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Sentido de la vida
El ser humano a través de los años ha sido estudiado rigurosamente por diversas áreas
del saber. Entre estas tenemos la antropología, la pedagogía, la medicina &en casos
meramente fisiológicos’, entré otras ciencias humanas sin embargo, las palabras que aun
se verán plasmadas habrán de situarlos en un contexto ecléctico donde, además de la
convergencia de las ciencias humanas nombradas anteriormente, centraremos nuestra
atención en la psicología humana como elemento base en el análisis del hombre en
su aspecto vital y existencial.
El ser humano rige su conducta de acuerdo a lo que la sociedad le indica por medio de
leyes positivas o hechos sociales que son transmitidos de generación en generación de
acuerdo a los principios culturales que ella ostentan. Así mismo podríamos afirmar que el
ser humano reduce sus posibilidades de libertad de acuerdo a dichas normativas que por
subjetivas que sean, rigen sus comportamientos con la intención de armonizar su estadía
en la sociedad y ser aceptados.
Pero, qué pasa con aquellos que por situaciones particulares no pueden adaptarse, qué
sucede con aquellos cuya identidad se ha extraviado y han perdido el norte de su
quehacer en la sociedad, dichos cuestionamientos surgen, la mayoría de veces, como
consecuencia de desequilibrios y rechazos en razón de los prejuicios que envuelven la
sociedad, los cuales son nocivos para el desarrollo integral de cualquier ser humano
que es víctima de la discriminación,
asi pues, aparece la psicolog"a humanista, la cual relaciona sus apartes teóricos con diver
sosefectos terapéuticos con la firme intención de solventar dichas problemática. La misión
fundamental de la psicología humanista hace un llamado a la búsqueda del ser humano
entorno al “sí mismo”, el ejercicio de su libertad y la obtención de la responsabilidad frente
a él y ante los demás.
El ser autorrealizante
Carl Rogers
CARL ROGERS Rogers (1902-1987) es quizás el más influyente y conocido dentro de la psicología humanista. Propone la terapia centrada en el cliente
(o terapia no directiva): Hipótesis: el individuo posee en sí mismo medios para la autocomprensión, para el cambio del concepto de sí mismo, de las
actitudes y del comportamiento autodirigido; estos medios pueden ser explotados con sólo proporcionar un clima determinado de actitudes psicológicas
favorables. Premisas fundamentales: a) La confianza radical en la persona del cliente. b) El rechazo al papel directivo del terapeuta. 13
La psicología de Carl Rogers es conocida como terapia no directiva y centrada en el cliente y se fundamenta en dos conceptos básicos: 1. Confianza
total en la persona del cliente: Se trata de transmitir empatía por el paciente y entender la experiencia del paciente y de su mundo, para poder
comprenderle. 2. Rechazo total al papel directivo del terapeuta 3. Logoterapia. El enfoque humanista denominado Logoterapia de Frankl, el concepto
básico de Víctor Frankl es el sentido de la vida, la pérdida del sentido de la vida genera neurosis y patologías, el terapeuta tiene como objetivo
promocionar y favorecer que el paciente logre restaurar o generar un sentido a la vida para poder desprenderse de la neurosis noógena, o pérdida de
sentido de vida, el vacío existencial es el que se trabaja como eje en este tipo de terapias humanistas denominadas logoterapias. 4. El Análisis
transaccional de Eric Berne, es un enfoque de origen psicoanalítico, la terapia transaccional centra la ayuda terapéutica en la restauración del potencial
existencial original en el ser humano, de confianza en la persona. El núcleo de la psicología transaccional y de la terapia de Análisis transaccional es
trabajar con los estados del yo que se producen en las relaciones personales, de tal manera que ciertos estados del yo pueden en relación con otros
yos, crear malestar o patologías de forma consciente o inconscientes lo que denominan el guión de la vida, y son estos guiones positivos o negativos
que deben trabajarse en la terapia mediante un contrato que establece el cliente con el terapeuta y que deben cumplir.
4.8.2 El sí mismo o self Es una estructura coherente y organizada que se encuentra en un continuo
proceso de formación y reestructuración a medida que las situaciones cambian. Rogers utiliza el
término para referirse al progreso constante de reconocimiento, aunque algunos autores lo
emplean para indicar facetas de la identidad personal que es invariable. El sí mismo (o concepto
de uno mismo) es la visión que una persona tiene y está basada en experiencias pasadas, hechos
presentes y expectativas hacia el futuro.
Es “el autoconcepto que más le gustaría tener a un individuo y sobre el cual sitúa el más alto valor
para sí mismo” (Rogers, citado en Fadiman y Frager, 1979, p. 303); representa una estructura
versátil, cambiante, constantemente sometida a nuevas definiciones. El grado en el cual el sí
mismo y el sí mismo ideal difieren entre sí, es un buen indicador de incomodidad, desagrado y
dificultades neuróticas. 1. Describe el concepto que en la actualidad tienes de ti mismo. 2. Ahora,
describe el concepto que te gustaría tener, donde sitúes tus más altos valores. 3. Con base en lo
anterior, señala lo que harás para lograr que este autoconcepto se concrete si aún no lo logras, o
para conservarlo, si ya lo posees. Según esta corriente, aceptarnos como realmente somos y no
como quisiéramos ser es, en varios sentidos, señal de salud mental. Pero la imagen del sí mismo
ideal, por ser distinta de la conducta y los valores reales de la persona, constituye un obstáculo
para el desarrollo personal. Rogers mencionaba que la tarea principal de la terapia consiste en
establecer una relación verdadera. La aceptación de uno mismo se señala como un prerrequisito
indispensable para aceptar a los demás de una manera más fácil y sincera. El interés de Rogers por
aplicar estos principios a la educación dio nacimiento a la educación centrada en el estudiante, de
cuyas consecuencias dijo alguna vez que la mejor educación, generaría una persona muy
semejante a aquella que hubiera recibido la mejor terapia. En cuanto se refiere a la postura
conductual, Rogers concuerda con ella en la medida en que admite el valor de la investigación
como recurso para la integración de la teoría, posiblemente influido por su formación, que le
permitió desarrollarse simultáneamente como investigador y como terapeuta, lo cual no es el caso
de otros teóricos de la personalidad. De igual forma, el procedimiento de verificación de hipótesis
como sustento de la teoría es uno de los puntos de concordancia con la posición conductual. Otro
tanto ocurre con la aceptación de que (con restricciones, según su opinión), el método hipotético-
deductivo (la prueba de hipótesis) puede ser empleado, si bien lo supedita a etapas posteriores,
cuando los recursos para la medición y las hipótesis mismas se encuentren mejor desarrollados.
130 UNIDAD IV Las discrepancias también aparecen: el término experiencia significativa, que para
la teoría de Rogers es un concepto central, se refiere a vivencias subjetivas, no definibles en
términos mensurables, lo cual difícilmente la haría objeto de estudio por el método empleado en
el análisis operante (o enfoque conductual). En general, la psicología humanista (también llamada
fenomenológica), desde la perspectiva de Rogers, tiene como objeto de estudio a la persona y sus
cualidades no objetivas. Éste es, posiblemente, el principal motivo de distanciamiento (teórico)
que se observa entre los dos enfoques. No se entienda con esto que los puntos de afinidad con el
psicoanálisis serían mayores: la suposición de que el ser humano mantiene dentro de sí impulsos
irracionales, destructivos para sí y los demás, característico de las teorías psicodinámicas, no es
compartido por la posición rogeriana. En este sentido, sus postulados apoyan la noción de que la
gente es básicamente racional, socializada y progresista. Otro aspecto importante de divergencia
se aprecia en la suposición de Rogers de que los individuos poseen la habilidad para eliminar de
modo consciente un estado de mala adaptación psicológica, en tanto se den las condiciones para
el caso. Lo anterior se hace más evidente en el trato que él da a quienes acuden a asesoría (no a
consulta), llamándoles de manera genérica clientes (no pacientes). Esto establece diferencias
importantes con las posiciones clásicas, las cuales identifican al usuario de los servicios clínicos con
una persona necesitada de ayuda y no de orientación o apoyo especializado (suposición que por
cierto comparte el enfoque conductual con el humanístico). Puede entonces advertirse el porqué
las concepciones fenomenológicas –esto es, humanistas– han dado en llamarse la “tercera fuerza”
en psicología. Lee cuidadosamente el texto siguiente. Posteriormente, discute en equipo las
opiniones que genere su lectura y, de ser posible, formulen sus conclusiones en clase.
Congruencia
Aspectos terapéuticos
Erick Fromm
Victor frankl
El sentido de la vida
Comunicion no violentada