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1

Dios escucha
Con mi voz clamaré a Jehová; con mi voz pediré a Jehová misericordia.
SALMO 142.1

Puedes hablarle a Dios porque Dios escucha. Tu voz tiene importancia en el cielo. Él te
toma muy en serio. Cuando entras en su presencia, se vuelve para oír tu voz. No tienes que
temer que no se fije en ti. Aun si tartamudeas o tropiezas, aun si lo que tienes que decir no
impresiona a nadie, sí impresiona a Dios, y Él te escucha. Él escucha la dolorosa súplica del
anciano en el asilo. Escucha la ruda confesión del condenado a muerte. Cuando el
alcohólico ruega por misericordia, cuando el esposo o la esposa pide orientación, cuando el
empresario pasa de la calle a la capilla, Dios escucha.
Atentamente, cuidadosamente.
La Gran Casa de Dios

2
Un Pueblo Escogido
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por
Dios.
1 PEDRO 2.9

¿Te ha parecido alguna vez que nadie se fija en ti? La ropa nueva y los nuevos estilos
pueden ayudar por cierto tiempo. Pero si deseas un cambio permanente, aprende a verte
como Dios te ve: «En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios;
porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio
me atavió, y como a novia adornada con sus joyas» (Isaías 61.10).
¿Ha decaído tu autoestima alguna vez? Cuando esto ocurra, recuerda lo que vales.
«Fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir no con cosas corruptibles, como oro o
plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación» (1 Pedro 1.18–19).
El reto está en que recuerdes eso. Que medites en eso. Que te concentres en eso. Que
permitas que su amor cambie la manera que te ves.
Cuando Cristo Venga
3
Preocupación Que no Vale la Pena
Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que
mendigue pan.
SALMO 37.25

Solemos preocuparnos. Nos preocupamos de cuestiones financieras, escolares y legales.


Nos preocupamos de que no vayamos a tener dinero suficiente, y cuando lo tenemos nos
preocupamos de que no vayamos a administrarlo bien. Nos preocupamos de que el mundo
se acabe antes de que expire el tiempo en el reloj del estacionamiento. Nos preocupamos de
lo que el perro piense si nos ve salir de la ducha. Nos preocupamos de que algún día nos
enteremos de que el yogur libre de grasa nos engordaba.
Francamente, ¿te salvó Dios para que te preocuparas? ¿Te enseñó a caminar solo para
verte caer? ¿Se dejaría clavar en la cruz por tus pecados para después desatender tus
oraciones? Vamos, hombre. ¿Se burla de nosotros la Biblia cuando dice: «A sus ángeles
mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos» (Salmo 91.11).
Yo tampoco lo creo.
En Manos de la Gracia

4
Restauración Completa
[Debemos comprender] la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que
creemos.
EFESIOS 1.19

A Dios le gusta decorar. Dios tiene que decorar. Permítasele vivir mucho tiempo en un
corazón y ese corazón comenzará a cambiar. Los cuadros de dolor serán reemplazados por
paisajes de gracia. Los muros de ira caerán demolidos y se restaurarán los débiles
cimientos. Dios no puede dejar una vida sin cambiar, como no puede una madre dejar sin
secar las lágrimas de un hijo.
Esto podría explicar algunas de las molestias en tu vida. La remodelación del corazón
no es siempre grata. No objetamos cuando el Carpintero agrega unos cuantos entrepaños,
pero se le conoce por echar abajo toda el ala derecha de la estructura. Él aspira a grandes
cosas contigo. Dios prevé una restauración completa, y no se detiene hasta que termina…
Quiere que seas como Jesús.
5
No te Pierdas la Respuesta de Dios
¿Hay para Dios alguna cosa difícil?
GÉNESIS 18.14
El Dios de las sorpresas se manifiesta otra vez… Dios lo hace a los que son fieles. Justo
en el momento que la matriz es demasiado vieja para concebir, Sarai queda embarazada.
Justo en el momento que el fracaso excede a la gracia, David recibe el perdón…
¿La lección? Tres palabras. No te rindas…
¿Es largo el camino? No te detengas…
¿Está negra la noche? No abandones.
Dios está mirando... Y puede que sin que lo sepas… Tal vez el cheque está en el correo.
Quizá una disculpa esté en proceso de elaboración.
A lo mejor el contrato de trabajo está sobre el escritorio.
No te rindas. Si lo haces, es posible que pierdas la respuesta a tus oraciones.
Todavía Remueve Piedras

6
Con Dios Como en mi Casa
El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos
morada con él.
JUAN 14.23
Dios desea estar en el sitio donde moras. No tiene interés en ser una salida para un fin
de semana, ni una casita playera para el domingo ni una cabaña para el verano. No pienses
usar a Dios como choza para vacaciones ni como tu futuro hogar para retirados. Él quiere
que estés bajo su techo ahora y siempre. Quiere ser tu dirección postal, tu punto de
referencia. Quiere ser tu hogar.
Para muchos esta es una nueva idea. Pensamos en Dios como una deidad para discutir,
no un lugar para vivir. Concebimos a Dios como un misterioso hacedor de milagros, no
como una casa para vivir en ella. Pensamos en Dios como Creador para pedirle, no como
un hogar para residir en Él. Pero nuestro Padre desea ser mucho más. Él quiere ser uno en
quien «vivimos, nos movemos y somos» (Hechos 17.28).
La Gran Casa de Dios
7
La Base del Valor
Seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados.
HEBREOS 8.12
«Ahora, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús» (Romanos 8.1)
«[Dios] justifica al que es de la fe de Jesús» (Romanos 3.26).
Para los que están en Cristo, estas promesas no son solo fuente de gozo. Son también la
base de nuestro valor. Está garantizado que tus pecados serán pasados por un tamiz,
escondidos y cubiertos por el sacrificio de Jesús. Cuando Dios te mira, no te ve a ti, sino a
alguien que te rodea. Esto significa que un fallo no debe ser motivo de preocupación para ti.
Tu victoria está segura. No hay nada que temer.
Aplauso del Cielo

8
El Agua del Siervo
Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de sus discípulos, y a
enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.
JUAN 13.5
Colocar nuestros pies en el lebrillo de Jesús es colocar las partes más sucias de nuestra
vida en sus manos. En el antiguo Oriente, los pies de las personas se embarraban de lodo y
suciedad. Al sirviente en una fiesta le correspondía hacer que los pies estuviesen limpios.
Jesús asume el papel del sirviente. Él lavará la parte más sucia de tu vida.
Si se lo permites. El agua del Sirviente viene solo cuando confesamos que estamos
sucios. Solo cuando confesamos que estamos embarrados de inmundicia, que hemos
andado por caminos prohibidos y que hemos seguido sendas equivocadas.
Nunca estaremos limpios mientras no confesemos que estamos sucios. Nunca seremos
puros hasta que reconozcamos que estamos mugrientos. Y nunca podremos lavar los pies
de quienes nos han herido mientras no permitamos a Jesús, a quien hemos herido, que nos
lave los nuestros.
El Trueno Apacible

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