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capítulo 7
• Analizar las palabras “ninguna condenación” y “en Cristo Jesús” (Ro 8:1).
(p 5)
Condenación es un término legal—un juicio que viene del tribunal del cielo
a los que practican el pecado.
Romanos 8:1 anuncia que ninguna condenación hay para los que están “en
Cristo”. El Espíritu Santo bautiza (nos coloca) “en Cristo” para que ahora
nosotros vivamos, habitemos y descansemos en unión con Jesucristo. Cuando
Jesús dijo: “Consumado es” Él borro la condenación y la culpa de nuestros
pecados pasados. La única manera de experimentar el no tener ninguna
condenación es estar “en
Cristo”—viviendo en comunión con nuestro Salvador y experimentando Su
justicia. (p 9)
“La ley del Espíritu de vida” (Ro 8:2) se refiere al poder y autoridad del
Espíritu Santo que nos libera del poder del pecado y de la muerte.
“La ley de la muerte” (Ro 8:2) se refiere al poder del pecado y de la muerte
para esclavizar a los humanos.
“Lo que era imposible que hiciera la ley” (Ro 8:3) indica que la ley de Moisés
sólo pudo revelar el pecado pero carecía del poder para liberarnos del
pecado y de romper el poder que el pecado tenía sobre nosotros. Nos
señalaba la dirección correcta, pero no tenía el poder de impartir vida.
“Débil por la carne” (Ro 8:3) indica que la ley nos señaló el camino
correcto, pero los deseos pecaminosos de la carne nos sacaron del camino.
La atracción de la carne fue más fuerte que el deseo de obedecer la ley.
“En semejanza de carne de pecado” (Ro 8:3) se refiere a que Jesús vino como
humano. Pablo tiene cuidado de señalar que Jesús era completamente
humano, pero no llegó a pecar—tal como Dios creó a Adán en el Edén.
Puesto que Jesús no cometió pecado, con Su muerte fue substituto de los
culpables.
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“A causa del pecado” (Ro 8:3). Como el Cordero de Dios sin pecado, Jesús se
dio a sí mismo como una ofrenda por nuestros pecados para que podamos ser
salvos por la gracia por medio de la fe.
“Él condenó al pecado en la carne [el hombre pecaminoso]” (Ro 8:3). Jesús,
ofreciéndose a sí mismo por nuestros pecados, condenó el poder del
pecado, por
lo que este no tiene control sobre los que aceptan a Jesús como su
salvador y Señor.
• Explicar cómo podemos cumplir los requisitos justos de la ley (Ro 8:4).
(p 40)
• Contrastar los valores de los que son guiados por la carne con los de
los que son guiados por el Espíritu (Ro 8:5). (p 54, p 58)
Los que son guiados por los valores o los deseos de la carne, los valores
egoístas del mundo. Ellos valoran el, placer, el dinero, el poder, el
prestigio, el conocimiento, la comodidad y cosas como esas. Siguen los
deseos de la carne, de los ojos y la vanagloria de la vida. Ellos piensan
como el mundo piensa, se sirven a sí mismos en vez de servir a otros y a
Dios.
Los que son guiados por el Espíritu viven por los valores de Dios y
enfocan su mente en lo que el Espíritu desea. Valoran la Palabra de Dios,
la obediencia, la
oración, la adoración, la santidad, la comunión con Dios y con Sus hijos,
el perdón, la compasión, complacer a Dios y servir a otros.
• Contrastar el estado espiritual de los que son guiados por la carne con
el de los que son guiados por el Espíritu (Ro 8:6, 13). (p 67, 68)
Los que son guiados por la carne mueren espiritualmente. Los que son
guiados por el Espíritu tienen vida espiritual y paz. Los guiados por la
carne son enemigos de Dios. Los guiados por el Espíritu son familia de
Dios.
Cosechamos lo que sembramos. Las acciones buenas y las malas son las
semillas que sembramos. Dios estableció las leyes para castigar o premiar
cada acción.
A veces la siembra y la cosecha son aplicadas por la ley natural, al
igual que la ley de la gravedad. Si sembramos para la carne, cosechamos
destrucción. Si sembramos para el Espíritu cosechamos vida eterna. Creer
que uno puede pecar sin consecuencias es como burlarse de Dios y
llamarlo mentiroso. Del mismo modo, decir que Dios no premia o no
premiará sus actos de justicia es burlarse de
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“... todas las cosas” Dios está haciendo algo bueno por nosotros. Esto no
significa que todas las cosas sean buenas. Los pecados, las enfermedades,
los accidentes,
las tentaciones, y las pruebas no son buenos. Pero incluso cuando
sufrimos, Dios obra para un buen propósito en nuestra vida, sin importar
cuál sea el origen del problema.
Esto nos da una gran seguridad. Dios está obrando para bien sólo para “los
que lo aman a Él”. Vemos este principio ilustrado en la vida de José que fue
vendido
como esclavo por sus hermanos. Ellos obraron para mal, pero Dios lo
encaminó en bien.
• Explicar el propósito de Dios cuando todo obra para nuestro bien (Ro
8:29).
2. Dios predestina a los que escogen a Cristo para ser como Él. Predestinar
significa “planear un destino.”
Dios no fuerza a nadie a ir al cielo o al infierno. La predestinación en
las Escrituras tiene mucho más que ver con el plan de Dios para los que
aceptan a Cristo que con determinar quién creerá o quién no creerá en Él.
3. Dios llama a todos de muchas maneras diferentes.
Romanos 8:28-39 se refiere sólo a los creyentes. Romanos 8:28-30 describe
a los que responden “sí” cuando Dios llama. Estos son “los llamados”
en el sentido de que ellos responden y están de acuerdo con la
invitación, las condiciones y el Señorío de Dios.
4. Dios justifica. Llegamos a Dios como pecadores y ponemos nuestra
confianza en Cristo. En ese momento, Él nos justifica. Una persona
justificada es la que Dios declara justa; no porque lo hayamos ganado
sino porque creemos en Jesús.
5. Dios glorifica. En teología, la glorificación se refiere con más
frecuencia al evento de la segunda venida de Cristo, cuando seremos
arrebatados en el aire para encontrarnos con Él, y seremos transformados
para ser completamente como Él con nuevos cuerpos. Esta gloria futura es
tan segura que Él la declara en tiempo pasado— como ya cumplida. La
glorificación, como la adopción, tiene aspectos tanto de ahora como todavía
no.
• Explicar e ilustrar 4 razones por las que somos más que vencedores en
todo lo que enfrentamos (Ro 8:31-39). (p 139)
capítulo 8
de una nación. Y por medio de esa nación, Dios envió al Salvador de todo
el que decide vivir por fe en Dios. El plan de Dios desde el comienzo fue
que tanto judíos como gentiles encuentren la salvación por Cristo.
1. Dios envía (Ro 10:15). Muchos han predicado el evangelio a los judíos.
Los predicadores tendrán éxito si son llamados, preparados, y ungidos por
el Espíritu Santo.
los creyentes se asocien con Dios para enviar a esos predicadores a los
perdidos. Si nosotros no vamos o no enviamos, los perdidos nunca
escucharán el mensaje.
2. Los pecadores oyen (Ro 10:14). Los judíos han escuchado el evangelio.
Pero los pecadores tal vez “con los oídos oyeron pesadamente” (Hch 28:27)
debido a su
ignorancia espiritual o a sus corazones obstinados. Es posible escuchar y
no dar el siguiente paso. Todos tienen que tomar una decisión acerca de
lo que scuchan. Somos responsables de nuestras elecciones.
3. Los pecadores creen (Ro 10:14). Este es el paso crítico en el proceso
que conduce a la salvación; creer o rechazar. La fe llega a la gente
cuando escucha el mensaje y le permiten al Espíritu revelar a Cristo.
Pero algunos judíos se negaron a creer. Pablo cita de Isaías 53:1, “Señor,
¿quién ha creído a nuestro anuncio” (Ro 10:16).
4. Los pecadores invocan (Ro 10:14) a Cristo cuando creen en Él. Ellos no
pueden invocarlo sin antes creer en Él. Cuando nuestra respuesta es la de
la fe, empezamos a llegar a Él invocándolo.
5. Dios salva (Ro 10:13). Cuando invocamos a Jesús por fe, Su promesa es
que seremos salvos. Tenemos que creer que él nos ha recibido y perdonado.
Cuando lo hacemos, nos ponemos en marcha hacia una nueva vida con Él.
Bajo el antiguo pacto, los sacerdotes mediaban entre los hombres y Dios.
Había un sacrificio de muerte. Bajo el nuevo pacto tenemos acceso directo
con Dios por la muerte de Jesús en la cruz. Nuestra relación con Dios es
más estrecha y más personal. Tenemos que presentar nuestros cuerpos en
sacrificio vivo—no un sacrificio de muerte una vez al año, sino en vida
la sumisión permanente a la voluntad de Dios mientras adoramos
diariamente a Dios y permitimos que Su Espíritu viva en nosotros.
Presentar nuestro cuerpo como sacrificio vivo nos capacita para discernir
y hacer la voluntad de Dios.
Cuando nos apartamos de las actitudes y acciones del mundo, dejamos de
servirnos a nosotros mismos para servirle a Dios y a otros. Cuando somos
transformados por una mente renovada, podemos ver claramente cuál es la
voluntad de Dios para nosotros—para ser completamente conformados a la
imagen de Su Hijo. Ya no tenemos que ceder a la manera de vivir del
mundo.
Más bien, diariamente cedemos a Dios el proceso de vivir de la manera en
que le agrada a Él.
• Explicar los principios sobre cómo el amor se relaciona con los demás,
hasta con los extraños (Ro 12:10, 13). (figura 9.10. p60)
El amor de Dios nos capacita e inspira para apartar la mirada del espejo
que refleja nuestras propias necesidades y nos conduce a mirar por la
ventana de las necesidades de otros. El amor nos libera de amarnos sólo a
nosotros mismos. El amor comienza en casa con la familia, pero también
incluye a los creyentes que conocemos. Debemos tener un profundo respeto
y consideración por los que
conocemos.
Hospitalidad es compartir lo que tenemos con otros, incluso con los
extraños. Dar y compartir debe empezar con “los de la familia de la fe” (Gá
6:10), pero no debe
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• Analizar algunos de los aspectos que fortalecen la firmeza del amor (Ro
12:12).
(p66)
El amor motivado por el fervor produce una fe que “sigue marchando” a
través de dificultades y pruebas.
1. Gozo en la esperanza. La esperanza hace que nuestra fe siempre se
enfoque hacia adelante. Nuestra victoria es tan segura como la cruz y la
resurrección de
Cristo. La bendita esperanza de la segunda venida de Cristo nos llena de
gozo. Podemos cantar sobre las cosas que no se ven.
2. Romanos 8:25 declara: “Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo
aguardamos.” El amor firme es paciente en la aflicción. No cede ni se da
por vencido.
Los primeros creyentes perdieron mucho por su fe—aún sus vidas. El amor
los ayudó a soportar. La paciencia y la resistencia son cualidades del
amor.
3. El amor es constante en la oración. Cuando amamos a alguien, deseamos
hablarle y estar cerca de esa persona. Nuestro amor por Dios, y Su amor
por nosotros, nos acerca hacia Él. Debe haber momentos de oración privada
cuando estamos a solas con Dios, pero nuestra vida también debe ser una
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oración constante mientras caminamos con Él. [La oración y el amor son un
círculo
bendecido. Cuanto más amamos a Dios más oramos.
Cuanto más oramos más amamos lo que Dios otorga.]
• Dar ejemplos para mostrar que el amor cruza las barreras sociales (Ro
12:16).
(p73)
El amor se extiende más allá de las barreras. Llega a hacerse amigo de
los que tienen menos educación o menos dinero. El amor se da la mano con
los que están
más allá de los límites étnicos o tribales. Cuando el amor gobierna, los
judíos y los gentiles, los ricos y los pobres, los empleados y los
patrones, los de todo color se sientan uno al lado del otro en la misma
mesa.
Jesús le habló a la mujer en el pozo, sin tener en cuenta ni los
prejuicios raciales ni los de género que había en Su tiempo. Pedro
entendió la visión de Dios al referirse a que él iba a compartir el
evangelio con el líder militar romano y su familia. Pablo se dio cuenta
de que Dios había llamado a los gentiles a la fe en Jesucristo. [Hace
aproximadamente 50 años, nuestra misionología (cómo se hace la obra
misionera) cambió. Nos dimos cuenta de que nosotros no éramos enviados a
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sentían que puesto que el gobierno era malo, debían someterse pero no
obedecerlo cuando ordenaba lo contrario a la ley de Dios.
• Resumir 7 razones por las que Dios puede permitir un gobierno malvado.
(figura para contestar 10.2)
1. A veces Dios permite un gobernador que representa los malos deseos de
la mayoría de gente—la mayoría inmoral. Dios abandona a los que le
abandonan a Él y permite que las personas malvadas tengan gobernadores
malvados.
2. Dios puede establecer un mal gobierno para mandar juicio sobre otra
nación o país. Dios levantó a Babilonia para vencer a Judá porque ellos
le desobedecieron.
3. Dios puede levantar líderes malvados para poder juzgarlos, y
glorificarse. Él hizo esto con Faraón, mostrando Su poder al derrotarlo.
4. Algunas veces Dios puede permitir un gobierno malvado para revelar el
verdadero carácter del mal. Cuando el mal gobierna, reconocemos cuan vil
es el
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• Identificar algunas deudas que los creyentes tienen como ciudadanos (Ro
13:1-7). (p17)
estar en una deuda que pagaremos por toda nuestra vida. Debido a que
Cristo murió por nosotros, le debemos a Él todo lo que somos y todo lo
poseemos. Nosotros pagamos nuestra deuda de amor a Jesús, compartiendo
con los “más pequeños” (Mt 25:40).
(figura 10.9)
1. El libertino cree que no hay nada ilegal o prohibido para los
creyentes. Él trata de cubrir el pecado con la gracia. Está en peligro
del juicio eterno.
2. El creyente fuerte tiene un equilibrio entre la libertad, la santidad
y el amor. Sin embargo, está en peligro de orgullo, ridiculizando al
hermano débil y abusando de la libertad.
3. El creyente débil suele ser el nuevo convertido o inmaduro.
Frecuentemente sufre de falsa culpabilidad. Él también está en peligro
del orgullo por lo que él “no hace” y criticar a los que no comparten
la misma convicción.
4. El legalista intenta obtener la santidad guardando muchas reglas y
regulaciones. Por lo general, ellos tienen santidad sin gozo y están en
peligro de confiar en su legalismo en vez de confiar en el sacrificio de
Cristo.
• Dar la evidencia en Romanos que muestra que Pablo era sensible a los
demás.
Pablo declaró en Romanos 15:19a que su ministerio había sido “con potencia
de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios”. Él sabía que esas señales y
prodigios confirmaban el poder del evangelio que él predicaba. Las
señales deben seguir a los creyentes.
Las señales y prodigios convencen a los incrédulos de la verdad del
evangelio. Pablo quería que la fe de los corintios no estuviera “fundada
en la sabiduría de los
hombres, sino en el poder de Dios” (1 Co 2:5).
Por el poder del Espíritu, con sangre, sudor y lágrimas, Pablo condujo a
los gentiles a Cristo.
• Dar ejemplos que muestran que Pablo valoraba el planear para el futuro
con esperanza.
Pablo vivía con una agenda, un mapa y una lista de objetivos. Fue
intencionalmente que Pablo predicó en todas las ciudades principales
desde Jerusalén a Ilírico.
Cuando les escribió a los romanos desde Corinto, él les compartió su plan
de ese momento. Esperaba, que con la voluntad de Dios iría a Jerusalén a
entregar una ofrenda para los santos pobres. Esta ofrenda era el
resultado de un plan que había seguido durante varios años. Incluso al
llegar a Roma, Pablo tenía planes. Él quería predicar en España y
confiaba en que los romanos lo apoyaran con
una ofrenda y con compañeros de viaje.
No sólo debemos orar para que Dios bendiga nuestros planes, sino que
debemos pedirle que nos muestre los planes de bendición que Él tiene.
• Identificar 4 maneras en las que Pablo usa citas del Antiguo Testamento
en Romanos.
Pablo usó citas históricas para mostrar lo que les pasó a los rebeldes en el
Antiguo Testamento. Estas han sido escritas como advertencia para
nosotros. Él empleó
la verificación para mostrar que él no estaba rechazando el Antiguo
Testamento, sino que estaba revelando el cumplimiento del plan de Dios de
enviar un Mesías para liberar a la gente de sus pecados. Él utilizó la
comparación para Ilustrar las verdades del nuevo pacto. Y usó la aplicación
para mostrar cómo debemos vivir y la forma como el Antiguo Testamento y
el Nuevo Testamento están de acuerdo en el código moral de Dios—y en que
el amor cumple la ley.
Antes de la creación del mundo, el Altísimo hizo planes para que el Hijo
se sacrificara para ofrecer la salvación a la humanidad caída. Desde la
declaración de Dios después de la caída del hombre en el Edén, de que la
simiente de la mujer aplastaría la cabeza de la serpiente, hasta la
segunda venida de Cristo, Dios está llevando a cabo la historia de la
redención. Por la fe en Cristo y la obediencia al Espíritu participamos
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