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y medios de
comunicación
Mercedes Charles Creel
E
xiste una inquietud compartida Y también
por muchas personas, principal-
mente mujeres, que consideran quisiera explicar /
que en el mundo el género feme-
nino se encuentra en una situa- por qué me
ción de verdadera desventaja y desigualdad
en relación con el masculino. Basta revisar maquillo
las estadísticas para darnos cuenta de las
dimensiones del problema: las mujeres son y por qué uso
la parte de la población con mayores índi-
ces de pobreza, desnutrición y desempleo, perfume. /
tienen menores niveles educativos y sala-
rios más bajos, sufren mayores índices de Quiero aclararme
deserción escolar y de violencia intrafa-
miliar, además de contar con una doble jor- bien ese racismo
nada de trabajo.
Todo esto tiene como resultado la exis- que existe / entre
tencia de enormes diferencias entre los gé-
neros, lo que se traduce en múltiples prác- los hombres
ticas donde la mujer se encuentra en franca
desventaja. Su trabajo, sus actividades y su y las mujeres.
posición en la sociedad sufren una gran des-
valorización social. Kyra Galván
Ciertamente pensamos que esta situa-
ción problemática puede y debe ser rever-
tida. Hoy en día, en México y en el mundo,
hay muchas personas y grupos que luchan
desde los más diversos frentes por gene-
rar una relación de igualdad, compañeris-
En 1993 la tasa de natalidad mo y solidaridad entre hombres y muje-
registró 99 nacimientos de res, para construir un mundo mejor en el
niñas por cada 100 de niños. que predomine la justicia y la igualdad de
oportunidades.
En este afán de construir una sociedad
más equitativa y justa, muchas personas
involucradas en la educación pensamos que
la escuela puede ser un espacio privilegia-
do para formar, desde muy pequeños, a los
niños y a las niñas de una manera diferente
y, para ello, los maestros y maestras tienen
un papel de fundamental importancia. En
sus manos está la posibilidad de dejar una
huella muy importante en sus alumnos y
alumnas al promover, desde la práctica do-
•• •• •• ••
yy
;;
canciones, rimas y juegos.
Desde esta perspectiva, el género se empe-
zó a considerar “como el conjunto de con-
yy
;;
ductas aprendidas que la propia cultura aso-
La patita cia con el hecho de ser un hombre o una
mujer. En nuestra cultura se instruye a los
hombres sobre el ideal de masculinidad,
mientras que a las mujeres, se les indica
La patita, de canasta cuál es el ideal femenino”.1
y rebozo de bolita, También estos estudios han ido revelan-
do las diversas formas en las que esta cons-
va al mercado a comprar trucción social es creada, difundida,
todas las cosas del mandado, interiorizada, aceptada y vivida —en for-
ma inconsciente por la mayoría de la po-
se va meneando al caminar blación—, así como su manifestación en for-
E
n la construcción social de las ca- tereotipos diferenciados.
racterísticas que deben tener lo
femenino y lo masculino tienen un Desde la familia
papel protagónico las institucio-
L
nes encargadas de los procesos a conformación del ser y del que-
de socialización. Nos referimos principal- hacer masculino y femenino inicia
mente a la familia, la escuela y, ahora con desde el momento del nacimiento.
mayor fuerza que nunca, los medios de co- Por lo general, en la familia se
municación. Cada una de ellas tiene un dis- brinda un trato diferenciado a
curso sobre los elementos formales de los los niños y a las niñas. Muchas de las fa-
prototipos dominantes de los géneros, así milias consideran al niño como un ser más
como los valores, actitudes y conductas que inteligente, intrépido, racional e indepen-
los conforman. diente, y a la niña como un ser menos in-
Por lo general, estas instituciones re- teligente, frágil, sensible y dependiente.
producen y refuerzan las condiciones de A ellos se les prohibe determinado tipo
opresión y sumisión de las mujeres, al fo- de conductas como llorar o ser sensibles,
mentar el machismo y la desigualdad, y sos- y a ellas la brusquedad, opinar sobre de-
tener estereotipos de género y roles sexua- terminados temas o ser racionales.
les diferenciados en los que se otorga a la Este trato diferenciado llega al extremo
mujer un papel marginal y secundario, mien- en muchísimas familias que se ven obliga-
tras a los hombres se les brinda la mayoría das a elegir a quién dan el alimento más
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En 1970, 17 de cada
100 mujeres realizaron
un trabajo remunerado.
En 1993 la proporción fue
de 33 de cada 100
(Censo de 1990).
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Responsabilidades
Es importante hacer notar a los alum- Estadísticas del INEGI
diferenciadas nos y alumnas que todas las actividades, muestran que en el área de
las ingenierías las mujeres
incluyendo las que su madre realiza en casa,
ocupan únicamente un 6%
Por otro lado, en la mayoría de las familias son muy importantes. Para ello se les pue-
(Censo de 1990).
la encargada de realizar el trabajo de la casa de preguntar sobre el trabajo y responsabi-
es la madre. En ella recaen todas las res- lidades de su padre y de su madre, hacién-
ponsabilidades familiares de higiene, alimen- doles reflexionar sobre qué pasaría si nadie
tación y cuidado de los hijos, incluso cuan- lavara la ropa o si nadie cocinara en su casa,
do ella trabaja una jornada completa en el o qué ocurriría con el hermanito más pe-
exterior. Por esto se dice que la mujer tiene queño si nadie lo cuidara, o cómo se vería
una doble jornada de trabajo, una en su casa su casa si nadie la barriera y arreglara.
y otra fuera de ella. También se podría discutir en clase cuá-
Como el trabajo que las mujeres reali- les son las razones de que las mamás sean
zan en su casa es una actividad no remune- quienes se encarguen de sus hijas e hijos,
rada, socialmente no se considera valiosa. de limpiar la casa, de lavar y planchar, de
Además es un esfuerzo diario que es invisi- hacer el mandado y de cocinar. Si muchas
ble porque nadie se da cuenta de que ha sido madres trabajan fuera del hogar, al igual
realizado; sólo es notorio cuando no se hace. que sus maridos, entonces sería bueno ana-
Todos los miembros de la familia dan por lizar por qué se piensa que todas las activi-
hecho que la casa esté limpia, que la ropa dades relacionadas con la casa y los hijos
esté lavada y planchada, y que haya comida son responsabilidad exclusiva de la mujer.
preparada todos los días. Con respecto a este último punto tam-
En cambio, tradicionalmente es en el bién sería interesante preguntar a cada alum-
hombre en quien recae la responsabilidad de no y alumna qué responsabilidades tienen en
trabajar para proveer el gasto de la familia. su casa y analizar si se encontraron diferen-
Pero las crisis económicas por las cuales cias entre los géneros. Se puede hacer una
atraviesa nuestro sistema, así como la des- lista en el pizarrón colocando las respuestas
integración de los núcleos familiares, han en dos columnas, una para los niños y otra
ocasionado que la mujer salga masivamente para las niñas. Seguramente encontrarán que
al mercado de trabajo, ya sea para mante- las niñas son las que tienen mayor respon-
ner sola a su familia, o bien para comple- sabilidad de ayudar a su madre en el aseo de
mentar el salario deteriorado de su esposo. la casa, en el lavado y planchado de ropa, en
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C
En cambio las mujeres, en su mayoría, des- uando los pequeños y las peque-
empeñan papeles marginales y secundarios. ñas crecen y entran a la escuela,
En el salón de clases puede hacerse un ejer- son los maestros y las maestras
cicio al respecto con un programa de televi- quienes actúan como su espejo,
sión grabado o con alguna historieta que goce por ello, tienen un papel funda-
de gran popularidad entre los alumnos. Hay mental en la construcción de su identidad
que analizar qué papel y qué actividades rea- femenina y masculina.
lizan los hombres y cuáles las mujeres, y Tristemente, la escuela reproduce la de-
determinar junto con el grupo quiénes ocu- sigualdad, pues se mantienen múltiples
pan lugares protagónicos y si se promueven prácticas que generan la discriminación de
la igualdad o el sexismo. género, ubicando a las mujeres en una si-
Otro ejercicio que puede ser ilustrativo tuación de inferioridad y limitando sus po-
consiste en preguntar a los alumnos qué es sibilidades de desarrollo.
lo que más les gusta comer en su casa y si Una primera manifestación de lo ante-
saben cómo se hace ese platillo. Enseguida rior es el hecho de que las maestras, a pe-
se les pide que pregunten la receta a su sar de conformar la mayoría del cuerpo do-
mamá, tía o abuela y, sin importar si se es cente en educación básica, están sujetas a
niño o niña, que la apunten para que el fin autoridades escolares conformadas, en su
de semana cocinen el platillo con la ayuda gran mayoría, por hombres. Los patrones
de ellas. Los alumnos pueden llevar la re- que existen en las autoridades escolares
ceta a la escuela para escribir un recetario constituyen un microcosmos del estatus de
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3
Gail Kelly y Ann Nihlen, “Schooling and the
La escuela como reproductora
reproduction of patriarchy”, en Cultural and del sexismo
economic reproduction in education, Boston,
Rotledge and Kegan Paul, 1982. p.167.
4
Dentro de la escuela, y en concreto en el sa-
Ver por ejemplo Michael Apple, Maestros y
textos. Una economía política de las relaciones lón de clases, se llevan a cabo relaciones edu-
de clase y sexo en educación, Barcelona, cativas que se manifiestan en múltiples
Paidós, 1989. interacciones entre los y las docentes y su
grupo. Pero hay diversos
estudios que muestran
que existe un trato dife-
Analfabetismo por sexo 1992
renciado por parte de los
30
Mujeres maestros y maestras ha-
25
Hombres cia las niñas y los niños.
Porcentaje (%)
5
Beatriz Fainholc, Hacia una escuela no
7
sexista, Argentina, Aique, 1994. pp. 49 y 50. Idem, pp. 164-167.
8
6
Cfr. Gabriela Delgado, “La problemática de Glen Thomas, “Valoración de las actitudes y
los estudios de género en la relación educati- de la conducta en la escuela infantil”, en Hacia
va”, en Estudios de género y feminismo,vol. II, una educación infantil no sexista, Madrid,
México, Fontamara-UNAM, 1993. pp. 159-169. Morata, 1986. pp. 124-140.
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9
Gail Kelly y Ann Nihlen, op. cit., p. 173.
10
María Cristina Mata, “Género, lenguaje,
comunicación”, en Signo y pensamiento, núm.
28, Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana,
1996. p. 71.
11
A este respecto se recomienda ampliamente
revisar el siguiente libro: Norma Valle, Bertha
Hiriart y Ana María Amado, El ABC de un
periodismo no sexista, Chile, Fempress,1996.
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13
Bonnie Anderson y Judith Zinsser, A history
of their own, vol. I, Nueva York, De Perennial
Library, 1988. p. XXIII.
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Otras manifestaciones
del sexismo
El sexismo también se manifiesta en el idio-
ma español, donde el género masculino in-
cluye al femenino, pero no viceversa. Así,
por ejemplo, cuando decimos alumnos o
maestros nos referimos tanto a los hombres
como a las mujeres, pero cuando nos refe-
rimos a las alumnas o a las maestras sólo
hablamos del género femenino. Como plan-
tean los lingüistas, también el idioma tiene
un cariz ideológico que refleja la asimetría
y la desigualdad, pero como estamos acos-
tumbrados a usarlo, la mayoría de las ve-
ces ni siquiera nos damos cuenta de ello.15
Por otra parte, la educación vocacional
es también un elemento reproductor de esta
desigualdad, ya que promueve una diferen-
ciación por género hacia las diversas carre-
ras y ocupaciones, canalizando a las adoles-
Rosario Castellanos, una de las cionan, las confinan a la vida doméstica o a centes hacia aquellos ámbitos considerados
mujeres que han dejado huella una participación marginal. Las excepciones femeninos, y a los jóvenes hacia los que se
en la educación del país.
son muy escasas. Incluso las ilustraciones de aceptan socialmente como masculinos. Por
mujeres favorecen la división sexual del tra- ejemplo, enfermería se promueve entre las
bajo, enfatizando el papel de la mujer en el mujeres, y medicina entre los hombres; lite-
hogar, lo cual refuerza la desigualdad.14 ¿Qué ratura, filosofía y pedagogía entre mujeres,
sucede en todos los libros que usted utiliza? e ingeniería, ciencias y matemáticas entre
A este respecto se puede tomar algún los hombres.16
libro de texto y pedir a los alumnos y alum- Aquí se puede hacer un ejercicio en el
nas que busquen en un capítulo a los hom- que se pida a los alumnos y a las alumnas
bres y a las mujeres que aparezcan. Pída- que escriban qué quieren ser cuando sean
les que hagan un registro que contenga lo grandes y por qué. Analicen las respuestas,
siguiente: quiénes son, cómo son físicamen-
te, qué hacen, por qué aparecen en el texto
15
Raúl Ávila, “Lenguaje y códigos masculino,
y algunas otras preguntas que considere
femenino y neutro: semejanzas y diferencias”,
pertinentes, dividiendo a los personajes de en Estudios de género y feminismo, vol. II,
México, Fontamara-UNAM, 1993. p. 178.
14 16
G. Kelly y A. Nihlen, op. cit., p.170. G. Kelly y A. Nihlen, op. cit., pp. 171-172.
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17
María del Carmen Álvarez, Lola Abiega y
María de Lourdes Garza, Uno, dos, tres por mí,
por ti, por todos... Los derechos humanos de
los niños y las niñas, México, COMEXANI, 1995.
pp. 15 y 16.
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V
cada uno de los géneros muestra en las imá- arios estudios han demostrado que
genes del cartel, así como las diferencias los medios de comunicación juegan
que implican. Es casi seguro que encontra- un papel muy importante en la
rán que las imágenes de las mujeres, en construcción de la identidad de
muchas ocasiones, se muestran como sim- acuerdo al género, ya que difunden
ples objetos sexuales realizando labores tra- diversos modelos que sirven como pará-
dicionales, o bien como simples objetos de- metros de identificación y reconocimiento.
corativos. A través de la relación cotidiana que te-
Pero nuestra identidad no sólo se for- nemos con ellos, vamos incorporando, in-
ma con aquello que hace- conscientemente, conoci-
mos, sino también con mientos, valores, actitudes
aquello que, desde la más y conductas, al tiempo que
tierna infancia, nos prohi- interiorizamos los estereo-
ben hacer. Pregunte a su tipos de género que nos en-
grupo qué tienen prohibi- vían cotidianamente.
do realizar, y pida que cla- La televisión es uno de
sifiquen las respuestas los medios que tiene mayor
según el género de que se importancia en lo anterior
trate. Elegirán algunas de debido a que está presente
estas prohibiciones y dis- en prácticamente todos los
cutirán por qué piensan hogares e influye en el sa-
que se les prohibe que ha- ber y actuar cotidiano de
gan tal, que piensen de de- sus receptores. Su progra-
mación, independientemen-
19
Susan Bordo, “Anorexia nerviosa:
te de su intencionalidad (educar, entrete-
Psycopathology as the cristallization of culture”, ner o informar) nos muestra modelos de
en Feminism and Foucault, op. cit., pp. 87-118. sociedad, de hombre, de mujer, de vida co-
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S
i en el salón de clases se realizan ra en que se miran a sí mismos como hom-
los ejercicios propuestos, y a esto bres y como mujeres. Por ello sería im-
se suma la reflexión y el análisis portante que, desde el salón de clases, se
individuales, se podría afirmar que analizaran los contenidos televisivos que
la escuela está actuando como me- más les gustan, con el fin de desentrañar,
diadora entre los medios de comunicación y entre otras cosas, los modelos masculino
los alumnos y alumnas. Esto es muy impor- y femenino que se muestran a lo largo de
tante ya que los medios, principalmente la te- las tramas. Este análisis de las caracte-
levisión, van a estar presentes durante toda rísticas de sus personajes favoritos les per-
su vida y no solamente durante el periodo en mitiría tener conciencia de la importancia
que asisten a la escuela. Por tanto, hacer que
el alumnado sea crítico y reflexivo ante los
20
Mercedes Charles, “El espejo de Venus: Una
medios implica darles herramientas que en el
mirada a la investigación sobre mujeres y
futuro utilizarán. medios de comunicación en América Latina”,
Hay varios trabajos que muestran que en Signo y pensamiento, núm, 28, Bogotá,
los efectos de un programa televisivo pue- Pontificia Universidad Javeriana, 1996. p.43.
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25
Anita Preston, “Normas
de actuación en la escuela
infantil”, en Thomas, Glen,
Hacia una educación
infantil no sexista, op. cit.,
p. 181.
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