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Mar del Plata, 28 de noviembre de 2016.

Querida amiga:

He realizado un viaje interesantísimo, con un grupo de colegas, todos preocupados por la


educación y por lograr conocimientos que hagan de ella un espacio inclusivo y de mejor aporte a
la construcción ciudadana, argentina y latinoamericana. Te adjunto a esta carta el diario de viaje,
para que puedas vivenciar lo productivo que ha sido “visitar”, desde nuestra humilde condición de
docentes de escuela media argentina, a intelectuales de la altura de Freire o Mariátegui, Martí o
Arciniegas.
No quiero que tomes esta iniciativa (la de compartir mi experiencia de viaje hacia un escenario
donde se privilegia la educación popular) como una provocación. Simplemente deseo que
retomemos la charla en ese punto, la educación popular, democrática e inclusiva, justo en el
mismo lugar donde la dejamos hace ya unos quince años, cuando te fuiste a Europa, cuando
descubriste a esa otra España, llena de oportunidades y también de falsas promesas, como yo
siempre te advertí. Allí aprendiste más de desasosiego y discriminación que yo de penurias y
hambre. Recuerdo que ese fue tu argumento para tirar la toalla y alejarte de nuestro hermoso y
vapuleado país, allá por el 2002.
En el viaje y escribiendo en mi diario, recordé cuando juntas habíamos leido a Freire en las Cartas
a quien pretende enseñar y algunos capítulos de Pedagogía del oprimido donde coincidimos en
que era el primer intelectual lúcido y sensible que pensaba desde un lugar no canónico y contra
hegemónico. En esta oportunidad pude conocer a Mariátegui desde otro lugar, ya no asociado a
la revista Amauta, sino como un intelectual que también escribía sobre el sujeto pedagógico
latinoamericano. No es casual que los dos, Freire y Mariátegui, pensaran en los sectores populares
como los predilectos para iniciar el proceso de emancipación y liberación, en el caso de Freire, y
para formarse para la lucha por la distribución de lo producido y también para aspirar, en esta
lucha, a la dirección de la producción, según lo pensaba el pensador peruano (Galván, Verónica,
intervención diario de viaje Clase 1). Escucharlos en este viaje, confirmaron mi propia mirada de
la educación y del sujeto pedagógico. Una mirada inclusiva, que integra a la educación popular
como base para la libertad y para derribar los prejuicios y las ideologías conservadoras. Justo las
ideas que nos llevaron a compartir universos diferentes, pensamientos casi opuestos.
Se avivaron en mí, además, nuestras viejas discusiones sobre el sujeto pedagógico, la igualdad
educativa, la gratuidad u obligatoriedad de la educación. También estas cuestiones fueron materia
de diálogo y nos interpelaron a todos mis compañeros de viaje. Una educación inclusiva, con la
mirada puesta en la igualdad educativa que, por cierto, dividió las aguas en la sociedad y
específicamente en el campo de la educación. Tanto me hacían acordar a nuestras peleas
discursivas!! Desgraciadamente, hoy, con la nueva administración de clara aceptación de los
ideales del mercado, la derecha en el poder, intenta reivindicar prácticas y posturas de años
pasados que ponen el acento en el control, en la exclusión, en el arancelamiento de la educación;
tomando a la calidad educativa como argumento y como pantalla.

En una de las estaciones que nos detuvimos, Rumbo a la “pedagogía del deseo”: saberes y
experiencias de las prácticas. El trabajo, el arte y la literatura como saberes. Las voces
de los silenciados, descubrí varias experiencias pedagógicas alternativas. La que más me
impresionó es la de la escuela ayllú de Warisata, en Bolivia, que nos interpeló acerca de la pregunta
por el conocimiento, y que nos permitió pensar que éste se construye a partir del SABER- HACER,
en forma colectiva. Elizaldo Pérez (uno de los maestros que creó la escuela) sostenía que su
modelo de escuela es más bien un tipo de escuela social económica, que prepara los alumnos para
desarrollarse en su medio, siendo mejores agricultores en el medio agrario, mejores mineros en
el medio minero, mejores ganaderos en el medio ganadero. (Galván, Verónica, intervención diario
de viaje Clase 3). Una compañera docente, que hizo el viaje conmigo, comentó la experiencia del
Maestro Iglesias historia similar a la de las hermanas Cossentini y a la experiencia que te estoy
comentado, la de Warisata. (Escobar, Mónica, intervención en foro Clase 3). Te agrego el link para
que puedas vivenciarla. Estas experiencias me hicieron pensar en mis clases de literatura y me
hicieron sentir, que a mi manera yo también incursiono en proyecto que se parecen más a las
experiencias narradas que a la tradicional forma de “impartir” educación.

Amiga, como no quiero aburrirte pero tampoco quiero que te pierdas de lo mejor, te cuento lo que
fue nuestra última parada en Pedagogías del deseo. La escuela y las gramáticas del futuro.
¿Qué significa hoy conocer, educar y comunicar? Una de las estaciones más interesantes, tal
vez lo crea así por la cercanía epocal, por todo lo que significó la llegada de las Netbooks a la
escuela media (ya te conté en otras cartas, no sé si lo habrás registrado) y por todo lo que nos
queda por aprender y hacer, en este campo. No lo sé. Lo cierto es que las conceptualizaciones de
Jesús Martín Barbero (2003:18) sobre mutación, descentralización, descolocalización,
destemporalización y diseminación del saber me ayudaron a comprender mucho más el estado
actual de la educación, las necesidades y los cambios a los que tenemos que atrevernos a ensayar
los docentes argentinos. Es claro que hoy el saber está en todos lados (no solo en la escuela, no
solo en los libros) y esto pone en crisis a nuestras aulas con sujetos pedagógicos del siglo XXI y
con prácticas y habitus de un siglo atrás. Otros conceptos que vos como docente universitaria
pretendías que entendiéramos de Bourdieu también se resignificaron en este viaje: que existe un
mercado lingüístico, donde hay lenguas que poseen más valor que otras, que todo intercambio
lingüístico es además una disputa por el poder simbólico, económico, cultural y educativo (Galván,
Verónica, intervención diario de viaje Clase 4).

Quiero terminar mi carta, con una reflexión final, que creo compartirás a pesar de nuestras
diferencias: que la labor de la escuela como institución es crucial y la del educador, más aún,
porque tendrá que integrar saberes, variedades lingüísticas, a la literatura, como espacio ideal
para hacer dialogar estos saberes innovando con experiencias educativas alternativas. Como dijo
María Victoria Martín: la sociedad actual exige que como educadores debemos enfocarnos en que
los saberes que enseñemos tienen que estar atravesados por las experiencias de los estudiantes.
Según Ferreiro: "... los requisitos para saber si alguien está alfabetizado no los fija la escuela sino
la sociedad..." El mejor alumno no es aquel que estudió todas las páginas indicadas de un libro
sino aquel que puede traducirlos, practicarlos diariamente y, particularmente, encontrarle un
sentido a ello. Jesús Martín Barbero nos hablará de transversalidad. De acuerdo con él: "... los
saberes transversales son aquellos que duran toda la carrera y toda la vida. Posibilitan
articulaciones transdisciplinares y hoy, interacciones humanas que facilitan las TIC entre sujetos y
lugares distantes del mundo y movilizan saberes lingüísticos que incorporan la diversidad y la
multiculturalidad..." (María Victoria Martín, intervención foro Clase 4).

Amiga, este viaje me permitió confirmar mis propios derroteros y mis propias iniciativas acerca de
lo que significa ser docente en el siglo XXI. Transitar por los territorios descentrados y
deslocalizados fue una buena oportunidad para pensarlos como lo que son: escenarios
diversificados que requieren ser analizados a la luz de las nuevas tendencias, incorporando a la
tecnología como un saber que desde lo didáctico pedagógico exige replanteos y búsquedas
profundas. Creo que es necesario reconocer la diversidad y las necesidades del sujeto pedagógico
Latinoamericano, que es necesario pensar la complejidad de la escuela contemporánea y elaborar
estrategias y proyectos transversales que nos permitan refundarla, para que el modelo escolar no
esté cien años atrasados en relación con el modelo de comunicación social (Barbero). Creo que
es necesario repensar la riqueza de los múltiples discursos, formas de habla, escritura, narrativas,
poéticas, ensayísticas y gramáticas latinoamericanas para hacer de la escuela contemporánea un
espacio donde las competencias culturales, históricas, estéticas sean las que nos permitan
avanzar sobre un camino humanista, colaborativo, interactivo y participativo (Galván, Verónica,
intervención diario de viaje Clase 4).

Te abraza en la distancia.
Verónica

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