El rol de la ética en la profesión

¿La ética define lo que es ser profesional?

Para Adela Cortina (2013) sí y su argumentación es explicada mediante lo que
distingue a un profesional. En su explicación, toma en cuenta principalmente lo
siguiente:

 El sentido de la acción profesional: aquello que nos convierte en

profesionales no está en el dominio que tengamos de técnicas o
recursos, sino en el fin (sentido) que le demos a ese dominio.

 La actividad profesional: las profesiones necesitan de aptitudes

específicas y del reconocimiento de la naturaleza social que tienen las
acciones profesionales.

 Motivos y razones para la profesión: “los motivos se convierten en

razones cuando concuerdan con las metas de la profesión” (Cortina
2013:137). Los motivos individuales no son suficientes para practicar
una profesión, sino son las razones las que pueden justificar dicha
práctica porque son estas las que se adecuan con la meta social que
debe tener toda profesión.

El sentido de la acción profesional

La distinción que hace Aristóteles (Cortina 2013:133-134) entre dos tipos de

acciones ayudarán a comprender este punto. Hay acciones, las técnicas, cuyo
sentido no está en la realización de ellas mismas sino en el fin por el cual se
realizan dichas acciones.

 Por ejemplo,hacer zapatos como actividad en sí cobra sentido cuando

se le da un fin como la belleza del diseño, la comodidad de los
materiales, etc.

Hay además otras acciones como las prácticas que sí poseen en sí mismas su
sentido, porque en ellas mismas está su fin, por ejemplo,visitar un museo por el
gusto de ver obras de arte o pasear por el parque por el gusto de hacerlo son
actividades cuyo valor reside en ellas mismas.

Lo importante de esta distinción es reconocer que existen el dominio de

técnicas o recursos y el fin que se le da ese dominio, pues en ese fin reside lo
profesional. Los profesionales serán quienes saben usar las técnicas para
ponerlas al servicio de los mejores fines y ese discernimiento por lo mejor los
convierte en profesionales porque se asumen responsables de sus acciones.

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La actividad profesional:
La profesión requiere vocación que consiste en aptitudes para su ejercicio y
necesita también asumir sus acciones como sociales para dirigirlas hacia una
meta que tiene consecuencias en los otros.

 Por ejemplo,si un médico carece de la capacidad de dar importancia al

sufrimiento de un enfermo no sería un buen médico.

Motivos y razones
Este punto se desprende de los anteriores. Las metas de las profesiones no
pueden ser justificadas mediante motivos individuales porque no son
argumentos frente a acciones sociales que sí necesitan argumentación al tener
un impacto en la vida de los otros. Si bien es legítimo desear un sueldo justo o
tener reconocimiento, estos no son suficientes para justificar el ejercicio de una
profesión, es decir, ser reconocido socialmente como profesional, pues toda
profesión se debe a una meta y esa meta es social.

 Un ejemplo sobre cómo los motivos desplazan a la razones es cuando

un directivo de un Banco asesora a un cliente para que éste invierta en
un fondo pensando en su propio salario o en ascender y calla los riesgos
previsibles de dicha transacción para el cliente.

Como vemos estas tres características que distinguen a un profesional se dan

gracias a la ética. La profesión es una manera de ser agentes morales
responsables, pues el sentido de la acción profesional se da gracias al rol de
los principios éticos, la actividad profesional no puede prescindir de la
deliberación que va más allá de lo meramente individual y las razones en la
actividad profesional reafirma el rol de la razón en la justificación de nuestras
valoraciones. Esas son algunas relaciones que se pueden hacer entre todo lo
que implica un agente moral responsable y ser profesional.

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 Responsabilidad en el marco institucional
Ahora, que ya vimos en qué consiste el rol de la ética en la profesión, pasemos
a ver cómo el tomar en cuenta el marco institucional también ayuda a precisar
más nuestra comprensión de los alcances de la ética en el ámbito laboral.

Para Xavier Etxeberría (2003:180) el escenario, instituciones u organizaciones,

en el que desarrollamos sobre todo nuestra actividad profesional tiene tres
elementos que pueden ayudarnos a comprender mejor la responsabilidad
moral:

 Los aspectos coaccionantes de la iniciativa personal: la

confrontación entre los intereses personales y los de una institución o
una organización no tiene como consecuencia eliminar el rol del
discernimiento en la evaluación de nuestra responsabilidad.

 La corresponsabilidad: la extensión de las decisiones y la deliberación

en una institución o una organización no diluyen la responsabilidad.

 La conexión con la dinámica social: el marco institucional permite

reconocer la posibilidad y los efectos de la responsabilidad colectiva en
acciones específicas comprometidas con el bienestar social.

Aspectoscoaccionantes de la iniciativa personal

Ocurren cuando nuestra acción profesional se inscribe dentro de instituciones
con las que no estamos de acuerdo o hasta incluso transgreden nuestros
principios éticos y nos vemos frente a la necesidad de ingresar a tales
organizaciones por el interés de ejercer nuestra profesión; otro escenario se da
cuando ya dentro de una institución debemos hacer concesiones.

Para Etxeberría estas dos formas de coacción no tienen por qué devenir en el
abandono del discernimiento, sino que lo fortalecen , pues la coacción debe
formar parte de nuestra evaluación para actuar de acuerdo con los mejores
argumentos.

 Por ejemplo, na minera ha elegido a una productora audiovisual en la

que trabaja Alberto López y a él como director de su video institucional.
El proyecto tiene un gran presupuesto y el mejor pago será para él; sin
embargo, él además de trabajar como director en esta empresa tiene
proyectos personales como el que está realizando al momento de recibir
esta oferta en la selva peruana sobre medicinas ancestrales que es justo
el escenario donde se realizará el video para la minera. El dilema de
Alberto consiste en su decisión de aceptar o no esta oferta de trabajo;
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 por un lado, está su rechazo personal a las prácticas adversas para la
población y su medioambiente en la selva peruana por parte de esa
misma minera y, por otro lado, está su compromiso laboral con la
empresa en la que trabaja que se beneficiará con la firma de este
contrato con la minera.

El caso de Alberto sería un ejemplo del segundo caso de situación

coaccionante; en este caso Alberto deberá preguntarse ¿si rechaza la oferta de
la minera o si no la rechaza quién sería el afectado en ambos casos y en qué
consistiría el daño? ¿Cuáles son los argumentos que sustentan la defensa de
ambas posibilidades? ¿En qué posibilidad están los mejores argumentos?

Como vemos, el elemento coaccionante se integra a la responsabilidad e

intensifica el rol de la razón en el discernimiento a la vez que confirma que las
propias acciones invocan nuestra responsabilidad, es decir, no la podemos
delegar.

Corresponsabilidad
Se refiere a que las instituciones u organizaciones al extender la deliberación y
decisión pueden generar la falsa idea de que diluye la responsabilidad, siendo
esto último no posible porque como hemos visto los hechos suceden debido a
que alguien los decide.

 Por ejemplo, si bien un sismo de grado 8 y un conductor no respetuoso

de las señales de tránsito pueden tener afectados, la diferencia entre
ambos consiste en que el sismo no ha sido decisión de nadie mientras
que el segundo sí y por ello la responsabilidad es posible, en esta
diferencia se basa la afirmación de que así la decisión de una empresa
sea compartida entre varias personas, por ser decisión de personas, la
responsabilidad no desaparece.

Conexión con la dinámica social

Está relacionada con el anterior punto, pues el que la responsabilidad se
extienda entre varias personas significa reconocer la posibilidad y existencia de
la responsabilidad colectiva, es decir, no solo somos responsables frente a los
otros sino que además compartimos responsabilidad con otros respecto a una
misma acción (ahora colectiva). De ahí que se demande de las instituciones u
organizaciones no solo su preocupación por lucrar o extender su poder, sino
que reconozcan su capacidad de ejercer colectivamente acciones moralmente
responsables y beneficiosas socialmente.
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