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TEMA 11.

ESCULTURA LA TRADICIÓN ACADÉMICA Y LA RENOVACIÓN


REALISTA. EL MONUMENTO URBANO. EL SIMBOLISMO EN CATALUÑA

Se da durante la regencia de María Cristina de Augsburgo esta decadencia. La pérdida de las colonias y de la
importancia política y militar de la corona española. A partir de la década de los 70 en el s XIX se va a hacer una
generación de artistas de primera fila en el panorama artístico, como Julio Romero de Torres o Ignacio Zuloaga, o
incluso Julio González. Si a esto se une a los artistas que nacen en la década de los 80 como Picasso o Gargallo
nos encontramos a artistas de primera fila en el panorama artístico español e internacional, independientemente
del oficialismo académico en España. A esto hay que añadirle algunos artistas anteriores que van a ser decisivos
para esa transformación como Berruguete o Joaquín Sorolla. Existe un arte vinculado con este espíritu nuevo que
nace en esta época. La decadencia española en general en el s. XIX culminó en el 98 con la pérdida de las colonias
y la firma del tratado de París, que la convirtió en una potencia de segunda fila en el panorama internacional. Esto
fue el desencadenante de una insatisfacción general del país que se vio en los círculos políticos, pero que no era
nueva. En la etapa de la restauración la crítica a la sociedad española se veía evidente en el mundo de la cultura.
Se esta situación nace un término que nace en esta época que es el regeneracionismo, que es un movimiento
cultural que explica un renacimiento de la literatura, del pensamiento y del arte español. Este movimiento estuvo
encabezado por Francisco Giner de los Ríos y otros profesores universitarios estableciendo una escuela libre y
avanzada de educación conocida como la Institución Libre de Enseñanza en la que se formó la Generación del 98,
cuyos componentes intentaban analizar el problema de España, es decir, su retrato social. Esto se vio reflejado en
el libro de Idearium español. Esa generación tuvo una gran importancia para el mundo artístico, dado que todos
los artistas tuvieron cierta vinculación con esta generación, como Unamuno, Pío Baroja, Valle Inclán o Ortega y
Gasset. Entonces es cuando se produce la renovación de un arte español por diversas vías y estilos. Estuvo
fundamentalmente vinculado a diversos géneros comenzando por el paisaje castellano, que tuvo también una
vinculación social a través del acercamiento a los tipos populares a través del tremendismo expresionista.
Pero hay otros caminos que supusieron una renovación del ambiente artístico español durante este período. Se
empieza a hablar del neocentrismo, que es el arte de hacia 1900. Es una tendencia cultural encabezado por un
crítico llamado Eugenio D'Ors. Este crítico propugnaba un arte mas cosmopolita alejado de sentimentalismos tan
característicos de los aspectos sociales del arte español. Ese movimiento se cimienta sobre las bases ideológicos
de la renaixcença, que es un movimiento cultural de la burguesía catalana entre 1900-1920. Otra cuestión es el
nacionalismo que tiene una vertiente conservadora a lo largo del período de recuperación de los fundamentos
arquitectónicos y estéticos del arte español, pero tiene otra vertiente que desemboca en el regionalismo y en las
particularidades propias de los distintos territorios de la península ibérica. Dentro de ese regionalismo es como
hay que explicar la llamada Escuela Vasca. A través de esos regionalismo se produce muchas veces la reflexión de
la modernidad en distintos territorios.
El monumento urbano en esta época, que es el ajuar ciudadano, se enriquece. Entre la tradición académica y la
renovación del realismo se mueve buena parte de la escultura española entre 1900-1920. Se mantienen durante
estos años y perdurará en muchos aspectos hasta nuestros días incluso. Es cierto que la historiografía ha tratado de
pasada la trayectoria de la escultura de este período. Pero vamos a encontrar a artistas de una excepcional técnica
y del dominio de nuevos materiales. Existe una renovación que viene a través de las nuevas corrientes con el
realismo del s. XIX, que va a renovar la escultura aunque sea de forma epidérmica, sin profundidad de
planteamientos, solo siendo en el exterior. Se ve la influencia de Rodin, Maillol o Rosso, tendentes siempre hacia
el simbolismo alegórico. Va a influir en el simbolismo catalán pero también en el propio realismo. En Cataluña se
ha querido hablar de escultura modernista, pero solo coincide con el modernismo en Cataluña, que es simbolista-
modernista.
La escultura académica sigue manteniendo el perfeccionamiento clasicista, aunque con matices. Nada mueve a los
escultores de la renovación del realismo a transformar su estilo. En este campo de ese realismo renovado vamos a
destacar la actividad de dos artistas españoles de primera fila, como son Aniceto Marinas y Mariano Benlliure.
Mariano Benlliure (1862 – 1917) Muy reconocido por toda Europa. Fue también pintor, nacido en Valencia. tiene
una fama extraordinaria. Murió en Madrid. Lo mas destacado está en esta época pero su producción se dilata en el
tiempo. Se formó en Valencia, en la Academia de San Fernando donde llegó a ser profesor, en París y en Roma. Se
sintió atraído por la pintura, llegando a ser su hermano pintor. Ese conocimiento el mundo de la pintura se vio en
el efectismo pictórico en sus obras, lo que le dio un cierto toque de modernidad. No deja la escultura terminada
para darle mas efecto pictórico, pero es mas un elemento técnico. Su actividad es muy intensa (escultura
conmemorativa, retratos, escultura mitológica, escultura taurina-pequeño formato). Tuvo toques preciosistas y
anecdóticos en los temas. Al final de su trayectoria se dedicó a la imaginería procesional. Sigue la tradición
clasicista, con el efectismo preciosista. Fue muy ecléctico, siendo mejor escultor que Querol. A veces tiene toques
de expresionismo, conociendo a Rodin. Es muy ecléctico en el manejo técnico y en materia, también tiene
imaginería religiosa.

Tuvo medallas en las exposiciones, o incluso obteniendo en 1895 la medalla de honor, obteniéndola por el retrato
de Antonio Trueba. Se levantó en Bilbao. Fue un escritor que hizo la obra de Cuentos de color de Rosa. Parece
que está sentado en un banco de un parque, con el tratamiento pictórico de la superficie, utilizando el argumento
de que la misma escultura se sale del pedestal para darle mas naturalidad en el espacio. Es un monumento público
sencillo. Es un ejemplo de un ajuar ciudadano. Caracter efectista.
Monumento al general Martínez Campos, Retiro de Madrid, 1907: Fue un general de la guerra de Cuba y de las
guerras carlistas. Está en el Retiro y es del año 1907. Coloca la figura ecuestre sobre una peña imitando una loma
natural y teniendo especial cuidado en la actitud de la imagen. Tiene una postura muy natural, con la mirada
perdida en el horizonte. que fue un general de la guerra de Cuba y de las guerras carlistas. Está en el Retiro y es
del año 1907. Coloca la figura ecuestre sobre una peña imitando una loma natural y teniendo especial cuidado en
la actitud de la imagen. Tiene una postura muy natural, con la mirada perdida en el horizonte. que fue un general
de la guerra de Cuba y de las guerras carlistas. El pedestal de la escultura evoca a una roca. Es como si Martínez
Campos acabara de llegar subiendo una cuesta a un alto desde donde divisara uno de los muchos campos de
batalla en los que se batió. El naturalismo del caballo es admirable. Más que de bronce parece un caballo de
verdad. Hasta el esfuerzo de la subida a la peña queda patente en la boca abierta del animal buscando aire o en las
venas marcadas de sus patas traseras. Mártínez Campos no es aquí el político que también fue. Aquí sólo está el
militar curtido en mil batallas. Técnicamente es impresionante la representación del chaquetón movido por el
viento en lo alto de esa peña. No hay alarde de las muchas medallas que ganó Martínez Campos en vida. No las
vemos en la escultura. Arsenio Martínez Campos es aquí un soldado con oficio, sino con una simple gorra. Bajo la
visera se adivina la mirada firme y serena de aquel que sabe mandar y vencer… y a veces perder.
También tiene monumentos funerarios en los que usa bronce y mármol con un sentido escenográfico
Tumba de Gayarre de 1896: realizando obras públicas en Europa y en América. Hizo monumentos funerarios de
gran relevancia. Tiene un gran dinamismo para este tenor de la ópera. Se encuentra en Navarra. La tumba está en
un espacio natural sobrecogedor. En ella el escultor ha mezclado sus conocimiento de la escultura para mostrarnos
un monumentos funerario que parece plenamente renacentista, mezclando el mármol con el bronce para
mostrarnos las figuras alegóricas de la Fama, que eleva el féretro hacia los cielos. La parte inferior parece una
cantoría florentina con la versatilidad ecléctica del escultor. Tiene una facilidad para la perspectiva dentro del
relieve.
Monumento a Joselito El Gallo, 1925 en Sevilla: Es un monumento público que muestra el entierro del famoso
torero. El mundo de los toros es uno de los referentes para el arte de esta época. Su entierro en Sevilla fue una
manifestación pública de dolor tras su muerte en la plaza por una cornada. Aparecen una serie de personajes
populares con un afán folclorista con unas actitudes expresivas estereotipadas faltas de naturalidad. Está el féretro
abierto. Nos muestra su versatilidad con respecto a la anterior obra. No tiene nada que ver con la realidad concreta
de lo que sucedió en el entierro del torero. Esta representado como un héroe del pueblo.
Hizo representaciones en pequeño tamaño del tema taurino. Aparecía mucho la suerte de varas. Muestra un gran
dramatismo en las escenas.
Hace esculturas de tema intrascendente, como la de Accidenti!, donde un pequeño monaguillo se quema con el
carbón del incienso o un canto de amor, que es de tema alegórico, con un simbolismo muy epidérmico, porque no
tiene profundidad de planteamiento.

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