecto. Adicio- tilatoria se encuentra en alto riesgo de falla ante la
nalmente, se requieren formas más eficientes y seguras de más mínima sobrecarga.
mejorar el aporte de oxígepo a los tejidos a través de la mani- • Por otro lado, cuando se logra mantener el pH y la
pulación del gasto cardíaco y de la hemoglobina (26). PaC0 2 normales, mientras la capacidad vital (CV)
es tres veces el volumen cOlTiente necesario, es
Clínica poco probable que haya fatiga muscular.
d. Otros: mientras que la Hipertensión y taquicardia
El cuadro clínico de la IRA hipoxémica puede dividirse en:
son signos de respuesta inespecífica, la presencia de
l. Síntomas iniciales inespecíficos: tos, expectoración, disnea.
diaforesis, hipotensión, bradicardia y alteración de
2. Examen clínico:
conciencia son signos de IRA y. se asocian con mal
a. Signos de dificultad respiratoria o evidencia de aumen-
pronóstico.
to del trabajo respiratorio: taquipnea (FR>30xmin) y
e. Las entidades particulares tienen hallazgos que pue-
disnea (percepción de falta de aire). Esto puede ser
den orientar a su diagnóstico. Así, los signos clásicos
muy variable entre un observador y otro, hasta un
de neumonía como ruidos respiratorios disminuidos,
35%. Similar limitante hay entre hipoxemia y frecuen-
estertores, roncus, broncofonía, pectoriloquia, fré-
cia respiratoria, así hasta un 44% de los pacientes con
mitos y matidez pueden tener una alta variabilidad,
saturación arterial menor al 90% presenta frecuencias
sin embargo, su presencia asociada a los síntomas y
respiratorias dentro de límites normales (23-26). Adi-
signos de una buena historia clíriiqt facilitarán el en-
cionalmente puede presentarse aleteo nasal, uso de
foque diagnóstico y terapéutico a seguir. La presen-
músculos accesorios, retracciones intercostales.
cia de edemas, ortopnea, estertores y aumento en el
b. Cianosis con suplencia de oxígeno: la presencia de
pulso venoso~ugieren la presencia de edema pulmo-
cianosis distal en pacientes que reciben suplemento
nar cardiogénico. Enfermedades como la EPOC y el
de oxígeno superior al 40% es un buen predictor de
asma tienen signos clínicos similares, pero una histo-
IRA.
ria clínica completa facilita aclarar el diagnóstico. En
c. Signos de fatiga muscular: en los músculos respirato-
el diagnóstico diferencial deben incluirse patologías
rios el trabajo excesivo causa fatiga. El concepto de fa-
como el neumotórax espontáneo, las atelectasias y el
tiga es muy difícil de identificar en la práctica clínica. tromboembolismo pulmonar.
• Una de las pocas manifestaciones clínicas de fa- 3. En el caso de la IRA hipercápnica el cuadro clínico
tiga muscular son los movimientos paradójicos dependerá de la enfermedad de base. A esto se aso-
abdominales o la respiración paradójica: en con- ciarán los signos y síntomas ocasionados por la reten-
diciones normales y durante la inspiración ocune ción de CO 2 como son: cefalea, vasodilatación facial,
protrusión de la pared abdominal ocasionada por conjuntivas hiperémicas. El} cuadros severos se puede
la presión positiva generada por el diafragma. El
presentar asterixis, somnolencia y coma (23-26).
fracaso diafragmático, por excesivo trabajo y/o fa-

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 309


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA'

Diagnóstico Enfermedades inflamatorias: lesión pulmonar aguda,


SDRA.
Evaluación de la oxigenación
Enfermedades pleurales: dename pleural, empiema, he-
El monitoreo de esta variable se puede hacer en forma dis- motórax, neumotórax, tumores.
continua con determinación de gases arteriales o en forma Enfermedad tromboembólica.
continua mediante la oximetría de pulso. Como valores li- Trauma: contusión pulmonar, tórax inestable.
mítrofes a obtener con suplencia de oxígeno, se aceptan una
saturación arterial de oxígeno (Sa0 2»90-92%, una Pa0 2>60 Enfermedades cardiovasculares
mmHg y una PaO/Fi0 2>200 mmHg (23-26).
Infarto agudo del miocardio.
Falla cardíaca congestiva.
Evaluación de la ventilación
Enfermedad pericárdica.
El monitoreo de la ventilación del paciente se realiza median- Enfermedad valvular cardíaca.
te la toma de gases arteriales, procedimiento invasivo e inter- Anitmias.
mitente, o por el registro continuo del CO) espirado medido Disección aórtica.
por un capnógrafo. Anteriormente, un nivel aislado de PaC0 2 Malformaciones congénitas.
era un dato suficiente para diagnosticar falla ventilatoria. Sin
embargo, dada la creciente frecuencia de presentación de Enfermedades sistémicas
pacientes retenedores crónicos de CO 2 (EPOC) se considera
Sepsis.
necesario la asociación de hipercapnia con un pH<7,30. Esto
Hipovolemia.
último definiría la agudización (6-12, 23-26).
Choque.
Radiografía de tórax
Algunos investigadores han propuesto un abordaje esquema-
La radiografía de tórax ha sido evaluada en múltiples estudios tizado para pacientes con IRA:
de pacientes que se presentan cbn IRA. Si bien puede haber 1. Considerar si existe clínica sugestiva de neumonía. Si la
una amplia variabilidad dependiente del observador, es clara hay, se debe iniciar esquema antibiótico.
la utilidad de la radiografía de tórax en pacientes con IRA: 2. Si no parece neumonía deben descartarse patologías car-
1. Diagnóstico primario: la radiografía de tórax permite el diovasculares y de vasculatura pulmonar (TEP). Para esto
diagnóstico de patologías como edema pulmonar cardio- se puede hacer un ecocardiograma o colocar un catéter de
génico, neumotórax, atelectasia, dename pleural. En pa- arteria pulmonar.
cientes con politrauma es fundamental en el diagnóstico 3. Descartado lo anterior debe considerarse realizar un TAC
de fracturas costales o de lesiones de otras estructuras de de tórax. De acuerdo a este resultado el paso siguiente
la pared torácica, así como hemotórax, neumotórax, con- sería: realizar una broncoscopia con lavado broncoalveo-
tusión pulmonar, etc. lar y/o biopsia abierta para descartar patologías potencial-
2. Una radiografía de tórax normal en pacientes con IRA mente curables.
ayuda a descartar diagnósticos diferenciales como los
anotados aniba. Igualmente, debe hacer pensar en las Es claro que patologías cardiovasculares y pulmonares como
pocas patologías que ocasionan IRA con radiografía de neumonía, TEP, EPOC, asma, que ocasionan IRA, tienen un
tórax normal. Entre éstas se encuentran' el asma y el TEP. diagnóstico, manejo y pronóstico específicos 'que escapan al
objetivo de esta publicación. Además, es lógico que para rea-
Diagnóstico diferencial en la insuficiencia lizar un manejo y establecer un pronóstico acertado se hace
respiratoria necesario un diagnóstico correcto. Si bien puede parecer
sencillo el diagnóstico diférencial de estas patologías en el
La lista de las enfermedades que causan insuficiencia res-
servicio de urgencias, un reciente estudio observacional en
piratoria puede ser dividida en tres categorías: pulmonares,
pacientes mayores de 65 años con IRA (12), reportó elTores
cardiovasculares y sistémicas.
en el diagnóstico en 101 pacientes (20%). Más importante
aún fue que, al evaluar las razones para los enores diagnós-
Enfermedades pulmonares
ticos, se encontró una asociación, estadísticamente significa-
Enfermedades de la vía aérea: cuerpo extraño, epiglotitis, tiva, con diagnósticos como edema pulmonar cardiogénico,
tumores, trauma de la vía aérea, laringotraqueítis aguda. neumonía adquirida en comunidad y tromboembolismo pul-
Enfermedades obstructivas: asma, EPOC. monar. Así, en pacientes mayores de 65 años con IRA deben
Enfermedades restrictivas: fibrosis pulmonar, neumoco- considerarse estas enfermedades dada la alta frecuencia de
niosis, carcinomas. enores en su diagnóstico (12).
Enfermedades infecciosas: neumonía, bronquitis, bron- Por otro lado, el síndrome de dificultad respiratoria aguda
quiolitis. (SDRA) es ocasionado por múltiples causas, requiere apoyo
22/INSUFICIENCIA RESPIRATORIA AGUDA

ventilatorio y manejo general que será tratado en un capítulo la hipercapnia y requieren el estímulo de la hipoxemia para
posterior de esta publicación. activar el centro ventilatorio. Si se administra una suplencia de
Existe una lista de patologías que generan IRA y que pue- 0 1 que corrija completamente la hipoxemia, se podría inhibir
den simular SDRA pero tienen un tratamiento específico que e(centro respiratOlio e incrementar la hipoventilación.
cambia el pronóstico (27). Por lo tanto, y teniendo en cuenta
el contexto clínico, deberían ser tenidas en cuenta para ser Insuficiencia respiratoria hipoxémica
descartadas o confirmadas (27). Para ello la fibrobroncos- La suplencia o el soporte con oxígeno es la más importante
copia con lavado broncoalveolar y/o biopsia bronquial y o terapia. Existen medidas alternativas dependiendo de la cau-
transbronquial puede tener un papel fundamental y por ello sa o enfermedad que esté generando esta insuficiencia. Entre
este procedimiento hace parte del esquema escalonado men- ellas se encuentran el uso de PEEP en SDRA, antibióticos en
cionado arriba (27). Las patologías que simulanSDRA son: neumonía, bronco dilatadores en procesos bronco-obstructi-
1. Neumonía: bacteriana (TBC miliar), viral (citomegalovi- vos. En algunos casos la hipoxemia puede ser acompañada
rus, hantavirus, herpes simples), otras (Pneul11ocistis Ca- de hipercapnia, especialmente cuando el exagerado trabajo
rinii, estrongiloidiasis). respiratorio lleva a fatiga muscular.
2. Criptogénica: neumonía eosinofílica aguda, neumonía in-
tersticial aguda, neumonía criptogénica de organización. Vía aérea
3. Malignidad: Ca bronco alveolar, linfoma, diseminación
linfangítica, leucemia aguda. La obstrucción de la vía aérea superior (OVAS) origina fa-
4. Enfermedad vascular pulmonar: hemorragia alveolar lla respiratoria en algunos casos y obliga a la corrección de
difusa, enfermedad veno-oclusiva, embolismo pulmonar la obstrucción y/o la instauración de una vía aérea artificial.
y siclemia. OVAS debe considerarse en todos los pacientes con dificul-
tad respiratoria de causa no clara, en especial si se asocia a
Manejo trauma de cara o cuello, sospecha de malignidad en laringe
o tráquea, enfermedad neurológica o si la presentación del
La IRA es tratada con un 'manejo combinado dirigido a con- cuadro es en forma súbita asociado a estridor laríngeo. Si
trolar la causa de la insuficiencia más un soporte en oxigena- existe el antecedente de intubación previa se debe considerar
ción y ventilación. El abordaje inicial del paciente nos debe la posibilidad de una estenosis subglótica y en niños nunca
permitir: olvidar la posibilidad de un cuerpo extraño.
Corregir los gases arteriales, hipoxemia y/o hipercapnia
sin que esto vaya a generar riesgos de barotrauma o volu- Oxígeno
trauma.
Es necesario en todos los pacientes con IRA. El oxígeno se
Determinar la necesidad de ventilación no invasiva.
puede administrar de dos formas:
Establecer la necesidad de intubación e iniciar ventilación
l. Los sistemas de bajo flujo: incluyen las cánulas nasales y
invasiva.
las máscaras simples. Son más cómodos para el pacien-
Determinar la etiología mediante estudios paraclínicos
te pero presentan como limitante que el flujo de oxíge-
dirigidos de acuerdo a los hallazgos en interrogatorio y
no suplementario es constante y la fracción inspirada de
examen.
oxígeno varía inversamente con la ventilación minuto del
Formular un plan diagnóstico cuando la etiología no sea
paciente (VE). El flujo de oxígeno para una cánula nasal
evidente.
puede ofrecerse de 0,5 a 4L/min mleQtras que para una
máscara el flujo es de 4-?L/min con la i~tención de barrer
Insuficiencia respiratoria hipercápnica
el CO') existente en ésta:
El manejo inicial consiste en permeabilizar la vía aérea por 2. Los sistemas de alto flujo incluyen las máscaras tipo ven-
terapia respiratoria como se describe más adelante. Si no hay tury y las de rese;va. Los dispositivos tipo ventury dirigen
mejoría y ante la imposibilidad de proteger la vía aérea por el oxígeno a través de un pequeño tubo que incrementa
el paciente se debe proceder a intubación orotraqueal y/o la velocidad del flujo, generando una mayor presión ne-
traqueo sto mía. Hipercania es sinónimo de hipoventilación gativa y por lo tanto un mayor volumen de aire en el cir-
alveolar, los soportes ventilatorios restauran esta ventilación cuito respiratorio, estas máscaras permiten variar la Fi0 2
a la espera de corregir la patología o causa de descompensa- de 0,24 hasta 0,5, requiriendo administrar un flujo entre
ción. Es necesario aclarar que en pacientes con IRA hiper- 10-15 ml/min. Si bien pueden ser incómodos para el. pa-
cápnica, especialmente EPOC la literatura ha demostrado la ciente tienen la ventaja de garantizar una Fi0 2 constante
utilidad de la ventilación mecánica no invasiva (28-30). no dependiente de VE.
La hipoxemia se presenta también en falla respiratoria hiper-
cápnica especialmente en pacientes con enfermedad pulmonar Toxicidad del oxígeno
haciéndose necesario el aporte suplementario de oxígeno, sin
Debe recordarse su posible toxicidad y efectos adversos al
embargo, algunos pacientes son particularmente insensibles a
usar dosis altas, especialmente en pacientes con IRA hiper-
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 311
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

cápnica (depresión respiratoria con mayor aumento de Pa- los resultados no han sido concluyentes como para proponer-
CO 2)· los como helTamienta diagnóstica y se esperan los resultados
En general se recomienda no usar fracciones inspiradas de un estudio multicéntdco grande (BASEL U-rCD) para es-
mayores de 60% y por tiempos largos, mayores de 6 horas. tablecer el enfoque de pacientes críticos con falla respiratoria
hipoxémica y definir la utilidad del péptido natriurético tipo
Uso de medicamentos B en estos pacientes (33).
Medicamentos como broncodilatadores como B-agonistas,
anticolinérgicos, esteroides, xantinas, sulfato de magnesio, Referencias
sedantes y relajantes musculares hacen parte del arsenal te- l. National Heart and Lung Institute. Task force on problems, research
rapéutico con que el médico cuenta para el manejo de estos approaches, needs: the 1ung programo Washington, DC, Department of
Health, Education, and Welfare 1972: 165-80.
pacientes (19, 21, 22).
2. Lewandowski K, Metz J, Deutschmann C, et al. Incidence, severity,
and mortality of acute respiratory failure in Berlin, Germany. Am J
Fisioterapia del tórax Respir Crit Care Med 1995; 151: 1121-5.
3. LlIhr OR, Antonsen K, Karlsson M, et al. Incidence and mortality after
Las técnicas de fisioterapia incluyen incentivos respiratorios, acute respiratory failure and aCllte respiratory distress syndrome in
presión positiva intermitente, drenaje postural, percusión del Sweden, Denmark, and Iceland. The ARF Study Grollp. Am J Respir
Crit Care Med 1999; 159: 1849-6l.
tórax y terapia rotacional.
4. Thomsen GE, Morris AH. Incidence of the adult respiratory distress
syndrome in the state of Utah. Am J Respir Crit Care Med 1995; 152:
a. Incentivo respiratorio 965-71.
5. Villar J, Slutsky AS. The incidence of the adult respiratory distress
Las atelectasias son un problema en pacientes en postoperato- syndrome. Am Rev Respir Dis 1989; 140: 814-6.
rio o con enfermedades neuromusculares. Promueve la expan- 6. Vincent JL, Ak<;;a S, de Mendon<;;a A, Haji-Michael P, Sprung Ch, et
sión pulmonar a partir de respiraciones· espontáneas que pue- al. The Epidemiology of Acute Respiratory Failure in Critically 111
dan generar la suficiente presión negativa por un lapso corto. Patients*. Chest 2002; 121: 1602-1609.
7. Behrendt CE. ACllte Respiratory Failure in the United States* Inciden-
ce and 31-Day Survival. Chest 2000; 118: 1100-5.
b. Presión positiva intermitente 8. Esteban A, Anzlleto A, Frutos F, et al. Characteristics and outcomes in
adult patients receiving mechanical ventilation: a 28-day international
Se emplea en casos similares al anterior, pero tiene la venta- study. JAMA 2002; 287: 345-355.
ja de poder utilizarse en pacientes en ventilación mecánica, 9. LlIhr OR, Antonsen K, Karlsson M, et al. Incidence and mortality after
independiente del estado de conciencia o colaboración del acute respiratory failure and aCllte respiratory distress syndrome in
paciente. Sweden, Denmark, and !celando Am J Respir Crit Care Med 1999;
159: 1849-186l. .
10. Lewandowski K, Metz J, Deutschmann H, et al. Incidence, severity,
c. Drenaje postural, terapia rotacional y percusión and mortality of aCllte respiratory failure in Berlin, Germany. Am J
torácica Respir Crit Care Med 1995; 151: 1121-1125.
11. Vasilyev S, Schaap RN, Mortensen JD. Hospital survival rates of pa-
Se indica en pacientes con abundantes secreciones o com- tients with acute respiratory failure in modern respiratory intensive
promiso neurológico que limita el manejo de las mismas por care lInits. Chest 1995; 107: 1083-1088.
el paciente. 12. Ray P, Birolleau S, Lefort Y, Becquemin MH, et al. ACllte respiratory
failure in the elderly: etiology, emergency diagnosis and prognosis.
Crit Care 2006; 24: 82.
Broncoscopia 13. Marrie TJ. Community-acquired pneumonia in the elderly. Clin Infect
Dis 2000; 31: 1066-1078. "
En pacientes en los que no se logran resolver las atelectasias 14. Metlay JP, Schlllz R, Li YH, Singer DE, Marrie TJ, Coley CM, Hough
o recaen fácilmente, se indica la realización de la broncos- LJ, Obrosky DS, Kapoor WN, Fine MJ. Inftuence of age on symptoms
copia con el objetivo de evaluar la permeabilidad de la vía at presentation in patients with community-acquired pneumonia. Arch
Intern Med 1997; 157: 145~~1459.
aérea, remover cuerpos extraños o secreciones que no se ha-
15. Angus D. Severe Community-acquired Pneumonia Use of Intensive
yan podido retirar por la fisioterapia y si es necesario la toma Care Services and Evaluation of American and British Thoracic So-
de muestras para estudios microbiológicos o inclusive para ciety Diagnostic Criteria. Am J Respir Crit Care Med 2002; 166: 717-
biopsia bronquial y transbronquial (27). 23.
16. Breen D, Churches T, Hawker F, Torzillo PJ. Acute respiratory fai1u-
Algunas publicaciones han sugerido la utilidad de la fi-
re secondary to chronic obstructive pulmonary disease treated in the
brobroncoscopia en el abordaje diagnóstico de pacientes con intensive care unit: a long term follow up study. Thorax 2002;57: 29-
politrauma y compromiso pulmonar, especialmente para pa- 33.
tologías como el embolismo graso postraumático (31). 17. Nevins ML, Epstein SK. Predictors of outcome for patients with
COPD requiring invasive mechanical ventilation. Chest. 2001; 119:
El abordaje del paciente con insuficiencia. respiratoria
1840-1849.
aguda es difícil, más difícil puede ser establecer la causa. Por 18. Khilnani GC, Banga A, Sharma SD. Predictors of mortality of patients
ello se han propuesto marcadores como las concentraciones with acute respiratory failure secondary to chronic obstructive pulmo-
del N-terminal del péptido natriurético tipo B para descartar nary disease admitted to an intensive care u~t: A one year study BMC
Pulm Med 2004; 4: 12.
origen cardíaco de la falla respiratoria (32,33). Sin embargo,
22/INSUFICIENCIA RESPIRATORIA AGUDA

19. Rich MW. Heart failure in the 21st century: a cardiogeriatric syndro- 28. Cochrane systematic review and meta-analysis Lightowler JV, Wedzi-
me. J Gerontol A Biol Sci Med Sci 2001, 56: 88-96. cha JA. BMJ 2003; 326: 185-9.
20. Masip J, Roque M, Sanchez B, et al. Noninvasive Ventilation in Acute 29. Burns KE, Adhikari NK, Meade MO. A meta-analysis of noninvasi-
Cardiogenic Pulmonary EdemaSystematic Review and Meta-analysis. ve weaning to facilitate liberation from mechanical ventilation. Can J
JAMA 2005; 294: 3124-3130. Anaesth 2006; 53(3): 305-15.
21. McFadden ER. Observations on asthma mortality. Ann Intern Med 30. Collaborative Research Group of Noninvasive Mechanical Ventilation
1997; 142-7. for Chronic Obstructive Pulmonary Disease. Early use of non-inva-
22. FitzGerald M.Acute asthma. BMJ 2000; 323: 841-5. sive positive pressure ventilation for acute exacerbations of chronic
23. Levy MM. Pathophysiology of Oxygen Delivery in Respiratory Failu- obstructive pulmonary disease: a multicentre randomized controlled
re*. Chest 2005; 128: 547S-53. tria!. Chin Med J (Engl) 2005; 118(24): 2034-40.
24. Word LDH. The pathophysiology and differential diagnosis of acute 31. Mimoz O, Edouard A, Beydon L, Qwuillard J, et al. Contribution of
respiratory failure. En: Hall JB, Schmidt GA, Wood LDH. PrincipIes bronchoalveolar lavage to the diagnosis of posttraumatic pulmonary
of critical careo 2nd ed. McGraw-Hill. New York 1998; 499-508. fat embolism.lntensiveCareMed 1995; 21: 973-80.
25. Evans TW. Clinical assessment for the respiratory system. In: Tobin 32. Élie Azoulay, Lefebvre A, Kural-Menasché S, Darmon M, Thiéry G,
MJ: PrincipIes and practice of intensive care monitoring. McGraw- et al. Use of N-terminal pro-brain natriuretic peptide to detect cardiac
Hill. NewYork 1998; 187-97. origin in critically ill cancer patients with acute respiratory failure.
26. Pinsky MR. Cardiovascular Issues in Respiratory Careo Chest 2005; Intensive Care Med 2008; 34: 833-839.
128: 592S-7S. 33. Mueller CH. Acute respiratory failure: back to the roots! Intensive
27. Dakin J, Griffiths M. Pulmonary investigations for acute respiratory Care Med 2008; 34: 787-789.
failure Thorax 2002; 57: 79-85.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 313


XI EN RAPIA EN REANIMACI Na
GEN RALI ES

María Margarita Mesa, FT; Gustavo Valderrama, MD

Historia que circula por los capilares está separada del alvéolo por
una membrana considerablemente delgada para que se pro-
El oxígeno como elemento constitutivo de la atmósfera fue
duzca el intercambio de gases por el fenómeno denominado
descubierto en 1770. Rápidamente fueron identificadas sus
difusión (3). Los fenómenos contrarios a estas condiciones
funciones benéficas en los pacientes con problemas respira-
conducen a un déficit en la concentración de oxígeno en la
torios así como sus resultados deletéreos al usarse indiscrimi-
sangre, situación que se denomina hipoxemia y que en térmi-
nadamente en animales (1).
nos numéricos se puede definir como: "la disminución de la
El oxígeno se utiliza desde 1840 en anestesia y se usó de
PaO? (bajo 60 mmHg) cuando se respira al medio ambiente
manera rutinaria en pacientes con enfermedades cardiones-
ya ñivel del mar" (4). Por tal razón, la indicación más usual
piratorias. Su aplicación conecta exigió conocer sus efectos
de oxígenoterapia es el tratamiento y prevención de ésta, que
para lograr los resultados deseados y disminuir los efectos
lleva a hipoxia tisular (5), y satisfacer los requerimientos me-
adversos.
tabólicos de la célula.
El concepto del "oxígeno como droga" se remonta a 1920
y se atribuye a Alvin B~'ach su utilización como método
terapéutico (oxígenoterapia) en las patologías respiratorias,
Contraindicaciones de oxígenoterapia
cardiovasculares y en medicina crítica (2). N o se debe administrar oxígeno durante procedimientos mé-
dico-quirúrgicos en los que se utiliza energía eléctrica o láser
Objetivo de la oxígenoterapia simultáneamente.
La oxígenoterapia consiste en la administración de oxígeno de
forma terapéutica por medio de diversos sistemas; por los cua-
Indicaciones de oxígenoterapia
les el paciente recibe una concentración determinada de oxíge- La oxígenoterapia se indica siempre que haya hipoxemia,
no. Debe prescIibirse fundamentado en una razón válida y se que es la disminución de la Pa0 2 < 60 ton o S02 < 90 % en
debe administrar de forma conecta y segura como cualquier sujetos respirando aire ambiente (4).
otra droga, con un seguimiento clínico de su eficacia. El oxígeno eleva la presión parcial de oxígeno alveolar au-
La finalidad de la oxígenoterapia es aumentar el aporte de mentando el gradiente de presión para que la difusión de oxíge-
oxígeno a los tejidos utilizando al máximo la capacidad de no en la sangre sea óptima y de esta forma aumentar la Pa02.
transporte de la sangre arteIial. Para ello, la cantidad de oxí-
geno en el gas inspirado debe ser tal, que su presión parcial Tipos de hipoxia (2, 3, 6)
en el alvéolo alcance niveles suficientes para saturar comple-
tamente la hemoglobina (3).
Hipoxia hipoxémica: se depe a una disminución de la difu-
sión de oxígeno a través de la membrana alvéolo-capilar y
Es indispensable que el aporte ventilatorio se complemen-
te con una concentración normal de hemoglobina y una con- pude ser causada por~
servación del gasto cardíaco y del flujo sanguíneo. • FI02 inspirado bajo
La necesidad de la terapia con oxígeno debe estar siempre • Desigualdad de la ventilación-perfusión
basada en un juicio clínico cuidadoso y ojalá fundamentada • Aumento del cortocircuito
en la medición de los gases arteIiales (4). El efecto directo • Cardiopatías
es aumentar la presión del oxígeno alveolar, que trae consi-
Hipoxia anémica: se debe a una disminución de la capaci-
dad de transporte de oxígeno de la sangre, causado por:
go una disminución del trabajo respiratorio y del trabajo del
miocardio, necesaIia para mantener una presión arterial de • Anemia
oxígeno definida. • Intoxicación por monóxido de carbono.
El pulmón cumple la función de intercambio gaseoso por
Hipoxia circulatoria: se debe a una disminución del gasto
cardíaco o una reducción del flujo de sangre, causado por:
medio del proceso de la respiración, tomando aire ambien-
te (inspiración), conduciéndolo por las vías aéreas (espacio • Estados de shock
muerto), hasta el alvéolo que es la unidad funcional de dicho • Inestabilidad cardiovascular
proceso, que se encuentra rodeado de capilares. La sangre • Vasoconstricción local.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Hipoxia citotóxica: se debe a la incapacidad de los tejidos ..Obesidad mórbida (índice de masa corporal 40 kg/m. Fa-
para utilizar el oxígeno disponible y es causada por: lla respiratoria tipo n común durante el sueño).
ti Toxicidad por cianuro • Extensiva cirugía de tórax previa, por ejemplo resección
ti Envenenamiento alcohólico pulmonar.
• Falla renal.
Posibles complicaciones
Causas de hipoxemia (2, 3, 6)
Hipoventilación inducida por oxígeno (4)
.. Disminución e la presión parcial de oxígeno (PP0 2) por Es la depresión ventilatoria que se presenta en el paciente
disminución de la presión barométrica. con neumopatía crónica, retenedores de COz' en quienes el
• Disminución de la (PAO) por disminución de la fracción estímulo ventilatorio a nivel del sistema nervioso central obe-
inspirada de oxígeno (Fi0 2) dece a la hipoxemia y no a elevaciones de la PaCO z. Al admi-
.. Hipoventilación nistrársele oxígeno y elevar la presión parcial de este gas en
.. Aumento en la diferencia alvéolo-arterial (DAa0 2), que sangre, se elimina el estímulo hipoxémico y desencadena una
de debe a un defecto en la difusión, relación ventilación respuesta de hipoventilación alveolar, que inducirá narcosis
perfusión anormal y un shunt intrapulmonar. por CO 2 y depresión del sistema nervioso central. Efectos
también deletéreos a nivel cardiovascular, pudiendo llegar a
La liberación de oxígeno a los tejidos depende de la PaO z' del un paro respiratorio, por hipercapnia.
gasto cardíaco (Q), del porcentaje de saturación de la hemog- En enfermos con EPOC hipercápnicos e hipoxémicos
lobina y del contenido total de oxígeno arterial. crónicos, el objetivo es cOlTegir parcialmente la hipoxemia y
alcanzar una Pa0 2 hasta 60 mmHg y Sa0 2 > o igual a 90%,
Efectos de la hipoxemia cOlTigiendo la acidosis metabólica (10).
Aumento de trabajo respiratorio
Toxicidad por oxígeno
La disminución de oxígeno en sangre es captada por los qui-
miolTeceptores periféricos llevando a un aumento de la fre- Las altas concentraciones de oxígeno en el pulmón generan
cuencia y profundidad de la ventilación, resultando en un in- la producción de radicales libres (3) con gran capacidad para
cremento del trabajo respiratOlio. El oxígeno aumenta la PaO z reaccionar químicamente, como son: el superóxido (02)' el
y ésta a su vez eleva la Pa02, disminuyendo el estímulo de los peróxido de hidrógeno (HzO z) y el hidróxilo (OH), estos ra-
quimiolTeceptores periféricos y el trabajo respiratorio (6-9). dicales son tóxicos para las células del epitelio bronquial, así
como también para los alvéolos pulmonares.
Aumento del trabajo del miocardio La toxicidad (11) se puede manifestar de manera aguda
con una ilTitación traqueobronquial (12), con alteración en
El aumento en la fuerza y frecuencia de contracción del mio-
las cilias y disminución de la capacidad vital; si el contacto
cardio es la primera respuesta compensatoria a la hipoxemia.
con oxígeno continúa por tiempos prolongados los capilares
Por tal razón el oxígeno puede ayudar a compensar el trabajo
comienzan a trasudar, hay pérdida de smfactante, hiperplasia
miocárdico aumentado, disminuyendo el estímulo del gasto
de los neumocitos tipo n, edema intersticial perivascular y/o
cardíaco (2).
alveolar, formación de membranas hialinas y alteraciones fi-
broblásticas, esta última presente en las formas crónicas; el
Vasoconstricción pulmonar hipóxica
resultado final puede ser una disminución en la 'distensibilidad
La arteria pulmonar se contrae en presencia de hipo xi a, pulmonar, reducción en la capacidad de difusión, la aparición
mientras que las arterias coronarias se relajan en las mismas de SDRA, fibrosis pulmonar y eventualmente la muerte.
condiciones; sin embargo, ambos vasos responden con rela-
jación transitoria después de la reoxigenación. Atelectasia por reabsorción de nitrógeno (4, 13, 14)
Sí el paciente recibe oxígeno a altas concentraciones, reem-
Causas de falla respiratoria tipo 11 (10)
plaza al nitrógeno a nivel alveolar (encargado de mantener
• EPOC (N o usar altas dosis de oxígeno) la apertura alveolar aportando suficiente volumen gaseoso)
.. Fibrosis quística con severa obstrucción de vía aérea generando colapso y atelectasia, lo que hace indispensable
.. Asma severo la intervención del terapeuta respiratorio para la prevención
.. Excesivo uso o sobredosis de narcóticos o sedantes de éstas.
• Severa cifoescoliosis
.. Enfermedades neuromusculares que afecten los músculos Contaminación bacteriana
respiratorios.
La colocación de humidificación puede ,llevar a contamina-
ción bacteriana si no se aplican protocolbs de manejo para la
aerosolterapia y oxígenoterapia (4).
24/ OXIGENOTERAPIA EN REANIMACiÓN. GENERALIDADES

Precauciones de su uso La FI02 es desconocida puesto que ella depende de la .


combinación de 3 factores:
Usar altos flujos de oxígeno durante la broncoscopia láser y
• Del flujo de oxígeno suministrado: la FI02 aumenta
electro cirugía puede aumentar el riesgo de quemaduras intra-
cuando el flujo de oxígeno aumenta y desciende cuando
traqueales y se debe usar con cuidado en la intoxicación con
el flujo de oxígeno está descendiendo, esto significa que
Paraquat (15).
la FIO" es flujo dependiente.
• Del tamaño del reservorio anatómico: cuando el pa-
Métodos de administración de oxígeno ciente esta conectado a un sistema de bajo flujo, el depósi-
Administración to anatómico del oxígeno se encuentra permanentemente
ocupado por oxígeno al 100% incluso en fase espiratoria.
Para administrar convenientemente el oxígeno en el aire ins-
Entonces durante la inspiración, el volumen de gas que
pirado es necesario conocer la concentración del gas y utili-
llegara a los alvéolos será la suma del volumen contenido
zar un sistema adecuado de aplicación (3, 4, 16). El oxígeno
en el deposito anatómico, más el volumen inspirado del
se administra húmedo para evitar reacciones adversas. Se
ambiente. Por esto varía la FI02 de la siguiente manera: si
suministra de forma continua sin fluctuaciones bruscas para
el depósito es grande, la FI02 se incrementa y si el depósi-
evitar períodos de hipoxia.
to es pequeño, la FI02 disminuye. En la práctica se puede
La FI02 es la concentración medible y calculable de oxí-
incrementar la FI02 aumentando el tamaño del depósito,
geno en el aire inspirado. La concentración del gas en la at-
es decir, adicionando reservodos mecánicos.
mósfera es de 21 %, lo cual equivale a una FI02 de 0,21; Y la
e Del patrón respiratorio del paciente: porque si la fre-
presión que ejerce varía de acuerdo con la presión barométri-
cuencia respiratoria es elevada acompañada o no de pa-
ca que a nivel del mar es: 0,21 x 760 mmHg = 160 mmHg, a
trón respiratorio inestable, la FI02 disminuye.
nivel de Cali es de 142,8 mmHg.
Si la ventilación espontánea es efectiva, se puede adminis-
trar oxígeno mediante varios sistemas. La elección del sis- Indicaciones
tema de suministro depende del estado clínico del paciente Está indicado cuando el volumen corriente del paciente está
y de la concentración deseada de oxígeno. Los sistemas de por encima de las % partes del valor normal, si la frecuencia
suministro de oxígeno se pueden dividir en los de bajo flujo respiratoria es menor de 25 por minuto y si el patrón ventila-
y de alto flujo (4, 16, l7). torio es estable. En los pacientes en que no se cumplan estas
Cualquiera que sea el sistema empleado, la concentración condiciones los sistemas de bajo flujo se administran a través
de oxígeno que se administra está determinada por la venti- de varios métodos, entre los que se encuentran:
1ación minuto del paciente y la velocidad de suministro de
flujo gaseoso (4). Cánula nasal
Es una doble cánula que se introduce en las fosas nasales, para
Sistemas de bajo flujo proporcionar oxígeno al paciente, por su modo de inserción
En estos sistemas, la FI02 administrada varía según la frecuen- permite el aporte de oxígeno durante la ingesta (figura 1).
cia respiratoria (4) Y la profundidad de cada ventilación, de
tal manera que en un paciente polipnéico no hay tiempo para
que se llene el reservorio de oxígeno, haciendo que la FI02
sea cada vez menor y si el paciente respira por la boca o por la
nariz, de la misma manera se modifican las concentraciones de
oxígeno administradas. Por el contrario, en la respiración lenta
y superficial la FI02 aumentará gradualmente. Esto hace que
los sistemas de bajo flujo no tengan FI02 predecible por lo que
en casos de falla respiratoria o en hipercapnia severa donde se
requieren FI02 exactas, no sean útiles.
Si el paciente presenta una ventilación normal y estable,
estos sistemas brindan una FI02 constante y predecible.
Los sistemas de bajo flujo se usan para tratamiento de la
insuficiencia respiratoria crónica, permitiendo obtener una
Figura 1. Cánula nasal (28).
Pa0 2 y Sat0 2 satisfactorias sin favorecer la retención de CO 2
por abolición del estímulo hipóxico o por modificación de la
Ventajas
relación V /Q (15).
Es el método más sencillo, barato y cómodo para la admi-
El sistema de bajo flujo aporta sólo una proporción del gas
nistración de oxígeno a baja concentración en pacientes que
inspirado, a través de una fuente, ya que la otra parte la toma
no revisten mucha gravedad o tienen una hipoxemia de poca
del medio ambiente (4, 16-18).
magnitud.
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 317
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Las cánulas nasales consisten en unos tubos plásticos Desventajas


flexibles que se adaptan a las fosas nasales y que se mantie- No la toleran pacientes con severa dificultad respiratoria, e
nen sobre los pabellones auriculares. interfieren para expectorar y comer.
El procedimiento para su colocación es el siguiente: El procedimiento para la colocación de la mascarilla sim-
• Tenga el- material preparado: Cánula nasal, humidificador ple se describe a continuación:
simple, agua estéril, fuente de oxígeno. • Tenga el material preparado: máscara simple, humidifica-
e Lávese las manos. dor simple, agua estéril y fuente de oxígeno.
e Infonne al paciente de la técnica que va a realizar y soli- • Lávese las manos.
cite su colaboración. Pídale que se suene. e Informe al paciente de la técnica que va a realizar y soli-
e Conecte el extremo distal de la cánula a la fuente de oxí- cite su colaboración.
geno. • Conecte el humidificador a la fuente de oxígeno.
• Introduzca la doble cánula en fonna anatómica de acuer- • Sitúe la mascarilla sobre la nariz, la boca y el mentón del
do con las fosas nasales. paciente.
e Pase los tubos de la cánula por encima de las orejas del • Fije la banda elástica por detrás de la cabeza del paciente
paciente y ajuste la cánula con el pasador, de manera que y tire de sus extremos hasta que la mascarilla quede bien
éste quede por debajo de la barbilla. (Los tubos deben ajustada en la cara.
adaptarse a la cara y el cuello del paciente sin presiones ni e Seleccione en el caudalímetro o flujómetro el flujo de oxí-
molestias). geno prescrito.
• Seleccione el flujo de oxígeno prescrito. • Cuidados posteriores. Controle regularmente que la mas-
e Cuidados posteriores. Controle regulannente la posición carilla está en la posición COlTecta. Compmebe que la
y el ajuste de la cánula nasal, ya que puede soltarse fá- banda no ilTite el cuero cabelludo ni los pabellones au-
cilmente. Compmebe que las fosas nasales del paciente riculares. Vigile que no haya fugas de oxígeno por fuera
están libres de secreciones. de la mascarilla (especialmente hacia los ojos). Valore las
• Vigile las zonas superiores de l.os pabellones auriculares y la mucosas nasal y labial y lubríquelas si es necesario.
mucosa nasal (lubrique los orificios nasales si es necesario).
Máscara de reinhalación parcial
Desventajas Dispositivo conectado a una bolsa de reserva que funciona
Se desacomoda fácilmente, flujos altos ocasionan resequedad como un acumulador de oxígeno (figura 3).
e ilTitaCión de las fosas nasales y ocasionalmente sangrado. El procedimiento para su colocación es el siguiente:
e Tenga el material preparado: máscara simple. Bolsa reser-
Mascarilla simple de oxígeno vorio no tiene válvula, manguera lisa, humidificador
Son dispositivos de plástico que poseen unos orificios latera- • Lávese las manos.
les que permiten la entrada libre de aire ambiente, cubren la e Infonne al paciente de la técnica que va a realizar y soli-
boca, la nariz y el mentón del paciente; estas máscaras se uti- cite su colaboración.
lizan para administrar concentraciones medianas. No deben • Adapte el conector de rosca a la fuente de oxígeno.
utilizarse con flujos menores de 5 litros por minuto porque al e Conecte un extremo de la manguera lisa al conector de ros-
no garantizarse la salida del aire exhalado puede haber rein- ca y el otro extremo a la máscara de reinhalación parcial.
halación de CO 2 (figura 2). • Selecciones el flujo de oxígeno de lO-12litr9s por minuto.
ti Espere que el reservorio se llene completamente-<;ie oxígeno.
• Sitúe la mascarilla sobre la nariz-boca y mentón del pa-
ciente adaptando la banda metálica sobre el tabique nasal
y el contorno facial.
• Fije la banda elástica alrededor de la cabeza.

Recomendaciones:
ti Compmebe periódicamente que la bolsa de reserva esté
llena, y que en la inspiración no se colapsen las paredes.
ID Si la velocidad de flujo de oxígeno hacia la bolsa se mantie-
ne constantemente, se previene la reinhalación de CO2 •
e Se recomienda un flujo de 6-10 L/min para evitar el colap-
so de la bolsa de reserva durante la inspiración.
Figura 2. Mascarilla de oxígeno. • Revisar las uniones del equipo para evitar fugas
e Verificar que la máscara de reinhalación parcial se en-
Ventajas cuentre siempre limpia.
Ligera, fácil de instalar y relativamente económica. • Monitorizar la saturación de oxígeno.
24/ OXIGENOTERAPIA EN REANIMACIÓN. GENERALIDADES

Concentración del 02 administrado por máscara de reinhalación parcial (tabla 1)


Tabla 1.

Sistema de administración Descripción Flujo en Vmin Complicaciones y comentarios


=FIO,
Cánula nasal * Velocidad de flujo de 1 a 6 L/min. 2 L/min= 28% - La FIO, administrada depende del volumen de ventilación
24-40 FI02 - Aporta aproximadamente 4%/L 3 L/min= 32% pulmonar y de la frecuencia ventilatoria.
- Se inserta 1 cm en cada fosa nasal. 4 L/min= 36% - Las fosas nasales deben estar permeables.
- Cómoda y de bajo costo 5 L/min.= 40%
- El paciente puede comer

Máscara sencilla* Flujo de 5 a 8 L/min. 5 L/min= 35% - Se necesitan al menos 5 L/min para eliminar el CO 2 y
35-50 FI0 2 5-10 L/min. Plástico transparente; debe ajustarse her- 6 L/min=40% evitar su reinhalación.
méticamente a la cara del paciente. 8-10 L/min= 50% - Debe usarse con cautela en pacientes comatosos.
Hay que fijarla de manera segura a la cara del paciente
para evitar la entrada de aire atmosférico y la disminución
de la FIO,.
Mascarilla de reinhalación Flujo de 8 a 10 L/min. 8 L/min= 40-50% -El flujo debe ser suficiente para mantener la bolsa insufla-
parcial* Mascarilla de plástico transparente que 10-12 L/min= 70% da en la inspiración.
40-70% incluye una bolsa de reservorío en el -Otras complicaciones son iguales a las de la mascarilla
6-l0L/min. sistema para aportar concentraciones de sencilla.
oxígeno mayores a 60%

Mascarilla sin reinhalación* Flujo de 10 a 12 L/min. 10 L/min= 60% El flujo debe ser suficiente para mantener la bolsa insuflada
60-80% Mascarilla de plástico transparente con 12-15 L/min= 80% a la inspiración.
Mínimo 10 L bolsa de reservorío y dos válvulas unidi- Otras complicaciones son iguales a las de la mascarilla
reccionales (una en la máscara y otra en- sencilla.
tre la bolsa de reservorío y la mascarilla)

Adaptado de: Parsons PE, Heff~er J.

Máscara de no reinhalación Ventajas


Es desechable, fácil de usar, logra altas concentraciones de
Consiste en una máscara facial y una bolsa de reserva con
oxígeno, no permite reinhalación de CO 2•
válvulas unidireccionales, entre la mascara y la bolsa (que se
abre en la inspiración y se cierra en la espiración) (figura 3).
Desventajas
Puede causar irritación facial, no es tolerada por el paciente,
el flujo debe ser suficiente para mantener la bolsa durante la
inspiración, impide realizar actividades basicas.
El procedimiento para su colocación es el siguiente:
Tenga el material preparado: máscara no reinhalación (ve-
rifique que las válvulas estén completas de la máscara y
el reservorio), manguera lisa, conecfOl:,de rosca, fuente de
oxígeno. -
Adapte el conector de r6sca a la fuente de oxígeno.
Conecte un extre,mo de la manguera lisa al conector de
rosca y el otro extremo a la máscara de no reinhalación
parcial.
Seleccione el flujo de 10-12 L/ mino
Espere que el reservorio se llene completamente de oxígeno
Sitúe la mascadlla sobre nariz-boca y mentón del pacien-
te, adaptando la banda metálica sobre el tabique nasal y al
contorno facial del paciente.
Figura 3. Máscara de no reinhalación.
Fije la banda elástica alrededor de la cabeza.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 319


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Concentración del 02 administrado por máscara maño del orificio lateral de la máscara que permita mezclar
de no reinhalación parcial (tabla 1) °
el aire ambiente. sea que al ir aumentando la FI02' que se
Recomendaciones: logra cen'ando el orificio lateral del sistema Venturi, se va
., Compruebe periódicamente que la bolsa de reserva esté disminuyendo el aire mezclado en el flujo total.
llena, y que las válvulas laterales de la máscara se cierran
con la inspiración. Indicación
• Pruebe además que las paredes de la bolsa no se colapsen La oxígenoterapia con alto flujo se reserva para los pacientes
durante la inspiración. que presentan insuficiencia respiratoria aguda (15, 17, 22)
., Revisar las uniones del equipo para evitar fugas pues tienen alta demanda ventilatoria, necesitando un sistema
., Verificar que la máscara de reinhalación no parcial se en- que proporcione la totalidad del gas inspirado; por esto son
cuentre siempre limpia . útiles en los casos en que se desee tener una FI02 exacta.
., Monitorizar la saturación de oxígeno.
Procedimiento
• Prepare el equipo
Sistemas de alto flujo
., Lávese las manos
Es aquel sistema en el que la velocidad de flujo y la capacidad ., Explique al paciente el procedimiento a realizar
de reservorio aportan toda la atmósfera inspirada, es decir, no ., Posicione del paciente según la condición clínica
hay mezcla con aire ambiente (tabla 2) (4,17-19).
Los sistemas de alto flujo tienen reservorio mayor que el Máscara Venturi
espacio muerto anatómico y un flujo total alto de gas que es Es una máscara de plástico (con orificio amplio a cada lado)
suficiente para las necesidades inspiratorias del paciente que unido a un dispositivo Venturi que está diseñado para que no
lo requiera, es decir, que el paciente solamente respira el gas exista ningún error en las concentraciones de oxígeno entre-
dado por el sistema; la frecuencia ventilatoria y el volumen gadas (figura 4).
de ventilación pulmonar no afectan las concentraciones de
oxígeno inspiradas con estos sistemas.
La mayoría de los sistemas de alto flujo funcionan con el
mecanismo de Venturi, cuya función se basa en el principio
de Bernoulli que explica que el aire ambiente es succionado
por la presión negativa que ejerce un flujo alto de oxígeno
a su alrededor hasta lograr que la fracción de aire respirado
sea una mezcla del oxígeno administrado con aire ambiente.
Esto significa que por cada litro de oxígeno que entrega, por
un orificio entrará una porción determinada de aire ambien-
tal, es decir que en este sistema de alto flujo, la mezcla con
aire ambiente permite de todas maneras conocer la propor-
ción exacta de FI0 2. Al ir aumentando la velocidad de un
gas, su presión lateral disminuye, entonces, al hacer pasar
oxígeno por un tubo que va disminuyendo su diámetro, la
'FI02 será determinada por la velocidad de este flujo y el ta- Figura 4. Máscara Venturi.

Tabla 2.

Sistema de administración Descripción Flujo en I/min= FIO~' Complicaciones y comentarios


Mascarilla con adaptador de -Las velocidades de flujo son variables. 2 L/min= 24% -El flujo se fija dependiendo de lo
Venturi. -Mascarillas de plástico transparente con distintos adaptado- 3 L/min= 28% indicado en el dispositivo o el color
res de los cuales depende la FIO}, Aporta concentraciones de 4L/min= 31% (depende de la casa que lo fabrique)
oxígeno precisas. 6 L/min= 35% -Debe usarse con cautela en pacien-
-Las concentraciones inspiradas no varían con la frecuencia 8 L/min=40% tes comatosos.
ventilatoria ni con el volumen de ventilación pulmonar. 10 L/min= 45% -Hay que fijarla de manera segura a
-El dispositivo de elección en pacientes con COPD que de- 12 L/min= 50% la cara del paciente.
penden del estímulo hipóxico. 14 L/min= 55%

Máscaras de aerosol o tubo Aporta FrO} de 100% -No usar flujos menores de 10 L por
en T, con nebulizador jet. el peligro de reinhalación de COl
Tiendas faciales

Adaptado de: Parsons PE, Heffner J.


24/ OXIGENOTERAPIA EN REANIMACiÓN. GENERALIDADES

Ventajas • Verificar que todos los componentes del sistema estén


• Permite colocar la mezcla de oxígeno y aire limpios.
• En cada dispositivo Venturi encontramos el litraje y la • Revisar que no haya agua en el espacio muerto.
concentración de oxígeno que se debe colocar. • Mantener el humidificador simple con agua estéril al nivel
e Entrega una FI02 constante. adecuado y verificar que haga burbujas.
• Se alcanzan diversas concentraciones de oxígeno. • Monitorizar la saturación de oxígeno.
• Su posibilidad de movimiento en cualquier sentido permite
elegir la posición más cómoda y segura para el paciente. Nebulizador Jet
Es un sistema en el cual el flujo de gas de alta velocidad se
Desventajas
dirige a través del extremo superior de un tubo sumergido en
e Difícil de instalar
un recipiente con líquido. Son utilizados cuando se quiere
• Hay que cambiar el dispositivo Venturi cuando se requiere
no sólo administrar oxígeno al paciente, sino también para
otra concentración de oxígeno
humidificación de éste (figura 5).
• Es incómoda
• Puede causar irritación facial
• Se desacomoda fácilmente.

Equipo
• Máscara de aerosolterapia
• Espacio muerto (manguera corrugada no menor de 10 cm,
ni mayor de 30 cm de longitud)
• Dispositivo Venturi
• Adaptador de humidificación (camisa)
• Manguera lisa
• Humidificador simple '
• Fuente de oxígeno
• Agua estéril.

Técnica
• Llenar el humidificador simple con agua estéril, al nivel
adecuado.
• Conectar el humidificador simple a la fuente de oxígeno.
.. Adaptar un extremo de la manguera lisa al humidificador
y el otro al dispositivo Venturi con su camisa.
ID Conectar un extremo del espacio muerto con la parte más
ancha del Venturi, el otro a la máscara de aerosolterapia.
• Seleccione el flujo de oxígeno según el Venturi.
ID Sitúe la máscara sobre nariz-boca y mentón del paciente
adaptando la banda metálica sobre el tabique nasal y el
contorno facial del paciente.
Figura 5. Nebulizador Jet.
Concentración y litraje dispositivo venturi
Color Flujo de oxígeno L / mino FI0 1I '!o\ Ventajas
Azul 4 24% • Se puede proporcionar una FI02 constante y definida.
Amarillo 4 28% • Al suplir el gas inspirado se puede controlar: temperatura,
Blanco 6 31% humedad y concentración de oxígeno que es parte funda-
Verde 12 35%
Naranja 15 40%
mental en pacientes en estado crítico.
• Se usa para administrar y humidificar oxígeno.
Recomendaciones • Puede dar FI02 del 35 al 100%.
• N o confíe en el color del dispositivo, porque éste depende • Proveer humedad cuando clínicamente esta indicada.
de la casa donde se fabrica y puede variar las concentra- • Fácil de instalar.
ciones de oxígeno.
• Revisar las uniones del equipo para evitar fugas. Desventajas
• El costo es mayor dado que réquiere flujos de oxígeno
relativamente mayores.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 321


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

• Es incómodo para el paciente porque impide realizar acti- Como su nombre lo indica, se infla automáticamente sin
vidades básicas. una fuente de gas comprimido, permanece inflada todo el
• El oxígeno nebulizado en altas concentraciones puede tiempo y no depende de una fuente de gas comprimida para
provocar ansiedad e initabilidad en el paciente. su llenado.
• Se desacomoda fácilmente.
Ventajas
Equipo • Brinda altas y bajas concentraciones de oxígeno.
4& Máscara de aerosolterapia (con orificio amplio a cada e Accesible a varios tipos de tamaño.
lado) • Se usa con o sin fuente de oxígeno.
• Manguera corrugada e Es portátil.
• Nebulizador jet • Están provistas de una válvula de seguridad regulada por
• Fuente de oxígeno presión para prevenir barotrauma.
ID Agua estéril. • Posee una válvula que durante la fase espiratoria previene
la retención de CO 2.
Técnica • Permanece inflada todo el tiempo lista para ser usada
• Llenar el nebulizador jet con agua estéril hasta el nivel e Se puede usar con o sin bolsa de reserva.
adecuado
• Conecta:!' el nebulizador jet a la fuente de oxígeno Desventajas
• Adaptar un extremo de la manguera conugada al nebuliza- e Secreciones o vómito obstaculizan el funcionamiento de
dor jet y el otro extremo a la máscara de aerosolterapia. la válvula que impide la reinhalación.
• Seleccione la concentración de oxígeno y el flujo adecuado. • Exceso de presión puede causar barotrauma en pacientes
• Situé la mascara sobre nariz-boca y mentón del paciente con intubación orotraqueal. '
adaptando la banda metálica sobre el tabique nasal y al • Puede producir distensión abdominal en pacientes sin vía
contorno facial del paciente. aérea avanzada, por tal razón se recomienda usar frecuen-
• Fije la banda elástica alred~dor de la cabeza. cias bajas y volúmenes bajos, además de la presión cricoi-
dea mientras se garantiza vía aérea avanzada (26, 27).
Recomendaciones • Cuando la distensibilidad pulmonar es escasa o la resis-
• Revisar las uniones del equipo para evitar fugas. tencia de la vía aérea es alta, una válvula de seguridad au-
e Verificar que los componentes del sistema estén limpios. tomática puede hacer que se suministre un VC insuficien-
e Revisar que no haya agua en la manguera corrugada. te que se traduce en una inadecuada expansión torácica.
• Agua estéril al nivel adecuado y verificar que no haga bur- e Si la posición del paciente es inadecuada la ventilación
bujas. será ineficaz.
• Monitorizar la saturación de oxígeno. e Requiere un reservorio de oxígeno para poder entregar
más o menos 100%.
Bolsa autoinflable (25) e Personal entrenado.

Sistema para dar soporte ventilatorio usada para reanima-


ción básica y avanzada con la gran ventaja de proporcionar Equipo
el 100% de FI02 si se encuentra con reservorio y fuente de • Máscara de ventilación (redonda o anatómica)
oxígeno (figura 6). • Bolsa autoinflable que está compuesta por cuatro partes:
entrada de aire, entrada de oxígeno, salid~"al paciente y
válvula de unión.
• Reservorio de oxígeno.
• Manguera lisa.
• Conector de rosca.
• Fuente de oxígeno.

Técnica
• Unir el conector de rosca a la fuente de oxígeno.
• Adaptar un extremo de la manguera lisa al nicle y el otro
extremo a la bolsa autoinflable.
• Asegúrese de que tenga la bolsa de reserva.
• Adapte la máscara de ventilación a la bolsa autoinflable.
• Verificar el conecto armado y funcionamiento del equipo.
• Antes de comenzar la ventilación sé debe examinar la po-
Figura 6. Bolsa autoinflable (28). sición del paciente.
24/ OXIGENOTERAPIA EN REANIMACiÓN. GENERALIDADES

ID El que ventila necesita pararse alIado o en la cabecera del e Rigidez de los pulmones se puede sentir al comprimir la .
paciente. bolsa.
• Establecer el flujo de oxígeno de 12-l5L/min.
4& Obtenga buen sello entre la cara y la máscara (28). Desventajas
ID Si el paciente está inconciente usar cánulas orofaríngeas y • Si no se ajusta correctamente la válvula de seguridad pue-
si no están indicadas usar nasofaríngeas según necesidad. den surgir complicaciones como barotrauma.
• Establecer frecuencia y presión adecuada para ventilar 111 Puede haber reinhalación de los gases espirados.
dependiendo si el paciente respira o no y si se está hacien- • Se requiere más experiencia para controlar efectivamente
do RCP. estos dispositivos.
e Verificar si el paciente está siendo bien ventilado, che- ., Personal entrenado.
quear el tórax y la saturación de oxígeno. • Se necesita alta velocidad de flujo de oxígeno para eva-
cuar los gases espirados.
Concentración y litraje de la bolsa autoinflable • Requiere un cierre hermético entre cara y máscara para
permanecer inflada.
Dispositivo Concentración Flujo L/min.
.. No tiene válvula de seguridad para evitar sobredistensión
Bolsa autoinftable 21%
Bolsa autoinftable sin reservorio 60-80% 12-15 pulmonar.
Bolsa autoinftable con reservorio 100% 12-15
,
Equipo
Recomendaciones .. Máscara de ventilación redonda o anatómica.
l1li Para examinar la bolsa, bloquee la máscara o la salida al e Bolsa de anestesia que se divide en: entrada de gas (vía
paciente mediante un contacto hermético con la palma de proximal del codo), salida al paciente (lugar donde la
la mano, luego apriete la bolsa y verifique que no haya mascara o TOT se une a la bolsa), válvula de 'control de
fugas. flujo (regula el flujo de gas que escapa de la bolsa).
e El movimiento abdominal no debe ser usado para de- l1li Conector de rosca
terminar si los pulmdnes están siendo adecuadamente e Manguera lisa
ventilados. e Fuente de oxígeno
l1li Trate de ventilar al paciente, introduciendo una cánula
orotraqueal. Técnica
• Aspire si hay secreciones en boca, nariz y orofaringe. • Una el conector de rosca a la fuente de oxígeno.
• Recuerde que el aire en el estómago presiona el diafrag- • Adapte un extremo de la manguera lisa al conector de ros-
ma impidiendo la completa expansión pulmonar o causa ca y el otro extremo a la vía proximal del codo.
regurgitación del contenido gástrico, que puede ser aspi- • Empate el codo a la máscara de ventilación y a la bolsa de
rado durante la ventilación; utilizar la maniobra de pre- anestesia.
sión sobre el cartílago cricoides, o colocar sonda naso- ., Regule la válvula de control de flujo, de manera que la
gástrica. bolsa se mantenga semillena.
• Monitorizar la saturación de oxígeno. El Establecer el flujo de oxígeno que deberá usarse 15 L/min.
e Verificar el correcto armado y funcionamiento del equipo.
Bolsa de anestesia l1li Examine la posición del paciente.
• La persona que ventila debe pararse -9.1 lado o en la cabe-
Es un dispositivo que tiene aspecto de un globo desinflado, se
cera del paciente. "-
colapsa cuando no se usa, se infla sólo cuando entra oxígeno
El Establezca la frecuencia,y presión adecuada para ventilar
o aire a su interior, por lo tanto depende de un flujo de gas
al paciente.
comprimido (29).
• Verificar si el paciente está siendo bien ventilado.
Ventajas
e Entrega oxígeno al 100% siempre. Tubo en T
e Se puede usar para suministrar oxígeno a flujo libre. El tubo en T proporciona un alto grado de humedad; se utili-
e Accesible a varios tipos de tamaño. za en tubos endotraqueales (figura 7).
e La válvula de seguridad se ajusta para mantener el volu- La extensión en chimenea funciona como un sistema de re-
men de gas en la bolsa de reserva. circulación parcial y, por lo tanto, debe mantenerse colocada;
• Se puede suministrar PEEP/CPAP por cierre parcial de la de lo contrario, se disminuye en forma significativa la FI0 2•
válvula de seguridad ajustable. Vigilar que la columna de aerosol se mantenga durante la
e Fácil de determinar si hay cierre hermético máscara-cara. inspiración del paciente para evitar reinhalación de aire, de
esta forma el flujo que se está usa~do es el adecuado.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 323


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

- Revisando la cantidad de agua estéril y evitando que


se estanque y se formen asas en las mangueras conu-
gadas.
- Deberá revisarse en cada entrega de turno las conexio-
nes de oxígeno así como los humidificadores, nebuli-
zadores para conegir posibles fugas.
- Los nebulizadores deben tener siempre agua estéril,
desocupando previamente los residuos cada 24 horas
durante el turno de la noche.
- Todo paciente con oxígeno por máscara facial que
tenga vía oral permitida, se le debe colocar la máscara
tan pronto termine de comer.
- Todo paciente con oxígeno en capacidad para levan-
tarse debe tener su sistema de oxígeno permanente.
• Los sistemas de oxígenoterapia aplicados a pacientes con
vía aérea artificial se debe tener en cuenta:
Que los sistemas de oxígeno están conectamente co-
locados a la fuente de oxígeno evitando fugas.
- Verificar que los componentes del sistema estén limpios
- Revisar que no haya agua y evitar formación de asas
en la manguera cormgada
- Los empates a la conexión del tubo orotraqueal como
la T debe estar conectamente colocada para evitar fu-
gas de aire.
Figura 7. Tubo en T. Se debe presenciar una columna de aire para tener
permeable la vía aérea.
Tienda facial - Agua estéril al nivel adecuado y verificar que no haga
La tienda facial funciona como un sistema de alto flujo cuan- burbujas
do se acopla a un nebulizador Venturi. Es útil en pacientes - Monitorizar la saturación de oxígeno
que no toleran la mascarilla facial o en traumatismo facial. • Sistemas que suministran mezclas de gas precalentado.
Es poco práctica para tratamiento a largo plazo, debido a • En pacientes que están clínicamente inestables o que re-
que, en algunos pacientes produce sensación de calor y de quieren FI02 >0,50.
confinamiento. El riesgo de reinhalación de CO 2 disminuye • Evitar la intenupción de la oxígenoterapia en situaciones
cuando la máscara se acopla a un sistema Venturi. como la deambulación o el transporte para procedimien-
tos en terapia física y respiratoria.
Collar o mascarilla de traqueostomía
Proporciona un alto grado de humedad. Debe eliminarse la Evaluación de resultados
condensación acumulada, por lo menos cada dos horas, con Los resultados se evalúan mediante una valor,ación clínica y
el propósito de evitar el drenaje hacia la traqueostomía. La fisiológica que establezca una adecuada respue~ta.del pacien-
mascarilla debe ser limpiada cada cuatro horas con agua, te a la terapia. Después de iniciad.a la oxígenoterapia se debe
puesto que, las secreciones acumuladas producen infección evaluar periódicamente los beneficios clínicos, la conección
en el estoma. de la hipoxemia y la presencia de efectos deletéreos.
El orificio frontal de la máscara permite la aspiración de En los pacientes con EPOC agudizado se requieren 20 a
secreciones y no debe ser ocluido. Se recomienda evitar el 30 minutos para llegar a una situación de estabilidad luego
uso de aerosoles calientes en traqueostomías recientes por el de cualquier cambio en la FI0 2. Por esta razón, las pulsoxi-
riesgo de causar hemonagias metrías realizadas antes de este lapso de tiempo pueden dar
información enónea que conduce a decisiones inadecuadas.
Monitorización del equipo (4) Se recomienda vigilar el posible empeoramiento de la Pa-
CO 2 durante la oxígenoterapia en los siguientes pacientes:
• Todos los sistemas de administración de oxígeno tienen
• Pacientes con antecedente de retención de CO 2 en hospi-
que ser evaluados por lo menos una vez al día, siguiendo
talizaciones anteriores.
con sus recomendaciones conespondientes.
• Pacientes con EPOC que presentan empeoramiento súbito
• Es necesario realizar evaluaciones más frecuentes a todos
de la hipoxemia.
los sistemas de administración de oxígeno:
24/ OXIGENOTERAPIA EN REANIMACiÓN. GENERALIDADES

• Pacientes que correspondan al estereotipo del "abotagado 9. E. Kenneth, Archer SL, Reeves JT. Nitric Oxide and Radicals in the
Pulmonary Vasculature. Futura Publishing Co, 1996.
azul", con hipoxémia. e insuficiencia cardíaca izquierda
10. Murphy, et al. REVIEWS Emergency oxygen therapy for the brea-
originada en insuficiencia cardiaca derecha, pero con dis- thless patient. Guidelines prepared by North West Oxygen Group.
nea leve. Emerg Med J 2001; 18: 421-423.
ti Pacientes sin diagnóstico previo en quienes la hipoxemia 11. Shapiro B. Arterial Blood Gas Monitoring. Critical Care Cline /1998;
4: 479-91.
aguda se acompaña de somnolencia.
12. Lodato RE Oxygen toxicity. Critical care Cline 1990; 6: 799-765.
13. Fanburg BL. Oxygen toxicity: Why can't a human be more like a turt-
Control de la infección le? Intensive Care Med 1998; 3: 134-136.
14. Tarpy S, Celli B. Long term oxygen therapy. New Eng J Med 1994;
Bajo circunstancias normales los sistemas de oxígeno de flu- 333: 710-714.
jo bajo (incluyendo cánulas y máscara simples) no represen- 15. De1pangue D, Antonello M. Fisioterapia y reanimación respiratoria.
Edit Masson.
tan riesgos clínicamente importantes de infección, siempre
16. Fulmer JD, Snider G: ACCP-NHLBI National Conference on Oxygen
y cuando se usen en el mismo paciente, y no necesitan ser Therapy. Chest 1984; 86: 234-247.
reemplazados rutinariamente. 17. O'Connor BS, Vender J. Oxygen therapy. Critical Care Clin 1995; 11:
Los sistemas de alto flujo que emplean humidificadores 67-78.
18. Tiep BL. Long term oxygen therapy. Clin Chest Med 1990; 11: 505-
precalentados y generadores de aerosol, especialmente cuan-
521.
do son aplicados a personas con vía aérea artificial, generan 19. Tarpy SP, Celli BR. Long-term oxygen therapy. New England J Med
un importante riesgo de infección. Ante la ausencia de estu- 1995; 333: 710-714.
dios definitivos sobre los intervalos de cambio de los equi- 20. Lewarski JS, Messenger R. More on novel oxygen-concentrator-ba-
sed equipment; part 2. Respir Care 2006; 51(5): 537-8; author reply
pos la guía de la American Association for Respiratory Care
538-9.
(AARC) recomienda establecer la frecuencia de cambio de 21. Shapiro BA, Kacmerck RM, Cane RO, et al. Clinical application of
los equipos de acuerdo con los resultados obtenidos por el respiratory careo 4th Edition. St Louis: CV Mosby, 1991. p. 123-134.
comité de infecciones en cada institución. En forma general, 22. Marino P. El libro de la UCL 2" edición. Editorial CELSUS.
23. R Murphy, K Mackway-Jones, 1 Sammy, P Driscoll, A Gray, R
se recomienda en el Hospital Universitario del Valle hacer
O'Driscoll, J O'Reilly. Emergency oxygen therapy for the breathless
el cambio de equipo cada 24 horas informado por comité de patient. Guidelines prepared by North West Oxygen Group. Emerg
infecciones. Med J 2001; 18: 421-423.
24. DE Doherty, TL Petty. Recommendations of the 6th Long-Term Oxy-
gen Therapy Consensus Conference. Respiratory Care 2006; 51(5).
Referencias 25. Walls RM. Manual of Emergency Airway Management. BaglMask
l. American Association for Respiratory Care (AARC). Clinical Prac- Ventilation and Endotracheal Intubation. Second Edition 2004.
tice Guideline. Oxygen therapy for adults in the acute care facility. 26. Alexis F Turgeon, Pierre C Nicole, Claude A Trépanier, Sylvie Mar-
Respiratory Care 2002; 47(6): 717-720. coux, Martin R Lessard. Cricoid Pressure Does Not Increase the Rate
2. Polly E. Parsons, John E Heffner. Neumology secrets. Questions and of Failed Intubation by Direct Laryngoscopy in Adults. Anesthesiolo-
answers. Editorial McGraw-Hill Interamericana 1998; 19: 118-28. gy 2005; 102(2).
3. Iván Caviedes. Insuficiencia respiratoria y ventilación mecánica, Edi- 27. Walls RM. Manual of Emergency Airway Management. Second Edi-
torial Mediterráneo, 2000. tion 2004. Section 2. Airway Management Techniques. Chapter 5.
4. Reyes P. Oxigenoterapia, guías para el manejo de urgencias. Fepa- BaglMask Ventilation and Endotracheal Intllbation.
fem. 28. Guía de atención cardiovascular de emergencia 2005 para personal de
5. West JB. Pulmonary Physiology. The Essentials. 2nd Edition. Balti- la salud. American Heart Association, Fundación Interamericana del
more: Williams, 1979. Corazón. Edición en español 2006, editorial Prous Scice, Barcelona,
6. Chaparro C, García CE, Torres C. Fundamentos de medicina. Neumo- España.
logía. 5" edición. Corporación para investigaciones biológicas. 2000 29. Walls RM. Manual of Emergency Airway Management. Second Edi-
7. Salinas C. Fundamentos y aplicaciones, terapia respiratoria. Cuarta tion 2004. ",
edición. Editorial CELSUS. Bogotá 1992. www.oxicur.pt/pdfs/oxigenoterapia. pdf
8. Patiño JE Gases sanguíneos. Fisiología de la respiración e insuficien- www.fepafem.org.ve/G u'Í a s _ d e_U r gen c i a s / A 1ter a c ion e s_
cia respiratoria aguda. 6" edición. Editorial Médica Panamericana. cardiovasculares_y_respiratorias/Oxigenoterapia. pdf

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 325


PRINCIPIOS BÁSICOS DE VENTILACiÓN
MECÁNICA

Esther Cecilia Wilches L; Vilma Eugenia Muñoz A, Fisioterapeutas

La ventilación mecánica es un procedimiento terapéutico inva- alarmas y, muchas veces, circuitos electrónicos no parece ser
sivo que puede remplazar parcial o totalmente la función respi- la combinación ideal para atraer a quien recién comienza a
ratoria, se lleva a cabo por medio de ventiladores y su manejo ejercer en este medio. Además, existe una gran variedad de
siempre debe estar a cargo de personal especializado. ventiladores, con formatos, tamaños y diversas complejida-
El objetivo de este capítulo es brindar conceptos básicos des, lo cual da muchas veces la sensación de que se trata
relacionados con la descripción de los ventiladores, de los de equipos totalmente diferentes entre sí. Quizás otro motivo
parámetros y de las variables que entran en juego durante la que provoca cierta prevención frente a los ventiladores es que
ventilación mecánica. por el hecho de reemplazar parcial o totalmente la función
ventilatoria del paciente, los transforma en recursos indis-
Introducción pensables y actores principales cada vez que se requiere su
uso. Sea cual fuere la razón, lo cierto es que los Tespiradores
Los equipos encargados de ventilar mecánicamente se lla-
o ventiladores suelen aparecer a los ojos de los recién inicia-
man ventiladores o respiradores. Un ventilador se define
dos en el tema como "cosa de expertos" (3).
como una máquina diséiñada para transformar la energía en
La ventilación que efectuamos de forma espontánea pue-
trabajo mecánico capaz de reemplazar o asistir la función
de estar comprometida por diferentes problemas que pueden
natural de ventilar. Los términos ventilador y respirador se
terminar desencadenando una falla respiratoria hipercápnica
utilizan indistintamente según los países de habla hispana.
como por ejemplo:
No obstante, debido al origen inglés de este término (ventila-
Por el uso de relajantes musculaTes/sedantes en anestesia.
tor), la palabra mas comúnmente usada para denominar estos
Por abuso de drogas alucinógenas.
equipos es ventilador; además, la respiración es un proceso
Por condiciones fisiopatológicas o neurológicas que alte-
fisiológico que involucra el intercambio de gases a través de
ren el funcionamiento de los centros respiratorios.
la membrana alvéolo capilar y la ventilación es el proceso de
Por problemas musculares que alteren el adecuado fun-
entrada y salida del aire hacia y desde los pulmones, que es
cionamiento de la bomba ventilatoria.
justamente lo que reemplaza el ventilador, el cual no tiene la
Por problemas anatomopatológicos que alteren la disten-
capacidad para difundir los gases (1).
sibilidad del tórax: ascitis, tórax inestable, distensión ab-
El antecedente más remoto de la ventilación mecánica se
dominal, enfermedades de la pleura, etc.
encuentra perfectamente documentado, en la experiencia de
Andreas Vesalio, que se publica en 1543, y puede conside-
En otras condiciones, se altera el pro~eso de la oxigenación
rarse como la primera aplicación experimental de la respi-
como en la falla respiratoria hipoxémidt..en cuyo caso a tra-
ración artificial. Vesalio conecta la tráquea de un perro a un
vés de la manipulación del ventilador se pueden mejorar o
sistema de fuelles, por medio de los cuales, presta apoyo a la
mantener niveles aceptables de Paü 2.
función respiratoria del animal y logra mantenerlo con vida.
En cualquiera dé los casos, se requerirá un dispositivo ex-
Esta experiencia de Vesalio no es aprovechada en su época,
terno al paciente que consiga realizar, de manera adecuada,
y sólo hasta bien entrado el siglo XIX, se despierta el interés
los procesos que él realiza durante la ventilación espontánea.
de mantener artificialmente la función respiratoria mediante
Por lo que podemos decir que el objetivo de la ventilación
métodos de presión negativa siendo los precursores los famo-
mecánica es: Lograr mantener al paciente con la función
sos pulmones de acero (2).
respiratoria conservada en las mejores condiciones posi-
En las últimas cuatro décadas han sucedido importantes
bles, durante el tiempo necesario para corregir la causa que
cambios en la tecnología de los equipos utilizados para asistir
originó su trastorno respiratorio.
y monitorizar la ventilación de los pacientes conectados a un
ventilador. La utilización de microprocesadores, modernas
Indicaciones de ventilación mecánica
válvulas de provisión de gases y sensores de flujo permitie-
ron este cambio. La ventilación mecánica es un· procedimiento terapéutico
En el ámbito de cuidado intensivo, donde se tratan pa- invasivo que puede promover temporalmente la sustitución
cientes en estado crítico, la mezcla de mangueras, válvulas, total o parcial de la función respiratoria. La indicación de
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

ventilación mecánica es de orden clínico y debe 'ser consi- importantes avances y mejoras en otros elementos como
derada en el contexto global de la situación del paciente más sensores de flujo, transductores de presión, reguladores de
que como un criterio aislado, realizándose en el momento válvulas lo que favoreció la aparición de ventiladores muy
correcto y preciso. Las indicaciones generales de la ventila- versátiles, con una gran variedad de funciones y modos
ción mecánica son: ventilatorios.
Mejorar el intercambio gaseoso
Mantener y/o restablecer el volumen pulmonar En función del principio que utilicen para ventilar mecánica-
Reducir el trabajo respiratorio mente, los ventiladores se dividen fundamentalmente en dos
Mejorar la oxigenación tisular. tipos:
• Ventiladores controlados por presión (Presiométricos
Funciones de los ventiladores (1) o barométricos): son generadores de presión y en ellos se
Las funciones básicas de un ventilador son las siguientes: genera un flujo de gas hacia el paciente, hasta que la pre-
l. Proveer gas al paciente según determinadas condiciones sión intrapulmonar se iguala con la que se programó en
de volumen, presión, flujo y tiempo el ventilador. Este tipo de ventilador asegura la ventilación
2. Acondicionar el gas que se entrega al paciente, filtrándolo hasta alcanzar un nivel de presión previamente determinada
y modificando su temperatura y humedad por el operador; una vez alcanzada esta presión, se inicia la
3. Permitir la. entrega de medicamentos a través de la vía espiración.
inhalatoria • Ventiladores controlados por volumen (volumétricos):
4. Monitorizar la ventilación del paciente y su mecánica res- son los que al ser activados envían un volumen/flujo de-
piratoria terminado, sin tener en cuenta la presión que se tenga que
5. Proveer sistemas de seguridad para ventilar al paciente en generar en la vía aérea para entregarlo. Su principal <;:a-
caso de que se presenten situaciones anormales racterística es que en ellos se determina exactamente el
6. Alertar al profesional, a través del sistema de seguridad au- volumen deseado en cada ciclo.
diovisual, que se ha presentado .violación de una alarma
7. Facilitar al personal tratante la implementación de ciertas Partes de un ventilador (1-6)
funciones auxiliares que ayuden a complementar la venti- Los ventiladores de tercera y cuarta generación, que son los
lación del paciente. más usados actualmente en las unidades de cuidado intensi-
vo, poseen un sistema compuesto por tres elementos que in-
Tipos de ventiladores (1) teraccionan entre sí: el paciente, el operador y el ventilador.
Considerando el tipo de aplicación, los ventiladores se clasi- En los ventiladores encontraremos:
fican de la siguiente manera:
1. De anestesia Sistema de suministro de gases
2. De transporte Un ventilador de cuidados intensivos (UCI) utiliza oxígeno y
3. De alta frecuencia aire a alta presión. Una vez filtrados, la presión de cada gas
4. De uso domiciliario es reducida y estabilizada a un valor óptimo para ser dosifi-
5. De cuidado crítico para pacientes neonatales cados, cada uno por separado, por medio de válvulas propor-
6. De cuidado crítico para pacientes adultos y pediátricos cionales, con el fin de obtener la mezcla de gas en la cantidad
7. De ventilación negativa y proporción necesarias para ventilar al paciente}
8. De ventilación no invasiva. Durante la ventilación, se monitorizan, mediartte senso-
res adecuados, tanto el flujo de gas 'que se envía al paciente
Según su evolución histórica, los ventiladores se clasifican como la presión pulmonar generada con el llenado progresi-
en (4, 5): vo de los pulmones. Durante ia fase inspiratoria se mantiene
1. Primera generación: (neumáticos), sin ninguna posibi- cerrado el circuito del paciente (conjunto de tubos y otros
lidad de monitorización, sin alarmas. Eran equipos muy elementos por donde circula el gas hacia/desde paciente) al
sencillos, algunos ejemplos de esta generación son el Bird tiempo que se cierra la válvula espiratoria. Una vez termina-
Mar 7 y el Puritan Bennet PR-2. da la inspiración, debe comenzar la espiración, para lo cual
2. Segunda generación: (controlados electrónicamente el ventilador cesa el envío de gas al paciente y abre la válvula
pero sin microprocesadores), ciclados a volumen constan- espiratoria. Gracias a ello, el paciente exhala a la atmósfera el
te, con posibilidad de monitorización, dotados de alarmas gas inspirado pero no sin antes medir los flujos espirados.
y con modalidades ventilatorias como CMV, IMV, CPAP
3. Tercera y cuarta generación: controlados electrónica- Sistema de controlo electrónico
mente pero con microprocesadores, sin duda estos venti- Este sistema es la pieza de funcionamiento que permite ge-
ladores son los más completos y sofisticados, permitiendo nerar un flujo en función de la orden impartida por algún me-
por sus características especiales una asistencia ventilato- canismo. Este sistema es el encargado de recibir las órdenes
ria más global. El control microprocesado se sumó a los
25 I PRINCIPIOS BÁSICOS DE VENTILACiÓN MECÁNICA

provenientes del operador, procesarlas y transformarlas en operativas, ya que en ella suelen producirse pérdidas, des'-
acciones concretas por parte del ventilador, también recibe y conexiones, elTores en el armado, etc. Las funciones de esta
procesa la información proveniente del paciente a través de interfase son:
los sensores de flujo y de presión. Conducir el gas a inspirar desde el ventilador al paciente
El sistema neumático de un ventilador consta de tres par- y luego llevar la mezcla espirada desde el paciente al res-
tes: la fuente de gas, un sistema de mezcla y un mecanismo pirador, donde se medirán su volumen, temperatura, etc.,
de control de flujo. y luego ser espirado.
En los ventiladores de cuidados intensivos de última ge- Acondicionar el gas inspirado. Aquí es donde se suele au-
neración, el sistema de provisión de gases más difundido es mentar la temperatura del gas, agregarle humedad y filtrarlo.
el que contiene solenoides proporcionales. Estos dispositivos Monitorizar ciertos parámetros de la ventilación. Algunos
pueden controlar el flujo de gas suministrado variando de equipos miden el flujo y/o volumen del gas exhalado por
manera muy precisa la apertura del orificio de ingreso de gas. el paciente, la presión en la vía aérea y la temperatura del
Así, el flujo de gas que pasa por el solenoide es proporcional gas inspirado, mediante la incorporación de sensores en
a la cOlTiente que se le entrega, de acuerdo con lo establecido este circuito.
por el sistema de control microprocesado. Algunos ventila-
dores utilizan dos solenoides proporcionales (uno para aire Sistemas de seguridad
y otro para oxígeno), mientras que otros utilizan sólo uno, Los ventiladores de primera y segunda generación presenta-
colocado después de un mezclador aire-oxígeno. Los equi- ban dificultades para comunicar al operador la presencia de
pos que utilizan dos solenoides proporcionales no necesitan fallas. Este problema fue solucionado en los equipos de últi-
mezclador. ma generación. Las máquinas actuales poseen más almmas,
Todos los generadores poseen una válvula inspiratoria, pero éstas son mucho más específicas, de manera que permi-
la cual es unidireccional, permaneciendo abierta durante la ten al usuario identificar rápidamente su origen y realizar las
fase inspiratoria para permitir el flujo de gas en dirección al cOlTecciones necesarias. El ventilador mecánico debe contar
paciente, y celTándose ep la fase espiratoria. con alarmas auditivas y visuales, captando continuamente a
La válvula espiratoria también es unidireccional, permi- través de sensores especiales alteraciones en la presión, flujo,
tiendo la salida de gas hacia el exterior, pudiendo contribuir volumen y tiempo.
a oponer un cierto grado de resistencia espiratoria a la salida
de los gases en función de su propia estructura. Esta resisten- Sistema de suministro eléctrico
cia a la salida de los gases aumentará conforme aumente la
longitud de los circuitos. Se refiere a la fuente de alimentación eléctrica del equipo,
todos los ventiladores microprocesados tienen conexión a la
Interfase operador-máquina red eléctrica. Igualmente, los ventiladores pueden tener una
batería externa o interna la cual permite que el ventilador siga
Los ventiladores de primera y algunos de segunda genera- funcionando aunque falle la fuente externa.
ción sólo permitían la comunicación en un solo sentido (del
operador al equipo), y era inexistente o muy elemental la in- Sistema de operación
formación que el equipo ofrecía al profesional. Esta interfase
informa con seguridad, todo lo que sucede con la ventilación El ventilador es una ,máquina que puede tener un diseño
del paciente. netamente mecánico, como en los ventiladores de primera
En los ventiladores de tercera y cuarta generación la inter- generación que sólo necesitaban gas' ~omprimido para su
fase con el usuario es el elemento de comunicación bidirec- funcionamiento; electrom~cánico, o coino los ventiladores
cional entre el equipo y su operador. La interfase operador- actuales (cuarta generaciÓn) que funcionan con microproce-
máquina es la que usa el profesional para dar sus órdenes sadores. En cualquiera de los casos hay una transformación
al sistema de control. A su vez, es la que utiliza el propio de energía de una forma preestablecida por el operador, para
ventilador para informar al usuario. Probablemente sea éste asumir la función ventilatoria. El sistema respiratorio tiene
el aspecto más revolucionario introducido por los respirado- un comportamiento mecánico el cual se estudió basado en
res de última generación. Generalmente está integrada por un modelos gráficos y matemáticos, la relación entre ellos se
panel de controlo teclado de ingreso de datos, que permite al conoció como la ecuación del movimiento (7):
operador programar e introducir los valores para determinar
Presión = Volumen + Resistencia x Flujo
el suministro de la ventilación.
Distensibilidad

Interfase paciente-respirador En fisiología, la fuerza es medida como presión (P = fuerza!


Conocida como el circuito del paciente, es el medio que co- área), el desplazamiento como volumen (V = área x despla-
necta el equipo al paciente y garantiza la COlTecta circulación zamiento), y la velocidad de cambio como flujo. En el siste-
de los gases hacia el paciente y desde él; sin embargo, es ma respiratorio, una variación de presiones genera un flujo de
también la que produce la mayor parte de las complicaciones gas que entra al sistema hasta a1canzm" un volumen.
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 329
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

En la ecuación, la presión, el volumen y el flujo cambian activa la apertura de la válvula inspiratoria permitiendo la
con el tiempo, por lo tanto son variables. La distensibilidad y entrada del aire y por consiguiente el inicio de la respiración
la resistencia constituyen cargas que deben ser vencidas por (figura 2).
el sistema muscular y/o por el ventilador.
Para programar un ventilador es importante entender al-
gunos conceptos básicos. Un ciclo respiratorio es el período Disparo por presión
comprendido entre el inicio de una inspiración y el inicio de Sensibilidad estándar - 2 cmH,Q

la próxima, consta de cuatro fases (8):


Cambio de espiración a inspiración.
Inspiración
Cambio de inspiración a espiración
Espiración.

Variable de disparo
Hace referencia a la forma de iniciar una respiración. En los
ventiladores actuales la inspiración puede iniciarla la máqui-
na o el paciente. Las variables de disparo pueden ser: presión,
flujo, tiempo o volumen.
Figura 2. Disparo por presión. El ventilador permite una respiración cuando
El disparo por tiempo es realizado por la máquina, a me- el esfuerzo del paciente alcanza el nivel prefijado en 2 cmHp.
nudo se designa como ventilación controlada. En esta for- Fuente: VMA SOFIRE LTDA.
ma no hay actividad del paciente, por ello algunas veces, si
el paciente no está bien sedado y/o relajado, la ventilación El disparo por flujo fue introducido en 1980 por Engstron
mecánica no será bien tolerada. El ventilador inicia la fase y desde entonces ha habido una tendencia creciente a su uso.
inspiratoria con base a la frecuencia respiratoria programa- En uno de los mecanismos de acción, el ventilador suministra
da; la máquina calcula la duración de cada ciclo respiratorio continuamente un flujo de gas durante la espiración el cual es
dividiendo un minuto (60 seg) por la frecuencia respiratoria medido por el transductor de flujo ubicado en la vía espirato-
(figura 1). Por ejemplo, si la frecuencia programada es de 20 ria. Cuando el paciente hace un esfuerzo inspiratorio, inhala
rpm, la duración del ciclo será de 3 seg. parte del flujo continuo, el ventilador sensa una caída de flujo
e inmediatamente suministra una respiración (figura 3).
In
Disparo por tiempo

Tiempo: 60 (seg)
= 3"
20 (rpm)

v
~----~~~3~"------~---6~"------~--9~,,-----t

Figura 1. Disparo por tiempo. P, presión; V, volumen; t, tiempo; rpm: respi-


raciones por minuto; seg.: segundos.
Fuente: VMA SOFIRE LTDA.

En las respiraciones disparadas por el paciente, el venti-


lador sensa el esfuerzo del mismo ya sea por una caída de
Inspiración
presión, de flujo o volumen en la vía aérea.
La forma más familiar de disparo es por caída de la pre-
Figura 3. En el disparo por flujo, el ventilador mantiene un flujo continuo
sión. Frecuentemente se manipula en el ventilador el botón
durante la fase espiratoria. Cuando el paciente genera un esfuerzo inspira-
de sensibilidad en el cual se fija un nivel entre 0,5 a 2 cmH 20. torio, el ventilador sensa una caída de flujo lo que ac~iona la apertura de la
Cuando el paciente genera un esfuerzo, hay una caída de válvula inspiratoria y permite la entrada de flujo para la inspiración.
presión intrapulmonar que, al alcanzar el valor programado, Fuente: VMA SOFIRE LTDA.
25/ PRINCIP,IOS BÁSICOS DE VENTILACiÓN MECÁNICA

Según el fabricante, el flujo continuo puede ser prefijado vel de presión positiva al final de la espiración o PEEP, cuyo
sin posibilidad de ajustarse manualmente pero la sensibilidad efecto fisiológico final es aumentar la capacidad funcional
de flujo es establecida por el operador como en los ventilado- residual y por ende mejorar la oxigenación, o en situaciones
res Servo 300, servo 300i, i vent, Evita 4. patológicas, generarse intrínsecamente un nivel de pre~ión
En ventiladores como el Bennett 7200ae, Hamilton Veolar positiva intrapulmonar conocido como autopeep (figura 6).
tanto el flujo continuo como la sensibilidad de flujo son ajus- El autopeep puede generarse por tres factores (10):
tados por el operador. Aumento del volumen minuto
Disminución del tiempo espiratorio
Variable que cicla Alargamiento de la constante de tiempo (CT= distensibi-
El término ciclar hace referencia a la transición de la fase ins- lidad x resistencia). Una unidad alveolar tendrá una cons-
piratoria a la espiratoria. La fase inspiratoria termina cuando tante de tiempo larga si la resistencia o la distensibilidad
una variable: presión, volumen o flujo, alcanza un valor pre- están aumentadas, esto implica que le tomará más tiempo
determinado por el operador. para llenarse y vaciarse que una unidad normal.
En los ventiladores de volumen, se establece un volumen
corriente (mI) y un flujo (l/min). Chartburn R y cols refieren
que los ventiladores no miden volumen, lo que hacen es fi- Modo controlado por presión
jar el tiempo inspiratorio necesario para alcanzar el volumen
prefijado a la tasa de flujo programada, haciéndolos cíclicos
a ambos (9).
En el lenguaje común, se acepta que el ventilador cicla por Flujo
(L/min)
volumen cuando se alcanza el valor prefijado y la presión que
se genera en la vía aérea al entregar ese volumen dependerá
de la resistencia de la vía aérea y de la distensibilidad del Presión
sistema respiratorio (figura 4). (cm H,ol

_l----} Variable
Modo controlado por volumen Volumen
(mi)

Time (sec)
Flujo pico programado

1 1 Figura 5. Ventilación controlada por presión. La presión es constante en


Flujo cada ciclo pero el volumen depende de la mecánica pulmonar del sistema.
(L/m) Fuente: VMA SOFIRE LTDA.

Presión Curva de presión


(cm H 20) Peep - Autopeep

Volumen p
cmK20
(mL)

Figura 4. Modo controlado por volumen. El volumen/flujo es constante,


pero la presión generada en la vía aérea depende de las condiciones de dis-
tensibilidad y resistencia del sistema pulmonar. Tiempo (s)

Fuente: VMA SOFIRE LTDA.

Figura 6. Curva presión tiempo. En la primera respiración existe un nivel


Contrariamente, cuando se cicla por presión, la presión
programado de presión al final de la espiración equivalente a 5 cmHp, en la
será constante y el volumen dependerá de la resistencia y de siguiente hay un nivel intrínseco de PEEP por vaciamiento incompleto durante
la distensibilidad pulmonar (figura 5). la fase espiratoria. PIP: presión inspiratoria pico, Pplat: presión plateau.
Fuente: VMA SOFIRE LTDA.
Espiración
La fase espiratoria involucra el tiempo que va desde el inicio La presencia de autopeep también puede ser observada en la
del flujo espiratorio hasta el inicio de la fase inspiratoria. La curva de flujo-tiempo (figura 7), en la cual el flujo espiratorio
variable que se controla durante la fase espiratoria es la varia- aún no ha retornado a cero y ya se inicia otra inspiración.
ble de base y de ellas la que más se controla es la presión, ya Para cuantificar el nivel de autopeep existente, es necesario
sea programándola externamente en el ventilador con un ni- hacer una pausa espiratoria y para que el valor sea confiable,
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 331
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

el paciente debe estar bien sedado y/o relajado para evitar el riable no programada cambiará de acuerdo a las condiciones
esfuerzo inspiratorio el cual disminuye los niveles de presión de resistencia y de distensibilidad del sistema respiratorio.
en la vía aérea dando valores de autopeep menores a los que
realmente tiene el paciente. Los ventiladores actuales (terce-
ra, cuarta generación) permiten su cuantificación accionando Modo controlado por volumen Modo controlado por presión
el dial de pausa espiratoria. cv cp

Curva Flujo - Tiempo Flujo

Autopeep
Flujo

Presión f---~-'---~-

Volumen
Tiempo
Tiempo

Figura 8. Curvas de flujo, presión y volumen en un modo controlado. CV:


ciclado por volumen. CP: ciclado por presión. Según la variable elegida para
el ciclado se mantendrá su valor constante durante el ciclo respiratorio y no
Figura 7. Curva flujo-tiempo. Durante una respiración normal, el flujo es-
dependerá ni de la resistencia ni de la distensibilidad del sistema respiratorio.
piratorio retorna a la línea de base, en la gráfica línea roja, cuando existe
Fuente: VMA SOFlRE LTDA.
autopeep, se inicia una nueva inspiración aun cuando no se ha completado la
fase espiratoria, línea azul.
Fuente: VMA SOFIRE LTDA. Cuando un paciente está en un modo asistido, sea cicla-
do por volumen/flujo o por presión, y está bajo efectos de
Modos convencionales de ventilación mecánica sedación profunda y/o relajación, será en realidad un modo
controlado ya que la actividad del paciente para iniciar una
Un modo es una combinación de diferentes variables (pre-
respiración estará ausente.
sión, flujo, volumen, tiempo). Las variables pueden ser con-
troladas, limitadas o para disparar o ciclar una respiración.
Ventilación asistida controlada: AC
La forma como el operador determine estas variables, será
como el ventilador las implemente y las entregue al paciente. En este modo se combinan respiraciones mandatorias las
Se pueden identificar tres patrones básicos de soporte venti- cuales se entregan de acuerdo a la frecuencia respiratoria
latorio: programada, y respiraciones disparadas por el paciente las
Un patrón con todas las respiraciones mandatorias: CMV cuales se activan al alcanzar, ya sea un nivel de presión o de
(ventilación mandatoria controlada). flujo programado con el dial de sensibilidad (figura 9).
Un patrón con todas las respiraciones espontáneas. Cada respiración, disparada por el ventilador o por el pa-
Una combinación de las dos: IMV (ventilación mandato- ciente, se entregará con las variables predeterminadas de lí-
ria intermitente). mite y controlado (por presión O por volumen/flujo) ej: modo
asisto controlado controlado por volumen, m(;)~o asistido
Ventilación mecánica controlada: CMV controlado controlado por presión;
Es un método de soporte ventilatorio total en el cual el venti-
1ador impone al paciente la frecuencia respiratoria programa-
Flujo
da por el operador, muy cuestionado en la actualidad.
La VMC genera inspiraciones con presión positiva a in-
tervalos fijos de tiempo de forma automática, sin que exista
sistema alguno que permita la sincronización del paciente. Presión

Este modo puede ser controlado por volumen o por presión


(figura 8) según lo determine el operador. Cuando la variable
programada para terminar la inspiración es el volumen, se Volumen "'-_ _.....,;;;;;..,,""""_ _....:;_....4í._ _ _:..."""'_ _ _•
denomina ventilación controlada por volumen: Cv. Tiempo
Cuando la variable que termina la inspiración es la pre-
sión, el modo se denomina controlado por presión: CP. Figura 9. Curvas de flujo, presión y volumen en I1)odo asistido controlado
En esta modalidad la frecuencia respiratoria y el volumen controlado por volumen. Las respiraciones asistidas son activadas por una
corriente o la presión, según el ciclado, son fijos y sólo se caída en la presión generada con el esfuerzo inspiratorio del paciente.
Fuente: VMA SOFIRE LTDA.
modifican cambiando la programación del ventilador. La va-
25/ PRINCIPIOS BÁSICOS DE VENTILACiÓN MECÁNICA

En este modo el disparo de una respiración por parte del preajustado. Entre mayor sea la presión de soporte, mayor la
paciente permite que se mantenga cierto nivel de actividad cantidad de gas que se entregará al paciente. La inspiración
muscular retardando en cierta forma la atrofia muscular. termina cuando la tasa de flujo alcanza un nivelo porcentaje
mínimo con relación al flujo inspiratorio inicial (figura 12).
Ventilación mandataria intermitente sincronizada: El modo PSV es un modo iniciado (disparo) por prbión
SIMV o por flujo, limitado por presión y ciclado (final de la inspi-
Este modo combina respiraciones mandatarias a una fre- ración) por flujo.
cuencia y a un volumen/flujo o presión preestablecidos con Durante la ventilación con PSV, el paciente regula su pro-
respiraciones espontáneas que el paciente toma ya sea de un pia frecuencia y volumen. La ventilación con PSV aumenta
sistema de gas de flujo continuo o de un sistema de válvulas el volumen corriente espontáneo permitiendo disminuir la
de flujo a demanda como el empleado en los nuevos ventila- frecuencia respiratoria y por ende el trabajo respiratorio.
dores, y responden a cualquier caída de la presión en la vía
aérea con un aumento del flujo, situación generada con el
esfuerzo inspiratorio de los pacientes.
El ventilador establece una ventana de tiempo alrededor
de la respiración programada, la cual se entrega sincroniza-
damente con el esfuerzo inspiratorio del paciente, si durante
este tiempo el paciente no realiza ningún esfuerzo inspirato- p

rio, el ventilador le entregará una respiración mandataria.


En los ventiladores marca Servo® 900C y 300, aparecen
dos diales de frecuencia. Los dos deben programarse ya que
con ellos se establece la duración del período SIMV y del v
período espontáneo. El dial FRC (frecuencia respiratoria
controlada), siempre seFá mayor y da la duración del período
SIMV (Ej.: FRC= 20, 60 min 7 20 =3 seg). El dial FRS1MY
Figura 11. Modo SIMV ciclado por volumen. Nótese que cuando el pacien-
(frecuencia respiratoria SIMV), establece la duración del ci- te hace un esfuerzo inspiratorio durante el período de SIMV, el ventilador
clo SIMV (Ej.: FRS1MY= 6, 60 min 7 6 =10 seg). La duración entrega una respiración con las variables programadas. Si el paciente no rea-
del período espontáneo será de 10 - 3 = 7 seg (figura 10). liza ningún esfuerzo, el ventilador entregará una respiración mandataria.
Fuente: VMA SOFIRE LTDA.
Ciclo SIMV

10 "
Umin
- 100'1-,

Período SIMV Período es ontáneo Período SIMV

Figura 10. Tiempo de ventana en el modo SIMV. Adaptado de Servoi Users


manual. p. 52.
Fuente: VMA SOFIRE LTDA. Figura 12. Curva de flujo. Ventilación con PSv. El final del ciclo inspira-
torio se da cuando se alcanza un valor determinado de flujo con relaci(¡n al
fiujo inicial. En la gráfu:;a la primera respiración termina cuando el flujo cae
Durante el período de SIMV, si el ventilador detecta un es-
al 30% del flujo inicial y en la segunda cuando cae al 10%.
fuerzo inspiratorio, entregará una respiración mandataria sin- Fuente: VMA SOFIRE LTDA.
cronizada con el esfuerzo del paciente y si durante el período
espontáneo no se detecta ningún esfuerzo, el ventilador en- En los nuevos ventiladores, el porcentaje de flujo al cual
tregará una respiración mandataria (figura 11). se termina la inspiración puede ser predeterminado por el
En los nuevos ventiladores, las respiraciones espontáneas operador, en los demás ventiladores, el final del ciclo viene
pueden ser asistidas mediante la programación de un nivel de determinado por el fabricante.
presión de soporte. Para considerar, si el paciente tiene condiciones en las que
curse con aumento de la resistencia en la vía aérea (asma,
Ventilación con presión de soporte: PSV EPOC), se deseará tener un mayor tiempo a la espiración;
Es un modo de respiración iniciado por el paciente en el cual por consiguiente, la programación en el dial de final de ciclo
su esfuerzo inspiratorio es apoyado por un nivel de presión inspiratorio para la PSV, debe ser de un nivel alto (ej: 40%)
para asegurar mayor tiempo a la fase espiratoria.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 333


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Presión positiva continua en la vía aérea: ·CPAP y la siguiente respiración es controlada por presión con el
En este modo de ventilación, el paciente respira espontánea- nivel de presión meseta (plateau) marcada en la respiración
mente con un nivel de presión elevado el cual es seleccionado controlada por volumen (12).
por el operador, esta presión ayuda a mantener los alvéolos Si el volumen alcanzado con esta presión es mayor que
reclutados. Las respiraciones son iniciadas por el paciente. el programado, el ventilador disminuye automáticamente el
Esta variedad de ventilación puede combinarse con PSV, des- nivel de presión hasta alcanzar un valor de volumen cercano
crito anteriormente. al programado, de igual forma, si el volumen exhalado por el
Este modo es muy usado para manejo de ventilación me- paciente es menor al establecido por el operador, el ventila-
cánica no invasiva en pacientes que respiran espontáneamen- dor aumenta el nivel de presión para asegurar el volumen sin
te pero tienen algún grado de hipoxemia. sobrepasar el límite de presión establecido (figura 13).
Otra de las aplicaciones es como método de destete de Los parámetros a programar son el volumen corriente, fre-
ventilación mecánica en el cual se evalúa la tolerancia de los cuencia respiratoria, PEEP, FI02' relación IIE, sensibilidad y
pacientes para asumir nuevamente el trabajo respiratorio de límite de presión.
forma espontánea.
Para generar presión positiva continua puede disponerse de
los ventiladores mecánicos de uso clínico los cuales cuentan MODOVCRP
con dispositivos de alarmas y válvulas de flujo a demanda, o
Presión
con aceleradores de flujo y válvulas adaptables de PEEP, en ................................ ...........~!~~:.~!~:~~~p.~~!.~~~.~?....................... ..
PIM

los cuales no se requiere de ventilador pero no se cuenta con


dispositivos de alarma. No son muy usados.
Cuando se usa el modo CPAP con ventiladores de uso clí-
nico, es importante ajustar el tiempo de apnea para cada pa-
ciente. Los ventiladores actuales dan la opción de programar
una ventilación de apoyo la cual, será entregada en caso de
que el paciente deje de respirar.
Ri ITEra respradón
Respiraciones limitadas por presión
aceda PJrvollJ'l'en
Ventilación con liberación de presión en la vía
aérea: APRV
Es una respiración con presión controlada que le permite al Figura 13. Curvas presión flujo en el modo volumen control con regulación
paciente realizar respiraciones espontáneas a dos niveles de de presión. Ver descripción en el texto.
presióIi. Para la programación se ajustan un nivel de presión Fuente: VMA SOFIRE LTDA.
alto y uno bajo (liberación de presión) y el tiempo de dura-
ción para cada uno de los ciclos (tiempo alto y tiempo bajo). Volumen soporte
Este modo, según el fabricante tendrá- una denominación Es un modo espontáneo en el que se asegura un volumen
(11); otros nombres son CPAP intermitente, Bi PAP, Bi vent. corriente predeterminado con ajustes automáticos de la pre-
En el ventilador Evita 4 su denominación es APVR, en el sión de soporte. La primera respiración se entrega con una
ventilador servo i, Bi Vent, en el Bennett 840 Bínivel cuando presión de soporte de 10 cmH20, posteriormente el equipo
la relación IIE es convencional y APRV cuando la ventilación mide el volumen alcanzado y lo compara con el establecido
tiene liberación de presión por el operador, si el volumen es menor al requerido, el equi-
po aumenta la presión de soporte progresivamente durante
Modos de control dual las siguientes tres respiraciones, y si el volumen es mayor,
Son modos que pueden controlar dos variables ya sea la el equipo disminuye la presión de igual forma (figura 14).
presión o el volumen pero no al mismo tiempo. Existen dos Este modo aparece en los ventiladores servo 300, servo 300i.
formas: Los parámetros a programar son el volumen corriente (que
Control dual respiración a respiración. se quiere asegurar), PEEP, FI02' sensibilidad, % del final del
Control dual dentro de una respiración. ciclo inspiratorio.

En el control dual respiración a respiración tenemos el modo Parámetros iniciales de ventilación


volumen control con regulación de presión: VCRP, disponi- Por regla, siempre antes de conectar un paciente al ventila-
ble en los ventiladores Servo 300 y Servo 300i. En este modo dor, éste debe ser probado antes de ser usado. Una vez se ha-
se programa el volumen corriente que se quiere garantizar y lla asegurado el adecuado funcionamiento de la máquina, el
el límite de presión a alcanzar. operador establecerá el tipo de ventilación que le quiere en-
La primera respiración entregada al paciente es controlada tregar a su paciente. Elegirá el modo de ventilación y progra-
por volumen, se miden las presiones generadas en el sistema mará las variables determinadas según el modo ventilatorio.
25 I PRINCIPIOS BÁSICOS DE VENTILACiÓN MECÁNICA

ambos componentes son mezclados a la entrada del respirador


Volumen aumentado por el mezclador de gases, el cual establece las proporciones
de aire y oxígeno necesarios para lograr la FI02 solicitada por
el operador. Los ventiladores manejan un rango entre el '21 y
100%, (21 % sólo aire, 100% sólo 02,50% mitad aire y mitad
Flujo oxígeno).
(L/min) Para iniciar la ventilación mecánica se programa una FI02
del 100%, posteriormente y de acuerdo a la oximetría de pul-
so, se van haciendo disminuciones progresivas hasta llegar a
Presión un valor promedio del 50% para tomar una muestra de gases
(cmH,D)
y realizar nuevos ajustes. Lo recomendado es usar la FI02
más baja posible, asegurando siempre una adecuada oxige-
nación, para evitar la toxicidad por 02 que induce más injuria
Volumen
(mi) pulmonar.
Tiempo (seg)
PEEP
Es habitual programar 5 cmH 20 de PEEP para compensar
Figura 14. Curvas flujo, presión y volumen en el modo VA. El ventilador
monitoriza constantemente el volumen corriente exhalado y lo compara con la pérdida de volumen pulmonar inducida por la ventilación
el volumen programado haciendo ajustes automáticos de la presión de so- mecánica. En pulmones con injuria se debe programar un
porte. En la segunda respiración de la gráfica se observa una caída de volu- PEEP suficiente que mantenga los alvéolos reclutados.
men pero el ventilador aumenta el nivel de soporte automáticamente en las
A mayor nivel de PEEP, mayor presión en la vía aérea,
siguientes tres respiraciones hasta alcanzar el volumen programado.
Fuente: VMA SOFIRE LTDA. por ello es indispensable la monitoria permanente de las pre-
siones generadas para evitar la sobredistensión alveolar, se
Volumen recomienda mantener la presión total menor de 35 cmH20
en ventilación controlada por presión, o la presión meseta en
Anteriormente, la programación del volumen se hacía con
ventilación controlada por volumen.
valores entre 10 a 15 rnlIkg de peso. En las últimas dos dé- La NIH ARSD Network propone un algoritmo para el ma-
cadas diversos estudios clínicos demostraron que el uso de nejo de la oxigenación de los pacientes con SDRA, combi-
altos volúmenes se asociaban a una mayor injuria pulmonar,
nando niveles de PEEP con FI02.
concepto que se promulgó con el término de VILI (ventilador
induced lung injury) (13).
Se acepta que para pulmones normales se use un volu- ~
ON 30 40 40 50 50 60 70 70 70 80 90 90 90 100 100 100 100
men entre 8 a 10 rnlIkg de peso ideal y para un pulmón con
1:
injuria pulmonar entre 4 y 6 rnlIkg (ventilación protectora).
En algunos ventiladores (Servo 900) no se tiene la opción de ~
5 5 8 8 10 10 10 12 14 14 14 16 18 18 20 22 24
~
programar el volumen corriente, sino el volumen minuto (vm) g:
por lo ~ual, para establecer el volumen que se va a entregar se
hace un cálculo matemático, así pues a un paciente conectado a Adaptado de NIH ARDS Network (14).
un ventilador en la modalidad de CMV (Ventilación mecánica
controlada), que pesa 80 kg, y que tiene una frecuencia respira- Frecuencia respiratoria
toria de 12 rpm, se le programa: Para iniciar la ventilación se establece un valor entre 12 a 16
rpm y se realizan los ajustes pertinentes con base en el análi-
Fr= 12 rpm sis del CO2 reportado en los gases arteriales.
ve = 6ml x 80 kg = 480 mllkg
Volumen minuto a programar: 480 x 12 = 5.760 mIl min = 5.7
L/min Flujo
En la modalidad controlada por volumen/flujo, el flujo se pro-
Algunas escuelas usan la siguiente fórmula para calcular el grama con base en la relación IIE deseada. Con flujos altos,
peso ideal (14) el tiempo inspiratorio es más corto permitiendo más tiempo
(Talla - 152,4) x 0.91 + 50 en hombres y + 45 en mujeres de espiración, situación deseable en pacientes con EPQC y
asma pero debe tenerse en cuenta que altos flujos generan
Fracción inspirada de oxígeno o FI0 2 una elevación en la presión pico (máxima) de la vía aérea.
La fracción inspirada de oxígeno es la proporción en que se en- En los modos ciclados por presión, el flujo no se progra-
cuentra el oxígeno/aire que se va a suministrar al paciente. Los ma, es automático y se ajusta a 'las demandas ventilatorias
ventiladores disponen de una toma de oxígeno y una de aire, del paciente.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 335


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Curvas de flujo la interacción paciente ventilador. Las alarmas siempre serán


Existen cuatro formas de onda de fiujo inspiratorio: fiu- programadas con rangos cercanos a los valores normales para
jo constante o rectangular, fiujo desacelerado o en rampa cada parámetro. Una vez iniciada la ventilación se realizará
descendente, fiujo acelerado o en rampa ascendente, fiujo la monitoría cOlTespondiente y los ajustes necesarios a cada
sinusoidal. Los ventiladores que ciclan por volumen dan la condición.
opción al operador para elegir con qué tipo de onda quiere
entregar el volumen corriente. Algunos ventiladores no dan Referencias
esta opción y la onda de fiujo viene determinada por el fabri- 1. Libro del Comité de Neumología Crítica de la SATI. Sociedad Ar-
cante, la curva de fiujo es por lo general constante o rectangu- gentina de Terapia Intensiva. Ventilación Mecánica. Editorial Médica
Panamericana SA. 2005.
lar como en los ventiladores servo 900, 300, Y 300i.
2. Tobin MJ. Ventilación Mecánica. Saunders Company. Clínicas de te-
Cuando se tiene la opción de elegir el tipo de onda de fiujo rapia Intensiva. Vol 3.
en la ventilación controlada por volumen, lo que se recomien- 3. Libro del Comité de Neumología Crítica de la SATI. Sociedad Ar-
da es programar una onda de fiujo desacelerada que es la que gentina de Terapia Intensiva. Ventilación Mecánica. Editorial Médica
Panamericana SAo 2005.
más se asimila al patrón respiratorio normal, además se ha ob-
4. Chatbrun RL. Classification of Mechanical Ventilators. Respir Care
servado que es la curva que menos aumenta la presión pico y la 1992; 37(9): 1009-25.
que mejor distribuye el aire a nivel de los alvéolos aumentando 5. Azeredo CA. Ventilación Mecánica Invasiva - No Invasiva. Editorial
la presión media de la vía aérea. En los modos que ciclan por Revinter Ltda 1993.
6. Chatbrun RL. Computer Control of Mechanical ventilation. Respir
presión, la curva es fija, siempre será desacelerada.
Care 2004: 49 (5): 507-17.
7. Chatburn RL, Primiano FP, Mathematical models of respiratory me-
Relación l/E chanics. In: Chatburn RL, Craig KC, editors. Fundamentals of respira-
tory Care Research. Norwalk, CT: Appleton & Lange, 1988: 59-100.
La relación inspiración espiración normal es de 1:2, en con- 8. Muchin WW, Rendell-Baker L, Thompson PW, Mapleson ww. Au-
diciones en las que existe limitación al fiujo como en EPOC tomatic ventilation of the lungs. 3d ed. Oxford: Blackwell Scientific,
y asma, se recomienda relaciones 1:3 o 1:4. 1980: 62-131.
En los modos que ciclan por volúmen, la relación no se pro- 9. MacIntyre Branson. Ventilación Mecánica. Mc Graw Hill Interameri-
cana. 1 Ed. 2002. p. 3-53.
grama, está determinada por factores como la frecuencia respi- 10. Society of Critical Care Medicine. Adult Multiprofessional Critical
ratoria, la pausa inspiratOlia, el fiujo y el tipo de onda de fiujo. Care Review. Editor Michael E. Ivy. 2005. p. 203-209.
Aumentan el tiempo inspiratorio: altas frecuencias, bajos 11. MacIntyre Branson. Ventilación Mecánica. Mc Graw Hill Interameri-
fiujos, pausa inspiratoria y curva de fiujo desacelerada. cana. 1 Ed. 2002. p. 71-72.
12. Ventilator System V 2.0 Manual del usuario. Servoi. p. 34.
Aumentan el tiempo espiratorio: bajas frecuencia, altos 13. Dreyfuss D, Saumon G. Ventilator induced lung injury. Lessons from
fiujos, pausas cortas curva de fiujo rectangular. experimental studies. AM. J Respir. Crit. Care Med 1998; 157: 294-
En los modos que ciclan por presión, la relación IIE es 323.
establecida por el operador. 14. NIH ARDS Network. Ventilation with lower tidal volumes as compa-
red with traditional tidal volumes for acute lung surgery and the acute
distress syndrome. N Eng J Med 2000; 342: 1301-1308.,
Alarmas
Las alarmas son las encargadas de alertar al clínico sobre al-
teraciones tanto en el funcionamiento de la máquina como en
MANI BRAS REC

Esther Cecilia Wilches L; Vilma Eugenia Muñoz A, Fisioterapeutas

Introducción En estas situaciones, el colapso alveolar puede ser mínimo


El uso de la presión positiva al final de la espiración (PEEP) y los signos clínicos pueden estar ausentes dependiendo del
favorece el aumento de la PaO~ y se han propuesto cuatro tamaño del colapso. Los signos característicos son aumen-
mecanismos para explicar la mejoría de la función pulmonar to en la frecuencia respiratoria, en la frecuencia cardíaca, en
y de la oxigenación con el uso de la PEEP (1): algunos casos fiebre, patrones respiratorios de predominio
• Aumento de la capacidad residual funcional costal superior y si el colapso es muy grande, signos de difi-
• Reclutamiento alveolar cultad respiratoria.
• Redistribución del liquido extravascular La intervención involucra el aumento del volumen pul-
• Mejoría de la relación ventilación-perfusión. monar a través del aumento del gradiente de presión trans-
pulmonar (6): la presión transpulmonar es la diferencia entre
Bendixen y col en 1965 (2) y, más tarde, Rothen (3) y col de- presión alveolar y la presión pleural:
mostraron que la presión en la vía aérea necesaria para "abrir"
un acino colapsado es dy aproximadamente 40 cmH~O. Una PI =PaIv - Ppl
vez abierto, el acino necesita de un nivel de PEEP determina-
PI: presión transpulmonar. Palv: presión alveolar. Ppl: presión pleural.
do para evitar su recolapso al final de la espiración.
Las maniobras de reclutamiento alveolar (MR) consisten
Teniendo en cuenta lo anterior, el volumen pulmonar se pue-
en la insuflación sostenida para abrir los alvéolos colapsados
de aumentar ya sea disminuyendo la Ppl empleando ejerci-
(4) y han sido propuestas como un coadyuvante de la ventila-
cios de inspiración profundos y sostenidos (Patrones muscu-
ción mecánica en pacientes anestesiados y con SDRA.
lares respiratorios), o aumentando la Palv mediante el uso de
Muchos investigadores han estudiado los beneficios de
dispositivos con presión positiva en la vía aérea.
maniobras de reclutamiento en los pacientes anestesiados
sanos (5) y en pacientes ventilados con presión positiva·espi- Tabla 1.
ratoria baja, sin embargo, actualmente no está definida cuál
es la mejor maniobra de reclutamiento ni cuántas veces debe Disminución de presión pleural Aumento de presión alveolar
realizarse. Patrón diafragmático Presión positiva intermitente (PPI)
En este artículo se revisan la definición de colapso alveolar Patrones musculares de cuello Presión positiva continua en la vía aé-
y sus causas, estudios experimentales, experiencias clínicas y rea (CPAP)
diversas maniobras de reclutamiento alveolar. Diagonales de Kabath Presión posit~a al final de la espira-
ción (PEEP) .,

Colapso alveolar Inspirometría de incentivo

En la práctica clínica, algunas situaciones pueden ocasionar Muchas veces el cúadro clínico puede complicarse por las
colapso alveolar secundario a la presencia de un tapón de condiciones de reposo del paciente, factor que contribuye
moco o de microcoágulos en la vía aérea por trauma; en estas aún más a la disminución de la capacidad funcional residual
situaciones el aire distal a la obstrucción se va reabsorbiendo (CFR), lo que implica la necesidad de incluir en el abordaje
a medida que sucede el intercambio gaseoso hasta llegar al del paciente la movilización precoz.
colapso total del alvé0lo principalmente cuando se usan altas
concentraciones de O~. (Atelectasia por reabsorción/ desni- Definición de reclutamiento
trogenación). . -
En otros casos, cuando los volúmenes manejados por el Se define el reclutauliento como la aireación de una unidad al-
paciente son muy bajos, se pueden generar pequeños colap- veolar previamente colapsada, inundada ó ambas, lo suficiente
sos alveolares (atelectasias pasivas) muy frecuentes en situa- como para promover el intercambio gaseoso. Una unidad inun-
ciones como reposo prolongado en cama, dolor ventilatorio dada también puede ser reclutada con burbujas de aire llenando el
dependiente, efectos de anestesia general, cirugías que invo- espacio alveolar, rodeándolo de tina delgada capa de líquido (lo
lucran la caja torácica, o cirugías abdominales altas. que regularmente sucede en la ventilación parcial líquida) (7).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Estudios experimentales posición prono sólo se requirió PEEP de 8 cmH 20 mientras


que en la posición supina fue de 15 cmH20. Los resultados
Estudios de experimentación con animales apoyan el uso de
de este estudio sugieren que el reclutamiento mejora la oxi-
las maniobras de reclutamiento alveolar. Los modelos expe-
genación más efectivamente con niveles de PEEP más bajos
rimentales y los estudios fisiológicos han establecido simple-
en la posición prona que en la supina.
mente los principios para entender los efectos potenciales de
las maniobras de reclutamiento. No obstante muchas pregun-
tas todavía necesitan ser resueltas.
Experiencias clínicas
Vásquez y cols (8) (1999), en un estudio realizado con ra- En la última década, se han descrito diversas maniobras de
tas en las que inducían injuria pulmonar con lavados pulmo- reclutamiento alveolar para el paciente con injuria pulmonar
nares repetidos, observaron que la ventilación con presión o SDRA y se han formulado diversas hipótesis para explicar
controlada en combinación con maniobras de reclutamien- la causa del predominio del colapso en las zonas dependien-
to abrían áreas pulmonares atelectasiadas tan efectivamente tes del pulmón.
como la ventilación de oscilación de alta frecuencia. Gattinoni y colaboradores (13) emplearon la tomografía com-
Rimembersg y cols (9), en un estudio realizado con ratas putarizada del tórax en pacientes con injuria pulmonar o SDRA
compararon los efectos de una maniobra de reclutamiento al- observando que el tejido pulmonar aireado normalmente tiene
veolar cuando la PEEP estaba por debajo del LIP de la curva las dimensiones de un pulmón de un niño de 5-6 años. Los inves-
de presión/volumen, y los efectos de la PEEP sobre el LIP tigadores sugieren que el pulmón no es rígido sino que el pulmón
pero sin reclutamiento alveolar; los hallazgos mostraron me- sano es como un pulmón pequeño con elasticidad intrínseca cer-
joría en la oxigenación y ningún aumento del daño pulmonar cana a lo normal. Lo que postularon como el "baby lung".
histológico al aplicar la primera estrategia; los mismos auto- Posteriormente, el mismo grupo formuló la teoría de la
res describieron los efectos beneficiosos en la oxigenación, "presión hidrostática súper impuesta" (SLP) (14) en la cual
en la distensibilidad estática y en el volumen pulmonar du- atribuyen la presencia de atelectasias en las zonas dependien-
rante la ventilación que se alcanzó por medio de reclutamien- tes del pulmón, al aumento del peso del pulmón edematoso
to alveolar sostenido (PEEP 30 cmH20). y a la compresión subsecuente. El principio se basa en un
Quin Lu y cols (10) evaluaron los cambios en el área de modelo pulmonar líquido en el cual el peso del pulmón se
la superficie en el corte seccional de los bronquios y en la soporta en toda su base con las regiones más inferiores so-
resistencia respiratoria inducida por la succión endotraqueal portando todo el peso de la columna de tejido ubicado por
en nueve ovejas anestesiadas, y demostraron que la aplica- encima de ellas.
ción de una maniobra de reclutamiento después de la succión En su estudio observaron que la unidades previamente co-
endotraqueal revertía las atelectasias, la broncoconstricción y lapsadas permanecen abiertas solamente cuando el nivel de
la disminución en la saturación de oxígeno arterial. PEEP es igualo mayor a la SLP. Este comportamiento es más
Halter y cols (11) realizaron un estudio en cerdos, en los probable en las fases iniciales del SDRA en donde hay una
cuales inducían la injuria pulmonar y realizaban maniobras prevalencia de edema. En la fase tardía del SDRA cuando ocu-
de reclutamiento (Presión máxima = 45 cmH 20, PEEP = 35 rre la fibrosis, la SLP no se transmite como en un modelo líqui-
°
cmH2 durante 1 minuto) los cerdos fueron separados en dos
grupos, un grupo con ventilación estándar más PEEP de 5
do ya que las estructuras de fibrosis pueden presentarse como
obstáculos para la transmisión uniforme de la presión.
cmH20 y el otro grupo con PEEP 10 cmH20, los investiga- Contrario a la hipótesis de SLP, Hubmayr propone la hipó-
dores observaron que la maniobra de reclutamiento abrió un tesis "líquido-espuma" en el alvéolo y/o vía aére~ de conduc-
número significativo de alvéolos y en ambos grupos (PEEP 5 ción, basándose en los hallazgos del estudio rea1izado con
y 10 cmH20) mejoró la oxigenación después de la maniobra, perros en los que indujeron injuria,pulmonar y usaron mar-
pero los alvéolos ventilados con PEEP de 10 cmH20 tenían cadores metálicos implantados en 5 lóbulos caudales, para
mas estabilidad comparados con los de 5 cmH20. Para los describir la distribución del volumen y ventilación regional
investigadores, el reclutamiento seguido por un inadecuado pulmonar. El grupo investigador no observó reducción en la
nivel de PEEP predispone a inestabilidad alveolar. capacidad residual funcional (CFR) y concluyeron que este
Nahit y cols (12) estudiaron la oxigenación después de re- caso no es compatible con la presencia de colapso alveolar
clutamiento (30 segundos de inflación sostenida a 60 cmH20 secundario a la SLP y que los alvéolos inundados podrían ser
de presión en la vía aérea) en la posición prona y supina en el mecanismo responsable del fenómeno (15). Estos mismos
perros con lesión pulmonar inducida. En un grupo (n = 6) autores compararon las dos hipótesis (SLP/líquido-espuma),
primero en supino y después prono, luego de reclutar con coincidiendo en que las regiones colapsadas no se ventilan
PEEP de 8 y 15 cmH20). En el segundo grupo (n 6) las po- a bajas presiones en la vía aérea y que para ser reclutadas
siciones fueron invertidas. El posicionamiento prono después necesitan altas presiones en la vía aérea, pero el mecanismo
de la posición supina siempre mejoró la oxigenación. de apertura es diferente en los dos casos.
La oxigenación mejoró en ambos grupos después del re- Sobre la disipación de energía que se involucra en el reclu-
clutamiento, y fue sostenida (después de 15 min) pero en la tamiento se considera: en la hipótesis de colapso, la presión
26/ MANIOBRAS DE RECLUTAMIENTO ALVEOLAR

en la interfase aire-líquido se disipa sobre Una pequeña área y MR se mantenían, si sucedía lo contrario repetían el proce-
las células epiteliales experimentan una gran tensión. dimiento con un nivel de PEEP mayor, usando la FI02 más
En la hipótesis "líquido espuma", los puentes de líquido baja aceptable, considerando que las concentraciones altas
entremezclados con el aire atrapado pueden ocluir la red de de O') favorecen la atelectasias por denitrogenación. La ,MR
ramificación de las vías aéreas abiertas, así, las presiones de la reilizaron además, después de cualquier desconexión .de la
apertura pueden disiparse sobre una serie de meniscos cur- ventilación mecánica (ej: succión).
vados, el volumen de tejido que está sujeto a tensión será Lim y cols (20) desarrollaron una nueva forma de suspiro
mayor y la tensión local sobre las células epiteliales podría denominado "suspiro extendido" para proveer una presión de
ser menor. En este caso VILI puede ocurrir por sobredisten- reclutamiento suficiente y evaluarla como una maniobra de
sión de los alvéolos que están abiertos y no por las fuerzas reclutamiento en 22 pacientes con SDRA.
tensionales sobre las vías aéreas que se abren. El grupo investigador usó como parámetros de base: modo
Hasta el momento, la mayoría de estudios han empleado controlado por volumen a 8 ml/kg, PEEP: 10 cmH20; límite
la tomografía computarizada para evaluar los efectos de la de presión: 40 cmH20 y posteriormente fueron variando la
PEEP sobre las zonas colapsadas. Recientes investigaciones relación VC-PEEP de la siguiente manera: 6 mI-15 cmH20; 4
han empleado la tomografía de impedancia eléctrica (EIT), la ml-20 cmH20 y 2 mI-25 cmH20; cada paso fue iniciado a los
cual es una técnica no invasiva libre de radiación basada en la 30" (fase inflación). Al llegar a la relación VC: 2ml-PEEP:
medida de las variaciones de los potenciales eléctricos sobre 25 cmH20, cambiaron a modo CPAP de 30 cmH20 con una
la pared del tórax. En los diversos estudios se ha encontrado pausa de 30". Posteriormente reasumían los parámetros de
que al igual que en la TAC, la ventilación es dependiente de ventilación de base siguiendo la misma secuencia de reversa
la gravedad (16). (fase de deflación). Este suspiro extendido lo realizaron dos
veces con un minuto de ventilación en los paráme,tros de base
Maniobras de reclutamiento alveolar entre ellos. En este estudio observaron efectos sostenidos en
la oxigenación y ausencia de mayores complicaciones hemo-
En los estudios clínicos se describen diversas formas de re-
dinámicas o respiratorias.
clutamiento en el manejo de pacientes con injuria pulmonar
Grasso S y cols (21) estudiaron 22 pacientes con SDRA
o SDRA.
para evaluar la hipótesis de que la efectividad de una MR
Pelo si y cols (17) aplicaron en 10 pacientes con ventila-
para mejorar la oxigenación podría estar influenciada por las
ción protectora (18) (presión meseta < 35 cmH20, PEEP 14 ±
propiedades elásticas del pulmón y la pared torácica. En este
2), 1 hora de ventilación protectora con 3 suspiros generando
estudio utilizaron VC 6 ml/kg, PEEP Y FI02 necesarias para
presiones de 45 cmH20 y 1 hora de ventilación protectora sin
mantener Sa0 2 entre 90-95%. Una vez realizados los regis-
suspiros. Encontraron mejoría en la oxigenación y disminu-
tros establecidos para el estudio, cambiaron a modo CPAP
ción del shunt durante la aplicación de suspiros. Después de
con PEEP de 40 cmH20 por 40 s. Terminada la maniobra re-
1 hora de interrupción de los suspiros, las variables fisiológi-
gresaron a los valores iniciales y realizaron nuevos registros
cas retomaron a los valores de base.
a los 2 y 20 min respectivamente.
Lapinsky y cols (19) evaluaron la seguridad y eficacia de
Concluyeron que la MR mejoraba la oxigenación sola-
una maniobra de reclutamiento (MR) en 14 pacientes con fa-
mente en las fases iniciales del SDRA (1 a 2 días), y cuando
lla respiratoria hipoxémica.
existía un gran potencial de reclutamiento como se eviden-
Los pacientes fueron ventilados en modo controlado por
cia por los bajos valores de distensibilidad previos y por la
volumen a 12 ml/kg, PEEP previamente establecida (no es-
ausencia de alteración en la mecánica' d~ la pared torácica
pecificado) y monitorearon la presión pico. La máxima pre-
(distensión abdominal, derrame pleural). Para este grupo, en
sión de inflación elegida para el reclutamiento fue menor
pacientes ventilados por p~ríodos prolongados, la presencia
de 45 cmH20 o la presión pico registrada a 12 ml/kg. Esto
de una pared torácica rígida y la disminución en la presión ar-
les permitía individualizar la presión de reclutamiento, así,
terial y en el gasto dardíaco son indicadores de inefectividad
para pacientes con muy baja distensibilidad la presión que
de las maniobras de reclutamiento y de su potencial peligro.
usaron fue la más alta sin exceder los 45 cmH20. Una vez
Villagrá y cols (22) estudiaron los efectos fisiológicos de
establecida la presión de reclutamiento a usar, se cambió a
una MR en 17 pacientes con SDRA ventilados bajo la estra-
modo CPAP y se incrementó la presión al valor elegido y
tegia protectora.
mantenían la presión de inflación por 20 s, posteriormente
Los pacientes fueron ventilados en modo controlado por
disminuyeron el nivel de PEEP al valor original y retomaron
volumen con flujo inspiratorio constante, registraban los da-
a la ventilación inicial.
tos requeridos con PEEP O y posteriormente analizaban la
Observaron mejoría en la Sa0 2 después de la maniobra y
curva presión volumen e identificaban el punto de inflexión
en 10 de los pacientes se mantuvieron los resultados hasta
inferior (PIl). Los pacientes fueron ventilados con VC < 8
por 4 horas; se presentó hipotensión pero mejoró rápidamen-
ml/k:g y PEEP 3-4 cmH')O más aJto que el PIl, luego de 30
te cuando se terminó la MR.
minutos de estabilizaciÓn registraban las variables hemodi-
Durante la realización de las maniobras de reclutamiento
námicas, mecánica pulmonar y el volumen espiratorio final
monitorizaron la Sa02 y observaron si los beneficios de la
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 339
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

el cual obtenían al retirar la PEEP. Como la remoción de la Okamoto y cols (25, 26) estudiaron 17 pacientes con SDRA,
PEEP inducía un desreclutamiento pulmonar significativo, en quienes aplicaron una MR escalonada, con parámetros ba-
reasumían la PEEP previa y permitían un período adicional sales de VC: 6 ml/kg, PEEP de 10, la maniobra la realizaron
de estabilización por 30 minutos antes de realizar la MR. manteniendo presión constante de 15 cmHzO y aumentando
La MR la realizaban en modo controlado por presión con cada 2 min el nivel PEEP: 25, 30, 35 y 45 cmHzO respectiva-
una presión pico de 50 cmHzO y PEEP de 3 cmH 20 por en- mente. Tomaron gases arteriales en cada paso y definieron que
cima de PIl por 2 minutos. Posteriormente disminuían gra- el máximo nivel de reclutamiento lo alcanzaban cuando lo va-
dualmente la presión pico y la PEEP a 35 y 20 cmH 20 res- lores de laPaOz eran mayores de 350 mmHg (con FIO z 100%).
pectivamente. En este punto cambiaban de modo a control Posteriormente, para titular el nivel de PEEP que podría man-
volumen y disminuían la PEEP de 2 en 2 cmHzO hasta llegar tener los beneficios obtenidos con la maniobra, realizaron dis-
a los niveles de base. minuciones lentas del PEEP cada 15-20 min hasta el mínimo
Las variables eran registradas al final de la maniobra y valor capaz de mantener niveles de PaO z cercanos al 95% del
a los 15 minutos. Para el grupo investigador, la MR en pa- valor máximo obtenido. Los autores consideraron, después
cientes con SDRA manejados con la estrategia protectora de esta maniobra, que las presiones de apertura/colapso en el
fue inefectiva para mejorar los parámetros de oxigenación en SDRA son mucho más altas que las predichas por la teoría de
la mayoría de los pacientes, y concluyeron que la sobredis- presión superimpuesta sugiriendo la existencia de otras fuerzas
tensión alveolar redistribuye el flujo sanguíneo y aumenta el colapsantes como la tensión superficial activa, el aumento de
shunt. En estos casos la MR puede ser dañina conduciendo la presión abdominal u otros factores desconocidos.
a injuria por tensión de las unidades pulmonares más com-
placientes. Conclusiones
San Román y col s (23) estudiaron 18 pacientes con SDRA
Pese a que los estudios muestran los beneficios de las mariio-
en fases tempranas « 72 horas) y evaluaron el impacto de
bras de reclutamiento alveolar en la oxigenación, aún existe
una MR sobre la oxigenación y la distensibilidad pulmonar.
incertidumbre acerca de algunos interrogantes ¿cuál es el ni-
La maniobra la realizaron usanqo el modo controlado por
vel de PEEP ideal para lograr el reclutamiento y con el cual
presión para mantener VC < 8 y> 4 ml/kg, PEEP 10 cmHzO,
no se sobredistiendan los alvéolos normales?, ¿cuál es valor
FIOz 100%, con una hora de estabilización previa a la manio-
de PEEP basal ideal para mantener los logros alcanzados con
bra. Incrementaron el nivel de PEEP progresivamente de 5 en
la maniobra de reclutamiento?, ¿ qué tipo de test al pie de la
5. Cada nuevo eslabón lo mantenían durante 60 segundos, la
cama del paciente es el más adecuado para valorar el nivel de
maniobra la terminaron cuando alcanzaron un nivel de PEEP
reclutamiento alcanzado?; considerando que para lograr un
de 35 cmHzO o una presión máxima de 60 cmHzO y la man-
nivel de reclutamiento adecuado se necesitan altos niveles de
tuvieron por 3 minutos. El descenso al valor basal lo realiza-
PEEP, ¿cómo asegurar que estas altas presiones no inducen
ron en un solo paso. En este estudio observaron mejoría en
más injuria pulmonar sobre el revestimiento epitelial?, y si
la oxigenación y en la distensibilidad. Durante la maniobra
no lo fueran, ¿cuál es la frecuencia con que deben emplearse,
evidenciaron disminución significativa de la presión arterial
la duración y cuál la mejor técnica?
que mejoraba al terminar la maniobra.
Existen muchas incógnitas que sugieren más estudios y el
Gattinoni y cols (24) estudiaron 68 pacientes con SDRA
desarrollo de una mejor tecnología que pueda ser usada en la
y evaluaron la relación entre el porcentaje de pulmón poten-
cama del paciente, que permita visualizar de una manera más
cialmente reclutable indicado por la tomografía computariza-
efectiva las alteraciones regionales de la ventilación.
da, y los efectos clínicos y fisiológicos del nivel de la PEEP. ....
La maniobra de reclutamiento que usaron en el estudio
fue, en el modo control presión, una presión inspiratoria de R,ecomendaciones '
45 cmH 20 con PEEP de 5 cmHzO, frecuencia respiratoria de Teniendo en cuenta las limitaciones tecnológicas en nuestro
10 rpm y relación I:E de 1: 1 por 2 minutos. medio, la realización de las MR requieren de un buen juicio
En esta investigación encontraron que los pacientes con clínico, de experiencia, valoración y monitorización continua
mayor porcentaje de pulmón reclutable fueron aquellos con con reevaluación de los resultados con los medios disponi-
mayor alteración en el intercambio gaseoso, en la mecánica bles en cada servicio. Partiendo de la literatura revisada y con
respiratoria, en la severidad de la injuria pulmonar y con más base en nuestra experiencia nos permitimos recomendar:
alto índice de mortalidad. Los resultados mostraron que el • Usar la maniobra más familiar, que permita mantener una oxi-
uso de altos niveles de PEEP en pacientes con un bajo por- genación adecuada (paOz 2: 60 mmHg y Sa022: 89-90%)
centaje de pulmón reclutable provee poco beneficio y puede • La "respuesta clínica" debe constituir la mejor práctica
ser peligroso. empírica durante las maniobras de reclutamiento alveolar.
El grupo investigador en su experiencia limitan el uso de (Inestabilidad hemodinámica, desaturación)
la PEEP a más de 15 cmH20 a pacientes con alto porcentaje • Independientemente de la maniobra escogida, evitar el
de reclutamiento y niveles de PEEP menores de lOen aque- fenómeno de reclutamiento-desreclutamiento empleando
llos con bajo porcentaje de reclutamiento. un valor de PEEP que mantenga Sa02 > 90%
26/ MANIOBRAS DE RECl.UTAMIENTO ALVEOLAR

Pensar en el uso de las maniobras de reClutamiento alveo- Computed tomographic scan study; Am Rev Respir Dis 1987; 136:'
730-736.
lar en fases tempranas de SDRA
8. Vazquez de Anda GF, Hartog A. The open lung concept: pressure-
• Racionalizar el uso de las maniobras de reclutamiento al- controlled ventilation is as effective as high-frequency oscillatory ven-
veolar en pacientes con alteraciones de la caja torácica y/o tilation in improving gas exchange and lung mechanics in surfact.ant-
abdominal deficient animals. Intensive Care Med 1999; 25(9): 990-6. .
9. Rimensberger PC, Pristine G, Mullen BM, Cox PN, Slutsky AS. Lung
• Monitorización continua y reevaluación de resultados
recruitment during small tidal volume ventilation allows mini mal po-
e Si se dispone de ventilador que sólo cicle por volumen, sitive end-expiratory pressure without augmenting lung injury. Crit
disminuir el VC al tiempo que se aumenta el PEEP con Care Med 1999; 27: 1940-1945.
disminuciones escalonadas de 100 mI para el VC y au- 10. Lu Quin, Capderou A, Cluzel P. A Computed Tomographic Scan As-
sessment of Endotracheal Suctioning-Induced Bronchoconstriction in
mentos escalonados de PEEP de 5 cmH 2O cada minuto
Ventilated Sheep. Am J Respir Crit Care Med 2000; 162: 1898-1890.
hasta alcanzar un valor de PEEP máximo 25 cmH O con 11. Halter JM, Jay M Steinberg. Positive End-Expiratory Pressure af-
un VC no menor de 4 ml/kg siempre y cuando la ~r~sión ter a Recruitment Maneuver Prevents Both Alveolar Collapse and
meseta no aumente más de 50 cmH')O. Una vez alcanzado RecruitmentlDerecruitment. Am J Respir Crit Care Med 2003; 167:
1620-1626.
el PEEP, se pasa a CPAP y se sostiene por 1 min, pos-
12. Nahit Cakar Thomas van. Oxygenation Response to Recruitment Ma-
teriormente se inicia el mismo procedimiento en sentido neuver during Supine and Prone Positions in an Oleic Acid-Induced
contrario Lung Injury Model. Am J Respir Crit Care Med 2000; 161: 1949-
e Si se dispone de un ventilador que cicla por presión, se au- 1956.
13. Gattinoni L, Pesenti A, Avalli L, Rossi F, Bombino M. Pressure vo-
menta escalonadamente el nivel de PEEP 5 cmH')O cada
lume curve of total respiratory system in acute respiratory failure.
minuto, si la presión total aumenta más de 40 cmH O, ')
Computed tomographicscan study; Am Rev Respir Dis 1987; 136:
se va disminuyendo el nivel de presión programada. -El 730-736.
máximo nivel de PEEP que permitimos es de 25 cmH')O y 14. Gattinoni L, D' Andrea L, Pelosi P, Vitale G, Pesenti A, Fumagalli R.
Regional effects and mechanism of positive end expir~tory pressure
una presión total menor de 50 cmH') O. Cuando se llega al
in early adult respiratory di stress syndrome. JAMA 1993; 269: 2122-
valor programado, realizamos una pausa inspiratoria ma- 2127.
nual de 1 minuto y po¡steriormente realizamos el retorno 15. Martinowicz MA, Minor TA, Wilson TA, Walters BJ, Hubmayr RD.
escalonado a los parámetros de base dejando el nivel de Effect of positive end expiratory pressure on regional lung expansion
of oleic acid injured dogs. Chest 1999; 116: 28S-29S.
PEEP 2 cmH2 O por encima del basal previo a la manio-
16. Victorino J, Borges J, Okamoto V, et al. Imbalances in reoionallun o
bra. La maniobra se suspende si el paciente se inestabiliza ventilation. Am J Resp Crit Care Med 2003; 169: 791-800~ b

o si hay disminución de la Sa0 2• 17. Pelosi P, CadringherP, Bottino N, et al. Sigh in acute respiratory dis-
tress syndrome. Am J Respir Crit Care Med 1999; 159: 872-880.
18. Amato MBP, Barbas C, Madeiros DM, et al. Effect of a protective
Para la realización de ambas maniobras de reclutamiento el
ventilation strategy on mortality in the acute respiratory distress syn-
paciente debe estar bien sedado y/o relajado, y se monitoriza drome. N Engl J Med 1988; 338: 347-354.
constantemente la SaO'), la presión arterial, la frecuencia car- 19. Lapinsky S, Aubin M, Mehta P, Boiteau P, Slutsky A. Safety and effi-
díaca y la mecánica pulmonar. cacy of a sustained inftation for alveolar recruitment in adults with
respiratory failure. IntensiveCare Med 1999; 25: 1297-1301.
20. Lim CM, Koh Y, Park W, et al. Mechanistic scheme and effect of «ex-
Referencias tended sigh» as a recruitment maneuver in patients with acute respira-
tory distress syndrome: a preliminary study. Crit Care Med 2001; 29:
1. G Tusman G, B6hm SH, F Melkun. Efectos de la maniobra de reclu-
1255-1260.
tamiento alveolar y la PEEP sobre la oxigenación arterial en pacientes
21. Grasso S, Mascia L, Del Turco M, et al. Effects or recruiting mane u-
obesos anestesiados. Rev Esp Anestesiol Reanim 2002; 49: 177-183.
vers in patients with acute respiratory di stress syndrome ventilated
2. Bendixen HH, Hedley-Whyte J, Laver MB. Impaired oxygenation in
with protective ventilatory strategy. Anesthesiplogy 2002; 96: 795-
surgical patients during general anaesthesia with controlled ventila-
802.
tion. N Engl J Med 1963; 269: 991-996.
22. Villagrá A, Ochagavia A, Va'tua S, et al. Recruitment maneuver durina
lung protective ventilation in acute respiratory distress syndrome. A~
3. Rothen HU, Sporre B, Wegenius G, Hedenstiema G. Reexpansion of
atelectasis during general anaesthesia: a computed tomography study.
J Respir Crit Care Med 2002; 165: 165-170.
Br J Anaesth 1993; 71: 788-795.
23. San Román, Giannasi SE, Avila R, Saldarini F, et al. Efectos fisiológi-
4. Piacentine A Villagrá, et al. Clinical review: The implications of expe-
cos de una maniobra de reclutamiento alveolar escalonada en pacien-
rimental and clinical studies of recruitment maneuvers in acute luna
tes con SDRA precoz. Medicina Intensiva 2003; 27: 662-668.
injury Critical Care 2004; 8: 115-121. b
24. Gattinoni L, Caironi P, Cressoni M, et al. Lung recruitment in patients
5. G Tusman G, B6hm SH, F Melkun. Alveolar recruitment strategy im-
with the acute respiratory distress syndrome. N Engl J Med 2006; 354:
proves arterial oxygenation during general anaesthesia. Br J Anaesth
1775-1786.
1999; 82: 8-13.
25. Slutsky A, Brochard L. Mechanical Ventilation: Recruitment maneu-
6. Egan's. Fundamentals of Respiratory Careo Lung expansion therapy
vers in ARDS. Ed. Jean Louis Vincent (2004). p. 335 -352.
1999; 771-89.
26. Valente C. Lung recruitment maneuvers in acute respiratory di~tress
7. Gattinoni L, Pesenti A, Avalli L, Rossi F, Bombino M. Pressure vo-
syndrome and facilitating resolution; 2003; 31 (Suppl).
lume curve of total respiratory system in acute respiratory failure.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 341


SíNDROME DE DIFICULTAD RESPIRATORIA
AGUDA

Guillermo Ortiz, MD; Carmelo Dueñas, MD; Marco González, MD

El síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) es un En 1994 se recomendó una nueva definición por el Comi-
síndrome clínico devastador de lesión pulmonar aguda que té de conferencia por consenso americano-europeo (tabla 1)
afecta tanto a pacientes, médicos y quirúrgicos, que ha lleva- (5). La definición del consenso tiene dos ventajas. Primero,
do al diseño y a la prueba de nuevas estrategias de tratamien- éste reconoce que la severidad de lesión pulmonar clínica
to. Este capítulo proporciona una visión general de las defini- varía: pacientes con hipoxemia menos severa (definida por
ciones, características clínicas y epidemiología del síndrome la relación de la presión parcial del oxígeno arterial por la
de dificultad respiratoria aguda y discute los avances en las fracción del oxígeno inspirado de 300 amenos) se conside-
áreas de patogénesis, resolución y tratamiento (1). ró que tienen lesión pulmonar aguda (LPA) y aquellos con
hipoxemia más severa (definida por una relación de 200 o
Perspectiva histórica y definiciones menos) se consideró que tienen SDRA. El reconocimiento de
pacientes con lesión pulmonar aguda puede facilitar registros
La primera descripción del síndrome de insuficiencia res-
tempranos de los pacientes afectados en los estudios clínicos.
piratoria aguda apareció en 1967, cuando Ashbaugh y sus
Segundo, la definición es simple para aplicar en el escenario
colaboradores describier~m 12 pacientes con dificultad res-
clínico. Sin embargo, esta simplicidad también es una des-
piratoria aguda, cianosis refractaria a la terapia con oxígeno,
ventaja, ya que los factores que influyen en el resultado, tales
disminución de la distensibilidad pulmonar, infiltrados difu-
como la causa subyacente y si otros sistemas orgánicos están
sos evidentes en la radiografía de tórax (2). Inicialmente de-
afectados, no pueden ser valorados (6, 7, 9-11). Adicional-
nominado síndrome de dificultad respiratoria del adulto (3),
mente, el criterio para la presencia de infiltrados bilaterales
esta entidad es ahora llamada síndrome de dificultad respira-
en la radiografía de tórax compatible con la presencia de ede-
toria aguda (SDRA), ya que ocurre en niños. Debido a que la
ma pulmonar no es suficientemente específico para ser apli-
definición inicial no permite tener criterios específicos para
cado consistentemente por los clínicos experimentados (12,
identificar pacientes sistemáticamente, hubo controversia so-
13). Sin embargo, la difundida aceptación tanto de la defini-
bre la incidencia, historia natural del síndrome y mortalidad
ción del Consenso de 1994 como el sistema de puntuación de
asociada. En 1988, se propuso una definición expandida la
lesión pulmonar de 1988 ha mejorado la estandarización de
cual cuantificaba el deterioro en la fisiología respiratoria a
la investigación clínica y los estudios. Recomendamos que
través del uso de un sistema de puntaje de lesión pulmonar
los clínicos utilicen rutinariamente la definición del Consen-
de cuatro puntos que se basó en el nivel de presión positiva
so de 1994 para permitir la comparación de sus pacientes con
al final de la espiración, la relación de presión parcial del
pacientes registrados en los estudios clípicos.
oxígeno arterial por la fracción del oxígeno inspirado, la
distensibilidad estática del pulmón y el grado de infiltración
Características clínicas, patológicas y
evidente en las radiografías de tórax (4). Otros factores in-
cluidos en la escala fueron el trastorno clínico precipitante y radiográficas
la presencia o ausencia de disfunción orgánica no pulmonar Las definiciones discutidqs anteriormente identifican a los
(tabla 1). Aunque el sistema de puntaje de lesión pulmonar pacientes en el curso de la lesión pulmonar aguda y el síndro-
ha sido utilizado ampliamente para cuantificar la severidad me de insuficiencia respiratoria aguda. Sin embargo, el sín-
de la lesión pulmonar tanto en investigación clínica como en drome es a menudo progresivo, caracterizado por varias eta-
estudios clínicos, no se puede usar para predecir el resultado pas con diferentes manifestaciones clínicas, histopatológicas
durante las primeras 24 a 72 horas después de comenzar el y radiográficas. La fase aguda o exudativa se manifiesta por
síndrome de insuficiencia respiratoria aguda y de este modo el comienzo rápido de falla respiratoria en un paciente con un
ha limitado la utilidad clínica (6, 7). Cuando el sistema de factor de riesgo para la condición. La hipoxemia arterial que
puntaje es utilizado de 4 a 7 días después del inicio del sín- es refractaria al tratamiento con suplemento de oxígeno es
drome, los puntajes de 2,5 o mayor pueden ser predecibles un aspecto característico. Los hallazgos en la radiografía son
de un curso complicado con la necesidad de la ventilación indistinguibles de aquellos en el edema pulmonar cardiogé-
mecánica prolongada (8). nico (14). Los infiltrados bilatera1es pueden ser en parches o
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Tabla 1. Definiciones del síndrome de insuficiencia respiratoria aguda. *

Referencia Año Definición o criterio Ventajas Desventajas


Petty y Ashaugh 1971 Disnea severa, taquipnea, cianosis refractaria Primera descripción Falta de criterio específico para
(3) por terapia con oxígeno Resúmenes de características identificar pacientes sistemáti-
Disminución de la distensibilidad pulmonar clínicas muy buenas camente
Infiltrados alveolares difusos en radiografía
de tórax
Atelectasias, congestión vascular, hemorra-
gia, edema pulmonar y membranas hialinas
en autopsia
Murray y col s 1988 Desencadenante de lesión pulmonar directo o Incluye el sistema de puntaje Puntaje de lesión pulmonar no
(4) indirecto de lesión pulmonar de 4 pun- predecible de resultado
Lesión pulmonar con graduación de su seve- tos Falta de criterio específico para
ridad Especifica causa clínica de le- excluir un diagnóstico de ede-
Disfunción orgánica no pulmonar sión pulmonar ma pulmonar cardiogénico
Incluye consideraciones de la
presencia o ausencia de enfer-
medad sistémica.
Bernard y cols 1994 Comienzo agudo Simple, fácil de usar, especial- No especifica la causa
(5) Infiltrados bilaterales en radiografía de tórax mente en estudios clínicos N o considera la presencia o
Presión en cuña de la arteria pulmonar :::;18 Reconoce el espectro del des- ausencia de disfunción mul-
mm Hg o la ausencia de evidencia clínica de orden clínico tiorgánica
la hipertensión auricular izquierda Hallazgos radiográficos no es-
Lesión pulmonar aguda considerada si PaO/ pecíficos
Fi0 2 es s300
Síndrome de dificultad respiratoria aguda
considerado si PaO/FiO? es :::;200

* Pa02 denota presión parcial de oxígeno arterial y Fi0 2 fracción de oxígeno inspirado.
asimétricos y pueden incluir derrame pleural (figura 1) (15). ración (25). La tomo grafía computarizada del tórax muestra
La tomo grafía computarizada ha demostrado que el llenado opacidades intersticiales difusas y bulas (17). Histológica-
alveolar, consolidación y la atelectasia ocurren predominan- mente, hay fibrosis junto con células inflamatorias agudas y
temente en las zonas dependientes del pulmón, mientras que crónicas y resolución parcial del edema pulmonar (figura 2)
otras áreas pueden estar relativamente libres (figura 1) (16, (19,21).
17). Sin embargo, los estudios de lavado broncoalveolar in-
dican que aun en las áreas con apariencia radiológica normal,
las áreas no dependientes pueden tener inflamación substan-
cial (18). Los hallazgos patológicos incluyen daño alveolar
difuso, con neutrófilos, macrófagos, eritrocitos, membranas
hialinas. y líquido de edema rico en proteínas en los .espacios
alveolares (19), lesión capilar y rotura del epitelio alveolar
(figura 2) (20-22).
Aunque la lesión pulmonar aguda y el síndrome de dificul-
tad respiratoria aguda pueden resolverse completamente en
algunos pacientes después de la fase aguda, en otros progresa
a alveolitis fibrosante con hipoxemia persistente, incremento
del espacio muerto alveolar (19) y más disminución de la Figura 1. Hallazgos radiográficos y tomografía. Cortesía servicio de radio-
distensibilidad pulmonar (19,20). La hipertensión pulmonar logía Hospital Santa Clara, Bogotá-Colombia.

por obliteración del lecho capilar pulmonar puede ser severa


y puede conducir a falla ventricular derecha (23). Las radio- El Panel A muestra un radiografía antero-posterior de
grafías de tórax muestran opacidades lineales, compatibles tórax de un hombre de 42 años con síndrome de dificultad
con la presencia de fibrosis evolutiva. El neumotórax puede respiratoria aguda asociada a sepsis con gram negativos,
ocurrir (24), pero la incidencia es solamente de 10 a 13% quien estaba recibiendo ventilación mecánica. Se observan
y no está relacionada claramente a las presiones de las vías opacidades alveolares bilaterales difusas consistentes con la
respiratorias o el nivel de presión positiva al final de la espi- presencia de edema pulmonar no cardiogénico. En el panel B
vemos la tomo grafía del tórax obtenida durante la fase aguda,
27/ SíNDROME DE DIFICULTAD RESPIRATORIA AGUDA

muestra opacidades alveolares bilaterales más densas en las cada 100.000 para la lesión pulmonar aguda y 13,5 por cada
zonas dependientes posteriores del pulmón con escasez de 100.000 para el síndrome de insuficiencia respiratoria aguda
los campos pulmonares anteriores (15, 16). (30). Con base en los resultados de proyección de un gran nú-
La fase de recuperación se caracteriza por la resolución mero de pacientes por la Red del Instituto Nacional de Salud
gradual de la hipoxemia y la mejoría de la distensibilidad de los Estados Unidos (INS) en los últimos tres años, algunos
del pulmón. Típicamente, las anormalidades radiológicas se investigadores creen que el estimado original de 75 por cada
resuelven completamente. El grado de resolución histológica 100.000 habitantes año puede ser exacto. Para establecer este
de la fibrosis no ha estado bien caracterizado, aunque en mu- tema, un estudio epidemiológico prospectivo que utilizó la
chos pacientes la función pulmonar retorna a la normalidad. definición del Consenso de 1994, llevado a cabo en una po-
blación de Seattle y que fue publicado recientemente refiere
una incidencia de LPA de 78,9 por 100.000 habitantes y de
SDRA de 58,7 por 100.000 habitantes, datos un poco más
elevados que los obtenidos hasta el momento (30a).

Desórdenes clínicos y factores de riesgo


La habilidad para identificar pacientes en riesgo de desarro-
llar lesión pulmonar aguda o síndrome de dificultad respira-
toria aguda es importante si se desarrollan tratamientos para
Figura 2. Hallazgos en microscopios de luz la fase aguda exudativa (Paneles su prevención. Los desórdenes clínicos comúnmente asocia-
A) y las fases proliferativa y fibroproliferativa respectivamente (Paneles B,
dos pueden dividirse en aquellos que producen una lesión
C) del síndrome de insuficiencia respiratoria aguda. Cortesía del servicio de
patología del Hospital Santa Clara de Bogotá. directa del pulmón y aquellos que causan lesión Índirecta del
pulmón como respuesta de un proceso sistémico (tabla 2) (6,
El Panel A muestra un espécimen de biopsia pulmonar 9,31-33). Por lo general, la sepsis está asociada con el más
obtenido de un paciente,' dos días después del comienzo del alto riesgo de progresión hacia la lesión pulmonar aguda o
síndrome como resultado de la aspiración del contenido gás- al síndrome de dificultad respiratoria aguda presentándose
trico. Las membranas hialinas características son evidentes, hasta en un 40% (31), los pacientes sépticos. La presencia
con glóbulos rojos intraalveolares asociados y neutrófilos, de desórdenes predisponentes múltiples aumenta sustancial-
hallazgos que son compatibles con el diagnóstico patológico mente el riesgo (31), como también la presencia de factores
del daño alveolar difuso (hematoxilina y eosina, X90). Los secundarios incluido el abuso crónico de alcohol (33, 34), la
paneles B y C muestran especímenes de biopsia pulmonar enfermedad pulmonar crónica (33) y un PH sérico bajo (33).
obtenidos 14 días después del comienzo de la lesión pulmo-
Tabla 2. Desórdenes clínicos asociados con el desarrollo del síndrome de
nar aguda asociada a sepsis y el síndrome de insuficiencia dificultad respiratoria aguda.
respiratoria aguda. El panel B muestra tejido de granulación
en los espacios de aire distal con un infiltrado celular infla-
Lesión pulmonar directa Lesión pulmonar indirecta
matorio crónico (hematoxilina y eosina, X60). La tinción
Causas comunes Causas comunes
tricromo en el panel C revela deposición de colágeno (áreas
azul oscuro) en el tejido de granulación, un hallazgo que es Neumonía Sepsis
compatible con la deposición de la matriz extracelular en el Aspiración de contenido gás- Trauma 'severo con choque y
compartimiento alveolar (X60). trico transfusionés múltiples
Causas menos comunes Causas menos comunes
Epidemiología Contusión pulmonar Cortocircuito cardiopulmonar
Embolismo graso Sobredosis de drogas
Incidencia
Casi ahogamiento Pancreatitis aguda
Una estimación exacta de la incidencia de la lesión pulmo-
Lesión inhalatoria Transfusiones de productos de la
nar aguda y el síndrome de dificultad respiratoria aguda ha
sangre
sido obstaculizada por la falta de una definición uniforme,
Edema pulmonar de reperfu-
la heterogeneidad de las causas y manifestaciones clínicas.
sión después de un transplan-
Un estimado inicial del Instituto Nacional de Salud (INS)
te pulmonar o embolectomÍa
sugirió que la incidencia anual en los Estados Unidos fue de pulmonar
75 por cada 100.000 habitantes (26). Estudios más recientes
reportaron incidencias bajas de 1,5 a 8,3 por cada 100.000 Recientemente, muchos estudios de la lesión pulmonar
(27-29), sin embargo, el primer estudio epidemiológico que aguda y del síndrome de insuficiyncia respiratoria aguda han
usó la definición del Consenso de 1994 reportó incidencias reportado una tasa de mortalidad de 40 a 60% (6, 7, 30a, 32,
anuales considerablemente altas en Escandinavia: 17,9 por 35-38).

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 345


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

La mayoría de las muertes se atribuyen a sepsis o a disfun- de la lesión pulmonar aguda y del síndrome de insuficiencia
ción multiorgánica antes que a causas respiratorias primarias (6, respiratoria aguda se caracteriza por afluencia de un líquido
7,9, 10,36); aunque los éxitos terapéuticos recientes de venti- rico en proteína dentro de los espacios de aire como conse-
lación con volúmenes corrientes bajos indican que en algunos cuencia de un incremento de la permeabilidad de la barrera
casos la muerte puede estar directamente relacionada con la alvéolo-capilar (47). La importancia de la lesión endotelial y
lesión pulmonar. Dos informes sugieren que la mortalidad por el incremento de la permeabilidad vascular para la formación
esta enfermedad puede disminuir. El primero, de un hospital de de edema pulmonar en este desorden han sido bien estable-
un condado grande en Seattle, encontró que la tasa de mortali- cidos.
dad fue 36% en 1993 comparada con las tasas de 53 a 68% en La importancia crítica de la lesión epitelial tanto para el
el período comprendido entre 1983 a 1987 (38). El segundo, desarrollo como para la recuperación del desorden ha venido
de un hospital del Reino Unido, reportó un descenso en la tasa siendo mejor reconocida (18,22,48). El grado de lesión epi-
de mortalidad de 66% a 34% entre 1990 a 1993 y 1994 a 1997 telial alveolar es un importante indicador del resultado (49,
(39). Las posibles explicaciones para la disminución incluyen 50). El epitelio alveolar normal está compuesto de dos tipos
tratamientos más efectivos para sepsis, cambios en el método de células. Las células tipo 1 planas integran el 90% del área
de ventilación mecánica y mejoramiento en el cuidado de so- de la superficie alveolar y se lesionan fácilmente. Las células
porte de los pacientes críticamente enfermos. La posibilidad de tipo II cúbicas integran el restante 10% del área de la super-
que la mortalidad está disminuyendo enfatiza la importancia ficie alveolar y son más resistentes al daño. Sus funciones
del uso de sujetos de control aleatorizados antes que a controles incluyen la producción de surfactante, el transporte iónico y
históricos en los estudios clínicos de este desorden. la proliferación y diferenciación a células de tipo 1 después
Los factores cuya presencia puede ser utilizada para pre- de la lesión.
decir el riesgo de muerte en el momento del diagnóstico de la La pérdida de la integridad epitelial en la lesión pulmonar
lesión pulmonar aguda y el síndrome de insuficiencia respi- aguda y en el síndrome de insuficiencia respiratoria aguda
ratoria aguda incluyen enfermedad hepática crónica, disfun- tiene un número de consecuencias. Primero, bajo condicio-
ción orgánica no pulmonar, sepsis y edad avanzada (6, 7, 10, nes normales, la barrera epitelial es mucho menos permeable
30). Sorprendentemente, los índices iniciales de oxigenación que la barrera endotelial (48). De este modo, la lesión epitelial
y ventilación, incluyendo la razón entre la presión parcial puede contribuir a la inundación alveolar. Segundo, la pérdida
del oxígeno arterial por la fracción del oxígeno inspirado así de la integridad epitelial y el daño a las células de tipo II inte-
como el puntaje de la lesión pulmonar no predicen el resul- rrumpen el transporte normal del líquido epitelial empeorando
tado. En tres estudios grandes, la tasa de mortalidad entre la remoción de líquido del espacio alveolar (51, 52). Tercero,
pacientes con una razón inicial entre la presión parcial del el daño a las células tipo II reduce la producción y el cambio
oxígeno arterial y la fracción del oxígeno inspirado de 300 del surfactante (53) contribuyendo a las anormalidades carac-
ó menos fue similar a aquella entre pacientes con una pro- terísticas del surfactante (54, 55). Cuarto, la pérdida de la ba-
porción de 200 ó menos (6, 7, 30). Sin embargo, el empeora- rrera epitelial puede llevar a choque séptico en pacientes con
miento de la disfunción pulmonar durante la primera semana neumonía bacteriana (56). Finalmente, si la lesión del epitelio
de tratamiento es un factor de pronóstico negativo (8). alveolar es severa, la reparación del epitelio en forma desorga-
En muchos pacientes que sobreviven, la función pulmonar nizada o insuficiente puede conducir a fibrosis (57).
retoma casi a lo normal dentro de los 6 a 12 meses, a pesar Estudios clínicos y experimentales han proporcionado
de la lesión severa del pulmón (40). El deterioro residual de evidencia circunstancial de la ocurrencia del daño mediado
la mecánica pulmonar puede incluir restricción, obstrucción, por neutrófilos en la lesión pulmonar aguda y' ep el síndro-
deterioro de la capacidad de difusión por monóxido de carbo- me de insuficiencia respiratoria aguda. Estudios histológicos
no, o anormalidades en el intercambio gaseoso con el ejerci- de los especímenes de pulmón obtenidos tempranamente en
cio, pero estas anormalidades usualmente son asintomáticas el curso del desorden muesJra una acumulación marcada de
(41, 42). La enfermedad severa y la ventilación mecánica neutrófilos (20, 22). Los neutrófilos prevalecen en el líquido
prolongada identifican pacientes con el más· alto riesgo de del edema pulmonar y en líquido de lavado bronquioalveolar
anormalidades persistentes de la función pulmonar (40, 43). obtenido de los pacientes afectados (18) y muchos modelos
Aquellos que sobreviven la enfermedad tienen una calidad de de animales de lesión pulmonar aguda son dependientes de
vida disminuida tanto por factores relacionados con secuelas neutrófilos (58, 59).
pulmonares como también con factores físicos y emocionales Evidencia nueva plantea la pregunta de si la inflamación
medidos en escalas generales (44-46, 46a, 46b). neutrofílica es la causa o el resultado de daño pulmonar. La
lesión pulmonar aguda y el síndrome de insuficiencia res-
Patogénesis piratoria aguda pueden desarrollarse en pacientes con neu-
tropenia profunda (60); y algunos modelos de animales de
Lesión endotelial y epitelial
lesión pulmonar aguda son independientes de neutrófilos. En
Dos barreras separadas forman la barrera alvéolo-capilar, el estudios clínicos en el cual los pacientes' con neumonía seve- .
endotelio microvascular y el epitelio alveolar. La fase inicial ra recibieron el factor estimulante de colonia de granulocitos
27/ SíNDROME DE DIFICULTAD RESPIRATORIA AGUDA

con el fin de incrementar el número de neutrófilos circulan- estudios de la actividad biológica de citoquinas específicas
tes, no aumentó la incidencia o severidad del daño pulmonar (47,63), antes que por valoración de los niveles estáticos por
(61). El neutrófilo tiene un papel crítico en la defensa del métodos inmunológicos.
huésped en este desorden; un factor que puede explicar, en
parte, porqué las estrategias inflamatorias han sido en gran Otros mecanismos de lesión
extremo un fracaso (figura 3).
Como cualquier forma de inflamación, la lesión pulmonar
aguda y el síndrome de insuficiencia respiratoria aguda re-
presentan un complejo proceso en el cual patrones múltiples
pueden propagar o inhibir la lesión pulmonar (18, 59). Por
ejemplo, anormalidades del sistema de coagulación se desa-
lTollan a menudo, conduciendo a trombos fibrino-plaqueta-
rios en vasos pequeños y fibrinólisis disminuida dentro de los
espacios de aire distales del pulmón lesionado (18). También
anormalidades en la producción, composición y función del
surfactante probablemente contribuyen al colapso alveolar y
a las anormalidades de intercambio gaseoso (54, 55).

Alveolitis fibrosante
Después de la fase aguda de la lesión pulmonar aguda y del
síndrome de insuficiencia respiratoria aguda, algunos pa-
Figura 3. Muestra la presencia de membranas hialinas en la superficie epi-
cientes tienen un curso no complicado y de resolución rápida
telial pulmonar asociada a marcada infiltración neutrofílica, característico
del daño alveolar difuso en fase exudativa. Cortesía servicio de patología del del desorden (40, 50, 64). Otros tienen progresión a lesión
Hospital Santa Clara. Bogotá. Cplombia. pulmonar aguda fibrótica, y esta lesión puede ser observa-
da histológicamente tan temprano como cinco a siete días
Otros mecanismos proinflamatorios después del inicio del desorden (19, 20, 22) (figura 4). El
espacio alveolar se llena con células mesenquimatosas y sus
Citoquinas productos, junto con vasos sanguíneos nuevos (65). El ha-
Una red compleja de citoquinas y otros compuestos proin- llazgo de la alveolitis fibrosante en el análisis histológico se
flamatorios inician y amplifican la respuesta inflamatoria cOlTelaciona con un incremento del riesgo de muerte (66);
en la lesión pulmonar aguda y el síndrome de insuficiencia y los pacientes que mueren por la esta condición tienen una
respiratoria aguda. Las citoquinas proinflamatorias pueden acumulación marcada de colágeno y fibronectina en el pul-
producirse localmente en el pulmón por células inflamato- món en la autopsia (67).
rias, células epiteliales pulmonares o fibroblastos. También
ha sido descrita la regulación de la producción de citoquinas
por factores extrapulmonares. El factor inhibitorio de macró-
fagos es una citoquina reguladora producida por la hipófisis
anterior que se encuentra en altas concentraciones en ellí-
quido de lavado broncoalveolar de pacientes con el síndrome
(62). Esta citoquina aumenta la producción de las citoquinas
proinflamatorias como la interleuquina-8 y el factor de ne-
crosis tumoral a y puede sobrepasar la inhibición mediada
por glucocorticoides.
Nueva evidencia indica que no es únicamente la produc-
ción de citoquinas proinflamatorias lo más importante, sino
también el balance entre los mediadores proinflamatorios y
antiinflamatorios. Se han descrito muchos inhibidores endó-
genos de citoquinas proinflamatorias, incluido el antagonista
del receptor de interleuquina-l, el receptor soluble del fac- Figura 4. Paciente en fase fibroproliferativa de daño alveolar difuso; se ob-
serva cómo el parénquima normal es reemplazado por tejido colágeno que
tor de necrosis tumoral, auto anticuerpos contra la interleu- colorea de azul. Cortesía del servicio de patología del Hospital Santa Clara.
quina-8 y citoquinas antiinflamatorias tales como la interle- Bogotá.
quina-10 y 11 (18, 59). Una mejor comprensión del papel
de la citoquinas en la lesión pulmonar aguda y el síndrome El proceso de alveolitis fibrosante comienza aparentemen-
de insuficiencia respiratoria aguda se ganará por medio de te temprano y puede ser promovido por mediadores proinfla-
matorios tempranos tales como la interleuquina-l (68, 69).
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 347
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Los niveles del péptido de procolágeno lIT, un precursor de la concentraciones de marcadores de la apoptosis están presen-
síntesis de colágeno, son elevados tempranamente en el com- tes en el líquido del edema pulmonar de pacientes (81); y la
partimiento alveolar, aun en el momento de la intubación y exposición in vitro de los líquidos de lavado broncoalveolar
en el comienzo de la ventilación mecánica (47, 70, 71). Ade- de estos pacientes puede promover a apoptosis celular epite-
más, la aparición temprana del procolágeno III en el espacio lial (82, 83). Éstas son observaciones potencialmente impor-
alveolar está asociada con mayor riesgo de muerte (70, 71). tantes, ya que los mecanismos que alteran la integridad del
epitelio necesitan identificarse. El papel de los mecanismos
Resolución proapoptóticos y antiapoptóticos tanto en la lesión como en
la reparación del epitelio alveolar y el endotelio pulmonar es
Las estrategias que aceleran la resolución de la enfermedad
un área importante para futuras investigaciones.
pueden finalmente ser tan importantes como aquellas que
atenúan la lesión pulmonar inflamatoria temprana. El edema
Tratamiento
alveolar es resuelto por el transporte activo de sodio y quizás
el cloruro de los espacios aéreos distales dentro del intersti- Aproximación al tratamiento
cio pulmonar (72-76). El agua sigue pasivamente, probable- La mejoría en el cuidado de soporte de los pacientes con le-
mente a través de los canales de agua transcelulares, las acua- sión pulmonar aguda y síndrome de insuficiencia respirato-
porina,s, localizadas primariamente en las células tipo I (75, ria aguda pueden haber contribuido al descenso en la tasa
77). En estudios clínicos, la evacuación del líquido alveolar de mortalidad (38, 39). Debería haber una investigación cui-
puede ocurrir sorprendentemente temprano y es a menudo dadosa para las causas subyacentes con particular atención
aparente dentro de las primeras horas después de la intuba- prestada a la posibilidad de infecciones tratables tales como
ción y la iniciación de la ventilación mecánica (49, 50, 64). sepsis o neumonía. Las infecciones abdominales deberían
El mantenimiento de la capacidad para remover el líquido tratarse prontamente con agentes antimicrobianos o cirugía.
alveolar está asociado con la mejoría de la oxigenación, una La prevención o el tratamiento temprano de las infecciones
corta duración de la ventilación mecánica y el aumento de la intrahospitalarias son críticos, ya que los pacientes frecuen-
probabilidad de la sobrevida (49, 50). temente mueren de infecciones no controladas (36, 37). Una
Una cantidad considerable tanto de la proteína soluble adecuada nutrición por medio del uso de alimentación ente-
como la insoluble debe también removerse de los espacios de ral es preferible a la nutrición parenteral ya que esta ruta no
aire. La remoción de la proteína insoluble es particularmen- transporta el serio riesgo de sepsis inducido por catéter. La
te importante, ya que las membranas hialinas proporcionan prevención del sangrado gastrointestinal y el tromboembo-
una estructura para el crecimiento del tejido fibroso (57). La lismo es también importante (1).
proteína soluble parece ser removida primariamente por la Una mayor comprensión de la patogénesis de la lesión pul-
difusión entre las células epiteliales alveolares. La proteína monar aguda y del síndrome de dificultad respiratoria aguda
insoluble puede ser removida por endocitosis y transcitosis ha conducido a la determinación de muchas estrategias de
por las células epiteliales alveolares y por fagocitosis por los tratamiento modernas. Aunque muchas terapias específicas
macrófagos (78). no han probado ser benéficas, es alentador que la mortalidad
La célula tipo IT epitelial alveolar es la progenitora de la en los estudios clínicos esté mejorando.
reepitelización de un epitelio alveolar denudado. Las células
tipo IT proliferan para cubrir la membrana basal denudada
Manejo de líquidos y hemodinámico
y luego se diferencian en células de tipoI, restaurando la
arquitectura alveolar normal y aumentando la capacidad de La razón fundamental para restringir líquidos en pacientes
transporte de líquido del epitelio alveolar (79). Esta prolife- con lesión pulmonar aguda y síndrome de insuficiencia res-
ración es controlada por los factores de crecimiento epitelial, piratoria aguda es disminuir el edema pulmonar. Estudios en
incluyendo los factores de crecimiento de los queratinocitos animales con lesión pulmónar aguda indicaron que el gra-
y hepatocitos. do de edema se redujo si la presión auricular izquierda se
Los mecanismos que preceden la resolución del infiltra- disminuía (23, 84). Algunos estudios clínicos han apoyado
do celular inflamatorio y la fibrosis no son claros. Se pien- esta hipótesis (85, 86). Un estudio aleatorizado controlado
sa que la apoptosis (muerte celular programada) es el mejor diseñado para comparar el manejo restringido con el manejo
mecanismo para la evacuación de neutrófilos de los sitios de del liberal de líquidos basado en el monitoreo hemodinámi-
inflamación y puede ser importante en la evacuación de neu- co, ya sea con catéter arterial pulmonar o un catéter veno-
trófilos del pulmón lesionado. Sin embargo, en un estudio so central, fue publicado recientemente por la Red del INS
de líquido de lavado broncoalveolar de pacientes con lesión (instituto Nacional de salud de los Estados Unidos) (86a).
pulmonar aguda y síndrome de dificultad respiratoria aguda El trabajo no pudo demostrar que el uso de catéter de arteria
el número de neutrófilos apoptósicos fue bajo, quizás debido pulmonar en pacientes con SDRA se asocie con disminución
a la presencia de factores antiapoptósicos tales como el factor~~ ~ de la· mortalidad o de la incidencia de, disfunción orgánica,
estimulante de la colonia de granulocitos y el factor estimu- en cambio sí se observaron más complicaciones que con el
lante de la colonia de macrófagos (80). Sin embargo, las altas uso de catéter venoso central; en relación con la cantidad de
27/ SíNDROME DE DIFICULTAD RESPIRATORIA AGUDA

líquidos se observó que un manejo conservador de líquidos lado mostró que no tenía efecto ni en la mortalidad ni en la
comparado con una tendencia liberal, aunque no se reflejaba duración de la ventilación mecánica (95). De este modo, el
en una disminución en la mortalidad evaluada en el día 60, óxido nítrico inhalado no puede ser recomendado para la ruti-
sí se asociaba a una mejoría de la función pulmonar y una na de tratamiento de la lesión pulmonar aguda y el síndrome
disminución de los días en ventilación mecánica sin verse de insuficiencia respiratoria aguda, pero puede ser útil como
un exceso en la incidencia de la disfunción orgánica múltiple terapia de rescate en pacientes con hipoxemia refractaria. El
(86b). En estos pacientes se recomienda buscar una adecuada tratamiento con muchos vasodilatadores menos selectivos in-
perfusión sistémica, determinada por el balance ácido-base, cluido el nitroprusiato sódico (96), hidralazina (97), alprosta-
metabólico y la función renal. Si la perfusión sistémica no dil (prostaglandina El) (98, 99) y epoprostenol (prostaciclina)
se puede mantener después de la restauración del volumen (100), tampoco se han mostrado como benéficos.
intravascular, como es el caso en pacientes con choque sépti-
co, el tratamiento con vasopresores estaría indicado para res- Glucocorticoides y otros agentes
taurar la perfusión distal orgánica y normalizar la entrega de antiinflamatorios
oxígeno (23). El uso de niveles supranormales de aporte de
oxígeno no puede ser recomendado (87-89). El reconocimiento de la naturaleza inflamatoria del daño
pulmonar en la lesión pulmonar aguda y en el síndrome de
insuficiencia respiratoria aguda impulsó el interés a los tra-
Terapia surfactante
tamientos antiinflamatorios, particularmente glucocorticoi-
Debido al éxito de la terapia surfactante de reemplazo en ni- des. Sin embargo, los glucocorticoides no tuvieron beneficio
ños con síndrome de insuficiencia respiratoria neonatal (90), cuando se suministraron antes del inicio de la enfermedad
se ha propuesto el reemplazo smfactante como un tratamien- o temprano en su curso (10 1-1 03). Más recientemente, los
to para pacientes con lesión pulmonar aguda y síndrome de glucocorticoides han sido utilizados para tratar la fase tardía
insuficiencia respiratoria aguda. Sin embargo, en un estudio, de la alveolitis fibrosante de la enfermedad. Los resultados
el tratamiento con un surfactante sintético no tuvo efecto en favorables fueron reportados en estudios preliminares (104,
la oxigenación, la duración de la ventilación mecánica o la 105); y en una pequeña prueba aleatorizada de 24 pacientes
sobrevida (91). Hay muchas posibles explicaciones para los (106). Recientemente, han sido publicados por parte de la red
resultados negativos. Primero, el surfactante fue liberado de estudio para el SDRA los resultados finales de un estudio
como un aerosol y menos del 5 % puede haber alcanzado los prospectivo controlado aleatorizado doble ciego que evaluó
espacios de aire distales (92). También el producto utilizado, la eficacia y la seguridad de los corticoides en 180 pacien-
una preparación fosfolípidica libre de proteína, puede no ser tes con SDRA de al menos siete días de duración el cual no
la más efectiva para pacientes con lesión pulmonar aguda y logró demostrar una disminución en la mortalidad evaluada
síndrome de insuficiencia respiratoria aguda. Preparaciones a lo 60 días y a pesar de observar algunos beneficios parcia-
más nuevas de surfactante que contienen proteínas recom- les en desenlaces secundarios los autores no recomiendan el
binantes y nuevas aproximaciones para su administración, uso rutinario de esteroides en paciente con SDRA persistente
incluida la instilación y lavado broncoalveolar están siendo (106a).
evaluadas en pruebas clínicas. En dos estudios muulticéntri- Adicionalmente a los glucocorticoides, otros agentes anti-
cos doble ciego, controlados y aleatorizados publicados re- inflamatorios diseñados para interrumpir el proceso de lesión
cientemente por el doctor Spragg, no se logró demostrar un pulmonar aguda han sido investigados, como es el caso del
aumento de la sobrevida con el uso de surfactante exógeno en ketoconazol pero han demostrado ser infructuosos (107). La
una población heterogénea con SDRA (92a). falla puede reflejar la complejidad y redutidancia de la infla-
mación en la lesión pulmonár aguda (11, 18,59); o la incapa-
Óxido nítrico inhalado y otros vasodilatadores cidad para liberar estos agentes lo suficientemente temprano
en el curso de la enféfmedad.
El óxido nítrico es un vasodilatador potente que puede ser
liberado a la vasculatura pulmonar por inhalación sin causar
vasodilatación sistémica. Aunque estudios observacionales
Aceleración de la resolución
sugirieron que el óxido nítrico inhalado podría ser benéfico El reconocimiento de la importancia de la fase de resolución
en pacientes con lesión pulmonar aguda y síndrome de insufi- de la lesión pulmonar aguda y el síndrome de insuficiencia
ciencia respiratoria aguda (93), los resultados de los estudios respiratoria aguda ha estimulado el interés en las estrategias
aleatorizados doble ciego han sido desalentadores. En un es- para acelerar la recuperación del paciente del daño pulmonar.
tudio de fase 2, el óxido nítrico inhalado no redujo la morta- Experimentalmente, la remoción del líquido del edema pul-
lidad ni la duración de la ventilación mecánica (94). Las me- monar del espacio alveolar puede ser intensificada tanto por
joras en la oxigenación con este tratamiento fueron pequeñas los mecanismos dependientes de las catecolaminas o inde-
y no fueron sostenidas; y la presión arterial pulmonar dismi- pendientes de las catecolaminas, incluidos aquellos aumenta-
nuyó muy poco y solamente en el primer día de tratamiento. dos por los beta-agonistas inhalados y SIstémicos (108-110).
También un estudio reciente de fase 3 de óxido nítrico inha- Los beta-agonistas son candidatos atractivos porque ellos ya

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 349


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

están en amplio uso clínico y no tienen efectos secundarios distensibles y menos disponibles para la ventilación mien-
serios, aun en pacientes críticamente enfermos (111). El tra- tras que otras áreas (usualmente regiones no dependientes)
tamiento con los beta-agonistas puede también incrementar aparecen y se comportan normalmente. Esta heterogeneidad
la secreción del surfactante y quizás ejerza un efecto anti- en el compromiso parenquimatoso pulmonar ha conducido
inflamatorio ayudando a restaurar la permeabilidad vascular al concepto del "pulmón de bebé" el cual sugiere que, por
del pulmón (112, 113). lo general, un volumen marcadamente reducido del pulmón
Ya que la lesión aguda por las células tipo 1 epiteliales cau- está disponible para la ventilación en LPA o SDRA, es decir,
san denudación del epitelio alveolar (22, 114), una aproxima- un pulmón funcionalmente del tamaño de un bebé dentro del
ción adicional para acelerar la resolución de la lesión pulmo- cuerpo del tamaño de un adulto (129, 130). Consecuente-
nar aguda y el síndrome de insuficiencia respiratoria aguda es mente, la ventilación mecánica puede resultar en barotrauma
la reepitelización de la barrera alveolar (figura 4). La prolife- o volutrauma cuando los volúmenes y presiones que son pro-
ración de las células tipo II epiteliales alveolares es controlada gramadas para el pulmón de adulto, se distribuyen únicamen-
por un número de factores de crecimiento epitelial, incluyendo te dentro de una pequeña porción del pulmón funcional. Adi-
el factor de crecimiento del queratinocito. Experimentalmente, cionalmente, se generan grandes fuerzas de estrés tangencial
la administración del factor de crecimiento del queratinocito en la interfase entre las unidades del pulmón con apertura
protege contra el daño pulmonar (115, 116), probablemente en y cierre cíclico resultando en atelectrauma. Ambos tipos de
parte por el aumento de la proliferación de las células tipo II lesión pueden también conducir a la liberación de citoqui-
alveolares y el rango de evacuación del líquido alveolar (117); nas desde el pulmón y tienen efectos sistémicos adversos que
y por inducción de efectos antioxidantes (118), y también qui- contribuyen al desarrollo de la falla orgánica multisistémica
zás por reducción de la lesión endotelial de pulmón (119, 120). (126-127).
Estos hallazgos aumentan la posibilidad de que un factor espe-
cífico de crecimiento epitelial podría utilizarse para acelerar la
resolución del síndrome. En general, las estrategias dirigidas a
restaurar la función del epitelio ,alveolar merecen una evalua-
ción cuidadosa (121).

Manejo ventilatorio del síndrome de lesión


pulmonar aguda y del síndrome de dificultad
respiratoria aguda
Por cerca de cuatro décadas, desde que el síndrome de difi-
cultad respiratoria aguda (SDRA) fue descrito por primera
vez (1), las investigaciones han sido progresivas en un esfuer-
zo para mejorar el resultado final de esta enfermedad crítica.
Ninguna terapia farmacológica específica ha probado ser
efectiva para LPA o SDRA, por esto la terapia es solamente
de soporte con el uso de la ventilación mecánica (1). Qui-
zás el avance más importante en la investigación del LPA y
SDRA ha sido el reconocimiento que la ventilación mecáni- Figura 5. Paciente con síndrome de dificultad respiratorÍD secundario a una
ca, aunque necesaria para preservar la vida, puede potenciar sepsis abdominal; se observa la progresión del compromisÓ-"pulmonar en la
tomo grafía del tórax, asociado a gran heterogeneidad en el daño parenquima-
o lesionar directamente los pulmones a través de una varie-
toso. Cortesía del servicio de radiología del hospital Santa Clara de Bogotá.
dad de mecanismos colectivamente referidos como lesión
pulmonar inducida por el ventilador (122-124). Estos meca-
Este conocimiento sobre la lesión pulmonar inducida por
nismos incluyen exposición a presiones de inflación altas o
el ventilador ha sido importante en el diseño de las estrate-
sobredistensión (barotrauma o volutrauma) (125), apertura y
gias de ventilación mecánica de protección pulmonar dirigi-
cierre repetitivo del alvéolo (atelectrauma) (126), y mecano-
das a atenuar la lesión pulmonar inducida por el ventilador.
transducción que resulta en una liberación de citoquina hacia
Tales estrategias para el manejo de la ventilación invasiva del
el exterior de los pulmones generando una respuesta infla-
LPA y SDRA del adulto han sido probadas recientemente en
matoria sistémica (biotrauma) (127). Los pulmones de los
un número de estudios clínicos importantes.
pacientes con LPA o SDRA están particularmente propensos
a lesión pulmonar inducida por el ventilador porque están
Ventilación de protección pulmonar
afectados de manera heterogénea como se ha demostrado en
los estudios de tomografía computarizados (figura 5) (128). convencional
Como resultado, algunas áreas del pulmón (a menudo re- La ventilación con la técnica de protección pulmonar conven-
giones dependientes) son atelectasias, consolidadas, menos cional involucra estrategias diseñadas para disminuir el daño
27 I SíNDROME DE DIFICULTAD RESPIRATORIA AGUDA

Tabla 3. Estudios de ventilación limitada de volumen y presión en el síndrome de lesión pulmonar aguda y el síndrome de insuficiencia respiratoria aguda. .

Participantes del estudio SDRA Network Amaío y cols Brochard y cols Stewart y cols Brower y cols
(135),2000 (131),1998 (132),1998 (133),1998 (134),1999
/
No. 861 53 116 120 52
Edad media y 52 35 57 59 49
Intervención objetivo 6 vs. 12 :::;6 vs. 12 6-10 vs. 10-15 PS :::;8 vs. 10-15 PI :::;8 vs. 10-12 PP
Volumen corriente, mL/kg PP PA
Presión meseta, cm H 1 0 :::;30 vs. :::;50 <20 vs. ilimitado 25-30 vs. :::;60 :::;30 vs. :::;50* :::;30 vs. :::;45-55
Intervención actual
men corriente, mL/kg
+ volu- 6,2 vs. 11,8 384 vs. 768t 7.1 vs. 10.3 7.0 vs. 10.7 7,3 vs. 10,2

Presión meseta cm H1 0 25 vs. 33 30 vs. 37 26 VS. 32 22 VS. 27 25 VS. 31


Resultado mortalidad, % 31 VS. 40§ 38 VS. 7111 47 VS. 38cn 50 VS. 47# 50 VS. 46#
Valor P ,007 ,001 ,38 ,72 ,61

Abreviaturas: PA peso actual; PS peso seco; PI peso ideal, calculado como 25m2 ; PP peso predicho, calculado como 50 más 0,91 (altura en centímetros
menos 152,4) para hombres ó 45,5 más 0,91 (altura en centímetros menos 152,4) para mujeres.
* Representa la presión inspiratoria pico antes que la presión de meseta.
+ Significa valores de volúmenes corrientes reportados de los grupos de protección pulmonar vs. Grupos de ventilación convencional.
:j: Volumen corriente disponible únicamente en milímetros
§ Mortalidad a la salida del hospital o 180 días
11 Mortalidad 28 días
q[ Mortalidad 60 días
# Mortalidad intrahospitalaria

pulmonar en pacientes con LPA o SDRA. Cinco estudios Se han realizado tres metanálisis (136-138) de estos cinco
controlados aleatorizados (131-135) Y tres metanálisis (136- estudios clínicos (131-135). El primer metanálisis concluyó
138) han evaluado la ventilación de protección pulmonar que los grupos de control de los dos estudios, los cuales mos-
comparada con acercamientos convencionales utilizando una traron una ventaja de supervivencia (131-135) no reflejaron
variedad de estrategias limitadas de volumen-y-presión. Tres el "manejo usual" y fueron probablemente responsables de la
de los estudios aleatorizados con muestras de tamaño de 52 diferencia en la mortalidad (136). Adicionalmente, los auto-
a 120 pacientes, no encontraron una diferencia en mortalidad res sugirieron que los volúmenes corrientes bajos utilizados
entre el tratamiento y los brazos de control (132-134). El es- en el grupo de intervención del estudio de SDRANet pueden
tudio de Amato y cols (131) utilizó mayor presión positiva al ser peligrosos (136). Este metanálisis ha sido criticado por te-
final de la espiración (PEEP) e introdujo maniobras de reclu- ner defectos metodológicos importantes, tales como agrupar
tamiento en unión con la ventilación limitada de presión-y- inapropiadamente los resultados. Adicionalmente, sus ha-
volumen en el grupo de intervención. Este estudio se detuvo llazgos son contradictorios en dos metanálisis consecutivos
tempranamente, después de demostrar una reducción signifi- (137, 138), los cuales sugirieron que la ventilación limitada
cativa en mortalidad en el día 28 en el grupo de intervención de volumen, particularmente en la utilización de una presión
y una tasa de mortalidad muy alta (71 %) en el grupo de con- meseta elevada máxima (30 cm H 20), ii~e un beneficio de
trol. Este estudio sugirió firmemente que las estrategias ven- supervivencia a corto pla~o. Un metanálÍsis también con-
tilatorias podrían impactar la mortalidad; y los resultados en cluyó que los volúmenes corrientes disminuidos pueden ser
el grupo de intervención generaron hipótesis interesantes que beneficiosos por deqajo del nivel inicial «7,7 mL/kg peso
han sido ejercidos en los estudios subsiguientes. El estudio pronosticado del cuerpo) (138).
más grande de ventilación limitada de volumen-y-presión fue En muchos casos, la ventilación protectora de pulmón
conducido por la red de estudio para el SDRA (SDRANet) puede conducir a una elevación del dióxido de carbono ar-
(135). Evaluó 861 pacientes, mostró un 9% de disminución terial, referido como hipercapnia permisiva. Aunque la aci-
absoluta en mortalidad (31 % vs. 40%; P=.007) en los pacien- dosis respiratoria aguda tiene muchos efectos adversos po-
tes con LPA o SDRA que estaban recibiendo ventilación me- tenciales, el grado por el cual una elevación subaguda más
cánica con los volúmenes corrientes bajos (objetivo de 6 ml/ controlada del dióxido de carbono es peligrosa permanece
kg del peso predicho con un rango de 4-8 ml/kg dependiendo incierta (139). De hecho, alguna evidencia indica que la hi-
de la presión meseta y el PH) y reducción de las presiones de percapnia permisiva es relativamente benigna (139). En este
la vía aérea (presión meseta medida después de 0,5 segundos momento, hay algunos datos clínicamente relevantes que in-
de pausa al final de la inspiración, ::;30 cm H20). forman a los médicos sobre el punto inicial de hipercapnia,
acidosis o ambos, que requieren' intervenciones específicas,

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 351


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

tales como aumento de la ventilación efectiva, disminución más alto, aplicando una presión de 35 a 40 cms H20 por 30
de la producción de dióxido de carbono o usar terapia amorti- segundos para determinar el efecto en la oxigenación. Des-
guadora (ej., bicarbonato). Los investigadores del estudio de pués de evaluar los primeros 80 pacientes, las maniobras de
la red de estudio para SDRA (131) utilizaron una aproxima- reclutamiento mostrat'on únicamente un efecto mesurado en
ción gradual en el aumento de frecuencia respiratoria (a un la oxigenación sin diferencia en el requerimiento de sopor-
máximo de 35 respiraciones/minuto), permitiendo infusiones te para la oxigenación (es decir, PEEP o FI0 2); y no fueron
de bicarbonato (a discreción del médico) e incrementando los continuos pat'a el resto remanente del estudio. El estudio fue
volúmenes cOlTientes para el manejo de la acidosis. detenido tempranamente debido a la ineficacia, después del
Otras consecuencias de importancia de la ventilación de registro de 549 de los 750 pacientes. No hubo diferencia sig-
pi'otección pulmonar posiblemente incluyen una disminución nificativa en la mortalidad intrahospitalaria, aun después del
de la oxigenación y la necesidad de incrementar la sedación ajuste por importantes desproporciones en las características
o analgesia comparada con pacientes que reciben ventilación de la línea base entre los grupos de estudio (mayor, 25,1 % vs.
convencional. Los pacientes en la intervención del brazo del menor, 27,5% PEEP; 95% intervalo de seguridad [el], -3,6%
estudio de la red del SDRA redujeron la oxigenación en los a 8,4%; P=,47). Sin embargo, algunos han sugerido que un
primeros días pero se observó una mejoría en la sobrevida efecto verdadero puede haberse perdido por haberse frenado
(131). Además, un análisis reciente de un subgrupo del estu- el estudio tempranamente (152). Alternativamente, un efec-
dio SDRA no reveló diferencia significativa en la sedación y to benéfico o mayor PEEP en algunos pacientes (reclutados)
analgesia utilizada entre los grupos de ventilación mecánica pueden haberse negado por efecto nocivo en otros pacientes.
convencional y de protección pulmonar (140). Sin embargo, Estudios recientes sugieren que en los paciente con SDRA
el efecto de cualquier aumento potencial en el uso de la se- existen subgrupos de pacientes "reclutables" los cuales se
dación o analgesia en pacientes que reciben ventilación de podrían identificat, de manera temprana y beneficiar del uso
protección pulmonar requiere un estudio más profundo. de PEEP alto, incluso titulándolo por encima del punto de
En adición a la limitación de presión y volumen, una PEEP inflexión inferior de la curva presión volumen, con eventual
mayor y el uso de maniobras de reclutamiento pueden ser disminución de la mortalidad comparando con el uso de
componentes importantes de un'a estrategia de ventilación de PEEP bajo como lo sugiere la reciente publicación del grupo
protección pulmonar. El reclutamiento se refiere al proceso liderado por el Dr. Jesús Villar (152a, 152b).
dinámico de re apertura del alvéolo colapsado a través de un
incremento intencional en la presión transpulmonar, el cual Aproximaciones ventilatorias alternativas
puede lograrse por medio de una variedad de mecanismos, para la protección pulmonar
tales como una presión respiratoria positiva continua alta
transitoria (ej., 40 cm H20 por 40 segundos, ya no se utiliza) El papel preciso de los métodos alternativos de ventilación,
(141). Los estudios humanos que evalúan las maniobras de tales como ventilación de alta frecuencia (es decir, jet, osci-
reclutamiento han producido resultados variables (142-146). lación y ventilación percutiva) y la ventilación de liberación
Tales factores como los de tipo (ej., primario vs. secundario) de presión de la vía aérea no han sido establecidas. La venti-
y el estado (ej., temprano vs. tarde) de LPA o SDRA y la lación de alta frecuencia tiene en cuenta presiones de la vía
técnica de reclutamiento utilizada pueden ser determinantes respiratoria media más alta que pueden ser ventajosas para
importantes de respuesta (147-149). La presión óptima, du- el reclutamiento del pulmón. Adicionalmente, también tiene
ración y frecuencia de las maniobras de reclutamiento no han en cuenta los volúmenes con'ientes notablemente reducidos
sido definidas y probadas en estudios clínicos. Es de notar (1-3 rnL/kg) comparado con la ventilación cQnvencional, la
que la seguridad de las maniobras de reclutamiento también cual puede reducir más la lesión pulmonat' inducida por el
requiere cuidadosa evaluación. Aunque la desaturación tran- ventilador (152, 153).
sitoria y la hipotensión son los efectos adversos más comunes La ventilación de liberación de presión de la vía aérea no
pueden oculTir otros eventos clínicamente significativos tales sólo proporciona presiones de la vía respiratoria media más
como barotrauma (ej., neumotórax), atTitmia y translocación alta, sino también tiene en cuenta la respiración espontánea,
bacteriana (150). que puede estar asociada con un mejor intercambio gaseoso,
El efecto aislado de una PEEP más alta y las maniobras requerimientos hemodinámicos y reducción de la sedación
de reclutamiento no pueden ser determinadas en el estudio (154).
pequeño de Amato y cols (131). Un estudio más grande, co- De estos modos alternativos de ventilación, únicamen-
nocido como el estudio ALVEOLl (151), fue dirigido por te la ventilación oscilatoria de alta frecuencia (HFOV) ha
SDRANet para investigar sobre este tema. Este estudio su- sido estudiada en ensayos aleatorizados de tamaño mediano
ministró ventilación de protección pulmonar limitada de pre- (155). En un estudio de 148 pacientes en el que se comparan
sión y volumen a todos los pacientes del estudio y evaluó el la HFOV con la ventilación mecánica convencional con res-
efecto en la mortalidad de una mayor PEEP en el grupo de pecto a efectos adversos (ej., nueva fuga de aire, hipotensión
tratamiento. Adicionalmente, las maniobras de reclutamiento intratable), no hubo diferencias signifi~'ativas entre los gru-
fueron dirigidas en pacientes aleatorios del grupo de PEEP pos. Se examinó la mortalidad como resultado secundario,
con una mortalidad inferior a 30 días no significativa en el
27 I SíNDROME DE DIFICULTAD RESPIRATORIA AGUDA

grupo de la HFOV (37% vs. 52% P=.10). Este hallazgo debe Preguntas actuales sin resolver y perspectiva
ser interpretado con precaución porque el protocolo de ven- personal
tilación convencional no utilizó el estándar actual de ventila-
Definición actual de LPA y SDRA y estudios clínicos
ción de protección pulmonar limitada por volumen y presión
y el estudio no tuvo el poder para determinar la mortalidad. A pesar de las marcadas razones fisiológicas, muchas tel¡a-
Un segundo estudio de 61 pacientes con SDRA que compara pias para LPA o SDRA no han conducido a beneficio en la
la HFOV con la ventilación mecánica convencional tampoco sobrevida cuando se prueban en estudios clínicos grandes. Es
reveló diferencias significativas en la sobrevida (HFOV vs. posible que la definición del caso de LPA y SDRA pueda ha-
ventilación convencional 32% vs. 38%; tasa de proporción ber contribuido a esto. La actual definición de la Conferencia
ajustada, 0,80; 95% CI, 0,22-2,97; P = ,79), ni en otros des- del consenso americano europeo tiene algunas limitaciones
enlaces secundarios (156). Sin embargo, un análisis post hoc importantes. Primero, la relación PaO/FI0 2 que define la
reveló que los pacientes con la hipoxemia más severa tenían hipoxemia no considera el efecto de la colocación de la ven-
una tendencia hacia un beneficio del HFOV. tilación (ej., PEEP) o de las terapias adjuntas (ej., óxido nítri-
El uso de la posición prona con la ventilación mecánica co inhalado), la cual pueden tener una importante influencia
fue descrito por primera vez en 1974 (157). La colocación aguda sobre Pa0 2 (162). De este modo, la variación en las
del paciente en posición prona tiene beneficios fisiológicos prácticas de la ventilación a través de las instituciones puede
potenciales incluyendo el reclutamiento de las unidades res- conducir a diferencias sistemáticas en definir esta enferme-
piratorias atelectásicas dorsales (no dependiente), mejoría en dad para los estudios clínicos y el manejo del paciente. Se-
la mecánica respiratoria, disminución en la desigualdad de la gundo, sólo hay un acuerdo interobservador moderado en la
ventilación perfusión, aumento en el drenaje de secreciones, interpretación la radiografía de tórax para el SDRA; y la pro-
reducción de fuerzas mecánicas que pueden comprometer la gramación del ventilador también puede influir en el grado
estructura pulmonar y un mejor ajuste de los pulmones den- de infiltrados que aparecen en la radiografía (163). Finalmen-
tro del tórax (158). te, en comparación con los hallazgos de la autopsia de los no
Hay cuatro estudios aleatorizados de posición prona en sobrevivientes, un estudio de un único centro mostró sola-
adultos con LPA o SDRA U59-161a). En el primer estudio, mente exactitud moderada de la definición del SDRA (164).
304 pacientes fueron asignados aleatoriamente ya sea en El mejoramiento de la definición actual de LPA o SDRA para
posición supina o posición prona al menos 6 horas por día obtener poblaciones de pacientes más homogéneas puede ser
durante un período de 10 días (159). Aunque la oxigenación beneficioso con el fin de detectar un efecto del tratamiento
mejoró significativamente en el grupo en posición prona, no significativo en los estudios clínicos de las terapias del LPA y
hubo diferencia significativa en la mortalidad o cualquier re- SDRA. Sin embargo, una definición más restrictiva también
sultado secundario. Un análisis post hoc de los pacientes más puede excluir pacientes que pueden beneficiarse potencial-
severamente enfermos reveló una disminución en la mortali- mente de una intervención en particular. Una consideración
dad para los pacientes asignados aleatoriamente a la posición más amplia de las definiciones actuales de LPA y SDRA es
prona (riesgo relativo [RR 0,54; 95% CI, 0,32-0,90) en el día necesaria antes de rechazar como no benéficas las terapias
10, pero este beneficio no persistió más allá de la salida de la potencialmente importantes.
unidad de cuidado intensivo. El segundo estudio aleatorizó
791 pacientes (48% con LPA o SDRA) a posición supina o Adopción extendida del protocolo de ventilación
prona por al menos 8 horas diarias y también demostró me- SDRANET
jor oxigenación sin beneficio de supervivencia a los 28 días Dado que el estudio de SDRANet (135)"s\lministró el único
(supina, 31,5% vs. prona 32,4%; RR, 0,97; 95% CI, 0,79- protocolo de ventilación que tiene un benéncio de mortali-
1,19; P = ,77) (160). Este segundo estudio reveló de manera dad a corto plazo significatiVo y sostenido, creemos que los
significativa un rango mayor de eventos adversos en el grupo pacientes con LPA o 5.DRA se beneficiarían si todas las ins-
prono, incluyendo. intubación selectiva (bronquio fuente de- tituciones usaran un protocolo de ventilación de protección
recho o izquierdo), obstrucción del tubo endotraqueal y úlce- pulmonar basado en esta estrategia limitada por volumen y
ras de presión. El tercer estudio de posición prona en SDRA presión. Aunque el protocolo de SDRAnet puede ser imple-
se detuvo tempranamente (133 de 200 pacientes) debido a mentado con éxito en la práctica clínica (165), la adopción
problemas con el registro. Reveló una amplia diferencia pero extendida no ha ocurrido rápidamente (165-168). Una posi-
estadísticamente no significativa en la mortalidad en la uni- ble explicación para este hallazgo es una percepción de los
dad de cuidado intensivo entre los dos grupos (supina, 58,6% intensivistas que podría ser nociva para los pacientes (169), a
vs. prona, 44,4%, P = ,43) (161). El cuarto estudio publicado pesar de la falta de evidencia para apoyar esta teoría.
recientemente, realizado en 136 pacientes utilizando la po- Algunos discuten que la adopción del protocolo SDRA-
sición prona en pacientes con SDRA severo, implementado Net exacto (disponible en www.SDRAnet.org) puede ser in-
de manera temprana y por al menos 7 horas al día, sugiere necesario y el uso de otros modos <;le ventilación, que logran
un beneficio en términos de disminución de la mortalidad limitaciones de volumen y presión similares (es decir, volu-
(161a). men corriente 4-8 rnL/kg del peso corporal predicho y pre-

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 353


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

sión <30 cm HzO), pueden ser igualmente beneficiosos (170). dencia anecdótica que apoya el beneficio de las terapias de
Tales protocolos limitados de volumen y presión alternados rescate para los pacientes con LPA o SDRA más enfermos.
pueden ser fáciles de implementar y de seguir, especialmente
si ya son compatibles con patrones de práctica locales. Sin Conclusiones y consideraciones futuras
embargo, el uso de protocolos hechos a la medida, los cuales
El reconocimiento de que la ventilación mecánica, aunque
parecen lógicos, deberían abordarse con precaución, ya que
salve vidas, puede contribuir a la morbilidad y mortalidad del
no es claro qué aspectos específicos del protocolo SDRA-
paciente ha sido el avance más importante en el manejo de
Net otorga ventaja de sobrevivencia. Por ejemplo, un análisis
pacientes con LPA y SDRA. La ventilación limitada por vo-
secundario de los datos SDRANet (171) sugirió que la re-
lumen y presión claramente conduce a mejorar la superviven-
ducción del volumen corriente igual benefició a los pacientes
cia del paciente. El papel de las maniobras de reclutamiento,
con presiones mesetas seguras de 31 cm H20 o menos, pro-
niveles más altos de PEEP o ambos permanecen controver-
poniendo que la ventilación limitada por presión, sin limita-
siales y son el tema de dos estudios clínicos multicéntricos
ción de volumen concomitante, puede ser dañina. Sin tener
actuales (Estudio Express [Francia], estudios LOVS [Cana-
en cuenta esta controversia de si debería adoptarse el proto-
dá, Australia, y Arabia Saudita]). En este momento, el uso de
colo SDRANet exacto, la evidencia existente (incluyendo 2
modos alternativos de ventilación (Ej., HFOV) y las terapias
metanálisis de todos los estudios) apoya que los clínicos de-
adjuntas (Ej., óxido nítrico inhalado y posición prona) de-
berían cambiar su práctica y adoptar la ventilación limitada
berían limitarse a estudios clínicos futuros y a la terapia de
por volumen y presión para los pacientes con LPA o SDRA.
rescate para pacientes con LPA o SDRA y con hipoxemia
Debido a que surge evidencia adicional, será necesaria la re-
que amenaza la vida con falla máxima de la ventilación de
valoración actual y evolución de estos protocolos.
protección pulmonar convencional.
Aunque el acuerdo en la definición actual de LPA y SDRA
Papel de la terapia de rescate
ha sido un paso hacia adelante fundamental en la investiga-
Hay muchas aproximaciones ventilatorias alternativas y tera- ción y la práctica clínica, se requiere mejoramiento adicional
pias adjuntas que tienen alguna evidencia de beneficio fisio- para asegurar que la eficacia de las terapias nuevas y existen-
lógico a corto plazo, pero no evidencia consistente para una tes sea evaluada en la población de pacientes más apropiada.
ventaja de sobrevida cuando se analizó con estudios extensos Finalmente, después de décadas de investigación del LPA
aleatorizados. Consecuentemente, decidir el papel exacto de y SDRA, es importante asegurar un entendimiento extendido
tales terapias en el manejo de pacientes individuales es difí- de la eficacia de la ventilación mecánica limitada por volu-
cil. Una aproximación es evitar completamente todas estas men y presión. Es crítico que los clínicos que tratan pacientes
terapias fuera de los estudios clínicos hasta que su eficacia con LPA o SDRA revalúen sus estrategias actuales de ven-
haya sido demostrada adecuadamente. Asumiendo que su be- tilación, asimilen la evidencia disponible y modifiquen sus
neficio fisiológico y la seguridad han sido evaluados apropia- prácticas para asegurar la más alta calidad de cuidado y me-
damente en estudios humanos previos, otra aproximación es jores resultados para sus pacientes. La interpretación de las
limitar el uso de estas terapias para las situaciones de rescate barreras existentes para el uso de la ventilación, de protección
muy bien definidas en el cual se considera que un paciente pulmonar y los métodos para aumentar la implementación
no responde o está en peligro con la ventilación convencio- de los hallazgos actuales de investigación son oportunidades
nal. En estas circunstancias, la terapia de rescate puede ser importantes para un estudio futuro.
considerada para evitar potencialmente morbilidad o morta-
lidad significativas. Sin embargo, la controversia radica en Referencias
determinar cuál terapia de rescate debería utilizarse (ya sea 1. Kollef MH, Schuster DP. The acute respiratory distress syndrome. N
sola o en combinación) y en qué punto deberían iniciarse o Engl J Med 1995; 332: 27 -37.
terminarse. Por ejemplo, datos preliminares sugieren que la 2. Ashbaugh DG, BigeIow DB, Petty TL, Levine BE. Acute respiratory
institución más temprana de HFOV puede anticipar un me- distress in adults. Lancet 1967; 2: 319-23.
3. Petty TL, Ashbaugh DG. The adult respiratory distress syndrome: cli-
jor pronóstico (172) y que podría haber beneficios sinérgi- nical features, factors influencing prognosis and principIes of manage-
cos por combinar diferentes modalidades de rescate para los ment. Chest 1971; 60: 233-9.
pacientes de SDRA con hipoxemia severa que amenaza la 4. Murray TF, Matthay MA, Luce TM, Flick MR. An expanded defini-
vida (173, 174). Aunque se han reportado algunos protocolos tion of the adult respiratory distress syndrome. Am Rev Respir Dis
1988; 138: 720-3. [Erratum, Am Rev Respir Dis 1989; 139: 1065.]
(175), no hay evidencia suficiente para apoyar la superiori- 5. Bernard GR, Artigas A, Brigham KL, et al. The American-European
dad de cualquier aproximación particular para la terapia de Consensus Conference on ARDS: definitions, mechanisms, reIevant .
rescate. Cuando sea posible, tales pacientes deberían consi- outcomes, and clinical trial coordination. Am J Respir Crit Care Med
derarse para ser transferidos a instituciones con experiencia 1994; 149:818-24.
6. Doyle RL, Szaflarski N, Modin GW, Wiener-Kronish JP, Matthay
significativa en el manejo de LPA y SDRA para permitir una MA. Identification of patients with acute Iung injury: predictors of
evaluación y tratamiento con un grupo de mayor experiencia. mortality. Am J Respir Crit Care Med 199,5; 152: 1818-24.
Adicionalmente, se necesita investigación para evitar la evi-
27 I SíNDROME DE D!FICUL TAO RESPIRATORIA AGUDA

7. Zilberberg MD, Epstein SK. Acute lung injury in the medical ICU: co- Sweden, Denmark, and Iceland. Am J Respir Crit Care Med 1999;
morbid conditions, age, etiology, and hospital outcome. Am J Respir 159: 1849-61.
Crit Care Med 1998; 157: 1159-64. 30a. Rubenfield G, Caldwell E, Peabody E, Weaver J, Martin D, Neff M,
8. Heffner JE, Brown LK, Barbieri CA, Harpel KS, DeLeo. T- Prospec- Stern E, Hudson L. Incidence and Outcomes of Acute Lung Injury. N
tive validation of an acute respiratory distress syndrome predictive Engl J Med 2005; 353: 1685-93.
score.AmJRespirCritCareMed 1995; 152: 1518-26. 31. Pepe PE, Potkin RT, Reus DH, Hudson LD, Carrico Cl Clinical pre-
9. Sloane PT, Gee MH, Gottlieb JE, et al. A multicenter registry of pa- dictors of the adult respiratory distress syndrome. Am J Surg 1982;
tients with acute respiratory distress syndrome: physiology and out- 144: 124-30.
come. Am Rev Respir Dis 1992; 146: 419-26. 32. Fowler AA, Hamman RF, Good ]T, et al. Adult respiratory distress
10. Monchi M, Bellenfant F, Cariou A, et al. Early predictive factors of syndrome: risk with common predispositions. Ann Intern Med 1983;
survival in the acute respiratory distress syndrome: a multivariate 98: 593-Z.
analysis. Am J Respir Crit Care Med 1998; 158: 1076-81. 33. Hudson LD, Milberg JA, Anardi D, Maunder RJ. Clinical risks for
11. Abraham E, Matthay MA, Dinarello CA, et al. Consensus conference development of the acute respiratory distress syndrome. Am J Respir
definitions for sepsis, septic shock, acute lung injury, and acute respi- CritCareMed 1995; 151: 293-30L.
ratory di stress syndrome: time for a reevaluation. Crit Care Med 2000; 34. Moss M, Bucher B, Moore FA, Moore EE, Parsons FE. The role of
28: 2325. chronic alcohol abuse in the development of acute respiratory distress
12. Rubenfeld GD, Caldwell E, Granton J, Hudsou LD, Matthay MA. In- syndrome in adults. JAMA 1996; 275: 50-4.
terobserver variability in applying a radiographic definition fm ARDS. 35. Suchyta MR, Clemmer TP, Elliot CG, Orme JF Jr, Weaver LK. The
Chest 1999; 116: 1347-53. adult respiratory distress syndrome: a report of survival and modi-
13. Meade MO, Cook RJ, Guyatt GH, et al. Interobserver variation in fying factors Chest 1992; 10 1: 1074-9.
interpreting chest radiographs for the diagnosis of acute respiratory 36. Montgomery AB, Stager MA, Can·ico CJ, Hudson LD. Causes of
distress syndrome. Am J Respir Crit Care Med 2000; 161: 85-90. mortality in patients with the adult respiratory distress syndrome. Am
14. Aberle DR, Wiener-Kronisb JP, Webb WR, Matthay MA- Hydrostatic Rev Respir Dis 1985; 132: 485-9.
versus increased permeability pulmonary edema: diagnosis based on 37. Bell RC, Coalson 11, Smith JD, Johanson WG Jr. Multiple organ sys-
radiograpbic criteria in critically ill patients. Radiology 1988; 168: tem failure and infection in adult respiratory distresssyndrome. Ann
73-9. Intern Med 1983;99-.293-8.
15. Wiener-Kronisb JP, Mattbay MA. Pleural effusions associated with 38. Milberg JA, Davis DR, Steinberg KP, Hudson LD. Improved survival
hydrostatic and increased permeability pulmonary edema. Chest of patients with acute respiratory distress syndrome (AROS): 1983-
1988; 93: 852-8. 1993. JAMA 1995; 273: 306-9.
16. Goodman LR. Congestive heart failure and adult respiratory distress 39. Abel SJC, Finney SJ, Brett SI, Keogh BF, Morgan CJ, Evans TW
syndrome: new insights using computed Tomograpby. Radiol Clin Reduced mortality m association with the acute respiratory distress
North Am 1996; 34: 33-46. syndrome (AROS). Thorax 1998; 53: 292-4.
17. Gattinoni L, Bombino M, Pelosi P, et al. Lung structure and func- 40. McHugh LG, Milberg JA, Whitcomb ME, Schoene RB, Maunder RJ,
tion in different stages of severe adult respiratory distress syndrome. Hudson LD. Recovery of function in sllrvivors of the acute respiratory
JAMA 1994; 271: 1772-9. distress syndrome. Am J Respir Crit Care Med 1994; 150: 90-4.
18. Pittet JF, MacKersie RC, Martin TR, Matthay MA. Biological mar- 41. Ghio AJ, Elliott CG, Crapo RO, Berlin SL, Jensen RL. Impairment
kers of acute lung injury: prognostic and pathogenetic significance. alter adult respiratory distress syndrome: an evaluation based on Ame-
Am J Respir Crit Care Med 1997; 55: 1187-205. rican Thoracic Society recommendations. Am Rev Respir Dis 1989;
19. Pratt PC, Vollmer RT, Sbelburne JD, Crapo JD. Pulmonary morpho- 139: 115862. [Erratum, Am Rev Respir Dis 1989; 140: 862.]
logy in a multihospital collaborative extracorporeal membrane oxyge- 42. Elliott CG, Rasmusson BY, Crapo RO, Morris AR, Jensen RL. Pre-
nation project. I. Light microscopy. Am J Pathol 1979; 95: 191-214. diction of pulmonary function abnormalities alter adult respiratory
20. Bachoren M, Weibel ER. Structural alterations of lung parenchyma distress syndrome (ARDS). Am Rev Respir Dis 1987; 135: 634-8.
in the adult respiratory distress syndrome. Clin Chest Med 1982; 3: 43. Suchyta MR, Elliott CG, Jensen RL, Crapo RO. Predicting the pre-
35-56. sence of pulmonary function impairment in adult respiratory distress
21. Anderson WR, Thielen K. Correlative study of adult respiratory dis- syndrome survivors. Respiration 1993; 60: 103-8.
tress syndrome by light, scanning, and transmission electron micros- 44. Weinert CR, Gross CR, Kangas JR, Bury CL, Mm·inelli WA. Healtb
copy. Ultrastruct Pathol 1992; 16: 615-28. related quality of life after acute lung injury. Am J Respir Crit Care
22. Bachofen A, Weibel ER. Alterations of·the gas exchange apparatus Med 1997; 156: 1120-8.
in adult respiratory insufficiency associated with septicemia. Am Rev 45. Schelling G, Stoll C, Haller M, et al. Health-related quality of life
Respir Dis 1977)16: 589-615. and posttraumatic stress disorder in survivors 6f.the acute respiratory
23. Matthay MA, Broaddus VC. Fluid and hemodynamic management in distress syndrome. Crit CareMed 1998; 26: 651-9.
acute lung injury. Semin Respir Crit Care Med 1994; 15: 271-88. 46. Davidson TA, Caldwell ES, Curtis JR, Hudson LD, Steinberg KP. Re-
24. Schnapp LM, Chin DP, Sza6arski N, Matthay MA. Frequency and duced quality of life ip survivors of acute respiratory distress syndrome
importance of barotrauma in 100 patients with acute lung injury. Crit compared with cliticáUy ill control patient. JAMA 1999; 281: 354-60.
Care Med 1995; 23: 272-8. 46a. Heyland D, Groll D, Caeser M. Survivors of acute respiratory distress
25. Weg JG, Anzueto A, Balk RA, et al. The relation of pneumothorax and syndrome: Relationship between pulmonary dysfunction and long-
other air leaks 10 mortality in the acute respiratory distress syndrome. term health-related quality of life. Crit Cm·e Med 2005; 33: 1549-
N Engl J Med 1998; 338: 341-6. 1556.
26. Mechanisms of acute respiratory failure. Am Rev Respir Dis 1977; 46b. Hopkins R, Weaver L, Collingridge Parkinson B Cban K, Orme J.
115: 1071-8. Two- Yem· Cognitive, Emotional, and Quality-of -Life Outcomes in
27. Webster NR, Cohen AT, Nunn JF. Adult respiratory distress syndrome Acute Respiratory Distress Syndrome. Am J Respir Crit Care Med
- how many cases in the UK Anaesthesia 1988; 43: 923-6. 2005; 171: 340-347
28. Villar J, Slutsky AS. The incidence of the adult respiratory distress 47. Pugin J, Vergbese G, Widmer M-C, Mattbay MA. Tbe alveolar space
syndrome. Am Rev Respir Dis 1989; 140: 814-6. is the site of intense inftammatory and profibrotic reactions in tbe em·ly
29. Thomsen GE, Morris AR. 1ncidence of the adult respiratory distress phase of acute respiratory distress syndrome. Crit Care Med 1999; 27:
syndrome in the state ofUtah. Am J Respir Crit Care Med 1995; 152: 30412.
965-71. 48. Wiener-Kronish JP, Albertine KH, Matthay MA. Differential respons-
30. Luhr OR, Antonsen K, Karlsson M, et al. Incidence and mortality after es of the endothelial and epithelial' bmTiers of the lung in sheep to
acute respiratory failure and acute respiral0ry distress syndrome in Escherichia coli endotoxin. J Clin Invest 1991; 88: 864-75.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 355


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

49. Ware LB, Matthay MA. Maximal alveolar epithelial fluid clearance 71. Chesnutt AN, Matthay MA, Tibayan FA, Clark JG. Early detection of
in clinical acute lung injury: an excellent predictor of survival and the type III procollagen peptide in acute lung injury: pathogenetic and prog-
duration of mechanical ventilation: Am J Respir Crit Care Med 1999; nostic significance. Am J Respir Crit Care Med 1997; 156: 840-5.
159Suppl: A694. Abstract. 72. Matalon S, Benos DJ, Jackson RM. Biophysical and molecular pro-
50. Matthay MA, Wiener-Kronish JP. Intact epithelial barrier function is perties of amiloride-inhibitable Na+ channels in alveolar epithelial
critical for the resolution of alveolar edema in humans. Am Respir Dis cells. Am J Physiol 1996; 271: LI-L22.
1990; 142: 1250-7. 73. Ingbar DH, Wendt CH, Crandall ED. Na, K-ATPase and the clearance
51. Modelska K, Pittet JF, Folkesson HG, Broaddus VC, Matthay MA. of pulmonary edema fluid En: Matthay MA, Ingbar DH, eds. Pulmo-
Acid-induced lung injury: protective effect of anti-interleukin-8 pre- nary edema .. Vol. 116 of Lung biology in health and disease. New
treatment on alveolar epithelial barrier function in rabbit. Am J Respir York: Marcel Dekker, 1999: 477-99.
Crit Care Med 1999; 160: 1450-6. 74. Jiang X, Ingbar DH, O'Grady SM. Adrenergic stimulation of Na +
52. Sznajder JI. Strategies to increase alveolar epithelial fluid removal in transport across alveolar epithelial cells involves activation of apical
the injured lung. Am J Respir Crit Care Med 1999; 160: 1441-2. Cl-channels. Am J Physiol 1998; 275: CI61O-CI620.
53. Greene KE, Wright JR, Streinberg KP, et al. Serial changes in surfac- 75. Matthay MA, Folkesson HG, Verkman AS. Salt and water transport
tant -associated proteins in lung and serum before and after onset of across alveolar and distal airway epithelia in me adult lung. Am J Phy-
ARDS. Am J Respir Crit Care Med 1999; 160: 1843-50. siol 1996; 270: L487-L503.
54. Lewis JF, Jobe AH. Surfactant and the adult respiratory distress Syn- 76. Widdicombe JH. How does cAMP increase active Na absorption
drome. Am Rev Respir Dis 1993; 147: 218-33. [Erratum, Am Rev across alveolar epithelium Am J Physiol Lung Cell Mol Physiol
Respir Dis 1993; 147: 1068.] 2000;278: L231-L232
55. Gregory TJ, Longmore WJ, Moxley MA, et al. SUlfactant chemical 77. Dobbs LG, González R, Matthay MA, Carter EP, Allen L, Verkman
composition and biophysical activity in acute respiratory distress syn- AS. Highly water-permeable type 1 alveolar epithelial cells confer
drome. JClin Invest 1991; 88: 1976-81. high water permeability between the airspace and vasculature in fat
56. Kurahashi K, Kajikawa 0, Sawa T, et al. Pathogenesis of septic shock lung. Proc Natl Acad Sci USA 1998; 95: 2991-6.
in Pseudomonas aeruginosa pneumonia. J Clin Invest 1999; 104: 743- 78. Folkesson HG, Matthay MA, Westrom BR, Kim KJ, Karlsson BW,
50. Hastings RH. Alveolar epithelial clearance of protein. J Appl Physiol
57. Bitterman PB. Pathogenesis fibrosis in acute lung injury. Am J Med 1996; 80: 1431-5.
1992; 92: 39S-43S. 79. Folkesson HG, Nitenberg G, Oliver BL, Jayr C, Albertine KH~ Matt-
58. Prescott SM, McIntyre TM, Zimmerman G. Two of me usual suspects, hay MA. Up regulation of alveolar epithelial fluid transport alter sub-
platelet-activating factor and its receptor, implicated in acute lung in- acute lung injury in rats from bleomycin. Am J Physiol 1998; 275:
jury. J Clin Invest 1999; 104: 10 19-20. L478L490.
59. Matthay MA. Conference sumrnary: acute lung injury. Chest 1999; 80. Matute-Bello G, Liles WC, Radella F II, et al. Neutrophil apoptosis
116Suppl: 119S-126S. in the acute respiratory distress syndrome. Am J Respir Crit Care Med
60. Laufe MD, Simon RH, Flint A, Keller JB. Adult respiratory distress 1997; 156: 159-77.
syndrome in neutropenic patient. Am J Med 1986;80: 1022-6. 81. Ware LB, GeiserT, Nuckton T, Matthay MA. E1evated levels ofmark-
61. Nelson S, Belknap SM, Carlson BW, et al. A randomized controlled ers of apoptosis in the biological fluids of patients with early acute
trial of filgrastim as an adjunct to antibiotics for treatment of hospital- lung injury- Am J Respir Crit Care Med 2000; 161: A380. Abstract.
ized patients with community-acquired pneumonia. J Infect Dis 1998; 82. Matute-Bello G, Liles WC, Steinberg KP, et al. Soluble Fas ligand
178: 1075-80. induces epithelial cell apoptosis in humans with acute lung injury
62. Donnelly SC, Haslett C, Reid PT, et al. Regulatory role for mac- (ARDS). J Immunol 1999; 163: 2217-25.
rophage migration inhibitory factor in acute respiratory distress syn- 83. Hasimoto S, Kobayashi A, Kooguchi K, Kitamura Y, Onodera H, Na-
drome. Nat Med 1997;3:320-3. kajima H. Up regulation of two death pathways of perforin/granzyme
63. Pugin J, Ricou B, Steinberg KV, Suter PM, Martin TR. Proinflam- and FasLlFas in septic acute respiratory distress syndrome. Am J Res-
matory activity in bronchoalveolar lavage fluids from patients with pir Crit Care Med 2000; 161: 237-43.
ARDS, a prominent role for interleukin-l. Am J Respir Crit Care Med 84. Prewitt RM, McCarthy J, Wood LDH. Treatment of acute low pres-
1996; 153: 1850-6. sure pulmonary edema in dogs: relative effects of hydrostatic and on-
64. Ware LB, Golden JA, Finkbeiner WE, Matthay MA. Alveolar epithe- cotic pressure, nitroprusside, and positive end-expiratory pressure. J
lial fluid transport capacity in reperfusion lung injury after lung trans- Clin Invest 1981; 67: 409-18.
plantation. Am J Crit Care Med 1999; 159: 980-8. 85. Simmons RS, Berdine GG, Seidenfeld JJ, et al. Fluid balance and the
65. Fukuda Y, Ishizaki M, Masuda Y, Kimura G, Kawanami 0, Masugi Y. adult respiratory distress syndrome. Am Rev Re~pirDis 1987; 135:
The role of intraalveolar fibrosis in the process of pulmonary structu- 924~ ,
raI. Remodeling in patients with diffuse alveolar damage. Am J Patho 86. Humphrey H, Hall J, Sznajder 1, .Silverstein M, Wood L. Improved
1987; 126: 171-82. survival in ARDS patients associated with a reduction in pulmonary
66. Marlin C, Papazian L, Payan MJ, Saux P, Gouin E Pulmonary fibrosis copillary wedge pressure.,Chest 1990; 97:1176-80.
cOlTelates with outcome in adult respiratory distress syndrome: a stu- 86a. The National Heart, Lung and Blood Institute Acute Respiratory Dis-
dy in mechanically ventilated patients. Chest 1995; 107: 196-200. tress Syndrome (ARDS) Clinical Trials Network. Pulmonary-Artery
67. Zapol WM, Trelstad RL, Coffey JW, Tsai 1, Salvador RA. Pulmonary versus Central Venous Catheter to guide Treatment of Acute Lung In-
fibrosis in severe acute respiratory failure. Am Rev Respir Dis 1979; jury. N Engl J Med 2006; 354: 2213-24.
119: 547-54. 86b. The National Heart, Lung and Blood Institute Acute Respiratory Dis-
68. Martinet Y, Menard 0, Vaillant P, Vignaud JM, Martinet N~ Cytokines tress Syndrome (ARDS) Clinical Trials Network. Comparison of two
in human lung fibrosis. Arch Toxicol SuppIl996; 18: 127-39. Fluid-Management Strategies in Acute Lung Injury. N Engl J Med
69. Lindroos PM, Coi n PG, Osornio-Vargas AR, Bonner Je. Interleukin 2006; 354: 2564-75.
1~ (IL-l~) and the IL-I~-alpha 2-macroglobulin complex upregulate 87. Mitchell JP, Schuller D, Calandrino FS, Schuster DP. Improved out
the platelet-derived growth factor alpha-receptor on rat pulmonary fi- come based on fluid management in critically ill patients requiring pul-
broblasts. Am J Respir Cell Mol Biol 1995; 13: 455-65. monary artery catheterization. Am Rev Respir Dis 1992; 145: 990-8.
70. Clark. JG, Milberg JA, Steinberg KP, Hudson LD. Type III procol- 88. Yu M, Levy MM, Smith P, Takiguchi SA, Miyasaki A, Myers AA. Ef-
lagen peptide in the adult respiratory distress syndrome: association fect of maximizing oxygen delivery on morbidity and mortality rates
of increased peptide levels in bronchoalveolar lavage fluid with in- in critically ill patients: a prospective, ran.domized, controlled study.
creased risk fur death. Ann Intern Med 1995; 122: 17-23. Crit Care Med 1993; 21: 830-8.
27/ SíNDROME DE DIFICULTAD RESPIRATORIA AGUDA

89. Hayes MA, Timmins AC, Yau EHS, Palazzo M, Hinds CJ, Watson D. 107. NIH ARDS Network. Ketoconazole does not reduce mortality in pa-'
Elevation of systemic oxygen delivery in the treatment of critically ill tients with the acute respiratory distress syndrome. JAMA 2000; 283:
patients. N Engl J Med 1994; 330: 1717-22. 1995-2002.
90. Long W, Thompson T, Sundell H, Schumacher R, Volberg F, Guthrie 108. Lasnier JM, Wangensteen OD, Schmitz LS, Gross CR, Ingbar DH.
R. Effects of two rescue doses of a synthetic surfactant on mortal- Terbutaline stimulates alveolar fluid resorption in hyperoxic lung in-
ity rate and survival without bronchopulmonary dysplasia in 700- jury. J Appl PhysioI 1996; 81: 1723-9.
to 1350 gram infants with respiratory distress syndrome. J Pediatr 109. Garat C, Meignan M, Matthay MA, Luo·DF, Jayr C. Alveolar epithe-
1991;118:595605 lial fluid clearance mechanisms are intact after moderate hyperoxic
91. Anzueto A, Baughman RP, Guntupalli KK, et al. Aerosolized surfac- lung injury in rats. Chest 1997; 111: 1381-8.
tant in adults with sepsis-induced acute respiratory distress syndrome. 110. Saldias F, Comellas A, Ridge KM, Lecuona E, Sznajder JI. Isoprotere-
N Engl J Med 1996; 334: 1417-21. nol improves ability of lung to dear edema in rats exposed to hyper-
92. Fnlkerson WJ, MacIntyre N, Stamler J, Crapo ID. Pathogenesis and oxia. J Appl Physioll999; 87: 30-5.
treatment of the adult respiratory distress syndrome. Arch Intern Med 111. Wright FE, Carmichael LC, Bernard GR. Effect of bronchodilators on
1996; 156: 29-38. lung mechanics in the acute respiratory distress syndrome (ARDS).
92a. Spragg RG, Lewis JF, Walmrath H, Johannigman J, Bellingan G, Chest 1994; 106: 1517-23.
Laten'e P, Witte M, et al. Effect of Recombinant Surfactant Protein 112. Barnard JW, Seibert AF, Prasad VR, et al. Reversal of pulmonary cap-
C-Based Surfactant on the Acute Respiratory Distress Syndrome. N illary ischemia reperfusion injury by rolipram, a cAMP phosphodi-
Engl J Med 2004; 351: 884-92. esterase inhibitor. J Appl Pbysiol1994; 77: 774-81.
93. Rossaint R, Falke KJ, López F, Slama K, Pison U, Zapol WM. Inhaled 113. Masclans JR, Barbera JA, MacNee W, et al. Salbutamol reduces pul-
nitric oxide for the adult respiratory distress syndrome. N Engl J Med monary neutrophil sequestration of platelet-activating factor in hu-
1993; 328: 399-405. manso Am J Respir Crit Care Med 1996; 154: 529-32.
94. Dellinger RP, Zimmerman JL, Taylor RW, et al. Effects of inhaled ni- 114. Newman V, Gonzalez RF, Matthay MA, Dobbs LG. A novel alveolar
tric oxide in patients with acute respiratory distress syndrome: results type 1 cell-specific biochemical marker of human acute lung injury.
of a randomized phase II trial. Crit Care Med 1998; 26: 15-23. Am J Respir Crit Care Med 2000; 161: 990-5.
95. Payen D, Vallet B, Genoa Group. Results of the French prospective 115. Panos RJ, Bak PM, Simonet WS, Rubin JS, Smith LJ. Intratracheal
multicentric randomized double-blind placebo-controlled trial on in- instillation of keratinocyte growth factor decreases hyperoxia-induced
haled nitric oxide in ARDS. Intensive Care Med 1999; 25Suppl: S 166. mortality in rats. J Clin Invest 1995; 96: 2026-33.
Abstract. 116. Yano T, Deterding RR, Simonet WS, Shannon JM, Mason RJ. Kera-
96. Prewitt RM, Wood LDH. Effect of sodium nitroprusside on cardiovas- tinocyte growth factor reduces lung damage duo to instillation in rats.
cular function and pulmonary shunt in canine oleic acid pulmonary Am J Respir Cell Mol Bio11996; 15: 433-42.
edema. Anesthesiology 1981; 55: 537-41. 117. Wang Y, Folkesson HG, Jayr C, Ware LB, Matthay MA. Alveolar epi-
97. Bishop MJ, Kennard S, Artman LD, Cheney FW. Hydralazine does thelial fluid transport can be simultaneously upregulated by both KGF
not inhibit canine hypoxic pulmonary vasoconstriction. Am Rev Res- and beta-agonist therapy. J Appl Physiol 1999; 87: 1852-60.
pir Dis 1983; 128: 998-1001. 118. Water s CM, SavIa U, Panos RJ. KGF prevents hydrogen peroxide in-
98. Abraham E, Baughman R, Fletcher E, et al. Liposomal prostaglandin duced increases in airway epithelial cell permeability. Am J Physiol
El (TLC C-53) in acute respiratory distress syndrome: a controlled, 1997; 272: L681-L689.
randomized, double-blind, multicenter clinical trial. Crit Care Med 119. Viget N, Guery B, Neviere R, et al. Kerayinocyte growth factor
1999; 27: 1478-85. (KGF') stimulates lung liquid clearance (LLC) in Pseudomonas aeru-
99. Bone RC, Slotman G, Maunder R, et al. Randomized double-blinded, ginosa (Pa) pneumonia. Am J Respir Crit Care Med 1999; 159Suppl:
multicenter study of prostaglandin El in patients with the adult respi- A600. Abstract.
ratory distress syndrome. Chest 1989; 96: 114-9. 120. Gillis P, SavIa U, Volpert OV, et al. Keratinocyte growth factor in-
100. Radermacher P, Santak B, Wust HJ, Tarnow J, Falke KJ. Prostacylin duces angiogenesis and protects endothelial barrier function. J Cell
for the treatment of pulmonary hypertension in the adult respiratory Sci 1999; 112: 2049-57.
distress syndrome: effects on pulmonary capillary pressure and venti- 12l. Berthiaume Y, Lesur 0, Dagenais A. Treatment of adult respiratory
lation perfusion distributions. Anesthesiology 1990; 72: 238-44. distress syndrome: plea for the rescue therapy of the alveolar epithe-
101. Bernard GR, Luce JM, Sprung CL, et al. High-dose corticosteroids in lium. Thorax 1999; 54: 150-60.
patients with the adult respiratory distress syndrome. N Engl J Med 122. American Thoracic Society. International consensus conferences in
1987; 317: 1565-70. intensive care medicine: ventilator- associated lung injury in AROS.
102. Luce JM, Montgomery AB, Marks JD, Turner J, Metz CA, Murray Am J Respir Crit Care Med 1999; 160: 21 i'8,,2124.
JF. Ineffectiveness of high-dose methylprednisolone in preventing pa- 123. Crimi E, Slutsky AS. Inflammation and the acute respiratory distress
renchymallung injury and improving mortality in patients with septic syndrome. Best Pract Res CLIn Anaesthesiol. 2004; 14: 477-492.
shock. Am Rev Respir Dis 1988; 136: 62-8. 124. Plotz FB, Slutsky AS, van Vught AJ, Heijnen Cl Ventilator-induced
103. Sprung CL, Caralis PV, Marcial EH, et al. The effects of high-dose lung injury and m)lltiple systems organ failure: a critical review of
corticosteroids in patients with septic shock: a prospective, controlled facts and hypotheses. Intensive Care Med 2004; 30: 1865-1872.
study. N Engl J Med 1984; 311: 1137-43. 125. Dreyfuss D, Soler P, Basset G, Saumon G. High inflation pressure
104. Meduri GU, Belenchia JM, Estes RJ, Wunderink RG, el Torky M, pulmonary edema: respective effects of high airway pressure, high ti-
Leeper KV Jr. Fibroproliferative phase of AROS: clinical findings and dal volume, and positive end-expiratory pressure. Am Rev Respir Dis
effects of corticosteroids. Chest 1991; 100: 943-52. 1988; 137: 1159-1164.
105. Meduri GU, Chinn AJ, Leeper KV, et al. Corticosteroid rescue treat- 126. Slutsky AS. Lung injury caused by mechanical ventilation. Chest
ment of progressive fibroproliferation in late AROS: patterns of re- 1999; 116: 9S-15S.
sponse and predictors of outcome. Chest 1994; 105: 1516-27. 127. Tremblay LN, Slutsky AS. Ventilator-induced lung injury: from baro-
106. Meduri GU, Headley AS, Golden E, et al. Effect of prolonged meth- trauma to biotrauma. Proc Assoc Am Physicians 1998; 110: 482-488.
ylprednisolone therapy in unresolving acute respiratory distress syn- 128. Gattiononi L, Caironi P, Pelosi P, Goodman LR. What has computed
drome: a randomized controlled tri al. JAMA 1998; 280: 159-65. tomography taught us about the acute respiratory distress syndrome?
106a. The National Heart, Lung, and BIood Institute Acute Respiratory Am J Respir Crit Care Med 2001; 164: 1701-171l.
Distress Syndrome (ARDS) Clinical Trial Network. New Engl J Med 129. Gattinoni L, Pesenti A. AROS: the non homogeneous lung; facts and
2006; 354: 1671-84. hypothesis: Intensive Crit Care Di~' 1987; 6: 1-4.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 357


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

130. Gattinoni L, Pesenti A. The concept of "baby lung".olntensive Care 151. The Nationa1 Heart, Lung and Blood Institute ARDS Clinical Trials
Med 2005; 31: 776~784. Network. Higher versus lower positive end-expiratory pressures in
131. Amato MB, Barbas CS, Medeitos DM, et al. Effect of a protective- patients with the acute respiratory distress syndrome. N Engl J Med
ventilation strategy on mortality in thr acute respiratory distress syn- 2004; 351: 327-336.
drome. N Engl J Med 1998; 338: 347-354. 152. Ritaca FV, Stewart TE. Clinical review: high frequency-oscillatory
132. Brochard L, Roudot-Thoraval F, Roupie E, et al. Tidal volume reduc- ventilation in adults a review of the literature and practical applica-
tion for prevention of ventilator induced lung injury in acute respiratory tions. Crit Care 2003; 7: 385-390.
distress syndrome. Ani. J Respir Crit Care Med 1998; 158: 1831-1838. 152a. Gattinoni L, Pietro C, Massimo Cressoni, Davide CH, Ranieri M,
133. Stewart TE, Meade MO, Cook DJ, et al. Evaluation of a ventilation Quintel M, Russo S, Patroniti N, Cornejo R, Bugedo G. Lung Recru-
strategy to prevent barotrauma in patients at high risk for acute re- itment in Patients with Acute Respiratory Ditress Syndrome. N Engl J
spiratory distress syndrome: pressure and volume limited ventilation Med 2006; 354: 1775-86.
strategy group. N Engl J Med 1998; 338: 355-36l. 152b. Villar J, Kcmarek R, Pérez-Méndez L, Aguirre-Jaime A. A high posi-
134. Brower RG, Shanholtz CB, Fessler HE, et al. Prospective, randomized tive end-expiratory pressure, low tidal volume ventilarory strategy im-
controlled clinical tri al comparing traditional versus reduced tidal vol- prove outcome in persistent Acute Respiratory Ditress Syndrome: A
ume ventilation in acute respiratory distress syndrome patients. Crit Randomized, controlled trial. Crit Care Med 2006; 34: 1311-1318.
Care Med 1999; 27: 1492-1498. 153. Imai Y, Slutsky AS. High-frequency oscillatory ventilation and venti-
135. The Acute Respiratory Dystress Syndrome Network. Ventilation with lator-induced lung injury. Crit Care Med 2005; 33:S129-S134.
lower tidal volumes as compared with traditional tidal volumes for 154. Habashi NM. Other approaches to open-Iung ventilation: airway pres-
acute lung injury and the acute respiratory distress syndrome. N Engl sure release ventilation. Crit Care Med 2005; 33: S228-S240.
J Med 2000; 342: 1301-1308. 155. Derdak S, Metha S, Stewart TE, et al. High frequency oscillatory
136. Eichacker PQ, Gerstenberger EP, Banks Sm, Ciu X, Natanson C Me- ventilation for acute respiratory distress syndrome in adults: a ran-
ta-analysis of acute lung injury and acute respiratory syndrome trials domized, controlled trial. Am J Respir Crit Care Med 2002; 1466:
testing low tidal volumes. Am J Respir Crit Care Med 2002; 166: 801-808.
1510-1514. 156. Bollen CW, van Well GT, Sherry T, et al. High frequency oscillation
137. Petrucci N, lacovelli W. Ventilation with smaller tidal volumes: a ventilation compared with conventional mechanical ventilation in
quantitative systematic review of randomized controlled trials. Anesth adult respiratory distress syndrome: a randomized controlled tri al.
Analg 2004; 99: 193-200. Crit Care 2005; 9: R430-R439.
138. Moran JL, Bersten AD, Solomon PJ. Meta analysis of controlled trials 157. Bryan AC. Comments of a devil's advocate. Am Rev Respir Dis. 1974;
of ventilator therapy in acute lung injury and acute respiratory distress 110: 143-144.
syndrome: an alternative perspec,tive. Intensive Care Med 2005; 31: 158. Pelosi P, Brazzi L, Gattinoni L. Prone position in acute respiratory
227-235. distress syndrome. Eur Respir J 2002; 20: 10 17 -1028.
139. Laffey JG, O'Croinin D, McLoughin P, Kavangh BP. Permissive hy- 159. Gattinoni L, Tognoni G, Pesenti A, et al. Effect of prone positioning
percapnia role in lung protective ventilatory strategies. Intensive on the survival of patients with acute respiratory failure. N Engl J Med
Care Med 2004; 30: 347-356. 2001; 345: 568-573.
140. Kahn JM, Andersson L, Karir V, Polissar NL, Neff MJ, Rubenfeld 160. Guerin C, Gaillard S, Lemasson S, et al. Effects of systematic prone
GD. Low tidal volume ventilation does not increase sedation use in positioning in hypoxemic acute respiratory failure: a randomized con-
patients with acute lung injury. Crit Care Med 2005; 33: 766-771. trolled trial. JAMA. 2004; 292: 2379-2387.
141. Lapinsky SE; Metha S. Bench-to-bedside review: recruitment and re- 161. Mancebo J, Rialp G, Fernández R, et al. Randomized multicenter trial
cruiting maneuvers. Crit Care 2005; 9: 60-65. in ARDS. Supine vs. prone position. Intensive Care Med 2003; 29:
142. Lapinsky SE, Aubin M, Mehta S, Boiteau P, Slutsky A. Safety and S64.
efficacy of a sustained inftation for alveolar recruitment in adults with 161a. Mancebo J, Fernández R, Blanch LI, Rialp G, Gordo F, Ferrer M,
respiratory failure. Intensive Cre Med 1999; 25: 1297-130 l. Rodríguez F, et al. A Multicenter Trial of Prolonged Prone Ventila-
143. Pelosi P, Cadringher P, Bottino N, et al. Sigh in acute respiratory dis- tion in Severe Acute Respiratory Distress Syndrome. Am J Respir Crit
tress syndrome. Am J Respir Crit Care Med 1999; 159: 872-880. Care2006; 173: 1233-1239.
144. Foti G, Cereda M, Sparacino M, DeMarchi ME, Villa F, Pesenti A. 162. Ferguson ND, Kacmarek RM, Chiche JD, et al. Screening of ARDS
Effects of periodic 1ung recruitment maneuvers on gas exchange and patients using standardized ventilator settings: inftuence on enroll-
respiratory mechanics in mechanically ventilated ARDS patients. In- ment in a clinical trial. Intensive Care Med 2004; 30: 1111-1116.
tensive Care Med 2000; 26: 501-507. °
163. Rubenfeld GD, Ca1dwell E, Granton J, Hudson Lq, Matthay MA. In-
145. The ARO Clinical Trials Network. Effects of recruitment maneuvers terobserver variability in applying a radiographic dehn.ition far ARDS.
in patients with acute lung injury and acute respiratory distress syn- Chest 1999; 116; 1347-1353. 0"

drome ventilated with high positive end-expiratory pressure. Crit Care 164. Esteban A, Fernandez-Segoviano P/Frutos-Vivar F, et al. Comparison
Med 2003; 31: 2592-2597. of clinical criteria for the acute respiratory di stress syndrome with au-
146. Meade MO, Guyatt GH, Cook Dj, et al. Physiologic randomized pi10t topsy findings. Ann Intern Med 2004; 141: 440-445,
study of a lung recruitment maneuver in acute lung injury. Am J Res- 165. Kallet RH, Jasmer RM, Pittet JF, et al. Clinical implementation of the
pir Crit Care Med 2001; 165: A-683. AROS network protocol is associated with reduced hospital mortality
147. Lim SC, Adams AB, Simonson DA, et al. Inter comparison of re- compared with historical controls. Crit Care Med 2005; 33; 925-929.
cruitment maneuver efficacy in three models of acute lung injury. Crit 166. Brower RG. Thompson BT, Ancukiewicz M. Clinical trial of me-
Care Med 2004; 32: 2371-2377. chanical ventilation with traditional versus lower tidal vo1umes in
148. Gattinoni L, Pelosi P, Suter PM, Pedoto A, Vercesi P, Lissoni A. Acute acute lung injury and acute respiratory distress syndrome; effects on
respiratory distress syndrome caused by pulmonary and extrapulmo- physician's practices. Am J Respir Crit Care Med 2004; 169; A17.
nary disease: different syndromes? Am J Respir Crit Care Med 1998; 167. Weinert CR, Gross CR, Marinelli WA. Impact of randomized trial re-
158: 3-11. sults on acute lung injury ventilator therapy in teaching hospitals. Am
149. Pelosi P, D'Onofrio D, Chiumello D, et al. Pulmonary and extrapul- J Respir Crit Care Med. 2003; 167: 1304-1309.
monary acute respiratory di stress síndrome are different. Eur Respir J 168. Young MP, Manning HL, Wilson DL, et al. Ventilation ofpatients with
SuppI2003;42:485-56S. acute lung injury and acute respiratory distress syndrome; has new
150. Cakar N, Akinci 0, Tugrul S, et al. Recruitment maneuver, does it pro- evidence changed clinical practice? Crit Care Med 2004; 32: 1260-
mote bacterial translocation? Crit Care Med 2002; 30: 2103-2106. 1265.
27/ SíNDROME DE DIFICULTAD RESPIRATORIA AGUDA

169. Rubenfeld GD, Cooper C, Carter G, Thompson BT, Hudson LO. Ba- 173. Fan E, Mehta S. High-frequency oscillatory ventilation and adjunctive'
rriers to pioviding lung-protective veritilation to patients with acute therapies: inhaled nitric oxide and prone positioning. Crit Care Med
lung injury. Crit Care Med2004; 32: 1289-1293. 2005; 33: SI82-S187.
170. Marini JJ, Gattinoni L. Ventilator management of the acute respiratory 174. Ferguson ND, Chiche JD, Kacmarek RM, et al. Combining high-
distress syndrome; a consensus of two. Crit Care Med 2004; 32: 250- frequency oscillatory ventilation and recruitment maneuvers in adult
255. with early acute respiratory di stress syndrome: the Treatment'with
171. Hager DN, Krishnan JA, Hayden DL, Brower RG. Tidal volume re- Oscillation and an Open lung Strategy (TOOLS) Trial Pilot study. Crit
duction in patients with acute lung injury when plateau pressures are Care Med 2005; 33: 479-486.
not high. Am J Respir Crit Care Med. 2005; 172: 1241-1245. 175. MedoffBD, Shepard JO, Smith RN, Kratz A. Case 17-2005-a 22-year
172. Mehta S, Granton J, MacDonald RJ, et al. High frequency oscillatory old woman with back and leg pain and respiratory failure. N Engl J
ventilation in adult the Toronto experience. Chest 2004; 126: 518- Med 2005; 352: 2425-2434.
527.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 359


DEse NEXIÓN D NM

Eva Manteiga Riestra, MD; Fernando Frutos-Vivar, MD; Andrés Esteban de la Torre, MD

En enfermos con insuficiencia respiratoria grave, la ventilación total de ventilación mecánica (2), ocupa una alta proporción
mecánica es la técnica que asume las funciones respiratOlias del trabajo diario en las unidades de cuidados intensivos.
durante el tiempo suficiente hasta que el propio sistema respi- Al igual que nos hemos referido a los riesgos de una pro-
ratorio del paciente sea capaz de realizar su función normal. La longación innecesaria de la ventilación mecánica, la desco-
prolongación innecesaria del tiempo de ventilación mecánica nexión inadecuada contribuiría a una extubación precoz, pre-
aumenta el tiempo de estancia en la unidad de cuidados inten- cisando reintubación en las horas posteriores con un aumento
sivos,incrementa los costos y somete al paciente a unos riesgos del riesgo de complicaciones y de la mortalidad.
innecesarios (tabla 1) (1). Se conoce como "destete" o weaning El "destete" comienza una vez que se ha producido una
al proceso de desconexión o retirada de la ventilación mecáni- mejoría o resolución de la causa que motivó la instauración
ca, mediante el cual el paciente asumirá su respiración espontá- de la ventilación mecánica y, a juicio del personal encarga-
nea, conservando la vía aérea artificial, para poder pasar a una do del enfermo, cumple una serie de criterios que hasta el
fase postelior de extubación o retirada del tubo orotraqueal. momento no están bien definidos ni han sido evaluados en
ensayos clínicos (tabla 2).
Tabla 1. Complicaciones asociadas con la intubación endotraqueal y la ven-
tilación mecánica. Tabla 2. Criterios utilizados para el inicio de la prueba de respiración es-
pontánea.
Complicaciones relacionadas con el tubo endotraqueal
Mala función del tubo endotraqueal • Relación PaO/FiO} :::: 200 o SaO} :::: 90% con FiO} ~ 0,40 y PEEP ~ 5
Mala posición del tubo endotraqueal cmHp.
Autoextubación • Estabilidad hemodinámica definida como ausencia de hipotensión clíni-
Necrosis nasal u oral camente significativa o que no requiere fármacos vasoactivos o requiere
Neumonía fármacos vasoactivos a dosis bajas (dopamina o dobutamina < 5 Ilg/kg/
Edema laríngeo min.).
Lesiones traqueales
Sinusitis • Temperatura ~ 38°C.
Complicaciones relacionadas con la ventilación mecánica • Hemoglobina:::: 8 gr/dl.
Hipoventilación/hiperventilación alveolar • Nivel de conciencia adecuado definido como paciente despierto o que se
Aletectasias le despierta fácilmente.
Alteraciones hemodinámicas
Barotrauma Identificación de los pacientes que son
Daño alveolar inducido por el respirador
Efectos sobre otros órganos
capaces de respirar espontánea-mente
Hipomotilidad gastrointestinal 1. índices predictivos -
Ulcus de estrés
Anitmias Se ha buscado clitenos objetivos que nos permitan identificar
Retención de sal yagua a aquellos enfermos que van a realizar una prueba de venti-
Malnutrición lación espontánea con éxito. Muchos factores pueden influir
Aumento de la presión intraocular en el pronóstico del weaning: los parámetros utilizados como
Aumento de la presión intracraneal
índices predictivos, los critelios para definir éxito o fracaso, el
momento en el que cada paciente es estudiado, la práctica clí-
En la mayoría de los casos, el paciente puede reasumir la
nica de cada unidad y las diferentes poblaciones. La búsqueda
respiración espontánea con poca o ninguna dificultad, espe-
de un índice predictivo de éxito o fracaso en el desteté que
cialmente aquellos enfermos que han requerido soporte ven-
sea confiable, reproducible, de bajo costo y sencillo como
tilatorio durante un tiempo breve. Sin embargo, en pacientes
para ser realizado al borde de la cama del paciente ha sido
con ventilación mecánica prolongada, o que han presentado
motivo de numerosos estudios. Estos criterios objetivos son
insuficiencia respiratoria grave, el destete puede presentar
utilizados para predecir la capacidad del paciente para sopor-
cierta dificultad. El proceso de la desconexión de la ventila-
tar con éxito la ventilación espontánea con una oxigenación
ción mecánica, que se ha estimado supone un 40% del tiempo
adecuada. Teniendo en cuenta que la oxigenación la podemos
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

monitorizar fácilmente con la pulsoximetría o con el análisis (6-9). Este hecho, junto a que para su medición se precisa una
de gases arteriales, la mayoría de los parámetros de destete se instrumentación que habitualmente no suele estar presente en
centran en la valoración de la capacidad ventilatoria (tabla 3). las unidades de cuidados intensivos, es la razón por la que no
se determine de forma rutinatia.
Medidas de la función neuromuscular Capacidad vital. La capacidad vital integra la fuerza de
Presión inspiratoria máxima (Plmax, Fuerza inspiratoria ne- los músculos respiratorios y la impedancia del sistema respi-
gativa). La presión máxima generada en un esfuerzo inspirato- ratorio, pero es muy dependiente del esfuerzo del paciente y
rio realizado desde la capacidad funcional residual, se utiliza de su nivel de cooperación. El valor normal de la capacidad
frecuentemente para evaluar la fuerza de los músculos respira- vital se encuentra entre 65 y 75 mL/Kg. Se ha sugerido que
talios. En condiciones normales el hombre puede realizar una un valor mayor de 10 mL/kg predice el éxito del weaning,
Plmax supelior a 100 cmH 20 (presión negativa). Para predecir pero esto no se ha comprobado que tenga utilidad clínica.
un destete satisfactorio se utiliza un umbral de presión entre
-20 y -30 cmH 20 (3). La medición de la Plmax requiere el es- Medidas de la carga de los músculos respiratorios
fuerzo y la cooperación del enfermo por lo que, a veces, es di- Volumen minuto (VE). El volumen minuto es la ventilación
fícil obtener una medida adecuada. Para mejorar su realización total en litros por minuto. Su relación con la PCO zes un buen
y reproducibilidad, se utiliza el método descrito por Truwitt y indicador de las demandas a las que está siendo sometido
Matini que no depende de la cooperación del enfermo (4). La el sistema respiratorio. La PC0 2 arterial es proporcional a
vía aérea se ocluye durante 20-25 segundos con una válvula VC0 2NA, y VA = VE -VD. Cualquier proceso que aumenta
unidireccional que permite al paciente exhalar pero no inhalat", VCO z o VD aumenta los requerimientos de VE para mante-
obligando al enfermo a realizar un gran esfuerzo inspiratolio. ner una P COz normal y, como consecuencia, la carga de los
músculos respiratorios. VC0 2 está determinada por la tasa
Tabla 3. Criterios que se han utilizado para predecir el éxito del weaning. metabólica total y aumenta en diversas circunstancias fisio-
lógicas y patológicas: ejercicio, quemaduras, fiebre, fracaso
Medidas de función neuromuscular multiorgánico e hipertiroidismo.
Presión inspiratoria máxima (PImax) , Tradicionalmente se ha considerado que un VE < 10 L/
Presión de oclusión de vía aérea (Po)
min se asocia con el éxito del weaning, pero sucesivos estu-
Capacidad vital
Ventilación máxima voluntaria (MVV) dios, con diferentes puntos de corte, han confirmado a este
Esfuerzo inspiratorio relativo parámetro como un mal predictor del éxito del weaning (10,
Índice tensión-tiempo 11-13). Mientras que unos niveles altos de VE (> 15 a 20 L/
Cociente de esfuerzo inspiratorio
min) pueden ayudat" a identificar a los pacientes que no son
Impedancia inspiratoria efectiva
Tasa máxima de relajación diafragmática capaces de mantener la respiración espontánea, unos niveles
Umbral de reclutamiento de ca, inferiores no predicen el éxito de la desconexión.
Medidas de carga de los músculos respiratorios Compliance del sistema respiratorio (Crs, st). La com-
Volumen minuto (VE) pliance estática del sistema respiratorio describe la relación
Compliance del sitema respiratorio (Crs,st) presión-volumen de los pulmones y la pared toráCica. La me-
Medida del efecto del weaning en otros órganos
pH y PCO, de la mucosa gástrica
dida simple de la compliance se ha sugerido como un predic-
Saturación- venosa mixta tor útil del éxito o fracaso del weaning sobre la base teórica
Índices integrados de que un sistema respiratorio rígido podría predisponer al
Índice de respiración rápida y superficial o de Yang-Tobin (fNt) fracaso de la desconexión. Sin embargo, como ''St(, describe en
Coste respiratorio de oxígeno (OCB) el trabajo publicado por Yang y Tobin (lO), una ~ompliance
Índice CROP
estática de 33 ml/cmHzO tan sóló tiene un valor predictivo
Weaning index
positivo de 0,60 y un valor ~redictivo negativo de 0,53.
Presión de oclusión de la vía aérea (PO,I). La presión de índices integrados
oclusión de la vía aérea es la presión medida a los 100 milise-
Índice de respiración rápida superficial o índice de Yang-
gundos de iniciarse un esfuerzo inspiratorio frente a una vía
Tobin. La respiración rápida y superficial es uno de los signos
aérea ocluida (5). Aunque es una presión negativa, los valores
frecuentes en aquellos pacientes que no toleran una prueba
de PO,1 se indican en valores positivos; en personas sanas el
de ventilación espontánea. El índice de Yang-Tobin es un co-
valor de PO,1 suele ser menor de 2 cmH20. Este índice es una
ciente entre la frecuencia respiratoria y el volumen cOlTiente
medida del estímulo respiratorio; un estímulo elevado duran-
(f/Vt). Yang y Tobin (lO) realizat"on un estudio prospectivo
te la respiración espontánea podría dat" lugar a un desequili-
en 100 pacientes críticos y demostrat"on que la relación entre
brio entre la carga mecánica y la función neuromuscular.
frecuencia respiratoria y volumen tidal (expresado en litros)
Hasta el momento, los estudios realizados son escasos y se
es el mejor índice predictor de éxito o fracaso del weaning.
han efectuado generalmente en grupos pequeños de enfermos
Estableciendo un umbral de 105 respiraciones/minlL, el índi-
y ningún estudio ha logrado determinat" el umbral que permi-
ce de respiración rápida superficial tuvo una sensibilidad de
te discriminat" con precisión el fracaso o el éxito del weaning
0,97, una especificidad de 0,64, un valor predictivo positivo
28 I DESCONEXiÓN DE LA VENTILACiÓN MECÁNICA

de 0,78, un valor predictivo negativo de 0,95 y un área bajo Tabla 5. Disminución de los días de ventilación mecánica, de weaning y'
riesgo relativo de reintubación del grupo liberado de la ventilación mecánica
la curva ROCde 0,89. La principal limitación de este índice
con un protocolo de weaning frente al grupo control en los estudios publica-
es que presenta un alto número de falsos positivos, de he- dos en los últimos diez años.
cho la especificidad varía en los diversos trabajos publicados
posteriormente (tabla 4). Estas diferencias se pueden deber, Duración venti- Duración Reintubación (Riesgo
además de a la diferencia en los puntos de corte utilizados, lación mecánica weaning relativo; intervalo de
a modificaciones en la metodología, momento en el cual se confianza para el 95 % )
mide la frecuencia respiratoria y el volumen tidal, duración Ensayos clínicos con asignación aleatoria [referencias 19-22]
de la ventilación mecánica y características de los enfermos. Ely,1996 -36 horas -48 hor~~
(-65 a -5) (-63 a -3_ ,2 a 1,2)
Recientemente, Tanios et al (18) han evaluado el efecto de
Kollef, 1997 -9 horas 1,2
incluir el índice de respiración rápida y superficial en un pro- -
(-33 a -14) (0,7 a 2,1)
tocolo de weaning. Estos autores observan que la inclusión
Marelich, 2000 -56 horas - -
de este índice predictivo con el punto de corte inicialmente
Krishnan, 2004 -8 horas -
descrito (105 resp/minIL) aumenta, de forma significativa, el
Estudios con grupo control histórico [referencias 23-30]
tiempo de duración del destete (3,0 días frente a 2,0 días en
-4 días -4 días 1,24
los pacientes en los que no se utilizó el cociente fNt para Saura,1996
(-9a-2) (-8a-O,3) (0,5 a 3,9)
tomar la decisión de extubar; p=0,04), sin encontrarse dife- 0,7 días
Djunaedi, 1997 -
rencias en cuanto a fallo de extubación o tasa de mortalidad (-la2)
intrahospitalaria. Este estudio confirma la hipótesis, que al- -1 horas
Burns, 1998 - -
gunos autores han considerado, que la demanda de un estric- (-5 a -3)
to cumplimiento de los criterios de weaning puede prolongar - 58 horas 0,28
Horst,1998 -
(-80 a -36) (0,1 a 1,2) .
la ventilación mecánica.
"1,4 días
Grap,2003 -
(-2,55 a -0,27)
Tabla 4. Estudios publicados en los últimQs 10 años que han evaluado la
capacidad predictora del índice ,de respiración rápida superficial o índice de -2 días 0,54
Dries,2004 -
Yang-Tobin (referencias 9,11-17). (-2,69 a -1,31) (0,34 a 0,87)
"5.9 días 1,16
Tonnelier, 2005
(-10,6 a -1,1) (0,67 a 2,01)
Estudios* Punto de S E Likelihood Likelihood
corte ratio ratio MacLean, 2006 -15,2 horas 4,9
(resp/minIL) positiva negativa (-8,19 a 38,59) (0,93 a 18;9)
Gluck,1996 < 120 1 0,25 1,33
Bouachour, 1996 ::;; 105 1 0,40 1,66 ° 3. Sistemas automáticos
Chatila, 1996 < 100 0,89 0,41 1,50 °
0,26 En los últimos años hay un creciente interés y avance en el
Krieger, 1997 ::;; 130 0,92 0,57 2,13 0,14 área de la inteligencia artificial y en los sistemas basados en
Jacob,1997 < 100 0,97 0,33 1,45 0,09 el conocimiento para la creación de programas para la desco-
Vallverdu, 1998 ::;; 100 0,90 0,36 1,40 0,27 nexión de la ventilación mecánica (31-36). Estos programas
Zeggwagh, 1999 < 88 0,77 0,79 3,67 0,29 adaptados a los microprocesadores de los modernos ventila-
Maldonado, 2000 :s 105 0,93 0,75 3,72 0,09 dores podrán ayudar en el destete mediante la reducción au-
tomática de la asistencia ventilat0l1a, indicando el momento
* Todos los estudios tienen como objetivo el éxito del destete, excepto el estu- óptimo para retirar al paciente del respirador y proceder a la
dio de Gandia y Blanco y el estudio de Capdevila et al donde se determina el
valor predictivo en el fracaso del weaning. extubación. El estudio más reciente es el ~ealizado por Lello-
uche et al (36). Estos autores, en un estudio multicéntdco ran-
2. Protocolos de weaning domizado, han observado una disminución de la mediana de
duración del períodó'de weaning de 5 días a 3 días (p=O,Ol) y
Ante la falta de un índice predictivo con una gran exactitud
una disminución de la duración total de la ventilación mecá-
diagnóstica en los últimos años, se han realizado distintos
nica de 12 días a 7,5 días (p= 0,003) en aquellos pacientes en
estudios sobre la creación de equipos multidisciplinarios de
los que se realizó desconexión mediante un sistema específico
weaning y la implementación de protocolos de valoración
didgido por el respirador.
diaria con criterios objetivos, independiente de la valora-
ción subjetiva del médico. Se ha observado una mejora de la 4. Realización de una prueba de respiración
identificación de los pacientes capaces de mantener su res-
espontánea
piración espontánea, acortando la duración de la ventilación
mecánica, disminuyendo las complicaciones asociadas a la Por todo lo expuesto parece que el método más directo y sen-
ventilación mecánica y sin un aumento significativo en la cillo de evaluar si un paciente es capaz de reasumir su propia
tasa de reintubación (tabla 5). respiración es la realización de una prueba de respiración es-

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 363


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

pontánea, lo cual se ha demostrado que mejora la capacidad estudios han demostrado que los enfermos empiezan a mos-
predictora de los parámetros clásicos. Aproximadamente un trar signos de intolerancia mucho antes. Basándose en esas
80% de los enfermos que reciben ventilación mecánica du-· observaciones el Spanish Lung Failure Collaborative Group
rante un periodo prolongado pueden ser extubados sin difi- comprobó que una prueba de respiración espontánea de 30
cultad tras una período de observación durante el cual el en- minutos de duración es igual de efectiva que dos horas (41).
fermo respira a través de un Tubo en T. Durante este tiempo De los 526 pacientes randomizados, el porcentaje que perma-
se debe valorar el trabajo respiratorio del enfermo, especial- neció extubado 48 horas fue similar en los dos grupos (76%
mente en lo que se refiere a los signos que se relacionan con para el grupo de 30 minutos versus 73,0% para el grupo de
la ventilación y los niveles de PaC0 2 • dos horas, p = 0,45) así como el porcentaje de pacientes que
El fracaso de la prueba de respiración espontánea podría precisó reintubación. Resultados similares han sido descritos
deberse en algunos casos a un aumento del trabajo respira- en otro estudio comparando una prueba de respiración es-
torio impuesto por el tubo orotraqueal. El tubo endotraqueal pontánea de 30 minutos frente a 120 minutos con presión de
impone una carga resistiva a los músculos respiratorios que soporte de 7 cmH 20 (42).
es inversamente proporcional a su diámetro. Con el tiempo, Los factores que determinan la capacidad de un paciente
además, el tubo puede estar deformado o parcialmente oclui- para tolerar la desconexión de la ventilación mecánica son
do por secreciones. Algunos autores han propuesto la utili- el mantenimiento de un adecuado intercambio gaseoso y de
zación de una presión de soporte que contrarreste esta carga un adecuado funcionamiento de los músculos respiratorios.
impuesta, además de mejorar la eficacia de la respiración es- Además, otros factores -factores cardiovasculares y factores
pontánea y de reducir el coste respiratorio de oxígeno de los no cardiopulmonares- pueden jugar un importante papel en
músculos respiratorios. A estas teóricas ventajas de la presión la tolerancia a la respiración espontánea (tabla 6).
de soporte se le pueden poner algunas limitaciones; en primer
lugar, recientemente, se ha demostrado que el trabajo respi- Desconexión de los enfermos con weaning
ratorio de los pacientes intubados es similar se utilice Tubo difícil
en T, CPAP de 5 cmH 20 o presión de soporte de 5 cmH20 y
Métodos de desconexión
que este trabajo respiratorio es siínilar o superior una vez ex-
Tubo en T. Hasta principio de los setenta era el único método
tubado (37), lo que puede indicar que el tubo endotraqueal no
que se tenía para la desconexión de la ventilación mecáni-
ejerce ninguna influencia en la carga de los músculos respira-
ca. Su ventaja esencial es que permite que los períodos de
torios; y, en segundo lugar, algunos investigadores sostienen
respiración espontánea se alternen con períodos de descanso
que el nivel de presión de soporte que hace desaparecer la
cuando el enfermo es reconectado al respirador. Esto es muy
carga de los músculos respiratorios puede sobrepasar las con-
importante ya que si se acepta que los músculos respiratorios
diciones de la respiración espontánea y, por lo tanto, podría
pueden presentar, por una parte, atrofia secundaria a la ven-
contribuir a sobreestimar la capacidad del paciente para res-
tilación mecánica y, por otra, fatiga secundaria a la restau-
pirar espontáneamente. Otro punto pendiente de establecer
ración de la respiración espontánea, será necesario asegurar
es el nivel de presión de soporte necesario para contralTestar
un tiempo de descanso para su recuperación completa. Otra
el trabajo extra impuesto por el tubo endotraqueal. El nivel
ventaja del Tubo en T es que ofrece poca resistencia al flujo
de presión de soporte varía mucho de paciente a paciente.
de gas y no supone una carga extra de trabajo respiratorio ya
El nivel medio compensatorio para vencer la resistencia del
que no hay ni circuitos ni válvulas del respirador. El único
tubo endotraqueal fue de 7 cmH20, con un rango de 4 a 10
factor que puede influir en el trabajo respirator!o resistivo es
cmH2 0, según el estudio de Nathan et al (38).
el tubo endotraqueal. "~'o
Utilizando este nivel de presión de soporte el Spanish Lung
Cuando se utiliza el tubo en T, ~l flujo que se debe apor-
Failure Collaborative Group realizó un estudio comparativo de
tar por la rama inspiratoria debe ser al menos el doble de la
prueba de respiración espontánea con tubo en T frente a pre-
ventilación minuto espontánea del enfermo con el objetivo
sión de soporte (39), en el que el porcentaje de enfermos que
de alcanzar el pico del flujo inspiratorio del paciente o flujo
fracasan en la prueba de respiración espontánea fue mayor en
instantáneo (43). En la rama espiratoria se debe colocar una
el grupo randomizado a tubo en T (22% vs. 14%, p = 0,03) y
pieza de un tamaño suficiente que evite la entrada de aire
el porcentaje de enfermos que permanecen extubados tras 48
ambiente al mismo tiempo que impide se produzcan fenóme-
horas fue menor en el grupo de Tubo en T (63% vs. 70%, p =
nos de rebreathing, es decir, que evite la reinhalación del gas
0,14). Recientemente, Ezingeard et al (40), observaron que un
espirado por el paciente.
18% de los pacientes en los que había fracasado la prueba de
La principal desventaja de esta técnica está relacionada
ventilación espontánea con Tubo en T, podía ser extubados tras
con la falta de conexión a un respirador con lo que pierde
realizar inmediatamente después una prueba con presión de
parte de la monitorización del enfermo y precisa un mayor
soporte de 7 cmH20, siendo la mayoría de ellos, pacientes con
trabajo por parte del personal de enfermería.
enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Presión positiva continua enZa vía aérea (CPAP). Algu-
La duración de la prueba de respiración espontánea se ha
nos pacientes se pueden beneficiar de niveles bajos de CPAP,
establecido, de manera arbitraria, en dos horas pero muchos
alrededor de 5-7 cmH2 0, en lugar del tubo en T (44). Se ha
28/ DE~CONEXIÓN DE LA VENTILACiÓN MECÁNICA

demostrado que la desconexión con ePAP, en pacientes con Ventilación sincronizada intermitente mandatoria
EPOC y PEEP intrínseca, reduce la carga inspiratoria mecá- (SIMV). Este modo de ventilación mecánica permite la sin-
nica que supone la auto-PEEP, disminuye el trabajo respira- cronización entre respiraciones espontáneas y respiraciones
torio y la sensación de disnea (45). asistidas por el respirador las cuales pueden ser limitadas
por presión o limitadas por flujo. Su principal ventaja es que
Tabla 6. Causas del fracaso del weaning. permite una fácil transición entre el soporte ventilatorio total
y el destete. La ventilación con SIMV viene avalada por el
Alteraciones en el intercambio gaseoso hecho que reduce la posibilidad de la alcalosis respiratoria
l. Hipercapnia: y la necesidad de sedación y parálisis muscular. Cuando la
Aumento de la carga respiratoria
·· Aumento de la resistencia
PEEP intrínseca
frecuencia respiratoria mandataria es baja cada una de es-
tas respiraciones podría actuar como una especie de suspiro.
·
· ·
Secreciones
Disminución de la compliance
Una de las ventajas que tradicionalmente se han adjudicado
a la SIMV es la prevención de la fatiga de los músculos res-
PEEP intrínseca
piratorios pero estudios recientes han demostrado que no to-
·· Edema agudo de pulmón
Neumonía dos los pacientes presentan una adecuada adaptación en cada

· ··
Distensión abdominal respiración a la asistencia mecánica y a cambios en la carga
Aumento en las necesidades ventilatorias respiratoria lo cual puede contribuir al desanollo de fatiga
Fiebre
respiratoria o enlentecer la recuperación de la misma. Otro
·· Acidosis metabólica
Sobrealimentación de los problemas relacionado con la SIMV es el trabajo res-
Disminución de la fuerza muscular piratorio extra impuesto por algunos sistemas de válvula de
·· Alteraciones electrolíticas
Sepsis
algunos respiradores.
Cuando la SIMV se utiliza como método de d.estete se re-
·· Malnutrición
Fármacos (aminoglucósidos, esteroides) comienda que la frecuencia mandataria se vaya reduciendo
·
2. Hipoxemia
Polineuropatia del enfermo crítico
, progresivamente de 1 a 3 respiraciones por minuto en cada
paso, monitorizándose el pH tras cada cambio. Si el pH per-
Fracaso de los músculos respiratorios
manece entre 7,30 y 7,35 se considera que se puede seguir
Disminución de la capacidad neuromuscular
disminuyendo la frecuencia respiratoria.
·· Disfunción del centro respiratorio
Disfunción del nervio frénico Presión de soporte (PSV). La presión de soporte es un
· ·
Disfunción de los músculos respiratorios:
Hiperinfiación
modo de ventilación controlado por el paciente, limitado por
presión y ciclado por flujo en el cual la presión en la vía aérea
·· Disfunción diafragmática
Fatiga muscular
se mantiene casi constante durante toda la inspiración. Cuan-

··Malnutrición
Acidosis respirat0l1a
do el flujo inspiratorio cae por debajo de un nivel preesta-
blecido, se produce el paso de inspiración a espiración. Este
··
Alteraciones electrolíticas
Fármacos (aminoglucósidos, esteroides)
método de asistencia ventilatoria permite al paciente tener un
control casi completo sobre la frecuencia respiratoria, el flujo
·· Polineuropatía del enfermo crítico
Miopatías y tiempo inspiratorios y volumen coniente. Pero en esta ven-
Aumento en la carga de los músculos respiratorios. taja también puede estar su desventaja ya que en pacientes
· ·
Aumento de las necesidades ventilatorias
Aumento de la producción de COl
con alteraciones en el centro respiratorio pueden recibir un
nivel de soporte ventilatorio inadecuado.
··
Aumento del espacio muerto
Aumento inadecuado del estímulo respiratorio El nivel óptimo de PSV al cual se d~be iniciar la desco-
Factores cardiovasculares nexión de la ventilaciónimecánica ha sido determinado de
l. Edema agudo de pulmón diferentes maneras por varios autores concluyendo que el
2. Arritmias
3. Isquemia miocárdica
nivel de presión de
soporte óptimo es aquel que mantiene
la frecuencia respiratoria por debajo de 25 respiraciones por
Factores no cardiopulmonares minuto y que es alrededor de 15-20 cmH 20. Durante el we-
1. Componentes del ventilador y de los circuitos
aning, los niveles de presión de soporte se van disminuyendo
2. Aspectos psicológicos.
en pasos de 2-4 cmHzO según la tolerancia del enfermo. En
Los problemas asociados con los sistemas de CPAP son general, se requiere que el enfermo tolere bien una PSV :::; 7
los relacionados con el trabajo respiratorio extraimpuesto por cmHzO para poder ser extubado.
las válvulas de demanda, por los circuitos respiratorios y las Ventilación con presión-positiva no invasiva. El papel de
válvulas de PEEP. Para intentar solucionar estos problemas, la ventilación no invasiva como técnica de weaning y extuba-
los ventiladores mecánicos modernos han adoptado sistemas ción puede justificarse por los cambios fisiopatológicos que
de flujo continuo (jlow-by) que pueden reducir el trabajo res- aparecen al pasar de la ventilación mecánica a la respiración
piratorio en comparación con los sistemas convencionales de espontánea. En el caso de los pácientes con weaning difícil,
válvulas de demanda. estos mecanismos se concentran, como hemos visto anterior-

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 365


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

mente, en la fatiga de los músculos respiratorios y en el de- cipal hallazgo fue que la probabilidad de permanecer en
terioro del intercambio gaseoso. La ventilación no invasiva ventilación mecánica, después de 21 días, es inferior con
permite el descanso de los músculos respiratorios, mejora el presión de soporte que con las otras dos modalidades (fi-
patrón respiratorio de los pacientes y el intercambio gaseoso gura 1) Y la duración media de la ventilación mecánica fue
sobre todo la hipercapnia que es una causa frecuente de fra- más corta con PSV (5,7 días) que con SIMV y Tubo en T
caso del weanillg. consideradas como un grupo único (9,3 días). En el aná-
Con base en estos principios fisiopatológicos y en los re- lisis multivariante se encontró que los factores que más
sultados de estudios retrospectivos y no controlados se han influyen en la duración del weaning fueron la enfermedad
publicado en los últimos años tres estudios clínicos randomi- de base -siendo los pacientes con enfermedad pulmonar
zados donde se evalúa la eficacia de la ventilación no invasi- obstructiva crónica los que más tiempo precisaron para su
va como modo de destete (46-48), con resultados diferentes desconexión- y el método de destete con la presión de so-
entre ellos (tabla 7). porte se obtuvo un destete más corto cuando se comparó
con los otros dos métodos considerados como un grupo
Tabla 7. Efecto de la ventilación no invasiva como método de desconexión único.
de la ventilación mecánica comparado con la desconexión tradicional (refe-
rencias 46-48). Los días de soporte respiratorio se expresan como diferencia
de medias (intervalo de confianza para el 95%), la neumonía nosocomial
y la mortalidad como riesgo relativo (intervalo de confianza para el 95%). ro
ü 1.0--r--.........
Para el cálculo del efecto global se ha calculado, para los días de soporte 'E
'¡g 0.9
respiratorio, la diferencia ponderada de medias para efectos aleatorios de '5
e O.
DerSimonian-Laird y para la neumonía nosocomial y la mortalidad la com- 'o
Ti
paración de riesgos relativos para efectos aleatorios de DerSimonian-Laird. ~
e
~
'T I
e
ID

Días de sopor-
Neumonía nos 0-
comial (Riesgo
Mortalidad'"
(Riesgo relati-
ffi
ü
ID
L, .. ,\L,- L _ L _ _ SIMV
te respiratorio e
ro : L------1ib T
relativo; interva- vo; intervalo de E
(diferencia de ffi O.
lo de confianza confianza para el o. ,.. , .., ......... , ...... ..... " o,"
medias) ID 0.2
para el 95%) 95%) 'D
L
'D
ro 0.1 :·················PSV
Nava, 1998 -6,4 días 0,01 0,11 ;g
(-11,7 a -1,06) (O a 7,2) (0,03 a 0,43) :.cro 0 . 0 - + - - - .- - - - , 1_ _ _-.1_ _ _-.-1- - - - - ,
..Q 1
Girault, 1999 + 8,0 días 0,94 0,05 e
a.. o 5 10 15 20 25
(5,5 a 10,7) (0,06 a 13,8) (O a 26,0) Días desde inicio desconexión
Ferrer, 2003 -8,7 días 0,40 0,23
(-15,2 a -2,2) (0,17 a 0,93) (0.06 a 0.95)
Efecto global +3,7 días 0,41 0,15 Figura 1. Curvas de Kaplan-Meier para la probabilidad de desconexión con
(l,5 a 5,9) (0.16 a 1,08) (0,06 a 0,40) éxito con tres métodos de weaning. Modificado, con permiso, de Brochard
et al (49).
* En el estudio de Nava se evalúa la mortalidad a los 60 días y en los otros
dos estudios la mortalidad en la unidad de cuidados intensivos. Esteban et al (50) realizaron un estudio similar con 546 en-
fermos médico-quirúrgicos. En su estudio, 416 (76%) de los
Estudios comparativos entre métodos de pacientes fueron extubados con éxito tras una prueba con tubo
destete en T. Los 130 enfermos que fracasaron fueron q~ndomizados
en cuatro g r u p o s : ' . -
A mediados de los años 90 se publicaron dos grandes ensayos
l. Prueba diaria con tubo en T (31 pacientes)
clínicos randomizados (49, 50) con el objetivo de encontrar un
2. Varias pruebas al día con tubo en T (33 pacientes)
método de desconexión que acortara la duración del tiempo
dedicado al weaning. 3. PSV con reducción, al menos dos veces al día, de 2-4
cmH20 (37 pacientes)
En el estudio realizado por Brochard et al (49) sobre 456
4. SIMV con intentos de reducir, también al menos dos ve-
pacientes, un 76% de los enfermos fue extubado con éxito
ces al día, 2-4 respiraciones/minuto (29 pacientes).
tras una prueba de respiración espontánea con tubo en T de 2
horas. Los 109 enfermos que fracasaron en esta prueba fue-
El modelo de riesgos proporcionales de Cox reveló que cua-
ron randomizados a una de estas tres estrategias:
tro factores predicen el tiempo que se requiere para una des-
l. Pruebas con tubo en T hasta que tolerasen 2 horas (35
pacientes) conexión con éxito: edad, duración del soporte ventilatorio
antes de iniciar el destete, el tiempo que se toleró la primera
2. SIMV con intentos de reducción de 2 a 4 respiraciones/
prueba de respiración espontánea y la técnica de weaning. La
minuto dos veces al día, hasta tolerar 4 respiraciones/mi-
nuto (43 pacientes) tasa ajustada de destete con éxito fue mayor con la prueba
diaria de tubo en T que con SIMV (rate ratio, 2,83; intervalo
3. PSV con reducciones, dos veces al día, de 2 a 4 cmH20
de confianza 95%, 1,36 a 5,89; p<0,006) o con PSV (rate
hasta llegar a un nivel de 8 cmH 20 (31 pacientes). El prin-
ratio, 2,05; intervalo de confianza 95%, 1,04 a 4,04; p<0,04)
28 I DESCONEXiÓN DE LA VENTILACiÓN MECÁNICA

pero no significativamente diferente de las pruebas intermi- éxito menor y los números positivos una tasa de éxito mayor.
tentes diarias con tubo en T (rate ratio, 1,24; intervalo de con- Entre paréntesis se indica el intervalo de confianza al 95%.
fianza 95%,0,64 a 2,41; p<0,54) (figura 2).
Conclusión
1.0 La desconexión de la ventilación mecánica puede esquemati-
0.9 zarse en el algoritmo mostrado en la figura 3.
l·····································
o
f/) 0.8
.8
'x
GJ 0.7 El motivo de la ventilació: mecánica se ha resueltO¡
Ol
.S 0.6
<::
<1l ha mejorado significativamente
~ 0.5
GJ
-o 0.4 _ Prueba única tubo en T
-o
ro
;g 0.3 ....•.. Prueba múltiple tubo en T PaO/Fi02 > 200
:.oro PEEP :::; 5 cmH 2 0
.o
e 0.2 Evaluación diaria I Adecuado nivel de conciencia
o..
0.1 criterios de weanína
Ausencia de fármacos vasoactivos
0.0 Hemoglobina> 8 gr/dl
2 4 6 8 10 12 14
Cumple criterios
Duración del weaníng (días) I I
No
t t Si
Método:
Figura 2. Curvas de Kaplan-Meier de la probabilidad de weaning exito-
* Continuar venti- Prueba de Tubo en T
so con cuatro métodos de desconexión. Tras ajustar para las características
lación mecánica y respiración Presión ,de soporte
basales, la tasa de weaning con éxito con una prueba diaria de respiración
evaluación diaria espontánea 7 cmH 20
espontánea con tubo en T fue 2,4 veces mayor que con SIMV (p < 0,006)
Duración: 30 minutos
y 2,0 veces mayor que con presión de soporte (P < 0,04). Modificado, con
permiso, de Esteban et al (50).
-t Si
, I Tolera la prueba I
Estos dos trabajos, junto a otros dos estudios (51, 52) don- Si,
I ,NO
de se comparan dos o más métodos de desconexión de la ven-
tilación mecánica en enfermos que hubiesen precisado más
de 72 horas de ventilación mecánica o hubiesen fracasado en
I Extubación r- Tos efectiva
Adecuado nivel de
conciencia
.f.
Retirada progresiva de
la ventilación mecánica

una prueba de respiración espontánea tras más de 24 horas de


soporte respiratorio y cuyo objetivo fuese el tiempo de dura-
Tolera ..-- Prueba diaria de
tubo en T
ción del weaning y/o la tasa de weaning con éxito, han sido Reducción gradual
analizados en una revisión sistemática (53). Las diferencias PSV
en el diseño de los protocolos, en lo referente a la manera de
Figura 3. Algoritmo para la desconexión de la ventilación mecánica.
ir disminuyendo el soporte ventilatorio con la SIMV y la PSV
y en los criterios de extubación, hace que en esta revisión no
La evaluación diaria de los pacientes que están en venti-
haya sido posible identificar una técnica superior entre los
lación mecánica con el objetivo de identificar a aquellos que
tres modos comparados, pero lo sí que parece confirmarse es
son capaces de respirar espontáneamen,te es, posiblemente, la
que la SIMV puede prolongar el destete más que el tubo en
medida que más disminuye la duración del soporte respirato-
T o la PSV (tabla 8).
rio. El mejor método para,valorar la capacidad de respirar es-
Las diferencias de riesgo se expresan como la diferencia
pontáneamente es la realización de una prueba de respiración
en los porcentajes de pacientes desconectados con éxito entre
espontánea con tubo en T o presión de soporte de 7 cmH 20.
los diferentes modos. Los números negativos indican tasa de

Tabla 8. Comparación de los resultados de los ensayos clínicos donde se comparan los modos de destete. Modificado de Butler et al.

Weaning con éxito (%) Diferencia de riesgo (%)* Tiempo de weaning (días)
Tubo en T PSV SIMV Tubo en T Tubo en T PSV vs. Tubo en T PSV SIMV
vs. PSV vs. SIMV SIMV
Tomlinson, 1989 ND No estudiado NA No estudiado ND No estudiado 18,3 ± 6,3 No estudiado 15,9 ± 5,9
Esen, 1992 No estudiado 17/20 (85) 15120 (75) No estudiado No estudiado 10 (-15,35) No estudiado 6,3 ± 3,1 9,9 ± 2,7
Brochard, 1994 20/35 (57) 24/31 (77) 25/43 (58) - 20 (-42,2) -1 (-23,21) 19 (-2,40) 8,5 ± 8,3 5,7 ± 3,7 9,9 ± 8,2
Esteban, 1995 47/62 (76) 23/37 (62) 20/29 (69) 14(-5,32) 7 (-13,27) -7 (-20,16) Mediana 3 Mediana 4 Mediana 5
P25,75: 1,6 P25,75: 1.1, 2 P25,75: 3.1, 1
Agrupación de la diferencia en el riesgo para destete con -3 (-36,30) 3 (-11,18) 8 (-7,23)
éxito

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 367


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Tradicionalmente la duración de esta prueba de respiración 16. Zeaawaah AA Abouqal R Madani N, Zekraoui A, et al. Weaning
fro: m:chanic'al ventilatio~: a model for extubation. Intensive Care
espontánea ha sido de dos horas, pero el pronóstico del we-
Med 1999; 25: 1077-1083.
aning es similar si se reduce a 30 minutos. Los pacientes que 17. Maldonado A, Bauer TT, Ferrer M, Hernández C, et al. Capnometrie
fracasan en esta prueba de respiración espontánea constituyen recirculation gas tonometry and weaning from mechanical ventilation.
el grupo de enfermos que precisan una retirada gradual de la Am J Respir Crit Care Med 2000; 161: l71-176.
18. Tanios MA, Nevins ML, Hendra KP, Cardinal P, et al. A randomized
ventilación mecánica, la cual se puede hacer con tubo en T o
eontrolled tri al of the role of weaning: Predictors in clinical decision
con presión de soporte. Nuestra recomendación es una prue- making. Crit Care Med 2006; 34: 1-10.
ba diaria con tubo en T, basándonos en tres razones: reduce 19. Ely EW, Baker AM, Dunagan DP, Burke HL, et al. Effect on the dura-
la duración del weaning en relación a la presión de soporte; tion of mechanical ventilation of identifying patients capable of brea-
thing spontaneously. N Engl J Med 1996; 335: 1864-1869.
simplifica el manejo del enfermo, ya que la capacidad del pa-
20. Kollef MH, Shapiro SD, Silver P, StJohn RE, et al. A randomized,
ciente para respirar sin soporte ventilatorio sólo es necesario controlled trial of protocol-directed versus physician-directed wean-
evaluarla una vez al día y permite períodos prolongados de ina from mechanical ventilation. Crit Care Med 1997; 25: 567-574.
descanso, que es el método más efectivo de recuperación de 21. M~relich GP, Murin S, Battistella F, Inciardi J, et al. Protocol wean-
ing of mechanical ventilation in medical and surgical patients by res-
la fatiga diafragmática.
piratory care practitioners and nurses: effeet on weaning time and
incidenee of ventilator-associated pneumonia. Chest 2000; 118: 459-
Referencias 467.
22. Krishnan JA, Moore D, Robeson C, Rand CS, et al. A prospective,
1. Pingleton SK. Complications associated with mechanical ventilation. controlled trial of a protocol-based strategy to discontinue mechanical
In: Tobin MJ, ed. PrincipIes and practice of mechanical ventilation. ventilation. Am J Respir Crit Care Med 2004; 169: 673-678.
McGraw-Hill, New York, 1994; 775-792. 23. Saura P, Blanch L, Mestre J, Valles J, et al. Clinical consequenees of
2. Esteban A, Alía 1, Ibáñez J, Benito S, et al. Modes of mechanical ven- the implementation of a weaning protocol. Intensive Care Med 1996;
tilation and weaning. A national survey of Spanish hospitals. Chest 22: 1052-1056.
1994; 106: 1188-1193. 24. Djunaedi H, Cardinal P, Greffe-Laliberte G, Jones G, et al. Does a
3. Sahn SA, Lakshminarayan S. Bedside criteria for discontinuation of ventilatory management protocol improve the care of ventilated pa-
mechanical ventilation. Chest 1973; 63: 1002-1005. tients? Respir Care 1997; 42: 604-610.
4. Truwit JD, Marini JJ. Validation of a technique to assess maximal 25. Burns SM, Marshall M, Burns JE, Ryan B, et al. Design, testing, and
inspiratory pressure in poorly cooperative patients. Chest 1992; 102: results of an outcomes-managed approach to patients requiring pro-
1216-1219. lonaed mechanical ventilation. Am J Crit Care 1998; 7: 45-57.
5. Sassoon CSH, Te TT, Mahutte CK, Light RW. Airway occlusion pres- 26. Ho;st HM, Mouro D, Hall-Jenssens RA, Pamukov N. Deerease in
sure; an important indicator for successful weaning in patients with ventilation time with a standardized weaning process. Arch Surg
chronic obstructive pulmonary disease. Am Rev Respir Dis 1987; 135: 1998; 133: 483-488.
107-113. 27. Grap MJ, Strickland D, Tormey L, Keane K, et al. Collaborative prac-
6. Gandia F, Blanco J. Evaluation of indexes predicting the outcome of tice: Development, implementation, and evaluation of a weaning pro-
ventilator weaning and value of adding supplemental inspiratory load. tocol for patients receiving mechanical ventilation. Am J Crit Care
Intensive Care Med 1992; 18: 327-333. 2003; 12: 454-460.
7. Sassoon CS, Mahutte CK. Airway oeclusion pressure and breathing 28. Dries DJ, McGonigal MD, Malian MS, Bor BJ, et al. Protocol-Driven
pattern as predictors of weaning outcome. Am Rev Respir Dis 1993; ventilator weaning reduces use of mechanieal ventilation, rate of earIy
148: 860-866. reintubation, and ventilator-assoeiated pneumonia. J Trauma 2004;
8. Capdevila XJ, Perrigault PF, Perey PJ, Roustan JP, et al. Occlusion 56: 943-952.
pressure and its ratio to maximum inspiratory pressure are useful 29. Tonnelier JM, Prat G, Le Gal G, Gut-Gobert C, et al. Impact of a
predictors for successful extubation following T-piece weaning tri al. nurses' protocol-directed weaning procedure on outcomes in patients
Chest 1995; 108: 482-489. undergoing mechanical ventilation for longer than 48 hours: a pro-
9. Vallverdú 1, CalafN, Subirana M, NetA, et al. Clinical characteristics, spective cohort study with a matched historical control group. Crit
respiratory functional parameters, and outcome ofa two-hour T-piece Care 2005; 9: R83-89. ,
trial in patients weaning from mechanical ventilation. Am J Respir 30. Me Lean S, Jensen L, Scruoeder D, Gibney N, et al. Im.proving ad-
Crit Care Med 1998; 158: 1855-1862. herence to a mechanical ventilation weaning protoeol for critically ill
10. Yang KL, Tobin MJ. A prospective study of indexes predicting the adults: Outcomes after an implement~tion programo Am J Crit Care
outcome of trials of weaning from mechanical ventilation. N Engl J 2006; 15: 299-309.
Med 1991; 324: 1445-1450. 31. Strickland JH Jr, Hasson JH/A computer-controlled ventilator we-
11. Chatila W, Jacob B, Guaglionone D, Manthous CA. The unassisted aning system. Chest 1991; 100: 1096-1099.
respiratory rate-tidal volume ratio aceurately predicts weaning outco- 32. Strickland JH Jr, Hasson JH. A computer-controlled ventilator we-
me. Am J Med 1996; 101: 61-67. aning system. A clinical tri al. Chest 1993; 103: 1220-1226.
12. Jacob B, Chatila W, Manthous CA. The unassisted respiratory rate/ Linton DM, Potgieter PD, Davis S, Fourie AT, et al. Automatic wean-
33.
tidal volume ratio aecurately predicts weaning outcome in postopera- ing from mechanical ventilation using an adaptive lung ventilation
tive patients. Crit Care Med 1997; 25: 253-257. controller. Chest 1994; 106: 1843-1850.
13. Gluck EH. Predicting eventual success or failure to wean in patients 34. Dojat M, Harf A, Touchard D, Laforest M, et al. Evaluation of a
receiving long-term mechanical ventilation. Chest 1996; 110: 1018- knowledge-based system providing ventilatory management and de-
1024. cision for extubation. Am J Respir Crit Care Med 1996; 153: 997-
14. Bouachour G, Guiraud MP, Gouello JP, Roy PM, et al. Gastric intra- 1004.
mucosal pH: an indicator of weaning outcome from mechanical ven- 35. Nemoto T, Hatzakis GE, Thorpe CW, Olivenstein R, et al. Automatic
tilation in COPD patients. Eur Respir J 1996; 9: 1868-1873. control of pressure support mechanical ventilation using fuzzy logic.
15. Krieger BP, Isber J, Breitenbucher A, Throop G, et al. Serial measure- Am J Respir Crit Care Med 1999; 160: 550-55?
ments of the rapid-shallow-breathing index as a predictor of weaning LelÍouche F, Mancebo J, Jolliet P, Roeseler J, et al. A multicenter
36.
outcome in elderly medical patients. Chest 1997; 112: 1029-1034. randomized trial of computer-driven protocolized weaning from me-
28/ DESCONEXiÓN DE LA VENTILACiÓN MECÁNICA

chanical ventilation. Am J Respir Crit Care Med 2006; doi: 10.1164/ ing weaning from mechanical ventilation in severe chronic obstructive·
rccm.200511-17800C pulmonary disease. Am Rev Respir Dis 1990; 141: 281-289.
37. Straus C, Louis B, Isabey D, Lemaire F, et al. Contribution of the 46. Nava S, Ambrosino N, Clini E, Prato M, et al. Noninvasive mechani-
endotracheal tube and the upper airway to breathing workload. Am J cal ventilation in the weaning of patients with respiratory failure due
Respir Crit Care Med 1998; 157: 23-30. to chronic obstructive pulmonary disease. A randomized, contrqlled
38. Nathan SD, IshaayaAM, Koerner SK, Belman MJ. Prediction ofmin- trial. Ann 1ntern Med 1998; 128: 721-728.
imal pressure support during weaning from mechanical ventilation. 47. Girault C, Daudenthun 1, Chevron V, Tamion F, et al. Noninvasive
Chest 1993; 103: 1215-1219. ventilation as a systematic extubation and weaning technique in acute-
39. Esteban A, Alia 1, Gordo F, Fernández R, et al. Extubation outcome on-chronic respiratory failure: a prospective, randomized controlled
after spontaneous breathing trials with T-tube or pressure support ven- study. Am J Respir Crit Care Med 1999; 160: 86-92.
tilation. Am.J Respir Crit Care Med 1997; 156: 459-465. 48. Ferrer M, Esquinas A, Arancibia F, Bauer TT, et al. Noninvasive venti-
40. Ezingeard E, Dicone E, Guyomarch S, Venet C, et al. Weaning from lation during persistent weaning failure: a randomized controlled trial.
mechanical ventilation with pressure support in patients failing a T- Am J Respir Crit Care Med 2003; 168: 70-6.
tube trial of spontaneous breathing. Intensive Care Med 2006; 32: 49. Brochard L, Rauss A, Benito S, Conti G, et al. Comparison of three
165-169. methods of gradual withdrawal from ventilatory support during we-
41. Esteban A, Alia 1, Tobin MJ, Gil A, et al. Effect of spontaneous breath- aning from mechanical ventilation. Am J Respir Crit Care Med 1994;
ing trial duration on outcome of attempts to discontinue mechanical 150: 896-903.
ventilation. Spanish Lung Failure Collaborative Group. Am J Respir 50. Esteban A, Frutos F, Tobin MJ, Alía 1, et al. A comparison of four
Crit Care Med 1999; 159: 512-518. methods of weaning patients from mechanical ventilation. N Engl J
42. Perren A, Domenighetti G, Mauri S, Genini F, et al. Protocol-directed Med 1995; 332: 345-350.
weaning from mechanical ventilation: clinical outcome in patients 51. Tomlinson JR, Miller KS, Lorch DG, Smith L, et al. A prospective
randomized for a 30-min or 120-min trial with pressure support venti- comparison of 1MV and T-piece weaning from mechanical ventila-
lation. 1ntensive Care Med 2002; 28: 1058-1063. tion. Chest 1989; 96: 348-352.
43. Dean SE, Keenan RL. Spontaneous breathing with a T-piece circuit: 52. Esen F, Denkel T, Telci L, Kesecioglu J, et al. Comparison of pres-
minimum fresh gas/minute volume ratio which prevents rebreathing. sure support ventilation (PSV) and intermittent mandatory ventilation
Anesthesiology 1982; 56: 449-452. (1MV) during weaning in patients with acute respiratory failure. Adv
44. Sassoon CS, Light RW, Lodia R, Sieck GC, et al. Pressure-time pro- Exp Med Biol 1992; 317: 371-376.
duct during continuous positive airway pressure, pressure support 53. Butler R, Keenan SP, 1nman KJ, Sibbald WJ, et al. 1s there a preferred
ventilation, and T-piece during weaning from mechanical ventilation. technique for weaning the difficult-to wean patient? A systematic re-
Am Rev Respir Dis 1991;143:469-475 view ofthe literature. Crit Care Med 1999; 27: 2331-2336.
45. Petrof BJ, Legare M, Goldberg P, Milic-Emili J, et al. Continuous
positive airway pressure reduces work of breathing and dyspnea dur-

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 369


EXTUBACIÓN

Óscar Martínez González, MD; Fernando Frutos-Vivar, MD; Andrés Esteban de la Torre, MD

En este tema hay que diferenciar dos escenarios clínicos dife- pocos estudios han evaluado el valor predictivo del trabajo
rentes: la extubación programada y la extubación accidental, respiratorio en los pacientes que toleran una prueba de res-
dentro de la cual se pueden dar dos situaciones: la retirada piración espontánea (7). En un estudio se ha observado la
por parte del mismo enfermo del tubo endotraqueal y la extu- capacidad predictora de la presión de oclusión en la vía aérea
bación accidental durante las maniobras de enfermería. (Po,,) sobre todo cuando se combina con la presión inspirato-
ria máxima, pero la muestra de pacientes fue pequeña para
Ext~bación programada poder recomendar su generalización (8) y estos prometedo-
res resultados no se confirmaron en un reciente estudio que
Una vez que el enfermo es capaz de mantener su respiración
incluyó 130 pacientes ventilados durante más de 48 horas
espontánea hay que decidir si es necesario que se mantenga la
(9). Un análisis del patrón respiratorio, durante la prueba de
intubación endotraqueal o puede ser extubado con garantías
respiración espontánea, mostró que un patrón irregular se
de no precisar reintubación. La extubación se asocia con un
asoció con un aumento en el riesgo de fracaso de la extu-
cambio en el patrón ventilatorio consistente en un aumento
bación usando el coeficiente de variación y la entropía de
inmediato en el volumen .minuto secundario a un aumento del
Kolmogorov (10).
estímulo respiratorio. Hacia la primera hora posextubación
tanto el volumen minuto como el estímulo respiratorio vuel-
ven a su situación normal, no encontrándose más cambios 2.5
en las siguientes 24 horas. Teniendo en cuenta que el tubo
endotraqueal produce un aumento en la resistencia en la vía
-
aérea, sería razonable considerar que su retirada disminuiría
el trabajo respiratorio. Así, Brochard et al (1) encuentran, en
11 pacientes sometidos a ventilación mecánica durante una
media de 9,9 días, una disminución significativa en el traba-
jo respiratorio tras la extubación: 8,2 ± 5,1 J/min durante la
::::J
::2-
e
'o
'0
~
'5.
(J)
2.0

1.5
L------LJ
~
prueba de respiración espontánea con tubo en T frente a 6,5
± 3,7 J/min tras la extubación. Por el contrario, Nathan et al
(l)
"'O
o
'Ci'f
1.0
l 1 1
(2) y Mehta et al (3) encuentran que el trabajo respiratorio ..c
ctl
aumenta inmediatamente tras la extubación. Los primeros F 0.5
autores, en un estudio posterior encuentran unos resultados
similares y concluyen que el incremento en el trabajo respi-
ratorio tras la extubación se debe a un estrechamiento de la o
Inicio tubo en T Final tubo en T Postextubación
vía aérea superior, concretamente en orofaringe o velofaringe
(4). Finalmente, un estudio reciente, realizado por Straus et
al (5), muestra que el trabajo respiratorio de los enfermos Figura 1. Evolución del trabajo respiratorio durante la prueba de respiración
sometidos a ventilación mecánica fue similar mientras se espontánea. Los triángulos representan el trabajo respiratorio total, los cua-
mantenían intubados y tras la extubación: 1,72 ± 0,59 versus drados el trabajo respiratorio elástico transpulmonar y los círculos el trabajo
respiratorio resistivo transpulmonar.
1,63 ± 0,45 J/L; p = 0,50 y 23,5 ±10,6 versus 22,6 ± 9,7 J/
min.; p = 0,70 (figura 1) y la resistencia de la vía aérea a nivel
Para la decisión de extubar a un paciente hay que valorar,
supraglótico se encuentra en el rango normal siendo menor
en primer lugar, el estado de los mecanismos de proteéción
que la resistencia ofrecida por el tubo en do traqueal.
de la vía aérea, la capacidad de toser (11) Y el volumen y las
En general, los parámetros utilizados para predecir la tole-
características de las secreciones (12). En un estudio (11) que
rancia a la prueba de respiración espontánea son menos pre-
incluye 115 extubaciones programadas, con una tasa de rein-
cisos en la predicción de la extubación exitosa (6). Aunque
tubación del 11 %, se reportó que' un pico de flujo de tos me-
el aumento en el trabajo respiratorio (WOB) podría ayudar
nor de 60 L/min se asocia al fracaso de la extubación (riesgo
a identificar a los pacientes preparados para ser extubados,
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

relativo 5,1; intervalo de confianza para el 95%: '1,7 a 15,4; en el grupo sin retraso en la extubación frente a 18,9% en
p = 0,003) aunque con una exactitud diagnóstica moderada: los pacientes en los que se retrasó la extubación; p = 0,8).
sensibilidad 69% y especificidad 74%. Otra forma de evaluar Cabe destacar que el 80% de los enfermos con un Glasgow
la capacidad de toser es la descrita por Khamiees et al (12). Coma Score (en el día que cumple criterios de extubación)
Estos autores, en un estudio incluyendo a 91 pacientes, deter- ::s 8 y un 91 % de los enfermos con Glasgow Coma Score ::s
minan la fuerza de la tos mediante lo que denominan test de 4 fueron extubados con éxito. El retraso en la extubación se
la tarjeta blanca que consiste en solicitar al paciente que tosa cOlTelacionó con el desaITollo de neumonía nosocomial, con
en una tarjeta situada a 1-2 cm del tubo en do traqueal. Si los una prolongación en la estancia en la UCI y en el hospital y
pacientes son capaces de alcanzar la tarjeta se consideraba con un aumento en la mortalidad. En un estudio posterior,
como test positivo. Los pacientes con un test de la tarjeta Namen et al (15) encuentran una relación significativa entre
blanca negativo tuvieron un riesgo relativo para fracaso de nivel de conciencia y éxito de la extubación. Por cada punto
la extubación de 3,0 (intervalo de confianza del 95%: 1,3 a que aumenta el Glasgow Coma Score el éxito de la extuba-
6,7) pero este test también mostró una moderada exactitud ción aumenta un 39%. Un Glasgow Coma Score ~ 8 en el
diagnóstica: sensibilidad 80% y especificidad 50%. momento de la extubación se asocia con una tasa de éxito del
El segundo factor que hay que valorar es la cantidad y 75% frente a un 33% en los enfermos con un Glasgow Coma
características de las secreciones traqueales. Varios estudios Score < 8 puntos.
(11-13) han evaluado la capacidad predictiva de estas varia- A la vista de lo previamente expuesto, la capacidad de los
bles en el fracaso de la extubación con diferentes resultados. factores estudiados para predecir el éxito de la extubación
Khamiees et al (12) encuentran que la cantidad de secreciones es sólo moderada (tabla 1). Esto puede ser un índice de la
estimada, según una escala cualitativa (desde ninguna hasta complejidad de los factores que se asocian a la extubación
abundantes secreciones) y según la frecuencia de aspiraciones con éxito y de la existencia de cierto grado de sinergismo
traqueales (cada menos de 2 horas frente a más de dos horas), o relación entre todos ellos. Esta hipótesis vendría avalada
se relaciona con el fracaso de la extubación. En el análisis por las observaciones de Salam et al (13). Estos autores eva-
multivariante encuentran que la necesidad de aspiración cada lúan los tres factores que se han comentado previamente (tos,
menos de dos horas aumenta 33 'veces la necesidad de rein- secreciones, estado neurológico) y observan, como ya se ha
tubación y que los enfermos con secreciones moderadas o indicado previamente, que la tos y la cantidad de secreciones
abundantes tienen una probabilidad de ser reintubados casi se relacionan con el fracaso de la extubación. Asimismo es-
20 veces mayor que los enfermos sin secreciones traqueales. tos autores describen la relación entre el estado neurológico,
Salam et al (13) también encuentran una relación significati- evaluado mediante una sencilla prueba que consiste en la ca-
va entre cantidad de secreciones y fracaso de la extubación. pacidad del enfermo de completar cuatro órdenes sencillas
En un estudio, incluyendo 88 pacientes, determinan cuali- (abrir los ojos, seguir con la mirada, apretar la mano y sacar
tativamente la cantidad de secreciones y encuentran que los la lengua) y el desenlace de la extubación. Los enfermos in-
enfermos con un volumen de secreciones mayor de 2,5 ml/h capaces de realizar estas acciones tuvieron un riesgo relativo
tuvieron tres veces más probabilidades de ser reintubados de fracaso de la extubación de 4,3 (intervalo de confianza
(riesgo relativo 3,0; intervalo de confianza 95%: 1,0 a 8,8). para el 95%: 1,8 a 10,4). Lo interesante de este trabajo es que
En el lado opuesto a estos estudios se encuentra el de Smina cuando se analizan conjuntamente los tres factores de riesgo
et al (12). Estos autores, también cuantificando el volumen de se observa que hay una interacción sinérgica entre ellos, así
las secreciones, no encuentran diferencias significativas en la los enfermos con los tres factores de riesgo tuvieron una tasa
cantidad de secreciones aspiradas en las seis horas previas a de reintubación del 100% comparada con el 3'%,. de los pa-
la extubación entre enfermos que son extubados con éxito y cientes sin ningún factor de riesgo. , '.
enfermos con extubación fallida. La siguiente consideración que' hay que plantearse es si
Tradicionalmente se ha considerado la necesidad que el el paciente tiene alguna lesi(m en la vía aérea superior que
enfermo tuviese un adecuado estado mental, definido como aumente la posibilidad de éolapso postintubación. Los pa-
un Glasgow Coma Score ~ 11, para extubarle con garantías cientes más proclives a esta posibilidad son aquellos que han
de éxito. Sin embargo, en un estudio realizado por Coplin precisado intubación por obstrucción de la vía aérea superior
et al (14) se demuestra que la situación neurológica no es y estridor, aquellos sometidos a intubaciones muy prolonga-
un criterio estricto para retrasar la extubación. Estos autores das, mayores de 65 años y mujeres. Para intentar predecir
estudian a 136 pacientes con patología neurológica con una la aparición de estridor postintubación han sido publicados
mediana en el Glasgow Coma Score de 7 (un 63% con un dos trabajos que sugieren que la capacidad de respirar con el
Glasgow Coma Score ::s 8) que cumplen criterios para desco- manguito del tubo endotraqueal deshinchado o la presencia
nexión de la ventilación mecánica. Un 73% de los pacientes de una fuga aérea mayor de 110 mI durante una ventilación
es extubado en las primeras 48 horas tras cumplir los criterios ciclada por volumen indica que el diámetro de la vía aérea
mientras que el 27% restante es extubado ~ 48 horas (25% es adecuado (16, 17). Si se expresa comqun porcentaje del
de ellos más de seis días después de cumplir los criterios). volumen inspirado, una fuga aérea espiratoria alrededor del
La tasa de reintubación fue similar en los dos grupos (17,2% tubo de un 12% a 16% fue predictivo de fracaso de la extuba-
29 I EXTUBACIÓN

ción, pero con un valor predictivo positivo bajo (25%) (18). metilprednisolona (24 horas antes) o placebo. El grupo pla- .
Estos resultados son similares a los observados en otros estu- cebo presentó estridor en el 30% y precisaron reintubación el
dios (19, 20). Recientemente, ha sido descrito que la ausencia 18,6%. En los grupos tratados con dosis múltiple y monodo-
de fuga aérea junto con la ausencia de tos cuando se desinfla sis hubo una reducción significativa del riesgo relativo. de
el neumotaponamiento del tubo endrotraqueal predice mejor estridor, 11,6% y 7,1 % respectivamente, y de reintubación,
la existencia de estridor postextubación (21). 4,7% y 7,1 %. En este mismo estudio se encontró asociación
entre la necesidad de reintubación en pacientes que presentan
Tabla 1. Características predictivas de la tos, las secreciones y el estado estridor y/o sedación, un GCS :s 8, sexo femenino y edad >85
neurológico para el fracaso de la extubación (11-13, 15).
años (25).
Ante la dificultad de realizar ensayos con un mayor nú-
Parámetro Likeli- Likeli- mero de pacientes con riesgo de desanollar obstrucción de
Sensi- Especi-
evaluado hood ratio hood ratio la vía aérea y con base en los datos actuales, aquellos que
bilidad ficidad
positiva negativa
presenten alguno de los factores de riesgo descritos podrían
Fuerza de la tos beneficiarse de la realización de un test de fuga, valoración
Moderada/fuerte de la capacidad de toser, y la administración profiláctica de
0,83 0,56 1,88 0,30
versus débil metilprednisolona.
Test de la tarjeta 0,80 0,50 1,60 0,40
blanca negativo 0,71 0,51 1,45 0,57 Reintubación
Pico de flujo de la 0,77 0,66 2,26 0,35
La incidencia de reintubación varía, en las series publicadas
tos < 60 L/min 0,74 0,69 2,42 0,37
en los últimos 10 años, entre un 8% y un 24% (figura 2). Las
Secreciones
diferencias entre las series publicadas se deben al case-mix
Ninguna versus mo- de los enfermos incluidos en los estudios y a la falta de con-
0,61 0,89 5,54 0,44
deradas/abundantes
senso para la definición de fracaso de la extubación en lo que
Frecuencia aspira- ¡ se refiere al tiempo desde la extubación hasta la reintubación.
ciones (> 2h versus 0,59 0,94 9,83 0,44
En general se considera fracaso de la extubación la necesidad
< 2h)
de reintubación en las primeras 48 horas pero algunos estu-
Cantidad dios prolongan este tiempo hasta cinco días.
0,71 0,62 1,87 0,47
> 2.5ml/h
0,78 0,25 1,04 0,88
> 10 ml/h
Frutos-Vivar, 2006 13.4
Estado neurológico Ferrer, 2006 14.8
Nava, 2005 116.5
Glasgow Coma
0,75 0,63 1,78 0,35 Fernández, 2004 18
Score ~ 8 Salam, 2004 15.9
Ferrer, 2003 1 16
Realiza menos de Smina, 2003 111.3
4 órdenes básicas: Esteban, 2002 12.2
'1 16
abre ojos, sigue con 0,43 0,90 4,30 0,63 Namen, 2001
Khamiees, 2001 17
la mirada, aprieta la Kress, 2000 23.4
mano, saca la lengua Coplin, 2000 117.2
Girault,1999 24
Esteban, 1999 113.5
Una vez seleccionados los pacientes con riesgo elevado Jiang, 1999 21.5

Brook,1999 110.9 '-,


de estridor postextubación debemos valorar qué medidas se Kollef,1998 1 8.6
adoptarán para disminuir el riesgo de reintubación por obs- Vallverdú, 1998 15.5

Epstein, 1998 14.4


trucción de la vía aérea superior. Una opción es realizar la 18.6
Esteban, 1997
extubación con personal experto y material necesarios para Epstein, 1997
14.5
17
Miller, 1996
el manejo de la vía aérea difícil, observando la posibilidad
de tener que realizar una traqueostomía de emergencia. Otra,
Figura 2. Tasa de reintubación reportada en los estudios publicados en los
es adoptar previo a la extubación, medidas que disminuyan últimos diez años.
el riesgo. En pacientes pediátricos, los cuales presentan una
elevada prevalencia de estridor (40%), la administración de Factores de riesgo
corticoides intravenosos previos a la extubación ha demostra-
do la disminución de necesidad de reintubación (22, 23). Sin Además de los factores analizados previamente (capacidad de
embargo, en pacientes adultos sólo un ensayo clínico rando- toser, cantidad de secreciones y estado neurológico) el ries-
mizado ha demostrado beneficio (24). Cheng et al aleatoriza- go de reintubación se ha asociado con la edad -aumenta con
ron a 128 pacientes con una fuga aérea> 24% del volumen la edad (26) -, con el tipo de patología -mayor en enfermos
con patología médica y, sobre todO, con patología neurológi-
inspirado a recibir 4 dosis de 40 mg de metilprednisolona (1
dosis cada 6 horas durante 24 horas), 1 dosis de 40 mg de ca (27)-, con la sedación administrada durante la ventilación

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 373


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

mecánica -se ha descrito menor tasa de reintubaciones cuando 3,48 a 7,04). En un estudio casos-control del mismo gmpo,
existe un protocolo de sedación (26) y cuando la administra- publicado cinco años más tarde (35), los autores observaron
ción de los sedantes es intermitente versus continua (27, 28)- Y que la tasa de neumonía asociada a ventilación mecánica fue
con la duración de la ventilación mecánica (29), pero es inde- significativamente mayor en los pacientes reintubados que en
pendiente del método de destete utilizado (30, 31). Reciente- el gmpo control: 47% vs. 16% (odds ratio 8,5; intervalo de
mente, Upadya (32) ha desclito en un estudio prospectivo la confianza para el 95%: 1,7 a 105,9). En este estudio, los au-
asociación entre el balance positivo en los días previos y el tores encontraron que en el 61 % de los enfermos reintubados
fracaso de la extubación, observando que el balance negativo que desalTollaban neumonía, el microorganismo aislado en
en las 24 horas previas a la prueba de ventilación espontánea el aspirado traqueobronquial era el mismo que el que colo-
(odds ratio para la extubación exitosa 2,9; intervalo de con- nizaba la fm"inge de estos, lo que sugiere que la aspiración
fianza al 95%, 1,1 a 7,6) y el acumulado desde el ingreso (odds del material orofaríngeo juega un papel fundamental en la
ratio para la extubación exitosa 3,4; intervalo de confianza al etiopatogenia de la neumonía tras la reintubación. Más re-
95%, 1,3 a 8,7) se asocian independientemente con el éxito de cientemente, Epstein et al (29) reportan que la complicación
la misma. Estos datos han sido confirmados por Fmtos-Vivar más frecuente en pacientes con fracaso de la extubación fue
et al (33) en un estudio multicéntrico, que incluyó a 900 enfer- la neumonía con una incidencia del 17,5 %.
mos que pasan con éxito una pmeba de respiración espontá-
nea, se observó que, además del balance hídlico, un índice de Mortalidad
respiración rápida y superficial, en el momento de la pmeba de La reintubación se ha asociado con un aumento de la mortali-
respiración espontánea, mayor de 57 respiraciones/ L /min y la dad que se sitúa, según las series publicadas, entre un 10% y
neumonía como motivo de la necesidad de soporte respiratolio un 43% en los enfermos que requieren reintubación frente a un
se asociaron con fracaso de la extubación. 2,6% a un 12% de tasa de mortalidad en los enfermos que no
la requieren. La pregunta que surgiría de esta observación es si
Etiología la reintubación per se es la razón de esta mortalidad incremen-
Los motivos de reintubación se ¡pueden dividir en dos gran- tada. A favor de ello ida el estudio realizado por TOlTes et al
des gmpos. El plimero englobaría a las causas relacionadas (35). En este trabajo de casos-control realizado con 40 enfer-
con la vía aérea -obstmcción de la vía aérea (edema de glotis, mos que precisan reintubación, el análisis de regresión logísti-
estenosis traqueal, lmingoespasmo), aumento en el volumen ca demostró que la reintubación fue el único factor relacionado
de secreciones pulmonm"es, aspiración-, algunas de las cuales con el desmTollo de neumonía asociada a ventilación mecánica
pueden prevenirse como ya ha sido desclito. Se caractelizan (odds ratio: 5,94; intervalo de confianza 95% 1,27 a 22,71) y
por su aparición precoz, en las plimeras horas tras la extu- los enfermos que precisaron reintubación tuvieron una mayor
bación. Pm"a el manejo de la obstrucción de la vía aérea se mOlialidad. En este mismo sentido, se encuentra el estudio de
recomienda la nebulización de adrenalina (se ha demostrado Seymour et al (36). Estos autores realizan un estudio retros-
igual eficacia de la adrenalina normal que la adrenalina racé- pectivo de casos-control incluyendo 60 pacientes reintubados
mica, sin que se haya observado un aumento significativo en en las primeras 72 horas tras la extubación y 93 pacientes que
los efectos sistémicos de la primera) junto a la administración no requilieron reintubación. La reintubación se asoció a un
de corticoides intravenosos. Asimismo, la administración de aumento de la mortalidad en la unidad de cuidados intensi-
una mezcla de oxígeno y helio puede reducir la resistencia en vos (odds ratio 12,2; intervalo de confianza para el 95%: 1,5 a
la vía aérea y mejorm"la obstmcción. Finalmente, la aplicación 101). Por el contrario, en el trabajo del Spanish Lung Failure
de una mascmilla de CPAP puede, también, disminuir la resis- Collaborative Group (37), se observa que la m~rtatidad de los
tencia, reducir el trabajo respiratolio, dando tiempo para que la enfermos reintubados por obstmcGión de la vía aérea fue del
inflamación y el edema se puedan resolver. El segundo gmpo 7% mientras que del resto de reintÍlbados fue del 30%, lo cual
de motivos que son causa de reintubación suelen apm'ecer más indicmia que la enfermedad plimaria que motivó la ventilación
tm'díamente y no suelen estm' relacionados con la vía aérea: mecánica o la razón por la cual precisó reintubación sedan los
hipoxemia, aumento del trabajo respiratolio o dificultad pm"a factores que condicionaron la alta mortalidad de este gmpo de
el manejo de secreciones son las causas más frecuentes. enfermos. Este hallazgo ha sido confirmado por Epstein y Cio-
butm'u (29), los cuales para analizar el impacto de la causa y
Complicaciones asociadas a la reintubación el momento de la reintubación en el pronóstico, han realizado
un estudio en 74 pacientes que requirieron reintubación en las
Neumonía
plimeras 72 horas tras la extubación. El análisis de regresión
La asociación entre reintubación y desmTollo de neumonía múltiple demostró que la mortalidad fue mayor en los pacien-
asociada a la ventilación mecánica ha sido bien caracterizada tes que requirieron reintubación por causa no relacionada con
en estudios desalTollados en los años 90. TOlTes et al (34) re- la vía aérea (53% versus 17%; p < 0,01) y en los que la rein-
portm"on que la reintubación se asocia de forma independien- tubación se produjo más tm'díamente (24% en la reintubación
te con la apm'ición de neumonía asociada a la ventilación me- :::;12 horas versus 51 % en los enfermos con una reintubación
cánica (odds ratio 4,95; intervalo de confianza para el 95%: después de 12 horas tras la extubación; p < 0,05).
29/ EXTUBACIÓN

Manejo la extubación, en varios ensayos clínicos, en dos situaciones .


La alta morbilidad y mortalidad asociada a la reintubación ha clínicas:
llevado a proponer la utilización, en los enfermos que fracasan l. Prevención de la insuficiencia respiratoria postextu-
en la extubación, de la ventilación no invasiva con mascarilla bación. El primer estudio aleatorizado fue realizado por
faciaL En un primer momento se realizaron estudios prospec- Jiang et al (44), que evaluaron la eficacia de la ventilación
tivos dirigidos a evaluar el posible beneficio fisiológico de la no invasiva con BIPAP para evitar la reintubación en 93
aplicación de la ventilación no invasiva. Así, Putensen et al (38) pacientes, que precisaron ventilación invasiva por diferen-
examinan el efecto de la CPAP aplicada con mascarilla facial tes causas, tras su extubación programada o accidental y
o nasal sobre la capacidad funcional residual y el intercambio no encuentran diferencias significativas en el porcentaje de
gaseoso en 10 pacientes que precisaron ventilación mecánica enfermos que precisaron reintubación (15% en el grupo de
por insuficiencia respiratoria aguda secundaria a traumatismo. tratamiento convencional frente a 28% en el grupo de ven-
Estos autores observaron una mejoría significativa de la capa- tilación no invasiva).
cidad funcional residual y de la oxigenación tanto con la mas- A la vista de estos resultados, se han publicado más en-
carilla facial como con la nasal. Hilbert et al han publicado dos sayos clínicos randomizados evaluando la ventilación no
estudios con enfermos con EPOC donde buscan, una variable invasiva como prevención de la insuficiencia respiratoria
que permita identificar qué pacientes van a precisar ventilación postextubación. Nava et al (45) aleatorizaban 97 pacien-
no invasiva tras la extubación (39) y, además desean evaluar la tes a ventilación no invasiva, durante más de 8 horas, en
eficacia de la ventilación no invasiva en comparación con un las 48 horas postextubación o tratamiento estándar, en-
grupo control histórico (40). En el primer estudio, realizado contrándose una reducción significativa en el riesgo de
con 40 pacientes, trece (32%) de los cuales presentan hiper- reintubación (riesgo relativo 0,34; intervalo de confianza
capnia en las primeras 24 horas postextubación y tres de los al 95%, 0,12 a 0,98), sin disminución de la mortalidad
cuales precisan reintubación (23%), encuentran que el grupo hospitalaria. FelTer et al (46) aleatorizaron a 162 pacien-
que fracasa en la extubación tiene una P0,1 mayor que el grupo tes a recibir ventilación no invasiva durante 24 horas tras
que toleró (4,2 ± 0,9 cmB 20 vs. 1,8 ± 0,8, p <0,01) y una la extubación o tratamiento estándar, objetivándose, en el
mayor carga respiratoria muscular, como lo indica el hecho grupo de ventilación no invasiva, una menor incidencia de
que presentan un índice de impedancia inspiratoria efectiva insuficiencia respiratoria postextubación (riesgo relativo
significativamente mayor (8,6 ± 1,4 cmH,OIL/sg vs. 4,3 ± 1,2 = 0,51; intervalo de confianza al 95%, 0,28 a 0,91), de
cmH20IL/sg, P <0,01). En el segundo estudio, realizado con reintubación (11,4% vs. 21,7%) Y de mortalidad en la uni-
30 enfermos con EPOC, observaron que la utilización de ven- dad de cuidados intensivos (3% vs. 14%). La mortalidad
tilación no invasiva redujo la incidencia de reintubación frente a los 90 días no presentó diferencias significativas salvo
a un grupo control histórico (20% vs. 67%). Munshi et al (41) en el análisis del subgrupo de pacientes que presentaron
evalúan la ventilación no invasiva, con CPAP o BIPAP, a 72 hipercapnia durante la prueba de ventilación espontánea
(13%) de 536 enfermos politraumatizados que desalTollan hi- (0% vs. 18%).
poxemia en las primeras 24 horas postextubación. Cincuenta 2. Tratamiento de la insuficiencia respiratoria postextuba-
y dos enfermos respondieron al tratamiento y veinte (27,7%) ción. Se han publicado dos estudios randomizados, inclu-
requirieron reintubación. El estudio, cuyo objetivo es valorar yendo una población general de enfermos ventilados me-
la repercusión económica de la ventilación no invasiva y la cánicamente, para valorar la eficacia del tratamiento de la
oxigenoterapia postextubación, no ofrece datos sobre la mor- insuficiencia respiratoria postextubación. Keenan et al (47)
talidad ni sobre los días de estancia en la UCI. Kilger et al encuentran, en un estudio que incluye a 81 pacientes que
(42) encuentran, en un estudio con 15 pacientes sin EPOC que desarrollan insuficiencia respiratoria p6stextubación, que
desarrollan signos de falla respiratoria en las primeras horas la aplicación de ventilación no invasiva frente al tratamien-
tras la extubación, que la aplicación precoz de ventilación no to convencional no disminuye la tasa de reintubación (72%
invasiva con presión de soporte de 15 cmH,O o con CPAP de vs. 69%; riesgo réÍativo, 1,04, intervalo de confianza para
5 cmH20 mejora el patrón respiratorio, el intercambio gaseoso el 95%: 0,78 a 1,38) ni la mortalidad hospitalmia (31 % en
y disminuye el trabajo respiratorio, evitando la reintubación. ambos grupos; riesgo relativo, 0,99; intervalo de confianza
Más recientemente, Jaber et al (43) han reportado que la apli- para el 95%, 0,52 a 1,91). En un estudio con un diseño
cación de ventilación no invasiva en enfermos que desarro- similm", Esteban et al (48) tampoco encuentran un efecto
llan insuficiencia respiratoria aguda en el postoperatorio de beneficioso de la aplicación de ventilación no invasiva con
una cirugía abdominal evita la reintubación en el 67% de los presión de soporte en enfermos que desmTollan signos de
enfermos. Los pacientes que no requirieron reintubación tu- fracaso respiratOlio tras la extubación. La tasa de reintu-
vieron una menor estancia en la Unidad de Cuidados Inten- bación del grupo asignado a ventilación no invasiva fue
sivos (17±1l días versus 34±28 días, p < 0,01) y una menor similm" a la del grupo asignado a tratamiento convencional
mortalidad (6% versus 29%, p < 0,01). (48% en ambos grupos; riesgo relativo, 0,99; intervalo de
Sobre la base de estos estudios fisiológicos o descriptivos confianza pm"a el 95%, 0,76 a 1;30) mientras que la morta-
se ha evaluado la eficacia de la ventilación no invasiva tras lidad fue significativamente mayor en el grupo de ventila-

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 375


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

ción no invasiva (25% vs. 14%; riesgo relativo, 1,78; inter- servaron un aumento de la estancia en la Unidad de Cuidados
valo de confianzapara el 95%, 1,03 a 3,20; P = 0,048). Intensivos y en el Hospital, sin aumento de la mortalidad glo-
bal con respecto a los controles (30% vs. 32%). Se observan
Con base en la evidencia actual no parece aconsejable la apli- diferencias, aunque no significativas, en la mortalidad de los
cación de ventilación no invasiva con presión de soporte de enfermos reintubados frente a los no reintubados (21 % vs.
forma generalizada. A la espera de mejor evidencia, futuros 40%). En cambio, Krinsley y Bal"one (64), en otro estudio de
estudios podrán establecer si en pacientes con enfermedad casos-control que incluye 100 casos y 200 controles reportan
pulmonar obstructiva crónica que presentan una nueva exacer- un aumento significativo de la mortalidad en los enfermos que
bación de su enfermedad tras ser extubados se puede evitar la precisaron reintubación (36,4% vs. 7,1 %, p<O,OOI).
insuficiencia respiratoria. Este último grupo se encuentra poco
representado en los estudios, ya que en el de Keenan et al (47) Tabla 2. Incidencia y desenlace de las extubaciones no planeadas en los
estudios publicados en los últimos diez años (50-65).
fueron excluidos y en el de Esteban et al (48) representaron el
10% de la población aleatorizada, pudiendo ser beneficiarios
de esta técnica tanto para el tratamiento como para prevenir la Extubaciones Reintuba- Mortalidad (%)
insuficiencia respiratoria, evitando la reintubación y mejoran- Estudio no planeadas ción (%) Reintubados
do su pronóstico. (%) No reintubados
Atkins 1997 - 74% 38%
Extubación accidental o no planeada 39,1%
Chevron 1998 15,9% 37,1%
16,1%
Una de las principales complicaciones relacionadas con el
Betbese 1998 7,8% 45,8% 15,3%
tubo endotraqueal es la extubación no planeada, ya sea por
extubación del propio paciente, más frecuente, o por la ex- Boulain
10,8% 60,8% 3,5% 0%
tubación accidental durante las maniobras de enfermería. La 1998
incidencia reportada de esta complicación se muestra en la 8,3%
tabla 2. Carrión 2000 4,6% 88,8% -
Numerosos estudios han evaluado los factores relaciona- 2,5%
dos con la extubación accidental (65): Kapadia 2000 0,3% - -

a. Ratio enfermera-paciente: Una relación 1: 1 de personal Razek 2000 - 36,1% 31,8% 12,1%
de enfermería por enfermo intubado se ha asociado a una Epstein 2000 - 56% 40,5% 32%
menor incidencia de extubación no planeada. Phoa 2002 8,7% 58,3% 42,9% 25%
b. Momento del día: no hay una significativa relación entre
57,1%
noche y aumento de las extubaciones no planeadas. Pandey 2002 3,4% 58,3%
41,7%
c. Nivel de conciencia: la agitación y el delirio es uno de
De Lassence 2002 7,6% 77% 28%
los mayores problemas de los enfermos intubados pudien-
Esteban 2002 3,4% 41,3% 32,4%
do afectar hasta a un 70% de los enfermos (66). Hay una
correlación entre agitación y autoextubación (51, 63). La Yeh 2004 22,5% 44,7% 0,8%
solución de mantener a los enfermos más sedados tiene Moons 2004 4,2% 57,7% 7,7%
como inconveniente el retraso en la extubación (67) y se Krinsley 2005 6,6% 44% 36,4% 20%
ha asociado un mayor grado de sedación con un aumento Birkett 2005 2,6% 28,6% , -
de las extubaciones accidentales durante las maniobras de
enfermería. La propuesta es utilizar protocolos de seda- Referencias
ción que mantengan al enfermo alerta pero tranquilo.
1. Brochard L, Rua F, Lorino JI, Lemaire F, et al. Inspiratory pressure
d. Sujeción mecánica: hasta el momento no hay ningún es- support compensates for thé additional work of breathing caused by
tudio que sugiera que las sujeciones sean efectivas en la the endotracheal tube. Anesthesiology 1991; 75: 739-45.
prevención de la extubación accidental. 2. Nathan SD, Ishaaya AM, Koerner SK, Belman MJ. Prediction of min-
imal pressure support during weaning from mechanical ventilation.
Chest 1993; 103: 1215-1219.
La principal complicación asociada a la extubación no pla- 3. Mehta S, Nelson DL, Klinger JR, Buczko GB, et al. Prediction of
neada es la necesidad de reintubación. La tasa de reintubación post-extubation work of breathing. Crit Care Med 2000; 28: 1341-
reportada se sitúa entre un 29% y un 89% (tabla 2), significa- 1346.
tivamente mayor que en la extubación planeada, como se ha 4. IshaayaAM, Nathan SD, Belman MJ. Work ofbreathing after extuba-
tion. Chest 1995; 107: 204-209.
referido previamente (figura 2). Habitualmente, los pacientes 5. Straus C, Louis B, Isabey D, Lemaire F, et al. Contribution of the
que no requieren reintubación son los que están en período de endotracheal tube and the upper airway to breathing workload. Am J
desconexión de la ventilación mecánica (52, 56, 57). Respir Crit Care Med 1998; 157: 23-30.
La reintubación se ha asociado a un aumento en la mortali- 6. Lee KH, Hui KP, Chan TB, Tan WC, et al. Rapid shallow breathing
(frequency-tidal volume ratio) did not predict extubation outcome.
dad (tabla 2). Epstein et al (57), en un estudio de casos-control Chest 1994; 105: 540-543.
que incluye a 75 pacientes con extubación no planeada ob-
29 I EXTUBACIÓN

7. Levy MM, Miyasaki A, Langston D. Work ofbreathing as a weaning 30. Brochard L, Rauss A, Benito S, Conti G, et al. Comparison of three
parameter in mechanically ventilated patients. Chest 1995; 108: 1018- methods of gradual withdrawal from ventilatory support during we-
1020. aning from mechanical ventilation. Am J Respir Crit Care Med 1994;
8. Jacob B, Chatila W, Manthous CA. The unassisted respiratory rate/ 150: 896-903.
tidal volume ratio accurately predicts weaning outcome in postopera- 31. Esteban A, Frutos F, Tobin MJ, Alía 1, et al. A comparison of four
tive patients. Crit Care Med 1997; 25: 253-257. methods of weaning patients from mechanical ventilation. N Engl J
9. Fernandez R, Raurich JM, Mut T, Blanco J, et al. Extubation failure: Med 1995; 332: 345-350.
diagnostic value of occlusion pressure (PO.1) and PO.1-derived param- 32. Upadya A, Tilluckdharry L, Muralidharan V, Amoateng-Adjepong Y,
eters. Intensive Care Med 2004; 30: 234-40. et al. Fluid balance and weaning outcomes. lntensive Care Med. 2005;
10. EI-Khatib M, Jamaleddine G, Soubra R, Muallem M. Pattern of spon- 31: 1643-1647.
taneous breathing: potential marker for weaning outcome. Sponta- 33. Frutos-Vivar F, Ferguson ND, Esteban A, Epstein SK, et al. Risk fac-
neous breathing pattern and weaning from mechanical ventilation. tors for extubation failure in patients following a successful spontane-
Intensive Care Med 2001; 27: 52-58. ous breathing trial. 2006 (enviado para publicación).
11. Smina M, Salam A, Khamiees M, Gada P, et al. Cough peak flows and 34. Torres A, Aznar R, Gatell JM, Jiménez P, et al. lncidence, risk, and
extubation outcomes. Chest 2003; 124: 262-268. prognosis factors of nosocomial pneumonia in mechanically venti-
12. Khamiees M, Raju P, DeGirolamo A, Amoateng-Adjepong Y, et al. lated patients. Am Rev Respir Dis 1990; 142: 523-528.
Predictors of extubation outcome in patients who have successfully 35. Torres A, Gatell JM, Aznar E, el-Biary M, et al. Re-intubation increa-
completed a spontaneous breathing tri al. Chest 2001; 120: 1262- ses the risk of nosocomial pneumonia in patients needing mechanical
1270. ventilation. Am J Respir Crit Care Med 1995; 152: 137-141.
13. Salam A, Tilluckdharry L, Amoateng-Adjepong Y, Manthous CA. 36. Seymour CW, Martinez A, Christie JD, Fuchs BD. The outcome of ex-
Neurologic status, cough, secretions and extubation outcomes. Inten- tubation failure in a community hospital intensive care unit: a cohort
sive Care Med 2004; 30: 1334-1339. study. Crit Care 2004; 8: R322-R327.
14. Coplin WM, Pierson DJ, Cooley KD, Newell DW, et al. Implications 37. Esteban A, Alia 1, Tobin MJ, Gil A, et al. Effect of spontaneous breath-
of extubation delay in brain-injured patients meeting standard we- ing trial duration on outcome of attempts to discontinue mechanical
aning criteria. Am J Respir Crit Care Med 2000; 161: 1530-1536. ventilation. Am J Respir Crit Care Med 1999; 159: 512-518.
15. Namen AM, Ely EW, Tatter SB, Case LD, et al. Predictors of success- 38. Putensen C, H6rmann C, Baum M, Lignau W. Comparison of mask
fuI extubation in neurosurgical patients. Am J Respir Crit Care Med and nasal continuous positive airway pressure after extubation and
2001; 163: 658-664. mechanical ventilation. Crit Care Med 1993; 21: 357-362.
16. Marik PE. The cuff-leak test as a predictor of postextubation stridor: a 39. Hilbert G, Gruson D, Portel L, Vargas F, et al. Airway occlusion pres-
prospective study. Respir Care 1996; 41: 509-511. sure at 0.1 s (PO. 1) after extubation: an early indicator of postextubation
17. Miller RL, Cole RP. Association between reduced cuff-Ieak volume hypercapnic respiratory insufficiency. lntensive Care Med 1998; 24:
and postextubation stridor. Chest 1996; 110: 1035-1040. 1277-1282.
18. De Bast Y, De Backer D, Moraine J, Lemaire M, et al. The cuff-leak 40. Hilbert G, Gruson D, Portel L, Gbikpi-Benissan G, et al. Noninvasive
test to predict failure of tracheal extubation for laryngeal edema. In- pressure support ventilation in COPD patients with postextubation hy-
tensive Care Med 2002; 28: 1267-1272. percapnic respiratory insufficiency. Eur Respir J 1998; 11: 1349-1353.
19. Engoren M. Evaluation ofthe cuff-leak test in a cardiac surgery popu- 41. Munshi lA, DeHaven B, Kirton 0, Sleeman D, et al. Reengineering
lation. Chest 1999; 116: 1029-1031. respiratory support following extubation: avoidance of critical care
20. Sandhu RS, Pasquale MD, Miller K, Wasser TE. Measurement of en- unit costs. Chest 1999; 116: 1025-1028.
dotracheal tube cuff leak to predict postextubation stridor and need for 42. Kilger E, Briegel J, Haller M, Frey L, et al. Effects of noninvasive
reintubation. J Am Coll Surg 2000; 190: 682-687. positive pressure ventilatory support in non-COPD patients with acute
21. Maury E, Guglielminotti J, Alzieu M, Qureshi T, et al. How to ldentify respiratory insufficiency after early extubation. Intensive Care Med
Patients with no Rsk for postextubation stridor? J Crit Care 2004; 19: 1999; 25: 1374-1380.
23-28. 43. Jaber S Delay JM, Chanques G, Sebbane M, et al. Patients with acute
22. Markovitz BP, Randolph AG. Corticosteroids for the prevention of respiratory failure after abdominal surgery treated with noninvasive
reintubation and postextubation stridor in pediatric patients: A meta- positive pressure ventilation. Chest 2005; 128: 2688-2695.
analysis. Pediatr Crit Care Med 2002; 3: 223.16. 44. Jiang JS, Kao SJ, Wang SN. Effect of early application of biphasic
23. Meade MO, Guyatt GH, Cook DJ, Sinuff T, et al. Trials of corticos- airway pressure on the outcome of extubation in ventilator weaning.
teroids to prevent postextubation airway complications. Chest. 2001; Respirology 1999; 4: 161-165.
120: 464S.468S. 45. Nava S, Gregoretti C, Fanfulla F, Squadrün.e E, et al. Noninvasive
24. Cheng K-C, Hou C-C, Huang H-C, Zhang H. lntravenous injection of ventilation to prevent respiratory failure after'extubation in high-risk
methylprednisolone reduces the incidence of postextubation stridor in patients. Crit Care Med 2005; 33: 2465-70.
intensive care unit patients. Crit Care Med 2006; 34: 1345.1350. 46. Ferrer M, Valencia M, Nico1as JM, Bernadich 0, et al. Early nonin-
25. Vallverdu 1, CalafN, SubiranaM, NetA, et al. Clinical characteristics, vasive ventilation ~verts extubation failure in patients at risk: a rand-
respiratory functional parameters, and outcome of a two-hour T-piece omized tri al. Am J Respir Crit Care Med 2006; 173: 164-70.
trial in patients weaning from mechanical ventilation. Am J Respir 47. Keenan SP, Powers C, McCormack DG, Block G. Noninvasive posi-
Crit Care Med 1998; 158: 1855-1862. tive-pressure ventilation for postextubation respiratory distress: a ran-
26. Brook AD, Ahrens TS, Schaiff R, Prentice D, et al. Effect of a nursing- domized controlled trial. JAMA 2002; 287: 3238-3244.
implemented sedation protocol on the duration of mechanical ventila- 48. Esteban A, Frutos-Vivar F, Ferguson ND, Arabi Y, et al. Noninvasive
tion. Crit Care Med 1999; 27: 2609-2615. positive-pressure ventilation for respiratory failure after extubation. N
27. Kollef MH, Levy NT, Ahrens TS, Schaiff R, et al. The use of continu- Engl J Med 2004; 350: 2452-2460.
ous IV sedation is associated with prolongation of mechanical ventila- 49. Epstein SK, Nevins ML, Chung J. Effect of unplanned extubation on
tion. Chest 1998; 114: 541-548. outcome of mechanical ventilation. Am J Respir Crit Care Med 2000;
28. Kress JP, Pohlman AS, O'Connor MF, Hall JB. Daily interruption of 161: 1912-1916.
sedative infusions in critically ill patients undergoing mechanical ven- 50. Atkins PM, Mion LC, Mendelson W, Palmer RM, et al. Characteris-
tilation. N Engl J Med 2000; 342: 1471-1477. tics and outcomes of patients who self-extubate from ventilatory sup-
29. Epstein SK, Ciubotaru RL. lndependent effects of etiology of failure port: a case-control study. Chest 1997; 112: 1317-1323.
and time to reintubation on outcome for patients failing extubation. 51. Chevron V, Menard JF, Richard JC,'Girault C, et al. Unplanned extu-
Am J Respir Crit Care Med 1998; 158: 489-493. bation: risk factors of development ~md predictive criteria for reintuba-
tion. Crit Care Med 1998; 26:1049-1053.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 377


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

52. Betbese AJ, Pérez M, Bak E, Rialp G, et al. A prospective study of 60. de Lassence A, Alberti C, Azoulay E, Le Miere E,et al. Impact of
unplanned endotracheal extubation in intensive care unit patients. Crit unplanned extubation and reintubation after weaning on nosocomial
Care Med 1998; 26: 1180-1186. pneumonia risk in the intensive care unit: a prospective multicenter
53. Boulain T. Unplanned extubations in the adult intensive care unit: a study. Anesthesiology 2002; 97: 148-156.
prospective multicenter study. Am J Respir Crit Care Med 1998; 157: 61. Esteban A, Anzueto A, Frutos F, Alía 1, et al. Characteristics and
1131-1137. outcomes in adlllt patients receiving mechanical ventilation. JAMA
54. Carrión MI, Ayuso D, Marcos M, Robles MP, et al. Accidental remov- 2002;287: 345-355.
al of endotracheal and nasogastric tubes and intravascular catheters, 62. Yeh SH, Lee LN, Ho TH, Chiang MC, et al. Implications of nursing
Crit Care Med 2000; 28: 63-66. care in the occurrence and consequences of unplanned extllbation in
55. Kapadia F N, Bajan K B, Raje K V. Airway accidents in intubated adult Intensive Care Units. Int J Nursing Studies 41; 2004: 255-262.
Intensive Care Unit patients: an epidemiological study, Crit Care Med 63. Moons P, SeIs K, De Becker W, De Geest S, et al. Development of a
2000; 28: 659-664. risk assessment tool for deliberate self-extubation in intensive care
56. Razek T, Gracias V, Sullivan D, Braxton C, et al. Assessing the need patients. Intensive Care Med 2004; 30: 1348-1355.
for reintubation: a prospective evaluation of unplanned endotracheal 64. Krinsley JS, Bat·one JE. The drive to survive: unplanned extubation in
extubation. J Trauma 2000; 48: 466-469. the ICU. Chest 2005; 128: 560-566.
57. Epstein SK, Nevins ML, Chung J. Effect of unplanned extubation on 65. Birkett KM, Southerland KA, Leslie GD. Reporting unplanned extu-
outcome of mechanical ventilation. Am J Respir Crit Care Med 2000; bation. Intensive Crit Care Nurs 2005; 21: 65-75.
161: 1912-1916- 66. Ely EW, Marolin R, Francis J, May L, et al. Evall1ation of delirillm in
58. Pandey CK, Singh N, Srivastava K, Alka R, et al. Self-extubation in critically ill patients: validation of the confusion assessment method
intensive care and re-intubation predictors: a retrospective study. J In- for the Intensive Care Unit. Crit Care Med 2001; 29: 1370-1379.
dian Med Assoc 2002; 100: 14-6. 67. Arias-Rivera S, Sánchez-Sánchez MM, Sánchez-Izquierdo R, Santos-
59. Phoa LL, Pek WY, Syap W, Johan A. Unplanned extubation: a local Díaz R, et al. Does sedation practice delay time to extubation? Inten-
experience. Singapore Med J 2002; 43: 504-508. sive Crit Care Nurs 2006 (en prensa).
S OACI N Y ANALGESIA N PACI
POLITRAUMATIZADO

Darío 1. Pinilla, MD; Édgar Celis R, MD, FCCM

Introducción Para conseguir el nivel adecuado de sedación se debe se-


guir una estrategia apropiada, que puede incluir los siguien-
La sedación y la analgesia son básicas en el tratamiento glo-
tes pasos (8, 9):
bal del paciente crítico politraumatizado. En efecto, en todos
• Excluir problemas graves que requieren terapia específica
los pacientes críticos poli traumatizados, especialmente cuan-
(hipoxia, neumotórax ... )
do se encuentran en ventilación mecánica (1), es primordial
• Manejo no farmacológico de la desorientación y ansie-
colocar una buena sedación y analgesia, puesto que la pre-
dad, siempre que sea posible
senciadel tubo en la tráquea más las alteraciones metabólicas
• Identificar el problema central que causa agitación (dolor,
secundarias al trauma desencadenan una respuesta humoral,
ansiedad, síndromes de deprivación, alteraciones del sue-
inmunológica y celular que es importante controlar puesto
ño ... )
que sus manifestaciones pueden ser peljudiciales, como son:
• Selección de la droga más apropiada según el problema
aumento de catecolaminas, prostaglandinas, prolactina, hor-
central (ansiolíticos, analgésicos, hipnóticos ... )
mona antidiurética, cortisol, glucagón y ácidos grasos libres,
• Iniciar la terapia a bajas dosis, aumentando la dosificación
reflejándose en el pacient~ como disbalance hidroelectrolíti-
para alcanzar el nivel de sedación protocolizado.
co, isquemia celular, inmunosupresión y alteraciones hemo-
• Valoración frecuente para ajuste de tasa de infusión.
dinámicas importantes (1, 2). Además, la sedoanalgesia nos
Si un solo fármaco falla, cuando se administra a dosis
facilita la perfecta adaptación del enfermo al ventilador (3)
adecuada, considerar la adición de un segundo. Se debe
facilitando su reanimación en las distintas fases del manejo.
tener en cuenta también que las asociaciones en muchos
Es importante tener en cuenta que la agitación generalmente
casos tienen efecto sinérgico, permitiendo utilizar dosis
es debida a manifestaciones clínicas como dolor, hipoxia, in-
más bajas. La sedación debe ser individual, cada paciente
correcto funcionamiento del ventilador, obstrucción del tubo
necesita una dosis distinta (12).
orotraqueal, inestabilidad hemodinámica y cualquier otra
Se deben utilizar sedantes que se aproximen lo más posi-
circunstancia que altere los índices de perfusión celular, los
ble al agente sedante ideal. Éste debería poseer una vida
cuales deben descartarse de forma sistemática (2, 4, 5).
media corta, un inicio de acción y eliminación rápidas y
con mínimo efecto acumulativo. Su administración debe
Sedación ser sencilla y carecer de reacciones adversas, como la de-
El principal objetivo de la sedación en el enfermo crítico poli- presión respiratoria y cardiovascular. Además su metabo-
traumatizado es proporcionarle comodidad disminuyendo la lismo habría de ser independiente deJas funciones hepáti-
ansiedad, especialmente en las situaciones con severo com- ca y renal ( 5 ) . "
promiso hemodinámico e insuficiencia respiratoria que pre-
cisan de ventilación mecánica. En estas circunstancias una En el momento actual, la tendencia es mantener niveles de
buena adaptación con el ventilador logra disminuir o con- sedación más bajos,freservando la sedación pesada para pa-
trolar la respuesta metabólica ya mencionada con lo cual se cientes que precisan bloqueo neuromuscular (13). Para la
consigue un descenso del consumo de oxígeno. Para conse- mayoría de los pacientes críticos el mantenimiento de un ni-
guir el nivel de sedación óptimo (6-10) es aconsejable utilizar vel de sedación entre 2-3 de la escala de Ramsay asegurará
escalas que ayuden a evaluar el nivel de sedación y así ajustar que el paciente este cómodo y minimizará los riesgos de la
las dosis de los medicamentos al nivel deseado. La escala sedación profunda, tales como trombosis venosa, lesiones
más utilizada en la clínica es la escala de Ramsay (9-11): por presión en piel y nervios, atrofia muscular, compromiso
Nivel!: Paciente ansioso agitado o inquieto de la competencia inmunológica con aumento del riesgo de
Nivel 2: Paciente cooperador, orientado, tranquilo infección, y disminuye el riesgo de acumulación (10).
Nivel 3: Paciente dormido, responde a órdenes Las principales indicaciones para el uso de sedantes en
Nivel 4: Paciente dormido, respuesta rápida a estímulos pacientes politraumatizados con soporte hemodinámica y
Nivel 5: Paciente dormido, respuesta lenta a estímulos ventilatorio son (1, 3):
Nivel 6: Paciente dormido, ausencia de respuesta. 1. Alivio de ansiedad y el miedo
2. Control de la agitación
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

3. Amnesia alrededor de 48 h. El diazepam tiene metabolitos activos que


4. Facilita la ventilación mecánica y las rutinas de manejo en tienen una vida media larga, incluso mayor que el diazepam.
la DCI (3, 14). Su farmacocinética se altera en situaciones de disfunción he-
pática y no en situaciones de disfunción renal.
Los fármacos más utilizados para la sedación en cuidados Dosis habitual: Bolo IV: 5-10 mg
intensivos son: Infusión: 1-4 mg/h

Benzodiacepinas Actualmente, en enfermos críticos, es poco utilizado para


sedación prolongada, dada su larga vida media. Su uso pro-
Son agentes sedantes-ansiolíticos que producen amnesia. No
longado implica un despertar retardado, puede requerir 5-7
tienen propiedades analgésicas pero al reducir la ansiedad
días (4).
pueden disminuir las necesidades de analgésicos, especial-
Lorazepam: tiene un inicio de acción más lento. Su dura-
mente de los opiáceos con los que tienen efectos sinérgi-
ción de acción es intermedia entre el diazepam y el midazo-
cos (15, 16). Aunque no tan potentes como los barbitúricos
lamo Esta BZ es especialmente ventajosa en pacientes ancia-
también reducen el consumo cerebral de oxígeno, la presión
nos o aquellos con falla hepática, puesto que su metabolismo
intracraneal y el flujo sanguíneo cerebral, por lo que son po-
no se afecta con la edad avanzada o el descenso en la función
tencialmente útiles en el tratamiento de pacientes con TCE
hepática. Sus metabolitos son inactivos. Ocasiona una pro-
(17). Son el grupo farmacológico más utilizado por producir
funda amnesia anterógrada. Tiene mínimos efectos car'dio-
hipnosis y ansiolisis en DCI. Dentro de este grupo los más
vascular·es. Es una benzodiacepina muy útil en el paciente
utilizados en el contexto de cuidados críticos son el diaze-
crítico, recomendada en 2002 por the Society of Critical Care
pam, midazolam y lorazepam. También puede ser de utilidad
Medicine como la de elección para sedación prolongada {21).
el alprazolam especialmente en aquellos pacientes en los que
No obstante su uso no está muy generalizado, en parte, por
sospechamos que el miedo puede ser causa de ansiedad y
no encontrarse disponible en Colombia par'a uso parenteral
agitación. Producen depresión respiratoria en relación con la
(22-25). Su vida media es de unas 15 horas. Es más potente
dosis, velocidad de administración y el estado hemodinámico
que el diazepam.
del paciente (15).
Dosis habitual: Bolo: 0,5-2mg
Sus efectos son dosis dependiente: ansiolisis, anticonvul-
Infusión: 1mg/h
sivante, sedación ligera, amnesia, sedación intensa, relajación
muscular y anestesia. Su uso prolongado da lugar al desarrollo
Midazolam: es la BZ más utilizada actualmente en el con-
de tolerancia (se necesitan dosis progresivamente más elevadas
texto de los pacientes críticos. Es muy estable en soluciones
para conseguir el mismo efecto). También el uso prolongado a
acuosas, lo cual la hace más apropiada para su uso en perfu-
altas dosis ocasiona síndrome de deplivación (18).
sión continua. Debido a su alta liposolubilidad en pH fisioló-
Tienen pocos efectos hemodinámicos, fundamentalmente
gico tiene un rápido inicio de acción (1-2 min). Es una droga
disminución de tensión arterial por vasodilatación, disminu-
de acción corta (30 min-2 h), aunque diversos estudios en en-
ción del retorno venoso y ligera depresión miocárdica, por
fermos críticos han demostrado que en estos la vida media es
lo que tienen que ser utilizados con cuidado en pacientes po-
más prolongada, próxima allorazepam (19). Su metabolismo
litraumatizados en fases de reanimación, es decir, en el mo-
es hepático y su principal metabolito, el l-hidroxi-midazo-
mento de shock circulatorio (5).
lan, posee un 10% de la actividad del midazolam y el 50%
La administración de cualquier benzodiacepina (BZ), oca-
de su vida media. Este metabolito se elimimi'Ror vía renal.
siona retraso en el despertar, sobre todo si existe disfunción
En aplicaciones prolongadas se puede producir pi"olongación
hepática o renal ya que su metabolización es fundamental-
de la sedación, una vez que se sUspende la infusión, lo cual
mente hepática con eliminación de sus metabolitos a través
produce depresión respirat9ria que puede retrasar' el retiro
del riñón (a excepción dellorazepam) (19). El inicio y dura-
de la ventilación mecánicá. La prolongación de la sedación
ción de acción de las BZ depende de su liposolubilidad. Así,
después de suspender la infusión puede tener múltiples cau-
el diazepam y el midazolam, que son más liposolubles, tienen
sas, entre ellas la insuficiencia hepática que reduce la tasa de
un inicio de acción más rápida (30-60 seg) que ellorazepam
metabolización, y la insuficiencia renal por disminución de la
(60-120 seg). La redistribución más rápida del midazolam y
eliminación del principal metabolito del midazolam.
el diazepam con respecto al lorazepam (presumiblemente a
Es una BZ con pocos efectos cardiovasculares. Se pueden
causa de la menor liposolubilidad dellorazepam) influye en
observar episodios de hipotensión moderados, especialmente
la duración más corta de su tiempo de acción (2, 20).
con dosis de inducción y en pacientes con severa vasoconstri-
Diazepam: primera droga de esta clase utilizada en cui-
ción, hipotermia o hipovolemia (paciente politraumatizado).
dados intensivos. Es muy liposoluble lo que hace que sea
La hipotensión suele responder bien a carga de fluidos (4,
incompatible con otras medicaciones y dificulta su uso en .
15, 16). ,
pelfusión continua. Su alta liposolubilidad produce un rápi-
El midazolam puede dar lugar a reacciones paradójicas en
do inicio de acción. Su gran volumen de distlibución y lenta
las fases iniciales del tratamiento con presencia de agitación.
eliminación hepática determina una vida media muy larga,
30 I SEDACIÓN Y ANALGESIA EN EL PACIENTE POLlTRAUMATIZADO

Éstas son reacciones infrecuentes, pero si aparecen debe centro respiratorio. Deprime los reflejos laríngeos, facilitan- .
considerarse un tratamiento alternativo. Es relativamente fre- do las maniobras de intubación. En pacientes con hiperreac-
cuente la aparición de taquifilaxia, que conlleva la necesidad tividad bronquial, se ha descrito disminución en la resistencia
de dosis cada vez mayores, para conseguir el mismo nivel de la vía aérea (28).
de sedación. Si la taquifilaxia implica la necesidad de dosis El propofol se administra en una solución lipídica, lo cUal
altas de midazolam, es necesario considerar el cambio del implica un importante aporte calórico (1 Kcal/ml), a expensas
régimen de sedación para evitar su acumulación y la de sus de aporte de lípidos de cadena larga (w-6) los cuales pueden
metabolitos (15, 16). ser peljudiciales en el contexto del paciente crítico; esto debe
También se observa con el midazolam la presencia de sín- tenerse en cuenta en el aporte total de lípidos en la dieta. Es
dromes de deprivación (2), que pueden dar lugar a la presen- importante vigilar el nivel de triglicéridos, pues es posible
cia de convulsiones, temblor, confusión, ansiedad, agitación, que se presente hipertrigliceridemia (28-30), aunque ésta no
alucinaciones, taquicardia y fiebre. Los fenómenos de depri- suele ser severa, es importante tenerla en cuenta principal-
vación son más frecuentes con dosis altas de midazolam y en mente en pacientes con pancreatitis (29, 31).
sedaciones prolongadas. Es posible evitar estos fenómenos Otro problema derivado de la preparación del propofol en
retirando el midazolam de forma progresiva; no es convenien- emulsión lipídica es la facilidad para el crecimiento de gér-
te el retiro en forma brusca después de sedaciones prolonga- menes, de ahí la importancia de un manejo aséptico de la vía
das. Puede ser beneficiosa una transición a benzodiacepinas de infusión del propofol (32).
de acción larga como ellorazepam (26). El midazolam tiene De los estudios realizados hasta el momento, parece dedu-
efectos aditivos con los opiáceos y por lo tanto es el que con cirse que el propofol proporciona una sedación que es, al me-
mayor frecuencia utilizamos conjuntamente con opioides. nos, tan efectiva como la proporcionada con el midazolam (15,
Dosis: Bolo 5 mg (0,07-0,3 mg/kg) 16), pero parece que debido a su tiempo de eliminación más
Infusión: 0,5-6 mg/h (0,1 mg/kg) rápido disminuye el tiempo de extubación. En un futuro inme-
diato parece razonable pensar en el uso más generalizado del
Propofol propofol al 2%, cuando se necesite sedación prolongada (33).
Es un anestésico del grupo alquifenol. En dosis bajas produ-
Barbitúricos
ce sedación, no tiene propiedades analgésicas. Es insoluble
en agua y su presentación farmacológica es una emulsión li- Son hipnóticos utilizados para inducción anestésica y a dosis
pídica. Su principal característica es la rápida recuperación bajas pueden ser hiperalgésicos, exagerando la respuesta al
después de la suspensión de la perfusión. Tras un bolo o de dolor. Producen depresión del EEG dependiente de las dosis.
perfusión corta, la recuperación puede ser en 5-10 mino Su El patrón alfa de vigilia evoluciona hacia ondas delta y the-
vida media aumenta en perfusión prolongada, en ancianos ta, hasta su supresión y finalmente generan un EEG plano.
y hepatopatías, no obstante, aun en estas circunstancias su Producen disminución del consumo de oxígeno cerebral, del
tiempo de recuperación es corto. No suprime la esteroidogé- flujo sanguíneo cerebral y de la presión intracraneal (PIC).
nesis adrenal (27). La presión de perfusión cerebral no se ve afectada porque
Dosis: Bolo 1-3 mg/kg la disminución de la PIC es mayor que la disminución de la
Infusión: 1-6 mg/kg/h presión arterial. Producen depresión respiratoria central.
Su efecto cardiovascular predominante es la disminución
Otra característica propia de este fármaco es que puede pro- de la presión arterial, por venodilataciólJ;. con disminución de
ducir una llamativa hipotensión, especialmente en bolo rápi- la precarga. La contractilidad miocárdica se. afecta poco. Pro-
do, en relación con vasodilatación periférica y disminución ducen taquicardia a través de mecanismo bai·orreflejo. Otros
del retorno venoso, así como a una disminución de la con- efectos secundarios incluyen la pérdida de la termolTegula-
tractilidad miocárdica y caída del gasto cardíaco, por tanto, ción, acumulación de la droga, tolerancia y posible inmu-
se debe evitar el uso de propofol en bolos rápidos pues puede nodepresión. Actualmente se utiliza con exclusividad en el
producir una severa hipotensión en pacientes politraumatiza- paciente estable hemodinámicamente con TCE con hiperten-
dos No modifica el tono vascular pulmonar ni suprime la va- sión endocraneana refractaria al manejo (12).
soconstricción pulmonar hipoxia. Puede producir bradicardia
por acción sobre el sistema de conducción y se ha mostrado Ketamina
útil como sedante en el estatus epiléptico refractario.
Es el único anestésico que produce analgesia en dosis st;lba-
El propofol puede ser un buen agente sedante en el paciente
nestésicas por lo que es útil tanto como sedante, como anal-
con TCE, debido a sus efectos a nivel neurológico: disminuye
gésico. No deprime el sistema cardiovascular ni el respirato-
el consumo de oxígeno y el flujo sanguíneo cerebral, esto im-
rio. Tiene un inicio de acción muy rápido (45-60 seg) y una
plica una disminución de la presión intracraneal (PIC). No in-
duración de acción corta (8-10 min.). Su metabolización es
terfiere con la autolTegulación cerebral y la respuesta al CO2•
hepática y tiene metabolitos activos, los cuales se eliminan
A nivel respiratorio disminuye el volumen minuto, el vo-
por vía renal. Tienen un efecto analgésico potente a dosis
lumen cOlTiente y la capacidad residual, por depresión del
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 381
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

que no deprimen el. impulso respiratorio, por 16 que puede la agitación. Se puede llegar a usar dosis de 100-300 mg/día.
ser utilizado en cuidados intensivos en procedimientos do- Se puede también utilizar en perfusión continua a dosis de
lorosos de corta duración, tales como el desbridamiento de 1-5 mg/h (43-45).
heridas, y curaciones en pacientes politraumatizados. Bajas
dosis endovenosas (0,5-1 mgr/kg) proporcionan 5-20 min de Analgesia
intensa analgesia. Es importante tener en cuenta que la keta-
En el paciente crítico es fundamental garantizar una buena
mina puede producir reacciones psicológicas indeseables, las
analgesia y puesto que en muchos casos el paciente no puede
más frecuentes son sueños vívidos, experiencias extracorpó-
comunicarse, siempre se debe suponer que exista dolor sobre
reas e ilusiones. Estas reacciones pueden ser atenuadas con
todo en el paciente politraumatizado.
benzodiacepinas.
Los dos modos fundamentales de control del dolor en el
La ketamina aumenta el metabolismo cerebral, el fiujo san-
enfermo crítico son la administración de analgésicos poten-
guíneo cerebral y la PICo Se conserva la respuesta al CO 2 • Tie-
tes vía parenteral y las técnicas analgésicas-anestésicas re-
ne efectos cardiovasculares caractelisticos, estimula el sistema
gionales.
cardiovascular y habitualmente se asocia a aumento de la pre-
sión arterial, la frecuencia cardíaca y el gasto cardíaco.
La ketamina es un relajante de la musculatura lisa bron-
Analgesia parenteral
quial, por lo que tiene un considerable efecto broncodilata- Opiáceos
dor, lo que determina su utilidad en la sedación de pacientes Son excelentes analgésicos y piedra angular de la analgesia
con severo broncoespasmo, sobre todo en crisis asmáticas en cuidados intensivos. Muy efectivos frente al dolor visce-
graves. Además sus efectos sobre el sistema cardiovascular ral, no producen abolición total del dolor lancinante agudo.
pueden ser especialmente interesantes en estos pacientes, en En pacientes críticos politraumatizados la administración
los que puede existir severo compromiso hemodinámico. debe ser endovenosa. Su utilización en bolos es menos ade-
Principales efectos secundarios: hipertensión arterial, hi- cuada ya que ocasionan concentraciones pico altas, con la
pertensión endocraneal, broncorrea y alucinaciones. La ad- posibilidad de efectos colaterales deletéreos, como depresión
ministración previa de benzodiacepinas puede atenuar las respiratoria. Aunque en el enfermo en ventilación mecánica
secreciones y las alucinaciones. No es aconsejable su uso en esto no es tan importante, se puede contribuir al desalTollo
pacientes con hipertensión endocraneal, aunque la ausencia de tolerancia, lo cual puede ser minimizado con el uso en
de depresión cardiovascular permite mantener la presión de infusión continua, que produce concentraciones séricas más
perfusión cerebral.
estables y mejora la analgesia (4, 2).
De los pocos estudios comparativos que existen con la ke-
Los principales efectos secundarios de los opiáceos son:
tamina en el paciente crítico, se deduce que puede tener un
• Depresión respiratoria
papel en pacientes que requieren altas dosis de inotrópicos
• Náuseas y vómito, hipomotilidad intestinal, espasmo del
o drogas vasopresoras. Dado que no es una droga utilizada
esfínter de Oddi (excepto meperidina)
con frecuencia en cuidados intensivos, definitivamente son
• Retención urinaria
necesarios más estudios (34).
• Liberación de histamina (excepto fentanilo)
Dosis: Bolo 0,5-1mg/kg
• Tolerancia
Perfusión: 0,7-3 mg/kg/h
• Rigidez muscular.

Neurolépticos Los principales opiáceos utilizados son:


Las fenotiacinas (c1orpromacina) y las butirofenonas (drope-
. ridol y haloperidol) pueden ser utilizadas para controlar los Morfina
estados de confusión y de agitación en relación con cuadros Sigue siendo el más utilizado en pacientes críticos politrauma-
de delirio (35-38), nada infrecuentes en enfermos críticos po- tizados para el manejo del dolor. Su vida media es de 2-4 h. Es
litraumatizados que han requerido de varios días de sedoa- el opiáceo más hidro soluble por lo que su inicio de acción es
nalgesia. Estos fármacos disminuyen la actividad motora y lento, su efecto pico se alcanza en 20-30 min, pero su efecto es
disocian al enfermo del medio. Tienen escaso efecto hipnó- más prolongado. Sus principales efectos cardiovasculares son
tico y no afectan significativamente la función respiratoria. la dilatación arteriolar y venosa, y la frecuencia cardíaca.
Las butirofenonas y en concreto el haloperidol son los fár- Una de sus principales desventajas es la liberación de his-
. macos más utilizados, con un efecto cardiovascular limitado, tamina, que puede ocasionar problemas hemodinámicos (hi-
aunque tiene efectos colaterales como son: prolongación del potensión, taquicardia) y broncoconstricción, especialmente
QT (39, 40). Pueden también ocasionar reacciones extrapira- administrada en bolo rápido en pacientes en fases iniciales
midales (41, 42). del trauma que se encuentran en fase de reanimación. Ade-
La dosis requerida de haloperidol para controlar la agita- más la morfina, cuya metabolización se produce en el hígado,
ción en pacientes críticos varía ampliamente. Una recomen- tiene metabolitos activos los cuales se eliminan por vía renal
dación es administrar 2,5 a 5 mg cada 30 min hasta que ceda y por lo tanto, en pacientes con deterioro de la función renal
30 I SEDACiÓN Y ANALGESIA EN EL PACIENTE POLlTRAUMATIZADO

se puede producir un efecto acumulativo importante. Otros se puede acumular con infusiones prolongadas en pacientes'
efectos secundarios importantes son náusea y espasmo del con falla renal. En pacientes con falla hepática pueden ser
esfínter de Oddi, que pueden ser revertidos con naloxona sin más sensibles a los efectos secundarios tales como la depre-
anular completamente la analgesia. No es aconsejable su· uti- sión respiratoria.
lización en pacientes asmáticos y en pacientes con insuficien- Debido a sus características actualmente se ha incremen-
cia renal. Si se utiliza conviene ajustar las dosis (4, 26). tado su uso en medicina crítica, especialmente en los pacien-
Dosis: Bolo 2-5 mg tes en ventilación mecánica (4,21).
Infusión: 2-10mg/h Dosis: Infusión, iniciar con 0,2 mcg/k/h.

Fentanilo Meperidina
Opiáceo mucho más potente que la morfina. Su vida media es Es un opiáceo relativamente liposoluble y tiene un rápido ini-
de 1,5-6 h. Produce mínima liberación de histamina y buena cio de acción. Pico de acción a los 4 mino Su vida media es de
estabilidad cardiovascular por lo cual es el opioide más utiliza- 3-5 h. Una importante limitación de esta droga es que su prin-
do en UCI con excelentes resultados en infusión continua. Es cipal metabolito, la normoperidina tiene efecto convulsivante y
más lipofílico y por eso su inicio de acción es mucho más rápi- puede acumularse especialmente en pacientes con deterioro de
do que la morfina. Comienza a actuar a los 30 seg y su efecto función renal. No produce espasmo del esfínter de Oddi por lo
es máximo a los 4-5 mino Su duración de acción es más corta, que se aconseja como analgésico en procesos que afectan vía
de 0,5..:1 h. Su menor duración de acción se pierde cuando se biliar. También se suele utilizar como analgésico en pacientes
administra en infusión continua. Su metabolismo no se afecta con IAM de cara inferior pues no produce bradicardia (4).
por insuficiencia hepática o renal. Debido a su potencia su uso No se aconseja utilizar en perfusión continua. La dosis ha-
en el paciente clitico politraumatizado debe individualizarse y bitual en bolo es 25-50 mg.
comenzar con dosis menores a mayores (4, 21).
Dosis: Bolo 75-150 microgr Tramadol
Infusión: 25-100 microgr/h Es un opiáceo con una potencia analgésica que es 1/10 de la
morfina. Está indicado en el tratamiento del dolor de inten-
Alfentanil sidad moderada-severa. Se caracteriza por que no produce
Es otro potente opiáceo. Aproximadamente un 25% de po- prácticamente depresión respiratoria y las alteraciones hemo-
tencia del fentanilo. Su vida media es 1,5 h. Es el opiáceo dinámicas que produce son mínimas (26).
de más rápido inicio de acción y el de más corta duración. Dosis: Bolo 100-150 mg ev inicial; 50-100mg /6-8h
La enfermedad hepática puede prolongar su duración de ac- Infusión: 15 mg/h.
ción pero la falla renal tiene poco efecto. No produce efectos
acumulativos por lo que se produce una rápida recuperación Antiinflamatorios no estero ideos (AINES)
después de la retirada del tratamiento (2).
Son efectivos frente al dolor leve-moderado. Especialmente
Dosis: Bolo: 0,3-0,7 mg
útiles en dolor osteoarticular. Los antiinfiamatorios no este-
Infusión: 0,5-3 mg/h
roideos pueden tener un efecto ahorrador de opiáceos dado
que su acción analgésica periférica, inhibiendo la vía de la
Remifentanil
cic1ooxigenasa, potencian el efecto de los opiáceos disminu-
El remifentanil es un derivado piperidínico con una unión yendo las necesidades de los mismos. ",.
éster que lo hace susceptible a metabolismo por estearas no Pueden utilizarse en politraumatizados,'también en ciru-
específicas. Es tan potente como el fentanyl, 10 a 20 veces gía poco agresiva y en cirhgía mayor tras las primeras 48
más potente que el alfentanyl y 10 veces menos potente que horas. Sus principale,.s efectos secundarios son: hemorragia
el sufentanyl. Los efectos colaterales son dependientes de la gastrointestinal, alteraciones de la función renal y disfunción
dosis como depresión respiratoria, tórax leñoso, bradicardia, plaquetaria.
prurito, náusea y vómito.
Si se compara con otros opiáceos usados comúnmente en Ketorolaco
cuidado intensivo se puede catalogar como un medicamento
El más utilizado en cuidados intensivos es el ketorolaco, un
de rápido inicio de acción y recuperación rápida que lo dife-
antiinfiamatorio bastante potente, 30 mg de ketorolaco equi-
rencia de los demás opioides. Por tal razón debe ser adminis-
valen en potencia analgésica a 10 mg de morfina. Su vida
trado en infusión continua. Debido a su metabolismo y dife-
media es de aproximadamente 5 h. Se elimina por vía renal.
rente a los otros de su familia presenta un contexto sensible
Puede producir náuseas y dolor gástrico. Debe evitarse su
de vida media menor a 15 minutos, independiente del tiempo
uso a dosis altas, durante más de 48 h y evitar también tra-
de la infusión. Debido a que su principal metabolito, que tie-
tamientos prolongados, no más de 4-5 días. Parece prudente
ne menor eficacia, requiere eliminación renal, el remifentanil
evitar su uso en pacientes con alto riesgo de úlcera de estrés

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 383


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

(fallo respiratorio, coagulopatía, choque, quemados y en pa- Bloqueo intercostal: consiste en bloquear los nervios
cientes hipovolémicos o con fallo renal. intercostales que inervan la pared torácica. El bloqueo se
Dosis: Bolo 30-50mg (1). realiza en el ángulo costal, o en la línea medio-axilar. La bu-
pivacaína es el fármaco de elección. Indicaciones: fracturas
Sedoanalgésicos nuevos costales y lesiones torácicas. La complicación más frecuente
es el neumotórax pero debido a la dificultad técnica para su
Dexmedetomidina
colocación y la de los catéteres para la infusión continua ha
La dexmedetomidina es un agonista u-2 adrenérgico que ex- desaparecido su uso (49).
hibe propiedades simpaticolíticas, sedantes y analgésicas, es Analgesia interpleural: es útil en intervenciones con in-
8 veces más potente que la clonidina. cisiones laterales. Claramente efectiva en incisión subcostal
Los efectos hipnóticos y ansiolíticos se atribuyen a su ac- y fracturas costales múltiples unilaterales. Es más fácil técni-
ción a nivel dellocus ceruleus y las propiedades analgésicas camente que la epidural y tiene menor riesgo de neumotórax
a la estimulación alfa 2 de los drenorreceptores del cerebro, que el bloqueo intercostal. Se coloca un catéter interpleural a
medula espinal principalmente. través del cual se infunden anestésicos locales.
Este medicamento ha sido aprobado por la FDA para se- Los problemas radican en la necesidad de colocar inicial-
dación a corto plazo y analgesia en cuidado critico especial- mente dosis de analgésicos altos que en muchos casos produ-
mente en el período postoperatorio. cen efectos de toxicidad y alteraciones hemodinámicas (50).
La dexmedetomidina no produce depresión respiratoria o Analgesia epidural: el espacio epidural contiene raíces
disminución de la saturación de la hemoglobina. Disminuye nerviosas espinales, grasa y una larga red de venas. Puede
la vasoconstricción y el escalofrío por lo cual puede favore- hacerse el bloqueo epidural desde la 3a _4a vértebra cervical
cer el desarrollo de hipotermia corporal. También disminuye hasta el sacro, siendo más seguro y de técnica más sencilla
el vaciamiento gástrico y el tránsito intestinal, efecto que es por debajo de L-2. Sin embargo es más satisfactorio cuando
menor que el de la morfina. Tiene metabolismo hepático por se hace al nivel espinal cOlTespondiente al área del dolor:
lo tanto su administración en pacientes con disfunción hepá- • Tórax y abdomen superior: bloqueo epidural torácico
tica debe ser prudente. ' (51).
A nivel cerebral no modifica la presión del LCR ni el con- • Abdomen inferior y miembros inferiores: bloqueo epidu-
sumo de oxígeno cerebral, sin embargo, produce disminu- rallumbar.
ción del flujo sanguíneo cerebral. Disminuye la presión ar-
terial, la frecuencia cardíca y las catecolaminas sanguíneas Para la analgesia' se pueden utilizar anestésico, fundamental-
dependiendo directamente de la dosis. Estas alteraciones no mente bupivacaína sola o asociada con opiáceos. También se
son importantes y pueden ser manejadas con la infusión de puede utilizar sólo opiáceos, habitualmente morfina o fentanilo.
líquidos y con la disminución de la dosificación. En pacientes Sigue siendo el bloqueo más utilizado para la analgesia
de cuidado intensivo se aconseja la no administración de bolo continua en trauma de tórax como coadyuvante en paciente
inicial iniciando su administración con dosis bajas y con in- con tórax inestable con o sin ventilación mecánica. Es una
crementos de acuerdo a cada situación particular (46). buena recomendación de su uso en este tipo de pacientes
Debido a que no produce depresión respiratoria y que su (52).
tiempo de vida media es aproximadamente de 3 horas, los Bloqueo paravertebral: se utiliza con gran éxito para el
pacientes pueden ser extubados sin retirar la administración manejo de tórax inestable con fracturas unilaterales y/o to-
del medicamento y en ocasiones sólo se necesita disminuir racotomía unilateral para cirugía de tórax debipo a heridas
su dosificación. El tiempo de inicio de acción es muy corto y penetrantes cortopunzantes o por arma de fuego'>Se maneja
la fase de distribución rápida es de 6 minutos. Debido a que con un catéter para infusión continua de anestésicos locales
el nivel de analgesia no es muy potente, en casos de dolor u opioides (53, 54). Presenta menor morbilidad que los caté-
severo se debe agregar opiáceos, teniendo presente que se teres peridurales debido a que el bloqueo simpático es menor
deben administrar a dosis menores puesto que su acción es y por ende se produce menor hipotensión arterial. Aunque
sumatoria (47). la literatura reciente recomienda ampliamente su uso, a ni-
Los efectos adversos más comunes son hipotensión y bra- vel nacional la utilización en nuestras VCls es casi nula. Su
dicardia cuyo manejo se hace con disminución de la dosis y principal complicación es el desarrollo de neumotórax por
con cristaloides. Se puede presentar ligera náusea e hiperten- punción accidental de la pleura posterior.
sión inicial debido a su acción sobre los receptores alfa 2B
periféricos secundario a infusión rápida (48). Conclusiones
Dosis: Bolo 1 mcg/k/h
Infusión: 0,3- 0,8 mcg/k/h. • El manejo adecuado de la sedación y el óptimo control del
dolor en el paciente crítico son un deber del intensivista, no
sólo para brindar la mayor comodidad durante su estadía
Analgesia regional
en la VCI sino para disminuir las manifestaciones clínicas
Las principales técnicas regionales utilizadas son: metabólicas que puedan agravar la situación médica.
30 I SEDACiÓN Y ANALGESIA EN EL PACIENTE POLlTRAUMATIZADO

La optimización del nivel de sedación mediante el uso de 14. KoIlef MH, Levy NT, Ahrens TS, et al. The use of continuous IV seda-
escalas validadas ayudan a evitar los niveles insuficientes tion is associated with prolongation of mechanical ventilation. Chest
1998; 114: 541.
o la sobresedación, lo cual puede condicionar el desanollo 15. Chamorro C, de Latorre FJ, Montero A, et al. Comparative study of
de complicaciones como aumento en la tasa de infección propofol versus midazolam in the sedation of critically ill patients:
nosocomial relacionada con -el ventilador, prolongación Results of a prospective, randomized, multicenter trial. Crit Care Med
de la estancia en VeI, aparición de delirio el cual agrava 1996; 24: 932.
16. Barrientos-Vega R, Sánchez-Soria MM, Morales-GarCÍa C, et al. Pro-
la situación. longed sedation of critically ill patients with midazolam or propofol:
El uso racional de los medicamentos que actualmente te- Impact on weaning and costs. Crit Care Med 1997; 25: 33.
nemos en el mercado nos permiten lograr adecuados nive- 17. Mohler H, Richards JG. The benzodiazepine receptor: a pharmaco-
les de sedación y analgesia, disminuir las complicaciones logical control element of brain function. Eur J Anaesthesiol Suppl
1988; 2: 15.
secundarias a su mal uso, no aumentan la estancia hospi- 18. Dasta JF, Fuhrman TM, McCandles C. Patterns of prescribing and
talaria y se hacen racionales los costos secundarios al uso administering drugs for agitation and pain in patients in a surgical
de estas medicaciones. intensive care unit. Crit Care Med 1994; 22: 974.
19. Pohlman AS, Simpson KP, Hall JB. Continuous intravenous infusions
Es prudente usar las mezclas de sedantes y analgésicos
of lorazepam versus midazolam for sedation during mechanical venti-
con el objeto de aprovechar las características farmacoló- latory support: A prospective, randomized study. Crit Care Med 1994;
gicas de estos medicamentos. 22: 1241.
Dado el amplio uso de los sedantes en cuidados intensivos 20. Ziegler WH, Schalch E, Leishman B, Eckert M. Comparison of the
effects of intravenously administered midazolam, triazolam and their
y sus implicaciones económicas parece necesario realizar
hydroxy metabolites. Br J Clin Pharmacol 1983; 16 Suppl 1: 63S.
más estudios randomizados comparando los agentes co- 21. Jacobi J, Fraser GL, Coursin DB, et al. Clinical practice guidelines for
múnmente utilizados, que aporten evidencia sobre el más the sustained use of sedatives and analgesics in the critically ill adult.
útil. Crit Care Med 2002; 30: 119.
22. Greenblatt DJ. Clinical pharmacokinetics of oxazeparri and loraze-
De acuerdo a las características individuales siempre es
pam. Clin Pharrnacokinet 1981; 6: 89.
recomendable usar los procedimientos de anestesia regio- 23. Tayar J, Jabbour G, Saggi SJ. Severe hyperosmolar metabolic acidosis
nallos cuales proporcionan un mayor nivel de analgesia y due to a large dose of intravenous lorazepam. N Engl J Med 2002;
disminuyen la necesidad de sedación. 346: 1253.
24. Cawley MJ. Short-term lorazepam infusion and concern for propylene
glycol toxicity: case report and review. Pharmacotherapy 2001; 21:
Referencias 1140.
1. Hansen-Flaschen J. Improving patient tolerance of mechanical venti- 25. Arroliga AC, Shehab N, McCarthy K, González JP. Relationship of
lation. Crit Care Clin 1994; 10:659. continuous infusion lorazepam to serum propylene glycol concentra-
2. Karen Tieetze. Use of sedative medications in critically ill patients, tion in critically ill adults. Crit Care Med 2004; 32: 1709.
2005. 26. Lewis KS, Whipple JK, Michael KA, Quebbeman EJ. Effect of anal-
3. Fontaine DK. Nonpharmacologic management of patient distress du- gesic treatment on the physiological consequences of acute pain. Am
ring mechanical ventilation. Crit Care Clin 1994; 10: 695. J Hosp Pharm 1994; 51:1539.
4. María Teresa Antuña, Snatiago Herrera. Sedoanalgesia en el paciente 27. Fulton B, Sorkin EM. Propofol. An overview of its pharmacology and
crítico. Hospital de Cabueñes. Gijón. CIMC 2000. a review of its clinical efficacy in intensive care sedation. Drugs 1995;
5. 1. Richardson, S. Sabanathan. A prospective randomized comparison 50: 636.
of epidural or paravertebral post-toracotomy pain. B journal of Anes- 28. Perrier ND, Baerga-Varela Y, Murray M1. Death related to propofol
thesia 1999. use in an adult patient. Crit Care Med 2000; 28: 3071.
29. Salengros JC, Velghe-Lenelle CE, Bollens R, el al. Lactic acidosis
6. Wittbrodt ET. The ideal sedation assessment tool: an elusive instru-
ment. Crit Care Med 1999; 27: 1384. during propofol-remifentanil anesthesia in an adult. Anesthesiology
7. Devlin, JW, Boleski, G, Mlynarek, M, et al. Motor Activity As- 2004; 101: 241.
sessment Scale: a valid and reliable sedation scale for use with me- 30. Cannon ML, Glazier SS, Bauman LA. Met~h~.1ic acidosis, rhabdom-
chanically ventilated patients in an adult surgical intensive care unit. yolysis, and cardiovascular collapse after proiÓnged propofol infu-
Crit Care Med 1999; 27: 1271. sion. J Neurosurg 2001; 95:1053.
8. Riker RR, Picard JT, Fraser GL. Prospective evaluation of the Seda- 31. Burow BK, Johnson ME, Packer DL. Metabolic acidosis associated
with propofol in the/absence of other causative factors. Anesthesiolo-
tion-Agitation Scale for adult critically ill patients. Crit Care Med
1999; 27: 1325. gy 2004; 101: 239.
32. Bennett SN, McNeil M, Bland LA, et al. Postoperative infections tra-
9. Bizek KS. Optimizing sedation in critically ill mechanicaIly ventila-
ted patients. Crit Care Nurs Clin North Am 1995; 7: 315. ced to contamination of an intravenous anesthetic, propofol. N Engl J
Med 1995; 333: 14.
10. Ramsay MA, Savege TM, Simpson BR, Goodwin R. ControIled seda-
tion with alphaxalone-alphadolone. Br Med J 1974; 2: 656. 33. Mirenda J. Prolonged propofol sedation in the critical care unit. Crit
Care Med 1995; 23: 1304.
11. Sessler CN, Gosnell MS, Grap MJ, et al. The Richmond Agitation-
Sedation Scale: validity and reliability in adult intensive care unit pa- 34. Youssef-Ahmed MZ, Silver P, Nimkoff L, Sagy M. Continuous infu-
sion of ketamine in mechanically ventilated children with refractory
tients. Am J Respir Crit Care Med 2002; 166: 1338.
12. Veselis RA, Reinsel VA, Feshchenko VA, Wronki M. The comparative bronchospasm. Intensive Care Med 1996; 22: 972.
35. Milbrandt EB, Deppen S, Harrison PL, et al. Costs associated with deli-
amnestic effects of midazolam, propofol, thiopental, and fentanyl at
rium in mechanically ventilated patients. Crit Care Med 2004; 32: 955.
equisedative concentrations. Anesthesiology 1997; 87: 749.
36. McNicoll L, Pisani MA, Zhang Y, Ely EW. Delirium in the intensive
13. Hansen-Flaschen JH, Brazinsky S, Basile C, Lanken PN. Use of se-
care unit: occurrence and clinical course in older patients. J Am Ge-
dating drugs and neuromuscular blocking agents in patients requi-
riatr Soc 2003; 51:591.
ring mechanical ventilation for respiratory failure. JAMA 1991; 266:
2870.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 385


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

37. Ely EW, Shintani A, Truman B, et al. Delirium as a predictor of mor- domized, double blind, placebo-controlled phase II study. Crit Care
tality in mechanically ventilated patients in the intensive care unit. Med 2002; 30: 1007.
JAMA 2004; 291: 1753 47. Venn RM, Bradshaw CJ, Spencer R, et al. Preliminary UK experience
38. Adams F. Emergency intravenous sedation of the delirious, medically of dexmedetomidine, a novel agent for postoperative sedation in the
ill patient. J Clin Psychiatry 1988; 49Suppl: 22. intensive care unit. Anaesthesia 1999; 54: 1136.
39. Holley FO, Magliozzi JR, Stanski DR, et al. Haloperidol kinetics after 48. Shehabi Y, Ruettimann U, Adamson H, et al. Dexmedetomidine in-
oral and intravenous doses. Clin Pharmacol Ther 1983; 33: 477. fusion for more than 24 hours in critically ill patients: sedative and
40. Menza MA, Muo·ay GB, Holmes VF, Rafuls WA. Decreased extra- cardiovascular effects.
pyramidal symptoms with intravenous haloperidol. J Clin Psychiatry 49. James D. Luketich, Stephanie R Land, Eric A Sullivan, Miguel Alve-
1987; 48: 278. lo Rivera. Thoracic Epidural versus Intercostal Nerve Catheter, plus
41. Metzger E, Friedman R. Prolongation of the corrected QT and torsa- patient-controlled analgesia: A Randomized study: Ann Thorac Surg
des de pointes cardiac arrhythmia associated with intravenous halope- 2005; 79: 1845.
ridol in the medically ill. J Clin Psychopharmacol 1993; 13: 128. 50. Short Kimberly Scheeres. Evaluation of intrapleural analgesia in the
42. Wilt JL, Minnema AM, Johnson RF, Rosenblum AM. Torsades de po- management of blunt traumatic chest wall pain clinical trial: Ameri-
intes associated with the use of intravenous haloperidol. Ann Intern can Surgeon 1996; 62(6): 488-93.
Med 1993; 119: 391. 51. Flisberg P. Pain relief and safety after major surgery: prospective stu-
43. Fernandez F, Holmes VF, Adams F, Kavanaugh JJ. Treatment of seve- dy of epidural and IV analgesia in 2696 patients. Acta Anesthesiol
re, refractory agitation with a haloperidol drip. J Clin Psychiatry 1988; Scand 2003; 47: 457-65
49: 239. 52. Eileen M Bulger, Thomas Edwards, et al. Epidural analgesia improves
44. Seneff MG, Mathews RA. Use of haloperidol infusions to control de- outcome after multiple rib fractures: Surgery 2004; 136: 426-30.
lirium in critically ill adults. Ann Pharmacother 1995; 29: 690. 53. Dhole S, et al. Comparison of continuous thoracic epidural and para-
45. Riker RR, Fraser GL, Cox PM. Continuous infusion of haloperidol vertebral blocks for post-operative bypass sugery. J Cardiothorac Vasc
controls agitation in critically ill patients. Crit Care Med 1994; 22: Anesth 2001; 15: 288-92.
433. 54. Z Naja P. Alonnqvist somatic paravertebral nerve blockade. Anesthe-
46. Triltsch AE, Welte M, von Homeyer P, et al. Bispectral index-guided sia 2001; 56: 1181-1201.
sedation with dexmedetomidine in intensive care: a prospective, ran-
AN N
Y ANESTESIA
NI e
Erick Valencia M, MD; José Luis Díaz G, MD; Oiga Teresita Salazar L, Enf.

Introd ucción allá del manejo anestésico; lo hecho en el quirófano proba-


blemente repercutirá en forma positiva o negativa en el des-
El papel del anestesiólogo en la atención de víctimas del trau-
enlace del paciente en la unidad de cuidados intensivos (UCI)
ma varía de país a país, dependiendo de la presencia y res-
(3,4).
ponsabilidad de otros especialistas en medicina (1).
La evaluación inicial del paciente con trauma severo que
Los anestesiólogos, además de dominar la reanimación
va a ser sometido a cirugía tiene además una gran impor-
cerebro cardiopulmonar, el manejo de la vía aérea, la monito-
tancia puesto que es la primera oportunidad para establecer
ría invasiva y no invasiva, también están presentes de manera
lesiones orgánicas específicas fatales y como tal debe reci-
continua las 24 horas del día en centros hospitalarios per-
bir una atención médica inmediata. La incertidumbre de la
mitiendo involucrarse con estos conocimientos y destrezas
severidad de las lesiones y la escasa disposición de tiempo
en la atención inicial y definitiva de pacientes severamente
para valorar pacientes severamente lesionados obliga a una
traumatizados.
aproximación metódica, rápida y ordenada para asistir estos
El anestesiólogo por virtud llena los requisitos para ocu-
pacientes.
par un papel crucial en el equipo de trauma, a tal punto que
Inicialmente, todo paciente debe ser considerado con ries-
en algunos países de Europa es el líder (2).
go de broncoaspiración, trauma craneoencefálico (TEC),
Sin embargo, en nuestro país, por las condiciones subóp-
trauma cervical, hipovolemia y potencialmente difícil de
timas para la atención del trauma en el lugar del suceso y del
intubar. Si el tiempo lo permite, la información que ha de
transporte prehospitaiario, su labor principal es en el servicio
ser tenida en cuenta para el plan anestésico incluye: historia
de urgencias y el quirófano. En este capítulo presentaremos
médica previa, buscando especialmente enfermedad pulmo-
los principales aspectos del cuidado anestésico del paciente
nar, disfunción ventricular izquierda o enfermedad isquémica
traumatizado, el cual se inicia con la valoración y resucita-
cardíaca, condiciones que influyen en la elección de anesté-
ción preoperatoria, luego el período crítico de la inducción
sicos, en la monitoría invasiva transoperatoria y en el manejo
anestésica e intubación traqueal, el manejo intraoperatorio
postoperatorio en la UCI. La presencia de tales condiciones
que incluye las consideraciones específicas de cada sistema
debe llevar al anestesiólogo a investigar más en detalle el sis-
traumatizado, la elección de la técnica anestésica, la monito-
tema cardiovascular o el sistema respiratorio con el fin de
ría de los sistemas orgánicos, las complicaciones transopera-
identificar enfermedades de base que específicamente em-
torias más frecuentes y finalmente unas consideraciones para
peoran el pronóstico postrauma (5).
el cuidado postoperatorio inmediato.
En lo posible se debe obtener información de los medi-
camentos previamente ingeridos, alergias~, cirugías y antece-
Evaluación inicial preoperatoria dentes de entidades infecctosas como hepatitis e infección
Los pacientes que van a ser llevados a cirugía de forma elec- por VIH. El mecanismo del trauma alerta sobre la posibilidad
tiva generalmente se encuentran en buenas condiciones tanto de determinadas lesi9nes. Uno de los objetivos primarios en
físicas como mentales, con un diagnóstico quirúrgico defi- el manejo anestésico del paciente de trauma es permitir la
nitivo y una enfermedad de base lo mejor controlada posi- corrección quirúrgica de las lesiones con el menor riesgo y en
ble. En contraposición los pacientes sometidos a cirugía de los casos que no sea posible hacer control de daños y poste-
emergencia, tienen un diagnóstico incierto y una enfermedad rior traslado a la UCI, donde continuará el proceso de resuci-
de base mal controlada, con alteraciones cardiovasculares y tación, con el plan de re intervenir 24 a 36 hrs. Después, esto
metabólicas concomitantes. requiere una adecuada y exacta evaluación preoperatoria de
La principal regla en el manejo anestésico de los pacientes las condiciones generales del paciente, con particular aten-
sometidos a cirugía de emergencia es estar preparado para to- ción en problemas específicos, los cuales pueden influenciar
das las potenciales complicaciones, incluyendo el vómito, la el manejo anestésico y las consecuencias en la UCI (6).
regurgitación, la hipovolemia, la hemorragia, las reacciones Es importante tener presente el diagnóstico, la magnitud
a medicamentos, la presencia de alteraciones electrolíticas de la cirugía propuesta y lo urgente del procedimiento quirúr-
y renales. El anestesiólogo, además de mantener el estado gico, con el fin de establecer lo p'rolongado de la evaluación
fisiológico dentro del quirófano, debe tener una visión más preoperatoria y el método anestésico indicado. Siempre debe
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

tenerse en cuenta aquellas condiciones relacionadas con el En algunas ocasiones, cuando hay un deterioro marcado
trauma, lo que algunos han denominado casuística del trau- del paciente, la evaluación preoperatoria se limita a la presen-
ma. A continuación se enumeran los indicadores de trauma cia de pulso y en algunos casos de ritmo cardíaco con el fin
mayor para no desconocer lesiones asociadas potencialmente . de evaluar si el paciente se encuentra vivo e inmediatamente
quirúrgicas (tabla 1). proceder con la resucitación (tabla 3).

Tabla 1. Indicadores de trauma mayor. Tabla 3. Índices clínicos de la extensión de pérdida sanguínea.

Fractura de pelvis inestable. Fractura de 2 o más huesos largos 1- 2- 3- 4-


Mínimo Leve Moderado Severo
Fractura de costillas superiores. Caída desde más de 15 pies
% de pérdida 10 20 30 >40
Arrollamiento por automóvil. Muerte de acompañante sanguínea
Intrusión de motor en compartimiento del pasajero Pérdida de volumen 500 1000 1500 > 2000
(mI)
Dependiendo de la urgencia de la intervención quirúrgi- Frecuencia cardíaca Normal 100-120 120-140 > 140
(pm)
ca, el examen físico debe ser selectivo con el fin de identifi-
Presión arterial Normal Hipotensión Sistólica < Sistólica <
car problemas cardiopulmonares relevantes o de algún otro
ortostática 100 mmHg 80 mmHg
sistema que pueda comprometerse durante la anestesia. La
Eliminación Normal 20-30 10-20 Nada
evaluación del sistema respiratorio es en ocasiones difíciles urinaria (ml/h) (lml/k/h)
cuando el paciente se encuentra con dolor (como en presen- Sensorio Normal Normal Somno- Deterioro de
cia de irritación peritoneal). liento conciencia
Todo el personal involucrado en el manejo de los pacien- Circulación Normal Frío y Frío, pálido, Frío,
tes con trauma se debe motivar por realizar el curso avanzado periférica pálido lento llena- SUdOl~OSO,
do capilar Cianosis
de soporte de vida en trauma (ATLS: Advance Trauma life
periférica
Support) o el curso de soporte de vida en trauma europeo
PVC (cmH,O) Normal -3 -5 -8
(ETLS: European Trauma Life 'Support) (7-11).
El rápido examen físico que se recomienda en el ATLS/ La Sociedad Americana de Anestesiólogos (ASA) de-
ETLS le puede servir al anestesiólogo para un enfoque inicial sarrolló una clasificación de cinco categorías basada en la
de problemas cuando no hay disponibilidad de interrogatorio valoración preoperatoria del estado físico, para facilitar la
preoperatorio antes del procedimiento anestésico o antes de comunicación y no como valoración de riesgo, por lo que ha
tomar una decisión importante (tabla 2). recibido críticas entre los anestesiólogos. Sin embargo, algu-
nos investigadores han identificado que pacientes con estado
Tabla 2. Rápida evaluación preoperatoria.
ASA mayor tienen más riesgo de complicaciones cardiopul-
monares y de muerte (12, 13).
1. Revisión a. Vía aérea
primaria
b. Respiración
Manejo de la vía aérea
c. Circulación
d. Estado mental
Las complicaciones derivadas del manejo de la vía aérea en
pacientes traumatizados son comunes y debidas a la impor-
e. Antecedentes: alergias, drogas, tóxicos, ultima in-
gesta, embarazo, etc. tancia y vulnerabilidad del sistema respiratorio pueden com-
2. Resucitación a. Oxigenación y ventilación prometer la vida en un breve período de tiempo~"Un concepto
b. Manejo del shock
fundamental es que el manejo de la vía aérea es más que la
pericia para realizar una intubación endotraqueal, es preciso
c. Tratamiento de soporte
disponer de varias técnica's de acceso y el método escogido
3. Ayudas a la a. Monitoreo 1) Gases
revisión pri- depende de la disponibilidad del equipo, el nivel de entrena-
2) EtC0 2
maria miento, la experiencia y la lesión específica del paciente.
3)EKG Quizás el aspecto más importante que el anestesiólogo
4) Sa0 2 debe reconocer es la vía aérea potencialmente difícil y ser
5) Presión arterial capaz de implementar planes alternos en las diferentes situa-
b. Sonda vesical y sonda nasogástrica (SNG) ciones. Muchas veces la vía aérea difícil no es aquella que
c. Rayos X 1) Tórax presenta una dificultad obvia, sino las que parecen ser fáciles
2) Pelvis y no lo son. Por todo lo anterior la vía aérea difícil deman-
3) Espina cervical da la confluencia de destrezas, experiencia, entrenamiento,
4) Ecografía o TAC ab-
conocimiento, e innovación en el anestesiólogo. El paciente
dominal y/o lavado peri- con trauma severo tiene alto riesgo de' comprometer la vía
toneal aérea por múltiples razones; por lo que debe evaluarse y de-
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

terminar su impacto. El trauma directo puede involucrar un La facilidad de la intubación endotraqueal puede prede-'
daño a la vía aérea como talo cualquier lesión a estructuras cirse también si se tiene el paciente sentado, (siendo éste un
cercanas que distorsionan la anatomía. El trauma indirecto factor limitante en la gran mayoría de los pacientes trauma-
afecta el manejo cuando esas lesiones limitan las técnicas tizados) por medio del test de Mallampati (apertura bucal y
disponibles (14-17). protrusión máxima de la lengua). Este test fue luego modifi-
Trauma directo de la vía aérea: cado por Samsoon y Young (tabla 5).
Fracturas mandibulares y maxilares
Heridas penetrantes faciales o en cuello Tabla 5. Sistema de clasificación de la vía aérea de Samsoon y Young.

Trauma indirecto de la vía aérea: Visualización directa


Lesión de la columna cervical Clase Paciente sentado Visión laringoscópica predicha
Enfisema, edema o sangrado dentro de los tejidos blandos 1 Paladar blando, fauces, Glotis entera
úvula y pilares
del cuello
II Paladar blando, fauces y úvula Comisura posterior
Neumotórax
III Paladar blando y base uvular Punta de la epiglotis
Quemaduras del cuello y tórax superior.
IV Paladar duro únicamente No estructuras glóticas

Las lesiones de la vía aérea deben considerarse dinámicas de Actualmente se cuenta con tecnología tridimensional
tal forma que obstrucciones parciales se pueden convertir en computarizada en la evaluación de la vía aérea, a través de
completas en cualquier momento. una mejor demostración espacial de los fragmentos óseos
Antes de intentar una intubación endotraqueal, es indis- fracturados que permite y facilita la evaluación de fracturas
pensable equipo necesario; máscara-válvula-bolsa con oxí- faciales y mandibulares complejas (20, 21).
geno a alto flujo, dispositivos de succión, cánulas orofarín-
gea y nasofaríngea, laringoscopios debidamente probados,
Reconocimiento de posibles lesiones
valvas para laringoscopios de diferentes medidas y formas,
tubos endotraqueales, medicaciones hipnóticas, analgési-
causados por el trauma de la vía aérea
cas y relajantes musculares apropiados para cada situación Trauma cerrado
(18).
El trauma cerrado presenta un gran dilema diagnóstico debi-
do a la normalidad en el examen físico. Alrededor del 50%
Valoración de la vía aérea previa a la de los pacientes con trauma facial celTado tienen lesiones
intubación endotraqueal (IOT) concomitantes de la columna cervical (22). La presencia de
Los escenarios para el manejo de la vía aérea son muy va- neumotórax es frecuente en lesiones traqueales bajas o bron-
riados y van desde aquél en el cual es necesario un abordaje quiales. La mortalidad de las lesiones de la vía aérea va desde
emergente de la vía aérea como parte de la resucitación hasta un 11 % cuando sólo hay fractura del cartílago tiroides hasta
aquél donde se puede realizar electivamente. De esta forma, un 50% cuando se compromete el cartílago cricoides, bron-
en aquellos pacientes traumatizados que no requieran una quios o la tráquea intratorácica (23).
intubación endotraqueal emergente se puede proceder a rea- Se debe sospechar lesión lmingea o traqueal en caso de
lizar un examen físico de la vía aérea con el fin de encontrar estridor, disfagia, disnea en decúbito, disfonía. El método de
hallazgos que sugieran una intubación difícil (tabla 4). elección para asegurar la vía aérea en estos pacientes es una
sedación consciente, anestesia tópica d~'la. vía aérea superior
Tabla 4. Hallazgos que sugieren una intubación endotraqueal difícil. y luego examen con fibrobroncoscopio fleiible e intubación
endotraqueal con el mismO (24).
Boca pequeña
Retrognatia Trauma penetrante
Maxilar protuberante Los problemas con relación a la vía aérea son más frecuentes
Lengua grande o con movilidad comprometida con lesiones penetrantes en la zona 2 del cuello, se deben
Menos de 6 cms de distancia tiromentoniana sospechar en caso de disnea, cianosis, enfisema subcutáneo,
Incapacidad de colocar la cabeza en posición de olfateo (trauma cervical) burbujeo o salida de sangre espumosa por el sitio de la lesión.
Presencia de masa en cuello o cuello corto-grueso
La mayoría de pacientes con estas lesiones deben ser intuba-
dos como emergencia.
Con un sistema de puntaje con 5 variables (peso, movi-
miento de cuello y cabeza, movimiento mandibular, retrog- Trauma térmico
natia y dientes prominentes), se encontró que el sistema pudo La afección de la vía aérea se pro~uce por edema lm'íngeo y
identificar el 95% de intubaciones difíciles y 12% de falsos tumefacción perioral y facial así, como una alteración en el
positivos en 778 pacientes (19). intercambio gaseoso por lesión química pulmonar. La intuba-

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 389


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

ción endotraqueal de estos pacientes debe ser más precoz que Los pacientes con trauma severo que requieren intubación
tardía por el curso natural de la lesión a aumentar el edema. urgente o emergente ameritan estratificarse acorde a su es-
Se prefiere la intubación orotraqueal ya que la traqueo sto mía tado para el uso de medicamentos que ayuden a realizar la
se ha asociado a una alta tasa de mortalidad. Ante cualquier intubación endotraqueal:
signo de obstrucción de la vía aérea se prefiere la intubación 1. Pacientes estables y con buena resucitación: deben recibir
endotraqueal con fibrobroncoscopio. dosis estándar o reducidas de drogas inductoras.
2. Pacientes que son inestables con inadecuada resucitación
Inhalación de humo pero que requieren intubación inmediata: Deben recibir
Llega a estar presente en el 25 % de los pacientes quienes son dosis reducidas y tituladas de inductores.
víctimas de quemaduras. La inhalación de humo es respon- 3. Pacientes en estado extremo de deterioro, con hipovo-
sable de la mitad de las muertes relacionadas con incendios. lemia y compromiso severo del nivel de conciencia: los
Los signos cardinales son el dolor retroesternal a la inspira- agentes inductores no se necesitan pero sí los relajantes
ción y el broncoespasmo. Es importante recordar que el re- neuromusculares con el fin de facilitar la IOT.
gistro de la saturación arterial de oxígeno en el oxímetro de
pulso no es confiable por incapacidad de diferenciar la longi- En los pacientes con trauma de cráneo actualmente pueden
tud de onda de la carboxihemoglobina y la oxihemoglobina, utilizarse las mismas dosis tanto de agentes inductores como
en su reemplazo de debe utilizar un cooxímetro el cual debe de relajantes neuromusculares, excluyendo de la lista la ke-
estar disponible en cualquier centro de tercer nivel. tamina. Los pacientes con trauma cardíaco pueden ser más
vulnerables a las pequeñas dosis de anestésicos y aquellos
Intubación endotraqueal urgente con trauma pulmonar severo a pequeños episodios de hipoxia
durante el momento de inducción.
Los pacientes con trauma severo pueden presentar una serie
de condiciones que pueden llevar a falla respiratoria exigien- Técnicas para la intubación endotraqueal
do una intervención de emergencia en la vía aérea para evitar
el paro cardiOlTespiratorio; en la tabla 6 se exponen las cau- Intubación orotraqueal
sas de falla respiratoria en el paciente traumatizado. La intubación en do traqueal representa la técnica de referen-
cia para asegurar la vía aérea y provee la protección más se-
Tabla 6. Causas de falla respiratoria en el paciente traumatizado.
gura contra la aspiración de materiales extraños (25, 26).

Vía aérea y cardiovascular


Intubación nasotraqueal
Cuerpo extraño.
Obstrucción de tejidos blandos Indicaciones y contraindicaciones: a pesar de que fue la téc-
Edema de la vía aérea nica favorita en el manejo de la vía aérea de emergencia en
Trauma laríngeo, traqueal o bronquial
pacientes con trauma (particularmente en trauma de columna
Shock. Trauma cardíaco
Ventilación otras
cervical), la intubación nasotraqueal está raramente indica-
Broncoaspiración. Trauma raquimedular
da en el manejo del paciente traumatizado por la necesidad
Hemotórax. Trauma craneoencefálico de mayor tiempo para la colocacion del tubo y el riesgo de
Neumotórax. Trauma de cuello sangrado (27). Está contraindicada en fracturas faciales ex-
Contusión pulmonar. Enf. pulmonar preexistente tensas, anormalidades intranasales y ante cualquier evidencia
Edema pulmonar. Abuso de drogas
Tórax inestable
de fractura de base de cráneo (otolTaquia, rin()l:rea, signo de
Lesión por inhalación Battle) es una contraindicación a~soluta, debido 'a que se han
descrito penetraciones en el cerebro de tubos colocados por
La urgencia para realizar la intubación endotraqueal se divi- la nariz (28, 29). Los inte,ntos a ciegas son particularmente
de en cuatro categOlias según la disponibilidad de tiempo para peligrosos por el riesgo de vómito inducido.
acceder a la vía aérea según el estado clínico del paciente:
A. Intervención inmediata en pacientes apneicos Combitubo traqueal esofágico
B. Intervención de
emergencia en pacientes con dificultad Éste es un tubo con doble lumen que se puede introducir a
respiratoria. ciegas por la boca. Está diseñado con la posibilidad de poder
C. Intervención urgente en pacientes estables pero con rápi- ventilar los pulmones bien sea que haya quedado introducido
do incremento de edema en la cavidad oral, facial, cuello en el esófago o en la tráquea; el canal más largo tiene una
o alto riesgo de aspiración por sangrado luego de trauma apertura en la punta y el otro tiene una terminación ciega
maxilofacial o edema de la vía aérea causada por inhala- pero con múltiples. agujeros a nivel supraglótico. Un manÓ.
ción de humo y quemaduras de la vía aérea. guito distal de volumen pequeño y uno proximal de volu-
D. Intervención diferida en todos los otros pacientes con alto men .grande son diseñados para oblite,rar la hipofaringe. Si
riesgo de problemas pulmonares como el slndrome de di- el tubo entra en el esófago como la mayoría de las veces, el
ficultad respiratoria aguda (SDRA). paciente es ventilado por los agujeros pequeños supraglóti-
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

coso El volumen corriente a entregar es dirigido a la glotis Catéter angiográfico multipropósito (CAM)
y se previene su escape por los manguitos inflados distal en El CAM se ha descrito como una alternativa en la intuba-
esófago y proximal en la hipofaringe. Si el tubo entra en la ción de pacientes con trauma de columna cervical asociado
tráquea el paciente es ventilado. El combitubo ha sido utiliza- con dificultad de la laringoscopia. Previa anestesia tópic~ el
do satisfactoriamente en paro cardiorrespiratorio (30). Igual- CAM puede ser avanzado hacia la traquea sobre una guía de
mente es una excelente alternativa en casos donde se carece Bentson guiado por fluoroscopia intermitente, manteniendo
de experiencia en intubación endotraqueal, incapacidad de el occipucio, espina cervical y el maxilar inferior en posi-
intubación por anatomía difícil de la vía aérea o cuando los ción neutra. Posteriormente en tubo endotraqueal se avanza
pacientes se encuentran en posiciones inusuales (31). a través del CAM hacia la traquea. La ventaja sugerida sobre
Una desventaja del combitubo es la imposibilidad de rea- la fibrobroncoscopia es menos obstrucción de la imagen con
lizar succión traqueal cuando queda en posición esofágica. secreciones o sangre. El CAM de 1,5 mm de diámetro ex-
Las complicaciones con su colocación incluyen laceraciones terno permite el paso de un tubo orotraqueal de 3 mm. Con
de faringe, perforación esofágica o traqueal y la incapacidad la práctica y la experiencia se podría reducir el tiempo de la
de proveer una adecuada ventilación. El combitubo está con- intubación asistida por radiólogos de 12 minutos actualmente
traindicado en: a 2 minutos (38).
l. Presencia de reflejos nauseosos intactos.
2. Obstrucción central de la vía aérea (el tubo no se puede Vía aérea quirúrgica
pasar a ciegas por una vía aérea obstruida porque puede
causar más lesiones). Cricotirotomía
3. Manejo de la vía aérea luego de la ingestión de sustancias Es la forma más segura de acceder a la vía aérea de emergencia
cáusticas. en aquella situación en donde es imposible inicialn,1ente el uso
4. Pacientes con patología esofágica conocida. del combitubo o la máscara laríngea como por ejemplo ante
la aspiración de un cuerpo extraño, trauma laringotraqueal y
Fibrobroncoscopio fl~xible facial o hemorragia aguda en la vía aérea. Se debe realizar con
El fibrobroncoscopio flexible es un instrumento frágil, cos- equipos de cánula número 4, idealmente sin balón.
toso que requiere entrenamiento y destreza para su uso ade-
cuado (32). Por estas razones no está disponible fácilmente Ventilación jet-transtraqueal
en verdaderas emergencias fuera de la UCI o del quirófano.
Es una medida que se debe considerar si no se logra la intu-
Tiene una aplicabilidad muy limitada en aquellos casos don-
bación endotraqueal ni la ventilación con máscara facial. La
de se requiere un acceso rápido a la vía aérea (33-36). Es
única forma de exhalar el oxígeno inspirado es a través de la
preferible disponer de anestesia tópica porque la anestesia
vía aérea por lo que si existe obstrucción completa de ésta,
general dificulta más la técnica por relajación de la lengua y
se contraindica el procedimiento y se procede a realizar una
tejidos faríngeos. El acceso nasotraqueal es más fácil por la
cricotirotomía quirúrgica.
continuación de la curvatura natural de la nasofaringe hacia
la glotis. Las razones principales de falla en lograr una intu-
Métodos alternativos
bación endotraqueal son la inexperiencia e improvisación en
el empleo de este recurso. Las principales indicaciones son Máscara laríngea
la vía aérea difícil anticipada y el trauma cervical reconocido Su mejor uso en el paciente traumatizado es en aquellas si-
(37). tuaciones donde no se ha podido lograr una. intubación endo-
traqueal y se necesite una oxigenación y ventilación urgente,
Laringoscopios con fibra óptica como medida momentánea para reestablecer la permeabilidad
Se han producido modificaciones a los laringoscopios con- de la vía aérea o faéilitar la intubación endotraqueal guiada
vencionales con el fin de obtener una mejor visibilidad de por fibrobroncoscopio, pero no como manejo definitivo. No se
la glotis e igualmente de producir el mínimo movimiento de deben desconocer las limitaciones que tiene, como el riesgo de
extensión de columna cervical; entre éstos figuran el larin- aspiración o dificultad para su colocación comprometiendo la
goscopio de Bullard (Circon, Santa Barbara, CA), Wu-Scope oxigenación. La elaboración de la máscara laríngea para intu-
(Achi Corporation, Fremont, CA), sin embargo el éxito con bación es una modificación que hace posible la introducción
estos dispositivos requiere de una experiencia considerable. de la máscara en cualquier posición que tenga el paciente y
Este recurso se· diseñó para facilitar la intubación endotra- como guía para que un tubo diseñado especialmente pata la
que al con una posición neutra de la cabeza y sin movimiento máscara sea introducido en la tráquea; hemos tenido algunos
del cuello, por tanto es una buena alternativa en pacientes con casos de experiencia con esta última siendo fácil su empleo;
trauma cervical reconocido o con alta sospecha. desafortunadamente' su costo es considerable.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 391


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Estilete luminoso regurgitación del contenido gástrico con la concomitante


Es un dispositivo que posee una fuente de luz en la punta y broncoaspiración durante la depresión de los reflejos larín-
una batería en la base; persigue el principio de la máxima geos protectores continúa siendo una de las complicaciones
transiluminación permitiendo deslizar el tubo endotraqueal a más devastadoras. El vómito es un proceso activo que OCUlTe
través de la glotis una vez se identifique el estilete en la línea durante planos superficiales de la anestesia. En un paciente
media e inmediatamente superior a la laringe. Si la punta del somnoliento, la presencia de vómito en la parte superior de
estilete se introduce en el esófago la intensidad de la luz se las cuerdas vocales estimula el espasmo de éstas previniendo
disminuye. Su principal indicación es en pacientes con vía la entrada del material hacia la tráquea. La presencia de re-
aérea difícil anticipada y se recomienda por esto ser acompa- flejos laríngeos proporciona un margen de seguridad, permi-
ñado de anestesia tópica y sedación consciente. tiendo que el anestesiólogo pueda limpiar la vía aérea antes
de reiniciar la ventilación. La regurgitación es un proceso
Intubación endotraqueal en pacientes con trauma pasivo que puede ocurrir en cualquier momento, es a menudo
de la columna cervical silente (no aparente para el anestesiólogo) y si la aspiración
OCUlTe puede haber problemas respiratorios desde una lesión
La lesión de la columna cervical debe ser siempre sospecha- pulmonar menor con simple irritación hasta una neumonía
da bajo ciertos mecanismos de lesión (trauma cerrado ma- por aspiración severa y SDRA. La regurgitación generalmen-
yor o accidentes en motocicletas). La ausencia de dolor en la te ocurre durante estados profundos de la anestesia o en mo-
nuca en un paciente absolutamente consciente con capacidad mento de acción de algunos relajantes neuromusculares.
de movilizar las cuatro extremidades hace poco probable la Durante cirugía electiva, los pacientes se encuentran en
existencia de una lesión de columna cervical; sin embargo, un ayuno de alimentos y bebidas de por lo menos 4-6 horas
hasta que no se obtenga una valoración completa, un collar o durante toda la noche, pero en el paciente con trauma, el
rígido debe ser dejado en posición (14). Cuando se realice' anestesiólogo frecuentemente se ve enfrentado a realizar ~na
intubación endotraqueal urgente un médico asistente debe inducción anestésica en forma urgente antes de un adecuado
aplicar una estabilización del cuello y la cabeza, sin tracción período de ayuno. Además, las condiciones de estrés agudo
dejando el cuello en posición neütra, mientras tanto se retira desencadenan un retardo del vaciamiento gástrico. Los facto-
la parte anterior del collar. Aunque no se dispone de estudios res más influyentes en la extensión de la regurgitación gástri-
realizados en pacientes con trauma cervical, sí hay evidencia ca son la función del esfínter esofágico inferior y la frecuen-
que con la maniobra de inmovilización manual de la cabe- cia del vaciamiento gástrico.
za por un anestesiólogo asistente y con pequeños rangos de
movimiento de extensión hasta ISO se alcanzó la mejor vi- Esfínter esofágico inferior (EEI)
sualización de la glotis y de 10° para la visualización de las
aritenoides (39). La intubación de pacientes con trauma de El EEI es un área de 2-5 cm de longitud, de una alta pre-
columna cervical conocido se debe realizar con fibrobron- sión intraluminal durante el reposo, situado en la región del
coscopio flexible y con los laringoscopios con fibra óptica cm-dias. El esfínter se relaja durante el peristaltismo esofá-
para intubación (40) porque producen el menor grado de mo- gico y permite que los alimentos pasen al estómago, pero
vimiento cervical. permanece contraído en otros momentos. Es la principal
ban-era para prevenir el reflujo del contenido del estómago
hacia el esófago y el tono normal es frecuentemente afectado
Riesgo de broncospiración
por muchas drogas usadas durante la anestesia. El reflujo es
Evaluación del estómago lleno principalmente relacionado con la diferencia de pf.((sión entre
La incidencia y significancia de broncoaspiración en pacien- el estómago y el EEI, más que coqel tono basal. Estas dife-
tes con trauma continúan siendo desconocidas, hay reportes rencias de presiones se denominan presión de barrera. (PB)
del 54% en no sobrevivientes de trauma cerrado de abdomen, Las drogas que incremente.t;lla PB disminuyen el riesgo de
20% en pacientes con trauma automovilístico y 6% en un reflujo (Ej. proclorfeniazina, cyclizina, anticolinesterásicos,
reporte que incluyó sobrevivientes y no sobrevivientes (42, agonistas alfa-adrenérgicos y suxametonio). Drogas antico-
43). Lasignificancia de la aspiración también continúa sien- linérgicas, etanol, bloqueadores ganglionares, antidepresivos
do <;ontrovertida, existiendo 2 puntos de vista: uno plantea tricíclicos, opioides y tiopental reducen la presión del EEI y
que la aspiración es el mayor contribuyente a las muertes de es razonable asumir que estas drogas incrementan el riesgo
trauma prevenibles (41,43). La visión opuesta plantea que la de reflujo gastroesofágico.
aspiración es de poca importancia debido a que ésta ocurre
sólo en aquellos pacientes con lesiones con poca probabili- Vaciamiento gástrico
dad de sobreviva (42, 43). Además, se le ha dado bastante Bajo condiciones normales, Ja onda peristáltica viaja del car-
importancia a la contaminación de la vía aérea con sangre dias al píloro a una frecuencia de 3 por minuto. La frecuencia
más que con contenido gástrico, con la poca repercusión clí- del peristaltismo es proporcional al volumen del contenido
nica de la aspiración de sangre (44). Aún así, de todos los gástrico, 1-3% de éste llega al duodeno por minuto. La pre-
riesgos anestésicos del paciente con trauma, el vómito y la sencia de algunos medicamentos, grasa, ácido o soluciones
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

hipertónicas en el duodeno retardan en forma significativa el Inducción e intubación endotraqueal orotraqueal


vaciamiento (reflejo entero.,.gástrico inhibitorio.) El mecanis- convencional
mo implicado en este reflejo parece estar relacionado con la Es fundamental consignar la evaluación neurológica míni-
presencia de fibras nitrérgicas (óxido nítrico) del tracto gas- ma (Escala de Glasgow, respuesta pupilar y focalizaciones),
trointestinal (41). descartar una lesión de columna cervical asociada antes de
El vómito y la regurgitación durante la inducción anes- proceder con la inducción e intubación endotraqueal.
tésica se presentan más frecuentemente en pacientes con Tradicionalmente se ha empleado en pacientes traumati-
abdomen agudo o trauma. Todos los pacientes con trauma zados la técnica de inducción de secuencia rápida con pre-
menor (fracturas o luxaciones) deben ser considerados con oxigenación (respiración con oxígeno al ] 00% por 3-4 mi-
estómago lleno; el vaciamiento gástrico prácticamente cesa mItos o 3 a 4 respiraciones con capacidad vital si el tiempo
en el momento del trauma como resultado de una combina- disponible es limitado) posición de olfateo, exceptuando
ción de efectos como dolor, shock y el uso de opioides. En cualquier compromiso traumático de la columna cervical se
todos los pacientes con trauma, el tiempo trascurrido entre la puede colocar una almohadilla debajo del occipucio del pa-
última ingesta de alimentos y el momento del accidente es ciente de aproximadamente 10 cms para tratar de alinear las
más confiable como índice del grado de vaciamiento gástrico estructuras orales, faríngeas y laríngeas, evitar la ventilación
que el período de ayuno. Es común observar pacientes con con máscara por el riesgo de distensión gástrica y la admi-
vómito 24 horas después de la ingesta de alimentos cuando el nistración de Tiopental sódico entre (0,3 mg/kg a 2 mg/kg,
trauma ocurrió en un momento muy cercano a la hora de in- dependiendo del grado de hipotensión- PAS > 80 mmHg ) o
gesta. Por esta razón la regla de 4-6 horas no es un parámetro propofol1-2 mg/kg, seguido de lmg/kg de succini1colina con
confiable en trauma. subsiguiente impulso instilando de 10 ce de solución salina,
La lesión desencadenada por la broncoaspiración puede aplicación de presión cricoidea (maniobra de Sellick) la cual
ser clasificada en tres formas según el mecanismo: neumo- se sostiene hasta la intubación endotraqueal e inflamiento del
nitis química (de material ácido), obstrucción mecánica de manguito. Una vez se realice la intubación debe verificarse
material de gran tamaño y la contaminación bacterialza. La la posición del tubo endotraqueal adecuada por todos los re-
aspiración de líquido con un pH < de 2,5 es asociada con cursos disponibles. Se solicita radiografía de tórax además
una quemadura química del árbol bronquial, bronquiolos y de gases arteriales para complementar la valoración en ven-
la mucosa alveolar; desencadenando atelectasias, edema pul- tilación mecánica. Actualmente se ha sugerido la utilización
monar alveolar y alteración de la distensibilidad; requiriendo de pequeñas dosis de ketamina de 25 mg IV antes de colocar
un manejo con PEEP (42). El broncoespasmo también puede el fármaco inductor con el fin disminuir la hipotensión de los
estar presente. La creencia de que un paciente está en riesgo inductores intravenosos.
si tiene> de 25 mIo> de 0,4 ml/kg de contenido gástrico con Existe el riesgo de ruptura esofágica si se continúa con
un pH < de 2,5 es basado en estudios en animales y pacientes la presión cricoidea en presencia de un episodio de emesis,
para cesárea (43); no permitiendo una .adecuada extrapola- por ello se recomienda suspender la maniobra si esto sucede.
ción a los humanos en situaciones de trauma (44). La aplicación de una manipulación laríngea externa óptima
Si la aspiración del contenido gástrico se presenta, la (MLEO) puede mejorar la visualización durante la laringos-
primera maniobra después de asegurar la vía aérea es una copia directa. No es sinónimo de presión cricoidea, la MLEO
succión de la tráquea, con la remoción de la mayor canti- involucra una presión del cartílago en dirección posterior,
dad posible de material extraño. Si hay algo obstruyendo un cefálica y hacia la derecha, logrando v~?cer la distorsión de
bronquio, puede necesitarse la limpieza con broncoscopio. La la anatomía que puede oculTir mientras se.,t?levan los tejidos
hipoxemia es manejada con oxígeno, ventilación con presión faríngeos e hipofaríngeos con el laringoscopio (45).
positiva y presión positiva al final de la espiración (PEEP). La elección correcta de las valvas de laringoscopia pue-
Los esteroides no son recomendados y los antibióticos sólo si de mejorar la visualización laríngea durante la laringoscopia
el material aspirado es de aspecto fecaloide (42). directa. Si existe poco espacio en la faringe para introducir
Para disminuir el riesgo de broncoaspiración en presencia el tubo endotraqueal (paladar, boca u orofaringe pequeña o
de estómago lleno, la intubación en do traqueal debe hacerse estrecha) una valva Macintosh garantiza una mejor visualiza-
con el paciente despierto o con la técnica de inducción de se- ción. Las valvas de Miller son generalmente consideradas de
cuencia rápida. Para minimizar y prevenir el síndrome de as- elección cuando hay un espacio mandibular pequeño (laringe
piración ácida (síndrome de Mendelson) se emplea ranitidina anterior) o incisivos grandes o cuando la epiglotis es grande
50 mgs IV 30 -60 minutos antes de la inducción con el fin de y redundante. . '
aumentar el pH gástrico y disminuir la tasa de producción Recientemente se ha descrito una técnica de inducción
de secreciones subsecuente; metoclopramida 10 mgs. IV 15 de secuencia rápida modificada la cual ha ganado nues-
minutos antes de la inducción como proquinético. En nuestro tra aceptación en pacientes no colaboradores, en shock,
medio no disponemos con facilidad del citrato de sodio para con contusión pulmonar y en quienes la preoxigenación
aumentar el pH gástrico, que es otra opción. y desnitrogenación es difícil o ilnposible, en esta se pue-

SECCION JI: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 393


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

de SUmInIstrar el relajante muscular (dentro' de los cua- Se debe enfatizar que la pdoridad es controlar la fuente
les el bromuro de rocuronio es cada vez más utilizado del sangrado, aún más es debatible la reanimación agresiva
en dosis de 0,6 mg/k) y posteriormente el agente inductor en pacientes con trauma penetrante y con un período menor a
(Tiopental sódico 0,2-2 mg/ kg), aplicar la presión cricoi- 60 minutos de haber tenido la lesión (53).
de a, luego que el paciente esté en apnea se ventila sutilmente La medición de las presiones de llenado es generalmen-
con oxígeno al 100% hasta que la relajación muscular sea te de baja prioridad en el momento inicial del manejo del
adecuada aproximadamente en 45 a 60 segundos. Presiones trauma, el enfoque debe ser dirigido primero al proceso de
de insuflación menores a 18 cm H 20 y mantenimiento de la reposición de volumen para luego proceder con el monito-
presión cricoidea disminuyen el riesgo de aspiración. Esta ha reo. Sin embargo en aquellos pacientes con trauma de tórax,
sido una razonable alternativa ya que con la inducción clásica quemados, ancianos (54) o jóvenes con trauma muy severos
de secuencia rápida se evidenció desaturación arterial de oxí- (55), la medición de presión venosa central o colocación de
geno en un alto porcentaje de pacientes (25,46). catéter en la arteria pulmonar pueden estar indicados. Ade-
más luego de realizarse reanimaciones hídricas excesivas o
Manejo inicial del shock ante coagulopatía asociada se dificulta más la cateterización
La hipotensión después de un evento traumático puede tener venosa central. Por estos motivos se recomienda colocar pre-
muchas causas, pero la hemorragia es la más frecuente. Sin cozmente el introductor del catéter de arteria pulmonar. Aun-
embargo, es necesario mantener un alto índice de sospecha que existe la duda que esto mejore la sobrevida, al menos
de otras lesiones que pueden explicar la hipotensión, como permite un adecuado manejo de volúmenes e inotrópicos en
la contusión miocárdica, neumotórax, hemotórax, lesión de forma más racional y adecuada durante el procedimiento qui-
la médula espinal y sepsis temprana. La evaluación de la rúrgico y durante el manejo en la DCI al lograr los objetivos
severidad del shock es insensible e inespecífico como por de perfusión (56, 57). Además, se viene demostrando que el
ejemplo la utilización de la frecuencia cardíaca como índi- problema no es el monitoreo invasivo sino la interpretación
ce de hipovolemia, puesto que pacientes con ingesta previa de los valores derivados del monitoreo (58-62).
de alcohol o drogas ilícitas pueden hacer variar hacia arriba
o hacia abajo este parámetro; una hipovolemia prolongada Evaluación del estado de volemia
puede causar aumento de la actividad vagalllevando el pulso La evaluación del estado del volumen intravascular es impor-
a niveles normales o subnormales y si la pérdida sanguínea tante con el fin de evitar un colapso cardiovascular durante
no es súbita o severa, las cifras de tensión arterial pueden la inducción anestésica, desencadenado por el bloqueo del
permanecer normales, así una "normovolemia" por normo- sistema simpático como efecto secundario de los anestési-
tensión conduce a la pérdida de un tiempo valioso para tratar cos. En aquellos pacientes en quienes se sospecha secuestro
la hipovolemia (47). (sepsis abdominal, peritonitis, obstrucción intestinal) o pér-
No obstante los mejores indicadores tempranos para valo- dida de volumen por hemorragia (trauma), debe lograrse una
rar el shock hemorrágico desde el punto de vista clínico son estimación de la pérdida del volumen vascular y hacer un
la tensión arterial, frecuencia cardíaca, presión de pulso, va- reemplazo inmediato para corregir algún déficit.
soconstricción cutánea, frecuencia respiratoria, gasto minario
y estado mental. En este orden de ideas cada signo y síntoma Déficit de volumen intravascular
clínico cuenta con una sensibilidad y especificidad en él diag- La estimación del volumen intravascular generalmente pue-
nóstico del shock de origen hipovolémico (hipotensión < 95 de realizarse con base en la historia clínica -pero en algunas
mmHg en decúbito supino con sensibilidad 33% yespecifici- circunstancias el anestesiólogo debe valerse de\ma adecuada
dad del 97%, positivo LR: 11 y negativo LR 0,7) (48). evaluación clínica, ya que los métodos de laboratorio y más
La respuesta de la tensión arterial y la frecuencia cardíaca específicos son costosos, engorrosos y poco aplicables a los
a la infusión de 2 litros de cristaloides en pacientes hipoten- pacientes en trauma (63):Algunos índices con relativa utili-
sos y taquicárdicos ayuda a valorar el grado de hipovolemia. dad son: frecuencia cardíaca, presión arterial (especialmen-
Si no hay mejoría a esta administración de líquidos se asume te la presión de pulso) llenado capilar, presión venosa cen-
que la pérdida es mayor al 40% de la volemia. La valoración tral y eliminación urinaria. Aunque los parámetros clínicos
seriada de la hemoglobina ayuda a establecer la necesidad de persisten como la alternativa inicial, se debe tener presente
transfusión si se constata una disminución en los valores se- que éstos son de evaluación burda y cualitativa del estado
riados. Contrariamente a lo preestablecido se ha demostrado de volemia, lo que ha llevado a pensar que nunca muestran
que una concentración de hemoglobina <8gr/dl inmediata- el verdadero gasto cardíaco de forma real en situaciones de .
mente después de la lesión es un fuerte indicador de pérdida trauma severo; necesitando en algunas ocasiones evaluadores
sanguínea activa y mal pronóstico (49). invasivos o no invasivos del gasto cardíaco. La tabla 9 esta-
Aunque se ha debatido mucho respecto al umbral de trans- blece una correlación entre los signos clínicos y la extensión
fusión, un nivel de hematocrito razonable por la evidencia de la hemorragia, pero estos parámetros son para un paciente
existente hasta el momento es < 25% en pacientes jóvenes, y < en condiciones ideales. Los pacientes de edad avanzada con
30% en y pacientes con riesgo de isquemia coronaria (50-52). pérdidas sanguíneas del 15-20% pueden desencadenar seve-
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

ra hipovolemia, debido a la limitada reserva cardíaca y un tes inductores que disminuyan el consumo de oxígeno cere:..
sistema cardiovascular rígido (resistencia vascular periférica bral, siendo el tiopental sódico el más empleado. Teniendo en
fija.). Además, la disminución en la sensibilidad de los re- cuenta que puede llegar a ser muy hipotensor cuando existe
ceptores carotídeos de los pacientes de edad hace que. estos hipovolemia, se cuenta con la opción de benzodiacepinás
pacientes no se presenten con taquicardia al quirófano. como el diazepan IV. Otras medidas coadyuvantes pata el
Actualmente se cuenta con experiencias clínicas que veri- control de la hipertensión endocraneana está el uso de lido'-
fican que la medición de presión venosa central o aun presión caína 1,5mg/kg y fentanyl 2-3 ug/kg.
del capilar pulmonar pueden ser no completamente confiables La relajación muscular siempre ha planteado el potencial
en la determinación de volúmenes circulantes. De esta fonna se aumento de la PIC con la succini1colina, aun con precuta-
vienen implementando parámetros como variabilidad del vo- rización, por ello cada día empleamos más el bromuro de
lumen sistólico (VVS), vm1ación en la presión sistólica (VPS) rocuronio a dosis de 0,6 mg/kg tratando de obtener un plano
y vm"iación en la presión de pulso (VPP) en la apreciación no adecuado de relajación muscular alrededor de 45"; sin em-
invasiva de los volúmenes circulantes (64-66). bargo se debe disponer del mayor número de predictores para
intubación endotraqueal exitosa (ver manejo de la vía aérea).
Implicaciones anestésicas en lesiones Ante la duda de una vía aérea difícil anticipada, la prelación
regionales corporales específicas debe ser el manejo de la misma como tal. Recientemente se
ha podido establecer que la hiperventilación rutinaria por 24
Lesión cerebral traumática horas después de la lesión traumática cerebral puede llegar a
En realidad se dispone de muy poca intervención médica ser contraproducente porque la disminución del flujo sanguí-
para temporizar los efectos inmediatos de la lesión cerebral neo cerebral sobre agregada a áreas que pueden estm" isqué-
primaria. Sin embargo, la lesión cerebral secundaria y en micas agravan más la lesión (30% de los pacientes tienen hi-
especial la isquemia cerebral se vuelven prioridades en el poperfusión) además la hiperventilación induce cambios en
manejo por el anestesiólogo ya que muchas de las interven- la producción de bicarbonato en el LCR y se debería realizar
ciones anestésicas tienen el riesgo de hipotensión e isquemia una reducción gradual de esta medida. De todas formas, la hi-
cerebral. De esta forma se hace necesario mantener la oxige- perventilación podría ser útil en determinadas circunstancias
nación y perfusión en todos los pacientes con lesión cerebral como en deterioro neurológico agudo previo a la interven-
traumática. ción quirúrgica, hipertensión intracraneana que no responda
El flujo sanguíneo cerebral es el más bajo en las horas a otras medidas (sedación, relajación, drenaje de LCR, coma
siguientes altrauma (67). Una tercera parte de los pacientes barbitúrico, hipotermia moderada, osmoterapia) pero ideal-
aun estando normotensos tienen flujos sanguíneos cerebra- mente debe ser manejado con parámetros de Svj02.
les isquémicos (68). La autorregulación cerebral puede estar La monitoría intracraneana se hace necesaria en pacien-
comprometida por el trauma y así el flujo sanguíneo regional tes con lesión cerebral traumática sometidos a otro tipo de
cambia pasivamente acorde a la presión de perfusión. Estas cirugía mayor. Se ha documentado hipertensión intracranea-
consideraciones pueden verse reflejadas en la evidencia que na por períodos intraoperatorios en pacientes quienes tienen
la mortalidad puede llegar a ser el doble cuando la tensión TAC cerebral sin hallazgos relevantes (70, 71), no existe al-
mterial sistólica es < 90 mmHg e igualmente es mayor la gún estudio que correlacione los hallazgos del TAC con las
morbilidad, independiente de la presencia o ausencia de mediciones de presión intracraneana.
hipoxemia (69). En 71 pacientes de la ciudad de Medellín, La elección de los líquidos intravenosos en pacientes con
Colombia se logró detectar que una PAM baja al ingreso al lesión cerebral traumática está guiada por el comportamiento
departamento de urgencias es factor de riesgo independiente de las fuerzas que determinan la distributión de esos líquidos
para incrementar la mortalidad, con un "Odds Ratio" de 0,85 dentro del cerebro. Se ha.'establecido un gradiente osmótico
(IC 0,73-0,99) y p=0,037. En un futuro se debe establecer de 19,3 mmHg por cada miliosmol de diferencia entre la toni-
el punto de corte para estas vm"iables modificables y de esa cidad del líquido intersticial e intravascular. Así, un aumento
forma evalum" si los cambios logrados en el manejo permiten agudo del sodio sérico de únicamente 1 meq/L aumenta la os-
reducir la mortalidad del trauma de cráneo (datos no publi- molaridad 2 mOsmlkg pero aumenta la presión osmótica por
cados, CICRET: Colombian Intensive Care Research team. 39 mmHg (2 x 19,3). En contraposición la contribución de
Erick V). las proteínas en la osmolaridad es de 1,2 mOsmlkg y doblan-
La intubación endotraqueal en pacientes con lesión cere- do la concentración de proteínas a 2,4 mOsm/kg aumentan la
bral traumática tiene dos consideraciones importantes: diferencia de presión osmótica solamente por 23 mmHg (1,2
a. Posibilidad de lesión de la columna cervical asociáda x 19,3) (72). Las soluciones cristaloides hipotónicos (SS al
b. Evitar un incremento en la presión intracraneana. 0,45% y DAD) deben ser evitadas por su mayor contenido de
agua pudiendo empeorar el edema cerebral. La dextrosa es
La primera consideración siempre debe sospecharse en este convertida a lactato dentro de las células produciendo acido-
grupo de pacientes como ya se expuso. La inducción anesté- sis intracelular; la hiperglicemia' se ha asociado con un peor
sica debe igualmente tener en cuenta la escogencia de agen- pronóstico en la lesión cerebral traumática.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 395


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

En el manejo de los agentes anestésicos es preciso conocer índice de sospecha de lesión medular ya que la probabilidad
la relación entre el consumo de oxígeno cerebral (CMR0 2), de que se produzca una lesión secundaria es de 7,5 veces
flujo sanguíneo cerebral (FSC) y el impacto de un agente par- mientras no sea detectada la lesión.
ticular en esta relación. Normalmente existe un acoplamiento Es necesario recalcar que en el manejo del paciente con
entre el FSC y CMR0 2, significando que cambian en parale- trauma y lesión medular prevalecen los principios del soporte
lo. La mayoría de los agentes intravenosa con excepción de de vida básico y la elección del manejo de la vía aérea depen-
la ketamina mantienen este acople; así como disminuyen la derá de la experiencia del anestesiólogo con los recursos que
actividad eléctrica neuronal, la CMR0 2 disminuye seguido éste disponga.
por una disminución en el FSC y PICo Los barbitúricos son La escogencia de los anestésicos depende de la severidad
los agentes que mayor efecto produce en el FSC y CMR0 2 • del compromiso hemodinámico, dado por las lesiones aso-
La utilización de agentes anestésicos intravenosos a pesar de ciadas. Cuando se tenga una alta presunción que la hipoten-
que tengan un efecto benéfico en la PIC puede disminuir las sión no está relacionada a otras lesiones corporales, se debe
resistencias vasculares sistémicas con la subsiguiente hipo- sospechar el shock neurogénico, el cual debe esperarse con
tensión y disminución de la presión de perfusión cerebral, lesiones por encima de T6, la disfunción miocárdica también
especialmente en pacientes hipovolémicos. Entre los opioi- debe sospecharse en el shock neurogénico, especialmente si
des, el fentanyl es nuestra elección porque ofrece una dis- no hay una respuesta a la infusión moderada de líquidos.
minución moderada de la PIC, a diferencia del alfentanil y La administración de agentes anestésicos debe ser titulada
sufentanil con los que se ha notado un incremento en el FSC teniéndose como referencia unas dosis entre el 30 y 50% de
y PIC (73). lo normal COlno suficielite. No debe desconocerse que la de-
El comportamiento de los anestésicos volátiles es muy di- ptesión cardiovascular asociada con los anestésicos no puede
ferente al de los intravenosos en sus efectos sobre la CMR0 2 ser compensada con aumento en el tono simpático. El pacien-
y FSC debido al desacople que usualmente se presenta en- te con lesión medular e interVención quirúrgica inmediata
tre estas dos variables. A medida que disminuye la CMR0 2, debe beneficiarse de los protocolos de uso de esteroides con
se produce vasodilatación cerebral siendo esto inapropiado la esperanza de mejorar el pronóstico neurológico (74, 75).
cuando la distensibilidad intradaneana está disminuida. Se Si se va a pro~eder con una intubación despierto se Plieden
requiere de una hiperventilación por más de 10 minutos para emplear los opioides abajas dosis (fentanyI1-2-1,5 ug/kg) y
prevenir la vasodilatación. El isoflurane es. un vasodilata- benzodiacepinas (Midazolam 1-2 mg).
dar débil y no es necesaria la hiperventilación previa a su El uso de los relajantes musculares merece una mención
utilización, siendo el anestésico inhalatorio de elección en aparte, ya que estos pacientes tienen una vía aérea difícil has-
neuroanestesia. Cuando los pacientes tienen inminencia de ta en el 23% de los casos para algunos autores (76), y si se
herniación cerebral está contraindicado el uso de estos me- emplean indiscriminadamente se puede como mínimo agra-
dicamentos. var el daño medülar por noxas secundarias o por desplaza-
mientos indebidos de las estructuras anatómicas cervicales.
lesión medular espinal La succinilcolina puede ser administrada en las primeras
La lesión medular es infrecuente pero sus consecuencias son 24 horas luego de la lesión, pero evitada posteriormente para
devastadoras resultando en una profunda discapacidad a lar- evitar la hipercalemia severa secundaria a la proliferación de
go plazo. Existen muchos aspectos relevantes en el manejo receptores extraunionales en la membrana motora.
de pacientes con esta lesión, los cmiles incluyen la lesión se- El tono simpático retorna a los 3-4 días poslesión y la
cundaria, el movimiento cervical asociado a la manipulación respuesta simpática a estímulos distales a la lesión tiende a
de la vía aérea y los métodos de intubación. El manejo de ser exagerada. La hipeneflexia autonómica (reacGiones sim-
la vía aérea fue previamente expuesto pero se deben resaltar páticas severas) es importante entre el período de parálisis
las siguientes consideraciones: todas las formas de controlar espástica entre las 4-8 semanas poslesión pues a pesar de que
la vía aérea conducen a algún grado de movimiento de la haya una pérdida sensitiva' cualquier procedimiento quirúr-
columna cervical, esto hizo necesario incluir el fibrobroncos- gico o distensión de víscera hueca por debajo de la lesión
copio y los laringoscopios con fibra óptica para obtener la puede producir una hipertensión arterial que amenace la vida
ventaja de disminuir los movimientos al tratar de asegurar la y entre más distal el estímulo, más severo será la reacción.
vía aérea; es preciso reconocer que el manejo de estos dis- Los procedimientos urológicos o desimpactaciones fecales
positivos requiere de experiencia y que son costosos. En los en pacientes con lesión medular crónicos ejemplifican estos
centros donde no se dispone de estos recursos se recomienda casos. Se recomienda entonces la administración de anestési-
limitar el movimiento de la columna cervical oponiéndose a cos para prevenir o atenuar la respuesta hiperrefléxica.
la fuerza ejercida con el laringoscopio. La estabilización en
línea limita el movimiento de la cabeza y cuello mientras se Trauma torácico
desplacen los tejidos faríngeos y submandibulares. La trac- El espectro de presentación del trauma qe tórax es amplio y
ción cervical puede agravar las lesiones por fuerzas distrac- el anestesiólogo debe tener mucho más presente aquellas le-
toras. La medida más importante es detectar o tener un alto siones que obligan a un diagnóstico e intervención temprana.
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

Las lesiones distales de la vía aérea pueden ser muy eviden- inducción anestésica y luego de ser intubado se debe evitm:
tes desde el ingreso o difíciles de diagnosticar; este tipo de un exceso en el nivel de PEEP aplicado (tabla 6).
lesiones ocurre en un 80% en los primeros dos centímetros
de la carina y la sospecha está guiada por la aparición de Lesión traumática abdominal
dificultad respiratoria, aire mediastinal o subcutáneo, hemop- Los pacientes con lesión abdominal traumática son sometidos
tisis, neumotórax y gran fuga aérea persistente por el tubo de a reanimaciones hídricas significativas y secuestro de líquidos
toracostomía y drenaje. Las lesiones más distales requieren considerable; una de las consecuencias más importantes es el
reparación quirúrgica, siendo valoradas con fibrobroncosco- aumento de la presión intraabdominal con esa administración
pio e inicio de ventilación pulmonar a un solo pulmón, prin- de líquidos intravenosos a tal punto que en las últimas décadas
cipalmente si la lesión está cerca de la carina. Para realizar ha tomado importancia una entidad conocida como síndrome
la ventilación aislada a un solo pulmón se puede intentar de hipertensión intraabdominal (el cual es analizado en todo
inicialmente colocar un tubo endotraqueal en un bronquio un capítulo de este libro); el anestesiólogo debe mantener un
principal del pulmón sano. Sin embargo, existen otros dispo- alto índice de sospecha pm'a proceder a realizar una decom-
sitivos como el tubo de doble lumen y los tubos bloqueadores prensión qUÍlúrgica urgente. Un hallazgo en el perfil hemo-
bronquiales que permiten aislar el pulmón comprometido. dinámico de este síndrome es el aumento de las presiones de
El bloqueador bronquial tiene la ventaja que no se requie- llenado asociado a una disminución del índice cm'díaco; ante
re cambio de tubo al final de la cirugía, pero muchas veces esta situación está indicada una prueba de reto con líquidos a
el aislamiento no es completo e impide una deflación total pesar del aparente estado intravascular normal.
del pulmón. Siempre se debe tratar de optimizar la relación
V/Q en pacientes que están en decúbito lateral, esto se puede Trauma ortopédico
lograr por medio de la aplicación de PEEP al pulmón depen-
diente. Se podría sugerir que al planear una ventilación a un La presencia de lesiones ortopédicas no debe ganarse la aten-
solo pulmón se trate de mantener la ventilación inicialmente ción prioritaria inicialmente, ya que con excepción de las
a los dos pulmones como sea posible, ventilación a un solo fracturas pélvicas complejas y de huesos lm'gos no represen-
pulmón con VT de 10mí/kg, ajustar frecuencia para lograr tan una amenaza pm'a la vida. Existen unas características
normocarbia, FI02 altas, aplicar PEEP no mayor a 10 cm H) propias de las intervenciones quirúrgicas ortopédicas; la pri-
a pulmón dependiente, si la oxigenación no es satisfactoria se mera de ellas es que son intervenciones prolongadas exigien-
intenta CPAP (5-10 cm H20) al pulmón no dependiente. do un riguroso control de los líquidos administrados, nivel de
Las lesiones pulmonares penetrantes y las laceraciones hemoglobina intraoperatorio y técnica anestésica apropiada.
asociadas a contusiones severas, predisponen a embolismo En segunda instancia muchos procedimientos deben realizm'-
gaseoso y éste debe ser sospechado ante signos inesperados se en posiciones diferentes al supino pudiendo comprometer-
de isquemia cerebral o colapso hemodinámico, incluyendo se la ventilación, poner en riesgo de lesión estructuras anató-
paro cardíaco intraoperatorio. Si durante la cirugía se eviden- micas por la presión que se pueda ejercer sobre las mismas
cia sangre fresca desde la superficie pulmonar, se debe estar (Ej. El nervio ulnar en el codo y el nervio peroneo en la cara
muy atento a la posibilidad de embolismo gaseoso y si el anterolateral de la rodilla) igualmente deben protegerse los
riesgo es muy evidente es necesario disminuir las presiones ojos, orejas, genitales y glándulas mamarias cuando el pa-
inspiratorias pico y el PEEP. ciente es colocado en lateral o prono. Finalmente en algunas
El diagnóstico de taponamiento cardíaco debe ser conside- ocasiones se emplean recursos como los torniquetes que ayu-
rado siempre, ya que los hallazgos clásicos pueden ser muy dan a disminuir la pérdida sanguínea pe¡:o cuando se someten
sutiles o extremos como los consignados en la clásica triada los tejidos a altas presiones por pe110dos"'de tiempo prolon-
de Beck. La monitorización de la arteria pulmonar cuando gados se tiene el riesgo de .lesiones musculares, vasculares o
haya sido posible instaurarla, puede ayudar al diagnóstico, nerviosas subyacentes. Recomendamos el uso de presiones
ya que la presión pericárdica alcanza los niveles de la PVC de inflación de 100 mmHg por encima de la presión sistólica
y únicamente aumentando más la PVC se puede asegurar las en el muslo y de 50 mmHg en el miembro superior; otros
presiones de llenado cardíaco. El igualamiento de las pre- recursos como los fijadores externos ayudan a disminuir la
siones de fin de diástole del VD y del pericardio acontece pérdida sanguínea teniendo un gran valor antes del ingreso
en el taponamiento compensado. Así, eventualmente esas al quirófano.
presiones alcanzarán a las presiones de fin de diástole del El anestesiólogo debe guardm' una alta presunción diag-
VI y todas las presiones se igualan. Al lograr documentarse nóstica del síndrome compmtimental, el cual produce sufi-
el taponamiento antes de cirugía es preciso disponer de una ciente edema como pm'a llevar a daño nervioso permanénte,
monitoría invasiva de la presión arterial pudiendo facilitarse mionecrosis, pérdida de la extremidad y falla renal aguda.
la titulación de los agentes anestésicos. El papel de la peri- Este síndrome puede ocurrir en los períodos prequirúrgico o
cardiocentesis sigue siendo válido para salvar vidas, una vez posquirúrgico, siendo más difícil el reconocimiento (pérdida
se ha drenado la cavidad pericárdica se procede a realizar la de pulsos en una extremidad fría' y pálida asociado a dolor

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 397


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

desproporcionado a la lesión) en este último dada la influen- 13. Colocación de catéter en la arteria pulmonar y/o capno-
cia de los agentes anestésicos; por lo anterior no empleamos grafía sublingual si es necesatio.
bloqueos regionales de rutina en las extremidades ya que se
dificulta mucho más el diagnóstico de esta complicación de- Técnicas de anestesia
vastadora. El manejo anestésico de los pacientes con trauma puede ser
A pesar que cerca del 90% de las fracturas de huesos lar- dividido en 5 fases: Preparación o fase preinducción, induc-
gos tienen algún grado de embolismo asociado únicamente ción, mantenimiento, despertar anestésico y manejo póstope-
el 3 al 4% desarrollan plenamente el síndrome de embolismo ratorio inmediato.
graso (SEO). No obstante hasta el 10% de pacientes con frac-
tura múltiple de huesos largos desarrolla el SEO, la sospecha Fase 1. Preparación o fase preinducción
debe tenerse siempre con estos factores de riesgo asociado
a deterioro en los índices de oxigenación, estado neuroló- Posponer el acto quirúrgico en cirugía de trauma con el fin
gico, distensibilidad pulmonar, HTA pulmonar y cambios de lograr algún estudio radiológico, reposición de líquidos
cutáneos. Si existe una alta sospecha durante la intervención o iniciar procedimientos de monitoreo o resucitación debe
quirúrgica es mejor terminar la cirugía lo más pronto posible, ser sobrepesado con el riesgo de retardar un procedimiento
llegando a recurrir a otro recurso de estabilización como la que realmente amerita ser urgente. Sin embargo, hay algunos
fijación externa. Se debe continuar el soporte ventilatorio y procedimientos y conductas que podrían tenerse en cuenta
considerar la monitoría con catéter de arteria pulmonar si se mientras el paciente está siendo preparado para el acto qui-
presenta inestabilidad hemodinámica. rúrgico:
Otra condición importante que puede pasar inadvertida es
la rabdomiólisis; una aparición de orina oscura puede resultar Colocación de SNG
de la mioglobinuria con el riesgo asociado de obstrucción de Aunque la colocación de una SNO puede no ser completa-
los túbulos renales y falla renal aguda. Ante esta última con- mente efectiva, sí puede descomprimir el estómago y dismi-
dición deben mejorarse los parámetros hemodinámicos con nuir las presiones intragástrica y por ende el riesgo de regur-
el fin de aumentar el gasto urin~rio y en algunas ocasiones gitación. La aspiración a través de la SNO puede lograrse
cuando se tenga la certeza de que la volemia es adecuada se sólo si el contenido del estómago es líquido, pero es menos
emplean diuréticos de asa o manitol reconociéndose que no efectivo cuando el contenido gástrico es sólido. Actualmente
existe una evidencia que justifique su uso. se preconiza retirar la sonda nasogástrica antes de la induc-
ción con el fin de evitar estímulos faríngeos que provoquen
Manejo intraoperatorio el vómito durante la inducción, a pesar de no haber confirma-
La sala de operación debe mantenerse lista para un proce- ción en la literatura de esta conducta.
dimiento de trauma. Idealmente los quirófanos para trauma
severo deben estar localizados en el área de urgencias. El Antagonistas H2
equipo anestésico debe ser chequeado y estar listo para un Aunque no hay apoyo científico, la administración preope-
procedimiento inmediato, incluyendo los sistemas de trans- ratoria de antagonistas H 2 continúa siendo una alternativa en
ductores de presión, los de infusión rápida y calentamiento la práctica diaria con el fin de aumentar el pH gástrico y dis-
de líquidos y sangre. Cuando es posible, el grupo anestésico minuir el volumen de la secreción gástrica lo que reduce la
debe tener un plan de acción antes de la llegada del paciente. posibilidad de lesión química pulmonar en el ~~so de ocurrir
Las prioridades de manejo inicial para el anestesiólogo pue- aspiración gástrica.
den resumirse de la siguiente forma:
l. Vía aérea Premedicación
2. Oxigenación y ventilación
Un esquema de premedicación en pacientes con trauma pue-
3. Pulso y presión arterial
de estar compuesto por el siguiente grupo de fármacos: an-
4. Registro de EKO en cardioscopio
siolítico, amnésico, analgésico, antiemético, antihistamínico
5. Colocación de líneas e inicio de infusiones intravenosas
y antibiótico profilácticos cuando el procedimiento quirúrgi-
6. Infusión de sangre y líquidos calientes
co lo amerite. Los antisialogogos han sido abandonados en la
7. Muestras de sangre y transfusión con previa verificación
premedicación de los pacientes con trauma por la taquicardia
de nombre
que estos fármacos desencadenan como efecto secundario. Se
8. Colocación de línea arterial
debe tener en cuenta que las dosis de premedicación deben
9. Revisar gases arteriales, hematocrito, química sanguínea
ser tituladas con el fin de evitar efectos adversos. La dosis va
y pruebas de coagulación
a depender principalmente del estado de conciencia del pa-
10. Titulación del anestésico
ciente, el estado hemodinámico y la rapidez de la necesidad
11. Medición de la temperatura
del acto quirúrgico (tabla 7). '
12. Evaluación de la eliminación urinaria
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

Tabla 7. Premedicación. volumen circulante. Por esta razón, se preconiza iniciar eÍ


proceso de resucitación con substitutos de volumen (cris-
Efecto deseado Fármaco
taloides 50% + coloide 50%) con el fin de lograr expansión
Ansiolítico Diazepan 2-5 mg IV*
del volumen mientras se obtiene la sangre para un ade9ua-
Amnésico Diazepan 2-5 mg IV
do transporte de oxígeno. Pueden también utilizarse com-
Analgésico Morfina 2-5 mg IV y/o Novalgina 50 mg / Kg
IV
puestos de mayor peso molecular como hidroxiethilstarch
Antiemético Metoclopramida 10 mg IV o Ondancetron 4 mg
o albúmina 5% en pocas cantidades como ayudantes de los
IV líquidos iniciales. Estos productos tienen el inconveniente
Anti H-2 Ranitidina 50 mg IV de alto costo, requieren una estricta vigilancia del estado de
Profilaxis antibacteriana Antibiótico según el sitio de trauma. coagulación y la extravasación de volumen al espacio pul-
monar. Los derivados sanguíneos como plasma y criopreci-
* La recomendación del Diazepan es teniendo en cuenta que es la benzo- pitados solamente se deben suministrar según el estado de
diacepina que mejor mantiene la estabilidad hemodinámica. coagulación (plasma 1-2 U cllO kg de peso o hasta donde
sea posible mantener pruebas de coagulación con TP < 1,5
Cuando el trauma del paciente es muy severo, el aneste- y crioprecipitado solamente cuando el fibrinógeno sea < de
siólogo debe establecer prioridades y cuando el paciente se 100 mg / dI) (91). Hasta donde sea posible, la hipovolemia
encuentra inconsciente, la vía aérea debe ser permeabilizada debe ser corregida antes de la inducción anestésica.
haciendo inmovilización de la espina cervical (77). Si la vía Al momento de la llegada a la sala de cirugía el paciente
aérea superior se encuentra obstruida, la faringe debe ser des- debe ser colocado en la camilla quirúrgica, la cual debe estar
pejada de cualquier cuerpo extraño y el maxilar inferior debe cubierta con una sabana con calefacción a 37 oC, se le debe
ser luxado hacia adelante. La hiperextensión y la elevación suministrar oxígeno al 100% mientras se realizan las canu-
del mentón deben ser evitadas porque estas dos maniobras laciones venosas si aún no han sido obtenidas. La inducción
pueden desplazar una espina cervical inestable (78-84). debe ser en el quirófano con el fin que la cirugía comience
La presencia de lesión cervical no contraindica la IOT, inmediatamente.
pero si la lesión cervical o de la vía aérea son muy seve-
ras, debe recunirse a intubación con fibrobroncoscopia de Fase 2. Inducción
urgencia o a la realización de minitraqueostomía con cánula
número 4 (85), cricotiroidotomía (86-88) o traqueo sto mía de La inducción anestésica fue considerada en el manejo de la
urgencia. Cuando la vía aérea esta bajo control, la siguiente vía aérea ya que en muchas ocasiones la intervención de la
prioridad es la evaluación del sistema cardiovascular. vía aérea hace palie de la reanimación del paciente severa-
Parte de la evaluación del volumen sanguíneo fue plan- mente traumatizado (tablas 8 y 9).
teado en la evaluación preoperatoria. Los pacientes con
Tabla 8. Agentes inductores y ayudantes de la inducción. *
trauma severo a menudo requieren una rápida restauración
del volumen sanguíneo circulante. Como mínimo se debe Agente inductor y ayudantes Dosis
lograr permeabilización de 2 vías venosas con je1co número Tiopental 2-3 mg/k
14 cortos y dos vías venosas con je1co número 16, pudien- Ketamina 2-3 mg/k
do ser una de estas líneas la canulación de la vena yugular Valium 0.1 mg/k
externa de cualquier lado del cuello. Tan pronto como sea Fentanyl 2- mcg/k
posible (sin ser el objetivo primordial) se debe obtener una Etomidato ''Ü 1- 0,2 mg/k
línea central para una lectura de PVC. (Preferiblemente a Xilocaína 1':::2 mg/k
través de la vena yugular interna derecha). Se debe recordar
no perder tiempo en la canulación de líneas centrales, sin * Tenga en cuenta que el objetivo de disminución de efectos segundarios con
haber hecho una adecuada resucitación del paciente con ade- pequeñas dosis solo se logra con la combinación de 2 o 3 de estos: Ej.: 1)
Tiopental + Fentanyl + Xilocaína, 2) Ketamina + Fentanyl + Xilocaína, 3)
cuado volumen previamente. Nunca el objetivo de resucita- Etomidato + Valium + Fentanyl, 4) Tiopental + Valium + Fentanyl. etc.
ción es un número específico de la PVC, se puede mantener
el paciente entre 5-10 mmHg, pero recordar que actualmente Tabla 9. Indicaciones generales para intubación orotraqueal.
existen objetivos en la resucitación del shock hipovolémico
(volumen diastólico final del ventrículo derecho, pHi, DO/ Soporte de vida avanzado
V0 1 , hidrogeniones metabólicos arteriales, lactato, pHa, Insuficiencia respiratoria de cualquier origen
bicarbonato sanguíneo, exceso de bases, etc.) (89, 90) que Pacientes con trauma múltiple
deben continuarse en el postoperatorio del trauma severo y Shock de cualquier etiología
la discusión de éstos se escapa del objetivo de este capítulo. Trauma craneoencefálico con escala de Glasgow menor a 8
La sangre total es el líquido ideal para la restauración del vo- Riesgo de broncoaspiración
lumen circulante en el shock hemorrágico, pero no siempre Provisión de anestesia quirúrgica
se tiene completamente lista y no es fácil infundir grandes Paciente semiconcientes, combativos (facilita el diagnóstico y tratamiento)
cantidades de volumen de sangre con el fin de restaurar el Limpieza pulmonar

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 399


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Anestesia regional de un anestésico halogenado. Actualmente se cuenta con tec-


Los bloqueos del plexo braquial por vía axilar, interescaléni- nología que permite evaluar el estado de conciencia del pa-
co o supraclavicular son satisfactorios para manipulaciones ciente durante la anestesia general, a través del índice bioes-
ortopédicas o procedimientos quirúrgicos que involucran las pectral (BIS) se ha logrado detectar en pacientes con trauma
extremidades superiores. Asegurando inmovilidad, analgesia recuperación de la memoria cuando el BIS se encuentra entre
y relajación. En ocasiones, cuando el paciente tiene otro tipo 40-60% de profundidad anestésica. La profundidad anestési-
de trauma adicional a los de la extremidad superior puede ca debe ser suficiente para evitar recuerdos de estímulos au-
usarse anestesia mixta con el fin de disminuir la respuesta al ditivos (92). En pacientes con trauma y shock hipovolémico
estrés, la cual es mejor lograda con bloqueos nerviosos. muy severos se recomienda no utilizar óxido nitroso, es pre-
Para la anestesia regional de las extremidades inferiores ferible la utilización de oxígeno 100%, anestésico inhalatorio
las técnicas más utilizadas son espinal y epidural, además de y refuerzo analgésico con bolos de fentanyl (lOO). Actual-
diferentes bloqueos en zonas poplíteas o del tobillo. Las dos mente, aunque no existe un apoyo marcado en la literatura,
primeras técnicas están contraindicadas cuando existe duda podríamos decir que de los anestésicos inhalatorios el más
del adecuado volumen circulante, por el riesgo de desenca- recomendado en anestesia de trauma es el isoflurano en dosis
denar una simpatectomía farmacológica. Algunas técnicas de entre 0,5-1 MAC (Concentración Alveolar Mínima) con el
bloqueos distales pueden ser de utilidad en manos experi- fin de no crear mucha repercusión hemodinámica. No existe
mentadas con el fin de disminuir la respuesta al estrés duran- mucha literatura de la utilización de sevoflurane o desflura-
te la anestesia mixta. Ante el riesgo inminente de síndrome ne en pacientes con trauma sistémico. Podrían ser utilizados
compartimental sugerimos no utilizar bloqueos regionales manteniendo el control hemodinámico. Además, tiene mayor
por la dificultad diagnóstica del mismo (tabla 10). cantidad de respuestas fisiológicas favorables en pacientes
con compromiso severo del estado hemodinámico: broncodi-
Tabla 10. Ventajas y desventajas de técnicas locales en trauma. latador, menos toxicidad hepática, renal, no-compromis~ de
circulación esplácnica, menos severidad de vasodilatación y
Ventajas Desventajas menos depresión miocárdica comparada con otros anestési-
l. Más económica 1. Hipotensión luego del bloqueo cos usados bajo estrés. El aumento de la frecuencia cardiaca
simpático en pacientes hipovolémi- por isoflurano puede ser disminuido utilizando dosis más ba-
cos (95)
jas y aumentando la analgesia con fentanyl.
2. Puede utilizarse para analgesia 2. Imposibilidad para administrar
postoperatoria. sedantes cuando el paciente tiene es-
tomago lleno Relajación neuromuscular
3. Menos dolor postoperatorio y 3. Disconfort del paciente en proce- Con las dosis de relajante neuromuscular que fueron reco-
menos respuesta al estrés(96) dimientos prolongados
mendadas en la inducción, prácticamente no se necesitaría
4. Mejor perfusión periférica para 4. Enmascara complicaciones como
cirugías de implantación síndrome compartimental (97)
dosis de refuerzo hasta 30 minutos luego de la inducción.
5. Disminuye la estadía en la UeI 5. Retardo en el inicio de la interven-
Indudablemente de los relajantes neuromusculares de mayor
luego de trauma de tórax (98) ció n estabilidad hemodinámica son el bromuro de vecuronio y
6. Disminuye perdida sanguínea y 6. Poca utilidad en trauma abdominal rocuronio. Ambos permiten un adecuado manejo transope-
trombosis venosa profunda en paci- severo ratorio a dosis de 0,02-0,06 mg/kg y 0,6 mg/kg respectiva-
entes con fractura de cadera (99) mente. Los nuevos relajantes neuromusculares como atracu-
7. Menos estrés celular. 7. Riesgo de sangrado con coagulo- rium, cisatracurium no han demostrado ser más, efectivos que
patías
otros relajantes en los pacientes de trauma, perG."en trauma
de cráneo el cisatracurium ha demostrado seguridad por no
Fase 3. Mantenimiento de la anestesia
desencadenar cambios en el flujo sanguíneo cerebral, presión
Cada vez hay mayor apoyo a la utilización de anestesia ba- intracraneana, presión arterial media, presión de pelfusión
lanceada, haciendo una combinación entre pérdida de la con- cerebral o frecuencia cardíaca (93) (tabla 11).
ciencia, analgesia y bloqueo de la mayor cantidad de estímu-
los dolorosos.o nocivos que aumenten el estrés de la célula y Tabla 11. Relajantes actualmente más utilizados en la inducción en trauma*.
una adecuada relajación neuromuscular.
Luego de haber realizado una inducción de secuencia rá- Relajantes N euromusculares Dosis
pida los pulmones son ventilados manualmente mientras la Bromuro de vecuronio 0,2 mglk
presión arterial es monitorizada con el fin de observar los Rocuronio 0,6 mglk
efectos cardiovasculares de las drogas utilizadas durante la Succinilcolina 1-2 mg/k
inducción. La utilización de óxido nitroso (50-60% depen-
de de las condiciones del paciente) en oxígeno contribuye a Ventilación mecánica
evitar el despertar del paciente pero no se puede estar com-
El paciente luego de la relajación es conectado a ventilación
pletamente seguro; razón por la cual se necesita la utilización
l1'lecánica con parámetros como: volumen corriente 8-12 mIl
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

kg, frecuencia respiratoria 10-12/min, lin flujo inspiratorio a los cambios de temperatura y adecuado almacenamiento en
en 40 litros por minuto, siempre manteniendo presiones de campos de batalla (106, 107). Los líquidos siempre deben su-
meseta de la vía aérea no mayores de 34 cmH 20. Debe te- ministrarse calientes, con temperaturas de los líquidos entre
nerse en cuenta que lesiones traumáticas específicas como 36-38°C. En caso de no existir calentadores para los líq~lÍdos
neurológica, cardíaca o torácica pueden requerir parámetros de infusión, los cristaloides pueden calentarse en hornos mi-
de manejo ventilatorio diferente. croondas, colocando 2000 mI en el horno y dejándolos un
tiempo promedio de 2-3 minutos. No se recomienda calentar
Mantenimiento anestésico coloide o productos sanguíneos en microondas. Hemonagias
Antes de la incisión quirúrgica, el paciente debe recibir una con más del 15% del volumen sanguíneo requieren reemplazo
dosis de fentanyl 150-250 mcg como refuerzo de la analge- con sangre total. En su defecto se pueden utilizar glóbulos ro-
sia. El remifentanyl puede ser una opción terapéutica acep- jos empacados pero nunca hacer reemplazo sólo con produc-
tos sanguíneos sin cristaloides o coloide. En caso de urgencia
table siempre y cuando se sepa controlar la respuesta taqui-
cardizante refleja del paciente. Además, es una sustancia que °
puede suministrarse sangre tipo negativo mientras se logra
puede ser utilizada en trauma de cráneo por ser un fármaco conseguir sangre específica. Desde 1900 se demostró que la
que no altera la presión arterial media, la presión intracranea- reposición de células sanguíneas con capacidad de transporte
na y el flujo sanguíneo cerebral (94). Infortunadamente, ni de oxígeno es lenta después de un shock hemorrágico, por
una determinada presión sanguínea, temperatura, acidosis, o tal razón debe hacerse lo posible por lograr una pronta re-
frecuencia cardíaca sirven como predictores de cuál paciente posición de componentes sanguíneos aun después del haber
permanecerá bajo amnesia. Para disminuir la incidencia de suspendido la causa de la pérdida sanguínea (106).
recuerdos bajo anestesia durante la anestesia de pacientes con Las soluciones hipertónicas son una alternativa para pa-
shock, el anestesiólogo debe mantener en mente la constan- cientes con shock hipovolémico pero siempre y cuando el
te posibilidad de despertar durante el transoperatorio (101). sitio del sangrado haya sido controlado y cuando el paciente
Para evitar esto se recomienda usar dosis bajas de anestésico haya recibido como mínimo 5000 mI de cristaloides previa-
inhalatorio, bolos de opioides, o considerar la posibilidad de mente en el proceso de resucitación.
dar un agente amnésico profilácticamente en dosis bajas (10- Existe controversia sí la resucitación hipovolémica (53).
razepam, diazepan). El anestesiólogo siempre debe tener en Pudiese aplicarse a los pacientes en el quirófano y para to-
mente un principio farmacológico al momento de administrar dos los tipos de trauma. Este principio podría ser aplicado
las dosis: Usar la mitad de la dosis con el fin de evaluar la solamente en aquellos pacientes que lograron estar en el qui-
respuesta hemodinámica y definir dosis subsiguientes. Esto rófano 30 min luego del trauma. La recomendación actual es
no sólo puede disminuir complicaciones, sino que en aque- definir el tipo de trauma desde el ambiente prehospitalario
llos casos en los que el paciente no necesita manejo en cuida- y de esa forma establecer aquellos con sangrado no posible
dos intensivos permite un despertar más rápido. de controlar y aquellos con trauma craneano o de sitio ana-
tómico localizado. En los primeros la recomendación es no
Líquidos intravenosos reponer volúmenes masivos hasta controlar el sangrado pero
en el segundo grupo o en pacientes con estados de shock mo-
Durante cirugías de trauma hay grandes pérdidas de líquidos ribundo la recomendación es reposición agresiva de volumen
y sangre que generalmente exceden las necesidades de reem-
(l08). Es probable que esto pueda lograrse pero en ciudades
plazo de mantenimiento de líquidos de los pacientes. Estas
con buen servicio de paramédicos; en Colombia no se podría
pérdidas incluyen: evaporación del intestino expuesto, pérdi-
estar tan seguros que un paciente que"ll~va 2 horas de trau-
da sanguínea de las heridas, pérdidas por succión y pérdida
ma y shock pueda beneficiarse de resucita'ción hipov01émica.
de líquidos hacia tercer espacio cuando se ha formado. El vo-
Hacen falta estudios contt~lados que logren establecer que lo
lumen de reemplazo depende de la intensidad de las pérdidas.
demostrado en los I;:stados Unidos se pueda aplicar a nuestros
Mientras que en América el reemplazo es predominantemen-
hospitales y pacientes. Por esta razón el concepto TAT (Trau-
te con cristaloides, en Europa hay mayor utilización de los ma Arrive Time), que en español traduciría: tiempo-trauma-
coloides (hextend 65, hidroxiethilstarch) (102-104). Según la llegada al hospital, debe ser incluido en todos los trabajos de
evidencia actual, podría recomendarse un reemplazo de cris- investigación, con el fin de estudiar el trauma en función del
taloides (solución de Hartman es preferible a la solución sali- tiempo. En un grupo de 71 pacientes con trauma de cráneo
na)/coloide del 50/50 (105). El volumen puede fluctuar entre severo en Medellín, Colombia el TAT fue de 9,26±18 horas,
5-10 ml/kg/hora, dependiendo de la intensidad del trauma.
con un "Odds Ratio" de 1,O (lC 0,99-1,0) Y p=0,96, no. sien-
Se vienen utilizando en estudios experimentales sustancias
do un factor de riesgo independiente de mortalidad. La reco-
transportadoras de oxigeno como el diaspirin y el HBOC- mendación actual es trabajar con el cirujano al mismo tiempo
201 (Hb bovina). De los dos, el primero fue suspendido en en el control de la hemorragia y la reposición de volumen
un estudio experimental por incrementar las muertes en el para mejorar la perfusión (109) ,(datos en prensa, CICRET:
grupo ensayo y el segundo se encuentra más prometedor por Colombian Intensive Care Reseárch team. Erick V).
sus buenos resultados en estudios de laboratorio, estabilidad

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 401


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

La decisión de transfusiones masivas en manejo anes- abdominal, torácica y espacio retroperitoneal pélvico son
tésico del trauma se ve afectado por el riesgo beneficio ya causantes de hipotensión sin explicación alguna. El paso más
demostrado de la aplicación de glóbulos rojos y hemoderiva- importante es el control quirúrgico del sangrado, sin embar-
dos. Para decidir adecuadamente la colocación de glóbulos go se debe disponer de sistemas de venoclisis con diámetro
rojos después de trauma, el trauma debe ser dividido en dos mayor a 5 mm e intercambiador de calor de contracorriente,
situaciones: Resucitación temprana o tardía. La temprana es como el sistema Level 1. Pueden administrarse 1000 mIl min
aquella definida por un trauma que actualmente se encuen- de soluciones cristaloides o 600 mI Imin de GRE. En nuestro
tra en sangrado y la tardía es aquellos pacientes que ya han centro hospitalario contamos con este recurso, sin embargo
logrado la hemos tasia. En ese orden de ideas, el enfoque del los catéteres para administración rápida de líquidos (Abott)
anestesiólogo debe ser en la resucitación temprana ya que la son una excelente alternativa.
resucitación tardía se presenta principalmente en la VeI. De La hipotensión por neumotórax causa a menudo invaria-
esta forma, la indicación de transfusión de GR es diferente blemente la muerte a menos que se diagnostique a tiempo y
en los dos tipos de resucitación postrauma. Para esta fase de se trate rápidamente.
la resucitación la transfusión puede hacerse en la siguiente El shock neurogénico siempre debe ser considerado ya
secuencia: que durante la evaluación primaria pudo ser pasado por alto y
Agresivo diagnóstico y tratamiento de la hemorragia su manejo se fundamenta en la reposición de líquidos y vaso-
Titular los líquidos para mantener la más baja presion ar- presores si es necesario. Las causas cardíacas de hipotensión
terial persistente incluyen la contusión miocárdica (la cual es más
Si la transfusión masiva es probable (> 10 Vds. GR), uti- frecuente en el VD), taponamiento pericárdico, lesión valvu-
liCe en forma temprana GR, plasma y plaquetas lar y defecto del septum interventricular. Ante la sospecha es
Mida constantemente lactato, exceso bases, Hma+ y pHa muy útil la ecocardiografía transoperatoria. Si no se dispone
cOmo medi~ores de perfusión: son anormales intente in- de este último recurso, el catéter de arteria pulmonar es una
crementar la presiól1 atterial así incremente el sangrado buena alternativa evidenciándose en el caso de la contusión
Mantenga la nOlmotermia . miocárdica del VD aumento de las presiones intraventricula-
Marttener Sa02 100 y eo} nor~nal res derechas, pve y si existe dilatación del VI puede encon-
Logre u.na adecuada anestesia reduciendo la liberación de trarse aumento de las presiones en cuña. En el tratamiento es
catecolaminas endógenas y desplace el paciente de un es- importante el soporte inotrópico y si no hay respuesta se debe
tado de vasoconstricción a· vasorrelajación. recuITit al balón de contrapulsación intraórtico.
El objetivo de Hb es 7;.8 gldl y un normal TP en el mo-
mento en que la hemorragia es controlada, considere Hipotermia
mantener Hb mayotes en pacientes de edad (> 65 años) o El shock, intoxicación alcohólÍca, exposición al frío, reani-
en pacientes con enfermedad isquémica (110). mación hídrica y trastornos de la termoITegulación tornan
hipotérmico al paciente durante la fase inicial de la lesión.
Corrrplicacionesintraoperatorias En un estudio, la hipotermia grave que en un individuo trau-
e1;lando el trauma es muy' severo los pacientes no son bien matizado se define como una temperatura central menor a 32
evaluados en el preoperatorio por el afán del control de la he- o e, se observó una mortalidad del 100%. Las hipotermias

mOlTagia. Porlotanto, el anestesiólogo debe estar al tanto de moderadas (32 a 34 o e) fueron entre 69 y 40% (115, 116).
todo tipo. de problemas que puedan aparecer. Específicamen- La pérdida de calor es mayor en personas con lesión de
te, se debe estar atento á la hipotensión a pesar del reemplazo la médula espinal, quemados, trauma extens~'4e tejidos
de líquidos, sitios ocultos de hemorragia, hemoneumotórax, blandos y en quienes han consmm,do alcohol. El efecto de
taponamíento cardíaco, sangrado intracraneano haciendo la hipotermia en órganos de por sí comprometidos puede ser
efecto de masa, acidosis, hipocalcemia, embolismo graso e devastador. Se ha evidenciaqo disminución del gasto cardía-
hipotermia (107,108,110-114). Se deben analizar periódica- co, anormalidades de la conducción cardiaca, decrementos
mente gases arteriales, hematocrito, electrolitos y pruebas de en los flujos sanguíneos cerebral y renal, disminución de la
coagulación. La mortalidad de la coagulopatía postraumática liberación de oxígeno de los eritrocitos, alteración de la fun-
p1;lede ser tan alta como del 77% (115). ción plaquetaria, alteración en la homeostasis del K+ y ea++.
Existe evidencia que el tratamiento activo y la normalización
Hipotensión persistente rápida de la temperatura corporal reducen la mortalidad, la
Esta complicación resulta de cuatro mecanismos posibles: pérdida sanguínea, las necesidades de líquidos, la insuficien-
hemorragia, neumotórax a tensión, shock neurogénico y le- cia de órganos y el tiempo de permanencia en la VeI (117).
sión cardíaca, en raras ocasiones también se debe a reaccio- Actualmente se viene estudiando la hipotermia en forma tera-
nes transfusionales o coronariopatía. péutica en pacientes con trauma. Ha logrado demostrarse que
Es obvio que la hemorragia hacia el exterior es eviden- el problema no es estar muy frío sino estar a temperaturas
ciable fácilmente pero la pérdida sanguínea hacia la cavidad intermedias lo que genera campos de suministro de oxígeno
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

intermedios para las necesidades de los tejidos. El problema mia. Si se documenta intraoperatoriamente una hipercalemia'
no es qué tan frío esté sino qué oxígel1O está llegando a las está indicado el tratamiento con insulina regular 10 U acom-
necesidades del tejido. De esta forma se genera el termino de pañado con DAD al 10% 150 cc y 50 meq de bicarbonato,
animación suspendida para aquellos pacientes que pueden (siendo ésta la medida más eficaz en disminuir la hipercale-
ser mantenidos en hipotermia severa 07-25°C) con circula- mia por desplazamiento transcelular). En caso de anitrrÍias,
ción extracorpórea en forma temprana mientras se realiza la también debe suministrarse cloruro de calcio, 500 mg. Si es
reparación del trauma severo y posteriormente se procede al necesario se pueden repetir las dosis de insulina y dextrosa
calentamiento lento con la cantidad suficiente de sustancias cada 30 a 45 minutos.
que suministren oxígeno 018-120). En la inmensa may0l1a de los pacientes el shock genera
acidosis metabólica; sin embargo existen otras causas a consi-
Trastornos de la coagulación derarse como la acidosis láctica alcohólica, cetosis alcohólica,
En el paciente traumatizado pueden confluir varios factores cetosis diabética y envenenamiento por monóxido de carbono.
para que se desanollen anormalidades en la coagulación; La La acidosis láctica alcohólica ocune en pacientes que mues-
hipotermia, la acidosis, la hipotensión y puntajes de trauma tran hipoperfusión en estado de intoxicación. En condiciones
altos (ISS>25). La hipotermia que afecta la estructura, fun- normales, el hígado puede depurar cantidades moderadas de
ción y secuestro de plaquetas y además retarda su actividad ácido láctico, en pacientes intoxiQados el metabolismo prefe-
enzimática, demorando así el inicio o propagación del tapón rencial del alcohol por el hígado interfiere con el uso dellac~
de plaquetas y el coágulo de fibrina (21). La disminución de tato por este órgano. También puede ocunir cetoacidosis alco...,
la temperatura también puede disminuir la actividad fibrino- hólica en quienes sufren inanición y se abstienen del alcohol.
lítica (21), reduciendo la actividad de los factores de la coa- La inanición suele generar ácidos grasos a partir de lipólisis
gulación en un 10% por cada grado centígrado de reducción y la ingestión de alGohol previene la conversión de los ácidos
de la temperatura (122). grasos en cetonas. Cuando se prohíbe la in gesta de alcohol a
El diagnóstico transoperat0l10 de una coagulopatía se esta- un alcohólico en inanición, se convierten los ácidos grasos en
blece al observar la hemonagia en el campo quirúrgico, heri- cetonas y producen cetoacidosis alcohólica.
das y sitios de punción y no con la interpretación de las prue- El diagnóstico diferencial entre acidosis hipovolémica,
bas de laboratorio. Sin embargo, el diagnóstico diferencial diabética y alcohólica, todas ellas con posible brecha. de
entre la coagulopatía por pérdida de factores (anteriormente aniones hacen necesario medir los niveles de lactato sérico,
denominada dilucional o de consumo) y la coagulación in- cuerpos cetónicos en orina, la glicemia y monitoría adecuada
travascular diseminada requiere exámenes paraclínicos. El de la volemia. La cetoacidosis alcohólica debe tratarse con
diagnóstico de CID se establece actualmente con evaluación DAD al 10%, mientras que la cetoacidosis diabética con in~
de pruebas de coagulación que le permitan hacer puntajes de sulina. No existe una terapéutica específica para la acidosis
CID y a través de la detección de: láctica alcohólica excepto la solución salina normal, con los
1. Activación de procoagulantes riesgos adicionales de acidosis hiperclorémica del cloruro de
2. Consumo de inhibidores sodio en grandes cantidades.
3. Activación de fibrinólisis
4. Falla de órganos blanco 023, 124). Muerte intraoperatoria
La muerte es una amenaza mucho mayor durante la inter-
Alteraciones de electrolitos y ácido-base vención quirúrgica de urgencia por traumatismo que en cual~
Entre las alteraciones hidroelectrolíticas la hipercalemia es quier otro procedimiento operatorio. 'Aproximadamente el
relativamente frecuente y hay tres mecanismos implicados. 0,7% de los pacientes que ingresa por trau'ffiatismo muere en
El primero de ellos se da en el shock irreversible por la per- el quirófano y constituye eÍ 8% de la mortalidad secundaria a
meabilidad alterada con salida masiva de potasio, en este caso lesiones (127). Casi,el 80% de la mortalidad intraoperatoria
no sobrevive el paciente. Segundo, luego de la reparación de se debe a una hemonagia incontrolable, en los pacientes res-
un vaso mayor, la reanudación del riego sanguíneo a los teji- tantes las causas más comunes son la herniación cerebral y el
dos isquémicos genera un aumento en la concentración sérica embolismo graso (27). Existen factores que incrementan la
de potasio. Tercero, la transfusión a un paciente acidémico posibilidad de muerte en el quirófano (27) (tabla 12).
e hipovolémico a una velocidad mayor de una unidad cada El traslado rápido al quirófano, la concentración de es-
cuatro minutos incrementa sustancialmente los valores plas- fuerzos en lesiones que ponen en peligro la vida (mientras se
retrasa la intervención quirúrgica definitiva), una toracotornía
máticos de potasio (125, 126).
y laparotomía simultáneas para lesiones toracoabdominales,
La vigilancia frecuente del potasio sérico, la supresión del
el tratamiento adecuado de un hematoma retroperitoneal, la
pinzado de las derivaciones vasculares en forma gradual e
conección temprana de la hipotermia, del shock y el empa.,.
intermitente y la contraindicación de transfusiones en ritmos
quetamiento temprano de lesiones hepáticas graves pueden
más altos de los necesarios contribuye a reducir la hipercale-
reducir la mortalidad intraoperatoria (127).

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 403


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Tabla 12. Características clínicas que se acompañan de mortalidad intrao- realmente está ocuniendo en un paciente con trauma severo.
peratoria.
Con base en este abordaje el monitoreo puede ser dividido en
15 secciones que le permiten al anestesiólogo estar al tanto
Categoría características clínicas de cualquier perturbación en algún órgano determinado y de
Mecanismode lesión. Herida por arma de fuego esa forma poder intervenir para no permitir secuelas postope-
Atropellamiento a peatones ratorias. Ninguna sección es más importante que otra, sólo la
Gravedad de la lesión ISS (Injury Severity Score) > 41 completa interacción entre éstas podrá hacer un abordaje por
RTS (Revised Trauma Score) < 3,0 sistemas del trauma severo (tabla 14):
Perfil fisiológico intraoperatorio TA prehospitalaria < 50 mmHg 1. Sistema nervioso central. Permite la evaluación de la fun-
TA en urgencias < 60 mmHg
ción y pelfusión cerebral con o sin fármacos. Se le debe dar
mayor importancia en casos de trauma neurológico.
Mejor TA en urgencias < 90 mmHg
2. Sistema nervioso periférico. Permite la evaluación del
Mejor Ph medio < 7,18
estado de relajación neuromuscular y la influencia de
Reanimación preoperatoria media> 3850 mI
fármacos o temperatura sobre ésta.
Transfusión de GRE media> 834 mI 3. Sistema cardiovascular. Para muchos el más importan-
Tipo de lesión. Lesiones graves de la cabeza, tórax, abdomen y pelvis te. Permite el conocimiento de todas las variables rela-
individuales o combinadas con un trauma contuso
cionadas con perfusión sistémica y la influencia sobre
Lesiones graves torácicas y abdominales individuales o combinadas por
cada órgano. Se le debe dar mayor importancia en casos
trauma penetrante
de trauma miocárdico.
Lesión de órgano. Cerebro, hígado, lesión aórtica o vascular
4. Sistema respiratorio. Va desde el monitoreo de la ven-
Mayor, lesión cardíaca
tilación mecánica, pasando por la función alveolar ~asta
Reanimación y estado fisiológico TA sistólica < 90 mmHg en la 10 hora los mecanismos de oxigenación celular al hacer monito-
TA sistólica < 90 mmHg por> 30 min reo integral con el sistema cardiovascular. Se le debe dar
Deterioro del pH medio de 7,19 a 7,01 mayor importancia en casos de trauma torácico.
Hemorragia intraoperatoria media> 5172 mI 5. Sistema renal. Bastante importante en situaciones de
Resucitación sanguínea media> 4541 mI trauma pero frecuentemente olvidado. El descuido de
Transfusión de plaquetas media> 784 mI una adecuada perfusión de estos órganos puede llevar al
Plasma fresco congelado medio> 1418 mI paciente al deterioro en la UCI. Permite hacer el análisis
T O intraoperatoria media de 32,2 o C
ácido-básico al hacer integración con el sistema respira-
torio y también el del estado hidroelectrolítico.
Paro cardíaco imtroperatorio
6. Sistema hematológico. Cada vez ha venido adquirien-
do mayor importancia para el anestesiólogo. Permite el
Monitoreo intraoperatorio
conocimiento de todos los mecanismos de coagulación y
Antes de entrar en los detalles del monitoreo necesario para trombosis que se desencadenan bajo estrés y bajo shock
un paciente con trauma severo, el anestesiólogo debe estar hipovolémico postrauma.
conciente que primero son las medidas de resucitación antes 7. Sistema hepático. Aunque algunos lo analizan como un
que cualquier procedimiento de monitoreo. En algunas oca- órgano encargado del metabolismo solamente, es prefe-
siones sólo el EKG, el pulso o pulsaciones carótideas pueden rible analizarlo por separado porque no sólo tiene fun-
hacer parte del monitoreo inicial mientras se están colocando ciones metabólicas, también cuenta con funciones que
las líneas de infusión para la reposición de volúmenes. Una influyen con otros sistemas, a saber: funcióri"hematoló-
vez resucitado el paciente se puede realizar procedimien- gica, inmunológica e inflamatbria. Es de bastante impor-
tos invasivos o no invasivos. El monitoreo del paciente con tancia cuando el paciel)te tiene enfermedades crónicas
trauma severo debe ser lo más amplio posible desde el punto preoperatorias. Se le débe dar mayor importancia en ca-
de vista de enfoque mental de la patología de hipoperfusión sos de trauma hepático.
sistémica, razón por la cual el anestesiólogo debe estar pre- 8. Sistema endocrino. Siempre olvidado, sólo recordado
parado para monitorizar desde la máquina de anestesia hasta cuando se presentan pacientes diabéticos, pero el sistema
la más mínima función de algún sistema del organismo que endocrino lo componen órganos como las supranenales,
pueda influir en el estado del paciente. el tiroides, las paratiroides, la hipófisis, la pineal y el
Existen 4 principales problemas que se podrían desenca- páncreas entre otros. Actualmente se conoce que tiene
denar sin un adecuado monitoreo de la máquina de anestesia bastante repercusión en la respuesta al estrés del paciente
y que podrían repercutir en el bienestar de un paciente con con trauma e influye en sus secuelas postoperatorias.
trauma: Hipoxia, barotrauma, sobredosis o subdosis de anes- 9. Sistema gastrointestinal. Hace unos años, se convirtió
tésicos e hiper o hipoventilación del paciente (tabla 13). en el sitio de mayor importancia en ,el monitoreo y ma-
El monitoreo del paciente por sistemas permite una más nejo de los pacientes con trauma, permitiendo conocer el
exacta aproximación al problema fisiológico y celular que grado de perfusión que necesita el paciente.
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

10. Sistema inmunológico e infeccioso. Aunque es un siste- manejo y colocación de sondas nasoyeyunales en el quiró-'
ma aparentemente de poca importancia para el anestesió- fano con la ayuda del cirujano.
logo, éste debe estar al tanto de la adecuada colocación 14. Sistema osteomuscular. De mucha importancia en los
de antibióticos profilácticos. Además, se le ha venido pacientes que terminan en la unida de cuidados inte!lsi-
dando importancia al bloqueo de la respuesta al estrés y vos pero para el anestesiólogo es importante en síndro-
la disminución de liberación de citoquinas con diferentes mes de aplastamiento o maceración masiva de músculo.
técnicas de bloqueo anestésico. El anestesiólogo debe comenzar la prevención de la le-
11. Sistema controlador de la temperatura. Con un co- sión renal desencadenada por rabdomiólisis.
rrecto monitoreo y manejo del control de la temperatura 15. Sistema tegumentario. Aunque en muchas ocasiones
en un ambiente idóneo para las condiciones de estrés, se pasa desapercibido como un sistema de importancia en
evitan complicaciones relacionadas con relajación neu- el quirófano, es uno de los sistemas mas importantes des-
romuscular, coagulación y temperatura. de el punto de vista de puerta de entrada de infecciones,
12. Control del dolor. Se debe hacer desde que el paciente controlador de la temperatura y es un indicador de las
ingresa al quirófano, utilizando diferentes técnicas: IV, primeras manifestaciones de las ulceras (por presion o
PCA (analgesia controlada por el paciente), epidural, por hipoperfusión).
bloqueos periféricos, etc.
13. Soporte metabólico y nutricional. Es de suma importan- No es usual que un paciente requiera tener todos los equi-
cia en los pacientes con trauma severo que serán sometidos pos existentes actuales para monitorizar cada sistema. Cada
a reintervención. (CiIugía de control de daño). Los pacien- grupo de anestesiólogos debe estar familiarizado con la téc-
tes reingresan de la UCI con diferentes técnicas de soporte nica que más se acomode a sus necesidades, y facilidades. El
nutlicional (enteral, parenteral, mixta) y diferentes sondas mejor conocimiento de equipos existentes para monitOlizar
o equipos para su adecuado manejo. El anestesiólogo debe cada sistema, permite una imagen más amplia del enfoque
estar preparado para el manejo de infusiones nutlicionales del problema (tabla 14).
en el quirófano y la repercusión sobre las condiciones me- En resumen, el paciente debe llevar lo denominado moni-
tabólicas del paciente: Además, deben conocer el con·ecto toreo esencial, que hace parte del monitoreo estándar (moni-

Tabla 13. Monitoreo de la máquina de anestesia.

Problema Sistema de protección I Alarmas I Monitoreo


Hipoxia
l. Sistema de seguridad de conexión Corte del suministro de nitroso en Alarma de falla en el suministro de
de cilindros caso de falta de 02 (128) oxígeno
2. Capacidad de los cilindros o siste- Analizador de baja concentración de Analizador de 02 en la rama inspira-
mas de suministro de 02 °2 toria (129)
3. Unión entre los flujometros de 02
y nitroso, (interlocked) (130)
4. Válvula de control de flujo para el
°2
,
5. Límite de flujo de CO 2: 0,6 L/min
6. Exactitud de flujómetros: ± 10%
del valor indicado (131) "

Barotrauma
1. Presión Límite de máxima presión en el cir- Alarma de alta y baja presión. Monitor de presión en el ventilador
cuito y ventilador (80 cmH 2O) y el circuito
2. Presión Bolsas con límite de presión (50-70
cmHp) (132)
Sobre o subdosis de anestésicos
1. Vaporizadores con exactitud ± Alarmas de alta y baja concentración Monitor de concentración de anes-
20% del valor indicado tésico
2. Marcas de nivel de llenado del lí-
quido anestésico
Hiper o hipoventilación del paciente
1. Hipo o hipercapnia Alarmas de alto y bajo CO 2 Capnómetro
2. Cantidad de volumen Alarmas de alta presión, baja pre- Sistemas de ventilación con presión.
sión, bajo volumen Volumen minuto y corriente expirado

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 405


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

toreo mínimo requerido por la ley para cada procedimiento lúa específicamente función muscular faríngea, perdiendo
anestésico.) Este consta de: de esta forma especificidad.
Monitoreo de la máquina y los gases 2. ¿Cuándo se debe llevar un paciente a la unidad de cui-
Ruidos cardíacos dados intensivos después del trauma? No siempre es
Ondas d~ pulso fácil definir, influyen factores locativos, del procedimien-
EKG to quirúrgico, factores del paciente mismo, etc. Desde
Presión arterial el punto de vista de perfusión (principal problema én el
Frecuencia cardíaca trauma severo con shock hipovolémico) puede plantearse
Oximetría de pulso cuales pacientes con al menos uno o todos los siguientes
Capnometría (opcional). criterios deben llevarse a la UCI:
Paciente con trauma y enfermedades de base (cardia-
Para procedimientos considerados de tipo trauma mayor (> ca, respiratoria, hepática, renal, hematológica, etc.)
de 3 horas, ASA nI, pérdida sanguínea> 10%, trauma car- Pacientes con trauma severo y mayores de 60 años.
díaco, trauma toráxico o de SNC, transfusión masiva) se re- Reemplazo de la volemia en una vez.
quiere un monitoreo adicional: Imposibilidad para haber mantenido la perfusión du-
El monitoreo esencial rante el acto anestésico.
PVC Presiones arteriales sistólicas < 90 mmHg.
Línea arterial (es opcional dependiendo de las facilidades Sangrado en capa al momento del cielTe quirúrgico o
y las condiciones del paciente) pruebas de coagulación alteradas.
Cálculo de pérdida sanguínea Exceso de base> - 5 mmollL
Sonda vesical Bicarbonato < 17 mmollL
Temperatura de gases y del paciente Hidrogeniones metabólicos (Hma+) > de 5 nMIL·
K+ sérico pHi < 7,32
Pruebas de coagulación pHa < 7,30
Colocación de sonda nasoyeyunal
Evaluación invasiva o no invasiva del gasto cardíaco: si cum- Algunos de estos criterios se superponen con los de cirugía
ple criterios de hipoperfusión (explicados en el numeral si- de control de daño, pero debe tenerse en cuenta que pacientes
guiente), a pesar de todas las medidas de resucitación. que no están tan hipoperfundidos deben vigilarse en la UCI
por lo menos por las primeras 24 horas del postoperatorio.
Fase 4. Despertar de la anestesia
El anestesiólogo debe estar completamente Gapacitado para Manejo anestésico de.1 paciente sometido a cirugía
saber a cuál paciente puede despertar de una anestesia pos- "Control de Daño" (221, 222)
trauma, a cuál se le debe llevar a la ve! después de un pro- Uno de los primordiales aspectos en el manejo de pacien-
cedimiento quirúrgico completo o a cuál se le debe someter a tes con trauma tan severo es la adecuada comunicación en-
una cirugía de control de dafto. (Ver adelante ) tre todos los integrantes del grupo de trauma (intensivista,
1. Cuando el paciente puede ser despertado, los anestési- anestesiólogo, cirujano, enfermeras, paramédicos y todos los
cos inhalados se suspenden 10 minutos antes de terIIlinar ayudantes del quirófano). Entre las funciones del anestesió,..
la cirugía. Cuando el cirujano está colocando el último logo se encuentran el manejo de la vía aérea, evaluación de
punto en la piel, la faringe es completamente liberada de enfermedades preexistentes, establecimiento de,los accesos
secreciones. El tubo orotraqueal se deja en su lugar y se vasculares, coordinación del persol)al de la sala de 'operaCión,
procede a la colocación IV lenta de atropina 0,02 mcg/kg comunicación directa con el banco de sangre, establecimien-
y prostigmine 0,04-0,06 mcg/kg en mezcla diluida hasta to del monitoreo y manejo qel dolor agudo.
°
1 mI de solución salina. Luego se procede a la ventila-
ción manual con el fin de coordinar con las del paciente.
Pacientes considerados candidatos para cirugía de con-
trol de daño son aquellos que necesitan estabilización de las
Finalmente, teniendo en cuenta que el riesgo de broncoas- condidones fisiológicas en la unidad de cuidados intensivos
piración es mayor durante la extubación, el tubo orotra,. antes de un procedimiento quirúrgico definitivo que no va ser
queal se debe retirar solamente cuando el paciente esté bien tolerado, con el fin de disminuir la mortalidad. En este
completamente despierto, o por lo menos con completa contexto, hay 3 desórdenes fisiológicos que permiten un tem-
recuperación de los reflejos faríngeos. Para confirmar in- prano reconocimiento del problema y de esta forma una toma
tegridad de los reflejos faríngeos se le debe solicitar al de decisión más temprana: El grado de hipotermia, la acido-
paciente que intente deglutir con el tubo. Existen otros sis y los problemas de coagulación. El intentar ser más ob-
criterios como: sostener la cabeza por 5 segundos, un tren jetivos permite una adecuada estratificación de los pacientes.
de 4 con más del 75 % de los receptores libres, apertura Además de los criterios establecidos en el ámbito mundial,
ocular, nivel de conciencia, etc. Pero ningún criterio eva- nuestros sistemas de salud y transporte de pacientes antes de
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

Tabla 14. Monitoreo del paciente traumatizado.

l. Tornillo; catét~res de medición de presiones. 1. PÍC PPC, RHC (141,142)


2. Catét~r yugular ascendente (135) 2. SvJO j ; Da~vO-j; eCMRO,¡, Delta de W, ILO (143)
3.EEG 3. FunciÓn de actividad elé~trica de membrana.
Sistema nervioso cen-
4. Potenciales evocados 4. Estímulos somato-sensitivos.
tral (133, 134)
5. Equipo de microdialisis (136·138) 5. Hiperglicolisis (144)
6. Equipos de xenón, (139) Doppler transcraneal, ca- 6. Flujo sanguíneo cerebral (145)
té ter de termodinamia intra-parenquimatoso (140)
Sistema nervioso peri- l. Estimulador de nervio periférico. l. Tren de cuatro.
férico (146) 2. Electromiograma 2. Imagen grafica y por % de receptores libres.
1. EKG l. Permite evaluar arritmias, cambios del ST, etc.
2. Evaluadores del gasto cardíaco (GC) (invasivos o 2. Mide GC, cálculo de bO, (166,167,168,169,170), YO"~ Da-vO" CaO;;
no invasivos): Swan-Ganz (147), PICCO (148, 149), CvO" CaCO" CvCO" Dv.áco, (171), TSVI, TSVD, RVS, RVP, VDFVD
Sistema cardiovascular CCO (150·153), GC transesofágico (154), Litio-GC (172~ 178) presiones sistémicas, -etc.
(155), impedanciometría (156-160) 3. Permite evaluación estructural y funcional cardiaca.
3. TEE (161-163) 4. Evalúa la perfusión y el shock.
4. Capnometría sublingual (164,165)
l. Gases arteriales l. Pa0 2. PaC02. Sa02. pHa, Pv0 2, PvC0 2 , Sv02, pHv, PA0 2, Cc0 2, Qs/Qt,
2. Monitoreo de ventilación mecánica. Ext 02' PaO/FI0 2, IaIA, Hma+, Hmv+, Dv-aH+, RQ, EB (190-195), HC03-
3. SaO, 2. PIP, Plato, Vt, VM, Fr, flujo, distensibilidad, resistencias de la vía aérea,
4. ETC-O, Yla gráfica (180-185) gráficas.
Sistema respiratorio
5. Medición de lactato sérico. (186-188) 3. Solo muestra el 02 en la HB.
(179)
6. Muestra sanguínea: DNA del gen de la B-globulina 4. Muestra el GC y permite evaluar flujos pulmonares, perfusión intestinal
(189) y obstrucciones de vía aérea.
5. Evalúa acidosis por hipoperfusión
6. Pronóstico según perfusión
l. Sonda vesical l. Eliminación urinaria, creatinina, K+y N a+ urinarios. Balance de líquidos
Sistema renal (196)
2. Muestras sanguíneas 2. Creatinina, K+ y Na+ séricos.
l. Muestras sanguíneas. 1. Diagnóstico de CID (198): Activación de procuagulantes, de fibrino·
2. Factor Von Willebrand en muestra sanguínea y pul- liticos y consumo de inhibidores*
Sistema hematológico
monar (197) 2. Activación endotelial
3. Tromboelastograma 3. Evalúa función plaquetaria e integridad del sistema de coagulación
l. Muestras sanguíneas l. Metabolismo: Cuerpos cetónicos, niveles de HDL, albúmina y prealbú-
mina, gluconeogénesis.
Sistema hepático (199) 2. Coagulación: TP, factor V, otros factores.
3. Inflamación: Proteínas de fase aguda; peR, haptoglobina, C 3 del com-
plemento. (200)
l. Residuo gástrico l. Permite evaluar gastroparecia
Sistema gastrointes-
2. Tonómetro gástrico (201-207) 2. Perfusión esplácnica
tinal
3. Espectroscopia de fibra óptica (208) 3. Evalúa perfusión gástrica
Sistema inmunológico l. Muestras sanguíneas 1. Inflamación: Niveles de citokinas
e infeccioso (209) 2. Infección: Niveles de procalcitonina (PCT) (210)
Sistema endocrino (211) l. Muestras sanguíneas l. Glicemia, calcio ionizado, cortisol, melatonina, T 1 , T YTSH séricos.
Dolor l. Examen clínico l. Respuesta a estímulos dolorosos, escalas de dolor
l. Muestras sanguíneas 1. Evaluación de antioxidación: Niveles de glutation sérico (212-214)
Soporte nutricional y 2. Muestras de músculo 2. Evaluación de catabolismo muscular: Expre~ió,-n de RNAm de Ubiqui-
metabólico 3. Infusión de nutrición parenteral tin proteasoma (215,216) '-,

4. Oxígeno subcutáneo 4. Evalúa perfusión tisular (217); 218)


1. Medidores rectales, esofágicos, auditivos, nasofa- l. Evalúa la perdida del control de la temperatura.
Temperatura (219,220)
ríngeos, o en Swan-Ganz. /

Sistema osteomuscular 1. Impedanciómetro 2. Dinamómetro. 3. TAC. 1. Masa magra. 2. Fuerza muscular. 3. Masa muscular.
Sistema tegumentario l. Examen clínico l. Escala de Bramen.

Abreviaturas: EEG: Electroencefalograma, PIC: Presión intracraneana, PPC: Presión de perfusión cerebral, RHC: Reserva hemodinámica cerebral, SvjO,:
Saturación venosa yugular de oxígeno, Da-vO,: Diferencia artriovenosa de oxígeno, eCMRO,. Consumo metabólico de oxígeno cerebral estimado, ILO: Índi-
ce lactato oxígeno, H+: Hidrogeniones, EKG: Electrocardiograma, PICCO: Medición periféric'a del gasto cardíaco con base en ella estructura del pulso, CCO:
Gasto cardíaco continuo, TEE: Ecocardiografía transesofágica, DO,: Aporte de oxígeno, YO,: Consumo de oxígeno, CaO,: Contenido arterial de oxígeno,
CvO,: Contenido venoso de oxígeno, CaCO,: Contenido arterial de CO" CvCO,: Contenido venoso de CO" Dv-aCO,: Diferencia venoarterial de CO" TSVI:
Trabajo sistólico del ventrÍCulo izquierdo, TSVD: Trabajo sistólico del ventrícülo derecho, VDFVD: Volúmen diastÓlico final del ventrículo derecho,' RSV:
Resistencia vascular sistémica, RVP: resistencia vascular pulmonar, PAO,: Presión alveolar de oxígeno, Qs/Qt: Shunt, Ext O,: Extracción de oxígeno, PaO,!
FIO,: Índice de oxigenación alveolar, lal A: Índice arterioalveolar, Hma+: -Hidrogeniones metabólicos arteriales, Hmv+: Hidrogeniones metabólicos venosos,
Dv-aW: Diferencia veno-arterial de hidrogeniones, PIP: Presión inspiratoria pico, TP: Tiempo de protrombina, PCR: Proteína C reactiva.
* Activadores de procoagulantes: Aumento de pro-fragmentos 1+2 de Protrombina, fibrinopéptidos A y B, complejos AT-IlI - Trombina, factor 4 plaque-
tario y B-tromboglobulina; con disminución de antitrombina III (AT-IIl.) Activación de fibrinolisis: Aumento del dím~ro D, PDF, plasmina y complejos
plasmina-antiplasmina con disminución de plasminógeno. Consumo de inhibidores: Aumento de complejos AT·III - Trombina y complejos plasinina-
antiplasmina, con disminución de AT-IIl.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 407


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

la llegada a urgencias nos ha llevado a adicionar algunos cri- sección será limitada a explicar los puntos más importantes
terios a los ya establecidos: a tener en cuenta en este tipo de cirugía en cuanto al aspecto
1. Indicación quirúrgica (223): anestésico. El anestesiólogo debe estar al tanto de mantener
Cirugía de trauma venoso mayor inaccesible. (Ej,: la temperatura del quirófano a ± 29°C antes de la llegada
Lesión de vena cava retrohepática). del paciente, sistemas de calentamiento del paciente y sis-
Anticipada necesidad para un procedimiento que exi- temas de rápida infusión con calentamiento de líquidos. Ge-
ge tiempo. (Ej.:Pancreatoduodenectomía) neralmente el cirujano no debe abrir la cavidad abdominal
Cuando el paciente requiere un procedimiento adi- sin anteriormente haberle avisado al anestesiólogo, el cual
cional previo a la cirugía. (Ej.: Embolización pos- estará preparado para una descompresión severa de la cavi-
fractura pélvica.) dad abdominal y probablemente empeoramiento del shock.
Imposibilidad de cien'e de fascia de la pared abdominal. Hacer monitoreo constante de gases arteriales y nunca colo-
Deseo por parte del cirujano de reevaluación del con- car bicarbonato, pues éste empeora la acidosis intracelular en
tenido abdominal. (Ej.: isquemia intestinal.) situaciones de hipoperfusión (227).
2. Exceso de bases. (EB) (190, 192) La buena comunicación entre el cirujano y el anestesió-
EB > de -15 mmollL en < de 55 años y sin trauma de logo permite que el anestesiólogo suministre los líquidos en
cráneo. forma más apropiada y que el cirujano realice oclusiones vas-
EB > de - 8 mmollL en > de 55 años o cualquier culares cuando el paciente necesite mejorar su estado de per-
paciente con trauma de cráneo. fusión. Si la acidosis empeora, el cirujano puede decidir un
3. Lactato sérico> de 5 mmollL. (223). Es más importante cierre más temprano de lo planeado y el anestesiólogo debe
observar la tendencia. estar preparado para el transporte del paciente a la unidad de
4. Temperatura < 35°C (224). cuidados intensivos.
5. pH < de 7,18 (225) Si el paciente necesita ser llevado a radiología para procedi-
6. Trastornos de la coagulación: mientos invasivos, debe enfatizarse en todo lo necesario para el
Tiempo de protrombina > 16 Sg. transporte y control de la temperatura en la sala de radiología,
Tiempo Parcial de trombóplastina > 50 Sg. con el fin de evitar futuras complicaciones.
Sangrado no quirúrgico difuso. La reintervención es un procedimiento fundamental en
7. Transfusiones masivas: > de 10 unidades de sangre en 4 la cirugía de control de daño. Generalmente es entre 24-36
horas (223,225). horas después del primer procedimiento. Todo el grupo de
8. Índice de consumo de oxígeno < de 110 ml/min/mt2 anestesiólogos de un servicio de trauma estará al tanto de la
(223). llegada de este tipo de paciente. Generalmente son pacientes
9. Tiempo preoperatorio prolongado. (TAT: Trauma-Arrive- que ingresan de la UCI con múltiples bombas de infusión,
Time) TAT prolongado. Actualmente no se cuenta con un nutrición parenteral, inotrópicos que no se pueden suspen-
tiempo límite como criterio de inclusión de pacientes. der, sondas nasoyeyunal y naso-gástrica, tonómetro, capno-
10. Hidrogeniones metabólicos (Hma+): El nivel de resuci- grafia sublingual, catéter de monitoreo de arteria pulmonar
tación actualmente aceptado es 5 nMIL, pero en estos y a veces con algunos exámenes de laboratorio' anormales
casos es más importante evaluar la tendencia inicial (au- por la dificultad del control del problema en la UCI. Algunos
mento, disminución o estabilización) con las medidas de pacientes pueden continuar sangrando en la reintervención
resucitación. Aunque faltan estudios de la utilización de o presentar un síndrome compartimental en el postoperato-
los Hma+ en cirugía de control de daño, podría plantearse rio inicial, requiriendo una reintervención COIJ:. mayor alte-
que pacientes que persistan con niveles entre 5 o ;;::10 ración de coagulación. Los pacientes que muestran una res-
nMlL deben ser incluidos en este grupo. puesta inflamatoria inicial severa deben ser reconsiderados
11. pHi: La tonometría actualmente no se podría incluir para reintervención en forma temprana. En algunos casos,
como criterio de este grupo de pacientes porque los cam- el paciente será sometido a lima re intervención no planeada
bios fisiológicos durante el shock hipovolémico implican o más urgente de lo usual, implicando esto que el paciente
una vasoconstricción severa del lecho esplácnico que es se encuentre aún con muchas alteraciones de hipoperfusión.
difícil revertir sin una resucitación agresiva, para lo cual Cuando las condiciones fisiopatológicas del paciente en la
actualmente se piensa que debe ser en 24 horas (226). UCI son muy deterioradas, se recomienda la realización de
Por esta razón la pHi o el P-C0 2 -gap no cambia en forma algunos procedimientos en la unidad de cuidados intensivos.
rápida en el quirófano. (Ver protocolo más adelante).
El manejo anestésico de los pacientes en cirugía de control
El manejo anestésico de la vía aérea y de líquidos ya fue de daño fue planteado anteriormente al hablar de pacientes
planteado anteriormente en este capítulo, por tal razón esta con trauma severo.
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

Manejo anestésico y participación de la diovascular. Durante la búsqueda de dicho equilibrio, pueden .


enfermera en procedimientos quirúrgicos utilizarse diferentes escalas de sedación con el fin de conocer
urgentes en UCI (228) un adecuado nivel de anestesia general y no-sedación profunda
(tabla 15) (236). Estos pacientes generalmente se encuentran
Introducción con intubación orotraqueal, nasotraqueal o traqueostomía,ra-
Actualmente, el gran avance del manejo de pacientes crítica- zón por la cual no se necesitan dosis para inducción anestésica.
mente enfermos con patología quirúrgica cada vez más com- (Esto es lo que he llamado Anestesia sin inducción.)
plicadas ha permitido el surgimiento de un grupo de pacientes
que además de su condición crítica sistémica, necesitan de un Tabla 15. Escala de sedación de Newcastle (235).
procedimiento quirúrgico obligatorio (lavados de cavidad ab-
dominal, inmovilizaciones externas pélvicas, cesárea, entre Acción Criterio Puntaje
otras.) Un procedimiento que en ocasiones hace la diferencia Apertura ocular Espontáneamente 4
entre la vida y la muerte. Su estado crítico no ha permitido Al estimulo auditivo 3
Al dolor 2
que esos pacientes sean llevados al quirófano con todas las
No responde 1
condiciones tanto estériles como anestésicas que brinda la
Respuesta a procedimientos de Obedece comandos 4
sala quirúrgica. Por lo tanto, la decisión de realizar el proce- enfermería Movimientos voluntarios 3
dimiento quirúrgico en el cubículo de la unidad de cuidados Movimientos involuntarios 2
intensivos necesita una completa participación de un amplio Ningún movimiento 1
grupo: el cirujano (cirujano, ortopedista u obstetra) el anes- Tos Fuerte y espontánea 4
tesiólogo-el intensivista, la enfermera de cuidado crítico y Espontánea pero débil 3
en algunas instituciones la auxiliar de enfermería con buena Sólo durante succión 2
capacitación en el manejo del paciente crítico. Ausente 1
La sedación profunda en cuidados intensivos generalmente Respiraciones Extubado 5
ha sido con el fin de calmar el paciente, buscar cooperación, Espontáneas pero intubado 4
Disparando el SIMV 3
alivio del dolor (229) o cuando los pacientes son sometidos a
Peleando con el ventilador 2
ventilación mecánica.
Sin esfuerzos respiratorios 1
Las políticas de manejo anestésico o de sedación profunda
Respiración espontánea presente 2
para procedimientos quirúrgicos por fuera del quirófano ne-
cesitan protocolos bien elaborados con el fin de evitar com- Puntaje de los criterios evaluados
plicaciones.
Este artículo enfatiza los factores que afectan la sedación Despierto 17 19
profunda y anestesia general para procedimientos quirúrgi- Despertable 15 - 17
cos en la unidad de cuidados intensivos y los fármacos de Sedacion leve 12-14
mayor utilización clínica; buscando la mayor seguridad del Sedación moderada 8-11
paciente según las diferentes patologías de base y las propie- Sedación profunda 5-7
dades farmacológicas de cada medicamento. No olvide, que Anestesiado 4
siempre se debe tener en cuenta la aceptación del procedi-
miento quirúrgico por parte de los familiares (230). Las posiciones necesarias para el procedimiento quirúrgi-
En los pacientes en cuidados intensivos es difícil determi- co (Ej. Toracotomía en decúbito lateral) .tienen implicaciones
nar la línea de separación entre sedación profunda y anestesia hemodinámicas que deben ser tenidas en Cl\enta en este gru-
general. Sedación, analgesia, relajación muscular y el control po de pacientes. Se debe conocer el estadohemodinámico,
del sistema nervioso autonómico pueden ser logrados bajo con registro de presión arterial, frecuencia cardíaca, gasto
sedación profunda; sin embargo, la condición crítica de estos cardíaco, resistencia vascular sistémica y pulmonar antes del
pacientes hace neCeS3.1.10 busc3.1.· un nivel que permita control3.1.· cambio de posición. En ocasiones, se necesita hacer alguna
todas las v3.1.1ables anteliores descritas sin alterar el sistema intervención farmacológica (inotrópicos: adrenalina, nora-
c3.1.·diovascul3.1.· (231) Tradicionalmente se ha utilizado un anes- drenalina) o con volumen (cristaloides o coloides) antes del
tésico halogenado p3.1.·a la anestesia general en los quirófanos cambio de posición y del procedimiento. (Protocolo).
(232-235) pero en las unidades de cuidado intensivo la técnica El manejo de los inotrópicos depende de las condiciones
de elección es anestesia intravenosa. La anestesia intravenosa hemodinámicas del paciente, de la dosis que recibía el pa-
en este grupo de pacientes es algo diferente a la de los pacientes ciente antes del procedimiento y de las posibilidades de·ac-
en los quirófanos. Debe recordarse la labilidad c3.1.·diovascular ceso central. Los inotrópicos siempre deben ser indicados se-
que tienen estos pacientes, razón por la cual las dosis deben ser gún un adecuado análisis de los parámetros hemodinámicos
tituladas lentamente hasta 10gr3.1.· un equilibrio de lo deseado obtenidos para determinada patología de base y nunca con los
entre buena tolerancia al procedimiento y buena función C3.1.·- p3.1.·ámetros numéricos aislados. Actualmente se recomienda

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 409


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

mantenel' presiones arteriales medias> de 80 = 85 mmHg en Procedimientos


los pacierites ctíticamente enfermos, con el fin de mantener Los procedimientos quirúrgicos urgentes que se realizarán eri
una buena perfusión renal; esta conducta no se debe olvidar la UCI, serán:
durante el procedimiento quirúrgico en la UCI (237). • Lavados abdominales
La enfetmera tiene una participación activa en la organiza- • Cesáreas
ción de líneas de aCceso necesaria para determinado procedi- el Inmovilizaciones externas
miento y según los requerimientos de volumen y drogas so- • Traqueotomías
licitados por el anestesiólogo. La constante participación en • TOl'acotomías.
el monitoreo, control de parámetros, detección tempraria de
problemas, ha hecho de la enfermera con la colaboración de
Fármacos necesarios y recomendaciones en
la auxiliar de enfermería un grupo fundamental en el manejo
procedimientos quirúrgicos
de estos pacientes. Cada línea de acceso venoso tiene dife-
rentes condiciones para ser utilizada antes del procedimiento Aspectos fisiológicos de los fármacos
y éstas se deben tener en cuenta. (Protocolo.) 1. De las benzodiacepinas la ideal es el diazepam por val'ias
razones:
Protocolo para procedimientos quirúrgicos • Dosis de 5-10mg IV en bolos titulables
urgentes en la UCI • Bajo costo
Objetivos • Usted no necesita que el paciente despierte después de
un procedimiento de éstos en la unidad, razón por la
1. Brindar al usuario una atención especializada y/o inter- cual no se necesita revertir al paciente de los efectos
vencionista en el momento oportuno, para contribuir a
de sedación (209).
mejorar su estado de salud y disminuir las complicaciones
• Mayor estabilidad hemodinámica.
derivadas.
• No se necesitan t yz cortas.
2. Dar conceptos al personal de enfermería para el manejo
2. De los opioides pueden utilizarse el alfentanil, fentanyl
eficiente y eficaz de estos pi'ocedimientos que se traduz-
y/o la morfina por varias razones (209).
can en el éxito del mismo.
• Dan buena analgesia y sedación.
3. Disponer de accesos venosos suficientes y adecuados para
• Tener cuidado con la vasodilatación de la morfina o
la asistencia de diferentes procedimientos quirúrgicos y
del fentanyl cuando se utiliza en bolos.
manejo anestésico, que permitan actuar oportunamente,
• Dosis de fentanyl en infusión continua creciente.
disminuir el tiempo del procedimiento y evitar complica-
• Dosis de 250-1000 mcg/h: fentanyl
ciones derivadas de una inadecuada planeación.
• Dosis de morfina: 2.5-5 mg IV
• Dosis de alfentanil: 1.5 - 3 mg IV inicialmente y luego
Parámetros
25-50 mcg/kg/h
Para la realización de procedimientos quirúrgicos a pacientes 3. Relajación neuromuscular
dentro de la UCI, se tendrán en cuenta parámetros como: • Pueden utilizarse: vecuronio (norcurom), pipecuro-
1. Inestabilidad hemodinámica nio.
2. Soporte ventilatorio que requiera asistencia de PEEP con- • No se debe utilizar atracurium por el riesgo a vasodi-
tinuo latación en estos pacientes. ,
3. Imposibilidad de traslado o movilización del paciente '. Una nueva alternativa es utilizar cisatraG:urium (nim-
4. Mayor riesgo que beneficio para el paciente en su traslado bium) "
a cirugía. Vecuronio 5-15 mg en bolos, hasta obtener pérdida
del tren de 4. ;'
Equipo médico y paramédico • Pipecuronio 50-100 mg en iguales condiciones al an-
Sólo estará el personal estrictamente necesario dentro del cu- terior.
bículo: • Cisatracurium en dosis inicial de 0,15 mg/k y mante-
• Cirujano, ginecoobstetra u ortopedista nimiento 3 mcg/k/min en infusión continua.
• Ayudante • Las dosis deben ser titulables.
• Instrumentadora • Nunca se debe revertir los relajantes neuromusculares.
• Circulante interna: enfermera Jefe o auxiliar de enferme- 4. Otros fármacos adicionales:
ría de UCI según necesidades. • Lidocaína: 0,5-1 mg/k cuando se está manipulando la
• Anestesiólogo - Intensivista de turno: Este podrá estar tráquea en las traqueotomías.
dentro o fuera del cubículo según necesidad. • Ketamina: 10-25mg en aquellos pacientes que requie-
• Circulante externa: auxiliar de enfermería quirúrgica. ran mejor analgesia con alto riesgo de vasodilatación
• Personal de apoyo: perinatólogo, etc. y que de base tengan la capacidad de aumentar el V0 2
y la liberación de catecolaminas.
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

• Syntocinon: para las cesáreas lO-20Uds en 500ml de Características


solución salina para pasar en forma titulable por el 1. Deben ser de fácil acceso, evitando la manipulación y/o
anestesiólogo o intensivista. contaminación del campo quirúrgico.
2. De buen calibre que permitan el paso de volumen de líqui-
Aspectos fisiológicos de las posiciones y los dos y/o productos sanguíneos sin dificultad.
procedimientos 3. Que aseguren permeabilidad durante el procedimiento y/o
l. Tenga en cuenta que cuando están manipulando vísceras en en caso de alguna eventualidad.
lavados de cavidad abdominal puede aparecer la liberación 4. Que sean suficientes y cada una con una función determi-
masiva de PGE que desencadenan vasodilatación severa. nada.
2. Recuerde que durante la cesárea, hay una pérdida masiva 5. Siempre tener una llave de tres vías ubicada en una de las
de líquidos en la extracción del feto. líneas del catéter central con una luz libre, y otra llave de
3. Siempre pensar en la fisiología materno-fetal y las reper- tres vías ubicada en línea periférica igualmente con una
cusiones en la oxigenación y perfusión fetal cuando se luz libre.
está suministrando drogas o hay cambios de posición;
siempre se debe llamar el neonatólogo. Aspectos generales
4. Los inmovilizadores externos de pelvis sangran en algu- Todo paciente que vaya a ser sometido a un procedimiento
nas ocasiones. quirúrgico urgente en UCI, deberá tener:
5. Ser muy cuidadosos en el cambio de tubo endotraqueal por 1. Un acceso venoso central: mono, bi o trilumen sea yugu-
traqueostomía, mantener el paciente con buena relajación. lar o subclavio.
6. Cuando requieran posiciones en DL o DS, tenga en cuen- 2. Mínimo un acceso periférico en miembros superiores,
ta dos aspectos importantes: preferiblemente dos en el mismo miembro.
elNo es fácil hacer ventilación con PCV (ventilación 3. El catéter de Swan Ganz, se utilizará en paciente cuya
controlada por presión) y en algunas ocasiones tiene patología y estado clínico y/o hemodinámico lo requiera
que pasarse a CMY. según criterio médico.
• Tenga en cuenta el mayor compromiso de la oxige- 4. La línea arterial es ideal pero su uso será según criterio
nación del pulmón dependiente. Nunca les reduzca el médico.
PEEP a estos pacientes.
• El monitoreo de PCWP puede no ser confiable, de- A. Catéter de Swan-Ganz
pendiendo donde quede el balón del catéter y en que Sólo estará presente en caso que el estado hemodinámico del
posición se coloque al paciente. Por esta razón se de- paciente lo requiera y será de gran ayuda durante cualquiera
ben tener medidas hemodinámicas previas al cambio de los procedimientos. Generalmente es de acceso derecho
de posición. yugular o subclavio y puede utilizarse indiferentemente de la
• Si no es clara la PCWP, usar un catéter REF y medi- posición requerida por el paciente para el procedimiento.
ción de volumen diastólico final del VD en defecto de Este catéter permitirá:
la cuña para manejar el volumen y las presiones del • Medición de presiones invasivas: PVC, PAP, PCWP.
paciente. • Medición de parámetros hemodinámicos, si se requiere.
• No hay reportes de la utilización de tubos de doble luz • El catéter cuenta con una línea proximal (azul) para medir
en procedimientos quirúrgicos en la UCI. PVC y realizar inyección para gasto,cardíaco; se utilizará
solamente para esto.
Posiciones del paciente Una línea distal (amarilla) para medición de PA solamente.
Un censor para conectar el equipo de medición de gasto
a. Decúbito supino (DS)
cardíaco.
b. Decúbito prono (DP)
Línea roja para medición de cuña.
c. Decúbito lateral izquierdo (DLI)
Una línea opcional (blanca) por la cual se instalarán todas
d. Decúbito lateral derecho (DLD).
las infusiones que deban pasarse continuamente durante
el procedimiento, generalmente serán inotrópicos, vaso-
NOTA: Las líneas de acceso venoso dependerán de cada
activos, relajantes, sedantes, antibióticos. Si se tiene NPT,
procedimiento, al igual que su ubicación y de la posición a
debe ir por esta línea y las otras infusiones deberán cam-
que sea sometido el paciente durante su procedimiento.
biarse de línea.
• El introductor de Swan, funciona como catéter central
Líneas de acceso venoso
debido a su calibre, se utilizará para el paso de volumen
Dependerán del tipo de procedimiento a realizar y a la posi- (Haemacel, solución de Hartman o líquidos a cholTo),
ción del paciente. además podrán instalarse medicamentos en infusión con-

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 411


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

tinua (en caso de no existir línea opcional de Swan o de 5. Proteger al usuario de zonas de presión según posición
estar ocupada con NPT), teniendo la precaución de dejar y tiempo quirúrgico utilizando rollos de tela y bolsas de
libre una luz de la primera llave instalada, de lo contrario, agua.
usar una vía periférica con catéter # 14-16 para volumen 6. Cada línea respectiva debe ser preparada con anteriori-
y medicamentos por el introductor, en su defecto, canular dad.
otra línea central para fármacos. 7. Dar aviso oportuno al servicio de Cirugía General para
personal de apoyo necesario.
B. Acceso periférico 8. Preasepsia según el procedimiento quirúrgico.
Para cualquier procedimiento además del acceso venoso cen- 9. Asistir el procedimiento.
tral, es importante adicionar uno o dos accesos periféricos 10. Se debe tener lista la medicación para la anestesia y asis-
de buen calibre (catéter # 14-16) utilizando los miembros tir al anestesiólogo.
superiores si es posible y teniendo en cuenta la posición a 11. Control de signos vitales.
utilizar según el procedimiento; cada uno tendrá su función
específica: ANEXO 1
• UNO: utilizado sólo para el paso de componentes sanguí-
neos en caso necesario, lleva catéter heparinizado. Introductor de tubo traqueal Eschmon o
• DOS: utilizado para el paso de medicación adicional den- introductor elástico bougie
tro del procedimiento, además de los anestésicos (o en Diseñado en el Reino Unido en principios de los años 70's,
caso de que el acceso central sea mono-lumen, se instala- es un introductor de 60 cm con la punta angulada y la combi-
rán infusiones requeridas); debe disponer de una llave de nación de flexibilidad y maleabilidad. Es de bajo costo, dis-
tres vías con la primera luz libre; Deberá tener mínimo ponible y su técnica combina la simplicidad de la operación
una infusión (sostenimiento) para asegurar su permeabili- con la alta tasa de éxito.
dad durante el procedimiento. Es común que los pacientes traumatizados tengan contra-
indicada o limitada la movilización de la columna cervical, o
C. Catéter central. (Mono, bi <> trilumen)
en la mayoría de los casos presenten edema de la vía superior
Puede ser yugular o subclavio, izquierdo o derecho.
por trauma o por la infusión de líquidos endovenosos; ha-
l. Monolumen: Para NPT; siempre deberán adicionarse dos
ciendo la visualización glótica sub óptima (Cormack 3).
accesos periféricos con las funciones ya descritas o, pre-
La técnica consiste en realizar una laringoscopia conven-
feriblemente deberá cambiarse por guía antes del procedi-
cional previa medicación del paciente de acuerdo a su estado
miento.
clínico. Ante una glotis no disponible por manipulación ex-
2. Bilumen:
terna de la laringe o la maniobra BURP, se procede con la
• Lumen distal: NPT, PVC.
inserción del introductor por su lado angulado. Se reconocrá
• Lumen proximal: infusiones continuas, dejando libre
su paso ciego a la traquea por el click de la punta con los
una luz en la primera llave de tres vías para alguna
anillos traqueales "en forma de escalones". Una vez avan-
eventualidad.
zado el bougie y con el laringoscopio en posición se desliza
Se deben adicionar dos accesos periféricos para volu-
el tubo endotraqueal a través del bougie con asistencia de un
men principalmente.
ayudante que lo mantenga en posición neutra. Avanzado el
3. Trilumen: igual manejo del bilumen.
tubo se retira el bougie, se verifica posición y p()steriormente
Sólo se adicionará un acceso periférico para volumen
se verifica si al avanzar el tubo éste no pasa 'fin~lmente o
principalmente.
choca en la glotis, en tal caso, lo ingicado es girar ef tubo 90°
antihorario para facilitar su paso por la glotis (1). A su vez,
NOTA: Luego de finalizado el procedimiento y según con-
éste puede servir de intercarp.biador de ML a TET o de TET
troles de laboratorio por orden médica, podrá disponerse de
a TET de menor calibre.
los accesos periféricos dejando sólo 1 acceso central.
Las tasas de éxito reportadas con el introductor de Esch-
mon en estudios prospectivos varian entre 94,3%, 99,5% y
Cuidados de enfermería
100%. (2, 3).
l. Siempre se debe tener la orden de procedimiento quirúr-
gico urgente en DCI. Referencias anexo 1
2. Se debe estar enterado plenamente del protocolo respec-
1. Henderson J, et al. Difficult Airway Society Guidelines for manage-
tivo. ment of the unanticipated dificult intubation. Anaesthesia 2004; 59:
3. Preparar el equipo necesario según el procedimiento. 675-694.
4. Desocupar el cubículo cOlTespondiente, dejando los 2. Latto IP, Stacey M, Mecklenbergh J, Vaugan RS. Survey ofthe use ofthe
gun elastic bougie in clinical practice. Anaesthesia 2002; 57: 379-84.
equipos, instrumentos y materiales absolutamente nece-
3. Dogra S, Fa1coner R, Latto IP. Succesfull pificult intubation. Tra-
sarios para la realización del procedimiento. queal tibe placement over a gun-elastic bougie. Anaesthesia 1990; 45:
774-6.
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

Referencias 27. Dauphinee K, Nasotracheal intubation. Emerg Med Clin North Am'
1988; 6: 715.
l. Grande CM. Textbook of Trauma Anesthesia and Critical Careo St. 28. HorelIou MF, Mame D, Feiss P. A hazard of nasotracheal intubation.
Louis, Mosby.1993 Anaesthesia 1978; 33: 73.
2. Abrams KJ, Peari RG, Resuscitation and trauma anesthesia. Current 29. Seebacher J, Rozik D, Mathieu A. Inadvertent intracranial introduc-
Opinion in Anesthesiology, Editorial comment 1996; 9: 171-172. tion of anasogastric tube, a complication of severe maxilofacial trau-
3. Turner DAB. Emergency Anaesthesia. In: Alan R. Aitkenhead and ma. Anesthesiology 1975; 42: 100.
Graham Smith (ed): Textbook o f Anaesthesia. Third Edition. Chur- 30. Frass M, Frenzer R, Rauscha F, et al. Ventilation with the esophageal
chill Livingston. Glasgow 1998: 519-532. tracheal combitube in cardiopulmonary resuscitation. Chest 1988; 93:
4. Siene JK, Grande CM. Anesthesia for Trauma. In: Miller RD. (ed): 781.
Anesthesia. Fifth edition. Churchill Livingston, Philadelphia Pennsyl- 31. Frass M, Frenzer R, Rodler S, et al. Esophageal tracheal combitube,
vania2004; 2: 2157-2172. endotracheal airway and mask. Comparison of ventilatory pressure
5. Mackenzie EJ, MorTIs JA, Edelstein SL. Effects of pre-existing disease curves. J Trauma 1989; 29: 1476.
oflength ofhospital stays in trauma patients. J Trauma 1989: 29: 757. 32. Ovassapian A, Wheeler M: Fiberoptic endoscopy-aided techniques.
6. Kaiser WA. Anesthesia for the trauma patients. In: Breadly LL, Mu- In Benumof J(ed): Airway management: PrincipIes and practices, St.
llins RM, Noorily SH, Smith RE. (Ed): Decisión Making in Anes- Louis, Mosby-year Book, 1996: 282.
thesiology, an algorithmic Approach. Third edition. Mosby, St Louis, 33. Hastings RH, Wood P: Head extention and laryngeal view during
Missouri 2000: 564-565. laryngoscopy with cervical spine stabi1itation maneuvers. Anesthesio-
7. Morris JA, Auerbach PS, Bluth R, Trunkey DD. Pre-injury health: De- logy 1994; 80: 825.
terminant of survival in trauma patients. J Trauma 1986; 26: 680. 34. Hastings RH Vigil AC, Hanna R, et al: Cervical spine movement du-
8. Robertsm CE. Advance Life support Guidelines. Br J Anaesth 1997; ring laringoscopy with the Bullard, Macintosh, and Miller laringosco-
79: 172. pes. Anesthesiology 1995; 82: 859.
9. Ali J, Adam R, Butler AK, Chang H, Howard M, Gonsalves D, Pitt- 35. Yates DW. Airway patency in fatal accidents. British Medical Journal
Miller p, Stedman M, Winn J, Williams JI. Trauma outcomes improve 1977; 2: 1249-51.
following the advanced trauma life support program in a developing 36. Ottosson A. Aspiration and obstructed airway as the cause of death in
country. J Trauma 1993; 34: 890-898. 158 consecutive traffic fatalities. J. Trauma. 1985; 25: 538-40.
10. Ali J, Adam R, Stedman R, Howard m, William JI. Advanced trauma 37. Popat M. In: Fibreoptic Intubation. Popat M (ed): Learning Basic Fi-
lite support program increase emergency room application of trauma ber optic SkilIs. Oxford, Jordan HiII; Butterworth-Heinemann 2001;
resuscitative procedures in a developing country. Journal of Trauma 26-31.
1994; 34: 391-394. 38. Reier CE, Rier AR. Radiologic-assisted endotracheal intubation.
11. Bennett JR, Bodenham A'R, Berridge Je. Advanced Trauma life Sup- Anest Analg 2004; 98(5): 1496-8.
port. A time for reappraisal. Anaesthesia 1992; 47: 798-800. 39. McNicholI BP. The Golden hour and prehospital careo Injury 1994;
12. Koch JP, McLelIan BA, Wortzman D, et al: Is the ASA physical status 25: 251-4.
classification adequate in predicting morttality in blunt trauma Anes- 40. Lockey DJ, Coats T, Parr MJA. Aspiration in severe trauma: a pros-
thesiology 1987; 67(3A): A482. pective study. Anaesthesia 1999; 54: 1097-1109.
13. Wolters U, Wolf T, Stützer H, Schroder T: ASA classification and 41. Goyal RK, Hirano 1. The enteric nervous system. New Engl J Med
preoperative variables as predictors of postoperative outcome. Br J 1996; 334: 1106-1115.
Anesth 1996; 77: 217 42. Fernandez Mondejar E, Vázquez Mata G, Cárdenas A, Mansilla A,
14. Hastings RH, James D. Airway management for trauma patients with Cantalejo F, Rivera R. (1996) Ventilation with positive end-expiratory
potential cervical spine injuries. Anesth Analg 1991; 73: 4. pressure reduces extra-vascular lung water and increases lympha-
15. Sawin PD, Todd MM, Traynelis VC, et al. Cervical spine motion with tic flow in hydrostatic pulmonary edema. Crit Care Med 1996; 24:
direct laringoscopy and orotracheal intubation. Anesthesiology. 1996; 1562-7.
85: 26-36. 43. Roberts Rb, Shirley MA. Reducing the risk of acid aspiration during
16. Benumof JL. Management of the difficult adult airway. Anesthesiolo- cesarean section. Anesth Analg 1974; 53: 859-68.
gy 1991; 75: 1087-1110. 44. Schreiner MS. Gastric Fluid Volume: 15 it realIy a Risk Factor for
17. Weymuller EJ, Paviin EG. Management of difficult airway problems Pulmonary Aspiration? Anesth Analg 1998; 87: 754-6.
with percutaneus transtracheal ventilation. Annals of Otology, Rhino- 45. Benumof JL, Cooper SD: Quantitative improvement in laryngoscope
lology and Laryngology 1984; 93: 34-7. view by optimal externallaryngeal manipuJ~tion. Anesth Analg 1986;
18. Thierbach AR, Lipp MD. Airway management in trauma patients. 65: 886. ,
Ancsth Clin North Am 1999; 17: 63. 46. Otero A. Estudio comparativo de las condicio~'es de intubación entre
19. Wiison ME, Spiegelhalter D, Robertson JA, et al. Predicting difficult bromuro de rocuronio y la ,Succinilcolina en pacientes con estómago
intubation. Br J Anesth 1988; 61: 211. lleno. Rev. Col Anest 1997; 25: 265.
20. Saigal K, Winokur RS, Finden S, et al. Se of three-dimensional com- 47. Hardin E, Kram HB, Bishop MH, Appel PL, Shoemaker W. Unre-
puterized tomography reconstruction in complex facial trauma. Fas- ability of blood pressure and heart rate to evaluate cardiac output in
cial Plast Surg 2005: 21 (3): 214-20. emergency resuscitation and critical iIIness. Crit Care Med 1997; 21:
21. Gaviria E, Palacio W, Gaviria G. Tumores de vía aérea superior. 218.
Anaesthesia Deorum Ars 2000; Supl 2: 29-34. 48. Sinert R, Spektor M. Clinical assesment of hypovolemia. Ann Emerg
22. Cicala RS: The traumatized airway. In Benumof JL (ed): Airway ma- Med 2005; 45:327-329.
nagement: PrincipIes. St Louis, Mosby-Year Book, 1996; 736. 49. Knottenbeit JD. Low initial hemoglobin levels in trauma patients:
23. Angood PB, Attia, Brown RA, et al. Extrinsic civilian trauma to the An important indicator of ongoing hemorrhage. J Trauma 1991; 31:
larynx and cervical trachea: important predictors of long-term morbi- 1396.
dity. J Trauma 1986; 26: 869. 50. Aubuchon JP, Kanter MH, Brecher ME, Goodnough LT. Transfusión
24. Caplan RA, Benumof JL, Berry FA, et al. Practice guidelines for ma- Medicine- blood transfusión. N Engl J Med 1999; 340: 438.
nagement of the difficult airway. Anesthesiology 1993; 78: 597. 51. Guidelines for the clinical use of red celI transfusion. British Journal
25. Hermán NL, Cárter B, Van Decar TK. Cricoid pressure: Teaching the ofHaemathology 2001; 113: 24-31.
recommended Level. Anesth Analg 1996; 83: 854-8. 52. Dutton R, Carson JL. Indications for early red blood cell transfusion.
26. Baskett PJF, Bossaert L, Carli P, et al. Guidelines for the advanced J Trauma 2006; 60:S35-S40.
management of the airway and ventilation during resuscitation. Re-
suscitation 1996; 31: 201.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 413


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

53. Mattox KL, Bickel WH, Wall MJ et al. Immediate versus delayed fluid 77. Wood PR, Lawler PGP. Managing the airway in cervical spine injury.
resuscitation for hypotensive patients with penetrating torso injuries. A review of the advanced trauma Ufe support protocoI. Anaesthesia
N EnglJMed 1994;331: 1105. 1992; 47: 792-797.
54. Scalea TM, Simón HM, Duncan AO, et al. Geriatric blunts tnultiple 78. Aprahamian C, Thompson BM, Finger WA, Darin Je. Experimental
trauma: improved survival with early invasive monitoring. J Trauma cervical spine injury model: Evaluation of airway management and
1990; 30: 129-136. splinting techniques. Ann Em Med 1984; 13: 584-587.
55. Abou-khalil B, Scalea TM, Trooskin SZ, et al. Hemodynamic re- 79. Bivins HG, Ford S, Bezmalinovic Z, Price HM, William JL. The effect
sponses to shock in young trauma patients; Need for invasive moni- ofaxial traction during orotracheal intubation of the trauma victim
toring. Crit Care Med 1994; 22: 633-639. with an unstable cervical spine. Ann Em Med 1988; 17; 25-29.
56. McCunn, Dutton R. End-point of resuscitation: Curr Opinion of Anes- 80. Crosby ET. Trachea1 intubation in the cervical spine-injured patient.
thesio12000; 13: 147-153. Canadian Journal of Anaesthesia 1992; 39: 105-109.
57. Valencia E. Perfusión en Cuidados Intensivos. Revista Colombiana de 81. Hauswaid M, Skiar DP, Tandberg D, Garcia JF. Cervical spine move-
Anestesia 2002; 30: 213-231. ment during airway management: cinefluoroscopic appraisal in hu-
58. Saffle JR, Larson Cm, Sullivan J, Shelby J. The continuing challenge man cadavers. Am Em Med 1991; 9: 535-538.
of burn care in the elderly. Surgery 1990; 108: 534-43. 82. Majernick TG, Bieniek R, Houston JB, Hughes HG. Cervical spine mo-
59. Velmahos VC, Charles CJ, Wo D Demetriades, ShoemakerWC. Early vement during orotracheal intubation. Ann Em Med 1986; 15: 417-420.
Continuous non-invasive haemodynamic monitoring after severe blunt 83. Turner LM. Cervical spine immobilization with axial traction: a prac-
trauma. Injury, lnt. J. Care lnjured 1999; 30: 209-214. tice to be discouraged. Am Em Med 1989; 7: 385-386.
60. Shoemaker WC, Montgomery ES, Kaplan E, et al. Physiologic pat- 84. Scott RC. Orotracheal intubation and cervical spine injury. Anaesthe-
terns in surviving and nonsurviving shock patients. Arch Surg 1973; sia 1994; 49: 900-903.
106: 630. 85. Wagstaff A, Sparling R, Ryan DW. Minitracheostomy. Anaesthesia.
61. Friese R, Shafi S, Gentilillo LM. Pulmonary artery catheter use is as- 1987; 42: 216.
sociated with reduced mortality in severely injured patients: A natio- 86. Boyle MF, Hatton D, Sheets e. (1993) Surgical cricothyroidotomy
nal trauma data bank analysis of 53312 patients. Crit Care Med 2006; performed by air ambulance f1ight nurses: a 5-year experience. Am
34: 1597-1601. Em Med 1993; 11: 41-45.
62. Squara P, Bennet D, Perret e. Pulmonary artery catheter. Does the 87. Jacobson LE, Gómez GA, Sobieray RJ, Rodman GH, Solotkin KC,
problem lie in the users? Chest 2002; 121: 2009-2015. Misinski ME. Surgical cricothyroidotomy in trauma patients: amllysis
63. Jones JG, Wardop CAJ. Measurement ofblood volume in surgical and of its use by paramedics in the field J. Trauma 1996; 41: 15-20.
intensive care practice. British Joumal of Anaesthesia 2000; 84: 226- 88. Komar AR, Bastidas JA, Foppiano LE. Trauma Surgery. In: Jaffe RA,
35. Samuels SI (ed): Anesthesiologist's Manual of Surgica1 Procedures.
64. Parry-Jones ADJ and Pittman JAL~ Arterial pressure and stroke vol u- Fifth edition. Lippincott Williams and Wilkins. Stanford California
me variability as measurements for cardiovascular optimization. Inter- 1999; 511-536.
national Journal of lntensive Care. Summer 2003; 67-72. 89. Porter JM, lvatury RR. In Search of the Optimal End Points of Resus-
65. Magder S. Central venous pressure monitoring. Curr Opin Crit Care citation in Trauma Patients; A Review. J Trauma 1998; 44: 908-914.
2006; 12: 19-227. 90. Kincaid EH, Miller PR, Meredith JW, Rahman N, Chang Me. Ele-
66. Monnet X, Rienzo M, Osman D, Anguel N, Richard C, Pinsky MR, vated arterial base deficit in trauma patients: a marker of impaired
Teboul J-L. Passive leg rising predicts fluid responsiveness in the cri- oxygen utilization. J Am Coll Surg 1998; 187: 384-392.
tically ilI. Crit Care Med 2006; 34: 1402-1407. 91. BJH Guidelines. Guide1ines for the use of fresh frozen plasma, cr-
67. Marión DW, Darby J, Yonas H. Acute regional cerebral blood flow yoprecipitate and cryosupernatant. British Society of Haemathology
changes caused by severe head injury. J Neurosurg 1991; 74: 407. 2004; 126: 11-28.
68. Bouma GJ, Muizelaar JP, Stringer WA, et al. Ultra-early evaluation of 92. Lubke GH, Kerssens C, Phaf H, Sebel PS. Dependence of explicit and
regional cerebral blood f10w in severely head injured patients using implicit memory on hypnotic state in trauma patients. Anesthesiology
xenon-enhanced computerized tomography. J Neurosurg 1992; 77: 1999; 90(3): 670-80.
360. 93. Schramm WM, Jesenko R, Bartunek A, Gilly H. Effects of cisatracu-
69. Chesnut RM, Marshall LF, Klauber MR. The role of secondary bra- rium on cerebral and cardiovascular hemodynamics in patients with
in injury in determining outcome from severe head injury. J Trauma severe head injury. Acta Anaesthesiol Scand 1997; 41(10): 1319-23.
1993; 34: 216. 94. Engelhard K, Reeker W, Kochs E, Werner e. Effect of Remifentanil
70. Eisenberg HM, Gary HE, A1drich EF: lnitial CT findings in 735 pa- on intracranial pressure and cerebral blood flow v~locity in patients
tients with severe head injury. A report from the NIH traumatic bank. with head trauma. Acta Anesthesiol Scand 2004; 48(4k396-9.
J Neurosurg 1990; 73: 688. 95. Bonica JJ, Kennedy WF, Akamatsu n, Gerbershagen HU: Circulatory
71. O'Sullivan MG, Statham PF, Jones PA, et al. Role of ICP monitoring effects of peridural block: IlI. Effects of acute blood loss. Anesthesio-
in severely injured patients without signs of intracranial hypertension logy 1972; 36: 219-27.
on initial CT. J Neurosurg 1994; 80: 46. 96. McQuay HJ, Carroll D, Moóre RA. Postoperative orthopaedic pain.
72. Zornow MH, Prough DS. Fluid management in patients with trauma- The effect of opiate medication and local anesthetic block. Pain 1988;
tic brain injury. New Horiz 1995; 3: 488. 33: 291-5.
73. Albanese J, Durbec O, Vividand X, et al: Sufentanil increases intracra- 97. Maletis GB, Watson RC, Scott S. Compartment syndrome: A compli-
nial pressure in patients with head trauma. Anesthesiology 1993; 79: cation of intravenous regional anesthesia in the reduction of lower leg
493. shaft fractures. Orthopedics 1989; 12: 841-46.
74. Bracken MB, Shepard MJ, Collins WF Jr, et al. A randomized, contro- 98. Cicala RS, Voeller GR, Fox T, et al. Epidural analgesia in thoracic
lled trial of methylprednisolone or naloxone in the treatment of acute trauma. Effects of lumbar morphine and thoracic bupivacaine on pul-
spinal cord injury: Results of second National Acute Spinal Cord ln- monary function. Crit Care Med 1990; 18: 229-31.
jury Study. N Engl J Med 1990; 322: 1405. 99. Mc Kenzie PJ, Wishart HY, Gray 1, Smith G. Effect of anesthetic te-
75. Bracken MB, Shepard MJ, Collins WF Jr, et al. Administration of me- chnique on deep vein thrombosis: A comparison of subarachnoid and
thylprednisolone for 24 or 48 hours or trilazad mesylate for 48 hours general anaesthesia. Br J Anaesth 1985; 57: 853-7.
in the treatment of acute spinal cord injury. Results of the third na- 100. Weiskopf RB, Bogetz MS, Roizen MF, Reid lA. Cardiovascular me-
tional acute spinal cord injury randomized tri al. JAMA 1997; 277: tabolic sequelae of inducing anesthesia with ketamine or thiopental in
1597. hypovolemic swine. Anesthesiology 1984; 6(1: 214-19.
76. Calder 1, Calder J, Crockard HA. Difficult direct laryngoscopy in pa- 101. Bogetz MS, Katz JA, Recall of surgery for major trauma. Anesthesio-
tients with cervical spine disease Anesthesia 1995; 50: 756. logy 1984; 61: 6.
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

102. Pape HC, Meier R, Sturm lA. Physiological changes following infu- 131. BS4272 Part III. British Standard Anaesthetic and Analgesic machi-'
sion of colloids 01' crystalloids. International 10urnal of Intensive Care nes. Part IlI. Specifications for Continuous Flow Anaesthetic Machi-
1999; 6: 47-53. nes. London: BSI 1989.
103. Schierhout G, Roberts I. Fluid resuscitation with colloid or crystalloid 132. ISO 5362 Anaesthetic Reservoir bago Geneva: ISO 1980.
solutions in critically ill patients: a systematic review of randomized 133. Cruz 1, Minoja G, Mattioli C, et al. Severe acute Brain Trauma. In:
trials. BMl 1998; 316: 961-4. Cruz 1. (ed) Neurologic and Neurosurgical Emergencies. W.B. Saun-
104. Traverso LW, Lee WP, Langford M1. Fluid resuscitation after ders. Philadelphia, Pennsylvania. 1998: 405-436.
otherwise fatal hemorrhage. 1 Trauma 1986; 26: 168- 82. 134. Block S, Mahla ME, Cuchiara RF. Neurologic Monitoring In: Miller
105. Peerless lR. Fluid management of the trauma patients. Current Opi- RD. (ed): Anesthesia. Fifth edition. Churchill Livingston, Philadel-
nion Anasthesiol 2001; 14: 221-225. phi a Pennsylvania. 2000: 1324-1350.
106. Percy M, Dawson MD. Effects of venous hemorrhagic and intrave- 135. Cruz 1. The first decade of continuous monitoring of jugular bulb
nous infusion in dogs. Am Physiology 1990; 1: 1-24. oxyhemoglobin saturation: Management strategies and clinical outco-
107. Cosgriff M, Moore EE, Sauaia A, et al. Predicting life threading coa- me. Crit Care Med 1998; 26: 344-351.
gulopathy in the massively transfused patient: hypothermia and acido- 136. Goodman lC, Gopinath SP, Valadka AB, Narayan RK Grossman RG,
sis revisited. 1 Trauma 1997; 42: 857-61. Simpson RK lr, Robertson CS. Lactic acid and amino acid fluctuations
108. Fowler R, Pepe PE. Fluid resuscitation of the patients with major trau- measured using microdialysis reflect physiological derangements in
ma. Curr Opinion Anaesthesiol 2002; 15; 173-178. head injury. Acta Neurochir 1996; 67: 37-39.
109. Valencia E, Rodas D, Hernandez S, Cicret, et al. Functional capacity 137. Goodman lC, ValadkaAB, Gopinath SP, Uzura M, Robertson CS. Ex-
to work according to Glasgow outcomes score after traumatic brain tracellular lactate and glucose alterations in the brain after head injury
injury. Intensive Care Med 2006; Suppl. (In press). measured by microdialysis. Crit Care Med 1999; 27: 1965-1973.
110. Dutton RP, Carson lL. Indications for early red blood cell transfusion. 138. Hutchinson Pl, O'Connell MT, Maskell LB, Pickard lD. Monitoring
1 Trauma 2006; 60: S35-S40. by subcutaneous microdialysis in neurosurgical intensive careo Acta
111. Patt A, McCroskey B, Moore E. Hypothermia induced coagulopathies Neurochir Suppl (Wien) 1999; 75: 57-9.
in Trauma. Surg Clin NA 1988; 68: 775-785. 139. Bouma Gl, Miizelaar lP, Stringer WA, et al. Ultra-early evaluation of re-
112. 10urkovich G, Greiser W, Luterman A, Curreri W. Hypothermia in gional cerebral blood flow in severely head-injured patients using xenon-
Trauma Victims: An Ominous Predictor of Survival. 1 Trauma 1987; nhanced computerized tomography. 1 Neurosurg 1992; 77: 360-368.
27: 1019- 1024. 140. Chambers lA, Choksey MS, Clark A, Green A, lenkins'A, Mendelow
113. Luna G, Maier R, Pavlin E, Anardi D, Copass M, Oreskovich M. In- AD. A thermal clearance probe for continuous monitoring of cerebral
cidence and Effect of Hypothermia in Seriously Injured Patients. 1 blood flow. Clin Phys Physiol Meas 1992; 13: 311-321.
Trauma 1987; 27: 1014-1019. 141. Cruz 1, Miner ME, Allen Sl. et al. Continuous monitoring of cerebral
114. Littie R, Stoner H. Body Temperature after Accident Injury. Br 1 Surg oxygenation in acute brain injury: assessment of cerebral hemody-
1981; 68: 221-224. namic reserve. Neurosurgery 1991; 29: 743-749.
115. Goto H, Nonami R, Hamasaki Y, Zucker M, Urnuh G, Arakawa K. 142. Cruz 1, laggi lL, Hoffstad 01. Cerebral blood flow, vascular resistan-
Effect of Hypothermia on Coagulation. Anesthesiology 1985; 63: ce, and oxygen metabolism in acute brain trauma: redefining the role
AI07. of cerebral perfusion pressure? Crit Care Med 1995; 23: 1412-1417.
116. Philips TF, Soulier G, Wilson RF. Outcome of massive transfusion ex- 143. Cruz 1, Hoffstad 01, laggi lL. Cerebrallactate-oxygen index in acute
ceeding two blood volume in trauma and emergency surgery. 1 Trau- brain injure with acute anemia: Assessment of false versus true ische-
ma 1987; 27: 903-10. mia. Crit Care Med 1994; 22: 1465-1470.
117. lurkovich Gl, Greiser WB, Luterman A et al: Hypotermia in trauma 144. Bergsneider M, Hovda DA, Shalmon E, et al. Cerebral hypergiycoly-
victims: An ominous predictor of survival. 1 Trauma 1987; 27: 1019. sis following severe traumatic brain injury in humans: A proton emis-
118. Gentiello LM, Cobean R, Offner Pl et al: Continuous arteriovenous sion tomography study. 1 Neurosurgery 1997; 86: 241-251.
rewarming: Rapid reversal of hypoterinia in critically ill patients. 1 145. Tabaddor K, Bhushan C, Pevsner PH, et al. Prognostic value of ce-
Trauma 1992; 32: 316. rebral blood flow (CBF) and cerebral metabolic rate of oxygen
119. Smith CE, Yamat RA. Avoiding hypothermia in the trauma patients. (CMRO?) in acute head trauma. 1 Trauma 1972; 12: 1053-1055.
Curr Opin Anaesthesiol2000; 13: 167-174. 146. Viby-Mgensen 1. (2000) Neuromuscular Monitoring. In: Miller RD.
120. Roth MB, Nystul T. Buying time in suspended animation Scientific (ed): Anesthesia. Fifth edition. Churchill Livingston, Philadelphia
American 2005; lune: 24-31. Pennsylvania 2000; 2: 1351-1366.
121. Patt A, McCroskey BL, Moore EE. Hypotermia induced coagulopa- 147. Shoemaker WC, Appel PL, Kram HB. Tissue oxygen debt as a deter-
thies in trauma. Surg Clin North Am 1988; 68: 775. minant of lethal and nonlethal postoperati\le,organ failure. Crit Care
122. less lR, Lawson lH. The coagulopaty of trauma versus disseminated Med 1988; 16: 1117-1120. ",
intravascular coagulation. 1 trauma 2006; 60: S 12-S 19. 148. Buhre W, Weyland A, Kazmaier S, Hanekop GG, Baryalei MM,
123. Wada H. Disseminated intravascular coagulation. Clinica Chimica Sydow M, Sonntag H. Comparison of cardiac output assessed by pul-
Acta 2004; 344: 13-21. se contour analysü¡,and thermodilution in patients undergoing mini-
124. Levi M. Disseminated intravascular coagulation, what's new? Crit mally invasive direct coronary artery bypass grafting. 1 Cardiothorac
Care Clin 2005: 449-467. Vasc Anesth 1999; 13: 437-40.
125. Wall M, Pavlin EG. Hyperkalemia with blood transfusion in emergent 149. Godje O, Hoke K, Lamm P, Schmitz C, Thiel C, Weinert M, Reichart
and trauma Surgery. Anesthesiology 1991; 75: A250. B. Continuous, less invasive, hemodynamic monitoring in intensive
126. Linko K, Tigerstedt I. Hyperpotasemia during massive blood transfu- care after cardiac surgery. Thorac Cardiovasc Surg 1998; 46: 242-9.
sions. Act Anaesthesiol Scand 1984; 28: 220. 150. Nelson LD. The new pulmonary artery catheters: continuous venous
127. Hoyt DB, Bulger EM, Knudson MM et al: Death in the operating room: oximetry, right ventricular ejection fraction, and continuous cardiac
An analysis of multicenter experience. 1 Trauma 1994; 37: 426. output. New Horiz. 1997; 5: 251-258.
128. Richards C. Failure of a nitrous oxide-oxygen proportioning device. 151. Mihn FG, Gettinger A, Hanson CW III, et al. A multicenter evaluation
Anesthesiology. 1989; 71: 997- 9. of a new continuous cardiac output pulmonary artery catheter system.
129. Checklist for Anaesthetic Machines. A Recommended procedure ba- Crit Care Med. 1998; 26: 1346-1350.
sed on the use of an oxygen Analyser. London: Association of Anaes- 152. Burchel SA, Yu M, Takiguchi SA, et al. Evaluation of a continuous
thetists of Great Britain and Ireland 1990. cardiac output and mixed venous oxygen saturation catheter in criti-
130. Goodyear CM. Failure of a nitrous oxide-oxygen proportioning devi- cally ill surgical patients. Crit Care Med 1997; 25: 388-391.
ce. Anesthesiology 1990; 72: 397-8.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 415


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

153. Haller M, Zollner C, Briegel J, et al. Evaluation of a new continuous 175. Diebel L, Wilson RF, Heinz j, et al. End diastolic volume versus pul-
thermodilution cardiac output monitor in critically ill patients: A pro- monary artery wedge pressure in evaluating cardiac preload in trauma
spective criterion standard study. Crit Care Med 1995; 23: 860-866. patients. J Trauma 1994; 37: 950-955.
154. Lichtenberger M, DeBehnke D, Crowe DT, RudioffE. Comparison of 176. Chang MC, Meredith JW. Cardiac Preload, splanchnic ischemia, and
esophageal Doppler monitor generated minute distance and cardiac their relationship during resuscitation in trauma patients. J Trauma
output in a porcine model of ventricular fibrillation. Resuscitation 1997; 42: 577-584.
1999; 41: 269-76. 177. Miller PR, Meredith JW, Chang Me. Randomized, prospective com-
155. Linton R, Band D, O~Brien T, Jonas M, Leach R. Lithium dilution parison of increased preload versus inotropes in the resuscitation of
cardiac output measurement: A comparison with thermodilution. Crit trauma patients: effects on cardiopulmonary function and visceral per-
Care Med 1997; 25: 1796-1800. fusión. J Trauma 1998; 44: 107-113.
156. Velmahos GC, Wo CC, Demetriades D, Murray JA, Cornwell EE 3rd, 178. Chang MC, Mondy JS III, Meredith JW, et al. Clinical application ol'
Asensio JA, Beizberg H, Shoemaker We. Invasive and non-invasive ventricular end-systolic elastance and the ventricular pressure-volume
physiological monitoring of blunt trauma patients in the early period diagram. Shock 1997; 7: 413-419.
after emergency admission. Int Surg 1999; 84: 354-60. 179. Moon RE, Camporesi EM. Respiratory Monitoring In: Miller RO.
157. Summers RL, Kolb JC, Woodward LH, Galli RL. Diagnostic uses for (ed): Anesthesia. Fifth edition. Churchill Livingston, Philadelphia
thoracic electrical bioimpedance in the emergency department: clini- Pennsylvania 2000; 2: 1255-1295.
cal case series. Eur J Emerg Med 1999; 6: 193-9. 180. Ornato JP, GarnettAR, Glauser FL. Relationship between cardiac out-
158. Zacek P, Kunes P, Kobzova E, Dominik J. Thoracic electrical bioim- put and the end-tidal carbon dioxide tension. Ann Emerg Med 1990;
pedance versus thermodilution in patients post open-heart surgery. 19: 1104-6.
Acta Medica (Hradec Kralove) 1999; 42: 19-23. 181. Petrucci N, Muchada R. [End-tidal CO o as a predictive Index of re-
159. Newman DG, Callister R. The non-invasive assessment of stroke vo- gional perfusion and its relation to aortic flow. A clinical study during
lume and cardiac output by impedance-cardiography: a review. Aviat peripheral vascular surgery]. Minerva Anestesiol 1993; 59: 297-305.
Space Environ Med 1999; 70: 780-9. 182. Stewart RI, Lewis CM. The reliability of the carbon dioxide-rebrea-
160. Koobi T, Kaukinen S, Ahola T, Tmjanmaa VM. Non-invasive mea- thing, indirect Fick method of cardiac output determination in patients
surement of cardiac output: whole-body impedance cardiography in with pulmonary disease. Clin Sci (Colch) 1983; 64: 289-93.
simultaneous comparison with thermodilution and direct oxygen Fick 183. Weil MH, Bisera J, Trevino RP, Rackow Ee. Cardiac output and end-
methods. Intensive Care Med 1997; 23: 1132-7 tidal cm'bon dioxide. Crit Care Med 1985; 13: 907-9.
161. OH JK, Seward JB, Khandheria BK, et al. Transesophageal echocar- 184. Russell GB, Graybeal JM. Reliability of the arterial to end-tidal car-
diography in critically ill patient. Am J Cardio11990; 66: 1492- 5. bon dioxide gradient in mechanically ventilated patients with mul-
162. Lee E, Schiller NB. Ambulatory and intraoperative transesophageal tisystemic trauma. J Trauma 1994; 36: 317-322.
echocardiography. Cardiol Clin 19'89; 7: 511-24. 185. Oomsky M, Wilson RF, Heins J. Intraoperative end-tidal carbon dio xi-
163. Cahalan MK, lonescu P, Melton HE. Automated real-time analysis of de values and derived calculations correlated with outcome: prognosis
transesophaeal echocardiograms. Anesthesiology 1993; 78: 477-85. and capnography. Crit Care Med 1995; 23: 1497-1503.
164. Nakagawa Y, Weil MH, Tang W, Sun S, Yamaguchi H, Jin X, Bisera 186. Abramson O, Scalea TM, Hitchcock R, et al. Lactate clearance and
1. Sublingual capnometry for diagnosis and quantitation of circulatory survival following injury. J Trauma 1993; 35: 584-588.
shock. Am J Respir Crit Care Med 1998; 157: 1838-1843. 187. Minikis P, Jankowski S, Zhang H, et al. Correlation of serial blood
165. Weil MH, Nakagawa Y, Tang W, Sato Y, Ercoli F, Finegan R, Gray- lactate levels to organ failure and mortality after trauma. Am. J Emerg
man G, Bisera J. Sublingual capnometry: A new non-invasive measu- Med 1995; 13: 619-622.
rement for diagnosis and quantization of severity of circulatory shock. 188. Mikulaschek A, Henry SM, Oonovan R, et al. Serum lactate is not
Crit Care Med 1999; 27: 1225-1229. predicted by anion gap or base excess after trauma resuscitation. J
166. Boyd O, Grounds RM, Bennett ED. A randomized clinical trial of Trauma 1996; 40: 218-223.
the effect of delibera te perioperative increase of oxygen delivery on 189. Lo YM, Rainer TH, Chan LY, Hjeim NM, Cocks RA. Plasma DNA as
the mortality in high-risk surgical patients. JAMA 1993; 270: 2699- a Prognostic Marker in Trauma Patients. Clin Chem ~OOO; 46: 319-
2707. 323.
167. Cournand A, Riley RL, Bradley SE, et al. Studies of the circulation in 190. Oavis JW, Shackford SR, Mackersie RC, et al. Base deficit as a guide
clinical shock. Surgery 1943; 13: 964-995. to volume resuscitation. J Trauma 1998; 28: 1464-1467.
168. Shoemaker WC, Appel P, Kran H, et al. Prospective trial of super- 191. Oavis JW, Shackford SR, Holbrook TL, et al. Base deficit as a sensiti-
normal values of survivors as therapeutic goalsin high-risk surgical ve indicator of compensated shock and tissue oxygen utilization. Surg
patients. Chest 1988; 94: 1176. Gynecol Obstet 1991; 173: 473-476. " ,
169. Bishop MH, Shoemaker WC, Appel P, et al. Prospective randomized 192. Rutherford EJ, Morris JA, Reed GW, et al. Base deficit ~tratifies mor-
trial of survivor value of cardiac Index, oxygen delivery, and oxygen tality and determines therapy. J Trauma 1992; 33: 417-422.
consumption as resuscitation end points in severe trauma. J Trauma 193. 193 Oavis JW, Parks SN, Kaups KL, et al. Admission base deficit
1995; 38: 780. predicts transfusion requirerpents and risk of complications. J Trauma
170. Durham RM, Neunaber K, Masuski J, et al. The use of oxygen con- 1996; 41: 769-774.
sumption and delivery as end points for resuscitation in critically ill 194. Davis JW, Kaups KL. Base deficit in the elderly: A marker of severe
patients. J Trauma 1996; 41: 32-40. injury and death. J Trauma 1998; 45: 873-877.
171. Ducey JP, Lamiell JL, Gueller GE. Arterial-venous carbon dioxide 195. Kinkaid EH, Miller PR, Meredith JW, et al. Elevated arterial base de-
tension difference during severe hemorrhage and resuscitation. Crit ficit in trauma patients: a marker of impaired oxygen utilization. J Am
Care Med 1992; 20: 518-522. Coll Surg 1998; 187: 384-392.
172. Martyn JA, Snider MT, Farago LF, et al. Thermodilution right ven- 196. Aronson S. Renal Function Monitoring In: Miller RD. (ed): Anesthe-
tricular volume: A novel and better predictor of volume replacement sia. Fifth edition. Churchill Livingston, Philadelphia Pennsylvania
in acute thermal injury. J Trauma 1981; 21: 619-626. 2000; 2: 1296-1323.
173. Durham R, Neunaber K, Vogler G, et al. Right ventricular end-diastol- 197. Rubin DB, Wiener-Kronish JP, Murray JF, Green DR, Turner J, Luce
ic volume as a measure of preload. J Trauma 1995; 39: 218-223. JM, Montgomery AB, Marks JD, Matthay MA. Elevated Von Wille-
174. Chang MC, Blinman TA, Rutherford EJ, et al. Preload assessment brand factor antigen is an early plasma predictor of acute lung injury
during large volume resuscitation in trauma patients. Arch Surg 1996; in nonpulmonary sepsis syndrome. J Clin Invest 1990; 86: 474-480.
131: 728-731. 198. Bick RL. Oisseminated Intravascular Coagulation Objective criteria
for Diagnosis and Management. In: Robert'L. Bick. (Ed): Med Clin
North Am 1994; 78: 511.
31/ ANESTESIA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO Y ANESTESIA PARA PROCEDIMIENTOS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

199. Friedman LS, Martin P, Muñoz S1. Liver Function Tests and the Ob- 218. Hopf HW, Glass-Heidenreich L, Silve J, et al. Subcutaneous tissue'
jective Evaluation of the Patient with Liver Disease. In: Zakim D, Bo- oxygen tension in "welI resuscitated" trauma patients. Crit Care Med
yer TD. (Ed): Hepatology, A textbook of liver disease. W.B. Sanders 1994; 22: A60.
Company. Philadelphia Pennsylvania 1996; 791-832: 219. Young CC, Sladen RN. Temperature Monitoring. In: Feeley TW,
200. Matuschak GM. Liver Lung interactions in Critical IlIness. New Hori- Royston D (eds): International Anesthesiology Clinic, Clinical Moni-
fons. 1994; 2: 488-504. toring, Volume 34. Boston, Little, Brown and Company. 1996; 149.
201. Fiddian-Green RG. Tonometry: Theory and applications. Intensive 220. Sessler DI. Temperature Monitoring. In: MilIer RD. (ed): Anesthesia.
Care WorId 1992; 9: 60-65. Fifth edition. Churchill Livingston, Philadelphia Pennsylvania 2000:
202. Fiddian-Green RG. Tonometry; Part 2. Clinical use and cost implica- 1367-1389. Duke J, Rosenberg SG. Anesthesia in trauma.
tions. Intensive Care WorId 1992; 9: 130-135. 221. Komar AR, Bastidas JA, Foppiano LE. Trauma Surgery. In:
203. Antonsson JB, Boyie CC, Kruithoff KL, et al. Validation of tonometry Anesthesiologist's Manual of Surgical Procedures. Jaffe RA, Samuels
measurement of gut intramural pH during endotoxemia and mesentery SI. (Eds): second edition, Lippincott Williams and Wilkins. Stanford
occIusion in pigs. Am J Physiol 1990; 259: G519-G523. California 1999; 511-536.
204. Ivatury RR, Simón RJ. Gastric Tonometry. Trauma Q 1996; 12: 219- 222. Schreiber MA. Damage Control Surgery. Crit Care Clin 2004; 20:
236. 101-118.
205. Roumen RMH, Vreugde JPC, Goris JA. Gastric Tonometry in mul- 223. Moore EE. Staged laparotomy for hypothermia, acidosis, and coagu-
tiple trauma patients. J Trauma 1994, 36: 313-316. lopathy syndrome. Am J Surg 1996; 172: 405-510.
206. Ivatury RR, Simon RJ, Islam S, et al. A prospective randomized study 224. Rutherford EJ, Fusco MA, Nunn CR, et al. Hypotermia in critically ill
of endpoints of resuscitation after major trauma: global oxygen trans- trauma patients. Injury 1998; 29: 605-608.
port indices versus organ specific gastric mucosal pH. J Am Coll Surg 225. Sharp KW, Locicero RJ. Abdominal packing for surgically uncontro-
1996; 183: 145-154. llable hemorrhage. Ann Surg 1992; 215: 467-475.
207. Hartman M, Montgomery A, Jonsson K, Haglund U. Tissue oxyge- 226. Blow O, Magliore L, Claridge JA, Butler K, Young JS. The golden
nation in hemonhagic shock measured as transcutaneous oxygen ten- hour and the silver day: detection and correction of occult hypoperfu-
sion, subcutaneous oxygen tension, and gastrointestinal intramucosal sion within 24 hours improves outcome from major trauma. J Trauma
pH in pigs. Crit Care Med 1991; 19: 205-210. 1999; 47: 964-9.
208. Kruse JA, Guzman JA, Oud L, et al. Assessment of gut perfusion by 227. Li YC, Wildund L, Trakkila P, Bjemeroth G. Influence of alkaline
measurement of oxyhemoglobin saturation of gastric mucosa using buffer on cytoplasmic pH in myocardial celIs exposed to metabolic
minimally invasive fiberoptic spectroscopy. Crit Care Med 1996; 24: acidosis. Resuscitation 1996; 32: 33-44.
A47. 228. Valencia E, Salazar OTo Manejo anestésico y participación de enfer-
209. Schinkel C, Zimmer S, Kremer JP, Walz A, Rordorf-Adam C, Don- mería en procedimientos quirúrgicos urgentes en unidades de cuida-
nersmarck GH, Faist E. Synthesis Patterns of proinflammatory Cyto- dos intensivos. Actual Enferm 2003; 6(3): 19-23.
kines in States of Trauma. In: Faist E, Baue AE, Schildberg FW (eds): 229. Tung A, Rosenthal M. Patients requiring sedation. Crit Care Clin
The Immune consequences of trauma, Shock and Sepsis. Mechanisms 1995; 11: 791.
and Therapeutic Approaches. Vol 1. Pabst Science Publishers. Berlin 230. Titler MG, Bombey C, Schutte DL. Developing Family - Focused Careo
1996; 438-452. Critical Care Nursing Clinics ofNorth América 1995; 6: 375-397.
210. Reinhart K, CarIet J. Procalcitonin - a new marker of severe infection 231. Deutschman C. Perioperative Care of Patients UIT the Systemic Infla-
and sepsis. Intensive Care Medicine 2000; 26: S145. mmatory Response or the Multiple Organ Dysfunction Syndrome. In:
211. Chiolero R, Berger M. Endocrine Response to Brain Injury. New Ho- Atlee JL (ed) Complications in Anaesthesia. W.B. Saunders Company.
riz 1994; 2: 432-442. Philadelphia, Pennsylvania 1999: 495-498.
212. Robinson MK, Rounds JD, Hong RW, Jacobs DO, Wilmore DW. 232. Allen A. Core Cuniculum for Post Anaesthesia Nursing Practice. Phi-
Glutathione deficiency increase organ dysfunction after hemonhagic ladelphia, WB Saunders. 1991.
shock. Surgery 1992; 112: 140-149. 233. Drain CB, Christoph SS. The recovery Room: a Critical Care Appro-
213. Lou J-L, Hammarqvist F, Anderson K, Werneman J. Surgical trauma ach to post Anaesthesia Nursing, Ed 2. Phila,delphia, WB Saunders,
decreases the synthesis of glutathione in skeletal muscIe. American 1987.
Journal of Physiology 1998; 275: E359-E365. 234. Durbin CG. Sedation of the agitated, critically ill patients without an
214. Jeevanandam M, Begay CK, Shahbazian LM, Petersen SR. Altered artificial airway. Crit Care Clin 1995; 11: 913.
plasma cytokines and total glutathione levels in parenteral fed criti- 235. Hooper VD. Recovering From Anaesthesia: Expert Management of
cally ill trauma patients with adjuvant recombinant human growth PACU patients. Silver Spring, MD, American Healthcare Institute.
hormone (rhGH) therapy. Crit Care Med 2000; 28: 324-329. 1993 "
215. Ciechanover, A. The Ubiquirin-Proteosome Proteolytic Pathway. Cell 236. Hooper VD, George-gay B. Sedation in criticaÍly ill patients. Critical
1994; 79: 13-21. Care Nursing Clinics ofNorth América. September 1997: 395-410.
216. Mitch WE, Medina R, Greiber S, et al. Metabolic acidosis stimulates 237. Ronco C, Bellomo R. The use of inotropic and vasopressor agents in
muscIe protein degradation by activating the adenosine triphosphate patients at risk of rel)al dysfunction. In: Ronco C, Bellomo R. (ed) Cri-
dependent pathway involving ubiquitin and protasomes. 1. Clin Invest tical Care Nephrology. Kluwer academic publisher, Dordrecht, The
1994; 93: 2127-33. Netherlands 1998: 1133-1137.
217. Powel CC, Schult SC, Bunis DG, et al. Subcutaneous oxygen ten-
sion: a useful adjunct in assessment of petfusion status. Crit Care Med
1995; 23: 867-873.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 417


EHABI
UNI SI S

Orlando Quintero F, MD

Los pacientes que más frecuentemente se encuentran en las Efectos de la inmovilización prolongada
unidades de cuidados intensivos son aquellos que han sufrido
En las últimas décadas está bien reconocido el efecto deleté-
traumas severos, cuadros infecciosos sistémicos, insuficien-
reo que sobre los diferentes sistemas del organismo produce
cia respiratoria aguda, grandes cirugías neurológicas o car-
el reposo prolongado en cama (1), que puede agravar la en-
diovasculares y otras patologías importantes que ponen en
fermedad primaria y adicionarle las complicaciones origina-
peligro su vida.
das directamente como consecuencia de la inmovilización.
Un manejo temprano por rehabilitación de estos pacien-
El des condicionamiento se puede definir como una reducción
tes en estado crítico, que deben permanecer en reposo pro-
de la capacidad funcional de todos los sistemas del organis-
longado, está dirigido a intervenir una serie de factores en
mo y se podría considerar como una entidad completamente
la prevención de potenciales complicaciones que ocurren
separada del proceso original que limita la normal actividad
primariamente debido a la inmovilización, como úlceras de
de un individuo.
presión, trombosis venosa profunda, embolismo pulmonar,
neumonía, des condicionamiento cardiovascular, retracciones
músculo tendinosas, oste0porosis, atrofia por desuso y otros
Sistema músculo-esquelético
efectos negativos sobre diversos sistemas. En el sistema músculo esquelético la inmovilización produce
También pretende diagnosticar y manejar tempranamente contracturas, debilidad muscular, atrofia por desuso y osteo-
las deficiencias que son los trastornos que la enfermedad pro- porosis. Estos efectos adversos frecuentemente son subesti-
duce en la estructura corporal o en la función de un órgano o mados, pero para el paciente en cuidado crítico estas com-
sistema, cuyas consecuencias son las discapacidades, que si plicaciones pueden ser una causa que incremente sus días de
no se rehabilitan adecuadamente producen limitación o mi- hospitalización al prolongar su dependencia para la movili-
nusvalía. dad y para las actividades de la vida diaria.
Todo con la intención de evitar esas complicaciones, bus- En las contracturas articulares que pueden involucrar las
cando la mayor independencia del individuo en sus activida- articulaciones mismas, los tejidos blandos periarticulares y/o
des básicas de la vida diaria e integrándolo lo más temprano los músculos, se presentan una proliferación de fibras de co-
posible a la vida familiar, laboral y social, de la manera más lágeno que limitarán cada vez más los arcos de movilidad
productiva de acuerdo a sus capacidades residuales, asegu- articular normales. Dichas contracturas se pueden prevenir
rándole de esta manera una mejor calidad de vida. con una postura adecuada, realizando movilizaciones articu-
lares completas activas o pasivas por lo ,~enos 2 veces al día,
Enfermedad y movilizando al paciente tempranamente."
Inactividad
Aumenta Las movilizaciones tempranas son una simple pero impor-
desacondicionamiento tante actividad que puede evitar muchas complicaciones. Ini-
cialmente deben moverse, desde las grandes articulaciones
Actividad muscular proximales, hasta las pequeñas distales; deberán ser movidas
Desacondicionamiento
reducida en su arco completo de movilidad por lo menos dos veces
C('Poral total cada doce horas, esto se realiza con la misma disciplina de

Capacidad funcional
cardiovascular y sistémica
reducida
!
Capacidad funcional
músculo esquelética
otras actividades como su baño y sus cambios posturales.
La debilidad y la atrofia muscular aparecen como con-
secuencia directa de la inmovilización con compromiso de
la fuerza y del tamaño del músculo, asociándose esto a un
reducida des acondicionamiento cardiovascular. En completo reposo el
músculo pierde un 10-15% semanal de su fuerza. Disminuye
su capacidad oxidativa, baja la tolerancia al ácido láctico ya
la deuda de oxígeno, lo cual afecta su actividad metabólica
Inactividad
disminuyéndose la resistencia muscular.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

El músculo cuadriceps y los extensores espinales son los Tan pronto sea posible el paciente deberá ser sentado al
más rápidamente afectados 10 cual puede dificultar su capa- lado de la cama e incrementar diariamente el tiempo de tole-
cidad de levantarse y caminar. rancia a esta postura.
Esta debilidad por desuso se puede prevenir realizando
una contracción muscular del 20 al 30% de la tensión muscu- Sistema metabólico y endocrino
lar máxima por varios segundos en el día. En algunos casos
La falta de actividad muscular acelera la pérdida de proteína
específicos se puede usar estimulación eléctrica para prevenir
y reduce su síntesis presentándose una hipoproteinemia. Las
esta atrofia.
alteraciones gastrointestinales como la pérdida del apetito y
La osteoporosis está relacionada con la pérdida del estrés
la reducción en su absorción intestinal empeoran el proble-
de tensión que los tendones ejercen sobre los huesos y que
ma. Todo esto explica el balance negativo de nitrógeno que
ayudan a mantener la masa esquelética. Las bases bioquími-
se presenta durante un reposo prolongado en cama. Un indi-
cas de la osteopenia por inmovilización están relacionadas
viduo sano en reposo puede perder diariamente 2 g. En ayu-
con el metabolismo negativo del calcio manifestado en una
no puede llegar a perder hasta 12 g/día. Se requiere de una
hipercalciuria.
semana de actividad para restaurar el balance de nitrógeno de
una persona que ha permanecido en reposo en cama por tres
Sistema cardiovascular
semanas, pero si pasan siete semanas en cama se requieren
La inmovilización prolongada produce hipotensión ortostáti- siete semanas de actividad para restaurarlo.
ca, reducción del volumen plasmático sanguíneo, reducción La excreción de creatinina es mayor con prolongada inac-
del rendimiento cardiovascular, fenómenos tromboembólicos tividad, por lo que tanto la excreción de creatina y de creati-
y un desacondicionamiento cardiovascular general. nina se incrementan significantemente con reposo en cama,
Normalmente cuando nos colocamos de pie, reflejos sim- sin que se conozca todavía bien el mecanismo por el que, ocu-
páticos protectores se activan para prevenir la hipotensión rre este fenómeno.
ortostática, incrementándose la frecuencia de pulso en 15/ A pesar de unos niveles normales de calcio en sangre, los
min y produciéndose una vasQconstricción prolongada en pacientes en reposo presentan hipercalciuria que se puede ir
vasos de miembros inferiores y del flujo mesentérico para incrementando hasta alcanzar un máximo en la cuarta o quin-
mantener una presión sanguínea normal. ta semana y a veces la recuperación de este balance negativo
Deterioro del rendimiento cardiovascular ocurre por el puede tardar meses en recuperarse. La causa de esta pérdida
reposo, con incremento en la frecuencia cardíaca, con un se puede atribuir a la reducción de la actividad muscular sobre
gradual incremento en la presión sistólica en respuesta al el sistema esquelético y a la supresión de la paratohormona
incremento en la resistencia vascular periférica y con una (PTH) 1-25 dihidroxi vitamina D. Este balance negativo de
disminución del volumen sistólico por deterioro del trabajo calcio puede tomar meses de actividad para poder restaurar
ventricular. los depósitos normales de calcio en los huesos (3).
Con el reposo hay una caída del retorno venoso y al co- Tanto una inmovilización prolongada como el trauma pue-
locarse de pie el paciente, hay aumento en la frecuencia car- den afectar negativamente el metabolismo del sodio, fósforo,
díaca tratando de mantener un volumen de llenado de fin de potasio y sulfuros y aunque los cambios no son tan severos
diástole que no siempre es suficiente para mantener una ade- como con el calcio, deben tenerse en cuenta en pacientes con
cuada perfusión cerebral. múltiples problemas médicos.
Un significante incremento en la frecuencia cardíaca y Otra alteración relacionada con el reposo prolongado es el
una caída en la presión sistólica pueden ocurrir en solamente fenómeno de resistencia a la insulina que se h~ce"!llás notorio
pocos días de reposo en pacientes con problemas asociados después de ocho semanas de inm<;>vilización y que puede ser
de sepsis, trauma mayor, enfermedades importantes o edad mejorada con ejercicios isotónicos.
avanzada.
La hipotensión ortostática se podrá evitar levantando la Úlceras de presión
cabecera del paciente cada 6 horas por lo menos por 30 mi-
Una úlcera de presión es un área localizada de piel y tejidos
nutos, esto puede complementarse en algunos casos con las
subyacentes dañados por presión, cizallamiento por desliza-
medias antitrombóticas. En pacientes con trauma raquimedu-
miento, fricción o una combinación de ellos. También ocurre
lar se deberá vigilar su tensión arterial cuidadosamente para
ruptura de los tejidos blandos como resultado de una compre-
ir incrementando su tiempo de tolerancia y su frecuencia, al
sión entre una prominencia ósea y una superficie externa.
mantenimiento adecuado que haga de su presión.
En las personas que deben permanecer en cama usualmen-
La mejor medida para prevenir esta complicación que
te se presentan en la mitad inferior del cuerpo (sacro, trocán-
puede tardar de 20 a 72 días en corregirse, son las moviliza-
teres, talones), 2/3 alrededor de la pelvis y 1/3 en miembros
ciones tempranas que pueden incluir movimientos articula-
inferiores siendo más común la ulceración del talón. Adultos
res, ejercicios de fortalecimiento, deambulación y ejercicios
mayores son más susceptibles a tener úlceras de presión so-
calisténicos cuando sean tolerados por el paciente (2).
bre todo los mayores de 70 años que hayan sufrido una frac-
32/ REHABILITACiÓN DE PACIENTES EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

tura de cadera. Pacientes con trauma raquimedular es otro que produce deslizamiento del cuerpo, puede provocar fric~
grupo importante con una prevalencia del 20% al 30% un ción en sacro y presión sobre la misma zona).
año después de su lesión, con úlceras en rodillas, talones, Una excesiva humedad ambiental causada por ejemplo
isquiones, espalda. por transpiración, incontinencia urinaria o fecal o exce¡sivo
Muchas úlceras se presentan en pacientes hospitalizados, drenaje de una herida, incrementa el efecto deletéreo de la
la prevalencia esta entre 3%-14% y puede llegar a ser tan alta presión, fricción o cizallamiento y puede haber maceración
como 70% en ancianos con problemas ortopédicos. La inci- de la piel circundante por sumatoria de estos factores. La
dencia en hospitales es de 1%-5%. En pacientes confinados a fricción y la humedad hacen su mayor efecto en áreas de alta
cama o silla de ruedas por más de una semana se incrementa presión, el efecto de la fricción se incrementa cinco veces si
en un 8%. la humedad está presente.
Las úlceras en el anciano están asociadas a un incremento
de cinco veces mayor de mortalidad. Normalmente el sistema Clasificación
nervioso nos obliga a movernos frecuentemente para aliviar
Existen varios esquemas de clasificación para las úlceras de
la presión en la piel. Personas que son incapaces de moverse,
presión, uno de ellos es propuesto por el "European Pressure
pueden desarrollar una úlcera en 1 o 2 horas.
Ulcer Advisory Panel" (EPUAP) que utiliza una clasificación
de cuatro grados:
Patogénesis: los 4 factores mayores implicados son: interfa-
Grado 1. Eritema cutáneo que no palidece, en piel intacta.
se de presión, cizallamiento, fricción y humedad (4, 5).
En pacientes de piel oscura observar edema, induración,
Presión. Es una fuerza que actúa perpendicular a la piel como
decoloración, calor local.
consecuencia de la fuerza de gravedad, provocando un aplasta-
Grado 2. Pérdida parcial del grosor de la piel que afecta a
miento tisular entre dos planos, uno perteneciente al paciente y
la epidermis, dermis o ambas. Úlcera superficial que tiene
otro externo a él (sillón, cama, sondas, etc.). Este aplastamiento
aspecto de abrasión, ampolla o cráter superficial.
es responsable de necrosis en los músculos, en el tejido celular
Grado 3. Pérdida total del grosor de la piel que implica
subcutáneo, dermis y epiqermis con la subsiguiente formación
lesión o necrosis del tejido subcutáneo, que puede exten-
de úlceras de presión. Una presión externa de 50 rnrnHg se in-
derse hacia abajo, pero no por la fascia subyacente.
crementa sobre los 200 rnrnHg sobre una prominencia ósea y
Grado 4. Pérdida total del grosor de la piel con destruc-
sostenida en el tiempo destruye los tejidos profundos, esto po-
ción extensa, necrosis del tejido o lesión en el músculo,
dría no ser evidente en la superficie de la piel.
hueso o estructuras de sostén (tendón, cápsula articular,
Si la presión es de corto tiempo y es aliviada, hay una
etc.). En este estadio cómo en el III, pueden presentarse
hiperemia reactiva, que se refleja en un incremento del flujo
lesiones con cavernas o trayectos sinuosos.
sanguíneo en el área. El alivio regular de grandes presiones
en el paciente de alto riesgo es primordial para prevenir las
En los casos donde haya tejido necrótico, éste deberá retirar-
úlceras de presión.
se antes de determinar el estadio de la úlcera.
Fuerzas de cizallamiento. Son generadas por el movi-
miento del hueso y el tejido celular subcutáneo en relación a
la piel que está restringida para moverse debido a las fuerzas
de fricción. (Por ejemplo, cuando un paciente sentado se des-
liza dentro de la silla o cuando la cabeza de la cama es levan-
tada más de 30°). En tales circunstancias la presión necesaria
para ocluir los vasos sanguíneos es reducida. En pacientes
ancianos una reducción en la cantidad de elastina en la piel
predispone a los efectos adversos del cizallamiento.
Fricción. Es una fuerza tangencial que actúa paralelamente
a la piel, producida por roces, por movimientos o arrastres. Es
la fuerza que se opone al movimiento entre dos superficies.
Fuerzas de fricción pueden comenzar la formación de am-
pollas intraepidérmicas, con el inicio de erosiones superficia-
les en la piel iniciando o acelerando las ulceras de presión. Úlcera de presión GIV.
Tales fuerzas ocurren por ejemplo cuando un paciente es
arrastrado sobre la sábana de la cama, o tiene fricción en una
Factores de riesgo para úlceras de presión
prótesis o en un calzado inadecuado.
Una fuerza externa de pinzamiento vascular combina los La presencia y sumatoria de los siguientes factores de riesgo
efectos de presión y fricción (ejemplo: posición de Fowler incrementarán el peligro de desarr,ollar una úlcera de presión:

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 421


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Fisiopatológicos pueden contribuir a la formación de dichas úlceras y determi-


Como consecuencia de la edad o por enfermedades agudas o nar objetivamente el riesgo que cada uno de ellos pueda tener
crónicas con incremento en la tasa metabólica y demánda de para desarrollarlas. Para esto nos podemos ayudar en la apli-
oxígeno en los tejidos comprometidos: cación de algunas escalas ya reconocidas (Norton, Braden)
La edad: por pérdida de la elasticidad de la piel, reseque- donde se consideran esos factores y nos permiten clasificar el
dad y la inmovilidad impuesta relacionada con determina- riesgo del paciente. Con esta clasificación se identificarán los
das patologías en pacientes con accidente cerebrovascu- pacientes con riesgo, sobre los cuales establecer medidas de
lar, trauma raquimedular, espasticidad, artritis, problemas prevención temprana.
ortopédicos (especialmente fracturas de cuello de fémur)
Escala de Norton modificada
y pacientes confinados a cama o silla de ruedas.
Lesiones cutáneas: edema, sequedad de piel, falta de elas-
Estado Estado Actividad Movilidad Inconti- Puntos
ticidad. físico mental nencia
Trastorno en el transporte de oxígeno: trastornos vascula- general
res periféricos, estasis venoso, trastornos cardiopulmona- Bueno Alerta Ambulante Total Ninguna 4
res (EPOC, ICC)
Deficiencias nutricionales (por defecto o por exceso): delga- Mediano Apático Disminuida Camina Ocasional 3
dez, desnl}trición, obesidad, hipoproteinemia, deshidratación con ayuda

Trastorn()s inmunológicos: cáncer, infección Regular Confuso Muy Sentado Urinaria o 2


limitada fecal
Alteración del estado de conciencia: estupor, confusión,
Muy Estuporoso Inmóvil Encamado Urinaria y 1
coma malo Comatoso fecal
Deficiencias motoras: paresia, parálisis
Deficiencias sensoriales: pérdida de la sensación dolorosa Clasificación de riesgo por la Escala de Norton
como en una neuropatía diabética o en un trauma raqui-
medular. Esto lleva a reducir la frecuencia de reposición Puntuación de 5 a 9 Riesgo muy alto
postural Puntuación de lOa 12 Riesgo alto
Alteración de la eliminación (urinaria/intestinal): inconti- Puntuación de 13 a 14 Riesgo medio
Puntuación mayor de 14 Riesgo mínimo / No riesgo
nencia urinaria e intestinal.
Escala de Braden (7)
Relacionados con el tratamiento
Como consecuencia de determinadas terapias o procedimien- Percepción sen-
tos diagnósticos: sorial 1 2 3 4
Inmovilidad impuesta, resultado de determinadas alter- Capacidad de res- Limitado Muy limi- Limitado Sin impedi-
puesta a estímulos completa- tado levemente mento
nativas terapéuticas: dispositivos, aparatos ortopédicos, dolorosos mente
tracciones, respiradores, etc. Humedad 1 2 3 4
Tratamientos o fármacos que tienen acción inmunopreso- Grado de hume- Constan- Muy hú- Ocasional- Raramente
ra: radioterapia, corticoides, citostáticos o medicamentos dad de piel temente meda mente húmeda
como sedantes, anestésicos, analgésicos. húmeda húmeda
Sondas con fines diagnósticos y/o terapéuticos: sonda Actividad 1 2 3 4
Grado de activi- Confinado a Confinado a Ocasional-, Camina
vesical, nasogástrica, para manejo de fístulas. dad física cama mente ' frecuente-
la silla .
,.
camina mente
Relacionados con el medio Movilidad 1 2 3 4
Control de po si- Comple- 'Muy limi- Levemente Sin limita-
Como resultado de modificaciones de las condiciones perso-
ción corporal tamente tada limitada ciones
nales, ambientales, hábitos, etc. inmóvil
Inmovilidad: relacionada con dolor, fatiga, estrés Nutrición 1 2 3 4
Tabaquismo Patrón ingesta Completa- Proba- Adecuada Excelente
Arrugas en ropa de cama, camisón, pijama, objetos de alimenticia mente blemente
inadecuada inadecuada
roce, etc.
Fricción y roce 1 2 3
La falta de educación sanitaria a los pacientes
Roce de piel con Presente Potencial- Ausente
La falta de criterios unificados en la planificación de las sábanas mente
curas por parte del equipo asistencial. presente

Prevención de úlceras de presión Se considera como riesgo de desarrollar úlceras un puntaje menor o igual a 16.

En todo paciente que ingrese a la unidad de cuidados intensi- Los miembros del staff de la unidad de cuidados intensi-
vos debe hacerse un análisis (6) de los factores de riesgo que vos, los miembros de la familia y el paciente mismo deben
32/ REHABILITACiÓN DE PACIENTES EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

ser educados con respecto de esta complicación. Una postura piel, para esto puede ayudarse levantándolo con una sábaná
adecuada y una movilización permanente en la cama y en la colocada debajo de él previamente. Una fina capa de maizena
silla reducen el riesgo de desarrollar úlceras de presión. puede usarse sobre la piel para reducir el daño de la fricción.
La posición en cama debe cambiarse con horario y todas El uso de cojines en rodetes y flotadores deberá evitarse.
las prominencias óseas deben inspeccionarse para mirar la Elabore un plan de rehabilitación que mejore la movilidad
integridad de la piel. Es recomendable el cambio de peso en y actividad del paciente. Realice cambios posturales: Cada
cama moviendo el peso de una cadera a la otra con regula- 2-3 horas a los pacientes encamados, siguiendo una rotación
ridad. Esto es todavía más importante en aquellos pacientes programada e individualizada.
con trauma raquimedular o en severo estado de desnutrición, En períodos de sedestación se efectuarán movilizaciones
donde sus prominencias óseas son más vulnerables. horarias si puede realizarlo autónomamente, enséñele a
movilizarse cada quince minutos.
Cuidados de la piel Mantenga el alineamiento corporal, la distribución del
peso y el equilibrio.
Las siguientes recomendaciones generales ayudarán a evitar
Evite el contacto directo de las prominencias óseas entre
las escaras o evitarán su progreso. La piel debe ser inspeccio-
sí.
nada por lo menos 2 veces al día, prestando especial atención
Evite el arrastre. Realice las movilizaciones reduciendo
a aquellas zonas que permanecen em'ojecidas después de ha-
las fuerzas tangenciales.
ber mejorado la presión. La inspección debe ser hecha por el
En decúbito lateral, no sobrepase los 30 grados.
paciente o por el personal a cargo especialmente en los pun-
Si fuera necesario, eleve la cabecera de la cama lo mínimo
tos de mayor riesgo, con el objetivo de encontrar y corregir
posible (máximo 30°) y durante el mínimo tiempo.
los problemas antes de que la úlcera de presión se forme.
Use dispositivos que mitiguen al máximo la presión: col-
La piel deberá ser limpiada tan pronto como esté sucia o
chones, cojines, almohadas, protecciones locales, etc.
húmeda. Un paño suave deberá usarse para evitar injurias en
Personas con incremento del tono con espasticidad pue-
la piel. Un baño o ducha diaria es necesario, tomando medi-
den beneficiarse de intervenciones como fisioterapia, re-
das que eviten la irritación o resequedad de la piel, como usar
lajantes musculares como baclofen, bloqueos nerviosos o
agua tibia y un jabón suave.
cirugía.
Recomendaciones:
Examine el estado de la piel a diario
Trombosis venosa
Mantenga la piel del paciente en todo momento limpia y
seca La trombosis venosa profunda (TVP) es un problema común
Utilice jabones o sustancias limpiadoras con potencial en pacientes hospitalizados aun entre quienes reciben profi-
irritativo bajo laxis. El reposo prolongado expone al paciente a dos factores
Lave la piel con agua tibia, aclare y realice un secado me- de la tríada de Virchow como son la estasis venosa y la hiper-
ticuloso sin fricción coagulabilidad que contribuyen a la formación de trombos en
No utilice sobre la piel ningún tipo de alcoholes (de rome- miembros inferiores. En el reposo hay hemoconcentración y
ro, tanino, colonias, etc.) estasis venosa en miembros inferiores. En los pacientes poli-
Aplique cremas hidratantes, procurando su completa ab- traumatizados, al disminuir el efecto de bomba de la contrac-
sorción ción muscular de las piernas, debido a las lesiones de tejidos
Preferentemente se utilizará lencería de tejidos naturales blandos, se favorece la aparición de t~:ombosis venosa pro-
Para reducir las posibles lesiones por fricción podrán ser- funda. Pacientes con un reemplazo total '(t~ cadera presentan
virse de apósitos protectores (poliuretano, hidrocoloides) hasta un 54% de riesgo si no se usa un método de profilaxis.
No realizar masajes sobre prominencias óseas. El uso de heparina de bajo peso molecular reduce esta inci-
dencia a un 16%. A ¡pesar de profilaxis, 31 % de pacientes con
Manejo de la incontinencia un reemplazo total de rodilla desarrolla TVP; 27% de los pa-
cientes operados de una cadera la presenta. Complicaciones
Evite la humedad de la orina, heces, sudor o el drenaje de
tromboembólicas han sido reportadas en un 30% a 60% en
heridas, esto puede controlarse usando pañales o paños ab-
pacientes después de un accidente cerebrovascular. Una TVP
sorbentes. Una crema o ungüento aceitoso para proteger la
coloca al paciente en riesgo de sufrir un embolismo pulmo-
piel de la orina, heces o drenaje de heridas se puede utilizar.
nar (EP), una trombosis recurrente o un síndrome posflebíti-
Tratamiento de la incontinencia
co. Más del 50% de los pacientes con TVP que compromete
Reeducación de esfínteres
el sistema venoso proximal de sus miembros inferiores desa-
Cuidados del paciente: absorbentes, colectores.
rrollan EP. Como la rata de mortalidad de EP es tan alta hasta
en un 8% aun con intervención, debemos ser muy cuidadosos
Movilización y postura en el manejo inicial de la TVP. Otros factores que contribu-
Para mover el paciente convendrá levantarlo en bloque para yen a la estasis son la cirugía, la edad, la obesidad, eventos
evitar arrastrarlo sobre la cama produciendo fricción sobre la trombóticos previos; cáncer o una falla cardíaca.
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 423
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

El manejo de pacientes con TVP incluye anticuagulación go de un EP no se incrementa en un paciente con un TVP no
con heparina o con heparina de bajo peso molecular (8) se- complicada cuando se moviliza tempranamente y cumple por
guido a largo plazo con anticoagulación con warfarina. Este lo menos 24 horas de un esquema de anticuagulación bien es-
fenómeno, que puede pasar desapercibido en muchos casos, tablecido, además es especialmente conveniente en aquellos
puede presentarse hasta en un 20% en los pacientes de una pacientes sin patología cardiopulmonar.
unidad de cuidado crítico pudiendo llegar a producirse entre Los resultados reportados por Partsch and Blattler (11)
ellos hasta un 30% de tromboembolismo pulmonar algunos muestran una más rápida resolución del dolor y del edema
de los cuales pueden ser fatales, y en algunos otros pacientes asociado con TVP cuando se realiza una temprana deambula-
pueden presentarse síndromes dolorosos crónicos de la extre- ción, esta además es particularmente importante en pacientes
midad por un síndrome posflebítico local. con factores de riesgo de TVP como en estados hipercuagu-
Trombosis venosa profunda debe sospecharse siempre que lables. Según el estudio de Aschwanden et al (12), se sugiere
en una extremidad aparezca edema, sensibilidad, hiperemia, tener una especial consideración en pacientes con conocido
distensión venosa y el signo de Homans, en cuyo caso pue- EP antes de comenzar su deambulación.
den realizarse diversos estudios como ultrasonido doppler o
algún tipo de vena grafía para confirmar su presencia. Osificación heterotópica
Aunque ha existido una considerable variabilidad en el
uso de tromboprofilaxis farmacológica entre pacientes críti- Esta complicación debe sospecharse cuando una articulación,
como la cadera, la rodilla, el hombro o el codo, comienza a
camente enfermos, en parte porque no han sido suficiente-
presentar dolor con limitación funcional, acompañado de sig-
mente evaluados unos end point clínicos relevantes en esta
nos inflamatorios como calor, rubor y edema.
población, la anticuagulación profiláctica inicial con hepari-
El diagnóstico precoz se sospecha con el aumento de la
na de bajo peso molecular ha demostrado tener valor en su
prevención, fosfatasa alcalina sérica y se confirma tempranamente' con
una gamagrafía ósea, puesto que la evidencia radiológica
Recientemente se realizó un estudio (9) multicéntrico ran-
puede tomar varias semanas antes de aparecer.
domizado entre pacientes críticamente enfermos los cuales
recibieron aleatorizadamente un'a dosis subcutánea de delta- Esta formación de tejido óseo ectópico es más frecuente
en pacientes politraumatizados con varias fracturas en sus ex-
parina 5000 IU o placebo por 14 días y fueron seguidos por
tremidades o con trauma craneoencefálico sobre todo cuando
90 días. El end point primario fue tromboembolismo venoso,
permanecen largo tiempo en coma o presentan una espasti-
definido como la combinación de trombosis venosa profunda
cidad severa.
sintomática, embolismo pulmonar sintomático y trombosis
Para su prevención debe instaurarse un programa tem-
venosa proximal asintomática detectada por doppler en el día
21 y muerte súbita hasta el día 21. prano de movilizaciones articulares, sobre todo en pacien-
tes neurológicos para mantener una funcionalidad articulada
La incidencia de tromboembolismo venoso fue reducido
de 4,96% (73 de 1473 pacientes) en el grupo placebo a 2.77% completa, pero cuando se presenta la complicación, el trata-
(42 de 1518) en el grupo con deltaparina, una reducción ab- miento farmacológico con etil hidroxi bifosfonato o indome-
soluta del riesgo de 2.19% y una reducción relativa del riesgo tacina pueden ayudar a evitar su progreso a una anquilosis
de 45% (RR: 0,55, IC 95%: 0,38 a 0,80, P 0,0015). El bene- articular la cual por su parte es muy difícil de manejar aun
ficio observado fue mantenido por los 90 días. La incidencia con cirugía.
de sangrado, aunque fue baja fue mayor en el grupo de delta-
parina (9 pacientes; 0,49%) comparado con el grupo placebo Nutrición
(3 pacientes; 0,16%). Cambios gastrointestinales se producen con el ~'eposo pro-
Otras medidas como las movilizaciones tempranas pasivas longado, como pérdida del apetito, atrofia de la mucosa y
o activas, ejercicios isométricos o isotónicos (10), elevar pe- de glándulas intestinales, baja rata de absorción y aversión
riódicamente las piernas durante el proceso de reacondicio- por comidas ricas en prot~ínas, todo con lo cual se puede
namiento, el uso de vendajes o medias elásticas con gradiente producir una hipoproteinemia. La constipación resulta de la
de presión y la compresión neumática intermitente pueden interacción de diferentes factores como el incremento en la
utilizarse como medidas alternas o complementarias en su actividad adrenérgica que produce la inmovilización y que
prevención. lleva a inhibir el peristaltismo y a contraer los esfínteres, a
En el pasado, pacientes con TVP eran colocados en repo- la disminución del volumen plasmático o deshidratación que
so en cama por períodos de 7 a 10 días por el temor de que pueda presentar el paciente y al efecto psicológico que puede
presentaran EP, argumentándose que un movimiento vigo- representar tener que hacer sus deposiciones en cama. El uso
roso de la extremidad podría producir un desprendimiento de narcóticos ayudará a complicar esta situación.
del trombo hacia el pulmón, ahora se propone una temprana Una nutricionista debidamente entrenada deberá hacer
deambulación. parte del equipo multidisciplinario que ,usualmente maneja
La data en relación con una movilización temprana en estos pacientes. Durante su hospitalización un régimen nu-
TVP es limitada pero la mejor evidencia sugiere que el ries- tricional apropiado debe ser recomendado para evitar que el
32/ REHABILITACiÓN DE PACIENTES EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

paciente pueda desanollar constipación o incontinencia. Para y aspiraciones cuando sean necesalias, serán de ayuda para
prevenir la constipación se deberá prescribir una dieta rica en mantener una vía aérea limpia de secreciones. La asistencia
fibra que incluya frutas y vegetales y una abundante cantidad de terapia respiratoria con percusión y drenaje postural deberá
de líquidos. En caso de estreñimiento supositorios de gliceri- realizarse en forma individualizada dependiendo de la pa~olo­
na podrán ayudar a evitar una impactación fecal en cuyo caso gía del paciente y de su compromiso en la vía aérea. Cuando
habrá que realizar enemas o extracción manual. una intubación se prolonga deberá realizarse una traqueotomía,
El estado nutlicional deberá ser monitolizado para suminis- con la cual se podrá usar la válvula de Passy Muir para asistir
trarle al paciente un adecuado aporte de calonas con una com- al paciente en su habla aun cuando esté en el ventilador.
binación apropiada de nutIientes. La fonoaudióloga encargada
de su deglución deberá evaluar la habilidad de deglución del Deglución
paciente para recomendar la consistencia apropiada de la dieta.
La deglución normal consta de 3 fases:
l. Fase oral
Genitourinario
2. Fase faríngea
Las alteraciones metabólicas y funcionales que ocurren en 3. Fase esofágica.
el tracto urinario con el reposo prolongado favorecen la apa-
rición de cálculos en la vejiga y riñón y la presencia de in- Disfagia o alteraciones en la deglución es una dificultad en la
fecciones en el tracto urinario. Esto está favorecido por la capacidad del individuo para manejar el bolo alimenticio en
hipercalciuria que ocurre con el reposo prolongado y el in- la fase voluntaria (cavidad oral hasta llegar a los arcos palati-
cremento en la excreción del fósforo. nos), en la fase involuntaria (paso por faringe y laringe) o en
Hasta donde sea posible, si el paciente necesita una sonda ambas fases de la deglución (13).
Foley, ésta deberá removerse lo más pronto posible y en los La prevalencia varía de acuerdo a diferentes estudios. Gro-
casos necesarios es preferible un cateterismo intermitente. El her & Bukatman reportaron que en una institución de cuida-
volumen urinario deberá mantenerse en la mitad de la capa- do crítico 1/3 parte de los pacientes presentaban algún grado
cidad normal de la vejiga. El cateterismo deberá realizarse de disfagia. Pannell, Cantieri & Cherney en 1984 reportaron
cada 4-6 horas. Las modificaciones deberán hacerse teniendo una prevalencia de un 42% en una unidad de rehabilitación
en cuenta el volumen urinario y el tiempo de cateterización. de pacientes en fase aguda.
Estudios retrospectivos muestran que aproximadamente
Pulmonar 1/4 de los pacientes con trauma craneoencefálico pueden
presentar disfagia y un estudio prospectivo realizado por
Las complicaciones respiratorias de una inmovilización pro-
Gordon, Hewer y Wade (1987) indicó que un 42% de los pa-
longada son de las más reconocidas causas que pueden resul-
cientes con ACV presentaban algún grado de disfagia.
tar en enfermedad. En efecto, se produce una disminución en
Disfagia se define clínicamente como la sensación de re-
el volumen coniente, en el volumen minuto y en la capacidad
tardo en el paso del bolo alimenticio dentro de los 10 se-
máxima respiratoria hay una reducción entre un 25% a un
gundos después de comenzar a tragar. Nunca es psicogénica.
50% en la capacidad vital y en el volumen de reserva espira-
La historia médica y la observación de la deglución son ele-
torio. Entre los mecanismos implicados en esto, se encuentra
mentos muy confiables en su diagnóstico, en el mecanismo
la disminución de los movimientos del diafragma en supino,
involucrado y en su localización.
y la disminución en la movilidad torácica, por lo que la respi-
Los tres mayores tipos de disfagia, se pueden clasificar
ración tiende a ser superficial incrementándose la frecuencia
como trastornos de transferencia, de tránsito y obstructivos.
respiratoria. Esta disminución en la movilidad en el diafrag-
La disfagia de transferencia representa alteraciones en los
ma y en los músculos intercostales los lleva a perder fuerza
mecanismos neuromotores de la fase orofaríngea, muestra
y resistencia dificultándose la limpieza de secreciones que se
desórdenes que afeCtan la faringe y la hipofaringe, presen.:.
depositan en los bronquios sobre todo en su pared posterior
tando inicialmente dificultades en la deglución de líquidos.
mientras la pared anterior se reseca dificultando la actividad
Su causa más común es la enfermedad cerebrovascular.
ciliar para limpiarlos, acumulándose las secreciones sobre
La disfagia de tránsito es un desorden caracterizado por la
todo en el árbol bronquial inferior.
ausencia primaria o secundaria del peristaltismo en el cuerpo
La tos es ineficiente por la mala función ciliar y la debi-
del esófago y un incremento de la presión con relajación in-
lidad de los músculos abdominales. Cambios segmentarios
completa del esfínter inferior del esófago en la mayona de los
en la rata de ventilación perfusión pueden ocurrir creándose
casos. Está clásicamente representada por la acalasia con una
shunt arteriovenosos que pueden llevar a una baja oxigena-
ausencia de las células del plexo mientérico (Auerbach's).
ción, presentándose atelectasias y neumonía como última
Ocurre en ambos extremos de la vida y generalmente presen-
complicación.
ta disfagia para líquidos y sólidos.
En el paciente en reposo prolongado, movilizaciones tem-
La disfagia obstructiva OCUlTe por estrechamiento mecá-
pranas y frecuentes cambios posturales junto a una periódica
nico o por estenosis de la faringe o esófago o en la unión
higiene respiratoria con respiraciones profundas, tos asistida
esófago gástrico.
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 425
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

La evaluación de los problemas de la deglución se realiza cuadro depresivo mayor o sicótico que requiera de una eva-
a través de un examen clínico, donde después de hacer una luación y de un manejo psiquiátrico.
historia clínica del paciente se evalúa la anatomía, control y
sensibilidad de las estructuras orales (labios, lengua, paladar Áreas objetivo de tratamiento en un paciente con lesión cerebral.
blando) y la función laríngea, identificando los pacientes con
trastornos que están en riesgo de aspiración y quienes reque- Necesidades Áreas o actividades
del paciente
rirán un estudio video fluoroscópico (14).
Habilidades de Alimentarse, arreglarse, bañarse, vestirse, asearse y
El estudio video fluoroscópico o cinedeglución evalúa la
autocuidado. mantener relaciones sexuales.
anatomía y fisiología de las diferentes fases de la deglución Actividades de
e identifica las alteraciones en los patrones del movimiento la vida diaria.
de las estructuras oros faríngeos que controlan el bolo y que AVD
conllevan a que haya aspiración y/o una deglución deficiente. Habilidades de Caminar, desplazarse con soporte o impulsar por sí solo
movilidad una silla de ruedas.
A su vez permite definir las estrategias de manejo y. trata-
Habilidades de Hablar, escribir y métodos de comunicación alternati-
miento que el paciente disfágico necesita.
comunicación vos.
Tos, náusea, atoramiento, salivación excesiva, neumonía Memoria, concentración, juicio, resolución de proble-
Habilidades
frecuente o recunente, parálisis de cuerdas vocales, traqueo- cognoscitivas mas y habilidades de organización.
tomía (15) etc. son algunos de los síntomas o condiciones Habilidades de Relaciones con el personal de salud, su familia y su co-
que pueden indicar la necesidad de un estudio de deglución. socialización munidad.
Dicho estudio no solamente determina si el paciente está Entrenamiento Habilidades relacionadas con el trabajo. Reentrena-
broncoaspirando (16), sino que busca establecer si cambios vocacional miento. Reubicación
en la posición, textura del alimento etc. pueden permitir que Control del Medicamentos y medidas no farmacológicas para con-
dolor trolar el dolor.
el paciente se alimente oralmente sin riesgos.
Evaluación Identificación de problemas y soluciones en cuestiones
psicológica o de pensamiento, de comportamiento y emocionales.
Objetivo de la rehabilitac,ión en pacientes con psiquiátrica
lesiones neurológicas Apoyo familiar Ayuda con la adaptación a los cambios en el estilo de
vida, preocupaciones económicas y planificación de la
El objetivo de la rehabilitación en pacientes con lesiones neu- dada de alta.
rológicas como trauma craneoencefálico (17) o accidentes Educación Educación y preparación del paciente y su familia sobre
cerebrovasculares (18) está orientada a obtener una adecuada los derrames cerebrales, los cuidados médicos y las téc-
capacidad funcional y una mejor calidad de vida. nicas de adaptación.

La evaluación inicial deberá reconocer la severidad del


trauma basándose en la escala de coma de Glasgow donde se Otros aspectos a considerar son una evaluación funcional de
ha establecido como severo un índice menor de 9, moderado sus actividades básicas cotidianas y de la vida diaria, de su me-
de 9 a 12 y leve, mayor de 13. dio familiar, laboral y social pensando en su resocialización.
De un buen manejo inicial, depende la prevención de al-
La duración de la amnesia postraumática nos ayuda tam-
gunas complicaciones secundarias como la espasticidad, las
bién a establecer su severidad, pues se considera un trauma
úlceras de presión, las retracciones musculares, las calcifica-
leve cuando la memoria se recupera antes de las seis primeras
ciones heterotópicas, la trombosis venosa en miembros infe-
horas iniciales, moderada si se recupera antes de las 24 horas
y severa si se pierde por más de 24 horas. riores y los síndromes dolorosos asociados como el síndrome
del hombro doloroso, la cefalea postraumática y--eJ síndrome
El examen neurológico completo inicial no solamente nos
doloroso regional complejo o distr,ofia simpática refleja.
mostrará el compromiso mental y funcional de las diferentes
Todo un equipo multidisciplinario en rehabilitación con el
estructuras neurológicas, sino que nos servirá de referencia
para ver la evolución del paciente. medico fisiatría quien coordina el proceso, neuropsicología,
El proceso de rehabilitación (19) de estos pacientes pue- fisioterapia, fonoaudiología, terapia ocupacional, trabajo so-
de involucrar varias medidas como una estimulación multi- cial etc., se hacen necesarios en la prevención y tratamiento
sensorial, un programa de terapia física, rehabilitación ocu- de todas las complicaciones que este tipo de pacientes pue-
pacional, un programa de fonoaudiología para manejar los den presentar.
problemas de comunicación y de deglución y en los casos
necesarios un programa de rehabilitación vocacional. Polineuropatía y miopatía del paciente
Tan pronto como sea posible deberá realizarse un examen críticamente enfermo
cognitivo donde se evalúe la atención, la memoria, el lengua- La polineuropatía del paciente críticamente enfermo (CIP) y
je, las funciones viso-espaciales, el pensamiento y las funcio- la miopatía (CIM) que se presentan en forma independiente
nes motoras sensoriales. o combinada, son una complicación frecqente de los pacien-
Trastornos en la conducta y en la personalidad son fre- tes en una unidad de cuidados intensivos (DCI) (20). Ambos
cuentes en este tipo de pacientes quienes pueden presentar desórdenes pueden llevar a una severa debilidad y requerir
desde una simple labilidad emocional o ansiedad hasta un ventilación mecánica prolongada.
32/ REHABILITACiÓN DE PACIENTES EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

CIP fue inicialmente descrita por Bolton y Zochodne en Tratamiento


1984 como una polineuropatía mixta axonal y desmielinizan-
Optimizar el manejo médico de pacientes con síndrome de
te, sensitiva y motora que es reversible y se presenta como
Guillian Bané, miastenia grave, CIP y CIM (24) es impor-
una debilidad simétrica distal con pérdida de los reflejos pro-
tante en reducir la alta morbilidad y mortalidad asociada,con
fundos. Se presenta frecuentemente con sepsis y falla mul-
estas patologías.
tiorgánica.La fisiopatología no está bien reconocida pero se
Esto incluye medidas para prevenir trombosis venosa pro-
relaciona con una mayor mortalidad en DCI.
funda, ulcera gástrica, profilaxis de ulcera de decúbito y te-
CIM está relacionado con diferentes presentaciones en
rapia respiratoria. . .
la literatura. (Miopatía aguda cuadripléjica, miopatía de fi-
Algunos estudios (25) parecen mostrar efectIvIdad en
lamentos delgados, miopatía necrotizante aguda, miopatía
mantener niveles de glucosa por debajo de 6,1 mmolfL con
rápidamente progresiva con deficiencia de fibras de miosi-
insulina como prevención de CIP al disminuir la injuria se-
na). Dna variedad de patologías (neumonía, asma severa,
cundaria al SNC y periférico en pacientes críticamente enfer-
trasplante de hígado) y el uso concomitante de alta dosis de
mos. La terapia con insulina de la hiperglicemia parece redu-
esteroides intravenosos y agentes bloqueadores neuromuscu-
cir el riesgo de ventilación prolongada, de ayudar a mantener
lares no despolarizantes predisponen a CIM.
una buena presión intracraneal y disminuir la frecuencia de
En la evaluación (21) del CIP y del CIM se utilizan test
convulsiones y diabetes insípida.
de enzimas musculares, estudios electromiográficos y de
Todo esto puede ayudar a acortar la estancia en cuidados
conducción nerviosa, biopsia de músculo o biopsia de ner-
intensivos y posiblemente a lograr unos mejores resultados
vio si se sospecha una vasculitis. Estos estudios, además del
de la rehabilitación.
diagnóstico no lo clasificarán como un problema muscular o
La intervención del equipo multidisciplinario de rehabi-
neurológico. Si es neurológico no lo clasificará como axonal,
litación se debe hacer desde las primeras horas en DCI ya
desmielinizante o mixto, nos hablará del compromiso motor
que se ha demostrado que un gran porcentaje de pacientes
y sensitivo y nos mostrará lo agudo o crónico del problema
críticos en DCI presentan en la primera semana neuropatías
además de ayudarnos a mirar su evolución en el tiempo.
y alteraciones miopáticas en estudios histológicos.
Schmitz y colaborado~es (22) encontraron que el score de
Además un síndrome de des acondicionamiento físico em-
Apache II y la presencia de síndrome de respuesta inflama-
peora más aún el pronóstico por lo que es necesario prevenir
toria sistémica pueden ser usados para estimar el riesgo de
que este último aparezca y que la ventilación mecánica no se
desanollar CIPNM en pacientes con respirador.
prolongue más allá de lo necesario.
Garnacho-Montero J, Madrazo-Osuna J y colaboradores
Es importante iniciar un programa precoz de soporte me-
(23) evaluaron en un estudio de coh0l1es a 73 pacientes sép-
tabólico y nutricional concomitantemente con un programa
ticos con disfunción multiorgánica sin historia previa de poli-
de ejercicio, para asegurar una mejor utilización de los n~­
neuropatía, se buscaron los factores de riesgo y las consecuen-
trientes y prevenir la aparición del síndrome de desacondI-
cias clínicas de CIP, evaluadas por la duración de ventilación
cionamiento.
mecánica, la estancia y la m0l1alidad. En ellos se realizaron
El programa de actividad física se debe iniciar en las pri-
estudios electrofisiológicos a los 10 y 21 días de haberse ini-
meras 24 a 48 horas de haber ingresado el paciente crítica-
ciado la ventilación mecánica. El APACHE II fue similar en
mente enfermo a la unidad de cuidados intensivos. Se reco-
los pacientes con y sin CIP en el momento de la admisión y en
mienda una intensidad de mínimo dos sesiones al día, cada
el momento del primer estudio electrofisiológico.
una de 30 minutos de duración. La prescripción y evolución
Los días de ventilación mecánica fueron más prolongados
del programa las realiza el médico esp€Eialista en me?ic.i-
en pacientes con CIP [32,3(21,1) versus 18,5 (5,8); p=0,002],
na física y rehabilitación t~niendo en cuenta el estado dIano
la estancia en DCI y la mortalidad hospitalaria fue mayor
general del paciente en n~lación al consumo calórico y nu-
en pacientes con CIP (42/50, 84% versus 13/23, 56,5%;
tricional, condición/cardiovascular y tolerancia al programa
p=O,Ol). .
mismo.
El análisis multivariado mostró como factores de nesgo
Su prescripción deberá ajustarse en relación al estado clí-
independientes de desanollar CIP a la hiperosl1wlaridad [OR
nico del paciente-sigutendo las -siguientes etapas (26):
4,8; IC 95%: 1,05-24,38; p=0,046], a la nutrición parenteral
Etapa 1: se inicia en pacientes en estado de coma o bajo
[OR 5,11; IC 95%: 1,14-22,~8; p=0,02], al uso de agentes
efectos profundos de sedación y/o relajación.
bloqueantes neuromusculares tOR 16,32; IC 95%: 1,34-199;
o Posiciones adecuadas en el lecho
p=0,0008] y al deterioro neurológico (Glasgow debajo de 10)
o Prescripción de férulas y ortesis en casos necesarios .
[OR 24,02; IC 95%: 3,68-156.7; p<O,OOl].
o Prescripción de medias antiembólicas en casos necesa-
El análisis multivariado mostró como predictores de
rios.
mortalidad intrahospitalaria a la polineuropatía del pacien-
o Prevención de escaras, cuidados de piel
te críticamente enfermo CIP [OR 7,11; IC 95%: 1,54-32,75;
o Movilizaciones pasivas
p<0,007], y a la edad mayor de 60 años [OR 9,07; IC 95%:
o Estimulación sensoriomotorá: auditiva, visual, sensitiva
2,02-40,68; p<0,002].
superficial (tacto, dolor, temperatura)
SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 427
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Propiocepción, estímulos laberintícos. Estimulación bio- Referencias


eléctrica funcional l. Eugen M, Halar and Kathleen R Bell. Contracture and other delete-
Educación a la familia y asistentes del paciente en su esti- rious effects of immobility. Rehabilitation Medicine. PrincipIes and
mulación. Practice. Joel A. Delisa. Lippincott 1998; 448-462.
2. Michael L. Pollock. Resistance exercise in individuals with and wi-
thout cardiovascular disease: Benefits, rationale, safety, and prescrip-
Etapa U: esta diseñada para aquellos pacientes conscientes tion-an advisory from the committee on exercise. Circulation 2000;
que estan confinados en cama. 101: 828-833.
Posiciones adecuadas en el lecho y/o sentados 3. Donaldson CL. Hulley SB, Vogel JM, et al. Effect of prolonged bed
Medidas para prevención de escaras rest on bone mineral. Metabolism 1970; 19: 1071-1084.
4. Joseph E Grey, Keith G Harding and Stuart Enoch. Pressure ulcers.
Manejo de esfínteres BMJ 2006; 332; 472-475.
Movilizaciones asistidas S. Caroline F, Gordon 0, Capsuto E, et al. Incidence of pressure ulcers in
Estimulación sensoriomotora: auditiva, visual, sensitiva, a neumologic Intensive Care Unit. Crit Care Med 2001; 29: 283-90.
superficial (tacto, dolor, temperatura) 6. Ehew De Laat Erick, Scholte Wilma J, Achterberg Theo Van. Pressure
ulcers: diagnostics and interventions aimed at wound-related com-
Propiocepción, estímulos laberínticos plaints: a review of the literature. Journal of Clinical Nursing 2005; 14:
Estimulación bioeléctrica funcional 464-472.
Reeducación y fortalecimiento de patrones de movimiento 7. Juan E B1üme1 M, Karina Tirado G", Claudia Schiele M", et al. Predic-
Mantener una buena higiene pulmonar tion of the pressure ulcer development in elderly women using the
Braden Scale. Rev Med Chile 2004; 132: 595-600.
Terapia ocupacional para entrenamiento postural y ahorro 8. Hirsh J, Warkentin TE, Raschke R, et al. Heparin and low-molecular-
de energía. weight heparin: mechanisms of action, pharmacokinetics, dosing con-
Educación al paciente y su familia en mantener su postura siderations, monitoring, efficacy, and safety. Chest 1998; 114: 489S-
y actividad. 51OS.
9. Alain Leizorovicz, Alexander T. Cohen, Alexander GG. Turpie, et al.
Randomized, Placebo-Controlled Trial of Dalteparin for the Preven-
Etapa IU: pacientes con capacidad de deambular. tion of Venous Thromboembolism in Acutely III Medical Patients.
Balance sentado Circulation 2004; 110; 874-879.
Marcha en la habitación o en 'el piso 10. Polly A Beere. Aerobic exercise training can reverse age-re1ated pe-
ripheral circulatory changes in healthy older men Circulation 1999;
Movilizaciones activas 100: 1085-1084.
Mesa de bipedestación 11. Partsch H, Blattler W. Compression and walking versus bed rest in the
Propiocepción, coordinación y equilibrio treatment of proximal deep venous thrombosis with low molecular
Estimulación bioeléctrica funcional weight heparin. J Vasc Surg 2000; 32: 861-869.
12. Aschwanden M, Labs KH, Engel H, et al. Acute deep vein thrombo-
Reeducación y fortalecimiento de patrones de movimiento. sis: early mobilization does not increase the frequency of pulmonary
Educación en medidas de higiene pulmonar embolism. Thromb Haemost 2001; 85: 42-46.
Terapia ocupacional para manejo de postura y ahorro de 13. Anthony S Morgan; Linda E. Causes and complications associated
energía. with swallowing disorders in traumatic brain injury. The Journal of
Head Trauma Rehabilitation; Gaithersburg; 1999.
Educación al paciente y su familia en mantener su postura 14. Splaingard ML, Hutchens B, Sultin LD, et al. Aspiration in rehabili-
y actividad. tation patients: Videofluoroscopy versus bedside clinical assessment.
Arch Phys Med Rehabil 1988; 69: 637-640.
Etapa IV: pacientes con capacidad de deambular que pue- 15. Tolep K, Gem CL, Criner JG. Swallowing dysfunction in patients re-
ceiving prolonged mechanical venti1ation. Chest 1996; 109: 167-172.
den ser llevados al servicio de rehabilitación. 16. Khawaja IT, Buffa SD, Brandsletter RD. Aspiration pneumonia: A
Marcha en la habitación y/o en el servicio threat when deglutition is compromised. Postgrad M~d J 1992; 92:
Pedaleo contra resistencia 165-181. "',
Movilizaciones activas contra resistencia progresiva 17. Consensus Statements for the RehabiÍitation of Persons with Trauma-
tic Brain Injury. NIH Consens Statement 1998; 16( 1): 1-41.
Propiocepción, coordinación y equilibrio. 18. Susan J Garrison, Loren A ~.olak, Robert R Dodaro and Anthony J
Estimulación bioeléctrica funcional O'Callaghan. Rehabi1itation of the stroke patient. Rehabilitation. Me-
Reeducación y fOltalecimiento de patrones de movimiento dicine. PrincipIes and Practice. Joel A. De1isa. Lippincott 1988; 565-
Terapia ocupacional para entrenamiento en A.B.e, mane- 58.
19. Rehabilitación en trauma craneoencefálico. Instituto de Seguros So-
jo de postura y ahorro de energia. ciales-ISS y Asociación Colombiana de Facultades de Medicina As-
Educación al paciente y su familia en mantener su postura cofame. Nov. 1998.
y actividad. 20. Khi1nani GC, Bansal R Neuromuscular weakness in critically i11. J
Assoc Physicians India 2004; 52: 131-6
21. Young GB, Hammond RR. A stronger approach to weakness in the
En cada paciente y en forma individual segun sus necesida- intensive care unit. Crit Care 2004; 8(6): 416-8.
des se utilizara alguna modalidad fisica o se formulara si lo 22. Schmitz PI, Visser LH, Verheul FA. Risk factors for the development
requiere alguna ortosis o aparato ortopedico. Igualmente se of polyneuropathy and myopathy in critically ill patients. Crit Care
debera establecer un programa de terapia de lenguaje, de re- Med 2001; 29(12): 2281-6.
23. Garnacho-Montero J, Madrazo-Osuna J, et al. Critical illness po1y-
habilitation de su deglucion o de neuro-rehabilitacion cuando neuropathy: risk factors and clinical conseqúences. A cohort study in
su condition lo requiera. septic patients. Intensive Care Med 2001; 27(8): 1288-96.
32/ REHABILITACiÓN DE PACIENTES EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

24. Green DM. Weakness in the ICU: Guillain-Barre syndrome, myasthe- 26. Espejo A, Rodriguez C, Mazzada G. Debilidad neuromuscular en li:l
nia gravis; and critical illness polyneuropathy/myopathy. Neurologist Unidad de Cuidado Intensivo. http://www.abcmedicus.com/articuloi
2005; 11(6): 338-47. medicos/2/id/197 /pagina/1/debilidad_neuromuscular_unidad.html.
25. Van den Berghe G, Schoonheydt K, et al. Insulin therapy protects the
central and peripheral nervous system of intensive care patients. Neu-
rology 2005; 64(8): 1348-53.

SECCION 11: MANEJO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO (UCI) 429


Francisco José Ramírez P, MD; Fernando Raffan S, MD; Enrique Arango G, MD; Diego Zuluaga, MD

El trauma ha existido desde el inicio de la humanidad y ha


sido registrado en textos tan antiguos como el génesis de la
Biblia, donde Caín mata a Abel, y en los papiros del antiguo
Egipto que narran la realización de amputaciones y extrac-
ción de cuerpos extraños.
Hoy en día, la sobrepoblación, la falta de tiempo y el
desarrollo tecnológico, entre otros factores, hacen que es- 2.
temos más propensos a presentar accidentes, incluyendo la
desigualdad, que en última instancia es la responsable por
los conflictos armados, las guerras y la violencia, donde Co-
lombia desafortunadamente juega un papel protagónico a ni-
vel mundial, generando sobrecostos a las diversas entidades
prestadoras del servicio de salud.
A causa de las guerras, se vio la necesidad de generar
grandes avances en el mundo médico, como la creación de
hospitales, el cuidado de heridas, el manejo de fracturas, el
concepto de transporte de heridos, el desarrollo de la terapia l. Se visualiza la glotis, incluyendo la comisura anterior y
endovenosa de fluidos para reanimación, la terapia transfu- posterior de las cuerdas vocales.
sional, el uso de agentes antisépticos, agentes vasopresores, 2. Se visualiza la cara posterior de la glotis, la comisura an-
fármacos para el manejo del dolor agudo y antibióticos de terior no se ve.
amplio espectro, además de la creación de unidades de que- 3. Solamente se visualiza la epiglotis, la glotis no alcanza a
mados, del desarrollo de la atención prehospitalaria, de la te- ser expuesta.
lemedicina y la aplicación de la robótica fuera de quirófanos, 4. Sólo se ve el paladar duro.
que han contribuido a aclarar muchos conceptos modernos
sobre patologías frecuentemente tratadas en las unidades de Frente a la vía aérea difícil, es decir, aquella que corresponde
cuidado intensivo como son el síndrome de dificultad res- a un paciente que ha tenido previamente problemas de intuba-
piratoria aguda del adulto, el síndrome séptico en todas sus ción, de ventilación o patologías que siempre se asocian a un
presentaciones, el embolismo graso, el tromboembolismo manejo dificultoso de la vía aérea conocida, el algoritmo del
pulmonar, el síndrome de reperfusión, el síndrome por aplas- ASA propone la intubación con el paciente despierto, previa
tamiento CRASH, la disfunción ventricular, la falla renal explicación del procedimi~nto, o en su d~fecto, una vía aé-
aguda, etc. rea quirúrgica o anestesia i"egional si el paciente requiere una
Hoy en día, el 50% de los pacientes con trauma severo intervención y no s~,encuentra inestable. También es posible
fallece en la primera hora posterior al desarrollo del evento actualmente intubar por medio de visión directa mediante el
y usualmente por lesiones en el sistema nervioso central, en uso de la fibrobroncoscopia si se cuenta con el aparato de
la vía aérea y en el corazón y/o en los grandes vasos; otro diámetro adecuado y con la experiencia necesaria.
30% fallece en las siguientes 4 horas a causa de hemorragias El paciente traumatizado, independientemente de tener
de difícil control, y el 20% restante tiene un alto riesgo de una vía aérea difícil o no, puede presentar una serie de si-
fallecer en la siguiente semana debido a las infecciones y a la tuaciones especiales que requieren un tratamiento especial;
falla orgánica multisistémica. dentro de estas situaciones encontramos:
El control de la vía aérea en un paciente es el primer paso 1. Trauma cerrado de la vía aérea: representa un dilema
de la reanimación en cualquier escenario donde encontremos diagnóstico, pues al examen físico externo puede ser comple-
una situación de emergencia, puesto que sin una adecuada tamente normal. Al no ser evidente la lesión, debe sospechar-
intervención en ésta, no se podrá garantizar la ventilación se si el paciente presenta estridor"disfagia, disfonía, enfisema
pulmonar y la oxigenación. Cormack y Lehane tienen la si- subcutáneo o disnea, que se acentúan con el decúbito. Este
guiente clasificación durante la laringoscopia (1): trauma en la vía aérea superior es comúnmente producido
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

por impacto directo, el cual fractura la laringe y el cartílago el cuello, principalmente en la zona 2 (entre el ángulo de la
cricoides. La mortalidad de estos pacientes vm.°ía de acuerdo mandíbula y el cartílago cricoides) también pueden producir
a la ubicación de la lesión. obstrucción por trauma directo (penetrante o contundente)
En fracturas aisladas del cartílago tiroides es aproxima- sobre la laringe o tráquea, generando pérdida de continuidad
damente del 11 %, mientras que cuando compromete el car- en la vía aérea, enfisema subcutáneo, cianosis, compresión
tílago cricoides, los bronquios, o la tráquea intratorácica, se extIinseca o hemorragia, convirtiéndose en una amenaza in-
acerca al 50%. El trauma facial frecuentemente presenta una minente para la vida. Esto exige un control inmediato de la
barrera física para la intubación, especialmente cuando hay vía aérea, en la gran mayOlia de los casos mediante aproxi-
destrucción de la parte media de la cara. Esto impide el acce- mación quirúrgica, con colocación directa de una cánula de
so fácil a la vía aérea superior y por lo tanto, está indicada la traqueostomía o un tubo endotraqueal, a través de la misma
cricotiroidotomía. lesión cervical. Se debe tener extremo cuidado de no ocluir
La orofaringe y la naso faringe están frecuentemente com- el orificio de la vía aérea por retracción de los bordes de la
prometidas en trauma maxilofacial severo, principalmente en herida, o por excesiva extensión o flexión del cuello y se de-
fracturas del tercio medio de la cara, poniendo en peligro la ben evitar los peIiodos prolongados de apnea. Las lesiones con
permeabilidad de la vía aérea como resultado de la deformi- sección completa de la tráquea pueden llevar a retracciones
dad, hemorragia, aumento en la producción de secreciones dentro del tórax. En todos los casos de ruptura de la vía aérea
o cuerpos extraños (fragmentos de piezas dentarias). La vía es importante instaurar uno de los tres tipos de vía aérea defi-
aérea puede obstruirse a cualquier nivel por presencia de un nitiva, con el paciente despierto, como son el tubo orotaqueal,
cuerpo extraño, desde la nasofaringe hasta la porción distal el tubo nasotraqueal, y la vía aérea quirúrgica, que incluye la
del árbol traqueobronquial. cricotiroidotomía y la traqueostomía (4).
2. Obstrucción de la vía aérea superior: bien sea por Son pocas y específicas las indicaciones para realizar tra-
la presencia de un cuerpo extraño o por la relajación de la queostomía de emergencia sin el beneficio previo de la intu-
lengua y/o de los músculos que mantienen permeable la vía bación endotraqueal. La traqueo sto mía de emergencias está
aérea. Dentro de los signos de obstrucción de la vía aérea o indicada cuando la vía aérea no puede ser controlada median-
mala ventilación encontramos la 'agitación y la obnubilación te intubación endotraqueal o cricotiroidotomía; usualmente,
producidas por hipoxia cerebral, la cianosis central o perifé- precipitada por trauma mayor de la laringe o hipofaringe o
rica, también por hipoxemia, hipercapnia, retracciones inter- trauma mandibular o maxilofacial.
costales o de músculos accesorios, sonidos anormales con la Las heridas penetrantes en la región anterior del cuello, en
respiración como el estridor, asimetría en el desplazamiento las cuales se encuentra intacta la vía aérea, con evidencia de
de uno o ambos hemotórax, disminución de los ruidos res- lesión vascular, hacen necesaria una intubación temprana por-
piratorios y taquipnea, la cual es un signo temprano de com- que la expansión de un hematoma cervical profundo, que no
promiso de la vía aérea. Esta obstrucción puede ser causada sea clínicamente aparente, puede ocluir completamente la vía
por el mismo trauma o por un cuerpo extraño (2). aérea y hacer luego la intubación muy difícil o imposible.
Un alto porcentaje de adultos con aspiración de cuerpo ex- 4. Quemadura de la vía aérea: las lesiones por que-
traño tienen comprometidos los reflejos protectores de la vía madura directa o por inhalación de humo pueden dificultar
aérea superior. La ubicación del cuerpo extraño a nivel de la la aproximación de la vía aérea, por deformidad, edema y
laringe es siempre sintomático y produce comúnmente obs- deterioro en el intercambio gaseoso por lesión química del
trucción total de la vía aérea, a diferencia de los ubicados por tejido pulmonar. La incidencia de daño de la vía aérea por
debajo de la epiglotis: aquellos localizados en el árbol bron- inhalación de humo varía desde el 5 al 35%"d,e pacientes
quial pueden ser desplazados mediante la tos o por cambios hospitalizados con quemaduras. Mientras la morúilidad de la
posicionales, generando obstrucción total, principalmente en quemadura aislada de la vía aérea superior es menor del 10%,
niños. la asociación con quemaduras cutáneas de cualquier tamaño
El manejo de la emergencia en situaciones de cuerpo ex- dobla la mortalidad. ,-
traño depende de la localización: si se encuentra supraglótico Las quemaduras en la vía aérea superior son producidas por
es suficiente la exploración laríngea y remoción con pinza de la inhalación de aire muy caliente y compuestos tóxicos en el
Magill. En caso de estm.° en el árbol traqueobronquial se debe humo. Una corta exposición de la epiglotis o la laringe al aire
pedir al paciente que haga una espiración forzada, colocándolo seco a 300 0e o vapor de agua a 1000e lleva a un edema masi-
con la cabeza hacia abajo; si el paciente se encuentra incons- vo y rápida obstrucción de la vía aérea. En niños esto resulta
ciente, se puede colocar el tubo endotraqueal de tal forma que en macroglosia, epiglotitis y lm.ingotraqueobronquitis. Los
el cuerpo extraño sea desplazado a un bronquio y así facilitm.° productos químicos de la combustión como el amonio, dióxi-
la ventilación al paciente y posteriormente se programa para do de nitrógeno, dióxido de sulfuro y cloro combinado con
retiro de cuerpo extraño con fibrobroncoscopia (3). el agua entran en contacto con la vía aérea, formando ácidos,
3. Trauma penetrante de la vía aérea: se encuentra fre- irritando las mucosas del tracto respiratoriC? Los pacientes con
cuentemente asociado a ruptura de grandes vasos y lesión pul- quemaduras leves de la vía aérea se encuentran siempre en
monar que representan amenaza para la vida. Las lesiones en riesgo de desarrollm.° una obstrucción progresiva por edema
33/ MANEJO DE LA víA AÉREA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO

tisular y por necrosis del epitelio de la tráquea y bronquios La valoración de la vía aérea se inicia con el contacto ver-
resultantes de la lesión directa de los químicos inhalados. Es- bal con el paciente, siguiendo con la inspección, el color de la
tas alteraciones conducen a un severo broncoespasmo, daño piel, mucosas y lechos ungueales, la posición de la tráquea, la
alveolar y edema pulmonar, que necesita soporte ventilatorio mecánica ventilatoria, la presencia de disnea, estridor y ron-
(5) .. Es importante recordar que la inhalación de monóxido de quera, entre otros. Otras condiciones patológicas que pu~den
carbono es una causa común de hipoxia y que la monitoría con dificultar la intubación son:
pulsooximetría no es adecuada en algunos casos, puesto que la
longitud de onda del pulsooxímetro no puede diferenciar entre Enfermedades congénitas
oxihemoglobina y carboxihemoglobina. Micrognatia, divertículo faríngeo, higroma quístico, tra-
Como en cualquier trauma, el manejo de la vía aérea co- queomalasia, síndrome de Treacher Collins, Pierre Robin,
mienza con la valoración inicial. Se debe obtener información Cockayne, Down, Klipel Feil, Turner, disostosis craneofa-
acerca de anormalidades previas y signos actuales de obs- cial, mucopolisacaridosis, atresia faríngea, agenesia traqueal,
trucción y con esto se puede establecer el plan más adecuado síndrome de Goldenhar.
para el manejo. En estos casos siempre existe el cuestiona-
miento: si todo paciente que llega al hospital con apariencia Enfermedades inflamatorias
normal luego de una quemadura ¿se debe intubar profilácti-
camente? No todas las lesiones de la vía aérea se manifiestan Epiglotis, angina de Ludwing, absceso faríngeo, escleroder-
inmediatamente. El edema producido por la infusión masiva mia, sarcoidosis, angioedema, artritis reaumatoidea, espon-
de líquidos de reanimación puede comprometer la vía aérea y dilitis, osteoartrosis.
hacer la intubación posterior muy difícil o imposible.
Los signos que pueden sugerir compromiso de la vía aérea Enfermedades tumorales
son las quemaduras faciales, el esputo carbonáceo, la que- Cualquier presencia de éstos en la vía aérea superior o infe-
madura de los vellos nasales, dolor retroesternal con la ins- rior y el antecedente de radioterapia en cuello o en cabeza,
piración y la dificultad respiratoria. Cuando se sospecha o es cirugía previa de cabeza y cuello.
evidente el compromiso 'de la vía aérea, se debe colocar una
vía aérea definitiva de inmediato.
Enfermedades endocrinas
Una vez se logre desobstruir la vía aérea, hay que asegu-
rarse de que el paciente sea capaz de mantener la vía aérea Acromegalia, diabetes, hipertiroidismo, preeclampsia, bocio,
permeable, así como una adecuada oxigenación y/o ventila- obesidad.
ción, y de no ser así se debe asegurar definitivamente me-
di ante un tubo endotraqueal o una vía quirúrgica en caso de Enfermedades traumáticas
que no sea posible el paso del tubo. Fracturas mandibular, cervical, maxilar, base cráneo, larín-
Ya que la vía aérea difícil no reconocida genera complica- gea, quemaduras, hematomas y edema (7).
ciones fatales (6), desde el inicio de la práctica anestesiológi- Las pruebas encontradas para optimiz~ la valoración de la
ca se han diseñado pruebas indirectas con diferentes valores vía aérea deben realizarse antes y son:
predictivos, encaminadas a identificar pacientes con posible 1. Pruebas cualitativas
vía aérea difícil, es decir, aquel paciente que genere una di- Altura del paladar
ficultad para la ventilación, laringoscopia o intubación de la Tamaño de la lengua
siguiente forma: Longitud de los incisivos
"

'.""
Ventilación difícil: es cuando un anestesiólogo no es ca- Tipo de mordida ,'~dientes de castor"
paz de mantener una saturación mayor de 90% ventilando a Longitud y grosor del cuello
presión positiva intermitente con FIO') de 1,0, en un paciente Presencia ge vello facial
cuya saturación era mayor de 90%, previo a la intervención Antecedente de intubación difícil.
anestésica y no le resulta posible revertir los signos de la ven-
tilación inadecuada durante el uso de máscara facial. 2. Pruebas cuantitativas
Laringoscopia difícil: situación en la que no es posible Apertura oral: corresponde al espacio encontrado entre los
visualizar las cuerdas vocales con un laringoscopio conven- incisivos centrales superiores e inferiores y en los pacientes
cional; en la clasificación de Cormack y Lehane se encuentra edéntulos, a la distancia entre el borde libre de las encías;
una laringoscopia grado III- IV. fue realizada por Wilson en 1988 y clasifica este espacio en
Intubación dificil: es cuando el paso del tubo traqueal cuatro grupos, donde distancias inferiores a 4 cms dificultan
requiere más de tres intentos o más de 10 minutos. la introducción y manipulación del laringoscopio (8).
La presencia de estas situaciones es del 0,01-0,03% para Mallampati: descrita desde 1983, postula que la relación
la ventilación difícil, del 2-3% para una laringoscopia difícil que existe entre el tamaño de la lengua con respecto a la ca-
y del 0,4-2% para una intubación difícil. vidad orofaríngea tiene una relaCión directa con el grado de
complejidad de la laringoscopia (9); su estudio presenta pro-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

blemas metodológicos y la sensibilidad y especificidad son Protrusión mandibular: esta se realiza con el paciente en
bajas llegando al 50% y el valor predictivo positivo es de tan posición de olfateo y con la boca completamente abierta, se
solo un 3%. traza una línea imaginaria entre los incisivos superiores y la
La clasificación de Mallampati fue modificada por Samso- parte más anterior del cartílago tiroides, si esta distancia es
on y Young. Logra mejorar la sensibilidad a un 60%, así menor de 2 cms, la posibilidad de vía aérea difícil aumenta,
como la especificidad, la cual ascendió a un 70%, al valorar su sensibilidad es de un 30% y su especificidad de un 80%.
al paciente en posición sentada, abriendo la boca lo máximo Perfil mandibular: se mide con el paciente sentado, con la
posible sin extender el cuello y protruyendo la lengua sin fo- espalda recta, la cabeza en posición neutra y la boca cerrada;
nar (10); el examinador debe tener los ojos a la altura de la colocándose el observador lateral al paciente, se traza una línea
boca del paciente para optimizar así la visualización de las paralela a la línea más anterior de frente al maxilar superior y
estructuras orofaríngeas. Sin embargo, el valor predictivo po- la prominencia mentoniana. Si la prominencia del mentón está
sitivo continúa siendo muy bajo, con sólo un 13% (11). por delante de la línea o si se encuentra sobre ésta se conside-
ra anatómicamente adecuada para la intubación (prognático
o natural), si se encuentra el mentón por detrás de esta línea
(retrognático), se considera con un espacio retromandibular
reducido para una intubación endotraqueal fácil (14).
Angulación de la columna cervical o prueba de Bell-
house-Dore: se valora colocando al paciente con la cabeza
erecta y mirando al frente, se traza una línea a través de la
superficie libre de los incisivos superiores, que será paralela
al suelo. Dejando ésta como punto cero se le pide al paciente
que deje caer su cabeza hacia atrás tanto como sea posible
y se estima el ángulo. La clasificación exige determinar la
Distancia tiromentoniana: también conocida como esca- limitación de la extensión en tercios, siendo una difícil in-
la de Patil Aldrete, se mide al pedirle al paciente que con tubación relacionada cuando se puede extender un tercio o
la boca cerrada lleve la cabeza hacia atrás y se realiza una menos de la articulación.
medición desde el borde inferior de la prominencia mento-
niana hasta la escotadura superior del cartílago tiroides. El
valor mínimo asociado a una visualización adecuada de las

)
estructuras glóticas es de 6,5 cms o por lo menos tres traveses
de dedos (12).

(
Sin embargo, estas pruebas tiene bajo valor predictivo
positivo, debido a que no encontramos una alta'tantidad de
pacientes que presenten criterios'de vía aérea difícil, cuyas
consecuencias pueden ser f~tales; se han realizado múltiples
cruces de diversas variables tanto cuantitativas como cualita-
tivas con lo que se ha logrado mejorar la sensibilidad y espe-
cificidad para detectar pacientes con vía aérea difícil, dentro
de los índices de riesgo multivariado creado para este fin; los
Distancia esternón mentón: es la prueba que valora los más nombrados son:
factores anatómicos con mejor sensibilidad (82%), mayor es- Índice de Wilson: combina variables cualitativas y cuanti-
pecificidad (89%) y valor predictivo positivo (27%) de todos tativas: el peso, la motilidad cervical, la movilidad de la arti-
los utilizados en la práctica clínica. Se mide desde el borde culación atlanta-occipital, la presencia de dientes prominen-
superior del manubrio del esternón y el mentón, estando el tes y la subluxación de la ATM. Su sensibilidad es del 90% y
paciente con la cabeza extendida sobre el cuello y con la boca su especificidad es del 92% con un valor predictivo positivo
cerrada; se considera grado I con una distancia mayor a 13,1 de un 9% (15).
cms, grado II con distancias entre 12,1 y 13 cms, grado III Índice de Frerk: se realizó en 244 p~cientes, combina el
entre 11 y 12 cms y grado IV menor a 10,9 cms (13). Mallampati modificado y la distancia tiro mentoniana, una
33/ MANEJO DE LA VíA AÉREA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO

distancia menor de 7 cms y un Mallampatimayor a tres, indi-


can una posible intubación difícil (16).
Índice de Karkout: combina la protrusión mandibular con
el Mallampati, la apertura oral, motilidad atlanta-occipital, la Considerar en adelant~:

distancia tiromentoniana y el tamaño de los dientes. La sen-


sibilidad es del 84% y la especificidad es del 98%.
Índice de ARNE: combina la distancia tiromentoniana con
el Mallampati, la apertura oral, la subluxación de la ATM, la
extensión cervical, la presencia de síntomas o de cualquier Ventilación adecuada Ventilación inadecuada
patología en la vía aérea y el antecedente de intubación difí- con mascarilla facial con mascarilla facial
cil. La sensibilidad se incrementa a un 93%, la especificidad

.Si
igual y el valor predictivo positivo aumenta a un 34% (17).
Índice de Naguib: esta prueba combina la TAC en 3ra di-
mensión con las distancias tiro mentonianas, estemo mento-
nianas, la circunferencia del cuello y el Mallampati, alcanzan-
do una sensibilidad del 95,4% y una especificidad del 91 %.
Sin embargo, estudios recientes han demostrado que esta- No se puede intubar, sí se No se puede intubar, no se
dísticamente ninguna prueba es superior a otra (18). puede ventilar: algoritmo puede ventilar: algoritmo
3-vía aérea reglada 4-vía aérea de emergencia
La dificultad en una situación de emergencias para ma-
nejar la vía aérea y poder asegurarla mediante la realización
* Confirmar siempre la intubación traqueal o la colocación de la
de una laringoscopia, asociada a la inestabilidad hemodiná- mascarilla laríngea con CO2 espirado
mica del paciente y a los diferentes sistemas comprometidos
como consecuencia del trauma, hacen que debamos contar
con diferentes medicameJ}tos, equipos y técnicas para lograr Algoritmo 2.
un adecuado control de la vía aérea, por lo que el personal
encargado de manejarla debe tener siempre un plan altemo Paciente anestesiado, intubaciónl
(19) que por razones logísticas muchas veces se aplica de- fallida, ventilación adecuada
masiado tarde.
Estos eventos adversos hicieron que la Sociedad Americana , Cambiar palas del laringoscopio
de Anestesiólogos (ASA) publicara en 1996 un algoritmo para Intubación a través de mascarilla laríngea
facilitar el manejo de los pacientes con vía aérea difícil, donde Métodos alternatiVos~ Intubación con fibrobroncoscopio
de intubación Guías luminosas
agrupó una serie de elementos y técnicas que han demostrado Intubación retrógrada
ser de gran utilidad en una situación de emergencia, en la que
no es posible intubar y/o ventilar a un paciente (19). ,
Éxito *
Intubación ciega nasal u oral

f
I Fracaso tras múltiples I
I I intentos
I Intubación despierto I
f .,
I
f
Despertar al Acceso
I opciones
Otras I
paciente
I invasivo
I
t
Traqueostomía per- Anestesia general con ventilación
cutánea o quirúrgica, manual por mascarilla facial o laringea
cricotirotomía ó anestesia local o regional

I * Confirmar siempre la intubación traqueal o la colocación de la I


mascarilla laríngea con CO2 espirado

Algoritmo 3.
Anestesia general con ventilación
manual por mascarilla facial o larin- Debido a que una situación de emergencia en la vía' aé-
gea ó anestesia local o regional
rea no da tiempo de espera y los resultados están directa-
mente relacionados con el tiempo de reacción y solución del
* Confirmar siempre la intubación traqueal o la colocación de la
problema, se crea el concepto del carro de vía aérea, el cual
mascarilla laríngea con CO2
agrupa en un mismo sitio todos los elementos disponibles de
una forma rápida y segura. Es decir, deberán ser adecuados,
Algoritmo 1. suficientes, limpios, estériles, transportables y su contenido
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

conocido no sólo por los anestesiólogos sino también por el Endotrol números 6, 7, 8
personal que colabora en el proceso de la intubación. B. Orales
a. Cánulas:
IPaciente anestesiado, intubación I Cánula de Guedel números 8, 9, 10, 11
fallida, ventilación inadecuada b. Guías de tubo endotraqueal:

I

Pedir ayuda
I
Simple semilTígida para TET
Bougie de tefión
L Trach light
.. 1_ Broncoscopia rlgida c. Tubos
Acceso no invasivo Combitube
Endotraqueales: con neumotaponador núme-
de emergencia Ventilación con jet transtraqueal
I Otros
ros 5, 5.5, 6, 6.5, 7, 7.5, 8
Hojas de laringoscopio: Macintosh 1-4
V V
Miller 1-4
Fallo Éxito *
I I I I Mac Coy
+_2 • • • d. Máscara laríngea:
Convencional números 3, 4, 5
1Acceso invasivo 1 Despertar al 11 Acceso
11 Otras 1 Máscara laríngeafastrach números 3 y 4
de emergencia invasivo opciones
paciente
,. Tubos para máscara laríngea números 6, 6.5 Y
7
Anestesia general con ventilación
manual por mascarilla facial o laringea e. Combitubo 35 ó 37 F
ó anestesia local o regional f. Aparatos para aislamiento pulmonar:
Bloqueadores bronquiales: catéter de oclusión
l' Confirmar siempre la intubación traqueal o la colocación de la 1 de Fogarty número 8/14
mascarilla laríngea con CO2 espirado Tubos de doble luz números 35, 37, 39,41 fr.
2. Equipo para succión:
Algoritmo 4. Emergencia. Cánulas de succión endotraqueal números 10, 12, 14
Cánula de Yankauer
No hay un nivel de evidencia adecuado que permita ase- Cánulas de succión
gurar cuáles son los elementos que se deben tener en un calTO 3. Equipo para la membrana cricotiroidea
de vía aérea, lo que sí se sabe es que en todos los centros A. Para intubación retrógrada
donde se presten servicios de salud éste debe existir para ga- Catéteres endovenosos números 12 y 14
rantizar una menor incidencia de complicaciones. Mangueras para ventilación tipo jet, con regulador
Hay reportes acerca de lo mínimo que debe tener un ca- manual de presión y adaptador fijo tipo Luer
lTO de vía aérea (20), pero este contenido varía dependiendo B. Equipo de cricotiroidotomía
de los recursos económicos de cada lugar, las necesidades Mango de bisturí número 3
de cada centro en particular, preferencias, destrezas en los Bisturí hoja No. 11
anestesiólogos, cirujanos y tipo de pacientes, sin embargo, Gancho de retracción traqueal
todos los trabajos coinciden con el consenso de la ASA que Tubo de traqueostomía con neumotaponador nú-
recomienda equipo necesario para despejar la vía aérea em- meros 4, 6, 8, 10
pleando la vía oral o nasal y optimizar así la ventilación con 4. Equipo para ventilación
máscara, además de una máscara laríngea en caso de que el Empates y racor para conectar las mangueras a una
paciente no se pueda ventilar (21) y un equipo de oxigena- fuente de oxígeno ,
ción y ventilación para cricotiroidotomía por si se presenta Bolsa de ambú con máscaras y reservorío
una situación de no ventilación, no intubación (22) y un dis- 5. Equipo accesorio:
positivo para registro de CO?, el cual ya está aceptado desde Sistemas de detección de CÜ) espirado (24)
1997 como prueba de oro pai'-a verificar la COlTecta ubicación Sistema para ventilación jet.: -Insufiador de Sandler
del tubo (23). Intercambiadores de tubos:
a. Con capacidad de dar ventilación jet: cardiomed,
Carro de vía aérea catéter de Cook en tamaños pequeños, medianos y
A continuación se presentarán los elementos del carro de vía grandes
aérea, que pueden variar según el protocolo del asa: b. Sin capacidad de dar ventilación de tipo jet: caté-
1. Equipo para intubación ter de Sheridan en tamaños pequeños, medianos y
A. Nasales grandes
Cánula nasofaríngea Wendl (Rüsch), números 6, 6. Otros
7,8 Baterías y bombillos para el laringoscopio
33/ MANEJO DE LA VíA AÉREA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO

• Bloqueadores de mordidas Se debe tener en cuenta que su longitud no exceda la del


• Separador mandibular de Abelson tubo endotraqueal para evitar lesiones en la laringe y la trá-
• Pinza de Magill quea ya que su consistencia es dura.
7. Anestésicos locales
•. Atomizadores para lidocaína al 4% Bougie o estilete de Eschmann
• Lidocaína spray al 1%. Introducido por Sir Robert Macintosch en 1949. Se trata de
una guía hecha de polietileno o teflón, de 60 cms de longitud
Fuente: Tomado de Canadian Journal of Anestesia 1999; 46(2). con una angulación de 35° en el extremo distal que al introdu-
cirla se dirige hacia la tráquea, una vez dentro de ella la punta
En lugares fuera de la sala de cirugía todos los pacientes que cabalga sobre los anillos traqueales anteriores y produce un
pueden llegar a requerir del manejo de la vía aérea deben "escaloneo" que confirma la localización adecuada. Una vez
tratarse como si fuera una vía aérea difícil para disminuir el que el bougie está dentro de la tráquea se avanza hasta que se
riesgo de complicaciones, además, sabiendo que no siempre encuentre resistencia y luego se monta el tubo y se pasa sobre
se puede tener un acceso rápido al carro de vía aérea, se debe el bougie. En la literatura reciente cada vez se encuentra más
contar con un equipo adicional de emergencia para vía aérea, evidencia de su uso para el abordaje de la vía aérea en paciente
con un equipo adicional al convencional para realizar intuba- de urgencia debido a que es un dispositivo que permite acceder
ción y ventilación (25), pero básicamente consensos europeos a la vía aérea en pacientes con Cormack 2 y 3.
y americanos ratifican los siguientes elementos como básicos
fuera del área quirúrgica (26): Intercambiadores de tubo
1. Laringoscopio Miller y Macintosh con diferentes hojas Sirven más para el intercambio de tubos endotraqueales
2. Cánula orofaríngea como su nombre lo indica, o para intercambiar una máscara
3. Tubos endotraqueales laríngea por un tubo endotraqueal. Existen varios tipos, el de
4. Bujía de teflón Cook que tiene una longitud de 100 cms y permite el inter-
5. Máscara laríngeafastrach y/o combitubo cambio de tubos de doble luz, y otros que permiten el paso de
6. Equipo de cricotiroidotomía fibra óptica y la ventilación Jet.
7. ETC0 2 •
Guía Frova
Se debe estar familiarizado con los equipos y conocer sus Es una guía similar al boggie, de 65 cms de longitud y que al
indicaciones y contraindicaciones para optimizar su rendi- retirarla permite ventilación Jet a través de la luz del Frova.
miento; es decir, usar un determinado aparato depende de Existen también guías Frova de 35 cms de longitud para uso
cada caso en particular. pediátrico.

Dispositivos alternos a la intubación endotraqueal Estiletes luminosos


Cuando nos enfrentamos a una vía aérea difícil en un pa- Son guías que poseen un estilete maleable con una luz fría en
ciente politraumatizado, y no es posible lograr la intubación su parte distal y permiten acceder a la vía aérea por técnica de
endotraqueal, existen dispositivos que facilitan o son alterna- transiluminación, al ubicar la luz en la parte central del cuello
tivos para intubar o ventilar adecuadamente a estos pacientes por debajo del cartílago cricoides. Existen varios modelos en
y garantizar un buen aporte de oxígeno evitando todas las el mercado, a continuación se describen las características de
complicaciones derivadas de la hipoxia. El personal médico algunos de ellos: ,
que trabaja en centros que atienden trauma debe familiari- Trachlight: su diseño integra un estilet~'maleable, conec-
zarse con su uso y recibir entrenamiento en su manejo. Estos tado a una fuente de luz ubIcada dentro del mango de éste y
dispositivos se clasifican en facilitadores de la intubación y finalizando en un bom,billo que se encuentra en su extremo dis-
alternos a la intubación endotraqueal. tal; es útil en pacient~s delgados con laringes anteriores o una
extensión cervical o apertura oral limitada o cuando tengamos
Dispositivos facilitadores de la intubación bloqueo del campo visual por secreciones o sangrado (27).
endotraqueal
Son dispositivos que tienen un diámetro pequeño, son flexibles
y que se usan bien sea para dar forma y consistencia al tubo
endotraqueal o para guiar el tubo hacia la tráquea. Algunos
requieren para su uso la realización de laringoscopia.

Guías o estiletes flexibles


Son guías hechas de alambre flexible recubierto por plástico
y permiten dar forma, resistencia y angulación al tubo endo-
traqueal antes de ser introducido en la vía aérea.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

por los anestesiólogos, esta técnica se ha perfeccionado pelTni-


tiendo una intubación menos traumática y con menos compli-
caciones, por lo que hoy en día se considera como la técnica de
oro para el manejo de la vía aérea difícil bien sea por vía nasal
u oral. Las indicaciones para esta última vía son: presencia de
fracturas faciales, presencia de obstrucción nasofaríngea, ma-
nipulación nasofaríngea previa, coagulopatía, sinusitis, fractu-
ra de la base del cráneo, embarazo y la indicación quirúrgica
del abordaje. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cuando
hay presencia de sangre o secreciones abundantes es técnica-
mente muy difícil la visualización de las estructuras anatómi-
cas, además es un procedimiento que toma tiempo y en el pa-
SOS Estilete de visión óptica: su diseño integra la fibra ciente politraumatizado a veces se requiere actuar rápido.
óptica dentro de un estilete rígido de acero con forma de J Para su empleo se requiere estar familiarizado con el equi-
con una punta maleable, se encuentran en tamaño para adul- po, tener experiencia, monitorizar al paciente, emplear aneste-
tos y niños. sia local en la vía aérea, si es necesario optar por la sedación
F AST: su nombre viene de las siglas en inglés, de helTa- del paciente y no olvidar que siempre se debe tener asistencia.
mienta flexible para visión de la vía aérea. Su diferencia con
el anterior modelo consiste en lo flexible de la guía, la cual
puede emplearse incluso para intubación nasal.

Una vez introducido el fibrobroncoscopio, éste debe avan-


zar hasta identificar la epiglotis, y seguir por las cuerdas
vocales hasta visualizar los anillos traqueales y la carina; se
avanza el tubo y se retira lentamente hasta observar la punta
dentro de la tráquea, se remueve, se fija el tubo y se verifica
Fibroscopio de intubación retromolar de BONFILS: la posición de éste con la auscultación y capnografía. Final-
consiste en un estilete rígido de 5 mm con fibra óptica, dise- mente se conecta el circuito de anestesia al tubo y se continúa
ñado para ingresar a la vía aérea por la vía retromolar, ubi- con la ventilación (29).
cando en una posición más anterior la punta del estilete para El fibrobroncoscopio flexible es otra alternativa pero re-
una mínima manipulación de la epiglotis. Su diseño permite quiere entrenamiento, es un procedimiento que toma tiempo
adaptarse a una cámara y a un módulo portátil para realizar y su disponibilidad en los servicios de urgencias es muy limi-
registro fotográfico de los procedimientos (28). tada, por lo tanto no es una alternativa óptima en el manejo
del paciente traumatizado. '-"
El otro aspecto es que la vismilización de las estructuras
no es adecuada cuando existen secreciones abundantes o san-
grado activo.

Dispositivos alternativos a la intubación


endotraqueal
Se trata de dispositivos que permiten ventilar a los pacientes
de forma adecuada cuando no se ha logrado asegurar la vía
aérea por medio de la intubación endotraqueal y son muy
útiles cuando nos encontramos ante un paciente que no se
puede intubar y ni ventilar. Entre los dispositivos alternos se
encuentran todos los dispositivos supraglóticos, la máscara
laríngea en sus diferentes versiones, el tubo laríngeo, el eas-
Intubación fibro-óptica: gracias a la disponibilidad del ytube y otros dispositivos menos utilizados y difundidos en
broncoscopio de fibra óptica y a su uso cada vez más frecuente nuestro medio como la elisha.
33/ MANEJO DE LA VíA AÉREA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO

A continuación se describen los distintos dispositivos al-


ternos para el manejo de la vía aérea.

Máscara laríngea clásica lMA


La máscara laríngea (LMA), desde su invención por el anes-
tesiólogo británico Archie Brain en 1981, ha sido el aparato
para vía aérea más importante desanollado en los últimos
20 años, utilizado en todo el mundo en más de 150 millones
de pacientes adultos y pediátricos sin reportes asociados de
muertes por su uso (30), incluido actualmente en el algoritmo
de la ASA como opción en el paciente con difícil o imposible
ventilación (31). Combitubo: es un tubo convencional que combina el diseño
Hoy en día existe una gran variedad de máscaras larín- de un tubo endotraqueal con dos balones de oclusión esofági-
geas, dentro de estas encontramos: ca permitiendo la protección de la vía aérea y una ventilación
pulmonar independiente a la ubicación de su punta. Ha demos-
trado una gran utilidad en la atención prehospitalaria, así como
en servicios de urgencias y de gineco-obstetricia (34). Su única
limitante en el ámbito intra o extrahospitalario es la estatura
del paciente, que debe ser mínimo de 120 cms (35).

Fastrach (LMA) o máscara laríngea de intubación: po-


see un tubo de silicona con alambre reforzado, con un diáme-
tro mayor en la luz del tubo el cual permite realizar la intu-
bación a través de la máscara de una forma muy sencilla. Sin
embargo, este concepto se ha usado exitosamente con tubos
convencionales desde la introducción de la máscara laJ.ingea
clásica, donde el paso del tubo es limitado por las rejillas de Easy tube: este tubo de diseño similar al combitubo, con
la cámaJ.'a neumática (32); en el caso de la máscaJ.·a Fastrach, la diferencia que no tiene látex, posee un único balón oclusor
la tasa de éxito de la intubación con los tubos de silicona esofágico y se encuentra en presentación'pediátrica.
aumenta hasta en un 99,3% (33).

LMA Proseal: posee un cambio en el diseño de la cámara


neumática mejorando así el sello laríngeo y, debido a la in- Tubo laríngeo: posee un diseño similar al combitubo,
corporación de un segundo tubo con orificio de salida en la igualmente da la posibilidad de ventilar con presión positiva
punta de la cámara neumática, permite aspirar el contenido a través de varios orificios del tubo que se encuentran entre
gastrointestinal, protegiendo de esta forma a la vía aérea de dos balones neumotaponadores con la característica de ser de
una posible broncoaspiración y posicionando a este diseño baja presión y su ubicación entre la orofaringe y el esófago.
como el ideal dentro de las máscaras laríngeas. Sin embargo, Se encuentran en cinco tamaños, lo que permite su uso en
no debe empleaJ.·se en pacientes con estómago lleno. cualquier grupo etario y actualmente están disponibles con
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

un canal adicional para aspirar contenido gastrointestinal en


caso de que se requiera.

Streamedlined liner of the pharynx airway (SLIPA): es


un dispositivo económico, diseñado en plástico para ser utili-
zado una sola vez. Posee una cámara que facilita la recolec-
ción de secreciones. Viene en seis tamaños para uso en todos
los grupos etáreos.
PAX vía aérea faríngea expresa: consiste en un tubo cur-
vo provisto de una punta preformada y un gran balón orofa-
ríngeo con un orificio de 3,5 cms en la mitad, el cual permite
dar ventilación con presión positiva.

C trach: máscara laríngea para intubación a la cual se le


ha adaptado una fuente de luz distal y una pantalla de cristal
líquido permitiendo la visualización de las estructuras peri-
glóticas, logrando así una laringoscopia atraumática. Des-
afortunadamente tiene un alto costo.

COBRA PLA: su diseño es similar al de la máscara larín-


gea, posee un tubo flexible unido a un cojinete con cámara
neumática de alto volumen y baja presión, finalizando en una
punta estriada que permite una mejor adhesión. Su diseño
disminuye el trauma asociado a la manipulación de la vía
aérea (36) y también permite el paso de un tubo hasta de 8
mm de diámetro interno además de dar ventilación con pre-
sión positiva.

Elisha: dispositivo israelí reutilizable, que ~demás de po-


seer balones para oclusión distal y proximal pose{(, un puerto
para succión y uno para uso de fibra óptica en caso de reque-
rirse el paso de un tubo traqueal. Aún se encuentra en fase
de prueba.

Balón proximal

. Puerto para
la intubación
endotraqueal y la
fibra óptica
/

Soft seal: su diseño es similar a la LMA Unique, variando gástrico


en las características del cojinete neumático el cual es de me- ventilación

nor presión y se continúa con el tubo adaptador, ejerciendo


un sello más suave, de donde deriva su nombre (37).
33/ MANEJO DE LA VíA AÉREA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO

Otros dispositivos
Se han hecho algunas modificaciones a los laringoscopios y
a las hojas utilizadas para la intubación con el fin de facilitar
la intubación en pacientes con vía aérea difícil.
Los laringoscopios de punta flexible son hojas curvas con
punta flexible, que se manejan desde una palanca que sale
desde el punto de inserción de ésta con el mango del larin-
goscopio permitiendo un movimiento de 70 grados, mejoran-
do la visualización de las estructuras laríngeas. A este grupo
pertenece la hoja de Mac Coy, la Flipper y la Heine Flex, Laringoscopios rígidos indirectos de fibra óptica
entre otras.
Han demostrado su utilidad en pacientes con limitación en la
Hoja de laringoscopio para emergencia de Dorges: es
motilidad cervical en que no se puede emplear el fibrobron-
una hoja de tamaño único que combina las hojas de Millar
coscopio (40, 41) y en quienes se puede presentar un daño
y Macintosh, diseñada para pesos mayores a 10 kilos, posee
neurológico por la movilización de la columna durante las
marcas en toda su longitud, e indican la profundidad a intro-
maniobras de la laringoscopia (42).
ducirse de acuerdo al peso del paciente (38).
Hoy en día su diseño es más anatómico, emplea sistemas
de mayor potencia para iluminación y dentro de este grupo
encontramos:
Bullard Elite: es el más reciente de los laringoscopios
indirectos de fibra óptica y posee estiletes rígidos y diferen-
tes canales de trabajo adaptables a cualquier larÍngoscopio
o fuente de luz permitiendo la administración de oxígeno,
succión e instilación de anestésicos locales.

Laringoscopio viewmax: son hojas curvas modificadas


que incorporan un puerto óptico lateral que refracta la ima-
gen 20 grados del eje horizontal, permitiendo una visión di-
recta de la glotis ubicándonos a 1 cm por detrás de la punta
del laringoscopio cuando utilizamos el visor.
Upsher scope ultra: posee el diseño más sencillo dentro
de los laringoscopios de esta categoría, tiene una fuente de
luz más potente además de un mango más fuerte que permite
adaptarse a una fuente de fibra óptica.

Hojas para laringoscopia de Henderson: se caracterizan


por ser hojas rectas más anchas con luz más potente y pun-
ta reforzada para permitir un mejor control sobre los tejidos
blandos.
Sistema universal para intubación con video: son hojas
curvas cuyo mango posee una videocámara integrada con un
lente gran angular para documentar la laringoscopia.
Glidescope: es un video laringoscopio que incorpora una
cámara digital de alta resolución localizada en la mitad de la
punta de la hoja curva, la cual posee una angulación de 60
grados y tiene una conexión a un monitor externo de LCD Wuscope: con diseño similar a los anteriores posee un
(39). mango, una hoja de diseño anatómico que requiere de previo
SECCION 111: TRAUMA 443
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

ensamblaje, un puerto para visión de fibra óptica'y un puerto Equipo de cricotirotomía quirúrgica: no hay innovacio-
para administración de oxígeno. nes y requiere de una hoja de bisturí y de un catéter o tubo
endotraqueal para asegurar la vía aérea.
Equipo para intubación retrógrada de COOK: introduce
un asa en la aguja para fijarla durante el procedimiento y un
intercambiador hueco que permite la oxigenación mientras
se asegura la vía aérea con un tubo endotraqueal (43).
Equipo para ventilación de tipo jet por vía transtraqueal:
hoy en día incorporan nuevos adaptadores para poder aplicar
esta técnica, basada en el principio de Bernulli, a procedi-
mientos realizados bajo visión endoscópica y aparatos dise-
ñados para recibir esta presión continua sin lesionar la vía
aérea como el Mont Jet.

Equipos para intervencionismo en la membrana


cricotiroidea
Son procedimientos rápidos encaminados a salvar vidas. Se
encuentran dentro de todos los algoritmos para el manejo de la
vía aérea en la situación de no ventilación y no intubación.
Agujas para ventilación de tipo jet: son cánulas que fluctúan
entre 4 y 14 cms de longitud y se usan para cricotirotomía.
Quick trach: consiste en una aguja metálica 6 fr. prefor- Equipos para traqueostomía translaríngea de Fantoni: se
mada, que actúa como dilatador con un empate universal realiza por vía percutánea, empleando dilatadores progresivos.
para conectar una fuente de oxígeno o un equipo de ventila- Percutwist: posee una aguja dilatadora que se introduce
ción tipo Jet. Se encuentran disponibles en tamaño neonatal, en la membrana cricotiroidea con una técnica de giro y avan-
infantil y adulto. ce tipo destornillador.

Equipo de cricotirotomía de Melker: requiere de la tradi- En la Fundación Santa Fe de Bogotá en Colombia, todo pa-
cional técnica de Seldinger para asegurar la vía aérea y cons- ciente que va a ser intervenido quliúrgicamente es valorado
ta de una aguja guía, dilatadores y una cánula de 5 mm con previamente por un anestesiólogo certificado quien siempre
un balón neumotaponador de alto volumen y baja presión. hace énfasis en la valoración de la vía aérea. Si se considera un
caso de vía aérea difícil es evaluado por un grupo para definli'
qué abordaje es el ideal para el paciente y qué planes alternos
se podrían llegar a emplear. Cuando existe una vía aérea difícil
no identificada, siempre se pide ayuda y se solicita el carro
de vía aérea, el cual tiene ruedas para facilitar su transporte
con un compartimiento cilíndrico externo útil para depositar el
fibrobroncoscopio y cuatro compartimentos donde se encuen-
tran todos los aparatos protocolizados por el ASA.
33/ MANEJO DE LA VíA AÉREA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO

2. El paciente traumatizado, con vía aérea difícil, puede pre-


sentar un manejo complicado producto del trauma y una
situación inesperada como el vómito, la regurgitación y
la broncoaspiración del contenido gastrointestinal que
puede generar un síndrome de broncoaspiración y/o bron-
coespasmo y llegar a obstruir la vía aérea, por esto, todo
paciente traumatizado debe considerarse con estómago
lleno (47). La presencia de contenido gástrico en la oro-
faringe confirma el riesgo potencial de broncoaspiración,
por lo que se requiere de una succión inmediata y rotación
lateral en bloque, para evitar de esta forma que el conteni-
do gástrico pase a la vía aérea, mientras se coloca una vía
aérea definitiva. Para minimizar el riesgo de aspiración en
presencia de estómago lleno, la intubación endotraqueal
debe realizarse preferiblemente con el paciente despierto
Técnicas de abordaje de la vía aérea en el y en caso de que no colabore, se puede utilizar una induc-
paciente traumatizado ción de secuencia rápida, mediante la utilización de un
relajante neuromuscular de acción ultracorta, después de
La introducción de la simulación dentro de la práctica clínica descartar la posible vía aérea difícil. Se debe colocar al
hace que nos encontremos familiarizados con todos los equi- paciente en posición supina, con cabecera elevada a 40°,
pos diseñados para manejar la vía aérea (44) y que aprenda- preoxigenarlo al 100% por lo menos durante ~ minutos,
mos a emplearlos de una forma correcta optimizando su uso no ventilarlo hasta donde sea posible, o si es necesario,
y disminuyendo las complicaciones atribuidas al manejo de dar ventilación con bajos volúmenes evitando presiones
la vía aérea (45); sin embargo, debemos recordar que la la- superiores a los 18 cms de agua y se debe realizar la ma-
ringoscopia siempre depende de la anatomía del paciente, la niobra de Sellick (presión sobre el cartílago cricoides,
posición óptima de éste, la alineación visual con la laringe, la para ocluir el esófago) hasta que se confirme el adecuado
experiencia dellaringoscopista y la técnica a emplear (46). posicionamiento del tubo. Esta presión debe ser liberada
Una vez se tiene la vía aérea permeable y la valoración si el paciente vomita, pues se puede producir una ruptura
adecuada, se haya descartado la presencia de cuerpos extra- esofágica por la elevada presión dentro del esófago.
ños y se tengan todos los implementos necesarios para mani- 3. No traumatizar la vía aérea; si no es posible ventilar, em-
pularla, se inicia el ABCD del manejo del paciente traumati- plear dispositivos que faciliten el procedimiento y solicitar
zado, teniendo presente tres situaciones: ayuda, al igual que durante la realización de la laringosco-
1. La columna cervical se puede encontrar comprometida pia; si el paciente viene de otra institución hospitalaria el
por el trauma, y los esfuerzos por establecer una vía aérea tubo debe considerarse como mal ubicado por lo que ha
pueden llegar a comprometer la médula espinal. Por esto, de evaluarse. Debe ser fijado de la mejor forma posible,
siempre se debe proteger la columna cervical mediante ya que éste se puede desplazar o salir accidentalmente
la inmovilización, bien sea con un collar o manualmente en cualquier momento, especialmente durante el traslado
hasta descartar cualquier lesión, y si el tiempo y las con- del paciente a alguno de los diferentes servicios de apoyo
diciones del paciente lo permiten, se debe tomar como diagnóstico o quirófanos, o porque e1 ~aciente presente
mínimo una radiografía cervical lateral para visualizar las episodios de agitación y/~ despertar. "
siete vértebras cervicales. Dicha inmovilización cervical
impide una óptima posición para realizar la intubación en-
Procedimientos ~speciales
dotraqueal: aunque se puede abrir el collar para facilitar la
. apertura mandibular durante el procedimiento de intuba- Intubación con el paciente despierto
ción, se debe mantener una estricta inmovilización por un Es la única técnica que garantiza la defensa de la vía aérea, ya
segundo ayudante. El abordaje de la vía aérea del pacien- que mantiene indemne los reflejos de ésta y le permite al pa-
te con trauma cervical debe realizarse con este despierto ciente mantener la ventilación espontánea. Se puede realizar
mediante el uso del fibrobroncoscopio o de la técnica de a ciegas por vía nasal cuando no hay contraindicaciones para
intubación retrógrada si no se dispone de este aparato y se emplear esta vía, bajo visión directa con el laringoscopio,
tiene familiaridad con la técnica; de lo contrario se puede con el fibrobroncoscopio o con una máscara laríngea para
emplear una técnica nasal a ciegas, un laringoscopio rígi- intubación.
do de fibra óptica, un estilete luminoso o el bougie.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Todas estas técnicas requieren de la colaboración del pa- Intubación retrógrada


ciente, de una previa explicación del procedimiento y de una Se emplea la misma técnica de la cricotiroidotomía percu-
adecuada preparación de la vía aérea para lo cual se puede tánea, pero a diferencia de la anterior, la aguja se diIige en
emplear atropina o glicopirrolato para disminuir las secre- dirección cefálica, al obtener retorno de aire, se desliza el
ciones, y se puede administrar lidocaína tópica mediante la ye1co, luego una guía maleable con punta mma o en su de-
realización de una micronebulización de lidocaína pesada, fecto un catéter peridural, el cual se recupera por la cavidad
o mediante la instilación directa, iniciando en los pilares oral o fosas nasales; la guía se fija en su extremo distal, pos-
amigdalinos, siguiendo sobre la cara anterior y posterior de teIiormente se pasa un intercambiador de tubos para mejorar
la epiglotis y si es posible sobre las cuerdas vocales; en caso la consistencia y maleabilidad de la guía y luego el tubo hasta
de que éstas no se visualicen se puede instilar el anestésico encontrar resistencia. En este momento se retira el intercam-
local con una jeringa de aspersión, con el canal de trabajo del biador del tubo, la guía y el yelmo, y se fija el tubo. Esta
fibrobroncoscopio si se encuentra disponible. Posteriormente es una alternativa interesante, especialmente para el paciente
se pasa el tubo traqueal preferiblemente montado sobre una con sospecha de trauma raquimedular y/o un paciente con
guía atraumática de bordes romos y una vez se veIifique la vía aérea difícil y no se dispone de un fibroscopio siempre y
correcta posición del tubo, se procede a sedar al paciente. cuando no exista distorsión de la anatomía del cuello (49).
Los bloqueos de la vía aérea se pueden también realizar, sin
embargo, pueden generar complicaciones. Extubación del paciente con vía aérea difícil

Cricotiroidotomía percutánea La extubación de vía aérea difícil debe realizarse siempre con
el paciente despielio, cuando no tenga signos de infección, se
Es el procedimiento de elección en una situación de no ven- encuentre hemodinámicamente estable, esté mantenido con
tilación, no intubación. Permite oxigenar al paciente por un mínimos parámetros de ventilación mecánica y tenga control
corto período de tiempo que a veces es suficiente mientras se de todos los reflejos protectores de la vía aérea y sea capaz de
instaura una vía aérea definitiva, y admitr la ventilación de obedecer órdenes, ya que las secuelas del trauma, el desacon-
éste durante períodos de tiempo más prolongados si se cuenta dicionamiento físico, los trastornos de deglución asociados,
con un equipo de ventilación de tipo jet. Para utilizarlo se el edema, la sangre y las secreciones, entre otros, pueden pre-
debe verificar que no exista una obstrucción supeIior al sitio sentar una serie de situaciones que dificulten una vez más el
de la punción de más del 80% y se debe relajar al paciente, manejo de la vía aérea.
ya que la obstrucción o el cierre de las cuerdas vocales pue- La tos y el pujo generados por la presencia del tubo tra-
den producir un efecto de válvula y generar un neumotórax a queal en la vía aérea pueden atenuarse con la administración
tensión y/o un neumomediastino. de lidocaína endovenosa o a través del tubo traqueal. La ad-
La cIicotiroidotomía se realiza mediante la punción de la ministración de dexmedetomidina, remifentanyl, propofol y
membrana cricotiroidea con una cánula para cIicotiroidoto- fentanyl a bajas concentraciones también ha demostrado ser
mía o en su defecto una cánula venosa número 14 en adul- útil para lograr este efecto además de disminuir la respuesta
tos y 18-16 en niños. Se realiza con una angulación de 45° catecolaminérgica (50).
en dirección caudal y se avanza realizando presión negativa Si se considera la presencia de edema en la vía aérea, se
continua con una jeringa con SSN 09% de 3-5cc la cual nos debe realizar una prueba de escape la cual es positiva con
indica la ubicación dentro de la vía aérea mediante la obten- una reducción mayor al 15% del volumen corriente, su sen-
ción de burbujas de aire, posteriormente deslizamos el ye1co sibilidad es del 75%, su especificidad es del 72,1 %, su valor
o la cánula misma si nos encontramos empleando un equipo predictivo positivo del 25% y su valor predictivo'negativo del
de cricotiroidotomía. 96,1 % (51).
La cánula debe conectarse a un equipo de ventilación jet Se debe solicitar siempre el carro de la vía aérea y alistar
o a una fuente de oxígeno de pared a 10-15 L/min con un los equipos que podamos ¡llegar a emplear (52), el uso de
conector en Y o con un tubo de oxígeno con un orificio la- los intercambiadores de tubo con luz son ideales, ya que en
teral que nos permita efectuar una insuflación intermitente, caso de requerirse una nueva intubación, se pueden usar para
durante un segundo, mediante la oclusión con el dedo pulgar este fin o si lo que se requiere es mejorar la oxigenación o
y liberando durante cuatro segundos, para de esta forma dar el patrón ventilatorio del paciente, se puede utilizar para ad-
paso a una exhalación. ministrar oxígeno o para ventilar mediante estilo tipo jet, de
La cricotiroidotomía percutánea está contraindicada en acuerdo al algoritmo presentado por el doctor .J. Benumoff
ausencia de relaciones anatómicas, presencia de trauma la- (algoritmo 5).
ríngeo o de cuerpo extraño traqueal. Dentro de las compli- En caso de que la reintubación sea fallida se propone el
caciones se encuentran: hemorragia, enfisema, barotrauma y algoritmo 6.
estenosis subglótica (48).
33/ MANEJO DE LA VíA AÉREA EN EL PACIENTE TRAUMATIZADO

ALGORITMO EXTUBACIÓN VAD


Reintubación fallida

Paso de intercambiador
I
I

Adecuada SPO, I I Inadecuada SPO, Retire TOT I


,

Asistencia
endoscópica
L
'----
Ventilación manual
mascara

It

Ventilación Adecuada SP0 2


transtraqueal
I
¡,
1
I~ Asistencia
'--

I TOT endoscópica

Algoritmo 5. Algoritmo 6.

Referencias
1. Cormack R, Lehane J. Difficult trachea1 intubation in obstetrics. Anes- 16. Frerk CM Predicting difficu1t intubation. Anaesthesia 1991; 46: 1005-
thesia 1984; 39: 1105-1111. 1008.
2. Édgar Celis. Manejo de la vía aérea en el paciente traumatizado. Lec- 17. Arne J, Descoins P, Fusciardi J, lngrand P, Ferrier B, Boudigues D,
turas selectas en anestesiología y medicina crítica. Vol n. Cap 2, Edito- Aries J. Preoperative assessment for difficult intubation in general and
rial Distribuna, 2001; 41. ENT surgery: Predictive va1ue of a clinica1 multivariete risk indexo
3. Walls R. Management of the difficu1t airway in the trauma patient. Britishjourna1 of Anaesth 1998; 80: 140-146.
Emergency medicine clinics ofNorth America 1988; 16(1). 18. Toshiya Shiga, Zen Ichiro, Tetsuo lnoue, Atsuhiro Sakamoto. Predict-
4. Mu1der D. The 1991 Fraser Gurd 1ecture: Evo1ution of airway control ing difficult intubation in apparently normal patients. A meta-ana1ysis
in the management of injured patients. The journa1 of trauma 1992; of bedside screening test performance. Anesthesio1ogy 2005; 103(2).
33(6). 19. The American Society of Anesthesio1ogy. Task Force on Management
5. Maclennan.N, Anestesia for major termal injury. Anesthesio1ogy 1998; of The Difficu1t Airway: Practice guidelines for management of the
89(3). difficu1t airway: a reporto Anesthesio1ogy 1993; 78: 597-602.
6. Cap1an RA, Posner KL, Ward RJ et al. Adverse respiratory events in 20. McGuire GP, Wong DT. Airway management: contents of a difficu1t
anesthesia: a closed claim ana1ysis. Anesthesio1ogy 1990; 72: 828-33. intubation cart. Can J Anaesth 1999; 46(2): 190-1.
7. Meza Alonso. Manejo del paciente con vía aérea difícil. Rev Col Anest 21. Benumof JL. Laryngea1 mask airway and th~' A$A difficult airway a1-
1995; 23: 141-147. gorithm. Anesthesiology 1996; 84(3): 686-699. ".
8. Wi1son ME, Spiege1ha1ter D, Robertson JA, Lesser P. Predicting dif- 22. American college of surgeons. Advanced trauma life support for doc-
ficu1t intubation. Br J Anaesth 1988; 61: 211-216. torso 6 ed. Chicago. American college of surgeons, 1997.
9. Mallampati SR. C1inica1 sign to predict difficult trachea1 intubation. 23. Wo1f LH, Gravenst~in D. Capnography during fiberoptic bronchos-
Can Anaesth Soc J 1983; 30: 316-317. copy to verify trachea1 intubation. Anesth Ana1g 1997; 85: 701-3.
10. Mallampati SR, Gatt SP, Gugino LD, Desai SP. A clinica1 sign to pre- 24. T Morton. Difficu1t air way equipment in Eng1ish emergency depart-
dict difficult trachea1 intubation: A prospective study. Canadian An- ments. Forum. Anesthesia 2000; 55: 475-488.
aesth Soc J 1985; 32(4): 429-434. 25. European Resuscitation council. Guide1ines for the advanced manage-
11. Tham EJ, Gi1ders1eve CD, Sanders LD, Map1eson W, Vaughn RS. Ef- ment of the airway and venti1ation during resuscitation. Resuscitation
fects of posture, phonation and observer on mallampati classification. 1996; 31: 201-30.
Br J Anaesth 1992; 68: 32-38. 26. Davis L, Cook Sather. Lighted sty1et tracheal intubation. A review. An-
12. Pati1 Vu, Stehling LC, Zaunder HL. Fiberoptic endoscopy in anesthe- esthesia Analgesia 2000; 90: 745-756.
sia. Year book medical publishers lnc. 1983. 27. Halligan M. A clinical eva1uation of the Bonfi1s intubation fiberscope.
13. Savva D. Prediction of difficult trachea1 intubation. Br J Anaesth 1994; Anaesthesia 2003; 58: 1087-1091.
73: 149-153. 28. Ovassapian A. Fiberoptic airway endoscopy in anesthesia and critica1
14. Bellhouse CP, Dore C. Criteria for estimating likelihood of difficulty careo Raven press. 1989.
of endotrachea1 intubation with Macintosh laryngoscope. Anesth ln- 29. Verghese C. Airway management. Current opinion in anesthesiology
tensive care 1988; 16: 329-337. 1999; 12: 667-674.
15. ME Wi1son, D Spiegelha1ter. Predicting difficu1t intubation. Br Journal 30. Brimacombe J. Pressure support venti1ation versus continuous posi-
of Anaesth 1988; 61: 211-216. tive pressure with the laryngeal mask airway. A randomized crossover
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

study of anesthetized adult patients. Anesthesiology 2000; 92: 1621- 42. Hastings RH. Neurologic deterioration associated with airway man-
1623. agement in a cervical spine injured patient. Anesthesiology 1993; 78:
31. Kundra P, Fimsa M, Sujeta N and Ravishankar. Conventional Tracheal 580-583.
Tubes for Intubation through the Intubating Laringuela Mask Airway. 43. COOK critical care product catalog, COOK inc. Bloomington IN
Anesth Analg 2005; 100: 284-8. 2000.
32. Brain AIJ, Verghese C, Addy AV, et al. The intubating laringuela mask 44. Henderson J1. Difficult airway society guidelines for management of
airway. Il. A preliminary clinical report of a new mean s of intubating the unanticipated difficult intubation. Anaesthesia 2004; 59: 675-94.
the trachea. Br J Anaesth 1997; 79: 704-9. 45. L. Rusell. Difficult airway management. Correspondence. Anesthesia
33. Brain A. The LMA proseal: A laryngeal mask with an esophageal vento 2005; 60: 198-211.
British journal of anesthesia 2000; 84: 650-654. 46. Benumof JL. Management of the difficult adult airway with emphasis
34. Maya S. Failed intubation in obstetrics. Anesthesiology clinics of on awake tracheal intubation. Anesthesiology 1991; 75: 1087-1110.
North America 1998; 16(2): 447-496. 47. Thierbach A. Airway management in trauma patients. Anesthesiology
35. Hartmann T Krenn. The esophageal tracheal combitube small adults. Clinics ofNorthAmerica 1999; 17(1).
Anaesthesia 2000; 55: 670-675. 48. Raymond A, Advanced trauma life support ATLS. Colegio Americano
36. A randomized controlled tri al comparing the cuffed oropharyngeal air- de Cirujanos. 1997.
way and the laryngeal mask airway in spontaneously breathing anes- 49. Sánchez TE Intubación retrógrada. Anesth Clin of North America.
thetized adults. Anesthesiology 1998; 88(4): 970-977. Difficult airway management 1995; 2: 425-463.
37. Joseph B. The laringuela mask airway unique versus the soft sealla- 50. Chandra K Pandey, M Raza, A Lakra, Anil Agarwal. Intravenous Li-
ryngeal mask: A randomized, crossover study in paralyzed, anesthe- docaine suppresses fentanyl induced coughing: A double blind, pro-
tized patients. Anesthesia analgesia 2004; 99: 1560-1563. spective, randomized placebo controlled study. Anesth Analg 2004;
38. Gerlach K. A new universallaryngoscope blade: A preliminary com- 99: 1696-1698.
parison with Macintosch laryngoscope blades. Resuscitation 2003; 57: 51. Yann De Bast, Daniel De Backer, Jean-Jacques Moraine, Muriel Le-
63-67. maire, Cécile Vandenborght, Jean-Louis Vincent. The cuff leak test to
39. Cooper RM. Use of a new videolaryngoscope in the management of a predict failure of tracheal extubation for laryngeal edema. Intensive
difficult airway. Canadian Journal of anesthesia 2003; 50: 611-613. care medicine 2002; 28(9).
40. Randolph H, Christopher V. Cervical spine movement during laryn- 52. Practice guidelines for management of the difficult airway. A report by
goscopy with the Bullard, Macintosh and Miller laryngoscopes. Anes- the american society of anesthesiologists Task force on management of
thesiology 1995; 82: 859-869. the difficult airway. Anesthesiology 1993.
41. Charles E Smith. Evaluation of tracheal intubation difficulty in patients
with cervical spine imrnobilizatiqn. Anesthesiology 1999; 91: 1253-
1259.
R AJ INICIAL ENTE C N
S R UCI: METAS
S
Alberto García M, MD; Juliana Suárez e, MD

Introducción nejo inicial de la reanimación y la estabilización del paciente


traumatizado durante la fase del cuidado crítico, en los cuales
El trauma por violencia y las lesiones por accidentes de
puede jugar un papel principal el cirujano.
tránsito cobran cada año la vida de dos y medio millones de
personas en el mundo. La organización mundial de la salud
reportó en 2002, 1,6 millones de muertes violentas (1) y 1,2
Control de la vía aérea y soporte ventilatorio
millones de muertes por accidentes de tránsito (2); dando Dentro de los errores más comunes en el manejo del paciente
como resultado una mortalidad combinada de 48 muertes por con trauma severo se encuentran los relacionados con la vía
cada 100.000 habitantes al año. aérea y el soporte respiratorio (9-11). En el paciente trauma-
La mayoría de los fallecimientos por trauma ocurre en la tizado que recibe soporte de ventilación mecánica, se pueden
escena o en la primera hora después del evento, mucho antes evidenciar alteraciones en los parámetros de oxigenación,
de que estos pacientes puedan acceder al escenario hospitala- resultantes del trauma per se o de las complicaciones deri-
rio. Se calcula que entre un 34% a un 50% de las muertes por vadas de las maniobras terapéuticas. En estos casos, se hace
trauma tienen lugar en los hospitales (3). Se ha reportado que imprescindible identificar y tratar la causa de estas alteracio-
una proporción de las mu~rtes por trauma, que oscila entre nes, con el fin de evitar injuria adicional; particularmente en
11 % Y 76% podría haber sido prevenida (4-6). pacientes que presentan trauma craneoencefálico.
Los errores que se cometen en la fase hospitalaria repre- La manifestación cardinal del compromiso de la vía aérea
sentan entre uno y dos tercios de los errores cometidos en el y/o de la función respiratoria es la presencia de desaturación
cuidado de pacientes traumatizados (7, 8); siendo los ocurri- súbita o rápidamente progresiva, acompañada de taquicardia
dos en cuidado intensivo los más comunes y de mayor reper- y arritmias. En algunos casos, el paciente se presenta además
cusión. Duke GJ y col (9), identificaron en 165 muertes de con agitación y en casos seleccionados, ésta podrá ser la úni-
pacientes traumatizados manejados en la unidad de cuidado ca manifestación.
intensivo, 258 errores ocurridos en 81 de ellos (52%); 134 de La hipotensión anuncia el colapso cardiovascular y la bra-
estos contribuyeron a la muerte de 52 pacientes (34%). Los dicardia aparece inmediatamente después, del colapso total
errores de cuidado intensivo fueron clasificados como: de (12). El paciente agitado requiere especial atención, ya que
manejo (82%), diagnóstico, (9%), técnica, (5%) o atribuibles se deben estudiar otras causas que expliquen este estado. Es
al sistema (4%). Davis y col encontraron errores en el manejo un error atribuir los hallazgos y los síntomas a condiciones
de cuidado intensivo en el 30% de 125 muertes traumáticas neurológicas o siquiátricas. El análisis y el diagnóstico de
en las que se detectaron errores. Estos contribuyeron al 48% las complicaciones respiratorias requien~n"un examen físico
de todas las muertes prevenibles (10). direccionado, la revisión de las presiones en'la vía aérea y de
Los errores más comunes en el cuidado crítico del paciente los volúmenes en el ventilador, el examen de la radiografía
traumatizado están relacionados con el control de la vía aérea, de tórax y la lectura d~ gases arteriales, así como la medición
el manejo del soporte ventilatorio, la fase de resucitación con de la presión intraabdominal (tabla 1).
líquidos endovenosos, el diagnóstico y manejo del neurotrau- Las condiciones de emergencia en las cuales se debe ob-
ma y el diagnóstico tardío de las lesiones críticas (9, 10). tener el control de la vía aérea; la desviación de la atención
Muchas de estas muertes pueden ser prevenidas si los cui- hacia otras áreas de diagnóstico; la necesidad de realizar in-
dados en el paciente traumatizado fueran optimizados, es de- tervenciones quirúrgicas de emergencia, o la agitación del
cir, que los recursos y los esfuerzos estuvieran guiados hacia paciente pueden llevar finalmente a complicaciones en la vía
las áreas más críticas y vitales, que comprometen la vida del aérea (13-16). Los accidentes en el manejo de la vía aérea
paciente. incrementan la morbilidad, los días de estancia hospitalaria
Para el cirujano es crucial tener claro cómo manejar los y los costos a los sistemas de salud (17-20). Un adecuado
aspectos más críticos del paciente traumatizado, con el fin seguimiento por parte del personal de salud y el uso acucioso
de reducir la morbilidad y mortalidad prevenibles. En el de protocolos de manejo, podría haber evitado al menos más
próximo segmento se tratarán las partes esenciales del ma- de la mitad de estas muertes (20-22).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Tabla 1. Diagnóstico diferencial de las crisis respiratorias .. su fijación y las medidas empleadas por el equipo de terapia
respiratoria para chequear los circuitos del ventilador, son
Presión inspiratoria máxima normal o baja medidas que se han implementado con el fin de evitar este
Condición Presión Presión Hallazgos clínicos tipo de complicaciones (21, 23, 24).
inspiratoria de meseta
máxima
Extubaciónlmigra- Baja Baja Burbujas de saliva en la
Obstrucción de la vía aérea
ción proximal del boca. Ruidos de escape La obstrucción de la vía aérea en el paciente traumatizado,
tubo orotraqueal conectado a ventilación mecánica, se puede dar a cualquier
Desconexión Baja Baja Desconexión de los circui-
nivel y por diferentes razones. La vía aérea se puede ocluir
tos del ventilador
por angulación del tubo orotraqueal, por mordedura del tubo,
Presión negativa Baja Baja Agitación. Presiones bajas
alternando con presiones por secreciones, coágulos, hematoma en la tráquea o los
altas bronquios, por secreciones y broncoespasmo en las vías aé-
reas pequeñas (25, 26). Los cuerpos extraños pueden obstruir
Presión inspiratoria máxima elevada la vía aérea a cualquier nivel (27) (figura 1). Las manifesta-
Condición Presión Presión Hallazgos clínicos ciones resultantes de la obstrucción de la vía aérea incluyen:
inspiratoria de meseta aumento del trabajo inspiratorio, presión inspiratoria máxima
máxima
elevada, presión de meseta disminuida (esta diferencia resul-
Obstrucción de la Alta Normal Prueba de deflación del man-
vía aérea artificial guito: cambios mínimos ta de la resistencia aumentada al flujo de aire), y disminución
Obstrucción de la Alta Normal Prueba de deflación del del volumen corriente.
vía aérea del pa- manguito: escape y caída La oxigenación y la producción de CO2 se encuentran alte-
ciente de la presión radas (28). Los estudios de rayos X de tórax podrían no reve-
Atelectasia Alta Alta Asimetría. Confirmación lar ninguna anormalidad en la fase aguda, a menos de que se
radiológica
hayan presentado atelectasias por coágulos o secreciones.
Lesión pulmonar Alta Alt~ Confirmación radiológica
aguda
Neumotórax a Alta Alta Asimetría. Confirmación
tensión con punción
Hernia diafrag- Alta Alta Asimetría. Confirmación
mática masiva radiológica
Hipertensión in- Alta Alta Disminución simétrica de
traabdominal los ruidos respiratorios.
Elevación de la presión in-
travesical

Tubo orotraqueal: desconexión del ventilador,


extubación accidental, migración proximal
La desconexión del tubo orotraqueal y la extubación son fá-
cilmente reconocibles por el deterioro súbito del paciente y Figura la. Tubo oro traqueal ocluido por coágulos en un paciente con contu-
por la activación de las alarmas de baja presión y escape de sión pulmonar y hemoptisis. El paciente desarrolló disnea súbita, agitación
gas en el ventilador. El tratamiento para el paciente que se y desaturación. La presión máxima en la vía aérea y la presión de meseta
eran de 38 y 28 cms. H,O, respectivamente. La sonda de as.piración pasaba
extuba accidentalmente es la reintubación, previa preoxige- fácilmente. Se cambió el tubo orotraque,¡J y el paciente mejoró.
nación con un dispositivo bolsa-válvula-máscara.
La migración del tubo a la faringe produce un cuadro clí-
nico más sutil. La alteración fisiopatológica más llamativa es
la presencia de hipoventilación alveolar debido al escape de
gas. Ocasionalmente la pérdida de presión positiva en la vía
aérea produce hipoxemia en pacientes que están requiriendo
presión positiva al final de la espiración (PEEP). Una clave
que debe despertar la sospecha del diagnóstico es el hallaz-
go de burbujas de saliva en la boca del paciente. El análisis
de los gases arteriales evidenciará hipercarbia y a su vez en
el ventilador se observarán bajas presiones en la vía aérea y
un volumen espirado bajo. El diagnóstico se confirma con el Figura lb. Tubo orotraqueal obstruido por un segmento de una guía de in-
uso de laringoscopia directa. En ese caso el tubo orotraqueal tubación rota, en un paciente con trauma craneoencefálico, intubado en el
deberá ser reemplazado. Los protocolos de aseguramiento servicio de urgencias. La ventilación mecánica era difícil y se sospechó obs-
trucción de la vía aérea por presión máxima en la vía aérea elevada y presión
del tubo orotraqueal, los nuevos dispositivos diseñados para de meseta normal. El paciente mejoró después del cambio del tubo.
34/ ABORDAJE INICIAL DEL PACIENTE CON TRAUMA SEVERO EN LA UCI: METAS ESPECíFICAS

La angulación o la mordedura del tubo son fáciles de re- La elevación de la presión de meseta descarta por lo regu-
conocer. Identificar el nivel de obstrucción de la vía aérea, lar la presencia de obstrucción de la vía aérea; algunas claves
alto o bajo, es un punto crítico y usualmente difícil de lograr. clínicas nos permiten diagnosticar o sospechar entidades es-
Realizar succión a través del tubo endotraqueal es una medi- pecíficas: asimetría del tórax, aumento del volumen torác~co
da que permite detectar una obstrucción al interior de éste. en el lado comprometido, desviación de la tráquea hacia el
Sin embargo, el lograr un avance distal de la sonda de suc- lado opuesto a la lesión, hiperresonancia torácica y murmu-
ción a través del tubo orotraqueal, no excluye oclusiones por llo vesicular disminuido en el neumotórax a tensión. Des-
coágulos o secreciones impactadas. Desinflar el manguito del viación traqueal hacia el lado comprometido, disminución
tubo orotraqueal mientras el paciente es ventilado (prueba del volumen torácico, matidez a la percusión y disminución
de deflación del manguito) (28) puede ayudar a encontrar el del murmullo vesicular en las atelectasias masivas (figura 3).
sitio donde se presenta la obstrucción: cuando ésta se ubica Aumento del volumen torácico en el lado comprometido,
distal al tubo, oCUlTirá una dramática reducción de la presión desviación de la tráquea hacia el lado opuesto a la lesión,
inspiratoria pico y se observará un marcado escape de gas. matidez a la percusión y disminución del murmullo vesicular
Por otro lado, cuando el tubo oro traqueal está obstruido, la en la hernia diafragmática masiva (figura 4).
presión inspiratoria pico permanecerá elevada y el escape de
gas será mínimo. En algunos casos, la única manera de estar
seguro de la obstrucción del tubo, será cambiándolo. En ca-
sos excepcionales, se requerirá manejo con broncos copia.

Reducción aguda de la distensibilidad en el


sistema respiratorio
Algunos pacientes traumatizados conectados a ventilación
mecánica pueden presentar el siguiente escenario clínico:
elevación rápida y progresiva de la presión inspiratoria máxi-
ma, aumento paralelo de la presión de meseta, reducción del
volumen corriente, hipoxemia e hipercarbia variable. Este
Figura 3. Intubación monobronquial en un paciente con trauma craneoence-
complejo cuadro clínico podría atribuirse a lesión pulmonar fálico y trauma cerrado de tórax. El paciente fue intubado en el servicio de
aguda o a la presencia de atelectasias. Sin embargo, también urgencias y transportado a la UCI. En la evaluación del ingreso a la unidad
podría explicarse por causas extrapulmonares como el neu- había desaturación, desviación traqueal a la izquierda, y disminución de los
ruidos respiratorios del mismo lado. La radiografía de tórax muestra la punta
motórax a tensión (29, 30), la hernia diafragmática masiva
del tubo traqueal en el bronquio derecho y signos de pérdida de volumen del
(31-34) o al síndrome de hipertensión intraabdominal (35- pulmón izquierdo.
37). El diagnóstico oportuno de estas entidades tiene gran
trascendencia, ya que producen deterioro hemodinámico
rápido y de detectarse tempranamente, son susceptibles de
tratamiento quirúrgico específico (figura 2).

Figura 4. Hernia diafragmática izquierda masiva. El paciente se encontraba


disneico, taquicárdico y diaforético. Al examen presentaba desviación tra-
queal a la derecha y reducción de los ruidos respiratorios en el hemitórax
izquierdo. (Cortesía del Dr. Diego Rivera. Hospital Universitario del Valle).

Figura 2. Necrosis intestinal segmentaria en un paciente con peritonitis des-


El neumotórax a tensión se puede confirmar insertando un
pués de trauma abdominal penetrante y exploración quirúrgica tardía del ab- catéter 12Fr. en el segundo espacio intercostal con línea me-
domen. Presentó hipoxemia severa que fue manejada con oxígeno al 100% dioclavicular. Una radiografía de tórax brinda información
y niveles altos de PEEP; inestabilidad hemodinámica tratada con líquidos que permite descartar otras entidades. El diagnóstico del sín-
endovenosos y norepinefrina en infusión. Como resultado el síndrome de
hipertensión abdominal fue diagnosticado y tratado tardíamente.
drome compartimental abdominal, se confirma midiendo la
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

presión intraabdominal y su tratamiento definitivo es la des- Reposición de volumen


compresión quirúrgica. Existe aún gran controversia alrededor de qué tipo de solu-
ciones deben ser empleadas en la fase de resucitación de los
Evaluación y tratamiento del estado pacientes que presentan choque hemorrágico: cristaloides
circulatorio versus coloides.
El abordaje inicial del paciente traumatizado debe incluir las Al comparar los cristaloides con los coloides, estos últi-
siguientes metas en la evaluación del estado circulatOlio: re- mos expanden con mayor rapidez el espacio intravascular,
conocimiento del estado de choque, identificación del sitio de permaneciendo por más tiempo en éste (49, 50); logran res-
sangrado, control de la hemorragia y reemplazo de pérdidas taurar más rápidamente el gasto cardíaco y las variables de
sanguíneas con líquidos endovenosos y productos sanguíneos, transpOlte de oxígeno, con menor volumen de infusión y
en caso de ser necesmio. Estos objetivos en la evaluación del menor formación de edema. Cuando los desenlaces como la
estado circulatorio del paciente traumatizado deben ser el mortalidad y la morbilidad son examinados, se ha visto que
derrotero de toda la reanimación en el escenario del cuidado los coloides y los cristaloides son igualmente efectivos. Ro-
crítico. Algunos de los errores más comúnmente repOltados berts l, y col encontraron -en un metanálisis, un RR de 1,02
durante esta fase del tratamiento, se relacionan con el fracaso (95% Cl 0,93 to 1,11), al analizar 42 ensayos clínicos contro-
en el cumplimiento de estos principios (7,9, 10). lados con un total de 7.576 pacientes. Los mismos resultados
fueron encontrados cuando el análisis fue realizado para cada
Reconocimiento del estado de choque tipo de coloide (51). En un ensayo clínico controlado, publi-
cado recientemente, en el cual se estudiaron 6.997 pacientes
El diagnóstico del choque hipovolémico basado exclusiva- en estado crítico, se administró albúmina al 4% o solución
mente en los signos vitales puede ser inconsistente. La taqui- salina normal, durante los cuatro primeros días de tratamien-
cm'dia en posición supina o la hipotensión son signos clínicos to; la mortalidad fue la misma en ambos grupos, así como
específicos, mas no sensibles, en la detección de las pérdidas las complicaciones que pudiesen ser atribuidas a los dos
sanguíneas moderadas. La sen~ibilidad y especifidad de la regímenes de fluidos, la cantidad de líquidos administrados
hipotensión en supino (presión arterial < 95 mmHg para la en uno y otro grupo fueron similares. Cuando se analizó el
detección de pérdida de sangre de 630 a 1150 mI) fue de 33% sub grupo de pacientes traumatizados, se encontró una mayor
y 96% respectivamente en voluntarios sanos. Esto significa mortalidad entre quienes recibieron el coloide como parte de
que la presencia de estos signos confirma la hipovolemia, su reanimación, sin que ésta llegara a ser estadísticamente
pero su ausencia no la descarta (38). En un grupo de pacien- significativa (52).
tes quirúrgicos en estado crítico, Celoria y col (39) fallm'on En vista de la probada ausencia de beneficios con el uso de
al intentar predecir una presión en cuña pulmonar y un gas- coloides, la ausencia de efectos colaterales de los cristaloides
to cardíaco bajos, por medio de parámetros Clínicos, en un y la considerable diferencia en cuanto a costos, favoreciendo
tercio de éstos. La mayoría de los pacientes en los cuales a los cristaloides, se considera que éstos últimos deben ser la
predijo que tendrían presiones en cuña pulmonar y gasto car- primera línea de elección en el paciente traumati.zado durante
díaco bajos, presentaban valores normales. Shoemaker y col la fase de resucitación (53).
demostraron, en un grupo de pacientes en estado de choque, El volumen requerido para resuéitar a un paciente excede
que los signos vitales no permitían diferenciar entre aquellos las necesidades basales por varias razones. Al menos las dos
pacientes que sobrevivían de los que no (40). Abou-Khalil B, terceras partes de los cristaloides administrados se redistribu-
y col (41) evidenciaron hipoperfusión persistente en 80% de yen al intersticio, haciendo necesario admini~tl~ tres veces
los pacientes con trauma severo, los cuales se encontraban el volumen sanguíneo perdido estimado. La distiibución de
en fase de reanimación hemodinámica y quienes paradójica- líquidos hacia el intersticio podrá continuar de horas a días,
mente presentaban normalización de sus signos vitales. dependiendo de la severidgd y de la duración del shock (54,
La hipoperfusión resulta muy frecuentemente en estas cir- 55). Adicionalmente, es posible que un paciente persista con
cunstancias, del bajo gasto cardíaco, (comparado con el reque- algún grado de hemorragia activa. En consecuencia, la repo-
rido para el estado fisiológico actual) (42) que conlleva daño sición de líquidos debe efectuarse cuidadosamente, con me-
celular y activación de la cascada de respuesta inflamatOlia. De tas específicas, con el fin de abolir dos extremos: una hipovo-
no ser corregida en pocas horas, la hipoperfusión aumentará el lemia persistente o un exceso de administración de líquidos.
riesgo del síndrome de disfunción orgánica múltiple e incre-
mentará las probabilidades de muerte (43-48). Metas específicas de la resucitación
Los argumentos antes expuestos constituyen la base racio-
nal de la necesidad de monitorización y reanimación enfocada El primer paso en la resucitación de un paciente con trauma
hacia las metas de perfusión, en los pacientes traumatizados; severo es corregir los signos obvios de hipovolemia: hipo-
como también son el soporte del uso de monitoría invasiva tensión, taquicardia, estado mental alterado y oliguria, entre
cuando las manifestaciones de hipovolemia e hipoperfusión otros. Sin embargo, lograr este objetivo. ho debe ser la única
no mejoran a pesm' de la reposición de volumen. meta de la terapia, debido a que, como fue explicado, en el
estado de choque compensado puede existir un estado de hi-
34/ ABORDAJE INICIAL DEL PACIENTE CON TRAUMA SEVERO EN LA UCI: METAS ESPECíFICAS

poperfusión oculto que debe ser identificado y corregido. En orgánica múltiple (43, 48). No se ha demostrado que la ve-'
consecuencia, será más beneficioso para los pacientes dirigir locidad de normalización del exceso de base tenga relación
la resucitación hacia la identificación temprana y conección con el pronóstico del paciente. Al comparar los resultados
del déficit de perfusión. de la medición de ácido láctico y del exceso de base, se en-
La monitorización temprana con catéter de arteria pulmo- contró una buena correlación entre ambos parámetros en la
nar ha sido fuertemente recomendada, así como la resucitación primera toma. Sin embargo, el ácido láctico fue una medida
encaminada hacia valores suprafisiológicos de índice cardíaco, más fidedigna de monitorización, después de la resucitación
entrega de oxígeno y consumo de oxígeno; en este sentido va- con líquidos endovenosos y en la identificación del estado
rios ensayos clínicos controlados han sido desarrollados. Los de choque compensado (64).
resultados de estos estudios se consolidaron en tres metanálisis. El análisis regional de pelfusión podría ser la mejor aproxi-
El primero de estos estudios encontró limitaciones metodoló- mación al estado real de pelfusión del paciente crítico (70). Los
gicas, lo cual hizo difícil obtener conclusiones sólidas (56). reportes preliminares relacionados con la medición regional de
Cuando los autores analizaron los estudios en los C,uales la op- CO 2 como medida de hipopelfusión en lechos microvasculares
timización hemodinámica se instauró antes del procedimiento comprometidos son bastante prometedores (71-73). La medi-
quirúrgico, encontraron una tendencia estadísticamente signi- ción de la presión de oxígeno o de la saturación de oxígeno en
ficativa, hacia la reducción de mortalidad y de la estancia en la algunos tejidos ha permitido identificar áreas de hipopelfusión
unidad de cuidados intensivos (UCI) en el grupo experimental. ocultas en estudios con animales y en limitadas experiencias
Ivanov R. y colaboradores encontraron una reducción signifi- clínicas publicadas (71, 74-78). Desafortunadamente, los mé-
cativa en la morbilidad cuando la resucitación hemodinámica todos antes mencionados, no han sido completamente estudia-
de pacientes críticamente enfermos estaba guiada por medio dos y su uso no se ha masificado.
de un catéter de arteria pulmonar (57). Kern JW y Shoemaker
WC revisaron el impacto de la optimización hemodinámica Indicación de transfusión y tratamiento de la
guiada hacia valores supranormales, en pacientes de alto ries- coagulopatía
go. Concluyeron que la mortalidad se reducía en los estudios La transfusión de glóbulos rojos es una práctica usual en los
en los cuales el tratamient~ se instauró antes de que se estable- pacientes traumatizados. En un estudio multicéntrico, se en-
ciera la falla orgánica y cuando la mortalidad del grupo control contró que 55% de los pacientes traumatizados que ingresa-
excedía el 20% (58). ron a cuidados intensivos recibieron transfusiones (79).
La optimización hemodinámica es beneficiosa, si se ins- La decisión de transfundir glóbulos rojos está motivada por
taura tempranamente después del trauma y es direccionada la búsqueda de mejorar la capacidad transportadora de oxíge-
hacia la conección del déficit de perfusión subyacente. Los no de la sangre y de reducir la deuda de oxígeno. El concepto
marcadores del metabolismo anaeróbico, como el lactato y el de "cuanto más alto el nivel de hemoglobina mejor", ha sido
exceso de base, deben ser evaluados y monitorizados con el debatido, en vista de la tolerancia de los pacientes crítica-
fin de hacer seguimiento a la recuperación a nivel celular del mente enfermos a niveles bajos de hemoglobina, así como
estado de choque. a la presencia de complicaciones derivadas de las transfu-
En los últimos 50 años, la presencia de acidosis láctica ha siones. Al comparar los pacientes críticos que son sometidos
sido asociada con alteraciones en la entrega de oxígeno a los a transfusiones, con aquellos que no, los primeros tienen un
tejidos (59, 60). El valor pronóstico de la acidosis metabólica riesgo más elevado de inmunosupresión (80, 81), infecciones
en el choque hemorrágico, se estableció en términos de la (82), enfermedades de transmisión sanguínea (79), desarrollo
capacidad de identificar el riesgo de muerte así como en pre- de disfunción orgánica (43, 48) y muert~ (83).
decir complicaciones por infección y falla orgánica múltiple Dos diferentes límites pflra indicar la t1~nsfusión de gló-
(61, 62). Varios autores han demostrado cómo la conección bulos rojos fueron analizadas en un ensayo clínico aleatori-
temprana de la acidosis láctica, se correlaciona con la proba- zado, en el cual 83&, pacientes en estado crítico, euvolémi-
bilidad mayor de supervivencia. Todos los pacientes que pre- cos, fueron asignados a dos grupos para recibir transfusiones
sentaron conección de la acidosis láctica en las primeras 24 sanguíneas bajo diferentes parámetros. En el primer grupo
horas sobrevivieron. La mortalidad aumentó, a medida que los pacientes con hemoglobina menor de 9 g/dI dentro de las
el lapso que precedió la conección de la acidosis láctica fue primeras 72 horas de admisión recibieron transfusiones con
mayor (63, 64). el fin de mantener una concentración de hemoglobina de lOa
Otros parámetros que miden acidosis metabólica han 12 g/dI (Grupo liberal). En el otro grupo los pacientes fueron
mostrado una correlación con la mortalidad (65, 66); de asignados para recibir transfusiones cuando la concentración
éstos el más ampliamente estudiado es el exceso de base. de hemoglobina descendiera por debajo de 7 g/dI con el fin de
Se ha demostrado en estudios sobre choque hemorrágico mantener unos niveles entre 7 y 9 g/dI (Grupo restrictivo). La
realizados en humanos y en animales, que la severidad de la mortalidad en los primeros 30 días, la duración de estancia
acidosis metabólica medida por el exceso de base, se corre- hospitalaria y la morbilidad no fueron diferentes en los dos
laciona con una mayor probabilidad de muerte (67-69) y un grupos (84). Hill y colaboradores, quienes llevaron a cabo
riesgo aumentado de desarrollar el síndrome de disfunción un metanálisis comparando estrategias liberales y restrictivas
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

de transfusión, confirmaron los hallazgos del estudio antes ficada o por acumulación de líquido en el saco pericárdico
mencionado (85). Encontraron, adicionalmente, una reduc- después de una herida o de una incisión del pericardio (100-
ción de 40% de exposición a transfusiones, en los pacientes 102) (tabla 2).
que fueron manejados con estrategias restrictivas.
La recomendación actual para pacientes en estado crítico, Tabla 2. Diagnóstico diferencial del paciente traumatizado hipotenso o hi-
poperfundido en la DCI.
menores de 55 años y sin evidencia de enfermedad cardíaca,
es la administración de transfusiones con el fin de mantener
Condición Presiones Presión Observaciones
concentraciones de hemoglobina entre 7,0 y 9,0 g/dL. de llenado aérea
La coagulopatía es un evento común en los pacientes trau- Hemorragia Bajas Bajas o Disminución de la hemoglobina.
matizados. Su Oligen es multicausal, siendo los factores etio- activa normales Identificación de la fuente de
lógicos más importantes: la hipotermia, la fiblinólisis activada sangrado (si se busca)
por trauma tisular y daño endotelial, como también la dilución Secuestro de Bajas Bajas o Disminución de la hemoglobina.
líquidos o va- normales No se identifica fuente de
de factores de la coagulación y plaquetas (86-91). En ocasio- sodilatación sangrado
nes, el paciente traumatizado presenta una condición clínica Contusión Altas Bajas o Ecocardiograma muestra altera-
preexistente que lo predispone al sangrado, como la enferme- o depresión normales ciones de la contractilidad
dad hepática, hematológica o terapia de anticoagulación (92), miocárdica
Tamponamien- Altas Bajas o Eco subxifoideo o ventana peri-
las cuales deben identificarse durante la anamnesis.
to cardíaco normales cárdica subxifoidea identifican
La coagulopatía se puede reconocer por la presencia de derrame pericárdico
sangrados en múltiples áreas: sitios de venopunción, a través Neumotórax a Altas Altas Diagnóstico clínico.
de la sonda nasogástrica, a través de la sonda vesical o de tensión o her- Confirmación radiológica si
nia diafragmá- existe duda
los drenes quirúrgicos; o por la presencia de sangrado espon- tica masiva
táneo en el campo operatorio. Esta complicación, así como Hipertensión Altas Altas Oliguria.
muchas otras, es mejor prevenirla que tratarla más adelan- intraabdominal Presión intravesical elevada
te. Esto se logra tratando la hipotermia (93-97) (tabla 1) así
como limitando el choque por m~dio de un control rápido de La hemonagia persistente debe ser identificada y tratada
la hemonagia y una reanimación hemodinámica agresiva. La de inmediato. Se reconoce fácilmente cuando se observa san-
administración profiláctica de plaquetas o plasma no suele grado activo a través de la herida quirúrgica o a través de los
prevenir la coagulopatía (98, 99). drenes (figura 5). La hemonagia persistente puede ser difícil
La caracterización del estado de coagulopatía, se hace en de reconocer en el paciente que no ha sido operado, o en quien
la mayoría de los casos con exámenes de laboratorio senci- los drenes o el tubo de tórax se ha ocluido por coágulos. En
llos: conteo de plaquetas, medición de tiempo de protrom- tales casos, el reexaminar al paciente, la toma de una radiogra-
bina (PT), tiempo de tromboplastina parcial (PTT) a INR fía de tórax, la búsqueda de líquido en cavidades a través del
y medición de fibrinógeno; los cuales sirven de guía en la ultrasonido (103-105) y un alto índice de sospecha, ayudarán
administración de plasma fresco congelado, plaquetas y crio- a diagnosticar esta complicación. El tratamiento no se debe
precipitado (87, 88, 90, 91). En situaciones excepcionales se posponer y consistirá en exploración quirúrgica con el fin de
ha empleado el factor VII activado recombinante, con resul- realizar procedimientos de control de daños. La embolización
tados prometedores (99a). La cirugía de control de daños es angiográfica está indicada en casos seleccionados, siempre que
un poderoso método auxiliar en el manejo de la coagulopatía el equipo posea la expeliencia para realizarla y los recursos se
del paciente que está siendo operado. La aplicación de estas encuentren disponibles (106-112) (figura 6).
técnicas permite el control expedito del sangrado de origen
no mecánico, limita la exten~ión de la cirugía y detiene el
círculo vicioso de sangrado-hipotermia-coagulopatía.

El paciente traumatizado hipotenso o


hipoperfundido en la UCI
Con frecuencia el paciente críticamente traumatizado pre-
senta hipotensión o persistencia de indicadores de hipoper-
fusión, como resultado de una inconcordancia entre los líqui-
dos requeridos y los líquidos administrados. Esta situación
debe diferenciarse del sangrado oculto y de la hipertensión
intratorácica, resultante de situaciones como el neumotórax
a tensión (29, 30), la hernia diafragmática masiva (31-34) Figura 5. Paciente con sangrado masivo debido a una herida por bala en el
o el síndrome de hipertensión intraabdominal (36, 37). En hígado. El sangrado fue controlado con una sonda' con balón; 30 minutos
situaciones excepcionales puede presentarse taponamiento más tarde se observa sangrado activo a través de lá bolsa fijada en la pared
abdominal. El paciente fue reexplorado. Se encontró una hemorragia prove-
cardíaco en el escenario de una herida cardíaca no identi- niente de una vena diafragmática, la cual fue ligada.
34/ ABORDAJE INICIAL DEL PACIENTE CON TRAUMA SEVERO EN LA UCI: METAS ESPECíFICAS

El tratamiento adecuado deberá realizarse inmediatamente y


en algunas ocasiones la enorme inestabilidad clínica del pa-
ciente dictará que el procedimiento quirúrgico sea llevado a
cabo en la UeI (113,114).

Figura 6. Control de la hemorragia arterial en una paciente con fractura pél-


vica e inestabilidad hemodinámica. (Cortesía del Dr. Diego Rivera. Hospital
Universitario del Valle)
a. La arteriografía muestra hemorragia proveniente de una rama de la arteria
Figura 8. Segundo episodio de hipertensión abdominal. El paciente había
hipogástrica.
sufrido un episodio inicial, después de administración masiva de líquidos
b. La arteriografía después de la embolización de espirales metálicos com-
por un trauma extraabdominal.
prueba el cese del sangrado.
a. 18 horas después de una laparotomía y colocación de una bolsa de Bo-
gotá, el paciente desarrolló un cuadro de manejo ventilatorio difícil, con
Las condiciones que cursan con elevación de la presión in- elevación progresiva de las presiones de la vía aérea, requerimiento de
tratorácica disminuyen el retorno venoso y el gasto cardíaco, altas concentraciones de oxígeno y elevados niveles de PEEP; hipotensión
a pesar de líquidos endovenosos y norepinefrina en infusión. La presión
conllevando a consecuencias potencialmente desastrosas a intravesical fue de 28 mmHg.
menos de que la causa sea tratada. El perfil hemodinámico b. Después de la nueva descompresión los cambios hemodinámicos y respi-
incluye bajo gasto cardíaco, altas presiones de llenado de las ratorios revirtieron. El silo requerido ahora es de un tamaño mucho mayor
cámaras cardíacas y resistencias vasculares periféricas eleva- que el anterior.
das. La presión intratorácica elevada dificulta la expansión
pulmonar y la oxigenación. El paciente conectado a venti- El taponamiento cardíaco debe sospecharse en presencia de
lación mecánica presentará presiones altas en la vía aérea, presiones de llenado cardíacas elevadas. La ingurgitación
hipoxemia y en algunos casos hipercarbia (31, 36, 37). El yugular, el velamiento de los ruidos cardíacos y el pulso pa-
examen físico permitirá identificar asimetría torácica en el radójico son signos clínicos ausentes en la mayoría de los ca-
neumotórax a tensión y en la hernia diafragmática. La pre- sos. El ecocardiograma subxifoideo confirma el diagnóstico
sencia de un tubo de tórax, no excluye la posibilidad de que (115). La ventana pericárdica es el método diagnóstico en el
el paciente desanolle un neumotórax (figura 7); a su vez la hemopericardio traumático y a su vez el método terapéutico
presencia de un silo en el abdomen no previene el desanollo en el dename pericárdico de origen inflamatorio (figura 9)
del síndrome de hipertensión abdominal (figura 8). El diag- (100, 101, 116, 117).
nóstico de estas entidades se basa en los hallazgos clínicos en Independientemente de la causa de la hipotensión o de los
muchos casos; sin embargo, en la hernia diafragmática yen el signos de hipoperfusión, la monitorización del paciente en
síndrome de hipertensión abdominal, se deberá realizar una estos casos deberá ser mayor, incluyendo un catéter de arteria
radiografía de tórax y medición de la presión intraabdominal. radial y un catéter venoso central. El volumen de infusión de

Figura 7. Neumotórax a tensión en un paciente con un tubo de tórax previo.


a. Radiografía de tórax 5 días después de una toracotomía derecha y tractotomía de los tres lóbulos. Se observan infiltrados alveolares en ambos pulmones y
un tubo de tórax derecho.
b. Tres días más tarde el paciente desarrolló disnea, agitación y taquicardia. Al examen físico se encontraron hiperreson,ancia y disminución de los ruidos
respiratorios en el lado derecho. La radiografía de tórax muestra un neumotórax derecho masivo, con desviación a la izquierda de las estructuras medias-
tinales, colapso pulmonar y un tubo de tórax derecho.
c. Radiografía de tórax después de la inserción de un segundo tubo de tórax. Se comprueba la resolución del neumotórax a tensión.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

líquidos endovenosos, se deberá titular de acuerdo con metas Su capacidad para identificar el potencial de respuesta del pa-
específicas: la tensión arterial media debe ser 65 mmHg o ciente a la infusión de volumen es baja, motivando la búsque-
más durante los primeros 30 minutos; por otro lado el ácido da de parámetros de medida dinámicos y más confiables. La
láctico y el exceso de base deben tener una tendencia hacia medición a través de un catéter intraarterial de la magnitud
la disminución en las primeras 6 horas, con una completa de la variación de la presión arterial, ocasionada por el ciclo
normalización hacia el final del primer día (tabla 3). respiratorio, además de ser fácil de obtener ha probado un
desempeño superior al de los métodos mTiba mencionados,
para identificm' el potencial de respuesta a la administración
de líquidos (figura 10) (122, 123).

Figura 9. Tamponamiento cardíaco de presentación tardía. La paciente ha-


bía recibido una herida precordial por arma cortopunzante. Se le había co-
locado un tubo de tórax izquierdo por hemotórax y se había practicado una 8

'~"~~.'.
~
ecografía subxifoidea, la cual no mostró derrame pericárdico.
a. La paciente desalTolló disnea 5 días más tarde. La radiografía de tórax
muestra aumento del tamaño de la silueta cardíaca.
b. Una nueva ecografía subxifoidea muestra líquido en el saco pericárdico.
1 i c'r-w¡J \ M
... ::,
.'
~. "
Se practicó una ventana pericárdica subxifoidea, drenándose 400 cc de
líquido estéril.

Tabla 3. Metas de la resucitación. Figura 10. Variaciones de la presión arterial, durante el ciclo respiratorio.
a. Individuo normovolémico. Los cambios en la presión intratorácica no
afectan el retorno venoso. El volumen sistólico es constante latido a latido
Parámetro Meta Observaciones y no hay variaciones de la presión arterial.
PAM (1) > 65 mmHg en Pacientes con TCE (2) requieren PAM > b. Sujeto hipovolémico. La presión positiva reduce transitoriamente la pre-
los primeros 30 70mmHg. carga y el volumen sistólico. OculTen variaciones de la presión arterial,
minutos con la misma periodicidad de los ciclos respiratorios. La diferencia entre
Acidosis < 2,1 mMol/L Tendencia a la reducción en las primeras la presión de pulso más alta y la más baja registradas durante un ciclo
láctica 6 horas respiratorio, expresada con respecto al promedio de dichas presiones, su-
Normalización en 24 horas perior a 15%, es un excelente predictor de la probabilidad de respuesta a
líquidos endovenosos.
Déficit de >-5,0 Meq/L Tendencia a la reducción en las primeras
base 6 horas
Normalización en 24 horas Otras metas específicas en las primeras horas es la de mante-
Hemoglo- 7,0-9,0 g/dL Pacientes con enfermedad cardíaca signi- ner una concentración de hemoglobina mayor de 7,0 g/dL y
bina ficativa o mayores de 55 años pueden re- una saturación de oxígeno mayor de 94%.
querir niveles mayores
La colocación de un catéter de mteria pulm0nar debe con-
Satp3 >94% Con el nivel más bajo de PEEP (4) que
permita mantener una Fi02 <0,6
siderarse dentro de las primeras horas si no hay una respuesta
adecuada al manejo instaurado. Esta medida facilitm'á la toma
l. PAM= presión arterial media. 2. TCE= trauma craneoencefálico 3.
de decisiones acerca de la cantidad de líquidos a infundir, así
SatP= saturación del pulso 4. PEEP= presión positiva al final de la espi-
ración. como de la necesidad de adicionar inotrópicos si el gasto car-
díaco es bajo a pesar de un volumen intravascular adecuado.
Con el fin de evitar las complicaciones derivadas de la in- Permitirá además juzgar la necesidad de adicionar al manejo
fusión excesiva de líquidos endovenosos, se debe evaluar la vasopresores si el gasto cardíaco es adecuado, pero la hipo-
respuesta del paciente a la terapia de reposición de volumen tensión persiste, debido a una muy baja resistencia vascular
(50, 118, 119, 120). La medición de las presiones de llenado periférica.
del corazón se ha utilizado tradicionalmente pm'a lograr este
objetivo; siendo la presión en cuña de mteria pulmonar el Evaluación neurológica inicial en el paciente
método estándar. Otros métodos como el volumen telediastó- traumatizado
lico de ventrículo derecho, medido con un catéter de arteria
Los enores en el diagnóstico, monitoría y tratamiento del
pulmonar especialmente diseñado, la velocidad sanguínea en
trauma cerebral encabezan la lista de los enores más frecuen-
la raíz de la aorta o el área del ventrículo izquierdo al final de
tes reportados en la fase del cuidado intensivo del paciente
la diástole, determinados por eco, han sido probados (121).
traumatizado. De los enores reportados por Duke et al, un
34/ ABORDAJE INICIAL DEL PACIENTE CON TRAUMA SEVERO EN LA UCI: METAS ESPECíFICAS

54% contribuyó a la muerte (9). En la publicación de Davis El paciente debe mantenerse normotérmico, ya que no se
y colaboradores, el 60% de los errores de monitorización se ha demostrado que la hipotermia deliberada mejore el pro-
clasificaron como neurológicos, mientras que el 12% de los nóstico de los pacientes con trauma craneoencefálico (132,
de manejo cayeron en esta categoría (10). Una cuarta parte 133). La cabecera del paciente debe elevru"se una vez se ha
de los errores identificados en este estudio contribuyeron a recuperado la normovolemia, pues en estas circunstancias
la muerte. mejorará la PIC y la presión de pelfusión cerebral (PPC). La
Es frecuente que la condición de trauma craneoencefálico columna cervical no debe hiperextenderse hasta que no se ha-
severo, (Escala de coma de Glasgow de 8 o menos), haya yan descartado lesiones a este nivel, en este caso se colocru"á
sido diagnosticada en la fase prehospitalaria o en la sala de al paciente en Trendelenberg inverso (130).
emergencias. En estos casos, la intubación orotraqueal se ha La medición de la PIC debe ser instaurada tan pronto como
realizado previamente y el paciente es trasladado a la UCI el proceso de estabilización del paciente lo permita. La PIC se
directamente desde la sala de tomo grafía computarizada si maneja con el objetivo de mantener la PPC mayor de 50-60
no ha sido operado, o desde el quirófano si requirió una in- rnrnHg. El límite de PIC por ruTiba del cual se aconseja efec-
tervención quirúrgica. turu" intervenciones es 20 mmHg (124) Y éstas son aplicadas
Existe la posibilidad de que el paciente haya necesitado de manera secuencial, con la adición de un nuevo tratamiento
una cirugía extracraneana de emergencia, motivo por el cual cuando la respuesta al presente es inadecuada (tabla 4).
la tomo grafía axial computarizada (TAC) cerebral no ha sido
realizada aún. En algunos casos la posibilidad de una lesión Tabla 4. Manejo del paciente con trauma craneoencefálico.
intracraneana ha sido descartada mediante la medición de la
presión intacraneana (PIC), complementada por una ventri- Manejo básico
culografía con aire (124). Si al ingreso a cuidados intensivos • SatP> 94%
• PaCO:! alrededor de 35 mmHg
la lesión intracraneana no ha sido descartada, se deben hacer • PAM> 70 mmHg
los arreglos para la realización de una TAC cerebral. • Normotermia
La resucitación óptima constituye el primer paso del trata- • Cabeza elevada a 30° (si está normovolémico)
miento del paciente con tl~auma craneoencefálico, en virtud del Manejo de la PICo Objetivos: PIC < 20 mmHg y PPC > 50 mmHg.
ya reconocido impacto deletéreo de los insultos secundruios, la Medidas de primera línea para controlar la PIC
• Drenaje ventricular intermitente*
hipoxia y la hipotensión, sobre el cerebro (125, 126). Mante-
• Hiperventilación hasta PaCO:! 30-35 mmHg
ner la saturación de oxígeno mayor de 94%, la presión sistóli- • Bolo de manitol (0,25 g/kg)*
ca mayor de 90 rnrnHg, la presión artedal media arriba de 70 Medidas de segunda línea para controlar la hipertensión endocraneana
rnrnHg y la PaC0 2 ah"ededor de 35 mmHg, se han considerado • Barbitúricos
metas razonables en el manejo de estos pacientes (124). • Hipotermia
• Optimización de la hiperventilación (PaCO:! hasta 25-30 mmHg)
La meta en la oxigenación se debe lograr rápidamente ma-
Craneotomía descompresiva
nipulando la fracción inspirada de oxígeno (Fi0 2), al tiempo SatP. Saturación del pulso. PAM. Presión arterial media
que se titula el nivel de presión positiva al final de la espira- ICP. Presión intracraneal. CPP. Presión de perfusion cerebral
ción (PEEP). Existe preocupación con respecto a un empeo-
ramiento de la PIC relacionado con el PEEP, sin embargo *Considere salina hipertónica
esto no se ha confirmado (127, 128). En todo caso, la PEEP
debe titularse a su mínimo nivel necesario para conseguir la Cuando se hace el diagnóstico de hipertensión endocra-
meta de oxigenación con una FiO') <0,6. La sedación debe neana, el drenaje ventricular es la intervención de primera
utilizarse para permitir el soporte ~entilatorio y contdbuir a línea, siempre que esté disponible (124 f'Cuando se utilizan
bajar la PICo Se debe evitru" el uso de dosis exageradas de otros métodos de medición de PIC, se deberá insertar un caté-
sedantes ya que pueden ocasionar inestabilidad hemodiná- ter intraventricular. Su eficacia y efectividad han sido demos-
mica. El bloqueo neuromusculru" sólo debe ser usado en caso tradas: el riesgo desangrado asociado con su colocación es
de ser indispensable, ya que la administración prolongada de bajo y el riesgo de infección menor del 2% (134). El drenaje
relajantes musculares, con el fin de facilitru" el manejo de la ventricular deberá Ser intermitente, con un promedio máximo
PIC, no mejora los resultados, aumenta el riesgo de compli- de 5 drenajes por hora, con una duración de dos minutos por
caciones y prolonga la estancia en la UCI (129). drenaje. El drenaje continuo hace que la medición de la PIC
Los cristaloides isotónicos (preferiblemente solución sali- sea inexacta. La PIC debe medirse continuamente.
na normal) son las soluciones de elección para lograr la meta Si la hipertensión endocraneana persiste a pesru" de un
de presión arterial. Los vasopresores se deben usar por un máximo de cinco drenajes intracraneales por hora. estará
tiempo corto para sostener la presión arterial mientras se res- indicado hiperventilar al paciente. Se modifica entonces la
taura el volumen circulatorio. Si se requiere la administración programación del ventilador para mantener la PaC0 2 en 30
continua de vasopresores ante la presencia de hipotensión en mmHg. La monitoría del CO 2 espirado facilita esta tarea,
pacientes euvolémicos, la fenilefrina o la noradrenalina son siempre y cuando se hagan mediCiones de la PaC0 2 para vi-
los medicamentos de elección (130, 131). gilar la exactitud de la monitoría.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Si la hiperventilación no controla el nivel de PIC debe admi- 142). A pesar de que su uso ha sido apoyado por estudios
nistrarse manitol en bolos a una dosis de 0,25 g/kg. La adminis- en animales, la evidencia clínica no muestra los beneficios
u"ación de manitol en infusión o en dosis superiores no mejora el esperados (143).
resultado (135). La osmolaridad y el estado del volumen intra- La profilaxis con anticonvulsivantes no provee ninguna
vascular deberán ser monitorizados en estos pacientes, ya que la protección contra la epilepsia postraumática, por lo tanto, no
hiperosmolmidad y la hipovolemia son efectos adversos de esta debe ser administrada (124). Estos medicamentos sólo están
terapia, que podlian afectm" negativamente el pronóstico. indicados cuando el paciente ha tenido convulsiones o cuan-
Durante todo este proceso, se debe buscar mantener un do su detección será imposible, debido a que se ha realizado
nivel adecuado de oxigenación y de presión arterial. La per- bloqueo neuromuscular.
sistencia de hipertensión endocraneana a pesm" de las terapias Los corticoesteroides han sido usados por muchos años
antes mencionadas, debe crear la sospecha de la presencia de en el tratamiento del trauma craneoencefálico. La evidencia
una masa intracraneal. En tal situación, está indicada la toma en la literatura no da suficiente soporte a esta práctica. Un
de una nueva TAC cerebral (130) y se debe considerar el uso ensayo clínico controlado aleatorizado de grandes propor-
de una terapia de segunda línea (124). ciones demostró mayor mortalidad en el grupo al que se le
La primera de las terapias de segunda línea es la optimi- administró corticoesteroides, con respecto al grupo control.
zación de la hiperventilación. Existe un pequeño grupo de El uso de este tipo de medicamentos en pacientes con trauma
pacientes que se benefician de mantener una PaC0 2 menor craneoencefálico está contraindicado (144, 145).
de 30 mmHg. Este manejo puede ser empleado si un método
como la medición de la saturación venosa yugulm", (que per- Heridas no identificadas y eval uación terciaria
mite vigilar la oculTencia de isquemia cerebral global), está
El diagnóstico tardío de lesiones en pacientes traumatizados
siendo usado (136). Los pm"ámetros del ventilador se modifi-
ha sido reportado en porcentajes que oscilan entre 0,5 y 38%,
can para aumentm" lentamente el volumen minuto, hasta que
en distintas poblaciones (146-152). Cuando el análisis se
los controles de PIC o la saturación venosa yugular alcance
enfoca en el trauma de alta energía, este porcentaje excede
su límite más bajo permitido (60-70%).
el 10%. En la evaluación primaria y secundaria, las heridas
Los bm"bitúricos han sido usados desde hace algún tiempo
no identificadas más frecuentes son las fracturas de huesos
en el tratamiento de la hipertensión endocraneana. El efecto
largos, costillas y clavículas (150, 153); menos frecuentes,
de los barbitúricos comparado con el manitol, en la etapa ini-
pero no menos importantes son las fracturas maxilofaciales,
cial de manejo de estos pacientes, se considera deletéreo; sin
de columna y de pelvis (154). El diagnóstico tardío de heri-
embargo, pueden aumentar la probabilidad de supervivencia
das intratorácicas e intraabdominales OCUlTe con menor fre-
cuando se usan específicamente en pacientes con hiperten-
cuencia. La omisión del diagnóstico de lesiones viscerales o
sión endocraneana refractaria a otras terapias (137). El bar-
vasculares, se presenta sobre todo en las series en las que se
bitúrico más comúnmente usado es el fenobarbital sódico,
ha analizado el trauma penetrante (146, 148, 155).
en dosis endovenosa de carga de 10 mg/kg para pasar en 30
El impacto del diagnóstico tardío de lesiones en el pacien-
minutos, seguido de una infusión a razón de 5 mg/kg/hora,
te traumatizado ha sido determinado: produce un giro inespe-
durante 3 horas; finalmente se dejará una infusión de 1-3 mg/
rado en el tratamiento de uno a dos tercios de los pacientes,
kg/hora. La infusión se debe administrar por 24 horas, hasta
con la necesidad de intervención quirúrgica en el 20% de los
el control de la PIC; para luego reducirse un 50% por día. La
casos (150, 156-158). Sharma y colaboradores encontraron
meta específica en este caso es inducir coma profundo, con
un porcentaje de 58% de heridas no identificad,as en autop-
obtención de un patrón electroencefalográfico de estallido-
sias; con un impacto negativo en la supervivencia'qeI3% de
supresión. Los barbitúricos pueden producir hipotensión. Por
los pacientes (159). Las lesiones d~víscera hueca en trauma
lo tanto los pacientes deben ser monitorizados con el fin de
celTado son poco frecuentes (160), sin embargo el diagnósti-
prevenir consecuencias potencialmente desastrosas.
co y tratamiento tardío resultan en un aumento significativo
En años recientes, la craniectomía descompresiva ha emer-
de la morbilidad y mortalidad (161). La presencia de hemo-
gido como una potencial terapia de segunda línea. Permite al
lTagia no detectada ha sido reportada en 18 % a 25 % de todas
cerebro expandirse sin incrementar la PIe. La técnica acanea
las muertes prevenibles por trauma, algunas de las cuales co-
una alta mortalidad, en parte atribuida a las heridas severas,
lTespondieron a sangrado en cavidades, que no fue identifica-
sufridas previamente por los pacientes. Esta técnica se ha
do oportunamente (8, 155, 162).
venido usando recientemente para la hipertensión endocra-
Las condiciones asociadas a un retardo en el diagnóstico
neana refractm"ia a otros tratamientos (138), como también
han sido investigadas e incluyen: severidad del trauma, cir-
en pacientes que han presentado complicaciones derivadas
cunstancias que alteran el proceso de atención del paciente,
de otras terapias. Su resultado terapéutico será mejor en la
condiciones que complican la evaluación clínica del paciente
medida en que sea aplicado tempranamente en el curso de la
y errores en el proceso clínico (147, 152, 154, 163, 164)
hipertensión endocraneana (139).
(tabla 5).
La solución salina hipertónica ha sido usada en el manejo
Con el fin de limitar el número y el impacto de las lesiones
de la hipertensión endocraneana en lugar del manitol (140-
diagnosticadas tardíamente, se ha propuesto una evaluación
34/ ABORDAJE INICIAL DEL PACIENTE CON TRAUMA SEVERO EN LA UCI: METAS ESPECíFICAS

terciaria (147, 151, 165). Se trata de una revisión sistemá-


tica del paciente, al completar el primer día postrauma. El
paciente debe ser reexaminado y se deberán reevaluar todas
las impresiones diagnósticas. Todas las lesiones detectadas
deben ser catalogadas. La participación de los cirujanos de
trauma y de los radiólogos aumenta la probabilidad de detec-
ción de heridas no diagnosticada, reduciendo así las muertes
prevenibles (166). El porcentaje de heridas no diagnosticadas
se redujo entre 39% y 57%, en estudios prospectivos en los
cuales se incluyó una evaluación terciara como parte del ma-
nejo de pacientes traumatizados (147, 150, 167).

Tabla 5. Causas de lesiones no detectadas. Figura 11. Perforación esofágica detectada tardíamente.
a. El paciente recibió una herida por arma de fuego en la región periclavicu-
lar derecha. Fue intubado y ventilado mecánicamente después de enfise-
Severidad del trauma Multisistémico ma subcutáneo masivo y neumotórax derecho. Se realizaron broncosco-
Trauma cerebral severo pia, esofagoscopia y arteriografía, todas negativas. Tres días más tarde el
Condiciones que codificultan Alteración de la conciencia paciente continuaba en ventilación mecánica; presentaba atelectasia del
la valoración clínica completa • Trauma cerebral lóbulo inferior derecho e infiltrados pulmonares progresivos.
• Sedación e intubación tempranas b. Se realizó un esofagograma que demostró una perforación del esófago
• Intoxicación cervical, no diagnosticada previamente.
Intervención quirúrgica temprana
Proceso de atención alterado Remisión La administración indiscriminada de antibióticos está
Exceso de trabajo
contraindicada, puesto que no confiere protección adicional
Error Examen físico inadecuado
Interpretación incorrecta de pruebas diag- y aumenta las complicaciones relacionadas con el uso de an-
, nósticas tibióticos y en algunos casos el riesgo de infecciones nosoco-
Secuencia quirúrgica incorrecta miales (174-176). Ensayos clínicos aleatorizados y estudios
comparativos no aleatorizados dan soporte científico a lo an-
De gran importancia resulta el diagnóstico oportuno del terior (177-181). En consecuencia, se han desanollado guías
sangrado oculto y de la perforación de víscera hueca. La de manejo de antibióticos en cursos cortos, en diferentes si-
primera situación fue discutida previamente. La segunda, tuaciones clínicas (182, 173).
requiere experiencia para evidenciar que la evolución del La mejor manera de prevenir la infección del sitio opera-
paciente se aleja del patrón esperado: los requerimientos torio consiste en el manejo quirúrgico temprano, cuando está
de líquidos son mayores de lo previsto, hay intolerancia a indicado: control oportuno del sangrado, aplicación temprana
la alimentación enteral, no se logra el destete de ventilación de las medidas para evitar la contaminación con secreciones
mecánica y aparecen disfunciones orgánicas nuevas e ines- intestinales, manipulación delicada de los tejidos traumatiza-
peradas. En cualquiera de estos casos se debe sospechar una dos, debridamiento completo de los tejidos muertos o severa-
perforación de víscera hueca. La endoscopia y el esofagogra- mente contaminados y evitar maniobras innecesarias son los
ma permitirán diagnosticar heridas esofágicas (figura 11) y pilares del manejo operatorio. La inigación de las cavidades
en algunos casos la tomo grafía axial computarizada será de con solución salina normal tibia, con el fin de remover todos
ayuda en el diagnóstico de perforación de víscera hueca. En los posibles contaminantes y los remane.Qtes de sangre, es el
estos escenarios clínicos, el lavado peritoneal diagnóstico, la paso complementario f i n a l . '
cirugía laparoscópica o una laparotomía exploratoria permi- Las infecciones nosocomiales se pueden prevenir en parte
tirán diagnosticar una perforación intestinal, no evidenciada evitando el uso innt1cesario de dispositivos invasivos. Cuando
por estudios imagenológicos. El paciente deberá ser llevado el uso de estos es indispensable, la inserción con la técnica
a cirugía sin duda alguna. apropiada, el cuidado adecuado y la remoción de los mismos
tan pronto como sea posible, son pautas de manejo recomen-
Otras consideraciones del primer día dadas (183-186).
Los pacientes críticamente traumatizados poseen un alto riesgo El acceso enteral para nutrición debe instaurarse desde el
de infección. La adriúnistración de antibióticos está indicada primer día, ya que la alimentación enteral temprana reduce el
en el trauma abdominal penetrante y en las fracturas abiertas. riesgo de infección (187-191).
La información para los casos de colocación de tubo de tórax Los pacientes con trauma severo tienen un riesgo elevado
es contradictoria (168-172). Sin embargo, el análisis agrupado de complicaciones tromboembólicas (192, 193). Las medi-
de los estudios realizados al respecto sugiere que la adminis- das de profilaxis antitrombótica se deben implementar desde
tración de un curso de antibióticos que cubra Staphylococus el primer día. La profilaxis farmacológica con heparinas de
Aureus, no más largo que 24 horas, podría reducir el riesgo de bajo peso molecular es la elecCión para el paciente que no
infecciones relacionadas con este procedimiento (173, 173a). presenta sangrado. Cuando existe un alto riesgo de hemona-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

gia, se deberá utilizar la compresión neumática intermitente 15. Wong OT, Lai K, Chung FF, Ho RY. Cannot Intubate-Cannot Ven-
tilate and Oifficult Intubation Strategies: Results of a Canadian Na-
como profilaxis antitrombótica (194-198).
tional Survey. Anesth Analg 2005; 100: 1439-46.
16. Mort T. The Incidence and Risk Factors for Cardiac Arrest during
Resumen Emergency Tracheal Intubation: A Justification for Incorporating the
ASA Guidelines in the Remote Location. J Clin Anesth 2004; 16: 508-
Los pacientes traumatizados manejados en la UeI deben ser 16.
reanimados con metas específicas. La ventilación debe estar 17. Krinsley SJ, Barone JE. The drive to survive. Unplanned Extubation
dirigida a mantener niveles de oxigenación adecuados, con in the ICU. Chest 2005; 128: 560-6.
18. Epstein SK, Nevins ML, Chung J. Effect of unplanned extubation on
el mínimo apoyo posible; el soporte hemodinámico hacia la outcome of mechanical ventilation. Am J Respir Crit Care Med 2001;
cOlTección del déficit de perfusión y el cuidado neurológico a 163: 1755-1756.
evitar insultos secundarios al cerebro y mantener una presión 19. OeLassence A, Alberti C, Assoulay E, et al. Impact of Unplanned Ex-
de perfusión cerebral óptima. tubation and Reintubation after Weaning on Nosocomial Pneumonia
Risk in the Intensive Care Unit. A Prospective Multicenter Study. An-
Las complicaciones de tipo respiratorio, hemodinámico, esthesiology 2002; 97: 148-56.
o neurológico pueden surgir, conllevando consecuencias ca- 20. Kapadia FN, Bajan K, Raje KV. Airway accidents in intubated inten-
tastróficas si no se tratan a tiempo de la manera apropiada. sive care unit patients: An epidemiological study. Crit Care Med 2000;
Un abordaje sistemático y ordenado por prioridades permiti- 28: 659-664.
21. Carrion MI, Ayuso O, Marcos M, et al. Accidental removal of endotra-
rá identificar el origen de la crisis. La solución consistirá en cheal and nasogastric tubes and intravascular catheters. Crit Care Med
ajustar los tratamientos en algunos casos; en otros, sin em- 2000; 28: 63-66.
bargo, una intervención quirúrgica a tiempo será crucial en 22. Needham OM, Thompson DA, Holzmueller CG, et al. A system fac-
escenarios clínicos como el neumotórax a tensión, la hernia tors analysis of airway events from the Intensive Care Unit Safety
Reporting System (ICUSRS). Crit Care Med 204; 32: 2227-33.
diafragmática masiva, el síndrome de hipertensión intraab- 23. Mort T. Unplanned Tracheal Extubation Outside the Operating Ro?m:
dominal y el sangrado oculto. La capacidad de identificar los A Quality Improvement Audit of Hemodynamic and Tracheal Airway
casos que requieren de una solución quirúrgica, así como su Complications Associated with Emergency Tracheal Reintubation.
ejecución oportuna y precisa son factores determinantes en la Anesth Analg 1998; 86: 1171-1176.
24. Pesiri AJ. Two-year study of the prevention of unintentional extuba-
sobrevida de los pacientes y en la 'reducción de las secuelas. tion. Crit Care Nurs Q 1994; 17: 35-9.
25. Arney KL, Judson MA, Sahn SA. Airway Obstruction Arising From
Referencias Blood Clot Three Reports and a Review of the Literature. Chest 1999;
115: 293-300.
1. Krug EG, Oahlberg LL, Mercy JA, et al, eds. World report on violence 26. Collins KA, Presnell SE. Asphyxia by tracheobroncial trombus. Am J
and health. Geneva. World Health Organization 2002. Forensic Med Patho12005; 26: 327-9.
2. Peden M, Scurfield R, Sleet O, et al, eds. World report on road traffic 27. Shalmovitz GZ, Halpern P. Oelated obstruction of endotracheal tubes
injury prevention. Geneva. World Health Organization 2004. by aspirated foreign bodies: report of two cases. Ann Emerg Med
3. Wayatt J, Beard O, Gray A, et al. The time of death after trauma. BMJ 2004; 43: 630-3.
1995;310: 1502. 28. Sprung J, Bourke OL, Harrison G, Barnas GM. Endotracheal tube and
4. J att A, Khan MR; Zafar H, et al. Peer review audit of trauma deaths in tracheobronchial obstruction as causes of hypoventilation with high
a developing country. Asian J Surg 2004; 27: 54-58. inspiratory pressures. Chest 1994; 105: 550-2.
5. Stewart RM, Myers JG; Oent OL; et al. Seven Hundred Fifty-Three 29. OeLassence A, Timsit JF, Taflet M, et al. Pneumothorax in the Inten-
Consecutive Oeaths in a Level I Trauma Center: The Argument for sive Care Unit Incidence, Risk Factors, and Outcome. Anesthesiology
Injury Prevent. J Trauma 2003; 54: 66-71. 2006104: 5-13.
6. Ourham R, Shapiro O, Flint L. In-house trauma attendings: is there a 30. Chen KY, Jern JS, Liao WY, et al. Pneumothorax in the ICU. Patient
difference? Am J Surg 2005; 190: 960-6. outcomes and prognostic factors. Chest 2002; 122: 678-83.
7. Esposito TJ, Sandddal TL, Reynolds SA, et al. Effect of a Voluntary 31. Burshell SA, Takiguchi SA, Myers SA, et al. Unilate(ral lung hyper-
Trauma System on Preventable Oeath and Inappropriate Care in a Ru- inflation and auto-positive end-expiratory pressure due'tQ a ruptured
ral State. J Trauma 2003; 54: 633-70. right hemidiaphragm. Crit Care Med ~996; 24: 1428-21.'
8. Maio MR, Burney RE, Gregor MA, Baranski MG. A Study of Pre- 32. Guth AA, Pachler HL, Kim V. Pitfalls in the diagnosis of blunt di a-
ventable Trauma Mortality in Rural Michigan. J Trauma 1996; 41: phragmatic injury. Am J Surg 1995; 170: 5-9.
83-90. 33. Voeller GL, Reisser JR, Fabián TC, et al. Blunt diaphragmatic inju-
9. Ouke GJ, Morley PT, Cooper OJ, et al. Management of severe trauma ries: a five- year experience. Am Surg 1990; 56: 28-31.
in intensive care units and surgical wards. Med J Aust 1999; 170: 34. Lee WC, Chen RJ; Fang JF, et al. Rupture of the diaphragm after blunt
416-9. trauma. Eur J Surg 1990; 160: 479-83.
10. Oavies JW, Hoyt OB, McArdle MS, et al. The significance of critical 35. Balogh Z, McKinley B, Cocanour CS, et al. Secondary abdominal
care errors in causing preventable death in trauma patients in a trauma compartment syndrome is an elusive early complication of traumatic
system. J Trauma 1991; 31: 813-8. shock resuscitation. Am J Surg 2002; 184: 538-44.
11. Quiroz F, Garcia A, Perez M. Análisis de mortalidad prevenible en 36. Balogh Z, McKinley B, Ho1comb JB, et al. BothPrimary and Second-
150 casos de trauma carotídeo. Panam J Trauma 1995; 5: 116. ary Abdominal Compartment Syndrome can be Predicted Early and
12. Nunn JF. Applied Respiratory Physiology. 4th edition. Cambridge. are Harbingers of Multiple Organ Failure. J Trauma 2003; 54: 848-
Butterworth-Heinemann 1993. 61.
13. Chang Ow. AARC Clinical Practice Guideline In-Hospital Transport 37. Ertel W, Oberholzer A, Platz A, et al. Incidence and clinical pattern
of the Mechanically Ventilated Patient - 2002 Revision & Update. of the abdominal compartment syndrome after "damage-control"
Respiratory Care 2002; 47: 721-3. laparotomy in 311 patients with severe abdom~nal and/or pelvic trau-
14. Mort T. Emergency Tracheal Intubation: Complications Associated ma. Crit Care Med 2000; 28: 1747-53.
with Repeated Laryngoscopic Attempts. Anest Analg 2004; 99: 607- 38. McGee S, Abernethy WB 3rd; Sime1 OL. The rational clinical exami-
13. nation. Is this patient hypovolemic? JAMA 1999; 281: 1022-1029.
34/ ABORDAJE INICIAL DEL PACIENTE CON TRAUMA SEVERO EN LA UCI: METAS ESPECíFICAS

39. Celoria G, Steingrub JS, Vickers-Lati M, et aL Clinical assessment of 64. Husain FA, Martin MJ, Mullenix PS, et al. Serum lactate and base
hemodynamic values in two surgical intensive care units. Effects on deficit as predictors of mortality and morbidity. Am J Surg 2003; 185:
therapy. Arch Surg 1990; 125: 1036-9. 485-91.
40. Shoemaker WC, Appel PL, Kran H. Physiologic patterns in surviving 65. Kaplan LJ, Kellum JA. Initial pH, base deficit, lactate, anion gap,
and nonsurviving shock patients. Arch Surg 1973; 106: 630-6. strong ion difference, and strong ion gap predict outcome from major
41. Abou-Khalil B, Scalea TM, Trooskin SZ. Hemodynamic responses vascular injury. Crit Care Med 2004; 32: 1120-1124.
to shock in young trauma patients: Need for invasive monitoring. Crit 66. FitzSullivan E, Salim A, Demetriades D,et al. Serum bicarbonate may
Care Med 1994; 22: 633-9. replace the arterial base deficit in the trauma intensive care unit. Am J
42. Dutton RP. Shock and trauma anesthesia. Anest Clin NA 1999; 17: Surg 2005; 190: 941-6.
83-95. 67. Dunham CM, Siegel JH, Weireter L, et al. Oxygen debt and metabolic
43. Sauaia A, Moore FA, Moore EE, et al. Early predictors of postinjury acidemia as quantitative predictors of mortality and the severity of the
multiple organ failure. Arch Surg 1994; 129: 1036-9. ischemic insult in hemorrhagic shock. 'Crit Care Med 1991; 19: 231-
44. Moore FA, Haenel JB, Moore EE; Whitehill TA. Incommensurate 43.
oxygen consumption in response to maximal oxygen availability pre- 68. Davis JW, Shackford SR, Holbrook TL, et al. Base deficit as a sen-
dicts postinjury multiple organ failure. J Trauma 1992; 33: 58-65. sitive indicator of compensated shock and tissue oxygen utilization.
45. Shoemaker WC, Appel PL, Kran H. Hemodynamic and oxygen trans- Surg Gynecol Obstet 1991; 173: 473-6.
port responses insurvivors and nonsurvivors of high risk surgery. Crit 69. Rutherford EJ, Mon'is JA, Reed GW, et al. Base deficit stratifies mor-
Care Med 1993; 21: 977-90. tality and determines therapy. J Trauma 1992; 33: 417-23
46. Kirton O, Windsor J, Wedderburn R, et al. Failure of Splanchnic Re- 70. Porter J, Ivatury RR. In Search ofthe Optimal End Points ofResusci-
suscitation in the Acutely Injured Trauma Patient Conelates With tation in Trauma Patients: A Review. J Trauma 1998; 88: 908-14.
Multiple Organ System Failure and Length of Stay in the ICU. Chest 71. Tatevossian RG, Wo CC, Velmahos GC, et al. Transcutaneous oxygen
1998; 113: 1064-9. and C02 as early warning of tissue hypoxia and hemodynamic shock
47. Garcia A. Resuscitación en trauma y cirugía mayor. Rev Col Cirug in critically ill emergency patients. Crit Care Med 2000; 28: 2248-
2001; 16: 26-38. 53.
48. Losada HF, Garcia A. Riesgo de disfunción orgánica múltiple, después 72. Hameed SM, Cohn SM. Gastric Tonometry. The Role of Mucosal pH
de toracotomía por trauma. Rev Med Sur (Chile) 2001; 23: 46-53. Measurement in the Management ofTrauma. Chest 2003; 123: 475s-
49. Griffel MI, Kauffman B. Pharmacology of colloids and crystalloids. 81s.
Crit Care Clin 1992; 8: 235-53. 73. Marik PE, Bankov A. Sublingual capnometry versus traditional mark-
50. Grocott MPW, Mythen MC, Gan TJ. Perioperative Fluid Management ers of tissue oxygenation in critically ill patients. Crit Care Med 2003;
and Clinical Outcomes .in Adults. Anesth Analg 2005; 100: 1093- 31: 818-22.
106. 74. Knudson MM, Bermudez KM, Doyle CA, et al. Use of tissue oxygen
51. Roberts 1, Alders'on P, Bunn F, et al. Colloids versus crystalloids for tension measurements during resuscitation from hemorrhagic shock. J
fluid resuscitation in critically ill patients. Colloids versus crystalloids Trauma 1997; 42: 608-14.
for fluid resuscitation in critically ill patients. Coclu'ane Database Syst 75. McKinley BA, Butler BD. Comparison of skeletal muscle PO" PCO"
Rev 2004; 4: CD000567 and pH with gastric tonometric P(CO,) and pH in hemonhagic ,shock.
52. Investigators TSAFES. A comparison of albumin and saline for fluid Crit Care Med 1999; 27: 1869-77. -
resuscitation in the Intensive Care Unit. N Eng J Med 2004; 350: 76. Venkatesh B, Meacher R, Muller MJ, et al. Monitoring tissue oxy-
2247-56. genation during resuscitation of major burn~. J Trauma 2001; 50: 485-
53. Mora R RA, AH A, Bonáez O, Carreño JN, Celis E, Cruz LE, Gamar- 94.
ra G, García A; Granados M; Holguín F; Mejía J; Morales C; Muñoz 77. Benaron DA, Parachikov IH, Friedland S, et al. Continuous, Nonin-
J; Oliveros H; Ruiz G; Sanabria M; Uribe R; Velásquez JP. Reunión de vasive, and Localized Microvascular Tissue Oximetry. U)úng Visible
consenso: Terapia de fluídos en pacientes críticamente enfermos. Acta Light Spectroscopy. Anesthesiology 2004; 100: 1469-75:
Col Cuidado Intensivo 2005; 8: 52. 78. Crookers BA, Cohn SM, Bloch S, et al. Can Near-Infrared Spectros-
54. Shires GT, Cohn D, Can'ico CT. Fluid therapy in hemonhagic shock. copy Identify the Severity of Shock in Trauma Patients? J Trauma
Arch Surg 1964; 88: 688-92. 2005; 58: 806-16.
55. Riddez L, Hahn RG, Brismar B, et al. Central and regional hemody- 79. Shapiro MJ, Gettinger A, Corwin HL, et al. Anemia and Blood Trans'-
namics during acute hypovolemia and volume substitution in volun- fusion in Trauma Patients Admitted to the Intensive Care Unit. J Traú~
teers. Crit care Med 1997; 25: 635-40. ma 2003; 55: 269-74.
56. Heyland DK, Cook DJ, King D, Kernerman P; Brun-Buisson C. Max- 80. van de Watering LM, Hermans J, Houbi'er~ JGA, et al. Beneficial
imizing oxygen delivery in critically ill patients: A methodologic ap- Effects of Leukocyte Depletion of TransfuseCl Blood on Postopera-
praisal ofthe evidence. Crit care Med 1996; 24: 617-24. tive Complications in Patients Undergoing Cardiac Surgery A Rand-
57. Ivanov R, Allen J, Calvin JE. The incidence of major morbidity in omized Clinical Trial. Circulation 1998; 97: 562-8.
critically ill patients managed with pulmonary artery catheters: A 81. van Hilten JA, van'de Watering LM, vajovanBockel JH, et al. Effects
meta-analysis. Crit Care Med 2000; 28: 615-9. of transfusion with red cells filtered to remove leucocytes: randomised
58. Kern JW, Shoemaker Wc. Meta-analysis of hemodynamic optimiza- controlled trial in patients undergoing major surgery. BMJ 204; 328:
tion in high-risk patients. Crit Care Med. 2002;30:1686- 92. 1281-4.
59. Huckabee WE. Relationships ofpyruvate and lactate during anaerobic 82. Claridge J, Sawyer RG, Schulman AW, et al. BIood transfusions co-
metabolism: 1. Effect of infusion of pyruvate or glucose and of hyper- rrelate with infections in trauma patients in a dose-dependent manner.
ventilation. J Clin Invest 1958; 37: 244-54. Am Surg 68: 556-72.
60. Huckabee WE. Relationships of pyruvate and lactate during anaerobic 83. Vincent JL, Baron JF, Reinhart K, et al. Anemia and blood transfusion
metabolism: 11. Exercise and formation of O-debt. J Clin Invest 1958; in critically ill patients. JAMA 2002; 288: 1499-1507.
37: 255-63. 84. Hebert PC, Wells G, BIajchman MA, et al. A multicenter, randoinized,
61. Broder G, Weil MH. Excess lactate--an index of reversibility of shock controlled clinical tria! of transfusion requirements in critical careo N
in human patients. Science 1964; 143: 1457-9. Eng J Med 1999; 340: 409-17.
62. Crowl AC, Young JS, Kahler DM, et al. Occult Hypoperfusion Is As- 85. Hill SR, Carless PA, Henry DA, et al. Transfusion thresholds and other
sociated with Increased Morbidity in Patients Undergoing Early Fe- strategies for guiding allogeneic red blood cell transfusion. Cochrane
mur Fracture Fixation. J Trauma. 2000; 48: 260-7. Database Syst Rev 2002; 2: CD002042
63. Abramson D, Scalea TM, Hitchcock R, et al. Lactate clearance and 86. Gubler KD, Gentilello LH, Hassantash SA, Maier RY. The impact of
survival following injury. J Trauma 1993; 35: 548-9. hypothermia on dilutional coagulopathy. J Trauma 1994; 36: 847-51.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

87. Garcia A. Coagulopatía asociada al trauma. Rev Col Cirug 1996; 11: 112. Yeh MW, Hom JK, Schecter WP, et al. Endovascular repair of an
17-23. actively hemolThaging gunshot injury to the abdominal aorta. J Vasc
88. DeLougery T. Coagulation defects in trauma patients: etiology, recog- Surg 2005; 42: 1007-9.
nition, and therapy. Crit Care Clin 2004; 20: 13-24. 113. Barba CA. The intensive care unit as an operating room. Surg Clin
89. Wolberg AS, Meng SH, Monroe DM m, Hoffman Ivl. A Systematic North Am 2000; 80: 957-73.
Evaluation of the Effect of Temperature on Coagulation Enzyme Ac- 114. Mayberry Je. Bedside open abdominal surgery. Utility and wound
tivity and Platelet Function. J Trauma 2004; 56: 1221-8. management. Crit Care Clin 2000; 16: 151-72.
90. Hardy J-F, de Moerloose P, Samama M. Massive transfusion and co- 115. Rozicki GS, Feliciano DV, Ocshner MG, et al. The Role of Ultrasound
agulopathy: pathophysiology and implications for clinical manage- in Patients with Possible Penetrating Cardiac Wounds: A Prospective
mento Can J Anesth 2004; 51: 293-310. Multicenter Study. J Trauma. 1999; 46: 543-52.
91. Spahn DR, Rossaint R. Coagulopathy and blood component transfu- 116. Bar-Nathan M, Richardson D, Garda A. Indicaciones de toracotomía
sion in trauma. BJA 2005; 95: 130-9. en trauma. In: Rodriguez A, Ferrada R, ed. Texto de trauma. Sociedad
92. McKenna R. Postoperative medical complications. Abnormal coagu- Panamericana de Trauma. Cali: Feriva; 1997.
lation in the postoperative priod contributing to excessive b1eeding. 117. Ferrada A, Rodriguez A. Trauma cardíaco. Tratamiento quirúrgico.
Med Clin NorthAm 2001; 85: 1277-310. Rev Col Cirug 2001; 16: 5-15.
93. Gentilello L, Jurkovich G, Stark M, et al. Is Hypothermia in the Victim 118. Lowell JA, Schifferdecker C, Driscoll DF, et al. Postoperative fluid
of Major Trauma Protective 01' Harmful?: A Randomized, Prospective overload: not a benign problem. Crit Care Med 1990; 18: 728-33.
Study. Ann Surg 1997; 226: 439-49. 119. Venn R, Steela A, Richardson P, et al. Randomized controlled tri al
94. Sessler DI. Complications and Treatment of Mild Hypothermia. An- to investigate influence of the fluid challenge on duration of hospital
esthesiology 2001; 95: 531-43. stay and perioperative morbidity in patients with hip fractures. Br J
95. Kober A, Scheck T, Fulesdi B, et al. Effectiveness·of resistive heating Anaesth 2002; 88: 65-71.
compared with passive warming in treating hypothermia associated 120. Balogh Z, McKinley B, Cocanour CS, et al. Supranormal trauma re-
with minor trauma: a randomized trial. Mayo Clin Proc 2001; 76: 369- suscitation causes more cases of intraabdominal compartment. Arch
75. Surg 2003; 138: 637-43.
96. Petrone P, Kuncir EJ, Asensio 1. Surgical management and strategies 121. Michard F, Teboul J-F. Predicting Fluid Responsiveness in ICU Pa-
in the treatment of hypothermia and cold injury. Emerg Med Clin tients. A Critical Analysis of the Evidence. Chest 2002; 121: 2000-8.
North Am 2003; 21: 1165-78. 122. Weiss YG, Oppenheim-Eden A, Gilon D, et al. Systolic pressure vari-
97. Negishi C, Hasegawa K, Mukai S, et al. Resistive-Heating and Forced- ation in hemodynamic monitoring after severe blast injury. J Clin An-
Air Warming Are Comparably Effective. Anest Analg 2003; 96: 1683-7. esth 1999; 11: 132-5.
98. Counts RB, Haisch C, Simon TL, et al. Hemostasis in massively trans- 123. Michard F, Boussat S, Chemla D, et al. Relation between Respiratory
fused trauma patients. Ann Surg 1979; 190: 91-9. Changes in Arterial Pulse Pressure and Fluid Responsiveness in Septic
99. Reed RL, Ciavarella D, Heimbach DM, et al. Prophylactic platelet ad- Patients with Acute Circulatory Failure. Am J Resp Crit Care Med
ministration during massive transfusion. A prospective, randomized, 2000; 162: 134-8.
double-blind clinical study. Ann Surg 1986; 203: 48-58. 124. Bullock R, Chesnut RM, Cliiton G, et al. Guidelines for the Management
99'. Holcomb JB. Use of recombinant activated factor VII to treat the ac- of Severe Head Injury-revision. J Neurotrauma 2000; 17: 457-627.
quired coagulopathy oftrauma. J Trauma 2005; 58: 1298-1303. 125. Chesnut RM, Marshall LF, Klauber MR, et al. The role of secondary
100. Yugueros P, Sarmiento J, Ferrada R. Síndrome Postpericardiotomía. brain injury in determining outcome from severe head injury. J Trau-
Rev Col Cirug 1993; 8: 90-100. ma 1994; 34: 216- 22.
101. Campbell NC, Thompson SR, Muckard DJJ, et al. Review of 1198 126. Jeremitsky E, Omert L, Dunham M, et al. Harbingers of POOl' Out-
cases of penetrating cardiac trauma. Br J Surg 1997; 84: 1737"40. come the Day after Severe Brain Injury: Hypothermia, Hypoxia, and
102. Orliaguet G, Ferjani M; Riuo B. The Heart in B1unt Trauma. Anesthe" Hypoperfusion. J Trauma 2003; 55: 388~9.
siology. 2001; 95: 544-8. 127. Huyhn T, Messer M, Sing RF, et al. Positive end-expiratory pressure
103. Tso P, Rodriguez A, Cooper C, et al. Sonography in blunt abdominal alters intracranial and cerebral perfusion pressure in severe traumatic
trauma: a preliminary progress reporto J Trauma 1992; 33: 39-44. brain injury. J Trauma 2002; 53: 488-92.
104. Rozicki GS, Ocshner MG, Jaffin JH, Champion JH. Prospective 128. Caricato A, Conti G, Della Corte F, Mancino A, et al. Effects of PEEP
evaluation of surgeons' use of ultrasound in the evaluation of trauma on the intracranial system of patients with head injury and subarach-
patients. J Trauma 1993; 34: 516-27. noid hemorrhage: the role of respiratory system compliance. J Trauma
105. McKenney KL, McKenney MG, Cohn SM, et al. Hemoperitoneum 2005; 58: 571-6.
Score Helps Determine Need for Therapeutic Laparotomy. J Trauma 129. Hsiang JK, Chesnut RM, Crisp CB, et al. Early routine parWysis for intrac-
2001; 50: 650-56. ranial pressure control in severe head. Crit Care Med 1994; 22: 1471-6.
106. Sclafani SSJA, Shaftan GW, Scalea TM, et al. Nonoperative Salvage 130. Chesnut RM. Management of brain·and spine injuries. Crit Care Clin.
of Computed Tomography--Diagnosed Splenic Injuries: Utilization of 2004;20:25- 55.
Angiography for Triage and Embolization for Hemostasis. J Trauma 131. Feinstein AJ, Patel MB, Sarí.ui M, et al. Resuscitation with pressors
1995; 39: 818-27. after traumatic brain injury. J Am Coll Surg 2005; 201: 536-45.
107. Velmahos G, Demetriades D, Chahwan S, et al. Angiographic emboli- 132. CHfton GL, Miller ER, Choi SC, et al. Lack of effect of induction of
zation for arrest of bleeding after penetrating trauma to the abdomen. hypothermia after acute brain injury. N Eng J Med 2001; 344: 556-63.
Am J Surg 1999; 178: 367-73. 133. Alderson P, Gadkary C, Signorini DF. Therapeutic hypothermia for
108. Velmahos G, Chahwan S, Fa1abella A, et al. Angiographic emboli- head injury. Cochrane Database Syst Rev 2004; 4: CDOO1048
zation for intraperitoneal and retroperitoneal injuries. World J Surg 134. Ghajar R. Intracranial pressure monitoring techniques. New Horiz
2000; 24: 539-45. 1995; 3: 395-9.
109. Velmahos GC, Toutoouzas K, Vassiliu P, et al. A Prospective Study on 135. Marshall LF, Smith RW, Rausher LA, et al. Mannitol dose require-
the Safety and Efficacy of Angiographic Embolization for Pe1vic and ments in brain injured patients. J Neurosurg 1978; 48: 169-72.
Visceral Injuries. J Trauma 2002; 52: 3003"8. 136. Cruz 1. The first decade of continuous monitoring of jugular bulb oxy-
110. Kushimoto S, Arai M, Aiboshi J, et al. The Role of Interventional Ra- hemoglobinsaturation: management strategies and c1inical outcome.
dio10gy in Patients RequiIing Damage Control Laparotomy. J Trauma Crit Care Med 1998; 26: 344-51.
2003;54: 171-6. 137. Eisenberg H, Frankiwski R, Contant C, et al. The Comprehensive
111. Mohr A, Lavery RF, Barone A, et al. Angiographic Embolization for Central Nervous System Trauma Centers. HÍgh-dose barbiturate con~
Liver Injuries: Low Morta1ity, High Morbidity. J Trauma 2005; 55: trol of elevated intracranial pressure in patients with severe head in-
1077-82. jury. J Neurosul'g 1988; 69: 15-23.
34/ ABORDAJE INICIAL DEL PACIENTE CON TRAUMA SEVERO EN LA UCI: METAS ESPECíFICAS

138. Gaab MR, Rittierodt M, Lorenz M, et al. Traumatic brain swelling and 162. Sirlin CB, Brown MA, Andrade-BalTeto O, et al. Abdominal Trauma:
opel'ative decompressian: a prospective investigatian. Acta Neurochir Clinical Value ofNegative Screening US Scans. Radiology 2004; 230:
1990; 51: s326-s8. 661-8.
139. BuJlock MR, Chesnut R, Ghajar R, et al. Surgicalmanagement of 163. Ball CG, Kirkpatrick AW, Laupland KB, et al. Factors related to the
traumatic brain lesions. Neurosurgery 2006; 58: s225-s246. failure of radiographic recognition of occult posttraumatic pneumot-
140. Berger S, Schurer L, Hartl R, et al. Reduction of post-tramnatic in- horaces. Am J Surg 2005; 189: 541-6.
tracranial hypertension by hypertonic/hyperancotic saline/dextran and 164. Ball CG. Are occult pneumothoraces truly occult 01' simply missed? J
hypertonic mannitol. Neurosurgery 1995; 37: 87-107. Trauma 2006; 60: 294-8.
141. Khanna S, Davis D, Pe terso n B, et al. Use of hypertonic satine in the 165. Grossman MD, Born C. Tertiary survey of the trauma patient in the
treatment of severe refractory posttraumatic intracranial hypertension intensive care unit. Surg Clin North Am 2000; 80: 805-24.
in pediatric traumatic brain injury. Crit Care Med 2000; 28: 1144-51. 166. HoffWS, Sicoums Cp, Lee SY, et al. Fonnalized Radiology Rounds: The
142. Peterson B, Khanna S, Fisher B, et al. Prolonged hypernatremia con- Final Component ofthe Tertiary Survey. J Trauma 2004; 56: 291-5.
trols elevated intracranial pressure in head-injured pediatric parients. 167. Bifi WL, HalTington DT, Cioffi WC, et al. Implementation of a Terti-
Crit Care Med 2000; 28: 1136-43. ary Trauma Survey Decreases Missed Injuries. J Trauma 2003; 54:
143. Cooper J, Myles P, McDermott F, et al. Prehospital hypertonic saline 38-44.
resuscitation of patients with hypotension and severe traumatic brain 168. Maxwell RA, Campbell DJ, Fabian TC, et al. Use of Presumptive
injury. JAMA 2004; 291: 1350-77. Antibiotics following Tube Thoracostomy for Traumatic Hemopneu-
144. Roberts 1, Yates D, Sandercock P, et al. Effect ofIntravenous corticos- mothorax in the Prevention of Empyema and Pneumonia-A Multi-
teroids on death within 14 days in 10008 adults with clinically signifi- Center Trial. J Trauma 2004; 57: 742-9.
cant head injury (MRC CRASH trial). Lancet 2004; 364: 1321-8. 169. Grover FL, Richardson JD, Fewel JG, et al. Prophylactic antibiotics in
145. Edwards P, Arango M, Balica L, et al. Final results of MRC CRASH, the treatment of penetrating chest wounds. A prospective double-blind
arandomised placebo~controlled trial of intravenous corticosteroid study. J Thorac Cardiovasc Surg 1977; 74: 528~36.
in adults with head injury-outcomes at 6 months. Lancet 2005; 365: 170. LeBlanc KA, Tucker WY. Prophylactic antibiotics and closed tube
1957-9. thoracostomy. Surg Gynecol Obstet 1985; 160: 259-63.
146. Scalea TM, Phillips TF, Goldstein AS, et al. Injuries missed at opera- 171. Nichols RL, Smith JW, MuZic AC, et al. Preventive antibiotic usage in
tion: nemesis of the trauma surgeon. J Trauma 1988; 28: 962-6. traumatic thoracic injuries requiring closed tube thoracostomy. Chest
147. Enderson BL, Reath DB, Meadors J, et al. The tertiary trauma survey: 1994;106:1493-8.
a prospective study of missed injury. J Trauma 1990; 30: 666-9. 172. Gonzalez RP, Holevar MR. Role of prophylactic antibiotics for tube
148. Hirshberg A, Wall MJ, Mattox KL, et al. Causes and patterns of mis- thoracostomy in chest trauma. Am Surg 1998; 64: 617-20.
sed injuries in trauma. Am J Surg 1994; 168: 299-303. 173. Luchette FA, Barrie PS, Oswanski MF, et al. Practice management
149. Buduhan G, McRitchie DI. Missed injuries in patients with multiple guidelines for prophylactic antibiotic use in tube thoracostomy for
trauma. J Trauma 2000; 49: 600~5. traumatic hemopneumothorax: the EAST practice management guide-
150. Vles WJ, Veen EJ, Roukema JD, et al. Consequences of Delayed lines work group. J Trauma 2000; 48: 753-7.
Diagnoses in Trauma Patients: A Pro spec ti ve Study. J. Am. Coll. Surg 173 a • Sanabria A, Valdivieso E, Gomez G, Echeverri G. Prophylactic An-
2003; 197: 596-602. tibiotics in Chest Trauma: A Meta-analysis of High-quality Studies.
151. Brooks A, Holroyd B, Riley B. Missed injury in major trauma pa- World J Surg 2006; 30: 1-5
tients. Injury 2004; 35: 407-10. 174. Namias N, Harvill S, Ball S, et al. Cost and morbidity associate with
152. Jimenez-Gomez LM, Amunategui 1, Sanchez JM, et al. Missed inju- antibiotic prophylaxis in the ICU. J Am Coll Surg 2000; 190: 503-4.
ries in patients with multiple trauma: analysis of a trauma registry. Cir 175. Velmahos G, Toutzas KG, Sarkisyan G, et al. Severe trauma is not
Esp 2005; 78: 303-7. an excuse for prolonged antibiotic prophylaxis. Arch Surg 2002; 137:
153. Sharma OP, Scala-Barnett DM, Oswanski MF, et al. Clinical and au- 537-42.
topsy analysis of delayed diagnosis and rnissed injuries in trauma pa- 176. Hoth n, Franklin GA, Stassen NA, et al. Prophylactic antibiotics
tients. Am Surg 2006; 72: 174-9. adversely affect nosocomial pneumonia i trauma patients. J Trauma
154. Born CT, Ross SE, Iannacone WM, et al. Delayed identification of 2000; 55: 549-54.
skeletal injury in multisystem trauma: the 'missed' fracture. J Trauma 177. Dellinger EP, Wertz HJ, Lennard ES, Oreskowich MR. Efficacy of
1989; 29: 1643-6. short-course antibiotic prophylaxis after penetrating intestinal injury.
155. Garcia A, Lalsie R, Paredes J, Ferrada R, Hurtado O. Mortalidad pre- Arch Surg 1986; 121: 23-30.
venible por trauma en Cali. Colombia, 1998. Acta Col Cuidado Inten- 178. Demetriades D, Lakhoo M, Pezikis A, et al. Short-course antibiotic
sivo 2001; 4: 106-107. prophylaxis in penetrating abdominal injurle~: Ceftriaxone versus ce-
156. Rizoli SB, Boulanger BR, McLellan BA, Sharkey pw. Injuries missed foxitin. Injury 1991; 22: 2 0 - 2 4 . ' -
during initial assessment of blunt trauma patients. Accid Anal Prev 179. Fabian TC, Croce MA, Payrte LW, et al. Duration of antibiotic therapy
1994; 26: 681-6. for penetrating abdominal trauma: a prospective trial. Surgery 1992;
157. Furnival RA, Woodward GA, Schunk JE. Delayed diagnosis ofinjury 112: 788-95.
in pediatric trauma. Pediatrics 1996; 98: 56-62. 180. Sarmiento JM, Aristizabal G, Rubiano J, Ferrada R. Prophylactic an-
158. Meijer JMR, Janssens M; Hammacher ER. Injuries missed in dealing tibiotics in abdominal trauma. J Trauma 1994; 37: 803-6.
with severely wounded accident victims in the emergency room. Ned 181. Kirton O, O'Neil! PA, Ketsner M, et al. Perioperative Antibiotic Use
Tijdschr Geneeskd 1999; 40: 1742-5. in High-Risk Penetrating Hollow Viscus Injury: A Prospective Ran-
159. Sharma BR, Gupta M; Harish D; Singh VP. Missed diagnoses in trau- domized, Double-Blind, Placebo-Control Trial of 24 Hours versus 5
ma patients vis-a-vis significance of autopsy. Injury 2005; 36: 976- Days. J Trauma. 2000; 49: 822-32.
83. 182. Luchette FA, Borzotta AP, Croce MA, et al. Practice management
160. Watts DD, Fahkhry S; and the EAST Multi-institutional HVI Re- guidelines for prophylactic antibiotic use in penetrating abdominal
search Group. Incidence of Hollow Viscus Injury in Blunt Trauma: trauma: the EAST practice management guidelines work group. J
An Analysis from 275,557 Trauma Admissions from the EAST Multi- Trauma 2000; 48: 508-18.
Institutional Trial. J Trauma 2003; 54: 289~94. 183. Eggimann P, Pittet D. Infection control in the ICU. Chest 2001; 120:
161. Fakhry SM, Brownstein M; Watts DD; et al. Relatively Short Diag- 2059-93.
nostic Delays «8 Hours) Produce Morbidity and Mortality in Blunt 184. Mollitt DL. Infection control: avoiding the inavitable. Surg Clin N Am
Small Bowel Injury: An Analysis ofTime to Operative Intervention in 2002; 82: 365- 78.
198 Patients from a Multicenter Experience. J Trauma 2000; 48: 408- 185. Coffin SE, Zaoutis KE. Infection Control, Hospital Epidemiology and
114. Patient Safety. Infect Dis Clin N Am 2005; 19: 647-65.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

186. Garcia A, Duque P, Urrutia L, et al. Factores de Riesgo de la UTI 193. Knudson MM, Ikossi DG, Khaw L, et al. Thromboembolism after
Asociada a la sonda vesical. Rev Col Cirug 2005; 20: 135-43. Trauma An Analysis of 1602 Episodes From the American College of
187. Moore EE, J ones TN. Benefits of immediate jejunostomy feeding after Surgeons National Trauma Data Bank. Ann Surg 2004;240:490-8.
major abdominal trauma--a prospective, randomized study. J Trauma 194. Rogers FB, Cipolle MD, Velmahos G, et al. Practice Management
1986; 26: 874-81. Guidelines for the Prevention ofVenous Thromboembolism in Trauma
188. Moore FA, Moore EE, Jones TN, et al. TEN versus TPN following Patients: The EAST Practice Management Guidelines Work Group. J
major abdominal trauma--reduced septic morbidity. J Trauma 1989; Trauma 2002; 53: 142-64.
29: 916-22. 195. Kirn J, Gearheart MM, Zurick A, et al. Preliminary Report on the
189. Kudsk KA, Croce MA; Fabian TC; et al. Enteral Versus Parenteral Safety of Heparin for Deep Venous Thrombosis Prophylaxis after Se-
Feeding Effects on Septic Morbidity after Blunt and Penetrating Ab- vere Head Injury. J Trauma 2002; 53: 38-433.
dominal TraumaAnn Surg 1992; 215: 503-11. 196. García A. Enfermedad tromboembólica en trauma. Panam J Trauma
190. Marik PE, Zaloga GP. Early enteral nutrition in acutely ill patients: A 2003; 10: 25-39.
systematic review. Crit Care Med 2001; 29: 2264-70. 197. Alejandro KV, Acosta JA; Rodriguez PA. Bleeding manifestations
191. Jacobs DG, Jacobs DO, Kudsk K, et al. Practice Management Guide- after early use of Low-Molecular-Weight Heparins in blunt splenic
lines for Nutritional Support of the Trauma Patient. J Trauma 2004; injuries. Am Surg 2003; 69: 1006-9.
57: 660-79. 198. Geerts WH, Pinneo GF, Heith JA, et al. Prevention ofVenous Throm-
192. Geerts WH, Code KI; Jay RM; et al. A prospective study of venous boembolism the Seventh ACCP Conference on Antithrombotic and
thromboembolism after major trauma. N Eng J Med 1994; 331: 1601-6. Thrombolytic Therapy. Chest 2004; 126: 338s-400s.
ACTUALIZACiÓN N RESUCITA N N
TRAUMA

Juan Carlos Puyana, MD, FRCSC, FACS; Luis Fernando Pino 0, MD

Introducción mucosa gástrica (5, 6). Esta condición ha sido descrita como
choque compensado. El rápido reconocimiento y su correc-
Las víctimas de traumatismos severos tienen un alto riesgo
ción son críticos para minimizar el riesgo de falla orgánica
de desarrollar disfunción orgánica múltiple o muerte. Para
múltiple o la muerte. Por tal razón, se necesitan mejores mar-
maximizar la probabilidad de sobrevida, el tratamiento debe
cadores para monitorizar una adecuada resucitación en los
priori zar la resucitación del estado de choque, (entendido
pacientes politraumatizados.
como un inadecuado aporte de oxígeno a los tejidos), inclu-
El objetivo de este capítulo es plantear los lineamientos
yendo una resucitación apropiada con líquidos y una rápida
clínicos que permitan manejar adecuadamente la resucitación
hemostasia. La inadecuada oxigenación de los tejidos lleva a
de los pacientes traumatizados, mejorando de esta manera los
generar un metabolismo anaerobio, resultando finalmente en
resultados finales. En principio, las metas en reanimación uti-
una acidosis en los tejidos. La profundidad y la duración del
lizadas deben lograr:
choque aumentan progresivamente la deuda de oxígeno (1).
l. Demostrar que son útiles para estratificar la severidad del
La resucitación es completa cuando la deuda de oxígeno ha
daño fisiológico en el paciente.
sido reparada, la acidosis en los tejidos ha sido eliminada y el
2. Demostrar que son útiles para predecir el riesgo de desa-
metabolismo aerobio ha sido restablecido. Algunos pacien-
rrollar falla orgánica multisistémica o la muerte.
tes pueden parecer adec:uadamente resucitados basados en la
3. Predecir la sobrevida sin disfunción orgánica múltiple si
normalización de los signos vitales, pero pueden estar en un
se logra un nivel definido dentro de un límite de tiempo.
estado de hipopelfusión oculta, permaneciendo los tejidos en
4. Mejorar la mortalidad y morbilidad del paciente.
acidosis metabólica (choque compensado), que pueden llevar
a disfunción orgánica y a la muerte. El uso de metas en re-
La información acerca del riesgo de muerte podría llevar a
animación favorece la detección temprana que disminuyen la
considerar en qué momento es inútil continuar con la tera-
mortalidad y la morbilidad del paciente traumatizado.
péutica.
La resucitación del choque hemorrágico es imposible
sin control del sangrado. Las estrategias de resucitación
Metas propuestas
con líquidos antes de lograr la hemostasia en pacientes con
hemorragia incontrolada, usualmente víctimas de trauma Las metas propuestas en resucitación se determinan en dos
penetrante, permanecen en controversia. Retardar la resu- categorías: global y regional.
citación con líquidos lleva a la muerte por exsanguinación, El aporte global de oxígeno en los tejidos ha sido examina-
mientras que la resucitación agresiva con líquidos puede do en estudios de aporte supranormal de oxígeno y estudios de
producir el rompimiento del coágulo que esté conteniendo saturación de oxígeno en sangre venosa'hlixta. Otro paráme-
el sangrado, incrementándolo. La resucitación "limitada", tro global que ha sido explorado es el volumen al final de la
"hipotensiva" y/o "retardada" puede ser benéfica, pero los diástole del ventrículo derecho, el índice de trabajo ventricular
estudios no han mostrado resultados contundentes (2, 3). izquierdo (lejt-ventficular stroke work index) y el poder de sa-
El presente capítulo se centra en la resucitación después de lida del ventrículo izquierdo (lejt-ventricular power output).
lograr la hemostasia. De la misma forma, el estado ácido básico ha sido explorado
El uso de marcadores tradicionales para determinar una utilizando el déficit de base y los niveles de lactato.
adecuada resucitación, incluyendo restauración de la presión A nivel regional, el choque descompensado reduce el flu-
arterial normal, frecuencia cardíaca y diuresis son considera- jo sanguíneo esplácnico y de otros lechos tisulares para así
dos estándar dentro de los lineamientos del ATLS (4). Cuan- mantener el flujo sanguíneo cerebral y coronario. El examen
do estos parámetros permanecen anormales, por ejemplo en de los parámetros relacionados con el intestino se puede usar
choque descompensado, la necesidad de una resucitación como un marcador de severidad de choque que puede tam-
agresiva es clara. Después de la normalización de esos pará- bién demostrar la conexión fisiopatológica entre la isquemia
metros, alrededor del 85% de los pacientes severamente trau- intestinal y la falla orgánica múltiple tardía. La isquemia gás-
matizados evidencian una inadecuada oxigenación tisular, trica se puede monitorizar mediante la tonometría gástrica.
basado en los hallazgos gasimétricos y en la isquemia de la También se puede utilizar el pH intramucoso (pHi) o el anión
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

gap-entre el PCO') intramucoso y arterial. El fiujo sanguíneo 3. Los niveles de bicarbonato sérico pueden ser sustituidos
del músculo esqüelético y del tejido subcutáneo disminuye por niveles de déficit de bases.
de manera similar durante el choque. El PO') tisular, PCO') y
el pH se pueden monitorizar usando espectroscopia de infia- Recomendaciones con respecto a la mejoría
rrojos o electrodos titulares. en los resultados del paciente
Desde una perspectiva general, además de la utilidad clí-
Nivel I de evidencia
nica, se debe considerar para determinar las metas de resuci-
No hay suficientes datos bibliográficos para formular una re-
tación, la disponibilidad, el costo, la rapidez, la invasividad
comendación nivel uno.
y el riesgo.
Nivel 11 de evidencia
Recomendaciones acerca de la estratificación Durante la resucitación, se debe incrementar el aporte de oxí-
del daño fisiológico geno para normalizar el déficit de base, lactato o pHi durante
Nivel I de evidencia las primeras 24 horas. El algoritmo óptimo para la resucita-
l. Los parámetros hemodinámicos estándar no cuantifican ción con líquidos, reemplazo de productos sanguíneos y el
adecuadamente el grado de daño fisiológico en los pa- uso de inotrópicos y vasopresores no ha sido determinado.
cientes traumatizados. En cambio, el déficit de base ini-
cial, niveles de lactato, o pH gástrico se pueden utilizar Fundamento científico
para estratificar a los pacientes en quienes se necesita una Shoemaker et al (7, 8) revisaron el perfil hemodinámico de
reanimación dinámica que incluya glóbulos rojos y otros los pacientes con alto riesgo quirúrgico que sobrevivieron
productos sanguíneos. Además este estudio permite estra- versus aquellos que no lo hicieron. Ellos encontraron que los
tificar el riesgo de falla orgánica múltiple y muerte. sobrevivientes tuvieron significativamente más altas tasas de
2. Se pueden medir los parámetros que evidencian el aporte aporte de oxígeno y de índice cardíaco comparado con los no
de oxígeno observando la habilidad del paciente para lo- sobrevivientes. Los valores en los sobrevivientes incluyeron:
grar niveles supranormales, que indican una mejoría en índice cardíaco (lC) (>4,5 L/min/m2 ), liberación de oxígeno
la probabilidad de sobrevida en comparación con los pa- (>600 mVmin/m2), y consumo de oxígeno (> 170ml/min/m2).
cientes que no logran esos objetivos. En un estudio prospectivo donde se incluyeron pacientes con
alto riesgo quirúrgico usando esos parámetros como meta de
Nivel 11 de evidencia resucitación, resultó una disminución de las complicaciones,
1. El tiempo de normalización del déficit de base, lactato y estancia hospitalaria y costos hospitalarios (9). Este grupo
pHi es un predictor de sobrevida. La observación de al recomienda entonces adicionar al ABC de la resucitación una
menos uno de estos parámetros se podría usar clínicamen- "D" (delivery) para incrementar el aporte o entrega de oxí-
te para determinar el pronóstico. geno y "E" para incentivar la extracción de oxígeno por los
2. El déficit de base persistentemente alto o pHi bajo, o el tejidos (10).
empeoramiento de estos parámetros, puede ser un indica- En pacientes severamente lesionados, este grupo encontró
dor temprano de complicaciones, como por ejemplo san- que al lograr parámetros hemodinámicos supranormalesme-
grado activo o síndrome de compartimiento abdominal. jora la sobrevida y disminuye la frecuencia de falla orgánica
Estos hallazgos obligan a revaluar al paciente. (11). Ellos, entonces, evaluaron prospectivamente la hipótesis
3. Se deben tener en cuenta los efectos de intoxicación por que usando los valores de los sobrevivientes com~ metas en
etanol, convulsiones, sepsis, acidosis metabólicahiperclo- resucitación, en lugar de los valores encontrados en lospacien-
rémica o acidosis metabólica preexistentes, al igual que tes normales lograrían mejorar la sobtevida. Fleming et al (12)
la administración de bicarbonato de sodio, en los niveles aleatorizaron pacientes traumatizados para ser resucitados con
ácido base cuando este parámetro es considerado como parámetros hemodinámicos supranormales vs. pacientes reani-
una meta de la reanimación. mados con parámetros hemodinámicos estándar. El grupo de
pacientes con parámetros supranormales tuvo menos falla or-
Nivel 111 de evidencia
gánica múltiple y menos estancia hospitalaria, particularmente
1. El índice de volumen al final de la diástole en el ventrícu-
cuando los valores fueron logrados en las primeras 24 horas
lo derecho (RVEDVI) puede ser utilizado como un buen
posteriores a la lesión. La mortalidad fue ligeramente mejor
indicador del volumen adecuado de resucitación o pre-
con p = 0,08. En un estudio aleatorizado en víctimas de trau-
carga en comparación con la presión venosa central o la
ma severo, Bishop et al (13) encontraron que resucitando los
presión en cuña pulmonar.
pacientes con valores supranormales de índice cardíaco, aporte
2. Las medidas del nivel de oxígeno y/o CO') en tejidos (sub-
de oxígeno y consumo de oxígeno, comparados con pacientes
cutáneo o músculo) se pueden usar para-identificar a los
con signos vitales, diuresis y presión venosa central normales
pacientes que requieren aún más reanimación y tienen un
disminuían el riesgo de falla orgánica múltiple y muerte. El
mayor riesgo de falla orgánica múltiple y muerte.
aporte de oxígeno se incrementó mediante cargas de volumen,
35 I ACTUALIZACiÓN EN RESUCITACiÓN EN TRAUMA

seguido, cuando fue necesario, por infusión de dopamina y re algún beneficio si la meta fue lograda preoperatoriamente ..
transfusiones sanguíneas manteniendo la hemoglobina alrede- Más recientemente, Kern y Shoemaker (21) revisaron todos
dor de 14 gr/dL. los estudios clínicos aleatorizados acerca de la optimización
Otros autores han intentado replicar estos hallazgos con hemodinámica en pacientes de alto riesgo, médicos y quirúr-
éxito limitado. Moore et al (14) utilizaron un protocolo de gicos. Ellos agruparon los estudios por tiempo de interven-
resucitación basado en la maximización de la aporte de oxí- ción (antes o después de evidenciar disfunción orgánica) y
geno. Los pacientes que no alcanzaron los objetivos de es- mortalidad en el grupo de control. Encontraron mejorías so-
tabilización antes de las 12 horas tuvieron riesgo más alto bre todo en la mortalidad, con metas de liberación de oxígeno
de desarrollar falla orgánica múltiple. Dirham et al (15) en- supranormales solamente en los estudios con intervenciones
contraron que la resucitación de pacientes críticamente en- iniciadas antes de la evidencia de la falla de órgano y una
fermos, bajo los parámetros de aporte y consumo de oxígeno, mortalidad mayor de 20% en el grupo control. De esta ma-
utilizados por Shoemaker no mejoraron la tasa de falla orgá- nera, parece que la optimización de variables hemodinámi-
nica múltiple o muerte en comparación con los pacientes que cas debe ser iniciada tan temprano como sea posible durante
se manejaron con parámetros convencionales. En pacientes la resucitación. El mayor beneficio parece estar en el grupo
traumatizados, Velmahos et al (16) encontraron que la op- de pacientes más comprometidos. En resumen, los pacientes
timización temprana de los parámetros de aporte de oxíge- que logran una tasa de aporte de oxígeno supranormal tienen
no no mejoraron los resultados finales. En este estudio, el mejor opción de sobrevida en comparación con quienes no lo
40% de los pacientes control lograron esos parámetros es- logran. No hay evidencia convincente que lograr ese objetivo
pontáneamente, comparados con el 70% de los pacientes del directamente mejore la sobrevida. El mejor algoritmo para
protocolo. Ninguno de los pacientes que lograron esos pará- lograr la meta está aún por determinarse.
metros murió, comparado con el 30% de aquellos que no lo
consiguieron, a pesar del grupo asignado. En este estudio, el Saturación de oxígeno en sangre venosa
hecho de lograr estos parámetros pareció ser más predictor mixta
de sobrevida, particularmente si la resucitación con líquidos
fue adecuada. El promedio para lograr la meta de aporte de El uso de saturación de oxígeno en sangre venosa mixta
oxígeno puede ser un aspecto importante que no ha sido ade- (SvO) podría reflejar el adecuado aporte de oxígeno en los
cuadamente explorado. En los estudios originales del grupo tejidos de acuerdo a la demanda global de oxígeno en los
de Shoemaker, el protocolo consiste en dar cargas de volu- mismos. En una población general de pacientes críticos, Gat-
men con cristaloides y sangre, seguido por optimización de tinoni et al (22) resucitaron pacientes con índices cardíacos
la postcarga con dobutamina (7,8). En un grupo heterogéneo normales (2,5-3,5 L/min/m2), supranormales Cl (>4,5 L/mini
de pacientes críticos quirúrgicos y médicos, Hayes et al (17) m 2), o Sv0 2 normal (>70 %). No hubo diferencia en la mor-
encontraron que el uso de dobutamina para ayudar a aumen- talidad o falla orgánica multisistémica. Hubo datos pocos es-
tar el aporte de oxígeno puede incrementar la mortalidad. En pecíficos en el uso de saturación de oxígeno en sangre venosa
contraste, Boyd et al (18) observaron que, después de la resu- mixta en los pacientes traumatizados.
citación con líquidos, el incremento de la liberación de oxí-
geno con dopexamina en pacientes con alto riesgo quirúrgico Monitoría de parámetros hemodinámicos
reduce la mortalidad y la tasa de complicaciones. invasivos adicionales
La meta óptima de aporte de oxígeno ha sido recientemen- La disfunción cardíaca oculta y la hipoperfusión sistémica
te cuestionada. McKinley et al (19) encontraron que no hubo puede ocurrir en pacientes traumatizados>,fara explorar esta
diferencia en el resultado entre el grupo reanimado con una pregunta, Scalea et al (23),. elaboraron un protocolo de mo-
meta de aporte de oxígeno de 600 mL/min/m2 vs. 500 mL/ nitoría hemodinámica invasiva temprana en pacientes geriá-
min/m2• El segundo grupo requirió menos líquidos para su tricos víctimas del tJ;"auma cerrado. Ellos encontraron que la
resucitación. El resultado, sin embargo, no fue comparado monitoría identificó choque oculto temprano cuyo manejo
con otras metas. pudo haber ayudado a prevenir la falla orgánica múltiple y
Hay varios aspectos metodológicos referentes a estos es- la muerte. Estos investigadores encontraron que las víctimas
tudios. Primero, éstos no pudieron ser completamente cie- jóvenes de trauma penetrante a menudo tienen evidencia de
gos. Segundo, los pacientes en los grupos control a menudo hipoperfusión. Utilizaron un protocolo de resucitación con
lograban las mismas metas fisiológicas como los grupos in- volumen, inotrópicos y transfusiones sanguíneas para incre-
tervenidos. Tercero, el control de otros aspectos del manejo mentar la liberación de oxígeno hasta normalizar las concen-
es variable. Cuarto, los criterios de inclusión varían de un traciones de lactato en sangre y que el consumo de oxígeno
estudio a otro. no dependiera del flujo. Los pacientes que no normalizaron
Heyland et al (20) revisaron la evidencia para las metas el lactato o no alcanzaron sus objetivos hemodinámicos des-
suprafisiológicas de aporte de oxígeno en pacientes quirúrgi- pués de 24 horas tuvieron un alto riesgo muerte.
cos y no encontraron un beneficio adicional. El estudio sugie-

SECCION 111: TRAUMA 467


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Reconociendo que la resucitación con líquidos es el tra- posible el déficit de base tuvieron menor riesgo de desalTo-
tamiento primario de los pacientes traumatizados en choque llar falla orgánica múltiple. La diferencia en la sobrevida no
hemorrágico, se requieren indicadores de adecuado volumen mostró significancia estadística; en un estudio separado estos
intravascular, por ejemplo optimización de la precarga. La investigadores (30) encontraron que la mejoría del acopla-
presión venosa central y la presión en cuña pulmonar son miento ventricular arterial durante la resucitación se asoció
útiles, pero tienen limitaciones en los pacientes críticos, con una mejoría de eficiencia miocárdica y la disminución
cambios en la compliance ventricular por edema, isquemia o del déficit de base.
contusión y presión intratorácica (ventilación mecánica). El En resumen, los parámetros hemodinámicos, calculados
grupo de Bowman Gray School of Medicine ha explorado el por medidas obtenidas desde un catéter en la arteria pulmo-
uso de varios parámetros que puedan ser medidos, calculados nar pueden ser predictores del incremento de la sobrevida. La
usando un catéter en la arteria pulmonar. utilidad de esos parámetros en la mejoría de la sobrevida aún
Teniendo en cuenta la variabilidad en la compliance ventri- está por determinar.
cular y la presión íntratorácica, la medida de RVEDVlpuede
reflejar más seguramente la precarga del ventrículo izquierdo Déficit de base arterial
en comparación con la presión venosa central o la presión en
La entrega inadecuada o insuficiente de oxígeno lleva a un
cuña pulmonar. Este valor puede ser determinado usando un
metabolismo anaerobio. El grado de anaerobiosis es propor-
catéter volumétrico (eyección, fracción/oxímetro). Cheatham
cional a la profundidad y severidad del choque hemorráaico b ,
et al (24) demostraron que el índice cardíaco se cOlTelaciona
el cual se refleja en el déficit de base y el nivel de lactato. El
mejor con la RVEDVl que con la presión en cuña pulmonar
pH arterial no es tan útil si los mecanismos compensatorios
en pacientes con PEEP altos. Este mismo grupo examinó 79
del cuerpo mantienen un pH normal (31). En un estudio re-
pacientes traumatizados críticamente enfermos, consecuti-
ciente Eachenpati et al (32) sugieren que las concentraciones
vos. Los pacientes con hipoperfusión esplácnica, definidos
de bicarbonato de sodio, cOlTelacionan muy bien con los va-
por una disminución en el pH gástrico intramucoso, tuvieron
lores de déficit de base.
un alto riesgo de desarrollar falla orgánica múltiple y muerte.
El déficit de base ha sido ampliamente estudiado debido a
También tuvieron niveles bajos de RVEDVl en comparación
que se puede obtener rápidamente. Davis et al (33), en un es-
con aquellos con pHi normal. La presión en cuña pulmonar,
tudio restrospectivo encontraron que déficit de base elevados
índice cardíaco, índice de liberación de oxígeno y el índi-
se asocian con bajos niveles de presión arterial y altos reque-
ce de consumo de oxígeno no se cOlTelacionan con el pHi.
rimientos de líquidos al ingreso. Ellos estratificaron la seve-
Chang et al (26) examinaron los parámetros hemodinámicos
ridad de la enfermedad como leve (déficit de base entre 2-5
en pacientes con pHi normal vs. pHi baja en pacientes con
mmol/L), moderada (déficit de base entre 6-14 mmollL), o
trauma severo. La normalización de pHi y los altos valores
severa (déficit de base> 14 mmollL). Las dos terceras partes
de RVEDVl estuvieron fuertemente asociados con mejores
de los pacientes con un incremento del déficit de base tenían
resultados. Recientemente, Kincaid et al (27) sugirieron que
una pérdida aguda de volumen. Rutherford et al (34) adicio-
el RVEDVl óptimo para cada paciente puede ser calculado,
basados en las mediciones de la compliance ventricular. nalmente cOlTelacionaron el déficit de base con la mortalidad
y resaltaron el valor predictivo de la metodología del TRISS
Chang et al (28) compararon las variables hemodinámi-
(35). Falcone et al (36) además encontraron una buena corre-
cas, índice de trabajo del ventrículo izquierdo (LVSWl) y el
lación entre el déficit de base y el requerimiento de productos
left ventricular power output (LVP) , el cual abarca presión
sanguíneos, aunque no encontraron una cOlTeJación entre el
arterial y flujo, con el estándar, flujo puramente derivado,
déficit de base y la mortalidad. Sauaia et al Ó7},()bservaron
variables hemodinámicas y de transporte de oxígeno (Cl, ín-
que el déficit de base, lactato y Los requerimientOs transfu-
dice de liberación de oxígeno, índice de consumo de oxíge-
sionales fueron predictores del ciesaITollo de falla orgánica
no) como predictor de resultados en pacientes severamente
múltiple. La edad y el índice de severidad de la lesión (lSS)
traumatizados. Las únicas variables que se cOlTelacionaron
fueron también variables importantes.
significativamente con el aclaramiento de lactato y la sobre-
La importancia de un déficit de base normal puede variar
vida fueron la frecuencia cardíaca, LVSWl y LVP. Usando la
en diferentes pacientes de la misma población. Davis et al (38)
relación de presión volumen ventricular, encontraron que los
encontraron que un déficit de base> 6 mmollL es un marcador
sobrevivientes también tuvieron un mejor acoplamiento arte-
de lesión severa en todos los pacientes, pero un déficit de base
rial ventricular, como se determinó una baja tasa de poscarga
normal fue asociado con un lSS > 16 en pacientes mayores de
(impedancia aórtica) contractilidad (elastancia ventricular
55 años más a menudo que en pacientes jóvenes.
al final de la sístole). Ellos entonces resucitaron pacientes
El cambio del déficit de base en el tiempo puede agregar
prospectivamente con el objetivo de lograr mejorar la sobre-
utilidad a este parámetro. Davis et al (31) encontraron que los
vida con LVP (>320 mmHg * L/min/m2) (29). Este grupo de
cambios del déficit de base en el tiempo fueron más predicti-
pacientes (N = 20) fue comparado con otro grupo de un es-
vos de sobrevida que los niveles de pH. Kincaid et al (39) en-
tudio prospectivo previo (N = 39). Los pacientes resucitados
contraron que pacientes traumatizados que normalizaban los
con la meta de LVP normalizado y corrigiendo lo más pronto
35/ ACTUALIZACiÓN EN RESUCITACiÓN EN TRAUMA

niveles de lactato y tuvieron persistentemente alto el déficit Banon et al (48) estudiaron respectivamente 40 pacientes
de base tuvieron más alto riesgo de falla mecánica múltiple que requirieron cirugía para lesiones en el tórax con el objetivo
y de muerte en comparación con los pacientes con déficit de de observar cuáles son los factores más adecuados para deter-
base normal. Estos pacientes también demostraron undete- minar qué pacientes tienen alto liesgo de desarrollar inestabi-
lioro en la utilización de oxígeno, evidenciado en la baja tasa lidad hemodinámica y la necesidad de transfusión sanguínea.
de consumo y el coeficiente de utilización de oxígeno. Rixen Ellos encontraron el déficit de base y los niveles de lactato con
et al (40), de la misma forma, encontraron que un incremento los requerimientos transfusionales, mientras que la saturación
en el déficit de base entre el ingreso al hospital y la admisión de oxígeno en sangre venosa mixta, no lo eran.
a la unidad de cuidado intensivo en pacientes traumatizados Casi todos los estudios donde se utilizó el déficit de base
con inestabilidad hemodinámica, altos requerimientos trans- están focalizados en adultos. Kincaid et al (49) encontraron
fusionales, anormalidades metabólicas y de coagulación in- que el déficit de base podría también reflejar el riesgo de
crementan el riesgo de muerte. mortalidad en injurias severas en pacientes pediátricos. Al
Usando un análisis multivariado, Siegel et al (41) encon- ingreso, el déficit de base se correlaciona con la presión arte-
traron que el déficit de base inicial y los requerimientos trans- rial sistólica, ISS y el RTS. El déficit de base> de 8 mmollL
fusionales en las primeras 24 horas fueron predictores inde- aumenta el riesgo mortalidad en un 25%. Esto fue corrobora-
pendientes de mortalidad. Los niveles de lactato y el ISS no do por Randolph et al (50).
lo fueron. La combinación de la escala de coma de Glasgow Además del metabolismo anaerobio, el déficit de base
y el déficit de base producen el mejor modelo predictivo. puede ser incrementado por un número de factores adicio-
En víctimas de trauma penetrante, Eachempati et al (42) nales tales como intoxicación alcohólica, la cual puede em-
encontraron que el peor déficit de base en las primeras 24 peorarlo, de manera similar a una lesión severa y a las alte-
horas, la presión sanguínea en la admisión y las pérdidas raciones hemodinámicas posteriores a un trauma. Dunham
sanguíneas estimadas fueron predictores de mortalidad en el et al (51) sugieren que un déficit de base de > 4,1 mmol/L
análisis univariado. En el análisis multivariado solamente el podría corresponder a pacientes intoxicados, mientras que
déficit de base permaneció como predictor. uno de 1,1 correspondería a pacientes no intoxicados. Davis
Para determinar qué f~ctores preoperatorios pudieran pre- et al (52) no encontraron diferencia en cuanto a la estancia
decir los resultado's en los pacientes más severamente lesio- hospitalaria independientemente de los niveles de alcohol.
nados, Krishna et al (43) examinaron retrospectivamente 40 Un déficit de base de > 6 mmol/L fue predictor de lesión
pacientes con trauma múltiple (ISS > 35) que requirieron ciru- significativa y necesidad para transfusión sanguínea. Usan-
gía urgente por hemorragia. Usando el déficit de base, tempe- do una base de datos más amplia (15.179 pacientes), Dunne
ratura central y el ISS, ellos pudieron predecir los resultados et al (53) encontraron que, alrededor del 21 % de los pacien-
con un 92,5% de seguridad. La hipotermia severa «33° C), tes tuvo ingesta de alcohol y 7% ha usado otras drogas; el
la acidosis metabólica severa (déficit de base> 12mmollL) y lactato al ingreso y el déficit de base permanecieron como
una combinación de temperatura < 35,5°C y déficit de base> predictores independientes significativos de los resultados.
5 rnmollL, fueron fuertes predictores de muerte. El desarrollo de acidosis metabólica hiperc10rémica por la
El déficit de base no es solamente predictor de mortali- resucitación con solución salina normal o lactato de Ringer
dad, también de complicaciones, tales como la necesidad de puede incrementar el déficit de base independientemente de
transfusiones sanguíneas y falla orgánica, particularmente el la severidad de la lesión (54). La acidosis secundaria a hi-
síndrome de dificultad respiratoria aguda. Davis et al (44) perc10remia se asocia con mortalidad más baja que aquella
encontraron que el déficit de base en la admisión se corre- producida por otras causas, particular'mente por metabolis-
laciona con la necesidad para transfusión sanguínea (72% mo anaerobio. '.',
si el déficit de base es > 6 mmollL vs. 18% si el déficit de Eachempati et al (32) han mostrado que los niveles de bi-
base < 6 mmol/L), permanencia hospitalaria y el desarrollo carbonato sérico correlacionan bien con el déficit de base. La
de SDRA, falla renal, coagulopatía, y FOM. Eberhard et al administración de bicarbonato de sodio mejoraría al menos
(45) encontraron que el déficit de base inicial fue signifi- transitoriamente el déficit de base y los niveles del mismo en
cativamente más alto en pacientes que desarrollaron injuria sangre e imposibilitaría su uso como meta de resucitación.
pulmonar aguda. Rixen y Siegel (46) encontraron que el ni- Existe un rol pequeño para el bicarbonato de sodio en el tra-
vel alto de lactato y déficit de base durante las primeras 24 tamiento del choque hemorrágico.
horas de admisión se asociaron con niveles altos de IL-8 y el La acidosis metabólica preexistente por falla renal, la sep-
desarrollo de SDRA, especialmente dentro de los primeros sis y la actividad convulsiva pueden también alterar el déficit
cuatro días de la admisión. Botha et al (47) encontraron que de base. Los niveles de déficit de base inicial y el tiempo para
los valores del déficit de base se correlacionan con la expre- su nonnalización se correlacionan bien con la necesidad de
sión de los neutrófilos CD 11 b, sugiriendo que el proceso transfusión sanguínea y el riesgo de FOM y muerte. El déficit
inflamatorio está relacionado con la severidad del choque persistentemente alto o el empeoramiento de los niveles del
postraumático y el desarrollo de falla orgánica multisistémi- déficit de base pueden ser indicador temprano de complica-
ca tardía y la muerte. ciones, como por ejemplo sangrados persistentes o síndrome
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

compartimental abdominal. N o existen datos que sugieran Tonometría gástrica


que usando el déficit de base como meta de resucitación me-
El estómago ha sido llamado "el canario del cuerpo" (61).
jore la sobrevida.
Ante una disminución en la perfusión sistémica, el flujo san-
guíneo se redistribuye hacia los órganos más vulnerables
Lactato arterial
(cerebro y corazón), a expensas de otros órganos (piel, mús-
Vincent et al (55) mostraron que no solamente los niveles culos, riñones e intestino). En teoría, la detección de isque-
de lactato inicial fueron importantes, sino que la respuesta mia subclínica en estos órganos podría llevar a identificar a
de los niveles del lactato a la intervención, tal como líqui- aquellos pacientes que requieren una resucitación adicional a
dos de resucitación, adicionaría valor predictivo en pacien- pesar de tener signos vitales aparentemente normales. El uso
tes con choque circulatorio no cardiogénico. Abramson et de la tonometría gástrica se basa en el hecho que la isquemia
al (56) tuvieron pacientes que sufrieron traumas severos y del tejido lleva a un incremento en la PC0 2 tisular y subse-
fueron resucitados con valores supranormales de transporte cuentemente disminución del pH tisular. El CO 2 se difunde
de oxígeno. Ellos encontraron que el tiempo necesario para rápidamente a través de los tejidos y fluidos. Por esta razón la
normalizar el lactato sérico fue un importante factor pro- PCO? en secreciones gástricas rápidamente se equilibra con
nóstico para la sobrevida. Todos los pacientes quienes nor- aquella en la mucosa gástrica. Para medir adecuadamente la
malizaron los niveles de lactato sérico en las primeras 24 tonometría gástrica es necesario suprimir la secreción ácida y
horas sobrevivieron. Aquellos pacientes que normalizaron restringir la alimentación. Se ubica un balón semipermeable
sus niveles entre 24 y 48 horas tuvieron una tasa de mor- en una sonda nasogástrica que se coloca en el estómago. El
talidad del 25%. Aquellos que no normalizaron los niveles balón se llena con 2,5 cc de solución salina, y se deja por 30
antes de 48 horas tuvieron una tasa de mortalidad del 86%. minutos para permitir la difusión del CO 2 hasta el equilibrio.
McNelis et al (57) encontraron una tendencia similar en pa- También es posible mantener electrodos de CO 2 para medi-
cientes quirúrgicos postoperatorios admitidos en la unidad ción continua. El pH intramucoso se puede calcular basado
de cuidado intensivo. Manikas et al (58) encontraron que en la ecuación de Hendderson Hasselbach. La diferencia en-
los niveles iniciales y los niveles pico de lactato, asi como tre el PCO? intragástrico y el arterial (PCO? gap) o pHi se
la duración de la hiperlactatemia, se correlacionaron con el correlaciona con el grado de isquemia gástrica.
desarrollo de FOM postrauma. En un grupo de 59 pacientes quirúrgicos en la unidad de
En teoría, la severidad de la acidosis metabólica secun- cuidados intensivos, Gys et al (62) encontraron que el pHi
daria a la hipoperfusión se debería reflejar en los niveles se correlaciona con los puntajes de sepsis. Los pacientes con
de lactato el anion gap y el déficit de base. En 52 pacientes pHi < 7,32 tuvieron una mortalidad del 37% mientras aque-
traumatizados críticamente enfermos, Mikulaschek et al (59) llos con pHi más alto sobrevivieron. Doglio etal (63) mos-
encontraron que los niveles de lactato fueron más altos en los traron que los niveles más bajos de pHi se correlacionaron
pacientes que no sobrevivieron. No se logró hacer la misma con FOM y un incremento en la mortalidad de los pacientes
correlación con el anion gap o el déficit de base. El número críticos, particularmente si el pHi persistía bajo más de 12
de pacientes fue pequeño y se utilizaron los niveles de lactato horas. Maynard et al (64) sugirieron que el pHi es mejor pre-
para guiar los esfuerzos de la resucitación. En conclusión, los dictor de mortalidad en una población de cuidado intensivo
niveles de lactato inicial y el tiempo para su normalización se general que el pH arterial. Además, el IC (índice cardíaco) y
correlacionan con el riesgo de FOM y muerte. La mejoría de la entrega de oxígeno no fueron diferentes en los pacientes
la sobrevida usando el lactato como meta para la resucitación que sobrevivieron y los que no. En contraste BQyd et al (65)
no ha logrado ser demostrado. encontraron que los marcadores de acidosis metab.(>lica (dé-
ficit de base y niveles de bicarbonato) se correlacionan bien
Niveles de dióxido de carbono espiratorio con el pH. Encontrando un déficit de base de > 4,65 tuvo un
77% de sensibilidad y un 96% de especificidad en predecir
La reducción de la poscarga y/o la distribución anormal del
pHi menor de 7,32. En 22 pacientes médicos y quirúrgicos
flujo sanguíneo pulmonar puede llevar a un incremento del
en una DCI, Gutiérrez et al (66) compararon la pHi con los
espacio muerto pulmonar. Esto puede entonces llevar a un
parámetros de transporte de oxígeno en pacientes que sobre-
aumento en la diferencia entre el ca? arterial y alveolar, me-
vivieron y los que no. Ambos grupos tuvieron similar nivel
dido como ca? al final de la espiración. Tyburski et al (60)
de liberación de oxígeno, pero los no sobrevivientes tuvieron
estudiaron prospectivamente 106 pacientes traumatizados
una tasa elevada de consumo de oxígeno, tasa de extracción
que necesitaron cirugía. Los sobrevivientes tuvieron un alto
de oxígeno y niveles de lactato y más bajo pHi, pH venoso
contenido de ca? espiratorio, más baja diferencia entre el
mixto y PCO? venoso mixto. Todos los pacientes que murie-
ca? arterial y espiratorio, y mínima tasa de espacio muerto
ron tuvieron pHi menor de 7,32.
alveolar (estimado como la diferencia entre CO 2 arterial y
En un estudio separado, Gutiérrez et al (67) aleatorizaron
espiratorio/PC0 2 arterial) comparados con los no sobrevi-
vientes. pacientes críticamente enfermos para t~átamiento estándar
vs. un protocolo que incluía incremento del transporte de
35/ ACTUALIZACiÓN EN RESUCITACiÓN EN TRAUMA

oxígeno o disminución de la demanda de oxígeno si el pHi transporte de oxígeno. El gap entre la mucosa gástrica y el
disminuye debajo de 7,35ó 0,1 unidad debajo del valor pre- CO 2 arterial fue similarmente predictivo. En el período pos-
vio. Los sobrevivientes tuvieron similar resultado entre los resucitación, el pHi persistentemente bajo o disminuido fue
grupos de pHi inicial bajo, pero el protocolo mejoró la sobre- una señal de complicaciones tempranas. i

vida en aquellos pacientes con pHi inicialmente normal. En Las limitaciones tecnológicas de la medida del PC0 2gas-
contraste, Gomersall et al (68) resucitaron pacientes en una trointestinal deben tenerse en mente. El manual de técnica
UCI general usando un protocolo estandarizado para mante- original usó un balón semipermeable. En un tonómetro de
ner una TAM mayor de 70 mmHg, TAS mayor de 90 mmHg, flujo de aire, en el cual el balón es automáticamente llena-
diuresis mayor de 0,5 mLlkg/h, hemoglobina> 8 g/dL, glice- do con aire y el aire removido después de cierto período de
mia menores de 12 mmollL y saturación de oxígeno arterial tiempo también está aprobado por la FDA. Ambos métodos
mayor de 94%. La acidosis respiratoria no compensada fue podrían teóricamente cambiar el medio ambiente dentro del
conegida. Los pacientes fueron entonces aleatorizados para estómago por otro adicionando oxígeno o removiendo CO 2 •
continuar una terapia estándar o para una resucitación con El sistema de fibra óptica usa un método espectrofotométri-
líquidos adicionales y/o dobutamina para lograr un pHi ma- co para monitoreo continuo. Wall et al (74) encontraron que
yor de 7,35. No hubo diferencia en cuanto a la mortalidad los instrumentos que usan el flujo de aire y la fibra óptica se
en ambos grupos, tampoco en cuanto a FOM o tiempo de conelacionan bien con los otros métodos in vitro, pero los
estancia hospitalaria. ejemplos simultáneos en vivo durante choque hemonágico y
En pacientes de trauma, Roumen et al (69) estudiaron resucitación en penos fue significativamente diferente. Los
prospectivamente 15 pacientes con trauma cenado quienes valores de fibra óptica fueron más altos que los valores del
requirieron cirugía. Ocho tuvieron pHi bajo «7,32) inicial- flujo de aire. Los autores recomiendan el uso de elementos de
mente o subsecuentemente. Tres de los ocho desarrollaron fibra óptica siempre y cuando no interfieran con el ambien-
complicaciones y dos murieron. Todos los siete con pHi nor- te local. Imai et al (75) recientemente reportaron un estudio
mal tuvieron una recuperación no complicada. Ellos no en- donde utilizaron diferentes tipos de electrodos para CO 2 los
contraron conelación entre el pHi inicial y el ISS, choque, cuales podían medir continuamente la PC0 2 en el estómago.
lactato, APACHE II. Ch'ang et al (26) encontraron similar- Un nuevo método para determinar la hipercarbia regional
mente que pHi ménor de 7,32 fue buen predictor de FOM durante el estado de choque es el uso de la monitoría su-
y mortalidad. El déficit de base y la saturación de oxígeno blingual de PC0 2 • Weil et al (76) demostraron que la PC0 2
en sangre venosa mixta también fueron independientemente sublingual se conelaciona con los niveles de lactato, presen-
asociados con la mortalidad. A las 24 horas, el único factor cia de choque y sobrevida en un pequeño grupo de pacientes
que fue diferente entre los pacientes que desarrollaron FOM agudamente enfermos. Povoas et al (77) compararon la PC0 2
y aquellos que no lo hicieron fue el pHi. Todos los pacientes duodenal y sublingual, además midieron el flujo de la arteria
que desanollaron FOM tuvieron un pHi menor a 7,1. mesentérica durante el estado de choque inducido en cerdos.
El valor límite para el pHi y para el CO 2 gap mucosa gás- Existió una fuerte conelación entre ambos valores de PC0 2
trica-arterial fue explorado por Miller et al (70) usando una y el flujo mesentérico. En víctimas de trauma penetrante, Ba-
cohorte de 114 pacientes traumatizados. La habilidad para ron et al (78) mostraron que la PC0 2 sublingual estuvo eleva-
predecir FOM y muerte fUe maximizada con pHi menor y da en pacientes con sangrado activo.
7,25 y gap mayor de 18 mmHg. Algunos han sugerido que el En resumen, la tonometría gástrica puede proveer datos
CO 2 gap es el mejor indicador de "disoxia" intestinal, compa- que pueden ser usados para predecir riesgos de FOM y muer-
rado con el pHi, el cual es una variable calculada que puede te. La normalización de pHi o PCO? gap,como meta de resu-
ser alterada por los niveles de bicarbonato arterial. (71) citación produce resultados. similares a los'reportados cuando
Ivatury et al (72, 73) realizaron un estudio prospectivo, se logran valores de liberabón de oxígeno supranormal.
aleatorizado de 57 pacientes traumatizados usando el pHi
como una meta (> 7,3) para resucitación comparado con va- Oxigenación tisular y electrodos de dióxido
riables de transporte de oxígeno supranormales (índice de li- de carbono
beración de oxígeno 600 mL/min/m2 y un índice de consumo
de oxígeno> 150 mL/min/m2). El protocolo de resucitación La medida de los niveles de oxígeno y CO 2 transcutáneo
incluyó reposición de volumen con cristaloides seguidos por también pueden ser predictora de muerte en pacientes crí-
sangre, si fuera necesario, con soporte inotrópico (dobuta- ticamente enfermos, basados en los mismos principios de la
mina). Los objetivos del tratamiento fueron logrados en casi tonometría gástrica. Drucker et al (79) utilizaron un sensor
todos los pacientes. El tiempo que tomó optimizar el pHi o óptico (optode) ubicado en el tejido subcutáneo para exami-
las variables de transporte de oxígeno fue similar. El único nar la perfusión periférica. Ellos primero demostraron que
parámetro que permaneció diferente entre los dos grupos fue este elemento funcionó tan bien como los electrodos estándar
el pHi. Considerando ambos grupos, la imposibilidad para de Clark, en animales en que la P0 2 subcutánea disminuía
lograr los objetivos del pHi fue más predictivo de FOM, com- rápidamente durante el choque hemonágico e incrementaba
plicaciones y muerte en comparación con los objetivos del con la resucitación. Los valores no siempre regresaban a los
niveles normales sugiriendo una vasoconstricción periférica.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Finalmente, en 18 pacientes traumatizados encontraron que sistémico, déficit de base y lactato. Esta correlación fue me-
algunos tenían bajos niveles de P0 2 a pesar de una adecuada jor que la encontrada con la PC0 2 de la mucosa gástrica y la
resucitación de acuerdo a los criterios clínicos estándar. PC0 2 gap.
Gote et al (80) midieron la P0 2 subcutánea en 10 pacien- La tecnología NIRS permite la medición simultánea de
tes con procedimientos quirúrgicos intestinales de emergen- P0 2, PC0 2 y el pH en los tejidos. Durante el choque hemo-
cia usando un tonómetro instalado en la pared abdominal. rrágico, Puyana et al (87-88) encontraron que, en cerdos, los
Encontraron que la P0 2 subcutánea fue más alta en los so- órganos intraabdominales respondían de manera diferente. El
brevivientes. pH del intestino delgado cambia más rápidamente durante
Tatevossian et al (81) midieron la P0 2 y PC0 2 transcutá- el choque y la resucitación. El pH, P0 2 Y PC0 2 gap de la
neas de pacientes traumatizados. Los pacientes que murie- mucosa gástrica no fueron tan sensibles. Esos datos sugieren
ron tuvieron valores bajos de P0 2 y valores altos de PC0 2 que mediciones simultáneas del pH, P0 2 Y PC0 2 en órganos
transcutáneos, y largos períodos de tiempo con valores > 60 sólidos como el hígado pueden proveer aún mejor predicción
mmHg. de los resultados y mejor meta de reanimación.
Waxman et al (82) tomaron este concepto logrando me- Sims et al (91) encontraron que ubicando un sensor mul-
diciones de P0 2 en el músculo deltoides y realizaron prue- tiparámetros de fibra óptica dentro del músculo esquelético
bas antes y después del cambio de oxígeno. Su teoría fue podría también ser útil para monitorizar la severidad del cho-
que los pacientes adecuadamente resucitados responderían que hemorrágico, como también la adecuada resucitación en
con un incremento en el P0 2 tisular, desde que el consumo cerdos. Encontraron que ambos, P0 2 y PC0 2 cambian rápi-
de oxígeno flujo dependiente no estuviera presente. La P0 2 damente durante el choque y la resucitación, mientras que
tisular no se incrementaría si el consumo de oxígeno depen- el pH disminuye, pero no regresa a la normalidad. El pH se
diente del flujo está presente y las células consumen todo el correlaciona bien con la pérdida de volumen. Persistente-
oxígeno adicional. Los que respondieron (n = 6) durante la mente el pH bajo y la hipercarbia en el músculo resulta de un
resucitación aguda tuvieron un bajo ISS, alto RTS y una corta sangrado activo y de una resucitación incompleta a pesar de
estancia hospitalaria en comparapión con los que no respon- normalizar su presión arterial. Además, para monitorizar la
dieron (n = 9). En 14 pacieptes traumatizados en una UCI, la oxigenación tisular, NIRS puede proveer información acer-
respuesta al test de cambio de oxígeno se correlacionó muy ca de la función mitocondrial. Normalmente, los niveles de
bien con la evidencia de dependencia del flujo en la catete- oxihemoglobina tisular reflejan la suplencia de oxígeno local
rización de la arteria pulmonar. Jonson et al (83) han usado y están estrechamente acopladas al citocromo aa3 redox, re-
previamente una técnica similar para mostrar que algunos pa- flejando el consumo de oxígeno mitocondrial. Cairns et al
cientes a quienes les realizaron procedimientos quirúrgicos (92) encontraron que 8 de 9 pacientes traumatizados que de-
abdominales estaban sub óptimamente prefundidos. sarrollaron FOM tuvieron desacoplamiento de esos valores,
En resumen, los datos sugieren que la P0 2 y PC0 2 trans- mientras sólo 2 de 16 pacientes que no desaITollaron FOM
cutánea y muscular pueden ser válidas para predecir el riesgo tuvieron desacoplamiento.
de muerte por trauma. El estudio más completo desarrollado hasta ahora para
evaluar la tecnología de NIRS fue presentado recientemen-
Espectroscopio infrarrojo de contacto (NIRS) te. Este es un estudio multicéntrico de 7 centros nivel dos
de trauma en los EEUU en el cual se demostró la relación
La medida de los niveles de oxihemoglobina en el músculo
entre la saturación tisular de oxigeno St0 2 y la incidencia del
esquelético por el NIRS ofrece un método no invasivo para la
síndrome de disfunción multiorgánica SDMO' t:<p pacientes
monitoría adecuada de la resucitación en términos de norma-
con trauma. El StO') fue medido usando tecnología'con NIRS
lización de la oxigenación tisular. Cohn et al (84) mostraron
sobre el área musclllar de la eminencia tenar de la mano. Esta
que la saturación de oxígeno del tejido gástrico, medida con-
es una plataforma óptica n9 invasiva desaITollada por Hut-
tinuamente con un prototipo de espectroscopio nasogástrico
chinson (Hutchinson Minnesota) usando el modelo inspectra
disminuyó rápidamente, correlacionándose con bajo flujo de
325. El St02 se midió continuamente durante las primeras 24
la arteria mesentérica superior. La correlación del bajo flujo
horas. Los objetivos del estudio fueron:
con la tonometría de CO 2 en el yeyuno no fue tan buena.
l. Determinar la habilidad del St0 2 para predecir fracaso
En voluntarios humanos a quienes se les pidió que dona-
multiorgánico (MODS).
ran 470 mI de sangre, Torella et al (85) encontraron que la
2. Determinar si hay una relación predictiva del St0 2y la inci-
saturación de oxígeno de la corteza cerebral ~y el músculo
dencia de mortalidad, coagulopatía, base déficit, días libres
disminuyeron de manera proporcional a la pérdida de volu-
sin ventilador, días en la UCI y tiempo de hospitalización.
men. El índice de oxigenación también disminuyó propor-
cionalmente.
Fueron incluidos en el estudio pacientes con politraumatismo
McKinley et al (86) estudiaron la saturación de oxígeno
severo con trauma cerrado de tórax, fractqra de pelvis, o frac-
de la hemoglobina en los tejidos (StO') = HbO)(HbO')+Hb»
tura bilateral de fémur y con evidencia de hipotensión y base
durante la resucitación en pacientes trallmatizados. Encontra-
déficit mayor de 6. Se encontró que el valor más bajo de la
ron que la St0 2 se correlacionó con la liberación de oxígeno
35/ ACTUALIZACiÓN EN RESUCITACiÓN EN TRAUMA

saturación tisular de oxígeno durante la primera hora de re- 5. Scalea TM, Maltz S, Yelon J, et al. Resuscitation of multiple trauma
and head injury: role of crystalloid fluids and inotropes. Crit Care Med
sucitación medido durante un tiempo mínimo de un minuto
1994; 20: 1610-1615.
tuvo un poder predictivo similar a la base de déficit en lo que 6. Abou-Khalil B, Scalea TM, Trooskin SZ, Henry SM, Hitchcock R.
se refiere a la incidencia de falla multisistémica y mOltalidad. Hemodynamic responses to shock in young trauma patients: Nee~ for
La ventaja sobre la base déficit es que éste es un método no in- invasive monitoring. Crit Care Med 1994; 22: 633-639.
7. Shoemaker WC, Montgomery ES, Kaplan E, Elwyn DH. Physiolo-
vasivo y continuo. Se encontró también que el valor de predic-
gic patterns in surviving and nonsurviving shock patients: Use of se-
ción negativa estuvo por encima del 91 % para la predicción de quential cardiorespiratory variables in defining criteria for therapeutic
disfunción orgánica y del 96% para la mOltalidad. Esto quiere goals and early warning of death. Arch Surg 1973; 106: 630-636.
decir que si un paciente mantiene una saturación tisular de oxí- 8. Shoemaker WC, Appel P, Bland R. Use of physiologic monitoring
to predict outcome and to assist in clinical decisions in critically ill
geno por encima del 75% durante las primeras 24 horas tendrá
postoperative patients. Am J Surg 1983; 146: 43-38.
un riesgo de incidencia de disfunción orgánica por debajo de 9. ShoemakerWC, Appel PL, Kram HB, Waxman K, Lee T-S. Prospecti-
9% y de mortalidad por debajo del 4% (93). ve trial of supranormal values of survivors as therapeutic goal s in high
risk surgical patients. Chest 1988; 94: 1176-86.
Examen físico 10. Fiddian-Green RG, Hagland U, Gutierrez G, Shoemaker WC. Goals
for the resuscitation of shock. Crit Care Med 1993; 21: S25-S31.
A pesar de todo el interés en los exámenes de laboratorio, 11. Bishop MH, Shoemaker WC, Appel PL, et al. Relationship between
como también de todos los nuevos instrumentos para monito- supranormal circulatory values, time delays, and outcome in severely
traumatized patients. Crit Care Med 1993; 21: 56-63.
ría invasiva y no invasiva usados para determinar lo adecuado 12. Fleming A, Bishop M, Shoemaker W, et al. Prospective tri al of supra-
de la resucitación, el clínico no debería demeritar el valor normal values as goals of resuscitation in severe trauma. Arch Surg
del examen físico. Kaplan et al (94) examinaron la habilidad 1992; 127: 1175-1181.
de dos intensivistas para diagnosticar hipoperfusión por el 13. Bishop MH, Shoemaker WC, Appel PL, et al. Prospective, rando-
mized trial of survivor va1ues of cardiac index, oxygen de1ivery, and
examen físico de las extremidades de los pacientes, quienes oxygen consumption as resuscitation endpoints in severe trauma. J
describieron las extremidades como frías o calientes. Com- Trauma 1995; 38: 780-787.
parados con pacientes que tenían las extremidades calientes, 14. Moore FA, Haene1 JB, Moore EE, Whitehill TA. Incommensurate
en aquellos que tenían las extremidades frías se encontraron oxygen consumption in response to maximal oxygen avai1abi1ity pre-
dicts postinjury multisystem organ failure. J Trauma 1992; 33: 58-67.
niveles más bajos de pR, lC, bicarbonato y Sv0 2 y altos ni- 15. Durham RM, Neunaber K, Mazuski JE, Shapiro MJ, Baue AE. The
veles de lactato. use of oxygen consumption and delivery as endpoints for resuscitation
in critically ill patients. J Trauma 1996; 41: 32-40.
Resumen 16. Ve1mahos GC, Demetriades D, Shoemaker WC, et al. Endpoints of
resuscitation of critically injured patients: normal or supranormal? A
Durante la resucitación de un paciente con choque hemoná- prospective randomized tri al. Ann Surg 2000; 232: 409-18.
17. Hayes MA, Timmins AC, Yau EHS, Pa1azzo M, Hinds CJ, Watson D.
gico, la normalización de los parámetros clínicos estándar
Elevation of systemic oxygen delivery in the treatment of critically ill
tales como presión arterial, frecuencia cardíaca y diuresis no patients. N Engl J Med 1994; 330: 1717-22.
son los más adecuados para garantizar la sobrevida de los 18. Boyd O, Grounds M, Bennett ED. A randomized clinical trial of the
pacientes sin FOM. Numerosos parámetros incluyen prome- effect of deliberate perioperative increase of oxygen delivery on mor-
tality in high-risk surgical patients. JAMA 1993; 270: 2699-2707.
dios hemodinámicos, estado ácido base, tonometría gástrica
19. McKinley BA, Kozar RA, Cocanour CS, et al. Normal versus supra-
y medidas de saturación de 02 y CO 2 en los tejidos que han normal oxygen de1ivery goals in shock resuscitation: the response is
sido estudiadas. Muchas pueden ser útiles para predecir el the same. J Trauma 2002; 53: 825-832.
riesgo de FOM o muerte. Los estudios comparan estos pa- 20. Heyland DK, Cook DJ, King D, Kernerman P, Brun-Buisson e.
Maximizing oxygen de1ivery in critically i1l patients: A methodologic
rámetros como metas en reanimación para los protocolos de
appraisa1 ofthe evidence. Crit Care Med 1996~ 24: 517-524.
resucitación, sin embargo, han fallado en demostrar claros 21. Kern JW, Shoemaker We. Meta-ana1ysis of he'modynamic optimiza-
beneficios en términos de resultados para los pacientes. En tion in high-risk patients. ci-it Care Med 2002; 30: 1686-1692.
el momento actual, parece prudente uno de esos parámetros 22. Gattinoni L, Brazzi L, Pelosi P, et al. A trial of goa1-oriented hemodyna-
mic therapy in criticálly ill patients. N Engl J Med 1995; 333: 1025-32.
como meta de resucitación más allá que confiar sólo en los
23. Scalea TM, Simon HM, Duncan AO, et al. Geriatric blunt multip1e
parámetros clínicos. trauma: improved survival with early invasive monitoring. J Trauma
1990; 30: 129-136.
Referencias 24. Cheatham ML, Ne1son LD, Chang MC, Safcsak K. Right ventricular
end-diasto1ic vo1ume index as a predictor of preload status in patients on
l. Shoemaker WC, Appel PL, Kram HB. Tissue oxygen debt as a deter- positive end-expiratory pressure. Crit Care Med 1998; 26: 1801-1806.
minant of letha1 and nonlethal postoperative organ fai1ure. Crit Care 25. Chang Me, :'~vredith Jw. Cardiac pre10ad, splanchnic perfusion, and
Med 1988; 16: 1117-20. their relationship during resuscitation in trauma patients. J Trauma
2. Bickell WH, Wall Jr MJ, Pepe PE, et al. Immediate versus delayed 1997; 42: 577-82.
fluid resuscitation for hypotensive patients with penetrating torso in- 26. Chang MC, Cheatham ML, Nelson LD, Rutherford EJ, Morris JA.
juries. N Engl J Med 1994; 331: 1105-1109. Gastric tonometry supplements information provided by systemic in-
3. Dutton RP, Mackenzie CF, Scalea TM. Hypotensive resuscitation dicators of oxygen transport. J Trauma. 1994; 37: 488-94.
during active hemorrhage: impact on in-hospital morta1ity. J Trauma 27. Kincaid EH, Meredith JW, Chang Me. Determining optimal cardiac
2002; 52: 1141-1146. pre10ad during resuscitation using measurements of ventricular com-
4. American College of Surgeons Committee on Trauma: Advanced p1iance. J Trauma 2001; 50: 665-669.
Trauma Life Support Course for Doctors, 1997. American College of
Surgeons, Chicago, IL, USA.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

28. Chang MC, Mondy JS, Meredith JW, Holcroft JW. Redefining cardio- 51. Dunham CM, Watson LA, Cooper C. Base deficit level indicating
vascular performance during resuscitation: ventricular stroke work, major injury is increased with ethanol. J Emerg Med 2000; 18: 165-
power, and the pressure-volume diagram. J Trauma 1998; 45: 470-8. 17l.
29. Chang Me, Meredith JW, Kincaid EH, Miller PR. Maintaining survi- 52. Davis JW, Kaups KL, Parks SN. Effect of alcohol on the utility of base
vors' values of left ventricular power output during shock resuscita- deficit in trauma. J Trauma 1997; 43: 507-510.
tion: a prospective pilot study. J Trauma 2000; 49: 26-33. 53. Dunne J, Napolitano LM, Tracy JK, Scalea TM. Lactate and base de-
30. Chang MC, Martin RS, Scherer LA, Meredith Jw. Improving ven- ficit in trauma: does alcohol impair their predictive accuracy? [Abs-
tricular-arterial coupling during resuscitation from shock: Effects on tract.] J Trauma 2002; 53: 188.
cardiovascular function and systemic perfusion. J Trauma 2002; 53: 54. Brill SA, Schreiber MA, Stewart TR, Brundage SI. Base deficit does
679-685. not predict mortality when secondary to hyperchloremic acidosis.
31. Davis JW, Kaups KL, Parks SN. Base deficit is superior to pH in eva- Shock 2002; 17: 459-462.
luating clearance of acidosis after traumatic shock. J Trauma 1998; 55. Yincent JL, Dufaye P, Berre J, Leeman M, Degaute JP, Kahn RJ. Se-
44: 114-118. rial lactate determinations during circulatory shock. Crit Care Med
32. Eachempati SR, Barie PS, Reed RL. Serum bicarbonate as an endpo- 1983; 11: 449-45l.
int of resuscitation in critically ill patients. Surg Inf 2003; 4: 193- 56. Abramson D, Scalea TM, Hitchcock R, Trooskin SZ, Henry SM,
197. Greenspan J. Lactate clearance and survival following injury. J Trau-
33. Davis JW, Shackford SR, MacKersie RC, Hoyt DB. Base deficit as a ma 1993; 35: 584-589.
guide to volume resuscitation. J Trauma 1988; 28: 1464-1467. 57. McNelis J, Marini CP, Jurkiewicz A, et al. Prolonged lactate clearance
34. Rutherford EJ, Morris JA, Reed GW, Hall KS. Base deficit stratifies is associated with increased mortality in the surgical intensive care
mortality and determines therapy. J Trauma 1992; 33: 417-423. unit. Am J Surg 2001; 182: 481-485.
35. Boyd CR, Tolson MA, Copes WS. Evaluating trauma care: the TRISS 58. Manikis P, Jankowski S, Zhang H, Kahn RJ, Yincent JL. Correlation
method. Trauma Score and the Injury Severity Score. J Trauma 1987; of serial blood lactate levels to organ failure and mortality after trau-
27: 370-378. ma. Am J Emerg Med 1995; 13: 619-622.
36. Falcone RE, Santanello SA, Schultz MA, Monk J, Satiani B, Carey 59. Mikulaschek A, Henry SM, Donovan R, Scalea TM. Serum lactate is
Le. Correlation of metabolic acidosis with outcome following injury not predicted by anion gap or base excess after trauma resuscitation. J
and its value as a scoring tool. World J Surg 1993; 17: 575-579. Trauma 1996; 40: 218-224.
37. Sauaia A, Moore FA, Moore EE, Haenel JB, Read RA, Lezotte De. 60. Tyburski JG, Collinge JD, Wilson RF, Carlin AM, Albaran RG, Ste-
Early predictors of postinjury multiple organ failure. Arch Surg 1994; ffes CP. End-tidal C02-derived values during emergency trauma sur-
129: 39-45. gery conelated with outcome: A prospective study. J Trauma 2002;
38. Davis JW, Kaups KL. Base deficit in the elderly: a marker of severe 53: 738-743.
injury and death. J Trauma 1998; 45: 873-877. 61. Dantzker DR. The gastrointestinal tracto The canary of the body?
39. Kincaid EH, Miller PR, Meredith JW, Rahman N, Chang Me. Ele- JAMA 1993; 270: 1247-48.
vated arterial base deficit in trauma patients: a marker of impaired 62. Gys T, Hubens A, Neels H, Lauwers LF, Peeters R. The prognostic
oxygen utilization. J Am Coll Surg 1998; 187: 384-392. value of gastric intramural pH in surgical intensive care patients. Crit
40. Rixen D, Raum M, Bouillon B, et al. Base deficit development and its Care Med 1988; 16: 1222-4.
prognostic significance in post trauma critical illness: an analysis by 63. Doglio GR, Pusajo JF, Egunola MA, et al. Gastric mucosal pH as a
the trauma registry of the Deutsche Gesellschaft für unfallchirurgie. prognostic index of mortality in critically ill patients. Crit Care Med
Shock 2001; 15: 83-89. 1991; 19: 1037-40.
41. Siegel JH, Rivkind Al, Dalal S, Goodarzi S. Early physiologic predic- 64. Maynard N, Bihari D, Beale R, et al. Assessment of splanchnic oxyge-
tors of injury severity and death in blunt multiple trauma. Arch Surg nation by gastric tonometry in patients with acute circulatory failure.
1990; 125: 498-508. JAMA 1993; 270: 1203-10.
42. Eachempati SR, Robb T, Ivatury RR, Hydo L, Barie P. Factors affec- 65. Boyd O, MacKay CJ, Lamb G, Bland JM, Grounds RM, Bennett ED.
ting mortality in penetrating abdominal vascular trauma. J Surg Res Comparison of clinical information gained from routine bloodgas
2002; 108: 222-226. analysis and from gastric tonometry for intramural pH. Lancet 1993;
43. Krishna G, Sleigh JW, Rahman H. Physiological predictors of death in 341: 142-146.
exsanguinating trauma patients undergoing conventional trauma sur- 66. Gutienez G, Bismar H, Dantzker DR, Silva N. Comparison of gastric
gery. Aust NZ J Surgery 1998; 68: 826-829. intramucosal pH with measures of oxygen transport and consumption
44. Davis JW, Parks SN, Kaups KL, Gladen HE, O' Donnell-Nicol S. in critically ill patients. Crit Care Med 1992; 20: 45J -7.
Admission base deficit predicts transfusion requirements and risk of 67. Gutiénez G, Palizas F, Doglio G, et al. Gastric intrarnucosal pH as a
complications. J Trauma 1996; 41: 769-774. therapeutic index of tissue oxygenation in critically ill p~tients. Lancet
45. Eberhard LW, Morabito DJ, Matthay MA, et al. Initial severity of 1992;339: 195-9. '
metabolic acidosis predicts the development of acute lung injury in 68. Gomersall CD, Joynt GM, Freebairn RC, Hung Y, Buckley TA, Oh
severely traumatized patients. Crit Care Med 2000; 28: 125-l31. TE. Resuscitation of criticalIy ill patients based on the results of gas-
46. Rixen D, Siegel JH. Metabolic conelates of oxygen debt predict post tric tonometry: A prospective, randomized, controlled trial. Crit Care
trauma early acute respiratory di stress syndrome and the related cyto- Med 2000; 28: 607-614.
kine response. J Trauma 2000; 49: 392-403. 69. Roumen RMH, Yreugde JPC, Goris JA. Gastric tonometry in multiple
47. Botha AJ, Moore EA, Moore EE, Peterson YM, Goode AW. Base defi- trauma patients. J Trauma 1994; 36: 313-316.
cit after major trauma directly relates to neutrophil CD 11b expression: 70. Miller PR, Kincaid EH, Meredith JW, Chang Me. Threshold values of
a proposed mechanism of shock-induced organ injury. Int Care Med intramucosal pH and mucosal-arterial C02 gap during shock resusci-
1997; 23: 504-509. 'd~u,'" tation. J Trauma 1998; 45: 868-72.
48. Bannon MP, O'Neill CM, Martin M, Ilstrup DM, Fish NM, Barrett 71. Schlichtig R, Mehta N, Gayowski T. Tissue-arterial PC02 difference
J. Central venous oxygen saturation, arterial base deficit, and lactate is a better marker of ischemia than intramural pH (pHi) or arterial pH-
concentration in trauma patients. Am Surg 1995; 61: 738-745. pHi difference. J Crit Care 1996; 11: 51-56.
49. Kincaid EH, Chang MC, Letton RW, Chen JG, Meredith JW. Admis- 72. Ivatury RR, Simon RJ, Havriliak D, Garcia C, Greenbarg J, Stahl WM.
sion base deficit in pediatric trauma: a study using the National Trau- Gastric mucosal pH and oxygen delivery and oxygen consumption
ma Data Bank. J Trauma 2001; 51: 332-335. indices in the assessment of adequacy of resuscitation after trauma: a
50. Randolph LC, Takacs M, Davis KA. Resuscitation in the pediatric prospective, randomized study. J Trauma 1995; 39: 128-34.
trauma population: admission base deficit remains an important prog- 73. Ivatury RR, Simon RJ, Islam S, Fueg A, Rohman M, Stahl WM. A
nostic indicator. J Trauma 2002; 53: 838-842. prospective randomized study of end points of resuscitation after ma-
35/ ACTUALIZACiÓN EN RESUCITACiÓN EN TRAUMA

jor trauma: global oxygen transport indices versus organ-specific gas- 84. Cohn SM, Varela JE, Giannotti G, et al. Splanchnic perfusion eva~
tric mucosal pH. J Am Coll Surg 1996; 183: 145-54. luation during hemorrhage and resuscitation with gastric nearinfrared
74. Wall P, Henderson L, Buising C, et al. Monitoring gastrointestinal in- spectroscopy. J Trauma 2001; 50: 629-635.
traluminal PC02: problems with airflow methods.Shock 2001; 15: 85. Torella F, Cowley RD, Thorniley MS, McCollum CN. Regional tissue
360-365. oxygenation during hemorrhage: can near infrared spectroscopy be
75. Imai T, Sekiguchi T, Nagai Y, et al. Continuous monitoring of gastric used to monitor blood loss? Shock 2002; 18: 440-444. !
intraluminal carbon dioxide pressure, cardiac output, and endtidal car- 86. McKinley BA, Marvin RG, Cocanour CS, Moore FA. Tissue hemog-
bon dioxide pressure in the perioperative period in patients receiving lobin 02 saturation during resuscitation of traumatic shock monitored
cardiovascular surgery using cardiopulmonary bypass. Crit Care Med using near infrared spectrometry. J Trauma 2000; 48: 637-642.
2002; 30: 44-51. 87. Puyana JC, Soller BR, Zhang S, Heard SO. Continuous measurement
76. Weil MH, Nakagawa Y, Tang W, et al. Sublingual capnography: a new of gut pH with near-infrared spectroscopy during hemorrhagic shock.
noninvasive measurement for diagnosis and quantitation of severity of J Trauma 1999; 46: 9-14.
circulatory shock. Crit Care Med 1999; 27: 1225-1229. 88. Puyana JC, Soller BR, Parikh B, Heard SO. Directly measured tissue
77. Povoas HP, Weil MH, Tang W, Sun S, Kamohara T, Bisera J. Decrea- pH is an earlier indicator of splanchnic acidosis than tonometric para-
ses in mesenteric blood flow associated with increases in sublingual meters during hemorrhagic shock in swine. Crit Care Med 2000; 28:
PC02 during hemorrhagic shock. Shock 2001; 15: 398-402. 2557-2562.
78. Baron BJ, Sinert R, Zehtabchi S, Stavile KL, Scalea TM. Diagnostic 89. Soller BR, Cingo N, Puyana JC, et al. Simultaneous measurement of
utility of sublingual PC02 for detecting hemorrhage in patients with hepatic tissue pH, venous oxygen saturation and hemoglobin by near
penetrating trauma [abstract]. Acad Emerg Med 2002; 492. infrared spectroscopy. Shock 2001; 15: 106-111.
79. Drucker W, Pearce F, Glass-Heidenreich L, et al. Subcutaneous tissue 90. Soller BR, Heard SO, Cingo NA, et al. Application of fiberoptic sen-
oxygen pressure: a reliable index of peripheral perfusion in humans sors for the study of hepatic dysoxia in swine hemorrhagic shock. Crit
after injury. J Trauma 1996; 40(Suppl): S 116-22. Care Med 2001; 29: 1438-1444.
80. Gbte H, Raahave D. Brech: Tissue oximetry as a possible predictor 91. Sims C, Seigne P, Menconi M, et al. Skeletal muscle acidosis correla-
of lethal complications after emergency intestinal surgery. Surg Res tes with the severity of blood volume loss during shock and resuscita-
Comm 1990; 7: 243-249. tion. J Trauma 2001; 51: 1137-1146.
81. Tatevossian RG, Wo CCJ, Velmahos GC, Demetriades D, Shoemaker 92. Cairns CB, Moore FA, Haenel JB, et al. Evidence for early supply in-
Wc. Transcutaneous oxygen and C02 as early warning of tissue o dependent mitochondrial dysfunction in patients developing multiple
hypoxia and hemodynamic shock in critically ill emergency patients. organ failure after trauma. J Trauma 1997; 42: 532-6.
Crit Care Med 2000; 28: 2248-2253. 93. Cohn S, Nathens A, Moore F, et al. Tissue Oxygen Saturation Predicts
82. Waxman K, Annas C, Daughters K, Tominaga GT, Scannell GA. Me- the Development of Organ Dysfunction during Traumatic Shock Re-
thod to determine the ad~quacy of resuscitation using tissue oxygen suscitation. J Trauma in press.
monitoring. J Trauma 1994; 36: 852-856. 94. Kaplan LJ, McPartland K, Santora TA, Trooskin SZ. Start with a sub-
83. Jonsson K, Jensen JA, Goodson WH, West JM, Hunt TK. Assessment jective assessment of skin temperature to identity hypoperfusion in
of perfusion in postoperative patients using tissue oxygen measure- intensive care unit patients. J Trauma 2001; 50: 620-628.
ments. Br J Surg 1987; 74: 263-267.
u

Rao Ivatury, MO, FRCSC, FACS; Kevin Ward, MO; Manuel Jibaja, MO

La resucitación oportuna de los pacientes con trauma en el vieron una o más complicaciones (síndrome de distrés respi-
departamento de emergencia incluye el control y/o mante- ratorio agudo, sepsis, falla renal aguda, coagulopatía, infec-
nimiento de la vía aérea, la solución de los problemas que ción de la herida, y neumonía) comparado con 69 de los 227
pongan en peligro la vida como neumotórax a tensión o ta- pacientes (30%) en el grupo de resucitación inmediata. Esta
ponamiento cardíaco y el mantenimiento de la aerobiosis ce- diferencia demostró significancia estadística. La duración de
lular con oxígeno suplementario o ventilación mecánica si la hospitalización fue más corta en el grupo de resucitación
fuese necesario, y restauración de la normovolemia. En años retardada. Los autores del estudio concluyeron que para los
recientes, se ha generado una importante advertencia en rela- pacientes con trauma penetrante del tronco, el retardo de la
ción al reemplazo de volumen: en un paciente traumatizado resucitación agresiva con fluidos hasta el control operatorio
sangrando, especialmente después de trauma penetrante, los del sangrado mejoró el pronóstico. Esos datos clínicos están
intentos agresivos para obtener estabilización del estado car- soportados por modelos animales de choque hemorrágico
diovascular con la infusión de fluidos antes del control defini- descontrolado, inducido por lesión a los grandes vasos intra-
tivo del sangrado puede conducir a morbilidad y mortalidad abdominales. En esos modelos, la infusión de solución salina
más altas. Éste no es un concepto nuevo pero sí una resurrec- hipertónica (hypertonic saline, HTS) o grandes volúmenes de
ción de las observaeiones.hechas por Cannon después de la I solución salina isotónica fue seguida por mayor resangrado,
GuelTa Mundial. El postuló que: colapso hemodinámico, y mortalidad a corto plazo incremen-
tada (4-11).
La hemorragia en el caso de shock puede no darse en mayor Incluso en trauma contuso, el concepto parece ser aplica-
grado debido a que la presión sanguínea es demasiado baja y ble, como se ha confirmado en modelos animales (12, 13).
el flujo muy escaso como para vencer el obstáculo ofrecido Bolos generosos de cristaloides después de trauma moderado
por un coágulo. Si la presión asciende antes que el cirujano
o severo de bazo en ratas, fue seguido por mayor resangra-
esté listo para controlar el sangrado habrá mayor pérdida de
sangre (1).
do y disminución del tiempo de sobrevida (14-17). Parece
entonces que la excesiva infusión temprana de cristaloides
El efecto de la resucitación con fluidos en forma temprana resulta en mayor sangrado y disminución en el tiempo de so-
brevida durante la crítica "hora de oro" luego del trauma. Es-
y masiva ha sido críticamente examinado en estudios de
pacientes hipotensos con trauma en la fase prehospitalaria. tos datos soportan el concepto que limitando completamente
la resucitación con fluidos hasta que el control del sangrado
Kaweski y colaboradores (2) revisaron las historias de 6.855
pacientes hipotensos con trauma. Sesenta y seis por ciento de sea definitivamente conseguido o pennitiendo deliberada-
ellos recibieron resucitación con fluidos en el prehospitalario, mente una "resucitación hipotensiva" có~ limitado uso de
que no mejoró la sobrevida. Bickell y colaboradores (3) con- cristaloides o coloides hasta que la intervención quirúrgica
dujeron un estudio prospectivo comparando la resucitación controle totalmente el sangrado, mejora la sobrevida de estos
con fluidos en forma temprana o tardía en 598 adultos con pacientes (18).
lesiones penetrantes de tronco y que presentaban presión ar-
terial sistólica < 90 mmHg en el prehospitalario. Los pacien- Toracotomía de emergencia y masaje
tes asignados al grupo de resucitación inmediata recibieron cardíaco con tórax abierto
líquidos de resucitación estándar antes y luego de llegar al Es crucial en el paciente hipovolémico por choque hemolTá-
hospital. A los asignados al grupo de resucitación retardada gico traumático, que la perfusión cerebral y cardíaca sea ga-
se colocó un catéter intravenoso pero no recibieron líquidos rantizada por el método más eficiente de compresión cardía-
sino hasta llegar a la sala de operaciones. En el grupo de resu- ca. Si hay fracturas múltiples o tórax inestable, interferirán
citación retardada, 203 (70%) pacientes sobrevivieron y fue- con una compresión cardíaca efectiva en caso de practicarse
ron dados de alta del hospital, comparado con los 193 de los compresión torácica cerrada. Por esas razones, y también
309 (62%) que recibieron resucitación inmediata con fluidos para el control del sangrado intratorácico, y lo que puede ser
(p=0,004). En el grupo de resucitación retardada, 55 (23%) más importante para aliviar el taponamiento pericárdico trau-
de los pacientes que superaron el período postoperatorio tu- mático, se ha visto en la década pasada un renovado entusias-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

mo por la toracotomía en el cuarto de emergencia (ERT) de el tórax abierto. Por lo tanto la compresión con tórax abierto
los centros de trauma. es vital en los pacientes in extremis y es el fundamento para
Incluso en el an"esto no traumático, el masaje torácico hacer ERT en los centros de trauma.
cerrado resulta en un pobre índice cardíaco y en otros pa- Los objetivos de la ERT en el paciente agónico por trauma
rámetros hemodinámicos. Babbs (19) estudió la circulación son:
durante la resucitación cardiopulmonar (RCP) abierta y cerra- l. Mantenimiento de la perfusión cerebral y coronaria por
da. Él desarrolló un modelo eléctrico del sistema circulatorio taponamiento cardíaco y/o la restauración de una contrac-
humano con el corazón y los vasos sanguíneos modelados tilidad cardíaca eficiente.
como una red de resistencia-capacitancia; la presión en el tó- 2. Control de la hemorragia por cardiorrafia, compresión de
rax, abdomen y compartimentos vasculares como voltaje, el vasos intratorácicos sangrantes y/o reducción de pérdida
flujo sanguíneo como corriente eléctrica, la inercia sanguínea de sangre intraabdominal por oclusión temporal de la aor-
como inductancia, y las válvulas cardíacas y venosas como ta torácica.
diodos. La estimulación incluyó dos modos: el mecanismo 3. El último objetivo es mejorar la sobrevida de este grupo
de bomba cardíaca, en el cual las aurículas y los ventrículos de pacientes, un objetivo que ha sido conseguido con va-
son presurizados simultáneamente, como OCUlTe durante el riable éxito en las distintas series (22).
masaje cardíaco con tórax abierto, y el mecanismo de bomba
torácica, en el cual los elementos intratorácicos del modelo Si bien se ha logrado una significativa sobrevida en cier-
fueron presurizados simultáneamente como OCUlTe en la RCP to grupo de pacientes (lesiones cardíacas penetrantes, por
con tórax cerrado. Los dos mecanismos fueron comparados ejemplo), en la mayoría de los casos ERT no ha mejorado
con el mismo pico de presión aplicado (80 mmHg). La RCP la sobrevida. Además hay otras preocupaciones con ERT: el
con el mecanismo de bomba cardíaca generó una presión costo es indiscriminado, intentos fútiles de resucitación en
de perfusión cerca de la normal a través de todo el ciclo de un paciente que está muerto con el riesgo de exponer a enfer-
compresión. La RCP por el mecanismo de bomba torácica medades transmisibles al equipo quirúrgico por la naturaleza
generó una presión de perfusión mucho más baja, solamente misma del escenario de la ERT. Todos estos temas demandan
durante la fase diastólica del ciclo de compresión. La RCP un análisis crítico de la selección del paciente para la realiza-
por el mecanismo de bomba cardíaca produjo un flujo total ción de este procedimiento (23).
de 2.500 a 3.300 ml/min, un flujo miocárdico de 150-250 ml/ En una revisión reciente de 111 heridas por arma corto-
min, y un flujo cerebral de 600-800 ml/min dependiendo de punzante y 239 por heridas de arma de fuego en quienes se
la frecuencia de las compresiones. La RCP por el mecanismo hizo ERT, Boyd y asociados (24) encontraron una sobrevida
de bomba torácica por el contrario produjo un flujo total de de 18 % en las primeras y 2 % en las segundas cuando las
aproximadamente 1200 ml/min, un flujo miocárdico de 70 heridas fueron torácicas. La sobrevida fue 10% y 6% respec-
ml/min y un flujo cerebral de 450 ml/min, independientes tivamente cuando las heridas fueron abdominales. Cuando
de la frecuencia de las compresiones. El autor concluyó que las heridas fueron en diferentes sitios, la sobrevida fue de
el masaje cardíaco directo es un mecanismo hemodinámico 5% a 6%. Rhee y colaboradores (25) revisaron 24 estudios
evidentemente superior pues genera una mejor presión de que incluyeron 4.620 casos de ERT con trauma contuso y
perfusión a través del ciclo de compresión. Similares resul- penetrante presentados en los últimos 25 años. El promedio
tados han sido reportados por Sanders y colaboradores (20). de sobrevida fue de 7,4%. El pronóstico neurológico fue nor-
Reider y colaboradores compararon la efectividad hemodiná- mal en el 92,4% de los pacientes que sobrevivió. La tasa de
mica del masaje cardíaco con tórax cerrado (MCTC) con el sobrevida fue de 8,8% para lesiones penetniht~s (6,8% por
masaje cardíaco sub diafragmático cerrado (MCSC) y cuatro armas cortopunzantes y 4,3% por armas de fuégo) y 1,4%
técnicas de masaje cardíaco subdiafragmático abierto duran- para lesiones contusas. La tasa de sobrevida fue 10,7% para
te el paro cardíaco de perros con el abdomen abierto (21). El lesiones torácicas, 4,5% Pélra lesiones abdominales, y 0,7%
MCTC produjo un índice cardíaco, presión arterial media y para lesiones múltiples. Las lesiones cardíacas tuvieron la
flujo sanguíneo carotídeo más bajos que todas las técnicas tasa más alta de sobrevida (19,4%). Si hubo signos de vida a
de masaje. El MCSC no fue estadísticamente mejor que el la llegada al hospital la sobrevida fue de 11,5% a diferencia
MCTC aunque incrementó en un 23% el índice cardíaco y en de cuando no estuvieron presentes, con 2,6%. La ausencia
un 54% el flujo sanguíneo carotídeo. El masaje retro cardíaco de signos de vida en la escena del accidente condujo a una
transdiafragmático a través de una incisión en el diafragma sobrevida del 1,2%. Datos similares se han visto en una serie
produjo unos parámetros hemodinámicos más altos entre to- reciente (26). De esta manera, ERT tiene un rol importante
das las técnicas abiertas transdiafragmáticas y valores hemo- en la resucitación cardiopulmonar de pacientes selecciona-
dinámicos significativamente más altos que con el MCTe. La dos con trauma, particularmente si han sufrido una herida
compresión manual con tórax abierto también se encontró ser penetrante del tórax. Los detalles técnicos y puntos clave del
tan efectiva como la compresión-descompresión activa con procedimiento han sido descritos (23).
36/ RESUCITACiÓN Y FLUIDOS EN TRAUMA

Solución salina hipertónica en los pacientes con salina hipertónica, conduciendo a una mejor pelfusión de
con trauma las áreas lesionadas del cerebro. Desafortunadamente, esos
incrementos en la PPC y el suministro de oxígeno cerebral
Las soluciones hipertónicas son las herramientas nuevas, po-
(CDO,J son transitorios, con un rebote en la PIC y caída dy la
tencialmente benéficas en la resucitación del choque y trauma.
PPC a-los niveles preinfusión (38-41).
Comparados con los fluidos isotónicos, los volúmenes meno-
Parece que la salina hipertónica también contrarresta la
res de soluciones hipertónicas están asociados a igualo incluso
hipoperfusión y el vasoespasmo por un incremento en el diá-
mejor presión sanguínea sistémica, gasto cardíaco y sobrevida
metro de los vasos y a través de la expansión del volumen
en animales de experimentación. Se ha documentado un efecto
plasmático. Adicionalmente la salina hipertónica puede ate-
inotrópico cardíaco positivo, así como una disminución de las
nuar el ascenso de la PIC mediado por hiperemia. El edema
resistencias vasculares sistémicas. La restauración del poten-
celular endotelial que ha sido bien documentado después del
cial transmembrana celular es mayor, lo que indica una rever-
trauma puede ser revertido por salina hipertónica, mejorando
sión de las anormalidades celulares inducidas por el choque
la perfusión de los distintos órganos incluyendo el cerebro
hemorrágico. Hasta 24 horas luego del episodio de choque, la
(37,42).
presión sanguínea es más efectivamente mantenida que con las
Los modelos animales de lesión cerebral sugieren que la
soluciones cristaloides convencionales. La solución salina al
salina hipertónica disminuye la adherencia y migración leu-
7,5% ha demostrado ser mejor en relación a sobrevida que la
cocitaria y podría alterar la producción de ciertas prostaglan-
solución salina al 0,9%, 5% ó 10%. Hay una perfusión tisular
dinas. Se ha demostrado que incrementa los niveles de corti-
mejorada como lo demuestra la reducción de los valores de
sol y hormona adrenocorticotrópica (43-45). La marginación
lactato. También se ha visto una mejoría temprana del gasto
y el tráfico de los neutrófilos también disminuye, posible-
urinario, disminución de la retención de fluidos, y una mayor
mente por la alteración en la producción de quimiotácticos
recuperación de la función pulmonar (27-33). Los mecanis-
(46-50). Como resultado parece ejercer algún grado de pro-
mos posibles por los cuales la solución hipertónica con dextrán
tección contra enfermedades bacterianas serias (51, 52).
(SHD) mantienen la circulación en el choque hemorrágico in-
Hay abundantes modelos animales de salina hipertónica
cluyen: desvío rápido del fluido intracelular al compartimiento
demostrando su eficacia en disminuir la PIe. Los ensayos
extracelular, mejor pelfusión periférica, y contractilidad car-
humanos han sido pocos y limitados a pacientes que no han
díaca incrementada.
mejorado con el manejo convencional. Worthley y colabora-
A pesar de la abundancia de estudios animales soportando
dores (52) y Einhaus y asociados (53) han reportado series
la resucitación con soluciones hipertónicas, existen solamen-
pequeñas de casos de pacientes con PIC alta intratable que
te unos pocos estudios clínicos estableciendo su rol. Bunn y
han mejorado con salina hipertónica. Suárez y colaboradores
colaboradores del grupo Cochrane revisaron los datos dis-
(41) describieron a ocho pacientes (uno con trauma craneal,
ponibles de la literatura de todos los ensayos randomizados
otro con tumor cerebral y el resto con hemorragia subarac-
comparando soluciones hipertónicas con los cristaloides iso-
noidea) en quienes se usó salina hipertónica para el control
tónicos en los pacientes con trauma, quemaduras o quirúr-
de la PIC luego que falló el manitol. Schatzmann y colabora-
gicos (34). Se identificaron 17 ensayos con un total de 869
dores (54) observaron efectos similares con un bolo único de
participantes. El RR para morir en los pacientes con trauma
100 mI de salina hipertónica al 10% para tratar 42 episodios
fue 0,84 (95% CI 0,61-1,16), en los pacientes con quemadu-
de hipertensión intracraneal intratable con terapia estándar
ra 1,49 (95% CI 0,56-3,95), y en pacientes quirúrgicos 0,62
en seis pacientes con injuria cerebral severa. Simma y cola-
(95% CI 0,56-3,95). Los autores concluyeron que no hay
boradores (55) fueron los primeros en hac,~r un estudio pros-
datos suficientes a favor de cristaloides hipertónicos sobre
pectivo y randomizado en pacientes pediatricos con lesión
cristaloides isotónicos para la resucitación de pacientes con
trauma, quemaduras o quirúrgicos. La recomendación final
cerebral severa a recibir ya sea salina hipertónica al 1,7%
o lactato de Ringer como líquido de mantenimiento por 72
es que se deben esperar estudios lo suficientemente grandes
horas desde la admisión. Ellos observaron que los pacientes
para detectar una diferencia clínica.
recibiendo salina hipertónica tuvieron valores de PIC más ba-
Solución salina hipertónica en injuria craneal: la so-
jos y requirieron menos intervenciones para el control de PIC
lución salina hipertónica está cobrando terreno firme en la
elevada. Estos pacientes también necesitaron menos fluidos
resucitación y mantenimiento en los pacientes con lesión
para mantener la presión arterial y tuvieron menor inciden-
craneal (35). Dos revisiones recientes han resumido el esta-
cia de SDRA. La sobrevida también mejoró en los pacientes
do actual (36, 37), aunque el mecanismo exacto por el cual
que recibieron salina hipertónica. Iguales resultados fueron
actúa en la injuria cerebral sugiere que posee propiedades os-
reportados por Horn y colaboradores (56) en un estudio de
móticas, vasorregulatorias, hemodinámicas, neuroquímicas
pacientes con hemorragia subaracnoidea traumática.
e inmunológicas. La salina hipertónica mejora y mantiene
El rol de la salina hipertónica como fluido de resucitación
mejor la presión arterial media que con los altos volúmenes
fue evaluado en una serie de estudi,os (29, 57, 58). El Dextrán
requeridos en la resucitación con isotónica con el consiguien-
se adicionó a la salina hipertónica con base en el potencial
te aumento de la PIC (presión intracraneal). La presión de
de aumentar los efectos hemodinámicos. En su estudio pros-
pelfusión cerebral (PPC) puede mejorar en la resucitación
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

pectivo de 166 pacientes con trauma observaron presiones 10. Krausz MM, Bar-Ziv M, Rabinovici R, Gross D. "Scoop and run"
or stabilize hemorrhagic shock with normal saline or small-volume
sanguíneas sistólicas más altas con pequeños volúmenes de
hypertonic saline? JTrauma 1992; 33: 6-10.
hipertónica. Una mejor sobrevida al alta con el uso de hipertó- 11. Stern SA, Dronen SC, Biner P, Wang X. The effect of blood pressure
nica no alcanzó significancia estadística en la población total, on hemorrhage volume and survival in a near-fatal hemorrhage model
pero sí lo fue para el grupo de pacientes con lesión cerebral incorporating a vascular injury. Ann Emerg Med 1993; 22: 155-163
12. Matsuoka T, Hildreth J, Wisner DH. Liver injury as a model of un-
severa. El mismo grupo de investigadores realizó un estudio
controlled hemorrhagic shock: resuscitation with different hypertonic
multicéntrico comparando salina al 7,5%, salina al 7,5% con regimens. J Trauma 1995; 39: 674-680.
dextrán al 6%, salina al 7,5% con dextrán al 12%, y lactato 13. Matsuoka T, Hildreth J, Wisner DH. Uncontrolled hemorrhage from
de Ringer (250 mI de cada uno), en pacientes hipotensos con parenchymal injury: is resuscitation helpful? J Trauma. 1996; 40: 915-
922.
trauma y nuevamente vieron una mejoría en la presión san-
14. Solomonov E, Hirsh M, YahiyaA, Krausz MM. The effect ofvigorous
guínea sistólica (29). No hubo diferencia en el promedio de fluid resuscitation in uncontrolled hemorrhagic shock following mas-
sobrevida. Sin embargo, fue significativamente más alta que sive splenic injury. Crit Care Med 2000; 28: 749-754.
la predicha en quienes recibieron salina hipertónica y no en 15. Krausz MM, Bashenko Y, Hirsh M. Crystalloid or colloid resuscita-
tion of uncontrolled hemorrhagic shock after moderate splenic injury.
lactato de Ringer. Adicionalmente, haciendo el análisis por
Shock 2000; 13: 230-235.
grupos en los pacientes con una escala de coma de Glasgow 16. Krausz MM, Bashenko Y, Hirsh M. Crystalloid and colloid resusci-
de 8 ó menos puntos, se pudo ver una mejoría significativa en tation of uncontrolled hemorrhagic shock following massive splenic
la sobrevida al salir del hospital con el uso de hipertónica. El injury. Shock 2001; 16: 383-388.
17. Abu-Hatoum O, Bashenko Y, Hirsh M, Krausz MM. Continuous fluid
dextrán parece no aumentar ningún efecto benéfico a la salina
resuscitation and splenectomy for treatment of uncontrolled hemorrha-
hipertónica sola. gic shock after massive splenic injury. J Trauma 2002; 52(2): 253-8.
Los efectos indeseables de la terapia con solución sali- 18. Kaweski SM, Sise MJ, Virgilio RW. The effect of prehospital fluids on
na hipertónica son más teóricos que reales. El síndrome de survival in trauma patients. J Trauma 1990; 30: 1215-1219.
19. Babbs CF, Thelander K, Engoren M, Severyn F, Fenn-Buderer N, De-
desmielinización osmótica, insuficiencia renal aguda y anor-
Frank M. Theoretically optimal duty cycles for chest and abdominal
malidades hematológicas que incluyen mayor hemorragia, compression during external cardiopulmonary resuscitation. Cardiac
coagulopatía, y lisis de glóbulos rojos han sido descritos pero output, coronary blood flow, and blood gases during open-chest stan-
no han sido asociados directame~te al tratamiento con salina dard and compression-active-decompression cardiopulmonary resus-
citation. Resuscitation 2002; 55(3): 309-16.
hipertónica (36). Datos reéientes han aumentado otro bene-
20. Sanders AB, Kern KB, Ewy GA, Atlas M, Bailey L. Improved resus-
ficio potencial de la resucitación con salina hipertónica: en citation from cardiac arrest with open-chest massage. Ann Emerg Med
modelos animales, promueve una mejor perfusión intestinal 1984;13(9 Pt 1): 672-5.
a través de una vasodilatación selectiva de las pequeñas arte- 21. Rieder CF, Crawford BG, Iliopoulos JI, Thomas JH, Pierce GE, Her-
riolas precapilares (59). En resumen, la resucitación del trau- mreck AS. A study of the techniques of cardiac massage with the ab-
domen open. Surgery 1985; 98(4): 824-30.
ma con salina hipertónica es un concepto muy promisorio 22. Ivatury RR. Emergency Room Thoracotomy in Ivatury RR, Cayten
aunque se necesitan estudios más grandes para establecer con CG (eds) The Textbook of Penetrating Trauma. Williams & Wilkins,
exactitud su rol en la resucitación del trauma. Baltimore, 1996.
23. Ivatury RR, Rohman M. Emergency department thoracotomy for trau-
ma: a collective review. Resuscitation 1987; 15: 23.
Referencias 24. Boyd M, Vaneck VW, Bourguet Ce. Emergency room thoracotomy:
l. Cannon WB, Faser J, Cowell EM. The preventive treatment of wound When is it indicated? J Trauma 1992; 33: 714-21.
shock. JAMA 1918; 47: 618. 25. Rhee PM, Acosta J, Bridgeman A, Wang D, Jordan M. Rich Survival
2. Kaweski SM, Sise MJ, Virgilio RW. The effect ofprehospital fluids on after emergency department thoracotomy: review of published data
survival in trauma patients. J Trauma 1990; 30: 1215-1219. from the past 25 years. J Am Coll Surg 2000; 190(3): 288-98
3. Bickell WH, Wall MJ Jr, Pepe PE, et al. Immediate versus delayed 26. Ladd AP, Gomez GA, Jacobson LE, Broadie TA, 'Sc)1erer LR 3rd,
fluid resuscitation for hypotensive patients with penetrating torso in- Solotkin KC. Emergency room thorac:otomy: updated g~l:delines for a
juries. N Engl J Med 1994; 331: 1105-1109. level 1 trauma center. Am Surg 2002;'68(5): 421-4.
4. Gross D, Landau EH, Assalia A, Krausz MM. Is hypertonic saline re- 27. Wade CEJ, Grady JJ, Fabian T, Younas RN, Kramer GC. Efficacy of
suscitation safe in "uncontrolled" hemonhagic shock? J Trauma 1988; hypertonic 7,5% saline and 6% dextran-70 in treating trauma: a meta-
28: 751-756. analysis of controlled clinical studies. Surgery 1997; 122: 609-616.
5. Bickell WH, Bruttig SP, Wade CE. Hemodynamic response to abdo- 28. Holcroft JW, Vassar MJ, Turner JE, Derlet RW, Kramer Ge. 3% NaCI
minal aortotomy in the anesthetized swine. Circ Shock 1989; 28: 321- and 7,5% NaCl/dextran 70 in the resuscitation of severely injured pa-
332. tients. Ann Surg 1987; 206: 279-288.
6. Krausz MM, Horn Y, Gross D. The combined effect of small volume 29. Vassar MJ, Fischer RP, O'Brien PE, et al. A multicenter trial for re-
hypertonic saline and normal saline solutions in uncontrolled hemon- suscitation of injured patients with 7,5% sodium chloride. Arch Surg
hagic shock. Surg Gynecol Obstet 1992; 174: 363-368. 1993; 128: 1003-1013.
7. Kowalenko T, Stern SA, Dronen SC, Wang X. Improved outcome with 30. Krausz MM. Controversies in shock research: hypertonic resuscita-
hypotensive resuscitation ofuncontrolled hemonhagic shock in a swi- tion pros and cons. Shock 1995; 3: 69-72.
ne model. J Trauma 1992; 33: 349-353. 31. Dronen SC, Stern SA, Wang X, Stanley M. A comparison of the res-
8. Gross D, Landau EH, Klin B, Krausz MM. Treatment of uncontro- ponse of near-fatal acute hemorrhage models with and without a vas-
lled hemorrhagic shock with hypertonic saline solution. Surg Gynecol cular injury to rapid volume expansiono Am J Emerg Med 1993; 11:
Obstet 1990; 170: 106-112. 331-335.
9. Bickell WH, Bruttig SP, Millnamow GA, O'Benar J, Wade CE. The 32. Sindlinger JF, Soucy DM, Greene SP, Barb~r AE, Illner H, Shires T.
detrimental effects of intravenous crystalloid after aortotomy in swi- The effects of isotonic saline volume resuscitation in uncontrolled he-
neo Surgery 1991; 110: 529-536. morrhage. Surg Gynecol Obstet 1993; 177: 545-550.
36/ RESUCITACiÓN Y FLUIDOS EN TRAUMA

33. Krausz MM, David M, Amstislavsky T. Hypertonic saline treatment 47. Junger WG, Hoyt DB, Davis RE, et al. Hypertonicity regulates the
ofuncontrolled hemorrhagic shock in awake rats. Shock 1994; 2: 267- function of human neutrophils by modulating chemoattractant recep-
270. tor signaling and activating mitogen-activated protein kinase p38. J
34. Bunn F, Roberts 1, Tasker R, Akpa E. Hypertonic versus isotonic Clin Invest 1998; 101: 2768-2779.
crystalloid for fluid resuscitation in critically ill patients. Cochrane 48. Patrick DA, Moore EE, Offner PJ, Johnson JL, Tamura DY, Silliman
Database Syst Rev 2002; (1): Update of Cochrane Database Syst Rev Ce. Hypertonic saline activates lipid-primed human neutrophils/for
2000; (4): CD002045. enhanced elastase release. J Trauma 1998; 44: 592-598.
35. Novak L, Shackford SR, Bourguignon P, et al. Comparison of stan- 49. Coimbra R, Junger WG, Hoyt DB, Liu FC, Loomis WH, Evers MF.
dard and alternative prehospital resuscitation in pressure driven hemo- Hypertonic saline resuscitation restores hemorrhage-induced immu-
rrhagic shock and head injury. J Trauma 1999; 47: 834-844. nosuppression by decreasing prostaglandin E2 and interleukin-4 pro-
36. Doyle JA, DavisDP, Hoyt DB. The use of hypertonic saline in the duction. J Surg Res 1996; 64: 203-209.
treatment of traumatic brain injury. J Trauma 2001; 50(2): 367-83. 50. Tokyay R, Zeigler ST, Kramer GC, et al. Effects of hypertonic saline
37. Shackford S. Effect of small-volume resuscitation on intracranial dextran resuscitation on oxygen delivery, oxygen consumption, and
pressure and related cerebral variables. J Trauma 1997; 42 (suppl): lipid peroxidation after burn injury. J Trauma 1992; 32: 704-713.
S48-S53. 51. Coimbra R, Hoyt DB, Junger WG, et al. Hypertonic saline resusci-
38. Ducey J, Lamiell J, Gueller G. Cerebral electrophysiologic effects of tation decreases susceptibility to sepsis after hemorrhagic shock. J
resuscitation with hypertonic saline-dextran after hemorrhage. Crit Trauma 1997; 42: 602-607.
Care Med 1990; 18: 744-749. 52. Worthley LI, Cooper DJ, Jones N. Treatment of resistant intracranial
39. Gemma M, Cozzi S, Piccoli S, Magrin S, De Vitis A, Cenzato M. Hy- hypertension with hypertonic saline. Report of two cases. J Neurosurg
pertonic saline fluid therapy following brain stem trauma. J Neurosurg 1988; 68: 478-481.
Anesthesiol1996; 8: 137-141. 53. Einhaus S, Croce M, Watridge C, Lowery R, Fabian T. The use of
40. Qureshi A, Wilson D, Traystman R. Treatment of elevated intracranial hypertonic saline for the treatment of increased intracranial pressure.
pressure in experimental intracerebral hemorrhage: comparison bet- J Tenn Med Assoc 1996; 89: 81-82.
ween mannitol and hypertonic saline. Neurosurgery 1999; 44: 1055- 54. Schatzmann C, Heissler H, K6nig K, et al. Treatment of elevated in-
1063. tracranial pressure by infusions of 10% saline in severely head injured
41. Suárez J, Qureshi A, Bhardwaj A, et al. Treatment of refractory in- patients. Acta Neurochir Suppl (Wien) 1998; 71: 31-33.
tracranial hypertension with 23,4% saline. Crit Care Med 1998; 26: 55. Simma B, Burger R, Falk M, Sacher P, Fanconi S. A prospective, ran-
1118-1122. domized, and controlled study of fluid management in children with
42. Corso CO, Okamoto S, Leiderer R, Messmer K. Resuscitation with severe head injury: lactated Ringer's solution versus hypertonic sali-
hypertonic saline dextran r«duces endothelial cell swelling and impro- neo Crit Care Med 1998; 26: 1270.
ves hepatic microvascular perfusion and function after hemorrhagic 56. Horn P, Meunch E, Vajkoczy P, et al. Hypertonic saline solution for
shock. J Surg Res 998; 80: 210-220. control of elevated intracranial pressure in patients with exhausted res-
43. Cudd TA, Purinton S, Patel NC, Wood CE. Cardiovascular, adreno- ponse to mannitol and barbiturates. Neurol Res 1999; 21: 758-764.
corticotropin, and cortisol responses to hypertonic saline in euvolemic 57. Vassar MJ, Perry CA, Gannaway WL, Holcroft Jw. 7,5% sodium
sheep are altered by prostaglandin synthase inhibition. Shock 1998; chloride/dextran for resuscitation of trauma patients undergoing heli-
10: 32-36. copter transport. Arch Surg 1991; 126: 1065-1072.
44. Corso CO, Okamoto S, Reuttinger D, Messmer K. Hypertonic saline 58. Vassar M, Perry C, Holcroft 1. Prehospital resuscitation of hypoten-
dextran attenuates leukocyte accumulation in the liver after hemorrha- sive trauma patients with 7,5% NaCl versus 7,5% NaCI with added
gic shock and resuscitation. J Trauma 1999; 46: 417-423. dextran: a controlled trial. J Trauma 1993; 34: 622-632.
45. Angle N, Hoyt DB, Cabello-Passini R, Herdon-Remelius C, Loomis 59. Zakaria ER, Tsakadze NL, Garrison RN: Hypertonic saline resuscita-
W, Junger WG. Hypertonic saline resuscitation reduces neutrophil tion improves intestinal microcirculation in a rat model of hemorrha-
margination by suppressing neutrophil L selectin expression. J Trau- gic shock. Surgery 2006; 140: 579-588.
ma 1998; 45: 7-13.
46. Angle N, Hoyt DB, Coimbra R, et al. Hypertonic saline resuscitation
diminishes lung injury by suppressing neutrophil activation after he-
morrhagic shock. Shock 1998; 9: 164-170.

SECCION 111: TRAUMA 481


SISTEMAS D TRAUMA

Raul Coimbra, MD, PhD, FACS; Gustavo Pereira Fraga, MD, PhD; David B. Hoyt, MD, FACS

Introducción Tabla 1. Criterios para un sistema de trauma.

Globalmente, el trauma es la plincipal causa de muerte e inca-


Autoridad legislativa para el diseño
pacidad en las plimeras cuatro décadas de la vida. El trauma es
Proceso formal de diseño
la cuarta causa de mortalidad en los Estados Unidos y conlleva
Estándares del Colegio Americano de Cirujanos o equivalentes
a más años de vida perdidos que las enfermedades cardiovascu-
Uso de equipos de evaluación no sesgados
lares y el cáncer juntos (1). Postelior al reporte gubernamental
Diseño del centro de trauma basado en volumen o en la población
de 1966, Accidental Death and Disability: the Neglected Di-
Criterios de triage que requieran transporte directo al centro de trauma
sease of Modem Society, los sistemas de trauma se crearon en
Sistemas de mejoría de la calidad (QI)
los Estados Unidos con el objetivo de disminuir la morbilidad y
Cubrimiento geográfico completo
mortalidad asociada con los traumas severos (2). La evidencia
postelior ha demostrado una reducción significativa en la morta- Los elementos esenciales son el acceso al cuidado, el
lidad postelior a la implementación de los sistemas de trauma. cuidado prehospitalario, hospitalario y la rehabilitación.
En adición, la prevención, el plan de emergencias médico,
Definición de un sistema de trauma la educación del paciente, la investigación y la planeación
Un sistema de trauma corresponde a una aproximación orga- financiera racional son esenciales. Las comunicaciones pre-
nizada en los pacientes que sufren injurias agudas. Éste debe hospitalarias, el sistema de transporte, el personal entrenado
ocurrir en un área geográfica definida y proveer un cuidado durante todas las fases del cuidado son de vital importancia
óptimo que esté integrado con el Servicio de Emergencias para el éxito del sistema (3).
Médicas (EMS) local o regional. Una revisión externa es utilizada para verificar las capaci-
La regionalización es también un objetivo importante de dades específicas de los hospitales. Este proceso de verifica-
un sistema de trauma, ya que promueve el uso de los recursos ción puede realizarse por el Comité de Trauma del Colegio
de salud y su racionalización. El cuidado en un sistema de Americano de Cirujanos o por invitación de expertos en el
trauma es multidisciplinario y proporcionado dentro de un área de trauma como revisores externos. ~a mejoría de la ca-
continuo que incluye todas las fases del cuidado, desde la lidad es un componente vital del sistema. Ésta proporciona
fase prehospitalaria, el ingreso y egreso hospitalario, con én- una evaluación constante del desarrollo del sistema y de las
fasis en la rehabilitación y reintegración a la vida de un modo necesidades de éste.
independiente y funcional. El cirujano director del sistema es de fundamental impor-
Los criterios para un EMS y un sistema de trauma han sido tancia y el sistema de trauma no puede desarrollarse sin el
"-
determinados y se encuentran numerados en la tabla 1. El pri- compromiso de los cirujano~de un hospital ócomunidad (4).
mer paso es establecer una autoridad legal para el desarrollo La muerte posterior a un trauma ocurre en un modelo de
de un sistema. Este paso usualmente requiere la legislación distribución trifásico;, Un programa de trauma efectivo debe
en un Estado o a nivel local, que proporcionen el agente de enfocarse en la prevención del trauma. Más de la mitad de las
autoridad público. La determinación de la necesidad de un muertes ocurren pocos minutos luego del trauma, e incluso
sistema se ha realizado en las comunidades revisando los re- con un sistema bien establecido de trauma nunca será posible
sultados de los casos de trauma en una región. Estas revisio- su manejo por el equipo de cuidado agudo (5).
nes se han enfocado en las muertes prevenibles y en el papel Los esfuerzos para incrementar el conocimiento del públi-
del cirujano tanto en el liderazgo como en la obligación de co y para dar a conocer sobre cómo el sistema de trauma fun-
establecer un mejor estándar de cuidado. ciona son importantes, debido a que el trauma no es percibido
La agencia designada en combinación con los cirujanos generalmente como un problema de salud pública. Un estu-
de trauma locales y otro personal médico desarrollan los cli- dio reciente realizado por la Sociedad Americana de Trauma
terios para el sistema de trauma, determinan qué servicios demostró que la mayoría de los ciudadanos valoran la impor-
estarán en los centros de trauma, y establecen un registro de tancia de un sistema de trauma al,igual que los servicios de
trauma, el cual es un componente fundamental de la calidad bomberos y policía (6). Un sistema de trauma debe enfocarse
del programa. también en la prevención del trauma basado en datos locales
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

de trauma. La identificación de factores de riesgo y grupos los transportes realizados por paramédicos cuando se analiza
de alto riesgo y el desarrollo de estrategias que modifiquen sobre un área geográfica grande. La norma aceptada de sub-
el comportamiento de las personas a través de educación o triage es menos del 3% de los casos (8, 9).
cambios en las leyes son las medidas que tendrán el mayor El triage se puede tomar de diferentes formas según la si-
impacto en la comunidad con relación al trauma. tuación. Cuando los recursos médicos son limitados, los es-
Los componentes vitales del cuidado prehospitalario inclu- quemas de triage deben ser empleados con el fin de tratar el
yen el control médico, líneas establecidas de comunicación, mayor número de pacientes. Esta situación se puede presen-
criterios de triage, transporte efectivo y un grupo de personas tar en casos de múltiples víctimas. En estos casos lo "mejor
bien entrenadas en campos específicos de intervención. es aplicado al mayor número de pacientes". Esta estrategia
Un componente integrado del sistema EMS es la partici- es diferente al esquema de triage nuestro, donde el paciente
pación activa del médico en establecer, dirigir y monitorizar más severamente comprometido recibe la mayoría del cui-
el cuidado médico de emergencias. La premisa básica del dado médico mientras los menos afectados esperan para ser
control médico es que el médico asegure la calidad del cuida- atendidos. Las fuerzas militares utilizan un esquema de triage
do de emergencia. En relación con el paciente de trauma, los donde los pacientes son clasificados para el transporte como
cirujanos deben involucrarse con los médicos del servicio de inmediato, tardío o expectante.
urgencias para garantizar la calidad del cuidado de trauma, El método de triage para las ciudades es el esquema Sim-
basándose en su conocimiento y en la participación activa. ple Triage and Rapid Treatment (START), que promulga un
triage único y un tratamiento rápido. Esta medida está dada
Triage por un color para clasificar a los pacientes. El color rojo
es el de mayor prioridad y significa un paciente crítico. El
El término "triage", derivado de la palabra francesa "clasi-
color amarillo (urgente) es el segundo en prioridad, el verde
ficar", en su aplicación involucra priorizar las víctimas en
(menor) es el tercero en prioridad mientras que el bÚmco
categorías basados en la severidad del trauma, posibilidad
representa pacientes que pueden esperar o muertos. Los
de sobrevida y urgencia del cuidado. La meta del triage pre-
componentes iniciales del triage incluyen la capacidad del
hospitalario es identificar los pacientes traumatizados de alto
paciente para caminar, la función respiratoria, la perfusión
riesgo que pueden beneficiarse de los recursos disponibles
sistémica y el nivel de conciencia. Los pacientes son clasi-
en el centro de trauma. Esta medida incluye entre el 5 y 10%
ficados en las categorías para el transporte basados en estas
de todos los pacientes traumatizados. Además, como segun-
mediciones.
da meta del triage, se busca limitar el transporte excesivo de
pacientes traumatizados pero no graves, con el fin de no con-
Recursos en el centro de trauma y manejo
gestionar los centros de trauma (7).
La herramienta ideal para llevar a cabo estas dos tareas tan Centro de trauma Nivel I
diferentes no existe. La evaluación debe ser realizada rápida- El centro de trauma Nivel 1 corresponde a un hospital de
mente, a menudo bajo condiciones difíciles y ante recursos cuidado terciario que demuestra un papel importante en el
limitados. Además, los esquemas actuales son de una preci- desarrollo del sistema, en el cuidado de trauma 'óptimo, me-
sión limitada. Aunque es relativamente fácil identificar pa- joría en la calidad, educación e investigación. Es un recurso
cientes con traumas severos basados en la fisiología anormal, regional para proveer el cuidado de trauma más sofisticado,
un problema mayor es la identificación de pacientes de alto manejando un gran número de pacientes con traumas severos
riesgo cuyo estado fisiológico inicial es normal. Quizás el mediante la disponibilidad durante 24 horas de un cirujano
sistema más útil actualmente disponible es el promovido por de trauma. Un centro de trauma Nivel 1 desarrolla"medidas de
el Comité de Trauma del Colegio Americano de Cirujanos, educación y prevención, al mismo tiempo que proporciona
el cual mide cuatro componentes simultáneamente: respuesta entrenamiento y educación en todos los niveles a las personas
fisiológica, anatomía de la injuria, biomecánica de la injuria encargadas de prestar el sérvicio de salud. Desarrolla tam-
y factores comórbidos (7). bién esfuerzos en investigación para avanzar en el cuidado de
La meta del sistema de trauma es prevenir las muertes in- estos pacientes que se extienden desde el ámbito prehospita-
necesarias, y de esta manera, un cierto grado de sobretriage lario al nivel de rehabilitación.
es aceptable e incluso deseable. El subtriage, sin embargo,
debe evitarse siempre debido a que los beneficios del centro Centro de trauma Nivel 11
de trauma no son ofrecidos a un paciente que está mal clasi-
ficado. Muchos estudios han tratado de determinar y ajustar El centro de trauma Nivel II proporciona un cuidado definiti-
la relación óptima de sub y sobretriage. La percepción con- vo al paciente traumatizado y puede ser el principal centro de
vencional sugiere que una relación de 50% de sobretriage trauma de la comunidad. Su aproximación al manejo de trau-
puede ser requerida para minimizar el subtriage. Aunque este ma es completa y la disponibilidad del'cirujano de trauma
número parece alto, el número adicional de pacientes que in- es igual en las fases tempranas del trauma. El desarrollo de
gresan a un centro de trauma representa sólo e15% de todos educación e investigación no son requeridos en este nivel.
37 I SISTEMAS DE TRAUMA

Centro de trauma Nivel 111 conjunto con un registro adecuado, con índices de severidad'
El centro de trauma Nivel III generalmente le presta sus ser- e indicadores de medición de los resultados ha llevado a mar-
vicios a una comunidad que no posee los niveles I y II. Un cadas mejorías en los sistemas.
seguro médico es necesario para el ingreso, reanimación y
cuando es necesario, proporcionar el manejo quirúrgico defi- Mejoría en la calidad del sistema de trauma j

nitivo. Cuando las capacidades para un cuidado definitivo se (0/1)


exceden, se requieren protocolos de remisión y transferencia El programa QI tiene como su función más importante el mo-
en este nivel. La educación para el personal de la salud es nitoreo de la calidad del manejo del trauma desde el incidente
importante en este nivel, debido a que el hospital puede ser el hasta la rehabilitación y genera soluciones para los proble-
único centro de trauma en una comunidad. mas identificados. El propósito de la mejoría en la calidad es
proporcionar el cuidado en una secuencia planeada, evaluar
Centro de trauma Nivel IV la adherencia a estándares de cuidados definidos, y reducir la
Un centro de trauma Nivel IV es usualmente un hospital 10- variabilidad y los costos en tanto se mantiene la calidad. Una
calizado en un área rural, en el cual se espera que se realice la guía completa para este proceso se encuentra disponible en el
evaluación inicial de un paciente agudamente traumatizado, sitio en internet del Colegio Americano de Cirujanos (10).
con un protocolo de remisión a un nivel más alto de cuidado Los errores en el sistema ocurren debido a la compleji-
de forma anticipada. Dichos protocolos deben estar bien es- dad del manejo del trauma y por la participación de múltiples
tandarizados, debido a que estos hospitales no poseen recur- personas en las diferentes fases. Es fundamental realizar una
so de cirujanos de forma regular. diferencia entre la complejidad del proceso y los errores hu-
manos cuando se está desarrollando un programa de mejoría
Otros recursos en el sistema en la calidad en trauma (4, 11-13).
En muchos hospitales donde existe un sistema de trauma Un proceso de revisión debe establecerse para la evalua-
pueden llegar pacientes con traumas leves. El sistema debe ción de los problemas individuales (14). El proceso debe ser
proporcionar la facilidad de transferir pacientes con traumas documentado ampliamente, con realización de acciones co-
mayores si son mafclasificados, a uno de estos sitios. rrectivas aplicadas de forma uniforme en el sistema y poste-
riormente reevaluar los resultados. Estos principios se apli-
Centro de trauma especializado can al sistema QNQI al igual que el proceso llevado a cabo
en el hospital. Las acciones correctivas se realizan generando
Existen centros de trauma con especialización en disciplinas cambios en las políticas o protocolos existentes, a través de
específicas que funcionan como centro regional para pacien- educación enfocada en el problema u ocasionalmente restrin-
tes con situaciones especiales. Ejemplos de estas situaciones giendo privilegios.
incluyen la disponibilidad de cirugía pediátrica, trauma espi- Una evaluación exitosa del sistema de trauma tiene en
nal por quemadura, y trauma de mano (reimplantación). Es- cuenta el desarrollo del EMS y las acciones prehospitalarias,
tos recursos poseen un valor importante para la comunidad y los hospitales de trauma de forma individual y el cuidado
deben ser incluidos en las necesidades cuando se diseña un en hospitales no especializados en trauma. El proceso de au-
sistema de trauma. ditoría prehospitalaria 'debe incluir el tiempo de llegada, el
tiempo de transporte, la aplicación de procedimientos pre-
Rehabilitación hospitalarios, los tratamientos y los resultados.
La rehabilitación es tan importante como el cuidado pre e Los estándares de cuidado son definidos en relación a la
intrahospitalario. Generalmente es la fase más larga y difí- disponibilidad de los recursos y personal, el tiempo de res-
cil del manejo del trauma tanto para el paciente como para puesta del médico, el diagnóstico y la terapia. Las guías o
la familia. Pocos pacientes en los Estados Unidos tienen un protocolos son desarrolladas posteriormente y se establece
adecuado acceso a programas de rehabilitación. Dicha reha- la auditoría para establecer las guías de evaluación. El segui-
bilitación puede proporcionarse por un programa diseñado miento de las complicaciones y los errores debe ser monito-
en el centro de trauma o un centro de rehabilitación. rizado en el tiempo (15). Debe realizarse además revisión de
las muertes en un intento de determinar cuáles pueden ser
Evaluación del sistema prevenibles. Las guías disminuyen la variabilidad, y conse-
cuentemente, se comenten menos errores (16).
Un sistema de trauma debe monitorizar su desarrollo en el Otra herramienta importante en el proceso QI es la eva-
tiempo y determinar las áreas donde se requiere mejoría. Los luación de las muertes prevenibles. Se acepta que una tasa
datos completos y los análisis a través de un sistema de re- de muertes prevenibles de menos del 1 al 2% es ideal en un
gistro son fundamentales. La compatibilidad entre los datos sistema de trauma organizado.
recolectados durante las diferentes fases es importante para De acuerdo al documento del ,Comité de Trauma del Co-
determinar con exactitud los efectos de ciertas intervenciones legio Americano de Cirujanos Resources for Optimal Care
a largo plazo. La implementación del sistema de trauma en of the Injured Patient: 2006, un evento es definido como no
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

prevenible cuando es consecuencia de un procedimiento, deben formar la base para la preparación de la intervención
enfermedad o trauma en el cual todos los pasos razonables en desastres, teniendo la capacidad de identificar factores de
y apropiados han sido realizados. Un evento potencialmen- riesgo y medidas tempranas para prevenir injurias en una co-
te prevenible se refiere a un evento o complicación que es munidad, mientras se proporcionan los recursos óptimos a
consecuencia de un procedimiento, enfermedad o trauma que los pacientes en situaciones de trauma agudo.
tiene el potencial de ser prevenido o sustancialmente mejo-
rado. Por último un evento o complicación prevenible es una Referencias
consecuencia esperada a no esperada de un procedimiento; 1. Mann N, Mullins R, Mackenzie E, Jurkovich G, Mock C. Systematic
enfermedad o trauma que podrían haber sido prevenidos o review of published evidence regarding trauma system effectiveness. J
sustancialmente mejorados (7). Trauma 1999; 47: S25-S33.
Una muerte prevenible usualmente incluye una injuria o 2. Accidental Death and Disability: The Neglected Disease of Modern
Society. Washington. National Academy of Sciences; 1966.
combinación de ellas que afectan considerablemente la so- 3. Model Trauma Care system Plan. Department of Health and Human
brevida. Los pacientes en esta categoría se encuentran gene- Services, Hea1th Resources and Services Administration, Rockville,
ralmente estables o si están inestables al inicio, responden de MD,1992.
forma adecuada a los tratamientos iniciales. Si la evaluación 4. Hoyt DB, Coimbra R. Trauma systems. Surg Clin North Am. 2007;
87: 21-35.
o el tratamiento son dudosos en algún momento, y se calcu- 5. Potenza B, Hoyt D, Coimbra R, Fortllage DR, Holbrook T, Ho-
la que la probabilidad de sobrevida es mayor del 50%, debe llingsworth-Fridlund P, Trauma Research and Education Foundation.
ser clasificada como prevenible. Las causas de las muertes The epidemiology of Serious and Fatal Injury in San Diego County
prevenibles en los centros de trauma son diferentes a las que over an 11-year periodo J Trauma, 2004; 56: 68-75.
6. American Trauma Society. Harris PolI. www.amtrauma.org
ocunen en los hospitales no especializados en trauma. En 7. American College of Surgeons Committee on Trauma. Resources for
estos últimos, las muertes prevenibles generalmente ocunen Optimal Care of the Injured Patient: 2006. American College of Sur-
debido a que la severidad o multiplicidad del trauma no es geons, Chicago; 2006. '
apreciada completamente, llevando a retraso en el diagnósti- 8. Nathens A, Jurkovich G, MacKenzie E, Rivara F. A resource-based
assessment of trauma care in the United States. Trauma, 2004; 56(1):
co, falta de un monitoreo adecuado, y demoras en una tera- 173-8.
pia definitiva. Sin embargo, en 'los hospitales de trauma, las 9. County of San Diego Hea1th and Human Services Agency Division
causas de muerte prevenibles incluyen enores en el juicio o of Emergency Medical Services: San Diego County Trauma system
enores técnicos, mientras que los métodos diagnósticos utili- report July 1,2003 to June 30, 2004.
10. American College of Surgeons. http://www.facs.org/deptltrauma/han-
zados son normalmente adecuados. dbook.html
Estas definiciones son útiles en el desanollo del monitoreo 11. Hoyt D, Hollingsworth-Fridlund P, Winchell R, et al. Analysis of re-
del sistema de trauma y para la comparación de un sistema de current process errors leading to provider-related complications of an
trauma con otros. Una vez que el número de muertes preve- organized trauma services: directions for care improvement. J Trauma
1994; 36: 377-84.
nibles alcanza una estabilidad (después de la implementación 12. Davis J, Hoyt D, McArdle M, Mackersie R, Shackford S, Eastman A.
del sistema de trauma), los esfuerzos de mejoría deben enfo- The significance of critical care errors in causing preventable death in
carse en el seguimiento de las complicaciones relacionadas trauma patients in a trauma system. J Trauma 1991; 31: 813-23.
con los proveedores del servicio de salud. Esta aproximación 13. Davis J, Hoyt D, McArdle M. et al. An analysis of errors causing mor-
bidity and mortality in a trauma system: a guide for quality improve-
ha sido efectiva para identificar problemas e implementar so- ment. JTrauma 1992; 32: 660-72.
luciones (11). 14. Shackford S, Hollingsworth-Fridlund P, Cooper G, Eastman A. The
effect of regionalization upon the quality of trauma care as assessed
Conclusiones by concurrent audit before and after institution of ~ trauma system: A
preliminary report. J Trauma 1986; 26: 812-20. ",
A pesar de que los sistemas de trauma reducen la morbi- 15. Hoyt D, Coimbra R, Potenza B, Doucet J, Fortlage D, Hollingsworth-
Fridlund P, Holbrook T. A twelve-y~~r analysis of disease and provider
Il)ortalidad, existen varias ban'eras para la implementación
complications on an organized level 1 trauma services: as good as it
completa. Se piensa que una vez los sistemas de trauma sean gets? J Trauma 2003; 54: 26-36.
completados mejorarán la salud de la comunidad a través de 16. Gruen R, Jurkovich G, McIntyre L, Foy H, Maier R. Patterns of errors
un sistema organizado de prevención, manejo agudo y reha- contributing to trauma mortality: lessons learned from 2594 deaths.
Ann Surg 2006; 244: 371-80.
bilitación integrados al sistema de salud pública de la comu-
nidad. Sumado al manejo diario del trauma, estos sistemas
íNDICES DE TRAUMA EN TERAPIA INTENSIVA

Gustavo Pereira Fraga, MD; Mareel Albeiro Ruiz Benavides, MD; Mario Mantovani, MD, PhD

Introducción de ciertas necesidades, pero son pobres en su totalidad, pues


presentan deficiencias en el sentido de que no abarcan todos
Definimos como traumatismos al conjunto de perturbacio-
los puntos clave de los diferentes tipos de pacientes traumati-
nes causadas por un agente físico, de etiología, naturaleza
zados. En los últimos años la literatura está llena de publica-
y extensiones variables que pueden estar localizados en los
ciones criticando la precisión de estos índices. Por esta razón
diferentes segmentos del cuerpo. Esta gran variabilidad ha
han sido propuestos unos nuevos, hecho que ha generado
creado dificultades para cuantificar las lesiones traumáticas
mucha polémica abriendo perspectivas y nuevas discusiones
y para definir la gravedad y el pronóstico de estos pacientes.
para la adopción de un índice de sobrevivencia ideal (46).
Uno de los problemas para abordar al paciente traumatizado
El objetivo de este capítulo es presentar los índices de
es que, hasta en pequeñas comunidades, los grupos de per-
trauma más utilizados diariamente en los centros de trauma,
sonas lesionadas varían entre sí de acuerdo con la naturaleza
y analizar de manera crítica los resultados referentes a la
y la gravedad de estas lesiones (6). La dificultad para iden-
mortalidad y la eficiencia de estos índices, mencionando los
tificar estas variaciones ha· estimulado el estudio científico
problemas que han sido difundidos en la literatura.
involucrando a las perso~as traumatizadas. Con este fin han
sido creados los ín<;lices de trauma, que no son más que valo-
res matemáticos o estadísticos cuantificados por marcadores
índices fisiológicos
numéricos que cambian de acuerdo con la gravedad de las Los índices fisiológicos cuantifican la gravedad de las lesio-
lesiones resultantes de los traumatismos (8, 16, 20, 45). Los nes basados en criterios funcionales, tales como la respuesta
objetivos con relación a la importancia de los índices de trau- a estímulos, presión arterial sistólica, frecuencia respiratoria
ma están resumidos en la tabla 1. y otros. Generalmente incluyen datos neurológicos, princi-
palmente el nivel de conciencia, ya que el sistema nervioso
Tabla 1. Índices del trauma: objetivos. central es el mejor monitor del estado clínico del enfermo,
asociado a los parámetros circulatorios y respiratorios (8,
• La evaluación simple y práctica del estado clínico del paciente 72). Algunos índices fisiológicos tienen ~n cuenta la edad del
• La cuantificación de la gravedad de las lesiones a través de las alteracio- paciente, y otros incluyen también parámetros de laboratorio
nes fisiológicas y anatómicas
• La orientación de la selección, permitiendo el encaminamiento de los (21,31,42-44,49,76,78).
pacientes para centros de diferente complejidad Los principales índices fisiológicos, calculados en la aten-
• El establecimiento de la forma genérica y aproximada del pronóstico, ción de urgencias al traumatizado son: Escala de coma de
llegando hasta indicar la probabilidad de la sobrevivencia Glasgow (GCS), índice de trauma (TS)~ íp.dice de trauma re-
• La uniformidad del lenguaje
• La realización de estudios clínicos y epidemiológicos a través de la com- visado (RTS), APACHE IIfAPACHE IV, ~ODS y SOFA (3,
paración de los resultados de diferentes centros, o en el mismo centro en 15, 17, 18,43,49, 72, 76,78).
diferentes períodos
/
• La posibilidad de una constante reevaluación de los resultados con el fin
de mejorar la atención y la calidad del servicio prestado
Escala de coma de Glasgow (Glasgow Coma
• La orientación de las campañas de prevención de la violencia. Scale o GCS)
Descrita en 1974 por Teasdale y Jannett (72), la escala de coma
En los últimos años fueron creados diferentes tipos de ín- de Glasgow es utilizada para evaluar el nivel de conciencia
dices que han sido divididos en tres grandes grupos: fisioló- de los pacientes. Es empleada no solamente en los casos de
gicos, anatómicos y mixtos (8, 16, 20, 45). Algunos índices
traumatismo craneoencefálico, ya que puede estar alterada en
son muy específicos, de aceptación universal, siendo perió-
otros aspectos, como hipoxia y choque hipovolémico (41). Se
dicamente revisados y actualizados con el fin de tornarlos calcula el índice a través de la suma de los valores de tres ti-
cada vez más precisos. Entre los diferentes sistemas y mé- pos de respuesta: apertura ocular, mejor respuesta al comando
todos propuestos, cada uno de ellos atiende mejor al estudio
verbal y mejor respuesta motora \tabla 2).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Tabla 2. Escala de coma de Glasgow. tica de grupos de pacientes traumatizados en diferentes insti-
tuciones o en la misma institución en períodos diferentes (17).
Evaluación neurológica Tipo de respuesta Valor Utilizamos el cálculo de la escala de coma de Glasgow (GCS),
Apertura ocular Espontánea 4 la presión arterial sistólica (PAS) y la frecuencia respiratoria
Al comando verbal 3 (FR), y cada uno de estos parámetros fueron divididos en cinco
Al estímulo doloroso 2 valores (O a 4), aproximados, de acuerdo con la probabilidad
Sin respuesta 1 de sobrevivencia en cada uno de ellos; después de la combi-
Mejor respuesta verbal Orientado
nación de los resultados y la función logística, se le asignaron
5
valores diferentes para cada uno de los parámetros, así:
Confuso 4
Palabras inapropiadas 3
RTS =0,368 x GCS + 0,7326 x PAS + 0,2908 x FR
Sonidos incomprensibles 2
Sin respuesta 1 Donde GCS, PAS yFR representan cada uno de los valores
Mejor respuesta motora Obedece a los comandos 6 de O a 4, de acuerdo con la tabla 4.
Localiza el dolor - moviliza 5
Flexión normal - retira 4 Tabla 3. Índice de trauma (TS).

Flexión anormal 3
Evaluación fisiológica Variaciones Escala
Extensión anormal 2
Frecuencia respiratoria 10-24 4
Sin respuesta 1
(movimientos por minuto) 24-35 3
> 36 2
El valor mínimo es 3 y el máximo 15. Cuanto mayor sea
1-9 1
el valor, menor será la gravedad y por consiguiente habrá un
Apnea O
mejor pronóstico. Un paciente en coma, por definición, no
Esfuerzo respiratorio Ausente 1
presenta apertura ocular (aperturfl. ocular = 1), no hay capa-
Presente O
cidad para obedecer al estírmlo (respuesta motora = 1 a 5),
no habla (respuesta verbal = 1 a 2). Entonces, pacientes con Presión arterial sistólica > 90 4
(mmHg) 70-89 3
índice menor a ocho y la mayoría de los que está con puntaje
igual a ocho, está en coma. 50-69 2
1-49 1
Sin pulso palpable O
índice de trauma (Trauma Score o TS)
Llenado capilar Normal 2
El índice de trauma fue creado a partir de una modificación Disminuido 1
del índice de Triage (Triage Index) y publicado por Cham- Ausente O
pion et al en 1981 (15, 18). Apareció después de un análisis Escala de coma de Glasgow 13-15 4
estadístico e incluye como criterios: frecuencia respiratoria, 9-12 3
esfuerzo respiratorio, presión arterial sistólica, llenado capi- 6-8 2
lar y escala de coma de Glasgow (tabla 3). 4-5 1
El valor mínimo es de O y el máximo 15, siendo este últi- 3 O
mo alcanzado en pacientes que no presentan alteraciones de "
los criterios ya referidos. El TS es un buen índice predicti- Tabla 4. Variables del Índice de trauma revisado (RTS).'"
vo para pronóstico, siendo considerados como traumatismos
graves aquellos pacientes con TS < 12. Escala de coma Presión arterial Frecuencia respirato- Valor
El TS fue utilizado por muchos años, y posteriormente cri- de Glasgow sistólica (mmHg) ria (movimientos por
minuto)
ticado por la dificultad en la evaluación objetiva del llenado
capilar y esfuerzo respiratorio, además de subvalorar la gra- 13-15 > 89 10-29 4

vedad de algunos traumatismos craneoencefálicos. Entonces, 9-12 76-89 >29 3


el equipo de Champion et al (17) publicó en 1989, el índice 6-8 50-75 6-9 2
de trauma revisado (Revised Trauma Score o RTS), una ver- 4-5 1-49 1-5 1
sión para evaluar y ,clasificar la severidad de las lesiones con 3 O O O
mayor precisión y la otra para triage (T- RTS). 0,9368 0,7326 0,2908 Constante

El RTS varía de O hasta aproximadamente 8 (exactamente


índice de trauma revisado (Revised Trauma
7,8408), debiendo ser calculado, al ser admitido el paciente
Score o RTS) en el hospital. El RTS es un índice fisiológico práctico, pero
El índice de trauma revisado fue obtenido a través de la evalua- no es un buen parámetro para identificar, por ejemplo, pa-
ción de los resultados con el método de comparación estadís-
38/ íNDICES DE TRAUMA EN TERAPIA INTENSIVA

cientes susceptibles a infección, o para sacar resultados en senca, hematrocito y leucograma). Utilizamos el peor
pacientes traumatizados graves, internados en la unidad de resultado de cada parámetro clínico-laboratorio, obtenido
terapia intensiva (19, 66). en las primeras 24 horas después de la admisión. Cada
parámetro recibe puntuación de O a 4, con excepción de la
APACHE (Acute Physiology and Chronic escala de coma de Glasgow en que la puntuación es de O a
Health Evaluation) 12 y los niveles de creatinina que deben estar duplicados
en la presencia de insuficiencia renal.
Knaus et al (42) describieron en 1981 un sistema de evalua- b. La edad del paciente, con puntuación de O a 6.
ción clínico fisiológico denominado APACHE (Acute Phy- c. Evaluación de la enfermedad crónica preexistente, reci-
siology and Chronic Health Evaluation), que incluía también biendo 5 puntos en los enfermos operados de emergencia,
parámetros de laboratorio, con buena aplicabilidad en pacien- ó 2 puntos para los enfermos en el postoperatorio de ciru-
tes en estado crítico. Después de cuatro años, estos mismos gía electiva.
autores publicaron una revisión del índice APACHE n, que
viene siendo usado frecuentemente en las unidades de terapia El índice es obtenido por la suma de puntos de las partes A,
intensiva hasta el día de hoy, a pesar de la introducción del B y C conforme se ilustra en la tabla 5.
APACHE nI y IV (43, 44, 78). El APACHE n fue elaborado a partir de un estudio multi-
El APACHE n es un sistema de clasificación de la gra- céntrico, con el análisis de 5.815 casos clínicos y quirúrgicos,
vedad de las enfermedades (43). No se trata de un índice de que necesitaron de cuidados intensivos. El índice mínimo del
trauma propiamente dicho, pero su gran aplicabilidad, princi- APACHE n es cero y el máximo 71. Los valores más eleva-
palmente en la evolución de enfermos graves en la unidad de dos están asociados a una mayor mortalidad. En el estudio
terapia intensiva, justifica su presentación en este capítulo. El original, ningún paciente tuvo puntuación mayor de 55. Rut-
APACHE n utiliza un índice de puntuación que es dividido ledge et al (66), en 1993, compararon el APACHE n, el índi-
en tres partes: ce de trauma (TS) y el índice de gravedad de la lesión (ISS)
a. La medida de 12 parámetros fisiológicos, evaluados clí- como predictores en la evolución de los pacientes traumatiza-
nicamente (temperatura, presión arterial media, frecuen- dos graves. El APACHE n mostró un mayor valor predictivo,
cia cardíaca, frecuencia respiratoria y escala de coma de pero los autores concluyeron que los índices deben ser utili-
Glasgow) o a nivel de laboratorio (presión parcial de oxí- zados apenas como auxiliares en la evaluación clínica para
geno, pH arterial, sodio sérico, potasio sérico, creatinina calcular la gravedad de los pacientes con riesgo de muerte

Tabla 5. Escore APACHE II: A + B + C.

A. Puntuación de acuerdo con las variables fisiológicas


Variable fisiológica Niveles arriba de lo normal Niveles abajo de lo normal
puntos +4 +3 +2 +1 O +1 +2 +3 +4

Temperatura rectal (oC) >41,0 39,0- 40,9 38,5-38,9 36,0-38,4 34,0-35,9 32,0-33,9 30,0-31,9 :::; 29,9
Presión arterial media (mmHg) >160 130-159 110-129 70-109 50-69 :::;49
Frecuencia cardíaca (bpm) >180 140-179 110-139 70-109 55-69 40-54 :::; 39
Frecuencia respiratoria (mpm) > 50 35-49 25-34 12-24 10-11 6-9 :::;5
p02 Fi02 ~0,5 ~ 500 350-499 200-349 <200 '-
1',
FiO, <0,5 >70 61-70 55-60 < 55
pH arterial >7,70 7,60-7,69 7,50-7,59 7,33-7,49 7,25-7,32 7,15-7,24 <7,15
Na sérico (mEq/l) >180 160-179 155-159 150-154 130-149" 120-129 111-119 :::; 110
K sérico (mEq/l) > 7,0 6,0-6,9 5,5-5,9 3,5-5,4 3,0-3,4 2,5-2,9 <2,5
Creatinina sérica (mg%) > 3,5 2,0-3,4 1,5-1,9 0,6-1,4 <0,6
Hematrocito (%) > 60 50,0-59,9 46,0-49,9 30,0-45,9 20,0-29,9 <20
Leucocitos (mm 311000) > 40 20-39,9 15 -19,9 3-14,9 1-2,9 <1
Escala de coma de Glasgow: 15 - GCS

B. Puntuación de acuerdo con la edad (años): C. Atribución de los puntos a la enfermedad crónica preexistente (O, 2 ou 5):
Edad Puntuación • Enfermedad hepática: cirrosis hepática, hipertensión portal, encefalopatía, coma por
<44 O insuficiencia hepática
45-54 2 • Enfermedad cardiovascular: clase IV - New York Heart Association
55-64 3 • Enfermedad respiratoria: DPOC, hipercapnia, policitemia o hipertensión pulmonar
65-74 5 • Enfermedad renal: diálisis crónica
> 75 6 • Inmunosupresión: quimioterapia, radioterapia, corticoterapia, leucemia, linfoma, AIDS.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

(66). Wong et al (77) evaluaron 470 pacientes traumatizados dos intensivos su tasa de mortalidad es menor de 5 %. Los
internados en la unidad de terapia, intensiva en Canadá, con valores de 9 a 12 están asociados a una mortalidad de 25%,
tasa de mortalidad de 13% (63 casos), y compararon los re- de 13 a 16 de 50%, de 17 a 20 de 75% y pacientes con índices
sultados del APACHE II Y los del TRISS. Ambos métodos mayores a 20 tienen mortalidad del 100%. Este índice tiene
fueron eficientes, con la misma precisión, pero ninguno de una excelente precisión (49).
ellos ofrece suficiente confianza para calcular la evolución de
un paciente individualmente (77). Una ventaja del APACHE Evaluación de la falla orgánica secuencial
II es que también considera la presencia de enfermedades (Sequential Organ Failure Assessment Score
crónicas previas (hepáticas, cardiovasculares, respiratorias, ou SOFA)
renales y diabetes), ya que éstas tienen una influencia signifi-
cante en la mortalidad de los pacientes traumatizados (70). El SOFA es un índice compuesto, de los resultados de seis
Con el fin de mejorar la precisión del índice APACHE, Zi- órganos y sistemas (respiratorio, cardiovascular, hepático,
mmerman, McNair y Malila (78) desarrollaron el APACHE coagulación, renal y neurológico), puntuado cada uno de O a
IV, para la predicción de los pacientes adultos internados en 4, de acuerdo con el grado de su falla (76). La tabla 7 mues-
la unidad de cuidados intensivos, utilizando informaciones tra los diferentes parámetros. Este índice fue probado, en un
desde el primer día de ingreso. Solamente algunas variables estudio prospectivo multicéntrico en 16 países, con pacientes
nuevas fueron introducidas en el APACHE IV Y fue alterado críticos en la unidad de cuidados intensivos y mostró que es
el modelo estadístico. El APACHE IV presentó una precisión simple y eficiente en la predicción de la falla orgánica (75).
elevada para la predicción de los casos fatales (78).
Tapia 7. El índice SOFA.

índice de la disfunción orgánica múltiple


Sistema orgánico Índices
(Multiple Organ Dysfunction Score or MODS)
O 1 2 3 4
El MODS es un índice fisiológico desarrollado para evaluar Respiración (PaO/ >400 :s 400 :s 300 :s 200, :s 100
el pronóstico de los pacientes con insuficiencia orgánica, in- Fi0 2, mmHg) com VM*
ternados en la unidad de cuidados intensivos (49). Los datos Coagulación > 150 :s 150 :s 100 :s 50 :s 20
clínicos y de laboratorio de los pacientes fueron analizados (plaquetas x 1031
con el fin de definir los sistemas más representativos de la fa- mm 3 )
lla orgánica múltiple, siendo definidos así: respiratorio (pOi Hígado (bilirrubi- < 1,2 1,2-1,9 2,0-5,9 6,0-11,9 2: 12,0
na sérica, mg/dl)
Fi0 2), renal (niveles de creatinina sérica), hepático (niveles
de bilirrubina sérica), hematológico (número de las plaque- Cardiovascular ausen- PAM** dopamina dopamina dopamina
tas), sistema nervioso central (Escala de coma de Glasgow)
(hipotensión) te <70 :s 5 o do- >50 > 15 o
butamina noradre- noradre-
y cardiovascular (tasa de presión y frecuencia cardíaca ajus- nalina :s nalina>
tadas, determinadas por el producto de la frecuencia cardía- 0,1 0,1
ca por la: media de la presión venosa central, dividido por Sistema nervioso 15 13-14 10-12 6-9 <6
la presión arterial). La tabla 6 ilustra estas variables y sus central (OCS)
respectivas puntuaciones. Renal (creatinina < 1,2 1,2-1,9 2,0-3,4 3,5-4,90u 5,0 ou <
sérica, mg/dl o < 500 mIl 200 mIl
Tabla 6. El índice de la disfunción orgánica múltiple (MODS). gasto urinario) día día

*VM = ventilación mecánica o soporte ventilatorio; **PAM'';:" presión ar-


Sistema orgánico Índices terial media.
O 1 2 3 4
Respiratorio (PaO/ > 300 226-300 151-225 76-150 <75 El cálculo repetido del índice es importante para la iden-
FI02, mmHg) tificación de los pacientes con mayor riesgo de permanencia
Renal (creatinina < 1,13 1,14-2,26 2,27-3,96 3,97-5,65 > 5,65 prolongada en la unidad y su muerte (75).
sérica) En un estudio comparativo, entre el MODS y el SOFA
Hepático (bilirrubina < 1,17 1,18-3,5 3,5-7 7-14 > 14 calculado en la admisión, cada 48 horas, realizado por Pe-
sérica, mg/dl)
res Bota et al (61), en Bélgica, los autores observaron que
Cardiovascular < 10,0 10,1-15,0 15,1-20,0 20,1-30,0 > 30,0 estos índices son excelentes para predecir la evolución y la
Hematológico (pla- > 120 81-120 51-80 21-50 <20 falla cardiovascular como factor de pronóstico, observando
quetas x 103 )
que esto fue mejor evaluado por el SOFA comparado con el
Neurológico (OCS) 15 13-14 10-12 7-9 <6 MODS. En otro estudio en que se comparan estos dos índi-
ces, en pacientes víctimas de trauma craneoencefálico grave
Pacientes con índice de cero tienen funcionamiento de sus e internados en la unidad de terapia intensiva, el SOFA mos-
sistemas normales y cuando ingresan en la unidad de cuida- tró una mayor precisión que el MODS, en lo que se refiere a
la mortalidad y falla orgánica no neurológica (79).
38/ íNDICES DE TRAUMA EN TERAPIA INTENSIVA

índices anatómicos porales fue lesionado, se calcula el índice utilizando única-


mente la herida existente. El ISS tiene un valor mínimo de
Los índices anatómicos mas utilizados actualmente son: es-
1 y máximo de 75, y cuanto mayor el valor, probablemente
cala abreviada de las lesiones (AIS), índice de severidad de la
mayor será la mortalidad. Los pacientes que presentan le.sio-
lesión (ISS), índice de trauma abdominal penetrante (PATI),
nes generalmente fatales conesponden al AIS 6, automática-
índice de trauma abdominal (ATI), índice de trauma torácico
mente tendrán un ISS de 75.
penetrante· (PTTI) Y clasificación de la lesión de los órga-
Solamente las lesiones más graves de cada segmento cor-
nos (Organ Injury Scaling o OIS) (1-6, 9, 23, 24, 40,50-57).
poral son consideradas en el cálculo del ISS; lesiones aso-
Pero, nuevos índices han sido desarrollados, con la intención
ciadas en el mismo segmento u otras lesiones menores, que
de caracterizar mejor la extensión que las lesiones traumáti-
también contribuyen a una peor morbimortalidad, no son
cas representan para el paciente, tales como el nuevo índice
consideradas, constituyéndose en una limitación de este ín-
de gravedad de la lesión (NISS) y o ICISS (índice de grave-
dice (26). Igualmente, no es aconsejable la adopción exclu-
dad de la lesión con base en el CID-9) (59,60).
siva del ISS en centros donde predominan los traumatismos
penetrantes, pues generalmente sólo uno de los segmentos
Escala abreviada de las lesiones (Abbreviated cOl-porales está comprome~ido, no siendo entonces un buen
Injury Scale o AIS) índice para predecir las complicaciones en estos casos (27,
La escala abreviada de las lesiones es una lista que contiene 58). Esto puede ser bien entendido en los pacientes con heri-
decenas de lesiones de todos los segmentos corporales, dividi- das por proyectiles de arma de fuego en el abdomen, lo que
dos por la gravedad. Cada lesión recibe un valor, con gravedad generalmente resulta en varias lesiones en diferentes órganos
creciente que vada de 1 (lesión mínima) a 6 (lesión general- y vísceras.
mente fatal). Fue publicado por la primera vez en 1971 y com- Ordoñez et al (58), en un estudio con 621 pacientes trau-
plementado en 1972, siendo revisado nuevamente en 1976, matizados atendidos en un hospital de Cali en Colombia, ha-
1980, 1985, 1990 Y 2005 (1-5, 23, 24). El AIS no es utilizado lló una incidencia de 90,1% de los casos secundarios a los
aisladamente como índice, de trauma, pero es imp0l1ante pues traumas penetrantes. Estos autores afirmaron que en este país
sirve como base para el pronóstico de otros índices. La últi- no es aconsejable el uso del ISS como guía, ya que la mayo-
ma versión del AIS, en 2005, detalla mejor las lesiones de la ría de los casos es víctima de lesiones en uno o dos sistemas
cabeza, tórax y abdomen, además de introducir las lesiones (tórax y abdomen), al contrario de lo que es observado en
vasculares del cerebro y diferenciar exactamente la extensión países donde predominan los traumatismos cenados.
de estas heIidas (5). La extensión de los valores del AIS, co-
lTelacionados con la mortalidad, hace posible una constatación Nuevo índice de gravedad de la lesión (New
numéIica descriptiva de las lesiones, en pacientes afectados, en Injury Severity o NISS)
diferentes segmentos corporales. Apareció inicialmente con el
El índice, denominado como nuevo índice de gravedad de las
índice de gravedad de la lesión (InjuIity SeveIity Score o ISS),
lesiones (NISS) fue descrito por Osler, Baker y Long (59),
en 1974, permitiendo la comparación de las tasas de m0l1ali-
en 1997, con el fin de mejorar la precisión del ISS, que es
dad en los gmpos de traumatizados (6).
el índice anatómico más adoptado en los centros de trauma.
El NISS se obtiene por la suma de los cuadrados de las tres
índice de gravedad de la lesión (Injury lesiones más graves apuntadas por el AIS, independiente
Severity Score o ISS) del segmento corporal comprometido. En otras palabras, si
El índice de gravedad de la lesión fue descIito por Baker et al un paciente presenta lesiones graves asocIadas en el mismo
(6) en 1974, siendo muy utilizado para cuantificar la gravedad segmento cOl-poral, lo que es relativamente frecuente en los
de las lesiones, en pacientes politraumatizados. Para el ISS el traumas penetrantes, estas lesiones serán usadas para calcular
cuerpo humano, es de manera práctica dividido/en seis seg- el NISS. En el artículo Oliginal, los autores hicieron una com-
mentos: cabeza y cuello; cara; tórax; abdomen y órganos de la paración entre el ISS y el NISS y concluyeron que el NISS es
pelvis; extremidades y huesos de la pelvis y superficie externa. un índice fácil de calcular y con mayor capacidad de predecir
En cada uno de estos segmentos, cada lesión existente recibe la mortalidad que el ISS, siendo utilizado como índice anató-
una puntuación de 1 a 6, teniendo como base los cIiteIios del mico de referencia (59).
AIS. En cada segmento sólo se considera la lesión más grave. En otro estudio, Balogh et al (7) observaron una superio-
PosteIiormente, son seleccionados los tres segmentos cOl-pora- ridad del NISS, comparado con el ISS en la predicción de la
les que presentan la lesión más grave, o sea, con mayor pun- ocunencia de falla orgánica múltiple en pacientes trau·ma-
tuación y se eleva cada uno de estos valores al cuadrado. Con tizados. Pero al ser evaluados niños traumatizados, GIisoni
la suma de los mismos resulta el ISS. et al (36) no encontraron diferencias significativas en los
En casos de lesión aislada, en determinado segmento o en resultados del ISS y del NISS, como ha sido observado en
pacientes en que solamente uno de los dos segmentos cor- adultos.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

índice de trauma abdominal penetrante dad. Además, es empleado sólo para trauma penetrante. Esta
(Penetrating Abdominal Trauma Index o PATI) última limitación fue solucionada con la creación del índice
de trauma abdominal (ATI), que vino a considerar también
El índice de trauma abdominal penetrante, es utilizado para los traumas celTados (9).
cuantificar el riesgo de complicaciones, después del trauma-
tismo penetrante (50). Cada órgano intraabdominal tiene un
índice de trauma abdominal (Abdominal
factor de riesgo que varía de 1 a 5; la lesión es calificada de
acuerdo con la gravedad, recibiendo valores también de 1 a 5.
Trauma Index o ATI)
El índice de la lesión de cada órgano es el producto del factor El índice de trauma abdominal fue publicado por Borlase et
de riesgo, por la gravedad de la lesión y la suma de los índices al (9), en 1990, siendo considerado una validación y revisión
de todos los órganos lesionados representa el PATI, siendo: critica del PATI. Para ser calculado se utilizan los mismos
principios del PATI, pero puede ser evaluado cualquier tipo
Órgano 1: factor de riesgo x gravedad de la lesión = Índice 1 de trauma abdominal (penetrante o celTado), y hubo altera-
Órgano 2: factor de riesgo x gravedad de la lesión = Índice 2 + ción del factor de riesgo de seis de los 15 órganos intraabdo-
Órgano X: factor de riesgo x gravedad de la lesión = Índice X minales anteriormente descritos (tabla 8). Los autores tam-
bién revisaron, en conjunto, algunos criterios demográficos,
Total =P ATI Índice
fisiológicos e inmunológicos, que no fueron significativos,
para aumentar la sensibilidad o para la identificación de com-
La tabla 8 presenta el factor de riesgo de cada órgano ab-
plicaciones intraabdominales. Con el ATI también se observó
dominal en la versión original y después de ser revisado en
el riesgo de desalTollar sepsis abdominal exponencialmente
1990 (9, 50).
con índices mayores a 25 (29,63).
Tabla 8. Factor de riesgo de los órganos intraabdominales conforme el índi-
ce del trauma abdominal penetrante (PATI) y el índice del trauma abdominal índice del trauma torácico penetrante
(ATI).
(Penetrating Thoracic Trauma Index o PTTI)
Órgano lesionado Factor de riesgo Factor de riesgo El índice del trauma torácico penetrante fue descrito por Iva-
antiguo (PA TI) revisado (A TI) tury et al (40), en 1987, constituyéndose en un índice seme-
Páncreas 5 5 jante al PATI, que evalúa solamente las lesiones torácicas.
Duodeno 5 4 Es obtenido por el producto del factor de riesgo de cada es-
Colon 4 4
tructura u órgano (valor 5 para el corazón y grandes vasos y
4 para los pulmones y el esófago), por el grado de la lesión
Hígado 4 4
del órgano (1 a 5 de acuerdo con la gravedad). La suma de
Grandes vasos 4 5
los valores obtenidos para todos los órganos torácicos resulta
Bazo 3 3
el PTTI.
Riñón 3 2
Ducto biliar extrahepático 3 1
Clasificación de la lesión de los órganos
Yeyuno e íleo 2 1
(Organ Injury Scaling o OIS)
Estómago 2 3
Uréter 2 2
En el encuentro anual de la Asociación Americana de Ciru-
gía del Trauma (AAST), en 1987, fue nomb'rqdo el Comité
Vejiga 1 1
de Clasificación de la Lesión de los Órganos (Organ Injury
Huesos 1 1
Scaling Committee o OIS) con él fin de dividir en índices la
Vasos menores 1 1
gravedad de las lesiones, }ndividualmente, en los órganos y
Diafragma 1 1 estructuras corporales, con el objetivo de facilitar el estudio
clínico y mejorar la calidad del tratamiento (74). Se trata de
El estudio original de Moore et al (50), y otros posteriores, la descripción anatómica de la lesión con gravedad creciente,
mostraron que los pacientes con PATI > 25 tienen un riesgo dividida en grados de 1 a VI, siendo esta última herida prácti-
muy elevado de desalTollar complicaciones, principalmente camente fatal. El OIS no es propiamente un índice de trauma,
si se compara con los pacientes con PATI < 25 (28). El PATI pero caracteriza detalladamente lesiones de órganos intrape-
tiene como ventaja el hecho de considerar todas las lesio- ritoneales, extraperitoneales, cervicales y torácicas siendo .
nes intraabdominales, independiente de la gravedad. Pero muy útiles para la parametrización de las lesiones (51-57).
no considera las lesiones en otros segmentos corporales, que Los grados de la lesión del OIS no cOlTesponden necesaria-
también contribuyen a aumentar la morbilidad y la mortali- mente a los índices del AIS, además que no es el objetivo del
OIS la predicción de la morbimortalida,d.

492
38/ íNDICES DE TRAUMA EN TERAPIA INTENSIVA

ICISS índices mixtos


En los últimos 20 años el ISS ha sido el índice patrón para Con la combinación de índices fisiológicos y anatómicos sur-
la clasificación de las lesiones anatómicas. Sus limitaciones, gieron los índices mixtos. Entre los índices mixtos para pro-
tales como el hecho de ser derivado de la Escala abreviada de babilidad de sobrevivencia, el TRISS es el más utilizado en la
las lesiones (Abbreviated Injury Scale o AIS), la dificultad en literatura médica (10). El escore de trauma pediátrico (PTS)
incluir las lesiones más graves del paciente, independiente también es un índice mixto importante, principalmente pm"a
del segmento corporal afectado, además de otras, han gene- el triage de niños traumatizados en los centros de atención
rado críticas (60, 65, 67). Es así como un cambio del ISS especializada (73).
con mejor precisión y mayor facilidad para ser asimilado fue
propuesto en 1997 (59). Paralelamente, otro índice ha sido TRISS
difundido y ha generado polémica en la literatura: elICISS,
En la década de 1980, estudios clínicos con el aval de varias
que es el índice de gravedad de la lesión basado en el CID-9
asociaciones estadísticas permitieron la creación de un méto-
(Código Internacional de ¡Enfermedades - 9a edición) (47,
do que cuantifica la probabilidad de sobrevivencia. El TRISS,
60). Los trabajos preliminares encabezados por los equipos
que fue descrito por Boyd et al (10), en 1987, se obtiene des-
de Rutledge y Osler mostraron que las informaciones ana-
pués de asociar el RTS, el ISS, la edad del paciente (menor o
tómicas de las lesiones derivadas del CID-9 tenían un valor
igual a 54 años o mayor de 54 años) y el tipo de traumatismo
significativo de predecir, cuando estratificaba la gravedad de
(cerrado o penetrante), siendo un índice de mayor aceptación
las lesiones (60, 64, 65). Vale resaltar que los códigos del
en la literatura médica sobre trauma. Pero analizado aislada-
CID-9 son designados para describir enfermedades con al-
mente, este método puede tener ciertas limitaciones, a pesar
guna precisión, pero no específicamente para trauma (47). A
que en los últimos años han aparecido constantes revisiones
partir de bancos de datos con registro de millares de pacientes
y nuevos índices. A través del análisis estadístico, con la aso-
traumatizados, se hicieron una serie de modelos de análisis
ciación de los criterios e índices citados, fueron obtenidos va-
de regresión logística, siendo calculada la tasa de probabili-
lores que corresponden a la probabilidad de la sobrevivencia.
dad de sobrevivencia para uno de los códigos del CID-9 re-
Estos valores fueron expresados en una cmia, el TRISSCAN.
lacionados con trauma (número 800 a 959.9). Así se hacía la
Por la intersección del RTS y el ISS se obtuvo un cuadro con
división del número de pacientes de un determinado código
cuatro valores, y que cada uno de ellos representa un tipo de
de sobrevivencia por el número total de ocurrencias de aquel
código, obteniendo la probabilidad de sobrevivencia para trauma específico:
cada una de las lesiones (códigos). Posteriormente, en cada
paciente era multiplicada la probabilidad de sobrevivencia de Izquierda superior: traumatismo cerrado en paciente con edad < 54 años
Derecha superior: traumatismo penetrante en paciente con edad
cada lesión o código, hasta un total de diez, obteniéndose un
< 54 años
producto o cálculo de la sobrevivencia. Esto hace que, cuanto
Izquierda inferior: traumatismo cerrado en paciente con edad> 54 años
mayor el número de lesiones graves, menor será el ICISS, y
Derecha inferior: traumatismo penetrante en paciente con edad
que pacientes con múltiples lesiones también podrán tener un > 54 años.
valor bajo del ICISS.
El ICISS ha sido considerado un índice anatómico fácil de Para una mayor eficiencia del TRISS es fundamental el re-
ser calculado y es accesible a cualquier hospital, toda vez que conocimiento y clasificación adecuados de todas las lesiones,
el CID-9 es usado en todo el mundo, se puede obtener por sea a través del examen físico, de exámenes de imagen sim-
profesionales no especialistas en trauma, y es un método con ple o complejos, o a través de cirugía. En:"casos de necropsia
menor costo (67). Además de mejores resultados para predecir las lesiones pueden ser reclasificadas para dejar más preciso
la probabilidad de sobrevivencia, el ICISS es un buen índice el resultado del TRISS (38).
para predecir el período de permanencia hospitalaria y de los La necesidad de/cremo un método adecuado pm"a cuanti-
gastos médicos y hospitalmios. En miículo publicado en 1998, ficm" la gravedad de los pacientes víctimas de trauma, hizo
Rutledge et al (68) llegm"on a proponer el fin del ISS y del que los cirujanos se reunieran con el fin de desmTollm" un test
TRISS. Recientemente estos autores analizaron los registros que calculase la probabilidad de sobrevivencia de un paciente
de 82l.455 pacientes hospitalizados víctimas de trauma en traumatizado. El TRISS fue un índice adoptado, y bajo la
hospitales de Carolina del NOlie, EEUU, con una mortalidad coordinación del Comité de Trauma del Colegio Americano
global del 2,9% (69). El estimado de probabilidad de sobrevi- de Chujanos (American College of Surgeons Committe of
vencia a través del ICISS tuvo una precisión de 95,9%, sensi- Trauma), fue desmTollado un estudio para evaluar los resul-
bilidad de 97,2% y especificidad de 52,7% (69). tados de pacientes traumatizados, denominado "Major Trau-
Los resultados obtenidos con el ICISS parecen animado- ma Outcome Study" (MTOS) (13). El objetivo inicial de este
res, pero sólo el tiempo y la aparición de nuevos estudios estudio era desarrollar normas para el tratamiento del trau-
en la literatura podrán confirmar su uso universal y su efi- matizado que podrían ser adoptádos en los hospitales, con
ciencia. el fin de garantizm" calidad en los sistemas de urgencia. Con
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

esto sería posible en los hospitales comparar sus resultados pacientes: 162 casos por heridas por arma blanca, 26 por
en grupos de pacientes con la misma gravedad e identificar, proyectil de arma de fuego y 10 con lesiones por otros meca-
para posterior análisis, a los pacientes que murieron inespe- nismos de trauma. Este autor observó que los resultados ob-
radamente, o sea probabilidad de sobrevivencia al calcular tenidos con el TRISS fueron comparables a otros centros de
el TRISS mayor que 50%, como identificar los traumatiza- trauma, siendo el método útil para la comparación entre di-
dos sobrevivientes a pesar de una predicción para la muerte ferentes hospitales e identificación de casos que merecen ser
(TRISS < 0.50). revisados (34). Pero resultados semejantes no fueron obteni-
La identificación de estos pacientes, cuyos resultados se dos por Cayten et al (11), que en 1991 publicaron un trabajo,
desvíen del patrón establecido, permite evaluar las muertes mostrando las limitaciones del método TRISS. Entre ellas,
que se pueden evitar, intentando identificar eventuales fallas la falta de homogeneidad al evaluar pacientes con traumatis-
en el diagnóstico, interpretación o aplicación de técnicas, mos penetrantes, principalmente en lo que se refiere a heridas
motivando a los equipos médicos de urgencia a cambio de por proyectiles de arma de fuego versus las heridas por arma
conductas. blanca. Fueron evaluados 522 pacientes con heridas por arma
Champion et al (13) publicaron en 1990 los resultados blanca en un estudio que incluye ocho hospitales de la región
iniciales del MTOS; en período de 5 años fueron evaluados de Nueva York y entre éstos la mortalidad fue de 5,2%. En
80.544 traumatizados atendidos en 139 centros de trauma de los 613 pacientes víctimas de heridas por proyectil de arma
los Estados Unidos y Canadá. Los accidentes automovilís- de fuego, la mortalidad fue de 14,2%. Esto resultó ser una
ticos se constituyeron en el principal mecanismo de trauma limitación del TR1SS al hacer comparación entre los hospi-
(34,7 % de los casos), la media del 1SS fue de 12,8 y la morta- tales, considerando que la tasa de mortalidad, en un servicio
lidad global fue del 9%. La tasa de mortalidad estuvo asocia- con elevada proporción de heridas por proyectiles. de arma de
da a la gravedad de la lesión craneoencefálica; pacientes con fuego, sería claramente mayor que la tasa de muerte de, otro
lesión encefálica y AIS < 3 resultaron en 5 % de mortalidad, hospital donde hubiese predominio de los traumas por arma
en cuanto oCUlTió una tasa de muertes de 40% en aquellos blanca. Las diferencias de la probabilidad de sobrevivencia
con traumatismo craneano y AI~ > 4. Se observó que 4,5% utilizando el TR1SS no serían adecuadas, y los autores sugi-
de los adultos víctimas d~ traumatismo cerrado y 3,8% de rieron el desarrollo de coeficientes del TR1SS separando los
los traumas penetrantes presentaron un resultado inesperado, dos principales tipos de trauma penetrante (11).
principalmente en lo que se refiere a las denominadas muer- En lo que se refiere a los traumas penetrantes, Pillgram-
tes potencialmente evitables (TR1SS > 0,50). De los 7.247 Larsen et al (62), aplicaron el TR1SS en 206 pacientes: 149
traumatizados que finalizaron en muerte, 2.138 (29,5%) fue- heridas por arma blanca, con media global del ISS de 9 y
ron inesperadas. De éstos, 883 pacientes (41,3%) tenían una función fisiológica satisfactoria (Índice de Trauma o TS ma-
probabilidad de sobrevivencia mayor del 90%. yor que 14) en 85% de los casos. Tres pacientes (1,5%) mu-
El MTOS permitió la autovalidación de las instituciones rieron y las probabilidades de sobrevivencia de estos a través
participantes, pero levantó dudas y cuestionamientos sobre la del TRISS eran, respectivamente, 0,92, 0,96 y 0,98. Estos 3
aplicabilidad del índice de sobrevivencia, tal como: casos fatales presentaban enfermedades preexistentes: enfer-
c> El TRISS no tiene control de otras variables, tales como medad pulmonar crónica, alcoholismo y disturbio psiquiá-
el estado de salud y la presencia de enfermedades previas trico; lo que tampoco es evaluado por el TR1SS. Los autores
a la lesión. concluyeron que, en trauma penetrante, el estado fisiológico
c> La tasa de edad mayor de 65 años tuvo la probabilidad de del paciente en el inicio del tratamiento es más importante la
sobrevivencia súper estimada, y de los 883 muertes in- evolución que la gravedad de las lesiones anatát?icas.
esperadas con TR1SS > 0,90, en 27,8% de los casos los Otra limitación del método TRISS es la ineficiencia al eva-
pacientes eran adultos mayores con más de 65 años. luar pacientes con múltiples lesiones graves en el mismo seg-
.. Los datos tienen que estar registrados adecuadamente; en mento corporal, toda vez qu~ éstas no son sumadas al calcular
este estudio 11,3% de los casos no fueron considerados por el 1SS, lo que generalment~ resulta en un 1SS de 25 (11, 27,
estar incompletos, lo que podría falsear los resultados. 58). Esto es bien ejemplificado en los pacientes con heridas por
.. Los índices tienen sus limitaciones, por esto son fre- proyectil de arma de fuego en el abdomen, lo que generalmente
cuentemente revisados. El 1SS, por ejemplo, se basa en resulta en varias lesiones en diferentes órganos y vísceras. En
la Escala Abreviada de las Lesiones (Abbreviated 1njury estudio publicado por Cornwell 3rd et al (27) fueron evaluados
Scale o A1S) y considera apenas la lesión más grave de un 848 pacientes con herida por proyectil de arma de fuego en el
segmento corporal, lo que subestima la gravedad de los abdomen, atendidos en un importante centro de trauma en Los
pacientes, con múltiples lesiones en un mismo segmento, Ángeles, en un período de dos años. Entre los pacientes admi-
como en muchas de las heridas penetrantes. tidos con alguna señal de vida la mortalidad fue de 12,7% (108
casos). Con el fin de detectar las fallas del TRISS conforme ha
La aplicación del TR1SS en pacientes con traumatismo pe- sido propuesto por el Colegio Americano, de Cirujanos fueron
netrante fue analizada por Eisenberg (34), que evaluó 198
38/ íNDICES DE TRAUMA EN TERAPIA INTENSIVA

revisados los prontuarios de 39 pacientes (36% de los casos de En un trabajo reciente, Demetriades et al (32) evaluaron
muerte) considerados de muertes inesperadas, o sea, con pro- la utilidad y las limitaciones del método, en un centro grande
babilidad de sobrevivencia estimada mayor al 50% (TRISS > de trauma urbano y concluyeron que el TRISS presenta li-
0,50). Estos pacientes eran predominantemente jóvenes (media mitaciones en varios sub grupos de pacientes, principalmen-
de edad de 29 años), fueron atendidos rápida (tiempo medio de te en los que sufrieron trauma grave. El TRISS se evaluó
rescate de 11 minutos) e inmediatamente por equipos de trau- comparando la supervivencia esperada con la observada.
ma, pero la mayoría de ellos (80%) tenía lesión de los grandes Los autores observaron que en los pacientes con riesgo bajo,
vasos, así como múltiples lesiones abdominales asociadas en el error fue cerca de 4,3%. Por otro lado, en pacientes que
90% de los casos. La media del índice del trauma abdominal sufrieron un trauma grave, con ISS mayor que 20, este por-
penetrante (PATI) fue de 40,3 en cuanto que la probabilidad de centaje de error se elevó en las siguientes proporciones: 34%
sobrevivencia esperada para estos 39 pacientes muertos fue del en pacientes arriba de 54 años, 29% en los pacientes con
89%. La revisión crítica de los casos calculó que la muerte era lesiones por caídas y en aquellos con lesiones en cuatro o
inevitable en 38 pacientes (97%) y potencialmente evitable en más regiones del cuerpo, 26,4% de error en los pacientes en
1 caso (3%). Los autores concluyeron que el TRISS es un mé- choque en la admisión y 26,1% en pacientes que presentan
todo muy limitado para ser usado en pacientes con heridas por complicaciones durante la admisión. De esta forma, además
proyectil de arma de fuego en el abdomen (27). Conclusiones de citar estas limitaciones enfatizaron que el método debe
semejantes fueron obtenidas por Ordoñez et al (58). ser mejor interpretado en estas situaciones de gravedad y
A .pesar de sus limitaciones, el TRISS ha sido utilizado su papel reconsiderado y tal vez hasta abandonado, siendo
en la mayoría de los hospitales que tratan traumatizados en necesarias otras alternativas (32).
todo el mundo. El modelo fue estudiado por Hill et al (39) Es importante resaltar que el TRISS puede ser útil cuando
en 1992, con la intención de estudiar 24 muertes, entre 81 es aplicado a un grupo de pacientes, por lo tanto este índice
pacientes gravemente heridos (ISS > 16) admitidos en la no es recomendado para orientar al equipo médico con el fin
unidad de trauma durante un año. El análisis de los casos de tomar decisiones terapéuticas en pacientes individualmen-
permitió aportar al méto~o TRISS una sensibilidad de 100%, te (15, 46). El TRISS actualmente continúa siendo el méto-
pero apenas 42% de especificidad, concluyendo que el méto- do patrón para la validación de los resultados de centros de
do sobreestima la 'probabilidad de sobrevivencia, particular- trauma, indicando casos para revisiones y permitiendo una
mente en traumatismos craneoencefálicos. Resultados menos unificación del lenguaje en trauma.
animadores fueron obtenidos por Suárez-Álvarez et al (71),
que en un estudio realizado en España y publicado en 1995, NTRISS
estudiaron 404 pacientes poli traumatizados, con predominio
Un nuevo índice mixto, llamado NTRISS, fue definido en
de los traumatismos cerrados (90% de los casos), media del
2004. Para ser calculado, se utilizan los mismos criterios del
ISS de 17 y mortalidad global del 19,6%. Concordaron clí-
TRISS, descrito por Boyd et al (10), pero adoptando el NISS
nicamente con la mayoría de los resultados esperados por el
como índice anatómico, en reemplazo del ISS. Fraga, Manto-
TRISS, pero estadísticamente el método no fue validado, por
vani y Magna (35) hicieron pruebas en 1.380 pacientes some-
más que haya mostrado una precisión del 88%, sensibilidad
tidos a laparotomía exploradora, siendo el 68,8% víctimas de
del 67 % y especificidad del 93 %.
trauma penetrante y observaron una mayor eficacia del índice
En otro estudio, Coimbra et al (22) evaluaron, retrospec-
denominado ISS, que utiliza al NISS como índice anatómico,
tivamente 64 pacientes con traumatismo abdominal, que ne-
comparándolo con el TRISS. Fue identificada una ligera ven-
cesitaron internarse en la unidad de terapia intensiva en el
taja del NTRISS en esta población, en la',que predominaron
período postoperatorio. Once pacientes (38% de las muer-
los traumas penetrantes y cOn lesiones anatómicas numérica-
tes) fueron considerados como de muertes inesperadas, con
mente más graves que las del MTOS; no fue significante esta
TRISS > 0,50, siendo clasificados como: evitables, poten-
ventaja, al punto de/utilizar de rutina este índice.
cialmente evitables o inevitables de acuerdo con lo propuesto
por Davis et al (30). Varios factores pueden contribuir para la
ocurrencia de muertes evitables; la identificación de errores índice de caracterización de la gravedad del
durante todas las fases del tratamiento es fundamental para la trauma o ASCOT (A Severity Characterization
educación continuada de todo el equipo de salud que atiende of Trauma")
a los traumatizados. Los cambios en la atención de los casos Con la finalidad de intentar suprimir las deficiencias del
de traumatismos graves, a través de la revisión de las compli- TRISS, nuevos índices de trauma han sido desarrollados. En
caciones y de las muertes, puede llevar a una disminución de 1990, el mismo grupo de Champion et al (12), presentó un
los errores, mejorando la calidad en la asistencia a las vícti- nuevo índice fisiológico y anatómico, denominado índice de
mas de trauma. caracterización de la gravedad del trauma o ASCOT (A Se-

SECCION 111: TRAUMA 495


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

verity Characterization of Trauma). Así como el TRISS, el con seis parámetros: tamaño/peso; condiciones de las vías
ASCOT también incluye la descripción de las lesiones ana- aéreas; presión arterial sistólica; estado neurológico; presen-
tómicas, del estado fisiológico del paciente en la admisión, la cia de traumatismo penetrante y presencia de trauma del sis-
edad y el tipo de traumatismo. Las ventajas del ASCOT sobre tema esquelético. Cada parámetro recibe un valor, pudiendo
el TRISS, es que la metodología empleada para calcularlo ser: +2, + 1 o -1; de la suma de los valores de cada parámetro
considera varias lesiones y caracteriza mejor la edad, por ha- resulta el PTS, como se ilustra en la tabla 9. El índice del
ber mayor división en franjas etarias. Al comparar el ASCOT PTS varía de -6 (lesiones muy graves) hasta + 12 (lesiones
con el TRISS, los autores identificaron mejores resultados en con buen pronóstico).
los casos de traumatismos cerrados, pero la superioridad del El PTS es presentado en los cursos de ATLS; niños con
ASCOT fue mayor en los traumas penetrantes. El ASCOT PTS < + 8 deben ser encaminados a centros de trauma con
también fue más eficiente que el TRISS en lo que se refiere a atención especializada (25). El TRISS también puede ser uti-
la descripción del estado fisiológico del paciente y al descri- lizado como predictor de probabilidad de sobrevivencia en
bir el número, localización y gravedad de las lesiones (12). niños, y con esta finalidad debe ser utilizado en el TRISS-
Markle et al (48) analizaron los datos de 5.685 pacientes CAN los valores conespondientes al traumatismo cerrado y
atendidos en hospitales de Nueva York en un período de dos con la edad < 54 años (33).
años. El análisis de los índices en los pacientes que evolu- De esta forma percibimos que los índices de trauma re-
cionaron a óbito mostró que de los 187 casos fatales después presentan un importante y esencial objeto de estudio para
del trauma cenado, la probabilidad de sobrevivencia sería el cirujano, que atiende pacientes traumatizados, pues auxi-
mayor de 50% en 46,2% de los pacientes aplicándose el lian la estratificación de muestras de enfermos y cuantifi-
TRISS, y en 38,8% de los casos utilizándose el ASCOT. Ya can la intensidad del traumatismo, tanto desde el punto de
en los traumas penetrantes, esta disparidad oCUlTió en 28% vista anatómico como funcional, ofreciendo la posibilidad
de los casos, tanto para el TRISS cuanto para el ASCOT. Los de caracterizar muertes potencialmente evitables y aun per-
autores concluyeron que ocurrió una discreta superioridad mitiendo la comparación de resultados entre diferentes cen-
en la precisión del ASCOT en ~·elación al TRISS, pero esto tros de atención de traumatizados, buscando alcanzar buena
debe ser ponderado, debido a la complejidad para obtener el calidad en la asistencia ofrecida. Con el fin de resumir el
procesamiento de los datos de este nuevo índice (48). Tam- contenido presentado sobre los diversos índices, en la tabla
bién afirmaron que tanto el TRISS como el ASCOT tienen 10 son descritos dos casos clínicos ejemplificando la ma-
limitaciones, siendo aún necesario el desarrollo de nuevos nera de calcularse los índices más adoptados en centros de
modelos para poder evaluar la calidad de los sistemas de trauma en la actualidad.
trauma.
Tabla 9. Escore del trauma pediátrico.
Existen en la literatura otros artículos que resaltan la ne-
cesidad de hacer una revisión de los casos estimados por el
Evaluación Escore
ASCOT y por el TRISS, en el sentido de identificar los óbi-
tos inesperados para un análisis más detallado (37). Pero, el + 1 +2 1
propio equipo de Champion et al (14) publicó, en 1996, una Peso (Kg) > 20 10-20 <10
extensa casuística en que concluyeron que el ASCOT es defi- Vía aérea normal mantenida por intubada tra-
nitivamente más eficiente que el TRISS, para estimar la pro- la boca o nariz queostomía
babilidad de sobrevivencia. Nos resta saber si en el momento Presión arterial > 90 50-90 <50
debemos comprender mejor el método del ASCOT, o esperar, (mmHg)
'--- '-
ya que nuevos índices han sido creados. Nivel de consciencia bien despierto 9bnubilado o comatoso
-inconsciente
Escore de trauma pediátrico (Pediatric Herida abierta ninguna menor grande o pene-
Trauma Score o PTS) trante

Fracturas ninguna menor expuesta o


El índice de trauma pediátrico fue creado en 1987, con el
múltiples
fin de resolver el problema de la dificultad en aplicar el RTS
para niños traumatizados, con el objetivo principal de esta- TOTAL

blecer criterios de triage (73). Se trata de un índice mixto


38/ íNDICES DE TRAUMA EN TERAPIA INTENSIVA

Tabla 10. Ejemplos para el cálculo de los índices de trauma.

Ejemplo 1 Ejemplo 2
Sexo y edad del paciente Femenino, 29 años Masculino, 58 años
Mecanismo del trauma Accidente de motocicleta Herida por arma blanca
Datos vitales en la admisión GCS = 13 GCS = 15
PAS 100mmHg PAS = 140 mmHg
FR = 36 mpm FR= 18mpm
RTS 0,9368 x 4 + 0,9368 x 4 +
0,7326 x 4 + 0,7326 x 4 +
0,2908 x 3 = 7,55 0,2908 x 4 = 7,84
Lesiones anatómicas (AIS) Fractura del hueso parietal (2) Trauma del tórax:
hematoma subdural (4) hemotórax 800 mI (3)
Trauma del tórax: lesión diafragma grado II (3)
hemotórax 300 mI. (3) Trauma del abdomen:
fractura de costillas (3) lesión gástrica grado II (3)
contusión pulmonar (3) lesión del cuerpo del páncreas grado III (3)
Trauma del abdomen: lesión del colon grado II (3)
lesión del hígado grado IV (4) lesión yeyuno grado V (4)
lesión del riñón grado IV, siendo realizado nefrectomía (4) Herida en la mano
Trauma de extremidades:
fractura del húmero (2)
fractura expuesta de tibia (3)
ISS Cabeza y cuello: 4" Cabeza y cuello: -
Rostro: Rostro: -
tórax: 3" tórax: 3"
abdomen: 41 abdomen: 41
extremidades: 31 extremidades: 1
externa: 1 externa: -
=41 =26
NISS Hematoma subdural (4 f Lesión del diafragma grado II (3f
lesión del hígado grado IV (4)1 Lesión del yeyuno grado V (4 r
lesión riñón grado IV (4)1 otra lesión abdominal (3)"
=48 =34
ATI Hígado: riesgo 4 x 3 = 12 Estómago: riesgo 3 x 2 = 6
Riñón: riesgo 2 x 5 = 10 Páncreas: riesgo 5 x 3 = 15
22 Colon: riesgo 4 x 3 12
Yeyuno: riesgo 1 x 5 = 5
=38
TRIS S Intersección del RTS : : : 7,5 Y del Intersección del RTS : : : 8,0 y del
ISS : : : 40, usando el valor de la izquierda (trauma cerrado) y ISS : : : 25, usando el valor de la derecha (trauma penetrante)
superior (edad:::; 54 años) e inferior (edad> 54 años)
=0,94, =0,89,
o sea, probabilidad de la sobrevivencia calculada en 94% O sea probabilidad de la sobrevivencia calculada em 890/0
NTRISS Si utiliza el NISS : : : 50 la probabilidad de sobrevivencia es Si utiliza el NISS : : : 35 la probabi~dad de sobrevivencia
del 890/0 es del 640/0

Referencias 7. Balogh Z, Offner PJ, Moore EE, Biffl WL. NISS predicts post injury
multiple organ failure better than the ISS. J Trauma 2000; 48: 624-627.
1. American Association for Automotive Medicine: The Abbreviated In- 8. Birolini D. Trauma: Os Índices de Trauma. Rev Col Bras Cir 1996; 23:
jury Scale (AIS) -1976. Des Plaines, Illinois, 1976. 4-5.
2. American Association for Automotive Medicine: The Abbreviated In- 9. Borlase BC, Moore EE, Moore FA. The Abdominal Trauma Index - a
jury Scale (AIS) -1980 Revision. Des Plaines, Illinois, 1980. critical reassessment and validation. J Trauma 1990; 30: 1340-1344.
3. American Association for Automotive Medicine: The Abbreviated In- 10. Boyd CR, Tolson MA, Copes WS. Evaluating trauma care: the TRISS
jury Scale (AIS) -1985 Revision. Des Plaines, Illinois, 1985. method. J Trauma 1987; 27: 370-378.
4. American Association for Automotive Medicine: The Abbreviated In- 11. Cayten CG, Stahl WM, Murphy JG, Agarwal N, Byrne DW. Limita-
jury Scale (AIS) -1990 Revision. Des Plaines, Illinois, 1990. tions of the TRJSS method for interhospital comparisons: a multihos-
5. American Association for Automotive Medicine: The Abbreviated In- pital study. J Trauma 1991; 31: 471-482.
jury Scale (AIS) -2005 Revision. 12. Champion HR, Copes WS, Sacco WJ, et al. A New Characterization
6. Baker SP, O'Neill B, Haddon W Jr, Long WB. The Injury Severity of Injury Severity. J Trauma 1990; 30: 539-546.
Score: a method for describing patients with multiple injuries and eva- 13. Champion HR, Copes WS, Sacco V'(J, et al. The MajorTrauma Outco-
luating emergency careo J Trauma 1974; 14: 187-196. me Study: establishing national norms for trauma careo J Trauma
1990; 30: 1356-1365.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

14. Champion HR, Copes WS, Sacco WJ, et al. Improved predictions 39. Hill DA, Lennox AF, Neil MJ, Sheehy JP. Evaluation of TRISS as a
from a Severity Characterization of Trauma (ASCOT) over Trauma mean s of selecting trauma deaths for clinical peer review. Austr N Z J
and Injury Severity Score (TRISS): tesults of an independent evalua- Surg 1992; 62: 204-208.
tion. J Trauma 1996; 40: 42-49. 40. Ivatury RR, Nallathambi MN, Stahl WM, et al. Penetrating cardiac
15. Champion HR, Sacco WJ, Carnazzo AJ, et al. The Trauma Score. Crit trauma: quantifying anatomic and physiologic injury. Ann Surg 1987;
Care Med 1981; 9: 672-676. 205: 61-66.
16. Champion HR, Sacco WJ, Copes WS: Trauma Scoring. In: Feliciano 41. Jennett B, Teasdale G, Braakman R, et al. Predicting outcome in indi-
DV, MoOl'e EE, Mattox KL. Trauma. Stamford, Connecticut, Apple- vidual patients after severe head injury. Lancet 1976; 1: 1031-1034.
ton & Lange - 3th ed., 1996; 53-67. 42. Knaus WA, Zimmerman JE, Wagner DP, et al. APACHE: Acute phy-
17. Champion HR, Sacco WJ, Copes WS, et al. A Revision of the Trauma siology and chronic health evaluation: a physiologically based classi-
Score. J Trauma 1989; 29: 623-629. fication system. Crit Care Med 1981; 9: 591-597.
18. Champion HR, Sacco WJ, Hannon DS, et al. Assessment of injury 43. Knaus WA, Draper EA, Wagner DP, Zimmerman JE. APACHE 11: A se-
severity: The Triage Index. Crit Care Med 1980; 8: 201-208. verity of disease classification system. Crit Care Med 1985; 13: 818-829.
19. Cheadle WG, Wilson M, Hershman MJ, et al. Comparison of trauma 44. Knaus WA, Wagner DP, Draper EA, et al. The APACHE III prognostic
assessment scores and their use in prediction of infection and death. system. Chest 1991; 100: 1619-1636.
Ann Surg 1989; 209: 541-546. 45. Mantovani M, Fraga GP. Avalia<;ao da gravidade. Escalas de Trauma.
20. Coimbra RSM, Angle N, Silva LE, Hoyt DB, Rasslan S. Índices de In: Freire, E. Trauma - a doen<;a dos séculos. Rio de Janeiro, Editora
trauma: o que sao e por que devem ser usados? Rev Col Bras Cir 1997; Atheneu, 2001; 403-420.
24: 255-263. 46. Mantovani M, Fraga GP. Mortalidade e índices de sobrevida no trau-
21. Coimbra RSM, Caran HA, Ueda R, Rasslan S. Traumatismo geriátri- ma. In: Freire, E. Trauma a doen<;a dos séculos. Rio de Janeiro, Edi-
co: Índices de Trauma e fatores prognósticos. Rev Col Bras Cir 1995; tora Atheneu, 2001; 2873-2884.
22: 253-257. 47. Manual of the International Statistical Classification of Diseases, Inju-
22. Coimbra R, Razuk A, Pinto MCC, Caran A H, Saad Jr. R, Rasslan S. ries and Causes of Death. Geneva, World Health Organization, 1967.
Severely injured patients in the intensive care unit: a critical analysis 48. Markle J, Cayten CG, Byrne DW, Moy F, Murphy JG. Comparison
of outcome and unexpected deaths identified by the TRISS methodo- between TRISS and ASCOT methods in controlling fOl' injury severi-
logy. Int Surg 1996; 81: 102-106. ty. J Trauma 1992; 33: 326-332.
23. Committee on Medical Aspects of Automotive Safety: Rating the se- 49. MarshaIl JC, Cook DJ, Christou NV, Bernard GR, Sprung CL, Sibbald
verity of tissue damage: 1. The Abbreviated Scale. JAMA 1971; 215: WJ. Multiple organ dysfunction score: a reliable descriptor of a com-
277-280. plex clinical outcome. Crit Care Med 1995; 23(10): 1638-1652.
24. Committee on Medical Aspects of Automotive Safety: Rating the se- 50. Moore EE, Dunn EL, MoOl'e JB, Thompson JS. Penetrating Abdomi-
verity of tissue damage: 11. The Comprehensive Scale. JAMA 1972; nal Trauma Index. J Trauma 1981; 21: 439-445.
220: 717-720. 51. MoOl'e EE, Shackford SR, Pachter HL, et al. Organ Injury Scaling:
25. Committee on Trauma, American College of Surgeons: Advanced Spleen, liver and kidney. J Trauma 1989; 29: 1664-1666.
Trauma Life Support (ATLS®) Student Manual. Chicago, 2003. 52. MoOl'e EE, Cogbill TH, Malangoni MA, et al. Organ Injury Scaling 11:
26. Copes WS, Champion HR, Sacco WJ, et al. The Injury Severity ScOl'e Pancreas, duodenum, small bowel, colon, and rectum. J Trauma 1990;
Revisited. J Trauma 1988; 28: 69-77. 30: 1427-1429.
27. Cornwell 3rd EE, Velmahos GC, Berne TV, et al. Lethal abdominal 53. MoOl'e EE, Cogbill TH, Jurkovich GJ, et al. Organ Injury Scaling III:
gunshot wounds at a level I trauma center: analysis ofTRISS (Revised Chest waIl, abdominal vascular, ureter, bladder, and urethra. J Trauma
Trauma Score and Injury Severity Score) fallouts. J Am CoIl Surg 1992; 33: 337-339.
1998; 187: 123-129. 54. MoOl'e EE, Malangoni MA, Cogbill TH, et al. Organ Injury Scaling
28. Costa OL, Faintuch J, Colombo CA, et al. Valor de um índice prognós- IV: Thoracic vascular, lung, cardiac and diaphragm. J Trauma 1994;
tico anat6mico na classifica<;ao de pacientes traumatizados com les6es 36: 299-300.
abdominais e extra-abdominais. Rev Paul Med 1988; 106: 131-136. 55. Moore EE, Cogbill TH, Jurkovich GJ, et al. Organ Injury Scaling:
29. Croce MA, Fabian TC, Stewart RM, et al. Correlation of Abdominal Spleen and liver (1994 Revision). J Trauma 1995; 38: 323-324.
Trauma Index and Injury Severity Score with abdominal septic com- 56. Moore EE, Jurkovich GJ, Knudson M, et al. Organ Injury Scaling
plications in penetrating and blunt trauma. J Trauma 1992; 32: 380- VI: Extrahepatic biliary, esophagus, stomach, vulva, vagina, uterus
388. (nonpregnant), uterus (pregnant), faIlopian tube, and ovary. J Trauma
30. Davis JW, Hoyt DB, McArdle MS, MackersieRC, Shackford SR, 1995; 39: 1069-1070.
Eastrnan AB. The significance of critical care errors in causing pre- 57. Moore EE, Malangoni MA, Cogbill TH, et al. Org~'fi1.njury Scaling
ventable death in trauma patients in a trauma system. J Trauma 1991; VII: Cervical vascular, peripheral vas~ular, adrenal, pe¿ls,testis, and
31: 813-819. scrotum. J Trauma 1996; 41: 523-524.
31. DeMaria EJ, Kenney PR, Merrian MA, et al. Survival after trauma in 58. Ordóñez C, Becerra C, Ferrada R. Índices de trauma como predictores
geriatric patients. Ann Surg 1987; 206: 738-743. de mortalidad y complicaciones. Panam J Trauma 1990; 2: 44-50.
32. Demetriades D, Chan LS, Velmahos G, et al. TRISS methodology in 59. Osler T, Baker SP, Long W. A modification of the Injury Severity Sco-
trauma: the need for alternatives. Brit J Surg 1998; 85: 379-384. re that both improves accuracy and simplifies scoring. J Trauma 1997;
33. Eichelberger MR, Champion HR, Sacco WJ, et al. Pediatric coeffi- 43: 922-926.
cients for TRISS analysis. J Trauma 1993; 34: 319-322. 60. Osler T, Rutledge R, Deis J, Bedrick E. ICISS: An International Clas-
34. Eisenberg RL. TRISS methodology in penetrating trauma: 198 pa- sification of Disease-9 based Injury Severity Score. J Trauma 1996;
tients at Baragwanath Hospital. Austr N Z J Surg 1993; 63: 515-519. 41: 380-388.
35. Fraga GP, Mantovani M, Magna LA. Índices de trauma em pacientes 61. Peres Bota D, Melot C, Lopes Ferreira F, Nguyen Ba V, Vincent JL.
submetidos a laparotomia. Rev Col Bras Cir 2004; 31(5): 299-306. The Multiple Organ Dysfunction Score (MODS) versus the Sequen-
36. Grisoni E, Stal1ion A, Nance ML, et al. The New Injury Severity Score tial Organ Failure Assessment (SOFA) score in outcome prediction.
and the evaluation of pediatric trauma. J Trauma 2001; 50: 1106-1110. Intensive Care Med 2002: 28(11): 1619-1624.
37. Hannan EL, Mendeloff J, FarreIl LS, Cayten CG, Murphy JG. Vali- 62. Pillgram-Larsen J, Marcus M, Svennevig JL. Assessment of probabi-
dation of TRISS and ASCOT using a non-MTOS trauma registry. J lit y of survival in penetrating injuries using the TRISS methodology.
Trauma 1995; 38: 83-88. Injury 1989; 20: 10-12.
38. Harviel JD, Landsman 1, Greenberg A, et al. The effect of autopsy on 63. Ribeiro Jr. MAF, Borghesi RA, Eshkenazy,R, Saad WA. Índice de
injury severity and survival probability calculations. J Trauma 1989; trauma abdominal: aplicabilidade clínica e valor prognóstico. Rev Col
29: 766-773. Bras Cir 1996; 23: 139-142.
38/ íNDICES DE TRAUMA EN TERAPIA INTENSIVA

64. Rutledge R: Injury severity and probability of survival assessment in 72. Teasdale G, Jennett B. Assessment of coma and impaired conscious'-
trauma patients using a predictive hierarchical network model derived ness. A pratical scale. Lancet 1974; 2: 81-84.
from ICD-9 codeso J Trauma 1995; 38: 590-601. 73. Tepas JJ, Mollitt DL, Talbert JL, et al. The Pediatric Trauma Score as
65. Rutledge R, Fakhry S, Baker C, et al. Injury severitygrading in trauma a predictor of injury severity in the injured child. J Pediatr Surg 1987;
patients: a simplified technigue based upon ICD-9 coding. J Trauma 22: 14-18.
1993; 35: 497-507. 74. Trunkey DD. Trauma care at mid-passage - a personal viewpoint:
66. Rutledge R, Fakhry S, Rutherford E, Muakkassa F, Meyer A. Com- 1987 AAST Presidential Address. J Trauma 1988; 28: 889-895.
parison of APACHE Il, Trauma Score, and Injury Severity Score as 75. Vincent JL, de Mendonca A, Cantraine F, et al. Use of the SOFA score
predictors of outcome in critically injured trauma patients. Am J Surg to assess the incidence of organ dysfunction/failure in intensive care
1993; 166: 244-247. units: results of a multicenter, prospective study. Working group on
67. Rutledge R, Hoyt DB, Eastman AB, et al. Comparison of the Injury "sepsis-related problems" of the European Society of Intensive Care
Severity Score and ICD-9 Diagnosis Codes as predictors of outcome Medicine. Crit Care Med 1998; 26( 11): 1793-1800.
in injury: analysis of 44,032 patients. J Trauma 1997; 42: 477-488. 76. Vincent JL, Moreno R, Takala J, et al. The SOFA (Sepsis-related Or-
68. Rutledge R, Osler T, Emery S, Kromhout-Schiro S. The end of the gan Failure Assessment) score to describe organ dysfunction / failure.
Injury Severity Score (ISS) and the Trauma and Injury Severity Sco- On behalf of the Working Group on Sepsis-Related Problems of the
re (TRISS): ICISS, an International Classification of Diseases, ninth European Society of Intensive Care Medicine. Intensive Care Med
revision-based prediction :tool, outperforms both ISS and TRISS as 1996; 22: 707-710.
predictors of trauma patient survival, hospital charges, and hospital 77. Wong DT, Barrow PM, Gomez M, Mc Guire GP. A comparison of
length of stay. J Trauma 1998; 44: 41-49. the Acute Physiology and Chronic Health Evaluation (APACHE) Il
69. Rutledge R, Osler T, Kromhout-Schiro S. Illness severity adjustment score and the Trauma-Injury Severity Score (TRISS) for outcome as-
for outcomes analysis: validation of the ICISS methodology in all sessment in intensive care unit trauma patients. Crit Care Med 1996;
821,455 patients hospitalized in North Carolina in 1996. Surgery 10: 1642-1648.
1998; 124: 187-196. 78. Zimmerman JE, McNair DS, Malila FM. Acute Physiology and Chro-
70. Sacco WJ, Copes WS, Bain W, et al. Effect of preinjury illness on nic Health Evaluation (APACHE) IV: hospital mortality assessment for
trauma patient surviva1 outcome. J Trauma 1993; 35: 538-543. today's critically ill patients. Crit Care Med 2006; 34(5): 1297-1310.
71. Suarez-Alvarez JR, Miguel J, Del Rio FJ, Ortega P. Epidemiologic 79. Zygun D, Berthiaume L, Laupland K, Kortbeek J, Doig C. SOFA is
aspects and results of applying the TRISS methodology in a Spanish superior to MOD score for the determination of non-m;urologic organ
trauma intensive care unit (TICU). Intensive Care Med 1995; 21: 729- dysfunction in patients with severe traumatic brain injury: a cohort
736. study. Crit Care 2006; 10(4): R115.

SECCION 111: TRAUMA 499


MAN PACI
C

Jorge H. Mejía M, MD; Ernst K Senz S, MD

Introducción de la Universidad del Valle, realizaron un estudio en 1992


evaluando durante dos semanas la presentación de TCE d~
El trauma craneoencefálico (TCE) es una de las patologías
cualquier severidad en las principales entidades de salud de
de la medicina crítica que representa un reto en su enfoque y
la ciudad, en personas de 15 a 65 años de edad. Encontraron
manejo. La frecuencia, diversidad y severidad de las lesiones
una incidencia de 676 casos anuales por cada 100.000 ha-
presentes en el espectro del TCE hacen, en primer lugar, que
bitantes, con una mortalidad global del 200/0. Una revisión
sea un problema de salud pública mundial tanto en países de-
sobre la epidemiología del trauma pediátrico en Medellín (6)
sanollados con en vías de desanollo; y en segundo lugar, que
revela que el trauma de cráneo con o sin fractura es la cau-
su manejo implique una estrecha interacción entre los servi-
sa más importante de mortalidad con una tasa de 29,25 por
cios de atención prehospitalaria, y los servicios de urgencias,
100.000 habitantes.
neurocirugía y cuidado crítico durante el manejo hospitalario
El TCE es más común en hombres que en mujeres, y la
y la rehabilitación. Esto implica una atención multidiscipli-
población más afectada se encuentra entre los 15 y 50 años.
naria integrada y de alto nivel, que un centro de trauma debe
Es más frecuente en fines de semana que en días de trabajo
estar en capacidad de ofrecer.
(5) y en las regiones no tropicales ocurre más durante las
A pesar de los .grand~s progresos en la comprensión de
estaciones cálidas (7).
sus mecanismos y fisiopatología, y que se ha reportado una
Las principales causas de TCE en Estados Unidos son: ac-
disminución en la mortalidad durante las tres últimas décadas
cidentes de tránsito (500/0), caídas (250/0), actividades recrea-
(1) todavía no se alcanza el reto de proveer la mejor atención
tivas (10-150/0) y asaltos (5-100/0). En Cali, Quintero y col s
posible a los pacientes con el menor retraso posible (2, 3).
(8) reportan las causas más frecuentes de TCE: accidentes de
Igualmente, es motivo de controversia el impacto real en la
tránsito (520/0), y lesiones relacionadas con la violencia ur-
calidad de vida que se tiene en los pacientes que sobreviven
bana: heridas por arma de fuego (17.80/0), lesiones por arma
especialmente luego de TCE severo.
cortopunzante (4,10/0), trauma contuso (12%), caídas (70/0) y
El objetivo de esta revisión es reunir para el lector los ele-
otros (70/0) (tabla 1).
mentos fundamentales alrededor de este tema como son su
epidemiología, fisiopatología, tipo de lesiones, clasificación Tabla 1. Mecanismo del trauma.
clínica y diagnóstico, y el manejo adecuado de estos pacien-
tes para así reducir las lesiones secundarias que pudieran USA CALI
ocunir y por lo tanto tener un impacto positivo en la morbi- Accidentes de tránsito: 50% Accidentes de tránsito: 52%
mortalidad de este problema. Caídas: 25% Heridas po~ a\~ma de fuego: 17,8%
Actividades recreativas: 10-15% Trauma contusÓ: 12%
Asaltos: 5-10% Caídas: 7%
Epidemiología
Lesiones arma cortopunzante: 4,1%
El TCE es una patología frecuente, con grandes repercusio- ! Otros: 7%
nes personales y sociales debido a la morbilidad y mortalidad
asociadas. Aunque su incidencia varía ampliamente a lo an- El consumo de alcohol contribuye en e1380/0 y de fármacos
cho del mundo, la mayoría de estudios reportan alrededor de psicoactivos en el 70/0 de los casos; en el trabajo previamente
200 a 300 casos anuales por cada 100.000 habitantes (1). mencionado de Quintero y cols (8) el 450/0 de los pacientes
En Estados Unidos, la incidencia anual de TCE es de 132 que tuvo accidentes de tránsito había ingerido alcohol, y el
a 200 por 100.000 habitantes (es decir 1,5 millones de per- 120/0 estaba bajo efecto de drogas.
sonas al año sufre TCE), 230.000 de los cuales son hospita- No sólo la incidencia es mayor en países pobres que en los
lizados, 80.000 a 90.000 quedan con secuelas, especialmente desaITollados; igualmente marcada es la diferencia entre po-
neurocognitivas, 2.000 quedan en estado vegetativo persis- bres y ricos en lo que respecta a mortalidad (29,25 /100.000
tente y 50.000 mueren (4). contra 6,29/100.000) y a la prevalencia de secuelas (6,2/1000
Las escasas publicaciones de países en desarrollo mues- contra 4,4/1000) (9).
tran que la incidencia en ellos de TCE es mayor que la de los La incidencia según el grad~ de disfunción cerebral es:
países desaITollados. En Cali, Gutiénez y colaboradores (5), leve (550/0), moderado (300/0) y severo (150/0). En Estados
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Unidos se estima que una de cada siete víctimas de TCE velocidad de producción es de 0,35 ml/minuto; es reabsorbido
muere antes de recibir atención médica, y del resto, la mor- por las vellosidades aracnoideas y granulaciones de Paccio-
talidad es de 10% para los casos de trauma moderado y 30% ni, apéndices de aracnoides localizados en las convexidades
en trauma severo. En la serie de Gutiérrez, no hay datos de cerebrales que se proyectan hacia los senos durales, donde el
seguimiento para evaluar la mortalidad total, pero de 209 ca- líquido retorna hacia la circulación venosa. En situaciones de
sos, 55 murieron el día del trauma, y de estos sólo 6 habían aumento de la presión intracraneana, el LCR es el am0l1igua-
recibido alguna atención médica, lo que indica que en nues- dor para mantener una presión intracraneal dentro de límites
tro medio la mortalidad temprana es muy elevada. normales desplazando su volumen hacia los espacios de reser-
La presencia de TCE eleva la mortalidad de los pacientes va, principalmente localizados en el espacio espinal.
con trauma múltiple, como lo sugiere el estudio de McMa- Volumen sanguíneo cerebral (VSC): espacio que ocupa
hon. En el grupo de pacientes con trauma sistémico y TCE la sangre dentro de la vasculatura cerebral. Está determinado
moderado se observó el doble de mortalidad que en el grupo por el diámetro de las arteriolas y vénulas. En condiciones
sin TCE (10) (tabla 2). normales ocupa el 10% del volumen craneal. Es importante
resaltar que el VSC no es directamente proporcional al flujo
Tabla 2. El TCE como problema de salud pública mundial. sanguíneo cerebral, (FSC). Tampoco se correlaciona con el
grado de edema cerebral estimado por TAC (11). En condi-
Incidencia 200 a 300 casos por 100.000 habitantes. ciones extremas, puede haber un aumento del VSC con un
Incidencia, mortalidad y secuelas mayores en países en desarrollo. aumento de la presión intracraneana, y como resultante hay
Trauma primera causa de muerte entre 15 y 50 años. TCE es el tipo de disminución del FSC. En condiciones de efecto de masa,
trauma con mayor mortalidad.
existe desplazamiento del VSC, en especial el del lado veno-
Poli trauma más TCE mayor mortalidad que politrauma solo.
so, en un intento de mantener la presión del sistema dentro de
límites compatibles con la vida. .
Fisiopatología (1)
La bóveda craneana contiene 3 elementos principales los cua- Presión de perfusión cerebral (PPC) y flujo
les interactúan para mantener un~ presión dentro del sistema sanguíneo cerebral (FSC)
entre 100 y 180 mm de agúa o 10-15 mmHg (tabla 3).
La presión de perfusión cerebral (PPC) es la diferencia exis-
Tabla 2. Contenido intracraneano. tente entre la presión arterial media, (PAM) y la presión in-
tracraneana (PIC).

PPC =PAM - PIC

Dicha presión es la que mantiene el flujo sanguíneo cerebral


(FSC) adecuado para cubrir las demandas metabólicas del
Cerebro: ocupa el 70% del volumen craneal y está com- cerebro. El FSC es la cantidad de sangre que pasa por cada
puesto en un 75 a 80% de agua. Se divide en componen- 100 gramos de tejido en un minuto; su mantenimiento se da
tes intracelular y extracelular. El componente intracelular se por la autorregulación, que conserva constante el FSC inde-
subdivide a la vez en sustancia gris que es un grupo celular pendientemente de la variación de la presión arterial media
denso poco distensible, y la sustancia blanca, menos den- dentro de un rango de 50 a 150 mmHg; por fut(ra de este in-
sa que la gris y puede almacenar incrementos de un 10% o tervalo la autorregulación deja de funcionar, y el F.$C se hace
más de agua. El componente extracelular consiste en una dependiente del nivel de PAM.
capa líquida fina similar al líquido cefalorraquídeo, (LCR),
que representa hasta el 20% del volumen cerebral. A pesar FSC =PPC / RVC (Resistencia vascular cerebral)
de que el cerebro es catalogado como incompresible, puede
existir reducción de su volumen básicamente por la pérdida El valor normal del FSC en adultos es de 50 ml/100 gr/minuto.
de agua extracelular. Sin embargo, para efectos de reducción
o mantenimiento de la presión del sistema, este mecanismo Respuesta hemodinámica cerebral
compensador sólo funciona ante aumentos lentos y crónicos En un estudio del grupo de la Universidad de California, se
de presión; no tiene mayor utilidad en procesos agudos como describió la evolución de la hemodinamia cerebral de los pa-
los que ocurren luego de un TCE. cientes con TCE (figura 1) (12). Inmediatamente después del
Líquido cefalorraquídeo (LCR): ocupa el 20% del volu- trauma hay una fase de hipoperfusión (FSC = 32 ml/lOOg/
men de la bóveda craneana. Es producido principalmente por min) con diferencia arterioyugular de oxígeno (DayO?) y
los plexos coroideos de los ventrículos cerebrales, y circula velocidad de la sangre en arteria cerebral media normáles.
hacia el espacio subaracnoideo a través de los forámenes de La segunda fase, de hiperemia, se extiende desde el final del
Luschka y de Magendie. De allí el LCR fluye hacia la superfi- primer día hasta el tercer día y se caracteriza por aumento
cie del sistema nervioso central y hacia la médula espinal. Su del FSC y de la velocidad de la sangre, con disminución de
39/ MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFÁLlCO

la DayO). Por último, la tercera fase, de vasoespasmo, ocurre Focales. Fracturas, hematomas traumáticos, contusiones,
a partir del cuarto día; el FSC está disminuido, la velocidad laceraciones, daño localizado secundario a masa expansiva,
de la sangre permanece alta y la Day02 baja. Es interesante herniaciones y distorsiones del cerebro. Otras menos fre-
anotar que aunque la Day01 permaneció baja en las fases 2 y cuentes son lesión de pares craneales, infecciones localizadas
3, la TAC con xenón mostrÓ consistentemente áreas cerebra- y lesiones por cizallamiento directas del tallo.
les isquémicas.
Lesión cerebral difusa
En los casos extremos, el impacto inicial lleva a daño físi-
~~~------------------------.
co de estructuras nerviosas como disrupción ponto-medular,
FSC
sección del cuerpo calloso o dehiscencia de los hemisfe-
rios cerebrales; la víctima muere en el lugar del accidente.
Cuando la lesión no es tan severa y el paciente sobrevive, se
observa un defecto generalizado y primario de la estructura
axonal, lo que produce una despolarización axonal y paso de
iones a la célula (principalmente calcio). La consecuencia es
una disfunción neurológica generalizada, que se manifiesta
en un espectro de manifestaciones clínicas que van de la for-
ma más leve conocida como concusión o conmoción cerebral
30
a la más severa manifestación como el coma no relacionado
Fase! 111 con compresión de las estructuras centrales, lesión conoci-
28 O 1 2 3 .. 5 B 7 8 9 10 11 12 13 14 15 da como lesión axonal difusa (LAD) caracterizada porque
Días posttrauma los axones se deforman, especialmente en los nódulos de
Ranvier, lo que puede llevar a degeneración (axonotmesis
Figura 1. Evolución del flujo sanguíneo cerebral después de trauma cra- inmediata) seguido o no de regeneración parcial. Cuando el
neoencefálico severo. Las fases hemodinámicas se indican en la base de la daño es poco severo, se produce un daño axonal interno, sin
figura: Fase 1 = hipoperfllsión; fase II = hiperemia; fase III = vasoespasmo. disrupción anatómica, con acumulación excesiva de calcio
Modificado de Martin (12).
intracelular; que a su vez lleva a degeneración axonal secun-
daria o a procesos de autorreparación y recuperación de la
Lesión cerebral traumática aguda estructura y función (11).
La presencia de lesión cerebral es la que determina la pre-
sentación clínica inicial del paciente con TCE y la magnitud Lesión axonal difusa (LAD)
de esta lesión es un factor determinante del resultado último Es el término empleado para definir un paciente en coma
que tenga el paciente. Una clasificación muy útil de lesión traumático prolongado que no es debido a lesión expansiva
cerebral la divide en dos tipos: primaria y secundaria. traumática o a lesiones isquémicas. Como se menciona, es
La lesión primaria representa los efectos inmediatos y/o una situación patológica caracterizada por daño difuso de
irreversibles de la disipación de energía en la sustancia del los axones en los hemisferios cerebrales, el cuerpo calloso,
cerebro. La mayOlia de estos efectos se producen milisegun- el tallo cerebral y el cerebelo; usualmente se acompaña de
dos después del impacto o la penetración. La lesión primaria lesiones hemorrágicas focales múltiple.s. El diagnóstico es
incluye disrupción neuronal y glial directa, lesión vascular, muy difícil en los estadios iniciales del tdltlma, pues el daño
cizallamiento de fibras y laceración cerebral cuando se tra- axonal toma tiempo en ha,cerse evidente clínica y patológi-
ta de lesión penetrante o proyectiles. Las características de camente.
la injuria primaria son: que es autolimitada, dependiente del Se presenta en el 30% de los pacientes que llegan al hospi-
mecanismo de trauma, y teóricamente irreversible. tal y subsecuentemente fallecen, y las grandes series descri-
Hay dos grandes categorías de lesión o injuria primaria: la ben LAD en el 40-55% de pacientes con TCE severo. Depen-
lesión difusa, causada por las fuerzas de aceleración y des- diendo de la severidad inicial, los pacientes pueden tener un
aceleración de la cabeza; y la lesión focal, causada por golpes intervalo lúcido pero lo típico es que progresen rápidamente
directos en el cráneo, llevando a contusiones, laceraciones hasta el coma. La mitad de ellos muere y el resto puede que-
cerebrales y hemorragias (epidural, subdural, intraparenqui- dar con déficit neurológico severo o en estado vegetativo per-
matosa o subaracnoidea) (11). La mortalidad es diferente en sistente (13). Puede oCUlTir sin evidencia inicial de TCE en
estos dos tipos de lesión (24 vs. 41 % según el "traumatic casos de accidentes de alta velocidad (14).
coma data Bank" de EE.UU.); y no es raro que coexistan los En niños muy pequeños el pronóstico de las lesiones di-
dos tipos de lesión. fusas es especialmente grave; debido al parecer a que sus
Difusas. Conmoción cerebral, lesión axonal difusa, isque- neuronas tienden a evolucionar bacia la apoptosis luego del
mia global, hipoxia sistémica, edema difuso, lesión vascular trauma, como lo sugiere un estudio experimental reciente en
difusa.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

animales (15). En estos casos una eventual terapia antiapop- Se ha propuesto la medición de marcadores inmunoquí-
tótica podría ser beneficiosa. micos en LCR, como proteínas de los neurofilamentos, ubi-
El diagnóstico patológico de LAD se basa en la presencia cuitina, precursor de b-amiloide, proteína Tau para confirmar
de edema axonal y masa de retracción axonal fácilmente re- el diagnóstico. Experimentalmente se ha encontrado que su
conocibles con inmunohistoquímica cuando han pasado más presencia en LCR se conelaciona con la evolución hacia el
de doce horas del trauma. La disrupción del cito esqueleto de daño axonal y su disminución con mejoría clínica (18), pero
las neuronas parece ser el mecanismo final de diferentes tipos todavía no se ha definido cuál marcador podría ser utilizado
de lesiones celulares neuronales, como lo expone Fitzpatrick en la práctica clínica.
(16).
De acuerdo a la duración y severidad del coma, la LAD Lesión cerebral focal
se clasifica en leve, moderada y severa. Lafonna leve se ca-
Una lesión focal en el encéfalo produce un efecto de masa
racteriza por pérdida inmediata de conciencia que dura 6 a
que puede llevar a desplazamiento cerebral, herniación y
24 horas, hasta un 30% manifiesta signos de descerebración
compresión del tallo cerebral. A nivel tisular, se cree que se
o decorticación pero desaparecen rápido; tras recuperar la
producen áreas concéntricas de severidad decreciente alrede-
conciencia puede obedecer órdenes o persistir en un estado
dor del área de impacto directo. En el área más cercana al im-
de estupor o agitación e inquietud. La recuperación es buena
pacto OCUlTe disrupción estructural, rodeada de áreas dañadas
pudiendo quedar alteraciones en la memoria. Laforma mo-
pero sin destrucción del tejido (zona de penumbra); y estas
derada es la l'nás frecuente de las LAD. La inconciencia dura
a su vez rodeadas de áreas expuestas a lesiones tardías por
más de 24 horas, durante este tiempo la respuesta motora es
edema e isquemia, influenciadas por mecanismos citotóxicos
de retiro, descerebración o decorticación; la sigue un período
e inflamatorios (19).
variable de confusión y son frecuentes las secuelas cognitivas
Dentro de las lesiones focales se cuentan hematomas
y en menor grado de tipo motor. La forma severa se aso-
subdurales, epidurales, intraparenquimatosos o contusiones
cia a daño axonal mecánico, la duración del coma es de días
hemonágicas. Frecuentemente coexisten varias de estas le-
a semanas, acompañada de descerebración, decorticación,
siones.
otros signos de lesión de tallo y 'disfunción autonómica. Las
El más común es el hematoma subdural agudo, que OCUlTe
secuelas cognitivas y motoras son severas y frecuentemente
en 20 a 40% de los casos de TCE cerrado severo. El pronóstico
permanentes (17).
de estos pacientes depende en parte de la prontitud de la eva-
Dado que las manifestaciones clínicas son tan variadas e
cuación de la masa, antes de que se produzca lesión neuronal
inespecíficas, el diagnóstico puede ser difícil de establecer
secundmla por hipertensión endocraneana (20). La imagen tí-
con certeza y en la mayoría de casos se llega al diagnóstico
pica al TAC es de una masa hiperdensa en forma de medialuna
por descarte. La imagenología (TAC o RMN) muestra edema
adyacente a la tabla interna, frecuentemente asociado a otras
difuso, o es normal; lo que ayuda, pues la ausencia de le-
lesiones focales y edema cerebral (figura 3). Tradicionalmente
siones anatómicas que expliquen el cuadro clínico hace muy
se dice que los hematomas subdurales oCUlTen como conse-
sugestivo este diagnóstico; así como la presencia de microhe-
cuencia del desgmTo de venas puente que hay entre la corteza
monagias en cuerpo calloso, septum pellucidul11, tallo cere-
cerebral y la duramadre o senos venosos. La compresión del
bral yen la unión de la sustancia blanca y gris (figura 2).
tejido cerebral adyacente produce hipertensión endocraneana
(HTE), reducción del flujo sanguíneo cerebral (FSC) no sólo
local sino global y reducción del volumen sang~líneo cerebral
(VSC). Su drenaje precoz revierte la isquemia as.~ciada a la
disminución del FSC y VSC pero puede ocasionm' injuria por
reperfusión cerebral global con edema de rebote (21). Se re-
porta que la administración temprana de manitol a altas dosis
disminuye la PIC, y mejora el FSC pudiendo disminuir en pm'-
te esta injuria por reperfusión (22).
Son factores de mal pronóstico en hematoma subdural agu-
do (23): edad mayor de 65 años, cirugía tardía (mayor 4 horas),
Glasgow menor de 6, PIC alta refractm'ia postoperatoria,
El hematoma epidural es producto de trauma al cráneo y
los vasos meníngeos adyacentes, en el 85 % de los casos aso-
Figura 2. Imagen escanográfica de LAD, con focos de hemorragia profundos.
ciado a sangrado de arteba meníngea media, aunque también
se origina por sangrado de origen venoso meníngeo o diploi-
La RMN es 25-30% más sensible que TAC para ver lesio- co. La progresión clínica es variable, sólo el 30% exhibe la
nes de LAD. Dentro de las distintas secuencias que se hacen presentación clásica de período lúcido y luego deterioro de
durante una RMN las secuencias de difusión son las más sen- conciencia, déficit motor contralateral y alteración pupilar
sibles para ver lesiones focales y difusas. ipsilateraL Por lo demás su presentación depende de su loca-
39/ MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFÁLlCO

lización, origen del sangrado y presencia de lesiones asocia- El significado fisiopatológico de estas lesiones es muy di~
das. La apariencia típica al TAC es de una lesión hiperdensa símil; un hematoma epidural es poco más o menos un hema-
biconvexa adyacente al cráneo (figura 4). toma resultante de una fractura de cráneo. El encéfalo sub-
yacente generalmente se encuentra bien, ya que el hueso al
fracturarse cumplió con su función protectora de absorb6r la
energía del trauma. Por esto es que los pacientes tienen un
intervalo lúcido; o período de conciencia luego del impacto
inicial. En la medida que el hematoma crece y comprime el
cerebro subyacente, el estado neurológico se deteriora.
En los hematomas subdurales o parenquimatosos en cam-
bio, las fuerzas disruptivas se aplicaron contra la superficie
o el interior del encéfalo y por lo tanto tienden a producir
también daño neuronal que sigue su propio curso, aun cuan-
do se evacue rápidamente la masa. Esto explica por qué estos
pacientes tienden a tener una evolución más tórpida que los
que se presentan con hematoma epidural.
La hemorragia subaracnoidea (HSA), afecta el 33-60%
de pacientes que han tenido TCE (24, 25), y a pesar de al-
Figura 3. Hematoma subdural agudo izquierdo con efecto de masa y hernia gunas controversias, hay evidencia creciente de que la HSA
del uncus.
traumática se asocia a un pronóstico desfavorable (26-29).
Un estudio multicéntrico de pacientes con TCE mostró que
la HSA es un factor independiente de pobre pronóstico (25).
El vasoespasmo pos traumático se ha confirmado tanto por
angiografía como por doppler transcraneal (DTC) (30), sin
embargo su incidencia varía según los diferentes estudios, así
como su duración y curso.
El estudio prospectivo más grande realizado hasta el mo-
mento arroja los siguientes resultados (24): la incidencia de
vasoespasmo en vasos de la circulación anterior es de un
37%, y en la circulación posterior de 22,5%, encontrándose
que es hemodinámicamente significativo en 44,6% de los ca-
sos en la circulación anterior. La prevalencia diaria es más o
menos constante del 30% entre los días dos y trece, y los de
Figura 4. Hematoma epidural agudo derecho con efecto de masa.
mayor riesgo son los 2 y 3 post TCE. La duración es mayor
en la circulación anterior que la posterior, y el 50% experi-
Los hematomas intraparenquimatosos y las contusio-
menta resolución en los siguientes cinco días de su inicio. Se
nes hemorrágicas ocurren frecuentemente en las regiones
estima que un 20% de los pacientes con TCE severo y HSA
subfrontal y temporal anterior. Se cree que durante la rota-
tendrían un infarto cerebral por este vasoespasmo. Los efec-
ción súbita de la cabeza, estas zonas se golpean contra la su-
tos del resultado en el pronóstico ante' la presencia de HSA
perficie ósea rugosa subyacente, generando áreas de tejido
traumática indican que el vasoespasmo p~'straumático induce
macerado y disrupción de la barrera hematoencefálica (BHE)
isquemia cerebral y dismInuye CRM0 2, lo que lleva a peor
(figura 5).
desenlace, y por lo ,tanto que el vasoespasmo es un insulto
secundario al cerebí·o traumatizado.
En las Guías de manejo del TCE no hay recomendaciones
para el manejo del vasoespasmo postraumático, y la eviden-
cia publicada no permite hacer recomendaciones para un tra-
tamiento específico. Igualmente hay que tener presentes las
fases hemodinámicas que se presentan luego del TCE (12):
hipoperfusión inicial seguida de hiperemia y luego resolu-
ción, requiriendo cada una de esas fases diferente tratamien-
to. Así mismo tener cuidado en la interpretación del DTC en
la fase de hiperemia (FSC elevado) que se ve entre los días
2°_4° post TCE pues datos eleva40s de velocidad de cerebral
Figura 5. Imagen tomográfica de contusiones hemorrágicas. media pueden representar hiperemia y no espasmo arterial.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Lesión secundaria Edema osmótico si disminuye la osmolaridad sérica p. ej.


En ella se centra el tratamiento del TCE. La lesión cerebral por diabetes insípida y eventualmente edema intersticial
secundaria OCUlTe minutos a días después del impacto inicial; en caso de que acuna hidrocefalia.
es el resultado de complejos procesos iniciados por la lesión
inicial, como isquemia-repelfusión, hipoxia, edema, hemo- La publicación más reciente sobre este tema cambia varios de
nagia o hipertensión endocraneana; lo que agrava el daño los conceptos que tradicionalmente se han manejado alrede-
primario o impide la recuperación de las zonas encefálicas dor de éste (32). Dado que hay conelación entre el grado de
lesionadas. hinchazón (o swelling en la literatura americana) del cerebro
El principal factor que lleva a daño celular secundario es según el TAC inicial y pronóstico, se hace necesario conocer
la isquemia, que ocurre por déficit neto en el aporte de oxíge- el mecanismo que lleva a esta hinchazón para buscar la forma
no (figura 6) y otros nutrientes (ocurre p. ej. en hipoxia, hipo- de mitigarlo. Los primeros estudios hablan de vasoplejía y
tensión), o por déficit relativo condicionado por el aumento aumento del volumen sanguíneo cerebral que lleva a aumen-
en los requerimientos (p. ej. hipertermia, convulsiones). Gra- to de la PIC; se consideró que el edema jugaba un papel me-
ham encontró que en 85% de los casos fatales de TCE hay nor. Sin embargo, luego se supo que el edema y no la conges-
evidencia de isquemia (31). Las áreas más propensas al daño tión vascular es el responsable de la hinchazón del cerebro y
son las zonas de corteza localizada en las fronteras de los realmente el volumen sanguíneo cerebral está reducido. Los
telTitorios vasculares. estudios se han hecho con la técnica por resonancia magné-
tica conocida como coeficiente de difusión atenuado (ADC).
Se ha visto que en la lesión difusa II el contenido de agua es
FSC ml/min/100g
similar al de voluntarios sanos. Por el contrario, en la lesión
difusa III-IV hay aumento del contenido de agua, y la PIC es
20 más alta a medida que es mayor el contenido de agua. '
El coeficiente de difusión atenuado (ADC) está disminui-
do en lesión difusa III-IV indicando edema celular. La dis-
10 tribución del ADC se conelaciona con el tipo de lesión en
la TAC. El ADC en el núcleo de la contusión y en el halo de
hiperdensidad que rodea la contusión es alto de manera con-
sistente en todas las contusiones estudiadas, indicando pre-
Tiempo dominantemente un edema vasogénico. Más allá del núcleo
de la contusión cerebral, en el área perilesional, el ADC es
Figura 6. Relación entre el flujo sanguíneo cerebral y el infarto tisular. Nó- menor del normal indicando un edema celular.
tese que inicialmente ocurre un déficit reversible, pero cuando la isquemia Igualmente, en los primeros 60 minutos luego de la injuria
se prolonga, se produce un infarto, sin posibilidad de mejoría. Modificado
de Reilly (19). el ADC se encuentra significativamente elevado, lo que es
consistente con edema vasogénico secundario al compromi-
Aunque la mayoría de eventos isquémicos sucede entre el so de la barrera hematoencefálica. Este aumento transitorio
accidente y la hospitalización, el riesgo persiste en el pacien- en el ADC es seguido por una disminución continua del ADC
te politraumatizado en UCI y sólo la presencia atenta de per- que se inicia 40-60 minutos luego de la injuria y que conti-
sonal bien entrenado, la monitoría adecuada y el tratamiento núa hasta el 7° día del TCE. Este comportamiento bifásico
inmediato pueden limitar la extensión de la lesión. del ADC también se ha observado en la llaman,! lesión por
reperfusión. Por lo tanto parece qUé! la apertura de"la banera
Edema cerebral hematoencefálica es transitoria y breve y la hinchazón cere-
bral ulterior es causada por a,umento del agua celular.
El edema cerebral es una de las respuestas secundarias más El tipo de edema que rodea una contusión es de gran interés
importantes del TCE. Ocune prácticamente en todos los casos, pues la expansión de la lesión lleva a desviación de línea me-
aunque su extensión, localización e importancia fisiopatológi- dia, PIC alta y eventualmente a isquemia. El área contusional
ca valian ampliamente. Como se trata de una respuesta secun- puede ser dividida en tres zonas: el núcleo, área perilesional y
daria, es susceptible de manipulación por el tratamiento. el tejido que la rodea. El contenido de agua y el ADC está ele-
El mecanismo por el cual se produce el edema encefálico vado en el núcleo de la lesión consistente con la presencia de
en el trauma no está completamente aclarado, pero se consi- una zona de necrosis mezclada con sangre yagua. Pero en el
dera que es una combinación de varios tipos fisiopatológicos área perilesional el ADC está disminuido así como en el tejido
(11): distante a la lesión. Por lo tanto la evidencia apunta a que los
Edema vasogénico por disrupción de la BHE. cambios en la densidad que se ven en la TAC alrededor de las
Edema citotóxico, como consecuencia de la isquemia re- áreas de contusión son predominantementE; por edema celular
gional o global. tanto en estas lesiones focales como en las difusas; aunque no
Edema hidrostático, luego de la descompresión súbita de se excluye un componente de edema vasogénico.
un hematoma o por pérdida de la autonegulación cerebral.
39/ MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFÁLlCO

Hipertensión endocraneana Por último, al ser usados todos los espacios de reserva y
El síndrome de hipertensióIi endocraneana lo constituyen to- desplazado tanto el LCR como el VSC, el cerebro comienza
das aquellas manifestaciones clínicas que se presentan cuando a desplazarse por diferencia de presión a través de los replie-
OCUlTe un aumento de la presión intracraneana. Los tres com- gues de duramadre (Hoz del cerebro, tentorio) y a través p.el
ponentes de la bóveda craneana funcionan como un sistema foramen magno; lo que se denomina herniación cerebral.
cerrado, manteniendo la presión entre 10 y 15 mmHg. Como En la mayoría de los pacientes con TCE severo ocurre una
el sistema no permite incrementos importantes de volumen, elevación de la PIC por encima de 20 mmHg que general-
debido a que está rodeado por los huesos craneales, cuando mente se asocia con anormalidades en la imagen de TAC;
uno de los componentes aumenta de volumen, por ejemplo el pero la PIC puede aumentar aún sin evidencia de alteraciones
parénquima, en caso de un TCE, tiene que disminuir alguno anatómicas y se manifiesta por la presencia de coma persis-
de los otros dos compartimentos para tratar de mantener la tente luego de la reanimación. La hipertensión endocraneana
presión dentro de rangos fisiológicos. El LCR es el primer (HTEC) por sí sola puede llevar a daño secundario del encé-
volumen por ser modificado, tendiendo a ser desplazado al falo y se correlaciona con mal pronóstico (33), especialmente
principio desde el espacio subaracnoideo en la convexidad si se acompaña de una baja PPC.
cerebral hacia el espacio de la médula espinal. A medida que Cuando la HTEC se deja evolucionar sin tratamiento, la
sigue' aumentando el volumen intracraneal, se comprime el PIC presenta variaciones espontáneas que Lundberg descri-
sistema ventricular. Cuando el volumen de LCR está total- bió inicialmente en pacientes con tumores y luego fueron
mente desplazado hacia los espacios de reserva, la complian- encontradas en trauma y otras lesiones intracraneanas (34).
ce o distensibilidad intracraneal está totalmente disminuida, Se presentan varios tipos de ondas de elevación de la PIC:
lo que hace que cualquier aumento de volumen, por mínimo las ondas tipo A, de mayor significado patológico, son gran-
que sea, genere un importante aumento de presión dentro del des elevaciones de la PIC, hasta 50 ó 100 mmHg ,y de larga
sistema. En la curva de presión-volumen se evidencia este duración, 5 a 20 minutos. Están precedidas por una lenta
momento al llegar al denominado volumen crítico, en donde disminución de la PPC, se acompañan de disminución de
un mínimo incremento de volumen, genera un gran aumento la actividad eléctrica del cerebro y terminan cuando se des-
de la presión (figura.7). encadena una elevación de la TA en respuesta a la isquemia
cerebral (34). Recientemente se describió que estas eleva-
ciones de la PIC están precedidas de hipotensión arterial
sistémica en 19% de los casos y, como dato interesante, se
encontró que 21 % de las ondas estaba precedida de dismi-
nución de la PIC (35).
Las ondas tipo B son de menor amplitud (hasta 50 mmHg)
y duración (30 a 120 segundos); su significado no está com-
pletamente dilucidado.
Ocasionalmente se encuentran también las ondas tipo C,
que son oscilaciones de hasta 20 mmHg que se presentan 4
a 8 veces por minuto, de significado aún más oscuro que las
Volumen intracraneal anteriores, pero que no parecen tener implicaciones patoló-
gicas (36).
Figura 7. Distensibilidad intracraneana.
Eventos clínicos
A medida que se va desplazando el LCR y sigue aumen- Los factores clínicamente identificables que agravan la lesión
tando la presión, comienza a disminuir el volumen sanguíneo inicial son: hipotensión arterial, hipoxia, hipovolemia, hiper
cerebral, siendo la reserva venosa la primera afectada, en es- o hipocapnia, hiper o hipoglucemia, hipertermia, convulsio-
pecialla de las venas piles y luego la de los senos durales. nes e infecciones. La prevención o el tratamiento temprano
En este momento se dejará de reabsorber LCR, por lo que de estas condiciones mejora el desenlace de los pacientes con
no puede disminuir su volumen, lo que incrementa la pre- TCE (37).
sión. Si sigue aumentando la presión intracraneana, se afecta Hipotensión arterial. En un trabajo ya clásico con ihfor-
la presión de perfusión cerebral. Al disminuir la presión de mación extraída del banco de datos de coma traumático de
perfusión cerebral, comienza a presentarse hipoxia cerebral N orteamérica, Chesnut mostró que los pacientes que llegan
lo que conlleva a la formación del edema citotóxico; el cual a urgencias con hipotensión arterial (sistólica < 90 mmHg)
aumenta el volumen del parénquima cerebral al perder la tienen peor desenlace que los que no están hipotensos (38) y
autorregulación celular e incrementa aún más la presión in- que la presencia de hipoxia también incide negativamente en
tracraneana. Al mismo tiempo, la hipoxia estimula la vasodi- el resultado (39).
latación cerebral, aumenta el volumen sanguíneo cerebral y Otros estudios han mostrado que niveles de presión arte-
genera mayor incremento de la presión. rial que son normales o altos para una persona normal, pue-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

den ser muy bajos para asegurar la perfusión cerebral en un membranas, con pérdida del potencial de membrana y salida
paciente con TCE (40). de neurotransmisores tales como glutamato al espacio extra-
Hipertermia. El incremento de la temperatura sistémica celular. En los siguientes minutos, el cerebro intenta restaurar
o local medida en el bulbo yugular aumenta el consumo de su homeostasis por medio del bombeo de iones y la recapta-
oxígeno y por lo tanto pone al cerebro en riesgo de isquemia ción de neurotransmisores. Estos procesos consumen mucha
(41). Experimentalmente se ha demostrado que la hipertermia energía y conllevan una elevación marcada del consumo de
aumenta el daño neurológico que se produce después de la is- glucosa. En los astrocitos, el intenso bombeo de iones y las
quemia; al parecer no sólo por aumento del consumo celular de elevaciones bruscas de glutamato producen un aumento de la
oxígeno, sino por otros mecanismos que aún no se han explica- glucólisis anaeróbica, con acúmulo de hidrogeniones. Esto
do. En humanos, Marion demostró que el desenlace neurológi- a su vez lleva a depleción de glucosa y aumento del lactato
co es mejor en los pacientes en los que se logra una moderada extracelulares.
hipotermia que en los que se permite una ligera hipertermia El astro cito perivascular se hincha y compromete la per-
(42). No obstante, un reciente estudio multicéntrico, controla- fusión local, generando un círculo vicioso de isquemia, falla
do, aleatorizado no mostró beneficio de la hipotermia modera- energética, edema y más isquemia, que termina en necrosis
da instituida en las 8 horas siguientes al trauma (ver adelante) tisular regional.
(165). En un estudio posterior, Polderman y colaboradores Los neurotransmisores parecen participar como promoto-
mostraron que la hipotermia moderada (32 a 34°C) iniciada res del daño; de hecho se ha encontrado una elevación masiva
temprano en los pacientes con TCE grave, mejora el desenlace de aspartato y glutamato en modelos animales y en pacientes
esperado en los pacientes en quienes el manejo "estándar" (que con TCE (51). Los niveles de glutamato son especialmente
incluía coma barbitúrico) no había sido eficaz (43). Hay una altos en los pacientes con contusiones y se correlacionan con
revisión reciente sobre el tema, publicada en dos partes (44). elevaciones de la presión intracraneana y con malos resulta-
Para efectos de TCE probablemente se debe redefinir hiper- dos a seis meses (52). El aumento de los niveles extracelula-
termia, pues se ha visto que la temperatura cerebral puede ser res de glutamato se relaciona con daño neuronal y gliaL La
hasta dos grados centígrados sUP'1rior a la temperatura corporal toxicidad mediada por glutamato está limitada por la capta-
(45), por lo que en ausenc~a de monitoría intracerebral, no se ción y transformación metabólica de glutamato a glutamina
debería permitir una temperatura central por encima de 37°C. en la glía y por la alanina y lactato utilizados por las neuronas
Glicemia. Los pacientes con TCE severo presentan consis- vecinas. In vitro se ha visto que los barbitúricos reducen la
tentemente hiperglicemia e hiperglucorraquia como parte de captación del glutamato y su posterior metabolismo, llevando
su repuesta metabólica (46) y el cerebro se hace completamen- a desacople metabólico entre astro citos y neuronas que sería
te dependiente de la glucosa como sustrato energético (47), por deletéreo para el cerebro. Un trabajo reciente en humanos
lo que la disminución en su aporte (hipoglucemia) lleva a daño sugiere que bajo condiciones clínicas, ni el midazolam ni el
celular rápidamente. Por otro lado se ha demostrado que la hi- tiopental impiden la destoxificación y el metabolismo del
perglicemia se asocia a peor desenlace en TCE severo (48). glutamato en el LCR (53).
Infección. Uno de cada 12 a 20 víctimas de TCE severo Los mediadores inflamatorios derivados de los leucocitos
presenta alguna infección del sistema nervioso unos pocos también están involucrados. En niños con TCE se encontró
días después de la lesión inicial; generalmente es causada por una elevación progresiva del ácido quinolínico (un producto
una bacteria que ingresa al cráneo a través de una solución de de los macrófagos en LCR); la elevación fue más acentua-
continuidad en la duramadre. Se manifiesta como meningitis da en los pacientes que no sobrevivieron, lo que sugiere una
o como absceso cerebral y constituye una causa importante asociación de mecanismos excitotóxicos e infHtmatorios
'-.
en la
de daño cerebral secundario (49). En casos con fractura de fisiopatología del TCE (54). .
la bóveda el estafilococo es el germen más frecuente, pero si Hay evidencia con respecto al 'aumento de la actividad de
hay fractura de la base del cráneo, predominan los gérmenes citoquinas (IL-6) en LCR y sangre (55), aunque sin relación
de las fosas nasales o del oído medio. con la severidad del traumá (56). Se han reportado elevacio-
Por otro lado, es frecuente que estos pacientes tengan otras nes de moléculas de adhesión, ICAM (Intercelular Adhesión
infecciones nosocomiales que pueden incidir en el pronósti- Molécula) y P-Selectina, en LCR de niños con TCE severo
co y en la génesis de daño cerebral secundario; por ejemplo (57). En adultos se encontró que la ICAM-1 se eleva en los
se sabe que la sepsis incrementa la tasa de metabolismo basal primeros cuatro días del trauma, su nivel se correlaciona con
no sólo por aumento de la temperatura, sino por efecto di- el GCS de ingreso y con el GOS a los seis meses. La L-se-
recto, probablemente mediado por hormonas (50) o por los lectina en cambio se encontró disminuida durante los cuatro
sistemas enzimáticos locales. primeros días postrauma (58).
El papel de las sustancias oxidantes y radicales libres en
Papel de los neurotransmisores y otros TCE y TRM también es importante como en toda situación
mediadores de isquemia-reperfusión. No nos detenqremos en esto, pues
Inmediatamente después del trauma las fuerzas aplicadas en fue revisado extensamente (59). Un estudio multicéntrico,
las neuronas inducen un flujo masivo de iones a través de las aleatorizado en más de mil pacientes usando tirilazad (21-a-
39/ MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFÁLlCO

minoesteroide con efecto antioxidante) vs". placebo, no obtu- Evaluación de la lesión cerebral
vo una conclusión clara acerca del beneficio de la droga pues
Evaluación clínica
se presentaron problemas con la distribución de los factores
de mal pronóstico y no se encontraron diferencias significati- La evaluación clínica es la información más importante para
vas en los objetivos primarios del estudio (60). evaluar la gravedad del trauma, establecer un plan de terapia
El hecho de que el daño neurológico definitivo no se pro- y anticipar un pronóstico de los pacientes con TCE.
duzca desde el momento del trauma ha llevado a una intensa Información esencial en la historia:
investigación sobre los mecanismos y mediadores que per- 1. Mecanismo del trauma.
petúan y empeoran el daño celular. Si se llega a desentrañar 2. Fecha y hora del mismo.
esta cascada de sucesos, se podría eventualmente modular 3. Pérdida o no de conocimiento.
la secuencia bioquímica y limitar la extensión de los daños. 4. Perfil de evolución del estado de conciencia: deterioro
Aunque mucho se ha avanzado en la comprensión a nivel ce- neurológico inmediato, luego recuperación o deterioro
lular y molecular, este conocimiento todavía no ha desembo- progresivo.
cado en la creación de estrategias diagnósticas, pronósticas ni 5. Historia de ingesta de tóxicos.
terapéuticas efectivas. 6. Si hay confusión, cefalea, vómito, convulsiones.

Consecuencias sistémicas En la práctica clínica se utiliza la escala diseñada por el gru-


po de Glasgow (GCS por su nombre en inglés, ver tabla);
El TCE es una de las situaciones en las que la respuesta metabó-
esta escala ha sido adoptada mundialmente y es la base para
lica al trauma es especialmente intensa. Los niveles séricos de
la clasificación de la severidad del trauma. Como su nombre
epinefrina, norepinefrina, ACTH y cortisol se encuentran eleva-
lo indica, la escala está diseñada para evaluar el coma, es
dos, en relación directa con la severidad clínica del trauma (61);
decir, que dentro del espectro de alteraciones de ~onciencia
discrimina mejor a los pacientes en el extremo bajo, que lo~
lo cual lleva a que el metabolismo energético y el recambio de
proteínas sean especialmente altos en estos pacientes (62).
que tienen alteraciones leves.
Es importante tener en' cuenta esto a la hora de interpretar
Actualmente se usa el GCS para la evaluación inicial y
el balance nitrogenado y decidir el inicio y el tipo de nu-
para la evaluación repetida de la evolución del paciente. Esta
trición (ver adelante). Este hipercatabolismo frecuentemente
escala tiene el problema de no ser aplicable en algunas situa-
lleva al paciente a experimentar pirexia, que a su vez puede
ciones clínicas: cuando el paciente se encuentra intubado no
dificultar el manejo e incidir en el desenlace.
se puede evaluar la respuesta verbal; si tiene trauma orbitario,
Es común el desarrollo de hiponatremia y hay que consi-
el edema palpebral podría impedir la apertura ocular; y en
derar varias causas: en primer lugar al síndrome cerebral de
niños pequeños el puntaje máximo que se puede obtener en el
pérdida de sal (63) en el que por alteraciones en el control
aspecto verbal varía de acuerdo al desarrollo del paciente, lo
cerebral de la excreción de sal, al parecer por participación
que ha llevado a que se publiquen adaptaciones de la escala
del péptido natriurético cerebral se pierde sodio por la orina;
de acuerdo con la edad del niño (66). La utilidad es la misma
raramente por secreción inadecuada de ADH o insuficiencia
que la escala de adultos y la aceptación eri la literatura pediá-
suprarrenal (64). Recientemente se ha identificado un síndro-
trica mundial es similar.
me llamado de desalinización, que ocurre cuando se admi-
Son comunes las manifestaciones neuro-oftalmológicas, aun
nistran dosis muy altas de sodio (solución salina normal) a
si el trauma no compromete las órbitas directamente; por este
pacientes con riñones sanos en un intento de inducir hipervo-
motivo es importante estar atento a síntomas oftálmicos y en
caso de duda confirmar o descartar el diagrlóstico con iI~áge­
lemia. La respuesta fisiológica lleva a excresión alta de sodio
por estímulo en la mácula densa, acompañado de una secre-
nes (TAC, RMN o ecografía) y consultar al especialista (67).
ción normal o ligeramente elevada de ADH; lo que causa en
En el paciente sedado, las pupilas son la última ventana
el paciente hiponatremia con normovolemia (65).
que nos queda para/~valuar clínicamente la función neuro-
También se pueden presentar otras alteraciones hidro-
lógica. Es importante observar y anotar la posición, forma,
electrolíticas relacionadas con la terapia: hipernatremia por
tamaño y reactividad en el examen inicial y luego a intervalos
la administración de manitol o soluciones hipertónicas; hi-
regulares. La presencia de pupilas fijas y dilatadas orienta ha-
percloremia por la administración prolongada y exclusiva
cia un daño severo con compromiso del tallo cerebral, excep-
de solución salina; hipocalemia e hipofosfatemia luego de
to si el paciente está bajo efecto de dosis elevadas de barbi-
varios días de catabolismo intenso, especialmente si no se
túricos. El hallazgo de cualquier anormalidad en el diámetro
han logrado los objetivos nutricionales. El manejo de estas
y la reactividad pupilar se asocia con isquemia del tallo c"ere-
alteraciones se realiza en principio igual que en otras cir-
bral y con mal resultado (68). Es importante tener en cuenta
cunstancias del cuidado intensivo, con la salvedad de que se
el efecto de las drogas sobre las pupilas, o las consecuencias
puede tolerar hipernatremias de 150 o 155 meq/l sin tratarlas,
del trauma sobre nervios y múscl!-los oculomotores, pues el
pero se debe ser especialmente estrictos a la hora de tratar la
significado fisiopatológico y las 'implicaciones en cuanto a
hiponatremia pues la disminución del sodio sérico favorece
pronóstico son muy distintas.
la generación de edema cerebral.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

El hecho de estar anticoagulado no cambia la "interpreta- bir el estado de conciencia del paciente en todo momento de
ción de los hallazgos clínicos ni debe guiar las decisiones su evolución, desde el rescate en el sitio del accidente, hasta
del médico. El determinante de gravedad es la hemorragia o su seguimiento durante su estadía en DCI. La evaluación por
hematoma presente y su repercusión clínica (69). En cambio la escala de Glasgow no exime de realizar un examen físico y
la presencia de alcoholemia altera los resultados y se debe neurológico completo. Así mismo las evaluaciones repetidas
consignar el estado de embriaguez en la historia clínica de a intervalos regulares documentan estabilidad o deterioro.
ingreso.
Gravedad y factores de pronóstico
Clasificación de la severidad En la mayoría de la literatura médica internacional se clasi-
La severidad del trauma se traduce en el grado de disfunción fica la gravedad del TCE de acuerdo a la evaluación clínica
cerebral; el grado de alteración de la conciencia es pues la inicial posreanimación. El pronóstico de mortalidad y fun-
mejor variable para evaluar la severidad del trauma. cionalidad de las víctimas de TCE depende principalmente
de tres factores:
Tabla 4. Escala de coma de Glasgow; se debe tomar la mejor respuesta que La gravedad de la lesión, en donde el grado y duración de
se obtenga al examen clínico del paciente.
la alteración de conciencia, presencia de anormalidades
pupilares y de movimientos de descerebración o hiperten-
Puntaje
sión endocraneana son determinantes.
Apertura de ojos
La edad y presencia de enfermedades intercurrentes.
Espontánea 4
Factores relacionados con la atención que reciba el pa-
En respuesta a la voz 3
ciente, como: demora en la atención inicial, presencia de
En respuesta al dolor 2
"hipotensión arterial, hipoxia, hipertermia, etc., durante su
Sin respuesta 1
evolución temprana.
Respuesta verbal
Orientada 5
La Asociación Americana de Neurocirujanos en asocio con
Desorientada 4
Brain Trauma Foundation publicó una revisión de los indica-
Palabras inadecuadas 3
dores tempranos de pronóstico en trauma cerebral severo, en
Palabras o sonidos incomprensibles 2
donde se discrimina cada uno de los aspectos mencionados
Sin respuesta 1
Respuesta motora
arriba; este texto (en inglés) se puede consultar vía Internet
Obedece órdenes 6
(www.braintrauma.org).
Localiza el dolor 5
Los modelos de predicción de mortalidad basados en da-
Retirada al dolor 4
tos de la evolución inicial del paciente no son 100% preci-
Flexión anormal 3
sos, y por lo tanto no se deben usar para tomar decisiones
Extensión anormal 2
clínicas. Su utilidad se limita a la comparación de series de
Sin respuesta 1
pacientes entre instituciones o a la evaluación de la eficacia
de algún aspecto del tratamiento (70), y por lo tanto no los
Para examinar el estado de conciencia se recomienda ha- discutiremos aquí.
blarle al paciente y observar la respuesta; si no contesta, se le Los intentos por desarrollar un modelo predictivo basado
da una orden como abrir los ojos o mover un brazo; si no hay en la monitoría del SNC tampoco han dado los resultados
respuesta se realiza un estímulo doloroso y se observa. Los esperados. El uso de potenciales evocados, por eJemplo, no
estímulos dolorosos recomendados son la presión en la uña aumenta el poder predictivo del examen clínico (71). Su uti-
con un lápiz y el pellizco en la región axilar. lidad se limita entonces a los pacientes en quienes el examen
Con base en esta escala se ha derivado la clasificación de clínico no es posible (sedadós antes de llegar al hospital).
severidad así:
• TCE severo: cuando el paciente está en coma: no abre los Imagenología en trauma neurológico
ojos, no pronuncia palabras y no obedece órdenes - GCS El papel actual de la radiografía simple de cráneo en TCE
<9. es muy limitado. En general en los pacientes con TCE no se
• TCE leve: cuando su conciencia está poco alterada: abre provee información adicional al examen clínico y su realiza-
los ojos al llamado, obedece órdenes y es capaz de hablar ción se ha aceptado básicamente cuando en el manejo inicial
(conversación normal o confusa) - GCS = 14-15. no hay cómo tomar un TAC cerebral, y algunas indicaciones
TCE moderado: un estado intermedio entre los dos ante- precisas como el seguimiento de un neumoencéfalo, o ver
riores - GCS 9 a 13. el trazo de ciertas fracturas en relación con estructuras de la
calota craneal.
Es de anotar que la cÍasificación de severidad se basa en la La evaluación radiológica inicial de los pacientes con TCE
evaluación clínica que se hace al paciente luego de la reanima- y alteración de la conciencia (GCS < 15) se hace con tomo-
ción inicial, aunque la escala de Glasgow es útil para descri- grafía axial computarizada (TAC) simple de cráneo (figura
39/ MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFÁLlCO

8), en busca de lesiones focales, hemorragias y/o hematomas Puede incluir fragmentos óseos o cuerpos extraños.
y para valorar el grado de edema cerebral. Lesión difusa III: cisternas comprimidas o ausentes, con
desviación de la línea media menor a 5 mm, sin lesiones
de alta densidad mayores a 25 mI
Lesión difusa' IV: desviación de la línea media mayor a 5
mm, sin lesiones de alta densidad mayores a 25 mI
Masa evacuada: cualquier lesión evacuada quirúrgica-
mente
Masa no evacuada: lesiones de alta densidad mayores a
25 mI, no evacuadas quirúrgicamente.

Figura 8A. TAC de un paciente con lesión difusa Marshall III con edema En su descripción original el grupo de Marshall reporta una
masivo, obliteración de cisternas.
buena correlación entre la mortalidad y la severidad del TCE
evaluado con esta escala, especialmente en las cuatro catego-
rías de lesión difusa.

Tabla 5. Clasificación tomográfica de las lesiones por TCE según Marshall.

Lesión difusa
Grado Cisternas Hernia Lesión hiperdensa/mixta
I Normal Ausente Ausente
II Presente 0-5 mm 0-25 cc
Comprimida
III 0-5 mm 0-25 cc
o ausente
Comprimida
IV >5 mm 0-25 cc
o ausente
Lesión focal expansiva
Figura 8B. TAC de un paciente con lesión difusa Marshall IV: lesión focal V Cualquier lesión evacuada quirúrgicamente.
volumen menor 25 mI con desvío línea media mayor 5 mm. VI ILesión hiperdensa / mixta mayor 25 cc no evacuada
Las indicaciones de TAC en TCE son (72): Tabla 6. GOS al egreso según el grado de Marshall en la TAC inicial (73).
1. Glasgow 14-15 con historia de pérdida de conocimiento,
amnesia o convulsión. Grado Bueno / moderado Severo / vegetativo / muerte
2. Todo paciente Glasgow de 13 o menos independiente- (GOS 4-5) (GOS 3-2-1)

mente de los hallazgos clínicos. I 62% 38 %

3. Sospecha de fractura de la base del cráneo, fístula de II 35 % 65 %


III 16% 84%
LCR.
4. Presencia de convulsiones o déficit focal. IV 6% 94%
V 23 % 67 %
5. Cefalea severa, náusea y/o vómito persistente.
VI 11% 89 %
6. Sospecha de lesión penetrante. .,,'.,

Durante la evolución posterior cualquier deterioro impor-


La tomo grafía se debe practicar inmediatamente después de
tante de la condición clínica del paciente requiere evaluación
estabilizado el paciente, y la reanimación no se debe inte-
con TAC simple. En la etapa subaguda o de recuperación
rrumpir durante el examen. Se hace sin contraste y se de-
eventualmente se necesita refinar el diagnóstico de proble-
ben obtener las ventanas ósea y cerebral, con secciones de
mas parenquimatosos. Para el efecto se requiere una evalua-
5 mm de espesor idealmente. Marshall introdujo en 1991 la
ción con una resonancia magnética nuclear de cerebro.
siguiente clasificación de la severidad del TCE según la ima-
La evaluación neurológica con medicina nuclear SPECT,
gen de TAC (73):
PET SCAN es el examen de referencia para la evaluación del
Lesión difusa 1: TAC sin patología visible.
flujo sanguíneo cerebral, tanto global como regional y como
Lesión difusa II: Efecto de masa limitado con cisternas
tal se recomienda (74) (ver adelante). Ha sido muy útil como
normales y,
herramienta de investigación, para definir los patrones de flu-
Desviación de la línea media de O a 5mm, cisternas
jo sanguíneo cerebral y las alteraciones funcionales propias
presentes
de esta patología. En la práctica, su utilidad se ve disminuida
Lesiones de alta densidad (hematomas) menores de
por el hecho de que hay que mov~lizar al paciente, es costosa
25 mI.
y no fácilmente disponible.

SECCION 111: TRAUMA 511


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

La angiografia cerebral se practica cuando hay lesiones 2. TCE severo con TAC de cráneo normal, pero con dos de
penetrantes que siguen posibles trayectos vasculares, lesio- los siguientes criterios de gravedad:
nes al TAC de ingreso que sugieren una lesión vascular como 3. Edad> 40 años
la hipodensidad de un territorio vascular, HSA aislada cister- 4. Movimientos de decorticación o descerebración al exa-
nal severa o un hematoma profundo de localización inusual men físico
para una etiología traumática o de aparición tardía (75). Otras 5. Presión arterial sistólica < 90 mmHg
indicaciones incluyen: deterioro neurológico súbito días des- 6. TCE moderado (Glasgow 9 a 13) con TAC de cráneo con
pués del trauma, historia de epistaxis profusa, amaurosis signos de hipertensión endocraneana y necesidad de seda-
traumática y síndrome de Horner. ción y/o ventilación mecánica por otra causa.
7. Otros pacientes, con lesiones que ocupan espacio, según
Monitoría neurológica el criterio del neurocirujano.
Es uno de los campos en que más se ha progresado en los
años recientes y donde se' esperan todavía avances tecnológi- Se considera normal una PIC hasta de 10 mmHg, pero se
cos importantes; ha sido el tema de varias revisiones (76). tolera hasta 20 mmHg (270 mmH20) antes de iniciar trata-
La mejor monitoria sigue siendo la evaluación clínica re- miento antihipertensión endocraneana. Sin embargo, un pa-
petida, que debe hacerse en todo paciente, pues es la guía más ciente se puede hernia.I· con una PIC menor de 20 mmHg,
importante en las decisiones médicas. El examen clínico sin pues la posibilidad de herniación depende de la localización
embargo, se ve oscurecido por el uso de sedantes, relajantes de la lesión ocupando espacio. Cualquier punto entonces que
y analgésicos narcóticos, además no permite discriminar las se escoja de tratamiento debe corroborarse clínicamente y
diferentes causas de lesión en el paciente grave; por esto se por TAC de manera repetida.
hace indispensable el uso de diversas tecnologías más o menos Además del valor de PIC, la forma de la curva también
invasivas para evaluar el bienestar del encéfalo (figura 9). aporta información. Normalmente hay tres ondas durante
cada ciclo cardíaco: PI' P 2 Y P3 ' de amplitud descendente (fi-
gura 10). La elevación de P 2 y P 3 a nivel simila.I" o superior
a PI indica que la distensibilidad craneana está disminuida,
aunque el valor de PIC sea normal. La distensibilidad o com-
pliance se refiere a la capacidad de la cavidad craneal de ab-
sorber un aumento de volumen sin un aumepto significativo
de la presión.

Figura 9. Víctima de trauma craneoencefálico severo. Monitoría con catéter


yugular ascendente de fibra óptica. Nótese en el cráneo la presencia de una
ventriculostomía para monitoria de la PIe.

Presión intracraneana
La monitoria de la presión intracraneana (PIC) es primaria-
mente una forma de guiar el tratamiento. Hay correlación entre
PIC elevada y pobre resultado. Además, el drenaje terapéutico
de LCR que permite la ventriculostomía tiene un impacto en la
mortalidad; es así como un metanálisis de 14 series que usaron
drenaje ventricular mostró una mortalidad de 28% cuando se
usaba drenaje rutinario de LCR, versus 34% en aquellos con
Figura 10. Curva de presión intracraneana, presion arterial y electrocardio-
uso ocasional de drenaje ventricular, y 44% en los que nunca
grama (D II) en un paciente con trauma craneoencefálico severo. La presión
lo usaban. La monitoria de PIC es invasiva y debe reservar- intracraneana se encuentra ligeramente elevada, pero la morfología de la
se para los pacientes en los que los beneficios esperados sean onda conserva sus tres componentes PI' P2 Y P3 •
mayores que las complicaciones potenciales. Las indicaciones
actualmente admitidas son (77): Hay varias tecnologías para medir la PIe. El método de
1. TCE severo (Glasgow < 9) con TAC de cráneo anormal referencia es el catéter de ventriculostomía, que tiene las ven-
(hematoma, contusión, edema o compresión de las cister- tajas de ser muy preciso, se puede calibtar cuantas veces sea
nas basales). necesario, permite el drenaje terapéutico de LCR y no es muy
39/ MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFÁLlCO

costoso. En los países desarrollados es muy popular la medi- tas de FSC per se, y se puede usar de manera intermitente o .
ción mediante un catéter de fibra óptica parenquimatoso que continua.
es más fácil de colocar, se considera un poco menos traumáti- Otro método comúnmente usado en investigación es la
co para el tejido y se asocia a una menor tasa de infección. En técnica de XeCT en la cual se toma una TAC tras la admi-
nuestro medio no se ha difundido, ya que el modelo básico nistración de xenón; proporciona la medida absoluta y regio-
no permite el drenaje de LCR, al cabo de unos días se hace nal de FSC en mIlI OOg de tejido por minuto, y junto al TAC
menos exacto y resulta más costoso. El tornillo dural no se permite determinar viabilidad en tejido cerebral en el área de
recomienda pues tiende a subvalorar las grandes elevaciones lesión primaria. También es una medida intermitente y hay
de la PIC y tampoco permite el drenaje de LCR (77). que llevar el paciente hasta radiología.
En la Fundación Valle del Lili se usa el catéter de ventri- Otro método útil en la práctica clínica usa 99mTc-HMPAO
culostomía, puesto por el neurocirujano en salas de cirugía. como medio de contraste. Una vez inyectado, este isótopo se
Cuando el paciente está en la UCI, se deja el sistema a me- distribuye en el cerebro proporcionalmente a la perfusión y
dición continua; el drenaje se abre cuando la PIC sobrepase permanece allí por varias horas; la radioactividad resultante
20 mmHg. El catéter se debe manipular lo menos posible y es proporcional al FSC y se puede medir con una gamma
se deja por el tiempo que sea necesario. Se sabe que luego cámara. Este método subestima el valor del FSC cuando está
de cinco días, el riesgo de infección se hace importante. Si muy elevado, pero resulta muy confiable en el rango bajo
el paciente presenta fiebre se deben tomar muestras de LCR de FSC, que es donde hay más interés clínico. Dos métodos
para descartar la presencia de infección. No hay evidencia más de medicina nuclear son la inhalación o inyección de
que sustente el uso de antibióticos profilácticos de manera xenón 133 y luego su detección a través de detectores múlti-
continua, o la utilidad de estudios seriados del líquido cefa- ples colocados alrededor del cráneo; permite calcular medi-
lorraquídeo para disminuir el riesgo de infección. Se reco- das regionales y globales de FSC. La otra se relaciona con la
mienda el uso de antibiótico profiláctico al momento de su comparación de cantidades conocidas de óxido nitroso (N20)
colocación (una sola dosis); en nuestro protocolo usamos 10 con la cantidad de N20 que sale del cerebro medida en el
mg de vancomicina aplicados al ventrículo tras canularlo. bulbo de la yugular.
La mayoría de complicaciones reportadas asociadas a la Finalmente está la tecnología de flujometría doppler con
monitoría de PIC no· son significativas clínicamente; el riesgo láser (LDF por sus siglas en inglés de Laser Doppler Flow-
de hemorragia oscila entre 2-10%, de infección es de 10%, y metry) que permite la monitoría continua de FSC. Usa un
malfunción u obstrucción entre 1,5-20 % (78, 79). sensor intraparenquimatoso y parece ser la tecnología de me-
jor aplicación clínica (80).
Tabla 7. Qué ha mostrado la monitoría de PIC en TCE severo: La alternativa "alIado de la cama" al alcance de los clí-
nicos es la medición de la velocidad del flujo sanguíneo por
1. La mayoría de pacientes que mueren luego de TCE severo tenían PIC doppler transcraneal (DTC). Con una sonda de ultrasonido
alta. de baja frecuencia (» 2Mhz) al examinar a través de la lá-
2. Monitoría de PIC puede predecir qué pacientes están en el grupo de
riesgo. mina del temporal, se puede localizar el polígono de Willis;
3. Tratamiento agresivo para disminuir PIC < 20 baja la morbilidad y mor- y con doppler pulsado se mide la velocidad de la sangre en
talidad. cualquiera de sus vasos, típicamente en las arterias cerebral
media, cerebral anterior y posterior (81) (figura 11).
Flujo sanguíneo cerebral
El tratamiento del paciente con TCE se centra en prevenir
la muerte celular secundaria en el tejido cerebral vulnerable,
basado en el concepto de que la hipotensión y la hipoxia ocu-
rren tanto tempranamente luego del TCE, como ya con el
paciente en la UCI. Estudios patológicos muestran lesiones
necróticas aun a distancia del área de insulto primario lo que
hace pensar en injuria isquémica secundaria. De ahí que la
identificación de la isquemia y la modificación del tratamien-
to para evitar el infarto cerebral sean objetivos importantes,
al igual· que el control de la PICo Sin embargo, hasta el mo-
mento ningún estudio aleatorizado ha mostrado que moni-
torizar el FSC reduzca la incidencia de isquemia cerebral o
mejore el pronóstico del TCE severo.
Hay varios métodos para estimar el FSC; el más frecuen-
Figura 11. Doppler transcraneano para medición de la velocidad del flujo
temente utilizado es el doppler transcraneal (DTC): requiere
sanguíneo en la arteria cerebral media.
un alto nivel de pericia del operador, no da medidas absolu-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Se requiere un entrenamiento especial y la disponibilidad método es mejor, la oximetría venosa yugular y el DTC se-
de un ecógrafo adecuado. Existen equipos dedicados a esta rían los más aplicables.
función, y además los ecocardiógrafos modernos tienen in- Después de las 24 horas iniciales, la utilidad de monitorizar
cluida la capacidad para realizar esta medición. El doppler FSC se" deriva de estudios que muestran correlación entre HTE
permite medir la velocidad del flujo de la sangre en las ar- e hiperemia cerebral. En un estudio, la identificación de hipe-
terias, y si suponemos que el diámetro del vaso no cambia, remia y el ajuste al manejo hemodinámico de estos hallazgos
los cambios en la velocidad media reflejan cambios similares mejoró el resultado comparado con controles históricos (83).
del flujo sanguíneo. Esta suposición ha sido probada expe- Igualmente la monitoría durante la primera semana permitiría
rimentalmente y se ha visto que es cierta en la mayoría de la detección de vasoespasmo, así como determinaría si episo-
pacientes, pero en caso de inestabilidad hemodinámica o con dios de desaturación venosa yugular, frecuentes durante este
grandes cambios de la PIC, el diámetro de los vasos puede período, se deben a HTE, ventilación excesiva o vasoespasmo.
variar reduciendo la confiabilidad de este examen.
El aumento de la velocidad media del flujo sanguíneo en Tabla 8. Cambios fásicos de FSC en el curso de TCE (12).
las arterias cerebrales puede corresponder a una de dos si-
tuaciones: Hipoperfusión Primeras 24 horas
a. Se trata de una hiperemia si el diámetro vascular ha per- Hiperemia Días 1-3
manecido constante. Vasoespasmo Días 4-14, días pico: 2 0 _3 0
b. Se trata de un vasoespasmo si el diámetro disminuyó y el Resolución de FSC disminuido Hasta 3 semanas luego TCE
FSC ha permanecido más o menos estable. Para discri-
minar entre estas dos situaciones se han buscado índices Cuando se presentan medidas de FSC en los extremos de
que permitan diferenciar los patrones hemodinámicos ce- isquemia o hiperemia absoluta se correlacionan con pobre
rebrales. Para ello se analizan las velocidades sistólica, pronóstico, si la PIC está alta; pero valores de FSC en rango
diastólica y las relaciones entre ellas, o también la rela- medio se han visto en pacientes tanto con buen como con
ción entre la velocidad de la sangre en los vasos intracra- mal resultado. En resumen, aunque con nivel de evidencia
neanos vs. extracranenos (cerebral media/arteria carótida III, se debe monitorizar el FSC en pacientes luego de TCE
primitiva). grave (84).

Uno de estos índices es el índice de pulsatilidad (IP), que Oxigenación cerebral


relaciona la diferencia de velocidades en la arteria cerebral La importancia de la determinación del FSC radica en la de-
media. tección temprana de niveles bajos de FSC que conllevan ries-
go de isquemia; de manera que podamos corregir la situación
IP = (velocidad sistólica - velocidad diastólica) y evitar el daño cerebral secundario. A menor FSC menor
/ velocidad media. aporte de oxígeno y disminución del nivel local de O'); por lo
tanto se puede estimar indirectamente si el flujo sangúíneo es
Aunque objeto de controversia, este índice se altera más que adecuado gracias a la medición local de la oxigenación.
la velocidad media de la ACM en caso de vasoespasmo o de La medición de la saturación venosa yugular de hemoglo-
HTEC; lo que ayuda a diferenciar esas situaciones de la hipe- bina (SyO) por medio de un catéter introducido en forma
remia (82). Dicho de otra manera, en caso de vasoespasmo o ascendente en la yugular interna permite estimar la oxigena-
compresión vascular por HTEC, la velocidad media aumenta ción encefálica global e indirectamente indica si la perfusión
'-.
sobre todo a expensas de la velocidad sistólica. En casos ex- encefálica es adecuada para el co~sumo de oxígeno.
tremos la velocidad diastólica disminuye, lo que aumenta la Se considera normal una Sy02 de 55 a 75%, que corres-
diferencia sisto-diastólica y por lo tanto el índice de pulsatili- ponde a una diferencia arteriovenosa DayO') de 6,3 +/-2,4 ml
dad; en cambio en hiperemia todas las velocidades aumentan de 0/100ml de sangre. Úna saturación mayor (o una Da-
paralelamente y el índice de pulsatilidad disminuye. y02 menor) a estos límites indica probablemente hiperemia
En resumen, el DTC puede ser usado como un método o perfusión de lujo; y una saturación menor (Day02 mayor)
confiable para describir el porcentaje de cambio en las velo- indica hipoperfusión global (isquemia) y riesgo de metabo-
cidades de la sangre y los cambios correspondientes de FSC; lismo anaerobio, o sea hipoxia tisular. Por esto se usa el ca-
una página de internet sobre neurointensivismo tiene una dis- téter yugular ascendente para monitoría continua de Sy02 en
cusión interesante sobre el tema y una explicación extensa los pacientes con TCE.
sobre DTC (www.labic.org). El catéter de Sy02 se debe colocar lo más temprano posi-
Los estudios indican que en la fase hiperaguda del TCE ble en el curso del manejo del paciente, cuando esté indicado.
hay isquemia cerebral hasta en el 35% de los pacientes en las El catéter de fibra óptica se pasa a través de un introductor
12 horas iniciales al trauma por lo que sería una aproxima- previamente colocado en sentido asce~dente en la yugular.
ción razonable medir FSC desde las primeras 24 horas donde Hay discusión sobre en qué lado colocarla, se ha sugerido
está el mayor riesgo. Aunque no hay estudio que diga cuál que lo más adecuado es el lado con mayor foramen yugular
39/ MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFÁLlCO

en la escanografía pues mejora la sensibilidad (85-87). Si la Monitoría tisular de oxígeno


lesión traumática es predominantemente unilateral, colocar
el catéter de ese lado; en lesión difusa, del lado derecho o Consiste en la medición de la presión parcial de oxígeno di-
lado con mayor foramen yugular al TAC. La posición de la rectamente en el tejido cerebral (PTO? tisular); por lo tanto es
punta del catéter se verifica con una radiografía de cuello. un indicador de oxigenación cerebral local. Se ha propuesto
La medición del SyO? permite identificar a los pacientes como un complemento a la monitoría de PIC en pacientes
que pueden estar sufriendo isquemia cerebral y por lo tanto con TCE, pues se ha visto que puede desanollarse hipoxia lo-
instaurar una terapia agresiva para mejorar la perfusión ence- cal y un infarto cerebral a pesar de PPC, TAM y PIC normal,
fálica. A su vez permite evaluar la eficacia del tratamiento en ya que no todos los episodios de isquemia se asocian a PIC
la restauración de la hemodinamia cerebral (88). La desatura- elevada. La hipoxia local puede deberse a:
ción venosa yugular « 50 %) se asocia con mal resultado. 1. Ripocapnia inducida por hiperventilación.
La Sy02 no se debe usar independientemente del valor de 2. Oxigenación arterial insuficiente.
hemoglobina para estimar el estado del metabolismo cere- 3. Disbalance entre aporte (FSC) y consumo (CMR0 2).
bral. Se debe siempre calcular la DayO?, pues valores bajos
de saturación yugular pueden reflejar sImplemente anemia. En la literatura hay diferencias en cuanto al valor a consi-
Day02 estima de manera global las relaciones entre flujo y derar como hipoxia tisular, pero en general lo que se acepta
metabolismo, no es una medición focal de modo que puede es que valores menores a 10-15 mrnHg se deben considerar
no detectar un infarto en curso en un área de cerebro. Así como indicativos de hipoxia tisular. Datos obtenidos con ca-
mismo, el cerebro tiene límites para la extracción de oxíge- téter Lycox indican que el límite por debajo del cual hay daño
no, de modo que cuando esta capacidad se copa, no se puede isquémico es de 8-10 mrnHg. Con valores por debajo de 25
extraer más oxígeno de la sangre y por lo tanto DayO? no se habla de oxigenación comprometida.
sube más. - Tampoco hay consenso sobre donde colocar esta monito-
La extracción de oxígeno puede estar comprometida, ría, ya que los datos de PT02 tisular dependen de la densidad
como en casos de disfunc~ón mitocondrial. La Day02 puede y actividad metabólica celular que rodea el sensor y su proxi-
ser muy baja en estas circunstancias, lo mismo que cuando midad a vasos penetrantes. Así mismo los datos son distintos
grandes porciones del cerebro no extraen nada de oxígeno si el sensor está cerca o lejos a una contusión, con valores
pues ya se infartaron. Por lo tanto no siempre es cierto que significativamente menores entre más cerca estén de la le-
Day02 baja indica hiperemia. sión. Se recomienda colocarlo dentro de tejido sano, pero del
En la Fundación Valle del Lili se coloca el catéter de fibra lado donde son visibles las mayores alteraciones patológicas
óptica yugular ascendente en los casos severos, que ya tie- a la imagen (TAC) o con mayor hinchazón, generalmente por
nen una ventriculostomía y en quienes la PIC ha sido difícil un trépano frontal.
de controlar. Se prefiere mantener a los pacientes entre 65 Comercialmente se consigue el sensor Neurotrend (Dia-
y 75%, pues por debajo de estos límites existe riesgo de is- metrics Medical, St. Paul MN) sensor multiparámetro míni-
quemia cerebral regional, que pasa inadvertida y puede dejar mamente invasivo que mide PT0 2, pR, temperatura y pC02;
secuelas. y el Lycox (Integra Neuroscience; Plainsboro, NI) que sólo
mide PT0 2.
Tabla 9. Puntos claves respecto a la Sy02' Qué dicen los estudios publicados (89):
1. La adición de monitoría de PO? tisular a la monitoría de
FSC: 50-60 CCIl OOg de tejido/mino PIC y PPC disminuye la mortalidad. Igualmente, en los
Si la hemoglobina está totalmente saturada de oxígeno, la sangre pacientes que presentan hipoxia tisul~,(PTO? menor de
arterial transporta unos 20 mI de oxígeno por 100 mI de sangre. 10 mrnHg especialmente en primeras 24 horas o de dura-
Saturación de la hemoglobina en sangre venosa yugular: 55-70 % ción prolongada), la mortalidad es mayor. La terapia di-
Diferencia arterioyugular de oxígeno (DayO?) 6,3+/-2,4 mI por
100 mI. - la
rigida a mejorar PO? tisular disminuye la mortalidad.
Principio de Fick: la DayO? es directamente proporcional a la
2. Durante la monitoría inultimodal se ha visto que coin-
tasa de consumo cerebral de oxígeno (CMRO?), e inversamente cide el aumento local del lactato con la disminución de
proporcional al FSC. - P0 2 tisular. Los episodios de alta pCO? tisular coinciden
CMR0 2= FSC x (Ca0 2-CyvO) con períodos de oxigenación tisular pobre; en este perío-
CyvO?= CaO?-(CMRO/ FSC) do también se encuentra más bajo el pR.
En coñdiciones normales DayO? permanece estable. 3. La hiperventilación disminuye la PTO? por disminución
Si el flujo disminuye o el CMRO? aumenta: DayO? AUMENTA del FSC (3% de cambio de FSC por cada mrnHg de cam-
indicando que el cerebro está extrayendo más O? -de la sangre bio en PaC0 2). Este riesgo es mayor en las primeras 24
que pasa por él. -
horas donde se sabe que el FSC está más disminuido (90)
Si flujo aumenta relativamente al consumo cerebral de oxígeno,
Day02 cae.
(figura 12).
Isquemia: DayO? alta, SyO? baja. 4. El impacto metabólico de la hiperventilación depende de
Hiperemia: Day<\ baja. - la CMR0 2 inicial, caída del FSC, y aumento compensa-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

torio de extracción de O~. Así FSC y VSC disminuyan del pico inicial, sus elevaciones se asocian con períodos
con la hiperventilación, sr el cerebro compensa extrayen- de hipoxia severa, siendo significativamente más altos
do más 02 y se mantiene el aporte de sustrato, la CMRO? con PT0 2 menor de 10 mmHg. Es entonces un marcador
°
no se afectará (91). sea que no en todos los pacientes
la hiperventilación comprometerá la PTO?
de daño tisular extenso (97).
10. Así como hay una zona de penumbra alrededor de la
5. La recomendación de las guías de manejo -de TCE severo lesión traumática con bajo FSC, hay también una zona
de mantener PPC mayor de 60 mmHg se basa en que de penumbra bioquímica rodeando la lesión traumática
es una presión suficiente para mantener una adecuada donde hay signos de disfunción energética y de degrada-
oxigenación cerebral. La PPC < 60 rnrnHg se correla- ción de la membrana celular que se puede recuperar pero
cionó con PT0 2 < de 10 mmHg (92), y la PTO? no se vio que también es más vulnerable a la injuria secundaria. El
afectada siempre que la PPC estuviera por enCima de 60 área hipodensa pericontusional consistentemente se aso-
mmHg (93). Sin embargo, se desconoce el efecto real del cia a FSC regional disminuido. Con catéter de microdiá-
vasoespasmo en relación a la PTO~, y cuál sería la PPC lisis colocado en esta zona, se documenta alteración de la
ideal en el momento que cursa con -vasoespasmo. relación lactato/piruvato, y aumento en la concentración
6. La hemicraneotomía descompresiva mejora la oxigena- de glutamato y glicerol (marcador de degradación de
ción tisular (94). membrana celular) (98).
7. La monitoría de PT0 2 asociada a microdiálisis permite 11. Otro estudio de microdiálisis (99) mostró correlación en-
una caracterización más detallada de la naturaleza de la tre lactato elevado y GOS 1-2 (muerte-estado vegetativo);
perturbación energética luego de TCE. El catéter de oxi- episodios de lactato elevado asociados a PPC y PTO? baja.
genación tisular y de microdiálisis se colocan uno alIado Las mediciones de PTCO? (CO? tisular) son más aItas en
del otro. primeras 24 horas del TCÉ severo, y se mantuvieron más
Existe una relación estrecha entre cambios en la oxigena- altas en los pacientes con peor desenlace. Igualmente, pi-
ción tisular y deterioro metabólico. Episodios de isque- cos de PTC0 2 alta se asociaron a PPC baja sostenida y
mia global (Syv0 2 < 50 %) o local (PTO? < 10 mmHg) pobre oxigenación tisular. El pH tisular se correlaciona
coinciden con aumento significativo del lactato extrace- inversamente con el nivel de lactato y de PTCO?, así como
lular (95). Por lo tanto, cambios en la PTO 2 tisular son hay correlación entre niveles bajos de pH y PPC/oxigena-
muy útiles para detectar metabolismo anaeróbico. ción tisular baja. Es decir, el TCE severo afecta profun-
8. El lactato ha sido interpretado como un marcador del damente la homeostasis ácido-base cerebral. Un nivel de
metabolismo anaerobio (96). Ante un disbalance entre el PC0 2 cerebral mayor de 60 rnrnHg, especialmente si se
aporte y la demanda de oxígeno se disminuye la fosfori- acompaña de una concentración alta de lactato, es indi-
lación oxidativa, el ciclo del ácido tricarboxílico y el pro- cador útil de isquemia cerebral crítica. Las mediciones se
ducto final de la glicólisis, el lactato, se acumula. Si bien hacen con el sensor puesto en un área de corteza cerebral
la isquemia produce aumento del lactato, este también sin signos de lesión, hematoma ni contusión.
puede verse elevado en situaciones de aporte normal de
oxígeno y glucosa, condición conocida como hiperglicó-
lisis, estado celular anormal donde hay un metabolismo
de la glucosa aumentado con respecto a la utilización de
oxígeno. Finalmente el lactato se produce y acumula en
el cerebro en situaciones de estimulación cerebral inten-
sa en condiciones normoxémicas. Por lo tanto la acumu-
lación de lactato luego de TCE no significa automática- Hiperventilación
mente metabolismo anaerobio. O)
I 40 Pie t
Aumentar la FI02 aumenta la Pa0 2y la PTO? Sin embar- E
E
go esta técnica no mejora la extracción tisuiar de oxíge-
no; si bien disminuye el lactato, también lo hace el piru-
vato de modo que la relación lactato/piruvato (medidor
del metabolismo anaerobio) no cambia. La causa de esto
O+-~~-,--f--'r--r--~~--~--~~
parece relacionarse con depresión del metabolismo cere- o 5 jO 15 20 25
bral de glucosa. Por lo tanto, el tratamiento con hiperoxia Tiempo (min)
no mejora el metabolismo cerebral (96).
9. Niveles elevados de glicerol se han encontrado en las
Figura 12. Efecto de hiperventilación en la monitoría multimodal. La grá-
primeras 24 horas luego de TCE. También se encuentra fica muestra cómo antes de la hiperventilación, SjvO o era de 74% con PTO o
elevado en el área de penumbra de una contusión y en el de 15 mmHg. La hiperventilación disminuye la PIe, barre CO o pero empieza
tejido subyacente luego de drenar un hematoma. Además a afectar también la presión tisular de oxígeno (90). -
39/ MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFÁLlCO

En resumen, los datos disponibles en relación a los trabajos la importancia que tiene una comunicación rápida y cordial
con monitoría de oxigenación tisular son de evidencia pre- entre los diferentes especialistas.
dominantemente clase II. Sin embargo, su uso'para guiar el
tratamiento de pacientes con trauma severo debe ser consi- Manejo en el sitio del trauma y transporte
derado como clase III, dado que no hay evidencia de que la Es uno de los aspectos más importante en el manejo y ac-
terapia guiada por la PTo') mejore el pronóstico neurológico, tualmente es uno de los procesos más deficientes de nuestro
sólo detecta deterioro energético e isquemia inminente. Re- sistema de atención médica. En la serie de Gutiérrez de los
cordar que lo que muestra es el estado local de oxigenación 55 pacientes que murieron el día del trauma, 49 no habían
tisular cerebral (100). recibido ninguna atención médica (5). Gordon del hospital de
Karolinska estima que la atención en el sitio del accidente y
Actividad eléctrica el rápido transporte influyeron positivamente en los resulta-
El electroencefalograma (EEG) no se monitoriza de rutina en dos obtenidos en su serie a lo largo de veinte años (105).
la VCI, ni se hace EEG de rutina a los pacientes con TCE; el Existe una revisión detallada de los aspectos de manejo
diagnóstico de convulsiones se basa en la evaluación clínica. prehospitalario del TCE (106). Es pertinente resaltar algunos
Se ha recomendado realizar un EEG en caso de: conceptos:
Sospecha de convulsiones subclínicas El ABC de la reanimación cerebro-cardiopulmonar es vá-
Para detectar convulsiones postraumáticas tempranas lido en esta situación, con el componente adicional de que
Para diagnóstico de muerte cerebral tratándose de personas inconscientes, o concientes que se
Para seguimiento y titulación de la sedación con barbitú- quejan de dolor en el cuello, se debe tener de entrada la
ricos (101). precaución de inmovilizar el cuello para limitar la pro-
babilidad de lesión medular. Si la persona está conciente
Todos estos casos son situaciones puntuales, que requieren y no refiere dolor en el cuello, la probabilidad de lesión
una evaluación individualizada y eventualmente una consulta medular es ínfima (106).
con neurología para la r~alización del EEG. Los potenciales En el sitio del trauma se debe permanecer el mínimo tiem-
evocados somato-.sensitivos (PESS) pueden ser útiles en el po necesario para practicar la reanimación básica, estable-
establecimiento del pronóstico funcional (102), especialmen- cer la vía aérea, controlar sangrado, inmovilizar el cuello
te los PESS de miembros inferiores. Los potenciales motores y las fracturas de huesos largos y administrar oxígeno y
no tienen buen valor predictivo (102). Recientemente se ha líquidos intravenosos. En clima frío se debe prevenir la
propue,sto que el uso combinado de PESS y potenciales evo- pérdida de calor como en todo paciente traumatizado.
cados auditivos de tallo (PEAt) pudiera servir para detectar El personal a cargo del rescate y transporte debe estar en-
tempranamente a los pacientes en proceso de herniación. La trenado en estas situaciones; se debe llevar al herido di-
prolongación del tiempo de conducción <:;entral en los PESS, rectamente a un hospital adecuado para el tratamiento de
en presencia de PEAt normales o poco alterados sugiere el sus lesiones. Esto hace necesario que el grupo de rescate
inicio de herniación transoccipital todavía susceptible de re- cuente con el apoyo de un centro coordinador que ayude
cuperación (103). Si se alteran los PEAt, el daño puede estar en el triage, se mantenga en comunicación con los hospi-
ya establecido. tales del área y les advierta de la llegada de estos heridos.
En el caso de los pacientes con TCE moderado o seve-
Tratam ¡ento ro, deben ser llevados a un centro que cuente con TAC,
que tenga un neurocirujano disponlhJe 24 horas al día, y
Los últimos diez años del siglo XX se declararon "década
unidad de cuidados intensivos.
,-
Como '~e discute más ade-
del cerebro" por parte de la OMS, pero a pesar de la intensa
lante, la celeridad en 'el tratamiento es determinante del
investigación que esto supuso, es muy poco lo que hemos
pronóstico de e9tos pacientes (107).
progresado en el manejo del TCE y persisten costumbres te-
rapéuticas con poco sustento científico en el manejo de estos
Manejo hospitalario
pacientes (104). Lo que ha quedado claro es que el resul-
tado depende en parte del tratamiento y que se requiere el El manejo continuado de los pacientes de TCE es una de las
concurso de un grupo multidisciplinario que trabaje en los situaciones más complejas de la medicina de trauma, pues
diversos aspectos del manejo. Este grupo incluye: médicos requiere lograr una serie de objetivos terapéuticos que impli-
de ambulancias, de urgencias, neurocirujanos, intensivistas, can mantener los parámetros fisiológicos estrechamente vigi-
anestesiólogos, radiólogos, infectólogo, psiquiatra y rehabi- lados. El margen de error o de maniobra en esta situación es
litador; además de otros especialistas que se requieran dadas especialmente estrecho pues el encéfalo es muy vulnerable a
las características propias de cada paciente (trauma asociado, la agresión secundaria y es en la prevención de ésta donde se
patología intercurrente) y del personal paramédico que parti- puede lograr algún beneficio. Se debe poner especial cuidado
cipa en las fases de atención del paciente. No sobra recalcar a los detalles y actuar siempre con celeridad ante cualquier
circunstancia lesiva para el paciente (tabla 10).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Tabla 10. Objetivos de manejo hospitalario en trauma craneoencefálico. a propofol, tiopental, etomidato o ketamina en dosis titula-
das que permitan limitar las repercusiones hemodinámicas.
Objetivos de manejo:
La ketamina ha sido objeto de discusión pues aplicada en
PIC <20mmHg
bolo puede aumentar la PIC; pero aplicada lentamente (en 30
PPC Alrededor de 70 mmHg
segundos) es una buena opción en un paciente con hemodi-
SyOo 65 a 75 %
namia inestable, pues permite mantener la presión arterial y
FSC Normal
bajar la PIC, manteniendo estable la PPC (108).
Volemia Normal
Na sérico 140-155 meq/l
Soporte respiratorio y cardiovascular
Glucemia 70-180 mg/dl
SaO o >=95 % Una vez intubado se inicia ventilación mecánica para obtener
Nutrición 100% requerimientos vía enteral una PaCO? normal (alrededor de 35 mmHg a nivel de Cali o
Hemoglobina Alrededor de 10 g/di Bucaramañga, 32 mmHg en el altiplano cundiboyacence y
Temperatura central 35 a 37°C nariñense o 40 mmHg a nivel del mar) y una SpO? > a 95%. A
Evitar La acidosis largo plazo la hiperventilación no se debe usar pára controlar
La broncoaspiración la presión intracraneana, pues la evidencia actual muestra un
Las convulsiones peor desenlace cuando el paciente se mantiene crónicamente
La hiperemia cerebral
en hiperventilación con PaC0 2 < 25 mmHg (109).
En cuanto a la oxigenación, la recomendación actual es
Control de la vía aérea
mantener la saturación arterial (o saturación de pulso) en un
El control de la vía aérea en los pacientes con TCE es de vital nivel normal. Se ha demostrado que la hipoxia de tan solo diez
importancia. Cuando el paciente tiene TCE severo (GCS 3-8) minutos incide en el pronóstico de sobrevida de estos pacientes
se recomienda que se realice una intubación traqueal tempra- (110), por lo tanto se debe evitar a toda costa y se debe ajustar
na para controlar y proteger la vía aérea, asegurar una buena la fracción inspirada de oxígeno (Fi02) y la PEEP necesarias
oxigenación y una ventilación adecuada (105). Los pacientes para mantener una buena oxigenación arterial.
con TCE moderado o leve event~almente requieren intuba- Existe cierta controversia en cuanto al uso de PEEP en
ción a causa del compromiso de otros órganos. pacientes con HTE; se ha sugerido que el aumento de la pre-
El paciente típico de TCE severo es un adulto joven, in- sión intratorácica dificulta el retorno venoso y por lo tanto
consciente, con estómago lleno y obstrucción de la vía aérea empeoraría el edema cerebral. Esto no ha sido comprobado
superior; con hipovolemia más o menos marcada y depresión experimentalmente, pero hay evidencia de que la elevación
del centro respiratorio. La laringoscopia e intubación en un excesiva de la presión en la vía aérea altera la oxigenación
paciente así pueden desencadenar una respuesta hemodiná- intracraneana, pero por el efecto que tiene sobre el gasto car-
mica exagerada, con aumento de la PIC y de la presión arte- díaco y la presión arterial (111). Por lo tanto, el nivel de PEEP
rial, además de una agitación que haga difícil el manejo del se debe ajustar cuidadosamente para proveer la oxigenación
paciente, o regurgitación de contenido gástrico con la conse- óptima sin comprometer la hemodinamia del paciente.
cuente broncoaspiración. Está claro que en estos pacientes se debe evitar ia hipoten-
La intubación traqueal es una maniobra riesgosa que puede sión arterial. La presión arterial media debe ser suficiente para
poner al paciente en peligro. Por lo tanto estos pacientes de- asegurar una adecuada ppc. Para lograrlo se debe reanimar
ben ser intubados de preferencia por los médicos con mayor con líquidos intravenosos isotónicos y sin dextrosa (ver ade-
experiencia en el manejo agudo de la vía aérea, en primera lante). La propuesta reciente de reanimar lentamént~ a los pa-
instancia un anestesiólogo. La vía orotraqueal es preferible a cientes que han sufrido trauma pen~trante no se aplica en las
la nasotraqueal, pues en caso de fractura del piso del cráneo, víctimas de TCE, pues se sabe que la hipotensión arterial tiene
el tubo puede atravesar la lámina cribiforme y alojarse dentro efectos devastadores en el en~éfalo (39). Una vez lograda la
del cráneo (106). restauración de la volemia, si no se ha logrado una presión
Por otro lado la sedación conlleva el doble riesgo de hipo- arterial adecuada se debe usar monitoria invasiva, y de acuerdo
tensión arterial y de aumentar la probabilidad de regurgita- con las mediciones del estado cardiovascular del paciente, su-
ción-broncoaspiración. Desde el punto de vista cerebral hay plementar la terapia con inotrópicos y/o vasoactivos.
doble riesgo de disminución de la presión de perfusión cere- En líneas generales la presión de perfusión cerebral (PPC)
bral: hipertensión endocraneana por la laringoscopia-intuba- se monitoriza con el fin de mantenerla por encima de 60
ción e hipotensión arterial por la sedación. Por lo tanto se re- mmHg buscando el valor óptimo para cada paciente. Dicho
comienda una intubación de secuencia rápida, bajo sedación valor será aquel que permita mantener una oxigenación ce-
y relajación, acompañada de las maniobras que disminuyan rebral adecuada (estimada indirectamente por la extracción
la posibilidad de regurgitación-bronco aspiración (presión cerebral de oxígeno), con hemoglobina alrededor de 10 g/dI.
cricoidea, elevación de la cabeza). Cuando el problema es hipotensión arterial, en presencia
Los medicamentos de elección son los relajantes e hipnó- de un gasto cardíaco adecuado, se inicia riorepinefrina; pero
ticos de acción rápida: succÍl;ü1colina o rocuronio asociados si el gasto cardíaco es bajo, se prefiere dopamina. En caso
39/ MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFÁLlCO

de dificultad en la evaluación hemodinárriica y/o de necesitar mune celular, disminuye pérdida de masa corporal y estanci~
inotrópicos, se guiará la terapia con un catéter de arteria pul- hospitalaria (120). Es preferible nutrición enteral temprana
monar. El objetivo es lograr un aporte oxígeno adecuado al (121). Durante la fase de reanimación se le coloca una sonda
encéfalo (tabla 10). yeyunal para nutrición; se pasa por la nariz en la mayoría de
casos. Si hay fractura de la base del cráneo, se evita esa vía
Manejo de líquidos y electrolitos pues la sonda podría quedar intracraneana (122), y se pre-
La solución a infundir en primera instancia es un cristaloide fiere una sonda orogástrica o se considera la posibilidad de
isotónico y sin dextrosa (112, 113). La discusión de si co- gastrostomía (121).
loide vs. cristaloide en reanimación persiste y cabe en esta Si a las 48 horas la punta de la sonda todavía está en el es-
circunstancias. Se prefieren los clistaloides pues no se ha de- tómago, se recomienda llevarla al intestino delgado mediante
mostrado la supelioridad de ninguno de los dos grupos de endoscopia, pues parece haber un menor riesgo de broncoas-
medicamentos sobre el otro en términos de mortalidad; ade- piración si la punta de la sonda se localiza en intestino.
más los cristaloides están fácilmente disponibles y son más Una vez estabilizado hemodinámicamente, se inicia la nu-
baratos. La mayoría de pacientes se recupera bien con una trición con una mezcla no polimérica en infusión continua,
infusión rápida de solución salina normal. en dosis creciente, con el objetivo de dar el aporte estimado
En todo caso no se administra dextrosa porque la hipo- total a las 48 horas de iniciada la nutrición. Si el paciente no
glucemia es extraordinariamente rara en trauma (la respuesta tolera bien la infusión y no se logra el aporte, se considera la
metabólica al trauma lleva a los pacientes a hiperglicemia) posibilidad de dar un s~plemento parenteral. Todos los pa-
(114) Yla glucosa exógena puede crear o mantener una hiper- cientes deben estar recibiendo el aporte completo al día 5 de
glicemia que es deletérea para un encéfalo isquémico (48). iniciada la nutrición.
El uso de solución salina hipertónica (7,5%) en bajas do- Dado el estado hipermetabólico e hipercatab91ico del pa-
sis, del orden de 4 ml/kg es una opción a tener en cuenta en ciente con TCE severo, se sugiere un aporte de un 140% del
caso de no lograr una respuesta presora rápida con la infusión requerimiento calólico y que al menos un 15% de esas calo-
isotónica (115, 116). Este tipo de solución tiene la ventaja de rías sean suplidas como proteína. Es de anotar que se debe
que además de restaurar la volemia y la presión arterial, ayuda evitar la hiperglicemia, por lo que se debe vigilar con gluco-
a controlar la PIC cuando se encuentra elevada. Sin embargo, metrÍa cada 4 horas. En caso necesario se usa insulina aunque
hay que tener en cuenta que el uso de salina hipertónica pue- el paciente no sea diabético.
de llevar a tener que intervenir más en el manejo electrolítico En resumen:
para corregir las alteraciones que se generan (116). 1. Iniciar alguna forma de soporte nutricional en las prime-
Desde la etapa de reanimación y a lo largo de su estancia ras 48-72 horas.
en UCI, el objetivo de manejo es tener al paciente euvolémi- 2. Debe tener el aporte adecuado completo para el día 5° de
co y con electrolitos séricos normales. Es común que se pre- TCE.
senten alteraciones electrolíticas, ya sea por la terapia (117), 3. Aportar un 140% del requelimiento calórico con> 15% de
o por la pérdida de sodio por el riñón (63). Se deben evitar los esas calorías como proteína.
cambios bruscos de la concentración de sodio, pues podría 4. Colocar sonda nasoyeyunal, si no baj'a, usar endoscopia.
empeorar el edema cerebral; esto implica que se determinen
los niveles de sodio, potasio y cloro varias veces al día en Antibióticos
función del estado del paciente. No hay indicación para el uso de antibi?ticos profilácticos en
Recientemente se he sugerido que el uso de magnesio TCE cerrado. Su uso se debe limitar a sitt:Iaciones terapéuti-
intravenoso podría ser benéfico para los pacientes con TCE cas en los pacientes en quienes se sospeche o se confirme una
pues el magnesio es un potente bloqueador de los canales del infección. La escogencia del antibiótico se hace por lo tanto
calcio y antagonista de los receptores NMDA. Se ha visto de acuerdo al germen identificado en el paciente.
que los pacientes con hipomagnesemia tienen peor desenlace En caso de infección del SNC, lo más frecuente es que el
que los que tienen Mg normal, pero una revisión sistemática germen responsable de la infección ingrese a través de una
reciente no encontró suficiente evidencia para recomendar el solución de continuidad de la duramadre. Por lo tanto uno
uso sistemático de Mg como terapia (118). de los microorganismos más comunes es Staphylococcus
sp, sensible a meticilina. En presencia de infecciones tardías
Nutrición (más de una semana) se pueden encontrar otros gérmenes,
El paciente con trauma craneoencefálico severo presenta una resultantes de la colonización nosocomial.
típica respuesta metabólica al estrés (119), y el 40% tienen En trauma abierto, la infección es muy frecuente, ya que
algún grado de gastroparesia, que se debe manejar de acuer- por definición hay ruptura de las barreras que protegen al en-
do con los lineamientos generales del soporte metabólico céfalo. Se recomienda siempre realizar un desbridamiento y
en trauma. El soporte nutricional temprano tiene un efecto lavado quirúrgico de la herida. Los fragmentos óseos fácil-
favorable en la recl:lperación neurológica, disminuye morbi- mente accesibles se retiran, per~ no se buscan fragmentos de
mortalidad, disminuye las infecciones, mejora respuesta in- difícil acceso, pues el daño tisular resultante puede ser mayor
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

que el que se pretende evitar (7). La misma recomendación por hiperventilación de origen central o por la presencia de
cabe para los proyectiles intracraneanos, donde se busca ce- otras patologías. Se prefiere un relajante no despolarizante
rrar la duramadre, desbridar todo tejido necrótico y retiro de en infusión y se administra durante el tiempo estrictamente
material extraño accesible. necesario, pues la duración de relajación está en relación di-
Una vez se ha decidido usar antibióticos, se inicia con un recta con la aparición de efectos secundarios.
agente de amplio espectro, que cubra el Staphylococcus Au-
reus (7), por ejemplo, una cefalosporina de tercera genera- Posición
ción; si hay compromiso de senos paranasales u oído medio, En la UCI, el paciente permanece en decúbito supino, con la
se recomienda incluir un antibiótico que cubra anaerobios. cabeza en posición neutra con relación al tórax para facilitar
Luego de 48 horas la terapia se adapta a los resultados de los el drenaje por las venas yugulares. Los movimientos que se le
cultivos y la sensibilidad de los gérmenes. hagan al paciente (para bañarlo, evitar escaras, etc.) se deben
hacer en bloque, de manera que se conserve la relación entre
Sedación y analgesia la cabeza y el tórax.
Como la mayoría de los enfermos intubados, los pacientes En lo que a presión endocraneana y PPC se refiere, los pa-
con TCE severo requieren sedación en UCI. La respuesta cientes pueden permanecer acostados, planos o semisentados
hemodinámica y autonómica del paciente al tubo, a la venti- a 30° sin que su hemodinamia cerebral se vea comprometida.
lación mecánica y la terapia respiratoria puede resultar dele- Por encima de 30° puede presentarse una disminución de la
térea pues aumenta la PICo Además la presencia de agitación PPC.
hace difícil el manejo de enfermería y predispone al paciente Por otro lado se ha visto que la probabilidad de complica-
a complicaciones por desconexión de líneas de monitoría o ciones respiratorias en pacientes en ventilación mecánica es
extubación accidental. El sedante ideal debería inducir hip- mayor cuando el paciente permanece acostado plano (123),
nosis, amnesia y analgesia sin alterar la hemodinamia ni el especialmente si tiene sonda naso gástrica. Por lo tanto los
examen neurológico; dicho agente no existe, por lo que nos pacientes en UCI deben permanecer semisentados a 30°.
vemos abocados a usar una combinación de medicamentos
que nos permitan lograr los objetivos con el mínimo de efec- Uso de anticonvulsivantes
tos secundarios, o que se puedan revertir para evaluar al pa- Aproximadamente, un 20-25% de pacientes que sufren un
ciente clínicamente. Es importante anotar que todos los me- TCE severo se espera que presenten al menos una convulsión
dicamentos de uso actual. en sedación tienen el potencial de postrauma. Las convulsiones postrauma han sido clasificadas
inducir hipotensión arterial, por lo tanto la vigilancia de la en tempranas cuando se presentan en primera semana luego
TA debe hacerse estrechamente. del TCE y tardías luego de la primera semana. La probabili-
Para inducir la amnesia e hipnosis se usa una benzodiace- dad de una u otra es mayor ante los siguientes casos:
pina, entre las cuales la de cinética más predecible y de me- Puntaje de Glasgow (GCS) < 10
nor duración es el midazolam. Se usa en infusión, su dosis Lesión penetrante
depende de la respuesta del paciente, típicamente 4 a 5 mg/ Hematoma intracraneano, especialmente el subdural agudo
hora en un paciente adulto. Fractura deprimida
Para la analgesia los opiáceos siguen siendo la primera Contusión cerebral
elección. La morfina y meperidina a dosis bajas son una bue- Déficit focal y/o amnesia postrauma mayor a 24 horas.
na opción en el paciente con trauma leve o moderado sin in-
tubación; también se puede usar un analgésico no opioide La probabilidad más alta se presenta con las h~hdas pene-
(acetaminofén o dipirona). En el paciente sedado e intuba- trantes (50% de veteranos de Vietnam con lesión'cerebral pe-
do se prefiere una infusión de fentanyl, titulada a necesidad netrante tuvieron una convulsión en los siguientes 15 años),
según el estado clínico y hemodinámico del paciente. Aun- e igualmente hay un chancé del 95% de no desarTollar epi-
que hay otros opiáceos de acción más corta, no se usan pues lepsia postrauma si no presenta convulsiones en los primeros
pueden inducir mayor inestabilidad hemodinámica o resultan tres años luego del trauma penetrante (124, 125). El riesgo
más costosos. de convulsiones tempranas se relaciona con la severidad del
Las maniobras en la vía aérea como aspiración de secre- TCE; es mayor en niños que en adultos.
ciones y paso de sondas pueden desencadenar incrementos Las convulsiones tardías (inicio luego de una semana
de la PIC, especialmente en los pacientes que tienen com- postrauma) son menos frecuentes que las tempranas, su pre-
prometida la distensibilidad intracraneana. Estas maniobras sentación es más probable si tuvo crisis tempranas pero su
se deben realizar bajo sedación adecuada; si se estima que el aparición no depende del número o tipo de crisis tempranas
paciente está bien sedado pero sigue presentando elevación que haya tenido. Se presenta más en adultos que en niños y,
de la PIC se puede usar lidocaína intratraqueal 0,5 a 1 mg/kg como dijimos, dependen en parte del tipo de trauma (son más
dos minutos antes del procedimiento. frecuentes en casos de heridas penetrantes).
La relajación muscular se reserva para los pacientes que El tratamiento temprano con fenitoína, carbamazepina o
una vez sedados no se logren adaptar al ventilador, ya sea fenobarbital disminuye significativamente el riesgo relati-
39/ MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFÁLlCO

vo de convulsiones postrauma tempranas, sin un efecto en Hematoma subdural


morbilidad, mortalidad o sobre epilepsia postrauma tardía. 1. Un hematoma subdural agudo (HSDA) con espesor ma-
La droga que ha sido más estudiada para esta indicación es yor 10 mm o desvío línea media mayor de 5 mm, requiere
la fenitoína. drenaje quirúrgico independiente del Glasgow.
En resumen (126): 2. Todo paciente con HSDA en coma (Glasgow < 9) requie-
l. Pacientes con TCE severo deben recibir una semana de re monitoría de PIe.
anticonvulsivante profiláctico, para disminuir riesgo de 3. Paciente comatoso (Glasgow < 9) con HSDA < 10 mm
convulsiones tempranas (evidencia nivel 1). de espesor y desvío línea media < 5 mm, requiere drenaje
2. El tratamiento profiláctico no se debe extender más de quirúrgico, si su Glasgow disminuye en dos o más puntos
una semana postrauma pues no previene el desarrollo de entre el trauma y el ingreso, o las pupilas están asimétri-
epilepsia postrauma tardía (evidencia nivel 1). cas o fijas y dilatadas, y/o su PIC > 20 mmHg.
4. Si un paciente con HSDA tiene indicación qunúrgica, el
Corticoides drenaje qullúrgico debe ser tan temprano como sea posible.
El uso de glucocorticoides en TCE ha sido objeto de múlti- 5. Si está indicado el drenaje quüúrgico de un HSDA en pa-
ples trabajos con resultados discordantes (127), por lo que se ciente comatoso (Glasgow < 9), se debe hacer a través de
realizó un estudio multicéntrico controlado sobre el impacto una craneotomía, con o sin retü·o del colgajo y duroplastia.
de la metilprednisolona en el resultado de los pacientes con
TCE y alguna alteración de conciencia. Se usó la dosis pro- Hematoma intracerebral
puesta para trauma raquimedular: 30 mg/kg en bolo seguido l. Pacientes con lesiones parenquimatosas y signos de dete-
de una infusión de 5,4 mg/kg/h por 48 horas (128). El estu- rioro neurológico progresivo por dicha lesión, o HTE re-
dio fue interrumpido tempranamente pues se encontró una fractaria o signos de efecto de masa al TAC, debe tratarse
diferencia significativa. Se reclutaron 10.008 pacientes y se quirúrgicamente.
logró un seguimiento a 6 meses de 96,7%. La mortalidad fue 2. Paciente con Glasgow 6 a 8 y contusión frontal o temporal
mayor en el grupo tratado con corticoides que en el grupo mayor 20 mI, desvío de línea media de al menos 5 mm y/o
placebo: 25,7 % vs. 22,3 %, con un riego relativo de morir compresión cisternal al TAC, o pacientes con cualquier
de 1,15 (CI 1,07 a 1,24) lo que refuerza el mensaje de que lesión mayor de 50 mI debe operarse.
los esteroides no se deben usar en el tratamiento del TCE 3. Paciente con lesión parenquimatosa sin evidencia de com-
(129). promiso neurológico, PIC controlada, y sin signos signi-
ficativos de efecto de masa al TAC puede ser manejado
Manejo quirúrgico del TCE severo no quirúrgicamente, con monitoría intensiva e imágenes
La participación del neurocirujano en el tratamiento del TCE seriadas.
es imprescindible, pues muchos de los pacientes graves re- 4. Craneotomía y drenaje de la lesión se recomienda en
quieren cirugía inmediata. Desde hace veinte años se demos- aquellos pacientes con lesiones focales y las indicaciones
tró que los más importantes determinantes de pronóstico son quirúrgicas arriba listadas.
el grado de daño cerebral asociado (130) y la celeridad con 5. La craniectomía descompresiva bifrontal en las primeras
que se evacue la masa (20, 107) Y se ha demostrado mejoría 48 horas es una opción de tratamiento para edema cere-
de PIC y de Sy02 después de la evacuación del hematoma bral pos traumático difuso médicamente refractario con
(40). La cirugía debe ser realizada una vez establecida la in- HTE secundaria, en pacientes salvaples, sin lesiones sig-
dicación, sin esperar a que el paciente se deteriore (130). nificativas de tallo.
A continuación se presenta un resumen de los criterios 6. Procedimientos desconipresivos (decompresión subte m-
más relevantes para la selección de candidato quirúrgico se- poral, lobectomía temporal, craniectomía descompresiva
gún las recomendaciones de manejo quirúrgico de TCE seve- hemisférica), son opciones de tratamiento ante HTE re-
ro publicadas recientemente (130). fractaria y lesión parenquimatosa qifusa con evidencia clí-
nica y radiográfica de herniación transtentorial inminente.
Hematoma epidural
l. Un hematoma epidural de más de 30 mI debe ser drenado Lesiones de fosa posterior
independientemente del Glasgow del paciente. Un hemato- 1. Ante signos de efecto de masa en la TAC (obliteración
ma de menos de 30 mI, espesor de menos de 15 mm, desvío o distorsión del IV ventrículo, borramiento de cisternas
de línea media menor de 5 mm, con un Glasgow mayor a basales, hidrocefalia), disfunción o deterioro neurológico
8 y sin déficit focal puede ser manejado médicamente con debidos a la lesión debe ser drenado quirúrgicamente.
seguimiento estrecho tanto clínico como de imagen. 2. Drenaje tan pronto como sea posible, a través de una cra-
2. Un paciente con un hematoma epidural agudo, en coma niectomía suboccipital.
debe ser operado tan pronto como sea posible.

SECCION 111: TRAUMA 521


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Craniectomía descompresiva Se reporta un 10-15% de pacientes con TCE severo en


Es una cirugía en la que se reseca una porción importante de quienes la hipertensión endocraneana es refractaria a trata-
la tabla ósea craneana, se abre ampliamente la duramadre y miento médico máximo, y está claramente demostrada la co-
se cubre de nuevo el cerebro con una plastia ya sea autóloga rrelación entre mal pronóstico y número de horas con PIC
o con un aloinjerto. Se describen varias técnicas (132) como mayor de 20 rnrnHg (133, 134). De ahí que la craniectomía
son la hemicraniectomía descompresiva, donde se reseca del descompresiva surja como alternativa en los casos de HTE
lado de mayor lesión o efecto de masa un fragmento de hueso refractaria, con la esperanza que mejore el pronóstico luego
fronto-temporo-parietal en una pieza de al menos 15 cm de de TCE severo con hinchazón cerebral difusa.
diámetro, usualmente complementado con resección extra de Diferentes publicaciones han mostrado que la craniecto-
la escama del hueso temporal hasta el piso de la fosa me- mía descompresiva disminuye la PIC (135, 136), mejora la
dia. El procedimiento de hemicraniectomía descompresiva se oxigenación tisular cerebral (PtO?) (94), y en el grupo que
puede hacer de manera bilateral para aumentar el volumen de logra controlar la PIC la inciden-cia de secuelas severas o
la cavidad craneal en ambos lados, si la patología así lo ame- estado vegetativo (GOS 2-3) se ha mantenido más o menos
rita; quedando una tira de hueso sobre línea media cubriendo constante, pero con disminución gradual en la mortalidad
el seno sagital (figuras 13 y 14); para esta circunstancia tam- (GOS 1), y aumento progresivo en número de casos con buen
bién se describe una técnica de craniectomía bifrontotempo- desenlace (GOS 4-5) (137):
ral, igualmente buscando descomprimir los lóbulos tempo-
Tabla 11. Desenlace de pacientes con TCE grave sometidos a craniectomía
rales con resección extra de los huesos temporales. También descompresiva.
se describe una técnica de craniectomía temporal bilateral,
limitando la descompresión a las escamas de los temporales GOS a 6 meses %
para aliviar el cono de presión de herniación del uncus, se usa 1 (muerte) 22,3
en casos donde el hallazgo dominante es la obliteración de la 2 ó 3 (estado vegativo o secuelas severas) 29,4
cisterna perimesencefálica al TAC. 4 ó 5 (incapacidad leve o sin secuelas) 48,3
El colgajo óseo puede ser pres~rvado en un Banco de hue-
so a menos 70°C, hasta su recolocación. Si no se dispone de Recomendaciones para el uso de craneotomía des compre-
este tipo de Banco, se puede hacer, en el mismo acto qui- siva en TCE severo: las publicaciones y las Guías de manejo
rúrgico, un bolsillo en el epigastrio, entre el tejido celular ubican este tratamiento como una opción, ante el fracaso de
subcutáneo y la fascia abdominal donde guardarlo. las terapias de primera línea para el control de la hipertensión
endocraneana. Se acepta que se deben tener en cuenta las
siguientes consideraciones (138):
1. Que el paciente tenga menos de 50 años sin trauma múl-
tiple, o menor de 30 años ante la presencia de lesiones
extracraneanas mayores.
2. Exclusión de lesión o injuria de tallo primaria:
3. Intervención antes de lesión irreversible del tallo.
4. Edema cerebral severo al TAC.
5. Elevación de PIC hasta 40 mmHg y fracaso de terapia
conservadora.
Figura 13. Hemicraneotomía decompresiva. Hematoma subdural agudo an- 6. Primariamente, ante hematomas ocupando" espacio con
tes y después de drenarlo. Nótese el edema subyacente en el parénquima
edema cerebral hemisférico. , "
cerebral.
7. Secundariamente mientras se ha monitorizado la PIC y
presión tisular de O2 po~, un intervalo hasta de 48 horas
luego del accidente y antes que ocurra daño irreversible
del tallo o generalizado del cerebro.

Pero la realidad que vemos en nuestros países en desarro-


llo es otra: nuestros sistemas de atención prehospitalaria son
deficientes encontrando ausencia en el manejo de vía aérea
hasta en 70% de pacientes con TCE severo y 50% de ellos sin
siquiera una línea venosa, la mayoría de pacientes con TCE
severo no llegan en primera instancia al centro de alto nivel
con capacidad de atención para esta patología compleja, si
no vienen remitidos de Hospital en Hospital, no hay registros
Figura 14. Hemicraneotomía descompresiva. Tamaño del colgajo óseo a de hipotensión o hipoxia entre el evento; traslado e ingreso,
retirar. el trasporte no es medicalizado, etcétera. Por lo tanto, la in-
39/ MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFÁLlCO

juria secundaria en nuestros casos está a la orden del día. En tempranamente perdieron más sangre y requirieron mayor
nuestra institución, la hipertensión endocraneana refractaria infusión de líquidos y más transfusiones (139). Otro estudio
ronda el 15% lo cual nos ha llevado a usar este procedimiento retrospectivo tampoco encuentra diferencias en el resultado,
en un número mayor de pacientes y cada vez más tempra- ni en la utilización de recursos en un grupo de 47 pacientes
no. Pacientes menores de 55 años con TCE severo, Glasgow con trauma severo cerrado (140). Sin embargo, Townsend
posreanimación entre 5 y 8, con reactividad pupilar normal, (141), en otro estudio retrospectivo en 61 pacientes encontró
o alteración pupilar unilateral, los llevamos a craniectomía que los pacientes operados tempranamente de osteosíntesis
descompresiva de entrada así (138): de fémur tuvieron mayor incidencia de hipotensión arterial
l. Hemicraniectomía descompresiva unilateral en lesiones intraoperatoria y de episodios de baja PPC. El grupo total
Marshall IV y VI con desvío de línea media mayor de 10 presentó en general malos resultados (GOS 4 ó 5 en sólo 18%
mm. de los casos), lo que sugiere que podrían haber estado mal
2. Hemicraniectomía descompresiva bilateral en lesiones reanimados al momento de la cirugía de fémur, y que esto
Marshall lII. influyó en el resultado.
La recomendación actual es entonces corregir las lesiones
La mortalidad en nuestra serie es del 23,5%. Las complica- que amenacen la vida del paciente, y esperar a obtener una
ciones reportadas con el procedimiento incluyen: hematoma estabilidad hemodinámica y hematológica antes de intentar
subgaleal; zonas de contusión hemorrágica que aparecen la corrección definitiva de lesiones que no amenacen la vida.
subyacentes al procedimiento descompresivo e infección de En el caso de las fracturas de huesos largos, se recomienda
herida quirúrgica. Tardíamente luego de 3-6 meses al recons- una inmovilización externa temprana. La cirugía correctiva
truir el cráneo con el colgajo criopreservado, la infección de definitiva se pospone hasta que la volemia, la hemodinamia y
éste que obliga a su retiro y craneoplastia ulterior con acrí- la coagulación estén estabilizadas.
1ico; y grados variables de resorción del colgajo que llevan
a hundimiento. De éstas, la más importante es la colección Manejo de hipertensión endocraneana
hemática subgaleal pues si es de suficiente volumen causa Uno de los más importantes objetivos de manejo es el control
efecto de masa y se pierde el beneficio esperado del proce- de la PIC, por lo cual debe ser monitorizada tempranamente
dimiento descompresivo. Hay que ser pues obsesivos con la en todo paciente con TCE severo. Se debe mantener por de-
hemostasia, vigilar estrechamente coagulopatía durante y en bajo de 20 mmHg, y por debajo de 15 mmHg ante efectos de
el postoperatorio inmediato y corregirla. Hemos encontrado masa sobre el lóbulo temporal, es decir, es el nivel de presión
útil un dren subgaleal para disminuir la tendencia a la forma- por encima del cual se debe iniciar tratamiento. En algunos
ción de colección hemática posprocedimiento. casos se puede contemporizar transitoriamente con presiones
un poco más altas si la PPC es adecuada y la Sy02 permite
Paciente con lesión intracraneal y abdominal suponer que no hay isquemia.
simultánea Hay varias maniobras o medicamentos para controlar la
La comunicación efectiva entre el cirujano de trauma y el presión intracraneana. La escogencia depende esencialmente
neurocirujano es crítica para optimizar el pronóstico en este del estado del paciente y de la respuesta que haya tenido a
tipo de pacientes. Ante injuria abdominal e intracraneal si- otras maniobras:
multánea el qué hacer se basa en el estado hemodinámico y la Drenaje de LCR: el drenaje de LCR por una ventriculo s-
respuesta inicial a la resucitación con líquidos. Los pacientes tomía es una maniobra simple para disminuir el contenido
estables con hemOlTagia abdominal y TCE severo que requie- intracraneano; siempre es efectivo para'b,.ajar la PIC, mejorar
ren manejo quirúrgico inmediato deben proceder con éste, lo la distensibilidad intracraneana y aumentai' la PPC (142), aun
mismo que aquellos pacientes hipotensos al inicio pero se en pacientes con masas intracraneanas. Se usa en combina-
estabilizan con la resucitación. Los pacientes que responden ción con otras mantobras, por lo que es muy difícil estable-
transitoriamente y de nuevo muestran caída de su presión ar- cer el beneficio que esta maniobra aporta a los pacientes con
terial deben llevarse rápidamente al quirófano para control TCE a largo plazo.
del sangrado de cavidad, lo mismo que pacientes con hipo- Se recomienda drenar LCR cuando la PIC se eleva por
tensión persistente deben ir a laparotomía inmediata. encima de 20 mmHg en los pacientes que tienen una ven-
triculostomía; de esta manera se logra tratar rápida y efec-
Cirugía no neurológica tivamente cualquier HTE y se gana tiempo para realizar un
Mucho se ha discutido sobre lo adecuado que pueda ser co- procedimiento diagnóstico o establecer otra terapia si fuera
rregir todas las lesiones traumáticas que presente el paciente necesario. No se debe buscar una normalización completa de
a su ingreso, o esperar a la estabilización neurológica antes la PIC con esta terapia, pues se corre el riesgo de que los ven-
de realizar correcciones ortopédicas. En un estudio retros- trículos cerebrales se colapsen y dejen de drenar empeorando
pectivo recientemente publicado, se encontró que no hay la distensibilidad intracraneana.
diferencias en estancia hospitalaria, mortalidad o pronósti- Sedación y relajación: la presencia de HTE obliga a revi-
co neurológico u ortopédico, aunque los pacientes operados sar si la sedación y analgesia son adecuadas (ver arriba). Una
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

vez optimizadas, se puede pensar en relajar al paciente para Una PPC por encima de 60 mmHg parece adecuada para
evitar el desacople del ventilador y la tos. la mayoría de pacientes con TCE. Dada la asociación con
Dosis: Midazolam [2-10 mg/hora], o propofol [2-5 mg/kg/ efectos pulmonares adversos (síndrome de dificultad respi-
hora] o narcóticos (morfina [1-2 mg/hora] o fentanyl [25-150 ratoria del adulto) con la hipertensión inducida, PPC mayor
mg/ hora]). Relajantes musculares de acción media o larga: de 70 mmHg debe reservarse para pacientes que tengan una
vecuronio o pancuronio (0,04-0,1 mg/kg/hora). indicación específica de hipertensión inducida como aquellos
Hiperventilación: la hiperventilación es una maniobra con isquemia regional (146), Y que tengan una autonegula-
efectiva para bajar la PIC; su efecto es la disminución del ción conservada.
volumen sanguíneo cerebral (VSC) por vasoconstricción re-
gional gracias al mecanismo de autonegulación. La respues- Pentotal
ta hemodinámica es prácticamente inmediata pero se agota Desde hace más de 25 años se ha propuesto el uso de altas
rápidamente, pues los mecanismos de homeostasis hacen que dosis de barbitúricos en los casos de edema cerebral severo
el pH cerebral se conija en las horas que siguen a su instau- y/o refractario (147, 148). Los barbitúricos reducen el consu-
ración. El principal predictor de qué tanto va a bajar la PIC mo metabólico de oxígeno y paralelamente el FSC y el VSC;
es la PaC0 2 inicial; entre más alta esté más va a bajar la PICo se requiere que haya algún grado de reactividad vascular al
Así mismo entre más alta esté la PIC de base menos responde CO 2 para lograr el efecto completo. En el TCE, aunque la
a la hiperventilación (143). autonegulación puede estar muy alterada, no está del todo
La hiperventilación aguda puede salvar la vida del pacien- perdida y por lo tanto la mayoría de los pacientes responde
te en inminencia de herniación y por lo tanto permite ganar bien a esta terapia. El efecto máximo se obtiene con la su-
tiempo para instaurar otras terapias. El mantenimiento cró- presión de la actividad eléctrica ('burst suppression' de los
nico de los pacientes de TCE en hiperventilación disminuye anglófonos). A estas dosis el pentotal es depresor cardiovas-
las reservas de vasoconstricción cerebral y puede aumentar cular y respiratorio importante, por lo que cuando iniciamos
el riesgo de isquemia regional; de hecho se ha asociado con tiopental, el paciente debe estar en ventilación mecánica y
aumento de la mortalidad (144). Las contusiones y el parén- bien monitorizado.
quima que las rodea tienen una' vasoneactividad tres veces Actualmente, la sedación profunda con tiopental se reser-
mayor que la normal, por lo que son particularmente vulnera- va para los pacientes con HTE en quienes otras terapias han
bles a la hiperventilación, especialmente si es agresiva (90). fallado; típicamente se trata de un paciente intubado y profun-
La hipocapnia con monitoría estrecha de Syv0 2 puede ser damente sedado, se le debe suspender el sedante, disminuir la
útil en el manejo de la fase hiperémica del TCE donde son dosis de opiáceo y simultáneamente iniciar tiopental en dosis
frecuentes períodos de HTE (145). La recomendación actual de 3 a 5 mg/kg/hora, que luego se puede incrementar de acuer-
es que la hiperventilación se reserve para el manejo agudo de do a la respuesta del paciente. La respuesta terapéutica se ob-
los pacientes con hiperemia e HTE refractaria (77) pero no tiene a dosis subanestésicas (149) por lo que no se recomienda
se debe usar en las primeras horas en que el FSC está proba- pasar de 8 o 10 mg/kg/hora, pues el riesgo de .compromiso
blemente disminuido como consecuencia del trauma (145). hemodinámico es importante a dosis mayores. Sinembargo, la
Tampoco se puede permitir una PaC0 2 < 25 mmHg (109). evidencia no permite concluir que su uso disminuya la morta-
En resumen: lidad o que tenga algún beneficio en el pronóstico.
1. Hay evidencia en contra del uso de hiperventilación en el Se ha recomendado monitorizar esta terapia con EEG pre-
tratamiento de PIC elevada, excepto como medida tempo- vio y durante la infusión, puesto que el objeti:ro del manejo
ral mientras se inician otras intervenciones diagnósticas y es lograr la supresión de la actividad eléctrica~ ~o siempre
terapéuticas. está disponible un EEG en UCI, pero la falta de EEG no debe
2. No tiene rolla hiperventilación profiláctica para prevenir privar a los pacientes de esta terapia. Se debe monitorizar la
laHTE. PIC, la temperatura corpor5ll, la presión arterial y la PVC;
3. La hiperventilación crónica puede empeorar la isquemia en casos especiales considerar el uso de catéter de arteria
cerebral y el desenlace vital. pulmonar para guiar el manejo y evitar las complicaciones
hemodinámicas.
Presión arterial y presión de perfusión cerebral El tiopental no está exento de complicaciones, entre las
Durante la primera semana luego del TCE la autonegulación más importantes se cuentan: hipotensión arterial, paresia
cerebral está afectada en el 50 a 80% de los pacientes. Y aun- gástrica, aumento de las infecciones nosocomiales y la hi-
que se pensaría que elevar la PPC ayudaría a mejorar la auto- potermia. La presión arterial hay que soportarla con líquidos
negulación, la HTA inducida puede disminuir un poco la PIC intravenosos y eventualmente con vaso activos o inotrópicos;
en la mayoría, pero puede producir un aumento de más de un las opciones recomendadas son dopamina (2 a 5 mg/kg/min
20% en un tercio de los casos. El riesgo de aumentar la PIC y titular según respuesta), dobutamina (2,5 a 1O/mg/kg/min) ,
aumentando la PPC es mayor en primeros 4 días pos-TCE o norepinefrina.
(146). Es decir, si la autonegulación está afectada, PIC puede Se debe tener en cuenta que el uso de pentotal hace impo-
aumentar si se aumenta la TAM. sible de diagnosticar clínicamente la muerte cerebral tanto
39/ MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFÁLlCO

durante la infusión como en las 24 h01:as que siguen a su atribuir el beneficio obtenido al manitol, o a otros aspect~s
suspensión (150). del manejo del TCE severo (104). Un estudio reciente que
evaluó los efectos a corto plazo del manitol en 14 pacientes,
Solución salina hipertónica encontró mejoría hemodinámica y de la PIC en los 60 4 180
Basados en que el coeficiente de refracción del sodio en la minutos que siguieron a su administración (155). .
barrera hemato-encefálica es mayor que el del manitol, se ha Por otro lado, se ha sugerido que el manitol puede aumentar
propuesto el uso de solución salina hipertónica para extraer el edema de las áreas contusas y/o empeorar una contusión
el agua del cerebro edematizado; esta terapia ha sido validada hemolTágica (156), y se le conocen otros efectos a largo pla-
tanto en animales, como en humanos (116) con éxito. Se han zo que pueden dificultar el manejo de los pacientes con TCE:
utilizado varias concentraciones de solución salina, desde 3% disminución de la volemia, hipo o hipernatremia, hipocale-
hasta 23,4%. Es de anotar que la mayor concentración dispo- mia, o falla renal e hipervolemia.
nible comercialmente en Colombia es al 11,7% (natrol). Un Por lo tanto su uso se deberá reservar como una terapia
estudio reciente evalúa el efecto de la salina al 7,5 % en la re- de segunda línea para los pacientes con edema cerebral, bien
animación prehospitalaria de pacientes con politraumatismo sedados y ventilados, que presenten una PIC elevada (> 20
(151), TCE e hipotensión y encontró una diferencia de 5% en mmHg) y que no mejore con el drenaje de LCR. Se adminis-
sobrevida a favor de la salina hipertónica; es de anotar que tra en bolos de 0,5 a 1 glkg de peso. Se debe pasar preferible-
en el estudio se excluyeron los pacientes con tiempo largo mente por vena central, en 15 minutos y se pueden repetir 4 a
de traslado al hospital y que el poder no era suficiente para 6 veces al día. Inicialmente se administra una dosis para eva-
detectar diferencias inferiores a 10%. luar el efecto, y periódicamente se reevalúa el paciente para
La mayoría de autores reportan una mejoría de parámetros determinar si se repite la dosis; es preferible no administrarlo
fisiológicos como PIC, Sy02' PPC aun en pacientes refracta- más de dos días seguidos.
rios a otras terapias. Los efectos secundarios no son mayores Se debe evitar su uso en pacientes deshidratados o hipo-
que los producidos por esas otras terapias (152, 153). Aunque volémicos, si la osmolaridad sérica es alta (> 320 mOsm/l),
no hay evidencia de que el uso de esta solución mejore el si el sodio sérico está elevado (> 150 mEq/l) o si el paciente
pronóstico, constituye una alternativa barata y efectiva para tiene falla renal.
el manejo de la PIC; se debe monitorizar estrechamente la
función renal y los niveles séricos de electrolitos. Entonces, Neuroprotección
la solución salina hipertónica es una opción de tratamiento Ante la evidencia de que el daño neurológico en TCE se
ante HTE refractaria a sedación, drenaje del LCR, elevación relaciona estrechamente con isquemia, se han propuesto
de la cabecera, manitol. Se maneja administrada en bolo, pre- múltiples estrategias para manipular farmacológicamente
parada al 7,5% en dosis de 2 ml/kg cada 4-6 horas, tolerando la susceptibilidad del tejido nervioso al daño por isquemia-
un sodio sérico hasta 155-160 mEq/L. reperfusión. No obstante, a pesar de la abundante investiga-
ción, pocas sustancias han podido demostrar alguna utilidad
Manitol en estas circunstancias (157).
La terapia osmótica con manitol se ha utilizado ampliamente Barbitúricos. El tiopental y pentobarbital en altas dosis,
en TCE, y se han postulado una serie de propiedades farma- suficientes para producir supresión del EEG, protegen al en-
cológicas que lo hacen interesante en esta situación: disminu- céfalo del daño por isquemia. El uso de barbitúricos como
ye la PIC, aumenta la PPC (especialmente si la PIC de base protectores cerebrales se ha propuesto, desde hace varias dé-
es > 20 mmHg), disminuye el volumen sanguíneo cerebral, cadas y es actualmente el tratamiento de <referencia, sin em-
pero con aumento del flujo sanguíneo cerebral y disminu- bargo su utilización se ha asociado a mayor frecuencia de
ción de la resistencia vascular cerebral. Además pudiera te- infecciones y a leucopenia transitoria (158).
ner efectos benéficos como barredor de radicales oxigenados Nimodipina. En caso de TCE con HSA se ha propuesto
(154). Parece ser más efectivo en controlar la PIC cuando la el uso de nimodipina. En un estudio aleatorizado, el grupo de
PPC está por debajo de 70 mmHg. Kakarieka reporta beneficio discreto pero significativo en el
La evidencia que sustenta su uso es en su mayoría estudios subgrupo de pacientes jóvenes con hemorragia subaracnoi-
clase III y opinión de expertos, aunque hay estudios de su dea (159). La validez de estos resultados ha sido cuestionada
uso en dosis elevada (1,2 a 1,4 glkg) en paciente comatoso (160) y se considera que no hay evidencia suficiente para re-
con hematoma subdural agudo o intracerebral temporal que comendar su uso rutinario en TCE.
requiere drenaje quirúrgico (22). Otros dos estudios clase 1 Hipotermia. Desde hace cincuenta años se ha utilízado
que han sido publicados concluyen en un beneficio de su uso, esporádicamente la hipotermia como protector cerebral, y los
pero son anteriores a 1986 y por lo tanto anteriores al desa- resultados en humanos con TCE han sido más bien desalen-
rrollo de una serie de conceptos que han cambiado el manejo tadores, pero recientemente se ha retomado esta estrategia
y el pronóstico de esta entidad. Actualmente estos estudios terapéutica basados en estudios experimentales que sugieren
resultan muy difíciles de interpretar; en todo caso permiten un beneficio en los pacientes con trauma severo. Dos revisio-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

nes del tema han sido publicadas recientemente (161, 162). cación; Elevación de cabecera 30°, inicio de analgesia y
In vitro se ha visto que la hipotermia protege el tejido ence- sedación.
fálico, siempre y cuando se aplique antes de la oculTencia de 2. Control de PIC elevada: manejo en tres pasos pasando de
isquemia (163). En animales se ha demostrado un beneficio uno a otro solo si no se logra controlar la PICo Todo el
en términos histológicos (disminución de la lesión axonal di- tiempo mantener PPC > 60 mmHg.
fusa), de marcadores bioquímicos y en mortalidad. En ratas Iniciar drenaje de LCR, ajustar PaC0 2 alrededor de
con trauma percusivo experimental, hay mejoría de la morta- 35 mmHg (la PaC0 2 adecuada según la altura sobre el
lidad con la hipotermia por debajo de 36°C (164). nivel del mar).
En humanos la hipotermia moderada inducida por seda- Iniciar manitol a 0,25-0,5 g/kg o solución salina hi-
ción reduce el gasto energético basal (50), lo que puede con- pertónica 7,5% a 2 ml/kg. Hasta ahora, no hay motivo
tribuir a la protección encefálica. En un estudio en que se para preferir uno sobre el otro. Ajustar PaC0 2 entre 30
mantuvo a los pacientes en 32 a 33 oC durante 3 a 4 días (55), y 35 mmHg. Cualquier ajuste mayor de hiperventila-
se observó una disminución de los niveles séricos y raquí- ción requiere monitoría de SyV0 2 •
deos de IL-6. Otro estudio similar, reporta una disminución Hemicraniectomía descompresiva, considerar coma
de la velocidad del flujo en la arteria cerebral media y de los barbitúrico o hipotermia.
niveles de lactato en sangre venosa yugular.
El estudio prospectivo controlado de Marion (42) comparó Referencias
un grupo tratado con hipotermia vs. otro con normotermia en 1. Fearnside M, Simpson D. Epidemiology in Head Injury; Pathophysi-
pacientes con trauma craneoencefálico severo; en él los auto- ology and Management of Severe Closed Injury. Edited by Reilly P,
res concluyeron que algunos pacientes se pueden beneficiar Bullock R. Chapman & Hall Medical, Cambridge, 1997; 3-24.
de esta terapia. La mayor crítica a este estudio es que el grupo 2. Murray GD, Teasdale GM, Braakman R, Cohadon F, Dearden M, Ian-
notti F, Karimi A, Lapierre F, Maas A, Ohman J, Persson L, Servadei
"normotermia" incluye pacientes que desalTollaron hiperter- F, Stocchetti N, Trojanowski T, Unterberg A. The European Brain In-
mia moderada; por lo tanto la conclusión clara que se puede jury Consortium survey of head injuries. Acta Neurochir 1999; 141:
derivar de ese estudio es que se d~be evitar la hipertermia. 223-236.
Otro estudio multicéntrico controlado aleatorizado no 3. Marion DW, Spiegel TP. Changes in the management of severe trau-
matic brain injury: 1991-1997. Crit Care Med 2000; 28: 16-18.
pudo demostrar beneficio en mortalidad con hipotermia mo- 4. Thurman DJ, Alverson C, Dunn KA, Guerrero J, Sniezek JE. Trau-
derada iniciada en las primeras ocho horas del trauma (165). matic brain injury in the United States: a public health perspective. J
La hipotermia leve (34°C) es útil en el control de la HTE con Head Trauma Rehabill999; 14:602-615.
PIC entre 20-40 mmHg (43, 166). Hay aparentemente bene- 5. Gutiérrez M, Velasquez M, Levy A. Epidemiología del trauma craneo-
encefálico en Cali, Colombia. Informe preliminar. Colombia Médica
ficio de mantener ·la hipotermia en los pacientes que están 1992; 23: 75-78.
hipotérmicos al momento del ingreso. 6. Correa M, González G, Herrera M, Orozco A. Epidemiología del trau-
Aunque cada vez hay mayor conciencia del problema de ma pediátrico en Medellín, Colombia 1992-1996. Colombia Médica
salud pública que constituye el TCE y que hay muchos inves- 2000; 31: 77-80.
7. Valadka A. Injury to the Cranium in Trauma. Edited by Matox K, Fe-
tigadores trabajando en este problema, aún no se ha encontra- liciano D, Moare E. 4th. McGraw-Hill, NewYork, 2000; 377-399.
do una terapia específica para el manejo del cerebro lesiona- 8. Pedroza A. Quintero L. Barbosa M. Epidemiología en trauma del siste-
do por trauma. Es claro que se puede influir en el pronóstico ma nervioso central y periférico, en Compendio de Neurocirugía. Edi-
si logramos mantener la homeostasis de manera que se logre tado por PedrozaA. Quebecor Impreandes, Bogotá 2002; 243-248.
9. Takeuchi Y, Guevara JG. Estudio Neuroepidemiológico Nacional
toda la recuperación potencial del paciente . y se evitan las (EPINEURO) Colombia Médica 1999; 30: 74- 81. "
alteraciones que favorecen la lesión secundaria. La investiga- 10. McMahon CG, Yates DW, Campbell FM, Hollis S, Woodfard M.
ción continúa y es probable que en los próximos años veamos Unexpected contribution of moderate traumatic brain inj'Ury to death
el surgimiento de terapias que permitan manipular la evolu- after major trauma. J Trauma 1999; 47: 891-895.
11. Bouma GJ, Muizelaar JP, Fatouros P. Pathogenesis of traumatic brain
ción del daño encefálico. swelling: role of cerebral bloód volume. Acta Neurochir Suppl 1998;
71: 272-275.
Resumen del manejo (167) 12. Martin NA, Patwardhan RV, Alexander MJ, Africk CZ, Lee JH,
Shalmon E, et al. Characterization of cerebral hemodynamic phases
l. Reanimación temprana: asegurar vía aérea, intubación si following severe head trauma: hypoperfusion, hyperemia, and vasos-
Glasgow menor de 9, mantener la Sp02 mayor a 95 %. pasmo J Neurosurg 1997; 87: 9-17.
Normocapnia, evitar hiperventilar, excepto ante signos 13. Chiaretti A, Visocchi M, Viola L, De Benedictis R, Langer A, Torto-
rolo L, Piastra M, Polidori G. Diffuse axonal lesions in childhood.
inminentes de herniación. COlTegir la hipovolemia, dos
Pediatr Med Chir 1998; 20: 393-397.
líneas venosas, iniciar solución salina normal. Mante- 14. Gieron MA, Korthals JK, Riggs CD. Diffuse axonal injury without
ner TA sistólica mayor de 120 mmHg o TAM mayor 90 direct head trauma and with delayed onset of coma. Pediatr Neurol
mmHg. Si persiste la hipotensión a pesar de la reposi- 1998; 19: 382-384.
15. Bittigau P, Sifringer M, Pohl D, Stadthaus D, Ishimaru M, Shimizu
ción de líquidos, considerar solución salina hipertónica
H, Ikeda M, Lang D, Speer A, Olney JW, Ikonomidou C. Apoptotic
y usar vasopresor o inotrópico: de elección la norepin- neurodegeneration following trauma is markectly enhanced in the im-
efrina. Cirugía temprana y monitoría de PIC si hay indi- mature brain. Ann Neuro11999; 45: 724-735.
39/ MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFÁLlCO

16. Fitzpatrick MO, Dewar D, Teasdale GM, Graham DI. The neuronal 36. Piper 1. Intracranial pressure and elastance, in Head injury; Pathophi-
cytoskeleton in acute brain injury. Br J Neurosurg 1998; 12: 313-317. siology and management of severe closed injury. Edited by Reilly P,
17. Gennarelli TA. Cerebral concussion and diffuse brain injuries, en Bullock R. Chapman & Hall medical, London, 1997; 101-120.
Head Injury. Edited by PRCooper, Williams & Wilkins, 30 ed., 1993; 37. Stocker R, Bernays R, Kossmann T, Imhof H. Monitoring and
137-158. Treatment of Acute Head Injury, in the Integrated Approach to Trauma
18. Zemlan FP, Rosenberg WS, Luebbe PA, Campbell TA, Dean GE, Careo The first 24 hours. Edited by Goris R, R T. Springer, Heildelberg
Weiner NE, Cohen JA, Rudick RA, Woo D. Quantification ofaxonal 1995; 196-210.
damage in traumatic brain injury: affinity purification and characte- 38. Chesnut RM, Marshall SB, Piek J, Blunt BA, Klauber MR, Marshall
rization of cerebrospinal fluid tau proteins. J Neurochem 1999; 72: LF. Early and late systemic hypotension as a frequent and fundamen-
741-750. tal source of cerebral ischemia following severe brain injury in the
19. Blumbergs P. Pathology, in Head Injury; Pathophysiology and Mana- Traumatic Coma Data Bank. Acta Neurochir Suppl 1993; 59: 121-
gement of Severe Closed Injury. Edited by Reilly P, Bullock R. Chap- 125.
man & Hall Medical, London, 1997; 39-70. 39. Chesnut RM, Marshall LF, Klauber MR, Blunt BA, Baldwin N, Eisen-
20. Seelig JM, Becker DP, Miller JD. Traumatic acute subdural hema- berg HM, Jane JA, Marmarou A, Foulkes MA. The role of secondary
toma: Major mortality reduction in comatose patients treated within brain injury in determining outcome from severe head injury. J Trau-
four hours. N Eng J Med 1981; 304: 1511. ma 1993; 34: 216-222.
21. Schorder ML, Muizelaar JP, Kuta AJ. Documented reversal of global 40. Gopinath SP, Cormio M, Ziegler J, Raty S, Valadka A, Robertson CS.
ischemia after removal of an Acute subdural Haematoma: Report of Intraoperative jugular desaturation during surgery for traumatic intra-
two cases. J Neurosurg 1994; 80: 324-327. cranial hematomas. Anesth Analg 1996; 83: 1014-102l.
22. Cruz J, Minoja G, Okuchi K. Improving clinical outcomes from Acute 41. Nara 1, Shiogai T, Hara M, Saito 1. Comparative effects of hypother-
Subdural Haematomas with emergency preoperative administration of mia, barbiturate, and osmotherapy for cerebral oxygen metabolism,
high doses of mannitol: A Randomized Trial. Neurosurgery 2001; 49: intracranial pressure, and cerebral perfusion pressure in patients with
864-871. severe head injury. Acta Neurochir Suppl 1998; 71: 22-26.
23. Wilberger JE, Harris M, Greenberg R. Traumatic Acute Subdural 42. Marion DW, Penrod LE, Kelsey SF, Obrist WD, Kochanek PM, Pal-
Haematoma: Morbidity, Mortality and operative timing. J Neurosurg mer AM, Wisniewski SR, DeKosky STo Treatment of traumatic brain
1991; 74: 212-218. injury with moderate hypothermia. N Engl J Med 1997; 336: 540-
24. Oertel M, Boscardin WJ, Obrist WD, Glenn Te. Posttraumatic va- 546.
sospasm: the epidemiology, severity and time course of an underesti- 43. Polderman KH, Joe RTT, Peerdeman SM, Vandertop WP & Girbes
mated phenomenon: a prospective study performed in 299 patients. J ARJ. Effects of therapeutic hypothermia on intracranial pressure and
Neurosurg 2005; 103: 812-824. outcome in patients with severe head injury. Intensive Care Med 2002;
25. Servadei F, Murray GD, 'Teasdale GM, Dearden M, lannotti F, Lapie- 28: 1563-73.
rre F, et al. Traumatic subarachnoid hemorrhage: demographic and cli- 44. Polderman KH. Application of therapeutic hypothermia in the ICV:
nical study of 750 patients from the European brain injury consortium opportunities and pitfalls of a promising treatment modality. Intensive
survey of head injuries. Neurosurgery 2002; 50: 261-269. Care Med 2004; 30: 556-75 y 757-69.
26. Kakarieka A, Braakman R, Schakel EH. Clinical significance of the 45. Henker RA, Brown SD, Marion DW. Comparison of brain tempera-
finding of subarachnoid blood on CT scan after head injury. Acta Neu- ture with bladder and rectal temperatures in adults with severe head
rochir 1994; 129: 1-5. injury. Neurosurgery 1998; 42: 1071-1075.
27. Kistler JP, Crowell RM, Davis KR, Heros R, Ojemann RG, Zervas T, 46. De Salles AA, Muizelaar JP, Young HF. Hyperglycemia, cerebrospinal
et al. The relation of cerebral vasospasm to the extent and location of fluid lactic acidosis, and cerebral blood flow in severely head-injured
subarachnoid blood visualized by CT scan: a prospective study. Neu- patients. Neurosurgery 1987; 21: 45-50.
rology 1983; 33: 424-436. 47. Robertson CS, Clifton GL, Grossman RG, Ou CN, Goodman JC, Bo-
28. Mattioli C, Beretta L, Gerevini S, Veglia F, Citerio G, Cormio M, et rum P, Bejot S, Barrodale P. Alterations in cerebral availability of me-
al. Traumatic subarachnoid hemorrhage on the computerized tomo- tabolic substrates after severe head injury. J,Trauma 1988; 28: 1523-
graphy scan obtained at admission: a multicenter assessment of the 1532.
accuracy of diagnosis and the poten ti al impact on patient outcome. J 48. Cherian L, Goodman JC, Robertson CS. Hyperglycemia increases
Neurosurg 2003; 98: 37-42. brain injury caused by secondary ischemia after cortical impact injury
29. Taneda M, Kataoka K, Akai F, Asai T, Sakata 1. Traumatic subarach- in rats. Crit Care Med 1997; 25: 1378-1383.
noid hemorrhage as a predictable indicator of delayed ischemic symp- 49. Mendelow AD, Crawford PJ. Primary and secondary brain injury, in
toms. J Neurosurg 1996; 84: 762-768. Head injury; Pathophysiology and managel1;lent of severe closed in-
30. Compton JS, Teddy PJ. Cerebral arterial vasospasm following severe jury. Edited by Reilly P, Bullock R. Chapmarl' & Hall medical, Lon-
head injury: a transcranial Doppler study. Br J Neurosurg 1987; 1: don, 1997; 71-88.
435-439. 50. Bruder N, Raynal M, Pellissier D, Courtinat C, Francois G. Influence
31. Graham D, Ford 1, Adams J: Ischaemic Brain Damage is still common of body temperature, with or without sedation, on energy expenditure
in fatal non missile head injury. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1989; in severe head-injured patients. Crit Care Med 1998; 26: 568-572.
52: 346-350. 51. Bullock R, Zauner A, Woodward JJ, Myseros J, Choi SC, Ward JD,
32. Marmarou A, Signoretti S, Fatouros P, Bullock R. Predominance of Marmarou A, Young HF. Factors affecting excitatory amino acid re-
cellular edema in traumatic brain swelling inpatients with severe head lease following severe human head injury. J Neurosurg 1998; 89: 507-
injuries. J Neurosurg 2006; 104: 720-730. 518.
33. Signorini DF, Andrews PJ, Jones PA, Wardlaw JM, Miller JD. Adding 52. Koura SS, Doppenberg EM, Marmarou A, Choi S, Young HF, Bullock
insult to injury: the prognostic value of early secondary insults for R. Relationship between excitatory amino acid release and outcome
survival after traumatic brain injury. J Neurol Neurosurg Psychiatry after severe human head injury. Acta Neurochir Suppl 1998; 71: 244-
1999; 66: 26-31. 246.
34. Rosner MJ, Becker DP. Origin and evolution of plateau waves. Expe- 53. Stover JF, Pleines VE, Morganti-Kossmann MC, Stocker R, Kempski
rimental obs~vations and a theoretical model. J Neurosurg 1984; 60: OS, Kossmann T. Thiopental and midazolam do not seem to impede
312-324. . metabolism of glutamate in brain-injured patients. Psychopharmaco-
35. Price DJ, SaxenaA, Czosnyka M. The relationship ofvasogenic waves logy (Berl) 1999; 141: 66-70.
to ICP and cerebral perfusion pressure in head injured patients. Acta 54. Bell MJ, Kochanek PM, Heyes MP, Wisniewski SR, Sinz EH, Clark
Neurochir Supp11998; 71: 297-299. RS, Blight AR, Marion DW, Adelson PD. Quinolinic acid in the cere-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

brospinal fluid of children after traumatic brain injury. Crit Care Med 76. Matz PG, Pitts L. Monitoring in traumatic brain injury. Clin Neuro-
1999; 27: 493-497. surg 1997; 44: 267-294.
55. Aibiki M, Maekawa S, Ogura S, Kinoshita Y, Kawai N, Yokono S. 77. Bullock R, Chesnut RM, Clifton G, Ghajar J, Marion DW, Narayan
Effect of moderate hypothermia on systemic and internal jugular plas- RK, Newell DW, Pitts LH, Rosner MJ, Wilberger JW. Guidelines for
ma IL-6 levels after traumatic brain injury in humans. J Neurotrauma the management of severe head injury. Brain Trauma Foundation. Eur
1999; 16: 225-232. J Emerg Med 1996; 3: 109-127.
56. Hans VH, Kossmann T, Joller H, Otto V, Morganti-Kossmann MC. 78. Lozier AP, Sciacca RR, Romagnoli MF, Connolly ES Jr. Ventriculo s-
Interleukin-6 and its soluble receptor in serum and cerebrospinal fluid tomy-related infections: a critical review of the literature. Neurosur-
after cerebral trauma. Neuroreport 1999; 10: 409-412. gery 2002; 51: 170-182.
57. Whalen MJ, Carlos TM, Kochanek PM, Wisniewski SR, Bell MJ, 79. Schade R, Schinkel J, Visser L. Bacterial meningitis caused by the use
Carcillo JA, Clark RS, DeKosky ST, Adelson PD. Soluble adhesion of ventricular or lumbar cerebrospinal fluid catheters. J, Neurosurg
molecules in CSF are increased in children with severe head injury. J 2005; 102: 229-234.
Neurotrauma 1998; 15: 777-787. 80. Miller JI, Chou Mw, Capocelli A.Continuous intracranial multimo-
58. McKeating EG, Andrews PJ, Mascia L. Leukocyte adhesion molecule dality monitoring comparing local cerebral blood flow, cerebral per-
profiles and outcome after traumatic brain injury. Acta Neurochir Su- fusion pressure, and microvascular resistance. Acta Neurochir Suppl
pp11998; 71: 200-202. (Wien) 1998; 71: 82-84.
59. Juurlink BH, Paterson PG. Review of oxidative stress in brain and 81. Aaslid R, Markwalder TM, Nornes H. Noninvasive transcranial Do-
spinal cord injury: suggestions for pharmacological and nutritional ppler ultrasound recording of flow velocity in basal cerebral arteries. J
management strategies. J Spinal Cord Med 1998; 21: 309-334. Neurosurg 1982; 57: 769-774.
60. Marshall LF, Maas Al, Marshall SB, Bricolo A, Fearnside M, lannotti 82. Romner B, Bellner J, Kongstad P, Sjoholm H. Elevated transcranial
F, K1auber MR, Lagarrigue J, Lobato R, Persson L, Pickard JD, Piek Doppler flow velocities after severe head injury: cerebral vasospasm
J, Servadei F, Wellis GN, Morris GF, Means ED, Musch B. A multi- or hyperemia? J Neurosurg 1996; 85: 90-97.
center trial on the efficacy of using tirilazad mesylate in cases of head 83. Kelly DF, Kordestani RK, Martin NA. Hyperemia following traumatic
injury. J Neurosurg 1998; 89: 519-525. brain injury: relationship to intracranial hypertension and outcome. J
61. Koiv L, Merisalu E, Zilmer K, Tomberg T, Kaasik AE. Changes of Neurosurg 1996; 85: 762-771.
sympatho-adrenal and hypothalamo-pituitary-adrenocortical system 84. Vespa PM. "Should I monitor Cerebral Blood Flow after Traumatic
in patients with head injury. Acta Neurol Scand 1997; 96: 52-58. Brain Injury?" In Neurotrauma pp 68-72. Editor Valadka A, Andrews
62. Robertson CS, Goodman JC, Grossman RG. Blood flow and metabo- B. Thieme, New York 2004.
lic therapy in CNS injury. J Neurotrauma 9 Suppll992; 2: S579-594. 85. Metz C, Holzschuh M, Bein T, Kallenbach B, Taeger K. Jugular bulb
63. Zafonte RD, Mann NR. Cerebral salt wasting syndrome in brain in- monitoring of cerebral oxygen metabolism in severe head injury: ac-
jury patients: a potential cause of hYponatremia. Arch Phys Med Re- curacy of unilateral measurements. Acta Neurochir Suppl 1998; 71:
habi11997; 78: 540-542 324-327.
64. Webster JB, Bell KR. Primary adrenal insufficiency following trauma- 86. Vigue B, Ract C, Benayed M, Zlotine N, Leblanc PE, Samii K, Bis-
tic brain injury: a case report and review of the literature. Arch Phys sonnette B. Early Sjv02 monitoring in patients with severe brain
Med Rehabill997; 78: 314-318. trauma. Intensive Care Med 1999; 25: 445-451.
65. Steele A, Gowrishankar M, Abrahamsoii S, Mazer CD, Feldman RD, 87. Andrews P.J, Dearden N.M,Miller J.D: Jugular bulb cannulation: des-
Halperin ML. Postoperative Hyponatremia despite Near-Isotonic Sa- cription of a technique and validation of anew continuous monitor. Br
line Infusion: A Phenomenon of Desalination. Ann Intern Med 1997; J Anesth 1991; 67: 553-558.
126:20-25. 88. Stocchetti N. "Should I monitor venous oxygen saturation?" en Neu-
66. Simpson D. Clinical examination and grading, in Head Injury. Edited rotrauma. Editor Valadka A, Andrews B. Thieme, New York 2004; 58-
by Reilly P, Bullock R. Chapman & Hall, London, 1997; 145-167. 61.
67. Levin LA. Neuro-ophthalmologic diagnosis and therapy of central 89. Stiefel MF, Spiotta A, Gracias V, et al. Reduced mortality rate in pa-
nervous system trauma. Neurosurg Clin N Am 1999; 10: 623-630, tients with severe tramatic brain injury treated with brain tissue oxy-
VIII. gen monitoring. J Neurosurg 2005; 103: 805-811.
68. Ritter AM, Muizelaar JP, Barnes T, Choi S, Fatouros P, Ward J, Bu- 90. Imberti R, Bellizona G, Langer M. Cerebral tissue PO, and SjvO,
llock MR. Brain stem blood flow, pupillary response, and outcome in changes during moderate hyperventilaction in patients -with severe
patients with severe head injuries. Neurosurgery 1999; 44: 941-948. traumatic brain injury. J Neurosurg 2002; 96: 97-102.
69. Garra G, Nashed AH, Capobianco L. Minor head trauma in anticoagu- 91. Diringer MN, Videen O, Yundt K, et al. Regional cerebrovascular and
lated patients. Acad Emerg Med 1999; 6: 121-124. metabolic effects of hyperventilation after severe tra~m9-tic brain in-
70. Feldman Z, Contant CF, Robertson CS, Narayan RK, Grossman RG. jury. J Neurosurg 2002; 96: 103-108. "
Evaluation of the Leed prognostic score for severe head injury. Lancet 92. Unterberg AW, keening KL, Hartl R; et al. Multimodal monitoring
1991; 337: 1451-1453. in patients with head injury: evaluation of the effects of treatment on
71. Lindsay K, Pasaoglu A, Hirst D, Allardyce G, Kennedy 1, Teasdale G. cerebral oxygenation. J Traur1;la 1997; 42: S32-S37.
Somatosensory and auditory brain stem conduction after head injury: 93. Sarrafzadeh AS, Peltonen EE, Kaisers U, et al. Secondary insults in
a comparison with clinical features in prediction of outcome. Neuro- severe head injury: do multiply injured patients do worse? Crit Care
surgery 1990; 26: 278-285. Med 2001; 29: 1116-1123.
72. Osborn AG. Craneocervical trauma, en: Diagnostic Neuroradiology, 94. Stiefel MF, Heuer G, Smith MJ, et al. Cerebral oxygenation following
A.G.Osborn, St Louis (Miss.), Mosby Year book Inc., 1994; 199-247. decompressive hemicraniectomy for the treatment of refractory intra-
73. Marshall LF, Marshall SB, Klauber MR, Clark Mv, Eisenberg HM, cranial hypertension. J Neurosurg 2004; 101: 241-247.
Jane JA, Luerssen TG, Marmarou A, Foulkes MA. A new classifica- 95. Goodman JC, Valadka AB, Gopinath SP, et al. Extracellular lactate
tion of head injury based on computerized tomography. J Neurosurg and glucose alterations in the brain after head injury measured by mi-
1991; 75: SI4-S20. crodialysis. Crit Care Med 1999; 27: 1965-1973.
74. Teasdale E, Hadley DM. Imaging the injury, in Head injury; Patho- 96. Magnoni S, Ghisoni L, Locatelli M, et al. Lack of improvement in
physiology and management of severe closed injury. Edited by Reilly cerebral metabolism after hyperoxia in severe fead injury: a microdi-
P, Bullock R. Chapman & Hall medical, London, 1997; 167-207. alysis study. J Neurosurg 2003; 98: 952-958.
75. Pedroza A, Llanos C. Trauma craneoencefálico, en Compendio de 97. Clausen T, Alves OL, Reinert M, et al. Association between elevated
neurocirugía. Editado por Pedroza A. Quebecor Impreandes, Bogotá brain tissue glycerol levels and poor outcom~' following severe trau-
2002; 249-269. matic brain injury. J Neurosurg 2005; 103: 233-238.
39/ MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA CRANEOENCEFÁLlCO

98. Engstrom M, Polito A, Reinstrup P, et al. lnttacerebral microdialysis 120. Bruder N, Dumont lC, Francois G. Evolution of energy expenditure
in severe brain trauma: the importance of catheter location. J Neuro- and nitrogen excretion in severe head injured patients. Crit Care Med
surg 2005; 102: 460-469. 1991; 19: 43-48.
99. Clausen T, Khaldi A, Zauner A, et al. Cerebral acid-base homeostasis 121. Kirby DF, Clifton GL, Turner H, Marion DW, Barrett J, Gruemer
after severe traumatic brain injury. J Neuroslirg 2005; 103: 597~607. HD. Early enteral nutrition after brain injury by percutaneou~ en-
100. Keining K, Sarrafzadeh A, Stover J. "Should I monitor Brain Tissue doscopic gastrojejunostomy. lPEN 1 Pare nter Enteral Nutr 1991; 15:
P0 2?" en Neuro-trauma Editor Valadka A, Andrews B. Thieme, New 298-302.
York 2004; 62-67. 122. Gianelli Castiglione A, Bruzzone E, Burrello C, Pisani R, Ventura F,
101. Legros B, Fournier P, Chiaroni P, Mercier C, Degiovanni E, Lucas Canale M. lntracranial insertion of a nasogastric tube in a case of ho-
B, de Toffol B, Aesch B. Emergency EEG and brain injuries. Neuro- micidal head trauma. Am 1 Forensic Med Pathol 1998; 19: 329-334.
physiol Clin 1998; 28: 111-120. 123. Torres A, Serra-Batlles 1, Ros E, Piera C, Puig de la Bellacasa 1, Co-
102. Mazzini L, Pisano F, Zaccala M, Miscio G, Gareri F, Galante M. So- bos A, Lomena F, Rodriguez-Roisin R. Pulmonary aspiration of gas-
matosensory and motor evoked potentials at different stages of recov- tric contents in patients receiving mechanical ventilation: the effect of
ery from severe traumatic brain injury. Arch Phys Med Rehabil 1999; body position. Ann lntern Med 1992; 116: 540-543.
80: 33-39. 124. Jennett B, Teather D, Bennie S. Epilepsy after head injury. Residual
103. Guerra WK, Gaab MR, Dietz H, Mueller JV, Piek 1, Fritsch MJ. Sur- risk after varying fit-free intervals since injury. Lancet 1973; 2: 652-
gical decompression for traumatic brain swelling: indications and re- 653.
sults. J Neurosurg 1999; 90: 187-196. 125. Weiss GH, Salazar AM, Vance Se. Predicting posttraumatic epilepsy
104. Roberts l, Schierhout G, Alderson P. Absence of evidence for the ef- in penetrating head injury. Arch Neurol 1986; 43: 771-773.
fectiveness of five interventions routinely used in the intensive care 126. Menendez lA, Temkin NR, Newell DW. "Do head-injuried patients
management of severe head injury: a systematic review. 1 Neurol Neu- need prophylactic anticonvulsants? For how long?" en Neurotrauma,
rosurg Psychiatry 1998; 65: 729-733. Editor Valadka A, Andrews B. Thieme, New York 2004; 113-116.
105. Gordon E, Von Holst H, Rudehill A. Outcome of head injury in 2298 127. Alderson P, Roberts I. Corticosteroids in acute traumatic brain injury:
patients treated in a single clinic during a 21 year periodo J. Neurosurg systematic review of randomized controlled trials. British Medical 10-
Anesth 1995; 7: 235-247. urnall997; 314: 1855.
106. Gilligan 1. From accident site to trauma center, in Head lnjury; Patho- 128. Crash trials collaborators. Effect of intravenous corticosteroids on
physiology and management of severe closed injury. Edited by Reilly death within 14 days in 10008 adults with clinically significant head
P, Bullock R. Chapman & Hall, London, 1997; 271-292. injury (MRC CRASH tria!): randomised placebo-controlled trial.
107. Mendelow AD, Karmi MZ, Paul KS, Fuller GA, Gillingham FJ. Ex- Lancet 2004; 364: l321-28.
tradural haematoma: effe,ct of delayed treatment. Br Med J 1979; 1: 129. Crash trials collaborators. Final results of MRC CRASH, a randomised
1240-42. placebo-controlled tri al of intravenous corticosteroid in adults with
108. Albanese 1, Arnaud S, Rey M, Thomachot L, Alliez B, Martin e. Ke- head injury-outcomes at 6 months. Lancet 2005; 365: 1957-59.
tamine decreases intracranial pressure and electroencephalographic l30. Seelig JM, Marshall LF, Toutant SM, Toole BM, Klauber MR, Bowers
activity in traumatic brain injury patients during propofol sedation. SA, Varnell JA. Traumatic acute epidural hematoma: unrecognized
Anesthesiology 1997; 87: 1328-1334. high lethality in comatose patients. Neurosurgery 1984; 15: 617-620.
109. Muizelaar lP, Marmarou A, Ward JD, Kontos HA, Choi SC, Becker 131. Bullock MR, Chesnut R, Ghajar 1, et al. Guidelines for the surgical
DP, Gruemer H, Young HF. Adverse effects of prolonged hyperventi- management oftraumatic brain injury. Neurosurgery 2006; 58(3): s7-
lation in patients with severe head injury: a randomized clinical tri al. s55.
1 Neurosurg 1991; 75: 731-739. 132. Guerra WK, Gaab MR, Dietz H, Mueller IV, Piek 1, Fritsch MJ. Sur-
110. Cruz J, Raps EC, Hoffstad 01, laggi lL, Gennarelli TA. Cerebral oxy- gical decompression for traumatic brain swelling: indications and re-
genation monitoring. Crit Care Med 1993; 21: 1242-1246. sults. Neurosurg.1999; 90: 187-196.
111. Shapiro HM, Marshall LF. Intracranial pressure responses to PEEP in l33. Marshall LF, Smith RW, Shapiro HM. The outcome with aggressive
head-injured patients. 1 Trauma 1978; 18: 254-256. treatment in severe head injuries. Part l: the significance of intracra-
112. Zornow MH, Prough DS. Fluid management in patients with trauma- nial pressure monitoring. J Neurosurg 1979; 50: 20-25.
tic brain injury. New Horiz 1995; 3: 488-498. 134. Marmarou A, Anderson RL, Ward ID, Choi SC, Young HF, Eisenberg
1l3. Mora R, Ruiz A, Ali A, et al. Terapia de fluidos en pacientes críti- HM, et al. Impact of ICP instability and hypotension on outcome in pa-
camente enfermos. Reunión Nacional de Consenso. Rev Col Anest tients with severe head trauma. 1 Neurosurg (Suppl) 1991; 75: S59-S66.
2005; 33: 25-49. l35. Taylor A, Butt W, Rosenfeld 1, Shann F, Ditchfield M, Lewis E, et al.
114. Bessey P, Watters 1, Brooks D, Black P, Wilmore D. Glucose metabo- A randomized trial of very early decompresslv~ craniectomy in chil-
lism following trauma and sepsis, in Trauma, sepsis and shock; The dren with traumatic brain injury and sustained intracranial hyperten-
pathophysiological basis of therapy. Edited by Clowes G. Marcel De- sion.Childs Nerv Syst 2001'; 17: 154-162.
kker, lnc, New York, 1988; 245-268. l36. Whitfield PC, Pate! H, Hutchinson PJ, Czosnyka M, Parry D, Me-
115. Prough DS, Whitley JM, Taylor CL, Deal DD, DeWitt DS. Regional non D, et al. Bifrontal decompressive craniectomy in the management
cerebral blood flow following resuscitation from hemorrhagic shock of posttraumatic intracranial hypertension. Br J Neurosurg 2001; 15:
with hypertonic saline. lnfluence of a subdural mass. Anesthesiology 500-507.
1991; 75: 319-327. 137. Aarabi B, Hesdorffer D, Ahn E, et al. Outcome following decompres-
116. Shackford SR, Bourguignon PR, Wald SL, Rogers FB, Osler TM, sive craniectomy for malignant swelling due to severe head injury. J
Clark DE. Hypertonic saline resuscitation of patients with head injury: Neurosurg 2006; 104: 469-479.
a prospective, randomized clinical trial. J Trauma 1998; 44: 50-58. l38. Senz E, Vribe A, Velasquez F: Hemicraniectomía decompresiva: ex-
117. Prough DS, Bidani A. Hyperchloremic metabolic acidosis is a predic- periencia en la Fundación Valle del Lili. Presentado en el XXI Con-
table consequence of intraoperative infusion of 0.9% saline. Anesthe- greso Nacional de Neurocirugía. Noviembre 15 de 2004; Armenia,
siology 1999; 90: 1247-1249. Colombia.
118. Arango MF, Mejia-Mantilla lH. Magnesium for Acute Traumatic l39. Kalb DC, Ney AL, Rodríguez JL, lacobs DM, Van Camp JM, Zera RT,
Brain lnjury. The Cochrane Collaboration, issue 4, 2006. Rockswold GL, West MA. Assessment of the relationship between
119. Clifton GL, Robertson CS, Grossman RG, Hodge S, Foltz R, Garza e. timing of fixation of the fracture and secondary brain injury in patients
The metabolic response to severe head injury. J Neurosurg 1984; 60: with multiple trauma . .surgery 199~; 124: 739-744; discussion 744-
687-696. 735.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

140. Velmahos GC, Anoyo H, Ramicone E, Cornwell EE, 3rd, Murray JA, 154. Bullock R. Mannitol and other diuretics in severe neurotrauma. New
Asensio JA, Berne TV, Demetriades D. Timing of fracture fixation in Horiz 1995; 3: 448-452.
blunt trauma patients with severe head injuries. Am J Surg 1998; 176: 155. Kirkpatrick PJ, Smielewski P, Piechnik S, Pickard JD, Czosnyka M.
324-329; discussion 329-330. Early effects of mannitol in patients with head injuries assessed using
141. Townsend RN, Lheureau T, Protetch J, Riemer B, Simon D. Timing bedside multimodality monitoring. Neurosurgery 1996; 39: 714-720;
fracture repair in patients with severe brain injury (Glasgow coma sca- discussion 720-711.
le score <9). J Trauma 1998; 44: 977-983. 156. Kaufmann AM, Cardoso ER. Aggravation of vasogenic cerebral ede-
142. Papo 1, Caruselli G, Luongo A. CSF withdrawal for the treatment of ma by multiple-dose mannitol. J Neurosurg 1992; 77: 584-589.
intracranial hypertension in acute head injuries. Acta Neurochir 1981; 157. Teasdale GM, Graham DI. Craniocerebral trauma protection and re-
56: 191-199. trieval of the neuronal population after injury. Neurosurgery 1998; 43:
143. Mendello C, Coplin W, Kraus j. What are the best ventilator settings 723-737; discussion 737-728.
for head injured patients? What is the role of Hyperventilation? En 158. Stover JF, Stocker R. Barbiturate coma may pro mote reversible bone
Neurotrauma, Editor Valadka A, Andrews B. Thieme, New York 2004; marrow suppression in patients with severe isolated traumatic brain
83-87. injury. Eur J Clin Pharmacol 1998; 54: 529-534.
144. Chesnut RM. Hyperventilation in traumatic brain injury: friend or 159. Harders A, Kakarieka A, Braakman R. Traumatic subarachnoid hem-
foe? Crit Care Med 1997; 25: 1275-1278. orrhage and its treatment with nimodipine. German tSAH Study
145. Oertel M, Kelly D, Lee JH, et al. Efficacy of hyperventilation, blood Group. J Neurosurg 1996; 85: 82-89.
pressure elevation, and metabolic suppression therapy in controlling 160. Murray GD, Teasdale GM, Schmitz H. Nimodipine in traumatic suba-
intracranial pressure after head injury. J Neurosurg 2002; 97: 1045- rachnoid haemorrhage: a re-analysis of the HIT 1 and HIT II trials.
1053. Acta Neurochir 1996; 138: 1163-1167.
146. Hlatky R, Robel1son C. Does raising cerebral perfusion pressure help 161. Polderman KH, Ely EW, Badr AE, Girbes ARJ. Induced hypothermia
Head injured patients? En Neurotrauma, Editor Valadka A, Andrews in traumatic brain injury: considering the conflicting results of meta-
B. Thieme, New York 2004; 75-82. analyses and moving forward. lntensive Care Med 2004; 30: 1860-
147. Eisenberg HM, Frankowski RF, Contant CF, Marshall LF, Walker 1864.
MD. High-dose barbiturate control of elevated intracranial pressure in 162. Biagas KV, Gaeta ML. Treatment of traumatic brain injury with hypo-
patients with severe head injury. J Neurosurg 1988; 69: 15-23. thermia. Curr Opin Pediatr 1998; 10: 271-277.
148. Marshall LF, Shapiro HM. Barbiturate control of intracranial hyper- 163. Wassmann H, Greiner C, Hulsmann S, Moskopp D, Speckmann EJ,
tension in head injury and other conditions: iatrogenic coma. Acta Meyer J, Van Aken H. Hypotherrnia as cerebroprotective measure. Ex-
Neurol Scand Suppl 1977; 64: 156-157. perimental hypoxic exposure of brain slices and clinical application in
149. Shiu GK, Nemoto EM, Nemmer J\ Dose of thiopental, pentobarbital, critically reduced cerebral perfusion pressure. Neurol Res 1998; 20:
and phenytoin for maximal therapeutic effects in cerebral ischemic S6l-65.
anoxia. Crit Care Med 1983; 11: 452-459. 164. Clark RS, Kochanek PM, Marion DW, Schiding JK, White M, Palmer
150. Reilly P, Bullock R. Head lnjury; Pathophysiology and Management of AM, DeKosky STo Mild posttraumatic hypothermia reduces mortality
Severe Closed lnjury. Cambridge, Chapman & Hall Medical1997; 478. after severe controlled cortical impact in rats. J Cereb Blood Flow
151. Cooper DJ, Myles PS, McDermott FT et al. Prehospital Hypertonic Metab 1996; 16: 253-261.
Saline Resuscitation of Patients with Hypotension and Severe Trau- 165. Clifton GL, Miller ER, Choi SE, et al. Lack of effect of hypothermia
matic Brain lnjury, a Randomized Controlled Trial. JAMA 2004; 291: after acute brain injury. NEJM 2001; 344: 556-63.
1350-1357. 166. Shiozaki T, Nakajuma Y, Taneda M, et al. Efficacy of moderate hypo-
152. Doyle JA, Davis DP, Hoyt DB. The Use of Hypertonic Saline in the thermia in patients with severe head injury and intracranial hyperten-
Treatment ofTraumatic Brain lnjury. J Trauma. 2001; 50: 367-383. sion refractory to mild hypothermia. J Neurosurg 2003; 99: 47-51.
153. Suarez JI, Qureshi Al, Bhardwaj A, Williams MA, Schnitzer MS, Mir- 167. Vincent JL, Berré J. Primer on medical management of severe brain
ski M, Hanley DF, Ulatowski JA. Treatment of refractory intracranial injury. Crit Care Med 2005; 33: 1392-1399.
hypertension with 23.4% saline. Crit Care Med 1998; 26: 1118-1122.
TRAUMA ,DE COLUMNA Y MÉDU

Juan A. Uribe A, MD

El tratamiento del trauma de la columna y lesiones de la mé- Anatomía


dula espinal tiene múltiples estrategias y opciones terapéu-
La médula espinal se extiende desde el tallo cerebral hasta el
ticas que varían según normas y protocolos de cada institu-
nivel vertebral de Ll y L2 con el cono medular. Se encuen-
ción. De este manejo depende en gran parte el pronóstico y
tra protegida dentro del canal vertebral y a su vez recubierta
resultado final de estos pacientes. Conocer la fisiopatología
de tres capas de meninges. En secciones transversales de la
y el manejo actualizado es el objetivo de este capítulo para
médula se observa una "H" característica compuesta de masa
realizar el mejor y más expedito tratamiento.
gris rodeada de un manto blanco por donde cursan los tractos
Entre las diferentes instituciones, el tratamiento de estos
axonales ascendentes y descendentes. Sólo tres de estos múl-
pacientes y las lesiones de la columna y de la médula no han
tiples tractos son factibles de evaluar clínicamente:
sido protocolizados ni estandarizados, de tal manera que mu-
1. Columna posterior que llevan la sensibilidad profunda
chas veces la forma de llevarlo a cabo depende de la capaci-
(propiocepción, vibración) y tacto fino
dad institucional o del personal de salud, del entrenamiento
2. El tracto cortico-espinal posterolateral con la función
médico y de los recursos disponibles. El manejo adecuado
motora
repercute en el resultado' final de los pacientes por lo que hay
3. El tracto espino-talárnico anterolateral con las fibras de
un afán por procurar el más pronto y óptimo cuidado.
dolor, temperatura, tacto fino y sensación de presión.

Epidemiología Las columnas de sustancia blanca están organizadas soma-


Las lesiones espinales por accidentes han ido aumentando, cal- totópicamente, con las fibras cervicales en posición medial
culándose entre 20 a 50 casos de trauma raquimedular (TRM) o central y las lumbosacras en posición lateral o periférica.
por millón de habitantes por año (1-3). Los deportes extremos La irrigación se da por una arteria espinal anterior y dos pos-
y la violencia probablemente contribuyen a este aumento. En teriores, ramas de las vertebrales y reforzadas por vasos ra-
Estados Unidos se encontró que de 114.500 pacientes con po- diculares, vasos tirocervicales, costocervicales, intercostales
litrauma, el 2,6% tenía lesiones de la columna (4). y vasos lumbares. La arteria espinal anterior irriga los dos
El trauma raquimedular se presenta principalmente en tercios anteriores del cordón medular y d tercio restante por
gente joven que se encuentra en la tercera década de la vida las arterias posteriores. El drenaje venoso se realiza por los
(5), con mayor incidencia en hombres en una relación de 4: 1 plexos internos y externos que llegan a los senos venosos in-
(4). La incidencia de lesiones de columna en niños se reporta tracraneanos o al sistema cava. El flujo sanguíneo espinal tie-
entre e12 y e15% de todas las lesiones espinales y más de la ne muchas de las características del flujQ sanguíneo cerebral
mitad de éstas se producen en la columna cervical (6-8). con un promedio de flujo de 40-60 mL1100g/min, autorre-
En nuestro medio, la causa más frecuente de lesiones guIado con una presión arterial media entre 60 y 150 mmHg
medulares es por actos de violencia, es decir proyectiles de y ésta se aumenta con la hipercapnia y la hipoxemia severa
arma de fuego y armas cortopunzantes (9). En Norteamérica (13). Al igual que con el trauma craneoencefálico, la lesión
la causa más común es por los accidentes de tránsito (40%) del cordón medular se asocia con la pérdida de la autorregu-
seguido de caídas (20%) Y en tercer lugar las lesiones por lación (14).
proyectiles de armas de fuego (14%) (11). En general las le-
siones medulares ocurren con mayor frecuencia los fines de Biomecánica
semana y festivos y una cuarta parte de éstas se relacionan La columna es una estructura que proporciona soporte y pro-
con la ingesta de alcohol y estupefacientes (11, 12). tección a la médula y fluidez en el movimiento del cuerpo.
La columna cervical es el sitio que con mayor frecuencia Está conformado por la suma de segmentos unidos entre sí
se lesiona seguida de la unión toraco-lumbar. Estos dos nive- por articulaciones y ligamentos, siendo los discos interverte-
les coinciden con las áreas de mayor movilidad de la columna brales la articulación de mayor tamaño sobre la cual recaen
vertebral. Las lesiones en la columna torácica son más comu- las cargas axiales especialmente, cuando está en flexión. Por
nes en accidentes de motocicleta, mientras que las cervicales la forma como están orientadas Ías fibras del anillo que rodea
son más comunes en accidentes de automóviles (13). el núcleo pulposo del disco, la flexión y la rotación produ-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

cen fuerzas tensiles que finalmente causan la falla o lesión. Todo esto produce una concentración de sustancias a niveles
Flexión de la columna mayor de 15 grados y torsión mayor tóxicos causando daño neuronal incluso antes de la primera
de 20 grados se considera como la causa principal que con- hora de haberse producido el trauma (22). Estos cambios se
tribuye a la falla del disco (15-17). resumen en cuatro teorías para explicar la fisiopatología de la
Las facetas articulares son las bisagras de la columna es- lesión secundaria y cada una de estas puede contribuir a en-
pinal y de acuerdo a su orientación se determina el patrón tender este rompecabezas donde estos mecanismos de lesión
de movimiento (rotación y flexión). Los ligamentos son los interactúan entre sÍ.
soportes de la columna: el ligamento longitudinal anterior y • La teoría de los radicales libres en que por la salida rápi-
el anillo anterior del anulus fibroso resisten la extensión, los da de antioxidantes, se produce un acúmulo de radicales
ligamentos longitudinales posteriores, el capsular, el interes- libres de oxígeno en el tejido neuronal y lesiona la mem-
pinos o y supraespinoso con el ligamento amarillo resisten los brana lipídica, las proteínas, y los ácidos nucleicos. Como
movimientos de flexión (figura 1) (18). resultado se produce la peroxidasa lipídica causando fa-
llas en la membrana celular.
Raices lumbares
• La teoría del calcio implica una entrada de calcio extra-
Ligamento longitudinal post
celular a la célula neuronal. Los iones de calcio activan
Cuerpo vertebral las fosfolipasas, proteasas y las fosfatasas interrumpiendo
la actividad de la mitocondria y dañando así la membrana
Pedículo
(recortado) celular.
• La teoría de los receptores opiodes se basa en que los
Pedículo
articular superíor
opioides endógenos pueden contribuir al daño secundario
dado que los antagonistas como la naloxona pueden con-
Raiz
artícular tribuir a la recuperación neurológica en modelos experi-
mentales.
• La teoría de respuesta inflamatoria se basa en la hipóte-
sis de que sustancias inflamatorias como prostaglandinas,
Apófisis
transversa
espinoso
leukotrienos, factores activadores de plaquetas y la sero-
tonina se acumulan en el tejido nervioso recientemente
lesionado y actúan como mediadores del daño tisular se-
cundario.
Figura 1. Discos intervertebrales.
El tratamiento está orientado a evitar o disminuir el trauma
Fisiopatología secundario tanto mecánicamente como con los diferentes
El daño producido sobre la médula por el impacto inicial, medios farmacológicos disponibles y en investigación como
conocido como trauma primario, es de tipo mecánico, causa son la fencilidina, ketamina, magnesio, dextrofano que son
deformidad de la médula por compresión, tracción, o lacera- antagonistas de los diferentes receptores. Tambiéri antagonis-
ción. Luego viene lo que se llama el trauma secundario, el tas opiodes, bloqueadores de calcio, y el uso de esteroides y
cual se produce a nivel celular y bioquímico: análogos que inhiben la peroxidación lipídica e impiden la
1. Cambios vasculares por disminución del flujo, trombosis, salida de aminoácidos (23-25).
vasoespasmo, hemorragia y pérdida de la autorregula-
ción. Principios generales de m~nejo
2. Alteraciones hidroelectrolíticas, donde se hincha la neu- Las neuronas no tienen capacidad de regeneración así que el
rona inicialmente por el flujo de sodio, luego se desintegra daño de éstas es irreversible:.' Ninguna intervención terapéu-
por la entrada de calcio (19). tica hasta la fecha ha sido capaz de inducir regeneración o
3. Acúmulo de neurotransmisores como glutamato y aspar- recuperación, por ende el mejor tratamiento de este tipo de
tato. lesiones es su prevención, la cual va encaminada a evitar la
4. Presencia de radicales libres. lesión inicial o, si ya se ha producido, el manejo posterior
5. Péptidos opioides endógenos como dinorfinas, betaen- debe limitar la lesión secundaria.
dorfinas, y encefalinas. A los opiáceos se les atribuye la Esto se logra por medio de una adecuada evaluación del pa-
hipotensión que pueden presentar los pacientes luego del ciente politraumatizado en forma secuencial, asegurando la vía
trauma medular. aérea con la inmovilización cervical alineando el cuello y colo-
6. Edema. cando collares tipo Philadelphia o Stiffneck. Luego del despeje
7. Pérdida del metabolismo energético (20, 21). de la vía aérea, se verifica la adecuada ventilación con el res-
40 I TRAUMA DE COLUMNA Y MÉDULA

pectivo suministro de oxígeno al 100% por cánula o máscara. Inicio o incremento de déficit neurológico tal como entu-'
Debe reanimarse el paciente, evitando siempre los estados de mecimiento, hormigueo o pérdida de la función motora.
hipotensión, seguido de la evaluación neurológica. Compromiso de la vía aérea o de la ventilación.
Los pasos más importantes en el manejo del paciente con
trauma espinal son: En tal caso se inmoviliza en su posición original. Puede ser
1. Inmovilización necesario intubar al paciente si tiene comprometida la vía
2. Estabilización médica aérea con mala ventilación por parálisis intercostal o diafrag-
3. Recuperación de la alineación del eje de la columna mática, o alteración de la conciencia. Sólo se debe intubar
4. Decomprensión del tejido nervioso después de estabilizar muy bien la cabeza y cuello. La in-
5. Estabilización de la columna (figura 2). tubación nasotraqueal es más fácil que la orotraqueal pero
el paciente debe estar respirando espontáneamente. En caso
de que no, se debe hacer con el laringoscopio y con la ayuda
de un asistente quien inmoviliza el cuello. La intubación de
una columna inestable ha sido relacionada con daño medular
severo y muerte (31, 32).
La realineación de la columna cervical generalmente se
logra por medio de la tracción cefálica usando el gancho de
Gardner-Wells (figuras 3 y 4), el gancho de Aristizábal (figu-
ras 5 y 6) o un halo (figuras 7 y 8).

Figura 2. Estabilización de la columna.

Todo paciente politrauma'tizado se debe manejar como si tu-


viera una lesión de la columna hasta que se demuestre lo con-
trario (26-28) especialmente en los siguientes casos:
Pacientes inconscientes.
Pacientes con traumas menores pero con dolor en el eje de
la columna como cuello o espalda, dolor a la palpación, Figura 3. Gancho de Gardner-Wells.
síntomas neurológicos como hormigueo, adormecimiento
o debilidad.
Hallazgos clínicos como respiración abdominal (por pará-
lisis del diafragma) o priapismo.

Aproximadamente la tercera parte de las lesiones cervicales


agudas no son detectadas inmediatamente (29). El diagnós-
tico tardío frecuentemente se asocia a pacientes con trauma
de cráneo, los intoxicados, o politraumatizados. Un paciente
que ha sido lanzado fuera de su vehículo en un accidente tie-
ne 36 veces mayor incidencia de lesión de la columna (30).
El 64% de las fracturas de la columna se localiza en la unión
toraco-Iumbar (T12-Ll) y el 70% de estas lesiones ocurre sin Figura 4. Gancho de Gardner-Wells.
compromiso neurológico inicial (13).
Es de crucial importancia el manejo en bloque del paciente
no sólo manteniendo la alineación y colocando el collar, sino
también su traslado en tabla rígida y sujetándolo (con el uso
de almohadillas y correas), maniobras que deben realizarse
por personal entrenado, el cual debe estar en la capacidad de
trasladar el paciente en las mejores condiciones al centro de
trauma más cercano. Está contraindicado alinear la cabeza
en posición neutra cuando al hacerlo se provoque:
Espasmo de los músculos del cuello.
Incremento en el dolor. Figura 5. Gancho de Aristizábal.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

mento óseo dentro del canal vertebral que pudiera agravar el


cuadro clínico.

Figura 9. Tractor.

Figura 6. Gancho de Aristizábal.

Figura 10. Cama estilo Stryker.

Contraindicaciones para la tracción:


Lesiones occipito-Cl
Figura 7. Halo.
Fractura de C2 tipo Hangman
Fracturas de cráneo sobre la zona de entrada de la punta
del pasador para la tracción.

La estabilización médica se hace siguiendo l~s principios


básicos de la unidad de trauma y cuidado intensivo con mo-
nitoreo continuo de su estado respiratorio y cardiovascular.
Los pacientes con lesiones espinales en shock medular pre-
sentan hipotensión con bradicardia como re~ultado de una
simpatectomía traumática la cual produce vasodÚatación por
pérdida del tono simpático por debajo de la lesión llevando
al paciente a una hipovolel)1Ía relativa, se pierde el tono vas-
Figura 8. Halo.
cular y el tono muscular con un estancamiento sanguíneo.
El sistema parasimpático queda predominando lo que causa
El tractor se coloca sobre la eminencia parietal por enci- bradicardia.
ma del meato auditivo (figura 9) idealmente con el paciente El shock medular es diferente al neurogénico ya que éste
en una cama estilo Stryker (figura 10) o cama Rotorest, co- se define como una ausencia de los reflejos espinales por
menzando con 10-15 libras y aumentando progresivamente debajo del sitio de la lesión medular. En la fase inicial del
el peso de tracción con 5 libras por cada nivel cervical hasta trauma medular hay una pérdida transitoria de toda función
neurológica incluyendo reflejos segmentarios y funciones
llegar a un máximo de 35 libras. Si el paciente está alerta y
autonómicas, con la consiguiente parálisis flácida y ausencia
se practica un examen neurológico en forma repetitiva y con
de reflejos. Al paciente con shock neurogénico no se le puede
seguimiento radiológico durante el proceso de la tracción, se
puede obviar la necesidad de hacer una resonancia magnética establecer con certeza la extensión de la lesión ni predecir
o mielografía para descartar la presencia de un disco o frag- la recuperación de la función medular.' Se considera que el
40 I TRAUMA DE COLUMNA Y MÉDULA

shock neurogénico ha terminado cuando· se reestablece el a nivel de C3 o superiores, van a producir una disociación
reflejo bulbo cavernoso, o a las 48 horas del trauma en los bulbo-medular. Esta lesión produce un paro cardiopulmonar
pocos pacientes que no recuperan nunca este reflejo (figura inmediato con la muerte del paciente a menos que se haga
11). Entre una y dos semanas de haberse resuelto el shock una resucitación cardiorrespiratoria pronta. Estos paciel1tes
neurogénico comienza a aparecer la espasticidad por debajo quedan totalmente cuadripléjicos y dependientes de la ven-
del nivel lesionado. tilación mecánica. Algunos se benefician de un marcapasos
diafragmático para independizarse del respirador. Hay cuatro
tipos de síndromes medulares por lesión incompleta:
El síndrome de cordón anterior donde se lesionan los dos
tercios anteriores de la médula por donde van los haces cor-
ticoespinales y espinotalámicos afectando la función motora
y preservando las vías dorsales sensitivas. El mecanismo de
lesión es generalmente por compresión o flexión. Puede pro-
ducirse por oclusión de la arteria espinal anterior o por com-
presión de un fragmento de hueso o del disco. Clínicamente
hay parálisis parcial de los miembros superiores, y en las ex-
tremidades inferiores la sensibilidad profunda de vibración y
propiocepción puede estar parcialmente conservada con au-
sencia de función motora por debajo de la lesión (cuadriple-
jía si la lesión está por encima de C7). De todas las lesiones
incompletas ésta es la de peor pronóstico.
El síndrome de cordón posterior es infrecuente. Hay pér-
dida de la sensibilidad profunda pudiendo mantener la capa-
cidad de caminar con ayuda visoespacial. Se suele asociar a
dolor y parestesias.
El síndrome de cordón central o centromedular es fre-
cuente en personas mayores de edad con espondilosis y canal
cervical estrecho que sufren trauma en hiperextensión. Clíni-
camente presentan mayor compromiso motor de miembros
Figura 11. Reflejo bulbocavemoso. superiores que en los inferiores, conservando la sensibilidad
perianal, se compromete el esfínter vesical. La alteración
Clasificación sensitiva varía con sensaciones dolorosas de tipo alodinia e
La lesión espinal se puede clasificar en una forma general hiperpatía.
como completa o incompleta. El diagnóstico de lesión com- El síndrome de Brown-Sequard se produce por hemisec-
pleta no se puede hacer hasta que ceda la fase de shock neu- ció n de la mitad lateral de la médula espinal generalmente
rogénico. Si el reflejo bulbocavernoso está presente, con au- por armas cortopunzantes aunque también un trauma contun-
sencia de actividad motora y sensitiva por debajo de la lesión, dente o una hernia discal lo puede producir. Se caracteriza
entonces por definición la lesión se clasifica como completa. por la pérdida ipsilateral de la función motora y propiocep-
Si después de que aparezca el reflejo bulbocavernoso el pa- tiva y pérdida contralateral de la sensiblndad para tempera-
ciente tiene algo de función sensitiva y/o motora tres seg- tura y dolor, por debajo de la lesión. Este dpo de lesión tiene
mentos por debajo del sitio de la lesión, se considera que es un pronóstico de recuperaciÓn funcional mejor que los otros
una lesión incompleta. síndromes. /
La médula espinal coordina el movimiento y sensibili- La lesión de la cola de caballo se manifiesta con déficit
dad del cuerpo. Es un órgano complejo que contiene células distal de los miembros inferiores en forma asimétrica y con
nerviosas, células de soporte, y fibras nerviosas que vienen dolor de tipo radicular pudiendo preservar la función vesical,
desde y hacia el cerebro. La médula se encuentra organizada rectal y sensibilidad sacra. Estas lesiones de las raíces o de
por segmentos siendo los más altos los que controlan los mo- la cauda equina tienen una buena recuperación incluso con
vimientos de las partes altas de cuerpo y los segmentos infe- tratamiento tardío.
riores controlan las partes más bajas del cuerpo. Así que las Las lesiones radiculares se pueden asociar a cualquiera de
consecuencias del trauma van a reflejar esta organización. las anteriores, usualmente son unilaterales y se presentan en
El tipo de inhabilidad asociada con el trauma espinal varía la región cervical o lumbar.
de acuerdo al tipo y magnitud del trauma, el nivel compro- Lo contrario ocurre con las lesiones del cono medular las
metido y las vías que sean lesionadas. Una lesión muy grande cuales son relativamente simétricas, no tienen una irradiación
de tipo radicular, y generalmente se compromete el esfínter
puede causar parálisis y pérdida completa de la sensibilidad
vesical y rectal. La recuperación usualmente es incompleta
por debajo de los segmentos que se han lesionado. Lesiones
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

aun en aquellos pacientes a quienes se les practica una de- posición y vibración. También es necesario realizar el tacto
comprensión quirúrgica temprana. rectal para verificar el tono del esfínter rectal y el reflejo bul-
Para tener un patrón uniforme del diagnóstico se sigue bocavernoso y verificar el volumen residual urinario al cate-
una escala de clasificación implementado por la Asociación terizar la vejiga.
Americana de Trauma Espinal (ASIA) modificada de la esca-
la de Frankel (30-35) (figura 12). Manejo
Tabla 1. Escala para clasificación de lesiones medulares -ASIA-. Es necesario recalcar la importancia de evitar la lesión medu-
lar secundaria producida por la hipoxia, hipotensión o deses-
A Completa Ausencia de función motora o sensitiva
tabilización, por lo que las siguientes indicaciones se deben
B Incompleta Conserva función sensitiva seguir con atención.
C Incompleta Conserva fuerza motora no funcional «3)*
D Incompleta Conserva fuerza con un grado >3 *
E Normal Función motora y sensitiva normal

Tabla 2. *Clasificación de la fuerza (The Medical Research Council)

o Ausente No contrae
1 Trazas Contrae sin desplazar
2 Pobre Desplaza sin vencer gravedad
3 Regular Vence gravedad sin resistencia
4 Bueno Vence resistencia
5 Normal Vence resistencia máxima

El examen sensitivo se hace 'siguiendo una guía sencilla


Figura 13. Guía sencilla.
(figura 13) donde se incluya la exploración de la vía anterior
espinotalámica para tacto y dolor y la columna posterior de

MOTOR LlGHT
rOUCH
PIN
PRICK SENSORY
R L KEYMUSCLES R L R L KfEY SfENSORY POINTS
C2 ,....., C2
, , C3

~i! ~
i
¡ ¡ C4
Elbow flexors CS
Wrist extensors C6
Elbow extensors C7
Finger ftexore (distal phalanx of middle finger) ca
Finger abductors (little finger) T1
¡ ¡ T2
¡.....! o = total paralysis T3
¡·····i '.
,1::::::,.: 1= palpable or visible contraclion TT4S
T5 c::¡ ¡.....¡
2 "" active movement,
gravity eliminated T6
T6 :..... , 3 "" active movement,
T7
Ta
1··· ..1 against gravity ~
T9 ¡. . .: 4 = !~~~~s~~:!~~~~istance T9
T10 . .
T11 :·····1
T12 . .
[J
I·····¡
5= !~~~~s~~~e;::i::~nce
NT = not testable
¡~ ~
L1
L1 . .

~~~
~~e:e:~~snsors
L2
L3
Ankle dorsiflexors L4
Long toe extensors L5
Ankle plantar flexors 81
82
83
84-5 ...... . LJ c=:::J Voluntary anal contraetion (Ves/No) 84-5
[]+O =
c=J Any anal sensation (YesINo)
c:1 PIN PRICK SCORE (max: 112)
TOTALS O + 0= c:::J MOTOR SCORE
TOTALS { r---1
1---_ = 1---1 LIGHT TOUCH SCORE (max: 112)
(MAXIMUM) (50) (50) (100) (MAXIMUM) (56) (56) (56) (56)

NEUROLOGICAL R L COMPLETE OR INCOMPLETE? O ZONE OF PARTIAL R L


. LEVEL SENSORVD O tncomplete = Any sensory or motor tune/Ion in 54:55 PRESERVATION SENSORYD O
PaI1iaflylnneN8/edssgments MOTOR O O
..Tñ!t~~d:~~~~~~~:en/ MOTOR O O ASIA IMPAIRMENT. SCALE O
V...Ioo4p
This form may be copied freely bu! shouldnot be altered without permission from the American Spinal Injury Association. GHC1996

Figura 12. Escala de Frankel.


40 I TRAUMA DE COLUMNA Y MÉDULA

Tabla 3. Guía niveles sensitivos. de compresión que se esté produciendo. Por lo tanto hay un'
período durante el cual la lesión, que aparentemente es com-
Nivel Dermatoma pleta, puede ser parcialmente reversible o recuperable.
C4 Hombros Los factores más importantes a tener en cuenta para de- f

C6 1er dedo mano cidir el tipo de tratamiento en pacientes con fracturas de


C7 3er dedo mano
columna, especialmente las toracolumbares, son: su estado
C8 5° dedo meñique
neurológico, la estabilidad de la columna, el grado de defor-
T4 Tetillas
T6 Xifoide esternón
midad, y otras lesiones sistémicas asociadas graves que tenga
TIO Ombligo el paciente. La ventaja del manejo no quirúrgico está en evi-
L3 Rodilla tar la morbilidad de la cirugía, infecciones postoperatorias,
L4 Maléolo medial lesión neurológica iatrogénica, pseudoartrosis, fracaso de la
L5 Grueso artejo instrumentación, y las complicaciones anestésicas (36).
SI Maléolo lateral En últimas, la meta principal del tratamiento está en pre-
S4-5 Perianal venir y limitar el daño neurológico y recuperar la estabilidad
de la columna. Secundariamente corregir deformidad, mi-
En primer lugar verificar la vía aérea, manteniendo una nimizar pérdida de segmentos de movimiento y facilitar la
saturación mayor del 95%. Si hay una hipoventilación mode- pronta rehabilitación. Hay que lograr un medio biológico y
rada, colocar cánula o máscara nasal. De haber trauma facial biomecánico óptimo para reparar los tejidos blandos y óseos
o torácico, considerar la intubación. utilizando los mejores recursos sin que aumenten los riesgos
Cuando se decide intubar debe hacerse en las mejores con- o la morbilidad del paciente.
diciones, con la adecuada sedación, relajación y experiencia.
Recordar que intubar un paciente con una columna cervical Diagnóstico
inestable se asocia a daño medular severo y muerte (35).
Controlar la hipotensión. Para optimizar el flujo sanguí- En un paciente en quien se ha demostrado o se sospecha una
neo medular, mantener presión arterial media por encima de lesión de la columna vertebral, se debe hacer el diagnóstico
90 mmHg usando vasopresores siendo la dopamina la pri- e iniciar la terapia apropiada lo más pronto posible sin poner
mera elección ya que ésta compensa la simpatectomía trau- en riesgo al paciente.
mática con su acción vasoconstrictora (dosis: dopamina 2-10 Conocer el mecanismo del trauma y el estado neurológico
microgrs/kg/min). Hay que ser muy prudente en la adminis- del paciente con base en el interrogatorio y en un rápido pero
tración agresiva de líquidos endovenosos para compensar la cuidadoso examen es lo más importante para determinar las
hipovolemia por vaso dilatación en los casos de lesiones torá- prioridades en el manejo y estudios diagnósticos a seguir.
cicas altas o cervicales donde se pierde el control simpático Las lesiones espinales se pueden catalogar como lesiones
del tono vascular por el riesgo de producir un edema pulmo- de tejidos blandos o como fracturas. También como estables
nar. Idealmente se debe realizar este manejo de líquidos con o inestables. La estabilidad se refiere a la función mecánica
una monitoría de presión pulmonar en cuña manteniéndola y no a la presencia o no de déficit neurológico. La estabi-
entre 12 y 16 mmHg. Con la normalización de la volemia lidad de la columna se describe como la capacidad de ésta
se puede lograr mantener una presión sistólica entre 110 y para mantener un segmento alineado bajo cargas fisiológicas
140 mmHg, o al menos facilita la acción de los vasopresores. y evitar lesiones de la médula o las raíces. La inestabilidad
Aplicar atropina para compensar la bradicardia/hipotensión. de tipo biomecánico, se refiere a la capacidad para resistir
Se debe pasar una sonda nasogástrica para prevenir una fuerzas pero no en vivo (37).
broncoaspiración por vómito, aliviar la presión intraabdominal Las fracturas se catalogan de acuerdo al mecanismo del
y manejo del íleo secundario. Colocar una sonda vesical para trauma o el tipo de fuerzas que produjeron la lesión: distrac-
prevenir la distensión de la vejiga por retención urinaria. ción y compresión; flexión y extensión, y rotación, o la com-
No hay duda de que se debe realizar el manejo quirúr- binación de éstas: flexión con compresión; extensión con dis-
gico de emergencia cuando un paciente presenta deterioro tracción. También se clasifican de acuerdo a su localización:
neurológico progresivo ante la presencia de una compresión cervical, torácica y lumbar.
medular. Los demás casos siguen siendo controvertidos en
cuanto al momento de hacer la cirugía, recomendándose, en Diagnóstico radiológico
términos generales, que la cirugía temprana se debe hacer
Las radiografías iniciales se pueden hacer más fácilmente
sólo para evitar mayor deterioro de la función neurológica. con el paciente sobre la tabla de transporte. La tomografía
No todo el daño que se produce en la médula ocurre en el mo- axial computarizada (TAC) se puede realizar de una vez para
mento del trauma inicial, y la extensión o la continuidad en minimizar el número de transferencias.
el daño que se está ocasionando depende en parte del grado Sobre la misma tabla se puede colocar el tractor cefálico de
Gardner-Wells e iniciar la tracción esquelética de ser necesario.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

La proyección cervical AP con boca abierta es esencial


para evaluar la odontoides, la cervical en AP permite evaluar
las masas laterales y la lateral puede identificar hasta un 85%
de las fracturas, siempre y cuando se alcance a ver hasta la
unión de C7 con TI (13).
Se debe analizar con cuidado la continuidad de las cuatro
líneas imaginarias en la placa lateral las cuales nos ayudan a
sospechar la presencia de una fractura o lesión de ligamentos
(figura 14).

N~¡:'..Dp..DOR

Fx C7-TI

Figura 16. Proyección de nadador.

En las placas simples se buscan signos de lesión de liga-


mentos que producen inestabilidad. Puede ser necesario rea-
lizar los estudios con proyecciones en flexión y extensión que
ayuden a identificar la lesión como un aumento del ángulo
entre los cuerpos o una listesis.
La TAC continúa siendo el examen de elección para de-
Figura 14. Continuidad de las cuatro líneas imaginarias.
,
mostrar fracturas de la columna especialmente en la región
toracolumbar (38). Fracturas de apariencia benigna en las
Además de fracturas se busca la presencia de edema pre- placas simples se deben evaluar con la escanografía (TAC)
vertebral (flechas en el esquema de la figura 14), subluxa- especialmente en pacientes con trauma de alta energía.
ciones mayores de 3,5 mm, aumento de la distancia de las La resonancia magnética es de gran ayuda como comple-
interespinosas, aumento de la distancia atlanto-odontoidea mento de los estudios de pacientes con lesión espinal cuando
mayor de 3 mm, facetas montadas o luxadas (figura 15). los hallazgos radiológicos no explican el déficit neurológico,
para descartar hematomas, contusiones o compresiones por
herniación discal u osteofitos, pero no reemplaza la TAC que
sigue siendo el examen de elección por mostrar mayor deta-
lle óseo y dilucidar el patrón de la fractura (figuras 17 y 18)
(39,40).

Figura 15. Facetas montadas o luxadas.


Figura 17. Detalle óseo.
En esta figura se observa una angulación mayor de 11 0
comparado con las vértebras adyacentes lo cual sugiere ines- Lesiones cervicales
tabilidad de ligamentos posteriores. Una subluxación del
cuerpo vertebral mayor de 3,5 mm también es indicativa de Las lesiones cervicales se clasifican en superiores o inferio-
inestabilidad ligamentaria. res. Lesiones de la base del cráneo que incluyen C1 y C2 se
De no ser posible el despeje de C7-T1, se debe hacer una refiere a las superiores. Las lesiones inferiores van de C3 a
proyección de nadador (figura 16) o una TAC cervical. C7.
40 I TRAUMA DE COLUMNA Y MÉDULA

Figura 18. Resonancia magnética donde se observa cifosis y ruptura de los


ligamentos interespinosos de C5-C6.

luxofractura occipito-atlantoidea
Una flexión o extensión cervical forzada es responsable de
lesiones de la unión occipital con el Atlas (luxación atlanta-
occipital). Aquí la lesión se produce en los ligamentos que
unen C 1 con el foramen (la membrana tectorial que es una
prolongación del ligamento longitudinal posterior), y los li- Figura 19. Fractura de Jefferson.
gamentos que unen el atlas con el axis (Cl-C2). Rara vez los
pacientes sobreviven a este tipo del lesión ya que produce Fracturas de C2
una disociación bulbomedular con paro cardiorrespiratorio. Las fracturas de C2 o también conocidas como fracturas del
Algunos pacientes pueden no tener déficit, por lo que esta axis se pueden presentar como fracturas de la odontoides,
lesión se debe sospechar cuando tienen politraumatismo gra- fractura del ahorcado, o fracturas de la l~mina o de la espi-
ve o cuando al colocarlos en tracción cefálica se agrave su nosa. Fractura del ahorcado (Hangman) (figura 20). Causa-
déficit neurológico. da por una hiperextensión con una carga axial, produce una
fractura bilateral de la parte interarticular del pedículo con
Fractura de C1 (Atlas) una subluxación de C2 sobre C3. Estas fracturas generalmen-
También conocida como fractura de Jefferson cuando se pro- te cursan sin déficit neurológico, su manejo es con inmovi-
duce la fractura en cuatro puntos del anillo del atlas, aunque lización externa tipo collar de Philadelphül:' o halo-vest, con
ahora también se le llama así cuando hay dos o tres puntos una buena rata de fusión (21).
rotos. Una carga axial genera la fractura por "estallido" y
un 40% de estas fracturas se asocia con una fractura de la
odontoides de C2. Estas fracturas se asocian con importante
edema del espacio retrofaríngeo, que se debe buscar en la
radiografías simples, pero puede no verse en placas toma-
das tempranamente. En la proyección de boca abierta para
odontoides se mide cuanto se sobrepasa las masas laterales
de Cl sobre C2, y si es mayor de 7mm (x+y) en la figura 19,
entonces el ligamento transverso también está roto. En gene-
ral estas fracturas se manejan con inmovilización externa por
12 semanas (13, 20).

Figura 20. Fracturas del ahorcado.


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Fracturas de odontoides Tipo III, comprometen el cuerpo de C2, usualmente es-


tables y se manejan con halo vest o inmovilizador cervical
La fractura de odontoides es la más frecuente de las frac-
rígido, con buenos resultados (42).
turas de C2. El mecanismo de lesión es principal merite por
flexión. Los accidentes automovilísticos, las caídas de altura
y los deportes son su mayor causa. Representan el 14% de Fracturas de C3 a C7
las fracturas cervicales. Sólo un porcentaje bajo de pacientes Las fracturas cervicales de los cuerpos de C3 a C7 se presen-
tienen déficit neurológico asociado. Los síntomas suelen ser tan de acuerdo al mecanismo del trauma, lo cual determina el
de dolor cervical alto que se irradia hacia la región occipital y carácter de estabilidad o inestabilidad.
espasmo. Se clasifican de acuerdo al sitio de la fractura: Fracturas por compresión vertical como las que se pro-
Tipo l. Compromete la parte superior de la apófisis odon- ducen al clavarse en aguas panditas, por caídas de altura o
toides, y se produce por avulsión del ligamento alar. Auque accidentes de autos, causan fractura del cuerpo en estallido
se considera una fractura estable, se debe manejar como ines- tipo "burst". Incluye fracturas en gota de lágrima o cuadran-
table ya que cuando se presenta, generalmente hay una luxa- gular del cuerpo vertebral (37).
ción occipito-atlatoidea (figura 21) (22). Fracturas por distracción/jlexión. Pueden ser leves con
compromiso de los ligamentos sin fracturas, y pasar desaper-
cibidas en las radiografías simples iniciales, por lo que es nece-
1
sario complementar con placas dinámicas en flexión/extensión
(idealmente cuando el espasmo cervical haya cedido), o más
severas con subluxación de las facetas, o luxación completa de
las facetas. Estas luxaciones requieren reducción cerrada con
tracción, ocasionalmente complemento quirúrgico, tanto para
reducirla como para estabilizarla y fusionarla (41).
n:
Trauma de la región toracolumbar
Se debe estudiar la columna toracolumbar en todo paciente
que haya sido lanzado de un vehículo, se haya caído de al-
tura mayor de tres metros, se queje de dolor en esta zona, se
encuentre inconsciente o, por tener su esfera mental alterada,
sea incapaz de describir los síntomas, o a pacientes que se
desconozca el mecanismo del trauma. La unióntoracolumbar
y la columna cervical son los sitios que con mayor frecuencia
se producen lesiones de la columna vertebral.
Las líneas de fuerza responsables de producir estas lesio-
nes son básicamente por compresión axial (figura 23), flexión
(figura 24), flexión-rotación, flexión-distracción (figura 25),
Figura 21. Luxación occipito-atlatoidea.
y extensión (figura 26). La evaluación de estas fracturas se
basa en el concepto de las tres columnas, desarrollado por
Tipo II, son fracturas de la cintura o la base de la odontoi-
Denis (42) (figura 27). "
des, siendo las más comunes y requieren manejo quirúrgico
si se ha desplazado más de 5 mm o una angulación del frag-
mento mayor de 10°. Pacientes mayores de 40 años tienen
menos posibilidad de fusión con inmovilización externa (fi-
gura 22) (23).

Figura 23. Compresión axial.

La columna posterior está compuesta por el proceso espi-


Figura 22. Odontoides Tip9 n.
noso, lámina, facetas, pedículos y los ligamentos. La colum-
40 I TRAUMA DE COLUMNA Y MÉDULA

na media está compuesta por los elementos posteriores del


cuerpo vertebral y disco, la parte posterior del anillo fibroso,
y el ligamento longitudinal posterior. La columna anterior
incluye el ligamento longitudinal anterior, la parte anterior
del anillo fibroso y la parte anterior del cuerpo vertebral y
disco.

Figura 27. Concepto de las tres columnas.

Se consideran estables aquéllas con compresión mínima


o moderada con la columna posterior intacta. Son inesta-
bles aquellas con dos o tres de las columnas comprometidas.
También la fractura por estallido donde se lesiona únicamen-
te la columna media puede considerarse inestable neurológi-
camente al haber fragmentos que pueden proyectarse al canal
vertebral causando alteración neurológica. '
Muchas de las fracturas toracolumbares se pueden con-
siderar estables y se manejan conservadoramente con una
ortesis externa, pero las fracturas que tienen los criterios de
Figura 24. Flexión. inestabilidad o presentan compresión medular se manejan
quirúrgicamente con fijadores internos ya que los pacientes
comienzan a rehabilitarse más prontamente y se reduce el
tiempo de hospitalización, tienen menos complicaciones pul-
monares, y menos riesgo de complicaciones tromboembóli-
cas (43,44).

lesiones penetrantes de la columna


En los últimos años las lesiones penetrantes de la columna
han aumentado significativamente especialmente por proyec-
tiles de arma de fuego (9). Algunos estudios han reportado
una incidencia que va desde 25% hasta 52% del total de in-
gresos por trauma espinal (34). "
Figura 25. Flexión rotación. Esta lesiones rara vez producen daño sigQificativo de hue-
so o ligamento que causen inestabilidad de la columna. Hay
argumentos que favorecen el manejo quirúrgico: reducir el
riesgo de fístula de líquido cefalorraquídeo, meningitis, in-
toxicación por plomo, dolor, deterioro neurológico, o migra-
ción del proyectil. Los argumentos a favor de manejo no qui-
rúrgico son que los fragmentos del proyectil rara vez causan
complicaciones, y los riesgos sobrepasan los beneficios que
se logran con la cirugía (figura 28). En general se debe con-
siderar cada caso y sólo si hay evidencia de que el proyectil
o hueso están causando compresión medular o hay deterioro
neurológico progresivo, se debe considerar el manejo quirúr-
gico. Lo mismo se aplica para las heridas por armas corto-
punzantes. Cuando el trayecto de la lesión compromete el
peritoneo o el colon, se administran antibióticos profiláctica-
mente y se puede realizar una irrigación de la herida además
Figura 26. Fx L1 por extensión. del manejo habitual para heridas penetrantes de abdomen.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

. penetrantes a columna como las producidas por armas cor-


topunzantes o proyectiles de arma de fuego por el riesgo de
infección. Se deben sopesar los riesgos contra beneficios en
otros pacientes ancianos o con enfermedades sistémicas es-
pecialmente por la mayor posibilidad de hemonagia gastro-
intestinal e infecciones.
GM-1 Gangliósido conocido en nuestro medio como mo-
nosialogangliósido porcino (Sinaxial R 100) es otra opción
farmacológica. Se trata de un glicolípido acídico complejo
que se encuentra en altas concentraciones de las membranas
celulares del sistema nervioso (neuronal y glial), que en estu-
Figura 28. Lesión de la columna y médula por proyectil de arma de fuego. dios experimentales ha demostrado estimular el crecimiento
de células nerviosas en tejidos lesionados. A este glicolípido
Tratamiento farmacológico se le. atribuyen propiedades neuroprotectoras y neuronege-
En 1990 se hizo evidente la eficacia de un tratamiento farma- neratlvas (49, 50).
cológico para el trauma medular, cuando se demostró en el Se han hecho varios estudios clínicos aleatorizados con
estudio NASCIS II (National Acute Spinal Cord Injury Study GM-l y con base en ellos se concluyó que el beneficio de la
II) y luego en 1997 el NASCIS III que la metilprednisolona recuperación neurológica del GM -1 gangliósido administrado
administrada dentro de las primeras ocho horas del trauma, durante 56 días luego de la administración de la metilpredni-
resultaba en una mejor recuperación neurológica comparado solona dentro de las primeras ocho horas del trauma medular
con los que no recibían el tratamiento (45-47). La acción del es sugerente pero no convincentemente probado (51).
esteroide se atribuye a la atenuación de los cambios inflama- Por lo tanto no hay suficiente evidencia para apoyar es-
torios, disminuye el edema, a la inhibición de la peroxidación tándares ni guías de tratamiento. Se deja como "opción" de
lipídica, y disminuye la degradación del esqueleto celular. tratamiento sin que se haya demostrado beneficio clínico. Se
La Asociación Americana de Cirujanos Neurológicos administra una dosis inicial de 300 mg de GM-l gangliósido
(AANS) y el "Congress of Neurological Surgeons" formaron seguidas de lOO mg diarios durante 56 días cuando se ha ad-
una sección conjunta para desanollar las Guías de manejo ministrado la metilprednisolona en las primeras ocho horas
para los desórdenes de la espina y nervios periféricos las del trauma medular (protocolo NASCIS II) en adultos con
cuales fueron publicadas recientemente en el suplemento trauma espinal agudo (52-55).
de "Neurosurgery" de marzo de 2002 (49) donde las reco-
Minociclina
mendaciones, basadas en la evidencia, y controvirtiendo los
Medicamentos que están siendo usados en pacientes con en-
estudios de NASCIS II y III (48, 72), son las de usar la metil-
fermedad de Parkinson, esclerosis lateral, y en pacientes con
prednisolona sola como una "opción" terapéutica ya que no
infartos cerebrales han demostrado tener propit~dades neuro-
encontraron suficiente evidencia para apoyar un tratamiento
protectoras. Uno de ellos es una tetraciclina, la 'minociclina,
estándar o guías de tratamiento.
que entre otras inhibe la activación de las microglias, previ-
Se da como opción el tratamiento con metilprednisolona,
ene la muerte celular programada (56-60).
ya sea por 24 ó 48 horas, se recomienda como una "opción"
Con base en estos hallazgos, ha sido usada por varios labo-
en el tratamiento de pacientes con trauma medular agudo
ratorios en el trauma medular agudo demostráll~o un mayor
solo a sabiendas de que la evidencia sugiere que hay más
número de axones respetados en el trauma. Claro que estos
efectos dañinos que un beneficio clínico.
estudios no se realizaron con dos'ls ni protocolos uniformes
Si se decide iniciar el tratamiento con metilprednisolona,
ni controlados (61-66).
la dosis recomendada es:
0-3 horas del trauma: metilprednisolona 30 mg/kg para
Eritropoyetina
pasar los primeros 15 minutos, una pausa de 45 minutos,
Hormona producida por el riñón en respuesta a la hipoxia,
seguidos de 5,4 mg/kg por hora, durante las siguientes 23
usada ahora para manejo de las anemias, tiene propiedades
horas.
protectoras de los tejidos, similar a la anterior, como en is-
3-8 horas del trauma: metilprednisolona 30 mg/kg para
quemias cerebrales, Parkinson, esclerosis múltiple, infartos
pasar los primeros 15 minutos, una pausa de 45 minutos,
agudos del miocardio y en lesiones agudas medulares.
seguidos de 5,4 mg/kg por hora, durante las siguientes 47
horas.
Manejo de problemas asociados
En circunstancias normales, se debe iniciar este tratamien- Pulmonares
to desde el servicio de urgencias mientras se estabiliza y Las complicaciones pulmonares son la 'causa más frecuen-
se estudia al paciente, ganando tiempo en el manejo. Está te de mortalidad en los pacientes con trauma raquimedular
contraindicado el uso de esteroides en pacientes con heridas
40 I TRAUMA DE COLUMNA Y MÉDULA

especialmente en lesiones cervicales con compromiso de ., Hipertensión endocraneana


los músculos respiratorios intercostales y el diafragma. Es • Herniación.
importante iniciar una terapia respiratoria lo más temprano
posible y ejercicios diafragmáticos apropiados. Tromboembólicos
Los pacientes con lesiones medulares altas se deben vi-
gilar en cuidado intensivo durante la primera semana ante el La disminución en el retorno venoso, las lesiones vasculares
riesgo de deterioro neurológico progresivo. Una capacidad en los pacientes politraumatizados, la hipercoagulabilidad
vital menor de 1 litro o un pC0 2 mayor de 50 mmHg son son factores que contribuyen a la trombosis venosa profunda
parámetros para pensar que van a necesitar ventilación mecá- y al tromboembolismo pulmonar, con una frecuencia entre el
nica o incluso traqueostomía (47). 47 y 79% para la primera y de 16 al 37% para tromboembo-
Lesiones por encima de C3 implican una parálisis respi- lismo con una mortalidad de 4% (67, 68). Se recomienda el
ratoria y muerte a menos que se le dé asistencia ventilatoria uso de medias compresivas neumáticas las primeras sema-
inmediata. Los pacientes que sobreviven tiene la más alta nas para luego anticoagular con heparina a los pacientes de
mortalidad por sus complicaciones respiratorias, necesidad mayor riesgo con un PTT en 1,5 veces su control normal y
de soporte ventilatorio y marcapaso diafragmático (52). mantenerlo así durante dos meses (69, 70).
Lesiones entre C3-C5 tienen diferentes grados de falla
respiratoria. Inicialmente tienen volumen pulmonar muy re- Disautonomía refleja
ducidopor lo que requieren el soporte ventilatorio que en La disautonomía refleja es un conjunto de síntomas, carac-
cuestión de semanas o a veces meses, se pueden destetar de terizado por hipertensión paroxística, cefalea y bradicardia
éste. Característicamente estos pacientes presentan deterio- en respuesta a un estímulo localizado por debajo de la lesión
ro respiratorio los primeros 2-5 días que luego recuperan en medular (71). Se presenta hasta en un 90% de los pacientes
forma parcial, muchas veces indicando una mejoría del nivel con lesiones por encima de T6 con una severidad' mayor en
de la lesión como consecuencia del edema medular que va niveles más altos. Los síntomas se pueden presentar semanas
cediendo, también por el reclutamiento de músculos acceso- o años después del trauma inicial. Los estímulos que habi-
rios de la respiración. ' tualmente pueden precipitar la crisis incluyen distensión de
Las lesiones por debajo de C5 tienen menos compromiso vísceras huecas como la vejiga, asas intestinales, el útero o
respiratorio pero siguen en riesgo de complicaciones pulmo- la vesícula. Estímulos cutáneos, procedimientos quirúrgicos
nares ya que los músculos de la espiración están paralizados que involucren órganos de la pelvis o miembros inferiores.
y no pueden defenderse de las secreciones con una tos efecti- Los signos clínicos, cuando es por debajo de la lesión son
va, aumentado las atelectasias y la neumonía. Además, estos vasoconstricción cutánea, piloerección, espasmo vesical. Por
pacientes con lesiones cervicales bajas, lo mismo que frac- encima de la lesión se manifiesta con rubicundez, sudora-
turas torácicas, se asocian a trauma de tórax (neumotórax, ción, congestión conjuntival y nasal, visión borrosa, y náu-
hemotórax, tórax inestable, contusiones pulmonares). seas (72). La disautonomía refleja, si no se trata, puede llegar
La ventilación mecánica puede ser de utilidad en pacien- a producir encefalopatía, isquemia cerebral, convulsiones,
tes seleccionados con trauma raquimedular ya que se va a hemorragias intracerebrales o retinianas, infarto del miocar-
reversar la hipoxemia, la hipercarbia, disminuye el trabajo dio, insuficiencia cardíaca congestiva, arritmias y muerte. La
respiratorio, se re expende los pulmones, se facilita el aseo prioridad en el manejo es suspender el estímulo desencade-
pulmonar. Una corrección pronta de la hipoxemia y de la aci- nante y manejar la hipertensión con vasodilatadores.
dosis respiratoria es crítica en limitar el grado de daño secun-
dario sobre la médula. Gastroi ntesti nales
,.
En la fase inicial se coloca una sonda nasogástrica para pre-
Indicaciones para intubación en pacientes con lesiones de la venir la distensión po}." el íleo paralítico, consecuencia de la
médula o de la columna vertebral: lesión medular. Administrar protectores gástricos y tempra-
• Compromiso de la vía aérea namente iniciar profilaxis para el estreñimiento mientras se
• Coma inicia una dieta alta en fibra.
• Edema
• Hematoma retrofaríngeo Urológicas
• Riesgo alto de aspiración
• Falla respiratoria Después de estabilizado el paciente, se puede retirar la sonda
• Disminución de la capacidad vital (CVF <15 rnL/kg vesical para iniciar cateterismos cada 4 horas evitando la disten-
• Trabajo respiratorio aumentado sión de la vejiga, que puede desencadenar crisis vasovagales.
• Pa0 2<60 mmHg
Emocionales
• PaC0 2>60 mmHg
• Trauma craneano asociado Los pacientes con lesiones medulares altas graves usualmen-
• GCS<8 te requieren y se benefician de una intervención psiquiátrica
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

para ayudarle a manej ar la depresión asociada a la pérdida de manipulación genética de la muerte celular programada y la
su función motora, y le ayuda a adaptarse a esta nueva forma neutralización de sustancias inhibitOlias de crecimiento neu-
de vida. ronal. La combinación de estas investigaciones ha dejado evi-
dencia de que hay alguna regeneración funcional de cordones
Estado actual de la neuroprotección y espinales seccionados en mamíferos adultos.
regeneración axonal para lesiones medulares En experimentos con roedores, penos y lamprea, a quienes
agudas se les aplicó un cátodo con un campo eléctrico, se demostró
que producía efectos trófico/trópicos sobre la médula espinal
Basados en la observación de modelos animales y casos de lesionada, con mejoría funcional. La FDA ha autOlizado el
pacientes en que se produce un trauma no penetrante a la mé- uso de un estimulador con campo oscilante (Oscilating Field
dula, se ha visto que rara vez hay sección medular completa. Stimulator-OFS) en humanos para ser evaluado en estudio
Los estudios demuestran que hay una continuidad anatómica clínico. Encontraron que pacientes parapléjicos que se ma-
del tejido nervioso, muchas veces consistente en un tejido nejaron con parámetros del NASCIS III recuperaron algunos
sano periférico que pasa alrededor de una cavidad quística. niveles sensitivos para dolor superficial y motor (75).
Estas observaciones indican que la médula no se lesiona en Dentro de este marco amplio de trabajo hay que ser realis-
su totalidad en el sitio del impacto, por lo que intervenir para tas y debemos aceptar que incluso en el más optimista de los
que el daño secundario sea mínimo, podría mejorar el pro- casos de regeneración axonal o de protección neuronal sola o
nóstico neurológico. Con base en esto se han desanollado combinada, con toda certeza, no será posible lograr regresar
los manejos neuroprotectores postrauma medular siendo la a un paciente cuadripléjico completo a un estado de función
metilprednisolona la más usada pero también más controver- normal. Sin embargo, una recuperación, aunque sea mínima,
tida y ahora nuevamente se ha dejado de usar con base en el de un paciente al que se le brindó una adecuada neuropro-
reporte de NASCISIII (48,65, 73, 74). tección o se logró una regeneración axonal de una distancia
El otro punto de investigación está en la regeneración de corta puede tener una repercusión enorme en su calidad de
tejido nervioso. A pesar de que hay algo de tejido viable en vida. De ahí la importancia de conocer y aplicar todas las
el sitio de lesión se sabe que atlí no hay crecimiento axonal. estrategias posibles para ayudar a cada individuo a disminuir
Aquí es donde está el reto científico para lograr un ambiente o minimizar la lesión neurológica.
propicio para superar los obstáculos moleculares que inhiben
el crecimiento axonal. Referencias
La investigación se está centrando actualmente en la re-
1. Bracken MB, Freeman DH, Hellebrand K. Incidence of acute trau-
generación neuronal. Para que ésta sea efectiva luego de la
matic hospita1ized spinal cord injury in the United States 1970. Am J
lesión medular, se requiere que estas células puedan sobrevi- Epidemiol1981; 113: 615.
vir o regenerarse para conectarse a su punto de acción. Los 2. Spack J, Istre GR. Acute traumatic spinal cord injury surveillance-
axones y su punto de acción deben luego interactuar entre sí United States 1987. MMWR 1988; 37: 285.
3. Parsons KC, Lammertz DP. Rehabilitation in spinal cord disorders.
construyendo las sinapsis que son las estructuras especiali-
Epidemic, Prevention and system care of spinal cord disorders. Arch
zadas que actúan como conexiones funcionales entre las cé- Phys Med Rehab 1991; 72: S293. '
lulas nerviosas. Las condiciones para la regeneración ya se 4. Burney RE Maio RF, Maynar F, et al. Incidence, characteristics and
conocen como muy similares a las del proceso de desanollo. outcome of spinal cord injury at trauma centers in North America.
Arch Surg 1993; 128: 596.
Se está aprendiendo sobre la forma como se especializa cada
5. Tatar CH, Duncan EG, Edmonds VE, et al. Changes in epidemiology
célula, cómo los axones llegan a su blanco conecto, y cómo of acute spinal cord injury from 1947 to 1981. Sutg Neurol 1993; 40:
se forma la sinapsis durante el desanollo de la médula. La 207. '~
meta es lograr manipular signos de desanollo que puedan 6. Reynols R. Pediatric spinal Injuries. Current Opinion in Pediatrics
2000; 12: 67-71. '
controlar la regeneración.
7. Hamilton MG, Myles STo 1;>ediatric spinal injury: Review of 174 hos-
Las neuronas del sistema nervioso central requieren de pital admissions. J Neuros6rg 1992; 77: 700-704.
químicos naturales conocidos como factores tróficos para 8. Finch GD, Barnes MJ. Major cervical spine injuries in children and
sobrevivir y crecer. Conocer cuáles de estos factores y cómo adolescents. J Pediatr Orthop 1998; 18: 811-814.
9. González JW. Trauma raquimedular en Jaime M, Restrepo J, (eds).
responden las células a estas moléculas, es lo que permitirá a
Manual de normas y procedimientos en trauma. Editorial Universidad
los investigadores usar estos factores tróficos para estimular de Antioquia, 2001.
la regeneración espinal luego de la lesión. 10. Wiggleswort EC. Motor vehicle crashes and spinal injury Paraplegia
Nuevas terapias para lesiones de la médula, incluyendo me- 1992; 30: 543.
11. Ersmark H, Dalen N, Kalen R. Cervical spine injuries: A follow up of '
dicamentos que promuevan la regeneración y el transplante
332 patients. Paraplegia 1990; 28: 25.
se encuentran en vías de investigación en modelos animales. 12. National Center for Health Statistics. National Hospital Ambulatory
Todavía hay camino para reconer antes de que se pueda co- Medical Care Survey. Hyattsville, MD, National Center for Health
menzar a usar en humanos sin los efectos secundarios. Dentro Statistics 1994.
13. Robertson A, Branfoot T. Spinal Injury Patterns Resulting From Car
de estas estrategias está la de implantes de nervios periféricos
and Motorcycle Accidents. Spine 2002; V27, 24: 2825-2830.
y tejido fetal en la médula, el uso de factores de crecimiento,
40 I TRAUMA DE COLUMNA Y MÉDULA

14. Hickey R, Albin MS, Bunegin L, et al. Autoregulation of spinal cord 41. Weinstein JN, Collalto P, Lehmann TR. Thoracolumbar "burst'"
blood ftow: is the cord a microcosm of the brain? Stroke 1986; 17: fractures treated conservatively: a long-term follow-up. Spine 1988;
1183-9. 13:33-8.
15. Gllha A, Tator CH, Rochon J. Spinal cord blood ftow and systemic 42. Polin R, Szabo T, Boyaer C. Nonoperative Treatment of Type n and
blood pressure after experimental spinal cord injury in rats. Stroke III Odontoid Fractures: The Philadelphia Collar versus the Halo Vest.
1989; 372-7. Neurosurgery 1996; 38: 450-7.
16. Klllak RF, Belytschko TB. Non-linear behavior on the human interver- 43. White A, A Punjabi MM. The Problem of Clinical Instability in the
tebral disc under axial load. J Biomech 1976; 9: 377. Human Spine: A Systematic Aproach. In Clinical Biomechanics of
17. Brown T, Hanson R. Sorne mechanical test on the lumbosacral spine the Spine. JB. Lippincott, Philadelphia, 2nd ed. Chapter 5: 1990; 277-
with particular reference to the intervertebral disco Bone Joint Surg 378.
1957; 39 A: 1135. 44. Brant-Zadwadzki M, Millar EM, Federle MP. CT in the evaluation of
18. Farfan HF, Cossette JW. The effects of torsion of the lumbar inerverte- spine trauma. AJR 1981; 136: 369-375.
bral joints: The role of torsion in the production of disc degeneration. J 45. Sears W, Fazl M. Prediction of Stability of Cervical Spine Fracture
Bone Joint Surg 1970; 52: 468. Managed in the Halo Vest and Indications for Surgical Intervention.
19. Panjabi MM, Goel VK. Physiologic strains in the lumbar spinalliga- J.Neurosurg 1990; 72: 426-32.
ments: An in vitro biomechanical study. Spine 1982; 7: 192. 46. Denis F. The three-column spine and its signifi cance in the classifi
20. Isolated Fractures of the Atlas in Adults. Neurosurgery 2002; cation of acute toracolumbar spinal injuries. Spine 1983; 8: 817-831.
50(Sllppl): Ch. 16 SI-SI99. 47. Chapman JR, Anderson PA. Thoracolumbar spine fractures with neu-
21. Coric D, Wilson J, Kelly P. Treatment of Traumatic Spondilolisthe- rologic deficit. Orthop Clin North Am 1994; 25: 595.
sis of the Axis with Non Rigid Inmobilization: a Review of 64 cases. 48. Shaffrey CI, Shaffrey ME, Whitehill R, et al. Surgical treatment of
J.Neurosug 1996; 85: 550-4. thoracolumbar fractures. Neurosurg Clin North Am 1997; 8: 519.
22. Scott E, Haid R, Peace D. Type 1 Fractures of the Odontoid process: 49. Braken MB, Shepard MJ, Collins WF, et al. A randomized, controlled
Implications for Atlanto-Occipitallnstability; case Repor. J Neurosurg trial of methylprednisolone or naloxone in the treatment of acute spinal
1990; 72: 488-9. cord injury. NASCI n, N Engl J Med 1990; 322: 1405-1411.
23. Hadley M, Dickman C, Browner C. Acute Axis Fractures: A Review of 50. Michael B, Bracken MB. Methylprednisolone 01' tirilazad mesylate
229 cases. J. Neurosurg 1989; 71: 642-7. administration after acute spinal cord injury: l-year follow up, NASCI
24. Choi DW. Ionic dependence of glutamate neurotoxicity. J Neurosci IlI, J Neurosurg 1998; 89: 699-706.
1987; 7: 369. 51. Weber RK. Respiratory management of acute cervical cord injuries,
25. Liu D, Thangnipon Mc, Adoo DJ. Excitatory amino ac rise to toxic le- in Tator CH (ed): Early management of acute spinal injury. New York:
veis upon impact injury to the rat spinal cord. Brain Res 1991; 547: 34. Raven Press, 1982.
26. Anderson DK, Hall ED. P~thophysiology of spinal cord trauma. Ann 52. Stevens R, Bhardwaj A, Kirsch J, Mirski M. Review Article. Critical
Emerg Med 1993; 22: 987. Care and Perioperative Management in Traumatic Spinal Cord Injury.
27. Hall ED. Lipid antioxidants in acute central nervous system injury, Journal of Neurosurgical Anesthesiology 2003; 15(3): 215-29.
Ann Emerg Med 1993; 22: 1022. 53. Bracken MB, Shepard MJ, Holford TR, et al. Administration of me-
28. Takeda H, Caiozzo VJ, Gardner YO. A functional in vitro model for thylprednisolone for 24 to 48 hours or tirilazad mesylate for 48 hours
studying the cellular and molecular basis of spinal cord injury, Spine in the treatment of acute spinal cord injury: Results of Third National
1993; 18: 1125. Acute Spinal Cord Injury Randomized Control Trial: National Spinal
29. Martin D, Schoenen J, Detre P. Experimental acute trallmatic injury Cord Injury Study. JAMA 1997; 277: 1597-1604.
of the adult rat spinal cord by a subdural inft atable balloon, Methodo- 54. Pharmacological therapy after acute cervical spinal cord injury. Neuro-
logy, Behavioral analysis and histopathology. J Neurosci Res 1992; surgery 2002; 50(3 Suppl): S63-72 (ISSN: 0148-396X).
32: 539. 55. Dumont RJ, Yerma S, Okonkwo DO, et al. Acute spinal cord injury:
30. Iwai A, Monafo WW, Eliasson SG. Methilprednisolone treatment of n. Contemporary pharmacotherapy. Clin Nei.Jropharmacol 2001; 24:
experimental spinal cord injury, Paraplegia 1993; 31: 417. 265-79.
31. Brant-Zadwadzki M, Millar EM, Federle MP. CT in the evaluation of 56. Becker D, Sadowsky CL, McDonald Jw. Restoring function after spi-
spine trauma. AJR 1981; 136: 369-375. nal cord injury Neurolog 2003; 9(1): 1-15.
32. Bohlman HH, Ducker TH. Spine and spinal cord injuries, in Rothman 57. Geisler FH, Coleman WP, Grieco G, Poonian D. The Sygen multicen-
RH, Simeone FA (eds): The spine. WB Saunders, 1992. ter acute spinal cord injury stlldy. Spine 2001; 26(suppl): S87-S98.
33. Chestnut RM, Marshall LF. Early assessment, transport, and manage- 58. Joint section on disorders of the spine and, peripheral nerves of the
ment of patients with posttraumatic spinal instability. In: PC Cooper American Association of Neurological Surgeons and the Congress
editor. Management of posttraumatic spinal instability, AANS publi- "
of Neurological Surgeons. Guidelines for management of acute cer-
cations committee 1991; 1-15. vical spine and spinal cordinjuries. Neurosurgery 2002; 50(Suppl):
34. Bohlman HH. Acute fractures and dislocations of the cervical spine: SI-SI99.
An analysis of three hundred hospitalized patients and review of li- 59. Gunnarsson T, Fehlings MG. Recent guidelines and the methylpredni-
terature. solone controversy Acute neurosurgical management of traumatic bra-
35. Huelke DF, O'Day J, Mendelsohn RA. Cervical spine injuries suffered in injury and spinal cord injury CUlT Opin Neuro12003; 16(6): 717-23
in automobile crashes. J Neurosurg 1981; 54: 316-322. (ISSN: 1350-7540).
36. Muckart DJJ, Bhagwanjee S, van der Merwe R. Spinal cord injury as a 60. Gunnarsson T, Fehlings MG. Acute neurosurgical management of
result of endotracheal intubation in patients with undiagnosed cervical traumatic brain injury and spinal cord injury Curr Opin Neurol 2003;
spine fractures. Anesthesiology 1997; 87: 41 S-20. 16(6): 717-23.
37. McLeod ADM, Calder 1. Spinal cord injury and direct laryngoscopy- 61. Tikka T, Fiebich BL, Goldsteins G, et al. Minocycline, a tetracycline
the legend lives on. Br J Anaesth 2000; 705-8. derivative, is neuroprotective against excitotoxicity by inhibiting acti-
38. Ditllnno JF Jr, Young W, Donovan WH. The international standards vation and proliferation of microglia. J Neurosci 2001; 21: 2580-8.
booklet for neurological and functional classifi cation of spinal cord 62. Pi R, Li W, Lee NT, et al. Minocycline prevents glutamate-indllced
injury. Paraplegia 1994; 32: 70-80. apoptosis of cerebellar granule neurons by differential regulation of
39. Patel R, Delong W. Evaluation and Treatment of Spinal Injuries in p38 and Akt pathways. J Neurochem 2004; 91: 1219-30.
Patients with Politrallma. Clínical Orthopedics and Related Research. 63. Lee SM, Yune TY, Kim SJ, et al. Minocycline inhibits apoptotic cell
Number 422, Lippincott Williams & Williams 2004; 43-54. death via attenuation of TNF-alpha. 'expression following iNOSINO
40. Orthopedic knowledge update: Spine SR Garfi o, AR Vaccaro eds. induction by lipopolysaccharide in neuron/glia co-cultures. J Neuro-
American Academy ofOrthopedic Surgeons 1997; 197-217. chem 2004; 91: 568-78.

SECCION 111: TRAUMA 545


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

64. Wells JE, Hurlbert RJ, Fehlings MG, et al. Neuroprotection by mino- 70. Thumbikat P, Poonnoose PM, Balasubrahmaniam P, et al. A compari-
cycline facilitates signifi cant recovery from spinal cord injury in mice. son of heparin/warfarin and enoxaparin thromboprophylaxis in spinal
Brain 2003; 126: 1628-37. cord injury: the Sheffield experience. Spinal Cord 2002; 40: 416-420.
65. Lee SM, Yune TY, Kim SJ, et al. Minocycline reduces cell death and 71. Becker D, Sadowsky CL, McDonald Jw. Restoring function after spi-
improves functional recovery after traumatic spinal cord injury in the nal cord injury Neurolog 2003; 9(1): 1-15.
rat. J Neurotrauma 2003; 20: 1017-27. 72. Lee BY. Management of peripheral vascular disease in the spinal cord
66. Teng YD, Choi H, Onario RC, et al. Minocycline inhibits contusion injury patient: Comprehensive management. Philadelphia: Saunders,
triggered mitochondrial cytochrome c release and mitigates functional 1991.
deficits after spinal cord injury. Proc Natl Acad Sci USA 2004; 101: 73. Hurlbert RJ. Methylprednisolone for acute spinal cord injury: an
3071-6. inappropriate standard of care J. Neurosurg 2000; 93(1 Suppl):
67. Watsdon W. Venous thrombosis and pulmonary embolism in spinal 1-7(ISSN: 0022-3085).
cord injury patients, paraplegia 1978; 16: 113-121. 74. Citerio G, Cormio M, Sganzerla EP. Steroids in acute spinal cord in-
68. Waring WP. Acute spinal cord injuries and the incidence of clinically jury. An unproven standard of care Minerva Anestesiol 2002; 68(5):
occurring thromboembolic disease, Paraplegia 1991; 29: 8-16. 315-20.
69. Merli GJ. Management of deep vein thrombosis in spinal cord injury. 75. Shapiros S, Borgens R, Pascuzzi R, et al. Oscillating Field Stimulation
Chest 1992; 102Sup16: 652s-657s. For Complete Spinal Cord Injury in Humans: a Phase 1 Trial. J Neuro-
surg Spine 2005; 2: 3-10.
TÓRAXINESTAB ve SI ULM

Juan Pablo Velásquez B, MD, FCCM

Introducción El cimjano más famoso de siglo XVI, Ambroise Paré


(1510-1590), es más conocido por reconocer que heridas de
Las lesiones torácicas a menudo deterioran la función pul-
bala no tratadas con aceites de quemadura y cauterio mejo-
monar y aumentan la morbilidad y mortalidad. En casos de
raron mejor que los que sí fueron tratados. Médico personal
trauma torácico cerrado, las lesiones de la pared torácica y
de cuatro reyes franceses consecutivos, fue uno de los pri-
contusión pulmonar, trastornos en la dinámica respiratoria
meros cirujanos en escribir en el vernáculo (francés). En su
y daño local al parénquima pulmonar, resultan en un incre-
discusión sobre fracturas costales en los casos asociados con
mento de la permeabilidad vascular que es atribuible a la ac-
dificultad respiratoria, expectoración de sangre, tos y fiebre,
tivación de sistemas celulares y mediadores humorales. El
el expone que "La única manera de librar al paciente de la
edema intraalveolar y el daño local alteran el intercambio de
muerte inminente es hacer una incisión en esa parte donde la
gases, disminuyen el área de ventilación y se convierten en el
costilla está rota, y al exponerla se pueden ver los fragmentos
primer paso al distrés respiratorio. De manera que la pregun-
espinosos y sacarlos". Paré relata el uso temprano del que
ta terapéutica mayor es: ¿en qué pacientes, cómo y cuándo,
después se conoció como escarificación, o más específica-
se debería utilizar la intubación endotraqueal y la ventilación
mente enfisema múltiple y subcutáneo (4).
controlada? En trauma torácico, como en toda enfermedad,
Boerhaave de Leyden, "El Segundo Hipócrates", quien en
el diagnóstico precede la terapia; en las próximas páginas la
sus Aforismos, publicados por su famoso estudiante, Gerard
discusión se mantiene abierta sobre el mecanismo, aproxi-
Van Swieten, ilumina el estado de asuntos médicos en los
mación inicial y evaluación secundaria de algunas heridas
comienzos de 1700, adopta el principio de aspiración. En la
torácicas en el contexto del trauma cerrado.
sección titulada "Heridas de tórax", cuando se discute he-
motórax traumático anota que es muy necesario evacuar la
Perspectiva histórica sangre extravasada por:
Hipócrates escribió sobre hemoptisis secundaria a costillas 1. Posar al paciente y por medio de ejercicios apropiados
fracturadas y anota la asociación de la pleuresía y el empiema, 2. Succión aplicada a través de un tubo perforado lateral-
especialmente cuando la pared del tórax había sido traumatiza- mente y de punta desafilada
da. El pecho era inmovilizado firmemente con lino, tratamien- 3. Inyección de fluidos anticoagulantes
to principal para costillas fracturadas que se usó durante siglos. 4. Engrandecer la herida
Hipócrates sugería que si había hemoptisis el vendaje tenía que 5. Hacer una contraincisión entre las dos costillas más in-
ser cambiado cada dos días por un período de 40 días (1). feriores, a la anchura de cuatro dedos desde la vértebra y
Guy de Chauliac de Avignon, frecuentemente referido en el ángulo escapular inferior; usand'o,un bisturí dirigido
como "El padre de la cimgía", terminó su famosa Chirurgia hacia abajo y colocando)a incisión ent;ey en paralelo a
Magna en el año 1365. Este escrito fue un texto didáctico las dos costillas. Aquí, Boerhaave anticipó los conceptos
quirúrgico fundamental por muchos siglos. De Chauliac se de drenaje postuql, drenaje con catéter de succión inter-
maravilló de que los antiguos habían escrito tan poco sobre costal y la alteración química del exudado para promover
heridas torácicas cerradas. La mayoría de sus documentos su evacuación (5).
sobre heridas torácicas trataban de heridas penetrantes, aun-
que él no diferenciaba entre heridas penetrantes y no pene- Daniel Hoffman (1740) reportó el caso de un joven granjero
trantes. En el tratamiento de la herida torácica no penetrante, "de quien el pecho fue impactado por un arado hasta romper
él describe su particular vendaje transversal (2). una costilla, que se convirtió en un enfisema y cuando ins-
Una traducción inglesa curiosa (Circa 1550) de Practi- piraba se convertía en un tumor del tamaño de un huevo de
ca Copiosa in Arter Chirugia de John de Vigo ofrece una gallina, protuberante en la región de la costilla rota, y el cual
considerable comprensión en el conocimiento de ese tiempo retrocedió pronto después de la espiración" (6). Esta descrip-
(1514). Él escribe "a veces sigue una enfermedad llamada ción es, casi seguramente, la de un tórax inestable.
pleuresía, tos, expectoración de sangre y fiebre alta, y esta La primera descripción del trauma pulmonar cerrado sin
fractura es considerada por todos los médicos como muy pe- la asociación a lesión de la pared pleural, se atribuye a Mor-
ligrosa porque es muy parecida en síntomas, causas y cura- gagni en 1761. En De Sedibus et Causis Morborum per Ana-
ción a fracturas de los huesos del pecho" (3). tomen Indagatis, uno de los libros más importantes de la his-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

toria de la medicina, Giovanni Battista Morgagni de 79 años te, y este hecho fue confirmado en las estadísticas de Beeson
dedica un capítulo al trauma torácico (7). En esta sección, en y Saegesser. Las lesiones asociadas estaban presentes en el
lesiones no penetrantes, él describe dos casos de lesión del 80%, e incluían trauma craneal en el 50%, lesiones de las
pulmón sin fractura de la costilla. Es ésta, "Enfermedad en extremidades en el 46%, lesión de la espina dorsal en el11 %,
los pulmones", que numerosos autores han referido como la lesión abdominal en el 32% y finalmente lesión pélvica en
primera descripción de una contusión pulmonar. Al parecer, el 14%. Muchos pacientes tenían lesiones múltiples; aproxi-
el primer uso del término "contusión pulmonar" fue hecho madamente el 15 % requirió intervención quirúrgica para co-
por el cirujano excepcional de su época, Guillaume Dupu- rregir lesiones intratorácicas, mientras que la mayoría fueron
ytren, del Hotel Dieu. Publicado después de su muerte (1839) manejadas conservadoramente con tan buenos resultados que
por sus alumnos Paillard y Marx, los trabajos de Dupuytren al final reportaron un tasa global de mortalidad del 18%. No
mostraron pensamiento considerable acerca de lesiones no obstante, en otra serie se observó una mortalidad del 29%
penetrantes del tórax. Después de esta fecha, había muy poco en pacientes con tórax inestable y contusión pulmonar y el
escrito sobre trauma pulmonar hasta el principio del vigési- 25% en pacientes con tórax inestable pero sin contusión del
mo siglo, durante la Primera Guerra Mundial. La muerte por pulmón.
explosiones fue relacionada con la inhalación de monóxido
de carbono, un efecto de vacío repentino en las partes del Fisiopatología - mecanismo de lesión
cuerpo que contenían gas o lesión del sistema nervioso. Du-
Aunque después de un impacto de alta energía, el trauma ce-
rante la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mun-
rrado y las lesiones de la pared torácica son hoy bien cono-
dial fueron publicadas numerosas descripciones de soldados
cidos, fue Clemedson (13) quien resumió el mecanismo del
encontrados muertos sin evidencia de lesión; sin embargo,
daño pulmonar así:
en la autopsia fue encontrada hemorragia pulmonar severa
a. El "efecto astilla", es debido a la dispersión explosiva
(8). En 1940, Zuckerman realizó un importante conjunto de
que ocurre en las interfaces gas/líquido; este fenómeno
experimentos para determinar el curso de la lesión pulmonar
se puede ver cuando la onda expansiva de una carga de
en animales colocados a diferentes distancias de cargas ex-
profundidad alcanza la superficie del agua. En un órgano
plosivas (9). Estos datos apoyarbn la teoría que la lesión pul-
que contiene aire como el pulmón, y puede interrumpir el
monar era debida al impacto directo de la onda expansiva en
alvéolo en el momento del contacto inicial con las ondas
la pared torácica. Hay muchas descripciones de trauma civil
de alta energía consecutivas al trauma.
con contusión pulmonar antes de los años setenta; DeMuth
b. El "efecto inercia" ocurre cuando el tejido fino alveolar de
describió en 1965 que la contusión pulmonar en 47 pacientes
baja densidad se pega a estructuras hiliares más pesadas
constituyó el 10% de las lesiones torácicas vistas durante un
mientras éstas aceleran y se mueven a otras posiciones.
período de 10 años en una área rural de Pensilvania (10), pero
c. El "efecto implosión" resulta del rebote o la sobreexpan-
solamente durante la guerra de Vietnam los cirujanos descri-
sión de las burbujas de gas después que pasa una onda de
bieron el impacto de las balas tangenciales de alta velocidad
presión o alta energía.
en el pulmón usando el laboratorio y técnicas de monitoreo.
El manejo actual de la contusión pulmonar es derivado de
El pulmón se lesiona por la transmisión de fuerzas mecánicas
estos esfuerzos investigativos.
a la reja costal con la presión creciente y el subsiguiente "ras-
gado" mecánico de tejidos finos; laceración directa del pul-
Epidemiología de trauma toráxico
món secundario a las costillas fracturadas o a la compresión
El trauma es la tercera causa de muerte en los Estados Unidos de la pared torácica (asfixia traumática); sangrago al interior
de América y la primera causa en personas menores de 40 de segmentos del pulmón; el aU91ento en la producción de
años de edad. Hay casi 100.000 muertes accidentales y más moco y la disminución en la producción de surfactantes pul-
de nueve millones de lesiones inhabilitantes anualmente. El monares terminando en coJapso alveolar.
25% de muertes del trauma cerrado son debidos exclusiva-
mente a lesiones pulmonares y en otro 50% la lesión torácica Aspectos anatómicos
es un contribuyente importante (11). A pesar de los muchos
Lesiones significativas de la pared torácica están presentes
estudios en trauma torácico en Norteamérica, los pacientes
en alrededor de la tercera parte de los pacientes ingresados
más extensamente estudiados y con la estadística más com-
con trauma severo; en trauma cerrado hay una correlación di-
pleta son los de Lausana, Suiza; Beeson y Saegesser registra-
recta entre el número de costillas fracturadas y los índices de
ron más de 1.500 pacientes con lesiones torácicas durante 10
lesión intratorácicos y de mortalidad. El tórax inestable ge-
años y son altamente significativos porque abarcan esencial-
neralmente resulta de impactos directos, como con el timón,
mente la experiencia entera de una comunidad (12). Su revi-
o la compresión severa al ser atropellado por un vehículo. La
sión demostró que la mayoría de lesiones estaba en la pared
laceración pulmonar puede ser localizada en la parte anterior,
torácica (71 %) y el tórax inestable representó el 13%; ade-
lateral o posterior y siempre se asocia con fracturas múltiples
más, el 12% de sus pacientes tenía lesión visceral sin trauma
o luxaciones costales. Las áreas anteriores de laceraciones re-
esquelético perceptible. Lesión torácica aislada es infrecuen-
41/ TÓRAX INESTABLE Y CONTUSiÓN PULMONAR

sultan de impactos directos, dando como resultado la fractura entero fuera opacificado, recibiría un PCP de 9; luego sobre
del esternón y luxacionescostocondrales múltiples. Lesiones los Rx de tórax se puede recibir un PCP entre 1 y 18. Sin em-
laterales se asocian a fracturas múltiples o a las dislocaciones bargo, se ha escrito en varias ocasiones que las alteraciones
anteriores y otro nivel de fracturas alrededor de la línea axi- clínicas y radiográficas de lesión significativa pulmonar ~stán
lar posterior que siguen con frecuencia a trauma aplastante. a menudo ausentes en la evaluación inicial. Esto no es tan
Las áreas posteriores de laceraciones resultan generalmente cierto en un rastreo de TAC, donde la lesión o su secuela, las
de fracturas alrededor de la línea axilar media asociadas a hemorragias circundantes se ven de inmediato. Wagner clasi-
fractura o a luxaciones cerca del cuello o extremo superior de ficó el daño pulmonar en cuatro tipos con base en el patrón de
las costillas. Las laceraciones anteriores (esternales) sugieren TAC y la localización de la fractura costal asociada; una lace-
daños cardíacos subyacentes o daño pericárdico, pero proble- ración tipo 1 se considera generalmente como un área llena
mas respiratorios mayores aparte de dolor y atelectasia son de aire o una interfase de aire-líquido en una cavidad intrapa-
infrecuentes. Segmentos anterolaterales o posteriores trauma- renquimatosa; laceraciones tipo 2 aparecen en la TAC como
tizados anuncian una contusión probable del pulmón (75 %) una interfase que contiene aire dentro del pulmón paraverte-
con neumo o hemotórax. El grado de severidad para tórax bral; laceraciones tipo 3 aparecen como cavidades periféricas
inestable es atribuible también a la magnitud de la contusión pequeñas o radiolucideces lineales periféricas que siempre
pulmonar e insuficiencia respiratoria postraumática posterior están en proximidad a la pared torácica donde se ha fractura-
o lesión aguda del pulmón tipo SDRA. En el año 1995, He- do una costilla y laceraciones tipo 4 resultan de las adheren-
llinger y cols (14) desarrollaron un estudio para evaluar los cias pleuropulmonares previamente formadas que rasgan el
efectos tanto de la contusión unilateral aislada del pulmón pulmón cuando la pared sobrepuesta del tórax se comprime o
(CP) como sobre la morfología pulmonar contralateral en se fractura repentinamente. Este último tipo de laceraciones
un modelo porcino experimental. En general, todo el daño se puede confirmar solamente durante la cirugía O una autop-
morfológico aparente visto en el pulmón ipsolateral también sia. La representación esquemática del porcentaje del daño
fue visto en rangos distintos en el pulmón contralateral, en pulmonar total para cada lóbulo individual y para todos los
particular, la formación de áreas atelectásicas, el edema y la pacientes en la posición supina es: lóbulo derecho superior
alta migración de los gr~nulocitos de adherencia de pared y 18%, lóbulo medio 9%, lóbulo inferior derecho 25%, lóbulo
también granulocitos intersticialmente localizados. izquierdo superior 24% y finalmente lóbulo inferior izquierdo
En resumen, estos detalles de las alteraciones estructura- 24%. En general, al ingreso, el 30% de los pacientes no tiene
les observadas durante seguimiento en la fase aguda después una contusión pulmonar visible en la imagen de radiografía
de CP unilateral aislada, proporciona la evidencia adicional simple (16), mientras que el 100% de las lesiones se ve por
de que la lesión pulmonar inicia la activación uniforme de los rastreo de TAC. No obstante los rayos X del tórax podrían
sistemas humorales y celulares, que afectan tanto al traumati- ser la prueba radiográfica de opción porque está disponible
zado como al no lesionado. casi universalmente para el paciente de trauma y también es
la prueba imagenológica más probable. que se repetirá a las
Modalidades diagnósticas 24 horas (es decir, en la unidad de cuid~dos intensivos), que
se usaría para determinar la naturaleza progresiva de la CP.
El tórax inestable y la contusión pulmonar no son secuelas
Finalmente, está claro que a las 6 horas después de la lesión,
infrecuentes del trauma cerrado severo del tórax. Aunque ha
el 80% de la CP se puede ver en los Rx del tórax y el 20%
habido muchos artículos escritos sobre la contusión pulmo-
de los que fueron omitidos en el ingreso, serán visibles en un
nar, ha sido poco esfuerzo para evaluar la evolución de estas
rastreo con TAC, que es claramente stip,rior a la película de
lesiones dentro de las primeras 24 horas y correlacionar estos
Rx en identificar una contllsión pulmonarprevia.
resultados con la necesidad de ayuda ventilatoria y con otros
factores pronósticos (15). La apariencia típica en radiografías
del tórax es un infiltrado desigual u opacificación, que gene-
ralmente se encuentra adyacente a las áreas del dolor del tó-
rax, edema o costillas fracturadas. Para evitar la contribución
falsa a la imagen por el líquido pleural o compresión por un
neumotórax, la radiografía del tórax debe ser evaluada hasta
que todos los neumotórax y hemotórax sospechosos han sido
drenados con tubos torácicos. Un puntaje de contusión pul-
monar (PCP) se podría utilizar como el siguiente: sobre los
Rx se divide en tercios cada uno de los campos pulmonares
superior, medio e inferior y se asigna un puntaje de 1 a 3
a cada región con base en la magnitud de la opacificación.
De este modo, una contusión que abarca una tercera parte
de un campo pulmonar recibiría un PCP de 1. Un opacifica- Figura 1. Representación esquemática del volumen total pulmonar para
ción completa del tercio recibiría un PCP de 3. Si un pulmón cada lóbulo individual.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Morbilidad y predictores de mortalidad adecuado, disminución del daño pulmonar progresivo y la


prevención de complicaciones. La terapia puede ser dividida
El diagnóstico de contusión pulmonar se basa en los hallaz-
en cuatro niveles:
gos radiográficos de las áreas segmentarias de opacificación.
1. Resucitación después del trauma
El tórax inestable ha sido definido clínicamente (movimiento
2. Seguimiento cuidadoso de la respiración, control del do-
paradójico de la pared torácica o el esternón) o radiográfica-
lor y potencial infección
mente (la presencia de fractura del esternón y/o 6 o más cos-
3. "Ferulización interna" con ventilación de presión positiva
tillas fracturadas o más de 3 fracturas segmentarias costales
4. Fijación esquelética con carga, vendajes, tracción y/o os-
en un mismo hemitórax). Las indicaciones para intubación y
teosíntesis costal (muy controversial).
ventilación incluyen una frecuencia respiratoria> 40 o < 8,
una PC0 2 > 50 mmHg o Pa0 2 < 60 mmHg o la necesidad de
un Fi0 2 mayor a 0,5, la necesidad de establecer o mantener Resucitación
una vía respiratoria abierta, señales clínicas de distrés res- El excesivo manejo de líquidos ha sido implicado en el desa-
piratorio o inestabilidad hemodinámica. Los pacientes con nollo de "pulmón húmedo" después del trauma desde hace
"tórax inestable" deben ser manejados selectivamente según 50 años. En 1945 Burford describió 114 soldados con lesio-
el mismo criterio. nes del tórax quienes fueron evaluados dentro de las siguien-
De acuerdo con el estudio de Desenlace de trauma mayor tes 72 horas después de la lesión (18).
de Norteamérica, el tórax inestable se presenta en el 17% de Dos fenómenos fueron descritos:
los pacientes con trauma torácico cenado; 14% de los sobre- a. El tejido pulmonar reacciona para producir más líquido
vivientes, 30% de no sobrevivientes y 52% de todos al final intersticial e intraalveolar
necesitaron intubación. Las variables de predicción entre so- b. El árbol broncopulmonar se hace menos capaz de movili-
brevivientes y no sobrevivientes de la contusión pulmonar en zar esta cantidad extra de fluido intersticial. Por esta razón,
términos de factores previamente asociados con el incremento aunque la resucitación eficaz del choque es un componente
de mortalidad pueden ser resumidos de la siguiente manera: importante del cuidado temprano en la sala de emergencia
edad avanzada, ISS, puntaje de Glasgow, lactato plasmático o unidad de cuidados intensivos, las estrategias específicas
e índice de oxigenación (PaO/Fi0 2) al ingreso, a las 24 y 48 con fluidos son controversiales en este momento.
horas después de ser hospitalizados, el número de unidades
de sangre transfundidas y el volumen de resucitación al ter- Con base en la evidencia, los puntos finales para optimizar
minar las primeras 24 horas después del ingreso. Las varia- son lactato, déficit de base y oxigenación; y por esa razón un
bles con el mayor poder de asociación con la mortalidad en el primer paso debe ser ofrecer volumen (cristaloide) en sufi-
análisis anterior fueron la edad, el índice de oxigenación 24 cientes cantidades para alcanzar una presión venosa central>
horas después del ingreso, volumen de resucitación y escala 12 y < 16 y luego optimizar rendimiento ventricular y ritmo
de Glasgow (17). Las variables con la menor influencia en la cardíaco utilizando vasopresores como norepinefrina o dopa-
mortalidad son la necesidad de transfusión e índice de oxi- mina hasta obtener un ID02 > 600 m1/minlm2.
genación (PaO/Fi0 2) al ingreso ya las 48 horas después. La
disminución de la mortalidad global con contusión pulmonar Estrategias ventilatorias
y apoyo ventilatorio en cualquier serie cambió de un 40% a un
13%; lo que puede reflejar la tendencia hacia la estandariza- La necesidad de ventilación mecánica en pacientes con con-
ción del tratamiento con apoyo ventilatorio selectivo, higiene tusión pulmonar después de trauma torácico cenado ha sido
pulmonar agresiva. El uso de esteroides o la restricción de reportada en rangos de 40% a 57%. En un es~dio previo
líquidos no están justificados a menos que se requiera debido de 57 pacientes con tórax inestagle, Fredland y"'cols (19)
a lesión cerebral o medular severa. Con respecto a complica- anotaron que los 32 pacientes coiÍ contusiones pulmonares
ciones tardías, los pacientes tratados sin apoyo ventilatorio moderados-severos requirieJon apoyo ventilatorio con más
parecen no tener más riesgo para desanollar neumonía. Al frecuencia (75%) que los 25 pacientes que no tenían o tenían
contrario, la incidencia de neumonía es alrededor del 50% en solamente contusiones leves (48%). Wagner y Jamieson (20)
los pacientes ventilados para 1-7 días y casi 100% para los evaluaron contusiones pulmonares vistas en rastreos con TAC
que requieren apoyo ventilatorio para más de siete días. Los y dividieron las lesiones en cuatro clases con base al tipo y
tres factores que incrementan la incidencia de apoyo ventila- severidad de la lesión. Ellos pudieron predecir la necesidad
torio prolongado (+ 14 días) y complicaciones sépticas son de apoyo ventilatorio por el porcentaje de consolidación del
ISS> 30, fracturas asociadas o trauma craneoencefálico y el espacio aéreo. Cuando más del 28% del espacio aéreo estaba
volumen de la terapia transfusional. involucrado, todos los pacientes requirieron ventilación me-
cánica. En el año 1989, Hurst (21) estudió 15 pacientes que
requirieron ventilación mecánica para tórax inestable y con-
Tratamiento
tusiónpulmonar, encontrando que la ventilación mandatoria
El manejo del tórax inestable y la lesión pulmonar secunda- intermitente sincronizada (SIMV) con 'soporte de presión
ria es dirigido hacia el mantenimiento de apoyo ventilatorio mejoró la ventilación cuando se comparaba con solo SIMV.
41/ TÓRAX INESTABLE Y CONTUSiÓN PULMONAR

Finalmente este grupo no encontró una diferencia significan- la PC0 2 inicial. La PEEP se coloca 2 a 3 cm H20 más alto
te entre SIMV y SIMV con presión soporte en términos de que la presión del Pflex. Si el PIS y Ptlex no pueden ser de-
consumo de oxígeno. terminados en la curva de presión de volumen, pudiera ser
La modalidad más común de ventilación mecánica utiliza- deseable un volumen corriente de 6 a 8 ml/kg y un PEEP total
da en pacientes traumatizados es ventilación controlada por
volumen (VCV). Con la VCV el paciente es ventilado con
°
de 10 cm H2 hasta un pico de presión inspiratoria (PPI) o
Pmeseta de 35 cm H20 o menos. Las metas son un pH entre
un volumen corriente prescrito. En la modalidad de VCV, el 7,25 a 7,35 en los gases de sangre arterial y la Sat0 2 superior
flujo inspiratorio y el volumen corriente son constantes y la a 92% con rendimiento cardíaco adecuado y estabilidad he-
impedancia del paciente a la insuflación del sistema respira- modinámica.
torio determinan el pico de presión inspiratorio (PIP).
Una modalidad alternativa de ventilación mecánica que Volumen
algunas veces es utilizada en adultos es la ventilación de pre- corriente
sión controlada (VPC). En la VPC el paciente es ventilado (mi)
por una presión prescrita para un tiempo de inspiración de-
signada, y durante esta fase inspiratoria el índice de flujo ins-
piratorio declina. El volumen corriente durante VPC es deter-
400
minado por la presión prescrita y la impedancia del sistema
respiratorio. La presión por encima del PEEP seleccionada
durante VPC o VVC se orienta en lograr volúmenes corrien- 200
tes de 6-8 ml/kg y frecuencia respiratoria ajustada para lograr
un PC0 2 normal.

Estrategia de protección pulmonar 5 25

Varios estudios han mostrado que una respuesta inflamatoria Presión (cm H2 0)
ocurre después de lesión pulmonar grave y puede ser produ-
cida por la ventilación mecánica utilizada para reclutamiento Figura 2. La curva de presión-volumen en un paciente ventilado mecáni-
camente; punto de inflexión superior (PIS) y punto de inflexión inferior
y dereclutamiento de unidades pulmonares colapsadas o a
(Pflex).
regiones alveolares sobredistendidas (hiperinflación diná-
mica) (22, 23). En un ensayo clínico reciente (24), la tasa
Manejo quirúrgico
de mortalidad del síndrome de distrés respiratorio agudo del
adulto (SDRA) fue reducido en un 40% cuando se utilizó una El manejo quirúrgico del tórax inestable ha cambiado muy
estrategia de protección pulmonar comparada con una estra- poco en los últimos quince años. Algunos centros están repa-
tegia convencional de ventilación mecánica. U na razón para sando los conceptos de fijación de la pared torácica, particu-
la eficacia de este método pudo haber sido la disminución de larmente con técnicas mínimamente invasivas en un esfuerzo
las fuerzas de corte debido a la expansión de las regiones al- para mejorar los resultados y ayudar a determinar el tiempo
veolares colapsadas rodeadas por regiones sobredistendidas óptimo para ferulización externa, en particular para evitar
°
donde la presión supera los 100 cm H2 o la presión trans- apoyo ventilatorio prolongado y tiempo de estadía en la UCI,
pulmonar es mayor que 35 cm H20. aunque hoy en día es bien conocido 'l.ue el índice de morta-
Por lo anterior, los siguientes aspectos de la estrategia ven- lidad es alrededor del 20% en tórax i~~table y no cambia
tilatoria para la protección pulmonar deben ser resaltados: después de una fijación q~irúrgica de la pared torácica (25).
a. La curva de presión de volumen del sistema respiratorio de Los diferentes métodos para obtener estabilidad son sujetos
pacientes con lesión pulmonar aguda temprana a menudo a controversia. El propósito de estabilización quirúrgica de
tiene una forma característica sigmoidea con un punto de la pared torácica es para lograr una pared mecánicamente es-
inflexión inferior (Pflex) considerado como aquel que se table para reducir tiempo en el ventilador y para evitar com-
aproxima a la presión necesaria para abrir unidades alveo- plicaciones asociadas con la ventilación. Las indicaciones de
lares y evitar colapso o cierre. estabilización quirúrgica en el pasado, que aún hoy se reco-
b. Un punto de inflexión superior (PIS) considerado como miendan son las siguientes:
aquel que corresponde a la presión donde ocurre la sobre 1. Tórax inestable con indicaciones para una toracotomía
expansión de algunas unidades pulmonares. como resultado de lesión intratorácica.
Hemotórax inicial de > 1,5 lt
Sobre este modelo la VCV o la VCP se ajustan con una fre- Inestabilidad hemodinámica debido a la pérdida de
cuencia respiratoria de 10-12 x minuto, relación inspiración/ sangre continua por tubos torácicos> 200 ml/hora du-
espiración (índice I: E) 1:2 o 1:3 y Fi02 de 100%. El volumen rante cuatro horas conseoutivas.
corriente es predeterminado para obtener un valor de presión Escape de aire pleuropulmonar con una pérdida >
meseta (Pmeseta) menor de 35 cm, independientemente de 40% por minuto de ventilación.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

2. Tórax inestable sin contusión pulmonar pero con insufi- tipo SDRA, y hoy en día hay escasa evidencia experimental
ciencia respiratoria y sin TEC severo. que los esteroides sean beneficiosos. Sin embargo, ellos po-
3. Movimiento paradójico de un segmento de la pared to- drían tener una actividad antiinflamatoria que disminuye la
ráxica en el período de destete del ventilador. activación de los neutrófilos y su adherencia. También se ha
4. Deformidad severa de la pared torácica ("Tórax stove-in") demostrado que otros vasodilatadores son de muy poco valor
o depresión de la misma> 5 cm. a menos que haya, y se demuestre, un efecto citoprotector
tales como los inducidos por prostaciclinas o el óxido nítri-
La estabilización quirúrgica de fracturas múltiples de costi- co en el caso de daño pulmonar. También se ha demostrado
llas ha sido lograda satisfactoriamente con el uso de placas que la reducción en la producción de surfactante es una res-
metálicas A-O y alambres cerclados ortopédicos. Se deno- puesta general al trauma y puede ocunir sin lesión pulmonar
minan placas de reconstrucción y son utilizadas cuando los directa. Los surfactantes son producidos por células alveo-
pacientes se someten a una toracotomía estándar, hemostasis lares tipo II y son regulados por algunos re actante s de fase
de sangrado intrapleural, tubos de drenaje torácicos y esta- aguda como proteína C-reactiva. El papel del surfactante es
bilización de costillas fracturadas. Finalmente en aquellos el de incrementar permeabilidad de los alvéolos, disminuir
pacientes con tórax inestable e insuficiencia respiratoria sin "la permeabilidad capilar y como resultado inhibir en parte el
contusión pulmonar, la estabilización quirúrgica de la pared edema intersticial o intraalveolar.
torácica permite la extubación temprana. Los pacientes con La disfunción pulmonar en el paciente con trauma fre-
contusión pulmonar no se benefician de la estabilización del cuentemente refleja un incremento en la presión de cuña de
tórax. La estabilización quirúrgica secundaria de la pared la arteria pulmonar acompañada por una disminución en la
torácica en esos pacientes se recomienda cuando un colapso presión oncótica y un incremento en la permeabilidad ca-
progresivo de la pared torácica es evidente durante el aleja- pilar. Adicionalmente en el mismo paciente con contusión
miento de la ventilación mecánica. pulmonar concomitante, el lecho capilar pulmonar es alta-
mente permeable y exquisitamente sensible a la infusión de
Nuevos horizontes: señal~s y mensajes cristaloides o coloides y la lesión asociada con la ventilación
mecánica. Finalmente el empeoramiento del intercambio ga-
La respuesta metabólica al trauma gira en torno a la relación
seoso puede ser acentuado por grandes cantidades de fluidos
de las células neutrófilas y endotelios, las cuales son gober-
utilizados para lograr estabilidad hemodinámica y mejorar la
nadas por moléculas de adhesión llamadas integrinas y se-
acidosis láctica.
lectinas (26). Aunque hay muchas clases y clasificaciones
de moléculas de adhesión, que en general actúan sobre una
Resumen
glicoproteína para activar el neutrófilo y comenzar el proceso
de adherencia a la pared capilar. Varios artículos sobre la estabilización quirúrgica de la pa-
La última respuesta inflamatoria ocune cuando el neu- red torácica son reportes de casos y son cuestionados porque
trófilo migra desde el capilar bajo la influencia primero de no tienen una adecuada caracterización de pacientes y lesio-
P-Selectina durante un lapso de varias horas. Después de la nes asociadas y ellos reportan solamente tórax inestable en
migración ocune un cierto grado de lesión permanente tanto vez de un espectro completo de lesiones torácicas asociadas
en las células endoteliales como en los epitelios gobernados a trauma cenado y contusión pulmonar. El lugar donde se
por mediadores humorales, y también por radicales libres de encuentra la contusión pulmonar, por ejemplo, es de impor-
oxígeno, citoquinas y proteasas. tancia relativa. Por esta razón la mayoría de los Pilcientes con
El endotelio también depende de la producción de óxido tórax inestable y contusión pulmon~ debe ser resln::ttado con
nítrico (ON) para balancear la resistencia vascular pulmonar. fluidos intravenosos suficientes par<;\. apoyar la presIón san-
El ON tiene una vida media biológica de lOa 20 segundos guínea, mantener el gasto urinario ymejorar la acidosis lácti-
y es un sistema dependiente de calcio y calmodulina. La ca. La estabilización quirúrgica de la pared torácica selectiva
L-Arginina es el precursor de ON y bajo la influencia de la en pacientes con contusión pulmonar solamente debería ser
sintetasa del ON, este se produce. El óxido nítrico activa la considerada cuando un colapso progresivo del tórax es evi-
guanilato ciclas a que a su turno produce guanosina monofos- dente durante el destete de la asistencia ventilatoria después
fato cíclico (GMFc), el cual inactiva superóxidos radicales, de resolución o mejoramiento del daño pulmonar. La restric-
produce vasodilatación y disminuye adherencia del neutrófi- ción de fluidos y corticosteroides no parecen ser útiles para
lo y de la agregación plaquetaria (27). contusión pulmonar pero pueden ser utilizados selectivamen-
En resumen, después del trauma existen varios procesos te para pacientes con trauma SNC mayor o trauma medular
entre eventos proinflamatorios y antiinflamatorios que pue- no penetrante.
den ser medidos para diagnóstico de ocasión o para plantear En conclusión, la insuficiencia respiratoria después de
estrategias terapéuticas. Por ejemplo, históricamente los contusión pulmonar y tórax inestable es muy común en pa-
efectos de dosis farmacológicas de corticosteroides han sido cientes con trauma torácico cenado y el manejo actual reco-
estudiados en pacientes con trauma y lesión aguda pulmonar mendado es fundamentalmente de apoyo. 'Por lo anterior, el
41 I TÓRAX INESTABLE Y CONTUSiÓN PULMONAR

alivio del dolor, el monitoreo con higiene" pulmonar eficiente 15. Tibursky J, Collinge J, Wilson R, et al. Pulmonary contusions: Quanti-
fying the lesions on Chest X-Ray films and the factors affecting prog-
en la unidad de cuidados intensivos, el reemplazo de líquidos
nosis. J Trauma 1999; 46(5): 833-838.
de manera cuidadosa guiado por metas y estrategias venti- 16. Cohn S. Pulmonary Contusion: Review of the Clinical Entity. J Trau-
latorias de protección pulmonar cuando son necesarios, son ma 1997; 42(5): 973-979.
componentes esenciales para el tratamiento exitoso de estos 17. KolImongen D, Barton R, et al. Predictors of mortality in Pulmonary
pacientes. Contusiono Am J Surg 1984; 168(6): 659-664.
18. Burford TH, Burbank B. Traumatic Wet Lung. J Thoracic Surg 1945;
14: 415.
Referencias 19. Freedland M, Wilson R, et al. The management of Flail Chest Injury:
Factors affecting outcome. J Trauma 1990; 30( 12): 1460.
1. Hippocrates: Works, vol III. (Translated by ET Withington). Cambrid- 20. Wagner RB, Jamieson PM. Pulmonary Contusiono Evaluation and
ge, MA, Harvard University Press, 1959; 307-313. classification by computed tomography. Surg Clin North Am 1989;
2. De Chauliac G. On wounds and fractures (A.D. 1363). (Translate by 69: 31.
WA Brennan). Chicago 1923; 109-116. 21. Hurst JM, Branson RD, Davis K, Barrette RR. Cardiopulmonary
3. De Vigo J. Practice Copiosa (A.D. 1514). (Translated by E. Whit- effects of pressure support ventilation. Arch Surg 1989; 124: 1067-
church). 1556. 1070.
4. Hamby WE. The Case Reports and Autopsy Records of Ambroise 22. Ranieri V, Sutter P, et al. Effect of mechanical ventilation on inftam-
Paré. Springfield, Charles C Thomas 1960; 44-45. matory mediators in patients with Acute Respiratory Distress Syn-
5. Boeerhave. Aphorisms. (Translate by G Van Swieten). London, W and drome: A randomized Controlled Trial. JAMA 1999; 282(1): 54-61.
JInnys, 1724; 75-78. 23. Vigil A, Clevenger F, et al. The effects of Positive End Expiratory
6. Hoffman DD. Tumor ftatulentus subitaneus, a causa externa violenta. Pressure on Intrapulmonary Shunt and Ventilatory Dead space in No
Acta Physico-Medica 1740; 5: 186. hypoxic Trauma Patients. J Trauma 1996; 40(4): 618-623.
7. Wagner R, Slivko B. Highlights of the History of Nonpenetrating 24. Amato M, Valente CS, Machado D, et al. Effects of a Protective Venti-
Chest Trauma. Surg Clin North Am 1989; 69: 1-13. lation Strategy on Mortality in the Acute Respiratory Distress Syndro-
8. Lockwood AL. Surgical experiences in the last war. Br Med J 1940; me. N Engl J Med 1998; 338: 347-354.
1:356. 25. Boulanger B, Kearney P, Ochoa J, et al. MinimalIy invasive fixation of
9. Zuckerman, S. Experimental study of blast injuries to the lungs. Lan- Flail Chest: when and to what end points? Crit Care Med 1999; 7(15):
cet, 1940; 2: 219. 182A.
10. DeMuth WE. Smith, JM. Pulmonary Contusiono Am J Surg 1965; 26. Lefer AM, Lefer DJ. Pharmacology of the endothelium in ischemia-
109: 819-825. I
reperfusion and circulatory shock. Annu Rev Pharmacol Toxicoll993;
11. Calhoon J, Trinkle K. Pathophysiology of Chest Trauma. Chest Surg 33: 71-90.
Clin North Am 1997; 7(2): 199-211. 27. Palmer R, Ferrige AJ, Moncada S. Nitric oxide release accounts for
12. Beeson A, Saegesser F. Atlas of Chest Trauma and Associated Inju- the biological activity of endothelium-derived relaxing factor. Nature
ries. OradelI, Medical Economics Books, 1983. 1987; 327: 524-526.
13. Clemedson, CJ. Blast Injury. Physiology 1956; 36: 336.
14. Hellinger A, Konerding M, et al. Does lung contusion affect both the
traumatized and the non-injured lung parenchyma? A morphological
and morphometric study in the pig. J Trauma 1995; 39(4): 712-719.
CONTROL DE DAÑOS EN LESI ' N COMPLEJA
DE TÓRAX

Oanny Chu, MO, FACS; Matthew J. Wall Jr, MO, FACS; Kenneth L. Mattox, MO, FACS; Luis Gh Ramos, MO

El trauma severo involucra a menudo órganos de múltiples paciente estable. En los pacientes con las lesiones torácicas
sistemas así como varios compartimientos del cuerpo. Com- complejas, las toracostomías con tubos bilaterales, colocados
parado con las lesiones penetrantes, las lesiones por trauma rápidamente en sala de emergencia, pueden ser tanto terapéu-
cerrado tienden a ser más complejas en su naturaleza. Los ticas como diagnósticas. La palpación digital del diafragma
esfuerzos para restaurar en forma definitiva en una sola fase y pericardio durante la colocación de tubo de tórax pueden
las condiciones de la homeostasis normal consumen tiempo brindar, en casos seleccionados, información sobre la pre-
y técnicamente desfavorecen la fase inicial de reanimación y sencia de taponamiento cardíaco y/o lesiones del diafragma.
tratamiento de una lesión compleja del tórax. Las toracostomías con aguja para descompresión son poco
La mayoría de los pacientes con trauma cerrado del tórax confiables para diagnosticar el neumotórax de tensión. El ul-
severo ingresan al hospital hipotérmicos y acidóticos debido trasonido en el tórax puede usarse en forma confiable y efi-
al tiempo prolongado requerido para la extricación en el si- cazmente para el diagnóstico rápido de derrame· pericárdico
tio del accidente, aunado a la hipoperfusión por reanimación y pleural (5).
inadecuada. Así, la hipotermia, la acidosis, y la coagulopatía Mientras que la toracoscopia video asistida para el diag-
conforman la muy conocida triada de la muerte, que final- nóstico de las lesiones torácicas se ha defendido por algunos
mente es responsable de la mayoría de las muertes traumáti- autores (6, 7), los pacientes con trauma del tórax son normal-
cas. Como resultado de lo observado, se introdujo la filosofía mente incapaces de tolerar la ventilación de un solo pulmón,
del abordaje inicial con cirugía de control de daños para las limitando la exactitud del diagnóstico toracoscópico.
lesiones traumáticas severas 0, 2). N ormalmente el diagnóstico de las lesiones torácicas se
La cirugía de control de daños aplicada en trauma severo realiza en la sala de operaciones o durante la toracotomía
limita la cantidad de injurias a un sistema de órganos en par- en sala de emergencia. La toracotomía de control de daños
ticular con el fin de permitir restaurar la homeostasis del pa- clásica se aplica a los pacientes que ingresan en extremis.
ciente buscando su sobrevida, permitiendo obtener el tiempo La mayoría de los principios de cirugía de control de daños
suficiente para planear en un segundo tiempo la reparación son una serie de pasos simples a seguir en una toracotomía
definitiva. en sala de emergencia, que ha comprobado ser salvadora
Este acercamiento ha sido particularmente útil para el de vidas.
manejo de lesiones severas de órganos sólidos abdominales,
donde el empaquetamiento con compresas puede ser eficaz Las incisiones
ejerciendo presión directa hacia las lesiones de los órganos
Para la toracotomía de emergencia, el tórax se abre a tra-
sólidos pero puede inducir sangrado venoso difuso (3, 4). La
vés de una incisión curvilínea anterolateral izquierda en el
cirugía de control de daño en el tórax se basó originalmente
cuarto o quinto espacio irttercostal, desde el esternón a la
en la toracotomía en la unidad de emergencias; la meta es la
línea axilar posterior con el paciente en la posición supina.
restauración de la fisiología del paciente que le permita so-
El espacio pleural se incide en un área limitada con el bisturí
brevivir hasta llevar a cabo la reparación definitiva en sala de
frío para evitar la lesión al parénquima pulmonar subyacen-
operaciones. El concepto de toracotomía de control de daños
te. Las tijeras se usan extendiendo la apertura de la pleura
es similar para el control en trauma abdominal.
bajo visión directa. El separador del tórax debe posicionar-
Sin embargo, el empaquetamiento puede no ser útil para
se para que su base esté fuera del esternón, para en caso
las lesiones torácicas, puesto que puede limitar la capacidad
de necesitar extender la incisión pueda ser convertida ésta a
vital pulmonar y su habilidad de ventilar significativamente.
una incisión de concha de almeja (clamp shell) realizada en
Por consiguiente, el concepto de control de daño en el tórax
forma expedita.
ha evolucionado a planear revisiones secundarias dando én-
La aorta debe ser controlada en forma inmediata con un
fasis al uso de técnicas más simples y más rápidas de limitar
clamp sólo distal a la arteria subclavia izquierda. Si el tapo-
la lesión, proporcionando al mismo tiempo, en ocasiones, la
namiento pericárdico está preseqte o hay sospecha del mis-
reparación definitiva.
mo, la pericardiotomía deberá realizarse anterior al nervio
La radiografía simple del tórax sigue siendo prueba de ta-
frénico de modo rostro-caudal (figura 1).
mizaje importante para determinar lesiones torácicas en el
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Aorta I

Figura 2. Incisiones del tórax variadas para el abordaje de diversas lesiones,


combinación o extensión de otras.

Para las lesiones del opérculo torácico, la arteriografía


preoperatoria en un paciente hemodinámicamente estable
puede ser necesaria para determinar la incisión óptima del
tórax. Para los pacientes en extremis, una incisión de toraco-
tomía anterolateral izquierda mantiene la mejor exposición
empírica para el abordaje de las lesiones torácicas. Permi-
te sujetar con rápido c1ampeo la aorta torácica, así como el
diagnóstico de tamponamiento cardíaco.
Las lesiones en la superficie anterior del corazón pue-
den ser accedidas extendiendo esta incisión empírica por
Figura 1. Incisiones del pericardio durante una pericardiotomía para des- el esternón para una incisión en concha de almeja bilateral,
comprimir el taponamiento cardíaco. la cual proporciona la exposición excelente a las estructu-
ras del hilio, la porción proximal de los grandes vasos y el
Si ninguna lesión se encuentra en el tórax izquierdo, el es- corazón. Por consiguiente, por ofrecer el mayor número de
pacio pleural contralateral puede accederse anterior a la bolsa variaciones en sus extensiones, la toracotomía anterolateral
del pericardio por detrás del esternón. La incisión para tora- izquierda es la incisión de opción en un paciente en extre-
cotomía anterolateral izquierda puede convertirse fácilmente mis.
a una incisión en concha de almeja bilateral si se identifica La incisión en libro abierto no proporciona ninguna expo-
la lesión en el tórax contralateral. Concomitantemente, un an- sición extra y ha sido abandonada. Una esternotomía media-
giocatéter para grandes vasos puede insertarse directamente en na es a menudo difícil de realizar en forma rápida, y muchos
el atrio derecho para asegurar la reanimación con volumen en cirujanos de trauma están poco familiarizados,con ésta. Para
forma rápida. El pulmón izquierdo puede ser temporalmen- las lesiones precordiales con herida cortopunza'nte entre los
te desinflado adelantando el tubo endotraqueal, intubando en pezones o una lesión del opérculo torácica, la esternotomía
el bronquio fuente derecho en forma selectiva o c1ampeando mediana tiene menos utilidad que la incisión óptima antero-
el bronquio fuente izquierdo. La entrada rápida en el tórax a lateral. Si una lesión se descubre, entonces se debe hacer una
veces puede causar la lesión de los vasos intercostales y/o la incisión torácica anterolateral izquierda.
arteria mamaria interna que, de no ser cuidadosamente ligada,
puede causar hemorragia continua y choque persistente. Control de daños para lesión cardíaca
Debido a la rigidez de la pared del tórax, variadas incisio-
El objetivo para el control de daños en las lesiones cardíacas
nes proporcionan la exposición óptima a la lesión torácica
es limitar el sangrando mientras se mantiene el ritmo cardía-
subyacente (figura 2). La opción de incisión está basada en la
co normal. El balón de la sonda de Foley o un dedo pueden
sospecha de localización o trayecto de la lesión y la estabili-
insertarse en la cámara cardíaca para limitar la cantidad de
dad he1!l0dinámica del paciente. Una incisión poco planeada
hemorragia temporalmente hasta que el paciente se transpor-
puede llevar a un resultado fatal debido a la incapacidad de
ta a la sala de operaciones. La sutura con polipropileno (4-0)
obtener control proximal y distal de los vasos o de órganos
con aguja de SR grande es el material de ,primera opción para
sangrantes. En el paciente hemodinámicamente inestable, es-
una rápida sutura de cualquier laceración cardíaca. Una gra-
coja una incisión que permita resolver la necesidad potencial
padora para piel también puede usarse para el control tempo-
para el control de daños torácico.
42 I CONTROL DE DAÑOS EN LESiÓN COMPLEJA DE TÓRAX

ral de laceraciones cardíacas hasta la reparación definitiva en


la sala de operaciones (8).
El manejo de las lesiones de la arteria coronaria se reali-
za según su situación anatómica. Las lesiones de la arteria
coronaria distal son manejadas con ligadura con una sutura
simple. Lesiones proximales de la arteria coronaria derecha
e izquierda cercana al ostium pueden requerir ligadura con
injerto con puente safeno si el tiempo lo permite (9). En ra-
ras ocasiones, el bypass cardiopulmonar se necesita para el
control proximal las lesiones de las arterias coronarias prin-
cipales. La ligadura simple de lesiones de las arterias coro-
narias normalmente es bien tolerada en los pacientes jóvenes
saludables, con tal de que no se dañe una de las arterias co-
ronarias principales. Para los pacientes en extremis, el infarto
del miocardio en el territorio de la ligadura coronaria puede
ser inevitable. En esta situación, la inserción de un catéter de Figura 3. Detalle de la tractotomía pulmonar con pinzas vasculares a través
del trayecto de la herida.
contrapulsación aórtico puede restaurar la condición fisioló-
gica del paciente con sobrevida.
El clamp del hilio es otra manera rápida y simple de ob-
El bypass cardiopulmonar requiere anticoagulación plena
tener control temporal de la hemorragia y fugas de aire de la
con heparina no fraccionada. En los pacientes muy traumati-
lesión pulmonar. Esta maniobra no sólo limita la cantidad de
zados, la anticoagulación no es una buena opción. Afortuna-
sangre, también previene la embolia aérea masiva durante la
damente, aun el trauma cardíaco más grave puede manejarse
ventilación de presión positiva. Si el clampeo no es apropia-
sin el uso de bypass cardiopulmonar (10). Sólo en ocasiones
do, el ligamento pulmonar inferior puede liberarse rápida-
raras donde el bypass car<;liopulmonar se necesita, el usar cir-
mente con tijeras y el pulmón se tuerce 180 grados a lo largo
cuitos heparinizados evita la anticoagulación sistémica.
de su eje hiliar (12). Esta maniobra permite control temporal
En los casos de embolia aérea sistémica donde el cirujano
de lesiones vasculares y bronquiales mientras se sigue asis-
observa "atrapamiento aéreo" en las arterias coronarias, la
tiendo a otras lesiones más significantes (figura 4).
mejor táctica para el control de daños consiste en clampear
el hilio pulmonar en el lado lesionado y clampear la aorta
ascendente hasta que todo el aire se remueva del ventrículo
izquierdo y la aorta ascendente.

Control de daño de lesión pulmonar


Las lesiones del parénquima pulmonar son a menudo difíci-
les de controlar debido a la rica circulación colateral de arte-
riolas y vénulas pulmonares. Profundamente, a través de le-
siones pulmonares se puede producir hemorragia continuada
y embolismo aéreo. El cierre simple de la entrada de lesiones
pulmonares profundas conlleva riesgo de sangrado continuo
y el·desarrollo de grandes hematomas intraparenquimatosos
causando alteración de la ventilación-perfusión y la posibili-
dad de aspiración de sangre.
La técnica de tractotomía pulmonar, desarrollada en el
hospital Ben Taub General, en Houston, rápidamente permite Figura 4. Bloqueo por torsión del hilio torácico durante el control del san-
grado del hilio pulmonar.
control de las lesiones del parénquima pulmonar profundo
de una manera similar a las tractotomías hepáticas. El tejido
La lobectomía anatómico formal y neumonectomía en
pulmonar lesionado se clampea abriendo el trayecto de la he-
trauma consumen tiempo y técnicamente se dificultan debi-
rida con pinzas vasculares largas o una grapadora lineal. Los
do a que los hematomas perihiliares a menudo disimulan la
vasos sangrantes específicos y fugas de aire en el tracto de la
anatomía. Sin embargo, las lesiones cerca del hilum pueden
herida son controlados con suturas por transección bajo la vi-
exigir una lobectomía para salvar al paciente, y la grapadora
sión directa (figura 3). Ésta es una técnica simple y rápida de
lineal es particularmente útil en este evento. La técnica de
manejar las lesiones penetrantes pulmonares profundas con
disparar una grapadora para completar la hendidura lobular
la mortalidad y proporciones de morbilidad similar a aquellas
y disparar la grapadora en el hilio permite una lobectomía
manejados con la resección pulmonar formal (11).
rápida en el modo de control de daños (13).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Control de daños en lesión vascular diversión del segmento proximal con el tubo de drenaje naso-
gástrico. Las lesiones torácicas del mediastino posterior se
Los pacientes con lesión vascular torácica están a menudo
deben drenar ampliamente con tubo de toracostomía grande
en extremis, por lo cual la vía estándar de acceso al tórax
(40 Fr), así el tórax drenado permanentemente puede prevenir
es la toracotomía anterolateral izquierda, obteniendo control
la formación de abscesos mediastinales. La inserción de un
proximal a través de esta incisión en forma expedita. Sin em-
"tubo en T" grande en la lesión del esófago úea un trayecto
bargo, obtener el control distal para la reparación vascular
controlado que permite al paciente sobrevivir hasta que una
definitiva no puede ser posible a través de esta incisión. Por
reconstrucción planeada se logre. Para las lesiones grandes
consiguiente, la toracotomía de control de daños para las le-
del esófago, la esofagostomía del segmento proximal puede
siones vasculares torácicas involucra a menudo la colocación
ser necesaria para lograr el drenaje proximal apropiado.
de shunts vasculares intraarteriales para limitar la cantidad
Puede realizarse una gastrostomía o una yeyunostomía defi-
de hemorragia, planeando una segunda revisión para la re-
nitiva para el soporte nutricional del paciente mientras planea-
paración definitiva. Se pueden utilizar shunts argollados de
mos una segunda intervención, cuando el estado fisiológico del
carótida para mantener el flujo de sangre en arterias de me-
paciente haya regresado a un nivel que permita su sobrevida.
diano calibre (14). En los vasos de gran calibre como la aorta
se pueden usar tubos de tórax.
Para los vasos mayores de 5 mm, injertos de polytetra- Cierre de la pared
fluoroetileno.· o dacrón se pueden usar fácilmente para una El cierre parcial de la pared en la laparotomía con grapas du-
reparación con interposición de injerto, evitando la necesidad rante el control de daños es una manera rápida y aceptable de
de uso de la vena safena. Normalmente se reparan princi- cierre de la herida temporal puesto que la línea alba es relati-
palmente las lesiones aórticas. En las lesiones del opérculo vamente avascular. En contraste, las incisiones para las tora-
torácico, el reparo de la lesión de un miembro es a menudo cotomías normalmente requieren disección de los músculos
la única opción disponible para el cirujano. La ligadura de la intercostales y el cierre simple con grapas no es una opción.
arteria subclavia en un joven saludable con trauma con la en- Las ramas vasculares intercostales perpetuarían el sangrado
fermedad aterosclerótica mínima es bien tolerada a menudo causando acidosis extensa con choque y fibrinólisis en un pa-
sin la isquemia progresiva del miembro. Si la isquemia del ciente de trauma ya hipotérmico y coagulopático. Por consi-
miembro se desarrolla después de la ligadura de la arteria guiente, el cierre en bloque usando una sutura grande y aguja
subclavia, el bypass braquiocefálico para la revasculariza- que incorporan el músculo, el hueso, y la piel es el método
ción se indica en un segundo acto planeado. recomendado para la toracotomía de control de daños.
De vez en cuando, el paciente puede estar tan inestable
Control traqueobronquial que es difícil de liberar el clamp de la aorta descendente. En
esta situación, la pinza aórtica puede ser dejada in situ iz-
Se ven muy pocos pacientes con las lesiones del árbol tra-
quierdo y la incisión cerrada encima del reparo aórtico. Esto
queobronquial en los centros de trauma mayor en Nortea-
permite el transporte rápido a la unidad de cuidados inten-
mérica. Las lesiones traqueales grandes son manejadas ini-
sivos, iniciar la reanimación agresiva y un plan de segunda
cialmente insertando un tubo endotraqueal directamente en
mirada para el levantamiento del clamp aórtico si el paciente
la lesión, permitiendo alcanzar la ventilación y la perfusión,
sobrevive (15).
mientras se atienden otras lesiones más urgentes.
El síndrome del compartimiento torácico ocurre después
Se reparan. las laceraciones pequeñas eficazmente con sutu-
de la reanimación masiva con cristaloides, cuando la rigidez y
ras absorbibles en forma rápida. El clampeo temprano del hilio
edema de la pared del tórax menoscaban la fase diastólica que
puede ser de salvamento previniendo la embolia aérea fatal.
llena el corazón, produciendo asídeterioro por compromiso
Los pacientes en extremis con las lesiones traqueobronquia-
hemodinámico. En raras ocasiones es necesario que la inci-
les son tratados mejor con la resección rápida del segmento
sión en la pared por toracotomía o incisión de esternotomía
del lóbulo involucrado usando un corte lineal con las grapas
temporalmente requiera dejar la cavidad abierta cubierta con
de una sutura mecánica. Si el paciente pudo sobrevivir a la
una bolsa de Bogotá similar a la de laparotomía por control
toracotomía y tiene una fuga aérea masiva, la inserción de un
de daños. Si el paciente sobrevive y la función del miocardio
tubo endobronquial "anillado", normalmente usado durante
mejora, el paciente es devuelto a la sala de operaciones para
las laringectomías, puede avanzar directamente en el bronquio
un cierre formal planeado, con la posible reconstrucción de
abierto como medida de salvamento. Esta táctica para el con-
pared del tórax con colgajos omental o muscular.
trol de daños requiere algún planearniento previo con respecto
al tamaño de los tubos, conectores, y extensiones para que el
anestesiólogo pueda ventilar a un paciente apropiadamente. La reanimación postoperatoria
La toracotomía de control de daños se basa en dos principios
Control de daños del esófago fundamentales, dependiendo del grado de lesión del paciente.
Primero realizar rápidamente el control más simple que per-
El principio del control de daños en la lesión esofágica es la
mita sobrevivir al paciente. El segundo principio involucra
diversión y drenaje. Si la lesión es pequeña, se puede lograr la
42 I CONTROL DE DAÑOS EN LESiÓN COMPLEJA DE TÓRAX

abreviar la toracotomía planeando una segunda mirada para sarios para la expansión pulmonar adecuada. A veces puede'
la reparación definitiva una vez esté restaurada la homeosta- ser necesario un tercero orientado al tórax opuesto a lo lar-
sis del paciente, aumentando la oportunidad de sobrevida. El go de la superficie del diafragma para la expansión completa
manejo postoperatorio del escenario inicial es similar al que del pulmón. La cantidad de succión aplicada al tubo de tórax
se sigue en una toracotomía normal en sala de operaciones. debe ser graduada a la cantidad más baja posible que per-
Una vez el paciente se transfiere a la unidad de cuidado in- mita expandir el pulmón totalmente. Si el paciente se puede
tensivo, la reanimación y el calentamiento deben continuarse ventilar con la presión positiva mínima sin mucha pérdida de
hasta lograr el control del sangrado y la coagulopatía. La te- volumen, la fuga aérea se puede manejar conservadoramente.
rapia respiratoria agresiva con el control adecuado del dolor Sin embargo, las fugas de aire grandes que causan pérdida
es esencial para la recuperación completa de estos pacientes. significante de volumen pueden necesitar la intervención qui-
El segundo escenario involucra abreviar la toracotomía rúrgica cuando el paciente esté lo bastante estable para ser
planeando una segunda operación. El manejo postoperatorio devuelto a la sala de operaciones.
de este grupo de pacientes es similar al acercamiento en la
laparotomía de control de daños. El decidir el segundo pro- Resumen
cedimiento es determinado por el cirujano involucrado en la
primera operación (16). En general, el paciente puede volver El principio de toracotomía de control de daños consiste en
a la sala de operaciones cuando la coagulopatía, la hipoter- hacer sólo el tratamiento quirúrgico suficiente que restaure
mia y 'la hemodinamia han retornado a sus niveles fisioló- la fisiología y permita la sobrevida del paciente. Dependien-
do de la severidad de lesión, esta filosofía puede incluir la
gicos. Sin embargo, otras lesiones no torácicas significantes
pueden a menudo indicar el momento de reoperar a este gru- toracotomía abreviada con una segunda mirada planeando
po de pacientes. el reparo definitivo o la práctica de maniobras técnicamente
exigentes difíciles de aplicar en forma rápida y definitiva. La
La hemorragia continua después de la toracotomía de con-
meta de la estrategia de control de daños para el trauma torá-
trol de daños es una situación sumamente difícil. La decisión
cico es evitar la tríada de la muerte por acidosis, coagulopatía
de devolver al paciente a sala de operaciones por el sangrado
e hipotermia. Con las estrategias de los cuidados intensivos
continuo, se debe basar e~ lo que se evidenció durante la ci-
y las técnicas quirúrgicas, la toracotomía de control de daños
rugía inicial (16). Usualmente, los pacientes que presentan
para las lesiones torácicas ha demostrado su utilidad en la
tan profunda hipotermia y coagulopatía, es poco probable
supervivencia de pacientes con las tasas de complicación si-
que alcancen la hemostasia sin una toracotomía abreviada
milar a aquellos vistos para la toracotomía normal (17).
junto con reanimación en la unidad de cuidado intensivo. Sin
embargo, a veces la hemorragia es tan masiva que la fibri-
nólisis masiva no permite la restauración de parámetros de Referencias
la coagulación normales. En esta escena, la reoperación por 1. Burch JM. Abbreviated laparotomy and planned reoperation for criti-
sangrado se vuelve la única opción. cally injured patients. Ann Surg 1992; 215: 476-484.
2. Hirshberg A. Planned reoperation for trauma: A two year experience
El taponamiento cardíaco y la fuga de aire persistente son with 124 consecutive patients. J Trauma 1994; 37: 365-369.
dos problemas que pueden estar presentes después de una 3. Morris JA. The trauma celiotomy: The evolving concepts of damage
toracotomía de control de daños. Al contrario de la tríada del control. Curr Probl Surg 1996; 33: 8.
Beck clásico con hipotensión, ingurgitación venosa yugular 4. Rotondo MF. "Damage control": An approach for improved survival
in exsanguinating penetrating abdominal injury. J Trauma 1993; 35:
y disminución de los ruidos cardíacos, el taponamiento peri- 375-382.
cárdico después de la toracotomía de control de daños pue- 5. Rozycki GS. The role of surgeon-perforrrted ultrasound in patients
de presentarse con colapso del retorno venoso cardíaco. La with possible cardiac wounds. Ann Surg 1996;'223: 737-746.
igualdad formal de las cuatro presiones en las cámaras car- 6. Jones JW. Emergency thoracoscopy: A logical approach to chest trau-
ma management. J Trauma 1981; 21: 280-284.
díacas no siempre ocurre en el taponamiento del pericardio. 7. Wong MS. Videotl)oracoscopy: An effective method for evaluating
El ecocardiograma es útil pero no siempre está disponible, y and managing thoracic trauma patients. Surg Endose 1996; 10: 118-
en la unidad de reanimación éste es un diagnóstico clínico. 121.
La disminución aguda de drenaje del tubo de tórax es a me- 8. Macho JR . Cardiac stapling in the management and decreased risk of
personal contamination. J Trauma 1993; 34: 711-716.
nudo una señal ominosa para el taponamiento inminente. 9. Espada R. Surgical management of penetrating injuries to the coro-
La fuga aérea después de la toracotomía de control de nary arteries. Surgery 1975; 78: 755-760.
daños es común. El cirujano debe asegurar que el volumen 10. Wall MJ Jr. Acute management of complex cardiac injuries. J Trauma
de fuga aérea no sea suficiente para producir hipoxemia. La 1997; 42: 905-912.
11. Wall MJ Jr, Pulmonary tractotomy with selective vascular ligation for
mejor manera de minimizar la fuga aérea postoperatoria- penetrating injuries to the lung. Am J Surg 1994; 168: 665-669.
mente es la colocación adecuada de tubos de tórax durante el 12. Wilson A. The pulmonary hilum twist as a thoracic damage control
abordaje inicial que permite expandir el pulmón totalmente y procedure. Arn J Surg 2003; 186: 49-52.
aumenta la probabilidad de la aposición de la pleural parietal 13. Torninaga GT. Emergency thoracotomy with lung resection following
trauma. Am Surg 1993; 59: 834-837.
y visceral. Tubos grandes (por lo menos 36 Fr) se dejan en
el tórax, (uno apical posterior, uno apical anterior) son nece-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

14. Johansen K. Temporary intraluminal shunts: Resolution of a manage- 16. Hirshberg A. Reoperation for bleeding in trauma. Arch Surg 1993;
ment dilemma in complex vascular injuries. J Trauma 1982; 22: 395. 128: 1163-1167.
15. Wall MJ JI'. Damage control for thoracic injuries. Surg Clin North Am 17. Vargo DJ. Abbreviated thoracotomy and temporary chest closure: an
1997; 77: 863-878 .. application of damage control after thoracic trauma. Arch Surg 2001;
136: 21-24.
Andrew B. Peitzman, MD, FACS; Sebastián Ugarte, MD

Introducción operaciones. Pero, por otra parte, el paciente estable con le-
sión de órganos sólidos con frecuencia sólo requiere manejo
El entender algunos principios clave en el manejo de los pa-
médico exclusivo en la VeI. La falta de diagnóstico y trata-
cientes con trauma es fundamental.
miento de las lesiones abdominales son una causa común de
Primero, cada minuto del manejo estará determinado por
muertes evitables en pacientes con trauma. La evaluación del
las lesiones anatómicas y, lo que es aún más importante, por
abdomen, así como el manejo en VeI de estas lesiones y sus
la fisiología del paciente, (especialmente por su estabilidad
complicaciones son el tema de este capítulo.
hemodinámica). Así, en dos pacientes con similares lesio-
nes, por ejemplo una lesión esplénica grado IIl, un manejo
médico no quirúrgico será apropiado sólo para un paciente
Evaluación inicial de paciente con trauma
estable, pero la laparotomía exploratoria será mandatoria en Tal como se define en el curso de Soporte Vital Avanzado
otro paciente hemodinámicamente inestable aunque tenga del Trauma (ATLS, en su sigla en inglés) los cuatro pasos
idéntica lesión anatómica. mayores en la evaluación inicial y tratamiento del paciente
Segundo, las lesiones, únicas rara vez ocurren en forma con trauma ya sea en la sala de urgencias o en la VeI, son:
aislada y éstas se pueden predecir con base en el patrón del examen inicial, resucitación, examen secundario y mane-
trauma del paciente. jo definitivo (6). La meta del examen inicial en el paciente
Tercero, el paciente con trauma que ingresa en la unidad de con lesiones múltiples es la identificación y tratamiento in-
cuidados intensivos (VeI) generalmente tiene múltiples lesio- mediato de las lesiones que amenazan la vida. En esencia el
nes, cada una de las cuales es una potencial amenaza a la vida o examen inicial busca corregir las anormalidades fisiológicas,
a sus miembros. La priorización del manejo de estas lesiones se como: la hipotensión, controlar los sangrados externos, eva-
basa en la amenaza más inmediata para la vida o las extremida- luar la presencia de apremio respiratorio y asegurar la vía
des. Por ejemplo, un paciente con inestabilidad hemodinámica aérea. Primero se debe asegurar la vía aérea. En los pacientes
o con un soporte respiratorio significativo para mantener una con trauma cerrado se debe inmovilizar la columna cervical
oxigenación límite no debe ser trasladado para una tomo grafía si el paciente va a ser intubado. Se debe diagnosticar y tra-
con el fin de excluir una lesión de la columna cervical. tar el neumotórax a tensión o el hemotórax significativo. Se
Cuarto, el manejo de "control de daños" del paciente con debe reestablecer una apropiada circulación y perfusión. El
lesiones críticas exige que aquellos con inestabilidad hemo- control de una hemorragia significativa en los pacientes con
dinámica en la primera evaluación del trauma, se ingresen a sangrado activo de tronco (tórax o abdomen) generalmente se
una VeI en el postoperatorio para su manejo y estabilización consigue en la sala de operaciones. " "
posterior (1-4). Las lesiones vasculares abdominales y las La postergación del co~trol quirúrgico \m un int~nto de
lesiones hepáticas mayores son las que con más frecuencia "estabilizar" un sagrado activo resulta inútil y aumenta la
requieren un enfoque de "control de daños". mortalidad (7, 8). El/examen inicial seguido por un examen
Quinto, el intensivista siempre debe repetir el examen pri- secundario generalmente se realiza como parte de la evalua-
mario y secundario en los pacientes que ingresen a la VeI ción en el cuarto de reanimación en el servicio de urgencias.
sabiendo que en ellos un 10% de las lesiones sólo son detec- El equipo de trauma debe proceder con el examen secundario
tadas después de la admisión (5, 6). sólo cuando el paciente se ha estabilizado gracias al manejo
El shock hemorrágico y sus consecuencias es la principal durante el examen inicial y la reanimación. Además, si el pa-
causa de muerte en los pacientes con trauma, seguido sólo ciente se deteriora hemodinámicamente o no responde a una
por el 'traumatismo encéfalo craneano. La etiología más fre- terapia aparentemente adecuada se requiere repetir la evalua-
cuente del shock hipovolémico hemorrágico es el sangrado ción inicial comenzando por el examen primario.
intraabdominal. Las muertes tardías ocurren por sepsis in- El paciente con lesiones múltiples que ingresa a la VeI y
traabdominal, frecuentemente por lesiones de vísceras hue- se vuelve inestable después de una resucitación inicial usual-
cas. Vna proporción importante de los pacientes con lesio- mente tiene un deterioro circulatorio. Su valoración debe
nes múltiples ingresados a VeI tienen lesiones abdominales incluir palpar la frecuencia del pulso y sus características,
ya sea diagnosticadas o sospechadas. Frecuentemente estas explorar las extremidades distales, evaluando su temperatura,
lesiones son identificadas en forma definitiva en la sala de color y llene capilar, así como otros signos clínicos de perfu-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

sión como la diuresis y el estado mental. Incluso'con signos generalmente presentan lesiones multiorgánicas, que afectan
vitales normales hasta un 75% dejas víctimas de trauma en al sistema nervioso central, toráx y/o huesos largos. Gene-
la UCI puede presentar hipoperfusión (9, 11). Algunas me- ralmente estos pacientes se encuentran intubados, con com-
diciones de perfusión de laboratorio, como el déficit de base promiso de conciencia y pueden tener una lesión oculta en
y el lactato sirven para evaluar la perfusión global (9-13). cualquier sitio. La identificación y priorización de esas lesio-
Debemos considerar que el paciente con trauma hemodiná- nes es un desafío para el manejo en UCI de los pacientes con
micamente inestable está sangrando mientras no se pruebe trauma abdominal cerrado.
lo contrario. Se debe asegurar un adecuado acceso vascular Como mencionamos antes, el paciente con lesiones múlti-
idealmente con dos líneas venosas antecubitales de grueso ples que permanece inestable hemodinámicamente a pesar de
calibre. Puede ser necesario hasta un introductor de 8 French. los intentos de resucitación con cristaloides está sangrando
Los catéteres de triple lumen no aportan el flujo necesario hasta que no se pruebe lo contrario. En estos pacientes, una
para la reanimación de los pacientes con trauma. vez que se ha completado el examen inicial, se debe practi-
Si el paciente está profundamente hipotenso o no se ha car una búsqueda activa de las posibles fuentes de sangrado
conseguido una respuesta adecuada a una enérgica resucita- y contenerlas. Frecuentemente la fuente del sangrado es el
ción con cristaloides se debe iniciar empíricamente una in- tronco lesionado (tórax o abdomen). Debemos destacar que
fusión con soluciones de cristaloides calientes o sangre (14, el objetivo de la evaluación inicial en los pacientes con trau-
15) En los pacientes inestables con frecuencia es necesaria la ma no es el diagnóstico de una lesión abdominal específica,
transfusión de sangre sin examen cruzado antes de que ésta sino más bien determinar la presencia de signos y síntomas
esté disponible. Mientras se establecen estas medidas tera- que hagan necesaria una laparotomía. Un paciente despierto
péuticas se deben realizar intentos para identificar y tratar que se queja de dolor abdominal fuerza al médico a buscar
la fuente del sangrado. Las fuentes de sangrado que pue- una posible lesión abdominal grave. Sin embargo, la ausencia
den producir hipotensión en pacientes con trauma incluyen: de dolor o sensibilidad, especialmente en presencia de otras
sangrados externos (fracturas abiertas, laceración a scalp, lesiones distractoras, no excluye una lesión intraabdominal
lesiones vasculares penetrantes\ tórax, abdomen (intraperi- de importancia. La evaluación del abdomen en paciente con
toneal), retroperitoneo (generalmente debido a fractura pélvi- trauma cerrado es un desafío pues el examen físico inicial no
ca en trauma cerrado) y fracturas de huesos largos. El tracto logra detectar lesiones en un 45% de los pacientes (16). Estos
gastrointestinal rara vez es la fuente de un sangrado agudo en pacientes con frecuencia están inconscientes a raíz de una
las víctimas de trauma. Aunque son posibles pérdidas sanguí- lesión del sistema nervioso central, intoxicados o presentan
neas importantes en fracturas de extremidades o en lesiones lesiones distractoras importantes. Las marcas del cinturón de
a scalp, el sangrado que amenaza la vida generalmente se seguridad u otros signos externos pueden hacer subestimar la
origina en el tórax o el abdomen. El tórax se debe evaluar con gravedad de las fuerzas del accidente y las lesiones internas.
radiografía de tórax pero en el paciente que llega in extremis Un 20 a 30% de los pacientes con marcas de cinturón ab-
la toracostomía y/o la laparatomía son más apropiadas. La dominal tiene lesiones mesentéricas o intestinales. De igual
instalación de tubos de toracostomía puede tener tanto fines manera un 30% de los pacientes con fracturas lumbares de
diagnósticos como terapéuticos en pacientes in extremis. Si Chance tiene lesiones asociadas del intestino y mesenterio
encontramos sangre en el tórax el diagnóstico estará hecho. (17). Como ya dijimos: el conocimiento del mecanismo de
Si el paciente presenta un neumotórax, el diagnóstico y tra- lesión es esencial para el diagnóstico del paciente con trau-
tamiento deben ser simultáneos. Aunque la hipotensión que ma. Los exámenes de laboratorio incluyendo hemoglobina,
no responde a la reanimación con volumen es con frecuencia amilasa sérica o los gases arteriales pueden iiIc!USO resultar
secundaria a sangrado activo, otras etiologías posibles son normales en pacientes gravemente lesionados al clomento de
el taponamiento cardíaco, neumotórax a tensión y el shock su presentación inicial. '
neurogénico. Considere estos diagnósticos teniendo en cuen- Dado que el examen físi<:.:o por sí solo es frecuentemente
ta que es mucho más probable que la hipotensión sea causada poco confiable para la evaÍuación de lesiones abdominales
por un sangrado activo o un insuficiente volumen de resuci- cerradas, las exploraciones diagnósticas juegan un rol clave
tación. La evaluación del abdomen buscando un sangrado se en el manejo de estos pacientes (16-28). Qué examen escoger
abordará de un modo diferente según el estado hemodinámi- -si realmente alguno de ellos es necesario- estará determina-
co del paciente y del mecanismo de sus lesiones. do principalmente por el estado hemodinámico del paciente.
La victima de trauma múltiple que ingresa in extremis puede
Evaluación del paciente con lesión abdominal ser mejor manejada con un traslado inmediato al quirófano
cerrada para una rápida instalación de. drenajes pleurales bilaterales
Un examen físico cuidadoso y repetitivo es clave en la eva- y laparotomía exploratoria. En este contexto no hay espacio
luación de pacientes con trauma abdominal cerrado como para una radiografía de abdomen simple en la evaluación del
son las víctimas de accidentes de tránsito, aplastamientos, trauma abdominal cerrado. El examen e<?ográfico con méto-
lesiones deportivas, caídas y asaltos. Los pacientes con le- do FAST (Focused Abdominal Sonography in Trauma) ha
siones abdominales cerradas requieren cuidados de UCI pues llegado a ser el examen de primera línea en muchos centros
43 I MANEJO DEL TRAUMA ABDOMINAL CERRADO EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

de trauma. El método FAST tiene una sensibilidad y especi- de determinar la presencia de sangre intraperitoneal pero no
ficidad de 70 a 95% (18, 19). Esta técnica dirige el examen su origen. El lavado peritoneal diagnóstico (LPD) , aunque
de ultrasonido en cuatro cuadrantes: subxifoideo, donde el hoy menos utilizado debido al amplio uso del método FAST,
líquido puede ser visto en el pericardio y evaluar grosera- mantiene un rol en la evaluación del paciente inestable. El
mente la contractilidad cardíaca y el llenado; cuadrante su- LPD se hace generalmente en la sala de reanimación en el
perior derecho; el receso esplenorrenal y la pelvis. Cualquier área de trauma, en los pacientes con lesiones múltiples que
evidencia de líquido entre el hígado y el riñón, entre el bazo están demasiado inestables para movilizarlos para una to-
y el riñón, o en la pelvis fuera de la vejiga, se asumirá que es mografía. Un examen FAST positivo obvia la necesidad de
sangre. La meta con el método FAST es identificar la presen- practicar un LPD en un paciente inestable, ya que en ese se
cia de sangre intraperitoneal, pues no está planificado para requiere una laparotomía de inmediato. Un FAST con resul-
identificar lesiones específicas de órganos. El examen con tado negativo, sin embargo, no excluye un sangrado intraab-
método FAST se practica en forma rutinaria en el cuarto de dominal con indicación quirúrgica. El LPD es apropiado en
reanimación en el aérea de trauma. Su desventaja principal pacientes con contusión abdominal que requieren una cirugía
es que sus resultados son dependientes de la habilidad del de emergencia por otras lesiones, especialmente traumatis-
operador, con una tasa de falsos negativos significativa en las mo encéfalo craneano mayor que requiere drenaje inmediato
lesiones de columnas o fracturas de pelvis (30%). Además de lesiones intracraneanas con efecto de masa (hematomas
los niños frecuentemente tienen lesiones de órganos sólidos subdurales o epidurales). La técnica implica una mini lapa-
sin evidencias de hemoperitoneo. rotomía con introducción de un catéter de lavado peritoneal
La tomografía computada de abdomen y pelvis, cuando dentro del abdomen dirigido hacia la pelvis. La aspiración
está disponible, es el medio diagnóstico de elección para el de 10 mL de sangre demuestra sangrado evidente. Si el LPD
paciente con trauma cerrado de abdomen que se encuentra resulta inicialmente negativo se debe infundir 1 L de solución
estable. La principal contraindicación para realizar una to- salina en la cavidad abdominal. Luego se drenará este volu-
mografía de abdomen es la inestabilidad hemodinámica, ya men en la misma bolsa. El líquido obtenido debe ser enviado
que los pacientes hemodinámicamente inestables no pueden para un análisis de laboratorio. Los criterios de laboratorio de
ser llevados al servicio de radiología para realizar un escáner positividad del LPD en trauma contuso son: >100.000 x eri-
u otro estudio radiológico. La tomografía de abdomen es el trocitos/mm3, > 500 leucocitos/mm3 o presencia de partículas
método usado en el 92 a 98% de las evaluaciones del trauma de alimentos, bilis y bacterias. La desventaja más obvia del
abdominal cerrado (21, 22). Ni la ecografía con método FAST LPD es que es un procedimiento invasivo. El LPD tiene una
ni el lavado peritoneal diagnóstico son tan sensibles y especí- alta certeza, pero un cuarto de los pacientes con LPD tienen
ficos como un escáner, puesto que debemos identificar tanto lesiones que terminan en una laparotomía no terapéutica (23).
el hemoperitoneo como el origen del sangrado y las lesiones Además el LPD puede tener un resultado falso negativo hasta
de órganos específicos deben ser categorizadas. Además, el en un 4 a 5%, con lesiones retroperitoneales, diafragmáti-
escáner de abdomen puede evaluar el espacio retroperitoneal, cas o de vísceras huecas. Esta técnica al igual que el método
incluyerido riñones, grandes vasos y pelvis ósea. FAST, no identifica lesiones específicas pero responde a una
La tomografía ha revolucionado el manejo de las lesiones pregunta: ¿Tiene el paciente un sangrado' intraperitoneal?
contusas de órganos sólidos abdominales. La mayoría de las
lesiones contusas de bazo, hígado y riñones son manejadas Lesiones de órganos específicos
actualmente sin cirugía en centros especializados en trau-
Páncreas: la mayor parte de las lesiopes pancreáticas son
ma. Una fuga de medio de contraste endovenoso indica una
causadas por traumas penetrantes. Las lestones contusas del
extravasación activa desde un vaso sangrante y es un fuerte
páncreas son habitualmente el resultado de un accidente ve-
predictor de fracaso del manejo médico exclusivo. El uso de
hicular (por ej. Golpe con el manubrio, objetos contundentes,
técnicas de radiología intervencionista con frecuencia per-
manillas, etc.). La gran mayoría de las lesiones extrapancreá-
mite embolizar arterias sangrantes que se presentan en aso-
ticas se asocian a otras lesiones intraabdominales. Debido
ciación a fractura de pelvis, lesiones hepática, o, en casos
a su posición anatómica existe una fuerte asociación entre
selectos, lesiones esplénicas. Algunas desventajas técnicas
las lesiones del páncreas o del duodeno y los grandes vasos
de la tomo grafía son la necesidad de trasladar al paciente al
(aorta, vena cava inferior y vena porta). Debido en parte a
departamento de radiología u otras áreas, el tiempo ocupado
su ubicación retroperitoneallas lesiones del páncreas son de
en el traslado y el riesgo asociado al uso de medios de con-
difícil diagnóstico. La determinación de amilasa sérica no es
traste intravenoso. La tomografía también puede no conse-
sensible ni específica. El examen físico, el método FAST y
guir identificar lesiones del diafragma, páncreas y vísceras
la tomografía abdominal con frecuencia no son reveladores.
huecas.
El mecanismo del trauma y la existencia de lesiones intraab-
El lavado peritoneal diagnóstico (LPD) fue introducido en
dominales asociadas pueden ser la clave para sospechar la
1965 y tiene una precisión de un 98 % para detectar hemo-
presencia de una lesión pancreática. La colangiografia retró-
peritoneo (21-23). Al igual que la ecografía de urgencia con
grada endoscópica (ERCP) puede evidenciar una lesión del
método de FAST, el lavado peritoneal diagnóstico es capaz
conducto pancreático en un paciente estable que no requiere
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

laparotomía por otra causa. El manejo de una lesión pancreá- o instalación de un drenaje percutáneo (29). La mayoría de
tica mayor es quirúrgico, cuando existe sección del conducto estas lesiones de hígado que manejadas inicialmente en for-
pancreático (24, 25). La presencia o ausencia de una lesión ma médica llegan a desarrollar complicaciones que requieren
ductal de importancia define la indicación quirúrgica. El te- intervenciones, son de grado IV o V.
jido desvitalizado debe ser desbridado. Si el conducto pan- Bazo: el bazo resulta lesionado con frecuencia en las con-
creático principal está intacto bastará con un drenaje amplio. tusiones abdominales. El signo de Kehr (dolor en el cuadran-
La resección formal puede ser necesaria, cuando las lesiones te superior izquierdo y dolor referido al hombro izquierdo)
ductales comprometen el cuerpo o la cola del órgano. Las se puede buscar en un paciente despierto y que es capaz de
lesiones pancreáticas más proximales pueden habitualmente comunicar sus molestias. Un 25% de los pacientes con frac-
ser manejadas con drenaje. Rara vez está indicada la resec- turas costales izquierdas bajas tiene lesiones esplénicas. En
ción de la cabeza del páncreas (pancreato-duodenoctomía). el paciente estable la tomografía abdominal puede ayudar a
La única indicación para pancreato-duodenoctomía (cirugía identificar una lesión esplénica y evaluar su severidad. Como
de Whipple) es en el contexto de lesiones severas del páncreas en el caso de la lesión de hígado sólo los pacientes hemodi-
que comprometen tanto la cabeza del páncreas como el duo- námicamente estables deben ser considerados para un mane-
deno y en que la lesión obliga necesariamente a la resección. jo médico exclusivo. En los pacientes inestables el examen
El drenaje local amplio con aspiración cerrada es la opción FAST o el LPD pueden resultar positivos indicando hemo-
de manejo en la mayoría de los casos de lesiones pancreáti- peritoneo, frecuentemente debido a lesión esplénica. Más del
cas. Esto convierte una pérdida no controlada de secreciones 90 a 95 % de los niños con lesiones contusas del bazo son
pancreáticas digestivas en una fístula pancreática controlada candidatos para manejo médico conservador de sus lesiones
que puede ser manejada conservadoramente. esplénicas. La tasa de fracaso de este enfoque conservador en
Hígado: el hígado es el órgano intraabdominallesionado niños con lesión esplénica (y que en definitiva obliga a una
con más frecuencia en el trauma. En los pacientes estables ca- laparotomía) es menos de un 2% (31-33). A diferencia de
paces de tolerar la realización de una tomografía abdominal los adultos, los niños con lesiones contusas del bazo pueden
después de un trauma cerrado las lesiones de hígado pueden ser manejados médicamente con independencia del grado de
ser identificadas fácilmente. Hasta un 80% de los pacientes con lesión o de la cuantía del hemoperitoneo.
lesiones de hígado pueden ser manejados en forma médica, sin Aproximadamente de 65 a 85% de los adultos con lesiones
cirugía. La clave para la decisión quirúrgica es la condición esplénicas pueden ser tratados exitosamente en forma médica
hemodinámica. Los pacientes con lesiones importantes de hí- exclusiva. Nuevamente la inestabilidad hemodinámica es el
gado comúnmente ingresan con inestabilidad hemodinámica y criterio fundamental de decisión. En los adultos el factor de
requieren de una laparotomía de urgencia. Los pacientes con riesgo de fracaso de la estrategia conservadora incluye la gra-
lesiones de hígado que están lo suficientemente estables como vedad de la lesión esplénica, el aumento del hemoperitoneo,
para realizarles una tomografía abdominal generalmente pue- la fuga de medio de contraste en la tomo grafía abdominal
den ser manejados en forma médica (26-28). El manejo médi- y una edad mayor de 65 años (si bien este último punto es
co generalmente incluye el ingreso a una UCI, reposo en cama, aún motivo de controversia). La tasa de fracaso del manejo
determinaciones seriadas de hemoglobina, corrección agresiva médico en las lesiones contusas abdominales en adultos es de
de cualquier alteración de la coagulación y examen abdominal 10% en promedio y, por grado: grado I: 5%, grado II: 10%,
repetido. La presencia de una fuga de medio de contraste en un grado III: 20%, grado IV: 33% y grado V: 75% (31, 39). La
escáner abdominal sugiere un sangrado activo e identifica al embolización endovascular tiene un rol creciente ante la falla
paciente con riesgo de fracasar sin cirugía. del manejo médico conservador. Aquellos pacientes que evo-
La embolización endovascular rápidamente se está trans- lucionan con aesplenia, ya sea funcional o quirúrgica, deben
formando en el tratamiento de primera línea de las lesiones de ser inmunizados contra pneumocoéo (usando vacuna antip-
hígado que fracasan con el tratamiento médico, o en el manejo neumococcica), Hemophilus influenzae y Meningococcus.
postoperatorio de los pacientes con lesiones hepáticas impor- Sistema urogenital: la h~maturia es el signo cardinal de
tantes (29, 30) El manejo quirúrgico puede ir desde el simple la lesión uro genital. La hematuria macroscópica exige una
uso de un packing abdominal para taponar el sangrado, hepa- evaluación más detallada del tracto genitourinario. La he-
torrafias con uso de electrocauterio o sutura, y puede llegar maturia microscópica debe someterse a mayores estudios en
al debridaje quirúrgico extenso y la resección. Alrededor de cualquier paciente con signos clínicos sugerentes de lesión
las lesiones mayores a un grado III se disponen drenajes de o en quienes el mecanismo del trauma sugiere compromi-
aspiración cerrada, ante eventuales fístulas biliares. Hasta un so del tracto genitourinario. Los signos clínicos que deben
25% de los pacientes con lesiones hepáticas manejados mé- hacer sospechar esta lesión son fracturas costales inferiores,
dicamente necesitarán una intervención quirúrgica por una equimosis o sensibilidad de los flancos, fractura de columna,
complicación: fístulas biliares, bilioma, absceso, hemobilia hipotensión o trauma con lesiones múltiples. Un traumatis-
y, menos frecuentemente, sangrado. La gran mayoría de estas mo a horcajadas (con riesgo de lesión uretral) o un impacto
complicaciones (85%) pueden ser manejadas por medio de la de alta energía (como por ejemplo en colisiones vehiculares)
ERCP con instalación de un stent, angiografíaJembolización son mecanismos de lesión que frecuentemente se asocian a
lesiones del tracto genitourinario.
43/ MANEJO DEL TRAUMA ABDOMINAL CERRADO EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

La hematuria microscópica en un niño de menos de 15 vez que el sangrado quirúrgico y las fugas gastrointestinales
años requiere un estudio. posterior. La presencia de sangre han sido controlados en el quirófano la siguiente meta es re-
en el meato urinario demanda un cistourretrograma precoz calentar al paciente, corregir su acidosis y coagulopatía pro-
previo al cateterismo vesical. La fractura de rama del pubis gramando una reexploración quirúrgica para una laparotomía
en hombres constituye una indicación relativa para realizar definitiva con reconstrucción del tránsito. El uso de medios
cistourretograma en el cubículo de reanimación. Del mismo de recalentamiento y un medio ambiente tibio son esenciales
modo el signo de hematuria evidente en la cateterización o la y deben estar preparados antes de que el paciente ingrese a
micción en un paciente con lesiones múltiples justifica una la UCI. Todos los fluidos administrados deben ser calentados
cistografía inmediata. La tomo grafía con contraste de abdo- al igual que los gases del ventilador. Rara vez son necesarias
men y pelvis es el método diagnóstico de elección para el técnicas invasivas de recalentamiento activo para conseguir
trauma renal. La mayoría de las lesiones renales pueden ser la normotermia. Generalmente la acidosis es el resultado de
manejadas médicamente. Sus complicaciones, generalmente la hipoperfusión global y debe ser corregida con volumen o
se presentan en lesiones de alto grado, e incluyen sangrado, transfusiones. La imposibilidad de corregir la acidosis y la
urinoma, fístula arteriovenosa, abscesos renales o hiperten- coagulopatía debe alertar al clínico de un posible sangrado
sión secundaria a la devascularización de gran parte del ri- oculto que puede requerir en forma urgente un retomo a la
ñón. Son raras las lesiones contusas vasculares renales. Hay sala de operaciones hasta en un 20% de este tipo de pacientes
que destacar que los pacientes con lesiones renovasculares críticos (1-4). La coagulopatía puede deberse a la hipoter-
con frecuencia no tienen hematuria clínica. mia y la acidosis. Los factores de coagulación como todas
Hematoma retroperitoneal: el retroperitoneo se divide las proteínas funcionan en condiciones óptimas de pH y tem-
en tres zonas (34). Todos los hematomas retroperitoneales en peratura. Las alteraciones de la temperatura corporal y un
el trauma penetrante requieren de exploración quirúrgica. En pH fuera del rango fisiológico alteran la capacidad funcional
los traumas cerrados los hematomas de la zona II (lateral) de estas proteínas de la coagulación. Incluso en condiciones
y zona III (pélvica) no deben ser explorados a menos que graves las proteínas pueden desdoblarse y desnaturalizarse.
progresen rápidamente o sean pulsátiles. Los hematomas de La corrección de la hipotermia y acidosis, como condiciones
la zona I (centrales) deben ser explorados en las lesiones con- etiológicas subyacentes, puede corregir este tipo de coagulo-
tusas, 65 % tendrán una lesión visceral asociada (aorta o sus patía. La coagulopatía también se presenta como una forma
ramas, vena cava inferior, páncreas o duodeno). de trastorno dilucional de las plaquetas y de los factores de
Manejo en DCI de un paciente con lesión abdominal: coagulación después de transfusiones masivas. Las plaquetas
el ingreso a UCI después de una reanimación inicial en el deben ser repuestas proporcionalmente a las transfusiones de
área de trauma o en el quirófano exige una reevaluación del glóbulos rojos usadas. Los factores de coagulación deben re-
paciente. Esto se consigue mejor repitiendo el examen inicial emplazarse de acuerdo a las pérdidas sanguíneas totales, pero
seguido del examen secundario (de la cabeza a los pies). Esta sus anormalidades no siguen una relación lineal con las pér-
reevaluación es vital por varias razones: durante el traslado didas sanguíneas. También se necesita calcio como factor de
a la UCI la monitorización del paciente puede ser deficiente, coagulación. Éste se une al citrato, un preservante utilizado
los drenajes y vías pueden desplazarse y ya ha transcurrido en las transfusiones de glóbulos rojos por lo que debe ser re-
un tiempo desde la primera evaluación. El examen secunda- emplazado en forma agresiva. Finalmente una coagulopatía
rio pudo haber sido interrumpido por aspectos más urgentes de consumo puede ocurrir en presencia de un gran hematoma
como la necesidad de cirugía. La decisión de trasladar al pa- retroperitoneal o de coagulación intravascular diseminada
ciente a la UCI debe ser hecha cuando el paciente presente (CID). El tratamiento de esta forma de''Coagulopatía, en todos
agravamiento clínico, acidosis, hipotermia o coagulopatía. los casos de CID, es de soporte, con tratamiento asociado de
Es importante reenfatizar que un 10% de los pacientes con la etiología de base ..
trauma puede tener lesiones no diagnosticadas durante la En la mayoría de los casos de cirugía de "control de da-
evaluación inicial. Además hasta un 25% de las lesiones ab- ños" el abdomen cÍel paciente permanecerá abierto cuando
dominales no llegan a ser detectadas al momento del ingre- se planifica volver al quirófano en 24 a 48 hrs para varias
so. Un rápido pero riguroso examen inicial y secundario en reexploraciones quirúrgicas antes de cerrar el abdomen,
el momento del ingreso a UCI puede identificar potenciales cuando esto sea posible. En cada reexploración el sangrado y
problemas antes de que estos pongan en peligro la vida. las lesiones gastrointestinales deben manejarse y desbridar el
Manejo en DCI del paciente con una laparotomía de tejido desvitalizado. Una vez que se consigue una reparación
"control de daños": los pacientes que ingresan a UCI des- definitiva de las estructuras específicas y se reestablece la
pués de una laparotomía de "control de daños" tienen con fre- continuidad del intestino se puede realizar el cierre defii.ütivo
cuencia lesiones vasculares abdominales o lesiones hepáticas de la pared intestinal.
importantes. Esto requiere de una reexploración abdominal El abdomen abierto tiene variadas manifestaciones. Las
urgente buscando detener el sangrado y evitar la contami- compresas de laparotomía son usualmente utilizadas en el ab-
nación gastrointestinal (1-4). Los pacientes frecuentemente domen a modo de paquetes cerca de las áreas de mayor riesgo
ingresan a UCI con hipotermia, acidosis y coagulopatía. Una de sangrado, como la pelvis, la zona perihepática y rodeando
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

al bazo. Los paquetes se usan para taponar los sangrados ve- hematocrito y otros exámenes seriados, con reposo estricto.
nosos de baja presión. Puede no conservarse la continuidad La hemoglobina debe ser seguida en forma seriada. Los in-
del intestino quedando segmentos resecados sin anastomosis. dicadores de laboratorio que evalúan la coagulación como el
La fascia abdominal no se cierra en general definitivamente, recuentro de plaquetas, el tiempo de protrombina y el nivel
lo que se difiere hasta la última cirugía. Se han desarrollado de calcio, se deben optimizar. Los cambios del estado hemo-
muchas técnicas para prevenir las evisceraciones y minimizar dinámico, incluyendo la taquicardia, demandan del médico
las pérdidas de ascitis. La piel se puede cerrar con una sutura realizar una meticulosa reevaluación buscando sangrado. Los
corrida cuando tiene suficiente movilidad. En muchas circuns- cambios del examen físico, estado hemodinámico o el reque-
tancias el edema en los tejidos dificulta este modo de cierre rimiento de transfusiones deben ser inmediatamente infor-
y se requiere usar algunos insumos especiales. El cierre con mados al cirujano de trauma.
"Bolsa de Bogotá" tiene la ventaja de proveer una ventana ha- Cualquier deterioro clínico puede necesitar una angiogra-
cia el intestino subyacente pero, por otra parte, tiene la usual fía inmediata con embolización o cirugía. Las complicacio-
desventaja de las pérdidas de ascitis con la consiguiente mayor nes tardías de las lesiones ya sean intraabdominales conoci-
carga de trabajo para las enfermeras. El cierre tipo Vacuum das o incluso no sospechadas generalmente se manifiestan
Pack es un método rápido y consiste en la instalación de una como una sepsis de foco abdominal. La posibilidad de no
superficie no adhesiva sobre las vísceras, como una bolsa in- diagnosticar lesiones de vísceras huecas es un peligro mayor
testinal con un drenaje aspirativo entre dos toallas azules es- en el manejo conservador de lesiones de órganos sólidos. Sin
tériles (35). Un gran paño oclusivo cubre todo el abdomen. embargo, el manejo exitoso es común ya que existe una baja
Se disponen los drenajes para la succión de la pared. Cuando incidencia de lesiones de vísceras huecas en el trauma abdo-
se hace apropiadamente, sin ninguna filtración en el sistema, minal cerrado, en menos de un 1% de estos pacientes (36,
actúa como un cierre al vacío del abdomen, esto provee una 38). Pero, cuando se identifica una lesión de órgano sólido el
forma limpia y fácil de cierre temporal. riesgo que existe de lesión de vísceras huecas es mayor: 6%
El cuidado postoperatorio del paciente con lesiones múl- de los pacientes con lesiones de órganos sólidos tienen tam-
tiples representa un verdadero desafío para el intensivista. A bién una lesión de vísceras huecas, 22% de aquellos con le-
menos que el postoperatorio gen~ral del paciente quirúrgico siones de dos órganos sólidos y más de un 33% de los pacien-
sea el problema, o que la lesión haya sido definitivamente tes con lesiones de tres órganos sólidos (38). La aparición de
resuelta, el paciente con trauma puede tener otras lesiones no fiebre en un paciente con trauma múltiple obliga a considerar
identificadas. Esto recalca la importancia de repetir la evalua- la posibilidad de una sepsis de origen abdominal.
ción inicial y secundaria al momento del ingreso a UCI. Los órganos abdominales más comúnmente lesionados en
Los pacientes que llegan a la UCI provenientes del área de un trauma cerrado son los sólidos: bazo, hígado y páncreas.
reanimación de trauma o el quirófano y que han sido someti- El manejo médico conservador se ha hecho más común en el
dos a cirugías extraabdominales son especialmente desafian- contexto de las lesiones del trauma abdominal cerrado. Más
tes en su manejo. Frecuentemente estos pacientes no tienen del 90% de las lesiones cerradas de hígado y bazo en los niños
lesiones abdominales demostradas. Un escáner de abdomen pueden ser tratados sin cirugía. Esta tendencia hacia el manejo
informado como negativo puede inducir al clínico a subesti- no qunúrgico de las lesiones de órganos sólidos ha involucrado
mar el abdomen como sitio de una lesión importante. Siempre rápidamente también a los adultos. Entre un 65% a 85% de las
un escáner negativo puede ocultar una lesión diafragmática, lesiones contusas de bazo y 85% de las de hígado pueden ser
pancreática o de vísceras huecas. El clínico debe mantener tratadas sin cirugía. Sin embargo, la tasa de fracaso del mane-
una actitud vigilante, reevaluar y reexaminar el abdomen del jo no quirúrgico, que obliga a una laparotomía tar,día -lo que
paciente buscando un trauma no diagnosticado cada vez que es muy infrecuente en los niños- es. claramente mayor en los
recibe a un paciente con lesiones múltiples. adultos. El punto clave para la decisi6n es la estabilidad hemo-
dinámica. La mayoría de los pacientes con lesiones de órganos
Manejo médico no quirúrgico de las lesiones de sólidos hemodinámicamente' estables podrán ser observados
órganos sólidos con éxito. La lesión contusa renal rara vez necesitará de una
El manejo médico conservador de una lesión de órganos ab- intervención quirúrgica. El criterio para el manejo no operato-
dominal conocida se hace cada vez más frecuente. El princi- rio de las lesiones cerradas de hígado y bazo todavía requiere
pal manejo de las lesiones de órganos sólidos (hígado, bazo de una mejor definición. La historia natural de las lesiones de
y riñón) es médico (26, 28, 31, 32). Se requiere cirugía in- hígado y de bazo es diferente. Los pacientes con lesiones hepá-
mediata para las lesiones de órganos sólidos que se asocian a ticas tienden a presentarse con sangrado activo e inestabilidad
inestabilidad hemodinámica, o para las cuales la tomo grafía hemodinámica o lo suficientemente estables como para per-
demuestra lesión del hilio o una pérdida de medio de con- mitir una tomografía abdominal. En los adultos estables y en
traste intravenoso que evidencia un sangrado activo y cuando los niños, la lesión hepática puede ser manejada médicamente
se sospechan otras lesiones intraabdominales. La mayoría independientemente del grado de lesión de hígado y la mag-
de los pacientes con laceraciones ya diagnosticadas de bazo, nitud del hemoperitoneo asociado. Esta tasa de éxito aumenta
hígado o riñón, ingresan a la UCI para determinaciones de con el uso de angiografíaJembolización, ERCP y stent, y dre-
43 I MANEJO DEL TRAUMA ABDOMINAL CERRADO EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS

naje percutáneo de las colecciones. Lo publicado por Carrillo les. Entonces el fracaso del manejo no quirúrgico redunda en
y colaboradores (26, 29) demuestra que un cuarto de las lesio- muertes evitables y en una mayor incidencia que la esperada de
nes hepáticas manejadas inicialmente en forma médica llega a infecciones severas postesplectomía. Un 40% de los fracasos
requerir técnicas invasivas para manejar sus complicaciones. del manejo no quirúrgico fueron erróneamente clasificp.dos,
En un 85% de estos pacientes se requiere de ERCP, drenaje dada la presencia de inestabilidad hemodinámica, o fueron mal
percutáneo o angiografíaJembolización. Un 15% de este grupo interpretados su escáner o examen de ultrasonido.
de pacientes requiere de laparotomía o laparoscopia. El riesgo de no diagnosticar una lesión de vísceras huecas
Richardson y colaboradores (28) publicaron su expe- siempre amenaza el manejo de una lesión de órganos sólidos
riencia de 25 años con lesiones hepáticas recientemente. La y es una preocupación constante. Lo relativamente infrecuen-
mortalidad de las lesiones de hígado, y específicamente del te de las lesiones de vísceras huecas en el trauma abdominal
sangrado secundario ha disminuido significativamente. Una cerrado alienta la tendencia hacia un manejo no quirúrgico de
premisa mayor de estos autores es que el paciente hemodiná- las lesiones de órganos sólidos. Las lesiones de vísceras hue-
micamente estable con lesiones hepáticas importantes, inclu- cas se asocian más frecuentemente a lesiones de hígado que
yendo lesiones yuxtahepáticas puede ser manejado médica- de bazo. Además, a medida que un mayor número de órga-
mente. Puede evitarse el sangrado asociado a la cirugía, con nos sólidos se compromete en un paciente, aumenta también
una mayor sobrevida. el riesgo de presentar lesiones de vísceras huecas. Recientes
El manejo de la lesión cerrada del bazo ha cambiado sus- investigaciones sugieren también que demoras de apenas 12
tancialmente en las últimas dos décadas. El riesgo de una horas pueden ocasionar una mayor mortalidad por lesiones
infección mayor a lo largo de la vida tras una esplenectomía del intestino delgado (36-38).
ha sido una de las principales motivaciones para preservar
el bazo. Durante la última década la esplenorrafia fue el mé- Conclusiones
todo primario para salvar el bazo. El manejo no quirúrgico
• Cuando cualquier paciente con trauma se vuelve inestable
de una lesión esplénica cerrada se ha hecho la práctica de
repita su evaluación inicial comenzando por el examen
rutina en los niños con u,n 75 a 93% tratados exitosamente de
inicial.
este modo. Las indicaciones y riesgos de optar por el manejo
• Siempre sospeche lesión abdominal incluso en presencia
conservador en lesiones cerrada de bazo están menos defini-
de exámenes normales.
das en los adultos. La estabilidad hemodinámica es el criterio
• Una comunicación precoz con el cirujano de trauma es
crítico inicial para seleccionar el tipo de manejo de una lesión
esencial.
esplénica cerrada en los adultos. El reciente estudio multicén-
• No es perentorio establecer específicamente un diagnós-
trico de la Association for the Surgery of Trauma demostró
tico anatómico exacto de la lesión, un procedimiento qui-
que un 38,5% de los adultos con lesión esplénica cerrada va
rúrgico puede simultáneamente tener fines diagnósticos y
directamente a laparotomía. En definitiva un 55% de los pa-
terapéuticos.
cientes adultos puede ser manejados con éxito en forma mé-
• El paciente inestable no debe salir de la UCI para some-
dica exclusiva, la tasa de falla de una observación planificada
terse a escáner u otros exámenes.
fue de un 10,8%, un 61 % de ellas ocurre en las primeras 24
horas. Un manejo no quirúrgico exitoso se ha asociado con Escala de las lesiones esplénicas de la American Association for the Sur-
presiones arteriales y hematocrito más elevados; y a lesiones gery of Trauma (Splenic Injury Scale)
menos graves según ISS, escala de coma de Glasgow o grado
de lesión esplénica, y cantidad de hemoperitoneo. Grado Lesión Descripción
Un estudio de seguimiento de la Association for the Surgery I Hematoma SubcapsuJar, no expansivo, <10% de área
of Trauma buscó determinar las variables comunes del fraca- Laceración Goteo capsular, no sangrante,<1cm profundidad
so del manejo no quirúrgico de las lesiones esplénicas en los TI Hematoma S,ubcapsular, no expansivo, 10-50% del área; intra-
adultos (32). De los pacientes en que éste finalmente fallaba, parenquimatoso, no expansivo, <5cm de diámetro
un 44,4% se comportó hemodinámicamente estable durante su Laceración Goteo capsular, sangrado activo; 1-3 cm profundi-
atención prehospitalaria y en el servicio de urgencias, 30,6% dad, no compromete un vaso trabecular
de ellos tuvo hipotensión que respondió a la reanimación con ID Hematoma Subcapsular, >50% del área o expansivo; hematoma
subcapsular roto con sangrado activo; hematoma in-
volumen y sólo un 25% presentó taquicardia o hipotensión per- traparenquimatoso >5cm o expansivo
sistentes. Las indicaciones para la cirugía fueron la descom- Laceración >3 cm profundidad o compromiso de vaso trabecular
pensación aguda hemodinámica (en un 14,9%), nuevo dolor IV Hematoma Hematoma intraparenquimatoso roto con sangrado
abdominal (4%), aumento del dolor abdominal (36,5%), caí- activo
da del hematocrito (47,3%), taquicardia persistente (16,2%) Laceración Compromete vasos segmentarios o hiliares ocasio-
y otras (8,1 %). Diez de 78 pacientes que fracasaron con el nando devascularización >25% del bazo
manejo no quirúrgico de una lesión cerrada de bazo murieron V Laceración Estallido del bazo
(12,8%). Un 70% de las muertes fue debida, al menos en parte, Vascular Lesión vascular· hiliar con devascularización del
a un tratamiento tardío de las lesiones esplénicas o abdomina- bazo

SECCION 111: TRAUMA 567


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Referencias 20. Catre MG. Diagnsotic peritoneallavage versus abdominal computed


tomography in blunt abdominal trauma: a review of prospective stu-
1. Morris JA, Eddy VA, Binman TA,et al. The staged celiotomy for dies. Can J Surg 1995; 38: 117.
trauma: issues in unpacking and reconstruction. Ann Surg 1993; 217: 21. Meredith JW, Ditesheim JA, Stonehouse S, et al. Computed tomogra-
576. phy and diagnostic peritoneallavage. Am Surg 1992; 58: 44.
2. Burch JM, Ortiz VB, Richardson DJ, et al. Abbreviated laparotomy 22. Pevec WC, Peitzman AB, Udekwu AO, et al. Computed tomography
and plan~edreoperation for critically injured patients. Ann Surg 1992; in the evaluation of blunt abdominal trauma. Surg Gynecol Obstet
215: 476. 1991; 173: 262.
3. Rotondo MF, Schwab CW, McGonigal MD, et al. Damage control: an 23. Root HD, Hauser CW, McKinley CR, et al. Diagnostic peritonealla-
approach for improved survival in exsanguinating penetrating abdo- vage. Surgery 1965; 57: 633.
minal injury. J Trauma 1993; 35: 375. 24. Smego DR, Richardson JD, Flint LM. Determinants of outcome in
4. Shapiro MB, Jenkins DH, Schwab CW. Damage control: collective pancreatic trauma. J Trauma 1985; 25: 771.
review. J Trauma 2000; 49: 969. 25. Patton JH Jr, Lyden SP, Croce MA, et al. Pancreatic trauma: a simpli-
5. Enderson BL, Maull KI. Missed injuries: The trauma surgeon's neme- fied management guideline. J Trauma 1997; 43: 234.
siso Surg Clin N Amer 1991; 71: 399. 26. Carrillo EH, Richardson JD. The current management of hepatic trau-
6. American College of Surgeons Committee on Trauma. Advanced ma. Advances in Surgery 2001; 35: 39.
trauma life support manual. Chicago, American College of Surgeons, 27. Malhotra AK, Fabian TC, Croce MA, et al. Blunt hepatic injury: a
2001. paradigm shift to nonoperative management in the 1990s. Ann Surg
7. Rhodes M, Brader A, Lucke J, et al. Direct transpOlt to the operating 2000; 231: 804.
room for resuscitation of trauma patients. J Trauma 1989; 29: 907. 28. Richardson JD, Franklin GA, Lukan JK, et al. Evolution in the mana-
8. Bickell WH, Wall MJ, Pepe PE, et al. Immediate versus delayed resus- gement ofhepatic trauma: a 25-year prospective. Ann Surg 2000; 232:
citation for hypotensive patients with penetrating torso injury. NEJM 324.
1994; 331: 1105. 29. Carrillo EH, Spain DA, Wohltmann CD, et al. Interventional techni-
9. Abou-Khalil B, Scalea TM, Trooskin SZ, et al. Hemodynamic respon- ques are useful adjuncts in nonoperative management of hepatic inju-
ses to shock in young trauma patients: Need for invasive monitoring. ries. J Trauma 1999; 46: 619.
Crit Care Med 1994; 22: 633. 30. Johnson JW, Gracias VH, Gupta R, et al. Hepatic angiography in pa-
10. Abramson D, Scalea TM, Hitchcock R, et al. Lactate c1earance and tients undergoing damage control laparotorny. J Trauma 2002; 52:
survival following injury. J Trauma 1993; 35: 584. 1102.
11. Claridge JA, Crabtree TD, Pelletier SJ, et al. Persistent occult hypo- 31. Konstatakos AK, Barnoski AL, Plaisier BR, et al. Optimizing the ma-
perfusion is associated with a significant increase in infection rate and nagement ofblunt splenic injury in adults and children. Surgery 1999;
mortality in major trauma patients.'J Trauma 2000; 48: 8. 126: 805.
12. Davis JW, Parks SN, Kaups KL, etal. Admission base deficit predicts 32. Peitzman AB, Harbrecht BG, Rivera L, et al. Failure of nonoperative
transfusion requirements and risk of complications. J Trauma 1996; management of blunt splenic injury in adults: Variability in practice
41: 769. and adverse outcomes. J Amer Coll Surg 2005; 201: 179.
13. ixen D, Raum M, Bouillon B, et al. Base deficit development and its 33. Peitzman AB, Heil B, Rivera L, et al. Blunt splenic injury in adults:
prognostic significance in post-trauma critical illness. Shock 2001; multi-institutional study of the Eastern Association for the Surgery of
15: 83. Trauma. J Trauma 2000; 49: 177.
14. Choi PT-L, Yip G, Quininez LG, et al. Crystalloids versus colloids in 34. Meyer AA, Kudsk KA, Sheldon GE Retroperitoneal hematoma. In:
fluid resuscitation: a systematic review. Crit Care Med 1999; 27: 200. Abdominal Trauma. Blaisdell FW, Trunkey DD (eds). New York,
15. Mann DV, Robinson MK, Rounds ID, et al. Superiority of blood over Thieme, 1993; 398.
saline resuscitation from hemorrhagic shock. Ann Surg 1997; 226: 35. Barker DE, Kaufman HJ, Smith LA, el al. Vacuum pack technique
653. of temporary abdominal c1osure: a seven year experience with 112
16. Demetriades D, Velmahos G. Indications for laparotomy. In: TRAU- patients. J Trauma 2000; 48: 201.
MA. Moore EE, Feliciano DV, ~attox KL (eds). NewYork, McGraw- 36. Watts DD, Fakhry SM. EAST Multi-institutional Hollow viscus injury
Hill, 2004: 593. research group. Incidence of hollow viscus injury in blunt trauma: an
17. Chandler CF, Lane JS, Waxman KS. Seatbelt sign following blunt analysis from 275.557 trauma admissions from the EAST mu1ti-insti-
trauma is associated with increased incidence of abdominal injury. tutional trial. J Trauma 2003; 54: 289.
Am Surg 1997; 63: 885. 37. Fakhry SM, Brownstein M, Watts DD, et al. Relat!vely short diag-
18. Rozycki G, Ochsner M, Schmidt J, et al. A prospective study of sur- nostic delays produce morbidity and mortality in blun~small bowel
geon performed ultrasound as the primary adjunct modality for inju- injury: An analysis from time to oper~tive intervention in 198 patients
red patient assessment. J Trauma 1995; 39: 492. from a multicenter experience. J Traúma 2000; 48: 408.
19. Rozycki GS, Ballard RB, Feliciano DV, et al. Surgeon-performed ul- 38. Nance ML, Peden GW, Shapiro MB, et al. Solid viscus injury pre-
trasound for the assessment of truncal injuries: Lessons learned from dicts major hollow viscus injúry in blunt abdominal trauma. J Trauma
1450 patients. Ann Surg 1998; 228: 557. 1997; 43: 618.
NTR E DAÑOS

Carlos A. Ordóñez D, MD

Introd ucción A finales de los 80, algunos cirujanos se atrevieron a cam-


biar la norma de realizar la reconstrucción total en la primera
En la última década del siglo XX se encontró un cambio en
cirugía y fueron tildados como "Técnicos acobardados". La
la severidad de las lesiones y un aumento en la destrucción
necesidad es la madre de la invención y se ha demostrado a
tisular ocasionada por proyectiles de armas semiautomáticas
través de la historia de la cirugía; es así que, con los nuevos
con un promedio de 2,7 penetraciones por paciente. En efec-
problemas que sucedieron en los decenios de 1970 y 1980,
to, en el Centro de Trauma de la Universidad de Pensilvania
a finales de los años 80, se demostró que en contraposició~
~e~~ndarios a realizar todo el procedimiento en la operación
mlclal, las mentes preparadas e inquisitivas se volvieron
con los veinte años previos, las víctimas recibían heridas pe-
oportunistas y visionarias y surgió la técnica de la cirugía del
netrantes por arma de fuego con un solo proyectil y de más
control de daños como una opción para el grupo de pacientes
baja velocidad. Para contrarrestar el desafío en la presenta-
traumatizados complejos.
ción y la gravedad cambiante de las lesiones traumáticas los
Las normas y las guías son prácticas útiles en la formación
cirujanos de trauma idearon una nueva técnica que se llamó
de la escuela; el cirujano de trauma las debe conocer y seguir
posteriormente control d~ daños, con el fin de disminuir la
correctamente, pero cuando se ve abocado a un problema
mortalidad que iba en aumento (1-3).
~rave para el cual no hay guías, debe tener la capacidad de
~as víctimas secundarias a trauma cerrado, en especial
mnovar, desarrollar e inventar, como lo hicieron algunos ci-
aCCIdentes automovilísticos, con trauma severo torácico-
rujanos dejando deliberadamente compresas alrededor de un
abdominal y pélvico con exsanguinación, no han cambiado
hígado estallado porque a simple vista no había nada más que
su presentación en los últimos años, pero sí la estrategia en
hacer, o suturar una bolsa intravenosa estéril de plástico vacía
el manejo, al ser aplicado el método de control de daños en
(bolsa de Bogotá) para cubrir las asas intestinales edematiza-
estos pacientes.
das en el Hospital San Juan de Dios de Bogotá, Colombia,
Los grandes centros de trauma que tienen guías para el
porque no contaban con el material protésico y no podían
control ~e la reanimación, normas claras y precisas para las
cerrar la herida de la pared abdominal (4).
cirugías de trauma, siguen presentando altas tasas de morta-
Control de daños es el término utilizado más a menudo en
lidad cuando los pacientes se presentan con traumas devas-
la actualidad para describir toda una constelación de enfoques
tadores del tronco y exsanguinación. El desafío consiste en
ante los problemas quirúrgicos graves. Quizás el término más
conservar la homeostasis y la estabilidad fisiológica durante
apropiado sería cirugía por etapas, pues es lo que realmente
la lucha por el control quirúrgico de la hemorragia. A medida
se hace; se ha denominado también cirugía de salvamento
que pasa el tiempo durante la reanimación y la cirugía, se
pero este término tiene una connotación"d~ abandono y an-
produce una cascada mortal de acontecimientos, entre ellos
tes por el contrario se pasa de una etapa a otra rápidamente.
acidosis metabólica, hipotermia y coagulopatía, que se ha de-
Otro ~érmino muy usado es el de laparotomía abreviada que
nominado tríada productora de la muerte. Comprender esta
maneja el concepto/de terminar pronto la cirugía, pero no
situación constituye la base y la lógica subyacente sobre la
involucra la continuidad del proceso. El término más acuña-
que se ha estructurado el método del control de daños.
do por la literatura es el de control de daños que incorpora
Durante la década del 70 y del 80 el progreso tecnológico
la decisión cognoscitiva de iniciar y terminar el método por
en la cirugía cardíaca y de transp1antes con buenos resultados
ocasionó como consecuencia natural que se realizara una co~
etapas en un paciente traumatizado.
Las técnicas del control de daños han sido muy bienveni-
rrección completa y anatómica en la operación inicial, así el
das por los cirujanos de trauma que han sentido un descanso
problema quirúrgico fuera muy complejo y agudo, en especial
y un gran alivio cuando se enfrentan a estos problemas tan
si era secundario al trauma. El paciente quedaba muy bien ope-
complejos con una alta mortalidad.
rado en cuanto a su reconstrucción anatómica, pero moría rápi-
. Es lógico y posible que se aplique control de daños a pa-
damente por hipotermia, coagulopatía, acidosis, insuficiencia
CIentes que pueden ser reparados y reconstruidos en la pri-
respiratoria y posteriormente por falla múltiple de órganos, con
mera cirugía. También es lógico' que el entusiasmo por la
resultados frustrantes y costosos, con aumento en la estancia
técnica del control de daños haga que los cirujanos encuen-
en la unidad de cuidados intensivos y en el hospital.
tren aplicaciones nuevas e innovadoras sobre la base de este
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

concepto en otras técnicas y en otro tipo de cirugías. Por lo estandarizada que mostró como resultado una tasa de super-
tanto los cirujanos deben ser prudentes y tener mucho juicio vivencia de 58%.
quirúrgico cuando se decida adoptar alguna de estas técnicas Cuando se aplica a cohortes seleccionadas de pacientes la
pues se crean otros problemas nuevos, y puede convertirse supervivencia se incrementa en mayor grado aún (21). Se han
en una espada de dos filos con creación de un nuevo grupo publicado resultados semejantes en otros centros quirúrgicos
de problemas y trastornos. Pero lo que sí es cierto es que se (22-26). Parte del arsenal del cirujano durante muchos años
requiere más juicio quirúrgico para terminar prematuramente ha sido el concepto de la terminación rápida del procedimien-
la operación antes de que se presente la tríada de la muerte, to quirúrgico después del empaquetamiento intraabdominal
hipotermia, coagulopatía y acidosis (5) (figura 1). en caso de hemorragia masiva, a lo que sigue reexploración
más adelante para la reparación definitiva.

Tríada productora de la muerte


La tríada de hipotermia, coagulopatía y acidosis, denominada
también deficiencia metabólica crea un círculo vicioso que se
autopropaga y lleva a un insulto o lesión finalmente irrever-
sible, produce más muertes transoperatorias que la falla en
completar la reparación anatómica de los órganos. La frágil
cubierta fisiológica del paciente traumatizado se ve alterada
cuando existe hipotermia, coagulopatía y acidosis. La esen-
cia del control de daños es terminar la intervención quirúr-
Figura 1. Toraco-laparotomía para el control de daños. gica antes de que se produzca la violación de este frágil· en-
torno fisiológico. Con un principio subyacente clave, que es
Datos históricos sacrificar temporalmente el reparo anatómico completo para
atender el insulto fisiológico primero antes de que ocurra un
Feliciano (6) en 1988, en un reporte de 300 heridas abdomi- daño irreversible. Por ejemplo, al sangrado difuso por coagu-
nales por proyectil de arma de fuego mostró que realizaron lopatía le siguen arritmias ventriculares refractarias que pos-
cirugía definitiva en la operación inicial con una tasa global teriormente ocasionarán la muerte. Evitando que se llegue a
de supervivencia del 88,3%. Sin embargo, si los traumatis- este estado fisiológico, previniendo que el tiempo operatorio
mos eran vasculares de primera importancia, la tasa de su- no se prolongue, con laparotomías abreviadas, reparando el
pervivencia disminuyó al 60% y si estaba acompañada con daño anatómico en otra etapa es posible sacar adelante a los
lesiones viscerales concomitantes la supervivencia disminu- pacientes (figura 2).
yó aún más. Los autores concluyeron correctamente que la
acidosis, la hipotermia y la coagulopatía contribuyeron en un
85% de las defunciones que se produjeron en la población
ACIDOSIS
del estudio.
Sugirieron que las técnicas quirúrgicas alternativas para
reducir los tiempos operatorios contribuyeron a la tasa global
MUERTE
alta de supervivencia. Estas técnicas consistían en empaque-
tamiento y cierre rápido de la pared abdominal.
En 1983, Stone y colaboradores (7), describieron un acce-
so por etapas que consistió en empaquetamiento intraabdo- I HIPOTERMIA ·r-----~,.··lcOAGULOPA~íAI
....
minal y terminación rápida de la laparotomía, con aplicación
de maniobras temporales en los órganos lesionados, como el
Figura 2. Tríada productora de la muerte.
intestino y las vías urinarias. Desde esta época Stone sugirió
que podría terminarse la cirugía definitiva luego de corregirse
la coagulopatía e informó una tasa de supervivencia de 65% Acidosis metabólica
en 17 pacientes tratados con este método. Entre 1984 y 1993 La caída en el transporte y en el consumo de oxígeno du-
se informaron buenos resultados en diversos estudios que se rante el período de choque ocasiona una deuda de oxígeno a
centraron sobre empaquetamiento para el control de las lesio- los tejidos. A medida que transcurre el tiempo se presentará
nes traumáticas devastadoras de hígado (8-19). isquemia e hipoperfusión en esos órganos, ocasionando un
En 1992, Burch y colaboradores (20) describieron los cambio en el metabolismo aeróbico hacia el anaeróbico, lo
casos de 200 pacientes tratados con laparotomía abreviada que culminará en acidosis metabólica con lactato alto (27,
y reoperación planeada, identificaron una tasa de supervi- 28). Por lo tanto, la acidosis láctica es el resultado final de
vencia global de 33%. En 1993, Rotondo y colaboradores la hipoperfusión a los tejidos y es secu~daria al choque hi-
idearon el término control de daños, y detallaron una técnica povolémico.
44/ CONTROL DE DAÑOS

Niveles de lactato mayores a 5 mmoVlitro, se han sugerido mayor frecuencia durante las primeras 24 horas siguientes al .
que son disparadores para realizar el control de daños. Y por ingreso a la DCI, más necesidad de reanimación con crista-
el contrario, el aclaramiento progresivo del lactato en suero loides, mayor apoyo con inotrópicos y vasopresores. Además
indica restauración de la perfusión tisular y corrección de la en los hipotérmicos se incrementó la duración de la estancia
deuda de oxígeno (29-31). en el hospital y la tasa de síndrome de disfunción múltiple
Cuando la fosforilación oxidativa no puede producir ade- de órganos.
cuadamente el ácido adenosintrifosfórico (ATP), ya sea por No se ha definido con claridad la tasa de morbilidad en
déficit en el aporte de oxígeno o por bloqueo en la oxidación los pacientes gravemente traumatizados, pero es alta como
de sustratos, se llega a un aumento en la concentración de hi- la mortalidad.
drogeniones (H+) y por ende a acidosis metabólica. Se puede
decir que los hidrogeniones totales resultan de la suma de los Coagulopatía
hidrogeniones dependientes del CO)' volátiles o respiratorios
y de los dependientes de ácidos orgánicos, como el láctico, En el paciente con trauma severo que se encuentra hipotér-
que no son volátiles; es decir, si no se pueden eliminar por la mico, con acidosis metabólica y que se está exsanguinando,
respiración externa, usualmente se neutralizan y se elimina- se presentan varios problemas en la fisiología normal de la
rán por el riñón (32). coagulación. Es claro que un factor predominante que go-
El ATP es el producto final de la conservación y la trans- bierna la coagulación es la temperatura corporal. Durante
ferencia de energía en el metabolismo oxidativa de todos los la hipotermia la cascada de la coagulación (44) se inhibe en
sustratos y al hidrolizarse liberará la energía almacenada en grado relativo.
los procesos anabólicos del organismo. Así se produce el Las pruebas estándar practicadas para valorar la función
equilibrio entre la producción y el consumo de energía para de la coagulación, como el tiempo parcial de tromboplastina
mantener la vida, si éste es deficiente y hay demora en la (PTT) , Y el tiempo de protrombina (PT) se efectúan a una
restitución por inadecuado aporte o consumo de oxígeno la temperatura estandarizada de 37 grados centígrados (45).
disfunción múltiple de órganos se presentará con rapidez y Rohrer y Natale (46) demostraron un aumento importante
posteriormente la falla d~ éstos y luego la muerte (33). Se en el PT y PTT con la baja de la temperatura en voluntarios
remite al lector a los capítulos de acidosis metabólica. sanos. Concluyeron que la hipotermia contribuye a la diátesis
hemorrágica y puede pasar inadvertida en las pruebas a tem-
peratura estándar. En estudios clínicos previos se ha demos-
Hipotermia
trado (47-49) merma cuantitativa y cualitativa de los factores
En los traumas severos que requieren reanimación agresiva, de la coagulación como resultado del choque hemorrágico y
se presenta hipotermia como una consecuencia fisiopatoló- de la reanimación masiva. Concluyendo que la hipotermia
gica inevitable. Ésta se debe entre otras razones a pérdida produce un decremento en la tasa de reacción de la cascada
de calor en el campo operatorio, a la gravedad del trauma- de la coagulación con disminución en la producción de los
tismo, la edad del paciente, a las maniobras de reanimación factores de la coagulación.
con líquidos fríos, a la exposición de las cavidades corporales En el estudio de 1987 por Valeri y colaboradores (50), se
durante la intervención quirúrgica, al grado de transfusión, al demostró que la hipotermia cutánea en un modelo animal
trastorno en la termogénesis, y a la temperatura ambiente del disminuía las concentraciones plasmáticas de tromboxano e
quirófano, entre otras (34-37). Estas causas multifactoriales incrementaba los tiempos de sangrado. Esto implica que los
contribuyen a la relación entre la hipotermia y la muerte que cambios de temperatura afectan a la vía de la ciclooxigenasa,
se ha informado en diferentes estudios (38, 39). por lo tanto, al equilibrio del tromboxa'lla ~y la prostaciclina.
En el informe de Jurkovich y colaboradores (36), se di- Estas observaciones puedep explicar la observación clínica
lucidaron las consecuencias de la hipotermia en los pacien- frecuente de hemorragia persistente en el paciente hipotérmico
tes traumatizados. En este estudio de 71 pacientes adultos a pesar de la concentración cuantitativa normal de plaquetas.
con trauma grave, la mortalidad se incrementó de 40% hasta En un modelo animal (51), con transfusión masiva, cho-
100% cuando se compararon los individuos con temperatu- que e hipotermia se ha demostrado activación del sistema
ras centrales de 34 grados centígrados con los pacientes que fibrinolítico. Pero los estudios clínicos sobre la fibrinólisis
tenían 32 grados o menos. después del trauma mayor tienen resultados mucho menos
Se han descrito como efectos adversos secundarios a la claros. Lo que sí es claro es que se produce incremento en la
hipotermia las arritmias cardíacas, la reducción del gasto car- fibrinólisis después de un trauma mayor contribuyendo a la
díaco, el aumento en la resistencia vascular sistémica y la coagulopatía. La observación clínica muestra que la acidosis
desviación de la curva de saturación de la hemoglobina hacia metabólica, la hipotermia y la dilución contribuyen en gra-
la izquierda (40-42). dos variables al desarrollo de la coagulopatía y al progreso
En un estudio de 262 cirugías de aneurisma aórtico abdo- hacia la muerte. Con estos hechos en mente será necesario
minal electivo, realizado por Burch y colaboradores (43), se controlar o prevenir cada uno de estos factores para detener
encontró que los pacientes hipotérmicos (temperatura menor esta cascada letal de acontecimientos en las víctimas trauma-
de 34,5 grados centígrados) tenían disfunción orgánica con tizadas que se están exsanguinando.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

El cirujano y el control de daños y tres pasos adelante a los cirujanos, al anestesiólogo y al


equipo de la UCI. Usted rápidamente puede ir variando las
El cirujano de trauma debe ser un cirujano que maneje tres di-
decisiones dependiendo del cambio y de las manifestaciones
mensiones como lo explican los doctores Hirshberg y Mattox
que el paciente va presentando, esto lo siente y percibe como
en el "Top Knife" (52). Debe conocer la estrategia, el manejo
cirujano y lo debe trasmitir al equipo. De esta manera puede
del equipo y la táctica.
abordar con ayuda oportuna el problema en beneficio de us-
La dimensión estratégica de una operación consiste en co-
ted y su paciente.
nocer los objetivos, el significado, las alternativas y opciones
La tercera dimensión es el pensamiento táctico, consiste
para lograr el control en el menor tiempo posible. Debe tener
en saber y conocer la secuencia de cada uno de los pasos del
una visión amplia de la severidad del trauma y no focalizarse
acto quirúrgico y su objetivo final. Conociendo las maniobras
en lesiones que no amenazan la vida en ese instante.
claves y los enores clásicos de cada procedimiento operato-
Cada operación de trauma sigue una secuencia de pasos
rio se realiza una cirugía adecuada, efectiva y rápida. Usted
estratégicamente reproducibles, primero logra el acceso y
deberá aplicar, enseñar y adquirir experiencia con este prin-
exposición de la cavidad, de inmediato realiza un control
cipio. Si una maniobra falla usted debe tener una alternativa y
temporal del sagrado y controla las fugas del intestino, poste-
no perseverar considerándolo como una falla personal. Pause
riormente realiza una exploración completa y define el grado
y reconsidere sus opciones, piense si ese acto es necesario, si
de las lesiones y por último toma una de dos decisiones; hace
es requerido o si puede ser diferido temporalmente, cambiado
un reparo definitivo de todas las lesiones vasculares e intesti-
por otro método que puede ser más simple o tener paciencia
nales y ciene formal de la cavidad o hace control de daños.
y esperar. Otra opción es reintentar cambiando algo en la téc-
La decisión de control de daños obliga al uso de medidas
nica con un mejor ángulo, mejorando la exposición o con un
de control temporal en los órganos sólidos, las lesiones vas-
nuevo asistente o pedir ayuda, otro más experimentado po-
culares e intestinales, con un ciene no convencional de la
dría resolver el problema; si usted tiene esta posibilidad haga
cavidad, finalizando rápidamente la cirugía. Se debe tomar
uso de ella, esto es un signo de buen juicio. La repetición de
esta decisión muy temprano y no verse envuelto en una ca-
una técnica no exitosa es un enor que siempre lo va a llevar
tástrofe posterior en un paciente. muy comprometido. Luego
al fracaso. La flexibilidad táctica es la habilidad para percibir
se planea el retorno a cirugía para los reparos definitivos en
nuevas soluciones a situaciones operatorias inusuales. A una
circunstancias más favorables.
situación compleja se le deben dar soluciones rápidas, sen-
En esta decisión estratégica se deben considerar cuatro
cillas y efectivas. Utilice su experiencia, piense si ha estado
factores. La severidad de la herida y la combinación de una
en un contexto similar en cirugía de urgencias o electiva, si
lesión vascular e intestinal. La cantidad de sistemas compro-
alguna técnica conocida con cierta modificación le puede ser
metidos. El trabajo y el tiempo que demandan para ser re-
útil en el contexto. Puede resolver el problema parcialmente
sueltos con relativa urgencia. Los números de la monitoría
y retornar después en mejores circunstancias. Recuerde que
de anestesia no reflejan el verdadero impacto en el daño de la
no es necesario lograr un reparo anatómico definitivo, debe
cubierta fisiológica que ocunirá en el tiempo. Debe tener en
controlar el daño parando el sangrado y suspendiendo la con-
cuenta la calidad del servicio, de su equipo y de los recursos
taminación.
disponibles. El control de daños es un gran ecualizador de la
cirugía de trauma.
La segunda dimensión consiste en ser el líder del equi- El control de daños
po, debe coordinar y mostrar el objetivo terapéutico, no debe El término control de daños describe un enfoqqe sistemático
asumir que su equipo conoce todas las técnicas y las estrate- de cuatro etapas cuya finalidad es impedir la cas(xlda mortal
gias, el cirujano debe claramente comunicar el plan, inclu- de acontecimientos que culminará con el fallecimiento del
yendo al anestesiólogo y al grupo de UCI. Debe evitar perder paciente por exsanguinación (21) (figura 3).
tiempo durante la preparación del paciente antes del inicio de La primera fase, llamada'Ground Zero o etapa O. Se rea-
la cirugía y debe dirigir estos momentos con precisión y agi- liza en el área prehospitalaria y urgencias, con un transporte
lidad evitando que el "agujero negro" tiempo entre el ingreso ágil, rápido y adecuado, se controla el sangrado visible, se
del paciente al quirófano hasta la apertura de la piel, sea in- previene la hipotermia y se traslada rápidamente a cirugía.
necesariamente prologado, porque durante este intervalo el La etapa l, del control de daños, consiste en la laparotomía
paciente es movido, posicionado y preparado pero continúa exploradora inmediata para el control de la hemonagia y de
con sangrado interno. Utilice el agujero negro en preparacio- la contaminación. Se realiza empaquetamiento de las super-
nes efectivas, en el paciente en shock cada segundo cuenta, el ficies cruentas y sangrantes de los órganos lesionados, y se
lavado del paciente debe ser muy rápido y efectivo, la esteri- controla la contaminación, con las técnicas más simples, se
lidad minuciosa es un lujo en el shock hemonágico severo y ciena la pared abdominal con una malla, y se previene la hi-
prepararse para el abordaje del peor escenario posible. Mane- pertensión intraabdominal. La etapa II, del control de daños,
je el equipo como si fuera un jugador experto de ajedrez, ade- consiste en la reanimación secundaria en la unidad de cui-
lantándose a los acontecimientos y dando órdenes pertinentes dados intensivos (UCI) que se caracteriza por una reanima-
con un paso adelante a la circulante, dos a la instrumentadora ción hemodinámica, con apoyo ventilatorio, recalentamiento
44/ CONTROL DE DAÑOS

central, corrección de la coagulopatía, y la identificación de visible, se previene la hipotermia, se solicita de inmediato la


lesiones secundarias. Una vez que se haya restaurado la fisio- transfusión de glóbulos rojos, se miden los gases sanguíneos,
logía normal, entra en funcionamiento la etapa III del con- se decide si se requiere un estudio radiológico y se traslada el
trol de daños, que consiste en la reoperación planeada o .no paciente lo más pronto posible a sala de operaciones (53).
planeada para el retiro del empaquetamiento intraabdominal,
las reparaciones de las lesiones vasculares y viscerales, pos- ETAPA I
teriormente el cierre definitivo de la pared. Esta última etapa
se puede realizar en varias cirugías o en una sola en la unidad La primera laparotomía
de cuidados intensivos o en el quirófano. Cuando existe un trauma devastador con compromiso vas-
cular y visceral concomitante, el buen resultado dependerá
del juicio quirúrgico del cirujano de trauma, en la primera
GROUND O
Prehospitalario y urgencias laparotomía, al aplicar las técnicas del control de daños con
un criterio disciplinado, que incluye control operatorio expe-
Reconocimiento del problema
Inicio de la reanimación
Control del sangrado visible
1
ETAPA 1. CIRUGíA
dito y terminación inmediata del procedimiento. El control
de la hemorragia se realizará con empaquetamiento del lecho
Prevención de la hipotermia cruento sangrante o de la lesión severa del órgano compro-
Transfusión de glóbulos rojos Control de la hemorragia metido, o con técnicas vasculares sencillas, como ligaduras,
Medición de gases sanguíneos Control de la contaminación pinzamiento de los vasos no accesibles, derivaciones tempo-
Estudios radiológicos Empaquetamiento
rales y taponamiento con sondas de balón, en las lesiones
Traslado a cirugía. Cierre temporal
vasculares (54-56). No se deben realizar reparaciones com-
plejas con anastomosis o injertos y si es necesario se emplean

ETAPA 111. CIRUGíA


1
ETAPA 11. UCI
derivaciones vasculares temporales (57). .
Las lesiones traumáticas de los órganos huecos se contro-
lan de modo temporal, con ligadura, grapas o suturas sim-
Relaparotomía planeada ' Restitución de la reserva fisiológica ples. Se difieren las anastomosis, las reconstmcciones y las
Retiro del empaquetamiento Reanimación agrasiva ostomías. Cuando se controla la hemorragia y la contamina-
Reconstrucción vascular Corrección: coagulopatía, acidosis,
e intestinal hipotermia ción, se da por terminado con prontitud el procedimiento, las
Cierre de la pared abdominal Optimizar hemodinamia reparaciones y reconstrucciones definitivas se realizarán en
Apoyo ventilatorio
t Exploración terciaria
Relaparotomía no planeada
una cirugía posterior programada por etapas.
El cierre rápido del abdomen se logra mediante mallas de
material no absorbible, suturadas a la piel o a la fascia, la bol-
sa de Bogotá, el sistema vacuum pack o el YAC (58-62).
De manera característica, los volúmenes de líquidos para
Figura 3. Enfoque sistemático del control de daños.
la reanimación son muy altos durante la etapa I del control
de daños. No es raro que se tengan que administrar más de
GROUND O 10 a 12 litros de soluciones cristaloides, de 8 a 12 unidades
Esta fase O se describe como la que ocurre antes de la cirugía de glóbulos rojos, de 8 a 10 unidades de plaquetas, de 8 a 12
inicial, cuando el paciente se encuentra en el área prehospi- unidades de plasma fresco congelado y crioprecipitado. Esta
talaria y en urgencias. Se divide en dos partes. La primera, sobrerreanimación puede llegar a produeir hipertensión in-
es desde el momento en que ocurre el trauma y se inicia la traabdominal y síndrome de compartimientb abdominal que
atención en el área hospitalaria con los componentes inheren- pueden evitarse y prevenirse' mediante el uso de estos siste-
tes al sistema de trauma. El·sistema de trauma tiene que estar mas no convencionales en el cierre de la pared.
preparado para ser muy rápido, coherente y efectivo, se debe Los tiempos operatorios pueden variar entre 60 y 180 mi-
aplicar la política de ver y correr. En esta parte inicial del nutos, lo ideal es la realización de la laparotomía inicial en el
Ground O se hace énfasis en el transporte rápido a un hospital menor tiempo posible (4, 21, 63-71).
capacitado y adecuado en la atención de traumas severos.
La segunda parte de esta fase O se realiza en los servicios Control de la hemorragia
de urgencias de los hospitales que manejan el trauma grave.
La prioridad del cirujano de trauma durante la laparotomía
Se incluyen todas las maniobras antes de la laparotomía. Un
inicial es el control de la hemorragia. En los traumas graves,
servicio de urgencias debe tener un equipo multidisciplinario
a menudo no es posible la hemostasia directa, con ligaduras
capacitado en el manejo del trauma grave que se activa cuan-
o suturas de los vasos sangrantes, y se tiene que recurrir a
do un paciente es anunciado o ingresa al servicio. Este equipo
las técnicas de hemostasia indirecta. El empaquetamiento es
de control de daños en urgencias reconoce el problema, de-
mucho más que dejar colocadas ~ompresas de laparotomía
cide y establece que el paciente necesita control de daños, se
sobre las superficies que sangran para lograr la hemostasia.
inicia el control con la reanimación, se contiene el sangrado
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Requiere juicio y experiencia, lo mismo que obediencia a di- ja bien, las compresas más superficiales deben estar secas y
versos principios técnicos importantes. Las compresas de la blancas, si están húmedas y rosadas es preferible retirarlas y
laparotomía son la mejor elección en material para el empa- revisar de nuevo, realizar algunas ligaduras, utilizar hemos-
quetamiento, son adecuadas para empaquetar las superficies táticos tópicos y volver a empaquetar interna y externamente
cruentas y sangrantes de los diferentes órganos. El empaque- en el mismo acto y no ser llamado en dos horas de la UeI
tamiento hepático en heridas graves ha sido una técnica pro- porque el sangrado por el vacuum pack es muy alto, con un
bada a través del tiempo y ha logrado realizar la hemostasia paciente de nuevo en shock (figuras 4, 5).
con un alto grado de supervivencia (4,21,63-71). En los últi-
mos años se ha utilizado también con muy buenos resultados
para el control de la hemorragia retroperitoneal y pélvica (12,
72-77). El empaquetamiento debe realizarse lo más pronto
posible, cuando el paciente todavía es capaz de formar coá-
gulos y no esperar a la coagulopatía.
Un principio clave en el empaquetamiento hepático con-
siste en que los vectores de presión creados por las compre-
sas deben re aproximar los planos titulares rotos (78). Esto
significa que, a fin de lograr la hemostasia eficaz, debe movi-
lizarse y comprimirse con rapidez el lóbulo hepático trauma-
tizado mediante colocación de las compresas tanto por arriba
como por debajo (o por delante y por detrás) del hígado le-
sionado, creando un sándwich bien compacto.
La compresa se coloca sobre la superficie cruenta en for-
ma de acordeón, haciendo fuerza con los dedos y/o con una
pinza larga. Se colocan de 3 a 5 compresas por arriba o por Figura 4. Sangrado activo.
delante, o las que el cirujano considere necesarias para lograr
el buen empaquetamiento, de 2 a 4 compresas por debajo o
por detrás, para lograr reaproximar los planos tisulares rotos.
Si existe un gran defecto en el lóbulo del hígado lesionado
se puede introducir en lo más profundo material absorbible
(Surgicel) si lo hay, y se inicia el empaquetamiento con com-
presas desde adentro de la herida haciendo presión sobre las
paredes y sobre éstas se coloca el empaquetamiento externo
en sándwich. No se debe realizar un rollo con la compresa
y luego colocarla sobre la superficie cruenta. Pueden existir
errores en el empaquetamiento, el primero es el sobreempa-
quetamiento, que se refiere al uso de demasiadas compresas
para lograr el objetivo, lo que da por resultado un aumento Figura 5. Empaquetamiento.
en la presión intraabdominal, con disminución del retorno
venoso, con caída del gasto cardíaco y deterioro hemodiná- El empaquetamiento puede ser mejorado eR casos de le-
mico súbito, debido a la compresión de la cava retrohepática siones muy severas del hígado o ge vasos con cla'mpeo difícil
por el sobreempaquetamiento o por la presión intraabdomi- con técnicas combinadas de embolización si se cuenta con
nal sostenida durante el cierre de la pared abdominal. El otro el recurso de un equipo d,e angiografía con personal entre-
error es el empaquetamiento deficiente que se refiere a la co- nado. La selectiva embolización de una arteria lesionada de
locación ineficaz de las compresas que no pueden detener la difícil abordaje puede ser salvadora y ayudar eficazmente al
hemorragia. Estas pocas compresas quedan empapadas con empaquetamiento, esta decisión se debe pensar y ejecutar rá-
rapidez mientras el sangrado prosigue por debajo de ellas pidamente, este manejo no es excluyente, la embolización es
mismas y hacia alrededor. Este trastorno debe reconocerse adyuvante de un empaquetamiento efectivo (52).
rápidamente y de inmediato someter al paciente a un nuevo El proceso de retiro del empaquetamiento no debe ser me-
empaquetamiento y no confiarse en que quedó bien hecho el nospreciado por los cirujanos, se debe considerar como una
empaquetamiento inicial y que la coagulación se encargará cirugía de precisión. Las compresas se remojan con abun-
de controlar la hemostasia. Se debe recordar que el empa- dante solución salina, y las que están colocadas en forma de
quetamiento es ineficaz para detener la hemorragia de los acordeón se van soltando lentamente con mínimo esfuerzo,
vasos mayores y arteriales, los cuales se deben controlar con se debe tomar el tiempo y la paciencia necesaria para la
métodos hemostáticos directos. No termine la cirugía hasta extracción y la prevención del resangrado. Las compresas
no estar seguro de que el empaquetamiento funciona y traba-
44/ CONTROL DE DAÑOS

colocadas en forma de rollo saldrán de esta misma manera, ligadura, y las derivaciones intraluminales temporales. Éstas
requiriendo más fuerza para ser extraídas y con más posibi- son rápidas y directas. Se debe emplear en los pacientes hi-
lidades de resangrado. Por lo tanto, no se recomienda empa- potérmicos con coagulopatía para controlar la hemorragia o
quetar de esta manera. No se debe colocar un plástico sobre conservar el flujo distal (81-83).
el área cruenta, y luego empaquetar con las compresas, pues Se llama técnicas complejas a las reconstrucciones vas-
se pierden las funciones básicas de las compresas. En efecto, culares como anastomosis término terminal o interposición
el plástico permite que la compresa se deslice y no haga la de injertos de vena safena o de material sintético. Estas téc-
suficiente presión sobre la lesión a la que se está sometiendo nicas consumen mucho más tiempo operatorio, no son una
a compresión. Además el plástico impedirá que las plaquetas opción buena durante la operación primaria del paciente que
y la fibrina se localicen entre el área cruenta y la compresa se encuentra hipotérmico, acidótico, en coagulopatía y que
impidiendo la realización de una película de fibrina y pla- se está exsanguinando. Estas técnicas vasculares complejas
quetas sobre el área cruenta y la compresa. El material de la se deben realizar como procedimientos secundarios después
compresa parece atraer los productos de la coagulación. Si se de que se ha complementado la reanimación en la unidad de
deja el plástico entre la compresa y el área cruenta sangrante cuidados intensivos y el paciente entra en otra etapa del con-
se limitarán estas dos funciones del empaquetamiento. Dife- trol de daños. Los pacientes con trauma vascular mayor y/o
rentes cirujanos han propuesto esta técnica del plástico con trauma visceral múltiple obtienen los mejores beneficios con
el fin de prevenir el resangrado cuando se retiran las compre- el principio del control de daños (80, 82-87). A continuación
sas. Pero si la técnica se hace con cuidado no se producirá el se describen las técnicas vasculares simples que se utilizan en
resangrado. Si se presenta éste no hay que dudar en reempa- el control de daños.
quetar de nuevo (figura 6).
Sutura lateral
Los grandes vasos del área toraco-abdominal y de las extre-
midades proximales se pueden reparar a menudo con cierre
primario y sutura lateral. Se pueden reparar tanto las arterias
como las venas cuando no existe desvitalización de la pared
vascular o una sección transversal compleja. Hay que tener
en cuenta y presente que este tipo de suturas laterales pueden
estenosar los vasos, más aún cuando la reparación se hace
rápida para el control de la hemorragia. Por eso se debe valo-
rar en la cirugía por etapas posterior y decidir si requiere ese
vaso otro tipo de reparo o una nueva sutura en caso de una
estenosis grave, o que implique un riesgo de oclusión tardía y
Figura 6. Retiro del empaquetamiento. Irrigación con solución salina.
que sea catastrófica en el futuro. Por lo tanto, se deben revisar
todas las estructuras reparadas en la operación inicial y deci-
El taponamiento mediante una sonda con balón es una técnica
dir si se dejan con este tipo de reparo o hay que cambiarlas
de hemostasia indirecta a la cual hay que recurrir en caso de
por una derivación más compleja.
sangrado de sitios profundos e inaccesibles. En el abdomen
se usa cuando existe una herida profunda del lóbulo derecho
Ligaduras
del hígado que lo atraviesa de lado a lado (4, 79). Se utiliza
una sonda Sengtaken-Blakemore a través de la trayectoria del Es una alternativa y una opción válid~' (>I¿ando el paciente
proyectil sangrante. Se insufla el globo gástrico en el exterior tiene compromiso de su estado fisiológico.' Todas las venas
por detrás del hígado, sirve como punto de fijación para pre- de las extremidades se pueden ligar. En la cirugía del control
venir el desalojo de la sonda y posteriormente se insufla el de daños no hay que perder tiempo en la reconstrucción de
globo esofágico que estará dentro de la herida, se infla hasta una vena, se puede ligar con impunidad sobre todo en las ex-
que el sangrado se controle. La sonda se puede sacar hacia el tremidades. Siempre que se ligue una vena poplítea se debe
exterior y se puede retirar sin una reoperación, simplemente realizar fasciotomía (88), las venas subclavias e ilíacas igual
con vaciar los globos y tirar de la sonda para extraerla. Tam.:.. que la cava inferior se pueden ligar con rapidez y el costo es
bién se puede usar una sonda Foley en trayectos sangrantes el edema postoperatorio de la extremidad. La ligadura de la
de proyectiles en la profundidad de la pelvis como en otras vena porta entraña una posibilidad de supervivencia del 10%
situaciones del tronco, el cuello y de la cara (80, 81). por lo menos (89). Por lo tanto, para el paciente que se, en-
cuentra en estado agónico, esta consideración debe ser válida
Técnicas vasculares y se debe realizar. Se conoce una tasa baja de permeabilidad
con el reparo de la vena porta y la vena mesentérica superior
En el tratamiento quirúrgico del trauma vascular son utiliza- en supervivientes. Por tal razón, cabe aceptar la posibilidad
das técnicas vasculares simples y complejas. Entre las técni- de la ligadura (90). Hay que tener muy en cuenta que las li-
cas simples del reparo vascular se incluye la sutura lateral, la gaduras de la vena porta y la mesentérica superior producen
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

pérdidas gigantescas al tercer espacio y se requiere una reani-


mación agresiva con líquidos endovenosos (90-96).
En cuanto a las arterias se sabe que la ligadura de la ar-
teria mesentérica superior se puede realizar en el extremo
más proximal cuando existen lesiones muy graves con una
sobreviva global del 58% (97, 98). Esto es posil;le gracias a
que suele ser suficiente el flujo sanguíneo colateral al intes-
tino medio proveniente del tronco celíaco y la mesentérica
inferior. La arteria hepática y la esplénica se pueden ligar sin
mayores problemas. Se cone un riesgo considerable cuando
se liga la arteria ilíaca, la femoral común y la femoral super- Figura 7a. Derivación temporal.
ficial (99). Puede existir isquemia crítica de la extremidad y
este tipo de ligaduras debe ir siempre acompañado de una Otro tipo de derivación utilizada es la llamada derivación
fasciotomía abierta porque la isquemia crítica de la extremi- de carótida que se emplea en las endarterectomías carotídeas.
dad o el síndrome temprano de compartimiento son difíciles La utilidad de ésta es que la derivación tiene una forma de T
de diagnosticar durante el postoperatorio inmediato en caso y permite la verificación repetida de la permeabilidad y poder
de estas ligaduras (100). La carótida interna se puede ligar hacer lavados en caso de que se necesite irrigar la arteria.
como maniobra para salvar la vida con posibilidades razona- Estas son más difíciles de obtener, y más costosas por lo que
bles de recuperación neurológica (101). En cambio la caróti- se utiliza mucho menos que la sonda de Nelaton. La duración
da externa se puede ligar con impunidad sin ningún problema de la permeabilidad de la derivación se ve comprometida por
para el paciente. La arteria subclavia se puede ligar si no ha diferentes factores técnicos y fisiológicos. En un reporte del
existido destrucción importante de los tejidos blandos de la Ben Taub General Hospital en datos publicados refieren que
región del hombro. Cuando la destrucción es masiva se pro- han tenido derivaciones hasta 52 horas después de la opera-
duce una isquemia crítica en la extremidad. ción inicial sin complicaciones en la permeabilidad y funcio-
, nalidad de la derivación (108). No se requiere heparinizar en
Derivaciones temporales forma sistémica debido a que el paciente por lo general pre-
senta algún grado de coagulopatía, pero hay que tener muy
Las derivaciones abdominales intraluminales en caso de trau- presente la perfusión distal de la extremidad. El problema
matismo vascular muy severo se han utilizado de nuevo en más grave de las derivaciones temporales es su obstrucción
los últimos años, con apoyo en la experiencia tanto clínica y pérdida del flujo distal, por lo tanto, hay que estar muy
como en las investigaciones de laboratorio (102-107). alerta de esta situación y la valoración tiene que ser clínica
Este tipo de derivaciones se emplearon hace algunos años de seguimiento muy estricto. El otro problema es el desaloja-
rutinariamente cuando se operaba en conjunto con ortopedia miento de la derivación y rápidamente se hace el diagnóstico
y cirugía vascular, permitiendo la perfusión a la extremidad por extravasación repentina de sangre y tumefacción de la
mientras se realizaba la cirugía ortopédica y posteriormente extremidad que está comprometida. Sin embargo es mucho
realizando el injerto vascular definitivo. Así se prevenía la menos frecuente debido a que si se ha realizado el procedi-
isquemia en la extremidad (102). miento bien, el desplazamiento no debe ocurrir. Siempre se
En la cirugía del control de daños, las derivaciones tem- debe buscar el llenado capilar, comparar la temperatura de
porales representan una técnica clave y salvadora. El fin es una extremidad a la otra y la diferencia en eLcalor. Los sig-
preservar el flujo distal en una arteria lesionada que de otra nos duros y la ausencia de pulso en la señal del ClQPpler, debe
manera habría requerido una reparación compleja. Esto se poner en alerta al grupo quirúrgico y el paciente debe ser
hace con rapidez y facilidad en la operación inicial, se reali- inmediatamente llevado a cirugía u operado en la unidad de
za inmediatamente después de obtener el control proximal y cuidados intensivos con el fin de sustituir la derivación que se
distal de la arteria comprometida. ha obstruido o desalojado y poder restaurar la permeabilidad
Los materiales más utilizados para las derivaciones tem- y la inigación distal.
porales son las sondas de Nelaton de diferente calibre de- Se ha probado con anterioridad que la isquemia y reper-
pendiendo del diámetro de la arteria que tenga el problema. fusión producen un daño celular muy importante. Esto ocu-
Es la derivación más barata, eficaz, de diferente longitud y ne con mayor frecuencia cuando se ha realizado ligadura y
calibre, dependiendo de la arteria a tratar (103). Se coloca posteriormente se reperfundirá el vaso con una derivación
la sonda Nelaton en ellumen de la arteria y se fija con dos compleja (109-112). Con las derivaciones temporales es mu-
sedas para sujetarla bien tanto en el extremo proximal como cho más factible disminuir estas posibilidades de isquemia y
en el distal. Posteriormente de verifica el flujo, la inigación reperfusión, en casos muy graves, cuando es necesario apli-
y la perfusión a la extremidad, o al segmento que se necesite car la técnica de control de daños para problemas vasculares
inigar (figura 7). severos (104-107).
44/ CONTROL DE DAÑOS

Se han reportado derivaciones temporales con muy buen El muñón se deja abierto, empaquetado con compresas pre- .
éxito en las arterias humerales, ilíacas, femorales y poplíteas viniendo un sangrado difuso ocasionado por la coagulopatía,
(98, 102, 104-106). Hay un solo caso reportado en la litera- y se realiza un cierre temporal con un plástico suturado a
tura con una derivación temporal que 'dio buenos resultados los bordes en forma circunferencial. El cierre definitivo y la
en la arteria mesentérica superior (107). En nuestro medio revisión del muñón se harán en un procedimiento posterior
hemos utilizado derivaciones temporales en estas arteriales por etapas (86).
incluyendo la arteria mesentérica superior con resultados
aceptables, utilizando las sondas de Nelaton de diferentes Control de la contaminación
calibres. Se han reportado derivaciones temporales con tubo
La segunda prioridad de la laparotomía bajo la técnica de
de tórax en la aorta en pacientes en estado agónico, pero sin
control de daños es evitar la contaminación ocasionada por el
sobreviva posterior en la unidad de cuidados intensivos, por
contenido intestinal, o por orina. Las perforaciones simples
Ramchandani M, comunicación personal. Nosotros hasta el
del intestino delgado o del colon se reparan con una sutura
momento hemos realizado esta derivación aunque sin éxito.
continua en un solo plano. Si el intestino requiere resección y
Se ha realizado clampeo temporal de la aorta con reoperación
posterior (figura 7b). anastomosis no se debe realizar y en cambio se debe aplicar
una técnica temporal. Se reseca el intestino traumatizado e
isquémico y las bocas viables se ligan con cintas de algodón
(cinta umbilical) y/o hiladillas, que se pasan a través del me-
senterio, preferiblemente se deben colocar dos, con el fin de
evitar una nueva contaminación si una de éstas se suelta o
afloja. También se pueden grapar las bocas de las asas trau-
matizadas en sentido trasversal con una grapadora lineal (4,
80, 113) (figura 8.) Si existe una lesión gástrica o duodenal
que requiere resección y reconstrucción se deja grapada o su-
turada y la reconstrucción se realiza en un segundo tiempo.

Figura 8. Ligadura de las bocas intestinales con hlladillas.


Figura 7b. Derivación temporal con tubo de tórax en la aorta abdominal. "- '."

Las derivaciones temporales en las venas no tienen justifi- Se evita de esta manera'la resección y la reconstrucción
cación hasta el momento excepto posiblemente en las venas formal con anastomo~is término terminal que consumen mu-
ilíacas cuando hay una exposición y un control técnicamente cho más tiempo. Además la integridad de las anastomosis
difícil y se podría realizar como una medida de hemostasia está en peligro por la hipoperfusión tisular durante la etapa
coadyuvante. En general, para las venas lo recomendado es de shock. La exteriorización del colon en forma de colosto-
la ligadura, esperando la complicación subsiguiente que es el mía madurándola o no, aunque puede ser relativamente rápi-
edema en las asas y las extremidades. Esta complicación se da no se aconseja y no es una buena opción debido a que la
debe tener presente en la reanimación agresiva, si la ligadura pared edematosa, en la reanimación puede sufrir más edema
es intraabdominal; o la fasciotomía, si la ligadura es en las y el asa que se ha abocado en forma de ostomía se puede
extremidades (89-96). necrozar por falla en la irrigación. Además se consume de
En caso de enfrentarse a una amputación traumática por todos modos más tiempo tratando de realizar esta opción. Si
una extremidad destruida se debe aplicar también esta téc- la herida es simple es preferible la sutura continua igual que
nica y el procedimiento del control de daños, para la cual el intestino delgado y/o graparlo o ligarlos con las hiladillas.
la amputación requiere alguna modificación. Se secciona el Dejar el colon ligado o grapado e~ una solución mucho más
hueso y el músculo, y se ligan solamente los vasos mayores. viable, práctica y simple que hacer algún tipo de ostomía o
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

algún tipo de anastomosis. En resumen se debe controlar la tinuación se sutura a los bordes de la piel en la incisión qui-
contaminación con suturas rápidas o con ligaduras, sin resec- rúrgica con una sutura de monofilamento continuo, logrando
ción y anastomosis formal. cerrar el abdomen, contener las asas intestinales, y evitar el
Cuando hay traumatismos de las vías biliares y del área síndrome de compartimiento abdominal. Las ventajas de las
pancreatoduodenal, se debe realizar empaquetamiento en el bolsas de plástico son el precio bajo, la protección íntegra del
área sangrante, exclusión pilórica simplificada sin yeyunos- intestino, y la transparencia que permite al cirujano diagnos-
tomía y drenaje de la vía biliar. Si hay destrucción total del ticar con rapidez y oportunidad una hemorragia sostenida y
complejo pancreatoduodenal se puede realizar una pancrea- una fuga incontrolable del tubo digestivo (figura 9).
toduodenectomía sin ningún tipo de reconstrucción, como
lo describió Heyptin y colaboradores (114, 115). Se grapa
el píloro, cuello del páncreas y parte proximal del yeyuno
en sentido trasversal y se secciona, se liga el colédoco y se
drena mediante una colecistostomía con sonda. Seguramente
en una de las reparaciones por etapas se realizará una recons-
trucción de las áreas más vitales sin realizar anastomosis que
tengan riesgo en un abdomen de características hostiles por
ser reoperado e inflamado, que dificulta la técnica quirúrgica
y la anastomosis.
Los principios técnicos del control de daños se deben asi-
milar cuando se trata de lesiones de las vías urinarias. Los uré-
teres se manejan con ligaduras y exteriorización o colocación
de catéteres en doble J, y el riñón se maneja con nefrectomía Figura 9. Bolsa de Bogotá.
sin intentar reparo. La vejiga se maneja con sutura, empaque-
tamiento y drenaje a través de cistotomía o sonda vesical. Se El autor ha utilizado posterior al uso de la bolsa de Bogo-
controla rápidamente toda la contaminación mediante lavado tá, una malla de nylon con cierre de cremallera del mismo
con abundante solución salina,y retiro del material que pro- material, suturándola a la fascia de preferencia o a la piel
dujo la contaminación. No se debe perder tiempo en decidir si la fascia es de mala calidad, protegiendo las asas con una
este tipo de técnicas para el control de la contaminación en bolsa de plástico de la SSN que queda libre en la cavidad
un paciente que está entrando en coagulopatía y que se en- sin necesidad de suturas. Se permite así contener y proteger
cuentra hipotérmico y en acidosis metabólica (4, 86). las asas intestinales, evitando el síndrome de compartimiento
abdominal y permitiendo las exploraciones planeadas (127,
Cierre de la pared abdominal 128). Posteriormente se utilizó por más de diez años la malla
de velero que se coloca a la fascia o a la piel con sutura conti-
N o se debe realizar un cierre formal de la pared abdominal nua de prolene O (cero) con las ventajas de dar más amplitud
suturando la fascia y la piel pues se desperdicia tiempo, y a la cavidad, si la presión abdominal aumenta,. o estrecharla
puede ocasionar hipertensión intraabdominal. Se debe reali- más si la presión es baja y así afrontar los bordes de la fascia
zar un cierre rápido y eficaz que permita concluir rápidamen- evitando una eventración de mayor tamaño. Esta técnica per-
te la laparotomía. La técnica más rápida consiste en cerrar la mite la exploración de la cavidad con la simple separación de
piel con pinzas de campo colocándolas una sucesiva de otra las hojas del velero, y se puede realizar la cir:~gía por etapas
afrontando la piel entre 1 y 2 centímetros para cerrar la inci- a través de esta malla, realizando las anastoml')~is que sean
sión (116). Se colocan múltiples pinzas en toda la incisión de requeridas o los reparos vasculares y realizar los lavados pe-
la laparotomía y se cierra completamente la piel. El problema ritoneales sin ninguna complicación. Además, la malla tiene
es que este cierre puede crear tensión y establecer posterior- una tela plastificada suturada a una de las hojas del velero
mente el síndrome de compartimiento abdominal. Además para prevenir el contacto de las asas intestinales con este
dificulta la adquisición de imágenes radiológicas o procedi- material. Estas dos mallas han sido elaboradas y se fabrican
mientos de embolización angiografía postoperatoria. en el Hospital Universitario del Valle, en el departamento de
El abdomen se debe cerrar con un material suave que no Cirugía a costos muy bajos del orden de 2 dólares por malla
produzca lesión sobre las asas y que evite la tensión en la (86) (figura 10).
pared abdominal. Cualquier técnica que obedezca estos prin- En años recientes se está utilizando el sistema vacuum
cipios es válida (117-126). pack y el VAC como técnica para manejar el abdomen abier-
El cierre de la pared abdominal con la bolsa de Bogotá es to, con las posibles ventajas de aumentar el cierre de la fas-
una técnica simple, utilizada por primera vez por Borraez, en cia y disminuir el número de eventraciones futuras, facilitar
Bogotá y por Ferrada y colaboradores en Cali (4). Consiste en el manejo de la hipertensión intraabdominal, control de los
bolsas intravenosas de plástico vacías, de la solución salina líquidos drenados de la cavidad abdominal, y ver las caracte-
normal (SSN) con la que se hace el lavado de la cavidad ab- rísticas de éstos. La literatura recomienda el sistema comer-
dominal. Se recorta al tamaño apropiado de la herida y a con- cial VAC (58-62) como primera opción. Nuestra experiencia
44/ CONTROL DE DAÑOS

es similar a]a original descrita por Barker (58) con el vaCUU111 líquidos, sangre y coágulos después de un trauma severo. Si
pack que es más económico en nuestro medio y de más fá- se realiza un cierre de la pared abdominal, la cual se encuen-
cil acceso. En la laparotomía índice cuando se decide optar tra tumefacta y con edema y es inelástica, se puede agravar la
por la estrategia de relaparotomía planeada se cubren las asas hipertensión abdominal.
intestinales con un plástico (polyethylene sheet) hasta las go-
teras parietocólicas con el fin de protegerlas y que éstas no
se adhieran a la pared abdominal. Al plástico se le realizan
múltiples perforaciones pequeñas con el bisturí, sobre éste
se colocan 3 a 4 compresas de laparotomía, encima de éstas
dos drenes planos de J ackson Pratt y otras compresas sobre
los drenes, luego se afronta ligeramente la piel con una sutura
de Vicryl 1-0, con el fin de evitar la evisceración, posterior-
mente se realiza el cubrimiento de la cavidad abdominal con
un plástico oclusivo y adherente (Iovan®), se conectan los
drenes a succión regulada con una presión negativa de 25 a
50 mmHg. Dependiendo de la severidad del trauma y de la
coagulopatía, cuando ésta ya no está presente y el plan es
contribuir en la reducción de los edemas, la presión negativa Figura 12. Vacuum pack.
puede manejarse hasta 150 mmHg. Se continúa el manejo en
DCI y se realizan las relaparotomías con este sistema hasta
lograr la reconstrucción anatómica vascular e intestinal y lue-
go se cierra la pared (figuras 11, 12 y 13).

Figura 13. Sistema VAC.

La hipertensión abdominal produce efectos graves en la fi-


siología, y en la cavidad abdominal. Cuando se presentan es-
tos trastornos se debe hablar del síndrome de compartimiento
intraabdominal (SCA). Se caracteriza fundamentalmente por
el abdomen distendido, tenso con presión intraabdominal au-
mentada, con incremento en la presión inspiratoria máxima,
Figura 10. Malla de velero. hipoxia e hipercapmia, disminución del flujo renal, caída del
gasto cardíaco, disminución del retorno venoso. El síndrome
de compartimiento abdominal comprometerá rápidamente el
paciente, y la solución rápida y expedita ~s,~a descompresión
abdominal, abriendo de nuevo la malla o colocando una si se
ha cerrado la pared abdominal (129-133).

Control de daños en el tórax


Las técnicas del control de daños tienen gran utilidad en las
lesiones severas del tórax. Si existe sangrado difuso de la pa-
red torácica se puede controlar con empaquetamiento y cierre
Figura 11. Vacuum pack.
temporal de la piel de la toracotomía con pinzas de campo.
Este cierre rápido no produce síndrome de compartimiento,
Es frecuente la hipertensión intraabdominal (HIA) , des-
en un instante se reabre el tórax de ser requerido. También se
pués de un trauma extenso en un paciente que haya requerido
puede suturar la piel con una sutura continua de un material
cirugía para el control de daños. Los factores que contribu-
tipo prolene O (cero) dejando abierta la fascia y los múscu-
yen intrínsicamente a la hipertensión intraabdominal son el
los. Si existen lesiones graves y s~mgrantes del parénquima
edema y la congestión intestinal secundarias a la reanima-
pulmonar a las cuales hay que aplicarles control de daños,
ción intraoperatoria, el empaquetamiento hepático, retrope-
se puede realizar mediante grapadoras lineales con varios
ritoneal y pélvico. También contribuyen la acumulación de
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

disparos hasta controlar el sangrado, sin realizar.lobectomías una restitución apropiada de líquidos y el paciente no con-
formales. Se coloca una grapadora lineal a través del tejido sigue lograr la hiperdinamia. Estos pacientes graves por lo
proximal comprometido y se realiza un disparo, los puntos general requieren la colocación de un catéter en la arteria
residuales con fuga de aire se suturan en forma continua. En pulmonar para un mejor control y seguimiento. Con este ca-
casos extremos que se necesite realizar una neumonectomía téter se logran las mediciones del índice cardíaco, presiones
rápida se clampea el hilio pulmonar completo y se corta de de llenado, resistencias, entre otras medidas. Además se de-
un solo disparo con la grapadora, realizando una neumonec- ben medir con frecuencia los gases arteriales, venosos y las
tomía abreviada. V na técnica útil es la tractotomía, la cual se concentraciones séricas de lactato. También se debe verificar
basa en el mismo concepto de la sutura por tractotomía del permanentemente los tiempos de coagulación y la tempera-
hígado lesionado. Se indica en las heridas transfixiantes del tura, igual que las medidas de la frecuencia cardíaca, presión
parénquima pulmonar que no involucran los vasos hiliares arterial y diuresis. Por lo tanto, se debe monitorizar, puntua-
centrales y la vía aérea. La tractotomía se debe hacer con pin- lizar y medir frecuentemente la evolución de la reanimación
zas de aorta que se colocan en el tracto de la herida, se divide con el fin de verificar si se está haciendo bien y si el paciente
el puente tisular resultante, se suturan los vasos sangrantes, responde al manejo que se le está ofreciendo. El seguimiento
los cuales se ligan en forma selectiva. A continuación se sutu- debe ser estrecho, al pie de la cama del paciente pues es de
ran ambos bordes pinzados con una sutura de vicryl y se deja vital importancia reanimarlo completamente en las primeras
la tractotomía abierta (86, 134). 12 a 24 horas, la acidosis metabólica debe caer a la mitad
en las primeras 12 horas de ingreso del paciente a la VCI, el
ETAPA 11 consumo de oxígeno debe ser supranormal en las 24 horas
iniciales y la presión arterial media debe encontrarse en los
En cuidado intensivo rangos de normalidad en los primeros 45 minutos de VCI. Si
Restitución de la reserva fisiológica no se han logrado estos objetivos la reanimación es inadecua-
da y se debe estar alerta para realizar algún cambio rápido
La prioridad en la unidad de cuidados intensivos (VCI) es
como el de reoperarlo de inmediato.
completar la reanimación. Después de la cirugía de control
de daños en el quirófano el paciente llega a la VCI hipotér-
mico, con acidosis metabólica, en coagulopatía y en muchas
Optimización pulmonar
ocasiones con una hemorragia sostenida e incontrolable. Se Estos pacientes tan graves y complicados requieren venti-
deben realizar todas las medidas precisas, enérgicas e inme- lación mecánica para optimizar la ventilación pulmonar. El
diatas para romper este círculo vicioso. Cuando el paciente objetivo para conservar la función pulmonar es lograr satu-
ha sobrevivido a la reanimación inicial, las primeras 24 horas ración arterial por encima de 90% con un FI02 de 0,6 o me-
son las más difíciles. nor y evitar que las presiones de la vía aérea sobrepasen los
puntos críticos. Este objetivo hay que lograrlo, a pesar de que
Reanimación el paciente haya recibido grandes transfusiones de líquidos y
derivados sanguíneos, en muchos casos con contusión pul-
La reanimación debe ser agresiva mediante la infusión rápida
monar o síndrome de insuficiencia respiratoria del adulto, y
de soluciones cristaloides calientes, acompañada de gelati-
para el efecto se manejan niveles altos de presión positiva al
nas, coloide y vasopresores, con el fin de restaurar la perfu-
fin de la espiración (PEEP). En estas ocasiones, cuando la
sión a los tejidos que han sufrido una gran deuda de oxígeno
presión inspiratoria es alta, se debe realizar un manejo di-
y se encuentran en hipoperfusión marcada, manifiesta por
ferente utilizando la ventilación controlada por"presión y la
una acidosis metabólica persistente. Si estos fenómenos no
relación inversa. Se debe estar rq,uy vigilante y atento a las
se corrigen rápidamente se ocasionará un estado de choque
complicaciones y consecuencias de ésta, en estos intentos
irreversible, con persistencia de la coagulopatía, de la hemo-
por oxigenar y ventilar bie}1 a los pacientes, vigilar las posi-
rragia y de la disfunción múltiple de órganos. Posteriormente
bilidades de barotrauma, neumotórax, lesión alveolar, y fístu-
se producirá falla de los órganos y la muerte será inminente
las broncopleurales. Se puede además producir sobre PEEP y
un tiempo después (135-139).
alteraciones en la hemodinamia, el paciente puede realizar o
Vna de las prioridades en la reanimación es transportar
estar haciendo síndrome de compartimiento abdominal, con
el suficiente oxígeno a los tejidos para que su consumo sea
elevación del diafragma y comprometiendo aún más la venti-
óptimo y máximo. Esto se logra con valores supranormales
lación y la oxigenación. Puede ocasionar elevación de la pre-
de índice cardíaco mediante restitución agresiva con volu-
sión media de la vía aérea y la presión plateau, que son signos
men y mejorando la capacidad transportadora de oxígeno
indirectos de la presión abdominal y que nos indicaría que el
con transfusiones hasta obtener valores de hematocrito de
paciente rápidamente debe ser llevado a descompresión. Se
23 a 30 (140-143). En ocasiones y aun los jóvenes requieren
debe tener en cuenta que si lleva rápidamente a descompre-
utilización de inotrópicos con el fin de detener la depresión
sión del abdomen, el paciente puede presentar el síndrome de
miocárdica clínicamente oculta después del choque (140).
reperfusión, inmediatamente después de la descompresión,
Esta situación se debe tener muy en cuenta si se ha hecho
que incluye insuficiencia respiratoria aguda y síndrome de
44 I CONTROL DE DAÑOS

dificultad respiratoria del adulto y puede acabar en asistolia. dar de 37 grados centígrados y éstos pueden ser normales o'
Por lo tanto se debe tener la vigilancia apropiada y preparar reportarse con valores casi normales cuando hay problemas
la reanimación y la ventilación para la descompresión abdo- importantes en la coagulación secundaria a la hipotermia
minal (144). (150-154). Recalentar el paciente en la VCI es una prioridad
absoluta. Para el efecto se deben seguir medidas tales coino:
Control de la hemostasia infusión de líquidos calientes, igual que las transfusiones de
productos derivados de la sangre, calentar y humedecer los
La causa más frecuente de coagulopatía secundaria al cho-
circuitos del ventilador, usar mantas térmicas y cobertores de
que hemorrágico y a las transfusiones masivas en pacientes
calentamiento y aumentar la temperatura ambiente alrededor
de trauma es secundaria a trombocitopenia. Sin embargo, se
del paciente. Si es necesario reoperar, se debe usar solución
conoce que en los pacientes gravemente traumatizados, la
salina tibia en la cavidad peritoneal y torácica. Todo esto con
coaguloaptía es multifactorial; debido en parte a la dilución
el fin de restaurar con la mayor prioridad posible la tempe-
por los grandes volúmenes de cristaloides utilizados en la
ratura a rangos normales. El grupo de cuidado intensivo qui-
reanimación (145). La utilidad de los valores de laboratorio
rúrgico debe iniciar este recalentamiento desde las mismas
para medir el grado de coagulopatía que presenta el pacien-
salas de cirugía y continuarlo de inmediato en la VCI. La
te en salas de cirugía y en la unidad de cuidado intensivo,
normalización de la temperatura es una de las prioridades en
siempre queda atrás, de lo que le está sucediendo al paciente
la reanimación, con esto se ayuda a la corrección de la coa-
cuando se le está realizando la cirugía del control de daños
gulopatía y a la acidosis metabólica.
o en el postoperatorio inmediato en la VCI. En efecto, así se
tenga un buen laboratorio siempre se estará retrasado por lo
menos en treinta minutos sobre la situación actual del pacien-
Exploración terciaria
te. Los cirujanos experimentados y el equipo de la unidad A todos los pacientes que llegan a la VCI después de la ci-
de cuidados intensivos que tiene igual experiencia en este rugía de control de daños, al tiempo en que se logra la reani-
tipo de pacientes con traumas múltiples ven la necesidad de mación se realiza un examen físico completo, que se le ha
utilizar grandes concentraciones de plaquetas, plasma fresco denominado la exploración terciaria. En esta exploración se
congelado, crioprecipitado, después de haber sido trasfundi- debe incluir una inspección cuidadosa del cuero cabelludo
das varias unidades de glóbulos rojos (146-149). En algunas y del dorso, examen fonendoscópico de los ojos, inspección
ocasiones, si la fibrinólisis es activa se justifica colocar ácido de los oídos, exploración vaginal en busca de tampones, ex-
tranexámico. Hemos tenido experiencia utilizando un gramo ploración de cualquier otra parte del cuerpo para no dejar
de ácido tranexámico cada 6 horas en las primeras 24 horas, lesiones inadvertidas. Además si el individuo recibe sedantes
con buenos resultados. Sin embargo, la causa más importante y relajantes se deben interrumpir por lo menos una vez al
de coagulopatía persistente, choque y necesidades sostenidas día para realizar un completo examen neurológico y verificar
de transfusiones es la hemorragia quirúrgica no controlada. respuesta cerebral y motora. Se debe tener muy en cuenta
Por lo tanto es indispensable reconocer y corregir este factor esta revisión pues se han pasado inadvertidamente problemas
con rapidez. El empaquetamiento suele ser ineficaz cuando muy graves y complejos que se han descubierto tardíamente.
la hemorragia es de origen arterial, se ha realizado el empa- Se sabe que los pacientes pasarán bajo sedación profunda y
quetamiento cuando el paciente está hipotenso y éste ha sido ventilación mecánica y son incapaces de mostrar alguna ma-
capaz de corregir la hemorragia arterial. En efecto, cuando el nifestación clínica de sus problemas al grupo de terapia in-
paciente se reanima en la VCI le aumenta la presión arterial tensiva. Además con la familia se debe.lecuperar totalmente
y el flujo, a los vasos arteriales que han quedado empaqueta- la historia clínica y los antecedentes pers(:n:;¡ales del paciente,
dos, se abren de nuevo y sangran profusamente, ocasionando con el fin de anticiparse a ,problemas previos, que dificulten
la mal llamada coagulopatía posquirúrgica que en realidad es el manejo posterior.
debida a los vasos arteriales sangrantes, los cuales requieren
tratamiento quirúrgico inmediato. Este diagnóstico se debe ETAPA 111
realizar con prontitud y el paciente debe ser reoperado. No se
debe justificar el empaquetamiento como la maniobra salva- Retorno a sala de operaciones, reconstrucción
dora en ese momento, para no llevar de nuevo al paciente al definitiva y cierre de la pared abdominal
quirófano, u operarlo en la VCI, así sea en las primeras horas Cuando se ha logrado compensar al paciente y se ha restaurado
de haber terminado la primera cirugía. la fisiología normal, el paciente no está en acidosis metabóli-
ca, su temperatura es normal, no hay estado de coagulopatía,
Estabilización de la temperatura su hemodinamia, ventilación y oxigenación son óptimas, es
La hipotermia se define como temperatura central menor de decir se ha completado y logrado una buena reanimación y la
35 grados centígrados. La hipotermia produce trastornos de deficiencia metabólica se ha corregido. En este momento se
la cascada de la coagulación y disfunción de las plaquetas. inicia la tercera etapa del control de daños, que es el retomo
Los tiempos de coagulación se miden a temperatura están- al quirófano para lograr la reconstrucción definitiva vascular
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

e intestinal y retiro del empaquetamiento y posterior cierre drenes y otras heridas, en especial las facturas de pelvis, de
de la pared abdominal. Este retorno del paciente tiene dos fémur y de la columna toracolumbar. Cuando se sospecha,
opciones, la primera es que la reoperación sea planeada y la con pruebas de laboratorio y valoración clínica y se predi-
segunda es un regreso no planeado por el cirujano, es decir, ce que el sangrado es definitivamente por coagulopatía, se
antes de que se haya logrado la reanimación completa y aún deben hacer esfuerzos antes de llevar el paciente de nuevo
esté en déficit metabólico (155-161). a cirugía para corregir la coagulación, ya que la exploración
de un paciente con sangrado no quirúrgico interrumpirá la
Reoperación no planeada reanimación y tendrá un mayor peligro en el futuro, agravan-
do la hemorragia, la coagulopatía y la hipotermia. Siempre
Es una cirugía de urgencia, inesperada, inmediata, en cual-
el cirujano debe conservar la objetividad y si la respuesta al
quier momento en un paciente inestable, que no ha restable-
manejo para la coagulopatía no da buenos resultados o no es
cido la homeostasis, en el cual la tríada de la muerte está
bien fundamentada, debe estar dispuesto a reoperar de nuevo
presente, y es la decisión más difícil después del control de
al paciente, pues si la hemorragia es definitivamente quirúr-
daños. Se presenta en un paciente que requiere más sangre y
gica y no reexplora el paciente, éste morirá rápidamente, se
líquidos para completar la reanimación. En estos pacientes
agotarán los recursos del banco de sangre y de la UCI sin
se espera que tengan hemorragia externa por drenes, tubos y
ninguna posibilidad de sobrevivencia. Hay que preguntarse si
otras heridas, hemorragia interna de otras lesiones como el
el empaquetamiento del hígado, del hilio esplénico, del lecho
fémur, la pelvis, y la columna. Su inestabilidad hemodinámi-
pancreático, del retroperitoneo y de la pelvis se realizaron
ca puede ser debida a otros factores del postoperatorio y no
en la forma adecuada, si no quedó con un empaquetamiento
necesariamente al sangrado.
óptimo, entonces, ésta es la causa del sangrado. Si se tienen
El cirujano cree que el empaquetamiento que ha realizado
dudas lo mejor es llevarlo de nuevo a cirugía y reempaquetar.
es adecuado y que la laparotomía puede ser innecesaria, la
Si la hemorragia es proveniente del tórax, se debe sospechar
reexploración que no tiene origen quirúrgico interrumpe la
que el paciente fue cerrado rápidamente, pueden haber que-
reanimación, agrava la hemorragia, la coagulopatía y la hipo-
dado los vasos intercostales o la mamaria interna sin ligar y
termia, además causa más dificultad en el cierre futuro de la
cuando sube la presión arterial media estos vasos se reabren
pared abdominal. El cirujano debe conservar la objetividad,
y sangran intensamente al tórax, no debe quedar el equipo
debe pensar que el control de la hemorragia inicial puede no
quirúrgico y de la UCI satisfecho revisando radiografías de
ser verdadero, por lo tanto debe tener toda la información
tórax, o el tubo de tórax. El cirujano debe estar atento y sos-
posible, revisar el plan inicial y no ser indeciso. Se sabe que
pechar una hemorragia arterial y llevar de nuevo al paciente
paciente con hemorragia quirúrgica sostenida que no se re-
al quirófano. Como segunda opción, se debe pensar que el
explora fallece.
sangrado proveniente del tórax es debido a coagulopatía, que
El cirujano que realizó la cirugía del control de daños en
se manejará médicamente. Una pauta que el equipo puede
conjunto con el equipo de cuidado intensivo debe ser quien
utilizar es la de transfundir una unidad de glóbulos rojos por
decide si se realiza de inmediato una reoperación no planea-
hora durante las primeras 4 a 6 horas. Si el hematocrito con-
da. En la mitad de los casos se sabe que el sangrado se ori-
tinúa igualo menor el paciente debe ser llevado' a cirugía de
gina de una lesión olvidada, de una arteria no ligada o de un
nuevo. El cirujano siempre debe estar preparado para aceptar
empaquetamiento deficiente o algún otro tipo de iatrogenia,
una falla en la hemostasia que realizó en la primera cirugía
o de una hemostasia incompleta en una lesión no consignada
del control de daños, y llevarlo de nuevo a cirugía para retirar
durante el procedimiento de laparotomía abreviada. En otro
el empaquetamiento y reempaquetar, o para logr~ algún con-
porcentaje similar el sangrado proviene de la coagulopatía
trol de un vaso que no se realizó en la primera ciitt.gía.
y de la trombocitopenia. Por lo tanto, se debe tener mucho
Otra causa de reoperación no planeada es la sospecha de
juicio quirúrgico para definir con rapidez si el paciente deb.e
infección abdominal sever'j, por tejido necrótico persistente
ser llevado de nuevo a cirugía para controlar un sangrado qUI-
o fuga de líquido intestinaÍ a la cavidad abdominal, lo cual
rúrgico, o esperar si definitivamente el sangrado es difuso no
hace imperativo la operación no planeada para controlar es-
quirúrgico y secundario a la coagulopatía. Sin embargo, si
tos problemas. Se sabe que las ligaduras de las asas intestina-
el paciente se está exsanguinando en la UCI, debe ser ex-
les soportan por lo menos 36 horas hasta que se logre pa::e
plorado de inmediato. Si se encuentra que el sangrado es no
de la estabilidad hemodinámica. Se debe sospechar ascItIs
quirúrgico secundario a coagulopatía se deben reempaquetar
peritoneal o retroperitoneal infectada cuando hay manifes-
de nuevo todas las zonas cruentas y en las que el sangrado
taciones claras de infección rápidamente progresiva en las
sea en capa. Si el sangrado es quirúrgico se debe proceder
primeras horas del manejo en la UCI después de la cirugía
a realizar las ligaduras y reempaquetar estos sitios. En los
del control de daños.
pacientes con coagulopatía y que muestran extravasación de
La tercera causa de reoperación no planeada es la presión
sangre a través de la malla o por sitios de venopunción, se
intraabdominal alta. Por encima de 20 ~Hg se presentan
debe manejar con los productos derivados de la sangre. Ade-
las complicaciones del síndrome de compartimiento abdomi-
más se debe cuantificar el grado de la hemorragia por los
nal y se debe llevar de inmediato a decompresión (156-158).
44/ CONTROL DE DAÑOS

A todo paciente que se ha sometido a las técnicas de control


de daños se le debe medir la presión intraabdominal desde su
ingreso a la UCI.

Reoperación planeada
La relaparotomía planeada debe ser electiva, planificada, mul-
tidisciplinaria, cuando la fisiología y la homeostasis se han
restablecido y la tríada de la muerte se ha corregido. Esto se
puede lograr a las 36, 48, 72, 96 horas, según la gravedad de
cada caso. No existe un consenso claro del tiempo preciso en
el que el paciente debe ser llevado de nuevo a la sala de ope-
raciones para la reconstmcción si la cimgía no es urgente. Sin
embargo se sabe que se necesitan por lo menos 36 horas para Figura 14. Isquemia intestinal secundaria a trauma del meso.
restaurar la homeostasis y retomar al paciente a un estado fi-
siológico aceptable, en el que la acidosis metabólica sea míni- Si existen vasos sangrantes activos se deben ligm' con rapidez
ma, la coagulopatía se haya corregido y el paciente lleve varias a medida que se van localizando, y posteriormente se deben
horas.· con temperatura normal. Siempre que se ha colocado realizar las reconstmcciones vasculm'es e intestinales si las
empaquetamiento para detener la hemorragia, se incrementa- hay. Por último se deben retirar las compresas que están rea-
rá en alguna manera el riesgo de infección conforme pasa el lizando el empaquetamiento en el sitio del órgano lesionado.
tiempo. Las compresas del empaquetamiento se pueden dejar Estas compresas, se deben irrigar copiosamente con solución
por 48 a 72 horas. El riesgo séptico y la inflamación aumentan salina e irlas desprendiendo con mucho cuidado 'y paciencia,
a medida que transcurren las horas. Cuando existen asas ciegas evitando así el resangrado y el reempaquetamiento. Se deben
por ligaduras, si son muy cortas es preferible llevarlo por lo tomar muestras para Gram. KOH y cultivos de las compresas.
menos en las primeras 36 horas para la revisión de estas asas. Cuando se han realizado las reconstmcciones vasculares e
Dependiendo de esta revisión, se puede liberar la presión sobre intestinales y se ha retirado el empaquetamiento el cirujano
ellas y de nuevo graparlas si es necesario, si no es posible rea- debe determinar si el cierre en este momento se hace defi-
lizar la anastomosis en este momento. Por el contrario si hay nitivo o por el contrm'io se debe someter al paciente a otras
estabilidad hemodinámica, se recuperó la temperatura, no hay cimgías por etapas programadas realizando revisiones de la
acidosis ni coagulopatía, la deficiencia metabólica ha cedido, cavidad abdominal para lavado del peritoneo por infección
se pueden realizar las anastomosis del intestino delgado luego o alto índice de sospecha, verificación de las anastomosis y
de retirar las hiladillas y el tejido necrótico, se decomprime de las reconstmcciones vasculm'es que se hayan hecho y en
el intestino y se realizan anastomosis término terminal. De espera de que ceda el edema de la cavidad abdominal y del
igual manera las anastomosis del colon y del íleon al colon, intestino, y que el paciente inicie la redistribución de líqui-
raramente se haría necesmio la realización de una colostomía. dos para un cierre definitivo. En la segunda reintervención se
Demetriades publicó recientemente un estudio multicéntrico, recomienda colocar una sonda nasoyeyunal de nutrición con
prospectivo en trauma grave del colon en el que concluye que el fin de logrm' una nutrición enteral lo más precoz posible.
la anastomosis primaria puede ser considerada en todos los pa- N o se recomienda realizar yeyunostomía de alimentación en
cientes (159). El Hospital Universitario del Valle fue uno de los estas etapas pues con el manejo del abdomen abierto y la
19 centros del estudio. exploración por etapas puede causar un:f-fístula del yeyuno
Por lo general, el desempaquetamiento se debe realizar proximal. Siempre está indicado tomar una radiografía del
entre las primeras 48 a 72 horas, a no ser que existan heridas abdomen, cuando se piensa cerrar la cavidad abdominal en
demasiado complejas como empaquetamiento hepático sobre forma definitiva. En. muchas ocasiones el control de com-
la cava retrohepática, que amerite algunas horas más con el presas durante la primera cirugía del control de daños no es
empaquetamiento hasta la restauración definitiva para lograr adecuado y no se sabe con exactitud cuántas compresas se
un desempaquetamiento óptimo. La reoperación planeada quedaron en la cavidad. Si se decide el cierre de la pared
debe tener una secuencia lógica y se deben tener etapas cla- abdominal se debe precisar si la fascia es de buena calidad
ves para el procedimiento. Recordar que se está trabajando y se puede lograr este cierre sin tensión. Si es así, de pre-
en un abdomen hostil, con inflamación de los órganos sólidos ferencia se debe cerrm' la fascia. Si no se logran aproximar
y edema del intestino, la relaparotomía debe ser diligente y el los bordes de la fascia o se sospecha tensión, se debe cerrar
manejo de la cavidad y su contenido debe ser delicado pero solamente la piel, con puntos de prolene un cero, separados,
eficaz. Inicialmente se debe hacer un lavado exhaustivo con realizando colgajos de piel. No se recomienda utilizar una
solución salina y una exploración de toda la cavidad en busca malla de polipropileno, porque es una lapm'otomía que puede
de lesiones inadvertidas (figura 14). estar contaminada. Cuando se reáliza la reoperación planea-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

da, todas las especialidades que han sido consultadas deben


ser llamadas de nuevo para que determinen con claridad si
necesitan realizar algún otro procedimiento, repetir de nuevo
la exploración terciaria para establecer si hay lesiones aso-
ciadas que requieran tratamiento quirúrgico o anestesia y se
estipulará si se requieren estudios por imágenes previos a la
cirugía (155-162) (figuras 15, 16, 17 Y 18).

Figura 18. Íleo-colon, anastomosis.

Indicaciones para el control de daños


Se debe realizar cirugía de control de daños en las siguientes
circunstancias: trauma abdominal penetrante con PAS < 90
mmHg, heridas de alta velocidad y en trauma por aplasta-
miento, trauma múltiple y trauma abdominal mayor, fractura
pélvica y trauma severo de abdomen, recurso limitado en ci-
rugía, y trauma militar.
Figura 15. Injerto vascular. Deben realizarse técnicas temporales rápidas del control
de daños, establecidas ya formalmente en todos los casos en
los cuales la magnitud de la lesión visceral y vascular hace
que la reparación definitiva tienda a exceder los límites fi-
siológicos del paciente. En realidad ésta es una definición
simple de un dilema operatorio muy complejo. Los cirujanos
experimentados en trauma y en cirugía de control de daños
han aprendido que es mejor interrumpir la intervención qui-
rúrgica lo más pronto posible antes de que el paciente llegue
a sus límites fisiológicos y entre en una fase de no retomo
incompatible con la sobrevida (163). Desafortunadamente,
no se dispone de lineamientos clínicos precisos. que lleven
al cirujano a tomar una decisión del momento exacto de in-
terrumpir la laparotomía. Se sabe que la cubierta fisiológica
del paciente gravemente traumatizado se ha roto cuando el
Figura 16. Anastomosis latero-lateral con grapadora lineal.
paciente comienza a presentar hipotermia, c()agulopatía y
acidosis profunda, pero no se ha podido idear' 0~antitativa­
mente cuál es el punto antes de que esta frágil cubierta se
rompa. Existen algunas pautas para pensar en la necesidad de
abreviar la laparotomía, cuando el paciente comienza a tener
pérdida exagerada de sangre de difícil control, por un san-
grado difuso o una hemorragia que exceda los cuatro a cinco
litros, que el pH esté en 7,25 o menos, con un lactato mayor
de 5, temperatura central menor de <34°c (29, 152-154) hi-
potensión con PAS <90 rnrnHg, coagulopatía con PTT >60s.
Sin embargo, estos criterios pueden no ser de mucha utili-
dad porque representan en realidad condiciones fisiológicas
limítrofes en las cuales el sujeto puede no tener salvación
Figura 17. Se completa la anastomosis con un segundo disparo. incluso realizándose la laparotomía con control de daños. Por
lo tanto, tan pronto se valore la magnitud de la lesión en los
44/ CONTROL DE DAÑOS

primeros minutos, esta decisión temprana se debe basar en tamiento que se ha colocado, previniendo el síndrome de
el reconocimiento de la lesión traumática desde el punto de compartimiento abdominal.
vista anatómico y no esperar al deterioro fisiológico o de las
muestras de laboratorio que se vayan presentando durante la Errores en control de daños
laparotomía.
Los errores frecuentes que se presentan en la cirugía de con-
Por ejemplo, cuando existe una lesión vascular abdomi-
trol de daños son (172, 173):
nal combinada con lesiones de órganos huecos o sólidos, en
Retardo en el reconocimiento de la necesidad de la técnica.
conjunto se ve que la magnitud anatómica del compromiso
Procrastinación y falla en decisión en urgencias.
es demasiado grande, que se va a requerir demasiado tiempo
Pobre comunicación con el equipo de cirugía, anestesia, y
mientras se hacen todos los reparos, y con esta valoración
el grupo de la DCI.
inicial es posible determinar que el paciente rápidamente se
Falla en la medición de la temperatura y la toma de gases
le va a aplicar la técnica del control de daños. Otro ejemplo,
sanguíneos.
sería la destrucción del complejo pancreatoduodenal, o heri-
Inadecuada monitoria en cirugía y DCI.
das de hígado de alto grado con sangrado masivo o fracturas
Pobre resucitación de líquidos y productos sanguíneos.
abiertas de pelvis combinadas con otras lesiones.
El EGO del cirujano que cree que es capaz de lograr un
Estos son los parámetros clave, que el cirujano de trauma
reparo anatómico definitivo.
puede visualizar en la cavidad abdominal y que le ayudan a
La demora en los traslados a cirugía, en cirugía y a la
tomar la decisión de realizar control de daños. Edema de la
DCI.
mucosa intestinal, distensión del intestino delgado, superficie
de la serosa sucia, tejidos fríos al tacto, pared abdominal no
complaciente y sangrado en capa en las incisiones. Resultados del control de daños
Con la valoración del daño anatómico ya se sospecha el Las tres causas más comunes de muerte en trauma son: el
compromiso fisiológico que irá a tener el paciente en los trauma de cráneo, la exsanguinación y la deficiencia meta-
próximos minutos de la 'aparotomía y se debe decidir rápi- bólica. Éstas dos últimas son las que causan la mortalidad en
damente realizar la laparotomía abreviada. Por lo tanto, esta los pacientes manejados con la técnica del control de daños.
decisión debe ser realizada por cirujanos experimentados de Las series más grandes reportadas con la técnica del control
trauma, y no esperar luego de realizar intentos de reparación de daños han mostrado una mortalidad que oscila entre el 46-
definitiva con poca posibilidad y después de haber perdido 66% (160, 161). En el estudio reportado en las clínicas qui-
mucho tiempo durante estos intentos. Además se debe tener rúrgicas de Norteamérica en 1997 (158) en la cual informan
en cuenta la fisiología del individuo durante ese momento, de 961 pacientes, se muestra una tasa global de mortalidad
los recursos técnicos y humanos que se dispongan en las sa- del 52% y complicaciones del 40%. Shapiro (174) recopi-
las de cirugía y la disposición de camas en cuidado intensi- ló 32 revisiones con control de daños con 1.001 casos con
vo. Por lo tanto, es responsabilidad del cirujano de trauma una mortalidad de 50311001 (50,0%) Y una morbilidad de
la decisión y la comunicación de inmediato a todo el equipo 193/480 (40,0%).
quirúrgico y al grupo de cuidado intensivo. El método está Esta mortalidad tan elevada refleja la situación clínica y a
indicado sólo en un número limitado de pacientes traumati- menudo desesperada en las cuales se utilizaron las técnicas
zados graves. Se ha reportado del 5% al 10% de laparotomías abreviadas. La mayoría de las muertes ocun-en durante la in-
con técnica de control de daños realizadas bajo estas indica- tervención quirúrgica o inmediatamente después, en pacientes
ciones muy precisas (4, 86, 163), con esto no se sobrepasará en que el insulto fisiológico era in-ever~lb.l~,' Definitivamente
la aplicación de la técnica a pacientes que en realidad no la el éxito de lograr la hemo~tasia durante la cirugía inicial es
necesitan. El paciente que la necesite, se beneficiará mucho claramente la clave deterrriinante de un buen resultado, pues
de esta técnica, pero el que no la requiere y se le aplique la reoperación se aS,ocia con una tasa de recuperación más
puede tener morbilidad posterior. Se puede decir que son tres baja (157-159). Las técnicas de control de daños además de
las situaciones operatorias en las que el cirujano decida esta la mortalidad alta se asocian con una mayor incidencia en sus
estrategia (164-171): complicaciones. La falla múltiple y la sepsis son particular-
1. Necesidad de terminar con prontitud la laparotomía por- mente frecuentes (163,172,173,175). La incidencia repor-
que el paciente se encuentra hipotérmico con coagulopa- tada de infección intraabdominal fluctúa entre el12 y el 67%,
tía y con exanguinación. es decir mucho mayor que la reportada en trauma abdominal
2. Incapacidad para controlar la hemon-agia mediante he- mayor (57, 67, 163). En un estudio en el cual sobrevivieron
mostasia directa, ejemplo, lesiones hepáticas graves o he- 185 pacientes se encontraron en total 193 complicaciones, y
matomas retroperitoneales o pélvicos muy severos, con o las más frecuentes fueron sepsis intrabdominal, acumulacio-
sin daño visceral concomitante. nes de líquidos en retroperitoneo, que representaron el 24%
3. Incapacidad para cen-ar formalmente el abdomen sin de las complicaciones (172, 173). Se conoce que pueden
tensión debido al edema visceral masivo y al empaque- aparecer todas las complicaciones abdominales, sin embargo
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

no se cuenta con los reportes definitivos de las complicacio- la tríada de la muerte, acidosis, coagulopatía e hipotermia. El
nes. Lo que es cierto es que la cirugía del control de daños 20% restante de las muertes fue secundaria a sepsis y disfun-
se basa en un principio en el cual la prioridad es aumentar ción múltiple de órganos.
la posibilidad de supervivencia sabiendo de antemano que Las complicaciones intraabdominales más frecuentes
se incrementa la morbilidad. En esencia es un esfuerzo para fueron peritonitis y abscesos intraabdominales en un 21 %,
prevenir la muerte inminente rápida, lo que ha conllevado síndrome de compartimiento abdominal en 8% y eviscera-
a una nueva aparición de complicaciones sépticas y de di- ción en 5%. Las complicaciones sistémicas más relevantes
ferentes clases, en otros sitios, secundarios a intervenciones encontradas fueron síndrome de dificultad respiratorio agudo
incompletas, a evoluciones complicadas en las unidades de en 34%, insuficiencia renal aguda 13%, coagulación intra-
cuidados intensivos, con requerimientos de procedimientos vascular 12%, neumonía nosocomiaI8%,
operatorios múltiples por etapas, que ocasionan otro comple- En el Hospital Universitario del Valle la consecución de
jo de enfermedades (176). camas en UCI es muy limitada. De los 192 pacientes a quie-
nes se les realizó control de daños 145 (75,5%) sobrevivieron
Experiencia en el Hospital Universitario del a la cirugía y de éstos, hubo que reanimar en la sala de recu-
Valle peración a 112 (77%), por imposibilidad de cama en la UCI.
De éstos murieron 80 (71 %); en la UCI se pudieron manejar
El grupo de cirujanos de trauma y los residentes de cirugía 33 pacientes con una mortalidad de 15 (45,4%). Estas cifras
del Hospital Universitario del Valle y de la Universidad del demuestran la importancia de la unidad de cuidados inten-
Valle, de la ciudad de Cali, en el período comprendido entre sivos en el manejo posquirúrgico inmediato en este tipo de
enero de 1993 y enero de 1999, han realizado 3.840 laparoto- pacientes traumatizados.
mías por trauma. Se les aplicó la técnica de control de daños De los 192 pacientes manejados con control de daños, 65
a 192 pacientes que corresponden a un 5% del total de lapa- (34%) sobrevivieron y 127 (66%) fallecieron. El índice de
rotomías, con una tendencia en aumento en los dos últimos trauma abdominal (ATI) fue mayor de 25 puntos en 119 (62%)
años hasta alcanzar un 7% del total de las laparotomías. En el pacientes, en éstos con alto ATI la mortalidad fue de 73% lo
trabajo inicial de Bejarano y coiaboradores en los primeros que implica la mayor severidad. El índice de severidad de la
años se realizó la técnica del control de daños en un 4,5% de lesión (ISS) fue mayor de 25 en 157 (82%) pacientes, con una
las laparotomías (177). mortalidad de 64%. La mortalidad fue del 60% cuando la aci-
El rango de edad fue de 14 a 69 años con un promedio de dosis metabólica era severa con hidrogeniones mayores de 20,
28 años; con una relación por sexo de lOa 1 para los hom- éste fue el parámetro que se utilizó en el estudio para medir
bres. El mecanismo del trauma fue en 126 (66%) pacientes el grado de acidosis. Si los pacientes presentaron choque in-
heridas por arma de fuego, 25 (13%) por arma cortopunzante traoperatOlio la mortalidad fue del 77%. Y los pacientes con
y 41 (21 %) por trauma cerrado. coagulopatía tuvieron una mortalidad del 84%.
El origen de la lesión que ocasionó el manejo de control Si comparamos estos números con los de la literatura
de daños se presentó de la siguiente manera: el hígado en 129 mundial encontramos que en la revisión acumulativa para
casos, la pelvis y el sacro en 45 y el retroperitoneo en 35; heridas complejas a las que se le realizó empaquetamiento
para un total de 209 lesiones en los 192 pacientes. Con un es de 278 sobre 466 pacientes que corresponde a un 60% de
promedio de 2,8 órganos lesionados por paciente. Los pro- mortalidad. Burch reporta 134 de 200 que corresponde a un
cedimientos de abreviación de la laparotomía, realizados en 67%, muy similares a la nuestra de 66%.
este estudio fueron: empaquetamiento en 188 (95%), cierre Con respecto al trauma hepático aislado, la mortalidad os-
no convencional de la pared abdominal 145 (100%), ligadura cila mucho de un 0% a un 60% con un promedio de 44%.
intestinal 24 (13%), clampeo aórtico 5 (3%) Y toracotomía Nuestros pacientes de trauma hepático solo y/o combinado
de resucitación 30 (16%). Es de resaltar que casi el 100% se que requirieron empaquetarrlÍento por la severidad del trauma
manejaron con empaquetamiento. La indicación fue no con- son 129 con 84 muelies qué corresponde a un 65% (178).
trol del sangrado en 75% de los casos y coagulopatía en un
39%. A todos se les realizó el cierre de la pared abdominal
Experiencia en la Fundación Valle del Lili
con algún tipo de malla u otro sistema, pero a ninguno se le
cerró la fascia de la manera convencional. Ésta es la experiencia del grupo de cirujanos de trauma y de
Al cruzar la mortalidad y el tiempo en la que esta ocu- los médicos de la UCI de la Fundación Valle del Lili en con-
rrió se encontró lo siguiente: Fallecieron 127 pacientes de los trol de daños. Se describió la experiencia en la aplicación de
192, que se les hizo el control de daños. La muerte intraope- la técnica de control de daños en pacientes exanguinados con
ratoria ocurrió en 47 pacientes que corresponde al 37% de las trauma abdominal severo, se evaluó en la cirugía por etapas
muertes. En las primeras 24 horas sucedió en 39 pacientes del control de daños la utilización de la ligadura transitoria
(31 %), en las 72 horas iniciales del trauma en 17 pacientes del intestino delgado y del colon con hiladilla, y la anastomo-
que corresponde a un 13%, y entre el4 al 56 día fallecieron sis primaria diferida como una técnica viable.
24 (19%). Se encontró que más del 80% de las muertes ocu- Entre 1999-2004 se estudiaron los pacientes consecutivos
rre en las primeras 72 horas debidas a exsanguinación y/o a que fueron sometidos a la técnica de control de daños. Se
44/ CONTROL DE DAÑOS

analizaron parámetros de morbimortalidad, estancia en DCI 9. Beal S. Fatal hepatic hemorrhage: An unresolved problem in the ma-
nagement of complex liver injuries. J Trauma 1990; 30: 163.
y complicaciones.
10. Carmona R, Peck D, Lim R. The role ofpacking and planned reopera-
Se incluyeron 40 pacientes, la edad promedio fue de tion in severe hepatic trauma. J Trauma 1984; 24: 779.
34±12,7 años. El 90% fueron hombres. El mecanismo del 11. Cogbill T, Moore E, Jurkovich G, et al. Severe hepatic trauITla: A
trauma fue abierto en un 75%. El APACHE II=15 (4-29), y multicenter experience with 1,335 liver injuries. J Trauma 1988; 28:
1433.
ATI=32 (7-90). El 52,5% de los pacientes presentaron un
12. Cue J, Cryer H, Miller F, et al. Packing and planned reexploration
ATI mayor de 25 puntos. El promedio de días en DCI fue for hepatic and retroperitoneal hemorrhage: Critical refinements of a
de 8,5±1l,8. Se empaquetaron 38 (95%) pacientes. El 32,5% technique. J Trauma 1990; 30: 1007.
de los pacientes presentaron sepsis, el 45% falla múltiple de 13. Feliciano D, Mattox K, Burch J, et al. Packing for control of hepatic
órganos. hemorrhage. J Trauma 1986; 26: 738.
14. Ivatury R, Nallathambi M, Ganduz Y, et al. Liver packing for uncon-
La mortalidad global fue de 45% con un IC95% de 29,6- trolled hemorrhage: A reappraisal. J Trauma 1986; 26: 744.
60,4. La mortalidad en las primeras 72 horas fue de 72,3%. 15. Krige J, Bornman P, Terblanche J. Therapeutic perihepatic packing in
Se realizaron l3 anastomosis intestinales en 12 pacientes complex liver trauma. Br J Surg 1992; 79: 43.
16. Morris J, Eddy V, Blinman T, et al. The staged celiotomy for trauma:
(30%). En el análisis univariado se encontró asociación con
Issues in unpacking and reconstruction. Ann Surg 1993; 217: 576.
mortalidad a la coagulopatía, la acidosis y la falla multior- 17. Saifi J, Fortune J, Graca L, et al. Benefits of intraabdominal pack
gánica. placement for the management of nonchemical hemorrhage. Arch
Las conclusiones en este grupo fueron: una mortalidad Surg 1990; 125: 119.
18. Sharp K, Locicero R. Abdominal packing for surgically uncontrolla-
global del 45% que es similar a la de la literatura. La acido-
ble hemorrhage. Ann Surg 1992; 215: 467.
sis, la coagulopatía y la falla múltiple de órganos se asociaron 19. Svoboda J, Peter E, Dang C, et al. Severe liver trauma in the face of
con mortalidad. La anastomosis primaria diferida se realizó coagulopath. Am J Surg 1.982; 144: 717.
en el 30% de los pacientes, y es viable y segura en la técnica 20. Burch J, Ortiz V, Richardson R, et al. Abbreviated laparotomy and
de control de daños. planned reoperation for critically injured patients. Ann Surg 1992;
215: 476.
Creemos firmemente que se debe realizar el manejo de ci- 21. Rotondo M, Schwab CW, McGonigal M, et al. "Damage control": An
rugía de control de daños, en los pacientes que lo requieren. A approach for improved survival in exsanguinations penetrating abdo-
medida que se adquiere experiencia en el área prehospitala- minal injury. J Trauma 1993; 35: 375.
22. Carrillo E, Fogier R, Shaftan G. Delayed gastrointestinal reconstruc-
ria, urgencias, en cirugía y en la DCI la mortalidad será me-
tion Following massive abdominal trauma. J Trauma 1993; 34: 233.
nor, y se estará aún más en acorde con la literatura mundial. 23. Garrison J, Richardson D, Hilakos A, et al. Predicting the need to
Se ha logrado un triunfo en la cirugía del trauma con la téc- pack early for severe intra.abdominal hemorrhage. J Trauma 1996;
nica del control de daños en los traumas devastadores al final 40: 923.
24. Hirshberg A, Wall M, Allen M, et al. Double jeopardy: Thoracoabdo-
del milenio y es requerido más juicio qUllúrgico para decidir
minal injuries requiring surgical intervention in both chest and abdo-
con prontitud la aplicación del control de daños antes que se men. J Trauma 1995; 39: 225.
presente la tríada de la muerte, hipotermia, coagulopatía y 25. Shen G, Rappaport W. Control ofnonhepatic intra abdominal hemorr-
acidosis. Esta es la enseñanza que se debe aprender, tener, hage with temporary packing. Surg Gynecol Obst 1992; 174: 411.
26. Talbert S, Trooskin S, Scalea T, et al. Packing and reexploration for
saber y enseñar en el inicio del nuevo milenio (179).
patients with nonhepatic injuries. J Trauma 1992; 33: 121.
27. Huckabee W. Relationships of pyruvate and lactate during anaerobic
La cirugía moderna es segura para el paciente. El cirujano mo- metabolism: Effects of infusion of pyruvate or glucose and hyperven-
derno hace que el paciente esté seguro en la cirugía moderna. tilation. J Clin Invest 1958; 37: 244.
Lord Moynihan. 28. Wilson R, Du1chavsky S, Soullier G. Problems with 20 more blood
transfusions in 24 hours. Am Surg 1987; 53: 410.
29. Abramson D, Scalea T, Hitchcock R, et al. Dlc,tate clearance and sur-
Referencias vival following injury. J Tri'mma 1993; 35: 584.
1. Mendelson JA. The relationship between mechanisms of wounding 30. Hinckle P, McCarty R. Como fabrican ATP las células. Sci Am, 1978;
and principIes of treatment of missile wounds. J Trauma 1991; 31: 20: 58-75.
1181. 31. Mizock B, Falk J:' Lactic acidosis in critical illness. Crit Care Med
2. McGoniga1 MF. Urban firearm deaths: A five year perspective. J Trau- 1992; 20: 80-93.
ma 1993; 35: 532. 32. Ordóñez CA, Buitrago R. Interpretación clínica de los gases sanguí-
3. Schwab CW. Violence: America's uncivil war. Presidential Address, neos. Colombia Médica 1993; 24: 98-104.
Sixth Scientific Assembly of the Eastern Association for the Surgery 33. Ordóñez CA. Como producen energía las células. Colombia médica
ofTrauma. J Trauma 1993; 35: 657. 1994; 25: 61-65.
4. Feliciano DV, Moore EE, Mattox KL. Trauma Damage Control. In: 34. Bernabei A. Levison M, Bender J. The effects of hypotherrnia and in-
Trauma. Fourth Edition McGraw Hill, New York 2000; 907-991. jury severity on blood loss during trauma laparotomy. J Trauma 1992;
5. Mattox KL. Introduction background and future projections of dama- 33: 835.
ge control surgery. Surg Clin North Ann 1997; 77: 753-759. 35. Gregory J, Flancbaum L, Townsend M, et al. Incidence and timing
6. Feliciano D, Burch J, Spjut K. Partinely V, et al. Abdominal Gunshot of hypothermia in trauma patients undergoing operations. J Trauma
wounds. Ann Surg 1988; 208: 362. 1991; 3: 795.
7. Stone H, Strom P, Mullins R. Management of the major coagulopathy 36. Jurkovich G, Greiser W, Luterman A, et al. Hypotherrnia in trauma
with onset during laparotomy. Ann Surg 1983; 197: 532. victims: An ominous predictor of s~rvival. J Trauma 1987; 27: 1019.
8. Aprahamian C, Wittmann D, Bergstein J, et al. Temporary abdominal 37. Steinemann S, Shackford S, DavisJ. Implications of admission hypo-
closure (TAC) for planned relaparotomy (etappenlavage) in trauma. J thermia in trauma patients. J Trauma 1990; 30: 200.
Trauma 1990; 30: 719.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

38. Slotman G, Jed E, Burchard K. Adverse effects of hypothermia in 66. Feliciano DV, Pachter HL. Hepatic trauma revisited. Curr Prob Surg
postoperative patients. Am J Surg 1.985; 149: 495. 1989; 26: 453.
39. KirkpatrickAW, Chun R, Brown R, et al. Hypothermia and the trauma 67. Feliciano DV, Mattox KL, Burch JM, et al. Packing for control of
patient. Can J Surg 1999; 42: 333. hepatic hemorrhage. J Trauma 1986; 26: 738.
40. Frank S, B Eattie C, Christipherson R, et al. Unintentional hypother- 68. Sharp KW, Locicero RJ. Abdominal packing for surgically uncontro-
mia in associated with postoperative myocardial ischemia. Anesthe- llable hemorrhage. Ann Surg 1992; 215: 467.
siology 1992; 78: 468. 69. Degiannis E, Levy RD, Velmahos GC, et al. Gunshot injuries of the
41. Just B, Delva E, Camus Y, et al. Oxygen uptake during recovery fo- liver: The Baragwanath experience. Surgey 1995; 117: 359.
llowing naloxone. Anesthesiology 1992; 76: 60. 70. Feliciano DV, Mattox KL, Birch JM. Packing for control of hepatic
42. Michenfelder J, Uihlein A, Saw E, et al. Moderate hypothermia in hemorrhage: 58 consecutive patients. J Trauma 1986; 26: 738.
man: Hemodynamic and metabolic effects. Br J Anaesth 1965; 37: 71. Petrone P, Asensio J, Pardo M, et al. Factores pronósticos del sín-
738. drome de exanguinación para el control de lesiones. Rev Colomb Cir
43. Bush H, Hydo L, Fischer E, et al. Hypothermia during elective ab- 2007; 22: 192-201.
dominal aortic aneurysm repair: The high price of avoidable morbid- 72. Sharp KW, Locicero RJ. Abdominal packing for surgically uncontro-
ity. JVasc Surg 1995; 21: 392. Hable hemorrhage. Ann Surg 1992; 215: 467.
44. Patt A, McCroskey B. Moore E. Hypothermia.induced coagulopathies 73. Walker MI. The damage control laparotomy. J Natl Md Assoc 1995;
in trauma. Surg Clin North Am 1988; 68: 775. 87:119.
45. Reed R, Bracey A, Hudson 1. Hypothermia and blood coagulation: 74. Talbert S, Trooskin SZ, Scalea T, et al. Packing and reexploration for
Dissociation between enzyme activity and clotting levels. Cir Shock patients with nonhepatic injuries. J Trauma 1992; 33: 121.
1990; 32: 141. 75. Saifi J, Fortune JB, Graca L, et al. Benefits of intra abdominal pack
46. Rohrers M, Natale A. Effect of hypothermia on the coagulation cas- placement for the management of nonmechanical hemorrhage. Arh
cade. Crit Care Med 1992; 20: 1402. Surg 1990; 125: 119.
47. HatTigan C, Lucas C, Ledgerwood A. Effects of hemorrhagic shock on 76. Rumley TO: Improved packing technique in the control of diffuse he-
the clotting cascade in injured patients. J Trauma 1989; 29: 1416. morrhage ofthe abdomen. Surg Gynecol Obstet 1983; 156: 82.
48. Hewson J, Neame P, Kumar N, et al. Coagulopathy related to dilution 77. Cothren C, Osborn P, Moore E, et al. preperitoneal pelvic packing for
and hypotension during massive transfusion. Crit Care Med 1985; 13: hemodynamically unstable pelvic fractures: a paradigm shift. J trauma
387. 2007; 62: 834-839.
49. Wilson R, Dulchavsky S, Soullier G. Problems with 20 or more blood 78. Morris JA, Eddy VA, Rutherford EJ. The trauma celiotomy: The evol-
transfusions in 24 hours. Am Surg 1987; 53: 410. ving concepts of damage control. Curr Probl Surg 1996; 33: 611.
50. Valeri C, Cassidy G, Khuri S. Hypothermia.induced reversal and pla- 79. Poggetti RS, Moore EE, Moore FA, et al. Balloon tamponade for bilo-
telet dysfunction. Ann Surg 1987; 205: 175. bar transfixing hepatic gunshot wounds. J Trauma 1992; 33: 694.
51. Yoshihara H, Yamamoto T, Mihara H. Changes in coagulation and 80. Hirsbberg A, Walden R.Damage Control for abdominal trauma. Surg
fibrinolysis occurring in dogs' hypothermia. Thromb Res 1985; 37: Clin North Am 1997; 77: 813.
503. 81. Thomas SV, Dulchavsky SA, Diebel LN. Balloon tamponade for liver
52. Hirshberg A, Mattox K. Top knife. 2005; 3-34. injuries: Case report. J Trauma 1993; 34.
53. Johnson J, Gracias V, Schwab W, et al. Evolution in Damage Con- 82. Aucar JA, Hirsbberg A. Damage Control for Vascular injuries. Surg
trol for Exsanguinating Penetrating Abdominal Injury. J Trauma Clin North Am 1997; 77: 858-862.
2001 ;51 (2): 261-9; discussion 269-71. 83. Mattox KL, Hirshberg A. Vascular Trauma. In Haimovici H (ed):
54. DiGiacomo J, Rotondo M, Schwab CW. Transcutaneous balloon Haimovici's Vascular Surgery. Ed 4. Cambridge, MA, Balckwell
catheter tampon for definitive control of subclavian venous injuries. J Science, 1996: 481.
Trauma 1994; 37: 11l. 84. Walker AJ, Mellor SG, Cooper G1. Experimental experience with a
55. McAnena O, Moore E, Moore F. Insertion of a retrohepatic vena cava temporary intraluminal heparin bonded polyurethane arterial shunt.
balloon shunt through the saphenofemoral junction. Am J Surg 1989; Br J Surg 1994; 81: 195.
158: 463. 85. Brasel KJ, KuJ, Baker Ce. Damage Control in the Critically III and
56. Thomas S, Dulchavsky S, Diebel L. Balloon tamponade for liver inju- Injured Patient. New Horizons 1999; 7: 73.
ries: Case report. Ann Surg 1993; 34: 448. 86. Hirshberg A, Mattox K, Ferrada R. Control de Daños en Cirugía de
57. Asensio J, Petrone P, Kimbrell B, et al. Lesiones vasculares abdomi- Trauma. En Trauma. Sociedad Panamericana de Trauma. 1 ed. Cali
nales. El desafío del cirujano de trauma. Rev Colomb Cir 2007; 22: Colombia, 1997: 54!.
124-134. 87. Zacharias SR, Opffnen P, Moore EE, et al. Damage'"ontrol Surg.
58. Barker D, Kaufman H, Smith L, et al. Vacuum Pack Technique of AACN Clin Issues 1999; 10: 95-103.,. '
Temporary Abdominal Closure: A 7-Yeat· Experience with 112 Pa- 88. Fainzilber G, Roy Shapira A, Wall MJ Jr, et al. Predictors of amputa-
tients. J Trauma 2000; 48(2): 201-6; discussion 206-7. tion for popliteal artery injuries. Am J Surg 1995; 170: 586-570,
59. Kaplan M, Banwell P, Orgill D, et al. Guidelines for the Management 89. Jurkovich GJ, Hoyt DB, Moó~e FA, et al. Portal triad injuries. J Trau-
of the Open Abdomen. Supplement to Wounds 2005; 1-24. ma 1995; 39: 426.
60. Miller P. Prospective evaluation of vacuum-assisted facial closure al- 90. Bostwick J 3d, Stone HH. Trauma to the portal venous system. Soth
ter open abdomen. Ann Surg 2004; 239: 608-616. Med J 1975; 68: 1369.
61. Suliburk J, Ware D, Balogh Z, et al. Vacuum-Assisted Wound Clo- 91. Timberlake GA, OTonnell RC, Kerstein MD. Venous injury: To re-
sure Achieves Early Fascial Closure of Open Abdomens after Severe pair or ligate, the dilemma. J Vasc Surg 1986; 4: 553.
Trauma. J Trauma 2003; 55:(6): 1155-60. 92. Pachter HL, Drager S, Godfrey N, et al. Traumatic injuries of the por-
62. Garner G, Ware D, Cocanour C, et al. Vacuum-Assisted Wound Clo- tal vein. The role acute ligation. Ann Surg 1979; 189: 383.
sure Achieves Early Fascial Closure of Open Abdomens after Severe 93. Stone HH, Fabian TC, Turkleson ML. Wounds of the portal venous
Trauma. Am J Surg 2001; 182(6): 630-8. system. World J Surg 1982; 6: 335.
63. Garrison JR, Richardson JD, Hilakos AS, et al. Predicting the need to 94. Donahue TK, Strauch GO. Ligation as definitive management of in-
pack early for severe intraabdominal hemorrhage. J Trauma 1996; 40: jury to the superior mesenteric vein. J Trauma 1988; 28: 54!.
923. 95. Burch JM, Feliciano DV, Mattox KL, et al. Injuries ofthe inferior vena
64. Sharp KW, Locicero RJ. Abdominal packing for surgically uncontro- cava. Am J Surg 1988; 156: 548.
llable hemorrhage. Ann Surg 1992; 215: 467. 96. Mullins RJ, Lucas CE, Ledgerwood AM. The natural history fo-
65. Caruso D, Battistella F, Owings JT. Perihepatic Packing of Mayor Li- llowing venous ligation for civilian injuries. J Trauma 1980; 20: 737.
ver Injuries. Arh Surg 1999; 134: 958-963.
44/ CONTROL DE DAÑOS

97. Richardson R, Obeid FN, Richardson JD, et al. Neurologic con se- 124. Smith PC, Tweddell JS, Bassey PQ. Alternative approaches to abdo-
quences of cerebrovascular injury. J Trauma 1992; 32: 755; discussion minal wound closure in severely injured patients with massive visceral
1992; 758. edema. J Trauma 1992; 32: 16.
98. Feliciano DV, Herskoeitz K, O'Gorman RB, et al. Management of 125. Fabian TC, Croce MA, Pritchard E, et al. Planned ventral hernia. Sta-
vascular injuries in the lowers extremities. J Trauma 1988; 28: 319. ged management for acute abdominal wall defects. Ann Surg /1994;
99. Deitrick J, McNeill P, Posner MP, et al. Traumatic superior mesenteric 219: 643.
artery.portal vein fistula. Ann Vasc Surg 1990; 4: 72-76. 126. Howdiesshell TR, Yeh KA, Hawkins ML, et al. Temporary abdomi-
100. Accola KD, Feliciano DV, Mattox KL, et al. Management of injuries nal wall closure in trauma patients: Indications, technique and results.
to the superior mesenteric artery. J Trauma 1986; 26: 313. World Surg 1995; 19: 154.
101. Hirshberg A, Sherr.Laurie N, Adar R. Compartment haematoima com- 127. Ordóñez CA, Ferrada R, Florez G, et al. Abdomen abierto en sepsis
plicating closed fasciotomy. Br J Surg 1.996; 83: 950. intraabdominal.: Malla de Nylon con cierre. Panamerican Journal of
102. Nichols JG, Svoboda JA, Parks SN. Use of temporary intraluminal Trauma 1989; 1: 16.
shunts in selected peIipheral arterial injuIies. J Trauma 1996; 26: 1094. 128. Ordóñez CA, García A, Florez G et al. Uso de malla en abdomen
103. Husain AK, Khandeparker JM, Tendolkar AG, et al. Temporary intra- abierto en sepsis intrabdominal. Rev. Col. Cirugía 1995; 10: 101.
vascular shunts for peripheral vascular trauma. J Postgrad Med 1992; 129. Ivatury RR, Diebel L, Porter JM, et al. Intraabdominal Hypertension
38: 68. and the abdominal compartment syndrome. Surg Clin North Am 1997;
104. Qattan MM, Zuker RM, Weinberg MJ, et al. The use of a shunting ca- 77: 788.
theter for a ruptured brachial artery following open elbow dislocation. 130. Ivatury RR, Porter JM, Simon RJ, et al. Intraabdominal hypertension
J Hand Surg (Br) 1994; 19: 788. after life threatening penetrating abdominal trauma: Prophylaxis, inci-
105. Khalil 1M, Livingston DH. Intravascular shunts in complex lower dence, and clinical compartment syndrome. J Trauma 1998; 44: 1016.
limb trauma. J Vasc Surg 1996; 4: 582. 13l. Burch JM, Moore EE, Moore FA, et al. The abdominal compartment
106. Khalil 1M, Livington DH. Management of lower limb intravascular syndrome. Surg Clin North Am 1996; 76: 883.
injuries (review). Clin Plast Surg 1986; 13: 711s. 132. Sugrue M. Abdominal Compartment Syndrome. Curr Opin Crit Care
107. Reilly PM, Rotondo MF, Carpenter JP, et al. Temporary vascular con- 2005; 11: 333-338.
tinuity during damage control: Intraluminal Shunting for proximal 133. Malbrain M. Intra-abdominal hypertension in the abdominal cIitically
superior mesenteric artery injury. J Trauma 1995; 39: 757. ilI: it is time to pay attention. Curr Opin Crit Care 2005; 11: 156-17l.
108. Grnchi T, Schmittling Z, Vasquez J, et al. Prolonged use of intralumi- 134. Batlistella V. Abbreviated thoracotomy and temporary chest closure:
nal arterial shunts without systemic anticoagulation. Am J Surg 2000; An application of damage control after thoracic trauma. Arch Surg
180: 493. 2001; 136: 21-24.
109. BeyersdorfF, Sarai K, Mitrev Z, et al. Studies ofreperfusion injury in 135. Abramson D, Scalea T, Hitchcock R, et al. Lactate clearance and sur-
skeletal muscle: Controlled limb reperfusion to reduce post. ischae- vival following injury. J Trauma 1993; 35: 584-588.
mic syndrome. Cardiovasc Surg 1993; 1: 330. 136. Miller PR, Kincaid EH, Meredith JW, Chang MC, Threshold values of
110. Crinnion JN, Homer Vanniasikam S, Gough MJ. Skeletal muscle intramucosal pH and mucosal arterial COl gap during resuscitation. J
reperfusion injury: Phatophysiology and clinical considerations (re- Trauma 1998; 45: 868.
view). Cardiovasc Surg 1993; 1: 3l7. 137. Moore EE. Staged laparotomy for hypothermia, acidosis, and coagu-
111. Formigli L, Lombardo LD, Adembbri C, et al. Neutrophils as media- lopathy syndrome. Am J Surg 1996; 172: 405-410.
tors of human skeletal muscle ischemia.reperfusion syndrome. Hum 138. Holcomb J, Jenkins D, Rhee P, et al. Damage control resuscitation:
Pathol 1992; 23: 627. directly addressing the early coagulophaty of trauma. J Trauma 2007;
112. Zimmerman BJ, Granger DN. Mechanims of reperfusion injury (re- 62: 307-310.
view). Am J Med Sci 1994; 307: 284. 139. Moore EE, Burch JM, Francoise RJ, et al. Staged physiologic restora-
113. Morris JA Jr, Eddy VA, Rutherford El The trauma celiotomy: The tion and damagee control surgery. World J Surg 1998; 22: 1184.
evolving concepts of damage. Curr Probl Surg 1996; 33: 61l. 140. Fleming A, Bishop M, Shoemaker W, et al. Prospective tria! of supra-
114. Eastlick L, Fogler RJ, Shaftan GW. Pancreaticoduodenectomy for trau- normal values as goals of resuscitation in severe trauma. Arch Surg
ma: Delayed reconstruction a case report. J Trauma 1990; 30: 503. 1992; 127: l175l.
115. Feliciano DV, Martin TD, Cruse Pa, et al. Management of combined 14l. Moore FA, Haenel JB, Moore EE, et al. Incommensurate oxygen con-
pancreatoduodenal injuries. Ann Surg 1987; 205: 673. sumption in response to maximal oxygen availability predicts post.
116. Feliciano DV, Burch JM. Towel clips, silos, and heroic forms of injury multiple organ failure. J Trauma 1992; 33: 58.
wound closure. Pp 231. In Maull KI, Cleveland HC, Feliciano DV, et 142. Gattinoni L, Brazzi L, Pelo si P, et al. A tri al of goal-oriented hemo-
al (eds). Advances in Trauma and Critical Care, vol 6. Chicago, Year dynamic therapy in critically ill patients. N"~ngl J Med 1995; 333:
Book Medical Publishers, 1991. 1025.
117. Sugrue M, Jones F, Janjua KJ, et al. Temporary abdominal closure: a 143. Durham RM, Neunaber K, Mazuski JE, et al. The use of oxygen con-
prospective evaluation of its effects on renal and respiratory physiol- sumption and delivery as endpoints for resuscitation in critically ilI
ogy. J Trauma 1998; 45: 914. patients. J Traumá'1996; 41: 32.
118. Fernandez L, Norwood S, Roettger R, Wilkins HE III. Temporary 144. Enderson BL, Reath DB, Meadors J, et al. The tertiary trauma survey:
intravenous bag silo closure in severe abdominal trauma. J Trauma A prospective study of missed injury. J Trauma 1990; 30: 666.
1996; 40: 258. 145. Murray DJ, Pennell BJ, Weinstein SL, et al. Packed red cells in acute
119. DiGiacomo JC, Kustrup JF Jr. Alternatives in temporary abdominal blood loss: Dilutional coagulopathy as a cause of surgical bleeding.
closures. Arch Surg 1994; 129: 884. Anesth Analg 1995; 80: 336.
120. Sherck J, Seiver A, Shatney C, et al. Covering the "open abdomen": A 146. Rohrer MJ, N atale AM: Effect of hypothermia on the coagulation cas-
better technique Am Surg 1998; 64: 854. cade. Crit Care Med 1992; 20: 1402.
121. Bender JS, Bailey CE, Saxe JM, et al. The technique ofvisceral pack- 147. Watts DD, Trask A, Soeken K, et al. Hypothermic coagulopathy in
ing: Recommended management of difficult fascia closure in trauma trauma: Effect of varying levels of hypothermia on enzyme sped, pla-
patients. J Trauma 1994; 36: 18. telet function, and fibrinolytic activity. J Trauma 1998; 44: 846.
122. Aprahamian C, Wittmann DH, Bergstein JM, et al. Temporary ab- 148. Phillips TF, Soulier G, Wilson RF. Outcome of massive transfusion
dominal closure (TAC) for planned relaparotomy (etappenlavage) in exceeding two blood volumes in trauma and emergency surgery. J
trauma. J Trauma 1990; 30: 719. Trauma 1987; 27: 903.
123. Lamb JP, Vitale T, Kaminiski DL. Comparative evaluation of synthetic 149. Cinat ME, Wallace WC, Nastanski F. Improved Survival Following
meshes used for abdominal wall replacement. Surgery 1983; 93: 643. Massive Transfusion in Patients who have undergone Trauma. Arch
Surg 1999; 134: 964.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

150. Wilmore DW, Emergency Management of Life-Threatei:1ing. In Wil- 165. Asensio J, Petrone P, Roldan G, et al. Has Evolution in Awareness
more DW, Laurence YC, Harken AH et al. ACS Surgery PrincipIes of Guide1ines for Institution of damage Control Improved Outcome
and Practice NewYork. 2002: 1549-1557. in the Management of the posttraumatic Open Abdomen? Arch Surg
151. Wladis A, Hahn RG, Brismar B, et al. Induced hypothermia after 2004; 139: 209-214
high-energy soft-tissue injury and subsequent hemorrhagic shock. 166. Schreiber M. Damage Control Surgery. Crit Care Clin 2004; 20(1):
Shock 2002; 17: 120-67. 101-18.
152. Hirshberg A, Sheffer N, Barnea O. Computer Simulation of hypo- 167. Sugrue M, D' Amours S. K, Joshipura M. Damage control surgery and
thermia during "damage control" laparotomy. World J Surg 1999; 23: the abdomen. Injury 2004; 35(7): 642-8.
960-965. 168. McPartland K, Hyman N. Damage Control: What is its Role in Co10-
153. Ku J, Brasel KJ, Baker CC, Rutherford EJ. Triangle of death: Hypo- rectal Surgery? Dis Colon Rectum 2003; 46(7): 981-6.
thermia, acidosis and coagulopathy. New Horinzon 1999; 7: 61. 169. Mohr A, Asensio J, García-Núñez L, et al. Guidelines for the Institu-
154. Moore EE. Staged laparotomy for the hypothermia, acidosis and coa- tion of Damage Control in Trauma Patients. International TraumaCare
gulopathy syndrome. Am J Surg 1996; 172: 405. (ITACCS) www.itaccs.com 2005: 185-189
155. Hirshberg A, Mattox K. Planned reoperation for severe trauma. Ann 170. Loveland J, Boffard K. Damage control in the abdomen and beyond.
Surg 1995; 222: 3-8. British Journal of Surgery 2004; 91: 1095-1101.
156. Hirshberg A, Stein M Adar R. Reoperation: Planned and unplanned. 171. Finlay 1, Edwards T, Lambert A. Damage controllaparotomy. British
Surg Clin North Am 1997; 77: 897-907. Journal of Surgery 2004; 91: 83-85
157. Fabian T. Damage control in trauma: laparatomy wound management 172. Martin RR, Byrne M. Postoperative Care and Complications of Da-
acute to chronic. Surg Clin N Am 2007; 87: 73-93. mage Control Surgery. Surg Clin NorthAm 1997; 77: 929-942.
158. Rotondo MF, Zomies DH. The damage control sequence and un- 173. Miller R, Morris J, Diaz J, et al. Complications after 344 Damage-
derlying 10gic. Surg Clin NorthAm 1997; 77: 761-777. Control Open Ce1iotomies J Trauma 2005; 59: 1365-1374.
159. Demetriades D, Murray JA, Chain L, Ordóñez C, et al. Penetrating 174. Shapiro M, Jenkins D, Schwab W, et al. Damage control: Collective
Colon Injuries Requiring Resection: Diversion or Primary Anastomo- Review. J Trauma 2000; 49(5): 969-78.
sis? An AAST Prospective Multicenter Study. J Trauma. 2001; 50: 175. Brasel KJ, Ku J, Baker CC, Rutherford El Damage control in the
765-775. critically ill and injured patient. New Horizons 1999; 7: 73.
160. Hirshberg A, Wall MJ Jr, Mattox KL. Planned reoperation for trauma: 176. Sherk J, Seiver A, Shatney C, et al. Covering the "open abdomen~': A
A two year experience with 124 consecutive patients. J Trauma 1994; better technique. Ann Surg 1998; 64: 854-857.
37: 365. 177. Bejarano W, Currea D, GarcíaA, Ferrada R, et al. Laparotomía de Salva-
161. Schein M. Re-Laparotomies and laparostomy for infection. In Schein mento. Presentado en el Congreso Nacional de Cirugía. Bogotá, 1996.
M. NewYork: Springer 2000; 321-337. 178. Bejarano W, Pérez M, García A, Ordóñez CA, et al. Laparotomía
162. Carrillo C, Floger RJ, Shaftan GW. Delayed gastrointestinal recons- Abreviada en Trauma. Presentado en II Congreso Nacional de la Aso-
truction following massive abdominal trauma. J Trauma 1993; 34: ciación Colombiana de Medicina Critica y Cuidado Intensivo. Carta-
233. gena, 1999.
163. Ferrada R, Birolini D. New concepts in the management of patients 179. Ordóñez CA. Control de daños. En: Ordóñez CA, Ferrada R, Buitrago
with penetrating abdominal wounds. Surg Clin North Ann. 1999; 79: R. Cuidado Intensivo y Trauma. Bogotá: Editorial Distribuna 2003;
1331-1356. 429-450.
164. Arthurs Z, Kjorstad R, Mullenix P, et al. The use of damage-control
principIes for penetrating pelvic battlefield trauma. Am J Surg 2006;
191: 604-609.
HIPERTENSiÓN INTRAABDOMINAL y SíNDR ME
DE COMPARTIMIENTO ABDOMINAL

Michael Sugrue, MO, MB, BCh, BAO, FRCSI, FRACS; Rao Ivatury, MO, FACS; Carlos A. Ordóñez O, MO; Alberto Espinoza,
MO; Víctor Buchelli E, MO; Luis Ghedini Ramos T, MO

Introducción hoy en día son ampliamente aceptadas por diferentes grupos


de investigadores y seguidores.
A pesar de haber sido reconocida hace más de 135 años por
Este capítulo ofrece una perspectiva general de los princi-
los fisiólogos, cerca de 85 años por los médicos internistas
pios fisiológicos, métodos de diagnóstico, supervisión y ten-
y estudiado hace más de 50 años por los cirujanos, la géne-
dencias potenciales futuras en el síndrome compartimental
sis y las implicaciones fisiopatológicas del incremento de la
abdominal.
presión intraabdominal (PIA) solamente en las pasadas dos
décadas han sido sujeto de investigación por diferentes gru-
pos de investigadores a nivel mundial, al observar los efectos
Reseña histórica
benéficos de la decomprensión abdominal. Inicialmente fue Las primeras publicaciones que describieron fisiológicamen-
descrita en forma anecdótica, pero en los últimos años ha te el impacto del incremento de PIA sobre la función de un
sido documentada con gran evidencia por un creciente nú- órgano o sistema se reportó sobre la mecánica ventilatoria,
mero de centros involucrados en el cuidado intensivo de estos por primera vez por Marey (1863) y posteriormente por Burt
pacientes (1). (1870) (2).
El advenimiento de renovadas evidencias con base en En 1890 Henricius, trabajando con un modelo animal de
múltiples ensayos científicos y la acumulación de experien- experimentación usando tubos cerrados de vidrio colocados
cia clínica han permitido confirmar el impacto lesivo del en la cavidad abdominal encontró que el incremento en PIA
aumento progresivo de la presión intraabdominal llamado entre 27 a 46 cm de H?O se asociaba con una disminución
hipertensión intraabdominal (HIA). Sus efectos deletéreos significativa de la moviÜdad diafragmática que inducía el in:-
sobre los órganos de la economía produce el denominado cremento de la presión intratorácica con subsiguiente falla
"Síndrome de compartimiento abdominal" (SCA) que aque- respiratoria progresiva y muerte del modelo animal. La teoría
ja a los pacientes críticamente enfermos de las unidades de de que la falla respiratoria era causal de muerte en casos se-
cuidados intensivos (VCI), con incremento sobre las tasas de veros de HIA persistió, hasta que Emerson (1911) demostró
morbimortalidad inducida por este síndrome en diversas ins- en modelos experimentales con gatos, perros y conejos que
tituciones a lo largo del mundo (2). el incremento de PIA causaba la muerte por el colapso car-
La HIA se ha descrito como un conjunto de cambios fi- diovascular progresivo más que por la disfunción ventilatoria
siopatológicos progresivos (3-9) que repercuten sobre el (2, 12).
flujo sanguíneo regional a nivel de la perfusión de órganos Wendt (13) (1876) identificó por primera vez el efecto
intraabdominales que afecta adversamente a todo nivel la ho- deletéreo de la PIA sobre la función fel)al y gasto urinario,
meostasis sistémica. Como resultado se produce disfunción así mismo Thorington & ~chmidt (14) (1923) informaron del
progresiva cardiopulmonar y renal que culmina en una franca restablecimiento del débito urinario por medio de la descom-
falla de múltiples órganos (FMO) y en suma a la instalación presión abdominal/quirúrgica (3).
de las secuelas del SCA (8, 9). Overholt estudió extensivamente las propiedades de dis-
La adaptación de los principios básicos de la "cirugía de tensibilidad de la pared abdominal y postuló que lá PIA nor-
control de daños" o "Cirugía abreviada" presentada por Burch malmente es subatmosférica (quiere decir con valor menor de
y colaboradores (4, 10) durante los años 80 en pacientes del cero) y que los procedimientos que restringen el movimiento
Ben Taub General Hospital, ha impulsado un incremento en de la pared abdominal, así como la distensión no controlada
el uso de técnicas de "abdomen abierto" como método efec- de las vísceras como el estómago o del colon, resultan en un
tivo sobre la tradicional secuencia operativa para disminuir incremento de PIA. Además determinó que la PIA es gober-
la morbilidad y mortalidad operatorias. Se minimizan así los nada por la presión inducida por los contenidos abdominales
efectos deletéreos de la famosa "tríada de la muerte" (11) en contraposición a la distensibilidad (compliance) de la pa-
presente en pacientes críticamente enfermos de las unidades red continente abdominal (2).
de trauma. La prevención de la deletérea HIA durante la es- El primer y más importante, experimento humano para
tadía en la VCI consistía en más que un reto diario, en un identificar una afección adversa'directa de la hipertensión in-
motor para el refinamiento de las técnicas quirúrgicas que traabdominal fue en 1947, en el informe de Bradley, el cual
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

mostró un deterioro gradual en la función renal con el incre- intervención, y sentar las directrices de las futuras investi-
mento de la presión (15). gaciones (25, 26) (tablas 1-3). Fundamental para estas defi-
La experiencia de cirujanos pediatras tratando neonatos niciones es el uso de los milímetros de mercurio (mmHg) y
con gastrosquisis u onfalocele contribuyó al entendimiento el reconocimiento de que existe una transición entre la hiper-
del concepto de "pérdida de la continencia abdominal" y la tensión intraabdominal y la secuela fisiológica adversa como
repercusión sobre la función cardíaca, pulmonar y complica- se ha visto en el síndrome de compartimiento abdominal. Es-
ciones gastrointestinales, las cuales pueden ocurrir cuando tas definiciones han constituido la base para investigaciones
los abdómenes son cerrados tempranamente sin considerar el posteriores. Aún existe escepticismo en muchas unidades de
incremento de PIA y su repercusión hemodinámica (16). cuidados intensivos de todos los continentes acerca de la pre-
Gross (17), en 1948, fue el primero en describir el uso de sión intraabdominal y sus efectos potenciales (27).
una "reparación abdominal por etapas" en neonatos, desco-
nociéndosele ser el pionero en el manejo innovador de las Existe un amplio rango en el nivel de conocimiento de HIA y
técnicas de abdomen abierto las cuales han comenzado a ser el SCA, desde un 22% en hospitales no-escuela hasta un 75%
el estándar en el tratamiento de HIA y SCA. en hospitales pediátricos y un 100% en hospitales de trauma
A principios del siglo XX fueron descritas en su momento (28, 29). Sin embargo, es claro que llegó el momento para
técnicas de medidas de presión intravesical, intragástrica e reconocer la necesidad del monitoreo y el control de estos
intracolónica en modelos con animales de experimentación, pacientes en cuidados intensivos (30-32).
común entre los años 1920 a 1940. Se reconoce actualmente
que Soderberg & Westin (18) (1970) fueron los primeros en Tabla 1. Definiciones del consenso de la Sociedad Mundial del Síndrome de
Compartimiento Abdominal.
describir la fuerte correlación entre PIA y presión intravesi-
cal durante la laparoscopia en humanos.
Definición Término Descripción
Richarson & Trinkle (19) (1976) estudiaron el efecto del
1 PIA La presión intraabdominal es la presión pre-
incremento de la PIA en modelos caninos a los que se colocó
sente en la cavidad abdominal
un catéter en la vena cava inferio~ observando que se produ-
2 PIA La presión intraabdominal varía con la res-
cía compromiso del retorno venoso y gasto cardíaco cuando piración
la PIA era superior a 10 cmH20. 3 PPA La presión de perfusión abdominal se calcu-
El trabajo a resaltar de Harman, Kron & Richards en los la como la media de la presión arterial me-
tempranos 1980, "redescubrió" la HIA como la causa de dia menos la presión intraabdominal (PPA=
PAM PIA)
oliguria inexplicada y subsiguiente falla renal en el período
4 FG El FG es la fuerza mecánica a través del
postoperatorio de pacientes con distensión del abdomen por
glomérulo y equivale a la diferencia entre la
diversas causas. Ellos además reportaron los beneficios de la presión de filtración glomerular (PFG) y la
descompresión abdominal para restablecer la función renal presión tubular proximal.
mejorando el resultado en pacientes con PIA de >25 mmHg 5 FG En presencia de HIA, PTP puede interpre-
(20-22). tarse como igual a PIA y de este modo PFG
puede estimarse como PAM - PIA. EL FG
La introducción de técnicas de laparoscopia dentro de la
entonces puede ser calculado con la fórmula:
corriente principal de la práctica quirúrgica desde 1980 ha FG = PAM -2*PIA
inducido a la investigación de los efectos deletéreos del in- 6 PIA PIA puede ser expresada en mmHg y medi-
cremento súbito de la PIA sobre los diferentes sistemas de la da en al final de la espiración en la posición
economía. Estos efectos eran conocidos por reportes de casos supina completa, asegurando' ~ue no haya
contracciones del músculo abdoininal y que
por grupos de anestesiólogos y cirujanos que se enfrentaban
el transductor esté calibrado a cero en la línea
al manejo de las complicaciones quirúrgicas durante y poste- a nivel medio axilar
rior a la producción del pneumoperitoneo (23). 7 Medición PIA El estándar de oro para las mediciones PIA
En 1989, Fiestam (24) acuñó el término síndrome com- (intermitente) es la vejiga.
partimental abdominal (SCA) en pacientes que han sido ope- 8 Medición PIA El volumen máximo para ser instilado en la
rados de la aorta. En la última década se ha visto un gran vejiga previo a la medición de la PIA es 25 a
cambio en la comprensión, la investigación y el control de 50 mI de solución salina estéril

pacientes con posible síndrome compartimental abdominal. 9 ValorPIA La PIA normal es aproximadamente 5-7
mmHg en adultos
10 I ValorPIA La PIA normal es aproximadamente 10-15
Definiciones rnrnHg en pacientes obesos
En los últimos años, un crecimiento exponencial en el cono- 11 HIA HIA se define por un incremento repetido o
sostenido en PIA por encima de 12 mmHg
cimiento relacionado con la HIA y el SCA se ha puesto en
12 Grados HIA Grado 1: PIA entre 12 y 15 mmHg
evidencia. En diciembre de 2004, 170 líderes de todas partes
Grado II: PIA entre 16,y 20 mmHg
del mundo se reunieron en Noosa, Australia para llevar a cabo
0 Grado III: PIA entre 21 y 25 rnrnHg
en el 2 Congreso Mundial del Síndrome de Compartimiento
Grado IV: PIA mayor a 25 mmHg
Abdominal, con el fin de unificar definiciones, criterios de
45 f HIPERTENSiÓN INTRAABDOMINAL y SíNDROME DE COMPARTIMIENTO ABDOMINAL

Tabla 2. Definiciones de HIA y SCA. Hipertensión intraabdominal: HIA


Hipertensión intraabdominal (HIA) La HIA se produce cuando el contenido del abdomen (visce-
HIA se define por uno o ambos de los siguientes: ral o no visceral) en expansión excede a la capacidad conti-
• Una PIA > 12 mmHg, registrada por un mínimo de tres mediciones es- nente de la pared abdominal en todo su conjunto, constituido
tandarizadas realizadas con 4-6 horas de diferencia. por estructuras inextensibles (como la caja ósea subcostal, el
• Una PPA < 60 mmHg, registrada por un mínimo de dos medidas estan-
darizadas, realizada con 1-6 horas de diferencia.
eje vertebral asociado a musculosas estructuras paraespina-
Síndrome de compartimento abdominal (SCA) les, la caja pélvica mayor, los grupos musculares lumbares) y
SCA se define como la presencia de AMBOS: elásticas, como son la pared muscular anterior del abdomen
• Una PIA > 20 mmHg con o sin PPA < 50 mmHg registrada por un mínimo y la móvil banera transdiafragmática.
de tres medidas estandarizadas, realizada con 1-6 horas de diferencia La expansión del contenido intraabdominal puede tener
• Falla de uno o varios sistemas de órganos, la cual no se encontraba pre- diversas etiologías o una combinación de las mismas, des-
sente
• En contraste con HIA, el SCA no debería estar categorizado, como si critas como:
fuera un fenómeno de "todo o nada" a. Líquidos como sangre con o sin trauma previo, productos
de exudado por procesos inflamatorios o peritonitis, de
Tabla 3. Definiciones SCA primario, secundario y terciario
transudados por disfunción endotelial o hepática (ascitis),
de un tercer espacio producto de reanimación excesiva o
SCA primario se refiere a:
pérdida capilar (33, 34).
• Una condición asociada con heridas o enfermedades en la región abdo-
mino-pélvica que frecuentemente requiere cirugía temprana o interven- b. Distensión de órganos de capacitancia como el producido
ción angiorradiológica durante íleo de diversas causas, la obstrucción intestinal
• Una condición que se desarrolla después de una cirugía abdominal (como en todas sus formas, el útero grávido y las visceromega-
heridas de órganos abdominales que requieren reparación quirúrgica o lias benignas o malignas.
cirugía de control de daño, peritonitis secundaria, fracturas pélvicas san-
grantes u otra causa de hematoma retroperitoneal masivo, transplante de c. Lesiones o cuerpos que ocupan espacio como diversas
hígado) masas y neoplasias abdominales, hematomas contenidos
• Pacientes que se someten a una prueba inicial de control no operatorio o el empaquetamiento abdominal.
para heridas de órganos sólidos, quienes subsecuentemente desarrollan d. Pérdida de elasticidad del continente abdominal como las
SCA son incluidos en la categoría SCA primario.
• Sinónimos previos incluyen: "abdominal", "quirúrgico" o "agudo". producidas por fajas abdominales manejadas por enfer-
SCA secundario se refiere a: mería ("towel clip"), el ciene inadecuado o prematuro en
• Condiciones que no se originan desde el abdomen (como una sepsis y conecciones de la pared abdominal en hernias o evisce-
goteo de vasos capilares, quemaduras graves y otras condiciones que raciones con "pérdida del dominio abdominal", escaras
requieren resucitación con fluidos masivos) aun resultando en signos y o cicatrices retráctiles de granulación o quemaduras y el
síntomas comunes asociados con SCA primario. uso de pantalones antichoque (MAST) (35).
• Sinónimos previos= "extra-abdominal", "médico" o "subagudo"
e. Acumulación de gas libre dentro de la cavidad abdominal
SCA terciario o recurrente se refiere a:
como en el pneumoperitoneo quirúrgico que desde hace
• Una condición en la cual SCA se desarrolla después de una cirugía pro-
filáctica o terapéutica, un tratamiento médico o SCA primario o secun- una década se ha asociado a la HIA (36). Esta descripción
dario (por ejemplo la persistencia de SCA después de una laparotomía también ha sido encontrada en casos de trauma cenado
descompresiva o el desarrollo de un nuevo episodio de SCA seguido de sobre vísceras huecas (7).
una oclusión de la pared abdominal a partir de la utilización previa de
una oclusión temporal de la pared abdominal)
• Sinónimos previos = "crónico" o "expuesto". El nivel exacto de PIA que define l~,HIA permanece suje-
Para diferenciar entre SCA / HIA localizado y sistémico debe medirse la to a debate. Obviamente, la PIA patológi,ca es un fenómeno
diferencia de la presión vejiga a gastro. Cuando esta diferencia excede 10 continuo que va desde incrementos leves sin efectos clíni-
mmHg, está presente un problema localizado. cos adversos hasta elevaciones sustanciales con graves con-
secuencias en todos los sistemas orgánicos. Actualmente, el
Presión intraabdominal: PIA umbral de PIA para definir HIA varía más comúnmente en
La presión intraabdominal es aquella confinada dentro de la la literatura entre 12 y 25 mm de Hg. Algunos estudios han
cavidad abdominal. Presenta variaciones con la respiración, demostrado efectos deletéreos en la función de órganos luego
pero en condiciones normales fluctúa alrededor de 5 mm de de incrementos de PIA tan bajos como 10 ó 15 mm de Hg.
Hg. En pacientes obesos puede estar incrementada, sin reper- Malbrain (37), en un estudio reciente y, hasta ahora, el único
cusiones patológicas. Debe estar expresada en mm de Hg (1 multicéntrico y prospectivo, realizado con el fin de establecer
mm Hg: 1,36 cm de H20) y medida al final de la espiración la prevalencia, etiología y factores predisponentes asociados
con el paciente en posición supina y las contracciones mus- con HIA en una población mixta de pacientes de VeI, definió
culares abdominales ausentes. El cero del transductor de pre- HIA como un valor máximo de PIA de 12 mm de Hg o más
sión debe estar ubicado a nivel de la línea axilar media (25). en por lo menos una medición.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Con base en estos hallazgos, y con el fin de excluir elevacio- abdominal, incluyendo recto, estómago, vejiga, útero, hí-
nes temporales de PIA las cuales no son clínicamente signi- gado, vena cava inferior y adentro de la cavidad intraperi-
ficativas, el consenso de Australia definió el diagnóstico de toneal. Las medidas deben hacerse en mmHg en donde un
HIA con uno o ambos de los siguientes criterios: (1) PIA de cm H20=0,73mmHg (lmmHg=1,359 cm H20). Las diversas
12 mm de Hg o más en mínimo tres mediciones estandariza- técnicas están descritas a continuación.
das y/o (2) presión de perfusión abdominal, definida como la
presión arterial media menos la PIA (PPA = PAM - PIA) de Ruta rectal
60 mm de Hg o menos en mínimo dos mediciones estanda- La medición de la presión rectal fue popular experimental-
rizadas. mente en la primera parte de este siglo, empleando el tubo de
Miller Abbott. Podría parecer que es una técnica simple pero
Síndrome de compartimiento abdominal: SeA es poco confiable.
El síndrome de compartimiento abdominal se define por la En 1982, McCarthy encontró en un estudio de 12 pacien-
presencia de una PIA de 20 mm de Hg o más asociado o no tes sometidos a una evaluación urodinámica y una ligadura
a una PPA menor de 50 mm de Hg, registrados en mínimo tubaria laparoscópica, que hubo una buena correlación entre
tres mediciones estandarizadas y falla en uno o múltiples sis- las presiones intraabdominal y rectal (38).
temas orgánicos que no debe estar presente previamente. En Expresó su preocupación porque la confiabilidad de esta
contraste con la HIA, el SCA no debe expresarse en grados, técnica requería que el catéter quedara 10 cm por encima
ya que es un fenómeno de todo o nada (25,26). del borde anal, de otra manera los valores eran mayores que
los valores abdominales. Presumiblemente esto se debía a
Síndrome de compartimiento abdominal primario la actividad espontánea del esfínter rectal. Shafik empleaba
la presión rectal en varios de sus experimentos en humanos
El SCA primario es una condición asociada con daño o en-
con actividad del esfínter rectal (39). Empleaba un catéter
fermedad de la región abdominopélvica que frecuentemente
urinario con un diámetro exterior de 1,2 mm y encontró que
requiere intervención temprana quirúrgica o angiorradioló-
había una correlación visual buena entre las presiones rectal
gica, o una condición que se desarrolla después de cirugía
e intravesical.
abdominal (como los traumas abdominales que requieren co-
rrección quirúrgica o cirugía de control de daños, peritonitis
Ruta intragástrica
secundaria, fractura pélvica sangrante u otra causa de hema-
toma retroperitoneal masivo, transplante hepático, etc.). Los La medición intragástrica fue utilizada en la primera parte
pacientes sometidos a un manejo inicial no intervencionista de este siglo con un manómetro Hamilton, el cual permite la
para trauma· de vísceras sólidas que desarrollan posterior- técnica más confiable y sencilla hasta el momento.
mente un SCA, se incluyen en esta categoría (25,26). Técnicas simples empleando tubos nasogástricos para me-
dir la PIA han sido utilizados por Cullen y Colle (40, 41). Se
Síndrome de compartimiento abdominal ha manifestado preocupación acerca de técnicas de perfusión
secundario simple empleando un tubo nasogástrico.
Lacey, en un estudio en animales, encontró que el empleo
El SCA secundario incluye condiciones no originadas en el
de la medición de la presión gástrica a través de un portal de
abdomen (como sepsis y fuga capilar, quemaduras mayores
irrigación del tubo nasogástrico no es reproducible (42).
y otras entidades que requieren resucitación masiva con lí-
Colle (41) empleó un tubo naso gástrico y obtuvo 141 me-
quidos) que resultan en los signos y síntomas comúnmente
diciones en 26 pacientes de ciIugía general en unaUnidad de
asociados con un SCA primario (25, 26).
Cuidado Intensivo e identificó que la presión gástrica puede
estar a 2,5 cm de agua por arriba o por debajo de la presión
Síndrome de compartimiento abdominal terciario
intravesical normal. La ruta 'Íntragástrica tiene dos ventajas
o recurrente
específicas, puede ser utilizada cuando ha habido un trauma
Es una condición en la cual un SCA se desarrolla luego de una en la vejiga o donde el paciente no tenga colocado un caté-
cirugía profiláctica o terapéutica o tratamiento médico de un ter urinario. Las presiones gástricas también son muy útiles
SCA primario o secundario (ej. persistencia de un SCA des- cuando hay un hematoma pélvico tenso después de un trauma
pués de laparotomía descompresiva o el desarrollo de un nuevo pélvico, y la presión vesical en estas condiciones puede no
episodio de SCA posterior al cierre definitivo de la pared abdo- reflejar adecuadamente la PIA. Malbrain, recientemente, ha
minal después del uso previo de un cierre temporal (25, 26). instaurado una técnica continua con un globo intragástrico.

Técnica de medición de la presión intraabdominal Canulación peritoneal directa


(PIA)
La canulación directa de la cavidad peritol}eal se ha emplea-
Una amplia gama de técnicas innovadoras se han utiliza- do experimentalmente, pero no es tan exacta como la técnica
do para medir la PIA en casi cualquier zona de la cavidad intravesical y es invasiva. Motew empleó una aguja de Verres
45/ HIPERTENSiÓN INTRAABDOMINAL y SíNDROME DE COMPARTIMIENTO ABDOMINAL

para medir la PIA en un experimento con 12 mujeres some- La figura 1 muestra el sistema necesario que en nuestro
tidas a una ligadura tubaria (43). El empleo de una aguja de medio se convierte en gran aliado y alternativa reproducible
Verres para medir la PIA puede no proporcionar precisión para la monitoria de la PIA.
durante la menstruación. También depende del grado de re- El grupo de Cuidado Intensivo de La Fundación Valle/del
lajación muscular requerido para la laparoscopia. En 1995, Lili de Cali, reacondicionó el circuito original descrito por
Obeid y colegas del estado de Detroit, reportaron una com- Cheatham y Safcsak (2) para hacer un sistema más eficiente,
paración de una medición de PIA empleando cuatro técnicas de menor costo, ser del tipo drenaje cerrado, ser reproduci-
en 26 pacientes. Estas incluían una ruta intragástrica vía SNG ble y disminuir la manipulación invasiva por el examinador.
simple, un insuflador laparóscópico, presión rectal vía un es- De acuerdo con la descripción original se debe garantizar un
tetoscopio esofágico y un método intravesical estándar con un catéter vesical a prueba de fugas, idealmente tipo sonda de
catéter urinario (44). Obeid encontró que con un incremento Foley con pneumotaponador de calibre adecuado según el
estándar de 6 mmHg en la PIA medida con el insuflador, se peso del paciente (A). La infusión estándar de solución sa-
da la mejor correlación con las medidas intravesicales, con lina estéril se introduce a través de un sistema bidireccional
un incremento de 5,7 mmHg (±9,8). Las presiones gástricas en un solo paso (punta de polipropileno de unión de un ve-
y rectales eran menos confiables con los cambios registrados noclisis) unido a la terminal del catéter de drenaje vesical de
de -0,7± 9,8 mmHg y 3,3± 8,8 mmHg, respectivamente. En la sonda de Foley (B), unido a un sistema en serie de dos (2)
general una apreciación directa no es recomendable. llaves de tres vías (C) que garantice el sellado del sistema al
ambiente y su capacidad estéril. Esta sonda recibe una unión
Ruta de la vena cava inferior de "tipo sistema cerrado" con el infusor de volúmenes están-
dar de 25, 50 ó 100 cc de solución salina por buretrol (D), el
La PIA también puede ser medida a través de una línea ve-
cual se une en serie al sistema de medida por trascripción de
nosa central si su punta está en la vena cava inferior. Lacey,
volumen-presión por columna de agua a un monitor digital
en un estudio con conejos comparó diferentes sitios de me-
que permite la medición detallada y el seguimiento de la PIV
dición de la PIA, encontró una excelente correlación entre
/ PIA directa (E).
presiones intra vena cava; y lecturas vesicales de PIA (42).
Además, Lacey encontró que había una escasa correlación
entre la vena cava superior, las presiones del recto abdominal
y rectal, mientras que había una correlación íntima con la
presión gástrica, pero esto no era estadísticamente significa-
tivo (r=0,7).

Ruta intravesical
El estándar de oro para la medición de la PIA ha sido la téc-
nica intravesical (21). Desafortunadamente Kron no puso a
prueba la confiabilidad de esta técnica, y la validez de la téc-
nica intravesical fue aceptada y publicada por Alberti y cole-
gas en el año 1989, en el centro médico Monte Sinaí (45). En
un estudio de pacientes que fueron intervenidos por un dren
intraabdominal obstruido, se compararon medidas de catéte-
res urinarios con aquellos registrados de los drenes abdomi-
nales. Utilizaron el pubis como el punto cero, el cual puede Figura 1. Sistema de mediCión de''ía PIA.
dar lugar a PIA reducida, ya que éste se ubica por arriba del
punto medio de la cavidad abdominal. En su defecto, el dispositivo (E), en los casos de no contar
Las investigaciones de Alberti revelaron una buena corre- con el sistema de impulso volumen-presión electrónico des-
lación entre la presión intraabdominal e intravesical. Además crito se puede acompañar de un sistema simple manométrico
encontró que existe un pequeño efecto de presión positiva al por columna de agua.
final de la espiración (Peep) en la PIA. El equipo de drenaje es sencillo, y con técnica cerrada que
Dado su grado de correlación positiva, la técnica mínima- evita la contaminación externa del sistema estéril, se conecta
mente invasiva, su bajo costo, aunado a su baja morbimor- a una de las llaves de tres vías del cistofló (F) a través de un
talidad, la medición intermitente de la presión intravesical empate de caucho, se obtiene la orina y la solución salina al
(PIV), es considerada el "gold standard" actualmente para la abrir la llave.
monitorización de la PIA (5). Cabe recalcar que esta medida El sistema de llaves de tres vías debe mantener una posi-
es de gran predictibilidad excepto en casos de hematomas ción "cero" a nivel de la línea axila: media para garantizar la
significativos o fracturas pélvicas, presencia del síndrome correcta medida de la PIA e igualmente toda manipulación
adherencial intraperitoneal, el empaquetamiento abdominal, del sistema y drenajes de volúmenes deben quedar registra-
o vejiga neurogénica. dos en forma individual en la sábana (récord) del paciente.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Las medidas de la PIV/PIA idealmente deben ser realiza-


das con la periodicidad que amerite la gravedad del paciente.
La tendencia de la misma a lo largo del tiempo nos permitirá
discriminar en forma detallada los cambios y la gravedad de
los eventos· intraabdominales correlacionados con la clínica
hemodinámica del paciente, sin que éste tenga riesgos agre-
gados por la monitoría a la que está siendo sometido perió-
dicamente.
El beneficio de la medición de la PIA en suma supera el
bajo costo del sistema y su monitoría se convierte en la actua-
lidad en un parámetro de importancia vital en el seguimiento
no sólo del paciente crítico posquirúrgico, sino del paciente
crítico de las unidades de cuidados intensivos en general.
La técnica modificada por Sugrue (25) es la siguiente: el
paciente es acostado en la cama (figuras 2a y 2b). El paciente,
en la figura 3 y 4 tiene un catéter urinario de tres vías permi - Figura 3. Paciente en posición para medir la PIA.
tiendo una medición continua de la PIA. Se utiliza un catéter
Foley estándár con una sonda en T para la presión de la vejiga
unida entre el catéter y la manguera de drenaje. Esta sonda
en T es conectada a un transductor de presión en línea con el
sistema de monitoreo. El transductor de presión se coloca en
la línea media axilar, y el tubo urinario es sujetado. Aproxi-
madamente 25 o 50 ml de solución salina isotónica se inyecta
a la vejiga por una llave de tres, vías. Después de calibrar a
cero, se registra la presión en el monitor (figura 5).

Figura 4. Acercamiento del catéter urinario de tres puertos.

Figura 2a. Abdomen abierto.

Figura 5. La línea en amarillo muestra la medición continua de la PIA.

Un método más simple de medir la PIA lo ha descrito Ha-


rrahill de Portland, en donde el catéter urinario se sostiene
en un ángulo de 90 grados a la pelvis del paciente. En un
principio, como con la técnica Kron, se inyectaron 100 mI
de solución salina a la vejiga. La salina/orina en el tubo debe
tener una pequeña cantidad de fluctuación con la respiración
(46). Se mide la altura del nivel desde el pubis, y refleja la
presión de la vejiga en centímetros de solución salina/orina.
Esta técnica tiene la posible ventaja de estar disponible en
Figura 2b. Abdomen distendido cerrado. todo el mundo, es barata y adaptable a países con recursos
limitados.
45/ HIPERTENSiÓN INTRAABDOMINAL y SíNDROME DE COMPARTIMIENTO ABDOMINAL

En el año 2004, se describió un nuevo método de me- La HIA hiperaguda en general, no tiene significancia clínica.
dición continua de la PIA, la cual probablemente llegaría Las presiones intTaabdominales varían muy poco en el tiempo.
a ser el punto de referencia internacional al certificarse en Cuando tienen lugar a fluctuaciones, por lo regular, ocunen de
grandes series. Se han efectuado grandes avances en la mo- manera gradual, las caídas o elevaciones súbitas son inusuales.
nitorización de la PIA. Recientemente, Valgo (47) validó en La presión está influenciada por la posición, el peso cor-
forma prospectiva la monitorización continua de la PIA vía poral, la relajación muscular, la administración de fluidos.
PI V, y mostró que este nuevo método está prácticamente Las causas más comunes de una elevación en la presión in-
en perfecto acuerdo con la referencia del estándar de Kron traabdominal se muestra en la tabla 4. La presión abdominal
de medición intermitente de la presión intravesical. No re- elevada afecta inicialmente a la cavidad abdominal reducien-
quiere un mayor cambio en la presente práctica aparte del do la perfusión a las vísceras, debido a que la elevada presión
uso de catéteres urinarios de tres vías, que podría ser una intraabdominal afecta al organismo en su totalidad, resulta el
desventaja. concepto del síndrome compartimental abdominal, no sólo
El catéter se muestra en la figura 6. La monitoría es conti- afectando los órganos intraabdominales sino también los
nua y no interfiere con el flujo urinario a través del puerto de respiratorios, cardíacos, neurológicos y cascadas fisiológicas
drenaje del catéter. Malbrain ha señalado recientemente que clave como el mecanismo de la coagulación.
una instilación aniba de 50 mL en la vejiga puede provocar
presiones anormales altas (48, 49). Tabla 4. Causas de hipertensión intraabdominal.

• Hemorragia intraabdominal masiva


• Trauma
o Peritonitis primaria, secundaria y terciaria

• Resucitación masiva
• Hemorragia retroperitoneal
• Pseudoobstrucción
• Laparoscopia prolongada

La PIA está determinada primariamente por el volumen


visceral y la carga del fluido intracompartimental. En ge-
neral, la cavidad abdominal tiene una gran tolerancia a los
cambios en volumen, con pocos cambios en la PIA. La com-
pliance de la cavidad abdominal queda demostrada durante la
laparoscopia, en la cual es posible instilar hasta 5 lts de gas
Figura 6. Técnica de Harahill. dentro de la cavidad peritoneal sin experimentar una influen-
cia significativa en la PIA (25, 26).
Otras rutas Con el tiempo puede ocunir adaptaCión, y esto se apre-
cia clínicamente en pacientes con ascitis,' grandes tumores de
Técnicas innovadoras en medición de la PIA incluyen la apli- ovario y por supuesto, durante el embarazo. Un SCA crónico
cación de una radio píldora inalámbrica. En 1984, Nordin ocune en algunos pacientes con obesidad mórbida, con in-
de Gotenborg, Suecia, empleó un Rigel Modelo 7014 radio cremento significativo de la PIA, predisponiéndolos a estasis
píldora sensible a la presión como recurso para medir la PIA. venosa crónica, incontinencia urinaria, ,hernias incisionales e
La variación de la presión altera la frecuencia de transmisión, hipertensión endocraneana (25,26).
entre 10 y 40 KHz para un cambio de presión de aproximada- Las causas que incrementan agudamente la PIA son mul-
mente 10kPa (72,5 mmHg). Ellos encontraron en un estudio tifactoriales, siendo las más frecuentes: trauma y hemonagia
con 8 voluntarios que es difícil de calibrar y que tiene un abdominal, hemorr~gia retroperitoneal, peritonitis (secun-
costo elevado (50). daria o terciaria), laparoscopia y neumoperitoneo, reparo de
grandes hernias incisionales, uso de fajas abdominales en los
Trampas postoperatorios, resucitación masiva con líquidos definida
Asegúrese de que el catéter urinario no esté retorcido, y que como más de 5 lts en un período de 24 hs e íleo ya sea para-
no haya un hematoma pélvico focal, no tome una lectura ais- lítico, mecánico o seudoobstructivo (25, 26).
lada como indicador del estado global. No trate a un paciente Actualmente la literatura médica muestra una evidencia
sólo con la PIA, sino como parte del cuadro clínico. variada sobre los efectos deletéreos del incremento de la' pre-
sión intraabdominal sobre los diferentes órganos y sistemas
de la economía no limitados al abdomen. Se ha demostrado
Fisiopatología
que se produce una progresión hacia el franco deterioro si no
La presión intraabdominal puede variar ampliamente de su se obtiene un control del síndrome de compartimiento abdo-
rango normal de O a 12 mm hasta 300 mm de mercurio du- minal, el cual desencadena la falla de múltiples órganos del
rante la distensión y al toser. paciente en forma directa o indirecta.

l
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Cardiovascular Efecto pulmonar


La PIA elevada reduce el rendimiento cardíaco así como Una de las características más reconocibles del progreso de
incrementa la pre~i6n venosa central (PVC), la resistencia la HIA a SCA es el efecto en detrimento de la respiración.
sistémica vascular, la presión arterial pulmonar y la presión Asociada con HIA está la parálisis diafragmática, restrin-
capilar pulmonar. giendo la ventilación, disminuyendo la resistencia pulmo-
Se debe recordar, sin embargo, que debido al incremento nar, incrementando la presión de la vía aérea y reduciendo la
asociado de la presión intrapleural, algunas de las elevaciones ventilación pulmonar. Estos cambios se observan durante la
I
vistas en PVC pueden no reflejar el volumen intravascular y laparoscopia, donde se ha demostrado el mal funcionamiento
pueden ser engañosas cuando se evalúa el estatus del volu- pulmonar una vez que la PIA excede 16 mmHg. Los cambios
men del paciente. El rendimiento cardíaco es principalmente respiratorios relacionados con HIA se agravan por la obesi-
afectado por una reducción del volumen sistólico, secundario dad y otras condiciones fisiológicas tales como una hemo-
a una reducción en precarga y un incremento poscarga. Esto rragia severa. A menudo los pacientes con PIA elevada están
es aún más agravado por la hipovolemia. acidóticos; mientras que esto puede ser metabólico de origen,
Paradójicamente, en presencia de la hipovolemia un incre- el efecto de PIA elevada agrega un componente respiratorio.
mento de la PIA puede ser temporalmente asociado con un En pacientes ventilados el efecto en el sistema respiratorio
incremento del rendimiento cardíaco. puede ser significativo, resultando en una reducción de volu-
El gradiente de la presión normal aurícula izquierda/aurícu- men pulmonar, intercambio disminuido de gases y presiones
la derecha, puede ser revertido o alterado durante la elevación ventilatorias altas. Puede ocurrir hipercapnia y la acidosis re-
de la presión intraabdominal (51). Se ha identificado que la sultante se puede exacerbar por una depresión cardiovascular
insuficiencia venosa ocurre en las piernas de los pacientes con simultánea como resultado de la PIA elevada. Los efectos de
presiones abdominales por arriba de los 12 rnrnHg (52). Ade- la HIA en el sistema respiratorio en una unidad de cuidado
más, estudios en pacientes sometidos a la colecistectornía lapa- intensivo pueden amenazar la vida y requieren una descom-
roscópica mostraron un incremento cuádruple de los niveles de presión abdominal urgente.
renina y aldosterona (53). Cheatham identificó recientemente Los pacientes con SCA verdadero, sometidos a una des-
los retos de monitorear la presión arterial pulmonar oclusiva y compresión abdominal presentan un cambio notable en los
de la presión venosa central en pacientes con HIA (54). signos vitales intraoperativos. Se debe resaltar, sin embargo,
Concomitante con el aumento de la presión intraabdomi- que estos pacientes son una minoría en comparación con la
nal se describe una serie de sucesos enlazados que se inician mayoría de pacientes que padecen PIA y SCA elevados.
con la desviación cefálica del diafragma con incremento de N o se debe permitir que su paciente llegue a esta etapa. El
la presión intratorácica. Este incremento genera compresión monitoreo de los signos vitales y el estado ácido base es vital
de las paredes de los vasos venosos como la cava inferior y la en estos pacientes.
vena porta y compresión cardíaca. Como resultado se produ- La elevación del diafragma y la incapacidad de la muscu-
ce disminución en los volúmenes de fin deidiástole efectiva latura torácica para contrarrestar el efecto resulta en la com-
e incremento de la poscarga con reducción del volumen de presión del parénquima pulmonar y el desarrollo de disfun-
eyección ventricular. Inicialmente hay incremento compen- ción pulmonar cuando la presión PIA alcanza los 16 mmHg
satorio de la frecuencia cardíaca y luego caída del gasto car- (1, 5, 8,58, 59).
díaco, dependiendo de la reserva funcional y del estadio he- Los efectos devastadores del aumento en la presión intra-
modinámico y cardiovascular premórbido del paciente (33). abdominal sobre la función ventilatoria se mtt!tiplica con la
Los parámetros hemodinámicos experimentan alteracio- presencia de shock hemorrágico (coagulopatía) e'h!potensión.
nes importantes con incremento de la PVC, la \iRVS, la pre- Se produce atelectasia pulmonar, caída del transporte de gases
l
sión en la arteria pulmonar y la presión en cuña . Tal cascada transmembrana e incremento del shunt intrapulmonar (1,60).
de eventos, se ha descrito, compromete el gasto cardíaco sólo La compresión del parénquima pulmonar reduce el flujo
con elevaciones de la PIA por encima de 10 rnrnHg (55). Para capilar pulmonar y el volumen corriente, reduce la elastici-
otros autores el retomo venoso central se hace inadecuado a dad pulmonar, liderando la disminución en la relación ven-
niveles de 15 rnrnHg de PIA (56, 57), llegando a ser signifi- tilación/perfusión. Estos eventos producen aumento en la
cativos sobre todos los parámetros hemodinámicos a niveles excreción de dióxido de carbono e incremento del espacio
de 25 rnrnHg (5, 6, 58-60). muerto alveolar, que sumado al defecto cardiovascular exis-
La hipovolemia previa del paciente parece agravar la pre- tente induce mayor hipoxia tisular periférica, aumentado la
sentación de los cambios hemodinámicos e igualmente la "deuda de oxígeno" de los tejidos. Se convierte así el me-
hipervolemia ante la presencia de elevaciones entre 15 a 20 tabolismo celular dependiente de oxígeno en uno anaeróbi-
rnrnHg. En fase de reanimación tiene efecto protector (5). co, con lesión celular progresiva y permanente de acuerdo al
La elevación del diafragma puede causar directamente tiempo en que se perpetúe la injuria.
compresión del pericardio, con transmisión al miocardio, re- Los eventos hemodinámicos dramáticos descritos son en
duciendo su compliance y contractibilidad, de por sí deterio- suma apreciables en toda su dimensión sólo al comparar en el
rada por los eventos previos (1, 59). paciente crítico contra los mismos parámetros medidos des-
45/ HIPERTENSiÓN INTRAABDOMINAL y SíNDROME DE COMPARTIMIENTO ABDOMINAL

pué s de liberar la presión intraabdominal al descomprimir el de Hg. Mantener unas presiones de llenado cardiovascular
abdomen mediante técnicas de abdomen abierto. adecuadas en presencia de una PIA elevada parece ser un as-
pecto importante de protección renal (25).
El compromiso renal
En 1947, Bradley, en un estudio con 17 voluntarios, demostró Perfusión visceral
que hubo una reducción en el flujo del plasma renal y en la La relación entre HIA y la hipoperfusión visceral como se
tasa de filtración glomerular (TFG) asociadas al incremento midió con el pH gástrico se demostró hace algunos años (68).
de PIA (15). En 1982, Harman mostró cómo al incrementar Esto se ha confirmado en 18 pacientes sometidos a laparosco-
la PIA de O a 20 mmHg en perros, la (TFG) decreció un 25% pia, donde la reducción de 11 % al 54% en el flujo sanguíneo
(61). A 40 mmHg, los perros fueron resucitados y su ren- fue percibida en el duodeno y el estómago respectivamente,
dimiento cardíaco regresó a la normalidad. Sin embargo, su con una PIA de 15 mmHg (69). Estudios en animales su-
(TFG) y el flujo sanguíneo renal no mejoraron, indicando un gieren que la reducción en la perfusión visceral es selectiva,
efecto local en el flujo sanguíneo renal. La situación pued~ afectando antes al flujo sanguíneo intestinal, que, por ejem-
ser, sin embargo, distinta en pacientes seriamente enfermos, plo, al flujo sanguíneo suprarrenal (70).
y la causa exacta de la disfunción renal en una unidad de En un estudio de 73 pacientes con poslaparatomía se iden-
cuidados intensivos no es clara, debido a la complejidad de tificaron que la PIA y el pH intraabdominal están fuertemen-
los pacientes críticamente enfermos. Encontramos que de 20 te asociados y se sugiere que las disminuciones tempranas en
pacientes con PIA elevada y deterioro renal, 13 ya tenían de- la perfusión visceral se relacionan a la HIA con presiones tan
terioro antes de que la PIA incrementara (62). bajas de 15 mmHg (71). HIA puede resultar en hipoperfusión
El efecto o resultado directo más probable del aumento de visceral y translocación bacteriana secundaria así como afec-
PIA es un incremento en la resistencia vascular renal, apare- tar en la cicatrización de las heridas. La prevención del efecto
jada con una reducción moderada en el rendimiento cardíaco. de la HIA se logra mejor con el control de la hemorragia
La presión en el uréter ha sido descartada como una causa, agresiva y la cuidadosa resucitación en pacientes con trauma
debido a que los investigadores han colocado stents urete- y críticamente enfermos.
rales sin ninguna mejora en la función (14). Otros factores La reducción del flujo a nivel mesentérico se ve reducido
pueden contribuir a la disfunción renal incluyendo factores con cambios de la PIA por encima de 10 mmHg, los cuales
humorales y presiones renales intraparenquimatosas. promueven compresión sobre las paredes de las venas me-
El valor absoluto de la PIA que se requiere para provocar el sentéricas, produciendo hipertensión venosa y edema intesti-
deterioro renal no se ha establecido. Algunos autores han su- nal que se agrava ante la presencia de shock e hipovolemia.
gerido que 10-15 mmHg es un punto límite crítico (42, 63). Es Con el aumento de la PIA se reduce concomitantemente el
importante mantener presiones de flujo cardiovascular adecua- gasto cardíaco, cae el flujo de la arteria mesentérica superior
das en presencia de una presión intraabdominal elevada (64). en forma temprana y dramática al igual que el flujo de la mu-
El efecto de la HIA sobre el flujo renal ha sido amplia- cosa intestinal. Estos cambios inducen isquemia intestinal,
mente estudiado en modelos animales y en pacientes críticos disminuyendo el pH de la mucosa y generan acidosis meta-
(6,34,59,65). Estos cambios se inducen en forma directa al bólica sistémica que puede ser identificada por tonometría
disminuir la presión de perfusión renal, con caída directa de gástrica (6, 33, 72).
la tasa de filtración glomerular, cuando la PIA se eleva por Todos los eventos descritos alteran la función de barre-
encima de 15 mmHg y lleva a la anuria cuando se alcanzan ra de la mucosa gastrointestinal producjendo fenómenos de
los 30 mmHg (22, 34, 57, 66). translocación bacteriana, sepsis y FMO (6)."
Se sabe por estudios realizados por Barnes en los años 80, La aplicación generalizada de la cirugía laparoscópica
que el flujo de la arteria renal sufre precozmente un proceso despertó interés por los efectos del aumento de la PIA sobre
de vasoconstricción ante la presencia de hipovolemia y bajo la función visceral dúrante el neumoperitoneo inducido. En
gasto cardíaco, antes que otros vasos a nivel abdominal como un estudio reciente de Eleftheriadis y cols (72) se investigó
el tronco celiaco y la arteria mesentérica superior (67). Se si la insuflación de gas y el aumento de la PIA producían
produce oliguria que puede progresar a la anuria si el insul- isquemia intestinal que daba por resultado producción de ra-
to se perpetúa, con cambios irreversibles a nivel tubular, y dicales libres de oxígeno y translocación bacteriana en un
puede inducir la falla renal aguda, activando el eje renina- experimento murino. Los autores observaron los siguientes
angiotensina-aldosterona (33, 58). resultados después de haber conservado la PIA en 15 mmHg
Todos estos cambios parecen ser potencialmente reversi- durante 60 minutos: la presión arterial media no tuvo cam-
bles mediante la descompresión de la cavidad del abdomen, bios; el flujo sanguíneo por la mucosa yeyunal (medida por
como lo muestran los principales autores en sus revisiones flujometría doppler láser) disminuyó de modo considerable;
publicadas hasta la fecha (5, 33, 58, 59, 66, 67). por último, fue importante el aumento de la actividad me-
El valor absoluto de PIA requerido para ocasionar disfun- tabólica del intestino, a juzgar por la extracción de oxígeno
ción renal, no está claramente establecido. Algunos autores (medido a partir del contenido de oxígeno venoso portal y
sugieren como punto de corte crítico una PIA de lOa 15 mm aórtico). Treinta minutos después de la desinsuflación ab-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

dominal aumentó la producción de radicales libres (lo que tiva de la presión de riego cerebral. Estos autores informaron
se midió según las concentraciones de malonilaldehído) en también el caso de un paciente con traumatismo de muchos
la mucosa intestinal, hígado, bazo y pulmón. Aunque no se sistemas que presentó síndrome de compartimiento abdomi-
apreció translocación bacteriana en los animales bajo aneste- nal. Este sujeto tenía un catéter ventricular in situ, y se so-
sia y sin ella pero sin neumoperitoneo, los que se sometieron metió a descompresión abdominal mediante laparotomía. En
a aumento de la PIA manifestaron recuentos importantes de la celiotomía se observó que la fascia abdominal estaba bajo
Escherichia coli en ganglios linfáticos mesentéricos, hígado presión intensa. Todos los parámetros cardiovasculares mejo-
y bazo tres horas después de la desinsuflación abdominal. raron después de la descompresión. Fue más impresionante
Dieciocho horas después de ésta, no había bacterias en los el efecto sobre la presión intracraneana. Esta disminuyó, se
ganglios mesentéricos, pero persistían en hígado y bazo. Los redujo también la necesidad de drenaje ventricular, y la PPC
autores consideraron que estos datos eran un ejemplo de la manifestó un aumento muy significativo. Se retiró el catéter
lesión por isquemia y reperfusión, y que el aumento de la ventricular al siguiente día y el paciente experimentó una re-
PIA había producido isquemia intestinal significativa, segui- cuperación neurológica buena (77).
da por lesión de reperfusión después de la descompresión No se ha podido aclarar aún el mecanismo preciso de los
abdominal. efectos del aumento de la PIA sobre la PIC y la presión de
En un estudio clínico subsecuente (73), estos mismos au- perfusión cerebral. Bloomfield y colaboradores (78) sugieren,
tores estudiaron a 16 mujeres que se sometieron a colecistec- con base en su modelo porcino que el aumento de la PVC a
tomía, ocho por una técnica abierta y ocho por vía laparos- causa del aumento de la PIA puede interferir con el drenaje
cópica. En todas las pacientes se midió la micro circulación venoso cerebral, aumentar el tamaño del lecho vascular intra-
hepática mediante un micronodo doppler láser de una sola craneano y de la presión intracraneana. El otro efecto dañino
fibra introducido en el parénquima hepático. Se midió el pH importante de la HIA consiste en que, al disminuir el gasto
intestinal mediante un tonómetro gástrico. En comparación cardíaco y aumentar la PIC, puede bajar la PPC efectiva y
con el grupo de colecistectomía abierta, las pacientes some- agravar la lesión neurológica. Se pueden prevenir algunos de
tidas a laparoscopia manifestarop. disminución considerable estos efectos indeseables de la HIA sobre la PIC en el animal
de flujo micro circulatorio hepático y del pH de la mucosa de experimentación si se somete a una esternotomía mediana
gástrica. Ambos fenómenos se revirtieron hasta los niveles ya pleuropericardiotomía (79). Esta maniobra contrarresta el
normales después de eliminar el neumoperitoneo. efecto de la HIA sobre la presión intratorácica e invierte la
obstrucción funcional del sistema venoso yugular.
Flujo sanguíneo en la pared abdominal Estos datos plantean una gran preocupación al cirujano de
Es indudable que la distensión abdominal se acompaña de trauma. Indican precaución extrema cuando se recurre a la la-
aumento en la infección de las heridas y de dehiscencia de paroscopia para el diagnóstico y el tratamiento en el paciente
la fascia. Diebel y colaboradores (74) dudaron que la reduc- con trauma craneoencefálico acompañante. También exigen
ción de flujo sanguíneo por los vasos epigástricos y la hi- atención cuidadosa de la PIA en individuos con lesiones de
poxia tisular de la pared abdominal a causa de la PIA sean sistemas múltiples que abarcan al cráneo y al abdomen.
en realidad factores contribuyentes bajo esas circunstancias.
En un modelo porcino mostraron que el flujo sanguíneo por Hipertensión intraabdominal y cirugía de
la vaina del músculo recto, medido mediante flujometría do- control de daños
ppler láser, disminuyó a 58% de la cifra basal a una PIA de Tienen particular importancia clínica los efectos de la HIA
10 mmHg, y a 20 % de la línea de referencia de 40 mmHg de para los pacientes que experimentan lesiones abdominales
presión intraabdominal. Estos cambios ocurrieron a pesar de masivas y que se tratan mediantelécnicas de control de da-
la presión arterial media constante. Los autores propusieron ños. Estos individuos están en peligro de presentar HIA de
que la reducción del flujo sanguíneo tisular puede explicar el diversas causas: sobreempaquetamiento abdominal para con-
aumento de las complicaciones de la herida en pacientes con trolar la hemorragia difusa en las áreas subfrénica, pélvica y
hipertensión intraabdorninal. retroperitoneal; hemorragia continua hacia la cavidad abdo-
minal a causa de coagulopatía; edema y engrosamiento de la
Efecto sobre la presión intracraneana pared intestinal por volúmenes de reanimación muy abun-
Uno de los aspectos más intrigantes de la historia de HIA es dantes; distensión y edema del intestino por lesiones vascu-
el efecto sobre la presión intracraneana (PIC) y la presión lares mesentéricas o reparos fallidos; cierre de la fascia bajo
de perfusión cerebral (PPC). Josephs y colaboradores (75) y tensión, y cierre de la piel con pinzas de campo que une entre
Mijangos y colaboradores (76) observaron que el aumento de sí los bordes de la piel de manera forzada. La incidencia HIA
PIA durante la laparoscopia producía un incremento impor- ha sido de 100% en los pacientes sometidos a cierre primario
tante de la presión intracraneana. Bloomfield y colaborado- de la fascia. Incluso cuando se intenta la profilaxis mediante
res confirmaron recientemente esta observación y también se una malla a nivel de la piel o de la fasciá para permitir más
percataron que, en animales sin traumatismo craneoencefáli- campo al contenido abdominal edematoso, la incidencia se
co, la PIA de 25 mmHg producía una disminución significa- conserva en 38% (80, 81).
45/ HIPERTENSiÓN INTRAABDOMINAL y SíNDROME DE COMPARTIMIENTO ABDOMINAL

También se ha observado que los incrementos progre- sos malos que OCUlTen en este momento: incremento brusco
sivos de la PIA en pacientes tratados mediante técnicas de del volumen de ventilación pulmonar verdadero que se ad-
control de daños indican hemonagia sostenida en la cavidad ministra al paciente, y anastre de productos de desecho del
abdominal. Esta hemonagia puede deberse a coagulopatía, metabolismo anaerobio desde abajo del diafragma. El prirper
i
empaquetamiento ineficaz y falta de control de toda la he- fenómeno puede dar por resultado alcalosis respiratoria re-
morragia "quirúrgica", de manera aislada o en combinación. pentina. El último, disminución súbita de la precarga efectiva
En consecuencia, se debe adoptar un criterio de reexplora- (una vez que se pueden ampliar las venas abdominopélvicas)
ción inmediata del abdomen si la PIA sigue aumentando, in- y descarga hacia el corazón de ácido, potasio y otros pro-
cluso aunque los valores de la coagulación sean normales. ductos de desecho del metabolismo anaerobio. En la serie
La colocación de una malla a la fascia o a la piel durante de Nashville (84), 12% (4 de 34) de los pacientes presentó
la operación inicial facilita la reexploración en la unidad de asistolia después de repelfusión.
cuidados intensivos. La reexploración evacúa con eficacia la
sangre y los coágulos acumulados y, por tanto, alivia la HIA, Incidencia y prevalencia de la HIA y el SeA
permite la revaloración de las áreas empaquetadas, identifi-
La incidencia de la hipertensión intraabdominal en cuidado
ca los sitios quirúrgicos sangrantes que pasaron inadvertidos
intensivo depende de la población estudiada. Pacientes en
durante la laparotomía inicial, y ayuda a valorar la viabilidad
general, con padecimientos médicos y quirúrgicos tendrán
del intestino. Cabe considerar que, si no se conige, el incre-
estadísticas distintas, como lo tendrán aquellos que se some-
mento progresivo de la PIA por acumulación sostenida de
ten a intervención programada y los que son intervenidos de
sangre y coágulos pondrá en juego todos los efectos adversos
emergencia.
de la HIA, incluso disminución del riego hepático e intesti-
La prevalencia de la HIA es variable, dependiendo de la
nal, aumento de la acidosis y la coagulopatía, extravasación
definición empleada y de la población en estudio. En el traba-
intraabdominal excesiva de sangre e incremento ulterior de
jo de Malbrain, realizado en 14 unidades de cuidado intensi-
la hipertensión intraabdominal. Como consecuencia se puede
vo, se estudiaron prospectivamente un total de 265 pacientes,
producir un círculo vicio~o de acontecimientos. Aunque se
tanto con patologías médicas como quirúrgicas. La HIA se
afirma que no es aconsejable la reexploración del abdomen
presentó cuando el valor de dos mediciones de PIA moni-
en el paciente con coagulopatía (82), los autores han quedado
torizadas diariamente fue> de 12 mm de Hg. El SCA fue
impresionados de manera favorable por los beneficios de la
diagnosticado cuando una PIA > de 20 mm de Hg se asoció
descompresión abdominal, el reempaquetamiento para me-
con falla de al menos un órgano. El 32,1% de la población
jorar la compresión de las superficies que persisten con san-
presentó HIA, y el 4,2 % reunió los criterios diagnósticos de
grado y la recompensa ocasional del descubrimiento de un
SCA. La presencia de HIA durante la estancia en DCI fue
vaso importante que sangra y que se puede ligar por medios
un predictor independiente de mortalidad (RR 1,85, IC 95 %
quirúrgicos. El otro beneficio de primera importancia de la
1,12-3,06; p=O,OI) (37).
descompresión abdominal es la mejoría del flujo al intestino
En una unidad de cuidado intensivo general se identificó
con reducción de la acidosis en la mucosa intestinal.
que el Grado 2 de HIA (16-20 mmHg) ocune en más del
30% de los pacientes sometidos a cirugía de emergencia (62).
Hipertensión intraabdominal y síndrome de
Lo que es claro es que de una larga serie de pacientes, más
compartimiento abdominal
del 40% de ellos después de una cirugía de emergencia ten-
La experiencia de Ivatury (83) sugiere que la hipoperfusión drá presión intraabdominal de 15 mmHg o mayor.
esplácnica y la acidosis de la mucosa del intestino se inician Los pacientes con HIA presentaron un mayor número
a presiones abdominales mucho más bajas, mucho antes que de falla de órganos, una menor PPA, presiones de llenado
se pusiera de manifiesto desde el punto de vista clínico el elevadas, mayor tasa de cirugía abdominal, hemoperitoneo,
síndrome de compartimiento abdominal. La hipótesis que resucitación masiva éon líquidos, íleo, acidosis, politransfu-
proponen estos autores, consiste en que el SCA es semejante sión, coagulopatía, sepsis y disfunción hepática comparados
al síndrome de compartimiento establecido de las extremi- con los pacientes sin HIA. Los predictores independientes de
dades. Del mismo modo que se inicia la isquemia muscular HIA fueron: disfunción hepática, cirugía abdominal, resuci-
y nerviosa mucho antes de que se pongan de manifiesto los tación con líquidos e íleo (37).
signos clínicos como déficit neurovascular, la isquemia de la La etiología en pacientes con trauma severo de diversa ín-
mucosa intestinal se inicia mucho antes que sea reconocible dole está relacionada a la aparición en pacientes en shock
el SCA desde el punto de vista clínico. Aunque no está claro hipovolémico durante su período de reanimación de coagulo-
el nivel crítico de PIA en el paciente gravemente traumatiza- patía, hipotermia y acidosis refractaria. De igual manera, en
do bajo tratamiento de control de daños, un nivel por encima pacientes no traumatizados dicha etiología está asociada a la
de 15 mmHg debe desencadenar una vigilancia cuidadosa de aparición de respuesta inflamatoria sistémica con liberación
la PIA y precipitar el tratamiento si ésta sigue aumentando. de vasoactivos que inician procesos cíclicos a nivel capilar,
El síndrome de repelfusión ocune cuando se alivia de ma- con secuestro líquido, inadecuada pelfusión tisular y acidosis
nera repentina la hipertensión intraabdominal. Son dos suce- metabólica, en pacientes con reserva cardiopulmonar y renal
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

deteriorada por sus procesos de base (6, 9, 22, 65). A pesar de la pared abdominal por sobredistensión de asas de 10%
de la etiología, el beneficio de la descompresión abdominal (mortalidad asociada del 50%), reportándose de forma pre-
temprana y el monitoreo continuo de la PIA constituyen en la monitoria para su éxito posterior el uso de malla profiláctica.
actualidad las bases del tratamiento de la HIA. El fin es evitar en el 15% de casos tratados.
el desarrollo del SCA en pacientes manejados con abdomen Debido a la falta de recursos adecuados y a la falla en la im-
cerrado (1, 9, 58). plementación de monitoría continua de la presión intraabdo-
El diagnóstico tardío o falla en reconocer la presencia de minal, esta valiosa información no pudo de forma contundente
elevación de la PIA y el desarrollo del SCA causa inevitable- inicialmente mostrar el beneficio del uso de malla abdominal
mente la presentación de falla renal, isquemia mesentérica, para descomprimir en forma efectiva la cavidad abdominal.
falla de múltiples órganos y la muerte del paciente; con ta- Posteriormente Franco, Ordóñez, y colaboradores (90,
sas de mortalidad entre 42-100 %. Sugrue (8) calcula que la 91), al analizar 622 casos de sepsis abdominal en forma re-
presencia de HIA se asocia con un aumento en 11 veces la trospectiva entre 1989 a 1998, mostró que 468 pacientes (75
mortalidad asociada comparada a pacientes sin HIA. %) eran traumatizados críticos con sepsis abdominal, que
fueron manejados en el postoperatorio con abdomen abier-
El problema en nuestro medio to con malla y con monitoreo de la presión intravesical. Se
En nuestro medio, trabajos que sobre el tema durante el ma- encontró una mortalidad del 40,1 % (debido en el 42% de los
nejo de pacientes traumatizados marcaron un hito fueron ini- casos a falla de múltiples órganos), comparado con una mor-
cialmente el de Borraez en Bogotá (85) y el de Ferrada (86) talidad global del 49% en pacientes con sepsis abdominal del
en el Hospital Evaristo García de Cali que con sus grupos de hospital Universitario del Valle (p = 0,003). De esta forma se
colaboradores manejaron técnicas de "abdomen abierto" con pone en evidencia el beneficio en nuestro medio del monito-
cubiertas de láminas de plástico (viafiex) suturadas sin ten- reo de la presión intraabdominal en pacientes críticos. Igual-
sión al borde de la piel del abdomen para mejorar las condi- mente se demuestra la necesidad de establecer parámetros de
ciones de manejo del abdomen con vísceras edematizadas y la misma más finos que eviten una catástrofe abdominal con
paredes poco complacientes de pacientes críticamente lesio- su morbimortalidad inherente.
nados. Estos sistemas protegían temporalmente el contenido
abdominal incrementado por volumen y combinaban esfuer- Soporte general
zos para evitar la falla orgánica asociada. El cuidado intensivo agresivo no operatorio es crítico para pre-
Posteriormente, el trabajo de Ordóñez y colaboradores venir las complicaciones del SCA. Esto involucra la monitoría
(1989) del Dpto. de Cirugía de la Facultad de Salud de la cuidadosa del sistema cardiorrespiratorio y la adecuada resti-
Universidad del Valle (87) y paralelamente el de Ramírez y tución de volumen, especialmente en los casos asociados con
su grupo (1989) de la Universidad de Caldas (88) demostra- hemorragia. Sin embargo, como sabemos, la excesiva resucita-
ron cómo la reexploración abdominal programada mediante ción con líquidos actuará de manera adversa en adición al pro-
el manejo con "Abdomen abierto" usando técnicas con malla blema. Medidas simples como la descompresión naso gástrica
abdominal de diversos materiales y cremalleras, en pacientes son por supuesto, mandatorias. Diferentes procedimientos mé-
con sepsis abdominal, producía una disminución significati- dicos se han sugerido para disminuir la PIA. Estos incluyen
va de la mortalidad de un 60 a 31,5%. El manejo incluye re- el uso de paracentesis, succión nasogástrica, enemas rectales,
visiones continuas de la cavidad del abdomen para controlar gastroproquinéticos, coloproquinéticos, furosemida sola o en
la reacumulación de pus, y desbridar el tejido necrótico. Esta combinación con albúmina humana al 20%, h~mofiltración
técnica sirvió como fuente de inspiración para que en otros venosa continua con ultrafiltración, presión abdomiQal negati-
ámbitos hospitalarios se extrapolara su trabajo en beneficio va continua y finalmente sedación y?curarización (25).
del manejo de pacientes críticos con el uso de estas mallas
asociado a la revisión programada para el control de la sep- Diagnóstico
sis abdominal, durante el manejo de pacientes traumatizados El lema de la Sociedad Mundial en el 3er Congreso Mundial
durante procedimientos de control de daños, pacientes con probablemente dice mucho "Es hora de darse cuenta" (26).
reexploraciones programadas y los casos de diversa etiología La conciencia clínica es esencial pero desafortunadamente
que en pacientes críticos cursan con HIA (8, 9). no sólo la sospecha clínica es adecuada para el diagnóstico
La experiencia en el Hospital Universitario del Valle (89) del síndrome compartimental abdominal. Como médicos clí-
entre los años 1988 a 1991 al aplicar técnicas de abdomen nicos deben reconocer la necesidad de la evaluación de un
abierto en 200 pacientes con trauma y sepsis intraabdominal objetivo. Actualmente la única herramienta disponible para
sin adecuado registro de la monitoría de la PIA mostró: un reconocer el síndrome compartimental abdominal es la pre-
promedio de cirugías para descomprimir la cavidad abdo- sión intraabdominal, la tonometría gástrica, la tonometría
minal con malla de 7, con una mortalidad global del 36%, sigmoide y otras medidas de perfusión visceral, aunque im-
reduciendo la previa sin abdomen abierto desde un 61-80%. portantes, son caras y complicadas. '
Igualmente se reportó un 8% de falla de múltiples órganos La meta objetivo para el diagnóstico del síndrome com-
(mortalidad por FMO en esta serie de 54%), incontinencia partimental abdominal sigue siendo la presión intravesical.
45/ HIPERTENSiÓN INTRAABDOMINAL y SíNDROME DE COMPARTIMIENTO ABDOMINAL

Las presiones intraabdominales no deben ser tomadas ais- Cierre temporal de la cavidad abdominal
ladas cuando se trata de diagnosticar el síndrome comparti-
Profilaxis y tratamiento de la hipertensión
mental abdominal. Es un conjunto complejo de información
intraabdominal. Cierre de la fascia o piel con malla
clínica y de monitoreo.
El enfoque de los autores y del grupo de trauma de Hospital
Tratamiento Universitario del Valle y de la Fundación Clínica Valle del
Lili, ante los pacientes de alto riesgo de desarrollar HIA, es
La HIA es simplemente un síntoma de un problema subyacen-
evitar el cierre primario a nivel de la fascia. Se coloca una
te, generalmente en el abdomen, ocasionalmente sistémico u
malla a nivel de la fascia o de la piel dependiendo de la cali-
multifactorial. Es vital diagnosticar y efectuar la corrección
dad de cada una de ellas. Los autores han trabajado inicial-
del proceso subyacente, sea sangrado, sepsis o alguna otra
mente con las bolsas de solución salina, denominada Bolsa
causa de daño celular. El subgrupo de pacientes con HIA más
de Bogotá, suturada con monofilamento a la piel en sutura
gratificante para tratar es el de aquellos que sangran, debido
continua, con la ventaja de ser el método más barato, eficien-
a que el control de sangrado, ya sea en trauma o comúnmente
te y práctico. Se puede revisar la cavidad de nuevo abriendo
poscirugía de la aorta es la prevención para el progreso de
la bolsa por la mitad, explorando ésta y luego suturando los
HIA a SCA y casi de una muerte segura.
bordes de la bolsa de nuevo.
¿Cuándo debe estar descomprimido el abdomen? Es claro
El inconveniente es que la bolsa se desgarra con facilidad,
que desde el trabajo de Ivatury se corrigió la obstrucción ab-
sirve para 2 ó máximo 3 exploraciones y luego se debe cam-
dominal en forma profiláctica y temporal (o descompresión)
biar por otra y en este proceso se traumatiza y deteriora la piel
y esto prevendrá la HIA y mejorará la sobrevivencia (81). Al
lo cual dificulta el cierre definitivo. En el momento, se utiliza
enfrentarse con un abdomen que está obstruido, una vez que
al fil1al del tratamiento del abdomen abierto o de la laparoto-
la presión se eleva a 18 mmHg, uno debería preguntarse, ¿por
mía por etapas, cuando se han retirado las otras mallas, espe-
qué no estoy abriendo el abdomen?
rando que ceda el edema de la pared abdominal, para observar
La optimización de la resucitación, evitar el exceso de ésta
el comportamiento de la cavidad a través de ésta, y realizar la
y corregir la coagulopatía" el uso cuidadoso del factor 7 a, son
última revisión, antes del cierre definitivo (figura 7).
complementos esenciales en el control de HIA.

Manejo quirúrgico
Los pacientes con disfunción de órganos y una PIA > 20
mmHg deben someterse a cirugía descompresiva. El pro-
blema estriba, sin embargo, en establecer cuáles de aquellos
pacientes con PIA entre 15 y 20 mm de Hg con disfunción
de órganos leve deben ser intervenidos quirúrgicamente. Es-
tos pacientes definen el grupo con HIA y potencial SCA. La
hipoperfusión esplácnica y la acidosis empiezan a manifes-
tarse con presiones de 10 a 15 mm de Hg. Si el tratamiento
es instituido más tempranamente, se previene la progresión
probable a un daño irreversible. Por lo tanto, se debe realizar
un adecuado discernimiento entre el riesgo y el beneficio. En
balance de la evidencia acumulada disponible, estos pacien-
tes deberían probablemente descomprimirse y el diagnósti-
co confirmado o refutado retrospectivamente. N o obstante,
algunos pacientes pueden beneficiarse de reanimación con
volumen al inicio de la oliguria, conducta que no está exenta
de riesgos. Es en este estrecho margen de HIA comprendido Figura 7. Bolsa de Bogotá.
entre PIA normal y SCA que los esfuerzos deben concen-
trarse en un intento para clarificar definiciones y opciones de En el Hospital Universitario del Valle (HUV) se ha em-
tratamiento. La dependencia de parámetros hemodinámicos pleado también la malla de nylon con cierre de cremallera
estándar es poco refinada, pero la medida de la perfusión es- suturada a ésta con el mismo material; de preferencia se co-
plácnica demasiado difícil en el escenario de lo actualmente loca a la fascia si ésta es de buena calidad, suturándola' con
aplicable. Es indiscutible pensar que el intestino es sensible a monofilamenteo en sutura continua. Si la fascia tiene riesgo
los estados de bajo flujo y es propenso a la isquemia a presio- de romperse, está infectada, o deteriorada, 'la malla se fija
nes por debajo de aquellas esperadas que inducen SCA, por a la piel con el mismo material, preferiblemente con aguja
lo tanto, cualquier intento debe ser realizado para prevenir el cortante para prestar ayuda al cirujano y menos trauma a la
desarrollo de un SCA manifiesto (92). piel (figura 8).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

cro y queda cerrada la cavidad, al separarlas queda abierta la


cavidad y protegida por la tela plastificada.
Si la presión intraabdominal aumenta, se separan un poco
las hojas y se libera la presión y viceversa. Si la presión dis-
minuye o es mínima las hojas se afrontan y la laparostomía
disminuye su tamaño. En una tercera parte de los casos se
evitó la eventración y el paciente al terminar su problema
agudo puede lograr un cierre completo de la pared abdominal
sin requerir otra cirugía.
Las suturas ideales para este tipo de mallas, son los mono
o multifilamentos #1 con aguja redonda para la fascia y el
Figura 8. Malla de nylon con cierre. mismo material con aguja cortante para la piel.
Este tipo de mallas da seguridad a la pared abdominal, da
Debajo de la malla de nylon siempre se deja libre, sin fijar- tranquilidad al paciente y al personal de enfermería que lo
la, una bolsa de solución salina abierta, la cual se cambia en maneja y moviliza. Permite sentar el paciente en la cama y
cada procedimiento, con el fin de proteger las asas intestinales en la silla sin temor a la evisceración, lo cual no es posible
e impedir que se adhieran a la malla. La malla de nylon tiene asegurar ni recomendar con la bolsa de plástico, que se pue-
varias ventajas: el costo es bajo, menos de dos (2) dólares, la de desgarrar ocasionando problemas. La bolsa de Bogotá es
resistencia y la duración son adecuadas, tolera sin deteriorar- segura únicamente cuando la cavidad está bloqueada y las
se más de 5 a 7 procedimientos, y dos semanas en tiempo; se asas son fijas.
puede explorar toda la cavidad y operar a través de ella. Las La malla se coloca en sala de operaciones como se inqicó,
hay de diferentes tamaños dependiendo de la extensión de la para una cirugía de control de daños, una pancreatitis necro-
herida quirúrgica. Las desventajas son algo de dificultad en tizante o una peritonitis secundaria muy severa o una perito-
estrecharla para tratar de reducir la eventración, y que requie- nitis terciaria y en la prevención de la HIA y del SCA, siendo
re no olvidar el plástico abajo de ésta, pues si se deja por más las indicaciones más frecuentes. A continuación el paciente
de 48 horas el abdomen sin revisar las asas se adhieren a la se maneja en la unidad de cuidado intensivo. Se coloca el
malla con el riesgo inherente de fístulas intestinales. sistema de monitoría de PIA. La primera medición se realiza
Otra opción de manejo y hasta hace poco la utilizada de luego de haber calibrado en ceros el sistema. Dependiendo de
preferencia es una malla de velero la cual tiene dos hojas esta primera medición y la valoración clínica del paciente y
de este material y una de ellas tiene una tela plastificada. Se el riesgo de presentar HIA, se decide si la medición se realiza
fabrica como la de nylon. La tela de plástico queda sobre las cada 6 horas o mucho más frecuente, hasta cada hora, depen-
asas intestinales recubriéndolas, protegiéndolas e impide que diendo del caso en particular, esto con el fin de determinar la
el velero esté en contacto con ellas. Cada una de las hojas necesidad de reexploración o apertura de la malla para preve-
del velero se sutura a la fascia o a la piel dependiendo de la nir el desarrollo de un SCA terciario.
calidad de cada uno de estos tejidos (figura 9.) Al resolver el problema de SCA, al liberar la HIA, se con-
tinúa monitorizando la PIA hasta que clínicamente todo el
problema se haya resuelto. Es necesaria la monitoría entre
tres a cinco días dependiendo de la severidad del problema,
luego se retira el sistema de medición. " ,_
El manejo de la malla lo deciden los cirujanos. 'La laparo-
tomía por etapas o la revisión sist'~mática cada 48 horas, la
determina el cirujano tratante en conjunto con el equipo de
la UCI. Para sepsis intraabdominal se recomienda explorar
cada 24 horas en los 3 a 4 primeros días y luego espaciar
los procedimientos. Usualmente el manejo rápido y oportuno
controla el problema en la primera semana.
En cirugía de control de daños sin SCA, se debe tener más
precaución en las revisiones y en el desempaquetamiento. Se
recomienda cada 48 a 72 horas, dependiendo si se ha restitui-
do la fisiología normal del paciente.
Figura 9. Malla de velero en la fascia.
Si se presenta el SCA de inmediato se debe abrir la malla o
llevar el paciente a cirugía para descompresión y colocación
Existe en un tamaño grande estándar y se recorta sin pro-
blemas al extremo de la herida, se afrontan las hojas de vel- de nueva malla.
45/ HiPERTENSiÓN INTRAABDOMINAL y SíNDROME DE COMPARTIMIENTO ABDOMINAL

Este enfoque de cierre temporal abdominal sin duda ha re-


presentado un gran avance en el manejo de los pacientes gra-
vemente enfermos con estas patologías, pero no está exento
de problemas y complicaciones. Dos de las más frecuentes
son la aparición de fístulas intestinales y la imposibilidad de
afrontar de manera segura los bordes de la fascia una vez
resuelto el problema inicial con la eventración resultante que
obliga a procedimientos de reconstrucción posteriores. Con
el fin de lograr un mayor porcentaje en el cierre de la fascia,
actualmente se utiliza el cierre temporal de la cavidad abdo-
minal asistido por vacío o sistema vacuum pack, descrito en
la literatura. Este sistema permite evitar la desecación de las
vísceras y controlar la pérdida de fluidos corporales evitando
su acumulación en la cavidad. La técnica para la implemen-
tación del sistema se describe como sigue:
Al terminar la exploración abdominal, se perfora en múl- Figura 11. Las compresas sobre el plástico y encima los drenes que van a
la succión.
tiples sitios una bolsa de polietileno flexible. Ésta se coloca
sobre las vísceras abdominales y debajo del peritoneo de la
pared abdominal hasta los recesos más profundos. Luego,
se colocan varias compresas sobre el polietileno llenado el
defecto abdominal. Para evitar la salida del contenido abdo-
minal se coloca una sutura a los bordes de la piel, la cual se
dejan con mínima tensión. Entre dicha sutura y las compresas
se ubican dos drenajes preferiblemente de tipo J ackson Pratt
los cuales salen por el celular subcutáneo a la piel de tres a
cinco centímetros arriba del borde superior de la laparosto-
mía. Luego se seca la piel de la pared abdominal a lado y lado
y se aplica tintura de Benjuí en forma generosa. Asegurán-
dose que se encuentra seca la pared se procede a colocar un
película de Ioban® cubriendo la laparostomía involucrando
el sitio de salida de los drenajes y hasta el muslo superior y
de lado a lado de los flancos. El drenaje luego es conectado
Figura 12. Sutura en la piel, evita la evisceración.
a succión de 100 a 150 mm de Hg (figuras 10, 11, 12, 13 y
14). Cuando existen suturas o fístulas intestinales la presión
de vacío debe ser 75 mmHg.

Figura 10. Cobertura de plástico con perforaciones sobre la cavidad ab- Figura 13. Plástico adhesivo que permite el vacío.
dominal.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

fue 5269±4395 cc, con mediana de 3560 cc. Con la cantidad


y calidad del drenaje se indicó una relaparotomía de urgencia
no planeada.
La mortalidad global fue del 21,2%. Para peritonitis del
27,8% y para sangrado de l3,3%. Las ventajas del sistema
fueron: mantener la esterilidad en la cavidad, facilitar un
rápido acceso al abdomen, prevenir la pérdida de dominio,
preservar la calidad de la fascia, mantener al paciente seco,
cuantificar y cualificar la pérdida de líquidos, prevenir la hi-
pertensión intraabdominal y el síndrome de compartimien-
to abdominal, es una buena opción en el cierre tardío, no es
reactivo al intestino, es un sistema barato y fácilmente dispo-
nible, de aplicación rápida y de fácil remoción.
Figura 14. Nótese la cantidad de compresas utilizadas en el sistema vacuum Creemos que este sistema es adecuado en el manejo de es-
pack. tas patologías y está sustentado en las guías de manejo del ab-
domen abierto publicadas por Kaplan y colaboradores (94).
Reportes preliminares en la literatura, como los hechos en la El sistema comercial de terapia VAC (94) es el más reco-
evaluación retrospectiva de Barker (93) de este sistema, mues- mendado por el consenso de expertos de 2005, que produjo
tran una proporción de éxito en el cierre primario de la fascia las guías de manejo de abdomen abierto. El sistema tiene una
tan alto como en el 55% de los casos. La premisa para el logro serie de esponjas de poliuretano semipermeables que per-
de estos resultados es que la succión continua empleada pre- miten una adecuada succión y limpieza de la cavidad abdo-
viene la retracción de la fascia y la formación de adherencias, minal, conectadas a una máquina que produce una presión
creando una tensión hacia la línea media de manera constante. negativa determinada y bien regulada. La ventaja descrita de
En la Clínica Fundación Valle del Lilí, con un cuidadoso y de- este sistema es que el cierre de la fascia es mucho mayor,
finido protocolo para su empleo, el sistema está siendo objeto Miller y cols (95) reportan cierre hasta del 88% en pacientes
de evaluación, con tasas de éxito en el cierre primario similares con trauma. Se promueve la granulación por la estimulación
a las descritas y con beneficios adicionales a los observados, de la angiogenisis, proliferación y la división celular, remue-
como es el manejo mucho más fácil de los pacientes por parte ve los exudados, cuantifica y cualifica las pérdidas del tercer
del personal de enfermería y la predicción de la necesidad de espacio, ayuda al control de la infección y al manejo de la
reexploración temprana en los pacientes traumatizados, hecha presión intraabdominal (94, 96, 97) (figura 15).
por la valoración de las características y la cantidad del drenaje
producto de la succión.
Se analizaron los pacientes durante un año, del 1 de abril
de 2005 a marzo 30 de 2006. A 33 pacientes se les colocó el
sistema vacuum pack.
Se realizó el procedimiento en 18 pacientes con peritonitis
secundaria severa yen 15 pacientes por sangrado masivo que
requirió empaquetamiento para su control.
La edad promedio fue de 45,8 ± 17,4 años. El APACHE
II promedio fue de 18 con un rango de 8 a 27. La estancia en
VCI fue de 14± 10 días y la estancia hospitalaria de 27,4 ±
18,6. Los pacientes con trauma presentaron un ISS promedio
de 25± 10,7 y el índice de trauma abdominal (ATI) fue de 15
(5-56).
En promedio permanecieron con el sistema 11,8 ±14 días,
con mediana de 6; se mantuvo por un tiempo más prolongado Figura 15. YAC con la esponja y el sistema de vacío.
en los pacientes con fístulas intestinales. El número de rela-
parotomías promedio fue de 3,6±3,9 con una mediana de 3. Los autores creen que ésta debe ser la primer opción. Sin
El cierre de la fascia se realizó en el 52% de los pacientes. embargo, no se cuenta con el VAC comercial se recomienda
En los casos secundarios a sangrado se logró un cierre mayor usar el sistema vacuum pack descrito. Con estas técnicas se
de la fascia y se alcanzó un 66,67%. Las complicaciones se previene y maneja la presión intraabdominal y el síndrome de
presentaron en el 9% de los casos y fueron: fístulas intestina- compartimiento abdominal.
les, sangrado, evisceración e infección persistente. La medición de la presión intraabdominal en los pacientes
Se cuantificó en centímetros cúbicos (cc) por hora la suc- de riesgo, la identificación temprana de la hipertensión intra-
ción, que en promedio fue de 112 cc con un rango de 65 a abdominal, evitando o diagnosticando rápidamente el síndro-
635 cc por hora. El balance positivo en las primeras 24 horas me de compartimiento son pilares angulares en el manejo de
45/ HIPERTENSiÓN INTRAABDOMINAL y SíNDROME DE COMPARTIMIENTO ABDOMINAL

los pacientes críticos. Si se logra estandarizar esta rutina en cada. Puede ser consultada en Internet: http://www.eurekah.
las unidades de cuidado intensivo los médicos y todo el gru- com/categories. php ?catid=83&category=SURGERY.
po humano de la UCI ganará mucho al ver que sus pacientes
se complican y mueren menos con esta buena práctica simple Referencias
(figura 16). 1. Meldrum DR, Moore FA, Moore EE, et al. Prospeetive Charaeteriza-
tion and Seleetive Management of the Abdominal Compartment Syn-
drome. Am J Surg 1997; 174: 667-673.
Factores de riesgo 2. Cheatham MD. Intra-abdominal Hypertension and Abdominal Com-
Control de daños, trauma mútiple, hemoperitoneo, resucitación partment Syndrome. New Horizons 1999; 7: 96-115.
masiva, empaquetamiento, peritonitis, pancreatitis, edema 3. Shenasky JH, Guillenwater JY. The renal hemodynamie and funetio-
visceral, tercer espacio, íleo. nal effeets of external eounter pressure. Surg Gynneeol Obstet 1972;
134: 253-258.

1
Medición presión intraabdominal
4.

5.
Bureh JM, Moore EE, Moore FA, et al. The abdominal eompartment
syndrome. Surg Clin North Am 1996; 76: 833-842.
Ridings PC, Bloomfield GL, Bloeher CR, et al. Cardiopulmonary
effects of raised intra-abdominal pressure before and after intravascu-
~ 6.
lar volume expansiono J Trauma 1995; 39: 1071-1075.
Ivatury RR, Diebel L, Porter JM, et al. Intra-abdominal hypertension
GRADO 1 GRADO 11 GRADO 111 GRADO I and the abdominal compartment syndrome. Surg Clin NorthAm 1997;
12-15 mmHg 16-20 mmHg 21-25 mmHg > 25mmHg 77: 783-800.

~
7. Oppenheim A. Tension pneumoperitoneum after blast injury: drama-
tic improvement in ventilatory and hemodynarnie parameters after
Observación Vigilancia estricta Más un órgano en disfunción surgical decompression. J Trauma 1998; 44: 915-917.
Medir PIA Medir PIA Síndrome de compartimiento 8. Sugrue M. Intra-abdominal pressure and gastric intramueosal pH: is
C/6-8 horas C/2-4 horas SCA there an association? World J Surg 1996; 20: 988-991.
9. Ivatury RR. Intra - abdominal hypertension, gastric mucosal pH and

~ ~
abdominal compartment syndrome J Trauma 1997; 43: 194.
10. Bureh JM, Ortiz VB, Richardson RJ, et al. Abbreviated laparotomy
,
No mejoría
• Decompresión médica o
cirugía
and planned reoperation for critically injured patients. Ann Surg 1992;
215: 476-482.
11. Ku J, Brasel KS, Baker CC, et al. Triangle of Death: Hypotherrnia,
acidosis, and coagulopathy. New Horizons 1999; 7: 61-72.
Figura 16. Flujograma. 12. Emerson H. Intra-abdominal pressures. Arch Intern Med 1911; 7:
754-784.
13. Wendt E. Ueber den einfluss des intraabdominalen Druckes auf die
Futuro absonderungsgewchwindigkeit des harnes. Archive Physiologische
El redescubrimiento de HIA y SCA en los últimos 15 años ha Heilkunde 1867; 527-575.
14. Thorington 1M, Schmidt CE A study of urinary output and blood
visto una notable transformación en la conciencia del diag- pressure changes resulting in experimental ascites. Am J Med Sc
nóstico de HIA y SCA. Sólo nos queda el reto de la preven- 1923; 165: 880-889.
ción y el tratamiento. 15. Bradley SE, Bradley GP. The effect ofincreas~d intra-abdominal pres-
sure on renal function in mano J Clin Invest 1947; 26: 1010-1022.
16. Lacey SR, Carris LA, Beyer AJ. Bladder pressure monitoring signifi-
Conclusiones cantly enhanees care of infants with abdominal wall defects: A pros-
pective clinical study. J Pediatr Surg 1993; 28: 1010-1015.
En un amplio espectro de especialidades médicas se reco-
17. Gross RE. A new method for surgical treatment of large omphaloee-
noce la HIA y el SCA por lo que es deseable un consenso les. Surg 1948; 24: 277-292. " '"
amplio de todas las disciplinas del cuidado intensivo. La So- 18. Soderberg G, Westin B. Tran~mission ofrapid pressure increases from
ciedad Mundial de Síndrome de Compartimiento Abdominal the peritoneal cavity to the.'bladder. Scand J Urol Nephrol 1970; 4:
155-156.
(WSACS) fue fundada en diciembre de 2004, con el objetivo
19. Richardson JD, Tripk1e JR. Hemodynarnie and respiratory alterna-
y la misión de fomentar la investigación y la educación en tions with increased intra-abdominal pressure. J Surg Res 1976; 20:
esta área del conocimiento y buscar este consenso. Ese con- 401-404.
greso i.nternacional propuso una serie de definiciones en HIA 20. Harman PK, Kron IL, McLachlan HD, et al. Elevated intra-abdominal
pressure and renal function. Ann Surg 1982; 196: 594-597.
y SCA que sirven como fundamento inicial; se creó un gru-
21. Kron IL, Harman PK, Nolan SP. The measurement of intra-abdominal
po de trabajo de la WSACS para promover la investigación pressure as a criterion for abdominal reexploration. Ann Surg 1984;
científica prospectiva y multicéntrica con el fin de estudiar 196: 594-597.
las preguntas pertinentes y las hipótesis basadas en estos fun- 22. Richard's WO, Scovill W, Shin B, at al. Acute renal failure associated
with increased intra-abdominal pressure. Aun Surg 1983; 197: 183-187.
damentos (98).
23. Johna S, Taylor E, Brown C. Abdominal compartment syndrome: does
El sitio de internet de la WSACS es www.wsacs.org que es intra-cystic pressure reflect actual intra-abdominal pressure? A pros-
una fuente valiosa para el estudio de la HIA y del SCA, ade- pective study in surgieal patients. Critical Care 1999; 3: 135-138.
más contiene una monografía actualizada sobre el síndrome 24. Fietsam R, Villalba M, Glover JL, et al. Intra-abdominal compartment
syndrome as a complication of ruptllred abdominal aortic aneurysm
de compartimiento abdominal realizada por miembros del
repair. Am Surg 1989; 55: 396-402.
comité ejecutivo que está en prensa y a punto de ser publi-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

25. Sugrue M. Abdominal Compartment Syndrome. Curr Opin Crit Ca- 49. Kirkpatrick AW. Progression towards the minimum: The importance
re.2005; 11: 333-338. of standardizing the priming volume during the indirect measurement
26. World Society of the Abdominal' Compartment Syndrome www. of intra-abdominal pressures Critical Care 2006; 10: 153.
wsacs.org 50. Nordin M, Elfstom G, Dahlquist P. Intra-abdominal pressure measu-
27. Ravishankar N, Hunter J. Measurement of intra-abdorrinal pressure in rements using a wireless radio pressure pill and two wires connected
intensive care units in the United Kingdom: a national postal question- pressure transducers: A comparison. Scan J Rehab Med 1984; 16:
naire study Br J Ameasthesia 2005; 94: 763-766 139-146.
28. Malbrain ML Chaetham ML, Kirkpatrick A, Sugrue M, De Waele J, 51. Iwase K, Kamikke W, Uchikoshi F, Takenka H Effect of pneumoperi-
Ivatruy R. Abdominal Compartment Syndrome its time to pay atten- toneum on interatrial pressure gradient during laparoscopic cholecys-
tion Inten Care Med 2006 in press. tectomy. W J Surg 1996; 20: 234-237
29. Tiwari A, Myint F, Hamilton G. Recognition and management of 52. Jorgensen JO, Lalak NJ, North L, Hanel K Venous stasis during lapa-
the abdominal compartment in the United Kingdom Inten Care Med roscopic cholecystectomy. Surg Lap Endo 1994; 4: 128-133.
2006; 32: 906-909. 53. O'Leary E, Hubbard K, Tormey W, Cunningham AJ Laparoscopic
30. Kirkpatrick AW, Laupland KB, Karmali S, Bergeron E, Stewart TC, cholecystectomy:haemodynamic and neuroendocrine responses after
Findlay C, Parry N, Khetarpal S, Evan D Spill your guts. Perceptions pneumoperitoneum and changes in position. Br J Anaesth 1996; 75:
of trauma association of Canada member surgeons regarding the open 640-644.
abdomen and the abdominal compartment syndrome. J Trauma 60; 54. Cheatham ML, Malbrain ML. Intra-abdominal hypertension and the
279-286 cardiovascular system in Abdominal Compartment Syndrome Edited
31. Malbrain ML. Is it wise not to think about intraabdominal hyperten- by Ivatury R Cheatham M, Malbrain M, Sugure M Georgetown Tx
sion in the ICU? Curr Opin Crit Care 2004; 10(2): 132-145. Landes Bioscience 2006: 89-104.
32. Sugrue M. Intra-abdominal pressure: time for clinical practice guide- 55. Simon RJ, Fridlander MH, Ivantury RR. Hemorrhage lowers the
lines? Inten Care Med 2002; 28: 389-91. threshold for intra-abdominal hypertension induced pulmonary dys-
33. O'Leary MJ, Park GR. Acute renal failure in association with pneu- function. J Trauma 1997; 42: 398-405.
matic anti shock garment and with tense ascites. Anesthesia 1921; 46: 56. Kashtan J, Green JF, Parson EQ, et al. Hemodynamic effects of in-
326-327. creased intra-abdominal pressure. J Surg Res 1981; 30: 249-255.
34. Teichman W, Whitman DH, Anddreone PA. Scheduled reoperations 57. Diamant M, Benumof JL, Saidman LJ. Hemodynanics of intra-abdo-
(etappenlavage) poor diffuse peritonitis. Arch Surg 1986; 121: 147. minal pressure. Anesthesiology 1978; 48: 23-27.
35. Whitman DH, Aprahamian C, Bergstein IM. Etapen lavage: Advance 58. Luca A, Cirera I. García-Pagán JC. Hemodynarnic effects of acute
diffuse peritonitis managed by planned multiple laparotomies utili- changes in intra-abdominal pressure in patients with cirrhosis. Gas-
zing sippers, slide fastener, and analogue for temporary abdominal troenterology 1993; 104: 222-227.
c1otener, and Velero analogue for temporary abdominal c1osure. Arch 59. Cullen DJ, Coyle JP, Teplick R. Cardiovascular, pulmonary, and renal
Surg 1997; 132: 957. effects of massively increased intra-abdominal pressure in critically ill
36. Ishizaki Y, Bandai Y, Shimomura K, et al. Safe intra-abdominal pres- patients. Crit Care Med 1989; 17: 118-121.
sure of carbon dioxide pneumoperitoneum during laparoscopic sur- 60. Cheatham ML, Safcsak K, Block EF, et al. Preload assessment in-
gery. Surgery 1993; 114: 549-554. patients with an open abdomen. J Trauma 1999; 46: 16-22.
37. Malbrain M. Incident and prognosis of intra-abdominal hypertension 61. Harmon KP, Kron IL, McLachlan DH, et al. Elevated intra-abdominal
in a mixed population of critically ill patients. A multiple-center epi- pressure and renal function. Ann Surg 1982; 196: 594-597.
demiological study. Crit Care Med 2005; 33(2): 315-322. 62. Sugrue M, Jones F, Deane SA, Bishop G, Bauman A, Hillman K. In-
38. McCarthy TA. Validity of rectal pressure measurements as an indica- tra-abdominal hypertension is an independent cause of postoperative
tion of intra-abdominal pressure changes during urodynamic evalua- renal impairment. Arch Surg 1999; 134(10): 1082-1085.
tion Urology 1982; 100; 657-660. 63. Pusajo J, Bumaschny E, Agurrola A. I>ostoperative intra-abdominal
39. Shafik A, El-Sharkawy A, Sharaf WM. Direct measurement of intra- pressure: its relation to splanic perfusion, sepsis, multiple organ failure
abdominal pressure in various conditions. European J Surg 1997; 163: and surgical intervention. Intensive Crit Care Digest 1994; 13: 2-7.
883-887. 64. Simon RJ, Friedlander MH, Ivatury RR, DiRaimo R, Machiedo GW.
40. Cullen D, Coyle J, Teplick R & Long M. Cardiovascular, pulmonary, Haemorrhage lowers the threshold for intra-abdominal hypertension-
and renal effects of massively increased intra-abdominal pressure in induced pulmonary dysfunction. J Trauma 1997; 42: 398-403.
critically ill patients. Crit Care Med 1989; 17: 118-121. 65. Blooomfield GL, Saggi BH, Blocher CR, et al. The physiologic
41. Collee GG, Lamas DM, Ferguson C, Hanson Gc. Bedside measurement effects of extemally applied continuous negative a1;>dominal pressure
of intra-abdominal pressure (IAP) via an indwelling naso-gastric tube: for intra-abdominal Hypertension. Am Assoc Surg Tra,uma Congress
clinical validation ofthe technique. Int Care Med 1993; 19: 478-480. fifty-eight. Canada. September 1998.,Memories. "-
42. Lacey JB, Brooks SP, Griswald J. The relative merits of various me- 66. Sugrue M, Jones F, Jangua KL. Témporary abdominal Closure: A
thods of indirect measurement of intraabdominal pressure as a guide to prospective evaluation of its effects on renal and respiratory physiolo-
c10sure of abdominal wall defects. J Pediatr Surg 1987; 22: 1207-1211. gy. J Trauma 1998; 45: 914'7921.
43. Motew M, Ivankovich AD, Bieniarz J, et al. Cardiovascular effects 67. Diebel LN, Dulehavsky SA, Wilson RF, et al. Effects of increased
and acid base and blood gas changes during laparoscopy. Am J Obstet intra-abdominal pressure on mesenteries artery and intestinal muco-
Gynecol1973. sai blood ftow. J Trauma 1992; 58: 573-576.
44. Obeid F, fath J, Guslit B, et al. Increases in intra-abdominal pressure 68. Sugrue M, Jones F, Lee A, et al, Intraabdominal pressure and gastric intra-
affect pulmonary compliance. Arch Surg 1995; 130: 544-547. mucosal pH: is there an association? World J Surg 1996; 20: 988-991.
45. Alberti TJ, Kelly KM, Gentili DR, Hirsch S, Benjamin E. A simple 69. Schilling MK, Redaelli C, Krahenbuhl L, Signer C, Buchler MW.
technique to accurately determine intra-abdominal pressure. Crit Care Splanchnic microcirculatory changes during C02 laparoscopy. J
Med 1987; 15; 1140-1142. Amer Coll Surg 1997; 184: 378-382.
46. Harahill M. Intra-abdominal Pressure Monitoring. J Emer Nurs 1998; 70. Caldwell CB Ricotta n. Changes in visceral blood ftow with elevated
24: 445-446. intra-abdominal pressure. J Surg Res 1987; 43: 14-20.
47. Balogh Z. Continuous Intra-abdominal pressure measurement techni- 71. Sugrue M, Buist MD, Hourihan F, Deane S, Bauman A, Hillman K.
que. The American Joumal of Surgery 2004; 188: 679-684. Prospective study of intra-abdominal hypertension and renal function
48. Malbrain ML, Deeren DH. Effect of bladder volumes on measured after laparotomy. Br J Surg 1995; 82: 235-238.
intra-vesical pressure: a prospective cohort study. Crit Care 2006; 10: 72. Eleftheriadis E, Kotzampassi K, Panotas K, et al. Gut ischemia, oxida-
R98. tive stress and bacterial o translocation in elevated abdominal pressure
in rats. Wolrd J Surg 1996; 20: 11.
45/ HIPERTENSiÓN INTRAABDOMINAL y SíNDROME DE COMPARTIMIENTO ABDOMINAL

73. Eleftheriadis E, Kotzampassi K, Botsios D, et al. Splanchnic ischemia 85. Borráez OA. Abdomen Abierto. En Quintero G, Nieto JA, Lerma C ..
during laparoscopic cholecystectomy. Surg Endoc 1996; 10: 324. Infección en Cirugía. Bogotá: Editorial Médica Panamericana, 2001:
74. Diebel L, Saxe J, Du1chavsky S: Effect of intra-abdominal pressure on 230-237.
abdominal wall blood flow. Am Surg 1992; 58: 573. 86. Hirshberg A, Mattox K, Ferrada R. Control de daños en cirugía de
75. Joseph LG, Este-McDonald JR, Birkett DH, et al. Diagnostic laparos- trauma. Trauma. Sociedad Panamericana de Trauma 1997: 541-550.
copy increases intracranial pressure. J Trauma 1994; 36: 815. 87. Ordóñez CA, Ferrada R, Flórez G. Abdomen abierto en sepsis intr~ab­
76. Mijangos JL, Thwin N, Hinchey EJ, et al. Changes in intracranial dominal. Malla de nylon con cierre. Panam J Trauma 1989; 1: 16-21.
pressure during carbon dioxide pneumoperitoneum in normovolemic 88. Ramírez N, López R, Vallejo JF. Reexploración abdominal progra-
and hypovolemic and hypovolemic animals. Surg Forum 1994; 45: mada mediante el uso de malla con cremallera. Boletín Hospitalario
583. Universidad de Caldas, Colombia. Febrero, 1989.
77. Blomfield GL, Dalton JM, Surgeman HJ, et al. Treatment of increa- 89. Ordóñez CA, García A, Flórez G, Ferrada R. Uso de Malla en Abdo-
sing intracranial pressure secondary to the abdominal compartment men Abierto, en Sepsis Intraabdominal revista Colombiana de Cirugía
syndrome in a patient with combined abdominal abdominal and head 1995; 10: 101-108.
trauma. J Trauma 1995; 39: 1168. 90. Franco J, Ordóñez CA, García A, et al. Manejo de la sepsis abdo-
78. Bloomfield GL, Ridings PC, Blocher CR, et al. Effects of increased minal con Abdomen abierto con malla. Análisis de la mortalidad en
intra-abdominal pressure upon intracranial and cerebral perfusion 622 casos. Presentado en el 11 Congreso Nacional de la Asociación de
pressure and after volume expansiono J Trauma 1996; 40: 936. Medicina Critica y de Cuidado Intensivo. Cartagena, 1999.
79. Bloomfield GL, Ridings PC, Sugerman HJ, et al. Increased abdominal 91. Ordóñez CA, Ramos LG. Hipertensión intraabdominal y síndrome de
pressure mediates the effects of elevated intra-abdominal presser upon compartimiento abdominal. En Ordóñez CA, Ferrada R, Buitrago R.
the central nervous and cardiovascular system. Surg Forum 1995; 46: Cuidado Intensivo y Trauma. Bogotá: 1 ed. Editorial Distribuna 2002:
572. 539-555. .
80. Ivatury RR, Diebel L, Porter JM, et al. Hipertensión intra-abdominal y 92. Malbrain M. Intra-abdominal hypertension in the abdominal critically
síndrome de compartimiento abdominal. Surg Clin of North America, ill: it is time to pay attention. Curr Opin Crit Care 2005; 11: 156-171.
1997; 77: 780-794. 93. Barker D, Kaufman H, Smith L, et al. Vacuum Pack Technique of
81. Ivatury RR, Porter JM, Simon RJ, Islam S, John R, Stahl WM. Intra- Temporary Abdominal Closure: A 7-Year Experience with 112 Pa-
abdominal hypertension after life-threatening penetrating abdominal tients. J Trauma 2000; 48(2): 201-6; discussion 206-7.
trauma: prophylaxis, incidence, and clinical relevance to gastric mu- 94. Kaplan M, Banwell P, Orgill D, et al. Guidelines for the'Management
cosal pH and abdominal compartment syndrome. J Trauma 1998; 44: of the Open Abdomen. Supplement to Wounds 2005: 1-24
1016-1021. 95. Miller P. Prospective evaluation of vacuum-assisted facial closure al-
82. Richardson JD. Commentary. Intra-abdominal hypertension. In Iva- ter open abdomen. Ann Surg 2004; 239: 608-616.
tury RR, Cayten CG (Eds): The Textbook of Penetrating Trauma. Bal- 96. Suliburk J, Ware D, Balogh Z, et al. Vacuum-Assisted Wound Closure
timore, Williams & Wilkins 1996. Achieves Early Fascial Closure of Open Abdomens after Severe Trau-
83. Ivatury RR, Simon RJ. Intra-abdominal hypertension. In Ivatury RR, ma. J Trauma. 2003; 55(6): 1155-60.
Cayten CG (Ed's): The textbook of Penetrating Trauma. Baltimore, 97. Garner G, Ware D, Cocanour C, et al. Vacuum-Assisted Wound Clo-
Williams & Willdns 1996. sure Achieves Early Fascial Closure of Open Abdomens after Severe
84. Eddy V, Nunn C, Morris JA Jr. Sindrome del compartimiento abdomi- Trauma. Am J Surg 2001; 182(6): 630-8.
nal: Experiencia de Bnashille. Surg Clin of North America, 1997; 77: 98. Ivatury R, Cheatham M, Mabrain M, Sugrue M (eds). Abdominal
797-807. Compartiment Syndrome. Landes Bioscience, 2006.
CONTROL DEL DAÑO EN ORTOPEDIA Y
TRAUMATOLOGíA

Alfredo Martínez R, MD

En algunos pacientes con trauma múltiple, especialmente Hay diversas teorías sobre la fisiopatología de la respues-
con trauma de tórax, trauma de cráneo y fracturas en la pel- ta inflamatoria sistémica en el paciente con trauma múltiple:
vis o en los huesos largos, el tratamiento definitivo y precoz efecto celular de los macrófagos, hipótesis intestinal, el doble
de todas sus fracturas puede ser potencialmente perjudicial. trauma con la cirugía reparativa y el efecto celular y micros-
Este concepto no siempre es aceptado. El control del daño en cópico del medio ambiente. Esta última hipótesis hoy en día
ortopedia preconiza la estabilización y control de las lesiones parece ser la más aceptada. El trauma origina una secreción
más que su reparación definitiva, agregando un trauma fisio- importante de proteínas producidas por los linfocitos deno-
lógico pequeño en el paciente traumatizado. minadas citoquinas. El efecto del segundo trauma, producto
de la cirugía definitiva reparadora o controladora del daño
Definición desencadena la cascada de una respuesta inflamatoria sisté-
mica que puede llevar a la muerte al paciente.
El control del daño en ortopedia es una cirugía mínimamen-
Una reacción inmune masiva en un paciente con fractura
te invasiva que permite estabilizar las fracturas con fijadores
cerrada bilateral de fémur, que desarrolla una respuesta infla-
externos provisionales, controlar la hemorragia y realizar un
matoria sistémica 'y posteriormente es nuevamente estimula-
desbridamiento y lavado &~ las heridas. El propósito es evitar
da por el procedimiento quirúrgico: enclavijamiento fresado
el deterioro del paciente y retardar unos días el tratamiento
bilateral de ambos fémur. Aunque el paciente no tenía trauma
definitivo de las fracturas buscando mejores condiciones ge-
de tórax, fallece. Este caso nos ilustra la existencia de una
nerales del paciente (1).
variación biológica en la respuesta inflamatoria a la lesión
Las alteraciones inmunológicas después del trauma gene-
inicial, y el grado de respuesta tanto al primero como al se-
ran una respuesta inflamatoria sistémica en el paciente con
gundo trauma (3).
trauma múltiple, que puede derivar en una falla orgánica
El concepto que el segundo evento producido por el trau-
multisistémica, situación que puede llevar a la muerte al 50%
ma quirúrgico genera una respuesta inflamatoria fue revisa-
de los pacientes. La prevención de esta respuesta fatal es la
do en un estudio con l06 pacientes con un índice promedio
indicación del control del daño en el paciente ortopédico con
de severidad del trauma de 40,6 (4). En ~ste estudio fueron
trauma múltiple.
comparados 40 pacientes que desarrollaron insuficiencia res-
El control del daño en ortopedia está indicado en las frac-
piratoria, renal o hepática contra 40 que no desarrollaron este
turas inestables y complejas de la pelvis por la hemorragia, tipo de complicación. En los 40 pacientes con insuficiencia
en fracturas de huesos largos como el fémur por su asocia-
se presentó una elevación significante d~ la elastasa del neu-
ción potencial con síndromes de dificultad respiratoria, en el
trófilo, niveles de proteína C reactiva y di~minución de las
trauma geriátrico por su mortalidad, en el trauma complejo
plaquetas. La anormalidad <fn estos tres parámetros produce
de las extremidades por su viabilidad y en todos los pacientes en el postoperatorio una posibilidad del 80% de una falla or-
con trauma múltiple y un índice de severidad mayor de 25
gánica multisistémicé;l.';
puntos.
Marcadores de la respuesta inmune
Fisiología del trauma
Los marcadores de la respuesta inflamatoria sistémica se
Después del trauma se desencadena una respuesta inflama- dividen en tres grandes grupos: re actante s o reactivos en la
toria local o sistémica de acuerdo a la gravedad del trauma- fase aguda del trauma, marcadores de actividad mediadora y
tismo, llamada SIRS; igualmente después de un periodo de marcadores de actividad celular. Esta respuesta la ilustramos
tiempo se inicia la recuperación mediada por una respuesta
en la figura 1.
antiinflamatoria denominada CARS. Reactantes en la fase aguda. Éstos se consideran:
La excesiva respuesta inflamatoria causa activación del 1. Lipopolisacaridasa unida a proteína (LPB), proteína de
sistema inmune, incluyendo los macrófagos, leucocitos, cé- origen hepático 58kDa, que activa los macrófagos para la
lulas asesinas naturales y células inflamatorias que migran producción de las interleukinas (IL-6y IL-l), su libera-
por la acción y producción de la interleukina 8 y los compo- ción en trauma aumenta 30 veces al segundo y tercer día.
nentes del complemento C5a y C3a (2).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Es un marcador del SIRS, aumenta en infección, pero no ción es inducida por TFN-a, es un potente antiinflamat0l10,
se considera un marcador específico. su liberación mejora el pronóstico en sepsis, quemaduras
2. Proteína C reactiva (PCR) es producida en el hígado (he- e infecciones causadas por pseudomonas. Es un factor im-
patocito), su concentración normal es de 0,3 a 1,7 mg, portante en la muerte celular, llamado (IFN-y) intelferón.
pero en trauma, infección, cáncer y enfermedades autoin- Su liberación depende de la severidad y tipo de trauma y
munes puede llegar a 500 mgrs en sólo ocho horas. No es los microorganismos que están produciendo la infección.
un marcador ideal de trauma.
3. Proca1citonina (PCT). Normalmente no es detectada en Marcadores de actividad celular. Son los más específicos y
personas sanas, es producida en la tiroides y liberada por estudiados en la actualidad.
el hígado ante el estímulo de IL-6; es un indicador de la 1. Receptores de citoquinas. Son especiales para TFN-a e
seveddad de la infección más que del trauma. interleukinas, aumentan en pacientes con trauma múlti-
ple se relacionan con la respuesta inflamatoria, su unión
Adhesión de neutrófilos a endotelio activado
cambia la bioactividad celular y está demostrado que los
receptores de las interleukinas inhiben la transducción ce-
Espacio extravascular lular.
IL-6
2. Adhesión molecular. La adhesión molecular es la teoría
Espacio intravascular CD11b~, del micro medioambiente por la adhesión de los polimor-
TNF
fonucleares al endotelio capilar. Se conocen tres tipos de
adhesión: selectinas, inmunoglobulinas e integrinas. Estas
adhesiones causan desequilibrio, aunque no es muy claro
cómo actúan los mecanismos.
3. Elastasa. Es liberada por los neutrófilos, aumenta en el
Extravasación de leucocitos
trauma, sepsis, y síndrome de dificultad respiratoria. Está
Eselectina asociada con la mortalidad en falla orgánica multisistémi-
ca, pero no se considera un indicador eficaz.
Figura 1. Diagrama ilustrando la teoría del micro medio ambiente (interac-
4. Antígenos humanos de los leucocitos. Conocido como
ciones celulares con el endotelio vascular y los leucocitos).
HLA-DR es considerado ser el único marcador de reac-
ción inmunológica que se correlaciona con la morbilidad
Marcadores de actividad mediadora. Son sustancias que
y mortalidad. Se considera un marcador débil después del
se liberan después del trauma como consecuencia de la res-
trauma.
puesta inflamatoda y antiinflamatoria.
5. DNA. Es el DNA celular libre en la circulación. Su me-
1. El factor de necrosis tumoral a (TNF-a). Es uno de los
canismo de aumento se considera por la muerte celular,
reguladores centrales en la fase de respuesta aguda, está
como efecto adverso cuando su concentración es 12 veces
involucrado en la quimiotaxis de los leucocitos, fiebre, hi-
mayor. Se considera un marcador débil.
potensión, y adhesión celular al endotelio. Es producido
por los linfocitos: 26kD, aumenta la permeabilidad de las
células endoteliales, su vida media es de 18 minutos. Au- Predisposición genética a efectos adverso
menta la expresión de la adhesión molecular intercelular La variación biológica es cada vez más citada (5) para expli-
(ICAM-1), su aumento persistente está relacionado con car las complicaciones diferentes en gravedaq que se presen-
un pronóstico pobre, parece disminuir la mortalidad en tan posteriores al trauma en algunos pacientes,,~omparando
sepsis, no se considera buen indicador. lesiones con la misma severidad"y asociadas a factores de
2. Interleukina-1. Es un péptido producido por los monoci- riesgo muy similares. Una predisposición genética se sospe-
tos, aumenta en isquemia y sepsis, su actividad es similar cha es responsable de las piferentes respuestas ante el trau-
al TNF-a, su vida media es muy corta, de 6'. Aumenta en ma. Algunos pacientes pueden estar "preparados" a tener
pacientes con infección y está relacionado con la mortali- una hiperreacción al trauma. El polimorfismo genético del
dad. No es un indicador específico. neutrófilo para el receptor de la inmunoglobulina G, CD16,
3. Interleukina-6. Es un glicopéptido producido por diferen- se ha reportado estar asociado con diferentes funciones de la
tes células de peso de 22 a 29kD, incrementa la muerte fagocitosis de los neutrófilos (6). Igualmente se ha observado
celular. Es un marcador muy bueno en sepsis, respuesta una predisposición genética a niveles altos o bajos de los an-
inflamatoria sistémica y falla orgánica. Se considera que tígenos humanos de los leucocitos (HLA-DR).
su aumento en las pdmeras 4 horas se correlaciona con la Evidencias genéticas se han encontrado en los genes de
seveddad del trauma. las citoquinas. La simple base par polimorfa en la posición
4. Interleukina-8. Tiene una actividad muy similar a la inter- -308 en el gen del TFN está asociada con un incremento de
leukina 1 y al factor de necrosis tumoral a. incidencia en sepsis y con un peor pron6stico después de un
5. Interleukina-10. Es una proteína 18kD producida por los trauma severo. Esta asociación depende de la presencia del
linfocitos. Se eleva en trauma, sepsis y cirugía, su libera- alelo TNF2. El homocigoto para el alelo TFNB2 está aso-
461 CONTROL DEL DAÑO EN ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGíA

ciado con un incremento en la incidencia de sepsis severa y cientes con fracturas diafisarias del fémur se les realizó una'
pronóstico peor, hasta 5,2 veces más (7). fijación externa y a los pocos días el tratamiento definitivo.
El polimorfismo de la interleukina-6 ha sido descrito y se En el primer período se encontró un aumento significativo de
ha encontrado a ambos lados de 3' y 5' y exon 5, situación pacientes con síndrome de dificultad respiratoria del adulto
similar con la interleukina 10. La respuesta a la producción y falla orgánica multisistémica. En los pacientes con fijaCión
de interleukinas varía de acuerdo a la composición genéti- interna precoz definitiva el síndrome de dificultad respirato-
ca de ciertos locus como el IL-10 para la interleukina 10. ria disminuyó en un 28%, y en los pacientes con fijación ex-
Adicionalmente la liposacaridasa induce la secreción de la terna inicial y osteosíntesis diferida a la semana el síndrome
interleukina 10. de dificultad respiratoria disminuyó 75%.
Analizando estos hallazgos se puede establecer que los pa- Las pruebas biomecánicas de la gravedad de la lesión y el
cientes reaccionan en forma diferente al trauma dependiendo examen genético del paciente no son variables prácticas para
de su genotipo. Diferencias genéticas en la susceptibilidad tomar una decisión definitiva sobre el tratamiento, debemos
a las complicaciones después del trauma son importantes y tomar conductas de acuerdo al estado clínico del paciente,
específicas de acuerdo a la producción de citoquinas. para realizar el control de daño en el paciente con trauma
La identificación temprana de pacientes con mayor ries- mayor músculo esquelético. El estado fisiológico del pacien-
go de presentar complicaciones o reacciones adversas pue- te determina su estado de complejidad, los diferentes índices:
de permitir la intervención directa de marcadores biológicos escala de coma de Glasgow, severidad del trauma, escala de
para disminuir la morbilidad y mortalidad. la lesión e índice revisado del trauma, muchas veces no per-
miten establecer el tratamiento inmediato en un paciente con
Indicaciones para control del daño ortopédico trauma múltiple (lO).
Los pacientes con trauma mayor del sistema músculo
El impacto de la cirugía a la respuesta inmune que ocurre en el esquelético se dividen en cuatro grupos: estables, límites,
paciente con trauma múltiple, adicional al trauma de la lesión, inestables y extremadamente graves. Los pacientes estables
ha sido ampliamente demostrado. Nowotarski (8) reportó re- deben tratarse con estabilización temprana y definitiva de sus
sultados favorables cuando el concepto de control del daño es fracturas, los pacientes inestables y extremadamente graves
aplicado. La utilización de la fijación externa de las fracturas deben tratarse con fijación externa temprana y provisional, la
de los huesos largos es el método utilizado, por dar una estabi- dificultad se presenta en los pacientes límites o "borderline"
lidad adecuada al hueso, procedimiento que se puede realizar por la dificultad en definirlos y por ende instaurar el mejor
en corto tiempo y no es invasivo para el paciente. tratamiento sin deterioro de su estado general. En la tabla 1
El estudio de Hannover (9) realizado en la década de los definimos los cuatros grupos de pacientes y el tratamiento
90 cambió el concepto de la estabilización precoz definitiva recomendado.
a temporal en el paciente con trauma múltiple. Se analizaron Los pacientes denominados como límites o en el "border-
dos tipos de tratamientos; antes de 1990 todos los pacientes line" se definen por las siguientes características: pacientes
con fracturas de fémur fueron fijados con osteosíntesis defi- con trauma múltiple e índice severidad de trauma mayor de
nitiva en las primeras 24 horas; después de 1990, a los pa- 40 en la ausencia de trauma de tórax; un índice de severidad

Tabla 1. Clasificación de las condiciones fisiológicas de los pacientes y su indicación para el control del daño ortopédico.

Estable LíÍnite Inestable Extrema gravedad


Estado de hipovolemia Tensión arterial 100 o más 80-100 60-90 <,50- 60
Unidades de sangre 0-2 2-8 5-15 > 15
Nivel de lactato Normal 2,5 >2,5 Acidosis severa
Déficit de base Normal Sin dato Sin dato > 6-8
ATLS I n-ID ID-IV IV
Coagulación Plaquetas >110.000 90.000-110.00 70.000-90.000 <70.000
Factor n, V (%) >1 70-80 50 -70 <50
Fibrinógeno Normal 1,0 < 1 anormal Coagulopatía
Temperatura Grados centígrados > 34°C 33°C-35° 30°C-32°C 30° o menos

Lesión de partes blandas Función pulmonar*** 350-400 300-350 200-300 <200


Trauma tórax** AIS Ion AIS n o más AIS n o más AIS ID o más
Trauma pelvis (AO)* Fractura tipo A Fractura Tipo B-C Fractura Tipo C Fractura Tipo C
Estrategia quirúrgica Control del daño: DCO NO ± SI SI
Cirugía definitiva
SI ± NO NO

*Clasificación de las fracturas de la pelvis según la AO en A, B Y C


**Clasificación AIS del trauma de tórax
*** Relación de PaO/Fi02

SECCiÓN 111: TRAUMA 613


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

de trauma de 20 acompañado con trauma de tórax; pacien- llamiento por combinación de estas fuerzas. Es importante
tes con trauma abdominal con un índice de Moore mayor conocer el mecanismo del trauma para entender mejor la le-
de 3; radiografía de tórax con contusión pulmonar bilateral; sión y planear el tratamiento (13). En la evaluación inicial
presión arterial pulmonar inicial mayor de 24 mmHg; o un del paciente con fractura de pelvis es necesario registrar la
aumento mayor de 6 mmHg de la presión arterial pulmonar presencia de heridas, su tamaño, profundidad y localización.
durante el enclavijamiento intramedular de los huesos largos. Una deformidad es indicativa de una fractura probablemente
Con estos pacientes en el límite es cuando el equipo médico inestable. Las fracturas de la pelvis con frecuencia se acom-
debe estar en disposición de cambiar la estrategia quirúrgica pañan en un 40% de lesiones asociadas. Las lesiones más co-
de acuerdo a las condiciones hemodinámicas durante la fija- munes son las neurológicas, caracterizadas por compromiso
ción de las fracturas. del plexo lumbo sacro afectando las raíces desde L2 hasta S l.
También existen unas características de riesgo muy alto Lesiones abiertas en la vagina o el recto son raras pero deben
de efectos adversos en pacientes inestables acompañados de diagnosticarse precozmente por su gravedad y posibilidad
las siguientes circunstancias: una reanimación muy difícil y de complicaciones. Las lesiones en el sistema genitourinario
prolongada; pacientes en coagulopatía y plaquetas inferior a son muy frecuentes, las rupturas de la vejiga y uretra deben
90.000; hipotermia (32°C); estado de hipovolemia con trans- diagnosticarse en el examen inicial, la eliminación urinaria
fusión de más de 25 unidades de sangre; contusión pulmonar espontánea o por sonda es parte fundamental de la evaluación
bilateral en la radiografía de tórax al ingreso; fracturas de los al ingreso.
huesos largos; tiempo quirúrgico estimado en más de seis ho- La radiografía antero-posterior de la pelvis es el examen
ras; lesión arterial e hipotensión con tensión arterial inferior inicial para diagnosticar las fracturas de la pelvis, se pueden
a 90 mmHg; exagerada respuesta inflamatoria con niveles de realizar proyecciones especiales de entrada y salida para vi-
interleukina-6 mayor de 800 pg/rnL. sualizar mejor los complejos anterior y posterior de la pelvis.
Para la mayoría de los autores (11) la indicación para el Después de la radiografía, es necesario en todos los casos de
control del daño se debe realizar cuando el Ph es menor de sospecha o fractura inestable realizar una escanografía para
7,24, temperatura menor de 35°C, tiempo quirúrgico mayor determinar la presencia, localización, extensión exacta y pa-
de 90 minutos, coagulopatía y t~ansfusión mayor de 10 uni- trón de la fractura que muchas veces no se puede obtener con
dades de glóbulos rojos. Los pacientes ortopédicos candida- las radiografías.
tos a control de daño son: trauma múltiple con fractura uni La clasificación de las fracturas de la pelvis según la AO
o bilateral de fémur, fracturas inestables de pelvis, trauma es en tres grupos A, B Y C. Debe permitirnos establecer si la
múltiple en pacientes geriátricos y en pacientes con trauma fractura es estable o inestable, y establecer el mecanismo de
múltiple. la lesión. Las fracturas de la pelvis según el mecanismo se
dividen en: I Compresión lateral (LC). II Compresión antero-
Fractura de pelvis posterior (APC). III Cizallamiento o desplazamiento vertical
(VS). IV Mecanismo combinado. En la figura 2 ilustramos la
La pelvis es un hueso en forma de anillo, protegiendo estruc- clasificación de las fracturas de pelvis.
turas blandas; cuando el anillo pélvico se fractura, lesiones
vasculares (arteria iliaca interna o sus ramas, la arteria glútea
superior, la arteria sacra mediana y las venas pélvicas) pueden
comprometerse; adicionalmente se pueden presentar lesiones
neurológicas del plexo lumbo sacro y el sistema urogenital.
La pelvis está conformada por el sacro y los dos huesos
innominados unidos por unos ligamentos muy fuertes an-
teriores (sínfisis púbica, ligamentos sacro espinoso y sacro
tuberal) y posteriores (ligamentos sacro ilíacos anteriores y
posteriores, iliolumbar y lumbosacros laterales). La estabi-
lidad de la pelvis depende de la integridad de las estructuras
óseas y los ligamentos. Cuando el anillo pélvico se rompe
o fractura en una sola parte, tenemos una fractura estable; y
cuando se rompe en dos partes tenemos una fractura inesta-
ble, con compromiso anterior y posterior. Las fracturas ines-
tables tienen una mortalidad del 20%.
Las fracturas de la pelvis son producidas por traumas de
alta energía, accidentes de tránsito o caídas de altura y están
asociadas con trauma en otros sistemas (12). Las fuerzas que
actúan sobre la pelvis producen lesiones por compresión an-
terior y posterior con rotación lateral de la pelvis, compresión
lateral con rotación interna de la pelvis o vertical en ciza- Figura 2. Clasificación de las fracturas de pelvis según la AO.
46/ CONTROL DEL DAÑO EN ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGíA

El enfoque del manejo de un paciente con una fractura de te con trauma múltiple. La angiografía con embolización se'
pelvis depende del tiempo entre el tratamiento y el trauma utiliza cuando el paciente continúa inestable después de una
y su estado fisiológico. Los pacientes jóvenes, pueden estar fijación externa, y ya ha recibido una transfusión mayor de
estables hemodinámicamente los primeros minutos y horas cuatro unidades de glóbulos rojos, últimamente se ha reco-
en la presencia de una hemorragia interna abundante. En ge- mendado el empaquetamiento quirúrgico de la pelvis ed su
neral, una combinación del análisis de los signos vitales, la parte anterior, técnica utilizada en Europa (15). Esta técnica
estabilidad de la fractura y conocimiento de la lesión es la puede ser útil en pacientes con hipotensión severa y sin res-
clave para un tratamiento efectivo. Signos de de hemorragia puesta adecuada a la fijación externa y con riesgo inminente
tales como hematomas alrededor de la pelvis, región escro- de muerte (16). Sin embargo, en la actualidad los datos son
tal, son indicativos de una hemorragia significante. Lesiones muy limitados para utilizar y recomendar el empaquetamien-
avulsivas internas (signo de Morel-Lavallee) son sugestivas to de la pelvis.
de sangrado abundantes. Las fracturas anteriores de la pelvis
se acompañan de lesiones de la uretra y vejiga, la presencia
de sangre en el meato uretral y la evaluación de la próstata
son necesarias antes de la colocación de una sonda; el ure-
trograma retrógrado es recomendado antes de la inserción de
una sonda vesical cuando hay sospecha de lesión uretral.
Una fractura inestable y compromiso del estado fisioló-
gico, frecuentemente está relacionado con un paciente con
trauma múltiple y exige una reanimación rápida, incluyendo
una adecuada ventilación, reemplazo de líquidos endove-
nosos, evitando la hipotermia y coagulopatía. Las fracturas
de un patrón por compresión lateral no están asociadas con
grandes hemorragias, pero las fracturas por compresión ante-
ro-posterior y vertical fácilmente pueden llevar al paciente a
un estado de hipovolemia. Este tipo de fracturas requiere una
estabilización precoz y rápida, para disminuir el sangrado.
Las fracturas que comprometen las estructuras posteriores de
la pelvis están asociadas con dos y tres veces más requeri- Figura 4. Fijación externa en un paciente con trauma múltiple y fractura
inestable de la pelvis.
-mientos de sangre en comparación a las fracturas anteriores.
En la figura 3 ilustramos una fractura inestable de pelvis aso-
Los neumáticos antishock se utilizan muy poco, disminuyen
ciada a una fractura del acetábulo.
la capacidad ventilatoria y aumentan el síndrome de com-
partimiento en miembros inferiores. La angiografía se uti-
liza muy poco, se ha demostrado que el mayor sangrado es
de origen venoso (17). La reducción abierta dela fractura y
una fijación interna estable es probablemente el mejor mé-
todo para estabilizar la fractura y el paciente, sin embargo,
requiere condiciones especiales, paciente estable y experien-
cia del equipo quirúrgico con recursos adecpados; pero como
la mayoría de pacientes se/encuentra inestable, este tipo de
tratamiento se realiza varios días después como tratamiento
definitivo en pacientés estables.
Actualmente el tratamiento escogido para un paciente con
una fractura inestable de la pelvis es lafijación externa, para
estabilizar la fractura sin necesidad de una reducción anató-
mica, pero logrando disminuir significativamente la hemo-
rragia. En la fase inicial se debe utilizar una fijación externa
Figura 3. Fractura inestable de pelvis a nivel del sacro, articulación sacro rápida como el clamp antishock como se ilustra en la figura
iliaca izquierda y fractura transversa del acetábulo. 5, de esta manera se logra controlar el daño.
El control del daño ortopédico para una fractura inestable
Diferentes técnicas para estabilizar rápidamente una frac- del anillo pélvico con hemorragia que lleva al paciente a la
tura inestable de la pelvis se han utilizado: tracción, fajas, inestabilidad exige una rápida decisión clínica, reanimando
neumáticos antishock, y fijadores externos, estos últimos son el paciente y una estabilización mínimamente invasiva de la
los más recomendados y con los mejores resultados (14). La fractura que la puede brindar un fijador externo o un clamp en
figura 4 ilustra una fijación externa provisional en un pacien- forma de e denominado antishock. Pacientes que no respon-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

den a este tratamiento deben ser candidatos a una angiografía inestables, con trauma de cráneo, trauma severo de tórax,
con embolización, o a un empaquetamiento de la pelvis una pacientes en coagulopatía e hipotermia. Futuras investiga-
vez corregida la coagulopatía. ciones genéticas e inmunológicas podrán establecer otro tipo
de parámetros para identificar los pacientes en alto riesgo de
presentar complicaciones después del trauma.

Trauma geriátrico
Los pacientes ancianos requieren una evaluación y tratamien-
to especial debido a la alta incidencia de mortalidad después
de un trauma, incluso menor.
Greenspan (22) reportó que el promedio letal de 50 puntos
para pacientes jóvenes traumatizados es de 20 puntos para
pacientes mayores de 65 años. Adicionalmente las fracturas
de pelvis en pacientes mayores de 55 años tienen una alta
Figura 5. Fijación de una fractura inestable de la pelvis con un clamp en C. incidencia de lesiones arteriales y requerimiento de trans-
fusiones sanguíneas. Tornetta y asociados (23) notaron un
Fracturas de los huesos largos aumento de la mortalidad asociada con niveles bajos de la
escala de Glasgow comparando 11,5 puntos para los pa-
La fractura bilateral de la diáfisis femoral es el único esce- cientes que murieron en relación con 13,9 para los pacientes
nario en el trauma múltiple que está asociado con una alta que sobrevivieron. Los pacientes que murieron requirieron
mortalidad e incidencia de síndrome de dificultad respirato- en promedio 10,9 transfusiones comparados con 2,9 con los
ria en relación a la fractura unilateral de la diáfisis femoral que sobrevivieron. Estas diferencias significantes determinan
(18). Copeland (18) considera que el incremento en la mor- la importancia del control del daño ortopédico en pacientes
talidad de los pacientes con fracturas bilaterales de la diáfisis ancianos.
femoral puede estar relacionado con las lesiones asociadas El tratamiento ortopédico en este tipo de paciente ancia-
y otros parámetros fisiológicos más que por la fractura de nos debe estar dirigido a una estabilización precoz y rápida
fémur, y está indicada la fijación externa en pacientes con que permita la movilización temprana de los pacientes para
trauma múltiple como tratamiento inicial para el control del evitar complicaciones sistémicas.
daño ortopédico.
Pacientes con fracturas de huesos largos: fémur o tibia, Trauma de tórax
cerradas o abiertas, en 30 a 40% tienen un trauma múltiple; la
supervivencia depende de varios factores tales como la seve- Tradicionalmente existen dos escuelas relacionadas con el
ridad del trauma, la respuesta biológica individual al trauma tratamiento de los pacientes con el trauma múltiple, las frac-
y el tratamiento instaurado. Se ha demostrado que la estabi- turas de los huesos largos y trauma de tórax, algunos creen
lización de las fracturas de los huesos largos en las primeras que la estabilización temprana definitiva es segura y benéfica
24 horas después del trauma tiene un mayor impacto en el (24), y otros consideran que la estabilización temprana no es
paciente (9). Pacientes severamente traumatizados tienen un segura y puede ser perjudicial (25).
riesgo del 75% de presentar una falla orgánica multisistémica Diferentes estudios con revisión de la literatura en el tra-
(19). Estudios recientes han demostrado que el tratamiento tamiento de los pacientes con trauma de tóra)t ~ inmediata
quirúrgico definitivo de las fracturas en pacientes con trauma estabilización de las fracturas de los huesos l~gos en las
múltiple pueden causar una respuesta inmunológica desfa- primeras 48 horas comparando eón estabilización después
vorable, resultando en una condición clínica adversa, este de las 48 horas, se encontraron
f
resultados
.
muy similares en
impacto quirúrgico denominado el segundo trauma tiene im- mortalidad, síndrome de dificultad respiratoria del adulto,
portancia en el tiempo y tipo de tratamiento quirúrgico inicial requerimientos de ventilación mecánica, días de hospitaliza-
(20). Con el fin de reducir los efectos adversos, los principios ción en cuidados intensivos y días de estancia hospitalaria
del control del daño en ortopedia han sido introducidos, reco- (26). Los autores consideran cinco parámetros útiles en de-
mendándose una fijación externa precoz y rápida a los pocos terminar el tratamiento más aconsejado para la estabilización
días; cuando el paciente se encuentre estabilizado se hará el temprana de las fracturas de los huesos largos: severidad del
tratamiento quirúrgico definitivo a la fractura (21). trauma pulmonar, estado hemodinámico, tiempo estimado en
La estabilización precoz, rápida y provisional con fijación el tratamiento quirúrgico (no mayor de 90 minutos), pérdida
externa de los huesos largos en pacientes con trauma múltiple sanguínea esperada y estado de la fractura abierta o cerrada.
manejando el principio del control del daño en ortopedia ha Pacientes con trauma de tórax y fracturas de huesos largos,
disminuido la morbilidad y mortalidad de los pacientes (9). cuando se realiza una estabilización temprana de la fractura
La identificación de los pacientes que deben ser manejados con un clavo intramedular fresado tienen mayor riesgo de
bajo estos principios del control del daño son los pacientes presentar complicaciones, por lo tanto es mejor el control del
46/ CONTROL DEL DAÑO EN ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGíA

daño, realizando una fijación externa de la fractura provisio- otros para determinar la gravedad de la lesión, prima siempre
nal y a los pocos días (4-10) realizar la osteosíntesis definiti- el criterio del médico basado en la experiencia.
va. El tratamiento de cada paciente debe ser individualizado. Las fracturas abiertas tienen una prioridad muy alta, in-
mediatamente el paciente se encuentre hemodinámicamente
Trauma de cráneo estable. El tratamiento inicial consiste en desbridar la hetida,
retirar los tejidos desvitalizados, piel, fascia, músculo, hue-
El tratamiento inicial de un paciente con trauma de cráneo y
so; explorarla en sentido proximal y distal, lavado profuso,
fracturas de los huesos largos debe ser similar a cualquier pa-
hemostasia, reducción y fijación de la fractura, cubrimiento
ciente con trauma múltiple con un rápido control de la hemo-
adecuado del hueso y dejar las heridas iniciales abiertas. En
rragia, restaurar los signos vitales. La fijación de las fracturas
lesiones severas se debe repetir el desbridamiento a las 48
se hará de acuerdo a los principios del control del daño Oltopé-
horas hasta lograr un cierre adecuado. Generalmente se ini-
dico, con fijación externa temprana y rápida de las fracturas.
cian antibióticos: cefalosporina de primera generación y de
Existe controversia en la fijación temprana de las fracturas
acuerdo al grado de contaminación se adiciona un aminoglu-
en pacientes con trauma de cráneo como factor benéfico o no
cósido y penicilina cristalina.
en las condiciones generales y neurológicas de los pacientes.
Algunos pacientes con trauma múltiple, inestables hemo-
La tendencia actual considera que la estabilización temprana
dinámicamente, con fracturas abiertas Grado In B o e, pue-
de las fracturas es más beneficiosa que perjudicial, cuando se
den requerir como tratamiento del control del daño ortopédi-
realiza una fijación externa como control del daño ortopédico.
co una amputación de la extremidad.

Fracturas abiertas Fijación definitiva


Las fracturas abiertas generalmente no comprometen la vida,
Uno de los aspectos más importantes es definir en los pacien-
pero en un 30% los pacientes presentan trauma múltiple se-
tes que se ha realizado el control del daño ortopédico el tiem-
vero. Las fracturas abiertas se clasifican de acuerdo al tiempo
po de los procedimientos quirúrgicos definitivos. Los días se-
de evolución, tamaño de Ita herida, complejidad de la fractura,
gundo, tercero y cuarto no son seguros para la estabilización
grado de contaminación y mecanismo del trauma.
definitiva de las fracturas. Probablemente la compensación
Fractura abierta Grado I: herida menor de 1,0 cm, fractura
de la respuesta inflamatoria y mejoría del cuadro respiratorio
de dos fragmentos, mínima contaminación, mecanismo indi-
se presentan en la mayoría de los pacientes después del sexto
recto de adentro hacia afuera.
día, tiempo donde debe evaluarse cada uno en forma indivi-
Fractura abierta Grado n: herida hasta 5,0 cm, mayor con-
dual para decidir la fijación interna definitiva. Después de 14
taminación, generalmente mecanismo directo de afuera hacia
días, una fractura que ha sido fijada externamente, convertirla
adentro y mayor complejidad radiológica.
a una fijación interna aumenta el riesgo de infección (1).
Fractura abierta Grado In: se distinguen tres variedades:
• Grado In A: lesión de partes blandas extensa y amplia, el
hueso conserva sus inserciones musculares y el periostio,
Conclusiones
la posibilidad de infección es muy baja y la probabilidad El control del daño ortopédico es ideal para un paciente ines-
de una amputación mínima. table o en estado de gravedad extrema, y tiene alguna utilidad
• Grado nI B: lesión de partes blandas extensa y amplia, el en los pacientes en un estado límite. Las lesiones específicas
hueso pierde sus inserciones musculares y su cubrimiento de un control de daño ortopédico son: fractura bilateral de
por el periostio es mínimo; el porcentaje de infección y fémur, fractura inestable de pelvis con 'm~cada hemorragia,
amputación puede llegar al 30%. pacientes con trauma múltiple y pacientes fulcianos traumati-
• Grado In C: la lesión de partes blandas es variable; hay zados. Otros pacientes que 'pueden beneficiarse del control de
una lesión arterial que exige reparo. daño ortopédico so~, aquellos con trauma de cráneo, trauma
de tórax, fracturas abiertas de las extremidades Grado In B
En las fracturas abiertas Grado nI, las más complej as y que o e y fracturas aisladas de una extremidad cerradas pero de
pueden estar acompañadas de traumatismo en otra extremi- gran complejidad y dificultad para un tratamiento quirúrgico
dad u otros sistemas, el cirujano debe evaluar el grado de de fijación definitiva temprana.
la lesión de las partes blandas, el estado vascular de la ex- Los crecientes descubrimientos de la biología molecular
tremidad, la función neurológica y lesiones a otros niveles en medicina podrán darnos respuesta en un futuro a la pre-
de la extremidad. En la actualidad se utiliza el MESS: Man- gunta sobre cuándo los cirujanos debemos utilizar el con-
gled Extremity Severity Score (27), y la escala resumida de cepto y la técnica de control del daño en ortopedia. Muchos
la lesión descrita por Kellam (17), para tomar la decisión de centros de trauma han modificado su tratamiento inicial del
salvar o no una extremidad. No obstante, en estos sistemas y paciente con trauma múltiple incorporando los conceptos del
control del daño ortopédico.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Referencias hemorrhagic shock and pelvic rind disruptions. Journal Trauma 2002 ;
53: 446-451.
1. Roberts CS, Pape HC, Jones A, etal. Damage Control Orthopaedics: 14. Bottlang M, Simpson T, Sigg J, Krieg JC, et al. Noninvasive reduction
Evolving Concepts in the Treatment of Patients Who Have Sustained of open-book pelvic fractures by circumferential compression. Jour-
Orthopaedic Trauma. lnstructional Course Lectures Trauma. Ameri- nal Orthopaedic Trauma 2002; 16: 367-373.
can Academy Orthopaedic Surgery. Edited by Paul Tornetta III. First 15. Kregor PJ, Routt ML Jr. Unstable pelvic ring disruptions in unstable
Edition. 2006; 319-334. patients. lnjury 1999; 30(suppl 2): B 19-B28.
2. Giannoudis PV, Pape He. lnftammatory serum markers in patients 16. Pohlemann T, G1insslen A, Bosch U. Tscherne, H. The technique of
with multiple trauma. Journal Bone Joint Surgery 2004; 86B: 313- packing for control of hemorrhage in complex pelvic fractures. Tech-
323. niques Orthopaedics 1995; 9: 267-270.
3. Giannoudis PV, Smith RM, Bellamy MC, et al. Stimulation of the 17. Turan CH, Duben MA, Lecroy CM. Approach to the polytraumatized
inftammatory system by reamed and undreamed nailing of femoral patient with musculoskeletal injuries. Journal American Academy Or-
fractures: An analysis of the second hit. Journal Bone Joint Surgery thopaedic Surgery 1999; 7: 154-165.
1999; 8IB: 356-361. 18. Copeland CE, Mitchell KA, Brumback RJ, Gens DR. Mortality in pa-
4. Wydhas C, Nast-Kolb D, Trupka A, et al. Posttraumatic inftarnma- tients with bilateral femoral fractures. Journal Orthopaedics Trauma
tory response, secondary operations, and late multiple organ failure. J. 1998; 12: 315-319.
Trauma 1996; 40: 624-631. 19. Moore FA, Moore EE. Evolving concepts in the pathogenesis of post
5. Guillou PJ. Biological variation in the development of sepsis after sur- injury multiple organ failure. Surgery Clinical North Am 1995; 75:
gery or Trauma. Lancet 1993; 342: 217-220. 257-277.
6. Salmon JE, Edlberg JC, Brogle NL, et al. Allelic polymorphism of 20. Pape HC, Schmidt RE, Rice J, et al. Biomechanical changes after
human Fc gamma receptor lIA and Fc gamma receptor lIIB: lnde- trauma and skeletal surgery of the lower extremity: Quantification of
pendentmechanism for differences in human phagocyte function. J. the operative burden. Critical Care Med 2000; 28: 3441-3448.
Clinical lnves 1992; 89: 1274-1281. 21. Scalea TM, Boswell SA, Scott JD, et al. External fixation as a bridge
7. Davis EG, Eichenberger MR, Grant BS, Polk He. Microsatellite to intramedullary nailing for patients with multiple injuries and femur
marker of interferon gamma receptor 1 gene correlates with infection fractures: Damage Control Orthopaedics. Journal Trauma 2000; 48:
following major trauma. Surgery 2000; 128: 301-305. 613-621.
8. Nowotarski PJ, Turen CH, Brumback RJ, Scarboro JM. Conversion 22. Greenspan L, McLellan BA, Greig H. Abbreviated lnjury Scále and
of external fixation to intramedullary nailing for fractures of the shaft lnjury Severity Score. A scoring chart. Journal Trauma 1985; 25: 60-
of the femur in multiply injured patients. Journal Bone Joint Surgery 64.
2000; 82A: 781-788. 23. Tornetta P III, Mostafavi H, Riina J, et al. Morbidity and mortality in
9. Pape HC, Hildebrand F, Pertscny S, Zelle B, et al. Changes in the elderly trauma patients. Journal Trauma 1999; 46: 702-706.
management of femoral shaft fractures in polytrauma patients: From 24. Bone LB, Johnson KD, Weight J, Scheinberg, R. Early versus delayed
early total care to damage control orthopaedic surgery. Journal of stabilization of femoral fractures. A prospective randomized study.
Trauma 2002; 53: 452-462. Journal Bone Joint Surgery 1989; 71A: 336-340.
10. Copes WS, Champion HR, Sacco WL, Lawnick MM, et al. Progress 25. Pape HC, Auf'm'Kolk M, Paffrath T, Regel G, et al. Primary intramed-
in characterizing anatomic injury. Journal Trauma 1990; 30: 1200- ullary femur fixation in multiple trauma patients with associated lung
1207. contusion: A cause of posttraumatic ARDS. Journal Trauma 1993; 34:
11. Pape HC, Hildebrand F, Pertschy S. Changes in the management of 540-548.
femoral shaft fractures in polytrauma patients: From early total care 26. Dunham CM, Bosse MJ, Clancy TV, et al. Practice guidelines for
to damage control orthopaedic surgery. Journal of Trauma 2002; 53: the optimal timing of long-bone fracture stabilization in polytrauma
452-462. patients. The EAST Practice management Guidelines Work Group.
12. Rout ML, Nork SE, Mills WJ. Treatment of complex fractures: High Journal Trauma 2001; 50: 958-967.
-energy pelvic ring disruptions. Orthopaedic Clinical NorthAm 2002; 27. Helfet DL, Howey T, Sanders R. Johansen K. Limb salvage versus
33: 59-72. amputation: Preliminary results of the Mangled Extremity Severity
13. Eastridge BJ, Starr A, Minei JP, O'Keefe GE. The importance offrac- Score (MESS). Clin Orthop 1990; 256: 80-86.
ture pattern in guiding therapeutic decision-making in patients with
SíNpROME DE APLASTAMIENTO, RABDOMIÓLlSIS
y SINDROME e MPARTIMENTAL DE EXTREMIDAD

Gloria del Pilar Gutiérrez Z, MD; Carlos Jaime Hurtado H, MD

Introducción Las lesiones eléctricas por alto voltaje también producen


rabdomiólisis. El músculo es lesionado directamente por
El síndrome de aplastamiento fue reconocido después del
la corriente eléctrica y por las altas temperaturas, los vasos
terremoto de Messina en 1909 y durante la Primera Guerra
sanguíneos pueden coagularse llevando a un daño isquémico
Mundial; sin embargo, la historia moderna del síndrome de
adicional. En pacientes asmáticos con bloqueo neuromuscu-
aplastamiento y la rabdomiólisis comienza con Bywaters y
lar farmacológico prolongado y uso de esteroides se han en-
Beall, quienes describieron la patología en víctimas de las
contrado niveles elevados de CK hasta en el 76% (6,7).
bombas durante la Segunda Guerra Mundial (1, 2). Ellos re-
La duración de la isquemia determina el grado de lesión
P?rtaron e~ aplastamiento de las extremidades en cinco pa-
muscular. El músculo puede tolerar isquemia caliente hasta
Cientes qUIenes desarrollaron choque, orina oscura y poste-
por dos horas sin presentar daño. Dos o cuatro horas de is-
~ior~ente necrosis tubular aguda. En 1944 Bywaters y Stead
quemia llevan a daño irreversible con cambios anatómicos
IdentIficaron el rol y propusieron la mioglobina como desen-
y funcionales. La necrosis ocurre después de seis horas de
cadenante de falla renal (3).
isquemia y los cambios histológicos causados por isquemia-
El síndrome ha sido qescrito en pacientes víctimas de de-
reperfusión se magnifican después de 24 horas (4, 8).
sastres naturales como terremotos, colapso de minas y ac-
cidentes industriales. Los niveles séricos de creatin-kinasa
(CK) permiten evaluar el daño muscular y la severidad de la Patogénesis del daño muscular
rabdomiólisis. La complicación más seria de la rabdomiólisis Hay una relación crítica entre las concentraciones intrace-
es la falla renal y se presenta entre el 4 y 33% de los casos lulares de sodio y calcio. La Na/K ATPasa sarcolémica re-
con mortalidad hasta del 50% (4). gula la concentración intracelular de sodio, manteniéndola
aproximadamente en 10 mEqlL; un nivel bajo de sodio crea
Definición. Etiología un gradiente de concentración entre los ambientes intra y ex-
tracelular, facilitando la salida de Ca++ al ser intercambiado
La rabdomiólisis se refiere a la liberación de componentes
por Na+ a través de vías y canales separados. Esto mantiene
del músculo lesionado dentro de la circulación sistémica. La
la concentración intracelular de Ca++ mucho menor a la del
compresión directa traumática que se presenta durante los
líquido extracelular. El calcio también es transportado activa-
aplastamientos es el mecanismo más común del síndrome.
mente dentro del sarcolema y la mitocondria (9).
La compresión causa isquemia y la presión tisular aumenta
La compresión muscular con estrés mecánico abre canales
hasta superar la presión capilar; al mejorarse la presión hay
en la membrana muscular. Esto facilita.)a entrada de líqui-
reperfusión muscular. La isquemia-reperfusión es el meca-
do y de electrolitos incluyendo Na+ y Ca++. La célula se
nismo fundamental en la fisiopatología de la rabdomiólisis.
edematiza y la concentra6ión intracelular de Ca ++ aumenta
La intoxicación etílica con colapso, inmovilidad y coma
favoreciendo múltiples procesos patológicos (figura 1). Un
es la causa no traumática más frecuente debida a compresión
incremento en la actividad de las proteasas citoplasmáticas
muscular directa. El compromiso vascular de una extremidad
lleva a degradación de de proteínas de las microfibrillas y las
por trombosis, embolismo, interrupción traumática o com-
fosforilasas dependientes de Ca ++ se activan generando de-
presión externa son otras causas comunes de lesión muscular
gradación de las membranas. Adicionalmente, las nucleasas
isquémica y rabdomiólisis.
se activan y la producción mitocondrial de ATP se disminuye
Otra causa de rabdomiólisis es la infección de tejidos blan-
por inhibición de la respiración celular (10).
dos, como las ocasionadas por Legionella, estreptococo, tula-
La isquemia muscular causada por la compresión prolon-
remia, estafilococo y Salmonella. La influenza es la etiología
gada o por lesión vascular lleva a metabolismo anaeróbico y
viral más común de rabdomiólisis. Los posibles mecanismos
a una disminución progresiva en la producción de ATP. Esto
de lesión por agentes bacterianos o virales son la invasión
merma la actividad de la NalKATPasa, lo cual produce acu-
directa del músculo y la generación de toxinas. El riesgo de
mulación de Ca++ intracelular. El incremento en las concen-
falla renal secundaria a rabdomiólisis después de una infec-
traciones de neutrófilos daña el tejido reperfundido mediante
ción está alrededor del 25% (5).
la liberación de enzimas proteolíticas y la generación de radi-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

cales libres (11), produciendo grandes cantidades de ácido e al tejido muscular afectado. Esto es peligroso al combinarse
incrementando la resistencia microvascular. La reperfusión con hipercalemia y acidemia. La segunda causa de muerte
del tejido isquémico después de la liberación de las víctimas temprana es la hipercalemia. El compromiso cardiovascular
y el restablecimiento del flujo vascular produce lesión por puede también estar dado por la toxicidad miocárdica directa
isquemia-reperfusión. Esta reperfusión lleva a la conversión que ocasionan las alteraciones electrolíticas.
del 02 e hipoxantina en xantina, con generación de aniones La hiperfosfatemia que se presenta puede empeorar la hi-
superóxido. Los radicales libres son potentes agentes oxi- pocalcemia mediante la disminución de los niveles de 1,25-
dantes que lesionan moléculas intra y extracelulares cuando dihidrocoleca1ciferol. Los niveles de tromboplastina tisular
sus concentraciones están elevadas. La peroxidación lipídica también se aumentan y puede llevar a coagulación intravas-
ocune cuando los radicales libres oxidan y dañan las mem- cular diseminada. La liberación en gran proporción de mio-
branas celulares. La degradación de la membrana celular globina produce lesión renal y si el reemplazo hídrico es in-
produce edema celular con entrada de calcio y de sodio, lle- adecuado o se retarda, los pacientes están en riesgo elevado
gando a lisis, y es cuando el contenido celular es liberado a de desarrollar falla renal (13).
la circulación sistémica.
La disminución de ATP causa edema celular y acumula- Fisiopatología de la lesión renal
ción de líquido intersticial. Tres horas de isquemia seguidas
Del 4 al 33% de los pacientes con rabdomiólisis desarrolla
de reperfusión parece ser el tiempo mínimo para generar
falla renal, lo cual se asocia con aumento en la mortalidad del
este efecto. Cuando la presión intracompartimental excede a
3 al 50% (11). Hay tres mecanismos en la falla renal:
la presión de perfusión arteriolar se produce daño muscular
1. Disminución de la perfusión renal
y mioneural, llevando a síndrome compartimental.
2. Obstrucción tubular por pigmentos
3. Efectos tóxicos directos de la mioglobina sobre los túbu-
activa los renales.

La disminución en la perfusión renal es producida por: la


hipovolemia, estimulación simpática, activación del eje
renina-angiotensina-aldosterona y vasoconstricción renal
mediada directamente por la presencia de mioglobina. Los
vaso constrictores liberados incluyen endotelina-I y el factor
activador de plaquetas (PAF) (14). La endotelina reduce la
filtración glomerular mediante vasoconstricción de las arte-
riolas aferente y eferente. La administración de bosentán, un
antagonista del receptor de endotelina, previene la falla renal
en animales con mioglobinuria (15).
El factor activador de plaquetas es producido en las cé-
lulas mesangiales y glomerulares y causa constricción del
músculo liso vascular. Los niveles se encuentran aumentados
al tener mioglobinuria y se ha encontrado que la disfunción
Figura 1. Patogénesis. renal es menor cuando se usan bloqueadores dt(l PAF (16).
La mioglobina es un pigmento con peso mQlecular de
Síndrome de aplastamiento 17.800d y es filtrado por el riñón/Niveles bajos de mioglo-
bina circulante están ligados a la haptoglobina y a-2 globu-
El síndrome de aplastamiento es la manifestación sistémica lina y es aclarada de la circulación por el sistema retículo-
del daño celular muscular que se produce por presión o con- endotelial. Cuando los niveles de mioglobina circulante están
tusión. Una de las primeras manifestaciones del síndrome es elevados, la capacidad de ligar de la haptoglobina se satura y
la hipovolemia (4). Se ha encontrado que grandes volúme- los niveles plasmáticos aumentan, y si llegan a ser mayores
nes de plasma acumulados en las extremidades traumatiza- de 0,5-1,5 mg/dL son filtrados por el riñón llevando a miog-
das depletan el volumen intravascular y esto genera choque. lobinuria. El valor normal de mioglobina urinaria es menor a
En 1941, Bywaters y Beall (1) reconocieron el choque como 5ng/mL. La mioglobina no se absorbe en los túbulos renales
un componente del síndrome. Oda encontró que el choque y al incrementarse la concentración, la reabsorción de agua
hipovolémico fue la causa más frecuente de muerte durante es mayor y la orina se torna de color oscuro. La ausencia de
los cuatro primeros días que siguen a la lesión (66%) (12). células rojas en la microscopia confirma que el color de la
Además de la depleción intravascular, los pacientes con orina está causado por mioglobina y no por hemoglobina.
síndrome de aplastamiento expuestos a las toxinas pueden Lamioglobina reacciona con la proteína Tamm-Horsfell
desanollar anormalidades electrolíticas que amenazan la y se precipita formando cilindros, causando obstrucción
vida. La hipocalcemia está generada por la entrada de Ca++ tubular. Esta unión está facilitada cuando hay acidosis y la
47/ SíNDROIVIE DE APLASTAMIENTO, RABDOMIÓLlSIS y SíNDROME COMPARTIMENTAL DE EXTREMIDAD

alcalinización urinaria con bicarbonato de sodio podría dis- Se presenta frecuentemente con dolor y edema de extremi~
minuir la formación de cilindros (17), sin quedar absoluta- dades. El examen físico de los pacientes con lesión del sist~­
mente claro que esta reducción esté favorecida por la alca- ma nervioso central, intoxicados o con lesiones múltiples que
linización urinaria o por la diuresis inducida por solutos. La amenazan la vida puede ser difícil y no confiable. El cplor
hipótesis que la mioglobina obstruye el flujo urinario y causa de la orina (oscura o color té) con la prueba de tira positiva
fuga transtubular del filtrado glomerular es la más aceptada para sangre sin hematíes en el examen microscópico sugiere
y difundida. Estudios experimentales han mostrado que las mioglobinuria y rabdomiólisis. La medición de mioglobina
presiones intratubulares están bajas y que la perfusión del urinaria no es útil en el diagnóstico; debido a su cinética de
túbulo con soluciones tampón (buffer) a bajas presiones re- eliminación rápida se constituye en un marcador menos sen-
mueve fácilmente los cilindros (17). sible que la CK en la evaluación del daño muscular. Además,
El efecto tóxico directo de la mioglobina es el principal es una prueba con coste elevado y con poca disponibilidad
componente en el desanollo de la falla renal después de rab- en la mayoría de las instituciones de salud. El riesgo de falla
domiólisis. Existe evidencia creciente del daño mediado por renal está aumentado cuando los valores de mioglobina uri-
radicales libres, especialmente en el túbulo proximal, encon- naria están mayores a 1000 ng/rnL (11).
trándose que la administración de antioxidantes puede mejo- La prueba más rápida y menos costosa para determinar la
rar la función renal (18, 19). severidad del daño muscular y el riesgo de rabdomiólisis es
La mioglobina se divide y el hieno cataliza la formación de el nivel sérico de CK, encontrándose que los valores están di-
radicales libres por la vía de la reacción de Fenton lo cual lleva rectamente relacionados con el número de extremidades com-
a peroxidación lipídica en los túbulos renales (19). El grupo prometidas así como con el riesgo de desanollar falla renal.
hem de la mioglobina también promueve peroxidación lipídica Los pacientes que presentan compromiso de por lo menos 2
durante el ciclo de reducción. La reactividad de la mioglobina extremidades tienen niveles de CK > 75.000U/Ly su riesgo
está atenuada marcadamente en el pH alcalino (20). Esto so- de falla renal está aumentado (12). Si la CK está elevada, es
porta el rol de la diuresis alcalina profiláctica inducida en los importante descartar lesión miocárdica como infarto agudo o
pacientes con rabdomiólisis. Adicionalmente, la desferrioxa- contusión como el origen del aumento de la enzima.
mina, un quelante del hie¡To, ha mostrado tener un rol protec-
tor renal en modelos animales de rabdomiólisis (21). Manejo
La vasoconstricción generada por la presencia de mioglobi- El manejo integral del paciente con síndrome de aplastamien-
nuria, también contribuye a la disfunción renal posterior a rab- to y rabdomiólisis empieza con la realización y ofrecimiento
domiólisis. Los isoprostanos-F2 se encuentran elevados duran- del ABC de la reanimación del paciente traumatizado, inclu-
te la rabdomiólisis (22) y son vasoconstrictores por sí mismos. yendo vía aérea, ventilación y circulación. Para prevenir las
El óxido nítrico es otro mediador vasoactivo envuelto en el complicaciones sistémicas y renales del síndrome de aplasta-
mantenimiento del flujo sanguíneo renal (23). Los donadores miento, se requiere de una reanimación líquida agresiva, que
de óxido nítrico han mostrado preservar la función renal y los debe ser iniciada en el sitio del accidente.
inhibidores de óxido nítrico sintetasa empeoran la lesión (24). Better et al (13) demostraron la importancia de una reani-
mación líquida temprana al reportar resultados diferentes con
Tabla 1. Causas de mortalidad en síndrome de aplastamiento.
dos modalidades de tratamiento (uno en 1979 y otro en 1982)
en pacientes con rabdomiólisis. De un total de 15 pacientes
Inmediatas:
• Trauma de cráneo severo
en 1979, 7 no recibieron reanimación ~ídrica agresiva hasta
• Asfixia traumática por lo menos seis horas después del rescat~; a pesar de recibir
• Lesión severa de órganos intratorácicos o intraabdominales un adecuado reemplazo de ,líquidos (en promedio 11 litros al
Tempranas: día), los siete desanollaron falla renal y requirieron diálisis.
• Hipercalemia En contraste, siete de los ocho tratados en 1982 recibieron
• Hipovolemia / Choque
reanimación con solución salina al 0,9% previo a completar
Tardías:
la extracción y fueron llevados al hospital en las siguientes 2
• Falla renal
• Coagulopatía y hemorragia horas, recibieron manitol y se utilizó estrategia de alcalini-
• Sepsis zación de orina para lograr una diuresis de 300cc hora. Los
siete tenían niveles de CK mayores a 30.000 UIL y ningu-
Fuente: Smith J, Greaves 1. J Trauma 2003; 54: s226-s230 (25). no presentó falla renal. En uno de los ocho, el diagnóstico
y tratamiento de la rabdomiólisis fue tardío (a las 24horas),
Diagnóstico des ano lIando falla renal posteriormente.
El diagnóstico temprano del síndrome de aplastamiento y Se sugiere una estrategia de administración de líquidos en
de rabdomiólisis es fundamental para el pronóstico. Los pa- forma de bolos de 250-300cc de cristaloides isotónicos. En
cientes que han tenido lesión de tejidos blandos (lesiones por general se requiere de 2 a 3 litros en la fase inicial para luego
aplastamiento o inmovilización prolongada) están en riesgo continuar infusiones de líquidos· alrededor de 500cc hora y
de desanollar rabdomiólisis, mioglobinuria y falla renal. se debe monitorizar el estado de volumen y de hidratación.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Algunos autores han recomendado un gasto urinário no me- corno glutatión y vitamina E mejoran la función renal en mo-
nor a 8L/día (26). Al monitorizar con presión venosa central delos experimentales (18).
(PVC) es recomendable evaluar el cambio del valor sostenido El dantrolene inhibe la liberación de calcio desde el re-
al utilizar los bolos de líquidos (por ejemplo: si el cambio en tículo sarcoplásmico y acelera el retorno de los niveles de
la presión venosa central es :::; 3 mrnHg se deberá continuar la Ca++ intracelular a límites basales (33); esto puede ayudar a
rehidratación y si es > 3 mmHg, es recomendable detener los disminuir el grado de muerte celular muscular en pacientes
líquidos y evaluar si este valor se mantiene o no a los 10-15 con lesiones por aplastamiento. Los diuréticos de asa tienen
minutos) más que un valor predeterminado de PVC (25). la desventaja de acidificar la orina, lo cual puede incrementar
Los beneficios del manitol para inducir diuresis osmótica la capacidad tóxica de la mioglobina.
han sido establecidos en estudios experimentales. El manitol
es un expansor volumétrico, promueve un aumento en el gasto Tabla 2. Solubilidad de mioglobina y pH urinario.
urinario y permite el lavado de mioglobina tubular, debe ser
administrado con precaución y hasta que la diuresis esté rees- pH urinario Porcentaje de precipitación (% )
tablecida, especialmente en pacientes con función cardíaca al- 8,5 7,50
6,5 4
terada y/o falla renal. También ha mostrado reducir la presión
5,5 23
intracompartimental en modelos animales con síndrome de 5,0 46
compartimiento y puede ser una alternativa a la fasciotornía. El <5,0 73
manitol es un efectivo barredor de radicales hidroxilo y puede
proteger al riñón de esta lesión (21). Ya que el manitol puede Fuente: González D. Crit Care Med 2005; 33: s34-s41 (34).
generar estado hiperosmolar y alteración electrolítica, se debe
realizar monitoria estrecha de electrolitos séricos, osmolaridad Manejo de la falla renal aguda
y estado volumétrico del paciente. A pesar de la reanimación agresiva y la profilaxis de la le-
La alcalinización de la orina con bicarbonato de sodio sión renal mioglobinúrica, alrededor de una tercera parte de
para prevenir la falla renal desppés de lesiones por aplasta- los pacientes con rabdomiólisis desarrollan falla renal aguda
miento y rabdomiólisis ha sido soportada por varios estudios y requieren alguna forma de soporte renal. La hemodiálisis
animales (17, 27), reportes de casos (28, 29) Y estudios re- diaria intermitente o la hemodiálisis/hemofiltración continua
trospectivos (13, 30). La alcalinización de la orina favorece pueden corregir las alteraciones de electrolitos o líquidos que
la disminución de efectos tóxicos directos de la mioglobina acompañan a la rabdomiólisis y a la falla renal. La hemofil-
y la formación de cristales (31). Moore et al (20) mostra- tración y hemodiálisis continua han mostrado superioridad
ron que la alcalinización inhibe el ciclo de reducción de la en mantener la estabilidad hemodinárnica al ser comparadas
mioglobina y la peroxidación lipídica durante rabdomiólisis. con la terapia intermitente (35). La hipercalemia y la acidosis
En riñones aislados perfundidos, la mioglobina induce vaso- intratable, refractarias a la expansión volumétrica y a la ad-
constricción solamente en pH ácido (11). Ron y Michaelson ministración de bicarbonato, deben ser manejadas en forma
(30) encontraron que se necesitó gran cantidad de bicarbo- temprana con diálisis. La hipocalcemia que acompaña a la
nato para alcalinizar la orina en pacientes con rabdomiólisis, rabdomiólisis no debe ser corregida a menos que exista un
con un promedio de 685rnEq durante las primeras 60 horas riesgo de arritmia por hipercalemia (36).
para mantener el pH >6,5. Para prevenir la alcalemia, se ne-
cesitó un promedio de 1,5 dosis de 250 mg de acetazolamida Síndrome compartimental agudo de
y el pH arterial no excedió 7,45 en ningún paciente. Otros extremidad "
autores mencionan que las infusiones de cristaloides solos,
pueden producir una diuresis suficiente para mantener la ori- En el síndrome compartimental agudo de extremidad se pre-
na alcalótica (9). senta aumento de la presión en el espacio cerrado de la fascia,
Un estudio retrospectivo aleatorizado analizó 24 pacientes lo cual reduce la perfusión 6apilar a un nivel crítico que com-
con rabdomiólisis, para determinar si había beneficio durante promete la viabilidad tisular (37). Esta condición fue recono-
el tratamiento con salino 0,9%, manitol y bicarbonato (grupo cida desde 1881 cuando Volkrnann describió las contracturas
1) sobre la utilización de salino 0,9% solo (grupo 2) (32). Los corno secuelas comunes de este síndrome (38) y el primer
autores concluyeron que el manitol y el bicarbonato no fue- reporte de tratamiento fue hecho en 1888 (39).
ron necesarios para evitar la aparición de falla renal. Ningún El síndrome compartimental agudo es una emergencia
paciente desarrolló disfunción renal, sin embargo, el grado quirúrgica y cuando no es reconocido y tratado en forma tem-
de lesión muscular fue bajo (CK 2750 UIL). Los resultados prana puede llevar a importantes incapacidades, amputación
de este estudio no soportan ni niegan el uso de diuresis for- y muerte.
zada alcalina.
Los barredores de radicales libres han mostrado reducir Fisiopatología
la magnitud de la necrosis muscular causada por la lesión La lesión inicial, ya sea traumática o h~morrágica, conduce
isquemia-reperfusión y la administración de antioxidantes a edema del compartimiento, lo cual causa un incremento
47/ SíNDROME DE APLASTAMIENTO, RABDOMIÓllSIS y SíNDROME COMPARTIMENTAL DE EXTREMIDAD

de la presión intracompartimental con cierre compresivo de Valoración clínica


las paredes de las vénulasque resulta en hipertensión de los Inicialmente se requiere un alto índice de sospecha para ha-
lechos capilares y venosos, aumento en las fuerzas hidrostá- cer el diagnóstico; es importante recordar que el síndrome
ticas, disminución en el gradiente de presión arteriovenosa y puede ocurrir después de cualquier tipo de lesión, inclusp en
finalmente disminución de la perfusión local (37). En forma fracturas abiertas, en donde se puede pensar que el hematoma
eventual ocurre compresión arteriolar lo cual lleva a isquemia escapa a través de la fascia y que el músculo puede expan-
de nervios y músculos con daño irreversible si no se realiza dirse; sin embargo, con frecuencia los pequeños desgarros
un tratamiento temprano (37). de la fascia transversa que ocurren en forma concomitante
Como mecanismo de protección, el drenaje linfático aumenta con fracturas abiertas no descomprimen el compartimiento
directamente con la presión del líquido intersticial; sin embargo, en forma adecuada (44).
los incrementos en la presión intracompartimental causan colap- El diagnóstico clínico se hace con una constelación de sig-
so y alteración en la forma de los vasos linfáticos (37). nos y síntomas que se pueden recordar con la nemotecnia de
En la lesión de isquemia-reperfusión se producen diferen- las 6 pes): pain (dolor), presión (aumento de la tensión en
tes factores que son responsables de la pérdida de líquidos el compartimiento), parestesia, parálisis, pulso disminuido y
del compartimiento intravascular y llevan al síndrome, dentro palidez.
de los cuales están los polimorfo-nucleares, radicales libres, El dolor es el síntoma más sensible en el paciente concien-
leucotrienos y factor de necrosis tumoral (40). te, y aunque es esperable por la lesión inicial, lo que debe
En la fase inicial del síndrome se encuentra edema perifas- alertar al clínico que realiza la valoración, es que no se co-
cicular e intrafascicular con disociación de las fibras muscu- rrelaciona con la lesión existente. Este se agrava durante el
lares y necrosis. En la fase tardía se presenta atrofia e hiper- estiramiento del grupo muscular comprometido en el com-
trofia de las fibras musculares con aparición de glóbulos de partimiento (45).
lípidos en el espacio intermiofibrillas (37). Las parestesias son un síntoma importante y temprano; los
nervios son muy sensibles a la presión y las alteraciones sen-
Etiología soriales son indicadores tempranos del aumento de la presión
El síndrome compartimental agudo es más frecuente en trau- del compartimiento.
ma de piernas y antebrazos pero puede ocurrir en brazos, pies, La parálisis es causada ya sea por compresión prolongada
glúteos y manos (41). Su prevalencia en fracturas de tibia es del nervio o por daño muscular irreversible; en la mayoría
del 1 al 10 %, siendo más frecuente en pacientes jóvenes me- de los casos es una manifestación tardía. En el estudio de
nores de 35 años. Un 23% de los síndromes compartimentales Bradley (46) solamente el 13% de los pacientes que tenía
son causados por lesión traumática de tejidos blandos (42). Se parálisis en el momento del diagnóstico presentó recupera-
presenta después de lesiones traumáticas como quemaduras, ción de la función. El pulso permanece presente hasta la fase
isquemia-reperfusión, compresiones prolongadas de extremi- tardía del síndrome ya que el aumento de la presión en el
dades durante cirugía o por sobredosis de drogas. compartimiento puede ocluir las arteriolas y capilares pero
no las arterias mayores; sin embargo, c:uando existe lesión
Pronóstico arterial los pulsos pueden estar ausentes (45).
Cuando el síndrome compartimental agudo no se detecta en Tabla 4. Signos y síntomas del síndrome compartimenta1 agudo.
forma temprana tiene resultados catastróficos como son: déficit
neurológico, necrosis muscular, contractura isquémica, infec-
• Dolor severo y no correlacionado con la lesiÓn,
ción y rabdomiólisis (43). La incidencia de estas complicacio- • Dolor al estiramiento pasivo d~l grupo muscular ~omprometido
nes está directamente relacionada con el tiempo de las fascio- • Tensión palpable en el compaitimiento
tomías y por esto es esencial que se realice un diagnóstico y • Parestesia (especialmente pérdida de discriminación de dos puntos): pre-
tratamiento temprano antes que ocurra el daño irreversible. sente en forma temprana
• Palidez y pulso débil (usualmente con lesión vascular)
• Parálisis (síntoma tardío)
Tabla 3. Causas comunes del síndrome compartimenta1 agudo.

En una revisión de 104 artículos, se encontró que los ha-


Ortopedia Fractura de tibia llazgos clínicos tienen una baja sensibilidad (13-19%), pero
Fractura antebrazo (radio distal y cubital)
una alta especificidad (97%) para el diagnóstico (47).
Lesión de teji- Compresión prolongada de extremidad
dos blandos Lesión por aplastamiento
Quemaduras Tabla 5. Sensibilidad y especificidad de los hallazgos clínicos.
Iatrogénica Punción vascular en pacientes anticoagu1ados-hemofilia
Administración de medicamentos intraarteria1 o venosa Dolor Parestesia Dolor a la extensión Paresia
Vascular Lesión isquemia reperfusión Sensibilidad 0,19 0,13 0,19 0,13
Hemorragia Especificidad 0,97 0,98 . '0,97 0,97

Fuente: TiwariA, Haq A, Myint F, Hamilon G. Br J Surg 2002; 89(4): 397-412 (37). Fuente: Ulmer T. J Orth Trauma 2002; 18(8): 572-577 (47).

SECCiÓN 111: TRAUMA 623


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Tabla 6. Probabilidad del síndrome compartimental en relac-ión con el nú- Técnica de infusión: esta técnica fue evaluada por Matsen
mero de hallazgos clínicos.
y colaboradores (52), utiliza un jeringa de infusión para
solución salina a través de una aguja número 19-G. Es
Clínica Probabilidad %
segura y permite una medición continua; sin embargo,
Un signo clínico presente:
se es~era un incremento de la presión entre 2 a 4 mmHg
Dolor 25
Parestesia 26 relacIOnada a la infusión, que aunque es pequeña, puede
Dolor a la extensión pasiva 25 llegar a ser significativa en casos limítrofes
2 signos clínicos 68 Manómetro de presión venosa central: en esta técnica una
3 signos clínicos 93
aguja l8-G es sujeta a un manómetro de presión venosa
4 signos clínicos 98
central. La ventaja es su rapidez y equipos disponibles
Fuente: UlmerT. J Orth Trauma 2002; 18(8): 572-577 (47). pero es poco confiable.
Transductor de fibra óptica: esta técnica fue reportada por
Diagnóstico Ovre y colaboradores (53), es de fácil utilización, medi-
ción continua, no requiere calibración ni lavado continuo.
Cuando el diagnóstico es clínicamente evidente no es necesa-
Sin embargo es muy costosa.
ria la medición de la presión intracompartimental; pero ésta
Catéter intracomp31timental con transductor intraluminal:
debe ser realizada en pacientes con alteración de la concien-
este catéter tiene una punta multiperforada e incorpora un
cia o cuando los signos y síntomas son poco confiables (48).
transductor intraluminal que es más deseable ya que resuel-
No existen estudios disponibles que comp31'en en fOlma di-
ve las dificultades asociadas con la COlTecta posición del
recta la progresión de la seveddad de los signos clínicos con
transductor cuando es externo. Este requiere infusión de so-
las medidas de la presión intracompartimental, sin emb31'ao la
..1' • b lución hep31'inizada para evitar coágulos en la punta (54).
momtona contmua puede mejorar el pronóstico al permitir un
Sonda con transductor en la punta: este dispositivo ha mos-
diagnóstico temprano (Re) (37). Es importante anotar que en
trado ser de fácil uso y altamente seguro, tiene buena res-
muchas instituciones no se cuenta con los equipos neCeS3110S
puesta dinámica a los cambios de presión y sin los artefac-
para la medición de la presión compartimental por lo que la va-
tos asociados con los sistemas de columna de salina (55).
loración clínica debe ser repetida, preferiblemente por el mis-
mo examinador, a intervalos frecuentes (30 minutos a 2 horas)
Como todas las técnicas antedormente descdtas peImiten la
para detectar la progresión del síndrome (37). P31'a facilitar el
medición de la presión intracompartimental y han sido usadas
diagnóstico temprano del síndrome, en 1979 se introdujo la
clínicamente; cualquiera de elléls puede ser recomendada (37).
monitoría de la presión intracompartimental (49); postedor a
esto se han diseñado nuevos sistemas para mejorar la sensibili-
Presión crítica para diagnosticar el síndrome
dad y seguddad de las mediciones obtenidas.
compartimental
Métodos de medición de presión Presión intracompartimental absoluta: la presión intra-
intracompartimental muscular de reposo es de 0-8 mmHg, el dolor. y las p31'es-
tesias ap31'ecen a niveles de presión entre 20 a 30 mmHg
• Catéter de Wick: la técnica del catéter de Wick original
(37). Se han realizado múltiples intentos para identificar
fu~. modificada por Mubarak y colaboradores (50); se
el nivel crítico de presión intracompartimental por enci-
utIlIza una sutura de ácido poliglicólico conectada a un
ma del cual se compromete la viabilidad cie los tejidos.
transductor de presión. Este método es más seguro y re-
Se considera que este valor se encuentra ahe~dor de 30
producible que una simple aguja de manómetro o sonda
mmHg y su hallazgo es indicac,ión de fasciotonlía ya que
de presión y se puede realizar la monitoría en forma con-
con estas cifras se producen cambios ilTeversibles en un
tinua hasta por 24 horas. La desventaja de esta técnica es
período 6-8 horas (37, 56-58).
que la formación de coágulos alrededor de la punta altera
Delta de presión y presión diferencial: si se toma en cuen-
las mediciones. Para asegurar una adecuada medición el
domo del transductor debe ubicarse al nivel de la pu~ta
ta únicamente un nivel de presión absoluto se ignora el rol
de la presión sanguínea en mantener un adecuado flujo
del catéter.
sanguíneo dentro del compartimiento. Whitesides y cola-
Ma~o~etría de aguja simple: esta técnica fue descdta por
boradores (59) introdujeron el concepto de que el nivel de
WhitesIdes y colaboradores (51), se realiza con una aguja
presión intracompartimental al cual OCUlTe el compromiso
número 18-G y un manómetro de mercudo simple; tiene la
isquémico del tejido muscular es relacionado con la pre-
ventaja de que los elementos están disponibles en la mayo-
sión de perfusión.
ría de instituciones; pero en ella es necesmo la inyección
de solución salina durante la lectura, lo cual crea un des-
El delta de presión es la presión sanguínea diastólica menos
equilibdo, resultando en lecturas altas a bajas presiones y
la presión intracompartimental, y el nivel crítico está en un
bajas a altas presiones. Las mediciones pueden resultar fal-
rango entre 10 mmHg y 35 mmHg (3'i). En el estudio de
samente elevadas cuando se inserta la aguja en el tendón.
McQueen y Court con 116 pacientes, con fracturas de tibia,
47 I SíNDROME DE APLASTAMIENTO, RABDOMIÓLlSIS y SíNDROME COMPARTIMENTAL DE EXTREMIDAD

se utilizó el valor de 30 mmHg como indicación de fascio- La elevación de la extremidad es usada como medida tem-
tomía encontrando que ésta fue necesaria únicamente en tres poral para reducir la presión intracompartimental pero se ha
pacientes y sin secuelas en el resto de pacientes (60). encontrado que no tiene mayores efectos y por el contrario
El delta presión que con mayor frecuencia se utiliza para puede ser adversa para la presión de perfusión de la extre-
diagnóstico de síndrome compartimental es menor o igual a midad (37).
30 mmHg (37). En otros estudios se ha utilizado la presión
diferencial (presión arterial media menos la presión intra- Compartimentos y fasciotomías
compartimental); en el estudio de Hadley (61) se encontró
que un valor de 30 mmHg o menor indica la necesidad de
fasciotomía en niños.
En el estudio de Janzing y Bross (62) se aplicaron dife-
rentes criterios para valorar la necesidad de fasciotomía en
pacientes de ortopedia encontrando que la mayoría de los
criterios utilizados por otros autores pueden llevar a cirugías
innecesarias. Su recomendación fue medir la presión intra-
compartimental únicamente en pacientes sintomáticos o en
quienes es difícil la valoración clínica.

Tiempo para fasciotomías


Existe una relación dinámica entre la presión sanguínea, el Figura 2. Compartimentos del antebrazo.
nivel de presión intracompartimental y el tiempo de duración. A: Volar - Compartimento anterior. B: Dorsal - Compartimento posterior. 1:
Membrana interósea. R: Radial. U: Ulnar
El pronóstico se empobrece al prolongar el intervalo entre el
inicio del síndrome y el tratamiento con la fasciotomía. En un
Volar Dorsal
estudio experimental con pen-os se encontró que una presión
intracompartimental de 30 mmHg durante un período de 8
horas con presión sanguínea normal resultó en una significa-
tiva necrosis muscular (63).
En un estudio de pacientes con trauma de tejidos blandos
de miembros inferiores, se encontró un pobre pronóstico con
una presión intracompartimental de 40 mmHg durante un
período de seis horas (64). En múltiples estudios se ha co-
n-oborado que se producen resultados clínicos catastróficos
si las fasciotomías son retardadas más de 12 horas, mientras
que una recuperación completa se produce cuando la des-
compresión se realiza en el período de seis horas posterior al
diagnóstico (37).
Figura 3. Incisiones de fasciotomía en antebrazo.
Sin embargo existen muchas variables de confusión como
son:
No se identifica el tiempo exacto de inicio del síndrome.
El tejido traumatizado tiende a aumentar en forma más
rápida la presión por su altas tasas metabólicas lo cual
no se con-elaciona con las mediciones en estudios experi-
mentales.
Variabilidad entre los individuos.
Sitio de medición de la presión del compartimiento (ideal-
mente debe realizarse dentro de los 5 cm del sitio de la
fractura).

Tratamiento
Una vez realizado el diagnóstico de síndrome compartimen-
tal de extremidad, el manejo debe ser la descompresión qui-
rúrgica. La realización de fasciotomía exitosa se basa en una Figura 4. Compartimiento del muslo.
A: Compartimiento anterior. B: Compártimiento posterior. C: Comparti-
incisión de piel y fascia adecuada que permita la liberación
miento medial. F: Fémur. 1: Septum intermuscular lateral. 2: Septum inter-
de presión y restauración de la microperfusión (45). muscular posterior. 3: Septum intermuscular medial
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

hombre pueden causar un número elevado de lesionados. La


prevención de la falla renal se constituye en una meta funda-
mental a alcanzar, lo cual se logra con protocolos que permi-
tan que la administración de líquidos lleve a la rehidratación
y a la optimización de la volemia, y con la alcalinización de
la orina para disminuir la toxicidad de la mioglobina.
La vigilancia estrecha en todos los casos probables de
síndrome compartimenta! agudo de extremidad debe ser una
constante y en forma rutinaria se recomienda la monitoria de la
presión intracompartimental en aquellos pacientes que no co-
laboren o estén inconcientes y en los menores de 35 años con
lesiones de miembros inferiores. Se sugiere iniciar medidas
conservadoras de emergencia si el delta de presión es menor
de 30 mmHg. Estas medidas incluyen: restauración de presión
sanguínea en pacientes hipotensos, remoción de vestidos res-
Figura 5. Incisión de fasciotomías del muslo. trictivos, mantener la extremidad a nivel del corazón, manitol
y oxígeno suplementario. Si el delta de presión permanece me-
nor a 30 mmHg y/o los signos y síntomas clínicos persisten a
pesar de medidas conservadoras, se debe realizar la fascioto-
mía extensa y completa dentro de las primeras seis horas.

CK cada 8 horas 1. Manitol bolo 0,5


3 consecutivos en g/kg
descenso 2. Bicarbonato de Na
10-100 mEq
3. Infusión de manitol
0,1 g/Kg/h
Figura 6. Compartimentos de la pierna. 4. NaHC03 10 mEq/h
A: Compartimiento anterior. B: Compartimiento lateral (peroneal). C: Com-
partimiento posterior superficial. D: Compartimiento posterior profundo. T:
Tíbia. F: Fíbula. 1: Membrana interósea. 2: Septum intermuscular anterior.
3: Septum intermuscular posterior. 4: Septum intermuscular.

Medial Disminuir Manitol


y líquidos en
50% si diuresis
>250 cc/h por 2
horas

Detener bicarbonato/
continúa
Soluciones al medio

1. Detener bicarbonato
I----S-I---~ 2. Considere acetazolamida
3. Continúa manitol
Figura 7. Incisiones de fasciotomía de la pierna.

Conclusiones
El síndrome de aplastamiento después de una lesión trau-
mática es prevenible y tratable. Es importante que todos los
Flujograma 1. Algoritmo de manejo en rabdomiólis~s.
médicos estemos familiarizados con el diagnóstico y el tra- Fuente: Malinoski DJ, Slater, MS, Mullins RJ. Crush injury and rhab-
tamiento ya que las catástrofes naturales o las hechas por el domyolysis. Crit Care Clin 2004; 20: 171-192 (11).
47/ SíNDROME DE APLASTAMIENTO, RABDOMIÓLISIS y SíNDROME COMPARTIMENTAL DE EXTREMIDAD

14. Holt SG, Moore KP. Pathogenesis and treatment of renal dysfunction
I Sospecha de síndrome del in rhabdomyolysis. lntensive Care Med 2001; 27(5): 803-811.
compartimiento 15. Karam H, Bruneval P, Clozel JP, Loffter BM, et al. Role of endothelin

lit
I in acute renal failure due to rhabdomyolysis in rats. J Pharmacol Exp
Ther 1995; 274(1): 481-486.
lit f

I Paciente conciente Ilnconciente-obnubilad~ 16. Badr KF, DeBoer DK, Takahashi K, Harris RC et al. Glomerular res-
I
, ponses to platelet-activating factors in the rat: rol of thromboxane A2.
Am J Physiol1989; 256: F35-43.

"
Signos
inequívocos
I Signos
equívocos
17.

18.
Zager RA. Studies of mechanisms and protective maneuvers in myo-
globinuric acute renal injury. Lab lnvest 1989; 60(5): 619-629.
Abul-Ezz SR, Walker PD, Shah SV. Role of glutathione in animal

~
model of myoglobinuric acute renal failure. Proc Natl Acad Sci USA
Ir 1991; 88(21): 9833-9837.

I Medir presión
compartimental I
19.

20.
Zager RA. Mitochondrial free radical production induces lipid peroxi-
dation during myohemoglobinuria. Kidney lnt 1996; 49(3): 741-751.
Moore KP, Holt SG, Patel RP, Svistunenko DA et al. A causative role
for redox cyc1ing of myoglobin and inhibition by alkalinization in the
Normal pathogenesis and treatment of rhabdomyolysis induced renal failure. J
I I

1
Biol Chem 1998; 273(48): 31731-7.
21. Zager RA. Combined mannitol and deferoxamine therapy for myohe-
moglobinuric renal injury and oxidant tubular stress. Mechanistic and
I Aumentada Monitoría de presión -j therapeutic implications. J Clin lnvest 1992; 90(3): 711-719.
seguimiento clínico 22. Holt S, Reeder B, Wilson M, Harvey S et al. lncreased lipid peroxida-
1 tion in patients with rhabdomyolysis: Lancet 1999; 353: 1241.
~ 23. Vetterlein F, Hoffmann F, Pedina J, Neckel M et al. Disturbances in
Remover el catéter cuando la presión renal microcirculation induced by myoglobin and hem<;>rrhagic hypo-
Fasciotomfa tension in anesthetized rat. Am J Physiol1995; 268: F839-846.
sea normal en forma continua o la
<6horas 24. Maree A, Peer G, Scwartz D, Serban l et al. Role of nitric oxide in
situación clínica se normalice
glycerol-induced acute renal failure l rats. Nephrol Dial Transplant
1994; 9: 78-81.
Flujograma 2. Algoritmo en sospecha de síndrome de compartimiento. 25. Smith J, Greaves 1. Crush injury and crush syndrome. J Trauma 2003;
54: s226-s230
26. Better OS. Rescue and salvage of casualties suffering from the crush
Referencias syndrome after mas s disasters. Mil Med 1999; 164: 366-369.
1. Bywaters E, Beall D. Crush injuries with impairment of renal function. 27. Salahudeen AK, Wang C, Bigler SA, Dai Z, et al. Synergistic renal
BMJ 1941; 1: 427-432. protection by combining a1kaline-diuresis with lipid peroxidation in-
2. Beall D, Bywaters E, Belsey R, Miles J. A case of crush injury with hibitors in rhabdomyolysis: possible interaction between oxidant and
renal failure. BMJ 1941; 1: 432-434. nonoxidant mechanisms. Nephrol Dial Transplant 1996; 11: 635-642.
3. Bywaters E, Stead J. The production of renal failure following injec- 28. Mathes DD, Assimos DG, Donofrio PD. Rhabdomyolysis and myo-
tion of solutions containing myohaemoglobin. Quarterly Journal of necrosis in a patient in the lateral decubitus position. Anesthesiology
Experimental Physiology 1944; 33: 53. 1996; 84: 727-729.
4. Slater MS, Mullins RJ. Rhabdomyolysis and myoglobinuric renal fa- 29. Ferreira TA, Pensado A, Dominguez L, Aymerich H, et al. Compart-
ilure in trauma and surgical patients: a review. J Am Coll Surg 1998; ment syndrome with severe rhabomyolysis in the postoperative period
186(6): 693-716. following major vascular surgery. Anaesthesia 1996; 51: 692-694.
5. Singh U, Scheld WM. lnfectious etiologies of rhabdomyolysis: three 30. Ron D, Taitelman U, Michaelson M, Bar-Joseph G et al. Prevention
case reports and review. Clin lnfect Dis 1996; 22(4): 642-649. of acute renal failure in traumatic rhabdomyolysis. Arch lntern Med
6. Kupfer y, Namba T, Kaldawi E, Tessler S. Prolonged weakness af- 1984; 144: 277-280.
ter long term infusion of vecuronium bromide. Ann lnt Med 1992; 31. Holt S, Moore K. Pathogenesis of renal failure in rhabdomyolysis.
117(6): 484-486. The role of myoglobin. Exp Nephrol 2000; 8:"77-76.
7. Douglass JA, Tuen DV, Horne M, Scheinkestel CD, et al. Myopathy in 32. Homsi E, Barreiro MF, Orlflndo 1M, Higa EM. Prophylaxis of acute
severe asthma. Am Rev Resp Dis 1992; 146(2): 517-519. renal failure in patients with rhabdomyolysis. REn Fail1997; 19: 283-
8. S apega A, Heppenstall RB, Chance B, ParkYS, et al. Optimizing tour- 288.
niquet application and release times in extremity surgery. J Bone Joint 33. Lopez JR, Rojas B/Gonzalez MA, Terzic A. Myoplasmic Ca++ con-
Surg Am 1985; 67(2): 303-314. centration during exertional rhabdomyolysis. Lancet 1995; 345: 424-
9. Knochel JP. Rhabdomyolysis and mioglobinuria. Annu Rev Med 425.
1982; 33: 435-443. 34. Gonzalez D. Crush syndrome. Crit Care Med 2005; 33: s34-s41.
10. Wrogemann K, Pena SD. Mitochondrial calcium overload: a gene- 35. Davenport A, Will E, Davison A. lmproved cardiovascular stability
ral mechanism for cell-necrosis in musc1e diseases. Lancet 1976; during continuous modes of renal replacement therapy in critically ill
1(7961): 672-674. patients with acute hepatic and renal failure. Crit Care Med 1993; 21:
11. Malinoski DJ, Slater, MS, Mullins RJ. Crush injury and rhabdomyo- 328-338.
lysis. Crit Care Clin 2004; 20: 171-192. 36. Knochel JP. Serum calcium derangements in rhabdomyolysis. N Engl
12. Oda J, Tanaka H, Yoshioka T, lwai A, et al. Analysis of 372 patients J Med 1981; 305: 161-163.
with crush syndrome caused by the Hanshin - Awaji ean:hquake. J our- 37. Kosir R. Acute lower extremity compartment syndrome (ALECS)
nal of Trauma - lnjury lnfection & Critical Care 1997; 42(3): 470- Screening protocol in critically ill trauma patients. J Trauma 2007; 63:
475. 268-275.
13. Better OS, Stein JH. Early management of shock and prophylaxis of 38. Volkmann R. Die ischaemischen Mqskekkahmungen und Kontraktu-
acute renal failure in traumatic rhabdomyolysis. N Engl J Med 1990; reno Centralbl Chir 1881; 8: 801-3 ..
322(12): 825-829.

SECCiÓN 111: TRAUMA 627


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

39. Rorabeck CH. The treatment of compartment syndromes of the lego J mmHg for decompression gives 29% fasciotomies. Arch Orthop Trau-
Bone Joint Surg Br 1984; 66: 93-7. maSurg 1998; 118: 29-31.
40. Duran WN, Takenaka H, Hobson RW. Microvascular pathophysiology 54. McDermott AGP, Marble AE, Yabsley RH. Monitoring acute com-
of skeletal muscle ischemia-reperfusion. Semin Vas e Surg 1998; 11: partment pressures with the STIC catheter. Clin Orthop 1984; 190:
203-14. 192-8.
41. Hovius S, Ultee J. Volkmann's ischaemic contracture: prevention and 55. Willy C, Gerngross H, Sterk 1. Measurement of intracompartment
treatment. Hand Clin 2000; 16: 647-57. pressure with the use of a new electronic transducer-tipped catheter
42. McQueen MM, Gaston P, Court-Brown CM. Acute compartment syn- system. J Bone Joint Surg [Am] 1999; 81-A: 158-68.
drome: who's at risk? J Bone Joint Surg [Br] 2000; 82-B: 200-3. 56. Blick SS, Brumback RJ, Poka A, Burgess AR, Ebraheim NA. Com-
43. Court-Brown CM, McQueen MM. Compartment syndrome delays partment syndrome in open tibial fractures. J Bone Joint Surg [Am]
tibial union. Acta Orthop Scand 1987; 58: 249-52. 1996; 68-A: 1348-53.
44. Blick SS, Brumback RJ, Poka A, Burgess AR, Ebraheim NA. Com- 57. Vollmar B, Westermann S, Menger MD. Microvascular response to
partment syndrome in open tibial fractures. J Bone Joint Surg [Am] compartment syndrome-like external pressure elevation: an in vivo
1996; 68-A: 1348-53. ftuorescence microscopic study in the hamster striated muscle. J Trau-
45. Velmahos G, Konstantinos G, Toutouzas. Vascular trauma and com- ma 1999; 46: 91-96.
partment syndromes. Surg Clin NA 2002; 82: 125-141. 58. Elliott G, 'lhonstone A. Diagnosing acute compartment syndrome. J
46. Bradley EL IlI. The anterior tibial compartment syndrome. Surg Gy- Bone Joint Surg 2003; 85(5): 625-632.
necol Obstet 1973;136: 289-97. 59. Whitesides TE, Haney TC, Morimoto K, Harada H. Tissue pressure
47. Ulmer T. The clinical diagnosis of compartment syndrome of the measurements as a determinant for the need for fasciotomy. Clin Or-
lower leg: are clinical findings predictive of the disorder? J Orth Trau- thop 1975; 113: 43-51.
ma 2002; 18(8): 572-577. 60. McQueen MM, Court-Brown CM. Compartment monitoring in tibial
48. Lagerstrom CF, Reed RL II, Rowlands BJ, Fischer RP. Early fascio- fractures: the pressure threshold for decompression. J Bone Joint Surg
tomy for acute clinicaBy evident posttraumatic compartment syndro- [Br] 1996; 78-B: 99-104.
me. Am J Surg 1989; 158: 36-39. 61. Hadley Gp. Raised compartment pressure in children: a basis for ma-
49. Matsen FA 3rd. Compartment syndrome: a unified approach. Clin Or- nagement. Injury 1998; 29: 183-5.
thop 1975; 113: 8-14. 62. Janzing HM, Broos PL. Routine monitoring of compartment pressure
50. Mubarak SJ, Owen CA, Hargens AR, Garetto LP, Akeson WH. Acute in patients with tibial fractures: beware of over treatment Injury 2001;
compartment syndromes: diagnosis and treatment with the aid of the 32: 415-421.
wick catheter. J Bone Joint Surg Am 1978; 60: 1091-5. 63. Hargens AR, Akeson WH, Mubarak SJ, et al. Fluid balance within the
51. Whitesides TE Jr, Haney TC, Har;ada H, Holmes HE, Morimoto K. canine anterolateral compartment and its relationship to compartment
A simple method for tissue pressure determination. Arch Surg 1975; syndromes. J Bone Joint Surg [Am] 1978; 60-A: 499-505.
110: 1311-13. 64. ABen MJ, Stirling AJ, Crawshaw CV, Barnes MR. Intracompartmen-
52. Matsen FA IlI, Mayo KA, Sheridan GW, Krugmire RB. Monitoring of tal pressure monitoring of leg injuries: an aid to management. J Bone
intramuscular pressure. Surgery 1976; 79: 702-9. Joint Surg [Br] 1985; 67-B: 53-57.
53. Ovre S, Hvaal K, Holm 1, Stromsoe K, Nordsletten L, Skjeldal S.
Compartment pressure in nailed tibial fractures. A threshold of 30
TRAUM,A EN LA EMBARAZADA

Mauricio Vasco R, MD

Introducción víctimas potenciales de eventos traumáticos, por lo tanto,


el componente preventivo es Vital. Cuando las madres sean
La mortalidad materna es una preocupación a nivel mundial.
conductoras deben recibir las siguientes recomendaciones
Se sabe que diariamente mueren unas 1.600 mujeres en el
respecto al uso del cinturón de seguridad, ya que la principal
mundo por complicaciones relacionadas con el embarazo.
causa de trauma cerrado durante el embarazo son los acciden-
Las muertes maternas se han clasificado en tres tipos:
tes de tránsito. Pearlman y colaboradores mostraron que el
D Directa: aquella oCUlTida por complicaciones relaciona-
uso del cinturón en 3 puntos (sobre la pelvis materna, debajo
das con el embarazo y puerperio, por causa de una inter-
del cuerpo y fondo uterino, y la otra entre los senos sobre el
vención, omisión y tratamiento incorrecto.
hombro, sin producir presión sobre el abdomen) fue el mejor
D Indirecta: la que resulta por el agravamiento de enferme-
predictor de resultado matenlo y fetal favorable (figura 1).
dades preexistentes durante los cambios fisiológicos del
embarazo. Tabla 1. Cambios fisiológicos en la embarazada.
Fortuita: muerte por causa no relacionada al embarazo o
puerperio. Respiratorios
D Mucosas de la vía aérea ingurgitadas y friables
El trauma es la causa más frecuente de muerte en los menores .. Apertura glótica más estrecha
de 40 años; las mujeres en edad reproductiva se convierten D Hemidiafragmas elevados

debido a esto en una población de alto riesgo para muertes .. Pared torácica ensanchada con costillas aplanadas
violentas. • Mamás hipertróficas
.. Ventilación minuto elevada
Los principales casos de trauma en países desarrollados en .. Aumento en el consumo de oxígeno
la paciente obstétrica son los accidentes de tránsito (55%), el • Disminución en la compliance torácica
abuso (22%) Y las caídas (22%). En nuestro medio, Restrepo .. Disminución en la capacidad residual funcional
y colaboradores, en una revisión retrospectiva de 14 años, de • Máyor riesgo de hipoxia al entrar en apnea
las pacientes admitidas por urgencias al Hospital Universita- Cardiovasculares
rio San Vicente de Paúl de Medellín, evaluaron 41 pacientes; .. Disminución en la presión arterial diastólica
la violencia fue la principal causa (61 %), siendo las heridas .. Síndrome de hipotensión supina
.. Compresión aorto-cava por el útero grávido (luego de la semana 20)
con armas cortopunzantes las más frecuentes, seguidas por
• Desarrollo de hipotensión solo con pérdidas mayores al 30% -40% de la
las heridas por armas de fuego; los accidentes de tránsito volemia
fueron la segunda causa (27%) Y la violencia doméstica se .. Las pérdidas sanguíneas pueden estar oculta¿ (Et abruptio placentae)
presentó en el 4%. Gastrointestinales
Toda mujer en edad reproductiva puede estar embarazada, • Incompetencia del esfínter gastroesofágico
por lo tanto es fundamental reconocer los cambios fisioló- • Mayor riesgo de regurgitación y bronco aspiración
gicos y las alteraciones anatómicas para poder ofrecer una • Síndrome de Mendelson (Bronco aspiración con material gástrico ácido)
atención óptima a este tipo de pacientes durante un evento
traumático (tabla 1). El embarazo no es considerado una indicación para desac-
El manejo inicial debe estar encaminado a la atención tivar el "air bag".
materna y trabajar siempre bajo este precepto "En el trauma Existen protocolos organizados que permiten hacer el ma-
materno la terapia inicial adecuada y efectiva a la madre es nejo del paciente politraumatizado por priori~ades, algunos
la mejor forma de reanimar al feto". En la atención prehos- específicamente en el área obstétrica, dentro de los cuales
pitalaria de la paciente obstétrica es importante la referencia ~e destacan las recomendaciones del PHTLS (Prehospital
a un centro con la capacidad para la atención obstétrica y Trauma life support), ATLS (Advanced trauma life suppórt),
neonatal, además de ser centro de trauma. FENIX lIT (Trauma, desastres y Medicina de Emergencias),
Con el posicionamiento de la mujer a nivel laboral y te- MOET (Managing Obstetric Em,ergencies and Trauma) ma-
niendo en cuenta que éstas cada vez trabajan más cerca al nejando la logística del ABCDE, entendiendo la A como
término del embarazo, las gestantes se han convertido eh el manejo de la vía aérea con estabilización de la columna
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

cervical, la B como la valoración del componente ventilato- A. Apertura de la vía de aérea y estabilización
rio con énfasis en la detección y tratamiento de lesiones que de columna cervical
amenazan la vida, la e que es la valoración de la circulación,
1. En los casos de colisiones vehiculares debe realizarse la
control de la hemorragia externa, los accesos venosos y la
extracción vehicular de la paciente con todas las medidas
búsqueda de sitios ocultos de hemorragia que generen shock,
de inmovilización existentes, teniendo en cuenta la posi-
la D que evalúa la discapacidad neurológica y la E que es la
ble lesión de la columna cervical, para lo cual se emplean
exposición de la paciente para detección de lesiones asocia-
maniobras manuales de inmovilización cervical y collares
das y posterior cobertura con control de hipotermia.
rígidos, inmovilizadores laterales de cabeza y el transpor-
te en camillas rígidas asociadas a cintas de fijación (figura
2).
2. El transporte de la paciente embarazada con trauma, con
edad gestacional mayor de 20 semanas, debe realizarse en
camilla rígida, la cual debe elevarse de 15 a 20 grados en
el lado derecho, para lograr el desvío del útero hacia la iz-
quierda, evitando de esta forma la compresión aorto-cava,
evitando el desarrollo del síndrome de hipotensión supina
(figura 3).
3. La hipoxia materno-fetal debe evitarse, por lo cual debe
garantizarse en la paciente embarazada una vía aérea per-
meable, retirando cuerpos extraños, realizando la succión
de secreciones y controlando la vía aérea con maniobras
manuales como la tracción mandibular con control de la
columna cervical.
La paciente obstétrica debido a las características que las
Figura 1. Uso del cinturón de seguridad en la embarazada. Observe que predisponen a bronco aspiración deben ser manejadas con
el cinturón está en la pelvis y lateral al útero grávido, nunca sobre el útero un umbral bajo para intubación endotraqueal siempre y
grávido. cuando se disponga del entrenamiento y esté indicado el
Fuente: http://www.marca.es/marca_motor/tecnica/besafe-cinturon/caC
procedimiento.
shot.jpg( accesado 22/01/06)

Como anexo al ABCDE primario se considera la ausculta-


Indicaciones de vía aérea definitiva
ción de la frecuencia cardíaca fetal en los embarazos mayo- • Trauma craneoencefálico con escala de Coma Glasgow < 8
res a las 24 semanas de edad gestacional. • La presencia de apnea
A continuación describiremos el manejo inicial ABCDE • Protección de la aspiración pulmonar con sangre y/o vómito
de la paciente obstétrica con las variaciones relacionadas con • Compromiso inminente o potencial de obstrucción de vía
sus cambios fisiológicos y se tocarán los aspectos únicos de aérea:
esta población relacionados con la histeretomía de emergen- • Quemados
cia y la toracotomía de resucitación. • Lesiones graves por inhalación

Figura 2. Se deben utilizar todas las inmovilizaciones existentes.


48/ TRAUMA EN LA EMBARAZADA

• Fracturas faciales severas cas de permeabilizacion de vía aérea y soporte ventilatorÍo


• Hematoma creciente en cuello se deben descartar las lesiones que amenazan la vida (tórax
• Traumas en cuello asociados a disfonía, estridor, enfi- inestable, neumotórax a tensión, neumotórax abierto, tapona-
sema subcutáneo miento cardíaco, hemotórax masivo, obstrucciones de la vía
• Incapacidad de mantener oxigenación y ventilación ade- aérea) y proceder a su manejo de emergencia.
cuadas con maniobras iniciales (apertura bucal, tracción La colocación de tubos de toracostomía en la embarazada
mandibular, colocación de cánulas orofaríngeas, ventila- debe ser uno o dos espacios intercostales más arriba de lo indi-
ción asistida por BVM ... ) cado en la no gestante (4° espacio intercostal entre línea axilar
anterior y media) debido a que el útero grávido eleva los hemi-
diafragmas y aumenta el riesgo de colocación intraabdominal
de los tubos de toracostomía si se hace en el sitio habitual.

C. Circulación
La hipovolemia y el shock deben considerarse siempre en
la paciente embarazada, aun cuando tenga signos vitales es-
tables, debido al estado de hipervolemia que presentan, por
tanto, la frecuencia cardíaca y la presión arterial materna no
son indicadores confiables para la evaluación de la presencia
de shock, pues se requiere una pérdida sanguínea del 30-35%
para presentar signos de hipovolemia.
Figura 3. Tabla rigida, inclinada hacia el lado derecho. La medida principal es realizar el reemplazo de líquidos,
con cristaloides, por lo cual toda paciente embarazada con
Se define como vía aérea definitiva la presencia en la tráquea trauma mayor debe ser canalizada, preferiblemente con dos
de un tubo con balón inflado, estando el tubo conectado a catéteres calibre 14 ó 16, en venas de gran calibre (antecubi-
alguna forma de ventilación asistida rica en oxígeno y la vía tales) para realizar la reanimación inicial con 2 Lt de crista-
aérea asegurada en su sitio con cinta adhesiva o suturas. loides isotónicos a 39°C.
Las vías aéreas definitivas son 3, la intubación endotra- Cuando los signos de shock son evidentes, el compromiso
queal y la vía aérea quirúrgica (cricotiroidotomía o traqueo s- fetal es inminente; la mortalidad puede presentarse en el 85%
tomía). de los casos. Los medicamentos vasoconstrictores, contrario
a lo recomendado previamente, deben utilizarse junto con los
B. Valoración del componente ventilatorio, cristaloides para conservar la presión de perfusión uterina,
utilizando el parámetro clínico de tener la presión arterial sis-
detección y tratamiento de lesiones que
tólica por encima de 90 mmHg.
amenazan la vida La utilización de la ecografía abdominal EA.S.T (Focused
Toda paciente con trauma significativo debe recibir oxígeno Assessment for the Sonographic examination of the Trauma
por sistemas que permitan suministrar la FI02 por encima patient) para la identificación de colecciones intraabdomina-
del 85%, esto se logra con la utilización de máscaras de no les en paciente inestable hemodinámicamente o con signos
reinhalación con bolsa reservorio en pacientes que tengan de irritación peritoneal es indicación ,fle laparotomía explo-
ventilación espontánea adecuada. Si la paciente tiene un pa- radora y se puede utilizar como anexo deJa circulación en el
trón respiratorio inadecuado luego de realizar las maniobras ABCDE primario.
básicas iniciales como apnea, frecuencia ventilatoria < 12 El concepto de reanimación retardada o hipotensiva igual
por minuto o frecuencia ventilatoria por encima de 30 por que en el trauma craneoencefálico no aplica a la paciente
minuto asociado a trastornos de la oxigenación como altera- obstétrica politraumatizada porque la hipotensión compro-
ciones del sensorio, cianosis o saturación de oxígeno (Sp02) mete la perfusión al feto y su sobrevida.
por debajo de 90%, se requiere soporte ventilatorio con un El incremento de la vascularidad en los órganos intrapél-
dispositivo BVM (Bolsa-válvula-mascarilla), se debe tener vicos aumentará el riesgo de formación de hematomas retro-
en cuenta el riesgo elevado de la paciente embarazada de peritoneales y por ende, el riesgo de shock hipovolémico en
broncoaspiración, por lo cual se recomienda el uso de presión estas pacientes.
cricoidea continua, nunca hiperventilar de rutina y menos a La lesiones placentarias causarán la liberación de "trom-
la embarazada porque la caída en el CO 2 arterial lleva a vaso- boplastina y las lesiones uterinas producirán la liberación de
constricción de los vasos placentarios y a disminución de la factor activador del plasminógeno, produciendo fibrinólisis,
presión de perfusión placentaria y fetal comprometiendo aún los cuales pueden llevar a la presentación de coagulación in-
más el estado fetal. travascular diseminada (CID).
Siempre que una paciente se encuentre realizando un es- El uso de pantalones neumáticos antishock puede reali-
fuerzo respiratorio exagerado a pesar de las maniobras bási- zarse empleando los compartimientos de los miembros infe-
SECCiÓN 111: TRAUMA 631
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

riores, sin inflar el compartimiento abdominal. El desinflado con el empleo de bolsas de aire (air bags), produciéndose de
de este dispositivo debe realizarse en el ambiente hospitala- esta manera menor riesgo de lesión en estas pacientes.
rio, en donde se cuenta con los recursos quirúrgicos para el En las pacientes víctimas de trauma cerrado, el abrupcio
control definitivo del sangrado en caso de ser necesario, ya de placenta es la causa más frecuente de mortalidad fetal de-
que de lo contrario la paciente puede presentar hipotensión bido a que las fuerzas produ~idas por el trauma ocasionan la
refractaria. separación de la placenta rígida del útero elástico, presentán-
Cuando la edad gestacional sobrepasa las 20 semanas, los dose en un 30% en los causas de trauma mayor y un 2 a 4%
efectos hemodinámicos adversos por la compresión aorto-ca- en los de trauma menor, que se manifiesta por dolor abdomi-
va del útero grávido han llevado a postular la histeretomía de nal severo, útero contraído continuamente que no se relaja y
emergencia como medida para mejorar el chance de sobrevida dependiendo del estado de las membranas ovulares, si están
materno y dependiendo de la viabilidad del feto y los recursos rotas, puede haber salida de líquido amniótico y sangre.
pediátricos mejorar la sobrevida neonatal cuando la paciente La ruptura uterina es una seria complicación del trauma
obstétrica politraumatizada desarrolla paro cardíaco; esta me- cerrado en el embarazo, y ocurre más frecuentemente en las
dida debe ir de la mano con las indicaciones de toracotomÍa de pacientes con antecedentes de cirugía uterina, asociándose a
reanimación en el contexto de trauma, en especial cuando la una mortalidad fetal cercana al 100%, y una mortalidad ma-
causa de paro se asocia a trauma de tórax penetrante. terna del 10% cuando se presentan otras lesiones. Se carac-
teriza por colapso materno y palpación de las partes fetales
D. Discapacidad neurológica libres en el abdomen.
El trauma abdominal penetrante generalmente es secunda-
Se realiza con la valoración de la escala de Glasgow, la eva-
rio a heridas por arma de fuego y arma blanca, ocasionando
luación de las pupilas y la presencia o no de signos de focali-
las primeras mayor mortalidad en este grupo de pacientes.
zación. En la paciente obstétrica existe una entidad denomi-
El desplazamiento visceral hacia el abdomen superior
nada eclampsia en la cual las pacientes embarazadas pueden
ocasionado por el útero aumentado de tamaño, hace que es-
desarrollar convulsiones por fenómenos de vasoespasmo
tos órganos sean más vulnerables durante la presentación de
cerebral desencadenados por disfunción endotelial debido a
trauma penetrante a dicho nivel, pero cuando las lesiones se
placentación anormal, pero en la atención inicial de la pacien-
presentan a nivel abdominal inferior, el útero y el feto pre-
te politraumatizada siempre realizar la terapia encaminada a
sentan el mayor riesgo de lesión. A pesar de lo anterior las le-
disminuir el desarrollo de lesión cerebral secundaria: adecua-
siones viscerales por trauma penetrante durante el embarazo,
da presión arterial, buena oxigenación y sólo hiperventilar si
tienen una baja incidencia, aproximadamente del 19%, oca-
está indicado (signos inminentes de herniación cerebral).
sionando una mortalidad materna del 3,9%, debido al efecto
protector del útero sobre los órganos abdominales.
E. Exposición y control de hipotermia Las heridas por arma de fuego causan lesiones por efectos
Los principios básicos de manejo inicial no varían de la pa- de la onda expansiva y por cavitación, por lo cual la ener-
ciente politraumatizada no obstétrica, es de vital importancia gía cinética producida es mayor que en las heridas por arma
valorar la cinemática del trauma y ver su manifestación clíni- cortopunzante, considerándose estas últimas como armas de
ca en la exposición. baja velocidad, ocasionando menor índice de mortalidad, se-
La altura uterina es fundamental para definir si el emba- gún la localización de las lesiones.
razo es de más de 20 semanas (fondo uterino por encima Las lesiones fetales complican el 66% de las heridas uteri-
del ombligo) ya que este parámetro nos indica la necesidad nas por arma de fuego y la mortalidad fetal se presenta en el
de realizar desviación uterina y la viabilidad fetal, se debe 40 al 70% de los casos, generalmente secundario"a lesiones
valorar si el útero es tónico y doloroso de manera continua fetales directas ocasionadas por el 'proyectil o por presenta-
(abruptio placentae) y la presencia de pérdidas vaginales ción de parto prematuro.
sangre y/o líquido amniótico.
Cubrir con mantas térmicas luego de la exposición para Indicaciones de cesárea en trauma penetrante
minimizar la hipotermia.
• Madre estable feto en sufrimiento fetal agudo
• Ruptura uterina traumática
Lesiones específicas • Útero grávido que interfiere el control quirúrgico de lesiones
Las principales causas de trauma cerrado en el embarazo son • Madre severa lesionada con feto viable
las colisiones automovilísticas, las caídas y las lesiones por • Para realizar estrategia quirúrgica basada en "Damage
agresión, observándose que la causa más común de muerte fe- control" (cuestionable).
tal es la muerte materna, y ésta es incrementada en los casos
de eyección vehicular, por lo cual se recomienda el uso del cin- Ventilación mecánica en la embarazada
turón de seguridad de tres puntos, sobre la pelvis materna, de-
Aproximadamente el 10% de las pacientes con trauma severo
bajo del cuerpo y fondo uterino, y la otra entre los senos sobre
desarrollará ALI (injuria pulmonar aguda) o ARDS (síndro-
el hombro, sin producir presión sobre el abdomen, combinado
48/ TRAUMA EN LA EMBARAZADA

me de dificultad respiratorio agudo) requiriendo intubación sarrollo de contracciones uterinas prematuras o no, abruptio'
endotraqueal y la utilización de técnicas convencionales de placentae o muerte fetal.
ventilación mecánica caracterizadas por volumen corriente o Curet y colaboradores encontraron que cuando hubo
tidal de 12 ml/kg sin limitar las presiones de vía aérea llevan muerte fetal los predictores asociados fueron: accidentes¡ en
al desarrollo de VALI (injuria pulmonar asociada a la ventila- moto, ser peatón, taquicardia materna sostenida, monitoreo
ción mecánica) por volu, baro y atelectrauma con lesión del fetal no tranquilizador, no utilización de cinturón de seguri-
endotelio alveolar, translocación bacteriana y bacteriemia; dad y un índice de severidad en Trauma Injury Severity Score
además, los pacientes desarrollaron concentraciones séricas (ISS >9), estas pacientes se benefician de monitoreo fetal ex-
mayores de citoquinas inflamatorias empeorando su esta- terno durante 24 horas antes de ser dadas de alta, si durante
do inflamatorio. En la gestante la disminución de la PaC0 2 el monitoreo se presentan anomalías asociadas a sufrimiento
asociada a estas estrategias ventilatorias no protectoras del fetal agudo la conducta será terminar el embarazo.
pulmón puede disminuir el flujo uterino placentario compro-
metiendo al feto.
Toda paciente embarazada politraumatizada
no sensibilizada debe recibir 300 mcg de gammaglobulina
°
negativo

En el 2000 el ARDS NETWORK GROUP demostró una anti-D para prevenir isoinmunizacion asociada a transfusión
disminución en la mortalidad de los pacientes con ALII ARDS maternofetal.
asociada a la sepsis severa en un 9% cuando se utilizaron estra- La utilización de ayudas radiológicas no están contraindi-
tegias ventilatorias protectoras. Estas estrategias consisten en: cadas en la embarazada ya que dichas exposiciones están por
• Volumen tidal o corriente de 6 m1/kg. debajo de los 5 rad. y el umbral de alteraciones teratogénicas
• Mantener presiones plateau < 30 cmH20. está por encima de exposiciones a los 12 rad.
• Hipercarbia permisiva PH: 7.20-7.25 (si no existen con- Las embarazadas están en alto riesgo de complicaciones
traindicaciones p.ej: TEC severo). tromboembólicas y deben recibir profilaxis mecánica y/o
• PEEP (Presión positiva al final de la espiración) para pre- farmacológica para evitar el desarrollo de trombosis venosa
venir colapso alveolar. profunda y subsiguiente embolismo pulmonar.
41 Mantener una oximetría de pulso> 90% con una FI02 < Las pacientes embarazadas politraumatizadas deben reci-
60%. ' bir antibióticos profilácticos y/o terapéuticos si están indica-
11 Cabecera elevada a 45° para evitar neumonía asociada a la dos y esquemas de profilaxis e inmunización contra el tétanos
ventilación mecánica. dependiendo de sus antecedentes de vacunación.
• Protocolos de sedación y analgesia guiados por escalas
(Ramsay) y suspensión diaria. Algoritmo de manejo
• Evitar el uso rutinario de relajantes neuromusculares.
• Protocolos de liberación de ventilación mecánica.
Madre politraumatizada

Las estrategias ventilatorias protectoras llevan al desarrollo de


hipercarbia, que en la gestante puede comprometer al feto; se ABCDE primario
han descrito niveles tolerables por el feto de PaC02 entre 45- Descartar lesiones que amenazan la vida
F.A.S.T
55 mmHg, pero hay que tener en cuenta que el aclaramiento Tratamiento inicial
placentario de PaC02 requiere un gradiente de 10 mmHg por
lo que el nivel deseado de PaC02para la paciente obstétrica en Evaluación secundaria
ARDS y ventilación mecánica debe ser < 45 mmHg lo que co- Evaluación obstétrica (monitoría eisc!rocardio-
rresponde a un PH > 7,30, esto lo obtenemos con un aumento gráfica y ecografia obstétrica)'
de la frecuencia respiratoria inicialmente y un aumento en el Exámenes de laboratorio y ayudas diagnósticas
volumen tidal > 6 cc/kg sin sobrepasar presiones plateau de 30
cmH20. Desde el punto de vista de la oxigenación, la pobla-
ción general tolera una Sa0 2 alrededor de 88% lo que equivale
a una Pa02 de 55 mmHg, esto no aplica a las gestantes debi-
do a que la oxigenación fetal adecuada requiere de Pa02 > 70 Madre estable Inestabilidad hemodi-
mmHg equivalentes a Sa0 2 del 95%. Manejo obsté- námica Feto viable
En conclusión las metas de la gestante en ventilación me- trico Irritación peritoneal
cánica deben ser Pa02 > 70 mmHg equivalentes a Sa0 2 del
95%, PaC0 2 < 45 mmHg lo que corresponde a un PH > 7.30,
manteniendo presiones plateau < 30 cmH20.

Predictores de pronóstico
Es importante tener criterios claros para definir qué pacientes
PVE/I: Parto vértice espontáneo o instrumentado.
embarazadas politraumatizadas tienen mayor riesgo de de-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Conclusiones Lecturas recomendadas


1. La mejor manera de reanimar al feto es reanimar adecua- American College of Surgeons, Comitte on Trauma, Advanced Trauma Life
Support program for doctors: ATLS, Chapter 11, American College of
damente a la madre. Surgeons, Chicago, 2004, 285-294.(version en español edicion 2005)
2. La paciente obstétrica traumatizada debe ser trasladada Anderson RN, Trauma and Pregnancy: Prehospital Concerns, Emergency
a un centro de trauma que además pueda proporcionar Medical Services 2002; 31: 71-79.
cuidado obstétrico y neonatal. Atlanta Maternal- Fetal Medicine, Pe. Clinical Discussions, Trauma during
Pregnancy 1996; 4.
3. El concepto de reanimación hipotensiva o retardada no Baerga - Varela Y, Zietlow S, Bannon M, et al. Trauma in pregnancy, Mayo
aplica a la gestante y puede afectar de manera negativa el Clinic Proc 2000 ;75 :1243-1248.
resultado neonatal comprometiendo la perfusión útero- Cole DE, Taylor TL, McCullough DM, Shoff CT, Derdak S. Acute respi-
placentaria-fetal. ratory distress syndrome in pregnancy. Crit Care Med 2005; 33(10
Suppl): S269-78.
4. El personal que trabaja en el área de atención de emer- Connolly A, Katz V, Bash K, et al. Trauma in pregnancy, Am J Perinatol
gencias debe conocer la forma adecuada de transportar 1997;14: 331-335.
y reanimar inicialmente estas pacientes con el fin de Curet M. Predictors of Outcome in Trauma during Pregnancy. J Trauma
desviar el útero hacia la izquierda quince grados como 2000; 49:18-25.
Gazmararian J, Lazorick S, Spitz A, et al. Prevalence of violence against
mínimo, mediante la elevación del lado derecho de la ca- pregnant women. JAMA 1996; 275: 915-920.
milla, con el fin de evitar la hipotensión supina debido a Grossman N. Blunt Trauma in Pregnancy. Am Fam Physician 2004;
la compresión aorto-cava. 70: 1303.10-1313.
5. La paciente gestante presenta mayor riesgo de broncoas- Lavery J, Staten- McCormick M, Management of moderate to severe trauma
in pregnancy. Obstetric Gynecol Clin North Am 1995; 22: 69-90.
piración con respecto a la no gestante, por esto es funda- McGwin GA. Focused Educational Intervention Can Promote the Proper
mental considerar la intubación precoz, cuando está in- application of Seat Belts during Pregnancy. J Trauma 2004; 56:1016
dicada, por personal experto y carros de vía aérea difícil -1021.
de respaldo. National Association of Emergency Medical Technicians. Basic and Advan-
ced Prehospital Trauma Life Support. Ed 5. Mosby 2003.p. 199-201.
6. El estado de shock puede no reconocerse oportunamen- Navarrete-Navarro P: Early markers of acute respiratory distress syndro-
te, el desarrollo de hipotensión ocurre luego de pérdidas me development in severe trauma patients. J Crit Care 2006; 21(3):
sanguíneas mayores al 30%-40% de la volemia pueden 253-8.
estar ocultas (Ej. abruptio placentae), llevando a conse- Penning D. Trauma in Pregnancy. Can J Anesth 2001; 48: R1-R4.
Polko L, Mcahon M, Burns in pregnancy. Obstet Gynecol Surv 1997; 53:
cuencias fatales tanto a la madre como al feto. 50-56.
7. No están contraindicadas las ayudas diagnósticas radio- Restrepo CE, et al. Trauma in Pregnancy: do local feature make a difference?
lógicas por riesgo de teratogenicidad fetal. OAA Annual Meeting, Edinburgh 2001.
8. El cuidado perioperatorio debe incluir un grupo multi- Rogers F, Rozycki G, Osler T, et al. A multi-institutional study of factors as-
sociated with fetal death in injured pregnant patients. Arch Surg 1999;
disciplinario, profilaxis antitrombótica y contra el téta-
134: 1274-1277.
nos, manejo antibiótico profiláctico y/o terapéutico y la Shah AJ, Bradford AK, Trauma in Pregnancy, Emerg Med Clin N Am 2003;
terminación del parto guiada por indicación obstétrica. 21: 615-629.
9. Las madres O negativo no sensibilizadas deben recibir gam- Shah K, Simons R, Rolbrook T, et al. Trauma in pregnancy: maternal and
fetal outcomes. J Trauma ICC 1998; 45: 83-86.
maglobulina anti-D para evitar isoinmunización materna. Van Rook JW. Trauma in Pregnancy, Clinical Obstretrics and Gynecology
10. La monitoria fetal continua (tocodinamometría y registro 2002; 45: 414-424.
de la frecuencia cardíaca fetal) es una estrategia que se debe Varughese M, Patole S, Shama A, et al. Permissive hypercapnia in neonates:
implementar rutinariamente para poder anticipar complica- The case of the good, the bad, and the ugly. Pediatr Pulmonol 2002;
33: 56-64. "
ciones como abrupcio de placenta, sufrimiento fetal, ruptu- Weinberg L, Steele R. The Pregnant Trauma Patient. AnaestlÍesia and Inten-
ra uterina y evitar muertes neonatales y maternas. sive Care 2005; 33(2); 167.
11. Las metas de ventilación mecánica en gestantes son dife-
rentes que en población no embarazada, el no conocerlas
e implementarlas puede llevar a muerte fetal.
TRAUMA EN EL ANClAN

Martha Paola Rodríguez, MD; Jairo Antonio Pérez e, MD; Elan Jeremitsky, MD; Aurelio Rodríguez, MD

El arte de la medicina consiste en entretener al paciente Cambios fisiológicos del anciano


mientras la naturaleza cura la enfermedad.
Voltaire
El principal cambio que se presenta es la disminución en la
reserva funcional, ocasionando dificultad para mantener una
La población geriátrica es el grupo de edad de más rápido adecuada perfusión de los órganos vitales en momentos de
crecimiento en los países desarrollados. En EEUU, en 1990, estrés.
los ancianos comprendían el 13% de la población y se espera
que sean el 18% en el 2020 y el 25% en el año 2050. Sistema cardiovascular
Se considera que la edad avanzada comienza a los 65 años, El corazón sufre una serie de alteraciones con el envejeci-
aunque ciertas clasificaciones definen a las personas entre 65 miento, se hipertrofia el ventrículo izquierdo como respuesta
y 74 como "mayores", a las que están entre 75 y 84 años a la mayor rigidez de las arterias, pérdida progresiva de las
como" de edad avanzada" y a las de 85 y más como "ancia- células musculares en el tejido de conducción y fibrosis en
nas" (1). Una vez se alcanzan los 85 años de edad, la expecta- el nodo sinusal. Esto hace que los trastornos de ritmo como
tiva de vida son 5 años adicionales para los hombres y 6 años la fibrilación auricular y los bloqueos auriculoventriculares
para las mujeres. sean mucho más frecuentes en esta edad (7).
El paciente anciano es susceptible a diferentes patrones de Superpuestos a los efectos de la edad puede presentarse
injuria, responde diferente al trauma, se recupera más lenta- una falla cardíaca la cual hace que disminuya el gasto car-
mente y tienen mayor morbilidad y mortalidad (2). díaco, presencia de bloqueos que pueden enmascarar la res-
El envejecimiento resulta de una disminución progresiva puesta al estrés y enfermedad coronaria manifestándose con
de la función celular con una pérdida del funcionamiento de isquemia por las elevadas demandas durante el estrés y el
los diferentes órganos, las células pierden la capacidad de trauma (8). La adaptación al ejercicio va a disminuir tanto la
responder a la injuria asociada a un daño de los mecanismos frecuencia cardíaca máxima como el llenado ventricular y va
adaptativos y homeostáticos reflejado en una mayor suscepti- a aumentar la poscarga.
bilidad a los efectos del estrés (3). Los miocitos se hipertrofian, hay mayor depósito de colá-
La edad avanzada indiscutiblemente se relaciona con una geno y alteración de los procesos de oxidación. Las válvulas
elevada mortalidad en trauma (4). pueden fibrosarse y presentarse depósitos de calcio, sobre
El aumento de la expectativa de vida en Colombia en los todo en la válvula mitral. Estos cambios se reflejan en las
últimos años permite establecer que a mediados de este siglo diferentes funciones del corazón especi~lmente en la función
el 31 % de su población tendrá más de 60 años, lo cual de- diastólica; la fase sistólica se prolonga: l'«percutiendo en la
mandará mejoras en la seguridad social y en la búsqueda de fase de relajación, impidit:1ndo el llenado rápido en la fase
bienestar de los ancianos. El incremento de personas en este inicial de la diástole. Esto, ias aurículas lo compensan en par-
rango de edad se debe a la mejoría en la calidad de vida, el te, con su contracción, de ahí la importancia de mantener un
mayor control de enfermedades infectocontagiosas y la re- ritmo sinusal en este grupo de pacientes.
ducción en la tasa de mortalidad al nacer, señalan el Fondo de Hay una disminución de la sensibilidad a los cambios de
Población de Naciones Unidas (FNUAP) y el Departamento volumen, por eso las pequeñas pérdidas de volumen pueden
Nacional de Estadísticas de Colombia (DANE) (5). ocasionar hipotensión y síncope, y pequeños aumentos de
Los efectos del envejecimiento no comienzan súbitamente volumen pueden ocasionar hipertensión por reducción de los
a los 65 años de edad. En un estudio de casi 200.000 pa- barorreceptores carotídeos y aórticos, con menor mecanismo
cientes de trauma, se encontró que la mortalidad por trauma de adaptación a los cambios de presión arterial y volumen,
severo comienza a aumentar a los 40 años. Por cada aumento y es por eso, que ante pequeñas variaciones del volumen y
de un año de edad sobre los 65, las probabilidades de morir presión arterial, hay mayor posibilidad de hipotensión ortos-
por trauma aumenta un 6% (6). tática y síncope.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

En el electrocardiograma, las alteraciones más' frecuentes Tabla 1. Cambios cardiopulmonares y de edad.


son el aumento de la incidencia de la onda Q, desviación del
eje a la izquierda, aumento del voltaje de las derivaciones Cambios cardiopulmonares Cambio con la edad
Cardiovasclllares
izquierdas, alteraciones del segmento ST, bloqueos de primer
Masa ventricular izquierda Incrementa
grado y presencia de fibrilación auricular (9).
Tamaño ventricular izquierdo Aumenta en hombres (no en muje-
Todos estos cambios hacen que haya un aumento de la
res)
presión arterial sistólica y PAM, mientras hay una disminu-
Contractilidad miocárdica (Emax) Aumenta o disminuye con el estrés
ción de la presión arterial diastólica, aumentando así el nú-
Frecuencia cardíaca en reposo Supino: igual. Sentado: disminuye
mero de personas con hipertensión arterial sistólica aislada.
Aumento en la frecuencia cardíaca Menor que en los jóvenes
El índice cardíaco no cambia o disminuye en proporción a la al ejercicio
tasa metabólica (tabla 1) (10). Velocidad de la onda de pulso Incrementa con la edad
Presión sistólica Aumenta++
Sistema respiratorio Presión diastólica Leve incremento
Se produce una disminución de la fuerza de los músculos Presión de pulso Aumento
respiratorios y calcificación de las articulaciones externo LVEDVI Incrementa
costales, produciendo una merma en la movilidad de la caja Fracción de eyección en reposo No cambia con la edad
torácica y en la capacidad de eliminar adecuadamente las Fracción de eyección en estrés Disminuye
secreciones. La motilidad mucociliar disminuye con la edad Índice cardíaco No cambia en hombres
Disminuye ligeramente en mujeres
llevando a perder la habilidad de limpieza del árbol bron-
Resistencia vascular sistémica Incrementa en mujeres
quial. La capacidad vital, el volumen forzado espiratorio y la
Pulmonares
CRF también se comprometen con la edad y se deben tener
Compliance de la pared torácica Disminuye progresivamente con la
en cuenta en el manejo de la ventilación. Puede haber cré- edad
pitos basales a la auscultación, como manifestación de una Presión de retracción elástica Disminuye progresivamente con la
fibrosis pulmonar, el epitelio de las arterias pulmonares sufre edad
un engrosamiento con aumento del volumen residual. Capacidad vital Disminuye
La disminución en los flujos espiratorios más la eficacia Capacidad residual funcional Incrementa
alterada del intercambio gaseoso pulmonar llevan a la pre- Capacidad pulmonar total Disminuye levemente
sencia de una tos inefectiva para expulsar las secreciones, VEF 1 Disminuye
permitiendo su acumulación y la aparición consiguiente de Volumen de cierre Incrementa
atelectasias. Flujo espiratorio pico Disminuye
También hay disminución de la reacción de los quimio- Flujo espiratorio máximo Disminuye
rreceptores tanto centrales como periféricos a las variaciones Presión máxima inspiratoria Reducida
del PH, del CO 2, y del oxígeno; la PC0 2 arterial no cambia Presión máxima espiratoria Reducida
pero la respuesta ventilatoria a la hipercapnia es menor, y PaCO, No cambia
una acidosis respiratoria puede aparecer sin mayores cam- PaO, Disminuye (mínimamente)
bios clínicos, excepto por alteraciones en la conciencia como Gradiente alvéolo-arterial O, Incrementa
confusión y estupor. V/Q 1mbalance
Existen diversas fórmulas para encontrar la P0 2 de acuer-
do a la edad, como la fórmula de Sorbini (P02 = 109-0,43 x Tomado de Ramesh Nagappan. Geriatric critical careo Crit'Gare Clin 2003;
19: 253-270 (13). ",
edad).
Estas alteraciones morfológicas también se van a manifes-
Sistema nervioso
tar en las diferentes pruebas de función pulmonar, hay una
disminución del volumen ventilatorio máximo, de la capaci- Se presenta disminución de los neurotransmisores, sobre
dad vital y otras pruebas de función pulmonar (11). todo los colinérgicos, y también los monoaminérgicos; esto
Nagappan y Parkin, en su revisión sobre los cambios signi- hace que ante cualquier medicamento anticolinérgico que
ficativos con la edad enuncian la rigidez de la pared torácica, puede disminuir aún más los niveles de acetilcolina cerebral,
pérdida de la capacidad de retracción elástica, disminución se presenten con frecuencia problemas de delirio en pacien-
de la capacidad pulmonar total, del VEFl y capacidad vital. tes ancianos.
La capacidad de cierre y CRF aumentan con la edad, el flujo En el cerebro hay disminución del tamaño, disminuye 200
espiratorio pico y el flujo máximo espiratorio disminuyen. El g del peso. El estrechamiento de los vasos puente sobre la
gradiente alvéolo arterial aumenta y la Pa0 2 disminuye sin superficie del cerebro hace que exista mayor susceptibilidad
que existan cambios en la PaC0 2 (tabla 1) (12). al desgarro, disminuye el número de células, más a nivel de
la sustancia nigra, células de Purkinge, asta anterior de la mé-
49 I TRAUMA EN EL ANCIANO

dula, locus ceruleus, hipocampus; de ahí 'que sean comunes La toma de decisión con respecto a los medios de contras~
las alteraciones extrapiramidales y de la memoria, también te debe considerar que "una creatinina normal" puede reflejar
hay una disminución de las diferentes dendritas y sinapsis, realmente una reducción significativa en la función renal.
hay acúmulo de pigmentos, amiloides y neurofibrilas. Ade-
más, hay una disminución relativa con la edad en la auto- Efectos en la función hepática
rregulación cerebrovascular lo cual puede asociarse con los El hígado, igual que otros involuciona con la edad, en la 8a
devastadores resultados del paciente anciano con TCE (14). década ha perdido 2/5 de su masa, igualmente el flujo hepáti-
Hay una asociación entre el hematocrito y el flujo cere- co en relación con la disminución de la masa celular y gasto
bral; cuando mayor es el hematocrito hay disminución del cardíaco, la función de las enzimas hepáticas se conserva con
flujo cerebral, lo que también es importante cuando consi- la edad, estudios in vitro han mostrado que se mantiene la
deremos las transfusiones, ya que estas puedan producir una actividad de la oxigenasa microsomal hepática y actividad
rápida elevación del hematocrito, con una disminución de hidrolasa, pero hay disminución gradual de la concentración
flujo cerebral. sérica de albúmina.
A nivel del sistema nervioso periférico, hay una disminu-
ción de diferentes reflejos: el umbral del dolor y los puntos Cambios neuroendocrinos
dolorosos.
Los órganos de los sentidos también se alteran, la visión La edad produce un estado parecido a un estado hiperadre-
disminuye, así como la acomodación visual a partir de los nérgico, la inadecuada respuesta del anciano a la estimula-
40 años, esto se debe a que el cristalino ya no puede acomo- ción betaadrenérgica lleva a aumento de la concentración de
darse. El umbral gustativo aumenta, y en el olfato reduce su epinefrina y norepinefrina en el plasma a pesar de la atrofia
capacidad de distinguir los olores. de la médula adrenal. Los reflejos cardiovasculares están al-
En la tomo grafía es muy frecuente encontrar atrofia cere- terados en el anciano, no hay vasoconstricción en respuesta al
bral y dilatación ventricular sin que esto signifique que estas frío, ni aumento en la frecuencia cardíaca con los cambios de
personas tengan alterada su función cognoscitiva. En la re- temperatura. El anciano es más vulnerable a la inestabilidad
sonancia a veces se enc~entra hasta 20 ó 40% y esto se ha cardiovascular especialmente durante el bloqueo simpático.
asociado a depresiones y trastornos cognitivos en el anciano. Se produce disminución en la producción de tiroxina, al
También hay una disminución del metabolismo cerebral, de parecer la producción de cortisol no cambia con la edad.
la oxigenación cerebral y del flujo sanguíneo cerebral (15). También se produce una disminución progresiva de la testos-
terona, del FSH y la LH, disminuyen los niveles de triyodo-
Sistema renal tironina y adicionalmente el páncreas también sufre altera-
ciones en su función endocrina, aumenta la intolerancia a la
Hay disminución del número de glomérulos, y en el intersti- glucosa, a los 80 años se presenta diabetes o intolerancia a la
cio mayor fibrosis y depósito de colágeno, que se refleja en glucosa en un 50% de los pacientes ancianos (16).
la función del riñón, presentando una disminución del flujo
plasmático renal; a los 80 años, es el 50% aproximadamente Cambios en el metabolismo y fluidos corporales
y la filtración glomerular también disminuye. Esto hace que
haya una disminución del c1earence de la creatinina, que a los La tasa metabólica basal disminuye en respuesta a la disminu-
80 años llega a ser 20-40 ml por min, aprox. 1 m1Iminl1, 73 ción de la' masa músculo-esquelética y reducción de las áreas
m 2 por año aunque los niveles de creatinina en sangre perma- metabólicamente activas del cerebro, riñón e hígado. Disminu-
necen normales; esto se debe a que con el envejecimiento hay ye el agua corporal total y aumenta la gias,~ corporal.
una disminución de la masa muscular. La disminución de la tol~rancia a la glucosa, se manifiesta
Las funciones tubulares también disminuyen, hay una me- como mayor incidencia de hiperglicemia la cual se asocia
nor capacidad de reabsorción y secreción tubular. Se reduce con mal pronóstico ~n pacientes con trauma craneoencefáli-
la renina plasmática y la actividad de la aldosterona plasmá- co, por lo cual el control estricto de la glucosa debe ser una
tica, con disminución de la capacidad de concentración y di- meta en el anciano y se debe identificar durante la reanima-
lución del riñón, y por eso, en los procesos de deshidratación, ción como parte de la valoración inicial (17).
como el riñón ha perdido su capacidad de concentración, se
hacen más severos, más manifiestos rápidamente debido a la Cambios en la farmacocinética y farmacodinamia
poca capacidad de dilución, y sobre todo porla alteración del con la edad
sistema renina-angiotensina; cuando hay sobrecarga de vo- La absorción de medicamentos en el tubo gastrointestinal
lumen puede aparecer rápidamente la insuficiencia cardíaca, puede estar afectada por la atrofia de la mucosa, la reducción
porque el riñón no es capaz de eliminar este volumen adicio- en el agua corporal total disminuye el volumen de distribu-
nal, esto hace también que en situaciones como neumonías, ción de las drogas hidrosolubles (como los RNMND) con
accidentes cerebrovasculares, fármacos favorezcan la apari- aumento en su concentración tisular, el aumento de la grasa
ción de la secreción inadecuada de hormona antidiurética. corporal resulta en aumento del volumen de distribución de
las drogas liposolubles.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Aumenta la alfa1-ácido-glicoproteína; la reducción en la altas de agentes vasopresores para mantenerlos hemodinámi-


concentración de albúmina del anciano incrementa la frac- camente estables.
ción libre de los medicamentos que se unen a las proteínas Puede ser útil una monitoría adecuada con presión venosa
con aumento de su biodisponibilidad en los sitios efectores. central o capilar pulmonar, para minimizar el riesgo de ede-
La reducción en los neurotransmisores exitatorios del ce- ma pulmonar por un alto recambio hídrico.
rebro y la atrofia de la sustancia gris se asocia con una alta El paciente puede tener indicación de catéter de arteria
sensibilidad durante la inducción endovenosa al igual que la pulmonar, medición de la temperatura rectal, pulso, pre-
disminución del MAC de los anestésicos volátiles. sión arterial (preferiblemente intraarterial para evitar lectu-
ras erróneas y facilitar también la toma de gases arteriales),
Cambios regulatorios electrocardiograma y electrolitos; según las comorbilidades
Algunos autores describen al envejecimiento como un sín- y condición clínica del paciente (figura 1).
drome clínico que lleva a una disfunción autonómica. La re-
gulación refleja de la frecuencia cardíaca disminuye progre- Mecanismos de lesión
sivamente con la edad, existiendo un compromiso mínimo o La primera causa de accidentes fatales en los ancianos de
más gradual del sistema nervioso simpático. Estos cambios Estados Unidos, son las caídas (38%), en segundo lugar los
degenerativos predisponen a mayor riesgo de hipotensión accidentes de tránsito (25%), en tercer lugar la obstrucción
postural en el anciano. de la vía aérea (objetos ingeridos) (7%), y en cuarto las que-
La disfunción esofágica y la hipotonía gástrica aumentan maduras (5%) (18).
el riesgo de bronco aspiración durante la reanimación y el De acuerdo con los datos de Medicina Legal, las tasas de
perioperatorio. Puede presentarse también bradicardia, hi- accidentes de tránsito más altas por grupo de edad en 1995
potensión y paro cardíaco y en los que tienen deficiencias están en las personas mayores de 60 años, con una tasa pro-
autonómicas se presentan mayores caídas de presión arterial medio de 53 por cada 100.000 habitantes, 85 por cada 100.000
después del uso de agentes inductores requiriendo dosis más hombres y 26 por cada 100.000 mujeres (19).

Cambios fisiológicos
Aumento en T1/2 de " Atrofia
drogasllposolubles
,. Disminución de neurogénlca
'Aumentoen ,. Disminución en ., Disminución
'consumo de 02 y
proporción grasa #de neuronas 'requerimientos
producción de calor
,. Perdida de masa . Disminución anestésicos
muscular actividad de
neurotransmisores

I Cardiovascular I Pulmonar I
Disminución elasticidad
Perdidaelastina
vascular
Aumento rigidez " AumentoVR
HlpertroflaVentrlcular caja torácica '
Respuesta adrenérglca Perdida de CV
Disminución Alteración del
disminuida
superficie BÍveolar Intercambio
Aumento Impedancia en gaseoso
la eyecclón, ampliación de Aumento trabajo
la presión de pulso respiratorio
Disminución OC máximo I Hepático I I Renal I
Disminución de los
Reducción masa vasos renales
tisular Atrofia tisular
Disminución FSR,
Reducción FSH filtración glomerular,
Disminución de depuración de drogas
depuración de drogas Alteración en manejo
de sobrecarga agua

Figura 1. Cambios fisiológicos en el anciano.


49/ TRAUMA EN EL ANCIANO

La población mayor de 60 años pasó de 1,04 millones de lentas, por eso caminan despacio; se distraen o permanecen
personas en 1970, que representaban el 5% de la población aturdidas con facilidad, a veces como efectos secundarios de
total, a 2,16 millones de personas en 1993, 6,2% de la po- algunos medicamentos.
blación total. El total de mayores de 60 años en el año 2000 Las principales víctimas de los accidentes de tránsito en
se ha calculado en 2,6 millones, representando el 6,9% de la Colombia son los ancianos. En el 2002 murieron 1.065 an-
población total y para el año 2010 equivaldrían al 8,7% (3,7 cianos y 3.150 quedaron heridos. Cerca de cinco millones de
millones), lo cual se refleja con un aumento proporcional en colombianos son discapacitados y en Colombia la población
el número de ancianos que puede sufrir trauma (20). de ancianos alcanza los 3.284.040 habitantes (22).
Las lesiones más frecuentes son TCE severo, lesiones de
Caídas cuero cabelludo, trauma raquimedular y en el tórax, así como
Son la causa más común de trauma en el anciano, siendo las heridas esqueléticas, aumentan dramáticamente con la edad
más comunes las caídas de su propia altura. La incidencia de una vez hospitalizado; los pacientes mueren (25%) por com-
caídas aumenta con la edad; son más comunes en > 64 años plicaciones como ventilación prolongada e infección.
y varía según el nivel de vida (21). La incidencia total de los casos de TCE (trauma craneo-
Las lesiones de los pacientes geriátricos por caídas tien- encefálico) considerados en departamentos de la emergencia
den a ser más severas que las presentadas por pacientes más en los Estados Unidos es 444 casos por 100.000 personas. La
jóvenes con caídas similares. Las más comunes son las lesio- incidencia aumenta en 1.026 casos por 100.000 en pacientes
nes en cabeza, pelvis y extremidades inferiores. más viejos de 85 años. Adicionalmente en la población an-
La mortalidad total por estas caídas es de aproximadamen- ciana el envejecimiento del cerebro presta una vulnerabilidad
te 11 %. Las caídas de niveles mayores (15 pies) en el andano particular al. insulto neurológico.
son menos comunes, pero llevan una mortalidad del 25%. La frecuencia de diversas lesiones y los mecanismos de
Factores de riesgo principales para caídas incluyen mayor lesión en pacientes geriátricos varían respecto ~ los jóvenes,
edad, sexo femenino, historia de caída previa, alteraciones los hematomas subdurales son el 46% de casos de TCE en
del equilibrio, uso de psicotrópicos y artritis. pacientes mayores vs. 28% en cohortes más jóvenes, los epi-
Son múltiples los factores relacionados con injuria en los durales son menos comunes entre las víctimas mayores del
ancianos, adicionalmente se deben tener en cuenta complica- trauma (figura 2).
ciones relacionadas con la inmovilidad prolongada como las En los jóvenes hay mayor incidencia de accidentes por
infecciones, rabdomiólisis y deshidratación. colisión de carros vs. en el anciano dados por accidentes
Otro factor a tener en cuenta es el miedo a la caída el cual autopedestres y caídas. El envejecimiento normal afecta la
puede inhibir el desempeño social y funcional. Se deben con- visión, la función común, y la propiocepción. Las enferme-
siderar recursos adicionales para garantizar seguridad con la dades crónicas sobrepuestas como la diabetes pueden dar lu-
ayuda de la familia, el médico y/o enfermera domiciliaria. gar a la disfunción autonómica, a la neuropatía periférica, y a
des acondicionamiento general.
Accidentes de tránsito El síncope se puede asociar a ortostatismo o arritmias. Las
caídas del mismo nivel dieron lugar a lesión seria en el 30%
La patofisiología del envejecimiento y la presencia de las de personas mayores comparadas con 4% de una cohorte más
condiciones médicas agudas y crónicas que afectan la visión, joven. Lesiones de la cabeza y del cuello eran particularmen-
reflejos, equilibrio, son factores relacionados con los acci- te comunes. Los paramédicos y los médicos de ambulancias
dentes de tránsito. Las personas mayores de 60 años, con el deben ser cautelosos con estos pacien:te~ y mantener un um-
pasar del tiempo pierden capacidad y agudeza en sus senti- bral bajo para la inmovili:z;ación, la proy6cción de imagen, y
dos; las conexiones nerviosas en el cerebro se vuelven más la inmovilización de la columna (tabla 2).

Tabla 2. Factores que contribuyen a la injuria en los ancianos.

Condiciones médicas crónicas Factores ambientales Condiciones médicas agudas Otros


Osteoartritis Tapetes Síncope Edad anciana
Osteoporosis Iluminación Disrritmias Género femenino
ACV,IAM Escaleras ACV, AIT, IAM Alcohol y abuso de drogas
DM,HTA Duchaslbaño IRA Abuso geriátrico
Alt. del equilibrio Zapatos Infecciones
Polifarmacia Desniveles del piso Hipoglicemia
Depresión Tiempo Aneurisma aorta-abdominal
Polifarmacia Objetos móviles Nuevas medicaciones
Alteraciones visuales Deshidratación
Enf. de Parkinson Fracturas agudas
Demencia

Adaptación de Miriam T. Aschkenasy. Trauma and Falls in the Elderly. Emerg Med Clin N Am 2006; 24: 413-432.

SECCION 111: TRAUMA 639


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Quemaduras
Como ya mencionamos previamente, el anciano presenta una
disminución en la percepción del dolor, lo cual lo hace más
susceptible a presentar lesiones térmicas de mayor extensión
y profundidad.
Pacientes ancianos constituyen aproximadamente el 13%
de todos los pacientes admitidos a las unidades de quemados,
con adicional riesgo de infección por inmunosupresión, a los
cambios termorregulatorios que se dan con la edad (25).

Hipotermia accidental
La demencia puede asociarse al uso inadecuado de ropa pro-
tectora, adicional a calefacción insuficiente en su casa, y en
última instancia sin hogar. Hay una menor tasa metabólica
basal y pueden tener problemas en el mantenimiento de la
temperatura corporal. Las condiciones médicas que predis-
ponen a la hipotermia incluyen hipoglicemia, hipotiroidismo,
hipopituitarismo, hipoaldosteronismo, sepsis, abuso de sus-
tancias (26).
Respecto a la temperatura es importante cubrir al paciente
geriátrico para calentarlo e instaurar medidas preventivas·que
eviten más pérdida de calor y presencia de hipotermia acci-
Figura 2. Hematoma epidural.
dental, ya que este componente de la triada mortal (acidosis-
Hui estudió a pacientes mayores de trauma admitidos en hipotermia-coagulopatía) en el paciente con trauma juega un
la unidad de cuidado intensivo quirúrgica y compararon a pa- papel mucho más importante en este grupo de pacientes dada
cientes lesionados en accidentes de vehículos con los de ac- su alta fragilidad en la termorregulación. La mortalidad puede
cidentes de tráfico peatonales. Encontraron que las víctimas ser del 33% y si es menor de 30°C aumenta a 70%. El calen-
peatonales tenían considerablemente más probabilidad de tamiento de superficie activo y rápido puede ser practicado
HSA (el 29% contra el 8%) y subdural (26% contra el 9%). en pacientes jóvenes con hipotermia accidental pero conlleva
Los protocolos estándar prehospitalarios pueden subestimar mayores riesgos en el anciano porque lo puede llevar a un
la severidad de la lesión, la respuesta hemodinámica al estrés colapso circulatorio con hipotensión y arritmias; sin embar-
se encuentra alterada. Un 63% de los pacientes que tienen un go, si la hipotermia es severa, debe utilizarse. En general, el
ISS >15 y 25% con in ISS > 30 no cumplen los criterios he- tratamiento de una hipotermia accidental e inesperada depen-
modinámicos, no tienen taquicardia, el pico de respuesta del derá de los niveles de temperatura y los signos presentes.
gasto cardíaco puede estar aminorado por el uso de betablo- Se recomienda observar estos pacientes acuciosamente
queadores, la presión arterial que sería considerada normal descartando complicaciones como la insuficiencia renal, la
en una persona más joven puede representar la hipotensión infección, la deshidratación, edema pulmonar, síndrome de
relativa significativa en un paciente mayor (23). compartimento, pancreatitis, coagulopatía, alteraciones de
Son muchos los factores que predisponen al sangrado in- los electrolitos y rabdomiólisis. La.mayor parte 'de casos de
tracraneal, la atrofia y ampliación del espacio entre el cere- hipotermia accidental son evitableS.
bro y la tabla interna del cráneo facilitan la acumulación de
sangre con formación de hematomas, más aún si a esta edad Abuso y negligencia
es frecuente el uso de anticoagulantes como la warfarina y La evaluación de todas las víctimas geriátricas debe incluir
antiagregantes. Lesión significativa del cerebro puede existir un gravamen para las muestras y los síntomas del abuso,
sin cambios de la línea media en la TAC o evidencia clínica fracturas inexplicadas, lesiones no tratadas, muestras de ne-
del HIC. gligencia como deshidratación, desnutrición, son pistas im-
El Glasgow a la admisión y la posresucitación se correla- portantes a la posibilidad de abuso o de negligencia, y deben
cionan con supervivencia aunque no hay claridad de su utili- accionar la investigación adicional si son víctimas de la vio-
dad en ancianos. No se recomienda tranquilizarse con valores lencia u otras formas de abuso. Y debe ser reportado.
altos en la escala de Glasgow inicialmente en adultos >70
años de la edad. Incluso si los protocolos prehospital fueron Farmacoterapia en el anciano
optimizados para el trauma geriátrico, varios estudios han de- En el anciano existen factores que modifican la reactividad
mostrado una discrepancia (24). orgánica a los fármacos tales como: variaciones farmacociné-
49/ TRAUMA EN EL ANCIANO

ticas y farmacodinámicas, patología múltiple asociada, poli- ancianos por la mayor incidencia de enfermedades que re-'
medicación con aumento de las interacciones medicamento- quieren el uso de dichos medicamentos, causan interacciones
sas y por tanto mayor número de reacciones adversas y otros potencialmente fatales para el anciano como resultado de la
factores que modifican la respuesta farmacológica son: me- polifarmacia con reacciones adversas o efectos nocivos. I

nor tamaño corporal, disminución de la función renal y he- Otros medicamentos muy usados en geriatría son los psi-
pática, menor flujo sanguíneo periférico, hipoalbuminemia, cofármacos. En ancianos hospitalizados, con tratamiento mé-
tendencia a desnutrición y una disminución de la eficacia de dico para sus enfermedades, reciben al menos uno de éstos.
los mecanismos homeostáticos. Los cambios importantes en la composición corporal son:
La mayoría de los medicamentos se administran por vía l. Pérdida de la masa muscular y del agua corporal total:
oral y las alteraciones de la función gástrica pueden perturbar producen una deshidratación celular y un volumen de
su absorción. Entre las alteraciones fisiológicas del aparato distribución más pequeño para drogas hidrosolubles, que
digestivo asociadas con el envejecimiento se encuentran: au- propicia el alcance de concentraciones séricas altas para
mento del pH, reducción del número de células que partici- una dosis dada, por ejemplo de pentotal. Por lo que el
pan en la absorción, retraso del vaciado gástrico y del flujo anciano requiere una menor dosis de esta droga, para pro-
sanguíneo mesentérico. A pesar de estos cambios hay muy ducir pérdida de la conciencia, que un adulto joven.
poca variación en la absorción oral de los medicamentos en 2. Aumento del porcentaje de grasa corporal: favorece el au-
el anciano (27). mento de los sitios de almacenamiento lipídico que son
En los ancianos existen factores que contribuyen a modifi- el reservorio de las drogas liposolubles, por ejemplo: el
car la distribución de los fármacos tales como la disminución midazolam.
del gasto cardíaco, de la masa magra y del agua corporal to- 3. Reducción del 20-30% en el volumen sanguíneo: favo-
tal, como se revisó previamente. Por tanto la distribución de rece que las concentraciones plasmáticas iniciales de las
medicamentos solubles en agua como la dipirona disminu- drogas sean elevadas.
yen el nivel plasmático y el efecto puede ser mayor; mientras
que las solubles en lípido,s como la lidocaína y el diazepam La probabilidad de experimentar una reacción adversa in-
aumentan. crementa con la edad: del 7,5% en pacientes hospitalizados
Los medicamentos que se unen a la albúmina como feni- entre 40 y 49 años de edad, al 21,3% en pacientes de 70 a 79
toína y warfarina, salicilatos, sulfas y benzodiacepinas dismi- años (28).
nuyen al estar disminuida ésta, con un aumento de la fracción Un factor que podría ser responsable de disminuir la du-
libre farmacológicamente activa. ración de la acción es que muchos de los ancianos están to-
En el anciano hay una disminución del metabolismo he- mando medicinas que pueden inducir enzimas hepáticas para
pático por la baja en de la actividad oxidativa microsomal, a metabolizar otras drogas. Sin embargo, no hay evidencia de
esto se une que el flujo sanguíneo y la masa hepática están que estos requerimientos aumentados existan y más bien
reducidos significativamente, por lo que para los medica- los resultados señalan hacia los efectos. prolongados de las
mentos que se aclaran en el hígado existe un aumento de la drogas. Para evitar estos efectos rápidos y. exagerados de las
biodisponibilidad manteniendo concentraciones elevadas en drogas, las dosis deben titularse despacio y disminuirse en un
sangre durante más tiempo con menor metabolismo hepático 30% aproximadamente (29).
y, no ajeno a esto, los cambios en la función renal a lo cual Por otra parte, no hay que dejar de un lado las medicacio-
se añade la susceptibilidad de presentar alteraciones renales nes que suelen recibir este tipo de pacientes como psicotrópi-
debidas a deshidratación, insuficiencia cardíaca congestiva, cos, antihipertensivos, antiepilépticos, ri1u~hos de ellos rela-
hipotensión, retención urinaria, pielonefritis o nefropatía dia- cionados con menores resultados en la intervención; se dice
bética entre otras. que la presencia de cuatro'~ más medicaciones se relaciona
La disminución de la función renal con el envejecimiento con incremento en e1.riesgo de falla (30).
I
origina que se afecte la eliminación de algunos medicamen- Los betabloqueadores pueden disminuir la respuesta he-
tos que se excretan por filtración glomerular, como la digoxi- modinámica compensatoria del paciente a la hemorragia o
na y los antibióticos aminoglucósidos y los que se secretan pérdida de volumen, los antihipertensivos en general pueden
activamente por los túbulos renales como la penicilina y pro- hacer la reanimación más difícil, adicional a que la hipoten-
cainamida. sión en este caso nunca debe ser atribuida a los medicamen-
La respuesta a los medicamentos en el paciente geriátrico tos recibidos por el paciente. Todo paciente con antecedente
se ve alterada por cambios cuanti-cualitativos en los sitios re- de HTA y una presión arterial "normal" es inestable hasta
ceptores fundamentalmente en el sistema nervioso, corazón que no se demuestre lo contrario.
y músculos. De estos los más estudiados son los receptores La terapia oral crónica con warfarina y el uso de otros
betaadrenérgicos, observándose una disminución de la res- agentes que interfieren con la hemostasia son frecuentes en
puesta de los fármacos betaadrenérgicos. este grupo de pacientes dadas las condiciones asociadas como
Es importante destacar que medicamentos como la di- TEP, TVP, FA, Stroke y reemplazos valvulares, y en los que
goxina e hipoglicemiantes orales, cuyo uso es frecuente en sufren TCE se aumenta la mortalidad por la alta incidencia
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

de sangrado; en este caso se debe valorar el riesgo-beneficio incapaz de mantener la presión arterial y la perfusión en un
de revertir rápidamente el efecto de estos agentes dado el estado de hipovolemia, ventilación con presión positiva y
riesgo de hemorragia intracraneal, sangrados y necesidad de cambios súbitos de posición. Situación que es particularmen-
intervenciones quirúrgicas. Se encuentran estudios en los que te peligrosa cuando los cambios vasculares han dejado a un
se recomienda, dada la urgencia, el uso de concentrados de órgano dependiente de la presión, como ocurriría en el caso
protrombina, 10 mg de vitamina K IV en infusión lenta o en de la obstrucción coronaria o carotídea. Situaciones como la
ausencia de éstos la administración de plasma fresco conge- hipovolemia, la hipoxemia, hipercapnia o hipotensión no lo-
lado, y si es preciso repetición de este tratamiento de acuer- gran desencadenar un mecanismo compensatorio a través de
do al INR. En casos no urgentes se recomienda vitamina K un reflejo simpático, de magnitud suficiente para alertarnos
1-2,5mgs oral (31,32). sobre un evento en curso. La deshidratación es un riesgo real
También se propone el uso de la desmopresina, análogo porque frecuentemente estos pacientes tienen órdenes de su-
sintético de la vasopresina con propiedades hemostáticas en presión de la vía oral, preparaciones de intestino con enemas,
pacientes que toman aspirina y sufren TCE con una eficacia están tomando diuréticos, factores que -pueden inducir hipo-
limitada como lo muestra el Dr. Pleym (33). tensión si no se provee la hidratación adecuada (36).
Se recomienda el uso liberal de la TAC en la población El estudio de Goldman encontró que la morbimortalidad
adulta mayor en que el sangrado intracerebral se puede pre- postoperatoria de un paciente con una presión diastólica asin-
sentar sin alteración neurológica y más con la ingesta previa tomática de 110 mmHg era la misma de un paciente normo-
de agentes que trastornan la hemostasia (34). tenso de igual edad, por lo que éste es el límite superior acep-
table para efectuar el procedimiento anestésico, exceptuando
Manejo del trauma geriátrico si es de urgencia siendo el ideal esperado de 90 mmHg, pero
es correcto posponerlo en caso de que el paciente se encuen-
Metas en reanimación en trauma geriátrico
tre sintomático (37). Consideración ante la cual no debemos
La edad es un factor de riesgo que aumenta la mortalidad en olvidar que el paciente con trauma puede presentar una res-
trauma, no sólo porque disminuye la reserva fisiológica sino puesta catecolamínica por el trauma en sí mismo como por el
porque hay mayor incidencia de' enfermedades coexistentes. dolor secundario representado en una seudohipertensión.
La evaluación del ABCs inicial en pacientes geriátricos El uso de agentes inductores durante la reanimación y es-
del trauma incluye un número de consideraciones importan- pecialmente en la intubación, es un factor agravante de la
tes. Los ancianos han disminuido reflejos de la vía aérea, y mecánica cardiovascular: los anestésicos producen depresión
se debe considerar prevenir la aspiración. Adicional a que la miocárdica, modifican el tono vascular y afectan la función
respuesta ventilatoria a la hipoxia y a la hipercapnia es co- celular, esto último reflejado en la disminución de la tasa me-
mún. El análisis del pH y de la tensión arterial del CO 2 es tabólica basal y consumo de oxígeno (indicativo de una deu-
esencial. da de 02 tisular). Las respuestas compensadoras son míni-
La vía aérea geriátrica puede ser difícil de manejar; la mas o variables durante la reanimación utilizando este tipo de
apertura bucal y movilidad cervical puede estar limitada junto medicamentos: gasto cardíaco bajo, entrega de 02 baja con
con la necesidad de mantener la estabilización en línea de la isquemia e hipoxia tisular y mala distribución dél flujo circu-
columna hacen que la laringoscopia sea difícil, concomitante latorio sistémico. Estos efectos son mayores cuando el even-
a esto se debe tener especial cuidado respecto a la terapia to desencadenante ha sido el trauma acompañado de hemo-
farmacológica en el momento de considerar una secuencia rragia, que provoca hipovolemia, con reducción del gasto y
de inducción rápida en el paciente geriátrico debido a que las entrega inadecuada de 02 a los tejidos, limitand~ la perfusión
dosis de casi todos los agentes inductores (benzodiacepinas, y el consumo de 02' Los pacientes que sobreviVen respon-
barbitúricos) se deben reducir en los ancianos para evitar la den al estrés con reacciones compensatorias incrementadas
hipotensión.
Al momento de iniciar la relajación neuromuscular de ur-
°
que, como el índice cardíaco y el aporte de 2 restauran la
oxigenación tisular, mientras los que no sobreviven mueren
gencia donde es muy frecuente el uso de succinilcolina, la de disfunción de múltiples órganos por una incapacidad fi-
administración de una dosis defasciculante de un RNMND siológica para aumentar estas variables por encima del rango
puede suprimir prematuramente la respuesta ventilatoria, normal y así compensar las demandas cardiorrespiratorias y
dando por resultado apnea con la relajación inadecuada. Las metabólicas de su estado posreanimación (38).
dosis de los agentes de bloqueo neuromuscular no deben ser Junto con los cambios renales es frecuente encontrar en-
reducidas (35). fermedades renales en el 30% de estos pacientes, lo que ade-
La rigidez de la pared vascular que favorece la hiperten- más de afectar la duración del efecto de las drogas, incremen-
sión arterial amortigua la ya disminuida respuesta barorre- ta el riesgo de una falla renaL Una labilidad renal aún mayor,
ceptora y puede exagerar los cambios en la presión sanguínea se encuentra durante el trauma aórtico, trauma y obstrucción
en respuesta a cambios pequeños en la resistencia. Esta cobra aortoilíaca, por lo cual el reanimador debe proteger al riñón
importancia para el médico de urgencias y el anestesiólogo de sufrir esta complicación con el mantenimiento de la vole-
cuando se aborda al paciente deshidratado, ya que éste es mia y perfusión adecuadas y medidas nefroprotectoras.
49 I TRAUMA EN EL ANCIANO

La mortalidad se empieza a incrementar luego de los 45 La resucitación inicial de la víctima geriátrica se debe di-'
años, siendo ésta mucho más alta en mayores de 65 años, la in- reccionar de acuerdo a los protocolos, teniendo siempre pre-
cidencia de trauma para este grupo de edad es de 92, 1 por cada sente que los parámetros hemodinámicos, especialmente el
100.000, mientras que para todas las edades es de 35,7 (39). ritmo cardíaco, son inadecuados para determinar la esta~ili­
Existe una prevalencia de condiciones de comorbilidad en dad de pacientes geriátricos. Los gases de sangre arterial se
pacientes traumatizados de 8,8% al 19,3%, aumentando en deben considerar obligatorios porque pueden revelar un défi-
pacientes mayores de 65 años hasta el 30%. La prevalencia cit bajo creciente, o una concentración elevada del lactato del
de hipertensión arterial también aumenta con la edad siendo suero, que son marcadores de hipovolemia oculta o de shock
alrededor de 59,2% en EEUU entre los 65 y 74 años. La vali- inminente. Mientras que un déficit bajo creciente es clara-
dez del ISS para los pacientes geriátricos implicados en coli- mente un marcador de la enfermedad seria, un déficit bajo
siones del vehículo de motor todavía está en estudio. McCoy normal no elimina lesión seria o el riesgo de la muerte en los
y los colegas sugirieron un sistema, pero éste debe todavía pacientes mayores, por lo tanto se deben realizar medidas de
ser convertido y ser validado (40). reanimación agresivas (43).
La reanimación del paciente geriátrico traumatizado re- En ausencia de un catéter de Swan, un catéter venoso cen-
presenta un desafío, el enfoque de manejo es similar al del tral y los gases arteriales o los niveles del lactato se reco-
paciente politraumatizado joven, sin embargo, esta reanima- miendan para dirigir la terapia. La medición no invasiva de la
ción debe ser bastante agresiva, ya que esto permite mejorar presión arterial por bioimpedancia puede ser confiable (44).
la supervivencia, sin que exista consenso de cuáles son las Algunos autores recomiendan usar catéter de arteria pul-
metas y cuál es la monitoría de la misma. Los datos indican monar en el paciente anciano con hipotensión y lesiones sig-
que el paciente geriátrico con múltiples lesiones puede apa- nificativas (índice abreviado de trauma> 3 ó trauma score <
recer "estable" teniendo un déficit profundo de la perfusión 15); este grupo de pacientes deben ser reanimados con líqui-
secundario al bajo gasto cardíaco (41). dos y soporte vasopresor para mantener un índice cardíaco de
Tratando de identificar qué pacientes se pueden beneficiar por lo menos 4 L/min x m2 o un consumo de oxígeno de 170
de monitoría invasiva es importante una adecuada valoración mL/min x m 2 (figura 3).
previa para detectar, junto con la ayuda de paraclínicos, la El uso temprano de la monitorización hemodinámica in-
presencia de acidemia e hipoperfusión tisular que nos ayudan vasiva puede ayudar a mejorar supervivencia. Los criterios
a identificar los pacientes de alto riesgo; un incremento del para la monitorización hemodinámica no están claros en esta
déficit de base menor o igual a -6 mEq/l se asocia a mayor población. Scalea evaluó pacientes ancianos con trauma múl-
mortalidad (42). tiple. Realizó monitoreo hemodinámico invasivo a aquellos

I ABes I
I I

Sin signos de Shock


hipoperfusión ISS> 9
(Lactato <2) Enfermedad concomitante asociada
ISS<9

Catéter arteria pulmonár,


línea arterial, cálculo de
variables de transporte de
Monitoreo
oxígeno.
estándar
ASA

I Presión en cuña < 15-18 mmHg


I Presión en cuña> 15 -18
mmHg

I Carga de volumen
I
Soporte inotrópico para mantener
SV02 > 70% Y lactato < 2.

Figura 3. Algoritmo del manejo inicial del paciente anciano. ISS, índice de severidad. Estándar de monitorización de la So'ciedad Americana de Anestesio-
logía (ASA) como capnografía, saturación de oxígeno, electrocardiograma, presión arterial y temperatura. Adaptado de Santora TA, Schinco MA, Trooskin
SZ. Management ofTRAUMA in the elderly patient. Surg Clin NorthAm 1994; 74; 163-85.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

con PAS <150 mmHg, acidosis, fracturas múltiples y TCE. de acidemia láctica de más de 22mg/dl (>2,4 mmol/l) por más
El catéter en la arteria pulmonar y la línea arterial fueron uti- de 12 horas se asocia con incremento en la mortalidad (51).
lizados en todos los pacientes. Los pacientes fueron optimi- Los ancianos están en riesgo creciente para el desa11'o-
zados con infusión de volumen e inotrópicos a un IC mayor 110 de la hipotermia durante la resucitación, se deben tomar
de 4 L/minJm2 o a un IV0 2 de 170 ml/min/m2 • De 30 pacien- medidas para mantenimiento de la temperatura corporal con
tes, 13 presentaron choque cardiogénico y el 54% de ellos dispositivos de calor externos (52). Se ha encontrado que el
falleció. Hubo diferencias en la sobrevida estadísticamente paciente mayor es más susceptible a presentar choque que
significativa entre las que se les optimizó el gasto cardíaco y aquellos pacientes más jóvenes con índices similares de la
la resistencia vascular sistémica. En este trabajo se evidenció severidad del trauma y de lesión (53).
que puede haber déficit de perfusión asociado a bajo GC y El riesgo de tromboembolismo pulmonar aumenta en rela-
la monitoría hemodinámica invasiva podría identificar este ción con la edad, tipo de lesión dependiendo del tipo de limi-
déficit para optimizar el manejo oportuno (45). tación que le produzca y comorbilidades asociadas. Las op-
Schultz evaluó el monitoreo fisiológico en 70 ancianos ciones terapéuticas incluyen buena hidratación, movilización
con fractura de cadera, randomizados en dos grupos: al gru- temprana, al igual que el uso de heparina no fraccionada y
po control (no monitoreado) se le colocó un catéter venoso heparinas de bajo peso molecular, adicionalmente control de
central y al otro grupo (monitoreado) un catéter en la arteria la glicemia porque hay una mayor incidencia en intolerancia
pulmonar; las anormalidades fisiológicas fueron siendo co- de la glucosa, la función hepática reducida y una reducción
rregidas apropiadamente. La morbilidad postoperatoria fue en la masa hepática del 40%.
similar en los dos grupos, mientras que la mortalidad del gru- Respecto a la profilaxis antiembólica las heparinas no
po monitoreado fue de 2,9% y el del grupo no monitoreado fraccionadas, de bajo peso molecular y el fondaparinux tie-
fue de 29% (46). nen ventajas y desventajas en el tratamiento y la profilaxis de
Tornetta hizo una revisión retrospectiva de 326 pacientes eventos trombóticos en los ancianos. La unión no específica
mayores de 60 años. Los pacientes que murieron tuvieron de la heparina a proteínas del plasma requiere un nivel tera-
mayores requerimientos de transfusión (10,9 vs. 2,9 U) y de péutico difícil con importante riesgo de sangrado, las de bajo
infusión de fluidos (12,4 vs. 4,9' L), siendo estos predictivos peso molecular son seguras en los ancianos, aunque necesi-
de mortalidad. En este trabajo los autores concluyen que la tan ser utilizadas cautelosamente en pacientes con creatinina
monitoría invasiva se justifica en pacientes con un ISS mayor menor de 30 rnL/min y obesos, grupo en el que debe tomarse
de 18 pero en aquellos con puntaje menor la indicación no niveles de antiXa. El fondaparinux, el más nuevo del grupo,
está clara (47). parece ser eficaz y seguro en los ancianos. También tiene la
La presencia de choque se asocia con un pobre resultado. ventaja de no causar trombocitopenia inducida por heparina
Oreskovish siguió a 100 pacientes ancianos traumatizados y (TIH) que se manifiesta con trombocitopenia o trombosis.
encontró que aquellos que no sobrevivieron todos presenta- Argatroban o lepirudin, inhibidores directos de la trombina,
ron choque (PAS<80 mmHg) por más de 15 minutos entre se recomiendan para aumentar las plaquetas y para prevenir
el trauma y la admisión al hospital, mientras que los que so- trombosis en estos pacientes con TIH. Todavía faltan estudios
brevivieron sólo el 6% presentó choque (48). En este mismo que ayuden a entender la anticoagulación en esta población
sentido van Aalst analizó retrospectivamente 98 pacientes ge- en crecimiento (54).
riátricos con trauma aplastante con ISS mayor de 16. De los Cuando el paciente geriátrico con trauma requiere ser lle-
48 pacientes que sobrevivieron, sólo uno presentó choque; vado a cirugía de urgencia, no debemos olvidar que la morta-
mientras que de los 50 que no sobrevivieron 15 presentaron lidad aumenta y adicionalmente en pacientes mayores de 65
choque. Los autores concluyeron que la presencia de choque años la incidencia de complicaciones postoperat6Tias es 17%
(PAS<90 mmHg) en la admisión es un factor significativo atelectasias, 12% bronquitis, 10%!neumonía, 6% ICC e IAM,
que se asocia a peor pronóstico, al igual que la sepsis (49). 7% delirio y 1% signos neurológicos focales. En procedi-
El déficit de base fue evaluado por Davis y Kaups en 274 mientos de alto riesgo comó cirugía vascular la incidencia de
pacientes mayores de 55 años. Encontraron que hay un incre- complicaciones pulmonares mayores es de 15,2% (55).
mento estadísticamente significativo en la mortalidad con el Respecto al manejo definitivo del paciente politrauma-
incremento del déficit de base, comparado con pacientes más tizado, desde la década de 1970, se pudo demostrar que la
jóvenes con similar severidad de trauma (50). estabilización temprana definitiva intramedular de la fractu-
Una segunda determinación del lactato o del déficit de ra disminuía la incidencia de síndrome de embolismo graso,
base, entre 30 a 45 minutos después de la llegada, se debe tromboembolismo y muerte, respecto a aquellos que no se
considerar en todos los pacientes geriátricos, un resultado operaban, pero la incidencia de SDRA continuaba siendo
persistente alto debe alertar sobre la posibilidad de hemorra- alta. Estudios posteriores demostraron que la fijación tempra-
gia en curso, resucitación inadecuada, u otras complicacio- na dentro de las primeras 24 horas disminuía la morbilidad
nes como síndrome del compartimiento. pulmonar debido a la incidencia de SDRA, síndrome de em-
Adicionalmente, la elevación del lactato sérico también se bolismo graso, embolismo pulmonar, disfunción pulmonar y
ha asociado como signo de hipopelfusión oculta, la presencia neumonía en pacientes con trauma múltiple (56) ..

644
49 I TRAUMA EN EL ANCIANO

El mecanismo exacto mediante el cual la estabilización Finalmente, las fracturas de cadera tienen menor riesgo de
temprana de huesos largos. contribuye a la disminución de la complicaciones postoperatorias cuando se tiene una guía de
incidencia de disfunción respiratoria y falla orgánica múltiple practica clínica para su manejo tal como lo demostró Beau-
no es bien conocido, pero depende de la respuesta inflamatoria, pre y cols en su estudio de fracturas de cadera en pacientes
reducción del síndrome de embolismo graso y disminución de ancianos publicado este año (57). Existen muchos mec¿nis-
los requerimientos analgésicos. Además permite un adecuado mos con mejores resultados relacionados con la fijación tem-
soporte nutricional que impide la colonización por gérmenes prana de las fracturas dentro de las primeras 24 a 48 horas
resistentes; en la UeI facilita el soporte ventilatorio y cardio- en el anciano, teniendo en cuenta que las comorbilidades se
vascular dentro del proceso del manejo temprano total. relacionan con aumento en la mortalidad.
En la década de 1990, se observó que pese al cuidado total Respecto al trauma de órgano sólido la edad no es un cri-
temprano existía una alta incidencia de complicaciones en terio de exclusión para el manejo no operatorio de lesión de
ciertos pacientes, comprobándose posteriormente que exis- órgano sólido, las indicaciones de dar manejo médico a estas
tían tres factores que empeoraban el pronóstico pulmonar en lesiones son diversas y dependen del estado hemodinámico
el trauma múltiple: la severidad del trauma (trauma múltiple del paciente.
y choque asociado), presencia de trauma torácico y fresado Finalmente debemos recordar que el paciente anciano
intramedular del fémur, concluyendo que estos pacientes son hospitalizado tiene alto riesgo de presentar alteraciones men-
los que tienen alto riesgo de descompensación pulmonar y tales y no es raro que se presente el delirio agudo el cual
SDRA. incrementa la morbilidad, demora la recuperación y prolon-
La realización del manejo total temprano no fue benéfico ga la estancia hospitalaria; se recomienda tener en cuenta la
en pacientes con poli traumatismos, por lo cual se empezó a scausas (DIMTOP):
hacer una fijación temporal de la fractura y la reanimación Drogas (anticolinérgicos, benzodiacepinas, .suspensión
del paciente, postergando la fijación definitiva; fue así como súbita de éstos)
se empezaron a aplicar los principios de la cirugía de control Infección
de daños en ortopedia, la cual tiene tres etapas: la primera Metabólicos (hipo/hipernatremia)
es la estabilización temporal temprana de la fractura con fi- Trauma (hipoperfusión, embolismo graso en ortopedia)
jación externa y el control de la hemorragia; la segunda es Oxígeno (hipoxia/hipercapnia)
la resucitación del paciente a un estado fisiológico estable, Psiquiátricos y dolor (58).
determinado por parámetros de perfusión tisular que depende
de la estabilidad hemodinámica, de los gases sanguíneos, de Manejo del dolor
los niveles de lactato, del déficit de base y del gasto urina- Aunque hablar del manejo del dolor en los ancianos corres-
rio; y la tercera etapa es la fijación definitiva de la fractura. pondería a otro capítulo, sí es importante que se hagan algunas
Llevando a cabo este proceso se ha logrado demostrar, ade- consideraciones sobre el tema, por la importancia que éste tie-
más de lo antes mencionado, que disminuye la incidencia de ne en los resultados finales del paciente anciano politraumati-
FOMySDRA. zado tanto antes como después de ser llevqdo a cirugía.
El trauma mayor causa cambios inflamatorios, en la casca- En el anciano, adicional a la consideración especial que
da fibrinolítica y de la coagulación en pacientes con función debemos hacer con la fisiopatología de la vejez, se deben te-
cardiopulmonar estable, mediado principalmente por altos ner en cuenta:
niveles de IL-6. Disminución de la función pulmonar con atelectasias e
Hay estudios que han demostrado que el fresado de huesos hipoxemia ",
largos aumenta el riesgo de desarrollar SDRA y otros trastor- Aumento de la activigad simpática (taquicardia, hipo-
nos pulmonares, pero hasta el momento esto es controversial. tensión, isquemia miocárdica, íleo paralítico y respuesta
Se ha demostrado que llevar a fijación definitiva entre 2-4 catabólica exagyrada)
días luego del trauma aumenta significativamente la respues- Sensibilización neural central con desarrollo de dolor
ta inflamatoria respecto a aquellos que son llevados a cirugía neuropático crónico
definitiva entre 5-8 días; esto puede estar relacionado con los Adicional e esto en el anciano existe riesgo para el desa-
niveles altos de IL-6 inicialmente y que puede facilitar el de- rrollo de disfunción cognitiva postoperatoria (59).
sarrollo de FOM. Los niveles de PMN en pacientes con ISS
alto se elevan entre los días 2-13 después del trauma hacien- Un mal manejo del dolor contribuye a mayores períodos de
do el pico más alto entre los días 2-5, retornando a valores recuperación, mayor utilización de recursos médicos y lo·que
normales entre el día 14 y 21. Es importante tener en cuenta es más importante, un compromiso de los resultados. Por lo
que el momento para el manejo definitivo de las fracturas tanto es conveniente el tratamiento del dolor postoperatorio
depende del hueso comprometido y del tipo de fractura ya no sólo para asegurar el confort del paciente, sino para redu-
que para las fracturas de cadera se ha demostrado cómo, al cir la morbimortalidad, estancia hospitalaria y costos médi-
hacer un manejo temprano (dentro de las primeras 48 horas), cos (tabla 3).
disminuye la mortalidad en los pacientes ancianos.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Tabla 3. Consecuencias del dolor persistente. námica y no darlos por más de tres días. Los AINE's producen
efectos adversos tales como ulceración gástrica, alteraciones en
Consecuencias del dolor persistente en ancianos
la coagulación, reducción de la función renal y empeoramiento
Depresión
del broncoespasmo, por lo que debe evitarse en pacientes que
Ansiedad y agitación
puedan estar más expuestos a estas complicaciones.
Disminución'de la socialización
Respecto al uso de opioides, no están contraindicados en
Pérdida del apetito, pérdida de peso y mala nutrición
los ancianos y por el contrario sí existe beneficio respecto al
Disturbios del sueño
manejo del dolor; una buena opción, si en la institución se
Disminución de la ambulación
cuenta con un servicio de Clínica del dolor, son las diferen-
Incremento del uso y costos del cuidado de la salud
tes técnicas regionales y analgesia controlada por el paciente
Desacondicionamiento
que permite la auto administración de analgesia de acuerdo
Predisposición a trombosis venosa profunda, embolismo pulmonar e in-
fección
a las necesidades. Existe controversia acerca de su uso en
ancianos, pero siempre y cuando exista adecuado nivel de
Adaptado de: Barkin RL. Perception, assessment, treatment, and manage- conciencia se recomienda usarla (60).
ment of pain in the elderly. Clin Geriatr Med 2005; 21(3): 465-90. Las guías prácticas de administración de opiáceos en los
ancianos recomiendan comenzar con dosis bajas por el pro-
Problemas relacionados con el tratamiento del bable aumento de la sensibilidad de los ancianos a los opiá-
dolor ceos parenterales (61).
Sigue existiendo todavía miedo a una sobredosificación o a la
presencia de efectos adversos cuando se trata el dolor agudo, Riesgo-beneficio en geriatría
y más aún en los pacientes ancianos. Las enfermedades aso- Otra consideración importante está dada respecto a la deter-
ciadas, los tratamientos crónicos que ellas conllevan, pueden minación del riesgo beneficio de ingresar a UCI al paciente
interferir con el metabolismo de las drogas analgésicas y po- geriátrico; el Dr. Lloyd realizó un estudio de cohortes pros-
tenciar el riesgo de efectos adversos. pectivo en pacientes con enfermedad crónica y mortalidad a 6
Actualmente la tendencia es ~l uso de la analgesia multi- meses del 50% en pacientes mayores de 80 años dividiéndo-
modal, aunque en el manejo del dolor postoperatorio se en- los en quienes requerían ventilación mecánica por 14 días y
globa en dos amplias categorías: quienes lo requerían por 1 mes + traqueostomía encontrando
a. Analgesia preventiva o profiláctica y que la calida de vida predicha se relacionaba con la decisión
b. Mantenimiento de la analgesia postoperatoria. de someterse a terapias agresivas (62).
Adicionalmente, respecto al manejo integral del paciente
En los dos casos se puede realizar a través de la combinación geriátrico, es muy importante valorar la funcionalidad antes
de agentes (técnica multimodal). y después sufrir la lesión o ser llevado a cirugía, se emplea
Respecto a los AINES, los ancianos están más predispuestos el pronóstico de supervivencia o el perfil de impacto de en-
a los efectos renales adversos de estas drogas, dada la existencia fermedad y no siempre es fácil que el médico lo precise con
de condiciones patológicas (insuficiencia renal, insuficiencia exactitud. El índice de Karnofsky refleja la calidad de vida
cardíaca) y el uso de varias medicaciones tales como diuréti- del enfermo, 100: alta calidad sin enfermedad, 50: requiere
cos o IECA~s. Con estos fármacos se recomiendan medidas de asistencia considerable y cuidados médicos, 20: muy enfermo
protección renal, buen aporte de líquidos, estabilidad hemodi- requiere hospitalización continuada y el Oque es fallecido.
"

Tabla 4. Escala de Karnofsky.

Actividades Puntuación Equivalente físico


Normal, sin quejas, faltan indicios de enfermedad 100 Capaz de trabajo y actividad normales, sin necesi-
Llevar a cabo una actividad con signos 90 dad de cuidados especiales
Actividad normal con esfuerzo. Algunos signos o síntomas morbosos 80
Capaz de cuidarse, incapaz de actividad normal o trabajo activo 70 No apto para el trabajo. Capaz de vivir en la casa,
Requiere atención ocasional, pero es capaz de satisfacer la mayoría de sus necesidades 60 satisfacer la mayoría de sus necesidades. Necesita
una ayuda de importancia variable
Necesita ayuda importante y asistencia médica frecuente 50
Incapaz, necesita ayuda y asistencia especiales 40 Incapaz de satisfacer sus necesidades, necesita
Totalmente incapaz, necesita hospitalización y tratamiento de soporte activo 30 asistencia equivalente a la de un hospital. La en-
fermedad puede agravarse rápidamente
Gravemente enfermo. Tratamiento activo necesario 20
Moribundo, irreversible 10
Muerto O Muerto

Tomado de: Karnofsky DA, Abelmann WH, Graver LF, et al. The use of nitrogen mustards in the palliative treatrnent of carcinom. CANCER 1948; 1: 634-56.
49/ TRAUMA EN EL ANCIANO

El índice de Karnofsky varía en un rango de O (fallecido) 17. Jeremitsky E, Omert LA, Dunham CM, et al. The impact of hypergly~
a 100 (paciente sin discapacidades), considerándose que los cemia on patients with severe brain injury. J Trauma 2005; 58(1):47-
50.
pacientes por debajo de 70 puntos requieren· algún tipo de 18. Carlos A. Reyes-Ortiz. Lesiones fatales ocasionadas por vehículo mo-
asistencia personal para desenvolverse y por debajo de los 50 tor a personas mayores de 60 años en Cali, 1993-1997. Colombia mé-
puntos asistencia institucional (tabla 4). dica 1998; 29(4). !
19. Accidentalidad vial en Colombia. Fondo de Prevención Vial, Bogotá,
1996.
Conclusión 20. Ministerio de Salud, Departamento Nacional de Planeación UDS-DI-
SAL. Documento CONPES 2756: "Salud y Seguridad Social". Santafé
En el momento de abordar al paciente anciano politrauma- de Bogotá, 1995.
tizado debemos recordar los cambios fisiológicos que se 21. Nevitt MC, Cummings SR, Hudes ES. Risk factors for injurious falls:
presentan en la vejez, lo cual hace que nuestras metas en el a prospective study. J Gerontol 1991; 46: M 164-70.
manejo de este tipo de pacientes sean un poco diferentes a 22. http://fonprevial.org.co
23. Steven R. FIanagan. Traumatic Brain Injury in the EIderly: Diagnostic
las que usamos en el resto; la disminución de la reserva fisio- and Treatment ChalIenges. CIin Geriatr Med 2006; 22: 449-468.
lógica y su alta incidencia de comorbilidad nos obliga a que 24. Lara K. Kulchycki. Geriatric Neurologic Emergencies. Emerg Med
seamos mucho más oportunos en la reanimación inicial del Clin N Am 2006; 24: 273-298.
paciente anciano ya que tiene mucha mayor labilidad si lo 25. Manktelow A, Meyer AA, Herzog SR, et al. Analysis of life expectan-
cy and living status of elderly patients surviving bum injury. J Trauma
comparamos con el paciente joven. 1989; 29(2): 203-7.
El paciente geriátrico requiere un equipo multidisciplina- 26. Weinberg AD. Hypothermia. Ann Emerg Med 1993; 22: 370-7.
rio en su manejo. La relación riesgo-beneficio de los dife- 27. Ellison N. Geriatric Anesthesia. En Katlic M. (Ed.): Geriatric Surgery.
rentes tipos de intervenciones se hace más difícil con la edad Urban & Schwarzenberg. USA 1990.
28. Muravchick S. Anesthesia for the Aging Patient. Can J Anaesth 1993;
y concomitante a esto complicaciones/mortalidad; debemos 40(5): R63-R687.
permitir al paciente anciano que sufre algún tipo de trauma- 29. Nordell E, Jamlo GB, Jetsen C, et al. Accidental falls aÍld related frac-
tismo una reanimación oportuna y óptima acorde a sus co- tures in 65-74 year olds: a retrospective study of 332 patients. Acta
morbilidades asociadas permitiéndole continuar su proceso Orthop Scand 2000; 71: 175-9.
30. Hirsh J, Fuster V, Ansell J, et al. American Heart AssociationlAmeri-
de envejecimiento normal. can College of Cardiology Foundation guide to warfarin therapy. Cir-
culation 2003; 107: 1692-711.
31. Kennedy DM, Cipolle MD, Pasquale MD, et al. Impact of preinjury
Referencias warfarin use in elderly trauma patients. J Trauma 2000; 48: 451-3.
1. Miller. Miller's Anesthesia, 6th ed., © Churchill Livingstone. 2005. 32. PIeym H, Stenseth R, Wahba A, et al. Prophylactic treatment with
2. McMahon DJ, Schwab CW, Kauder D. Comorbidity and the elderly desmopressin does not reduce postoperative bIeeding after coronary
trauma patient. World J Surg 1996; 20: 1113-9. surgery in patients treated with aspirin before surgery. Anesth Analg
3. Travis KW, Mihevc NT, Orkin FK, et al. Age and anesthetic practice: a 2004; 98: 578-84.
regional perspective. J Clin Anesth 1999; 11: 175-186. 33. Li J, Brown J, Levine M. Mild head injury, anticoaguIants, and risk of
4. Geriatric Trauma David W. Callaway, Emerg Med Clin N Am 2007; intracranial injury. Lancet 2001; 357: 771-2.
25: 837-860. 34. Milzman DP, Rothenhaus Te. Resuscitation of the geriatric patient.
5. Colombia: cambio poblacional demanda nuevas políticas sociales. Emerg Clin North Am 1996; 14: 233-45.
Global Information Network por Yadira Ferrer 1999. 35. Gómez ME. Pacientes viejos: cada vez son más. Revista Colombiana
6. Grossman MD, et al. When is an elder old? Effect ofpreexisting condi- de Anest~sioIogía 1993; 21(3): 235.
tions on mortality in geriatric trauma. J Trauma 2002; 52: 242-6. 36. Seventh Report of the Joint National Cornrnittee on Prevention, Detec-
7. Gosain A, DiPietro. Aging and wound healing. World J Surg 2004; tion. Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. Hypertension
28: 321-6. 2003; 42; 1206-1252.
8. Wei JY. Age and the cardiovascular system. N Engl J Med 1992; 327: 37. Shoemaker W, et al. Perioperative ManageIpent of High Risk Patients.
1735-1739. En Katlic M (Ed.): Geriatric Surgery: Compr-ehensive Care of the EI-
9. Milzman DP, Rothenhaus TC. Resuscitation of the geriatric patient. derly Patient. Urban & Schwarzenberg. USA 1990.
Emerg Clin NorthAm 1996; 14: 233-45. 38. Hoyert DL, Kochanek KD: Murphy SL. Deaths: final data for 1997.
10. Fleg J. Alterations in cardiovascular structure and function with advan- National Vital Statistics Reports from the Centers for Disease Con-
cing age. Am J Cardio11986; 57: 33-44. trol and Prevention,'Available at: http://www.cdc.gov/nchswww/ data!
11. Ian McConachie. Anaesthesia for the high risk patient. Greenwich Me- nvs47 _19.pdf. Accessed August 13, 1999.
dical Media 2003. 39. McCoy GF, Johnstone RA, Duthie RB. Injury to the elderly in road
12. Smetana GW. Preoperative pulmonary evaluation. N Engl J Med 1999; traffic accidents. J Trauma 1989; 29(4): 494-7.
340: 937-44. 40. Practice Management Guidelines for Geriatric Trauma: The EAST
13. Nagappan R, Parkin G. Geriatric critical careo Criti Care Clin 2003; Practice management Guidelines Work Group J Trauma 2003; 54:
19(2): 253-70. 391-416.
14. Steven R. Flanagan, Traumatic Brain Injury in the Elderly: Diagnostic 41. Davis JW, Kaups KL. Base deficit in the elderly: a marker of severe
and Treatment Challenges Steven R. Flanagan, Clin Geriatr Med 2006; injury and death. J Trauma 1998; 45: 873-877.
22: 449-468. 42. Miriam T. Aschkenasy, Todd C. Rothenhaus. Trauma and Falls 'in the
15. Mack LR, Chan SB, Silva JC, et al. The use of head computed tomo- Elderly. Emerg Med Clin N Am 2006; 24: 413-432.
graphy in elderly patients sustaining minor head trauma. J Emerg Med 43. Brown CV, Shoemaker WC, Wo CC, et al. Is noninvasive hemodyna-
2003; 24: 157-62. mic monitoring appropriate for the elderly criticalIy injured patient? J
16. Manku K, Leung J. Prognostic significance of postoperative in-hos- Trauma 2005; 58: 102-7.
pital complications in elderly patients. TI. Long-term quality of life. 44. Scalea TM, Simon HM, Duncan ÁO, et al. Geriatric blunt multiple
Anesth Analg 2003; 96(2): 590-4. trauma: improved survival with invasive monitoring. J Trauma 1990;
30: 129-136.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

45. Schultz RJ, Whitfield GF, LaMura 11, et al. The role of physiologic 54. David J. Cook. Priorities in Perioperative Geriatrics. Anesth Analg
monitoring in patients with fractures of the hipo J Trauma 1985; 25: 2003; 96: 1823-36.
309-316. 55. Bose D. Evolving trends in the care of polytrauma patients. Injury
46. Tornetta P, Mostafavi H, Riina J, et al. Morbidity and mortality in el- 2006; 37(1): 20-8.
derly trauma patients. J Trauma 1999; 46: 702-706. 56. LA Beaupre, JG Cinats, A Senthilselvan, D Lier, CA Jones, A Schar-
47. Oreskovich MR, Howard JD, Copass MK, Carrieo CJ. Geriatric trau- . fenberger, DWC Johnston, LD Saunders. Reduced morbidity for el-
ma: injury patterns and outcome. J Trauma. 1984; 24: 565-572. derly patients with a hip fracture after implementation of a perioperati-
48. Van Aalst JA, Morris JAJ, Yates HK, Miller RS, Bass SM. Severely ve evidence-based clinical pathway. Quality and Safety in Health Care
injured geriatric patients return to independent living: a study of fac- 2006; 15: 375-379.
tors influencing function and independence. J Trauma 1991; 31: 1096- 57. Nigel Hollister. The elderly patient. www.anaesthesiauk.com
11Ol. 58. Lynch E, Lazor M, Gellis J, Orav J, Goldman L, Marcoantonio E. The
49. Davis JW, Kaups KL. Base deficit in the elderly: a marker of severe impact of postoperative pain on the development of postoperative deli-
injury and death. J Trauma 1998; 45: 873-877. rium. Anesth Analg 1998; 86: 781-785.
50. Schulman AM. Young versus old: factors affecting mortality after blunt 59. Riehardson J, Bresland K. Drug & Aging 1998; 13: 19-31.
traumatic injury. Am Surg 2002; 68: 942-947. 60. Egbert AM, Park LH, Short LH et al. Randomized trial of postope-
51. Wang HE, Callaway CW, Peitzman AB, et al. Admission hypothermia rative patient-controlled analgesia vs. intramuscular narcotics in frail
and outcome after major trauma. Crit Care Med 2005; 33(6): 1296- elderly meno Arch Intern Med 1990; 150: 1897-1903.
30l. 61. Lavand'Homme O, De Kock M. Practical guidelines on the postope-
52. Wilton C. Levine. Anesthesia for the elderly: selected topies. Current rative use of patient-controlled analgesia in the elderly. Drug & Aging
Opinion in Anaesthesiology 2006; 19: 320-324. 1998; 13: 9-14.
53. Danya L. Heparins, Low-Molecular-Weight Heparins, and Pentasac- 62. Christian B. Lloyd. Intensive care decision making in the seriously ill
charides. Clin Geriatr Med 2006; 22: 1-15. and elderly. Crit Care Med 2004; 32(3).
N QU YMAN D L
DIÁTRICO P

Fernando E. Bermúdez P, MD; María Teresa Agudelo e, MD; elímaco Muñoz e, MD

Introducción y responsabilidades para cada miembro del equipo, que es el


responsable de la organización y diseño del plan, evaluación
El trauma continúa siendo la mayor causa de muerte en el
diagnóstica, radiológica y de sala de operaciones (4).
mundo en la población infantil. Cerca de 15.000 niños mue-
Lo único que realmente ha mostrado disminución de la
ren al año por accidentes y cerca de 150.000 presentan algún
morbimortalidad en los pacientes con trauma es la preven-
tipo de incapacidad permanente (1).
ción primaria, por lo que necesariamente nos tendremos que
La más alta mortalidad está en los niños mayores de un
referir a ella más adelante.
año, hasta en un 43% entre las edades de 1 a 19 años, 10% en
asaltos y 7,3% por suicidios. Los mecanismos más frecuen-
tes de trauma son accidentes de tránsito, caídas, accidentes Prioridades en la evaluación
de bicicletas, ahogamiento, quemaduras y maltrato infantil Como en todos los casos en donde se requiere reanimación,
(1-3). La causa más común de muerte es el trauma craneo- los pacientes pediátricos que han sufrido de trauma se de-
encefálico. Mientras que la mortalidad por otras causas ha ben evaluar de acuerdo al ABCDE y seguir los protocolos
disminuido, la del trauma aumenta progresivamente tanto de reanimación establecidos por el PALS, curso que todas
que se estima que en el' próximo año más de 20.000 niños las personas que manejan urgencias pediátricas deben rea-
podrían morir. lizar y actualizar cada dos años. Por lo tanto, garantizar una
Por lo tanto, la reanimación cardiopulmonar (RCP) es una adecuada vía aérea y restaurar la circulación y controlar las
parte muy importante de las acciones que van encaminadas a hemorragias, evaluar y documentar el estado neurológico del
la estabilización del niño traumatizado. El equipo de atención paciente son los pasos a seguir como prioridades en el ma-
debe tener una capacidad de respuesta en la reanimación en nejo y evaluación del paciente pediátrico con trauma severo.
un contexto adicional al convencional y es que los pacientes Haremos algunos comentarios sobre las consideraciones que
con trauma severo pueden presentar algunas situaciones un se deben tener en cuenta para su desarrollo.
poco diferentes ya que pueden existir problemas esperables
bien definidos que demanden acciones terapéuticas particu- Vía aérea
lares como control de hemorragias, inmovilización cervical,
La primera prioridad en el manejo del niño con trauma agudo
colocación de tubos de tórax entre otras.
es asegurar la permeabilidad de la vía aérea con maniobras
Los accidentes representan un importante costo econó-
que permitan su apertura, aspiración y si es necesario su-
mico, no sólo por los gastos médicos del tratamiento de las
plencia de oxígeno, máscara de presión positiva, intubación
lesiones iniciales, sino por la rehabilitación, el tratamiento de
orotraqueal o acceso quirúrgico. Reco~demos que en la edad
las secuelas y el ausentismo escolar.
El trauma en la población pediátrica es un evento catastró-
"
pediátrica es más fácil e~'trauma de cráneo por el tamaño
de la cabeza, comparado 'con el del tórax lo que hace que el
'fico que no sólo deteriora las funciones orgánicas del pacien-
trauma facial sea cpmún, causando deformidades que hacen
te sino también produce impactos emocionales y psicológi-
más difícil su manejo. Afortunadamente lo corto del cuello y
cos en el niño, que pueden alterar la función y estructura de
la disposición más anterior de la laringe hacen que el trauma
la unidad familiar.
penetrante sobre la vía aérea sea poco común (4). Realmente,
los traumas de cuello en pediatría ocurren entre en 10 a 15%
Manejo inicial y estabilización de los traumas serios y pueden involucrar sistemas aerodiges-
El efectivo manejo del trauma pediátrico requiere la integra- tivos, vascular y neurológicos. En particular la injuria larín-
ción de un equipo multidisciplinario que incluye cirujanos, gea es poco común ocurriendo en aproximadamente un.0,5%
pediatras, intensivistas pediatras, enfermeras, terapistas res- de las admisiones por trauma pediátrico (5).
piratorios, radiólogos, varias subespecialidades como neuro- Siempre debemos considerar la posibilidad de lesión cer-
cirugía y ortopedia y disponibilidad de laboratorio clínico al vical así ésta no sea evidente, de estómago lleno y la pre-
igual que de una sala de cirugía (2,3). Se debe tener un muy sencia de cuerpo extraño en la vfa aérea (4). En condiciones
buen organizado equipo de trauma con funciones asignadas normales, estos pacientes requieren de oxígeno y maniobras
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

básicas de apertura de la vía aérea (no olvidar inmovilización Tamaño de tubo


cervical), así como depermeabilizar la misma con aspiración Tamaño de tubo =(Edad en años/4) + 4
y extracción de materiales o secreciones que la puedan obs-
truir. Ante la presencia de importante dificultad respiratoria Esta secuencia de intubación rápida involucra la utilización de
debemos considerar un manejo agresivo de la vía aérea (no medicamentos sedantes y manejo de dolor como son el fenta-
contemporizar) y la intubación orotraqueal está indicada, con nyl combinado con un hipnótico como el propofol, midazolam
una técnica de secuencia rápida y maniobra de Sellick (tabla o ketamina los cuales escogeremos de acuerdo al efecto de-
1 y flujograma 1). seado así como sus contraindicaciones, y los relajantes mus-
culares preferiblemente de tipo no despolmizantes como el
Tabla 1. Indicaciones de intubación orotraqueal.
vecuronio, rocuronio y cisatracmium. El uso de estos medica-
mentos podría causar hipotensión en pacientes hipovolémicos
Reanimación cardiopulmonar
por lo que se debe infundir líquidos de manera adecuada antes
Imposibilidad de mantener la vía aérea
de considerar el uso de agentes vasopresores.
Vía aérea obstruida
Cuando las condiciones no son las mejores, mantener per-
Inestabilidad respiratoria
meable la vía aérea con las maniobras convencionales podría
Inestabilidad circulatoria
ser muy difícil y complicado, por lo tanto debemos recurrir
Glasgow inferior o igual a 8
a procedimientos como la traqueostomía y la cricotiroido-
tomía. Es muy controvertido la preferencia de un procedi-
Inmovilización miento sobre otro, en niños pequeños ambos podrían ser muy
cervical complicados ya que es difícil establecer las relaciones ana-
tómicas adecuadas pero en niños mayores se prefiere el uso
Suplemento de oxí- de la cricotiroidotomía por la disposición anterior de la vía
geno. Aspiración. Intubación Acceso aérea y riesgo de lesión vascular sobre la tiroides durante la
Posición. Cuerpo orotraqueal quirúrgico realización de emergencia de una traqueostomía (4, 5). La
extraño
traqueo sto mía usualmente se realiza en adultos en el servicio
de urgencias pero es un procedimiento difícil en niños no
Flujograma 1. Manejo de vía aérea. intubados.
Otra opción para asegurar la vía aérea en pediatría es la uti-
La vía preferida debe ser la orotraqueal por la posibilidad lización del nasolaringoscopia flexible de fibra óptica. Cuan-
de fractura en la base de cráneo (figura 1). do la ruptura la vía aérea superior es sospechada, (hablamos
de laringe, tráquea o bronquios) es decir el paciente cursa
con estridor, ronquera, afonía, tos, hemoptisis, dificultad res-
piratoria, cianosis, hematoma en cuello, desviación traqueal,
enfisema subcutáneo, esto indica complicación endotraqueal
y requiere la consulta de otorrino para la realización de en-
doscopia de fibra óptica con posible reparo quirúrgico (5).

Respiración. Ventilación
Hay que asegurar una adecuada oxigenación, ve.ntilación
y respiración para lo que podemo~,necesitar asistencia con
máscara y/o bolsa anestésica o ambú, o en su defecto ventila-
ción mecánica (figura 2). Los niños tienen menor capacidad
residual funcional en comparación a los adultos por lo que
ellos desarrollan hipoxia más rápidamente cuando la entre-
ga de oxígeno está comprometida. Se debe corregir el factor
desencadenante como obstrucción de la vía aérea o drenaje
de neumotórax, hemotórax o lesiones que afecten la reja cos-
tal (1, 3, 5). La falla respiratoria posterior al trauma es resul-
tado de acción directa o secundaria a efecto sistémico.
Cuando la lesión es directa, puede ocurrir daño a nivel
pulmonar con contusión pulmonar, neumotórax o he motó-
rax. La disfunción respiratoria secundaria a evento sistémico
puede ocurrir por respuesta inflamatoria sistémica, excesiva
Figura 1. Intubación orotraqueal. aplicación de líquidos durante la reanimación, transfusiones
50 I ENFOQUE Y MANEJO DEL PACIENTE PEDIÁTRICO POLlTRAUMATIZADO

masivas, aspiración de contenido gástrico con complicacio- Circulación


nes infecciosas posteriores. La evaluación e inspección de la circulación deben ser diri-
gidas, ágiles y rápidas para identificar el problema prioritario
y tomar acciones e intervenciones inmediatas para mantener
una adecuada reanimación vigilando la condición clínica del
niño ya que ésta puede cambiar en cualquier momento. Nues-
tra atención debe estar encaminada a la perfusión periférica
recordando que la presión arterial sistémica baja en niños es
un evento tardío y que sólo ocurre cuando la hipovolemia
es severa lo que representa una pérdida en el volumen san-
guíneo por encima del 25% de su volemia. La hipotensión
es un signo tardío de choque e insuficiencia circulatoria, por
lo tanto no debe ser el signo guía para determinar si el niño
requiere soporte o no. Su presencia indica descompensación
y necesidad de intervención urgente (tabla 3) (2).

Tabla 3. Grado de shock y requerimientos hídricos.


Figura 2. Ventilación mecánica.
Shock % pérdida Requerimientos
Una vez requerida la ventilación mecánica, se debe ase- I < 15 < 30ccxkg
gurar una adecuada ventilación y oxigenación evitando ba- n 15-25 30-60cc xkg
rotrauma, volutrauma y/o atelectasias como consecuencia de III 25-40 60-90 ce x kg
colapso alveolar que ocurre más fácilmente en la edad pe- IV >40 > 90 cc x kg
diátrica.
Estos pacientes pueden desarrollar SDRA entre un 1 a 5% Al menos un acceso vascular debe ser obtenido, pero lo
como complicación a un trauma de tórax o SRIS u otras agre- ideal es intentar canalizar dos accesos venosos con catéte-
siones externas como los niños con ahogamiento o inhalacio- res cortos y gruesos, ya que puede ser necesaria la perfusión
nes de sustancias, lo que aumenta su incidencia a un 20%. rápida de un importante volumen de líquidos para iniciar la
Las estrategias ventilatorias variarán de individuo a indivi- reanimación hídrica aplicando cristaloides isotónicos (no
duo pero se implementará un aumento en la presión positiva dextrosados) en bolos de 20 ce x kg infundidos en lOa 30
a final de espiración, volúmenes tidal bajos, hipercapnia per- minutos o a la velocidad que se requiera para sacar al pacien-
misiva y posición prono. te del estado de choque, repitiendo si es necesario y moni-
Si la ventilación es díficil se debe descartar: neumo o he- toreando la perfusión periférica, frecuencia cardíaca, gasto
motórax y/o taponamiento (flujograma 2 y tabla 2). cardíaco, estado mental, gasto urinario y presión sanguínea
como guía de seguimiento clínico. Si no existe mejoría en el
Tabla 2. Ventilación difícil.
paciente se debe reevaluar la situación clínica, definir paso de
glóbulos rojos al igual que definir conducta quirúrgica (con-
Obstrucción de la vía área
trol de daños vs. reparo completo) vs. manejo expectante en
Neumotórax
caso de compensación del paciente (4)~
Hemotórax
La discusión sobre uso de coloides, cri,staloides y/o albú-
Heridas penetrantes a tórax
mina sigue siendo motivo' de controversia y no se ha podi-
Contusión pulmonar
do recoger evidencia de la superioridad de unos sobre otros
Broncoaspiración
pero el rendimiento'en términos de expansión de volumen de
Edema agudo de pulmón
los cristaloides es menor que el de los coloides. Deberán ser
utilizados de acuerdo a los protocolos de cada institución.
No olvidar que ante la imposibilidad de un adecuado acceso
venoso, la utilización de la vía intraósea es salvadora (figura
3) (1, 2).

Esquema infusión intraósea


El error más frecuente en las fases inmediatas de reanima-
ción es una inadecuada administración de líquidos y sangre,
así como la administración precoz de vasoconstrictores sin
haber logrado un adecuado volumen intravascular (3). Una
Flujograma 2. Ventilación díficil (inadecuada). vez se requiera la administración de sustancias vasoactivas
SECCION 111: TRAUMA 651
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

la canulación de un acceso central está indicado y el sitio de Estado mental


elección dependerá de la experticia del médico y el sitio del De manera simultánea se está vigilando el estado neuroló-
trauma. gico del paciente. Si cursa con trauma de cráneo severo se
debe realizar una evaluación con escanografía cerebral sim-
Tuberosidad
tibial ple y definir la conducta médico/quirúrgica para manejo de
hipertensión endocraneana y trauma craneoencefálico (7). El
manejo y enfoque del paciente pediátrico con trauma craneo-
encefálico severo no es motivo de revisión en este capítulo ya
que tiene consideraciones suficientes para uno adicional.
Si el paciente no cursa con trauma de cráneo el objetivo
final continúa siendo el mismo, es decir, restaurar y preservar
una adecuada perfusión y oxigenación tisular con el manteni-
miento de una presión arterial, lo que se traduciría en una me-
joría del estado de conciencia del paciente. Conocemos mu-
chas maneras de evaluar el estado de conciencia del paciente
Figura 3. Infusión intraósea
pediátrico a través de diferentes escalas pero una forma muy
En estos momentos es importante, como parte de la eva- rápida y ágil de realizarlo es determinar si está despierto o
luación clínica, definir la necesidad de estudios diagnósticos no, si responde al llamado, al dolor o por el contrario no lo
como radiografías de tórax (6), pelvis y columna cervical, hace (7).
evaluación abdominal con escanografía de abdomen. Estas
ayudas diagnósticas deben ser solicitadas de acuerdo a los Despierto
Respuesta a la voz
hallazgos clínicos del paciente dando prioridad a los traumas
Respuesta al dolor
en órganos que pongan en riesgo la vida del niño. No respuesta
En el manejo de la fase de rea,nimación y restauración de
la circulación con reanimación cardiopulmonar (CPR), no Los signos clínicos de hipoperfusión cerebral están deter-
debemos olvidar y siempre reevaluar factores posibles que minados por la duración y severidad de la isquemia. Cuando
la estén precipitando o en su defecto interfiriendo con una el evento isquémico es súbito, los signos neurológicos antes
adecuada respuesta del paciente (tabla 4). de la pérdida de la conciencia pueden ser mínimos, el tono
muscular se pierde y pueden ocurrir eventos convulsivos.
Tabla 4. Factores precipitantes.
Cuando el evento de hipoperfusión es progresivo, los sín-
tomas neurológicos son más insidiosos con aparición progre-
Hipovolemia siva de alteración del estado de conciencia con confusión,
Hipoxia irritabilidad y letargia. Períodos de agitación pueden estar
Acidosis metabólica alternados con letargia.
Hipo o hipercalemia Debemos estar muy atentos a la relación del niño con sus
Hipotermia padres, si no hay reconocimiento o no se establece contacto
Hipoglicernia (niños menores) visual directo con ellos podríamos estar frente a una hipoper-
Hipotermia fusión severa o disfunción cerebral, al igual qu~ si no existe
Neumotórax a tensión respuesta al estímulo doloroso. Cuando el niño se,~ncuentra
Taponamiento cardíaco comatoso, asegurar la vía aérea es mandatario ya que se pude
acompañar de hipoventilación y agravar la hipoxemia.
En la evaluación de la circulación es importante definir En resumen, el enfoque inicial del manejo del niño trau-
la presencia o no de pulso para determinar la prioridad en la matizado tiene dos fases: una evaluación inicial que es diná-
reanimación (flujograma 3). mica, rápida, encaminada a la reanimación del paciente y una
fase de continuación en donde se realiza evaluación diagnós-
Evaluar circulación tica e imagenológica al igual que el tratamiento de las causas
I
. I
(flujogramas 4a y b).
IDeterminar si existe pulsol
I
t t I Fase
IAcceso venoso. Administra- Inicie reanimación. ASCDE.
Ición de líquidos. Transfusión Compresiones torácicas I Trauma I lA. Control cervical y de vía aérea.
de glóbulos rojos.
Control de hemorraqias.
Medicación avanzada.
PALS.
¡ S. Respiración.
C. Circulación. Control de sangrados.
I Evaluación inicial ~ D. Neurológico.
Flujograma 3.
Flujograma 4a.
50 I ENFOQUE Y MANEJO DEL PACIENTE PEDIÁTRICO POLlTRAUMATIZADO

La meta de la posreanimación es preservar una adecuada fun- sión de pedusión para proteger el funcionamiento de órganos'
ción cerebral, evitar daños a otros órganos y tratar la causa vitales, pero una vez agotados estos mecanismos compen-
de la enfermedad. satorios o en su defecto mantenidos, como por ejemplo va-
soconstricción, empiezan a ser deletéreos para el organismo
11 Fase produciendo hipoxia tisular con acidosis láctica. Por esto la
reanimación va encaminada a mantener una adecuada pedu-
1
Trauma
t
l sión a los tejidos y por ende corrección de su acidosis láctica
(4,7).
IEvaluación secundaria I Por ejemplo, las catecolaminas incrementan la circula-

, 1
-t Radiografía
ción de glucosa, causa inhibición de los islotes pancreáticos,
disminución de los niveles de insulina y resistencia a esta
IAcciones fEstUdiOS diagnÓS-~ Cervical cuyo resultado final es lo que observamos en todos los pa-
secundarias ticos prioritarios Tórax cientes críticos y es un nivel de glicemia elevado hasta que
~
Pelvis
~ se agotan los almacenes de glucosa entrando el paciente en
Sonda. oro/nasogástrica
Vesical
Estudios
diagnósticos
-1 Escanografía
I
hipoglucemia, eventos que es muy común en los neonatos y
lactantes menores, continuando así el estado catabólico en
Catéteres dirigidos el organismo con balances nitrogenados negativos, pérdida
Inmovilización
de proteínas estructurales (lipólisis, cetogénesis, catabolismo
Reducción fracturas
Tratar heridas proteico).
Analgesia Por otra parte, el trauma múltiple estimula la liberación de
Profilaxis mediadores inflamatorios que incluyen activación del com-
Control hipotermia
plemento causando alteración de la permeabilidad vascular,
Flujograma 4b.
estimula la opsonización y activación de células inflamatorias
, como los polimodonucleares. Existe también liberación de
Respuesta fisiológica al trauma otros factores como factor activador de plaquetas que causa
hipotensión, vasoconstricción pulmonar, broncoconstricción
Uno de los aspectos más importantes que se debe tener en e incremento del escape capilar. El factor de necrosis tumoral
cuenta en el enfoque del niño politraumatizado además de causa hipotensión, taquicardia, acidosis metabólica, fiebre y
considerar los órganos afectados y los daños orgánicos, es es un potente estimulante de la síntesis de proteínas y activa-
que el trauma produce una serie de respuestas sistémicas que ción endotelial. Las interleuquinas también juegan un papel
amenazan o empeoran las funciones de cada órgano. Este importante en la respuesta sistémica; La IL 1 estimula la libe-
tipo de respuesta explica en gran medida mucha de la signo- ración de polimodonucleares, leucoadherencia y activación
logía encontrada en el paciente politraumatizado por lo que endotelial. La IL 6 juega un papel clave en la citotoxicidad
consideramos de suma importancia comentar. celular y proliferación de células T.
La respuesta inmediata del organismo al trauma incluye
una amplia gama de respuestas neuroendocrinas que tiene Objetivos del manejo
efectos agudos en la función cardiovascular, volumen intra-
vascular y metabolismo que puede permanecer durante varios Una vez se realiza el enfoque inicial del manejo regido por el
días posterior al trauma. Cuando esta respuesta se prolonga ABCDE de la reanimación, y entendid~ la respuesta inflama-
en el tiempo, la respuesta inflamatoria causa alteraciones en toria con sus cascadas de eventos y la re~~sta del organismo
el endotelio vascular y alteraciones en el control del volumen al trauma con todas sus cascadas inflamatorias, activación de
intravascular, regulación de la temperatura, hemostasis y fa- complemento, liberación de interleuquinas, citoquinas entre
lla orgánica múltiple (SIRS). otras y sus efectos, produciendo una agresión adicional al or-
El daño tisular, hemorragia con disminución del volumen ganismo, el objetivo del manejo debe ir encaminado a evitar
intravascular, hipotensión e hipoxia aumentan esta respuesta o corregir prontamente la hipotermia, acidosis metabólica y
fisiológica con una liberación masiva de catecolaminas, libe- coagulopatía en lo que se ha denominado tríada de la muerte,
ración de hormona adenocorticotrópica, hormona antidiuréti- ya que éstas son el resultado de una marcada hipoperfusión
ca, endorfinas, hormona de crecimiento, hormona estimulante tisular, por lo tanto restaurarla y preservarla, así como la oxi-
de la tiroides y prolactina. El resultado es vasoconstricción, genación tisular deben ser la mayor prioridad en el cuidado
aumento del gasto cardíaco, redistribución del volumen san- del paciente politraumatizado pediátrico (7).
guíneo, incremento del consumo de oxígeno, incremento de La hipoxia tisular conlleva a la activación del metabolis-
la ventilación minuto e incremento del estado catabólico con mo anaeróbico con síntesis de ácido láctico la cual es poten-
gluconeogénesis y glicogenólisis. ciada por el catabolismo producido como respuesta al trauma
La liberación de cortisol y estimulación del sistema re- a través de la cascada de eventos' previamente descrita. Si la
nina-angiotensina-aldosterona junto con las catecolaminas y acidosis láctica se perpetúa a pesar de una adecuada reanima-
vasopresina ejercen un efecto de soporte vascular y de pre- ción hídrica es un indicador de pobre pronóstico.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Para todos es claro el efecto perjudicial de la hipotermia sobre el gasto cardíaco (precarga, poscarga, frecuencia car-
en los pacientes pediátricos y sus consecuencias fisiológicas díaca y contractilidad) con modulación del volumen, soporte
en el organismo, al punto de que existe una clara asociación inotrópico y manejo de las resistencias periféricas.
entre temperaturas inferiores a 34,5°C con un incremento en
la prevalencia de falla orgánica múltiple y una mayor necesi- Trauma de abdomen
dad en la reanimación de soporte inotrópico y vasopresor, re-
El trauma de abdomen puede oCUlTir en cerca del 8% de los
quiriendo un aporte mayor de cristaloides. Temperaturas por
niños traumatizados. Cuando estamos hablando de un trauma
debajo de 32°C tiene una mortalidad cercana al 100% (4).
mayor, el abdomen está comprometido en cerca del 90% de
Las consecuencias de la hipotermia incluyen anitmias
los casos, y la protección de sus órganos es menor en los ni-
cardíacas, disminución del gasto cardíaco, alteración de la
ños por la poca musculatura abdominal (8). Además, los ór-
coagulación, de la función plaquetaria, de la curva de diso-
ganos intraabdominales de los niños son proporcionalmente
ciación de la hemoglobina a la izquierda y mayor riesgo de
más grandes que los adultos y están mas cercanos uno al otro
infección incrementando lógicamente la morbilidad y mor-
dentro de la cavidad abdominal (figuras 4a y b).
talidad (1).
El manejo de los niños con trauma de abdomen ha sido
De igual manera, la temperatura corporal es determinan-
distinto en la última década, y el manejo conservador ha
te en los factores de coagulación, siendo éste un evento que
cambiado la morbimortalidad de estos pacientes. Es así como
continúa a la acidosis metabólica y a la hipotermia. Además,
cerca del 80% de los traumas de abdomen no requiere ma-
la respuesta inflamatoria sistémica con sus múltiples media-
nejo quirúrgico (9). Esto implica la necesidad de monitoreo
dores, incluido el complemento con su papel frente a la cas-
continuo en una unidad de cuidado intensivo pediátrico con
cada de coagulación incrementa la coagulopatía. La hemo-
controles seriados de HBlHto, signos vitales y un equipo mé-
dilución, producto de la pérdida sanguínea por hemorragia
dico disponible para el momento en que sea necesaria· una
con pérdida de factores de coagulación también contribuye
intervención quirúrgica.
a este estado de coagulopatía. El daño endotelial producido
La disponibilidad de equipos diagnósticos de alta resolu-
por el mismo trauma y su directa asociación con la cascada
ción como la tomo grafía computarizada, TAC helicoidal y la
de coagulación y la activación de' plaquetas alteran el sistema
rapidez de su ejecución ayudan a una mejor evaluación de la
fibrinolítico (4, 20).
severidad del compromiso orgánico. La tomo grafía compu-
Esto podría ser un circulo vicioso que se debe romper ya
tarizada es el estándar en la evaluación de la cavidad abdo-
que el no control de la hemorragia con aumento de pérdidas
minal y el retroperitoneo; cuando se requiere obtener mayor
sanguíneas, con hipovolemia, hipotensión, se acompañan de
información como perfusión de órganos, presencia de líquido
hipoperfusión que perpetúan ·la acidosis, hipotermia y coa-
libre en cavidad abdominal, características del· intestino, se
gulopatía.
recomienda el uso de medio de contraste oral y/o endoveno-
Por lo tanto es claro que debemos restaurar la perfusión
so. Extravasación de medio de contraste oral o aire libre en
tisular del paciente y que no es suficiente con lograr una ade-
cavidad indica perforación de víscera hueca.
cuada presión arterial ya que esto no garantiza un normal
g.asto .cardíaco, pero por otro lado no debemos olvidar que
SItuacIOnes como anemia o hipoxemia severa pueden com-
prometer la perfusión tisular sin existir compromiso del gasto
cardíaco (1, 3, 4, 7).
Debemos por lo tanto asegurar una adecuada entrega de
oxígeno que supla las demandas generadas y lograr un equili-
brio entre ésta y el consumo de oxígeno (V0 2). La entrega de
oxígeno (DO 2) depende de algunas variables entre ellas del
contenido sanguíneo de oxígeno como son la hemoglobina, A. Trauma de bazo B. Trauma hepático
la saturación de oxígeno y el gasto cardíaco.
Figura 4.
Contenido de oxígeno = (1,34 x Hb x SatHb) + (0,003 x P02)
El uso de la ultrasonografía abdominal FAST (focused ab-
Entrega de oxígeno =Ca02 x GC
dominal sonography for trauma) en pediatría no es del todo
Consumo de oxígeno =D(a-v)02 x Q x 10 clara (9) aunque es un método importante en la identificación
de aire o líquido libre en cavidad.
La aplicación de angiografía, embolización angiográfica y
control de daños juegan un papel importante en el manejo del
Podemos intervenir de una u otra manera sobre estas varia- trauma mayor de órganos sólidos (7). Existe en la actualidad
bles del contenido arterial de oxígeno (CaO?) o sobre el gasto suficiente evidencia sobre la capacidad de la embolización
cardíaco que hace parte fundamental en la entrega de oxí- transarterial en los pacientes con trauma hepático que se en-
geno. Frente a un estado de hipoperfusión podemos influir
50 I ENFOQUE Y MANEJO DEL PACIENTE PEDIÁTRICO POLlTRAUMATIZADO

cuentran hemodinámicamente estables con un éxito cercano miento de tejidos, reparos definitivos y reducciones de frac.:
al 90% (8, 9). turas. Debemos aclarar que no todos los pacientes pediátricos
La decisión quirúrgica está dada por la inestabilidad del entran en esta modalidad de manejo de control de daños ya
paciente, sus signos vitales después de una adecuada reani- que usualmente los pacientes son controlados y el manejo
mación, heridas penetrantes y neumoperitoneo. No siempre quirúrgico conservador en pediatría garantiza una menor
los pacientes se deben llevar a cirugías extensas y correcti- morbimortalidad.
vas; a los inestables que cursan con hipotermia, acidosis y El trauma de pelvis en pediatría es raro observándose en
coagulopatía, se les realiza cirugía de control de daños. La casi un 2% de los pacientes admitidos por trauma, por eso
primera fase de la cirugía tiene como meta prevenir la pro- cuando está presente significa una gran magnitud en el impac-
gresión del daño tan pronto como sea posible y consiste en to, y usualmente se asocian a trauma múltiple. El compromi-
control de hemorragia, lavado de cavidad y disminución de la so del sistema genitominmio asociado aunque es bajo, ocurre
contaminación peritoneal; inmovilización de fracturas. hasta en un 50% de los pacientes con fractura de pelvis.

Tabla 5. Indicaciones de cirugía en trauma pediátrico. Trauma de tórax


Neumotórax, hemotórax El trauma de tórax ocurre en aproximadamente el 3% de los
Hemopericardio pacientes traumatizados, y es la segunda causa de muerte en
Lesión de grandes vasos este tipo de pacientes debido a la prevalencia de otros órga-
Hematoma intracraneal nos comprometidos, usualmente el abdomen, y puede ser tan
Hemoperitoneo con inestabilidad alta como un 26% (6).
Perforación o ruptura de víscera hueca Dada la contextura cartilaginosa de la reja costal en los ni-
Síndrome compartimental ños traducida en mayor flexibilidad, es posible que exista un
Quemaduras extensas importante o severo trauma de tórax sin que sean evidentes
fracturas costales o que tengan estigmas de lesión traumática
En una segunda fase; que sería la de compensación, en (1, 6, 7). Esto quiere decir que cuando las fracturas costa-
donde el niño es manejado en la unidad de cuidado intensivo les están presentes es porque el trauma fue muy severo y la
para su reanimación y estabilización y, como ya se comentó, energía del impacto mayor comparado con la de un paciente
la meta consiste en corrección de acidosis y coagulopatía, adulto, por lo que más fuerzas son necesarias para romper la
control de temperatura, optimizar la ventilación/perfusión, reja costal tan flexible del paciente pediátrico (3, 10, 11). Por
asegurar una adecuada reposición hídrica y un juicioso uso lo tanto es posible encontrm' una alta asociación entre frac-
de inotrópicos y vasoconstrictores buscando restaurar la per- turas costales y neumotórax, neumopericardio o hemotórax
fusión y controlar la respuesta al trauma y al estrés. Durante (figura 5).
esta fase de reanimación el monitoreo hemodinámico es in-
dispensable como medición de PVC para un adecuado mane-
jo hídrico, control de gasto urinario, monitoreo invasivo de
línea arterial. Un excesivo manejo de volumen puede empeo-
rar los edemas, producir síndrome de hipertensión abdominal
y edema pulmonar. Nos merece un comentario especial el
aumento de la presión abdominal (4, 7) ya que puede tener
efectos cardiorrespiratorios importantes ya que el aumento
de la presión infradiafragmática puede causar atelectasias ba-
sales y restricción pulmonar lo que implica un aumento de las
presiones ventilatorias para mantener adecuados volúmenes
pulmonares y oxigenación. El aumento de la presión abdomi-
nal también puede comprometer la perfusión de órganos in-
traabdominales como el riñón, produciendo oliguria, anuria
y falla renal. De igual manera, el retorno venoso al corazón
con compromiso del gasto cardíaco y la perfusión intestinal
favoreciendo la translocación bacteriana. Para el manejo del
aumento de la presión abdominal puede ser necesaria la rea-
lización de paracentesis para drenaje de la ascitis o apertura
Figura 5. Neumopericardio.
de cavidad abdominal.
Cuando el niño se ha estabilizado y la respuesta sistémica
Suplemento de oxígeno, fisioterapia de tórax y un adecua-
inflamatoria se ha controlado, la cirugía definitiva se realiza
do manejo de dolor con analgesia en infusión continua, catéter
en la llamada tercera fase de cirugía de control de daños, en
epidural y bloqueos regionales facilitan el manejo pulmonar.
donde el paciente es desempaquetado, se realiza desbrida-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Aunque el examen físico continúa siendo importante en la La contusión cardíaca y de grandes vasos es extremadamente
evaluación diagnóstica de los niños con trauma, sigue siendo rara en la edad pediátrica y cuando OCUlTe usualmente está
limitado especialmente en los pacientes que tienen compro- asociada a trauma múltiple severo y raro como evento aisla-
miso del estado de conciencia; la radiografía de tórax reali- do. Dentro de éstas, la más común es la contusión miocárdica
zada en el servicio de urgencias nos puede dar información y se manifiesta con dolor torácico, arritmias e hipotensión.
rápida y útil que nos permita realizar un tratamiento efectivo Elevación de enzimas cardíacas, específicamente la troponi-
como la colocación de tubo de tórax en pacientes con neu- na 1 ayuda a hacer el diagnóstico. Su manejo es básicamente
motórax o hemotórax (6). El mejor método diagnóstico para de sostén, control de arritmias y soporte inotrópico si llegara
pacientes con trauma de tórax es la escanografía torácica y es a ser necesario (11).
útil no sólo por su rapidez (10 minutos) sino también porque Aunque los traumas de columna y espina torácica no son
identifica la magnitud del trauma, de la contusión pulmonar, considerados dentro del trauma de tórax, se quiere llamar la
de traumas penetrantes, trayectorias de proyectiles, órganos atención que deben ser evaluadas y manejadas ya que hay
comprometidos y la necesidad de otros métodos diagnósticos estudios que reportan hasta un 6% de asociación de niños
como la angiografía, esofagografía o broncoscopia. con trauma de tórax y concomitantemente trauma espinal,
El neumotórax a tensión, hemotórax y taponamiento car- más si el mecanismo del trauma es por prácticas de deportes
díacó son condiciones que amenazan la vida por lo que el extremos que puedan involucrar mecanismos de hiperfiexión
tratamiento debe ser rápido al igual que su diagnóstico. El e hiperextensión o caídas (12, 19).
riesgo de muerte posterior a un trauma de tórax está relacio- Una vez hecho el reconocimiento primario, es útil valorar
nado directamente con el grado de hemorragia por lo que la la gravedad del trauma pediátrico (2, 13) que puede reali-
toracotomía debe ser considerada cuando el sangrado supera zarse mediante la aplicación del índice de trauma pediátrico.
el 20 ó 30% de su volumen sanguíneo (tabla 2 y fiujograma Un puntaje menor o igual a 8 indica un trauma grave y está
2) (7). asociado a una alta mortalidad y es mayor entre el puntaje
La contusión pulmonar es la manifestación más común de sea menor. Esto nos da claridad sobre el nivel de atención que
los traumastorácicos. Hemorragia alveolar, signos de consoli- requiere el paciente para establecer una rápida remisión.
dación y edema acompañan la zo'na de la contusión. Se puede
presentar alteración de la ventilación/perfusión, disminución Tabla 6. Índice de trauma pediátrico.
de la complacencia pulmonar, hipoxemia e hipoventilación
(10, 11). Su curso clínico varía con la magnitud del trauma y Índice de trauma pediátrico
la extensión de la lesión y la radiografía de tórax usualmente +2 +1 -1
es suficiente para hacer el diagnóstico aunque en fases ini- Peso kg. > 20 10-20 <10
ciales podría no verse porque la escanografía es más sensible Vía aérea Normal Sostenible Insostenible

(6). Los niños con contusión pulmonar de más del 28% de su PAS >90 50-90 <50
superficie pueden requerir ventilación mecánica. El 20% de SNC Alerta Obnubilado Coma

los niños con contusión pulmonar desarrollan neumonía que Heridas No Menores Mayores

puede progresar a falla respiratoria incluyendo SDRA hasta Fracturas No Única Múltiples

en un 20% de los casos (figura 6).


Otras consideraciones
Falla renal aguda. La falla renal aguda definitivamente
complica el manejo de los niños críticamente en~ermos. Los
niños politraumatizados tienen alt? riesgo debido'a necrosis
muscular y mioglobinuria por injurias térmicas o eléctricas.
Los pacientes que present(}ll eventos hipóxicos se pueden
manifestar con falla renal o necrosis tubular aguda. Exis-
ten varias opciones para el manejo de la falla renal aguda
en pediatría que incluyen diálisis peritoneal, hemodiálisis y
hemofiltración continua. Debemos tener en cuenta que en los
pacientes con trauma de abdomen podría no ser posible la
utilización de diálisis peritoneal, en cuyo caso la terapia con
hemofiltración veno-venosa puede ser de gran utilidad, pero
el uso de estas terapias en pacientes pediátricos politrauma-
tizados debe ser limitado a centros con experiencia en el ma-
nejo de esta tecnología.
Infecciones y sepsis. Los niños politraumatizados tienen
mayor riesgo de contraer infecciones debido a lo prolonga-
do de sus hospitalizaciones, múltiples intervenciones qui-
Figura 6. Contusión pulmonar.
50 I ENFOQUE Y MANEJO DEL PACIENTE PEDIÁTRICO POLlTRAUMATIZADO

rúrgicas, necesidad de transfusiones, colocación de líneas Permitir un diálogo directo sobre el estado de salud con la
invasivas y sondas, riesgo de infección nosocomial y las di- familia puede ayudar a establecer lazos de confianza y con-
rectamente asociadas al trauma. Lo que es claro es que la fidencialidad. Posteriormente es importante definir las redes
combinación de disfunción orgánica múltiple por trauma y de apoyo de esa familia en sus dificultades tales como guías
sepsis es una combinación letal (14, 15). espirituales si los hay, soporte de otros familiares, vecinos o
Se tiene estimado que hasta un 20% de los pacientes trau- amigos.
matizados presentan algún grado de infección. De estos una Desde muy temprano las discusiones con la familia deben
tercera parte se asoció al trauma como factor precipitante, y ser abiertas y honestas, pero realistas para poder informar
las dos terceras partes se asoció a infecciones nosocomiales. apropiadamente el pronóstico de su hijo (4). Esto es: hablar
Las más comunes incluyen infecciones respiratorias y neu- de las posibilidades a mediano y largo plazo de cada paciente
monías asociadas al ventilador, bacteremias e infecciones en particular, el tema de la muerte debe ser explícito cuando
urinarias. Cuando se sospecha infección se deben realizar haya lugar a ello, así mismo el de la discapacidad física o
prontamente las ayudas diagnósticas del caso, implementar mental y el de los tratamientos o terapias a que habrá lugar
terapias antibióticas, realizar desbridamientos quirúrgicos y si todo sale bien. En todos los casos la calidad de vida de
drenajes de colecciones y abscesos. los pacientes pediátricos depende de sus padres y cuidadores
Soporte nutricional. U no de los aspectos a los que le damos por lo que su preparación en cada etapa del tratamiento y su
más importancia en la unidad de cuidado intensivo pediátrico apoyo multidisciplinario continuo serán indispensables en la
es el soporte nutricional, cuyas metas son minimizar el catabo- recuperación del paciente.
lismo, aportar adecuados sustratos energéticos y proteger con- Manejo de dolor. Evaluar el dolor en pediatría puede
tra la infección. Es muy difícil dado el estado hipermetabólico llegar a ser muy difícil y subjetivo, dependiendo de la edad
de los pacientes alcanzar un crecimiento o ganancia de peso ya del paciente y condición neurológica y por este motivo se
que su gasto energético podría ser hasta dos veces más su gas- han desarrollado diferentes escalas de dolor. La respuesta fi-
to energético basal. Se debe realizar una evaluación temprana siológica a los estímulos que se manifiestan como aumento
por parte del equipo de soporte nutricional para que se planee de la frecuencia cardíaca o presión arterial, fruncir el seño,
y escoja la formula pediátrica más apropiada de un adecuado flexión de extremidades y rechazo de extremidades son guías
aporte calórico, osmolar, proteico y de carbohidratos. clínicas de mucha utilidad para su evaluación. Es importante
La vía de elección o la vía de nuestra preferencia para el distinguir entre ansiedad y dolor, por lo que podría estar indi-
soporte nutricional es la vía enteral. La vía transpilórica es una cado el uso de ansiolíticos y sedantes.
muy buena alternativa cuando la alimentación gástrica no es Los agentes narcóticos como los opioides, morfina, fen-
posible y es la que nosotros utilizamos con frecuencia en pa- tanyl, meperidina y metadona son de uso común en las uni-
'cientes críticos. La nutrición parenteral es una buena alternati- dades de cuidado intensivo. Estos medicamentos pueden ser
va de manejo nutricional y aunque es muy segura, no debemos administrados por diferentes vías. La morfina a dosis bajas
olvidar sus posibles efectos indeseables sobre el hígado, gli- es un efectivo agente analgésico. Los efectos adversos son
cemia, manejo del CO2 entre otras. Por lo tanto siempre que más notorios con el aumento de las dosis-manifestándose con
el paciente tenga un tracto gastrointestinal íntegro recomenda- náuseas, vómito, prurito y depresión respiratoria. También se
mos el uso de la vía enteral y a los pacientes críticos se les debe puede presentar vasodilatación con compromiso del estado
avanzar de manera precoz una sonda a yeyuno. hemodinámico y de manera más rara se pueden presentar
Familia. En la mayoría de las ocasiones, el futuro de los convulsiones, por lo que medicamentos, alternos como el fen-
pacientes politraumatizados depende de la actitud que tenga tanyl o sus derivados nos pueden brindar,mayor estabilidad
su familia. El profundo impacto puede alterar la función y es- hemodinámica.
tructura de la unidad familiar en especial cuando se da lugar El propofol es un agente hipnótico y un excelente anesté-
a preguntas o búsquedas de culpables, entre más grave sea la sico aunque no tiené propiedades analgésicas. Es útil ya que
lesión del paciente pediátrico y más tiempo de hospitaliza- proporciona una rápida inducción anestésica y una rápida re-
ción, habrá mayor tiempo de acusaciones, reproches o agre- cuperación. Su uso es limitado para procedimientos cortos
siones según el tipo de familia al que pertenezca; por lo tanto, ya que en pediatría se ha descrito acidosis metabólica fatal,
es de vital importancia iniciar prontamente un soporte a la fa- rabdomiólisis e hipoxia (1) por lo tanto no se recomienda su
milia como grupo, sin olvidar el gran efecto psicológico que uso en infusión continua en pediatría.
cae sobre la persona que se encontraba a cargo o responsable La ketamina es un anestésico disociativo con cualidades
del cuidado del niño en el momento del accidente. analgésicas. Es útil por su rápida y corta acción por 16 que
El manejo de la familia debe ser más cuidadoso aun cuan- es ideal para procedimientos cortos, ya que tiene un incre-
do el mecanismo del trauma se desconozca y exista sospecha mento del flujo simpático con aumento de la presión arte-
de un trauma no accidental ya que la necesidad de un reporte rial, frecuencia cardíaca y gasto cardíaco. Se debe utilizar
a las autoridades competentes puede complicar el manejo de con precaución en pacientes con trauma de cráneo ya que
las relaciones al interior de la familia y de ésta hacia el grupo puede aumentar el metabolismo cerebral, el flujo sanguíneo
de profesionales de la salud. cerebral con incremento de la PICo
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Otras formas o técnicas de analgesia en pacientes trauma- de rehabilitación. Debe considerarse siempre terapia y apoyo
tizados pueden ser bloqueos regionales, analgesia epidural o a la familia en caso de enfermedades catastróficas como el
bombas autocontroladas de entrega de medicamentos, cono- trauma.
cidas como CAPD.
Otros medicamentos más comunes incluyen los analgé- Referencias
sicos antiinfiamatorios no esteroideos para lo que se han 1. White J, Dalton H. Pediatric trauma: postinjury care in the pediatric
realizado estudios con dipirona, diclofenac, ketoprofeno y intensive care unit. Crit Care Med 2002; 30(11Suppl): 478-488.
salicilato de lisina. 2. Domínguez Sampedro P, De Lucas García N, y col. Asistencia inicial
Prevención primaria. En la población infantil, la preven- al trauma pediátríco y reanimación cardíopulmonar. Anal Españ de
Ped 2002; 56: 527-550.
ción juega un papel muy importante, y en lo que respecta a 3. Arensman R, Madonna M. Initial management and stabilization of
los accidentes es más cierto aún. Por lo tanto, los programas pediatric trauma patients. Joumal of chíldrens memorial Hospital Chí-
de prevención primaria, las campañas y educación a la pobla- cago: 2006.
ción es lo único que ha demostrado su eficacia en disminuir 4. Wetzel R, Bums e. Multiple trauma in children: Critical care over-
view. Crit Care Med 2004; 30 suppl: 468-477.
la mortalidad por accidentes (16). 5. Mandell D. Traumatic emergencies involving the pediatric airway.
El incumplimiento de las normas de tránsito, velocidad Clin pediatr Emerg Med 2005; 6: 41-48.
inadecuada, adelantamientos indebidos, consumo de alcohol, 6. Westra S, Wallace C. Imaging Evaluation of pediatrícs chest trauma.
son las principales causas de accidentes de tránsito, por lo Radiol Clin ofNorth Am 2005; 43: 267-281.
7. Garcia V, Brown R. Pedíatric trauma beyond the brain. Crit Care Clin
que es fundamental promover la educación vial en los ni- 2003; 19: 551-561.
ños de edad escolar. Obediencia en las medidas de seguridad 8. Hagiwara A, Murata A, Matsuda T. The efficacy and limitations of
como el uso de cinturones de seguridad tanto en el asiento transarterial embolization for severe hepatic injury. The Joumal of
delantero como en el trasero, casco obligatorio, logran redu- Trauma Injury, infection and critical care 2002; 52: 1091-1096. ,
9. Whal W, Ahms K, Brandt M. The need for early angíographic emboli-
cir el riesgo de lesiones hasta en un 50%. zation in blunt liver injuries. The J of trauma injury, infection and Crit
Un niño debe estar siempre acompañado de un adulto res- Care 2002; 56: 1097-1011.
ponsable, sujetado cuando circula por la calle (17). Es funda- 10. Bliss D, Silen M. Pediatric thoracic trauma. Crit Care Med 2002; 30:
mental la vigilancia cuando realizan deportes y actividades 409-415.
11. Pitetti R, Walker S. Life - Threatening Chest Injuries in Children. Clin
de recreo. Se debe enseñar precozmente la natación ya que Pediatric Emerg Med 2005; 6: 16-22.
se disminuye el riesgo de ahogamiento pero esto no exime la 12. Gaines B, Ford H. Pediatric trauma. Crit Care Med 2002; 30: 416-
vigilancia de los padres. 423.
Una educación en reanimación inmediata en el lugar del 13. Bond S, Fallat M. University ofLouisville experience and contributions
to pediatric trauma careo The Am. J of Surgery. 2005; 190: 206-211.
accidente podría evitar entre un 25 a 35% de las muertes por 14. Upperman J, Sheridan R. Pediatric trauma susceptibility to sepsis. Pe-
traumatismo. diatric Crit Care Med. 2005; 6: 108-111.
15. American HeartAssociation: Pediatric Advanced Life Support: Circu-
lation 2005; 112; IV-167-IV-187.
Conclusión
16. Marcin J, Pollack M. FCCM. Triage Scoring systems, severity of ill-
El éxito en la reanimación de los pacientes pediátricos de- ness measures, and mortality prediction models in pediatric trauma.
Crit Care Med 2002; 30: 457-467.
pende de la prontitud en la evaluación y reanimación reali- 17. Morrison W, Wríght J, Paidas e. Pediatric trauma systems. Crit Care
zada por un equipo multidisciplinario coordinado. Se debe Med 2002; 30: 448-456.
implementar un sistema de educación y prevención de ac- 18. Simon B, Gabor R, Letouneau P. Second triage ofthe injured Pediatric
cidentes. Realizar entrenamiento continuo al personal que Patient within the Trauma Center: Support for a Selective Resource-
Sparing Two-Stage System. Ped Emerg Care 2004; 20':5-11.
trabaja en los servicios de urgencias y se debe establecer una 19. D' Amato C, FRCSe. Pediatríc Spin¡;ll Trauma. Clin Orthopaedics and
red y sistema de comunicación con las centrales de urgencias related research 2005; 432: 34-40.
al igual que un sistema de transporte (18). Debemos contar 20. Oren H, Cingoz I, Duman M. Disseminated intravascular coagulation
con equipo de soporte como imágenes diagnósticas y equipo in pediatric patients. Pedo Ifémat and oncology 2005; 22: 679-688.
MANEJO DEL PACIENTE QUEMADO RAVE

Ricardo Ferrada O, MO, MSP, MSCC, FACS; Juan Pablo Trochez, MO

La gravedad de una quemadura puede ser local o sistémica. 5. Infección. La infección es un factor particularmente fu-
La gravedad local la determina la profundidad y la loca- nesto en los pacientes con quemaduras. Como se verá más
lización de la lesión, mientras que la gravedad sistémica adelante, la invasión bacteriana destruye los restos dérmi-
depende de la extensión de la quemadura, la edad del pa- cos y por lo tanto resulta en una lesión más profunda (7,
ciente, la presencia de inhalación y muy especialmente la ~).
infección. La gravedad sistémica de una quemadura es por
lo tanto multifactorial. Por ejemplo una quemadura del 40% A continuación se describen las principales variables que
de superficie corporal implica un riesgo de mortalidad de inciden en la gravedad del paciente quemado, así como los
11 % en un paciente de 20 años de edad, mientras que esta principios de diagnóstico y de manejo.
misma quemadura en un paciente de 65 años es superior al
80% (1-3). El factor inhalación
En la literatura médica sobre quemaduras existen varias
Como se anotó, la inhalación produce un incremento en la
descripciones o escenarios de pacientes con quemaduras
mortalidad, no obstante los avances en el manejo del sopor-
clasificadas como graves: Por lo general, se sugiere manejar
te ventilatorio en los últimos años. En efecto, la quemadura
estos pacientes en forma intrahospitalaria. Sin embargo, la
por inhalación resulta en un mayor número de infecciones
mayoría de las publicaciones no presentan las bases en las
y disfunción multiorgánica. En promedio, la mortalidad por
cuales se fundamenta la forma de identificarlos. Tampoco
quemaduras sin lesión por inhalación es inferior al 10%, en
se describen las pautas de manejo para los pacientes críti-
presencia de inhalación se incrementa al 25-43% y cuando
cos con lesiones catastróficas. El presente capítulo intenta
se produce neumonía como consecuencia de la inhalación, la
describir la forma de identificar este grupo especial de pa-
mortalidad puede ascender a 60-80% (5,6,9).
cientes así como las variaciones que se deben introducir al
El aire caliente seco tiene bajo contenido térmico en com-
manejo estándar.
paración al vapor caliente. En presencia de un ambiente de
temperatura elevada se pueden producir, quemaduras en la
Variables de riesgo en pacientes quemados cara, pero la naso y orofaringe absorben el calor y no se pro-
Se han descrito varias escalas para anticipar el riesgo de mor- duce lesión importante en la vía aérea. En cambio el vapor
talidad de los pacientes con quemaduras. Los elementos de- caliente inhalado tiene la capacidad de producir una quema-
terminantes de estos riesgos, en orden de importancia son: dura muy severa incluso por debajo de l€ls cuerdas vocales.
1. Extensión de la quemadura. Es sin duda el elemento de Sin embargo, el problema más severo ''ll9 lo producen el
mayor importancia y valor predictivo (1-4). aire o el vapor caliente sino los gases irritantes y/o tóxicos
2. Edad del paciente. Se ha observado que las edades extre- generados por la combustión de los productos existentes en
mas de la vida se asocian con mayor mortalidad. Además el lugar del accidente'(9, 10). Estos gases se clasifican en tres
de los problemas sistémicos inherentes, la piel en las eda- grupos de acuerdo a su efecto:
des extremas es de menor espesor, por lo cual un mismo a. Desplazan el oxígeno y producen hipoxia: dióxido de car-
estímulo térmico resulta en una quemadura de mayor pro- bono, nitrógeno, metano, hidrocarburos.
fundidad (4). b. Interfieren el transporte o la utilización del oxígeno: mo-
3. Presencia de inhalación. La quemadura por inhalación nóxido de carbono, cianhídrico, sulfuro de hidrógeno, ni-
agrega un exceso de mortalidad a la cifra calculada por tritos.
cualquier escala equivalente a una quemadura 50% más c. Irritantes: amoníaco, aldehídos, ácido acético, gases' de
extensa (5, 6). cloro, fosgeno, óxidos de nitrógeno.
4. Profundidad. La profundidad de la quemadura implica
una mayor gravedad desde el punto de vista local, y ade- Estos productos resultan de la combustión de elementos
más también incrementa la mortalidad debido al riesgo de existentes en casi cualquier construcción. Así por ejemplo,
infección y a la necesidad de cirugías repetidas. la combustión de la madera produce cloro y aldehídos, mien-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

tras que la combustión de plásticos también genera estos pro- aparición de queloide, hiper o hipopigmentación y retraccio-
ductos y además de vapores ácidos. La lana, presente en casi nes (figura 3). Esta quemadura también se llama tipo AB.
cualquier ambiente, al quemarse genera cloro, amoníaco y
aldehídos. Son especialmente tóxicos e irritantes la inhala-
ción de los productos del caucho, los fertilizantes y los hidro-
carburos (10, 11).
El diagnóstico es esencialmente clínico. De los estudios
paraclínicos el único que ofrece utilidad es la laringoscopia
ya sea indirecta o mediante fibrobroncoscopio. La radiografía
de tórax, los gases arteriales y demás estudios de laboratorio
tienen escaso valor predictivo (12, 13).
Los síntomas y signos básicos consisten en expectoración
carbonácea y estridor laríngeo, por lo general detectables en
el primer examen, aunque también pueden aparecer en forma
tardía al segundo o tercer día. Una vez aparecen los primeros
síntomas el edema puede progresar rápidamente a la obstruc-
ción laríngea" que es la complicación precoz. Por lo tanto,
ante la sospecha clínica se debe establecer una vía aérea lo
más temprano posible. Como en la mayoría de los pacientes
la situación se resuelve en unos cuantos días, se debe preferir
la intubación a la vía quirúrgica. Además, como se espera la Figura 1. Corte esquemático de piel con los tipos de quemaduras. 1= Que-
madura Grado 1, II= Quemadura Grado 2, III= Quemadura Grado 3. La
aparición de gran cantidad de secreciones espesas, se debe
quemadura grado II puede ser A (Superficial) o AB (Intermedio). Las que-
preferir el tubo endotraqueal de mayor calibre posible. La maduras Grado III también se denominan Tipo B (Profundas).
traqueostomía o la cricotiroidotomía se realizan cuando la
intubación es fallida, lo cual ocurre entre el3 y el 13% de los
casos (14-16).
Al comienzo la mucosa lesionada produce tos y bronco-
rrea. Posteriormente, entre el tercer y cuarto día se despren-
den los parches necróticos dejando una superficie cruenta
que se sobreinfecta con facilidad (16, 17). La traqueobron-
quitis y la bronconeumonía son complicaciones más tardías
que aparecen entre el quinto y el séptimo día; y son en forma
característica infecciones nosocomiales. Por lo tanto se de-
ben tratar como tales, con antibacterianos para gram negati-
vos y cobertura para estafilococo de acuerdo a la sensibilidad
microbiana histórica de la unidad (18, 19).
El diagnóstico y manejo de estas lesiones se describe con
mayor detalle en otr? capítulo de este libro.

El factor profundidad
Las quemaduras se clasifican en grados de acuerdo a la pro-
fundidad, en la siguiente forma (figura 1):
Grado 1. Corresponden a las quemaduras producidas por
exposición solar, en las cuales se compromete la epidermis
únicamente. Se produce descamación en los siguientes 7 a 10
días, y no queda cicatriz ni cambios de pigmentación a me-
nos que exista una exposición solar continua o la aplicación
de algún producto que produzca fototoxicidad.
Grado n. La lesión alcanza grados variables de la dermis. Figura 2. Paciente remitido con quemaduras de extremidades inferiores
Estas quemaduras, cuando son superficiales se les denomina Grado II superficiales, 48 horas después del trauma. Se caracterizan por ser
Tipo A y cicatrizan sin dejar secuelas importantes en un plazo dolorosas y muy exudativas, con formación de ampollas. Con un manejo
adecuado deben epitelizar en las siguientes dos semanas, y la cicatriz debe
inferior a 14 días (figura 2). Sin embargo, cuando destruyen
ser mínima. Si no es asi, se debe a un manejo inade~uado o a la presencia de
una parte importante de la dermis, la cicatrización se produce contaminación en las primeras horas.
después de los 18 días y la cicatriz es de mala calidad, con
51/ MANEJO DEL PACIENTE QUEMADO GRAVE

Figura 3. Quemadura de tórax posterior Grado II Intermedio o AB. Si la Figura 4b. Quemadura bucal por energía.
herida se maneja en forma adecuada puede epitelizar en forma aceptable. Si
el manejo no es adecuado, se profundiza y requiere injertos o epiteliza con
una cicatriz de mala calidad.

Grado IIl. Se llama quemadura grado III la lesión que


destruye toda la dermis, y que por lo tanto no deja restos
dérmicos o epidérmicos que permitan la epitelización. La ci-
catrización se produce por segunda intención, es decir por
aproximación de los bordes de la superficie cruenta, y la epi-
telización sólo alcanza uno o dos centímetros desde el borde
de piel sana. Para obtener una epitelización real se requiere
desbridar hasta obtener tejido de granulación e injertar. Estas
quemaduras se denominan también tipo B (figura 4).
Grado IV. La lesión grado IV implica destrucción de mús-
culo o estructuras óseas. Generalmente son el resultado de la
energía por electricidad (figura 5).

Figura 5. Quemadura de espesor total por energía de alto voltaje (13.200


~. ~

Tabla 1. Tiempo de epitelizacióri y calidad de la cicatriz según tipo de que-


madura.

Grado Tipo Tiempo Calidad de la cicatriz


epitelización
Grado I 7-10 días No hay cicatriz
Grado II A 12-15 días Cicatriz mínima
superficial
Grado II AB 18-21 días Cicatriz hipertrófica
intermedio
Figura 4a. Quemadura eléctrica de la planta del pie. Se trata de una quema- Grado III B No epiteliza Cicatriza por segunda intenCión
dura de espesor total. Grado IV No epiteliza Cicatriza por segunda intención

En la tabla 1 se resumen los tiempos de epitelización y


El factor infección
calidad de la cicatriz según la profundidad de la quemadura
medida con base en las dos clasificaciones (8, 20). Cuando se produce una herida de 'cualquier naturaleza se des-
encadena una serie de eventos celulares y bioquímicos, cuyo
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

propósito final es el cierre de esta herida. La cicatrización se Para individuos menores de 20 años:
puede dividir en tres fases, las cuales se superponen entre sí:
inflamación, proliferación y remodelación (21). El retraso en (40-edad) + (Q A x 1) + (Q AB x 2) + (Q B x 3)
cualquiera de estas etapas resulta en prolongación del pro-
ceso, mayores costos de operación y una cicatriz de menor Para individuos mayores de 20 años:
calidad.
Edad + (Q A x 1) + (Q AB x 2) + (Q B x 3)
En el caso particular de la piel quemada, como se puede
apreciar en la tabla 1, estas etapas se cumplen en plazos bien
Donde Q A = Quemadura Grado n superficial o Tipo A
conocidos que dependen de la profundidad de la lesión y los
Q AB = Quemaduras Grado II intermedio o Tipo AB
resultados de su manejo. Por ejemplo, una quemadura super- Q B = Quemadura Grado III o Tipo B
ficial tipo A debe epitelizar antes de 15 días; pero si por des-
cuido se produce desecación o peor aún se infecta, entonces El puntaje resultante determina una mortalidad, la cual es, en
se torna más profunda transformándose en una quemadura forma aproximada como sigue:
AB cuyo tiempo de epitelización es de 18 a 21 días con una
cicatriz de mala calidad. Tabla 2. Escala de gravedad.
La profundización de una quemadura, es decir la transfor-
mación de una quemadura superficial en una más profunda OaAO I Puntos =Sin riego vital
es una complicación muy frecuente, y debe ser considerada 41 a 70 Puntos =Mortalidad mínima
como un fracaso de la terapia tópica. Sin duda el problema 71 a 100 Puntos =Mortalidad menor a 50%
que genera la profundización más rápida es la infección (22,
101 a 150 Puntos =Mortalidad mayor de 50%
23). La infección en la superficie quemada tiene la capacidad
151 Puntos o más =Mortalidad superior al 90%
potencial de destruir la dermis no quemada, con base en la
cual se debe producir la epitelización. Una quemadura Gra-
do Il superficial que se maneja ep forma inadecuada, al día En el Hospital Universitario del Valle se utiliza esta escala
siguiente puede ser Grado Il profundo y 72 horas más tarde de gravedad, y con base en la misma, se han calculado las
pueden aparecer lisados todos los restos dérmicos; es decir, cifras esperadas y observadas de mortalidad en los últimos
convertida en una quemadura de espesor total. De esta forma años (tabla 2).
una quemadura que podría haber epitelizado en menos de 15
días queda transformada en una lesión que no va a epitelizar Definición de quemadura grave
y que requiere desbridamientos repetidos e injertos (21-23). De acuerdo a las cifras anotadas en la tabla 2, en todas las
La infección de una quemadura es entonces la peor com- Unidades de Quemados que utilizan esta escala, se conside-
plicación que puede sufrir la herida quemada, con efectos ra quemadura grave cuando el paciente tiene un índice de
de mucho mayor tiempo de hospitalización y peor resultado gravedad que supera los 100 puntos. Existen sin embargo,
tanto funcional como estético. Además se produce un incre- otras variables no contempladas en el índice y que inciden
mento muy significativo en los costos, debido a un mayor en la mortalidad tales como la presencia de inhalación (5),
requerimiento de cirugías, las anestesias necesarias para rea- el compromiso por falla de cualquier órgano así como las
lizarlas, antimicrobianos y tiempo de hospitalización, todo enfermedades preexistentes que implican una disfunción de
esto en el caso que el paciente sobreviva, pues la infección cualquier sistema u órgano (26). ,
eleva significativamente el riesgo de mortalidad. Por todo lo Con base en estos elementos se considera que una quema-
anteriormente expuesto, el manejo de la herida es tan urgente dura es grave en las siguientes cirqmstancias: "
como el resto de las medidas del manej o inicial en el paciente 1. Índice de gravedad, más de cien puntos
quemado pues determina la sobrevida de los pacientes y ade- 2. Quemadura de cualquier .magnitud con falla de un órgano
más el resultado de la cicatriz (7, 8, 23). 3. Quemadura por inhalación
4. Quemaduras por energía o por rayo.
índice de gravedad
Los índices de gravedad tienen la ventaja de anticipar el pro- Fisiopatología
nóstico de los pacientes quemados (3, 4, 24, 25). Este pronós-
En paciente con quemaduras severas representa un modelo
tico sirve no solamente para el manej o del caso en particular,
de trauma grave que se caracteriza por una gran variedad de
sino que además permite establecer un control de calidad en la
eventos fisiopatológicos, la mayoría muy bien estudiados.
Unidad y comparar los resultados con otras Unidades (26-30).
Sin embargo, y para efectos prácticos sólo se discutirán las
De entre los múltiples índices existentes, varias Unidades
características que tienen incidencia en el manejo.
de Quemados utilizan el índice descrito por Garcés (27) el
El edema. Desde hace más de medio ~iglo se conoce que
cual se basa en la extensión, la profundidad y la edad. Este
en los pacientes con quemaduras mayores al 20% de superfi-
índice se fundamenta en la siguiente fórmula:
cie corporal, se produce edema no solamente en el área afec-
51/ MANEJO DEL PACIENTE QUEMADO GRAVE

tada, sino además en lugares distantes al sitio de la quemadura


(31). Este edema se debe a un secuestro de líquido en el espa-
cio intersticial, el cual es muy rápido en los primeros minutos
y continúa durante las primeras 24 horas. Más recientemente
se pudo comprobar que en el período inmediato posquema-
dura se producen cambios en la permeabilidad capilar, a los
cuales se suma el incremento en la presión hidrostática por
el suministro de líquidos endovenosos y la disminución de la
presión oncótica del plasma (32-37).
Trastornos hemodinámicos. Se ha sugerido que en los
pacientes con quemaduras se genera en alguna parte un fac-
tor depresor del miocardio y que este factor sería responsable
de la mayoría de las muertes precoces (38, 39). Sin embargo,
este factor nunca se ha podido aislar. Además, con el adve-
nimiento de las técnicas de monitorización con catéter de
arteria pulmonar, se ha podido demostrar que después de la
injuria térmica tanto el índice cardíaco como la resistencia Figura 6. Mucosa intestinal normal. Microscopia electrónica de barrido.
vascular sistémica se comportan de acuerdo a la hipovolemia
existente y al resultado de la resucitación con líquidos endo-
venosos (40). De otra parte, estudios de contractilidad mio-
cárdica mediante ecocardiografía transesofágica han demos-
trado que en el período inmediato posquemadura se produce
una hipercontractilidad y no una depresión del miocardio
(41). Aparentemente, y pasta que no aparezca otra eviden-
cia, el fenómeno inicial de los pacientes quemados parece ser
una hipoperfusión tisular muy severa que se inicia en forma
precoz, desde los cinco minutos después del trauma. Esta hi-
poperfusión se debe a una hipovolemia por el secuestro de
líquidos ya descrito, y a una vasodilatación secundaria a los
mediadores que se originan en el lugar de la lesión térmi-
ca. Estos estudios también han demostrado que las variables
utilizadas normalmente en la monitoría, esto es frecuencia
cardíaca, presión arterial media y aun la diuresis no se alteran
en forma significativa durante este período. Por lo tanto, en Figura 7. Mucosa intestinal en choque de 30 minutos. Obsérvese que se
ausencia de una intervención terapéutica agresiva se produce inicia el despulimiento de la vellosidad.
un daño tisular severo e inadvertido, que se manifiesta más
tarde por falla multiorgánica y ausencia de respuesta al tra-
tamiento (41).
El intestino. Existen múltiples estudios acerca de los cam-
bios de la mucosa intestinal en los pacientes con quemaduras
y su incidencia en la evolución del paciente. Por ejemplo se
han documentado cambios en la mucosa después de un pe-
ríodo de hipotensión tanto en animales de experimentación
como en humanos. También está claramente demostrado que
se produce un paso de bacterias a través de la mucosa intes-
tinal después del trauma (42). En los laboratorios de Mor-
fología la Universidad del Valle se procesaron muestras de
ileon distal de pacientes con choque a diferentes intervalos, y
en las muestras examinadas se pudo observar despulimiento
del epitelio de la vellosidad intestinal, la cual progresa hasta
la pérdida de todo el revestimiento y finalmente se producen
orificios microscópicos pero claramente visibles en la mi-
Figura 8. Mucosa intestinal en paciente con choque prolongado, más de 60
croscopia electrónica de barrido (43) (figuras 6-10). minutos. Obsérvese el despulimiento de lá vellosidad.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

testino, con una reducción de la respuesta hipermetabólica


(47-49) y con una menor incidencia en las complicaciones
infecciosas. Además del aporte de las necesidades nutricio-
nales, la nutrición enteral disminuye la aparición de las úlce-
ras por estrés y el sangrado digestivo (50).
A la luz de los conocimientos actuales parece entonces cla-
ro que la nutrición debe ser enteral y además temprana; pero
no se ha podido documentar el papel del contenido intestinal
en la génesis de la infección de la herida y de la sepsis.
Profundización. En los pacientes quemados casi siempre
existen diferentes grados de profundidad en las áreas lesio-
nadas, de acuerdo a la distancia existente desde el punto de
máxima lesión. Estas zonas son las siguientes:
a. Zona de necrosis. En el lugar de la quemadura de espesor
total, la lesión anatomopatológica es necrosis por coagu-
lación. El examen microscópico en este lugar muestra au-
Figura 9. Vellosiciad intestinal completamente despulida. sencia de restos dérmicos.
b. Zona de estasis, en la cual se observa obliteración de la
microvasculatura. Esta zona va a evolucionar hacia la ne-
crosis en las siguientes horas.
c. Zona de hiperhemia. Se trata de quemaduras de espesor
parcial, las cuales pueden evolucionar hacia la mejoría o
hacia la necrosis de acuerdo al tipo de terapia instaurada
(7,8).

Como la superficie quemada epiteliza en tiempos variables


según la profundidad, entonces la gravedad sistémica cambia
según el momento de la evolución. Así por ejemplo, un pa-
ciente con quemaduras de 60% de superficie corporal, de las
cuales 40% son superficiales; a los 14 días debe haber epite-
lizado en este 40%, quedando sólo un 20% sin epitelizar. El
pronóstico en este momento, esto es quemaduras del 20%
de superficie corporal, sería muy diferente. Sin .embargo, si
esta porción de quemaduras superficiales se profundiza, el
Figura 10. Mucosa intestinal con orificios microscópicos no visibles a sim-
ple vista. Muestra tomada en un paciente con más de 90 minutos en cho- pronóstico del paciente cambia en forma radical, pues las he-
que. ridas continúan abiertas y además se agregan todos los fenó-
menos relacionados (21-23).
En el caso particular de los experimentos en animales Las razones para que las heridas no epitelicen en los tiem-
quemados, se han detectado en la escara bacterias marcadas pos esperados son las siguientes: ' .
previamente e introducidas al intestino. Sin embargo, no obs- 1. Infección. Como se anotó es la,.más grave, pu~sno sola-
tante lo atractivo de la hipótesis como causa de la infección y mente impide la epitelización 'sino que además tiene la
todos los eventos posteriores, los estudios existentes no per- capacidad de profundizaI>las heridas (7).
miten concluir que este fenómeno sea el único responsable 2. Transporte inadecuado de oxígeno (41).
de la falla multiorgánica y del fracaso en el tratamiento. En 3. Falta de aporte nutricional adecuado (43, 48, 49).
los estudios realizados en humanos no se ha podido obser-
var traslocación con significación clínica (44). Sin embargo Manejo en las primeras 24 horas
los estudios sobre descontaminación selectiva en quemados
Primer examen. El primer examen del paciente con quemadu-
muestran reducción en colonización de la herida (45). En pa-
ras severas es de crucial importancia porque en este momento
cientes de cuidado intensivo sin quemaduras se observa re-
por lo general el paciente aún está lúcido, lo cual permite
ducción en las tasas de neumonía, si bien no hay cambios en
una valoración general. Además, la evaluación completa de
las cifras de mortalidad global (46).
todas las áreas quemadas en extensión y profundidad permite
En materia de soporte nutricional en cambio, se ha podido
disponer de un patrón de comparación para las evaluaciones
documentar que la nutrición enteral temprana, esto es antes
posteriores. Por este motivo es recomendable realizar las si-
de transcurridas las primeras 24 horas de la quemadura, se
guientes acciones, sin omitir ninguna (51,52):
asocia con una menor atrofia estructural y funcional del in-
51/ MANEJO DEL PACIENTE QUEMADO GRAVE

Tomar todos los signos vitales posibles. autores en una población adulta encontraron que no hubo di-
Realizar un examen físico completo, no solamente de la ferencias en el soporte ventilatorio, tiempo de estadía, preva-
quemadura. lencia de neumonía ni sobrevida. La traqueo sto mía sin duda
Buscar trauma asociado y manejar las lesiones según facilita el manejo de la vía aérea y de las secreciones, es .más
protocolos. La quemadura no contraindica ningún pro- cómodo para el paciente y reduce el tiempo en ventilación me-
tocolo de otra enfermedad o lesión. cánica. Sin embargo, estas ventajas deben ser balanceadas con
Buscar signos de quemaduras por inhalación y consig- las complicaciones inherentes al procedimiento, en particular
narlo en la historia clínica (tos y esputo carbónico, que- si el cuello presenta quemaduras de espesor total (14, 15).
maduras en las coanas, disnea, estridor laríngeo, antece- Como se anotó previamente, en la mayoría de los pacien-
dente de recinto cerrado, cambios en la voz). tes la obstrucción de la vía aérea por edema se resuelve en
Calcular la superficie y la profundidad y graficarla. Para unos cuantos días, y por este motivo es preferible la intuba-
el efecto se utiliza la "Regla de los Nueves" o el esque- ción a la vía quirúrgica. De otra parte, en todos los casos se
ma de' porcentaje por edad de Lund y Browder, el cual debe preferir el tubo endotraqueal de mayor calibre posible
permite un cálculo más preciso (53, 54) (tabla 3). porque se espera la aparición de gran cantidad de secreciones
espesas (14-16).
Tabla 3. Superficie corporal según edad. Adaptado de Lund y Browder (53).
Tabla 4. Indicaciones de colocación de catéter de arteria pulmonar.
Área 0-1 1-4 5-9 10-14 15 Adulto A AB B Total
Cabeza 19 17 13 11 9 7 1. Índice de gravedad 150 o más
Cuello 2 2 2 2 2 2 2. Falta de respuesta a la resucitación estándar
Tórax anterior 13 13 13 13 13 13 3. Signos de sepsis más acidosis
Tórax posterior 13 13 13 13 13 13 4. Enfermedad cardíaca, pulmonar o hepática preexistente
Glúteo derecho 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5 5. Insuficiencia respiratoria o renal
Glúteo izquierdo 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5
Genitales 1 1 1 1 1 1 B. Ventilación y oxigenación. En los pacientes con que-
Brazo derecho 4 4 4 4 4 4 maduras producidas en recintos cerrados existe la posibilidad
Brazo izquierdo 4 4 4 4 4 4 de intoxicación por monóxido de carbono (CO), el cual tiene
Antebrazo 3 3 3 3 3 3 una afinidad por la hemoglobina superior a la del oxígeno en
derecho
240 veces. Además la disociación es muy diferente de acuer-
Antebrazo 3 3 3 3 3 3
izquierdo
do a la fracción inspirada de oxígeno (Fi0 2): 250 minutos
Mano derecha 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5
con una Fi02 de 21 %, es decir aire ambiente, y 40 minutos si
Mano izquierda 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5
la Fi0 2 es 100%. Por este motivo, si hay sospecha de intoxi-
Muslo derecho 5,5 6,5 8 8,5 9 9,5
cación por CO o inhalación se debe colocar oxígeno, prefe-
Muslo izquierdo 5,5 6,5 8 8,5 9 9,5
riblemente con máscara y reservorio a 12 litros por minuto
Pierna derecha 5 5 5,5 6 6,5 7
(55,56).
Pierna izquierda 5 5 5,5 6 6,5 7
C. Circulación. Una vez asegurada la vía aérea y la ven-
Pie derecho 3,5 3,5 3,5 3,5 3,5 3,5
tilación, se instala una venoclisis con aguja por punción en
Pie izquierdo 3,5 3,5 3,5 3,5 3,5 3,5
una extremidad superior no afectada por quemaduras. Se
Total
debe preferir la punción a la disección y se debe tratar de no
utilizar una extremidad inferior para acc~s'o venoso, debido
El ABe es muy importante: al riesgo de tromboflebitis séptica (57).
En los pacientes con índice de gravedad superior a 100 pun-
A. Vía aérea. Si existen signos de inhalación o sospecha que tos, así como en quefuaduras superficiales de más del 30% o
hubiera existido, el paciente no se puede quedar solo en nin- profundas de más del 15%, se debe colocar al ingreso:
gún momento durante las siguientes 72 horas. El edema de la • Catéter venoso central y catéter vesical y para control
vía aérea alta puede resultar en una obstrucción respiratoria horario de presión venosa central (PVC) y de diuresis.
progresiva y cuando esto ocurre la intubación es muy difí- Sonda nasoyeyunal para nutrición, la cual se debe iniciar
cil. Consecuentemente, la intubación debe ser precoz y se en forma temprana, antes de 24 horas.
debe estar preparado para realizar una cricotiroidotomía de Sonda naso gástrica para descompresión y control de re-
urgencia. Son indicaciones de intubación inmediata el edema
siduo.
detectado en la laringoscopia directa, el estridor laríngeo y la
dificultad respiratoria según parámetros convencionales.
A continuación se deben ordenar los líquidos endovenosos
La traqueostomía temprana es controversial. Un estudio
en la siguiente forma:
retrospectivo en población pediátrica mostró que además de
• Lactato Ringer 4 cc x kg por peso corporal por porcen-
asegurar la vía aérea, el procedimiento no se asocia a compli-
taje de superficie quemada. Por encima del 50% se cal-
caciones mayores y facilita la ventilación. En cambio, otros
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

cula sobre esa cifra (50%). Se ordena la mitád para las mer caso se debe suministrar mayor cantidad de líquidos
primeras 8 horas y la otra mitad para las siguientes 16 y en el segundo practicar una escarotomía, fasciotomía
horas, contadas a partir de la hora de la quemadura, por o ambas. Tanto la falta de líquidos como la compresión
bomba de infusión preferiblemente. Esta fórmula se le producen hipoperfusión y el efecto final es el mismo.
conoce como fórmula de Parkland y es posiblemente la c. La diuresis debe permanecer por encima de 0,5 cc por
más utilizada en las Unidades de Quemados (58). kilo y por hora. A menos que exista una patología renal
Con la medición horaria de diuresis y PVC se ajusta el previa, la diuresis es un muy buen reflejo de la perfusión
goteo de los líquidos endovenosos (LEV) de tal forma esplácnica, es decir de la perfusión a nivel visceral.
que la diuresis sea 0,5 a 1,0 cc/kilo/peso por hora. Si la d. La tensión arterial, si es posible medirla, debe permanecer
diuresis es escasa, se ordenan bolos de solución salina en rangos normales o ligeramente elevada. La hipoten-
0,9% 250 cc en adultos y 20 cc por kilo en niños, y se sión es un signo ominoso en estos pacientes, porque la
revalúa el paciente para identificar la causa. hipoperfusión periférica, o sea en la piel, es mayor que en
el resto del organismo. La frecuencia cardíaca debe per-
Existen varias fórmulas que permiten realizar una reanima- manecer también en el rango normal-alto, y tiene igual
ción adecuada en los pacientes con lesiones por quemaduras, connotación.
con cambios que no modifican el contexto general (59). Sin e. La presión venosa central (PVC) refleja la capacidad de
embargo, hay algunas variaciones importantes. Por ejemplo, la bomba (corazón) para manejar el volumen que llega a
en los lactantes se debe incluir líquidos dextrosados por su la aurícula derecha. Por este motivo no se puede hablar
tendencia a hacer hipoglicemia, y en general estos pacientes de presiones venosas bajas. En los pacientes con signos
requieren proporcionalmente más líquidos que los adultos clínicos de hipoperfusión se puede suministrar líquidos
con quemaduras de extensión similar (60). En los pacientes hasta que la PVC se eleve a valores límites es decir 10 a
con lesiones por inhalación se ha observado que también 12 mmHg, mientras se observa la diuresis. En ausencia
requieren un volumen mayor que el promedio (61). En los de un problema renal, la diuresis se debe mantener entre
pacientes con quemaduras seveFas reanimados con base en 0,5-1,0 cc kg/hora.
presiones de llenado capilar pulmonar, se ha encontrado que
el volumen necesario para una reanimación adecuada supera La interpretación es la siguiente:
en casi un 50% el volumen estimado según la fórmula de Presiones bajas y/o taquicardia con gasto urinario bajo=
Parkland antes anotada (62). Por estas razones parece claro Falta de líquidos
que las fórmulas sirven únicamente como guías de manejo, • Presiones altas con gasto urinario bajo= Falla de bomba
y la reposición exacta tanto en cantidad como en el tipo de Presiones normales o altas con gasto urinario alto= En au-
líquidos se debe fundamentar en el seguimiento clínico de sencia de disfunción renal implica exceso de volumen.
cada paciente (60-63).
El uso de coloides no ha demostrado ventajas sobre los Con estas premisas básicas, el manejo del paciente hipoper-
cristaloides (64). Por esta razón, en el momento actual no hay fundido con monitoría basada en PVC es:
fundamento científico para su uso. Las soluciones hipertóni- 1. Si la presión venosa central (PVC) no está elevada, enton-
cas tienen utilidad en los pacientes con reserva cardiovascu- ces significa que el sistema puede aceptar más líquidos, y
lar limitada y en los casos con quemaduras por inhalación, por lo tanto, si la diuresis no es adecuada, se debe aumen-
pero tienen mayor riesgo de hipernatremia con sus complica- tar el flujo de base o aplicar bolos hasta llegar a presiones
ciones inherentes (65, 66). venosas centrales límites.
2. Si con los líquidos suministrados se eleva la PVC, o si se
Monitorización de la precarga encuentra elevada de base, entÓnces se debe asumir que la
bomba es insuficiente y por 10 tanto el paso siguiente es op-
Inicialmente el manejo del suministro de líquidos se realiza
timizar el gasto cardíacó. Para el efecto se puede utilizar:
mediante monitoría básica que incluye examen físico, pre-
Si la presión arterial media es normal se inicia dobu-
sión venosa central y diuresis horaria. Los parámetros se eva-
tamina a 3 microgramos por kilo de peso por minuto.
lúan en la siguiente forma:
Las dosis convencionales son de 2 a 20 microgramos
a. El paciente debe permanecer orientado en tiempo, per-
por kilo peso y por minuto, rango en el cual la dobu-
sona y lugar. Cualquier alteración en el razonamiento o
tamina produce menos taquicardia que la dopamina
el estado de conciencia obliga a sospechar hipoperfusión
o el isoproterenol (67). Para efectos de cálculo se
cerebral.
debe utilizar el peso ideal y no el peso después del
b. El calor local y el llenado capilar son medidas muy grose-
suministro de fluidos. La dobutamina es el medica-
ras de perfusión. La temperatura distal debe ser aceptable
mento de elección porque es un inotropo específico,
y el llenado debe ser menor a 2 segundos. Un llenado ca-
produce vaso dilatación y adem~s no es. termógeno,
pilar mayor de tres segundos significa que faltan líquidos
es decir, no estimula el metabolismo en este paciente
o que existe compresión proximal por edema. En el pri-
que ya tiene el metabolismo elevado. La ampolla de
51/ MANEJO DEL PACIENTE QUEMADO GRAVE

dobutamina contiene 250 mg del producto en 20 mI. de la piel quemada y del flujo esplácnico. En cambio
La dilución estándar se realiza en 125 mI de solución el paciente con suministro adecuado de líquidos y
salina, con lo cual se obtiene una preparación que vasodilatación puede mejorar su perfusión tanto en
contiene 2000 micro gramos por mI. En un paciente las zonas quemadas como a nivel visceral (77). I
cuyo peso ideal es 60 kilogramos, la dosis de 3 mi-
crogramos por kilo por minuto se consigue suminis- La ampolla de noradrenalina contiene 4 mg en 4 mI. La dilu-
trando aproximadamente 5.5 cc por hora mediante ción estándar es a 250 cc de dextrosa en AD a15% con lo cual
una bomba de infusión. Sin embargo, el uso de la do- se consigue una concentración de16.000 nanogramos por mI.
butamina en estos casos ha generado controversias. La dosis usual es 40 a 150 nanogramos por kilo peso por mi-
En efecto, algunos autores sugieren que sus benefi- nuto. El ACLS recomienda 2 a 12 microgramos por minuto
cios son marginales o incluso inexistentes (68, 69). sin importar el peso. Para una persona de 60 kilos de peso la
Otros estudios en cambio han demostrado beneficios dosis de 40 nano gramos por kilo y por minuto se consigue
claros cuando se utiliza en forma temprana, lo cual pasando esta dilución a 9 cc hora.
es consistente con nuestra impresión clínica; y por También se ha descrito el uso de la fenilefrina, cuando los
este motivo en nuestros pacientes se utiliza como demás vasopresores producen taquiarritmias (78). En cam-
primera opción, con la única limitante de la taqui- bio, la adrenalina o epinefrina se considera un medicamento
cardia o la hipotensión (70, 71). de segunda línea por su capacidad de reducir el flujo a nivel
Si la presión arterial media está baja, entonces se pue- de la piel y el lecho esplácnico.
de iniciar dopamina a 5 micro gramos por kilo, por Si el suministro de líquidos y vasoactivos resultan insufi-
minuto. La dopamina es un precursor de la norepin- cientes para obtener una reanimación adecuada, entonces se
efrina que se caracteriza por estimular los receptores debe pensar en la colocación de un catéter de arteria pulmo-
dopaminérgicos, ~1 adrenérgicos o betaadrenérgicos nar. El catéter de arteria pulmonar permite obtener, además
dependiendo de la dosis. Las dosis bajas producen de la presión venosa central, el gasto cardíaco, la presión ca-
vasodilatación ce~ebral, renal y mesentérica con una pilar pulmonar y varios valores derivados, según se discute
elevación del tono venoso. Como resultado de éste y más adelante. La presión capilar pulmonar (PCP) refleja la
otros mecanismos, aumenta la diuresis sin incremen- presión de la aurícula izquierda, y en ausencia de enferme-
tos significativos en la frecuencia cardíaca (72). Sin dad cardíaca subyacente, este valor expresa la capacidad de
embargo, la dopamina puede producir efectos cola- la bomba izquierda para manejar el volumen eyectado por la
terales indeseables, entre otros isquemia mesentéri- bomba derecha.
ca, necrosis tisular y gangrena digital (73). Por estas También está indicado pensar en la colocación de este ca-
razones se debe usar en la mínima dosis posible, se téter cuando el índice de gravedad es mayor de 150, existen
debe suspender una vez cumpla su objetivo y no se signos de sepsis con acidosis importante, o bien existe falla
justifica como protectora de falla renal en la mallla- asociada de algún órgano (tabla 4).
mada dosis "renal" (74). La ampolla de dopamina
contiene 200 mg del producto en 5 mI. La dilución Órdenes médicas iniciales
estándar se realiza en 125 mI de solución salina, con
lo cual se obtiene una preparación que contiene 1600 Medidas generales. El paciente quemado grave debe recibir
micro gramos por mI. En un paciente cuyo peso ideal inicialmente el manejo establecido para cualquier paciente
es 60 kilogramos, la dosis de 5 microgramos por kilo con quemaduras, es decir la gravedad de la lesión no debe
por minuto se consigue suministrando aproxima- permitir el olvido de las medidas iniciale~"'básicas (54). Por
damente 11-12 cc por hora, también mediante una ejemplo, está contraindicado el suministro de agua libre, por-
bomba de infusión. La dopamina se puede usar en que el resultado inmediato sería una hiponatremia severa. Los
combinación con la dobutamina, con lo cual es posi- pacientes con patolo~ía de base deben continuar recibiendo
ble sumar sus efectos (75). su tratamiento, en particular si se trata de patología cardio-
La norepinefrina es mucho más efectiva que la do- vascular. Asimismo, todos los pacientes, sin excepción, de-
pamina, y sus efectos son más predecibles. Además, ben recibir profilaxis antitetánica.
la norepinefrina es un alfa adrenérgico potente con Antimicrobianos. Los antimicrobianos profilácticos no
menos efectos betaadrenérgicos. Se ha demostrado están indicados de rutina en los pacientes quemados porque
que se logran estabilizar una mayor proporción de se ha demostrado que no mejoran el pronóstico ni reduce]). la
pacientes con norepinefrina que con dopamina (76). posibilidad de colonización e infección. En cambio, su apli-
Existe sin embargo una desventaja teórica que es la cación produce una variación en el tipo de flora contaminan-
vasoconstricción a nivel de la piel, y por esta razón es te de la herida, la cual resulta resistente. Como resultado, el
preferible utilizarla junto con dobutamina. Por igual uso temprano e indiscriminado de ,antimicrobianos empeora
razón es muy importante ajustar la precarga antes de el pronóstico en forma significativa (79). Por lo anterior los
iniciar norepinefrina, a efecto de evitar la isquemia antimicrobianos se suministran sólo en las siguientes cir-
cunstancias:
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

a. Contaminación severa de la quemadura. Por ejemplo, si controlado, y resulta en angustia y depresión. Por ambas vías
para apagarse se lanzó a un caño de aguas negras, o se re- se produce una inmunodepresión, la cual es responsable de
volcó en la tierra. En estos casos los gérmenes involucra- un aumento en las probabilidades de infección, de la profun-
dos provienen de la flora ambiental: cocos gram positivos dización de las heridas y por lo tanto del retraso en la cura-
y bacilos gram negativos. Por lo tanto se puede utilizar ción definitiva (87, 88). Por todo lo anterior la analgesia en el
una cefalosporina de primera generación o bien penicilina paciente quemado debe ser generosa. En nuestros pacientes
más aminoglucósido. se utiliza anestésico local mezclado en dosis terapéuticas con
b. Infección preexistente, con riesgo para la quemadura. Ej. el tópico. Con este esquema, la mayoría de los pacientes no
Piodermitis, otitis media, aparición de bronquitis en pa- requieren analgésicos opioides, y muchos de ellos ningún
cientes con quemaduras por inhalación. Se debe tomar analgésico (89).
cultivo de estos focos e iniciar antimicrobianos según sos- Las dosis de los analgésicos utilizados se deben espaciar
pecha clínica y con un criterio terapéutico. de acuerdo a la vida media del fármaco, de tal forma que
c. Remisión de otra institución por infección. En estos casos no existan espacios sin analgesia, en particular si se usan
se deben tomar cultivos faríngeo y rectal para buscar gér- analgésicos opioides. En efecto, se ha demostrado que la
menes multirresistentes y se inicia antimicrobianos según fármaco-dependencia se produce más frecuentemente por
sospecha clínica. una analgesia insuficiente que por el uso de opioides en dosis
d. Quemaduras extensas con signos de colonización. En terapéuticas (90).
estos casos existe el riesgo de bacteriemia importante y La analgesia en el paciente con quemaduras recientes se
deterioro clínico en el postoperatorio inmediato de la ma- debe ordenar por vía endovenosa (EV). No se debe usar la vía
nipulación de la herida (80-82). intramuscular (1M) o subcutánea (SC), porque en el período
inicial posquemadura existe un paso de líquidos del espacio
Protección de mucosa gástrica. La úlcera duodenal y la he- intravascular (LIV) al espacio intersticial (LIS), y por lo tanto
morragia digestiva eran complicaciones frecuentes en los no se produce absorción. Además, después de las 72 horas
pacientes con quemaduras de más del 20% de superficie cor- se produce una reabsorción masiva e incontrolada debido al
poral en los 70 y 80. El riesgo es mayor en los casos con fenómeno de redistribución hidroelectrolítica la cual es más
hipotensión por reanimación inadecuada, con trauma craneo- intensa en los pacientes quemados que en otros pacientes crí-
encefálico así como en los pacientes con coagulopatía o falla ticos con tercer espacio (31,34-37).
renal asociada. Si bien es cierto que la acidez gástrica es una El esquema analgésico utilizado con más frecuencia es:
barrera antimicrobiana protectora, se ha encontrado que los a. Analgésico no opioide. Ejemplos: dipirona, acetaminofén.
pacientes con sangrado y úlceras tienen mayor producción Como se anotó, el uso tópico de anestésicos ha reducido
de ácido y que el manejo con terapia antiácida reduce la tasa significantemente la necesidad de analgésicos en nuestros
de sangrado por estrés de 28-30% a menos del 5%. Se ha pacientes, y por esta raz.ón en la mayoría es suficiente con
demostrado que la nutrición enteral temprana también reduce analgésicos no opioides. Este tipo de analgésicos se admi-
la probabilidad de estas complicaciones. Por estas razones, el nistran cada 6 horas, y se pueden combinar con un anal-
manejo de protección de la mucosa gastrointestinal incluye gésico opioide en caso de necesidad. Es preferible evitar
nutrición enteral temprana y antiácidos (83-85). el uso inicial de los antiinflamatorios no esteroideos (AI-
El antiácido más utilizado en la mayoría de las unidades NES), a menos que exista certeza de ausencia de riesgo
de quemados es la ranitidina. La dosis es 1 ampolla de 50 mg renal.
endovenosa (EV) diluida a 50 cm! para pasar en 20 minutos b. Analgésicos opioides. Los analgésicos opioid,es utilizados
por buretrol cada 8 horas. Una vez se estabiliza el tubo di- con más frecuencia s o n : "
gestivo, es decir, no hay distensión y la tolerancia a la dieta Morfina. Ampollas x 10 m.g. Dosis: 0,1 mg x kg IV
es adecuada, se puede iniciar ranitidina por vía oral 150 mg diluidos. Se repite l~,dosis cada 4 horas.
cada 12 horas (86). Aparentemente los citoprotectores tipo Meperidina (Demerol) ampollas x 100 mg. Se conside-
sucralfato tendrían alguna ventaja al evitar la colonización ra un analgésico de segunda línea debido a los metabo-
gástrica y reducir así el riesgo de neumonía nosocomial, pero litos y a su efecto cardiodepresor. Dosis: Adultos: 1 mg
este concepto no está bien demostrado. Los bloqueadores de x Kg. IV diluidos. Se repite la dosis cada 4 horas.
bomba de protones, es decir omeprazol y derivados, tienen
en teoría mejores características farmacodinámicas pero al Si el paciente exige más analgésicos o está inquieto, se debe
momento de escribir esta monografía no hay estudios ran- sospechar hipoxia y/o hipovolemia. Por lo tanto antes de in-
domizados que comparen estos medicamentos con los blo- crementar la dosis de analgésicos se debe aumentar la veloci-
queadores H2. dad de los líquidos endovenosos y aplicar oxígeno.
Analgésicos. El dolor por quemaduras es muy intenso, tal Quemaduras eléctricas. En quemaduras eléctricas, se
vez uno de los peores en la práctica quirúrgica. El dolor sin debe auscultar el paciente durante cinco Ipinutos, tomar EKG
tratamiento incrementa la tasa metabólica debido al estrés no e iniciar una monitoría EKG continua durante 6 horas como
51/ MANEJO DEL PACIENTE QUEMADO GRAVE

mínimo, aun cuando el resultado de los métodos anteriores Si el índice es mayor de 100 puntos se agrega PT, PTT,
sea negativo. Si aparecen arritmias se inicia tratamiento an- albúmina, proteínas totales, calcio, magnesio, fósforo y
tiarrítmico, el cual no debe ser suspendido sin un EKG de gases arteriales.
control (91-93). Además se debe incrementar la diuresis Si hay sospecha de inhalación o riesgo de insuficiencia
como si existiera sospecha de mioglobinuria. respiratoria, Rx de tórax y gases arteriales.
Manejo de arritmias. Lidocaína al 2% sin epinefrina (car-
diológica) 3 cc. EV en dos minutos, cada 15 minutos por tres Exámenes de control
dosis. Luego lidocaína al 2% sin epinefrina (cardiológica) 30 Si el índice es menor de 100 puntos, hemograma y crea-
cc disueltos en 100 cc 0,5% AD. El goteo se coloca a 10-40 tinina al tercer día y luego cada semana
cc por hora durante 48 a 72, y el retiro se realiza en forma Si el índice es mayor de 100 puntos, hemograma y crea-
gradual. En niños se aplican bolos de 0,5 a 1 mg x kg EY. Si tinina al segundo día y luego dos veces por semana
no hay respuesta se debe realizar cardioversión sincronizada Si es menor de 5 años, sin importar el índice, se agrega
a 2 joules x kg peso en niños de hasta 25 kg (1 joules = 1 un sedimento urinario cada semana (54).
watt). En adultos se inicia con 50 joules, y si no hay respuesta
se incrementa a 100, 200 Y 360 joules. La respuesta es ge- Manejo de la ventilación
neralmente buena al tratamiento farmacológico. Rara vez se
requiere cardioversión (94, 95). La mayoría de los pacientes con quemaduras severas se de-
Coiuria. Si la orina tiene aspecto colúrico o se trata de una ben intubar en forma precoz, y una alta proporción requiere
quemadura eléctrica, se debe aplicar manitol 25 gramos ini- ventilación mecánica.
ciales (Osmorin al 20%, 125 cc) y agregar otros 12,5 gramos La insuficiencia respiratoria de los pacientes con lesiones
por cada litro de LEV ordenado. En estos casos la diuresis por quemaduras es multifactorial, como ya se ha descrito. En
se debe mantener en 100 cc por hora en el adulto y 2 cc por la patogénesis se debe diferenciar entre la lesión 'directa so-
kilo de peso en los niños, para prevenir el depósito de la mio- bre la vía aérea, la lesión pulmonar debido a la activación de
globina y la falla renal sul;>secuente. Se debe tener cautela en la respuesta inflamatoria sistémica y la neumonía secundaria
no ordenar manitol sin aplicación previa de LEV, porque se que puede ocurrir más tarde y agregarse a las dos lesiones an-
induciría a una deshidratación iatrogénica (96-98). teriores. Todos estos tipos de lesión pueden ocurrir en forma
Inhalación. En sospecha de quemaduras por inhalación se aislada o en conjunto.
deben solicitar gases arteriales y Rx de tórax, una fibrobron- A lo anterior se puede agregar la lesión asociada al ventila-
coscopia, o en su defecto una laringoscopia ya sea directa o dor, un factor iatrogénico debido a un manejo inadecuado de
indirecta y con base en el resultado decidir sobre intubación, la ventilación mecánica. En efecto, la rigidez de la pared to-
que puede ser orotraqueal o nasotraqueal, según las preferen- rácica es un evento frecuente en los pacientes quemados que
cias. La intubación orotraqueal tiene la ventaja de permitir la resulta en presiones elevadas de la vía aérea y que exacerba
introducción de un tubo de mayor calibre que facilita la aspi- la lesión pulmonar aguda. Para reducir este tipo de lesión se
ración, porque estos pacientes producen un gran volumen de debe utilizar una ventilación con volumen corriente bajo, el
secreciones espesas en los primeros días. La intubación naso- cual ha demostrado que reduce la probabilidad de este tipo de
traqueal es mas cómoda para el paciente, pero el tubo será de injuria y mejora la sobrevida. El manejo del soporte ventila-
menor calibre. En todo caso, cualquiera que sea la vía, debe torio se discute en otro capítulo de este libro.
ser precoz, pues el edema puede resultar en una obstrucción
aguda de muy difícil manejo con un riesgo alto de muerte por Manejo de la oxigenación y perf~,~ión
imposibilidad para acceder una vía aérea. Además, la mayo- Como es bien conocido, eL aumento en el consumo de oxí-
ría de estos pacientes van a requerir alguna forma de soporte geno después de incrementar el aporte implica la existencia
ventilatorio posterior (11, 12) La radiografía de tórax es ne- de una necesidad no satisfecha de oxígeno, y por lo tanto de
cesaria para descartar lesiones asociadas, pero tiene escaso una resucitación insuficiente. En las publicacÍones existen-
valor predictivo para el diagnóstico de inhalación. Se debe tes y en nuestra experiencia se ha demostrado que existe una
ordenar cuando el paciente se estabiliza, después de insertar correlación pobre entre los signos vitales convencionales y
el catéter central. los parámetros obtenidos mediante el catéter pulmonar y los
gases arteriovenosos (99). En efecto, casi la mitad de los pa-
Exámenes de laboratorio cientes con aparente resucitación adecuada según parámetros
Al ingreso: hemograma, creatinina, electrolitos y sedimento no invasivos, al incrementar el aporte de fluidos por enci-
urinario. Además: ma del aporte previamente calculado, presentan incrementos
Si es mujer en edad fértil se agrega prueba de embarazo significativos tanto en el transporte como en el consumo de
Si es mayor de 50 años se agrega EKG, Rx de tórax y oxígeno (100). En los pacientes con quemaduras la situación
glicemia es especialmente grave porque lüs mecanismos fisiológicos
Si es quemadura eléctrica, EKG y CKmb. A las 24 horas están orientados a producir una restricción de volumen prefe-
se repite el sedimento urinario y CKmb rencialmente en la piel que en este caso es la zona lesionada y
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

la que necesita insumos con mayor urgencia. Como es obvio, Tabla 5. Valores normales de monitoría en pacientes quemados.
una reanimación inadecuada resulta en un insuficiente aporte
Variable Valor normal Valor en
de oxígeno y nutrientes básicos a la lesión (40, 41). La conse-
quemados
cuencia es un retraso en la epitelización, o lo que es peor una
Diuresis 0,5 1 cclkg/h
infección y una posterior profundización, según se expuso
Presión venosa central -2 a +12 cmH 20
antes. En otras palabras, la evolución inadecuada y el mal 0-4mmHg
resultado final son variables que dependen directamente del Presión arterial media (PAM) 80-100 mmHg
aporte de nutrientes y oxígeno a la zona lesionada (21,22). Presión arterial pulmonar (PAP) 15-30/6-12 mmHg
Por este motivo en las horas iniciales se debe realizar una Presión pulmonar media (PPM) 12-15 mmHg
monitoría muy estrecha de las variables que permiten detec- Presión capilar pulmonar (PCP) 6-12 mmHg
tar hipoperfusión tisular. Entre estas variables las más fáciles Índice cardíaco 2,8-3,6 l/minxm 2 >4
de examinar son la conciencia, la presión arterial media, la Resistencia vascular sistémica (RVS) 1760-2600 >1200
perfusión capilar, la presencia de dolor, la diuresis y el estado 80 x (PAM-PVC)/IC (dinasxseg/cm5M5)
ácido básico. La presión arterial media (PAM) medida con Contenido arterial de oxígeno (Ca0 2) 18-20
manguito ya sea manual o automático es poco confiable en Hb x SaO? x 1,39
el paciente hipotenso. Por esta razón se debe utilizar un ca- Contenido venoso de oxígeno (Cv0 2) 13-16
Hb x SvO? x 1,39
téter arterial ya sea radial, pedio o femoral, el cual, además
Transporte de oxígeno (D0 2) 520-720 ml/min x M2 >700
de permitir una visualización latido a latido, representa una CaO? x 10 x IC
medición mucho más segura y confiable (101). Los pacientes Consumo de oxígeno (VO?) 100-180 ml/min x M2 >150
con respuesta inadecuada o insuficiente al aporte de líquidos, Cociente de extracción de O? 0,2-0,3
deben recibir terapia vasopresora como se describió previa- Lactato en sangre < 2 mmollL
mente. La meta de esta terapia es recuperar la perfusión tisu- PH mucoso gástrico 7,35-7,41
lar y normalizar el metabolismo celular. El criterio primario
de efectividad es la recuperación pe la presión arterial media, La deuda de oxígeno. Se conoce como deuda de oxígeno
la cual debe mantenerse al menos en 60 mmHg, aunque algu- el déficit acumulado de consumo de oxígeno (V0 2), es de-
nos sitúan esta cifra en 65 mmHg (102). Otros han propuesto cir el déficit de oxígeno en el tiempo. Se ha demostrado que
valores aun mayores, pero eso es controversial. La presión existe una relación directa entre la magnitud de esta deuda
arterial es la meta final de la terapia vasopresora, y por lo de oxígeno y el riesgo de falla orgánica y muerte (102, 105,
tanto el criterio de efectividad está dado por la restauración 106). Una vez determinado el V0 2 pueden ocurrir dos situa-
de una presión adecuada. Sin embargo, se debe tener presente ciones:
que la presión arterial no es igual a flujo en un paciente de- a. El V0 2 está normal. Los valores normales de V0 2 se sitúan
terminado, pues la cifra puede variar de paciente a paciente. entre 110-160 ml/min/m2 • En pacientes quemados, duran-
Por esta razón para determinar el efecto se requiere medir, te la primera semana el consumo· de oxígeno debe estar
además de la presión arterial, el llenado capilar, la diuresis, elevado, por encima de 150, debido a que tieQ,en una tasa
los gases arteriales y el nivel de lactato si está disponible. metabólica elevada. Por lo tanto si el consumo de oxígeno
Los pacientes que presentan una falta de resultados detec- se encuentra normal, se debe medir el nivel de lactato o en
tada a través de estas mediciones necesitan una monitoría su defecto el déficit de base para determinar si la oxigena-
diferente a la convencional, que permita determinar otras va- ción tisular es o no suficiente para los requ~rimientos del
riables, distintas a la monitoría básica, para realizar así una paciente. El lactato en sangre, ya sea medide"en plasma
corrección anticipada de los problemas existentes (102-104). o sangre total, tiene mejor valofpredictivo de mortalidad
Para el efecto, además del catéter urinario y la presión venosa que el gasto cardíaco y el consumo de oxígeno en los pri-
central (PVC), se requiere la inserción de un catéter de arteria meros días posquemadu,ra (106, 107). Posteriormente la
pulmonar (CAP) según ya fue descrito (tabla 4). Las varia- medición puede verse alterada por la producción del resto
bles a monitorizar así como los valores normales y deseables de fuentes de lactato tales como el déficit de tiamina, la
en pacientes quemados se describen en la tabla 5. alcalosis, el desequilibrio bacteriano intestinal y la falla
Consumo de oxígeno. Con el catéter de arteria pulmonar hepática.
y los gases arteriales y venosos es posible determinar los ni- b. El V0 2 está bajo. Valores por debajo de 110 ml/min/m2 se
veles de consumo de oxígeno (V0 2) y al mismo tiempo mo- consideran anormales. El V0 2 bajo indica que existe un
nitorizar su corrección si es necesario. El consumo de oxíge- gran déficit de oxígeno a nivel tisular, y si no se corrige
no en términos simples es la diferencia entre el contenido de se produce una deuda de oxígeno que puede llegar a ser
oxígeno arterial y el venoso, es decir el oxígeno consumido inmanejable. En efecto, en el paciente quemado por tra-
a nivel tisular. La fórmula para calcularlo es muy sencilla: tarse de un organismo con una tasa metabólica tan alta, la
Contenido arterial menos contenido venoso de oxígeno, mul- deuda de oxígeno se puede volver impagable en cuestión
tiplicado por el flujo que lo transporta, es decir por el índice de horas.
cardíaco: (Ca0 2-Cv0 2) x rc x 10.
51/ MANEJO DEL PACIENTE QUEMADO GRAVE

Manejo del déficit en el consumo de oxígeno necesaria cuando la hemoglobina es inferior a 7 gr% (hemato~
Paso 1. Mejorar la precarga. Una axioma obvio es que una crito 20-22%). Cuando la hemoglobina está entre 7 y 10 gr%
bomba (corazón) sólo puede eyectar lo que le llega. Si no hay (hematocrito 22-30%), la transfusión está indicada si hay ines-
líquido suficiente no podrá bombear más de lo que existe. tabilidad medida con base en los signos clínicos y VO') bajo.
Esta situación es crítica en el paciente quemado, porque la Por encima de 10 gr% de hemoglobina (hematocrito -30%),
acumulación de líquido en el tercer espacio puede ser enorme la transfusión rara vez es necesaria, a menos que se realice o
y además se inicia casi de inmediato después de la lesión. Por se proyecte realizar una escarectomía la cual puede implicar
lo tanto la primera medida es asegurar que existe fluido intra- pérdidas importantes (109-112).
vascular suficiente con base en la clínica, la diuresis, la PVC Si a pesar de un índice cardíaco normal o supranormal
y la presión capilar pulmonar (PCP), según ya fue descrito. y un volumen sanguíneo adecuado, el VO') no aumenta, el
Paso 2. Observar el índice cardíaco. El paciente con que- pronóstico no es bueno (113). Algunos autores han recomen-
maduras debe mantenerlo por encima de 3,5, preferiblemente dado manipular el paciente con inotrópicos hasta conseguir
más de 4 Vminlm2• Si ese no es el caso, el índice se debe valores supranormales de transporte (DO')) y consumo (VO'))
considerar bajo, y el manejo consiste en aplicar dobutamina de oxígeno, pero este manejo constituye -una estrategia coñ-
si la presión arterial media es normal, o bien dobutamina más troversial. En efecto, estudios más recientes han demostrado
norepinefrina si hay hipotensión. que la administración de sustancias vasoactivas en dosis por
La vasodilatación extrema medida con base en la resis- encima de las terapéuticas para conseguir estos objetivos nu-
tencia vascular sistémica puede resultar en acumulación de méricos, no mejoran el pronóstico de sobrevida (114). Parece
la volemia en el lecho capilar, y como resultado puede haber entonces que se debe aplicar líquidos con base en las cifras
una precarga insuficiente, no obstante una infusión de líqui- de monitoría y vasoactivos en dosis terapéuticas, no excesi-
dos suficiente o incluso excesiva. En estos casos el paciente vas (115); y que la resucitación con líquidos y la aplicación
se puede beneficiar de una terapia vas opresora, mediante la del soporte vaso activo debe ser temprana (73, 1(1). Los pa-
aplicación de noradrenalina (108). Sin embargo, como se ex- cientes que no responden rápidamente a esta forma de ma-
plicó antes, esta terapia s~ debe aplicar con cautela en pacien- nejo, tienen mal pronóstico; y el suministro de mayores do-
tes quemados, porque la vasoconstricción periférica afecta la sis de vasoactivos, por encima de las dosis terapéuticas sólo
piel, y por lo tanto la falta de perfusión a este nivel resulta en consigue incrementar el gasto metabólico y posiblemente la
retardo en la epitelización o infección. Por este motivo, la te- mortalidad (116).
rapia vas opresora en el paciente quemado requiere de la mo- Paso 4. Verificar el nivel de acidosis. Como se anotó, para
nitoría con catéter de arteria pulmonar y la medición de gases medir el nivel de acidosis se pueden utilizar los niveles de
arteriovenosos. Estas mediciones están orientadas a buscar déficit o, si está disponible se mide directamente el lactato
el punto de equilibrio tanto en el costo beneficio metabólico (100, 102, 103, 107).
como en el retiro precoz del vasopresor escogido. El exceso de base máximo permitido es de -6 (menos
Paso 3. Calcular el consumo de oxígeno (VO ). Como se seis). Valores por debajo de esta cifra se consideran anorma-
anoto,; e1 ca;1culo del consumo de oxígeno requiere, 2
además les e indican metabolismo anaerobio. El lactato normal en
del catéter de arteria pulmonar, de una muestra de gases ar- sangre es 2 rnmol por litro. Se consideran valores elevados
teriales y venosos. Los cálculos de gasimetría escapan a esta por encima de 4 rnmol por litro. El lactato es una expresión
revisión. Para el efecto se puede consultar el capítulo sobre directa del metabolismo anaerobio, es decir de la incapaci-
el tema en esta obra. dad de la célula para procesar la glucosa. Por lo tanto niveles
Según ya fue descrito, el consumo de oxígeno (V0 2) co- elevados de lactato indican que el consumo de oxígeno es
rresponde al oxígeno que se queda a nivel tisular, es decir inferior a la tasa metabólica. El manejo c6nsiste entonces en
que es consumido por las células: (Ca02-Cv0 2 ) x IC x 10. Si disminuir la tasa metabólic~ o bien aumentar el consumo de
el V02 está por debajo de los valores deseables, o peor aún oxígeno. Mientras sea posible, es preferible rebajar la tasa
está por debajo de los valores normales, entonces se debe metabólica pues unl elevación excesiva del V02 implica una
suministrar líquidos e inotrópicos, es decir dobutamina y/o estimulación cardíaca y metabólica, la cual no es deseable en
norepinefrina según el caso. Como el contenido de oxígeno estos pacientes. La reducción de la tasa metabólica se consi-
depende de la hemoglobina existente, entonces en el evento gue mediante varias acciones, todas muy importantes en el
de no conseguir un V02 adecuado el paso siguiente es opti- manejo del paciente quemado: analgesia adecuada, sedación,
mizar la hemoglobina. El nivel óptimo de hemoglobina no soporte nutricional para obtener un equilibrio óptimo, uso de
está definido. La mayoría de los pacientes tolera niveles de betabloqueadores, reducir al máximo la contaminación de las
hemoglobina de 8 a 10 gramos. Sin embargo, cuando existe heridas y evitar todas las complicaciones posibles.
taquicardia excesiva, desaturación venosa mixta severa, dis-
función cardíaca, enfermedad coronaria de base o acidosis Manejo de la infección
láctica no resuelta, se debe considerar la necesidad de incre- La diferencia entre el paciente quemado y otros pacientes
mentar el contenido de oxígeno, el cual depende en parte del quirúrgicos es la facilidad del médico para acceder al lugar
nivel de hemoglobina (109). La transfusión es casi siempre más probable de la infección que es la piel. En efecto, en
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

los pacientes quirúrgicos convencionales, la búsqueda de la Glasgow se debe mantener en 15 o en 11 si está intubado.
infección requiere de exámenes sofisticados y en ocasiones La alteración de la esfera mental sin causa justificada debe
aun con estos no es posible localizar el foco. En los pacientes hacer pensar en una infección hasta demostrar lo contra-
quemados en cambio, la herida es fácilmente accesible y con rio. Si el paciente recibe medicación siquiátrica, se debe
un examen local diario en la gran mayoría de los casos es suspender esta medicación y en todo caso asumir que el
posible anticipar la evolución del individuo. El diagnóstico y trastorno es de origen metabólico y no medicamentoso.
tratamiento oportuno de la infección es esencial para prevenir b. Signos vitales básicos. Se consideran signos de infección
la extensión del proceso y las consecuencias ya descritas. Por los siguientes:
lo tanto las características clínicas adquieren gran relevancia, Tensión arterial. Caída no justificada de la presión
ya que permiten detectar y establecer el diagnóstico, antes arterial media en 10 mmHg o más. Es de particu-
de que se reporten las pruebas confirmatOlias de laboratorio. lar importancia la tensión arterial diastólica, pues la
Por este motivo, el examen clínico realizado por una persona tendencia a la baja es una medida aunque grosera,
entrenada en el aspecto visual de las heridas es determinante muy sensible de vasodilatación, la cual por su parte
para el manejo. supone paso de productos de degradación a la cir-
Signos locales de infección. Se consideran signos locales culación.
de infección cualquiera de los siguientes (7, 8, 117, 118): Temperatura. Los pacientes quemados, debido a su
Eritema alrededor del borde del área quemada (bordes) hipermetabolismo manejan 37,5° centígrados más o
Costra difícil de desprender o adherencia, cualquier color menos 3 décimas. El alza o disminución de más de
Mal olor u olor a gérmenes específicos 1°C o las temperaturas por encima de 38° son indica-
Falta de mejoría con el tratamiento usual tivos de un foco infeccioso no resuelto. Es de parti-
Profundización de la herida. cular importancia la hipotermia, por debajo de 36,5°,
que obliga a buscar un germen gram negativo.
Además de estos signos, algunos gérmenes tienen caracterís- Respiración. El alza de más de 10 respiraciones por
ticas propias que son importantes de detectar porque permi- minuto es indicación de infección respiratoria y obli-
ten una sospecha clínica antes de'que se obtengan los resulta- ga a sospechar quemadura por inhalación.
dos del laboratorio. Los más frecuentes son: c. Gasto urinario. La disminución de la diuresis a pesar de
a. Pseudonwnas Aeruginosa. Las enterobacterias y en par- un suministro de acuerdo a las estimaciones calculadas de
ticular las pseudomonas aeruginosa se caracterizan por líquidos, debe hacer suponer que se está gestando un ter-
la aparición de leucopenia y una progresión muy rápida cer espacio, o bien que existe una vasodilatación. En am-
hacia un síndrome de respuesta inflamatoria sistémico bos casos el origen de estos fenómenos es la infección.
(SIRS) y de disfunción múltiple de órganos (SDOM) d. Signos gastrointestinales. Son signos de infección no con-
(119, 120). Por este motivo si elleucograma es sospecho- trolada:
so, es decir el recuento de leucocitos aparece "normal" o Intolerancia a la nutrición enteral
"ligeramente disminuido"; entonces se debe buscar en la Íleo sin lesión de vísceras abdominales
herida los signos propios de este germen que son: Diarrea de causa no justificada
Tejido de color gris o violáceo • Hemorragia digestiva.
Punteado hemorrágico de aspecto petequial e. Parámetros hemodinámicos y gases arteriovenosos. Se-
• Fluorescencia positiva. gún se comentó en párrafos anteriores.
b. Estafilococo Aureus. A diferencia del las pseudomonas
aeruginosa, el estafilococo aureus tiene una evolución Exámenes de laboratorio. Como, se anotó al c~1nienzo,
al
más lenta y se caracteriza por leucocitosis en lugar de leu- paciente quemado grave se le deb~ tomar muestras para he-
copenia. La progresión hacia una disfunción múltiple de mograma, electrolitos y crea,tinina dos o tres veces por sema-
órganos es menos probable, por lo menos en las etapas na. La glicemia se debe mo~itorizar con glucometría.
iniciales (8). Las heridas infectadas por este germen se a. Hemograma. Los neutrófilos tienen una vida media de 8 a
caracterizan por: 9 horas (123). Por este motivo, las cifras delleucograma /
Palidez del tejido de granulación se deben interpretar con cautela. Sin embargo, y por este {
Tejido de granulación deprimido mismo hecho el leucograma es una prueba muy sensible
Aparición de pústulas o comedones (121, 122). que permite detectar en forma temprana un proceso infec-
cioso. Se consideran signos de infección:
Signos sistémicos de infección. Los signos sistémicos de in- • Caída del hematocrito en 2 puntos o más en ausencia
fección son similares a los signos de infección de otras pato- de hemorragia
logías. Sin embargo, en quemaduras existen algunas diferen- Leucocitosis. Los pacientes quemados manejan ni-
cias de diagnóstico y manejo que se deben tener en cuenta: veles de glóbulos blancos un pOC9 por encima de las
a. Conciencia. El paciente con quemaduras extensas sufre cifras normales, entre 11.000 y 13.000. Valores por
una serie de trastornos sicológicos bien conocidos, pero el encima de 15.000 se consideran anormales y deben
51/ MANEJO DEL PACIENTE QUEMADO GRAVE

obligar a la búsqueda de algún foco. La leucocitosis duo sea excelente. Debido al intenso grado de inmunosu- .
en estos pacientes significa área de necrosis sin rese- presión presente, un hemocultivo positivo generalmente
car o infección por cocos gram positivos, específica- es indicación de iniciar tratamiento antimicrobiano espe-
mente estafilococos. cífico (128-130).
Leucopenia. Es particularmente ominosa la caída
brusca del recuento de blancos. Por ejemplo un hemo- Manejo de la herida
grama con recuento leucocitario de 6.000 y neutrófilos
de 87% podría parecer un leucograma aceptable para Por todo lo anteriormente expuesto, el manejo de la herida
una persona sin quemaduras. Sin embargo, en un pa- es de capital importancia en el paciente quemado pues esto
ciente quemado es una cifra baja; y si en este paciente reduce las probabilidades de infección y por lo tanto mejora
la sobrevida de los pacientes. Más a largo plazo, también de-
48 horas antes el leucograma mostraba leucocitosis,
termina el resultado de la cicatriz (7, 8).
por ejemplo de 15.000 y neutrófilos = 85%, puede sig-
En las últimas décadas, el pronóstico de los pacientes que-
nificar una leucopenia y neutropenia en curso (94-96).
Si el paciente no recibió sulfadiazina como tópico, en- mados ha cambiado dramáticamente debido a la aplicación
racional de la tecnología según se expuso en los pánafos an-
tonces probablemente está en proceso de sepsis por
teriores (131, 132). Sin embargo, el avance de mayor impacto
gram negativos. Los gram negativos más frecuentes
en los resultados a corto y mediano plazo se produjo con el
en la herida quemada son las enterobacteriáceas, y de
cambio en el manejo de la herida. Janzekovic, a comienzos
éstas la Pseudomona Aeruginosa y el Acinetobacter
de los 70 demostró que la sobrevida mejora en forma signi-
Baumanni (123-128).
ficativa cuando se reseca el tejido quemado y se injerta la
Trombocitopenia. Tendencia a la baja o cualquier re-
superficie cruenta en forma precoz (8, 133, 134). Posterior-
cuento con menos de 100.000 plaquetas por mm3•
mente otros autores cOlToboraron estos hallazgos, y hoy la
b. Cultivo de la superficie quemada. El cultivo de superfi-
resección temprana del tejido quemado y los injertos preco-
cie quemada es un método utilizado rutinariamente en
ces se consideran una práctica estándar en todas las unidades
los servicios quirúrgicos y en un número importante de
de quemados. Para conseguir estos objetivos se reCUlTe a la
Unidades de Quemados. Sin embargo, debido a su alta
resección de la escara o escarectomía cuando la quemadura
frecuencia de falsos positivos y negativos no tiene valor
es de espesor total; a las escisiones tangenciales cuando son
como método diagnóstico de infección en quemaduras. En
quemaduras de espesor parcial y a la dermoabrasión cuando
efecto, en un estudio realizado en la Unidad de Quemados
se trata de lesiones muy superficiales (135-136).
del Hospital Universitario del Valle, se tomaron muestras
Estas resecciones mecánicas son muy dolorosas y por lo
pareadas y se demostró que el cultivo de superficie co-
tanto requieren de anestesia o por lo menos una sedación ade-
incide con el cultivo biopsia en un poco más del 10% de
cuada. Cuando la sedación no es posible o es muy complica-
los casos. Lo anterior significa que la administración de
da, y se trata de pacientes ambulatorios o cuyas quemaduras
antibióticos con base en un cultivo de superficie implica
no son extensas, se puede reculTir a la maceración o al desbri-
un riesgo de elTor de casi un 90% (124). El método que
damiento enzimático según se explica más adelante (137).
se debe utilizar en estos pacientes es el cultivo biopsia,
El tratamiento de la herida varía de acuerdo con la profun-
cuyo resultado es confiable en lo que se refiere al germen
didad de la quemadura y con la presencia de contaminación o
identificado. La técnica consiste en resecar un trozo de
infección. En efecto, mientras en los pacientes sin contamina-
piel de 1 cm x 0,5 cms sin tejido celular subcutáneo y
ción el tratamiento debe estar dirigido a,proveer de un medio
determinar, mediante el cultivo de diferentes diluciones
la cantidad de gérmenes por gramo de tejido. Un cultivo~
húmedo libre o casi libre de microorganis'Il1:os; en el caso de
los pacientes con infección de la superficie, ~e requiere de ac-
biopsia con más de 105 gérmenes por gramo, se considera
ciones específicas tendientes a disminuir la población bacteria-
como probable infección invasiva (125-128). Sin embar-
na o resecar el tejido infectado en el caso que esta disminución
go, este resultado se debe interpretar sumado al examen
no sea posible con maniobras menos invasivas. De otra parte,
clínico de una persona con experiencia visual en heridas
cuando las quemaduras son de espesor intermedio o profundo,
por quemaduras y con base en el resto de parámetros des-
el tejido necrótico debe ser resecado tan pronto las condiciones
critos.
del paciente lo permitan, pues este tejido tiene un alto chance
c. Hemocultivo. El hemocultivo puede resultar positivo
de contaminación y posterior putrefacción.
como resultado de una bacteriemia transitoria debido a
Después de estos procedimientos de resección se proce-
la manipulación del área cruenta, o bien a consecuencia
de a cubrir la herida. Las quemaduras superficiales libres de
de una metástasis, p. ej. de catéteres. En la mayoría de los
infección o contaminación van a epitelizar en forma espontá-
casos sin embargo, el hemocultivo positivo tiene o tuvo
nea en un plazo inferior a dos semanas como ya fue explica-
origen en un área quemada infectada. Los hemocultivos
do. Por lo tanto, y mientras OCUlTe la epitelización se deben
positivos en el paciente quemado no se deben considerar
cubrir ya sea con tópicos antimicrobianos, con coberturas
contaminantes, a menos que el estado general del indivi-
cutáneas o una combinación de a~bos (138-140).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Las coberturas cutáneas se pueden aplicar sobre una su- recibir los injertos. El propósito debe ser injertar todas las
perficie cruenta pero libre de infección, y preferiblemente superficies antes de 21 días, si las condiciones lo permiten.
también libre de tejido quemado. Son muy útiles en las que-
maduras superficiales, porque representan un manejo muy Tabla 7. Tópicos más frecuentemente utilizados. Ventajas y limitaciones.
simple y porque además suprimen gran parte del dolor. En
Tópico Ventajas Limitaciones
las quemaduras más profundas evitan la desecación, y per-
Sulfadiazina de plata Microbicida, amplio Costoso, neutropenia
miten la preservación de restos dérmicos. De esta manera se espectro
reduce la necesidad de injertos y por lo tanto se mejora el Microbicida,
Nitrato de plata 0,5% amplio Escasa penetración de
pronóstico. Este tipo de tecnología se encuentra en perma- espectro la escara
nente avance y es uno de los elementos que debe estar en ca- Trastornos electrolíti-
pacidad de manejar todo profesional que trata pacientes con cos
quemaduras. Las coberturas cutáneas de uso más frecuente Nitrofurazona Microbicida Alergia. Poco activo
para gram (-)
se describen en la tabla 6.
Mafenide crema Microbicida, penetra la Doloroso, costoso
escara
Tabla 6. Coberturas cutáneas de uso frecuente.
Mafenide solución 5% Microbicida, penetra la Costoso
escara
Cobertura Ventajas Desventajas
Clorexidina Microbicida Costoso. Absorción en
Poliuretano Bajo costo Dermatitis
grandes Qx
Permite inspección visual Infección
Fenoles 2% Microbicida, No es Corrosivo
Silicona Inerte Costo
costoso
Colágeno Fácil de aplicar Costo
Colagenasa Agente desbridante en- No es antimicrobiano
Adherencia moderada
zimático
Inerte
Hidrogel con pectina Agente desbridante au- No es antimicrobiano
Piel porcina Disponibilidad Alergia
tolítico
Piel homóloga Bien tolerada Costo
Oxido de Zn-Calamina Fomenta la epiteliza- No es antimicrobiano
ción
En cuanto a los tópicos antimicrobianos, en nuestro medio
se han ensayado una gran variedad de sustancias, debido fun- Recomendaciones de manejo según tipo de
damentalmente a los costos en los pacientes con quemaduras quemadura
extensas. Todos los tópicos tienen ventajas y limitaciones,
por lo que no es posible hablar de un tópico único e ideal Quemadura Grado II superficial. Por lo general estos pacien-
que pueda ser aplicado en todos los casos. Por este motivo tes ingresan con vesículas de pequeño tamaño, o sin vesícu-
el médico y la enfermera encargada del manejo de la herida las inicialmente pero con formación posterior de vesículas.
por quemadura deben tener claridad acerca de las caracterís- El epitelio de la vesícula se debe preservar, pues evita la de-
ticas de cada tópico, para así aplicar la sustancia que mejor secación de la herida y permite una epitelización más rápida
se adapte al tipo de quemadura y la condición de la herida en con una cicatriz final de mejor calidad. Algunos recomiendan
el momento puntual de su uso (140). no aplicar tópicos y otros prefieren aplicar tópicos de acción
Por ejemplo, se ha demostrado que con el uso de cualquier antibacteriana moderada.
tópico antimicrobiano, la población bacteriana contaminante Las recomendaciones más aceptadas en estos casos inclu-
de la herida quemada se torna resistente antes de 16 días, yen lavar la herida con solución salina estéril hasta estar segu-
en el mejor de los casos. Esta cifra es aún menor para los ros que está completamente limpia, y a continuación colocar
antibióticos, y por esta razón se ha reducido su uso en los sulfadiazina de plata o una gasa impregnada con cÍorexidina
pacientes con quemaduras extensas. De aquí entonces la ne- (Bactigras R). La herida debe permanecer aislada, por lo que
cesidad de cambiar el tópico antimicrobiano antes de 16 días es conveniente cubrirla COI{ un apósito simple o hidro activo y
o en cualquier momento que se observe una falta de respuesta una venda liviana que lo sostenga. La herida se debe revisar
terapéutica (141). Los tópicos más utilizados así como las ca- cada 72 a 120 horas (3 a 5 días) para vigilar que la epiteliza-
racterísticas de cada uno de ellos se describen en la tabla 7. ción sea adecuada y que no existan signos de infección.
Las quemaduras más profundas no van a cerrar en forma Una alternativa a la aplicación de cualquier tópico en esta
espontánea y por lo tanto requieren de la aplicación de in- herida es la cobertura cutánea, de las cuales las que produ-
jertos. Estos injertos deben ser preferiblemente autólogos, y cen mejores resultados son el colágeno o colágeno-silicona
se deben aplicar apenas la superficie cruenta se encuentre en (BiobraneR), la piel porcina o el homoinjerto. Estos produc-
capacidad de recibirlos, es decir, se encuentre limpia y con tos se aplican sobre el área lesionada y se dejen in situ hasta
un tejido subyacente viable, de preferencia tejido de granula- que se desprenden en forma espontánea. Se revisan cada 72
ción. El manejo en estos casos consiste entonces en resección horas para descartar la posibilidad de infección, ante cuya
del tejido necrótico lo más precoz posible y la aplicación de sospecha se deben retirar para cambiar la técnica (figura 11)
tópicos y coberturas para así preparar la superficie que va a (142-144).
51/ MANEJO DEL PACIENTE QUEMADO GRAVE

Quemadura Grado II intermedio o AB. Se discute aquí las con una membrana de cobertura cutánea. La revisión se .
quemaduras recientes sin antecedentes ni signos de contami- lleva a cabo cada 72 horas.
nación. Cuando existe contaminación o infección el manejo Áreas de espesor más profundo que no epitelizan en los
es diferente y se describe más adelante. Como se anotó, .esta primeros 15 días. Estas áreas es preferible injertarlas,
quemadura se caracteriza porque existen áreas blanquecinas pues si bien es cierto pueden epitelizar en los siguientes
aisladas, y no es claro si estas áreas son profundas o super- 7 a 10 días, es decir hacia el día 21, la cicatriz será de
ficiales. El tejido necrótico se debe resecar y para el efecto muy mala calidad. En efecto, en el mediano plazo va a
existen las siguientes alternativas: aparecer una cicatriz hipertrófica, o una retracción que
Resección mecánica, la cual se obtiene mediante esci- muy posiblemente requiere tratamiento quirúrgico. Por
sión tangencial (figura 12) o dermoabrasión. Este pro- este motivo, si estas áreas están presentes en zonas de
cedimiento es doloroso y por consiguiente requiere de pliegues, cuello o cara dorsal de manos y pies, se prefie-
anestesia. Los diferentes tipos de resección mecánica se re el injerto precoz.
describen más adelante.
• Desbridamiento enzimático, para lo cual se utiliza cola-
genasa o autolíticos (figura 13).
Desbridamiento mecánico pasivo o maceración. Este
efecto se consigue aplicando un plástico estéril sobre el
área quemada, o bien vaselina sólida o ambas. También
es posible combinar estas técnicas, p. ej. Aplicación de
colagenasa más plástico, o bien escisión tangencial y
dermoabrasión de las áreas más profundas al examen
físico, acompañadas de colagenasa en las áreas en las
cuales se observa que la profundidad de la lesión es mí-
nima y que por lo tanto una escisión tangencial o una
dermoabrasión resecaría tejido sano (figura 16).

Figura 12. Resección del tejido necrótico. Se puede realizar con bisturí,
dermátomo o cuchilla de afeitar montada en una pinza Rochester o en un
Clamp intestinal.

Figura 11. Quemadura superficial que ingresó inmediatamente después de


producida. Se lavó con solución salina estéril y se aplicó piel porcina. En los
días siguientes se examina para verificar que no hay colecciones por debajo
de la cobertura cutánea. Al 12° día se empieza a desprender el xenoinjerto,
dejando el área epitelizada.

Cuando se realiza este tipo de procedimiento, la revisión se


debe realizar entre 24 a 48 horas, preferiblemente cada 36
horas. En cada revisión se debe revaluar el área, a efecto de
aplicar la técnica apropiada de acuerdo con el resultado de la
inspección visual. En las revisiones de los siguientes días, se Figura 13. Quemadura de tórax de espesor intermedio. El tejido necrótico se
puede observar: puede eliminar con desbridamiento enzimático o autolítico.
Áreas que empiezan a epitelizar. Estas áreas no requie-
ren de nuevas dermoabrasiones ni aplicación de colage- Quemaduras de espesor total. Las quemaduras de espesor
nasa. Se deben cubrir en ese momento con un tópico de total se caracterizan, como se indicó por la existencia de una
acción antimicrobiana mínima por ejemplo de clorexidi- escara que es el resultado de la neérosis por coagulación pro-
na, o bien con calamina-óxido de zinc (Bota de Dnna), o ducido por la acción térmica. Entre esta escara, que represen-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

ta el tejido muerto, y el tejido vivo no quemado, se produce minimizar las pérdidas sanguíneas. En nuestro medio se
una interfase, esto es un tejido gelatinoso con alto contenido ha establecido el límite de resección en una hora de ciru-
de fibrina y detritus. Esta interfase se forma en los primeros gía y dos unidades de glóbulos rojos. Es decir la interven-
siete días, y una vez constituida se coloniza con las bacterias ción se debe detener cuando se sobrepasen cualquiera de
circundantes alrededor de la herida. A partir de este momento estos dos parámetros, y proceder en etapas secuenciales
se empieza a producir un embolismo bacteriano continuo que hasta completar la resección de todo el tejido necrótico.
será proporcional a la presión de la interfase y por lo tanto a 2. Escisión tangencial. Consiste en la resección sucesiva de
la impermeabilidad de la escara. porciones del área lesionada hasta encontrar tejido vivo
Por este motivo, las quemaduras de espesor total diagnos- sangrante. En grandes extensiones se prefiere utilizar un
ticadas de acuerdo a los signos descritos previamente, deben dermátomo tipo Brown. En extensiones menores es sufi-
ser resecadas lo más temprano posible. No realizar la resec- ciente con un dermátomo manual o una cuchilla de afeitar
ción y esperar su desprendimiento espontáneo resulta en un montada en un clamp intestinal o en una pinza de Roches-
riesgo de infección por debajo de la escara que es proporcio- ter recta.
nal a la extensión de la quemadura y al estado inmunológico 3. Incisiones paralelas cruzadas o cuadriculación. Cuando
del paciente. Por ejemplo un paciente con quemaduras de no es posible la escarectomía o escisión tangencial por
más del 50% de superficie corporal y condición inmunológi- inestabilidad del paciente o por falta de apoyo logístico,
ca incierta, es un individuo con altísimo riesgo séptico. una alternativa fácil de realizar consiste en realizar cortes
El procedimiento a seguir en estos casos consiste en ini- separados aproximadamente 1 cm para cuadricular la es-
ciar una resección mecánica según se describe más adelante. cara (135). Este procedimiento impide la acumulación de
El procedimiento se debe realizar apenas se logra estabilizar material purulento por debajo de la escara y además per-
el paciente desde el punto de vista hemodinámico, lo cual se mite una maceración y resección más fácil (figura 14).
consigue generalmente antes de las 48 horas.
En los pacientes con quemaduras de espesor total, virtual- Quemaduras circulares
mente siempre existen áreas aledañas de espesor intermedio Las quemaduras circulares localizadas en el tórax limitan el
o de espesor superficial, cuyo' manejo ya fue descrito. En movimiento y por lo tanto resultan en una menor capacidad
otras palabras, en un mismo paciente se pueden aplicar va- de excursión y como consecuencia en una hipoventilación.
rias técnicas de manejo de la herida de acuerdo con el tipo y En los casos más severos pueden llegar a producir hipoxe-
profundidad de la quemadura en el segmento específico. mia, retención de COl y requerir asistencia ventilatoria me-
cánica. El manejo de estas lesiones incluye la realización de
Resección mecánica escarotomías, esto es sección de la piel quemada hasta llegar
El área quemada contiene un tejido con necrosis por coagu- a tejido viable. Los cortes longitudinales se deben realizar
lación, que es por lo tanto avascular. Como se anotó, en esta sobre la línea axilar anterior en dirección a la espina ilíaca
área se produce un proceso de licuefacción que se inicia en anterosuperior, pero sin llegar hasta ella, para evitar su ex-
el espacio existente entre el tejido muerto o escara y el tejido posición. El corte transversal se debe realizar por debajo del
sano, denominado interfase o subescara. Esta licuefacción apéndice xifoides (figura 15). '
representa un excelente medio de cultivo para microorganis- Las quemaduras circulares localizadas en las extremida-
mos, en particular para las bacterias entéricas gram negati- des pueden producir oclusión venosa, y como resultado ede-
vas, las cuales se supone migran a través de las glándulas ma que a su vez produce mayor oclusión vascular hasta llegar
sudoríparas y los folículos pilosos. La contaminación ocurre a generar isquemia distal y necrosis. El diagnóstico es clínico
entre el día 4° a 5°, y se considera que la infección ocurre con base en los signos de isquemia distal a la lesión. Se ha
entre los días 8° a 9°. Por lo tanto existe un período de oro descrito el uso de la oximetría de'pulso y el doppler para es-
de 3 a 4 días pára resecar todo o casi todo el tejido necrótico. tablecer el diagnóstico. El 91anejo consiste en liberar el túnel
El propósito del profesional de salud en el manejo de estos carpiano si la mano se encuentra comprometida y realizar
pacientes consiste entonces en reducir la carga bacteriana, y escarotomías mediante un corte de la piel quemada hasta lle-
para el efecto se utilizan la resección mecánica de este tejido gar a tejido viable. Estas escarotomías siguen las superficies
necrótico tan pronto lo permitan las condiciones hemodiná- laterales de las extremidades como se muestra en las figuras
micas del paciente, y la aplicación subsecuente de tópicos 16 y 17. En los dedos se realiza la liberación en los bordes la-
según se indicó. Las técnicas de resección mecánica son las terales internos, es decir se trata de obviar la superficie radial
siguientes: del primer dedo y la ulnar del quinto para así evitar la cicatriz
1. Escarectomía. Consiste en la resección del tejido necróti- posterior sobre áreas de apoyo (figura 18) (145-148).
co o escara. Se prefiere utilizar electrobisturí a efecto de
51/ MANEJO DEL PACIENTE QUEMADO GRAVE

Figura 16. Escarotomía en extremidad superior.

Figura 14. Cuadriculación. Consiste en realizar incisiones cruzadas separa-


das 1 cm una de otra, sin sobrepasar la escara. No requiere de anestesia. A
continuación en este paciente se aplicó la técnica maceración con sulfadiazi-
na, vaselina y lámina de plástico. Obsérvese el desprendimiento espontáneo
de algunas estampillas de la escara. Figura 17. Escarotomía en extremidad inferior.

Figura 15. Escarotomías en tórax. Se realizan cortes longitudinales sobre la Figura 18. Escarotomía en dedos. La liberación se realiza en los bordes late-
línea axilar anterior en dirección a la espina ilíaca anterosuperior, y cortes rales internos, es decir se obvia la superficie radial del primer dedo y la ulnar
transversales por debajo del apéndice xifoides. del quinto para así evitar la cicatriz posterior sobre áreas de apoyo.

Referencias 9. Edelman DA, Khan N, KeJl1pf K, et al. Pneurrionia after inhalation


injury. J Burn Care Res 2007; 28: 241-246.
1. Feller 1, Jones CA. The National Bum Information Exchange: The use 10. Hollingsed TC, Saffie JR, Barton RG, et al. Etiology and consequences
of a national bum registry to evaluate and address the bum problem. of respiratory failufe in thermally injured patients. Am J Surg 1993;
Surg Clin North Am 1987; 67: 167-189. 166: 592-597.
2. Pereira CT, Barrow RE, Stems CE, et al. Age-dependent differences in 11. Head J. Inhalation injury in bums. Am J Surg 1980; 139: 508.
arrival after severe bums: A unicentric review of 1647 patients and 179 12. Clark WR. Smoke inhalation: diagnosis and treatment World J Surg
autopsies over 15 years. J Am Coll Surg 2006; 202: 536-548. 1992; 16: 24-29.
3. Andel D, Kamolz L, Niedermayr M, et al. Which of the abbreviated 13. Masanes MJ, Legendre C, Lioret N, et al. Fiberoptic bronchoscopy for
bum severtity index variables are having impact on the hospitallength the early d*gnosis of subglotal inhalation injury: comparative value in
of stay? J Bum Care Res 2007; 28: 163-166. the assessrrtent of prognosis. J Trauma 1994; 36: 59-67.
4. Anous M, Heimbach D. Causes of death and predictors in bumed pa- 14. Palmieri TL, Jackson W, Greenhalgh DG. Benefits of early tracheos-
tients more than 60 years of age. J Trauma 1986; 26: 577-583 tomy in severely bumed children. Crit Care Med 2002; 30: 922-924.
5. Sobel JB, Goldfarb W, Slater H, Hammel EJ. Inhalation injury: A de- 15. Saffie JR, Morris SE, Edelman L. Early tracheostomy do es not impro-
cade without progress. J Bum Care Rehabil1992; 13: 573 ve outcome in bum patients. J Bum Care Rehabi12002; 23: 431-438.
6. Shirani KZ, Pruitt BA, Mason AD. The infiuence of inhalation and 16. Gaissert HG,Lofgren RH, Grillo He. Upper airway compromise after
pneumonia on bum mortality. Ann Surg 1987; 205: 82-87. inhalation injury. Ann Surg 1993; 5:,672-678.
7. Ferrada R. Infección en quemaduras. Rev Col Cirugía 1996; 11: 2-8. 17. Lund T, Goodwin CW, McManus WF. Upper airway sequelae in bum
8. Ferrada R. Manejo de la herida por quemadura. Knoll colombiana patients requiring endotracheal intubation or tracheostorny. Ann Surg
1998. 1985; 201: 374-382.

SECCIÓN 111: TRAUMA 677


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

18. Doern GY. Trends in antimicrobial susceptibility of bacterial patho- 47. Saito H, Trocki O, Alexander JW. Comparison of immediate postburn
gens of the respiratory tract. Am J Med 1995; 99 (suppI6B): 3-7. enteral vs. parenteral nutrition. JPEN 1985; 9: 115.
19. Hilf M, Yu VL, Sharp J, et al. Antibiotic therapy for Pseudomonas 48. Dominioni L, Trocki O, Mochizuki H, Fang CH. Prevention of severe
Aeruginosa bacteremia: outcome correlations in a prospective study of postburn hypermetabolism and catabolism by immediate intragastric
200 patients. Am J Med 1989; 87: 540-546. feeding. J Burn Care Rehabil1984; 5: 106-112.
20. Krawczyk WS. The pattern of epidermal cell migration during wound 49. Rodriguez DJ. Nutrition in patients with severe burns: state of the art.
healing. J Cell Bio11971; 49: 247-263. J Burn Care Rehabill996; 17: 62-70.
21. Witte M, Barbul A. General principIes of wound healing. Surg Clin 50. Pingleton SR. Gastric bleeding and/or enteral feeding. Chest 1986; 90:
North Am 1997; 77: 509-528. 2-3.
22. Waymack J, Pruitt B. Burn Woun Careo Adv Surg 1990; 23: 261-290. 51. American Association for Burn Injuries: Advanced Burn Life Support.
23. Heimbach D, Engrav L. Surgical Management of the Burn Wound. Core Course, 2003.
Raven Press, NY, 1984. 52. Monafo WW. Initial mangement of burns. N Engl J Med 1996; 335:
24. Ryan CM, Schoenfeld DA, Thorpe WP, Sheridan RL, Cassem EH, 1581-1586.
Tompkins RG. Objective estimates of the probability of death from 53. Lund C, Browder N. The estimation of areas of burns. Surg Gynecol
burn injuries. N Engl J Med 1998; 338: 362-66. Obstet 1944; 79: 352-358.
25. Spies M, Herndon DN, Rosenblatt JI, Sanford AP, Wolf SE. Prediction 54. Ferrada R. Quemaduras. Manejo inicial. Protocolo Ascofame 2008.
of mortality from catastrophic burns in children. Lancet 2003; 361: 55. Weaver LK. Carbon monoxide poisoning. Crit Care Clin 1999; 15: 297-
989-94. 317.
26. Zawaki BE, Asen SP, Imbus SH, et al. Multifactorial probit analysis of 56. Kao, LW, Nanagas, KA. Carbon monoxide poisoning. Emerg Med
mortality in burned patients. Ann Surg 1979; 189: 1-5 Clin North Am 2004; 22: 985.
27. Artigas R. Índice de severidad en quemaduras. En Artigas R, Benaim F, 57. Gillespe P, Siddigui H, Clarke J. Cannula related suppurative thrombo-
Couto R, et al. (Eds) Normas médico-quirúrgicas para el tratamiento phlebitis in the burned patient. Burns 2000; 26: 200-204.
de las quemaduras. Editorial Andrés Bello. Chile 1984. 58. Baxter CR. Guidelines for fluid resuscitation. J Trauma 1981; 21: 687-
28. American College of Surgeons. Resources for optimal careo 1990. 689.
29. Davis J, Hoyt D, McArdle M, et al. An analysis of errors causing mor- 59. Warden GD. Burn shock resuscitation. World J Surg 1992; 16: 16-23.
bidity and mortality in a trauma system: A guide for quality improve- 60. Graves TA, Cioffi WG, McManus WF, et al. Fluid resuscitation in in-
ment. J Trauma 1992; 32: 660-666. fants and children with massive thermal injury. J Trauma 1988; 28:
30. Ferrada R. Control de calidad. Editorial. Médicas VIS 1997; 11: 157- 1656-1659.
158. 61. Endorf FW, Gamelli RL. Inhalation injury, pulmonary perturbations
31. Cope O, Moore FD. The redistribution ofbody water and fluid therapy and fluid resuscitation. J Burn Care Res 2007; 28: 80-83.
ofthe burned patient. Ann Surg 1947; 126: 1010-1045. 62. Engrav LN, Colescott PL, Kemalyan N, et al. A biopsy of the use the
32. Demling RH. The burn edema process: current concepts. J Burn Care Baxter formula to resucitate burns or do we do it like Charlie did it? J
Rehabil2005; 26: 207-227. Burn Care Rehabil2000; 21: 91-95.
33. Aulick LH, Wilmore DW, Mason AD Jr, Pruitt BA. Influence of the 63. American Burn Association. Burn Shock resuscitation. Initial mana-
burn wound on peripheral circulation in thermally injured patients. Am gement and overview. J Burn Care Rehabil. Practice guidelines 2001;
J Physiol 1977; 233: H520-526. 27S-37S.
34. Lund T, Wiig H, Reed RK. Acute after burn edema: Role of strongly 64. Cochrane Injuries Group Alburnin Reviewers. Human albumin adminis-
negative intersticial pressure. Am J Physiol1988; 255: HI069-1074. tration in critically ill patients: systematic review of randornised contro-
35. Lund T, Onarheim H, Reed RK. Pathogenesis of edema formation in lled trials. BMJ 1998; 317: 235-240.
burn injuries. World J Surg 1992; 16: 2-9. 65. Gunn ML. Hansbrough JF, Davis JW, et al. Prospective randornized trial
36. Pitt RM, Parker JC, Jurkovich GJ, et al. Analysis of altered capillary of hypertonic sodium lactate versus lactated Ringer's solution for burn
pressure and permeability after thermal trauma. J Surg Res 1987; 42: shockresuscitation. JTrauma 1989; 29: 1261-1267.
603-613. 66. Huang PP, Stucky FS, Dimick AR, et al. Hypertonic sodium resusci-
37. Pikanen J, Lund T, Ananderud L, Reed RK. Transcapillary colloid tation is associated with renal failure and death. Ann Surg 1995; 221:
osmotic pressure in injured and non-injured skin of seriously burned 543-554.
patients. Burns 1987; 13: 198-203. 67. Francis GS, Sharma B, Hodges M. Comparative hemodinamic effects
38. Raffa J, Trunkey DD. Myocardial depression in acute thermal trauma. of dopamine and dobutamine in patients with acute cardiogenic circu-
J Trauma 1978; 18: 90-93. latory collapse. Am Heart J 1982; 103: 995-1000. .
39. Baxter CR, Cook WA, Shires GT. Serum myocardial depressant factor 68. Hayes MA, Timmins AC, Yau HC, et al. Elevation ot'systemic oxygen
ofburn shock. Surg Forum 1966; 17: 1. delivery in the treatment of critically ill patients. N EnglJ Med 1994;
40. Aikawa N, Martyn JA, Burke JE Pulmonary artery catheterization and 330: 1717-1722.
thermodilution cardiac output determination in the management of cri- 69. Thoren A, Elan M, Rocksteen JE. Differential effects of dopamine,
tically burned patients. Am J Surg 1978; 135: 811-817. dopexamine and dobutamine'on jejunal mucosal perfusion early after
41. Kuwagata Y, Yoshioka T. Efecto de la quemadura sobre la función car- cardiac surgery. Crit Care Med 2000; 28: 2338-2343.
díaca: alteraciones en las primeras 72 horas posquemadura. En Loren- 70. Rivers E, Nguyen B, Havstad S, et al. Early goal-directed therapy in
te JA, Esteban A. (Eds) Cuidados intensivos del paciente quemado. the treatment of severe sepsis and septic shock. N Engl J Med 2001;
Sprinter-Verlag Ibérica. la Ed. Barcelona, 1998. p. 318-330. 345: 1368-1377.
42. Baker JW, Deitch D, Li M, et al. Hemorrhagic shock induces bacterial 71. American College of Critical Care Medicine. Society of Critical care
traslocation from the gut. J Trauma 1988; 28: 896-906. Medicine Task Force. Practice parameters for hemodinamic support of
43. Ferrada R. Trauma e infección. Rev Col Cirugía 1992; 7: 90-100. sepsis in adult patients in sepsis. Cri Care Med 1999; 27: 639-660.
44. Moore FA, Moore EE, Poggetti R, et al. Gut bacterial traslocation via 72. Hiltebrand LB, Krejci V, Sigurdsson GH. Effects of dopamine, dobu-
the portal vein: a clinical perspective with major torso trauma. J Trauma tamine, and dopexamine on microcirculatory blood flow in the gas-
1991; 31: 629-638 trointestinal tract during sepsis and anesthesia. Anesthesiology 2004;
45. Manson WL, Klasen HJ, Sauer EW, et al. Selective decontamination of 100:1188-1197.
wound colonization in severely burned patient: a retrospective analysis. 73. Greene S, Smith J. Dopamine gangrene. N Engl J Med 1976; 294:
Bums 1992; 18: 98-102 114.
46. Heyland DK, Cook DJ, Jaesche R, et al. Selective decontamination of 74. Kellum JA, Decker JM. Use of dopamine in acute renal failure: a meta-
the digestive tract. An overview. Chest 1994; 105: 1221-1229. analysis. Crit Care Med 2001; 29: 1526-1531.
51/ MANEJO DEL PACIENTE QUEMADO GRAVE

75. Richard C, Ricome JL, Rimalho A, et al. Combined hemodinamic 102. Dellinger RP, Car1et JM, Masur H, et al. Surviving sepsis campaign
effects of dopamine and dobutanmine in cardiogenic shock. Circu1a- guidelines for management of severe sepsis and septic shock. Crit Care
tion 1983; 67: 620-626. Med 2004; 32: 858-873.
76. Martin C, Papazian L, Perrin G, et al. Norepinephrine or dopamine for 103. Kaups KL, Davis JW, Dominic WJ. Base deficit as an indicator of re-
the treatment of hyperdynamic septic shock. Chest 1993; 103:1826- suscitation needs in patients with bum injuries. J Bum Care Rehabil
1831. 1998; 19: 346-348. I

77. Albanese J, Leone M, Garnier F, et al. Renal effects of norepinephrine 104. Schiller W. Physiologic monitoring of bum patients. Current Opinion
in septic and nonseptic patients. Chest 2004; 126: 534-539. in Critical Care 1999; 5: 240.
78. Hollenberg SM, Ahrens TS, Annane D, et al. Practice parameters for 105. Shoemaker WC, Kram HB, Appel PL. Therapy of shock based on pa-
hemodynamic support of sepsis in adult patients: 2004 update. Crit thophysiology, monitoring, and outcome prediction. Crit Care Med
Care Med 2004; 32: 1928-1948. 1990; 18 (suppl): S19-25.
79. Durtschi M, Orgain C, Counts G, et al. A prospective study of pro- 106. Dunham CM, Siegel JH, Weireter L, et al. Oxygen debt and metabolic
phylactic penicillin in acutely burned hospitalized patients. J Trauma acidemia as quantitative predictors of mortality and the severity of the
1982; 22: 11-14. ischemic insult in hemorrhagic shock. Crit Care Med 1991; 19: 231-
80. Sasaki T, Welch G, Herndon D, et al. Bum wound manipulation-indu- 243.
ced bacteraemia. J Trauma 1979; 19: 46-48. 107. Mizock BA, Falk JL. Lactic acidosis in critical illness. Crit Care Med
81. Mason A, McManus A, Pruitt B. Association of burn morta1ity and 1992; 20: 80-93.
bacteraemia. Arch Surg 1986; 121: 1207. 108. Martin C, Papazian L, Perrin G, et al. Norepinephrine or dopamine for
82. Pruitt BA, McManus AT, Kim SH, Goodwin Cw. Bum Wound Infec- the treatment of hyperdynamic septic shock. Chest 1993; 103: 1826-
tions: Current Status. Worl J Surg 1998; 22: 135-145. 1831.
83. Cioffi WG, McManus AT, Ruel W, et al. Comparison of acid neutrali- 109. Palmieri TL, Caruso DM, Foster KN, et al. Effect ofblood transfusion
zing and non neutralizing stress ulcer prophylaxis in thermally injured on outcome after major bum injury: A multicenter study. Crit Care
patients. J Trauma 1994; 36: 541-547. Med 2006; 34: 1602-1607.
84. Raff T, Germann G, Hartmann B. The va1ue of early enteral nutrition 110. Ferrada R. Líquidos endovenosos en trauma. Rev Col Cirugía 1998; 13:
in the prophy1axis of stress ulceration in the severely burned patient. 215-222.
Burns 1997; 23: 313-318. 111. Singh G, Chaudry K, Chaudry I. Crystalloid is as effective as blood in
85. Gianotti L, Alexander JW, Nelson JL, et al. Role of enteral feeing and the resuscitation ofhemorrhagic shock. Ann Surg 1992; 215; 377-382.
acute starvation on postbum bacterial translocation and host defense: 112. Mosh C, Gewertz B. The effect ofhemodilution on blood ftow regulation
prospective randomized trials. Crit Care Med 1994; 22: 265-272. in normal and posischemic intestine. J Surg Res 1990; 48: 183-189.
86. Lam LP, Le PD, Crawford SY, Patel S. National survey on stress ulcer 113. Rhodes A, Lamb FJ, Malagon 1, et al. A prospective study of the use
prophylaxis. Crit Care M~d 1999; 27: 98-103. of dobutamine stress test to identify outcome in patients with sepsis,
87. Weinberg K, Birdsall C, Vail D, et al. Pain and anxiety with burns severe sepsis or septic shock. Crit Care Med 1999; 27: 2361-2366
dressing changes: patient self report. J Burn Care Rehabil 2000; 21: 114. Velmahos GC, Demetriades D, Shoemaker WC, et al. Endpoints of
157-161. resuscitation of critically injured patients: normal or supranormal? A
88. Latarjet J, Choinere M. Pain in burn patients. Burns 1995; 21: 344- prospective randomized tri al. Ann Surg 2000; 232: 409-418.
348. 115. Haupt MT. Impaired oxygen extraction in sepsis. Is supranormal oxy-
89. Ferrada R, Delgado LA, Trochez JP. Anestésicos tópicos en pacientes gen delivery helpful? Crit Care Med 1997; 25: 904-905.
quemados. Comunicación preliminar. 2002. 116. Vallet B, Chopin C, Curtis SE, et al. Prognostic value of the dobutami-
90. Ashburn MA. Burn pain: the management of procedure-related pain. J ne test in patients with sepsis syndrome and normal 1actate va1ues: A
Burn Care Rehabil1995; 16: 365-371. prospective, multicenter study. Crit Care Med 1993; 21: 1868-1875.
91. Lee Re. Injury by electrical forces: pathphysiology, manifestations 117. N ational N osocomia1 Infections Surveillance (NNIS) System Report.
and therapy. Curr Probl Surg 1997; 34: 681-764. Data summary from January 1992-June 2002, issuedAugust 2002. Am
92. Maghsoudi, MD, Yosef Adyani, MD, Nahid Ahmadian. Electrical and J Infect Control 2002; 30: 458-75.
Lightning Injuries. J Burn Care Res 2007; 28: 255-261. 118. Peck MD, Weber J, McManus A, et al. Surveillance of bum wound
93. Moharnmadi A, Amini M, Mehrabani D, et al. A survey on 30 months infections: A proposal for definitions. J Bum Care Rehabi1 1998; 19:
e1ectrical burns in Shiraz University of Medical Sciences Burn Hospi- 386-389.
tal. Burns 2008; 34: 111-113. 119. Fitzwater J, Purdue GF, Hunt JL, et al. The risk factors and time course
94. Cummins RO, Graves JR, Halstrom A, et al. Out-of-hospital transcuta- of sepsis and organ dysfunction after burn tTauma. J Trauma 2003; 54:
neous pacing by emergency medical technicians in patients with asys- 959-66. ' "
tolic cardiac arrest. N Eng1 J Med 1993; 328: 1377-1382. 120. Gang RK, Bang RL, Sanyal SC, et al. Pseudo monas aeruginosa septi-
95. Deakin CD, Nolan JP. European Resuscitation Council Guidelines for caemia in burns. Bums 1999; 25: 611-616.
Resuscitation 2005 Section 3. Electrical therapies: Automated external 121. O'Brien JM, Naeem A. Ali NA, Aberegg SK, Abraham E. Sepsis. Am
defibrillators, defibrillation, cardioversion and pacing. Resuscitation J Med 2007; 120: 1012-1022.
2005; 67: S25-S37. 122. Gang RK, Sanyal SC, Bang RL, et al. Staphylococca1 septicaemia in
96. Haberal MA. An eleven year of electrical bum injuries. J Bum Care burns. Burns 2000; 26: 359-366.
Rehabil1995; 16: 43. 123. Restrepo A. Granu1ocitos: Fisiología y patología. En Vélez H, Borrero
97. Slater MS, Mullins RJ. Rhabdomyolisis and myoglobinuric renal fa- J, Restrepo J. (Eds). Fundamentos de Medicina, Hematología. CIB.
ilure in trauma and surgical patients. A review. J Am Coll Surg 1998; Medellín, Colombia. 1980. p. 158-170.
186: 693-716. 124. Ferrada R, Aragon N, Becerra e. Cultivo biopsia en quemaduras. Rev
98. Schiavon M, Landro DD, Balbo M, et al. A study of renal damage in Col Cirugía 1992; 7: 151-153.
seriously burned patient. Burns 1988; 14: 107. 125. Pruitt B. Biopsy diagnosis of surgical infections. N Engl J Med 1984;
99. Holn C, Melcor B, Horbrand F, et al. Haemodynamic and oxygen 310: 1737-1782.
transport responses in survivors and non-survivors following thermal 126. Kim S, Hubbard G, McManus W, et al. Frozen section technique to
injury. Burns 2000; 26: 25-33. evaluate early bum wound biopsy: A comparision with the rapid sec-
100. Orlirisky M, Shoemaker W, Reis E, Kerstein M. Current controversies tion technique. J Trauma 1985; 25: 1134-1137.
in shock and resuscitation. Surg Clin North Am 2001; 81: 1217-1262. 127. Loebl E, Marvin J, Heck E, et al. The method of quantitative burn-
101. Cohn JN. Blood pressure measurement in shock. Mechanism of inac- wound biopsy culture and its routiIl;é use in the care of the burned pa-
curacy in ausculatory and palpatory methods. JAMA 1967; 199: 118- tients. Am J C1in Patho11974; 61: 20-24.
122.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

128. McManus A, Kim S, McManus W, et al. Comparison of quantitative 138. Mackie D. The Euro Skin Bank: Development and application of Gly-
rnicrobiology and histopathology in divided bum wound biopsy speci- cerol-Preserved Allografts J Bum Care Rehabill997; 18: S7-S9.
mens. Arch Surg 1987; 122: 74-76 139. Sai P, Babu M. Collagen based dressings- a review. Bums 2000; 26:
129. Srnith-Elekes S, Weinstein M. Blood cultures. Infect Dis Clin NA 54-62.
1993; 7: 221-231 140. Monafo W, Freedman B. Topical therapy for bums. Surg Clin NA
130. Fry D. The positive blood culture. En American College of Surgeons 1987; 67: 133-146.
(Eds) Care of the surgical patient. 1989. NY. Scientific American, Inc. 141. Pruitt B, O'Neull J, Moncrief J, et al. Successful control ofbum wound
131. Partridge J. Then and now: reflections on care past, present and future: sepsis. JAMA 1968; 203: 1054-1056.
towards a new paradigm of language and careo Bums 1999; 25: 739- 142. Hunt JL, Sato R, Baxter CR, et al. Early tangential excision and im-
744 mediate mesh autografting of deep dermal hand bums. Ann Surg 1979;
132. Moore FD. Then and now: treatment volume, wound coverage, lung 189: 147.
injury, and antibiotics: a capsule history of bum treatment at rnid-cen- 143. Bishop JF, Dernling RH, Hansbrough JF. Indications for use of Bio-
tury. Bums 1999; 25: 733-737. brane in wound management. Summary. J Bum Care Rehabil 1995;
133. Janzecovic Z. A new concept in the early excision and irnmediate gra- 16: 341-342.
fting of bums. J Trauma 1970; 10: 11 03-11 08. 144. Heimbach D, Luterman A, Burke JF. Artificial dermis for major bums.
134. Janzekovic Z. The bum wound from the surgical point of view. J Trau- Ann Surg 1988; 208: 313-320.
ma 1975: 42-61. 145. Deitch EA, Wheelahan TM, Rose MP, et al. Hypertrophic bum scars:
135. Cryer HG, Anigian GM, Miller FB, et al. Effects of early tangential ex- Analysis of variables. J Trauma 1983; 23: 895-898.
cision and grafting on survival after bum injury. Surg Gynecol Obstet 146. Jurkiewicz M. Consensus surnmary on excisional therapy. J Trauma
1991; 173:449-453. 1979; 19 (suppl): 933-934.
136. Monafo W, Bessey P. Benefits and lirnitations of bum wound excision. 147. Pello n M. Desbridamento cirurgico. En Gomes D, Serra M, Pellon M:
World J Surg 1992; 16: 37-4238. Queimaduras. la Ed. Revinter, Río de Janeiro, Brasil, 1995. p. 117-
137. Hansbrough J, Achauer B, Dawson J, et al. Wound healing in partial- 126.
thickness bum wounds treated with collagenase ointment versus silver 148. Salisbury RE, McKeel DW, Mason AD. Ischernic necrosis of the in-
sulfadiazine cream. J Bum Care Rehab 1995; 16: 241-247. trinsic muscles of the hand after thermal injury. J Bone Joint Surg
1974; 56: 1701.

680
,
UEMADURAS P R INHALACI N

Ricardo Ferrada D, MD, MSP, MSCC, FACS

Se entiende por lesión o injuria por inhalación la aspiración 6. Falla respiratoria secundaria a todos los anteriores.
de gases calientes, vapor, líquido caliente o productos noci-
vos de una combustión incompleta (1). Por lo tanto, los pa- El edema por quemadura de la vía aérea alta se manifiesta
cientes con quemaduras por inhalación pueden tener: por lo general en las primeras 24:horas, y se resuelve en los
Quemaduras térmicas de la vía aérea 3 a 5 días siguientes. En cambio, la lesión pulmonar pue-
Inhalación de gases e hipoxia de parecer ausente o mínima en las primeras 72 horas, pero
Inhalación de productos químicos irritantes puede evolucionar en el tiempo hasta llegar a una disfunción
Inhalación y absorción de toxinas sistémicas (cianuro, pulmonar total e irreversible (2). A lo anterior se debe agre-
monóxido de carbono). gar que puede aparecer hasta 5 días después de la inhalación.
Por estas razones cualquier paciente en el que se sospeche
Estas lesiones pueden estar presentes en forma aislada o estar posible lesión inhalatoria subglótica, requiere por lo menos
todas en un mismo paciente. La quemadura térmica de la vía 72 horas de observación de las cuales las primeras 24 deben
aérea generalmente ocurre por encima de la glotis, mientras ser intensivas.
que la inhalación de productos químicos por combustión in- La composición del humo es compleja y por lo general
completa produce una lesión sub glótica en la mayoría de los no es posible identificar todas las sustancias a las cuales es-
casos. Por este motivo algunos autores clasifican las quema- tuvo expuesto un individuo en particular. Además las prue-
duras en supraglótica y sub glótica, y otros consideran que la bas diagnósticas rutinarias no identifican los pacientes con
verdadera inhalación es solamente subglótica. En la presente daño parenquimatoso significativo. Por esta razón el manejo
revisión se describen todas las lesiones tanto altas como bajas inicial consiste en identificar los pacientes con sospecha de
así como el manejo de cada una de ellas. inhalación más que identificar la magnitud de la lesión.
La inhalación se encuentra en el 8-15% de los pacientes Quemadura de la vía aérea. Se estima que el aire de un
ingresados a una Unidad de Quemados. Cuando está presente cuarto en llamas alcanza una temperatura de 1000° F (532°
se asocia con una mortalidad promedio de 56%, siendo aún C) (3). Como se anotó previamente el·aire caliente por lo
mayor cuando existen quemaduras cutáneas en forma simul- general produce una lesión térmica por encima de la carina y
tánea. La lesión por inhalación predispone a la bronconeu- con más probabilidad por encima de la glotis, debido a la ca-
monía y cuando ocurre incrementa el riesgo de mortalidad en pacidad de disipación del calor de la vía aérea alta, la escasa
un 40% sobre la cifra antes anotada. En las edades extremas capacidad de transmisión del calor por el aire y los reflejos
el riesgo de bronconeumonía es aún más elevado, y cuando laríngeos. Sin embargo, la temperatura puede ser tan alta que
aparece, la mortalidad se incrementa. bastan unos pocos segundos para producir una quemadura
de la mucosa de la cavidad· oral, las vías nasales, la faringe
Fisiopatología e incluso mas allá de la glotis. A pesar de temperaturas múy
elevadas, la quemadúra térmica por debajo de la glotis ocurre
El grado de lesión es muy variable pues depende de varios rara vez, y se asocia con más frecuencia a la presencia de par-
factores los cuales se deben investigar en cualquier paciente
tículas calientes o vapor en la escena del accidente (1, 3).
con sospecha de inhalación. Estos factores son:
La quemadura de las estructuras de la vía aérea resulta en
1. Pérdida de la permeabilidad de la vía aérea por edema
úlceras de la mucosa oral y nasal, edema masivo de la lengua,
2. Broncoespasmo secundario a la irritación producida por
la epiglotis y los pliegues aritenoepiglóticos, con la obstruc-
los productos inhalados ción· subsecuente. Esta obstrucción se puede producir rápi-
3. Shunt intrapulmonar debido a la oclusión de mucosa esfa- dament~ en las siguientes horas, y por esta razón la evruua-
celada o edematizada ción inicial no es un buen indicador de la severidad ni de la
4. Disminución de la complacencia (compliance) secundaria evolución posterior. Se recomienda mantener un alto índice.
a los alvéolos inundados y/o colapsados con disfunción de sospecha y una evaluación frecuente y continua en las pri-
ventilación perfusión meras horas para determinar la necesidad de realizar alguna
5. Traqueobronquitis y bronconeumonía debido a la pérdida
maniobra invasiva e iniciar el soporte ventilatorio. Cuando la
de la capacidad de limpieza del aparato ciliar historia del evento y el examen físico inicial permiten sospe-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

char injuria térmica en la vía aérea alta, se debe considerar la Hipoxia. Cuando ocurren incendios en espacios cerrados,
intubación de protección desde el ingreso durante el proceso el fuego consume el oxígeno ambiental y por lo tanto la Fi0 2
de resucitación. Así por ejemplo, si durante el examen físico disminuye. El grado de disminución depende la naturaleza
inicial hay estridor o quemadura de la mucosa bucal, es pre- del combustible. Así por ejemplo la gasolina se auto extingue
ferible intubar de inmediato. Asimismo, en los pacientes que cuando la Fi0 2 llega a 0,15, pero otros combustibles se au-
deben ser remitidos, la intubación es mandataria por el riesgo toextinguen cuando la Fi0 2 es inferior a 0,10. Esta Fi0 2 baja
de obstrucción durante el transporte. resulta en hipoxemia hipóxica que es tóxica por sí misma y
De otra parte, si estas maniobras se demoran, la distor- además puede potenciar los efectos nocivos del monóxido
sión anatómica por el edema masivo puede resultar en una de carbono y del cianuro. Por su parte, la hipoxemia resulta
intubación muy difícil o imposible de realizar. En efecto, la en un incremento compensatorio de la frecuencia respiratoria
intubación con edema facial y laríngeo establecido es mucho que aumenta el grado de inhalación.
más difícil y riesgosa, y puede llevar a la situación desespera- Inhalación de productos tóxicos irritantes. Existe un
da de "imposible intubar, imposible ventilar" descrita en los gran número de productos tóxicos de muy bajo peso mole-
algoritmos de intubación difícil (figuras 1-3) (4-6). cular que hacen parte del humo durante una conflagración.
Algunos por su pH son tóxicos irritantes directos sobre la
mucosa bronquial y alveolar, mientras que otros tienen la ca-
pacidad de formar radicales libres.
A diferencia de la lesión alta, la lesión inhalatoria por de-
bajo de la glotis usualmente es química. Como resultado de la
irritación directa o la producción de subproductos que generan
el proceso inflamatorio se producen varios fenómenos en el
árbol traqueobronquial, que se incluyen en la tabla 1 (7):

, Tabla 1. Cambios en el árbol traqueo bronquial.


Figuras la y lb. Paciente con quemadura facial y lesión inhalatoria recien-
te. En este momento se debe intubar. Disminución de la actividad ciliar
Eritema
Hipersecreción
Edema
Ulceración de la mucosa
Incremento del flujo sanguíneo
Espasmo de bronquios y bronquiolos.

La respuesta de los tejidos por debajo de la glotis tiene


relación con la cantidad y tipo de sustancias volátiles inhala-
das y clínicamente la evolución no es predecible. En efecto,
Figuras 2a y 2b. El mismo paciente a las 36 horas. Una intubación en este
momento sería muy difícil y de alto riesgo.
el daño alveolar final es producto de la irritación del epite-
lio que resulta en producción de mucosidades, formación de
tacos mucosos que obstruyen el bronquiolo distal, generan
atelectasias y llevan a la bronconeumonía. Adeihás de este
efecto varias de estas sustancias·' producen radicales libres
que exacerban la lesión a través del broncoespasmo y el ede-
ma local (figura 4). .
Durante los primeros minutos aparece traqueobronquitis
y espasmo. La lesión inhalatoria por debajo de la glotis sin
quemadura tiene un pronóstico relativamente bueno. Sin em-
bargo, se ha observado que la inhalación asociada a una que-
madura de más del 20% de la superficie corporal ensombrece
el pronóstico, especialmente si aparecen signos de insuficien-
cia respiratoria dentro de las primeras horas de la lesión (8).
La profilaxis antibiótica no está justificada en el paciente
quemado, aunque la mayoría de los autores consideran que
los antimicrobianos están indicados con un criterio terapéu-
tico si se establece el diagnóstico de lesiÓn inhalatoria y hay
Figura 3. El mismo paciente a los 12 días posquemadura. signos de bronquitis bacteriana.
52/ QUEMADURAS POR INHALACiÓN

piel. Se puede detectar en el aire por su olor a partir de 3,5


Sustancias
tóxicas ppm, siendo mortal a partir de unos 1000 ppm. Se usó como
arma química en la Primera Guerra Mundial (lO).
Obstrucción Daño células Se pueden producir vapores tóxicos cuando se mezcla hi-
viaaérea epiteliales poclorito de sodio con urea, amoniaco o algún otro producto
de limpieza. Estos humos de vapor consisten en una mezcla
Liberación Estimulación
radicales libres Macrófagos P
de cloro y cloruro de nitrógeno; por lo tanto se deben evitar
estas combinaciones.
Fosgeno. El fosgeno o fosfógeno o cloruro de carboni-
Broncoespasmo
t Permeabilidad
Flujo sanguineo lo (CC1?O), obtenido a partir de óxido de carbono y cloro,
es un importante componente químico industrial utilizado
para producir plásticos y pesticidas. A temperatura ambiente
(70°F - 21°C), el fosgeno es un gas venenoso. Si es enfriado
y presurizado puede ser convertido en líquido, para ser trans-
Atelectasias Daño alveolar portado y almacenado. Cuando se libera fosgeno líquido, éste
se transforma rápidamente en un gas más pesado que el aire,
Figura 4. Fisiopatología de la lesión inhalatoria. por lo que permanece cerca del suelo y se propaga con rapi-
dez. Al fosgeno también se le conoce por su denominación
Las sustancias que más frecuentemente producen esta le-
militar "CG". Es una sustancia química artificial, aunque en
sión son: dióxido de azufre (S02)' dióxido de nitrógeno (N02),
la naturaleza se forman pequeñas cantidades a partir de la de-
cloro y sus derivados, fosgeno, aldehídos y el amonio.
gradación de compuestos del cloro. No se encuentra en forma
Dióxido de azufre. El dióxido de azufre (SO) en con- natural en el ambiente. Fue utilizado ampliamente durante la
centraciones bajas produce traqueitis, bronquitis y bronco-
Primera Guerra Mundial por su capacidad de producir asfixia.
espasmo en personas susceptibles tales como los asmáticos,
Entre los agentes químicos utilizados en la guerra, el fosgeno
niños y ancianos con enfermedades pulmonares crónicas. En fue el responsable del mayor número de muertes (11, 12).
concentraciones altas el dióxido de azufre produce lagrimeo En bajas concentraciones el fosgeno tiene un olor agradable
e irritación severa en las vías respiratorias por formación de como a heno recién cortado o maíz verde, pero es posible que
partículas de ácido sulfúrico, el cual produce edema y ulcera-
no todas las personas expuestas se den cuenta del olor. En altas
ciones en el epitelio broncoalveolar (9).
concentraciones, el olor puede ser fuerte y desagradable.
Dióxido de nitrógeno. El dióxido de nitrógeno (N0 2) es La inhalación de fosgeno produce varios efectos nocivos.
uno de los principales contaminantes entre los varios óxi- En concentraciones bajas produce irritación ocular y faríngea,
dos de nitrógeno. Es de color marrón-amarillento y se for- y puede llegar a producir edema pulmonar en las siguientes
. ma como subproducto en los procesos de combustión a al-
horas. Una concentración elevada provoca la muerte inme-
tas temperaturas, como en los vehículos motorizados y las diata por falla respiratoria. Si el fosgeno, líquido o gaseoso,
plantas eléctricas. La exposición crónica en niveles bajos de
entra en contacto con la piel u ojos se producen quemaduras
dióxido de nitrógeno puede causar cambios irreversibles en
químicas.
el tejido pulmonar similares a un enfisema.
Formaldehído. El formaldehído o metanal (H2C=O) es
En concentraciones elevadas es un gas tóxico, irritante y un compuesto químico, más específicamente un aldehído, el
precursor de la formación de partículas de nitrato las cuales
más simple de ellos. Es altamente volát~l y muy inflamable.
llevan a la producción de ácido nítrico, el cual resulta en un Se obtiene por oxidación catalítica del a1cohol metílico. A
daño broncoalveolar severo. temperatura normal es un gas incoloro de un olor penetrante,
Cloro. En la naturaleza, el cloro no se encuentra en estado muy soluble en agua y en ésteres. Las disoluciones acuosas al
puro porque reacciona con rapidez con muchos elementos y 40% se conocen con el nombre de formol, que es un líquido
compuestos químicos. Por esta razón se encuentra formando
incoloro de olor penetrante y sofocante. Estas disoluciones
parte de cloruros y cloratos. La forma más abundante y cono-
pueden contener alcohol metílico como estabilizante.
cida es el cloruro de sodio o sal común.
El formaldehído se disuelve fácilmente en agua. La diso-
El cloro diluido se utiliza para potabilizar el agua, y tam-
lución se degrada lentamente formando paraformaldehído.
bién se usa como oxidante, blanqueante y desinfectante.
También puede formarse el trímero cíclico 1, 3, 5-trioxano.
Una exposición crónica a concentraciones bajas debilita
La oxidación del formaldehído produce ácido fórmico. y en
la capacidad del epitelio bronquial para eliminar partículas, una segunda etapa agua y dióxido de carbono.
aumentando así la susceptibilidad a patología pulmonar in- Es un compuesto tóxico que ha demostrado propiedades
fecciosa. También produce tos crónica y retención hídrica in- cancerígenas en experimentos animales. En ratas puede pro-
tersticial. Una exposición aguda a concentraciones altas pero vocar cáncer si se aplica de forma prolongada en concentra-
no letales puede llegar a provocar edema pulmonar. ciones superiores a 6 ppm en el aire respirado. En el hombre
En cambio, el cloro puro es muy tóxico. En efecto, en es- estas concentraciones provocan irritaciones ocular y de mu-
tado de gas irrita las mucosas y en estado líquido quema la
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

cosas a los 10 ó 15 minutos de la exposición. Niveles bajos respiratoria severa. A continuación aparece hipotensión seve-
de metanal pueden producir irritación a la piel, los ojos, la ra y muerte (13).
nariz y la garganta. A partir de 30 ppm el formaldehído puede En el manejo inicial en la escena o en el ambiente prehos-
resultar letal. pitalario es importante que NO se deba inducir el vómito. Si
Una fuente importante de formaldehído suelen ser los el hidróxido de amonio se encuentra en la piel o en los ojos,
aglomerados de madera que liberan lentamente ciertas canti- se debe lavar con abundante agua (ducha) durante 15 minutos
dades de este gas. por lo menos. La quemadura química ocular sin tratamiento
AcroleÍna. La acroleína es un líquido incoloro, o ammillo conduce a la ceguera permanente. De igual manera si hubo
de olor desagradable. Se disuelve fácilmente en agua y se eva- ingesta de hidróxido de amonio, se debe suministrar agua o
pora rápidamente cuando se calienta. También se inflama fácil- líquidos para diluir la concentración y reducir así los efectos
n:ente. Se pueden f?rmar pequeñas cantidades de acroleína, y nocivos.
dIspersarse por el mre, cuando se queman gasolina y petróleo,
tabaco y otras plantas. El humo de ciganillo y los gases del Toxinas sistémicas
tubo de escape de automóviles contienen acroleína.
La inhalación puede llevm' a la absorción por inhalación de
La acroleína se usa como plaguicida para controlar algas,
monóxido de carbono y cianuro de hidrógeno. Estas dos sus-
plantas acuáticas, bacterias y moluscos. También se usa en la
tancias se caracterizan por impedir el transporte y la utiliza-
manufactura de algunas sustancias químicas.
ción del oxígeno, y a través de este mecanismo producen una
La acroleína produce ardor de la nariz y la garganta, y
hipoxia tisular severa y la muerte.
puede producir daño parenquimatoso pulmonar y muerte. La
El envenenamiento por monóxido de carbono es responsa-
inhalación de cantidades más bajas puede producir lagrimeo
ble de al menos el 80% de las muertes en la escena de un in-
ocular, ardor nasal y faríngeo. En animales la ingesta de acro-
cendio (14, 15). El número y magnitud de las lesiones produ-
leína resulta en gastritis, úlcera péptica y hemorragia.
cidas por el cianuro son menos conocidos, pero la toxicidad
Se han desarrollado métodos para detectar acroleína o sus
es sinergística con el monóxido de carbono. La exposición es
productos de degradación en muestras biológicas y ambien-
más frecuente en inhalaciones de humo por combustión de
tales. Sin embargo, no hay una prueba clínica específica para
plásticos tales como el poliuretano, el acrilonitrilo y el nylon
determinar exposición humana a la acroleína.
(11, 16, 17).
Amonio. El amonio es un catión monovalente formado a
Monóxido de carbono (CO). El monóxido de carbono
partir de la molécula amoníaco (NH3) en la que el nitrógeno,
es un gas producto de la combustión incompleta de compo-
que es el átomo central, emplea su par de electrones sin com-
nentes que contienen carbono, y que se caracteriza por ser
pm"tir para formar un enlace covalente dativo con un protón
inoloro, insípido y no ÍlTitante.
(H+) originando así el ión de amonio: NH4+. Es uno de los
La hemoglobina tiene 200 veces más afinidad por el CO
componentes de la orina junto con la urea, el sodio y el cloro.
que por el oxígeno, y por lo tanto en el paciente intoxicado se
Existen varios derivados, de los cuales el más importante en
produce hipoxia tisular. Esta hipoxia puede producir daño al
relación con las quemaduras por inhalación es el hidróxido
pm'énquima pulmonm' pero también produce daño cerebral,
de amonio. Se trata de una solución química líquida e inco-
que es más grave y mucho más urgente. Valores de 40 a 60%
lora que se forma cuando el amoníaco se disuelve en agua y
causan obnubilación o pérdida de conciencia. Niveles entre
puede liberm' gas amoníaco al aire. Por este motivo también
15 a 40% producen disfunción del SNC de variada sintoma-
es conocido como amoniaco acuoso.
tología. Los valores inferiores al 15% pueden ~er asintomá-
El hidróxido de amonio se encuentra en limpiadores in-
ticos (18). '
dustriales tales como removedores de revestimientos de pi-
En el paciente intoxicado por CO los hallazgos· clínicos
sos, limpiadores de ladrillos y cementos. El amoníaco puro
son muy variables e inespecíficos. Los síntomas y signos in-
se encuentra en varios productos domésticos tales como de-
cluyen cefalea, náuseas, males tm' general, alteración de con-
tergentes, removedores de manchas, blanqueadores y tintes.
ciencia, disnea, angina, convulsiones, arritmias cardíacas,
Los síntomas y el tratamiento para la exposición al amoníaco
insuficiencia cardíaca congestiva y coma.
son similm'es a los del hidróxido de amonio.
El diagnóstico se basa en una historia y un examen físico
La exposición resulta en varios síntomas y signos de
compatibles y un nivel de carboxihemoglobina elevado. En
acuerdo con la estructura expuesta.
las víctimas fatales se encuentran valores de carboxihemo-
En la piel genera quemaduras químicas que pueden llegar
globina de 50 a 70% o más. Los pacientes con niveles de
a ser de espesor total, y a nivel ocular ardor y lagrimeo. La
carboxihemoglobina superiores al 30% presentan mucosas y
ingesta resulta en quemaduras de esófago y estómago con
piel color rosado; pero paradojalmente están hipóxicos, aun-
hematemesis y melenas asociadas.
que sin cianosis y sin taquipnea. El color cereza descrito en
A nivel respiratorio se producen edema y dolor en la cavi-
algunos textos no está bien documentado y se considera un
dad nasal y faringe. Si la inhalación es mayor se produce tra-
signo muy inespecífico (19). .
queobronquitis, con sibilancias y progreso rápido a dificultad
52/ QUEMADURAS POR INHALACiÓN

Los niveles de carboxihemoglobina no se correlacionan te de inhalación de humo de algún químico y la aspiración


bien con el nivel de intoxicación y no son predictivos de las de vapor o líquido. Entre los signos al examen físico se han
secuelas neurológicas. Los hallazgos neurológicos, en parti- descrito el esputo carbonáceo, los vellos nasales quemados
cular la pérdida de la conciencia, sugieren un pronóstico más (figura 5) y las quemaduras faciales (tabla 2).
pobre. Las secuelas neurológicas pueden ocurrir semanas o
meses después de la exposición (20). La pulsooximetría pue-
de llevar a un retraso en el diagnóstico, pues el sistema es
incapaz de distinguir entre la oxihemoglobina y la carboxi-
hemoglobina (21). La vida media de la carboxihemoglobina
cuando el paciente respira aire ambiente (Fi02 21 %) es de
300 minutos, mientras que al respirar oxígeno al 85 % a través
de una máscara de no reinhalación es 90 minutos y con oxí-
geno hiperbárico al 100% puede llegar a menos de 30 minu-
tos. Mediante el uso de hiperpnea isocápnica también puede
ser menos de 30 minutos, con la ventaja de ser más accesible
(ver más adelante).
Cianuro. El cianuro de hidrógeno (HCN) es un compues-
to altamente tóxico que resulta de la combustión o la pirólisis
de varios materiales tales como el poliuretano, los acrílicos,
el nylon, la lana y el algodón. El cianuro también se puede
encontrar en forma de sales tales como el cloruro de cianó-
geno (CNCl), el cianuro de sodio (NaCN) o el cianuro de Figura 5. Quemadura por inhalación. Obsérvese la mucosa nasal y los vellos
nasales quemados.
potasio (KCN).
El cianuro se une a una variedad de enzimas que contienen Tabla 2. Signos de inhalación.
hierro, la más important~ de las cuales es el complejo cito-
cromo a-a3. Este complejo es clave para el transporte de los Esputo carbonáceo
electrones durante la fosforilación oxidativa. El cianuro se une Quemadura facial con destrucción de vibrisas nasales
a este complejo y en cantidades mínimas puede inhibir el me- Hipoxemia: Agitación, ansiedad, estupor, taquipnea, cianosis
tabolismo aeróbico y producir la muerte rápidamente (22). Ronquera, tos, sonidos respiratorios guturales
El síndrome clínico típico es aparición muy rápida de Roncus o sibilancias a la auscultación
coma, apnea, disfunción cardíaca y acidosis láctica severa, Eritema o edema de naso-orofaringe
junto con un oxígeno venoso mixto alto y una baja diferencia Quemadura por incendio en recinto celTado.
en el contenido de oxígeno arteriovenoso.
El diagnóstico no es fácil, en particular si existe intoxica- La radiografía de tórax única no tiene valor, pero la radiogra-
ción concomitante por monóxido. El diagnóstico definitivo lo fía seriada puede tener importancia cuando existen algunos
produce el examen de laboratorio de niveles de cianuro, pero signos indirectos tales como el edema de la pared bronquial
este examen no está disponible a tiempo en ninguna institu- (27-29).
ción y por lo tanto el tratamiento d~be ser empírico cuando La PaOIFi0 2 es una proporción que ha demostrado su
se sospecha este diagnóstico (23). La toxicidad del monóxi- utilidad en los pacientes críticos para determinar el cortocir-
do, el cianuro y la hipoxia son sinergísticos. Hay estudios en cuito intrapulmonar y para predecir la falla respiratoria. En
animales que han demostrado la capacidad letal de estos tres los pacientes con quemadlIras por inhalación se ha observa-
elementos cuando se aplican en concentraciones subletales, do que la falla respiratoria es más frecuente cuando la PaO/
todos al tiempo (24). Fi0 7 es menor a 300 (30). Esta prueba es más útil cuando se
combina con la presión pico de la vía aérea, la radiografía
Diagnóstico de tórax y la broncoscopia. También se han utilizado otras
pruebas tales como el gradiente alvéolo arterial de oxígeno
Para estratificar la lesión se han propuesto varios exámenes: (31), la complacencia pulmonar (32) y los estudios de fun-
historia clínica, examen físico, radiografía de tórax, broncos-
ción pulmonar.
copia, la PaFi0 2, escáner con tecnecio y xenón y la biopsia
Los estudios invasivos incluyen broncoscopia con o sin
y citología traqueobronquial. Sin embargo, estas medidas
biopsia y citología traqueo bronquial, el escáner de xenón y tec-
diagnósticas sólo sirven para predecir sin mucha seguridad la necio, y las determinaciones porcentuales de carboxihemoglo-
probabilidad de disfunción pulmonar (25,26). bina. La broncoscopia ha sido considerada el estándar de oro
La prueba más frecuentemente utilizada es la sospecha para el diagnóstico de las quemaquras por inhalación, aunque
clínica de inhalación, fundamentada en la historia del acci- es una prueba más complicada de realizar en los niños meno-
dente y el examen físico. Por ejemplo, son importantes las res. Son diagnósticos los detritus endobronquiales, la mucosa
quemaduras producidas en un recinto cerrado, el anteceden-
SECCION 111: TRAUMA 685
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

pálida y las ulceraciones de mucosa, y con base en éstos se han hospitalizar y observar el paciente en forma estrecha por lo
establecido escalas de severidad (33-35) (tabla 3). menos durante 24 horas. Si es necesario se debe repetir la
laringoscopia varias veces para verificar si aparecen signos
Tabla 3. Grados de inhalación según la broncoscopio (35). que indiquen la intubación.

Grado O. (No hay lesión). Ausencia de depósitos carbonáceos, eritema, Tabla 4. Indicaciones de intubación.
edema, broncorrea u obstrucción
Grado 1. (Lesión leve). Eritema menor o en parches, depósitos carboná- Estridor respiratorio
ceo s en bronquio proximal o distal Uso de los músculos accesorios
Grado 2. (Lesión moderada). Moderado grado de eritema, depósitos carbo- Quemaduras profundas de cara o cuello
náceos, broncorrea, con o sin compromiso del bronquio.
Edema de orofaringe
Grado 3. (Lesión severa). Lesión severa con friabilidad, depósitos carbo-
Necesidad de remitir a otro centro
náceos copiosos, broncorrea, obstrucción bronquial.
Signos de dificultad respiratoria:
Grado 4. (Lesión masiva). Evidencia de esfacelación mucosa, necrosis,
• Polipnea con FR > 35 por minuto
obliteración endoluminal.
• pO? por debajo de 50 mm (Fi02 21 %)
• peo 2 por encima de 50 mm
Nota: El grado se establece con cualquiera de los ítems anotados. o Falta de respuesta con Fi0 >0,4
2
• (SpO? <90%)
Tratamientp
Cuando hay lesión subglótica, se espera una gran cantidad de
En el manejo inicial de los pacientes con sospecha de inhala- secreciones que pueden ocluir el tubo. Por lo tanto en estos
ción se debe considerar que existe una potencial obstrucción casos el tubo debe ser el de mayor calibre posible y la intu-
de la vía aérea y una intoxicación por monóxido de carbono bación debe ser orotraqueal. En cambio, en los pacientes con
hasta demostrar lo contrario. Ambas situaciones pueden no lesiones supraglóticas se puede utilizar la intubación nas otra-
ser obvias en el primer examen. Por estas razones el manejo queal que es más cómoda para el paciente, pero no permite
inicial incluye: I
tubos de mayor calibre. En estos casos el edema usualmente
1. Como cualquier paciente agudo se debe revisar el ABC, se resuelve en 3 a 5 días (38).
esto es la vía aérea, la ventilación y la circulación. La fijación del tubo endotraqueal es muy importante por-
2. Administración de oxígeno con alto flujo para intentar re- que la extubación accidental es mucho más riesgosa que en
vertir la hipoxia tisular resultante de la exposición a un cualquier otro paciente. No se pueden utilizar cintas adhesi-
bajo Fi0 2• Además, esta medida sirve para desplazar el vas únicamente porque por lo general no hay piel sana para
monóxido y el cianuro de sus lugares de unión a la hemo- fijarla. Existen dispositivos comerciales para la fijación del
globina y a los complejos enzimáticos. Se ha demostrado tubo, pero si no están disponibles se puede realizar esta fi-
que con Fi0 2 de 21 % la carboxihemoglobina se reduce al
jación con una o dos cintas umbilicales anudadas al cuello
50% en dos horas, mientras que con Fi0 2 al 100% esta (figura 6) y una cinta adhesiva por encima de los apósitos
reducción se produce en 40 minutos. (figura 7), para configurar así una doble fijación. A continua-
3. Si el paciente tiene antecedentes de enfermedad pulmonar ción se debe tomar una radiografía para verificar la correcta
obstructiva crónica y se sospecha que retiene CO 2, se debe
posición del tubo.
intubar de inmediato para suministrar un Fi0 2 más eleva-
do y prevenir así una retención adicional de CO 2•
4. Examen completo para descartar trauma oculto.
5. Si hay sospecha de intoxicación por cianuro, es decir con
paciente comatoso, en paro o próximo a un paro cardio-
rrespiratorio, se debe iniciar la aplicación empírica de cia-
noxocobalamina 5-10 gramos EV diluidos, para pasar EV
en 30 minutos (36, 37).
6. Exámenes de carboxihemoglobina, metahemoglobina y
gases arteriales además de los exámenes de rutina.

Una vez realizada la estabilización inicial, se debe tratar de


identificar el mecanismo de lesión para decidir la necesidad
de intubación. Es importante, sin embargo, saber que la ex-
tensión y profundidad de las quemaduras de piel no predicen
la extensión de la lesión por inhalación.
La intubación se debe realizar sin demora cuando está
indicada (tabla 4). Cuando existe la sospecha de lesión por Figura 6. El tubo se fija con dos cintas umbilicales, por si una de ellas resul-
inhalación, pero no hay una indicación para intubar, se debe tara seccionada o permitiera el desplazamiento del tubo.
52/ QUEMADURAS POR INHALACiÓN

producen un cambio en los resultados tanto en términos de


morbilidad como de mortalidad.
La higiene bronquial es el pilar en el manejo de estos pa-
cientes debido a la formación de costras, moldes y tac«s de
mucosidades producidos por el incremento en el volumen y
consistencia de las secreciones. Para conseguir este objetivo
se utilizan la tos terapéutica, la succión, la fisioterapia res-
piratoria, la broncoscopia y lavado bronquial así como los
agentes farmacológicos que se describen más adelante.
El deterioro de los mecanismos que produce la tos resulta
en acumulación de secreciones bronquiales que posterior-
mente generan obstrucción bronquial, atelectasia y final-
mente bronconeumonía. La tos terapéutica intenta promover
Figura 7. Por encima de la máscara realizada con malla o con compresas se la expulsión de estos tacos de mucosidades y secreciones
aplica una segunda fijación con tela adhesiva convencional. bronquiales, antes que se produzcan estos efectos. Durante
la tos la presión subglótica puede alcanzar 200 cm de H20,
Líquidos endovenosos. Los pacientes con quemaduras que es suficiente para expulsar la mayoría de las partículas o
por inhalación requieren más líquidos que los pacientes con secreciones acumuladas. Sin embargo, el paciente con que-
quemaduras sin inhalación (39). En efecto, en aquellos con maduras no tose por dolor, o bien porque se encuentra seda-
quemaduras severas reanimados con base en presiones de do o intubado. Si el paciente no está intubado y el nivel de
llenado capilar pulmonar, se ha encontrado que el volumen conciencia lo permite, se le debe pedir que inhale y haga un
necesario para una reanimación adecuada supera en casi un esfuerzo por toser, primero con una inspiración corta y tos
50% el volumen estimado según la fórmula de Parkland (39, suave, para luego incrementar la inspiración y la tos en forma
40). progresiva. Los cambios de posición cada dos horas buscan
Sin embargo, el vo]~men extra de líquidos requeridos movilizar estas secreciones mediante la gravedad. Por igual
no se cOlTelaciona con la severidad de la lesión por inhala- razón, la terapia respiratoria es preferible realizarla después
ción (36, 37). De otra parte, y a diferencia de los pacientes del baño diario y no antes.
con patología médica, la restricción en el suministro de los Los broncodilatadores pueden ser útiles en el manejo de
líquidos no previene el edema pulmonar. En cambio la re- la lesión por inhalación. En estudios animales, la heparina
sucitación insuficiente puede llevar a un secuestro de poli- endovenosa demostró que disminuye la formación de moldes
morfonucleares en el parénquima pulmonar, lo cual resulta o tacos de moco, así como las presiones pico de la vía aérea.
en un empeoramiento de lesión subyacente. De otra parte, y Asimismo también se ha demostrado que la heparina y la N
a pesar del incremento en la permeabilidad capilar, no hay acetilcisteína nebulizadas disminuyen ,la reintubación y la
evidencia de que este incremento se produzca a nivel capi- mortalidad (35, 47). Por esta razón algunos recomiendan el
lar pulmonar aun en presencia de inhalación. Asimismo se uso de N-actei1cisteÍna y de heparina 5.000 a 10.000 unida-
ha demostrado que la acumulación de líquido extravascular des nebulizada cada 4-6 horas., Sin embargo, el uso de estos
pulmonar es rara con una resucitación controlada (41). En medicamentos es controversial (48) (tabla 5).
cambio, un volumen excesivo de líquidos por resucitación La percusión hoy se utiliza mucho menos que en el pasado
demasiado agresiva e incontrolada puede producir acumula- porque se asocia con desaturación en 'et.período inmediato.
ción de líquido extravascular y edema en otros lugares, que De igual forma la posición de Trendelerrtburg y otras posi-
pueden resultar en síndrome de compartimiento abdominal, ciones pueden agravar la hipoxemia en los pacientes críticos.
elevación de la presión intraocular y edema cerebral (42-44). Por esta razón se prefiere realizar cambios de posición cada
Asimismo también se ha demostrado que la reanimación con dos horas (48). I

metas supranormales y uso de monitoría invasiva, no mejora


los resultados (45). Por todas estas razones parece claro que Tabla 5. Protocolo de manejo. Terapia respiratoria.
las fórmulas sirven únicamente como guías de manejo, y que
la reposición exacta tanto en cantidad como en el tipo de lí- Titular oxígeno humidificado para mantener SaO o > 90%
Tos y ejercicios de inspiración profunda cada 2 horas
quidos se debe fundamentar en la evolución clínica de cada
paciente (35, 46, 47). Cambiar de posición al paciente cada 2 horas
Terapia respiratoria cada 4 horas
Terapia respiratoria. La terapia respiratoria es funda-
N-acetilcisteína al 20% 3 cc con broncodilatador, nebulizar cada 4 horas
mental para la recuperación de los pacientes con quemaduras
Succión nasotraqueal según necesidad
por inhalación. En efecto, el manejo de la vía aérea alta para
Deambulación temprana. Ideal al día 5°
evitar la obstrucción, la higiene bronquial, la aplicación jui-
Cultivos de esputo
ciosa de la medicación inhalada y la deambulación temprana
Educación familiar sobre lesión por inhalación
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Oxígeno hiperbárico. El oxígeno hiperbárico a 2 atmós- La presión positiva al final de la espiración (PEEP) es
feras reduce la vida media de la carboxihemoglobina a 20-30 útil para la oxigenación, y un nivel apropiado puede ser
minutos aproximadamente, y al parecer acelera la reducción útil para prevenir el daño pulmonar. El nivel apropiado
de los síntomas. Sin embargo su uso continúa siendo contro- de PEEP se debe ajustar a cada paciente.
versial (49-51). Si la estrategia de protección pulmonar no es efectiva, el
Algunos autores indican la oxigenación hiperbárica cuan- clínico debe elevar los volúmenes cOlTientes.
do la carboxihemoglobina es mayor de 25%. Está más clara-
mente indicada en pacientes embarazadas con niveles de car- Los modos ventilatorios más frecuentemente utilizados se
boxihemoglobina por encima del 20% porque el pronóstico describen en otro capítulo de este libro. Hay algunos modos
del feto no es bueno cuando se maneja con oxígeno normo- que tienen importancia en el manejo del paciente con quema-
bárico. También se considera indicada cuando hay pérdida de duras por inhalación:
la conciencia, la acidosis metabólica es severa con pH <7,1 l. Modo asisto-controlado. En este modo el ventilador apli-
y cuando hay alguna lesión isquémica que puede resultar en ca un soporte a cada respiración. Se realiza un ajuste de
falla terminal p. ej. Cambios electrocardiográficos, dolor to- base pero el paciente puede incrementar la frecuencia por
rácico o estatus mental alterado (52). encima del valor preasignado. El volumen cOlTiente, el
Sin embargo, la mayoría de estas cámaras son pequeñas y flujo y la sensibilidad se preajustan. Tiene la ventaja de
sólo pueden tratar un paciente a la vez. Las cámaras multipla- combinar la seguridad del modo controlado con la posibi-
za pueden albergar el paciente junto con una persona para su lidad de sincronizar el patrón respiratorio del paciente con
atención, pero las intervenciones médicas complejas no son el ventilador. Sin embargo tiene varias desventajas:
posibles o son muy difíciles de realizar. Por estas razones, el Puede haber exceso de trabajo en el paciente si la
oxígeno hiperbárico se trata de evitar en los pacientes ines- sensibilidad o el flujo no están bien calibrados.
tables que requieren alguna forma de cuidado intensivo y no Es mal tolerado por los pacientes despiertos sin se-
se considera indicado en pacientes con intoxicaciones leves dación.
o moderadas. , Puede inducir alcalosis respiratoria.
Ventilación mecánica. En los últimos años han aparecido Puede empeorar el atrapamiento de aire en pacientes
varias técnicas ventilatorias para el manejo de estos pacien- con enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
tes. Sin embargo, no se ha demostrado que exista un ventila- 2. Ventilación mandatoria sincronizada intermitente (SIMV).
dor o un método ventilatorio específico superior a otro (53). Este modo combina las variables predeterminadas de fre-
Además de la lesión pulmonar aguda por sepsis y bron- cuencia y volumen .con la generación de respiraciones
coneumonía, existe una lesión iatrogénica asociada al ven- del paciente. Tiene la ventaja de permitir al paciente una
tilador la cual agrava la lesión pulmonar inicial. La compla- cantidad variable de trabajo respiratorio de· acuerdo a la
cencia pulmonar reducida y la rigidez de la pared torácica demanda. La principal desventaja es la posibilidad de hi-
en los pacientes quemados suele llevar a un manejo agresivo perventilación y alcalosis respiratoria.
de la ventilación con presiones elevadas de la vía aérea, las 3. Presión control. En este modo cada ventilación está limi-
cuales son responsables de la exacerbación de la lesión. La tada por presión y son cicladas por tiempo. La duración
estrategia de utilizar volúmenes cOlTientes bajos, permitien- de la inspiración, el nivel de presión y la frecuencia son
do grados leves de hipercapnia ha demostrado que reduce el predeterminadas por el operador. El volumen se basa en la
desalTollo de lesiones pulmonares asociadas al ventilador y complacencia.
mejora los resultados. Estas estrategias de protección pulmo- 4. Ventilación percusiva de alta frecuencia. Tiene la ventaja
nar con hipercapnia pennisiva también han demostrado ser teórica de mejorar la oxigenación y la ventilaciÓncon pre-
útiles en los pacientes con lesión por inhalación (54). siones más bajas que los ventiladores convencionales y al
Para efectos de manejo en la mayoría de las Unidades parecer facilita la movili~ación de secreciones y ayuda a
especializadas se siguen las recomendaciones del American revertir las atelectasias (56, 57). Otro modo ventilatorio
College of Chest Physicians, que se pueden resumir como utilizado para los pacientes intubados con bronconeumo-
sigue (55): nía, atelectasia o secreciones abundantes es la ventilación
El clínico debe utilizar el modo ventilatorio que le per- percusiva intrapulmonar, con ventajas teóricas similares
mite mantener una oxigenación y ventilación, con las (58).
cuales tenga experiencia. 5. Inversión de la razón de ventilación (IRV). Consiste en
Se debe establecer una meta de oxigenación aceptable. hacer uso de una relación inspiratoria/espiratoria (I:E) su-
Con base en experimentos animales, las presiones pico perior al: 1. El propósito de esta maniobra es mantener
°
mayores de 35 cm H 2 se deben considerar limítrofes, a una presión media alta en la vía aérea con el alvéolo den-
menos que exista un complacencia torácica reducida. tro de un rango seguro. La prolongación de la inspiración
Para conseguir estos objetivos, se pueden permitir pC0 2 resulta en un mayor reclutamiento a~veolar. Cuando se
por encima del límite normal (hipercapnia permisiva), a utiliza esta modalidad casi todos los pacientes requieren
menos que se encuentre contraindicada. sedación y en muchos casos también relajación.
52/ QUEMADURAS POR INHALACiÓN

Variables utilizadas en los modos convencionales. Como de tacos mucosos intrabronquiales. Las metas usualmente
se anotó previamente, el estudio multicéntrico realizado por aceptadas en los gases para estos pacientes son:
la Red de SDRA comparó en una serie de pacientes los vo- pH 7,25-7,45
lúmenes corrientes bajos con los volúmenes convencionales. paO] 55-80 mmHg
En .el modo convencional se utilizaban volúmenes cOlTientes SpO] >88%
de 12 ml/kg peso ideal y una presión de vía aérea límite de 50 paCO] 35-55 mmHg
mI de H 20. El modo con volúmenes corrientes bajos utilizó 6 Nota: La hipercapnia permisiva se puede utilizar
ml/kg peso y presiones de vía aérea menores a 30 mI de H 20. siempre y cuando el pH sea ¿ 7,25.
El modo ventilatorio utilizado fue asistido controlado por vo- 3. Relación inspiratoria-espiratoria (I:E). El tiempo inspira-
lumen. Este estudio se suspendió cuando había 861 pacientes torio de esta relación es el tiempo durante el cual se pro-
registrados debido a la menor mortalidad y menor número duce la entrega del volumen corriente antes de la apertura
de días bajo ventilación en el grupo de volúmenes más bajos de la válvula que permite la fase exhalatoria. Por su parte
(55). A partir de este estudio las variables utilizadas para los la fase espiratoria es el tiempo necesario para la salida
pacientes críticos cambiaron. En los pacientes con quemadu- del volumen corriente antes que se inicie la siguiente ins-
ras por inhalación estas variables son las siguientes: piración. El tiempo inspiratorio debe ser suficiente para
1. Volumen corriente. Usualmente el volumen corriente uti- permitir el volumen corriente a un flujo que no produzca
lizado en los pacientes con quemaduras por inhalación es turbulencias ni elevación de las presiones pico en la vía
6.:.8 ml/kg. Sin embargo, se deben tener en cuenta algunos aérea. La relación de la ventilación espontánea normal
factores tales como la complacencia torácica y pulmonar, es 1:2 mientras que en ventilación mecánica para estos
la resistencia en el sistema, las pérdidas de volumen, la pacientes lo usual es 1: 1-1 :3. Cuando existe compromiso
oxigenación, la ventilación y el barotrauma. La sobredis- pulmonar severo se puede prolongar el tiempo inspira-
tensión es uno de los factores más importantes a evitar. torio para permitir así una mejor distribución del gas y
Para el efecto se debe tener en cuenta no sobrepasar las mejorar la difusión del oxígeno. En efecto, el incremento
presiones pico y pre~iones alveolares preestablecidas, la en el tiempo permite un flujo más laminar, con lo cual
cual según la mayoría de los autores no debe estar por se reducen las presiones pico. Sin embargo, si el tiempo
encima de 35 cm H 20 en el adulto. Se debe verificar que espiratorio no es suficiente puede resultar en sobredisten-
la expansión torácica es adecuada y medir el volumen ex- sión y deterioro del retorno venoso.
pirado para asegurarse de que no hay fugas. El volumen 4. Destete y retiro del soporte ventilatorio. La ventilación
corriente puede variar según la condición clínica del pa- mecánica puede ser la única alternativa de sobrevida para
ciente. Así por ejemplo en presencia de bronconeumonía los pacientes con quemaduras por inhalación. Sin embar-
o SDRA se pueden requerir 8-10 ml/kg, pero en los pa- go, tal como ocurre con otras patologías, el soporte venti-
cientes con sospecha o lesión pulmonar o lesión estableci- latorio se debe retirar apenas sea posible a efecto de evitar
da debe estar entre 6-8 o incluso menores. Los parámetros o al menos reducir las complicaciones inherentes. El des-
usualmente aceptables son: tete y el retiro en estos pacientes se realizan con base en
Volumen corriente 6-8 ml/kg las guías publicadas sobre el tema (60, 61).
Frecuencia respiratoria 12-45 por minuto
Presión meseta
Razón I:E
°
<30 cm H 2
1:1-1:3
Los pacientes se someten a una evaluación formal para ini-
ciar el destete cuando se reúnen los siguientes criterios:
Flujo 40-100 L/min 1. Evidencia de retroceso o solución ''d~,l problema de base
PEEP 8 cmH20 que produjo la falla respiratoria. "
2. Frecuencia respiratoria. La frecuencia respiratoria apro- 2. Oxigenación adecuadá, medida con base en PsO/Fi0 2
piada depende del volumen corriente, el espacio muerto, >200-250; requ9rimiento de PEEP ~ 5 cm H 20, Fi02 ~
la tasa metabólica, el nivel de pC0 2, el modo ventilatorio 0,4; con pH ¿ 7,25.
seleccionado y los niveles de ventilación espontánea. La 3. Estabilidad hemodinámica sin requerimiento de vasopre-
frecuencia puede estar entre 4 y 20 respiraciones por mi- sores, o en dosis mínimas.
nuto, aunque la mayoría se localizan entre 8 y 12. Sin em- 4. Paciente en capacidad de iniciar un esfuerzo inspiratorio.
bargo, en los pacientes con lesión inhalatoria por debajo de
la glotis, la retención de CO 2 puede obligar a incrementar Cuando los pacientes reúnen los criterios anotados, se some-
la frecuencia por encima de 20 respiraciones por minuto ten a una prueba de respiración espontánea, que incluye un
(59). Al ajustar la frecuencia el clínico debe tener en cuenta tubo en T o bien CPAP durante 1 hora. La mecánica respira-
además de las metas en los gases arteriales, el atrapamiento toria antes o durante esta prueba incluye:
de aire y auto PEEP por falta del tiempo necesario para la 1. Frecuencia respiratoria <24 por minuto «38 en niños)
exhalación. En estos pacientes el auto PEEP también pue- 2. Volumen corriente espontáneQ ¿4 ml/kg
de ser el resultado de una broncoconstricción asociada o 3. Volumen minuto espirado < 15 L/min
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

4. Fuerza inspiratoria negativa> 30 crnHzO Hiperpnea isocápnica. La hiperpnea isocápnica se utiliza


5. Fuga audible a través del balón del tubo endotraqueal. en los pacientes intoxicados por monóxido de carbono. La
eliminación de la carboxihemoglobina es al menos en parte
La mecánica respiratoria evalúa la capacidad del paciente una función de la ventilación minuto. La técnica consiste en
para mantener una ventilación espontánea, pero no evalúa la hiperventilar el paciente intubado con una mezcla normobá-
capacidad para proteger su vía aérea. Por este motivo se reco- rica de oxígeno y pequeñas cantidades de COz' manteniendo
mienda en lo posible una broncoscopia antes de la extubación la PaCO zaproximadamente en 40 mmHg con una ventilación
para verificar que el edema no va a resultar en un problema minuto seis veces mayor. La aplicación de esta técnica en ani-
posterior, el cual puede ser fatal. También se recomienda dis- males resulta en una velocidad de eliminación del monóxido
poner de un equipo de reintubación en forma inmediata, y de de carbono el doble de la obtenida con oxígeno al1 00%, com-
epinefrina en aerosol para reducir el edema. parable a la cámara hiperbárica (63). Además, la tecnología
Antimicrobianos. Los pacientes con quemaduras por in- es mucho menos complicada que la cámara hiperbárica. La
halación están más expuestos a desalTollar una bronconeu- adición de COz al circuito puede resultar en acidosis respira-
monía. Este riesgo se inicia entre los días 3 al 10 después toria si no se aplica hiperventilación, considerando que existe
de la quemadura. En la primera semana los agentes causales una acidosis de base producida por la carboxihemoglobina.
son predominantemente gram negativos, y en la mayoría de En pacientes no intubados se han aplicado técnicas similares
los casos se producen por el germen que coloniza las áreas con resultados parecidos. El procedimiento consiste en apli-
quemadas aledañas. Por este motivo, en los pacientes intu- car ventilación invasiva o no invasiva con FiOz 95% y COz
bados o en riesgo de bronconeumonía se recomienda tomar 4,5 a 4,8% manteniendo normocapnia con una ventilación
una muestra para cultivo de las heridas más próximas a la vía minuto 2 a 6 veces la ventilación de base (64).
aérea. No se deben administrar antimicrobianos profilácticos Traqueostomía. La traqueostomía se ha recomendado
porque no han demostrado ser útiles para prevenir la neumo- desde hace varios años para el manejo de los pacientes que-
nía en estos pacientes. Sin embargo, la aparición de signos de mados con intubación prolongada (65). La mayoría de los
bronquitis es una indicación de qntimicrobianos con inten- autores recomienda su uso después de 14 días de intubación.
ción terapéutica (62). La ventaja de la traqueostomía es facilitar la limpieza pul-
EscarotomÍas. Los pacientes con quemaduras de espesor monar y el destete ventilatorio, con lo cual se reducen las
total del tórax con frecuencia presentan presiones elevadas complicaciones inherentes. La desventaja es el requerimiento
en la vía aérea, definida como mayor a 35 cm de HzO. En es- de los cuidados propios de un orificio que comunica directa-
tos casos está indicada la escarotomía, que consiste en hacer mente el medio ambiente a la tráquea y árbol bronquial, y por
cortes longitudinales de piel y celular subcutáneo siguiendo lo tanto facilita las complicaciones derivadas de un cuidado
la línea axilar anterior. Si el abdomen se palpa tenso, o si la deficiente tales como la infección, la bronconeumonía y la
presión intraabdominal se encuentra elevada, estos cortes de- bronco aspiración (66).
ben llegar hasta la espina iliaca anterosuperior (figura 8). En
estos casos también se puede agregar una incisión transversal Complicaciones
a nivel del apéndice xifoides.
1. La parálisis y la paresia de las cuerdas vocales tiene una
incidencia 4,5 veces la de los pacientes sin quemaduras.
La etiología de esta complicación no ha sido aclarada
pero existen varios factores posibles. El más claro es la
sobrepresión del manguito del tubo endotraqu~al en los
pacientes intubados que se transportan por vía aérea. Por
este motivo, cuando un paciente requiere transporte aéreo
se recomienda insuflar el/balón con solución salina. Otra
etiología posible es la intubación traumática. Como con-
secuencia se puede producir avulsión de una cuerda, dis-
locación del aritenoides o lesión de la mucosa que resulta
en una estenosis posterior.
2. Estenosis traqueal. Las complicaciones traqueales en es-
tos pacientes son frecuentes y consisten en traqueitis, ul-
ceraciones y granulomas. La intubación prolongada pue-
de producir estenosis que es casi siempre subglótica, y se
Figura 8. Escarotomía toracoabdominal en un paciente con elevación de las observa en el lugar del manguito del tubo endotraqueal o
presiones pico de vía aérea y presión intrabdominal. Cuando la presión in- en el lugar de la traqueostomía. Además de la estenosis
trabdominal continúa elevada se realiza un incisión transversal extra a nivel traqueal, también se ha documentado parálisis del nervio
del apéndice xifoides.
reCUlTente (67, 68).
52/ QUEMADURAS POR INHALACiÓN

La mayoría de estas complicaciones son prevenibles, me- 27. Lee MJ, O'Connell DJ. The plain chest radiograph alter acute smoke
inhalation. Clin Radio11988; 39: 33-37.
di ante un buen manejo del tubo endotraqueal o]a traqueo sto-
28. Wittram C, Kenny JB. The admission chest radiograph after acute in-
mía. En particular el manguito debe tener la presión mínima halation and bums. Br J radiol 1994; 67: 751-754.
necesaria para evitar fugas. 29. Peitzman AB, Shires GT, Teixidor HS, et al. Smoke inhalation injury:
evaluation of radiographic manifestations and pulmonary dysfuriction.
J Trauma 1989; 29: 1232-1238.
Referencias 30. Brown DL, Archer SB, Greenhalgh DG, et al. Inhalation injury seve-
1. Miller K, Chang A. Acute inhalation injury. Emerg Clin N Am 2003; rity scoring system: a quantitative method. J Bum Care Rehabil 1996;
21: 533-557. 17: 552-557.
2. Pruitt BA Jr, Ericsson DR, Morris A. Progressive pulmonary insuffi- 31. Luce EA, Su CT, Hoopes JE. Alveolar-arterial oxygen gradient in the
ciency and other pulmonary complications of thermal injury. J Trauma bum patient. J Trauma 1976; 16: 212-217.
1975; 15: 369-179. 32. Jones WG, Barie PS, Madden M, et al. The use of compliance in pre-
3. Trunkey DD. Inhalation injury. Surg Clin North Am 1978; 58: 1133- dicting early mortality alter inhalation injury. Curr Surg 1988; 45: 309-
1140. 312.
4. Heidegger T, Gerig H, Henderson 1. Strategies and algorithms for ma- 33. Moylan JA, Adib K, Bimbaum M: Fiberoptic bronchoscopy following
nagement of the difficult airway. Best Practice & Res Clin Anest 2005; thermal injury Surg Gynecol Obstet 1975; 140: 541-543.
19: 661-674. 34. Masanes MJ, Legendr C, Lioret N, et al. Fiberoptic bronchoscopy for
5. American Society of Anesthesiologist. Task Force on management of the early diagnosis of subglottal inhalation injury: comparative value
difficult airway. Practice guidelines for management of the difficult in the assessment of prognosis J Trauma 1994; 36: 59-67.
airway. An updated report. Anesthesiology 2003; 95: 1269-1277 35. Endorf FW, Gamelli RL. Inhalation injury, pulmonary perturbations
6. McCall JE, Cahill T1. Respiratory care of the bum patient. J Bum Care and fluid resuscitation. J Bum Care Res 2007; 28: 80-83.
Rehabil 2005; 26: 200-206. 36. Borron SW. Recognition and treatment of acute cyanide poisoning. J
7. American Bum Association. ABLS Course, 2003. Emerg Nurs 2006; 32: sI2-s18.
8. Edelman DA, Khan N, Kempf K, et al. Pneumonia after inhalation 37. Erdman Ar. Is hydroxocobalamin safe and effective for smoke inha-
injury. J Bum Care Res 2007; 28: 241-246. lation? Searching for guidance in the haze. Ann Em Med 2007; 49:
9. Fry DE. Chemical Threats. Surg Clin N Am 2006; 86: 637-647. 814-816.
10. Fitzgerald GJ. Chemical warfare and medical response during World 38. Heimbach, DM, Waeckerle, JF. Inhalation injuries. Ann Emerg Med
War 1. Am J Public Health 2008; 98: 611-625. 1988; 17: 1316.
11. Russell D, Blaine PG, Rjce P. Clinical management of casualties ex- 39. Navar PD, Saffle JR, Warden GD. Effect of inhalation injury on fluid
posed to lung damaging agents. A Critical review. Emerg Med J 2006; resuscitation requirements after thermal injury. Am J Surg 1985; 150:
23: 421-424. 716-720.
12. Pauluhn J, Carson A, Costa DL. Workshop Summary: Phosgene-Indu- 40. Engrav LN, Colescott PL, Kemalyan N, et al. A biopsy of the use the
ced pulmonary toxicity revisited. Inhal Toxicol2007; 19: 789-810. Baxter formula to resuscitate bums or do we do it like Charlie did it? J
13. Scalzo AJ, Lehman-Huscany K, Links GA, et al. Disaster preparedness Bum Care Rehabil2000; 21: 91-95.
and toxic exposures in children. CPEM 2008; 9: 47-60 41. Holm C, Tegeler J, Mayr M, et al. Effect of Crystalloid resuscitation
14. Emst A, Zibrak JD. Carbon monoxide poisoning. N Engl J Med 1998; and inhalation injury on extravascular lung water Chest 2002; 121:
339: 1603. 1956-1962.
15. Raub JA, Mathieu-Nolf M, Hampson NB, Thom SR. Carbon monoxi- 42. O'Mara MS, Slater H, Golfarb IW, et al. A prospective, randomized
de poisoning--a public health perspective. Toxicology 2000; 145: 1. evaluation of intraabdominal pressures with crystalloid and colloid re-
16. Alarie Y. Toxicity of fire smoke. Crit Rev Toxicol 2002; 32: 259. suscitation in bum patients. J Trauma 2005; 58: 1011-1018.
17. Hall AH, Rumack BH. Clinical toxicology of cyanide. Ann Emerg 43. Oda J, Yamashita K, Inoue T, et al. Resuscitation fluid volume and
Med 1986; 15: 1067. abdominal compartment syndrome in patients with major bums. Bums
18. Tibbles PM, Perrotta PL. Treatment of carbon monoxide poisoning: A 2006; 32: 151-154.
critical review of human outcome studies comparing normobaric oxy- 44. Sullivan SR, Ahmadi AJ, Singh CN, et al. Elevated orbital pressure:
gen with hyperbaric oxygen. Ann Emerg Med 1994; 24: 269. Another untoward effect of massive resuscitation after bum injury. J
19. Kao, LW, Nanagas, KA. Carbon monoxide poisoning. Emerg Med Trauma 2006; 60: 72-76.
Clin North Am 2004; 22: 985. 45. Holm C, Mayr M, Tejeler J, et al. A clinical randornized study on the
20. Seger D, We1ch L. Carbon monoxide controversies: Neuropsychologic effects of invasive monitoring in bum shock r..esuscitation. Bums 2004;
testing, mechanisms of toxicity, and hyperbaric oxygen. Ann Emerg 30: 798-807. "
Med 1994; 24: 242. 46. Ahrns KS. Trends in bum fesuscitation: Shifting the focus from fluids
21. Tremper KK, Barker, SJ. Pulse-oximetry. Anesthesiology 1989; 70: to adequate endpoint monitoring, edema control and adjuvant thera-
98. pies. Crit Care Nurs Clin North Am 2004; 16: 75-98.
22. Alcorta R. Smoke inhalation & acute cyanide poisoning. Hydrogen 47. Cancio LC, Chávez S, Alvarado-Ortega, et al. Predicted increased fluid
cyanide poisoning proves increasingly common in smoke-inhalation requirements during resuscitation of thermally injured patients. J Trau-
victims. JEMS 2004; 29(suppl). ma 2004; 56: 404-413.
23. Shusterman D, Alexeeff G, Hargis C, et al. Predictors of carbon mo- 48. Holt J, Saffle JR, Morris SE, Cochran A. Use of inhaled Heparin/N-
noxide and hydrogen cyanide exposure in smoke inhalation patients. J acety1cysteine in inhalation injury: Does it help? J Bum Care Res
Toxicol Clin Toxicol 1996; 34: 61. 2008;29: 192-195.
24. Norris JC, Moore SJ, Hume AS. Synergistic lethality induced by the 49. Mlack RP, Suma OE, Rendón DN. Respiratory management of inhala-
combination of carbon monoxide and cyanide. Toxicology 1986; 40: tion injury. Bums 2007; 33: 2-13.
121. 50. Ducasse, JL, Celsis, P, Marc-Vergnes, JP. Non-comatose patients with
25. Ryan CM, Schoenfield DA, Thorpe WP, et al. Objective estimates of acute carbon monoxide poisoning: Hyperbaric or normobaric oxyge-
the probability of death from bum injuries. N Engl J Med 1998; 338; nation. Undersea Hyperb Med 1995; 22: 9.
362- 366. 51. Weaver, LK, Hopkins, RO, Chan, KJ, et al. Hyperbaricoxygen for acu-
26. Hollingsed TC, Saffte JR, Barton RG, et al. Etiology and consequences te carbon monoxide poisoning. N Engl J Med 2002; 347: 1057.
of respiratory failure in thermally injured patients. Am J Surg 1993; 52. Thom, SR, Taber, RL, Mendiguren,'IL, et al. Delayed neuropschologic
166: 592-596. sequelae after carbon monoxide poisoning: prevention by treatment
with hyperbaric oxygen. Ann Emerg Med 1995; 25: 474.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

53. Leach, RM, Rees, Pl, Wilmshurst, P. ABC of oxygen: Hyperbaric oxy- American Association for Respiratory Care; and the American College
gen therapy. BMl 1998; 317: 1140. ofCritical Care Medicine. Chest 2001; 120(suppl): 375S-395S.
54. Cancio LC, Batchinsky AL, Dubick MA, et al. Review. lnhalation in- 61. McIntyre N. Discontinuing mechanical ventilatory support. Chest
jury. Burns 2007; 33: 681-692. 2007; 132: 1049-1056.
55. Sheridan RL, Kacmarek RM, McEttrick MM et al. Permissive hyper- 62. Haburchak DR, Pruitt BA. Use of systemic antibiotics in the burned
capnia as a ventilator strategy in Burneo children: effect on barotrau- patient. Surg Clin North Am 1978; 58: 1119-1132.
ma, pneumonia and mortality. 1 Trauma 1995; 39: 854-859. 63. Fisher, lA, Rucker, 1, Sommer, LZ, et al. Isocapnic hyperpnea accele-
56. Oba Y, Salzman GA. Ventilation with lower tidal volumes as compared rates carbon monoxide elimination. Am 1 Respir Crit Care Med 1999;
with traditional tidal volumes for acute lung injury and the acute res- 159: 1289.
piratory distress syndrome. The Acute Respiratory Distress Syndrome 64. Takeuchi, A, Vesely, A, Rucker, 1, et al. A simple "new" method to
Network. N Engl 1 Med 2000; 342: 1301-1308. accelerate c1earance of carbon monoxide. Am 1 Respir Crit Care Med
57. Car1otto R, Ellis S, Smith T. Use of high frequency oscillatory ventila- 2000; 161: 1816.
tion in burn patients. Crit Care Med 2005; 33: s175-s181. 65. Hunt lL, Purdue GF, Gunning T. Is tracheostomy warranted in the burn
58. Cioffi WG, deLemos RA, Coalson 11, et al. Decreases pulmonary da- patient? Indications and complications. 1 Burn Care Reahabil 1986; 7:
mage in primates with inhalation injury treated with high-frequency 492-495.
ventilation. Ann Surg 1993; 218: 328-335. 66. Langford, RM, Armstrong, RF. Algorithm for managing injury from
59. Cioffi WG, Graves TA, McManus WF, et al. High frequency percus- smoke inhalation. BMl 1989; 299: 902.
sive ventilation in patients with inhalation injury. 1 Trauma 1989; 29: 67. Myssiorek D. Recurrent laryngeal nerve paralysis: anatomy and etiolo-
350-354. gy. Otolaryngol Clin North Am 2004; 37: 25-44.
60. MacIntyre NR, Cook Dl, Ely EW, et al. Evidence based guidelines for 68. Casper lK, Clark WR, Kelley RT et al. Laryngeal and phonatory status
weaning and discontinuing mechanical ventilation: A collective Task after burnJinhalation injury: a long term follow up study. 1 Burn Care
Force facilitated by the American College of Chest Physicians; the Rehabil 2002; 23: 235-243.
AHOGAMIENTO

Fernando E. Bermúdez P, MD; elímaco Muñoz e, MD; Maria Teresa Agudelo e, MD

Introducción literatura y muy probablemente no tenga una verdadera apli-


cación.
A pesar de los múltiples esfuerzos en prevención y educación
Otros términos como síndrome de inmersión se refiere al
a nivel mundial, los accidentes por inmersión continúan cau-
ahogamiento que ocurre producto de eventos cardiovasculares
sando importante morbimortalidad en niños y es la segunda
secundarios al contacto con líquidos extremadamente fríos y
causa de muerte no intencional en edades comprendidas en-
el ahogamiento por hiperventilación se refiere al ahogamien-
tre el año y los 14 años.
to producido después de un periodo de hiperventilación en
El ahogamiento es la tercera causa más común de muerte
donde ocurre una disminución de CO 2 con eliminación de
accidental en el mundo y la segunda en los EEUU, con un nú-
estímulos fisiológicos resultando en pérdida de la conciencia
mero aproximado de 140.000 a 150.000 muertes en el mundo
con hipoxia y ahogamiento (3).
al año y solo en los EEUU mueren 8.000 personas al año por
Recientemente, el "World Congress on DrDwning" del
este motivo (1). En España se estima una incidencia de 1,5-
2002 define indistintamente ahogamiento como el término
1,6 por 100.000 habitantes al año (2).
para describir todos los eventos asociados a inmersión/sub-
La población más vulnerable es la menor a los 20 años
mersión en medio líquido independiente del resultado y el
de edad con un 60% de 'los fallecidos y de ésta el 40% son
tiempo del mismo; recomendando el abandono del uso de los
menores de 5 años.
otros términos antes mencionados (4, 5).
Con la disponibilidad de tecnología sofisticada en las uni-
dades de cuidado intensivo, las víctimas de semiahogamiento
tienen mayor probabilidad de sobrevivir, sin embargo, tam-
Epidemiología
bién ha resultado un incremento de las complicaciones como El análisis epidemiológico de las víctimas por ahogamiento
síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) y encefalopa- es de vital importancia ya que de éste se derivan los factores
tía hipóxico isquémica con compromiso del sistema nervioso de riesgo que nos permiten intervenir o instaurar programas
central (SNC). de prevención que al final disminuyan los casos de este tipo
Por esto es tan importante el manejo agudo de los pacientes de accidentes.
como el entendimiento de los mecanismos fisiopatológicos Como ya se comentó, el ahogamiento es la segunda causa
del casi ahogamiento incluyendo los mecanismos de injuria de muerte no intencional en menores de 20 años en los Esta-
celular en SNC lo que nos permite una mejor optimización en dos Unidos desplazado únicamente por las muertes causadas
el manejo en las unidades de cuidado intensivo pediátrico. por accidentes de tránsito.
De igual manera consideramos importante hacer énfasis Más del 50% de las víctimas que se, ahogan, mueren en
en la prevención, por lo que realizaremos comentarios sobre el sitio del accidente sin que reciban algun tipo de cuidado
las políticas de prevención de la Academia Americana de Pe- médico. '
diatría y las aplicaciones que tiene en nuestro medio. Múltiples variab!es se han detectado como son la edad,
estado socioeconóríÍico, condiciones climáticas, sitio geográ-
Definición fico, entre otras.
La incidencia del ahogamiento varía con la edad, siendo
En los últimos años se han acuñado diferentes definiciones
mayor en los niños menores de 5 años seguido por los niños
y nuevos términos que son sinónimos de otros, por eso que-
entre 15 a 19 años. Usualmente los niños menores de 1 año se
remos hacer claridad y ser muy prácticos en las definiciones
ahogan en bañeras y sufren accidentes en el hogar. Los niños
que utilizaremos. El término ahogamiento se reservaba ex-
entre 1 a 4 años usualmente sufren caídas en las piscinas.
clusivamente para los pacientes que fallecen por inmersión
Su ocurrencia es más común en niños que en niñas en una
en un medio líquido en las primeras 24 horas, mientras el
relación de 3: 1, cifra que se duplica en la edad adolescente a
término casi ahogamiento o semiahogamiento era indicado
6: 1 y los pacientes con alguna enfermedad de base tienen 4
para los pacientes que sobreviven a una inmersión. El aho-
veces más riesgo de ahogarse qu~ un niño sano (3-8).
gamiento secundario se refiere a las muertes producto de las
Los niños ahogados usualmente están bajo la supervisión
complicaciones de la inmersión, 24 horas posteriores a ésta
de un adulto que presenta algún tipo de distracción en un lap-
(1, 2) aunque este término ha sido muy cuestionado en la
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

so de tiempo corto. La supervisión de un adulto responsable lo que se recomienda que siempre estén bajo la supervisión
fue identificada en un 84% de los casos de semi ahogamiento de un adulto (11).
y solamente en el 18% de los incidentes se encontraba un La relación con el clima define las zonas costeras y cálidas
testigo presencial. como un factor de riesgo sobre las frías por el número de
Siempre debemos tener en mente que la causa del aho- piscinas y balnearios (12).
gamiento pudiera ser de origen intencional o asociada a El uso de alcohol, tóxicos, y/o drogas es factor importante
maltrato. Se ha estimado que el 8% de los niños víctimas en edades mayores como jóvenes y adolescentes. Existe una
de semi ahogamiento ha sido causado por abuso o maltrato clara asociación entre la ingesta de alcohol y el ahogamiento
infantil, por lo tanto historias de inmersión en el hogar como estando implicado en el 50% de los casos de ahogamiento en
accidentes en bañeras requieren de sumo cuidado en su eva- adolescentes, lo que se ha comprobado con la medición de ni-
luación sobre todo si se acompañan de inconsistencia en la veles de alcohol en sangre en estos pacientes (13-15). En este
historia clínica (6-8). grupo de edad, los ahogamientos ocurren más a menudo en
los paseos a ríos y lagos, en donde el riesgo de morir ahogado
Factores de riesgo es mayor por las dificultades en el rescate, dificultades en el
acceso, mayor distancia a un centro hospitalario, ausencia de
Múltiples estudios han identificado factores de riesgo comu- supervisión, entre otras (14, 15).
nes, muchos de los cuales ya se han mencionado. Población
Los juegos de buceo con apneas e hiperventilación previas
menor de 5 años de edad como población vulnerable aso-
que llevan a disminución del CO 2 y pérdida del conocimiento
ciada al hecho de no saber nadar, ligado esto a condiciones
con hipoxia y muerte posterior.
socioeconómicas bajas que hacen que estos niños no tengan
Los niños en clases de natación podrían dar una falsa se-
acceso a escuelas de enseñanza. Del 60 al 90% de estos niños
guridad y confianza a los padres que asumen que se pueden
se ahogan en piscinas residenciales usualmente las de su pro-
defender por sí solos en condiciones normales sin prever
pia casa o condominio. En muchos casos el niño ha dejado
contratiempos abandonando una vigilancia estrecha necesa-
de ser supervisado por un espacio de tiempo inferior a 5 mi-
ria (16).
nutos. A pesar de las campañas educativas y de prevención,
Edad menor de 5 años
el ahogamiento se ha incrementado debido al crecimiento del
Sexo masculino
número de piscinas en las unidades residenciales (figura 1).
Enfermedades asociadas
Uso de tóxicos
Clima. Verano
Fin de semana. Horas de la tarde
Hiperventilación.

Aspectos fisiológicos
Se han definido secuencias progresivas en el niño que cae a
un medio líquido. La reacción inicial es de pánico seguido de
una acción combativa con braceo enérgico e inefectivo en un
intento por escapar del agua lo que termina en fatiga e inicio
de jadeo para tratar de mantener la respiracióR- lo que lleva
Figura 1. necesariamente a una acción de deglución o trago de agua
seguido de una fase de aspiración (80 a 90% de los casos) que
La ocurrencia es más frecuente en hombres que en mu- termina en ahogamiento y en el fallecimiento del paciente
jeres en una relación de 3: 1. Está plenamente identificado secundario a hipoxia (11, 16).
que las horas más comunes en que ocurre el ahogamiento El paciente pierde la conciencia, y la hipoxia produce tras-
es en horas de la tarde, tiempo en el cual los familiares han tornos del ritmo cardiaco con fibrilación ventricular, bradi-
disminuido su capacidad de "vigilancia" sobre el menor, bien cardia o asistolia presentándose paro cardíaco e hipoxia ce-
sea por agotamiento, por confianza o por ingesta de alcohol rebral secundaria. El efecto de la hipoxia sobre otros órganos
(paseos). De igual manera la incidencia aumenta los fines de depende de la severidad de la anoxia, pudiéndose presentar
semana y durante el verano (3,4, 7-9). SDRA y disfunción miocárdica, sin embargo, 10 más común
Ciertas condiciones médicas están asociadas con un riesgo es el desarrollo de edema cerebral 6 a 12 horas posterior al
mayor de sufrir ahogamiento como ocurre con los epilépticos evento hipóxico.
(10-16). Estos tienen de 4 a 14 veces más posibilidades de Retardo mental
ahogarse que un niño no epiléptico; este riesgo es particular- Pobre control de convulsiones
mente alto en pacientes con retraso mental, convulsionadores Medicamentos antiepilépticos
con pobre control de su síndrome convulsivo, uso de medi- Predisposición a arritmias.
cación antiepiléptica o pacientes con riesgo de arritmias, por
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Mecanismos de alteración del intercambio de un niño ahogado conduce a pánico y por lo tanto su objeti-
pulmonar vo primordial es trasladar al paciente a un centro hospitalario
a como dé lugar, como sea (transporte) y a donde sea sin que
Los efectos sobre el corazón son derivados de la hipoxemia,
este reciba atención básica.
acidosis metabólica, anormalidades hidroelectrolíticas e hi-
Como en todos los casos de reanimación pediátrica, en los
potermia que se presenta en el organismo en los pacientes
pacientes de semiahogamiento la reanimación debe ser regi-
con semiahogamiento, que llevan al corazón a presentar tras-
da por el ABC, asegurando adecuadamente la vía aérea, sin
tornos en su ritmo cardíaco, taquicardia ventricular, fibrila-
olvidar la inmovilización cervical en caso de que sea necesa-
ción ventricular y asistolia. Más comúnmente se ve disfun-
rio, proteger la vía aérea y asegurar una adecuada ventilación,
ción cardíaca y shock cardiogénico.
particularmente en aquellos pacientes que tiene compromiso
La presión arterial sanguínea puede estar afectada por una
de su estado de conciencia, al igual que evaluar la circulación
variedad de factores como la liberación de catecolamina y
definiendo la existencia de pulso o no sin olvidar que estos
retención de CO 2• Adicionalmente el desarrollo de SDRA o
pacientes en particular pueden ingresar en fibrilación ventri-
edema de pulmón puede comprometer el gasto cardíaco pro-
cular (sin pulso) o algún otro tipo de arritmia (20).
duciendo hipotensión.
La saturación de oxígeno, el estado mental y el gasto uri-
El órgano más afectado y el que marca el pronóstico del
nario deben ser vigilados estrechamente. Se debe administrar
niño es el sistema nervioso central y su compromiso es di-
oxígeno bien sea por cánula nasal, máscara facial o algunas
rectamente proporcional al tiempo de hipoxia. La disfunción
veces ventilación no invasiva o ventilación invasiva dando
del sistema nervioso central (SNC) puede ser secundaria a la
presión positiva a la vía aérea. La presión positiva aumenta
hipoxia inicial o puede ser causada por posterior y continua
la capacidad residual funcional y la complacencia pulmonar
hipoperfusión cerebral lo que puede estar favorecido por au-
disminuye las atelectasias y el edema de pulmón, disminuye
mento de la presión intracraneana, edema cerebral, pérdida
el shunt intrapulmonar y es efectiva para revertir la hipoxe-
de la regulación cerebral y por formación de radicales libres
mia, lo que podría en un momento dado disminuir la posibi-
de oxígeno (16, 18).
1idad de desarrollar SDRA.
La isquemia resulta en liberación de neurotransmisores
Una vez instaurado el manejo ventilatorio se deben moni-
como en glutamato y activación de la vía del ácido araqui-
torear todas sus variables como rayos X de tórax, gasimetría
dónico que participa en la reperfusión por medio de una de
arterial, pulsoximetría, capnografía y tomar medidas protec-
sus vías como la de la ciclo oxigenas a que contribuye en la
toras para evitar el barotrauma y volutrauma.
formación de los radicales libres de oxígeno.
El uso de antibióticos es muy discutido de manera profilác-
Se pueden presentar edema cerebral, síndromes convul-
tica pero éstos deben ser instaurados ante la sospecha de con-
sivos y daño de la corteza que dejan un rango variable de
taminación del agua aunque muchos autores recomiendan el
daños irreversibles y las subsecuentes secuelas neurológicas
uso de antibióticos profilácticos. Lo que no está recomendado
en estos pacientes las cuales pueden variar de acuerdo a la
es el uso de esteroides para prevenir la aparición de SDRA y
severidad entre leves, con mínima disfunción o severas, hasta
en muy pocos casos han mostrado el beneficio real del uso de
estado vegetativo.
surfactante artificial en estos pacientes. El uso de diurético tipo
furosemida está indicado en caso de edema de pulmón.
Tratamiento. Manejo La meta del manejo cardiovascular es mantener una ade-
El manejo inicial está encaminado a la reanimación del pa- cuada entrega de oxígeno a los tejidos. Algunos pueden fa-
ciente idealmente en el sitio del accidente y por alguien que llecer por arritmias ventriculares o asistolia en"c!lYo caso un
tenga nociones de reanimación. Está claramente definido que manejo agresivo en la reanimació,n con monito'feo cardio-
una reanimación precoz en el sitio del accidente cambia dra- vascular puede facilitar el manejo estas arritmias. Se pueden
máticamente el pronóstico y mortalidad de los niños hasta en observar cambios inespecíp.cos en el electrocardiograma
un 85% de los casos. asociado a cardiomiopatía hipóxica que se puede manifestar
Esta reanimación inicial, si se efectúa, debe continuar du- clínicamente con pobre perfusión, acidosis metabólica per-
rante el transporte hasta el centro de atención médica más sistente e hipotensión. Estos pacientes deben ser manejados
cercano e incluye el mantenimiento de la vía aérea, mante- con paso adecuado de volumen al igual que soporte inotrópi-
nimiento de una adecuada ventilación y del ritmo cardíaco co para mejorar la función cardíaca y por ende asegurar una
(19,20). adecuada entrega de oxígeno a los tejidos.
Si bien es cierto que el manejo o reanimación del niño La duración y severidad del evento hipóxico es el deter-
ahogado debe empezar desde el sitio del accidente, en nues- minante más importante del compromiso neurológico. La re-
tro medio lo usual es que en la escena del ahogamiento no se sucitación neurológica debe se agresiva y está encaminada al
disponga de personas entrenadas en reanimación básica. La manejo o minimización del edema cerebral secundario, por
importancia de este hecho radica en que podría cambiar la lo tanto la medida más efectiva en el cuid,ado neurológico de
sobrevida del paciente o disminuir el daño neurológico. La estos pacientes es una rápida restauración de una adecuada
angustia y desespero que genera en los asistentes el hallazgo oxigenación, ventilación y perfusión. Se debe evitar las inju-
53/ AHOGAMIENTO

rias secundarias sobre el SNC ya que la injuria primaria con La temperatura del agua continúa muy controvertida en la'
muerte celular por hipoxemia e isquemia no es, en términos edad pediátrica sobre el factor protector de la hipotermia, lo
generales, tratable. que es claro es que en nuestro medio las bajas temperaturas
Hipoxia son indicadores de mal pronóstico ya que indican un tiempo
Acidosis de hipoperfusión prolongado. .
Hipotensión La duración o tiempo de inmersión es un importante in-
Hipertermia dicador de sobrevida pero este factor en muchas ocasiones
Hiperglicemia es difícil de determinar ya que los familiares usualmente no
Convulsiones pueden predecir el tiempo de "desaparición" del niño y en
Hipervolemia. ocasiones es minimizado como mecanismo para disminuir
su "culpa o descuido". Aunque el tiempo no es claramente
Injuria secundaria definido, estudios han mostrado que inmersiones superiores
a 10 minutos resultan en muerte o en el mejor de los casos en
La hipoxemia, la hipercapnia y medicamentos vasodilatado-
daño neurológico severo.
res pueden favorecer un aumento de la presión intracranea-
Otros factores pronósticos definidos al momento de llegar
na (PIC) por lo que deben ser evitados. De igual manera el
el niño al servicio de urgencias son edad, sexo, temperatura,
control de la glicemia, control de convulsiones, control de la
pH sanguíneo, ausencia de respiraciones espontáneas, no res-
hipertermia son importantes ya que incrementan el metabo-
puesta al dolor y ausencia de respuesta pupilar, siendo estas
lismo y la utilización de oxígeno por parte del cerebro.
últimas con un Glasgow de 5/15 predictores de un pobre pro-
La escanografía cerebral generalmente no es útil ya que es
nóstico neurológico.
normal en la gran mayoría de los pacientes con semiahoga-
Tiempo de reanimación
miento y no ayuda a establecer pautas de manejo. Sólo está in-
Asistolia
dicada si existe sospecha de trauma asociado. El hallazgo anor-
Ph sanguíneo de ingreso a urgencias
mal en una escanografía cerebral posterior a un evento agudo
Valoración neurológica inicial
de semiahogamiento se aC0mpaña de una alta mortalidad.
Posturas físicas anormales.
Se ha intentado mostrar el beneficio del monitoreo neuroin-
tensivo invasivo en el manejo de los pacientes con semiahoga-
En nuestro medio es importante considerar el tiempo de tras-
miento pero éstos no han revelado una verdadera utilidad, por
lado desde el sitio del accidente hasta el centro hospitalario
lo tanto el manejo rutinario de la medición de la PIC no está
más cercano que generalmente es. mayor de 15 minutos y
indicado. A los pacientes que se les realiza medición de PIC y
usualmente el paciente no viene asistido con maniobras bási-
tienen aumento de la presión intracraneana tiene una alta mor-
cas de reanimación.
talidad o se acompañan de secuelas neurológicas serias.
Está determinado que tiempos de inmersión mayores a 5
Otras medidas convencionales para el manejo del edema
minutos, requerimiento de reanimación por más de 10 mi-
cerebral como agentes osmóticos, pentotal, hiperventilación,
nutos, el hecho de llegar en paro cardíaco al centro hospital,
hipotermia no han mostrado un verdadero beneficio en los
Ph sanguíneo de ingreso inferior a 7, evaluación neurológica
pacientes con casi ahogamiento por lo que no deben ser uti-
dada por escala de Glasgow inferior a 5, y posturas corpora-
lizados de rutina en el manejo de estos pacientes. Estas inter-
les neurológicas anormales, son de muy mal pronóstico con
venciones pueden disminuir la mortalidad PERO a expensas
alta morbilidad y mortalidad.
de un incremento en el número de sobrevivientes con secue-
las neurológicas severas.
Recomendaciones y prevención
El uso de la hipotermia continúa siendo muy controvertido, >'

pero es claro que en nuestro medio en donde no tenemos esta- La prevención es el aspecto más importante en la cadena de
ciones ambientales frías, la hipotermia en el paciente semiaho- supervivencia en las,- víctimas por ahogamiento. Queremos
gado es indicador de un tiempo prolongado de inmersión y es compartir con ustedes algunas de las políticas emanadas por
resultado además de una pobre perfusión a los tejidos. la Academia Americana de Pediatría sobre la prevención del
La hipotermia está claramente relacionada con un mayor ahogamiento en niños y adolescentes (21-23).
riesgo de infección y sepsis, de un incremento en la coagulo- El aislamiento de las piscinas con cercas y acceso de en-
patía y de arritmias cardíacas (3-11, 20). trada ha mostrado una efectividad en la prevención de más
del 50% de los ahogamientos en piscina (21).
Factores pronóstico a. Los niños NUNCA deben estar solos en una piscina (figu-
ra 3).
Múltiples estudios están encaminados a determinar los facto-
b. Se debe DERRAMAR los líquidos que queden conteni-
res pronósticos para daño cerebral y mortalidad.
dos en tanques, estanques, baldes y similares.
Se ha identificado diversos factores de riesgo como la tem-
c. Las clases de natación en niños menores de 4 años dan
peratura del agua, duración de la inmersión y duración de la
sensación FALSA de seguridad.
resucitación.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

d. EDUCAR a la comunidad sobre reanimación cardíaca.


e. Tener a la mano el número TELEFÓNICO del equipo de
urgencias.
f. CONOCER la diferencia entre nadar en piscina, lago,
mar, río ,etc.
g. Tener a DISPOSICIÓN equipos de salvavidas adecuados
(figura 4).
h. EVITAR juegos peligrosos dentro del agua o alrededor.
i. IMPEDIR la asociación entre ingesta de alcohol y drogas Figura 5. Peligro en piscinas sin cercamiento.
con la natación.
j. Las piscinas deben tener BARRERAS FÍSICAS que im-
pidan el acceso fácil por parte de menores (figuras 5 y 6).
k. Se debe implementar un sistema de ALARMAS O MO-
NITOREO que alerten sobre el ingreso al agua en mo-
mentos no permitidos.
1. DEBEMOS desarrollar sistemas de emergencia médica
en las comunidades
m. SIEMPRE debe haber SUPERVISIÓN de un adulto. Figura 6. Barreras físicas o de protección en piscinas.

Está claramente identificada la asociación entre el uso de


alcohol y ahogamiento en los adolescentes (24). El pronós-
tico del paciente estará dado por el grado de hipoxia al que
fue sometido. Se debe implementar grupos de educación a la
comunidad sobre reanimación básica.

Referencias
1. De Nicola L, Falk J, Swanson M. Submersion Injuries in Children and
Adults. Critical care clinics 1997; 3: 478-502.
2. Blasco J, Moreno D, Manso G. Ahogamiento y casi ahogamiento en
niños. An Pediatr Barcelona 2005; 62: 20-24.
3. Burford A, Ryan L. Drowning and Near-Drowning in Children and
Adolescents. Ped Emerg care 2005; 9: 610-619.
4. Meyer RJ, Theodorou AA, Berg RA. Childhood drowning. Pediatrics
in Review 2006; 27: 163-168.
5. Sarnaik AP, Lieh.Lai MW. Near-drowning. In: Pediatric Critical Careo
Fuhrman BP, Zimmerman J (eds). Third edition. Philadelphia, Mosby.
Figura 3. Nunca dejar solos a los niños en piscinas. 2006. p. 1556-1564.
6. Biagas K. In: Rogers? Textbook of pediatric intensive careo Nichols
DG (ed). Fourth edition. Philadelphia, Lippincott, Williams & Wilkins.
2008. p. 408-413.
7. Idris AH, Berg RA, Bierens J, et al. Recornmended guidelines for uni-
form reporting of data from drowning: the "Utstein st~le". Resurrec-
tion 2003; 59: 45-57.
8. Dowd MD, Keenan HT, Bratton Se Epidemiology and prevention of
childhood injuries. Crit Care Med 2002; 30(suppl): S385-S392.
9. Ibsen LM, Koch T. Submedion and asphyxial injury. Crit Care Med
2002; 30(suppl): S402-S408.
10. Quan L. Near-Drowning. Pediatrics in Rew 1999; 8: 255-261.
11. Sachdeva R. Near Drowning. Crit Care Clin 1999; 2: 281-296.
12. Somers G, Smith Ch, Gregory J. Association of Drowning and myo-
carditis in a Pediatric Population. Arch Pathol Lab Med 2005; 129:
Figura 4. Estar preparados para atender la emregencia. 205-209.
13. Cummings P, Quan L. Trends in unintentional Drowning. The role of
Conclusiones Alcohol and Medical Careo JAMA 1999; 282: 2198-2202.
14. Srnith G, Keyl P, Hadley J. Drinking and recreational Boating Fatali-
Aunque la prevención es la piedra angular en el manejo de tieso JAMA 2001; 286: 2974-2980
15. Lunnetta P, Smith G, Penttila A. Unintentional Drowning in Finland
los pacientes ahogados, se debe realizar un manejo agresivo 1970-2000: a population-based Study. International Journal of Epide-
del edema cerebral y prevenir las injurias secundarias como miology 2004; 33: 1053-1063. .
hipoxia, acidosis metabólica, hipotensión, hipertermia, hi-
perglicemia y convulsiones.
53/ AHOGAMIENTO

16. Brenner R, and the cornmittee on Injury, Violence and poison Preven- 21. American Academy of Pediatrics. Policy Statement. Prevention of
tion. American Academy of Pediatrics. Prevention of Drowning in In- Drowning in Infants, Children and Adolescents. Pediatrics 2003; 112:
fants, Children and Adolescents. Pediatrics 2003; 112: 440-446. 437-440.
17. Anaissie E, Penzak S, Dignani C. The Hospital Water Supply as a 22. O' Flaherty J, Pirie P. Prevention of Pediatric Drowning and Near-
Source of Nosocomial Infections. Arch Intern Med 2002; 162: 1483- Drowning. Pediatrics 1997; 99: 169-175.
1492. 23. Nakahara S, Ichikawa M, Wakai S. Drowning Deaths among Ja¡:ianese
18. Christensen D, Jansen P, Perkin R. Outcome and Acute Care Hospital children aged 1-4 years: Different trends due to different risk reduc-
Costs after Warm Water Near drowning in Children. Pediatrics 1997; tions. Injury Prevention 2004; 10: 125- 127.
99: 715-721. 24. CDC. From the Centers for disease Control and Prevention. Nonfa-
19. Szpilman D. Near-Drowning and drowning Classification. Chest 1997; tal and fatal Drowning in recreational Water Settings- United States,
112: 660-666. 2001-2002. JAMA 2004; 292: 447-452.
20. American Heart Association. Pediatric Advance Life Support. Circula-
tion 2005; 112(suppl.1): IVI67-IVI87.
HIPOTERMIA EN TRAUMA

Iván Riaño, MO; Freddy Ariza e, MO, MSc

Introducción y definiciones La temperatura corporal es regulada por la región anterior


preóptica del hipotálamo que recibe aferencias del haz espi-
La utilización de la hipotermia en el manejo de diferentes
notalámico y respuestas eferentes simpáticas.
situaciones clínicas relacionadas con el trauma no es nueva
en la historia de la medicina. Su uso está narrado en escritos
Hipotermia accidental
egipcios, griegos, romanos y medievales. Solamente desde
hace 50 años venimos estudiando la fisiología y la utilización En el momento del descenso de la temperatura corporal en-
terapéutica de la hipotermia en diferentes circunstancias in- tre 32° a 35°C, el hipotálamo genera una respuesta simpática
cluyendo la cirugía cardíaca y neurológica, terapia de cáncer que incrementa el gasto cardíaco, la tasa metabólica basal, el
y otras aplicaciones. consumo de oxígeno y produce vasoconstricción periférica.
Para abordar el tema debemos considerar tres tipos de hi- Simultáneamente se produce contracción muscular isomé-
potermia. La hipotermia accidental, la hipotermia inducida o trica en forma de escalofrío, aumentando así la producción
terapéutica y la hipotermia que se produce en el contexto del de calor endógeno (hasta 5 veces el basal). A medida que la
trauma severo. Si bien en las tres formas de hipotermia hay temperatura corporal continúa descendiendo en los rangos de
un descenso de la temper~tura central por debajo de los 36°C, hipotermia, se desencadena un cataclismo de respuestas me-
sus mecanismos y las repercusiones sobre el organismo son tabólicas como son la disminución de la tasa metabólica ba-
diferentes. sal, disminución del gasto cardíaco secundario a disminución
La hipotermia terapéutica es la disminución controlada de de la contractilidad miocárdica y de la respuesta cronotrópica
la temperatura central corporal, del cerebro o de cualquier otra con la consecuente caída de presión arterial.
área del organismo a niveles menores a 36°C, considerándose El volumen circulatorio central se incrementa dando
leve cuando la temperatura está en el rango entre 33° a 36°C, origen a un aumento en el flujo sanguíneo renal y la canti-
moderada desde 28° a 32°C, severa de 28° a 10°C, profunda dad de diuresis, a pesar de la disminución progresiva en la
de 5° a 10°C, y ultraprofunda de 0° a 5°C. La hipotermia con- función glomerular y tubular ("diuresis por enfriamiento"),
trolada utiliza medicamentos que abaten algunas respuestas y secundariamente, un aumento en la viscosidad sanguínea
y producen un descenso progresivo de la temperatura hasta de aproximadamente 2% por cada grado'Celsius. De mane-
niveles preestablecidos de una manera programada. ra progresiva se presenta un incremento en elhematocrito,
Por otra parte, la hipotermia accidental representa una la creatinina, y el nitrógeno ureico. A nivel neurológico se
disminución de la temperatura de una manera no controlada, observa una alteración del estado de consciencia hacia la
siendo deletérea para el organismo debido a la descarga adre- letargia, la respuesta comportamental dirigida se abate y se
nérgica inicial, el incremento de la demanda de oxígeno, la presenta una inhibición progresiva de las fUnciones sensorial
vasoconstricción y el escalofrío con la consecuente contrac- y motora con disminució¡I' de la frecuencia respiratoria de
tura muscular involuntaria. origen central.
Debido a que la hipotermia severa, cuando la temperatura En el momento en/que la temperatura corporal desciende en
desciende de los 28°C, produce arresto cardíaco, es indispen- el rango de 27° a 32°C desaparece el escalofrío, se disminuye la
sable la utilización de bypass cardiopulmonar como soporte respuesta del nodo sinoauricular y aparece bradicardia hacién-
hemodinámico para su inducción y reversión. dose evidente la onda J o de Osbome que es patognomónica de
hipotermia importante. Paralelamente se incrementa la excita-
Efectos fisiopatológicos de la hipotermia bilidad miocárdica y puede aparecer fibrilación auricular. La
desviación hacia la izquierda de la curva de disociación de la
Los seres humanos son organismos homotérmicos que de ma- hemoglobina asociada a hipotermia disminuye el aporte tisular
nera independiente pueden mantener la temperatura corporal de oxígeno en tanto que el consumo que inicialmente aumenta
en un rango fijo, entre 36,1 ° a 37,2°C, a pesar de las variaciones con el escalofrío comienza a disminuír progresivamente. Este
ambientales entre 15,6° y 54,4°C. Por fuera de estos niveles, fenómeno se podría resumir como un aumento en la solubili-
la temperatura corporal es mantenida mediante mecanismos dad plasmática del oxígeno con un acoplamiento progresivo
compensatorios que incluyen conductas adaptativas. entre su demanda y el aporte tisular.
54/ HIPOTERMIA EN TRAUMA

postrauma es la responsable de coagulopatía que amenaza do debe ser por el momento una práctica usual y justificada
la vida, que se manifiesta por sangrado profuso que requiere en el ambiente pre e intrahospitalario.
transfusión masiva y se asocia y empeora con la acidemia Un paciente con hipotermia moderada, cuya temperatura
metabólica que no responde a maniobras de resucitación (4). se encuentre entre los 28° y los 32°C, tiene una mortalidad ,que
usualmente es atribuible a patologías concomitantes y no" a la
Hipotermia como terapia coadyuvante en hipotermia en sí. Sin embargo, en los pacientes politraumati-
trauma zados, una temperatura de 32°C predice mortalidad de 100%
y una disminución de la temperatura por debajo de 35°C es
A pesar de que la hipotermia se ha utilizado de manera ruti- un signo independiente de mal pronóstico. La hipotermia se
naria en cirugía cardíaca, su utilización terapéutica en trau- asocia a la severidad del trauma y por lo tanto es difícil atri-
ma ha sido vista con precaución debido a que la hipotermia buir la mortalidad a la hipotermia en sí o a la severidad del
moderada sin escalofrío lleva a infección, coagulopatía, se- mismo. Sin embargo, se ha visto que el calentar lentamente al
cuestro de plaquetas e inestabilidad eléctrica del miocardio, paciente politraumatizado con hipotermia severa, en vez de
aumentando el riesgo de arritmias fatales sin contar con las un calentamiento agresivo, aumenta la mortalidad.
dificultades técnicas en la implementación y la logística. Queda claro por lo tanto, que la hipotermia en el paciente
La hipotermia inducida luego de un evento cerebrovascu- con trauma es un factor independiente de mortalidad y que se
lar o el arresto cardíaco ha abierto la puerta a la investigación debe evitar y tratar desde el contacto del equipo de salud con
de su efecto potencial protector en los pacientes traumatiza- el paciente. Es por esto que el recalentamiento del paciente
dos. Sin embargo, a pesar de que algunos estudios clínicos es una prioridad en el manejo de los procesos de reanima-
demostraban un efecto de tipo protector, no estaba claramen- ción del paciente poli traumatizado. Estas maniobras deben
te determinada su verdadera utilidad debido a los problemas ser instauradas lo más pronto posible durante la r~animación
de metodología que presentaban dichos estudios. y en todos los escenarios de atención.
Shaffi y Gentinello publicaron en 2005 un estudio retros- Desde el punto de vista termodinámico, los sistemas de
pectivo en donde analizaron los datos del N ational Trauma calentamiento tradicionales y simples, es decir las mantas co-
Data Bank desde 1994 h'asta 2002 en pacientes entre 18 y munes, las mantas térmicas, y los calentadores de aire circu-
55 años con diagnóstico de trauma, y que incluían la tempe- lante, junto con el calentamiento del aire inspirado y saturado
ratura al ingreso, el déficit de base, los datos de puntuación con agua a través de los circuitos del ventilador, no son efec-
de severidad del trauma (ISS), la presencia de shock, datos tivos en la recuperación del calor pero pueden ser útiles para
de edad, género, mecanismo del trauma y sitio del trauma. disminuir la pérdida adicional generada por los mecanismos
Se evaluó la sobrevida como variable dependiente y la hipo- de convección.
termia como variable predictiva, encontrando que entre más La temperatura central en un paciente hipotérmico puede
severamente estuviera traumatizado el paciente, la hipoter- ser de 10 a 15°C mayor a la temperatura en la piel. Adicio-
mia (definida como temperatura menor a 35°C), se presen- nalmente, el flujo sanguíneo cutáneo puede reducirse por va-
taba con más frecuencia y era un predictor independiente y soconstricción desde un nivel normal de 200 ml/min/m2 hasta
fuerte de mortalidad. La conclusión de este estudio es que en 4 ml/min/m2• Todo esto hace que, recurrIr a la superficie de
efecto, la hipotermia por sí misma no sólo está asociada con la piel fría para recuperar la temperatura central disminui-
el choque y con la severidad del trauma, sino que su presen- da no sea un procedimiento efectivo para acortar el tiempo
cia incrementa la mortalidad y por lo tanto se deben hacer requerido y completar los parámetros de reanimación en la
esfuerzos tendientes a prevenirla y tratarla (1). recuperación de la temperatura corpora:l."Para este objetivo
Por otra parte, Wang y Callawy, en junio de 2005, publi- se pueden utilizar medidas simples como"el calentamiento
caron un estudio retrospectivo que buscó la relación entre de líquidos infundidos hasta 40°C, teniendo en cuenta que
hipotermia menor a 35°C y mortalidad independiente del éstos pueden dismin:uir su temperatura al paso a través de
patrón de trauma o la severidad del mismo, encontrando en- los circuitos. Un litrb de cualquier solución isotónica a 21°C
tre 38.520 pacientes, que la hipotermia estuvo independien- requiere que el cuerpo genere 16 kcal para lograr calentar el
temente asociada con el incremento de la probabilidad de mismo hasta 37°C. Si el cuerpo no es capaz de generar este
morir tanto en la cohorte general como en los pacientes con calor adicional por su condición de base, podríamos esperar
trauma craneoencefálico aislado, luego de ajustar el análisis una disminución de 0,28°C por cada litro infundido en estas
por edad, mecanismo del trauma y la ruta para la medición circunstancias. Cuando se utilizan concomitantemente varias
de la temperatura. Este aumento de mortalidad no pudo ser técnicas de calentamiento superficial, como mantas de ,aire
completamente atribuido a la presentación del desarreglo fi- forzado caliente junto con sistemas de calentamiento-enfria-
siológico agudo o el patrón y la severidad del trauma (2). miento debajo del paciente (Ej.: Blanketrol®, figura 2) en
En estos dos estudios retrospectivos recientes se demues- pacientes con trauma severo e hipotermia, los autores han en-
tra que la hipotermia no controlada es lesiva en el contexto de contrado que durante las fases ini~iales de atención, pueden
trauma mayor y que su prevención en el paciente traumatiza- obtenerse tasas de calentamiento equivalentes a 0,3°C/hora.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

centígrado, en el cerebro normal y en todo el organismo. La


hipotermia disminuye el efecto de los múltiples mecanismos
responsables de la injuria secundaria que OCUlTen luego de
los fenómenos de isquemia y reperfusión, incluyendo la falla
de los mecanismos generadores de energía a nivel celular.
también disminuye la injuria oxidativa y retrasa la muerte
neuronal, la excitoxicidad, el edema cerebral, la permeabili-
dad de la membrana hematoencefálica, la producción de leu-
cotrienos y el consecuente incremento de la presión endocra-
neana. La hipotermia, además, disminuye la degradación del
citoesqueleto, la producción de interleukina 1 beta, la migra-
ción de neutrófilos y previene el aumento de la permeabilidad
vascular. La hipotermia reduce la producción de glutamato,
glicina y dopamina, retrasando y disminuyendo la cascada
sinérgica de la isquemia. Un solo grado de disminución de
la temperatura, según lo demostró Bemtman, mantiene los
Figura 1. Sistema de calentamiento-enfriamiento. niveles de ATP en los rangos de normoxia durante el estímulo
hipóxico que los depletaría a la mitad en condiciones de tem-
Se han descrito maniobras de calentamiento central que peratura normal. Tres grados de disminución mantienen los
incluyen líquidos calientes para infusión, entrada por salida niveles de fosfocreatina casi al doble de lo que se reducirían
a través de la cavidad peritoneal o torácica, con un requeri- a temperatura normal (7, 9-11, 14).
miento de hasta doce litros a 40°C, para subir la temperatura Existe evidencia que apoya que la hipotermia moderada
central 1°C. Sin embargo, existen métodos recientes de re- a leve puede mitigar la lesión neurológica o cardíaca pero,
calentamiento más efectivos, cOlllO los sistemas de calenta- al parecer, es la velocidad de inducción de dicha temperatu-
miento por contracolTiente, que pueden calentar soluciones y ra el factor determinante de su eficacia. Ya que los métodos
productos sanguíneos a una tasa de 800 ml/min o una unidad usuales demoran alrededor de 2 horas, se evaluó el método
de sangre a 37 ó 40°C; y otros sistemas de calentamiento, de infusión de solución salina helada a 4° o la combinación
como los calentadores continuos arteriovenosos (CAVR), de salina y coloides infundidos en 50 minutos hasta llegar a
que requieren del acceso vascular arterial y venoso sin ne- 32° ó 33°C, en pacientes con lesión neurológica postanóxica
cesidad de bombas de centrífuga o de rodillo que impulsen o traumática, evaluando la presión arterial, el ritmo cardía-
la sangre dado que la diferencia de presiones arteriovenosas co, la presión venosa central, los niveles de glucosa, el nivel
generaría un flujo mínimo de sangre de 250 a 300 mI por min, de plaquetas y de leucocitos. Con esto se logró descender la
si la presión arterial sistólica está por encima de 80 mmHg. temperatura en 1 hora sin efectos deletéreos pero se requi-
La efectividad de estos sistemas está dada por la transmisión ró de un método adicional para mantener estas temperaturas
de ocho kcal por cada cuatro minutos de infusión (6). ideales (9-11, 14).
Cuando la disminución del flujo sanguíneo cerebral redu-
Hipotermia y trauma craneoencefálico ce el aporte, la hipotermia es una medida muy importante
para reducir la demanda y así lograr el acople necesario para
La pregunta que abordaremos ahora es, si la hipotermia en un mantener viable el tejido cerebral posterior al tr,!uma. Se es-
grupo especial de pacientes de trauma, como es el grupo de tima que la reducción de la tasa metabólica basai'cerebral se
trauma craneoencefálico aislado, y aplicada como maniobra disminuye en un rango que va desde un 50% a un 80% de
terapéutica, pudiera ser benéfica. la basal cuando la temperatllfa corporal desciende desde los
La historia de la utilización de la hipotermia en trauma 37°C hasta los 27°C. Un cerebro puede recuperar su función
craneoencefálico se remonta hasta la década del 60, pero sólo incluso luego de una hora de anesto circulatorio total inten-
fue hasta los 80 que se lograron disminuir los problemas de cional, cuando la temperatura se desciende hasta los 12 ó 15°
anitmias, infección y coagulopatía. Sin embargo no fue in- y hasta 21 ° si se utiliza circulación retrógrada. El problema
cluida dentro del tratamiento estándar en las guías de manejo tiene que ver con los efectos deletéreos de la hipotermia so-
del TCE para el control de la presión intracraneana publica- bre la integridad de la neurona y los gradientes de electroli-
das en 1990. tos transmembrana se desanollan más lentamente, pero son
Los mecanismos mediante los cuales la hipotermia leve cualitativamente similares a los de la hipoxia. Los efectos de
es benéfica en la protección cerebral posterior al trauma van la isquemia en cerebros hipotérmicos son menores a aquellos
más allá de la simPle disminución del metabolismo cerebral. en cerebros normotérmicos porque se reduce la producción
Dentro de los efectos benéficos sobre el tejido cerebral se de metabolitos tóxicos producto de la mi~ma (9-11, 13).
puede encontrar el hecho de que el descenso controlado de En el trabajo realizado por Dietrich se encontró que la hi-
la temperatura corporal disminuye el flujo sanguíneo cere- potermia después del insulto isquémico, lo único que hace es
bral y la captación de oxígeno en un 6-7% por cada grado
54/ HIPOTERMIA EN TRAUMA

retrasar la muerte neuronal. Sin embargo; los resultados de podrían ser atribuidas "a la diferente calidad de soporte vital'
los estudios clínicos son prometedores cuando se recurre a administrado en cada Unidad de Cuidado Intensivo, siendo
la hipotermia posterior al trauma craneoencefálico al parecer éste más importante que el beneficio en la sobrevida atribuí-
por dar una ventana de oportunidad mientras se intentan otro do a la hipotermia en sí (5). I

tipo de terapias, confirmando así que el tratamiento para esta Debido a las divergencias encontradas en los estudios has-
entidad compleja usualmente es sinérgico con otros. La hi- ta el momento, la hipotermia en trauma craneoencefálico no
potermia en algunas ocasiones mitiga el edema cerebral y la es una modalidad de manejo plenamente justificada a la luz
herniación postraumática. Protege además contra los efectos de la evidencia actual. De hecho no es un tratamiento reco-
de la hipoperfusión y disminuye la excitoxicidad y la infla- mendado formalmente por el Joint Section on Neurotrauma
mación. and Critical Care of the American AssQciation of Neurolo-
Existen varias maneras de llevar a un paciente a hipoter- gical Surgeons y por el Congress of neurological Surgeons
mia controlada. En pacientes pediátricos se pueden utilizar y el Brain Trauma Foundation como modalidad estándar en
métodos de enfriamiento externo mientras que en adultos se trauma craneoencefálico (5, 14, 15).
puede utilizar enfriamiento por infusión de líquidos fríos en En relación a la instauración de hipotermia en TCE los au-
la cavidad peritoneal o enfriamiento intraarterial. El pacien- tores de los estudios experimentales en humanos recomien-
te traumatizado está de por sí hipotérmico por los factores dan:
descritos previamente y a los que podriamos adicionar la ex- 1. Inducción temprana de hipotermia en los pacientes con
posición de cavidades corporales, el shock mismo y el uso TCE, con el fin de prevenir antes que tratar las conse-
de sustancias psicotrópicas como el alcohol y las drogas que cuencias de las reacciones tisulares producto de la lesión
pueden alterar los mecanismos de regulación de la tempera- isquémica.
tura corporal. Este nivel de hipotermia generado durante el 2. Inducción de la hipotermia por el método de ir-fusión in-
trauma se acompaña muchas veces de escalofrío que empeora traarterial aun en el mismo sitio del accidente por parte de
la situación aumentando la demanda de oxígeno. A diferencia los grupos de rescate o en los servicios de urgencias.
de esto, la instauración de hipotermia inducida y terapéutica 3. Prevenir la herniación y la hipertensión endocraneana
evita el escalofrio mediante la utilización concomitante de ajustando el nivel de hipotermia y recalentamiento.
fármacos para sedación y parálisis neuromuscular. 4. Aumentar el efecto benéfico de la hipotermia mediante la
El problema encontrado tanto a nivel experimental como utilización de agentes farmacológicos.
clínico con la utilización de hipotermia en el trauma craneo- 5. Tratar de desbridar lo más tempranamente posible el teji-
encefálico es el edema cerebral de rebote que se produce con do necrótico cerebral bajo protección de hipotermia intra-
el recalentamiento. Se ha intentado por lo tanto aumentar el quirúrgica.
tiempo de hipotermia hasta 72 horas con el fin de disminuir 6. Evaluar la posibilidad de irrigación intraventricular, cis-
el impacto del recalentamiento pero a pesar de esto se sigue ternal y lumbar para lograr enfriamiento y remoción de
presentando el edema cerebral de rebote y aparecen otras sangre y otros elementos deletéreos (2).
complicaciones como son la coagulopatía y la infección pul-
monar. A pesar de esto, existe evidencia experimental que Propuesta de protocolo de hipotermia
demuestra efectos benéficos de la hipotermia moderada en controlada en UCI, para TCE
el resultado final de la recuperación funcional. Los estudios
iniciales en humanos fueron prometedores en un principio La siguiente propuesta de los autores se basa en los estudios
pero sólo fue hasta 1993, cuando se publicaron los estudios realizados con hipotermia leve a moderada en TCE, y debe
aleatorizados del grupo de la Universidad de Pittsburgh con enmarcarse solo como parte de protocolos experimentales
hipotermia moderada, demostrando que la coagulopatía deja- para aquellas instituciones hospitalarias que manejen pacien-
ba de ser problema, al igual que otras complicaciones, mejo- tes con trauma neurológico y no como parte del manejo es-
rando la recuperación funcional de los pacientes con escalas tándar del mismo. Su/objetivo es homogenizar el método de
de Glasgow entre 5 y 7 pero no de menos, en comparación instauración de esta estrategia terapéutica a la hora de evaluar
con los pacientes en normotermia. posteriormente su verdadera utilidad clínica (3).
En un estudio en humanos, aleatorizado, multicéntrico
Criterios de inclusión
realizado por Clifton que buscaba analizar el resultado final
1. Glasgow 5-7
de sobrevida y recuperación neurológica llevando al paciente
2. Vía aérea asegurada mediante intubación orotraqueal o
a hipotermia leve o moderada luego del TCE, demostró que
dispositivos de asistencia ventilatoria
no hubo diferencias significativas desde el punto de vista de
3. Edad entre 18-75 años
resultado de recuperación neurológica al comparar los dos
4. Inducción temprana de hipotermia desde el primer con-
grupos (12). Se pudo determinar que hubo diferencias entre
tacto con el equipo médico de emergencias o desde el Ser-
los centros participantes, sugiriendo así que las complica-
vicio de Urgencias.
ciones atribuidas a la hipotermia y su resultado terapéutico
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Criterios de exclusión El tratamiento, así como la monitoria de la lesión traumática


1. Temperatura al ingreso <30° del sistema nervioso central, es complejo y se basa en la na-
2. Presencia o sospecha de embarazo turaleza de la lesión en sí y la secuela producida por la lesión
3. Hipotensión sostenida con TA media menor a 60 rnrnHg secundaria, por lo tanto no hay una sola terapia o sistema de
por más de 30 minutos al ingreso monitoría que nos brinde un enfoque completo.
4. Enfermedad terminal o patologías previas con importante La aproximación actual se basa en el entendimiento de los
limitación física mecanismos de protección naturales y del proceso patológico
5. Signos de coagulopatía al ingreso. que lleva a la destrucción celular y su reacción frente a la
misma. Mientras se aclaran aún más los procesos, el inten-
Método sugerido para inducción de hipotermia sivista debe continuar dando apoyo vital básico y avanzado
1. Inducción: colocar mantas de aire y solución salina normal buscando mantener el tejido no traumatizado, usando para
a 4-6°C, 500 ml cada 10 min hasta un total de 1500 ml ó esto el conocimiento de los mecanismos fisiológicos como la
30 ml/kg buscabdo temperaturas objetivo entre 32-34°C. Si mejor de las guías, asumiendo también los nuevos enfoques
hay inestabilidad hemodinámica administrar solución sali- con precaución, hasta no tener datos de estudios bien diseña-
na 500 ml cada 20 mino Si la temperatura es mayor a 34° dos que permitan recomendarlos como estándares de manejo
administrar 500 ml extra en lOa 20 mino Monitorizar la apoyados en evidencia clínica (5,6, 8).
PVC y suspender temporalmente la carga de volumen si
aumenta en más de 5 rnrnHg por más de 5 mino Referencias
2. Mantenimiento: utilizando mantas de aire frio o sistemas 1. Shaffi S, Gentinello L. Is hypothermia simply a marker of shock and
de enfriamiento/calentamiento (Ej.: Blanketrol®). Si la injury severity or an independent risk factor for mortality in trauma
temperatura aumenta 0,5 a 1°C, se administra un bolo de patients? Analysis of a large national trauma registry. J Trauma 2005;
59(5): 1081.
2-3 gr de midazolam y se colocan paquetes de hielo en la 2. WangHE,CallawyCW.Admissionhypothermiaandoutcomeaftermajortrauma
cabeza, el cuello y el tórax. Si la temperatura disminuye CritCareMed2005; 33 (6): 1296.
0,5 a 1° centígrado se deben retirar los paquetes de hielo 3. Polderman KH, Rijnsburger ER, Induction of hypothermia in patients
y se disminuye la dosis de sedantes y relajantes si se utili- with various types of neurologic injury with use of large volumes of
ice-cold intravenous fluid. Crit Care Med 2005; 33(12): 2744.
zan al tiempo que se aumenta la temperatura de la manta. 4. Hess JR, Lawson JH. The coagulopathy of trauma versus dissemina-
3. Monitorización de la temperatura central (vesical, esofá- ted intravascular coagulation. J Trauma 2006; 60(6 Suppl): S12-9.
gica o mediante catéter de arteria pulmonar). 5. Alexios AA, Craig DW, Philip ML, Cooper DL Current controversies
4. Medidas adicionales: in the management of patients with severe traumatic brain injury. ANZ
J Surg 2006; 76(3): 163.
a. Sedación y analgesia con midazolam y opioide hasta 6. Sicoutns C. Management ofhypothermia in the trauma patient. J Trau-
obtener una escala de Ramsay de VI ma Nurs 2001; 8(1): 1-5.
b. Evitar escalofríos en la inducción y el recalentamien- 7. Vincent JL, Berre J. Primer on medical management of severe brain
to con Fentanilo IV o con relajantes musculares injury. Crit Care Med 2005; 33(6): 1392.
8. Nortje J, Menon DK. Traumatic brain injury: physiology, mecha-
C. Monitorizar cada 6 a 8 horas los niveles séricos de
nisms, and outcome. Curr Opin Neurol. 2004; 17(6):,711.
potasio, fósforo y magnesio, manteniendo el nivel de 9. Globus MY free radical production following brain injury: effects of
potasio >4 meq/L y magnesio >2 meq/L post-traumatic hypothermia. J Neurochem 1995;65: 1704.
d. Mantener estabilidad hemodinámica y vigilar la pre- 10. Karibe H, Chen SF, Zarow GJ, et al. Mild intraischemic hypothermia
suppresses consumption of endogenous antioxidants after temporary
sencia de arritmias focal ischemia in rats. Brain Res 1994; 649: 12. ,
e. Ajustar los parámetros ventilatorios de acuerdo con 11. Aibiki M , Maekawa S, Ogura S, et al. Effect of m04erate hypother-
metas de 02 y PaC0 2 mia on systemic and internal jugular plasma IL6 levels'after traumatic
f. Vigilancia microbiológica. Si la hipotermia dura más brain injury in humans. J Neurotraúma 1999; 16: 225-32.
12. Clifton GL, Miller ER, Choi SC, et al. Lack of effect of induction of
de 48 horas iniciar profilaxis antibiótica con cefalos- hypothermia after acute bra.in injury. N Engl J Med 2001; 344: 556.
porina de primera generación 13. Gupta AK, AI-Rawi PG, Hutchinson PJ, et al. Effect of hypothermia
g. Monitorización de la coagulación de acuerdo con la on brain tissue oxygenation in patients with severe head injury. Br J
temperatura del paciente. Si hay sangrado administrar Anaesth 2002; 88: 188-92.
14. Alderson P, Gadkary C, Signorini DE Therapeutic hypothermia for
paquetas o plasma. Duración de la hipotermia 48 a 72 head injury. Cochrane Database Syst Rev 2004; 4.
horas. 15. Clifton GL. Is keeping cool still hot? An update on hypothermia in
5. Recalentamiento con métodos de superficie en forma pro- brain injury. Curr Opin Crit Care 2004; 10(2): 116-9.
gresiva de 0,5 a 1°C cada 2 horas evitando los escalofríos
mediante las estrategias farmacológicas mencionadas.
LAPAR se

Carlos Hernando Morales U, MO, MSc.

La cirugía de invasión mínima ha permitido grandes logros se basa en la identificación de este nuevo proceso y en su
en la evaluación y tratamiento de los pacientes traumatizados enadicación lo más rápido posible (1).
y con abdomen agudo. En estas dos situaciones ha permitido Es realmente frustrante el hecho de no poder hallar la
cumplir con tres objetivos fundamentales: efectuar un diag- etiología que causa los síntomas o signos y que el paciente
nóstico preciso en corto tiempo, realizar el tratamiento qui- deba ser sometido a innumerables procedimientos, algunos
rúrgico apropiado y finalmente lograr una curación con baja desagradables o incómodos para ellos, otros con algún riesgo y
morbilidad. La cirugía de acceso mínimo tiene los beneficios muchos costosos, antes de llegar a una conclusión en cuanto a
adicionales bien conocidos de menor dolor, corta hospitali- su origen. Conociendo que una condición intraabdominal puede
zación y recuperación temprana. Sin embargo, el papel de la contribuir a la etiología de este síndrome, es necesario contar con
laparoscopia en el paciente crítico es cuestionable, quizá no métodos seguros, confiables y efectivos que permitan evaluar
importan los beneficios del menor dolor y la rehabilitación el abdomen y lograr los mejores resultados. Algunos estudios
temprana y pueden suceder algunos problemas como la is- hacen énfasis en la intervención quirúrgica temprana para
quemia del miocardio y la acidosis respiratoria relacionados lograr disminuir las altas cifras de mortalidad del síndrome (2).
con los efectos cardiopulmonares del neumoperitoneo y la El examen físico, disponible permanentemente y muy efectivo
absorción sistémica del CO 2• en relación con el costo, puede no ser confiable en pacientes
La falla orgánica múltiple constituye una causa importan- que se encuentran sedados y reciben bloqueadores musculares.
te de muerte entre los pacientes que han sido intervenidos El lavado peritoneal ha demostrado su utilidad en el paciente
quirúrgicamente y se encuentran en estado crítico. Es por con traumatismos pero limitado en aquél con una intervención
tanto muy importante que se identifiquen los procesos que intraabdominal previa y que se encuentra en la unidad de
contribuyen a esta falla y se traten oportunamente para ob- cuidados intensivos (VCI) (2). El ultrasonido está disponible
tener un pronóstico favorable. La falla de múltiples órganos durante las 24 horas en algunos centros, se puede repetir pero es
se desarrolla como consecuencia de la agresión fisiológica operador dependiente. La gamagrafía hepatobiliar, disponible en
inicial, que puede ser una catástrofe abdominal o de otro ori- pocos centros, permite diagnosticar colecistitis aguda con alta
gen. Dependiendo de la severidad de la agresión, se inicia sensibilidad, pero tiene limitaciones en el estudio del paciente de
una respuesta inflamatoria generalizada, sistémica, mediada la unidad de cuidados intensivos. La tomografía computarizada,
por citoquinas y que se torna autosostenida. Las siguientes con el inconveniente del traslado del paciente en estado crítico,
alteraciones endoteliales, microvasculares y metabólicas dan contribuye al diagnóstico diferencial de una catástrofe abdominal
como resultado la disfunción orgánica y por último la falla y proporciona la opción del drenaje percutáneo de colecciones
de múltiples órganos. El tratamiento se basa en un adecuado peritoneales. La laparoscopia puede desenlp~ñar algún papel
aporte de oxígeno, el sostenimiento de los órganos afectados en el abordaje diagnóstico de la urgencia intraabdominal del
y el apoyo nutricional. El pronóstico depende, por supuesto, paciente de la unidad de cuidados intensivos y en su tratamiento.
de la reserva fisiológica del paciente. En el futuro, la preven- No está totalmente definido aún el papel de la laparoscopia en la
ción o la inversión de estos procesos dependerán de la mani- VCI. La evaluación del abdomen por este método se indica en
pulación de la cascada de las citoquinas a nivel celular. pacientes que están desanollando inestabilidad hemodinámica
La falla orgánica múltiple puede ser consecuencia de un y signos de falla multisistémica que incluye la insuficiencia
proceso inflamatorio o infeccioso que se desarrolla en un si- respiratoria, insuficiencia renal o hallazgos de laboratorio que
tio alejado de los órganos que fallan. La presencia de tejido sugieran disfunción hepática (3, 4).
necrótico en una infección de tejidos blandos, una neumonía En este capítulo se presentan los efectos hemodinámicos
nosocomial o una infección intraabdominal producen un es- de la laparoscopia en los pacientes en estado crítico, su téc-
tímulo al sistema inmune previamente activado que conduce nica operatoria y el papel que desempeña en el diagnóstico
a una agresión inflamatoria nueva y más intensa. Mientras el y tratamiento de urgencias abdominales en enfermos que se
proceso inflamatorio sistémico sea reversible, el tratamiento encuentran en la VCI.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Efectos hemodinámicos del neumoperitoneo por un aumento del CO2 al final de la espiración seguido por
en el paciente en estado crítico paro cardíaco. La auscultación cardíaca demuestra un soplo
en molino compatible con gas en las cámaras cardíacas de-
La creación del neumoperitoneo produce cambios cardio-
rechas. El tratamiento consiste en colocar el paciente en de-
vasculares y pulmonares que son bien tolerados por los pa-
cúbito lateral izquierdo con la cabeza baja para prevenir la
cientes sin enfermedades intercurrentes. Estos cambios son
embolia gaseosa a partir del ventrículo derecho e intentar su
reversibles con la descompresión de la cavidad abdominal.
aspiración con aguja utilizando una vena central o directa-
Es importante conocer los cambios hemodinámicos puesto
mente del ventrículo derecho. Este accidente tiene una mor-
que los pacientes en estado crítico con una descompensación
talidad muy alta.
pulmonar y cardiovascular, producto de una combinación de
De otra parte, el neumoperitoneo produce aumento de
enfermedades subyacentes y la actual, no tienen las reservas
la presión intracraneana (9), situación que se debe tener en
fisiológicas necesarias para tolerar el neumoperitoneo nece-
cuenta cuando se trata de realizar laparoscopia en pacientes
sario para la realización de la laparoscopia.
con trauma craneoencefálico severo. Por lo tanto es prudente
Los cambios cardiopulmonares ocurren con presiones intra-
colocar un catéter ventricular para la monitorización de los
abdominales mayores de 12 mm de Hg. La frecuencia cardíaca
cambios de presión intracraneana inducidos por el neumope-
y la presión arterial media aumentan mientras que el índice de
ritoneo y tomar decisiones como hiperventilar, drenar líquido
volumen sistólico disminuye. La presión venosa central y la
cefalorraquídeo o administrar manitol. La elevación mecáni-
presión venosa medida en la vena femoral aumentan en forma
ca de la pared abdominal sin el uso del neumoperitoneo no
significativa durante el neumoperitoneo como resultado del in-
tiene efectos sobre la presión intracraneana lo cual sugiere
cremento de la presión intraabdominal (5, 6).
que ésta es una alternativa más segura para la evaluación la-
Los cambios de posición durante la laparoscopia tienen un
paroscópica de los pacientes con lesiones craneanas (10).
efecto hemodinámico significativo. En posición horizontal el
La función renal también se afecta con el neumoperitoneo.
neumoperitoneo aumenta en un 30% la presión capilar pul-
Con presiones intraabdominales de 10-12 mmHg disminuye
monar, la presión arterial media y la presión venosa central.
el flujo plasmático renal, la ultrafiltración y la depuración de
En posición Trendelenburg hay' un aumento mayor de estas
creatinina (11).
presiones, mientras que la posición Trendelenburg invertida
Se han evaluado otros gases para creación del neumoperi-
contrarresta en parte su aumento (1).
toneo como el helio, el argón y el N 20; sin embargo, las ca-
Los cambios de la fisiología pulmonar son causados por
racterísticas propias de cada uno y sus efectos cardíacos, pul-
factores mecánicos relacionados con el neumoperitoneo. El
monares y hemodinámicos no los califican como superiores
aumento del volumen intraabdominal desplaza el diafragma
al CO 2 para recomendar su uso rutinario (1). La utilización
en dirección cefálica lo que produce aumento de la presión
de técnicas laparoscópicas sin gases, con elevación mecánica
inspiratoria pico, disminución de la distensibilidad pulmo-
de la pared abdominal puede ser una buena alternativa para
nar y reducción de la capacidad vital y la capacidad residual
visualizar la cavidad abdominal es el paciente crítico inca-
funcional. Se produce un aumento de la presión intratorácica
paz de tolerar los cambios hemodinámicos producidos por el
como resultado del ascenso del diafragma que produce reflu-
neumoperitoneo (12).
jo gastroesofágico y una situación de riesgo de broncoaspi-
Se puede afirmar, sin embargo, analizando las observacio-
ración (1).
nes de los cambios hemodinámicos que produce el neumope-
Los pacientes de la unidad de cuidados intensivos que
ritoneo en el paciente en estado crítico, que éstos pueden ser
pueden ser candidatos a una laparoscopia tienen con fre-
tolerados siempre y cuando se realice un agresivo monitoreo
cuencia grados variables de hipoxemia e insuficiencia res-
intraoperatorio (1).
piratoria que requieren ventilación mecánica para mantener
saturaciones de oxígeno aceptables. Habitualmente se utiliza
Técnica
presión positiva al final de la espiración (PEEP) para mejorar
la oxigenación en estos pacientes. La combinación de PEEP La técnica de la laparoscopia diagnóstica en el paciente crí-
y neumoperitoneo puede no ser bien tolerada por los pacien- ticamente enfermo es la descrita por WP Geis (13). Si el
tes en estado clitico. El neumoperitoneo con CO 2 exacerba paciente se puede desplazar es preferible realizar el proce-
los efectos adversos de la presión positiva del final de la es- dimiento en salas de cirugía bajo anestesia general. Cuan-
piración produciendo una disminución del índice de trabajo do esto no es posible por el riesgo de la movilización del
ventricular izquierdo y aumento de la poscarga ventricular. enfermo, se efectúa en la cama del paciente. Se ha descrito la
Por lo tanto la realización de laparoscopia en este grupo de precisión de la laparoscopia realizada en la propia cama de
pacientes exige anestesia general y un monitoreo cardiopul- los enfermos en el diagnóstico de entidades intraabdominales
monar intenso (7, 8). y su capacidad para orientar el manejo siguiente. Se puede
Un inconveniente adicional con la realización de la lapa- realizar con seguridad y sin consecuencias hemodinámicas y
roscopia es la eventual embolización de CO2 resultado de ventilatorias en la UCI (3).
una insuflación directa en una arteria o vena mayor, cuya Todos los pacientes deben tener sonda nasogástrica y vesi-
ocurrencia sería fatal en un paciente crítico. Se manifiesta cal para descompresión del estómago y vejiga. Las mujeres
55/ LAPAROSCOPIA EN EL PACIENTE CRíTICO Y TRAUMATIZADO

se deben colocar en posición de litotomía con los miembros Indicaciones


inferiores separados. Los hombres se colocan decúbito supi-
El uso de la laparoscopia en la VCI se encuentra en fase ex-
no. Originalmente los monitores se encuentran hacia los pies
perimental, por lo tanto las indicaciones para realizarla están
del paciente. La exploración inicial del abdomen se realiza
°
a través de un puerto de entrada de 1 mm localizado en el
ombligo. En presencia de distensión abdominal, como suelen
en desalTollo. Debe considerarse como helTamienta diagnós-
tica y pm"a la realización de procedimientos terapéuticos de
corta duración por las razones expuestas del impacto negati-
tener los pacientes críticos que son objeto de interés para des-
vo de las consecuencias fisiológicas del neumoperitoneo en
cartar una catástrofe abdominal, es aconsejable la realización
los pacientes críticos. Los usos más comunes como estudio
del neumoperitoneo por el método abierto para disminuir la
diagnóstico son en peritonitis residual, abscesos intraabdo-
posibilidad de lesiones viscerales iatrogénicas.
minales, isquemia intestinal y segunda mirada en pacientes
El abdomen infelior y la pelvis se inspeccionan utilizando
intervenidos por isquemia mesentérica y como recurso tera-
la posición de Trendelenburg. El útero se manipula transvagi-
péutico en colecistitis aguda y drenaje de colecciones intra-
nalmente y se retira el intestino del hueco pélvico con pinzas
abdominales (15, 16).
auxiliares que se pasan a través de pueltos de 5 mm colocados
en el flanco derecho e izquierdo a la altura del ombligo.
Colecistitis aguda
Después de la evaluación del útero, OVaI10S, trompas, vejiga
y recto se procede a examinar el ileon; para esto es necesario La colecistitis aguda es una entidad poco frecuente que se
rotar la mesa de cirugía hacia la izquierda, el lado derecho del presenta en los pacientes críticamente enfermos que requie-
paciente queda así en posición más alta. Se utilizan pinzas de ren soporte en la VCI. Representa un verdadero problema en
Babcock para avanzar cada segmento del intestino visualizan- pacientes sometidos previamente a un estrés mayor o trauma
do las superficies anterior y postelior del mismo. Cuando hay lo que se traduce en aumento en la morbimortalidad. La in-
distensión del intestino es pmticularmente laboriosa esta ins- cidencia en pacientes traumatizados oscila entre' 0,5 y 1,6%
pección, fácilmente puede lesionm'se y con frecuencia la eva- (17) y su mortalidad promedio es de 33% (18).
luación no es completa. 1\1 avanzar proximal mente en el estu- La causa exacta de la colecistitis aguda acalculosa no se
dio del intestino, se regresa la mesa a la posición supina pm'a conoce, pero sí varios factores que predisponen a su apari-
el estudio del intestino medio y a la posición de Trendelenburg ción: sepsis, hipotensión, actividad simpática aumentada,
invertida y rotación hacia la derecha para la evaluación del ye- transfusiones múltiples, soporte ventilatorio con presión
yuno proximal, pm"a esto último es necesario retraer en sentido positiva al final de la espiración, estasis biliar por el ayu-
cefálico el colon transverso y sus reflexiones peritoneales. En no prolongado, nutrición parenteral y la administración de
este momento los cirujanos han cambiado de posición y los analgésicos narcóticos. El cuadro clínico es inespecífico y
monitores se localizan hacia la cabecera del paciente. los signos y síntomas pueden estm" disminuidos, alterados o
El colon derecho, transverso e izquierdo son examinados ausentes en el paciente de la VCI. La sensación de dolor se
de manera similm" en forma secuencial y aprovechando el afecta por el trauma encéfalo craneano, sepsis y el uso de
desplazamiento visceral que permite la rotación de la mesa. sedantes, analgésicos y relajantes musculm"es. Los hallazgos
Pm"a la evaluación del abdomen superior o supramesocólico físicos se alteran en pacientes con lesión 'medular, trauma de
el paciente se coloca en posición Trendelenburg invertida y la pared abdominal o laparotomías recientes. La fiebre y los
de manera estandm"izada se examina el hígado la vesÍCula bi- reactantes de fase aguda están presentes con frecuencia pero
limo, estómago, el bazo y los espacios subfrénicos. Con ayuda no son específicos. Las pruebas de función hepática se elevan
de sepm"adores se inspecciona la trascavidad de los epiplones en sólo el 30 a 60% de los pacientes (18).
y el páncreas a través del epiplón mayor" Durante el procedi- La gamagrafía hepatobilim" con HIDA'tiene un valor li-
miento es necesm"io cambiar la cámm"a de su sitio de acceso mitado en el diagnóstico dé la colecistitis acalculosa, con un
inicial umbilical de acuerdo con la búsqueda específica. número alto de falso~ positivos y una especificidad no mayor
Como una alternativa del neumoperitoneo se ha descrito del 38% (19). I

la utilización de la técnica lapm"oscópica sin gases utilizando El estudio imagenológico más usado ha sido el ultraso-
retractores de la pared abdominal que permiten la visualiza- nido del cual se reporta una sensibilidad del 92% y una es-
ción de la cavidad abdominal sin los efectos hemodinámicos pecificidad del 96% basado en la presencia de por lo menos
del aumento de la presión intraabdominal y de la absorción dos criterios sonográficos mayores o uno mayor y dos me-
del CO 2 utilizado (12). nores (19). Los criterios mayores son engrosamiento de la
Vna propuesta adicional es la realización del procedi- pm"ed de la vesÍCula de 4 mm o más, líquido perivesicu~m" o
miento en la cama de la sala de cuidados intensivos usando edema subseroso en ausencia de ascitis, presencia de cálcu-
anestesia local (lidocaína al 1% o bupivacaína al 0,5%) y se- los, gas intramural, exfacelación de la mucosa y la falta de
dación intravenosa con midazolam y analgésicos nm"cóticos respuesta a la colecistoquinina. Los menores, el balTO biliar,
o propofol, sin utilizar intubación orotraqueal en los pacien- la distensión de la vesÍCula y respuesta parcial al estímulo
tes que no han requerido ventilación mecánica antelior a la con colecistoquinina. Sin embargo, otros estudios reportan
realización del procedimiento (14). cifras de sensibilidad para la ecografía de un 60% (20, 21).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Las ventajas de este estudio son su fácil realización, el bajo térica es otra causa del síndrome isquémico. Dna mención
costo y puede repetirse cada vez que se desee. La desventaja particular merecen algunos pacientes con enfermedad oclu-
principal radica en que es un examen dependiente de quien siva arteriosclerótica o aneurismática de la aorta sometidos
lo realice, con otras limitaciones como la imposibilidad de a injertos aortoilíacos o aortofemorales quienes por no tener
practicarse en presencia de apósitos o gasas en la pared ab- una adecuada circulación colateral del colon izquierdo pre-
dominal que con frecuencia tienen este tipo de pacientes, o sentan necrosis transmural del colon sigmoides y cursan en
la falta de información cuando el paciente tiene distensión de el postoperatorio de manera tórpida, con acidosis metabólica
las asas intestinales. y estado séptico.
La tomografía computarizada puede tener algún valor en El diagnóstico de isquemia mesentérica es pa¡ticularmente
el estudio del paciente en quien se sospecha una colecistitis difícil de hacer en el paciente crítico de la DCI, en primer lugar
aguda acalculosa (19), sin embargo, su eficacia no es todavía porque en ocasiones no pueden comunica¡" sus síntomas y los
clara (21). Su principal desventaja radica en la necesidad del signos o no se evidencian o son difíciles de interpretar en ellos
desplazamiento de los pacientes a la unidad de imágenes, lo porque están sometidos a profunda analgesia y sedación. La
que implica riesgos por cuanto se trata de enfermos monitori- distensión abdominal o íleo puede ser el único signo presente
zados, con catéteres, sondas y que requieren oxígeno. acompañando la inestabilidad hemodinámica. En ocasiones es
El desarrollo tecnológico acelerado ha permitido realizar posible encontra¡" sangre en la materia fecal y en estados avan-
múltiples procedimientos videolaparoscópicos en cirugía zados, el contenido hemático de retención de la sonda nasogás-
programada y urgente. La laparoscopia ha demostrado su trica sugiere el diagnóstico. La rectosigmoidoscopia flexible
utilidad en el paciente con trauma abdominal penetrante y izquierda puede ser de gran valor, pero no siempre está dispo-
cerrado (22, 23) Y en la evaluación de los pacientes con dolor nible. La punción abdominal y el lavado peritoneal pueden ser
abdominal agudo (24). En series de pocos pacientes se ha po- útiles para el diagnóstico en los pacientes sin cirugía reciente.
dido comprobar los beneficios del método laparoscópico en La tomo grafía abdominal puede ser difícil de interpretar y con
el estudio del paciente da la DCI con sospecha de colecistitis frecuencia no se puede realizar debido a la inestabilidad de
aguda aca1culosa. Brandt y colaporadores (21) realizaron la- los paciente (28). La confirmación mediante angiografía sólo
paroscopia diagnóstica en nueve pacientes con diversos tipos es posible pocas veces porque se trata de pacientes inestables
de trauma hospitalizados en la DCI y en quienes se sospechó que deben ser desplazados a la sala de radiología y requiere
colecistitis aguda acalculosa. Cuatro procedimientos fueron además el uso de medios de contraste potencialmente nefro-
considerados positivos y cinco negativos. No tuvieron falsos tóxicos. En la última década se ha recurrido a la laparoscopia
positivos ni negativos y no hubo morbimortalidad relacio- como alternativa en el trabajo diagnóstico en paciente críticos
nada con el procedimiento endoscópico. El análisis de los con sospecha de isquemia mesentérica (29). Las series clíni-
hallazgos clínicos, de laboratorio y las imágenes radiológi- cas reportadas muestran que la laparoscopia permite hacer este
cas comparándolos con la laparoscopia les permitió concluir diagnóstico, y evitar la realización de laparotomías no terapéu-
que este último método fue el más seguro en diagnosticar ticas en la mitad de los pacientes a quienes se les sospecha esta
la colecistitis aguda acalculosa y en descartar la entidad en catástrofe abdominal (23).
quienes realmente no la tenían y que se debía realizar este Cuando el paciente ha sido sometido a una laparotomía
estudio antes de proceder a la exploración quirúrgica para por isquemia intestinal aguda y requiere una segunda eva-
reducir el número de laparotomías no terapéuticas en los pa- luación de la cavidad abdominal ha sido muy práctico dejar
cientes críticamente enfermos. Resultados similares han sido un trocar en un sitio específico en esa primera intervención
reportados por otros autores (25, 26). para una posterior evaluación laparoscópica de' l€l cavidad pe-
El método laparoscópico además se convierte en la pri- ritoneal. Se evita así una segunda/laparotomía o"los riesgos
mera alternativa de tratamiento cuando se confirma el diag- de la punción con aguja o paso de trócares en un abdomen
nóstico. Si las condiciones anatómicas lo permiten se realiza distendido.
colecistectomía laparoscópica, en su defecto se practica des-
compresión con sonda a través del fondo vesicular (27). Perforación de víscera hueca
Otro diagnóstico diferencial en el paciente críticamente en-
Isquemia mesentérica fermo con una falla multiorgánica en curso o simplemente
La isquemia intestinal ocurre en el paciente crítico por múl- con dolor abdominal agudo es la perforación de una víscera
tiples razones. Se presenta como un evento isquémico agudo hueca. Es posible diagnosticar con absoluta precisión, por el
de las arterias mesentéricas de origen trombótico o de origen método laparoscópico, la perforación de una úlcera péptica o
embólico en pacientes con arritmias cardíacas o como con- del colon, secundaria a una diverticulitis aguda complicada o
secuencia a un estado de bajo flujo asociado en un paciente un apéndice inflamado en el paciente crítico (26). El pronós-
con una enfermedad oclusiva arterioesclerótica. Puede ser de tico del paciente depende, entre otros factores, del oportuno
tipo no oclusivo como resultado de un flujo esplácnico bajo diagnóstico de la urgencia abdominal y su manejo específico.
en pacientes traumatizados con choque hipovolémico severo Si las condiciones generales del paciente lo permiten y se dis-
y prolongado o choque séptico. La trombosis venosa mesen- pone de un equipo quirúrgico con entrenamiento en técnicas
55/ LAPAROSCOPIA EN EL PACIENTE CRíTICO Y TRAUMATIZADO

avanzadas de cirugía laparoscópica y del adelanto tecnológi- el procedimiento como un recurso excelente en la evaluación
co pertinente, se podrá realizar el tratamiento definitivo por abdominal de este tipo de enfermos que debe realizarse antes
este método. de someterlos a una laparotomía exploradora y puede cam-
biar las conductas terapéuticas en la mitad de ellos.
Pancreatitis Además, con un apoyo logístico adecuado se puede tratar
La hiperamilasemia es relativamente común en el paciente con éxito y sin riesgos algunas de las emergencias intraabdo-
crítico pero la pancreatitis severa tiene una excepcional pre- minales. En la figura 1 se presenta el papel de la laparoscopia
sentación. Es una condición multifactorial, el flujo sanguíneo en la evaluación de los pacientes críticos en la VCI. Las ven-
pancreático inadecuado junto con otros factores asociados tajas de la realización de laparoscopia en el paciente crítico
pueden ser la causa de su presentación en el paciente de la son (30):
VCI. Es posible que los recursos clínicos, paraclínicos e ima- 1. Evitar el transporte del paciente crítico a las salas de ra-
genológicos no precisen el diagnóstico. Mediante el método diología o al quirófano.
laparoscópico es posible identificar los focos de esteatone- 2. Diagnóstico rápido y oportuno de complicaciones abdo-
crosis y evitar laparotomías no terapéuticas en estos enfer- minales.
mos críticos (26). Los pacientes requieren una resucitación 3. Evitar la realización de estudios innecesarios.
hemodinámica agresiva, administración de grandes cantida- 4. Disminuir costos.
des de líquidos y el soporte de los órganos comprometidos.
Las desventajas que se pueden atribuir al método endoscópi-
co en el paciente crítico son (30):
Conclusiones
1. Es un procedimiento invasivo con eventuales complica-
Como conclusión, el diagnóstico y tratamiento oportuno de ciones.
una urgencia intraperitoneal en el paciente críticamente en- 2. Su utilidad se limita a la visión externa de 'los órganos
fermo de la unidad de cuidados intensivos es un verdadero abdominales.
reto. Muchos factores afectan la evaluación clínica como el 3. Poca utilidad en el diagnóstico de entidades retroperito-
hecho de estar el paciente conectado a un ventilador, el uso neales.
de sedantes y relajantes musculares y las entidades comór- 4. El líquido en la luz intestinal puede simular isquemia in-
bidas. Las manifestaciones intraabdominales están además testinal.
alteradas en los pacientes ancianos e inmunosuprimidos que 5. Requiere entrenamiento específico del personal y apoyo
se encuentran en la unidad. Se requiere un agresivo trabajo logístico permanente.
diagnóstico en el paciente con una sepsis no explicada, aci-
dosis y falla de múltiples órganos. Debe descartarse un foco Laparoscopia en el paciente traumatizado
séptico extraabdominal que puede ser el tracto urinario, una
neumonía nosocomial, las heridas quirúrgicas o a partir de un La evaluación de los pacientes con trauma abdominal es una
catéter venoso central e iniciar su tratamiento específico. Las de las tareas más desafiantes para el cirujano que atiende pa-
ayudas imagenológicas son de gran valor. Si el examen físico cientes traumatizados. La morbilidad presentada por el retra-
del paciente es confiable y no hay una peritonitis evidente, la so en el diagnóstico de una lesión intraabdominal puede ser
tomo grafía computarizada es el examen diagnóstico de elec- muy alta y se debe comparar con la asociada a laparotomías
ción. Sin embargo, estos estudios no siempre se pueden reali- no terapéuticas (31).
zar porque no se puede desplazar el enfermo, o simplemente En el paciente con trauma abdomina.J cerrado o penetrante
son de difícil interpretación. La laparotomía exploradora está inestable hemodinámicamente o con signps evidentes de le-
indicada cuando el paciente presenta un abdomen agudo, o sión visceral la decisión d~operar es muy clara. Sin embargo,
desarrolla de forma inesperada una falla orgánica o se em- en ausencia de estas indicaciones el cirujano debe recurrir a
peora una falla múltiple sin explicación. La probabilidad de distintas estrategias/y ayudas imaginológicas para determi-
muerte si se practica tratamiento no quirúrgico en pacientes nar la necesidad de una intervención quirúrgica oportuna. El
con falla de múltiples órganos y una infección intrabdominal examen físico y la observación permanente de los pacientes
no drenada es del 100% lo que enfatiza la importancia del traumatizados continúan siendo la principal estrategia para
diagnóstico y tratamiento oportuno. De otra parte, aproxima- la toma de decisiones. La punción abdominal mínima y el
damente el 20% de los pacientes críticamente, enfermos con lavado peritoneal diagnóstico (LPD) son recursos bien es-
criterios para una laparotomía exploradora no tienen una cau- tablecidos, con sus indicaciones, ventajas y desventajas. La
sa intraabdominal demostrada en la intervención quirúrgica tomo grafía computarizada (TC) tiene un papel definido 'en el
con una mortalidad operatoria del 29%. La laparoscopia ha paciente estable y recientemente se ha popularizado el uso
demostrado su utilidad en la toma de decisiones en el enfer- de la ecografía incluso en la sala de urgencias realizada por
mo con dolor abdominal agudo (24) Y su aplicación también el cirujano como ayuda inmediata en la evaluación de los pa-
ha sido descrita en el paciente crítico de la VCP, (25-30). cientes. El desarrollo tecnológico de la laparoscopia en ciru-
Estas series agrupan pocos casos pero claramente presentan gía está cambiando la forma como se diagnostican y tratan
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

las distintas enfermedades y el trauma no es la excepción; la nóstico el método está indicado en los pacientes con heridas
laparoscopia está siendo incorporada rápidamente al arma- en la topografía toracoabdominal para descartar herida de
mentario del cirujano para la evaluación del paciente trauma- diafragma, en otras heridas abdominales por arma cortopun-
tizado. En la tabla 1 se presentan las ventajas y desventajas zante o de fuego para determinar la penetración a la cavidad
de los diferentes recursos de los cuales dispone el cirujano peritoneal y para diagnóstico de heridas cardíacas. Los pa-
para la evaluación de los traumatismos abdominales. cientes con heridas menores de hígado o bazo, es decir con
Villavicencio RG, Aucar JA (32) citan los primeros tra- grado de severidad bajo y sin sangrado o sangrado menor
bajos publicados sobre la aplicación de la laparoscopia en constituyen otro grupo que se beneficia del procedimiento.
trauma, los cuales reportaron su uso en 1924 para determinar Finalmente, puede ser una alternativa terapéutica en casos
la presencia de sangre en la cavidad abdominal después de seleccionados (tabla 2).
traumas abdominales. Pero siguió un período de interrupción
de su utilización por cuanto se llegó a considerar un procedi- Tabla 2. Indicaciones.
miento contraindicado en lesiones abdominales penetrantes
o cuando se sospechaba perforación de víscera hueca por el Pacientes estables hemodinámicamente.
temor a diseminar la infección. En la década de los 70 se re- Diagnóstico de penetración peritoneal en lesiones tangenciales por arma
novó el interés de la laparoscopia como método diagnóstico de fuego.
(33, 34). Posteriormente el desanollo acelerado de la ciru- Diagnóstico de lesión de diafragma en lesiones en la región toracoabdo-
gía videolaparoscópica, del instrumental especializado y de minal.
las diferentes técnicas ha permitido la aplicación general del Diagnóstico de heridas cardíacas.
método endoscópico por parte de los distintos grupos quirúr- Signos equívocos al examen físico.
gicos dedicados a la atención del paciente traumatizado. Evaluación de la severidad de la lesión de órganos sólidos por trauma ce-
Desafortunadamente no hay estudios aleatorizados que rrado y penetrante.
comparen los métodos laparoscópico y abierto en la evalua- Tratamiento específico en casos seleccionados.
ción de los pacientes con trauma abdominal, la mayoría de
informes conesponden a series de casos que han permitido La utilidad de la laparoscopia en el trauma abdominal debe
sugerir que el método endoscópico ha disminuido la realiza- analizarse como prueba de tamización o prueba diagnóstica
ción de laparotomías no terapéuticas (35-37). de lesión o como henamienta terapéutica.
Como prueba de tamización, es decir cuando se usa para
Tabla 1. Recursos para la evaluación en trauma abdominal. Ventajas y des- detectar o excluir algún hallazgo positivo (hemoperitoneo,
ventajas. lesión de un órgano, filtración intestinal, penetración pe-
ritoneal) que indique la necesidad de la realización de una
Recurso Ventajas Desventajas laparotomía en pacientes con trauma cenado de abdomen
Examen físico Disponible, barato, puede No es específico de lesión la laparoscopia presenta una sensibilidad de 90 a 100%, es-
repetirse. por órgano.
pecificidad de 86 a 100% y una precisión de 88 a 100%; y
Lavado peri- Disponible, seguro, barato. Poco específico. Gran
toneal número de laparotomías
en pacientes con trauma penetrante una sensibilidad de 85 a
no terapéuticas. 93%, una especificidad de 73 a 100% y una precisión de 80 a
Punción abdo- Disponible, seguro, barato Poco sensible y específico 100% (32). Como prueba de selección, la laparoscopia logra
minal mínima evitar el 63% de laparotomías en un grupo de 1661 pacientes
Ecografía Diagnóstico de líquido No es específico en lesión de varios reportes de la literatura (32). Sin emb'a.l'go, cuando
libre. por órgano. se pretende determinar con precisión la lesión específica, no
Puede repetirse.
la diagnostica entre el41 % y el 77% de las veces (32).
Tomografía Evaluación Costoso. Necesita medio
retroperitoneal de contraste. Débil para el
Algunos reportes presenta.n la laparoscopia como alterna-
Evaluación de severidad de diagnóstico de lesión de tiva terapéutica en pacientés con trauma abdominal. Antes
lesión de órgano sólido. diafragma y víscera hueca. de recomendar este recurso terapéutico se deberá mejorar
Toracoscopia Evaluación del diafragma y Costoso. Requiere aneste- la sensibilidad de la laparoscopia como prueba diagnóstica
órganos torácicos. sia general. particularmente en las lesiones de vísceras huecas. La mejor
Laparoscopia Diagnóstico de penetración. Costoso. Requiere aneste- indicación como alternativa terapéutica sería en un paciente
Severidad de lesión y even- sia general. estable con herida única y con estructuras lesionadas fácil-
tual tratamiento.
mente accesibles como por ejemplo el diafragma. Otras apli-
caciones son: para utilización de sangre de un hemoperitoneo
Indicaciones para autotransfusión, sutura de lesiones gástricas e intestina-
les, de diafragma, hígado, bazo, hemos tasia de órganos sóli-
Los pacientes candidatos al procedimiento laparoscópico de- dos con agentes tópicos o con electrocaq.terio, colostomías,
ben estar estables hemodinámicamente y no tener indicación colecistectomías, aplicación de drenes y reparo de hernias
para hacer una laparotomía exploradora. Como trabajo diag- diafragmáticas crónicas.
55/ LAPAROSCOPIA EN EL PACIENTE CRíTICO Y TRAUMATIZADO

Técnica La evaluación del retroperitoneo es muy limitada, al punto


que si los estudios imaginológicos sugieren lesión en este es-
En algunos centros de atención de pacientes traumatizados la
pacio, es preferible realizar una laparotomía exploradora.
laparoscopia se realiza en el servicio de urgencias con anes-
tesia local complementada con la administración de mida-
zolam y un opiáceos (38). La realización del procedimiento Aplicaciones en trauma penetrante
bajo anestesia general en el quirófano permite una evaluación Determinación de penetración peritoneal
más completa de la cavidad abdominal, la movilización vis-
La penetración peritoneal de las heridas por arma blanca se ha
ceral y se obtiene la ventaja adicional de los movimientos de
diagnosticado tradicionalmente en algunos centros mediante
la mesa de operaciones. Para evaluar el abdomen alto es me-
la exploración digital de las mismas con excelentes resulta-
jor la posición de Trendelenburg invertida y para la adecuada
dos, otros grupos quirúrgicos lo han hecho con la exploración
inspección de la pelvis la posición de Trendelenburg.
local de la herida con pinzas y separadores. La penetración
Se establece un neumoperitoneo con CO 2 por técnica ce-
con estas técnicas puede ser difícil de verificar con certeza
rrada con la aguja de Veress o con técnica abierta. Esta úl-
en los espacios intercostales, en el dorso o en los flancos de
tima tiene la ventaja de minimizar la posibilidad de lesio-
individuos musculosos o cuando simplemente el paciente no
nes iatrogénicas y debe ser la utilizada cuando el paciente
colabora. En este grupo de pacientes la laparoscopia es per-
en estudio tiene laparotomías previas. Se logra una presión
fectamente adecuada para determinar si la penetración ocu-
intraabdominal de 15 mmHg; presiones mayores disminuyen
rrió porque puede visualizarse la violación real del peritoneo.
el retorno venoso, la presión arterial y el volumen minuto y
En grupos de pacientes estables hemodinámicamente y sin
aumentan la presión inspiratoria pico. Se ha descrito el uso
evidencia de lesión intraperitoneal se ha documentado ausen-
de la laparoscopia sin gases utilizando retractores de la pared
cia de penetración peritoneal en 35% a 49% de los casos (35,
abdominal que permiten además la introducción de instru-
40, 41); estos porcentajes tienen una expresión en la estancia
mentos quirúrgicos convencionales.
hospitalaria como ha sido demostrado por Fabián y colabo-
En la mayoría de los casos se requieren dos puertos de
radores (40). El tiempo de hospitalización de los pacientes
entrada adicionales, que 'se ubican en los flancos, a través de
con laparotomías negativas o no terapéuticas en su grupo de
los cuales se pasan separadores o pinzas de Babcock para la
estudio fue de 6,1 días, mientras que en los pacientes con una
manipulación visceral. Se pueden utilizar telescopios de O o
laparoscopia negativa y sin penetración peritoneal fue de 1,9
30°, estos últimos permiten mejor evaluación del diafragma,
días, lo cual tiene un impacto económico importante. Por otra
hígado y bazo.
parte, la morbimortalidad de las laparotomías no terapéu~ic~s
La inspección de la cavidad abdominal debe hacerse de
implica un alto riesgo para el paciente y le agrega una sIgm-
manera sistemática. La presencia de sangre es la primera in-
ficativa carga financiera al sistema.
dicación de penetración a la cavidad del agente agresor. Si la
En la mayoría de centros de trauma se realiza una laparo-
cavidad abdominal se encuentra limpia la maniobra siguiente
tomía obligatoria en casos de penetrante abdominal por arma
es dirigirse hacia el sitio correspondiente del trauma externo
de fuego dada la alta frecuencia de lesión visceral asociada a
para comprobar su penetración. Luego, se evalúan cuidado-
este tipo de lesiones. Sin embargo, algunos pacientes estables
samente los diafragmas. La inserción posterior de los mis-
hemodinámicamente con trayecto tangencial del proyectil y
mos no es accesible al método endoscópico. Se inspeccionan
sin signos peritoneales pueden no tener penetración perito-
el hígado, la vesícula y la vía biliar; su adecuada exploración
neal. La laparoscopia es indudablemente un método efectivo
requiere el uso de las puertas de entrada adicionales. El si-
para abordar este problema. Sosa y coláb~radores (42) pu~ie­
auiente objetivo es examinar el bazo; su superficie posterior
~o puede examinarse completamente pero la presencia de ron descartar penetración peritoneal en el 65% de los pacIen-
tes de un grupo de 121. Débido a la alta p~obabilidad de ~~e
sangre en el hipocondrio izquierdo sugiere lesión del mis-
exista una lesión visceral si se ha prodUCIdo la penetraclOn
mo o de la inserción del diafragma. La superficie anterior
peritoneal, la mayofía de los autores recomiendan hacer una
de estómago, colon y epiplón se evalúan con facilidad. El
laparotomía si la laparoscopia demuestra penetración del pe-
colon derecho e izquierdo se puede movilizar para observar
ritoneo.
su superficie posterior. Luego se examina la pelvis; los mo-
Hay otros tres posibles papeles para la laparoscopia en
vimientos de la mesa de operaciones facilitan la exploración.
heridas por arma de fuego. El primero consiste en determi-
La evaluación del intestino es incompleta a pesar de la uti-
nar la decisión de realizar una toracotomía o una laparotomía
lización de diversas maniobras para movilizarlo y del uso
cuando se diagnostican lesiones del diafragma en heridas
de instrumental específico para su inspección, pero algunos
en la topografía toracoabdominal. El segundo estriba en la
signos como la presencia de líquido libre sugieren lesión de
evaluación de las heridas por bala de carga múltiple de al-
víscera hueca. La maniobra "running of the bowel" consiste
cance medio a lejano con una dispersión de los perdigones,
en recorrer todo el intestino con pinzas atraumáticas pasán-
y finalmente para evaluar una po~ible lesión por explosión o
dolo de mano a mano examinándolo en toda la circunferencia
contusión por un proyectil de alta velocidad que no ingresa
(39). Para la evaluación del páncreas se accede a la trascavi-
en la cavidad peritoneal.
dad de los epiplones a través del omento mayor.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Zantut LF, Ivatury RR y colaboradores (41) reportaron su Determinación de heridas cardíacas


experiencia con laparoscopia en varios centros de trauma en El 25 % a 30% de los pacientes con heridas de corazón se
510 pacientes estables con trauma abdominal penetrante: 316 encuentran asintomáticos o tienen síntomas no específicos de
con heridas por arma blanca y 194 con lesiones por arma de lesión cardíaca. La evaluación de estos pacientes incluye un
fuego. En e1.54,3% se evitó una laparotomía al descartar la ecocardiograma, una ventana pericárdica subxifoidea o una
penetración peritoneal o por hallazgos no significativos en el ventana pericárdica por toracoscopia. La laparoscopia puede
procedimiento laparoscópico. La incidencia global de laparo- desempeñar un papel en este grupo de pacientes particular-
tomías no terapéuticas fue de 10,2%; realizaron un procedi- mente en quienes se debe descartar en el mismo procedi-
miento terapéutico en 26 de ellos y las pocas complicaciones miento lesiones de diafragma e intraperitoneales (45).
-2%- fueron menores.
Trauma cerrado
Determinación de lesiones de diafragma
Es clara la indicación de intervenir quirúrgicamente al pa-
La región toracoabdominal definida como el área limitada ciente con trauma cerrado abdominal y choque hipovolémico
por los rebordes costales, las puntas de las escápulas por de- o franca irritación peritoneal. Sin embargo, muchos pacien-
trás y los pezones por delante es difícil de evaluar en muchas tes se presentan estables hemodinámicamente y con dudas
ocasiones. La incidencia de lesiones del diafragma por trau- en la valoración abdominal, o tienen asociado un trauma
ma penetrante puede ser hasta de un 40%. Pasar por alto una encefalocraneano o raquimedular; por lo tanto, la decisión
lesión del diafragma puede traer consecuencias desastrosas. de cirugía se vuelve difícil. Son bien conocidas la morbimor-
La mortalidad de las hernias diafragmáticas postraumáticas talidad asociada al retraso en el diagnóstico de una lesión
alcanza el 36%. Por lo tanto, es muy importante establecer el intraabdominal y las complicaciones resultantes de una la-
diagnóstico de una lesión del diafragma y repararla. parotomía no terapéutica. El cirujano debe recurrir entonces
La mayor dificultad diagnóstica se presenta en pacientes a todas las ayudas diagnósticas disponibles para tomar una
con una lesión en el área previamente definida como tora- decisión oportuna e inequívoca cuando se enfrenta a este tipo
coabdominal y que se encuentran ,asintomáticos. En este gru- de pacientes.
po de pacientes, sin indicación quirúrgica inmediata, se han La ecografía abdominal permite predecir la presencia de
utilizado diversos métodos diagnósticos invasivos o no para lesión intraperitoneal al demostrar líquido libre en la cavidad
definir la lesión diafragmática. abdominal. El ultrasonido tiene la ventaja de ser un procedi-
El lavado peritoneal tuvo un amplio uso en la década de miento no invasivo, que se puede llevar a cabo en la sala de ur-
los 80 en el diagnóstico del trauma abdominal. En relación gencias sin desplazar al paciente que tenga algún compromiso
con las heridas toracoabdominales no hay un acuerdo general hemodinámico. Sin embargo, también es inespecífico en cuan-
sobre los criterios de positividad de este estudio. El valor de to a la identificación de lesiones de los diferentes órganos.
glóbulos rojos obtenidos en el líquido del lavado peritoneal Durante la última década la tomo grafía computarizada
se ha considerado positivo cuando está entre 5.000 y 100.000/ se ha convertido en el estudio diagnóstico de elección para
mm. Mientras menos exigente el criterio de positividad se evaluar los pacientes con traumatismos abdominales que se
diagnosticarán más lesiones pero habrá mayor número de fal- encuentren estables. Es un estudio no invasivo con gran exac-
sos positivos. La radiografía simple de tórax, la ecografía y la titud y permite tener información acerca de las estructuras
tomografía computarizada no contribuyen al diagnóstico de retroperitoneales. Es un estudio específico de órgano y per-
las heridas del diafragma. mite el seguimiento del proceso de curación «uando se ha
La exploración digital de la herida por arma blanca para optado por un manejo conservador de lesiones de órganos só-
el diagnóstico precoz de lesiones por arma cortopunzante en lidos. Sus mayores limitaciones sori el mayor tiempo que se
la topografía toracoabdominal tiene un excelente desempeño requiere para hacerla, la necesidad de transportar el paciente
(43). Si no es posible descartar mediante exploración digital al servicio de imaginología :/ la falta de precisión en la iden-
la lesión del diafragma ocasionada por arma blanca, porque tificación de lesiones de vísceras huecas, además de que se
es poca la colaboración del paciente, o porque la herida cho- requiere un radiólogo experimentado para su interpretación.
ca contra las costillas o los cartílagos, o simplemente cuando La laparoscopia como método diagnóstico permite iden-
este método no es concluyente y en las lesiones por arma tificar los pacientes que requieren una intervención quirúr-
de fuego en pacientes asintomáticos con trayecto sospechoso gica así como evitar laparotomías no terapéuticas. Puede ser
de lesionar el diafragma, se debe recurrir a un método en- utilizado además como modalidad de tratamiento en casos
doscópico para confirmar o descartar dicha lesión. Sal vino y seleccionados.
col (38) e Ivatury y col (44) han puesto de manifiesto en sus Townsend y colaboradores (46) demostraron el papel de
trabajos el papel de la laparoscopia en el diagnóstico del trau- la laparoscopia en la selección de pacientes para el manejo
ma toracoabdominal penetrante. La especificidad del método conservador de lesiones de órganos sólidos identificadas pre-
para lesiones del diafragma es del ciento por ciento y la sen- viamente con tomo grafía computarizada.,La ventaja frente a
sibilidad 83%. Su ventaja adicional es permitir la reparación otros métodos diagnósticos, como se ha dicho, consiste en la
del diafragma por vía laparoscópica. capacidad de identificar los pacientes con lesiones intraabdo-
55/ LAPAROSCOPIA EN EL PACIENTE CRíTICO Y TRAUMATIZADO

minales menores que no requieren laparotomía para su mane- en riesgo al someterlos a procedimientos prolongados o al
jo y en la posibilidad de practicar el tratamiento específico de dejar de diagnosticar lesiones con el único propósito de com-
lesiones de órganos sólidos mediante la aplicación por esta pletar el procedimiento quirúrgico por técnicas de invasión
vía (47) de sellantes de fibrina. mínima.

laparoscopia terapéutica Referencias


Hay varios reportes de casos y series clínicas que presentan 1. Flynn, WJ Jr. Papel de la laparoscopia en la unidad de cuidados inten-
sivos. Seminario:'. de cirugía laparoscópica 1996; 3: 16-23.
la laparoscopia como una alternativa para el tratamiento de 2. Ferraris VA. Exporatory laparotomy for potencial abdominal sepsis
lesiones específicas. Se han descrito los siguientes procedi- in patients with multiple-organ failure. Arch Surg 1983; 118: 1130-
mientos: utilización de sangre de un hemoperitoneo para au- 1133.
totransfusión, sutura de lesiones gástricas e intestinales, de 3. Walsh RM, Popovich MJ, Hoadley J. Bedside diagnostic laparoscopy
and peritoneallavage in the intensive care unit. Surg Endosc 1998; 12:
diafragma, hígado, bazo, hemostasia de órganos sólidos con
1405-1409.
agentes tópicos o con electrocauterio, colostomías, colecis- 4. O'Malley C, Cunningham AJ. Physiologic changes during laparosco-
tectomías, aplicación de drenes y reparación de hernias dia- py. Anesthesiol Clin North Am 2001; 19: 1-19.
fragmáticas crónica (47-49). Debe considerarse como una al- 5. McLaughlin JG, Scheeres DE, Dean RJ, Bonnell BW. The adverse
hemodynamic effects of laparoscopic cholecystectomy. Surg Endosc
ternativa sólo en casos seleccionados, requiere entrenamiento
1995; 9: 121-124.
en técnicas avanzadas y no se ha demostrado beneficio algu- 6. Dorsay DA, Greene FL, Baysinger CL. Hemodynamic changes during
no sobre los procedimientos abiertos convencionales. laparoscopic cholecystectomy monitored with esophageal echocar-
diography. Surg Endosc 1995; 9: 128-134.
7. Moa SM, Quinn JV, Slotman GJ. Hemodynamic effects of carbon
Contraindicaciones dioxide pneumoperitoneum during mechanical ventilation and posi-
tive end expiratory pressure. J Trauma 1993; 35: 613-618.
Los pacientes con trauma abdominal e inestabilidad hemodi-
8. Loder WA, Minnich M, Brotman S. Hemodynamic effects of laparos-
námica deben ser intervenidos mediante laparotomía; igual- copic cholecystectomy. Am Surg 1994; 60: 322-325.
mente los pacientes estables con lesiones complejas o de 9. Josephs LG, Este-McDonald JR, Birkett DH, Hirsh EF. Diagnostic lapa-
múltiples órganos. I
roscopy increases intracraneal pressures. J Trauma 1994; 36: 815-819.
10. Este-McDonald JR. Josephs LG, Birkett DH et al. Changes in intra-
Cuando hay trauma craneoencefálico asociado no debe
craneal pressure associated with apneumic retractors. Arch Surg 1995;
realizarse laparoscopia con neumoperitoneo porque se ele- 130: 362-366.
va la presión intracraneana resultado de la disminución del 11. Kubota K, Kajura N, Teruya M, et al. Alterations in respiratory
retorno venoso por la hipertensión intraabdominal y por el function and hemodynamics during laparoscopic cholecystectomy
under pneumoperitoneum. Surg Endosc 1993; 7: 500-504.
aumento de la presión parcial de CO 2 •
12. Araki K, Namikawa K, Yamamoto H, Mizutani J, Doiguchi M, Arai
En pacientes con lesiones pulmonares asociadas severas y M, et al. Abdominal wall retraction during laparoscopic cholecystec-
que requieren altas presiones positivas la absorción de CO 2 tomy. World J Surg 1993; l7: 105-107.
y la hipertensión intraabdominal pueden tener efectos dele- 13. Geis WP, Kim He. Use of laparoscopy in the diagnosis and treatment
of patients with surgical abdominal sepsis.Surg Endosc 1995; 9: 178-
téreos, por tanto esta condición debe considerarse como una
182.
contraindicación (48). 14. Pecoraro AP, Cacchione RN, Sayad P, Williams ME, Ferzli GS. The
routine use of diagnostic laparoscopy in the intensive care unit. Surg
Complicaciones Endosc 2001; 15: 638-641.
15. Rehm CG. Bedside laparoscopy. Crit Care Clin 2000; 16: 101-111.
Los procedimientos laparoscópicos comparten algunas com- 16. Barba CA. The intensive care unit as aq. operating room. Surg Clin
North Am 2000; 80: 957-973. ' '"
plicaciones de los procedimientos abiertos como infección del
17. Cornwell EE, Rodríguez f:.., Mirvis SE, Short RM. Acute acalculous
sitio operatorio y formación de adherencias. Además tienen colecistitis in critically injured patients. Preoperative diagnostic ima-
algunas complicaciones inherentes al procedimiento como son ging. Ann Surg 1989; 210: 52-55.
las lesiones viscerales, lesiones no diagnosticadas, embolia aé- 18. Flancoaum L, M¡:tjerus TC, Cox EF. Acute posttraumatic acalculous
cholecystitis. Am J Surg 1985; 150: 252-256.
rea, compromiso hemodinámico, neumotórax a tensión o neu-
19. Mirvis SE, Vainright JR, Nelson AW, Johnston GS, Shorr R, Rodri-
mopericardio cuando hay herida del diafragma (48). guez A et al. The diagnosis of acute cholecystitis: A comparison of
sonography, scintigraphy and CT. AJR 1986; 147: 1171-1175.
Conclusiones 20. Shuman WP, Rogers JV, Rudd TG, Mack LA, Plumley T, Larson EB.
Low sensitivity of sonography and cholescintigraphy in acalculous
La laparoscopia en trauma tiene un papel en un grupo se- cholecystitis. AJR 1984; 132: 531-534.
21. Brandt CP, Priebe PP, Jacobs DG. Value oflaparoscopy in trauma ICU
leccionado de pacientes estables hemodinámicamente. Tiene
patients with suspected acute acalculous cholecystitis. Surg Endosc
un excelente desempeño en la evaluación de las heridas de 1994; 8: 361-365.
diafragma en pacientes con lesiones en la topografía abdomi- 22. Ivatury RR, Simon RJ, Weksler B, Bayard V, Stahl WM. A critical
nal o con trauma cerrado y en la evaluación de penetración evaluation of laparoscopy in penetrating abdominal trauma. J Trauma
1993; 34: 822-828.
peritoneal.
23. Livingston D, Tortella B, Blackwbod J, Machiedo GW, Rush BF Jr.
Como tratamiento, la laparoscopia está indicada en pa- The role of laparoscopy in abdominal trauma. J Trauma 1992; 33:
cientes seleccionados pero no deben ponerse los pacientes 471-475.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

24. Morales CH. Laparoscopia en abdomen agudo. En: Olarte F, Aristi- 38. Salvino CK, Exposito TJ, Marshall WJ, Dries DJ, Morris RC, Gamelli
zábal H, Botero M, Restrepo J. Cirugía. Abdomen agudo. Editorial RL. The role of diagnostic laparoscopy in the management of trauma
Universidad de Antioquia. Medellín 1998; 627-636. patients: a preliminary assesment. J Trauma 1993; 34: 506-515.
25. Almeida J, Sleeman D, Sossa JL, Puente 1, McKenney M, Martin L. 39. Goettler CE, Bard MR, Toschlog EA. Laparoscopy in trauma. Cun
Acalculous cholecystitis: the use of diagnostic laparoscopy. J Lapa- Surg 2004; 61: 554-559.
roendosc Surg 1995; 5: 227-231. 40. Fabian TC, Croce MA, Stewart RM, Pitchard FE, Minard G, Kudsk
26. Orlando R, Crowell KL. Laparoscopy in the critically ill. Surg Endosc KA. A prospective analysis of diagnostie laparoscopy in trauma. Ann
1997; 11: 1072-1074. Surg 1993; 215: 557-565.
27. Yang HK, Hodgson WJ. Laparoscopic cholecystostomy for acute 41. Zantut LF, Ivatury RR, Smith RJ, Kawasara NT, Porter JM, Fry WR,
acalculous cholecystitis. Surg Endosc 1996; 10: 673-675. et al. Diagnostic and therapeutie laparoscopy for penetrating abdomi-
28. Kelly JJ, Puyana JC, Callery MP, Yood SM, Sandor A, Litwin DEM. nal trauma: a multicenter experience. J Trauma 1997; 43: 624-643.
The feasibility and accuracy of diagnostic laparoscopy in the septic 42. Sosa JL, AITillaga A, Puente 1, Sieeman D, Ginzburg E, Martín L.
ICU patient. Surg Endos 2000; 14: 617-621. Laparoscopy in 121 conseeutive patients with abdominal gunshot
29. lberti TJ, Salky BA, Onofrey D. Use ofbedside laparoscopy to identi- wounds. J Trauma 1995; 39: 501-506.
fy intestinal isquemia in postoperative cases of aortic reconstruction. 43. Morales CH, Villegas MI, Angel W, Vasquez JJ. Value of digital explo-
Surgery 1989; 105: 686-689. ration for diagnosing injuries to the left side of the diaphragm caused
30. Gagné DJ, Malay MB, Hogle NJ, Fowler DL. Bedside diagnostic mi- by stab wounds. Areh Surg 2001; 136: 1131-1135.
nilaparoscopy in the intensive care patient. Surgery 2002; 131 :491- 44. Ivatury RR, Simon RJ, Weksler B, Bayard U, Stahl WM. Laparoscopy
496. in the evaluation of the intrathoracic abdomen after penetrating injury.
31. Weigelt JA, Kingman RG. Complications of negative laparotomy for JTrauma 1992; 23: 101-109.
trauma. Am J Surg 1988; 156: 544-547. 45. Grewal H, Ivatury RR, Divaker M, Simon RJ, Rohman M. Evaluation
32. Villavicencio RT, Aucar JA. Analysis of laparoscopy in trauma. J Am of subxiphoid pericardial window used in the detection of occult ear-
Coll Surg 1999; 189: 11-20. diac injury. Injury 1995; 26: 305-310.
33. Gazzaniga AB, Stanton WW, Bartlet RH. Laparoscopy in the diagno- 46. Townsend MC, Flancbaum L, Choban PS, Cloutier ChT. Diagnostie
sis of blunt and penetrating injuries to the abdomen. Am J Surg 1976; laparoscopy as an adjunt to seleetive eonservative management of so-
131: 315-318. lid organ injuries after blunt abdominal trauma. J Trauma 1993: 35:
34. Carnevale N, Baron N, Delaney HM. Peritoneoscopy as an aid in the 647-653.
diagnosis of abdominal trauma: a preliminary reporto J Trauma 1977: 47. Chen RJ, Fang JF, Lin BC, Hsu YB, Kao JL, Kao Yc' Selective apli-
634-641. cation of laparoseopy and fibrin glue in the failure of nonoperative
35. Ivatury RR, Simon RJ, Stahl WM. A critical evaluation oflaparoscopy management of blunt hepatie trauma. J Trauma 1998; 44: 691-695.
in penetrating abdominal trauma. JTrauma 1993; 34: 822-828. 48. Choi YB, Lim KS. Therapeutic laparoscopic for abdominal trauma.
36. Livingston DH, Tortella BJ, Blackwood G, Rush BF,Jr. The role of Surg Endose 2003; 17: 421-427.
laparoseopy in abdominal trauma. J Trauma 1992; 33 (3): 471-475. 49. Mathonnet M, Peyrou P, Gainant A, Bouvier S, Cubertafond P. Role
37. Simon RJ, Rabin J, Kuhls D. Impact of increased use oflaparoscopy of laparoscopy in blunt perforationsof the small bowel. Surg Endose
on negative laparotomy rates after penetrating trauma. J Trauma 2002; 2003; 17: 641-645.
53: 297-302.
IMÁGEN N STICAS N LA UNI D
el I NSIV S y N PACIE
CON TRAUMA
José Abella, MD; Luis Fernando Castillo, MD; Orlando Gómez, MD; Ana María Granados, MD;
Alfonso Holguín, MD; Mauricio Mejía, MD

en todas sus modalidades. En un escenario típico, los pacien-


tes críticos tienen, para empezar, grandes limitaciones para
ser transportados al servicio de imágenes diagnósticas. Su
estabilidad hemodinámica y su soporte ventilatorio requie-
ren de un gran despliegue técnico de ventiladores portátiles y
bombas de infusión, junto con el personal de apoyo entrena-
do en su funcionamiento.
La calidad de los estudios es, en la mayoría de los casos,
de calidad inferior a los realizados a otro tipo de pacientes.
Son múltiples las causas de esto:
1. Son pacientes que presentan dificultades para'cumplir ór-
denes sencillas como mantener una apnea o permanecer
inmóviles durante el tiempo de estudio.
2. El aporte hidroelectrolítico positivo que reciben genera
edema de tejidos blandos generalizado que, no sólo los
hace más pesados y difíciles de manipular, sino que impli-
ca que las técnicas usadas de rutina para la obtención de
las imágenes sean insuficientes y tengamos que recurrir a
parámetros con mayor dosis de radiación.
3. Su mayor volumen limita en ocasiones su paso por el tú-
nel de examen del escanógrafo y/o resonador.
Los pacientes politraumatizados y los pacientes de las salas 4. La necesidad de tener equipos de soporte y monitoreo
de cuidado crítico comparten una característica que los hace que sean compatibles para ser usados dentro de un campo
únicos con relación al uso de las imágenes diagnósticas: se magnético alto, cuando se requiera de resonancia magné-
requiere de un diagnóstico preciso, realizado en forma rápida tica (RM).
y por lo general en pacientes con pocas posibilidades de seguir 5. La acumulación de líquido en el tejido celular subcutáneo,
órdenes o colocarse en posiciones necesarias para los estudios la presencia de íleo reflejo y la limitación para acceder a
de rutina. Por tal motivo, el impacto de los desarrollos tecno- zonas de exploración libres de complesas, heridas quirúr-
lógicos en las imágenes diagnósticas modernas ha sido mayor gicas, ostomías, tubos de drenaje y de1,11ás elementos de
en estos escenarios. El objetivo de este capítulo es ofrecer una monitoreo colocados sobre la piel del paciente hacen que
guía práctica para comprender la utilidad de cada uno de los los estudios eco gráficos tengan pocas ventanas acústicas
métodos de imágenes diagnósticas actuales en las patologías y de mala calidacl.
más importantes que se puedan enfrentar en el área de cuidado
intensivo y en los pacientes traumatizados en urgencias. Para Es por este motivo que los datos publicados en la literatura
tal efecto dividiremos el capítulo en tres secciones: una intro- con relación al valor diagnóstico de los diferentes métodos
ducción general sobre los diferentes métodos de examen por de imagen, no son del todo extrapolables al paciente crítico.
imágenes diagnósticas, una sección de aplicaciones en cuida- Con esto en mente hemos querido dar unas pautas de estu-
do intensivo y la última dedicada al uso de estas técnicas en el dio basadas, no sólo en datos estadísticos, sino también en el
paciente politraumatizado en urgencias. conocimiento básico de las fortalezas y debilidades de cada
técnica de estudio por imágenes diagnósticas.
Introducción
Radiología convencional
El paciente en la unidad de cuidados intensivos (VCI) se en-
cuentra en una situación clínica que lo convierte en todo un Las imágenes obtenidas con radiología convencional son el
reto para la realización de estudios de imágenes diagnósticas producto de la cantidad de rayos X que logren atravesar una
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

región corporal a estudiar, hecho que depende a su vez de la degradando la calidad de las imágenes; los pacientes con
densidad de los diferentes tejidos que la componen. distensión de asas intestinales por íleo reflejo reducen el nú-
Estas diferencias de penetración de los rayos X quedan mero de ventanas acústicas para evaluar el abdomen, y los
plasmadas en una película con cristales radiosensibles que, apósitos, tubos de drenaje, heridas quirúrgicas y elementos
al ser revelada, genera la radiografía que tanto estamos acos- de monitoreo reducen aún más la cantidad de sitios asequi-
tumbrados a ver. Sin embargo, en su paso por los diferentes bles para obtener imágenes confiables del abdomen y pelvis,
tejidos del cuerpo, los rayos X con menor energía chocan pudiéndose examinar el abdomen solamente en forma seg-
con los átomos más densos y producen otra serie de radia- mentada y poco confiable.
ciones dispersas que no contribuyen a formar la imagen pero Estas limitan tes son importantes para el análisis doppler
que sí tienen un efecto de velo que deteriora la calidad de la de los vasos abdominales y pélvicos, en donde usualmente
imagen. se logra visualizar sólo porciones separadas de un vaso abdo-
Esta radiación secundaria es filtrada en los equipos de ra- mino-pélvico determinado. Los accesos vasculares en cuello
diología fijos con un mecanismo llamado Bucky, el cual no pueden ser una limitante para el estudio completo de los va-
es portátil y por lo tanto no actúa cuando se toman las radio- sos carotídeos, pero en general no hay tantas dificultades para
grafías portátiles, como sucede en los pacientes críticos que evaluar el cuello o las extremidades.
no se pueden trasladar al servicio de radiología. Es por esta
razón física, que las radiografías de regiones corporales con Tomografía computarizada
una alta densidad, tomadas con equipos portátiles, usualmen- Los cortes tomo gráficos que se obtienen en escanografía ob-
te no aportan un mayor valor diagnóstico puesto que la gran vian las limitaciones descritas de interposición de asas intes-
cantidad de radiación secundaria produce radiografías grises tinales, heridas quirúrgicas, ostomías o la misma superposi-
y poco contrastadas. ción de varias estructuras anatómicas que generan imágenes
Quizás las placas de tórax y del esqueleto apendicular dis- complejas en radiología convencional, dándonos así unas
tal, son las únicas en las cuales se puede esperar algún valor imágenes con un campo visual amplio y con una clara dife-
diagnóstico confiable. renciación topográfica de los diferentes órganos presentes en
el sitio del corte.
Ecografía y doppler La tomo grafía axial computarizada (TAC) utiliza las mis-
El principio físico de la formación de imágenes por ultrasoni- mas diferencias en densidad de los tejidos que atenúan los
do es el mismo utilizado por los radares, en donde una onda rayos X generados por un tubo de rayos que rota alrededor
de sonido, a una frecuencia determinada, es emitida por el del paciente, el cual se encuentra inmóvil sobre la mesa del
transductor, luego atraviesa una región anatómica definida en equipo. Los rayos que logran atravesar el área anatómica
donde hay tejidos con diferentes capacidades de absorción seleccionada son captados por un detector extremadamente
y reflexión del sonido. Una vez la onda sonora choca con el sensible, que a su vez transmite esa información a un com-
tejido, ésta es reflejada en una proporción que depende de putador que transforma el valor de densidad en. tonos de gri-
ese tejido en particular, y por lo tanto, diferentes cantidades ses que, según su ubicación espacial en el corte, .generan una
de sonido regresan al transductor que ahora actúa como un imagen conespondiente a un corte transversal del área estu-
receptor. diada del paciente.
Esas diferencias son representadas gráficamente en tonos Inicialmente, los equipos de escanografía convencional
de grises que generan la imagen ecográfica que estamos en- hacían un corte a la vez (un solo giro del tubo de rayos X),
trenados para interpretar. Para que se puedan producir imá- movían la mesa del paciente en una distancia determinada, y
'.

genes con calidad diagnóstica, el sonido debe tener una vía hacían otro corte, repitiendo este proceso en forma sucesiva
de entrada y de salida que sea susceptible de ser transitada hasta completar toda el área que· se deseaba examinar. Éste
por las ondas sonoras sin que sean bloqueadas por comple- era un proceso lento pues ¡el tubo generador de rayos X se
to (como el hueso), o dispersadas completamente (como el sobrecalentaba con frecuencia. Además existía una limitante
aire). También la profundidad del órgano a estudiar influye en el grosor de tejido que se podía estudiar en cada corte.
en la calidad de la imagen pues, entre más profundo éste, se Con el desarrollo de la tecnología que permitió separar
requiere de una menor frecuencia de onda, lo cual es inver- el mecanismo intrínseco de desplazamiento de la mesa de
samente proporcional a la resolución de la imagen. Es decir, examen del cuerpo del escanógrafo (en donde se encuentra el
a mayor frecuencia de onda, mayor resolución pero menor tubo y los detectores en rotación), se construyeron los equi-
capacidad de penetración de los tejidos, y viceversa. pos de tipo helicoidal o espiral. Con este avance tecnológico,
Como se mencionó previamente, los pacientes de la UCI la mesa se desplaza a una velocidad predeterminada, mien-
tienen varios factores que limitan la posibilidad de ser estu- tras el tubo y el detector giran simultáneamente sin detenerse
diados por ecografía, echando al traste las grandes ventajas hasta completar la exploración programada. De tal forma,
de ser un estudio que no usa radiación y que puede ser fá- el equipo recibe una gran cantidad de dátos que reflejan un
cilmente realizado en forma portátil. Los pacientes edema- volumen de tejido, no solamente una tajada como con la tec-
tizados generan un mayor grosor de tejido para atravesar, nología previa. Con técnicas de posproceso, se secciona este
56/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

volumen en cortes de grosor deseado. Esta técnica helicoidal estudios de radiología convencional, tiene el riesgo potencial
permitió hacer exploraciones mucho más rápidas y reducir el de nefrotoxicidad o reacción alérgica del medio de contraste
grosor de corte hasta 2-3 mm, lo cual se traduce en imágenes yodado y requiere que los pacientes permanezcan inmóviles
de mayor detalle anatómico. Sin embargo, estos tubos tienen durante el tiempo de examen, muchas veces inclusive, en, ap-
limitantes de sobrecalentamiento que restringen la extensión nea para evitar los artificios por movimientos respiratOlios.
del área a estudiar. Es importante conocer las limitaciones en peso del equipo
Existe una relación inversa entre la resolución anatómica que se dispone en el servicio de radiología pues en pacientes
y qué tanta extensión del cuerpo se puede estudiar antes que con sobre peso, se puede producir un daño serio del sistema
se caliente el tubo: si se desean cortes muy finos, no se alcan- de desplazamiento de la mesa.
za a cubrir mucha extensión en sentido céfalo caudal, y si se
desea cubrir una zona amplia hay que reconstruir cortes más Medios de contraste
gruesos con menor resolución. Con el fin de maximizar las diferencias en densidad de las dife-
Los escanógrafos con tecnología multicorte realmente han rentes estructuras en un determinado corte, y al mismo tiempo
revolucionado esta área de las imágenes diagnósticas, pues con resaltar los cambios patológicos que se producen en estos teji-
estos equipos, con cada giro del tubo de rayos X, ya no hay dos, se utiliza medio de contraste yodado por vía endovenosa.
un solo detector que captura las diferencias de atenuación de Este medio permite identificar estructuras vasculares ar-
la radiación, sino que hay varias filas de detectores (hasta 64 teriales y venosas, y genera diferencias visibles y cuantifica-
en los equipos más modernos), que significa que un tubo tiene bles en los diferentes órganos, basados en su tasa de capta-
que hacer menor número de giros para cubrir una distancia de- ción del contraste. Los tejidos con mayor número de vasos,
terminada, comparado con los equipos helicoidales de detector como los tejidos neovascularizados, o las zonas de hiperemia
único. Esto se traduce en dos beneficios invaluables: con vaso dilatación y mayor paso de las moléculas de yodo
1. La posibilidad de cubrir áreas anatómicas muy extensas al tejido intersticial, son caracterizados por un mayor realce
en forma extremadamente veloz (p. ej. un abdomen y pel- durante la administración del medio yodado. En los estudios
vis en menos de 10 segundos) de abdomen y pelvis, es ideal poder identificar las estructuras
2. Reducir el grosor del ¿orte a rangos submilimétricos (0,75 del tracto gastrointestinal mediante la administración por vía
mm en un escanográfo de 16 detectores, 0,4 mm en uno de oral de otro medio de contraste, que puede ser a base de yodo
64 detectores). Las implicaciones clínicas de estos avan- o de bario diluido.
ces se traducen en que ahora es factible capturar el paso Hay excepciones para la administración de medio de con-
de un bolo de medio de contraste durante su tránsito por traste, descritas a continuación:
el árbol arterial en forma selectiva, cubriendo zonas muy Es recomendable no administrar medio de contraste yoda-
amplias del cuerpo, que pueden ir desde el tórax hasta la do cuando el paciente tiene antecedentes claros de reac-
planta de los pies, en una sola exploración y sin recalenta- ción alérgica severa a los contrastes yodados o historia re-
miento del tubo generador de rayos X. ciente de asma bronquial. En casos cuyo beneficio clínico
justifique el riesgo, y no existan otras ,opciones diagnósti-
La resolución anatómica en el plano de corte no sólo es exqui- cas, se debe utilizar un esquema de profilaxis y realizar el
sita, sino que al realizar cortes tan delgados, es posible enton- estudio bajo la supervisión de un anestesiólogo.
ces tener imágenes de igual resolución desde cualquier plano En pacientes con función renal diminuida o con factores
que queramos visualizar al paciente, Es decir, son imágenes de riesgo como la diabetes, deshid~atación, hipotensión,
isotrópicas, que mediante técnicas de procesamiento gráfico edad mayor de 75 años o riñón únlüQ. es recomendable
sofisticado, pueden ser representadas como reconstrucciones tener una creatinina sé,rica previa al estudio. Si ésta se
multilplanares (es decir en 2D) o volumétricas (3D) que a su encuentra por encima 'del límite normal, y es absoluta-
vez son susceptibles de ser rotadas en el espacio al gusto del mente necesario ¡,utilizar el medio de contraste, se debe
observador. La cantidad y la calidad de la información que se usar un medio no iónico y en la medida de lo posible, del
logra transmitir al médico remitente con solo varias imáge- tipo hipo o iso-osmolar. También se recomienda utilizar
nes, hace que la comunicación entre el radiólogo y el clínico algún esquema de nefroprotección previa, principalmen-
sea más completa y sobre todo más veloz. te usando hidratación previa y posterior al procedimiento
En las diferentes secciones de este capítulo tocaremos algu- (1). Otra alternativa es recunir a la resonancia magnética
nas de las aplicaciones de esta tecnología en situaciones espe- como alternativa diagnóstica.
cíficas del área de cuidado intensivo. Sin embargo, es impor- Cuando se sospeche perforación intestinal, es preferible
tante anotar sobre el impacto benéfico que estos estudios tan usar medio de contraste oral a base de una sustancia yoda-
veloces en su adquisición tiene en pacientes críticos en donde da hidro soluble al 2-5% y evitar la utilización de medios
su traslado y permanencia en el servicio de imágenes diagnós- a base de sulfato de bario que pueden ser extremadamente
ticas generan situaciones de riesgo para su estabilidad. initantes para el peritoneo.
El TAC tiene varias desventajas. Es un método que uti- Hay pacientes que no toleran ia vía oral (p. ej. obstruidos)
liza dosis de radiación significativamente mayores que los o por la necesidad de mantener un ayuno dada la posibi-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

lidad de un evento anestésico cercano, se puede obviar el de TI, el gadolinio se ve brillante lo cual facilita su detec-
uso del contraste oral para los. estudios abdominales. El ción. Estos compuestos tienen la gran ventaja que no son ne-
contraste negativo del líquido intraluminal sirve para re- frotóxicos, lo que los convierte en una excelente alternativa
saltar la pared de tracto gastrointestinal, sobre todo cuan- para aquellos pacientes con función renal alterada. Es a su
do se logra un realce de la pared intestinal durante la fase vez, una opción para los pacientes con alergias al medio de
, dinámica con el contraste endovenoso, como sucede con contraste yodado, puesto que su tasa de reacciones alérgicas
los equipos multidetectores actuales. es inferior al 1%.
Para los estudios angiográficos de abdomen y pelvis, se Aunque han existido muchos intentos por encontrar un
recomienda no usar el medio de contraste oral, con el fin medio de contraste oral efectivo, en general se acepta que el
de evitar que éste interfiera con las reconstrucciones tridi- líquido intestinal normal (o en su defecto, el agua), es sufi-
mensionales. ciente para identificar las asas intestinales de las demás es-
Ante la sospecha de isquemia mesentérica, tampoco se tructuras intraabdominales.
debe utilizar contraste oral, puesto que el aumento en la Estos son algunos de los casos en los cuales se pudiera
densidad de la luz intestinal puede dificultar la percepción necesitar el uso de gadolinio endovenoso:
visual de los cambios en el realce de la pared intestinal. Cuando haya sospecha de un proceso infeccioso.
En la mayoría de casos de lesiones tumorales, en especial
Resonancia magnética aquellas de SNC, hígado, páncreas, riñones y tracto urina-
La resonancia magnética genera imágenes basándose en la rio, al igual que en cabeza y cuello.
diferencias de comportamiento de los protones de hidrógeno En la evaluación de pacientes posquirúrgicos de columna.
corporales, los cuales, al ser colocados en un campo magné- Para poder realizar angiografías por resonancia, con la ex-
tico externo y sometidos a pulsos de radiofrecuencia, emiten cepción de las angiografías cerebrales en las cuales se usa
unas señales de radiofrecuencia características para cada tipo la técnica de "tiempo de vuelo" en donde las imágenes se
de tejido. La gran ventaja de la RM es que no utiliza radia- generan sólo por el flujo presente en los vasos.
ción y tiene una excelente capacidad para diferenciar un te- En los estudios de perfusión y viabilidad miocárdica.
jido del otro, es decir, tiene una alta resolución de contraste.
Debido a avances en la tecnología de las antenas que captan Cuidado intensivo
las señales producidas por los tejidos, así como los gradientes Tórax
magnéticos utilizados, hoy en día hay equipos con capacidad
La radiografía portátil del tórax es el método de evaluación
de hacer estudios más veloces y con mayor detalle anatómi-
por excelencia en pacientes críticos en la unidad de cuidado
co, lo cual lo convierte en un método atractivo para algunos
intensivo. Esto se debe a la posibilidad de tomar el estudio
pacientes de VCI.
de forma portátil, a la alta diferenciación de las estructuras
El mayor problema que enfrentan los pacientes críticos,
intratorácicas debido al aire presente en los pulmones y a la
para poder ser evaluados por RM, es la gran dificultad que
capacidad para identificar la posición de elementos de mo-
existe para monitorizar sus signos vitales y permitir la infu-
nitoría invasiva, tubos de toracostomía, tubos de' acceso a la
sión de medicamentos que requieran de bombas de infusión,
vía aérea, catéteres vasculares y sondas de alimentación. Sin
pues los mecanismos de funcionamiento de éstos corren el
embargo como se expuso, hay factores técnicos y fisiológicos
riesgo de sufrir un daño importante debido al efecto que tiene
que disminuyen el rendimiento diagnóstico con relación a
un campo magnético tan fuerte sobre ellos.
una radiografía tomada en forma convencionab Los factores
Por fortuna, hay monitores que cuentan con una tecnolo-
técnicos se deben a: ",
gía inalámbrica que les permite ser utilizados en un ambiente
Que la posición portátil es tomada en sentido anteroposte-
como el de un resonador. También es prudente recordar que,
rior, magnificando el tamaño de la silueta cardioaórtica.
aunque los pacientes con marcapasos están contraindicados
Es frecuente la presencia/de grados variables de rotación,
para entrar en un campo magnético de éstos, hay algunos ca-
inspiración insuficiente y orientación apicolordótica.
sos en los cuales los electro fisiólogos cardíacos autorizan y
La técnica radiológica es variable con placas disímiles en
monitorizan la realización del estudio.
penetración de una toma a otra.
No se ha demostrado que la RM produzca efectos adversos
La posición de tubos y cables de monitoría al igual que de
sobre el feto, sin embargo es recomendable no realizar el es-
la escápula.
tudio en mujeres en embarazo que se encuentren en el primer
trimestre, a menos que el beneficio clínico así lo amerite.
Los factores fisiológicos son los siguientes:
Redistribución de flujo sanguíneo con pérdida de las dife-
Medios de contraste
rencias normales del calibre de las venas apicales y de las
Los medios de contraste endovenosos para RM están basados venas basales (pasan de una relaciónI: 3 a 1: 1)
en sales de gadolinio, el cual es un metal pesado que produce Ensanchamiento del mediastino superior por ingurgita-
un acortamiento del tiempo del TI de los tejidos a los cuales ción de la vena cava superior.
llegue la molécula. Es decir, en las secuencias con contraste
S6/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

Desplazamiento del líquido pleural hacia zona posterior, SDRA VS. edema pulmonar
eliminando el signo del borramiento del ángulo costo dia-
Desde el punto de vista fisiopatológico y radiológico, ana-
fragmático, como hallazgo precoz del delTame pleural.
lizm'emos los hallazgos imagenológicos en dos categorías:
edema pulmonm' producido por el aumento en la presión hi-
Según el consenso del Colegio Americano de Radiología se
drostática, y el edema secundario en aumento en la permeabi-
debe realizar una radiografía de tórax portátil a un paciente
lidad alveolm·.
en la UCI con la siguiente frecuencia (1):
En pacientes cardíacos, clínicamente estables, solamente
Edema pulmonar por aumento de la presión
al ingreso a menos que exista un cambio en su condición
hidrostática
clínica.
En pacientes con compromiso cardiovascular agudo o pacien- Este patrón radiológico se presenta en casos de edema car-
tes con ventilación mecánica, requieren de una placa diaria. diogénico y por sobrecarga hídrica, principalmente el au-
Cualquier cambio o colocación de elementos invasivos de mento de la presión hidrostática en los capilares alveolares
soporte o monitoreo, requiere de una placa de control pos- desequilibra la ecuación de Sterling, produciendo un aumen-
terior al procedimiento. to del paso del líquido intravascular al espacio intersticial.
Esto se manifiesta desde el punto de vista imagenológico por
La detección de neumotórax en los pacientes de UCI es con- engrosamiento y pérdida de la nitidez de los contornos del in-
sideátblemente más difícil debido a todos los factores técnicos tersticio peribroncovascular, engrosamiento de los septos in-
descritos previamente, con una tasa de hasta un 30% de casos terlobulillares y aumento de la filtración a través de linfáticos
no detectados en las placas portátiles en supino. Esto se debe a centrales y pleurales. Los signos radiológicos de esta etapa
que la distribución del aire extrapulmonar puede localizarse en inicial de edema, en fase intersticial, son los siguientes:
áreas atípicas produciendo signos sutiles que pasan desaper- 1. Engrosamiento de los manguitos peribronquiales (RX, CT)
cibidos si no se buscan intencionalmente. El aire localizado 2. Pobre definición de los contornos de bronquios y vasos
hacia las regiones paramediastinales anterior o posterior sólo parahiliares
se detecta por la acentua~ión en la nitidez del borde cardíaco, 3. Líneas septales, líneas Kerley B (RX). Engrosamiento de los
mediastinal, diafragmático, del cojinete graso cardiofrénico o septos interlobulillares y del intersticio subpleural (CT)
de la línea paravertebral. La importancia clínica radica en que 4. Líquido pleural en cisuras o recesos pleurales (RX CT)
estos neumotórax suelen progresar y ser clínicamente relevan- 5. Aparición de infiltrados en "vidrio esmerilado" lo cual se
tes, sobre todo en pacientes ventilados. Inclusive, en pacientes distribuye en sitios más declives de ambos pulmones.
con SDRA, es un factor que se asocia con una mayor tasa de
mortalidad, y estmia indicado el uso del TAC si existen dudas En la medida que la presión hidrostática aumenta (> 25 mmHg)
al respecto. El colapso pulmonar o el desplazamiento del me- el líquido intersticial desborda los mecanismos de control e
diastino no son signos específicos de neumotórax a tensión. Se inunda el espacio alveolar ocupando el espacio aéreo. Es aquí
deben buscar los siguientes signos (1): cuando aparecen los signos de consolidación alveolar.
Rectificación del contorno cardíaco 1. Infiltrados alveolares (moteados, mal definidos) distribui-
Desplazamiento de la línea de la vena cava superior dos en la región central y áreas declines de los pulmones
Aplanamiento del diafragma (anteriores y basales)
Aumento de la amplitud de los espacios intercostales 2. Coalescen formando áreas de consolidación (broncogra-
Desplazamiento de la línea pleura-acigos-esofágica. ma aéreo) "
3. Mezcla de vidrio esmerilado, engrosanuento de septos in-
Cuando hay disparidad entre los hallazgos radiológicos y la terlobulillares, con zonas de consolidaciones en los sitios
evolución clínica, o si existen imágenes indeterminadas en la declives del pulmón (CT).
radiografía portátil, es necesm'io reculTir a la tomografía com-
putada como método diagnóstico más preciso. Si el problema En ocasiones, la distribución de los infiltrados puede ser asi-
clínico se centra exclusivamente en el parénquima pulmonar métrica dependiendo de la posición del paciente o de la pre-
es posible hacer el TAC sin medio de contraste endovenoso sencia de patologías pulmonares preexistentes como lo puede
ya que el contraste natural lo da el aire presente en el pulmón. ser la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Si se desea evaluar el mediastino y su contenido al igual que La distribución en "alas de mariposa" es poco frecuente
la presencia de inflamación pleural, se debe usar medio de observándose en un 10% en los pacientes. En un estudio rea-
contraste endovenoso. lizado a pacientes con· edema pulmonar agudo vistos ·en el
La ecografía nos aporta información sobre la presencia de servicio de urgencias se demostró que la mayoría de los sig-
delTame pleural y si éste tiene septos o detritos. Da informa- nos radiológicos carecen de sensibilidad (26-74%) aunque su
ción en tiempo real, lo que nos permite evaluar el grado de especificidad era buena (78-99%). El signo más sensible fue
motilidad diafragmática. Puede también ser útil para guiar la la presencia de cardiomegalia 74'% pero desafortunadamente
punción de algunas colecciones pleurales. es un signo poco confiable cuando la proyección es tomada
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

antero posterior como ocurre en las proyecciones 'portátiles Los adelantos obtenidos en la adquisición de imágenes en
de la unidad de cuidado intensivo. pacientes críticos han llevado al uso de la tomo grafía compu-
tarizada en ciertos pacientes con SDRA. Claramente la mejor
identificación de anormalidades es una ventaja innegable de
esta tecnología comparada con la radiografía portátil, sin em-
bargo el bajo costo y facilidad de esta última la mantiene en
este momento como examen de imagen más práctico y fre-
cuentemente realizado para la valoración inicial y monitoreo
diario de pacientes críticos.

Figura 1. Edema pulmonar agudo de tipo cardiogénico. Redistribución del


flujo sanguíneo, cardiomegalia, congestión hiliar, infiltrados alveolares (aci-
nares), broncograma aéreo, opacidades extensas y muy densas, ensancha-
miento de pedículo vascular, derrames pulmonares y alas de mariposa.

Edema por aumento en la permeabilidad alveolar


La causa más frecuente de este patrón de edema la produce el
síndrome de dificultad respiratoria del adulto (SDRA). En es-
tos pacientes se produce un daño del endotelio que permite el
paso fácil del líquido al espacio intersticial y posteriormente Figura 2. SDRA: silueta cardíaca de tamaño normal, presencia de infiltrados
al espacio aéreo del alvéolo. La correlación imagenológica en ambos campos pulmonares, hilios de apariencia usual sin redistribución
tanto por radiografía como por TAC, sigue el siguiente patrón de flujo.
secuencial:
1. Placas normales o con infiltrados intersticiales sutiles, El uso de TAC en pacientes con SDRA ha demostrado utili-
que no se correlacionan con el estado clínico ni con los dad para identificar alteraciones en estadio temprano, detec-
valores de los gases arteriales. ción de complicaciones, entendimiento de procesos fisiopa-
2. La aparición de infiltrados intersticiales y patrón de vidrio tologicos, la evaluación de hallazgos radiológic9s confusos,
esmerilado (TAC) a las 48-72 horas. valoración del seguimiento de pacientes y recie~t~mente se
3. Posterior aparición de infiltrados de ocupación alveolar propone como una herramienta de apoY9para el manejo de
superpuestos al compromiso intersticial de distribución ventilación mecánica. .
no homogénea. Se manifiestan inicialmente por infiltrados desiguales de
predominio en regiones dorsales e inferiores (regiones de-
Los hallazgos imagenológicos por sí solos no hacen el diag- pendientes). La presencia de infiltrado en vidrio esmerilado
nóstico. Se enfatiza en correlacionar con el cuadro clínico denota llenado del intersticio y alvéolos con edema y exuda-
para su interpretación. Además no existe un solo hallazgo que do inflamatorio. Las zonas de opacificación parenquimatosa
sea absolutamente característico, por lo tanto la información densa en áreas pulmonares dependientes se han relacionado
clínica es crucial para establecer el diagnóstico acertado. a la presencia de atelectasias por compresión.
Inicialmente se ha considerado que los hallazgos más úti- La presencia de zonas de consolidación parenquimatosa
les para establecer el diagnóstico era el aumento del índice en áreas pulmonares no dependientes aún no tienen una ex-
cardiotorácico (sensibilidad 85%) Y el tamaño del pedículo plicación clara, aunque se han relacionado a etiologías pul-
vascular (sensibilidad 71 %) pero posteriormente se demostró monares del SDRA o complicaciones como neumonía. La
que estos signos guardan una mayor relación con el balance dilatación bronquial es otro hallazgo observado en la TC de
de líquidos y el volumen intravascular, que con el daño al- pacientes con SDRA. La anormalidad más frecuente encon-
veolar como tal. trada en el seguimiento de pacientes sobrevivientes de SDRA
56/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

es la presencia de un patrón reticular en áteas de predominio do el estudio es clasificado como de baja o intermedia pro-
no dependientes. babilidad.
Con la aparición de la escanografía con multidetectores
se ha revolucionado la forma de hacer el diagnóstico de TEP
pues se cuenta ahora con una tecnología que permite tener
una visualización directa del trombo intraluminal en las ar-
terias pulmonares. La escanografía multicorte, con las ven-
tajas tecnológicas descritas en la introducción del capítulo,
ha permitido hacer cortes muy finos que cubren todo el árbol
arterial pulmonar durante el momento de su máximo realce
intravascular, todo esto dentro de un tiempo de apnea que os-
cila entre los 6 y 10 segundos. Las técnicas de reconstrucción
y posproceso ofrecen imágenes angiográficas en dos y tres
dimensiones de fácil comprensión por el médico remiten-
te. Esto ha permitido reemplazar a la angiografía pulmonar
como patrón de oro en el diagnóstico en esta entidad. Según
los resultados del gl~UpO de estudio PIOPED II (95) en 824
pacientes, la sensibilidad del angioTAC pulmonar es del 83%
con especificidad del 96%, y la adición de la venografía por
TAC mejoró la sensibilidad al 90%.
Figura 3. Corte axial fino hacia las bases pulmonares en un paciente con Los estudios de seguimiento también han de~ostrado que
SDRA, en donde se muestra una transición de un patrón en "vidrio esmerila-
do" en la región más anterior, hasta un patrón de consolidación franca en las
la tasa de eventos tromboembólicos después de un estudio
porciones más posteriores del pulmón. interpretado como negativo son similares a las series reporta-
das con estudios de angiografía pulmonar directa, lo cual co-
Tromboembolismo pulmonar rrobora el impacto clínico de una prueba considerada como
negativa. Existen varias causas de estudios no diagnósticos
El tromboembolismo pulmonar (TEP) es la manifestación los cuales en general tienen que ver con factores de tipo téc-
más grave de la enfermedad tromboembólica venosa, cuyo nico y cuyo porcentaje está alrededor del 4%.
estado inicial es la trombosis venosa profunda (TVP). El
diagnóstico por imagen de la trombosis venosa profunda
se hace por la detección directa de trombos venosos en los
miembros inferiores mediante el ultrasonido con exploración
doppler.
Sin embargo, el diagnóstico del TEP ha dependido histó-
ricamente de los resultados de la gamagrafía de ventilación y
perfusión, en donde se procuran identificar zonas con defec-
tos de perfusión, pero con ventilación preservada en la mis-
ma región. Es un método indirecto de detección del trombo
pulmonar, sujeto a muchos factores que afectan su interpreta-
ción y por lo tanto el diagnóstico es dado en términos de alta,
intermedia o baja probabilidad de TEP.
La fortaleza diagnóstica de la gamagrafía está en sus dos Figuras 4 Y 5. TEP: Reconstrucción MIP coronal y sagital de un angio TAC
extremos de probabilidad: el alto valor predictivo positivo de de pulmón realizado con /ún TAC de 16 detectores donde se observa un gran
trombo que obstruye prácticamente toda la luz de la arteria del lóbulo in-
una prueba interpretada como alta probabilidad para trom-
ferior derecho y trombos de menor tamaño en las arterias de los lóbulos
boembolismo y el alto valor predictivo negativo de una prue- superiores de manera bilateral.
ba clasificada como normal, pudiendo así confirmar o excluir
este diagnóstico respectivamente. En un reciente metanálisis Existen dos valores agregados de la escanografía multidetec-
se encontró una sensibilidad del 98,4% cuando el estudio es tores para el estudio del TEP:
normal y una especificidad del 97,1 % para un estudio de alta 1. La obtención simultánea de imágenes del parénq~ima
probabilidad. Sin embargo, el grupo de pacientes con una pulmonar, mediastino y corazón que permite realizar
prueba catalogada como indeterminada es de aproximada- diagnósticos alternos en alrededor del 40% de los casos,
mente 70%, quedando así un grupo importante de pacientes cuando el examen es negativo para tromboembolismo
sin un diagnóstico concluyente. pulmonar.
Otras desventajas del método es que no permite ofrecer 2. Aprovechando que el medio de contraste intravenoso
diagnósticos alternos, lo cual adquiere un mayor valor cuan- está recirculando en el espacio intravascular, se explora
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

en forma simultánea el sistema venoso profundo desde la nes pulmonares (62 %) con una baja especificidad, reportada
pelvis hasta las rodillas, para así detectar la posibilidad de entre 27 y 35% (5-7).
trombosis venosa profunda asociada. La venografía por El hallazgo radiológico básico en la infección pulmonar es
TAC ha demostrado tener una concordancia del 93% con la aparición de uno o varios focos de opacidades que repre-
el ultrasonido de miembros inferiores (2), con un valor sentan la ocupación del espacio alveolar, acompañándose o
predictivo negativo del 100% (3). no de bronco grama aéreo. Se debe diferenciar una opacidad
por consolidación de una por atelectasia. Las opacidades pul-
monares por consolidación neumónica tienden a la progre-
sión, muestran contornos mal definidos y en su gran mayoría
se asocian a broncograma aéreo, mientras que las atelecta-
sias tienden rápidamente a la regresión, son de límites bien
definidos, homogéneas, sin bronco grama aéreo y retraen es-
tructuras (hilios, pleura, mediastino, hemidiafragmas) y estos
hallazgos nos llevarían a hacer su diferencia en la valoración
diaria de la placa de tórax portátil.
La neumonía asociada a ventiladores es la infección no-
socomial más frecuentemente reportada en la UCI, con una
incidencia entre el 12% y el 29%. Uno de cuatro pacientes
ventilados mecánicamente adquiere neumonía, incrementan-
do de 3 a 21 veces el riesgo si se compara con los pacientes
no ventilados (8-10).
La radiografía de tórax debe practicarse en todos los casos
para definir presencia y localización de los infiltrados; seve-
ridad, diseminación, complicaciones como cavitaciones, de-
rrame pleural, abscesos pulmonares y evolución del proceso,
y finalmente determinar la eficacia del tratamiento.
Figura 6. Corte axial de 1 mm realizado con un TAC de 16 detectores donde
se observa obstrucción por trombos de arterias segmentarias de ambos los
lóbulos inferiores.

La resonancia magnética ofrece una excelente alternativa


para la evaluación directa del árbol arterial pulmonar, útil en
para pacientes con falla renal o alergia a los medios de con-
traste yodados. Usando las técnicas de angiorresonancia con
contraste endovenoso con doble dosis (gadolinio 0,2 rnmol/
kg) es posible tener una visualización clara de los vasos sub-
segmentarios. El tiempo de adquisición de las imágenes va-
ría entre 10 y 15 segundos para luego procesar los datos y
obtener imágenes vasculares en cualquier plano deseado. No
existe el mismo volumen de datos respaldando su utilización
clínica pero en el estudio por Ohno (4) se obtuvieron datos de
sensibilidad y especificidad del 92% y 94% respectivamente.
Hay que tener en cuenta las contraindicaciones ya menciona-
das para la realización de estudios de resonancia magnética
en pacientes que pueden requerir monitoreos dado su estado
crítico.
Figura 7. Neumonía lóbulo medio. Opacidad mal definida con broncograma
aéreo en el segmento medial del lóbulo medio.
Infecciones pulmonares en UCI
Radiología convencional Tomografía axial computarizada

La radiografía del tórax portátil se realiza rutinariamente en Hay pocos estudios clínicos que hablen específicamente del
la unidad de cuidado intensivo como complemento al exa- papel de la tomografía axial computarizada en el diagnóstico
men físico. Está realmente disponible y no es costosa pero de neumonía en los pacientes críticamente enfermos hospita-
tiene limitaciones técnicas y de diagnóstico en la valoración lizados en una unidad de cuidados intensivos. Sin embargo,
de enfermedades pleurales y pulmonares. La radiografía de hay estudios de TAC en UCI que están a favor del uso de este
tórax tiene baja sensibilidad para el diagnóstico de infeccio- examen para determinar patología pulmonar parenquimatosa
S6/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

en casos de sospecha de enfermedad con radiografía de tórax


normal.

Figuras 9 Y 10. Neumonía. Dos cortes axiales en un paciente con consolida-


ciones alveolares neumónicas, multisegmentarias, que no guardan un patrón
gravitacional, y en este caso asociada a necrosis con una gran cavitación
basal izquierda. Neumotórax bilateral, a pesar de los tubos de toracostomía.

Abdomen
Sepsis de origen abdominal
El estudio imaginológico del paciente con sospecha de sepsis
de origen abdominal tiene dos objetivos principales:
Figura 8. Neumonía segmentaría del lóbulo superior derecho. Extensa opa-
Establecer la causa de la misma, especialmente si no se
cificación de contornos mal definidos insinuándose broncograma aéreo.
tiene un antecedente quirúrgico o traumático previo.
Determinar si existe una colección sospechosa de absceso
Miller y col (10) desarrollaron un estudio con 85 pacien-
susceptible a ser drenada por vía percutánea.
tes hospitalizados en tres tipos de DCI (médica, quirúrgica y
cardíaca) en quienes realizaron 108 TAC de torácicos para
Los métodos más utilizados son la ecografía abdominal y la
comparar resultados con la radiografía de tórax portátil. En-
es cano grafía abdominal con contraste oral y endovenoso. En
contraron en la TAC torácica 52% de nuevos hallazgos y con-
casos excepcionales podría utilizarse la resonancia magnéti-
firmaron otros detectados con la radiografía inicial y 30% de
ca con gadolinio como alternativa diagnóstica.
éstos tuvieron una connotación clínicamente importante (abs-
cesos, colecciones mediastinales, neumonía no sospechada,
Ultrasonido
derrame pleural). Los nuevos hallazgos en la TAC produjeron
un cambio de conducta en 22% de los casos examinados. Es un examen que tiene como ventaja principal el que puede
Hing Hui y col (12) realizaron un estudio para diagnósti- ser realizado en forma portátil en la cama del paciente en la
co temprano de neumonía por coronavirus asociado a SARS DCI, evitando su traslado al servicio de radiología. Como
en pacientes con radiografía de tórax normales, encontrando método diagnóstico tiene una alta sensibilidad para el diag-
que de 47 personas con radiografía normal, 27 tenían infec- nóstico de abscesos hepáticos, esplénicos o pélvicos, no así
ción confirmada por coronavirus (estudio serológico) y 25 para los demás abscesos intraperitoneales por las limitacio-
de estos pacientes tenían cambios compatibles con neumonía nes ya discutidas al inicio de este capítulo. Por lo tanto un
en la TAC de alta resolución y todos desarrollaron neumo- ultrasonido negativo no descarta la presencia de colecciones
nía con deterioro clínicamente progresivo, 40% tenía enfer- intraabdominales y es el factor que ha motivado a la mayor
medad unifocal y 60% enfermedad bilateral. Determinaron utilización del TAC como método diagnóstico por elección.
como conclusión que la TAC de alta resolución es útil en el Es posible realizar punciones abdominales guiadas por
diagnóstico precoz de pacientes con neumonía asociada a co- ecografía, especialmente para tomar muestras de líquido as-
ronavirus prediciendo enfermedad potencialmente severa. cítico, o de colecciones hepáticas o pélvicas por vía transva-
En resumen, el uso de la tomografía computada está indi- ginal. La dificultad para identificar asas intestinales hace muy
cado en los siguientes casos: riesgoso el acceso a colecciones en otras localizaciones.
Cuando la evolución clínica no se correlaciona con los
hallazgos en la radiografía portátil. Tomografía computarizada
Para caracterizar algunas imágenes de difícil interpreta- Los cortes tomográficos que ofrece la TAC obvian las lÚnita-
ción en la placa simple. ciones de superposición de estructuras intestinales y permi-
Para determinar la presencia de derrame pleural o neumo- ten detectar la presencia de pequeñas cantidades de líquido
tórax loculado. libre o colecciones intra o retroperitoneales. Idealmente, el
Detectar la presencia de un absceso pulmonar. examen debe ser realizado con contraste oral para poder di-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

ferenciar las asas de una colección extraluminal. La posibili- El más usado ha sido la tomografía computarizada, dada
dad de poder evaluar las estructuras intraabdominales desde su alta accesibilidad, disponibilidad y bajo costo, y el cual ha
múltiples planos que nos ofrece la tomo grafía computarizada servido para la toma de decisiones en la terapia trombolíti-
multicOlte (CTMD), hace más fácil la diferenciación entre ca como se ha comprobado en los grandes ensayos clínicos
asas y colecciones, lo cual puede ser de gran utilidad en casos realizados en la década de los noventas, ECASS 1 y II (The
dudosos o cuando no es posible administrar contraste oral European Cooperative Acute Stroke Study), que basaron en
por el estado clínico del paciente. También debe usarse me- los resultados de tomográficos para la selección de pacientes
dio de contraste endovenoso para poder delimitar el proceso para la terapia trombolítica (13-17).
inflamatorio peritoneal que rodea los abscesos y/o la peri- Posteriormente, se desmTolIaron técnicas para la evalua-
tonitis generalizada. La sensibilidad del TAC para detectar ción del tejido cerebral. La determinación de la perfusión
colecciones o abscesos se encuentra entre el 90-100%. tisular es importante y se han des alTO lIado programas que
El gran valor agregado que tiene este método es la capaci- permiten a través de la tomo grafía contrastada realizar esta
dad de realizar punciones diagnósticas, evacuat0l1as o colocar evaluación y adicionalmente conocer el estado vasculm' me-
catéteres de drenaje en el mismo tiempo que el paciente se diante la angiografía por TAC.
encuentra en el servicio de imágenes diagnósticas, como se La resonancia convencional es similar a la tomo grafía
desclibe en el apartado de intervencionismo de este capítulo. convencional (16) pero cuando se realizan técnicas de difu-
sión (DWI) , perfusión (PWI) y angio-RM, se incrementa la
Enfermedad cerebrovascular aguda sensibilidad y especificidad en la evaluación del evento cere-
brovascular agudo (ECV).
Introducción Adicionalmente, información acerca de la posible rever-
La enfermedad cerebrovascular constituye la 3a causa de muer- sibilidad de la injuria, el estado de los vasos intracraneales y
te después del infarto de miocardio y cáncer, y la plincipal de la hemodinamia cerebral puede ser obtenida con las nuevas
discapacidad permanente en los países desalTolIados. La pre- técnicas de imagen (17).
valencia aumenta con la edad y la incidencia cada vez será La angiografía convencional tiene actual importancia en
mayor con el envejecimiento poblacional (13, 14). la posibilidad de la trombólisis intraarterial cuando ha pa-
El diagnóstico preciso y precoz para el inicio temprano sado demasiado tiempo entre el diagnóstico y el inicio del
de la terapéutica son los pilares principales para tratar de manejo y no es posible realizarla por vía intravenosa. Con las
modificar el curso y evolución de esta telTible y frecuente técnicas actuales de diagnóstico no invasivo la angiografía
enfermedad. Este debe estar a cargo en lo posible por perso- convencional no terapéutica ha perdido utilidad y queda pm'a
nal entrenado y especializado en el tema, es decir por neuro- los casos que requieran algún tipo de intervención.
lTadiólogos y neurólogos dedicados y sensibilizados en esta El objetivo final que se persigue con las nuevas modali-
patología, con un trabajo en equipo para obtener mejores dades de imagen es aumentar la sensibilidad, la especifici-
resultados en un corto tiempo para la instauración de una te- dad para obtener una ventana terapéutica más. amplia que
rapia adecuada. permita un mayor margen de acción y una mejor selección
En esta sección se pretende sensibilizar al lector con esta de pacientes y sub grupos que van a beneficiarse del manejo
entidad, encontrar helTamientas útiles en el diagnóstico y tener trombolítico.
los suficientes clitelios para saber cuándo el paciente debe ser
remitido al especialista adecuado con el fin de no perder el Papel de la tomografía cerebral convencional
valioso tiempo que juega papel impOltante en la evolución del no contrastada (TACNC) "
paciente yen la instauración del tratamiento adecuado.
La TACNC ha jugado un papel importante en la evaluación
El objetivo de la evaluación diagnóstica inicial es confir-
del paciente con ECV, debido a su amplia disponibilidad, ac-
mar que la sintomatología del paciente es debida a un evento
cesibilidad, bajo costo y probada eficacia. Es por esta razón
cerebro vascular (ECV) isquémico agudo y no a otra pato-
que en la mayoría de los centros sigue siendo el examen neu-
logía sistémica o neurológica, principalmente que no haya
rolTadiológico de primera elección en todo paciente que pre-
signos de una hemolTagia intracerebral. El segundo objetivo
senta un déficit neurológico focal de instauración aguda. Esta
es determinar la posibilidad del tratamiento trombolítico. En
debe realizm'se lo más pronto posible dentro de las primeras
tercera instancia estará descartar las complicaciones médicas
horas de iniciados los síntomas (figuras 11 y 12).
o neurológicas del evento vascular. Finalmente establecer el
La TAC debe realizarse en forma inmediata principalmente
telTitorio vascular comprometido, su extensión y la probable
en pacientes con:
etiopatofisiología (15).
Tratamiento anticoagulante o trastornos de la coagulación
Para cumplir estos objetivos contamos con diferentes mé-
que predispongan la hemolTagia cerebral.
todos de imagen, que van desde el TAC convencional, la an-
Nivel de consciencia deprimido, con progresión o fluctua-
giografía por TAC, perfusión por TAC, resonancia magnética
ción inexplicada de los síntomas.
cerebral, difusión-perfusión por RM, angiografía convencio-
Indicación de trombólisis o anticoagulación precoz.
nal con sustracción digital y doppler transcraneal.
S6/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

Figuras 11 Y 12. Signos tempranos de isquemia. Paciente de 41 años con Figuras 15 Y 16. Paciente de 75 años con 5 horas de inicio de hemipare-
diagnóstico de ACV isquémico de la arteria cerebral media derecha seg- sia derecha. TAC inicial normal (figura 15). TAC control 24 horas después
mento M 1 de una hora de evolución, posterior a procedimiento en sala de muestra infarto profundo en región gangliobasal izquierda con compromiso
hemodinamia para ablación con radiofrecuencia. En la figura A se observa de núcleo calldado y putamen (figura 16).
disminución de los surcos y circunvoluciones en la región temporoparietal
derecha. Figura 12 se observa trombo en la arteria cerebral media derecha
en su porción distal.

Figuras 13 Y 14. TAC control 24 horas postrombólisis, muestra pequeñas Figura 17. Borramiento de surcos. Disminución de surcos e hipodensidad
áreas de hipodensidad en región temporoparietal en sitio de mayor edema en la región insular izquierda por edema citotóxico (ver flecha). Adicional-
en el TC inicial. mente obsérvese que este paciente presenta lesiones hipodensas en región
frontal derecha por lesiones isqllémicas antiguas.

La tomo grafía permite diferenciar un evento isquémico de


uno hemolTágico, además de otras patologías que por su
sintomatología similar puede ser confundida con un evento
cerebrovascular como pueden ser una lesión tumoral o un he-
matoma subdural.
Ha sido considerada como una helTamienta estándar en la
determinación de la hemolTagia intracerebral con una sensi-
bilidad para algunos del 100%. Sin embargo, este concepto
ha venido cambiando a través del tiempo como veremos más
adelante con algunas técnicas rápidas en RM (14-16).
La tomografía permite determinar unos signos precoces
indicativos de lesión, hasta en el 50% de los ictus isquémicos
en las primeras seis horas.
El signo temprano más frecuentemente visto es hipodensidad Figura 18. Edema citotóxico. Hipodensidad en ten"itorio de arteria cerebral
de la sustancia gris, el cual se desaITolla en los estadios tempra- media izquierda, con pérdida de la diferenciación sustancia blanca y gris por
nos del ECV pero que puede ser muy sutil y por tanto difícil de edema citotóxico. Infarto de 48 horas de evolución.
diagnosticaI". A medida que pasa el tiempo el edema citotóxico
se hace más evidente lo que se traduce en el bOlTarniento de los El signo de la arteria cerebral media hiperdensa no es más
ganglios de la base, de la ínsula y la pérdida de la diferenciación que el trombo intraluminal, el cual puede verse en cualquiera
con la sustancia blanca (figuras 15, 16, 17 y 18). de los segmentos sin embargo es mas frecuente en el primer
segmento o segmento MI de la cerebral media (ACM) (figu-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

ra 19). Es un signo altamente específico pero con una baja hasta en el 75% de los casos en los pacientes con ictus agudo
sensibilidad, y pueden tenerse falsos positivos en pacientes de la arteria cerebral media existe anormalidad en las tres pri-
con ateromatosis severas bilaterales o con hematocritosaltos. meras horas de ocurrido el evento (16). Con el advenimiento
Este signo esta asociado a infartos extensos, a déficit neuro- de nuevos equipos de alta calidad algunas series reportan un
lógicos iniciales graves y frecuentemente con transformación resultado más temprano con una sensibilidad tan amplia que
hemorrágica. oscila entre el 12 y 92% (13).
La excesiva variabilidad en la determinación de los signos
precoces de isquemia ha impulsado la búsqueda de alternati-
vas que hagan más objetiva la interpretación de los estudios
tomográficos. Como resultado se ha propuesto utilizar la es-
cala de ASPECTS (Alberta Stroke Program Early CT Score).
Esta escala divide el territorio silviano en 10 regiones que se
identifican en dos cortes transversales localizados a la altura
de los ganglios basales, cápsula interna y la ínsula, y otro a
la altura de los ventrículos para ver el territorio superficial
de la ACM. Todo el territorio tiene una calificación de 10,
cada área comprometida se resta y se le da un puntaje. Se ha
determinado que aquellos pacientes con ASPECTS < 7 no se
benefician de la terapia trombolítica pues el riesgo de sangra-
do es mayor que el beneficio debido al gran compromiso del
territorio de la ACM (18,19).

Angiografía por tomografía (angioTAC)


Figura 19. Arteria cerebral media hiperdensa. La flecha demuestra la arteria
cerebral media izquierda hiperdensa. La imagen obtenida por angioTAC es anatómica y similar a
la obtenida por angiografía convencional con la ventaja sobre
En la tabla 1 se resumen los hallazgos escanográficos se- ésta, que con una sola inyección de contraste, se pueden ver las
gún el tiempo de ocurrido el evento. estructuras vasculares en múltiples planos. Es un estudio que
dura sólo unos 30 segundos y se pueden ver tanto los vasos del
Tabla 1. Signos escanográficos de isquemia temprana. cuello como del polígono. Posteriormente estos son procesa-
dos en una forma rápida en la consola de trabajo de tal manera
Hallazgos escanográficos que el clínico puede saber si existe o no oclusión del vaso o si
Tiempo existen otras alteraciones asociadas como disecciones, esteno-
< 12 horas normal (50% -60%) sis severas, entre otras (figuras 20, 21, 22, 23 y 24).
Hiperdensidad de la ACM': trombo intraluminal (25-50%) La correlación entre la angioTAC y la angiogr8;fía conven-
Borramiento de los ganglios basales (50- 80% de las oclusiones de
ACM*)
cional se ha visto que es de aproximadamente un 90% y en
12-24 hrs signo del reborde insular
los casos de oclusión es del 100%. La angioTAC puede tam-
Borramiento sustancia blanca y gris bién detectar ulceraciones y perforaciones de forma similar a
Borramiento de los surcos la angiografía por catéter (15, 16).
1-3 días incremento del efecto de masa
Puede presentarse hemorragia
Disminución de la atenuación
3-7 días realce giral
Pico del efecto de masa y edema
> 7 días persiste el relace
Se resuelve el edema y efecto de masa.

ACM': Arteria cerebral media.

Los signos clásicos de isquemia temprana por TAC han


sido utilizados de manera rutinaria con el fin de obtener un
diagnóstico temprano de isquemia. Es así como en la década
de los noventas los grandes ensayos clínicos se basaron en Figura 20. Paciente de 41 años con diagnóstico de ACV isquémico de la
estos criterios. Se sabe entonces que estos cambios pueden en arteria cerebral media derecha las imagen (A) angioTAC muestra la ampu-
tación de 1 segmento MI de la arteria cerebral media derecha (flecha) y la
algunos casos ser sólo evidentes hasta seis horas después de imagen (B) un área de oligohemia y penumbra isquémica (flechas) donde no
ocurrido el evento. Sin embargo, en algunos reportes recien- se visualizan vasos que realcen con el medio de contraste. Cortes crudos o
tes ponen en tela de juicio este concepto, considerando que de base iniciales para realizar luego las reconstrucciones.
56/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

Figura 21. La misma paciente la imagen (A) angioTAC muestra la amputa-


ción del segmento MI de la arteria cerebral media derecha en las reconstruc- Figura 24. La misma paciente 24 horas postrombólisis, las imágenes, (A y B)
ciones multiplanares, MPR (flecha) y la imagen (B) TAC con reconstrucción de perfusión por TAC muestra un reperfusión de áreas oligohemica y penum-
volumétrica (VRT) que muestra la amputación segmento MI de la arteria bra isquémica.
cerebral media derecha vista desde arTiba (flecha).

Perfusión por TAC


El estudio de la perfusión evalúa el flujo sanguíneo cerebral
para determinar y cuantificar la extensión del parénquima
que se encuentra en riesgo de necrosis y con potencial de
recuperación, con el fin de implementar las medidas terapéu-
ticas en forma precoz (figuras 26, 27 Y 28). Para este examen
es imprescindible contar con un buen acceso venoso en la
región antecubital con una aguja 18Fr, ya que se requieren
flujos de inyección altos utilizando 40 mI de contraste yoda-
do. Este examen puede obtenerse de dos formas:
Una forma dinámica en la cual se realizan múltiples cor-
tes seriados en una pequeña área del cerebro mientras se
inyecta el contraste en bolo. Esto nos permite hacer medi-
das cuantitativas de la tasa de captación del medio para así
obtener cifras de volumen sanguíneo cerebral, flujo san-
Figura 22. La misma paciente 24 horas postrombólisis, las imágenes (A y guíneo cerebral, tiempo de tránsito del contraste en el ce-
B) de angioTAC muestran reperfusión del área de penumbra y oligohemia rebro y el tiempo de pico máximo de captación. Con estos
en la región temporoparietal derecha. Observe que los vasos realzan con el
datos es posible entonces determinar el área de penumbra
medio de contraste en dicha zona (flechas).
o riesgo y se compara con la imagen del TAC simple y del
angioTAC.
La otra forma de obtenerlo es inyectarlo a través de una
vena periférica, en forma lenta, se,obtiene un parenqui-
mograma de todo el cerebro, con ef"fAC multicorte, la
gran desventaja es que/no proporciona valores dinámicos
de flujo ni de tránsito. Da un valor aproximado de lo que
está ocurriendo junto con el angioTAC.

En combinación con la angioTAC, la perfusión incrementa la


sensibilidad para la detección de isquemia en un 90%. Per-
miten evaluar la región infartada, del área de penumbra y del
vaso o vasos ocluidos o comprometidos

Doppler transcraneal
Figura 23. Paciente de 41 años con diagnóstico de ACV isquémico de la El doppler transcraneal es usado para medir el índice de re-
arteria cerebral media derecha las imágenes (A y B) de perfusión por TAC sistencia, la pulsatilidad y la dirección del flujo de los vasos
muestran un área de oligohemia y penumbra isquémica en el mapa de flujo
cerebral (flechas).
intracraneales, utilizando las ventanas del cráneo: la trans-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

temporal para la arteria cerebral media, arteria carótida inter- Al igual que en la TAC existen signos precoces de isquemia
na, arteria cerebral anterior, la órbita para la arteria oftálmica que deben ser reconocidos en un estudio de RM:
y el sifón carotídeo y el foramen mágnum, para las vertebra- Ausencia de la señal de flujo de los vasos arteriales en
les y la basilar. fase temprana.
Aumento de la señal del parénquima en la secuencias de
Tabla 2. Hallazgos por perfusión TAC. T2 o FLAIR a las 8 horas del evento.
Realce de vasos distales en el 75 % de los infartos corti-
Condición TTP CBF CBV cales atribuible a la circulación leptomeníngea, evidente a
patológica
las 2-4 horas del infarto (24).
Ninguna Normal Normal Normal
Estenosis arterial/ Prolongado Normal Normal
La RM también puede identificar de forma directa la presen-
Oclusión
compensada cia de un trombo intraluminal a partir del denominado "signo
Tejido Prolongado Moderadamente Normal o ligera- de la suceptibilidad magnética" el cual se define como el in-
oligohémico disminuido mente disminuido cremento de la hipointensidad de la arteria en comparación
«60%) «80%) con la arteria contralateral, producido por el efecto felTomag-
Tejido en riesgo Prolongado Marcadamente Marcadamen- nético de la hemoglobina desoxigenada presente en el trom-
disminuido te disminuido
bo. Este signo se detecta cuando se obtienen las imágenes
«30%) «60%)
ponderadas en T2* (mediante secuencias de eco gradiente) y
Daño irreversible Muy pro- Severamente Severamente di s-
longado disminuido (<30%) minuido «40%) es más sensible y específico para la detección de oclusión de
la cerebral media comparado con el signo de la ACM hiper-
TTP: tiempo de pico densa del TAC (27). Adicionalmente predice la extensión de
CBV: volumen sanguíneo cerebral las alteraciones hemodinámicas que detectan las secuencias
CBF: flujo sanguíneo cerebral.
de perfusión por RM.
La RM tiene al menos la misma sensibilidad que el TAC
Es útil para la detección de vasoespasmo, e hipoperfusión.
en la detección de la hemorragia intracraneal aguda, mientras
Tiene la ventaja que puede realizarse en forma portátil, es
que es superior en la detección de hemolTagias subagudas y
una técnica no invasiva, sin riesgo de inadiación, con bajo
crónicas (28). Esta mayor sensibilidad se obtiene utilizando
costo, y la información obtenida es en tiempo real. Sin em-
secuencias ponderadas en T2* con técnicas de gradiente de
bargo es operador dependiente, y en algunos pacientes puede
eco. En centros donde se utiliza RM como estudio de elec-
haber limitaciones de ventana (15-21).
ción para la evaluación de los pacientes con ictus isquémico,
El doppler transcraneal puede ser una henamienta útil en
no se considera necesario realizar un TAC previo para la de-
el manejo de los pacientes que son llevados a trombólisis
terminación de hemolTagia, ya que la información obtenida
intravenosa para detectar los signos tempranos de recanali-
con el gradiente de eco es suficiente para la selección del
zación « 30 minutos de iniciada la trombólisis), los cuales
paciente para terapia trombolítica.
están asociados a buen pronóstico (22).

Resonancia cerebral convencional, difusiónl


perfusión y angiorresonancia
Resonancia magnética en el evento isquémico
agudo
La resonancia con las secuencias convencionales no ha de-
mostrado mayor sensibilidad que la TAC en la detección pre-
coz de la isquemia cerebral (23, 24). Sin embargo, la RM
convencional es más sensible y específica que la TAC en la Figuras 25-26-27. Paciente de 41 años quien consulta con déficit motor en
identificación, topografía y extensión de algunos tenitorios hemicuerpo izquierdo. TAC inicial de 4 horas de iniciados los síntomas nor-
como en fosa posterior. También es mejor en la determina- mal. RM y angioRM tomada posteriormente dada la sintomatología del pa-
ciente muestra compromiso de la arteria cerebral media derecha con edema
ción del tipo de patrón de isquemia, por lo que está indicada
en el T2 y oclusión de la arteria en al angiografía.
en algunos casos pese a que sigue siendo una técnica comple-
ja, de limitada disponibilidad, y con mayores costos.
Angiorresonancia
Los infartos pueden ser mejor demostrados en RM con al-
gunas secuencias como FLAIR donde al suprimir la señal del Es útil en la evaluación de los pacientes con evento vascular
líquido cefalorraquídeo se tornan más evidentes, desafortu- agudo para determinar el vaso ocluido, para estenosis arterial
nadamente no es específico y muestra muchas otras lesiones de los vasos del cuello y el polígono c,on una sensibilidad
incidentales. y especificidad del 80-90 % (15). La técnica más usada es
S6/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

denominada "Tiempo de Vuelo" (TOF). Se basa en la detec- En los modelos experimentales se ha visto que a los 30-45'
ción de flujo producido por los protones que se encuentran minutos de la isquemia ya hay alteraciones en las secuencias
en movimiento en la luz de los vasos sanguíneos. La utiliza- de DWI tras la oclusión permanente de la arteria cerebral
ción del medio de contraste endovenoso ha mejorado signi- media, mientras que sólo 2-3 horas de ésta se hace evidente
ficativamente la calidad de las arteriografías permitiendo así en las secuencias potenciadas en T2. Estos hallazgos exp~ri­
una mejor evaluación de los vasos del cuello y de los troncos mentales parecen ser similares en humanos (15-30).
supra-aórticos. En estudios clínicos las secuencias de DWI y ADC tienen
Se ha demostrado que la información obtenida en la an- una sensibilidad de 88-100% y especificidad de 95-100% en
giografía por resonancia junto con los hallazgos obtenidos el ictus agudo. Los pocos falsos negativos están relacionados
por difusión-perfusión, predicen el resultado del paciente con con lesiones de pequeño tamaño localizadas en tallo o un es-
ictus agudo, proporciona información sobre la anatomía vas- tudio realizado muy precozmente.
cular, la integridad del polígono, la presencia de circulación En las zonas de penumbra isquémica, el ADC está me-
colateral, y si existen o no trombos, disecciones u otras alte- nos reducido que en las zonas de isquemia irreversible, sin
raciones (29) (figura 28). embargo no está establecido el umbral a partir del cual se
pueda considerar que la isquemia es irreversible (31). La au-
sencia de restricciones en la difusión en el contexto del ictus
hiperagudo permite con bastante seguridad pronosticar una
recuperación clínica del paciente.
La utilización de la DWI en la estratificación del ictus ha
sido útil para diferenciar las posibles causas de isquemia basa-
das en el patrón morfológico: lesiones pequeñas y profundas
sugieren oclusión ateroesclerótica de arterias perforantes, los
infartos corticales o subcorticales de mayor tamaño sugieren
estenosis de grandes vasos o embolia y los infartos múltiples
en diferentes territorios sugieren un origen cardíaco, los he-
Figura 28. La imagen A muestra una secuencia FLAIR donde se observa
modinámicos tienen una distribución en zona limítrofe.
una lesión hiperintensa en topografía de la arteria cerebelosa posteroinferior
derecha. Con esta única secuencia no es posible establecer si es un even- Perfusión por RM en el evento vascular agudo
to agudo o no. Las imágenes B y C del mismo paciente nos muestran una
restricción de la difusión en la figura B, visible como hiperintensa y en el Al igual que en la perfusión por TAC, la perfusión cerebral
ADC o mapa de difusión se observa hipointenso lo que nos corrobora que el por RM evalúa el flujo sanguíneo cerebral para determinar la
evento es reciente. El TAC inicial mostró una discreta hipo densidad difícil presencia de tejido cerebral infartado y diferenciarlo de las
de interpretar dados los artificios propios de la fosa posterior.
zonas de penumbra y oligohemia. Esta información se com-
para con los hallazgos de la DWI para establecer si existe una
Difusión por resonancia en el evento vascular discrepancia entre la zona infartada y la zpna en riesgo.
agudo A partir de la administración de un bolo contraste paramag-
Las secuencias de difusión (DWI) y coeficiente de difusión nético (gadolinio) en combinación con secuencias ultrarrápi-
(ADC) se basan en el movimiento browniano de las moléculas das ponderadas en T2*, es posible obtener información sobre
de agua extracelular en el espacio intersticial del tejido cere- la microcirculación cerebral. Esta técnica es la base para la
bral el cual se altera en el tejido isquémico y produce cambios obtención de la perfusión cerebral (PWI)¡)a cual se obtiene
en la intensidad de señal cuando se aplican técnicas especia- mediante imágenes dinámisas (50-60 imágenes/minuto), con
les. El coeficiente de difusión es una imagen que representa una técnica denominada ecoplanar. Estas son secuencias sen-
unas mediciones llamadas el mapa aparente de la difusión, que sibles y precoces en la detección de la isquemia cerebral.
a diferencia de la hiperintensidad visible en la difusión en el Posteriormente esos datos son procesados en una estación
evento isquémico agudo debe verse hipointenso. Este compor- de trabajo, para así obtener los mapas relativos de volumen
tamiento permanece así hasta los 10-14 días aproximadamente cerebral (CBVr), flujo sanguíneo cerebral (CBFr), el tiempo
cuando aparece el fenómeno de seudonormalización. medio de tránsito (MTT) y el tiempo de pico (TTP) que es
Posteriormente hay pérdida progresiva de la hipointensi- el tiempo que tarda en llegar el contraste al cerebro desde el
dad del tejido infartado en el ADC, hasta transformarse en momento que se inyecta. CBFr relativo se calcula a partir del
hiperintenso en la fase crónica, lo que permite diferenciar un volumen cerebral y el tiempo medio de tránsito, así:
infarto fase aguda de uno crónico. Entonces esta secuencia
nos ayuda a determinar si las lesiones que estamos obser- CBFr =CBVr / MTTr
vando en las secuencias son agudas o no. Son además útiles
para determinar si los eventos transitorios isquémicos tuvie- El alargamiento en el MTT es el. parámetro hemodinámico
ron alguna repercusión parenquimatosa o no y si el territorio más sensible y precoz indicando el grado de resistencia en
comprometido es anterior o posterior (15-27). el árbol arterial. El CBFr está constantemente disminuido
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

a menos que haya reperfusión con hiperemia. El valor del RM permiten ofrecer información relativamente precisa no
CBVr es relativamente inespecífico ya que puede permane- sólo de la existencia de la lesión parenquimatosa isquémica
cer sin cambios aun frente a isquemias severas, aumentar por aguda, sino del grado de extensión y viabilidad del tejido is-
vasodilatación compensatoria o disminuir como resultado de quémico. Debe recordarse que ambas técnicas pueden tener
colapso arterial o de oclusión arterial. ventajas y limitantes.
La TAC es ampliamente disponible, sin embargo es de-
Perfusión-difusión por RM en el ictus pendiente de signos indirectos, hasta el 50-60 % puede ser
normal y está sujeta a la variabilidad de los observadores.
La combinación de las secuencias de DWI-PWI ofrece una La RM por sí sola es capaz de ofrecer la información del
información útil en la evaluación del evento vascular para tejido isquémico, pero es compleja, no está ampliamente dis-
determinar el tratamiento más adecuado del paciente en es- ponible y no todos los centros cuentan con personal entrena-
tado agudo. do para la interpretación de las imágenes.
La zona de anormalidad detectada con DWI es considerada
la zona infartada. Cuando la zona de anormalidad en la per- Infecciones dé tejidos blandos
fusión detectada con PWI es de mayor extensión comparada
con aquella de la secuencia DWI, se considera que existe una El papel de las imágenes diagnósticas ante la sospecha clínica
discordancia. Esta región de discordancia está compuesta por de un proceso infeccioso de los tejidos blandos en cualquier
un área más central denominada de penumbra, es decir, con parte del cuerpo se puede dividir en los siguientes apartes:
potencial de recuperación y una zona de riesgo, más periféri- Detección de abscesos.
ca por su disminución en el flujo sanguíneo. Aproximación al diagnóstico de fascitis necrotizante.
El área del edema citotóxico que detecta se correlaciona Descartar compromiso óseo.
con la zona infartada y tanto su extensión como la reducción
del ADC tienen un valor pronóstico, teniendo esta última ade- Detección de abScesos
más relación con el grado de reducción del flujo sanguíneo Cuando existe un proceso infeccioso en los tejidos blandos,
cerebral. ' uno de los mayores interrogantes que se hace el clínico es si
El objetivo de este enfoque es el de individualizar el ni- existe una colección abscedada asociada que implique un ma-
vel de compromiso de cada paciente, permitiendo ampliar nejo invasivo del área. La forma más fácil y asequible es la
las ventanas de tiempo terapéutico, y establecer una mejor ecografía de tejidos blandos en donde suele verse con clmidad
selección de los pacientes candidatos a trombólisis (32, 33). la presencia de líquido coleccionado, e incluso permite guiar
La utilización de un protocolo de imágenes en el ictus de tal el paso de una aguja para su documentación y drenaje. Sin em-
manera que máximo en unos 20 min se puede establecer si el bargo, volvemos a las limitaciones del método relacionadas a
paciente es candidato a la terapia con trombólisis: la disponibilidad de una buena ventana acústica, yeso vmia de
Secuencias ecogradiente (susceptibilidad) para detectar la paciente a paciente y según el área anatómica a estudim·.
presencia de hemorragia y posiblemente localizar el trom- El método diagnóstico con mayor sensibilidad para detec-
bo en el vaso ocluido. tar colecciones en los tejidos blandos es la resonancia mag-
Secuencias de DWI nética con gadolinio. Se obtiene una información muy clara
Angiorresonancia sobre el tamaño, la extensión y el número de colecciones.
Fase de perfusión (PWI). Además el grado de realce periférico apunta hacia su etiolo-
gía infecciosa.
Sin embargo, hay que tener en cuenta las limitaciones de la N o siempre es factible realizar una RM, teniendo en cuenta
técnica entre ellas la disponibilidad limitada, la imposibili- las limitaciones y contraindicaciones expuestas previamente.
dad de realizar estos procedimientos en pacientes con pérdi- Por tal motivo la opción más frecuentemente utilizada es la
da de la conciencia, agitados, hemodinámicamente inestables escanografía con medio de tontraste endovenoso, que ofrece
o que presenten alguna contraindicación para realizarles la una alternativa bastante buena, es más rápida de realizm' y
RM (marcapasos, bombas de infusión). está más disponible en la mayoría de centros. También, ofre-
ce la alternativa de guiar un manejo percutáneo del absceso.
Conclusión
En conclusión las técnicas neurorradiológicas no invasivas
Fascitis necrotizante
tienen un papel fundamental en el diagnóstico inicial del El diagnóstico clínico de la fascitis necrotizante (FN) no
evento vascular agudo, que está más allá de excluir proce- siempre es fácil, más aún cuando se tiene en cuenta la impor-
sos intracraneales que puedan simular eventos isqtiémicos o tancia de un tratamiento temprano y agresivo de esta entidad.
diferenciar ictus isquémicos de hemorrágicos. Ya que exis- De igual forma, la diferenciación imagenológica de una ce-
ten tratamientos que cambian la evolución del paciente en el lulitis de una FN no es tan sencilla. Aunqúe hay estudios que
evento agudo si se realiza un diagnóstico precoz y preciso, hablan sobre el TAC como herramienta diagnóstica, la RM
y una adecuada selección del paciente. Tanto la TAC como con gadolinio es el examen por imágenes de elección.
56/ IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

Schmid (34) describió que el signo más sensible para la y la tomo grafía por emisión de fotón único (ESPECT) son
detección de la FN es la presencia de cambios inflamatorios modalidades de imagen con información funcional de utili-
no sólo de la fascia superficial sino de los septos faciales pro- dad en la evaluación del metabolismo y del flujo sanguíneo
fundos, a diferencia de la celulitis que compromete sólo los cerebral, alterados por el trauma, de gran importancia par¡¡t la
primeros. Otros autores le dan valor a la presencia de colec- instauración de terapias y estrategias en el manejo posterior
ciones subfaciales y a la ausencia de realce de los múscu- del trauma.
los comprometidos por necrosis (35). En casos en donde la
biopsia sea el método de diagnóstico preferido, los hallazgos Radiografía simple del cráneo
de RM o TAC pueden guiar al cirujano al sitio de mejor ren- Hoy en día no es admisible evaluar el trauma craneoencefáli-
dimiento histológico. co con base en un estudio radiológico simple y este sólo tiene
utilidad en traumas leves o en sitios en donde no se dispone
Osteomielitis de un equipo de escanografía, mientras se logra hacer la re-
Aunque el diagnóstico y manejo de la osteomielitis está por misión del paciente a un centro más especializado.
fuera del objetivo de este capítulo, es importante tener varios En términos generales se deben realizar al menos dos pro-
conceptos diagnósticos claros. Cuando la osteomielitis OCUlTe yecciones del cráneo una AP y otra lateral con el paciente en
por diseminación de un proceso infeccioso de tejidos blandos posición supina, para evitar la movilización del cuello y ob-
adyacente, el compromiso se desplaza del periostio hacia la tener además alguna información de la presencia de niveles
corteza y luego a la médula ósea a diferencia de cuando hay hidroaéreos en los senos paranasales o detectar la presencia
una siembra hematógena y la infección se origina en la mé- de aire libre intracraneal (36).
dula y se extiende hacia fuera. Esto afecta el aspecto image- Las fracturas se presentan como líneas radiolúcidas de bor-
nológico del proceso pues en el primer caso suele verse un des bien definidos, sin esclerosis que no traspasan las suturas
mayor compromiso perióstico y cortical que intramedular. del cráneo y que generalmente comprometen las dos tablas
Una vez más la RM es el estudio de elección para confinuar óseas. Se deben diferenciar de las marcas vasculares las cuales
o descartar el compromiso. óseo. Posee la misma sensibilidad comprometen una de las dos tablas y las suturas con recOlTÍ-
que la gamagrafía ósea, pero tiene una mejor especificidad, so- do más tortuoso. En estudios radiológicos simples también se
bre todo la columna. Da una excelente delimitación del proce- puede detennÍnar la presencia de fracturas deprimidas espe-
so inflamatOlio y el uso de contraste permite detectar focos de cialmente si utilizamos el rayo tangencial en el sitio del trau-
posibles abscesos intramedulares o peliósticos que requieran ma. Las proyecciones adicionales para obtener información de
de drenaje. La RM suele sobreestatificar el grado de compro- la base del cráneo no tienen actualmente utilidad y en estos
miso, ya que no es posible diferenciar focos de osteitis aséptica casos debe realizarse siempre una escanografía.
por vecindad, del compromiso séptico como tal. La evaluación del trauma facial generalmente se realiza en
un tiempo posterior, con el paciente más estable y que pueda
Trauma cooperar con la realización de una escanografía, que es el
examen de elección, a menos que se requiera de una cirugía
Trauma craneoencefálico urgente. La proyección convencional para evaluar el macizo
Desde su desanollo en los años 70, la es cano grafía se ha facial es la proyección de Waters en donde se valora los re-
convertido en el examen radiológico de elección para la bordes orbitarios, la pirámide nasal, los complejos malares
evaluación de los pacientes con trauma craneoencefálico (T y las cavidades paranasales. En ocasiOl;~es se complementa
CE). El TAC ilustra las características y severidad del trauma con proyecciones laterales o específicas ~ órbitas, huesos
craneoencefálico, dándole al médico una idea precisa de la propios nasales, de maxilar,inferior o proyecciones para ver
complejidad de las lesiones, lo que permite establecer un tra- el arco cigomático.
tamiento más racional, que a su vez influye en el pronóstico
del paciente. Tomografía computada
Mientras el TAC es adecuado para tomar decisiones en el Como se mencionó previamente, actualmente es el examen de
manejo quirúrgico agudo del trauma cerebral, en la actuali- elección para evaluar el trauma craneoencefálico agudo y tam-
dad se prueban otros estudios que son más sensibles y dan in- bién para el seguimiento de la evolución en días posteliores.
formación adicional acerca de cambios fisiopatológicos, eva- Se debe realizar siempre en pacientes que presentan trau-
luando lesiones potencialmente reversibles. Es por eso que ma moderado o en aquellos que la observación hospitalaria
la resonancia magnética con su reconocida alta sensibilidad está indicada por las características del trauma. Las siguien-
para detectar el comportamiento del agua intracerebral y de tes son las indicaciones más frecuentes para la realización de
los productos derivados de la sangre, así como su capacidad
un TAC cerebral simple:
multiplanar, cobra una gran utilidad para detectar lesiones
Escala Glasgow < 15
pequeñas o tempranas, muchas veces invisibles al TAC. De Trauma craneano menor con fráctura de cráneo
igual forma, la tomo grafía por emisión de positrones (PET) Signos clínicos de fractura de la base del cráneo
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Convulsiones den ser desplazados por el campo magnético, es una contra-


Signos de lesión neurológica focal indicación absoluta en pacientes con heridas penetrantes o
Cefalea persistente por arma de fuego (figura 31).
Pérdida del conocimiento (37).
Lesiones intracerebrales
El estudio debe realizarse desde el foramen magno hasta el
Hematoma i ntracerebral
vértex. En la fosa posterior los cortes deben tener un espesor
que no exceda los 5 mm y de esta forma intentar disminuir El hematoma intracerebral traumático puede ser el resultado
los artificios de volumen parcial y endurecimiento del haz, de una variedad de causas. La mayoría de los hematomas in-
frecuentes en esta región. Los cortes del resto del cráneo se tracraneanos se desarrollan como una complicación de una
realizan cada 10 mm, para disminuir la dosis de radiación. El contusión y se presenta más frecuentemente en pacientes
estudio debe ser realizado sin medio de contraste para poder que tienen coagulopatías menores por el consumo de alco-
detectar focos de sangrado intracraneano. hol, generalmente presente en el trauma. Se utiliza el término
Normalmente la sustancia blanca tiene una menor densi- de contusión hemorrágica o hematoma contusional aunque
dad por su contenido de mielina, mientras que la sustancia desde el punto de vista patológico, todas las contusiones son
gris tiene mayor atenuación puesto que aquí se concentran hemorrágicas (figura 29).
los diferentes grupos neuronales. Un coágulo sanguíneo
usualmente ct,ntiene gran cantidad de proteínas compactadas
con alta concentración de electrones y una relativa poca can-
tidad de agua; por lo tanto, absorbe el haz de Rx en mayor
forma que el tejido cerebral normal y se presenta como una
hiperdensidad o área blanca de incremento en la atenuación
que contrasta en forma marcada con el parénquima cerebral
normal y aún más con el líquido cefalorraquídeo. Es por tal
motivo que se evita el uso de ~ontraste en estos pacientes.
Contrariamente, los casos de edema o isquemia se presen-
tan como áreas oscuras o hipodensas, por la reducción en
la atenuación del haz de Rx, debido al relativo aumento del
contenido de agua.

Resonancia magnética
La diferencia de contraste entre los tejidos normales y patoló-
gicos en la RM es varias veces mejor que en la escanografía,
pero depende de los parámetros de la secuencia seleccionada.
Se obtiene una mejor evaluación con un mejor detalle anató-
mico en la fosa posterior y base de cráneo. Es posible selec-
cionar técnicas de exploración que sean sensibles a la hemo- Figura 29. TAC cerebral simple que muestra áreas de contusión cortical en
globina en sus diferentes estadios de degradación, técnicas el lado derecho.
con una gran información anatómica o secuencias sensibles '"'-
al edema. Recientemente se han desarrollado secuencias que En el TAC la hemorragia agu}la se demuestra " -como un
son 3 ó 4 veces más rápidas que las convencionales lo cual es área de aumento en la atenuación o hiperdensidad (blanco)
de gran utilidad para evaluar niños o pacientes severamente rodeada por una zona de pipodensidad (oscuro) debido al
lesionados. Otras técnicas que se han desarrollado actual- edema que acompaña la lesión. Por el fenómeno de retrac-
mente son las secuencias ecoplanar ultrarrápidas, obteniendo ción de coágulo con el tiempo, el edema aumenta su tamaño
imágenes de difusión, perfusión y estudios funcionales de y en aproximadamente cuatro días el coágulo comienza a ser
pobre resolución anatómica pero de gran información fun- isodenso con el parénquima cerebral adyacente hasta desapa-
cional. recer varias semanas después. La presencia de un nivellíqui-
También se pueden realizar estudios de angiorresonancia do dentro del hematoma sugiere la presencia de coagulopatía
sin necesidad de utilizar medio de contraste endovenoso, de y licuefacción que puede empeorar el pronóstico del paciente
utilidad para evaluar disección arterial o áreas de estenosis (39) (figura 30).
postraumática (38). En ausencia de contusión con antecedente de trauma pue-
Como se expuso previamente, la dificultad para monitori- de ser difícil diferenciar un hematoma espontáneo de uno
zar los pacientes críticos y la mayor duración del examen, no traumático desde el punto de vista radiológico. El hematoma
hacen de la RM el estudio inicial para la evaluación del TCE. traumático se forma como resultado de una ruptura de un vaso
Además, la presencia de cuerpos extraños metálicos que pue- intracerebral o subaracnoideo y a veces la angiografía puede
56/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

ser necesaria para excluir la posibilidad de una ruptura de una Los hematomas en la fosa posterior pueden ser más difí-
aneurisma como causa de un hematoma no explicado. ciles de diagnosticar en escanografía, pero tienen gran im-
portancia debido al efecto de masa sobre el tallo cerebral,
el cuarto ventrículo y siempre deben sospecharse en caso de l

fracturas del hueso occipital. Es de utilidad cambiar las ven-


tanas para mejorar la posibilidad de su diagnóstico.
La resonancia magnética tiene mayor sensibilidad para de-
tectar las hematomas intracraneanos que la escanografía, pero
su apariencia es más compleja y depende de múltiples factores
como son el efecto paramagnético del coágulo, los productos
de degradación de la hemoglobina, la formación de la matriz
del coágulo y los cambios en la hidratación del eritrocito. En
RM, el estado agudo de los hematomas se demuestra como una
región bien circunscrita de hipointensidad en las secuencias de
T2. En TI, los hematomas aparecen isointensos con la sustan-
cia gris e hipointensos en comparación con la sustancia blanca.
Todos los hematomas están rodeados por cantidades variables
de suero absorbido y edema el cual se demuestra como un ani-
llo ancho e irregular brillante en las secuencias de T2.
El estado sub agudo empieza al tercer día y dura entre una
semana y un mes después del trauma. Esta transición está
marcada por el paso de hipointensidad en las secuencias de
Figura 30. TAC cerebral simple que muestra múltiples contusiones. Gran
hematoma fronto-temporal izquierdo sangre en espacio subaracnoideo. Ede-
TI a ser hiperintensa, en forma de anillo en la periferia del
ma cerebral. Desplazamiento de.la línea media y colapso ventricular. coágulo. Esta hiperintensidad señalada en el TI es debida a
la conversión de deoxihemoglobina a metahemoglobina (fi-
gura 31). Este estado se ha dividido en una etapa temprana y
una tardía dependiendo de la apariencia del hematoma de la
secuencia de T2, donde inicialmente es hipointenso debido
a la presencia de la metahemoglobina intracelular, pero tan
pronto ocurre la lisis de glóbulos rojos, se libera la metahe-
moglobina. En ese momento, el hematoma madura y pasa de
hipointenso a hiperintenso en esta secuencia (T2). Progre-
sivamente, los macrófagos se· acumulan en la periferia del
hematoma y comienzan a fagocitar los productos de degrada-
ción de la hemoglobina, convirtiéndola en hemosiderina que
persiste indefinidamente en la periferia del hematoma. Esto
se manifiesta como un anillo de hipointensidad en las secuen-
cias de T2 y especialmente en secuencias de eco gradiente.

Características de los hematom~s


Figura 31. Resonancia magnética coronal T1 que muestra fractura parietal intracraneanos en RM
derecha deprimida, con contusión cortical asociada hiperintensa por la pre-
/
sencia de metahemoglobina. Estado Aspecto en Tl Aspecto en T2
Hiperagudo Oscuro Brillante
Un hematoma intracraneano puede no estar presente en el Agudo Isointenso Oscuro
momento del estudio escanográfico inicial, pero puede desa- Subagudo temprano Brillante Oscuro
rrollarse posteriormente, éste es el denominado hematoma Subagudo tardío Brillante Brillante
tardío y se encuentra en un porcentaje hasta 20% con trauma Crónico Isointenso Oscuro
moderado a severo. Los hematomas tardíos generalmente se
desarrollan en zonas que han presentado algún tipo de trauma Contusiones
y la contusión cerebral es un precursor frecuente en el desarro-
llo de estos hematomas. También se pueden presentar como Las contusiones son pequeñas lesiones cerebrales formadas
resultado de la reanimación, el denominado efecto de reperfu- por la coalescencia de pequeñas hemorragias petequiales
sión, el cual ocurre al mejorar el vasoespasmo y la coagulopa- formadas por una deformación c~rebral aguda usualmente
tía. Desafortunadamente los pacientes con hematomas tardíos debida al impacto que realiza la tabla de ósea interna sobre
tienen, en términos generales, mal pronóstico (40). el tejido cerebral. Ésta es considerada la presentación más
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

frecuente del trauma craneal y tiene una gran variedad de asociación directa con una fractura. Ocupa el espacio entre la
apariencias y cambios durante el tiempo. dura madre la tabla ósea interna y es usualmente limitado por
Estas áreas de destrucción cerebral comúnmente son asi- los repliegues de dura madre que se adhieren a la tabla ósea
métricas, localizadas en la superficie de los lóbulos frontal y especialmente en la región de las suturas. Esto explica su as-
temporal donde existe un contacto directo entre el hueso y pecto característico en forma lenticular, pues las adherencias
el tejido cerebral.. El edema citotóxico que acompaña estas durales no permiten que se extienda por toda la superficie
lesiones comienza tan pronto OCUlTe el trauma con un máxi- craneal (figura 33).
mo de alrededor de cinco días. Rodeando las contusiones se
presenta una pequeña y variable cantidad de tejido cerebral
isquémico la cual puede incrementar con el tiempo. Este te-
jido isquémico que rodea la contusión presenta ruptura de
la ban'era hematoencefálica, demostrada por el realce al ad-
ministrar contraste tanto en escanografía como en RM y es
detectada durante los primeros tres o cuatro días (14).
La apariencia de las contusiones en escanografía y reso-
nancia es variable pero específica y su progresión sobre el
tiempo es predecible. La hemonagia está siempre presente
desde el punto de vista patológico pero puede ser microscó-
pica y no detectable en imágenes. Las contusiones pueden
presentarse únicamente como un área hipodensa, o con canti-
dades variables de hemonagia parenquimatosa asociada.
Estas contusiones cicatrizan progresivamente con presen-
cia de tejido gliótico cicatricial que conlleva a la presencia de
un área de baja atenuación que permanece como la marca de
una contusión antigua, conocida'frecuentemente como ence- Figura 32. TAC cerebral simple que muestra varios focos de contusión con
compromiso del borde posterior del tallo, característicos de lesión axonal
falomalacia. Generalmente se acompaña de retracción corti- difusa (LAD).
cal y del sistema ventricular.

Lesión primaria de la sustancia blanca


La lesión primaria de la sustancia blanca se conoce común-
mente con el nombre de lesión axonal difusa (LAD). El mar-
cador neuropatológico de esta entidad es el resultado de un
desgano ocasionado por un mecanismo de aceleración-des-
aceleración angular (figura 32). Hasta hace poco tiempo esta
lesión no era diagnosticada inicialmente debido a su poca
evidencia a los estudios escanográficos. En resonancia mag-
nética se visualizan como pequeñas lesiones con aumento en
el contenido de agua (brillantes en T2 y en FLAIR) locali-
zadas la unión entre la sustancia blanca y la corteza cerebral
que son raramente visibles en escanografía (42).
Si el trauma es de mayor severidad estas lesiones se pueden
visualizar en el cuerpo calloso, en el sitio de inserción del ten-
torio y en los ganglios basales debido a las fuerzas rotacionales
que producen desgan'o de las pequeñas estructuras vasculares
que ÍlTigan el axón. Puede asociarse a presencia de sangre en sis-
tema ventl1cular especialmente si existe compromiso del cuerpo
Figura 33. Clásica imagen de hematoma epidural en TAC cerebral simple.
calloso por lesión de las pequeñas venas subependimarias.
Hay importante efecto de masa con desviación de la línea media y colapso
ventricular.
Lesiones extracerebrales (colecciones
extraaxi lares) La descripción clásica de la apariencia escanográfica de
un hematoma epidural es la de un coágulo de alta atenua-
Hematoma epidural
ción (hiperdenso) de apariencia uniforme y homogénea, bi-
La sangre se origina de las arterias o venas meníngeas o por convexa, con importante efecto de masa sobre el parénquima
laceración de los senos durales y se presenta generalmente en cerebral adyacente.
56/ IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

Aunque el hematoma epidural es fácilmente detectable en La resonancia magnética es una excelente henamienta'
TAC, hay localizaciones que pueden generar dificultad para pues demuestra adecuadamente cualquiera de los hemato-
su diagnóstico como son: la base del cráneo y en cercanía al mas, diferenciándolos adecuadamente del tejido cerebral
vértex, donde muchas veces no se realizan cortes. Los he- vecino. La intensidad de señal de los hematomas varía de
matomas epidurales en resonancia magnética dependen de acuerdo con la edad. Son fácilmente diagnosticados en pe-
la edad de la hemonagia, muy similares a lo descrito con la ríodo subagudo por la presencia de metahemoglobina que es
hemorragia intracerebral. detectada como hiperintensidad en la secuencia de TI. Los
hematomas subdurales crónicos se visualizan hipodensos en
Hematoma subdural TI pero pueden presentar niveles líquido-líquido debido a la
Son colecciones de sangre localizadas entre la dura y la arac- presencia de sangre en diferentes estadios de degradación, o
noides. Estos hematomas OCUlTen más frecuentemente sobre la por episodios de resangrado.
convexidad cerebral pero también pueden visualizarse a lo lar-
go de la hoz interhemisférica y el tentado. Son frecuentemente Hemorragia subaracnoidea
debidos a desgano de las venas del espacio subdural, de apa- Se diagnostica por la presencia de focos de hiperdensidad
dencia lineal. Cuando son pequeños, pueden pasar desaperci- localizados en el espacio subaracnoideo y que se distribuye
bidos y es de utilidad cambiar las ventanas para visualizarlos. entre los surcos, circunvoluciones y cisternas. Usualmente se
El clásico hematoma subdural se visualiza como una co- asocia a escalas de Glasgow por debajo de 10. Se presen-
lección hiperdensa sobre la convexidad del hemisferio com- tan en forma aislada en las cisternas basales, después de una
prometido que ejerce efecto de masa sobre el parénquima ce- fractura de la base del cráneo, mientras que la hemonagia
rebral y puede desviar el sistema ventricular y la línea media subaracnoidea que se presenta en los hemisferios cerebra-
interhemisférica. les se asocia a fracturas de la bóveda craneana, hemonagias
Con alguna frecuencia se pueden presentar iso o hipoden- locales o contusiones cerebrales. Si se presenta en traumas
sos en la escanografía en la fase aguda, debido a anemia por leves, se hace mandatario realizar una angiografía para des-
hemodilución de la reanimación agresiva a que son someti- cartar un aneurisma.
dos estos pacientes en los servicios de urgencias. El diagnóstico de la hemonagia subaracnoidea se hace con
Si un hematoma subdural no es removido, se puede evi- TAC y la resonancia magnética no es utilizada en forma ru-
denciar resolución del mismo y comienza a convertirse en is- tinaria debido a la alta tensión de oxígeno y al efecto pulsátil
adenso con el parénquima cerebral aproximadamente entre el de flujo del LCR que dificulta una adecuada evaluación. Las
séptimo y décimo día postrauma, con alguna dificultad para secuencias sensibles a los efectos de susceptibilidad magné-
diagnosticarlo. En ocasiones se pueden presentar hematomas tica (p. ej. ecogradiente) que genera la hemoglobina en la
subdurales bilaterales los cuales se presentan sin desviación imagen, pueden ser de gran utilidad para su detección (43).
de la línea media interhemisférica y pueden complicar aún
más su diagnóstico. Deben sospecharse cuando se observe Hemorragia intraventricular
obliteración de los surcos de las convexidades y colapso del La hemonagia intraventricular es poco frecuente, presentán-
sistema ventricular. dose solamente en cerca del 3% de todas las lesiones trau-
máticas severas. Es debida a una contusión adyacente de la
sustancia blanca periventricular, y se relaciona frecuente-
mente con escalas de Glasgow bajas. Puede ocunir como un
hallazgo aislado especialmente en pacientes mayores debido
a ruptura de venas subependimarias. En estos casos el pro-
nóstico es usualmente más favorable (43, 44).

Neumoencéfalo
El paso anormal del aire a la cavidad endocraneana usual-
mente se produce a través de una fractura que compromete
los senos paranasales, especialmente el frontal, por compro-
miso de celdillas mastoideas o del oído medio. Generalmente
se asocia a salida de líquido cefalonaquídeo (LCR) con dis-
minución generalizada de la presión intracraneana. Si no hay
salida de LCR el aire se puede acumular y causar un efecto
de masa especialmente en espacio subdural.
El escape de LCR se presenta en, aproximadamente el 25 %
Figura 34. TAC simple. Imagen hemorrágica laminar izquierda típica de de los pacientes con neuma encéfalo diagnosticado por esca-
hematoma subdural. Hematoma subgaleal frontal derecho. nografía, pero la mayoría ciena espontáneamente entre los
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

7 Y 10 días. Si la salida de LCR persiste, o hay evidencia de


meningitis postraumática tardía, debe descartarse la posibili-
dad de una fístula de LCR. No hay urgencia en diagnosticar
la fístula del LCR en el inicio del trauma y esto puede ser
realizado en un segundo tiempo con cisternografía por TAC,
dirigida al sitio de sospecha de la fístula, opacificando el es-
pacio subaracnoideo con medio de contraste intratecal intro-
ducido a través de una punción lumbar.

Hipertensión endocraneana y hernias cerebrales


Uno de los factores que afecta en mayor forma la severidad
de un trauma craneoencefálico es la presencia o ausencia de
aumento en la presión intracraneana, por lo tanto pueden
considerarse algunos aspectos radiológicos en esta entidad.
En la fosa posterior el cuarto ventrículo es un punto de re-
ferencia. Siempre debe ser visualizado con buena amplitud y
sin desplazamientos anormales. Si esta estructura se encuentra
Figura 35. TAC cerebral simple que muestra extensa hipodensidad frontal
desplazada o comprimida debe buscarse una causa local, como derecha, en relación a infarto postraumático. Contusión cortical asociada.
una colección extracerebral, y en estos casos la manipulación Cambios posquirúrgicos de drenaje de hematoma.
de las ventanas pueden ser de gran utilidad o en caso necesario,
debe realizarse un estudio de resonancia magnética. Ésta frecuentemente compromete los territorios de la arteria
El desplazamiento de la línea media indica la presencia de cerebral posterior por desplazamiento severo de la línea me-
una hernia lateral o inferior a través de la hoz interhemisféri- dia con compresión de la arteria contra el borde del tentorio.
ca y ocasiona oclusión del agujero de Monroe con dilatación La isquemia de la arteria pericallosa es producida por me-
cuerno temporal contralateral. Pueden existir signos de com- canismos similares, a pesar de que ésta se reconoce menos
presión en el tallo cerebral que sugieren una hernia transten- frecuentemente.
torial que debe ser diagnosticada en forma temprana ya que Si se hace aparente una isquemia en el territorio de la ar-
se constituye en un factor de mal pronóstico. teria cerebral media debe descartarse una posibilidad de una
Las cisternas más frecuentemente comprometidas y obli- lesión de la arteria carótida interna en el, cuello o en la base
teradas durante el trauma son la cisterna ambiens y la cis- del cráneo. Las disecciones locales o tromboembolismo son
terna perimesencefálica. Las hernias pueden ser fácilmente usualmente la causa más frecuente de esta alteración. Los es-
diagnosticadas en el estudio de resonancia magnética debido tudios angiográficos tempranos usualmente logran diagnos-
a la facilidad para realizar cortes en múltiples planos y ade- ticar estas lesiones y pueden ser tratadas quirúrgicamente o
más permite diagnosticar desplazamientos como ocurre en desde el punto de vista endovascular.
las hernias pericallosas y uncales. Las alteraciones isquémicas secundarias a lesiones de te-
Desde el punto de vista técnico no es posible mostrar la rritorio arteria basilar se visualizan como áreas de baja ate-
hernia de las amígdalas por escanografía a menos que se pue- nuación en el tallo cerebral en comparación con la densidad
dan obtener reconstrucciones en el plano sagital, que son po- de los hemisferios. Las disecciones de la arteria vertebral
"
sibles con los equipos actuales. muestran infartos del territorio posterior. ,
El principal signo escanográfico para diagnosticar hidro- Los estudios de angioTAC coniequipo de muÚidetectores,
cefalia aguda es la dilatación de los cuernos temporales, te- utilizados actualmente, permiten visualizar en gran forma los
niendo en cuenta que en las personas jóvenes estas estructu- diferentes territorios vascuJares arteriales en el cuello y en la
ras pueden ser normalmente prominentes. base del cráneo, por su capacidad multiplanar y de recons-
trucciones 3 D. El territorio vertebro-basilar se evalúa mejor
Isquemia postraumática con angiorresonancia, que evita los artificios de los cuerpos
La enfermedad isquémica o el infarto se visualizan en esca- vertebrales que impiden una adecuada evaluación en TAC.
nografía como áreas de hipodensidad en relación con el pa- En la actualidad, en los estudios de difusión y perfusión
rénquima cerebral adyacente, sin embargo en TAC no es po- se pueden diagnosticar en forma temprana estas alteraciones
sible diferenciar isquemia de un infarto. La isquemia cerebral vasculares.
es un hallazgo post mortem frecuente en lesiones traumáticas Las fracturas que comprometen los senos venosos mayo-
severas del cráneo, pero raramente se logran demostrar en es- res pueden producir trombosis de estas estructuras las cuales
tudios escanográficos en la fase aguda del trauma. El patrón conllevan a la presencia de infartos corticales venosos. En
más comúnmente visualizado en isquemia es el que se asocia escanografía éstos se demuestran como, lesiones hipodensas
con las contusiones las cuales causan baja atenuación debido periféricas corticales con cambios hemorrágicos asociados,
al edema citotóxico (45). que no se corresponden con territorios vasculares arteriales

738
56/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

definidos. El diagnóstico de las trombosis venosas se realiza 3. Cuando no existen traumas de otros órganos asociados.
principalmente· con estudios de resonancia magnética y en 4. Cuando no exista déficit neurológico.
actualidad con estudios de angiorresonancia venosa.
En casos de hipotensión severa y persistente o de cambios En los demás pacientes que no cumplan estos criterios está
isquémicos severos, se produce una elevación continua de la indicado realizarles estudios radiológicos que van desde una
presión intracraneana lo que causa a una pérdida completa radiografía simple lateral hasta estudios completos de reso-
de la diferenciación cortico-subcortical. Estas alteraciones se nancia magnética (47, 48). La evaluación inicial del paciente
presentan en ambos hemisferios cerebrales en forma simétri- con trauma espinal siempre consta de radiografías simples
ca lo que contrasta con la densidad normal de los hemisferios obtenidas con las precauciones necesarias y adecuadas para
cerebelosos y usualmente es patognomónico de un cerebro no agravar posibles desplazamientos óseos y no empeorar
no perfundido. cualquiera de los déficit neurológicos iniciales.
La mayoría de las lesiones espinales ocurren como resul-
Radiología en el diagnóstico de muerte tado de fuerzas indirectas generadas por el movimiento de un
cerebral segmento de cuerpo vertebral contra otro segmento fijo. Con
frecuencia se genera más de un vector de fuerza que produ-
La muerte cerebral es un diagnóstico clínico en el cual el ce tensiones complejas aplicadas a los diferentes segmentos
estudio radiológico no juega un papel importante. La esca- de la columna vertebral. En la mayoría de los traumatismos
nografía puede demostrar una pobre circulación del contras- espinales el déficit neurológico de causa medular o radicular
te. Las técnicas de resonancia magnética con o sin contraste se manifiesta inmediatamente en el momento de la lesión.
también pueden visualizar un flujo disminuido en los hemis- Sin embargo, en el 5-10% de los casos los signos neuroló-
ferios cerebrales (46). gicos pueden retrasarse en su aparición y en otro porcentaje
En la actualidad el estudio para diagnosticar la muerte ce- cercano al 10% de pacientes con déficit neurológicos no hay
rebral es el SPECT Tc- HMPAO, en donde si hay muerte evidencia radiológica de fractura vertebral. Es posible que en
irreversible cerebral no hay captación de radio núcleo y habla algunos casos el déficit neurológico tardío pueda atribuirse
de una pérdida de la activiclad neuronal. También se usan los a una evaluación inicial inadecuada o a una falta de recono-
estudios de perfusión cerebral por TAC. cimiento de la severidad de la lesión en la valoración inicial
tanto clínica como radiológica (figura 36).
Evaluación radiográfica del trauma El estudio radiológico inicial de la columna cervical se
raquimedular considera secundario en el manejo general del trauma des-
La mayoría de las lesiones espinales ocurren principalmente pués de estabilizar la vía aérea y el estado hemodinámico de
como resultado de un trauma contuso o por heridas penetrantes los pacientes. Lograr una buena técnica radiográfica es de
ocasionadas por arma de fuego o arma blanca. Actualmente los vital importancia para evitar pasar por alto la posibilidad de
accidentes de tránsito de peatones o automovilistas ocasionan lesiones osteovertebrales.
una importante cantidad de traumatismos en la columna verte- Parte de los criterios para una adecuadá proyección radio-
bral. Las lesiones deportivas también son una causa frecuente lógica de columna cervical son:
de trauma espinal especialmente en los deportes extremos. 1. Visualizar todas las apófisis espinosas
Las regiones que más frecuentemente se comprometen 2. Visualizar C7 - TI en proyecciones adicionales de nada-
son la columna cervical y la unión dorso lumbar. La mayoría dor o tracción de brazos
de los traumas espinales se acompañan generalmente de trau- 3. Visualizar la unión occipito-cervical "
ma craneoencefálico o de la pelvis. 4. Verdadera lateral de la columna sin rotación con perfecta
La evaluación radiográfica de la columna vertebral des- superposición de los procesos articulares
pués de una lesión traumática aguda se ha convertido en 5. Identificar los bordes anterior (Basion) y posterior (Opis-
parte integral del manejo inicial del paciente traumatizado. tion) del agujero magno.
Hay varios factores que influyen en la decisión de realizar
estudios radiológicos a un paciente con trauma espinal como La radiografía lateral de la columna cervical se ha utilizado
son el mecanismo y las características del trauma, el grado de tradicionalmente como un método radiológico inicial adecua-
dolor, lesiones concomitantes al trauma espinal y déficit neu- do para evaluar la columna cervical postrauma. Aproximada-
rológico asociado. En términos generales no se debe realizar mente entre 74 y 95% de las lesiones cervicales pueden ser
estudios radiológicos a un paciente traumatizado que cumpla identificadas con una adecuada radiografía lateral (49, 50).
los siguientes criterios: Actualmente algunos autores (51-54) la consideran insu-
1. Paciente con alerta completa sin que existan signos de ficiente para una adecuada evaluación debido principalmente
consumo de alcoholo drogas alucinógenas. a que es posible no examinar las regiones occipito-cervical y
2. Mecanismos de trauma de baja energía como son caídas de cervico-torácica, que son frecuentemente comprometidas en
menos de 2 metros de altura o accidentes automovilísticos el trauma. Por lo tanto, métodos avanzados como la escano-
leves que ocurran con velocidades menores a 60 km!hr. grafía han comenzado a ser más populares como una moda-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

lidad de imagen inicial en la valoración del trauma espinal la región toracolumbar, trauma toráxico o abdominopélvico
(55). de alta energía, déficit neurológico con nivel toráxico y un
Las proyecciones adicionales (oblicuas) no están muy re- estado mental alterado impida un adecuado examen clínico.
comendadas en un paciente agudamente traumatizado (56, Usualmente se utilizan proyecciones AP y lateral, localiza-
57). Las posiciones dinámicas en flexión-extensión tampoco das en los sitios específicos del trauma Es de utilidad realizar
son recomendadas inicialmente ya que pueden empeorar una radiografías centradas en la región toracolumbar (TI2-Ll) y
lesión que en principió no parecía tan grave. lumbosacra (L5- S 1).

Figura 37. Corte axial del mismo paciente que muestra fragmento fractura-
do del cuerpo vertebral en el canal raquídeo.

Figura 36. Rx simple lateral de columna cervical mostrando técnica adecua-


da. Debe observarse hasta C 7.

La tomo grafía computarizada (TAC) es de gran utilidad


para demostrar fracturas que afectan los componentes pos-
teriores de los cuerpos vertebrales y los arcos vertebrales ya
que éstos no pueden ser adecuadamente evaluados en radio-
grafías simples. Los fragmentos óseos desplazados, el com-
promiso del canal raquídeo y en algunos pacientes los hema-
tomas agudos pueden ser diagnosticados por la TAC. Con las
nuevas tecnologías y la posibilidad de las reconstrucciones
bidimensionales y tridimensionales de la columna las cuales
son cada vez más frecuentemente utilizadas en la evaluación
inicial del trauma, se pueden diagnosticar la gran mayoría de
las lesiones traumáticas de la columna vertebral; así mismo,
se diagnostican grados menores de subluxación de las apó-
fisis articulares cabalgadas o desplazadas una encima de la
otra (figuras 37 y 38).
La tomo grafía computarizada debe siempre evaluarse en
conjunto con los hallazgos radiológicos simples. La evalua-
ción radiológica de la columna toracolumbar está indicada en
pacientes con lesiones de la columna cervical, ya que el 11 %
de los pacientes presenta trauma toracolumbar asociado (31). Figura 38. Reconstrucción sagital de TAC multtcorte que muestra clara-
mente fractura por aplastamiento de Ll con retropulsión de fragmento a
También está indicada la radiografía toracolumbar en pacien-
canal raquídeo.
tes con fracturas de calcáneo por caídas de pie, con dolor en
56/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

No es de utilidad realizar placas de rutina del sacro en pierde su intensidad de señal (deoxihemoglobina) como se
pacientes con politrauma o trauma espinal y más bien deben explicó anteriormente.
incluirse en la evaluación integral del trauma pélvico Las indicaciones para resonancia magnética en pacientes
En la actualidad, el papel de la resonancia magnética en politraumatizados o con trauma espinal son las siguientes:
el trauma espinal está discutido. Las indicaciones se limitan Déficit neurológico
a pacientes que presentan déficit neurológico 'y fracturas es- Sospecha de hernia pos traumática
pinales estables. La TAC es más útil en los estadios agudos Compromiso del cordón medular para obtener informa-
cuando se asocia a la lesión espinal un traumatismo múltiple ción acerca del pronóstico y del potencial de recuperación
o cuando las radiografías simples no pueden excluir fracturas (60, 61).
en la región cervico-dorsal.
La resonanc-iamagnética es de gran utilidad para evaluar En conclusión, el papel de la resonancia magnética en el trau-
la médula espinal y las partes blandas intra o extraespinales. matismo espinal agudo es complementario a la radiografía
Las lesiones ligamentosas que se sospechan en radiografías simple y la tomo grafía computarizada y no reemplaza estos
simples o tomografías con frecuencia pueden demostrarse en estudios. Es de utilidad para excluir contusión medular o he-
estudios de resonancia magnética (58, 59) (figura 39). mOlTagia espinal en pacientes con déficit neurológico que
El estudio de resonancia magnética generalmente utiliza presentan radiografías simples y escanografías normales.
secuencias spin eco TI y T2. La reducción del tiempo de
adquisición de las imágenes y una mejor delimitación del Clasificación del trauma por tipo de lesión
edema medular, contusión o hemolTagia se consigue con se-
Lesiones por flexión
cuencias fase-spin-eco. Las secuencias de supresión de grasa
combinadas con las secuencias fase-spin-eco son de utilidad Las lesiones por flexión ocasionan trauma principalmente en
para demostrar trauma óseo y ligamentoso. la columna cervical en los niveles C3 a C7. Generalmente se
En la actualidad, con la disponibilidad de las antenas de asocia a ruptura de los ligamentos interespinosos y fractu-
superficie se puede evaluar la totalidad de la columna verte- ra de las láminas y apófisis espinosas. La radiografía simple
bral sin necesidad de móvilizar el paciente o reposicionar la muestra un aumento en la distancia entre las apófisis espino-
antena del resonador. sas y la escanografía puede demostrar la presencia de fractu-
ras que comprometan lámina o pedículo vertebral.
Si se sospecha contusión medular debe realizarse resonan-
cia magnética. El acuñamiento de la porción anterior de los
cuerpos vertebrales o el alTane amiento de los platillos ver-
tebrales anteriores son signos de un trauma severo espinal.
La escanografía también es de gran utilidad para evaluar los
cabalgamientos facetarios y la presencia de fragmentos óseos
en el interior del canal raquídeo o de los agujeros de conjuga-
ción; y la integridad de los agujeros vertebrales.
Cuando hay mecanismos de flexión-rotación de la colum-
na vertebral puede existir una luxación unilateral de las apó-
fisis articulares que son difíciles de diagnosticar a menos que
se realicen estudios de escanografía co.{l reconstrucciones tri-
dimensionales o en los planos sagitales y·,c;oronales.

Lesiones por extensión


La mayoría de lesiónes por extensión de la columna cervical
son ocasionadas en accidente de tránsito y se producen por
extensión de la cabeza sobre la columna vertebral lo que pro-
duce una ruptura de fibras del ligamento longitudinal común
Figura 39. Imagen T2 sagital de columna cervical que muestra una zona de
contusión sección medular a nivel e 6.
anterior. Esto produce fracturas por avulsión de las porcio-
nes antero-superior y antero-inferior del cuerpo vertebral;
El aumento de la intensidad de señal en la médula espinal en así mismo, dependiendo de la severidad del trauma, pueden
las imágenes TI generalmente indica hemolTagia reciente la existir fracturas de la lámina, de las apófisis articulares y de
cual se observa generalmente 48-72 hrs después del trauma. las apófisis espinosas.
El edema y la isquemia espinal asociada al trauma pueden La mayoría de las lesiones por hiperextensión de la co-
extenderse en forma cefalocaudal generalmente afectando la lumna cervical se detectan en radiografías simples: los signos
región dorsal y disminuyendo con el tiempo pero sin desapa- radiológicos son el aumento del· espacio intervertebral por el
recer por completo. En las secuencias de T2 la hemolTagia desgano del ligamento longitudinal anterior y fenómeno de
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

vacío en el nivel de la lesión por la avulsión del platillo ver- reportado entre un 25 y 50%. La mayoría de pacientes son
tebral y del anillo fibroso del disco. asintomáticos (62, 63). Las luxaciones facetarias, fracturas
La tomografía axial computarizada y la resonancia mag- de apófisis transversa y alteraciones en la morfología del ani-
nética son de utilidad en la evaluación de las lesiones por llo de C 1 son las lesiones que más frecuentemente se relacio-
hiperextensión. La tomo grafía demuestra pequeñas fracturas nan con daño de las arterias vertebrales. En la actualidad es
por arrancamiento y la relación de estos fragmentos óseos de utilidad evaluar las arterias vertebrales con la tomografía
con el cuerpo vertebral. axial computarizada y reconstrucción tridimensional (Angio-
TAC) o por medio de angionesonancia magnética que tiene
Lesión tipo latigazo la ventaja sobre la escanografía de eliminar los componentes
Las lesiones tipo "latigazo" ocunen por la combinación de óseos que rodean las arterias vertebrales. Se pueden diagnos-
fuerzas de hiperflexión e hiperextensión de la columna cervi- ticar ocluciones o disecciones vertebrales (64).
cal que generalmente son en accidentes de tránsito.
Dependiendo de la severidad del trauma las lesiones pue- Conclusión
den identificarse en radiografías simples y en algunos casos Las radiografías simples son el estudio de lesión inicial para
con proyecciones dinámicas (figura 40). la evaluación del trauma espinal ya que logran identificar en
Tomografía axial computarizada no tiene gran utilidad en buena forma lesiones osteovertebrales y dan una idea general
la valoración por trauma por latigazo. del estado de la columna en el paciente traumatizado.
La resonancia magnética es ideal en pacientes con este La tomo grafía axial computarizada con las reconstruc-
tipo de trauma que presentan síntomas neurológicos. Su ca- ciones tridimensionales es el mejor método para detallar y
pacidad multiplanar permite una adecuada evaluación de los evaluar las estructuras óseas y caracterizar las fracturas y
tejidos blandos y del cordón medular en donde se pueden luxaciones osteovertebrales. Con el mejoramiento tecnológi-
observar áreas de hiperintensidad de señal en el TI por el co actual se pueden realizar estudios más rápidamente y re-
componente hemonágico. construcciones multiplanares que juegan un papel importante
en la evaluación inicial del trauma.
La resonancia magnética es de utilidad para evaluar los
tejidos blandos intra y extravertebrales, los discos interver-
tebrales y las alteraciones en la intensidad de señal de la mé-
dula espinal aunque no hay utilidad en realizarla en la fase
inicial del trauma.

Tórax
En el trauma torácico la rapidez y la precisión en el diagnós-
tico son esenciales, por el tipo de lesiones que se presentan y
que pueden comprometer la vida del paciente si no' se instaura
un tratamiento en forma oportuna. Por lo tanto, las imágenes
diagnósticas juegan un papel central en este proceso y deben
aportar información rápida y veraz. Analizaremos cada tipo
de lesión y el rol que juegan las diferentes modalidades de
diagnóstico imagenológico en cada una de ellas.

Lesiones esqueléticas
Fracturas costales
La importancia del diagnóstico de las fracturas costales radica
en que éstas pueden causar laceración del pulmón o sangrado
al espacio pleural. Cuando son múltiples pueden comprome-
ter la función ventilatoria, con movimiento paradójico de la
pared torácica. Las fracturas de. los primeros arcos costales,
Figura 40. Rx simple que muestra lesión por "latigazo", con esguince e 5- en especial en asociación con fracturas escapulares, tienen
e 6 sin evidencia de fractura. Alta sospecha de lesión ligametaria. una incidencia de lesiones vasculares de hasta un 11 % (65).
También pueden asociarse a trauma del plexo braquial co-
Trauma vertebral con compromiso vascular nespondiente.
La radiografía convencional del tórax O'de reja costal (que
Las arterias vertebrales son frecuentemente comprometidas
incluye una proyección adicional oblicua) permite hacer un
durante el trauma cervical cenado cuya incidencia se ha
S6/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

diagnóstico confiable de fracturas costalés en la mayoría de El neumotórax es una condición más seria, ya que si es
casos. En especial, nos sirve como evaluación para diagnos- rápidamente progresivo puede comprometer la función car-
ticar la mayoría de neumotórax y hemotórax. diovascular, respiratoria y la vida del paciente. La radiografía
convencional del tórax permite diagnosticar el neumotór,ax y
es el método de elección. Tal como se describió previamente,
el TAC tiene una mayor sensibilidad para detectar neumotó-
rax, especialmente aquellos de localización anterior o para-
mediastinal (68).

Hemotórax
El hemotórax se presenta en aproximadamente 50% de los
pacientes con trauma torácico mayor. Se observa principal-
mente en casos de trauma penetrante, y pueden producirse
por lesión vascular intercostal, mamaria o subclavia o le-
sión del parénquima pulmonar. Su diagnóstico se hace por
Figuras 41-42. Múltiples fracturas costales derechas, diagnosticadas con
reconstrucción de volumen en equipo multidetectores. la identificación de signos de derrame pleural en radiología
convencional o en TAC, o~servándose medidas de densidad
En los casos donde clínicamente haya una sospecha de aumentadas en el líquido debido a la presencia de productos
lesión vascular subclavia o axilar, podemos utilizar la angio- sanguíneos.
grafía por TAC multidetector para no solamente demostrar el
daño vascular, sino al mismo tiempo tener una representación Lesiones pulmonares y de vía aérea
clara del tipo y extensión de lesión ósea costal, escapular, La contusión pulmonar se observa entre el 33 y el 70% (68)
clavicular o vertebral (66). Las lesiones de columna torácica de los pacientes con trauma cerrado del tórax. La energía
serán analizadas en la sección de trauma raquimedular. del trauma es transmitida al parénquima pulmonar con dis-
rupción microvascular y sangrado intersticial y alveolar que
Neumotórax y neumomediastino posteriormente se acompaña de edema y hemorragia que van
El neumomediastino es un signo indirecto que implica la progresando en las siguientes horas. Es por tal motivo que las
presencia de otras lesiones, potencialmente graves, como son radiografías iniciales pueden no presentar signos apreciables,
las lesiones de esófago, vía aérea, o menos frecuentemente, con aparición de infiltrados de compromiso alveolar a las seis
laceraciones pulmonares, trauma de cuello o retroperitoneo. horas posteriores. En este escenario, la TAC es mucho más
Su diagnóstico suele hacerse con una placa de tórax conven- sensible para diagnosticar el daño pulmonar y su extensión,
cional, pero hacemos énfasis en la necesidad de optimizar ayudando a predecir la necesidad de soporte ventilatorio. La
la técnica para poder diferenciar el aire mediastinal del aire resolución imagenológica de la contusiÓn se presenta entre
normal de la vía aérea o del pulmón. En casos de neumope- los 10 y 14 días (68).
ricardio vemos cómo el aire rodea los dos lados de la silueta
cardíaca, lo que lo diferenciaría de un neumomediastino o
neumotórax paramediastinal. Cuando hay dudas diagnós-
ticas, el TAC (idealmente con contraste endovenoso para /
valorar las estructuras del mediastino), es la mejor opción
diagnóstica (67).

,,
Figuras 45-46. Lesión traumática con extensa contusión pulmonar derecha
y hemotórax.

La laceración pulmonar es generalmente causada por un


trauma penetrante, fracturas costales o un mecanismo de
desaceleración. No es reconocida inicialmente con las radio-
grafías simples, por lo que se consideraba como una lesión
infrecuente antes de la implementación del TAC, siendo este
Figuras 43-44. Trauma toráxico con neumotórax, contusión pulmonar y gas
en tejidos blandos. método altamente sensible para su diagnóstico. Debido a las
propiedades elásticas del parénquima pulmonar, ésta apare-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

ce como un área ovoide, radiolúcida, rodeada dé un borde administramos una toma de contraste hidrosoluble previo al ini-
denso que representa una seudo membrana. Cuando la lace- cio del estudio, ya que permite detectar fugas de menor cantidad
ración compromete estructuras vasculares, se presenta como de constaste que con la radiología convencional.
un hematoma pulmonar el cual tiene un aspecto seudonodu-
lar denso. Se puede asociar a fístulas broncopleurales cuando Trauma abdominal cerrado
compromete el árbol bronquial. En la evaluación del trauma cerrado de abdomen, el examen
Las lesiones traqueo-bronquiales se presentan más fre- clínico inicial juega un importante papel en el diagnóstico
cuentemente en trauma penetrante. En el trauma torácico ce- de lesiones abdominales, sin embargo, tiene limitaciones en
rrado se han propuesto varios mecanismos que pueden lesio- pacientes con compromiso de su estado neurológico o bajo
nar la vía aérea, como son el cierre de la glotis con aumento la influencia de drogas o alcohol; por esta razón se han im-
rápido de la presión intraluminal de la tráquea, o fuerzas de plementado diferentes métodos de diagnóstico que permitan
tracción sobre el pulmón o la vía aérea causando ruptura de confirmar o excluir la presencia de lesiones abdominales,
la porción membranosa de la tráquea. Sin embargo, son más con el fin de establecer rápidamente el tratamiento adecuado,
frecuentes las lesiones de los bronquios (especialmente el orientado a disminuir la mortalidad inherente a este tipo de
derecho) que las de tráquea. Incluso, hasta un 10% de estas traumas, o a las complicaciones posteriores.
lesiones no son detectadas por no presentar signos clínicos o Se trata de utilizar el método diagnóstico con mayor sen-
radiológicos (68). Suelen manifestarse como neumomedias- sibilidad y especificidad en la eval.uación del trauma abdo-
tino o neumotórax, y la presencia de neumotórax persistente minal cerrado, que además de detectar las lesiones, permita
o progresivo, a pesar de un adecuado manejo, debe hacer sos- establecer su grado de severidad, y orientar su manejo qui-
pechar la posibilidad de lesión bronquial. rúrgico o conservador de acuerdo al tipo de lesión. Que sea
Hay muchas expectativas para mejorar el diagnóstico ra- costo-eficiente y asequible en los centros de manejo de trau-
diológico utilizando la TCMD con cortes ultrafinos y técnicas ma, considerando el trauma abdominal en el contexto de los
de reconstrucción multiplanar y de navegación endoluminal. pacientes poli traumatizados.
En este escenario, la tomografía computada con multide-
Lesiones del diafragma tectores, se constituye en uno de los avances tecnológicos
La ruptura traumática del diafragma es una lesión seria que que ha revolucionado el diagnóstico médico en general y el
se asocia a trauma abdominal o torácico cerrado, comprome- diagnóstico en trauma en particular, y su utilización está lle-
tiendo en un 56 a 86% (69) de los casos el lado izquierdo. La vando rápidamente al cambio en los esquemas de evaluación
radiografía de tórax es un método de baja sensibilidad para el del trauma.
diagnóstico de lesión diafragmática, detectando menos de la
mitad de los casos. El desarrollo de la TCMD ha permitido Tomografía computada con multidetectores
aumentar la sensibilidad entre el 61- 90% con especificidad (TeMO)
del 77 a 100% según las series publicadas (69). Esto se lo- El desarrollo de la TCMD, actualmente con equipos de 64
gra por la visualización de la discontinuidad del diafragma, detectores, lo convierten en el método diagnóstico más efi-
hernia de vísceras abdominales o grasa mesentérica, o engro- ciente, en la evaluación de pacientes con trauma múltiple.
samiento focal del diafragma por hemorragia. En ocasiones La rapidez en la adquisición de las imágenes, con un exa-
se puede ver el signo de la 'joroba" dado por una hernia de men de cabeza, cuello, tórax y abdomen, realizado en menos
un segmento del hígado, en las reconstrucciones coronales o de 30 segundos, con técnicas de procesamient0. informático
sagitales. que permiten evaluación de estructuras vasculares, órganos
sólidos, estructuras óseas, cráneo y columna, y algunos sig-
Lesiones del esófago nos de lesión de tracto gastrointestinal, en múltiples planos,
La lesión de esófago se presenta más frecuentemente en le- con cortes de 1 mm, en un/tiempo inferior a 10 minutos se
siones penetrantes del tórax y rara vez en trauma cerrado. Se obtiene la información más relevante, para definir el manejo
manifiesta por la presencia de enfisema cervical o neumo- inmediato del paciente (quirúrgico o conservador), por las
mediastino, derrame pleural (usualmente izquierdo), o alte- diferentes especialidades que intervienen en trauma.
ración en los contornos de las estructuras mediastinales por La alta sensibilidad y especificidad de la CTMD y su
la presencia de líquido o reacción inflamatoria. capacidad para hacer una evaluación completa del paciente
El estudio inicial ante la sospecha de perforación esofági- politraumatizado, han mostrado en recientes estudios realiza-
ca es el esofagograma con medio de contraste. Se debe reali- dos en Alemania, que su incorporación en los algoritmos de
zar inicialmente con medio hidro soluble, y si no hay signos evaluación temprana del politrauma ha llevado a la disminu-
de extraluminización, se puede proceder a hacer tomas con ción de la mortalidad causada por estas lesiones en los casos
sulfato de bario. de lesiones severas de 24% a 8%, y en lesiones muy severas
Al igual que con las lesiones de vía aérea, hay muchas expec- de 71 % a 40% (66, 70). '
tativas de que la mayor resolución ofrecida con la TCMD pueda La TCMD permite establecer el grado de severidad del
permitirnos diagnosticar lesiones esofágicas, especialmente si trauma de órganos sólidos abdominales.
56/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

Trauma hepático Grado II. Laceración de 1 a 3 cms de profundidad, hema-'


Grado 1. Avulsión capsular, laceración<l cm de profundi- toma subcapsular o central de 1 a 3 cms de diámetro.
dad, hematoma subcapsular <1 cm de grosor. Grado IIl. Laceración de 3 a 10 cms de profundidad, hema-
Grado II. Laceración de 1 a 3 cms de profundidad, hema- toma subcapsular o central mayor de 3 cms de diámetro.
toma intraparenquimatoso o subcapsular de 1 a 3 cms de Grado IV. Laceración mayor de 10 cms de profundidad,
diámetro. hematoma subcapsular o central mayor de 10 cms, devas-
Grado III. Laceración >3 cms de profundidad, hematoma cularización o maceración lobar.
subcapsular o intraparenquimatoso mayor de 3 cms de Grado V. Devascularización o maceración bilobar.
diámetro.
Grado IV. Hematoma intraparenquimatoso o subcapsular
mayor de 10 cms de diámetro maceración o devasculari-
zación lobar.
Grado V. Maceración o devascularización bilobar.

Figura 49. Trauma esplénico grado IV.

Figura 47. Trauma hepático Grado II.

Figura 50. Trauma renal grado III.

Trauma renal
Grado 1. Contusión renal o hematoma subcapsular.
Grado Il. Laceración menor de 1 cm. de profundidad 'que
no compromete el sistema colector, hematoma perilTenal
Figura 48. Trauma hepático Grado IV.
no expansivo.
Grado III. Laceración mayor de 1 cm sin compromiso del
Trauma esplénico
sistema colector
Grado 1. Avulsión capsular, laceración o hematoma sub- Grado IV. Laceración que se extiende al sistema colector,
capsular < 1 cm lesión de arteria o vena renal con hemorragia contenida.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

ID Grado V. Estallido renal, avulsión del hilio renal con de- Gotera paracólica derecha.
vascularización del riñón. Cuadrante superior izquierdo. Evalúa espacio esplenore-
nal y hemitórax izquierdo.
Gotera paracólica izquierda.
Pelvis en plano longitudinal y transverso.

Es un examen fácil, rápido, se realiza en forma portátil en la


unidad de urgencias simultáneamente con las maniobras de
reanimación, con un bajo costo. En diferentes estudios publi-
cados se encuentra alta sensibilidad que oscila entre el 78% y
el 98%, con especificidad entre el 98% y el 100% (67).
La sensibilidad reportada en centros con experiencia en
este método, con equipos de punta, está en el orden del 84-
94%, con especificidad del 96-98%, valor predictivo positivo
del 61-78 % y en especial un valor predictivo negativo del 99-
100% (71, 72). En casos donde la clínica lo amerite y el estu-
dio sea negativo, se recomienda realizar un TAC abdominal.
Es importante anotar que Farahmand y su grupo encontraron
Figura 51. Trauma renal grado IV con compromiso del sistema colector. una tasa significativamente mayor de falsos negativos en pa-
cientes inestables (73).
El ultrasonido tiene una capacidad limitada para detectar
lesiones intestinales o vasculares, así como en órganos sóli-
dos como el hígado, el bazo, y los riñones, no permite una
evaluación y graduación de la severidad del trauma, para la
definición de una conducta adecuada.
En mujeres en edad reproductiva, es usual visualizar líqui-
do libre intraperitoneal no relacionado con trauma.

Trauma músculo-esquelético
Figuras 52 Y53. Trauma renal grado V, con compromiso del pedículo vascular. Aunque el estudio por medio de las imágenes diagnósticas
en el trauma musculoesquelético es todo un tema por sí solo,
La estadificación del trauma de víscera sólida permite esta- trataremos de presentar unas guías básicas sobre las aplica-
blecer conducta de manejo conservador no quirúrgico, en el ciones de cada método de imagen en este escenario.
trauma abdominal cerrado. La evaluación vascular y la deter-
minación de sangrado activo durante el examen orientan la Radiografías simples
posibilidad de un manejo endovascular por parte del radiólo- Como regla general se deben tomar radiografías con las si-
go intervensionista, previo al manejo quirúrgico en algunos guientes características (48):
tipos de lesión o como tratamiento definitivo en otros. Tomar dos proyecciones ortogonales entre''Sí, puesto que
La rapidez en la definición de las lesiones y su manejo in- hay fracturas que sólo se ven en una proyecd6n~
mediato y adecuado, disminuye la mortalidad, las complica- Incluir las articulaciones proxímal y distal en trauma de
ciones, la estancia hospitalaria y finalmente los costos globa- huesos largos.
les de manejo de un paciente politraumatizado, minimizando Centrar el estudio en la ~ticulación cuando el trauma sea
el aparente mayor costo de utilizar un método diagnóstico de articular.
Alta Tecnología, pero con gran relación Costo-Eficiencia. Marcar claramente el lado explorado (derecha/izquierda).

Ecografía FAST (Focused Assessment with En casos de politraumatismos severos es la responsabilidad


Sonography of Trauma) del técnico de rayos X tomar las dos proyecciones ortogona-
El ultrasonido con el método FAST, se ha utilizado en la eva- les (es decir AP y lateral) haciendo uso de su conocimiento
luación del trauma abdominal cerrado, con el objetivo de de- para no movilizar el paciente en forma indebida. Se reco-
terminar la presencia de líquido libre, en áreas determinadas. mienda tomar las proyecciones más importantes primero
Se realiza evaluación en 6 puntos específicos: (columna cervical, por ejemplo), en caso que el paciente se
Subxifoideo o paraestemal para detectar líquido pericárdico. deteriore y requiera de cirugía inmediata.
Cuadrante superior derecho. Evaluar fosa hepatorrenal La información clínica sobre el sitio de sospecha de frac-
(saco de Morrison) y hemitórax derecho. tura es de suma importancia, pues no sólo permite que se
S6/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

centre la atención en una zona específica,- sino que se tomen


proyecciones adicionales si es del caso, evitando traer al pa-
ciente en un segundo tiempo.

Tomografía computada
El uso del TAC en el trauma esquelético suele utilizarse en
los siguientes casos (65):
En fracturas articulares en las cuales se desea valorar la
presencia de un trazo intraarticular, o la existencia de un
escalón articular significativo (>3 mm).
Análisis de fracturas en áreas anatómicas complejas.
Cuando se desea tener una idea de las relaciones de los
diferentes fragmentos para hacer una mejor planeación
quirúrgica.
Cuando se quiere descartar la presencia de cuerpos in-
traarticulares que impidan una reducción satisfactoria.
Valorar la presencia de fragmentos óseos o metálicos en el
canal raquídeo (ver sección en trauma raquimedular).
Confirmar la presencia de fracturas en huesos difíciles de
valorar por su tamaño, posición o por la presencia de os-
teopenia importante.

Los cortes escanográficos deben ser finos (5 mm o menos) y


debe usarse un algoritmo, de reconstrucción para hueso con el
fin de resaltar los contornos de la trabécula. El CTMD permi-
Figura 57. Politrauma: TAC multicorte de tórax, abdomen y pelvis en donde
te hacer reconstrucciones multiplanares sin perder resolución se demuestra una importante diastasis de la articulación sacroilíaca izquier-
anatómica, lo cual es invaluable en este tipo de traumatismos. da y fractura del acetábulo izquierdo. Nótese la gran contusión pulmonar
Las reconstrucciones tridimensionales tienen utilidad cuando derecha. Estas imágenes son obtenidas como parte del estudio de rutina de
tórax y abdomen.
la visualización volumétrica de la deformidad producida por
la(s) fracturas sea necesaria para el planeamiento quirúrgico
y su control posterior. Resonancia magnética
No es un método que se use con frecuencia como examen de
urgencia dado su costo y poca disponibilidad. Sin embargo,
la excelente diferenciación que ofrece entre diferentes teji-
dos, permite que se utilice con gran precisión en el diagnós-
tico y cuantificación de las rupturas músculo-tendinosas o en
fracturas no detectadas a los rayos X o inclusive en TAC.

Trauma vascular
El radiólogo debe ser parté indispensable del equipo de trau-
Figuras 54-55-56. Fractura conminuta de acetábulo: cortes multiplanares ma, un adecuado cuno cimiento de las imágenes diagnósticas
(axial y sagital) y reconstrucción tridimensional (VRT) en donde se identifi- con las que se cuenta en cada centro es la base de un buen
can los diferentes fragmentos y el grado de compromiso articular.
enfoque diagnóstico y terapéutico. Haremos especial énfasis
en la tomografía computarizada de multidetectores, sin dejar
Ultrasonido
a un lado la ecografía, resonancia magnética y angiografía
La ecografía con transductores de alta frecuencia con confi- convencionaL
guración lineal puede ser de gran utilidad para el diagnóstico
de desgarros musculares, hematomas o hernias musculares. Enfoque diagnóstico
Aunque su exploración suele ser sencilla, recalcamos el he-
1. Paciente inestable: cirugía.
cho que la experiencia del observador junto con las especifi-
2. Paciente estable:
caciones técnicas del equipo, son lo factores que más afectan
Observación
la calidad diagnóstica del método.
Tomografía computarizada (TC)
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Angiografía convencional (AC) y/o parenquimatosa. Sin embargo, esta nueva tecnología re-
Ecografía doppler (ED) quiere también de un cambio en la forma de analizar de las
Resonancia magnética (RM). imágenes por parte del radiólogo, para lo cual se requiere de
un amplio conocimiento del equipo con el cual está trabajan-
Paciente inestable do para poder reconstruir y manipular las imágenes axiales
Los pacientes hemodinámicamente inestables o aquellos que obtenidas. Se cuenta con técnicas multiplanares (MPR), pro-
presentan hematomas que se expanden rápidamente, sangra- yecciones de máxima intensidad (MIP), reconstrucciones de
do pulsátil, deterioro neurológico, aire soplando en la herida superficie (SSD) o reconstrucciones de volumen (VRT) con
en su gran mayoría son trasladados al quirófano sin ningún representación tridimensional. Con estas técnicas, el pos pro-
examen diagnóstico inicial. ceso de las imágenes podríamos decir que se convierte en
examen operador dependiente, de ahí la importancia de un
Paciente estable radiólogo entrenado en el manejo de estas técnicas y con ca-
pacidad de interactuar con el equipo de trauma para poder
La evaluación diagnóstica del paciente hemodinámicamen- sacar el máximo provecho.
te estable politraumatizado y en especial con heridas pene- Una adecuada planeación del protocolo de estudio basa-
trantes está cambiando y es un tema que genera gran contro- do en las necesidades del equipo de trauma, permitirá que la
versia. Existen quienes dan un manejo expectante con sólo TCMD se convierta prácticamente en el único examen nece-
observación y; otro enfoque que implica el uso de imágenes sario para el diagnóstico de una lesión vascular y para pla-
diagnósticas. . near la cirugía obviando la necesidad de realizar un estudio
de angiografía convencional, disminuyendo costos (75-81).
Observación De igual manera, si se requiriera de un manejo endovascular,
En muchos centros se opta por un manejo conservador con el radiólogo intervencionista puede utilizar el estudio para
observación a pesar de múltiples estudios que reportan baja realizar la planeación del procedimiento.
sensibilidad del examen físico para la detección de trauma Múnera et al utilizaron TAC helicoidal y demostraron una
vascular potencialmente significativo (56, 57). sensibilidad del 100% y especificidad del 98,6% en pacientes
con sospecha de lesión vascular en cuello (82).
Enfoque imaginológico Múltiples estudios comparando la arteriografía convencio-
nal y TC helicoidal para el diagnóstico de lesiones vasculares
La necesidad de realizar un diagnóstico rápido y confiable
de cuello han demostrado sensibilidad y especificidad entre el
ha sido el denominador común en los pacientes traumatiza-
90 y 100% para la TC helicoidal (56). En trauma contundente
dos, pero el diagnóstico de trauma vascular está a la cabeza
de aorta torácica la sensibilidad ha sido reportada entre 96%
debido al alto riesgo de morbimortalidad que estas lesiones
y 99% (81). En un estudio de lesiones traumáticas arteriales
conllevan. En nuestra experiencia consideramos la angiogra-
fía por tomo grafía computarizada como la primera línea de en extremidades con TCMD de 4 det~ctores, se obtuvieron
datos de sensibilidad del 95% y especificidad de187%, pros-
acción en el diagnóstico del trauma vascular en el paciente
pectivamente (83).
estable por lo cual haremos énfasis en esta modalidad.
La TCMD además de poder realizar una fase arterial y
venosa con reconstrucción angiografía permite valorar todas
Angiografía por tomografía computarizada
las estructuras adyacentes a los vasos con una excelente reso-
(angioTAC)
lución espacial y temporal por encima de los otr?s métodos
La tomo grafía computada se ha convertido en el examen de diagnósticos utilizados. Lo que permite hacer diagnóstico
elección para el diagnóstico de trauma y el impacto ha sido adicional de fracturas, lesiones del/parénquima de cualquier
mayor con el advenimiento de la tomo grafía computarizada de órgano, enfisema o neumotórax con un solo examen.
multidetectores (TCMD) con la cual, en aproximadamente un Utilizando las técnicas de!reconstrucción gráfica descritas,
minuto, se puede examinar prácticamente todo el cuerpo. Está el angioTAC nos brinda información de la anatomía vascular
demostrado que en pacientes con abdomen agudo un diagnós- en dos dimensiones, con cortes trasversos, coronales o sagi-
tico temprano con TC puede salvar la vida y disminuir el tiem- tales sobre el vaso a explorar. Son técnicas muy útiles para
po de hospitalización, esto también se cumple en el paciente realizar mediciones exactas de los diámetros y longitudes
con sospecha de hemorragia por lesión vascular (75). para planeamientos terapéuticos, al mismo tiempo que nos
En todos los hospitales que se maneje trauma es indispen- dan información sobre las paredes de los vasos, como son la
sable tener fácil acceso y disponibilidad las 24 hrs del equipo presencia de placas de ateromas, úlceras, puntos de extrava-
de TC, el cual debe estar cerca de la sala de reanimación. sación, etc. Las representaciones tridimensionales nos brin-
Los equipos de multidetectores permiten un menor tiempo dan la posibilidad de girar la arteria en cualquier dirección
de examen con una mejor opacificación de las arterias utili- generando la oportunidad de estudiar toda su circunferencia,
zando un adecuado bolo de contraste y en muy poco tiempo sus relaciones espaciales con otros vasos 'o estructuras e in-
realizar un nuevo barrido si se desea valorar lesión venosa clusive hacer navegaciones intraluminales.
56/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

Las alteraciones vasculares demostrables por angiografía tado en pacientes obesos, con hematomas muy grandes y en
con TCMD son: pacientes con enfisema subcutáneo. En cuello por ejemplo
Oclusión parcial o total hay áreas con limitación para realizar un examen completo
Seudoaneurisma como son las zonas I y III, la evaluación de las arterias, ver-
Disección, "flap" intimal tebrales tiene interferencia por la sombra acústica producida
Fístulaarteriovenosa por la apófisis transversas (56, 76, 77).
Ruptura parcial o completa La sensibilidad de la ecografía doppler puede llegar a un
Hematoma. 95% a 100% en pacientes con una alta sospecha de lesión
vascular en manos de personal experto (78).
Existen algunos artificios que pueden limitar la exactitud
diagnóstica de la TCMD como son elementos metálicos (p. Resonancia magnética
ej. proyectiles de arma de fuego) por lo cual está indicado La resonancia magnética también ha sido propuesta en el al-
la angiografía con catéter en estos casos. Sin embargo, en goritmo diagnóstico de lesiones vasculares por ejemplo en
nuestra experiencia, si la estructura metálica no está en con- sospecha de disección postraumática (79, 80). Sin embargo
tacto directo con el vaso y es de pequeño tamaño, se puede hay que tener siempre en cuenta las limitantes que hay con
obtener un diagnóstico adecuado en la mayoría de los casos. relación al monitoreo de estos pacientes y el tiempo de exa-
Una placa simple previa al examen es de gran ayuda en la men que es prolongado, como se describe en el comienzo del
planeación. Los elementos metálicos de ortoplastia u osteo- capítulo (56).
síntesis también pueden producir artificios que limiten la va-
lidez diagnóstica del angioTAC. Angiografía convencional
El estudio de referencia hasta el momento, para detectar le-
sión vascular, es la angiografía con catéter. A pesar de ser
método seguro, existen complicaciones cuya incidencia varía
desde 0,16% hasta 2% (56). En pacientes hemodinámica-
mente estables con lesión penetrante de cuello el uso rutina-
rio como protocolo de trauma es cuestionado pues hasta un
70 a 90% de los estudios son normales, razón por la cual cada
día se opta más por los estudios no invasivos, con los cuales
se toman decisiones sobre la conducta a seguir, dejando así la
angiografía con catéter para la realización de procedimientos
terapéuticos únicamente.

Tratamiento endovascular
Figuras 58-59-60. Trauma vascular. AngioTAC de MMIlS realizado con un Desde hace más de 30 años se están utilizando técnicas en-
TAC de 16 detectores. En la reconstrucción VRT se observa una obstrucción
completa de la arteria poplítea secundaria a una fractura conminuta del plati-
dovasculares para el manejo del trauma vascular, lo que se
llo tibial por herida con arma de fuego. Con recanalización distal por encima refleja en el gran desarrollo tecnológico para diagnóstico al
del tronco tibio peroneo. En la foto 60 Se evidencian los mismos hallazgos igual que en materiales y aditamentos para su tratamiento.
en una reconstrucción MIP. Hoy en día, el radiólogo vascular interV'eucionista debe hacer
parte activa del equipo de trauma. ",
Doppler vascular Las técnicas endovasculares permiten un tratamiento mí-
La ecografía con doppler color continúa siendo un método nimamente invasivo, que cumple con todos los parámetros y
diagnóstico de gran utilidad; es el estudio de elección en la requisitos exigidos len el manejo del trauma vascular como
sala de urgencias (75) y en pacientes en la unidad de cuida- son hemostasia, rapidez y asepsia.
dos intensivos en quienes la movilización está limitada. Este Existen tres tipos de enfoques de terapia endovascular en
método diagnóstico permite adecuada información de: trauma que pueden ser usados en cualquier órgano o extremi-
El flujo dad con seguridad y rapidez: Oclusión con balón, emboliza-
Ellumen ción y colocación de stent (75). Por ejemplo, en trauma pél-
La pared del vaso vico con fracturas y lesión vascular, la terapia endovascular
Hematomas en tejidos blandos. es el tratamiento de elección con una tasa de éxito del 85%
al 100% en términos de control de hemorragia y de disminu-
Además es menos costoso y no requiere de la administración ción de transfusiones (84).
de medio de contraste. Sin embargo, es operador dependiente En conclusión, todo centro de trauma debería tener TCDM
y el tiempo de examen puede ser muy prolongado, aún en cerca la sala de resucitación y contar con radiólogos vasculares
manos expertas. Además es un examen técnicamente limi- intervencionistas dentro del equipo que maneja el trauma.

SECCION 111: TRAUMA 749


CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Referencias 24. Crain MR, Yuh WTC, Greene GM, et al. Cerebral Ischemia: Evalua-
tion with contrasts -enhanced MR imaging AJNR Am J Neurol 1991;
1. Trotman-Dickerson B. Radiology in the Intensive Care Unit (part 2); 12: 631-9.
J Intensive care Med 2003; 18: 239-252. 25. Wardlaw JM. Radiology of Stroke. Journal of Neurosurg Psychiatry
2. Chan MD, Yankelevitz DF, Shaham D, Shah AA, et aL Deep Venous (suppll): 17-111.
Thrombois: Detection by using indirect CT venography. The Pulmo- 26. Neumann-Haefelin T, Moseley ME, Albers GW. New Magnetic Re-
nary Angiography Indirect CT venography Cooperative Group; Ra- sonance Imaging Methods for Cerebro vascular Disease: Emerging
diology 2000; 216: 744~751. Clinical Applications. Ann Neurol 2000; 47: 559-570.
3. Garg K, Kemp JL, Wojcik D, Hoehn S. Thromboembolic disease: 27. Rovira A, Orellana P, Álvarez-Sabin J, Arenillas JF, Aymericich X,
comparison of combined Ct pulmonary angiography and venography Grive E, et al. Middle cerebral artery suceptibility sign at echo planar
with bilateral leg sonography in 70 patients. AJR 2000; 175: 997- gradient-echo MR imaging in hyperacute ischemic stroke. Radiology
1001. 2004; 232: 466-73.
4. Ohno Y, Higashino T, Takenaka D, Sugimoto K, et al. MR Angiog- 28. Kidwell C, Chalela J, Sover J, Sharkman S, Hill M, Demechuck AM,
raphy with SENSE for suspected PE: Comparison with MDCT and Butman JA, et al. Comparison of MRI and CT for Detection Acute
Ventilation-Perfusion Scintigraphy. AJR 2004; 183: 91-98. Intracerebral Hemorrhage. Jama 2004; 292(15): 1823-31.
5. Barrett BJ, Parfrey P. Preventing Nephropathy Induce by Contrast Me- 29. Liu Y Karone NJ, Vanninen RL, Koskela A, Soimakallio S, Aronen
dium; N Engl J Med 2006; 354: 379-86. H. Acute Ischemic Stroke: Predictive Value of 2D Phase-Contrast MR
6. Fagon JY, Chastre J, Hance AJ, et al. Detection of nosocomiallung Angiography- Serial Study with Combined Diffusion and Perfusion
infection in ventilated patients. Am Rev Respir Dis 1988; 138: 110- MR Imaging. Radiology 2004; 231: 517- 527.
116. 30. Grandin C, Duprez T, Smith A, Mataigne F, Peeters A, Oppeheim C,
7. Lefcoe MS, Fox GA, Lesa DJ, et al. Accuracy of portable chest radi- Cosnard G. Usefulness of Magnetic Resonance -Derivaded quantita-
ography in the critical care setting. Chest 1994; 105: 885-887. tive Measurements of Cerebral blood flow and Volume in Prediction
8. Winer-Muram HT, Rubin SA, Ellis JV, et al. Pneumonia and ARDS of Infarct Growth in Hyperacute Stroke. Stroke 2001; 32: 1147-1153.
in patients receiving mechanical ventilation: diagnostic accuracy of 31. Rohl L, Ostergaard L, Simonsen CZ, Vestergaard-Poulsen P, Andersen
chest radiography. Radiology 1993; 188: 479-485. G, Sakoh M. Viability Thresholds of Ischemic Penumbra of Hypera-
9. Celis R, Torres A, Gatel JM, et al. Nosocomial pneumonia: a multi- cute Stroke Defined by Perfusion-Weigthed MRI and Apparent Diffu-
variate analysis of risk and prognosis. Chest 1988; 93: 318-324. sion Coefficient. Stroke 2001; 32: 1140-1146. .
10. Cross AS, Roup B. Role of respiratory assistance devices in endemic 32. Prosser J, Butcher K, Allport L Parsons M, Mac Grecor L, Desmond P,
nosocomial pneumonia. Am J Med 1981; 70: 681-685. Davis S. Clinical-Diffusion Mismatch Predicts the Putative Penum-
11. Miller W, Tino G, Friedburg J. Thoracic CT in the Intensive Care U nit: bra With High Specify. Stroke 2005; 36: 1700-1704.
Assessment of C1inical Usefu1ness:Radiology 1998; 209: 491-498. 33. Warach S, Baron Je. Neuroimaging. Advances in stroke. Stroke 2004;
12. Hing Hui, Wai Hon, Wai Yang, Yan Cho, Hang Luk, Yee Chan, Sang 35: 351-353.
Chan, Loon Loke, Sang Chan High-Resolution Computed Tomogra- 34. Schmid M, Kossman T, Duewell D. Differentiation of Necrotizing
phy Is Useful for Early Diagnosis of Severe Acute Respiratory Syn- Fasciitis and Cellulitis using MR Imaging; AJR 1998; 170: 615-620.
drome-Associated Coronavirus Pneumonia in Patients with Normal 35. Fugitt B, Puckett M, Quigley M, Kerr S. Necrotizing Fasciitis; Radio-
Chest Radiographs. J Comput Assist Tomogr 2004; 28: 1-9. graphics 2004; 24: 1472-1476.
13. Fiebbach J, Schellinger P, Sartor K. Stroke MRI. Steinkopff Darmms- 36. Teastale G, et al. CT scan in severe head injury. Journal of Neuro
tadt 2003. Trauma 9: 249-257.
14. Lewandowski Ch. Tratmement of acute ischemic stroke Annals of 37. Miller JD. Assessment patients with head injury. British Journal of
Emergency Medicine 2001; 37(2). Surgery 1990; 241- 242.
15. Wityk R, Beauchamp N. Diagnostic evaluation of stroke. Neurologic 38. Hadley DM, et al. Magnetic resonance imaging in accused head in-
Clinics 2000; 18. jury. Clinical Radiology 1988; 39: 131-139. .
16. Muir KW, Buchan A, Von Kummer R, Baron Je. Imaging of Acute 39. Katayama Y, et al. Intraparenquimal blood-fluid levels in traumatic
Stroke. Lancet Neurol 2006; 5: 755-68. intracerebral hematomas. Neuroradiology 1992; 34: 381-383.
17. Kidwell. C, Villablanca JP, Saver JL. Advances in neuroimaging of 40. Gentleman D, et al. Diagnosis and management of delayed traumatic
acute stroke. Current Ateroscler Rep 2000; 2: 126- 135. hematomas. British Journal of Neurosurgery 1989; 3: 367-372.
18. Pexman Warwick JH, Barber PA, Hill DM, Sevick RJ, DemchukAM, 41. Lang DA, et al. Gladolinium DTPA enhanced magnetic resonance
et al. Use of Alberta Stroke Program Early CT Scans in Patients with imaging in acute head injury. Acta Neurochirurgica,1990; 51: 293-
Acute Stroke. AJNRAm J Neuroradio12001; 22: 1534-1542. 2 9 5 . ,
19. Couts SB, Lev MH, Eliasziw M, Roccatagliata L, Hill MD, Scwamm 42. Genkins A, et al. Brain lesion detected by magnetic resónance ima-
LH, et al. Aspects on CT Source images versus unenhanced ct. Added ging in mild and severe head injuries~' Lancet 1986; 445-446.
value in predicting final infarct extend and clinical outcome. Stroke 43. Le Roux D, et al. Intraventricular hemorrhage in blount head trauma:
2004; 35: 2472-6. analysis of 43 cases. Neurosurgery 1992; 31: 678-685.
20. Mohr JP, Biller J, Hidal SK, Yuh WT, Tatemichi TK, Hedges S, et al. 44. Le Roux D, et al. Intraventricular hemorrhage in blount head trauma:
Magnetic resonance versus computed tomography imaging in acute analysis of 43 cases. Neurosurgery 1992; 31: 678-685.
stroke. Stroke 1995; 26: 807-12. 45. Graham D, et al. Ischemic brain damage infarct in head injury. Journal
21. Fujimoto S, Toyoda K, Hirari Y, Uwatoko T, Yasumori K, Inoue T Neurological sciences 39: 213-234.
Ibayashi, Okada Y. Serial Evaluation of Acute Cerebral Hyperperfu- 46. Orrison W, et al. Hot-nose sign and intravascular enhancement sign in
sion by Transcraneal Color-Coded Sonography. Ultrasound in Med brain death. American Journal ofNeuroradiology 1994; 15: 913-916.
and Biol 2006; 32: 659-664. 47. Blackmore Ce. Evidence- based imaging evaluation of the cervical
22. Sekoranja L, Loulidi J, Yilmaz H, Lovbland K, Tomperli P, Comelli spine in trauma. Neuroimaging Clin N Am 2003; 13: 283-291.
M, Sztajzel R. Intravenous Versus Combined ( Intravenous and intra- 48. Radiografic assessment of the cervical spine in asymptomatic trauma
arterial) Thrombolysis in Acute Schemic Stroke .Transcraneal Color patients. Neurosurgery 2002; 50: S30-S35.
-Coded Duplex Sonography- Guided Pilot Study. Stroke 2006; 37: 49. Davis JW, Phreaner DL, Hoyt DB, et al. The etiology of missed cervi-
1805-1809. cal spine injuries J. Trauma 1993; 34: 342-346.
23. Yuh WT, Crain MR, Loes DJ, Greene GM, Ryals TJ, Sato Y. MR ima- 50. Bachulis BL, Long WB, Hynes GD, et al. Clif!.ical indications for cer-
ging of cerebral ischemia: findings in the first 24 hours AJNR. Am J vical spine radiographs in the traumatized patient. Am J Surg 1987;
Neurol1991; 12; 621-9. 153: 473-478.
56/IMÁGENES DIAGNÓSTICAS EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS Y EN EL PACIENTE CON TRAUMA

51. Del Rossi G, Horodyski M, Heffemlan TP, etal. Spine- board transfer 68. Luis A Rivas, loel E Fishman, Felipe Múnera, David E Bajayo. Mul-
techniques. And the unstable cervical spine 2004; 29: E134- E44 tislice CT in thoracic trauma. Radiol Clin N Am 2003; 41: 599-616.
52. Richter D, Latta LL, Milne El, et al. The stabilizing effects of different 69. O Rees, SE Mirvis, K Shanmuganathan. Multidetector - row CT of
orthoses in the intact and instable upper cervical spine: a cadaver stu- right hemidiaphragmatic rupture causad by blunt trauma: a review of
dy. 1 trauma 2001; 50: 848-854. 12 cases. Clinical radiology 2005; 60: 1280-1289.
53. Woodring lH, Lee e. Limitations of cervical radiography in the eva- 70. Stein PD, Fowler S, Goodman L, Gottschalk A, et al. Multidetector
luation of acute cervical spine injury: plain radiograph or computed computed tomography for acute pulmonary embolism. N Engl 1 Med
tomography scan? 1 trauma 2003; 55: 222-226. 2006; 354: 2317-27.
54. Blahd WH, Iserson KV Bjelland le. Efficacy of the posttraumatic 71. Lingawi S, Barckley A, Focused Abdominal US in patients with Trau-
cross table lateral view of the cervical spine . 1 Emerg Med 1985; 2: ma. Radiology 2000; 217: 426-429.
243-249. 72. Prokop M, Galanski M. Spiral and Multislice Computed Tomography
55. Blacksin MF, Lee HJ. Frequency and significance of fractures of the of the Body; Thieme 2003; 931.
upper cervical spine detected by CT in patients with severe neck trau- 73. Brown M, Casola G, Sirlin C, et al. Blunt Abdominal Trauma: Scree-
ma. AIR Am 1 Roentgenol1995; 165: 1201-1204. ning US in 2,693 patients; Radiology 2001; 218: 352-358.
56. Macdonald RL, Schwartz ML, Mirich D, et al. Diagnosis of cervical 74. Farahmond N, Sirlin C, Brown M, et al. Hypotensive patients with
spine injury in motor vehicle crash victims: how many x- rays are blunt abdominal trauma: performance of screening USo Radiology
enough? 1 Trauma 1990; 30: 392-397. 2005; 235: 436-443.
57. Freemyer B, Knnop R, Piche 1, et al Comparison of five- view and 75. Hsu 1M, loseph T, Ellis AM. Thoracolumbar fracture in blunt trauma
three view cervical spine series in the evaluation of patients with cer- patients: guidelines for diagnosis and imaging. Injury 2003; 34: 426-
vical trauma. Ann Emerg Med 1989; 18: 818-821. 433.
58. Cohen WA, Giauque AP, Hallam DK, et al. Evidence-based approach 76. Ebraheim NA, Sabry FF, Tosic A. Radiographic evaluation of trans-
to use of MR imaging in acute spinal trauma. Eur 1 Radiol 2003; 48: verse sacral fractures, Orthopedics 2001; 24: 1071-1074.
49-60. 77. Grogan EL, Morris lA, Dittus RS, et al. Cervical spine evaluation in
59. Oner FC, van Gils AP, Dhert Wl, et al. MRI finding of thoracolumbar urban trauma centers: lowering institutional costs and complications
spine fractures. Skeletal Radio11999; 28: 433-443. through helical CT scan, 1 Am Coll Surg 2005; 200: 160-165.
60. Rao SC, Fehlings MG. The optimal radiologic method for assessing 78. Brandt MM, Wahl WL, Yeom K et al, Computed tomography scan-
spinal canal compromise and cord compression in patients with cervi- ning reduces cost and time of complete spine evaluation. 1 Trauma
cal spinal. Spine 1999; 24(6): 598-604. 2004;56: 1022-1026.
61. Benzel EC, Hart BL, Ball PA, et al. Magnetic resonance imaging for 79. Hauser Cl, Visvikis G, Hinrichs C, et al. Prospective validation of
the evaluation of patients with occult cervical spine injury. 1 Neuro- computed tomographic screening of the thoracolumbar spine in trau-
surg 1996; 85: 824-829. ¡ ma 1 trauma 2003; 55: 228-234.
62. Parbhoo AH, Govender S, Corr P. Vertebral artery injury in cervical 80. lelly LM, Evans DR, Easty MI, et al. Radiography versus spiral CT in the
spine trauma Injury 2001; 32: 565-568. evaluation of cervicothoracic junction injuries in polytrauma patients who
63. Friedman D, Flanders A, Thomas C, et al. Vertebral antery injury after have undergone intubation. Radiographics 2000; 20: S251-S259.
acute cervical spine trauma: rate of occurrence as detected by MR an- 81. Kosling S, Dietrich K, Steinecke R, et al. Diagnostic value of 3D CT
giography and assessment of clinical consequences. Al Am 1 Roent- surface reconstruction in spinal fractures. Eur Radioll997; 7: 61-6.
genol 1995; 164:443-447. 82. Horton KM, Ho AC, Frassica F, et al. Optimal imaging of the sacrum:
64. Bifft WL, Moore DE, Elliot lP et al. The devastating potential ofblunt the role of spiral CTand 3D CT imaging - a pictorial review. Crit Rev
vertebral arterial injuries. Ann Surg 2002; 31: 672-681. Comput Tomogr 2002; 43: 39-67.
65. Helms Clyde. Fundamentals of Skeletal Radiology; WB Saunders 83. Rieger M, Mallouhi A, Tauscher T, Lutz M, laschke W. Traumatic
Company, 1989. Arterial Injuries of the Extremities: Initial Evaluation with MDCT
66. Lisa A Millar, K Shanmuganathan. Multidetector CT evaluation of Angiography; AIR 2006; 186: 656-664.
abdominal trauma. Radiol Clin N Am 2005; 43: 1079-1095. 84. Kerlake RW, laspan T, Worthington BS. Magnetic resonance imaging
67. lames T Rhea, Daniel H Garza, Robert A Novelline. Controversies of spinal trauma. Br 1 Radioll991; 64: 386-402.
in emergency radiology. (Ct vs. ultrasound in the evaluation of blunt
abdominal trauma). Emergency Radiology 2004; 10: 289-295.
Kimball 1. Maull MO, FACS; Mark K. Soliman, MO; Hernán Núñez, MO; Néstor Raimondi, MO, FCCM

Introducción que es ampliamente usado en pacientes cardíacos luego de


colocación de stents. El clopidogrel inhibe selectivamente la
La necesidad para la transfusión de glóbulos rojos y hemo-
unión de la adenosina difosfato (ADP) a su receptor plaque-
derivados está reconocida como un imp011:ante indicador de
tario y la subsiguiente activación mediada por ADP del com-
severidad de la hemonagia, grado de coagulopatía, y la efec-
plejo GPIIb-IIIa, inhibiendo la agregación plaquetaria. Estos
tividad de estrategias de manejo para asegurar una adecuada
efectos, que duran de 5 a 7 días, no pueden ser revertidos
hemostasia. La transfusión masiva (TM), tradicionalmente
con ninguna medicación actualmente disponible. La warfa-
definida como un reemplazo del volumen sanguíneo total por
rina, una medicación antitrombina III ampliamente usada ha
su equivalente en glóbulos rojos dentro de las 24 horas, indi-
demostrado tener un incremento sustancial en la mortalidad
ca la falla del control de sangrado, conegir la coagulopatía,
en lesiones cerebrales traumáticas (5). La identificación tem-
o alcanzar una adecuada hemostasia (1). En el paciente con
prana y el poder revertir los efectos de la warfarina en los
politraumatismo, la agudeza implica tratamiento, más aún, se
pacientes son importantes. Finalmente, la atención cercana
ha propuesto una definición más dinámica: la transfusión de
a las terapéuticas ya iniciadas en las fases de resucitación y
cuatro o más unidades d~ glóbulos rojos dentro de una hora,
operatoria es de importancia crítica.
cuando se anticipa la necesidad continua, o la reposición del
50% del volumen sanguíneo total de un paciente dentro de
las tres horas (2, 3). La transfusión de glóbulos rojos y de Epidemiología
sus hemoderivados ocurre en cada una de las tres fases hos- El trauma es un problema mundial y demanda más de cinco
pitalarias del cuidado del trauma: la fase de resucitación, la millones de vidas anualmente (6). La lesión del sistema ner-
operatoria, y la del cuidado crítico. Aunque este capítulo se vioso central es la causa principal de muerte, pero la hemo-
refiere principalmente a la fase del cuidado crítico, los acon- rragia es la segunda causa principal de muertes por trauma,
tecimientos que ocunen durante las fases de resucitación y explicando 30-40% de vidas perdidas por lesión. Sauaia y
operatoria tienen una considerable relación con las priorida- col reportaron que casi el 36% de los pilcientes que estaban
des y estrategias de manejo en la unidad de cuidado intensivo muertos en la escena de un accidente, se habían desangrado
(DeI). Por ejemplo, en la fase de resucitación, la adminis- (7). Los pacientes que llegan vivos pero en choque (shock) a
tración de líquidos calientes como puntos finales de relleno un centro de trauma, comparten una mortalidad similar por
o expansión del volumen que permite la hipotensión contro- hemonagia. Por lo tanto, el tratamiento del choque hemoná-
lada previa al control operatorio de "la hemonagia, ahora es gico sigue siendo un desafío substancial para nuestros siste-
reconocido que mejora la sobrevida (4). La rapidez del con- mas de cuidado médico. "
trol operatorio del sangrado exsanguinante, con o sin manejo El uso de la TM comenzó en los años '60 y los resultados
definitivo de todas las lesiones ("control del daño"), también no eran muy alentadores/Los pacientes que recibieron 10
tiene una gran relación con el resultado tanto en términos unidades de sangre ~n el plazo de 24 horas tenían una sobre-
de mortalidad como morbilidad. El cuidado del paciente con vida total del 6%.
traumatismo sangrante en la Del sigue lógicamente la he- Hoy, la sobrevida después de la TM, la cual implica a me-
mostasia incompleta a partir de la fase de resucitación o de nudo la administración de 40-50 unidades o más, puede supe-
la fase operatoria o, más comúnmente, de ambas fases. Está rar el 50%. No obstante, los riesgos de la transfusión incluyen
en la Del el que otros esfuerzos para detener el sangrado, una respuesta inflamatoria sistémica creciente, alteración de
conegir la coagulopatía y restituir la hemos tasia determinen la respuesta inmune, deterioro de la microcirculación debi-
a menudo el resultado final. do a la deformabilidad alterada de los glóbulos rojos (GR),
En este contexto, el médico debe obtener una historia se- y una asociación bien documentada con riesgo de infección
gura desde los recursos que están disponibles, incluyendo los agregado y falla sistémica multiorgánica (8). Sin importar es-
mecanismos de daño, historia médica pasada o familiar de tos riesgos y otras intervenciones, incluyendo la intervención
coagulopatía, y una lista detallada de medicaciones, inclu- quirúrgica, el manejo actual del choque hemonágico se basa
yendo el uso pasado o actual de anticoagulantes. El clopi- fuertemente en la transfusión de GR y de otros componentes
dogrel, por ejemplo, es un agente específico antiplaquetario de la sangre.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Fisiopatología la hemostasia disfuncionante no está tan claro. El agotamien-


to, más la carencia del reestablecimiento de los factores de la
Las metas de la TM son: restauraCión del volumen intravas-
coagulación, la trombocitopenia y la anemia, todos contribu-
cular adecuado, mantenimiento de la capacidad de transporte
yen, sugiriendo una etiología multifactorial. El uso de la te-
de oxígeno adecuado, corrección de la coagulopatía; y re-
rapia de componente ha facilitado la administración dirigida
tomo de la presión oncótica. Para alcanzar estas metas, el
de los componentes específicos para las deficiencias especí-
clínico debe estar familiarizado con las causas de estas abe-
ficas. El conocimiento de las características y de las propie-
rraciones y de los medios para tratarlas.
dades específicas de los factores de coagulación es esencial
El tratamiento contemporáneo requiere el uso de la terapia
para entender la fisiopatología de la coagulopatía en la TM y
con componentes de la sangre. Después de la invención de la
ayudará posteriormente en su manejo. El fibrinógeno de fase
bolsa plástico de la sangre en 1953 por Laboratorios Fenwal,
aguda reactiva puede ser encontrado predominantemente a
la sangre entera podía ser dividida en sus varios componentes
nivel intravascular, puesto que solamente una fracción de él
con un proceso llamado de fraccionamiento el cual permite
pasa al intersticio. Por esta razón el fibrinógeno es el primero
que el médico adapte el tratamiento a las necesidades indi-
de los factores de coagulación en agotarse después de la TM.
viduales de los pacientes y transfunda un producto específi-
La hemos tasia quirúrgica normal requiere una concentración
co en volumen reducido. Los componentes de utilidad más
de fibrinógeno mayor que 0,5 a 1,0 gIL y cualquier valor me-
grande durante la TM incluyen los concentrados de GR (GR
nor que éste resultará en sangrado.
empaquetados), concentrados de plaquetas, plasma, plasma
Los factores V y VII tienden a permanecer en el espacio
fresco-congelado (PFC), y crioprecipitados. Cada uno de los
intravascular después de una transfusión masiva y la concen-
ya mencionados tienen su lugar en el manejo del paciente con
tración mínima para alcanzar hemostasia quirúrgica es 0,25
trauma, pero lo más importante es que la terapia con com-
gIL y 0,1 a 0,2 gIL, respectivamente (12). Para que los factores
ponentes ha demostrado mejorar la sobrevida en pacientes
VIII y IX apoyen la hemostasia, sus concentraciones deberían
masivamente transfundidos (9).
ser 0,3 a 0,4 gIL. Llamativamente, el factor XIII, el cual es un
reactivo de fase aguda y une a los multímeros del factor de von
Papel de los componentes de la sangre Willebrand forma un complejo grande que tiende a permane-
Glóbulos rojos cer en la circulación y así como los factores V y VII, los niveles
del factor XIII no caen tanto luego de una TM.
Un efecto interesante ya menudo pasado por alto de los gló-
La integridad de los caminos extrínsecos y comunes de la
bulos rojos (GR) es su contribución mecánica y bioquímica a
coagulación (factores VII, X, V, II, y el fibrinógeno) se deter-
la hemostasia. Desde un punto de vista mecánico, la presencia
mina por el tiempo de la protrombina (TP) y los intrínsecos
de GR ha demostrado promover la marginación de plaquetas.
y comunes de la coagulación (factores XII, XI, IX, VIII, X,
Bajo circunstancias normales, las plaquetas se juntan cerca
V, II, y el fibrinógeno) por el tiempo parcial activado de la
de la pared del vaso sanguíneo, lo cual es causado directa-
tromboplastina (aPTT).
mente por el flujo centro/luminal de los GR. Este proceso
Ciaveralla y otros demostraron que la prolongación del
tiende a empujar las plaquetas hacia la periferia dellumen del
aPTT o del TP a 1,5 veces el valor medio normal está corre-
vaso, optimizando de tal modo su interacción con endotelio
lacionada con un riesgo creciente de coagulopatía clínica y
dañado y promoviendo la hemostasia (3). El trabajo adicio-
requiere la corrección en el paciente con sangrado (13).
nal de Blajchman y col ha demostrado experimentalmente
que hay una relación inversa entre el tiempo de sangrado y
Plaquetas
el hematocrito en modelos animales (10). Bioquímicamente,
los GR contienen el difosfato de adenosina, el cual activa Las plaquetas inician la cascada l;1emostática po~'la forma-
las plaquetas y ciclooxigenasa de la plaqueta, y aumenta la ción de un cúmulo de plaquetas. La lesión endotelial inicial
generación del tromboxano A2. Las implicancias clínicas conduce a la exposición de la matriz extracelular subyacente,
del hematocrito y de su contribución a la hemostasia en el de tal modo que altera la red lisa normal antitrombótica de
paciente masivamente transfundido, están actualmente bajo la célula endotelial a un nido protrombótico. Las plaquetas
investigación, pero la evidencia emergente apoya el beneficio circulantes, capaces de detectar áreas de daño endotelial se
teórico de un hematocrito alto (11). adhieren al tejido subendotelial expuesto a través de un ~ú­
mero de moléculas de adhesión, incluyendo el factor de von
Factores de la coagulación Willebrand. Las plaquetas son activadas más a fondo por los
agonistas generados localmente, los cuales estimulan al re-
Las enseñanzas tradicionales apoyan el concepto que la
ceptor de la glicoproteína (GP) IIbIIIIa de la plaqueta. Esto
transfusión de sangre es una forma de anticoagulación. Este
establece la etapa para la fase próxima de la acción plaque-
precepto fue basado en el uso de sangre entera de banco que,
taria: la agregación plaquetaria. Implica la alta afinidad de la
en un cierto plazo, se agotó de plaquetas y de otros factores
GP IIbIIIIa por el fibrinógeno, lo cual permite unir las pla-
de coagulación menos estables. Mientras que está claro que
quetas adyacentes, llevando a la formaCión de un agregado
la TM todavía causa coagulapatía, el culpable específico en
plaquetario.
57 I TRANSFUSiÓN

Papel de condiciones clínicas traumatizado en peligro agregado por la infusión rápida de


sangre fría y de los productos de la sangre.
Hemodilución
La hemostasia secundaria a la hemodilución es un hecho Toxicidad por citrato
común en la escena del trauma, debido al uso rutinario de
El citrato es un conservante y un anticoagulante usado para
infusiones cristaloides. Siguiendo la regla del 3: 1, no es in-
prolongar el almacenamiento de los productos de la sangre.
frecuente que un paciente reciba seis litros o más de Ringer
Su introducción en la ciencia del banco de sangre y de la
lactato o solución salina normal en forma aguda en la fase de
transfusión fue un avance importante. Sin embargo, el citrato
resucitación. Esto da lugar a un "lavado" de ciertos factores
no está carente de complicaciones. La toxicidad por citrato
de la coagulación, más notablemente el fibrinógeno. Sin em-
puede ocurrir en pacientes que reciben productos de la sangre
bargo, en una publicación reciente, Ng y asociados describen
demasiado rápido, o en quienes tienen una función hepáti-
un estado hipercoagulable in vivo cuando la sangre del pa-
ca anormal. En el paciente con función hepática normal, se
ciente era hemodiluida hasta un 30% usando solución salina
metaboliza a razón de 3 gramos cada 5 minutos. Una uni-
(14). Ellos teorizaron que la generación de la trombina puede
dad de GR empaquetado contiene 3 gramos de citrato. La
ser regulada en más, pero advierten que una hemodilución
administración rápida (ej. una unidad transfundida en menos
más profunda causará probablemente efectos opuestos.
de 5 minutos) abrumará la capacidad metabólica del hígado.
La hemodilución también afecta a las plaquetas, las cuales
Bajo estas circunstancias, el citrato puede acumularse, unir
se almacenan en forma madura en el bazo y el pulmón y en
calcio llevando a la hipocalcemia, producir tetania clínica e
una forma inmadura en la médula ósea. Este secuestro normal
hipotensión.
de plaquetas facilita una presencia adecuada de éstas durante
la hemodilución aguda. Los investigadores han demostrado
Cambios ácido-base
que los recuentos plaquetarios son mayores luego de una TM
que las predichas por una ecuación matemática de lavado, lo A pesar que los GR empaquetados y la sangre entera tienen
cual implica que las plaquetas secuestradas son liberadas en un pH ácido (6,3), la causa más común de un disturbio ácido-
la circulación para contrarrestar los efectos de la dilución. Las base luego de una transfusión es la alcalosis. Una razón de
hormonas de estrés elevadas y la administración de catecola- esto es que el citrato es convertido en bicarbonato de sodio
minas también influyen en la liberación de plaquetas (3). No en el hígado e induce una alcalosis metabólica. Posterior-
obstante, la trombocitopenia dilucional es una complicación mente, el lactato, el cual se encuentra en sangre almacenada
inevitable después de una TM. A menos que el paciente esté en cantidades de hasta 30-40 mmol/L, causa un aumento en
trombocitopénico, este efecto no se ve usualmente hasta que la afinidad del oxígeno por la hemoglobina y un cambio a
sea transfundido 1,5 veces el volumen sanguíneo del paciente la izquierda de la curva clásica de disociación del oxígeno-
(15). hemoglobina. En la TM, la acidosis predomina debido a la
hipotensión y a la perfusión tisular deteriorada.
Hipotermia
La hipotermia ha sido definida por varios parámetros, pero Trastornos de electrolitos
el consenso es que una temperatura por debajo de 35°C es Potasio
diagnóstico de hipotermia. El mecanismo de la coagulopa-
Las unidad~s almacenadas de GR tienen concentraciones
tía inducida por hipotermia es probablemente multifactorial.
elevadas de potasio, tan altas como 30, a 40 mEq/L por 3 se-
Wolberg y col describieron un defecto en la adhesión pla-
manas de almacenamiento. Afortunada~ynte, las complica-
quetaria en un rango de temperaturas entre 33° y 35°C (16).
ciones que se presentan por hipercalemia son infrecuentes ya
Hardy y col describieron defectos hemostáticos como resul-
que para demostrar un efecto deletéreo sería necesaria una
tado de procesos enzimáticos retardados, una reducción en
tasa de transfusión que excede los 100 a 150 mVminuto. En el
la producción de factores de coagulación, y un aumento en
trauma y en el paciente crítico de la UCI que reciben TM, el
la fibrinólisis así como alteraciones en la adhesión plaque-
choque conduce a una oleada fisiológica de aldosterona, hor-
taria (3). Sin importar el mecanismo que causa una hemos- mona antidiurética, y corticoesteroides, las cuales favorecen
tasia defectuosa, la mayoría de los autores convienen que la
la hipocalemia. Además, como las células rojas transfundidas
prevención de la hipotermia es beneficiosa en pacientes con reanudan el metabolismo celular activo, el potasio se eleva.
trauma. En el informe de Ferrara y otros, de 45 pacientes con
politraumatismo, la hipotermia severa (según lo definido por
Calcio
temperatura menor que 34°C) ocurrió en el 80% de no sobre-
vivientes y 36% de sobrevivientes (17). Los pacientes que La hipocalcemia, según lo discutido arriba, puede ocurrir
estaban hipotérmicos y acidóticos desarrollaron un sangrado secundariamente a la sobrecarga de citrato relacionada con
clínicamente significativo a pesar de una reposición adecua- la TM, que lleva posteriormente a un nivel disminuido del
da de sangre, plasma y plaquetas. La TM coloca al paciente calcio ionizado. Las infusiones' de calcio bajo la forma de
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

gluconato de calcio o cloruro de calcio se pueden administrar manejo y compromete los resultados. Los análisis de búsque-
con la confirmación del laboratorio. da se ordenan si se sospecha CID y se busca si: TP y aPTT es-
tán prolongados, y si el recuento de plaquetas y el fibrinóge-
Coagulación intravascular diseminada (C~D) no están disminuidos. Si dos de los cuatro de las pruebas de
Dna de las complicaciones hematológicas más temidas es el investigación son anormales, el diagnóstico de CID debería
desanollo de CID. Es la activación sistémica y el consumo de ser considerado; si tres de cuatro pruebas son anormales, el
los factores de coagulación (especialmente factores V y VIII) diagnóstico es probable; si se afectan los cuatro, la CID es un
Y de las plaquetas que conducen al sangrado coagulopático diagnóstico muy probable. Las pruebas confirmatorias con-
paradójico y a la formación simultánea del coágulo. Se mani- sisten en un análisis del dímero D y productos de la fibrina,
fiesta clínicamente como un sangrado microvascular difuso, los cuales deberían estar elevados si el paciente tiene CID.
trombosis microvascular, falla orgánica, y muerte si no es co- Los pacientes en riesgo de desanollar CID son aquellos con
negido. La CID es causada por la introducción del material hipoxia o hipovolemia prolongada; traumatismo de cráneo o
tromboplástico en el espacio intravascular. El sangrado es el daños extensos del músculo (lesión por aplastamiento); y el
signo predominante en la CID que resulta de exceso de fibri- paciente hipotérmico.
nólisis, mientras que la trombosis es causada por exceso de
la formación de la trombina. La CID es una manifestación de Manejo
otros problemas que afligen al paciente, e identificar y tratar La terapia componente del choque hemonágico comienza
la causa subyacente es crítico para la sobrevida. con GRs empaquetados. Durante la fase de resucitación, la
sangre con grupo sanguíneo O no compatibilizada debería ser
Diagnóstico y manejo considerada para el paciente in extremis y en una situación
multicausal hasta que la sangre tipo-específica compatibili-
Diagnóstico
zada cruzada esté disponible. A las mujeres premenopáusicas
Para optimizar el resultado en el paciente críticamente lesiona- con grupos sanguíneos desconocidos se le deberían adminis-
do que requiere la TM en la DCI, s~ deben contestar las pregun- trar GR O Rh (D) negativo para evitar la sensibilización y el
tas siguientes. Primero, ¿el paciente está sangrando? Si es así, riesgo de enfermedad hemolítica del recién nacido en un em-
¿es el sangrado quirúrgico (susceptible a medidas quirúrgicas barazo posterior (20). Los varones y las mujeres en postme-
adicionales) o no quirúrgico? El sangrado no qUÍlúrgico implica nopausia pueden recibir las células O Rh (D) positivas si su
coagulopatía, entonces la pregunta que viene es: ¿por qué está grupo sanguíneo es desconocido. El tipo específico de sangre
el paciente coagulopático y qué se puede hacer para conegirlo? incompatibilizada se usa sólo en situaciones de emergencia
Los pacientes que llegan a la DCI que requieren transfusión y con prueba de compatibilidad cruzada. Para el momento
de sangre en forma continua, directamente del departamento en que el paciente llegue a la DCI, habitualmente el tipo de
de emergencia o vía la sala operatoria, deberían primero tener grupo sanguíneo ya está establecido y la transfusión con el
determinaciones de temperatura y gases en sangre arterial. La tipo de sangre específica es la regla.
presencia de acidosis e hipotermia debe ser tratada agresiva- El paciente con TM en la DCI difiere del paciel)te con TM
mente mientras que el déficit en la coagulación se busca por TP, en la sala de quirófano de una manera importante: el san-
PTT Y de recuento plaquetario. La administración de la terapia grado quirúrgico que requiere tratamiento operatorio impone
de componentes es poco probable de ser acertada a menos que una terapéutica de componente empírica mientras que en el
el paciente sea llevado hacia un estado normotérmico y la per- área de la DCI permite una terapia de componente dirigida.
fusión tisular se reestablezca para combatir la acidosis (18). Por lo tanto, el valor de un protocolo de transfusi~n masivo
No hay prueba que determine confiablemente la naturaleza (PMT) debe establecer la cantidaq y la puntualidad de los
de la coagulopatía. Los análisis disponibles pueden solamen- componentes. de la sangre, incluyendo las plaquetas, PFC y
te medir factores específicos o la función de la coagulación. crioprecipitado (21) (véase íillgoritmo 1).
Aunque está disponible en la mayoría de los laboratorios Según el grupo de trabajo del Colegio Americano de Pa-
clínicos del servicio completo, estas pruebas consumen de- tólogos, la transfusión de plaquetas se recomienda cuando
masiado tiempo. Por esta razón, los clínicos confían en el el recuento disminuye a menos de 50 x 109/L (22). Se debe
recuento de plaquetas porque puede ser obtenido más rápi- transfundir una unidad de plaquetas por cada 10 kilogramos
damente. Otras pruebas, por ejemplo niveles el fibrinógeno, de peso corporal. El objetivo es la conección de la cuenta de
TP y aPTT, tienen utilidad en el paciente con TM. Prolonga- plaquetas de 100 x 109/L. Para cada sola unidad de plaquetas
ciones del TP y del aPTT de 1,5 a 1,8 veces más elevado que transfundidas, se espera un aumento de la cuenta de plaquetas
el control, (cuando el nivel el fibrinógeno es bajo y normal de 10 x 109/L (23). Cuándo y cuánto administrar se determina
respectivamente) son significativos desde una perspectiva clí- por la necesidad en curso de unidades de sangre.
nica. El tiempo de sangrado (TS) es de poco uso clínico en el Puesto que la terapia primaria de reemplazo de células
contexto de la TM (19). rojas está con los productos pobres de plasma de la sangre,
El diagnóstico de CID es especialmente desafiante en pre- algunos autores recomiendan un suplemento de 1: 1 con PFC.
sencia de TM, pero la falla de reconocer la CID complica el Otros recomiendan que el PFC sea transfundido después de
57 I TRANSFUSiÓN

la pérdida de un volumen de la sangre en'una dosis suficien- tidad, conegirá las deficiencias del fibrinógeno y de la mayo~
te para mantener los factores de coagulación sobre el nivel ría de los factores de coagulación, pero pueden ser requeridos
crítico (24). Todavía otros autores, usando una simulación grandes volúmenes. Si los niveles del fibrinógeno siguen sien-
computarizada de tres compartimientos, sugieren que en do críticamente bajos « 1,0 gIL), se deben considerar: criopre-
pacientes politraumatizados con hemorragia exanguinante, cipitado, una fuente concentrada de fibrinógeno, factor VIII,
PFC se debe dar rápidamente (con las primeras unidades de factor XIII y factor de von Willebrand.
GR empaquetados), para prevenir con eficacia la coagulopa- Si los resultados del laboratorio sugieren o confirman la
tía dilucional (25). CID, el primer paso en el manejo es encontrar y tratar agresi-
vamente la enfermedad subyacente. En general el manejo de
la coagulopatía se basará en si la presentación clínica es de
Vía intrínseca complicaciones trombóticas o de hemonagia incontrolada.
En casos de sangrado persistente, se indica la terapia de com-
ponentes de sangre específica hasta que el problema primario
esté controlado. En pacientes con sangrado activo, con prue-
bas anormales de la coagulación y la hipofibrinogenemia, se
puede requerir para conegir el defecto el reemplazo de los
factores de coagulación consumidos con grandes volúme-
nes de PFC. Los niveles de fibrinógeno se deben mantener a
100 MG/dl con el uso del crioprecipitado, si es necesario. La
trombocitopenia se debe tratar con transfusiones de plaque-
tas. No hay papel para los GRs empaquetados a menos que el
paciente esté sangrando activamente. Los anticoagulantes, en
etapa aguda, no se deben tratar a menos que predominen las
I Trauma I
complicaciones trombóticas y el riesgo del sangrado sea mí-
nimo. Las complicaciones trombóticas, como por ejemplo la

B1-B gangrena digital o la falla orgánica inminente por trombosis


microvascular, deberían tratarse con heparina no fraccionada
la cual puede ser titulada al efecto deseado.
Factor ~
tisular Trauma Factor Vlla recombinante
El uso del factor VIIa recombinante (rFVIIa) en el paciente
traumatizado con coagulopatía con hemonagia no controlada
ha sido el tema de mucha investigación reciente. Se ha utili-
zado con éxito en pacientes con hemofilia así como otras coa-
gulopatías congénitas y adquiridas (14). En un estudio retros-
pectivo pequeño que examinó el uso del rFVIIa como último
recurso de controlar la hemonagia peligrosa para la vida y
la coagulopatía en nueve pacientes, seJlan visto mejorías en
Protrombina (11)
el TP en todos los casos (media 17segNe contra 10,6 seg
post rFVIIa (P < 0,05). Los autores observaron un requeri-
Fibrinógeno (1) miento reducido de GR, plasma fresco congelado, plaquetas
Vía final
y crioprecipitados después de la administración del rFVIIa
común en ocho casos (26). En un estudio similar, la coagulopatía fue
revertida en 75% de los casos, con una reducción asociada en
el TP desde 19,6 a 10,8 segundos. El 42% de los pacientes
sobrevivieron al momento de la salida del hospital (27). En
Coágulo de fibrina otro estudio, el rFVIIa demostró reducir significativamente
la necesidad de TM (según lo definido por> 20 unidades de
Algoritmo 1. GRs) en los pacientes con traumatismo cenado -14% contra
33% (p=0,03), y en pacientes con traumatismos penetrantes
En la DCI, la coagulopatía debería ser reevaluada con fre- -7% contra 19% (p=0,08) (28). Otros estudios clínicos son
cuencia y la terapia de componentes se debe instituir basada en necesarios para delinear el papel del rFVIIa en el manejo de
alteraciones en el TP, aPTT, Yniveles de recuento de plaquetas la hemonagia traumática, así cOIno los pacientes que requie-
y fibrinógeno. El PFC solamente, si es dado en suficiente can- ren TM, pero la experiencia inicial parece promisoria.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Algoritmo 4. Cinat ME, Wallace WC, Nastanski F, et al. Improved survival following
massive transfusion in patients who have undergone trauma. Arch Surg
En la situación de una TM, el resultado acertado requiere 1999: 964-970.
5. Mina AA, Bair HA, Howells GA, et al. Complications of preinjury warfa-
una acción pronta y una buena comunicación entre las es- rin use in the trauma patient. J Trauma 2003; 54: 842-847.
pecialidades clínicas, laboratorios diagnósticos, personal de 6. Kauvar DS, Wade CE. The epidemiology and modern management of trau-
banco de sangre y unidad de hemoterapia; un protocolo se matic hemorrhage: US and international perspectives. Crit Care 2005; 9
Suppl5: Sl-9.
debería instituir para la· máxima eficacia. El PTM represen- 7. Sauaia A, Moore FA, Moore EE, et al. Early predictors of postinjury mul-
tado en la tabla 1 está adaptado del protocolo de transfusión tiple organ failure. Arch Surg 1994; 129(1): 39-45.
masiva descripto por Thal y col y actualmente funcionando 8. Napolitano L: Cumulative risks of early red blood cell transfusion. J Trau-
ma 2006 60: S26-34.
en el hospital de Parkland en Dallas, Texas (29). Obsérvese 9. Vaslef SN, Knudsen NW, Neligan PJ, Sebastian MW. Massive transfusion
que el factor recombinante VIIa está incluido como parte de exceeding 50 units of blood products in trauma patients. J Trauma 2002;
la respuesta a los requerimientos en curso de sangre. Este 53(2): 291-5; discussion 295-6.
10. Blajchman MA, Bordin JO, Bardossy L, Heddle NM. The contribution of
protocolo puede estar adaptado a las limitaciones locales del the haematocrit to thrombocytopenic bleeding in experimental animals. Br
hospital, recursos disponibles, y circunstancias especiales. J Haematol1994; 86(2): 347-50.
11. Dutton RP, Carson JL: Indications for early red blood cell transfusion. J
Tabla 1. Protocolo de transfusión masivo. Trauma 2006; 60: S35-40.
12. Menitove J, Gill J, Montgomery R. Preparation and c1nical use of plasma
fractions. 5 ed. New York, New York: McGraw-Hill, 1995.
Shipment RBC FFP Plaquetas Crioprecipitado rfVIIa 13. Ciavarella D, Reed RL, Counts RB, et al. Clotting factor levels and the risk
1 5 2 of diffuse microvascular bleeding in the massively transfused patient. Br J
2 5 2 6 Uds Haematol 1987; 67(3): 365-8.
14. Ng KF, Lam CC, Chan LC. In vivo effect of haemodilution with saline on
3 5 2 10 Uds 4,8mg coagulation: a randomized controlled trial. Br J Anaesth 2002; 88(4): 475-
4 5 2 6 Uds 80.
5 5 2 15. Codner P, Cinat M. Massive Transfusion for Trauma is Appropriate. Trau-
ma Care 2005; Summer 2005: 148-152.
6 5 2 6 Uds 10 Uds 2,4mg 16. Wolberg AS, Meng ZH, Monroe DM, 3rd, Hoffman M. A systematic eva-
7 5 2 , luation of the effect of temperature on coagulation enzyme activity and
8 5 2 6 Uds platelet function. J Trauma 2004; 56(6): 1221-8.
17. Ferrara A, MacArthur JD, Wright HK, et al. Hypothermia and acidosis
9 5 2 10 Uds worsen coagulopathy in the patient requiring massive transfusion. Am J
10 5 2 6 Uds Surg 1990; 160(5): 515-8.
18. Stainsby D, MacLennan S, Hamilton PI. Management of massive blood
Producto Temperatura Container loss: a template guideline. Br J Anaesth 2000; 85(3): 487-91.
5 GRE, 2PFC 1-6°C Congelador grande 19. Rodgers RP, Levin J. A critical reappraisal of the bleeding time. Semin
6 Ud de plaquetas, 10 Temperatura ambiente Bolsa plástica Thromb Hemost 1990; 16(1): 1-20.
Ud de crioprecipitado 20. Schwab CW, Civil 1, Shayne JP. Saline-expanded group O uncross mat-
ched packed red blood cells as an initial resuscitation fluid in severe shock.
rfVIIa l-6°C Congelador pequeño Ann Emerg Med 1986; 15(11): 1282-7.
21. Malone DL, Hess JR, Fingerhut A. Massive transfusion practices around
Adaptada de Thal, et al. the globe and a suggestion for a common massive transfusion protocol. J
Trauma 2006; 60: S91-96.
22. Practice parameter for the use of fresh-frozen plasma, cryoprecipitate, and
Resumen platelets. Fresh-Frozen Plasma, Cryoprecipitate, and Platelets Administra-
tion Practice Guidelines Development Task Force of the College of Ameri-
La definición, impacto social, fisiopatología, y más impor- can Pathologists. Jama 1994; 271: 777-81.
tante, el resultado del tratamiento de la TM han evoluciona- 23. Brown CH, 3rd, Weisberg RJ, Natelson EA, Alfrey CP, Jr. Glanzmann's
thrombasthenia; assessment of the response to platelet transfusions. Trans-
do en la última década. Lo que una vez presagiaba un mal fusion 1975; 15(2): 124-31. '
pronóstico ahora resulta en supervivencia en la mayoría de 24. Hiippala ST, Myllyla GJ, Vahtera EM. Bemostatic factors and replacement
los casos. Esto mejoró probablemente por una combinación of major blood los s with plasma-poor red cell concentrates. Anesth Analg
1995; 81(2): 360-5.
de la resucitación controlada, prevención de la hipotermia, 25. Hirshberg A, Dugas M, BanezÉI, et al. Minimizing dilucional coagulopa-
mejoría en los cuidados en la UCI, y prácticas refinadas de la thy in exsanguinating hemorrhage: a computer simulation. J Trauma 2003;
transfusión que incluyen una corrección más agresiva de las 54(3): 454-63.
26. Gowers CJ, Parr MJ. Recombinant activated factor VIla use in massi-
coagulopatías. Las técnicas hemostáticas adicionales adapta- ve transfusion and coagulopathy unresponsive to conventional therapy.
bles a la UCI son premisorias. Anaesth lntensive Care 2005; 33(2): 196-200.
27. Dutton RP, Hess IR, Scalea TM. Recombinant factor VIla for control of
hemorrhage: early experience in critically ill trauma patients. J Clin Anesth
Referencias 2003; 15(3): 184-8.
28. Boffard KD, Riou B, Warren B, et al. Recombinant factor VIla as adjuncti-
1. Reiss RF. Hemostatic defects in massive transfusion: rapid diagnosis and
ve therapy for bleeding control in severely injured trauma patients: two
management. Am J Crit Care 2000; 9(3): 158-65; quiz 166-7.
parallel randomized, placebo-controlled, double-blind clinical trials. J
2. Crosson JT. Massive transfusion. Clin Lab Med 1996; 16(4): 873-82.
Trauma 2005; 59(1): 8-15; discussion 15-8.
3. Hardy JF, de Moerloose P, Samama CM. Massive transfusion and coagu-
29. Thal ER, Sarode R. lmplementing a massive transfusion protocol in real-
lopathy: pathophysiology and implications for clinical management. Can J
time. Panamerican J Trauma (in press).
Anaesth 2006; 53(6 Suppl): S40-58.
RAPIA e N HEMOC MP NENTES EN L
PACIENTE CON TRAUMA SEVER

Freddy Ariza e, MO, MSc

Introducción mente a la terapia con hemocomponentes en trauma severo


(tabla 1). Se debe insistir en el inicio temprano de estas me-
La coagulopatía y el volumen de sangrado son factores in-
didas ya que por ejemplo, la dilatación del tiempo entre la
dependientes reconocidos para mortalidad en trauma (1). El
llegada y el control primario de la injuria es quizá uno de los
enfoque actual en estos pacientes ha cambiado de una mane-
errores prevenibles más frecuentemente encontrados en los
ra radical a partir de los datos de estudios observacionales,
pacientes traumatizados que fallecen.
aleatorizados y de nuevos descubrimientos moleculares que
han mostrado que junto con la anemia, la coagulopatía aso- Tabla 1. Maniobras alternas a la corrección con hemocomponentes en el
ciada al trauma es el resultado de un sinnúmero de factores paciente de trauma severo.
que incluyen las pérdidas generadas por el sangrado mismo,
la hemodilución, el consumo plaquetario y de factores, la Objetivos Intervenciones
disfunción plaquetaria y de los mecanismos generadores de Control primario del Presión directa
trombina inducidos por la hipotermia, la inhibición de los sangrado Inmovilización
mecanismos de estabilid.ad del coágulo desencadenados por Sellantes hemostáticos tópicos
Embolización percutánea
la acidosis misma y la fibrinolisis temprana que ocurre en Cirugía de control de daños
estos pacientes (2). Evitar PAS> 100 mmHg
A pesar de los continuos avances en la atención de los Corrección de la hi- Detección temprana del shock
pacientes con trauma severo, el sangrado permanece como poperfusión tisular y Control con soluciones de reanimación e inotrópi-
la principal causa prevenible de mortalidad temprana y es la la acidosis cos basado en metas hemodinámicas claras
Detección y corrección temprana de signos de hi-
justificación por la cual, actualmente un porcentaje no des- pertensión endocraneana, abdominal, o comparti-
preciable de las transfusiones intrahospitalarias (15%) se en- mental en miembros
cuentran destinadas al manejo de esta situación en particular Corrección la tempe- Medición temprana de la temperatura buscando va-
(3). Sin embargo, y por otra parte, la cantidad de transfusio- ratura corporal lores >35°C
nes también puede afectar de manera negativa la probabilidad Medidas externas (sábanas y mantas tibias, mantas
de aire forzado caliente)
de sobrevida, la estancia hospitalaria y el pronóstico de estos Líquidos y hemocomponentes tibios
pacientes aún cuando se eliminan los efectos de la severidad
del shock y del trauma; por lo tanto se requiere un manejo PAS= Presión arterial sistólica.
claro, basado en metas que permita hacer un acercamiento a
la mejor opción terapéutica (en términos de cantidad y tipo Fisiopatología de la anemia y'la,coagulopatía
de hemoderivados requeridos) cuando decidimos transfundir en trauma .
un paciente con trauma severo (4, 5). La implementación de
guías para la reposición del sangrado con hemocomponentes Anemia aguda, hipovolemia y respuesta sistémica
í
en trauma exanguinante ha sido difícil debido a que la situa- La respuesta compensadora a una disminución súbita en los
ción ideal de decisión basada en laboratorios puede retrasar niveles de hemoglobina incluye inicialmente un aumento en
notablemente el inicio del tratamiento por la lentitud relativa el gasto cardíaco a través de un incremento tanto en la fre-
en la obtención de resultados en el caso de un sangrado ma- cuencia como en el volumen de eyección. Para esto, el mio-
sivo, luego es probable que la valoración clínica rápida junto cardio debe alterar sus propios mecanismos de entrega tisular
con laboratorios realizados a la cabecera del paciente pueden regional de oxígeno a partir de un aumento selectivo en el flu-
ser la opción más adecuada en estos casos. jo sanguíneo mediado por vasodilatación de los vasos epicár-
El círculo vicioso que trae consigo el trauma severo (he- dicos, respuesta que puede comprometerse en pacientes con
modilución, coagulopatía, hipotermia, shock y acidosis meta- fenómenos de obstrucción coronaria. Estos cambios pueden
bólica) hace que si esta situación no es corregida, el resultado ser evidentes luego de disminuciones súbitas de los niveles
del control quirúrgico y de la reposición con hemoderivados de hemoglobina, generalmente por debajo de 7-10 gr/dl, y de
sean algo infructuoso y frustrante. Es por eso que debemos aquí en adelante, resultar en disminuciones proporcionales
cubrir unos aspectos clave que deben ser tratados simultánea- de la función cardíaca hasta lo que se conoce como el "límite
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

de tolerancia cardíaca a la anemia" (3-5 gr) (6). Así mismo, perpetuarse en cieltos órganos por mecanismos dependientes
los tejidos periféricos responden a la anemia reclutando el de edema celular y/o intersticial, aun cuando se restablezca la
flujo hacia aquellos que son flujo-dependientes y en quienes macrocirculación (fenómeno de no reflujo) (7). La repelfusión
la única respuesta es un aumento en la tasa de extracción de trae consigo la liberación de potentes mediadores inmunoló-
02. Conforme disminuye la cantidad de hemoglobina, esta gicos y radicales libres que empeoran la lacto-acidosis ya ins-
tasa de extracción de 02 puede aumentar en algunos estados taurada y que pueden participar en la instauración de la falla
hasta 15-25% por encima de la línea de base (100-180 ml/m2/ orgánica subsecuente y la coagulopatía (8) (figura 1).
min) hasta el momento en que se inicia el metabolismo anae-
róbico, que según algunas investigaciones se presenta cuando Mecanismos de coagulopatía en el paciente con
los niveles de hematocrito son menores de 10%. trauma severo
A partir de los mecanismos antedormente citados, se co- Ahora, intentaremos resumir los principales acontecimientos
mienza a presentar una deuda creciente de oxígeno, inicial- que preceden a la pérdida de los mecanismos hemostáticos
mente de los tejidos pedfédcos, postedormente del lecho es- y que terminan en sangrado incontrolable en el paciente con
plácnico y por último del tejido cerebral y cardíaco, que se trauma severo. Históricamente, la coagulopatía en el pacien,..
caractedza por procesos de apoptosis, hibemación o muerte te con trauma había sido enfocada como una consecuencia
celular y falla orgánica. Sin embargo el shock es más que una de mecanismos dilucionales (9, 10). Efectivamente, se puede
falla transitoda en la suplencia de 02 ya que la isquemia puede observar una disminución importante de factores de coagula-

INJURIA VASCULAR

Exposición del FT y
HIPOVOlEMIA
matriz subendotelial
ANEMIA
ti!.
.
\t\\t.\a
c.\Ót\~\'
tI!.~la
~
.... . f~a'''''''
\J\\a-f1 •
., d e Facft ores
Act ·IvaClon ) Adh eSlon
. , PI aquetana
.
1
F. AmplifICación (2)

( _) ~ \ Trombln.; FIX.·F VI'Ia

~r------(--' Activación Plaquetaria


Activación Inflamatoria
Apoptosis
Acidosis láctica
Radicales libres
F. Propagación (3)
'-/Generación de
Trombina
1
Hibernación Otras toxinas TM~'------'" Coágulo Plaquetario
Muerte celular / I APT ~III. '.
""'Mediadores Inflamatorios 'V (-)
~ Activación de Formación
Amplificación de la respuesta isquémica Fibrinolisis Coágulo de Fibrina (-)

Ri~ón 1cer:bro 1
Intestino Corazón
Híg;dO* 1
M. Ósea---------~----.J
(+)

Figura 1. Esquema de la relación entre shock y coagulopatía en trauma. La anemia y la coagulopatía en el paciente traumatizado se relacionan de una manera
tal, que el déficit en el aporte tisular de 0 1 genera disfunción orgánica incluso con presiones de perfusión normal, perpetuando la acidosis metabólica y la
misma disfunción, y afectando de una manera predecible y selectiva vías relevantes del proceso de coagulación. Se resalta la disfunci,ón hepática por isquemia
(*) que se traduce en activación temprana de la proteína e mediada por trombomodulina, disminución en la síntesis de factores y secuestro plaquetario. A esta
se suman la inhibición de la función plaquetaria, el retardo en la activación de factores y la activación de fibrinólisis relacionadas con hipotermia. Se muestran
las fases de iniciación, amplificación y propagación con sus factores (F) relevantes. APT=Activador del pI as minó geno tisular.
58/ TERAPIA CON HEMOCOMPONENTES EN EL PACIENTE CON TRAUMA SEVERO

ción cuando se recambian más de 1,2 volúmenes sanguíneos La acidosis metabólica interfiere específicamente alteran-
y de plaquetas cuando se pierden más de 2. Pero, más allá do el ensamble de los complejos de factores y de puentes de
de esto, ahora se conoce que la coagulopatía en trauma es fibrina. Para que se puedan dar estas uniones (mediadas por
un proceso multifactorial en donde se combinan en mayor calcio y por vitamina K, en donde se juntan los residu~s de
o menor grado varios elementos causales (tabla 2). Schols y ácido gamma carboxi-glutámico con fosfolípidos cargados ne-
cols encontraron que en aquellos pacientes con sangrado per- gativamente) deben existir unas condiciones de pH del medio
sistente luego de trauma severo, la generación de trombina circundante. El exceso de protones desestabiliza este ensamble
y los niveles de fibrinógeno se comportaron como factores factor-fosfolípido a una tasa tal que la actividad del complejo
independientes predictores de mortalidad (11). protombinasa Xa-Va se reduce al 50% a pH de 7,2, 70% a pH
El consumo de factores y de plaquetas en el paciente trau- de 7 y 90% a pH de 6,8 (17). Cuando se suman los efectos de-
matizado inicia con la exposición del factor tisular, ubicado letéreos de la hipotermia a la presencia de acidosis metabólica,
en la superficie de las células musculares y fibroblastos su- la mOltalidad puede ser tan alta como 90% (18, 19).
bendoteliales de los vasos lesionados, quienes se unen con el
factor VII circulante. Concomitantemente la exposición de Tabla 2. Factores asociados a coagulopatía en trauma.
matriz subendotelial activa las plaquetas que se adhieren a
esta matriz, permitiendo la formación del coágulo plaqueta- Sangrado mayor
rio que actuará como una superficie catalítica para el reclu- Consumo plaquetario y de factores
Aumento de la fibrinólisis
tamiento y activación del sistema de proteasas de la coagu- Compromiso de la función plaquetaria y de factores
lación, y de otras plaquetas, optimizando así el proceso de Efectos directos de algunos coloides sobre la función plaquetaria
resolución del daño vascular. Estos dos componentes (com- Dilución de factores de coagulación y plaquetas
plejo factor VII-Factor tisular y plaquetas) interactúan entre Hipotermia
Acidosis
si y terminan mediante las llamadas "fases de iniciación, am- Hipocalcemia
plificación y propagación" por generar grandes cantidades de
trombina que finalmente activan el factor XIII a XlIIa, en- Los efectos específicos de la pérdida aguda eritrocitaria
cargado de catalizar la formación de puentes cruzados entre sobre la coagulación aún permanecen sin resolver. Se han
los monómeros de fibrina y así producir un coágulo estable postulado diferentes mecanismos por los cuales los eritroci-
(figura 1). Adicionalmente la trombina activa el inhibidor de tos podrían modular las respuestas bioquímicas y funciona-
la fibrinólisis, que se encarga de proteger el coagulo de la les plaquetarias haciendo que se interprete la formación del
fibrinólisis prematura (12, 13). coágulo como una respuesta multicelular (marginalización
El proceso de coagulación posee vías alternas que modulan plaquetaria, activación plaquetaria mediada por Adenosin-
la respuesta trombogénica mediante otras proteínas inhibido- difosfato (ADP) eritrocitario, incremento en la generación
ras (proteínas C y S, antitrombina lIT) así como las encargadas de tromboxano A2 plaquetario, generación directa de trom-
de la iniciación de la fibrinólisis (factor activador del plasmi- bina mediada por fosfolípidos de membrana eritrocitaria).
nógeno tisular). En condiciones normales, estas vías aseguran Esta interacción comienza a deterior3!se tempranamente
que luego del control del daño vascular, el coágulo debe ser aun cuando los niveles de hemoglobina se encuentran en un
destruido para restablecer el flujo vascular y/o generar revas- nivel aceptable (9-10 gr/dl) (20). Estos hallazgos han sido
cularización. En el paciente con sangrado masivo estas vías corroborados en sujetos sanos sometidos a reducciones súbi-
procoagulatorias y fibrinolíticas son llevadas a su límite máxi- tas del hematocrito (21), pero no han sido probadas hasta el
mo de actividad, causando un desbalance entre generación y momento como una causa importante de,¡;;oagulopatía en los
consumo con depleción progresiva de sus componentes. La pacientes de trauma (22). " "
hipoperfusión y la acidosis terminan por socavar la producción Recientemente, los trabajos que pretenden analizar nuevos
en los sitios de síntesis de factores (hígado y endotelio) resul- aspectos de la coagu,lopatía en el paciente con trauma severo
tando en coagulopatía y sangrado incontrolable. se han centrado en el estudio de mecanismos dependientes de
La hipotermia compromete principalmente la activación la isquemia tisular que tienen que ver con activación tempra-
plaquetaria al inhibir la externalización de la glicoproteína na y depleción de los niveles de proteína C. Hasta un 25% de
lb, e inhibir la formación de complejos con las demás glico- los pacientes con trauma mayor pueden ingresar con coagu-
proteínas de membrana y los factores IX, V y factor de von lopatía ya instaurada, que no puede ser explicada totalmente
Willebrand (14), así como también, inhibiendo los mecanis- por los mecanismos anteriormente citados, lo que ha llevado
mos de agregación plaquetaria dependientes de tromboxano a pensar que en estos pacientes con isquemia tisular marcada,
B2. Adicionalmente la hipotermia también puede desacelerar el incremento en los niveles de trombomodulina inducida por
la actividad enzimática de las proteínas plasmáticas, y entre hipoperfusión podría desviar el papel de la trombina como
éstas las correspondientes al sistema de proteasas de serina generadora de fibrina hacia la activación de la proteína C an-
(factores de coagulación) resultando en una prolongación del ticoagulante (23). Brohi y Cohentealizaron un estudio pros-
inicio de formación del coágulo (15, 16), en tanto que puede pectivo de cohortes que incluyó 208 pacientes con trauma
incrementar los mecanismos de fibrinólisis. mayor, encontrando que aquellos sin hipoperfusión tisular
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

(definida de acuerdo al valor del déficit de base )no presen- Basados en el estudio de Hirshberg, un estudio retrospec-
taron coagulopatía. Solo aquellos pacientes que presentaron tivo reciente realizado por González y cols del Grupo de In-
un déficit de base elevado se asociaron a niveles elevados de vestigaciones Quirúrgicas de la Armada Americana analizó
trombomodulina, prolongación de los tiempos de coagula- la posibilidad de coagulopatía con dos protocolos diferentes
ción, hiperfibrinolisis y bajos niveles de proteína C. Los ba- de TM, encontrando que aquellos pacientes que fallecieron
jos niveles de proteína C se correlacionaron con muerte tem- durante los dos primeros días a su ingreso (17%) tuvieron
prana, mayores requerimientos transfusionales, injuria renal niveles de hemoglobina menores (7,0 ± 1,0 vs. 10,3 ± 0,3 gr/
aguda y mayores tiempos de ventilación mecánica (24). dI) y mayor prolongación del INR (2,1± 0,2 vs. 1,6± 0,04)
antes de su arribo a la UCI. Se pudo concluir que la práctica
Conservación de la hemostasia en trauma corriente que ellos realizaban en su centro, de iniciar la trans-
severo: aspectos relevantes fusión de PFC luego de la sexta unidad de GRE se asociaba a
un incremento en la probabilidad de coagulopatía en aquellos
Las grandes infusiones de cristaloides y coloides reducen pacientes sometidos a protocolo de TM y que en aquellos pa-
de manera notable la proporción de eritrocitos por milíme- cientes con exanguinación por trauma la corrección temprana
tro cúbico de sangre y la concentración de plaquetas y fac- con PFC asociada a la transfusiones con GRE y cristaloides
tores de la coagulación (25, 26). Adicional a esto, cerca de podría mejorar la sobrevida en estos pacientes. Como conse-
2 % de los pacientes que ingresan a las unidades de trauma cuencia de esto, cambiaron la administración de hemocom-
presentan conteos plaquetarios por debajo de 50 x10 3/ml e ponentes hacia una relación PFC: GRE de 1: 1, iniciando la
INR por encima de 1,5 (27), haciendo que en estos casos el primera unidad de plasma con la primera unidad de GRE, por
efecto dilucional se establezca más tempranamente durante lo que hicieron que su banco de sangre mantuviera perma-
el enfoque tradicional de reanimación inicial y empeorando nentemente 5 unidades de plasma fresco descongelado.
notablemente su estado y su pronóstico. Las denominadas "reanimación hipotensiva" y "reanIma-
Los primeros modelos de transfusión masiva (TM) fueron ción retardada" están basadas en el razonamiento que cues-
presentados en 1980 cuando la transfusión de sangre fresca tiona que hasta tanto la causa primaria del sangrado severo
total era el estándar de cuidado. Históricamente se han pre-
I
no sea controlada quizá no sea adecuado permitir elevacio-
sentado varios modelos matemáticos que demuestran cómo nes importantes de la presión arterial. Los trabajos iniciales
se lleva a cabo la hemodilución crítica en los pacientes con descritos por Bickell y Dutton mostraron que en aquellos
trauma. Hirshberg y cols describieron en 2003 una simula- pacientes en quienes se instauró un protocolo encaminado a
ción por computador basada en los datos de 44 pacientes, reanimar tardíamente manteniendo presiones arteriales sis-
que concluyó que el evento inicial de la coagulopatía dilu- tólicas no mayores a 100 mmHg lograron no solo llegar a
cional consistió en prolongación del PT y que el punto que la sala de cirugía con niveles de hemoglobina significativa-
predecía coagulopatía era un valor> 1,5. Este estudio con- mente mayores (11,5± 2,6 vs. 10,7± 5,8; p<O.OOl) sino que
cluyó que en hemorragia severa la relación óptima a la trans- mejoraron su probabilidad de sobrevida (70 vs. 62%; p=0,04)
fusión concomitante de eritrocitos empaquetados (GRE) era y disminuyeron su estancia hospitalaria (30, 31). Los bolos
2:3 para plasma fresco congelado (PFC) y 8:10 para pla- vigorosos de cristaloides antes del control definitivo del san-
quetas (28). Posteriormente Ho y cols realizaron un modelo grado incrementan la tasa de sangrado ya que al elevar la
similar que asumía que las tasas de reemplazo de volumen presión se contrarrestan los mecanismos de vasoconstricción
y sangrado eran iguales, encontrando que la relación ideal y se ejerce una gran fuerza sobre el frágil coágulo recién for-
PFC: GRE que podía prevenir la subsecuente dilución de mado (32), obteniendo con esto elevaciones súbitas, cortas e
factores era de 1: 1 cuando la transfusión se iniciaba antes inútiles de la presión que terminan por hemodilujj'aún más el
de que la concentración de factores cayera por debajo de paciente. Una línea arterial invasiva puede darnos, además de
50%. Una vez se presentaba un déficit excesivo de factores y los valores continuos de pr~sión, una invaluable información
sangrado excesivo la relación aumentaba a 1-1,5: 1 tratando sobre el estado de volemiá del paciente. Podemos analizar
de simular la relación equivalente a la transfusión de sangre la forma de la onda arterial y los índices de variabilidad de
fresca total para corregir la coagulopatía dilucional (29). La la presión sistólica, que pueden indicarnos tempranamente
relación 1:3 asociada a una pequeña cantidad de cristaloide hemodilución severa y predecir déficits de perfusión tisular
se relacionó con detrimento progresivo en la concentración mucho antes que ocurra hipotensión sostenida. Adicional-
de factores. Sin embargo, estos modelos fueron aplicados mente, es probable que en próximos años el análisis de la
en situaciones diferentes a las usualmente vistas en los pa- variabilidad de la frecuencia cardíaca junto con el análisis
cientes de trauma severo, en quienes el déficit de volemia al de la onda arterial sean medidas útiles en la identificación de
ingreso puede alcanzar un 30-50% haciendo que con la re- pacientes de alto riesgo de muerte temprana (33, 34). Como
posición tradicional el efecto dilucional pudiera presentarse quiera que sea, si es posible, se debe instaurar tempranamen-
de manera precoz. te una línea arterial invasiva que nos permita evaluar tanto la
presión arterial como los componentes sanguíneos y marca-
58/ TERAPIA CON HEMOCOMPONENTES EN EL PACIENTE CON TRAUMA SEVERO

dores de la reanimación de manera sucesiva. En adultos, el torear cambios de la coagulación y fibrinólisis relacionados
objetivo de mantener unas presiones arteriales medias entre con temperatura (41, 44). Nuevas formas de TEG como la
55-65 mmHg o sistólicas no mayores a 100 mmHg posee un tromboelastografía rotacional (ROTEM) han mostrado utili-
soporte fisiológico y clínico que pretende llamar la atención dad en la detección temprana de hiperfibrinólisis pudiendo
sobre la moderación a la hora de reanimar pacientes sin un guiar tanto la terapia transfusional como farmacológica en
control definitivo del sangrado. estos pacientes (45). En conclusión, la tromboelastografía
puede ser una tecnología útil en el diagnóstico temprano de
Limitaciones de los laboratorios disponibles en la coagulopatía en el paciente con trauma severo, pero se re-
atención del sangrado en trauma quiere estudiar aún más su valor predictivo, ya que en otras
Un abordaje tradicionalmente visto cuando se decide transfun- poblaciones, como la de cirugía cardíaca, se han encontrado
dir algún hemoderivado en pacientes con trauma severo con- altos valores predictivos negativos (82%) pero bajos valores
siste en tomar decisiones basándose en pruebas de laboratorio. predictivos positivos (41 %) (46).
En promedio, en el mejor de los casos, estos resultados toman Si nos ceñimos a las causas que más se asocian con mor-
alrededor de 30-45 minutos desde que se toma la muestra hasta talidad y complicaciones graves en los pacientes con trauma
el momento en que se leen. La situación del paciente con trau- severo, gran parte de las metas que buscamos convergen en la
ma exanguinante puede cambiar drásticamente en minutos y búsqueda de elementos que nos permitan evaluar la homeos-
lo qu~ había al momento de la toma del laboratorio puede ser tasi s interna en tiempo real. Visto de esta forma, parecería
totalmente diferente a la situación actual. poco sensato darle un trato diferente al diagnóstico ácido-
Las pruebas de coagulación tradicionales poseen cier- básico y de electrolitos en estos pacientes. Aquellos grupos
tas limitaciones que las hacen no asimilables al escenario de de trauma que pretendan mejorar sus resultados deben vol-
trauma. Es importante tener en cuenta que éstas son realiza- car su mirada hacia tecnologías a la cabecera del paciente
das a 37°C, lo que puede ocultar defectos mediados por hipo- para diagnósticos rápidos de la volemia, estado ácido básico,
termia. Pequeñas prolongaciones de la relación de PT y PTT electrolitos, hematocrito e incluso niveles de ácido láctico
(relación=valor medido/valor control) son pobres predictores (ej. Ecocardiograma transesofágico, i-STAT®, RapidLab®).
de sangrado en trauma (35), mientras que varios estudios apo- Steinfelder realizó un estudio en pacientes críticos que com-
yan su utilidad cuando el punto de corte es superior a 1,8 si paraba el i-STAT con el RapidLab (865/Sysmex XE-2100
el nivel de fibrinógeno es normal o de 1,5 cuando el nivel de instrument) encontrando que ambas tecnologías fueron equi-
fibrinógeno es menor de 75 mg/rnl, para predecir niveles de parables en términos de confiabilidad excepto por el nivel
factores V y VIII por debajo de 30% (36). Otros test como el de hematocrito que fue un tanto más errático para i -STAT
tiempo de sangría no han probado ser de utilidad en el escena- (subestimación hasta del 2,2%) (47). Lamentablemente, no
rio de TM (37). De esto se podría concluir que en sitios donde hay estudios en pacientes con trauma severo que puedan dar
sólo se dispone de pruebas convencionales para el diagnóstico un dato conclusivo sobre la verdadera utilidad de estas nue-
de anemia y coagulopatía, el abordaje inicial sea una decisión vas tecnologías.
fundamentalmente de tipo clínico basada en la evaluación del
sitio de lesión, el mecanismo del trauma y el estado clínico
actual del paciente (estado de conciencia, sangrado activo no
controlable, evaluación rápida del color de mucosas y piel),
hasta que se reciben los primeros resultados.
Merece mencionar algunas tecnologías recientemente
implementadas en el escenario de cirugía mayor y trauma,
iniciando con monitores a la cabecera del paciente para me-
dición del PT y PTT que pueden ser la solución al manejo del
Figura 2. Nuevas tecno16gías a la cabecera del paciente, para el diagnóstico
paciente con sangrado activo (38, 39). El tromboelastógrafo precoz de alteraciones acidobásicas, electrolíticas y de la coagulación, como
(TEG) analiza la velocidad de inicio, la tasa de formación y la tromboelastografía (izq.) y el i-STAT 1 (der.) se están imponiendo en los
las propiedades viscoelásticas del coágulo, al igual que su servicios de atención para pacientes con trauma severo y sangrado masivo.
destrucción (40, 41) y puede llegar a ser una alternativa a los
problemas de tiempo por su relativa rapidez (20-25 minutos) Recomendaciones
para diagnosticar coagulopatía, incluso antes de que ésta se De lo anterior se deduce que la detección de sangrado masi-
manifieste clínicamente (42) (figura 2). Plotkin et al encon- vo en el paciente con trauma debe ser rápida y agresivamente
traron que TEG fue superior al PT y PTT en términos de co- tratada. Sin embargo, la decisión de iniciar la reposición con
rrelación con verdaderas necesidades de hemocomponentes, hemocomponentes se complica aún más si tenemos en cuenta
cuando éste se correlacionaba con el hematocrito y el nivel que la exposición a transfusiones agrega riesgos de tipo inmu-
de plaquetas en pacientes con trauma penetrante (43). Ya que nogénico e infeccioso (riesgo de complicaciones severas para
la hipotermia es un problema frecuente en estos pacientes, GRE 43,2/100.000 unidades; para plaquetas 125,7/100.000
el TEG puede ser una herramienta útil para analizar y moni-
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

pool de 5 unidades). Si en Colombia se transfunden anual- boplastina (PTTa) y niveles de fibrinógeno. Aunque no hay
mente alrededor de 900.000 unidades de GRE, tendríamos evidencia definitiva acerca de los valores ideales en pacien-
aproximadamente 388 receptores afectados principalmente tes traumatizados, la recomendación actual incluye mantener
por problemas de tipo hemolítico, sobrecarga de volumen, y aquellas mediciones de los elementos sanguíneos dentro de
reacciones alérgicas. Lo anterior hace pensar que en el pacien- los parámetros mínimamente establecidos para los pacientes
te con trauma exanguinante el manejo con hemocomponentes críticos, reconociendo que durante estos episodios súbitos de
debe estar encaminado solamente a corregir déficits que se re- inestabilidad hemodinámica los requerimientos de transporte
conocen como determinantes del pronóstico y en lo posible tisular de oxígeno y los mecanismos que controlen la hemo-
debe ser guiado por mediciones fisiológicas objetivas. rragia quizás deban ser mayores que los mínimos (figura 3 y
En el paciente con TM de GRE es bien reconocido que se tabla 4). Pruebas como el TEG u otras que valoren la función
requiere adicionalmente PFC de manera temprana, y es pro- plaquetaria serían de utilidad. Las instituciones que posean
bable que también haya necesidad de plaquetas y fibrinógeno herramientas que garanticen una respuesta rápida de los labo-
o crioprecipitados. Las guías de transfusión realizadas por ratorios deben, siempre que se pueda, basar su manejo en los
la sociedad Internacional de anestesia en trauma y Cuidado resultados de estas pruebas diagnósticas y mantener siempre
Crítico (ITACCS) publicadas en 2003 aportaron una visión una política restrictiva frente a las transfusiones.
global del problema, pero sobre todo definieron unos objeti-
vos claros de reanimación (tabla 3). Sin embargo, no aportan
claridad sobre los objetivos en cuanto a las pruebas que valo- Cristaloides

ran la integridad de los componentes sanguíneos. Coloides

GRE
Tabla 3. Objetivos de resucitación dentro de las primeras 24 horas luego
de trauma.
PFC!CCP

Parámetro Valor
,
Índice de entrega de oxígeno >600 ml/minlm2 Plaquetas
Índice de consumo de oxígeno > 150 ml/min/m 2
Presión venosa mixta de oxígeno >35 mmHg Reemplazo de volumen sanguíneo
Saturación venosa mixta de oxígeno >65%
Déficit de base >-3 mmollL Figura 3. Reemplazo de volumen sanguíneo durante las primeras 24 horas
Lactato sérico <2.5 mmollL luego de trauma. La decisión inicial de reanimación con cristaloides y en se-
gundo lugar con coloides en pacientes traumatizados debe ser complementa-
Adaptado de Ivatury RR, Simon RJ. Valoración de la oxigenación tisular da con la valoración de los volúmenes sanguíneos restituidos y las metas mí-
(evaluación de la efectividad de la resucitación) en Ivatury RR, Cayten CGS, nimas permitidas de los principales componentes sanguíneos. PFC= plasma
eds. The Testbook of Penetrating Trauma. Baltimore, Williams & Wilkins, fresco congelado; CCP= concentrados de complejos protrombínicos; TP=
1996, p. 927-938. tiempo de protrombina; TTPa= tiempo de tromboplastina parcial activado.
Adaptado y modificado de Spahn DR y Rossaint R. Coagulopathy and blood
component transfusión in trauma. Br J Anaesth 2005; 95: 130-9.
Las guías de transfusión de la American Society of Anes-
thesiologist Task Force on Perioperative Blood Transfusion Un error frecuentemente visto en la reanimación de estos
and Adjuvant Therapies (48), recientemente actualizadas y pacientes es preferir la utilización de catéteres centrales de
publicadas en 2006 proponen que los sistemas de monitoreo bajo flujo durante la reanimación. Muchos de eSJos pueden
convencionales (ej. Presión arterial no invasiva, frecuencia requerir mediciones de las presion~s de llenado ventricular,
cardíaca, saturación de oxígeno, electrocardiograma y gas- por lo que el abordaje inicial de un~cceso central debe ideal-
to urinario) pueden ser utilizados inicialmente para valorar mente ser con un introducto~ de cateter de arteria pulmonar,
la perfusión y oxigenación adecuadas de los órganos vitales asociado o no a catéteres ce~trales de alto flujo.
(48), lo cual puede ser reproducible también para los pacien- La atención del sangrado masivo en trauma incluye estable-
tes con trauma hasta tanto no se tengan otras mediciones. Es- cer políticas institucionales que implican al Banco de Sangre,
tas guías hacen énfasis en que la valoración visual del campo el Departamento de Urgencias, los anestesiólogos y los ciruja-
quirúrgico por parte del equipo quirúrgico en búsqueda de nos. Cada Institución debe valorar sus estadísticas de trauma
sangrado microvascular excesivo (coagulopatía), así como de para justificar la disponibilidad permanente de los denomina-
las compresas, cánister de succión y drenajes, deben guiar en dos "paquetes de transfusión masiva" que deben ser ajustados
gran parte la terapia transfusional. de acuerdo a la disponibilidad y el tipo de pacientes traumati-
El nivel de hemoglobina mínimo en el contexto de trau- zados que se atienden (tabla 5). Estos podrían ser solicitados
ma se desconoce, pero se presume que debe ser mayor que en el momento en que se detecten las siguientes condiciones:
el mínimo para conservar el transporte de oxígeno y su en- 1. Pacientes pediátricos « 12 años) con pé~didas estimadas de
trega. La monitoría para anemia y coagulopatía incluye la >20 cc/kg o adultos en quienes las pérdidas estimadas supe-
determinación del hematocrito, conteo plaquetario, tiempo ren los 2500 cc (el equivalente a 6 unidades de sangre total)
de protrombina (TP) o INR, tiempo parcial activado de trom-
58/ TERAPIA CON HEMOCOMPONENTES EN EL PACIENTE CON TRAUMA SEVERO

Tabla 4. Tratamiento específico con hemocomponentes en trauma.

Tipo de Hemo- Objetivo Comentarios


componente
GRE Hematocrito 24-28% Altas tasas de infusión de hemocomponentes citratados pueden disminuir notablemente las concentra-
ciones de calcio ionizado particularmente en condiciones de hipotermia o falla hepática. Disfunción
orgánica (incluye TRALI) relacionada con lípidos bio-reactivos y actividad polimorfonuclear.
PFC/CCP TPITTPa 1.3-1.5 x el control El PFC es congelado a -18 oC y almacenado hasta por 1 año. Contiene todos los factores excepto F VIII
(el cual decae rápidamente). Dosis recomendada 10-15 ml/kg o inicial de 4 U para un adulto. Valorar
con pruebas 10 minutos posteriores a la transfusión.
CCP (F I1, VII, IX, X, AT III, Y proteína C) generalmente recomendado a 75-100 U/Kg y repetir a
intervalos de 8-12 horas, si es necesario.
Crioprecipitados Fibrinógeno >100 mg/m1 Contiene fibrinógeno, Factores VIII y XIII, factor de von Willebrand y fibronectina. Se recomienda
1-1,5 U por cada 10 kg de peso.
Plaquetas Plaquetas >50.000/ml Se recomiendan inicialmente 4 U o una U de aféresis (equivalente a 6 U). Una aféresis incrementará el
conteo plaquetario de un adulto entre 20.000 y 25.000/ml. Incrementos menores a 20.000/ml pueden
indicar presencia de anticuerpos anti-antígeno leucocitario humano (HLA) y necesidad de plaquetas
HLA- compatibles. Es el hemocomponente más asociado a TRALI.

(Estas recomendaciones pueden diferir según los estándares de conservación y de volumen por unidad en algunos países. Se recomienda verificar los están-
dares de su banco de sangre y de su comité local de transfusiones). GRE=glóbulos rojos empaquetados; U=unidad; PFC= plasma fresco congelado; CCP=
concentrado de complejos de protrombina; TRALI= transfusional related acute lung injury (lesión pulmonar aguda relacionada con transfusiones).

2. Persistencia del sangrado luego de 5 unidades de GRE en Un grupo que tenga una respuesta rápida de laboratorios
4 horas o 10 unidades de GRE en 24 horas. debe basar su manejo principalmente en los resulÚl.dos de es-
3. TP > 1.8 del control normal o INR >2.0, PTT> 1.8 del con- tas pruebas diagnósticas. El razonamiento clásico que suge-
trol o fibrinógeno <10~ mg/dl al ingreso o durante la re- ría que en pacientes con sangrado masivo, la trombocitopenia
animación constituía el proceso inicial responsable del sangrado micro-
4. Conteo de plaquetas <50.000/ml. vascular no quirúrgico debe ser reevaluado, ya que los datos
recientes que demuestran un déficit inicial en la generación y
Se debe hacer el mayor esfuerzo por no reanimar agresiva- en la formación de complejos de factores apoyan el uso con
mente hasta que la causa mecánica del sangrado no sea resuel- PFC como abordaje inicial a la coagulopatía en trauma (49).
ta y esto incluye el hecho de no malgastar infructuosamente
hemocomponentes si no es estrictamente necesario antes del Controversias
control de daños. Junto con el paquete de transfusión masiva
Los estudios que analizan intervenciones relacionadas con
se debe realizar concomitantemente la reanimación con una
TM se pueden volver difíciles de interpretar si tenemos en
pequeña proporción de cristaloide o coloide de tal manera
cuenta que existen distintas definiciones (50-52). Una, prácti-
que la tasa de infusión no empeore la hemodilución. Ya que
ca a juicio del autor, consiste en acuñar esta definición cuan-
no se ha comprobado que la hipotensión sostenida sea peor
do la cantidad de transfusiones superan 6 unidades de GRE
que las elevaciones de la presión seguidas por hipotensión
en 4 horas por s~ relativa rapidez en la deteccióri de estos
clásica de las reanimaciones agresivas, es conveniente ser
pacientes y porque éste parece ser un ~mbral que se asocia
muy cauteloso con la tasa de líquidos infundida hasta el con-
con presencia de coagulopatía y mortalidad.;
trol definitivo del sangrado.
Las observaciones anteriores sobre la dificultad actual en
Este protocolo de TM termina cuando la causa del sangra-
encontrar la relación óptima de hemocomponentes en TM
do está controlada o las pérdidas son menores de 50 cc/hora
nos podría llevar a preguntarnos si se justifica volver a la
y los más recientes laboratorios muestran unas condiciones
utilización de sangre fresca total en estos pacientes. Sin em-
de hemoglobina y coagulación dentro de los rangos óptimos.
bargo, esta práctica pondría a los bancos de sangre en serios
Es conveniente avisar al banco de sangre esta situación para
aprietos ya que éstos procesan actualmente toda la sangre
evitar procesamientos innecesarios de hemoderivados y mo-
fresca total que reciben debido a las ventajas que se obtienen
dular su entrega, sabiendo de antemano que en cualquier mo-
sobre el almacenamiento de los productos por separado. Adi-
mento se puede reactivar este protocolo.
cionalmente, algunos países han implementado la práctica de
Tabla 5. Componentes del paquete de transfusión masiva. leucodepleción, durante la cual un porcentaje de factores y de
plaquetas son removidos, haciendo que transfundir sangre to-
5 unidades de GRE tipo O negativo
tal en estas condiciones no mejore en nada la situación actual
3-4 unidades de plasma descongelado y sí podría ocasionar riesgos relacionados con la dificultad
4 unidades de plaquetas o una unidad de plaquetaféresis en la realización de algunas pruebas de rastreo infeccioso e
inmunológico (53).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Durante el procesamiento del PFC se puede reducir has- una disminución en la tasa de injuria pulmonar (p=0,03) y
ta un 20% de actividad de factores debido a los efectos del disfunción multiorgánica solamente en el grupo de trauma
anticoagulante utilizado durante su procesamiento. Para el cerrado pero no en el grupo de trauma penetrante (60). En un
caso de las plaquetas la situación se complica aún más ya estudio retrospectivo que incluyó 5.334 pacientes, de los cua-
que se puede presentar una disminución hasta del 50% de la les 117 (32%) habían recibido aFVIIr, mostró que en aquellos
proporción inicial por mililitro en sangre total, además de la en quienes se utilizó el medicamento, hubo una disminución
pérdida en su actividad relacionada con el almacenamiento del 20% en la cantidad de ORE transfundidos (P= 0,048) sin
(54). Sin embargo, es conveniente reconocer el hecho de que diferencias en los resultados finales de mortalidad, injuria
no es necesario tener unos niveles de factores o de plaquetas pulmonar aguda, infección o eventos trombóticos (61).
del 100% para lograr un buen proceso de coagulación. Varias Se desconoce aún si los agentes antifibrinolíticos, proba-
observaciones aportan datos sobre un mantenimiento de las dos en pacientes de cirugía mayor, se comportan similar en
condiciones normales de coagulación hasta cuando el nivel los pacientes traumatizados. El estudio CRASH (Clinical
actividad de factores se conserva por encima del 50% (55). Randomization of Antifibrinolytics in Significant Hemorrha-
Hasta el momento no hay estudios que examinen cuáles ge) que pretende evaluar la utilidad del ácido tranexámico en
son las metas hemodinámicas mínimas que se deben cum- pacientes politraumatizados proveerá valiosa información al
plir en aquellos pacientes con trauma exanguinante y trauma respecto. La desmopresina (DDAVP) es un análogo sintético
craneoencefálico (TCE) asociado. También se desconoce si de la arginina vasopresina, cuyo mecanismo de acción con-
en pacientes con TEC se pueden permitir prolongaciones de siste en liberar factor de von Willebrand de los sitios de alma-
los tiempos de coagulación o disminuciones del conteo pla- cenamiento endotelial, incrementa la densidad de receptores
quetario hasta las permitidas en los pacientes con trauma no glicoprotéicos en las superficies plaquetarias, e incrementa
neurológico. Zehtabchi y cols encontraron que el riesgo de los niveles plasmáticos de factor VIII y activador del plas-
coagulopatía en los pacientes con TCE aislado es casi 3 veces minógeno tisular. Se carece hasta el mom~nto de datos que
mayor que en los pacientes sin TCE (56) lo que podría suge- apoyen su utilización en pacientes traumatizados (62).
rir que el control de la coagulopatía en estos casos, en donde
cualquier sangrado empeora notablemente el resultado, debe Conclusión
ser más estricta en su detección y.en su tratamiento. Apoyados
En los últimos años se han dado importantes avances en el
en la relación entre mortalidad e hipotensión sostenida en TCE
conocimiento de los mecanismos del shock secundario a pér-
y habiendo encontrado una relación entre isquemia cerebral y
dida aguda sanguínea así como también en la forma como se
coagulopatía dependiente de activación temprana de proteína
-sucede simultáneamente el consumo de los diferentes com-
C (57), la recomendación actual de expertos es mantener unas
ponentes del proceso de coagulación ante una injuria severa y
PAS mayor a 90 mmHg para garantizar unas presiones de per-
aguda, trayendo consigo nuevas alternativas en el diagnóstico
fusión cerebral que puedan contrarrestar cualquier evento de
temprano de estas anormalidades (63, 64). Las alteraciones
hipertensión endocraneana asociado así como aquellas medi-
en la masa eritrocitaria y en la coagulación que se presentan
das encaminadas a disminuir el edema cerebral y garantizar
en estos pacientes se conocen como factores independientes
niveles de hemoglobina aceptables (58).
para mortalidad y deben corregirse tempranamente tratando
Los pacientes ancianos que tienen una reserva cardiopul--
de prevenir la subsecuente persistencia de coagulopatía e hi-
monar limitada pueden ser más susceptibles a los efectos
poperfusión tisular mediante la corrección de todos los com-
de la acidosis y la hipotermia y toleran pobremente cargas
ponentes del aporte tisular de oxígeno, la suple.pcia temporal
abruptas de líquidos o expansores plasmáticos. De hecho, los
con hemoderivados, el control de la temperatura, 'd~ la acido-
pacientes añosos considerados de alto riesgo, especialmen-
sis metabólica y los disbalances hidroelectrolíticos.
te aquellos con TCE, múltiples fracturas de huesos largos o
con acidosis metabólica al ingreso, deben ser monitorizados
tempranamente ya que se ha encontrado una asociación sig- Referencias
nificativa con mortalidad cuando la monitorización invasiva 1. MacLeod JB, Lynn M, McKenney MG, Cohn SM, Murtha M. Early
se realizó luego de 6 horas a su ingreso (59). coagulopathy predicts mortality in trauma. J Trauma 2003; 55: 39-
44.
La utilización de medicamentos encaminados a disminuir 2. Hess JR. Blood and coagulation support in trauma careo Hematology
el sangrado en trauma es un tema controversial que nos obli- Am Soc Hematol Educ Program 2007; 2007: 187-91.
ga a analizar los resultados desde una perspectiva crítica, aún 3. Sauaia A, Moore FA, Moore EE, et al. Early predictors of postinjury
más si reconocemos que hasta la fecha de elaboración de este multiple organ failure. Arch Surg 1994; 129: 39-45.
4. Dunne JR, Malone DL, Tracy JK, Napolitano LM. Allogenic blood
manuscrito ninguno de estos medicamentos ha demostrado transfusion in the first 24 hours after trauma is associated with increa-
disminuir de manera contundente la mortalidad en trauma. sed systemic inflammatory response syndrome (SIRS) and death. Surg
El factor VII recombinante activado (aFVIIr) en un estudio Infect (Larchmt) 2004; 5: 395-404.
aleatorizado reciente en pacientes con sangrado severo por 5. Robinson WP 3rd, Ahn J, Stiffler A, Rutherford EJ, Hurd H, Zarzaur
BL, Baker CC, Meyer AA, Rich PB. Blood transfusion is an indepen-
trauma, basado en un análisis de intensión a tratar mostró una dent predictor of increased mortality in nonoperatively managed blunt
disminución de 2 unidades de ORE por paciente (p=0,07) y hepatic and splenic injuries. J Trauma 2005; 58: 437-44.
58! TERAPIA CON HEMOCOMPONENTES EN EL PACIENTE CON TRAUMA SEVERO

6. Spahn DR, Leone BJ, Reves JG, Pasch T. Cardiovascular and coro- tensive patients with penetrating torso injuries. N Engl J Med. 1994; ,
nary physiology of acute isovolemic hemodilution: a review of no- 331(17): 1105-9.
noxygen-carrying and oxygen-carrying solutions. Anesth Analg 1994; 31. Dutton RP, Mackenzie CF, Scalea TM. Hypotensive resuscitation
78: 1000-21. during active hemorrhage: impact on in-hospital mortality. J Trauma
7. Chun K, Zhang J, Biewer J, et al. Microcirculatory failure determines 2002; 52: 1141-1146.
lethal hepatocyte injury in ischemic-reperfused rat livers. Shock 1994; 32. Stern A, Dronen SC, Birrer P, et al. Effect of blood pressure on hae-
1: 3-9. morrhagic volume in a near-fatal haemorrhage model incorporating a
8. Dutton RP. Current concepts in hemorrhagic shock. Anesthesiol Clin vascular injury. Ann Emerg Med 1993; 22: 155-63.
2007; 25: 23-34. 33. Cooke WH, Salinas J, Convertino VA, Ludwig DA, Hinds D, Duke
9. McLoughlin TM Jr, Fontana JL, Alving B, Mongan PD, Bunger R. JH, Moore FA, Holcomb JB. Heart 'áiie variability and its association
Profound normovolemic hemodilution: Hemostatic effects in patients with mortality in prehospital trauma patients. J Trauma 2006; 60: 363-
and in a porcine model. Anesth Analg 1996; 83: 459-65. 70.
10. Hess JR, Lawson JH. The coagulopathy of trauma versus dissemina- 34. Batchinsky Al, Cancio LC, Salinas J, Kuusela T, Cooke WH, Wang JJ,
ted intravascular coagulation. J Trauma. 2006; 60(6 Suppl): SI2-9. Boehme M, Convertino VA, Holcomb JB. Prehospitalloss of R-to-R
11. Schols SE, van der Meijden PE, van Oerle R, Curvers J, Heemskerk interval complexity is associated with mortality in trauma patients. J
JW, van Pampus EC. lncreased thrombin generation and fibrinogen le- Trauma. 2007; 63: 512-8.
vel after therapeutic plasma transfusion: relation to bleeding. Thromb 35. Brohi K, Cohen MJ, Davenport RA. Acute coagulopathy of trauma:
Haemost 2008; 99: 64-70. mechanism, identification and effect. Curr Opin Crit Care 2007; 13:
12. Hoffman M. Remodeling the blood coagulation cascade. J Thromb 680-5.
Thrombolysis 2003; 16: 17-20. 36. Ciavarella D, Reed RL, Counts RB, Baron L, Pavlin E, Heimbach
13. Kapsch DN, Metzler M, Harrington M, Mitchell FL, Silver D. Fibri- DM, Carrico CJ. Clotting factor levels and the risk of diffuse micro-
nolytic response to trauma. Surgery 1984; 95: 473-8. vascular bleeding in the massively transfused patient. Br J Haematol
14. Kermode JC, Zhng Q, Milner EP. Marked temperature dependence of 1987; 67: 365-8.
the platelet calcium signal induced by human von Willebrand factor. 37. Rodgers RP, Levin J. A critical reappraisal of the bleeding time. Semin
Blood 1999; 94: 199-207. Thromb Hemost 1990; 16: 1-20.
15. Krause KR, Howells GA, Buhs CL, et al. Hypothermia-induced coa- 38. Eiswirth G, Walch S, Bommer J. New bedside test for monitoring anti-
gulopathy during hemorrhagic shock. Am Surg 2000; 66: 348-54. coagulation during hemodialysis. Artif Organs 1998; 22:' 346-8.
16. Peng RY, Bongard FS. Hypothermia in trauma patients. J Am Coll 39. Bommer J, Schwab M. Bedside testing with the new CoaguChek Pro
Surg 1999; 188: 685-89. activated cIotting time assay in dialysis. Artif Organs 2002; 26: 387-
17. Meng ZH, Wolberg AS, Monroe Dm 3rd, Hoffman M. The effect of 90.
temperature and pH on the'activity of factor VHa: implications for the 40. Watts DD, Trask A, Soeken K, Perdue P, Dols S, Kaufmann C. Hypo-
efficacy of high-dose factor VIIa in hypothermic and acidotic patients. thermic coagulopathy in trauma: effect of varying levels of hypother-
J Trauma 2003; 55: 886-9l. mia on enzyme speed, platelet function, and fibrinolytic activity. J
18. Ferrara A, MacArthur JD, Wright HK, Modlin IM, McMillen MA. Trauma 1998; 44: 846-54.
Hypothermia and acidosis worsen coagulopathy in the patient requi- 4l. Di Benedetto P, Baciarello M, Cabetti L, Martucci M, Chiaschi A,
ring massive transfusion. Am J Surg 1990; 160: 515-8. Bertini L. Thrombelastography. Present and future perspectives in cli-
19. Krause KR, Howells GA, Buhs CL, et al. Hypothermia-induced coa- nical practice. Minerva Anestesiol 2003; 69: 501-9,509-15.
gulopathy during hemorrhagic shock. Am Surg 2000; 66: 348-54. 42. Kaufmann CR, Dwyer KM, Crews JD, Dols SJ, TraskAL. Usefulness
20. Hardy JF, de Moerloose P, Samama M, et al. Massive transfusion and of thromboelastography in assessment of trauma patient coagulation.
coagulopathy: pathophysiology and implications for clinical manage- J Trauma 1997; 42: 716-22.
ment. Can J Anaesth 2004; 51: 293-310. 43. Plotkin AJ, Wade CE, Jenkins DH, Smith KA, Noe JC, Park MS, Per-
2l. Valeri CR, Cassidy G, Pivacek LE, Ragno G, et al. Anemia-induced kins JG, Holcomb JB. A reduction in cIot formation rate and strength
increase in the bleeding time: implications for treatment of nonsurgi- assessed by thrombelastography is indicative of transfusion require-
cal blood loss. Transfusion 2001; 41: 977-83. ments in patients with penetrating injuries. J Trauma 2008; 64(2 Su-
22. lselin BM, Willimann PF, Seifert B, Casutt M, Bombeli T, Zalunardo ppl): S64-8.
MP, Pasch T, Spahn DR. lsolated reduction of haematocrit do es not 44. Kaufmann CR, Dwyer KM, Crews JO, Dols SJ, TraskAL. Usefulness
compromise in vitro blood coagulation. Br J Anaesth 2001; 87: 246-9. of thrombelastography in assessment of trauma patient coagulation. J
23. Jakubowski HV, Owen WG. Macromolecular specificity determinants Trauma 1997; 42: 716-20.
on thrombin for fibrinogen and thrombomodulin. J Biol Chem 1989; 45. LevratA, Gros A, Rugeri L, lnaba K, Flocc~(¡:a, Negrier C, David JS.
264: 11117-2l. Evaluation of rotation thrombelastography for tIle diagnosis of hyper-
24. Brohi K, Cohen MJ, Ganter MT, Matthay MA, Mackersie RC, Pittet fibrinolysis in trauma patients. Br J Anaesth 2008; 100: 792-7.
JF. Acute traumatic coagulopathy: initiated by hypoperfusion: modu- 46. Cammerer U, Dietrich W, RampfT, Braun SL, Richter JA. The predic-
lated through the protein C pathway? Ann Surg 2007; 245: 812-8. tive value of modified computerized thromboelastography and platelet
25. Counts RB, Halsch C, Simon TL, et al. Hemostasis in massively trans- function analysis for postoperative blood loss in routine cardiac soru-
fused trauma patients. Ann Surg 1979; 190: 91-9. gery. Anesth Alag 2003; 96: 51-7.
26. Reiss RF. Hemostatic defects in massive transfusion: rapid diagnosis 47. Steinfelder-Visscher J, Teerenstra S, Gunnewiek JM, Weerwind pw.
and management. Am J Crit Care 2000; 9: 158-65. Evaluation of the i-STAT point-of-care analyzer in critically ill adult
27. MacLeod JB, LIynn M, MacKenny MG, et al. Early coagulopathy patients. J Extra Corpor Techno12008; 40: 57-60.
predicts mortality in trauma. J Trauma 2003; 55: 39-44. 48. American Society of Anesthesiologists Task Force on Perioperative
28. Hirsberg A, Dugas M, Banez El, Scott BG, Wall MJ Jr, Mattox KL. Blood Transfusion and Adjuvant Therapies. Practice guidelines for
Minimizing dilutional coagulopathy in exsanguinating hemorrhage: a perioperative blood transfusion and adjuvant therapies: an updated
computer model. J Trauma 2003; 54: 454-63. report by the American Society of Anesthesiologists Task Force on
29. Ho AM, Dion PW, Cheng CA, Karmakar MK, Cheng G, Peng Z, Ng Perioperative Blood Transfusion and Adjuvant Therapies. Anesthesio-
YW. A mathematical model for fresh frozen plasma transfusion strate- logy 2006; 105: 198-208.
gies during major trauma resuscitation with ongoing hemorrhage. Can 49. Gonzalez EA, Moore FA, Holcomb JB, Miller CC, Kozar RA, Todd
J Surg 2005; 48: 470-8. SR, Cocanour CS, Balldin BC, McKinley BA. Fresh frozen plasma
30. Bickell WH, Wall MJ Jr, Pepe PE, Martin RR, Ginger VF, Allen MK, should be given earlier to patients requiring massive transfusion. J
Mattox KL. lmmediate versus delayed fluid resuscitation for hypo- Trauma 2007; 62: 112-9.
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

50. Moore FA, Nelson T, McKinley BA, Moore EE, Nathens AB, Rhee Association of Neurological Surgeons; 2007. Disponible en: http://
P, Puyana JC, Beilman GJ, Cohn SM; St02 Study Group. Massive www.braintrauma.org/site/DocServer/Prehospital_Guidelines_2nd_
transfusion in trauma patients: tissue hemoglobin oxygen saturation Edition. pdf?docID=461
predicts poor outcome. J Trauma 2008; 64: 1010-23. 59. Scalea TM, Simon MM, Duncan AL, et al. Geriatric blunt trauma
51. McLaughlin DF, Niles SE, Salinas J, Perkins JG, Cox ED, Wade CE, improved survival with early invasie monitoring. J Trauma 1990; 30:
Holcomb JB. A predictive model for massive transfusion in combat 129-36.
casualty patients. J Trauma 2008; 64(2 Suppl): S57-63. 60. Boffard KD, Riou B, Warren B, Choong PI, Rizoli S, et al. Recombi-
52. Hardy JF, de Moerloose P, Samama CM. The coagulopathy of massive nant factor VIIa as adjunctive therapy for bleeding control in severely
transfusion. Vox Sang 2005; 89: 123-7. injured trauma patients: two parallel randomized, placebo-controlled,
53. Spahn DR, Rossaint R. Coagu10pathy and b100d component transfu- double-blind clinical trials. J Trauma 2005; 59: 8-15.
sion in trauma. Br J Anaesth 2005; 95(2): 130-9. 61. Perkins JG, Schreiber MA, Wade CE, Holcomb JB. Early versus late
54. . Krailadsiri P, Seghatchian J. Effect of processing and storage on pla- recombinant factor VIIa in combat trauma patients requiring massive
telet activation, cellular injury and rnicrovesiculation. Transfus Apher transfusion. J Trauma 2007; 62: 1095-9.
Sci 2001; 24: 237-8. 62. Rossaint R, Cerny V, Coats TJ, Duranteau J, Fernández-Mondéjar E,
55. Dzik WH. Component therapy before bedside procedures. En: Mintz Gordini G, Stahel PF, Hunt BJ, Neugebauer E, Spahn DR. Key issues
PD, ed. Transfusion Therapy: Clinical PrincipIes and Practice, 2nd in advanced bleeding care in trauma. Shock 2006; 26: 322-31.
Edition. Bethesda, MD: AABB Press, 2005. p. 5-22. 63. Rugeri L, Levrat A, David JS, Delecroix E, Floccard B, Gros A,
56. Zehtabchi S, Soghoian S, Liu Y, Carmody K, Shah L, Whittaker B, Allaouchiche B, Negrier C. Diagnosis of early coagulation abnorma-
Sinert R. The association of coagulopathy and traumatic brain injury lities in trauma patients by rotation thrombelastography. J Thromb
in patients with isolated head injury. Resuscitation 2008; 76: 52-6. Haemost 2007; 5: 289-95.
57. Cohen MJ, Brohi K, Ganter MT, Manley GT, Mackersie RC, Pittet 64. Plotkin AJ, Wade CE, Jenkins DH, Smith KA, Noe JC, Park MS, Per-
JE Early coagulopathy after traumatic brain injury: the role of hypo- kins JG, Holcomb JB. A reduction in clot formation rate and strength
perfusion and the protein C pathway. J Trauma 2007; 63: 1254-61; assessed by thrombelastography is indicative of transfusion require-
discussion 1261-2. ments in patients with penetrating injuries. J Trauma 2008; 64(2 Su-
58. En: Brain Trauma Foundation Writing Team. Guidelines for prehos- ppl): S64-8.
pital management of traumatic brain injury. 2nd Edition. American
COAGUlOPATíA EN EL PACIENTE CON
TRAUMA

Marcela Granados S, MO, FCCM

La hemorragia no controlada es la segunda causa de muer- Basado en el conocimiento de todas estas pruebas para
te en el paciente con poli traumatismo después de la lesión evaluar la coagulación, la visión tradicional del sistema ha
neurológica, siendo causante del 40% de estas muertes (1). cambiado, se ha pasado de la visión tradicional del patron
La coagulopatía es uno de los tres componentes de la triada plaquetario, las cascadas de la coagulación y el sistema fi-
de la muerte en el trauma, en el cual también se incluyen la brinolítico a la actual de un sistema complejo, con múltiples
hipotermia y la acidosis (2-4). En los pacientes con trauma interacciones, como el del complemento y el sistema de las
se concentran un número importante de factores que influyen kininas, además con un papel activo del endotelio vascular
sobre el sistema de la coagulación, alterando el funciona- y una compleja modificación, aún no completamente enten-
miento normal de ésta, como son la lesión de los tejidos, la dida, efectuada por los mediadores de la inflamación (figura
dilución durante la reanimación, la hipotermia y la respuesta 1).
inflamatoria de células como las plaquetas, entre otros. En
este capítulo se revisará inicialmente el sistema normal de la
coagulación, posteriormente su identificación en el labora- Lesión vascular o estimulación endotelial
torio y finalmente las alteraciones específicas en el paciente
con trauma y su tratamiento.
Trombina

Sistema normal de la coagulación


El estudio de la coagulación sanguínea y trombosis ha tenido Agregación plaquetaria
muchas etapas a través del tiempo (5, 6). Los estudios clásicos Adp y txa2 de granulación plaquetaria
de la morfología y la patología del trombo fueron reempla- Formación de coágulo plaquetario
zados por el conocimiento de las proteínas de la coagulación (hemostasis primaria)
las cuales fueron identificadas basadas en las características
de pacientes con problemas hereditarios de la coagulación.
Adicionalmente, el principio fundamental de la fisiología pla- Proteínas
Fibrina
ntitrombóticas
quetaria que incluye la adhesión y agregación plaquetaria fue
identificada a través de los análisis de turbidez en donde se de- ...............................................
~

finía que había interacción entre las plaquetas y adherencia de


Consolidación del coágulo
las plaquetas al vidrio lo cual reflejaba la capacidad de las pla- (hemostasis secundaria)
quetas para pegarse entre sí mismas y a superficies que simu-
laban un vaso sanguíneo lesionado. Solamente hace 40 años se
identificaron las técnicas de bioquímica proteica aplicadas al Retracción
estudio de la hemostasis y la trombosis y es así como las pro-
teínas fueron purificadas, su secuencia de aminoácidos fue de-
terminada, sus genes fueron aislados, y sus interacciones con
otros componentes fueron analizados in vitro. Las estructuras
de los dominios de las proteínas también fueron definidas y su
relación funcional y estructural con otras familias de proteínas
fue determinada, así como los sitios específicos de mutación
en enfermedades como la hemofilia. A partir del análisis de
muchas enzimas, cofactores, estructuras proteicas, ligandos y
Figura 1. Esquema tradicional de la coagulación. ADP: adenosin-difosfato.
receptores comprometidos en la hemostasia y la trombosis se TxA2: tromboxano A2.
generaron modelos descriptivos que explicaban los resultados
experimentales in vitro y en vivo de la observación clínica en El objetivo de todas estas reácciones es mantener un es-
los seres humanos (7). tado de hemostasia entendido como todos los mecanismos
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

que tienden a evitar la pérdida hemática por extravasación, 2. Amplificación: posteriormente, este primer complejo esti-
mantener la fluidez sanguínea necesaria para llevar nutrientes mula a otro complejo expresado en las plaquetas. Las pla-
a los tejidos y remover productos de desecho de éstos. quetas expresan al factor VIII y éste se une al factor IX y
Adicionalmente, hoy se conoce bien que el inicio de la al factor X y conforman el segundo complejo denominado
coagulación no es solamente cuando hay un estímulo por complejo tenase, el cual posteriormente va también a es-
lesión vascular (8). Este inicio también puede darse por el timular al tercer complejo expresado en las plaquetas que
estímulo no traumático de las células endoteliales tal como van factor V el cual se une al factor X y al factor II y forman
ocurre con algunos mediadores inflamatorios como el factor el complejo protrombínico.
de necrosis tumoral, también por el estímulo a otras células 3. Propagación: este complejo protrombínico va a producir
diferentes a las endoteliales como son células extravascula- el tercer componente de la coagulación denominado pro-
res y monocitos vasculares. Basado en este modelo podemos pagación en donde se va producir una gran cantidad de
definir tres etapas de la coagulación: trombina que va a estimular el fibrinógeno para ser con-
1. Iniciación: en esta fase, la estimulación del endotelio por vertido en fibrina y posteriormente formar los monómeros
trauma u otros factores o de células extravasculares hace de fibrina (figura 4).
que este endotelio exprese el factor tisular. El factor ti-
sular a su vez se une con el factor VII y con el factor X
y forman el primer complejo de la coagulación, el cual
inicia la coagulación produciendo directamente una can-
tidad pequeña de trombina. Esta producción pequeña de
trombina no solamente continúa magnificando la coagula-
ción para formar el coágulo, sino que tiene otras acciones
reconocidas más recientemente como son producción de
inflamación, proliferación celular, antitrombólisis y anti-
coagulación (figuras 2 y 3).

MORocitos vasculares
Células extravasculares

Figura 4. Fase de amplificación y propagación. El primer complejo estimula


al complejo Tenase (Factor VID, IX Y X) Y posteriormente al complejo pro-
trombínico (Factor V, X Y Il) para estimular la gran producción de trombina.

Desde que ocurre la primera pequeña cantidad de formación


de trombina, es decir desde la fase de iniciación? se estimula
Monocitos vasculares también un sistema de balance de la coagulación, es decir
Células extravasculares antitrombosis natural, del cual su principal componente es
el de la proteína e unido a la proteína S (figura 5), a la trom-
bomodulina y al receptor de la proteína e en el endotelio.
Figura 2. Fase de iniciación. El factor tisular es expresado en la superficie
del endotelio debido a diferentes estímulos, posteriormente se une al factor También se estimulan otras proteínas antitrornhpticas como
VII e inician la coagulación al unirse con el factor X y producir directamente la antitrombina III y la inhibición ,de la vía del fa'Ctor tisular,
una cantidad pequeña de trombina. conocido como TFIP por sus siglas en inglés. De igual forma
es estimulado el sistema fil?rinolítico en donde el plasmogé-
Anticoagulación
no es convertido a plasmina y ésta se encarga de degradar
(Activación del sistema de la al fibrinógeno y a la fibrina con la intención de recanalizar
proteína e y de prostaciclina) nuevamente los vasos.

Rol del endotelio en la hemostasis


Aunque el hígado produce la mayoría de las proteasas de se-
rina, así como también la proteína e, S y antitrombina III, el
Inflamación
Proliferación celular endotelio juega un rol crítico en la modulación del fenotipo
(Expresión de selectinas, Activación
(Plaquetas y fibroblalstos) de la hemostasia. De hecho las células endoteliales tienen
de PMNN y Activación de PAF)
acción procoagulante por (9, 10):
• La producción de tromboplastina, que existe en pequeñas can-
Figura 3. Efectos de la formación de fibrina. PMMN: polimorfo nucleares
neutrófilos. PAF: factor activador de plaquetas. tidades en el endotelio normal y cuya producción puede ser
estimulada por mediadores inflamatorios como IL-l y TNF.
59/ COAGULOPATíA EN EL PACIENTE CON TRAUMA

e La síntesis del factor de von Willebrand, necesario para la • La síntesis de uno de los tipos de inhibidor del plasminó-
adhesión plaquetaria. geno tisular (Apt-l).
• La síntesis de fibronectina, una glicoproteína de 44.000
Daltons, que facilita la fijación de la fibrina al tapón he- Adicionalmente, el tejido subendotelial está formado por co-
mostático. lágeno, elastina, glicosaminoglicanos, fibronectina, laminina
e El factor activador de plaquetas, cuya síntesis puede ser y trombospandina. El colágeno fibrilar es un fuerte estímulo
inducida por múltiples mecanismos, activando la agrega- para la adhesión y activación plaquetaria.
ción y la degranulación plaquetaria. Tiene un papel im-
portante en la mediación de la inflamación, producido por Rol de las plaquetas en la hemostasis
los mastocitos, neutrófilos y monocitos. Tiene acción qui- Particularmente en el trauma, las plaquetas juegan un papel
miotáctica sobre los polimorfonuc1eares, induce la pro- muy importante, por lo que se revisarán algunos aspectos bá-
ducción de lL-1 por los monocitos, induce proliferación sicos de estas células. Las plaquetas son células anuc1eadas,
de los linfocitos y producción de lL-2. su diámetro promedio es de 2 a 4 Mm, tienen un sistema cana-
licular abierto consistente en una serie de múltiples orificios
sobre la superficie que se comunican con invaginaciones de
la membrana para multiplicar en gran forma las superficies
exterior e interior de la plaqueta. Sus precursores medulares
son los megacariocitos, células que en los canales vasculares
medulares liberan lentamente fragmentos citoplasmáticos a la
circulación general. Su producción es controlada por la trom-
bopoyetina y regulada por múltiples factores inflamatorios.
La plaqueta no conserva la capacidad de síntesis de DNA. En
la circulación, las plaquetas viajan en el centro del flujo san-
guíneo sin interactuar con otras plaquetas o con la pared de
los vasos. Aproximadamente 30% a 40% de las plaquetas son
guardadas en el bazo, su vida media es de 7 a 10 días y luego
de su vida útil son retiradas por el sistema reticuloendotelial
en el bazo y el hígado (14-16).
Su membrana celular es rica en fosfolípidos, lo cual da rá-
Figura 5. Activación de antitrombosis a través del complejo de la proteína C,
iniciado por la trombina. Thrombomodulin: trombomodulina. ACP: Proteína pida disponibilidad de sustrato para la síntesis de eicosanoides
C activada CP: Proteína C EPCR: Receptor endotelial para la proteína C. (prostacic1ina y tromboxano), sustancias con un importante
papel en la regulación de la activación plaquetaria. Su cito-
Por el lado anticoagulante el endotelio expresa (9-13): plasma es rico en microtúbulos y micro filamentos , los cuales
e La trombomodulina, proteína de superficie que se une a la son responsables del mantenimiento de su forma lenticular, la
trombina convirtiéndola en un activador de la proteína e, producción de pseudópodos, la secreción de productos plaque-
la cual inactiva los factores Va y VIlla en el plasma. tarios y la ren"acción del tapón plaquetario (14-16).
e La síntesis de proteína S, que actúa como cofactor para la Receptores de membrana: los receptores plaquetarios
activación de la proteína C. son proteínas de membrana externamente orientadas, que tie-
e La síntesis de proteoglicanos, moléculas con acción similar a nen la capacidad de interactuar con agopistas, formando un
la heparina, que acentúan el efecto de la antitrombina m. complejo e iniciando una,. serie de respu~stas intracelulares
e La síntesis de prostacic1ina, un potente inhibidor de la ac- (17). Las plaquetas en sU membrana celular tienen receptor
tividad plaquetaria. Este efecto puede ser estimulado por para el factor de V:on Wilebrand (lb / IX), receptor para el
la trombina. fibrinógeno (Ilb-Illa), receptor para la trombina, el ADP, el
e La síntesis del factor inhibidor de la vía del factor tisular colágeno, el tromboxano A2 y las catecolaminas.
(tissue factor pathway inhibitor-TFPl) , regulador de la vía e El receptor mejor caracterizado es el receptor IlblIIla, una
inninseca de la coagulación, particularmente inhibidor de los glicoproteína heterodimérica que interactúa con el fibri-
factores vm y IX, regulando la generación de trombina. nógeno, su interacción no ocurre en las plaquetas intactas,
• La síntesis de óxido nítrico que previene la agregación y requiriendo previamente la estimulación plaquetaria para
secreción plaquetaria. su interacción (17).
• El receptor plaquetario para las catecolaminas es mediado por
Entre los factores del endotelio que actúan sobre el sistema un receptor del tipo alfa 2 adrenérgico, activando la proteína
fibrinolítico tenemos (9-11): Gi, inhibiendo la adenilato ciclasa. Se ha reportado disminu-
• La síntesis de activador del plasmonógeno tisular, la cual ción de los receptores adrenérgicos plaquetarios en la falla
puede ser regulada por muchas de las citoquinas que in- cardíaca y la enfermedad cororiaria y aumento de los recepto-
tervienen en la cascada de la inflamación. res adrenérgicos plaquetarios en la anorexia nerviosa (17).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

• Existen dos tipos de receptores para la trombina: el prime- 1. Factores plaquetarios:


ro tiene pocos sitios (50 sitios/plaqueta) con alta afinidad. • El factor 1 plaquetario es similar al factor V de la cas-
La vía involucrada en este tipo de receptores incluye la in- cada de la caogulación.
hibición de la adenilato ciclas a, la secreción de hidrolas as • El factor 2 plaquetario está dotado de actividad fibri-
ácidas y la activación de la fosfolipasa A2. La respuesta de noplástica es decir acelera la conversión de fibrinóge-
este receptor necesita una ocupación continua de los sitios no a fibrina.
activos, pero con bajas concentraciones de trombina (0,5 • El factor 3 plaquetario es el más importante en la coa-
a 1 nmol), lo que lo hace probablemente dependiente del gulación, está compuesto por una fosfolipoproteína
intercambio Na+/H+. Hay alguna evidencia que sugiere que acelera la formación de tromboplastina.
que el receptor lb funciona como este tipo de receptor de • El factor 4 plaquetario es responsable de la capacidad
la trombina. El segundo tipo de receptor es mediado por neutralizante para la heparina que poseen las plaque-
un número intermedio de sitios de unión (17.000 sitios/ tas, mediado por la unión de éste al heparán sulfato de
plaqueta) con moderada afinidad, este receptor estimula la las células endoteliales, lo que a su vez retarda la neu-
fosfolipasa e, promoviendo la producción de IP3 y DAG. tralización de la trombina en el trombo, favoreciendo
Esta respuesta requiere sólo una transitoria exposición a su crecimiento.
la trombina (lOa 20 segundos) en moderada concentra- • La trombastenina que hace parte de los factores pla-
ción (> 2 nmol), ocasionando agregación plaquetaria y quetarios interviene en la retracción del coágulo.
exposición del fibrinógeno a sus sitios de unión (18-20). 2. La tromboglobulina es una sustancia que bloquea la pro-
• En 1972, se descubren los receptores de ADP pues con ducción de prostaciclina por las células endoteliales y fa-
bajas concentraciones de ADP (0,1 a 0,5 umol) se encon- vorece el crecimiento del trombo.
traron cambios de morfología en las plaquetas; pasando 3. La serotonina, una sustancia con acción vasoconstrictora,
de discos a una forma espiculada y a más altas concentra- puede estar involucrada en la agregación plaquetaria, ejerce
ciones (2 a 5 umol) induce agregación y secreción plaque- su máxima respuesta en concentraciones entre 0,2 y 10 umol,
taria. La unión del ADP al receptor produce un cambio es- mientras concentraciones más altas tienen menos efecto.
tructural que permite la uniÓn del fibrinógeno al receptor
IIb/ lIla, induciendo agregación plaquetaria (21). Mecanismos antitrombóticos
• Tanto los tipos de colágeno intersticial (tipo I y III), como El sistema de coagulación está finamente regulado, con el
el de la membrana basal (tipo IV) sirven de sustrato para objetivo que sólo una pequeña cantidad de las sustancias in-
la adhesión plaquetaria, en contraste a los tipos de coláge- volucradas se encuentren activadas, evitando la propagación
no II y V que no tienen esta propiedad. Es conocido que el del tapón hemostático más allá del sitio de lesión vascular.
colágeno induce cambio en la forma, agregación y secre- Esta regulación es muy importante pues hay suficiente canti-
ción plaquetaria, como otros agentes capaces de inducir dad potencial de coagulación en 1cc de sangre para coagular
agregación plaquetaria inducen liberación de ADP de los todo el fibrinógeno sanguíneo en 10 a 15 segundos. Los prin-
gránulos densos. Se ha propuesto la Gp la y la Gp IV para cipales mecanismos antitrombóticos son: la antitrombina III,
el receptor del colágeno (22, 23). la proteína e, trombomodulina, la proteína S y el inhibidor
de la vía del factor tisular. La trombina, paradójicamente, no
Estructura del citoplasma: en el citoplasma plaquetario es solamente es procoagulante y antifibrinolítica sino anticoa-
importante recalcar la presencia de gránulos (24), los cuales gulante (figura 6).
se dividen en gránulos densos y gránulos no densos, que son
los más numerosos y se dividen en gránulos alfa, lisosomas
y peroxisomas. Estos gránulos tienen diferentes sustancias
como:
• Gránulos densos: serotonina, catecolaminas, ADP, calcio, Factor tisular f-----~
pirofosfato, productos lisosomales. + Vlla + Ca
IProteína C y si
• Gránulos alfa: albúmina, factores plaquetarios (factor 1,
factor 2, factor 3, factor 4 y tromboastenina), beta-trom- v
boglobulina, fibronectina, plasminógeno, fibrinógeno, Inhibidor de la vía del
factor de crecimiento derivado de plaquetas, cininógeno factor tisular (TFPI)
de alto peso molecular, inhibidor de la alfa2-plasmina,
factor V, VIII Y XIII de la cascada de coagulación, factor
de Von Willebrand y trombospondina.
I Fibrina I
Algunas características de estas sustancias producidas por los
gránulos son importantes para la homeostasis, por ejemplo:
Figura 6. Esquema del sistema antitrombótico.
59/ COAGULOPATíA EN EL PACIENTE CON TRAUMA

Sistema fibrinolítico neció en uso hasta la invención y el uso clínico del PT y aPTT
Una vez formado el coágulo, comienza el proceso de repa- en 1935 y 1950 (26).
ración vascular y lisis del coágulo (25). Hay tres sustancias Actualmente disponemos de una serie de instrumentos
principalmente activadoras del sistema fibrinolítico: los frag- automatizados y de nuevas técnicas de laboratorio (inmuno-
mentos del factor de Hageman, el activador del plaminógeno lógicas y colorimétricas) que permiten la realización de Ihúl-
urinario o urokinasa (UK) y el activador del plasminógeno tiples pruebas, con las ventajas de la automatización: simpli-
tisular (t PA). Los principales reguladores fisiológicos, el t cidad, bajo consumo de reactivo, velocidad, compatibilidad
PA Y la UK difunden de las células endoteliales y convierten con programas de computador, alta tasa de reproducibilidad
el plasminógeno adsorbido en el coágulo, en plasmina. y menor riesgo de exposición ocupacional (27).
La plasmina degrada los polímeros de fibrina en peque- Revisaremos brevemente todas las pruebas:
ños fragmentos que son eliminados por el sistema monolito- Tiempo de coagulación: aunque la evaluación de la coa-
macrófago. El principal estímulo para liberación de t PA por gulación de la sangre completa se usa escasamente en el mo-
las células endoteliales es la alfa trombina. La alfa trombi- mento, puede dar información útil alIado de la cama del en-
na también estimula la liberación del inhibidor del plasmi- fermo. Se deposita una muestra de sangre en un tubo limpio
nógeno, realizando un fino ajuste a este nivel. La plasmina y se observa la formación del coágulo, éste debe formarse
también puede degradar el fibrinógeno, sin embargo esta inicialmente en 4 a 8 minutos, si después de 10 minutos no
reacción permanece localizada por la activación del t PA Y se ha formado significa que existe una coagulopatía mayor.
la UK preferentemente sobre el plasminógeno unido al coá- La retracción del coágulo debe ocurrir en una hora con una
gulo porque la plasmina que entra a la circulación general es reducción normal de un 50% del volumen de coágulo inicial.
rápidamente unida y neutralizada por la alfa 2 antiplasmina La ausencia de retracción indica probablemente trombocito-
y por la liberación por parte de las células endoteliales del penia y la disolución del coágulo antes de 24 horas sugiere
inhibidor tipo 1 de la activación del plasminógeno tisular, que estados fibrinolíticos patológicos (28).
bloquea directamente la acción del t PA (figura 7). Tiempo de sangría: esta prueba, utilizada desde hace mu-
chos años, intenta evaluar la función plaquetaria. Se basa en
el método de 1vy, que consiste en hacer una pequeña incisión
Plasminógeno en la piel del antebrazo, por debajo de un torniquete inflado a
40 mmHg. La incisión se hace con una lanceta que controla
la profundidad, posteriormente se va secando la sangre con
un papel de filtro hasta que cese el sangrado indicando la
Activación del formación del coágulo de plaquetas. Se considera un tiempo
complemento
normal de 4 a 7 minutos. Desafortunadamente este método
tiene variabilidad dependiendo del operador por lo que su
uso ha sido muy criticado. Aun así, la prolongación de esta
Fibrinógeno prueba asociado a un conteo normal de plaquetas debe hacer
pensar en anormalidades de las paredes de los vasos o más
frecuentemente de la función plaquetmia. La aspirina y la
Fibrina
uremia son dos factores que frecuentemente la alteran (29).
Fibrinopáptido A y B Tiempo de protrombina y tiempo parcial de trombo-
plastina activada (PT y aPTT): son las pruebas más usadas
pm'a la evaluación de la cantidad y calidad de los factores
Figura 7. Esquema del sistema fibrinolítico.
de la coagulación. Estas pi-uebas se toman por punción de
una vena periférica y se llevan al laboratorio en un frasco
Evaluación de la coagulación in vitro (pruebas de
de vidrio con soluciÓn de citrato de sodio, que puede ser al
laboratorio)
3,2% ó al 3,8%, según las normas de cada laboratorio. Este
El complejo sistema de la coagulación no puede ser evaluado citrato quela (del inglés quell que significa disipar) el calcio e
con una simple prueba. Las pruebas de laboratorio relaciona- impide que la muestra se coagule. Usualmente se realizan en
das con la coagulación deben ayudar al clínico en la orienta- muestras plasmáticas, aunque algunos instrumentos las pue-
ción, el diagnóstico y tratamiento del paciente con trastornos den realizar en muestras de sangre completa (30, 31).
de la coagulación. Tiempo de protrombina (PT): fue descrito por primera
El inicio de estas pruebas se remonta a alrededor de 1900, vez por el doctor Arrnand Quick en 1935, se realiza adicionan-
con el tiempo de sangría realizado a un paciente. En 1920 se do tromboplastina (factor tisular más fosfolípidos y calcio), a
tomó una muestra de sangre a un paciente y se depositó en una muestra de plasma pobre en plaquetas tratada con citrato y
un tubo de vidrio, convirtiéndose en el primer antecedente de midiendo el tiempo en segundos ha~ta la formación del coágulo
prueba de laboratorio de la coagulación, estudio que perma- de fibrina a temperatura de 37 grados centígrados (figura 8).
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

El aPTT es sensible para detectar los niveles disminuidos


de los factores de la coagulación antes denominados vía in-
trínseca y de la vía común. El aPTT prolongado entonces,
puede detectar deficiencias de todos los factores de la coa-
~íl---. . Tromboplastina tisular gulación exceptuando el VII y el XIII. También se prolonga
+ fosfolípidos + calcio
con la presencia de inhibidores como la heparina o el ante-
riormente denominado anticoagulante lúpico. Cuando existe
-!f!!!.--. Plasma del paciente un aPTT prolongado sin causa aparente debe hacerse en el
laboratorio corrección con plasma normal para diferenciar
entre deficiencia de factores o presencia de inhibidores. En el
primer caso se normalizaría la prueba y en el segundo conti-
Figura 8. Esquema del PT. mlaría prolongada (35, 36).
Como se había mencionado previamente estas pruebas se
La Organización Mundial de la Salud tiene a disposición un hacen in vitro a 37 grados centígrados, sin embargo es claro
preparado de tromboplastina de referencia internacional y así que aun con cantidades normales de factores, el mecanismo
estandarizar el valor normal. Todo lote nuevo debe ser cali- de la coagulación no es adecuado a temperaturas menores.
brado con esta referencia de la OMS (Organización mundial De tal forma que parece razonable que si un paciente está
de la salud), esto lo hace el fabricante para cada lote y en el hipotérmico y sus pruebas de coagulación son normales a 37
empaque deberá aparecer el índice de sensibilidad interna- grados centígrados, pero está sangrando, podría beneficiarse
cional (ISI). El INR (Internatinal Normalized Ratio) se cal- más de un calentamiento que de la administración de plasma
cula entonces así: (37).
La interpretación de las dos pruebas de tamizaje del sis-
INR = (PT paciente / PT control) elevado al valor del ISI
tema de coagulación, el PT y el aPTT, son necesarias la una
para la otra, en el caso de que alguna de las dos resulte pro-
El INR da una información más precisa de la relación pacien-
longada. La prolongación del aPTT con PT normal sin evi-
te/control normal. El tiempo de protrombina mide niveles ba-
dencia de sangrado clínico hace sospechar deficiencia de ki-
jos de factor VII (uno de los factores vitamina K dependien-
ninóaeno de alto peso molecular, prekalikreína o factor XII.
tes junto con el II, IX YX), por lo que es la prueba más usada
La p;esencia de aPTT prolongado con PT normal y evidencia
para el seguimiento del tratamiento con warfarina y como
de sangrado clínico poco frecuente o leve puede hacer sos-
uno de los índices de función hepática (32-34).
pechar deficiencia del factor XI. La prolongación del aPTT
Tiempo parcial de tromboplastina activada (APTT): con PT normal asociado a sangrado frecuente o severo indica
se realiza con una muestra plasmática totalmente libre de
el compromiso de los factores IX y VIII. Para el diagnóstico
plaquetas, puesto que el reactivo usado es un compuesto fos-
diferencial de las deficiencias de factor VIII y IX se puede
folipídico denominado tromboplastina parcial, el cual a 37
utilizar en el laboratorio plasma con déficit de estos factores.
oC tiene las mismas propiedades físico-químicas del fosfolí-
Estos se obtienen a través de remover el factor deseado por
pido plaquetario. La activación depende del contacto entre la
inmunoabsorción y guardando el plasma bajo congelación o
sangre y la superficie de vidrio. Cuando a esta prueba se le
midiendo directamente la actividad de estos 2 factores (38-
agrega un agente eléctricamente negativo como agente acti-
40).
vador (kaolín, ce1ita, bentonita, ácido elágico), se denomina
La prolongación del PT en presencia de PTT pormal hace
aPTT (Tiempo parcial de tromboplastina activado). Esto se
sospechar déficit de factor VII. Este hallazgo s~ puede ver
hace con el objetivo de minimizar la variabilidad debida a la
también en el estadio temprano del déficit de vitamina K. La
relación entre el volumen de sangre y la superficie del tubo.
prolongación de ambas pnl.ebas, tanto el PT como el PTT,
En la práctica el agente más usado es el kaolín (figura 9).
hace sospechar compromiso de los factores comunes a las
denominadas vías intrínseca y extrínseca: factor V, VIII, II Y
fibrinógeno. Usando la misma estrategia antes mencionada
se realiza la prueba con el plasma del paciente y plasma con
Calcio déficit en los factores V, X Y II. El déficit congénito o adqui-
rido de fibrinógeno es cuantificado en un sistema donde es
Tromboplastina parcial
agregado un exceso de trombina al plasma del paciente; la
medición del fibrinógeno se realiza usando una curva de ca-
Plasma del paciente libración y una muestra de referencia con un predeterminado
Activador
nivel de fibrinógeno (38) (figura 10).
Hay algunas deficiencias que no se 1?ueden detectar con
el uso de estas pruebas, entre ellas el déficit de factor XIII,
Figura 9. Esquema del aPTT. el déficit del inhibidor de la alfa2-antiplasmina, el déficit del
59/ COAGULOPATíA EN EL PACIENTE CON TRAUMA

inhibidor del activador del plasminógeno tisular tipo I y el iniciación de formación del coágulo, la fuerza del coágulo;
síndrome de Scott, un defecto de la actividad coagulante pla- el funcionamiento plaquetario en la formación del coágulo y
quetaria (40). evalúa además la fibrinólisis.
Tromboelastógrafo: el tromboelastógrafo se constituye
de dos partes mecánicas separadas por la muestra de sangre:
un recipiente plástico en el cual 0,36 mI de sangre son colo-
cados y un pequeño dispositivo plástico en forma de alfiler
unido a un alambre de torsión suspendidos sobre la muestra
sanguínea. Se le agrega una capa de aceite para evitar el se-
cado de la muestra. El recipiente plástico oscila, continua y
lentamente, en un arco de 4 grados 45 minutos a 37 grados
centígrados. Inicialmente el movimiento del recipiente no
afecta el dispositivo plástico en forma de alfiler, pero cuando
x x
el coágulo se forma este dispositivo plástico comienza a inte-
V V grarse al movimiento del recipiente. Así la torsión del alam-
11 11 bre genera una señal que es amplificada y registrada como
un trazo de tromboelastografía (figura 11). En la actualidad,
el registro es realizado por computador con la posibilidad de
cálculo automático de los índices más importantes (42-45).
Figura 10. Representación esquemática de la utilidad del PT y aPTT en la
cuantificación de factores.

Evaluación de la fibrinólisis Normal

Existe un número de pruebas que miden la presencia de pro-


ductos de degradación del fibrinógeno (PDF). Estas pruebas
emplean anticuerpos monoclonales en combinación con Anticoagulantes o hemofilia
aglutinación de látex para medirlos cuantitativamente. Una
prueba que mida todos los productos de degradación puede
no ser específica como sí lo es el Dímero D, que aparece Bloqueadores de plaquetas
cuando hay fibrina en degradación, por lo que es de utilidad
para esclarecer el diagnóstico de coagulación intravascular
diseminada (41). Fibrinólisis
Otras técnicas para evaluar la coagulación: la imple-
mentación de la instrumentación y técnicas automatizadas
aparecen en 1950 con el desarrollo del fibrómetro, el cual se
Hipercoagulabilidad
basa en la detección electromecánica del coágulo plasmático.
Este método semiautomatizado usa dos electrodos. Uno se
queda estático en el plasma y el otro se mueve repetidamente
adentro y afuera de la muestra plasmática. Cuando se forma
CID
el coágulo, el electrodo móvil permanece en la posición su-
perior (fuera del plasma), parando el reloj interno. Más re- Estado incicial
cientemente se han desanollo instrumentos que utilizan un
dispositivo óptico para detectar la formación del coágulo, ba-
Estado final
sado en los cambios de la transmisión de la luz causados por
la formación de fibrina (28).
Otras de las técnicas más recientes se basan en la valora- Figura 11. Esquema de las curvas en tromboelastografía. CID: coagulación
ción de la coagulación por medio de principios visco-elás- intravascular diseminada.
ticos, sónicos y electromagnéticos. Por ejemplo, cuando se
forma el coágulo, la fibrina produce una conexión física entre "Sonoclot": el principio del sonoclot consiste en la de-
el recipiente que guarda la muestra y un brazo detector, el tección de los cambios mecánicos que ocunen en la muestra
incremento de la resistencia es transformado y puede detec- sanguínea en el proceso de coagulación. Es un dispositivo tu-
tarse (visco-elástica). Esta modalidad incluye el tromboelas- bular que se mueve en sentido supero-inferior en la muestra.
tógrafo cuyo principio fue desarrollado en 1948 y el Sono- El circuito de detección y su componente electrónico sensa la
clot. Estos instrumentos producen una señal por la cual es resistencia encontrada por el dispositivo tubular, generando
determinada en una muestra de sangre completa, el tiempo de una señal electrónica (46). .
CUIDADO INTENSIVO Y TRAUMA

Coagulopatía y trauma teórico, no se ha podido demostrar con certeza una correla-


ción entre la transfusión de productos sanguíneos y coagulo-
Efectos del trauma sobre la coagulación
patía (55, 56).
El trauma en todas sus formas produce daño tisular, por lo Es claro que las anormalidades de la coagulación en el
tanto sangrado, pero al mismo tiempo activación de la coa- paciente multitransfundido se relacionan más con la mag-
gulación. Sin embargo, si este trauma es severo y hay estado nitud del trauma y desarrollo de coagulación intravascular
de choque e hipoperfusión, hay tendencia a la formación de diseminada que con la transfusión misma (57). Por lo tanto
trombos y se crea un estado de trombosis que puede llegar el rol de la administración rutinaria de plasma o plaquetas en
a convertirse en una coagulación intravascular diseminada el paciente transfundido masivamente es muy controvertida
(CID). (58,59).
Existen publicaciones en la literatura demostrando la pre-
sencia de coagulopatías en pacientes que han sufrido traumas Efectos de la hipotermia sobre la coagulación
en accidentes de tránsito, caída de grandes alturas, heridas
Se calcula que aproximadamente el 66% de los pacientes con
por arma blanca, etc. Owings y Gosselin (47) revisaron 157
trauma llega al hospital con temperatura menor de 36 grados
casos de trauma que ingresaron a su unidad de cuidado inten-
centígrados (60) y el efecto de la hipotermia sobre la coa-
sivo encontrando disminución del 80% de la antitrombina III
gulación se ha descrito desde hace varios años (61, 62). Un
en 95 pacientes y del 50% en 24, 9 pacientes desarrollaron
estudio más reciente (63) evaluó un modelo para identificar
CID clara, la gran mayoría de éstos también tuvo síndrome de
tempranamente los pacientes con trauma que desarrollarían
dificultad respiratoria aguda del adulto y más complicaciones
coagulopatías severas. En un período de 2 años, 148 pacien-
tromboembólicas que hemorrágicas. Gando (48) reportó 40
tes con trauma que requirieron más de 10 unidades de glóbu-
pacientes, 15 con CID y aunque todos tuvieron niveles de
los rojos empacados ingresaron al registro, se excluyeron los
dímero D y complejo trombina-antitrombina elevados, estos
pacientes de trauma craneoencefálico severo, coagulopatías
15 los tuvieron mucho más. Otros investigadores (49, 50),
previas, disfunción hepática, disfunción renal y uso de susti-
han reportado similares experiencias encontrando disminu-
tutos de sangre. Los 2 marcadores más importantes de coa-
ción de los niveles de antitrombina III relacionados con el
gulopatía severa fueron la acidosis e hipotermia con riesgos
índice de severidad de trauma (ISS) y particularmente con
relativos de 12,3 y 8,7 respectivamente.
la presencia de choque. Todos los que tuvieron índices de
La razón por la cual la hipotermia altera el sistema de la
trauma elevados tuvieron CID con gran actividad fibrinolítica
coagulación ha sido estudiada por varios investigadores. Watts
(50, 51). En este último estudio Gando reportó 58 pacientes
(64) evaluó en un estudio de 112 pacientes con trauma, con
con trauma, de los cuales 22 desarrollaron CID. Estos 22 tu-
un índice de severidad de 9 o más, a 72 con hipotermia, los
vieron índice de severidad de trauma mayor y tuvieron ma-
cuales fueron estudiados con tromboelastografía, PT, aPTT,
yor mortalidad (59% vs. 13,8%). El trauma craneoencefálico
plaquetas, CO'), hemoglobina y hematocrito, encontrando 34
particularmente produce una serie de eventos que guían al
grados centígiados como punto de corte por debajo del cual
desarrollo de CID, algunas veces produciendo complicacio-
se disminuía la actividad enzimática significativamente (p <
nes hemorrágicas fatales. Kearny (52) evaluó el pronóstico
0,001), lo mismo que la actividad plaquetaria (p < 0,001), en
de 36 pacientes con trauma craneoencefálico severo, encon-
este estudio no se encontró alteración en la fibrinólisis a las
trando una- mortalidad del 50%, todos tenían alguna forma
temperaturas estudiadas.
de coagulopatía. Los no sobrevivientes tenían niveles de fi-
La hipotermia es algunas veces subestimada, pues las
brinógeno más bajo y mayores niveles de PT y aPTT, niveles
pruebas de coagulación en el laboratorio se haCe¡} a 37 gra-
de antitrombina III, proteína C y S más bajos y niveles de
dos centígrados pudiendo ser norm~es, pero el paciente tener
Dímero D más elevados.
una temperatura corporal menor de 34 grados centígrados y
estar sangrando (37), lo que (significaría que en ese momento
Efectos de la transfusión masiva sobre la
se hace prioritario el recalentamiento y no la transfusión de
coagulación
plasma u otros derivados sanguíneos. Es muy importante re-
El funcionamiento normal de las plaquetas está virtualmente cordar, sin embargo, la disfunción plaquetaria asociada a la
ausente en la sangre de banco. La trombocitopenia se corre- hipotermia, demostrándose defectos en la hemos tasia prima-
laciona con el número de unidades de glóbulos rojos trans- ria con temperaturas menores de 34 grados centígrados (64).
fundidas y puede llegar a ser significativa clínicamente en Esta alteración parece estar mediada por alteración en la vía
un adulto después de 15-20 unidades lo que significa 1.5 a 2 de la ciclo-oxigenasa lo cual produce un disbalance entre la
veces el volumen sanguíneo (53). Aunque los factores más producción de tromboxano y prostaciclina. También contri-
lábiles V y VIII también se deterioran en la sangre de banco, buye a esta disfunción plaquetaria la alteración por dismi-
el fibrinógeno se conserva. El denominado efecto dilucional nución de la temperatura, en la activación de protein kinasa
de la transfusión masiva, definida como el reemplazo de más C (importante en la iniciación de la adherencia plaquetaria
de una volemia, también ha sido descrito, con disminución (65). Es claro entonces que el conteo de plaquetas puede ser
del factor V, VIII Y plaquetas (54). A pesar de este concepto normal en el paciente politraumatizado hipotérmico y es-

776
59/ COAGULOPATíA EN EL PACIENTE CON TRAUMA

tar sangrando por disfunción de éstas, beneficiándose de la de algunas otras pruebas para confirmar el diagnóstico, aun::.
transfusión de plaquetas y del recalentamiento. que no todas se soliciten de rutina.

Efectos de la hipoperfusión y acidosis sobre la l. Pruebas que sugieren activación procoagulante:


coagulación " Elevación de pro fragmento 1+2 de la protrombina
La hipoperfusión tisular y subsecuente acidosis metabólica " Elevación de fibrinopéptido A y B
pueden jugar también un rol importante en la coagulopatía " Elevación de complejo trombina-antitrombina.
asociada al trauma mayor. Hay estudios que sugieren un tras- 2. Pruebas que sugieren activación fibrinolítica:
torno en la hemostasia secundaria posiblemente asociado con " Elevación de dímero D
el desarrollo de coagulación intravascular diseminada (CID) " Elevación de productos de degradación del fibrinóge-
y consumo de factores de coagulación en presencia de pH no (PDF)
menores de 7,20 (66, 67). También se ha reportado defec- " Elevación de plasmina
tos en la hemostasia primaria (87), en presencia de acidosis. " Elevación de complejo plasmita-antiplasmina.
En un estudio de 36 pacientes severamente traumatizados 3. Pruebas que sugieren consumo de inhibidores:
multitransfundidos (68), la correlación fue más fuerte entre " Disminución de antitrombina III
tiempo de hipotensión y coagulopatía, que entre número de " Disminución de alfa-2-antiplasmina
unidades transfundidas y coagulopatía, es decir la corrección " Disminución de cofactor de la heparina II
de la hipoperfusión en el choque hemorrágico, incluyendo la " Disminución de proteína C o S
transfusión de sangre, tiene impacto en la coagulopatía por la " Elevación de complejo trombina-antitrombina
tanto en la sobrevida. " Elevación de complejo plasmina-antiplasmina.

Coagulación intravascular diseminada En algunos estudios se ha evaluado la frecuencia de anorma-


lidades de las diferentes pruebas usadas para el diagnóstico
En el paciente con trauma se puede producir coagulación de CID encontrando (71):
intravascular diseminada debido a varios factores como el " Dímero D anormal en el 93 % de los pacientes
mismo trauma, estado de choque e hipoperfusión, transfu- " Antitrombina III anormal en el 89% de los pacientes
siones masivas, daño tisular, cirugía o infección (69). De ma- " Fibrinopéptido A anormal en el 88% de los pacientes
nera simple la fisiopatología consiste en que la liberación de " Títulos de PDF anormal en el 75% de los pacientes.
sustancias tromboplásticas secundarias a algunos estímulos
disparan la cascada de la coagulación y en forma refleja al El dímero D es un neo antígeno formado cuando la trombina
sistema fibrinolítico. La mayoría de las veces esta activación inicia la transformación de fibrinógeno en fibrina y la activa-
de la coagulación y la fibrinólisis es moderada sin producir ción del factor XIII para estabilizar la fibrina; este neoantí-
una alteración clínicamente importante en los niveles de los geno es formado por la degradación de la fibrina estabilizada
factores de coagulación, y cuando se produce, el trastorno por la acción de la plasmina (71, 72). Esta prueba es realizada
predominante es la trombosis; pero cuando el estímulo se para evaluar la degradación específica de la fibrina. Para la
perpetúa, el consumo de factores se hace muy importante y medición del dímero D se puede usar anticuerpos monoclo-
la activación de la fibrinólisis produce además de la degrada- nales contra el neo antígeno DD-3B6/22 del dímero D o una
ción de la fibrina, degradación del fibrinógeno liberando los prueba de aglutinación de látex. Muchas de las pruebas co-
productos de degradación que a su Vez impiden la polimeri- merciales para medir dímero D no usan,anticuerpos monoclo-
zación de la fibrina y el sangrado se convierte en la manifes- nales y en algunos estudios se han encontrado inapropiados y
tación clínica predominante (70). no específicos de la formación de productos de degradación
En cuanto al diagnóstico de coagulación intravascular de la fibrina (73).
diseminada (CID), esta patología ha sido definida como un Los productos eré degradación de fibrinógeno (PDF), los
desorden trombohemorrágico sistémico en asociación con fragmentos X, Y, D, E, son el

Вам также может понравиться