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Salmo 119:10-11

Salmo 139:23

Salmo 141:4

Proverbios 3:1

Isaias 14:13

Isaias 40:20

Mateo 11:29

Apocalipsis 18:4

A partir del 1929 la herida ha estado sanando rápidamente. La América protestante, la

cual fue establecida sobre el principio constitucional de separación de iglesia y estado y que

en un tiempo había protestado fuertemente en contra del establecimiento del poder papal en

este país [la palabra "protestante" tuvo se origen en las "protestas" del pueblo contra el

catolicismo durante el siglo XVI] ahora le da la bienvenida con brazos abiertos. Los

tiempos ciertamente han cambiado, ¡y aun Estados Unidos se maravilla en pos de la bestia!

Cuando en 1951 el Presidente Harry Truman le pidió al Senado que aprobara su

nombramiento de un embajador ante el Estado del Vaticano, todo el país se indignó y

protestó con vehemencia. Según un informe, "La mayoría de las iglesias protestantes del

país expresaron su oposición formalmente y muchas veces con aspereza" (Church, State

and Freedom, p. 302). Como resultado, Truman se vio obligado retirar su pedido. En
tiempos un poco más recientes, en 1984, el nombramiento de William A. Wilson como

embajador a la Ciudad del Vaticano por el presidente Ronald Reagan fue prontamente

aprobado por el Senado por un voto de 81-13. Esta vez sólo un puñado de gente expresó su

preocupación por la cuestión de la separación de la iglesia y el estado. El próximo evento

fue increíble por la rapidez con que ocurrió y por los personajes que tomaron parte en él.

Nos refererimos a la caída del comunismo en Polonia por medio de los esfuerzos

combinados del presidente estadounidense Ronald Reagan y el Papa Juan Pablo II, que

aparecieron retratados en la portada de la revista Time del 24 de febrero de 1992. [¡Amigos

míos, ¿no será esto un cumplimiento de la profecía de la ramera "...con la cual han

fornicado los reyes de la tierra"? Véase Ap. 17:1, 2]. ¡El Vaticano es un sistema político-

religioso cuyo objetivo es controlar el mundo! Luego, en un Número Especial Doble de la

revista Time con fecha de 26 de diciembre de 1994/2 de enero de 1995, Juan Pablo II

apareció en primera plana una vez más en la portada designado como "El Hombre del

Año". ¡Increíble! Me pregunté cuál hubiese sido la reacción mundial si esa importantísima

revista noticiera semanal hubiera más bien publicado el verdadero alias o apodo del papa

dado por el apóstol Pablo en su segunda carta a los Tesalonicenses - "El Hombre de

Pecado" (2 Ts. 2:3)

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