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Género, escuela

y medios de
comunicación
Mercedes Charles Creel

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•• •• •• ••

258 Nuevas tecnologías, familia y escuela

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Introducción

E
xiste una inquietud compartida Y también
por muchas personas, principal-
mente mujeres, que consideran quisiera explicar /
que en el mundo el género feme-
nino se encuentra en una situa- por qué me
ción de verdadera desventaja y desigualdad
en relación con el masculino. Basta revisar maquillo
las estadísticas para darnos cuenta de las
dimensiones del problema: las mujeres son y por qué uso
la parte de la población con mayores índi-
ces de pobreza, desnutrición y desempleo, perfume. /
tienen menores niveles educativos y sala-
rios más bajos, sufren mayores índices de Quiero aclararme
deserción escolar y de violencia intrafa-
miliar, además de contar con una doble jor- bien ese racismo
nada de trabajo.
Todo esto tiene como resultado la exis- que existe / entre
tencia de enormes diferencias entre los gé-
neros, lo que se traduce en múltiples prác- los hombres
ticas donde la mujer se encuentra en franca
desventaja. Su trabajo, sus actividades y su y las mujeres.
posición en la sociedad sufren una gran des-
valorización social. Kyra Galván
Ciertamente pensamos que esta situa-
ción problemática puede y debe ser rever-
tida. Hoy en día, en México y en el mundo,
hay muchas personas y grupos que luchan
desde los más diversos frentes por gene-
rar una relación de igualdad, compañeris-
En 1993 la tasa de natalidad mo y solidaridad entre hombres y muje-
registró 99 nacimientos de res, para construir un mundo mejor en el
niñas por cada 100 de niños. que predomine la justicia y la igualdad de
oportunidades.
En este afán de construir una sociedad
más equitativa y justa, muchas personas
involucradas en la educación pensamos que
la escuela puede ser un espacio privilegia-
do para formar, desde muy pequeños, a los
niños y a las niñas de una manera diferente
y, para ello, los maestros y maestras tienen
un papel de fundamental importancia. En
sus manos está la posibilidad de dejar una
huella muy importante en sus alumnos y
alumnas al promover, desde la práctica do-
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cente cotidiana y desde el análisis de los su cargo la responsabilidad de formar a mi-
medios de comunicación, la igualdad, la so- llones de niños y niñas mexicanos, empiece
lidaridad y el compañerismo entre hombres a reflexionar sobre el tema. Se trata, por
y mujeres. tanto, de una pequeña guía en la que pue-
A partir de tal propósito, este escrito den y deben agregar, quitar, modificar, aña-
busca hacer visible una multitud de prácti- dir, omitir, crear..., aquellos contenidos que
cas sexistas que se llevan a cabo en la es- su experiencia de vida les ha proporcionado.
cuela y son invisibles a simple vista. Se tra- Se trata de que las maestras y los maestros
ta de hacer una lectura crítica de ellas para se transformen, también, en autores.
que los maestros y maestras sean concientes Esta preocupación por promover la
de que existen aunque no sean evidentes; igualdad de género desde la escuela tiene
como estamos acostumbrados a vivirlas sus orígenes en la década de los setenta,
cotidianamente, no nos detenemos a pensar cuando un gran número de investigadoras
en ellas, a reflexionar sobre su significado y se interesaron en estudiar y comprender la
a concebirlas como acciones que reprodu- situación de explotación y subordinación de
cen la desigualdad entre los géneros. millones de mujeres en el mundo. Estos es-
Debido a la importancia creciente que tudios empezaron a dar cuenta del papel de
tienen los medios de comunicación en la las diversas instituciones sociales en la con-
conformación de las identidades masculina formación de un pensamiento encubierto
y femenina, es importante promover que, que segregaba a la mujer y contenía prácti-
dentro del espacio escolar se analicen cas, conductas y actitudes sexistas que la
críticamente sus mensajes para hacer ex- situaban en una condición de franca subor-
plícita su propuesta de mujer y de hombre, dinación.
y desentrañar el sexismo que encubren. Desde entonces, se empezó a plantear
Cabe resaltar que no pensamos que la que este papel subordinado que tienen las
Desde la infancia las niñas
discusión al respecto esté agotada; por el mujeres en la sociedad es fruto de una cons-
son condicionadas mediante contrario, este texto es sólo un preámbulo trucción social, más que de un destino oca-
para que el personal docente, que tiene a sionado por sus características biológicas.

yy
;;
canciones, rimas y juegos.
Desde esta perspectiva, el género se empe-
zó a considerar “como el conjunto de con-

yy
;;
ductas aprendidas que la propia cultura aso-
La patita cia con el hecho de ser un hombre o una
mujer. En nuestra cultura se instruye a los
hombres sobre el ideal de masculinidad,
mientras que a las mujeres, se les indica
La patita, de canasta cuál es el ideal femenino”.1
y rebozo de bolita, También estos estudios han ido revelan-
do las diversas formas en las que esta cons-
va al mercado a comprar trucción social es creada, difundida,

todas las cosas del mandado, interiorizada, aceptada y vivida —en for-
ma inconsciente por la mayoría de la po-
se va meneando al caminar blación—, así como su manifestación en for-

como los barcos en alta mar. 1


Judy Pearson, Lynn Turner y W. Todd-
Mancillas, Comunicación y género, Barcelona,
Paidós, 1993. p. 27.


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mas de pensar, de sen- de los protagonismos
tir y de actuar que re- sociales.
producen la desigual- La familia, la es-
dad en contra de las cuela y los medios de
mujeres. comunicación envían,
Ciertamente el pa- cotidianamente y des-
pel que ha tenido la de diversos foros, dis-
mujer a lo largo de la cursos a la sociedad
his- toria no siempre sobre el significado e
ha sido el mismo. Su implicaciones de ser
papel ha sufrido cam- hombre o mujer. En su
Hogar, pareja, salud, belleza y
bios en diversos mo- interior se definen los cocina son las principales
mentos y ha estado límites y posibilidades premisas de las publicaciones
sujeto, a través del de acción, pensamien- femeninas.
tiempo, a múltiples to y desarrollo para
determinaciones que han ido conformando cada uno de los géneros, mediante la pro-
socialmente —en las diversas relaciones moción de determinados prototipos, así
que generan— el ser, el hacer, el pensar y como de formas de ser y actuar que son
el quehacer fe-menino de determinado mo- alentadas o prohibidas según el género de
mento histórico. que se trate.
Cabe resaltar que en la escuela conflu-
yen los prototipos y modelos que promue-
Las instituciones ven la familia y los medios de comunica-
sociales ción, además de la propia institución
escolar, que también sostiene y difunde es-

E
n la construcción social de las ca- tereotipos diferenciados.
racterísticas que deben tener lo
femenino y lo masculino tienen un Desde la familia
papel protagónico las institucio-

L
nes encargadas de los procesos a conformación del ser y del que-
de socialización. Nos referimos principal- hacer masculino y femenino inicia
mente a la familia, la escuela y, ahora con desde el momento del nacimiento.
mayor fuerza que nunca, los medios de co- Por lo general, en la familia se
municación. Cada una de ellas tiene un dis- brinda un trato diferenciado a
curso sobre los elementos formales de los los niños y a las niñas. Muchas de las fa-
prototipos dominantes de los géneros, así milias consideran al niño como un ser más
como los valores, actitudes y conductas que inteligente, intrépido, racional e indepen-
los conforman. diente, y a la niña como un ser menos in-
Por lo general, estas instituciones re- teligente, frágil, sensible y dependiente.
producen y refuerzan las condiciones de A ellos se les prohibe determinado tipo
opresión y sumisión de las mujeres, al fo- de conductas como llorar o ser sensibles,
mentar el machismo y la desigualdad, y sos- y a ellas la brusquedad, opinar sobre de-
tener estereotipos de género y roles sexua- terminados temas o ser racionales.
les diferenciados en los que se otorga a la Este trato diferenciado llega al extremo
mujer un papel marginal y secundario, mien- en muchísimas familias que se ven obliga-
tras a los hombres se les brinda la mayoría das a elegir a quién dan el alimento más


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nutritivo y a quién Pero, tristemente, en muchas familias pre-
envían a la escuela, domina el machismo, la desigualdad y el
donde por lo general maltrato hacia las mujeres. Y esto es asi-
favorecen a los ni- milado por los niños y las niñas desde su
ños. En estas fami- más tierna infancia.
lias se piensa que El que las niñas sean consideradas in-
ellos, al ser más ac- feriores en el seno de la familia afecta su
tivos, necesitan nu- autoestima y autovaloración, ya que muchas
trirse mejor; ade- llegan a creer, verdaderamente, que por el
más no pueden dejar solo hecho de ser mujeres valen menos que
la escuela, ya que sus hermanos. Por eso, muchas veces con-
necesitan estudiar sideran natural que ellos tengan más dere-
para obtener un me- chos y oportunidades de desarrollo.
jor ingreso futuro. En la sociedad existen muchos este-
En cambio, conside- reotipos y prejuicios que alimentan este
El trabajo doméstico ran que las niñas necesitan menores nu- trato familiar y social diferenciado. Esto
históricamente ha sido labor de trientes y, como piensan que su futuro es se puede corroborar en clase si se realiza
mujeres. casarse, su asistencia a la escuela se llega una dinámica en la que se pregunte a los
a considerar un desperdicio. Por ello las ni- alumnos y a las alumnas cuáles piensan
ñas padecen mayor desnutrición y mayo- que son las cinco características distin-
res índices de deserción escolar. tivas de cada uno de los géneros. Las pre-
“El primer espejo en que se miran las guntas se pueden hacer directamente o
niñas y los niños más pequeños, son los ojos bien hacer un juego donde se aviente una
de sus papás, de sus abuelos, de sus her- pelota y quien la tome tenga que decir una
manos mayores y familia más cercana”.2 característica que corresponda a los hom-
bres y otra a las mujeres. Las respuestas
2
se van escribiendo en el pizarrón, previa-
María del Carmen Álvarez, Lola Abiega y María
de Lourdes Garza, Uno, dos, tres por mí, por ti,
mente dividido en dos: un lado para escri-
por todos... Los derechos humanos de los niños y bir las de las mujeres y el otro las de los
las niñas, México, COMEXANI, 1995. pp.16 y 17. hombres.

En 1970, 17 de cada
100 mujeres realizaron
un trabajo remunerado.
En 1993 la proporción fue
de 33 de cada 100
(Censo de 1990).


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Sería importante discutir con el grupo
todas las respuestas obtenidas para ana-
lizarlas, reflexionar, y ver si son reales o
bien corresponden a estereotipos o prejui-
cios, tratando de que sea el propio grupo,
con la guía del docente, quien elabore sus
conclusiones. También habría que pregun-
tarles sobre el origen de las característi-
cas que mencionaron para analizar qué
papel tienen la familia, la escuela y los me-
dios de comunicación en la construcción
de su manera de pensar.

Responsabilidades
Es importante hacer notar a los alum- Estadísticas del INEGI
diferenciadas nos y alumnas que todas las actividades, muestran que en el área de
las ingenierías las mujeres
incluyendo las que su madre realiza en casa,
ocupan únicamente un 6%
Por otro lado, en la mayoría de las familias son muy importantes. Para ello se les pue-
(Censo de 1990).
la encargada de realizar el trabajo de la casa de preguntar sobre el trabajo y responsabi-
es la madre. En ella recaen todas las res- lidades de su padre y de su madre, hacién-
ponsabilidades familiares de higiene, alimen- doles reflexionar sobre qué pasaría si nadie
tación y cuidado de los hijos, incluso cuan- lavara la ropa o si nadie cocinara en su casa,
do ella trabaja una jornada completa en el o qué ocurriría con el hermanito más pe-
exterior. Por esto se dice que la mujer tiene queño si nadie lo cuidara, o cómo se vería
una doble jornada de trabajo, una en su casa su casa si nadie la barriera y arreglara.
y otra fuera de ella. También se podría discutir en clase cuá-
Como el trabajo que las mujeres reali- les son las razones de que las mamás sean
zan en su casa es una actividad no remune- quienes se encarguen de sus hijas e hijos,
rada, socialmente no se considera valiosa. de limpiar la casa, de lavar y planchar, de
Además es un esfuerzo diario que es invisi- hacer el mandado y de cocinar. Si muchas
ble porque nadie se da cuenta de que ha sido madres trabajan fuera del hogar, al igual
realizado; sólo es notorio cuando no se hace. que sus maridos, entonces sería bueno ana-
Todos los miembros de la familia dan por lizar por qué se piensa que todas las activi-
hecho que la casa esté limpia, que la ropa dades relacionadas con la casa y los hijos
esté lavada y planchada, y que haya comida son responsabilidad exclusiva de la mujer.
preparada todos los días. Con respecto a este último punto tam-
En cambio, tradicionalmente es en el bién sería interesante preguntar a cada alum-
hombre en quien recae la responsabilidad de no y alumna qué responsabilidades tienen en
trabajar para proveer el gasto de la familia. su casa y analizar si se encontraron diferen-
Pero las crisis económicas por las cuales cias entre los géneros. Se puede hacer una
atraviesa nuestro sistema, así como la des- lista en el pizarrón colocando las respuestas
integración de los núcleos familiares, han en dos columnas, una para los niños y otra
ocasionado que la mujer salga masivamente para las niñas. Seguramente encontrarán que
al mercado de trabajo, ya sea para mante- las niñas son las que tienen mayor respon-
ner sola a su familia, o bien para comple- sabilidad de ayudar a su madre en el aseo de
mentar el salario deteriorado de su esposo. la casa, en el lavado y planchado de ropa, en


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del salón de clases; cuando lo terminen pue-
den fotocopiarlo y venderlo a los padres y
madres de familia de la escuela.
Aunque, por lo general, en las familias a
las mujeres les corresponde cocinar, tanto a
las niñas como a los niños les gusta ayudar a
hacer la comida ya que consideran que es
una actividad creativa y entretenida.
Los programas de televisión y radio, así
como los medios impresos considerados fe-
meninos, siempre suponen que es sólo la
mujer quien se encarga de la cocina, por tanto
se dirigen a ella para darle consejos y re-
cetas y prácticamente nunca se dirigen a los
En química, ciencias hacer el mandado y en ayudar a cuidar a sus hombres. Paradójicamente, los grandes chefs
biológicas y de la salud hermanos menores. Sería importante hacer son por lo general hombres. Esto refuerza
se registra la ver a los niños que no hay nada de malo en también el sexismo, al ser únicamente la
participación del sexo
que un hombre lave ropa, haga el aseo, coci- mujer quien se encarga de elaborar los ali-
femenino en un 68.1%.
ne o cuide a sus hermanos. mentos cotidianos, mientras las altas per-
(Censo de 1990).
Desgraciadamente, los medios de comu- sonalidades culinarias, las que realizan pla-
nicación con los que tienen contacto los alum- tillos especiales y sofisticados, pertenecen
nos y alumnas reproducen este esquema al género masculino.
desigual. Por lo general, los hombres reali-
zan las actividades consideradas socialmente Desde el espacio escolar
importantes y ocupan lugares protagónicos.

C
En cambio las mujeres, en su mayoría, des- uando los pequeños y las peque-
empeñan papeles marginales y secundarios. ñas crecen y entran a la escuela,
En el salón de clases puede hacerse un ejer- son los maestros y las maestras
cicio al respecto con un programa de televi- quienes actúan como su espejo,
sión grabado o con alguna historieta que goce por ello, tienen un papel funda-
de gran popularidad entre los alumnos. Hay mental en la construcción de su identidad
que analizar qué papel y qué actividades rea- femenina y masculina.
lizan los hombres y cuáles las mujeres, y Tristemente, la escuela reproduce la de-
determinar junto con el grupo quiénes ocu- sigualdad, pues se mantienen múltiples
pan lugares protagónicos y si se promueven prácticas que generan la discriminación de
la igualdad o el sexismo. género, ubicando a las mujeres en una si-
Otro ejercicio que puede ser ilustrativo tuación de inferioridad y limitando sus po-
consiste en preguntar a los alumnos qué es sibilidades de desarrollo.
lo que más les gusta comer en su casa y si Una primera manifestación de lo ante-
saben cómo se hace ese platillo. Enseguida rior es el hecho de que las maestras, a pe-
se les pide que pregunten la receta a su sar de conformar la mayoría del cuerpo do-
mamá, tía o abuela y, sin importar si se es cente en educación básica, están sujetas a
niño o niña, que la apunten para que el fin autoridades escolares conformadas, en su
de semana cocinen el platillo con la ayuda gran mayoría, por hombres. Los patrones
de ellas. Los alumnos pueden llevar la re- que existen en las autoridades escolares
ceta a la escuela para escribir un recetario constituyen un microcosmos del estatus de


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las mujeres en el mercado de trabajo. El se materializan en carteles, calendarios,
sistema escolar coloca a los hombres en po- monografías, periódicos murales y mate-
sición de autoridad y a las mujeres en roles rial audiovisual que no siempre fomentan
subordinados, independientemente de su la igualdad entre los géneros. Gran canti-
calificación.3 Por otro lado, hay múltiples dad de este material ubica a las niñas rea-
estudios que afirman que el hecho de que el lizando actividades consideradas tradi-
trabajo docente en educación básica sea cionalmente femeninas , marginándolas
mayoritariamente femenino, influye mucho de algunas posibilidades o simplemente
en su desvalorización social.4 ignorándolas.
Además, entre más avanza el nivel edu- A este respecto se pueden hacer diver-
cativo el número de mujeres docentes em- sas actividades de grupo para analizar di-
pieza a declinar, quedando como minoría chos materiales y determinar si son sexistas,
en niveles superiores, sobre todo en asig- o bien si promueven la igualdad entre los
naturas consideradas típicamente mascu- géneros. Si, como resultado de la evalua-
linas, como son, entre otras: las ciencias ción, se considera que fomentan el sexismo
básicas, la ingeniería, las matemáticas y y la discriminación, sería importante hacerlo
la computación. Por lo general, las muje- notar a los responsables de los materiales
res se congregan en carreras que se pien- empleando las observaciones del grupo.
san más femeninas, como es el caso de las También, como ejercicio, las alumnas y
que integran las áreas de humanidades y alumnos podrían tratar de elaborar carte-
ciencias sociales. les no sexistas e incluso idear una campaña
Por otra parte, la escuela es un entor- interna que fomente la igualdad entre los
no donde circulan múltiples mensajes que hombres y las mujeres.

3
Gail Kelly y Ann Nihlen, “Schooling and the
La escuela como reproductora
reproduction of patriarchy”, en Cultural and del sexismo
economic reproduction in education, Boston,
Rotledge and Kegan Paul, 1982. p.167.
4
Dentro de la escuela, y en concreto en el sa-
Ver por ejemplo Michael Apple, Maestros y
textos. Una economía política de las relaciones lón de clases, se llevan a cabo relaciones edu-
de clase y sexo en educación, Barcelona, cativas que se manifiestan en múltiples
Paidós, 1989. interacciones entre los y las docentes y su
grupo. Pero hay diversos
estudios que muestran
que existe un trato dife-
Analfabetismo por sexo 1992
renciado por parte de los
30
Mujeres maestros y maestras ha-
25
Hombres cia las niñas y los niños.
Porcentaje (%)

20 Pues “si bien es el mis-


15 mo currículo para chicos
10
y chicas, la escuela no es
neutra, porque esa ‘pe-
5 Una de cada ocho mujeres, y
dagogía invisible’ trans-
0 en contraste uno de cada 10
15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40 y más mite la discriminación hombres —mayores de 15
Grupo de edad entre los géneros, sobre años—, no sabe leer ni
todo a partir de las es- escribir (Censo de 1990).


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tructuras del conocimiento implícitas en con- una investigación realizada por Gabriela
tenidos, técnicas de enseñanza, sistemas de Delgado plantea que cuando el maestro o
evaluación y sus criterios subyacentes, me- maestra deja participar a sus alumnos y
didas disciplinarias, etcétera”.5 alumnas, son los primeros los que más par-
Muchas veces los maestros y maestras ticipan, en cambio, cuando las mujeres in-
impulsan a los hombres a hacer deporte, tervienen, sus planteamientos no son to-
a participar más en cla- mados en cuenta o son
se, a ser buenos en com- interrumpidas constante-
putación, matemáticas y mente por sus compañe-
ciencias, mientras que a ros, además de que ellas
las ni-ñas se les orilla a se ponen más nerviosas
ser más pasivas, discre- y hablan con voz entre-
tas, dulces, limpias y a es- cortada. Los docentes, por
Del total de profesionistas, tudiar humanidades. su parte, preguntan más
38% se dedica a la
Sería importante ense- a los hombres y tratan
educación; de éstos 28%
corresponde a las mujeres ñar, desde la escuela, que de ayudarlos a encontrar
y sólo 10% al sexo todos los seres humanos la respuesta correcta; en
masculino (Censo de 1990). somos diferentes. Además cambio, a las niñas les
de las diferencias biológi- preguntan menos y, si no
cas, cada niña y cada niño conocen la respuesta, se
heredó de sus antepasados algunos rasgos les elude o simplemente se les indica que
que lo hacen único: el color de la piel, de los están equivocadas.7 Por todo ello resulta
ojos y del pelo, el tamaño de la nariz, la altu- relevante fomentar más la participación de
ra, la forma de la cara, el tamaño de nues- las niñas, darles seguridad cuando inter-
tras manos y pies, los defectos e incluso los vienen en clase y fomentar que ellas mis-
gestos. Cada niño y cada niña es una perso- mas piensen y encuentren las respuestas
na única, con su físico, con su forma de ser y correctas.
de actuar. Y por el solo hecho de ser persona En este mismo sentido, otra investiga-
es valiosa, a pesar de que muchos piensan ción realizada por Glen Thomas encontró
que los niños, por ser hombres, tienen más sistemáticamente que el profesorado niega
valor. Esto claro que no es cierto: los hom- que en su salón de clases existan prácticas
bres y las mujeres son igualmente valiosos. sexistas, manifestando que “tratan a todos
Hay investigaciones que muestran que igual”, pero las observaciones realizadas en
los maestros y maestras niegan —cuando las aulas mostraban que, de alguna mane-
se les pregunta directamente— que en su ra, inducían a que niñas y niños realizaran
clase hagan diferencias entre los géneros, actividades diferenciadas, en las cuales es-
pero, en el momento en que se realiza un tos últimos utilizaban más la creatividad y
trabajo etnográfico en sus aulas, la reali- la imaginación, además de que se les ofre-
dad muestra lo contrario.6 En este sentido, cían retos más fuertes, mayores activida-
des al aire libre y de uso de laboratorios.8

5
Beatriz Fainholc, Hacia una escuela no
7
sexista, Argentina, Aique, 1994. pp. 49 y 50. Idem, pp. 164-167.
8
6
Cfr. Gabriela Delgado, “La problemática de Glen Thomas, “Valoración de las actitudes y
los estudios de género en la relación educati- de la conducta en la escuela infantil”, en Hacia
va”, en Estudios de género y feminismo,vol. II, una educación infantil no sexista, Madrid,
México, Fontamara-UNAM, 1993. pp. 159-169. Morata, 1986. pp. 124-140.


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También se ha encontrado que, inde- la más importante) de varios periódicos para
pendientemente de su género, el docente ver cuántas mujeres y cuántos hombres pro-
interactúa menos con las niñas que con tagonizan las principales noticias. También
los niños; este patrón es más fuerte en se- se pueden analizar las páginas editoriales y
cundaria que en primaria. En forma sutil, ver cuántos editorialistas son hombres, cuán-
se dice a las niñas que para ellas la edu- tas son mujeres, y sobre qué temas escri-
cación no es tan relevante como lo es para ben; se puede reflexionar sobre el tipo de
sus compañeros; a la vez que ellas reci- artículos que escriben los reporteros y las
ben menos retroalimentación, sólo se les reporteras para ver si existen diferencias en-
refuerza la pasividad y la limpieza, deva- tre ambos. Esto mismo lo podemos apreciar
luando constantemente su participación.9 en los noticieros televisivos, en donde parti-
Esto se debe a que en la sociedad en cipan algunas conductoras mujeres pero la
general se considera que la palabra de las mayoría de las noticias tienen como prota-
mujeres tiene menos valor que la de los gonistas a los hombres. Puede utilizar uno o
hombres. Muchas educadoras de mujeres varios noticieros televisivos grabados para
adultas manifiestan que las mujeres están que su grupo los analice y monitoree de
sumergidas en un silencio que es necesario acuerdo a los siguientes criterios: qué sexo
romper mediante estrategias y prácticas tienen los locutores, sobre quién o quiénes
orientadas a devolverles la voz. Por supues- hablan las noticias, cuántos protagonistas
to no significa que no hablen, sino que es- son hombres y cuántos mujeres, cuáles no-
tán sujetas a una descalificación social para ticias protagonizan los hombres y cuáles las
hablar sobre temas que están más allá del mujeres.
campo que socialmente se les ha asignado: Con respecto al espacio escolar, en otra
el hogar. De aquí que se tengan que realizar investigación Delgado encontró que no sólo
múltiples prácticas educativas que permi- hay diferencias entre las participaciones de
tan a las mujeres reconocerse como perso- las y de los estudiantes en el aula, sino que
nas plenas, cívicamente igualitarias y ca- la ideología predominante condiciona el va- En el ciclo escolar 1995-1996
la matrícula femenina
paces de hablar sobre temas que vayan más lor y significado de sus actividades. Hay una
en educación básica representó
allá del campo familiar.10 división sexual del trabajo escolar que se 48.4% en comparación
Esto también se puede corroborar en los manifiesta en que ellas asumen la limpieza con la masculina, de 51.6%
medios de comunicación, sobre todo en de los materiales de laboratorio, además (Censo 1990).
los periódicos.11 Si se hace una revisión y un
análisis riguroso de ellos, se puede ver con
claridad que son pocas las mujeres que es-
tán presentes en sus contenidos. Para com-
probar lo anterior se puede analizar con el
grupo la primera plana (que es considerada

9
Gail Kelly y Ann Nihlen, op. cit., p. 173.
10
María Cristina Mata, “Género, lenguaje,
comunicación”, en Signo y pensamiento, núm.
28, Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana,
1996. p. 71.
11
A este respecto se recomienda ampliamente
revisar el siguiente libro: Norma Valle, Bertha
Hiriart y Ana María Amado, El ABC de un
periodismo no sexista, Chile, Fempress,1996.


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de que toman apuntes, se los prestan a sus Por todo lo anterior, las niñas van sin-
compañeros y se encargan de hacer los re- tiendo a lo largo de su formación escolar que
portes a máquina.12 Asimismo, como docen- realmente son inferiores a los niños, cues-
tes, hay cosas que pedimos sólo a las niñas tión que es reforzada cotidianamente por la
y otras que sólo encargamos a los niños, familia y por los medios de comunicación, y
haciendo diferencias que responden a es- van interiorizando este pensamiento y
tereotipos sexistas. asumiéndolo como propio. Es necesario tra-
Y así, desde las múltiples prácticas coti- bajar mucho con ellas en la escuela para dar-
dianas que se realizan en la escuela, se pro- les seguridad y hacerlas sentir que son real-
mueve la desigualdad de género —muchas mente capaces y, de esta manera, levantar
veces sin pensarlo—, a partir del sexismo su autoestima y autovaloración. Un primer
que hemos interiorizado y que pocas veces paso es admitir esta problemática y propi-
nos detenemos a analizar. Por ello resulta ciar que los padres y madres de familia, así
de fundamental importancia estar conscien- como los maestros y maestras, reflexionen
tes de que, como maestros y maestras, en- sobre ella y tomen medidas que permitan y
viamos mensajes a nuestros alumnos y alum- estimulen el pleno desarrollo de las niñas.
nas que condicionan su comportamiento Es importante trabajar con los niños pa-
colocando en desventaja a las mujeres. ra cambiar, en muchos de ellos, su percep-
Si los maestros y maestras consideran ción machista y convencerlos sobre la im-
que las niñas, como alumnas, son inferio- portancia de la igualdad, dejando de lado la
res que los niños, es seguro que ellas ad- idea de que las niñas son inferiores por el
quirirán comportamientos acordes a esta sólo hecho de serlo.
situación de inferioridad. También es usual
que los niños se burlen mucho de ellas, ha- Sobre los libros de texto
ciéndolas sentir que sus comentarios son
tontos y vanales, lo cual actúa como un claro Por otra parte, tenemos que muchas veces
inhibidor de su participación en clase. en los contenidos escolares se ignoran las
aportaciones realizadas por las mujeres. Un
12
ejemplo de ello se manifiesta con claridad
Gabriela Delgado, “Influencias del género
en las relaciones dentro del aula”, en Estudios
en la asignatura de Historia.
de género y feminismo, vol. II, México, Hace un par de décadas un grupo inter-
El último es vieja. Fontamara-UNAM, 1993. pp. 230-232. nacional de mujeres historiadoras eviden-
ciaron que la historia de cada país, y del
mundo, ignoraba casi por completo a las mu-
jeres, esto es, a la mitad de la humanidad.
Al respecto, algunas mencionaron: “Por
mucho tiempo, las mujeres no han tenido una
memoria escrita. No puede haber igualdad
cuando más de la mitad de la humanidad no
tiene historia.”13 Por ello, muchas historia-
doras empezaron a reconstruir una historia
olvidada por todos: la de las mujeres, pero

13
Bonnie Anderson y Judith Zinsser, A history
of their own, vol. I, Nueva York, De Perennial
Library, 1988. p. XXIII.


268 Nuevas tecnologías, familia y escuela


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najes históricos femeni-
nos atractivos continúe,
además de que varias in-
vestigaciones han de-
mostrado que tanto los
niños como las niñas de
educación básica cono-
cen más y sienten una
identificación más cer-
Es conveniente introducir en la
cana con los héroes y escuela prácticas que propicien
heroínas que provienen la igualdad entre alumnos y
de los medios de comu- alumnas.
nicación —en especial
el resultado de sus investigaciones aún no de la televisión—, que de la historia.
se incluye en los currículas oficiales de las Si esto es cierto en su grupo, podría re-
escuelas. forzar la presencia de los personajes de
Como ejemplo de esto, podemos revi- nuestra historia, y además, hacer un ejer-
sar la presencia de figuras femeninas en cicio de análisis para conocer las caracte-
las diversas etapas de la historia de Méxi- rísticas de los personajes de la televisión
co: realmente son escasas. Pueden compro- que atraen más a niños y niñas, con el fin
bar esto al pedir a su grupo que realice una de desentrañar las razones por las cuales
lista de las diferentes etapas de la historia se sienten atraídos por ellos, analizar los
mencionadas en sus libros de texto, ponien- estereotipos de estos héroes y modelos
do en columnas separadas los nombres de televisivos, y hacer manifiesto, en caso de
los héroes y las heroínas que se mencio- que exista, el sexismo y discriminación que
nan en cada periodo, así como las acciones ejemplifican.
que realizaron. Aunque los últimos libros han sufrido
Aún recuerdo que cuando niña utilizá- cambios sustanciales, aún hay muchos tex-
bamos en la escuela los libros de texto en tos e imágenes que reproducen el sexismo.
cuya portada aparecía una mujer que repre- Sería importante que esta lectura crítica per-
sentaba a la Patria. En aquel entonces, los meara el acercamiento que tenemos con to-
niños encontraban en el libro de Historia dos los textos escolares, cuentos, narracio-
gran cantidad de héroes con los cuales po- nes, ejemplos, material audiovisual, películas,
dían identificarse: los Niños Héroes, Benito series de televisión y, en fin, todos aquellos
Juárez cuando era pastorcito, e incluso Hi- materiales que utilizamos en la escuela.
dalgo y Morelos ofrecían modelos atracti- En muchos libros de texto, a pesar de
vos. En cambio, nosotras, las niñas, por más que últimamente se ha tenido más cuidado
que revisábamos el libro sólo encontrábamos para no manifestar sexismo, aún se deja ver
a la Malinche, a Sor Juana o bien a doña una visión machista que sitúa a las muje-
Josefa Ortiz de Domínguez, y ninguna de res en una situación de inferioridad. La his-
ellas realmente nos podía convencer cuan- toria, como se mencionó, salvo contadas ex-
do éramos pequeñas. Hoy en día, ¿con qué cepciones, las ignora.
personajes históricos se identifican las ni- En diversos países se han realizado aná-
ñas y los niños de su grupo? ¿Existe una ma- lisis de los libros de texto, llegando a la con-
yor presencia de personajes femeninos que clusión de que ignoran, casi por completo, a
antes? Es probable que la escasez de perso- las mujeres. O bien no existen o, si las men-


Género, escuela y medios de comunicación 269


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acuerdo con su género masculino o femeni-
no. Analicen las diferencias cuantitativas y
cualitativas, y saquen conclusiones tratan-
do de ver si se brinda un tratamiento igua-
litario a mujeres y hombres.

Otras manifestaciones
del sexismo
El sexismo también se manifiesta en el idio-
ma español, donde el género masculino in-
cluye al femenino, pero no viceversa. Así,
por ejemplo, cuando decimos alumnos o
maestros nos referimos tanto a los hombres
como a las mujeres, pero cuando nos refe-
rimos a las alumnas o a las maestras sólo
hablamos del género femenino. Como plan-
tean los lingüistas, también el idioma tiene
un cariz ideológico que refleja la asimetría
y la desigualdad, pero como estamos acos-
tumbrados a usarlo, la mayoría de las ve-
ces ni siquiera nos damos cuenta de ello.15
Por otra parte, la educación vocacional
es también un elemento reproductor de esta
desigualdad, ya que promueve una diferen-
ciación por género hacia las diversas carre-
ras y ocupaciones, canalizando a las adoles-
Rosario Castellanos, una de las cionan, las confinan a la vida doméstica o a centes hacia aquellos ámbitos considerados
mujeres que han dejado huella una participación marginal. Las excepciones femeninos, y a los jóvenes hacia los que se
en la educación del país.
son muy escasas. Incluso las ilustraciones de aceptan socialmente como masculinos. Por
mujeres favorecen la división sexual del tra- ejemplo, enfermería se promueve entre las
bajo, enfatizando el papel de la mujer en el mujeres, y medicina entre los hombres; lite-
hogar, lo cual refuerza la desigualdad.14 ¿Qué ratura, filosofía y pedagogía entre mujeres,
sucede en todos los libros que usted utiliza? e ingeniería, ciencias y matemáticas entre
A este respecto se puede tomar algún los hombres.16
libro de texto y pedir a los alumnos y alum- Aquí se puede hacer un ejercicio en el
nas que busquen en un capítulo a los hom- que se pida a los alumnos y a las alumnas
bres y a las mujeres que aparezcan. Pída- que escriban qué quieren ser cuando sean
les que hagan un registro que contenga lo grandes y por qué. Analicen las respuestas,
siguiente: quiénes son, cómo son físicamen-
te, qué hacen, por qué aparecen en el texto
15
Raúl Ávila, “Lenguaje y códigos masculino,
y algunas otras preguntas que considere
femenino y neutro: semejanzas y diferencias”,
pertinentes, dividiendo a los personajes de en Estudios de género y feminismo, vol. II,
México, Fontamara-UNAM, 1993. p. 178.
14 16
G. Kelly y A. Nihlen, op. cit., p.170. G. Kelly y A. Nihlen, op. cit., pp. 171-172.


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y si hay diferencias significativas entre las tras que los femeninos tienen que ser gra-
de los hombres y las mujeres, reflexione con ciosos, frágiles, discretos, casi invisibles.
el grupo enfatizando el hecho de que las mu- Esto se manifiesta, con mucho mayor fuer-
jeres no deben sentir límites profesionales za, en la adolescencia y juventud, cuando
ocasionados por su género. hay diferencias significativas entre los gé-
Por otro lado, pueden analizar diversos neros en lo que se refiere a sus gestos, su
programas de la televisión para desentra- postura, su movimiento y, en general, en
ñar las profesiones que tienen hombres y todo el comportamiento de su cuerpo”.18
mujeres en sus tramas. Hagan una lista de A este respecto se pueden hacer obser-
personajes, con su respectiva profesión, y vaciones interesantes en el salón de clases,
después analicen las diferencias entre las al reflexionar sobre los juegos favoritos y
de los hombres y las de las mujeres para sobre los cuerpos ideales de sus alumnos y
ver si estas últimas tienen puestos inferio- alumnas. En este último aspecto, el de los
res y si se manifiestan desigualdades pro- cuerpos, podemos relacionar los parámetros
fesionales entre los géneros. Por otra parte, considerados ideales, con aquellos que se
el juego es una forma importante de apren- difunden en la televisión, en la publicidad o
dizaje para niños y niñas, por ello sería im- en las revistas. Estoy segura de que van a
portante fomentar los juegos creativos en encontrar bastantes coincidencias.
el salón de clases. “Para los niños y las ni- Además, las mujeres están sujetas a ma-
ñas el juego es diversión, conocimiento, pla- yores presiones en lo que a su cuerpo se re-
cer; es su manera de vivir y de relacionar- fiere, sobre todo en el caso de las adoles-
se… es aventura y expresión, habilidad y centes. Una prueba de ello es que buscan
arte, complicidad con los demás, ingenio seguir el modelo de cuerpo femenino que di-
y alegría… el juego es salud, vitalidad y funden los medios de comunicación. Este mo-
energía, pero también inteligencia, imagi- delo extremadamente delgado, que actual-
nación y acto creativo“.17 Sin embargo, des- mente promueven modelos y artistas,
de la familia y desde la escuela, hay juegos
18
que se fomentan y otros que se prohiben, Sandra Barktky, “Foucault, feminity and
según sea el género de los niños. A los hom- the modernization of patriarchal power”,
bres se les impulsa a realizar juegos brus- en Feminism and Foucault, Estados Unidos El juego es una de las formas
de América, Northeastern University Press, de aprendizaje del rol
cos, activos, arriesgados, mientras que se
1988. p. 66. femenino.
promueve que las mujeres jueguen a las mu-
ñecas, a la comidita, a lavar los trastes o a
que son mayores, pintándose y poniéndose
tacones. Es decir, imaginándose que son
mujeres en su papel tradicional.
El juego también tiene que ver con la
construcción de los cuerpos masculinos y
femeninos. Los primeros tienen que ser a-
tléticos, musculosos, libres y ágiles, mien-

17
María del Carmen Álvarez, Lola Abiega y
María de Lourdes Garza, Uno, dos, tres por mí,
por ti, por todos... Los derechos humanos de
los niños y las niñas, México, COMEXANI, 1995.
pp. 15 y 16.


Género, escuela y medios de comunicación 271


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provoca fuertes presiones a terminada forma, que ac-
muchas adolescentes que túen de cierta manera… y
incluso realizan formas pa- reflexionarán si existen di-
tológicas para lograrlo, ferencias entre las respues-
como es el caso de la buli- tas de los hombres y de las
mia y de la anorexia nervio- mujeres.
sa. 19 Los maestros y las También se puede hacer
maestras de chicas adoles- una reflexión sobre aquello
centes tienen que estar muy que, como docentes, prohi-
pendientes de esto. bimos a nuestros alumnos y
Para crear mayor con- alumnas, para analizar si es-
ciencia a este respecto se tamos haciendo diferencias
puede pedir al grupo que por el solo hecho de perte-
realice un ejercicio con las necer a un género o a otro.
revistas que tienen en sus casas. Se les pide
que elaboren un cartel con las imágenes
masculinas que se encuentran en sus pági-
Desde los medios
nas y otro con las femeninas. En pequeños de comunicación
grupos se analizan las características que

V
cada uno de los géneros muestra en las imá- arios estudios han demostrado que
genes del cartel, así como las diferencias los medios de comunicación juegan
que implican. Es casi seguro que encontra- un papel muy importante en la
rán que las imágenes de las mujeres, en construcción de la identidad de
muchas ocasiones, se muestran como sim- acuerdo al género, ya que difunden
ples objetos sexuales realizando labores tra- diversos modelos que sirven como pará-
dicionales, o bien como simples objetos de- metros de identificación y reconocimiento.
corativos. A través de la relación cotidiana que te-
Pero nuestra identidad no sólo se for- nemos con ellos, vamos incorporando, in-
ma con aquello que hace- conscientemente, conoci-
mos, sino también con mientos, valores, actitudes
aquello que, desde la más y conductas, al tiempo que
tierna infancia, nos prohi- interiorizamos los estereo-
ben hacer. Pregunte a su tipos de género que nos en-
grupo qué tienen prohibi- vían cotidianamente.
do realizar, y pida que cla- La televisión es uno de
sifiquen las respuestas los medios que tiene mayor
según el género de que se importancia en lo anterior
trate. Elegirán algunas de debido a que está presente
estas prohibiciones y dis- en prácticamente todos los
cutirán por qué piensan hogares e influye en el sa-
que se les prohibe que ha- ber y actuar cotidiano de
gan tal, que piensen de de- sus receptores. Su progra-
mación, independientemen-
19
Susan Bordo, “Anorexia nerviosa:
te de su intencionalidad (educar, entrete-
Psycopathology as the cristallization of culture”, ner o informar) nos muestra modelos de
en Feminism and Foucault, op. cit., pp. 87-118. sociedad, de hombre, de mujer, de vida co-


272 Nuevas tecnologías, familia y escuela


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tidiana y de relaciones sociales, que con- mientras más tiempo pasan frente al te-
tienen determinada visión del mundo, per- levisor. Esto se debe, principalmente, al pa-
meada, en la mayoría de los casos, por el pel diferenciado que otorgan los diversos gé-
sexismo. neros y formatos televisivos a cada uno de
Valdría la pena preguntar al grupo cuán- los sexos, a las acciones en que aparecen
tas horas al día ven televisión y cuáles son involucrados, al número de apariciones que
los programas que más les tienen en la pantalla y al tipo
gustan. Si dividimos las res- de actividades que realizan
puestas de los hombres y de dentro de las tramas.
las mujeres, podremos ver si A este respecto, después
existen patrones de género de realizar un análisis de los
en el número de horas que contenidos televisivos, el in-
ven televisión y en la prefe- vestigador George Gebner
rencia que manifiestan hacia plantea que los personajes
algunos programas. Usted principales masculinos su-
puede encontrar uniformidad peran en una proporción de
en las respuestas, o bien di- tres a uno a los femeninos y,
ferencias sustantivas. Si éste con escasas excepciones, las
es el caso, sería importante mujeres tienden a aparecer
sondear las razones de los siempre como débiles y pasi-
alumnos y alumnas para dedicar cierto vos satélites de los potentes y eficaces varo-
tiempo a la televisión y a los programas que nes. La población masculina que aparece en
son sus favoritos. la pantalla desempeña una amplia variedad
Día a día, la televisión educa nuestros de papeles, mientras que la población de mu-
gustos y guía nuestros valores, nos mues- jeres es tipificada, por lo general, como espo-
tra diversas formas de vivir, de concebir el sas, amantes o madres de los protagonistas.
mundo y de actuar en él, así Usted puede hacer un
como prototipos de hombre ejercicio en clase relacio-
y de mujer y referentes con nado con lo anterior. Se eli-
los cuales podemos identifi- ge un programa de televi-
carnos. Las representacio- sión con gran éxito entre los
nes televisivas van delinean- alumnos y las alumnas, se
do las imágenes e ilusiones exhibe en clase y se les pide
que las personas tienen de que registren cuántos de los
sí mismas como sujetos so- personajes principales son
ciales, en su calidad de mu- hombres y cuántos mujeres,
jeres y hombres. cuáles son sus principales Pocas veces la protagonista
Actualmente podemos en- características, qué tipo de de una película o serie
contrar muchas investigacio- acciones realizan según el es la mujer.
nes que sostienen que uno de sexo al que pertenecen y qué
los efectos que tiene este medio de comuni- papel tienen dentro de las tramas. Después
cación es el de estimular opiniones estereo- se hace una evaluación general para ver
tipadas respecto a los roles sexuales. Uno las diferencias entre los géneros que el pro-
de estos estudios muestra que los niños y grama plantea, con el fin de determinar si
niñas portan opiniones más estereotipadas fomenta el sexismo y la subordinación de
sobre los roles de cada uno de los géneros las mujeres.


Género, escuela y medios de comunicación 273


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Por lo general, la televisión reproduce y promover la venta de productos sino que,
refuerza las condiciones de opresión y sumi- junto con los objetos que promociona, nos
sión de las mujeres al difundir estereotipos vende otra cosa que todo ser humano valora
de género y roles sexuales diferenciados en mucho más. Esto es, nos ofrece, al adquirir
los que se otorga a la mujer un papel margi- un producto, felicidad, diversión, calidad de
nal, secundario y centrado en su rol tradicio- vida, éxito, seguridad, confort, juventud,
nal y privado. Pero también se les utiliza con compañía, elegancia, amistad, belleza, sa-
mucha frecuencia como objeto sexual. Esto lud, fuerza física, triunfo, amor, etcétera.
es particularmente notorio en la publicidad. Podemos ver, por ejemplo, que los anun-
Con respecto a este tema, cabe mencio- cios de coches deportivos o de perfumes pro-
nar que la televisión mexicana está basada, meten una relación entre hombre y mujer
primordialmente, en un modelo comercial. muy exitosa y sensual; la publicidad de co-
Esto quiere decir que no está concebida como mida chatarra ofrece, además de estos pro-
servicio público o como empresa con res- ductos poco alimenticios, gran alegría, di-
ponsabilidad social o educativa, más bien versión y compañía de los amigos, al igual
está planteada como un negocio que deja ju- que la publicidad sobre juguetes.
gosas ganancias a sus dueños y accionistas. Por su parte, los cosméticos y cremas
Estas ganancias son posibles gracias a la prometen una cara joven y bella: obviamente
venta de tiempo televisivo para la transmi- esta cara es blanca y muestra que su dueña
sión de anuncios publicitarios. Por ello, cada tiene una condición económica bastante
programa que vemos está interrumpido mu- desahogada. La publicidad de artículos del
chísimas veces por este tipo de mensajes. hogar muestra que, gracias a su uso, el ama
Un día cualquiera, en un programa in- de casa no tiene casi que trabajar, a la vez
La televisión y la publicidad fantil de una hora, encontramos 42 anun- que recibe un reconocimiento agradecido de
hacen uso de patrones sexistas cios repartidos en ocho cortes publicitarios. todos los miembros de su familia.
en la venta de artículos. Si calculamos que, en promedio, las niñas y Para cuantificar los contenidos sexistas
niños mexicanos pasan que tiene la publicidad, se pueden grabar
cuatro horas diarias vien- todos los anuncios que aparezcan en un pro-
do televisión, esto signi- grama de televisión, o bien recortar la pu-
fica que ven alrededor de blicidad que aparece en alguna revista. En
168 mensajes publicita- el salón de clases se puede analizar cada
rios al día, 1 176 a la se- uno de estos anuncios utilizando el siguien-
mana y 5 040 al mes. Us- te esquema:
ted puede pedir a los 1. Objeto que promociona.
niños y niñas que cuen- 2. Valor que promete con la compra del
ten el número de anun- producto.
cios que se transmiten en 3. Entorno donde se desarrolla la trama.
su programa favorito y 4. Imagen de hombre: descripción física y
que escriban los produc- social, actividad que realiza, actitudes,
tos que promueven, para etcétera.
discutir sobre ello al día 5. Imagen de mujer: descripción física y so-
siguiente. cial, actividad que realiza, actitudes,
Si miramos los anun- etcétera.
cios con atención, pode- Los resultados de este pequeño análisis
mos ver que la publicidad nos permitirán juzgar si los anuncios son
no sólo se restringe a sexistas o no, dependiendo de las imágenes


274 Nuevas tecnologías, familia y escuela


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den ser modificados cuando sus contenidos
son discutidos en el salón de clases. Los
maestros y las maestras pueden actuar
como mediadores entre la televisión y sus
alumnas y alumnos al discutir los progra-
mas, al hacer evidente su sexismo, al ha-
cer que piensen y reflexionen sobre sus con-
tenidos. De esta manera podrán mitigar su
influencia y canalizar constructivamente la
exposición televisiva que enfrentan.
Por ello resulta relevante conocer qué
hacen los alumnos y alumnas con las pro-
puestas y modelos que les brinda la televi-
El análisis de carteles
sión, qué elementos toman en cuenta y cuá- en el aula devela
les desechan, así como cuáles les sirven tratamientos sexistas
como factores de socialización y de re- en los mensajes.
flexión.20 Así podríamos determinar cómo
está influyendo en ellos este poderoso me-
de hombre y de mujer que planteen, aun- dio de comunicación que, incluso, deja hue-
que resulta prácticamente un hecho real que lla en muchos de sus sueños y fantasías.
la mayoría de los anuncios son sexistas, bien Esto último se puede corroborar si se les
porque promueven un modelo de mujer cen- pregunta cómo les gustaría ser cuando sean
trado en sus funciones tradicionales, o por- grandes, cuál es su casa ideal, qué tipo de
que la utilizan como objeto decorativo o vida consideran atractiva, cómo es su ropa
sexual. favorita, qué profesión les gustaría tener,
qué objetos les gustaría comprar, etcétera.
Hay quienes consideran que la televi-
La escuela sión actúa como escuela paralela, ya que
como mediadora influye en la manera en que los alumnos y
alumnas conciben el mundo y en la mane-

S
i en el salón de clases se realizan ra en que se miran a sí mismos como hom-
los ejercicios propuestos, y a esto bres y como mujeres. Por ello sería im-
se suma la reflexión y el análisis portante que, desde el salón de clases, se
individuales, se podría afirmar que analizaran los contenidos televisivos que
la escuela está actuando como me- más les gustan, con el fin de desentrañar,
diadora entre los medios de comunicación y entre otras cosas, los modelos masculino
los alumnos y alumnas. Esto es muy impor- y femenino que se muestran a lo largo de
tante ya que los medios, principalmente la te- las tramas. Este análisis de las caracte-
levisión, van a estar presentes durante toda rísticas de sus personajes favoritos les per-
su vida y no solamente durante el periodo en mitiría tener conciencia de la importancia
que asisten a la escuela. Por tanto, hacer que
el alumnado sea crítico y reflexivo ante los
20
Mercedes Charles, “El espejo de Venus: Una
medios implica darles herramientas que en el
mirada a la investigación sobre mujeres y
futuro utilizarán. medios de comunicación en América Latina”,
Hay varios trabajos que muestran que en Signo y pensamiento, núm, 28, Bogotá,
los efectos de un programa televisivo pue- Pontificia Universidad Javeriana, 1996. p.43.


Género, escuela y medios de comunicación 275


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de la televisión en los alumnos y las alumnas, al realizar acti-
el modelo que con- vidades relacionadas con sus contenidos, al
sideran ideal. dibujar y al hacer labores reflexivas y ana-
Por otra parte, líticas, es posible fomentar la capacidad que
se les puede pedir tienen todos los niños de pensar, de razo-
que imaginen que nar, de imaginar y de crear.21
en un programa se Se trata de inventar mecanismos para
cambian los pape- explorar y fomentar las capacidades
les: los hombres rea- creativas y expresivas del grupo, buscando
lizando lo que ha- actividades que permitan crear e imaginar
Belleza y humildad cen las mujeres y viceversa. Si el programa formas de relación igualitarias entre los gé-
reunidas para asumir resultara absurdo, quiere decir que lo más neros. Se pueden escribir cuentos o histo-
cualquier tipo de sacrificio.
probable es que contenga un mensaje rias donde las mujeres no tengan un papel
sexista y discriminatorio. También se les marginal y secundario, elegirse los mejo-
puede pedir que creen un programa o una res y grabarlos para que puedan ser escu-
historia donde, en lugar de plasmar dife- chados por otros escolares, o bien para
rencias entre los hombres y las mujeres, intercambiar las grabaciones con otras es-
se enfatice la igualdad, la cooperación y el cuelas. Por otra parte, se puede pedir que
compañerismo. entrevisten a mujeres y a hombres que ha-
Como hemos mencionado, los alumnos y yan realizado algo relevante dentro de su
alumnas son receptores asiduos de progra- comunidad para compartir el resultado con
mas de televisión. Incluso pasan más tiem- todo el grupo.
po frente al televisor que en la escuela, ade-
más de que muchos de ellos realizan sus 21
Cfr. Mercedes Charles y Guillermo Orozco,
tareas viendo sus programas favoritos. Educación para los medios. Una propuesta
Ciertamente, este medio de comunica- integral para maestros, padres y niños,
ción se ha erigido como la alternativa más México, ILCE, 1992.
generalizada de entretenimiento de toda la
población. Ella está ahí, en el interior de
los hogares, esperando ser encendida. Los
niños y las niñas la ven un promedio de cua-
tro horas diarias para entretenerse,
acompañarse en su soledad, no aburrirse y
pasar el tiempo. Esto puede ser aprovecha-
do en la escuela para que, con base en un
programa de educación para los medios, los
maestros y maestras puedan formar espec-
tadores críticos y selectivos de este medio
de comunicación.
Se ha podido comprobar en múltiples
ocasiones que los contenidos que envía este
medio pueden ser usados por maestros y
maestras como material educativo, y tam-
Los estereotipos de mujer
también han sido bién como punto de partida para dialogar
perpetuados en la con su grupo, para aprender con él, para
literatura clásica infantil. analizar y reflexionar juntos. Al platicar con

276 Nuevas tecnologías, familia y escuela



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a lo transmitido por los
medios de comunicación
al tomar distancia del
mensaje, al reconocer-
lo propio y diferenciarlo
de lo ajeno e impuesto.
También se develan imá-
genes y prácticas que se
pretende imponer desde
el poder, como la cultu- Las imágenes en cuentos y
ra femenina y masculi- juegos presentan el arquetipo
na legítima. Nunca sale femenino.
sobrando revisar el sig-
nificado que tiene para
Para muchas niñas y niños ver la televi- los alumnos y alumnas ser hombre o mujer,
sión es la única posibilidad de asomarse al así como la influencia que en ello tienen la
mundo, así como de conocer otras realida- televisión y otros medios de comunicación.
des, otras maneras de vivir y de enfrentar La importancia de este tipo de trabajo radi-
los problemas. El mundo imaginario que les ca en que les permitirá dejar de lado la imi-
presenta este medio constituye una espe- tación de modelos que han sido impuestos
cie de salida virtual que les permite huir de por la televisión en forma sutil y cotidiana y
la monotonía y de los problemas cotidianos que muchas veces los alumnos y las alum-
e insertarse en un mundo mucho mejor, en nas no perciben.
el cual por lo general se brinda un desenla- Si se pregunta al grupo qué quieren ser
ce feliz a los problemas.22 de grandes, podremos encontrar que mu-
Ver televisión, sin abusar de ella, no es chos niños y niñas tendrán como modelo a
negativo. Pero es importante que este medio personajes que provienen de la televisión
Construyamos nuevas
de comunicación sea un aliado de maestros (artistas, protagonistas de series, cantan-
formas de representar
y maestras en la función formativa y educa- tes, detectives y otros prototipos). Habría la naturaleza femenina,
tiva de niños y niñas. Para ello es importan- que trabajar con los alumnos y alumnas para lejos de reduccionismos
te enseñarles a ser críticos y reflexivos. Se que comprendan que estos modelos son fic- sexistas.
trata, pues, de que los alumnos y alumnas ticios, además de que
sean capaces de analizar y reflexionar sobre no corresponden a la
lo que son y lo que quieren ser, sobre los realidad donde están
contenidos televisivos, sobre las imágenes y insertos, ni por el tipo
propuestas de hombre y de mujer que trans- físico ni por el medio
miten, y sobre el sexismo que, la mayoría de social y económico al
las veces, pasa desapercibido. que pertenecen.
Al introducir esto en el salón de clases Necesitamos gene-
se realizan múltiples ejercicios de resigni- rar un diálogo igualita-
ficación colectiva de mensajes: una prácti- rio y tolerante entre
ca que permite otorgar nuevos significados hombres y mujeres,
que debería reflejarse
22
y fomentarse en la es-
Paula Edwards, “La TV de la mujer poblado-
ra”, en Visiones y ambiciones del televidente, cuela y, de ahí, exigir-
Chile, Ceneca, 1989. lo a los medios masi-


Género, escuela y medios de comunicación 277


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vos de comunicación. Por eso resulta im- con atención sus intervenciones, a tomar
portante desentrañar y denunciar las des- en cuenta su punto de vista aunque no es-
igualdades y sexismos, pero también pre- tén de acuerdo con él, así como a desen-
sentar formas y alternativas de cambio, trañar el sexismo difundido en todos los
nuevos modelos de ser hombre y mujer ma- medios de comunicación con los que tie-
tizados y enriquecidos por la pluralidad y nen contacto.
la diferencia, construir nuevos protagonis- A los niños y niñas que duden de la igual-
tas femeninos y masculinos que a su vez dad entre hombres y mujeres no hay que
construyan igualdades cotidianas, políticas, imponerles nuestro punto de vista, sino
sociales y jurídicas.23 orientarlos por medio de preguntas, y ayu-
darlos a reflexionar y a comprender en la
La igualdad cuenta de que la desigualdad no es natural
sino social, es decir, la provocamos todos
en el aula con nuestras actitudes discriminatorias, con
Para promover la igualdad pensamientos y acciones fundamentados en
la idea errónea de la superioridad masculi-
entre los géneros en el sa-
na. Incluso, desde el punto de vista cog-
lón de clases es importan-
te propiciar la participa- noscitivo, en la escuela “las chicas van
aprendiendo el miedo al éxito, ya que la com-
ción de todos los niños y
petencia intelectual y laboral con los chi-
las niñas, enseñándoles a
ser respetuosos de la opi- cos entra en contradicción con la imagen
femenina que se les proporciona. Así, el sis-
nión de sus compañeros y
tema educativo, sumándose a los implícitos
compañeras, a escuchar
sociales, desanima a la mujer, lo que refuer-
za la pauta fundamental de que en la vida
23
Rosa María Alfaro, Una
femenina son prioritarios la maternidad y
comunicación para otro
el matrimonio”.24
desarrollo, Perú, Asociación
de comunicadores sociales
24
Calandria, 1993. Beatriz Fainholc, op. cit., p. 58.


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La escuela tendría que ser un espacio
de comunicación y desarrollo para los ni-
ños y las niñas, un lugar donde todos pudie-
ran discutir sus puntos de vista, expresar
sus sentimientos, liberar sus sueños y sus
fantasías, y cimentar un futuro mejor.
Si se logra que los alumnos y alumnas
sean participativos, críticos, propositivos, y
que sean capaces de acercarse de esa forma
a los medios de comunicación, así como de
soñar con un mundo igualitario, estaremos
sembrando una semilla para construir una
sociedad menos sexista y discriminatoria.
A pesar de que en la mayoría de los es-
pacios sociales se promueve una imagen des-
valorizada de las mujeres y se les considera
inferiores a los hombres, hay muchas perso-
nas —hombres y mujeres— que están lu-
chando porque esta situación se transforme,
promoviendo una verdadera igualdad y soli- Pero los y las docentes necesitan estar
daridad entre los géneros y propiciando e- conscientes de los patrones sexistas que re-
quidad en su desarrollo personal y profesio- producen en su salón de clases, y con ello
nal. Esperamos que en un corto plazo la podrán crear estrategias que modifiquen con-
escuela en general y cada maestro y maes- ductas, prácticas y creencias prejuiciadas.
tra en particular, se unan a este esfuerzo co- Sólo así se podrá dejar una semilla que per-
lectivo al ofrecer un trato igualitario a sus mita construir una sociedad futura donde se
alumnos y alumnas, y abrir a éstas últimas eliminen prácticas que propician la discri-
la posibilidad de desarrollar sus potenciali- minación por el solo hecho de pertenecer al
dades. Si las mujeres, desde muy pequeñas, género femenino.
tienen la posibilidad de obtener una forma- Como plantea una maestra inglesa: “no
ción integral podrán desarrollarse en los más puede permitirse que continúe en nuestras
diversos ámbitos de la vida social, económi- escuelas el desdén por el sexo femenino.
ca, política y cultural. Tenemos que combatirlo y, al mismo tiem-
po, señalar que la opre-
sión que disminuye el ran-
go de las mujeres reduce,
también, la naturaleza de
los hombres”.25

25
Anita Preston, “Normas
de actuación en la escuela
infantil”, en Thomas, Glen,
Hacia una educación
infantil no sexista, op. cit.,
p. 181.


Género, escuela y medios de comunicación 279


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