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que el problema no tolera pañitos de agua tibia ni permite que me ande por las
ramas: ¿es que los colombianos somos muy brutos o es que la educación que
aquí se imparte es muy mala?
A finales del año pasado el país recibió, con sorpresa y vergüenza, los
resultados de una prueba internacional que se conoce como Pisa, la sigla en
inglés del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, el
examen más importante del mundo con alumnos de 15 años.
¿Fallan los estudiantes o falla la educación que les dan? Desde diciembre esa
pregunta me está dando vueltas en la oreja, como una mosca.
Ni calidad, ni cobertura
–No hay nada más lejano de la realidad –replica Patricia Martínez Barrios,
viceministra de Educación Superior–. Precisamente porque, desde hace trece
años, la Ley 715 nos obliga a llenar las vacantes de profesores oficiales con
concursos de méritos.
El viceministro de Educación Básica, Julio Alandete, me informa que de aquí al
año 2018 tendrán que retirarse 32 mil maestros oficiales por llegar a los 65
años, edad de retiro forzoso. “Vamos a cubrir esos cargos con gente de
altísima calidad y verdaderos profesionales”, dice Alandete.
Regreso con el profesor Ramírez Vallejo, quien prosigue diciendo que otro
factor de mala calidad en la educación colombiana es la falta de pertinencia.
Para decirlo en palabras cristianas, la pertinencia consiste en que te enseñen lo
que necesitas saber para ganarte la vida. Que lo aprendido corresponda a los
empleos que están ofreciendo. “Si estudias en la escuela de gastronomía”, dice
Ramírez, a manera de ejemplo, “¿qué ganas con aprender a preparar la mejor
arepa de huevo del mundo, si el restaurante de tu familia queda en Pasto?”.
Garajes y presupuestos
Rajados en tecnología.
¿Y en inglés?
Otra pata que le nace al cojo: somos analfabetos digitales. En la prueba Pisa
se confirmó el retraso de Colombia en esas materias. El 70 por ciento de los
estudiantes que presentaron el examen están por debajo del nivel mínimo en
tecnologías de la información.
El profesor Ramírez Vallejo añade que otra prueba similar, llamada “encuesta
de alfabetización digital”, encontró que solo el 45 por ciento de los colombianos
tiene una vaga noción de tecnología.
–En Colombia, en cambio, solo el 7 por ciento de los bachilleres que presentan
anualmente las pruebas del Icfes alcanza un puntaje satisfactorio en inglés–
concluye Ramírez, con desaliento.
Qué van a saber inglés los alumnos si ni los profesores de inglés saben inglés:
un examen reciente demostró que únicamente el 12 por ciento de los maestros
de inglés logró llegar al nivel mínimo de conocimiento de esa lengua. El triste
12 por ciento, imagínese usted.
Epílogo
Como siempre, los jóvenes son los que llevan la bandera. Eso es estimulante
porque demuestra que no todo está perdido. Que les vaya bien. Y quedo a sus
órdenes, por si les puedo ayudar en algo, aunque no sea mucho.
1¿Ha perdido el maestro consideración social? El docente no tiene la credibilidad
de antaño. E incluso hay familias que, en situaciones de conflicto, le faltan al
respeto. El déficit de prestigio social condiciona inevitablemente el ejercicio de
la profesión. Esa situación no se da en la enseñanza superior, donde el
profesorado conserva un halo de reputación social.
2¿Por qué es difícil que los centros cuenten con un equipo de profesorado
estable? La única inestabilidad en las plantillas de los centros extremeños se debe
al elevado número de profesores interinos que existe. No obstante, gracias al
Acuerdo de Interinidades y a las ofertas de empleo público que se están
aprobando en los últimos años, se está consiguiendo reducir considerablemente.
Y el hecho de que profesores cambien de destino cada cierto tiempo por concurso
de traslados no es motivo de desestabilización: si un profesor está a gusto porque
puede conciliar vida laboral y familiar, está comprobado que rinde más y
tienemejor predisposición.
3¿Por qué no se dan más clases en inglés? Hay un gran consenso alrededor de la
idea de que es imposible que los estudiantes sepan inglés al final de la ESO si
solo reciben, como máximo, tres horas de clase a la semana. En los últimos años
Extremadura está apostando fuerte por el inglés, aunque aún es pronto para ver
los resultados, y la Consejería de Educación continúa con su política de
potenciación de las enseñanzas de lenguas extranjeras, con lo que este curso once
centros educativos más impartirán una segunda lengua extranjera en el tercer
ciclo de Educación Primaria, con lo que serán ya 112.
7¿Tienen los directores escaso poder sobre el profesorado? Una de las razones
que exponen los directores para no tomar decisiones es que apenas tienen
competencias sobre el profesorado. Se limitan a refrendar las decisiones
asamblearias del claustro de profesores o a asumir las que ha adoptado la
mayoría.
9¿Cómo son las prácticas de los maestros de Primaria? Las prácticas, mal
supervisadas, carecen de las características propias de un periodo de prueba. La
duración de los estudios universitarios para obtener el título de maestro crecerá
de tres a cuatro años con la reforma universitaria en ciernes y el periodo final de
prácticas ocupará uncurso académico completo.
10¿Cómo se evalúa la actividad del profesorado? Una vez han ganado la plaza en
oposición, los funcionarios docentes no son sometidos a ningún tipo de
evaluación sistemática, más allá de la que conlleva el control del cumplimiento
de sus obligaciones laborales.
15¿Son gobernables las aulas con más de 25 niños de 3 años? Las clases
saturadas pueden convertirse en un problema en cualquier curso, pero es en P-3,
un nivel en el que hay pequeños que no controlan sus esfínteres, donde la función
del maestro se hace muy cuesta arriba. Y no solo se trata de que el enseñante
realice su labor de forma más desahogada, sino de que los niños extraigan el
mayor provecho de su estancia en el aula.
18¿Hay muchas bajas? Los datos no se conocen con exactitud, pero la cifra de
sustitutos es abultada y hay algunos indicadores que lo atribuyen no tanto a las
licencias de todo tipo sino a las ausencias por enfermedad.