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3 IN T R O D U C C IÓ N
Hacia una geografía de la literatura
5 1. “ G e n e ra l, en el curso de u n a c a m p a ñ a ...”
Franco Moretti, Altas de la novela europea 1800 - 1900. [Este 8 2. “ ...p e r o no ten em o s atlas a rtís tic o s ”
¥ “ Cómo Inglaterra se volvió una isla” , escribió una vez Braudel. En
tre otras cosas, fue así.
F ig u ra 6 7. “ R a c i -i e ”
A diferencia de los villains franceses de la figura io , los criminales de Doyle provienen princi-
•í - pálmente de Estados Unidos, Alemania e Italia. Es un indicio del hecho de que nuevas rivali
dades económicas (Estados Unidos) y político-militares (Alemania) han tomado el lugar del an
tiguo antagonismo anglo-francés. En cuanto a Italia, su presencia en la narrativa policial de
fines del siglo XIX tiene que ver sobre todo con la existencia de sociedades criminales del tipo
de la mafia.
°
■
mo el mercado literario se divide verticalmente, entre los diferentes además, el concepto de “ literatura nacional” nunca me ha convencido,
grupos sociales; aquí yo estudio las discontinuidades horizontales, en y contaba justamente con una distribución altamente diferenciada
tre un lugar y otro lugar. Lo cual me llevará a reflexionar sobre los para disolverlo en un archipiélago de circuitos, o mercados, diferentes.
distintos espacios de la historia literaria —la provincia, la nación, el
continente, el mundo...— y sobre la jerarquía, a veces inflexible, que Bien Tenía las muestras, y debía estudiarlas. Pero ¿cómo? Para mi,
los gobierna a todos. la unidad de análisis ideal sería el género literario: pero la taxonomía
de la literatura del siglo xix es un desastre tan grande, y los títulos de
esos catálogos suelen ser tan oscuros que - p o r el m om ento- un aná
I lisis por géneros es impensable. Por lo tanto empecé a medir la ac-
torce catálogos de la figura 68. Como los catálogos están en orden al
fabético por títulos, tomé los primeros cien títulos de cada colección,
a fin de tener muestras comparables, y me puse a estudiarlas. Con
una sola esperanza, muy simple: encontrar la mayor cantidad de di
ferencias posible. La geografía vive de diferencias (si los ríos, las ciu
dades y las montañas estuvieran distribuidas por todas partes unifor
memente, los mapas serían inútiles y la geografía no existiría); y
2 Con una excepción, que constituye el objeto del excelente estudio dejan Fergus, “ Eigh-
teenth-Century Readers in Provincial England: The Customers of Samuel Clay’s Circulating
Library and Bookshop in Warwick, 17 7 0 -17 7 2 ” , en ThePapers ofthe BibliographicalSociely o f # Punzance
America, vol. l x x v i i i , núm. 2, 1984. huera del mapa: Madrás
150 Capítulo 3 E l mercado de la novela hacia 1850 151
tualidad” de las distintas bibliotecas, pero no encontré nada intere sitarlo: que su rigidez está en relación con la brevedad de los cursos: j
sante. Pasé entonces a otro indicador, que era, en sentido amplio, diez, doce, quince semanas, lo que sea: siempre demasiado pocas pa
una medida de la presencia del “ canon” en las diversas colecciones: ra sentirse en libertad de cambiar realmente. Y lo mismo ocurre con
es decir, cuántas de las cien novelas de cada muestra habían sido es- las bibliotecas pequeñas: tienen sólo diez o doce anaqueles, y por lo
.- critas por autores mencionados en el Dictionary o f National Biography tanto los llenan con libros “ seguros” . En Francia, las bibliotecas pri
(dnb ). Naturalmente el dnb está lejos de ser perfecto (y además es vadas de comienzos de la época moderna se rigen por el mismo prin
mucho más amplio que el “ canon” novelesco corriente), pero es un cipio: cuando hay un solo libro en la casa (lo que en el siglo xvii ocu
índice rico y plausible, ya espléndidamente utilizado por Raymond rre con frecuencia), la elección nunca es casual (aquí literatura, alia
Williams en los años sesenta y después, más recientemente, por G a religión, en otro sitio historia o libros de viajes); es siempre la mis
ye Tuchman y Nina Fortin en su análisis de la formación del canon ma, una obra de devoción.6 La lógica es siempre la misma: dimen
(y de las exclusiones que implica).3 siones reducidas, igual a elecciones seguras. Más cínicamente: di
Para mi gran satisfacción, el dnb presentó de inmediato oscila mensiones reducidas, igual a formas hegemónicas; como si faltara el
ciones muy amplias: en algunas bibliotecas las novelas escritas por peso, la masa crítica necesaria para resistir a la fuerza de gravedad
autores “ canónicos” eran menos del 40% ; en otras, más del 80%. de la hegemonía cultural. Si hay un solo libro, religión. Si hay un so
Las diferencias habían aparecido realmente, y abrían el camino a esa lo anaquel, el canon.
técnica estadística —la correlación— que está al alcance incluso de
6 Sobre esto, cf. R. Chartier, “ Formazíone del libro: libri blu e prodotti a stampa di vas-
un aficionado como yo: explicar un grupo de datos sobre la base de
ta diífusíone” , en Figure delta furfanieria, Istituto della Enciclopedia Italiana, Roma, 1984, pp.
otro grupo de datos.4 Sobre un eje cartesiano las presencias del dnb , 16 3 ss.
sobre el otro las dimensiones de la biblioteca, y el resultado es la fi
gura 69. Algunos datos no están alineados, es cierto, pero la tenden
cia general es clarísima: cuanto más pequeña es la colección, mayor F ig u ra 6 9. E l, CANO N EN LAS CIRCULATING LIBRARIAS
es la presencia del dnb . E s decir: cuanto más reducida la colección,
| más canónica es.^ Es lo que dice Margaret Cohén del canon univer- %
90
F ig u ra 7 3 . N o v e l a s e x t r a n je r a s e n l a l it e r a t u r a f r a n c e s a e in g l e s a
% LITERATURA FRANCESA
G ran Bretaña Francia Alemania Italia Polonia Rusia Dinamarca 30 -
25 -
20 -
Figu ra 7 2. N o v e l a s e x t r a n je r a s e n l a s d iv e r s a s l it e r a t u r a s e u r o p e a s 18 1 6 ,1 8 5 0
i5 -
%
¡00 10 -
90 - 5 -
80 o----------
I 7 5° '54 17 8 1-8 3 18 16 18 50
70 %
30 - LITERATURA INGLESA
60
25 -
50 -
20
40
30
20 10
5
, - ! , ■ ■ o
G . Bretaña Branda A Poloni lld a ia la |i Rusia Din 17 5 0 -3 4 17 8 1-8 5
158 Capítulo 3 E l mercado de la novela hacia 1850 *59
Esas trayectorias cruzadas eran curiosas, y por lo tanto decidí in francés de las circulating librarles— y busqué datos comparables para
dagar alguna otra fuente. Busqué otros catálogos de bibliotecas circu cabinets del siglo xix, de ubicaciones y dimensiones diversas: y tam
lantes, procediendo hacia atrás en el tiempo, y la caída de las impor bién allí, la presencia de las novelas extranjeras confirmaba en sus
taciones inglesas reapareció, aún más clara de lo que esperaba (fig. 74), tancia los datos de la bibliografía nacional (figs. 75 y 76).
Después fui a la Biblioteca Nacional de París --que posee una “ Cómo Inglaterra se convirtió en una isla” , escribe Braudel en
espléndida colección de catálogos de cabinets de lecture, el equivalente*I los Tiempos del mundo; ésta es una historia muy similar: cómo la In-
Figura 74. N ovelas extranjeras en las cir cu l at in g l ib r ar ie s (1766-1861) Figura 75. M uestra de cabin ets d e le ct u r e (1810-1860)
La (relativa) desaparición de las novelas extranjeras del mercado literario inglés se concentra Catálogos consultados:
I e“ d° ; fases: los años 17 9 0 :18 0 0 7 18 2 5-18 30 . En el primer caso, la hostilidad hacia la revota Galígnani (París, 1809); Auzou (Rouen, 1 8 1 1 ) ; Houze (París, 1 8 1 1 ) ; Janet et Cotelle (París,
; C*0Í* francesa es la explicación mas probable (corroborada además por el “ afrancesamieiito,> ¿le 1 8 11) ; Renard (París, 1 8 1 1 ) ; Garnier (París, 18 18 ); G-oullet (París, 18 2 1); Hautecoeur (París,
r la figura del vilkin ya observado en la figura io). E n el segundo caso, en cambio, el factor de
1822); Mesdames Alexandre (Rouen, 1822); Ducrot-Desons (LaCappelle, 1823); Gondar-Ro-
cisivo debe verse probablemente en el desarrollo autónomo de la producción literaria: alrede
blot (París, 1823); Ridan (París, 1823); Cassegrain (Havre, 1824); Goujon (París, 18 25); Gou-
dor de 1820, en efecto, la narrativa inglesa perfecciona un conjunto de formas (novela históri
jon (Saint-Germain-en-Laye, 18 25); Mlle. Charveys (Saint-Maixent, 1825); Malines (Saint-
ca, úlver-fork novéis, historias de guerra, nautical tales, narraciones “ orientales” ) que muy
Jean-Pied-de-Port, 18 2 5?); Rosier (París, 18 2 5); Beauvert Fils (Clennont-Ferrand, 1827);
probablemente saturan el mercado, reduciendo así el espacio para las importaciones extranjeras
Jocquinot (París, 1828); G alliot (París, 18 3 1) ; Janotte (París, 18 3 2 ); Jenotte (Saint-Cloud,
Catálogos consultados: 1832); Alloir (Chevreuse, 18 33); Cochard (Rocroi, 18 35?); Lemonnier (Dunkerque, 18 3 5?);
Lowndes (Londres, 1766); Clay (Warwick, 1772); B eil’s (Londres, 1778); John Smith (Glas Leger (Saint-Omer, 1836 ); Campion (Guiñes, Boulogne, 1838); Fourny-EIairaud (Gueret,
gow, 1785); Sanders (Derby, 178 8?); Lockett (Dorchester, 1790); Phorson (Berwick, 17 9 0 J 1838); Piltan (París, 1838); Combarel (Dole, 1840); í 'rancois dit Violette (Cherburgo, 1840 ?);
James Sibbald (Edimburgo, 17 9 1? ); Sael (Londres, 179 3); Yearsley (Bristol, 1793); Mariott Caboche-Lebargy (Roubaix, 18 4 1) ; Jeannot (París, 1842); Jeannot (Saint-Hyppolite-sur-le-
(Derby, 179 5b A. Brown (Aberdeen, 179 5); Angus and Son (Aberdeen, 1799); Booth (Nor- Doubs, 1842); Ober (Douai, 1844); Boyer (Chalons-sur-Saóne, 1845); Dortu (Chálons-sur-
wich, 1802); Turner (Beverley, 1803 ?); Rennison & Tarry (South End, Essex, 18 10 ); Turner Marne, 1845); Cabinet Central de Lecture (Dijon, 1854); Arnaud (Havre, 1853); Fluteau-Gu-
(Beverley, 18 17 ); Wilkins (Derby, 18 17 ); Ford (Chesterfield, 1820?); A. Watson (Aberdeen yot (Chatillons-sur-Seine, 1854); Pousset-Remond (Dijon, 1854); Pujo-Bergedebat (Cauterets,
18 2 1); Johnson (Beverley, 1832); Wyllie and Son (Aberdeen, 18 33); Jones & Parry (Carnar- 1854) ; Duverge et Josset (París, 1855); Duverge et Josset (Saint-Denis, lie de la Reunión,
von, 18 35); Ebers’ (Londres, 1838); Literary Society (Madrás, 1839); Lovejoy’s (Reading 18 55) ; Mme Tesselin-Laguerre (Saint-Mihiel, 1855); Tumerel-Bertram (Saint-Omer, 1855);
1845); Columbell’s (Derby, 1845); Public Library (Norwich, 1847); Public Library (Beccles’ Barthes (Castres, 1856); Pate Aine (Charleville, 1856); Mlle. Cattou (Roubaix, 1857).
1847); H ewitt’s (Derby, 1849); D avies’ (Cheltenham, 1849); Iíenriques' (Cheltenham, 1849)’
K aye’ s (Newcastle-upon-Tyne, 1852); Plowman’s (Oxford, 1852); Vibert’s (Penzance, 1855)’
Athenaeum & Mechanic Institute (Wolverhampton, 1856); British Library (Londres’ 1861)!
%
70
50 -
Traducciones
40 -
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9^ m •
I75O 17 7 0 17 9 0 18 10 18 3 0 18 5 0 .1870
160 Capítulo 3 El mercado de la novela hacia 1850 161
¡ glaterra de la novela se convirtió en una isla, repudiando la familia- al francés, y 43 para ser traducidas al inglés. Y además: en 1869, la gi
j ridad con la cultura francesa que había tenido en el siglo xvm por la gantesca biblioteca de Mudie’s, en New Oxford Street, no contenía
( autarquía victoriana.11 Y si pasamos de las series cuantitativas a al nada en inglés de Voltaire, Diderot, Pushkin o Balzac (tampoco tenía
gunos casos cualitativos ejemplares, el resultado no cambia. Eugénie Werther, L ie Wahlverwandtschaften ni Les trois mousquetaires, y ahí me
Grandet y Le pére Goriot se traducen veintiséis años después de su detuve).12 Y no hablemos de Henry Vizetelly, que acaba en la cárcel
aparición original; L ie Wahlverwandtschaften, 45 años; La chartreusede por haber publicado a Zola, ni de la condena pública de esa “ cloaca
Varna, 62 años; Le rouge et le noir, 70 años. En la segunda mitad del a cielo abierto” (Daily Telegraph, 1891) que son los dramas de Ibsen.
siglo, Madame Bovary es traducida (por Eleanor Marx) 29 años des Qué se puede decir: parece el mercado cinematográfico estadu
pués de su publicación; L ’éducation sentimental, 29 años; Budden- nidense. Una cultura que no espera nada del exterior; sin curiosidad,
brooks, 23 años (y en Nueva York). Cuatro de las primeras grandes sin interés. Y peor aún: como reza la publicidad de The Novel News-
novelas rusas (Eugenio Oneguin, Las almas muertas, Oblomov, Padres e paper, una colección de reimpresiones de bajo precio:
hijos) tienen que esperar en promedio veinte años para ser traducidas
P o r lo que se r e fie re a los n o velistas fran ceses de h o y, V íc to r P lu g o, M ad am e
Catálogos como ese [el de la Collyer’s Circulating Library] demuestran que en los años S a n d o P au l de K o c k , estam os orgu lloso s de an un ciar que la e xc lu sió n to tal de
de i amela las piezas fuertes de las bibliotecas circulantes eran en gran medida traducciones del sus obras del N o v e l N ew spa per h a h e c h o que recib am o s el agrad ecim ien to de
ranees , escribe Alan Dugald McKillop (“ English Circulating Libraries, 1 7 2 5 -17 5 0 ” , en The m uchos padres d e f a m i l i a ...'3
Library, 19 3 3 -19 34 , p. 484-485): James Raven por su parte ha demostrado que entre 1750 y
17 7 0 de los veinte novelistas más populares en Inglaterra, seis eran franceses” (British Fiction
La exclusión total de sus obras... Hay una hostilidad hacia las for
17 5 0 -17 7 0 , Delaware Umversity Press, 1987, p. 21). También John Richetti y Lennard Davis
destacan el papel de la novela francesa en su estudio de los orígenes de la novela inglesa.*• mas extranjeras, aquí, que recuerda a los villains franceses de comien
zos del siglo xix y la invasión literature de finales del mismo (figs. 10
y 66), y que no puede no haber influido en la literatura inglesa en su
F ig u ra 7 6 . L a s L IT E R A T U R A S E X T R A N J E R A S E N L O S CABINF.TS DE I.ECTURE conjunto; o más bien, que no puede no haberla empobrecido, en el
% sentido en que Virginia Woolf dijo, y con razón, que Middlemarch es
60 - una de las raras novelas inglesas escritas para adultos. Pocas novelas
extranjeras no significa solamente pocas novelas extranjeras: significa
50 - que de hecho se impide la entrada a Gran Bretaña a muchas técnicas y,
temas de la época (el adulterio, la política, el tono “ serio” de Auerbach,
40 el efecto de realidad, el naturalismo, la novela de ideas...), mientras
que otras técnicas (la estructura tipo cuento de hadas, el final feliz,
Traducciones
@
30
© • 12 Véase S. Keith, M udie's Select Library: Principal Works o f Fiction in Circulation in .1848,
i 18 5 6 ,18 6 9 , Ann Arbor, 19 3 5 . “ ¿Cómo pensar que un hombre o una mujer de mundo — escri
20 - © bía Geraldine Jewsbury en un informe de lectura para M udie’s— quiera leer la historia de las
© desventuras de un comerciante que se arruina ? ¿Acaso la lectora promedio se interesa por las es
peculaciones del mundo de los negocios?” Es decir: ¿se interesa por CésarBirottcau o Les illusions
10 perdues? (Jewsbury está citada en G. L. Griest, M udie’s Circulating Librar)>and the Victorian
Novel, Bloomington, Indiana University Press, 1970, p. 12 7.
13 The N ovel Newspaper se publicó de 18 3 9 a 1842, y está descrito por M ichael Sadleir
O en X IX Century Fiction. A BibliographicalRecord, Cambridge University Press, 1 9 5 1 , vol. 2,
180O l8lO 18 2 0 :1.83o 18 4 0 pp. 1 4 2 -1 4 5 -
162 Capítulo 3 El mercado de la novela hada 1850 163
el moralismo sentimental, la dominante cómica) gozan por el contra- de que reduce la diversidad morfológica. La extensión de un area de
- rio de una especie de proteccionismo literario, y por lo tanto sobre terminada --escribe Stephen Jay Gould— influye fuertemente, si no
viven, sin ser nunca puestas realmente a prueba, por un siglo entero. es que controla, el número de especies diferentes presente en esa mis
Y los adultos leen David Copperfield, y peor para ellos.1'* ma área.” 15 Y lo mismo vale para los libros: la extensión de la bibliote
ca influye, y tal vez controla, el número de formas presente. O bien, la
extensión del mercado. La riqueza de las naciones, capitulo tercero.
4. E l mercado desigual C o m o la d iv isió n d el trab ajo tiene su o rigen en la fa cu lta d del in te rc am b io , su
am p litu d estará siem p re lim itad a p o r la am plitu d d e e ste, es decir p o r la am p li
El Díctionary o f National Biography. Las novelas extranjeras (y sobre tu d d el m ercado. C u a n d o el m ercado es m uy re strin g id o , no o frece n in g ú n e s
todo francesas). Y después, resolví ver qué pasaba con las reimpre tím u lo a d ed icarse po r en tero a u n a sola a ctivid ad [ ...] H a y algunos tipo s de
o cu p ación , incluso de n atu raleza m u y hum ilde, que sólo pu ed en d esarro llarse
siones populares.
en u n a gran ciu d ad . U n cargado r d e eq uipajes, po r ejem plo, no p o d rá gan arse
La figura 77 está dedicada, en efecto, a la más famosa de esas co la v id a en ningún o tro sitio . U n a ald ea sería un espacio dem asiado e stre ch o para
lecciones: los primeros veinticuatro volúmenes de Bentley’ s Standard su ocu pación , y aun u n a ciu dad d e p ro v in c ia en gen eral no es su ficien tem en te
Novéis, de 18 3 1 a 1833. Como se ve, es una gráfica en dos niveles: am p lia p ara darle trab ajo r e g u la rm e n te ...
las bibliotecas grandes tienen casi todas las novelas de Bentley’s; las
pequeñas, muy pocas. Y examinando estas últimas más de cerca en La amplitud de la división del trabajo está siempre limitada por j
contré un patrón ya familiar: de nuevo, las estructuras pequeñas re la amplitud del mercado... Ese es el punto. Una biblioteca pequeña <
forzaban el canon. Las novelas de Cooper y Austen, que constituían es signo de un mercado restringido: “ un espacio demasiado estrecho
el 33% de la muestra de Bentley’s, aquí ascendían al 75% . Las novelas para la creciente división del trabajo de la narrativa del siglo xix. Y -
europeas, por su parte, de nuevo habían desaparecido por completo. por lo tanto desalienta las formas “ especializadas” (como la novela
Y además observé otra cosa: tres de las cinco bibliotecas más peque ■5 S. Jay Gould, “ The Great Dying” , en Ever since Darwin, Nueva York, Norton, 1977,
ñas habían adquirido solamente las novelas históricas de Bentley’s; una p. 136 .
cuarta, sólo las novelas sentimentales. Habían apostado todo a una for
ma y renunciado a todas las demás: nada de gótico, nada de novelas F i g u r a 7 7 . L a s “ B e n t l e y ’ s S t a n d a r d N o v e l s ” e n l a s circu latin g l ib r a r ía s
tringe la amplitud misma del espectro. Una vez más el dato cuantitati í8 -
©
vo asume un valor formal, morfológico. En el sentido, es preciso aclarar, 16
14 -
' 4 í !.s!e horizonte internacional ya tan limitado parece restringirse aún más en el caso de [2 - @
la clase obrera. E n 18 7 5, la biblioteca de la “ Alliance Cabinet M akers’ Association” poseía un 10 -
solo texto extranjero (de Gustavo Aimard) sobre sesenta obras literarias (S, Shipley, “ The Li- 8 -
m
brary of the Alliance Cabinet M akers’ Association” , en History Workshop, 1976). Y treinta
6- © ©
años más tarde, cuando la Review o f Reviews preguntó al primer grupo grande de diputados
laboristas qué autores habían influido más en ellos, el único extranjero mencionado es Giu- 4 - 2*
seppe Mazxini (J. Rose, “ How historians study reader responso: or, wbat díd Jo think of Bleak 2 -
2000 250 0 3000
H om e?” , en J. O. Jordán y R. L. Patten (comps.), Litemture in the Marketplace, Cambridge
o 500 1000
decir, de la novelización de la provincia: los antecedentes de Madame Ese superpoder de la novela en provincia nos lleva de regreso a la
Bovary (que también sacaba sus libros de una biblioteca circulante, y pregunta inicial de este capítulo: ¿literatura nacional, o archipiélago
eran todos novelas). Y en efecto, a fines del siglo xvni las estadísticas de circuitos locales ? ¿Un sistema, o muchos ? No sé en otros casos, pe
de préstamos de todo el Reino Unido concuerdan en eso: en provin ro para la literatura inglesa la respuesta no puede ser más que: uno. .
cia, la novela ha pasado a ser la forma de lectura más difundida, y en fíjense: no era ésa mi hipótesis inicial. Yo esperaba diferencias, diver
realidad casi la única forma.1? La novela no es el “primer paso” des sidad; quería las diferencias, con tantos circuitos que se alejaran uno
pués del cual (en las palabras del Salford Public Library Parliamentary del otro, dándome oportunidad para muchos bonitos mapas. Y, en
Retum de 1865) “los lectores se desplazarán gradualmente de la lite cambio,’todo converge hacia un mercado común de la literatura; ha-:
ratura de entretenimiento a las obras históricas y biográficas” .18 No, cia el Dictionary o f National Biography; e incluso, las bibliotecas de ,
la novela no se hace cortésmente a un lado, y con su éxito locks out, provincia eran más “ nacionales” que las de la capital de la nación.
cierra la puerta en la cara a casi todas las otras formas de lectura.19 Un mecanismo único, entonces. Unico: no igual. Más bien, he
mos visto hasta qué punto es desequilibrado, ya que las bibliotecas
vincia con pocas novelas tienen muchísimos libros del grupo “ Theology and Religión” , lo que
más pequeñas terminan por tener no sólo menos libros, sitio menos
hace pensar que el debilitamiento de la devoción en favor de la literatura de entretenimiento
— proceso que en Europa occidental tiene lugar en la segunda mitad del siglo xvm — sucede opciones que las grandes. Pero lo importante es que un mercado con
en territorio estadunidense con notable retraso. menos opciones no es una alternativa a uno más rico: en todo caso es
17 “ La comisión de la biblioteca [de Stockport] descubrió con alarma que las novelas re
aún más insular, más canónico, más monótono.
presentaban el 7 3 % de los préstamos en el primer año de actividad, y dos años más tarde ha
bían llegado al 8 o % ” (T. Kelly, A History o f Public Librarles in Great Britain 18 4 5 -19 7 5 , Lon
dres, Library Association, 19 7 7 , p. 3 1). E n Airdrie, “ la comisión de la biblioteca se habría Por último, un mecanismo único en Inglaterra. Kaufman hace trein
alegrado muchísimo de ver disminuir el porcentaje de novelas tomadas en préstamo, pero las ta años, y yo hoy, trabajamos solamente con datos ingleses, y como
cifras se negaron a secundar sus deseos” , escribe W. Craig Strang (“ Airdrie Public Library,
18 3 3 -18 9 4 ” , en Library Review, 1983, p. 222). En Belfast, el informe para 18 92-18 93 indica
hasta ahora no he encontrado catálogos irlandeses, escoceses y gale-
ba préstamos del 6 1% para literatura en prosa, y 18 % para la “Juvenile Literature” , que es ses de mediados del siglo xix, realmente no podría decir si la unifica
taba compuesta también casi enteramente por novelas {Our Readers and What They Read, in ción del mercado literario afectó a la totalidad del Reino Unido o no.
forme redactado para la reunión anual de la Library Association, septiembre de 1894).
18 “ Adiós hermosas esperanzas” , comenta Kelly después de citar el Retum de Salford:
Algunos catálogos escoceses incluidos en la figura 74 (que sin embar
veinte años después, “ en el informe para 1876, se reveló que las novelas constituían el 4 3% de go son muy anteriores) o la colección económica “ Parlour Library
los títulos del catálogo,y el 8 3% de los préstamos” {A History o f Public Librarles, cit., p. 31). de Simms y M dntyre —que al principio, cuando se publica en Bei-
Y a propósito de otros Returns de fines del siglo xix: “ Una muestra de trece bibliotecas, que
comprende a todas las más grandes y a una selección de las menores, da ios siguientes resulta - Entre el siglo xvu. y el xnc, escribe John Feather, “ los libreros habían terminado por
dos: las novelas representan menos del 3 0 % de los préstamos en sólo dos casos: Sheffield (30%) generar una distribución de alcance nacional. E l significado político, social y cultuial de este
y Manchester (48%). En los demás casos el porcentaje oscila entre el 5 7 % (en Birmingham) y proceso fue infinitamente superior a su peso económico. Si bien las culturas tegionakx1 conm
el 8 3% (en Bradford y en Salford). Una muestra análoga compilada en 1883 presenta una os nuaron existiendo, la uniformidad del papel impreso creo por encima de di.as mu. eultmr de
cilación que va del 3 3 % (Plymouth) al 78% (Nottingham): en este caso Manchester ha pasa carácter nacional” (Provincial Book Trnde in Eighlecnth Lentury England, Cambridge Un v a -
do al 5 7 % y Sheffield al 6 3 % ” {ibid., p. 77). sity Press 1985, p. 12 3): Según Donald Read la “ nacionalización de las provincias mg esas
La divergencia entre el gusto de los lectores y los deseos de los bibliotecarios era igual sL n lc ia en los L o s ryó o-ryyL (The English Pro vin e^ xy d o ^ o . A tudy
mente marcada en las bibliotecas para los trabajadores, como por ejemplo en la s p d alemana, dres, Edward Arnold, 1964, PP- 18 « .); en cuanto a Francia, M artin Lyons dice E n d e n
que quería “ guiar a los lectores de la literatura de entretenimiento a obras que no fuesen de tó del siglo xix las diferencias regionales lentamente desaparecen. E l progreso de la allabcUza-
‘ fantasía” pero chocó con una demanda de novelas que, entre 1908 y 19 14 , llegó al 7 3 % (M. dón anula gradualmente las diferencias de instrucción [...] y los diversos públicos regiona es
Lyons, “ I nuovi lettori. nel xix secolo: donne, fanciulli, operai” , en Cavallo y Chartier [comps.], son unificados en un solo gran público nacional” (M Lyons, U tnomphe du hvre 1 aris 1 rm
Storia de lia lettura nel mondo occidentale, cit., pp. 398-399). modis 1987 p. 194). Y más adelante, comentando los informes municipales sobre la leetma ,
' 9 Sobre el mecanismo del locking-out, véase B. Arthur, “ Competing Technologies, In- rural- “ La cosa más interesante de esta encuesta es que los mismos títulos tienen éxito en todo
creasing Returns, and Lock-in by Histórica! E ven ís” , en The Economic Journal, marzo de 1989 el país. Los gustos literarios de los Hautes-Pyrénées no difieren, según las autoridades mum-
(especialmente pp. 1 1 6 - 0 7 , 126-128). cipales, de los de Allier o del Norte {ibid., p. 163).
E l mercado de la novela hacia 1850 169
i68 Capítulo 3
fast (1847-1853), incluye casi un 40% de traducciones (cinco veces toria editorial en que el centro actúa literalmente como amo. Y a se
el promedio de Inglaterra, porcentaje que se desploma cuando la “ Par- trate de Inglatérra a mediados del siglo xvni (fig. 80) o de Italia a me
lour Library” se traslada a Londres)— sugieren la posibilidad de di diados del xix, el mensaje es el mismo: la novela es el más centraliza
ferencias muy notables dentro de la Gran Bretaña. Pero antes de do de todos los géneros literarios. Y cuanto más tiempo pasa más au
aventurar hipótesis es preciso tener más datos. menta la centralización: a comienzos del siglo xvu, cuando el cuta y
el barbero deciden depurar la biblioteca de Don Quijote de novelas
de caballería, encuentran en ella 17 ejemplares, impresos en nueve
5. Interludio teórico: V . Centro y periferia ciudades diferentes, ninguna de las cuales muestra una clara supre
macía editorial sobre las demás; dos siglos más tarde habitan descu-
“ Feliz de ti — escribía Samuel Richardson desde Londres al obispo
Figu xa 80 . L u g a r e s d e p u b l i c a c i ó n d e n o v e l a in g l e s a , 1 7 5 0 - 1 7 7 0 (por ciento)
Hildesley de Sodor y Man— que te quedas en tu retiro leyendo lo
que te da la gana, ya sea por instrucción o por placer.” 21 ¿Lo que te
da la gana? Lo que hemos visto hasta ahora hace pensar otra cosa. 80 N O V EL A S IN E D IT A S, R E IM P R E S IO N E S , R E E D IC IO N E S
Kenneth Clark: 70 -
60 -
! L a h isto ria del arte europeo h a sido en gran m ed id a la h isto ria de u n a serie de
; cen tro s, a p a rtir de cada uno de los cuales irrad ió un estilo que era m etro p o li 50 -
tano en o rigen , y se ib a h acien d o cada v ez más p ro vin c ian o a m ed id a que se
40 -
acercab a a la p e rife ria [ ...] S e p o d ría d ecir que el p ro vin cialism o coin cid e con
el alejam iento d el centro, don de los están d ares técn icos son más elevad os y la 30
d em an d a más e x ig e n te .22
20•
No sé el arte europeo, pero la historia de la novela sin duda da la JO-
razón a Clark. La confianza de Bajtin en las “ fuerzas centrífugas” de í ~~ L
O Otros
la escritura novelesca —una tesis ya dudosa para la geografía del ima
ginario, como vimos en el capítulo anterior— choca aquí con una his %
JOO- N O V ELA S IN ÉD ITA S
historia humana [...] Con el desarrollo de la civilización, las técnicas superiores se fueron concen
30
trando en pocos centros metropolitanos” (“ Diffusion in History” , en P. J . Hugill y D. R. Dick-
son (comps.), The Transfer and Transformation o f Ideas and Material Culture, Texas A&.M Univer- 20
sity Press, 1988, pp. 75-76). La tesis de Clark sobre la supremacía del centro fue atacada con gran
verve por Enrico Castelnuovo y Cario Ginzburg (“ Centro e periferia” , en Storia delTarte italiana,
10
.EETIZT1__________ r----------- ^..JSSnCM-
Turín, Einaudi, 1979, vol. 1, pp. 283-352), quienes sin embargo — al no haber encontrado ni si O Dublín Otros
quiera una innovación duradera originada lejos del centro— terminaron por corroborarla. Londres
170 Capítulo 3 El mercado de la novela hacia 1850 171
bierto que Madrid publica tantas novelas extranjeras como todo el res Figura 82. L ugar de publicación de las novelas de caballería
que leía D on Quijote
to de España (y junto con Barcelona, casi el 90% : figs. 82 y 83).
© Una novela
Hablábamos de provincianismo, y nos deslizamos hacia la centraliza © Dos novelas
ción. ¿Paradoja ? No, son las dos caras de la misma medalla, porque ® Tres-cuatro novelas
el provincianismo no es tanto una cuestión de diferencia del centro
como de semejanza forzada (y siempre un poco atrasada). 23 El provin
cianismo como un efecto colateral de la nacionalización de la cultura,
ib Barcelona
23 La insistencia en el retraso es omnipresente en los estudios sobre la cultura de provin
cia, Véase por ejemplo Roger Chartier, “ Livre et espace: circuits commerciaux et geographie
culturóle de la libraírie lyonnaise au xvm c siécle” , en Revue Frangaise d ’Histoire du Livre, 19 7 1,
núm. 1 , p. 103 (“ la diferencia, señalada con frecuencia, entre novedades parisienses y público de
provincia” ); también R. Chartiery D. Roche, “ Le livre” , en Faire de l ’histoire, París, Gallimard,
1974, vol. ni, p. 165 (“ las provincias sienten todo su rezago” ).
@ 1-5 novelas
•Hó Ti H 6-40 novelas
*3 i 19 4 novelas
í £& * 7/
novelas
' M atará
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Barcelona
S. Croce sulPArno -
" 7L iv o r “n o* '
Colic V a lu
L
Palma
# Teatro h
Cádiz M álaga
A Poesía
□ Novela
¥]% Capítulo 3 E l mercado de la novela hacia 1850 173
en suma: la sensación siempre un poco triste de que la vida “ verda Cada vez que una novedad cultural empieza a difundirse, escri
dera” está en París (o en Londres, o en Moscú), mientras que la de be A. L. Kroeber, choca siempre con una “resistencia [...] de los ma
provincia no es sino una pálida sombra de ella. Y las novelas que lle teriales y de los sistemas de la cultura huésped que son [...] inconci
gan del centro, y en las que el hastío de la provincia llega a ser uno liables con los elementos invasores” .25 Y eso le ocurrió probablemente
de los temas más populares, estrecha cada vez más sólidamente el también a la novela “ invasora” cuando llegó a la provincia, y chocó
círculo de la dependencia.24 con la cultura de la devoción. Pero la resistencia fue débil y duró po
Novelas que se difunden del centro hacia la provincia... Pero aquí, co. Y a hemos visto la “ novelización” de la provincia inglesa entre el
¿es “ difusión” la palabra correcta? “ En la relación entre centro y peri siglo xviu y el xix, y he aquí como resume Robert Darnton el pano
feria .. -escriben Castelnuovo y Ginzburg-...no se trata de difusión, rama europeo:
sino de conflicto.” 25 Es verdad. Es verdad también para Clark, que
E l desp egue de la n o v e la balan ceó la declin ació n de las edicion es re lig io sa s, y
habla del “ formidable poder de la tradición central, formidable y des en casi todos los casos el pu n to de in fle x ió n puede fija rse en la segu n d a m itad
tructivo” ;26 o para Torsten Hágerstrand, el teórico de los procesos del siglo x v iu , sobre to d o en el decen io de 1 8 7 0 , los d e la 1X/cvlljcvficbci [....] L as
de difusión espacial, que menciona explícitamente la “ zona de som últim as frases de W crther p arecían an u n ciar el n acim ien to de un p ú b lic o nue-¡,
bra” de las innovaciones de éxito, con sus “ consecuencias no desea v o , y a la vez la d e sap aric ió n de la c u ltu ra cristian a trad icion al: “ [E l cad áv e r] ,
das, y con frecuencia ruinosas” .2? fu e llevad o por trab ajad o re s. N in g ú n sacerd ote lo ac o m p añ ó .” 30
J7 4 ', Capítulo 3
a las más pequeñas" y las grandes ciudades, donde era mas iacrl ha
me de la Bibliolhéque Bleue de Rouen —que fue la mayor empresa llar capital para empresas (y libros) de formato grande obtuvieron
editorial de la provincia europea— , existe un “ áspero conflicto” en- na ventaja irreversible. Ese es el cuadro dentro del cual debernos re-
i tre les grands romans y otro tipo de libros “ que con razón podrían 11a- oensítr el despegue, y depuís el triunfo, de la novela: una lucha por
í rilarse petits romans (entre las 24 y las 48 páginas)” p 2 entre 18 16 y j conquista del mercado, donde desempeñan un papel de pnmeusi-
1850, Martin Lyons encuentra una geografía análoga con los edito L p Z t o a s que no tienen nada de "estético". Y además las fot-
res de provincia que se especializan en colecciones de cuentos, antes masPculturales masivas posteriores a la novela - e m e radio rv --tam
que en novelas u otras obras de mayores d i m e n s i o n e s . 33 Y además, bién han aumentado cada vez la concentración de la producción de
la Bibliothéque Bleue siempre sometió a sus textos a una reducción Tcultura- íprimero dentro de cada uno de los estados nacionales, y d . .
radical de todo tipo: libros más breves, capítulos más breves, pági ;Í X , de más amplios sistemas de estados. A m — '
nas más breves, párrafos más breves, frases más breves... cultura cada vez más difuso corresponde, en suma, una producción
‘ Lo largo contra lo breve. O bien, la cultura escrita (que puede de cultura cada vez más centralizada, según una asimetría que fue mau
permitirse fácilmente las grandes dimensiones) contra la cultura oral guiada precisamente por la novela, y en Europa. Veamos como.
(que con más frecuencia está obligada a adoptar la forma breve). “ El
triunfo del libro” , escribe Martin Lyons,
II
se pro du jo a exp en sas de una literatu ra po p u lar o ral que co n ten ía los in gred ien
tes, en térm in os gram scian os, de una v isió n a lte rn a tiv a del m undo, aunque e x E n lu gar de las v ie ja s ne cesid ad es, p a ra cuya s a tisfa c c ió n
p resad a en fo rm a asistem ática e in articu lad a. L as n o velas en traro n en las a lfo r b a s ta b a n los p ro d u cto s n a cio n ales, ap arecen n e ce sid ad e s
jas del v e n d e d o r am bu lan te ju n to con los alm an aqu es, y después el tren y la n u ev as que p ara ser satisfech as re q u ie re n los p ro d u cto s de
lib re ría del pu eb lo h iciero n su p erflu o al p ro p io v e n d e d o r am bu lan te. L a cultu- los p aíses y los clim as más lejanos. E n lu gar del an tigu o ais
! ra lite raria popu lar no p o d ía so b re v iv ir m ucho tiem p o a la in d u strializació n de la m ie n to local y n a cio n al, por el cu al cad a país se b a s ta b a a
. , ) la edició n , a la n acio n alizació n del m ercado del lib ro y a la crecien te hom oge- sí m ism o, aparece u n tráfico u n ive rsal, una u n ive rsal d ep en
n eizació n d el consum o lite ra rio .32334 d e n cia de las n acio n es una de o tra. Y com o o cu rre con la
p ro d u cció n m aterial ocu rre tam b ién con la p ro d u cció n e s
p iritu a l. L os pro d u cto s espiritu ales de las n aciones m d ivi-
La industrialización del libro; la “primera revolución industrial
d u ales se c o n vie rte n enj patrim on io(com ú n. L a u m late rah
del arte y del entretenimiento” de que habla Peter Burke para fines d a d y la e stre ch e z n acio n ales se v u e lv e n cad a v e z mas
del siglo xvm : cuando, “ como en otros sectores de la economía de si im p o sib les, y de las m uchas lite ratu ras nacionales y locales
glo xviii, las empresas de grandes dimensiones empezaron a desalojar surge u n a lite ra tu ra m undial.
K a r i , M arx y F ried rich E n g e ls ,
32 G . Bólleme, Littératurepopulaire et littérature de colportage au x v n f siécle, París-La H a M anifiesto d e l partido com unista
ya, Montón, 1965, vol. 1, p. 86.
33 E l 5 9 .3 % de las ediciones de los Cuentos de Perrault se publicó en provincia; para las
Fábulas de Florian el porcentaje es del 4 7 .1 % ; para las Fábulas de La Fontaine, 4 5 .9 % ; para
6. Las tres Europas
Robinson Crusoe, 3 8 .3 % ; para La Gerusalcmme libérala, 3 3 .3 % ; para Paulet Virginie, 2 8 ,1% ;
para el Teatro ele Hacine, 13 .6 % . E l 'Télemaque de Eenelon, con el 54 % de ediciones en pro I a novela en Europa; y su primer best-seller, Don Quijote Si segui
vincia, es la única excepción a esta tendencia (Lyons, L e triomphe du livre, cit,, p. 103). mos su historia editorial, parece la clásica piedra arrojada al agua, que
Una distribución análoga, y aún más desequilibrada, surge de la muestra italiana de los hace partir de España una serie de ondas. Ondas de tradúcelo , p
años 18 4 3-18 4 5, cuando las ciudades de provincia publican una decena de cuentos breves (o
colecciones de ellos) y una sola novela. , , p. Burke, Popular Culture tn Early Modern Europe, Nueva Y ork, Harper & Row , 1978,
34 M. Lyons, “ Towards a National Literary Culture in France: Líomogeneity and the
p. 249.
i9 th Century Reading Public” , en History o f European Ideas, vol. xvi, núms. 1-3, p. 250.
Capítulo 3
E l m ercado de la n o vela h acia 18 5 0 177
r/6
F ig u ra 8 4 a-c. Don Q uijote. T raducciones europeas
así decirlo (figs. 84a~c). La primera es inmediata, una-dos generacio
nes, a lo largo de una diagonal que va de Londres a Venecia (pasan
do por Holanda, Francia y los territorios alemanes): un mercado co
mún precoz, ya sincronizado a comienzos del siglo xvn. Es un exordio a)
asombroso (en el siglo xix, Le pére Goriot necesita treinta años para 161:2-1656
ir de París a Londres); pero después, por más de un siglo, nada. Ha
ce pensar en un capítulo del Mediterráneo: “ el espacio, enemigo nú
mero uno” . E11 Francia, en Inglaterra, las ediciones de Cervantes se
multiplican, pero nuevas traducciones aparecen sólo a fines del siglo
xvin: en Dinamarca, Rusia, Polonia, Portugal, Suecia (y aquí vuelve
la afinidad entre novela y estado-nación). Después una tercera ola,
en la Mitteleuropa (incluyendo una traducción al yidish, en 1848); en
los imperios otomano y habsburgo; en la periferia septentrional; y
después, en el último tercio del siglo, en un amplio grupo de países
asiáticos. Y la difusión continúa casi hasta hoy, en áreas lingüísticas
de dimensiones cada vez menores. b)
1769-1802
7. Una investigación bibliográfica Empecemos por el extremo superior del espectro: los grandes éxi
tos del siglo xix. Scott, Bulwer-Lytton, casi todo Dickens, las sensation
Para medir la articulación interna del sistema literario europeo, de novéis de la muestra inglesa; la novela sentimental, Dumas, Sue, Hugo
cidí construir una muestra de alrededor de cien novelas inglesas, sub de la francesa (fig. 86 abcdpqrs). Es un diseño regular, casi monótono:
divididas en quince grupos,” y después seguir su suerte en un grupo toda Eluropa lee los mismos libros, con el mismo encarnizamiento -
de países que tenían bibliografías nacionales razonablemente dignas de y más o menos en los mismos años (cuando no meses). Es decir: toda
confianza, y de los que esperaba resultados más bien diversos: Dina Europa se reconoce, no en el “realismo” (basta echar una ojeada a la
marca, Francia, Italia, Polonia y Hungría. Controlé qué parte de la suerte de Stendhal y Balzac para comprender cómo van las cosas), no
muestra se traducía a las diversas lenguas; con cuánta frecuencia; y en el realismo, sino en lo que Peter Brooks ha llamado “imaginación
con cuánta rapidez. Cuando me pareció haber identificado algunas melodramática” : una retórica de tintas fuertes, que mezcla historia,
tendencias realicé un control, extendiendo la muestra sobre ambas ver emociones y misterio y que es perfeccionada (además de Verdi) por
tientes. Con ayuda de Margaret Cohén, reuní una muestra de nove Dumas y Sue, los dos escritores más populares de la época.
las francesas comparable al inglés (aunque de dimensiones más mo Ese mercado literario común sin embargo empieza muy pronto a
destas);3738 y después amplié el escenario europeo, agregando a los contraerse. Primero Rumania, después Polonia y Hungría, después,
primeros cinco países Gran Bretaña, Holanda, Rumania (cuya biblio Italia y España, poco a poco la parte oriental del continente, y des
grafía se detuvo, lamentablemente, en la letra “ R ” , igual que Mr pués la parte meridional, desaparecen de los mapas: llegan a ellas cada
Ramsay en To the Lighthouse), y España (cuyo mejor catálogo plan vez menos novelas, e incluso tal o cual forma no llega en absoluto.
tea un problema similar, porque se detiene en 185o).39 Los mapas de ¿Falta de interés ? Yo diría, ante todo, falta de espacio. Si en Ruma
la figura 86a~t> visualizan los resultados del trabajo. nia circulan menos formas que en Italia, o en Dinamarca, eso ocurre
porque Rumania es un mercado más restringido: y un mercado res- -
tringido, ya lo vimos con las circulating libraries, no se comporta igual
37 La composición de la muestra es la siguiente: nueve novelas sentimentales de los años que un mercado grande, en escala menor: se comporta de manera di
18 0 0 -18 15 ; seis novelas de Scott (tres del primer periodo y tres del último); cinco oriental ta
les, cinco nauticaltales y cinco novelas de guerra (todas formas muy populares en los años 1820-
ferente. En lugar de importar un tercio, o un décimo, de todas las
1840); doce silver-fork novels\ ocho novelas regionales; cinco best-sellers históricos de Bulwer- formas disponibles, selecciona poquísimos autores, o poquísimas for
Lytton, cinco de Ainsworth y cinco de G . P. R. James; siete novelas de Dickens (dos del primer mas, y “ deja afuera” a todos los demás. Y así, tenemos quintales de
periodo, dos cuentos de Navidad y tres del último periodo); siete novelas religiosas de media
dos del siglo; diez novelas sentimentales publicadas alrededor de 1850; ocho novelas “ indus
triales” y ocho sensation novéis del periodo .1860-1870. En total, .104 novelas. Para Hungría: Kertbeny, Ungams 'Deutsche Bibliographie;Magyarország Bibliographiája
38 La muestra francesa consta de 53 novelas, subdivididas en siete grupos: trece novelas 17 12 - 18 6 0 , Budapest, 1890; Magyar Konyvészet, 18 6 0 -7 7 ,18 8 6 -19 0 0 , 17 0 1- 17 10 , Budapest,
sentimentales de los años 17 9 5 -18 10 ; ocho novelas históricas menores de los años 1820-1830 ; 18 9 0 -19 17 .
siete novelas “ realistas” de Balzac y Stendhal; cuatro novelas de Hugo; cinco romans champé- Para Holanda: Alphabetische Naamlijstvan Boeken, 17 7 0 -18 7 2 , Amsterdam, 18 3 5 ; Alpha-
tres de George Sand; siete novelas de Sue y cuatro de Dumas. betische Naamlijstvan Boekeri,Plaat-en Kaartwerken, 18 7 7 -18 4 7 , Amsterdam, 1858; Brinkman's
39 He consultado los siguientes catálogos bibliográficos. Para la Gran Bretaña: Nine- Catalogas der Boeken, Plaat-en Kaartenwerken, 18 7 0 -18 8 2, Amsterdam, 1884.
teenth-Century Short Title Catalogue, Serie 1 ( 18 0 1-18 16 ) y Serie 11 (18 16 -18 7 0 ), Londres, Un- Para Rumania: I. Bianu, N. Hodos, I). Simonescu, Bibliografía Romancesca Vecha, Bu-
win, 1986; British Library Catalogue. carest, 19 12 -19 3 6 ; G. Strempel, Bibliografía Romaneasca Moderna 1 8 7 1 - 1 7 1 8 , Bucarest, 1984-
Para Francia: Bibliographie de la France, París, 1 8 1 1 - 1 8 5 6 ; O. Lorenz, Catalogue general 1989 (este catálogo está actualmente detenido en la letra “ R ” ).
de la líbrame franqaise, 18 4 0 -6 5 ,18 6 6 -7 5 ,18 7 6 -8 5 ,18 8 6 -9 0 (París 1868, 1876, 1887, 1924); Para Dinamarca: Erland Munch-Petersen, A Bibliography ofTranslations into Danish 1800-
M. G . Devonshire, The English N ovelin Trance 18 3 0 -18 7 0 , University of London Press, 1929. 170 0 ofProse Viction from Germanic and Romance Languages, Copenhague, 1976.
Para Italia: C IJO , Catalogo dei libri italiani delVOttocento (18 0 1-19 0 0 ), Milán, Editrice Para España: J. Fernández Montesinos, Introducción a una historia de la novela en España
Bibliográfica, 19 9 1. en el siglo X IX : seguida del Esbozo de una bibliografía española de traducciones de novelas (1800-
Para Polonia: Karol Estreicher, Bibliografía Polska, Cracovia, 18 8 1-19 39 . 1870), Madrid, 1980.
Figura 86a-0. DIFUSIÓN EUROPEA DE LA NOVELA INGLESA
Figura 86p-v. D ifusión europea de la novela francesa
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Novelas sentimentales ca. 18 5 0 ?
Grupos
Yo, por mi parte, veo lo siguiente. Tres países que parecen estar del “ centro” que divide el continente en zonas de influencia simbó
siempre en el grupo más avanzado: Francia, Gran Bretaña y Dinamar lica- una lucha por la hegemonía, en la que Francia realmente parece
ca: el centro, el core del sistema.40 Dos o tres países que presentan haber triunfado (fig. 89). Es como si la larguísima guerra terminada ¡
saltos marcados según los casos: España (muchísima literatura fran en 18 15 con la victoria de Gran Bretaña se hubiera repetido después, :
cesa y muy poca inglesa), Holanda (lo contrario) y en parte Italia. invertida, en el frente cultural: en la literatura el derrotado triunfo,
Después, dos países (Polonia y Hungría) que no tienen puntas hacia y París se convirtió, como si dijéramos, en el Hollywood del siglo xix.
arriba y parecen importar con regularidad alrededor de media docena En la Europa meridional y oriental, la novela francesa está inmensa
de formas, pero no mucho más. Y por último, al fondo, aislada, Ruma mente más difundida que la inglesa (en Italia, a mediados del siglo,
nia (a la que sin embargo razonablemente podríamos agregar, para la proporción es de siete-ocho a uno), mientras que incluso en el norte
los datos ingleses, España, Hungría y Polonia). protestante las dos rivales están más o menos parejas (en Dinamarca,
En resumen: un grupito de avanzada, que tiene acceso a mucha Dumas es el autor que más se reimprimió en el siglo xix). Y la supe
de la narrativa europea; dos grupos intermedios, que a pesar de seguir rioridad francesa surge con claridad en el caso de formas paralelas,
caminos muy diferentes terminan ambos por tener acceso a alrededor las novelas campestres de George Sand, tanto más dif undidas que sus
de la mitad de las novelas en circulación; y finalmente un país reza análogas inglesas, o las novelas sentimentales de comienzos dei siglo,
gado, al que llega una forma por generación, o poco más. Un solo país traducidas en masse prácticamente en todas partes, mientras que las
(en la posición “periférica” , donde uno esperaría muchos más), por inglesas no salen del norte de Europa.
esta razón, probablemente: porque en la periferia de Europa los ins No sé bien cómo explicar esta supremacía de la novela francesa
trumentos bibliográficos que he utilizado en esta investigación no exis
ten, o en todo caso resultaron inaccesibles para mí (sin hablar de mi
Figura 89. E l distinto éxito de la novela francesa e inglesa en E uropa
total ignorancia del aspecto lingüístico del asunto). Casi por defini
E N E L S IG L O X IX
ción, la periferia de un sistema es el lugar donde los datos son más esca N.B. Todos los datos están expresados en porcentajes. Se considera que un grupo ha stdtvim
sos: y es por eso, creo, por lo que aquí la periferia está “representada” portado con éxito sólo si todos los textos que lo integran (o textos equivalentes) fueron tradu
por Rumania únicamente. Pero la contracción del mercado que se des cidos antes del fin del siglo XIX.
40 Es preciso aclarar: el centro del sistema por lo que se refiere a las importaciones. Otra
variable (precocidad del despegue de la novela, cantidad y variedad de la literatura nacional,
Holanda
60
L80 %
20 40 60 80 %
40
exportaciones, etc.) probablemente produciría otro resultado, en el que Dinamarca sería sus
tituida ya por España, ya por Alemania o por Rusia. De la integración de todos esos sistemas □ Franceses
parciales surgiría finalmente una imagen detallada del “ sistema novelesco europeo” en su con
junto. Por desgracia tal cosa aún está muy lejos en el futuro. L :J Ingieres
E l mercado de la novela hacia 1850 191
190 Capítulo 3 Fernández el espacio del barroco (fig. 90). En otros casos la geogra
en Europa. Es posible que se trate de un contragolpe (y un contrapa fía de una forma puede muy bien trascender los limites de Europ .
so) de la insularidad inglesa, que pierde contacto (relativamente, por la narrativa breve, por ejemplo, se desarrolla en un sistema que nc.es
supuesto) con los gustos europeos. Tal vez sea consecuencia del he tanto “ europeo” como “ mediterráneo , con un tortísimo compon ^
cho de que el francés es la lengua cultural de Europa, lo que permi te indio y árabe (lo que tal vez explique la duradera ambientacion
te a los libros publicados en París viajar velozmente y ocupar nichos oriental del cuento corto europeo: como en las figuras 23 y 24 del p
culturales mucho antes que sus rivales. Y finalmente, bien podría tra mer capítulo).44 Obsérvese el mapa de Cenicienta en la Stona notturna
tarse de una diferencia morfológica entre las dos tradiciones narrati de Cario Ginzburg (fig. 9*)- P * * una variante especifica del cuento
vas (como quiera que se definan éstas). Pero por incierta que sea has la Bretaña está separada del resto de Francia, o Cerdena de I t a ia .y
ta ahora la explicación, el hecho en sí me parece confirmado; y no es en cambio se vinculan, por razones morfológicas, con la bahía de B
por nada que cuando el cine y la televisión estadunidenses invadie pala v el sudeste asiático. . .
ron los mercados europeos (exactamente como Dumas y compañía Formas distintas, Europas distintas. Cada genero literario tiene
cien años antes), la cultura francesa casi se insurrecciona contra el su geografía, casi su geometría: pero son todas figuras sin centro Kqe
nuevo amo. Gran cosa la hegemonía simbólica, y nadie se la deja arre se ve cuán extraña, cuán alejada de lo obvio, es la geografía de a nm
batar sin combatir. vela Y es extraña dos veces. La primera, porque la novela cierra 1
literatura europea a cualquier influencia extranjera: refuerza, o qui
zá en realidad inventa, su carácter peculiarmente earoPe^ ™ ™
8. “Una universal dependencia de las naciones una de otra” forma tan profundamente europea priva después a casi toda Europ
de cualquier libertad creativa: dos ciudades, Londres y París la do
Entonces, la novela europea tiene un centro en Francia e Inglaterra. minan por un siglo entero, publicando la mitad (y quiza mas) de t
Bueno, ya lo sabíamos. Pero quizá, sugiere la Fenomenología del es das las novelas europeas, en una despiadada, inflexible centralización
píritu, “lo conocido, en términos generales, precisamente por ser cono cultural. Centralización: el centro, el hecho bien conocido, pero v
cido, no es reconocido” :41 es tan familiar que uno ya ni lo ve, y sus t0 como lo que es: no un dato, sino unproceso. Y un proceso tmpr -
implicaciones jamás se examinan. Y sin embargo, si lo pensamos, en visible: la excepción, no la regla de la literatura europea.
la historia de la literatura europea la existencia de un centro restrin
gido está lejos de ser obvia. La Europa de las baladas, por ejemplo, Así las bibliotecas inglesas y las bibliografías europeas nos mandan
no lo tiene: los folcloristas la describen como una especie de tablero el mismo mensaje: con la novela nace en Europa
de ajedrez, en que las formas se desarrollan en escala local y ahí se común. Un mercado único, debido a su centralización. Y un merca
quedan: limitadas a “ comunidades pequeñas, estables, autosuficien- do desigual, por la misma razón. Porque en los cien anos decisivos en
tes” , escribe William Entwhistle.42 Y además: para Peter Burke la Eu tre 1750 y 1850, la peculiar trama geográfica de la centralización ha-
ropa de la épica oral tardía es un sistema de fronteras: no hay centro,
de nuevo, sino dos o tres largas trincheras simbólicas, como la que 44 “ E n el Panchatantra, Thcodor Benfey R d d em o stró que en el c u r s o d d m e d i e v o s ,
corre entre la Cristiandad y el Islam.43 Otra frontera, o más bien una
medialuna, que separa Reforma y Contrarreforma, es para Dominique
41 G. W . F. I legel, Venomenologia del espíritu (1807), trad. esp. M éxico, Fondo de Cul 1
B a g g e r , 1 9 4 8 , P- 45 ). V é a s e t a m b e n B u rk e ^ dd Llhr0ie Smbad,
erro r d e te n e rse en las fr o n te r a s d e E u r o p a | , ..] C u e n t o s arañes c o m o 1 „
tura Económica, 1966, p. 23.
e in d io s (co m o lo s d el Panchatantra) cir c u la b a n en E u r o p a m u ch o an te s e o
42 E. Entwhistle, European Balladry, O xford, Clarendon, 19 39 , p. 7.
43 Burke, Popular Culture, in Early Modern liurope, cit., pp. 37, 233,
192 Capítulo 3 El mercado de la novela hacia 1850 193
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ce que en casi toda Europa las novelas sean, muy simplemente, libros Fue natural, sí. “ Tomar prestado es intrínsecamente mas fácil
extranjeros. Los lectores húngaros, italianos, daneses, griegos, se fa que inventar” , escribe William McNeill; y Torsten Hágerstrand:
miliarizaron con la nueva forma leyendo novelas inglesas y francesas, “ Los seres humanos exigen soluciones satisfactorias, no óptimas [...j
y así, inevitablemente, las novelas inglesas y francesas se convirtieron Una vez hallada una solución que funciona, en general con eso bas
en modelos a imitar. “ De las muchas literaturas nacionales y locales ta.” 51 Es verdad: si el modelo de Scott funciona en Inglaterra, ¿por
surge una literatura mundial” , reza el Manifiesto del partido comunis qué no usarlo también en España, o en Hungría, o en Italia ?^Se aho
ta, pero se equivoca: lo que surge en todo caso es una multiplicación rra tiempo, esfuerzo, y probablemente muchísimos errores. Esas son
planetaria de un par de literaturas locales particularmente afortuna las razones profundas del fenómeno de la difusión: de esa gran for
das. “ Podríamos [...] divertirnos —observa Pieter De Meijer— es ma conservadora de la historia humana, como la definió A. L. Kroe-
cribiendo una historia de la novela en Italia sin hablar de la novela ber.52 Justo, y admirablemente contrastante con el sentido común,
italiana” ;45 y Lúea Toschi, hablando del mercado de la novela alre porque cuando uno mira, por ejemplo, los mapas de la difusión de
dedor de 1800: “ La demanda requería producción extranjera [...] y Don Quijote, ve una serie de movimientos, de cambios; pero por de
la oferta tenía que adecuarse a ella.” 46 Una generación más tarde, en bajo de esos cambios, dice Kroeber, hay exactamente lo contrario, la
España, “ a los lectores no les interesa la originalidad de la novela espa creciente homogeneidad del gusto literario europeo. ^
ñola; lo único que desean es que sea conforme a los modelos extran Y en efecto, apenas una forma literaria encuentra un modelo “ sa
jeros que ya se han vuelto familiares” , y en consecuencia, concluye tisfactorio” , su historia se hace realmente diferente. En el momento
Elisa Martí-López, bien se puede decir que entre 1800 y 1850 “la no del primer despegue de la novela, hacia 1750, ese modelo aún no exis
vela española se escribe en Francia” .47 te, y la novela es un género libre, diversificado e incluso, a decir ver
Es una relación de fuerzas que se impone también fuera de Euro dad, un poco alocado: sátira y lágrimas, picaresca y filosofía, viajes,
pa. Para Edward Said, “ a cierta altura, algunos escritores árabes des pornografía, cartas, autobiografías... Pero cien anos después, la in
cubrieron la novela europea, y empezaron a escribir obras similares” .48 dustria anglo-francesa se ha puesto en marcha, y el segundo despegue
“ El folletín brasileño se puede definir como una servil imitación del es muy distinto del primero: novelas históricas en primera persona, y
francés” , agrega por su parte Marlyse Meier.49 Y Roberto Schwarz, poco más. Nada de invenciones morfológicas: en su lugar, la gran fuer
en un excelente ensayo sobre “la importación de la novela a Brasil” : za conservadora de la difusión. Una forma, y una forma importada.
La novela existía en Brasil antes de que existieran novelistas brasileños; y así, cuan Aquí se ve que la geografía no es un contenedor , sino una condi
do aparecieron, fue natural que siguieran aquellos modelos europeos que —para
ción, e incluso una constricción del desarrollo histórico, incluyendo el
bien y para mal— ya se habían establecido en nuestros hábitos de lectura.50
desarrollo morfológico. Porque es cierto que ya sabíamos que Fran
■ o P. De Meijer, “ La prosa narrativa moderna” , en A. Asor Rosa (comp.), Letteratura ita
cia e Inglaterra eran el centro de la novela europea, pero no habíamos
liana, m/2, Le forme del testo. La prosa, Turín, Einaudi, 1984, p. 762. tomado en cuenta las consecuencias de esa configuración espacial: el
56 L. Toschi, “ Alie orígini della narrativa di romanzo in Italia” , en M. Saltafuso (comp.), hecho de que, en un mercado integrado, los retrasados no recorren el
llviaggio del narrare, Florencia, La Giuntina, 1989, p. 19.
55 E . Martí-López, “ La orfandad de la novela española: política editorial y creación lite
raria a mediados del siglo xix” , en Bulletin liispanique, 1997. deuda externa es tan inevitable en la literatura como en cualquier otro campo de la vida bra
48 E . Said, Beginnings, 1975, Columbia University Press, 1:985, p. 8 1. sileña, y no es un aspecto fácilmente climinable de la obra, sino un atributo complejo de ella.
415 M. Meier, “ O que é, ou quem foi Sinclair das Ilhas ?” , en Revista do Instituto de V.sludos La deuda externa contribuye significativamente al conjunto de nuestra cultura... (ibul., p.y>).
Brasileiros, 19 7 3 , núm. 14 , p. 46, 5‘ M cNeill, “ Diffusión in ITistory” , cit., p. 76; Hágerstrand, “ Some Unexplored 1 ro-
50 R, Schwarz, “ The Importing of the Novel to Brazil and Its Contradictions in the Work blems” , cit., p. 2 2 1.
of Roberto Alencar” , 19 7 7 , en Misplaced Ideas, Londres, Verso, 19 9 2, p. 4 1. Y además: “ La 52 Kroeber, “ Difíusionism ” , cit., p. 144.
196 Capítulo 3 El mercado de la novela hacia 1850 197
mismo camino que los precursores, sólo que un poco más tarde, sino ¡Sólo dos tipos de automóviles! Pero la omnipresencia de la imi
que recorren un camino diferente. Están obligados, constreñidos a re tación, continúa Hugill, “ es ocultada por la naturaleza competitiva
correr un camino diferente, y más angosto, por el éxito de los pro de la industria automovilística. Ningún fabricante de automóviles
ductos del centro: un “ desarrollo del subdesarrollo” , realmente, en el quiere admitir que sus modelos no son en realidad muy distintos de
campo literario. Lo cual, naturalmente, no es una conclusión agrada los de sus competidores”.55 Ningún fabricante de automóviles, y tam
ble. Pero cuando uno estudia el mercado, es lo que encuentra. poco ningún editor, o novelista, o crítico. Todos insisten en la origi
nalidad de sus productos, exactamente como la Fiat, y por la misma
razón: para vender. Lo cual es humano, pero no debe ocultar el mar
9. Interludio teórico: VI. E l mercado y las formas de copias que inunda el campo literario, igual que todo lo demás.
¿Suena demasiado pesimista lo que acabo de decir ? La idea de fondo Líe tratado de cuantificar la difusión literaria, de analizar su disper
que quisiera comunicar, escribió Gunnar Myrdal hace cuarenta años, sión espacial, de encontrar modelos teóricos capaces de explicar su
rigidez. Y sin embargo el proceso en su conjunto conserva algo de
es que, normalmente, el juego de las fuerzas del mercado no tiende a la igualdad enigmático. ¿Por qué la difusión de la novela funcionó tan bien ? ¿Có
entre regiones distintas, sino a la desigualdad. “ Nada tiene tanto éxito como el éxi
to” ; y yo agrego: nada fracasa tanto como el fracaso. La versión bíblica de esta
mo lo hizo ? Entendámonos: esa difusión existió, y fue tan vasta y
antigua sabiduría tiene tintas aún más fuertes: “ A quien tiene le será dado, y a profunda que llegó a parecer incluso natural; pero no es en absoluto
quien no tiene, hasta lo poco que tiene le será quitado.” 53 natural. Novelas forjadas sobre la historia inglesa, o sobre la geogra
fía de París: ¿cómo hacen para gustar a lectores rusos, o italianos, o
A quien tiene le será dado... Extrema solidez del éxito en el mer brasileños ? ¿Es que estamos todos presos en el mismo torbellino cós-
cado; como la inflexible box del paradigma de Kuhn, o los equilibrios mico-histórico ? Esto es verdad, naturalmente, pero en un nivel de
punteados de Gould y Eldredge, o los increasing retums de Brian Ar- abstracción tal que no nos ayuda mucho. Y después, subsiste toda
thur. O para recurrir una vez más a la historia de la tecnología: vía otra pregunta: ¿cómo funciona la difusión ? Un novelista húnga
ro, o brasileño, quiere escribir como Balzac; muy bien, pero ¿cómo
Después de un primer periodo de experimentación, la estructura del automó
se las arregla con los aspectos técnicos de la empresa? ¿Qué es lo que
vil se estabilizó alrededor de 1902, y no tuvo cambios radicales hasta 1959. Para
emplear la terminología de Kuhn, un periodo de “ tecnología normal” fue se deberá mantener, del modelo original, y qué deberá cambiar ?
guido entonces por una revolución tecnológica, cuyos pródromos habían empe
zado a circular en los años veinte. En los años sesenta, por el contrario, se inició Qué cosa mantener y cuál cambiar. Examinando “la reducción de la
un nuevo periodo de tecnología normal. Desde 1900 hasta hoy, por lo tanto, diversidad a unidad” en la Francia de la primera edad moderna, Ro-
sólo se han producido en serie dos tipos de automóviles.54534*
bert Muchembled ha encontrado una respuesta elegante: la difusión
53 G . Myrdal, Development and Under-Development. A Note on the Mechanism o f Natio cultural funciona, escribe, porque mezcla "syntaxe sanante, et vocabu-
nal and InternationalEconomic Inequality, E l Cairo, National Bank of Egypt, 1956, p. 27 (cur laire populaire” é 6 Sintaxis culta y léxico popular; “ modelo europeo y
sivas mías). Y también: ‘Si todo se dejara a las fuerzas del mercado, sin ninguna interferencia
ambientación local” , dice Schwarz de la novela en Brasil.57 La for
política, la producción industrial, el comercio, las finanzas, los seguros, los transportes interna
cionales, y en realidad casi todas las actividades económicas que en una economía en desarro ma, el elemento estable, viene de lo alto y del centro; los detalles
llo tienden a dar beneficios superiores al promedio, y además la ciencia, ciarte, la literatura, la
instrucción y en general toda la alta cultura se concentrarían en algunas ciudades o regiones, dejando 55 Ibid., pp. 13 5 -13 6 .
al resto del país en una especie de gran pantano” (ibid., p. 28, cursivas mías). 56 R. Muchembled, Culture populaire et culture des élites dans la France moderne (xve-xvme
54 P. J. Hugill, “ Technology Diffusion in the W orld Automobile Industry 18 8 5 -19 8 5 ” , siecle), París, F.lammarion, 1978, pp. 341-34 2.
en Hugill y Dickson (comps.), I he Eransfer and Transformation, cit., p. r io . 57 Schwarz, “ The Importing of the N ovel to Brazil” , cit., p. 46.
198 Capítulo 3 E l mercado de la novela hacia 1850 199
están en libertad de cambiar de un lugar a otro. En los términos de Una divergencia entre el modelo y la realidad. “ Nada tan típica
este capítulo (y simplificando un poco las cosas): cuando la novela mente brasileño como esa literatura semielaborada” , agrega Schwarz
histórica se difunde desde Gran Bretaña por toda Europa y el mun a propósito de Alencar “ en la que estilo y estructura avanzan en di
do, el argumento se mantiene constante (y “británico” ), mientras que recciones contrarias” , y del “ desacuerdo entre la forma y los materia
los personajes cambian (y se vuelven “locales” ). Así se explica, por un les” derivan después todas las “ incongruencias” , las “disonancias” y
lado, la solidez de la hegemonía simbólica (lo que se difunde por el los “ defectos de composición” de la novela brasileña.61 Y no solo bra
globo es una forma constante), y por el otro su flexibilidad (los deta sileña: “ uno de los problemas de los primeros novelistas [de la India]
lles locales, variables, “ aproximan” la forma a la experiencia vivida —escribe Meenakshi Mukerjee— , consistió en conciliar dos conjun
de cada país). tos de valores: el primero extraído de la lectura de libros extranjeros,
Argumento constante, personajes variables. En el fondo, es el y el otro de la vida cotidiana” .62 “ La materia prima de la experiencia
modelo de la Morfología del cuento de hadas, donde para Propp — en social japonesa y los módulos abstractos de la construcción noveles
las 450 fábulas de magia catalogadas por Aarne— “ cambian los nom ca occidental no siempre pueden fundirse en forma orgánica , escribe
bres (y con ellos los atributos) de los personajes, pero no sus acciones, por su parte Fredric J ameson en Origins o f Módem Japanese Literalure
o funciones” P8 y lo fundamental son éstas y no aquéllos. Y sin embar de Kojin Karatani.64 Para Masao Miyoshi, la novela japonesa moder
go, también esa relación entre constantes y variables tiene sus com na “ tenía un proyecto irrealizable” ;64 según Karatani, la fusión del
plicaciones. Dice Lévi-Strauss, en su famosa polémica de 1960: pensamiento democrático y el kambungaku fue un intento paradóji
co” ; y por otra parte “ todas las novelas de Soseki son fracasos” .Y O
Propp descubrió — y en eso reside su gloria— que el contenido de las fábulas para volver a Europa, muy cerca y muy lejos del centro:
es permutable, pero de ahí con demasiada frecuencia concluyó que es arbitrario,
y ahí está el motivo de las dificultades que encontró, porque también las per En Irlanda, los modos literarios más antiguos son heroicos, románticos, fantás
mutaciones están sujetas a leyes...58
59 ticos; y la lejanía de esas formas aristocráticas respecto a la vida cotidiana no
es una buena base de partida para la novela.66
Pero si las permutaciones están sujetas a leyes, entonces está cla
ro que algunas de ellas serán irrealizables: los materiales específicos - Problemas, contradicciones, paradojas, fracasos, defectos, desa
de una cultura determinada muy bien pueden resultan inconciliables cuerdos semielaborados... Es asi como se hace sentir el peso del mercado
con el modelo importado, y hacer saltar todo el mecanismo. De nue sobre la elaboración formal. En el caso de las literaturas mas débiles
vo Schwarz: (lo que significa casi todas las literaturas, dentro y fuera de Europa),
en el caso de esas culturas más débiles, el éxito del modelo anglo-fran-
Brasil estaba importando un modelo cuya consecuencia involuntaria consistió cés comporta una serie infinita de formaciones de compromiso: y for
en elevar el perfil de las ideas [del héroej y extender su radio de acción [...] de maciones frágiles, inestables: programas imposibles, fracasos, etcétera.
un modo que era incompatible con la realidad brasileña efectiva. O bien, des
de el punto de vista de la composición: de un modo que no podía aplicarse a los 6t Ite/., pp. 65, 5 1 , 43-46.
62 M. Mukerjee, Realism and Realily. The N ovel and Sociely in India, Delhí, O xford Uni-
personajes secundarios, a los que tocaba aportar el color local, en la estructura
general de la acción.60 versity Press, 19 85, p. 7.
65 F. Jameson, “ Foreword. In the M irror of Altérnate M odernities” , en K . ICaratam,
Origíne o f Módem Japanese Literalure, Duke University Press, 19 9 3 , p. xm.
58 V. Propp, .Morfología della fiaba (1928), trad. it., Turín, Einaudi, 1966, p. 26 (cursi 64 M. Miyoshi, Accomp tices o/ Silencc IheM odern Japanese N ovel, California University
vas mías). Press, 19 74, p. x.
59 C. Lévi-Strauss, “ La struttura e la forma, Riflessioni su un’opera di Vladimir Ja. 65 K . Karatani, Origine o f Modern Japanese Literalure, cit., pp. 42, 184.
Propp” (1960), trad. ital. en Propp, Morfología de lia fiaba, cit., p. 188. 66 '17 Eagleton, “ Form and Ideology in the Anglo-Irish N ovel , en hleathcliff and the
6,1 Schwarz, “ The Importing of the Novel to Brazil” , cit., p. 55 (cursivas mías). Great Hunger, Londres, Verso, 1995, p. 149 -
200 Capítulo 3 E l mercado de la novela hacia 1850 201
Es, de nuevo, el “ desarrollo del subdesarrollo” del campo literario: tén: pero si eso ocurre, por cualquier extraño motivo, entonces de
donde la dependencia aparece -—por desgracia— como la fuerza de veras se abre un horizonte nuevo. Cuando un “proyecto irrealizable”
cisiva de la vida cultural. Y un día, tal vez, estaremos en condiciones se realiza, bueno, el cambio de paradigma está cerca. No por nada
de construir una historiografía a la altura de este problema: una mor Schwarz en un par de renglones aproxima las dos grandes rupturas
fología histórica comparada, que sepa reconocer en el mudar de las for ; de la narrativa moderna: la novela rusa de ideas (1860-1890) y el rea
mas, y en su dispersión geográfica, el signo del poder del centro so lismo mágico latinoamericano (1960-1990).68 Y en ambos casos, el
bre una periferia muy extensa. nuevo modelo es producido por un nuevo espacio: la semiperiferia de
Europa, la semiperiferia del sistema-mundo (igual que, en el momen
to, la novela histórica salió de la semiperiferia de la nación británi
io. “Sostenida por su propio atraso” ca). Un espacio nuevo alienta los cambios de paradigma, escribe Hu-
gill, porque plantea problemas nuevos, y por consiguiente requiere
¿Y eso es todo ? ¿En todas partes y únicamente copias “ semielaboradas” soluciones también n u e v a s.O b lig a a contribuciones imprevisibles,
de pocos modelos de éxito ? Casi siempre, sí. Casi. De nuevo Schwarz: temerarias: como la novela de ideas (el argumento con tintas fuertes
del folletín, más la seriedad de la batalla ideológica), o corno el rea
En conclusión, si insistimos en los modos en que la esclavitud y el favoritismo lismo mágico: ese oxímoron, ese “ proyecto irrealizable” , en realidad,
distorsionaron las ideas de la época, no lo hacemos para eliminarlas del cuadro, que volvió a unir lo que la novela europea había dividido con tanto
v sino justamente para describirlas en cuanto distorsionadas, en desacuerdo con
éxito.70
sigo mismas. Esa distorsión las hace inconfundiblemente brasileñas. Y así [...]
nos quedamos con el sentimiento de incongruencia del que habíamos partido:
68 Para ser exactos, Schwarz habla del modernismo brasileño, que es entre una y dos ge
la impresión de que Brasil es algo mal organizado: contrastes irresolubles, des
neraciones anterior al boom de la narrativa latinoamericana. Pero los cambios de paradigma sue
proporciones, insensatez, anacronismos, compromisos escandalosos...
len ser precedidos por precursores menos afortunados, que delinean sus aspectos esenciales, y
por lo tanto no creo traicionar las intenciones de Schwarz al extender el alcance de sus frases.
Hasta aquí es el escenario que ya conocemos. Y sin embargo, pro 69 Hugill, “ Technology Diffusion” , cit., pp. 1 3 1 ss. Según P. Hágg {The N o velin Anti-
quity, 1980, California University Press, 19 9 1, pp. 100 ss.), la inventiva técnica de la novela
sigue Schwarz, la disonancia entra la realidad brasileña y las ideas eu griega fue a su vez estimulada por el desplazamiento geográfico que tuvo lugar en la época he
ropeas terminó por hacer extrañas esas ideas; y así, por un inespera lenista. E s una idea que comparte Oswyn Murray (Early Greece, Sussex, The H arvester Press,
do giro de la historia, 1980, p. 81): “ E l encuentro de dos tradiciones artísticas diferentes es lo que tiene más proba
bilidades de tener efectos revolucionarios [...] liberando al menos en parte la capacidad de vi
nuestras rarezas nacionales asumieron una dimensión histórico-universal. La sión de la tiranía de los esquemas heredados.”
cosa es tal vez comparable a lo que ocurrió en la literatura rusa, frente a la cual 70 ¿Por qué el cambio de paradigma tuvo éxito en Rusia, o en América Latina, y no lo
tuvo en circunstancias análogas (en el Japón, en Austria, en los países árabes, en Estados Uni
; las novelas del realismo francés, hasta las más grandes, parecen en cierta medi-
dos) ? Es un hermoso y gran problema, que sin embargo exige una historia literaria muy dis
s da ingenuas. A pesar de sus pretensiones universales, en efecto, la psicología
tinta de la corriente: una morfología histórica comparada — sobre el modelo, para entendernos,
. del egoísmo racional y la ética de la Ilustración aparecieron, en el imperio ru- de Orígenes sociales de la dictadura y de la democracia de Barrington Moore, o de Lincamientos
s° . como una ideología “ extranjera” , y por lo tanto relativa. Sostenida por su del estado absoluto de Perry Anderson— que todavía está por hacerse. Mientras tanto, pode
propio atraso histórico, Rusia obligó a la novela burguesa a medirse con una mos recordar por lo menos dos cosas. Primero: que éxito y fracaso son resultados altamente
realidad más compleja .67 contingentes: dadas las condiciones iniciales levemente diferentes — por ejemplo^ no sé, la aper
tura de la novela a las formas orales de la tradición afroamericana— los Estados Unidos de me
Sostenida por su propio atraso... La fórmula, aquí, es justamen diados del siglo xix tal vez habrían podido dar origen a un formidable cambio de paradigma:
pero no hubo apertura, y el paradigma no cambió. Por otra parte, segundo punto, los cambios
te paradójica. Es extremadamente improbable que el atraso sea un sos de paradigma son acontecimientos sumamente raros, y por lo tanto lo que es preciso explicar no
es su ausencia en tal o cual país {que es exactamente lo que debemos esperar), sino su presencia
67 R. Schwarz, “ Misplaced Ideas” , e n Misplaced Ideas, ci.t., p. 25. (que en cambio es muy insólita).
202 Capítulo 3
Y , además, sucedió también otra cosa con la novela de ideas y el Indice de nombres y obras
realismo mágico. Producidas por un espacio geográfico nuevo, esas
formas a su vez produjeron un espacio nuevo del imaginario-, la bata
lla europea de las ideas en la novela rusa, la planetaria contempora
neidad de lo no-contemporáneo del realismo mágico. Y atención: Eu
ropa, el mundo. Como en la forma de una clepsidra, la contracción
del universo narrativo descrita en los dos primeros capítulos de este
trabajo —de las utopías, de los largos viajes ultramarinos del siglo
xvn, al estado-nación y después a la ciudad— parece haber inverti
do el movimiento, ampliándose en un sistema narrativo de extensión
creciente.