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I. DEFINICIÓN
La propiedad horizontal es una institución jurídica que hace alusión al conjunto de normas que
regulan la división y organización de diversos inmuebles, como resultado de la segregación de un
edificio o de un terreno común. Se caracteriza por la coexistencia de dos derechos de propiedad
distintos:
a) El derecho singular y exclusivo de propiedad sobre un espacio suficientemente delimitado y
susceptible de aprovechamiento independiente, con los elementos arquitectónicos e instalaciones
de todas clases comprendidos dentro de sus límites y sirvan exclusivamente al propietario.
La propiedad horizontal es una forma de propiedad en la que, siendo su objeto los diferentes
pisos o locales de un edificio o partes del mismo susceptibles de aprovechamiento
independiente, por tener salida a un elemento común de aquel o a la vía pública, lleva
inherente un derecho de copropiedad, conjuntamente con los propietarios de los demás, sobre
el resto de los elementos del edificio necesarios para el adecuado uso y disfrute de aquellos.
III. CONSTITUCIÓN
Se realiza habitualmente a través del título, que constituye el negocio jurídico que crea el
sistema especial de titularidad y aprovechamiento que implica esta figura. Artículo 396 que
llevará inherente un derecho de copropiedad sobre los demás elementos del edificio necesarios
para su adecuado uso y disfrute, tales como el suelo, vuelo, cimentaciones, pasos, muros,
fosos, patios, pozos, escaleras, porterías, ascensores, corredores, cubiertas, canalizaciones y
servidumbres.
ELEMENTOS PRIVATIVOS
Son los diferentes pisos o locales de un edificio o parte de ellos, que son susceptibles de
aprovechamiento independiente por tener salida propia a un elemento común de aquel o a la
vía pública (art. 396.1º CC.) suficientemente delimitados, con los elementos arquitectónicos a
instalaciones de todas clases.
ELEMENTOS COMUNES
Estos elementos comunes son para el legislador objeto de una copropiedad que tiene como
titulares a los propietarios de pisos o locales y en ningún caso susceptible de división, pudiendo
ser enajenados, embargados o gravados exclusivamente con la parte determinada privativa
(piso o local) de que son anejos inseparables.
La cuota de participación significa la cuantía del interés que su titular (propietario de un piso o
local) tiene en el conjunto de la copropiedad. Atendiendo a ello, el art. 396 de LPH establece
que a cada piso o local se le atribuirá una cuota de participación en relación al total del valor
del inmueble y referida a centésimas del mismo.
DERECHOS
Podemos diferenciar los derechos referentes al piso o local, los referentes a los elementos
comunes y los referentes a su relación con los órganos de gestión.
Derechos del propietario sobre su piso o local:
Disfrutarlos, con los elementos a instalaciones que estén comprendidos dentro de sus
límites, y sirvan exclusivamente al propietario y también con los anejos que
expresamente le hubieran sido atribuidos en el título. (Art. 3.a))
Exigir que se realicen las obras de conservación y mantenimiento del edificio y los
servicios comunes (art.7, 1).
OBLIGACIONES
En cuanto a las obligaciones de los propietarios, cabe diferenciarlas según sean relativas a su
piso o local, a los elementos comunes, o al inmueble en su conjunto.
Declarar, en el instrumento público por el que se transmitan, que el piso o local se halla
al corriente del pago de los gastos generales de la comunidad, o expresar los que
adeude, aportando en ese momento certificación emitida por el Secretario, con el visto
bueno del Presidente, (art.9.1,e).
La junta de propietarios
El Presidente y, en su caso, los Vicepresidentes
El Secretario
El Administrador
FUNCIONAMIENTO DE LA JUNTA
Según establece el art. 15 la asistencia será personal o por representación legal o voluntaria,
bastando para acreditarla, en este último caso, un escrito firmado por el propietario a quien se
va a representar.
La Junta deberá reunirse, por lo menos, una vez al año (para aprobar los presupuestos y
cuentas), y en las demás ocasiones en que lo considere conveniente el Presidente, o lo pidan
¼ de los propietarios. La antelación con la que deberá hacerse será de al menos 6 días.
Sólo será necesaria la unanimidad para los acuerdos que tengan por objeto la aprobación o
modificación del título constitutivo o de los estatutos.
Serán impugnables ante los Tribunales los acuerdos adoptados en la Junta, en caso de ser
contrarios a la ley o a los estatutos, gravemente lesivos para los intereses de la comunidad en
beneficio de uno o varios propietarios, o cuando supongan un grave perjuicio para algún
propietario que no tenga obligación jurídica de soportarlo o se hayan adoptado con abuso del
derecho.
El art. 19 LPH establece que los acuerdos de la Junta se recogerán en un libro de actas,
diligenciado por el Registrador de la Propiedad, que será guardado por el Secretario.
Se redacta y cierra el acta con las firmas del Presidente y del Secretario, para lo que se tiene
un plazo de 10 días, y tras ello los acuerdos serán ejecutivos.
VIII. EXTINCIÓN
Como causas de extinción del régimen de Propiedad Horizontal, se prevén en la Ley (art. 23)
las dos siguientes:
Como aclaración del alcance que se le da a este concepto, aclara que se estimará producida la
destrucción cuando el coste de la reconstrucción exceda del 50% del valor de la finca al tiempo
de ocurrir el siniestro, a menos que el exceso de dicho coste esté cubierto por un seguro.
Esta es una forma de extinción de la que suele observarse lo difícil de su producción, pero la
verdad es que hay mecanismos jurídicos para llevarla a cabo, y situaciones, si bien muy
concretas, en que pueden ser una solución para los problemas que pueden haberse planteado.
Esta popularizada figura es una “especie de pequeña ciudad en un lugar diferente a aquél en
que se asienta el núcleo urbano básico de población, ciudad reducida que pretende reunir en si
misma las ventajas de las dos formas esenciales de vida, las que ofrece el campo y las que
aporta la ciudad”
1º. Que estén integrados por dos o más edificaciones o parcelas independientes entre sí, cuyo
destino principal sea la vivienda o locales.
2º. Que los propietarios de estos inmuebles, o viviendas o locales en que se hallen divididos
horizontalmente, participen con carácter inherente a tal derecho, en una copropiedad indivisible
sobre otros elementos inmobiliarios, viales, instalaciones o servicios.
Se otorgue por el propietario único del complejo o por los presidentes de todas las
comunidades que se integran en ella, autorizados previamente por acuerdos
mayoritarios de sus respectivas Juntas.
3ª) No adoptar ninguna de esas dos formas jurídicas. En esta tercera opción les serán
aplicables las reglas que para cada una establezcan los copropietarios y, supletoriamente, las
disposiciones que integran el régimen de las agrupaciones de comunidades, que acaba de
exponerse.