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Hace unos días, al presentar el MANUAL DE PATROLOGIA del Dr. Bernardo
Sánchez, hicimos referencia a los escritos pseudoepigráficos y apócrifos, que no
forman parte del Canon inspirado de la Biblia, y entre ellos mencionamos la “3ª
Epístola de Pablo a los Corintios” Algunos de nuestros lectores se interesaron para
conocer el texto de esta epístola pseudoepigráfica de Pablo a los Corintios y les
prometimos que trataríamos de conseguir una traducción y la publicaríamos en
nuestra página.
Hoy tenemos el gusto de publicar esta traducción. Advertimos que no se trata de
una traducción científicamente perfecta, esto es trabajo de especialistas y toma
mucho más tiempo, pero sí lo suficientemente exacta como para que nuestros
lectores en mundo de habla hispana puedan hacerse una idea de su contenido.
Se tenía constancia de ella porque formaba parte del apócrifo conocido como “Los
Hechos de Pablo” pero se ha encontrado una copia mucho más antigua, de la
epístola, fechada por el Siglo II, en los papiros de Bodmer. Por lo que hay que
reconocer que se trata de un documento realmente primitivo.
Queremos dejar muy claro que nuestra intención, al publicar este texto, no es
confundir a nadie, sino simplemente satisfacer la curiosidad y la petición de
nuestros lectores. Aclarando nuevamente, como ya aclaramos en su momento, que
a pesar de que fue considerada como auténtica en la Iglesias Siríaca y Armenia
durante un tiempo, no fue reconocida como parte del Canon del Nuevo Testamento
y por tanto como Palabra inspirada. Y que aún en el caso de que la Epístola fuera
auténtica de Pablo, algo que la mayoría de expertos no creen probable, habría que
considerarla dentro de las muchos consejos, probablemente muchos de a través de
cartas que Pablo dio a los Corintios so sobre los cuales el mismo dice: “Digo yo, no
el Señor” (1ª Corintios 7:12)
La 3ª Epístola de Pablo a los Corintios, consta de dos partes: La carta de los
responsables de la iglesia de Corinto a Pablo consultándole sobre las doctrinas que
enseñaban unos predicadores gnósticos; y la respuesta de Pablo a los Corintios,
supuestamente desde la cárcel de Filipo.
Esta es la traducción de ambos documentos:
CARTA DE LA IGLESIA DE CORINTO A PABLO
Esteban y los presbíteros que están con él, Dafno, Ebulo, Teofilo y Xenon a
Pablo, hermano en el Señor. ¡Saludos!
Dos hombres han venido a Corinto, Simón y Cleobio, que pervierten la fe de
muchos mediante palabras perniciosas a las que queremos responder. Nunca
habíamos escuchado tales cosas de ti o de los demás apóstoles. Y puesto que
creemos y queremos creer lo que tú y los demás apóstoles nos habéis enseñado, el
Señor nos ha mostrado su misericordia, pues hemos sabido que sigues con vida, y
queremos saber de ti nuevamente. Por favor, escríbenos o ven a visitarnos, ya que
pensamos, por lo que ha sido revelado a Teone, que el Señor de ha librado de la
mano del sin ley. Lo que enseñan estos hombres es lo siguiente:
1. No debemos recurrir a los dichos de los profetas.
2. Dios no es todopoderoso.
3. No hay resurrección de la carne.
4. La Creación no es obra de Dios.
5. El Señor no se manifestó en la carne.
6. El Señor no nació de María.
7. El mundo no pertenece a Dios sino a los Ángeles.
Por tanto, hermano, te apremiamos a que vengas hasta nosotros, para que la iglesia
aquí en Corinto pueda permanecer pura, y la necedad de estos hombres sea
manifiesta a todos.
Nos despedimos en el Señor.
RESPUESTA DE PABLO A LOS CORINTIOS
Pablo, prisionero de Jesucristo, a los hermanos que están en Corinto.
¡Saludos!
Puesto que me encuentro en prisiones, no me sorprende que las enseñanzas
del maligno ganen terreno con rapidez. El Señor Jesús viene pronto, ya que está
siendo rechazado por esos que falsean sus palabras.
Desde el principio os he enseñado lo que yo mismo recibí de los otros
apóstoles que fueron antes que yo y estuvieron en compañía del Señor Jesucristo
todo el tiempo:
Que nuestro Señor Jesús nació de María, de la simiente de David. El Espíritu
Santo descendió desde el cielo sobre ella por voluntad del Padre, a fin de que
pudiera venir a este mundo para redimir a toda carne a través de su propia carne,
y para levantarnos a nosotros, que somos carne, de entre los muertos, así como el
mismo fue levantado como primicia nuestra.
Desde el momento que el hombre fue moldeado por el Padre y tuvo lugar su
caída, se busco la manera de volverlo a la vida para que mediante adopción
pudiera alcanzar la categoría de hijo.
El Dios todopoderoso, que hizo el cielo y la tierra, envió primero sus
profetas a los judíos, para que se volvieran sus pecados; puesto que él había
determinado como salvar a la casa de Israel, por tanto, envió una porción del
espíritu de Cristo a los profetas, quienes en numerosas ocasiones proclamaron el
culto verdadero y sin tacha a Dios.
Pero desde que el príncipe injusto quiso ser Dios, puso sobre ellos sus
manos y les dio muerte, de forma que toda carne humana se viera sometida a las
pasiones.
Pero el Dios todopoderoso, que es justo, no quiso repudiar a su propia
creación, antes bien envió el Espíritu Santo a María la Galilea, que creía con todo su
corazón; y ella recibió el Espíritu en su vientre, para que Jesús pudiera entrar en el
mundo, a fin de que el maligno fuera vencido por la misma carne que mantenía
bajo servidumbre, y de ese modo se diera cuenta de que no era Dios. Porque por
medio de su propio cuerpo Jesucristo salvo a toda carne y la trajo a vida eterna por
medio de la fe, presentando un templo de justicia en su propio cuerpo, a través del
cual tenemos redención.
Esos hombres no son hijos de rectitud, sino hijos de ira, puesto que
rechazan la providencia de Dios, afirmando que el cielo y la tierra y todo lo que en
ellos hay no son obra del Padre; haciéndose con ello a si mismos hijos de la ira,
puesto que tienen la fe maldita de la serpiente.
¡Apartaos de ellos y huid de sus enseñanzas! Porque vosotros no sois hijos
de desobediencia sino de la iglesia más querida y amada. Por esto es proclamado el
tiempo de la resurrección. Pero para estos que os enseñan que no hay resurrección
de la carne, no habrá resurrección, porque no creen en Aquel que fue levantado de
entre los muertos.
Vosotros, hombres de Corinto debéis saber que tales hombres no entienden
de la siembra del trigo o de otras simientes De como somos arrojados desnudos a
la tierra y cuando hayamos perecido debajo de la tierra y seamos levantados por la
voluntad de Dios en cuerpo seremos revestidos. Porque el cuerpo no tan sólo será
levantado sino también bendecido abundantemente.
Y considerad no tan sólo las simientes, sino también a los cuerpos más
nobles. Sabéis como Jonás, el hijo de Amitaí, cuando no quiso predicar a Nínive,
sino que huyó, fue tragado por una ballena; y después de tres días y tres noches, el
Señor escuchó su oración desde el infierno más profundo, y ninguna parte de su
cuerpo se corrompió, ni tan sólo uno de sus párpados. ¿Cuanto más no os levantará
a vosotros, hombres de poca fe, que habéis creído en Cristo Jesús y en cómo él fue
levantado? Y si cuando los hijos de Israel arrojaron un cadáver sobre los huesos del
profeta Elíseo, el cadáver resucitó, ¿cuánto más no vais a resucitar vosotros, que
habéis sido arrojados sobre el cuerpo, los huesos y el espíritu del Señor, con
vuestra carne completa, en el día de la resurrección?
Si tenéis alguna cosa más, no me causéis inquietud; porque tengo estos
grilletes en mis manos para ganar a Cristo, y sus marcas en mi cuerpo, a fin de que
pueda alcanzar la resurrección de los muertos. Cualquiera que permanezca en las
normas que ha recibido de los profetas y el santo Evangelio, recibirá su
recompensa y cuando resucite de los muertos obtendrá la vida eterna. Pero para
todo aquel que se aparta de ella – hay el fuego para él y para todos aquellos que le
siguen, puesto que son hombres sin Dios, una generación de víboras; de estos,
apartaos en el poder del Señor.
Que la paz, la gracia y el amor sean con vosotros. Amén.