Enseñanzas de enquiridión el manual de Epíteto.

Abstente de pasiones, afectos y opiniones.

Hay que leer el texto dejarse atravesar por la enseñanza y sacar conclusiones propias

Todas nuestras acciones dependen de nosotros

Tener claro lo que de ti depende y en lo que concierne a lo tuyo, trabaja; en lo que no te concierne
mejor olvídalo, porque esa en nada te atañe.

Si te empeñas en huir de lo que no te concierne, como la muerte, serás miserable.

Siempre con reservas, sin prisa y sin pausa.

Si amas algo, dítelo. Que si este se estropea, no te turbarás.

Cuando estés por emprender una cosa, pon en tu pensamiento lo que para ti es la cosa que vas a
hacer.

Opinar: lo que turba a los hombres no son las cosas sino las opiniones que de ellas se hacen. Por lo
que, cuando estemos tristes, no acusemos a los otros sino a nosotros mismos y a nuestras opiniones.
Acusar a los otros por nuestros fracasos, es de ignorantes; no acusar más que así mismo, es de
hombres que comienzan a instruirse; y no acusar ni así mismos ni a los otros, es de un hombre ya
instruido.

Bienes: no te jactes del mérito ajeno. (Jactarse: Hablar o presumir una persona de que tiene cierta
cualidad; Mostrar alguien con presunción que posee cierta cosa o que actúa de una determinada
manera.

Desear: si deseas recoger algo en esta vida, bien puedes; pero si el capitán llega a llamarte, deja
todo sin mirar atrás.

No pidas que las cosas lleguen como tú las deseas, sino deséalas tal como lleguen y prosperaras
siempre.

Para todos los accidentes que te lleguen, será un impedimento para tu cuerpo, pero no para tu
voluntad.

Virtud: en cada cosa que se presente recuerda entrar en ti mismo y buscar allí alguna virtud que
tengas para hacerle frente.

Perder: nunca digas respecto a nada: lo he perdido; sino lo he devuelto. Mientras lo tengas, úsalas
como algo que no te pertenece.

Renunciar: vale más morir de hambre después de haber desterrado las preocupaciones y los miedos
que vivir en la abundancia con inquietud y temor. Nada es gratuito.

Depender: no dependas de nada ni de nadie. Desea solo lo que depende de ti.

Solo toma lo que se te ofrece, y conténtate con lo poco que es necesario.

Deliberar: en todo asunto antes de emprenderlo mira bien lo que le precede y lo que se sigue, mira
si quieres pagar el precio, y solo después, empréndelo; para que después que te vengan los
problemas no tengas de que preocuparte.

No serás herido, si no lo deseas.

Guarda frecuente silencio, no digas más que las cosas necesarias, y dilas en pocas palabras.