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La atención domiciliaria se dirige a cualquier tipo de enfermo, pero las prioridades van
dirigidas a los grupos más vulnerables y necesitados, los cuales poseen una serie de
características como:
Edad avanzada.
Enfermedades crónicas y evolutivas.
Dependencia física o psíquica.
Situaciones terminales.
1.2. Objetivos
Un buen programa de atención domiciliaria debe poseer los siguientes objetivos:
Generales:
Ayudar a la atención primaria: los equipos de atención domiciliaria deben enseñar y
apoyar al personal de los Centro de Salud en este tipo de cuidados, así como
orientar los cuidados del enfermo y planificarlos de form conjunta.
Dar medios de soporte a la familia: apoyo emocional, enseñanza de cuidados y
técnicas necesarias para el buen cuidado del paciente.
Facilitar la coordinación entre atención primaria y el hospital.
Dirigidos al paciente:
Control de los síntomas del enfermo.
Planificación de los cuidados.
La coordinación de los tratamientos con el equipo de atención primaria.
Una vez realizada esta fase deberá establecerse un primer contacto entre enfermera y
paciente y familia.
Será necesario explicar de forma muy clara y concisa los objetivos que se pretenden
alcanzar y que estos sean asumidos por el núcleo familiar y el paciente ya que si no
aceptan estos objetivos supondrá un fracaso del proyecto.
Se le informará de los recursos que contamos para el desarrollo de las visitas, así como
también el funcionamiento del programa, distribución de actividades de los miembros
del equipo y teléfonos de contacto para solucionar problemas puntuales que pudieran
surgir entre las visitas.
Visitas posteriores
El plan de cuidados se evaluará y revisará continuamente, y según los resultados
obtenidos, se irán introduciendo los cambios que fuesen necesarios para conseguir
mayor efectividad. Las acciones a desarrollar serán:
Diagnósticas.
Terapéuticas.
De apoyo psicológico.
Educación para la salud.
El sobreesfuerzo del cuidador no solo afecta a un nivel físico, sino que afecta a nivel
emocional, y este deterioro puede afectar la salud no solo del cuidador, sino también
del resto de los familiares que le rodean.
Cuidar de una persona dependiente supone tener que hacer frente a una gran
cantidad de tareas, que desbordan con frecuencia las posibilidades reales del cuidador.
En consecuencia, no es de extrañar que el cuidado de una persona dependiente se
considere una situación de estrés.
Los síntomas comunes del estrés son el dolor de cabeza, los problemas para dormir, la
dificultad para concentrarse, el mal genio, los trastornos estomacales, la insatisfacción
laboral, el bajo estado de ánimo, la depresión y la ansiedad.
Tanto el estrés a corto plazo como el estrés a largo plazo pueden afectar su organismo
haciendo que sea más probable que enfermemos.
El cuidador debe estar atento a su propia salud y darse cuenta cuando se produce los
síntomas que indican la aparición del estrés.
Relájese.
Reserve tiempo para sí misma.
Aliméntese correctamente.
Muévase.
Hable con amigos.
Obtenga ayuda profesional si la necesita.
Sea transigente.
Anote lo que piensa.
Ayude a los demás.
Tenga un pasatiempo.
Póngase límites.
Planifique su tiempo.
No maneje el estrés en formas que no son sanas.
Respirar hondo es una buena manera de relajarse. Intente hacerlo un par de veces por
día. Así es como se hace.
1. Prestaciones Comunitarias: son ayudas sociales para que la persona mayor pueda
mantenerse en el domicilio, es decir, en la comunidad, en su entorno social y
familiar habitual. Ayudan extraordinariamente al cuidador para mejorar su atención
y evitar las consecuencias negativas del cuidado.
Ayuda a domicilio: Consiste en el desplazamiento de una persona hasta el domicilio
de la persona dependiente para realizar: tareas domésticas, servicios personales,
apoyo a las relaciones con el entorno y ayudas complementarias.
Teleasistencia: Permite al usuario estar en contacto con una central de atención
durante las 24 horas del día, por medio de una pulsera o colgante que lleva
incorporado un emisor y receptor que se conecta con la línea telefónica. Las
llamadas las atienden operadoras formadas en la atención a personas mayores que
disponen del apoyo de profesionales sociales y sanitarios.
2. Prestaciones Institucionales: son ayudas sociales para que la persona mayor pueda
seguir manteniéndose en el domicilio o bien, cuando esto ya no es posible, pueda
seguir su cuidado ingresando en el medio residencial.
Centros de Día: Atienden durante la jornada laboral a mayores dependientes que
viven con sus familias. De esta forma, las personas dependientes se mantienen en
el entorno familiar y, a su vez, las familias pueden trabajar.
Residencias: Son centros de alojamiento y de convivencia que tienen una función
sustitutiva del hogar familiar, ya sea de forma temporal o permanente, y donde se
presta una atención integral.
Plazas Públicas: Las plazas residenciales públicas pueden ser atendidas por personal
de la propia comunidad o del ayuntamiento o bien ser gestionadas por empresas
privadas.
Estancias Temporales en Residencias: Las estancias temporales en centros
residenciales cubren la necesidad de recibir atención temporal cuando, por
problemas circunstanciales, los cuidadores habituales no pueden hacerse cargo de
forma temporal de la persona mayor dependiente.
¿Qué servicio elegir?
El servicio de ayuda idóneo al que acudir varía de una situación a otra, dependiendo
de:
También se ayudan a los cuidadores con talleres de apoyo y formación sobre cuidados
a grandes discapacitados.
Los talleres están organizados por niveles, se da un primer nivel para aquellos
cuidadores que se inician ejerciendo esta función, así como otros talleres más
avanzados para aquellos cuidadores que llevan ejerciendo el cuidado de sus familiares
desde hace tiempo.
Estos talleres no solo forman a los cuidadores en conocimiento de cómo deben mover
al enfermo, por qué fase de la enfermedad puede estar pasando el enfermo al que
cuida, sino que también cómo conservar un medicamento, o cómo puede afectar el
cuidado de un familiar discapacitado sobre la salud del cuidador y el entorno familiar
con el que convive. Estos talleres prestan ayuda emocional a los cuidadores.
Las enfermeras de familia y de enlace son las encargadas de atender a los cuidadores
de pacientes dependientes. Estas atenciones se hacen en los hogares de los
discapacitados.
El medio del tratamiento implica generalmente el uso de las actividades útiles, que
tienen cierto significado e importancia en la forma de vida de los pacientes (estas
también se llaman “ocupaciones” e incluyen los hábitos de comportamiento asociados
al cuidado de uno mismo y otros, trabajo productivo y ocio).