CULTURA INSTITUCIONAL

Cuando nos referimos a una Institución solemos tener la imagen de una estructura
material que requiere una organización regulada por normas, pero las instituciones no se
limitan a estas características, cada Institución posee rasgos de identidad y aspectos
particulares únicos, ambos constituyen lo que denominamos CULTURA INSTITUCIONAL.

Se conoce como cultura institucional, al sistema de valores, creencias y

comportamientos que se consolidan y se comparten en el día a día de la institución.

Aquí influye mucho: el estilo de la dirección, las normas, los procedimientos, los
medios que se usan y las actitudes de las personas, que reflejan el conjunto de elementos
que integran la cultura de la misma.

El capital humano de la institución es algo clave, que está íntimamente relacionado

con el talento y la capacidad del mismo. Estos factores son evidentemente necesarios
para que la institución cumpla con los objetivos por la cual fue creada.

Sin embargo, hoy sabemos que estos elementos por sí mismos no son suficientes,
pues de nada vale que se cuente con el personal más capacitado y con una tecnología de
punta si todos los integrantes de la institución, en su accionar, rompen o no cumplen con
los principios éticos que norman la vida laboral.

Graciela Frigerio la denomina como aquella cualidad relativamente estable que

resulta de las políticas que afectan a esa institución y las prácticas de los miembros de un
establecimiento. Permite la comprensión de las situaciones cotidianas, que a su vez
orientan e influyen en las decisiones y actividades de todos aquellos que actúan en ella.
Como hemos mencionado un establecimiento es más que un espacio concreto, el
individuo que pertenece o hace parte de él, tiene la posibilidad de cuestionar lo que allí se
presenta como ley y si está en desacuerdo proponer variaciones en el sistema.
En sistemas que poseen una cierta flexibilidad, como las instituciones educativas que
estamos analizando, se admite que se ponga en duda lo que allí se establece.

Según Frigerio, existen diferentes tipos de cultura institucional, estos son:

La Institución escolar una cuestión de familia: Aquí podemos encontrar el sentido de
pertenencia. Todos constituimos una gran familia. La familia aquí se ve como un aspecto
gratificante, positivo, tranquilizador; entendiéndose como aquello que no es totalmente
desconocido, donde predomina la aceptación y el cariño, esto favorece la construcción de
la cultura institucional. Pero sin embargo hemos definido la parte positiva de esta cultura
familiar, pero el ámbito familiar también presenta conflictos, no todo lo que se relaciona
con la familia es simple y positivo. Es usual que las instituciones se asemejen a modelos
de relaciones familiares. Con ciertas características:
Ø No existen normas establecidas.
Ø Se hacen las cosas por hábito.
Ø En cuanto a comunicación, se desvalorizan los canales formales.
Aparecen distintas expresiones sumamente corrientes que responden al sistema de
parentesco.
Ø Los roles paternos adjudicados a los docentes.
 Ø Los niños como hijos.
Ø El espíritu fraterno, ingrediente de las rivalidades entre equipos o
personas, querer como alguien de la familia (hijo- padre)
Ø Más que un director, un profesor, soy un amigo.
Cabe resaltar que los vínculos afectivos, cuando son positivos, son importantes como
contexto facilitador de las actividades de aprendizaje, pero así mismo no ejercen la
adquisición sistemática de conocimientos, y los no positivos pueden dificultar o impedir la
tarea.
La institución escolar una cuestión de papeles o de expedientes. Es necesario seguir
las vías jerárquicas, este es otro tipo de cultura institucional en el que las organizaciones
son percibidas como maquinas o mecanismos. Lo que se espera de las instituciones es
que actúen como maquinas, de forma rutinaria y eficaz, los actores serían considerados
como engranajes de la maquinaria. Weber lo define como Burocracias, las tareas y lo que
se atribuye al funcionamiento depende de disposiciones administrativas, reglas o normas.
Las Jerarquías son bien establecidas en la organización, existe un sistema de mando
y de control de las autoridades superiores frente a las inferiores.
Este tipo de cultura se caracteriza por su liderazgo o autoridad propia, se denomina,
racional legal.
El reclutamiento del personal se efectúa en base a concursos, diplomas y exámenes.
Además, la actividad administrativa es estrictamente registrada en documentos
estrictos, la comunicación es formal. Al ser una comunicación que no acepta la
informalidad no se considera la información que se desplaza por otros canales. En este
tipo de establecimientos se le da menos importancia a los resultados de calidad y se
prioriza la obtención de resultados idénticos a los obtenidos hasta el momento, mediante
procedimientos conocidos como consecuencia, las actividades pedagógicas van
perdiendo su significación. Se obstaculiza toda innovación.
La institución escolar una cuestión de concertación. Las reglas que norman a una
institución no alcanzan para abarcar las diferentes situaciones que allí se producen. Por
muy meticulosa que sea la reglamentación hay espacios no normados.
La negociación es una práctica importante en las instituciones. Es a través de esta
que se manifiesta la multiplicidad de intereses y aspiraciones que se pretenden satisfacer
en la institución escolar. Podríamos considerar a la negociación como un proceso de
discusión que se plantea proferir puntos de vista opuestos.
La negociación debe entenderse como la acción de resolución de problemas, a través
de la cual cada parte puede salir beneficiada. Con esta perspectiva los protagonistas
buscan y encuentran soluciones a aquello que se les presenta como dificultad,
inconveniente o problema.

Según Andy Hargreaves pueden identificarse dos estilos de cultura institucional:

Cultura balcanizada y cultura colaborativa.

En la cultura balcanizada puede darse la colaboración, pero ésta se limita al ámbito

de grupos cerrados y altamente delimitados dentro del centro escolar. Estos grupos
muestran una reducida permeabilidad, alta permanencia en el tiempo y un carácter
político de lucha de poder (Hargreaves, 1994).
 El modelo de la cultura balcanizada está representado por grupos de individuos que
poseen algunos elementos en común. Se concentran generalmente en estructuras fijas y
poco flexibles. Un factor importante que ostentan los individuos que están inmersos en
estos grupos se relacionan con la demostración de posesión de determinado poder.
Dicho poder está dividido en subgrupos aislados con pocos elementos en común. El
aprendizaje profesional ocurre en el interior de estos subgrupos.
Los grupos permanecen relativamente estables en el tiempo, sin que los miembros
cambien fácilmente de uno a otro. Cada grupo tiene su modo de trabajar y entender la
enseñanza de la materia.
Los profesores se identifican en función del subgrupo al que pertenecen, con modos
propios de pensar y enseñar.

La cultura colaborativa en la actualidad es considerada la necesaria y primordial a

desarrollar en los centros y que, también, representa una finalidad para la actual
formación inicial y permanente del profesorado.
Posee relaciones de comunidad, o sea hay apoyo y reacción mutua, auto-revisión,
aprendizaje profesional compartido, construidas internamente.
Posee enseñanza como tarea colectiva ya sea con colaboración espontánea,
participación voluntaria, diálogo abierto. Los tiempos y espacios de trabajo conjunto no
están limitados.
Se comparten valores, procesos y metas. Interdependencia y coordinación como formas
asumidas personal y colectivamente.