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TECNOLOGÍA Y
DESARROLLO
ECONÓMICO EN LA
HISTORIA
CONTEMPORÁNEA
ESTUDIO DE LAS PATENTES REGISTRADAS
EN ESPAÑA ENTRE 1882 Y 1935
-Tlf
MINISTERIO
DE INDUSTRIA
Y ENERGÍA
0ficina Española
de Patentes y Marcas
José María Ortiz-Villajos
TECNOLOGIA Y DESARROLLO
ECONÓMICO EN LA HISTORIA
CONTEMPORÁNEA
Estudio de las patentes registradas
en España entre 1882 y 1935
LN6F-L2A-OOZS
Editado por: Oficina Española de Patentes y Marcas
I.S.B.N.: 84-86857-68-6
Depósito Legal: M. 47.480-1999
ÑIPO: 237-99-022-6
Imprime: qrafoffset si
Diseño de cubierta: Pablo Moraleda
Fotografía de cubierta: Autogiro de Juan de la Cierva
A mi madre,
y a mi padre
Si te encuentras un diamante que nadie reclama, es tuyo. Si
encuentras una isla que a nadie le pertenece, es tuya. Si eres
el primero en tener una idea y la patentas, nadie puede
usarla, es tuya. Las estrellas son mías, puesto que nadie
antes que yo, había pensado en poseerlas.
JOSEPH A. SCHUMPETER,
Capitalismo, Socialismo y Democracia
INDICE
Págs.
ÍNDICE DE CUADROS 13
ÍNDICE DE GRÁFICOS 21
ÍNDICE DE APÉNDICES 23
INTRODUCCIÓN 29
Págs.
Págs.
2. LA BASE DE DATOS DE PATENTES SOLICITADAS EN ESPAÑA ENTRE
1882 Y 1935 126
A. Criterios seguidos para la selección de los años estudiados 126
B. Información recogida en la base de datos 127
3. CLASIFICACIÓN ECONÓMICA Y TECNOLÓGICA DE LAS PATENTES 128
A. Clasificación económica: el sector de uso del invento 128
B. Clasificación tecnológica. La Clasificación Internacional de Patentes (CIP)
y sus correspondencias con la CNAE 130
C. Los índices de patentes y marcas publicados por el BOPI 131
4. PECULIARIDADES DE LA INFORMACIÓN DEL BOPI ENTRE 1882 Y
1935 132
Págs.
C. Patentes utilizadas y producidas por sectores 177
D. Inventos de nuevos productos y de nuevos procesos 180
Págs.
CAPÍTULO 9. TECNOLOGÍA Y DESARROLLO REGIONAL EN ESPAÑA,
1882,1935 283
1. LOS DATOS DE ESTE ESTUDIO: LAS PATENTES SOLICITADAS POR
RESIDENTES EN ESPAÑA ENTRE 1882 Y 1935 283
2. NIVEL TECNOLÓGICO Y DESARROLLO ECONÓM ICO REGIONAL 284
A. La actividad inventiva de las regiones españolas 285
B. Hacia una cuantificación del nivel tecnológico de las regiones 287
3. PATENTES POR SECTORES DE LOS RESIDENTES EN ESPAÑA 292
4. ESPECIALIZACIÓN Y VENTAJAS TECNOLÓGICAS REGIONALES 294
A. Cataluña, Madrid, País Vasco y Comunidad Valenciana: las regiones de ma
yor nivel tecnológico de España 295
B. Cantabria, Baleares, Aragón, La Rioja y Navarra: regiones de nivel tecno
lógico medio, pero de notable dinamismo tecnológico 303
C. Asturias, Murcia y Andalucía: regiones de bajo nivel tecnológico y de es
caso dinamismo 307
D. Canarias, Castilla,León y Galicia: regiones de muy bajo nivel técnico pero
que reaccionaron en las décadas de 1920 y 1930 312
E. Castilla,La Mancha y Extremadura: regiones de muy bajo nivel tecnológico
y con un claro estancamiento en el período 314
5. CONCLUSIÓN 316
CONCLUSIONES GENERALES 317
APÉNDICES 321
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA 509
ÍNDICE DE CUADROS
Págs.
Cuadro 3.1. Modelo A: Búsqueda de una asociación entre patentes solicitadas anual
mente y PIB 94
Cuadro 3.2. Modelo B: Búsqueda de una posible relación de causalidad entre paten
tes y desarrollo económico 94
Cuadro 3.3. Resultados de algunas regresiones entre renta por habitante y patentes
totales per capita para 23 países. 1885- 1 980 98
Cuadro 3.4. Resultados de las regresiones entre: a) renta por habitante en 1980
(Yphl980) y patentes totales per capita (Tpc) para 23 países en distintos momentos
históricos y b) patentes per capita en 1980 y renta por habitante en diversos años 99
Cuadro 3.5. Resultados de las regresiones entre renta per capita y patentes de resi
dentes por mil habitantes para 23 países, entre 1890 y 1980 100
Cuadro 3.6. Resultados de las regresiones entre renta por habitante (Yph) y paten
tes de residentes (Npc) v no residentes (Xpc) por mil habitantes para 23 países,
1920-1980 101
|4 ÍNDICE
Págs.
Cuadro 3.7. Resultados de las regresiones entre renta per capita (Yph) y stock de
patentes (SP) en 23 países, 1880-1975 103
Cuadro 3.8. Resultados de las regresiones entre renta por habitante (Yph) y stock de
patentes activas (SP) y patentes totales per capita (Tpc) en 23 países, 1880-1980 104
Cuadro 3.9. Tasa media de crecimiento anual del número de patentes solicitadas en
España. Períodos entre 1826-1985 (%) 106
Cuadro 3. 10. Resultados de las regresiones entre los índices de patentes y algunas
variables económicas (1958=100), 1831-1990 113
Cuadro 3.1 1. Resultados de las regresiones entre los índices de patentes y algunas va
riables económicas (1958=100), 1850-1935 1 14
Cuadro 3.12, Resultados de las regresiones entre los índices de patentes y algunas
variables económicas (1958= 100), 1878-1935 115
Cuadro 3.13. Resultados de las regresiones entre el índice de patentes (1958=100)
y el de ingenieros industriales titulados en España (1940=100), 1856-1936 118
Págs.
Cuadro 7.1. Patentes dirigidas hacia el sector industrial en España, 1882-1935 194
Cuadro 7.2. Producción y patentes de cuatro grandes sectores en España. Primer
tercio del siglo XX (Porcentaje sobre el total) 194
16 ÍNDICE
Págs.
Cuadro 7.3. Valor Añadido Bruto (millones de pts. constantes de 1935) y N° de pa
tentes en los cuatro grandes sectores industriales en el primer tercio del siglo XX. 195
Cuadro 7.4. Patentes/millones de pts. de VAB de los cuatro grandes sectores indus
triales en el primer tercio del siglo XX 195
Cuadro 7.5. Nombre y código de los grupos del sector de Maquinaria (Agrupamiento
de la CNAE n° 7) 196
Cuadro 7.6. Patentes de los grupos del sector de Maquinaria (Agrupamiento n° 7 de
la CNAE) 197
Cuadro 7. 7. Clases de patentes del Grupo 329 de la CNAE (Máquinas en general) 199
Cuadro 7.8. N° de patentes del Grupo 329 de la CNAE (Máquinas en general) 199
Cuadro 7. 9. Nombre y código de los grupos del sector de Material eléctrico y elec
trónico (Agrupamiento n° 8 de la CNAE) 200
Cuadro 7.10. Patentes de los grupos del sector de Material eléctrico y electrónico
(Agrupamiento n° 8 de la CNAE) 201
Cuadro 7. 11. Clases de patentes del Grupo 351 de la CNAE (Fabricación de apara
tos y equipo de telecomunicación) 202
Cuadro 7.12. N° patentes de las clases del Grupo 351 de la CNAE (Fabricación de
aparatos y equipo de telecomunicación) 202
Cuadro 7. 13. Grupos del sector de Material de transporte (Agrupamiento n° 9 de la
CNAE) 203
Cuadro 7. 14. Patentes de los grupos del sector de Material de transporte (Agrupa
miento n° 9 de la CNAE) 204
Cuadro 7.15. Clases de patentes dentro del Grupo 381 de la CNAE (Construcción
de material ferroviario) 205
Cuadro 7.16. N° patentes de las distintas clases del Grupo 381 de la CNAE (Cons
trucción de material ferroviario) 205
Cuadro 7.17. Valor Añadido Bruto de la industria española en 1913 y 1929 (millo
nes de pesetas constantes de 1935 y %) 208
Cuadro 7. 18. Patentes/VAB en las industrias Química y Metálicas Básicas (Pat-1907/
VAB,1913 y Pat'1935/VAB-1929 209
Cuadro 7. 1 9. Grupos del sector de Metálicas básicas (Agrupamiento n° 3 de la CNAE) 209
Cuadro 7.20. Patentes de los grupos del sector de Metálicas básicas (Agrupamiento
n° 3 de la CNAE) 210
Cuadro 7.21. Grupos del sector de Minerales no metálicos (Agrupamiento n° 4 de
la CNAE) 211
Cuadro 7.22. Patentes de los grupos del sector de Minerales no metálicos (Agrupa
miento n°4de la CNAE) 212
ÍNDICE 17
Págs.
Cuadro 7.23. Grupos del sector Químico (Agrupamiento n° 5 de la CNAE) 213
Cuadro 7.24. Patentes de los grupos del sector Químico (Agrupamiento n° 5 de la
CNAE) 213
Cuadro 7.25. Grupos del sector de Transformados metálicos (Agrupamiento n° 6 de
laCNAE) 214
Cuadro 7.26. Patentes de los grupos del sector de Transformados metálicos (Agrupa
miento n° 6 de la CNAE) 215
Cuadro 7.27. Tipos de patentes del Grupo 316 (Fabricación de artículos acabados
en metales) 216
Cuadro 7.28. Patentes de las distintas clases del Grupo 316 de la CNAE (Fabrica
ción de artículos acabados en metales) 216
Cuadro 7.29. Grupos del sector de Energía y Agua (Agrupamiento n° 2 de la CNAE) 218
Cuadro 7.30. Patentes de los grupos del sector de Energía y Agua (Agrupamiento
n° 2 de la CNAE) 218
Cuadro 7.31. Patentes de industrias de bienes de consumo solicitadas en España.
1907 y 1935 220
Cuadro 7.32. Valor Añadido Bruto de las industrias de bienes de consumo en 1913
y 1929 (millones de pesetas constantes de 1935 y %) 220
Cuadro 7.33. Patentes/VAB de las industrias de bienes de consumo (Patl907/VAB19I3
y Patl935/VAB1929) 221
Cuadro 7.34. Grupos de los sectores de Alimentación (Agrupamiento n° 10 de la CNAE)
y Bebidas y tabaco (Agrupamiento n° 11 de la CNAE) 222
Cuadro 7.35. Patentes de los grupos de Alimentación (Agrupamiento n° 10 de la CNAE)
y Bebidas y tabaco (Agrupamiento n° 11 de la CNAE) 222
Cuadro 7.36. Grupos de la Industria textil (Agrupamiento n° 12 de la CNAE) 227
Cuadro 7.37. Patentes de los grupos de la Industria textil (Agrupamiento n° 12 de
la CNAE) 228
Cuadro 7.38. Grupos de la industria de Madera y muebles (Agrupamiento n° 13 de
la CNAE) 229
Cuadro 7.39. Patentes de los grupos de la industria de Madera y muebles (Agrupa
miento n° 13 de la CNAE) 229
Cuadro 7.40. Grupos de la industria de Papel y gráficas (Agrupamiento n° 14 de la
CNAE) 230
Cuadro 7.41. Patentes de los grupos de la industria de Papel y gráficas (Agrupamiento
n° 14 de la CNAE) 231
Cuadro 7.42. Grupos del sector Otras manufacturas (Agrupamiento n° 15 de la CNAE) 23 1
ÍNDICE
Págs.
Cuadro 7.59.19Patentes
Nos. 17, y 20 de ladeCNAE)
los sectores de comercio .e\................
............................... restauración (Agrupaciones 245
Cuadro 7.60. Clases de patentes del grupo 647 de la CNAE (Comercio en general) 245
Cuadro 7.61. N° patentes de las clases del Grupo 647 de la CNAE (Comercio en
general) ................ 246
Cuadro 7.62. Grupos de los sectores de servicios de Transporte v comunicaciones
(Agrupación N° 21 de la CNAE) ................'. ............................ 246
Cuadro 7.63. Patentes de los sectores de los sen'icios de Transporte v comunicaciones
(Agrupación N°21 de la CNAE) ................'. .......................... 247
ÍNDICE 19
Págs.
Cuadro 8.1. Patentes solicitadas en España distribuidas por países1, 1882-1935 .... 256
Cuadro 8.2. Distribución por sectores de las patentes de once países solicitadas en
España, 1882-1935 (suma años .seleccionados) 260
Cuadro 8.3. Proporción de patentes v VTR de cada país en los sectores de la econo
mía española, 1882-1935 (suma años seleccionados) 263
Cuadro 8.4. Patentes por sectores de residentes y no residentes en España, y Ventajas
Tecnológicas Reveladas (VTR), 1882-1935 (suma años seleccionados) 266
Cuadro 8.5. Distribución de las patentes solicitadas en España según su grado de
Complejidad Tecnológica, 1882-1935 268
Cuadro 8.6. Distribución de las patentes solicitadas en España entre 1967 y 1986
según el nivel de complejidad tecnológica y por países 270
Cuadro 8.7. Nivel medio teórico de Complejidad Tecnológica de 16 sectores, según
la tecnología generada por cada uno ( 1= Nivel muy bajo; 6= Nivel muy alto) ... 271
Cuadro 8.8. Nivel medio real de Complejidad Tecnológica de 16 sectores según la
tecnología generada en cada uno, 1882-1935 (/= muy bajo; 6= muy alto) 272
Cuadro 8.9. Complejidad tecnológica v Ventajas Tecnológicas Reveladas (VTR) de
las patentes de once países solicitadas en España, 1882-1935 (suma años selec
cionados) 272
Cuadro 8.10. Patentes solicitadas en España por tipo de inventor, 1882-1935 276
Cuadro 8.11. Patentes de once países solicitadas en España, según el tipo de solici
tante, 1882-1935 (suma años seleccionados) 276
20 ÍNDICE
Págs.
Cuadro 9. 1. Patentes solicitadas por residentes en España distribuidas por comuni
dades autónomas, ordenadas por orden de importancia, 1882-1935 285
Cuadro 9.2. Patentes/millón habitantes en las regiones; variación 1882-1935 287
Cuadro 9.3. Ratio Patentes/PlB por comunidades autónomas (N° de patentes/miles
de millones pesetas de 1980) y variación de la ratio en el período 1882-1935 (%) 288
Cuadro 9.4. Orden de las regiones según el valor medio de los índices de patentes/
población, patentes/PIB y número de patentes entre 1882 y 1935 289
Cuadro 9.5. Patentes por habitante y PIB per cápita por regiones (España=l) 290
Cuadro 9.6. Patentes v renta per capita de los tres grupos de regiones en 1930-35
(España=l) 290
Cuadro 9. 7. Evolución de los índices de patentes y renta per capita por grupos de
regiones (España=l) 291
Cuadro 9.8. Distribución por sectores de las patentes solicitadas por residentes en
España (según Agrupamientos de la CNAE) 293
Cuadro 9. 9a. Distribución de las patentes por sectores en Cataluña, Madrid, País
Vasco y Comunidad Valenciana (suma de años seleccionados, 1882-1935) 296
Cuadro 9. 9b. Proporción de patentes en cada sector y Ventajas Tecnológicas Reve
ladas de Cataluña, Madrid, País Vasco y Comunidad Valenciana (suma años
seleccionados) 296
Cuadro 9. 9c. Patentes por sectores de las provincias del País Vasco (conjunto de
años seleccionados, 1882-1935) 301
Cuadro 9.10a. Distribución de las patentes por sectores en Cantabria, Baleares,
Aragón, La Rioja y Navarra (suma de años seleccionados, 1882-1935) 303
Cuadro 9.10b. Proporción de patentes en cada sector y Ventajas Tecnológicas Reve
ladas de Cantabria, Baleares, Aragón, La Rioja y Navarra (suma años seleccio
nados) 304
Cuadro 9. Íla. Distribución de las patentes por sectores en Asturias, Murcia y Anda
lucía (suma de años seleccionados, 1882-1935) 308
Cuadro 9.1Ib. Proporción de patentes en cada sector y Ventajas Tecnológicas Reve
ladas de Asturias, Murcia y Andalucía (suma años seleccionados) 308
Cuadro 9.12a. Distribución de las patentes por sectores en Canarias, Castilla-León
v Galicia (suma de años seleccionados, 1882-1935) 313
Cuadro 9. 12b. Proporción de patentes en cada sector y Ventajas Tecnológicas Reve
ladas de Canarias, Castilla-León y Galicia (suma años seleccionados) 313
Cuadro 9. 13a. Distribución de las patentes por sectores en Castilla-La Mancha y Ex
tremadura (suma de años seleccionados, 1882-1935) 315
Cuadro 9. 13b. Proporción de patentes en cada sector y Ventajas Tecnológicas Reve
ladas de Castilla-La Mancha y Extremadura (suma años seleccionados) 315
ÍNDICE DE GRAFICOS
Págs.
Gráfico 1.1. Esquema del proceso de cambio tecnológico 42
Págs.
Gráfico 3.1a. Renta per capita y patentes totales por mil habitantes en 23 países,
1900 (Escala logarítmica) 95
Gráfico 3.1b. Renta per capita y patentes totales por mil habitantes 23 países, 1929
(Escala logarítmica) 96
Gráfico 3.2. Patentes totales, PIB (RTLP8), 1PICO58 y FBCF, 1849-1958 (índices:
1958=100) 108
Gráfico 3.3. Patentes totales, PIB (RTLP8), 1PIC058, 1.PIES y FBCF, 1849-1986
(índices: 1958=100) (escala logarítmica) 109
Gráfico 3.4. Patentes por mil habitantes 1826-1986, Renta per capita (YLP8)
1850-1986, y FBCF 1849-1958 (índices: 1958=100) 1 10
Gráfico 3.5. Gráfico 3.5. Patentes por mil habitantes 1826-1986, YLP8 1850-1986,
1PICO58 1850-1964, 1.PÍES 1831-1981 y FBCF 1849-1.958 (índices: 1.958=100)
(escala logarítmica) 110
Gráfico 3.6. Patentes solicitadas en España (1849-1958) y Componentes de la For
mación Bruta de Capital Fijo (1849-1958) (índices: 1958=100) 111
Gráfico 3.7. Patentes solicitadas en España ( 1849-1958) y Componentes de la For
mación Bruta de Capital Fijo (1849-1958) (índices: 1958=100) 112
Gráfico 3.8. Gráfico 3.8. Titulados en cinco Escuelas de Ingeniería en España,
1799-1936 117
Gráfico 3.9. Patentes solicitadas en España, Ingenieros Industriales e 1.PICO58,
1856-1936 (índices: 1.958=100) 118
Nos hallamos ante uno de los libros (quizá «el libro») más importantes en el campo de la
Historia Económica de la Tecnología, y de la Historia Económica en general, e incluso nos
atreveríamos a afirmar que de la Historia a secas, en la España del milenio que concluye.
Impresiona más esta afirmación cuando se piensa que se trata de una tesis doctoral, porque
el trabajo es de una madurez y una rotundidad tal que haría suponer que su autor fuera ya un
especialista muy avezado. Sorprende al no muy familiarizado con los temas y los ambientes
de la Historia Económica y Tecnológica la juventud del autor de esta monografía doctoral y
magistral.
Al que esté ya algo familiarizado le sorprenderá menos porque José María Ortiz-Villajos
no es tan novel como pudiera pensarse por su edad y por la fecha de su tesis. Su tremenda
capacidad de trabajo le ha permitido labrar en diversos campos al tiempo que llevaba a cabo
su investigación doctoral. Además de ser autor de varios artículos relacionados con aspectos
parciales de la tesis, es coautor con Stefan Houpt de una historia de la industria naval espa
ñola (merecedora del Premio LID de Historia Empresarial 1998), y colaborador con Gabriel
Tortella y José Luis García Ruiz en un trabajo aún inédito sobre historia de la banca espa
ñola en el siglo XX. Los del gremio saben del buen hacer de Ortiz-Villajos, además, por
haber recibido el Premio Ramón Carande 1996, de la Asociación Española de Historia Eco
nómica, con un artículo basado en uno de los capítulos del libro que el lector tiene entre
manos (nos resulta difícil decir que es uno de los capítulos más interesantes, no porque no
nos parezca apasionante, sino porque nos lo parecen todos) y que se publicó en el número de
invierno de 1999 de la Revista de Historia Económica. En su corta pero nutrida carrera cien
tífica, a Ortiz-Villajos le han llovido, como puede verse, los premios y las becas, lo cual
demuestra que, pese a mucha evidencia en contrario, en algunos terrenos e instituciones
científicas españolas todavía impera la justicia y la inteligencia en la apreciación de la labor
de investigación. El último galardón ha sido la concesión a esta tesis del Premio Extraordi
nario de Doctorado de 1999 por la Junta de Gobierno de la Universidad de Alcalá de Hena
res.
Los historiadores económicos españoles llevamos mucho tiempo dando vueltas al tema de
las razones del atraso español en el siglo XIX. Se han encontrado muchos culpables, tantos
que la historia recuerda el «Crimen del Orient Express», de Agatha Christie, en que una
26 PRÓLOGO
docena de personas, más o menos, colaboraron para apuñalar a la víctima: según el dicho
castizo, «entre todos la mataron y ella sola se murió». A esto se le llama en econometría
«sobreidentificación». La pérdida de las colonias, la desamortización, la sobreinversión en
ferrocarriles, el proteccionismo, el librecambismo, la «pérfida Albión», la aridez del suelo,
la rapacidad del capital extranjero, la no adopción del patrón oro, el desarreglo de la
Hacienda, son algunas de las causas que han desfilado por las páginas de monografías y
manuales. Teniendo en cuenta que se trata de un largo proceso histórico, todas estas causas
caben, incluso las antitéticas, porque lo que fue obstáculo puede más tarde haberse conver
tido en factor positivo. Sin embargo interesa una distinción fundamental, entre causas endó
genas y causas exógenas. Las segundas no tienen interés: son aquéllas que atribuyen la res
ponsabilidad a terceros («pérfida Albión», rapacidad del capital extranjero, pérdida de las
colonias...), en un reflejo muy frecuente y humano, pero precisamente por ello carente de
valor científico. Se da en todas las latitudes, y tiene un alto contenido emocional; por eso
mismo hay que desconfiar. Todos los países, sobre todo los atrasados, tienen un «coco» exte
rior a quien atribuir el atraso: el imperialismo (español, inglés, yanqui, japonés, ruso, ale
mán, portugués, de donde sea, con tal de que sea de fuera) es el villano preferido, pero los
banqueros y financieros en general también son muy apreciados como malos de la película.
Este tipo de explicaciones plantea, además, el problema de que, de ser ciertas tales causas,
la única solución recomendable sería la autarquía, para aislarse de la perfidia exterior. El
resultado que a la larga ha dado la política autárquica nos excusa de extendernos sobre sus
inconvenientes. Nosotros los españoles sí sabemos bien la parte que ha tenido en nuestro
atraso.
Últimamente se va prestando mayor atención a las causas más probables y remediables,
las endógenas. De una parte se examina y se discute la historia de la política económica, en
particular la fiscal, la comercial, y la monetaria. De otro, se centra el interés en los grandes
factores productivos, en concreto, las condiciones geográficas naturales y el capital humano;
y, por supuesto, las relaciones entre ambas. Quienes esto escriben participaron, allá por 1 993
(junto al Profesor Louis Fontvieille, de la Universidad de Montpellier), en un proyecto SPES
de la Unión Europea sobre el papel de la educación y el capital humano en el crecimiento
económico de Francia y España. Ortiz,Villajos participó como becario, ideando él mismo el
tema y la metodología de su futura tesis doctoral: la evolución de las patentes como indica
dor del desarrollo científico,técnico de España, incorporando además otros indicadores,
como el número de licenciados de la escuelas técnicas, examinando planes de estudios de
este tipo de escuelas, etc. En aquel tiempo había ya un pequeño grupo de estudiosos espa
ñoles trabajando en temas muy cercanos, con los que el futuro doctor colaboró activamente.
Por supuesto, los registros de patentes habían sido ya estudiados en otros países con fines
similares, por lo que Ortiz-Villajos podía aprovechar las enseñanzas de estudiosos nortea
mericanos y europeos sobre todo, cosa que hizo a fondo.
Los resultados del trabajo de Ortiz,Villajos sorprenden por lo redondos y bien acabados,
y por la claridad con que corroboran lo que sabíamos de manera intuitiva por otros indicios.
Efectivamente, la subinversión en capital humano en España se reflejó en un papel despro
porcionado de los extranjeros a la hora de patentar, papel que se fue reduciendo, en términos
relativos, de modo gradual a medida que mejoraba el nivel educativo español en las décadas
que precedieron a la guerra civil. Efectivamente también, la actividad patentadora se corres
ponde con el nivel económico y científico del país, a la cola de los países europeos. Tampoco
sorprende que las patentes se concentraran en la industria, como es habitual, y en Cataluña,
Madrid, y los Países Vasco y Valenciano. Llama la atención cómo reflejan las estadísticas de
PRÓLOGO 27
patentes el papel negativo que los monopolios tienen sobre la innovación. La agricultura
española, en general rutinaria, sólo generaba a finales del XIX un 3 por 100 de las patentes
totales, algo muy por debajo de lo que hubiera sido normal en un sector innovador. Pero es
que ese diminuto porcentaje aún se redujo a la mitad en las primeras décadas del siglo XX.
¿A qué puede atribuirse la caída? Al proteccionismo arancelario, muy elevado a partir de
1892: garantizada la exclusión de la competencia extranjera, no había motivo para esforzar
se por mejorar la productividad. Lo mismo se detecta en la industria energética a partir de la
implantación del monopolio de petróleos: la actividad patentadora decae; sin competencia no
hay acicate para innovar. Maravilla la sensibilidad de los índices de Ortiz-Villajos a los ava
tares de la política económica, y cómo señalan las consecuencias de los errores de los polí
ticos.
Este libro, por tanto, nos narra y analiza un capítulo crucial y hasta ahora incomprensi
blemente olvidado de nuestra Historia Económica. Es un libro denso, lleno de estudios esta
dísticos y econométricos, como no podía ser menos en un trabajo de tal seriedad y ambición;
la impresionante base de datos que el autor ha acumulado con paciencia, rigor, e ingenio ha
sido exprimida a fondo para destilar preciados quilates de conocimiento; pero la prosa de
Ortiz-Villajos es clara, sencilla, carente en absoluto de pretenciosidad, lo que hace la lectu
ra fácil y agradable. No tenemos la menor duda de que este libro se convertirá pronto en un
clásico de la Historia Económica española.
crecimiento de la producción que no se explicaba por el aumento del trabajo y del capital,
dentro de una función de producción de corte neoclásico. El residuo, por tanto, aparecía
como una variable misteriosa, pero de una gran importancia. Desde entonces, muchos otros
economistas han elaborado modelos dirigidos a conocer la naturaleza del residuo, y a expli
car su relación con las variables económicas.
También la historia económica ha aportado abundantes estudios cuantitativos de largo
plazo, dirigidos a explicar la función desempeñada por la tecnología en el desarrollo econó
mico. El principal obstáculo con el que se han encontrado ha sido, quizá, la falta de indica
dores tecnológicos continuados, fiables y comparables entre países. Este libro pretende hacer
una contribución en este sentido, a partir de la discusión sobre las virtudes y defectos de las
patentes como indicador del progreso tecnológico. Pero la principal contribución de este tra
bajo es la recopilación y análisis de un considerable caudal de datos: las series históricas de
patentes de casi cuarenta países y un estudio profundo de los documentos de patentes espa
ñolas entre 1882 y 1935. Sin embargo, es imprescindible apoyar el análisis de estos datos en
una base teórica: justificar porqué es útil emplear la información de patentes en estudios
sobre el cambio tecnológico y el desarrollo económico. Con estas ideas de fondo, el libro se
ha dividido en nueve capítulos —sin contar las conclusiones—, organizados en tres partes
bien diferenciadas por su contenido y fuentes empleadas.
La Parte I contiene un sólo capítulo, esencialmente teórico, dirigido a aclarar una serie de
conceptos utilizados a lo largo de todo el libro. Este capítulo recoge importantes ideas de
economistas e historiadores económicos sobre la función desempeñada por la tecnología en
el desarrollo económico; pero el núcleo del capítulo es el planteamiento de un modelo con
ceptual del proceso de cambio tecnológico dentro de la economía, que trata de definir tanto
las vías por las que la tecnología incide en la economía, como las fuerzas que llevan a una
sociedad a crear e incrementar la tecnología. En el centro de este proceso se sitúa la capaci
dad tecnológica, que es la variable que define el mayor o menor nivel de desarrollo técnico
de una sociedad y que, por otro lado, es difícil de cuantificar. Dada la importancia de obte
ner medidas objetivas del nivel tecnológico de los países que permitan hacer estudios histó
ricos comparados, en este capítulo también se han explicado los distintos indicadores que
pueden dar idea de la capacidad tecnológica de una sociedad. Uno de ellos, las patentes de
invención —otros indicadores importantes son la educación técnica y la inversión en inves
tigación científica y técnica—, ha sido el elegido para ser analizado en profundidad. En el
capítulo se hace una amplia justificación del uso de las patentes, no sólo como indicadores
de la capacidad tecnológica, sino como fuente de gran riqueza para conocer la historia eco
nómica, industrial, empresarial y tecnológica de una sociedad.
La Parte 11 incluye dos capítulos que tratan de mostrar la validez de las estadísticas agre
gadas de patentes como indicador de la evolución histórica del nivel tecnológico de los paí
ses. El Capítulo 2 contiene una amplia comparación internacional basada en las cifras de
patentes solicitadas y/o concedidas desde 1791 hasta nuestros días, a partir de la que se han
detectado marcadas diferencias entre países. La comparación internacional muestra clara
mente el atraso relativo de España en la cifras de patentes por habitante a lo largo de los dos
últimos siglos con respecto a los países que han alcanzado un mayor desarrollo industrial y
económico. Este es el marco en el que ha de encuadrarse el estudio del caso español.
En el capítulo 3 se recogen los resultados de una serie de regresiones de corte transversal
entre las cifras de patentes por habitante y la renta per capita de 23 países. Estas regresiones
ponen de manifiesto la estrecha asociación habida en la historia contemporánea entre el nivel
técnico y el desarrollo económico. Esta asociación, aunque clara, es bastante abstracta, en el
INTRODUCCIÓN 31
sentido de que explica poco sobre el modo en que la tecnología incide en el desarrollo eco
nómico. Por este motivo, en el mismo capítulo se ha tratado de comprobar para el caso de
España cuales son las variables económicas que mejor se ajustan a la evolución histórica de
la serie de patentes. Entre otras variables, se han empleado los índices de producción indus
trial estimados por Albert Carreras y Leandro Prados, y el índice de Formación Bruta de
Capital Fijo de Carreras. Algunas de estas variables se ajustan mucho mejor que la renta
nacional a la evolución de la serie histórica de patentes. Esto hace pensar que la producción
industrial y, sobre todo, la inversión de capital han sido las variables económicas más rela
cionadas con la innovación tecnológica.
La Parte III muestra los resultados de la investigación llevada a cabo con unos documen
tos todavía no utilizados en la historia económica de España: las patentes registradas entre
1882 y 1935. En el capítulo 4 se explica tanto la metodología como las fuentes documenta
les empleadas, que han sido fundamentalmente dos: el Boletín Oficial de la Propiedad
Industrial y los Libros de Registro de patentes. Se dedica una especial atención a describir la
naturaleza de la base de datos (construida con las patentes solicitadas en siete años: 1882,
1887, 1897, 1907, 1917, 1922 y 1935 —en total, 15.694 patentes—), que recoge abundante
información sobre cada patente: sector económico; nombre, nacionalidad y provincia del
inventor; tipo de inventor —individuo, empresa, etc.—; tipo de patente —de invención, de
introducción—;duración del derecho de propiedad; si el invento era de proceso o de pro
ducto; etcétera. Los siguientes cinco capítulos muestran los resultados del análisis de toda
esta información.
El capítulo 5 da una visión de conjunto del sistema de patentes español de 1882 a 1935 a
partir del análisis de una serie de características de los inventos patentados: patentes conce
didas y denegadas, nacionalidad y tipo de inventor (empresa, individuo, grupos de personas),
duración legal, coste de patentar, etcétera. A continuación (capítulos 6 y 7) se hace un estu
dio detallado de la distribución de las patentes por sectores económicos, a partir de la clasi
ficación de cada una según el sector de uso y el productor de la tecnología. El sexto capítu
lo contiene un análisis más general, con la idea de caracterizar los modelos sectoriales de
desarrollo tecnológico en España. Se ha valorado la importancia relativa de las innovaciones
de producto y de proceso, y se ha diferenciado entre sectores productores y receptores de tec
nología. Este capítulo recoge, además, una primera aproximación al estudio tecnológico de
las patentes a partir de la Clasificación Internacional de Patentes (CIP). Una vez establecido
el marco general, en el capítulo 7 se ha llevado a cabo un amplio y detallado análisis de la
distribución de las patentes según los 285 Grupos —sectores económicos— de la
Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE). Esto ha permitido alcanzar un
conocimiento muy profundo del número y características de los inventos dirigidos a cada
sector.
Los dos últimos capítulos se centran en el análisis de las patentes desde el punto de vista
del origen del inventor. El capítulo 8 recoge un amplio estudio de la patentes según el país
de residencia de los solicitantes. Entre los inventores que solicitaron patentes en el Registro
de la Propiedad Industrial español, hubo once países con un número significativo de
patentes, que fueron, por orden de importancia: España, Francia, Alemania, Inglaterra,
Estados Unidos, Italia, Suiza, Holanda, Bélgica, Austria y Suecia. El análisis de las patentes
por sectores y por grado de complejidad técnica, aporta conclusiones muy reveladoras sobre
el nivel de adelanto o atraso tecnológico de estos países en sus actividades económicas den
tro de España. Por último, el capítulo 9 se centra en el estudio de las patentes de residentes
en España según la región de procedencia. Con un análisis similar al del capítulo 8, se han
32 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
detectado importantes diferencias en el nivel tecnológico de las regiones, que se ajustan cla
ramente a sus distintos grados de desarrollo económico. Además, el estudio detallado según
los sectores hacia los que iba dirigida la tecnología, aporta un rico conocimiento de los dis
tintos modelos regionales de desarrollo tecnológico.
En los capítulos de la tercera parte se ha hecho un considerable esfuerzo de síntesis de la
enorme cantidad de información contenida en la base de datos. La finalidad del libro es dar
una visión general y, sobre todo, hacer una valoración del desarrollo tecnológico español
durante una etapa de modernización económica, dentro del contexto del atraso relativo de
España con respecto a países más avanzados. Por este motivo, y para no alargar demasiado
el trabajo, se ha dejado sin tocar una valiosísima información correspondiente a las empre
sas e inventores —nacionales y extranjeros— que registraron sus patentes durante los años
estudiados4. En posteriores trabajos se acometerá la tarea de analizar toda esa información,
que puede ser de gran utilidad para profundizar en el conocimiento de la historia empresa
rial de España.
<<<<<<<<<<<
Este libro no habría podido realizarse sin el estímulo, ayuda, cariño, paciencia y sugeren
cias de muchas personas a las que quisiera manifestar mi más profundo agradecimiento.
Gabriel Tortella —mi director de tesis— y Clara Eugenia Núñez —que también dirigió mi
investigación— son los dos principales acreedores. A Clara Eugenia Núñez le debo su estí
mulo, sus incisivos comentarios a mis escritos y muchas sugerencias bibliográficas, que han
sido constantes y esenciales para mi trabajo. La generosidad de Gabriel Tortella no ha teni
do límites desde el día en que —sin conocerme de nada— accedió a dirigir mi tesis docto
ral. Inmediatamente inició la inapreciable tarea de transmitir a un joven recién salido de la
carrera sus vastos conocimientos de historia económica. Es difícil resumir en pocas líneas
todo lo que me ha dado: su amistad; comentarios que abrieron horizontes en mi investiga
ción; correcciones rigurosas y sabias a mis escritos; clases de literatura, ortografía, estilo...
Pablo Martín Aceña y Francisco Comín han sido entrañables profesores y amigos. Una
buena parte de la historia económica que sé, la aprendí en los cursos de doctorado que impar
tieron en la Universidad de Alcalá en los años 1992 y 1994, respectivamente. Los comenta
rios tan positivos y estimulantes de Pablo Martín Aceña a mi primer trabajo de investigación,
supusieron un firme apoyo para mis incipientes pasos en la investigación histórica. Francisco
Comín me orientó en el trabajo que presenté en su curso de doctorado, que luego fue muy
útil para mi tesis. También me sugirió, con gran acierto, mejorar la estructura de ésta.
Sebastián Coll me dio sugerentes ideas y me envió una serie de artículos que han sido de
gran utilidad para los tres primeros capítulos del libro. Antonio Tena me orientó en la mane
j Entre las empresas extranjeras —que fueron las que más patentes empresariales obtuvieron— se pueden des
tacar algunas como la Fried Krupp. Thomson-Houston. Schneider et Cie., Waffenfabrik Mauser, Pirelli, Siemens et
Halske, Philips. Vickers Sons & Maxim Ltd.. General Electric Company, AEG. United Shoe Machinery Company.
FIAT, etcétera. Entre las empresas españolas que más patentes obtuvieron, se pueden citar: Santa Bárbara. La
España Industrial, La Maquinista Terrestre y Marítima, Mitjans y C°, Sobrinos de Juan Batlló, Astilleros del
Nervión. La Industria Eléctrica, Orbea y Compañía. Compañía Roca Radiadores, Central Catalana de Electricidad,
... Hubo también un considerable número de famosos inventores-empresarios extranjeros y españoles que registra
ron sus patentes en España: Thomas A. Edison, Alfred Nobel, George Westinghouse, Elihu Thomson, Edward
Weston, Hiram S. Maxim, Guglielmo Marconi, Gustaf de Laval, Leonardo Torres Quevedo. Juan de la Cierva, Isaac
Peral. Ferran Casablancas, etcétera. En los Apéndices 8.1 y 9.1 de Ortiz-Villajos (1997b) se han recogido todas las
empresas españolas y extranjeras que registraron sus patentes durante los años seleccionados.
INTRODUCCIÓN 33
¿Cuál es la función que desempeñan los inventos en la economía? Para contestar a esta
pregunta basta con leer diariamente el periódico o cualquier revista de economía. La inven
ción, la innovación, la I+D son las actividades sobre las que se fundamenta el progreso eco
nómico de la sociedad de finales del siglo XX. El trepidante progreso tecnológico que se está
dando en estos años como consecuencia de la creciente competitividad internacional, está
causando un fuerte aumento de la productividad del trabajo en todos los sectores y en un
ámbito internacional. Aunque esto pueda originar inicialmente tensiones laborales y socia
les, a la larga sus efectos serán beneficiosos, ya que las nuevas tecnologías están creando
muchos puestos de trabajo y, gracias a la innovación técnica, los niveles de vida están cre
ciendo a una tasa muy rápida. Además, gracias a las mejoras técnicas —al ingenio humano—
se puede llegar a solucionar problemas que en otras épocas se consideraban imposibles de
resolver.
Sin embargo, la importancia de la invención y de las actividades relacionadas directa
mente con ella no es patrimonio exclusivo de nuestra época; sino que también fue la base de
la primera revolución industrial de la historia —la inglesa— y del desarrollo económico que
desde entonces se ha producido en Occidente —sin excluir otros países como Japón o
Australia—. Los países que durante estos doscientos años han sabido mantenerse más cerca
de la frontera tecnológica1 son los que se han desarrollado de una manera más rápida y, por
tanto, los que actualmente tienen unos niveles de vida más altos.
A medida que —precisamente gracias al progreso técnico— los mercados han ido abrién
dose e internacionalizándose, la creciente competencia ha ido exigiendo una mayor produc
tividad y calidad en los bienes y servicios. Y, en consecuencia, ha aumentado la demanda de
todas aquellas actividades dirigidas a este fin. Entre ellas ha tenido y tiene un papel prepon
derante y creciente la invención como paso previo a la innovación, que es la aplicación de
1 De una manera genérica, se puede definir el concepto de frontera tecnológica como el conjunto de conoci
mientos científicos y tecnológicos más avanzados que, en cada momento del tiempo, posibilitan la producción de
los bienes y servicios de mayor complejidad tecnológica dentro de un sector industrial; es decir, de los bienes y ser
vicios de mayor calidad y competitividad internacional. Para una explicación más detallada de este concepto, ver
López García (1994, pp. 146 y ss.): Dosi (1984); y Gomulka (1990).
38 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
un invento, una máquina, una nueva idea a la producción. Existe otra variable que también
ha influido de una manera importante en el aumento de la productividad: las mejoras en la
organización y gestión de los negocios. La proliferación de departamentos universitarios y
escuelas privadas dedicadas a la investigación y enseñanza en este campo es notoria. Las
mejoras organizativas se pueden incluir perfectamente dentro del amplio concepto de inno
vación tecnológica: Una nueva idea para la organización de la producción puede tener
mucho en común —en su forma, en sus efectos y en su nacimiento— con un nuevo inven
to; y puede llegar a ser mucho más crucial que éste para las mejoras en productividad de una
industria o de una economía. Recordemos la transcendencia de la cadena de montaje ideada
por Henry Ford, el sistema just in lime de los japoneses o, yendo más atrás en el tiempo, el
sistema de producción doméstica puesto en práctica por algunos innovadores comerciantes
europeos anteriores a la época de la primera revolución industrial.
Para entender buena parte del desarrollo económico del mundo contemporáneo, el estu
dio de los inventos —y de otras formas de innovación técnica— y de su aplicación a la eco
nomía se presenta como una cuestión esencial. Pero, ¿cómo llegar a cuantificar en términos
macroeconómicos lo que ha supuesto la tecnología para el crecimiento económico contem
poráneo? Existen múltiples vías. La más apasionante es, quizá, el estudio de la historia de
las empresas; en concreto, de las empresas innovadoras: estudiar cuáles han sido las vías de
innovación que han seguido, la aplicación de los distintos inventos en la producción, y cómo
todo eso se ha reflejado en la productividad y crecimiento de la empresa. Pero la labor de
obtener una visión del conjunto de la economía a partir de todos esos resultados particulares
es tan ingente, que parece imposible llevarla a la práctica. De hecho, cuando los investiga
dores tratan de medir el progreso económico o tecnológico, siempre buscan indicadores que
—obtenidos de la manera más sencilla posible— den una idea más o menos cercana a la rea
lidad que tratan de explicar. Uno de esos indicadores, de relativamente fácil obtención por la
disponibilidad de documentos oficiales desde principios del siglo XIX hasta nuestros días
para casi todos los países occidentales, son las patentes de invención. Pero, ¿qué indican las
patentes? Al tratarse de derechos de propiedad sobre inventos destinados a aplicarse en la
producción del país en el que son concedidos, podrían muy bien ser un indicador de la acti
vidad innovadora de la economía. Esto es lo que se tratará de demostrar en este trabajo.
Pero, antes de analizar el significado de las patentes de invención como indicadores del
cambio tecnológico, es imprescindible explicar qué es y cómo se produce el cambio tecno
lógico —cuáles son sus causas y consecuencias—, así como buscar otros posibles indicado
res. Después se hablará de la riqueza extraordinaria de las estadísticas de la propiedad indus
trial y de todo lo que se puede aprender de ellas.
: En un estudio sobre los países en vías de desarrollo preparado para la Oficina Internacional del Trabajo, John
L. Enos da la siguiente definición del concepto capacidad tecnológica: «La capacidad de explotar lo que la moder
na tecnología puede aportar al desarrollo económico de los países en vías de desarrollo» (Enos, 1991, p. 2). Este
concepto es aplicable no sólo a los países en vías de desarrollo, sino también a los desarrollados; e, incluso, a las
industrias y empresas.
EL PROCESO DE CAMBIO TECNOLÓGICO... 39
una empresa, industria o país producir bienes y servicios con una determinada calidad y
competitividad. La capacidad tecnológica de cada una de las empresas que producen un
determinado bien es distinta. Características esenciales del concepto capacidad tecnológica
son su relatividad y dinamismo, ya que está muy en relación con el concepto de frontera tec
nológica.: la empresa con mayor capacidad tecnológica es la que es capaz de aplicar a su sis
tema productivo los conocimientos científicos y técnicos más avanzados del momento; es
decir, la que es capaz de situarse más cerca de la frontera tecnológica. El concepto es diná
mico porque la frontera tecnológica no es como las fronteras físicas, sino que se va despla
zando a medida que los conocimientos científicos y técnicos van desarrollándose.
En un mercado competitivo, el consumidor racional interesado en adquirir un producto
elegirá el que tenga una mejor relación calidad/precio. Si se hiciera un estudio de la empre
sa productora del bien preferido por el consumidor en relación con sus competidoras, se lle
garía a la conclusión de que esa empresa no produce el mejor producto del mercado por
casualidad, sino que hay una serie de factores que la han conducido a ello: tiene los mejores
técnicos, las mejores máquinas, la más moderna planta de producción; ha dedicado muchos
recursos a la investigación y al desarrollo del producto; tiene un prestigio ganado en el mer
cado, etcétera. La lista de factores influyentes puede ser interminable. Pero al hacer una com
paración entre las distintas empresas, ponderando todos y cada uno de los factores, se des
cubriría que esta empresa es la única capacitada para producir con esa calidad a ese precio:
por eso ha vendido el producto ella y no las otras empresas. El índice ponderado de todos los
factores que han influido en la producción de ese bien sería una medida de la capacidad tec
nológica de las empresas. En la vida real, determinar de este modo la capacidad tecnológica
de una empresa en comparación con las otras es imposible. Incluso, con un modelo neoclá
sico de competencia perfecta, la labor sería ardua.
Es claro que las empresas que más venden son las que fabrican los productos mejores y
más avanzados; y las que en el largo plazo consiguen mantener sus productos entre los más
vendidos del mercado, son las que han dedicado más esfuerzos a mantener sus productos
entre los más avanzados tecnológicamente, es decir, en la frontera tecnológica. Por tanto,
estas empresas son las que tienen mayor capacidad tecnológica. Esto lo han conseguido por
que han realizado notables inversiones no sólo en capital fijo y personal —cosas que, segu
ramente, también hicieron las empresas que han fracasado—, sino, sobre todo, en factores
que han permitido que sus productos sean técnicamente mejores y más baratos: personal cua
lificado, I+D, patentes, mejoras organizativas, formación de sus trabajadores. Estas son las
variables que verdaderamente determinan la capacidad tecnológica de una empresa.
Cuantificarlas no es sencillo, pero es asequible si el estudio se centra en unas pocas empre
sas y en un período no muy largo. Sin embargo, si se quiere determinar la capacidad tecno
lógica de un sector industrial o de toda una economía, esta vía también sería imposible.
La capacidad tecnológica es una cualidad real de las economías o de los agentes econó
micos. Pero es algo que depende de tantos factores y adopta tan diversas formas en función
de los sectores y empresas, que es difícil de cuantificar. Se podría comparar con la capaci
dad intelectual de las personas: para cuantificarla, los psicólogos hacen unos tests en los que
preguntan sobre muchas cuestiones; luego, analizan y ponderan los resultados, y obtienen un
coeficiente de inteligencia, que da una idea aproximada de la capacidad intelectual de la per
sona. Es un indicador orientativo, que permite tener una noción de los límites de la capaci
dad intelectual, pero en modo alguno define perfecta y absolutamente esta capacidad. De
Ver nota 1 .
40 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
manera análoga, al hablar de una economía, a partir de una serie de variables, se puede lle
gar a obtener algún indicador aproximado de su capacidad tecnológica o del cambio tecno
lógico, que es la evolución en el tiempo de la capacidad tecnológica. En definitiva, nos inte
resa buscar indicadores que midan la capacidad tecnológica de una industria o de una eco
nomía y que, a la vez, puedan obtenerse de manera relativamente sencilla. Además, como el
enfoque de este trabajo es histórico, es esencial saber cómo ha evolucionado en el tiempo la
capacidad tecnológica, por lo que se necesitarán datos históricos. Se requieren, por tanto,
variables históricas que estén disponibles o puedan ser fácilmente construibles, que sean
homogéneas en el tiempo y que, además, midan la capacidad tecnológica agregada de toda
una industria o una economía. Como se puede comprobar, el campo de variables posibles se
va acotando a medida que se ponen condiciones.
Un indicador evidente del progreso tecnológico es el crecimiento de la productividad
(produccción hora/hombre+capital fijo). Hay extraordinarios estudios de economistas e his
toriadores económicos que han medido el aumento de productividad de las economías occi
dentales desde la época de la Revolución Industrial hasta nuestros días4. Estos trabajos han
permitido advertir el extraordinario crecimiento económico de estos países desde principios
del siglo XIX, en comparación con épocas anteriores y con otras zonas del globo. Detectar
y medir el crecimiento de la productividad es un primer e importante paso, pero más impor
tante es descubrir sus causas para poder tomar decisiones cada vez más fiables dirigidas a la
consecución de un crecimiento económico rápido y sostenido. Lo verdaderamente crucial es
desentrañar la naturaleza del residuo hallado por Solow, cuyo componente esencial parece
ser la tecnología. Solow y Abramovitz (1956) han sido los dos primeros autores que han
cuantificado la parte que la tecnología tiene en el crecimiento económico (López García,
1994, p. 142), y cada vez existe un consenso mayor sobre este aspecto. Más recientemente,
Joel Mokyr ha vuelto a insistir en la importancia del residuo:
Lo relevante es determinar cuáles son las fuerzas causantes del progreso técnico. Este tra
bajo se va a centrar, por tanto, no en el estudio de las consecuencias del cambio tecnológico
—el crecimiento de la productividad—, sino de las variables que hacen posible ese cambio.
Esta es, quizá, la manera más difícil de medir el cambio tecnológico, debido al gran núme
ro de variables que pueden influir en las mejoras tecnológicas y en la productividad de una
empresa, una industria o una economía; pero también es la que puede aportar un verdadero
conocimiento del modo en que la tecnología influye en la economía.
j Desde el ya citado trabajo pionero de Solow, hasta los trabajos de Simon Kuznets, Rostow, A. Maddison, Paul
Bairoch, E. F. Denison. P. Deane. N.F.R. Crafts, W.A. Lewis, etcétera. Los trabajos más completos sobre el creci
miento del producto de la economía española son los de Albert Carreras (1984 y 1985) y Leandro Prados de la
Escosura (1993) (ver también Prados de la Escosura, Daban y Sanz, 1993, que no sólo se ciñe al caso de España).
Quizá la última investigación dirigida a construir una serie temporal del nivel de vida español sea el trabajo de
Sebastián Coll y Gloria Quiroga (1994). Este trabajo trata de medir la evolución del nivel de vida a partir de la serie
histórica de medidas antropométricas de los reclutas del ejército español, siguiendo una línea de investigación ini
ciada por Fogel.
5 Mokyr (1990, p. 7).
EL PROCESO DE CAMBIO TECNOLÓGICO... 41
(1) La introducción de un nuevo bien [...] o de una nueva cualidad de un bien. (2)
La introducción de un nuevo método de producción [...]. (3) La apertura de un nuevo
mercado [...]. (4) La conquista de una nueva fuente de materias primas [...]. (5) La
puesta en práctica de una nueva organización en cualquier industria7.
Resumiendo, en el proceso de cambio tecnológico8 (gráfico 1.1) existen dos escalones. El pri
mero en el tiempo es el más importante, pues es el que hace posible la innovación y, por tanto, el
progreso técnico: la inversión en I+D y en educación técnica. Si se conocen estas dos variables,
se podrá averiguar si una empresa o país tiene o va a tener en el futuro la capacidad de producir
su propia tecnología y de ser, a medio o largo plazo, competitivo frente al exterior. El segundo
escalón es el que visiblemente produce el progreso técnico: la innovación, que puede tomar múl
tiples formas: inventos aplicados, importación o adquisición de nueva maquinaria, transferencia
de tecnología, aplicación de un nuevo conocimiento a la producción, una mejora en la organiza
ción, etcétera. El segundo escalón está muy condicionado por el primero, aunque no se puede
olvidar que puede haber innovaciones tecnológicas que no procedan de la propia inversión en
I+D o en formación; como, por ejemplo, la importación de una máquina que, aunque no se tenga
la capacidad de fabricarla ni de imitarla, produce igualmente un crecimiento en la productividad.
Además, también en este caso se requiere una mínima formación técnica que permita manejar la
máquina. De todas formas, es indudable que cuanto mayor sea la capacidad de producir tecnolo
gía propia, mayor será el provecho que una empresa o economía obtenga de las tecnologías
importadas: las economías mejor preparadas técnicamente son también las mejores imitadoras.
Gráfico 1.1
Esquema del proceso de cambio tecnológico
Aumento de la PRODUCTIVIDAD
Proceso de Innovación
* Agradezco a Luis Toharia y Juan Francisco Jimeno —compañeros y profesores- las ideas para mejorar la
explicación de este proceso. Las carencias o errores son sólo míos.
EL PROCESO DE CAMBIO TECNOLÓGICO... 43
Las variables del segundo escalón del proceso de cambio tecnológico, es decir, las que
directamente provocan el incremento de la productividad, se han incluido dentro de un cua
dro que representa la inversión de capital. La explicación es que las innovaciones tecnológi
cas que se aplican directamente en el proceso productivo están siempre ligadas —de una
manera o de otra— a inversiones de capital. De hecho, muchas invenciones y mejoras téc
nicas no pueden ir separadas de máquinas o bienes de capital fijo. En estos casos, los eco
nomistas hablan de que la innovación va incorporada —embodied— en el capital. Este hecho
es de gran transcendencia para entender la vía a través de la que la tecnología incide en el
desarrollo económico. Los últimos avances en la comprensión del progreso económico cau
sado por la tecnología —la teoría del cambio tecnológico endógeno4— han profundizado en
esta idea, aportando grandes avances en la comprensión y cuantificación del proceso de cam
bio técnico.
Para conocer no sólo la magnitud del progreso tecnológico, sino también cómo se ha pro
ducido, se debe buscar bien un indicador de la innovación (el segundo escalón del proceso
de cambio tecnológico), bien de la inversión en I+D y en educación técnica (el primer esca
lón). El nivel de I+D y de educación técnica es lo que a largo plazo marca la diferencia de
competitividad entre países o entre empresas: para progresar en un mundo cada vez más
competitivo, deben dedicar una parte importante de sus presupuestos a estas partidas. Unas
series temporales fiables del esfuerzo dedicado a I+D y a educación técnica, serían el mejor
indicador de la evolución de la capacidad tecnológica de una economía y, por tanto, del pro
greso tecnológico. Este indicador proporcionaría, además, muchas pistas sobre cómo se ha
producido el cambio técnico. Sin embargo, la obtención de estas series para la época en la
que se ha centrado esta investigación es prácticamente imposible. Primero, por la falta de
estadísticas de inversión en I+D —tanto pública como privada— hasta épocas muy recien
tes; y, segundo, porque la tarea de comprender, homogeneizar y cuantificar las series de edu
cación técnica —ya sea desde el punto de vista de los gastos, ya desde el número de estu
diantes— es ingente10. Por ello, después de algún intento, se ha preferido buscar indicadores
del segundo escalón del proceso de cambio tecnológico, es decir, de la innovación.
No obstante, al final del capítulo 3 se recoge un breve avance de una investigación sobre
el papel desempeñado por las escuelas de ingeniería en el desarrollo económico de España".
Aunque la historia del influjo e importancia de estas variables en la economía está aún por
hacer, se han realizado, tanto para España como para otros países, estudios sobre algunas ins
tituciones de educación técnica o de I+D, sin embargo faltan trabajos que den una visión de
9 Ver, por ejemplo, Romer (1990). Un buen resumen del desarrollo de la historia del pensamiento económico
en relación con el progreso técnico puede leerse en De la Fuente (1992).
"' Clara Eugenia Núñez —con la ayuda de Begoña Moreno y. en parte, de Gloria Quiroga— está llevando a
cabo en la actualidad un proyecto de investigación dirigido a elaborar un índice educativo de España desde 1 850
hasta nuestros días, que abarca todos los niveles de educación, incluida la técnica. Para tener una idea de la impor
tancia de la educación para el crecimiento económico, pueden consultarse algunos trabajos de esta autora: Núñez
(1992) y Núñez y Tortella (eds.) (1993). El problema de las series históricas de inversión en I+D persiste de momen
to, aunque hay una estimación del gasto público en investigación en España desde 1850 hasta 1965. llevado a cabo
por Juan Aracil Martín y José Luis Peinado Pérez (1976).
" Sobre esto, ver también Ortiz-Villajos (1994).
44 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
conjunto. Algunos de esos trabajos, centrados en España, son: el de Nuria Puig Raposo y
Santiago López García (1992) sobre el Instituto Químico de Sarria; la tesis doctoral de
Santiago López García (1993) sobre el Instituto Juan de la Cierva; los trabajos de Ramón
Garrabou (1982) sobre la función de los ingenieros industriales en la modernización econó
mica de Cataluña; el de Emiliano Fernández de Pinedo (1994) sobre las enseñanzas técnicas
y científicas promovidas por la Real Junta de Comercio de Barcelona desde el siglo XVIII,
y por Escuela de Comercio de Madrid, el Real Conservatorio de Artes y la Dirección General
de Minas, ambas también de la Corte; los estudios de Pedro González Blasco, José Jiménez
Blanco y José Ma López Pinero (1979) y los de José Manuel Sánchez Ron (ed.) (1988), sobre
el papel de la ciencia en España; el trabajo, antiguo pero excepcional, de José María Alonso
Viguera (1944) sobre la ingeniería industrial en la España del siglo XIX; el libro editado por
la Fundación Juan March sobre la ingeniería española en el siglo XX (VV.AA, 1984); el de
Fernando Sáenz Ridruejo (1990) sobre los ingenieros de caminos del siglo XIX.
12 La duración máxima de una patente ha estado históricamente entre 15 y 20 años, según los países.
11 Aunque muchos han puesto en duda la efectividad del sistema de patentes como medio de protección y, más
aún, de promoción de la industria, es absolutamente incontrovertible el constante incremento —desde el siglo XIX
hasta nuestros días— del uso de este sistema por parte de individuos, empresas, laboratorios y universidades.
14 Y desde el primer tercio del siglo XX para casi todos los países del mundo.
EL PROCESO DE CAMBIO TECNOLÓGICO... 45
un indicador parcial y sesgado de la innovación —en la medida en que hay otras vías de
innovación que, incluso, pueden ser más importantes que la invención—, hay razones que
inducen a pensar que, aún siendo directamente indicador sólo de una parte, pueden llegar a
ser un buen indicador del todo. Esta idea se reafirma en la medida en que la capacidad tec
nológica es un concepto relativo: si todos los países tienen un sistema de patentes similar y,
por tanto, lo que reflejan sus estadísticas son variables homogéneas y comparables —como
es el caso—; si todos tienen una larga tradición en su utilización y, por tanto, una propensión
a patentar que no depende del distinto nivel de desarrollo de su sistema de patentes, sino de
variables económicas, culturales y sociales —como es también el caso de los países avanza
dos—; si las estadísticas de patentes no reflejan sólo los inventos aplicables a algunos sec
tores, sino los de toda la economía —como es igualmente el caso—; y si estas estadísticas
están disponibles para todos los países —como, de hecho, se puede comprobar que es el
caso—;... entonces, aunque las estadísticas de patentes reflejen sólo la vía de innovación tec
nológica que procede de los inventos, pueden explicar la diferente capacidad y evolución
tecnológica de los países.
Además, es lógico que los países que más inviertan en I+D y educación técnica sean tam
bién los que más patentes (por habitante) produzcan, como, de hecho, sucede. Por eso, aun
que la I+D y la educación técnica influyan en la economía no sólo —y ni siquiera principal
mente— a través de los inventos que generan, al comparar el número de patentes15 de los paí
ses, se puede obtener una idea aproximada de sus niveles de educación técnica e I+D, y, por
tanto, de su capacidad tecnológica.
Por último, como la capacidad tecnológica es la variable que en el largo plazo determina
la capacidad de crecimiento económico, las estadísticas de patentes podrían servir también
como indicador del desarrollo económico. No obstante, como se muestra cuantitativamente
en los capítulos 2 y 3, esta idea hay que matizarla bastante. Existen numerosos investigado
res que han utilizado con éxito las estadísticas de patentes como indicadores del progreso
técnico y/o del desarrollo económico. Un buen resumen de la bibliografía sobre las patentes
como indicadores económicos se puede leer en Griliches (1990).
Pero las estadísticas de patentes no son la panacea: también tienen defectos, que hay que
tener en cuenta al hacer análisis con ellas. En comparaciones internacionales, las diferencias
legislativas entre países pueden afectar a la propensión a patentar, es decir, al número de
patentes por habitante. Las diferencias legislativas que más pueden influir en este sentido son
tres: a) la cuantía de las tasas legales de patentar y de mantener en vigor la patente; b) el nivel
de exigencia en la investigación —por parte de la Oficina de Patentes correspondiente— de
la novedad del invento, y c), la existencia o no de la obligatoriedad de llevar a cabo el estu
dio sobre el estado de la técnica16. Se trata de factores que pueden afectar de manera impor
tante a la propensión a patentar; sin embargo, hay que tener en cuenta, en primer lugar, que
las leyes de patentes de casi todos los países han tenido históricamente muchos más puntos
en común que divergencias, ya que casi todas se han inspirado en las primeras que apare
cieron17: la de Estados Unidos (1790) y la de Francia (1791); y, en segundo lugar, que, desde
el último cuarto del siglo XIX, ha habido un proceso internacional dirigido a armonizar la
15 Máxime cuando se puede distinguir entre patentes solicitadas por residentes y por no residentes.
16 Agradezco a Patrick K. O,Brien los comentarios que me hizo sobre estas cuestiones en la European Historical
Economícs Society Summer School (Montecatini, Italia) de 1996. Los errores u omisiones son sólo míos.
17 Nos referimos a las primeras leyes formales, pues antes existieron decretos u otras normas que, por su conte
nido, podrían ser consideradas las primeras legislaciones modernas: Por ejemplo, la referencia del Stalute of
Monopolies inglés de 1623 a la protección de los inventos (ver capítulo 2).
46 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
legislación sobre propiedad industrial de los países, con la idea de facilitar la rápida difusión
y la protección internacional de los avances tecnológicos. Hoy en día, la similitud de las
legislaciones internacionales es enorme. Por otro lado, las diferencias legislativas afectan en
mucha mayor medida al número de patentes concedidas que a las solicitadas. Por tanto, al
tomar el indicador de patentes solicitadas, los problemas que se acaban de referir, se redu
cen en buena medida.
Otro problema de las cifras agregadas de patentes es que incluyen inventos de muy dife
rentes grados de complejidad tecnológica e importancia económica. A efectos de compara
ciones internacionales, este problema afecta poco, pues según la ley de los grandes números,
la distribución de unos inventos y otros será muy parecida en todos los países. No obstante,
en estudios de sectores o empresas concretas, sí es necesario realizar alguna valoración de la
importancia de los inventos. En el estudio de las patentes solicitadas en España entre 1882
y 1935 se han aportado soluciones a este problema (ver capítulos 4 y ss).
Por todo lo dicho, en nuestra opinión, los problemas de las estadísticas de patentes son
menos importantes que sus ventajas, y, por tanto, pueden ser de gran utilidad en estudios his
tóricos sobre el cambio tecnológico. Además, ante el dilema de utilizar o no este indicador,
sólo caben dos opciones: o rechazarlas por no ser del todo fiables, o utilizarlas con el riesgo
de que puedan llevar a resultados inexactos. Nosotros hemos optado por esta segunda opción
por todo lo que se puede aprender de los documentos y estadísticas de patentes.
18 Para poder realizar comparaciones internacionales es necesario calcular las ratias patentes/población o
patcntes/PIB. Estos indicadores ponderados darán una idea más real de la capacidad tecnológica (ver capítulo 2).
19 En 1882, tan sólo el 30 por 100 de las patentes solicitadas en España procedían de residentes. En Estados
Unidos, en cambio, los residentes solicitaron el 90 por 100 de las patentes. Esas cifras se corresponden con la vita
lidad económica y tecnológica de ambos países durante aquellos años.
EL PROCESO DE CAMBIO TECNOLÓGICO... 47
llegue a ponerse en práctica20, eso no significa que sea necesariamente inútil, ya que cual
quier esfuerzo en I+D contribuye a incrementar la capacidad tecnológica. Schumpeter, en La
teoría del desenvolvimiento económico, pone el ejemplo de un estudio llevado a cabo por el
ingeniero de una empresa sobre una máquina que, al final, por criterios económicos, no llega
a aplicarse en la producción. Aun así, justifica de la siguiente manera su utilidad:
Pero, sin embargo, tiene gran sentido el estudio de las condiciones en que aumen
taría el rendimiento de la máquina, la medida en que se conseguiría ese resultado, las
posibles mejoras dentro de los conocimientos actuales, etc. Pues todas esas medidas
se hallarán preparadas para el momento en que un cambio de los datos económicos
las haga ser ventajosas. Y también es útil situar constantemente lo ideal al lado de lo
real, de forma que las posibilidades se desechan no por ignorancia sino por motivos
económicos sólidos21.
El que una patente no sea puesta en práctica no indica, por tanto, que no tenga efectos en
la economía. Por ejemplo, el hecho de que no se acreditara la puesta en práctica de algunas
de las patentes solicitadas en España por Thomas A. Edison en 1 882, no quiere decir que esos
inventos no tuvieran efectos sobre la economía española. El efecto de esas invenciones pudo
ser muy importante gracias a otras vías de introducción de esos inventos. Además, el que tales
inventos estuvieran reflejados en las estadísticas de patentes como solicitados, es un dato más
a favor de que estas estadísticas pueden ser un buen indicador del progreso técnico.
La información de los documentos de patentes también puede permitir llegar a conocer la
importancia relativa que tuvieron las innovaciones de producto frente a las de proceso.
Nathan Rosenberg (1982) explica que una invención o innovación de producto es aquella
que implica la creación de un nuevo producto o resultado industrial o bien una mejora cua
litativa de un producto ya existente. Una invención o innovación de proceso es la que supo
ne la creación de una manera nueva de fabricar un producto o resultado industrial ya existen
te. Podría decirse que una invención o innovación de proceso es una mejora en la organiza
ción de la producción. En palabras de este autor:
20 Puede suceder también que haya patentes que se pongan en práctica, pero que el inventor las deje caducar
para dejar de pagar las cuotas anuales (capítulo 5).
21 Schumpeter (1967. p. 27).
- Rosenberg ( 1982, p. 4, traduzco).
48 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
23 Esto se da, sobre todo, en los productos industriales o de servicios. En los productos agrarios las condiciones
geográficas son muy determinantes de la calidad y productividad; aunque los avances técnicos tienen también una
gran importancia en este sector.
EL PROCESO D|: CAMBIO TECNOLÓGICO... 49
Una de las finalidades esenciales de los sistemas de patentes es servir de cauce para la
difusión de los conocimientos técnicos. Sobre la efectividad real de los sistemas legales de
protección de la propiedad industrial para este fin, hay abierta una polémica entre algunos
economistas teóricos. Esta polémica se centra en el análisis coste/beneficio privado y públi
co del monopolio temporal para el uso privado de la tecnología contenida en las patentes, en
contraposición con otras alternativas que puedan resultar menos costosas social y/o privada
mente.
El concepto y la figura legal de la patente de invención surgió hace más de quinientos
años en Venecia. Desde entonces, la protección legal a los inventos se fue extendiendo por
todo el mundo: a la vez, se fueron perfeccionando y modernizando las leyes. El resultado ha
sido una generalización a nivel internacional del uso de las patentes, es decir, una multipli
cación del número de patentes solicitadas en todos los países, en un proceso ininterrumpido
que continúa en nuestros días. La historia ha demostrado la efectividad del sistema de
patentes: a él han acudido los inventores y empresarios para obtener un monopolio temporal
de explotación de sus inventos; monopolio que es una cierta garantía de poder rentabilizar
los recursos empleados en producir o comprar la tecnología empleada en sus negocios.
A pesar de la antigüedad y tradición de las patentes, la teoría económica —ciencia bastante
más joven— no se ha preocupado de estudiar científicamente su efectividad económica hasta
épocas muy recientes. Los primeros que afrontaron estas cuestiones fueron Arrow (1962) y
Nordhaus (1969). Estos autores plantearon el problema desde el punto de vista de la apropia-
bilidad privada de un conocimiento o información que, por su misma naturaleza, es un bien
público. La consecución de un invento requiere una inversión por parte del inventor que, en
definitiva, es un coste fijo para él. Una vez producida la invención, se puede considerar, según
estos autores, que la transmisión de la información tecnológica contenida en ella tiene un coste
próximo a cero —cosa que en realidad no es así24— y, por tanto, su precio debería ser nulo.
Pero en este caso, el inventor no podría apropiarse de los beneficios que el invento pudiera
generar y, por tanto, no tendría incentivo para generar la tecnología; por lo que la única mane
ra de obtener una rentabilidad de la inversión sería manteniendo el invento en secreto.
Además, el mercado de la información —como la que está contenida en un invento— pre
senta las características de bien público, en el sentido de que para poder venderla hay que
mostrarla previamente para que los posibles compradores, después de conocerla, decidan si
la compran o no. Pero, como es obvio, el propio hecho de dar a conocer la información es
ya proporcionar el producto a un precio nulo, pues todo el valor de la invención está en la
información. Es decir, «para que la transacción se produzca es necesario hacer público un
conocimiento que sólo tiene valor económico para su productor cuando es secreto»25. Este
es, precisamente, el problema que las patentes han venido a solucionar, ya que constituyen
24 Es cierto que obtener, por ejemplo, la fotocopia de la documentación de una patente en la Oficina Española
de Patentes y Marcas tiene en la actualidad un coste que no llega a las 200 pesetas. Sin embargo, estar al día de
todas las patentes que se solicitan, conceden y/o caducan, requiere, como primera medida, estar suscrito o tener
acceso al Boletín Oficial de la Propiedad Industrial. Pero, además de recibirlo, hay que leerlo y detectar las patentes
que puedan tener interés para uno. Posteriormente habría que acudir a la OEPM para conseguir el documento com
pleto; y estudiarlo para incorporar su información al acervo de conocimientos tecnológicos propios. Por último,
habría que construir el prototipo del invento y conseguir que funcione: etcétera. Como se ve, la información tecno
lógica de las patentes no tiene, en absoluto, un coste nulo.
25 Caballero Sanz y Urbano Salvador (1989, p.48).
50 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
un monopolio temporal concedido por el Estado al inventor, a cambio de que éste haga públi
ca la información tecnológica contenida en su invento. De esta forma, la patente puede con
tribuir al progreso tecnológico de la sociedad, a la vez que concede al inventor la protección
legal durante el tiempo que razonablemente pueda permitir obtener un beneficio de la inver
sión que ha realizado.
Pero el sistema de patentes no es perfecto. El monopolio temporal puede ser en ocasio
nes causa de perjuicios sociales al impedir la generalización de una técnica que, quizá,
podría acelerar el desarrollo y el bienestar general si se extendiera rápidamente. La publi
cación de la información permite también que alguien pueda copiarla y utilizarla en la pro
ducción antes de que termine el período de monopolio para el inventor. Esto origina liti
gios, con los costes asociados a ellos. Estas y otras cuestiones han motivado que, después
de los citados estudios de Arrow y Nordhaus, hayan surgido otros trabajos que se han plan
teado la efectividad y deseabilidad de los sistemas de patentes. Entre ellos está el trabajo
de Dasgupta y Stiglitz ( 1980), en el que plantean los problemas y costes excesivos origi
nados cuando varias empresas se introducen en una «carrera por la misma patente». Otros
autores han estudiado el sistema de subvenciones directas o «premios» como alternativa a
la patente (por ejemplo, Wright. 1983); sin embargo no han demostrado su superioridad
sobre el sistema de patentes, y sí los muchos problemas de aquél. Un buen resumen de las
más importantes aportaciones de la teoría económica en este campo puede consultarse en
Caballero Sanz y Urbano Salvador ( 1989). En el epígrafe 6 del capítulo 5 se aportan algu
nos datos e ideas concretas sobre la efectividad del sistema español de patentes a finales
del siglo XIX.
5. CONCLUSIÓN
En este capítulo se ha explicado nuestra idea de cómo se produce el cambio tecnológico,
o de cuáles son los cauces por los que la tecnología influye en la economía. La variable cen
tral de este proceso es la capacidad tecnológica, que es la que posibilita el cambio tecnoló
gico y, en gran medida, el progreso económico de una sociedad. Por tanto, debería ser la
variable cuyo acrecentamiento preocupara primordialmente a empresarios y gobernantes. La
capacidad tecnológica se forma y aumenta, sobre todo, mediante la inversión en I+D y en
educación técnica*; e incide en la economía a través de la innovación, que es la aplicación
en la empresa de una mejora técnica u organizativa o de unos nuevos conocimientos. La
innovación es lo que, de manera inmediata, produce el incremento de la productividad, con
secuencia visible del cambio técnico.
Tener una idea clara del proceso de incremento de la capacidad tecnológica es esencial
para saber hasta qué punto está relacionada esta variable con el crecimiento económico de
los países, que es el propósito de los próximos capítulos. La capacidad tecnológica no
puede medirse directamente, pero sí se pueden obtener indicadores más o menos fiables
de esta variable. Desde el punto de vista de las consecuencias del progreso técnico, el indi
2<1 Estas son las dos variables que influyen directamente en la capacidad tecnológica. Pero no se puede olvidar
que existen otras que, si no estuvieran aceptablemente desarrolladas en un país, impedirían un nivel suficiente y sos
tenido de I+D y de educación técnica. Se trata de los niveles educativos básicos: desde la alfabetización hasta la
educación secundaria. Esta idea tiene una clara relación con la teoría del «umbral», que explica que. para que pueda
producirse un desarrollo económico sostenido, se necesita haber alcanzado un nivel mínimo de alfabetización
(Bowman y Anderson. 1963).
EL PROCESO ÍJE CAMBIO TECNOLÓGICO... 51
cador más adecuado sería el incremento de la productividad. El primer paso para obtener
una idea de la magnitud del cambio técnico sería, por tanto, estimar el crecimiento de la
productividad de las economías. Algunos investigadores lo han realizado brillantemente
para ciertos países y épocas. Sin embargo, el dato de la productividad no dice cómo se ha
producido el progreso tecnológico, que es lo más importante para los que deben tomar las
decisiones de inversión en una empresa o en una economía. Así, puede ser más interesan
te hallar indicadores de los factores causales del cambio tecnológico. Desde este punto de
vista, las patentes de invención pueden ser un indicador que ayude a descubrir cómo se ha
producido el cambio tecnológico. Las razones son: su fácil disponibilidad para casi todos
los países avanzados desde el siglo XIX hasta nuestros días; su homogeneidad y, por tanto,
su comparabilidad; y, sobre todo, la gran riqueza de información que se puede obtener de
ellas.
PARTE II
PATENTES, DESARROLLO
TECNOLÓGICO Y CRECIMIENTO
ECONÓMICO EN LA HISTORIA
CONTEMPORÁNEA
CAPITULO 2: PATENTES Y PROGRESO
TECNOLÓGICO, 1791-1993. COMPARACIÓN
INTERNACIONAL
Las patentes se originaron en la Edad Media con las Litterae Patentes —Cartas Abiertas—
utilizadas por los soberanos para hacer pública la concesión de un privilegio —de cualquier
tipo— a alguien. Con el tiempo estos privilegios fueron concediéndose, sobre todo, a inventos
aplicables a la industria: La primera patente industrial que se conoce es de mediados del siglo
XV y fue concedida en Venecia. En el siglo XIX es cuando se extendió por Occidente el siste
ma moderno de protección de la propiedad industrial —patentes y marcas—, por el cual, estos
derechos dejaron de ser privilegios concedidos por el soberano y pasaron a ser derechos de pro
56 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
piedad privada tal y como ahora los entendemos1. No obstante, el origen del sistema moderno
de patentes hay que situarlo en el siglo XVII y, concretamente, en Gran Bretaña. Aunque pro
piamente no se puede decir que este país tuviera una ley de patentes hasta 1852, el Estatuto de
Monopolios (The Statute ofMonopolies) de 1623 contenía, en germen al menos, lo que puede
considerarse la primera ley moderna de patentes. Este Estatuto declaraba ilegal la concesión de
monopolios en Inglaterra, pero hacía una excepción: el monopolio temporal para la explota
ción de nuevos inventos, que es la esencia de los sistemas modernos de patentes.
Cuadro 2.1
Primeras legislaciones sobre patentes en la historia
1 Para conocer los orígenes y desarrollo del sistema de patentes, se puede consultar el trabajo de Neil Davenport
(1979). Aunque este estudio se centra en el sistema de patentes del Reino Unido, puede servir para adquirir una idea
general sobre cualquier sistema de patentes, en la medida en que Gran Bretaña en esto —como en muchas otras
cosas— ha sido el país pionero y al que muchos han imitado.
PATENTES Y PROGRESO TECNOLÓGICO. 1791-1993... 57
< Primeros documentos donde se muestra la protección dada por los reyes o gobernantes a inventos concretos. Aquí se indican algu
nos países, aunque con mucha probabilidad en otros también deben de existir documentos de este tipo y de épocas tempranas.
Fuente: Journal of the Patent Office Society, Vol. XLVI, No. 2. February, 1964.
Los dos primeros países que tuvieron una ley formal de patentes fueron Estados Unidos
(1790) y Francia (1791). Estas leyes, como muchas otras, surgieron al calor de la era revo
lucionaria de finales del siglo XVIII que marcó el inicio de la edad contemporánea. En poco
tiempo muchos otros países (ver cuadro 2,1) fueron incorporando estas nuevas legislaciones,
en las que se reconocía al inventor, por primera vez en la historia, el derecho a la propiedad
intelectual e industrial sobre su invento. Desde entonces este derecho ha permanecido
incuestionado en todos los países, independientemente del régimen político imperante en
cada época: todos los gobernantes y legisladores han advertido la importancia de proteger la
propiedad privada de la invención como medio de fomentar el progreso tecnológico y eco
nómico de sus países2.
En el cuadro 2, 1 se puede comprobar que con anterioridad a la promulgación de las leyes
de patentes, hubo en algunos países decretos legislativos que realmente eran ya verdaderas
leyes modernas de patentes —como el caso citado de Gran Bretaña en 1623—, pues defen
dían el derecho de propiedad privada por tiempo limitado sobre el invento. En cambio, los
documentos de los siglos XV al XVII, no eran propiamente patentes, sino privilegios otor
gados por los soberanos para que los inventores pudieran explotar sus inventos bajo la pro
tección del rey, a quien pasaban a pertenecer los inventos. Hay que decir, por tanto, que fue
Gran Bretaña el país pionero en la protección a la propiedad privada sobre el invento: el que
primero advirtió la importancia de fomentar la innovación tecnológica como medio de pro
greso económico. Y parece que no se equivocó: un siglo después era el mejor preparado téc
nicamente para afrontar una revolución industrial.
Junto con la extensión y perfeccionamiento de las modernas leyes nacionales sobre pro
piedad industrial, desde finales del siglo XIX se han venido produciendo una serie de acuer
dos internacionales dirigidos a proteger los derechos de los inventores más allá de las fron
teras de sus propios países. El primer convenio internacional de patentes fue el Convenio de
París, firmado el 20 de marzo de 1 883. Este proceso se ha acelerado en la segunda mitad del
2 Sobre esta idea, ver Sáiz (1995), donde se hace un repaso a la evolución de la legislación sobre patentes en
España entre 181 1 y 1929. El autor demuestra que todos los regímenes políticos españoles de este período mantu
vieron la propiedad privada sobre la invención.
58 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
siglo XX debido a la creciente interconexión económica entre los países, que ha eliminado
fronteras para las personas, empresas, capitales y tecnología. Así, el 27 de noviembre de
1963 se firmó el Convenio de Estrasburgo, y el 19 de junio de 1970 un gran número de paí
ses firmaron en Washington el Tratado de Cooperación en Materia de Patentes (Patent
Cooperation Treaty). Éste ha sido hasta la fecha el convenio de ámbito mundial más impor
tante dirigido a la unificación de los sistemas nacionales de patentes, a través de la colabo
ración para la verificación final de la novedad de los inventos en el ámbito internacional. En
el espacio europeo, el acuerdo más importante ha sido el Convenio Europeo de Patentes,
celebrado en Munich el 5 de octubre 1973, que entró en vigor el 7 de octubre de 1977, y que
fue firmado inicialmente por Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Grecia, Italia,
Licchtenstein, Luxemburgo, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Suiza. Este convenio dio
lugar a la creación de la Oficina Europea de Patentes, que no es una institución de la Unión
Europea3, sino una agencia independiente. Esta Oficina es el órgano ejecutivo de la
Organización Europea de Patentes, que agrupa en la actualidad a los 19 países que han rati
ficado el Convenio Europeo de Patentes (España lo ratificó en 1986). Tiene su sede central
en Munich, una delegación en La Haya y dos agencias en Berlín y Viena. A la Oficina
Europea de Patentes pueden acudir para proteger sus derechos en los 19 países que la inte
gran, no sólo habitantes de estos países, sino empresas o particulares de cualquier parte del
mundo. Las ventajas de solicitar una patente en esta Oficina son: a) la obtención del título
de propiedad para 20 años con un solo procedimiento en todos los países miembros, y b) un
precio mucho más bajo que el que se obtendría de solicitar la patente país por país4. De
momento siguen coexistiendo las oficinas nacionales y la Oficina Europea de Patentes, aun
que la tendencia es a que en un futuro se unifiquen tanto las oficinas como las distintas legis
laciones europeas. Esta misma tendencia se observa en el ámbito mundial, aunque, en este
caso, la unificación administrativa y legislativa se producirá a más largo plazo.
La protección legal a la invención —las patentes— ha desempeñado una función de pri
mer orden en el extraordinario desarrollo económico de las dos últimas centurias. Su impor
tancia, además, ha sido creciente, como demuestra el constante incremento en el número de
patentes registradas año tras año. Los que ponen en duda que el sistema de patentes sea un
buen medio de fomentar la creatividad tecnológica, han de callar ante los hechos afianzados
por la historia: La clara protección al inventor que ha proporcionado la legislación moderna
sobre propiedad industrial, ha sido un gran estímulo para la inversión —individual y empre
sarial— en investigación científica y tecnológica. De no haber existido este marco legal, la
innovación, sin duda, habría sido mucho menor. El sistema legal de patentes y marcas es una
clara demostración de la validez de la teoría económica del neoinstitucionalismo, que defien
de que las instituciones han tenido una contribución muy importante en el desarrollo econó
mico.
Esto no quiere decir que no haya existido una abundante polémica sobre las ventajas e
inconvenientes del sistema legal de patentes. En el capítulo 1 se ha tratado la interesante dis
cusión entre los economistas sobre si el sistema de patentes es o no el mejor método para
impulsar la innovación tecnológica. Otra polémica sobre la validez del sistema de patentes,
que atañe más a aspectos éticos, está de plena actualidad: científicos y empresas farmacéuti
-* El 15 de diciembre de 1975 se firmó el Convenio de Luxemburgo sobre la patente comunitaria, con el objeto
de crear un espacio y legislación únicos para las patentes de los países pertenecientes a la CEE. No obstante, por el
momento, la «patente comunitaria» no se ha desarrollado, ya que se ha preferido impulsar el concepto más amplio
de «patente europea» a partir de la Oficina Europea de Patentes.
j El precio aproximado de una patente europea, para los 19 estados miembros, es de unos 4 millones de pesetas.
PATENTES Y PROGRESO TECNOLÓGICO. 1791-1993... 59
cas y de productos biológicos están hablando cada vez más de la necesidad de que el sistema
de patentes sea el cauce para proteger legalmente los resultados de las investigaciones en bio
tecnología. La cuestión es espinosa, pues los resultados de estas investigaciones no son sim
ples productos industriales, sino seres vivos o sus partes e, incluso, «elementos del cuerpo
humano, incluyendo secuencias genéticas, que hayan sido aislados en el laboratorio o repro
ducidos por medios artificiales»5. Es cierto que permitir que puedan patentarse estas investi
gaciones puede dar lugar a abusos que afectan al valor más sagrado: la vida humana. Sin
embargo, la falta de una legislación clara sobre estas investigaciones puede promover muchos
más abusos. Además, hay investigaciones en biotecnología que pueden ser muy útiles para el
progreso de la medicina; y, como suelen requerir grandes inversiones económicas, es necesa
rio que los que realizan estas inversiones puedan tener una cierta seguridad de que podrán
obtener una rentabilidad. Este es el argumento que justifica que estos productos sean patenta-
bles, aunque, dada su peculiaridad, las leyes de patentes han de darles un trato muy especial.
De hecho, en los últimos años han surgido las primeras regulaciones de este tipo de patentes.
Así, en julio de 1997, el Parlamento Europeo aprobó —tras nueve años de intentos— una pro
posición de directiva sobre patentes de productos biotecnológicos6. Esta directiva —que fue
aprobada en julio de 1998— permite patentar los resultados de estas investigaciones; distin
gue lo que es «invención» de lo que es «descubrimiento»; y marca a la vez la frontera de lo
patentable y de lo ético en la manipulación genética (prohibe la clonación humana, pero no la
animal). Muchos científicos han alabado esta medida, pues consideran que es la única vía de
que las empresas inviertan decididamente en estas investigaciones que, por otro lado, pueden
tener una enorme influencia sobre el bienestar del hombre. No obstante, la directiva ha crea
do mucha polémica y, de hecho, ha sido recurrida por tres estados miembros (Italia, Francia
y Holanda) ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo. A pesar de esta polémica, el 16 de
junio de 1999, el Consejo de Administración de la Oficina Europea de Patentes —que, como
se ha dicho, no tiene relación con las instituciones de la Unión Europea— ha decidido ampa
rarse en la citada directiva de la UE para permitir las patentes de productos biotecnológicos.
Así, desde el 1 de septiembre de 1999, estas patentes —que hasta ahora no se habían podido
registrar en Europa— se pueden registrar en la Oficina Europea de Patentes: «podrán tener
dueño en el continente europeo, como ya ocurre en Estados Unidos y Japón»7.
La primera ley moderna de patentes española es del año 1 826. Es cierto que, según expli
ca Sáiz (1995), un decreto surgido con anterioridad —en 1811 — era ya en esencia una ley
moderna de patentes, pero los avattares de la Guerra de la Independencia y posteriores revo
luciones hicieron que no tuviera un efecto real. Por tanto, el Real Decreto de 27 de marzo de
1826, puede ser considerado como la primera ley española de patentes. Esta ley estableció
el Real Conservatorio de Artes y Oficios como organismo encargado de la tramitación, regis
tro y archivo de los expedientes de las patentes solicitadas en España. Desde entonces, toda
esta documentación se ha guardado celosamente en los archivos del Registro de la Propiedad
Industrial —actualmente. Oficina Española de Patentes y Marcas— y ha llegado hasta nues
tros días íntegra y muy bien conservada.
El siguiente hito importante fue la ley de 30 de julio de 1878: más amplia y rigurosa que
las anteriores, aunque en esencia conservaba el espíritu del Decreto de 1 826. Quizá lo más
destacable de esta Ley, a efectos prácticos, fue la notable reducción de las tasas impuestas a
los inventores, lo que provocó un crecimiento muy importante en el número de solicitudes
de patentes. La ley de 16 de mayo de 1902 introdujo algunos cambios y mejoras técnicas con
respecto a la de 1878. Se puede destacar que fue la primera ley que reguló de manera siste
mática el otro gran derecho de propiedad industrial: las marcas. El siguiente gran hito fue el
Estatuto de la Propiedad Industrial de 26 de julio de 1929, promulgado durante la Dictadura
de Primo de Rivera. Esta ley ha sido la que ha estado vigente en España hasta 1986, año en
que, para adecuar la legislación española a los grandes cambios en la protección de la pro
piedad industrial a nivel internacional, se promulgó una nueva Ley,
Un recorrido por las leyes de patentes de la historia contemporánea de España8, permite
verificar que la propiedad privada del invento —para su explotación por parte del inventor—
ha sido un derecho que no se ha cuestionado ningún gobierno, independientemente de su
signo o régimen político. Por el contrario, junto con el creciente número de solicitudes de
patentes desde la época de la Restauración, hubo una continua demanda popular al gobierno
para que fuera mejorando la legislación y adecuándola a una realidad nacional e interna
cional cada vez más rica, acorde con el crecimiento de la industria y comercio internaciona
les. Ha sido, por tanto, la cambiante realidad del mundo del invento —reflejo del desarrollo
tecnológico y económico— lo que ha traído como consecuencia necesaria el cambio de la
legislación.
La otra gran realidad sujeta al derecho de propiedad industrial son las marcas registradas.
No es objeto de este libro el estudio de las marcas, pero dadas las conexiones que tienen con
las patentes y las referencias que se hacen a ellas en capítulos posteriores, parece oportuno
situar los orígenes de su protección legal en España. Antes de la Ley de 1902 el texto legal
más importante que se había promulgado para la protección de las marcas de fábrica y de
comercio era el Real Decreto de 20 de noviembre de 1850. Para hacerse una idea de su pro,
visionalidad e insuficiencia se puede tener en cuenta que el texto no ocupaba más espacio
que un folio. Surgió como consecuencia de las quejas de muchos fabricantes ante los abusos
cometidos por personas que se aprovechaban del prestigio de sus marcas y distintivos comer
ciales. El Real Decreto estableció, fundamentalmente, la necesidad de que los fabricantes
solicitaran formalmente ante la autoridad provincial la protección de las marcas de sus indus
trias. Esta era la única manera de obtener la protección legal por parte del Estado: los pro
ductos que no la solicitaran, no serían reconocidos como marcas y, por tanto, no tendrían nin
gún derecho ante la Ley,
A partir de entonces, surgieron otros Decretos y Reales Órdenes que perfeccionaron el
texto de 1850. En general, estos decretos estuvieron motivados por las sucesivas peticio
nes de aclaración de la Ley por parte de los particulares, así como por los conflictos que
iban surgiendo sobre los derechos de propiedad: cada vez se hacía más evidente la nece
sidad de una legislación clara sobre este derecho de propiedad. No obstante, la primera
Ley en sentido estricto no apareció, como se ha dicho, hasta 1902. Ésta dejó establecidos
con claridad una serie de puntos importantes: la duración y renovación del derecho de pro
piedad, el procedimiento de solicitud y sus plazos, los gastos requeridos, el procedimien
to para la transmisión del derecho de propiedad, la distinción entre marca de fábrica y
8 Para una explicación mucho más extensa de las distintas leyes de patentes, consultar el trabajo ya citado de
Patricio Sáiz( 1995).
PATENTES Y PROGRESO TECNOLÓGICO. 1791-1993... 61
marca de comercio9, los procedimientos legales en caso de conflicto, etc. Los efectos de
esta Ley fueron importantes, y se hicieron notar en el gran aumento de número de marcas
registradas que se dio en 1903.
Para la realización del presente estudio se han recopilado las series históricas de patentes
de 37 países (ver Apéndice 1 ), aunque, estrictamente, se han empleado los datos correspon
dientes a los veintitrés países más desarrollados o con mayor interés desde el punto de vista
de la historia económica de España. La información se ha desglosado"1 en seis series para
cada país, según la siguiente clasificación: A) Patentes solicitadas: 1., Número total de
patentes solicitadas anualmente en el país; 2.- número de patentes solicitadas anualmente por
residentes en el país; 3.- número de patentes solicitadas anualmente por no residentes en el
país. B) Patentes concedidas: 4.- Número total de patentes concedidas anualmente en el país;
5., número de patentes concedidas anualmente a residentes en el país; 6.- número de patentes
concedidas anualmente a no residentes en el país.
Se distingue entre patentes solicitadas y patentes concedidas, porque no todas las patentes
solicitadas en los registros nacionales se conceden: por tratarse de inventos ya patentados,
solicitudes con defectos de forma, ideas no patentadles, etcétera. En otros casos puede no
coincidir el año de solicitud con el de concesión de la patente. Por otro lado, en algunos paí
ses —como, por ejemplo, Estados Unidos o Alemania— las solicitudes de patentes se han
sometido tradicionalmente a un riguroso proceso de estudio sobre su novedad y relevancia
antes de ser concedidas, mientras que en otros —como es el caso de España hasta fechas
muy recientes— se han concedido casi todas las solicitudes, denegándose sólo las que tení
an defectos de forma. Estos y otros factores hacen que las series históricas de patentes con
cedidas tengan en ocasiones fluctuaciones erráticas que no se corresponden con los ciclos
reales de la actividad inventiva. En cambio, la serie de patentes solicitadas, aunque incluya
algunas patentes que luego no sean concedidas, sí refleja los ciclos reales de la actividad
inventiva y, por tanto, es la más adecuada tanto para analizar la relación de los ciclos de la
actividad tecnológica con los de la actividad económica, como para la comparación entre
países. Por eso, el presente estudio ha utilizado fundamentalmente las cifras de patentes soli
citadas, siempre que hayan estado disponibles".
También se ha diferenciado entre patentes totales, patentes de residentes y patentes de no
residentes. La serie de patentes totales —concedidas o solicitadas— es la suma de las corres
9 Era considerada marca de fábrica la que denominaba bienes producidos en España por el solicitante de la
marca, mientras que una marca de comercio daba nombre a un producto que simplemente era comercializado, bajo
su responsabilidad, por el que solicitaba la denominación.
10 Las fuentes consultadas no contienen siempre esta información tan desglosada para todos los países o para
todo el período analizado, aunque sí para la mayor parte.
" Sólo si en algún año no hemos dispuesto de ese dato —sobre todo para la primera mitad del siglo XIX—, se
ha sustituido por el de patentes concedidas. A pesar de que este no sea un método muy riguroso, en ocasiones ha
sido útil para la comparación entre países. Por otro lado, hay que tener en cuenta que hasta épocas recientes en casi
todos los países el número anual de patentes solicitadas y concedidas ha sido muy similar.
62 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
pondientes a residentes y no residentes en el país. En general, la que recogen todas las fuen
tes es la de patentes totales. Para algunos países se ha podido disponer de las series desglo
sadas de patentes de residentes y de no residentes desde principios del siglo XIX12, aunque
esta información no está disponible de manera generalizada para todos los países hasta
mediados del siglo XX.
Las fuentes de donde se ha obtenido la información son: a) el Boletín Oficial de la
Propiedad Industrial (BOPI), publicación oficial del Registro de la Propiedad Industrial
español, que se comenzó a publicar en 1887; b) las estadísticas oficiales de la OMPI
(Organisation Mondiale de la Propriéte Intellectuelle): Industrial Property Statistics,
Genéve, que se publican desde finales del siglo XIX; c) una publicación de la OMPI titula
da: 100 Years of Industrial Property Statistics, OMPI, Genéve, 1983; d) Historical Patent
Statistics, 1791-1961, en Journal of the Patent Office Society, February, 1964, Vol. XLVI, N°
2; e) Historical Statistics ofthe United States. Colonial Times to 1970, Part 2 ( 1 975), Chapter
W, Series W 82-108; y f) la serie de patentes españolas de 1826 a 1926 nos fue facilitada
gentilmente por Patricio Sáiz.
Como es obvio, para un estudio que consiste esencialmente en una comparación interna
cional no basta con conocer el número total de patentes, sino que es imprescindible obtener
las series ponderadas por la población de cada país. De esta forma, se han calculado las seis
series de patentes por mil habitantes para los 23 países incluidos en el estudio. Para ello,
hemos recopilado las series de población de dichos países a lo largo de todo el período ana
lizado". Como los datos de población disponibles son los de los censos realizados cada cier
to tiempo, se ha calculado la serie anual con el método de interpolación.
Desde principios del siglo XIX se apreciaban ya notables diferencias en el número total de
patentes solicitadas en los distintos países (cuadro 2,2), y a principios del XX las disparida
des eran muy marcadas. Estados Unidos era el país en el que se solicitaban más patentes con
mucha diferencia sobre los demás: en 1900 se solicitaron en la oficina de patentes norteame
ricana 39.673 patentes. Le seguían el Reino Unido, con 23.909 solicitudes en el mismo año;
Alemania, con 21.925; Francia, con 12,789; Bélgica, con 6.943; y Austria, donde se solicita
ron 6.409 patentes. El resto de países se encontraba todavía lejos de llegar a estas cifras. Con
el paso del tiempo, esta situación ha cambiado notablemente: Algunas naciones han emergi
do con fuerza, mientras que otras se han quedado atrás. En 1 993 el país en el que se solicita
ron más patentes fue Japón, con 380.035; le seguía Estados Unidos, con 191.386 solicitudes;
Alemania, con 1 17.768; Gran Bretaña, con 101.242; Francia, con 82,141; Italia, con 65.170.
Como se irá mostrando, la distinta evolución de los países en cuanto a las cifras de patentes,
puede explicar en buena medida sus diferentes procesos y niveles de desarrollo económico.
12 En algunos casos las fuentes contienen el dato de patentes concedidas a residentes, pero no el de las solicita
das por ellos. Cuando ha sido posible hemos estimado las patentes solicitadas por residentes según la proporción de
patentes concedidas a residentes sobre el total de concedidas.
" Las fuentes fundamentales para los datos de población han sido: Mitchell, B.R. (1976): European Historical
Statisttics, 1750-1970, Nueva York: Columbia University Press; Mitchell B.R. (1992): International Historical
Statistics, 1750-1988. London: MacMillan. Los datos de 1995 se han obtenido de la revista Actualidad Económica.
N° 1956 («El mundo en 1996»), 18-24 de Diciembre de 1995. Algunos datos salteados se han obtenido en la
Enciclopedia Espasa Calpe.
PATENTES Y PROGRESO TECNOLÓGICO. 1 79 1 - 1 993... 63
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64 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
El Producto Interior Bruto (PIB) es una medida del tamaño de una economía, pero no dice
casi nada sobre su nivel de desarrollo económico. Para ello, es necesario calcular otros indi
cadores, como, por ejemplo, el PIB por habitante. De manera análoga, la cifra de patentes
totales da una primera idea de la cantidad de recursos dedicada por cada país a la inversión
en tecnología: permite advertir cuáles son las grandes potencias en materia tecnológica. Sin
embargo, la cifra total de patentes no indica el nivel de desarrollo tecnológico. Para cono
cerlo, es necesario calcular el número de patentes por habitante. Según este indicador, las pri
meras posiciones en el nivel tecnológico a lo largo de toda la edad contemporánea las ocu
pan una serie de países de pequeño tamaño (ver cuadro 2.3 y gráficos 2.1 a 2.5). La elevada
proporción de patentes por habitante en países como Bélgica, Holanda, Suiza14 o Suecia,
indica que tienen un gran nivel tecnológico. Y esto es, precisamente, lo que ha hecho que,
sin ser países grandes ni de gran poderío político o militar en el contexto internacional, hayan
conseguido un notable peso económico y comercial, junto con muy elevados niveles de vida.
De esta forma, se puede decir que, así como la renta per capita es un indicador del nivel de
desarrollo económico de una nación, la ratio de patentes por habitante puede ser un indica
dor fiable del grado de desarrollo tecnológico. Además, la coincidencia, grosso modo, de la
posición de los distintos países según sus cifras de renta per capita y de patentes por habi
tante indica la estrecha relación entre nivel tecnológico y desarrollo económico.
En un primer análisis de los datos se observa, por tanto, que para hacer comparaciones
internacionales no se puede utilizar el número total de patentes, sino que es imprescindible
obtener el de patentes por habitante. Como se observa en los cuadros y gráficos referidos, el
número de patentes solicitadas ha crecido notablemente en todos los países a lo largo de los
dos últimos siglos. En términos generales se puede decir que ha habido tres grandes etapas
de crecimiento en cuanto a la actividad inventiva o patentadora —si se puede hablar así—
de las naciones: La primera abarca todo el siglo XIX y el primer tercio del XX —hasta la
crisis del 29—. En esta etapa, el ritmo más rápido de crecimiento se produjo a finales del
siglo XIX y en los años posteriores a la I Guerra Mundial, hasta la crisis del 29. La segunda
va desde el final de la II Guerra Mundial hasta la crisis de los 70. La tercera —de gran expan
sión— comenzó a mediados de los años 80, y todavía persiste. Al final de los dos primeros
grandes períodos de crecimiento hubo sendas fuertes crisis, que coinciden con las dos gran
des depresiones económicas del siglo XX: la del 29 y la de los años 70. Estas crisis en las
solicitudes de patentes son indicativas de la profunda conexión entre la tecnología y las
variables económicas. Además, la larga duración de estas recesiones indica que las patentes
están ligadas a alguna variable económica no coyuntural, sino estructural: las cifras de
patentes se ven afectadas por las fluctuaciones económicas internacionales de manera muy
parecida a como lo hacen las cifras de inversión de capital, lo cual hace pensar que es ésta
la variable económica con la que más relacionada está la actividad patentadora. Esta es una
primera evidencia a favor de nuestra hipótesis (ver capítulo 1) sobre la estrecha relación
14 Los datos de patentes de Suiza están disponibles a partir de 1890 debido a que hasta el 10 de julio de 1887,
la ley suiza sólo protegía la parte de la propiedad industrial correspondiente a las marcas de fábrica y de comer
cio. Por tanto, hasta 1890 no comenzaron a registrarse patentes en Suiza. En esta fecha se aprobó por referéndum
la protección de todas las ramas de la propiedad industrial. Las dudas de la sociedad suiza sobre la eficacia del sis
tema de patentes —cuando en toda Europa estaba ya consolidado— ya habían quedado reflejadas en el referén
dum de 1882, en el que la protección de la propiedad industrial había sido rechazada por 156.658 votos contra
141.656 (Ver BOPI de 16-V-1887, p. 23). No obstante, el hecho de que desde el momento en que se aprobó la ley
de patentes. Suiza se convirtiera en uno de los países con una mayor ratio de patentes por habitante, es demostra
tivo de la enorme vitalidad tecnológica de esta sociedad. También demuestra que, al menos en economía, «la ley
va por detrás de la vida».
PATENTES Y PROGRESO TECNOLÓGICO. 1791-1993... 65
entre patentes e inversión, que está de acuerdo con las ideas de importantes economistas e
historiadores económicos15 en relación a que la tecnología no es un factor exógeno del desa
rrollo económico, sino endógeno, y en gran medida incorporado —embodied— en el capi
tal. Dentro de los tres grandes ciclos referidos, ha habido continuas fluctuaciones en el corto
plazo en las cifras de patentes solicitadas. Se puede observar, por tanto, en las series históri
cas de patentes solicitadas tres ciclos de expansión y recesión de larga duración; y dentro
cada uno de ellos una serie de ciclos cortos.
Las estadísticas de patentes indican que el final del siglo XX está siendo la etapa de la his
toria de mayor actividad inventiva. La realidad económica muestra que esto está fuera de
toda duda; no obstante, hay que analizar con cautela las cifras de patentes a partir de los años
80. La entrada en vigor del Convenio sobre la Concesión de Patentes Europeas el 7 de
Octubre de 1977 y su posterior reflejo en las estadísticas de patentes de los distintos países
europeos —sobre todo a partir de 1985— hacen que desde esta última fecha — 1985—,
hayamos de ser cautos en la interpretación de las estadísticas de patentes de los países euro
peos. Esto es así porque por el citado Convenio las patentes solicitadas en la Oficina Europea
de Patentes causan el efecto de cualquier patente nacional en todos aquellos países en los que
el inventor quiera protección: con un sólo acto de registro —que, además, puede hacerse en
cualquier oficina nacional— se puede alcanzar protección en todos los países acogidos al
Convenio. A partir de 1985 las patentes europeas comienzan a registrarse en las estadísticas
de cada país como si fueran patentes nacionales, por lo que, como puede observarse en los
gráficos, a partir de este año se producen unos incrementos desproporcionados en el núme
ro de patentes.
A pesar de todo, si la creciente facilidad de patentar en cualquier parte del mundo obli
ga a ir con cautela en el análisis comparado de las estadísticas de patentes de finales del
siglo XX, por otro lado, estas cifras demuestran que en los últimos años se está dando un
proceso de difusión de las tecnologías a nivel internacional a un ritmo sin precedentes en
la Historia. Sin duda, los avances en las tecnologías de la informática y de las comunica
ciones han sido los responsables de este hecho. Los efectos que esta enorme difusión de
la tecnología está causando sobre el desarrollo económico son dignos de un profundo
estudio. Se puede decir, por tanto, que aunque la multiplicación del número registrado de
patentes de los últimos años sea un poco artificial, este proceso puede ser muy positivo,
pues cuanto más se difundan los conocimientos, más posibilidades de alcanzarlos tendrán
todos los países y, por tanto, más facilitado se verá el desarrollo económico de la huma
nidad.
Se trata de un proceso imparable y sin límite porque es inherente a cualquier actividad
humana la búsqueda de la mejora, la innovación, el ahorro de recursos. En la medida en que
la inmensa mayoría de los inventos patentados busca un beneficio económico con su aplica
ción a la industria, el comercio o la agricultura, es claro que las series históricas de patentes
son un reflejo del crecimiento económico de los países. Al igual que la renta por habitante,
la variable patentes totales per capita —en líneas generales— ha ido en aumento con el tiem
po en todos los países. La investigación recogida en este y en el siguiente capítulo muestra
que este hecho no es una casualidad: los niveles de desarrollo económico de los países están
muy en relación con sus cifras de patentes per capita. En el capítulo 3 se recogen los resul
tados de una serie de modelos de regresión entre las cifras de patentes y una serie de varia
bles económicas que confirman esta idea.
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Como se acaba de explicar, el indicador de patentes por habitante sirve para obtener
una idea sobre el nivel tecnológico —o la importancia de la inversión en tecnología— en
la historia de cada país. Para el primer tercio del siglo XIX hay datos de pocos países
debido a que buena parte de las leyes modernas de patentes surge a partir de mediados
del siglo XIX. Sin embargo, ya desde esta época se observan marcadas diferencias tanto
en el número de patentes como en la ratio patentes por mil habitantes. Hasta 1810 sólo
tenemos datos para Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos. El corte de 1810 (ver cua
dro 2,3) muestra que Estados Unidos destacaba en estas tempranas épocas sobre los otros
dos países en cuanto a la propensión a patentar16. Sin embargo, a partir de 1830, con el
comienzo de la era industrializadora en los países de la Europa continental, los datos de
patentes por habitante indican que se estaba desarrollando un gran dinamismo tecnológi
co en países como Bélgica, Países Bajos y en muchos otros que también estaban inician
do sus respectivas revoluciones industriales. De esta forma, los países con más larga tra
dición en cuanto a sus leyes de patentes —Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia— fue
ron cediendo posiciones en favor de otros tecnológicamente muy dinámicos. Hasta fina
les del XIX los países con mayor propensión a patentar serán Bélgica, Canadá, Austria.
Desde entonces, Suiza y Suecia tomarán la delantera hasta la irrupción de Japón en el
último tercio del siglo XX.
La aventajada posición de estos pequeños países en la ratio de patentes por habitante se
puede explicar, en general, por dos factores —que habrá que matizar caso por caso—. El pri
mero es que la única manera de competir con los gigantes de la economía mundial y de no
verse invadidos por sus productos —muy baratos en muchos casos debido a las grandes eco
nomías de escala que alcanzaban las empresas en aquellos grandes países—, era mediante la
especialización en determinados sectores; y, en esos sectores, siendo más competitivos que
los grandes. Una manera de conseguirlo podría ser mediante unas mayores tasas de inver
sión en ciencia y tecnología propias. Este factor estaría indicado por la ratio de patentes de
residentes por mil habitantes. Pues bien, en el cuadro 2,5 se puede comprobar que, si bien
estos pequeños países han tenido tradicionalmente altas tasas de patentes nacionales por
habitante, se han situado —con la excepción de Suiza y algún otro, que han sido también
líderes en este aspecto— en un nivel parecido al de los grandes países: Estados Unidos,
Alemania, Francia y Gran Bretaña. Esto significa que su ventaja en la ratio de patentes tota
les por habitante ha estado causado, principalmente, por otros motivos.
El segundo factor está relacionado con el proceso de expansión de las inversiones exte
riores. En muchos casos —como sucedió en España con muchas empresas multinacionales
instaladas en territorio español entre 1882 y 1935—, el comienzo de las inversiones de una
empresa industrial en una nación extranjera iba acompañado con el registro en ese país de
las patentes que eran la base de su negocio. Es decir, el número de patentes extranjeras en un
país estaba directamente relacionado con la inversión extranjera. Esto quiere decir que la
ratio de patentes extranjeras por habitante es una medida del interés inversor exterior en una
economía. Y este interés depende de las condiciones o garantías ofrecidas al capital externo
por el país receptor. Pues bien, como se puede comprobar en el cuadro 2,5, los países de
pequeño tamaño con grandes tasas de patentes totales por habitante —Suiza, Dinamarca,
16 Entendiendo por «propensión a patentar» el número de patentes por habitante solicitadas en un país en un año
determinado.
PATENTES Y PROGRESO TECNOLÓGICO, 1 791-1993... 69
Austria, Holanda, Noruega, Bélgica, Canadá,...— han sido también los que tradicionalmen-
te han tenido mayores ratios de patentes de extranjeros por mil habitantes. Esto significa que
los inversores internacionales los han considerado buenos lugares donde dirigir sus inver
siones y, por tanto, también han patentado preferentemente en ellos. Por tanto, la mayor ratio
de patentes de extranjeros es la principal causa de la ventaja que presentan estos pequeños
países con respecto a las grandes potencias en las cifras de patentes totales por habitante.
Dejando aparte las grandes potencias de la economía internacional —en especial Estados
Unidos y Gran Bretaña—, la comparación de los datos de los cuadros 2,3, 2,5 y 2,6 (patentes tota
les, nacionales y extranjeras por mil habitantes, respectivamente) con los del cuadro 2,4 (renta per
capita) muestra que los países que han estado en las primeras posiciones en cuanto a patentes por
habitante son, por lo general, los que también se han situado en las primeras posiciones de desa
rrollo económico. Desde otro punto de vista, aquéllos que han tenido menores ratios de patentes
por habitante son los que se han quedado más rezagados en sus niveles de vida.
Los casos de Estados Unidos, Alemania, Francia y Gran Bretaña —países muy desarrolla
dos económicamente pero con una ratio de patentes totales por habitante relativamente
pequeña (a excepción de Alemania)—, ponen de manifiesto que este indicador no es sufi
ciente para entender la distinta evolución de la economía de los países y sus distintos grados
de desarrollo. Por el contrario, si se tiene en cuenta la posición de estas naciones en la ratio
de patentes de residentes por mil habitantes —que es el indicador más adecuado del nivel tec
nológico nacional— (ver cuadro 2,5), la relación entre patentes y desarrollo económico queda
mejor explicada. Y si, además, se toma en consideración la cifra total de solicitudes de
patentes en estos grandes países —que son, precisamente, los que han tenido mayor número
de solicitudes de patentes a lo largo de la historia contemporánea—, la relación entre patentes
y desarrollo económico queda mejor explicada17, debido a los efectos de escala que puede
alcanzar una patente en estas enormes economías. Es decir, las grandes potencias han podido
mantener su presencia y competitividad en el comercio internacional y permanecer entre los
países más desarrollados sin haber necesitado de unas tasas de innovación tecnológica —de
inversión en ciencia y tecnología— tan frenéticas como las de los pequeños países, porque
han gozado de las enormes ventajas de disponer de unos inmensos mercados interiores y, por
tanto, de unas enormes economías de escala. Y en esto, indudablemente, Estados Unidos ha
sido el más beneficiado. Por esto se explica que desde finales del siglo XIX haya sido el país
con una mayor renta per capita media, sin haber tenido las mayores ratios de patentes por
habitante. Otro factor que ha contribuido, sin duda, al gran nivel de vida norteamericano y que
tiene que ver con su nivel tecnológico, es que ha sido pionero en muchos campos de la tec
nología aplicada a la industria. Por tanto, a los beneficios de las economías de escala, ha
sumado los que siempre proporciona ser elfirst comer en cualquier actividad de alta tecnolo
gía; aparte de los obtenidos por su enorme riqueza en recursos naturales. Los grandes países
tampoco han tenido altas ratios de patentes extranjeras, precisamente, porque han sido ellos
los grandes exportadores de capital, de tecnología y de patentes a otros países. Aspecto este
que, sin duda, les ha generado unos enormes beneficios. En definitiva, se puede concluir que
al quitar de la muestra estos grandes países, el orden del resto según su renta per capita coin
cide muy exactamente con su ordenación según la ratio patentes por habitante.
17 En el capítulo siguiente se confirma esta idea en una regresión que toma la renta per capita como variable
dependiente, y como variables explicativas tanto las patentes per capita como las totales.
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PATENTES Y PROGRESO TECNOLÓGICO. 1791-1993... 71
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72 JOSÉ MARÍA ORTIZ-V1LLAJOS
Gráfico 2.1
Patentes solicitadas por mil habitantes, 1791-1990 (Subgrupo 1)
9-
1791 1801 I8H 1821 1831 1841 1851 1861 1871 1881 1891 1901 1911 1921 1931 1941 1951 1961 1971 1981
Fuentes: Apéndice 1 .
Gráfico 2.2
Patentes solicitadas por mil habitantes, 1791-1985 (Subgrupo 2)
0,5-
0
1791 1801 1811 1821 1831 1841 1851 1861 1871 1881 1891 1901 1911 1921 1931 1941 1951 1961 1971 1981
Fuentes: Apéndice 1.
PATENTES Y PROGRESO TECNOLÓGICO, 1791-1993... 73
Gráfico 2.3
Patentes solicitadas por mil habitantes, 1791-1990 (Subgrupo 3)
1791 1800180918181827183618451863 1872 1881 1890189919081917 1926 1935 1944 1953 1962 1971 1980 1989
Fuentes: Apéndice 1.
Gráfico 2.4
Patentes solicitadas por mil habitantes, 1791-1985 (Subgrupo 4)
2.5 -
0
1791 1801 1811 1821 1831 1841 1851 1861 1871 1881 1891 1901 1911 1921 1931 1941 1951 1961 1971 1981
Fuentes: Apéndice 1.
74 JOSE MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Gráfico 2.5
Patentes solicitadas por mil habitantes, 1791-1985 (Subgrupo 5)
1791 1800 18091818 1827 1836 1845 18541863 1872 1881 1890 18991908 1917 1926 193519441953 1962 19711980
Fuentes: Apéndice I.
18 O que, si no lo han hecho hasta épocas recientes —como es el caso de Gran Bretaña, Francia y Estados
Unidos—, casi lo habían alcanzado a mediados de siglo, y que. por otro lado, se trata de naciones de una impor
tante tradición innovadora en tecnología.
PATENTES Y PROGRESO TECNOLÓGICO. 1791-1993...
que se incluyen otros cuatro países: Suecia (1,70), Bélgica (1,36), Austria (1,40) y Canadá
(1,36). Se trata de países con una tradición que viene del siglo XIX, desde cuando se han
mantenido en el grupo de cabeza en cuanto al número de patentes por habitante. Subgrupo 2
(gráfico 2.2), compuesto por Holanda, Alemania, Dinamarca, Noruega y Australia. Se trata
de países con una larga tradición inventiva y que en 1960 tenían una ratio de en torno a 1,1
patentes por mil habitantes. Dentro de este subgrupo es digno de una mención especial
Alemania que es, de las cuatro grandes potencias mundiales, la que más esfuerzo en ciencia
y tecnología ha realizado. Ha superado con asombroso éxito y rapidez las tremendas difi
cultades sufridas tras las dos grandes guerras del siglo XX, y ha sabido mantenerse siempre
entre las naciones más desarrolladas técnica y económicamente. Hay que decir también, que
lodo esto lo ha llevado a cabo, sobre todo, mediante la generación de tecnologías propias, lo
que se refleja en una proporción muy elevada de patentes de residentes en el país. Subgrupo
3 (gráfico 2.3), integrado por Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. Ninguno de ellos
alcanzaba en 1960 la ratio de una patente por mil habitantes, aunque estaban muy cerca.
Además, Francia y Gran Bretaña la superaron antes de los años 70. Estados Unidos tenía en
el año citado una ratio bajísima en relación con lo que cabría esperar: 0,44 patentes por mil
habitantes. Sin embargo, se incluye en este grupo por la importancia de su tecnología y por
sus peculiaridades arriba referidas; y también porque unos años atrás casi alcanzó la ratio de
una patente por mil habitantes y porque, además, ha sido un país con una elevadísima tasa
de inmigración, por lo que sus cifras de patentes por habitante están relativamente distorsio
nadas a la baja. Se acaba de explicar que las causas de la aparente paradoja que muestran
estos países —que siendo los de mayor tradición en cuanto a la utilización del sistema de
patentes y, a la vez (sin contar Alemania), las grandes potencias económicas de la era con
temporánea, han tenido, por el contrario, unas bajas tasas de patentes por habitante— hay
que buscarlas en el gran tamaño de sus mercados y en los grandes beneficios de sus econo
mías de escala. De todas formas, al comparar las cifras de patentes totales y de patentes por
habitante de estas tres potencias con las de, por ejemplo, Japón, se pone de manifiesto que
sí han podido tener en el último cuarto del siglo XX cierto descuido en su esfuerzo innova
dor. Esto ha permitido a otros países —Japón, Canadá, Suiza— convertirse en serios com
petidores suyos en productos en los que tradicionalmente han sido líderes.
Dentro del grupo de países históricamente más atrasados tecnológicamente, se han dis
tinguido dos subgrupos: Subgrupo 4 (gráfico 2.4), compuesto por Finlandia, Italia, Hungría,
Checoslovaquia, Japón19 e Irlanda: países que en 1961 tenían una ratio de alrededor de 0,5
patentes por mil habitantes. Aunque el desarrollo anterior y posterior que han seguido estos
países ha sido diferente, esta clasificación puede servir como primera aproximación. Quizá
la característica común de todos ellos es que se trata de países que en el siglo XIX han sido
poco innovadores en tecnología, pero en el XX, y más bien después de la II Guerra Mundial,
gracias a la tecnología han conseguido ser competitivos en el contexto internacional, e inclu
so verdaderas potencias tecnológicas y económicas como es el caso de Japón e Italia.
Hungría y Checoslovaquia son dos casos peculiares por sus circunstancias políticas: hasta la
II Guerra Mundial fueron los más avanzados tecnológicamente del grupo; durante los pri
meros años de comunismo sufrieron un fuerte retroceso en las solicitudes de patentes; y sólo
a partir de mediados de los cincuenta volvieron a recuperar su antigua fuerza y tradición
19 La razón de incluir a Japón dentro de este grupo es el hecho de que hasta épocas muy recientes ha tenido unas
discretas o bajas ratios de patentes por habitante. Si sólo se tuviera en cuenta la situación en la segunda mitad del
siglo XX, sin duda que habría que incluirlo en el grupo de países más tecnificados.
76 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
20 El proceso que están siguiendo en los últimos años los llamados dragones asiáticos —Taiwan, Corea,
Singapur, Hong Kong— tiene bastante parecido con el que tuvo lugar en Japón hace 40 años: un sacrificio del con
sumo presente para mantener unas elevadísimas tasas de inversión en ciencia y tecnología. La estrategia que están
siguiendo —absolutamente clara y decidida—, ya está dando unos grandes resultados y les está llevando al éxito.
Estos casos demuestran que la Historia no es tan determinante como se ha podido decir. Los «milagros» existen y
el secreto para que se produzcan está en una palabra, no precisamente mágica: trabajo.
21 El pico que muestra el gráfico en 1928 es circunstancial y provocado por la promulgación de la nueva Ley de
Patentes del año anterior. Esto es lo que siempre sucede al promulgarse una nueva Ley de patentes: todos los invento
res que hasta entonces no habían podido patentar sus inventos o lo habían hecho en otros países, se apresuran a acoger
se a la protección de la Ley, por lo que en los dos o tres años siguientes el número de patentes suele ser muy grande.
PATENTES Y PROGRESO TECNOLÓGICO. 1791-1993... 77
les por habitante, es, sin duda, el indicador más adecuado para medir la incidencia de la tec
nología patentada en el desarrollo económico global de una nación. El desarrollo tecnológi
co y económico no depende del mayor o menor grado de protección de un país a la entrada
de tecnología extranjera, sino, sobre todo del grado de asimilación de ésta, ya sea extranje
ra o nacional. Parece, por tanto, mucho más fiable como indicador del desarrollo de un país
la ratio patentes totales que la de patentes nacionales por habitante. No obstante, el índice de
patentes nacionales puede servir para aclarar algunos aspectos oscuros de las conclusiones
que se obtengan del análisis de la ratio patentes totales per capita; como por ejemplo, el caso
de Estados Unidos.
Gráfico 2.6
Patentes totales, nacionales y extranjeras solicitadas en España, 1826-1993
íiO.(XK)
50.(XX) -
30,000 -
20.000 -
10,000-
1826 1836 1846 1856 1866 1876 1886 1896 1906 1916 1926 1936 1946 1956 1966 1976 1986
Fuentes: Apéndice 1
JOSE MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Gráfico 2.7
Patentes totales, nacionales y extranjeras solicitadas en España, 1826-1993 (Escala logarítmica)
100,000
10,000-
1,000-
100-
10-
1
1826 1836 1846 1856 1866 1876 1886 1896 1906 1916 1926 1936 1946 1956 1966 1976 1986
Fuentes: Apéndice I .
De la serie de patentes totales solicitadas en España entre 1826 y 1993, no están dispo
nibles los datos de dos breves períodos: 1938-1946 y 1958-1959. La distinción de patentes
de residentes y no residentes, se ha podido obtener sólo para los períodos que van de 1 882
a 193522 y de 1965 a 1993. En el gráfico 2,6 se recogen las tres series a escala real: las
patentes totales, las patentes de residentes y las de extranjeros (en el gráfico 2,7 se repre
sentan los mismos datos a escala logarítmica). Puede comprobarse el impresionante salto
cuantitativo que se produjo a partir de 1986 en la serie de patentes totales. Como se ha
explicado, este salto es artificial, pues se debe a la ratificación por parte de España del
Convenio de Munich sobre Patentes Europeas, que implicaba el registro automático de las
patentes solicitadas en la Oficina Europea de Patentes, en la oficina de patentes de cada
país firmante (actualmente 19): como se ve, el salto se debe exclusivamente a las patentes
solicitadas por no residentes en España. También puede comprobarse en este gráfico que
la serie de patentes solicitadas por residentes sigue una tendencia normal, por lo que estos
datos sí son homogéneos con respecto a los de los años anteriores. En el gráfico 2,8 están
representadas las mismas series, pero sólo hasta el año 1986, hasta el que se puede hacer
un análisis histórico comparado de las tres series. En el gráfico 2,9 se recogen las tres
series normalizadas por la población. En ambos gráficos se perciben los mismos ciclos en
la actividad inventiva española.
22 En este caso no hay estadísticas publicadas que distingan entre patentes nacionales y extranjeras en
España. La información se ha obtenido a partir de la base de datos que hemos construido con las patentes
solicitadas en siete años salteados: 1882, 1887, 1897, 1907, 1917, 1922 y 1935. La serie temporal está inter
polada.
PATENTES Y PROGRESO TECNOLÓGICO. 1791-1993.. 81
Gráfico 2.8
Patentes totales, nacionales y extranjeras solicitadas en España, 1.826-1996
1 6.000 -i
U ■I 1 I i , i 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
1826 1836 1846 1856 1866 1876 1886 1896 1906 1916 1926 1936 1946 1956 1966 1976 1986
Gráfico 2.9
Patentes totales, nacionales y extranjeras por mil habitantes solicitadas en España, 1826-1986
0.45
m 1 i 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
1826 1836 1846 1856 1866 1876 1886 1896 1906 1916 1926 1936 1946 1956 1966 1976 1986
Las patentes nacionales sólo han superado en número a las extranjeras en los años treinta de este
siglo (exceptuando los de la I Guerra Mundial, que son años anómalos). La diferencia a favor de
las extranjeras ha alcanzado los máximos históricos en la segunda mitad del siglo XX. Esto no es
un fenómeno exclusivo de España: el incremento de la importancia de las patentes extranjeras ha
sido algo generalizado en todos los países del mundo en la segunda mitad del siglo XX (ver
Apéndices 2.A y 2.B). Esto se debe, como ya se ha explicado, a la creciente interconexión de las
economías de todos los países, que está haciendo que poco a poco vayan desapareciendo las barre
ras económicas, tecnológicas y sociales. El descenso del número de patentes solicitadas por resi
dentes desde principios de los años setenta y su recuperación a partir de mediados de los ochenta,
ha sido también un hecho generalizado en todo el mundo, por lo que, bajo este aspecto, España ha
seguido las pautas lógicas. Es llamativo que a finales del siglo XX la ratio de patentes de residen
tes por mil habitantes (gráfico 2.9) haya descendido a los niveles de principios de siglo. Esto tam
bién ha sido un hecho generalizado en todos los países del mundo —con alguna excepción, como
Japón— (ver Apéndices 2.A y 2.B). La explicación de este hecho está seguramente relacionada
con la disminución de la proporción de patentes de personas individuales con respecto a las
patentes de empresas. A lo largo del siglo XX se ha ido consolidando el fenómeno de la institu-
cionalización de la investigación y la innovación tecnológica dentro de la empresa. Este hecho,
junto con el incremento de la complejidad de la tecnología, necesitada cada vez más de grandes
inversiones financieras, ha implicado que los pequeños inventos de personas individuales hayan
ido siendo cada vez más escasos relativamente. Esta es, por tanto, la causa primordial del paulati
no descenso del valor de la ratio de patentes de residentes por mil habitantes desde, aproximada
mente, mediados del siglo XX. Pero, entonces, hay que preguntarse por qué la ratio de patentes
totales por mil habitantes se ha ido incrementando a lo largo de todo el siglo XX. La causa ya se
ha apuntado arriba: se debe a la creciente internacionalización de los mercados, que ha implicado
la presencia de cada vez más empresarios de todos los países en todo el mundo. Los empresarios
que han patentado un invento en su país y que han querido expandir el mismo negocio en otras
zonas del mundo, han patentado el mismo invento en muchos otros países. Por lo que la patente
de un solo invento se ha multiplicado por el número de países donde se haya registrado.
Según la clasificación presentada antes, de los 23 países analizados, España se ha situado tra-
dicionalmente en el grupo de países con menor nivel tecnológico. El gráfico 2. 10 muestra que entre
1820 y 1980, España ha estado siempre a la cola de los países desarrollados en cuanto al número
total de patentes por mil habitantes. Se observa, no obstante, una convergencia constante en este
indicador entre todos los países a lo largo del tiempo. Con el proceso de internacionalización de la
economía, el peso de las patentes de extranjeros ha ido en aumento en todos las naciones, y en
nuestros días ha alcanzado las proporciones mayores de la historia. Ya se ha dicho que el número
total de patentes solicitadas en un país es el que más clara relación guarda con su nivel de desa
rrollo económico —pues las patentes extranjeras aplicadas tienen la misma incidencia directa
sobre la producción de un país que las patentes nacionales—; sin embargo, este dato dice poco
acerca de la capacidad interna de generar innovaciones. La variable más adecuada para determi
nar esto son las patentes solicitadas por residentes en el país, que son un indicador de la tecnolo
gía producida en el interior. En el gráfico 2.11 se comprueba que, en este caso, España también ha
sido históricamente el país menos desarrollado de los nueve estudiados. Las dos etapas en las que
estuvo más cerca del resto de países fue en la década de 1920 y en los años 60. Este gráfico mues
PATENTES Y PROGRESO TECNOLOGICO, 1791-1993... 83
también que hasta mediados del siglo XX hubo un proceso de convergencia entre los países, pero
desde entonces hasta nuestros días, se ha dado el proceso contrario: unos países —Japón, Suiza,
Alemania,...— han apostado por la generación de tecnología propia, mientras que otros —España,
Italia, Bélgica,...— parecen haber quedado muy descolgados en este esfuerzo.
Otra medida que puede dar alguna orientación sobre el nivel técnico de los países en la histo
ria contemporánea es la que pone en relación las patentes con el PIB. El gráfico 2, 12 muestra la
evolución de la raña patentes totales/PIB en los 9 países que se están comparando. El orden de
los países es similar al de los otros indicadores. España también muestra un notable atraso con
respecto a los países más adelantados. Sin embargo, la interpretación de este indicador ha de
hacerse con mucha cautela. Como es sabido, el progreso tecnológico de la economía norteame
ricana en la segunda mitad del sigo XX ha sido espectacular, lo cual no estaría de acuerdo con la
evolución de la ratio patentes/PIB. Según esta medida, Estados Unidos habría sido desde los años
cincuenta el país más atrasado de todos desde el punto de vista tecnológico. La explicación de
esta idea tan chocante está en que la ratio patentes/PIB relaciona dos variables que tienen una
fuerte influencia una sobre otra: las patentes —la tecnología— están dirigidas primordialmente a
aumentar la productividad y, por tanto, la producción. Esto quiere decir que un gran aumento de
la productividad causado por la aplicación de los inventos en la economía, implicará que la ratio
patentes/PIB sufrirá una fuerte disminución. Por tanto, cuanto menor sea esta ratio, mayor habrá
sido la eficacia de las patentes en conseguir el fin perseguido: el aumento de la productividad de
la economía. Por el contrario, un incremento en el número de patentes hará que el valor de esta
ratio aumente, o que disminuya poco. Esto podría llevar a la conclusión, según el razonamiento
anterior, de que las patentes estarían teniendo una escasa influencia sobre el aumento de la pro
ductividad, lo cual no parece lógico ¿Cómo interpretar esta aparente contradicción?
Gráfico 2,10
Patentes totales por mil habitantes en 9 países: Porcentaje con respecto a la media de 23 países,
1820-1985 (Escala logarítmica)
1.000
KXI
I
1 820 1 830 1 840 1 850 1 860 1 870 1 880 1 890 1 900 1 9 1 0 1 9 1 3 1 920 1 925 1 929 1 933 1 938 1 950 1 955 1 960 1 965 1 970 1 975 1 980 1 985
Gráfico 2.11
Patentes de residentes por mil habitantes en 9 países: Porcentaje con respecto a la media
de 23 países. 1820-1985 (Escala logarítmica)
1 .(XX)
% 100-
1820183018401850 186018701880 1890 1900 1910 1913 1920 1925192919331938 195019551960 1965 1970 1975 1980 1985
Gráfico 2.12
Ratio Patentes/PIB en 9 países: Porcentaje con respecto a la media de 23 países,
1820-1985 (Escala logarítmica)
1,000
100-
18201830 1840 1850 1860 1870 1880 1890 1900 1910 1913 1920 1925 1929 1933 1938 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985
Si se observan detenidamente el gráfico 2.12 y el Apéndice 2.B —donde se recoge, país por
país, la evolución de los índices calculados con las patentes, la población y el PIB—, se puede
comprobar que la ratio patentes/PIB ha tenido en general dos etapas en la historia contempo
ránea. En la primera, la tendencia fue creciente. Esta etapa coincide con los primeros pasos del
desarrollo económico moderno, en los que la inversión en tecnología tardó un cierto tiempo en
provocar grandes incrementos en la productividad industrial. En la segunda etapa, debido a la
gran eficacia de las innovaciones tecnológicas aplicadas a la industria, la producción creció a
ritmo mayor que la inversión en tecnología, por lo que el indicador patentes/PIB comenzó a
tener una tendencia decreciente. Según esto, Estados Unidos fue el país que más temprana
mente pasó a la segunda etapa, pues allí, la ratio patentes/PIB comenzó a descender en el últi
mo cuarto del siglo XIX, mientras que en otros países, como Alemania, Francia, Italia o Japón,
no lo hizo hasta la década de 1920. España mostró una primera etapa de modernización tam
bién en la década de 1920. Sin embargo en las décadas siguientes sufrió un fuerte frenazo en
este proceso, que sólo volvió a reiniciarse a partir de la década de 1960.
En definitiva, el descenso del valor del índice patentes/PIB observado en todos los países
occidentales a lo largo del siglo XX, ha sido consecuencia del gran aumento de la producti
vidad provocado por la innovación tecnológica. Esto quiere decir que, en general, la dismi
nución a largo plazo del valor de esta ratio es un indicador de modernización económica. Sin
embargo, la tendencia general en todos los países desarrollados ha sido de aumento en el
siglo XIX (en general, hasta la década de 1920 ó 1930) y descenso en el XX (a partir del pri
mer tercio)23. Según esto —y con el riesgo que implica cualquier generalización—, se puede
concluir que el incremento de la ratio patentes/PIB hasta la década de 1 920,30 y su descen
so a partir de entonces, son signos de modernización tecnológica24. Estas etapas se produ
jeron con algunas décadas de anticipación en los primeros países industrializados, como
Gran Bretaña y Estados Unidos, aunque se ajustan bien al caso español.
23 Los países que han tenido un segundo ciclo de crecimiento y disminución de esta ratio en la segunda mitad
del siglo XX —como es el caso de España— han sido los de modernización económica tardía.
-* Hay excepciones generales: la disminución de la ratio patentes/PIB tras las Crisis de 1929 y de 1970. indica
un fuerte descenso de la inversión tecnológica y, por tanto, no se trata de años de modernización con fuertes aumen
tos en la productividad, sino todo lo contrario.
25 Tortella (1994, p. 5).
SO JOSE MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
do con mucho a España y ésta, a su vez, se ha situado muy por encima de Portugal a lo largo de
toda la historia contemporánea. Estas diferencias se suavizan al tomar la ratio de patentes por mil
habitantes (gráfico 2, 14), indicador más adecuado para comparar el desarrollo del nivel tecnoló
gico de los tres países. España e Italia tuvieron el mismo nivel tecnológico hasta finales del siglo
XIX, a partir de cuando Italia se despegó clarísimamente de España. Desde entonces ha estado
siempre por encima hasta la década de 1980, aunque España se acercó en los años treinta.
Portugal estuvo muy cerca de España hasta la I Guerra Mundial, pero en la década de 1 920, mien
tras Italia y, sobre todo, España tuvieron una fuerte expansión tecnológica, Portugal sufrió una
profunda crisis, de la que no se recuperaría hasta mediados de siglo.
Gráfico 2.13
Patentes solicitadas en España, Italia, Portugal y Grecia, 1826-1986
50.000
45.(XX) -
40,000-
« 35,000-
| 30.(XX)-
i
-o 25.(XX)-
e
E
•3 20,000-
z
15.(XX)-
1826 1833 1840 1847 1854 1861 1868 1875 1882 188918% 1903 1910 1917 1924 1931 1938 1945 1952 1959 1966 1973 1980
Escala logarítmica
I00.(XX)
1826 1834 1842 1850 1858 1866 1874 1882 1890 1898 1906 1914 1922 1930 1938 1946 1954 1962 1970 1978 1986
Fuentes: Apéndice 1 .
PATENTES Y PROGRESO TECNOLOGICO. 1791-1993 . X7
Gráfico 2.14
Patentes por mil habitantes en España, Italia y Portugal, 1826'1986
a3E
z
1826 1836 1846 1856 1866 1876 1886 1896 191)6 1916 1926 1936 1946 1956 1966 1976 1986
Fuentes: Apéndice 1 .
Gráfico 2.15
Patentes por mil habitantes solicitadas por residentes en España, Italia y Portugal, 1882-1993
0.25 -
0,2-
0.15-
0.05 -
O
1826 1836 1846 1856 1866 1876 1886 1896 1906 1916 1926 1936 1946 1956 1966 1976 1986
La evolución en la segunda mitad de siglo ha sido similar en los tres países, aunque con
diferencias de nivel bastante marcadas: intenso crecimiento hasta la crisis de los setenta,
y fuerte declive desde entonces hasta mediados de los ochenta. El índice de patentes de
residentes por mil habitantes en los tres países (gráfico 2.15), muestra que el esfuerzo tec
nológico nacional realizado por España durante los años veinte y treinta fue más impor
tante que el desarrollado en Italia. Aunque faltan datos de patentes de residentes en España
desde 1936 hasta 1960, las tendencias de las series parecen indicar que Italia estuvo por
encima de España hasta mediados de los años sesenta, y que desde 1966, la crisis sufrida
por la innovación autóctona española fue mucho más fuerte que la italiana. A mediados de
los ochenta, los dos países volvieron a situarse a niveles similares, pero desde los prime
ros noventa los inventores italianos han tenido un despegue mucho más importante que los
españoles. Las cifras de patentes de residentes en Portugal muestran un país mucho menos
desarrollado desde el punto de vista tecnológico que sus otros dos vecinos del Sur de
Europa. Las patentes, en definitiva, prueban la existencia de ese «cierto patrón latino», en
especial para España e Italia, aunque también indican algunas diferencias en las etapas de
desarrollo.
4. CONCLUSIÓN
Los países pioneros en la utilización de las patentes como medio de estimular la activi
dad tecnológica fueron Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia. A lo largo del siglo XIX,
en especial durante la primera mitad, todos los países occidentales —y otros que estaban
en su esfera de influencia— copiaron la legislación sobre propiedad industrial de aquellos
tres países. España no se mantuvo al margen de este proceso: inició su sistema moderno
de patentes con la ley de 1826. Desde entonces, con algunos cambios legislativos, se ha
mantenido siempre en vigor y ha tenido una importancia creciente. La ley de patentes que
ha tenido una mayor incidencia en la promoción de la invención en la historia de España
ha sido, probablemente, la de 1878. Esta ley implicó un enorme descenso de las tasas
legales de patentar, algo que hasta entonces había sido un serio obstáculo para muchos
inventores.
Pero la aportación más importante de este capítulo es el acercamiento al problema de la
cuantificación del cambio tecnológico en la historia contemporánea. Los datos empleados
han sido las estadísticas históricas de patentes de 37 países, a partir de las que se ha realiza
do un estudio comparativo para el período 1791-1993. Se ha demostrado la utilidad de las
series de patentes para conocer la evolución del nivel tecnológico de las naciones. Se han
clasificado los países en cinco grupos según la cifra de patentes por habitante, y comproba
do que, con algunas excepciones, la clasificación coincide con la que se puede realizar
tomando el criterio de la renta por habitante.
Aunque España estuvo tempranamente dotada de un sistema legal de protección de las
patentes, su actividad inventiva, en comparación con los países más desarrollados, ha sido
tradicionalmente muy pequeña. La evolución de los índices de patentes por mil habitantes,
patentes nacionales por mil habitantes y patentes/PIB demuestran claramente esta idea:
España se ha mantenido siempre notablemente por debajo de la media de los países occi
dentales, y a la cola de los países más desarrollados. Su nivel tecnológico —patentes/pobla
ción— fue, sin embargo, similar al italiano hasta finales del XIX. Pero Italia, en los prime
ros decenios del siglo XX dio un fuerte impulso a su nivel tecnológico. Esto hizo que, a par
PATENTES Y PROGRESO TECNOLÓGICO. 1791-1993... 89
tir de entonces —y especialmente desde mediados del siglo XX—, se haya situado por
delante de España. Nuestro país, no obstante, se acercó mucho al nivel italiano en las déca
das de 1920 y 1930, llegando en esta última década a superarlo en la ratio de patentes
nacionales por habitante.
Todavía falta mucho para poder medir el cambio técnico y su incidencia en el desarrollo
económico de las economías occidentales en la historia contemporánea. El trabajo presenta
do en este capítulo es una aportación a este esfuerzo: propone el uso de las patentes como
indicador del progreso tecnológico, y aporta una importante base de datos que podrá ser
empleada en posteriores trabajos cuantitativos.
CAPITULO 3: PATENTES Y DESARROLLO ECONÓMICO
EN LOS SIGLOS XIX Y XX. UN ESTUDIO CUANTITATIVO
1 Technology Gap Approach (Teoría de la Brecha Tecnológica). Esta teoría se inspiró en las grandes ideas de
Gerschenkron (1965), y fue desarrollada por Posner (1961). Gomulka (1971) y Cornwall (1977). Ver Fagerberg
(1987), donde se hace un buen resumen de los postulados de esta teoría.
92 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
2 El índice construido por Fagerberg es: [PAT/(POP>X/GDP)], donde PAT = Solicitudes de patentes en otros
países; POP = Población; X = Exportaciones a precios constantes; GDP = PIB a precios constantes. Ver Fagerberg
(1987, Tahle I. p. 90). La razón de incluir en el índice la proporción de las exportaciones sobre el PIB (grado de
apertura) es que la propensión a patentar en mercados extranjeros depende mucho de la importancia del mercado
interno con respecto a los mercados de exportación.
PATENTES Y DESARROLLO ECONÓMICO EN LOS SIGLOS XIX Y XX... 93
Existen dos modelos de regresión básicos que pueden contrastarse utilizando la variable
patentes solicitadas —en sus diferentes formas— como variable independiente, y la variable
PIB —o alguna variable que exprese el producto de la economía en un año— como variable
dependiente:
El primer modelo (Modelo A) buscaría contestar a la siguiente pregunta: ¿Hay asociación
entre las patentes solicitadas en un año y la producción de la economía en ese año? Las
patentes solicitadas en un año serían un indicador del output de la inversión anual en I+D.
Para relacionar esta variable con la producción de bienes y servicios, a priori no se puede bus
car en el modelo una relación de causalidad —considerar las patentes como un input de la fun
ción de producción de la economía— entre tecnología y producción de bienes y servicios, ya
que las patentes solicitadas en un año serían, en todo caso, tan sólo una pequeña parte de toda
la tecnología empleada en la producción. En consecuencia, al incluir en un modelo estas dos
variables se ha de buscar, más bien, una relación de asociación que pueda indicar si el output
tecnológico tiene algo que ver con el output de bienes y servicios: si han evolucionado histó
ricamente de manera similar; si sus tasas de crecimiento han fluctuado acompasadamente,
etcétera. En el siguiente epígrafe, con los resultados en la mano, se verá si se puede deducir
de ellos alguna relación de causalidad entre tecnología y crecimiento económico.
El segundo modelo (Modelo B) pretende descubrir si existe alguna relación de causalidad
entre las patentes y el desarrollo de la economía. Si a priori se busca una relación de causa
lidad directa, es decir, considerar las patentes —la tecnología— como un input de la función
de producción de bienes y servicios de una economía, entonces no se puede tomar como
variable independiente las patentes solicitadas en un año, sino el «stock de patentes activas»
en cada momento del tiempo. Esto es así porque la tecnología que incide en la producción
anual, no es sólo la recientemente adquirida, sino toda la que se está utilizando en un
momento determinado. Hemos llamado «patentes activas» a las que no están económica
mente obsoletas; es decir, las que todavía pueden estar utilizándose en la producción de bie
nes y servicios de una economía. Dentro del stock de patentes activas, por tanto, se incluyen
tanto aquellas que protegen inventos innovadores, próximos a \afrontera tecnológica —que,
por lo general, estarán entre los más recientemente patentados—, como otras que, aunque
puedan haber sido ya superadas tecnológicamente, todavía se estén empleando o sean sus
ceptibles de aplicarse en la producción. Lógicamente, a nivel agregado es imposible conocer
cuáles son las patentes activas en un momento determinado del tiempo. Por lo tanto, se ha
empleado un indicador aproximado del stock de patentes activas en cada año: la suma acu
mulada de todas las patentes solicitadas en los últimos quince años. Es decir, se ha conside
rado un período medio de amortización de una patente de quince años. El criterio seguido
para establecer este período ha sido el plazo máximo legal de vigencia de una patente, que
ha oscilado, según los países, entre quince y veinte años. Se ha tomado el de quince y no el
de veinte años por el hecho —constatado para el caso de España— de que son pocas las
patentes que llegan a mantenerse en vigor durante todo el plazo permitido por la ley, por lo
que es más realista tomar como período de amortización el plazo más corto de los posibles.
Los cuadros 3. 1 y 3.2 recogen todas las regresiones lineales que se pueden realizar den
tro de cada uno de los dos modelos básicos A y B. La palabra SÍ escrita en algunos recua
dros, quiere indicar que la regresión entre las dos variables es, al menos, lógica en cuanto a
la posible relación económica. La palabra NO, significa que no hay, ni siquiera, una posible
correlación lógica.
JOSE MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 3.1
Modelo A: Búsqueda de una asociación entre patentes solicitadas anualmente y PIB
Cuadro 3.2
Modelo B: Búsqueda de una posible relación de causalidad entre patentes y desarrollo económico
En las regresiones planteadas hay una serie de supuestos sobre la naturaleza de los dis
tintos índices de patentes, cuyo sentido se ha explicado en las páginas precedentes: 1 ) que
las patentes solicitadas en un año (P) es un indicador de la producción anual de tecnología
en un país (P, es la variación anual de esta variable); 2) que el índice de patentes por mil
habitantes solicitadas anualmente (Ppc) es una medida del nivel de desarrollo tecnológico de
un país; 3) que el stock de patentes activas en un año (SP) es un indicador del input anual del
factor de producción tecnología en la economía (SP, es su variación anual); y 4) que el stock
de patentes per capita (SPpc) indica la cantidad de tecnología por habitante utilizada en la
producción anual (si se dividen las patentes por el número de trabajadores se obtendría la
tecnología por trabajador3). En todo caso, conviene no perder de vista que el alcance y los
resultados de las regresiones se circunscriben a las limitaciones de las variables utilizadas,
que, aunque dan una idea aproximada del nivel tecnológico de las economías, no pueden
explicar por sí solas la compleja realidad del progreso tecnológico moderno.
Como se observa en los cuadros, desde el punto de vista económico, existen diez posibles regre
siones lógicas entre patentes y producción, cada una de las cuales puede realizarse de dos modos:
a) Correlacionando las series temporales de renta y de patentes de cada país, lo que permite eva
luar en el largo plazo el alcance y la evolución de la relación buscada; y, b) a partir de regresiones
1 Para construir la función de producción de una economía, ésta sería la variable más adecuada. El problema es
la falta de disponibilidad de series históricas de población activa. No obstante, la variable patentes por habitante
podría considerarse como una proxy del nivel tecnológico por trabajador.
PATENTES Y DESARROLLO ECONÓMICO EN LOS SIGLOS XIX Y XX... 95
de corte transversal, lo que permite alcanzar una visión más amplia y universal de la relación bus
cada al incluir en la regresión datos de muchos países en momentos determinados del tiempo. A
continuación se recogen los resultados de las regresiones de corte transversal, y en el último epí
grafe, los procedentes del análisis de series temporales, que se han limitado al caso de España.
Gráfico 3.1a
Renta per capita y patentes totales por mil habitantes en 23 países, 1900 (Escala logarítmica)
1 0,000 I0.000
- 1.000
3
o ¿
- 0.KX)
l.(XX)
j Estos datos se han tomado, fundamentalmente, del trabajo de Leandro Prados. T. Daban y J. Sanz (1993), que
incluye sólo información de países europeos; y se han completado con las estimaciones de Angus Maddison (1991),
para los países no europeos incluidos en el estudio.
96 JOSE MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Gráfico 3. Ib
Renta per capita y patentes totales por mil habitantes en 23 países, 1929 (Escala logarítmica)
10,000- 10,000
- 1,000
I
7
- 0.100
I.0OH 1 r- 0,010
A. Regresión lineal entre el PIB per capita y las patentes anuales por mil habitantes
solicitadas en 23 países (Modelo A)
Los resultados de estas regresiones (cuadro 3.3 y siguientes) revelan una alta correlación
entre las cifras de patentes per capita y las de renta por habitante de los países a lo largo de
los años estudiados. Confirman las hipótesis de la Teoría del Gap Tecnológico: los países con
mayor renta per capita han sido también los que han tenido a lo largo del tiempo una mayor
tasa de patentes por habitante. Este hecho, lejos de ser una mera coincidencia, confirma que
las patentes son un indicador que, al menos, sirve para predecir el mayor o menor nivel de
desarrollo económico. Y, por tanto, es muy probable que pueda contribuir a la obtención de
medidas objetivas de la incidencia del progreso tecnológico en el desarrollo económico. La
primera regresión que se ha calculado ha sido entre el PIB por habitante ( Yph) y las patentes
totales per capita (Tpc):
Yph = c + bTpc
Los resultados de esta regresión (cuadro 3.3) son altamente significativos, e indican la
existencia de una elevada correlación entre las dos variables. Sólo hay una baja correlación
en los años iniciales (1820-1850) y en los años finales para los que hay datos disponibles (a
partir de 1985). Con esta excepción, explicable por la baja representatividad de los datos de
patentes en ambos extremos5, las correlaciones siempre son altas y significativas a lo largo
PATENTES Y DESARROLLO ECONÓMICO EN LOS SIGLOS XIX Y XX... 97
de la historia contemporánea. Es importante hacer notar que los mejores R2 se han obtenido
casi siempre al tomar las series de patentes desfasadas temporalmente con respecto a las de
renta6. La explicación de este resultado está en el tiempo que tarda una tecnología reciente
mente incorporada en causar su máximo efecto sobre la productividad. Aunque en este caso
tan sólo se está buscando si existe alguna asociación entre patentes y renta, el hecho de la
existencia de este desfase temporal puede estar indicando una influencia positiva de las
patentes sobre el desarrollo económico y, por tanto, una relación causal. El mejor desfase de
tiempo varía según el período histórico. Por ejemplo, la mejor regresión cuando se toma
como variable dependiente la renta por habitante de 1980 (Yphl980), es aquélla en la que la
variable independiente es la ratio de patentes per capita de 1965 (Tpcl965), con un R2 de
0,72, En cambio al correlacionar la renta de 1980 con las patentes del mismo año, aunque la
correlación es significativa, el R2 es de 0,42,
El cuadro 3.3 demuestra la importante correlación que ha existido entre las patentes per
capita y la renta por habitante: a lo largo de la historia contemporánea, los países que han
tenido una mayor ratio de patentes por habitante son los que han conseguido un mayor nivel
de desarrollo económico. Si la ratio de patentes por habitante es un indicador de la inversión
tecnológica realizada en una economía, entonces es claro que la tecnología es un determi
nante muy importante del nivel de vida.
Pero, ¿no será que el desarrollo económico es lo que ha permitido a los países dedicar más
o menos recursos a las actividades de inversión en tecnología y, por tanto, alcanzar una mayor
o menor ratio de patentes por habitante? Esta es la opinión de muchos economistas. Nadie pone
en duda que cuantos más recursos tiene una sociedad, más puede dedicar a actividades distin
tas de la subsistencia, como el ocio, la educación o la investigación. Pero, ¿qué ha sido más
decisivo y primero en el tiempo: el desarrollo económico como determinante del progreso téc
nico o, por el contrario, las mejoras tecnológicas como causantes del progreso económico? No
es sencillo dar una respuesta definitiva y general a esta importante cuestión. Sin embargo, en
nuestra opinión, sólo una parte de la creatividad tecnológica ha sido fruto del excedente finan
ciero de la economía: la generosidad de la técnica con la economía ha sido desbordante, pero
no al revés. El cuadro 3.4 sirve para ilustrar esta idea. En este cuadro se recogen los resultados
tanto de la regresión entre renta per capita en 1980 y patentes por mil habitantes, con distintos
desfases de tiempo, como de la regresión inversa, es decir, la que toma como variable depen
diente las patentes per capita y como independiente la renta por habitante, también con distin
tos desfases temporales. Los resultados demuestran que el nivel de renta sólo ha tenido efectos
sobre el nivel tecnológico en el corto plazo. En cambio, el nivel tecnológico de los países ha
determinado su nivel de desarrollo económico a corto y largo plazo. Además, en este último
caso, los índices de correlación de las variables son siempre sensiblemente superiores.
5 Para los años iniciales del siglo XIX el problema es la escasez de datos tanto de patentes como de estimacio
nes de renta per capita. Y para los años que van de 1985 en adelante, el problema está en la distorsión que intro
duce en las series temporales de patentes la entrada en vigor de algunos tratados internacionales sobre protección
de las patentes, sobre todo en el ámbito europeo (ver capítulo 2). Entre otras cosas, estos tratados han supuesto que,
mediante un solo acto burocrático, la solicitud de una patente europea cause efecto automático en muchos países a
la vez. con escaso coste adicional y con la misma protección de cualquier patente nacional. Esto significa que, sobre
todo los países pequeños, han visto multiplicado por mucho —en las estadísticas oficiales— el número de patentes
solicitadas en su territorio, sin que su nivel tecnológico —por decirlo de algún modo— se haya incrementado, ni
mucho menos, en tal proporción y en tan corto espacio de tiempo. Lógicamente, este hecho distorsiona notable
mente los resultados obtenidos para estos años.
h Hay que tener en cuenta que. en alguna medida, la regresión puede mejorar por la diferente muestra de países
incluida en la regresión, y no tanto por el desfase.
98 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 3.3
Resultados de algunas regresiones entre renta por habitante y patentes totales per capita para 23
países. 1885-1980
Tamaño de la Variable Término Variable R2 Estadístico
muest,a dependiente constante independiente R2 ajustada K
15 Yphl980 C Tpcl980 0,42 0,38 9,64
Coeficiente 8111,4 5932,5
Estadístico t (5,46) (3,10)
15 Yphl980 C Tpcl965 0,72 0,70 34,48
Coeficiente 8363,4 3332,8
Estadístico t (10,43) (5.87)
15 Yphl970 C Tpcl970 0,76 0,74 42.14
Coeficiente 5566,99 3313,59
Estadístico t (7,66) (6,49)
15 Yphl970 C Tpcl965 0,78 0,76 46,53
Coeficiente 5638,92 3309,15
Estadístico t (8,23) (6,82)
22 Yphl929 C Tpcl929 0,40 0,37 13,46
Coeficiente 2387,9 1953,8
Estadístico t (4,95) (3,66)
18 Yphl929 C Tpcl895 0,61 0.59 26,04
Coeficiente 2418,33 4451,63
Estadístico t (6,25) (5.10)
19 Yphl913 C Tpcl913 0.29 0,25 7,2
Coeficiente 2285,5 1472,74
Estadístico t (4,94) (2,69)
17 Yphl913 C Tpcl890 0,73 0,71 41,9
Coeficiente 1944,2 4450,6
Estadístico t (7,04) (6,47)
15 Yphl900 C Tpcl900 0,56 0,53 17,15
Coeficiente 1584,2 2254,0
Estadístico t (6,03) (4,14)
13 Yphl900 C Tpcl885 0,74 0,72 32,40
Coeficiente 1674,4 3511,6
Estadístico t (8,18) (5,69)
17 Yphl890 C Tpcl890 0,64 0,61 27,08
Coeficiente 1392,7 3177,0
Estadístico t (5,68) (5,20)
16 Yphl890 C Tpcl885 0,48 0,44 13,11
Coeficiente 1581,0 3149,7
Estadístico t (5,54) (3,62)
PATENTES Y DESARROLLO ECONÓMICO EN LOS SIGLOS XIX Y XX...
Cuadro 3.4
Resultados de las regresiones entre: a) renta por habitante en 1980 (Yphl980) y patentes totales
per capita (Tpc) para 23 países en distintos momentos históricos y b) patentes per capita en 1980
y renta por habitante en diversos años
En las regresiones planteadas hasta ahora sólo se ha utilizado el dato del total de patentes
solicitadas. Sin embargo, como se ha visto en el capítulo anterior, es importante diferenciar
entre patentes de residentes y de no residentes. Por ello, a continuación se ha calculado la regre
sión entre PIB por habitante (Yph) y patentes por mil habitantes solicitadas por residentes
(Npc). Antes se ha explicado que la ratio de patentes de residentes per capita puede ser un índi
ce aproximado del nivel tecnológico autóctono de un país, porque es un indicador de la pro
ducción de tecnología nacional. Esto es discutible, pues la función de producción de tecnolo
gía de cada país es distinta y depende de variables diversas en cada caso, no necesariamente
dirigidas a la producción de patentes. También se ha dicho que la variable que presumible
mente está más relacionada con la renta global de una nación no son las patentes de residen
tes, sino el total de patentes, pues también las solicitadas por extranjeros pueden tener un efec
to positivo sobre el desarrollo económico. Según esto, la regresión entre renta per capita y
patentes solicitadas por residentes en cada país, no serviría para contrastar la hipótesis de las
patentes de residentes como indicador del nivel tecnológico autóctono. Pero sí podría ser útil
para comprobar si realmente hay una mayor correlación entre el índice de patentes totales y el
crecimiento económico. Y, en todo caso, esta regresión permitirá alcanzar una idea sobre cuál
ha sido históricamente la importancia de las patentes nacionales en el desarrollo económico.
El cuadro 3.5. muestra que hay una clara correlación a lo largo del tiempo entre las dos
variables. Sin embargo, al comparar los datos de este cuadro con los del 3.3, se comprueba que
100 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
las patentes solicitadas por residentes no explican tan bien como las patentes totales las dife
rencias en los niveles de renta de los países7. Esto es lógico, ya que en todos los países —aun
que en diferente grado— se ha utilizado históricamente en la producción nacional tecnología
producida en el exterior. Esto confirma la idea de que la capacidad tecnológica de un país tam
bién se puede ver incrementada por la entrada de tecnologías foráneas. En este campo, como
en general en economía, la liberalización y apertura son casi siempre beneficiosos para todos.
Cuadro 3.5
Resultados de las regresiones entre renta per capita y patentes de residentes por mil habitantes
para 23 países, entre 1890-1980
Tamaño de la Variable Término Variable R2 Estadístico
muestra dependiente constante independiente R- ajustada F
15 Yphl980 C Npcl980 0,45 0,41 10,83
Coeficiente 9385.6 13361,6
Estadístico t (8.70) (3,29)
14 Yphl980 C Npcl965 0,62 0,59 19,88
Coeficiente 9158.8 10156,0
Estadístico t (10.34) (4,45)
15 Yphl970 C Npcl970 0,63 0,60 22.68
Coeficiente 6810,6 10188,4
Estadístico t (9.04) (4,76)
14 Yphl970 C Npcl965 0,74 0,72 34,93
Coeficiente 6319,9 10651,4
Estadístico t (9,02) (5,91)
13 Yphl929 C Npcl929 0.05 -0,03 0.63
Coeficiente 3952,9 1367,7
Estadístico t (5,42) (0,79)
12 Yphl929 C Tpcl905 0,32 0,25 4,72
Coeficiente 3409,4 4925,3
Estadístico t (5.40) (2,17)
13 Yphl913 C Npcl913 0,16 0.08 2,11
Coeficiente 2720,3 2707,8
Estadístico t (4,46) (1.45)
6 Yphl913 C Npco1890 0,58 0.48 5,65
Coeficiente 2783,7 4430,7
Estadístico t (6,14) (2,37)
4 Yphl900 C Npcl900 0,84 0,77 11,18
Coeficiente 1432,0 6864,8
Estadístico t (3,02) (3,34)
5 Yphl900 C Tpcl890 0,79 0,73 11,9
Coeficiente 1958,3 4904,1
Estadístico t (5,30) (3,44)
6 Yphl890 C Npcl890 0,89 0,86 32,50
Coeficiente 1600,7 4793,2
Estadístico t (5,70) (7,83)
7 En el siglo XIX se alcanzan unos altísimos índices de correlación. Hay que tener en cuenta que para estos años
hay datos de pocos países —Gran Bretaña, Suiza, Canadá, Noruega, Alemania y Suecia—, lo que significa que los
resultados no son muy fiables. Sin tener esto en cuenta, una explicación a los altos índices de correlación puede ser
la mayor importancia de la tecnología propia en épocas tempranas del desarrollo económico, ante la menor facili
dad para la difusión internacional de conocimientos.
PATENTES Y DESARROLLO ECONOMICO EN LOS SIGLOS XIX Y XX... 101
Dada la relevancia que ha tenido en el desarrollo económico de los dos últimos siglos la
difusión internacional de tecnología, y ya que el sistema de patentes ha sido y es uno de los
cauces principales de difusión tecnológica, puede ser interesante estimar una regresión en la
que se distinga las patentes solicitadas por residentes y por no residentes. El resultado podrá
servir de referencia para saber cuál ha sido la importancia relativa de la tecnología nacional
y extranjera en el desarrollo económico. Con esta idea, se han calculado dos regresiones
entre PIB por habitante (Yph) y patentes por mil habitantes solicitadas por residentes (Npc)
y por no residentes (Xpc) (ver cuadro 3.6): una en la que se han incluido las dos variables
(patentes de residentes y de no residentes), y otra en la que sólo se han tenido en cuenta las
patentes solicitadas por no residentes.
Cuadro 3.6
Resultados de las regresiones entre renta por habitante (Yph) y patentes de residentes (Npc) y no
residentes (Xpc) por mil habitantes para 23 países, 1920-1980
Modelo 1 Modelo 2
14 Yph 1980 C Npc 1980 Xpc 1980 0,40 5.76 15 C Xpc 1980 0.19
Coeficiente 8464,0 11228,4 2854,5 Coeficiente 9073,6 6569,1
Estadístico I (5,70) (2,38) (0.91) Estadístico t (5,32) (2,07)
14 Yph 1980 C Npc 1965 Xpc 1965 0.75 20,86 14 C Xpc 1965 0,72
Coeficiente 7930,8 4187.9 3299.4 Coeficiente 7991,9 4600,9
Estadístico t (9,88) (1,56) (2,97) Estadístico t (9,41) (5.92)
15 Yph 1970 C Npc 1970 Xpc 1970 0.73 20,88 15 C Xpc 1970 0,66
Coeficiente 5654,9 5310.7 2647,6 Coeficiente 5703,5 4111,9
Estadístico t (7.61) (2,13) (2,75) Estadístico t (6,80) (5.40)
14 Yph 1970 C Npc 1965 Xpc 1965 0,81 29,15 14 C Xpc 1965 0,70
Coeficiente 5423.8 6296.3 2407.7 Coeficiente 5515,6 4364,3
Estadístico t (8,06) (2,80) (2,59) Estadístico t (6,54) (5,65)
Yph 1938 C Npcl938 Xpc 1938 0,07 1.41 11 C Xpc 1938 0,08
Coeficiente 3800.8 1334,3 1240.7 Coeficiente 4108,9 1664,6
Estadístico t (5,45) (0,94) (0.97) Estadístico t (6.72) (1,40)
Si se comparan los resultados del Modelo 2 de este cuadro" con los del cuadro 3.5, se
comprueba que la correlación entre las patentes extranjeras y la renta es muy similar a la que
existe entre esta variable y las patentes de residentes. Esto muestra que la tecnología extran
jera puede ser tan importante para la economía de un país como la tecnología nacional. El
8 En este caso sólo se ha retrocedido hasta 1938, año a partir del que ya existen datos desglosados de un relati
vamente elevado número de países.
1 02 JOSÉ MARÍA ORTIZ-V1LLAJOS
Modelo 1 indica que cuando la variable patentes totales se desagrega en sus componentes
nacional y extranjero, el resultado de la regresión es muy parecido al que se obtiene con la
variable agregada (cuadro 3.3). Por otro lado, al comparar el Modelo 1 con el Modelo 2, se
vuelve a comprobar que la regresión es mejor cuando se incluye el total de patentes que
cuando tan sólo se tiene en cuenta uno de sus componentes; en este caso, las patentes soli
citadas por no residentes en el país.
La conclusión general de todas las regresiones realizadas entre las cifras de patentes por
mil habitantes y la renta per capita de 23 países en determinados momentos de la historia
contemporánea, es que el orden de los países según el nivel de vida ha sido similar al que
han tenido según los índices de patentes por habitante (ver gráfico 3.1). Estos resultados,
aunque no son una demostración ni una medida cuantitativa de la incidencia de la tecnolo
gía en la productividad, sí son una evidencia de la importancia que ha tenido la tecnología
en el desarrollo económico moderno.
B. Regresión lineal entre PIB per capita y stock de patentes activas en 23 países
(Modelo B)
La relación de causalidad de las patentes sobre la renta per capita ha de comprobarse toman
do como variable independiente no la ratio de patentes por habitante, sino el número absoluto
de patentes. Este argumento se apoya en la idea de que una patente tendrá un efecto mayor cuan
to más grande sea el país donde se aplique, por causa de las economías de escala9. Según esto,
lo determinante en el aumento del nivel vida de la economía sería el número de patentes, y no
su tasa por habitante. Para contrastar esta idea —mejor que una regresión simple entre las dos
variables—, lo más correcto sería estimar una función de producción en la que, junto con la can
tidad de trabajo y de capital, se incluyeran las patentes como un factor de producción más. Pero,
por falta de datos, de momento habrá que conformarse con la estimación de una regresión sim
ple entre patentes solicitadas y renta per capita de los 23 países objeto de este estudio.
Como se busca determinar la parte de la producción anual que se explica por las patentes
aplicadas en el proceso productivo, no basta con tener en cuenta las patentes solicitadas en
el último año, sino todas las que en ese momento estén siendo utilizadas en la producción de
bienes y servicios, es decir, lo que más arriba se ha definido como el «stock de patentes acti
vas». Esta es, por tanto, la variable fundamental utilizada en las regresiones cuyos resulta
dos se presentan a continuación. El cuadro 3.7 recoge los resultados obtenidos de la regre
sión simple entre renta por habitante (Yph) y stock de patentes activas (SP)'0. Si los coefi
cientes de la regresión miden la contribución de las patentes activas a la producción anual de
las economías, los resultados obtenidos pueden ser la respuesta esperada. Según el valor de
los R2, se podría decir que entre 1 880 y 1975 alrededor del 30 por 100 de la producción anual
por habitante ha sido debida a las patentes utilizadas en la economía de los países.
v Quiero agradecer a Juan Francisco Jimeno y a Luis Toharia esta y otras muchas ideas que me proporcionaron
en el Seminario de Investigación Económica que tuvo lugar el 4 de marzo de 1996 en la Facultad de Económicas
de la Universidad de Alcalá. Si no han sido plasmadas con la profundidad e inteligencia con que fueron propuestas,
la responsabilidad es exclusivamente mía.
10 Dado que es imposible saber cuáles son las patentes que se están empleando en la producción en cada
momento del tiempo, se ha calculado un indicador aproximado del stock de patentes activas: la suma las patentes
solicitadas en los últimos 15 años, que es la máxima duración legal de una patente fijada por las leyes de bastantes
países. Además, en las regresiones de series temporales realizadas (Ortiz-Villajos, 1994), se ha comprobado que este
número de años se aproxima a la vida media de una patente. Lógicamente, la vida media será más breve en épocas
de rápido progreso tecnológico, por lo que el cálculo de esta variable sería más exacto si se tuviese esto en cuenta.
PATENTES Y DESARROLLO ECONÓMICO EN LOS SIGLOS XIX Y XX... 103
Cuadro 3.7
Resultados de las regresiones entre renta per capita (Yph) y stock de patentes (SP)
en 23 países, 1880-1975
nos de renta per capita. Se confirma la idea de la importancia de las economías de escala
para el crecimiento de la productividad. De esta manera, los casos de los grandes países —
Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia—, que han tenido un gran nivel de desarrollo eco
nómico, aunque unas relativamente bajas tasas de patentes por habitante, contribuyen más
positivamente al ajuste de la regresión.
Cuadro 3.8
Resultados de las regresiones entre renta por habitante (Yph) y stock de patentes activas (SP)
y patentes totales per capita (Tpc) en 23 países, 1880-1980
Tamaño de Variable Término Variable Variable Kstadís.
la muest,a constante indep. (SP) indep. (Tpc) F
15 Yph 1980 c SP1980 Tpc 1980 0,60 0,53 9,14
Coeficiente 6645.8 0.005 6092.0
Estadístico t (4.64) (2,32) (3.68)
15 Yph 1970 C SP1970 Tpc 1970 0,86 0,83 36,95
Coeficiente 4829.8 0,004 3132.4
Estadístico t (7.59) (2.87) (7.57)
16 Yph 1955 C SP1955 Tpc 1955 0.86 0.84 42,23
Coeficiente 2696,6 0.004 2639,9
Estadístico t (7.16) (2.86) (7,77)
20 Yph 1938 C SP1938 Tpc 1938 0.65 0,61 16,04
Coeficiente 2451.7 0,002 1923,2
Estadístico t (6,37) (3.60) (4,36)
22 Yph 1929 C SP1929 Tpcl929 0.62 0.58 15.68
Coeficiente 2083,8 0.002 1757.1
Estadístico t (5.16) (3.33) (4,01)
19 Yphl913 C SP1913 Tpcl913 0,53 0,47 9,16
Coeficiente 1955.4 0.002 1333,5
Estadístico t (4.81) (2,83) (2,88)
15 Yph 1900 C SP1900 Tpc 1900 0.80 0.77 24,65
Coeficiente 1422,9 0.004 1813.7
Estadístico t (7,52) (3,79) (4,54)
17 Yph 1890 C SP1890 Tpc 1890 0.65 0,60 13,44
Coeficiente 1387,7 0,001 2932,8
Estadístico t (5.58) (0,75) (4.19)
11 Yph 1880 C SP1880 Tpc 1880 0.65 0,57 7.65
Coeficiente 1364,2 0,011 2225.1
Estadístico t (6,64) (1.94) (2,15)
vo servirá para comprobar si ha habido coincidencia entre ciclos de patentes y ciclos econó
micos en la historia contemporánea española. Las regresiones entre la serie de patentes y
algunas variables económicas (la renta, el producto industrial y la formación bruta de capi
tal fijo) permitirá contrastar con más exactitud hasta qué punto ha habido coincidencia en la
evolución de ambas variables. Por otro lado, los resultados de estas regresiones identificarán
la variable económica a la que se ha ajustado mejor la serie histórica de patentes. Aunque no
se haya diseñado un modelo explicativo de la influencia de las patentes —la tecnología— en
el desarrollo económico, el análisis de series temporales presentado en este capítulo ha apor
tado un conocimiento más exacto de la relación entre las variables tecnológicas y las econó
micas.
El cuadro 3.9 muestra las tasas de crecimiento del número de patentes solicitadas en
España en los distintos subperíodos en que se ha dividido el siglo y medio que va de 1826 a
1985. Se han identificado seis grandes etapas en función de importantes cambios de tenden
cia o aumentos en el número de patentes. La primera empieza en 1826 y acaba en 1878, año
de entrada en vigor de la ley de patentes a que antes se ha aludido. A partir de este año se
observa un fuerte y constante incremento del número de patentes solicitadas. La causa es la
enorme disminución en las tasas legales de patentar que introdujo la Ley de 1878, lo que
supuso un incentivo fundamental para que muchos inventores se animaran a patentar sus
inventos. Esta importante cuestión se plantea con más detenimiento en el capítulo 5, donde
se estudia detalladamente el período 1870-1936, objeto central de este libro.
Desde 1878 hasta 1929 hubo un crecimiento sostenido —sólo afectado coyunturalmente
por la I Guerra Mundial— del número de patentes, interrumpido bruscamente como conse
cuencia de la Gran Depresión de 1929, que afectó no sólo a España sino a todos los países".
La tasa media de crecimiento anual en este período fue del 28,6 por 100, una cifra muy
importante. En el período anterior (1826-1878) hubo una tasa media anual de crecimiento
todavía más impresionante —el 56,5 por 100—; pero hay que tener en cuenta que esta cifra
es tan alta debido, principalmente, al bajísimo nivel inicial (en 1826 tan sólo se solicitaron
1 1 patentes). Como se puede comprobar en la segunda parte del cuadro 3.9, cuando se divi
de esta etapa en períodos más cortos, las cifras no son tan grandes, aunque sí las del perío
do 1840-1860, que fue de rápido desarrollo económico e industrial en España. Por ello, el
gran incremento de patentes de 1840 a 1850 cuadra perfectamente con el ciclo alcista de la
economía española de aquellos años. Teniendo en cuenta que el número de patentes solici
tadas en 1878 era, relativamente, mucho más alto que el de 1826, el incremento en el núme
ro de patentes de 1878 a 1929 —que coincide también con un período de gran crecimiento
industrial en la economía española— se puede equiparar al de 1 840- 1 850. El tercer gran
período de crecimiento en el número de patentes —el que va de 1960 a 1966— coincide con
la gran era expansiva de la economía española en la segunda mitad del Siglo XX. El gráfico
2,8 (capítulo 2) muestra un crecimiento espectacular, si bien su cifra media anual —el 16,2
por 100— no lo es tanto debido a que las cifras iniciales de patentes ya eran muy grandes.
" Los efectos —fuertes y sostenidos— de la Gran Depresión sobre las patentes registradas fueron similares a
los que sufrió la inversión de capital en todo el mundo. Esto se debe a la estrecha relación de la actividad inven
tiva con la actividad inversora de las empresas, como se ha podido constatar para el caso de España (ver siguien
te epígrafe).
106 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 3.9
Tasa media de crecimiento anual del número de patentes solicitadas en España.
Períodos entre 1826-1985 (%)
Grandes etapas
1826-1878 II 334 56.5
1878-1929 334 5210 28,6
1929-1935 5210 3980 -3,9
1947-1957 5236 6615 2,6
1960-1966 6974 13766 16.2
1966-1985 13766 11298 -0,9
1878-1985 334 11298 30,7
1947-1985 5236 11298 3,0
1947-1966 5236 13766 8,6
Etapas o ciclos cortos
1826-1840 11 17 3,9
1840-1850 17 77 35,3
1850-1864 77 226 13,8
1864-1878 226 334 3,4
1878-1935
1878-1888 334 1335 30,0
1888-1893 1335 1191 -2,2
1893-1897 1191 1792 12,6
1897-1907 1792 2543 4,2
1907-1913 2543 2665 0.8
1916-1929 2425 5210 8,8
1929-1935 5210 3980 -3,9
1947-1985
1947-1957 5236 6615 2,6
1960-1966 6974 13766 16,2
1966-1985.... 13766 11298 -0,9
Las etapas de recesión en el número de patentes — 1929 a 1935 y 1966 a 1985— coinci
den con las dos grandes crisis económicas internacionales del siglo XX; y la etapa de menor
crecimiento — 1947 a 1957—, con la época de suavización de la economía autárquica del
régimen franquista, que hizo que la economía española se desarrollara, pero a un ritmo muy
inferior a sus posibilidades hasta la aplicación del Plan de Estabilización de 1959. La guerra
civil y la política autárquica de los años cuarenta y cincuenta supuso un fuerte estancamien
to de España no sólo en sus variables económicas, sino también en su esfuerzo tecnológico,
como muestran las patentes. Los años sesenta, en cambio, fueron de extraordinario desarro
llo del nivel tecnológico español. Este desarrollo, no obstante, se interrumpió en 1966 y,
desde entonces hasta los años ochenta, hubo una fuerte recesión en la actividad inventiva. Es
sorprenderte que esta etapa recesiva se iniciara en 1966, unos años antes que en otros países
y del comienzo de la crisis del petróleo. Este hecho no es fácil de explicar, aunque coincide
con el declive del nivel educativo español desde mediados de los años sesenta, detectado en
una investigación en curso por la profesora Clara E. Núñez12.
PATENTES Y DESARROLLO ECONÓMICO EN LOS SIGLOS XIX Y XX... 107
Como se ve, los grandes ciclos del número de patentes solicitadas en España parecen coinci
dir con los grandes ciclos económicos de su historia contemporánea. Una lectura más detallada
del cuadro 3.9 puede llegar a identificar ciclos más cortos en el número de patentes que, en
muchos casos, también coinciden con ciclos económicos más breves. Para una explicación más
detenida del período 1870-1935, remitimos al lector al capítulo 5. Los datos aportados muestran
claramente la coincidencia en la evolución de la economía y de las patentes. En nuestra opinión,
la evolución del número de patentes está muy relacionada con las etapas del esfuerzo en inno
vación tecnológica de la economía española. Esto no demuestra que haya relación de causalidad
entre innovación tecnológica y desarrollo económico, pero sí es un serio indicio; y es un hecho
que apoya una idea aceptada universalmente: que la innovación tecnológica produce incremen
tos en la productividad y en el nivel de vida de las empresas, regiones y países donde se aplica.
No es intención inmediata de este trabajo demostrar que existe una relación causal entre tecno
logía y desarrollo económico, ya que, primero, hay que determinar exactamente la relación entre
patentes y desarrollo tecnológico; y, en segundo lugar, es necesario tener en cuenta otras variables
tecnológicas que inciden en el proceso productivo. En consecuencia, las siguientes páginas con
tienen una formalización econométrica de la asociación observada entre ciclos de invención y
ciclos de la economía española, pero no suponen una demostración de ninguna relación causal.
Se acaba de comprobar la coincidencia entre ciclos de patentes y de la economía en su
conjunto, pero esto es demasiado general y poco significativo, pues, aparte de la innovación
técnica, hay muchas otras variables que están relacionadas con el incremento de la renta
nacional de un país. Si se relacionara la serie de patentes con otras grandes variables econó
micas —la producción industrial, la productividad del factor trabajo, la formación de capital
fijo, la importación de maquinaria, la producción de interna de maquinaria y artículos metá
licos, la inversión privada, la inversión pública, etcétera—, se podrían alcanzar evidencias
adicionales o más concretas sobre la relación entre esta variable y el desarrollo económico.
A priori se puede suponer que la serie de patentes tendrá una mayor correlación con la
producción industrial o con la inversión que con la renta nacional. La correlación con la serie
de producción industrial debería ser mayor porque, aunque ha habido y hay patentes dirigi
das a todos los sectores de la economía —agricultura, industria y servicios—, el sector al que
se han orientado principalmente ha sido el industrial. La investigación que se presenta en los
capítulos siguientes, demuestra que alrededor del 90 por 100 de las patentes solicitadas en
España entre 1882 y 1935 estuvieron dirigidas hacia el sector industrial (capítulo 6). Esta
tendencia se ha mantenido hasta mediados del siglo XX, aunque con el tiempo la invención
—y la actividad económica— ha ido desplazando su atención hacia el sector terciario, y en
la actualidad es éste el que recibe la mayor parte del esfuerzo inventivo.
También se puede suponer que la serie de patentes debería estar más estrechamente corre
lacionada con la serie de inversión de capital que con la de renta nacional. La razón es clara:
todo invento requiere una inversión más o menos importante para poder ser aplicado en la pro
ducción. En primer lugar, necesita una inversión inicial de talento —estudio, educación, etcé
tera—. En segundo lugar, una inversión de tiempo o experimentación, que ya implica un
desembolso directo de capital, pues es imprescindible en este paso construir el prototipo de la
12 Según los datos que dio esta profesora en los comentarios que hizo a mi tesis doctoral el día de su defensa en
la Universidad de Alcalá de Henares.
108 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
máquina o del producto. En tercer lugar, el hecho de patentar el invento requiere el desembol
so de una cuota inicial y de unas cuotas anuales en la Oficina de Patentes para mantener en
vigor la patente durante el tiempo deseado, hasta el máximo fijado por la ley —que en el caso
español es de 20 años—. El tiempo que se mantenga en vigor la patente es el que el inventor
necesite para, al menos, amortizar la inversión que le ha supuesto la patente. De hecho, la figu
ra de la patente surgió con la idea de que el inventor pudiera obtener una rentabilidad segura al
esfuerzo de materializar una idea personal, que, posteriormente, pudiera beneficiar a toda la
sociedad. Por último, en cuarto lugar, la puesta en práctica del invento requerirá, en general,
grandes inversiones de capital. Estas cuatro razones —y, sobre todo, esta última— hacen pen
sar que las patentes han de estar correlacionadas con la cifra de inversión de capital de la eco
nomía: una parte de la formación de capital estará directa o indirectamente ligada a la activi
dad inventiva y, en mayor medida, a la inversión en tecnología en su conjunto.
A continuación se aportan algunas evidencias cuantitativas de las ideas que se acaban de
apuntar. Para ello se han empleado las series de renta, producción industrial y formación de
capital fijo calculadas por Albert Carreras y Leandro Prados. Las variables utilizadas han sido:
la serie de renta per capita española de 1850 a 1990 (YLP8); la del PIB español, también de
1850 a 1990 (RTLP8); el índice de producción de la industria y la construcción españolas de
1850 a 1964 (IPICO58): todas ellas construidas por Leandro Prados (1993). Se ha usado tam
bién el índice de producción industrial de 1831 a 1981 (IPIES) de Albert Carreras (1984), y
la estimación de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) y de sus componentes, realizada
también por este autor (Carreras, 1985). La serie de patentes utilizada es la de patentes tota
les solicitadas en España de 1826 a 1993, que, como se ha explicado, es la que más se ajusta
a los ciclos de la economía española. Como se trata de largas series temporales y práctica
mente ininterrumpidas desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días, ha sido posible rea
lizar regresiones y comparar la evolución de estas variables a muy largo plazo.
Gráfico 3.2
Patentes totales, PIB (RTLP8)?IPICO58 y FBCF, 1849-1958 (índices: 1958=100)
o
1849 1859 1869 1879 1889 1899 1909 1919 1929 1939
Gráfico 3.3
Patentes totales, PIB (RTLP8), IPICO58, IP1ES y FBCF, 1849-1986 (índices: Í958=100)
(Escala logarítmica)
l.Ooo
1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
1849 1859 1869 1879 1889 1899 1909 1919 1929 1939 1949 1959 1969 1979
Una primera evidencia gráfica de la validez de las ideas que se acaban referir, se puede
alcanzar en los gráficos 3.2 y 3.3, donde están representados los índices (1958=100) de las
variables que se van a correlacionar con la serie de patentes. Aparentemente, la serie que
más se ajusta a la de patentes es la Formación Bruta de Capital Fijo de Carreras (1985).
Se advierte, en segundo lugar, que los dos índices de producción industrial —el de
Carreras y el de Prados—, tienen unas fluctuaciones bastante similares a las de las
patentes, si bien en los ciclos cortos parecen no ajustarse tan bien como la FBCF. Por últi
mo, el Producto Interior Bruto (RTLP8) tiene una tendencia parecida en el largo plazo a
las patentes, pero su ajuste con esta serie es notablemente más difuso que el de las otras
tres variables. Los gráficos 3.4 y 3.5 recogen las mismas variables que los dos anteriores,
pero, en lugar de tomar las patentes y renta total, se han tomado las patentes por mil habi
tantes y la renta per capita. Las conclusiones que se alcanzan a simple vista son las mis
mas que se acaban de referir.
110 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Gráfico 3.4
Patentes por mil habitantes 1826-1986, Renta per cápita (YLP8) 1850-1986 y FBCF 1849-1958
(índices: 1958=100)
0 I 1 I F —i 1 1 1 1 1 r 1 1 1 1 1 1 r1
1826 1836 1846 1856 1866 1876 1886 1896 1906 1916 1926 1936 1946 1956 1966 1976 1986
Gráfico 3.5
Patentes por mil habitantes 1826-1986, YLP 1850-1986, IPICO58 1850-1964, IP1ES 1831-1981 y
FBCF 1849-1958 (índices: 1958=100) (Escala logarítmica)
1.000
7s i¿25£'**''..**'''
I0
A 1 r1 P i IIIt 1 1 1 1 r
1826 1836 1846 1856 1866 1876 1886 1896 1906 1916 1926 1936 1946 1956 1966 1976 1986
Gráfico 3.6
Patentes solicitadas en España (1849-1958) y Componentes de la Formación Bruta
de Capital Fijo (1849-1958) (índices: 1958=100)
160
140-
120-
100-
80-
60-
40-
20-
0
1849 1859 1869 1879 1889 1899 1909 1919 1929 1939 1 949
PatTot(l958= 100)
(1) Inversión privada (1958= 100)
(2) Inversión pública (1958 = 100)
Gráfico 3.7
Patentes solicitadas en España (1849-1958) y Componentes de la Formación Bruta
de Capital Fijo (1849-1958) (índices: 1958=100)
1j0
120-
100-
80-
60-
40-
20-
0
1849 1859 1869 1879 1889 1899 1909 1919 1929 1939 1949
PatTot(1958 = 100)
(3) Producción interior de artículos metálicos (1958 = 100)
(4) Imponación maq. y mat. de transpone ( I958 = 100)
En función del período de tiempo considerado, los cuadros 3.10, 3.11 y 3.12 recogen los
resultados de las regresiones lineales realizadas entre la serie de patentes totales solicitadas
en España (PATTOT13) y cada una de las variables económicas referidas arriba: el PIB real
de la economía española (RTLP8), la renta per capita (YLP8), la producción industrial
(IPIES e IPICO58) y la inversión (FBCF). También se ha calculado la regresión entre la serie
de patentes y los componentes de la FBCF: a) Inversión Pública (INVPUBL) e Inversión
Privada (INVPRIV); y b) Producción interior de artículos metálicos (PRODMET) e
Importación de maquinaria y material de transporte (IMPMAQ).
Sin manipular las regresiones, se observa en todas una fuerte presencia de autocorrelación
serial (estadístico Durbin-Watson menor que 1 ). Para eliminar el riesgo de autocorrelación, se han
calculado las regresiones con las primeras diferencias de las variables (esto es lo que indica la D
escrita delante del nombre de cada variable). Este método elimina el componente de tendencia de
las variables, que es, en gran medida, el causante de la fuerte autocorrelación observada. Tomar
las primeras diferencias de las variables, también implica una fuerte disminución del valor de R2,
ya que en este caso se estarían correlacionando las fluctuaciones anuales de las series; y la pro
babilidad de que coincidan las variables en sus fluctuaciones anuales es mucho menor de la que
pueda darse en sus tendencias a largo plazo. En consecuencia, la exigencia de que el valor de R2
sea cercano a 1 para que pueda ser aceptado como bueno el nivel de correlación de las series, es
mucho menor en este caso: un valor positivo relativamente bajo puede bastar —teniendo en cuen
ta a la vez el resultado de la regresión de las variables originales y observando el gráfico de las
series— para demostrar la existencia de una asociación entre las dos variables.
Cuadro 3.10
Resultados de las regresiones entre los índices de patentes y algunas variables económicas
(1958=100), 1831-1990
Período Término Va,iable R-
temporal Variable dependiente constante independiente R1 ajust. D.W. F
1850-1990 PATTOT C RTLP8 (PIB real) 0,73 0,73 0.28 365.2
Coeficiente -5,86 1,04
Estadístico t (-0.80) (19.11)
1850-1990 DPATTOT (l"dif.) C DRTLPX(1'dif.) 0,19 0,19 0.90 31.5
Coeficiente -2,69 3,13
Estadístico t (-0.86) (5.61)
1850-1990 PATTOTpc C YLP8 (Renta pe) 0,68 0.68 0,25 280.1
Coeficiente -17.55 1,13
Estadístico t (-2,21) (16,73)
1850-1990 DPATTOTpc C DYLP8 0.16 0.16 1,02 25.79
Coeficiente -1.13 2,81
Estadístico t (-0.44) (5.07)
1831-1981 PATTOT C IPIES 0,73 0,72 0.06 352.3
Coeficiente 23,95 0.59
Estadístico t (6.11) (18.76)
1843-1981 DPATTOT C DIPIES 0,01 0.00 1.59 1,56
Coeficiente 0.85 0.12
Estadístico t (1.01) (1.25)
1850-1964 PATTOT C 1P1CO58 0.94 0.94 0.48 1668
Coeficiente -13,15 1.54
Estadístico t (-7,18) (40,85)
1851-1964 DPATTOT C DIPIC058 0,37 0,36 2,03 60,54
Coeficiente -0,70 1,64
Estadístico t (-0,85) (7,78)
1849-1958 PATTOT C FBCF 0.86 0.86 0.70 629.5
Coeficiente -18,39 1,56
Estadístico t (-6.99) (25.09)
1850-1958 DPATTOT c DFBCF 0,01 0,00 234 1,80
Coeficiente 0,65 0,15
Estadístico t (0,92) (1,34)
Regresiones del índice de ¡Hítenttes con los componentes de la inversión
1849-1958 PATTOT C IMPMAQ 0.68 0.68 0.33 213.9
Coeficiente 0.27 0.85
Estadístico t (0.08) (14,62)
1850-1958 DPATTOT C DIMPMAQ 0,26 0,25 2,59 34,4
Coeficiente 0,51 0,22
Estadístico t (0,84) (5,87)
1849-1958 PATTOT C PRODMET 0.84 0.84 0,38 518.5
Coeficiente 6.08 1.59
Estadístico t (3.01) (22,7)
1850-1958 DPATTOT C DPRODMET 0.00 0.(X) 2,28 0.15
Coeficiente 0.70 0,08
Estadístico t (0.96) (0.39)
1849-1958 PATTOT c INVPRIV 0.87 0.87 0.34 703.7
Coeficiente 2.25 1.54
Estadístico t (1.21) (26.52)
1850-1958 DPATTOT C DINVPRIV 0,15 0,14 235 16,97
Coeficiente 0,14 0,66
Estadístico t (0,21) (4,11)
1849-1958 PATTOT C INVPUBL 0.66 0,66 0,39 191.2
Coeficiente 11,89 1.23
Estadístico t (4,14) (13.83)
1850-1958 DPATTOT C DINVPUBL 0.00 0,00 2,27 0.13
Coeficiente 0.82 -0.03
Estadístico t (1.15) (-0,36)
114 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 3.11
Resultados de las regresiones entre los índices de patentes y algunas variables económicas
(1958=100), 1850'1935
Período Término Variable R2
temporal Variable dependiente constante independiente R2
ajust. D.W. F
1850-1935 PATTOT C RTLP8(PIBreal) 0,90 0,90 0.66 819,3
Coeficiente -37,58 1,83
Estadístico t (-14,76) (28,62)
1851-1935 DPATTOT (l'dif.) C DRTLP8(rdiP.) 0,01 0.00 2,53 1.57
Coeficiente 0.44 0,61
Estadístico t (0,56) (1.25)
1850-1935 PATTOTpc C YLP8 (Renta pe) 0,86 0,86 0.60 552,06
Coeficiente -96.91 2,45
Estadístico t (-15.60) (23.49)
1851-1935 DPATTOTpc C DYLP8 0,01 0.00 2.51 1,30
Coeficiente 0.69 0,53
Estadístico t (0,64) (1.14)
1850-1935 PATTOT C IPIES 0,91 0.91 0,71 959,4
Coeficiente -18,85 1,05
Estadístico t (-10.44) (30.97)
1850-1935 DPATTOT C DIPIES 0,05 0.04 2.47 4.69
Coeficiente 0.22 0,59
Estadístico t (0,29) (2,16)
1850-1935
Coeficiente
PATTOT C
-19,98
mecas
1,77
0,91 0.91 0.68 963.9
Estadístico t (-10.90) (31.04)
1851-1935 DPATTOT C DIPICO58 0,08 0,07 2,52 7,63
Coeficiente 0,16 1,17
Estadístico t (0,22) (2,76)
1849-1935 PATTOT C FBCF 0,79 0,79 0.64 326.1
Coeficiente -21,01 1.63
Estadístico t (-6.66) (18.06)
1850-1935 DPATTOT C DFBCF 0,06 0,05 2,67 5,81
Coeficiente 0,65 0,29
Estadístico t (0,92) (2,41)
Regresiones del índice de patentes con los componentes de la inversión
1850-1935 PATTOT C 1MPMAQ 0,75 0,74 0.56 252.0
Coeficiente -0,28 0,74
Estadístico t (-0,11) (15,87)
1850-1935 DPATTOT C DIMPMAQ 0,26 0,26 2,81 31,0
Coeficiente 0,69 0,21
Estadístico t (1,10) (5,57)
1850-1935 PATTOT C PRODMET 0.85 0.85 0.66 497,3
Coeficiente -0.66 2.07
Estadístico t (-0.37) (22,30)
1850-1935 DPATTOT C DPRODMET 0.00 0,00 2,57 0.51
Coeficiente 0,73 0,18
Estadístico t (1.00) (0,71)
1850-1935 PATTOT C INVPRIV 0.89 0,89 0,67 719.6
Coeficiente -3,62 1,87
Estadístico t (-2,26) (26,82)
1850'1935 DPATTOT C DINVPRIV 0,18 0,17 2,75 18,72
Coeficiente 0,51 0,76
Estadístico t (0,77) (432)
1850-1935 PATTOT C INVPUBL 0,50 0,49 0,29 85.5
Coeficiente 12,00 1,10
Estadístico t (4,13) (9.24)
1851-1935 DPATTOT C DINVPUBL 0,00 -0,01 2,50 0,01
Coeficiente 0,81 0.01
Estadístico t (1.09) (0.11)
PATENTES Y DESARROLLO ECONÓMICO EN LOS SIGLOS XIX Y XX.. 115
Cuadro 3.12
Resultados de las regresiones entre los índices de patentes y algunas variables económicas
(1958=100), 1878-1935
Período Término Va,iable R2
temporal Va,iable dependiente constante independiente R2 ajust. D.W. F
1878-1935 PATTOT C RTLP8 (PIB real) 0.84 0,84 0,77 313.8
Coeficiente -37,00 1,83
Estadístico t (-7,82) (17,71)
1878-1935 DPATTOTO'dif.) C DRTLP8 (1"diP.) 0,01 0,00 2,54 1,0
Coeficiente 0,72 0.64
Estadístico t (0,61) (1,00)
1878-1935 PATTOTpc C YLP8 (Renta pe) 0,78 0,77 0,77 199,4
Coeficiente -103,07
Estadístico t (-8,60) (I4J2)
1878-1935 DPATTOTpc C DYLP8 0,01 0,00 2,52 0,91
Coeficiente 1,07 0.62
Estadístico t (0,68) (0.95)
1878-1935 PATTOT C IPIES 0,86 0,86 0,82 360,8
Coeficiente -19,26 2,16
Estadístico t (-5,47) (18,99)
1878-1935 DPATTOT C DIPIES 0,05 0.03 2,47 3,15
Coeficiente 0,47 1.24
Estadístico t (0.41) (1.77)
1878-1935 PATTOT C IPICO58 0,87 0.86 0,82 381,4
Coeficiente -24,19 1,88
Estadístico t (-6,60) (19.52)
1878-1935 DPATTOT C DIPIC058 0,08 0,07 2,52 5,50
Coeficiente 0,39 1,26
Estadístico t (0,36) (234)
1878-1935 PATTOT C FBCF 0,71 0,71 0,79 143,15
Coeficiente -16,51 1.57
Estadístico t (-3,10) (11.96)
1878-1935 DPATTOT C DFBCF 0,07 0,05 2,70 4,24
Coeficiente 1,00 032
Estadístico t (0,95) (2,05)
Regresiones del índice de patentes con los componentes de la inversión
1878-1935 PATTOT C IMPMAQ 0,60 0,59 0,47 85.0
Coeficiente 9,45 0,62
Estadístico t (2,23) (9.22)
1878-1935 DPATTOT C DIMPMAQ 0,27 0,26 2,84 21,2
Coeficiente 1,05 0,21
Estadístico t (1,14) (4,60)
1878-1935 PATTOT C PRODMET 0,80 0,79 0.82 224.6
Coeficiente 8,08 1,78
Estadístico t (2,90) (14,98)
1878-1935 DPATTOT C DPRODMET 0,00 -0,01 2.58 0,31
Coeficiente 1.08 0,17
Estadístico t (0,99) (0,55)
1878-1935 PATTOT C INVPRIV 0.83 0,83 0,75 287.2
Coeficiente 2,02 1,71
Estadístico t (0.72) (16,94)
1878-1935 DPATTOT C DINVPR1V 0,18 0,17 2,77 12,82
Coeficiente 0,85 0,78
Estadístico t (0,86) (338)
1878-1935 PATTOT C INVPUBL 0.50 0,49 0,42 56,13
Coeficiente 26,05 0,85
Estadístico t (7,94) (7,49)
1878-1935 DPATTOT C DINVPUBL 0.00 -0.01 2,51 0,00
Coeficiente 1,16 0,005
Estadístico t (1,06) (0,04)
1 16 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
lar, es claro que, también en todos los casos, el mejor ajuste lo alcanza el último. La expli
cación puede estar en que el IPICO58 también incluye el sector de la construcción, que fue
una actividad con un número relativamente alto de patentes en España (ver capítulos 6 y 7).
Gráfico 3.8
Titulados en cinco Escuelas de Ingeniería en España, 1799-1936
ii
1799 1806 1813 1820 1827 1834 1841 1848 1855 1862 1869 1876 1883 1890 1897 1904 1911 1918 1925 1932
Gráfico 3.9
Patentes solicitadas en España, Ingenieros Industriales e IPICO58, 1856-1936
(índices: 1958=100)
120
100-
80-
60-
40-
20-
—i— —i—
1856 1866 1s76 1886 1896 1906 1916 1926 1936
Pat Tot( 1958= 100) IPICO58(1958= 100) Ing. Industriales (1940= 100)
¿Hasta qué punto estuvieron relacionados los ingenieros industriales con las patentes soli
citadas en España? El gráfico 3.9 representa los índices de patentes, de ingenieros industria
les y de producción industrial españoles entre 1856 y 1936. Con algún desfase, parece que
el índice de patentes y el de ingenieros industriales tuvieron una evolución y fluctuaciones
similares. Los índices de correlación de estas variables (cuadro 3.13) indican que la correla
ción entre ambas no es muy grande, pero sí positiva. Estos datos y el análisis del gráfico 3.9
muestran indicios de una interesante relación entre los ingenieros industriales españoles y la
innovación tecnológica en la época anterior a la guerra civil; relación que debió de tener una
importante incidencia en el crecimiento industrial español de aquellos años. Estas ideas, sin
embargo, requieren un estudio mucho más detallado y profundo.
Cuadro 3.13
Resultados de las regresiones entre el índice de patentes (1958=100) y el de ingenieros industriales
titulados en España (1940=100), 1856-1936
5. CONCLUSIÓN
En el capítulo 2 se vio que el orden de los países según el número de patentes por habi
tante coincide, grosso modo, con el que resulta de tomar como variable comparativa el nivel
de renta per capita. Este hecho apoya la idea de la importancia de la tecnología para el desa
rrollo económico, pero no la demuestra por sí solo. Sería ilusorio pretender explicar con una
sola variable la causa de porqué unos países han tenido un mayor desarrollo económico que
otros. Han sido muchas las causas, y no sólo económicas, sino también sociales, políticas,
educativas, etcétera. No obstante, nadie niega que el nivel de preparación técnica ha sido una
variable esencial e imprescindible en el fulgurante desarrollo económico acaecido durante
las dos últimas centurias.
La finalidad de este capítulo ha sido contrastar econométricamente el grado de asociación
observado en el capítulo anterior entre las patentes y algunas variables económicas en la his
toria contemporánea. En primer lugar se ha explicado brevemente el modelo económico en
el que se ha basado nuestro análisis —la Teoría del Gap Tecnológico—, que explica las dife
rencias en los niveles de vida de los países por sus distintos grados de desarrollo tecnológi
co. A continuación se han mostrado los distintos modelos de regresión simple que se pueden
realizar entre las series de patentes —en sus diferentes formas— y las series de producción.
A continuación, se han estimado algunos de estos modelos: una serie de regresiones de corte
transversal, en diferentes momentos de la historia, entre las patentes y la renta per capitel de
los 23 países más desarrollados del mundo. El análisis de los resultados permite concluir la
existencia de una elevada correlación entre las series de patentes y las de renta a lo largo de
todo el período estudiado. Esto no implica necesariamente que se haya dado una relación de
causalidad entre las variables, aunque sí hay indicios de ello. En todo caso, parece claro que
habrían sido las patentes —la tecnología— las que habrían determinado el mayor o menor
nivel económico de las naciones, y no al revés. Los resultados confirman las hipótesis de la
Teoría del Gap Tecnológico.
Los datos de renta de 23 países en determinados momentos de la historia contemporánea,
sólo han permitido realizar regresiones de corte transversal. Otra forma de analizar la rela
ción entre patentes y renta es a partir de un análisis de series temporales que compare la evo
lución histórica de las dos variables en cada país. Para realizar este estudio, nos hemos ceñi
do al caso de España. La disponibilidad y conocimiento de diversas series históricas de
variables económicas españolas, además de la renta per capita, ha permitido enriquecer
nuestro conocimiento sobre la relación entre patentes y economía.
Las fluctuaciones que muestra la serie de patentes en España indican que esta variable ha
seguido los ciclos de la economía. La fuerte incidencia de las crisis internacionales sobre las
patentes indica, también, que esta variable se ve afectada de manera similar a la inversión de
capital, es decir, de manera profunda y prolongada. Esto hace suponer que las patentes pue
den tener una relación especialmente estrecha con esta variable. De hecho, las regresiones rea
lizadas entre la serie de patentes y algunas variables económicas —PIB, Producción indus
trial. Formación Bruta de Capital Fijo— muestran que la actividad inventiva ha estado mucho
más claramente relacionada con la producción industrial y la inversión de capital fijo que con
el producto de la economía en su conjunto. Además, al desglosar la Formación Bruta de
Capital Fijo en sus componentes, ha quedado de manifiesto que las dos variables con las que
las patentes han tenido una mayor relación —claramente mayor que con la producción indus
trial y la FBCF total— han sido la importación de maquinaria y la inversión privada —en con
traposición a la inversión pública—. Esto demuestra que la inversión es la variable económi
1 20 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
ca más ligada a la actividad inventiva o, de otra manera, que la actividad inventiva incide en
la economía a través de la inversión de capital. El hecho de que la serie que mejor se ajusta a
las patentes sea la importación de maquinaria, indica el fuerte contenido tecnológico de la
actividad inversora extranjera en nuestro país. Además, esto está de acuerdo con el predomi
nio de las patentes extranjeras registradas en España a lo largo de todo el período analizado.
La menor relación de la serie de patentes con la producción interior de artículos metálicos
muestra, de alguna manera, el bajo contenido tecnológico de la industria española.
La correlación de las patentes con la inversión privada —y no con la inversión pública—
indica que el esfuerzo inventivo de la economía española —al menos hasta los años cin
cuenta del siglo XX— estuvo principalmente impulsado por la iniciativa privada. Se trata de
un hecho positivo, pero es engañoso, pues no hay que perder de vista el bajísimo nivel tec
nológico español con respecto al de otros países. Por otro lado, es necesario saber que la acti
vidad tecnológica e investigadora promovida por el Estado no se inició de manera decidida
hasta mediados del siglo XX. A partir de entonces, la actividad privada en innovación tec
nológica ha sido suplantada por la iniciativa estatal. La causa ha estado, en buena medida,
en la pasividad de la iniciativa privada, que ha sido tradicionalmente en todos los países la
más eficaz en la promoción de la innovación tecnológica.
Todas estas regresiones han identificado las variables económicas que mejor se ajustan a
la serie de patentes. No han demostrado una relación causal entre tecnología y progreso eco
nómico, pues para ello se requiere un estudio que tenga en cuenta otras variables indicado
ras de la actividad tecnológica e innovadora. Sin embargo, los resultados obtenidos son cier
tamente reveladores de una relación entre la actividad inventiva y el progreso económico y,
además, proporcionan interesantes pistas sobre una importante vía —la inversión en capital
fijo— a través de la cual la tecnología incide en la economía. Por último, de las variables que
están en la base de la capacidad tecnológica, se han recopilado las series de titulados en algu
nas escuelas españolas de ingeniería. La más importante desde mediados del siglo XIX hasta
los años cuarenta del XX fue, con mucha diferencia, la ingeniería industrial. Aunque la
correlación entre los titulados en ingeniería industrial y las patentes no es muy alta, la com
paración gráfica de ambas variables muestra una clara coincidencia en sus fluctuaciones a
largo y a corto plazo. El estudio de la relación entre las variables educativas, la innovación
tecnológica y el desarrollo de la economía española está todavía por hacer. Baste este breve
apunte como avance de dicha investigación.
PARTE III
PATENTES Y ECONOMÍA ESPAÑOLA,
1882-1935
Las páginas que siguen constituyen, sin duda, la parte que ha supuesto más trabajo. Son
el resultado de dos años de investigación en los archivos de la Oficina Española de Patentes
y Marcas y en la Biblioteca Nacional de Madrid. Durante ese tiempo se ha elaborado una
base de datos con los resúmenes de los expedientes de las patentes solicitadas en España
durante siete años seleccionados: 1882, 1887, 1897, 1907, 1917, 1922 y 1935. En el capítu
lo 4 se explica la naturaleza de las fuentes documentales y estadísticas empleadas, así como
los criterios y la metodología seguidos en la recogida de información y elaboración de la
base de datos. En los capítulos 5, 6, 7, 8 y 9 se recogen las conclusiones del estudio siste
mático de la información. Se trata de un análisis necesariamente general, pues el objetivo ha
sido aportar una visión panorámica de la función desempeñada por las patentes dentro de la
economía española a lo largo de cincuenta y cuatro años. Más adelante se podrán hacer estu
dios sobre las patentes de períodos más breves, regiones, empresas o inventores señalados,
que ayuden a concretar las líneas generales que ahora se han plasmado. El punto de vista de
este análisis es el del investigador interesado por la historia económica y empresarial de
España. Los historiadores de la ciencia y la tecnología podrán obtener, desde su punto de
vista, otras muchas e interesantes conclusiones.
CAPITULO 4: FUENTES HISTÓRICAS DE PATENTES.
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
1 Esta publicación también se puede encontrar —aunque no siempre completa— en la Biblioteca Nacional de
Madrid; en la Biblioteca del Ministerio de Industria (Madrid); en la Hemeroteca Municipal de Madrid; y, segura
mente, en otras bibliotecas o archivos históricos de España.
1 24 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
rizada por una gran creatividad tecnológica, que causó un crecimiento económico sin prece
dentes en todo el mundo.
Además, en el último cuarto del siglo XIX, los sistemas de protección de la propiedad
industrial ya habían llegado a una etapa de madurez en todo el mundo desarrollado. Esto sig
nifica que ya estaban bien articulados jurídicamente y, lo que es más importante, eran masi
vamente utilizados por los inventores y las industrias más competitivas. En nuestra opinión,
la mayor parte y la tecnología más importante creada durante aquellos años, quedó recogida
en los documentos de patentes. Por ello, un estudio cuidadoso de esta documentación, puede
aportar un conocimiento realista y fiable del papel desempeñado por la tecnología en el desa
rrollo económico.
Las fuentes documentales más completas de las patentes solicitadas en España, son dos:
el archivo de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) y el Boletín Oficial de la
Propiedad Industrial (BOPI)2. De ellas, la más importante —en cuanto al horizonte temporal
y a la cantidad de información— es el archivo de la OEPM, donde hay dos tipos de docu
mentos: a) Los expedientes originales de solicitud de patentes, donde está toda la informa
ción que hace referencia a cada patente3; y b) los libros de registro de patentes, en los que se
registraba la entrada de cada patente en el archivo, se recogía un resumen del expediente, y
se anotaban los avattares de cada patente hasta el momento de su caducidad: la fecha de con
cesión o denegación de la patente; la fecha de puesta en práctica; los pagos anuales por parte
del concesionario; la cesión o venta de la patente, en su caso; etcétera.
La otra fuente, el BOPI, es una publicación oficial editada por el Registro de la Propiedad
Industrial (RPI), que resume quincenalmente —desde septiembre de 1886— la información
que entra en el archivo de la OEPM. Precisamente, la información resumida del BOPI ha
sido la fuente fundamental de esta investigación, aunque los datos de 1 882 se han obtenido
en los libros originales de registro de patentes. Las razones de haber utilizado la información
resumida y no la completa hacen referencia a la disponibilidad de tiempo y capacidad de
recogida de información para una sola persona. La labor de haber organizado, leído y resu
mido 15.694 expedientes originales —que es el número de patentes incluidas en la base de
datos— habría supuesto muchos años de trabajo4. Tarea que no nos compensaba, ya que el
BOPI contiene los datos básicos necesarios para nuestro estudio; y, además, es una publica
ción impresa, bien organizada y de fácil disponibilidad.
El Boletín Oficial de la Propiedad Intelectual e Industrial comenzó a publicarse el 1 de
Septiembre de 1886 tras la promulgación del Real Decreto de 2 de agosto de 1886 que, en
2 Para los años anteriores a 1 826 se puede encontrar información dispersa sobre los privilegios de invención —
antecedente de las patentes— en la Gaceta de Madrid: Ver Sáiz (en prensa). También existen revistas de la época
con abundante información sobre patentes, entre las que destaca Industria e Invenciones, editada en Barcelona entre
1884 y 1915, aproximadamente.
3 Los expedientes originales están en la Oficina Española de Patentes y Marcas. Son de una gran riqueza docu
mental: contienen la descripción detallada del invento realizada por el inventor, los planos, los distintos avatares
administrativos y jurídicos sufridos por dicha patente, etc. Para conocer con detalle la información contenida en
estos expedientes, ver Sáiz (1996b).
j Esta ha sido la fuente consultada por Patricio Sáiz, en el trabajo citado, para su estudio sobre las patentes regis
tradas en España entre 1826 y 1878. El número total de patentes solicitadas durante esos años fue de 5.1 17.
FUENTES HISTÓRICAS DE PATENTÉS. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN 125
5 Una amplia explicación del desarrollo histórico de la organización burocrática de la gestión de la propiedad
industrial en España puede encontrarse en Sáiz ( 1995).
1 26 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Ya se ha apuntado que la base de datos no incluye todas las patentes del período, sino las
correspondientes a siete años seleccionados: 1882, 1887, 1897, 1907, 1917, 1922 y 1935. Y
se ha hecho así, en primer lugar, porque entre 1 882 y 1935 se solicitaron en España cerca de
140.000 patentes: una cantidad de información inabarcable para una sola persona. Pero
cabría preguntarse porqué no se hizo un muestreo, en lugar de una selección de años. La
razón fundamental es que el considerable número de variables recogido en cada ficha; los
muchos sectores económicos y grupos tecnológicos empleados en la clasificación; las nume
rosas nacionalidades, provincias de procedencia, ciudades y empresas de los inventores,
etcétera, habría supuesto que, para obtener una muestra fiable, se debería haber tomado alre
dedor del 30 por 100 de las patentes anuales6. Esto significa que el número de registros de la
base de datos habría sido de unos 45.000: el esfuerzo habría sido excesivo para obtener, ade
más, un resultado poco fiable y satisfactorio, sobre todo en las conclusiones referentes a la
información más interesante de la base de datos: nacionalidad y provincia del inventor,
empresas que más patentaban, sector económico de las patentes, etc. En consecuencia, la
decisión ha sido seleccionar una serie de años e introducir en la base de datos todas las
patentes solicitadas en cada uno. De este modo, se ha conseguido obtener una información
totalmente fiable. Además, la distribución en el tiempo de estos años, permite alcanzar una
idea aproximada de la evolución de las distintas variables. Es cierto que con este método es
imposible conocer las fluctuaciones en el corto plazo, pero esto puede solucionarse en parte
con las series históricas de patentes solicitadas y concedidas (capítulos 2 y 3), y con los datos
de patentes concedidas clasificadas según ciertos sectores económicos y publicadas por el
BOPI entre 1887 y 19307.
Por último, la selección de los siete años estudiados se ha basado en varios criterios, en
ocasiones difíciles de conjugar: se quería construir una base de datos con un número razona
ble de registros; evitar toda discrecionalidad personal en la selección; y no seleccionar años
anómalos, en que las circunstancias políticas o legislativas hubieran podido influir de mane
ra importante y circunstancial en el número de patentes solicitadas. Para no introducir discre
cionalidad, se seleccionó el primer año que apareció completo en el BOPI — 1887—, y los
siguientes con un intervalo de diez años: 1897, 1907, 1917. Este último fue un año anómalo
para la economía española e internacional a causa de la I Guerra Mundial. Sin embargo, era
interesante recogerlo por tratarse de un período importante y controvertido en la historia eco
nómica de España; particularmente interesante en el debate sobre la actividad innovadora
6 Esta es, por ejemplo, la proporción empleada por Kenneth L. Sokoloff ( 1 988, pp. 817-818 y Figure 1) en su
estudio sobre las patentes solicitadas en Estados Unidos entre 1790 y 1846. La muestra de este estudio consta de
4.500 patentes (casi el 30 por 100 de las patentes solicitadas en Estados Unidos durante aquellos años), y los datos
recogidos de cada una son: la descripción del invento, su clasificación industrial, nombre y residencia del solici
tante y fecha de concesión.
7 Entre 1887 y 1930. el BOPI publicó, excepto en algunos años, una clasificación anual de las patentes conce
didas de acuerdo con dos criterios: a) alfabético, por el nombre del concesionario y, b) según las 100 clases econó
mico-tecnológicas del Nomenclator Técnico de patentes establecido por la ley de 1902. A partir de ahí se han podi
do construir unas series anuales de patentes por sectores (Ortiz-Villajos. 1997b, Tomo II, Apéndices 7.IA y 7.IC).
Aunque la clasificación es un poco arbitraria, sirve para detectar las fluctuaciones en el corto plazo, y completar así
la información de la base de datos.
FUENTES HISTÓRICAS DE PATENTES. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN I 27
especulativa de los empresarios españoles durante la guerra mundial. Sin embargo, 1917 no
es comparable en muchos aspectos con el resto de los años, porque el número de patentes
extranjeras solicitadas en España en aquel año fue muy escaso a causa de la guerra mundial
(hay que tener en cuenta que antes y después de la guerra más del 50 por 100 de las patentes
solicitadas eran extranjeras). Y como el año 1907 —el que realmente era comparable en
muchas de sus variables— quedaba lejos de 1927 —el que seguía a 1917 según el criterio de
tomar un intervalo de diez años—, se eligió 1922 en lugar de 1927. Se podrían haber selec
cionado los dos; pero como después de la I Guerra Mundial las patentes anuales llegaron a
números muy elevados —alrededor de 5.000 patentes—, se optó por el año 1922. El último
año incluido en la base de datos fue 1935, en lugar de 1937, que es el que habría correspon
dido. La razón es que en 1937, España estaba ya en plena guerra civil y, por tanto, el número
de patentes había disminuido bruscamente por razones ajenas a la actividad innovadora y tec
nológica. En consecuencia, se eligió el año 1935 por ser el año normal más cercano a 1937,
Por último, se ha incluido también el año 1882, debido a que los años que siguieron a la
ley de 1878 fueron particularmente interesantes para el desarrollo del sistema de patentes y
la actividad inventiva en nuestro país, pues esta ley marcó el verdadero despegue y afianza
miento del sistema de protección de la propiedad industrial en España". Era interesante, por
tanto, obtener una referencia intermedia entre 1878 —el último año estudiado por Patricio
Sáiz (en prensa)— y 1 887 —el primer año completo recogido en el BOPI—. A esto se suman
otros factores: el interés de trabajar con los libros de registro originales; el relativamente bajo
número de patentes solicitadas en 1882 —866— y, por tanto, la posibilidad de informatizar
los datos en no demasiado tiempo; y, por último, las facilidades de todo tipo proporcionadas
en la Oficina Española de Patentes y Marcas4 para consultar esta información.
En definitiva, los años seleccionados para ser sometidos a un profundo estudio han sido
siete: 1882, 1887, 1897, 1907, 1917, 1922 y 1935; y el número total de patentes introduci
das en la base de datos, 15.694. Seguramente los años seleccionados y los criterios elegidos
son mejorables. Sin embargo, como espero demostrar en las páginas que siguen, el presente
trabajo es de gran interés y utilidad por sacar a la luz por primera vez información hasta el
momento desconocida, que puede aportar mucho al conocimiento de la historia económica
y empresarial de España.
Sobre la novedad e importancia de la ley de 1878 se ha hablado en el capítulo 2. Ver también: Sáiz (1995).
En particular, quiero agradecer a Gloria Ramos su ayuda e interés por mi trabajo.
" El asignado por el Registro de la Propiedad Industrial a cada expediente de solicitud.
1 28 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
El motivo de clasificar las patentes según el sector económico de uso del invento, es la
suposición de que, al aplicarse en las empresas, conseguirán una mejora tecnológica que
incidirá en el aumento de la productividad. La clasificación económica busca una homoge-
neización entre una variable tecnológica (las patentes) y otra económica (la producción de
bienes y servicios), con el fin de establecer la posibilidad de descubrir a partir de estudios
cuantitativos, cómo son y qué importancia tienen las relaciones entre tecnología y economía,
o viceversa. La mayor dificultad de esta clasificación está en que la creatividad tecnológica
del hombre se resiste a ser clasificada. Y, de cualquier forma, se amolda mejor a una clasifi
cación tecnológica que a una económica, pues con frecuencia un mismo invento se puede
emplear en varios sectores económicos diferentes. Esto supone que, para hacer una buena
clasificación de las patentes, la única manera sea hacerla una por una. y decidir en cada caso
11 La nacionalidad no aparece en el BOPI. por lo que lo hemos tenido que averiguar: en muchos casos, por tra
tarse de inventores o empresas conocidos: y, en otros, por el nombre del solicitante. Este dato es muy fiable cuan
do el solicitante era una compañía; pero cuando era un individuo no lo es tanto, pues en algún caso podría tratarse
de alguien con nombre extranjero, pero de nacionalidad española.
'- Clasificación Nacional de Actividades Económicas (Apéndice 3).
11 Clasificación Internacional de Patentes (Apéndice 4).
14 Como la CIP es una clasificación tecnológica, se ha establecido una correspondencia entre los grupos de la
CNAE y las subclases de la CIP (ver Apéndice 5). pues de esa manera se puede tener una referencia de cuáles son
—en principio— los sectores productores de la tecnología contenida en cada patente. Mikel Buesa (1992) advirtió
con anterioridad el interés de estas correspondencias.
15 Con el fin de diferenciar entre patentes de mayor y menor nivel técnico, se ha asignado a cada subclase de la
CIP un grado de complejidad tecnológica, asignando a cada uno un valor entre 1 y 6 (Apéndice 5).
16 Que establecía una clasificación en 10 grupos, dentro de cada cual había 10 clases tecnológicas. Esta clasifi
cación es poco detallada y en ocasiones ambigua, aunque puede ser de gran ayuda para completar los índices publi
cados por el BOPI, a los que ya se ha hecho alusión (Orti/.-Villajos, 1997b. Tomo II, Apéndice 4.3).
FUENTES HISTÓRICAS DE PATENTES. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN 129
el sector económico más afín a cada invento. Se ha utilizado la CNAE'7 por ser una clasifi
cación oficial, objetiva y ampliamente utilizada en todo tipo de estudios y estadísticas.
También, porque así se puede comparar más fácilmente la situación del sistema de patentes
en la época estudiada por nosotros con la actual18. Básicamente, existen tres criterios de cla
sificación económica de las patentes:
a) Según el sector de uso de la tecnología19. Este es el método más acertado para tratar de
averiguar el grado de incidencia de la tecnología en la economía. De hecho, es el que han
empleado los principales investigadores en este campo, como Griliches, Scherer,
Schmookler, Sokoloff; y el que se ha seguido en este trabajo20.
b) Según el sector de la empresa que las haya inventado21. Este criterio tiene diversos
inconvenientes: Las patentes de inventores individuales —las más numerosas hasta bien
entrado el siglo XX— quedarían, por definición, fuera de la clasificación. Hay muchas
empresas cuyo nombre —que es el dato que proporciona el BOPI— no tiene relación con la
actividad económica que realizan, por lo que sus patentes tampoco podrían clasificarse.
Puede haber empresas que no se puedan encuadrar en un solo sector industrial; o que solici
ten alguna patente que no tenga que ver con su actividad; etcétera. Este criterio, por tanto,
por la propia naturaleza de los datos empleados, no sirve para este estudio; aunque esto no
significa que sea un criterio en sí mismo desechable.
c) Según el sector productor o fabricante del invento. En el caso de inventos de nuevos
productos de consumo, la clasificación según el sector fabricante del invento coincide con el
de industria de destino, que es la única que obtiene los beneficios de la innovación. Pero los
inventos de bienes intermedios, tienen efecto tanto sobre las industrias que los fabrican como
sobre las que los utilizan22. De hecho, estos inventos han tenido una gran transcendencia en
la historia económica23, no sólo para el incremento de la productividad de las industrias que
los utilizaron —pensemos en la importancia de los diferentes inventos de máquinas textiles
para la industria textil inglesa en su revolución industrial—, sino también para las empresas
que se dedicaron a fabricarlos. Por tanto, si sólo se clasificaran los inventos según el de sec
tor de uso, no se podrían medir los efectos que tuvieron sobre los sectores de bienes inter
medios.
A pesar de lo que se acaba de decir, si lo que se pretende es determinar los efectos de la
tecnología en la economía, la mejor opción es clasificar las patentes según el sector de uso24.
17 Establecida por el Ministerio de Industria. Los grupos, agrupamientos y grandes sectores en que está organi
zada la CNAE se han recogido en el Apéndice 3.
18 Ya que. por ejemplo, el estudio de Mikel Buesa ( 1992) sobre las patentes solicitadas en España entre 1967 y
1986, también utiliza la CNAE.
19 Zvi Griliches habla de una clasificación según la industria de destino o industria de uso de la patente: «La
industria que utilizará el producto o proceso resultante y, por consiguiente, la que se verá beneficiada en su pro
ductividad» (Griliches, 1990, p. 1666, traduzco).
2" También es el criterio seguido por Patricio Sáiz ( 1996b) en su investigación sobre las patentes solicitadas en
España entre 1826 y 1878.
21 Zvi Griliches habla en este caso del sector de origen de la patente.
22 Piénsese, por ejemplo, en el invento medieval del arado pesado: si se hubiera patentado, ¿cómo lo habríamos
clasificado? Según el criterio del sector de aplicación, dentro de la agricultura; y en función del sector de produc
ción, en el de maquinaria agrícola
23 Los grandes inventos de la primera revolución industrial son casi todos de este tipo.
34 Griliches también coincide en que la clasificación más adecuada —y la que ha dado mejores resultados—
es la del sector en el que las patentes tienen, en principio, un uso más claro. En Griliches (1990, pp. 1666-1669)
puede obtenerse una visión de conjunto de todas las posibles clasificaciones, y de sus ventajas, inconvenientes y
resultados.
1 30 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
El criterio del sector de uso de las patentes, no permite diferenciar el tipo y la importan
cia de la tecnología empleada en cada sector. Por ejemplo, no permitiría saber si la innova
ción del sector agrario se está produciendo a partir del uso de nuevos fertilizantes, nueva
maquinaria, o nuevos métodos de cultivo. Nos ha parecido imprescindible, por tanto, hacer
una segunda clasificación de las patentes según la tecnología contenida en cada una. Para
ello se ha utilizado la Clasificación Internacional de Patentes25 (CIP), que fue concebida para
conseguir una clasificación uniforme en todos los países:
2Í Utilizada por todos los países y organismos internacionales en sus estadísticas de patentes. Fue establecida
por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI ). Esta organización —con sede en Ginebra— tiene
una doble denominación oficial: en francés, Organisation Mondiale de la Propriété Intellectuelle (OMPI): y en
inglés, World Intellectual Property Organization (WIPO). Ver OMPI (1989): Clasificación Internacional de
Patentes. Ginebra: OMPI. Quinta Edición.
2h Prólogo a la cuarta edición de la Clasificación Internacional de Patentes: OMPI (1984): Clasificación
Internacional de Patentes. Volumen 9: Guía de utilización, resumen de clases y repertorio de grupos principales, p.
5. Madrid: Registro de la Propiedad Industrial.
FUENTES HISTÓRICAS DE PATENTES. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN 131
Para terminar este epígrafe queremos explicar el contenido de otras estadísticas que hasta
ahora han sido mencionados tan sólo colateralmente, y que han resultado de utilidad para
completar el estudio. Se trata de los índices de patentes y marcas concedidas, clasificadas en
100 clases económico-tecnológicas según el Nomenclator Técnico de la Ley de 190230, que
fueron publicados en el BOPI entre 1 887 y 1 930. Con estos índices se han podido recons
truir, por tanto, las series anuales de patentes y marcas por sectores. No obstante, a partir de
1909 el BOPI sólo contiene esta información en años salteados. Sin embargo, hay datos de
suficientes años como para obtener un conocimiento bastante completo de la evolución de
ambas series.
Las series de patentes concedidas obtenidas a partir de los índices del BOPI, han sido úti
les porque han permitido conocer grosso modo las fluctuaciones anuales de las patentes apli
cables a los diversos sectores económicos entre 1887 y 1930. Por tanto, han supuesto un
buen complemento para el estudio sectorial de las patentes basado en la información saltea
da, aunque más exacta y fiable, de la clasificación económica de nuestra base de datos.
Las series de marcas concedidas entre 1887 y 1930, es la única información cuantitativa
disponible de esta variable clasificada por sectores económicos. Se trata de una información
de gran interés para la investigación de los inicios y desarrollo de los modernos instrumen-
27 A partir de la que se ha elaborado un resumen (Apéndice 5). debido a que la clasificación completa abarca
ocho tomos —correspondientes a cada una de las ocho secciones en que está organizada la CIP— con cientos de
miles de grupos tecnológicos.
28 Correspondencia recogida también en el Apéndice 5.
29 Ver Buesa (1992, pp. 823, 824).
30 La citada Ley estableció una clasificación en 10 grupos principales, cada uno de los cuales contenía 10 cla
ses. Para los años anteriores a 1902, las estadísticas por materias estaban clasificadas de una manera un tanto arbi
traria, en cuanto que el número de clases de patentes era inferior a 100 y, además, iba variando de año en año. Esto
nos ha causado ciertos problemas de homogeneización con las estadísticas de los años posteriores a 1902, como
puede comprobarse en los cuadros y gráficos correspondientes recogidos en Ortiz-Villajos (I997b, Tomo II,
Apéndices 7.1A, B y C). La clasificación propiamente dicha la hemos recogido en Ortiz-Villajos (1997b. Tomo II,
Apéndice 4.3)
1 32 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
tos y canales de comercialización característicos de la era del consumo de masas. Las mar
cas —derechos legales que protegen la denominación comercial de los productos— consti
tuyen la otra gran parte de la propiedad industrial. Ideadas por la moderna economía capita
lista —las primeras leyes de marcas son del siglo XIX31—, han sido y son uno de los pilares
básicos para el buen funcionamiento y expansión nacional e internacional del sistema de
economía de mercado.
Con el paso de los años ha habido algunos cambios de criterio o de contenido en la infor
mación recogida en el BOPI. Conviene tenerlos en cuenta, pues, en ocasiones, han afectado
al análisis de la base de datos. Así, en los boletines de 190732, falta en muchos casos la infor
mación del país de residencia de los solicitantes de patentes. Desconocemos la razón de este
hecho. No obstante, en lugar de omitir ese dato, nos ha parecido más útil tratar de determi
narlo, aun a riesgo de posibles errores. El criterio ha sido guiarnos por el nombre del solici
tante. En los casos en que el solicitante era una compañía, habitualmente se ha podido iden
tificar su residencia. Sin embargo, cuando la patente estaba registrada a nombre de un indi
viduo, no siempre ha sido posible determinar el país de procedencia y, en todo caso, se ha
llegado sólo a determinar la nacionalidad o país de origen: muy pocas veces el país de resi
dencia.
Las nacionalidades más fáciles de determinar han sido las de las patentes solicitadas por
españoles o italianos, por tratarse de nombres inconfundibles para nosotros. En otros casos,
aún tratándose de nombres que puedan ser originarios de varios países33, también se ha podi
do determinar con bastante exactitud la nacionalidad, gracias a otra información disponible34.
Cuando el nombre no era español y la nacionalidad desconocida, entonces se ha asignado al
inventor el calificativo de «Extranjero». Las mayores dudas han surgido cuando el solici
tante tenía un nombre anglosajón. En estos casos, cuando otros datos hacían pensar que lo
más probable es que fuera norteamericano, se ha escrito «Estados Unidos?», o «Inglaterra?»,
si lo más probable es que fuera inglés. En los casos en que era imposible determinarlo con
bastante seguridad, entonces también se ha asignado el calificativo «Extranjero».
En todo caso, los datos de 1907 hay que tomarlos con cautela, pues el criterio seguido en
este caso supone que el dato recogido es la nacionalidad y no la residencia del solicitante. A
pesar de todo, las conclusiones de los análisis basados en este dato son, al menos, orientati-
vas. Además, por fortuna, uno de los datos importantes en el análisis de las patentes según
el país de residencia del solicitante —la distinción entre patentes de españoles y de extran
jeros—, tiene muy poca probabilidad de error. Por ambas razones se puede decir que los pro
blemas causados por la ausencia de estos datos son tan sólo accesorios.
Otro problema es que a partir de 1 909, el BOPI comenzó a publicar no todas las patentes
solicitadas anualmente, sino tan sólo las que eran concedidas. Esto quiere decir que para los
años 1917, 1922 y 1935 no se han recogido todas las patentes solicitadas. Sin embargo, hay
que tener en cuenta que en el Registro de la Propiedad Industrial español no se hacía en aque
lla época un examen de la novedad ni del estado de la técnica, por lo que las razones de la
no concesión de una patente hacían referencia, en la mayoría de los casos, a defectos de
forma u otras cuestiones accesorias. Las patentes denegadas no llegaron casi nunca al 10 por
100, por lo que las conclusiones obtenidas a partir de esta información son absolutamente
fiables.
En casos aislados a lo largo de todo el período —por errores de transcripción, de impren
ta o cualesquiera otros—, los resúmenes del BOPI no contienen algunos datos como, por
ejemplo: el título, la fecha de concesión de la patente, la provincia donde se solicitó, etcéte
ra. De cualquier forma, se trata de pocos casos y, casi siempre, de datos poco relevantes. Hay
otras pequeñas cuestiones que no se explican ahora, pues no son relevantes para la investi
gación. En epígrafes posteriores, se explicarán cuando sea pertinente.
f
CAPITULO 5: CARACTERISTICAS GENERALES
DE LAS PATENTES SOLICITADAS EN ESPAÑA
ENTRE 1882 Y 1935
En este capítulo se inicia propiamente el análisis del contenido la base de datos. En el pri
mer apartado se explican las fluctuaciones de las solicitudes y concesiones de patentes entre
1870 y 1937, en relación con algunos acontecimientos políticos y económicos de la época.
El segundo muestra las características más formales de las patentes: los tipos de patentes —
invención o introducción, certificados de adición— preferidos por los solicitantes, aspecto
que estaba muy en relación con la duración legal del derecho; el tipo de solicitante —indi
viduo o compañía—; país de residencia; coste y duración legal de las patentes; la acredita
ción de su puesta en práctica; etcétera. En definitiva, este capítulo, a partir de la delimitación
de las características más generales o formales de las patentes y sus solicitantes, pretende
servir de marco al estudio de los siguientes capítulos. No obstante, muchos de los datos que
aparecen en estas páginas son ya, en sí mismos, muy sugerentes y reveladores de la actitud
de la economía española con respecto a la tecnología.
Las estadísticas agregadas de patentes pueden servir como indicador de los diferentes
niveles de desarrollo económico de los países (capítulo 2). Las series temporales de
patentes guardan relación con los ritmos y fluctuaciones de la renta, producción industrial
y niveles de inversión de capital y tecnología (capítulo 3). Sin embargo, son insuficientes
para comprender las interrelaciones entre ciencia, tecnología e industria. Es imprescindi
ble un estudio detallado de las patentes para poder conocer su significado y su relación con
la economía. Sin embargo, antes es necesario conocer en detalle las fluctuaciones de las
series agregadas y su posible relación con los acontecimientos políticos y económicos de
la época. El gráfico 5.1 y el cuadro 5.1 recogen la evolución de las series de patentes soli
citadas y concedidas en España entre 1870 y 1937. Aunque el primer año de la base de
datos es 1882, ha parecido conveniente reflejar en este análisis general lo acaecido en los
años inmediatamente anteriores, ya que en 1878 se promulgó en España la ley de patentes
que tuvo una mayor importancia hasta la guerra civil y, seguramente, también hasta la ley
de 1986.
136 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
El gráfico 5.1 muestra la casi total coincidencia entre las series de patentes solicitadas y
concedidas, aunque con ciertas divergencias en las fluctuaciones a corto plazo. No obstante,
desde finales de los años veinte se comienza a apreciar diferencias importantes tanto en la
tendencia de las series, como en el número de patentes. En total, las patentes concedidas
supusieron casi el 90 por 100 de las solicitadas; es decir, tan sólo se denegó el 10 por 100.
El motivo más común de denegación era el defecto de forma en la documentación1.
Gráfico 5.1
Patentes solicitadas y concedidas en España, 1870-1937
6.000
5.000-
4.000-
3.000-
2.000-
1.000-
1870 1874 1878 1882 1886 1890 1894 1898 1902 1906 1910 1914 1918 1922 1926 1930 1934
Solicitadas Concedidas
Fuentes: Apéndice 1.
Las diferencias entre patentes solicitadas y concedidas en las fluctuaciones a corto plazo
se explican, a la vez, por otras causas: fundamentalmente, por el período que mediaba entre
la solicitud y la concesión de una patente. Esto hacía que una patente solicitada en un año
pudiera ser reflejada en las estadísticas de patentes concedidas del siguiente. Hasta los años
veinte el período que transcurría entre la solicitud y la concesión era muy breve: general
mente de pocos días. Pero, con el tiempo, este período fue aumentando por el amontona
miento de documentación en el Registro de la Propiedad Industrial. Pero había también otros
motivos: litigios interpuestos por terceros, retrasos burocráticos, etcétera. Todo esto ocasio
naba fluctuaciones en el número de patentes concedidas no explicables por causas económi
cas, políticas o legislativas; como, por ejemplo, la fuerte caída de 1913, año en que las soli
citudes de patentes siguieron una evolución normal. Por todo lo dicho, para estudiar el efec
to de los acontecimientos políticos y económicos sobre las patentes, el número de solicitu-
En estos casos, el inventor podía volver a realizar la solicitud de la patente, una vez subsanados los defectos.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS PATENTES SOLICITADAS.. 137
des es más fiable que el de concesiones. Nuestro análisis se fundamenta, por tanto, en la serie
de patentes solicitadas.
Cuadro 5.1
Patentes solicitadas y concedidas en España, 1870-1937
Variación Variación
Año Solicitadas anual ( % ) Concedidas Año Solicitadas anual ( % ) Concedidas
Fuentes: Apéndice I .
2 Pasaron de 91 patentes en 1870 a 5210 en 1929, lo que supuso un incremento porcentual del 5.625 por 100 en
60 años. Pero estas cifras no son comparables, debido a que el coste de patentar en 1870 era mucho mayor que en
1929. Partiendo de 1882, el incremento hasta 1929 fue del 513 por 100.
138 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
negocios extranjeros con intereses en España iban adaptando sus estrategias a la nueva y,
para ellos, más dificultosa situación legal.
El número de patentes solicitadas disminuyó durante la guerra mundial, pero no tan drás
ticamente como habría cabido esperar, pues las patentes extranjeras representaban en los
años previos a la guerra en torno al 60 por 100 del total, y su número cayó drásticamente en
el período bélico. Por tanto, la razón de que el número de patentes descendiera tan poco fue
el notable incremento de las de residentes en España, que en 1917 llegaron a representar el
66 por 100. Las estadísticas de patentes, junto a otros indicadores, muestran la gran activi
dad que desarrollaron individuos y empresas españolas para aprovechar las favorables cir
cunstancias originadas por la guerra. Se ha dicho que el auge de la economía española de
estos años no tuvo visión de largo plazo, sino que fue fruto de un movimiento especulativo.
Es conocido que la guerra europea promovió un ciclo expansivo en la economía española por
el fuerte aumento de las exportaciones en las industrias de bienes de consumo, fundamen
talmente la textil. Precisamente, pudieron aprovecharse estas circunstancias favorables para
mejorar la posición competitiva de la industria española, reinvirtiendo los beneficios en
mejoras tecnológicas. Pero no se hizo. Esta idea coincide con las investigaciones de Jordi
Maluquer:
se dio un desplazamiento claro hacia las formas más simples de elaboración (...) con
mínimo valor añadido (...). La capacidad productiva del sector se incrementó muy por
debajo del aumento de la demanda, puesto que los empresarios, conscientes del carác
ter manifiestamente ocasional de la ampliación de ésta, optaron por intensificar el uso
del equipo productivo (...). Cayó la productividad media del sector a causa de la rein
corporación al proceso productivo de maquinaria anticuada (...). La renovación del uti
llaje, en la casi imposibilidad de importar maquinaria extranjera, fue muy escasa6.
La consecuencia fue que, al acabar la guerra, «la competitividad del sector —textil— se
había reducido frente a la industria de los países nuevos y las exportaciones cayeron por
debajo del nivel de preguerra»7. No obstante, los datos de patentes muestran (capítulo 7) que
también hubo otros sectores que se modernizaron durante la I Guerra Mundial. Sin embar
go, el esfuerzo modernizador fue insuficiente. En definitiva, España no aprovechó los años
de la I Guerra Mundial para disminuir la distancia —la brecha tecnológica— que la separa
ba de los países más industrializados. Durante la guerra se había invertido, sobre todo, en
sectores tradicionales, pero no en los de alta tecnología o de fabricación de maquinaria
industrial, que eran los que entonces podían tirar con más fuerza de la economía y hacerla
más competitiva.
El crecimiento del número de patentes en los años inmediatamente posteriores al conflic
to internacional fue espectacular. La causa fue la entrada masiva de patentes de los países
participantes en la guerra, que comenzaron una fulgurante expansión económica como la de
un muelle liberado de la fuerza que lo comprime. El pico del año 1920 fue consecuencia, por
tanto, de un hecho coyuntural —el final de una guerra mundial— y, por tanto, nada repre
sentativo de la tendencia general de la serie de patentes8. No obstante, en 1921, cuando las
aguas políticas —al menos momentáneamente— ya habían vuelto a su cauce, las cosas ya
no eran como antes de la guerra. Se había dado un salto cuantitativo importante en el núme
ro de patentes9. Pero, más que un salto coyuntural, se trataba de un firme proceso de creci
miento que se originó hacia 1915, en plena guerra mundial: las patentes experimentaron un
fuerte ritmo de crecimiento hasta la crisis de 1929.
Las cifras de renta nacional calculadas por Leandro Prados y por Albert Carreras mues
tran que los años veinte fueron de aceleración en el proceso de desarrollo económico de
España. Las patentes solicitadas indican que también se produjo una aceleración en el esfuer
zo tecnológico, que, como ya se ha dicho, está muy relacionado con el esfuerzo inversor.
Otros datos vienen a corroborar esta aceleración del esfuerzo tecnológico: fueron años de un
notable crecimiento en el número de titulados en ingenierías superiores10; se creó la Junta de
Ampliación de Estudios, como medio de promoción de la ciencia aplicada en España. Pero
esto también sucedió en el resto de países occidentales: también allí creció mucho el núme
ro total de patentes y hubo un claro aumento en la institucionalización y apoyo a la I+D den
tro y fuera de las empresas: todo ello a un ritmo todavía más rápido que en España. No hay
que perder de vista, por tanto, las cifras y datos de otros países; así no se correrá el peligro
de sobrevalorar el proceso de modernización que, sin duda, se estaba produciendo en
España, aunque a un ritmo inferior al deseable. Como afirma Francisco Comín, se puede
decir que «en el período de entreguerras se reafirmó el lento proceso de industrialización de
la economía española según el patrón propio de las industrializaciones tardías»".
Entre 1922 y 1935 sucedieron muchas cosas en España y en el Mundo. El jueves negro de la
Bolsa de Nueva York —el 24 de octubre de 1929— puso fin bruscamente a los felices años vein
te. La Bolsa norteamericana arrastró consigo a las de toda Europa, y lo que en un principio fue sólo
una fuerte caída de la Bolsa, se tradujo inmediatamente —por las rigideces del Patrón Oro, entre
otras causas— en una seria crisis financiera y bancaria y, por fin, en una profunda recesión eco
nómica en Estados Unidos y en Europa. La caída de los precios, de la inversión y de la producción
fue generalizada. El desempleo aumentó a niveles hasta entonces desconocidos. El desconcierto
político inicial fue salvado por Keynes, que ya había avisado en varias ocasiones de que éstas serí
an las consecuencias de la vuelta al Patrón Oro y de las onerosas condiciones impuestas a Alemania
tras la I Guerra Mundial. Antes no le hicieron caso, pero en los años treinta todos los países siguie
ron casi al pie de la letra sus ideas económicas. Gracias a las políticas keynesianas y a que los paí
ses occidentales tenían una base cultural, tecnológica y económica muy firme, forjada en la histo
ria, la Crisis del 29 tocó fondo hacia el año 1932, y la economía internacional comenzó a recupe
rarse de nuevo. Años más tarde, las duras condiciones de paz impuestas a Alemania volverían a
hacer sentir su efecto, esta vez mucho más terrible: en 1939 comenzaba la II Guerra Mundial.
Las series de patentes son un buen indicador de los ciclos económicos de los países: tanto
de los ciclos largos, como de las fluctuaciones económicas a corto y medio plazo. El hecho
de que la crisis financiera de los años treinta afectara tan profundamente a las patentes soli
citadas en todos los países, es una demostración evidente de que se trata de una variable rela
cionada con el componente más estructural de los ciclos: la inversión de capital. Y la inver
sión tiene un fuerte componente tecnológico. Al igual que las estadísticas de inversión anti
cipan cuál va a ser el desarrollo económico de un país al cabo de unos años, las estadísticas
de patentes indican cuál va a ser su capacidad de competir en el futuro.
9 En 1913 se habían solicitado 2.665 patentes, y en 1922 el número fue de 3.558: un 33,5 por 100 más.
10 El número de titulados en ingeniería industrial creció notablemente a partir de 1925 (capítulo 3). En 1921 ter
minó sus estudios la primera promoción de ingenieros de telecomunicaciones de España.
11 Comín (1987, p. 106).
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS PATENTES SOLICITADAS... 141
Las patentes solicitadas en España —como sucedió en todos los países— muestran, gros-
so modo, el impacto cuantitativo de la crisis de 1929 en la economía española. El número de
patentes solicitadas, que había alcanzado su máximo histórico en 1929 con 5.210 patentes,
cayó en los años siguientes. En 1934 llegó a un mínimo y, comenzaba a recuperarse, cuan
do en julio de 1936 estalló la guerra civil. Estos ciclos (gráfico 5.1) indican que la crisis
internacional de 1929 no afectó a la economía española de una manera profunda. En térmi
nos absolutos, el número de patentes aumentó considerablemente durante el período de
entreguerras; sin embargo, si se compara el nivel técnico de los inventores nacionales con el
de los extranjeros (capítulo 8), se comprueba que la posición tecnológica de la industria
nacional en 1935 era peor que la de 1882. España estaba quedándose, cada vez más, al mar
gen del proceso de inversión e industrialización en los sectores más innovadores, y se esta
ba especializando en los sectores tradicionales, incapaces de crear grandes empresas indus
triales que pudieran competir en el mercado internacional. Era necesario un cambio de orien
tación en la política tecnológica y en la actividad empresarial hacia la inversión en ciencia y
tecnología. Hubo algunos intentos en este sentido, como la creación de la citada Junta de
Ampliación de Estudios, pero faltó una firme determinación tanto pública como, sobre todo,
de la empresa privada industrial, que prefirió buscar la protección del Estado, antes que pre
pararse para la competencia.
Cuadro 5.2
Patentes solicitadas en España y patentes recogidas en la base de datos
12 Puede observarse que hay alguna pequeña diferencia entre los datos de patentes solicitadas que aquí presen
tamos y los del cuadro 5.1. La causa está en las distintas fuentes de las que proceden. Sin embargo, las diferencias
son despreciables.
1 42 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
El cuadro 5.3 recoge las patentes solicitadas y concedidas13 en los años seleccionados.
Para 1887, 1897 y 1907 carecemos del dato exacto de patentes concedidas, debido a que en
los resúmenes del BOPI se recogía el estado de tramitación de cada expediente en el momen
to de publicarse el Boletín, cuando la decisión de conceder o denegar algunas patentes esta
ba en suspenso. El motivo más normal de suspensión era el defecto de forma en la solici
tud14. La ley concedía un plazo para poder subsanar estos defectos. En los tres años referi
dos, el número de patentes pendientes de resolución en el momento de publicarse el BOPI
era relativamente elevado (cuadro 5.4).
Cuadro 5.3
Patentes solicitadas y concedidas
Cuadro 5.4
Situación legal de las patentes solicitadas en el momento de su publicación en el BOPI.
Años 1887, 1897 y 1907
Fuentes: BOPI .
" El cuadro 5.3 recoge las patentes concedidas de las solicitadas cada año. Es, por tanto, un dato distinto del
recogido en el 5.1 —tomado de las estadísticas globales publicadas por el BOPI—. que recoge las patentes solici
tadas y concedidas cada año, sin que haya necesariamente coincidencia entre unas y otras.
14 Había otros motivos como, por ejemplo, las patentes cuya documentación se remitía al Consejo de Estado
para su estudio.
15 La estimación de las patentes concedidas en 1887 se ha hecho a partir del cuadro 5.4. En 1887 las patentes
«en suspenso» eran especialmente numerosas. Pero como el dato de patentes denegadas es tan fiable como el de
concedidas, para hacer la estimación, se ha calculado la proporción de patentes concedidas, no sobre las 852 soli
citadas, sino sobre las 774 que tenían ya una resolución definitiva: 733 concedidas+4 1 denegadas. Según estos
datos, en 1887 se habrían concedido en torno al 94,7 por 1(X) de las patentes solicitadas. Extrapolando esta propor
ción al total, tendríamos que en 1887 debieron de concederse unas 1.095 patentes. Para los años 1897 y 1907 no se
ha podido hacer esta estimación, pues el número de patentes denegadas directamente era casi insignificante. Esto
quiere decir que casi todas las patentes denegadas en esos años, estaban entre las que en un principio habían que
dado en suspenso. Ante la imposibilidad de cualquier cálculo, se ha optado por interpolar: las patentes concedidas
debieron ser cerca del 95 por 100.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS PATENTES SOLICITADAS... 143
De cualquier forma, lo que más interesa resaltar de estos cuadros es que en el Registro de la
Propiedad Industrial se concedieron más del 90 por 100 de las patentes solicitadas en los años
estudiados. La explicación de esta elevadísima proporción se encuentra en que en España —al
contrario de lo que sucedía en Alemania o en Estados Unidos— el Registro no hacía examen de
la novedad del invento ni del estado de la técnica. Por tanto, en la práctica, tan sólo se denegaba
el derecho de patente a los inventores que no subsanaban los defectos de forma en el plazo espe
cificado por la ley; lo cual no implicaba que no se pudieran volver a solicitar posteriormente16.
Este sistema administrativo de concesión de patentes —iniciado por Francia y seguido por
muchos otros países—, aunque era objetivamente peor que el seguido por Alemania o
Estados Unidos, tenía la ventaja de ser poco costoso para el Estado, ya que descargaba en los
inventores o solicitantes el trabajo de comprobación de la novedad de las patentes.
3. TIPOS DE PATENTES
Las leyes de patentes de 1878, 1902 y 1929 —que son las que estuvieron vigentes duran
te el período estudiado— establecieron distintos tipos de patentes, en función de ciertas
características de los inventos o de los inventores. Así, una innovación que introdujo la ley
de 1 878, y que mantuvieron las sucesivas legislaciones, fue el «certificado de adición», que
era el derecho del poseedor de una patente «a hacer en el objeto de la misma los cambios,
modificaciones o adiciones que crea convenientes con preferencia a cualquier otro que
simultáneamente solicite patente para el objeto sobre que verse el cambio, modificación o
adición» (Artículo 29 de la ley de 1878). Los certificados de adición no se diferenciaban de
las patentes en cuanto a los trámites y documentos legales exigidos para su concesión, y
caducaban en la misma fecha que lo hiciera la patente principal.
Normalmente, se puede suponer que un certificado de adición tiene menos importancia,
en cuanto a su novedad y aportación a la técnica, que un invento principal. En este sentido
sería relevante distinguirlos y analizarlos por separado. Sin embargo, en muchos casos se ha
comprobado que las adiciones posteriores han sido las que han convertido a los inventos en
realmente eficaces, productivos e importantes. Por ello, la mayor o menor importancia de los
certificados de adición hay que determinarla en cada caso.
Cuadro 5.5
Patentes y certificados de adición solicitados en España, 1882-1935
Año Patentes % Cert. adic. % Total
1882 802 94,1 50 5,9 852
1887 1099 95,1 57 4,9 1156
1897 1727 94.9 92 5.1 1819
1907 2379 93,9 155 6,1 2534
1917 2233 94,5 129 5,5 2362
1922 3280 96.1 133 3,9 3413
1935 3362 94,5 iw, 5,5 3558
Total 14882 94,8 812 5,2 15694
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
16 Una patente caducada, como es lógico, no podía volver a solicitarse. Sin embargo una patente que se dene
gaba por defectos de forma en la documentación presentada, sí podía volver a solicitarse una vez subsanados dichos
defectos. En estos casos, la causa de la denegación se explicaba en el BOPI con la frase: «Denegada la patente y
considerada como no hecha la solicitud».
144 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Los certificados de adición tuvieron un escaso peso cuantitativo: con algunas fluctuacio
nes, su proporción se mantuvo en torno al 5 por 100 de las solicitudes totales. Dado el enfo
que más bien macroeconómico de este trabajo, la diferenciación entre patentes y certificados
de adición no es muy relevante, pues su importancia no depende necesariamente de esta dis
tinción, sino de la efectividad tecnológica y/o económica de la invención en sí. No obstante,
a la hora de estudiar las patentes de un determinado inventor o empresa, sí puede ser muy
interesante tener en cuenta cuales eran las invenciones principales y cuáles los certificados
de adición ideados para mejoraras.
Más relevante puede ser la distinción entre patentes de inventos propios (patentes de
invención) y de inventos ajenos (patentes de introducción). Según se tratara de unas o de
otras, la ley de 1878 y sucesivas establecieron que el período máximo de protección legal
sería de 5, 10 ó 20 años. Aunque la ley de 1878 no hablaba expresamente de patentes de
introducción —al contrario que las anteriores desde la de 1 8 1 1 , y las posteriores desde la
de 1902—, el concepto sí lo incluyó: Concedía una protección de 20 años para los «obje
tos de propia invención y nuevos» (Artículo 12, párr. 1), y de 5 años «para todo lo que no
sea de propia invención, o que, aún siéndolo, no sea nuevo» (Artículo 12, párr. 2). Este
segundo tipo es lo que las leyes anteriores y posteriores denominaron patente de introduc
ción.
La ley de 1 878 incluía, además, otro tipo de patente al que concedía una duración máxi
ma legal de 10 años. Este derecho se concedía a «todo objeto de propia invención, aún cuan
do el inventor haya adquirido patente sobre el mismo objeto en uno o más países extranje
ros siempre que lo solicite en España antes de terminar el plazo de dos años, contado desde
que obtuvo la primitiva patente extranjera» (Artículo 12, párr. 3). Como explica Patricio
Sáiz, esta novedad no hacía sino reconocer algo que en la práctica se venía haciendo «desde
fechas muy tempranas, pues si no, sería incomprensible que inventores ingleses, por ejem
plo, patentaran en España sus inventos por primera vez, ya que el decreto de 1 826 no reco
noce como invención algo que esté practicado en otro país. Sin embargo, hemos comproba
do que hay muchos privilegios expedidos como de invención cuyos autores residen y explo
tan sus inventos en otros países entre los años 1826 y 1878»17. En definitiva, el estableci
miento de este derecho vino a reconocer la creciente conexión internacional de los sistemas
de patentes. De hecho, tanto ésta como otras cláusulas de las leyes nacionales, estuvieron
impulsadas por los acuerdos internacionales sobre la protección de la propiedad industrial
que se vinieron celebrando y mejorando desde 1 876.
La ley de 1902 volvió a reconocer expresamente las patentes de introducción, asig
nándoles una protección de 5 años. En cambio, hizo desaparecer la figura de la patente
de 10 años para los objetos propios previamente patentados en el extranjero, que habrían
de acogerse también a la figura de la patente de introducción. La ley de 1929 mantuvo los
mismos criterios, aunque amplió el plazo de duración legal de la patente de introducción
a 10 años. Entre 1882 y 1935, más del 80 por 100 de las patentes solicitadas fueron de
invención; las de introducción no llegaron al 15 por 100 (cuadro 5.6). El único año que
no siguió esta norma fue 1882, debido a la elevada proporción de inventos acogidos a la
protección de 10 años. Estos inventos, como se ha explicado, estaban ya previamente
patentados en el extranjero y, por tanto, pertenecían en su mayoría a inventores residen
tes en otros países.
Cuadro 5.6
Patentes de invención y de introducción solicitadas en España
Invención Invención
Año 20 años 10 años % Introduce. % Total
1882 592 69,5 183 21.5 77 9,0 852
1887 963 83,3 97 8.4 96 8,3 1156
1897 1520 83.6 77 4.2 222 12,2 1819
1907 2237 88,3 297 11,7 2534
1917, 1929 81,7 433 18,3 2362
1922 2962 86,8 451 13,2 3413
1935 2940 82,6 618 17,4 3558
Total 13143 83,7 357 2,3 2194 14,0 15694
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
Cuadro 5.7
Patentes de invención y de introducción solicitadas por residentes y por no residentes en España
Invención Invención
Ano 20 años % 10 años % Introduce. % Total
Como se comprueba en el cuadro 5.7, la figura de la patente de 10 años fue utilizada casi
exclusivamente por residentes en el extranjero. El poco uso de esta figura por parte de los
españoles puede ser un indicador de la escasez de inventores y empresarios españoles esta,
1 46 JOSÉ MARÍA ORTIZ- VILLAJOS
blecidos en otros países. Sin embargo, esta idea no puede deducirse de los datos del cuadro
5.7, ya que es lógico que los empresarios y técnicos españoles que hubieran establecido sus
negocios en el extranjero, patentaran sus inventos primero en España —donde normalmen
te habrían iniciado sus negocios—, y, al patentar los mismos inventos en los países donde se
establecieron, se acogieran a la figura de la patente de 10 años. Este es el caso, por ejemplo
de Juan de la Cierva, que en 1920 patentó en España su invento del Autogiro y, más tarde,
al establecerse en Inglaterra, patentó allí el mismo invento acogiéndose a las leyes inglesas.
Del cuadro 5.7 sí se puede deducir, en cambio, que los inventores extranjeros patentaron una
proporción de inventos propios claramente superior a los solicitantes españoles. La figura de
la patente de introducción fue —en términos tanto absolutos como relativos— mayoritaria-
mente utilizada por los inventores residentes en España.
Las patentes de introducción hacían referencia, principalmente, a inventos puestos en
práctica en el extranjero y todavía no patentados en España. Los peticionarios debían respe
tar los acuerdos del convenio internacional de 20 de Marzo de 1883, modificado por el
acuerdo de la Conferencia de Bruselas de 14 de Diciembre de 1900, que establecía que el
que hubiera hecho la petición de una patente de invención en cualquiera de los países fir
mantes del acuerdo, tenía un derecho de prioridad de 12 meses, desde el día en que solicita
ra la primera patente, para poder patentar el invento en cualquiera de los restantes países. Por
tanto, si pasado este plazo, el primer inventor no hubiera solicitado la patente en España, ni
la hubiera puesto en práctica en su país, el objeto de dicha patente se seguiría considerando
novedoso en España y, por tanto, cualquiera podría solicitar la concesión de una patente de
invención por 20 años sobre tal invento. Ante la ausencia del previo examen de cada paten
te solicitada en el RPI y la dificultad de un control internacional durante los años estudiados,
se desconoce el grado de fraude legal o descontrol en la solicitud de patentes. No obstante,
para el presente estudio no es este un problema relevante, pues lo interesante es conocer la
relación entre la tecnología contenida en las patentes y el desarrollo económico de España.
Una cosa es segura: la persona que solicitaba una patente de introducción reconocía
expresamente que el invento no era de propia invención o que, aún siéndolo, ya había sido
puesto en práctica previamente fuera de España. Por tanto, se puede concluir que una buena
parte de los solicitantes españoles no eran los propios inventores. ¿Qué significado tiene la
alta proporción de españoles entre los solicitantes de patentes de introducción? Desde el
punto de vista de la incidencia sobre el desarrollo económico, la nacionalidad de la tecnolo
gía es indiferente. Como en el caso de los certificados de adición, lo importante es que las
patentes de introducción tuvieran efectos sobre la productividad de la economía. En este sen
tido, podrían, incluso, ser más importantes que las patentes de invención. Desde otro punto
de vista, la elevada proporción de patentes de introducción entre los solicitantes españoles,
sí puede indicar una menor capacidad de los españoles para producir su propia tecnología.
Cuadro 5.8
Patentes solicitadas por residentes y por no residentes en España
La gran proporción de patentes extranjeras a lo largo del período indica, entre otros aspectos,
una actividad inversora más dinámica del capital extranjero con respecto al capital nacional en
los sectores de mayor nivel tecnológico18. El segundo hecho —la cada vez mayor presencia
nacional (cuantitativa y relativa) en el número total de patentes solicitadas— requiere un análi
sis más profundo que el que se pueda hacer a partir de unos datos globales. ¿Es esto indicativo
de que en la economía española se dio un proceso interno de desarrollo tecnológico durante
estos años? Grosso modo, se podría decir que sí. Pero, ¿fue éste un factor que hiciera más com
petitiva a la economía española con respecto a otros países? ¿En qué sectores creció nuestra
competitividad? Los datos globales no bastan para contestar estas preguntas. Para ello, en pri
mer lugar, hay que conocer la proporción patentes de residentes y no residentes en otros países,
y tener en cuenta que una alta o baja proporción de patentes extranjeras no es buena o mala en
sí misma, porque existen diferentes modelos de desarrollo tecnológico que pueden conducir, por
diferentes caminos, al desarrollo económico19. En segundo lugar, se ha de saber cuál era la tec
nología predominante entre las patentes solicitadas en España, es decir, hacia qué sectores eco
nómicos se orientó la tecnología patentada. Y, en tercer lugar, hay que comparar los tipos de tec
nología y el nivel tecnológico de las patentes de españoles y extranjeros. Todos ellos, aspectos
que se han analizado en profundidad en el capítulo 8, al que remitimos al lector.
5. TIPOS DE INVENTORES
Con los datos hasta aquí reflejados conocemos cuantas patentes se solicitaron y conce
dieron en España; qué tipos eran las más solicitadas; y la proporción de patentes nacionales
y extranjeras. Todo ello es insuficiente para conocer el significado de las patentes dentro de
l* Como se ha deducido de las regresiones realizadas entre patentes totales y Formación Bruta de Capital Fijo
en España (capítulo 3). Este hecho también queda muy claro en el análisis por sectores económicos del capítulo 8.
" Tema tratado ampliamente en Ortiz-Villajos (1996) y en el capítulo 2 del presente libro.
148 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
la economía española. Saber quiénes eran los inventores y sus intenciones al patentar, ayu
dará a avanzar un poco más en este sentido. Dado que para que una patente no caducara se
exigía el pago de unas cuotas anuales y su puesta en práctica en el plazo de 2 ó 3 años20, se
supone que, en general, los que solicitaban patentes tenían la intención de obtener una ren
tabilidad a su inversión, bien mediante el uso, bien mediante la venta o cesión de los dere
chos de patente. Sin embargo, en principio hay más garantías de que una patente va a ser
puesta en práctica si es solicitada por una empresa, que si lo hace una persona individual.
Por este motivo, es muy útil clasificar las patentes según el tipo de solicitante, para obtener
una primera idea del grado de conexión de la invención con la economía real y para saber
hasta qué punto el mundo empresarial está preocupado por la innovación y comprometido
en la promoción de la tecnología.
Se han clasificado las patentes según los siguientes tipos de solicitante: 1) Individuo
(mujer u hombre); 2) varios individuos; y 3) compañía21 (Sociedad Anónima, Sociedad
Limitada y otros tipos de empresas). En muchos casos no se puede saber exactamente si
el individuo o empresa que solicita la patente es el propio inventor. En general, se puede
suponer que cuando el solicitante es una persona individual, es probable que se trate el
propio inventor. Pero esto no es seguro, pues el BOPI no distingue las patentes que fueron
solicitadas por un individuo en nombre de un grupo de personas o de una compañía, prác
tica que sin duda debía de ser corriente. Cuando una patente era solicitada por varios indi
viduos, es presumible que todos hubieran participado en la creación del invento; pero tam
bién —más que en el caso de un inventor individual—, que esas personas hubieran crea
do algún tipo de sociedad o empresa para la explotación del invento, o que tuvieran la
intención de hacerlo22. Esta es la razón principal de haber diferenciado este tipo de solici
tantes de patentes que, sin ser propiamente personas jurídicas, podían en muchos casos asi
milarse a ellas.
Cuadro 5.9
Patentes solicitadas en España según el tipo de solicitante
Varios Total
Año Individuo % individuos % Compañías % Patentes
1882 681 799 101 11 9 70 82 852
1887 873 75 5 123 106 160 13 8 1156
1897 1275 70,1 214 11 8 330 18 1 1819
1907 1699 67,0 242 96 593 234 2534
1917 1624 68.8 196 8,3 542 229 2362
1922 2114 61 9 230 67 1069 31 3 3413
1935 1821 51,2 257 7,2 1480 41,6 3558
Total 10087 64,3 1363 8,7 4244 27,0 15694
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
20 Dos años era el plazo fijado por la Ley de 1878; y tres años por la de 1902 y sucesivas.
21 Donde también se han incluido —aunque son muy pocas— las patentes solicitadas conjuntamente por una
compañía y uno o varios individuos.
" Patricio Sáiz, en un estudio sobre las patentes solicitadas en España entre 1826 y 1878, ha constatado que ya
en aquella época las patentes solicitadas por varios individuos solían «reflejar en realidad la intención de formar una
sociedad colectiva o comanditaria para la explotación del invento» (Sáiz, 1993, p. 219).
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS PATENTES SOLICITADAS.. 149
Cuadro 5.10
Patentes empresariales solicitadas en España según el tipo de compañía
23 Aunque en menor grado que en otros países. En Estados Unidos, por ejemplo, la proporción de patentes
empresariales era superior a la española; sobre todo a partir de la I Guerra Mundial.
2j Ver Anuario Financiero y de Sociedades Anónimas de España (años 1917 y siguientes).
1 50 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Los datos de patentes según el tipo de inventor indican que entre 1882 y 1935 hubo
un claro proceso modernizador de la economía española. Sin embargo, es importante
conocer la procedencia de los solicitantes, ya que —desde el punto de vista de la estruc
tura económica de un país— no es lo mismo que las patentes fueran solicitadas, por
ejemplo, por compañías establecidas en España que por compañías que no lo estuvie
ran. Las patentes solicitadas por las primeras estarían indicando con más fiabilidad que
las últimas, la conexión entre una actividad económica realizada en España y una inver
sión en tecnología. Se puede suponer, por tanto, que una patente solicitada por una
empresa o individuo residente en España tiene una mayor probabilidad de incidir efec
tivamente sobre la economía española, que otra solicitada por una compañía o persona
extranjera.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS PATENTES SOLICITADAS.. 151
Cuadro 5.11
Patentes de residentes y no residentes en España por tipo de solicitante
Cuadro 5. 12
Patentes de residentes y no residentes en España por tipo de solicitante
(Suma años seleccionados 1882'1935)
Los cuadros 5.11 y 5.12 recogen una información detallada de la procedencia de las
patentes por tipos de solicitantes. Prácticamente son innecesarios los comentarios. En
números absolutos, casi el 70 por 100 de las patentes de empresas durante los años selec,
152 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 5.13
Patentes de compañías residentes y no residentes en España
Cuadro 5.14
Patentes de compañías residentes y no residentes en España (total años)
Como puede verse en los cuadros 5.13 y 5.14, las empresas extranjeras no sólo fueron las
que más patentes solicitaron en España —dentro del conjunto de patentes empresariales—,
sino que, además, las sociedades de responsabilidad limitada no establecidas en España soli
citaron más del 75 por 100 de las patentes correspondientes a este tipo de compañías. Es
decir, las compañías más modernas eran en su gran mayoría extranjeras. Es cierto que los
datos de 1935 muestran un muy notable progreso de las patentes solicitadas por sociedades
anónimas establecidas en España. Esto quiere decir que el mayor desarrollo de la estructura
de la economía debió de producirse durante los quince años previos a la guerra civil. Hay
que tener en cuenta, no obstante, que fue también en el período posterior a la I Guerra
Mundial cuando se produjo una gran expansión de las compañías multinacionales. Esto quie
re decir que una buena parte de las sociedades anónimas que en 1935 estaban establecidas
en España eran de origen extranjero. En 1935 casi la mitad de las sociedades anónimas de
nacionalidad española eran de origen extranjero (cuadro 5.15). En 1922 esta proporción
había sido casi de un tercio. El proceso de nacionalización o establecimiento de compañías
extranjeras en territorio español se aceleró como consecuencia de las leyes de protección de
la industria nacional de 1907 y, sobre todo, de 1917.
Cuadro 5.15
Patentes de residentes en España según su origen: nacional o extranjero25
. , (1) Origen % (l)/Tipo % (l)/Total (2) Origen % (2)/Tipo % (2)/Total 1+2: Total
Ano I ipo de inventor nac¡onaÍ ¡nventor residentes extranjero inventor residentes residentes
25 El origen extranjero de las patentes ha sido fácil de determinar cuando eran de empresas, pues, en muchos
casos, se trataba de compañías conocidas o de nombre extranjero —Pirelli, Siemens Industria Eléctrica, etc.—; y
en otros, el mismo nombre de la empresa indicaba que era una sociedad extranjera establecida en España —Philips
Ibérica S.A.E., United Shoe Machinery Company, S.A.E., etc.— (ver Ortiz-Villajos,1997b, Tomo II, Apéndice 9.1).
En el caso de patentes solicitadas por individuos, el origen extranjero se ha determinado, casi siempre, por el nom
bre del solicitante (ver capítulo 4).
154 JOSE MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
-,. (1) Origen %(l)/Tipo %(l)/Total (2) Origen % (2)/Tipo % (2)/Total 1+2: Total
Ano Tipodemventor inventor residentes extranjero inventor residentes residentes
1887 Individuo 324 96,1 75,0 13 3,9 3,0 337
Varios individuos 31 86,1 7,2 5 13,9 1,2 36
S.L
S.A 7 100,0 1,6 7
Otras compañías.. 52 100,0 12,0 52
Total 414 95.8 18 4,2 432
1897 Individuo 488 96,8 74,5 16 3,2 2,4 504
Varios individuos 31 100,0 4,7 31
S.L
S.A 8 80,0 1,2 2 20,0 0,3 10
Otras compañías.. 102 92,7 15,6 8 7,3 1,2 110
Total 629 96,0 26 4,0 655
1907 Individuo 789 99,9 78,3 1 0,1 0.1 790
Varios individuos 72 100,0 7.1 72
S.L
S.A 7 100,0 0,7 7
Otras compañías.. 133 95,7 13,2 6 4,3 0,6 139
Total 1001 99,3 7 0.7 1008
1917 Individuo 1144 93,2 71,6 83 6,8 5,2 1227
Varios individuos 121 94,5 7,6 7 5.5 0.4 128
S.L 4 80,0 0,3 1 20,0 0,1 5
S.A 53 94,6 3,3 3 5,4 0,2 56
Otras compañías.. 170 93,4 10,6 12 6.6 0,8 182
Total 1492 93,4 106 6,6 1598
1922 Individuo 1113 91,4 69,2 105 8,6 6.5 1218
Varios individuos 84 84,8 5,2 15 15,2 0,9 99
S.L 3 100,0 0,2 3
S.A 76 71,0 4,7 31 29,0 1.9 107
Otras compañías.. 149 81,9 9,3 33 18.1 2,1 182
Total 1425 88,6 184 11,4 1609
1935 Individuo 1206 94,2 63,2 74 5.8 3,9 1280
Varios individuos 155 98,1 8,1 3 1,9 0.2 158
S.L 44 95,7 2,3 2 4,3 0.1 46
S.A 174 53.7 9,1 150 46,3 7.9 324
Otras compañías.. 84 83,2 4,4 17 16,8 0.9 101
Total 1663 87,1 246 12,9 1909
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM)).
Las patentes solicitadas directamente por compañías son las más expresivas de la parte
del desarrollo económico basado en la inversión tecnológica. Sin embargo no se puede olvi
dar que la mayor parte de las patentes solicitadas durante el período correspondieron a inven
tores individuales. Aunque las patentes de éstos disminuyeran en proporción a lo largo de los
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS PATENTES SOLICITADAS... 155
años, siguieron aumentando en número al menos hasta los años inmediatamente posteriores
a la I Guerra Mundial. Los inventores individuales seguían siendo los más numerosos en
1935. Sería absurdo decir, por tanto, que no han tenido una gran importancia para la historia
económica y tecnológica26. La enorme cantidad de patentes solicitadas por tantos inventores
desconocidos tuvieron, sin duda, una gran importancia para la economía española. Aunque
muchos de esos inventos fueran de poca importancia, seguro que contribuyeron a mejorar la
productividad de sus pequeñas industrias y, por tanto, también de la economía en su conjun
to. Y, aunque muchos no fueran empresarios, también pudieron contribuir al desarrollo tec
nológico de la industria española, pues en muchos casos estos inventores patentaban para
luego vender o ceder los inventos. Hay constancia de que muchas de las cesiones de patentes
durante estos años eran de estos inventores a grandes empresas nacionales o extranjeras27.
La siguiente anécdota muestra la importancia de un pequeño inventor desconocido. Se
trata del caso de Diego Lozano Jiménez, fabricante de gaseosa de la ciudad de Baeza (Jaén),
al que conocí en enero de 1995. Este personaje tenía en su establecimiento una exposición
de miniaturas en piedra de algunos edificios renacentistas de Baeza, realizadas por él con
gran maestría. Además, tenía algunos extraños aparatos. Al preguntarle por su utilidad,
explicó que uno era una taponadora para las botellas de gaseosa que él mismo fabricaba;
otro una etiquetadora; y otro un dosificador de jarabe. Aparte de estos aparatos —inventa
dos, diseñados y construidos por él mismo—, me mostró infinidad de mejoras que había
inventado para hacer más sencillo, rápido y económico el proceso de producción. Gracias
a su ingenio, Diego Lozano es capaz de fabricar un producto competitivo. Por otro lado, ni
ha patentado ni quiere patentar sus inventos. Tampoco los vende, aunque no está opuesto a
la difusión tecnológica: la empresa González Mahillo de Valladolid, fabricante de maqui
naria envasadora, fue a Baeza para comprar el sistema del dosificador de jarabe; pero él no
se lo vendió, sino que les permitió copiarlo e incorporarlo a una de las nuevas máquinas
fabricadas por la empresa. Es este un ejemplo de cómo un inventor individual y descono
cido puede contribuir, mediante pequeñas innovaciones, a la mejora de la productividad de
su negocio y de la economía española en su conjunto. No es este un caso corriente hoy en
día; más bien es un ejemplo de cómo se debió de producir el progreso técnico en los oríge
nes de la industrialización
Otro ejemplo de la importancia de las patentes anónimas es la actividad de George
Westinghouse. Este gran inventor y empresario norteamericano —que solicitó numerosas
patentes en España—, después de enriquecerse con su primer gran invento —el freno de aire
para ferrocarriles, que había patentado en 1869— dirigió su atención hacia los problemas de
señalización para ferrocarriles. De hecho, desarrolló un sistema completo de señalización
eléctrica y de aire comprimido. Este invento lo pudo desarrollar gracias a la compra de
numerosas patentes que combinó con algunas propias. Esas patentes anónimas fueron esen
ciales para el desarrollo de este invento importante; sin ellas, probablemente, no habría podi
do conseguir lo que hizo. Pero, ¿qué patentes fueron las importantes para la consecución del
26 De hecho, entre las patentes solicitadas por individuos se encuentran las de Juan de la Cierva, Leonardo
Torres Quevedo, Isaac Peral, Fernando Casablancas, Marcos Birkigt, y de muchos otros inventores que tuvieron
gran importancia para la tecnología y economía españolas de aquellos años. Inventores extranjeros famosos, como
Thomas A. Edison, George Westinghouse, Hiram S. Maxim, Edward Weston, los hermanos Lumiére, Guglielmo
Marconi, Paul Mauser, John Cockerill, Alfred Nobel, Rudolf Diesel, Thorsten Nordenfelt, y muchos otros que soli
citaron patentes en España a título individual, también lo hicieron, en muchos casos, bajo el nombre de las empre
sas creadas o continuadas por ellos.
27 Como puede comprobarse en la sección del BOPI dedicada a cesiones de patentes.
156 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
28 El último debate sobre estos temas es el que han mantenido Patrick K. O,Brien, Trevor Griffiths y Philip
Hunt. por una parte, y Richard J. Sullivan, por otra, sobre la representatividad de las patentes del sector textil como
indicadores de la invención en esta industria durante la época de la revolución industrial inglesa [ver The Journal
ofEconomic History, Vol. 55. No. 3 (Sept. 1995), pp. 669-672).
l9 Jacob Schmookler también opina que los inventos «importantes» no han sido tan fundamentales para la mejo
ra de la productividad como la suma de muchos pequeños inventos e innovaciones que, en muchos casos, ni siquie
ra han sido patentados (Schmookler, 1966).
30 Ver Ortiz-Villajos ( 1997b. Tomo II, Apéndice 3.2).
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS PATENTES SOLICITADAS... 157
Cuadro 5.16
Patentes solicitadas por mujeres y por hombres en España
Hombres Mujeres
N° patentes % N° patentes %
1882 674 990 7 10
1887 858 983 15 1 7
1897 1250 980 25 20
1907 1663 979 36 2 1
1917 1591 980 33 20
1922 2068 978 46 -, -,
1935 \n--, 973 49 ne 7
Total 9876 979 211 s 1
Cuadro 5.17
Patentes solicitadas por mujeres residentes y no residentes en España
Total Residentes 143
% Total residentes 67,8
Total no residentes 68
% Total no residentes 32,2
Total 211
Cuadro 5.18
Patentes solicitadas por mujeres residentes y no residentes en España
Como puede comprobarse en el cuadro 5.17, al contrario de lo que sucedía con las
patentes empresariales y las solicitadas por titulares masculinos, las mujeres españolas fue
ron mucho más activas que las extranjeras, llegando a alcanzar casi el 70 por 100 de las
patentes solicitadas por mujeres durante estos años. En el cuadro 5.18 se comprueba, no obs
tante, que la ventaja de las solicitantes españolas se concentró, sobre todo, en los años de la
I Guerra Mundial y posteriores. Hasta entonces, las proporciones habían estado igualadas.
Precisamente, la causa de este claro predominio de las mujeres residentes en España hay que
buscarla en el extraño comportamiento de las solicitantes extranjeras a partir de la I Guerra
Mundial: mientras que las españolas siguieron, grosso modo, la pauta de crecimiento del
total de patentes, las extranjeras —que hasta 1907 habían seguido esta pauta— frenaron
bruscamente la solicitud de patentes en España, e, incluso, retrocedieron notablemente con
respecto a años anteriores. Desconocemos por el momento las causas de este hecho, aunque
puede ser un interesante campo para futuras investigaciones.
Es importante tener una referencia de cual era el coste de registrar una patente durante la
época estudiada. La ley de 1878 establecía que para obtener la concesión y mantener en
vigor una patente, había que pagar unas cuotas progresivas anuales según los precios esta
blecidos en el artículo 13:
«Para hacer uso de una patente es preciso abonar en papel de pagos al Estado una
cuota anual y progresiva en la forma siguiente: 10 pesetas el primer año; 20 pesetas
el segundo; 30 pesetas el tercero, y así sucesivamente hasta el quinto, décimo o vigé
simo año, en que la cuota será respectivamente de 50, 100 y 200 pesetas».
" Este caso pudo haberse producido con más probabilidad a principios del siglo XX que en los momentos
actuales, en los que la informática y la organización de los archivos de patentes han abaratado mucho el acceso a la
información.
160 JOSE MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Según estas anualidades, el precio legal de una patente, en función de los años que estu
viera en vigor, se ha recogido en los cuadros 5.19 y 5.20:
Cuadro 5.19
Cuotas anuales establecidas por la Ley de 1878
Cuadro 5.20
Suma acumulada de las cuotas anuales
Si se tiene en cuenta que la ley de patentes de 1826 establecía el precio de una patente de
quince años en 6.000 reales pagaderos en un sólo plazo, hay que destacar que la ley de 1878
abarató mucho el precio de una patente; no tanto por la disminución del precio total, sino,
sobre todo, por permitir distribuirlo a lo largo de la vida de la patente mediante cuotas anua
les. Según explica Patricio Sáiz (1996b), el salario medio anual de un peón albañil en Madrid
entre 181 1 y 1867 era de unos 2,250 reales, y el de un oficial de albañilería de 4.275 reales.
El mismo autor ha calculado, a partir de la información del expediente del Privilegio de
Invención N° 4.441, que el salario anual de un manipulador de negativos fotográficos —un
trabajador especializado en una nueva técnica— era en 1867 de 4.800 reales (Sáiz, 1996b,
p. 13). Según la ley de 1826, esta última cifra estaría notablemente por debajo del precio de
una patente de quince años (6.000 reales), y coincidiría exactamente con la suma acumula
da de las 15 primeras cuotas anuales establecidas por la ley de 1878. El coste total de una
patente que hubiera estado vigente durante quince años habría sido, por tanto, similar al sala
rio anual de un obrero especializado. Este era un precio que seguía siendo muy alto. Por
tanto, como se ha dicho, el establecimiento de las cuotas anuales en la ley de 1 878 supuso,
en la práctica, un enorme abaratamiento del coste de patentar. A partir de entonces, el primer
año, por ejemplo, el concesionario de una patente tan sólo tenía que pagar 40 reales: poco
menos que el salario de tres días. Esta fue la causa principal de la gran expansión del núme
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS PATENTES SOLICITADAS.. 161
Cuadro 5.21
Años que estuvieron en vigor las patentes solicitadas en 1882
Tipo de Años de N.° % Tipo de Años de N.° OL %
patente duración patentes % acumulado patente duración patentes 70 acumulado
5 años Denegadas 14 18,4 18,4 20 años Denegadas 37 7,4 7,4
1 17 22.4 40,8 1 147 29.5 36.9
2 20 26.3 67.1 2 143 28,7 65.5
3 14 18.4 85,5 3 82 16.4 82.0
4 3 3,9 89,5 4 27 5,4 87,4
5 8 10,5 100,0 5 9 1,8 89,2
Total 76 6 8 1,6 90,8
10 años Denegadas 5 2,7 2.7 7 4 0,8 91,6
1 45 24,6 27,3 8 11 2,2 93.8
2 65 35.5 62,8 9 9 1,8 95,6
3 48 26.2 89,1 10 8 1,6 97.2
4 6 3,3 92,3 11 5 1.0 98.2
5 2 1,1 93,4 12 3 0,6 98,8
7 2 1,1 94,5 13 1 0,2 99.0
9 6 3,3 97,8 14 1 0,2 99,2
10 4 2,2 100,0 18 1 0,2 99.4
19 2 0,4 99.8
20 1 0,2 100.0
Total 183 Total 499
Como puede verse, más del 80 por 1 00 de las patentes —fueran del tipo que fueran— que
daron caducadas al llegar a su tercer año de vida. Y de las restantes, muy pocas permane
cieron en vigor durante el tiempo máximo permitido por la ley. La concentración de patentes
caducadas entre el segundo y tercer año desde la solicitud, está muy relacionada con la obli
gatoriedad de poner en práctica la patente. Como se ha explicado, era obligatorio poner en
práctica la patente en un plazo de dos años desde la concesión. Antes de este plazo, el con
cesionario debía solicitar en el Registro de Patentes la acreditación de la práctica por parte
de este organismo público, que enviaba un perito para comprobar si, efectivamente, el inven
to estaba puesto en práctica. En el caso de que no lo estuviera, la patente quedaba caducada.
Y, si antes de dos años no se solicitaba la práctica, la patente también caducaba. El cuadro
5.22 recoge el número y proporción de patentes solicitadas en 1882 cuya práctica fue acre
ditada por el Registro.
Cuadro 5.22
Patentes solicitadas en 1882 cuya práctica fue acreditada oficialmente
IS2 17 8
Total patentes 852
Fuentes: Libros de Registro de Patentes (OEPM).
los datos de 1882, la proporción de patentes cuya práctica fue acreditada no llegó al 18 por
100 del total. Si basáramos nuestro análisis tan sólo en estas patentes, estaríamos dejando
fuera la gran mayoría de las patentes, muchas de las cuales, sin duda, se pusieron en prácti
ca —aunque este hecho no fuera acreditado oficialmente—. Además, aunque no se hubieran
puesto en práctica, pudieron haber influido sobre el desarrollo económico y tecnológico gra
cias a sus aportaciones al conocimiento de la técnica.
7. CONCLUSIÓN
Se presenta ahora el estudio de las patentes registradas en España según los sectores
de uso y producción de la tecnología contenida en ellas. En el primer apartado se expli
ca cómo han realizado otros investigadores la distribución sectorial de las patentes, así
como el método aquí adoptado. El segundo contiene una visión general de la distribución
sectorial de las patentes. También, como primer acercamiento al problema de entender la
relación entre patentes y producción sectorial, se incluye una comparación de la propor
ción de patentes de cada sector con su peso dentro del PIB. La evidente falta de correla
ción, nos ha llevado a buscar indicadores que permitan determinar los modelos de desa
rrollo tecnológico sectorial. En el tercer apartado se presenta un esbozo de estos modelos
a partir de una serie de indicadores: el «grado de tecnificación»1; el porcentaje de inven
tos de nuevos productos y de nuevos procesos en cada sector2; qué sectores fueron recep
tores netos y cuáles transferidores netos de patentes; la proporción de inventos usados en
el mismo sector que los producía (inventos de proceso según la definición de Scherer-
Pavitt), o en sectores distintos (inventos de producto según la definición de Scherer-
Pavitt).
El último apartado muestra una visión general de la distribución de las patentes según
los grupos tecnológicos de la Clasificación Internacional de Patentes (CIP). Estos grupos
tecnológicos, en principio, no guardan relación con los sectores de la economía, por lo
que este apartado aporta una visión exclusivamente tecnológica de las patentes. El traba
jo de las patentes concedidas entre 1967 y 19863, realizado por el Registro de la
Propiedad Industrial, servirá para comparar la situación actual con el período estudiado
por nosotros, y percibir el desplazamiento de las actividades tecnológicas entre una época
y otra.
1 Llamamos «grado de tecnificación» a la ratio patentes/PIB sectorial. Este indicador mide el nivel de incorpo
ración de nuevas tecnologías —nuevos inventos— a la producción. Sin embargo, es un indicador ambiguo, pues el
aumento de la productividad hace que su valor disminuya, por lo que hay que analizarlo con cautela.
2 Esto permitirá comprobar qué innovaciones fueron más importantes para el desarrollo económico de España:
las de nuevos productos o las de nuevos procesos.
1 Registro de la Propiedad Industrial (1987).
1 66 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Jacob Schmookler, impulsado por Simon Kuznets4, fue uno de los pioneros en el uso de
las patentes en estudios cuantitativos sobre el cambio tecnológico y su relación con el desa
rrollo económico. En su clásico libro Invention and Economic Growth, no sólo estableció un
modelo de la relación entre inventos y desarrollo económico en general, sino que también
aportó una visión sectorial. Es más, para contrastar muchas de sus hipótesis se sirvió de los
datos —preparados por la Oficina de Patentes de Estados Unidos— de las patentes de
Estados Unidos (1837-1957) clasificadas en veinticuatro sectores industriales. Como los
datos originales estaban clasificados según las subclases tecnológicas utilizadas por la
Oficina de Patentes, Schmookler tuvo que convertir esa clasificación en una clasificación
económica. Utilizó para ello la Standard Industrial Classification (SIC) —que es similar a
la CNAE5—, y clasificó las patentes en función del sector o industria que se esperaba que
las fuera a utilizar; aunque, en el Capítulo VIII clasificó las patentes de 19596 según la indus
tria que más probablemente las hubiera podido producir. No obstante, Schmookler afirmó
que los resultados más interesantes los obtuvo con la clasificación de las patentes según el
sector de uso.
La cuestión de la clasificación según el sector de uso o productor de la tecnología, ha sido
un punto metodológico central en los estudios cuantitativos de patentes. La elección de uno
u otro criterio ha de estar en función del fin que se persiga y de las variables económicas con
las que las patentes se quieran comparar. La productividad de la economía está, sobre todo,
determinada por la tecnología que utiliza. Para comprobar los efectos de la invención sobre
la productividad sería, por tanto, más lógico utilizar las patentes clasificadas en función de
la industria de uso. Sin embargo, hay sectores cuyos productos finales —o intermedios—
constituyen en sí mismos productos tecnológicos patentables, como, por ejemplo, la indus
tria de bienes de capital o la electrónica. Estas invenciones no están dirigidas a emplearse en
la industria que las produce, sino en otras. En este caso, si se sigue el criterio de clasificar
las patentes según la industria de uso, se corre el riesgo de no valorar los incrementos de pro
ductividad de las industrias productoras de tecnología. Pero, por otro lado, también es cier
to que las industrias que generan inventos, también fabrican tecnología que utilizan en sus
propios procesos de producción. Estas innovaciones también son patentables, por lo que la
clasificación según el sector de uso también tendría en cuenta los efectos de la invención
sobre las industrias eminentemente productoras de tecnología.
Como se ve, la cuestión es compleja y de difícil solución cuando no se tienen datos con
cretos. Aun así, Scherer (1982) ayudó a solucionar muchos de estos problemas al combinar
la doble clasificación de las patentes: según el sector de uso y el productor. El estudio lo llevó
a cabo con los datos de patentes solicitadas por 443 grandes empresas norteamericanas en
1974. La doble clasificación le permitió identificar los flujos de tecnología entre unas empre
sas o sectores y otros. El artículo de Scherer dio origen a una fecunda línea de investigación
y a una serie de interesantes artículos. Entre ellos se pueden destacar los trabajos de Keith
j Que fue. probablemente, el primer investigador que advirtió el interés de las estadísticas de patentes para estu
dios sobre la relación entre el progreso técnico y el desarrollo económico.
s Clasificación Nacional de Actividades Económicas.
h Ayudado por Frederic M. Scherer.
CARACTERÍSTICAS SECTORÍALES DEL DESARROLLO TECNOLÓGICO... 1 67
7 Es una base de datos construida por él y otros investigadores: ver Townsend el al. ( 1981 ).
* En el caso de España. Mikel Buesa, Santiago López, José Molero. J. Braña. Paloma Sánchez.... son algunos
de los investigadores que han hecho trabajos importantes sobre patentes o innovaciones con un enfoque de política
tecnológica.
9 Para ello se puede consultar, por ejemplo, el capítulo 1 de Rosenberg ( 1982).
1 68 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
En España, el trabajo más importante sobre la historia del sistema de patentes y su relación con
los sectores de la economía en su conjunto, es el de Patricio Sáiz ( 1996b). La época en la que se
ha centrado, como ya se ha explicado, es la que va de 1 826 a 1 878. Sáiz ha clasificado las patentes
de este período según dos criterios: a) en función del sector económico de uso de la patente, y b)
según la Clasificación Internacional de Patentes (CIP), que sigue unos criterios tecnológicos. Esta
doble clasificación ha permitido a Sáiz realizar un estudio muy detallado de la distribución secto
rial de las más de 5.000 patentes que se solicitaron en España durante aquel período.
Este trabajo da una visión general de la distribución sectorial de las patentes solicitadas
en España entre 1882 y 1935. A la vez, con un análisis similar al realizado por Scherer y
Pavitt, se ha tratado de hacer un boceto del modelo de desarrollo tecnológico sectorial de la
economía española de aquella época. No se trata de un modelo que hubiera sido diseñado
por alguna política tecnológica consciente —que no ha existido en España hasta épocas
recientes—, sino de intentar deducir de la información de las patentes de empresas e indivi
duos, el comportamiento tecnológico de los sectores económicos.
Utilizando la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE), las patentes se
han clasificado según dos criterios10: a) en función del sector más probable de uso de la tecno
logía contenida en ellas, y b) según el más probable productor. Se remite al lector al capítulo 4
para todo lo referente a cuestiones metodológicas sobre la clasificación realizada. Conviene
remarcar que se ha asignado cada patente al sector que ha parecido más lógico destinatario —
o productor— de la tecnología. Salvo en algunos casos, no se ha comprobado patente a paten
te si se aplicó o no, ni tampoco el sector en el que se hizo. Este trabajo no se basa, por tanto,
en datos de innovaciones necesariamente aplicadas en la economía, sino en la suposición de
que el número de patentes dirigidas a un sector indica las expectativas de negocio o de renta
bilidad futura de las inversiones dirigidas hacia él". Otra advertencia importante es que no
tiene porqué existir correlación directa entre el número de patentes utilizadas —o producidas'—
en un sector y el tamaño de éste: cada sector tiene un modelo o función de producción dife
rente —que, además, puede variar con el paso del tiempo— y, por tanto, una estrategia y un
grado de uso y producción de tecnología distintos e independientes del tamaño del sector.
La clasificación sectorial de las patentes solicitadas en España entre 1826 y 1878 llevada
a cabo por Sáiz ( 1 996b) —aunque basada también en el criterio del sector de uso de la tec
nología—, tiene algunas diferencias significativas con respecto a la nuestra; diferencias que
interesa resaltar para poder comparar adecuadamente los dos trabajos. La primera es que Sáiz
no ha utilizado la CNAE, sino una clasificación personal. No obstante, esta clasificación es lo
suficientemente desagregada como para poder obtener de ella una visión detallada del siste
ma de patentes, y para poder hacer comparaciones entre la situación de aquel período y el
estudiado por nosotros. Desde el punto de vista temporal, el presente trabajo es, por tanto, una
continuación del suyo. La segunda diferencia es que Sáiz no ha establecido una correspon
dencia entre la clasificación técnica de las patentes y el sector económico de producción del
invento. Esto hace más complicado poder hacer con sus datos un estudio con el enfoque de
Scherer y Pavitt, ya que, al no permitir identificar bien los sectores productores de la tecno
logía, no se puede determinar el grado de relación tecnológica entre unos sectores y otros.
10 En realidad, son tres, aunque el tercero —según la clasificación tecnológica de la CIP— no se utiliza ahora,
sino más adelante.
" Idea también sostenida por Patricio Sáiz ( 1996b).
CARACTERÍSTICAS SECTORIALES DEL DESARROLLO TECNOLÓGICO... 1 69
El enfoque de este capítulo es más el seguido por Scherer y Pavitt, en cuanto que trata no
tanto de describir la distribución sectorial de las patentes, cuanto de identificar el modelo de
desarrollo tecnológico de la economía española entre 1882 y 1935. Donde se presenta una
descripción muy detallada de la distribución de las patentes por sectores, es en el capítulo 7.
Cuadro 6.1
Patentes solicitadas en España, clasificadas según el sector de uso de la tecnología, 1882-1935
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Agr. Sector de uso de la N o
CNAE teenoloRÍa N.° % N.° % N.° % N.° % N.° N.° % N.° %
pat pat. pat pat pat. % pat pat pat
1 Agricultura, ganadería, caza.
silvicultura y pesca 33 3,9 39 3,4 27 1,5 42 1,7 40 1,7 54 1,6 51 1,5 286 1.9
2 Energía y agua 53 6,2 60 5,2 165 9,1 133 5,4 146 6,3 135 4,0 126 3,6 818 5,3
3 Metálicas básicas 26 3,1 24 2,1 42 2,3 46 1,9 71 3,1 66 2,0 35 1,0 310 2.0
4 Minerales no metálicos 34 4,0 35 3,0 53 2,9 77 3,1 87 3,8 158 4,7 144 4.1 588 3,8
5 Química 51 6,0 80 6,9 123 6,8 150 6,1 212 9,2 222 6,6 336 9,6 1174 7,6
6 Transformados metálicos .... 41 4,8 47 4,1 79 4,4 88 3,6 123 5,3 134 4,0 172 4,9 684 4,4
7 Maquinaria 145 17,1 282 24,5 266 14,7 534 21,8 461 19,9 770 23,0 671 19,1 3129 20.3
8 Material eléctrico y elec
trónico 96 11,3 65 5,6 119 6,6 177 7,2 186 8,0 345 10,3 483 13,8 1471 9.5
9 Material de transporte 6S 8,0 61 5,3 179 9,9 228 9,3 161 7,0 274 8,2 298 8,5 1269 8.2
10 Alimentación 48 5,7 82 7,1 76 4,2 131 5,3 107 4,6 121 3,6 155 4,4 720 4,7
11 Bebidas y tabaco 41 4,8 44 3,8 79 4,4 62 2,5 45 1,9 56 1,7 63 l.N 390 2,5
12 Industria textil 68 8,0 107 9,3 285 15,8 208 8,5 189 8,2 284 8,5 251 7,2 1392 9,0
13 Madera y muebles 14 1,6 32 2,8 37 2,0 60 2,4 37 1,6 86 2,6 64 1,8 330 2,1
14 34 4,0 50 4,3 50 2,8 87 3,5 52 2,2 84 2,5 89 2,5 446 2,9
15 34 4,0 51 4,4 109 MI 222 9,1 240 10,4 319 9,5 343 9,8 1318 8,5
16 37 4,4 47 4,1 68 3,8 104 4,2 59 2,6 121 3,6 140 4,0 576 3,7
17 Comercio al por mayor 2 0,1 4 0,2 2 0,1 1 0,0 1 0,0 10 0,1
19 Comercio al por menor y
reparaciones 1 0,1 13 1,1 8 0,4 14 0,6 10 0,4 9 0,3 24 0,7 79 0,5
20 Restauración y hostelería.... 1 0,0 2 0,1 5 0,1 6 0,2 14 0,1
21 Transporte y comunicaciones 4 0,5 5 0,4 6 0,3 14 0,6 4 0,2 12 0,4 5 0,1 50 0,3
22 Inst. financieras, seguros.
servicios a empresas 10 1,2 12 1,0 13 0,7 34 1,4 55 2,4 48 1.4 17 0,5 189 1,2
23 Otros servicios 11 1,3 17 1,5 22 1,2 35 1,4 24 1,0 43 1,3 34 1,0 186 1,2
Total 849 100 1153 100 1808 100 2451 100 2313 100 3347 100 3508 100 15429100.0
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
12 La CNAE establece 285 grupos, organizados en 40 agrupaciones y 10 grandes divisiones sectoriales. Los 23
Agrupamientos se han tomado de Andrade ( 1 992): Censo de los Espacios Industriales de la Comunidad de Madrid.
1990-92. p. 19 y 233.
1 70 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 6.2
Patentes clasificadas según el sector de uso: 4 grandes sectores
En conjunto, los otros tres sectores —agricultura, construcción y servicios— tan sólo
recibieron, como es obvio, en torno al 10 por 100 de las patentes. Y, al contrario de lo que
sucedió con el sector industrial, la proporción de patentes dirigidas a estos tres sectores des
cendió con el tiempo. Sin embargo, cada uno de ellos siguió un modelo diferente dentro de
este proceso: a) El sector primario —agricultura, silvicultura y pesca— mantuvo una ten
dencia decreciente a lo largo de todos los años; b) la construcción tuvo dos fases: entre 1882
y 1907 sufrió una ligera disminución —casi un mantenimiento— de su importancia; y, tras
una fuerte crisis en 1917, se recuperó hasta casi alcanzar en 1935 los niveles iniciales: el 4
por 100 de la patentes totales; c) el sector servicios tuvo un proceso inverso al de la cons
trucción: hasta 1917 crecío su participación y, después, tuvo un fuerte descenso hasta 1935.
La conclusión más destacable de estos datos es que la invención en España entre 1 882 y
1935 era, fundamentalmente, un fenómeno industrial: algo que no guardaba relación —al
menos directamente— con la composición sectorial de la economía española, donde la
industria no llegó a representar en ningún momento el 25 por 100 de la producción nacional
(cuadro 6.3). Es evidente que tampoco la proporción de patentes de los sectores agrario,
construcción y servicios guardaba ninguna relación directa con la participación de estos
sectores en el PIB.
CARACTERÍSTICAS SECTORIALES DEL DESARROLLO TECNOLÓGICO •.. 171
Cuadro 6.3
Comparación de la composición sectorial del PIB (a precios constantes de 1935)
y de las patentes solicitadas en España (%)
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935
Sector -
PIB Patentes PIB Patentes PIB Patentes PIB Patentes PIB Patentes PIB Patente PIB Patentes
Agricultura ... 40,6 3,9 40,3 3,4 39,1 1.5 38.2 1,7 38.0 1,7 36.6 1,6 32,4 1.5
Industria 195 88,7 19,1 88,5 202 919 22,5 89,9 23,0 915 213 91,2 22 1 92 1
Construcción ... 8,1 4,4 6,4 4,1 3.6 3.8 5,8 4,2 2,4 2,6 4,9 3,6 3,6 4.0
Servicios . 33,8 3,1 35,9 4,1 36,2 2.8 34.0 . 4,2 35,1 4,2 37,0 3,5 41.9 2.5
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100.0 100,0 100,0 100.0 100,0 100,0 100,0 100,0
Las patentes y la producción sectoriales guardaron una relación directa, tan sólo en la ten
dencia a largo plazo de sus porcentajes: tanto patentes como producción sectoriales siguie
ron el mismo rumbo que el proceso de modernización de la economía española: pérdida de
importancia de la agricultura y la construcción, frente a un crecimiento proporcional de la
industria y, en cierta manera, de los servicios.
La disminución de la participación de las patentes del sector servicios a partir de la I
Guerra Mundial, se contradice con la modernización tecnológica que, seguramente, se dio
entonces en este sector. La explicación puede buscarse, en parte, en el criterio de clasifica
ción empleado: identificar el sector de uso de las patentes a partir de la descripción del inven
to. En los casos en que no se ha podido identificar este sector, se han clasificado en función
del sector productor del invento. Por ello, el sector servicios ha podido resultar infravalora
do —con más probabilidad para los años posteriores a la guerra mundial—, ya que no es un
sector productor de inventos, sino netamente receptor de máquinas y aparatos producidos por
otros sectores. Por ejemplo, las patentes de material telefónico o telegráfico —que en
muchos casos se pudieron utilizar en los servicios, y que se multiplicaron, precisamente,
durante los años 20 y 30— se han incluido casi siempre dentro de la industria de fabricación
de aparatos y equipo de telecomunicación, ya que el inventor casi nunca indicaba donde se
fuera a utilizar el invento. Pero, a pesar de estas posibles incidencias metodológicas, también
es probable que las patentes del sector servicios pudieran haber perdido importancia en favor
de las industriales, debido al gran desarrollo industrial de aquellos años; hecho que pudo
haber provocado una mayor orientación de los esfuerzos tecnológicos hacia este sector.
Teniendo en cuenta, además, que los servicios más tradicionales —que eran también los de
mayor peso dentro de la economía (el comercio, sobre todo)— fueron muy poco innovado
res a lo largo de todo el período (cuadro 6.1).
En fin, aunque hace falta un estudio más detallado, se pueden destacar ahora algunas con
clusiones importantes: a) la invención era un fenómeno eminentemente industrial, pues el 90
por 100 de los inventos iban dirigidos a este sector; b) no había correlación directa entre núme
ro de patentes en un sector y participación de ese sector en el PIB; c) las tendencias a largo
plazo de la proporción sectorial de las patentes y de la producción, sí guardaban, en cambio,
una clara correlación. Esto significa que de la distribución sectorial de las patentes se puede
deducir el camino de la modernización de la economía; d) no obstante, en la relación entre
patentes y producción del sector servicios hay una excepción a este hecho, pues, mientras el
porcentaje de este sector en el PIB creció de manera constante, la proporción de patentes dis
1 72 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
minuyó en los años finales del período estudiado (en el capítulo 7 se profundizará en la expli
cación de este hecho); e) la distribución sectorial de las patentes del período 1826-1878 —
Patricio Sáiz (1996b)— es muy parecida a la del período 1882-1935, con un predominio casi
absoluto de la industria. En cambio, según se desprende de los estudios de Robson et al. (1988)
sobre innovaciones en el Reino Unido entre 1945 y 1983 y de Scherer (1982) sobre patentes
de empresas en Estados Unidos en 1974, la segunda mitad del siglo XX ha contemplado un
cambio radical en este sentido: la invención se ha orientado cada vez más hacia el sector ser
vicios. Aunque no hay estudios de este tipo para la segunda mitad del siglo XX español, es pre
sumible que el proceso aquí haya sido muy similar al desarrollado en aquéllos países.
La falta de una relación —al menos una relación directa— entre la proporción sectorial
de las patentes y la participación de los sectores en el P1B, hace necesario plantearse cómo
abordar un estudio sectorial de las patentes; pues el planteamiento más sencillo, que sería tra
tar de encontrar una correlación entre número o proporción de patentes y producción secto
rial, es inútil. Es evidente que una innovación aplicada en la producción produce incremen
tos en la productividad. Esta es la vía que las patentes tienen para incidir en la producción.
Sin embargo, los productos, los modos de producción y la tecnología de cada sector tienen
tantas diferencias cualitativas, que no pueden dejarse de lado al evaluar la relación entre pro
ducción y tecnología de cada uno. Antes de acometer la difícil tarea de encontrar la relación
entre tecnología y producción, es necesario, en definitiva, conocer el modelo de producción
y de desarrollo tecnológico de cada sector.
Establecer una tipología del modelo tecnológico de cada sector no es una tarea sencilla; máxi
me, cuando las patentes son la única variable tecnológica desagregada por sectores de que dis
ponemos. Sería necesario disponer de otras como la importación de tecnología o de técnicos
extranjeros; incorporación de ingenieros o trabajadores técnicos en la empresa; inversión en
I+D, etcétera. Por ello, en las páginas que siguen se van a explicar sólo las características inno
vadoras de la economía española que puedan deducirse de los datos de patentes, es decir, de la
actividad inventiva, exclusivamente. Pero el grado de innovación de un sector no puede dedu
cirse sólo del número de patentes dirigidas hacia él; previamente, hay que establecer unos índi
ces que indiquen cuando se puede considerar como innovador y cuando no. En los siguientes
apartados, se van a calcular algunos indicadores de este tipo, pero no se va a definir el modelo
ideal de desarrollo tecnológico, sino el que se produjo en España entre 1882 y 1935. Es decir, el
de un país del Sur de Europa, en una época en que, entre otras cosas: a) su nivel de vida estaba
notablemente por debajo de los países más avanzados; b) más del 50 por 1 00 de las patentes soli
citadas procedían del exterior; y c) la agricultura era el sector más importante de la economía,
tanto desde el punto de vista de la población empleada, como de la proporción dentro del PIB.
dato no dice casi nada sobre las características del desarrollo tecnológico del sector. Es nece
sario obtener algunas ratios que pongan en relación las cifras sectoriales de patentes con
otras variables. De acuerdo con esta idea, se han calculado una serie de índices que puedan
proporcionar un boceto del modelo o de las características del desarrollo tecnológico de cada
sector:
1., Ratio Patentes/Producción de cada sector. Esta medida da una idea del «grado de tec-
nificación» del sector; es decir, el índice de incorporación de nuevas tecnologías en sus pro
cesos productivos. No es un índice directamente comparable entre sectores, pues cada uno
tendrá un nivel óptimo en función de sus características y necesidades tecnológicas.
Realmente, no tenemos datos suficientes para determinar ese nivel óptimo13, pero el cálculo
de la ratio en sí permitirá conocer la evolución del grado de tecnificación de los sectores, y,
por tanto, alcanzar algunas conclusiones sobre la aceleración o disminución en el tiempo de
su esfuerzo innovador.
2.- Proporción entre patentes «recibidas» y patentes «producidas» en cada sector. Este
índice permitirá identificar, por un lado, los sectores netamente receptores de innovaciones
producidas en otros, y, por otro, los sectores transferidores de tecnología al resto de la eco
nomía. Otras características que tienen relación con ésta, y que se estudiarán en este o en pró
ximos capítulos son: a) los flujos de tecnología entre unos sectores y otros; b) tipo de tecno
logía utilizada, según la Clasificación Internacional de Patentes; y c) nivel tecnológico de los
sectores, según la complejidad tecnológica de las patentes utilizadas.
3.- Porcentaje de inventos de nuevos productos y de nuevos procesos. Esto nos permitirá
conocer cual de los dos tipos de innovaciones fue más importante para el desarrollo econó
mico.
El análisis de estos índices tecnológicos sectoriales, que se presenta en las próximas pági
nas, permitirá establecer las diferencias de comportamiento tecnológico entre unos sectores
y otros. Hay muchos otros aspectos que conocer para poder definir el modelo de desarrollo
tecnológico de un sector: tipos de inventos empleados —introducción, invención—; tipos de
inventores —individuos, empresas—; proporción de patentes de residentes y de no residen
tes; patentes puestas en práctica; etcétera. Debido, por un lado, a que disponemos de una sola
variable —las patentes— y, por otro, al considerable número de características que deben
tenerse en cuenta para poder establecer modelos medianamente realistas, no se ha estableci
do una modelización estructurada y formal del desarrollo tecnológico de cada sector. En
cambio, se han ido definiendo los modelos sectoriales de una manera gradual a lo largo de
este y del siguiente capítulo. Se perde así la claridad que puede dar una clasificación prede
terminada de modelos de desarrollo tecnológico, pero se gana en riqueza de matices y en
visión de conjunto.
El cuadro 6.4 recoge la estimación realizada por Leandro Prados (1993) de la producción
de cada sector al coste de los factores (a precios de 1935). Con estos datos y el número de
patentes, se ha calculado una sencilla ratio (cuadro 6.5): el número de patentes por millón
de pesetas producidas en cada sector y en la economía en su conjunto. Este índice puede ser-
" El óptimo de cada sector —que. además, varía con el tiempo—. se podría determinar a partir de un estudio
comparado de la productividad y de la inversión tecnológica de cada sector en diversos países.
174 JOSE MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
vir como medida aproximada del nivel de inversión en tecnología en un año determinado. A
la vez, la variación en el tiempo de este índice, indica si hubo un aumento o un retroceso del
nivel de inversión en tecnología.
Cuadro 6.4
PIB de cada sector de la economía española
(En millones de pesetas de 1935)
Cuadro 6.5
índice de tecnificación (N° de patentes/Producción)
de cada sector de la economía
% variación
Año 1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935
1882-1935
Agricultura, silvicultura
00052 00062 00042 00055 00047 00058 00047 -92
Industria 0,2477 03442 05075 04905 04076 05606 04394 773
Construcción 00291 00475 0 1163 00895 0 1072 00972 0 1155 2974
Servicios 0,0049 0,0084 00087 00150 00123 00124 00062 269
Total 0,0533 0,0730 0,1123 0 1221 0 1041 0 1310 0 1054 978
Fuentes: Cuadros 6.2 y 6.4.
Remitimos al lector al capítulo 2 (epígrafe 3), para una explicación más detallada de este proceso.
CARACTERÍSTICAS SECTORÍALES DEL DESARROLLO TECNOLÓGICO... 175
Gráfico 6.1
Ratio patentes/PIB: España 1850-1986 (N.° patentes/miles de millones de pías, de 1980)
2.50
1.500-
1 .0o -
0.50 -
1850 1860 1870 1880 1890 1990 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980
Gráfico 6.2
Patentes solicitadas en España por mil habitantes 1850-1986
0.450
0.400-
0.350-
0.300-
0,250-
0,200-
0.150-
0.100-
0,050-
0,000
1850 1860 1870 1880 1890 1990 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 19s0
Fuentes: Apéndice 1 .
Entre 1882 y 1935, la ratio Patentes/PIB de la economía española (gráfico 6.1) tuvo dos
épocas de crecimiento (1882-1910 y 1915-1929), seguidas de sendas crisis (1910-1915 y
1929-1935). En conjunto, hubo un claro proceso de aumento del nivel técnico de la econo
1 76 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
mía: el valor de este índice se multiplicó por tres entre 1882 y 1929 (por dos, si se conside
ra el período 1882-1935). Pero, ¿sucedió lo mismo en todos los sectores? El cuadro 6.5
muestra que el grado de tecnificación (patentes/PIB sectorial) fue muy diferente por secto
res: El sector más tecnificado fue, a lo largo de todo el período, el industrial; seguido, por
este orden, de la construcción, el sector servicios y, por último, la agricultura. En la evolu
ción del nivel de tecnificación también hubo importantes diferencias sectoriales:
El sector agrario era, como es lógico, el menos tecnificado de la economía. Este dato, en
sí, no es un índice de su nivel de desarrollo tecnológico. No obstante, es conocido que tanto
la productividad como el nivel técnico de la agricultura española eran muy bajos15. Es casi
seguro que la ratio patentes agrarias/producción en otros países como Francia, Inglaterra o
Estados Unidos estaría por encima de la española; sin embargo, no disponemos de estos
datos, por lo que, de momento, habremos de conformarnos con las sospechas. No obstante,
el descenso del nivel de tecnificación del sector agrario español entre 1882 y 1935, sí es un
dato incuestionable: este sector fue el único que sufrió una disminución en la ratio
patentes/PIB sectorial —el 9,2 por 100—, lo cual indica que permaneció con una estructura
tradicional y atrasada. La contribución de este sector a la modernización económica de
España fue muy escasa, ya que no cumplió casi ninguna de las funciones tradicionales de la
agricultura en relación con la industrialización. El sector agrario fue, por tanto, más un fac
tor de atraso que de modernización16. El escaso peso de las patentes dirigidas hacia este sec
tor concuerda con este hecho. El sector agrario alcanzó en 1887 el máximo valor de la ratio
patentes agrarias/producción; al contrario de lo que sucedió en el resto de los sectores, que
lo alcanzaron a partir de 1897, El valor mínimo lo tuvo en 1897, mientras que los otros tres
sectores lo tuvieron en 1 882. Una posible explicación a esta peculiaridad puede ser la pro
mulgación del arancel proteccionista de 1891 —más dirigido hacia el sector agrario—, que
pudo haber frenado un incipiente proceso innovador dentro de la agricultura española.
El sector industrial alcanzó su máximo nivel de tecnificación en los años veinte, que fue
ron, precisamente, los de mayor expansión industrial en España antes de la década de 1960.
Sin embargo, la ratio patentes/producción en este sector creció menos que la del conjunto de
la economía, y considerablemente menos que la del sector de la construcción. Pero dentro de
la industria hubo notables diferencias de desarrollo tecnológico entre unos sectores y otros,
como se verá más adelante.
El sector de la construcción, a pesar de la disminución de su importancia dentro del PIB,
fue el que tuvo un mayor desarrollo tecnológico, pues entre 1882 y 1935 triplicó el valor de
su ratio patentes/producción. Alcanzó su máximo nivel de tecnificación en 1897 y, a partir
de entonces, sufrió un retroceso. Sin embargo, al contrario que el resto de la economía, entre
1922 y 1935 volvió a incrementar su nivel de inversión tecnológica.
El sector servicios alcanzó su máximo nivel de tecnificación en 1907, Desde 1882 hasta
este año, había tenido un gran incremento —se había multiplicado por tres—; pero desde
1907 hasta 1935 sufrió el proceso contrario. Hay que tener en cuenta, no obstante, que este
descenso se produjo, sobre todo, entre 1922 y 1935: si se compara la evolución de la ratio
entre 1882 y 1922, se comprueba que el sector servicios también tuvo un notable desarrollo
tecnológico en el período.
Estos datos agregados hablan, en definitiva, de un crecimiento en el nivel tecnológico de
la economía española en su conjunto hasta los años treinta. Pero, según los sectores, se
Cuadro 6.6
Patentes utilizadas y producidas en 23 sectores de la economía española, 1882-1935
1882
Agrupam.
Texto agrupamiento CNAE Patentes %/Total Patentes %/Total
CNAE
utilizadas año producidas año
1 Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca.. 33 3,9 7 0,8
2 53 6,2 6 0,7
3 26 3,1 14 1,6
4 34 4,0 15 1,8
5 51 6,0 52 6,1
6 41 4,8 32 3,8
7 145 17,1 357 42,0
8 Material eléctrico y electrónico 96 11,3 109 12,8
9 Material de transporte 68 8,0 66 7,8
10 48 5,7 21 2,5
11 41 4,8 11 1,3
12 Industria textil 68 8,0 30 3,5
13 14 1,6 11 1,3
14 34 4,0 27 3,2
15 34 4,0 72 8,5
16 37 4,4 19 2,2
17 Comercio al por mayor
19 1 0,1
20 Restauración y hostelería
21 Transporte y comunicaciones 4 0,5
22 Instituciones financieras, seguros, servicios prestados
10 1,2
23 II 1,3
Total 849 849
178 JOSÉ MARÍA ORTE-VILLAJOS
Cuadro 6.7
Ratio Patentes producidas/Patentes utilizadas en los diferentes sectores
Agrup. Sector 1882 1887 1897 19(17 1917 1922 1935
I Agricultura, ganadería, caza, silvicultura.. 0,21 0.08 0.19 0.05 0.05 0,17 0,18
2 Energía y agua 0.11 0.27 0,13 0.29 0,51 0,49 0,59
3 Metálicas básicas 0.54 0,71 0,64 0,72 0.87 0,73 1,14
4 Minerales no metálicos 0.44 0.66 0,70 0.49 0.62 0.54 0,69
5 Química 1.02 0,85 0.98 0.93 0.92 0,91 0.96
6 Transformados metálicos 0,78 1.28 1.09 1.14 1,03 1.06 1.19
7 Maquinaria 2.46 1.98 2.61 1.87 1.69 1,63 1,70
8 Material eléctrico y electrónico 1,14 1.18 1,24 1.19 1.23 1.18 1.09
9 Material de transporte 0.97 0.90 0.98 1.03 1,02 1 .00 0.95
10 Alimentación 0,44 0.27 0.49 0.36 0.48 0.35 0,60
11 Bebidas y tabaco 0.27 0.30 0.19 0,29 0,38 0.30 0.38
12 Industria textil 0.44 0.49 0,68 0.59 0.69 0,75 0,71
13 Madera y muebles 0,79 0.69 0,84 0,88 0,89 0,80 0,72
14 Papel y gráficas 0,79 0.92 0.82 1.21 1.48 1.13 0.91
15 Otras manufacturas 2.12 2.02 1.41 1.18 1,20 1,14 0.95
16 Construcción 0.51 0.43 0.31 0.46 0.47 0.54 0.46
17 Comercio al por mayor
19 Comercio al por menor y reparaciones
20 Restauración y hostelería
21 Transporte y comunicaciones
11 Instituciones financieras, servicios a empresas
23 Otros servicios
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM)•
1 80 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
duce. Así, el convertidor Bessemer era una innovación de proceso para los producto
res de hierro y acero, pero una innovación de producto para los suministradores de
equipamiento a la industria del hierro y del acero21.
Según esta definición, se han identificado cuatro tipos de inventos: a) Un nuevo pro
ducto para el sector que lo inventa, que es el mismo que lo utiliza (por ejemplo, una nueva
aleación de hierro y otro metal); b) un nuevo proceso para el sector que lo inventa, que
es también el que lo usa (por ejemplo, un nuevo proceso de fabricación de ácido sulfúri
co); c) un nuevo producto para el sector que lo inventa, que supone un nuevo proceso en
el sector en que se aplica (por ejemplo, una cosechadora de cereales); d) un nuevo pro
ceso de fabricación que conduce a la producción de un nuevo producto o a la mejora de
uno ya existente (por ejemplo, mejoras en el método de mezcla de elementos químicos
que dan como resultado un producto final más puro). En este caso suelen coincidir el sec
tor de producción y el de utilización, aunque no siempre. Los cuadros 6.8 y 6.9 recogen
los resultados de la aplicación de este criterio a las patentes solicitadas en España entre
1882 y 1935.
Cuadro 6.8
Patentes de nuevos productos y nuevos procesos, desde el punto de vista del sector de uso
de las innovaciones (según la definición de Kuznets'Rosenberg)
Cuadro 6.9
Patentes de nuevos productos y nuevos procesos desde el punto de vista del sector productor
de las innovaciones (según la definición de Kuznets-Rosenberg)
Como puede comprobarse, tanto desde el punto de vista del sector de uso como de pro
ducción de la tecnología, la mayoría de los inventos fueron nuevos productos. No obstan
te, desde el punto de vista del sector de producción, esta proporción fue todavía mayor: el
71,2 por 100 de las patentes solicitadas en los siete años seleccionados fueron inventos de
nuevos productos. Desde el punto de vista del sector de uso esta proporción fue menor —
el 60,3 por 100— debido a que una buena parte de los nuevos productos eran máquinas diri
gidas a mejorar los procesos de fabricación de distintos sectores. Estos datos demuestran,
por tanto, que durante la época estudiada el papel central de la innovación en España corres
pondió a los inventos de nuevos productos. Esta importancia fue creciente a lo largo de todo
el período, exceptuando los años finales. Los datos de 1935 muestran un cambio de esta ten
dencia: entre 1922 y 1935 hubo un fuerte incremento de los inventos de nuevos procesos o,
desde otro punto de vista, una disminución de los inventos de nuevos productos. La más
probable explicación de este hecho fue la entrada en vigor en 1929 de una nueva ley de pro
piedad industrial —el Estatuto de la Propiedad Industrial22—, que incluyó entre los inven
tos que no podían ser objeto de patente «los productos o los resultados industriales»
(Artículo 47), que «desde 1878 sí podía(n) ser protegido(s) independientemente de los
medios de obtención»23.
" La fuerte caída de la inversión internacional como consecuencia de la crisis de 1929, puede ser otra posible
explicación de este hecho. La estrecha relación entre patentes e inversión, pudo motivar que el esfuerzo innovador
se desplazara hacia actividades que requirieran menor inversión de capital: es decir, de la innovación de nuevos pro
ductos hacia la innovación de nuevos procesos. Estos requieren una menor inversión y, además, pueden ir dirigidos
hacia el ahorro de recursos.
-•< Sáiz(1995. p. 161).
CARACTERÍSTICAS SECTORÍALES DEL DESARROLLO TECNOLÓGICO... 183
Hasta el momento se han contemplado las patentes desde un punto de vista económico.
Sin embargo, también pueden estudiarse desde un punto de vista tecnológico. El presente
apartado recoge las líneas generales de un estudio tecnológico de las patentes solicitadas en
España, a partir de la Clasificación Internacional de Patentes (C1P).
Desde, al menos, el último cuarto del siglo XIX, en los organismos estatales encargados
de la gestión del sistema de patentes de los países occidentales, hubo una preocupación cre
ciente por organizar sistemáticamente la documentación que recibían y que iban almacenan
do en sus archivos. La finalidad era eminentemente práctica: se trataba de facilitar al usua
rio del archivo la labor de búsqueda de los documentos; y, a la vez, facilitar el trabajo del
archivo en lo referente a su gestión (determinación de la novedad de los inventos, solución
de litigios entre inventores, etcétera), aspecto fundamental para la eficacia de un sistema de
propiedad industrial.
En España, el empeño por sistematizar la información sobre propiedad industrial, comen
zó en 1886 con la creación del Boletín Oficial de la Propiedad Industrial, que, entre otras
cosas, publicaba cada año un índice de las patentes concedidas, organizado por orden alfa
bético de inventores y por materias o sectores económico-tecnológicos de las patentes. Los
índices por materias publicados entre 1887 y 1902 fueron poco sistemáticos, pues el núme
ro de sectores y su denominación variaban de un año a otro. Sin embargo, la ley de 1902
incluyó en su texto un Nomenclator Técnico de acuerdo con el cual el Registro de la
Propiedad Industrial debía clasificar las patentes y publicar los índices anuales. Esta clasifi
cación incluía diez grupos con diez clases cada uno: en total, cien sectores o tipos de
patentes24. Esta normalización de la clasificación, guardaba relación con la creciente inter-
nacionalización de los sistemas de patentes, como ponen de manifiesto los numerosos acuer
dos y convenios internacionales que comenzaron a celebrarse en las décadas finales del siglo
XIX, con el fin de unificar criterios en el funcionamiento de los sistemas de patentes de los
países.
Una de las líneas de trabajo dirigidas a conseguir la unificación de los sistemas de
patentes era la creación de un sistema común de clasificación técnica. Pero la creación de
una clasificación internacional única no llegó hasta la segunda mitad del siglo XX. Así, el
Convenio Europeo sobre la Clasificación Internacional de las Patentes de Invención de 19
de diciembre de 1954, estableció las disposiciones para la preparación del texto básico de
esta clasificación, que entró en vigor y fue publicado por el Secretario general del Consejo
de Europa el 1 de septiembre de 1968. El Arreglo de Estrasburgo de 24 de marzo de 1971
—que entró en vigor el 7 de octubre de 1975— sobre la Clasificación Internacional de
Patentes, estableció por primera vez un compromiso internacional para la utilización común
de tal clasificación: Los países a los que se aplica el presente Arreglo se constituyen en
Unión particular v adoptan una clasificación común, denominada «Clasificación
Internacional de Patentes» (Artículo 1 ). Desde 1 968, la Clasificación fue objeto de revisión
periódica con el fin de mejorarla, teniendo en cuenta la evolución de la tecnología. Así, la
Ver Ortiz- Villajos (1997b. Tomo II, Apéndices 4.3 y 7.1 A).
1 84 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
:s Ver Apéndice 5.
26 El detalle del contenido de cada UT, está recogido en el Apéndice 4.
CARACTERÍSTICAS SECTORÍALES DEL DESARROLLO TECNOLÓGICO.. 185
Cuadro 6.10
Unidades Técnicas y Subsecciones de la Clasificación Internacional de Patentes (CIP)
UT Subsección CIP UT Subsección CIP
0< Patentes de objeto desconocido< 17 Metalurgia
1 Actividades rurales 18 Textiles o materiales flexibles no previstos en
otro lugar
2 Alimentación y tabaco 19 Papel
3 Objetos personales o domésticos 20 Trabajos públicos; edificios
4 Salud; protección: diversiones 21 Perforación del suelo; explotación minera
5 Salud; protección; diversiones 22 ( 1 ) Motores o bombas
6 Separación; mezcla 22 (2) Tecnología en general
7 Conformación 23 Tecnología en general
8 Conformación 24 Iluminación; calor
9 Imprenta; librería; decoración 25 Armamento: voladura
10 Transportes 26 Instrumentos
11 Transportes 27 Instrumentos
12 Química 28 Instrumentos
13 Química 29 Ciencia nuclear
14 Química 30 Electricidad<
15 Química 31 Electrónica. Comunicaciones<
16 Química 32 No clasificadas<
Fuente: OMPI (1989): Clasificación Internacional de Patentes. Ginebra: OMPI.
< Título incluido por nosotros.
Otra peculiaridad de la CIP es, por ejemplo, la subsección denominada Conformación (que
incluye las UT 7 y 8). En esta subsección se incluyen patentes referidas a técnicas de trabajo
con determinados materiales, como los metales, la madera, el cemento, los plásticos, etc., pero
no siempre los productos resultantes del proceso de fabricación. Así, una patente relativa al
proceso de fabricación de un tornillo se clasificaría dentro de la UT n° 7, pero el tornillo resul
tante, se clasificaría en la UT n° 23 —Tecnología en general—. El método de trabajar el plás
tico para producir, por ejemplo, un juguete, se clasificaría dentro de la UT n° 8; sin embargo,
el juguete lo incluiríamos dentro de la UT n° 4 —Salud; protección; diversiones—, y el plás
tico en sí mismo, en la UT n° 14 —Química—. Además, hay muchas excepciones, que están
indicadas en la CIP, y que hay que tener en cuenta al clasificar determinados inventos. A la
vez, la CIP no diferencia —a no ser que se descienda al nivel de los subgrupos— entre una
máquina y un proceso utilizados en una industria. Así, por ejemplo, dentro de las patentes
recogidas dentro de las UT correspondientes a la química, hay tanto productos químicos como
procesos de fabricación o máquinas empleadas en dichos procesos. Es decir, dentro de un
mismo grupo tecnológico, se incluyen inventos de características muy distintas. Este criterio
se asemeja al de la industria de uso de la tecnología; sin embargo, no permite diferenciar, por
ejemplo, los inventos relativos a maquinaria empleada en la industria química de los produc
tos fabricados por ella. Y como esto es importante, en el resumen de la CIP diseñado para este
estudio, sí se ha distinguido entre procesos, productos y máquinas.
Como se ve, la Clasificación Internacional de Patentes está diseñada con criterios básicamente
tecnológicos y, por tanto, tiene importantes inconvenientes para ser utilizada en un estudio econó
mico. A pesar de ello, nos ha parecido interesante clasificar las patentes también desde un punto
de vista técnico, porque en muchos casos conviene saber las características técnicas de la tecnolo
gía empleada en la economía. Además, el establecimiento de una correspondencia entre la CIP y
la CNAE, por un lado, evita algunos de los principales inconvenientes de la clasificación técnica,
y, por otro, permite profundizar en las características intrínsecas de los inventos. Por tanto, antes
186 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
de continuar el estudio de las patentes por sectores económicos (capítulo 7), se aportan algunos
resultados obtenidos a partir de la clasificación tecnológica. Esto permitirá, entre otras cuestiones,
realizar una comparación con estudios actuales de patentes que han utilizado esta Clasificación.
El cuadro 6.11 recoge las patentes solicitadas en España entre 1882 y 1935 clasificadas
según las Unidades Técnicas de la CIP. De todas las Unidades Técnicas, la que reunió un
mayor número de patentes fue la n° 10, con el 8 por 100 de las patentes. Se trata de una de
las dos que forman la Subsección Transportes, e incluye cinco clases de patentes (de la B60
a la B64) que se refieren a tecnología sobre vehículos de todo tipo: ferrocarril, automóviles,
barcos, aviones y otros diversos.
Cuadro 6.11
Patentes solicitadas en España entre 1882 y 1935, clasificadas según la Unidad Técnica
de la Clasificación Internacional de Patentes (CIP)
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
CIP N.° % N.° % N.° % N.° % N.° % N.° % N.° N.°
% pat % Orden
pat pat pat pat. pat pat pat
0 3 0,4 2 0,2 11 0,6 83 3,3 49 2.1 66 1.9 50 1.4 264 1.7 24
1 25 2,9 30 2,6 19 1,0 31 1,2 34 1,4 54 1,6 50 1,4 243 1,5 25
2 36 4,2 (': 5,4 94 5,2 115 4,5 92 3,9 95 2,8 141 4,0 635 4,0 id
3 28 3,3 62 5,4 114 6,3 159 6,3 178 7,5 333 9,8 201 5,6 1075 6,8 2
4 1~ 2,0 30 2,6 44 2,4 64 2,5 90 3,8 118 3,5 122 3,4 485 3,1 14
5 1 0,1 6 0,5 14 0,8 8 0,3 17 0,7 12 0,4 34 1,0 92 0,6 30
6 36 4,2 26 2,2 35 1,9 62 2,4 52 2,2 64 1,9 69 1,9 344 2 2 21
7 19 2,2 26 2,2 61 3,4 60 2,4 85 3Í6 73 2.1 107 3,0 431 2,7 16
8 38 4,5 50 4Í3 73 4,0 131 5,2 152 6,4 223 6,5 279 7,8 946 6,0 5
9 14 1,6 32 2,8 44 2,4 73 2,9 45 1,9 95 2,8 74 2,1 377 2,4 19
10 66 7,7 55 4,8 175 9,6 235 9,3 170 7,2 274 8,0 283 8,0 1258 8,0 1
11 22 2,6 32 2,8 54 3,0 89 3,5 63 2,7 106 3,1 117 3,3 483 3,1 15
12 19 2,2 36 3,1 55 3,0 83 3,3 138 5,8 156 4,6 175 4,9 662 4,2 9
13 4 0,5 3 0,3 6 0,3 17 0,7 24 1,0 21 0,6 32 0,9 107 0,7 28
14 1 0,1 1 0,1 5 0,3 7 0,3 7 0,3 10 0,3 28 0,8 59 0,4 31
15 37 4,3 49 4,2 142 7,8 124 4,9 135 5,7 168 4,9 177 5,0 832 5,3 6
16 43 5,0 46 4,0 45 2,5 32 1,3 40 1,7 33 1,0 53 1,5 292 1,9 22
17 22 2,6 30 2,6 47 2,6 54 2,1 90 3,8 76 2,2 rih 1,9 385 2,5 18
18 52 6,1 114 9,9 218 12,0 176 6,9 110 4,7 171 5,0 195 5,5 10.36 6,6 3
19 19 2,2 23 2,0 21 1,2 48 1,9 35 1,5 29 0,8 43 1,2 218 1,4 2d
20 27 3,2 49 4,2 52 2,9 92 3,6 49 2.1 100 2,9 122 3,4 491 3,1 13
21 5 0,6 2 0,2 2 04 9 0,4 3 0,1 2 0,1 2 0,1 25 0,2 33
22(1) 42 4,9 64 5,5 53 2,9 113 4,5 129 5,5 198 5,8 129 3,6 728 4,6 8
22(2) 1 1 1,3 3 0,3 5 0,3 9 0,4 10 0,4 9 0,3 6 0,2 53 0,3 32
23 21 2,5 21 1,8 29 1,6 53 2,1 55 2,3 Kil 3,0 109 3,1 389 2,5 17
24 56 6,6 63 5,4 123 6,8 116 4,6 117 5,0 160 4,7 168 4,7 803 5,1 7
25 25 2,9 72 6,2 63 3,5 153 6,0 63 2,7 87 2,5 80 2,2 543 3,5 II
26 32 3,8 39 3,4 55 3,0 75 3,0 63 2,7 124 3,6 150 4,2 538 3,4 12
27 12 1,4 29 2,5 21 1.2 35 1,4 15 0,6 33 1,0 46 1,3 191 1,2 27
28 18 2,1 23 2,0 25 1.4 74 2,9 74 3,1 99 2,9 41 1,2 354 2,3 20
29 1 0,0 1 0,0 34
30 84 9,9 45 3,9 86 4,7 110 4,3 133 5,6 231 6,8 278 7,8 967 6,2 4
31 13 1,5 24 2,1 18 1,0 22 0,9 28 1,2 55 1,6 125 3,5 285 1,8 23
32 4 0,5 7 0,6 10 0,5 22 0,9 17 0,7 37 l.l 5 0.1 102 0,6 29
Total 852 100,0 1156 100.0 1819 100.0 2534 100.0 2362 100,0 34 13 100.0 3558 100.0 15694 100.0
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
CARACTERÍSTICAS SECTORIALES DEL DESARROLLO TECNOLÓGICO... 1 87
Con los datos del cuadro 6. 1 1 , el gráfico 6.3 representa la distribución de las patentes soli
citadas en España en 1882, 1907 y 1935 según las Unidades Técnicas de la C1P. Se com
prueba que el esfuerzo inventivo permaneció bastante estable en su orientación tecnológica
a lo largo del período. En cambio, al comparar las patentes del período 1882-1935 con las
concedidas entre 1967 y 1986, se perciben cambios en la orientación de la tecnología (cua
dro 6.12). Aunque existen muchos puntos de coincidencia, algunas importantes divergencias
muestran la evolución tecnológica acaecida entre ambos períodos (gráficos 6.4 y 6.5).
Gráfico 6.3
Porcentaje de patentes de cada Unidad Técnica sobre el total de patentes solicitadas en España
en 1882, 1907 y 1935
£ 6,0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32
(0(2)
Unidad Técnicas '
Gráfico 6.4
Porcentaje de cada Unidad Técnica sobre el total de patentes registradas en España
en los períodos 1882-1935 y 1967-1986
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 1 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32
Unidad Técnicas '
□ 1882-1935 1967-1986
Fuente: Cuadro 6. 1 1 .
CARACTERÍSTICAS SECTORIALES DEL DESARROLLO TECNOLÓGICO... 189
Cuadro 6.12
Patentes solicitadas en España entre 1882 y 1935, y patentes concedidas entre 1967 y 1986,
clasificadas según las Unidades Técnicas de la CIP
UT
CIP Subsección CIP 1882-1935 % Orden 1967-1986 % Orden
Gráfico 6.5
Orden de importancia, según la cantidad de patentes, de las Unidades Técnicas de la CIP
en los períodos 1882-1935 y 1967-1986
35
30-
o 20
•s
§ 15
£
Z 10
5
D
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 1 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32
Unidad Técnicas
D 1882-1935 • 1967-1986
Fuente: Cuadro 6. 1 1
zan de otro modo que por raíles, Subclase B62D: Vehículos de motor,... Es cierto que des
cendiendo mucho en los niveles de la CIP, se podrían registrar diferencias cualitativas entre
ambos vehículos, aunque, en modo alguno, reflejarían toda la realidad. Con la CIP sí se
puede detectar, por ejemplo, el cambio cualitativo que supuso el tránsito del vehículo de trac
ción animal al vehículo a motor: el mayor o menor predominio del ferrocarril con respecto
a otros medios de transporte, etc. Por tanto, con esta clasificación se pueden identificar los
grandes desplazamientos del esfuerzo tecnológico de unas tecnologías hacia otras, pero no
muchos de los cambios cualitativos internos que se dan dentro de un mismo producto.
5. CONCLUSIÓN
En el presente capítulo, por una lado, se ha dado una visión general de la relación entre la
tecnología y los grandes sectores de la economía española entre 1882 y 1935; y, por otro, se
han mostrado algunas características generales del desarrollo tecnológico español a partir de
las patentes de la época. Después de repasar las principales investigaciones que han utiliza
do las patentes clasificadas por sectores, se han explicado los criterios seguidos por nosotros:
el sector de uso y el productor de la tecnología. No obstante, para estudiar la relación entre
tecnología y producción de bienes y servicios, el mejor criterio es contemplar la tecnología
desde el punto de vista del sector donde se utiliza, que es donde causa los mayores efectos
en la productividad.
En el segundo epígrafe se ha comparado la producción de los cuatro grandes sectores —
agricultura, industria, construcción y servicios— y el número de patentes dirigido a cada uno
entre 1882 y 1935. La conclusión más evidente es que la actividad inventiva española de
aquel período fue un fenómeno esencialmente industrial, pues alrededor del 90 por 100 de
las patentes se dirigieron hacia este sector. No había correlación directa entre la importancia
económica de los sectores y el número de patentes. Por ejemplo, el sector agrario, que era el
más importante de la economía española —representaba cerca del 40 por 100 del PIB en
torno al cambio de siglo—. tan sólo recibió entre el 1,5 y el 4 por 100 del total de patentes.
En cambio, sí existió correlación en la tendencia de ambas series a largo plazo: los sectores
que incrementaron su importancia dentro del PIB —industria y servicios—, fueron también
los que aumentaron la proporción de patentes; de igual forma, los que disminuyeron su par
ticipación en el PIB —agricultura y construcción—, sufrieron un claro descenso en la pro
porción de patentes entre 1882 y 1935.
El tercer apartado ha tratado de identificar el modelo de desarrollo tecnológico sectorial
de la economía española a partir de una serie de indicadores calculados a partir de los datos
de patentes. El «grado de tecnificación» (patentes/producción sectorial) muestra que el sec
tor que más tecnología incorporó en su proceso productivo fue el industrial; al que siguió —
de lejos— la construcción; el sector terciario: y, por último, el agrario, que tuvo un grado
bajísimo de tecnificación. El grado de tecnificación del conjunto de la economía española
creció casi un 100 por 100 entre 1882 y 1935. El sector que más creció en este sentido fue
la construcción, que multiplicó por tres su nivel de tecnificación; le siguieron: la industria,
con un incremento del 77 por 100 y los servicios (27 por 100). El sector agrario fue el único
que disminuyó su nivel de incorporación de nuevas tecnologías: el 9 por 100.
En la economía española predominaron los inventos de nuevos productos —entre un 60
y un 70 por 100 de las patentes que se solicitaron— sobre los nuevos procesos —entre un
30 y un 40 por 100—. Estos datos confirman las ideas de Kuznets, Rosenberg, Schumpeter
1 92 JOSÉ MARÍA ORTIZ- VILLAJOS
y otros investigadores, que han atribuido una mayor importancia a los inventos de nuevos
productos que a los nuevos procesos de producción para el desarrollo económico contem
poráneo.
La distinción entre el sector al que va dirigida la tecnología y el que la genera ha produ
cido una fecunda línea de investigación, de la que Scherer y Pavitt son destacados acree
dores. Siguiendo esta línea, se han clasificado las patentes solicitadas en España según los
dos criterios: el sector de uso y el productor de los inventos. A partir de estos datos, se han
identificado tres tipos de sectores: a) los que producían más inventos de los que utilizaban
(Maquinaria, eléctrico, transformados metálicos, otras manufacturas); b) los que recibían la
misma cantidad de inventos que generaban (Papel y gráficas, material de transporte, quími
co); y c) los que recibían más patentes de las que generaban (agricultura, servicios, cons
trucción e industria de consumo).
Por último, se ha realizado un breve estudio a partir de la Clasificación Internacional de
Patentes (CIP). Después de explicar las peculiaridades de este complicado sistema de clasi
ficación, se ha comprobado que la Unidad Técnica que tuvo un mayor número de patentes
(el 8 por 100) entre 1882 y 1935 fue la n° 10, que hace referencia a inventos sobre vehícu
los de todo tipo: ferrocarril, automóviles, barcos, aviones y otros. La segunda en importan
cia (con el 6,8 por 100 de las patentes) fue la Objetos personales o domésticos. La tercera
fue la n° 18 (tecnología textil) con el 6,6 por 100 de las patentes. La comparación entre la
distribución tecnológica de las patentes del período 1882-1935 y las del período 1967-1986,
muestra que en el siglo XX ha habido un desplazamiento del esfuerzo tecnológico de las
industrias tradicionales hacia las industrias química —sobre todo química orgánica— y far
macéutica.
CAPITULO 7: PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS
EN ESPAÑA, 1882-1935
Se presenta ahora el estudio detallado de las patentes en función del sector hacia el que fueron
dirigidas, que es el punto de vista más adecuado para analizar la relación entre tecnología y eco
nomía. La enorme cantidad de datos, ha impedido plasmar todos los aspectos interesantes de cada
sector, como el origen nacional o extranjero de los inventos; su complejidad tecnológica; la pro
cedencia regional. No obstante, estas cuestiones se estudian en los capítulos 8 y 9. El capítulo se
divide en cuatro epígrafes, correspondientes a los cuatro grandes sectores económicos. Dentro de
cada uno, hay una serie de apartados correspondientes a los 23 sectores en que se han agrupado
los grupos de la CNAE. La estructura puede resultar un tanto monótona, pues todos los aparta
dos están organizados de igual manera. Sin embargo, tiene la virtud de ser clara por su orden, de
tal forma que el capítulo puede considerarse en cierta medida como una guía de consulta sobre la
actividad inventiva en los distintos sectores de la economía española. Precisamente por esto, aun
que la lectura continuada puede resultar pesada, también es posible realizar una lectura salteada
en función de los sectores en los que se tenga mayor interés. Esto no significa que no haya una
unidad en el trabajo: Se han hecho comparaciones entre unos sectores y otros, y se ha tratado de
aportar una visión global del desarrollo tecnológico de la economía española en su conjunto.
Se inicia el capítulo no con la agricultura, que suele ser el orden lógico en los estudios
sectoriales, sino con la industria; y, dentro de ésta, con el sector de bienes de inversión e
intermedios. La razón es que muchas de las patentes de estos sectores estaban relacionadas
con otros: la industria de maquinaria agrícola y de producción de abonos, con la agricultura;
la industria de fabricación de motores, con el sector del transporte; la industria de maquina
ria textil, con la confección. De esta forma, al conocer la importancia de las patentes indus
triales, cuando se estudien los sectores demandantes de su tecnología, se podrá alcanzar un
conocimiento más exacto de los procesos de innovación.
1. EL SECTOR INDUSTRIAL
Ya se ha dicho que la gran mayoría de las patentes de este período (el 90 por 100) se orien
taron al sector industrial. Pero, ¿cómo se distribuyeron entre las diferentes ramas de la indus
tria? ¿Qué relación hubo entre la participación de éstas dentro del sector secundario y la pro
porción de patentes? Una respuesta general a estas dos preguntas se puede obtener a partir
de los cuadros 7.1 y 7.2,
194 JOSÉ MARÍA ORTIZVILLAJOS
Cuadro 7.1
Patentes dirigidas hacia el sector industrial en España, 1882-1935
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935
Sector N.° N.° N.° N.° N.° N.° N.°
pal. % pat. % pat. % pat % pat % pat. % pat. %
1 ENERGÍA 53 7.0 60 5,9 165 9.9 133 6.0 146 6,9 135 4.4 126 3,9
Metálicas básicas .. 26 3,5 24 2.4 42 2,5 46 2,1 71 3,4 66 22 35 1,1
Minerales no metál. 34 4,5 35 3,4 53 3,2 77 3,5 87 4,1 158 5,2 144 4,5
Química 51 6,8 80 7,8 123 7,4 150 6,8 212 10.0 222 7,3 336 10.4
Transfor. metálicos 41 5,4 47 4,6 79 4,8 88 4,0 123 5,8 134 4,4 172 5,3
2 MINERÍA Y B.
INTERMEDIOS... 152 20,2 186 18.2 297 17,9 361 16.4 493 23,3 580 19.0 687 21,3
Maquinaria 145 19,3 282 27.6 266 16.0 534 24.2 461 21.8 770 25.2 671 20.8
Mat. Eléctrico y clcc.
96 12,7 65 6,4 119 7,2 177 8,0 186 8,8 345 11,3 483 15.0
Material transporte 68 9,0 61 6,0 179 10,8 228 10,3 161 7,6 274 9,0 298 9,2
3 INVERSIÓN 309 41.0 408 40.0 564 33,9 939 42.6 808 38.2 1389 45.5 1452 45,0
Alimentación 48 6,4 82 8,0 76 4,6 131 5,9 107 5,1 121 4,0 155 4,8
Bebidas y tabaco ...41 5,4 44 4,3 79 4,8 62 2,8 45 2,1 56 1,8 63 :.o
Industria textil 68 9,0 107 10.5 285 17,1 208 9,4 189 8,9 284 9,3 251 7,8
Madera y muebles . 14 1,9 32 3,1 37 2,2 60 2,7 37 1.7 86 2,8 64 2,0
34 4,5 50 4,9 50 3,0 87 3,9 52 2,5 84 2,8 89 2,8
Otras manufacturas 34 4,5 51 5,0 109 6,6 222 10,1 240 11.3 319 10,4 343 10,6
4 CONSUMO 239 31.7 366 35,9 636 38,3 770 35,0 670 31.6 950 31,1 965 29,9
TOTAL 753 1020 1662 2203 2117 3054 3230
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
Cuadro 7.2
P,oducción y patentes de cuatro grandes sectores industriales en España.
Primer tercio del siglo XX (Porcentaje sobre el total)
1900 1897 1910 1907 1920 1922 1930 1935
Sector industrial
PIB Pat. PIB Pat. PIB Pat. PIB Pat.
Energía 9,2 9.9 11.6 6.0 14,2 4,4 14.7 3.9
Minería y bienes intermedios 31,2 17,9 31,9 16,4 20,0 19.0 21.7 21.3
Bienes de inversión 10,5 33,9 8.2 42,6 10,9 45.5 18.0 45,0
Bienes de consumo 49,1 38,3 48,3 35.0 54.9 31.1 45,6 29,9
Total 100.0 100,0 100,0 100,0 100.0 100.0 100.0 100,0
Fuentes: Cuadro 6.4 y Carreras ' 1987). Cuadro 1 1.8. p. 296.
Dentro de la industria (cuadro 7.2), existió una mayor relación entre número de patentes
y producción de sus diferentes ramas, que cuando se toma la economía en su conjunto. Sin
embargo, es claro que unos sectores tuvieron más propensión que otros a incorporar tecno
logía, independientemente de su tamaño o aportación al PIB. Las industrias de bienes de
inversión, a pesar de ser el tercer sector en importancia dentro de la economía española, fue
ron las que más patentes recibieron con notable diferencia sobre el resto. Dentro de este sec
tor estaban las actividades de mayor complejidad tecnológica, que tradicionalmente han sido
las que más tecnología han incorporado tanto en sus procesos de producción, como en sus
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA. 1882-1935 195
productos finales. En términos generales, esta ha sido una constante a lo largo del tiempo, lo
cual viene a reafirmar la idea de la estrecha relación entre patentes e inversión de capital. Por
otro lado, las tendencias a largo plazo de las patentes y la producción sectorial, indican una
relación entre innovación tecnológica y modernización económica. Como sucedió con las
patentes y la producción agraria, en el caso de las industrias de bienes de consumo y de bie
nes de inversión, se observa que siguieron la tendencia lógica de la modernización econó
mica según la Ley de Hoffman: las patentes del sector de bienes de consumo fueron per
diendo importancia en favor de las patentes de las industrias de bienes de inversión.
Cuadro 7.3
Valor Añadido Bruto (millones de pts. constantes de 1935) y N° de patentes en los cuatro grandes
sectores industriales en el primer tercio del siglo XX
Cuadro 7.4
Patentes/millones de pts. de VAB de los cuatro grandes sectores industriales
en el primer tercio del siglo XX
% variación
Año 1897 1907 1922 1935 1897-1935
El cuadro 7.4 recoge el valor de la ratio patentes/VAB (en millones de pesetas de 1935) de
los cuatro grandes sectores industriales entre 1897 y 1935. Como se ve en la última columna,
para el conjunto de la industria esta ratio descendió un 15 por 100 entre 1897 y 1935. Hay que
tener en cuenta que en 1935 las solicitudes de patentes todavía no se habían recuperado de la
fuerte crisis sufrida tras la depresión de 1929. De hecho, si se comparan los datos de 1897 con
los de 1922, se observa un incremento del grado de tecnificación del conjunto de la economía.
Sin embargo la evolución de este índice fue distinta por sectores. El sector de la energía fue el
que más acusó esta bajada (un 370 por 100); seguido de las industrias de bienes de inversión (49
por 100) y de consumo (un 37 por 100). En cambio, el sector de minería y bienes intermedios
incrementó su grado de tecnificación un 33 por 100. Entre 1897 y 1935, el sector de la energía
sufrió un descenso continuado en el valor del índice. El de minería y bienes intermedios, un fuer
1 96 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
te incremento hasta 1922 y una crisis en los años posteriores a 1929. El sector de las industrias
de bienes de inversión, que era el más tecnificado dentro de la industria —es decir, el que tenía
una mayor ratio patentes/producción—, alcanzó en 1907 el valor máximo: 2,55 patentes por
millón de pesetas de valor añadido. La tendencia había sido ascendente desde el último cuarto
del siglo XIX, pero a partir de 1907, el nivel de tecnificación de estas industrias sufrió un fuer
te declive —especialmente tras la Crisis de 1929—, y, con ellas, toda la industria y la economía
en general, fuertemente dependiente de la tecnología producida por este sector.
Dentro de las industrias de bienes de inversión (cuadro 7.1) se han incluido las patentes diri
gidas a tres ramas: a) Maquinaria; b) Material eléctrico y electrónico y, c) Material de trans
porte. Entre las tres, acapararon alrededor del 40 por 100 de las patentes industriales, aunque
esta proporción varió con el tiempo, pasando del 41 por 100 en 1882 al 45 por 100 en 1935.
Los tres sectores —junto con el textil, el químico y el de otras manufacturas— estuvieron tam
bién entre los seis de mayor número de patentes dentro del conjunto de la economía española.
Maquinaria
Este sector está compuesto, a su vez, por una serie de subsectores (cuadro 7.5). El cuadro
7.6 muestra la evolución de las patentes correspondientes a estos grupos, y su proporción den
tro del sector de Maquinaria y dentro del total de patentes de cada año. La maquinaria no sólo
fue el sector que más patentes recibió dentro de la industria, sino de la economía en general
(cuadro 6.1 del capítulo 6). En el conjunto de patentes industriales (cuadro 7.1), su importan
cia fluctuó entre un mínimo del 16 por 100 en 1897 y un máximo del 27 por 100 en 1887,
aunque, grosso modo, se mantuvo en torno al 20 por 100. Conviene tener en cuenta que (cua
dro 6.6), desde el punto de vista del sector generador de los inventos, el sector de maquinaria
tuvo todavía mayor importancia, ya que entre el 30 y el 40 por 100 —llegando a alcanzar el
48 por 100 en 1887— de las patentes solicitadas en España fueron máquinas o componentes
de máquinas. Pero ahora interesa el sector de uso de los inventos; y en este caso, el sector de
maquinaria también fue el más importante; tan sólo fue superado por el textil en el año 1897.
Cuadro 7.5
Nombre y código de los grupos del sector de Maquinaria (Agrupamiento de la CNAE n° 7)
Cuadro 7.6
Patentes de los grupos del sector de Maquinaria (Agrupamiento n° 7 de la CNAE)
Año 1882 1887 1897 1907
Código N.°pat. % 1 %/Total N. pat. %/ %/Total N.°pat %/ %/Total N.°pat %l %/Total
Grupo Grupo Agrup. rita Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
321 0,0 0,0 1 0,4 0.1 2 0,8 0,1 1 0.2 0.0
322 0,0 0,0 0,0 0,0 1 0,4 0,1 3 0,6 0,1
323 9 6,2 1,1 37 13,1 3,2 19 7,1 1,1 38 7,1 1.6
324 5 3,4 0,6 8 2,8 0,7 8 3,0 0,4 15 2,8 0,6
325 3 2,1 0,4 4 1,4 0,3 4 1,5 0,2 11 2,1 0.4
326 5 3,4 0,6 5 1,8 0,4 8 3,0 0,4 21 3,9 0,9
329 101 69.7 11,9 176 62,4 15,3 188 70,7 10.4 377 70.6 15,4
330 3 2,1 0,4 5 1,8 0,4 7 2,6 0,4 10 1.9 0.4
391 15 10,3 1,8 27 9,6 2.3 9 3.4 0,5 26 4,9 1.1
392 0,0 0,0 2,8 0,7 2,3 0,3 9 1.7 0.4
393 1 0,7 0,1 1 0,4 0,1 II 4,1 0,6 17 3,2 0.7
399 3 2.1 0,4 10 3,5 0,9 3 1,1 0,2 6 1.1 0,2
Total 145 100.0 17,1 282 100.0 24,5 266 100,0 14,7 534 100.0 21.8
Tot.Año 849 1153 1808 2451
Año 1917 1922 1935 Total
Código N.°pat %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. uño
321 5 1.1 0,2 14 1.8 0,4 6 0,9 0,2 29 0.9 0,2
322 19 4,1 0,8 20 2,6 0,6 11 1,6 0,3 54 1,7 0,3
323 27 5,9 1,2 66 8,6 2,0 47 7,0 1,3 243 7,8 1,6
324 13 2,8 0,6 36 4,7 1,1 42 6,3 1,2 127 4,1 0,8
325 7 1,5 0.3 12 1,6 0,4 9 1.3 0,3 50 1,6 0,3
326 30 6,5 1,3 27 3,5 0,8 23 3,4 0,7 119 3,8 0,8
329 294 63.8 12,7 461 59.9 13,8 407 60.7 11,6 2004 64,0 13,0
330 5 1,1 0,2 20 2,6 0,6 18 2,7 0,5 68 22 0,4
391 21 4,6 0,9 34 4,4 1,0 34 5,1 1,0 166 5,3 1.1
392 14 3,0 0,6 9 1,2 0,3 7 1,0 0,2 53 1,7 0,3
393 25 5,4 1,1 68 8,8 2,0 63 9,4 1,8 186 5,9 1,2
399 1 0,2 0,0 3 0,4 0,1 4 0,6 0,1 30 1.0 0,2
Total 461 100.0 19.9 770 100.0 23,0 671 100.0 19,1 3129 100,0 20,3
Tot.Año 2313 3347 3508 15429
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
Dentro del sector de Maquinaria (cuadro 7.6), el grupo de patentes más importante fue
siempre el denominado Construcción de otras máquinas y equipo mecánico (código 329),
que acaparó entre el 60 y el 70 por 100 de las patentes. Le siguieron en importancia tres
ramas, que obtuvieron entre un 5 y un 13 por 100 de las patentes de maquinaria:
Construcción de máquinas para la industria textil, del cuero, calzado y vestido (código 323);
Fabricación de instrumentos de precisión, medida y control (código 391); y Fabricación de
instrumentos ópticos y equipo fotográfico y cinematográfico (código 393). Esta última, real
mente no comenzó a tener cierta importancia hasta 1897, y, desde entonces, se desarrolló
notablemente. Otras dos ramas utilizaron en torno al 4 ó 5 por 100 de las patentes del sector
1 98 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
* Este es un tactor que. seguramente, está sobreestimando las patentes dirigidas al sector de fabricación de
maquinaria, porque frecuentemente el que patentaba una máquina no decía en qué sector concreto la iba a aplicar.
Y como en muchos casos una misma máquina se puede aplicar en varios sectores, se ha optado por considerar estas
patentes como dirigidas al sector de maquinaria, a pesar de que realmente pudieran haberse dirigido hacia otros sec
tores.
2 Que es también el elegido por Sáiz ( 1996b).
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA. 1882-1935 199
Cuadro 7.7
Clases de patentes del Grupo 329 de la CNAE (Máquinas en general)
Unidad Técnica CIP Subsccción CIP
3 Objetos personales 0 domésticos
4 Salud; protección; diversiones
6 Separación: mezcla
8 Conformación
9 Imprenta; librería: decoración
10 Transportes
11 Transportes
12 Química
15 Química
17 Metalurgia
18 Textiles o materiales flexibles no previstos en otro lugar
19 Papel
20 Trabajos públicos: edificios
22(1) Motores o bombas
22(2) Tecnología en general
23 Tecnología en general
24 Iluminación: calor
25 Armamento; voladura
27 Instrumentos
30 Electricidad'
32 No clasificadas*
Cuadro 7.8
N° de patentes del Grupo 329 de la CNAE (Máquinas en general)
Año 1882 INS7 IX<)7 1907 1917 1922 1935 Total
UT N.° N.° N.° N.° N.° N.° N.° N.°
CIP Pat. % Pat % Pat. * Pal % Pat. * Pat. % Pat. % Pat. %
3 2 2,0 1 0.6 5 2,7 5 1,3 10 3.4 14 3,0 17 4,2 54 2.7
4 1 0,6 2 1,1 3 0,8 1 0,3 5 1,1 12 0,6
6 4 4,0 8 4,5 10 5,3 21 5,6 15 5,1 18 3,9 14 3,4 90 4,5
8 4 4,0 10 5,7 8 4,3 13 3,4 16 5,4 13 2,8 12 2,9 76 3,8
9 1,1 1 0,3 8 1,7 8 2,0 19 0,9
10 1 03 1 0,0
II 4 4,0 1 0,6 4 2,1 5 1,3 1 0,3 4 0,9 22 5,4 41 2,0
12 1 0,6 2 0,4 1 0,2 4 0,2
15 1,1 1 0,2 1 0,2 4 0,2
17 1 0,2 1 0.0
18 1 1,0 1 0,6 1 0,5 7 1,9 1 0,3 5 1,1 7 1,7 23 l.l
19 1 0,5 1 0,0
20 1 0,6 5 2,7 3 0,8 2 0,7 3 0,7 1 0,2 15 0,7
22(1) 39 38,6 res1 34,7 50 26,6 99 26,3 117 39,8 183 39,7 120 29,5 669 33,4
22(2) 10 9,9 2 1,1 4 2,1 9 2,4 10 3,4 9 2,0 5 1,2 49 2,4
23 10 9,9 10 5,7 12 6,4 20 5,3 13 4,4 50 10,8 62 15,2 177 8,8
24 11 10,9 25 14,2 36 19,1 46 12,2 46 15,6 69 15,0 79 19,4 312 15,6
25 15 14,9 54 30,7 44 23,4 139 36,9 58 19,7 72 15,6 55 13,5 437 21,8
27 1 0,5 1 0,0
30 1 0,3 1 0,0
32 1 1,0 1 0,5 6 1,6 2 0,7 5 1,1 2 0,5 17 0,8
Total 101 100,0 176 100.0 188 100,0 377 100.0 294 100.0 461 100.0 407 100.0 2004 100.0
Fuicnttes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
200 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
En la clase de Motores o bombas, que fue la más numerosa dentro de este grupo, se han
recogido inventos de motores y sus accesorios no expresamente referidos al sector del auto
móvil. No obstante muchos de ellos pudieron aplicarse a ese sector, ya que, como se ha
explicado, los inventores muchas veces no hacían referencia al sector de aplicación del
invento, sobre todo cuando podía ser utilizado en diversas industrias3. En la clase
Armamento; voladura, están recogidas todas las clases de armas, que fueron creciendo en
importancia hasta 1907, año en que —con casi el 37 por 100 de las patentes— llegaron a ser
los inventos más numerosos de este grupo. A partir de aquel año su declive fue continuado
hasta 1935, año en que representaron el 13,5 por 100 de las patentes. La clase denominada
Iluminación; calor, contenía sobre todo maquinaria de hornos, calderas de vapor, hogares
industriales, estufas, sin un claro sector de uso. Su importancia fue creciendo con el tiempo,
y en 1 935 era la segunda clase más importante de este grupo.
Cuadro 7.9
Nombre y código de los grupos del sector de Material eléctrico y electrónico
(Agrupamiento n° 8 de la CNAE)
* En Ortiz-Villajos ( 1997b. Tomo II, Apéndice 7.2A) se puede comprobar el fuerte incremento que se produjo a par
tir de 1 897 de inventos relativos a motores de combustión interna —dirigidos en gran medida al sector del automóvil—.
j Sin considerar el año 1882 (que fue ciertamente anómalo por las causas que ahora se explicarán), en que fue el
segundo en importancia, con el 1 1,3 por 100 del total de patentes solicitadas, y el 12,7 por 100 de las industriales.
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA, 1882-1935 201
Cuadro 7.10
Patentes de los grupos del sector de Material eléctrico y electrónico
(Agrupamiento n° 8 de la CNAE)
Añti 1882 1887 1897 1907
Código N.°pat. %/ %nbtal N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %l %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
341 5 5.2 0.6 1 1.5 0.1 1 0,8 0.1 7 4,0 0,3
342 27 28.1 3,2 16 24.6 1,4 36 30.3 2,0 67 37.9 2,7
343 16 16,7 1,9 16 24,6 1,4 31 26,1 1,7 15 8,5 0,6
344 3 3,1 0,4 1 1,5 0,1 4 3,4 0,2 2 1,1 0,1
345 1 1,0 0,1 0,0 0,0 3 2,5 0,2 14 7,9 0,6
346 29 30.2 3,4 5 7,7 0,4 14 11,8 0,8 21 11,9 0,9
347 0,0 0,0 0,0 0,0 1 0,8 0,1 1 0,6 0,0
351 13 13,5 1,5 23 35.4 2,0 17 14,3 0,9 22 12.4 0,9
352 0,0 0,0 0,0 0,0 5 4,2 0,3 0,0 0,0
353 0,0 0,0 2 3,1 0,2 1 0,8 0,1 8 4,5 0,3
355 2 2,1 0,2 1 1.5 0,1 6 5.0 0,3 20 11,3 0,8
Total 96 100,0 11,3 65 100,0 5,6 119 100,0 6,6 177 100,0 7,2
TotAño 849 1153 1808 2451
Año 1917 1922 1935 Total
Código N.°pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total ti.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. ano Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
341 9 4,8 0,4 5 1.4 0.1 20 4,1 0,6 48 3,3 0.3
342 86 46,2 3,7 113 32,8 3,4 136 28,2 3,9 481 32,7 3,1
343 9 4,8 0,4 24 7.0 0,7 11 2,3 0,3 122 8,3 0,8
344 1 0,5 0,0 2 0,6 0,1 2 0,4 0,1 15 1,0 0,1
345 13 7,0 0,6 19 5,5 0,6 52 10,8 1,5 102 6,9 0,7
346 21 11,3 0,9 78 22,6 2,3 91 18,8 2,6 259 17,6 1,7
347 3 1,6 0,1 9 2,6 0,3 6 1,2 0,2 20 1,4 0,1
351 28 15,1 1.2 52 15,1 1,6 106 21,y 3,0 261 17,7 1,7
352 1 0,5 0,0 6 1,7 0,2 8 1,7 0,2 20 1,4 0,1
353 2 1,1 0,1 14 4,1 0,4 13 2,7 0,4 40 2,7 0,3
355 13 7,0 0,6 23 6,7 0,7 38 7,9 1,1 103 7,0 0,7
Total 186 100.0 8,0 345 100,0 10,3 483 100.0 13,8 1471 100,0 9,5
Tot. Año 2313 3347 3508 15429
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
El siguiente grupo en importancia, aunque varió con los años, fue el de Fabricación de
aparatos y equipo de telecomunicación (código 351), que acaparó el 17,7 por 100 de las
patentes de este sector en el conjunto de años seleccionados. En 1887 llegó a representar el
35.4 por 100, siendo el más importante de este sector en aquel año. En general su importan
cia fue creciente, pues pasó del 13,5 por 100 en 1882 al 21,9 por 100 en 1935. Por su inte
rés, se han desglosado las patentes de equipos de telecomunicación. Se comprueba (cuadros
7.11 y 7.12) que el despegue de este sector se produjo a partir de la I Guerra Mundial, no
sólo por el crecimiento del número de patentes, sino también por la expansión de las técni
cas más modernas (radiodifusión y televisión), que, aunque hasta 1935 no tuvieron una pre
sencia apreciable, ya en aquel año fueron las que acapararon mayor número de inventos.
202 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 7.11
Clases de patentes del Grupo 351 de la CNAE
(Fabricación de aparatos y equipo de telecomunicación)
Cuadro 7.12
N° patentes de las clases del Grupo 351 de la CNAE
(Fabricación de aparatos y equipo de telecomunicación)
Año 1882 1XX7 1X97 1907 1917 1922 1935 Total
UT Subcl. N.°
CIP CIP PaL Pat. ,
N.°
PaL l'at. % PaL % Patt. % Patt. , l'at. .
31 H03 3 10,7 6 5,7 9 3,4
31 H04 4 30,8 5 21,7 3 17,6 1 4,5 7 25,0 10 19,2 17 16,0 47 18,0
31 H04H 5 9,6 36 34.0 41 15,7
31 H04L 1 7,7 11 47,8 6 35.3 10 45,5 5 17,9 IX 34,6 9 8,5 60 23,0
31 H04M 7 53,8 7 30.4 8 47,1 10 45,5 13 46,4 IX 34,6 14 13,2 77 29,5
31 H04N 1 1.9 20 18,9 21 8,0
Otras 1 7,7 1 4,5 4 3,8 6 2,3
Total 13 100,0 23 100,0 17 100,0 22 100,0 28 100.0 52 100.0 106 100,0 261 100,0
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
5 Inventor que precisamente en 1882 comenzó a ser conocido mundialmente: el 4 de Septiembre de 1882 con
siguió iluminar por primera vez todo un barrio de Nueva York, y demostró así las posibilidades de la lámpara incan
descente que acababa de inventar.
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA. 1882-1935 203
Otro grupo de gran importancia fue la Fabricación de pilas y acumuladores (código 343).
Sin embargo, esta rama sufrió un fuerte declive a lo largo del período, pues si en 1 897 alcan
zó el 26 por 100 de las patentes del sector, en 1935 tan sólo representó el 2,3 por 100. El pro
ceso inverso se dio tanto en el grupo de patentes correspondientes a Fabricación de apara
tos electrodomésticos (código 345), que pasó del 1 por 100 en 1882 al 10,8 por 100 en 1935,
como en la Fabricación de aparatos receptores, de registro y reproducción de sonido e ima
gen (código 355), que pasó del 2 al 8 por 100 entre 1882 y 1935. El resto de ramas del sec
tor de Material eléctrico y electrónico tuvieron menos importancia. Hay que decir, no obs
tante, que hubo una serie de grupos (341, 344, 352 y 353) poco representados, porque
muchas de sus patentes se han recogido en los sectores donde tuvieron una aplicación direc
ta: la distribución de energía eléctrica, servicios sanitarios, etcétera.
Material de transporte
Las patentes del sector de material de transporte, se mantuvieron, con ciertas fluctuacio
nes, en torno al 9 por 100 de las patentes de la industria. Esto no quiere decir que fuera un
sector estancado, pues tuvo un cambio estructural importante: se produjo un desplazamien
to del esfuerzo tecnológico de sectores más tradicionales, como el ferrocarril o la construc
ción naval, hacia el sector del automóvil y el aeronáutico (ver cuadro 7.14).
En 1882, el sector Construcción, reparación y mantenimiento de materialferroviario (códi
go 38 1 ) acaparó el 5 1 por 1 00 de las patentes de material de transporte; y la Construcción naval
(código 37 1 ) y Reparación y mantenimiento de buques (código 372), el 19,1 por 1 00. Por tanto,
más del 70 por 100 correspondió a estos dos sectores. Pero, con el tiempo fueron perdiendo
importancia con respecto al sector del automóvil, construcción aeronáutica y otros. En 1935,
la construcción de material ferroviario obtuvo el 19,5 por 100 de las patentes; y la construcción
naval, el 10,4 por 100. No obstante, el sector de material ferroviario, después de un fuerte decli
ve hasta la I Guerra Mundial, había tenido un segundo proceso de expansión al amparo de las
políticas de promoción de infraestructuras de los años veinte y treinta, lo cual se reflejó tam
bién en un notable aumento del número de patentes ferroviarias. Como es sabido, la era de
construcción y expansión del ferrocarril en España fue la segunda mitad del siglo XIX. A fina
les de siglo ya estaba construida gran parte de la red ferroviaria. La maquinaria, así como el
material para la construcción de las vías, fue en general de importación. La primera locomoto
ra de vapor fabricada en España no llegó hasta 1884: fue construida en Valencia por la
Fundición Primitiva Valenciana, y proyectada por el Ingeniero Industrial Ramón Cases6.
Cuadro 7.13
Grupos del sector de Material de transporte (Agrupamiento n° 9 de la CNAE)
Código Grupo Nombre Grupo CNAE
361 Construcción y montaje de vehículos automóviles y sus motores
362 Construcción de carrocerías, remolques y volquetes
363 Fabricación de equipo, accesorios y piezas de repuesto para vehículos automóviles
371 Construcción naval
372 Reparación y mantenimiento de buques [accesorios para barcos: salvamento, etc.]
381 Construcción, reparación y mantenimiento de material ferroviario
382 Construcción, reparación y mantenimiento de aeronaves
383 Construcción de bicicletas, motocicletas y sus piezas de repuesto
389 Construcción de otro material de transporte n.c.o.p.
Cuadro 7.14
Patentes de los grupos del sector de Material de transporte (Agrupamiento n° 9 de la CNAE)
Año 1882 1887 1897 1907
Código N.°pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %l %frotal N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. lililí Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
361 4 5,9 0,5 0,0 0,0 10 5.6 0,6 47 20,6 1.9
362 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 4 1.8 0,2
363 3 4,4 0,4 1 1,6 0,1 8 4,5 0,4 50 21.9 2,0
371 11 16,2 1,3 17 27.9 1,5 23 12,8 1,3 33 14,5 1,3
372 2 2,9 0,2 6 9,8 0,5 2 1,1 0,1 7 3,1 0,3
381 35 51.5 4,1 24 39,3 2,1 53 29,6 2,9 39 17,1 1,6
382 2 2,9 0,2 0.0 0,0 2 1,1 0,1 11 4,8 0,4
383 0,0 0,0 4 6,6 0,3 63 35,2 3,5 3 1,3 0,1
389 11 16,2 1,3 9 14,8 0,8 18 10,1 1,0 34 14,9 1,4
Total 68 100,0 8,0 61 100.0 5,3 179 100,0 9,9 228 100,0 9,3
Tot. Año 849 1153 1808 2451
Año 1917 1922 1935 Total
Código N.°pat. %/ %/Total N.° pat %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
361 23 14,3 1.0 41 15,0 1.2 28 9,4 0,8 153 12,1 1.0
362 6 3,7 0,3 15 5,5 0,4 8 2,7 0,2 33 2,6 0,2
363 37 23.0 1.6 57 20.8 1.7 64 21.5 1.8 220 17,3 1,4
371 34 21,1 1,5 16 5,8 0,5 27 9,1 0,8 161 12,7 1,0
372 10 6,2 0,4 3 1,1 0,1 4 1,3 0,1 34 2,7 0,2
381 14 8,7 0,6 58 21,2 1,7 58 19,5 1,7 281 22,1 1,8
382 14 8,7 0,6 40 14,6 1,2 58 19,5 1,7 127 10.0 0,8
383 4 2,5 0,2 17 6,2 0,5 29 9,7 0,8 120 9,5 0,8
389 19 11,8 0,8 27 9,9 0,8 22 7,4 0,6 140 11,0 0,9
Total 161 100.0 7,0 274 100,0 8,2 298 100,0 8,5 1269 100.0 8,2
Tot. Año 23 13 3347 3508 15429
Fuenttes: BOPI y Libros de Registro de Patentes rOEPM).
control de tráfico ferroviario muestra la creciente necesidad de este tipo de elementos ante
el aumento del tráfico y de la velocidad de las locomotoras, lo que implicaba una mayor peli
grosidad de este medio de transporte.
Cuadro 7.15
Clases de patentes dentro del Grupo 381 de la CNAE (Construcción de material ferroviario)
Referencia Subclasc'Clase CIP Título
179 B60L. M. R(B61) Tranvías, transporte eléctrico
181 B61B Locomotoras de Ferrocarril y sus partes constitutivas
183 B61D Iluminación; calefacción; otros accesorios de ferrocarriles
1X4 B61D Vagones de Ferrocarril: acoplamientos de vehículos ferroviarios
185 B6IF Suspensiones de vehículos ferroviarios; chasis, bogies, instalaciones de
ejes de ruedas; sistemas para variar la separación de las ruedas de los fer
rocarriles; ejes; etc.
186 B61G, H, J, K Órganos de tracción o absorción de choques; frenos de ferrocarriles; otros
equipos auxiliares de ferrocarriles
187 B61L Control de tráfico ferroviario; señalización para ferrocarriles; seguridad
del tráfico ferroviario; pasos a nivel; etc.
Otras Otras Otras
Cuadro 7.16
N.° patentes de las distintas clases del Grupo 381 de la CNAE
(Construcción de materialferroviario).
Año 1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
179 B60L.M,
R(B61) 9 25,7 4 16,7 29 54,7 7 17,9 3 21,4 8 13,8 3 5,2 63 22.4
181 B6IB 2 5,7 3 12,5 3 5,7 1 2.6 0,0 14 24,1 7 12,1 30 10,7
183 B61D 1 2,9 i 83 0,0 7 17,9 0,0 2 3,4 1 1,7 13 4,6
184 B61D 4 11,4 2 83 8 15,1 10 25.6 1 7,1 8 13,8 2 3,4 35 12,5
185 B61F 6 17,1 3 12,5 1 1,9 3 7,7 5 35,7 3 52 17 293 38 133
186 B61G. H.
J. K 5 143 5 20.8 1 1,9 2 5.1 3 21,4 9 15,5 3 5,2 28 10,0
187 B61L 3 8,6 4 16,7 11 20,8 7 17,9 1 7,1 10 17,2 IX 31,0 54 19,2
Otras Otras 5 143 1 4,2 0,0 2 5,1 1 7,1 4 6,9 7 12,1 20 7,1
Tot. Grupo 35 100,0 24 100.0 53 100,0 39 100,0 14 100.0 58 100,0 58 100,0 281 100.0
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
7 La importancia de la tecnología extranjera en la construcción naval española fue extraordinaria. Sobre esto, se
pueden consultar los trabajos incluidos en Houpt y Ortiz-Villajos (eds.) (1998).
206 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
todos los sectores de alta complejidad tecnológica dentro de la economía española, como se
explica detenidamente en el capítulo 8. Dentro del sector de construcción naval, no faltaron,
sin embargo, inventores españoles como, por ejemplo, Narciso Monturiol. El caso del sub
marino de este inventor8, como el de Isaac Peral, es paradigma de lo que ha sucedido fre
cuentemente en España en los sectores de alta tecnología: el surgimiento de grandes inven
tos españoles ha sido muchas veces contemplado con recelo e indiferencia por parte del
Estado y de los empresarios. Así, se han desaprovechado grandes oportunidades tecnológi
cas y empresariales por falta de visión de los gobernantes de turno y de espíritu empresarial
de nuestros empresarios9.
El sector que tuvo una mayor importancia dentro de las industrias de material de trans
porte fue, con diferencia, el automovilístico. Dentro de éste, se incluyen la Construcción y
montaje de vehículos automóviles y sus motores (código 36 1 ), Fabricación de equipo, acce
sorios y piezas de repuesto para vehículos automóviles (código 363) y, también, la
Construcción de carrocerías, remolques y volquetes (código 362). En 1882 y 1897, las
patentes de estos grupos representaron en torno al 10 por 100 de las de material de trans
porte; pero en 1907 superaron el 44 por 100 (cuadro 7. 14). En 1935 la proporción había des
cendido al 32,6 por 100, aunque seguía siendo la rama más importante. La expansión de las
patentes automovilísticas está muy ligada al surgimiento de algunas compañías de fabrica
ción de automóviles o sus componentes que se desarrollaron en España durante el primer ter
cio del siglo XX. Entre ellas destaca La Hispano-Suiza, que fue una de las que más patentes
registró, bien a su nombre, bien al de su director técnico, Marcos Birkigt. Sin embargo, fue
ron compañías extranjeras las que solicitaron la mayor parte de las patentes de este sector.
Entre ellas destacaron: las italianas FIAT y Pirelli, las alemanas Daimler-Benz y Auto
Union'", la estadounidense Ford, las francesas Peugeot, Renault y Citroen, la británica Rolls
Royce, y otras menos conocidas. Entre las patentes de personas individuales, hubo muchas
españolas, aunque, en general, se trataba de patentes de accesorios o de aparatos de menor
relevancia. No están aquí incluidas las industrias dedicadas a la fabricación de neumáticos,
que la CNAE clasifica dentro del grupo Otras manufacturas. Si sumáramos las patentes de
este sector y las de motores de combustión interna en general —clasificadas dentro del sec
tor de Maquinaria, como se ha visto— a las de fabricación de automóviles, este sector habría
alcanzado un peso notablemente más grande.
La industria de Construcción de bicicletas, motocicletas y sus piezas de repuesto (código
383) también tuvo relevancia, aunque no tanta como las otras ramas. Inició su expansión a
finales del siglo XIX, y fue creciendo en importancia hasta alcanzar casi el 10 por 100 de las
patentes de este sector en 1935. Llama poderosamente la atención la importancia de esta
rama en 1897, pues si en 1887 había representado el 6,6 por 100 de las patentes y en 1907
el 1,3 por 100, en 1897 alcanzó el 35,2 por 100, siendo la rama de material de transporte con
más patentes aquel año. Dentro de esta industria hay que distinguir las patentes relativas a
bicicletas o vehículos de tracción humana y las de vehículos movidos con motor (motoci
* Este submarino —llamado «Ictíneo»— fue inventado por Monturiol en 1865. «La adversidad hizo que los
recursos del inventor, de Pascual Deop y otros aportantes a la empresa constituida para la utilización del invento,
cuyo capital inicial se elevó a 500,000 pts.. se agotase en los ensayos, sin que el Estado, no obstante la transcen
dencia indudable del invento, saliera de su indiferencia, contemplando pasivamente cómo se malograba una gran
iniciativa. Conducta que habría de reiterarse en los mismos términos y con idéntica trayectoria lustros después, con
el submarino de Peral» (Alonso Viguera, 1944, p. 133).
9 En el capítulo 8 de Tortella (1994), se recogen múltiples ejemplos que contribuyen a demostrar que una de las
causas más claras del atraso español fue, precisamente, la falta de espíritu empresarial.
10 Compañía resultante de la fusión entre Audi y DKW, realizada en 1928.
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA. 1882-1935 207
cíetas): la gran mayoría correspondió a inventos de bicicletas o sus accesorios, sector que se
desarrolló, sobre todo, en el País Vasco.
Las patentes del sector de Construcción, reparación y mantenimiento de aeronaves (códi
go 382) indican que esta industria no comenzó a desarrollarse en España hasta principios del
siglo XX. El crecimiento del número de patentes desde entonces hasta 1935 —año en que se
igualó con el sector ferroviario, con el 19,5 por 100 de las patentes de material de transpor
te—, muestra que fue una industria muy dinámica desde el punto de vista tecnológico. Gran
parte de las patentes de esta rama industrial eran extranjeras. Sin embargo, como en el sec
tor naval, no faltaron desde el inicio de la era de la aviación" inventores españoles que des
tacaron por su ingenio12. Sin duda, el más importante fue Juan de la Cierva —inventor del
Autogiro— quien, de manera genial, consiguió lo que otros inventores extranjeros venían
intentando, por caminos más complicados y sin éxito, desde hacía años. El 1 de julio de 1920
solicitó la patente para un «Nuevo aparato de aviación»13. Años más tarde, la noticia del
éxito del autogiro —después de los vuelos conseguidos en 1923 en el aeródromo de Cuatro
Vientos— apareció en la prensa española y en algunas revistas extranjeras de aeronáutica,
pero, de momento, no causó mucho interés. Sin embargo, en 1925, a petición del gobierno
británico, el Autogiro se ensayó en Farnborough:
" El primer vuelo realmente controlable de un aeroplano a motor, fue el de los hermanos norteamericanos
Wilbur y Oville Wrighl. el 17 de diciembre de 1903.
12 «En 1908. Heraclio Alfaro, un alavés de 15 años, ensayó su propio planeador. Luego vendría el capitán de
ingenieros Cañellas (1909) [...]. En 1908 voló el primer aeroplano proyectado y construido por un español, aun
que no en España. Antonio Fernández, natural de Aranjuez. de 33 años, no era un científico ni un ingeniero, sino
un creador de moda femenina bien establecido en Niza cuando sintió la llamada de la aviación [...]. Fernández
logró su primer vuelo en circuito cerrado el 5 de noviembre en Antibcs. Al día siguiente, en otro vuelo, se produ
jo una rotura en el mando de altura, estrellándose el aparato y pereciendo el esforzado constructor y piloto. La bon
dad del biplano Fernández se demostraría poco después por el rendimiento que proporcionaron los dos ejempla
res construidos por Levaseur y empleados como aparatos de escuela (Fernández había vendido la licencia de fabri
cación a Fierre Levaseur. que más tarde sería famoso constructor de aviones)» (Warleta Carrillo, 1984, pp. 112-
113).
" Esta patente, la N° 74.322, fue concedida por el Registro de la Propiedad Industrial de España el 27 de agos
to de 1920. Una explicación de la novedad y genialidad del invento de La Cierva, se puede obtener en Warleta
Carrillo (1 984, pp. 116-118).
1j «La Cierva Autogiro Company sería siempre una oficina de estudios y proyectos, encomendándose la fabri
cación de los autogiros británicos a la industria aeronáutica de ese país, particularmente a la firma A. V. Roe & Co.
(Avro). El inventor conservó la propiedad de sus patentes españolas» (Warleta Carrillo, 1984, pp. 122 -123).
15 Aunque es más dudoso que el submarino tuviera mercado en la época de Monturiol.
208 JOSÉ MARÍA ORTI/.-VILLAJOS
Por último, el grupo de Construcción de otro material de transporte n.c.o.p.16 (código 389)
mantuvo una notable importancia —en torno al 10 por 100—, aunque fue disminuyendo con
el tiempo. Dentro de este grupo se incluyen industrias tan diversas como la construcción de
carros, globos, funiculares y teleféricos, así como accesorios de vehículos comunes a los
diversos medios de transporte —frenos, iluminación, calefacción, etc.—. De hecho, este últi
mo tipo —accesorios diversos— es el principal en cuanto a número de patentes, seguido del
de funiculares y teleféricos. Las patentes de carros de tracción animal tuvieron cierta impor
tancia todavía a finales del siglo XIX, aunque desde 1907 casi desaparecieron por completo.
Cuadro 7.17
Valor Añadido Bruto de la industria española en 1913 y 1929
(Millones de pesetas constantes de 1935 y %)
1913 % 1929 %
Minería 530 10,5 453 5.4
Servicios públicos (Agua, gas. electricidad) 325 6.5 725 8,6
Manufacturas (Total): 4175 83.0 7227 86.0
Química 141 2,8 410 4.9
Cemento 122 2,4 85 1.0
Metálicas básicas 281 5.6 510 6.1
Transformados metálicos 591 11.8 1463 17,4
Madera y muebles 313 6,2 759 9,0
Papel y gráficas 186 3,7 233 2,8
Alimentación y bebidas 1736 34.5 2493 29,7
Textil y vestuario 736 14.6 1182 14,1
Cuero 66 1,3 83 1.0
Goma 2 0,04 9 0,1
Total industria 5031 100.0 8404 100,0
Cuadro 7.18
Patentes/VAB en las industrias Química y Metálicas Básicas
(Pat-1907/VAB-1913 y Pat-1935/VAB-1929)
% Variación
1907/1913 1935/1929 1907-1935
Metálicas básicas
El cuadro 7.19 muestra las seis ramas que componen del sector de Metálicas básicas, y
el cuadro 7.20, la distribución de las patentes de cada una entre 1882 y 1935. La
Producción y primera transformación de metales no férreos (código 224) recibió la gran
mayoría de las patentes del sector: el 61,6 por 100 en los siete años seleccionados. Este
hecho tiene relación con la importancia minera de España en algunos metales de gran
demanda mundial, como el cobre o el mercurio. A esta rama siguió la Siderurgia (código
221), que, según los años, obtuvo entre el 7 y el 36 por 100 de las patentes, aunque, en
conjunto recibió el 20 por 100. No obstante, si se considera el conjunto de industrias rela
cionadas con el hierro y el acero (grupos 211, 222 y 223), se comprueba que las patentes
siderúrgicas fueron muchas más, aunque no llegaron a alcanzar a las industrias de metales
no férreos.
Cuadro 7.19
Grupos del sector de Metálicas básicas
(Agrupamiento n° 3 de la CNAE)
Código Grupo Nombre Grupo CNAE
Cuadro 7.20
Patentes de los grupos del sector de Metálicas básicas
(Agrupamiento n° 3 de la CNAE)
Código N.°patt. %/ %/Total N.° pat. %l %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
211 1 3.8 0.1 0,0 0.0 0.0 0.0 3 6.5 0.1
212 9 34.6 1,1 1 4.2 0,1 1 2,4 0,1 1 2,2 0.0
221 i 7,7 0,2 7 29,2 0,6 8 19.0 0,4 5 10.9 0,2
222 0,0 0,0 4 16,7 0,3 3 7,1 0,2 3 6.5 0,1
223 0,0 0,0 0,0 0,0 2 4,8 0,1 1 2,2 0,0
224 14 53,8 1,6 12 50.0 1,0 28 66,7 1,5 33 71,7 1,3
Total 26 100.0 3,1 24 100.0 2,1 42 100.0 2,3 46 100,0 1,9
Tot. Año 849 1153 1808 2451
Año 1917 1922 1935 Total
Código N.°pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
211 2 2.8 0,1 3 4.5 0.1 1 2.9 0,0 10 3.2 0.1
212 0,0 0,0 9 13,6 0,3 0,0 0,0 21 6.8 0,1
221 26 36.6 1,1 8 12,1 0.2 6 17,1 0,2 62 20.0 0,4
222 2 2,8 0,1 2 3,0 0,1 7 20,0 0,2 21 6,8 0,1
223 0.0 0,0 2 3.0 0,1 0,0 0.0 5 1,6 0,0
224 41 57,7 1.8 42 63.6 1,3 21 60.0 0,6 191 61.6 1,2
Total 71 100.0 3.1 66 100.0 2,0 35 100.0 1,0 310 100.0 2,0
Tot. Año 23 1 3 3347 3508 15429
El peso de las patentes más directamente relacionadas con la industria siderúrgica, indica
el escaso esfuerzo innovador de una industria de gran importancia dentro de la economía
española. Este dato puede ayudar a explicar la falta de competitividad de la industria side
rúrgica española, que sólo pudo desarrollarse «desde finales de siglo al calor de una protec
ción casi sofocante»1*: dado su bajo nivel de innovación tecnológica, habría sido imposible
que hubiera podido competir con los países más competitivos en un mercado libre. Quizá lo
más destacable de los sectores de Metálicas básicas es su escasa importancia dentro del total
de patentes solicitadas en España y, todavía más, la disminución de su peso entre 1882 y
1935, período en que pasaron de obtener el 3,1 por 100 a tan sólo el 1 por 100 de las patentes.
Este dato, unido a su creciente peso dentro de la industria nacional, corrobora la actitud poco
innovadora del sector. El auge de la siderurgia española se inició en el último cuarto del siglo
XIX, pero su desarrollo tecnológico durante el primer tercio del siglo XX no fue suficiente
como para convertirlo en un sector competitivo. Al contrario de lo que sucedió en Alemania,
donde fue, quizá, el sector más importante tanto por su peso como por su repercusión en
muchas otras actividades, en España, a pesar de la abundancia de recursos minerales, la side
rurgia no desempeñó un papel «revolucionario» en la industrialización.
Tortella(1994, p. 261).
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA. 1882-1935 21 1
Minerales no metálicos
Cuadro 7.22
Patentes de los grupos del sector de Minerales no metálicos
(Agrupamiento n° 4 de la CNAE)
Año 1882 1887 1897 1907
Código N.°pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. IDO
233 0.0 0,0 0.0 0.0 1 1.9 0,1 1 1,3 0.0
234 4 11,8 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
239 2 5,9 0,2 2 5,7 0,2 2 3,8 0,1 7 9,1 0,3
241 1 2,9 0,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
242 3 8,8 0,4 8 22.9 0,7 6 11,3 0,3 12 15,6 0,5
243 5 14,7 0,6 7 20.0 0,6 3 5,7 0,2 17 22,1 0,7
244 3 8,8 0,4 (l.i) 0,0 6 11,3 0,3 1 1.3 0,0
245 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
246 1 2,9 0,1 4 11,4 0,3 18 34,0 1,0 14 18,2 0,6
247 11 32,4 1,3 11 31.4 1,0 11 20,8 0,6 7 9,1 0,3
249 4 11,8 0,5 3 8.6 0,3 6 11,3 0,3 18 23.4 0,7
Total 34 100,0 4,0 35 100,0 3,0 53 100,0 2,9 77 100.0 3,1
Tot. Año 849 1153 1808 2451
Año 1917 1922 1935 Total
Código N.°pat. %l %/Total N.° pat. %/ %nbtal N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. añti
232 2 2,3 0,1 0.0 0.0 0.0 0.0 2 0.3 0.0
233 1 1,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0.0 3 0,5 0,0
234 1 1.1 0,0 1 0,6 0,0 0,0 0,0 6 1.0 0,0
239 2,3 0,1 3 1,9 0,1 2 1,4 0,1 20 3,4 0,1
241 1 1,1 0,0 1 0,6 0,0 1 0,7 0.0 4 0,7 0,0
242 27 31.0 1,2 29 18.4 0,9 14 9,7 0,4 99 16,8 0,6
243 16 18,4 0,7 44 27.8 1,3 56 38.9 1,6 148 25.2 1,0
244 3 3,4 0,1 3 1.9 0,1 6 4,2 0,2 22 3,7 0,1
245 0,0 0,0 2 1,3 0,1 0,0 0,0 2 0,3 0,0
246 12 13,8 0,5 45 28.5 1,3 47 32,6 1,3 141 24.0 0,9
247 8 9,2 0,3 19 12.0 0,6 13 9,0 0,4 80 13,6 0.5
249 14 16,1 0,6 11 7,0 0,3 5 3,5 0,1 61 10,4 0,4
Total 87 100.0 3.8 158 100.0 4,7 144 100.0 4,1 588 100.0 3,8
Tot. Año 2313 3347 3508 15429
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
Sector químico
Se ha dicho antes que, según la relación entre patentes utilizadas y tamaño de la produc
ción, el sector químico era uno de los que más tecnología incorporaron en España. No se
trata de algo extraordinario, sino que es una característica propia de este sector: su propio
desarrollo requiere una fuerte inversión en innovación tecnológica. Otra de las características
de este sector es que una gran cantidad de sus productos eran tradicionalmente utilizados
como bienes intermedios en otros sectores, por lo que, realmente, su importancia fue mayor
de la que reflejan las patentes químicas. Aunque en el capítulo anterior —Cuadros 6.6 y
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA. 1882-1935 213
6.7— se vio que el número de patentes producidas y utilizadas por el sector químico fue
prácticamente el mismo, realmente no fue así: produjo muchas más de las que utilizó. La
causa de esa similitud es el sistema de clasificación. Como puede verse en cuadro 7.23, los
grupos 252 y 253 hacen referencia a la fabricación de productos químicos para la agricultu
ra y la industria, respectivamente; el 25 1 —productos químicos básicos— incluía también la
fabricación de productos destinados a ser utilizados en otras industrias distintas de la quími
ca; y el 254, fabricación de productos farmacéuticos, que en buena medida están dirigidos al
sector de servicios sanitarios. Los productos finales en sí, se han clasificado dentro de los
sectores de destino, pero los métodos de fabricación se han incluido en las correspondientes
ramas de la química, aunque, en realidad, estas últimas patentes tenían una aplicación final
en sectores distintos del químico20.
Cuadro 7.23
Grupos del sector Químico (Agrupamiento n° 5 de la CNAE)
Cuadro 7.24
Patentes de los grupos del sector Químico (Agrupamiento n° 5 de la CNAE)
Código N.°pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. •U %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. ano Grupo Agrup. ano Grupo Agrup. año Grupo Agrup. ano
251 10 19,6 1.2 15 18,8 1.3 20 16,3 1.1 49 32,7 2,0
252 1 2,0 0.1 2 2,5 0,2 0,0 0,0 4 2,7 0,2
253 24 47,1 2,8 29 36,3 2.5 51 41,5 2,8 51 34,0 2,1
254 0,0 0,0 8 10,0 0,7 14 11,4 0,8 13 8,7 0,5
255 16 31,4 1,9 26 32,5 2,3 38 30.9 2,1 33 22,0 1,3
Total 51 100,0 6,0 80 100,0 6,9 123 100,0 6,8 150 100,0 6,1
Tot. Año 849 1153 1808 2451
Código N.°pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %l %/Total N.° pat. %/ %/Total
(¡ñipo Grupo Agrup. ano Grupo Agrup. ano Grupo Agrup. ano Grupo Agrup. ano
251 77 36,3 3.3 70 31.5 2.1 XX 26.2 2,5 329 28,0 2 1
252 13 6,1 0,6 7 3.2 0,2 19 5,7 0,5 46 3,9 0,3
253 43 20,3 1,9 63 28.4 1.9 118 35,1 3,4 379 32,3 2,5
254 31 14,6 1,3 22 9,9 0,7 53 15.8 1,5 141 12,0 0,9
255 48 22,6 2,1 60 27,0 1,8 58 17,3 1,7 279 23,8 1,8
Total 212 100,0 9,2 222 100,0 6,6 336 100,0 9,6 1174 100,0 7,6
Tot. Año 2313 3347 3508 15429
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
20 Un nuevo proceso de fabricación de un abono o de un colorante tiene una aplicación inmediata en el sector
químico, pero el resultado final está destinado a los sectores agrario y textil, respectivamente.
214 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Como se observa en el cuadro 7.24, es claro que la rama que más patentes obtuvo fue la
Fabricación de productos químicos destinados principalmente a la industria (código 253),
a la que siguió la Fabricación de productos químicos básicos (excepto productos farmacéu
ticos de base) (código 25 1 ). Muy cercano a estos dos estuvo el sector de Fabricación de
otros productos químicos destinados principalmente al consumo final (código 255). El de
Fabricación de productos farmacéuticos (código 254), que al principio tuvo muy poca
importancia, fue, sin embargo, el que más creció con el tiempo: en 1935 estaba ya al nivel
de los sectores de productos químicos para el consumo final. Por último, el sector de
Fabricación de productos químicos destinados principalmente a la agricultura (código 252)
fue el que alcanzó, con diferencia, un menor número de patentes; hecho relacionado con el
lento progreso de la agricultura española durante aquel período.
En conjunto, el sector químico fue uno de los pocos sectores industriales que incre
mentó la proporción de patentes dentro del conjunto de la industria: pasó del 6 por 100
de las patentes solicitadas en 1882, al 9,6 por 100 en 1935, en un proceso que, con algu
nos altibajos, fue claramente sostenido en el tiempo. Si, además, sumamos al sector quí
mico las patentes de los sectores de transformación del caucho y del plástico, que la
CNAE incluye en el sector de Otras manufacturas, las industrias químicas eran en 1935
las terceras en importancia en cuanto al número de patentes dentro de la economía espa
ñola.
Transformados metálicos
Dentro del sector de Transformados metálicos (cuadros 7.25 y 7.26), la rama Fabricación
de herramientas y artículos acabados en metales, con exclusión de material eléctrico (códi
go 316) fue la que obtuvo con diferencia la mayor parte de las patentes: el 69 por 100 en el
conjunto de años seleccionados; llegando en 1922 a más del 80 por 100. Hubo otros dos sec
tores con relativa importancia: Tratamiento y recubrimiento de los metales (código 313), y
Fabricación de productos metálicos estructurales (código 314). Aunque su importancia y
posición relativa tuvo notables fluctuaciones a lo largo del tiempo, entre los dos alcanzaron
casi el 18 por 100 de las patentes de las industrias de transformación metálica. De las otras
ramas, la que utilizó un mayor número de patentes fue la Fundición (código 311) que, como
media, alcanzó la proporción del 5 por 100. En conjunto, las industrias de Transformados
metálicos mantuvieron su importancia entre 1882 y 1935, con cerca del 5 por 100 de todas
las patentes solicitadas en España.
Cuadro 7.25
Grupos del sector de Transformados metálicos
(Agrupamiento n° 6 de la CNAE).
Código Grupo Nombre Grupo CNAE
311 Fundiciones
312 Forja, estampado, embutición, troquelado, corte y repulsado
313 Tratamiento y recubrimiento de los metales
314 Fabricación de productos metálicos estructurales
315 Construcción de grandes depósitos y calderería gruesa
316 Fabricación de herramientas y artículos acabados en metales, con exclusión de material eléctrico
PATENTES Y SECTORES ECONOMICOS EN ESPANA, 1882-1935 215
Cuadro 7.26
Patentes de los grupos del sector de Transformados metálicos
(Agriipamiento n° 6 de la CNAE)
Código N.'pat. %/ %/Total N.°pat. %/ %/Total N.° patt. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
311 3 7,3 0.4 2 4.3 0.2 S 6,3 0,3 8 9.1 0,3
312 1 2,4 0,1 0.0 0,0 5 6,3 0.3 1 1,1 0,0
313 1 2.4 0,1 7 14.9 0,6 7 8,9 0,4 9 10.2 0,4
314 6 14.6 0,7 8 17,0 0,7 4 5,1 0,2 8 9,1 0,3
315 13 31,7 1,5 0,0 0,0 5 6,3 0,3 2 2,3 0,1
316 17 41,5 2,0 30 63,8 2,6 53 67,1 2,9 60 68,2 2,4
Total 41 100,0 4,8 47 100.0 4,1 79 100.0 4,4 88 100.0 3,6
Tot. Año 849 1153 1808 2451
Código N.°pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
311 5 4.1 0,2 5 3,7 0.1 11 6.4 0.3 39 5,7 0,3
312 4 3,3 0,2 1 0,7 0,0 3 1,7 0,1 15 2.2 0,1
313 11 8,9 0,5 4 3.0 0,1 17 9,9 0,5 56 X.2 0,4
314 5 4,1 0,2 6 4,5 0,2 28 16.3 0,8 65 9,5 0,4
315 0,0 0,0 7 5,2 0,2 10 5,8 0,3 37 5,4 0,2
316 98 79,7 4,2 111 82,8 3,3 103 59.9 2,9 472 69.0 3,1
Total 123 100.0 5,3 134 100.0 4,0 172 1(X).0 4,9 684 100.0 4,4
Tot. Año 2313 3347 3508 15429
Cuadro 7.27
Tipos de patentes del Grupo 316 (Fabricación de artículos acabados en metales)
Ref. UT CIP Clase CIP Tipo de invento
1 3 A47 Muebles metálicos
: 3 A47 Enseres domésticos metálicos
3 3 A44-47 Otros objetos personales o domésticos
4 7 B2I Maquinaria para laminar; máquinas para fabricar clavos, tomillos, alambres, etc.
Maquinaria para fabricar objetos metálicos diversos. Máquinas para aserrar metales, etc.
5 7 B21 Laminado de metales. Fabricación de chapas metálicas, hojas de lata y repujados,
tubos. Fabricación de objetos huecos, etc.
6 7 B21 Fabricación de latas para el envasado de alimentos. Fabricación de bidones metá
licos y otros envases metálicos
7 7 B21 Trabajo mecánico de los metales: fabricación de alambres, agujas, alfileres, cla
vazón, tornillos, tuercas, etc.
8 7 B21 Fabricación de artículos forjados, martillados, prensados: herraduras, remaches,
ruedas, cables, cadenas, tejidos metálicos
9 7 B23 Máquinas-herramientas; trabajo de metales no previsto en otro lugar (torneado;
taladrado; fresado; cepillado. Fabricación de engranajes o de cremalleras.
Soldadura, etc.)
10 7 B23 Máquinas para soldar; para fabricar engranajes; tornos; etc.
11 8 B25 Herramientas manuales; mangos para utensilios manuales; utillaje de taller; mani
puladores
12 s B26 Herramientas manuales de corte: separación. Cuchillos, hojas de afeitar, hachas,
tijeras, cortadores de cabello, etc.
13 11 B65 Objetos diversos para transporte, embalaje, almacenado
14 20 E05 Cerraduras; llaves; accesorios de puertas o ventanas; cajas fuertes
15 23 F16 Dispositivos para unir o bloquear las partes de las máquinas
16 23 F16 Tuberías o tubos; empalmes u otros accesorios para tuberías; soportes para tubos
o cables
17 23 F16 Elementos o conjuntos de tecnología diversos
18 24 F23 Hogares; parrillas; accesorios para aparatos de combustión
19 Inventos diversos
Cuadro 7.28
Patentes de las distintas clases del Grupo 316 de la CNAE (Fabricación de artículos acabados en metales)
Año 1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
IT N.° N. N.o N.° N.° N.° N.° N.°
CIP Pat. % Pat. % Pat. % Pat. % Pat. % Pat. % Pat. % Pat. %
1 0,0 2 6,7 2 3.8 5 8,3 4 4.1 3 2,7 0,0 16 3,4
2 2 11,8 5 16,7 4 7,5 10 16,7 1 1 11,2 24 21,6 12 11,7 68 14,4
3 0,0 1 3,3 2 3,8 1 1,7 6 6,1 2 1.8 1 1,0 1 3 2,8
4 1 5,9 4 13,3 9 17.0 's 13,3 8 8,2 4 3,6 6 5,8 40 8,5
5 0,0 0,0 12 22,6 5 8,3 3 3,1 7 6,3 12 11,7 39 8,3
6 0,0 0.0 2 3.8 2 3,3 5 5,1 1 0,9 5 4,9 15 3,2
7 2 11,8 2 6,7 5 9,4 1 1,7 ') 9,2 7 6,3 4 3,9 30 6,4
s 1 5,9 2 6,7 1 1,9 3 5,0 5 5,1 5 4,5 5 4,9 22 4,7
9 0,0 3 10,0 1 1.9 1 1,7 3 3,1 6 5.4 5 4,9 19 4,0
10 2 11,8 2 6,7 0,0 1 1.7 6 6,1 3 2,7 8 7,8 22 4,7
11 0.0 0,0 4 7,5 7 11,7 13 13,3 7 6,3 7 6,8 38 8,1
12 1 5,9 0,0 3 5,7 1 1,7 6 6,1 12 10,8 2 1,9 25 5,3
13 0,0 0,0 1 1,9 1 1.7 1 1,0 10 9,0 1 1,0 14 3,0
14 2 11.8 1 3,3 1 1,9 3 5.0 6 6,1 2 1,8 14 13,6 29 6,1
15 1 5,9 4 13,3 3 5,7 1 1.7 3,1 8,1 5 4,9 26 5,5
16 1 5,9 0,0 0,0 3 5,0 1 1,0 4 3,6 7 6,8 16 3,4
17 0,0 0,0 0,0 2 3,3 5 5,1 0,0 0,0 7 1.5
18 3 17.6 0,0 2 3,8 4 6,7 0,0 1 0,9 1 1,0 11 2,3
19 1 5,9 4 13,3 1 1,9 1 1,7 3 3,1 4 3,6 8 7,8 22 4,7
Total 17 100.0 30 100,0 53 100.0 60 100.0 98 100,0 111 100,0 103 100.0 472 100,0
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA. 1882-1935 217
Por último, hubo cuatro clases de patentes que sobrepasaron la proporción del 5 por 100:
Trabajo mecánico de los metales: fabricación de alambres, agujas, alfileres, clavazón, tor
nillos, tuercas (ref. 7); Herramientas manuales de corte; separación. Cuchillos, hojas de
afeitar, hachas, tijeras, cortadores de cabello (ref. 12); Cerraduras; llaves; accesorios de
puertas o ventanas; cajas fuertes (ref. 14); y Dispositivos para unir o bloquear las partes de
las máquinas (ref. 15). El resto tuvo una importancia individual menor, aunque, en conjun
to, sí representaron una proporción importante dentro de las patentes de artículos acabados
en metales.
C. El sector energético
Al principio del capítulo se ha puesto de manifiesto que el sector energético tuvo un nota
ble desarrollo dentro de la economía española en cuanto a su aportación al PIB durante el
primer tercio del siglo XX: pasó de aportar el 9,2 por 100 del PIB en 1900, al 14,7 por 100
en 1935 (cuadro 7.2). Sin embargo, la proporción de patentes de este sector disminuyó drás
ticamente: del 9,9 por 100 de las patentes industriales en 1897, al 3,9 por 100 en 1935 (cua
dro 7.2). De hecho la ratio patentes/producción del sector energético fue la que experimen
tó una mayor disminución en comparación con el resto de los sectores industriales: cayó un
370 por 100 entre 1897 y 1935 (cuadro 7.4).
Pero, ¿cuál fue la evolución del número de patentes de las distintas ramas energéticas?
Los cuadros 7.29 y 7.30 dan esta información. La rama que utilizó a lo largo del período
un mayor número de patentes fue la Fabricación y distribución de gas [Alumbrado por
gas] (grupo 152), con el 35,6 por 100 de las patentes. Sin embargo era un sector en decli
ve, pues después de la I Guerra Mundial fue superado por las energías relacionadas con el
petróleo, la electricidad y el carbón. Este último sector, del que predominan las patentes
referidas a la transformación del mineral —Coquerías [Producción de combustibles car
boníferos en general] (grupo 114)—, tuvo un período de expansión desde finales del siglo
XIX hasta los años veinte: en 1917 y 1922 fue el sector energético con mayor número de
patentes. Pero a partir de entonces fue cediendo paso a los dos anteriormente citados:
Refino de petróleo [Y utilización del petróleo en la iluminación] (grupo 130) y
Producción, transporte y distribución de energía eléctrica (grupo 151). Este último, al
contrario del carbón, tuvo en primer lugar una época de declive hasta principios del siglo
XX; pero, a partir de entonces, volvió a crecer en importancia relativa con respecto a las
restantes fuentes de energía. Para valorar la verdadera importancia del sector eléctrico,
conviene tener en cuenta que muchas de las patentes de aparatos eléctricos clasificadas
dentro del Material eléctrico y electrónico —sobre todo los grupos de la CNAE 341, 342,
344, 346 y 347 (cuadro 7.10)—, pudieron aplicarse en el sector de producción y distribu
ción de energía eléctrica. Esto quiere decir que esta rama debió de tener un mayor desa
rrollo que el manifestado por las patentes que directamente hacen referencia a la distribu
ción de energía —Grupo 151 —.
218 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 7.29
Grupos del sector de Energía y Agua (Agrupamiento n° 2 de la CNAE)
Código Grupo Nombre Grupo CNAE
111 Extracción, preparación y aglomeración de la hulla
112 Extracción, preparación y aglomeración de la antracita
113 Extracción, preparación y aglomeración de lignito
114 Coquerías [Producción de combustibles carboníferos en general]
1 22 Extracción de crudos de petróleo
124 Extracción de pizarras bituminosas
130 Refino de petróleo [Y utilización del petroleo en la iluminación]
140 Extracción y transformación de minerales radioactivos
151 Producción, transporte y distribución de energía eléctrica
152 Fabricación y distribución de gas [Alumbrado por gas]
154 Producción o alumbrado por otros combustibles distintos del petróleo, carbón o gas
160 Captación, depuración y distribución de agua
Cuadro 7.30
Patentes de los grupos del sector de Energía y Agua
(Agrupamiento n° 2 de la CNAE).
Año 1882 1X87 1897 1907
Código N.°pat %l %nbtal N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
111 3 1.8 0.2 4 3.0 0,2
1i 1¿
n
113 1 1,7 0,1
114 3 5,7 0,4 7 11,7 0,6 8 4,8 0,4 21 15,8 0,9
122 1 1.*) 0,1
124
130 3,8 0,2 4 6,7 0,3 11 6,7 0,6 9 6,8 0,4
140
151 15 28,3 I.S 8 13,3 0,7 22 13,3 1,2 12 9,0 0,5
152 24 45,3 2,8 23 38,3 2,0 103 62.4 5,7 67 50.4 2,7
154 5 9,4 0,6 8 13,3 0,7 8 4,8 0,4 10 7.5 0,4
160 3 5,7 0,4 9 15,0 0,8 10 6,1 0,6 10 7,5 0,4
Total 53 100,0 6,2 60 100.0 5,2 165 100,0 9,1 133 100,0 5,4
Tot. Año 849 1153 1808 2451
Año 1917 1922 1935 Total
Código N.°pat. %/ %/Total N.°pat %/ %/Ibtal N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
111 6 4,4 0,2 12 9,5 0.3 25 3,1 0.2
112 1 0,8 0,0 1 0,1 0,0
113 1 0,8 0,0 0.2 0,0
114 51 34,9 2,2 41 30.4 1,2 28 22,2 0,8 159 19,4 1,0
122 1 0,1 0,0
124 1 0,7 0,0 1 0,1 0,0
130 27 18,5 1,2 39 28.9 1,2 32 25,4 0,9 124 15,2 0,8
140 1 0,8 0,0 1 0,1 0,0
151 20 13,7 0,9 11 8,1 0,3 21 16,7 0,6 109 13,3 0,7
152 34 23,3 1,5 26 19,3 0,8 14 11,1 0,4 291 35,6 1,9
154 5 3,4 0,2 3 2,2 0,1 5 4,0 0,1 44 5,4 0,3
160 9 6,2 0,4 8 5,9 0,2 11 8,7 0,3 60 7,3 0,4
Total 146 100,0 6,3 135 100,0 4,0 126 100.0 3,6 818 100,0 5,3
Tot. Año 2313 3347 3508 15429
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA. 1882-1935 219
Las patentes energéticas muestran que la rama petrolífera fue la que más firmemente se
desarrolló, hasta llegar a ser el sector más innovador ya en 1935. El gran auge de las
patentes del sector de combustibles minerales está en relación con el gran aumento del con
sumo de petróleo que se produjo en España sobre todo después de la I Guerra Mundial21,
con el desarrollo del sector energético y automovilístico, entre otros, dentro de la industria
española. La comparación entre los años 1922 y 1935 es interesante, pues, en nuestra opi
nión, muestra las consecuencias de la implantación del Monopolio de Petróleos en 1927
sobre la innovación tecnológica: en 1922 esta clase casi llegó a alcanzar las 40 patentes,
siendo, la primera industria energética en importancia con el 28,9 por 100 de las patentes
del sector y el 1,2 por 100 de todas las patentes solicitadas. Por el contrario, mientras que
entre 1922 y 1935 el consumo de petróleo se multiplicó por diez22, en 1935 el número de
patentes de este sector había disminuido —tanto en términos absolutos como relativos—
con respecto a 1922, Por tanto, entre 1922 y 1935 se dio una fuerte disminución en el nivel
de inversión tecnológica dentro de este sector. CAMPSA se aprovechó del gran crecimien
to de la demanda de productos petrolíferos en detrimento del consumidor23, pues una mayor
inversión en tecnología habría producido una disminución de los precios; cosa que no suce
dió, como explica Sudriá:
De hecho, lo que pretendía Calvo Sotelo era incrementar los ingresos fiscales sin
tocar el sistema impositivo. En este sentido el Monopolio fue un éxito, pero en cam
bio no consiguió un sistema de abastecimiento independiente ni una disminución de
los precios24.
El valor de la ratio patentes/VAB dice, por otro lado, que las industrias de bienes de
consumo fueron, con relación al resto de los sectores, de las que menos tecnología incor
poraron en sus procesos productivos, situándose siempre por debajo de la media de la
industria. Esto no es en sí mismo un signo de atraso tecnológico, ya que es normal que
estas industrias no necesitaran incorporar tanta tecnología como, por ejemplo, las de bie
nes de inversión. Por el contrario, si se compara con las industrias de bienes intermedios
y energética —más necesitadas, en principio, de inversiones en tecnología—, se podría
concluir que las industrias de bienes de consumo en España fueron en general más inno
vadoras que aquéllas.
En el cuadro 7.1 se puede comprobar que todas las ramas de las industrias de consumo
tenían menor peso con respecto a las patentes de toda la industria en 1 935 que a finales del
siglo XIX, excepto la rama de Otras manufacturas, que tuvo una clara expansión. Esto se
explica porque entre los subsectores de esta última —transformación del caucho y plástico,
fotografía, instrumentos de música, juguetes e industrias diversas— se encontraban los más
novedosos y de mayor complejidad tecnológica dentro de las industrias de bienes de consu
mo: fotografía, instrumentos musicales y caucho. Precisamente, éste último fue el que tuvo
un mayor crecimiento del número de patentes.
Cuadro 7.31
Patentes de industrias de bienes de consumo solicitadas en España, 1907 y 1935
Cuadro 7.32
Valor Añadido Bruto de las industrias de bienes de consumo en 1913 y 1929
(Millones de pesetas constantes de 1935 y %)
Cuadro 7.33
Patentes/VAB de las industrias de bienes de consumo
(PatI907/VAB1913yPatl935/VAB1929)
Industrias alimentarias
Las industrias alimentarias —incluida bebidas y tabaco— eran en conjunto las de mayor
peso productivo dentro de la industria española. Además, fueron las que tuvieron un mayor
número de patentes dentro de las industrias de bienes de consumo en los años 1882 y 1887
(cuadro 7.1). Pero en 1897 fueron superadas por la industria textil y, a partir de 1907, tam
bién por la rama Otras manufacturas, que, desde entonces fueron las de mayor peso cuanti
tativo dentro del conjunto de las industrias de bienes de consumo. A partir de 1 887, las ramas
de alimentación y bebidas sufrieron un declive continuado, hasta llegar a representar en 1 935
tan sólo el 6,8 por 100 de las patentes industriales (en 1882 habían supuesto el 1 1,8 por 100).
mientras que su peso dentro de la industria era de más del 30 por 100, siendo todavía la
industria más importante de España. La disminución de la proporción de patentes fue nota
blemente mayor que la de su importancia dentro del PIB, lo cual indica una disminución del
nivel de innovación tecnológica de estas industrias (cuadro 7.33). Pero, ¿cómo se distribu
yeron las patentes entre los diferentes sectores de la industria alimentaria? Los cuadros 7.34
y 7.35 recogen un resumen de estos datos25.
25 Aunque la CNAE distingue entre los sectores de Alimentación (Agrupamiento n° 10) y Bebidas y tabaco
(Agrupamiento n° 1 1 ), nosotros los hemos unificado para hacer más sencillo su estudio.
222 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 7.34
Grupos de los sectores de Alimentación (Agrupamiento n° 10 de la CNAE) y Bebidas y tabaco
(Agrupamiento n° 11 de la CNAE)
Agrupamiento Grupo CNAE Nombre Grupo CNAE
10 411 Fabricación de aceite de oliva
10 412 Fabricación de aceites y grasas, vegetales y animales (excepto aceite de oliva)
10 413 Sacrificio de ganado, preparación y conservas de carne
10 414 Industrias lácteas
10 415 Fabricación de jugos y conservas vegetales
10 416 Fabricación de conservas de pescado y otros productos marinos [E indus
trias conserveras en general]
10 417 Fabricación de productos de molinería
10 418 Fabricación de pastas alimenticias y productos amiláceos
10 419 Industrias del pan. bollería, pastelería y galletas
10 420 Industria del azúcar
1(1 421 Industria del cacao, chocolate y productos de confitería
10 422 Industrias de productos para la alimentación animal (incluidas las harinas
de pescado)
10 423 Elaboración de productos alimenticios diversos [Y fabricación de hielo;
refrigeración en general]
11 424 Industrias de alcoholes etílicos de fermentación
11 425 Industria vinícola
II 426 Sidrerías
11 427 Fabricación de cerveza y malta cervecera
11 428 Industria de aguas minerales, aguas gaseosas y otras bebidas analcohólicas
[Embotellado de bebidas]
II 429 Industria del tabaco
Cuadro 7.35
Patentes de los grupos de Alimentación (Agrupamiento n° 10 de la CNAE) y Bebidas y tabaco
(Agrupamiento n° 11 de la CNAE)
Año 1882 1887 1897 1907
Código N.°pat %/ %ffi>tal N.° pat %l %/Total N.° pat. %l %/Total N.°pat %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. ;iñ(i Grupo Agrup. año
411 0.0 0.0 1 0,8 0,1 2 1,3 0,1 6 3,1 0,2
412 2 2,2 0,2 3 2,4 0,3 7 4,5 0,4 2 1,0 0,1
413 1 1.1 0,1 0,0 0,0 4 2,6 0,2 2,6 0,2
414 0,0 0,0 1 0,8 0,1 4 2,6 0,2 4 2,1 0,2
415 2 22 0,2 2 1,6 0,2 4 2,6 0,2 11 5,7 0,4
416 2 22 0,2 10 7,9 0,9 6 3,9 0,3 15 7,8 0,6
417 10 \\,2 1,2 12 9,5 1,0 7 4,5 0,4 6 3,1 0,2
418 1 1,1 0,1 8 6,3 0,7 3 1,9 0,2 9 4,7 0,4
419 6 6,7 0,7 1 0,8 0,1 11 7,1 0,6 13 6,7 0,5
420 16 18.0 1,9 26 20.6 2,3 12 7,7 0,7 11 5,7 0,4
421 2 2,2 0,2 1 0,8 0,1 3 1,9 0,2 13 6,7 0,5
422 0,0 0,0 3 2,4 0,3 1 0,6 o.l 12 6,2 0,5
423 6 6,7 0,7 14 11,1 1,2 12 7,7 0,7 24 12,4 1,0
424 11 12,4 1,3 8 6,3 0,7 9 5,8 0,5 10 5,2 0,4
425 1(1 11,2 1,2 9 7,1 0,8 11 7.1 0,6 6 3,1 0,2
426 0,0 (i.(i 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
427 1 1.1 0,1 0,0 0,0 2 1.3 0,1 1 0,5 0,0
428 5 5,6 0,6 11 8,7 1,0 13 8,4 0,7 13 6,7 0,5
429 14 15,7 1,6 16 12,7 1,4 44 28.4 2,4 32 16,6 1.3
Total 89 100.0 10,5 126 100,0 10,9 155 100,0 8,6 193 100,0 7,9
Tot, Año 849 1153 1808 2451
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA, 1882-1935 223
Como puede comprobarse, la rama con mayor número de patentes a lo largo del período
fue la Industria del tabaco (grupo 429), con el 13,5 por 100 de las patentes de las industrias
alimentarias. Sin embargo, su declive fue muy importante desde el año 1 897, en que, ade
más, este sector alcanzó el máximo histórico. Sin duda esto tuvo una relación directa con la
pérdida de Cuba en el año 1898. El siguiente sector en importancia fue el denominado
Elaboración de productos alimenticios diversos [Y fabricación de hielo; refrigeración en
general] (grupo 423), donde se han incluido tanto invenciones no recogidas en otros grupos,
como las aplicables a varias ramas, como las patentes sobre máquinas y métodos de refrige
ración. Una de las causas de la importancia de este grupo es, por tanto, la variedad y ambi
valencia de las patentes incluidas en él.
A estos dos sectores les siguieron en importancia la Industria de las aguas minerales,
aguas gaseosas y otras bebidas analcohólicas [Embotellado de bebidas en generalJ (grupo
428), con el 8,9 por 100 de las patentes de las industrias alimentarias; la Fabricación de
jugos v conservas vegetales (grupo 415), con el 7,9 por 100; la Industria del azúcar (grupo
420), con el 7,7 por 100; y las Industrias de alcoholes etílicos de fermentación (grupo 424),
con el 6.9 por 100.
En un tercer nivel, con porcentajes entre el 5 y el 6 por 100, se pueden incluir los siguien
tes sectores: las Industrias del pan, bollería, pastelería y galletas (grupo 419), con el 6 por
100 de las patentes alimentarias; la Fabricación de productos de molinería (grupo 417), con
el 5.5 por 100; la Industria del cacao, chocolate y productos de confitería (grupo 421), con
el 5,3 por 100; la Industria vinícola (grupo 425), con el 5,1 por 100; y, por último, la
224 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
-* Sobre el proceso de protección, cartelización y búsqueda de la protección política por parte de los producto
res azucareros españoles, y sus consecuencias, afirma Gabriel Tortella: «El resultado de todo esto fue un alto pre
cio relativo del azúcar y un nivel de consumo muy por debajo de la media europea, aunque comparable al de otros
países mediterráneos» (Tortella. 1994, pp. 259-260).
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA. 1882-1935 225
A pesar de todo, las patentes de este sector muestran que era de los más dinámicos e inno
vadores en aquellos años. Otra industria no muy importante en términos absolutos y relati
vos, pero que tuvo un desarrollo innovador fue la del aceite de oliva: en 1882 no obtuvo nin
guna patente, pero en 1935 representó el 8,3 por 100 de las patentes alimentarias, siendo el
tercer sector en importancia.
Industria textil
Como es sabido, la industria textil ha sido tradicionalmente una de las más importantes del
país; y, naturalmente, las estadísticas de patentes lo ponen de manifiesto. De las patentes de este
sector cabe destacar el fuerte crecimiento en número y porcentaje que se produjo entre 1 882 y
1 897. En este último año las patentes textiles fueron las más numerosas, no sólo de las indus
trias de bienes de consumo, sino de todos los sectores, llegando a alcanzar casi el 16 por 100
de todas las patentes solicitadas (superando, incluso, a las patentes del sector de maquinaria),
y el 17 por 100 de las patentes industriales (cuadro 7.1). Sin embargo, el acusado declive de la
proporción de patentes textiles en años posteriores habla de una drástica disminución de la
inversión en innovación técnica. La caída entre 1897 y 1907, indica que la pérdida de las últi
mas colonias en 1898 pudo tener un efecto desanimante sobre la inversión en el sector textil.
Gráfico 7.1
Patentes y marcas concebidas en España 1887-1930.
Textiles y vestuario (grupo 5 de la clasificación del BOPI)
600
500-
1 400-
I
•8 300-
f 200-
100-
0
1887 1892 1897 1902 1907 1912 1917 1922 1927
27 Tortella(1994, p. 260).
226 JOSE MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Gráfico 7.2
Patentes y marcas concedidas en España, Í887-1930 (% sobre el total).
Textiles y vestuario (grupo 5 de la clasificación del BOPl)
30
25-
20-
15-
10-
5-
0
1887 1892 1897 1902 1907 1912 1917 1922 1927
—• Patentes Marcas
Sin embargo, un análisis más cuidadoso (gráficos 7.1 y 7.2) muestra que la máxima pro
porción relativa de patentes de este sector se alcanzó en España en 1894-95 y que, a partir
de aquel año. el declive fue continuado. A pesar de la recuperación de los años veinte y trein
ta, este sector nunca volvió a alcanzar la importancia relativa que tuvo en 1894. Parece, por
tanto, que no fue la pérdida de las últimas colonias la causa de la disminución de la inver
sión tecnológica en este sector28. Pudo ser, en cambio, la política económica iniciada en 1 89 1
con la entrada en vigor de un arancel marcadamente proteccionista. Si en un primer momen
to parece que este arancel tuvo un efecto dinamizador, a la larga la política proteccionista
pudo ser la responsable del estancamiento tecnológico de esta industria. Pero esta hipótesis
requiere un estudio más profundo.
Los cuadros 7.36 y 7.37 recogen, respectivamente, las distintas ramas del textil y el núme
ro de patentes de cada una entre 1882 y 1935. Hubo cuatro que destacaron notablemente
sobre el resto; y, entre ellas, la más innovadora, según el número de patentes utilizadas, fue
la industria del calzado: Fabricación en serie de calzado (excepto el de caucho v madera)
(grupo 451). En total, este sector acaparó el 19,5 por 100 de las patentes textiles del perío
do. Le siguió el sector denominado Otras industrias textiles (grupo 439) que, como su nom
bre indica, incluye patentes de actividades no recogidas por los otros grupos, o que podían
utilizarse en varios sectores. El siguiente sector —con el 13 por 100 de las patentes texti
les— fue la Confección en serie de prendas de vestir y complementos del vestido (grupo
453). Le siguió muy de cerca —con el 12,7 por 100— el Acabado de textiles (grupo 436),
28 Es más. el gráfico 7.1 muestra una leve recuperación de las patentes textiles en 1898. lo que puede significar
incluso, un efecto beneficioso de la pérdida de Cuba y Filipinas, al «despertar» a los empresarios españoles del
«sueño» en que estaban sumidos por el fácil acceso a un mercado protegido. Sobre esto, ver Tortella (1994, p. 259)
y Sudria(1983, p. 376).
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA. 1882-1935 227
que, en realidad no puede relacionarse con ningún sector en concreto, pues contiene inven
tos referidos a técnicas de acabado de textiles en general; muchas de las cuales eran méto
dos de blanqueo, tinte, estampado, lavado, etcétera.
En un segundo nivel, con el 6,7 por 100 de las patentes, se situó un sector: Confección
de otros artículos con materias textiles (grupo 455), que incluye patentes aplicables a
industrias de confección de artículos distintos de prendas de vestir, como, por ejemplo,
tejidos de uso en el hogar: colchas, cortinas, sábanas. Hubo otra serie de sectores que
obtuvieron, cada uno, en torno al 5 por 100 de las patentes textiles: Fabricación de géne
ros de punto (grupo 435): el 5,3 por 100; Industria de las fibras duras y sus mezclas
(grupo 434): el 4,7 por 100; Curtición y acabado de cueros y pieles (grupo 441): el 4,5
por 100.
Por último, hubo tres sectores que obtuvieron entre el 3 y el 4 por 100 de las patentes:
Industria del algodón y sus mezclas (grupo 431): el 4,1 por 100; Industria de la seda
natural y sus mezclas y de las fibras artificiales v sintéticos (grupo 433): el 3,9 por 100;
y la Industria de la lana y sus mezclas (grupo 432): el 3,2 por 100. Estos tres sectores
hacen referencia a las actividades con las tres materias primas textiles predominantes
dentro de la industria española. Naturalmente, estos tres sectores obtuvieron muchas más
patentes que las indicadas por estas cifras, pues muchas de las relativas al acabado y a la
confección estaban en relación con los sectores del algodón, seda o lana. En las tres
industrias referidas, se han incluido tan sólo los inventos que hicieron referencia directa
a cualquiera de los tres productos y, principalmente, relativos a métodos textiles pri
marios: hilado y tejido.
Cuadro 7.36
Grupos de la Industria textil
(Agrupamiento n° 12 de la CNAE)
Grupo CNAE Nombre Grupo CNAE
431 Industria del algodón y sus mezclas
432 Industria de la lana y sus mezclas
433 Industria de la seda natural y sus mezclas y de las fibras artificiales y sintéticas
434 Industria de las fibras duras y sus mezclas
435 Fabricación de géneros de punto
436 Acabado de textiles
437 Fabricación de alfombras y tapices y de tejidos impregnados
439 Otras industrias textiles
441 Curtición y acabado de cueros y pieles
442 Fabricación de artículos de cuero y similares
451 Fabricación en serie de calzado (excepto el de caucho y madera)
452 Fabricación de calzado de artesanía y a medida (incluido el calzado ortopédico)
453 Confección en serie de prendas de vestir y complementos del vestido
454 Confección a medida de prendas de vestir y complementos del vestido
455 Confección de otros artículos con materias textiles
456 Industria de la peletería
228 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 7.37
Patentes de los grupos de la Industria textil
(Agrupamiento n° 12 de la CNAE)
Año 1882 1887 1897 1907
Código N.°pat. %/ %/Total N.°pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. rilo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. añil
431 1 1,5 0,1 6 5,6 0,5 27 9,5 1,5 12 5,8 0.5
432 s 11,8 0,9 3 2,8 0,3 5 1,8 0,3 3 1.4 0,1
433 5 7,4 0,6 7 6,5 0,6 4 1,4 0,2 5 2.4 0,2
434 6 8,8 0,7 9 8,4 0,8 10 3,5 0,6 8 3.8 0,3
435 4 5,9 0,5 2 1.9 0,2 20 7,0 1,1 13 6,3 0,5
436 11 16,2 1,3 17 15,9 1,5 48 16,8 2,7 27 13,0 1,1
437 1 1,5 0,1 3 1,1 0,2 6 2,9 0,2
439 9 13,2 1,1 16 15.0 1,4 69 24,2 3,8 51 24,5 2,1
441 6 8,8 0,7 4 3,7 0,3 13 4.6 0,7 7 3,4 0,3
442 5 7,4 0,6 1 0,9 0,1 3 1.1 0,2 5 2,4 0,2
451 4 5,9 0,5 13 12,1 1,1 24 8,4 1,3 29 13,9 1,2
452 1 0,5 0,0
453 5 7,4 0,6 15 14,0 1,3 38 13,3 2,1 22 10,6 0,9
454 0,0 0,0 2 1,9 0,2 3 1,1 0,2 4 1,9 0,2
455 3 4,4 0,4 12 11.2 1,0 17 6,0 0,9 15 7,2 0,6
456 1 0,4 0,1
Total 68 100,0 8,0 107 100.0 9,3 285 100,0 15,8 208 100,0 8,5
Tot. Año 849 1153 1808 2451
Año 1917 1922 1935 Total
Código N.°pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat %/ %/Total N." pat. %/ %ATotal
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
431 4 2,1 0,2 3 1,1 0,1 4 1,6 0,1 57 4,1 0,4
432 13 6,9 0,6 9 3,2 0,3 4 1,6 0,1 45 3,2 0,3
433 7 3,7 0,3 5 1,8 0,1 21 8,4 0,6 54 3,9 0,3
434 14 7,4 0,6 5 1,8 0,1 13 5,2 0,4 65 4,7 0,4
435 5 2,6 0,2 14 4,9 0,4 16 6,4 0,5 74 5,3 0,5
436 15 7,9 0,6 27 9,5 0,8 32 12,7 0,9 177 12,7 1.1
437 3 1,6 0,1 4 1,4 0,1 2 0,8 0,1 19 1,4 0,1
439 20 10,6 0,9 31 10,9 0,9 41 16,3 1,2 237 17.0
441 15 7,9 0,6 7 2,5 0,2 11 4,4 0,3 63 4,5 0,4
442 4 2,1 0,2 4 1,4 0,1 6 2,4 0,2 28 2,0 0í
451 56 29,6 2,4 80 28,2 2,4 65 25,9 1,9 271 19,5 1,8
452 1 0,1 0,0
453 17 9,0 0,7 65 22,9 1,9 19 7,6 0,5 181 13,0 1,2
454 4 2,1 0,2 9 3,2 0,3 4 1.6 0,1 26 1,9 0,2
455 12 6,3 0,5 21 7,4 0,6 13 5.2 0,4 93 6,7 0,6
456 1 0,1 0,0
Total 189 100,0 8,2 284 100,0 8,5 251 100,0 7,2 1392 100.0 9,0
Tot. Año 2313 3347 3508 15429
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
Madera y muebles
tor en el conjunto de patentes industriales disminuyó del 2,7 por 100 en 1907 al 2 por 100
en 193529 (cuadro 7,31). La ratio patentes/producción descendió un 56 por 100 en ese perí
odo (cuadro 7,33). Esto es un indicador aproximado de que en aquellos años se produjo una
disminución del nivel de inversión en tecnología en estas industrias: descenso notablemente
más acusado que en el conjunto de industrias de bienes de consumo, que fue del 20 por 100.
La rama más importante dentro del sector fue, con mucha diferencia (cuadros 7.38 y 7.39),
la Industria del mueble de madera (grupo 468), que acaparó el 30,3 por 100 de las patentes de
las industrias de madera y muebles. Le siguió el sector de Fabricación de envases y embalajes
de madera (grupo 464), con el 18,2 por 100. En otro nivel, siguieron a las dos anteriores cua
tro ramas que utilizaron entre el 8,5 y el 13,3 por 100 de las patentes: Fabricación de produc
tos de corcho (grupo 466), con el 13,3 por 1 00; Aserrado y preparación industrial de la made
ra (grupo 461): el 10,9 por 100; Fabricación de articulos de junco y caña, cestería, brochas,
cepillos (grupo 467): el 10 por 100; y Fabricación en serie de piezas de carpintería, parquet y
estructuras de madera para la construcción (grupo 463): el 8,5 por 100.
Cuadro 7.38
Grupos de la industria de Madera y muebles
(Agrupamiento n° 13 de la CNAE)
461 Aserrado y preparación industrial de la madera (aserrado, cepillado, pulido, lavado, etc.)
462 Fabricación de productos semielaborados de madera (chapas, tableros, maderas mejoradas, etc.)
463 Fabricación en serie de piezas de carpintería, parquet y estructuras de madera para la construcción
464 Fabricación de envases y embalajes de madera
465 Fabricación de objetos diversos de madera (excepto muebles)
466 Fabricación de productos de corcho
467 Fabricación de artículos de junco y caña, cestería, brochas, cepillos, etc.
468 Industria del mueble de madera
Cuadro 7.39
Patentes de los grupos de la industria de Madera y muebles
(Agrupamiento n° 13 de la CNAE)
Código N.°pat. N.° pat. %/Total N.° pat. %/Total N.° pat. %t %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
461 1 7,1 0.1 1 3,1 0.1 7 18,9 0,4 5 8,3 0,2
462 2 14.3 0,2 2 5,4 0,1
463 2 14.3 0,2 2 6,3 0,2 5 8.3 0.2
464 1 7,1 0,1 12 37,5 1,0 6 16.2 0,3 12 20,0 0,5
465 2 14,3 0,2 2 6,3 0,2 2 5,4 0,1 4 6,7 0,2
466 1 7,1 0,1 3 9,4 0,3 3 8,1 0,2 9 15,0 0,4
467 2 14,3 0,2 3 9,4 0,3 6 16,2 0,3 4 6,7 0.2
468 3 21,4 0,4 9 28,1 0,8 11 29,7 0,6 2\ 35,0 0,9
Total 14 100.0 1,6 32 100.0 2,8 37 1(X1.O 2,0 60 100,0 2,4
Tot. Año 849 1153 1808 2451
29 Si se considera el período 1 882- 1 935, el sector de madera y muebles incrementó ligeramente su importancia
entre el año inicial y el final: pasó de representar el 1,6 por 100 de todas las patentes solicitadas en 1882. al 1,8 por
100 en 1935. Sin embargo, puede decirse que tuvo en conjunto un declive en su nivel de innovación tecnológica,
pues en 1887 había obtenido el 2,8 por 100 de las patentes, y en 1922 el 2,6 por 100.
230 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Código N.°paL %/ %/Total N.° pat. %/ % /Total N.°paL %/ %/Total N.°paL %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. .IM.I Grupo Agrup. ano Grupo Agrup. uño Grupo Agrup. anu
461 4 10.8 0.2 11 12,8 0,3 7 10.9 0,2 36 10,9 0,2
462 2 5.4 0.1 3 3,5 0,1 4 6,3 0,1 13 3,9 0,1
463 1 2,7 0,0 5 5.x 0,1 13 20,3 0.4 2X 8,5 0.2
464 8 21.6 0,3 14 16,3 0.4 7 10,9 0,2 60 18,2 0.4
465 2 2,3 0.1 4 6,3 0.1 16 4,8 0.1
466 9 24,3 0,4 10 11.6 0.3 9 14,1 0.3 44 13,3 0.3
467 2 5,4 0.1 11 12,8 0.3 5 7,8 0,1 33 10,0 0,2
468 II 29.7 0,5 30 34,9 0.9 15 23,4 0.4 100 30,3 0,6
Total 37 100,0 1,6 86 100,0 2,6 64 100,0 1,8 330 100,0 2.1
Tot. Año 2313 3347 3508 15429
Papel y gráficas
Según los datos de patentes (cuadro 7.1), las industrias del papel tuvieron un declive
mucho más evidente que las de la madera: pasaron de representar el 4,5 por 100 de las
patentes industriales en 1882, al 2,8 por 100 en 1935. Sin embargo, al contrario que las
industrias de la madera, las de papel y gráficas perdieron peso dentro de la producción indus
trial entre 1913 y 1929: del 3,7 al 2,8 por 100 del VAB industrial (cuadro 7.32). El valor de
la rafia patentes/producción en ese período descendió un 18,3 por 100 (cuadro 7.33): el
menor descenso entre las industrias de bienes de consumo. Además, esta ratio indica que fue,
con diferencia, el sector de consumo con un mayor nivel de inversión en tecnología.
El cuadro 7.40 recoge las ramas del sector de papel y gráficas, y el cuadro 7.41, las
patentes de cada una. La más importante fue la Transformación del papel v cartón (grupo
473), que acaparó el 36,3 por 100 de las patentes del sector. Le siguieron las Artes gráficas
v actividades anexas (grupo 474), con el 26,2 por 100; y la Edición (grupo 475): el 18,4 por
1 00. Con bastante menos importancia que los tres citados, seguían los dos sectores de pro
cesos industriales primarios: Fabricación de pasta papelera (grupo 47 1 ), con el 9,6 por 1 00
de las patentes; y Fabricación de papel y cartón (grupo 472), con el 9,4 por 100.
Cuadro 7.40
Grupos de la industria de Papel y gráficas
(Agrupamiento n° 14 de Ía CNAE)
Cuadro 7.41
Patentes de los grupos de la industria de Papel y gráficas
(Agrupamiento n° 14 de la CNAE)
Año 1882 1887 1897 1907
Código N.°pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
471 6 17.6 0.7 5 10.0 0,4 4 8,0 0.2 6 6,9 0.2
472 3 8,8 0,4 4 8,0 0,3 8 16,0 0,4 7 8,0 0,3
473 6 17.6 0,7 17 34,0 1,5 12 24.0 0,7 37 42.5 1,5
474 13 38.2 1.5 11 22.0 1,0 21 42.0 1,2 13 14.9 0,5
475 6 17.6 0,7 13 26,0 1,1 5 10,0 0,3 24 27.6 1,0
Total 34 100.0 4,0 50 100.0 4,3 50 100,0 2,8 87 100.0 3,5
Tot.Año 849 1153 1808 2451
Año 1917 1922 1935 Total
Código N.°pat. %/ %nbtal N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ % /Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
471 10 19.2 0.4 6 7.1 0,2 6 6,7 0.2 43 9.6 0,3
472 10 19,2 0,4 6 7,1 0,2 4 4,5 0,1 42 9,4 0,3
473 15 28,8 0,6 30 35,7 0,9 45 50,6 1,3 162 36.3 1,0
474 13 25.0 0,6 27 32,1 0,8 19 21.3 0,5 117 26,2 0,8
475 4 7.7 0,2 15 17,9 0,4 15 16,9 0,4 82 18.4 0,5
Total 52 100.0 2,2 84 !00.0 2,5 89 100.0 2,5 446 100,0 2,9
Tot.Año 2313 3347 3508 15429
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
Otras manufacturas
Cuadro 7.42
Grupos del sector Otras manufacturas (Agrupamiento n° 15 de la CNAE)
Grupo CNAE Nomb,e Grupo CNAE
481 Transformación del caucho
482 Transformación de materias plásticas
491 Joyería y bisutería
492 Fabricación de instrumentos de música
493 Laboratorios fotográficos y cinematográficos
494 Fabricación de juegos, juguetes y artículos de deporte
495 Industrias manufactureras diversas
232 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 7.43
Patentes de los grupos de Otras manufacturas
(Agrupamiento n° 15 de la CNAE)
Código N.°paL %/ %/Total N.° paL %l %/Total N.°pat. %/ %/Total N.° paL %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
481 2 5,9 0.2 4 7,8 0.3 16 14,7 0.9 42 18.9 1,7
482 1 0.9 0,1 10 4,5 0,4
491 1 2,9 0,1 2 3,9 0,2 7 6,4 0.4 14 6,3 0,6
492 3 8,8 0.4 5 9.X 0,4 8 7,3 0,4 9 4.1 0,4
493 2 5.9 0.2 4 7,8 0,3 4 3,7 0,2 12 5,4 0,5
494 4 11,8 0.5 6 11.8 0,5 14 12,8 0,8 25 11.3 1.0
495 22 64,7 2,6 30 58,8 2,6 59 54,1 3,3 110 49,5 4,5
Total 34 100,0 4,0 51 100,0 4,4 109 100,0 6,0 222 100.0 9,1
Tot. Año 849 1153 1808 2451
Año 1917 1922 1935 Total
Código N.°paL N.° pat. %/Total N.° pat. %/Tolal N.° pat. %Abtal
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
481 62 25,8 2,7 66 20,7 2,0 160 46.6 4.6 352 26,7 2,3
482 6 2,5 0,3 8 2,5 0,2 13 3,8 0,4 38 2,9 0.2
491 22 9,2 1,0 15 4,7 0,4 61 4,6 0.4
492 6 2,5 0,3 1? 4,1 0,4 4 1,2 0,1 48 3,6 0,3
493 5 2,1 0,2 12 3,8 0,4 31 9,0 0.9 70 5,3 0,5
494 39 16.3 1,7 47 14,7 1.4 28 8,2 0,8 163 12.4 1.1
495 100 41,7 4,3 158 49,5 4,7 107 31,2 3,1 586 44.5 3,8
Total 240 100,0 10,4 319 100,0 9.5 343 100,0 9.8 1318 100,0 8.3
Tot. Año 2313 3347 3508 15429
Los dos primeros grupos —Transformación del caucho y Transformación de materias plás
ticas— pueden considerarse industrias de bienes de consumo, aunque en cierta medida, fabri
caban productos que también podían ser bienes intermedios, como los neumáticos para auto
móviles. De hecho, el extraordinario aumento de las patentes del sector de transformación del
caucho fue causado, en gran medida, por la expansión de la industria del automóvil. En rela
ción con su aportación al Valor Añadido Bruto industrial (cuadro 7.32), que pasó de 2 millones
de pesetas en 1913 a 9 millones en 1929, la ratio patentes/producción de este sector indica que
fue una industria altamente tecnificada: basada en la innovación tecnológica. El cuadro 7,44
muestra la gran diferencia de nivel de tecnificación entre la transformación del caucho y la
industria de bienes de consumo en conjunto. Además, aunque este valor, como en el resto de
la industria, descendió entre 1907 y 1935, lo hizo en menor medida que en los otros sectores.
Cuadro 7.44
Patentes/Valor Añadido Bruto de la industria del caucho (Patl907/VAB1913 y Patl935/VAB1929)
Los primeros modelos fueron sencillos y sin mecanismo, pero tras años de astuto
«espionaje industrial», en especial en Alemania, se fabricaron mecanismos con resor
te de cuerda. De las tiendas y fábricas germanas y de los anaqueles de las ferias de
Nüremberg, los alicantinos traían siempre dos modelos de cada ingenio: uno para des
montarlo y conocer su funcionamiento y un segundo como muestra fidedigna de la
apariencia exterior. Tres mil de estos modelos se conservan hoy en el Museo del
juguete de Ibi30.
Los otros cuatro sectores incluidos dentro de las Otras manufacturas tuvieron una impor
tancia mucho menor: una simple ojeada al cuadro 7.43 servirá para hacerse una idea de lo
que representaron.
2. EL SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN
111 López Schlichting. Cristina (1997): «Historia del peluche y la muñeca», en ABC, 5 de enero de 1997, pp. 74-77.
31 Un caso paradigmático es la industria constructora de Estados Unidos, que fue de gran importancia para la
siderurgia por su demanda de estructuras de acero. La construcción es también un símbolo del progreso norteame
ricano desde finales del siglo XIX por el nacimiento de las grandes metrópolis, con sus rascacielos, grandes puen
tes de acero, etcétera (Mowery y Rosenberg. 1989, pp. 40-41).
234 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Una primera, entre 1882 y 1907, en la que hubo una ligera disminución de la proporción de
patentes con respecto al total de las solicitadas en España: pasó del 4,4 por 100 en 1882, al
4,2 en 1907. Prácticamente se puede hablar, por tanto, de un mantenimiento de la importan
cia relativa del sector. No obstante, también en este período hubo algunas fluctuaciones:
alcanzaron un mínimo en 1897 —con el 3,8 por 100 de las patentes— y, a partir de enton
ces, tuvieron una recuperación hasta 1907. La segunda etapa, por el contrario, fue de expan
sión, y se puede situar entre 1917 y 1935: En 1917 las patentes de la construcción alcanza
ron el mínimo histórico del período 1882-1935, con tan sólo el 2,6 por 100 de las patentes
totales; pero en los años veinte y treinta tuvieron un crecimiento rápido, llegando a alcanzar
en 1935 —en que el sector comenzaba a recuperarse de la Crisis del 1929— el 4 por 100:
casi la misma importancia que habían tenido en 1882,
En el cuadro 6.3 (capítulo anterior), se puede comprobar que la participación de la cons
trucción en el PIB siguió casi exactamente las mismas etapas que se acaban de describir para
las patentes: Después de su máximo histórico alcanzado en 1882, con el 8,1 por 100 del PIB,
el sector sufrió un declive hasta 1897. A partir de entonces, tuvo una recuperación, hasta que
en 1907 volvió a situarse cerca de los niveles iniciales. En 1917 la producción del sector tuvo
también su mínimo histórico, aunque en los años siguientes se recuperó. La única diferencia
con respecto a la evolución de las patentes se advierte en la caída de la participación del sec
tor en el PIB entre 1922 y 1935, al contrario de lo que sucedió con las patentes, que en 1935,
como se acaba de explicar, ya iniciaban la recuperación tras la Crisis del 29.
De los cuatro grandes sectores, la construcción fue el que más incrementó su grado de tec-
nificación (patentes/producción). Entre 1882 y 1935 el valor de este indicador pasó de 0,029
a 0,1 15 patentes por millón de pesetas producidas; es decir, un incremento de casi el 300 por
100 (cuadro 6.5). No obstante, su máximo valor (0,1 16) lo alcanzó en 1897. En comparación
con los otros sectores, esta ratio muestra también que, después de la industria, la construc
ción fue el sector que más tecnología incorporó en sus procesos de producción.
Es importante destacar que en este sector sólo se han incluido las patentes referidas a téc
nicas, objetos o máquinas dirigidas propiamente a la construcción de inmuebles u obras
públicas; no las relativas a la fabricación de materiales de construcción, que quedaron reco
gidas en las industrias de Minerales no metálicos (Agrupamiento n° 4 de la CNAE).
Lógicamente, el destino final de estos materiales era la construcción y, por tanto, hay que
tenerlos en cuenta al analizar en profundidad este sector. Dentro de la construcción, la CNAE
distingue cuatro subsectores o actividades (cuadros 7.45 y 7.46). Entre ellas, la que recibió
un mayor número de patentes —casi el 50 por 100— fue la Instalación, montaje y acabado
de edificios y obras (grupo 504). Le siguió en importancia el sector de Obras públicas (grupo
503), con el 24,1 por 100 de las patentes. Por último, las dos ramas restantes, con idéntico
número de patentes (el 13,2 por 100), fueron: Edificación y obras públicas (grupo 501); y
Construcción de inmuebles (grupo 502).
Cuadro 7.45
Grupos del sector de la Construcción (Agrupamiento n° 16 de la CNAE)
Cuadro 7.46
Patentes de los grupos del sector de la Construcción
(Agrupamiento n° 16 de la CNAE)
Año 1882 1887 1897 1907
Código N.°pat. %/ %nbtal N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
501 6 16,2 0.7 4 8,5 0,3 6 8,8 0,3 20 19,2 0,8
502 1 2,7 0,1 4 8,5 0,3 3 4,4 0,2 12 11,5 0,5
503 12 32,4 1,4 12 25,5 1,0 15 22,1 0,8 32 30,8 1,3
504 18 48,6 2,1 27 57,4 2,3 44 64,7 2,4 40 38.5 1,6
Total 37 100.0 4,4 47 100.0 4,1 68 100.0 3.8 104 100.0 4,2
Tot. Año 849 1153 1808 2451
Año 1917 1922 1935 Total
Código N.°pat %/ %/Total N. pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total H.° pat. %/ %AIbtal
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
501 5 8,5 0,2 13 10,7 0,4 22 15,7 0,6 76 13,2 0,5
502 7 11,9 0,3 27 22,3 0,8 22 15,7 0,6 76 13,2 0,5
503 16 27,1 0,7 24 19.8 0,7 28 20,0 0,8 139 24,1 0.*)
504 31 52,5 1,3 57 47,1 1,7 68 48,6 1,9 285 49,5 1,8
Total 59 100,0 2,6 121 100.0 3,6 140 100.0 4,0 576 100,0 3,7
Tot. Año 2313 3347 3508 15429
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
Las patentes de instalación y montaje de edificios (grupo 504) fueron muy variadas y, ya
que fue el grupo más importante, es interesante estudiarlo en detalle. Los cuadros 7.47 y 7.48
recogen los tipos y número de patentes según la clasificación técnica CIP. Las más numero
sas fueron las de Cerraduras; llaves; accesorios de puertas o ventanas; cajas fuertes (ref.
10): el 27 por 100 de las patentes del grupo. Siguieron las patentes de Maquinaria para los
sistemas de calefacción doméstica o para otros lugares (ref. 15), con el 18,6 por 100. Con
mucha menos importancia que estas dos, se situaron las técnicas dirigidas al acabado e ins
talación de edificios: Puertas, ventanas o sus elementos (construidos básicamente de metal)
(ref. 1 1 ), con el 7 por 1 00; Máquinas para el acondicionamiento del aire; humidificación del
aire; ventilación (ref. 16), con el 4,9 por 100; y Sistemas de señalización o de llamada; sis
temas de alarma. Control a distancia. Transmisión de señales eléctricas (ref. 2 1 ), también
con el 4,9 por 100. Estas dos últimas —sobre todo la segunda— eran técnicas novedosas y
de mayor complejidad que otras, y, en general, fueron adquiriendo mayor importancia con el
paso del tiempo. Hubo otros tipos de patentes de acabado de edificios, pero con escasa rele
vancia cuantitativa.
236 JOSE MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 7.47
Clases de patentes del grupo 504 de la CNAE (Instalación, montaje y acabado de edificios)
Subclase- Tipo patente
Referencia Clase CIP
A47K Aparatos y accesorios de cuarto de baño
2 A61-62 Higiene; protección
A62C Instalaciones fijas contra incendios
4 B21-B66 Técnicas varias con diversos materiales
5 C02-C09 Algunas técnicas de la química
6 C03B Instalaciones de vidrio
E03 Suministros de aguas; evacuación de aguas. Alcantarillas
8 E03 Maquinaria para el suministro de aguas, evacuación de aguas, saneamiento
(duchas, etc.)
9 E04H Edificios o construcciones para empleos particulares ; mástiles; barreras; tiendas o
refugios provisionales, en general
10 E0S Cerraduras; llaves; accesorios de puertas o ventanas; cajas fuertes
11 E06 Puertas, ventanas o sus elementos (construidos básicamente de metal); postigos o cor
tinas metálicas enrollables, en general. Persianas metálicas. Puertas enrollables, etc.
12 E06 Puertas, ventanas o sus elementos (construidas básicamente de madera). Persianas
de madera
13 F15-F16 Tecnología en general
14 F21-24 Iluminación calor
15 F24D Maquinaria para los sistemas de calefacción doméstica o para otros lugares (siste
mas de calefacción central; sistemas para suministrar agua caliente de uso domés
tico; sus elementos o partes constitutivas)
16 F24F Máquinas para el acondicionamiento del aire; humidificación del aire; ventilación; etc.
F24F Acondicionamiento del aire; humidificación del aire; ventilación; etc.
18 F24H Calentadores de agua eléctricos
19 F24H Calentadores de fluidos (de agua o de aire en general, que tienen medios para pro
ducir calor)
20 G02, H01 Instrumentos, electricidad
21 G08 Sistemas de señalización o de llamada: sistemas de alarma. Control a distancia.
Transmisión de señales eléctricas.
Cuadro 7.48
N° patentes de las clases del Grupo 504 de la CNAE (Instalación, montaje y acabado de edificios)
Año 1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Otra rama de la construcción que también vale la pena estudiar en detalle es la de obras públi
cas, pues dentro de ella se han incluido patentes relativas a la construcción de vías férreas —de
evidente relación con el sector ferroviario— y de carreteras: sectores, ambos, determinantes del
desarrollo de una infraestructura de transporte moderna, y con importante incidencia en el creci
miento económico de un país. Dentro de las obras públicas (cuadro 7.50), las patentes relativas a
Construcción de vías férreas (ref. 1 ) fueron las más numerosas a lo largo de todo el período:
representaron en total el 33,8 por 100 de las patentes del sector. Las siguientes ramas en impor
tancia fueron dos sectores complementarios: Construcción de carreteras y pavimentos (ref. 3),
con el 10,8 por 100 de las patentes; y Maquinaría para la construcción de carreteras, puentes,
pavimentos (ref. 5), con el 10,1 por 100. En tercer lugar se situaron las patentes de técnicas de
hidráulica y cimentación, agrupadas también en dos ramas complementarias — Maquinarla para
hidráulica; cimentaciones; movimiento de tierras (ref. 7) e Hidráulica; cimentaciones; movi
miento de tierras (ref. 8)—, cada una con el 8,6 por 100 de las patentes del período.
Cuadro 7.49
Clases de patentes del grupo 503 de la CNAE (Obras públicas)
Referencia Clase CIP Tipo patente
1 E01 Construcción de vías férreas; sus elementos: traviesas, carriles, etc. (fabricación de
estos elementos: ver clase apropiada)
2 E01 Maquinaria para la construcción de vías férreas
3 E01 Construcción de carreteras y pavimentos
4 E01 Construcción de puentes, arcos de hormigón, etc.
5 E01 Maquinaria para la construcción de carreteras, puentes, pavimentos, etc.
6 E01 Fabricación de señales para carreteras y obras públicas; equipamiento para carreteras; etc.
7 E02 Maquinaria para hidráulica; cimentaciones; movimiento de tierras (excavaciones,
diques, dragado, movimiento de tierras, etc.)
8 E02 Hidráulica: cimentaciones; movimiento de tierras (excavaciones, presas, diques, draga
do, movimiento de tierras, etc.). Obras subterráneas
9 E03 Suministros de aguas: evacuación de aguas. Alcantarillas
10 E04 Edificios o construcciones similares para empleos particulares; mástiles; barreras
11 E21 Maquinaria para la perforación del suelo
12 F21.G08 Elementos para el alumbrado; señalización
13 Varias Varias
Cuadro 7.50
N° patentes de las clases del Grupo 503 de la CNAE (Obras públicas)
Año 1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
N.° N.°
Ref. Pat. % Pat. % Patt. % Pat. % Pat. • Pat. % Pat. % Pat. %
1 3 25,0 S 41,7 5 33.3 14 43.8 7 43.8 5 20.8 8 28.6 47 33.X
2 1 6,7 2 6,3 1 4.2 1 3,6 5 3,6
3 1 8,3 1 6,7 5 15,6 2 12,5 2 8,3 4 14,3 15 10,8
4 2 16,7 2 6,3 4 2,9
5 3 20,0 2 6,3 1 6,3 5 20,8 3 10,7 14 10.1
6 1 6,7 1 3.1 1 4,2 4 14,3 7 5,0
7 3 25,0 2 13,3 4 12,5 1 6,3 1 4,2 1 3,6 12 8.6
g 2 16.7 2 12,5 7 29,2 1 3,6 12 8,6
9 3 25,0 1 6,7 2 6,3 6 4,3
10 1 6,3 1 3,6 2 1,4
11 1 8,3 1 6,3 2 1,4
12 2 16,7 1 4,2 2 7,1 5 3,6
13 1 8,3 1 8,3 1 6,7 1 6,3 1 4,2 3 10,7 8 5,8
Total 12 100,0 12 100,0 15 100,0 32 100,0 16 100,0 24 100,0 28 100,0 139 100,0
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
238 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
3. EL SECTOR AGRARIO
Las patentes dirigidas a la Agricultura, ganadería y pesca fueron, estrictamente, las corres
pondientes al Agrupamiento n° 1 de la CNAE. Sin embargo, también conviene tener en cuen
ta las correspondientes a industrias de fabricación de maquinaria agrícola y de abonos, por
su evidente relación con el sector agrario. Unas y otras se han recogido en el cuadro 7,51.
Cuadro 7.51
Patentes de Agricultura, ganadería y pesca (Agrupamiento n° 1 de la CNAE);
Fabricación de abonos (gr. 252) y Maquinaria agrícola (gr. 321)
En términos porcentuales, las patentes agrarias sufrieron un claro declive entre 1882 y
1935: de suponer el 3,9 por 100 del conjunto de patentes en 1882, al 1,5 por 100 en 1935
(del 4 al 2,2 por 100 si se tienen en cuenta las de construcción de maquinaria y fabricación
de abonos). La proporción de patentes agrarias era tan escasa en relación con el tamaño del
sector —que suponía entre el 30 y el 40 por 100 del PIB en aquella época32—, debido a su
baja complejidad tecnológica, pero también al atraso de la agricultura española. Es cierto que
el declive del peso de las patentes agrarias en favor de las industriales y de servicios podría
explicarse, por otro lado, como un signo positivo de modernización. Sin embargo, dado el
tamaño del sector agrario y la modernización que requería para alcanzar un nivel mínimo de
productividad que impulsara la modernización industrial, un porcentaje del 2,3 por 100 de
las patentes parece a todas luces insuficiente. Las patentes indican, por tanto, que en el sec
tor agrario no se estaban realizando los esfuerzos tecnológicos necesarios. Los datos (cuadro
6.5) confirman esta idea: las patentes agrarias no sólo perdieron peso relativo entre 1882 y
1935, sino que, además, la agricultura fue el único sector que sufrió un descenso en su grado
de tecnificación (patentes/producción): el 9,2 por 100 en el mismo período. Parece, por
tanto, que la agricultura española habría requerido una mayor inversión en innovación tec
nológica, ya que uno de sus principales problemas era la falta de modernización. Entonces,
¿por qué, al menos, no mantuvo su nivel de inversión en tecnología? Si se analiza con deta
lle la evolución de la proporción de patentes agrarias (cuadro 7.51), quizá pueda encontrar-
se alguna respuesta. Esta proporción descendió entre 1882 y 1935; pero este declive no fue
gradual, como el de las industrias de consumo, sino que se produjo bruscamente entre 1887
y 1897. Este período coincide, precisamente, con el comienzo de la protección arancelaria a
los productos agrarios impulsada por el arancel de 1891 . El gráfico 7,3 muestra que, aunque
entre 1892 y 1893 hubo un ligero repunte en la importancia de las patentes agrarias, a partir
de entonces la caída fue muy importante: pasaron de representar más del 4 por 100 en 1889,
al 1,5 por 100 en 1898. Además, nunca volvieron a alcanzar la importancia que habían teni
do antes de 1891.
Gráfico 7.3
Patentes y marcas concedidas en España 1887-1930 (% sobre el total). Agricultura
El fuerte declive en la proporción de patentes agrarias del último decenio del siglo XIX
parece indicar que la protección arancelaria iniciada en 1891 pudo ser una de las causas del
fuerte retroceso en la inversión tecnológica en este sector, y ésta una de las causas —o la
principal— del bajo nivel de productividad de la agricultura española33. Pero, con la excep
ción de Gran Bretaña, todos los países europeos aplicaron una política de protección aran
celaria frente a la invasión de grano barato de Rusia y Estados Unidos. Por tanto, aunque la
protección en España fue especialmente alta, como explica Simpson (1994), no se puede
decir que ésta fuera la razón principal del atraso agrario español. Según este autor, el funda
mento del atraso hay que buscarlo en la escasa mecanización de la agricultura española en
el primer tercio del siglo XX, máxime cuando la mecanización era, quizá, la única vía del
campo español para modernizarse, dadas las condiciones climáticas y geográficas de este
país. El escaso número de patentes agrarias y, en concreto, de máquinas agrícolas modernas,
está en consonancia con esta idea y con las investigaciones sobre el papel desempeñado por
Cuadro 7.52
Sectores de Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (Agrupamiento n° 1 de la CNAE)
Grupo CNAE Nombre Grupo CNAE
011 Cultivo de cereales y leguminosas
012 Cultivo de hortalizas y frutas (excepto agrios)
013 Cultivo de agrios
014 Cultivo de plantas industriales
015 Cultivo del olivo
016 Cultivo de la vid
019 Otras expolttaciones agrícolas n.c.o.p. [Actividades agrícolas en general]
022 Explotación de ganado ovino y caprino
023 Explotación de ganado porcino
024 Avicultura
029 Otras explotaciones ganaderas n.c.o.p. [Explotación ganadera en general]
051 Silvicultura y servicios forestales
052 Explotación forestal
061 Pesca y piscicultura en mar
062 Pesca y piscicultura en agua dulce
Cuadro 7.53
Patentes de Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca
(Agrupamiento n° 1 de la CNAE)
Año 1882 1887 1897 1907
Código N.°pat. %/ %/Total N.° pat. %/ %/Total N.° pat. %l %/Total N.° pat %l %/Total
Grupo Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año Grupo Agrup. año
011 7 21,2 0,8 6 15,4 0,5 2 7,4 0,1 13 31.0 0,5
012 1 3.0 0,1 1 2,6 0,1 3 11,1 0,2 2 4,8 0,1
013
014 1 3,0 0,1 1 2,6 0,1 1 3,7 0,1
015
016 13 39,4 1,5 10 25,6 0,9 8 29.6 0,4 3 7,1 0,1
019 6 18,2 0,7 11 28,2 1,0 6 22,2 0,3 13 31.0 0,5
022 1 3,7 0,1
023 1 2,4 0,0
024 1 2,6 0,1 5 11,9 0,2
029 5 15,2 0,6 4 10,3 0,3 6 22.2 0,3 2 4,8 0,1
051 0,0 0,0
052 1 2,6 0,1 1 2,4 0,0
061 4 10,3 0,3 2 4,8 0,1
062 0,0 0,0
Total 33 100,0 3,9 39 100,0 3,4 27 100.0 1,5 42 100,0 1,7
Tot. Año 849 1153 1808 2451
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA, 1882-1935 241
El cuadro 7.52 recoge las distintas actividades agropecuarias clasificadas según la CNAE;
y el cuadro 7.53, la distribución de las patentes entre 1882 y 1935. El grupo con mayor
número de patentes (34,3 por 100) fue el de Otras explotaciones agrícolas (Actividades agrí
colas en general) (grupo 019), en el cuál se incluyen tanto las patentes de actividades agra
rias minoritarias, como, sobre todo, las técnicas que podían ser comunes a los diversos tipos
de productos del campo. Esta es, realmente la causa, de que fuera el grupo más numeroso.
Los cuadros 7.54 y 7,55 recogen los tipos y el número de patentes de este grupo según la cla
sificación técnica CIP.
Cuadro 7.54
Clases de patentes del grupo 019 de la CNAE (Actividades agrícolas en general)
Referencia S ululase-Clase CIP Tipo patente
1 A01 Técnicas agrícolas en general: trabajo de la tierra; plantación; siembra; fer
tilización, abonado, desinsectación; recolección, siega. Tratamiento de la
recolección
2 A01B Aperos de labranza; instrumentos agrícolas manuales
3 A01B Arados y sus accesorios. Otras máquinas para el trabajo de la tierra
4 A01C, G Maquinaria para la distribución de abonos; extinción de plagas; siembra; etc.
5 A01D Máquinaria variada para la recolección
6 A01G Dispositivos de riego
7 A01N Biocidas (desinfectantes, pesticidas, herbicidas); productos que atraen o
repelen a los animales perjudiciales; reguladores del crecimiento de los
vegetales
s B62D Tractores; vehículos a motor utilizados en agricultura
9 H01.H02 Instalaciones o aparatos eléctricos específicos para su uso en la agricultura
10 Varias Varias
242 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 7.55
N° patentes de las clases del Grupo 019 de la CNAE (Actividades agrícolas en general)
La clase más numerosa fue la de Arados y sus accesorios. Otras máquinas para el traba
jo de la tierra (reí. 3), con el 35,7 por 100 de las patentes. A continuación se situó la
Maquinaria para la distribución de abonos; extinción de plagas; siembra (ref. 4), con el 2 1 ,4
por 100. El resto tuvo una importancia muy inferior. Es claro, por tanto, que el mayor núme
ro de inventos fue de maquinaria agrícola. El cuadro 7.55 también pone de manifiesto la fuer
te incidencia del arancel de 1 89 1 sobre estas innovaciones: en 1 882 y 1 887 las patentes de
maquinaria agraria representaron más del 80 por 100 de las patentes del grupo; sin embargo,
en 1897 su número y proporción fue muy inferior. En los años siguientes aumentaron, aunque
nunca alcanzaron la importancia proporcional que habían tenido en 1882.
El siguiente sector en importancia34 fue el Cultivo de cereales y leguminosas (grupo Olí),
con el 19,2 por 100 de las patentes. Este sector era con mucho el más importante de la pro
ducción agraria española: en 1900 representaba el 58 por 100 de la producción, y el 77 por 100
de la superficie cultivada. También era el de menor productividad35. Además, a pesar de las
malas condiciones de España para este tipo de productos, la extensión dedicada a estos culti
vos aumentó desde finales del siglo XIX, coincidiendo, precisamente, con la época de protec
ción arancelaria (Simpson, 1994). La escasa proporción de patentes en relación con su impor
tancia en el producto agrario, puede ayudar a explicar sus bajos niveles de productividad.
Cuadro 7.56
Clases de patentes del grupo OH de la CNAE (Cultivo de cereales y leguminosas)
M Realmente el más importante, pues el grupo 019. como se acaba de explicar, no es propiamente un sector, ya
que incluye patentes aplicables en todas las ramas agrarias.
15 Ver Tortella (1994. Cuadro 1II-5, p. 56).
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA. 1882-1935 243
Cuadro 7.57
patentes de las clases del Grupo Olí de la CNAE
(Cultivo de cereales y leguminosas)
Casi todas las patentes del sector de cereales y leguminosas (cuadros 7.56 y 7.57) fueron
de maquinaria: el grupo más importante fue el de Máquinas para el tratamiento de la reco
lección: trilladoras, empacadoras, gavilladoras, aventadoras, cortadoras de paja (ref. 2),
con el 60 por 100 de las patentes; y le siguió el de Máquinaria de recolección y siega: sega
doras, cosechadoras, arrancadoras (ref. 1), con el 23,6 por 100. Como en el caso anterior,
los datos de 1 897 muestran una brusca caída de las patentes en este sector, confirmando la
incidencia negativa sobre la innovación en el sector cerealista de las políticas proteccionis
tas iniciadas en 1891.
El tercer sector fue el Cultivo de la vid (grupo 016), que obtuvo el 14,7 por 100 de las
patentes agrarias. Esta proporción es similar a la aportación de este sector al producto agrario
total de España en 1900: el 12 por 100 de la producción y el 8 por 100 de la superficie culti
vada36. La mayor parte de las patentes de este sector se concentraron en los años finales del
siglo XIX, debido a que muchas tuvieron relación con técnicas para luchar contra la plaga de
la filoxera, que por aquellos años irrumpió en España procedente de Francia. El siguiente sec
tor en importancia —con el 8,7 por 100 de las patentes— fue el denominado Otras explota
ciones ganaderas (Explotación ganadera en general) (grupo 029). La Pesca y piscicultura en
mar (grupo 061) tuvo un peso bastante menor: el 5,9 por 100 de las patentes. Es importante
hacer notar que los sectores Cultivo de hortalizas y frutas (excepto agrios) (grupo 012) y
Cultivo de agrios (grupo 013) representaron en conjunto el 8,7 por 100 de las patentes.
Teniendo en cuenta que la superficie cultivada entre los dos fue el 2,3 por 100 en 1900 y el
3,2 por 100 en 193537, se podría concluir que fueron unos sectores realmente innovadores en
relación con otros de mayor peso cuantitativo dentro del producto y superficie agrarios.
4. EL SECTOR SERVICIOS
El último de los cuatro grandes sectores que falta por estudiar en detalle es el sector ser
vicios. Desde el punto de vista de su peso dentro del PIB, este sector fue, después del agra
rio, el segundo en importancia durante el período 1882-1935. Y, al contrario que aquél, tuvo
36 VerTortella(l994).
37 Tortel la (1994, Cuadro XI-1, p. 231).
244 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
una participación creciente, hasta el punto de que en 1935 representaba el 41,9 por 100 de la
producción nacional, situándose casi diez puntos por encima del sector agrario, que repre
sentó en aquel año el 32,4 por 100 del PIB (cuadro 6.3). En cuanto a las patentes del sector
servicios, hay que decir, en primer lugar, que fueron escasísimas en relación con el peso del
sector en la economía, pues la máxima proporción que llegaron a alcanzar sobre el total de
patentes solicitadas fue el 4,2 por 100 en los años 1907 y 1917 (cuadro 6.3). A pesar de que
hasta este último año el porcentaje de patentes de servicios había venido aumentando, en
consonancia con el incremento de su participación dentro de la economía, en las décadas
siguientes la proporción disminuyó hasta situarse en 1935 en el 2,5 por 100: la cifra más baja
de todo el período. Parece, por tanto, que durante los años veinte y treinta se produjo una dis
minución en el nivel de innovación del sector servicios, en beneficio, básicamente, del sec
tor industrial y de la construcción. De hecho, la ratio patentes/producción (cuadro 6.5), que
es un índice del nivel de inversión en nuevas tecnologías, muestra que el aumento de la
inversión tecnológica del sector servicios entre 1882 y 1935 fue menor que en la construc
ción y la industria, aunque notablemente superior al de la agricultura.
Es cierto que, como se ha explicado detenidamente en el capítulo 6, el criterio de clasifi
cación ha podido influir en una estimación a la baja de las patentes del sector servicios, espe
cialmente en los años posteriores a la I Guerra Mundial. Esto es así porque, por ejemplo, las
patentes de equipos de telecomunicación —que tuvieron un gran crecimiento en aquellos
años— se han clasificado dentro del sector industrial, aunque muchas de ellas pudieron apli
carse en el sector de servicios telefónicos o telegráficos. Algo parecido pudo suceder con las
patentes de material de transporte —como las de tranvías eléctricos— empleadas en servi
cios de transporte público de viajeros.
Para su más fácil estudio, se han reunido las patentes de los sectores de comercio y de res
tauración y hostelería. Según la clasificación de la CNAE, estos sectores son los siguientes:
Comercio al por mayor (Agrupamiento n° 17); Comercio al por menor v reparaciones (n°
19); y Restauración y hostelería (n° 20). El sector Intermediarios del comercio (n° 18) no se
incluye, pues no se ha encontrado ninguna patente dirigida a este sector. En los cuadros 7.58
y 7.59 se recogen las ramas y las patentes de los tres sectores citados.
Cuadro 7.58
Grupos de los sectores de comercio y restauración (Agrupaciones Nos. 17, 19 y 20 de la CNAE)
Cuadro 7.59
Patentes de los sectores de comercio y restauración
(Agrupaciones Nos. 17, 19 y 20 de la CNAE)
El sector más importante, con mucha diferencia, fue el Comercio al por menor y repara
ciones, con el 76,8 por 100 de las patentes. A continuación se situó la Restauración y hoste
lería, con el 13,6 por 100. Y, por último, el Comercio al por mayor, con el 9,7 por 100. Hubo
dos grupos —ambos de Comercio al por menor— que abarcaron más del 70 por 100 de las
patentes de estos servicios: Otro comercio al por menor (grupo 647), que obtuvo el 50,5 por
100; y Comercio al por menor de productos alimenticios, bebidas y tabaco (grupo 641), con
el 20,4 por 100. En el primero se incluyen, principalmente, inventos aplicables en general
en los sectores de comercio al por menor: de ahí su importancia. Es interesante, por tanto,
estudiarlo con más detalle.
Cuadro 7.60
Clases de patentes del grupo 647 de la CNAE (Comercio en general)
Cuadro 7.61
N° patentes de las clases del Grupo 647 de la CNAE
(Comercio en general)
La gran mayoría —el 63,5 por 100— de las patentes dirigidas al comercio en general, fue
ron de Dispositivos de control (aparatos accionados por monedas, cajas registradoras).
Máquinas automáticas expendedoras de objetos (ref. 5). Se trataba, pues, de máquinas para
facilitar la gestión del negocio —cajas registradoras, etcétera—, o bien para sustituir emple
ados en los establecimientos comerciales. Aunque con menor importancia, los siguientes
tipos de patentes también hacían referencia a maquinaria de uso en el comercio: Aparatos
para la determinación del peso, volumen, de uso en el comercio (ref. 4), con el 9,6 por 100
de las patentes; y Aparatos para la distribución, suministro de líquidos no prevista en otro
lugar (ref. 3), con el 7,7 por 100.
Transporte y comunicaciones
En el sector de Transporte y comunicaciones se han incluido sólo las patentes expresa
mente dirigidas a la prestación de estos servicios. Esta es la causa de su escaso peso: repre
sentaron tan sólo el 0,3 por 100 de las patentes solicitadas en España entre 1882 y 1935 (cua
dro 7.63: última fila). Por su aportación al PIB, estos sectores tuvieron una mayor impor
tancia: en 1913, por ejemplo, los servicios de transporte y comunicaciones representaban el
14 por 100 del Valor Añadido Bruto de todos los servicios, y el 5,2 por 100 del PIB nacional
(Prados, 1993). Participación que fue, además, creciente en el tiempo.
Cuadro 7.62
Grupos de los sectores de servicios de Transporte y comunicaciones (Agrupación N° 21 de la CNAE)
Cuadro 7.63
Patentes de los sectores de los servicios de Transporte y comunicaciones
(Agrupación N° 21 de la CNAE)
Año 1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
N.° N.° „ N.° N.° N.° N.° N.°
Grupo Pat. % Pat. % Pat. % Pat. % Pat. % Pat. % Pat. % Pat. %
711 1 20.0 2 33,3 1 7.1 1 25,0 1 8.3 1 20.0 7 14.0
721 2 50,0 5 35,7 2 16,7 1 20.0 10 20,0
729 1 8,3 1 2,0
731 1 25,0 2 40,0 2 14,3 5 10,0
751 1 25,0 1 2,0
752 1 16,7 1 7,1 3 25,0 5 10,0
754 1 7.1 1 2,0
761 2 40.0 3 50,0 3 21,4 3 75,0 4 33,3 15 30,0
762 1 7.1 1 8,3 3 60,0 5 10,0
Total 4 100.0 5 100.0 6 100.0 14 100.0 4 100,0 12 100,0 5 100.0 50 100,0
Total
Año 849 0,5 1153 0,4 1808 0,3 2451 0,6 2313 0,2 3347 0,4 3508 0,1 15429 0,3
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
El sector que obtuvo más patentes fue el de Correos y servicios oficiales de telecomuni
caciones (grupo 761), con el 30 por 100 de las patentes. Le siguió el Transporte urbano de
viajeros (grupo 721), con el 20 por 100; y, a continuación, el Transporte ferroviario por vía
normal (grupo 711), con el 14 por 100. Hay que tener en cuenta, como se ha advertido en
varias ocasiones, que muchas de las patentes clasificadas en los sectores de fabricación de
equipo de telecomunicación y material ferroviario, se aplicaron en las empresas de servicios.
Por tanto, es importante complementar los datos que se acaban de aportar con los referidos
a las correspondientes industrias.
Dentro del sector terciario en conjunto, estos fueron los servicios que obtuvieron un mayor
número de patentes a lo largo del periodo estudiado. Como puede comprobarse en los cuadros
7.64 y 7.65, prácticamente todas las patentes agrupadas en este sector (el 93,7 por 100) estu
vieron relacionadas con técnicas publicitarias (grupo 844). La escasísima presencia de patentes
dirigidas a los servicios financieros, de seguros, etcétera, puede indicar la ausencia en estas ins
tituciones durante aquellos años de una preocupación por la innovación tecnológica.
Cuadro 7.64
Grupos de los sectores de Instituciones financieras, seguros, servicios prestados
a las empresas y alquileres (Agrupación N° 22 de la CNAE)
Grupo CNAE Nombre G,upo CNAE
811 Banco de España y otras entidades públicas [Casa de la Moneda, etc.]
812 Banca comercial y mixta
819 Otras instituciones financieras
823 Otras entidades aseguradoras (Montepíos, Cajas de Pensiones, etc.)
844 Publicidad
849 Otros servicios prestados a las empresas n.c.o.p.
248 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 7.65
Patentes de los sectores de Instituciones financieras, seguros, servicios prestados
a las empresas y alquileres (Agrupación N° 22 de la CNAE)
Cuadro 7.66
Clases de patentes del grupo 844 de la CNAE (Publicidad)
Cuadro 7.67
° patentes de las clases del Grupo 844 de la CNAE (Publicidad)
Ref. £¿ %
PNa;. * N.°
Patt. % pl't. %
N.°
Patt. %
N.°
Pal. %
N.°
Pat. % E *
1 1 8,3 1 7,7 3 10,0 1 2,0 2 13,3 8 4,5
2 1 10.0 3 23,1 1 2,0 1 2,2 6 3,4
3 2 3,9 1 ii 3 1,7
4 2 20,0 1 7,7 2 6,7 3 5,9 3 6,5 11 6,2
5 1 7,7 1 6,7 2 1,1
6 1 22 1 6,7 2 1,1
7 3 23.1 1 3,3 1 2,0 1 6,7 6 3.4
8 6 60,0 5 41,7 3 23.1 7 23,3 12 23.5 8 17,4 1 6,7 42 23,7
9 1 10,0 1 8.3 1 7,7 1 1 36,7 24 47,1 30 65,2 7 46.7 75 42,4
10 4 33,3 4 13.3 5 9.8 1 2,2 14 7,9
11 1 8,3 2 6,7 2 3,9 1 2,2 2 13,3 8 4,5
Total 10 100,0 12 100,0 13 100,0 30 100.0 51 100.0 46 100,0 15 100,0 177 100.0
Fuentes: BOPI > Libros de Registro de Patentes (OEPM).
Otros servicios
Por último, el sector de Otros servicios fue el segundo en importancia dentro del tercia
rio. De todas las ramas que incluía (cuadros 7,68 y 7,69), la que más patentes recibió —el
45,7 por 100— fue, con diferencia, la de Hospitales, clínicas y sanatorios de medicina
humana (grupo 941). La siguiente fue Otros servicios prestados a la colectividad
(Funerarias, etc.) (grupo 959), con el 8,1 por 100 de las patentes. Prácticamente todas las
patentes de este grupo eran inventos dirigidos a los servicios funerarios. Los Servicios de
saneamiento de vías públicas y similares (grupo 92 1 ) y el de Espectáculos (excepto cine y
deporte) (grupo 965) obtuvieron cada uno el 7,5 por 100 de las patentes. Los restantes gru
pos tuvieron ya un número de patentes poco significativo.
Cuadro 7.68
Grupos de Otros servicios (Agrupación N° 23 de la CNAE)
Grupo CNAE Nombre Grupo CNAE
91 1 Administración Central
915 Orden Público y Seguridad
916 Defensa Nacional
921 Servicios de saneamiento de vías públicas y similares
922 Servicios de limpieza (servicios destinados a la venta)
931 Centros de Educación Preescolar
932 Centros de Educación General Básica
935 Centros de Formación y Perfeccionamiento Profesional
941 Hospitales, clínicas y sanatorios de medicina humana
944 Consultas y clínicas odontológicas (servicios destinados a la venta)
946 Consultas y clínicas veterinarias
959 Otros servicios prestados a la colectividad n.c.o.p. [Funerarias. etc.]
961 Producción de películas cinematográficas
963 Salas de cine
965 Espectáculos (excepto cine y deporte)
967 Bibliotecas, archivos, museos, jardines botánicos y zoológicos
968 Instalaciones y organismos deportivos
969 Otros servicios recreativos n.c.o.p.
971 Lavanderías, tintorerías y servicios similares
973 Estudios fotográficos
250 JOSE MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 7.69
Patentes de los grupos de Otros servicios (Agrupación N° 23 de la CNAE)
Cuadro 7.70
Clases de patentes dentro del grupo 941 de la CNAE (Hospitales, clínicas)
Cuadro 7.71
N°patentes de las clases del Grupo 941 de la CNAE (Hospitales, clínicas)
Por último, conviene resaltar que el servicio público denominado Defensa nacional recibió
pocas patentes; sin embargo, las patentes de armamento ligero y pesado —a las que nos
hemos referido al hablar de las industrias de fabricación de maquinaria— sí tuvieron una nota
ble presencia, y muchas de ellas pudieron ser patentadas con la idea de venderlas al ejército
español. Además, las patentes secretas —las sometidas al artículo 1 8 de la ley de 1 902—, aun
que también podían ir dirigidas a otras actividades del Estado, parece que, en general, se diri
gieron hacia el sector de la Defensa nacional, a tenor de la finalidad del citado artículo:
Las patentes secretas solicitadas durante los años estudiados fueron quince: una en 1907,
cuatro en 1917, nueve en 1922 y una en 1935. Desconocemos, como es lógico, el contenido
de estas patentes, pues su objeto no era reflejado en el BOPI. Es posible que los expedientes
originales se guarden en el archivo de la Oficina Española de Patentes y Marcas, aunque
tampoco lo hemos comprobado. Sospechamos, no obstante, que, en general, dichas patentes
hicieron referencia a artefactos de guerra, porque algunos de los inventores que se acogieron
al artículo 18, también solicitaron patentes no sometidas a secreto, algunas de las cuales hací
an referencia a objetos relacionados con armamento.
5. CONCLUSION
economía —agricultura, industria, construcción y servicios— hacia las que se dirigió la acti
vidad inventiva. El análisis de toda esta información ha sido necesariamente general, pues el
conocimiento de la innovación de cada sector requiere un análisis patente a patente y empre
sa a empresa. La base de datos permitirá hacer estudios de este tipo en un futuro. No obs
tante, en este capítulo se han aportado datos notablemente desagregados por sectores, lo que
supone una información de gran riqueza sobre la innovación sectorial de la economía espa
ñola. Además, se ha hecho un primer análisis que puede servir de guía para entender los
datos y para posteriores investigaciones. Algunas de las conclusiones de este análisis son:
1. El sector industrial acaparó alrededor del 90 por 100 de las patentes registradas en
España. Esto significa que la actividad inventiva fue durante este período un fenómeno esen
cialmente industrial. Con el paso del tiempo, no obstante, la invención se ha ido dirigiendo
cada vez más hacia los sectores no industriales, preferentemente hacia el sector terciario.
Dentro de la industria, el sector que obtuvo más patentes fue el de bienes de inversión:
alrededor del 40 por 100 de las patentes industriales. Dentro de éste —en el que también se
incluyen las industrias de material eléctrico y electrónico y material de transporte—, la más
importante fue la rama de fabricación de maquinaria, con el 20 por 100 de las patentes de
toda la industria. El dominio de las patentes de industrias de inversión se debe a que eran —
junto con el químico y algún otro— las que abastecían de tecnología a muchas otras ramas
de la economía y las que tenían mayor grado de tecnificación, que es el nivel de incorpora
ción de nuevas tecnologías en los procesos productivos.
Las industrias de bienes de consumo también obtuvieron un gran número de patentes:
en torno al 30 por 100 de las industriales. De acuerdo con el proceso de modernización de la
economía española, las patentes de estas industrias fueron perdiendo importancia cuantitati
va en favor de las de bienes de inversión e intermedios. Entre las de consumo, el sector tex
til fue el más importante, con cerca del 10 por 100 de las patentes industriales del período.
Sin embargo, desde 1907 las ramas incluidas dentro de los sectores de Otras manufacturas
(fabricación de artículos de goma y plástico, material fotográfico, juguetes) se convirtieron
en las más importantes dentro de las industrias de bienes de consumo.
Los sectores de minería no energética y bienes intermedios obtuvieron alrededor del 20
por 100 de las patentes industriales. Dentro de éstos, fue el químico el que más obtuvo: cerca
del 9 por 100. Estas ramas tuvieron una importancia creciente entre 1882 y 1935, al contra
rio de lo que sucedió con las industrias energéticas que, aunque crecieron en número —como
prácticamente todos los sectores—, sufrieron una pérdida de importancia relativa en este
período, sobre todo entre 1922 y 1935. Esto puede explicarse, en parte, por la implantación
del monopolio de petróleos, que implicó un descenso de la inversión en este sector.
2,- La construcción obtuvo tan sólo el 3,7 por 100 de las patentes registradas en España
en los siete años seleccionados. Aunque con fluctuaciones cíclicas importantes —que es una
característica estructural del sector—, la construcción mantuvo su importancia en el conjun
to de patentes a lo largo del período. Después de la industria, la actividad constructora fue la
de mayor grado de tecnificación (patentes/producción); y, por otro lado, la que más incre
mentó esta ratio entre 1882 y 1935: un 300 por 100. La rama predominante dentro de este
sector fue la Instalación, montaje y acabado de edificios y obras, que acaparó casi el 50 por
100 de las patentes de la construcción. La segunda fue la rama de obras públicas, con casi el
25 por 100. Las dos restantes, referidas a técnicas de construcción de inmuebles y de cons
trucción en general, obtuvieron, como es lógico, el otro 25 por 100.
3.- El sector primario —agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca— obtuvo tan
sólo el 1 ,9 por 1 00 de las patentes de todo el período. Además, su importancia dentro del
PATENTHS Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA. 1X82-1935 253
conjunto de la economía fue decreciente: en 1882 había obtenido el 3,9 por 100, mientras
que en 1935 tan sólo representó el 1,5 por 100. Fue el sector con menor nivel de incorpora
ción de nuevas tecnologías en la producción (grado de tecnificación), y, además, el único que
tuvo un descenso en el valor de esta ratio —el 9,2 por 100— entre 1882 y 1935. El máximo
valor de este indicador lo alcanzó en 1887, y el mínimo en 1897. Este y otros datos parecen
mostrar de manera clara la fuerte incidencia del arancel proteccionista de 1 891 sobre la inno
vación tecnológica agraria. Las ramas agrarias que obtuvieron la mayor parte de las patentes
fueron tres: actividades agrícolas en general, con el 34, 3 por 100 de las patentes; cultivo de
cereales y leguminosas, con el 19,2 por 100; y cultivo de la vid, con el 14,7 por 100.
4.- Por último, los servicios recibieron el 3,4 por 100 de las patentes. Estas tuvieron una
importancia creciente a lo largo de los años, de acuerdo con su también creciente partici
pación en la economía nacional. Tenía un grado de tecnificación muy bajo en comparación
con la industria y la construcción, aunque superior al de la agricultura. La rama más impor
tante fue la de servicios prestados a las empresas, donde tuvieron un dominio casi absoluto
las patentes relacionadas con la publicidad. La rama denominada Otros servicios tuvo casi la
misma importancia que la anterior; y, dentro de ésta, las patentes dirigidas a los servicios
hospitalarios fueron las más numerosas.
CAPITULO 8: PATENTES NACIONALES
Y EXTRANJERAS, 1882-1935. UNA EXPLICACIÓN
DEL ATRASO TECNOLÓGICO ESPAÑOL
datos de patentes registradas en España. Las conclusiones sobre el nivel tecnológico de los
países y las ventajas entre unos sobre otros, se refieren, por tanto, a sus actividades dentro
del territorio español. Por tanto, nuestra información de cada país se refiere a la tecnología
patentada en España procedente de cada uno: en ningún caso a la situación de la tecnología
del país en sí. No obstante, a partir de las patentes solicitadas en España, también se puede
alcanzar un conocimiento aproximado del desarrollo tecnológico de los países.
El cuadro 8.1 recoge la distribución de las patentes solicitadas en España entre 1882 y
1935 por países de procedencia. Después de los solicitantes españoles, que obtuvieron casi
la mitad de las patentes, siguieron en importancia —por este orden— los de Francia,
Alemania, Inglaterra y Estados Unidos, cada uno con más de 1000 patentes (6,8 por 100) en
total. Muy distanciados de éstos se situaron, por este orden: Italia, Suiza, Holanda, Bélgica,
Austria y Suecia. Hubo muchos otros que registraron patentes en España, pero su importan
cia fue muy pequeña, por lo que nosotros vamos a basar nuestro análisis en los once citados1.
Cuadro 8.1
Patentes solicitadas en España distribuidas por países', 1882-1935
España 266 31,2 432 37.4 655 36,0 1010 39.9 1598 67,7 1610 47,2 1909 53,7 7480 47.66
Francia 209 24,5 230 19,9 332 18,3 410 16,2 147 6,2 467 13,7 265 7,4 2060 13,13
Alemania 70 8,2 121 10,5 261 14,3 439 17,3 78 3,3 335 9,8 440 12,4 1744 11,11
Inglaterra 90 10,6 140 12,1 178 9,8 240 9,5 158 6,7 281 8,2 225 6,3 1312 8,36
EEUU 125 14,7 121 10.5 131 7.2 112 4,4 169 7.2 244 7,1 171 4,8 1073 6,84
Italia 8 0,9 14 1,2 29 1,6 97 3,8 33 1.4 108 3,2 102 2,9 391 2,49
Suiza 4 0.5 10 0,9 11 0,6 12 0,5 52 2,2 99 2,9 103 2,9 291 1,85
Holanda 4 0,5 1 0,1 5 0,3 3 0,1 14 0,6 44 1,3 109 3,1 180 1,15
Bélgica 22 2,6 22 1,9 36 2,0 11 0.4 4 0,2 49 1.4 34 1,0 178 1.13
Austria 18 2,1 14 1,2 25 1.4 39 1,5 8 0,3 23 0,7 35 1,0 164 1,05
Suecia 2 0,2 6 0,5 14 0,8 40 1,6 29 1,2 35 1,0 29 0,8 155 0,99
Total países
importantes 818 96,0 1111 96,1 1677 92,2 2413 95,2 2290 97,0 3297 96.6 3422 96,2 15028 95,76
Total países 852 100,0 1156 100,01819 100,0 2534 100,0 2362 100,0 3413 100,0 3558 100,0 15694 100,0
1 Países que solicitaron más del I por 100 de las patentes. 2 Parte de los datos son estimados (ver texto).
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
¿Cuál es la razón de esta ordenación de países? Parece que está relacionada con las
inversiones directas en España. Pero esto no es evidente y requiere una demostración, pues
la relación entre cantidad de patentes y capital invertido en la economía no es directamen
te proporcional, ya que las necesidades técnicas dependen mucho del sector, según se ha
En el Apéndice 6 (A. B y C) se recogen todos los países que solicitaron patentes en España.
PATENTES NACIONALES Y EXTRANJERAS. 1882-1935. UNA EXPLICACIÓN... 257
explicado en el capítulo precedente: los sectores más modernos han sido los que en cada
época han incorporado una mayor proporción de tecnología en sus procesos productivos y,
por tanto, también los que han recibido más patentes. Esto no quiere decir que hayan sido
los de mayor peso dentro de la economía, aunque sí casi siempre los más dinámicos. A pesar
de esto, el orden de los países según su número de patentes sí parece estar estrechamente
relacionado con el tamaño de sus inversiones en España. No hay una investigación com
pleta sobre la inversión extranjera en nuestro país durante el período que estamos estudian
do2. Sin embargo, las realizadas sobre períodos, sectores y empresas concretas3; estudios ya
clásicos sobre la historia económica de España4; o más recientes sobre el desarrollo de la
empresa en la historia de nuestro país5, han identificado a los capitalistas franceses, ingle
ses, alemanes y belgas como los más importantes inversores extranjeros en España duran
te el siglo XIX y buena parte del XX. También es conocida la entrada de capitales nortea
mericanos, italianos, suizos y holandeses, especialmente desde comienzos del siglo XX. No
se conoce la cuantía exacta de las inversiones directas de todos estos países, aunque las
investigaciones coinciden en que fueron los mayores inversores en nuestro suelo. Y, como
se puede comprobar en el cuadro 8.1, también fueron estos países los que obtuvieron un
mayor número de patentes en España.
La cuestión de la relación entre patentes e inversión extranjera requiere un estudio pro
fundo que no se va a realizar aquí, entre otras cosas por la falta de datos de inversión, desa
gregados por países y sectores. Sin embargo, se asume como probable la hipótesis de la
estrecha relación entre patentes e inversión extranjera. Idea que se apoya en algunos ejem
plos de empresas de la época analizada, y en un estudio de Mikel Buesa (1992) sobre las
patentes solicitadas en España entre 1967 y 1986, donde ha demostrado la estrechísima rela
ción entre inversión extranjera y número de patentes registradas en España por distintos paí
ses. Mikel Buesa ha comprobado «la estrecha relación existente entre la importancia que
cada uno de los países analizados tiene en cuanto originario de las patentes concedidas a
extranjeros, y su relevancia como proveedor de inversiones directas y de tecnología transfe
rida hacia España»6. Si la vinculación es clara entre las cifras globales de inversión y
patentes, todavía lo es más desde el punto de vista de sectores concretos, «pudiéndose afir
mar que cuanto mayor es el volumen de capital extranjero invertido en una rama industrial,
mayor es también el número de patentes de origen foráneo contabilizadas en ella»7. Las cir
cunstancias históricas, sociales y económicas han cambiado notablemente entre el primer y
último tercio del siglo XX. Sin embargo, el funcionamiento del sistema de patentes no lo ha
hecho, por lo que, en nuestra opinión, las conclusiones de Buesa sobre la relación entre
patentes de extranjeros y tamaño de su inversión en España, se pueden aplicar —con las con
venientes cautelas— al período analizado aquí; máxime cuando la ley de patentes que ha
estado vigente en España hasta 1986 ha sido la de 1929, que, a su vez, era muy similar a las
dos anteriores: las de 1878 y 1902.
Dando un paso más, hay que decir que lo que en definitiva ponen de manifiesto los estu
2 Teresa Tortella está preparando en estos momentos una extensa guía sobre las inversiones extranjeras en
España, que será de gran utilidad para la investigación en este campo. Un avance de esta guía se ha publicado en la
Revista de Historia Económica: Teresa Tortella (1997).
3 Ver, por ejemplo. Broder (1976 y 1981), Campillo (1963). Costa (1982). Sáinz Moreno (1965). Sevillano
Carvajal (1936), Tamames (1990).
j Ver, por ejemplo, Nadal (1975) y Tortella (1973).
5 Ver, por ejemplo, los trabajos de Carreras y Tafunell y de Tortella, en Comín y Martín Aceña (1996).
" Buesa (1992, Cuadro 2, p. 827 y pp. 825-828).
7 Buesa (1992, p. 828).
258 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
8 Cuestión estrechamente relacionada con la idea de los modelos de crecimiento endógeno en los que la tecno
logía está incorporada —embodied— en el capital. Esta es quizá la mejor manera de explicar la relación entre las
dos grandes fuerzas causantes del crecimiento económico: el progreso tecnológico y la formación de capital
(Romer. 1990). En nuestra opinión, una patente es un ejemplo del modo en que estas dos variables se pueden entre
lazar. Algunos recientes estudios cuantitativos, como los de Angus Maddison (1991) y N.R.F. Crafts (1995b), han
destacado la importancia de la vinculación entre capital y tecnología. Un buen resumen del origen y desarrollo de
los modelos de crecimiento endógeno, se puede consultar en De la Fuente (1992).
9 Tortella (1983. p. 433).
1" Ver N° 1 O/Noviembre de 1993 de la colección «Informaciones: Cuadernos de Archivo» editado por el Archivo
Histórico del BBV.
PATENTES NACIONALES Y EXTRANJERAS. 1882-1935. UNA EXPLICACIÓN... 259
perder de vista que todos incrementaron el número global de patentes— puede servir para
detectar los países para quienes el mercado español tuvo una importancia creciente, y
para los que fue decreciente. Así, entre los que aumentaron su participación, estuvieron
Alemania, Italia, Suiza, Holanda y Suecia; mientras que los que tuvieron una partici
pación relativa decreciente fueron Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Bélgica y Austria.
En este proceso hay que tener en cuenta dos factores muy importantes: a) el crecimiento
del porcentaje de patentes de residentes, y b) el establecimiento en tierras españolas de
multinacionales extranjeras que, desde ese momento, pasaban a ser compañías españo
las": Muchas de las patentes de residentes en España, sobre todo después de la I Guerra
Mundial (Capítulo 5), hacían realmente referencia a tecnologías foráneas patentadas por
estas compañías: Coca-Cola España S.A., United Shoe Machinery Company S.A.E.,
Kodak S.A., Standard Eléctrica S.A., Comercial Pirelli S.A., Philips Ibérica S.A.E,
Siemens Industria Eléctrica, etcétera12. Estos dos últimos factores guardan relación tanto
con la expansión internacional de estas grandes compañías industriales, como con la cre
ciente protección del mercado y de la industria española desde la última década del siglo
XIX, que se fue acentuando a lo largo del primer tercio del siglo XX. Esta política fomen
tó el desarrollo de la industria nacional y, probablemente, también el establecimiento en
nuestro país de compañías extranjeras como única vía de competir en un mercado prote
gido frente al exterior.
El número de patentes registradas por los once países señalados da idea de la impor
tancia de sus intereses en España y de sus inversiones tecnológicas en España. Pero, ¿hacia
qué sectores dirigieron estas inversiones? A partir de la distribución sectorial de las
patentes, comprobaremos, en primer lugar, las especialidades tecnológicas de cada uno; y,
en segundo lugar, qué países dominaron en los distintos sectores según el número de
patentes, teniendo en cuenta las ventajas o desventajas tecnológicas que alcanzaron en
cada sector.
" Por eso. el declive relativo de la participación de algunos países en el conjunto de patentes registradas en
España hay que contrastarlo con este dato. Por ejemplo, el declive de las patentes de estadounidenses no fue tan
claro: Estados Unidos fue uno de los países que primero y más fuertemente desarrollaron el modelo de expansión
a través de compañías multinacionales (ver Chandler. 1994). Muchas patentes de compañías norteamericanas eran
registradas con la nacionalidad de aquel país hasta la I Guerra Mundial, pero, a partir de entonces, al establecerse
en España o en otros países europeos, registraban sus patentes como si fueran españolas, inglesas, francesas, res
pectivamente.
12 En el Apéndice 9.1 de Ortiz-Villajos (1997b), se han recogido todas las patentes solicitadas por compañías
establecidas en España: allí pueden encontrarse muchas de estas multinacionales.
260 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 8.2
Distribución por sectores de las patentes de once países solicitadas en España, 1882-1935
(Suma años seleccionados)
En el cuadro 8.2 puede comprobarse los sectores hacia los que cada país dirigió la tecno
logía patentada en el conjunto de años analizados entre 1882 y 1935 l3. Se observan impor
tantes diferencias, así como coincidencias, en las preferencias inversoras de unos países y
otros. Excepto Holanda y Austria, el sector al que los países dirigieron la mayor parte de las
patentes fue el de Maquinaria. Sector que fue, además, el que en conjunto recibió un mayor
número de patentes: el 20,3 por 100. No se debe esto a la gran importancia de este sector en
la economía española, sino a que casi la mitad de las patentes de este período eran máquinas
de algún tipo. Muchas estaban dirigidas a sectores concretos —máquinas para la agricultu
ra, la alimentación, el textil—, donde han sido clasificadas; otras se dirigieron hacia el pro
pio sector de fabricación de maquinaria —más propenso que otros a recibir patentes, por sus
mayores necesidades de tecnología—; y, por último, hubo una notable cantidad de patentes
de máquinas genéricas —máquinas de vapor, motores, bombas—, en las que el inventor no
indicaba un sector concreto de uso del invento, por lo que se han clasificado en el sector de
Maquinaria, aunque, en realidad, pudieron haberse aplicado en otros sectores. Esta es una de
las causas principales de la gran cantidad de patentes de este sector. Sin embargo, la propor
ción de patentes de Maquinaria varió notablemente entre países, lo que indica diferencias
importantes entre unos y otros en la especialización sectorial. Así, los tres países que desti
naron una menor proporción de patentes hacia este sector fueron Holanda (el 10,7 por 100),
Austria (el 14,2 por 100) y España (el 16,4 por 100). Y los tres con una mayor proporción
fueron Suecia (el 35,8 por 100), Suiza (30,3 por 100) e Inglaterra (26,7 por 100).
El segundo sector en importancia fue, en conjunto, el de Material eléctrico y electrónico,
con el 9,5 por 100 de las patentes. Los tres países con una mayor proporción de patentes en
este sector fueron Holanda (el 61,2 por 100), Estados Unidos (el 13,8 por 100) y Alemania
(el 12,2 por 100). Y los tres países con menor proporción: Austria (6,8 por 100), España (7,1
por 100) y Bélgica (8,5 por 100). El caso de Holanda es muy llamativo, pues en ningún otro
país se dio una concentración tan grande de patentes en un solo sector. La explicación está
en la entrada en el mercado español —e instalación de una sucursal— de la empresa Philips14
al terminar la I Guerra Mundial. La gran mayoría de las patentes holandesas del sector
correspondieron a esta compañía, especializada en la fabricación de lámparas eléctricas con
múltiples aplicaciones. El gran número de patentes de esta empresa es un reflejo de su alto
nivel tecnológico y de su vocación innovadora, que tuvo una sólida base científica".
El tercer sector fue la Industria textil, con el 9 por 100 de las patentes. Los tres países con
mayor porcentaje de patentes dirigidas hacia esta industria fueron: España, con el 12,7 por
100 de sus patentes, Francia (el 6,4 por 100) e Inglaterra (el 6,2 por 100). Los tres países con
" El Apéndice 7 recoge la distribución sectorial de las patentes de cada país en cada uno de los años.
1j El nombre completo de la empresa era Philips,Gloeilampenfabrieken, N.V., de la ciudad holandesa de
Eindhoven. La denominación de la sucursal española fue Philips Ibérica, S.A.E. En el Apéndice 8.1 de Ortiz-
Villajos ( 1997b) puede comprobarse el gran número de patentes solicitadas por esta compañía en 1922 y, sobre todo,
en 1935.
15 La empresa fue creada en 1 89 1 por el doctor holandés Antonio Federico Philips ( 1 874- 1 95 1 ) para la fabrica
ción de lámparas eléctricas incandescentes. Pronto amplió el ámbito de producción hacia la fabricación de válvulas
electrónicas, tubos de rayos X y rectificadores. Con la idea de perfeccionar estos productos y de investigar en nue
vos campos, Philips creó en 1914 un Laboratorio de Física, donde se han realizado desde entonces investigaciones
sobre técnicas de alumbrado eléctrico, radio y televisión, y sobre otros campos como la electromedicina. cine sono
ro, telecomunicación, aparatos de medida, materias plásticas, e infinidad de productos relacionados con las aplica
ciones eléctricas.
262 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
menor proporción fueron: Holanda, que no solicitó ninguna patente textil, Bélgica (el 2,3 por
100) e Italia (el 4,0 por 100). Estos datos ponen de manifiesto la gran especialización de los
inventores e industriales españoles en el textil. El relativamente escaso interés de los otros
países por la inversión tecnológica en este sector, indica las pocas oportunidades que para
ellos había en un mercado dominado por los capitalistas indígenas —catalanes en su gran
mayoría16—, unido al notable nivel tecnológico desarrollado por éstos. Por ejemplo, los
inventos de Ferrán Casablancas son una muestra del alto nivel tecnológico alcanzado en
Cataluña en la industria textil. Este inventor y empresario inventó en 1913 un sistema de
grandes estirajes que revolucionó la hilatura de algodón. «El invento tuvo una gran difusión
internacional. Su patente fue adquirida por 679 empresas pertenecientes a 34 países distin
tos, sin contar las empresas españolas»17.
El cuarto sector en importancia fue el llamado Otras manufacturas, que recibió el 8,5
por 100 de las patentes. El país con una mayor proporción de sus patentes en este sector
fue Austria (el 12,3 por 100), seguido de Italia (con el 11,6 por 100) y España (el 10,1
por 100). Los tres con un menor porcentaje fueron: Suecia (2 por 100), Holanda (3,4 por
100) y Suiza (4,9 por 100). Como se ha explicado en el capítulo precedente, el sector de
Otras manufacturas incluye industrias muy diferentes entre sí18, por lo que es necesario
un estudio más detenido que, sin duda, mostrará mayores contrastes entre unos países y
otros.
El sector de Material de transporte fue el quinto en importancia, con el 8,2 por 100 de las
patentes. Los tres países que dedicaron una mayor proporción de patentes a este sector fue
ron: Italia (el 15,8 por 100), Estados Unidos (el 12 por 100) e Inglaterra (el 11,7 por 100). Y
los tres que menos dedicaron: Holanda (5,1 por 100), Suecia (5,3 por 100) y España (6,3 por
100). La importancia de Italia en estas industrias se debe al temprano establecimiento en
España de una empresa —Pirelli—, que solicitó una gran cantidad de patentes de ruedas,
carrocerías de automóvil, etcétera, así como a la notable actividad en nuestro país de empre
sas como FIAT y otras compañías de fabricación de automóviles menos conocidas, junto con
otras dedicadas a la construcción naval.
El sector Químico fue el séptimo en importancia, con el 7,6 por 100 de las patentes soli
citadas en España. El país que dedicó una mayor proporción de sus patentes a este sector (el
14,2 por 100) fue Austria, seguido de Suiza (el 12,5 por 100), Suecia (el 11,9 por 100) y
Alemania (el 1 1 ,6 por 100). Los de menor proporción de patentes químicas fueron: Inglaterra
(el 4,4 por 100), Holanda (el 5,6 por 100) y Estados Unidos (el 6,3 por 100). Los países que
manifestaron una mayor especialización en el sector de Energía y agua —el octavo en impor
tancia, con el 5,3 por 100 de las patentes totales— fueron Bélgica —el 11,4 de sus patentes
las orientó hacia este sector—, Francia (el 7,3 por 100) y Estados Unidos e Inglaterra —los
dos con el 6,6 por 100—. Los que menos patentes dedicaron a este sector fueron: Italia (el
2,6 por 100 de sus patentes), Suecia (el 3,3 por 100) y España (el 3,8 por 100). Los países
de mayor especialización tecnológica en la Alimentación fueron Austria (con el 6,2 por 100
de sus patentes), España (el 5,8 por 100) e Italia (el 5,5 por 100). Los que dedicaron una
menor proporción de patentes al sector alimentario fueron: Bélgica y Holanda (los dos con
el 1,1 por 100) y Suiza (con el 1,7 por 100).
16 Los catalanes solicitaron el 70 por 100 de las patentes textiles de residentes en España.
17 Deu(1994, p 1).
18 Transformación del caucho y del plástico; joyería y bisutería; fabricación de instrumentos de música; labo
ratorios fotográficos y cinematográficos; fabricación de juegos, juguetes y artículos de deporte e industrias manu
factureras diversas.
PATENTES NACIONALES Y EXTRANJERAS. 1882-1935. UNA EXPLICACIÓN.. 263
El mismo ejercicio comparativo se puede realizar para los restantes sectores a partir de los
datos del cuadro 8.2, Aquí, tan solo, se ha querido dar algunas pautas y resaltar algunos de
los aspectos más relevantes; una lectura atenta de los datos podrá descubrir otros aspectos
aquí no reflejados. No obstante, falta la importante tarea de comprobar hasta qué punto los
datos de patentes tienen relación con las inversiones de estos países en los distintos sectores.
El porcentaje de patentes de cada país en cada sector (cuadro 8.3) muestra que los resi
dentes en España dominaron en todos los sectores. Esto se debió a su enorme peso en el con
junto de patentes (el 47,5 por 100) en comparación con cualquiera de los otros diez países.
Los siguientes cuatro más importantes —Francia. Alemania, Inglaterra y Estados Unidos—
sumaron entre todos el 39,7 por 100, por lo que, de los países extranjeros que patentaron en
España, éstos fueron los que dominaron en todos los sectores. Los últimos seis países de
importancia significativa —Italia, Suiza, Holanda, Bélgica, Austria y Suecia— obtuvieron el
8,7 por 100 de las patentes. Este bajo peso cuantitativo fue la causa de que ninguno de los
seis superara a los otros cuatro países en ningún sector.
Cuadro 8.3
Proporción de patentes y VTR de cada país en los sectores de la economía española, 1882-1935
(Suma años seleccionados)
Estados
Total países España Francia Alemania Inglaterra Unidos
CNAE Sector
% VTR % VTR % % %
N°pat sector sector sector VTR sector VTR sector VTR
1 Agricultura, ganadería, etc. 286 61 <-, 11 11.1 1,0 6.1 0,6 5.9 07 4,9 07
2 Energía y agua 818 34,5 0.7 18,2 1.4 12,3 1,1 10,5 1,2 8,7 1,3
3 Metálicas básicas 310 11,5 0.7 14,8 1.1 15,2 1,4 17,1 ,o 5,5 08
4 Minerales no metálicos 588 53.4 1.1 11.6 0,9 6.6 0,6 8,3 1,0 9,2 13
5 Química 1174 449 09 11 9 0.9 169 I5 49 06 58 08
6 Transformados metálicos 684 51,3 1.1 10.7 0.8 9.9 0,9 9,1 1.1 7,5 1.1
7 Maquinaría 3129 38,4 0.8 16.2 1.2 13.6 1 •> 11.2 11 6,6 10
8 Material eléctrico y electrónico 1471 35,2 ),7 12,5 1,0 14,2 1,3 10.5 1,2 10,1 1.4
9 Material de transporte 1269 36.6 ),8 17,0 1.3 10.2 0,9 12,1 1.4 10.2 1,5
10 Alimentación 720 59.4 .3 9,2 0.7 9,4 0,9 3,9 0,5 5.7 0.8
11 Bebidas y tabaco 390 54,6 .1 14,4 1.1 6,4 0,6 4,6 0,5 8,7 1,3
12 Industria textil 1392 67.1 .4 9,3 0,7 7,4 0,7 5.8 0,7 3,9 0,6
13 Madera y muebles 330 62,7 1 8,2 0,6 10.6 10 54 06 3,6 05
14 Papel y gráficas 446 52,0 .1 10,5 0,8 13,2 1.2 6,1 0,7 5,6 0,8
U Oiras manufacturas 1318 56.4 2 11.5 0,9 7.7 0.7 6,7 o.s 6.4 0,9
I6 Construcción 576 49.1 n 15.6 1.2 6,6 0.6 5.7 07 7,5 1 Í
17 Comercio al por mayor 10 70,0 ,5 10,0 0,8 10,0 0,9 10,0 1,4
19 Comercio al por menor 79 595 1 10,1 0,8 8,9 08 7,6 09 3,8 05
20 Restauración y hostelería 14 78,6 ,7 7.1 0.6
21 Transporte y comunicaciones 50 44,0 ).9 12,0 0.9 12,0 1.1 14.0 1,7 12,0 1,7
22 Instit. financ. y servicios a empresas 189 84,1 ,8 3,7 0.3 2,1 0.2 5.3 0,6 1,1 0,2
23 Otros servicios 186 55,9 2 11,3 0,9 11,8 1,1 4,8 0,6 3,2 0,5
Total 15429 47.5 13,2 8,5 6,9
264 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Pero el número total de patentes habla, en todo caso, de la cuantía de las inversiones, no
del nivel tecnológico que alcanzaron los países en sus actividades dentro de la economía
española. Por eso, en el cuadro 8.3, además de incluir la participación de los países en cada
sector, se ha recogido el valor del indicador de Ventajas Tecnológicas Reveladas (VTR), que
permite obtener una idea aproximada —aunque matizable— de la posición de ventaja o des
ventaja tecnológica de cada país en los distintos sectores. El indicador VTR ha sido emple
ado por Mikel Buesa (1992) en su estudio sobre las patentes concedidas en España entre
1967 y 1986, para expresar la posición tecnológica de los países (sólo los que solicitaron
patentes en el Registro de la Propiedad Industrial español) en los distintos sectores de la eco
nomía española. Este indicador se define de la siguiente manera:
PATENTES NACIONALES Y EXTRANJERAS. 1882-1935. UNA EXPLICACIÓN... 265
donde Pij es el número de patentes del país i en el sector j. Es decir, el indicador VTR es la
proporción de patentes de un país en un sector, dividida por la participación de ese país en
el total de patentes. De esta forma, se interpreta de manera análoga al índice de Ventaja
Comparativa Revelada19 de Balassa (1965), pero con la peculiaridad de que en el caso de la
VTR sólo se consideran los inventos patentados en un país, en este caso España: a) si
VTR<1, el país participa en ese sector con una proporción de patentes inferior a su partici
pación en el total: el país tiene desventaja tecnológica en ese sector; b) si VTR>1 , el país par
ticipa en el sector con una proporción superior a su participación en el conjunto: tiene ven
taja tecnológica en dicho sector. Realmente es una medida no tanto de las ventajas o des
ventajas tecnológicas —para lo cual habría que tener en cuenta también otras variables,
como la inversión de capital, la participación de ese país en la producción de ese determina
do sector—, cuanto de la especialización sectorial del esfuerzo tecnológico. Esto, lógica
mente, puede dar una idea aproximada del nivel tecnológico de los países en cada sector.
Según el valor de este indicador, se puede establecer, por tanto —con las cautelas expli
cadas—, los países que alcanzaron mayores ventajas o desventajas tecnológicas en cada sec
tor. Así, en la Agricultura, España fue el que alcanzó una mayor ventaja, seguida de Francia
y Austria; los restantes países mostraron desventajas tecnológicas. En la Energía y agua, fue
Bélgica el que tuvo una mayor ventaja tecnológica, seguida de Francia, Estados Unidos,
Inglaterra, Suiza, Alemania y Austria; el resto tuvo desventajas. En las Metálicas básicas,
fueron Inglaterra y Suecia los que tuvieron mayores ventajas, seguidos de Bélgica, Alemania
y Francia. En las industrias de Minerales no metálicos, dominó Suecia, seguida de Estados
Unidos, Bélgica, España e Inglaterra. En el sector Químico, Austria alcanzó el mayor valor
del indicador VTR, seguida de Suiza, Suecia, Alemania e Italia. No vale la pena continuar
repasando todos los sectores, pues estos datos se pueden comprobar fácilmente en el cuadro
8.3. Como resumen se puede decir que algunos países orientaron su actividad tecnológica
preferentemente hacia sectores modernos o de alta tecnología, mientras que otros lo hicieron
hacia los sectores más tradicionales. Estas preferencias causaron las ventajas o desventajas
tecnológicas sectoriales.
n Como explica N.F.R. Crafts, «para cada país estudiado los sectores se ordenan en función de su parte en las
exportaciones totales mundiales de ese producto; los sectores con una cuota de mercado mayor que la cuota de mer
cado global del país, se dice que tienen Ventaja Comparativa Revelada» (Crafts. 1989. p. 128, traduzco).
20 En el cuadro 8.5 hay una clasificación de los sectores económicos en función de su complejidad técnica.
266 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 8.4
Patentes por sectores de ,esidentes y no residentes en España, y Ventajas Tecnológicas
Reveladas (VTR), 1882-1935 (suma años seleccionados)
Total patentes residentes Total patentes no residentes Total patentes
CNAE Sector %/ %/ %/no %/
N.° pat resid. sector VTR N.° pat resid. sector VTR N.° pat %
1 Agricultura, ganadería, pesca, etc. 176 2.4 61,5 1.3 110 1,4 38,5 0.7 286 1.9
2 Energía y agua 282 3,8 34,5 0,7 536 6,6 65,5 1,2 818 5,3
3 Metálicas básicas 104 1,4 33,5 0,7 206 2,5 66,5 1,3 310 2,0
4 Minerales no metálicos 314 4,3 53,4 1,1 274 3,4 46,6 0,9 588 3,8
5 Química 527 7,2 44,9 0,9 647 8,0 55,1 1,0 1174 7,6
6 Transformados metálicos 351 4,8 51,3 1,1 333 4,1 48,7 0,9 684 4,4
7 Maquinaria 1201 16,4 38,3 0,8 1928 23,8 61,7 1,2 3129 20,3
8 Material eléctrico y electrónico 518 7,1 35,2 0,7 953 11,8 64,8 1,2 1471 9,5
9 Material de transporte 464 6,3 36,6 0,8 805 9,9 63,4 1,2 1269 8,2
10 Alimentación 428 5,8 59,4 1,3 292 3,6 40,6 0,8 720 4,7
11 Bebidas y tabaco 213 2,9 54,6 1,2 177 2,2 45,4 0,9 390 2,5
12 Industria textil 934 12,7 67,1 1,4 458 5,7 32,9 0,6 1392 9,0
13 Madera y muebles 207 2,8 62,7 1,3 123 1,5 37,3 0,7 330 2,1
14 Papel y gráficas 232 3,2 52,0 U 214 2,6 48,0 0,9 446 2,9
15 Otras manufacturas 743 10,1 56,4 1,2 575 7,1 43,6 0,8 1318 8.5
Id Construcción 284 3,9 49,3 1,0 292 3,6 50,7 1,0 576 3,7
17 Comercio al por mayor i 0,1 70,0 1,5 3 0,0 30,0 0,6 10 0,1
19 Comercio por menor y reparaciones 47 0,6 59,5 1,3 32 0,4 40,5 0,8 79 0,5
20 Restauración y hostelería 11 0,2 78,6 1,7 3 0,0 21,4 0,4 14 0,1
21 Transporte y comunicaciones 22 0,3 44,0 0,9 28 0,3 56,0 U 50 0,3
22 Instit. Financ. servicios a empresas 159 2,2 84,1 1,8 30 0,4 15,9 0,3 189 1,2
23 Otros servicios 104 1,4 55,9 1,2 82 1,0 44,1 0,8 186 1.2
Total 7328 1(X).0 47,5 8101 100,0 52,5 15429 100.0
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
El indicador VTR es un índice aproximado, por lo que es necesario ponderar su valor tanto
por el número de patentes de cada país en cada sector, como por otras variables que no están
disponibles: las cifras de inversión de capital, otras vías de innovación —importación de
maquinaria, técnicos extranjeros—, la cuota del mercado español que alcanzaron las empre
sas de estos países, etcétera. Sin embargo, a partir de una valoración del nivel técnico de los
inventos y de otros datos de los documentos de patentes —las que correspondieron a empre
sas, individuos, etcétera—, se pueden matizar las conclusiones que acabamos de obtener.
inventores, empresas o países. Sin embargo esta idea es matizable, pues en un mismo sector
se pueden emplear inventos de muy alta o de muy baja complejidad técnica. Incluso en los
sectores más tradicionales, como el agrario, se pueden utilizar inventos muy sencillos —unas
tijeras de podar— o muy complejos desde el punto de vista técnico —un sistema de riego
controlado por ordenador—. Si todas las patentes utilizables en la agricultura fueran de este
último tipo, ¿tendríamos que concluir que se trata de un sector de alta tecnología?
La definición de un sector como de alto o bajo nivel técnico depende, en gran medida, de
si se contempla desde el punto de vista de la tecnología que utiliza o de la que produce. El
uso de inventos que en sí son de alta tecnología —por ejemplo, un tractor para la agricultu
ra— muchas veces requiere una preparación técnica muy elemental, precisamente porque
gran parte de los esfuerzos de los ingenieros que los diseñan están orientados a facilitar su
manejo a personas que, quizá, no sepan ni leer las instrucciones. Este ejemplo sirve para
explicar porqué la mejor manera de medir el nivel tecnológico de una empresa o sector es a
partir de la valoración de la complejidad técnica de sus productos —o la tecnología que
genera— y no de los aparatos que utiliza. Por tanto, la contestación a la pregunta del primer
párrafo es negativa: la agricultura —al menos para la época aquí estudiada— es un sector de
muy bajo nivel técnico, pues los productos que «fabrica» —los naturales— son los de menor
nivel tecnológico21 y, además, la tecnología que se puede llegar a generar desde la agricul
tura —un sistema de rotación de cultivos, por ejemplo— puede ser considerada —en gene
ral— como la de menor complejidad técnica. Todo ello, sin perder de vista, que el agrario,
como cualquier sector, requiere de un know how —unos conocimientos— que han de adqui
rirse por experiencia o estudio, y en los que siempre se puede progresar. Incluso podría darse
el caso de que algún determinado cultivo o la consecución de unos determinados niveles de
productividad, necesitaran unos conocimientos técnicos o científicos tan altos que hicieran
que esa actividad hubiera de ser calificada de alta tecnología.
Como se ve, la determinación de la complejidad tecnológica de los sectores no es senci
lla, pues es subjetiva y difícil de generalizar: en un determinado sector existen tantos nive
les de complejidad tecnológica como productos; incluso, para un mismo producto, se pue
den distinguir empresas de mayor y menor nivel tecnológico, en función de las máquinas o
técnicas empleadas. No obstante, aun a riesgo de caer en una excesiva simplificación, hemos
hecho una valoración de la complejidad tecnológica de las patentes registradas en España
entre 1882 y 1935. Esto ha permitido estimar el grado de complejidad o nivel tecnológico de
los sectores, de las empresas y de los países que patentaron en España. Para este trabajo se
ha asignado a cada patente un grado de complejidad técnica, de tal forma que agrupando las
solicitadas por una empresa, sector o país se pueda alcanzar una medida de su nivel tecno
lógico medio. Propiamente, se ha asignado un nivel tecnológico a cada uno de los 460 tipos
de tecnología de la clasificación empleada por nosotros22. Los grados o niveles tecnológicos
establecidos son seis: Muy bajo (valor 1 ), Bajo (2), Medio (3), Medio alto (4), Alto (5) y
Muy alto (6).
Para asignar a cada tipo de tecnología alguno de estos niveles, nos hemos inspirado, fun
damentalmente, en un estudio de Mikel Buesa donde establece un nivel de complejidad tec
nológica para cada una de las ramas industriales en que clasifica las patentes concedidas en
21 Sin entrar en cuestiones metafísicas, pues todavía no se ha inventado —ni se inventará nunca— una máqui
na tan perfecta ni de tan alto nivel tecnológico como, por ejemplo, una vid de La Rioja o un olivo de Jaén.
22 Que es un resumen de la Clasificación Internacional de Patentes (CIP), y se ha recogido en el Apéndice 5.
Véanse los capítulos 4 y 6 para una explicación detallada de la metodología seguida en el establecimiento de esta
clasificación y de la naturaleza de la CIP, respectivamente.
268 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
España entre 1967 y 198623. No obstante, se han introducido algunas modificaciones, ya que
nuestra clasificación es más detallada y, además, la época del presente estudio es anterior.
Realmente, este segundo motivo no ha introducido muchas variaciones a la clasificación de
Buesa, ya que se ha supuesto que, grosso modo, el nivel tecnológico de todos los sectores se
ha desplazado en paralelo entre 1882 y 1967; es decir, los que en 1982 eran de alta tecnolo
gía —como las técnicas de comunicaciones eléctricas— o de baja tecnología —la alimenta
ción—, siguen teniendo hoy la misma calificación, con la diferencia de que la frontera tec
nológica en unos y en otros se ha desplazado enormemente. Conviene insistir en que estas
valoraciones son generales y matizables, pues en unos sectores se habrá producido un avan
ce tecnológico más notable que en otros.
Antes de calcular el nivel tecnológico de los sectores y de los países, conviene conocer la
distribución de las patentes solicitadas en España entre 1882 y 1935 según su nivel de com
plejidad técnica. En el cuadro 8.5 puede comprobarse que la mayor parte de las patentes fue
ron de complejidad tecnológica media alta, alta y muy alta —en total, el 65 por 100—, fren
te al 35 por 100 de las tres categorías de menor complejidad.
Cuadro 8.5
Distribución de las patentes solicitadas en España según su grado de Complejidad Tecnológica,
1882'1935
Esta proporción no fue constante en el tiempo, sino que sufrió apreciables variaciones.
Llama la atención que fuera 1882 el año con más patentes en las categorías de mayor com
plejidad tecnológica: el 70.1 por 100. Este hecho se explica por varios factores, entre los que
23 Buesa (1992, Cuadro 3, pp. 830-831 y Anexo, p. 853). El criterio seguido por Buesa para la determinación
del nivel de complejidad tecnológica es triple: i) cantidad de trabajo técnico incorporado a una unidad de inversión;
ii) participación de los ingenieros y técnicos en la población ocupada de cada rama; iii) valoración de un panel de
expertos sobre la complejidad de los procesos y productos de cada rama (Buesa y Molero, 1989. pp. 49 y 50).
PATENTES NACIONALES Y EXTRANJERAS. 1882-1935. UNA EXPLICACIÓN... 269
destacan dos. El primero se relaciona con el hecho de que los residentes en España fueron
los que más patentes solicitaron a lo largo de los años, y los que obtuvieron menos de estas
categorías (ver cuadro 8.9); es decir, fueron los que más negativamente influyeron en la par
ticipación de las patentes de alta tecnología en el conjunto. Pero en 1 882 tan sólo obtuvie
ron el 31 por 100 de las patentes y, además (ver Apéndice 8), fue también en aquel año cuan
do registraron una mayor proporción de patentes de estas tres clases: el 63,2 por 100. Por lo
tanto, aunque también en 1882 estuvieron por debajo de la media, el efecto negativo de las
patentes españolas en el peso de las categorías de alta tecnología se vio en aquel año consi
derablemente atenuado.
El segundo factor hace referencia al gran número de patentes inglesas y norteamericanas
en estas categorías, que en 1882 alcanzaron cifras muy altas: el 85,4 y el 84,8 por 100, res
pectivamente. Además, en aquel año Estados Unidos alcanzó su participación máxima en
el conjunto de patentes solicitadas en España (el 14,7 por 100), e Inglaterra casi igualó su
máximo histórico. Si entramos en mayor detalle, se puede comprobar que el 40 por 100 de
las patentes estadounidenses de 1882 (Apéndice 8) correspondió a la categoría de muy alta
complejidad tecnológica, situándose muy por encima de cualquier otro país. La explicación
de este hecho se encuentra en el notable número de patentes registradas aquel año por algu
nos de sus más geniales inventores: Thomas A. Edison, Hiram S. Maxim24 y Edward
Weston25.
En cuanto a la evolución en el tiempo, a grandes rasgos se puede decir que hubo un pro
ceso de declive de las patentes de mayor complejidad hasta 1897 (el proceso contrario se
dio, como es lógico, en las de complejidad tecnológica menor). Pero a partir de principios
del siglo XX se invirtió la tendencia, hasta que en 1935 las patentes de complejidad tec
nológica media alta, alta y muy alta casi alcanzaron la importancia que habían tenido en
1882,
Los datos de patentes registradas en España entre 1967 y 1986 (cuadro 8.6), clasificadas
por Buesa (1992) en cuatro categorías —complejidad tecnológica baja, intermedia, alta y
muy alta—, muestran que en el último tercio del siglo XX, el 76 por 100 de las patentes
correspondieron a los niveles alto y muy alto. Entre 1882 y 1935, estos dos niveles repre
sentaron el 42,3 por 100 de las patentes. Si les sumamos las de complejidad media alta, entre
las tres categorías alcanzaron el 65 por 1 00. La comparación de nuestros datos con los de
Buesa parece indicar que desde principios del siglo XX se ha dado un proceso concentración
de la tecnología en las ramas de mayor complejidad. Este proceso se observa con mayor cla
ridad si sólo nos fijamos en la categoría de muy alta complejidad tecnológica, que en 1897
obtuvo tan sólo el 11,1 por 100 de las patentes (situándose por debajo de las patentes de baja
complejidad); en 1935, el 23,5 por 100 (siendo, por primera vez, la categoría con mayor
número de patentes) y en 1967-86 alcanzó la proporción de 40,4 por 100 (el nivel tecnoló
gico con mayor número de patentes).
2j El famoso inventor de la ametralladora desarrolló una gran actividad inventiva y empresarial en Estados
Unidos hasta finales del siglo XIX. cuando se trasladó a Inglaterra, donde se asoció con la empresa Vickers, crean
do la compañía Vickers & Maxim Ltd.
25 Inventor prolífico y gran empresario. Creó en 1888 en Nueva York la compañía Weston Electrical
Instrument Company, dedicada a la fabricación de instrumentos eléctricos de medida. Sin embargo, antes había
inventado y fabricado con éxito una dinamo para utilizarla en la fábrica de plateado eléctrico donde trabajaba.
Este invento y otros similares fueron los que patentó en España en 1882. En 1886. al haber sido superado por
otros inventores —Thomas A. Edison— en el campo de la iluminación eléctrica, se dirigió hacia el campo de los
instrumentos.
270 JOSE MARÍA ORTIZ VILLAJOS
Cuadro 8.6
Distribución de las patentes solicitadas en España entre 1967 y 1986 según el nivel
de complejidad tecnológica y por países
26 No está el sector servicios porque durante los años estudiados no generó tecnología propia; es decir, no hubo
inventos de servicios en sí —que, según la CIP. no son patentables—, sino que este sector utilizaba tecnología pro
ducida en los sectores industriales.
PATENTES NACIONALES Y EXTRANJERAS. IX82-1935. UNA EXPLICACIÓN... 27 1
Cuadro 8.7
Nivel medio teórico de Complejidad Tecnológica de 16 sectores, según la tecnología generada
por cada uno (1= Nivel muy bajo; 6= Nivel muy alto)
11 Esto ha podido hacerse gracias a la correspondencia establecida entre CIP y CNAE (capítulo 4).
272 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 8.8
Nivel medio real de Complejidad Tecnológica de 16 sectores según la tecnología generada
en cada uno, 1882-1935 (1= muy bajo; 6= muy alto)
AKr. CNAE Sector 1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 CT1\tedia real
1 Agricultura, ganadería, etc. 1.0 1.0 1.0 1,0 1.0 1.0 1,0 1.0
10 Alimentación 1,1 1,2 1.1 l.l 1,3 1.1 1,2 1,2
11 Bebidas y tabaco 1,9 1,8 1,9 1,8 1,9 1,8 1,9 1,9
13 Madera y muebles 1.7 2,2 2,1 2,1 2,0 2,1 1,8 2,0
12 Industria textil 2,0 2,0 2,0 2,0 2,0 2,0 2,0 2,0
14 Papel y gráficas 2,1 2,1 2 2 2,0 2,1 2,1 2.1 2.1
15 Otras manufacturas 3,0 2,6 2,5 2,4 2,5 2,5 3,2 2,7
6 Transformados metálicos 3,0 3,0 3,0 2,8 2,9 2,8 3,0 2,9
4 Minerales no metálicos 2,9 3,0 2,9 3,0 3,0 3,2 3,2 3,0
3 Metálicas básicas 3,0 3,2 3,1 3,0 3,2 3,1 3,3 3,1
2 Energía y agua 3,3 2,9 2,9 3,0 3,1 3,7 3,4 3,2
16 Construcción 4,1 3,4 3,5 3,6 3,4 3.3 3,5 3,6
9 Material de transporte 4,2 4,2 4,0 4,2 4,3 4,4 4,5 4,2
7 Maquinaria 4,7 4,6 4,7 4,8 4,8 4,8 4,8 4,7
5 Química 4,9 4,8 4,8 5,0 5,3 5,1 5,2 5.0
8 Material eléctrico y electrónico 5.6 5,6 5,5 5,4 5,3 5,5 5,5 5,5
CT Media real año 3.0 3,0 2.9 2,9 3.0 3,0 3,1 3,0
Fuentes: BOPI, Libros de Registro de Patentes (OEPM) y Apéndice 5.
Cuad,o 8.9
Complejidad tecnológica y Ventajas Tecnológicas Reveladas (VTR) de las patentes de once países
solicitadas en España*, 1882-1935 (suma años seleccionados)
España Francia Alemania Inglaterra Estados Unidos
Complej. Técnica
N°Pat % VTR N°Pat % VTR N* Pat % VTR N°Pat % VTR N°Pat % VTR
1. Muy baja 332 4,5 1,24 72 3,5 0,97 57 3,3 0,92 19 1,5 0,40 27 2,5 0,69
2. Baja 1754 23,9 1,44 196 9,7 0,58 175 10.3 0,62 131 10,0 0,60 107 10,0 0.60
1 Media 1215 16.6 1,12 250 12,3 0,83 226 13,2 0,90 196 15,0 1,, 122 11,4 0,77
(1+2+3) 33, 45.0 1,28 518 25,5 0,73 458 26,8 0,76 346 26,5 0.76 256 23,9 0,68
4. Media alta 1530 20.9 0.92 534 26,3 1,16 379 22,2 0,98 304 23,3 1,03 267 24,9 1,10
5. Alta 1611 22,0 0.89 567 27,9 1.13 444 26,0 1,05 375 28,7 1,16 298 27,8 1,12
6. Muy alta 887 12,1 0,69 411 20,2 1.16 426 25,0 1,43 24 21,5 1,23 250 23,3 1,34
(4+5+6) 4028 55,0 0.85 1512 74,5 1.15 1249 73,2 1,13 960 73,5 1,13 45 76.1 1,17
Total patentes** 7329 100,0 2030 100,0 1707 100,0 1306 100.0 1071 100,0
% País/Total 47,5 13,2 11.1 8,5 6.9
PATENTES NACIONALES Y EXTRANJERAS. 1882-1935. UNA EXPLICACIÓN... 273
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM). < 95.8% de las patentes. << De objeto conocido.
Según estas cifras, el país de mayor nivel tecnológico habría sido Holanda, pues el 88,2
por 100 de sus patentes estuvieron entre los tres niveles de mayor complejidad técnica; en
cambio, el de menor nivel habría sido, con diferencia, España, pues tan sólo el 55 por 100
de sus patentes fue de este tipo. El país más cercano a España habría sido Austria, con el 65,4
por 100 en los niveles de mayor complejidad. El resto de países, con una proporción en torno
al 75 por 100, se situó en un nivel notablemente superior al de estos dos, aunque no llegaron
a alcanzar a Holanda. El caso de Holanda, no obstante, es muy peculiar, pues, como se ha
explicado antes, la gran mayoría de sus patentes se concentró en un sólo sector —Material
eléctrico y electrónico— y correspondió a una única empresa —Philips—, por lo que, más
que el nivel tecnológico de un país en la economía española, se estaría midiendo el de una
empresa que, ciertamente, tuvo y tiene un gran nivel tecnológico.
Dejando al margen Holanda y considerando tan sólo las patentes de muy alta complejidad
tecnológica, los contrastes entre países quedan remarcados: Alemania fue el de mayor nivel
—el 25,0 por 100 de sus patentes fueron de muy alta complejidad técnica—; le siguió
Estados Unidos —el 23,3 por 100—, Suecia —el 22,5 por 100—, Inglaterra —el 21,5 por
100—, Francia —el 20,2 por 100—, Italia —el 19,8 por 100—, Suiza —el 18,5 por 100—,
Bélgica —el 17 por 100—, Austria —el 14,8 por 100— y, por último, España —el 12,1 por
100—. De los once países, tan sólo los tres últimos —Bélgica, Austria y España— tuvieron
desventaja tecnológica (VTR<1) en las categorías de muy alto nivel técnico. España fue el
único país que no tuvo ventaja tecnológica en ninguno de los tres niveles de mayor comple
jidad. En cambio, sí la obtuvo en los tres niveles más bajos, aunque fue superada por Austria
en el medio. En los niveles bajo y muy bajo España alcanzó ventaja tecnológica absoluta, es
decir el valor del indicador VTR no fue superado por ninguno de los otros diez países.
Pero la posición de España no fue siempre la misma. En el Apéndice 8 se puede compro
bar que en 1882 alcanzó su mejor posición en el conjunto de niveles de mayor complejidad
técnica —medio alto, alto y muy alto—, pues en aquel año obtuvo su máximo histórico,
tanto en la proporción de patentes solicitadas por españoles en estas tecnologías —el 63,2
por 100— como en el valor del indicador VTR conjunto de los tres niveles —0,90—. Sólo
274 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
en 1935 volvió a alcanzar una posición similar en los dos indicadores a la vez: el 60,3 por
100 de las patentes, y el valor 0,89 del indicador VTR. España nunca alcanzó ningún tipo de
ventaja en el nivel de muy alta complejidad. Tan sólo en 1882 la tuvo en el nivel de alta com
plejidad, y en 1935 en el de media alta. Sin duda la tecnología española fue la de menor nivel
técnico de los once países analizados. Sólo Austria alcanzó niveles parecidos, aunque por
encima de los españoles. No obstante, es seguro que la tecnología de los inventores españo
les tuvo un nivel superior a muchos otros países, que no se han reflejado en los cuadros por
que registraron un número de inventos poco significativo28.
Las cifras muestran que los españoles tuvieron una clara desventaja con respecto a los
otros diez países en los sectores de alta tecnología, pero, en cambio, disfrutaron de notables
ventajas en los sectores de baja tecnología. ¿Fue esto positivo o negativo para la economía
española? La decisión de invertir en tecnologías altamente complejas no es necesariamente
mejor que la de invertir en las de baja complejidad: desde el punto de vista del empresario
racional, la mejor decisión será la que implique una mejor ratio coste/beneficio, dentro del
horizonte temporal previsto. Sin embargo, la historia ha demostrado que una elevada pro
porción de las mayores empresas del mundo en la actualidad lo son gracias a una opción en
el origen por alguna nueva y/o compleja tecnología29. La explicación de este hecho es clara:
los sectores que más firmemente tiran de la economía son los relacionados con las nuevas
tecnologías de cada época, porque es en los sectores todavía no explotados económicamen
te donde las empresas pueden ganar cuota de mercado y obtener beneficios extraordinarios.
Como explica Alfred Chandler, las grandes empresas «aparecieron en industrias en que tec
nologías de producción nuevas o muy mejoradas permitieron una producción sin preceden
tes»30.
Por otro lado, la historia también ha demostrado que los sectores que en cada época podí
an considerarse como tradicionales —por su modo de producir— no han sido nunca capaces
de provocar una revolución industrial31. En los sectores tradicionales hay mucha competen
cia y menos posibilidades para los innovadores, aunque también es cierto que en una indus
tria tradicional —como podía ser la textil en el primer tercio del siglo XX— las empresas
que introduzcan innovaciones tecnológicas que abaraten costes, pueden ir poco a poco ara
ñando cuota de mercado. No obstante, las posibilidades de mayores beneficios están en los
sectores de elevada complejidad tecnológica, donde sólo unos pocos están preparados para
competir: el empresario que consiga ser pionero32 en la capacidad de explotar económica
!8 Ver Apéndice 6.
2,' La mayoría de las actuales mayores empresas del mundo se formaron y desarrollaron basando sus activida
des en las nuevas tecnologías y productos que aparecieron en la segunda mitad del siglo XIX o principios del XX:
Ford. General Motors. General Electric. Thomson, Siemens, Philips. Toyota, FIAT, Michelin. BASF. Daimler-Benz,
Peugeot, IBM, Pirelli. etc. [ver Chandler (1994) y Mattera (1994)].
10 Chandler (1994, p. 98. traduzco).
" Sobre esta idea, hay abundantes referencias en Chandler (1994). Ejemplos actuales de países donde se está
produciendo una auténtica revolución industrial por la inversión en sectores de alta tecnología son Corea, Taiwan y
Singapur.
32 No basta con ser el pionero: conservar y afianzar el liderazgo en actividades de alta tecnología requiere, ade
más, un esfuerzo constante por mantener sus productos en \afrontera tecnológica de la industria; es decir, dedicar
una parte importante de los recursos de la empresa a actividades de I+D.
PATENTES NACIONALES Y EXTRANJERAS. 1882-1935. UNA EXPLICACIÓN... 275
•*•* Aunque para el éxito empresarial no sólo influye la capacidad tecnológica —muchas veces factores ajenos a
las leyes del mercado son más decisivos: influencia política, suerte, protección estatal, etc.—. es claro que si una
empresa es la única que sabe fabricar un producto o dar un servicio de gran demanda, muy mal lo tiene que hacer
para no beneficiarse de tal situación.
3j La Ley de 1917, por ejemplo, apoyaba a las compañías que tuvieran 2/3 de su capital en manos de españoles.
35 Que es absolutamente inseparable del anterior.
276 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 8.10
Patentes solicitadas en España por tipo de inventor, 1882-1935
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
i ipu uc
solicitante N.° N.° N.° N.° N.° N.° N.° N.°
Pat % Pat % Plt % Pat % Pat % Pat % Pat % Pat %
l. Individuo 64 79,9 873 75.5 1275 70,1 1699 67.0 1624 68,8 2114 61.9 1821 51,2 10087 64,3
2. Vanos
individuos 1, 11,9 123 10,6 214 11,8 242 9,6 196 8,3 230 6,7 257 12 1363 8,7
(1+2) 782 91,8 996 86,2 1489 81,9 1941 76,6 1820 77,1 2344 68,7 2078 58,4 11450 73,0
3. S.A 29 3,4 37 3,2 60 3,3 178 7,0 211 8,9 494 143 1044 29,3 2053 13,1
4. S.L 5 0,3 37 1,5 17 0,7 64 1,9 131 3,7 254 1,6
5. Otras
Compañías 41 4,8 123 10,6 265 14,6 378 14,9 314 13,3 511 15,0 305 8,6 1937 12,3
(3+4+5) 70 8,2 160 13,8 330 18,1 593 23,4 542 229 1069 31,3 1480 41,6 4244 27,0
Total 852 100.0 1156 KKI.O 1819 100.0 2534 100.0 2362 100.0 3413 100.0 3558 100,0 15694 100,0
Futenttes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
Cuad,o 8.11
Patentes de once países solicitadas en España, según el tipo de solicitante,
1882-1935 (suma años seleccionados)
España Francia Alemania Inglaterra Estados Unidos
Tipo de solicitante ~ " " ~ " Nn ¡ ~ " ¡ ~ %
Pat Países Pat c Países Pat Países Pat Países Pat Países
1. Individuo 5577 74,6 55,3 1235 60,0 12,2 848 48,6 8,4 710 54,1 7.0 557 51.9 5,5
2. Varios individuos 554 7.4 40.6 211 10.2 15.5 124 7,1 9,1 177 13,5 13,0 97 9.0 7.1
(1+2) 6131 82,0 53,5 1446 70,2 12,6 972 55,7 8.5 887 67,6 7,7 654 61.0 5,7
3. S.A 511 6,8 24,9 171 8,3 8,3 363 20,8 17,7 399 30,4 19,4 166 15.5 8,1
4. S.L 54 0.7 21.3 9 0.4 3.5 178 10,2 70,1
5. Otras Compañías 783 10,5 40,4 434 21,1 22,4 231 13,2 11.9 26 2.0 1,3 253 23,6 13,1
(3+4+5) 1348 18.0 31,8 614 29,8 14,5 772 44,3 18,2 425 32,4 10,0 419 39.0 9,9
Total 7479 100,0 47,7 2060 100,0 13,1 1744 100,0 11,1 1312 100,0 8,4 1073 100,0 6,8
PATENTES NACIONALES Y EXTRANJERAS. I882-1935. UNA EXPLICACIÓN... 277
36 Ver. por ejemplo. Schmookler (1966), Scherer (1983). Bound et al. (1984). Hall. Griliches and Hausman
( 1986). donde se demuestra la estrecha correlación entre patentes e I+D empresarial. Un resumen muy completo de
la literatura internacional sobre esta cuestión se puede encontrar en Griliches (1990). Buesa y Molero (1990) y
Buesa ( 1992) llegan a conclusiones parecidas para la historia reciente de la economía española.
278 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Es una conclusión ciertamente dura, en la que los autores dejan entrever que la ausencia
de grandes empresas industriales españolas se ha debido a la pérdida de la carrera por la
innovación industrial. Decir que esa carrera se ha perdido para siempre es, quizá, demasia
do; pero sí parece claro que los empresarios industriales españoles se han quedado atrás en
todos los «maratones» tecnológicos del último siglo. Pero, ¿por qué? Estos mismos autores
aportan una posible explicación:
Pues bien, en nuestra opinión: a) el menor peso relativo de inventos de alta tecnología
entre los españoles, y b) las Ventajas Tecnológicas Reveladas calculadas a partir de las
patentes, que indican que los españoles sólo fueron tecnológicamente competitivos en los
sectores tradicionales, son una prueba cuantitativa de la idea de Carreras y Tafunell: la
opción por los sectores tradicionales ha significado, de hecho, la renuncia a la creación de
grandes empresas industriales en España. Sin embargo, se puede argumentar que tanto las
patentes nacionales como las extranjeras se registraron en España con la idea de ser aplica
das en la economía española y, por tanto, que las patentes extranjeras de alta tecnología diri
gidas a sectores modernos podrían haber promovido la creación de grandes empresas indus
triales en nuestro país. Pero esto no sucedió... ¿Por qué? En primer lugar, porque ni todas las
patentes registradas estuvieron relacionadas con inversiones empresariales directas, ni todas
se llegaron a aplicar efectivamente en la producción (ver capítulo 5). Y, en segundo lugar,
porque a finales del siglo XIX y principios del XX, las grandes compañías industriales inter
nacionales estaban todavía desarrollándose fundamentalmente dentro de sus países de ori
gen, donde concentraron sus principales intereses inversores y de creación de riqueza. Por
tanto, precisamente por esto, las multinacionales no tenían todavía en el primer tercio del
siglo XX la potencia de expansión internacional que han alcanzado después. A ello hay que
añadir las trabas legales a la inversión extranjera en España.
En nuestra opinión, por tanto, el surgimiento de grandes empresas industriales españolas
con la capacidad de mover toda la economía que tuvieron otras compañías en sus respecti
vos países, habría tenido que proceder de la iniciativa empresarial privada. La experiencia
de otros países demostró que «el comienzo y el crecimiento continuado de estas [grandes]
industrias estuvieron basados en la innovación tecnológica»39. La baja proporción de
patentes empresariales de nacionalidad española indica la escasa innovación tecnológica
empresarial en España y explica, por tanto, que no surgieran grandes compañías industria
les. Esto confirma la idea de Carreras y Tafunell: una de las causas principales de la ausen
cia de grandes empresas industriales españolas fue la pérdida de «la carrera de la propiedad
de la innovación en el sector manufacturero».
En definitiva, la ausencia de grandes empresas industriales españolas entre 1882 y 1935
—y todavía hoy— estuvo ligada a dos factores. El primero hace referencia a la menor dedi
cación de los españoles a actividades de alta tecnología, lo cual era un signo de su menor
capacidad tecnológica y de una menor dedicación a actividades proclives a generar grandes
empresas. No obstante, no fue éste el factor más importante pues, aunque las patentes espa
ñolas de elevada tecnología fueron menos que las extranjeras, tuvieron una importancia con
siderable: el 55 por 100. El segundo factor fue más decisivo que el primero: la mayor parte
del esfuerzo innovador en actividades de alta tecnología estuvo dispersa entre muchos inven
tores individuales4". Esto indica que en España no faltó el talento41, sino, sobre todo, la men
talidad empresarial que aunara todas esas fuerzas individuales en unas pocas empresas de
gran tamaño capaces de ser competitivas mediante las grandes inversiones requeridas por los
sectores de alta tecnología.
5. CONCLUSION
Según el número de patentes registradas entre 1882 y 1935, los inventores españoles fue
ron los más importantes: obtuvieron el 47,6 por 100 de todas las patentes del período. Les
siguieron los residentes en cuatro países —Francia. Alemania. Inglaterra y Estados Unidos—
, que solicitaron, cada uno, entre el 14 y el 7 por 100 de las patentes. Otros seis países —
Italia. Suiza, Holanda, Bélgica, Austria y Suecia— obtuvieron entre el 2,5 y el 1 por 100. Por
último, hubo muchos otros países que obtuvieron algunas patentes españolas, pero entre
todos representaron sólo el 4,2 por 100. El número de patentes registradas por cada país en
España tiene mucha relación con el tamaño de sus inversiones en la economía española;
sobre todo, en sectores industriales modernos. Esto necesita demostrarse a partir de una com
paración con las cifras de inversión extranjera en España. Aunque no disponemos de datos
completos sobre la inversión extranjera durante el período analizado, se han aportado algu
nos argumentos a favor de esta idea. Además, un trabajo de Mikel Buesa (1992) la demues
tra rotundamente para la época actual, con datos de patentes y de inversión extranjera.
El segundo apartado analiza las patentes de once países registradas en España, distribui
das por sectores económicos. Sin tener en cuenta el peso de cada país con respecto al resto,
se ha podido comprobar cuales eran los sectores en que cada uno invirtió o se interesó den
tro de la economía española. El indicador de Ventajas Tecnológicas Reveladas ( VTR) —que
pondera la participación de un país en cada sector por su participación en el total de
patentes— ha identificado los sectores en que cada país alcanzó ventaja tecnológica o mayor
nivel técnico dentro de la economía española. Así, se ha podido constatar que, mientras los
residentes de países como Holanda, Alemania, Estados Unidos, Suiza, se especializaron en
sectores modernos, otros —como los españoles o los austríacos— lo hicieron en sectores tra
dicionales.
A continuación se ha estudiado el nivel de complejidad de la tecnología patentada en
España, independientemente del sector en que se aplicó. Se ha obtenido una conclusión —
ya esbozada en el apartado precedente— sobre el nivel técnico de los distintos países. El que
tuvo un mayor nivel tecnológico habría sido Holanda, pues el 88 por 100 de sus patentes fue
ron de alta tecnología. El de menor nivel tecnológico habría sido España, pues tan sólo fue
ron de alta tecnología el 55 por 100 de sus patentes. Utilizando la clasificación de las
patentes según el tipo de inventor, se observa una clara coincidencia entre los países con
mayor proporción de patentes empresariales y los de mayor porcentaje de patentes de alta
tecnología. Estos países, además, eran los más desarrollados económicamente. Todo ello
lleva a concluir la estrecha relación entre inversión empresarial en sectores de alta comple
jidad técnica y desarrollo económico. De los once países analizados, España y Austria fue
ron los que tuvieron menor porcentaje de patentes empresariales; además, también fueron los
de menor nivel tecnológico. Estos datos están en consonancia con la explicación de Carreras
y Tafunell (1996) sobre la ausencia de grandes empresas industriales en nuestro país, que
estuvo motivada por la poca inversión autóctona en actividades proclives a generar grandes
empresas: las de alto contenido tecnológico.
El indicador de Ventajas Tecnológicas Reveladas (VTR) en actividades de alta o baja
complejidad técnica, muestra que los españoles alcanzaron ventajas tecnológicas frente a los
extranjeros tan sólo en las tecnologías de menor complejidad: las aplicables a los sectores
tradicionales, que eran donde los españoles estaban especializados. Esto podría considerar
se como un signo de racionalidad; sin embargo, el hecho de que el 55 de sus patentes fueran
de tecnología media alta, alta y muy alta —que, aunque menor que la de otros países, era una
notable proporción—, y que no alcanzaran nunca ventajas tecnológicas en tales actividades
indica una utilización muy ineficiente de los recursos empleados en ellas. Quizá habría sido
preferible invertir más en sectores tradicionales y alcanzar mayores ventajas tecnológicas en
esos sectores. Aunque, realmente, lo mejor habría sido que los esfuerzos de empresarios y
técnicos españoles se hubieran concentrado más decididamente en unos pocos sectores de
alta tecnología para conseguir en ellos una fuerte competitividad internacional. Esto habría
sido factible, por ejemplo, en el sector de la aviación, en el que durante el primer tercio del
siglo XX España alcanzó un gran nivel técnico —recuérdese a Juan de la Cierva o Leonardo
Torres Quevedo—; y en otros sectores como: la construcción naval —Isaac Peral—, la fabri
cación de automóviles —La Hispano-Suiza—, o el textil —Ferrán Casablancas—. Estos
casos son paradigmas que muestran los tres elementos típicos de la alta tecnología nacional:
genialidad, capacidad interna de producirla y falta de visión empresarial y/o de continuidad
en la innovación, que está muy ligada a lo anterior. A los casos famosos hay que añadir muí
PATENTES NACIONALES Y EXTRANJERAS. 1882-1935. UNA EXPLICACIÓN... 281
4- En Chandler (1994) puede leerse un buen resumen de las investigaciones sobre esta idea.
CAPITULO 9: TECNOLOGÍA Y DESARROLLO
REGIONAL EN ESPAÑA, 1882-1935
El período que va desde la restauración de la monarquía borbónica hasta la guerra civil fue
una etapa de notable desarrollo industrial en España. Sin embargo, no puede decirse que se
produjera una revolución industrial, al contrario de lo que sucedió, por ejemplo, en Alemania;
país que, precisamente en aquellos años, vivió una auténtica revolución industrial que hizo
que, en vísperas de la I Guerra Mundial, fuera ya el primer país industrial de Europa. España
creció más lentamente que Alemania, Estados Unidos, Francia, Suiza, Suecia o, incluso,
Italia, y, por tanto, quedó atrasado económicamente. Sin embargo, dentro de España, el desa
rrollo no fue homogéneo. Junto con regiones o provincias de escaso dinamismo —Andalucía,
Extremadura, Castilla,La Mancha—, hubo otras que tuvieron un fuerte empuje —Cataluña,
Madrid, el País Vasco, Valencia—. Es cierto que, en comparación con otras regiones de
Europa —como la cuenca del Ruhr—, incluso estas últimas podrían considerarse poco diná
micas industrialmente. Pero el enfoque de este capítulo no es de ámbito europeo, sino espa
ñol, por lo que —sin perder de vista el hecho del más rápido crecimiento de otras regiones de
Europa— se va a centrar en el estudio comparado de las distintas regiones españolas.
Los estudios del desarrollo de España en su conjunto deben ir acompañados de otros que
permitan advertir las diversidades regionales; pues sólo desde un enfoque regional se puede
comprender en profundidad la peculiaridad española. El presente capítulo pretende, por
tanto, contribuir al conocimiento del desarrollo económico y tecnológico de las regiones
españolas a partir del análisis de las patentes.
En el primer epígrafe se describen los datos básicos del estudio: las patentes de residen
tes en España, distribuidas por provincias y regiones. En el segundo, se ha establecido un
ranking de las regiones en función del índice de patentes por habitante y la ratio
patentes/PIB regional, descubriéndose una clara correlación entre estos índices y el nivel de
desarrollo económico regional. Por último, a partir de la distribución de las patentes por sec
tores económicos, se hace una descripción más detallada del modelo de desarrollo tecnoló
gico de cada región entre 1882 y 1935.
total, 7.478 patentes, que representan el 47,6 por 100 de las solicitadas en España (15.694)
durante aquellos años. El restante 52,4 por 100 correspondió, como es lógico, a inventores
extranjeros. La distribución de patentes de residentes y no residentes (capítulo 5, cuadro 5.8)
muestra a primera vista dos hechos significativos: a) el predominio de las patentes de extran
jeros; y b) el progresivo aumento de la participación de los residentes en España: desde el 31
por 100 en 1882, hasta llegar a superar el 50 por 100, por primera vez, en 1935. Como la
finalidad de este capítulo es hablar de las patentes regionales, lo ideal habría sido conocer
las provincias o regiones donde se aplicaron las patentes de extranjeros y, así, haber podido
incluir también éstas en el análisis. Pero como el BOPI no proporciona este dato, hemos teni
do que conformarnos con el estudio de las patentes de residentes, de quienes sí sabemos su
provincia de residencia.
De las 7.478 patentes solicitadas por españoles, hay 1.627 —el 21,8 por 100— de proce
dencia desconocida, que se distribuyeron así por años: en 1882, 2 patentes (el 0,8 por 100
anual); en 1887, 6 (el 1,4 por 100); en 1897, 77 (el 1 1,8 por 100); en 1907, 904 (el 89,7 por
100); en 1917, 23 (el 1,4 por 100); en 1922, 23 (el 1,4 por 100); y en 1935, 592 (el 31 por
100). En vez de desecharlas del análisis, se ha hecho una estimación de la distribución pro
vincial de las patentes de procedencia desconocida a partir de las de procedencia conocida
en cada año1. No se ha hecho esta estimación para 1907, pues en este año sólo se ha obteni
do información de la residencia del 10 por 100 de los solicitantes2. Aparte de 1907, el único
año para el que podría quedar cierta duda sobre la fiabilidad de este método sería, en todo
caso, 1935, en que las patentes de procedencia desconocida representaron el 31 por 100 del
total. Esta posible duda nos ha llevado a contrastar la anterior estimación a partir del dato de
la ciudad —Registro Civil— donde se solicitaron, disponible para todas las patentes. Los
grandes centros burocráticos donde los inventores —independientemente de la provincia de
residencia— acudían a registrar las patentes eran Barcelona y, sobre todo, Madrid —ciudad
donde estaba el Registro de Patentes—. De hecho, todas las patentes de procedencia desco
nocida en 1935, se registraron en Barcelona y en Madrid. Como para el resto —el 69 por
100— conocemos la distribución provincial de las que fueron solicitadas en estas dos ciu
dades, entonces, se ha aplicado esta misma distribución a las patentes de procedencia des
conocida (Apéndice 10.B). El resultado coincide casi exactamente con el calculado con el
primer método, por lo que la fiabilidad de los datos queda reafirmada.
siguientes epígrafes se presenta un estudio que trata de contrastar esta idea de manera senci
lla. El trabajo de Jan Fagerberg (1987) sobre la Teoría del Gap Tecnológico utiliza como
variable del nivel tecnológico un índice basado en las patentes solicitadas por residentes de
un país en el resto del mundo. Emplea este dato, en lugar de las patentes solicitadas en el
propio país, para evitar las distorsiones que introducen en un estudio comparado las dife
rencias en las leyes nacionales de patentes. En este caso, sin embargo, no tenemos este pro
blema, pues las leyes de patentes que estuvieron en vigor en España durante el período estu
diado (las de 1878, 1902 y 1929) afectaron de igual modo a todo el territorio nacional.
Cuadro 9.1
Patentes solicitadas por residentes en España distribuidas por comunidades autónomas,
ordenadas por orden de importancia, 1882'1935
Cataluña 100 37,6 186 43.1 357 54.5 813 50.9 854 53.0 808 42,3 3118 48.2
Madrid 67 25.2 81 18,8 86 13.1 304 19,0 291 18,1 480 25,1 1309 20.2
C. Valenciana 17 6,4 34 7,9 55 8,4 139 8,7 125 7,8 183 9,6 553 8,5
País Vasco 15 5,6 54 12,5 54 8,2 119 7,4 122 7,6 154 8,1 518 8,0
Andalucía 21 7,9 31 7,2 40 6,1 82 5,1 64 4,0 62 3,2 300 4,6
Aragón 7 2,6 12 2,8 11 1,7 21 1.3 21 1.3 47 2,5 119 1,8
Castilla y León 11 4,1 6 1,4 6 0,9 30 1,9 12 0,7 30 1.6 95 1,5
Cantabria 4 1,5 4 0.9 8 12 22 1,4 21 1,3 19 1,0 78 1,2
Cast. La Mancha 6 2,3 9 2.1 5 0,8 10 0,6 19 1.2 15 0,8 64 1.0
Asturias 5 0,8 16 1,0 28 1,7 13 0,7 62 l.D
Galicia i 0,8 3 0,7 6 0,9 3 0,2 12 0,7 31 1.6 57 0,9
Baleares 3 1.1 1 0,2 4 0.6 10 0,6 9 0,6 29 1,5 56 0,9
Murcia 5 1,9 5 1,2 9 1.4 7 0,4 9 0,6 7 0,4 42 0,6
Navarra 3 1,1 3 0,7 4 0,6 6 0,4 5 0,3 12 0,6 33 0,5
Extremadura 2 0,8 1 0,2 1 0,2 8 0,5 10 0,6 4 0,2 26 0,4
La Rioja 1 0,4 2 0,5 2 0,3 3 0,2 6 0,4 7 0,4 21 0,3
Canarias 2 0,8 2 0,3 5 0.3 1 0,1 7 0,4 17 0,3
Melilla 1 0,1 1 0,1 2 0,0
Total 266 100,0 432,5 100.0 655 100.0 1598 100.0 1610 100,0 1909 100.0 6470 100.0
* Esto se debió a la gran expansión de la década de 1890 en las patentes del sector textil, que en 1897 alcanza
ron su máximo porcentaje (cuadro 9.8).
j Sáiz (1994, p. 211).
TECNOLOGÍA Y DESARROLLO REGIONAL EN ESPAÑA, 1882-1935 287
Los datos aportados hasta el momento han dado una visión de las dimensiones de la acti
vidad inventiva de las regiones, que estuvo muy concentrada en cinco de ellas. Estas fueron,
precisamente, las de mayor peso industrial y económico. Pero, ¿cuál era el nivel de desarro
llo tecnológico de cada región? Para contestar a esta pregunta no sirve el número de patentes,
sino que es imprescindible ponderarlo por la población o la producción: medidas del tama
ño de la economía regional. El indicador de patentes por habitante o la ratio patentes/pro
ducción, con todos sus defectos, son índices aproximados del nivel de desarrollo tecnológi-
co5. Estos indicadores son, además, imprescindibles para valorar en su justa medida la acti
vidad inventiva de las regiones; con mayor motivo, si cabe, la de aquéllas que, habiendo sido
innovadoras y competitivas dentro de la economía española, han sido poco estudiadas o teni
das en cuenta debido a su escaso peso cuantitativo dentro del conjunto.
Cuadro 9.2
Patentes/millón habitantes en las regiones; variación 1882-1935
Comunidad Autónoma Pat/Poh Pat/Pob Pat/Pob Pat/Pob Pat/Pob Pat/Pob Var. N° Pat. Var. Pat/Pob
(a) Datos de población: años 1880, 1900, 1920 y 1930. (b) Incluidas dos patentes de Melilla. en 1922 y 1935.
Fuentes: Cuadro 9. 1 y Apéndice 1 1 .
El cuadro 9.2 muestra la evolución del indicador de patentes por millón de habitantes de
las regiones, que se han ordenado en función del valor medio de esta ratio en el período. En
comparación con las cifras de patentes totales, se pueden destacar dos hechos: primero, la
15 Remitimos a capítulos precedentes para una explicación más detenida de esta idea, así como a los numerosos
trabajos que han utilizado con éxito los datos de patentes como indicadores del nivel técnico y/o de su relación con
el desarrollo económico, como por ejemplo: Schmookler (1966). Scherer (1982). Basberg (1983). Pavitt (1984),
Fagerberg (1987), Robson. Townsend & Pavitt (1988), Griliches (1990), Buesa (1992), Sullivan (1995), etc.
288 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
disminución de la disparidad entre regiones, tanto entre la primera y la última región clasi
ficadas (160/1 si se mira el número de patentes; 54/1 si se tiene en cuenta el índice de
patentes por habitante), como entre las regiones cercanas en su clasificación —si bien en
algunos casos las diferencias entre regiones quedan remarcadas—; y, en segundo lugar, un
importante reajuste en la clasificación regional. Uno de los más significativos es el ascenso
del País Vasco a la tercera posición, con una ratio de patentes por habitante del doble de la
Comunidad Valenciana —que en número de patentes estaba ligeramente por encima—, y
acercándose, a la vez, notablemente a los niveles de las dos regiones más desarrolladas:
Cataluña y Madrid. Otras comunidades autónomas que ascienden en su clasificación son:
Cantabria, Baleares, La Rioja, Navarra, Murcia y Canarias. Las que descienden son, aparte
de la Comunidad Valenciana: Andalucía, Aragón, Castilla-León, Castilla-La Mancha,
Galicia y Extremadura, que pasa a ocupar la última posición.
Según el promedio del valor de esta ratio en el período, se puede hacer una clasificación
orientativa —que se matizará en posteriores epígrafes— del nivel técnico de las regiones
españolas en tres grandes grupos: Grupo 1.- Cataluña, Madrid, País Vasco y Comunidad
Valenciana: regiones con una ratio de patentes por habitante superior a la media nacional.
Grupo 2.- Cantabria, Baleares, Aragón, La Rioja, Navarra y Asturias: comunidades con una
ratio de patentes per capita no inferior al 30% de la media nacional. Grupo 3.- Murcia,
Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla-León, Galicia y Extremadura: comunida
des con una ratio de patentes por habitante por debajo del 30% del valor medio nacional. La
ratio patentes/PIB regional (cuadro 9.3) muestra unos resultados muy parecidos, con alguna
pequeña variación en la clasificación. Según este indicador y con los mismos criterios des
critos, se podrían establecer los mismos grupos de regiones.
Cuadro 9.3
Ratio Patentes/PIB por comunidades autónomas (N° de patentes/miles de millones pesetas de
1980) y variación de la ratio en el período 1882-1935 (%)
Comunidad Autónoma Pat 1882/ Pal 1897/ Pat 1922/ Pat 1935/ Ratio media Ratio media Van 1882-1935
PIB 1880 PIB 1900 PIB 1920 PIB 1930 1882-1935 (España=l) (%)
Cataluña 0,43 1 12 1 75 1.11 1.10 2,62 157
Madrid 0,46 0.48 1,35 2.01 1,07 2,55 340
País Vasco 0,27 0.69 0.98 0.84 0.69 1.65 206
Comunidad Valenciana 0,14 0,37 0,61 0,55 0,42 0,99 293
Cantabria 0 15 022 051 0,43 0,33 0,77 188
Baleares on 0 15 0,24 0.55 0,27 0,64 309
La Rioja 0,06 0.11 0,26 0.25 0,17 0,41 309
Aragón 0.08 0,11 0,17 0,31 0,17 0,40 275
Murcia 0,15 0,20 0,16 0,10 0.15 0.37 -32
Asturias 0,08 0,37 0,14 0,15 0,35 77
Navarra 0,11 0,12 0,11 0,21 0,14 0,32 94
Andalucía 0.07 0,12 0,15 0,12 0,12 0.28 75
Canarias 0.12 0,08 0.06 0,16 0,11 0,25 30
Castilla-La Mancha ... 0,05 0,04 0,11 0,07 0,07 0.16 24
Galicia 0.02 0.04 0.06 0,15 0,07 0.16 659
006 003 005 0,09 0.06 0,14 50
Extremadura... 0.04 0.02 0.11 0,03 0,05 0,11 -15
Total España 0,17 0,34 0,62 0,56 0,42 1,00 230
Cuadro 9.4
Orden de las regiones según el valor medio de los índices de patentes/población, patentes/PlB
y número de patentes entre 1882 y 1935
Crecimiento Crecimiento
Comunidad Autónoma Pat/Pob Pat/PIB Pat/Pob Pat/PIB N.° patentes
Cataluña 1 1 7 9 1
Madrid 2 2 9 2 2
País Vasco 3 3 4 7 4
Comunidad Valenciana 4 4 2 5 3
Cantabria 5 5 10 8 8
Baleares 6 6 3 4 12
Aragón 7 X 6 6 6
La Rioja 8 7 5 3 16
Navarra 9 11 8 10 14
Asturias 10 10 13 11 10
Murcia 11 9 17 17 13
Andalucía 12 12 12 12 5
Canarias 13 13 14 14 17
Castilla-La Mancha 14 14 15 15 9
Castilla y León 15 16 11 13 7
Galicia 16 15 1 1 11
Extremadura 17 17 16 16 15
Fuentes: Cuadros 9.1, 9.2 y 9.3.
El cuadro 9.4 resume los ranking de regiones en función de varios indicadores: patentes
ponderados por la población y por la producción; su tasa de crecimiento entre 1882 y
1935; y el número de patentes totales. Se comprueba la coincidencia de orden de las regio
nes según los índices de patentes por habitante y patentes/PIB; y las notables divergencias
entre estas dos clasificaciones y la que se obtiene tomando como referencia el número de
patentes sin ponderar por ninguna medida del tamaño. Por otro lado, el orden de clasifi
cación de las regiones según la tasa de crecimiento de los dos índices de patentes entre
1882 y 1935 cambia notablemente con respecto al establecido según el valor medio de
ambos índices. Las diferentes tasas de crecimiento muestran —sobre todo dentro del
segundo y tercer grupo de regiones— diferencias marcadas en el ritmo de desarrollo tec
nológico: regiones estancadas, frente a regiones dinámicas tecnológicamente —aunque el
nivel medio de desarrollo técnico varíe poco de unas a otras—. Al estudiar detenidamen
te cada región volveremos sobre este aspecto, ya que es necesario para entender las pecu
liaridades regionales.
La correlación entre el índice de patentes por habitante y el de PIB per capita de las regio
nes (ver cuadro 9.5), es clara al comparar el orden de clasificación de los tres grandes gru
pos de regiones que se acaban de definir. Una comprobación rápida de este hecho se obtie
ne al comparar la media de ambos índices para cada uno de los tres grupos de regiones en
1930- 1935 (cuadro 9.6):
290 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Cuadro 9.5
Patentes por habitante y PIB per cápita por regiones (España=l)
Año 1882 1860 1897 1900 1922 1920 1935 1930
Comunidad Autónoma Pat pe PIB pe Pat pe PIB pe Pat pe PIB pe Pat pe PIB pe
3,5 1.2 5,1 1.5 4,9 1.7 3,7 1,9
7.0 3,1 3,2 2,2 3,8 1,7 4,7 1,3
1,9 1,1 2,6 1,3 2,1 1,3 2,2 1,5
0,8 1.0 1,0 0,9 1.0 1,0 1,2 1,2
1,0 1,1 0,8 1,3 0,9 1,1 0,7 0,9
0,7 0,9 0,4 0,8 0,3 0,9 0,9 1,0
0,5 1,0 0,3 1,0 0,3 1,0 0,6 1,0
La Rioja (a) 0,4 1,0 0,3 1,0 0,4 0,9 0,4 0,9
Navarra (a) 0,6 1,0 0,4 1,0 0,2 1,1 0,4 1.1
Asturias (a) 0,0 0,6 0,2 0,9 0,5 0,9 0,2 0,8
0,7 0,8 0,4 0,7 0,2 0,7 0,1 0,7
Andalucía . 0,4 1,1 0,3 0,9 0,2 0,8 0,2 0,8
0,4 0,5 0,2 0,7 0,1 0,6 0,2 0,6
Castilla-La Mancha (a) 0,3 0,9 0.1 0,9 0,2 0,9 0.1 0,8
0,3 0,8 0,1 0,9 0,1 0,9 0,1 0,9
Galicia . 0,1 0,5 0,1 0,6 0,1 0,7 0,2 0,6
Extremadura (a) . 0.2 0,8 0,0 0,7 0,1 0,7 0,0 0,8
Total España 1,0 1.0 1,0 1.0 1.0 1,0 1.0 1,0
Ind. pond. desigualdad region, (c) 1 ,002 0,235 1,156 0.239 1.167 0,246 1.100 0.294
(a) Interpolado el dato de 1920. (b) Incluidas dos patentes de Melilla. en 1922 y 1935
(c) Calculado según la fórmula empleada por CarTeras ( 1990a). ver Cuadro 3. y nota 31:
donde xj ¡ es el PIB per cápita relativo de cada región en cada año: r es el PIB per cápita español= 1 : pi.j es la población de cada región
en cada año: Pj es la población de España en cada año; n= 1 17 (n° de comunidades); y m=l 4 (n° de años seleccionados).
Fuentes: Calculado a partir del cuadro 9.3; Carreras (1990a. Cuadro 2); y Tortella (1994. Cuadros X-3 y XV-4).
Cuadro 9.6
Patentes y renta per capita de los tres grupos de regiones en 1930-35 (España=l)
Patentes Renta
Grupo de regiones pe, capita: per capita:
media 1935 media 1930
Grupo 1 (Cataluña, Madrid, País Vasco y C. Valenciana) 2.95 1.47
Grupo 2 (Cantabria. Baleares. Aragón, La Rioja, Navarra y Asturias) 0,53 0.95
Grupo 3 (Murcia, Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha. Castilla-León.
0.13 0,74
Fuente: Cuadro 9.5.
Pero, dentro de cada grupo la correlación no es tan clara. Esto coincide con algo que com
probó Fagerberg (1987) en un trabajo ya citado: la ratio de patentes por habitante no sirve
bien para explicar la renta per capita de países —o regiones— con un nivel similar de desa
rrollo económico. Si lo que se compara la evolución en el tiempo de los índices de patentes
TECNOLOGÍA Y DESARROLLO REGIONAL EN ESPAÑA, 1 882- 1 935 29 1
y renta per capita de cada región, la correlación entre ambas variables es clara (ver cuadro
9.5): en general, las regiones que aumentaron su nivel de renta per capita con respecto a la
media española entre 1860 y 1930, fueron también las que lo hicieron en la ratio de patentes
por habitante entre 1882 y 1935, y al revés. Aunque hay excepciones a este hecho —expli
cables por las peculiaridades regionales y las diferentes tasas de crecimiento—, al tomar los
tres grupos de regiones, se comprueba que se cumple con mucha exactitud (cuadro 9.7):
Cuadro 9.7
Evolución de los índices de patentes y renta per capita por grupos de regiones (España=I)
6 Los cálculos de Tortella —en este caso, según un índice de desigualdad de renta sin ponderar por la pobla
ción—, coinciden con la evolución de la desigualdad tecnológica regional calculada con las patentes: la desigual
dad disminuyó en la década de 1930 (Tortella, 1994, p. 375).
292 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
y con otros estudios que han mostrado que la incidencia de las innovaciones tecnológicas
sobre la renta se producen con un cierto desfase temporal7.
Por otro lado, si se toma como referencia de correlación no el orden de clasificación, sino
el valor de las ratios patentes por habitante y PIB per capita, la correlación entre ambos índi
ces para cada región es menos clara. Esto se relaciona con el hecho de que el índice ponde
rado de desigualdad tecnológica regional es entre cuatro y cinco veces más grande que el de
desigualdad de renta (última fila del cuadro 9.5). Y se debe, en definitiva, a que el número
de patentes no guarda principalmente relación con el tamaño de la producción en general,
sino más con la producción industrial y, todavía más, con la de aquellas actividades más
modernas e innovadoras (capítulos 6 y 7). Esto explica en parte que aquellas regiones cuya
aportación al PIB nacional se basa en actividades agrarias o en industrias tradicionales —
como, por ejemplo, Andalucía o Extremadura—, a pesar de su importante participación en
el producto nacional debido a su gran tamaño, tengan una participación mucho menor en el
conjunto de patentes.
No obstante, la mayor propensión a patentar en actividades económicas nuevas, no signi
fica que la innovación en sectores tradicionales —textil, alimentario, madera, papel, calza
do, etcétera— careciera de sentido; pues, precisamente en estos sectores —en los que
muchas veces las condiciones geográficas o de disponibilidad de recursos no eran los facto
res más determinantes para una especialización regional— la innovación pudo ser un impor
tante factor de competitividad y de incremento de la cuota de mercado interior, protegido de
la competencia externa. Los sectores de fabricación de armamento y de papel en Guipúzcoa;
el textil catalán; el calzado en Baleares; el material eléctrico en Madrid; la siderurgia en
Vizcaya; el alimentario en Valencia... son ejemplos de una especialización regional basada
en la inversión en tecnología. El análisis de la distribución de las patentes regionales por sec
tores ayudará a contrastar estas hipótesis.
Antes de entrar en el análisis sectorial de las patentes regionales, conviene recordar los
datos referentes al conjunto de España. El cuadro 9.8 recoge la distribución por sectores de
las patentes solicitadas por residentes en España entre 1882 y 1935. Aunque la importancia
de los sectores varió con el tiempo, el análisis del conjunto de las patentes aporta una rápi
da visión de conjunto (ver última columna del cuadro 9.8).
7 Ver Fagerberg (1987) y Ortiz-Villajos (1994 y 1996). Este hecho también sucede al correlacionar índices del
nivel de capital humano con las cifras de renta per capita. Sobre esto, ver, por ejemplo: Mironov ( 1991 ). Núñez
(1992). Sandberg (1982). La capacidad o nivel tecnológico de una sociedad tiene mucha relación con su nivel de
capital humano, de ahí esta coincidencia.
TECNOLOGÍA Y DESARROLLO REGIONAL EN ESPAÑA. 1882-1935 293
Cuadro 9.8
Distribución por sectores de las patentes solicitadas por residentes en España
(según Agrupamientos de la CNAE)
Año 1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Agr. N.° N.° N.° N.° N.° N.° N.° N.° Orden
CNAE I'at % Plt % Pat % Plt % Pat % Plt % Pat % Pat %
1 14 5.3 20 4,7 14 2,2 23 2,4 30 1,9 36 2,3 39 2,1 176 2,4 15
2 9 3,4 10 2,3 26 4,0 44 4,5 103 6,6 40 2,5 50 2,7 282 3,8 11
3 3 1.1 4 0,9 9 1.4 7 0,7 49 3,1 22 1,4 10 0,5 104 1,4 18
4 18 6,8 14 3,3 25 3,8 37 3,8 54 3,5 90 5,7 76 4,1 314 4,3 9
5 18 6,8 27 6,3 42 6,5 48 4,9 147 9,4 108 6,9 137 7,3 527 12 4
6 7 2,6 19 4,4 35 5,4 35 3,6 84 5,4 63 4,0 108 5,8 351 4,8 8
7 52 19,5 95 22,1 86 13,2 157 16,2 237 15,2 258 16,4 314 16,7 1199 16,4 1
8 6 2,3 20 4,7 27 4,2 51 5,3 122 7,8 108 6,9 184 9,8 518 7,1 5
9 22 8,3 24 5,6 42 6,5 62 6,4 92 5,9 76 4,8 146 7,8 464 6,3 6
10 10 3,8 24 5,6 31 4,8 63 6,5 90 5,8 85 5,4 125 6,7 428 5,8 7
11 14 53 19 4,4 28 4,3 36 3,7 33 2,1 31 2,0 52 2,8 213 2,9 13
12 29 10.9 53 12,3 172 26,5 127 13,1 152 9,7 225 14,3 176 9,4 934 12,7 2
13 6 23 11 2,6 14 22 35 3,6 31 :.n 56 3,6 54 2,9 207 2,8 14
14 11 4,1 22 5,1 16 23 49 5,1 41 2,6 41 2,6 52 2,8 232 3,2 12
15 18 6,8 19 4,4 41 6,3 83 8,6 182 11,7 194 12,3 206 11,0 743 Ki.l 3
16 II 4,1 21 4,9 19 2,9 50 52 33 2,1 64 4.1 86 4,6 284 3,9 Ei
17 0,0 1 o.: 2 02 2 0,1 1 0,1 1 0,1 7 0,1 22
19 5 1,2 1 0,2 Id 1,0 9 0,6 6 0,4 16 0,9 47 0,6 19
20 1 0,1 2 0,1 2 0,1 6 0,3 II (1.2 21
21 1 0.4 : 0,5 3 0,5 5 0,5 2 0,1 6 0,4 3 0,2 :: 0,3 20
22 l> 3,4 10 W 12 1.8 27 2,8 50 3,2 37 2,4 14 0,7 159 22 16
23 8 3,0 n 2,6 6 0,9 18 1,9 16 l.n 24 U 21 1,1 104 1,4 17
Total
conoc 266 100,0 430 100.0 650 100,0 970 100.0 1561 100,0 1573 100,0 1876 100,0 7326 100,0
No conoc 2 0,5 5 0,8 38 3,8 37 2,3 37 2,3 33 1.7 152 2,0
Total.. 266 432 655 1008 1598 1610 1909 7478
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
294 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Los sectores que obtuvieron más patentes de residentes en España fueron: el de Maquinaria
(Agrupamiento n° 7), seguido del textil (Agr. n° 12) y de Otras manufacturas8 (Agr. n° 12).
Todos estuvieron por encima del 10 por 100 de las patentes totales, aunque el de maquinaria
y el textil sufrieron un declive en su importancia relativa a lo largo del tiempo, mientras que
el de las otras manufacturas tuvo una clara expansión. El cuarto sector en importancia fue el
químico (Agr. n° 5), seguido del de Material eléctrico y electrónico (Agr. n° 8), Material de
Transporte (Agr. n° 9) y Alimentación (Agr. n° 10): todos con más del 5 por 100 de las
patentes. Es cierto que si al sector de Alimentación se añaden las patentes de Bebidas y taba
co (Agr. n° 11), entre los dos sumarían el 8,7 por 100 de las patentes, por lo que pasarían a
ocupar el cuarto puesto. El octavo sector fue el de Transformados metálicos (Agr. n° 6), al que
siguieron: Minerales no metálicos (Agr. n° 4), Construcción (Agr. n° 16), Energía y agua (Agr.
n° 2), y Papel y gráficas (Agr. n° 14): todos con más del 3 por 100 de las patentes.
La gran mayoría de las patentes —el 88,9 por 100— correspondieron a la industria, ya
que las del sector agropecuario (Agr. n° 1 ) tan sólo supusieron el 2,4 por 100; las de la cons
trucción (Agr. n° 16), el 3,9 por 100; y las de los servicios (Agrs. números 17 a 23), el 4,8
por 100. Como se ha explicado en otros capítulos, no había correspondencia entre el tama
ño de estos cuatro grandes sectores y el número de patentes de cada uno, ya que el sector de
mayor peso cuantitativo dentro del PIB español fue, a lo largo de casi todo el período, la agri
cultura, seguida del sector servicios, del industrial y, por último, de la construcción. Hay que
tener en cuenta que el cuadro 9.8 sólo contiene las patentes solicitadas por residentes, es
decir: menos de la mitad de las solicitadas. Sin embargo, la distribución sectorial del total de
patentes es prácticamente la misma (ver capítulo 6: cuadro 6.1). De la comparación entre
patentes de residentes y no residentes distribuidas por sectores (explicada con detenimiento
en el capítulo anterior: cuadro 8.4), se han obtenido dos conclusiones generales: a) El ran-
king de sectores de las patentes de extranjeros fue bastante diferente del de las solicitadas por
residentes, b) Los no residentes tuvieron ventajas tecnológicas en los sectores más modernos
o de mayor complejidad técnica; los residentes en España, en cambio, tuvieron ventajas tec
nológicas, o se especializaron, en los sectores más tradicionales.
Aunque los índices ponderados de patentes han dado una visión general del nivel tecno
lógico de las regiones españolas, una comprensión adecuada de esta cuestión requiere un
estudio sectorial, pues cada región tuvo unas especialidades productivas en las que pudo o
no tener ventajas tecnológicas; y esto, independientemente de que, en conjunto, su economía
hubiera sido dinámica desde el punto de vista de la innovación técnica, hubiera permaneci
do estancada, o se hubiera quedado atrasada con respecto al conjunto de España. ¿Cuál fue
la distribución sectorial de las patentes de las regiones españolas? ¿En qué sectores tuvo ven
tajas tecnológicas cada una con respecto al resto? Utilizando tan sólo las patentes de resi
dentes, en el presente apartado se contestará a estas preguntas y, a la vez, teniendo muy en
cuenta las limitaciones de la fuente utilizada —pues también se dieron otras e importantes
vías de innovación distintas de la invención—, se esbozará una tipología de los modelos
regionales de desarrollo tecnológico.
* Que incluye: industrias de transformación del caucho y del plástico; fabricación de juguetes; instrumentos de
música; joyería y bisutería; laboratorios fotográficos y cinematográficos; e industrias manufactureras diversas.
TECNOLOGÍA Y DESARROLLO REGIONAL EN ESPAÑA. 1882-1935 295
Según el nivel medio del índice de patentes por habitantes y el dinamismo tecnológico
entre 1882 y 1935 de las diecisiete comunidades autónomas, se han definido cinco grupos de
regiones. Esta agrupación muestra importantes diferencias de comportamiento regional con
respecto a la técnica: es, por tanto, el primer paso hacia la definición de una tipología. El
estudio de cada región, no obstante, mostrará a la vez las limitaciones de este análisis y, por
tanto, la dificultad de establecer modelos, pues dentro de cada grupo hubo notables diferen
cias entre regiones. Ante la necesidad de limitar la extensión de este trabajo, se ha optado por
hacer un análisis del conjunto de patentes de los siete años seleccionados9. Se pierde, así. la
visión de la evolución en el tiempo de la especialización tecnológica sectorial de cada región.
No obstante, esta carencia puede completarse con los datos de la distribución regional y sec
torial del conjunto de patentes, recogidos en páginas precedentes, para las que sí se ha pre
sentado la evolución histórica10.
El análisis de los datos agregados de patentes ha dejado muy claro que estas cuatro
regiones fueron las que tuvieron durante el período estudiado un mayor desarrollo tecno
lógico y económico. El cuadro 9.9a recoge el número y proporción de patentes de los dis
tintos sectores dentro de cada región; y el cuadro 9.9b, la participación de cada una en el
total de patentes de cada sector, así como el indicador de Ventajas Tecnológicas Reveladas
(VTR)".
9 No se han considerado las patentes de procedencia desconocida (que, como se recordará, son 1.627). ni tam
poco las que, por no manifestar el objeto del invento, no pueden ser clasificadas en ningún sector (en total: 152
patentes a lo largo del período). La intersección de estos dos criterios hace que el conjunto de patentes analizadas
en este apartado ascienda a 5.791. También estos criterios hacen que varíe ligeramente en algún caso el peso de
algunas regiones: por ejemplo, con estos datos, el País Vasco supera ligeramente en número de patentes a la
Comunidad Valenciana. No obstante estas pequeñas cuestiones no afectan al análisis sectorial, que es el cometido
de este apartado.
10 Tampoco se ha acometido el interesante estudio de las compañías españolas solicitantes de patentes. Un
avance de este trabajo puede verse en Ortiz-Villajos ( 1997b. Apéndice 9. 1 ).
" En el capítulo 8 se ha explicado el significado de este índice. Es importante matizar su valor teniendo en cuen
ta el total de patentes de cada región; pues sucede en ocasiones que una región pequeña con 3 ó 4 patentes en un
sector, muestra mayor VTR que otra con muchas patentes en ese sector.
296 JOSÉ MARlA ortiz-villajos
Cuadro 9.9a
Distribución de las patentes por sectores en Cataluña, Madrid, País Vasco
y Comunidad Valenciana (suma de años seleccionados, 1882-1935)
País Vasco
Agr. Sector
CNAE N.° %/ N.° %/ N.° %/ N.° %/
Pat Región Pat Región Pat Región Pat Regiói
Agricultura, ganadería, etc 39 1,4 14 1,3 8 1,6 22 4,5
2 Energía y agua 85 3,0 54 4,8 18 3,7 16 3,3
3 Metálicas básicas 19 0,7 24 2,1 23 4,7
4 Minerales no metálicos 117 4,2 39 3,5 28 5,7 25 5,2
5 Química 217 7,8 108 9,6 23 4,7 32 6,6
6 Transformados metálicos 144 5,2 27 2,4 48 9,8 13 2,7
7 Maquinaria 470 16,9 161 14,4 121 24,6 68 14,0
8 Material eléctrico y electrónico.... 157 5,6 144 12.4 29 5,9 43 8,9
9 Material de transporte 153 5,5 93 8,3 30 6,1 18 3,7
10 Alimentación 164 5,9 33 2,9 27 5,5 32 6,6
11 Bebidas y tabaco 55 2,0 23 2,1 8 1,6 39 8,1
12 Industria textil 538 19,3 311 2,7 37 7,5 58 12.11
13 Madera y muebles 80 2,9 27 2,4 8 1.6 14 2,9
14 Papel y gráficas 90 3,2 25 2,2 8 1,6 22 4,5
15 Otras manufacturas 293 10,5 157 14.(1 27 5,5 38 7,9
16 Construcción 80 2,9 56 5,0 30 6,1 16 3,3
17 Comercio al por mayor 1 0,0 2 0,4
19 Comercio al por menor y rep II 0,4 11 1,0 4 0,8 3 0,6
20 Restauración y hostelería 2 0,1 4 0,4 1 0,2
21 Transporte y comunicaciones 4 0,1 4 0,4 5 1,0 2 0,4
22 Inst. financ. y servicios a empresas 43 1,5 52 4,6 ^ 1,6 13 2,7
23 Otros servicios 26 0,9 34 3,0 2 0,4 7 1,4
Total 2788 100,0 1120 100.0 492 100,0 484 100.0
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
Cuadro 9.9b
Proporción de patentes en cada sector y Ventajas Tecnológicas Reveladas de Cataluña, Madrid,
País Vasco y Comunidad Valenciana (suma años seleccionados)
Madrid País Vasco i
Agr' Sector
CNAE %l
sector VTK sector
%l VTRR sector
%/ VTR %l VTR
v R sector
1 Agricultura, ganadería, etc 27,1 0,6 9,7 0,5 5,6 0,7 15,3 1,8
2 Energía y agua 39,0 0,8 24,8 1,3 8,3 1.0 7,3 0.9
3 Metálicas básicas 20,2 0,4 25,5 1,3 24,5 2,9
4 Minerales no metálicos 46.6 1,0 15,5 0,8 11.2 1.3 10,0 1.2
5 Química 49,1 1,0 24,4 1,3 5,2 0,6 7.2 0,9
6 Transformados metálicos 52,7 1,1 9,9 0,5 17,6 2,1 4,8 0,6
7 Maquinaria 48,9 1,0 16,7 0,9 12,6 1,5 7,1 0,8
8 Material eléctrico y electrónico . 37,9 0,8 34,8 1.8 7,0 0,8 10,4 1.2
9 Material de transporte 42,4 0,9 25,8 1,3 8,3 1.0 5,0 0.6
10 Alimentación 49,0 1,0 9,9 0,5 8,1 0.4 9,6 1,1
11 Bebidas y tabaco 35.7 0,7 14,9 0.8 5,2 0,6 25,3 3,0
12 Industria textil 72,1 1,5 4,0 0,2 5,0 0,6 7,8 0,9
13 Madera y muebles 51,3 1.1 17,3 0,9 5,1 0,6 9,0 l.l
14 Papel y gráficas 53,3 1,1 14,8 0,8 4,7 0,6 13,0 US
15 Otras manufacturas 50,3 1,0 27,0 1,4 4,6 0,5 6,5 0,8
16 Construcción 37,4 0,8 26,2 1,4 14,0 1,7 7,5 0,9
17 Comercio al por mayor 25,0 0,5 50,0 6,0
19 Comercio al por menor y rep 31,4 0,7 31,4 1,6 11.4 1.3 8,6 1,0
20 Restauración y hostelería 25,0 0,5 50,0 2,6 12,5 1,5
21 Transporte y comunicaciones .... 22,2 0,5 22,2 1.1 27.8 3,3 11.1 1,3
22 Inst. imane, y servicios a empresas 32,6 0.7 39,4 2,0 6,1 0,7 9,8 1,2
23 Otros servicios 32,9 0,7 43,0 2,2 2,5 0,3 8,9 1,1
Total 48,1 19,3 8,5 8,4
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
TECNOLOGÍA Y DESARROLLO REGIONAL EN ESPAÑA, 1882-1935 297
Cataluña no sólo fue la región de mayor poderío inventivo absoluto, con el 48,1 por 100
del todas las patentes solicitadas en España (última fila del cuadro 9.9b), sino también —
según el valor medio de los índices de patentes por habitante y patentes/PIB regional (cua
dros 9.2 y 9.3)— la de mayor nivel tecnológico. Este fue, sin duda, uno de los factores fun
damentales de la gran competitividad catalana —a nivel nacional— en la industria textil,
aunque también en muchos otros productos industriales. En el cuadro 9.9a se puede com
probar que el sector con mayor número de patentes en Cataluña fue el textil, con el 19,3 por
100 de las patentes. Le siguió la Maquinaria (16,9 por 100), Otras manufacturas (10,5 por
100), Química (7,8 por 100), Alimentación (5,9 por 100), ... Si se considera que en el con
junto de España, las patentes textiles representaban el 12,7 por 100 (cuadro 9.8), y que el
sector dominante fue el de Maquinaria —con el 16,4 por 100—, es claro que esta región esta
ba especializada en la industria textil. El predominio catalán en este sector con respecto al
resto de España fue aplastante (cuadro 9.9b): obtuvo el 72,1 por 100 de las patentes de esta
industria. El valor del indicador VTR muestra, además, que Cataluña tuvo una clara ventaja
tecnológica en el textil: tan sólo Baleares superó a Cataluña en el valor de este índice (cua
dro 9. lOb).
Pero del 19 al 100 por 100 va mucho: el 81 por 100 de las patentes catalanas se dirigie
ron a sectores diferentes del textil. La fama del textil puede que haya hecho perder de vista
el desarrollo de otros sectores en la región: la diversificación industrial de Cataluña, de la
que hablan las patentes, fue extraordinaria. De hecho, como puede comprobarse en el cua
dro 9.9b, en número de patentes Cataluña dominó en casi todos los sectores. Tan sólo fue
superada por Madrid y el País Vasco en el sector de Metálicas básicas y, sólo por Madrid, en
los sectores de servicios. Cataluña no sólo tuvo ventajas tecnológicas en el textil, sino tam
bién en otros muchos: el de Minerales no metálicos (relacionado, sobre todo, con los nuevos
materiales de construcción), la Química, los Transformados metálicos y la Maquinaria;
Alimentación, Madera y muebles, Papel y gráficas y Otras manufacturas. Según explica
Albert Carreras, el desarrollo de estos sectores comenzó a finales del siglo XIX:
Por otro lado, el menor desarrollo en Cataluña de las patentes de los sectores de Energía
y agua, Metálicas básicas, Material eléctrico y electrónico, y Material de transporte, donde
Madrid, el País Vasco e, incluso, Valencia tuvieron ventajas tecnológicas, puede servir para
explicar un hecho apuntado anteriormente, que sucedió en Cataluña pero no en ninguna de
las otras tres regiones más industrializadas: el notable descenso en la ratio de patentes por
habitante —y de patentes/PIB regional— entre 1920 y 1935 (cuadros 9.2 y 9.3). De hecho,
este factor propició que Madrid superara por mucho a Cataluña en el valor de estos indica
dores en este último año. Aunque pudo ser un hecho circunstancial, todo parece apuntar a
que este declive de la invención tuvo mucho que ver con la crisis del crecimiento industrial
catalán en relación con el mayor empuje de otras regiones españolas en aquellos años, según
explica Albert Carreras:
La crisis de 1920 [...] no refleja más que el gran empuje de la expansión industrial
española durante aquella década, no compartido por Cataluña. Las elevadas inversio
nes que se realizaron en aquellos años beneficiaron, principalmente, a los sectores
productores de bienes de capital, y éstos estaban ubicados, en gran medida, fuera de
Cataluña13.
La caída en el número de patentes catalanas entre 1922 y 1935 (de 854 a 808) se debió
esencialmente al notable descenso en el número de patentes textiles (cuadro 9.8). No obs
tante, Cataluña siguió manteniendo —con mucha diferencia— en 1935 su primacía absolu
ta en número de patentes solicitadas (cuadro 9. 1 ). El declive con respecto a las otras regio
nes, por tanto, fue relativo, y principalmente causado por el rápido desarrollo en aquellos
años de los sectores de bienes de inversión, fuertemente instalados en Madrid, el País Vasco
y, en cierta medida, en Valencia.
Madrid: declive hasta la guerra mundial y rápida modernización entre 1920 y 1935
La otra cara del declive catalán en los años 30, está en el extraordinario crecimiento de
las patentes madrileñas, precisamente en los años 20 y 30. Si durante el siglo XIX —espe
cialmente en las últimas décadas— Madrid perdió absolutamente el ritmo del gran desarro
llo industrial catalán —reflejado en la gran expansión de Cataluña en número y proporción
de patentes—, después de la I Guerra Mundial, los índices de patentes por habitante y
patentes/PIB (cuadros 9.2 y 9.3) muestran que Madrid comenzó a acortar distancias; y en
1935 había superado ya a Cataluña en ambos indicadores. Además, la ventaja era bastante
notoria; hasta el punto de que puede parecer exagerada y alejada de la realidad, ya que hasta
hace poco se consideraba a Madrid como una región de un notable atraso económico -
industrial, principalmente— con respecto a Cataluña. Esta idea ha estado motivada, en cier
ta medida, por el todavía escaso conocimiento del desarrollo económico madrileño, por lo
que los nuevos datos aportados por las patentes vienen a matizarla: El índice de patentes por
habitante, como indicador del nivel tecnológico, y el número de patentes, como índice del
tamaño y crecimiento de la inversión, muestran que el desarrollo de Madrid fue extraordi
nario durante los años veinte y treinta: sólo comparable, en términos de tasas de crecimien
to de los dos indicadores, al de Baleares, Aragón y Navarra.
Este desarrollo madrileño se debió en cierta medida a su especialización en los sectores
de servicios; aspecto que muestran claramente las patentes (cuadro 9.9a), pues Madrid tenía
en este sector tanto ventajas absolutas como relativas, incluso con respecto a Cataluña. Este
sector recibió en conjunto, el 9,4 por 100 de las patentes de Madrid: ninguna otra región se
acercó a esta cifra, pues la media española era del 4,8 por 100 (cuadro 9.8). Además, como
se puede comprobar en el cuadro 9.9b, Madrid tuvo ventajas tecnológicas en todos los sec
tores de servicios. Entre las cuatro regiones más desarrolladas, tan sólo fue superada por el
País Vasco en los servicios de transporte y comunicaciones; y por la Comunidad Valenciana
y Cataluña en el comercio al por mayor; sector poco representativo, ya que tan sólo obtuvo
siete patentes en toda España a lo largo de los años estudiados. Esta es una de las caracte
rísticas más destacadas de las patentes de Madrid. De hecho, como explica García Delgado
(1990), Madrid ha sido tradicionalmente una región cuya economía ha estado basada en el
sector terciario; y esto por tres motivos, entrelazados entre sí: por su situación geográfica,
por su capitalidad política, y por ser el centro del sistema radial de transportes español.
Sin embargo, estos tres elementos ya estaban presentes desde mediados del siglo XIX y,
de hecho, fueron los que —ante el todavía incipiente desarrollo industrial catalán— causa
ron que, hasta mediados de aquel siglo, Madrid fuera la región con un mayor número de
patentes. Pero las patentes, al menos hasta mediados del siglo XX, han sido un fenómeno
esencialmente ligado al desarrollo industrial: en torno al 90 por 100 de las patentes solicita
das en España entre 1 882 y 1 935 correspondieron a la industria. Esta fue la causa del pre
dominio catalán en el número de patentes desde el último cuarto del siglo XIX; pero tam
bién lo que realmente motivó el ascenso de Madrid en la década de 1920 y su posición de
liderazgo tecnológico en 1935; que basó en sectores nuevos e innovadores, como las nuevas
fuentes de energía, el químico, el material eléctrico y electrónico, el material de transporte,
etcétera. En el cuadro 9.9a se puede comprobar que el sector madrileño con mayor número
de patentes fue la Maquinaria (14,4 por 100); seguido de Otras manufacturas (14 por 100),
Material eléctrico y electrónico (12,9 por 100), el químico (9,6 por 100) y Material de trans
porte (8,3 por 100). Como explica García Delgado, el desarrollo de estos sectores en Madrid
es poco conocido:
Los datos de patentes por sectores son una nueva fuente que viene a confirmar las ideas
apuntadas por García Delgado. Y, por contrapartida, las ideas de este autor explican la venta
ja de Madrid sobre Cataluña en la ratio de patentes por habitante alcanzada en 1935. Esta ven
taja arrancó con el fuerte desarrollo industrial de la capital de España en la década de 1920:
Una década de rápido cambio en la ciudad en muchos aspectos, hasta el punto que
un observador tan agudo como Josep Pía puede escribir en 1931, once años después
de su primera visita a la capital, que «todo está desconocido, transformado. Como la
mayoría de las poblaciones del país, Madrid ha dado un paso adelante considerable
—algunos dicen exagerado»16.
1j Carreras (1988) en el volumen colectivo: VV.AA (1988): España: 200 años de tecnología. Madrid. 1988, p.
1 17; citado por García Delgado (1990).
15 García Delgado ( 1 990, pp. 239, 240).
111 García Delgado (1990, p. 240). La cita de Josep Pía es de: Madrid. El advenimiento de la República, obra
editada en Barcelona en 1933.
300 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Además (cuadro 9.9b), los sectores industriales en los que Madrid tuvo ventajas tecnoló
gicas fueron, precisamente, los citados antes —Química, Material eléctrico y electrónico,
Material de transporte, y Otras manufacturas—, junto con el de Energía y agua y Metálicas
básicas. Como se puede comprobar, coincidieron casi exactamente con aquellos en los que
Cataluña tenía desventajas tecnológicas. El sector de Material eléctrico y electrónico fue en
el que Madrid se especializó de una manera más clara. En definitiva, hay que concluir dicien
do que las patentes del sector terciario muestran un fuerte desarrollo de estas actividades en
Madrid con respecto al resto de España; pero la causa del despegue madrileño en los años
20 y 30 no fue el desarrollo de los servicios, sino de una serie de industrias modernas de alto
contenido tecnológico.
Cuadro 9.9c
Patentes por sectores de las provincias del País Vasco (conjunto de años seleccionados, 1882'1935)
El cuadro 9.9c distingue las patentes de las tres provincias del País Vasco. Se puede com
probar que Vizcaya se especializó, principalmente, en los sectores de industrias pesadas —
Metálicas básicas, Minerales no metálicos, Química—, aunque también tuvo ventaja en
Transformados metálicos y Material de transporte. El predominio vizcaíno era casi absoluto
con respecto a Guipúzcoa en las patentes de Metálicas básicas, sector en el que también esta
ba por encima del resto de las regiones. Esto confirma una de las hipótesis de Antonio
Escudero: «En los orígenes de la moderna siderurgia vasca deben destacarse factores tecno
lógicos por encima de cualesquiera otros»17. En cambio, Guipúzcoa tuvo una clara ventaja
en los sectores de industrias de consumo —Textil, Alimentación, Papel y gráficas, Otras
manufacturas—, en la Construcción, en el sector de Maquinaria —donde abundaron las
patentes de armamento, sector muy dinámico en la industria guipuzcoana—, así como en el
de Material eléctrico y electrónico. Estos datos coinciden con una idea sobre la que Jordi
Catalán ha aportado abundantes evidencias: la vía guipuzcoana de industrialización no fue
un simple apéndice del modelo vizcaíno, sino que, «contra lo que podría parecer, los bienes
de consumo y, especialmente, el papel, fueron las ramas en que se basó el despegue indus
trial guipuzcoano»18. En el Apéndice 10. A se puede comprobar que si Vizcaya había estado
siempre ligeramente por encima de Guipúzcoa en número de patentes, en 1935 esta última
superó con mucho a su provincia vecina, con 88 patentes frente a 61. Se podría decir, por
tanto, que Guipúzcoa estaba más desarrollada tecnológicamente que Vizcaya en vísperas de
la Guerra Civil: los años veinte y treinta fueron años de gran dinamismo innovador en el
desarrollo industrial guipuzcoano en relación con el vizcaíno.
Con la excepción de Galicia, que tuvo unas tasas de crecimiento mayores debido a su bajísimo nivel inicial.
TECNOLOGÍA Y DESARROLLO REGIONAL EN ESPAÑA. 1882-1935 303
trico. Además, el firme y diversificado desarrollo del sector terciario dentro de la economía
valenciana —comparable al de Madrid— es otro dato que muestra su notable nivel de moder
nización. La información aportada por las patentes confirma recientes investigaciones sobre la
industrialización valenciana, entre las que destaca el trabajo de Jordi Nadal, quien afirma:
Cuadro 9.10a
Distribución de las patentes por sectores en Cantabria, Baleares, Aragón, La Rioja y Navarra
(suma de años seleccionados, 1882-1935)
Cuadro 9.10b
Proporción de patentes en cada sector y Ventajas Tecnológicas Reveladas de Cantabria, Baleares,
Aragón, La Rioja y Navarra (suma años seleccionados)
Dentro de este segundo grupo de regiones hay dos que destacan sobre el resto: Cantabria
y Baleares. Cantabria tuvo una ratio media de 41,1 patentes por millón de habitantes y
Baleares de 3 1 ,4 (cuadro 9.2). Sin embargo, mientras Cantabria sufrió un declive en las déca
das finales, Baleares tuvo un fuerte desarrollo precisamente en los años veinte y treinta.
Desarrollo que acercó mucho esta región al nivel de la Comunidad Valenciana. De hecho,
Baleares fue la región que tuvo una mayor tasa de crecimiento en su nivel de patentes por
habitante en las dos décadas finales del período; y, por supuesto, fue la más dinámica tecno
lógicamente de este segundo grupo de regiones.
En el cuadro 9.10a se comprueba que el sector con mayor número de patentes de
Cantabria fue el químico, que acaparó el 18,3 por 100 del total regional. Si se tiene en cuen
ta que la media española de patentes en esta industria fue del 7,2 por 100, hay que decir que
esta región tuvo una altísima especialización tecnológica en el sector químico. El siguiente
en importancia fue el de Maquinaria (14,1 por 100), seguido del textil (12,7 por 100),
Minerales no metálicos (1 1,3 por 100), Material de transporte (8,5 por 100), Madera y mue
bles (8,5 por 100), Transformados metálicos (5,6 por 100), Alimentación (5.6 por 100),
etcétera. Al compararla con el resto de España (cuadro 9. lOb), se descubre que el sector en
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA, 1882-1935 305
el que Cantabria tuvo mayores ventajas tecnológicas fue el de Madera y muebles. Según
dice Ortega Valcárcel, el crecimiento de la industria de la madera se explica por la impor
tante actividad constructora y el tráfico harinero de Cantabria desde la segunda mitad del
siglo XIX: «A comienzos del siglo actual, la mecanización se ha impuesto en el ramo de la
madera»21.
Las patentes muestran que Cantabria también alcanzó una notable ventaja tecnológica en
la industria de Minerales no metálicos (materiales de construcción, como el vidrio), también
relacionada con el dinamismo urbano de Santander. Igualmente, la ventaja tecnológica en la
industria Química fue importante, hecho que estuvo principalmente motivado por la instala
ción en 1904 de la empresa Solvay et Cie. en Torrelavega —que obtuvo numerosas
patentes—, así como de otras cuantas:
En apenas treinta años se configura una potente industria química cuyos pilares
son las producciones crecientes de Solvay y el ácido sulfúrico que R.C.A. fabrica,
beneficiando su nueva explotación de piritas, en plantas propias y en las de S.A. Cros,
empresa en la que posee intereses22
tanto el número de patentes como el valor del índice VTR —Baleares fue la única región que
superó a Cataluña en este indicador—, hablan de que este sector tuvo que ser muy dinámi
co y competitivo en el contexto nacional.
La extensa región aragonesa fue, por razón de su tamaño, la que solicitó un mayor núme
ro de patentes entre las regiones de este segundo grupo. Pero su importancia no estuvo sólo
en el tamaño: los índices de patentes por habitante y de patentes/PIB (cuadros 9.2 y 9.3) la
sitúan como la séptima región en cuanto a nivel tecnológico. Además, tuvo un notable dina
mismo innovador a lo largo del período y, particularmente, en los años veinte y treinta; de
hecho, en tasas de crecimiento del número de patentes estuvo entre las primeras regiones.
Realmente, hablar de desarrollo económico en Aragón es hablar de Zaragoza —en gran
medida de la propia capital—, pues de las 119 patentes de esta región, 100 correspondieron
a esta provincia (ver Apéndice 10.A).
El sector que obtuvo más patentes dentro de Aragón (cuadro 9. 1 Oa) fue la Maquinaria
(12,1 por 100), seguido de la Alimentación (11,2 por 100), Energía y agua (10,3 por
100), Transformados metálicos (8,4 por 100), Química y Material de transporte (ambos
con el 7,5 por 100). La importancia del desarrollo urbano de la ciudad de Zaragoza se
manifiesta en el notable número de patentes del sector terciario, que en conjunto repre
sentaron el 7.4 por 100 del total regional, bastante por encima de la media española en
estas actividades. La distribución sectorial de las patentes aragonesas con respecto al
conjunto de España (cuadro 9.10b) muestra rasgos de una economía dual —o diversifi
cada—, parecidos a los de Valencia: una cierta especialización y ventaja tecnológica en
el sector agrario; un fuerte desarrollo de algunos sectores de servicios —comercio al por
menor y restauración y hostelería—; y, todo esto, junto con un notable desarrollo de
algunas industrias.
Entre las industrias, las patentes muestran, en primer lugar, una importante ventaja tec
nológica —o nivel de especialización con respecto al conjunto de España— en el sector de
Energía y agua, aspecto relacionado con la expansión del sector eléctrico que creció de
manera importante durante el período de entreguerras con «el aprovechamiento de los recur
sos hidráulicos pirenaicos y del Ebro por el capital eléctrico catalán, vasco y madrileño, apo
yados en importantes grupos bancarios»24. Los sectores fabriles donde alcanzó un mayor
grado de ventaja tecnológica fueron los relacionados con sus productos agrarios, es decir,
Alimentación y Bebidas y tabaco. Otra importante industria debió de ser la de Papel y grá
ficas, junto con la de madera y muebles. Los sectores relacionados con la transformación del
metal también alcanzaron claras ventajas tecnológicas con respecto al resto de España: las
patentes de Metálicas básicas y Transformados metálicos indican que estos sectores inicia
ron ya en aquellos años un firme desarrollo tecnológico que, en la segunda mitad del siglo,
hizo que se convirtieran en unas de las industrias más importantes de Zaragoza. El sector del
metal se desarrolló en el primer tercio del siglo XX gracias a la demanda de otros como el
alimentario, la construcción y el material de transporte: «Junto con la alimentación, destaca
el predominio conseguido ya por el metal: un diversificado subsector de transformados
metálicos, dirigido en Zaragoza hacia el equipamiento del sector agroalimentario, a cons-
trucción y obras públicas, así como a construcción de material móvil»25. Las patentes de este
último sector —el Material de transporte— indican, de hecho, que Zaragoza también tuvo
un cierto grado de especialización tecnológica en esta industria; como también sucedió en la
química.
Las regiones con un menor nivel técnico dentro de este segundo grupo fueron La Rioja y
Navarra. Se han agrupado las patentes de ambas por ser regiones pequeñas, limítrofes y con
una distribución sectorial similar. De las dos, fue La Rioja la que —además de haber man
tenido un mayor nivel tecnológico medio— tuvo un mayor dinamismo en el período, como
puede verse en el cuadro 9.2, Navarra sufrió un declive relativo con respecto al conjunto de
España desde 1882 hasta la década de 1920. Sin embargo, su desarrollo entre 1922 y 1935
fue muy importante, pues en tan sólo catorce años dobló su nivel tecnológico —tanto la ratio
de patentes por habitante como de patentes/PIB—. Los dos sectores con mayor número de
patentes dentro de estas regiones (cuadro 9.10a) fueron el textil y la Maquinaria, ambos con
el 14,6 por 100 de las patentes. Los cuatro siguientes —todos con el 8,3 por 100— fueron:
el agrario, el químico, el Material eléctrico y electrónico y la Alimentación.
La comparación con el conjunto de España (cuadro 9.10b) muestra que estas regiones
tuvieron una importante ventaja tecnológica en el sector agrario. En segundo lugar, el
indicador VTR relativo al sector de Otros servicios, indica cierto desarrollo urbano
moderno que, sin duda, se produjo tanto en Logroño como en Pamplona durante el pri
mer tercio del siglo XX. Esto habla, como en el caso de Aragón, de la existencia de una
economía dual, aunque en La Rioja y Navarra, la balanza estuvo más inclinada hacia la
agricultura. El sector industrial en el que mostraron mayor ventaja tecnológica fue la
Alimentación; hecho que guarda relación con la explotación comercial de su producción
agraria, lo cual es signo de un proceso de modernización de este sector tradicional.
También alcanzaron cierta ventaja tecnológica en el sector de Material eléctrico y elec
trónico. Este hecho —que no se produjo en ninguna de las otras regiones de este segun
do grupo, ni en otras más atrasadas— muestra un nivel de capacidad tecnológica impro
pio de zonas poco desarrolladas. Por último, el indicador VTR muestra también cierto
grado de modernización tecnológica —dentro de un modesto desarrollo— de la Industria
textil, la Química y la Construcción.
Cuadro 9.11a
Distribución de las patentes por sectores en Asturias, Murcia y Andalucía
(suma de años seleccionados, 1882-1935)
Asturias Murcia
Agr. Sector
CNAE N.° %l N.° %/ N.° %/
Pat Región Pat Región Pat Región
1 Agricultura, ganadería, etc 1 1,8 4,9 17 5,9
2 Energía y agua 4 7,1 2,4 13 4,5
3 Metalicas básicas 12 21,4 4,9 11 3,8
4 Minerales no metálicos 1 1,8 2,4 14 4,8
5 Química 4 7,1 4,9 15 5,2
6 Transformados metálicos 4 7,1 2,4 8 2,8
7 Maquinaria 4 7,1 17,1 44 15,2
8 Material eléctrico y electrónico 2 3,6 7,3 16 5,5
9 Material de transporte 3 5,4 9,8 18 6,2
10 Alimentación 1 1,8 7,3 38 13,1
11 Bebidas y tabaco 1 1,8 15 5,2
12 Industria textil 2 3,6 14,6 20 6,9
13 Madera y muebles II 3,8
14 Papel y gráficas 4 7,1 2,4 9 3,1
15 Otras manufacturas 6 10,7 14,6 22 7,6
16 Construcción 5 8,9 2,4 5 1,7
17 Comercio al por mayor 2,4
19 Comercio al por menor^ rep
20 Restauración y hostelería
21 Transporte y comunicaciones 1 0,3
22 Inst. financieras y servicios a empresas ... 2 3,6 11 3,8
23 Otros servicios 2 0,7
Total 56 100,0 41 100.0 290 100,0
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patcntes (OEPM).
Cuadro 9.11b
P,oporción de patentes en cada sector y Ventajas Tecnológicas Reveladas de Asturias,
Murcia y Andalucía (suma años seleccionados)
Asturias Murcia
Agr. Sector
CNAE VTR %/ VTR %/ VTR
sector
Agricultura, ganadería, etc 0,7 0,7 1,4 2,0 11,8 2,4
2 Energía y agua 1.8 1,9 0,5 0,6 6,0 U
3 Metálicas básicas 12,8 13.2 2,1 3,0 11,7 2,3
4 Minerales no metálicos 0,4 0,4 0,4 0,6 5,6 1,1
5 Química 0,9 0,9 0,5 0,6 3,4 0,7
6 Transformados metálicos 1,5 1,5 0,4 04 2,9 0,6
7 Maquinaria 0,4 0,4 0,7 1,0 4,6 0,9
8 Material eléctrico y electrónico 0,5 0,5 0,7 1,0 3,9 0,8
9 Material de transporte 0,8 0,9 1.1 1,6 5,0 1,0
10 Alimentación 0,3 0,3 0,9 1,3 11,3 2,3
11 Bebidas y tabaco 0,6 0,7 9,7 1,9
12 Industria textil 0,3 0,3 0,8 1,1 2,7 0,5
13 Madera y muebles 7.1 1,4
14 Papel y gráficas 2,4 2,4 0,6 0,8 5,3 1.1
15 Otras manufacturas 1.0 1,1 1,0 1,5 3,8 0,8
16 Construcción 2,3 2,4 0,5 0,7 2,3 0,5
17 Comercio al por mayor 25,0 35,3
19 Comercio al por menor y reparac
20 Restauración y hostelería
21 Transporte y comunicaciones 5,6 1.1
22 Inst. financ. y servicios a empresas 1.5 1,6 8,3 1,7
23 Otros servicios 2,5 0,5
Total 1.o 0,7 5,0
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
TECNOLOGÍA Y DESARROLLO REGIONAL EN ESPAÑA. 1882-1935 309
Asturias fue la única región española que no obtuvo ninguna patente en los años 1882 y
1887 (cuadro 9.1), hecho que debió de estar relacionado con la profunda crisis de la indus
tria siderúrgica asturiana en esta década debido a la fuerte irrupción de la competencia vasca.
En 1 897, Murcia y Andalucía la doblaban en el índice de patentes por habitante. En 1922, en
cambio, Asturias casi llegaba a triplicar a estas dos regiones en el valor de esta ratio, y se
situaba en la séptima posición dentro de España, superando a Baleares y Aragón. Pero la
fuerte caída del índice de patentes por habitante asturiano desde mediados de los años vein
te, hizo que en 1935 se situara casi en el nivel de Canarias, Andalucía o Galicia (cuadro 9.2).
Esta evolución es reflejo del profundo declive de la economía asturiana durante los años
veinte y treinta.
Como puede comprobarse en el cuadro 9.1, el gran número patentes asturianas en 1917 y,
sobre todo, en 1922 debió de estar asociado a la gran oportunidad propiciada por la I Guerra
Mundial: circunstancia de la que esta región se benefició, junto con Cataluña, de manera
muy particular dentro del conjunto de las regiones españolas26. El impulso de esta expansión
coyuntural sólo llegó, como se acaba de decir, hasta mediados de los años veinte. Este pro
ceso de crecimiento y declive en el número de patentes —que se había iniciado a finales del
siglo XIX—, cuadra exactamente con la evolución del número y capital de las empresas
constituidas en Asturias, provenientes en gran medida de fuera de la región: «principalmen
te vascos para garantizar el abastecimiento de carbón a sus fábricas siderúrgicas»27.
El cuadro 9.1 la muestra una extraordinaria especialización de esta región en el sector de
Metálicas básicas, que obtuvo el 21,4 por 100 de las patentes asturianas. El segundo sector
en importancia fue el de Otras manufacturas (con el 10,7 por 100), seguido de la
Construcción (el 8,9 por 100) y de cinco sectores que obtuvieron todos el 7,1 por 100:
Energía y agua, Química, Transformados metálicos, Maquinaria y Papel y gráficas. La com
paración con las patentes del conjunto de España (cuadro 9. 1 Ib), remarca la especialización
tecnológica asturiana en las Metálicas básicas. Este dato muestra la importancia en el con
texto nacional de las empresas siderúrgicas y metalúrgicas de Asturias; pero, sobre todo, el
esfuerzo tecnológico que realizaron desde finales del siglo XIX: A pesar de que en el último
cuarto del siglo XIX perdieron toda posibilidad de competencia con las empresas vascas28,
iniciaron «entonces a la fuerza un proceso de reconversión (la primera gran reconversión,
fracasada la primera industrialización) consistente en adoptar nuevos métodos siderúrgi
cos...»29. Las circunstancias favorables de la I Guerra Mundial también beneficiaron a la
industria siderometalúrgica: «tanto por el aumento de la demanda externa como por el debi
litamiento de la competencia extranjera»10. Aunque es evidente el mayor nivel de competiti-
vidad alcanzado por la siderurgia vasca, los datos de patentes pueden servir para reconside
rar la importancia de las metálicas asturianas dentro de la historia económica de España. Los
restantes sectores industriales tuvieron mucha menor relevancia, sin embargo, las patentes
muestran un cierto grado de especialización tecnológica en algunas industrias como el Papel
y gráficas, Energía y agua y Otras manufacturas. También el sector de la Construcción des
tacó, junto con el de Servicios prestados a las empresas.
La evolución del indicador de patentes por habitante en la región de Murcia fue realmen
te dramática (cuadro 9.2): Según este índice, en 1882 y 1897 Murcia fue la sexta región de
España; en 1922 había descendido a la undécima posición; y en 1935 se situó en la decimo
quinta, tan sólo por delante de Castilla-La Mancha y Extremadura. La causa fue su escasísi
mo dinamismo tecnológico: el incremento del índice de patentes por habitante de Murcia
entre 1882 y 1935 fue tan sólo del 4 por 100: el crecimiento más débil de toda España. Al
igual que Andalucía, Murcia sufrió una profunda crisis industrial en la segunda mitad del
siglo XIX «durante la cual desaparecieron numerosos establecimientos sin que, de momen
to, se entreviese una alternativa distinta»11. Pérez Picazo (1990) ha explicado que en el últi
mo cuarto del siglo XIX Murcia inició un proceso de reconversión industrial —si se puede
hablar así— basado «en una serie de cambios estructurales en el sector secundario»: cambió
de orientación sectorial, en lugar de intentar rehacerse en los mismos sectores que había
antes de la crisis. «El progreso en esta dirección no fue lineal, verificándose por el contrario,
en dos momentos bien delimitados: el primer cuarto del siglo XX... y los quince años trans
curridos entre 1960 y 1975»32.
La evolución que muestran las patentes sólo cuadra en parte con la descripción que hace
esta autora sobre el proceso de industrialización murciano. Sí muestra la profunda crisis
industrial de la región en la segunda mitad del siglo XIX. Pero no indica en absoluto que en
el primer cuarto del siglo XX se produjera una recuperación, sino, más bien, una aceleración
de su declive tecnológico. De hecho, Murcia fue una de las dos regiones —la otra fue
Canarias— en que la ratio de patentes por millón de habitantes descendió entre 1897 y 1922:
de 15,6 a 14,1; y la única si se toma el período 1897-1935, ya que en este último año el valor
del índice fue de 1 1 patentes por millón de habitantes (cuadro 9.2). Esta es la visión que se
obtiene a partir de los datos de patentes. Es probable que esta región hubiera seguido otras
vías de innovación tecnológica que expliquen o estén de acuerdo con el proceso de indus
trialización descrito por la citada autora. Es claro, además, que en el muy largo plazo, Murcia
sí ha tenido éxito en su reconversión industrial, ya que su modernización más rápida se ha
producido en la segunda mitad del siglo XX.
Por otro lado, el profundo declive tecnológico relativo del que hablan las patentes,
pudo ocultar un cambio estructural interno de su economía, como mantiene Pérez Picazo;
si bien los datos indican que su base tecnológica —al menos la proveniente de la activi
dad inventiva autóctona— habría sido poco importante. Más bien, ese cambio estructural
pudo estar relacionado con las ventajas comparativas de esta región —por sus condicio
nes geográficas y climáticas— en una serie de materias primas agrarias. Este cambio
estructural estuvo principalmente basado en: a) «la aparición de un nuevo tipo de apro
vechamiento textil, apoyado una vez más en materias primas locales (esparto, cáñamo,
seda)»; y b) en el «nacimiento de un sector agroalimentario apoyado en presupuestos
totalmente diferentes al tradicional: primando a la exportación y no al autoabastecimien-
to y explotación de las ventajas comparativas regionales en la producción hortofrutíco-
la»33. Veamos si la distribución sectorial de las escasas patentes murcianas reflejan este
hecho.
Como muestra el cuadro 9. 1 la, las patentes de Maquinaria fueron las más numerosas (con
el 17,1 por 100 de las patentes de la región). A continuación se situaron las textiles (14,6 por
100), las de Otras manufacturas (14,6 por 100) y las de Alimentación y Material eléctrico y
electrónico (ambas con el 7,3 por 100). Por último, la Agricultura, Metálicas básicas y
Química, obtuvieron cada una el 4,9 por 100. Con las precauciones y reservas que hay que
tomar, debido al escaso número de patentes de que estamos hablando (41 fueron las solici
tadas en la región de Murcia en los años seleccionados), la comparación de las patentes de
esta región con el resto de España (ver cuadro 9.1 Ib) sí puede indicar el proceso de espe-
cialización industrial explicado por Pérez Picazo. En primer lugar, Murcia tuvo una clara
especialización tecnológica en Agricultura; en segundo lugar, las patentes de Alimentación
también indican que tuvo ventajas tecnológicas en esta industria. El hecho de la relativa
importancia de las patentes de Metálicas básicas pudo tener que ver, a su vez, con las indus
trias de conservas vegetales desarrolladas en esta región durante el primer tercio del siglo
XX. De igual forma, las patentes del sector de Comercio al por mayor34 y de Material de
transporte también pudieron guardar relación con el mercado de exportación de los produc
tos agrarios y de las industrias conserveras. En tercer lugar, la ventaja tecnológica que alcan
zó en el sector textil, puede indicar la especialización de Murcia en las industrias del espar
to, cáñamo y seda a la que hace referencia Pérez Picazo.
En todo caso, el escasísimo dinamismo del desarrollo tecnológico de esta región puede
servir para explicar la nueva decadencia industrial que sufrió en los años treinta35, así como
el hecho de que tuviera que esperar a la segunda mitad del siglo XX para desarrollar fir
memente estas industrias, todavía incipientes en el primer tercio del siglo.
La evolución en el tiempo del índice relativo de patentes por habitante (cuadro 9.5) mues
tra un declive constante del nivel técnico andaluz con respecto a la media española desde
finales del siglo XIX hasta 1935. Declive que, no obstante, no fue tan pronunciado como en
el caso de Murcia. De hecho, la evolución del valor de este índice (cuadro 9.2) muestra que
el nivel técnico andaluz fue creciente hasta, al menos, 1922; y, aunque después sufrió un leve
descenso, en 1935 más que doblaba el de 1882, De todas formas, este desarrollo tendría que
haber sido bastante mayor para que hubiera podido incrementar o, al menos, conservar su
posición dentro de España.
Dado el tamaño de esta región y su diversidad geográfica, su estudio requiere un análisis
detallado de las ocho provincias que la componen, pues ni todas siguieron los mismos mode
los, ni tuvieron idénticos niveles tecnológicos, ni iguales tasas de crecimiento. En el Apéndice
10. A puede comprobarse que la provincia de Sevilla —con 100 patentes durante los siete años
estudiados— acaparó un tercio de todas las de Andalucía; la segunda en importancia fue
Málaga, con 5 1 patentes; la tercera, Cádiz, con 46; la cuarta, Córdoba (35); la quinta, Almería
(22); la sexta, Granada (21); la séptima. Jaén (19); y la última, Huelva, con tan sólo 6 patentes.
Mucho habría que decir sobre el desarrollo técnico y económico de los sectores de la región
1j Realmente, se podría dudar de la representatividad de las conclusiones que puedan obtenerse de este dato,
pues tan sólo fueron siete las patentes solicitadas en España en este sector en los siete años estudiados. Sin embar
go, teniendo en cuenta que provinieron principalmente de Valencia y Murcia, regiones orientadas hacia los merca
dos de exportación de productos agrarios, quizá sí sean indicativas de la especialización de estas regiones.
35 Pérez Picazo (1990).
312 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
andaluza36; sin embargo las presentes líneas se limitan a hacer un breve apunte de la distribu
ción sectorial de las patentes, que, confiamos puedan ser la base de investigaciones futuras.
El cuadro 9.1 la muestra que el sector andaluz con más patentes fue la Maquinaria (el 15,2
por 100); al que siguió la Alimentación (13,1 por 100); y a mucha distancia el resto: Otras
manufacturas (7,6 por 100), Industria textil (6,9 por 100), Material de transporte (6,2 por 100),
Agricultura (5,9 por 100), etcétera. En el conjunto de España (cuadro 9.1 Ib), la Agricultura
fue el sector que alcanzó mayor ventaja tecnológica, según el valor del índice VTR. Dentro
de la industria, los sectores relacionados con la alimentación —Alimentación y Bebidas y
tabaco— fueron los que disfrutaron de más claras ventajas tecnológicas. La siguiente indus
tria con ventajas tecnológicas fue las Metálicas básicas, sector que, como es conocido, fue
muy importante en los inicios de la industrialización andaluza. Las patentes muestran que en
el primer tercio del siglo XX este sector mantenía todavía cierta importancia: Andalucía fue
—después de Asturias— la quinta región en número de patentes de estas industrias.
Los restantes sectores destacaron mucho menos desde el punto de vista de la especiali-
zación de la tecnología. Tuvieron alguna relevancia, no obstante, los servicios financieros y
servicios a las empresas, relacionados, sobre todo, con el desarrollo urbano de Sevilla; y la
industria de Madera y muebles, donde las patentes también muestran cierto grado de venta
ja tecnológica. En los sectores de Energía y agua, Minerales no metálicos, Papel y gráficas
y Transporte y comunicaciones, también se podría hablar de ciertas ventajas tecnológicas de
esta región. Como se ve, Andalucía no se especializó en ninguno de los sectores industriales
más modernos, lo cual es un signo evidente de su notable atraso tecnológico.
Según el valor medio en el período del índice de patentes por habitante, estas tres regiones
estuvieron entre las más atrasadas de España, junto con Castilla-La Mancha y Extremadura
(cuadro 9.2). Sin embargo, hubo una clara diferencia entre la evolución las dos últimas y la de
Canarias, Castilla-León y Galicia: mientras que estas tres reaccionaron antes de la guerra civil,
las otras dos permanecieron estancadas. El dinamismo tecnológico de las tres regiones de este
grupo en las décadas de 1920 y 1930 hizo que recuperaran posiciones con respecto a la media
española y que en 1935 se pusieran al nivel tecnológico de las tres regiones del grupo anterior
(cuadros 9.5 y 9.2). Sin embargo, la única región del grupo que aumentó su importancia con
respecto al conjunto de España entre 1882 y 1935 fue Galicia. Las otras dos disminuyeron su
participación. Hay que tener en cuenta, no obstante, el bajísimo nivel inicial de Galicia, que fue
la región española que en 1 882 tuvo un menor índice de patentes por habitante".
En cuanto a la evolución del valor de la ratio patentes por habitante, el cuadro 9.2 mues
tra que la más dinámica entre 1882 y 1935 fue Galicia, seguida de Castilla-León y Canarias.
Galicia fue la región española con una mayor tasa de crecimiento, tanto en número como en
el índice de patentes por habitante. Esto se debió, como se ha dicho, a su bajísimo nivel ini
cial, aunque, también, a que tuvo un crecimiento constante a lo largo de los años. Canarias
y Castilla-León, en cambio, sufrieron un declive hasta 1922 y, desde entonces hasta 1935, un
extraordinario aumento en su nivel técnico.
36 Se puede consultar, por ejemplo, el trabajo de Martín Rodríguez ( 1 990), que no sólo contiene abundante evi
dencia cuantitativa de la composición sectorial de la industria andaluza, sino también un excelente resumen de las
interpretaciones sobre el declive industrial de esta región.
37 Realmente, fue Asturias, ya que no obtuvo ninguna patente en los años 1882 y 1887.
PATENTES Y SECTORES ECONÓMICOS EN ESPAÑA. 1882-1935 313
Cuadro 9.12a
Distribución de las patentes por sectores en Canarias, Castilla-León y Galicia
(suma de años seleccionados, 1882-1935)
Castilla y León Galicia
CNAE SeCl0r N-° %l V %/ N-° %/
Pat Región Pal Región Pat Región
1 Agricultura, ganadería, etc I 5.9 I8 20,2 2 3,4
2 Energía y agua 5 5,6 4 6.9
3 Metálicas básicas I 5.9 2 2,2 I 1,7
4 Minerales no metálicos 4 23,5 3 3,4 3.4
5 Química 6 6,7 5 8,6
6 Transformados metálicos 1 5,9 I 1,1 2 3,4
7 Maquinaria 5 29,4 13 14.6 10 17.2
8 Material eléctrico y electrónico 2 11,8 4 4,5
9 Material de transporte 6 6,7 15.5
10 Alimentación 2 11,8 3 3,4 7 12.1
11 Bebidas y tabaco 2 2,2
12 Industria textil 9 10.1 3 5,2
13 Madera y muebles 1.1 1 1.7
14 Papel y gráficas 1 1.1
15 Otras manufacturas 1 5.9 6 6,7 8 13.8
16 Construcción 8 9,0
17 Comercio al por mayor
19 Comercio al por menor y rep
20 Restauración y hostelería
21 Transporte y comunicaciones I 1.7
22 Inst. financieras y servicios a empresas ...
23 Otros servicios I 1.1 3 5,2
Total 17 100.0 89 100,0 58 100,0
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
Cuadro 9.12b
Proporción de patentes en cada sector y Ventajas Tecnológicas Reveladas de Canarias,
Castilla-León y Galicia (suma años seleccionados)
Canarias Castilla-León Galicia
Agn Sector ai «,/ r,/
CNAE %l VTR *' VTR *' VTR
sector sector
Agricultura, ganadería, etc 0.7 2.4 12,5 8,1 1.4 1.4
2 Energía y agua , 2.3 1,5 .8 .«
3 Metálicas básicas .1 3.6 2,1 1.4 1.1 1,1
4 Minerales no metalicos 1.6 5,4 .2 0.8 0.8 U.8
5 Química '•', '*' '
6 Transformados metálicos 0,4 1,2 0,4 0,2 0.7 0.7
7 Maquinaria 0,5 1.8 ,4 0.9 1.0 1.0
8 Material eléctrico y electrónico 0,5 1.6 1,0 0,6
9 Material de transporte „„ '•/ 1.1 2.5 A3
10 Alimentación 0,6 2,0 0,9 0,6 2.1 2.1
11 Bebidas y tabaco ,3 0.8
12 Industria textil 1.2 0,8 0,4 0,4
13 Madera y muebles 0.6 0.4 0,6 0.6
14 Papel y gráficas 0,0 0,4
15 Otras manufacturas 0.2 0,6 1.0 0.7 1.4 1.4
16 Construcción 3,7 -.4
17 Comercio al por mayor
19 Comercio al por menor y rep
20 Restauración y hostelería
21 Transporte y comunicaciones 5.6 3,3
22 Inst. tinanc. y servicios a empresas
23 Otros servicios U 0.8 3,8 J.8
Total 0'3 K5 U>
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentcs (OEPM).
3 14 JOSÉ MARÍA ORTIZ- VILLAJOS
Como en el apartado anterior, nos limitaremos a hacer unos breves comentarios generales
sobre las patentes de estas dos regiones, pues nuestro conocimiento de su desarrollo econó
mico e industrial no es grande. Desde el punto de vista del valor del índice de patentes por
habitante, las dos regiones estuvieron entre las más atrasadas de España (cuadro 9.2). Sin
embargo, el atraso de Extremadura fue especialmente grave, ya que Castilla-La Mancha,
según el nivel medio de este indicador se situó, incluso, por delante de Galicia y Castilla-
León. Sin embargo, el declive que sufrió al final del período, hizo que en 1935 se situara en
la penúltima posición, tan sólo por delante de Extremadura. Con respecto a la media espa
ñola (cuadro 9.5), tanto Extremadura como Castilla-La Mancha disminuyeron su importan
cia con el tiempo. Por último, según el valor del índice de patentes por habitante (cuadro
9.2), las dos siguieron el mismo proceso: disminución de 1882 a 1897; notable aumento
desde entonces hasta 1922; y fuerte caída hasta 1935.
En comparación con el conjunto de España, Castilla-La Mancha obtuvo ventaja tecno
lógica en el sector agrario, base de su economía (cuadro 9. 13b). Sin embargo, su especiali-
zación agraria no fue tan acusada como la de Castilla-León, sino que también tuvo una pre
sencia relativamente importante en algunos sectores industriales, especialmente, en el de
Transformados metálicos. Las patentes de estas industrias procedieron de las provincias de
Albacete y Toledo, que tenían una larga tradición de fabricación de objetos metálicos, como
las famosas espadas y armas blancas de acero. Extremadura, aunque también tuvo una clara
especialización agraria, alcanzó su mayor ventaja tecnológica en el sector de Bebidas y
tabaco.
TECNOLOGÍA Y DESARROLLO REGIONAL EN ESPAÑA. 1882-1935 315
Cuadro 9.13a
Distribución de las patentes por sectores en Castilla-La Mancha y Extremadura
(suma de años seleccionados, 1882-1935)
Cast.-La Mancha Extremadura
Agr. Seclur
CNAE N'" %/ N." %/
Pat Región Pat Región
1 Agricultura, ganadería, etc 9 13,8 3 12,0
2 Energía y agua 4 6,2
3 Metálicas básicas 1 1,5 1 4,0
4 Minerales no metálicos 4 6.2 1 4,0
5 Química 2 3.1 1 4,0
6 Transformados metálicos 9 13,8
7 Maquinaria 13 20,0 6 24,0
8 Material eléctrico y electrónico 3 4,6
9 Material de transporte 4 6,2 2 8,0
10 Alimentación 2 3,1
11 Bebidas y tabaco 4 16,0
12 Industria textil 4 6,2 ~) 8.0
13 Madera y muebles 1 4.0
14 Papel y gráficas 1 4,0
15 Otras manufacturas 4 6,2 1 4,0
16 Construcción 4 6,2 2 8,0
17 Comercio al por mayor
19 Comercio al por menor y reparaciones 1 1,5
20 Restauración y hostelería
21 Transporte y comunicaciones
22 Inst. financieras y servicios a empresas
23 Otros servicios 1 1.5
Total 65 100,0 25 100.0
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
Cuadro 9.13b
Proporción de patentes en cada sector y Ventajas Tecnológicas Reveladas de Castilla-La Mancha
y Extremadura (suma años seleccionados)
Cast.-La Mancha Extremadura
Agn Sector
CNAE %/ VTR %/ VTR
sector sector
1 Agricultura, ganadería, etc 6,3 5,6 2,1 4,8
2 Energía y agua 1,8 1,6
3 Metálicas básicas 1,1 0,9 1,1 2,5
4 Minerales no metálicos 1,6 1,4 0.4 0,9
5 Química 0,5 0,4 0,2 0,5
6 Transformados metálicos 3,3 2,9
7 Maquinaria 1,4 1,2 0,6 1.4
8 Material eléctrico y electrónico 0,7 0.6
9 Material de transporte 1.1 1.0 0,6 1,3
10 Alimentación 0.6 0,5
11 Bebidas y tabaco 2,6 6,0
12 Industria textil 0.5 0,5 0,3 0,6
13 Madera y muebles 0.6 1,5
14 Papel y gráficas 0,6 1,4
15 Otras manufacturas 0,7 0,6 0,2 0,4
16 Construcción 1,9 1,7 0,9 2,2
17 Comercio al por mayor
19 Comercio al por menor y reparac 2,9 2,5
20 Restauración y hostelería
21 Transporte y comunicaciones
22 Inst. financ. y servicios a empresas
23 Otros servicios 1,3 1,1
Total 1,1 0,4
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
316 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
5. CONCLUSIÓN
Las patentes, ponderadas por la población o la producción, pueden servir como un índice
aproximado del nivel tecnológico de un país o una región. En este capítulo se ha contrastado
esta hipótesis para las 17 comunidades autónomas españolas durante el período 1882-1935.
Los datos empleados —descritos brevemente en el primer epígrafe— han sido las patentes soli
citadas por residentes en España en siete años seleccionados: 1882, 1887, 1897, 1907, 1917,
1922 y 1935. Se ha establecido un ranking de las regiones españolas según el valor medio en
el período de las ratios patentes/población y patentes/producción, índices del nivel de desarro
llo tecnológico regional: 1°) Cataluña, Madrid, País Vasco y Valencia; 2°) Cantabria, Baleares,
Aragón, La Rioja, Navarra y Asturias; 3°) Murcia, Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha,
Castilla-León, Galicia y Extremadura. Tomando las regiones así agrupadas, se ha encontrado
una clara correlación entre el nivel tecnológico y la renta per capita de las regiones.
Dentro de cada uno de estos grupos, sin embargo, la correlación entre nivel tecnológico y
nivel de renta de las regiones que los forman no es tan clara. Esto coincide con otras inves
tigaciones (Fagerberg, 1987) que han constatado que para países con niveles de renta simi
lares, el índice de nivel técnico no sirve para explicar con exactitud las diferencias de desa
rrollo económico. En el caso de las regiones españolas, esto puede deberse, entre otros fac
tores, a que: a) en cada grupo, hubo regiones más dinámicas que otras desde el punto de vista
tecnológico; b) el valor del índice de desigualdad tecnológica regional fue cuatro o cinco
veces mayor que el índice de desigualdad de renta; y c) las regiones siguieron modelos de
especialización tecnológica sectorial diferentes.
Para caracterizar más en detalle los diferentes modelos de desarrollo tecnológico de las
regiones, se han distribuido las patentes por sectores económicos, según el criterio de uso o
destino de la tecnología y se ha hecho un estudio basado en: 1°) la distribución sectorial de
las patentes, que ha dado una idea de la especialización tecnológica regional: 2°) la partici
pación de las regiones en las patentes de cada sector, que ha aportado un medida de la impor
tancia cuantitativa de cada región en el conjunto de la economía española; y 3°) el índice de
Ventajas Tecnológicas Reveladas (VTR), que mide la posición de ventaja o desventaja tec
nológica de cada región en cada sector con respecto al conjunto de España.
En cuanto al número absoluto de patentes, cabe destacar que Cataluña —que obtuvo casi
el 50 por 100 de las solicitadas en España durante los siete años seleccionados— dominó en
prácticamente todos los sectores. Tan sólo Madrid —que obtuvo el 20 por 100 de las
patentes— la superó en los sectores de servicios y en las Metálicas básicas; y el País Vasco
—con el 8 por 100 de las patentes—, sólo en este último. La Comunidad Valenciana, con
cerca del 8,5 por 100 de las patentes, tuvo una importante presencia en los sectores alimen
tario y agrario, aunque no llegó a superar a Cataluña en ninguno de los dos. Estas cuatro
regiones fueron las más destacadas en el uso del sistema de patentes y, también, las que
dominaron en prácticamente todos los sectores.
La distribución sectorial de las patentes de cada región, muestra notables diferencias en
la especialización tecnológica, que coinciden, básicamente, con las diferentes especialidades
productivas regionales. Por último, el índice de Ventajas Tecnológicas Reveladas muestra los
sectores en que cada región alcanzó ventajas tecnológicas con respecto al conjunto de
España y, por tanto, es una cierta medida del nivel de competitividad de la producción regio
nal en el mercado español. Este indicador, que pondera el número de patentes por el tamaño
de las regiones, permite advertir el dinamismo tecnológico que alcanzaron las regiones
pequeñas en sectores concretos dentro de la economía española.
CONCLUSIONES GENERALES
las cifras de inversión de capital, porque, en una buena medida, la tecnología se ha incorpo
rado en los procesos productivos a través de la inversión en maquinaria y capital fijo.
4. Al desglosar la Formación Bruta de Capital Fijo en sus componentes, y correlacionar
éstos con la serie de patentes, se demuestra que: a) el componente privado de la inversión —
en contraposición a la inversión pública— fue el que se ajustó mejor a la serie de patentes,
lo que indica que la inversión en tecnología dentro de la economía española estuvo, al menos
hasta mediados del siglo XX, principalmente impulsada por la iniciativa privada; b) el com
ponente de la inversión correspondiente a importación de maquinaria —en contraposición a
la producción interior de artículos metálicos— fue el que alcanzó una más clara correlación
con la serie de patentes, lo que demuestra la gran relevancia que tuvo la tecnología extran
jera en el proceso modernizador de la industria española.
5. El número de patentes solicitadas en España ha seguido —como en el resto de los paí
ses— una evolución muy parecida a los ciclos de la economía. A partir de la serie histórica
de patentes se pueden identificar, por tanto, cuáles fueron los efectos sobre la inversión tec
nológica de las grandes crisis internacionales, así como de los ciclos expansivos y recesivos
de la economía. Las grandes etapas expansivas en la solicitud de patentes en España —que
fueron seguidas de las respectivas recesiones— coincidieron con las de sus ciclos de expan
sión económica: 1840-1865; 1878-1929 y 1959-1970.
6. Algunas de las características generales del sistema español de patentes entre 1882 y
1935 fueron: a) El predominio de las patentes extranjeras a lo largo de todo el período, aun
que, los solicitantes españoles fueron con el tiempo alcanzando una mayor presencia: pasa
ron de obtener el 30 por 100 de las patentes en 1882 al 54 por 100 en 1935, que fue el pri
mer año que estuvieron por encima de los extranjeros, b) Hubo un gran predominio de los
solicitantes individuales, aunque las empresas tuvieron una presencia creciente: pasaron de
obtener tan sólo el 8,2 por 100 de las patentes en 1882 al 41,6 por 100 en 1935. c) No obs
tante, una gran proporción —el 68,2 por 100— de las patentes empresariales —que son un
claro indicador de modernización de la estructura económica de un país— correspondió a
empresas extranjeras; lo cual es un signo del atraso relativo del nivel tecnológico de la indus
tria española.
7. La clasificación sectorial de las patentes más adecuada para buscar la relación entre
invención y producción de bienes y servicios, es contemplar cada invento desde el punto de
vista del sector al que está dirigido. Así, se ha constatado que la invención fue en España
entre 1882 y 1935 una actividad orientada primordialmente a la industria: el 90 por 100 de
las patentes se destinaron hacia este sector. Esto significa que no hubo correlación directa
entre la participación de los cuatro grandes sectores —agricultura, industria, construcción y
servicios— en el P1B y el número de patentes dirigido a cada uno. Sí existió, en cambio, una
correlación en la tendencia de ambas series a largo plazo: crecieron en importancia relativa
—tanto en peso dentro de la economía como en el total de patentes— la industria y los ser
vicios, y disminuyeron su magnitud relativa la agricultura y la construcción.
8. La valoración del grado de atraso o adelanto tecnológico de los sectores de la econo
mía no puede hacerse, por tanto, simplemente a partir del número de patentes, sino que es
necesario recurrir a indicadores más adecuados que permitan, a la vez, llegar a conocer el
modelo y las necesidades tecnológicas de cada actividad económica. Uno de esos indicado
res es el índice patentes/producción sectorial, una medida aproximada —aunque ha de ser
analizada con cautela— del grado de tecnificación de un sector; es decir, del nivel de incor
poración de nuevas tecnologías en el proceso productivo. El crecimiento del valor de este
indicador para el conjunto de la economía española entre 18X2 y 1935 fue del 100 por 100.
CONCLUSIONES GENERALES 319
El sector que más tecnología incorporó fue la industria, seguido de la construcción —que fue
el sector más dinámico en este sentido: el que más incrementó el valor de esta ratio entre
1882 y 1935: un 300 por 100—, los servicios y, por último, la agricultura —que fue el único
sector que disminuyó (casi un 10 por 100) su grado de lecnificación entre 1882 y 1935—.
9. Para seguir estableciendo características tecnológicas de los sectores, se han identifi
cado las patentes generadas y las utilizadas por cada uno. Así, se han establecido tres tipos
de sectores: a) los que generaban más inventos de los que usaban (maquinaria, material eléc
trico, transformados metálicos, otras manufacturas —goma y plásticos, etc.—); b) los que
generaban la misma cantidad de inventos que recibían (papel y gráficas, material de trans
porte, químico); y c) sectores que recibían más patentes de las que generaban (agricultura,
servicios, construcción e industrias de consumo).
10. Desde otro punto de vista, había inventos generados y utilizados en el mismo sector,
mientras que otros se generaban en un sector pero se empleaban en otro distinto. En España,
el 70 por 100 de las patentes correspondieron a inventos generados y producidos en el mismo
sector. Así, se pueden identificar una serie de sectores que generaron la mayor parte de la
tecnología utilizada en la economía española —los sectores de bienes de inversión—, mien
tras que otros se dedicaron principalmente a absorber esta tecnología: la agricultura y los ser
vicios, principalmente. Además, fueron también los sectores de bienes de inversión, cons
trucción naval, construcción de vehículos, etcétera, los que recibieron la mayor parte de los
inventos registrados en España. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX, la actividad
inventiva ha dirigido cada vez más sus esfuerzos hacia las actividades del sector terciario.
11. Entre 1882 y 1935 predominaron en España las patentes de nuevos productos (entre
un 60 y un 70 por 100 de las patentes registradas, según los años) frente a las de nuevos pro
cesos. Este dato confirma las ideas de investigadores de la talla de Kuznets, Schumpeter o
Rosenberg, que han atribuido a las innovaciones de nuevos productos el papel primordial en
el progreso tecnológico contemporáneo.
12, Si el estudio de las patentes de los cuatro grandes sectores de la economía ha mos
trado una idea global sobre la distribución sectorial del esfuerzo inventivo y sobre algunas
de sus características tecnológicas más relevantes, el estudio detallado de las patentes de
estos sectores, clasificadas según los 285 Grupos sectoriales de la Clasificación Nacional de
Actividades Económicas (CNAE), ha proporcionado un conocimiento muy rico y profundo
sobre el esfuerzo innovador de una gran variedad de actividades económicas (capítulo 7).
13. Entre los solicitantes de patentes en el Registro español, predominaron once naciona
lidades, que fueron, por orden de importancia: España, Francia, Alemania, Inglaterra,
Estados Unidos, Italia, Holanda, Suiza, Bélgica, Austria y Suecia. El peso de estos países
como solicitantes de patentes tuvo una estrecha relación con el tamaño de sus inversores de
capital en la economía española.
La distribución de las patentes por sectores económicos, por un lado, ha revelado los dife
rentes sectores hacia los que cada país dirigió sus intereses dentro de la economía española,
y, por otro, ha dado una primera idea del nivel tecnológico de cada país, pues unos registra
ron más inventos que otros en actividades de alta tecnología. Este dato, junto con la clasifi
cación de las patentes por su grado de complejidad tecnológica, ha permitido hacer una valo
ración bastante fiable del nivel de desarrollo técnico de cada país. Se ha constatado el bajo
nivel tecnológico de los solicitantes españoles, que se orientaron —más que los de ningún
otro país— hacia los sectores tradicionales, que eran los de menor complejidad: De los once
países referidos, España fue el que solicitó una menor proporción de patentes de alta tecno
logía y, por tanto, tuvo una clara desventaja tecnológica en estas actividades.
320 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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326 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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328 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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334 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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ot-dle1n0tnert*sioeóísn NTaoc*iaólne.s
Concedidas
depa*en*es
N.°
NTaoc*iaólnes.
(Apéndice
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NTaoctiaólne.s
Concedi as
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0,0, 0.0, 0,0, 6,6,
NTaoc*iaólne.s
Solic tad s
NTaoctiaólne.s
Concedi as
depaten*es
N.° * 14 , , , , , , , , , , 06 ,8
NTaoc*iaólnes.
APÉNDICE I 337
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340 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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o o o o* o o o o o , o o o* , o o o 6 o , J o o o o 0
sOiocrO — cOrir-oos°O°O°p
©rir^oow-it~^oo© —— oorl ^— tt— -too oo—• —'t°OsO^°O©c-iw*>v-i©oooo©w-i'tt'i
O°OOsp©m°Or-^t,tVtsc'©oOsO
o o o o o, o, o* o o o o* o o o o , o o 6 o o o o o 0 o o o 6 o o o 6
ior-Oor-,-tr-oor-ooosO — oo — —fi'tor-oa'ri't°OoosOr-r~o
— v'rior^'tsOvioo — o © c-i
vi ^' vi^ o ^too —'t om o'firt^Jt^t,t'TJt't't'tviviinviví
orí o,Jí o~ o* o, o* o, o, o~ o* o* o, o~ o, o, o* o* o, o, o* o* o, o* v,o, vio* o,
oooo o— r^sO ool^ c,'Omrlr^iV©^rl
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344 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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APÉNDICE I 345
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350 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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m ^ o ♦ D ^ oo s© r*~,r^ o'-t,-toO''Tr-rnoorifiooooori
sO o> 'S' «n v, r~ A ws SO 4 —
_ _ _ — rio ri ri ri—'c-.w-it^io-t°O~tsO°O
ri ri ri ri ri ri ri ri ri — ri ri ri ri ^ r^ r^>i^*i-t~t^í:^tviw■i
1— oo0^* —ndfi4lO!0frVfto— —!
crcroooooQoooo, ri £ * vi V r- ID O' P — rim'tvisOr-ooO,
oo X oo O1 o' o' CT* O^ O' O Q' O* Os o' —os —a' —a' —o' —.o° —O' —o' —o' -ririDririririririri
o' os O' O' O' O' o' o' Os OV o'
APÉNDICE I 351
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o4 o o o4 o o o o o o o o o o —o o— o— o*— o— o— o— o— o—
i—— r^o~to,sOowria'r^
rio rio rl^o ri
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*,oor^ooa>ri^ooow-isOi m o M— i—^rioo-tOvior^w--irtíiooo,oo
oo,-t ooo^jooosOrio — — O o r'-i rtv¡oo—
o o o o* o o o o 76 o o o , o o o o o o o o o o o o o o o o o o o
'OoQ oosO ooo r*-,—' w-i oo o- tN oo r-ri *ssO r¡oo **- om '~isO ooow-i XOc3oOoo
•rt,rt'Ovi'OinoCr*0sOsdsO1-l^r-oo fi i—
r1 s(p— w-iooo — -r^fiv'^r^Or<!sOr^
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352 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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Ex*ranj.
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Nación.
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Nación.
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354 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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Concedidas 4.6,, 0.8, 4.*4 4.4, 4.4, 4.4, ,.14 1.,, 1.4, 4.,,
Totales 4.,4 4.402 ,.,4 ,.,1 ,.,2 ,.804 ,.,00 ,.44 ,.,1 ,.,6 *.1, *.*O0
N.°depatente 4.,, 4.8, ,.4, ,.0, ,.4* ,.4, ,00* ,.4, 4.4, 4.6, ,.4, 18.4, 4.4, 18.,,
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Nación.
Solic *ad s
Totales 4.,4 4.,0 ,.14 ,.,4 ,.,4 ,.804 ,.,4 ,.,0 4.04 4.,8 4.0 0 4.,4
4.8, ,.4, ,.,4 ,.4, ,.4, ,.8, ,.8, ,.4,
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14.,4 14.,4
4.4, 14.0, 14.*,
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Año 1840 1841 1844 1844 184 1849 1401 1,02 140, 1404 1408 1904 144 140 1,8 144 1,1.
184 18, 184 184 14, 4* 144 1400 14, 14, 14, 14, 14SI 14, 14, 1,,.
APÉNDICE 1 357
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358 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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362 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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Holanda Poblaci,n (dil
hab.} 4.48 4.,4 4.,8 4.*14 4.,1 ,.0*0 ,.14 ,.,0 4.,4 4.,0 440 ,.,4 ,.44 ,.,4 ,.,8 ,.,0
4.0, 4.4, 4.4, ,.0, ,.4, ,.4, 4.0, ,.0, ,.1, ,.0, ,.1, ,.4, ,.4,
,.*, 4.,, 4.,, ,.,,
Nación. ,4 ,4 800 ,4 04 1.,4 ,4 ,8 ,8
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depatentes
N.' Totales 1.44 1.,8 ,4 1.,6 1.44 ,.,5 ,.,4 ,.,4 ,.,0 ,.,4 ,.,4 ,.,4 ,.,0 ,.,4 ,.,8 ,.,8 ,.,6 ,.,1 ,.,2 ,.,8 ,.44 ,.,4 ,.,0
,.0, 1.0, ,.04 ,.,, ,.,, ,.4, ,.4, ,.,, ,.,* ,.,,
Nación. 1.,4 .490 1.4, ,.,8 ,.,4 ,.766 ,.,0 ,.,4 ,.,4 2.,8 ,.,0 ,.*4 ,.,4 ,.,4 ,.44 ,.*4 ,.,4
(Apéndice
1continuoción) Solic *ad s 1.,, 1.,, ,.*, ,.,** ,.0, ,.4** ,.*, ,.,, ,.,, ,.*, ,.*, ,.*, ,.,, ,.,, ,.,,
To*ales *.40 4.,4 4.44 ,.640 8.,0 4.40 8.,4 4.,0 4.,4 ,.,4 ,.,4 ,.,1 ,.,4 ,.,0 ,.,4 18.764 14.164
0.0, 4.*, 8.4, 8.0, 4.6, ,.0, ,.84 18.8, 14.4, 18.,, 14.4, 14.8, 14.,,
4.,, ,.,, ,.,*
Concedidas
Nación. 0,0 6,,4 0,,4 0,4, 0.,0 6,44 6,1, 0,,4 0,,4 0,44 0,0,
hPatbeni*tesa/n1*.0es
To*ales 0,,1 0,44 0,,8 0,,8 0,14 6,14 0,,4 0,,0 6,,4 6,,0 0,,4 0,,4
6,6,* 0.0, 0,0, 0.04, 0,0, 0,016 0.4, 0,,, 0,,, 0,04 6,,, 6,,, 0,,, 0,,, 0.,, 6,,,
0,,8 0,,4
Solic tad s
Nación. 0,4, 0,4, 641, 0.,8 6,44 6.1,
6,,, 6,,, 0,,*
Totales 0,0*8 0,040 0,04 0.08, 6,644 0,4, 0,,4 0.1, 0,,0 0,,4 6,,8 0,,4 0.,4 0,,1 6,,1 0,,0 0,,8 6.*4 0,,4
0,6, 6,0, 044, 0,1,
0,,, 0,,, 0,,* 0,,,
Grecia Poblaci,n (dil
hab.* 4.,4 4.,8 4.*o 4.480 4.60 4.404 ,.,4 4.,4 8.,8 8.,4 8.,4 8.*4 8.,8 8.44 8.44 8.40 444
4.*, 4.4, 4.4, 4.4, 4.0, 4.8, 8.,, 8.,, 8.,, 8.,, 8.0, 8.0, 8.,, 8.40* 8.4, 4.0,
depaten*es
N.° Totales ,1 400 44 40 ,8 1.04 1.,0 1.900 ,.,4 ,.*4 2.00* 1.,5 ,.41 ,,4 1.,0
*, *, ,, ,, 8, 4, ,, 1.,, 1.4, 1.,, 1.o, ,.0o 2.84
Año 144 1940 144 148 144 141 142 144 140 144 148 140 1960 141 144 140 144 148 144 1,6 1,2
14, 14, 194* 14, 14, 14* 14, 14, 196* 14, 14, 1,*
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366 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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Nación.
Concedidas
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1,iml>,rim Totales 0,00, 6,,4 0,004 6,,4 0,,0
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Nación.
Solic *ad s
To*ales 0.,4 0,0,0 6,0,, 6,,6 0,0, 0.0,4
Poblaci,n (dil
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Japón ,.84 ,.,1 ,.4, ,.,8 ,.4,
,.,,
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N4op0úbd1oenpod
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-e1n0tncret*isoeósn4 Nación.
Concedi as
depatentes
N.° Totales 90 ,4 ,4 1, ,4 ,4
Nación.
(Apéndice
1
cont inuoción) Solic *ad s
Totales 1.186
*, 1.,* 4, 4, 14*
Nación.
Concedidas
h1.Hus(btiHnd*McIs/
Totales 0.,8 0,,4 0.,4 0.,4 0.,4 0,6,0 0,0,0 0,,4 0,6*8 0,0*0 0,0*4 0.,2
0,000 0,,, 0,0, 6,6, 0,,, 0,,, 0,,, 6,6, 0.0, 0,0, 0,0,, 0,0, 0,0, 0,0, 0,0, 0,0, 0,0, 0,0, 0,0** 0,0,
Nación.
Solic *ad s
Totales 0,0*4 0,001 0,004 0.,8 0,041
0,0, 0,00,
Población (dil
hab.* ,.,4 ,.140 ,.,4 ,.,0 ,.84 ,.,4 ,.,8 ,.,8 ,.,0 ,.,40 ,.,8 ,.,1 ,.,4 ,.,4 ,.804
I*alia ,.4, ,.4* ,.8, ,.4, ,.4, ,.8, ,.0,
,.,, ,.,, ,.,, ,.*, ,.,, ,.*, ,.,* ,.*, ,.,, ,.,,
Nación.
Concedi as
depa*en*es
N.° To*ales *4 ,4 ,0 ,8 ,4 ,0 ,1 ,0 40 ,4 04 ,8 ,2 1.6,4 1.0,4 1.40 1.,4
2, 2, 2, ,, *, ,, ,, 4, 8, 1.,* 1.1, 1.,, 1.,, 1.,, 1.*,
Nación.
Solic *ad s
To*ales 1.,0 1.,0 1.44
1.4, 1.8, ,.0, ,.4,
Año 1,4 1804 1800 1804 1808 140 141 144 140 144 148 144 140 184 144 140 184 184 144 1840
18, 18, 180, 180, 186, 18, 14, 14, 14* 14, 14, 14*
370 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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372 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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0.,, 0,*, 0,,, 0,,, 0,4, 0,,, 0,,, 0,,, 0.0, 0.,,
Nación. ,,,4 ,.,4 ,,,4 Nación.
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To*ales ,,644 To*ales
,,8, ,,8, ,.4, ,,0, ,.04 ,.0,
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N.° Totales ,.,8 ,.,4 depaten*es
N.° Totales
4.4, ,.14 ,.8,
,.,* 14.,,
Nación. ,8 ,.4, 40 1.,4 1.,4 4.0*0 Nación.
Solic *ad s 4.1, Solic *ad s
Totales ,.,4 ,.,4 ,.041 ,.,4 ,.0 * ,.1, To*ales
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18*4 18*0 144 148 144
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1,4 1,0 1,4
374 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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376 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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380 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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382 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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384 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
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APÉNDICE 1 385
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APENDICE 2
PATENTES POR MIL HABITANTES
Y PATENTES/PIB EN 23 PAÍSES
Apéndice 2.A
Patentes por mil habitantes
y patentes/PIB en 23 países: porcentaje con
respecto al valor medio, 1820-1990 (Cuadros)
APÉNDICE 2.A 393
Suiza
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1
Noruega rír-r-o^,°pviO1rnr^w-ir^sOoosOsO
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Gráfico A
por mil habitantes (Totales —Tpc— y de residentes —Npc—)y
Patentes/PIB: Alemania 1820-1985 (cortes anuales)
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1820 1840 1860 1880 1913 1925 1950 1960 1970
Gráfico B
Patentes por mil habitantes (Totales —Tpc— y de residentes —Npc—) y
Patentes/PIB: Estados Unidos 1820-1985 (cortes anuales)
0.000
1820 1840 1860 1880 1900 1913 1925 1933 1950 1960 1970 1980
Gráfico C
Patentes por mil habitantes (Totales —Tpc— y de residentes —Npc—) y
Patentes/PIB: Gran Bretaña 1820-1985 (cortes anuales)
1820 1840 1860 1880 1900 1913 1925 1933 1950 1960 1970 1980
Gráfico D
Patentes por mil habitantes (Totales —Tpc— y de residentes —Npc—) y
Patentes/PIB: España 1820-1985 (cortes anuales)
0.450
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1880 1900 1913 1925 1933
Gráfico E
Patentes por mil habitantes (Totales —Tpc— y de residentes —Npc—) y
Patentes/PIB: Italia 1820-1985 (cortes anuales)
0.800
0,700-
0,600-
0,500-
0,400-
0,300-
0,200-
0,100-
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1820 1840 1860 1880 1900 1913 1925 1933 1950 1960 1970 1980
Gráfico F
Patentes por mil habitantes (Totales —Tpc— y de residentes —Npc—) y
Patentes/PIB: Japón 1820-1985 (cortes anuales)
3.000-|
2.500-
2,000-
1.500-
1,000-
0,500-
0,000+ 1 ; ; 1 ¥ r
1820 1840 1860 1880 1900 1913 1925 1933 1950 1960 1970 1980
Gráfico G
Patentes por mil habitantes (Totales —Tpc— y de residentes —Npc—) y
Patentes/PlB: Francia 1820-1985 (cortes anuales)
1.200
0,000
1820 1840 1860 1880 1900 1913 1925 1933 1950 1960 1970 1980
Gráfico H
Patentes por mil habitantes (Totales —Tpc— y de residentes —Npc—) y
Patentes/PlB: Portugal 1820,1985 (cortes anuales)
0,250
0,200-
0.150-
0.100-
0,050-
0.000
1820 1840 1860 1880 1900 1913 1925 1933 1950 1960 1970 1980
Gráfico M
Patentes por mil habitantes (Totales —Tpc— y de residentes —Npc—) y
Patentes/PIB: Holanda 1820-1985 (cortes anuales)
2,500
2,000
1,500
1,000-1
0.500
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Gráfico N
Patentes por mil habitantes (Totales —Tpc— y de residentes —Npc—) y
Patentes/PIB: Grecia 1820-1985 (cortes anuales)
0.350
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1880 1900 1913 1925 1933 1950 1960 1970 1980
Gráfico Ñ
Patentes por mil habitantes (Totales —Tpc— y de residentes —Npc—) y
Patentes/PIB: Finlandia 1820-1985 (cortes anuales)
1.600
0,000 4
1820 1 841 1 I XM) 1Xs0 1900 1913 1925 1933 1950 1960 1970 1980
Gráfico O
Patentes por mil habitantes (Totales —Tpc— y de residentes —Npc—) y
Patentes/PIB: Rusia-URSS 1820-1985 (cortes anuales)
0.700
0,600-
0,500-
0,400-
0,300-
0,200-
0.100-
0.000
18 20 1840 1860 1880 1900 1913 1925 1933 1950 1960 1970 1980
Gráfico P
Patentes por mil habitantes (Totales — Tpc— v de residentes —Npc—) y
Patentes/PlB: Noruega 1820-1985 (cortes anuales)
Cuadro 3.A
Divisiones de la CNAE
Cuadro 3.B
Agrupamientos* de grupos de la CNAE
Cuadro 3.C
Agrupaciones de grupos de la CNAE
Agrupación Texto Agrupación CNAE
01 Producción agrícola
02 Producción ganadera
03 Servicios agrícolas y ganaderos
04 Caza y repoblación cinegética
05 Silvicultura
06 Pesca
11 Extracción, preparación y aglomeración de combustibles sólidos y coquerías
12 Extracción de petróleo y gas natural
13 Refino de petróleo
14 Extracción y transformación de minerales radioactivos
15 Producción, transporte y distribución de energía eléctrica, gas, vapor y agua caliente
16 Captación, depuración y distribución de agua
21 Extracción y preparación de minerales metálicos
22 Producción y primera transformación de metales
23 Extracción de minerales no metálicos ni energéticos, turberas
24 Industrias de productos minerales no metálicos
25 Industria química
31 Fabricación de productos metálicos (excepto máquinas y material de transporte)
32 Construcción de maquinaria y equipo mecánico
33 Construcción de máquinas de oficina y ordenadores (incluida su instalación)
34 Construcción de maquinaria y material eléctrico
35 Fabricación de material electrónico (excepto ordenadores)
36 Construcción de vehículos automóviles y sus piezas de repuesto
37 Construcción naval, reparación y mantenimmiento de buques
38 Construcción de otro material de transporte
39 Fabricación de instrumentos de precisión, óptica y similares
41 Industrias de productos alimenticios, bebidas y tabaco
42 Industrias de productos alimenticios, bebidas y tabaco
43 Industria textil
44 Industria del cuero
45 Industria del calzado y vestido y otras confecciones textiles
46 Industrias de la madera, corcho y muebles de madera
47 Industria del papel y fabricación de artículos de papel; artes gráficas y edición
48 Industrias de transformación del caucho y materias plásticas
49 Otras industrias manufactureras
50 Construcción
61 Comercio al por mayor
62 Recuperación de productos
63 Intermediarios del comercio
64 Comercio al por menor
APÉNDICE3 413
Cuadro 3.D
Grupos de la CNAE
CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL
DE PATENTES (CIP)
APÉNDICE 4 425
Apéndice 4
Secciones, Subsecciones, Unidades Técnicas y Clases
de la Clasificación Internacional de Patentes (CIP)
Unidad
... . • Clase Denominacion
3 A4 1 Vestimenta
A42 Sombrerería
A43 Calzados
A44 Mercería; Joyería
A45 Objetos de uso personal o artículos de viaje
A46 Cepillería
A47 Mobiliario; Artículos o aparatos de uso doméstico; Molinillos de café; Molinillos de
especias; Aspiradores en general
Apéndice 4 (continuación)
Secciones, Subsecciones, Unidades Técnicas y Clases
de la Clasificación Internacional de Patentes (CIP)
Unidad
Técnica Clase Denominación
B04 Aparatos o máquinas centrífugas utilizadas para los procedimientos físicos o quí
micos
B05 Pulverización o atomización en general; Aplicación de líquidos u otras materias flui
das a las superficies en general
B06 Producción o transmisión de vibraciones mecánicas, en general
B07 Separación de sólidos; Clasificación
B08 Limpieza
B09 Eliminación de desechos sólidos
SUBSECCIÓN: CONFORMACIÓN
Excepto clase B31: Fabricación de artículos de papel; Trabajo del papel (ver unidad 19)
7 B21 Trabajo mecánico de los metales sin arranque sustancial del material; Corte del metal
por punzonado
B22 Fundición; Metalurgia de polvos metálicos
B23 Máquinas-herramientas; Trabajo de metales no previstos en otro lugar
SUBSECCIÓN; TRANSPORTES
10 B60 Vehículos en general
B61 Ferrocarriles
B62 Vehículos terrestres que se desplazan de otro modo que por raíles
B63 Navios u otras embarcaciones flotantes; Sus equipos
B64 Aeronáutica; Aviación; Astronáutica
Apéndice 4 (continuación)
Secciones, Subsecciones, Unidades Técnicas y Clases
de la Clasificación Internacional de Patentes (CIP)
Unidad Clase Denominación
Técnica
B66 Elevación; Levantamiento; Remolcado
B67 Manipulación de líquidos
B68 Guarnicionería; Tapicería
Apéndice 4 (continuación)
Secciones, Subsecciones, Unidades Técnicas y Clases
de la Clasificación Internacional de Patentes (CIP)
Unidad
Técnica Denominacion
Apéndice 4 (continuación)
Secciones, Subsecciones, Unidades Técnicas y Clases
de la Clasificación Internacional de Patentes (CIP)
Unidad
Técnica Clase Denominación
Y SUBSECCIÓN: TECNOLOGÍA EN GENERAL
22 F15 Dispositivos accionadores por presión de un fluido; Hidráulica o neumática en
general
23 F16 E¡ementos o conjuntos de tecnología; Medidas generales para asegurar el buen fun
cionamiento de las máquinas o instalaciones; Aislamiento térmico en general
F17 Almacenamiento o distribución de gases o líquidos
SUBSECCIÓN: ILUMINACIÓN; CALOR
24 F21 Iluminación
F22 Producción de vapor
F23 Aparatos de combustión; Procesos de combustión
F24 Calefacción; Hornillos; Ventilación
F25 Refrigeración o enfriamiento; Fabricación o almacenamiento de hielo; Licuefacción
o solidificación de gases
F26 Secado
F27 Hornos; Retortas de destilación
F28 Cambiadores de calor en general
SUBSECCIÓN: ARMAMENTO: VOLADURA (Incluyendo clase C06)
25 F41 Armas
F42 Municiones; Voladura
y C06 Explosivos; Cerillas
Sección G - FÍSICA
SUBSECCIÓN: INSTRUMENTOS
26 G01 Metrología; Ensayos
G02 Óptica
G03 Fotografía; Cinematografía; Técnicas análogas que utilizan ondas disti ntas de las
ondas ópticas; Electrofotografía; Halografía
27 G04 Horomctría
005 Control: Regulación
G06 Cálculo; Cómputo
G07 Dispositivos de control
G08 Señalización
28 G09 Enseñanza; Criptografía; Presentación; Publicidad; Precintos
G10 Instrumentos de música; Acústica
Gil Registro de la información
G12 Detalles o partes constitutivas de instrumentos
430 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Apéndice 4 (continuación)
Secciones, Subsecciones, Unidades Técnicas y Clases
de la Clasificación Internacional de Patentes (CIP)
Unidad
Técnica Clase Denominación
SUBSECCIÓN: CIENCIA NUCLEAR
29 G21 Física nuclear; Técnica nuclear
Sección H - ELECTRICIDAD
30 H0l Elementos eléctricos básicos
H02 Producción, conversión o distribución de la energía eléctrica
H05 Técnicas eléctricas no previstas en otro lugar
31 H03 Circuitos electrónicos básicos
H04 Técnica de las comunicaciones eléctricas
32 Otras (no clasificadas)
Fuente: Clasificación Internacional de Patentes (4' edición) (Registro de la Propiedad Industrial, 1987, pp. 353-58).
APENDICE 5
RESUMEN DE LA CLASIFICACIÓN
INTERNACIONAL DE PATENTES (CIP)
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APÉNDICE 6
Apéndice 6.A
Patentes solicitadas en España por países, 1882-1935 (orden alfabético)
Apéndice 6.B
Patentes solicitadas en España por países, 1882-1935 (orden de importancia)
Apéndice 6.C
Patentes de doble nacionalidad solicitadas en España entre 1882 y 1935
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2 2 14,3 2 5,1 1 3,0 5 3,3 9
3 1 7,1 3 77 2 71 6 40 8
4 2 14,3 4 14,3 3 9,1 1 3,4 10 6.6 4
5 1 7.1 5 12,8 6 21,4 3 9,1 3 10,3 18 11,9 2
6 1 7,7 1 3,6 1 3,0 5 3,3 10
7 1 16,7 3 21,4 II 284 12 42,9 15 45,5 12 41,4 54 35,8 1
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9 1 71 3 107 1 30 3 103 8 53 6
10 1 71 3 103 4 26 1
11 1 2,6 1 0,7 15
12 3 50,0 2 14,3 4 10,3 9 6.0 5
13 1 16,7 1 7,1 2 1,3 14
14 1 50,0 1 16,7 1 2,6 1 3,4 4 2,6 12
15 2 5,1 1 30 3 20 13
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Total conoc 2 100,0 6 100,0 14 100,0 39 100,0 28 100,0 33 100,0 29 100,0 151 100,0
No conoc 1 1 2 4 2,6
Total 2 6 14 40 29 35 29 155
Fuenle: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM). (Conoc = patentes de sector económico conocido).
APENDICE 8
PATENTES POR PAÍSES, SEGÚN
SU COMPLEJIDAD TECNOLÓGICA
APÉNDICE 8 487
Apéndice 8
Distribución de las patentes solicitadas en España por once países según
su complejidad tecnológica, 1882'1935
Residentes en España
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Complejidad
Técnica
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5,6 4.4 4,5 4.8 4,0 4.6 4,6 4,5
2. Baja 43 1,41 104 1,69 199 1,58 279 138 386 1,25 421 132 322 1,30 1754 1,44
16,2 24,1 30,6 2X.7 24,7 26.8 17,2 23,9
3 Media 40 1,13 71 1,02 84 0,81 144 1,15 278 1.11 261 1,22 337 1,15 1215 1,12
15,0 16,5 12,9 14.8 17,8 16,6 18,0 16,6
(1+2+3) 98 1,23 194 1,31 312 Ul 470 1,38 727 1.19 755 1,39 745 1,24 3301 128
36,8 45,0 48,0 48,4 46.6 48,0 39,7 45,0
4 Media alta 66 0,99 103 0,86 123 0,85 202 0,89 304 0,92 306 0,91 426 1,01 1530 0,92
24,8 23,9 18,9 20.8 19,5 19.5 22,7 20,9
5 Alta 75 1,02 102 0,94 160 0,90 223 0,83 313 0,89 341 0,86 397 0,97 1611 0,89
28,2 23,7 24,6 22,9 20,1 21,7 21,2 22,0
6. Muy alta 27 0,59 32 039 55 0,76 77 0,56 217 0,81 171 037 308 0,70 887 0,69
10,2 7,4 8,5 7,9 13,9 10.9 16,4 12,1
(4+5+6) 168 0,90 237 0,84 338 0,86 502 0,79 834 0,88 818 0,79 1131 0,89 4028 0.85
63.2 55.0 52,0 51.6 53.4 52,0 60,3 55,0
Total patentes> 266 431 650 972 1561 1573 1876 7329
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100.0
Sector no conoc 1 5 38 37 37 33 151
Total 266 432 655 1010 1598 1610 1909 7480
Residentes en Francia
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Complejidad
Técnica
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6,7 3.9 43 4.3 1,4 2.4 1,5 3,5
2 Baja 21 0,88 20 0,61 37 0,58 35 0,49 11 0,39 53 Qjtó 19 0.55 196 0,58
10,0 8.7 11,2 8.8 7,7 11.6 7,2 9,7
3. Media 33 1,19 25 0,67 39 0,74 54 1,05 19 0,83 39 0,63 41 0,99 250 0,83
15,8 10,9 11,8 13.6 13,3 X.5 15,5 12,3
(1+2+3) 68 1,09 54 0,68 91 0,70 106 0,76 32 037 103 0,65 64 0,76 518 0,73
32,5 23.5 27,6 26,8 22,4 22.5 24,2 25,5
4. Media alta 61 1,16 80 1,25 77 1,05 98 1,06 34 1,13 109 1,11 75 1,26 534 1,16
29,2 34,8 23,3 24,7 «3.8 23.8 28,4 26,3
5 Alta 53 0,92 58 1,00 104 1,16 122 1,12 36 1,11 121 1.05 73 1,26 567 1.13
25,4 25,2 313 30.8 25,2 26.4 27,7 27,9
6 Muy alta 27 0,75 38 1,32 58 139 70 1,25 41 1,68 125 1,44 52 0,84 411 1,16
* 12,9 163 17,6 17.7 28,7 27.3 19,7 20,2
(4+5+6) 141 0,% 176 1,17 239 1,20 290 1,13 111 128 355 1,18 200 1,12 1512 1,15
67,5 76,5 72,4 73.2 77,6 77,5 75,8 743
Total patentes> 209 230 330 396 143 458 264 2030
100,0 100,0 100,0 100.0 100,0 100,0 100,0 100,0
Sector no conoc 2 14 4 9 1 30
Total 209 230 332 410 147 467 265 2060
488 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Residentes en Alemania
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Complejidad
Técnica
Pat
VTRK Pat VTR
Pat
VTR
Pat
VTR p^° K
VTR Pat VTR
£ VTR £ VTR
1 Muy baja g 2,24 8 1,66 14 1,33 14 0,83 3 1,17 4 0,36 6 0,44 57 0,92
116 6,6 5,4 3,3 3,9 1,2 1.4 3,3
2, Baja 7 0,89 5 0,29 38 0,76 42 0,55 12 0,79 30 041 41 0,73 175 0,62
.... 10,1 4,1 14,7 9,9 15,6 9,1 9,6 10,3
3 Media 12 1,31 15 0,77 48 1,16 44 0,80 13 1,05 37 0,82 57 0,85 226 0,90
174 12,4 18,6 10.4 16,9 11,2 13,3 13,2
(1+2+3) .... 27 1,31 28 0,67 100 0,98 100 0,67 28 0,93 71 0.62 CU4 0,76 458 0,76
.... 39,1 23,1 38,8 23,6 36,4 214 24,4 26,8
4 Media alta 18 1,04 37 1,10 54 0,94 107 1,08 19 1,17 69 0,98 75 0,78 379 0.98
261 30,6 20,9 25.2 24,7 20,8 17,6 22,2
5 Alta 17 0,89 37 1,21 70 1,00 126 1,08 16 0,92 87 1,05 91 0,97 444 1,05
246 30,6 27,1 29,7 20,8 26,3 21.} 26,0
6. Muy alta 7 0,59 19 1,26 34 1,19 91 1,52 14 1,06 104 1,65 157 1,56 426 1,43
... 10,1 15.7 13,2 21,5 18,2 31,4 36,8 25,0
(4+5+6) .... 42 0,87 93 1,17 158 1,01 324 1,18 49 1,05 260 1,20 323 1,11 1249 1,13
.... 60,9 76,9 61,2 76,4 63,6 78,5 75,6 73.2
Total patentes< .... 69 121 258 424 77 331 427 1707
1000 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100.0
Sector no conoc 1 3 15 1 4 13 37
Total .... 70 121 261 439 78 335 440 1744
Residentes en Inglaterra
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Complejidad
Técnica
Pat
VTR £ VTR £ VTR N.° VTR
Pat 1 Pat
VTR jj; VTR N.° VTR
Pat
VTR
Pat '
1 Muy baja 1 0,22 2 0,36 3 0,41 6 0,64 1 0,19 3 0,32 3 0,41 19 0,40
. . 1,1 1,4 1,7 0,6 1,1 1,3 1,5
2 Baia 4 0,39 14 0,70 20 0.58 31 0,72 4 0,13 26 0,53 32 1,08 131 0,60
45 10,0 11,2 13,1 2,5 9,3 14,2 10,0
3 Media g 0,68 40 1,76 45 1,58 27 0,88 15 0.60 32 0,84 29 0,82 1% 1,01
.... 9,0 28.6 25,3 11.4 9,6 11,4 12,9 15,0
(1+2+3) .... 13 0,49 56 1.16 68 0,97 64 0,77 20 0,32 61 0,63 64 0,89 346 0,76
146 40,0 38,2 27,0 12,7 21,8 28.4 264
4. Media alta .... 14 0,63 21 0,54 44 1,11 60 1,09 52 1,57 66 1,10 47 0,93 304 1,03
.... 15,7 15,0 24,7 25,3 33,1 23,6 20.9 23,3
5. Alta .... 33 1,34 36 1.02 50, 1,03 78 1.19 55 1,55 83 1.18 40 0,81 375 1,16
.... 37,1 25,7 28,1 32,9 35,0 29,6 17.8 28,7
6 Muy alta 29 1,88 27 1,55 16 0,81 35 1,05 30 1,12 70 1,32 74 1,40 281 1,23
32,6 19,3 9,0 14.8 19,1 25,0 32,9 214
(4+5+6) .... 76 1,22 84 0,92 110 1,02 173 1,12 137 1,44 219 1,19 161 1,05 960 1,13
.... g5,4 60,0 61,8 73,0 87,3 78,2 71,6 73.5
Total patentes< .... 89 140 178 237 157 280 225 1306
.... 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Sector no conoc 1 3 1 1 6
Total .... 90 140 178 240 158 281 225 1312
APÉNDICE 8 489
1 Muy baja 1 0,15 3 0,62 3 0.56 1 0,23 2 0,36 12 1,50 5 0,91 27 0,69
% 0,8 2,5 2,3 0,9 1,2 5,0 2,9 2,5
2 Baja 9 0,63 13 0,75 16 0.63 13 0,64 21 0,63 23 0,54 12 0,53 107 0,60
% 7,2 10,7 12,2 11,6 12,4 9,5 7,0 10,0
3 Media . . 9 0,54 12 0,61 33 1,57 10 0,69 14 0,52 29 0,88 15 0,56 122 0,77
% 72 9,9 25,2 8,9 8,3 12,0 8,8 11.4
(1+2+3) 19 0,51 28 0,67 52 1,00 24 0.61 37 0,56 64 0,77 32 0,58 256 0,68
% 152 23,1 39,7 21,4 21,9 26,4 18,7 23,9
4. Media alta 29 0,92 42 1,25 36 1,24 21 0.80 39 1,10 58 1,12 42 1,09 267 1,10
% . . 232 34,7 27,5 18,8 23,1 24,0 24,6 24,9
5 Alta . . . . 27 0,78 35 1,15 32 0,90 40 1,29 55 1,44 74 1,22 35 0,93 298 1,12
% 21,6 28,9 24,4 35.7 32,5 30,6 20,5 27,8
6. Muy alta 50 2,31 16 1,06 11 0,76 27 1,71 38 1,32 46 1,00 62 1,54 250 1,34
% 40,0 13,2 8,4 24,1 22,5 19,0 36,3 23,3
(4+5+6) 106 1,21 93 1,17 79 1,00 88 1,21 132 1,28 178 1,12 139 1.20 815 1,17
% 848 76.9 60,3 78,6 78,1 73,6 81,3 76,1
Total patentes< 125 121 131 112 169 242 171 1071
% 1000 100,0 100,0 100,0 100.0 100,0 100.0 100.0
•j
Sector no conoc 2
Total 125 121 131 112 169 244 171 1073
Residentes en Italia
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Complejidad
Técnica N.°
VTR £ VTR £ VTR £
VTR N,°
VTR N.° VTR N.° VTR K VTR
Pat { Pat Pat Pat
Sector no conoc 1 5 1 5 12
Total 8 14 29 97 33 108 102 391
490 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Residentes en Suiza
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Complejidad
1U ne
Técnica N.° VTR VTR p.° VTR p^° VTR VTR Pat VTR VTR Pat VTR
Pat M * Pat M
1. Muy baja 1 2,51 1 2,22 1 2,11 3 0,92 6 0,57
10,0 9,1 8,3 3,1 2,1
2, Baja 1 2,19 2 0,94 5 0,51 7 0,41 13 0,96 28 0,59
.. 25,0 18,2 10,2 7.1 12,6 9,8
3 Media 3 1,85 2 1,13 2 1,29 9 1,15 9 oyH 11 0,68 36 0,85
30,0 18,2 16,7 18,4 92 10.7 124
(1+2+3) 1 0,84 4 1,16 5 1,15 3 0,71 14 0,73 19 0,56 24 0,73 70 0,70
.... 25,0 40,0 45,5 25,0 28,6 19,4 23,3 24,4
4 Media alta 1 1,00 1 0,36 2 0,82 4 1,43 10 0,97 26 1,24 31 1,34 75 1,15
.... 25,0 10,0 18,2 33,3 20,4 26.5 30,1 26,1
5. Alta 2 1,81 4 1,59 2 0,67 4 1,21 14 1,26 35 1,42 28 1,24 89 1,25
.... 50,0 40,0 18,2 33,3 28,6 35,7 27,2 31,0
6 Muy alta 1 0,80 2 1,64 1 0,59 11 1,31 18 0,97 20 0,82 53 1,06
10,0 18,2 8,3 22,4 1X.4 19,4 18,5
(4+5+6) 3 1,07 6 0,92 6 0,90 9 1,15 35 1,18 79 1,23 79 1,13 217 1,16
750 60,0 54.5 75,0 71,4 80.6 76,7 75.6
Total patentes< 4 10 11 12 49 98 103 287
.... 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Sector no conoc 3 1 4
Total 4 10 II 12 52 99 103 291
Residentes en Holanda
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Complejidad
Técnica N-° VTR N.° VTR ^.°
1SI °
VTR
Pat K Pal VTR VTR E VTR VTR E VTR
Pat " ' [ Pat Pat üii
1. Muy baja 1 0,70 1 0,29 2 0,31
2,3 0,9 1,1
2 Baja 2 0,72 1 0,13 2 0,14 5 0,17
14,3 2,3 1,9 2,8
3. Media 1 1,25 1 2,58 1 0,45 4 0,68 7 0,41 14 0,53
20,0 33,3 7,1 9,3 6,5 7,9
(1+2+3) . . 1 0,51 1 0,95 3 0,55 6 0).40 10 0,29 21 0,34
20,0 33,3 21,4 14,0 9,3 11,8
4. Media alta 2 1.99 1 0.90 1 1,43 2 0,68 5 0,54 9 0,37 20 0,50
500 20,0 33,3 14,3 11,6 8,3 11,2
5 Alta 2 1 81 1 3,97 2 1.47 4 1,26 7 0,65 17 0,72 33 0,75
.... 50,0 100,0 40,0 28,6 L6J 15.7 18,5
6. Muy alta 1 1.81 1 2,36 5 2,09 25 3,06 72 2,83 104 3,35
20,0 33,3 35,7 58,1 66.7 58,4
(4+5+6) .. 4 143 1 1,53 4 1,32 2 1,03 11 1,29 37 1,31 98 1,34 157 1,36
. 100.0 100,0 80,0 66,7 78,6 86,0 90,7 88,2
Total patentes< 4 1 5 3 14 43 108 178
. 100,0 100,0 100,0 100.0 100.0 100.0 100,0 100,0
Sector no conoc 1 1 2
Total 4 1 5 3 14 44 109 180
APÉNDICE 8 491
Residentes en Bélgica
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Complejidad
Técnica VTR VTR VTR Pat VTR
Pat VTR^ VTR p¿ VTR Pat VTR £ Pat M
1 Muy baja 2 1,26 2 1,88 4 0,62
4,2 6,1 2,3
2 Baja 4 1,59 3 0,95 1 0,14 2 1,00 2 0,24 2 0,46 14 0,48
.... 18,2 13,6 2,8 18,2 4,2 6,1 8,0
3 Media 4 1,37 3 0,84 7 1,21 2 1,41 1 1,56 8 1,23 3 0,58 28 1,08
18,2 13,6 19,4 18,2 25,0 16,7 9,1 15,9
(1+2+3) g 1,22 6 0,79 8 066 4 1,04 1 0,64 12 0,72 7 0,66 46 0,75
.... 36,4 27,3 22,2 36,4 25,0 25,0 21,2 26,1
4. Media alta 6 1,09 9 1,47 9 1,13 4 1,56 1 1,19 14 1,37 7 0,94 50 1,25
273 40,9 25,0 36,4 25,0 292 212 2«,4
5 Alta 7 1,15 5 0,90 16 1,63 1 0,33 1 1,10 11 0,91 9 1,25 50 1,15
31,8 22,7 44,4 9,1 25,0 22,9 273 28,4
6 Muy alta 1 0,26 2 0,73 3 0,75 2 1,29 1 1,46 11 1,21 10 1,29 30 0,98
.... 4,5 9,1 8,3 18,2 25,0 22,9 303 17,0
(4+5+6) .... 14 0,91 16 1,11 28 1,29 7 0,98 3 1,23 36 1,15 26 1,16 130 1,14
.... 63,6 72,7 77,8 63,6 75,0 75,0 78,8 73,9
Total patentes> 22 22 36 11 4 48 33 176
.. . 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Sector no conoc 1 1 2
Total .... 22 22 36 11 4 49 34 178
Residentes en Austria
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Complejidad
Técnica N.° VTR p'° VTR
VTR
K Pat VTR Pat
N'° VTR
Pat
XIR Pat VTR
VTR
Pat VTR Pat
Pat
1 Muy baja 2 2,14 2 3,58 1 0,98 1 0,66 1 0,89 7 1,19
.... 11,1 14,3 4,0 2,6 2,9 4,3
2 Baja 3 1,46 3 1,50 5 1,03 6 0,87 1 0,63 1 0,24 3 0,65 22 0,82
167 21,4 20,0 15,8 4,2 8,6 13,6
3. Media 1 0,42 4 1,76 5 1,25 4 0,81 5 1,53 8 1,46 27 1,13
.... 5,6 28,6 20,0 10,5 20,8 22,9 16,7
(1+2+3) 6 1,11 9 1,86 11 1,11 11 0,83 1 0,32 6 0,72 12 1,07 56 0,99
.... 33,3 64,3 44,0 28,9 12,5 25,0 34,3 34,6
4. Media alta 3 0,66 2 0,51 6 1,08 8 0,90 3 1,78 5 0,98 5 0,64 32 0,87
167 14,3 24,0 21,1 37,5 20,8 14,3 19,8
5 Alta 8 1,61 2 0,57 7 1,03 12 1,14 2 1,10 10 1,66 9 1,17 50 1,24
.... 44,4 14,3 28,0 31,6 25,0 41,7 25,7 30,9
6. Muy alta 1 0,32 1 0,57 1 036 7 1,30 2 1,46 3 0,66 9 1,09 24 0,85
.... 5,6 7,1 4,0 18,4 25,0 25,7 14,8
(4+5+6) 12 0,95 5 0,55 14 0,93 27 1,09 7 1,44 18 1,15 23 0,97 106 1,01
667 35,7 56,0 71,1 87,5 75,0 65,7 65,4
Total patentes> .... 18 14 25 38 8 24 35 162
1000 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Sector no conoc 1 1 2
Total 18 14 25 39 8 25 35 164
492 JOSE MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Residentes en Suecia
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Complejidad
Técnica N.°
Pat
VTR £a; VTRK Pat VTR
Pat
VTR
M VTR £ VTR £ VTR Pat VTR
1 Muy baja 1 1,07 1 0,18
M 0,7
2, Baja 1 4,38 2 0,74 g 1,13 1 0,17 2 0,52 14 0,56
.... 50,0 14,3 20,5 .10 6,9 9,3
3 Media 1 1,03 2 0,89 2 0,40 7 156 3 0,67 5 1,10 20 0,90
16,7 14,3 5,1 25.0 9,1 17,2 13,2
(1+2+3) 1 1,67 1 0,48 4 0,72 10 0,73 7 0.64 4 0,35 8 0,86 35 0,66
50,0 16,7 28,6 25,6 25,0 12,1 27,6 23,2
4. Media alta 1 1,99 4 2,40 3 0,97 11 1,21 5 0,85 7 0,99 8 1.23 39 1,14
.... 50,0 66,7 21,4 28,2 17,9 21,2 27,6 25,8
5. Alta 1 0,66 5 1,31 14 1,10 5 0.79 10 1,21 8 1,26 43 1.15
16,7 35,7 35,9 17,9 30,3 27,6 28,5
6. Muy alta 2 1.29 4 0,73 11 2,30 12 1,91 5 0,73 34 1,29
14,3 10,3 39,3 36,4 17.2 22,5
(4+5+6) 1 0,71 5 1,27 10 1,11 29 1,14 21 1,23 29 1,34 21 1,07 116 1.18
.... 50,0 83,3 71,4 74,4 75,0 87,9 72,4 76,8
Total patentes< 2 6 14 39 28 33 29 151
1000 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Sector no conoc 1 1 2 4
Total 2 6 14 40 29 35 29 155
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM). < Patentes de sector de uso conocido. En 1907: sumadas a cada país las
patentes que -al no contener el BOPI la nacionalidad- hemos estimado que correspondían a cada uno (ver Apéndice 6 y Capítulo 4
para una explicación).
APENDICE 9
PATENTES POR PAÍSES, SEGÚN
EL TIPO DE SOLICITANTE
APENDICE 9 495
Apéndice 9
Patentes de once países solicitadas en España, clasificadas por tipo de solicitante, 1882-1935
Residentes en España
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Tipo de solicitante N.° <= N.° N.° % N.° eny N.° N.° N-° %
% %
Pat Pat Pat Pat % Pat Pat * E %
Pat
1 Individuo 221 83,1 337 78,0 504 76,9 790 78,2 1227 76,8 1219 75.7 1280 67,1 5577 74,6
2, Varios individuos.... 30 11,3 36 8,3 31 4,7 72 7,1 128 8,0 99 6,1 158 8,3 554 7,4
(1+2) 251 94,4 373 86,3 535 81,7 862 85,3 1355 84,8 1318 81,9 1438 75,3 6131 82,0
3. S.A 7 1,6 10 1,5 7 0,7 56 3,5 107 6,6 324 17,0 511 6,8
4. S.L 5 0,3 3 0,2 46 2,4 54 0,7
5. Otras Compañías.... 15 5,6 52 12,0 110 16,8 141 14,0 182 11,4 182 11,3 101 5,3 783 10,5
(3+4+5) 15 5,6 59 13.7 120 18,3 148 14,7 243 15,2 292 18,1 471 24,7 1348 18,0
Total 266 100,0 432 100.0 655 100,0 1010 100,0 1598 100,0 1610 100,0 1909 100,0 7479 100,0
< Patentes de mujeres.. 4 1,5 7 1,6 14 2,1 18 1,8 26 1,6 38 2,4 36 1,9 143 1,9
Residentes en Francia
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Tipo de solicitante N.° N.° % N.° „ N.° N.° % N.° N.° %
E * Pat
%
Pat Pat % Pat
%
Pat Pat
%
Pat
1 - Individuo 151 72,2 165 71,7 209 63,0 251 61,2 74 50,3 270 57,8 115 43,4 1235 60,0
2,- Varios individuos... 29 13,9 30 13,0 37 11,1 42 10,2 13 8,8 33 7,1 27 10,2 211 10,2
(1+2) 180 86,1 195 84,8 246 74,1 293 71,5 87 59,2 303 64,9 142 53,6 1446 70,2
3-SA 19 9,1 9 3,9 11 3,3 36 8,8 6 4,1 38 8,1 52 19,6 171 8,3
4-SL 1 0,2 1 0,2 7 2,6 9 0,4
5.- Otras Compañías.... 10 4,8 26 11,3 75 22,6 80 19,5 54 36,7 125 26.8 64 24,2 434 21,1
(3+4+5) 29 13,9 35 15,2 86 25,9 117 28,5 60 40,8 164 35,1 123 46,4 614 29,8
Total 209 100,0 230 100.0 332 100,0 410 100,0 147 100,0 467 100,0 265 100,0 2060 100,0
< Patentes de mujeres.. 2 1,0 5 2,2 4 1,2 6 1,5 1 0,7 2 0,4 3 1,1 23 1,1
Residentes en Alemania
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Tipo de solicitante N.°
Pat
% £ x P^; « N.°
Pat
% N.°
Pat
x E % P^; *
1.- Individuo 52 74,3 81 66,9 174 66,7 243 55,4 39 50,0 115 34,3 144 32,7 848 48,6
2.- Varios individuos... 8 11,4 12 9,9 35 13,4 36 8,2 2 2,6 16 4,8 15 3,4 124 7,1
(1+2) 60 85,7 93 76,9 209 80,1 279 63,6 41 52,6 131 39,1 159 36,1 972 55,7
3.- S.A 5 7,1 8 6,6 9 3,4 61 13,9 17 21,8 86 25,7 177 40,2 363 20,8
4-SL 5 1,9 35 8,0 12 15,4 56 16,7 70 15,9 178 10,2
5.- Otras Compañías.... 5 7,1 20 16,5 38 14,6 64 14,6 g 10,3 62 18,5 34 7,7 231 13,2
(3+4+5) 10 14,3 28 23,1 52 19,9 160 36,4 37 47,4 204 60,9 281 63,9 772 44,3
Total 70 100,0 121 100.0 261 100,0 439 100,0 78 100,0 335 100,0 440 HX).0 1744 100,0
< Patentes de mujeres.. 1 0,4 4 0,9 2 2,6 5 1.1 12 0,7
496 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Residentes en Inglaterra
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Tipo de solicitante N'°
Pat
% N.°
Pat
%
Ne°
Pat
% N'°
Pat
% £ • N.°
Pat
% N.°
Pat
% N.°
Pat
%
1 - Individuo 75 83,3 98 70,0 116 65,2 157 65,4 78 49,4 136 48,4 50 22,2 710 54,1
2.- Varios individuos ... 14 15,6 26 18.6 38 21,3 31 12,9 18 11,4 33 11,7 17 7,6 177 13.5
(1+2) 89 98,9 124 88,6 154 86,5 188 78,3 96 60,8 169 60,1 67 29,8 887 67,6
3.-S.A 1 1,1 12 8,6 15 8,4 46 19,2 61 38,6 108 38,4 156 69,3 399 30,4
4.-S.L
5.- Otras Compañías.... 4 2.9 9 5,1 6 2,5 1 0,6 4 1,4 2 0,9 26 2,0
(3+4+5) 1 1,1 16 11,4 24 13,5 52 21,7 62 39,2 112 39,9 158 70,2 425 32,4
Total 90 100.0 140 100,0 178 100,0 240 100.0 158 100,0 281 100,0 225 100,0 1312 100,0
> Patentes de mujeres.. 1 0,7 1 0,6 I 0,4 1 0,6 2 0,7 0 6 0,5
1.- Individuo 111 88,8 99 81,8 99 75.6 35 31,3 83 49,1 105 43,0 25 14,6 557 51,9
2.- Varios individuos... 10 8,0 10 8.3 27 20,6 18 16,1 18 10,7 14 5,7 97 9,0
(1+2) 121 %,8 109 90,1 126 96,2 53 47,3 101 59,8 119 48,8 25 14,6 654 61,0
3 - Company 2 1,6 8 6,6 4 3,1 44 39,3 32 18,9 75 30,7 59 34,5 224 20,9
4.- Corporation (S.A.). 1 0,8 8 7,1 30 17,8 42 17,2 85 49,7 166 15,5
5.- Otras Compañías.... 2 1,6 4 3,3 7 6,3 6 3,6 8 3,3 2 12 29 2,7
(3+4+5) 4 3,2 12 9,9 5 3,8 59 52,7 68 40,2 125 51,2 146 85,4 419 39,0
Total 125 100,0 121 100,0 131 100,0 112 100,0 169 100,0 244 100,0 171 100,0 1073 100,0
> Patentes de mujeres.. 2 1,5 1 0,9 1 0,6 4 0,4
Residentes en Italia
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Tipo de solicitante N.' % N.° N'° % N'° % N.° N.° ?•' %
Pat Pat
%
Pat % * Pat Pat
%
Pat
%
Pat
1 - Individuo 4 50,0 12 85,7 18 62,1 54 55,7 17 51,5 75 69,4 47 46,1 227 58,1
2.- Varios individuos... 2 25,0 1 7,1 5 17,2 18 18,6 5 15,2 11 10.2 7 6,9 49 12,5
(1+2) 6 75,0 13 92,9 23 79,3 72 74,2 22 66,7 86 79,6 54 52,9 276 70,6
3-SA 1 12,5 8 8,2 4 12,1 12 11,1 38 37,3 63 16,1
4.- S.L
5.- Otras Compañías.... 1 12,5 1 7,1 6 20,7 17 17,5 7 21,2 10 9,3 10 9,8 52 13,3
(3+4+5) 2 25,0 1 7,1 6 20,7 25 25,8 11 33,3 22 20,4 48 47,1 115 29,4
Total 8 100,0 14 100,0 29 100,0 97 100,0 33 100,0 108 100,0 102 100,0 391 100,0
> Patentes de mujeres.. 1 7,1 1 3,0 1 0,9 1 1,0 4 1,0
APÉNDICE 9 497
Residentes en Suiza
Residentes en Holanda
Residentes en Bélgica
Pat
y N.°
Pat
%
E % E x Pat
% Pat
%
Pat *
E *
1.- Individuo 13 59,1 18 81,8 20 55,6 7 63,6 2 50,0 27 55,1 22 64,7 109 61,2
2,- Varios individuos... 3 13,6 3 13,6 1 2,8 2 18,2 4 84 2 5,9 15 8,4
(1+2) 16 72,7 21 95,5 21 58,3 9 81,8 2 50,0 31 63,3 24 70,6 124 69,7
3.. S.A 1 4,5 12 33,3 1 9,1 1 25,0 13 26,5 10 29,4 38 2U
4-SL
5.- Otras Compañías.... 5 22,7 1 4,5 3 8,3 1 9,1 1 25,0 5 104 16 9,0
(3+4+5) 6 27,3 1 4,5 15 41,7 2 18,2 2 50,0 18 36,7 10 29,4 54 30,3
Total 22 100,0 22 100,0 36 100,0 11 100,0 4 100,0 49 100,0 34 100,0 178 100,0
< Patentes de mujeres.. 1 2,0 2 5.9 3 1,7
498 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Residentes en Austria
1.- Individuo 17 94,4 10 71,4 15 60,0 26 66,7 6 75,0 16 64,0 20 57,1 110 67,1
2.- Varios individuos... 1 5,6 1 7,1 10 40,0 12 30,8 1 12.5 2 8.0 6 17,1 33 20,1
(1+2) 18 100,0 11 78,6 25 100,0 38 97,4 7 87,5 18 72,0 26 74,3 143 87,2
3-SA 1 7,1 5 14,3 6 3,7
4-SL 2 3 8,6 5 3,0
5.- Otras Compañías.... 2 14,3 1 2,6 1 1« 5 20.0 I 2,9 10 6,1
(3+4+5) 3 21,4 1 2,6 1 12,5 7 28,0 9 25,7 21 12,8
Total 18 100,0 14 100,0 25 100,0 39 100,0 8 100,0 25 100,0 35 100,0 164 100,0
> Patentes de mujeres.. 1 5,6 1 0,6
Residentes en Suecia
1882 1887 1897 1907 1917 1922 1935 Total
Tipo de solicitante
Pat % Pat %
N.°
Pat
—
Pat % Pat
%
Pat
%
N.'
l'ni
%
£ *
1 - Individuo 2 100,0 6 100,0 9 64,3 31 77,5 15 51,7 18 51,4 13 44.8 94 60,6
2.- Varios individuos ... 3 21,4 2 5,0 2 6.9 2 5.7 2 6,9 11 7,1
(1+2) 2 100,0 6 100,0 12 85,7 33 82.5 17 58.6 20 57,1 15 51,7 105 67,7
3-SA 1 7,1 5 12,5 11 37,9 15 42,9 13 44,8 45 29,0
4.-S.L
5.- Otras Compañías.... 1 7,1 2 5,0 1 3,4 1 3,4 5 3,2
(3+4+5) 2 14,3 7 17,5 12 41,4 15 42,9 14 48,3 50 32,3
Total 2 100,0 6 100,0 14 100,0 40 100,0 29 100.0 35 100.0 29 100.0 155 100,0
> Patentes de mujeres.. 2 6,9 2 1,3
Fuentes: BOPI y Libros de Registro de Patentes (OEPM).
APENDICE 10
PATENTES DE RESIDENTES EN ESPAÑA,
POR PROVINCIAS Y REGIONES
APÉNDICE 10 501
Apéndice 10.A
Patentes solicitadas por residentes en España, clasificadas por comunidades autónomas
provincias de residencia del solicitante, 1882-1935*
Año 1882 1887 1897 1917 1922 1935 Total
ti.' N.° N.° N.e N.° N." N.°
Provincia/ CCAA Pat % Pat % Pat % Pat % Pat % Pat % Pat %
Apéndice 10.B
Estimación de la procedencia de las patentes de provincia desconocida solicitadas
en Barcelona y en Madrid en 1935
A. Patentes de procedencia conocida solicitadas en Barcelona y Madrid
Apéndice 11
Población por Comunidades Autónomas (millones de habitantes)
Año 1860 1880 1900 1920 1930
Comunidad Autónoma Habs. % Habs. %b Habs. % Habs. % Habs. %
Cataluña 1,7 10,7 1.8 10,7 2,0 10,6 2,3 10,8 2,7 11.4
Madrid 0,5 3,1 0,6 3,6 0,8 4,1 1,0 4,8 1,3 5,4
Comunidad Valenciana 1,3 8,1 1,4 8,3 1,6 8,5 1,7 8,1 1,9 8
País Vasco 0,4 2,7 0,5 3,0 0,6 3,2 0,8 3,6 0,9 3,7
Andalucía 2,9 18,9 3,2 18,9 3,5 18,8 4,1 19,3 4,6 19,4
Aragóna 0,9 5,7 0,9 5,3 0,9 4,9 1,0 4,7 1,0 4,4
Castilla y León 2,1 13,5 2,2 13 2,3 12,5 2,4 11,2 2,5 10.8
Cantabria (a) 0,2 1,4 0,2 1,5 0,3 1,5 0,3 1,5 0,4 1.5
Castilla-La Mancha (a) 1,2 7,8 1,3 7,7 1,4 7,5 1,6 7,7 1,8 7,8
Asturias (a) 0,5 3,4 0,6 3,4 0,6 3,4 0,7 3,4 0,8 3,4
Galicia 1,8 11,5 1,9 11,3 2,0 11 2,3 10,7 2,4 10,3
Baleares (a) 0,3 1,7 0.3 1,7 0,3 1.7 0,4 1,7 0,4 1,6
0,4 2,5 0,5 2,8 0,6 3,1 0,6 3 0,6 2,7
Navarra (a) 0,3 1,9 0,3 1,8 0,3 1,7 0,3 1,6 0,4 1,5
Extremadura (a) 0,7 4,6 0,8 4,7 0,9 4,7 1,0 4,8 1,2 4,9
La Rioja (a) 0,2 1,1 0,2 1,1 0,2 1,0 0,2 1,0 0,2 0,9
Canarias (a) 0.2 1.5 0,3 1.7 0,4 1,9 0,5 2,2 0,6 2,4
Total España (millones)... 15,5 16,9 18,6 21.3 23.6
(a) Interpolado el dato de 1920. b. Interpolado el dato del % regional.
Fuentes: Carreras (1990a. Cuadro 2, pp. 12 y 13) y Tortella ( 1994, Cuadro X-3. p. 220).
508 JOSÉ MARÍA ORTIZ-VILLAJOS
Apéndice 12
P,oducto Interior Bruto Real por Comunidades Autónomas
(miles de millones de pesetas de 1980)
Año 1860 1880 1900 1920 1930
Comunidad Autónoma PIB % PIB % (b) PIB % PIB % PIB %
Cataluña 151 13,3 232 14,8 318 16,3 487 18,7 731 21,4
Madrid 109 9,6 147 9,4 178 9,1 216 8,3 239 7,0
Comunidad Valenciana 88 7,7 121 7,7 150 7,7 206 7,9 331 9,7
País Vasco 34 3,0 55 3,5 78 4,0 125 4,8 184 5,4
246 21,6 301 19.2 328 16,8 419 16,1 509 14,9
66 5,8 86 5,5 99 5,1 125 4,8 153 4,5
130 11,4 179 11,4 222 11,4 255 9,8 324 9.5
17 1,5 27 1,7 37 1,9 42 1,6 44 1,3
Castilla-La Mancha (a) 83 7,3 109 7,0 129 6,6 170 6,5 221 6.5
24 2,1 42 2,7 62 3,2 77 2,9 92 2,7
Galicia 67 5,9 102 6,5 139 7,1 195 7,5 208 6.1
Baleares (a) 17 1,5 22 1,4 27 1,4 38 1,5 53 1.6
Murcia 22 1,9 33 2,1 45 2,3 55 2,1 68 2.0
Navarra (a) 22 1,9 28 1,8 33 1,7 45 1,7 58 1.7
Extremadura (a) 42 3,7 55 3,5 65 3,3 93 3,6 129 3.8
13 1,1 16 1.0 19 1,0 23 0,9 28 0,8
Canarias (a) 9 0.8 16 1,0 25 1,3 36 1,4 50 1,5
Total España 1138 1569 1951 2603 3414
(a) Interpolado el dato de 1920. (b) Interpolado el dato del "/t regional
Fuentes: Carreras ( 1990a. Cuadro 2); Prados (1993. Table D I); Tortella ( 1994, Cuadros X-3, XV-4).
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José María Ortiz-Víllajos
t
MINISTERIO
DE INDUSTRIA
Y ENERGÍA
Oficina Española
de P)tentes v Marcas